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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 533, de 13/10/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 533



PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. NARCÍS SERRA I SERRA



Sesión núm. 24



celebrada el martes, 13 de octubre de 1998



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia de personalidades y funcionarios
de la Administración del Estado, al objeto de
informar sobre temas relativos al proyecto de Ley
de Presupuestos Generales del Estado para 1999.

(Número de expediente 121/000141) ... (Página 15311)



Se abre la sesión a las once y quince minutos de la
mañana.




- COMPARECENCIA DE AUTORIDADES DE LA
ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO, ALOBJETO
DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS
AL PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS
GENERALES DEL ESTADO PARA 1999. (Número
de expediente 121/000141.)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE
ECONOMÍA (MONTORO ROMERO). A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO (número de
expediente 212/001549), GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO (número de expediente
212/001593) Y GRUPO PARLAMENTARIO
MIXTO (NI-ELS VERDS) (número de
expediente 212/001563).




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El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a empezar
las sesiones de comparecencias en relación con los presupuestos
de 1999. Está con nosotros don Cristóbal Montoro,
secretario de Estado de Economía, a quien agradecemos
que haya acudido y que lo haya hecho además con extremada
puntualidad.

En cuanto al funcionamiento de las comparecencias,
cree la Mesa que lo más adecuado sería dar la palabra en
primer lugar a los grupos que han solicitado la presencia
del compareciente y, en segundo lugar, a los grupos presentes
que, sin haberla pedido, quieran hacer uso de la palabra,
opinando la Mesa que el tiempo otorgado a los solicitantes
de la comparecencia debe ser más amplio que el otorgado a
estos últimos. Un máximo de diez minutos en el primer
caso y de cinco en el segundo podría ser, con flexibilidad,
la norma a utilizar en las comparecencias. Respondería el
compareciente y si del debate la Mesa dedujera la necesidad
de un segundo turno, se daría, breve, a todos los que
hubieran tenido la palabra en el primer turno: Este sería el
mecanismo de funcionamiento para los tres días de comparecencias.




Ha solicitado la comparecencia del secretario de Estado
de Economía del Grupo Parlamentario Mixto, el Grupo
Parlamentario Socialista y el Grupo Parlamentario Popular.

No hay representación del Grupo Mixto, que además ha
enviado un escrito -era don Joan Saura Laporta- pidiendo
que traslade al compareciente sus excusas, por estar en
la Comisión de Reglamento de la Cámara, por lo que doy
la palabra a don Juan Manuel Eguiagaray, del Grupo Parlamentario
Socialista.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Gracias por su
comparecencia, señor secretario de Estado, con motivo de
los Presupuestos Generales del Estado para 1999, en la que,
sin duda alguna, se trata mucho más de obtener algunas
clarificaciones que de hacer un debate de fondo, en el que
tendremos ocasión de entrar con la discusión de los propios
presupuestos, pero es verdad que algunas cosas son relevantes
para interpretar la credibilidad misma de las cifras
contenidas en el documento del proyecto de ley de Presupuestos
Generales del Estado y, notoriamente, aquellas que
tienen que ver con la marcha de la situación económica en
el año 1998 y especialmente con las perspectivas para
1999. Sin duda alguna, los presupuestos serían o dejarían
de ser creíbles en la medida en que el marco en el que se
asienten dejara de serlo o no lo fuera en absoluto, y, señor
secretario de Estado, este grupo tiene una duda, no metafísica
sino basada en certidumbres y en elementos de información,
sobre la credibilidad del cuadro macroeconómico
que está contenido en las cifras de los presupuestos para
1999. Dicho de otra forma, si lo que ustedes estiman que es
previsible que ocurra en 1999 en término de evolución del
consumo, de la demanda de inversión, del comercio exterior
y, por lo tanto, de crecimiento del producto interior
bruto se separa notablemente de lo que está trazado en este
momento en el cuadro macroeconómico, las cifras, lo
mismo de ingresos que, en parte, de gastos, dejarían de ser
simplemente dignas de crédito. Tenemos la sensación -y
me gustaría que diera alguna explicación en esta dirección-
de que el Gobierno no ha querido introducir las
correcciones que resultan plausibles en este momento no
solamente por la marcha de la situación económica en
1998, que es un año ya descontado y sobre el que, décima
arriba décima abajo, poco tenemos que discutir, pues me
parece relativamente irrelevante que estemos creciendo al
3,9 o al 4 en el primer semestre, sino en relación con lo que
de verdad es importante, que es, cuánto se va a reducir
el crecimiento esperado de la economía española para el
año 1999.

Ustedes hicieron un presupuesto, que para nosotros fue
elaborado antes de la crisis financiera de agosto, y tenemos
la razonable convicción de que no han modificado ninguna
de las cifras, hasta el punto de que todo lo más que han
aceptado ha sido una corrección de una décima en el crecimiento
estimado del PIB, lo cual contrasta desde luego con
la opinión de todo el mundo salvo la suya. Todo el mundo
está en contra de esta previsión, y naturalmente se trata de
que ustedes ganen en la apuesta. Yo desearía que ganaran
porque eso significaría que la economía crecería más de lo
que todo el mundo estima que va a crecer, pero resulta
como mínimo bastante audaz que cuando no solamente se
han rebajado las tasas de crecimiento de la economía internacional
sino también las de la economía europea, cuando
el propio comisario De Silguy decía ayer o anteayer que va
a ser necesario reducir las tasas de crecimiento esperadas
para 1999 respecto de la última previsión hecha para los
países de la Unión Europea amplia o de los miembros de la
unión económica y monetaria, ustedes persistan en mantener
una tasa de crecimiento como la del 3,8 por ciento para
1999, que resulta casi aritméticamente imposible de cumplir,
salvo que se espere que respecto de lo que ocurra en el
último trimestre de 1998, a lo largo de 1999, derivado de la
demanda de consumo suscitada por la reducción de retenciones
y del descenso adicional de tipos de interés, se va a
producir una demanda que no solamente compense el
menor crecimiento que razonablemente estaremos ya
viviendo a finales de 1998, sino hasta el punto de llevar a la
economía a tasas de crecimiento superiores a la media del
año 1998.

Mis preguntas en este marco, señor Montoro, en relación
con esta importantísima cuestión, son: ¿por qué cree
usted que los servicios de estudios de todas las instituciones
financieras relevantes e importantes -algunos bancos,
como el Bilbao Vizcaya, Argentaria, el BCH, etcétera-
están poniendo de manifiesto que estaremos creciendo en
tasas no demasiado separadas del 3,5 por ciento, incluso en
una estimación prudente, y por qué muchos otros piensan
que ya firmarían el 3,5 por ciento y que mejor nos dábamos
con un canto en los dientes por alcanzar ese porcentaje, y el
gobierno persiste en alcanzar tasas del 3,8 por ciento? Por
lo tanto, la cuestión no se reduce a si es una décima arriba o
abajo, señor Montoro -yo creo que una décima es imposible
de estimar en términos de exactitud de nuestras propias
cuentas nacionales-, sino que el problema está en cuál es
la sensibilidad de las cifras presupuestarias a un descenso
del crecimiento por debajo del 3,5 por ciento, esto es, de
qué manera sufrirían objetivos como los de la consolidación
fiscal y, especialmente, el del déficit si nos situamos
en tasas por debajo del 3,5 por ciento de crecimiento de la
economía española, que hoy por hoy parecen contar con
mayor número de adalides en términos de pronósticos que
la tasa optimista y sin duda alguna pendiente de corrección



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a la baja que el Gobierno ha establecido en estos presupuestos.

En ese sentido ¿cuándo van a reducir ustedes, señor
Montoro, la tasa de crecimiento que en este presupuesto -
hecho antes de los meses de julio y agosto- habían plasmado?
¿Lo van a hacer dentro de 1998? ¿Lo harán dentro
de 1999? Y, por otro lado, ¿cuál es la sensibilidad que cree
usted que existe en relación con las elasticidades contempladas
de ingresos y gastos a una tasa de crecimiento que
se situase por debajo del 3,5 por ciento y en qué medida
puede esto afectar a los equilibrios básicos y, fundamentalmente,
a los objetivos de consolidación presupuestaria?
La segunda consideración que quería hacer, señor Montoro,
tiene que ver con la inflación, que sigue siendo el principal
problema que tiene en el medio plazo la economía
española en términos de equilibrio. es bien cierto que nuestras
preocupaciones en términos de objetivos, es decir, no
instrumentales, van por el lado del empleo; pero no es
menos cierto que la inflación está siendo el principal enemigo
también para una futura y permanente creación de
empleo en el medio plazo que permita alcanzara convergencias
reales en materia de empleo con los países europeos.

Pues bien, desde junio de 1997 hasta la fecha actual
nuestro diferencial de inflación con la Unión Europea no
ha hecho sino crecer. El problema es que reconociendo que
estamos en mínimos históricos, lo cual es un excelente
récord pero que sirve relativamente poco cuando estamos
también en un escenario que es radicalmente distinto del
que hemos estado en momentos anteriores, nuestro único
objetivo relevante en materia de inflación no es la estabilidad
nominal sino una reducción del diferencial, que no ha
hecho sino ampliarse, y especialmente en una materia
-usted lo sabe porque lo hemos discutido en otros
momentos- como es la inflación de servicios, en la que
con los datos del mes de agosto estábamos en un 3,8 por
ciento en términos de inflación interanual. Aeso se refería,
entre otros aspectos, el último informe sobre la inflación
del Banco de España cuando expresa con absoluta contundencia
y claridad que nuestro objetivo no es tener bajas
tasas de inflación nominal en términos absolutos, sino tener
una inflación diferencial que no sea significativa respecto
de los demás países europeos, porque si no lo pagaremos
también en términos de empleo. Esa era la relación que
quería establecer. Ahora, en los últimos meses, se ha producido
una ligera reducción de la competitividad vía precios
de la economía española, que deriva por un lado del
tipo de cambio, pero a la cual sin duda alguna también ha
contribuido nuestro aumento de diferencial en precios o en
inflación respecto de los demás países europeos. Le pregunto,
señor Montoro si cree usted que con los objetivos
que tenemos establecidos vamos a poder conseguir la
reducción del diferencial. Sin duda alguna, los datos del
mes de septiembre -se lo adelanto- estoy seguro de que
van a ser mejores que los del mes de agosto. El problema
no es si estamos en el 2,1, en el 2 o incluso en el 1,9, sino
en cuánto reducimos las nueve décimas que todavía nos
separan de la inflación media de los países centrales del
euro. Esto es lo que me parece relevante y es el único dato
que merece la pena ser discutido, porque estar hablando del
2,1 o del 2 es absolutamente irrelevante en los momentos
en los que estamos viviendo cuando, además, el resto de
los países no solamente no ha visto acrecentada o aumentada
su tasa de inflación, sino que, por el contrario, incluso la
ha reducido, y lo ha hecho especialmente en el área que
para nosotros es más sensible, el de la inflación de servicios.

Por lo tanto, en la inflación de servicios tenemos todavía
un aumento de esa inflación diferencial. Los demás países
la han ido reduciendo; nosotros hemos conocido una
aceleración en los datos del mes de agosto medidos en términos
interanuales.

La tercera consideración que quería hacerle, señor
Montoro es sobre los datos del empleo. Las previsiones del
Gobierno en materia de empleo no pueden estimarse como
especialmente gloriosas. Resulta complicado de entender
que cuando la economía española se predice que va a crecer
más que en 1998 se prediga simultáneamente que el
empleo va a crecer menos que en dicho año. Quisiera que
me explicara por qué, si están ustedes infraestimando la
creación de empleo o si, por el contrario, creen que estos
son objetivos plausibles, pero cabría pensar que estamos en
un momento en el que quizás el agotamiento de algunos de
los aspectos de la reforma o de la sustitución de empleos
temporales por empleos con el nuevo contrato fijo, etcétera,
que son de todos conocidos, va a tener un efecto adicional
en términos de capacidad de creación de la economía;
o, por el contrario, si están ustedes anticipando lo que aparece
a todas luces plausible, que una reducción de expectativas
de crecimiento sin duda alguna se traducirá también
en un comportamiento de los empresarios en relación con
el tema del empleo. Reconózcame, señor Montoro, que es
curioso pensar que si la economía española crece en 1999,
según ustedes, más que en 1998, cosa que yo dudo naturalmente,
se pueda producir, sin embargo, una reducción de la
tasa de crecimiento del empleo de casi medio punto, lo cual
no parece casar demasiado bien ni con los objetivos ni con
las ambiciones ni las necesidades de este país.

En último lugar, entro en el tema de la credibilidad,
sobre el que se necesita también una clarificación. Ustedes
recuerdan que uno de los problemas a los cuales hemos
venido asistiendo como consecuencia de las necesidades
de financiar el déficit en períodos pasados ha sido el del
crecimiento de la participación de la Deuda pública o del
porcentaje de deuda bruta en el PIB. Lo curioso de este presupuesto
es que se reduce el déficit primario, se reduce
incluso el déficit en términos absolutos, y, sin embargo,
tenemos la paradoja de que la deuda española cada vez es
mas grande. Esto es algo que merece alguna explicación.

Según los datos del Banco de España, en el boletín
estadístico, y tomando sólo en consideración la deuda que
computa a efectos de protocolo de déficit excesivos, a
finales de 1995 la Deuda pública del Estado ascendía a
38.493 miles de millones de pesetas aproximadamente.

En junio de este año, el último dato implicaba que la
deuda ascendía a 47.789 miles de millones. La pregunta
es cómo ha podido crecer la deuda pública en casi diez
billones de pesetas en estos tres últimos años. Si no es por
alguna cosa que al común de los mortales se nos escapa
-tal vez algo que tenga que ver con eso que nosotros
hemos llamado la madeja presupuestaria-, cómo es
posible que con una reducción del déficit, incluso del
déficit primario, habiendo superávit primario, haya un
aumento de la Deuda del Estado. La necesidad del endeudamiento
del Estado, sin contar amortizaciones de deuda



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pasada, ascenderá en el presupuesto a 2 billones 336.000
millones de pesetas. El año pasado era de 2 billones
317.000 millones de pesetas. ¿Cómo es posible si el déficit
es menor y hay un superávit primario? Creo que hay
alguna explicación en relación con este tema, porque,
entre otras cosas, uno de los secretos mejor guardados es
qué ha ocurrido con las cifras de las privatizaciones y en
qué medida han estado dirigidas a computar deuda o, por
el contrario, están perdidas en un circuito opaco, en esa
caja negra que es el circuito de la SEPI.

Con esto, señor Montoro, termino mis preguntas.




El señor PRESIDENTE: por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Gracias, señor
secretario de Estado, por su presencia en esta comparecencia.

Suponíamos que el debate que se va a establecer durante
estos largos días de trámite de los presupuestos de 1999
iba a residir en la credibilidad de unas cifras presentadas
por el Gobierno, criticadas por la oposición y, lógicamente,
respaldadas por el grupo mayoritario de la Cámara.

Es cierto que el debate de la credibilidad está siempre
en el fondo de todos los debates presupuestarios. No hay
más que repasarse las intervenciones en esta legislatura con
motivo de los anteriores presupuestos y comprobar que trámite
a trámite, año a año, el discurso que se plantea es si
estamos ante un cuadro macro-económico creíble. Bien es
verdad que sería prudente que después de ese repaso pudiéramos
hacer un pequeño ejercicio de si aquellas críticas
que se vertieron en 1997 y que se vuelven hoy a repetir son
críticas que, aunque fundadas en argumentos distintos pero
siempre con el objetivo de desmontar la credibilidad del
cuadro macro-económico, el paso del tiempo ha confirmado
o desmentido.

Mi grupo en este apartado tiene que decir que si alguien
tuvieran la molestia de trabajar y ocupar su tiempo en comprobar
simplemente si aquella crítica de la credibilidad de
1997 o del ejercicio de 1998 ha sido o no confirmada por
los hechos, nos ahorraríamos una gran parte del debate de
la credibilidad. Las cifras que se manejaron en 1997 o en
1998 han sido unas cifras planteadas por el Gobierno,
defendidas por mi grupo, en la franja baja, en la más moderada
de las previsiones de todas las magnitudes del cuadro
macro-económico. Es verdad que se han producido revisiones
y que en este caso, en los gobiernos del Partido
Popular, siempre han sido para mejorar el dato que había
sido estimado inicialmente. Ahí están las veces que se han
revisado nuestros datos de déficit. No hay por qué poner
calificativos; simplemente con recordar la serie histórica de
esas revisiones se verá que paulatinamente, año tras año,
está siendo eficaz la ejecución del presupuesto y está siendo
eficaz el presupuesto de gastos y de ingresos, que permite
presentar las saludables cifras de déficit que hoy tiene
España. Lo mismo diría de las cifras del crecimiento económico,
que siempre han estado estimadas de forma moderada
y que en el caso de las revisiones que se han planteado
por el Gobierno han sido siempre para promover al alza el
crecimiento de la economía española.

Siempre se han planteado desde la oposición dudas
razonables o razonables dudas sobre estas estimaciones.

Ahora se esgrimen en referencia a cuál es el efecto real de
la crisis económica internacional en el cuadro económico y
en el cuadro presupuestario que presenta el Gobierno. Yo
considero que tendríamos que atenernos no sólo a lo que
están diciendo los observatorios económicos y las autoridades
económicas y monetarias europeas respecto al cuadro
económico que ha presentado el Gobierno español.

España, dentro de la zona euro, está resistiendo con mayor
fortaleza los envites que se están produciendo por las turbulencias
financieras, pero además España, dentro de esa
zona euro, está protagonizando la vanguardia del crecimiento
económico de las economías del Euro-11.

Es verdad que en materia de empleo tenemos el principal
problema que vive la economía española, pero es también
cierto que las previsiones que sobre empleo se hicieron
en 1997 se vieron mejoradas por el cierre del ejercicio,
que las previsiones de creación de empleo que se han hecho
para 1998 ya nos ha anticipado en anteriores comparecencias
el señor secretario de Estado que se van a ver todavía
mejoradas, y en la presentación de estos presupuestos
podemos observar cómo una previsión inicial para 1998 de
318.000 nuevos empleos se va a convertir en una estimación
final en torno a los 400.000 ó 408.000 nuevos empleos.

Por lo tanto, estamos ciertamente en una senda intensa
de creación de empleo, que parece que se va a repetir de
manera similar en el cuadro del presupuesto de 1999, lo
que nos permitirá poder alcanzar en el mandato del señor
Aznar la cifra no tan desdeñable de un millón de nuevos
empleos creados durante ese trienio. Podríamos efectivamente
estar discutiendo para el año 1999 si correspondería
estar en el 3,8 por ciento, en el 3,7 o en el 3,9. Como
alguien ha dicho, no se trata tanto de estimar si es una décima
arriba o abajo; es si la institución presupuestaria española
ha alcanzado credibilidad, credibilidad que, por cierto,
tenía bastante pérdida en años anteriores.

Yo considero, señor Montoro, que hay que tener en
cuenta cómo se han cumplido sus previsiones de empleo y
de crecimiento en años anteriores, cómo se ha situado bajo
control la inflación, conviviendo esa situación baja de la
inflación con un crecimiento más alto que el de la media
europea, y cómo se han podido alcanzar los grandes objetivos
de la política en materia de euro. Aello hay que añadir
otro tema sobre el que se han hecho afirmaciones que no
comparto. A mí me da la impresión que la deuda, por contra,
si nos atenemos a la información que recibe el grupo
parlamentario y todos los grupos de la Cámara, en su relación
con el PIB, es un criterio que está poco a poco reduciéndose,
en el bien entendido de que partíamos de alguna
escala de construcción de deuda que llegó a ser calificada
de explosiva; pero esa escalada explosiva de los años 1993
a 1996 ha sido controlada y que en este momento está en
levísima aunque por ello no desdeñable corrección.

Por lo tanto, señor Montoro, la credibilidad de este presupuesto
viene avalada por los hechos de la ejecución de
los anteriores y yo lamento que vayamos a tener que estar
en esta disputa o discrepancia política de si es una décima
arriba o una décima abajo. Confiemos, como lo hemos
hecho en años anteriores -las previsiones de 1997 se cumplieron-,
en que las de 1998 se cumplirán casi mejor,
como ha sido anunciado en el debate anterior y confiamos
en que este cuadro macroeconómico está sólidamente calculado,



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aun con el previsible efecto que pueda recibir,
como no cabría esperar de otra manera, de la crisis internacional.

Y yo tengo que decir aquí clarísimamente que no
habría que descartar que pudiéndose producir una mayor
intensidad o una prolongación en el tiempo en la duración
de la crisis internacional es evidente que tendríamos que
estar atentos sobre sus efectos en nuestra economía, pero
con las características actuales al Grupo Parlamentario
Popular le parece razonable y creíble el cuadro macro-económico
que acompaña al presupuesto de ingresos y gastos
y al presupuesto de la Seguridad Social.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA(
Montoro Romero): Señorías, comparezco gustosamente,
en lo que es este trámite de comparecencias, con
motivo de aclarar el contenido de los Presupuestos Generales
del Estado para el año próximo. Lo hago a tenor de las
solicitudes del Grupo Parlamentario Socialista y del Grupo
Parlamentario Popular, y en respuesta a las preguntas que
se me han formulado esta mañana, quisiera referirme en
primer término a que la evolución de la economía es sin
duda una evolución marcada por un ciclo, en definitiva
siempre condicionada por la fase del ciclo en la que nos
encontramos y a partir de ahí las previsiones hay que establecerlas
de acuerdo con las características fundamentales
de ese ciclo.

En concreto, y creo que satisfago el interés de SS.SS.

esta mañana, traigo a la Cámara una revisión al alza del
crecimiento según la estimación oficial del Gobierno relativa
al año 1998, que elevamos desde el 2,7 al 3,8, habida
cuenta, en primer término, de la intensidad de la revisión
que ha hecho la contabilidad nacional relativa al primer
semestre de este año, que ha situado nuestro crecimiento en
el 3,9 por ciento, y habida cuenta de los indicadores, todavía
parciales sin duda alguna, de que dispone el Ministerio
de Economía y Hacienda referentes al tercer trimestre de
este año, que nos muestran que el crecimiento económico
del tercer trimestre de este año 1998 no habrá sido nunca
inferior al 3,7 por 100, es decir, que incluso se habrá colocado
con cierta holgura por encima de dicho porcentaje.

Eso marca un perfil de la evolución de nuestra economía
que nos lleva a la revisión al alza de ese cuadro macroeconómico
del año 1998, revisión fundamentada en un
comportamiento más expansivo de la propia demanda
interna, en particular del consumo privado de las familias,
respecto a cuyo comportamiento de este verano nos llevan
todos los indicadores.

Como todas las estimaciones del Gobierno, la revisión
que traigo al alza esta mañana sigue siendo moderada,
sigue siendo una revisión respecto a la que las propias estimaciones
del Gobierno, como ya marcaba el portavoz del
Grupo Popular, se están viendo superadas por la realidad.

Las previsiones anticipan la evolución de nuestra economía
y la realidad económica está siendo más positiva de lo
que el propio Gobierno estaba estimando. Eso es muy
importante, señorías, y en este sentido entro a valorar la
intervención de uno de los grupos que ha solicitado mi presencia
esta mañana ante la Cámara, el Grupo Parlamentario
Socialista, porque el portavoz socialista ha dicho que es
irrelevante lo que haya ocurrido en 1998. Nada más lejos
de la realidad. Claro que tiene mucha importancia lo que ha
ocurrido en 1998, porque la construcción del ciclo económico
va a depender de la madurez del ciclo en el que
estamos instalados, va a depender del propio comportamiento
y características del ciclo económico que estamos
viviendo en la economía española. No es que sea irrelevante,
señorías, es que es muy importante lo que está ocurriendo;
son muy importantes el ritmo de crecimiento y la creación
de empleo que se deriva de ese crecimiento
económico. Como ustedes saben -y no hago un descubrimiento
esta mañana, pero sí lo reitero-, estamos ante una
creación de empleo del 3,2 por ciento, frente a una economía
que crece el 3,8. Una creación de empleo del 3,2 por
ciento significa que en este año 1998 se habrán creado en
España del orden de 408.000 empleos adicionales, cifra
que realmente ha superado las mejores estimaciones que en
su momento hiciera el Gobierno y que acompañaban a la
elaboración de los presupuestos para 1998. Como ha recordado
perfectamente el portavoz del Grupo Popular, la previsión
de creación de empleo de este año ascendía inicialmente
a 317.000 empleos. Señorías, puedo confirmar que
hemos conocido, también en el día de hoy, a partir de la
evolución del paro registrado, esa evolución tan positiva
del paro registrado en el mes de septiembre junto al aumento
de las afiliaciones a la Seguridad Social del mes de septiembre;
seguimos teniendo en España una muy intensa
creación de empleo, la más intensa creación de empleo para
este nivel de crecimiento económico.

De todas formas, advertidas las características de la
evolución de la economía española en el año 1998, sí quiero
saludar la actitud del Grupo Parlamentario Socialista.

Aparte de que el principal grupo de la oposición me pregunte
sobre la validez de las previsiones económicas del
Gobierno, a las que ahora me referiré, he percibido de sus
intervenciones tal grado de ortodoxia, en el sentido más
literal y perfeccionista del término, que no se puede superar.

Cuando los altos cargos de un equipo económico del
Gobierno venimos a la Cámara a que la oposición nos
interpele sobre la evolución de la inflación o de la deuda
pública en los términos en que lo ha hecho me felicito -lo
digo con toda sinceridad y franqueza- de que el debate de
política económica en España no pueda ser ya más ortodoxo,
señorías, y creo que eso es muy positivo. Que ha dicho
el portavoz socialista que su principal preocupación está en
una inflación que las estimaciones del Ministerio de Economía
y Hacienda sitúan por debajo del 2 por ciento ya en
el mes de septiembre, indica que estamos en el culmen de
un debate de política económica donde dominan los planteamientos
más correctos y actuales. Me parece enormemente
positiva tal coincidencia porque estoy convencido de que
eso, como siempre insisto al Grupo Parlamentario Socialista,
lleva a promover las reformas económicas de carácter
liberalizador de la economía, precisamente para promover
que la estabilidad de los precios sea la característica máxima
de España. En este sentido estoy muy a gusto en este
debate de política económica y en él me sitúo muy complacido
esta mañana, una vez más, porque que a estas alturas
se me pregunte por la evolución de la inflación y de la
deuda pública en España, después de haber defendido



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durante tantos años -hablo ya en un plano más personal-
que éstas debían ser las marcas de la política económica, se
me interpele acerca de la evolución de esas premisas en
España, me parece muy positivo. En ese sentido, saludo la
posición del Grupo Parlamentario Socialista.

No he entendido bien la pregunta genérica que se me
hacía sobre el cuadro macroeconómico del año 1999. Me
ha preguntado sobre la validez y credibilidad del cuadro
macroeconómico del año 1999 y yo quisiera introducir la
siguiente reflexión. Señoría, los Presupuestos Generales
del Estado no son consecuencia de una evolución económica,
los Presupuestos Generales del Estado son el principal
instrumento de política económica con que cuentan los
gobiernos en este final de siglo para conducir y situar la
actividad económica. Gracias a estos Presupuestos Generales
del Estado que ha traído el Gobierno a la Cámara, lo
que se hace es preservar el crecimiento económico de nuestro
país, favorecer la creación de empleo. Lo digo porque
me ha preguntado por la sensibilidad de la evolución de los
ingresos y gastos públicos en relación con estos presupuestos.

En primer lugar, los presupuestos infunden expectativas
y, en ese sentido, infunden confianza; en segundo lugar,
por lo que contienen, los Presupuestos Generales del Estado
lo que hacen es promover la recuperación económica de
nuestro país y, en ese sentido, promover la convergencia de
España con el resto de los miembros del euro y fundamentalmente
promover la creación de empleo.

He entendido del argumento del señor Eguiagaray que
se arropaba en unos informes técnicos, cuyas fuentes no ha
citado, pues se ha referido genéricamente a ellos -todos,
decía él-, que vaticinaban que el cuadro macroeconómico
del Gobierno no era creíble. La verdad es que yo no interpreto
así esos informes. Tengo delante un resumen de esos
informes que me dice que todas las entidades -si quiere,
se las voy leyendo una a una- vaticinan crecimientos económicos
para España el año próximo por encima del 3,5
por ciento. Eso, como usted ha dicho, no es cuestión de una
décima arriba o abajo, estamos hablando de previsiones de
sostenibilidad de nuestro crecimiento económico del año
próximo. Eso es lo que dice la mayoría de esas instituciones
en general y, en particular, todos los servicios de estudios
en España afirman que vamos a crecer claramente por
encima del 3,5 por ciento el año próximo. Asimismo, las
previsiones del Fondo Monetario Internacional y de la
Comisión de la Unión Europea vaticinan que España tendrá
crecimientos económicos por encima del 3,5 por ciento.

Por tanto, la corrección que han hecho esas instituciones
en cuanto a la previsión de crecimiento inicial es muy parecida
a la que hizo el Gobierno a mediados del mes de septiembre,
cuando corregimos a la baja en una décima nuestra
previsión inicial que, por lo demás, volvía a ser
moderada, es decir, no estábamos extremando lo que entendíamos
que podía ser una evolución más expansiva del
ciclo, sino que el propio 3,9 por ciento tenía la clave de
moderación que en principio anticipaba.

Por tanto, yo casi le preguntaría, ¿qué es lo que no le
gusta cuando dice que no le gusta el cuadro de 1999, la
evolución del consumo privado que se contiene en el cuadro,
la evolución de ese consumo, que va a venir estimulado
-ya se lo anticipo- por la bajada del impuesto sobre
la renta de las personas físicas y la bajada de los tipos de
interés? No olvidemos, sobre todo no despreciemos, un
cambio tan importante como el que va a vivir la sociedad
española con un nuevo impuesto sobre la renta el año próximo.

Sólo las consecuencias inmediatas de la aplicación
de la nueva Ley del impuesto sobre la renta de las personas
físicas significarán promover el crecimiento de nuestra
economía al menos en medio punto del producto interior
bruto. Por tanto, estamos hablando de un impulso, por la
vía fiscal, que se armoniza con una ganancia de competitividad
de nuestro sistema productivo derivada de que ese
impuesto es en sí mismo una ganancia de renta, fundamentalmente
de los asalariados y de los pensionistas españoles.

Por eso ir a mayor consumo al año próximo derivará en
que el consumo se convertirá en un motor del crecimiento
de la economía española impulsado por la muy importante
creación de empleo que está teniendo lugar en 1998,
fomentado por el consumidor en España, señor Eguiagaray.

En el mes de septiembre las estadísticas europeas disponibles
mostraban el índice de confianza del consumidor
y marcaba el máximo histórico. Se trata de cómo ve el consumidor
la evolución de su economía particular, de la economía
familiar en este momento del ciclo económico que
está viviendo España. Esas son las estadísticas del índice
de confianza del consumidor publicado por la Unión
Europea donde este verano, en comparación con lo que han
sido la mayoría de los países de la Unión Europea, España
ha vuelto a ganar en índice de confianza. Eso es lo que siente
la sociedad española en este momento en cuanto a lo que
significa su disposición y su capacidad de consumir. No he
entendido bien cuál era su duda en ese terreno. No sé si la
tendrá más especificada, pero si la tiene trataré de responderla
con mucho gusto.

En lo que se refiere a la evolución de la inversión, tampoco
me ha especificado si duda sobre la evolución de la
inversión o especialmente de la inversión en construcción
del año próximo. Si tiene alguna vacilación de carácter
metódico sobre que la construcción tiene unas fases del
ciclo relativamente largas, sobre que el contenido de los
nuevos presupuestos del Estado van a estimular nuevas
inversiones públicas, inversiones muy importantes en
infraestructuras con un gasto público importante en esa
materia y si vamos a seguir alimentando lo que será que la
construcción en España siga tirando de la recuperación
económica del país como afortunadamente ya está ocurriendo,
dígamelo, porque cuando eso pasa no se agota en
tres meses como sabe perfectamente.

En lo que se refiere a las inversiones en bienes de equipo
vienen de registrar una evolución muy positiva, de tasas
muy altas desde las que, con las nuevas condiciones financieras
del país, es probable que se continúen registrando y
las empresas aprovechen esa inversión.

En cuanto al sector exterior, en la revisión del cuadro
macro para el año próximo anticipamos que había una peor
evolución del sector exterior respecto de la situación inicial.

Tampoco he escuchado su versión crítica, si le preocupaba
el sector exterior y si va a tener una aportación más
negativa.

Por lo que se refiere a la inflación, ya le he dicho que la
inflación en España este año, el año 1998, va a acabar en
las estimaciones del Gobierno con gran comodidad una vez
más. Una vez más podemos quedar incluso por debajo el



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2,1 por ciento que anticipamos para finales de año, para
diciembre. En ese terreno comprendo la preocupación de
S.S., pero no se entiende bien a tenor de la evolución
reciente de la inflación.

Aprovecho, en cuanto al diferencial, para invitar a las
señorías del Grupo Socialista a que hagan un ejercicio, el
ejercicio de los criterios de convergencia, señor presidente,
que nos ha permitido ingresar en Maastricht e ingresar
en el euro. Es el ejercicio de que el diferencial con la
Unión Europea no se mide en un mes, señorías, se mide con
la T 12-12 que indica que en España se sigue cumpliendo
el criterio de convergencia en materia de inflación con gran
comodidad y más aún a partir de septiembre, donde la
inflación en España va a converger hacia esos niveles y, en
definitiva, nos permitirá el buen comportamiento de final
de año de la inflación -me refiero al año 1998- para
asentar sólidamente el objetivo del año próximo.

Comparto su preocupación también, dentro de esa ortodoxia,
sobre la competitividad de nuestro sistema productivo.

El desafío es que la economía española sea suficientemente
competitiva en el nuevo contexto internacional en el
que estamos. Como se trata de eso, señor Eguiagaray, el
nuevo impuesto sobre la renta de las personas físicas va a
suponer una inyección a la ganancia de competitividad de
nuestra economía a través de su efecto directo, porque es
una reforma estructural, a través de su incidencia sobre los
costes laborales por unanimidad de producción, que es una
incidencia muy importante, para asentar la evolución de la
inflación moderada en nuestro país. Ese término, esta clase
de incidencia es favorable porque es donde el impuesto va
a rendir uno de sus mejores frutos y va a permitir sustentar
y seguir ganando competitividad al conjunto de la economía
española, es decir, al conjunto de nuestras empresas;
ahí va a rendir el impuesto una considerable aportación.

La duda o los términos que expresaba en materia de
empleo la estimación del Gobierno es, por un lado, la estimación
normal en el sentido de lo que viene haciendo el
Gobierno, que es tener prudencia cuando ofrece previsiones
de esta materia a la sociedad española, previsiones
siempre prudentes. ¿Usted recuerda la primera de sus intervenciones
en esta Cámara siendo portavoz económico en
septiembre de 1996? Dijo que le extrañaba que el Gobierno
hubiera rebajado la previsión de creación de empleo. Ahí
estamos con unas realidades ¿Cuál es la creación de
empleo en este año, señor Eguiagaray? ¿Es baja? Es una
creación de empleo del 3,2 por ciento con una economía
que crece el 3,8 por ciento. Es un crecimiento de empleo
que nunca antes habíamos alcanzado en nuestro país. Eso
significa -es la ambición de toda la política económica
del Gobierno- crear suficiente empleo o reducir la tasa de
paro en España al ritmo que lo estamos consiguiendo, crear
del orden de 950.000 empleos netos en menos de tres años
reales de ejercicio económico y conseguir corregir la tasa
de paro hasta un nivel que el año que viene se situaría, de
cumplirse la nueva estimación del Gobierno, en el 17,4 por
ciento. En ese sentido le recuerdo dónde estaba la basa de
paro en el año 1995, en el 22,7 por 100. Estamos ante un
ritmo de reducción de la tasa de paro que en sí mismo,
teniendo en cuenta el significativo incremento de la población
activa en España, está dando solución a lo que es la
principal ambición que tiene la sociedad española.

En términos de deuda pública, a S.S. le parecen altos
los incrementos de deuda pública de 2,3 billones de pesetas
anuales. Le recuerdo -ahí están sus cifras publicadas-
que entre el año 1993 y el año 1995 la deuda pública creció
en 17 billones de pesetas en términos netos, señorías.

Ahora lo que estamos haciendo con la deuda pública es que
cada año está reduciendo su participación en el producto
interior bruto del orden de punto y medio y, por tanto, es lo
que necesitamos de nueva deuda para seguir financiando el
déficit público que va claramente a la baja, y el déficit
público a través del saneamiento presupuestario está
haciendo una gran aportación a la financiación de nuestro
país a través de la bajada de tipos de interés. Ese déficit en
la corrección de la deuda es muy importante a la hora de
promover las condiciones financieras de España.

¿Cuánto nos hemos ahorrado los españoles por la bajada
de los tipos de interés? ¿Cuánto estamos introduciendo
de mayor crecimiento económico por la bajada que todavía
tiene que venir de los tipos de interés? Las estimaciones del
Gobierno es que la bajada de tipos de interés, que se ha
empezado a producir en el mes de octubre y que tendrá
continuidad en los próximos meses, introducirá para el año
que viene un mayor crecimiento del orden de tres décimas
de producto interior bruto. Nuestros cálculos nos llevan a
que sólo en 1997 nos habíamos ahorrado, por lo que fue la
credibilidad de los presupuestos y lo que fue el empeño del
Gobierno de ganar la confianza de los mercados, del orden
de 600.000 millones de pesetas que para el año 1998 se
habían elevado a otros 150.000 millones de pesetas adicionales.

Estas son las cifras que en términos de carga de intereses
estamos consiguiendo a través de una política de
esfuerzo consistente, coherente en relación con la reducción
del déficit público, con el saneamiento presupuestario
que continúa en los próximos presupuestos; estoy seguro
de que la oposición saluda felizmente esa nueva reducción
del déficit público para el año próximo.

En relación con lo que es el valor presente de la deuda
pública les puedo decir, señorías, que los españoles nos
hemos ahorrado del orden de cuatro billones de pesetas
sólo por ese valor actualizado al momento presente de la
no emisión de deuda pública derivada de las nuevas condiciones
financieras que estamos viviendo los españoles.

Un último punto se referirá a las privatizaciones. También
ese fue el primer debate que tuvimos cuando usted me
interpeló con motivo de la primera presentación, lo recuerdo
perfectamente, que me interpeló sobre los ingresos de
privatizaciones en presupuesto y en contabilidad nacional,
no sé si usted lo recuerda. No sé dónde ve usted la opacidad
de los ingresos de privatizaciones. Dicha opacidad no
existe hasta tal punto que usted comprenderá que los ingresos
de privatizaciones (digo que lo comprenderá porque es
lo normal ya que este debate lo tuvimos hace un par de
años) no son computables en contabilidad nacional como
ingresos del presupuesto y, por tanto, no reducen déficit
público ni una sola peseta, ni siquiera los ingresos impositivos
derivados de la variación del valor del patrimonio que
pueda ponerse de manifiesto con motivo de la enajenación
de las acciones del Estado de una empresa son computables,
no entra ni una peseta en lo que es la reducción del
déficit público en contabilidad nacional. Lo que están
haciendo esos beneficios de las privatizaciones es reducir



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deuda pública y están saneando, señor Eguiagaray -y de
esto sabe usted mucho-, la deuda histórica de la empresa
pública de España. De esto sí que sabe usted, dónde estaba
esa deuda pública del entonces Instituto Nacional de Industria;
ahí estamos en un terreno bien conocido y, por tanto,
me extraña que usted hable de opacidad de la Sociedad
Estatal de Participaciones Industriales que está saneando
las deudas vigentes sobre todo el entramado de la empresa
pública de España. Es más, más de 800.000 millones de
pesetas de las privatizaciones de han destinado nada menos
que a garantizar los derechos laborales de los trabajadores
españoles que perdieron su puesto de trabajo con motivo
de la reconversión industrial que se acometió en los años
ochenta. Por tanto, más claridad imposible: ha ido a garantizar
el derecho de los trabajadores españoles, por cierto, a
garantizarlo a través de un sistema de capitalización de esos
derechos, con lo cual estamos liberando a los presupuestos
del Estado y a los de la Seguridad Social de una carga muy
importante.

Usted sabe, y además lo sabe por su conocimiento
anterior, que la empresa pública en España está dejando de
ser una rémora para los presupuestos del Estado, y eso es
muy importante para que en los próximos años podamos
seguir saneando los presupuestos del Estado y de la Seguridad
Social, y de esa manera podamos seguir sentando las
condiciones financieras que España necesita para que se
sostenga el actual ritmo de crecimiento económico y la
consiguiente creación de empleo. Estamos pagando deudas,
y esa es la mejor manera de liberar nuestro potencial
de crecimiento económico y, en definitiva, es la mejor
forma de asentar ese crecimiento económico sobre las
bases sólidas, sobre los fundamentos que tiene actualmente
nuestro país, que son los que permiten estar en medio de
una crisis financiera internacional, que sin duda alguna es
seria, pero que podemos afrontar con la seguridad, con la
fiabilidad y la confianza que da estar asentado sobre esas
clases que son la baja inflación, una economía mucho más
ágil, una economía que ha pagado sus deudas del pasado
y, en definitiva, una economía que puede mirar al futuro
de otra manera.

Agradezco también la intervención del portavoz del
Grupo Popular en la credibilidad y la certeza que ha tenido
a la hora de referirse al cumplimiento y la credibilidad de la
institución presupuestaria. Esto es fundamental, efectivamente,
señorías. La recuperación del presupuesto creíble es
fundamental para que lo que haga el presupuesto sea generar
la suficiente dosis de confianza, las expectativas favorables
de la sociedad a efectos de que la sociedad española
continúe teniendo un clima positivo a la hora de afrontar su
futuro.

Acabo esta primera intervención, presidente, recordando
que el momento que estamos viviendo los españoles es
el momento del euro. El euro está ya sirviendo de estabilizador
en la crisis financiera internacional; es el momento
en el que tenemos que confirmar la recuperación económica
en España dentro de la recuperación económica de la
Unión Europea y es el momento en el que podemos decir
que el esfuerzo que hemos hecho como sociedad para
ingresar en el euro es un esfuerzo que nos está rindiendo
excelentes beneficios y nos ha permitido hacer unos presupuestos
para el año que viene que en sí mismos son la
forma más operativa de afrontar una crisis financiera internacional,
que sin duda alguna es seria y tendremos que
saber gestionar entre todos, pero estos presupuestos son un
garante para que España no se resienta en lo fundamental
de los efectos importados de la crisis internacional. (El
señor Eguiagaray Ucelay pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Veo que el portavoz del
Grupo Socialista pide la palabra. Abrimos, pues, un segundo
turno y pido la brevedad que hemos explicado al inicio
de la comparecencia.




El señor Eguiagaray tiene la palabra.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Muchas gracias,
señor Montoro. En primer lugar, ya sabe que me encanta
hablar y discutir con usted sobre cosas en las cuales yo también
celebro que usted esté en la ortodoxia. La verdad es
que no sé por qué pretende tener alguna legitimidad distinta
de los demás en el pensamiento económico que hoy se
pueda entender más o menos correcto; me parece que este
es un camino que no nos lleva demasiado lejos.

Lo que sí me siento es en la obligación de decirle, señor
Montoro, y se lo digo con toda cordialidad, que usted viene
aquí y comparece para contestar a las preguntas, y me reconocerá
usted que más que contestar a las preguntas lo que
ha hecho ha sido colocarnos otra vez -se lo digo también
afectuosamente- su propio disco, y esto en parte es inevitable,
lo que pasa es que no me ha contestado a ninguna de
las cosas que le he dicho, incluso ha pretendido que yo le
conteste a determinadas cosas que si recuerdo no sé qué,
que si recuerdo no sé cuál. No estoy yo para contestar, es
usted quien tiene que contestar a lo que le pregunto, y no
ha contestado a nada sobre nada.

Por cierto, ya que ha hecho una referencia a mi primera
intervención como portavoz en la Comisión de Economía,
le recuerdo que acerté cuando le dije que no tenía sentido
que redujeran las tasas previsibles crecimiento del
empleo, y me parecía una falta de ambición. Acerté, porque
las tasas de crecimiento del empleo computadas fueron
superiores a las que ustedes habían fijado, pero esto
forma parte de la tónica que ustedes han seguido manteniendo.

Rebajaron primero las tasas de crecimiento para
acentuar la imagen de que estábamos mucho peor -estoy
hablando del año 1996-, para después tener un margen
de maniobra que les permitiera decir que se habían sobrecumplido
los objetivos que se habían trazado, y ahora de
nuevo me vuelve a confirmar que sus previsiones son erróneas
pero tienen la compensación de que son mejores en
términos de crecimiento de generación de empleo de las
que se habían producido. No estoy preguntando sobre si
son mejores o peores sino sobre si son creíbles, y hay algunas
cosas que usted me viene a decir que no son creíbles.

Por ejemplo, ya me ha dicho que no es creíble la cifra que
figura sobre empleo en los presupuestos, no es creíble, ya
lo ha dicho usted. Me dice: van a ser más de los que ahí
dice. ¿Por qué no los ponen? Si van a ser más, y esta era
mi pregunta, si es compatible un crecimiento del 3,8 con
una reducción de la tasa do crecimiento de empleo, sea
cual sea el porcentaje que se estime, no me diga usted que
será mejor y superaremos los objetivos, porque todos



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deseamos superarlos, sino ponga usted las previsiones que
sean correctas, no me diga usted que después se pondrá la
medalla de decir: habíamos dicho 100 y ahora son 150.

Así no vale, y no vale ni en eso ni en las demás cosas. No
vale hablar de la inflación en los términos en que usted lo
ha hecho. No me ha contestado a nada. Cuando yo le planteo
el problema de la inflación diferencial no me vuelva
usted a contar que estamos en mínimos históricos y que
además lo que se mide en términos de convergencia es el
T 12-12. Ya lo sabemos, señor Montoro. El problema no
es ese, sino cuáles son los problemas que tiene la economía
española por la no reducción de la inflación diferencial.

Este es el problema, al que usted no ha contestado,
que es un problema de competitividad y de empleo, y al
que ustedes no me dicen de qué manera van a hacer frente,
porque en este período no ha hecho sino empeorar. Esto es
lo que le digo, señor Montoro, y esto no se resuelve diciendo,
como usted ha dicho, salvo que lo diga explícitamente,
que en la inflación van a influir cosas muy positivas, como
es la reforma fiscal que tendrá -cito casi textualmente
sus palabras- un efecto notorio en la reducción de los
costes laborales. Porque si lo que usted dice es eso, le recomiendo
que cuando vaya a una asamblea de trabajadores
les diga que los efectos de la reforma fiscal serán apropiados
por los empresarios y eso significará que las ventajas
atribuidas en su propaganda a todos los consumidores y a
todos los ciudadanos que viven de su salario, serán absorbidas
en términos de menores aumentos de salarios nominales,
que serán quienes, por tanto, con cargo al erario
público vean reducido su coste laboral. Esto es lo que
usted está diciendo, señor Montoro. No se puede vender a
dos públicos cosas contradictorias. Si esto significa una
rebaja de los costes laborales, eso significa por tanto que
las ventajas fiscales están siendo apropiadas por los
empresarios y no tienen efecto en la renta disponible finalmente
de los ciudadanos. Esto es lo que significa, señor
Montoro, salvo que usted me diga que simultáneamente
va a crecer mucho más la productividad, pero eso no será
un efecto de la reforma fiscal, sino de otra cuestión distinta.

Y en esto de la reforma fiscal -ya lo hemos discutido
en algún momento- usted ha pasado de defender la reforma
fiscal en términos de ahorro a defender cómo va a incidir
esto sobre un consumo que ahora necesita ser aumentado
precisamente a través de una inyección monetaria
como la que significa la reforma fiscal. Pero esa es otra
contradicción en la que, como es igual en qué términos lo
defiendan, pues están ustedes dispuestos a defenderlo con
razón o sin ella, no voy a entrar. Señor Montoro, se trataba
de contestar a las preguntas, no de hacer un debate ahora
sobre todas y cada una de las cosas que hay detrás de la
política económica.

En cuanto a la deuda pública, estamos todavía esperando
que nos contesten y nos manden la información sobre la
utilización y el destino preciso de todos los procesos de
privatización
y de los ingresos del Estado. Ya sabemos, señor
Montoro, ahora y el año pasado y hace dos años, que en
términos de contabilidad europea no era posible computar
como reducción del déficit los ingresos por privatizaciones.

Esa no es la cuestión. Lo que pasa es que las privatizaciones
pueden tener un efecto sobre el déficit computable,
y pueden tenerlo especialmente si se dedican a amortizar
deuda pública y se reduce la carga financiera del Estado,
que esa sí está por encima de la línea. Y eso es lo que todavía
no sabemos, porque lo que se constata con los datos
que tenemos entre manos, señor Montoro -página 128 del
libro amarillo-, es que la deuda bruta del Estado ha crecido
a pesar de la reducción del déficit, a pesar de la existencia
de superávit primario, y eso significa el que frente a
nuestro propósito de que se dedicaran todos los ingresos de
privatizaciones, sin excepción, a reducción de la deuda, no
sabemos exactamente a qué se han dedicado, pero la deuda
bruta ha crecido, y ha pasado de 31 billones en el año 1993,
o los 38 en el año 1995, a 47 en 1998, con cifras de agosto.

La deuda está aumentando en un momento en el que el
déficit y la carga financiera también se están reduciendo.

Tiene usted que explicar qué ha ocurrido con los
ingresos de privatizaciones, que forman parte muy importante
de las necesidades finales de financiación del Estado
en términos de caja y también en sus efectos sobre el
cómputo en términos de contabilidad nacional en última
instancia. Y eso es lo que no está claro, señor Montoro.

Usted me dice que ha citado unas cifras, pero ni siquiera
ha hecho referencia a ellas, es bastante evidente. Pero no
solamente son las cifras que figuran ahí, es que en las
cifras computables a efectos del protocolo del déficit,
como les decía, la deuda del Estado que ascendía a
38 billones a finales de 1995, ha pasado de nuevo a los
47 billones 700 millones en agosto de 1998. ¿Cómo ha
podido crecer la deuda adicional en 10 billones de pesetas,
que son las cifras que le parecen a usted dignas de ser
tomadas en consideración, en tres años, señor Montoro?
No vale que haga usted el discurso: los malvados socialistas
llevaron a este país a un endeudamiento... ¿Recuerda
aquellas cifras que decía usted de tanta más deuda por
habitante? ¿Quiere usted que le divida 10 billones por los
40 millones de ciudadanos españoles para saber cuánta
deuda adicional han acumulado ustedes? Explíquelo, porque
ustedes han acumulado 10 billones desde finales
de 1995 hasta la fecha actual. Tiene usted que explicar
por qué crece la deuda, por qué la madeja presupuestaria
que están montando y por qué lo que está ocurriendo en
el circuito de la SEPI es tan opaco como anteriormente le
decía. Porque el circuito de la SEPI es una caja negra, de
esas que cuando caen al mar no solamente cuesta descubrirla,
como cuando ocurre algún accidente en los aviones,
sino que a pesar de que uno le dé martillazos a la caja,
después no encuentra uno la explicación. ¿Qué es lo que
está ocurriendo, señor Montoro? Denos las cifras. Díganos
qué ha ocurrido con todas y cada una de las privatizaciones
y cómo se ha afectado cada uno de esos ingresos a
la reducción de deuda computable y no computable, a la
que forma parte del entramado de las antiguas empresas
del INI y a la que no la forma. Que lo sepamos, porque no
lo sabemos, y es imposible desentrañarlo con las cifras
que ustedes han dado.

Quisiera hacer una última consideración sobre los
temas de crecimiento. Dice usted que está encantado consigo
mismo y con el hecho de que una décima, más o menos,
en el año 1998 nos pueda sacar de pobres. Desde luego yo
también creo que el crecimiento de 1998 es muy posible
que en vez de ser el 3,7 sea el 3,8, pero a continuación le
tengo que preguntar por qué ustedes han estado ocultando



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lo que manifiestamente todos los que hacemos análisis económicos
sabíamos que estaba ocurriendo, y es que el crecimiento
de la economía española era algo superior probablemente
a lo que se estaba computando. Se han cuidado
muy mucho de decirlo, entre otras cosas porque eso significaba
un cierto margen, y ahora nos vienen a decir que todavía
se puede corregir un poquito al alza el crecimiento de
1998. Lo que le digo es que eso no nos cambia el cuadro,
no que sea indiferente, sino que no nos cambia el cuadro. Y
lo relevante no es lo que ocurre ya en 1998, sino lo que
puede ocurrir en 1999. Me dice usted que en el crecimiento
del consumo en el mes de septiembre, según los indicadores
de confianza del consumidor, estamos en niveles de
máximo histórico. Sin duda alguna, pero usted es el primero
en conocer -y yo no tendré que darle lecciones sobre
esto- que las perspectivas de los consumidores, como
todas las perspectivas, se adaptan también con retraso a la
evolución de los acontecimientos. Cuando se produce el
cambio en el escenario internacional, mundial y europeo,
en el mes de agosto, nada de extraño tiene el que todavía la
inercia de mejora no acabe de producirse en el consumo.

Recuerde la discusión de 1997, que el consumo no acababa
todavía de tirar y, sin embargo, después empieza a adquirir
algo de inercia. Ustedes en el primer semestre de 1998
decían que el consumo todavía estaba tirando menos y se
seguían equivocando pensando que la demanda iba a venir
mucho más de la demanda interna, aunque sí por el lado de
la inversión, y sin embargo seguía viniendo todavía en
buena parte del influjo del sector exterior. Pues bien, ahora
nos está ocurriendo algo parecido. La confianza de los consumidores
no se ha adaptado a los cambios en las circunstancias,
no solamente porque los efectos riqueza no se
hayan tenido o porque sean más o menos importantes, sino
porque simplemente las expectativas de los consumidores
están empezando a cambiar en este momento. ¿De ahí se
puede sacar la conclusión de que en el año 1999 el comportamiento
del consumo va a ser como el que está siendo en
este momento? Si eso es lo que ustedes quieren decir,
entonces su propuesta de inyección monetaria a través de
las retenciones es simplemente suicida. Porque pensar en
un comportamiento en la inversión y en el sector exterior
como el que están haciendo, sin una caída en las perspectivas
de consumo que necesite ser suplementada por la vía
de la inyección de las retenciones, es simplemente apostar
por echar gasolina a algo que está suficientemente caliente
o suficientemente incendiado. Lo que pasa es que no es
verdad, señor Montoro. Ustedes están pensando que caigan
las perspectivas de consumo, y que las perspectivas de consumo
necesiten ser ampliadas o mejoradas a través de una
inyección monetaria como la que puede significar la reducción
de retenciones.

En todo caso, me desmentía en una consideración que
yo he hecho sobre su optimismo en el crecimiento. Quiero
volver a reiterarle que nada me gustaría tanto como que no
solamente yo no tuviera razón, sino que ni siquiera el 3,8,
sino el 3,9 o el 4 fuera la tasa de crecimiento de la economía
española en el año 1999. ¿Qué es lo que ocurre, señor
Montoro? Que en esto no cree más que usted, y mi pregunta
es en qué momento van a empezar a corregir a la baja
esas perspectivas de crecimiento. Cuando yo he mencionado
diferentes instancias -no quiero ser más tedioso de lo
que es obligado- y no he citado por su nombre a instituciones,
lo he hecho simplemente por ahorrar tiempo. Pero
si quiere, sin leer de dónde proviene, le citaré nada más lo
que dice una prestigiosa institución financiera y su servicio
de estudios. Dice lo siguiente: La actual reducción del déficit
se explica por el efecto favorable del ciclo económico,
pero el déficit estructural se mantendrá en 1999 en el
mismo nivel, el 2,8 por ciento. La política fiscal prevista
para 1999 no podrá calificarse como restrictiva. Segundo,
el escenario macroeconómico base para la elaboración de
las previsiones de impresos y gastos es demasiado optimista.

Lo que dice esta institución financiera -luego le doy el
recorte, si quiere, mejor dicho el texto original- es que el
crecimiento económico previsiblemente será menor, no
menos de tres décimas por debajo de las previsiones que
ustedes están estableciendo. Hay bastantes más instituciones
y servicios de estudios que están diciendo esto. Yo también
tengo aquí la lista de todas las previsiones que se han
venido haciendo públicamente.

Mi pregunta, señor Montoro, es, ¿cuánta credibilidad
otorga usted? Hoy he escuchado unas declaraciones, me
parece que eran suyas, diciendo que los analistas económicos
no cuentan con los medios de previsión con que cuenta
el Gobierno. He leído en un periódico una declaración (no
sé si es suya o es de alguien de su departamento, a lo mejor
es del propio vicepresidente segundo y ministro de Economía)
diciendo que todos los demás se equivocan y el
Gobierno es el único que acierta. Es raro pensar que todos
los demás estamos equivocados y creemos que lamentablemente
el efecto no será de un mayor crecimiento en el año
1999, como ustedes están diciendo y es lo que lo hace
rotundamente increíble, sino de cierta desaceleración, que
nadie sabemos exactamente en cuánto va a consistir, pero
que en todo caso parece inevitable.

Mi pregunta anterior, señor Montoro, la última, la que
usted ha dejado de contestar y quizá la más importante, es
qué sensibilidad tiene todo el escenario de ingresos y gastos
a una caída del crecimiento por debajo del 3,5. Este es
el problema. Creo que si nos situamos en un escenario que
sea el 3,6 ó 13,7 seguramente hay márgenes entre la contabilidad
de algunos otros artilugios como para que los problemas
no puedan ocurrir o no sean simplemente demasiado
relevantes, pero si caemos por debajo del 3,5, señor
Montoro, creo que podemos empezar a tener problemas,
no solamente los que ya hemos acumulado o hemos ido
acumulando a través de los distintos mecanismos de posposición
de gastos y adelanto de ingresos, sino a través de
nuevos problemas que se deriven precisamente de un cuadro
macroeconómico diferente del que ustedes han previsto.

(El señor Homs i Ferret pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tenemos la suerte de contar
entre nosotros al señor Homs que pide la palabra. No ha
podido ser en el turno anterior y se la damos ahora.




Ruego brevedad.




El señor HOMS I FERRET: Voy a ser muy breve.




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He solicitado la palabra para intervenir, señor presidente,
en razón a algunas observaciones que he escuchado
a algunos portavoces y también al secretario de Estado
de Economía, para poder trasladar lo que podría ser una
muy sucinta posición de nuestro grupo en torno al
momento económico que ha valorado el secretario de
Estado. Sin duda es muy bueno el momento económico,
sin duda lo es; sin duda que mi grupo desearía que lo
fuera con carácter estable y es evidente que a nuestro
parecer estas posibles perspectivas de incertidumbres y
de inestabilidades en determinados mercados internacionales
puede generar algún impacto a medio plazo en nuestra
economía, que sin duda va a tener ese impacto y nadie
quiere sacar valor a estas posibilidades. Pero, señorías, en
modo alguno mi grupo puede aceptar estas satisfacciones
que interpreto en algunas intervenciones de que porque
hemos de prever una décima menos o una décima más de
variación de las magnitudes económicas vamos a generar
aquí una perspectiva de valoración incierta en torno a
nuestra situación económica. No podemos aceptar en
modo alguno que por bajar una o dos décimas las expectativas
de crecimiento tengamos que hacer valoraciones
negativas de la política económica ni de la evolución económica
que está teniendo nuestra situación en estos
momentos.

Quisiera en este sentido indicar al secretario de Estado
que para nosotros tiene escasa relevancia una décima más
o una décima menos. Ha dicho el señor Eguiagaray que
cuidado si crecemos menos del 3,5. Le diría al señor
Eguiagaray que debe añadir al cuidado de si no crecemos
al 3,5 si este crecimiento inferior es con una elevada inflación,
es con un elevado déficit público o es con una tasa
de paro muy importante, cosa que no sucede en estos
momentos. La economía tiene una muy baja inflación,
tiene una progresiva reducción de la tasa de paro y tiene
también una evolución a la baja de los tipos de interés y
con todo ello un déficit cada vez más controlado. Con esto,
las variables macroeconómicas pueden soportar perfectamente
en un contexto positivo una expectativa de crecimiento
inferior al 3,5 por ciento. Durante muchísimos
años, señor presidente, señor secretario de Estado de Economía,
Alemania ha crecido en tasas inferiores al 3,5 y ha
sido el país motor de la Unión Europea. No es importante
si la tasa es el 3,5, el 3,4 o el 3,2, lo importante es la conjunción
de todas las variables macroeconómicas, cuál es la
inflación, cuál es el déficit público, cuál es el crecimiento,
cuál es la variación de la tasa de consumo interno, cuál es
la evolución de los tipos de interés; la conjunción de todas
estas variables determina una expectativa más o menos
positiva de la economía.

En ese sentido, quisiera plantear al secretario de Estado
la siguiente pregunta. Puesto que el contexto es positivo
y con unas muy buenas perspectivas para el año
1999, y puesto que toda la conjunción de las variables
para el año 1999 definen un ámbito económico mucho
mejor en perspectivas a corto plazo del que podíamos
esperar hace unos años, mi grupo quisiera decir al secretario
de Estado si es posible hacer algunas previsiones de
unos ajustes acelerados de control del déficit público
como para situarnos a primeros del próximo siglo en una
situación de control mucho más intensa y profunda del
déficit público. Si es posible con las perspectivas que
tenemos en estos momentos adoptar algunas medidas
adicionales para situar nuestro déficit público interno en
un nivel que nos permita, si este país o en el contexto
europeo, en un ámbito más internacional hemos de administrar
algún proceso de recesión, tener margen suficiente
como para actuar con cargo a los colchones que representan
para la economía unas políticas presupuestarias
expansivas.

Señor secretario de Estado, ¿tenemos margen para
poder prever algunas medidas adicionales de ajuste un
poco más intenso y reducir todavía más el déficit público
en todas las administraciones públicas y situar prácticamente
a un nivel de saneamiento pleno las administraciones
públicas para entrar con más estabilidad y más seguridad
en una etapa de plena incorporación al euro? Europa
está anunciándonos una reducción de las transferencias
monetarias que se van a aplicar en España y nos está sometiendo
a la tensión de participar en un debate en el que la
consecuencia puede ser que se recorten algunas transferencias
de capital a nuestra economía. Señor secretario de
Estado, ¿es posible tomar algunas medidas más para prever
actuaciones y poder compensar estos posibles efectos
que mal que nos pese y aunque no quiera el Gobierno
español, a lo mejor se nos imponen por las reglas democráticas
de funcionamiento de la Unión Europea?
Ésta es nuestra posición, señor secretario de Estado,
decirle que hemos compartido -y usted lo sabe muy
bien- el análisis económico que ha hecho, lo compartimos
prácticamente en su totalidad; compartimos los elementos
clave de la definición del marco económico para
1999 y deseamos que las cosas se cumplan. Esto es lo que
queremos, que todo lo que hoy está en los papeles como
previsión para el año 1999 se lleve a la práctica; pero si por
cualquier razón hay un pequeño desajuste de una décima o
de algunas décimas a la baja, señorías, rogamos que el análisis
general de la situación económica se haga de forma
completa, se haga analizando todas las variables y que no
saquemos conclusiones de una previsible reducción de
unas décimas más o menos de crecimiento que pudieran
trasladar a la opinión pública incertidumbres no deseadas.

Una inflación como la que tenemos jamás la habíamos
administrado; un déficit público controlado como el que
tenemos jamás lo habíamos administrado; un tipo de interés
tan bajo como el que tenemos jamás lo habíamos administrado.




Señorías, ruego que tengamos unas referencias exactas
al análisis macroeconómico como para trasladar a la
población el mensaje de que aunque tengamos a nuestro
alrededor incertidumbres que proceden de crisis financieras
de mercados exteriores (sudafricanos, sudamericanos,
del sudeste asiático, de la ex Unión Soviética, y
podríamos hacer una lista de incertidumbres que emergen
de estos mercados), a pesar de todo ello la Unión
Europea -como hace pocos días decían las autoridades
monetarias de la Unión Europea- es quizás el contexto
de mayor estabilidad y mayor certidumbre económica
que hay en el mundo en estos momentos. Por tanto, ruego
que no nos sumemos a mensajes catastrofistas ni a mensajes
negativos sobre la actual situación económica,
señorías, porque no son ciertos y porque las perspectivas



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que tenemos de cara al año 1999 son francamente muy
positivas.

Nada más, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Señor Aguirre, tiene la palabra.




El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Estamos asistiendo,
según mi criterio, a la modulación del debate de presupuestos
en su primera escena.

La Cámara recordará que siempre que se produce la
presentación de unos presupuestos, hay un posicionamiento
al respecto por parte de los grupos de la oposición. El
reciente posicionamiento del grupo mayoritario de la oposición
versó sobre calificativos tan llamativos como estamos
ante unos presupuestos tramposos y estamos ante unos
presupuestos electoralistas.

Hoy gracias a Dios, gracias a que alguien ha corregido
el tiro o gracias a que los autores de la crítica han entrado
en una mayor mesura, estamos ya en el debate de las cifras
creíbles o de las cifras no creíbles, por tanto, parece que
algo de cordura ha ganado el debate. Pero también tengo
que decir que por mucho que se levante la voz, se apoye la
misma al micrófono, el argumento no gana peso ni gana
fuerza y, por mucho que nos pongamos al lado del micrófono
a decir que esto es increíble, eso no se demuestra.

Estamos ya en el debate de las cifras de crecimiento
sobre si la cifra correcta es 3,8 por ciento o sobre si la que
se quiere barajar como más real es la del 3,5 por ciento. Se
toman para ello argumentos esgrimidos desde observatorios
económicos, desde autoridades económicas internacionales.

Si es así, yo creo que la de mayor relevancia en el
concierto europeo es la autoridad monetaria, el señor Duisenberg,
y el señor Duisenberg, en efecto, ha confirmado
que la economía española, dentro del crecimiento de la economía
europea que lo va a hacer en el 2,8 por ciento de
media en los países Euro 11, va a estar un punto por encima
de ese crecimiento medio. Por tanto, la autoridad monetaria
europea confirma con su declaración que la previsión
del Gobierno español de un crecimiento para 1999 de 3,8
por ciento es sensata y una previsión dentro de los horizontes
de realidad de la evolución económica europea.

Lamento que la oposición, en este caso su portavoz, por
razones absolutamente justificadas -desde luego le deseo
la mayor prontitud en su restablecimiento de esas dolencias
bucales- haya tenido que abandonar la sede parlamentaria,
pero rechazo que el secretario de Estado no haya contestado
las cinco grandes cuestiones que ha planteado en su
primera intervención. Se le han planteado al secretario de
Estado asuntos sobre el crecimiento que han sido sobradamente
contestados, se le han planteado al secretario de
Estado asuntos sobre la evolución de la inflación y también
sobre las previsiones de empleo, sobre la evolución de la
deuda al alza o a la baja o sobre los recursos por privatizaciones.

Esas cinco grandes cuestiones planteadas por la
oposición han sido puntualmente contestadas, pero por si
hubiera sido escasa la información aquí vertida por el
secretario de Estado mi grupo le va a formular algunas
cuestiones sobre estos asuntos que nos parecen de interés
para darle pie a que vuelva a insistir en la contestación tan
correcta que ha realizado en su primera intervención y, por
qué no decirlo, para que nos despeje algunas incógnitas
que todavía mantenemos del cuadro macroeconómico.

Quisiera formularle dos preguntas, señor secretario de
Estado, en materia de inflación. Una en relación con la evolución
de la inflación este año, ¿dónde estima usted que va
a cerrar la inflación noviembre a noviembre, diciembre a
diciembre y qué opinión le merecen las declaraciones
hechas por organismos oficiales internacionales en torno a
la evolución de la inflación en España, sobre todo en la
serie histórica de esos pronunciamientos hechos desde esos
fondos internacionales? También quisiera preguntarle,
señor secretario de Estado, lo siguiente. Es cierto que al
iniciar el mandato el Gobierno Aznar los tipos de interés, si
no recuerdo mal, debían estar allá por el 9 ó 10 por ciento y
es cierto que durante ese mandato hemos recorrido una
caída de tipos de interés que va desde ese 10 por ciento
hasta la última cifra registrada que si no me equivoco es del
3,75 por ciento. Inclusive de sus palabras se desprende que
el horizonte de la caída de los tipos de interés no está agotado
y que cabe esperar todavía nuevas reducciones. Confírmeme
si esa interpretación que he hecho de sus palabras
es ajustada a la realidad y contésteme hacia dónde cree
usted que camina la caída de los tipos de interés en España
para el ejercicio 1999, y de qué forma afecta a la economía
española en sus distintos niveles: doméstico, empresarial y
de las administraciones públicas.

Por último, se ha traído y se ha llevado en este debate
de manera muy superficial (lógicamente, porque después
tenemos la comparecencia del secretario de Estado de
Hacienda y será, supongo, el eje vertebral de ese debate) la
reforma del IRPF como parte y contenido del presupuesto
de ingresos de 1999. La pregunta del Grupo Parlamentario
Popular quiere alcanzar dos confirmaciones por parte del
secretario de Estado: por un lado, en cuánto estima que se
va a producir el incremento de la renta disponible de los
españoles con la reforma del IRPF, por otra y lógicamente
a su entender, ¿la reforma viene en buen momento o en mal
momento para la estructura y las características del consumo
en este año 1999? Éstas son las preguntas que formula
mi grupo parlamentario.

Sin más, señor presidente, quiero agradecer, al señor
secretario de Estado su presencia y a usted la moderación
del debate.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar la comparecencia,
tiene la palabra el secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA
(Montoro Romero): En primer lugar, el portavoz
del Grupo Parlamentario Socialista, explicaba que se tenía
que ausentar por razones personales de salud y le deseamos
su pronta recuperación, pero se ha referido otra vez a un
planteamiento que yo entiendo es iniciático y que suele ser
común, por lo demás, en este tipo de comparecencias. Él
resumía su intervención diciendo lo siguiente: ¿cuándo van
a revisar ustedes los presupuestos? Cuando uno hace unos
presupuestos basados en un realismo económico que parece
que nadie discute en lo esencial, y la pregunta es ésta, la
respuesta se da sola, señorías. Yo vengo a contestar aquellas
preguntas que pueda y he intentado hacerlo. He explicado
las razones económicas, he explicado cuáles son las



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fases del crecimiento de la economía española en este
momento, las circunstancias que explicarán la evolución
futura, cuáles son las incidencias presupuestarias principales.

Quizás he de reiterar que el año que viene el crecimiento
de la inversión pública en infraestructuras, que rondará
el 9 por ciento, el crecimiento de las políticas de I+D, el
crecimiento de las políticas activas de empleo, el crecimiento
de la inversión en educación y el crecimiento y
saneamiento en el presupuesto de la Seguridad Social a través
de la profundización de la situación de fuentes de aplicación,
punto primero del Pacto de Toledo, son elementos
que en sí mismos conforman un panorama presupuestario
sostenedor desde la perspectiva del gasto de la actividad
económica en España. A eso se añade la importancia de la
entrada en vigor de una reforma como la del impuesto
sobre la renta de las personas físicas.

Creo que el Grupo Socialista ha dicho esta mañana que
la economía española va a crecer por debajo del 3,5 por
ciento; parece que se deducía esto. Si lo dice que lo explique
a la opinión pública. Yo creo que no hace un favor a la
opinión pública decir estas cosas y que el debate parlamentario
siempre tiene un punto de acaloramiento que es normal
en el seno de la Cámara, pero deduzco de las palabras
del portavoz socialista que no ha dicho eso. Imagino que
no lo ha dicho por el bien de todos, y supongo que no está
rebajando hasta ese punto las previsiones de crecimiento
de la economía española, que por lo demás no las rebaja
nadie en España, ni siquiera instituciones a las que por lo
visto no se atreve a citar. Es una nueva modalidad leer textualmente
la opinión de una institución y no decir su nombre.

Si todo es válido, díganlo también, y como la oposición
cada vez se construye más sobre los informes de los
demás, y no sobre los suyos, tengo que decir que creo vale
la pena hacer un trabajo parlamentario serio y riguroso y
que se diga a la sociedad española cuáles son las previsiones
de crecimiento del año que viene, qué hay que hacer en
materia de reducción del déficit público y qué hay que
hacer para sostener la actividad económica el año que
viene. Les invito, señorías, a que sean precisos y dejen de
vestirse con las túnicas de los demás, y, sobre todo que
expliquen lo del 3,5 por ciento, porque he creído deducir
esta opinión y seguramente no es esa la opinión del Grupo
Socialista, si es que tiene una opinión general el Grupo
Parlamentario
Socialista, si es que tiene una opinión general el
Grupo Parlamentario Socialista sobre la previsión de crecimiento
del año que viene. El asunto es importante a efectos
de clarificar dónde están los principales grupos de la Cámara
en relación con las previsiones de evolución de la economía
española.

En lo que se refiere a las que ha llamado estrategias -y
parece que lo lamentaba- de previsión en materia de
aumento del empleo del Gobierno, aunque se ha ausentado
el portavoz transmítanle ustedes, por favor, que yo le
recuerdo la cifra de creación de empleo del año 1996 en
términos de contabilidad nacional: es 1,5 por ciento, señorías.

Cuando el Gobierno revisó su cifra, la que ustedes
habían dejado estimada, lo hizo porque no se correspondía
con la realidad económica que ha resultado. En 1996, señorías,
la creación de empleo en España fue del 1,5 por ciento;
en 1997, del 2,9 por ciento; y en 1998 será del 3,2 por
ciento. Ésas son las creaciones netas de empleo que se derivan
por lo demás de la evolución de la encuesta de población
activa en nuestro país. Ésas son las cifras, y díganme,
por tanto, si no era realista decir a los españoles lo que dijimos,
porque sabemos además que cuando se hacen este
tipo de estimaciones a la sociedad española, hay que hacerlo
siempre con la moderación propia de la evolución de
algo tan sensible como es el hallazgo de nuevos puestos de
trabajo. Estas cifras las publica continuamente la contabilidad
nacional de España. Por lo demás, insisto en que no
veo cuál es el argumento que se estaba expresando cuando
volvíamos a un debate sobre el pasado.

Me preocupan también los contenidos técnicos sobre el
impacto de la reforma fiscal y la evolución de los salarios
en España. He hablado esta mañana aquí, señorías, porque
dada mi condición de secretario de Estado de Economía
me parece que tengo que hacerlo en la Cámara, de la evolución
de los costes laborales por unidad de producción,
que no es lo mismo que decía el señor Eguiagaray, cuando
no es tan difícil entender esta discusión, ya que me refiero
simplemente al coste laboral en relación con la evolución
de la producción de la economía, que es lo elemental para
medir lo que representa la presencia del factor trabajo en la
evolución de la actividad económica en nuestro país. Basta
leerse -pero, eso sí, hay que leérselo- el informe económico
financiero, en cuya página 105 se contienen las previsiones
detalladas del Gobierno de la evolución del coste
laboral por unidad de producción, y entonces se aprecia
cómo la estimación del año próximo, coincidente con la
entrada en vigor del impuesto sobre la renta, indica una
evolución positiva en el sentido de que se desaceleran en
España los costes laborales por unidad de producción. Eso
es positivo para la competitividad de nuestro país, es lo que
nos acerca a la Unión Europea y lo que nos acerca en materia
de inflación a la Unión Europea: la evolución de los
costes laborales por unidad de producción, señorías, compatible,
además, con un importante crecimiento del empleo
como el que se contiene en la previsión del presupuesto,
que aunque moderada es importante y compatible con una
evolución de los salarios en la que éstos siguen ganando
poder adquisitivo, igual que ha pasado en la sociedad española
los tres últimos años cuando la masa salarial ha ganado
claramente poder adquisitivo. Ésta es una de las explicaciones
de por qué los índices de confianza del
consumidor están tan altos en nuestra sociedad.

Vengo a responder, señor presidente, las preguntas que
se me hagan, pero insisto en que no se me pregunten cosas
ni, sobre todo, se den a mis palabras significados que no
tienen. Estamos hablando de una discusión que tiene algo
de tecnicismo, ciertamente, pero esto es lo importante
cuando se valoran los efectos del impuesto sobre la renta
de las personas físicas. Insisto en que hay que leerse los
libros y, obviamente, supongo que todos nos hemos leído
los libros de presupuestos cuando acudimos a estas comparecencias.

Estoy seguro de ello, señorías.

En segundo lugar, hay que hablar el mismo lenguaje,
porque en otro caso no sabremos de qué estamos hablando.

Se ha quedado sorprendido de que yo hablara de costes
laborales, pero he hablado de costes laborales por unidad
de producción, es la distinción que pido que se haga, que
está expresada en los libros de presupuestos, y eso es lo
que acerca, insisto, España a la Unión Europea.




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También se ha referido de nuevo a la deuda y a los crecimientos
de deuda en nuestro país en el período del último
Gobierno. Tengo que recordar a las señorías del Grupo
Socialista que en 1996 hubo una emisión de deuda en España
a cuenta de los déficit no aflorados por los gobiernos
anteriores de 710.000 millones de pesetas. ¿Y cómo financiamos
esto? Con deuda, señorías, con deuda que fue a
pagar las facturas que no se habían pagado hasta entonces.

Las cuentas son las que son, y por tanto eso va a deuda y es
lo que explica el crecimiento de la deuda que ustedes indicaban
durante el primer tramo de este período. Hay que
leerse las cifras de evolución de la deuda en España y ver
dónde se corresponden. Además mostraba sorpresa sobre
el hecho de que se reducía el déficit y seguía aumentando
la deuda, y yo tengo que preguntarle si existe o no déficit
público y cómo se financia el déficit público. El déficit,
señorías, es el saldo de la cuenta de capital de las administraciones
públicas, y eso exige una variación de los pasivos
financieros de las administraciones públicas, en este caso
del Estado. Elemental. Mientras exista el déficit obviamente,
señorías, tendremos incremento de deuda. Eso es compatible
a su vez, con que la deuda pública esté creciendo
moderadamente y perdiendo participación en el producto
interior bruto. No quisiera dar este tipo de explicaciones,
pero si preguntan cómo es posible que se baje el déficit y
suba la deuda, tengo que decirles que son los pasivos financieros.

Cojan la cuenta financiera del Estado y contrasten
su evolución. Insisto en que se está haciendo la limpieza de
las deudas pendientes en el ámbito de las empresas públicas,
hasta el punto de que SS.SS. saben y tienen la tranquilidad
de que realmente la empresa pública en nuestro país
va a quedar mucho mejor ordenada a través del proceso de
privatización, y por tanto va a ser utilizable el proceso de
privatización para aligerar el déficit del Estado en el futuro
próximo.

No he entendido bien si el Grupo Parlamentario Socialista
quiere que los presupuestos del año próximo sean restrictivos,
porque comprendo que una institución financiera
diga lo que su servicio de estudios crea que deba decir, ya
que es natural que a cada uno, según su criterio, le pueda
parecer poco o mucho la reducción del déficit público, pero
¿qué le parece al Grupo Parlamentario Socialista la reducción
del déficit público del año que viene? ¿Le parece poco
o mucho? Tampoco he entendido cuál era la última interpelación.

Me preguntaban: ¿El presupuesto va a ser restrictivo?
Y eso ¿cómo se compadece? Si ustedes dicen que
habrá menos crecimiento económico, ¿qué tendríamos que
hacer?: ¿reducir más el déficit público para sostener el crecimiento
económico del país? ¿Éste es su planteamiento?
Convendría que explicaran esto a la opinión pública española,
porque es la ultraortodoxia. Comprendo que lo critiquen
en determinados foros, determinados expertos, colegas
profesionales por lo demás, y en ese sentido es muy
lícito que este tipo de críticas -entre comillas- vengan
del servicio de estudios, ¿pero el Grupo Parlamentario
Socialista en este momento dice que la economía española
va a crecer por debajo del 3,5 y el déficit debe estar por
debajo del 1,3 por ciento que anuncia el Gobierno en su
presupuesto, el 1,6 para el conjunto de las administraciones
públicas? Debería explicarlo también, porque si no parece
que la crítica es que los presupuestos no son suficientemente
restrictivos, y yo pregunto de qué se trata, si de sostener
la actividad y el empleo el año que viene o de hacer los
deberes, como a veces valora críticamente el hoy ausente
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida cuando nos dice
que somos los primeros de la clase. Es verdad, estamos en
la vanguardia de los países de la Unión Europea a la hora
de reducir el déficit público, es cierto, y entendemos que
vamos bastante rápidos compatibilizando una reforma fiscal
tan significativa como es la del impuesto sobre la renta
de las personas físicas en España.

Voy a contestar también a la última de las preguntas del
Grupo Parlamentario Popular. La estimación del Gobierno
es que el resultado de la aplicación del nuevo impuesto tendrá
exactamente un impacto de 550.000 millones de pesetas,
los cuales se pondrán, por así decirlo, en manos de la
economía privada del país. Prácticamente el 90 por ciento
irá a asalariados y pensionistas, de manera que eso va a
mejorar su renta disponible de forma importante desde
comienzos del año, estimulando en sí mismo actividad económica
y la propia creación de empleo, lo que a su vez y a
través de esa mayor actividad económica, permitirá recaudar
de otras maneras y liberará renta suficiente para que
podamos compaginarlo con la reducción del déficit público.

No entro en más detalles porque a continuación van a
estar presentes mis colegas del Ministerio de Economía y
Hacienda.

En lo que se refiere a los efectos de la inflación, efectivamente
la previsión del Ministerio de Economía y
Hacienda es que en septiembre estaremos por debajo del 2
por ciento, lo que francamente permite ser optimistas en
cuanto a cumplir con holgura la estimación del Gobierno
para final de año, de manera que en diciembre podremos
estar efectivamente por debajo de ese 2,1 por ciento. Cuando
se realizó esa previsión, parecía bastante difícil de conseguir,
pero afortunadamente ahora la tenemos al alcance
de la mano.

Por lo que respecta a los tipos de interés, las estimaciones
son que la bajada de los tipos de interés durante el período
que va desde el año 1996 hasta acá, ha liberado 1,7
billones para familias y empresas, y además ha movido este
muy importante ahorro presupuestario al que ya me he
referido antes. La liberación de renta de empresas y particulares
ha sido muy importante, en ese orden de magnitud
1,7 billones de pesetas, siendo por tanto un impacto significativo
que todavía no está agotado, señoría, es decir no
hemos acabado y aún vendrán reducciones adicionales a
tenor de las consecuencias del nuevo marco financiero
internacional.

Por último, quisiera agradecer la intervención del portavoz
de Convergència i Unió en el sentido de que efectivamente
en el momento que estamos viviendo lo importante
son las nuevas circunstancias que él ha destacado y
yo resumiría en que España tiene un nuevo modelo de crecimiento
económico que es la compatibilidad entre el alto
crecimiento y la muy baja inflación, la compatibilidad
entre el alto crecimiento y un déficit público como no
habíamos conocido. Como él ha dicho expresivamente,
nunca habíamos estado aquí y nunca habíamos estado con
una balanza de pagos y con una posición de reserva de
divisas tan sana como tenemos actualmente, y eso en sí
mismo, este nunca que él ha expresado en términos parlamentarios



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tan correctamente, es la mejor de las garantías
para que con este modelo de crecimiento económico podamos
continuar en una fase de expansión que todos los ciudadanos
esperan que continúe a efectos de responder a lo
que son sus demandas, sus deseos en materia de creación
de empleo.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado,
con estas palabras suyas terminamos la primera comparecencia.

Espero que con una suspensión de dos minutos
podamos empezar ya la siguiente, porque vamos muy retrasados
en el tiempo programado. (Pausa.)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE
PRESUPUESTOS Y GASTOS (FOLGADO
BLANCO). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR (número de expediente
212/001547), DEL GRUPO SOCIALISTA EN EL
CONGRESO (número de expediente 212/001594),
DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE IZQUIERDA
UNIDA (número de expediente 212/001679) Y
DEL GRUPO MIXTO, NUEVA IZQUIERDA-ELS
VERDS (número de expediente 212/001562).




El señor PRESIDENTE: Señorías, iniciamos la
segunda comparecencia, agradeciendo a don José Folgado
que esté aquí a disposición de la Comisión.

Han solicitado la comparecencia cuatro grupos:
el Grupo Popular, el Grupo Parlamentario Socialista,
el de Izquierda Unida y el Mixto, Nueva Izquierda. No
veo representantes de Izquierda Unida ni del Grupo
Mixto, y por ello doy directamente la palabra a don Lluís
Miquel Pérez, representante del Grupo Parlamentario
Socialista.




El señor PÉREZ SEGURA Señor secretario de Estado,
bienvenido.

Intentaré ser breve, aunque no sé si lo conseguiré. Voy a
hacer más consideraciones generales en relación con el presupuesto
y otras mucho más concretas, perladas con algunas
preguntas, y espero que el secretario de Estado tenga a
bien contestar.

Señor secretario de Estado, señor Folgado, a la vista de
sus anteriores intervenciones y del triunfalismo alejado,
entendemos nosotros, de toda realidad, repetido hasta la
saciedad por su jefe de filas, el señor Rato, el Grupo Socialista
se ve de nuevo en la obligación de poner en conocimiento
de los ciudadanos a través de esta Comisión lo que
ya viene reiterando desde hace meses: que el Gobierno ha
elevado a categoría la contabilidad creativa, de tal forma y
manera que lo que representan los Presupuestos Generales
del Estado dentro de lo que nosotros también denominamos
madeja presupuestaria es cada vez menos representativo
de la realidad sobre nuestras cuentas públicas.

El presupuesto de 1999 es un proyecto de presupuesto
hecho sin tener en cuenta la crisis internacional, que en principio
ya nos comporta el desembolso de casi 800.000 millones
de pesetas con cargo a reservas para intentar combatir lo
que nos lloverá por el flanco latinoamericano, y que aún así
está confeccionado de espaldas a las necesidades de nuestra
economía para competir con el euro y con un ya penetrante
tufo electoral, señor Aguirre -ya veo que no está- insoportable.

El Gobierno, ustedes señor Folgado, siguen a
piñón fijo con su retórica, sin enterarse de que las condiciones
de la economía han cambiado, lo que todo el mundo
dice, ya sea a nivel local, a nivel internacional e incluso a
nivel regional europeo, primero, por el euro, que va a exigir
cambios importantísimos si queremos aprovecharlo en
beneficio de todos, y segundo, por esa crisis internacional
que va a ir para largo y cuyos efectos se dejarán sentir poco
a poco, gradualmente. Algunos analistas tan importantes
como altos cargos de la Administración norteamericana
dicen que es la crisis más importante desde la Segunda Guerra
Mundial. En definitiva, estos presupuestos serán continuistas
cuando el reto del euro y de la crisis internacional
exigen cambios importantes en la política económica y presupuestaria.

Ustedes no se enteran de muchas cosas, algunas
de ellas de gran trascendencia para nuestro país, y tampoco
se quieren enterar de que el clima económico es
distinto y requiere unos presupuestos diferentes.

En relación con los ingresos, los gastos y la necesidad
de financiación del Estado, empezaremos por los ingresos
recalcando un tema que nosotros creemos es relevante y es
que por primera vez en nuestra historia tributaria reciente,
yo diría para ser rigurosos, a excepción de cuando se armonizó
el IVA en el momento en que ingresamos en la Unión
Europea en 1986, ustedes van a quebrar una regla de oro de
aquellas que son tan dados a pregonar cuando les son positivas:
va a ser mayor el peso de los impuestos indirectos
que el de los directos. Además, cuando ustedes, el Gobierno
conservador del señor Aznar, vociferan por doquier que
han rebajado los impuestos, simplemente no dicen la verdad.

Eurostat lo certifica al demostrar que durante su
Gobierno la presión fiscal en España ha subido del 35,6 por
ciento en 1996, el primer presupuesto que ejecutaron, hasta
el 36,2 del año pasado.

No es verdad que paguemos menos, como ustedes
dicen, y además lo que pagamos lo hacemos de forma
socialmente más injusta y estos presupuestos, con la
contrarreforma del IRPF, lo consagran de una manera
definitiva.

Señor secretario de Estado, en sus tres años de gestión
presupuestaria real -1997, 1998 y ahora 1999-, de cumplirse
lo establecido en estos presupuestos que estamos
debatiendo, se habrá producido un importante cambio en la
estructura de los ingresos públicos. En miles de millones
de pesetas corrientes habrá ocurrido lo siguiente: que los
ingresos por IRPF habrán caído en 340.000 millones de
pesetas; que por vía del impuesto de sociedades disminuirán
en 13.000 millones de pesetas, a pesar de los buenos
resultados, de los beneficios empresariales, de la central de
balances del Banco de España que así lo ratifica.

Sin embargo, pagaremos por IVA, es decir, igual para
todos los bolsillos, 800.000 millones de pesetas de más y
por impuestos especiales otros 400.000 millones. En conjunto,
tras la gestión presupuestaria del Gobierno del señor
Aznar, el total de ingresos públicos por impuestos directos,
vinculados a la capacidad de pago, se habrá reducido, en
pesetas corrientes, en 450.000 millones, mientras que aquellos
ingresos públicos provenientes de los indirectos, no
vinculados por tanto a la capacidad de pago, se habrán
incrementado un billón 268.000 millones. No pagamos



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menos impuestos y, además, ustedes apuestan por una
redistribución más injusta de los mismos, a todas luces
regresiva, que se agudizará cuando las cifras de ejecución
de los presupuestos de 1999 desmientan, en la misma
dirección que los de los ejercicios anteriores, sus incoherentes
previsiones sobre la recaudación del IRPF. Dicho en
otras palabras, señor presidente, señorías, todo ello, en su
conjunto, comporta la quintaesencia del centrismo en materia
tributaria, como ustedes sin duda podrán apreciar.

La previsión de ingresos por el IRPF es increíble. Para
1998, con un crecimiento del empleo y de los salarios del
3,2 por ciento, según el cuadro marco del Gobierno, los
ingresos caerán en 260.000 millones respecto al presupuesto
inicial y casi en 500.000 millones respecto al año anterior.

¿Cómo puede ser creíble un incremento, para 1999, de
145.000 millones, cuando el empleo crecerá menos, un 2,8
por ciento, también los salarios, un 2 por ciento, y, además,
se va a aplicar su reforma fiscal? Esto no es creíble y son
unas preguntas que usted tendrá que contestar.

Aello hay que añadir que año tras año ustedes son incapaces
de recaudar sus propias previsiones de ingresos en
este epígrafe, pues en 1998, según el avance de liquidación
que también va anejo a lo presupuesto, sólo pudieron
hacerlo en un 90,5 por ciento y en 1997, según la liquidación
definitiva, aun menos, el 89,5 por ciento. Con estos
antecedentes, la cifra de recaudación del IRPF de 1999,
señor Folgado, no es creíble.

Sin embargo, no es ésta la única cifra relevante que suscita
serias dudas de credibilidad. Por ejemplo, mantener,
como ustedes hacen, un crecimiento de la economía del 3,7
por ciento, cuando en el primer semestre ya sabemos que
ha subido un 3,9 -incluso el señor Montoro nos ha contado
que en el tercer trimestre va a seguir por esta senda-
significa una importante desaceleración en el segundo
semestre, en contradicción con lo que nos ha dicho. ¿Cómo
es posible que desde estos niveles de crecimiento, que a fin
de año pueden situarse bastante a la baja, se pueda recuperar
una media para el próximo año del 3,8 por ciento? ¿Es
creíble ese perfil?
Por ende, el presupuesto de gastos fiscales crece en
318.000 millones de pesetas, sin tener en cuenta el impacto
de la reforma del IRPF. Se siguen vaciando las bases impositivas
en aras a una política arbitraria de favoritismo hacia
sectores económicos concretos.

En cuanto al presupuesto de gastos, es difícil pronunciarse,
por cuanto no sabemos con certeza cuál será la ejecución
del ejercicio presente. Ustedes dicen que hacen un
esfuerzo en I+D, cuando la verdad es que más de la mitad
es para producción militar y no para investigación y desarrollo,
aunque sea en este ámbito. Ustedes dicen que apuestan
por políticas activas de empleo cuando la verdad es que
lo hacen a través del circuito de las cotizaciones, no del
esfuerzo del Estado.

Señor Folgado, entre créditos extraordinarios y suplementos
de crédito, créditos ampliables, transferencias de
crédito, incorporaciones de crédito, créditos generados por
ingresos, ustedes mismos hoy afirman, en su avance de
liquidación para 1998, que este presupuesto se verá distorsionado
al alza en un 16,4 por ciento, por no hablar de la
liquidación de 1997 que demuestra un decalaje, del mismo
signo, del 29,8 por ciento. De tal forma y manera que con
estos precedentes resulta desesperante cualquier análisis
riguroso de sus planteamientos presupuestarios, por lo que
deberemos remitirnos a otras comparecencias sobre ejecución
del presupuesto con las que ustedes nos obsequia.

Ahora bien, lo que si podemos decir hoy es que cualquier
parecido entre el presupuesto que usted nos presenta
hoy y el que irán ejecutando durante el ejercicio, a la vista
de los antecedentes, será pura coincidencia, a pesar de sus
retóricos mensajes de rigor presupuestario y de consolidación
fiscal.

De todo ello deduce el Grupo Socialista que comparar
presupuesto inicial sobre presupuesto inicial con ustedes
no es correcto, es perder el tiempo, por dos razones conocidas.

La primera, las ya mencionadas desviaciones presupuestarias
a las que nos tienen acostumbrados, que hacen
que su presupuesto inicial sea poco representativo. La
segunda es que lo que da carácter económico al gasto
público y lo configura como expansivo o contractivo es su
incidencia real sobre el ciclo económico, y esto sólo se
puede ver comparando la ejecución final de un año con la
previsión para el siguiente. Ver lo que se pretende hacer el
próximo año con lo que se ha hecho de verdad en el anterior,
y no con lo que se dijo que se iba a hacer en el presupuesto
anterior, es lo realmente riguroso.

Tampoco le gustaría al señor Aguirre -aunque no
está- que diga lo que voy a decir, pero entendemos que es
-entre comillas, eso sí-, tramposa la comparación que
hace el Gobierno de presupuesto inicial sobre presupuesto
inicial. Por ejemplo, a uno de los apartados que ustedes
venden de una manera reiterada, el gasto por inversiones
reales, ustedes le dan un crecimiento para el próximo año
del 8,8 por ciento, si comparamos el presupuesto inicial de
1998, 870.000 millones de pesetas, sobre el inicial de 1999,
que son 947.000 millones. Pero ya sabemos, porque ustedes
lo han publicado, que el crédito total de inversiones
reales de este año, a 31 de agosto, ya es de 912.000 millones,
por lo que la inversión prevista para el próximo año
respecto a la efectuada realmente en éste sólo crecerá lo
que dicen que crecerá la economía, un 3,8 por ciento,
menos de la mitad de lo que publican. Aunque si lo comparásemos
con el avance de liquidación para 1998, que ustedes
acompañan con el presupuesto y que supera al billón,
el crecimiento en términos reales será negativo, con lo que
sus afirmaciones grandilocuentes se van al traste.

Seguramente ustedes me dirán que éste es un argumento
ficticio, un argumento de ingeniería por nuestra parte
para que nos cuadren las cifras, y sin duda es algo complejo,
pero la verdad es que ya sea vía déficit, ya sea vía deuda,
los españoles lo tendremos que pagar. Además, tenemos
que mirar cómo se distribuye este gasto y la calidad de
inversiones. Y la calidad es que en Fomento son 539.000
millones; en Defensa, 249.000, y en Medio Ambiente,
207.000 millones. Los dos epígrafes de inversiones más
relevantes, Fomento y Medio Ambiente, se ven cercenados
por inversiones en Defensa, que representan un 23 por
ciento del total, el 25 por ciento del paquete inversor principal
y más del 46 por ciento -en Defensa-, de lo que
invertirá el Ministerio de Fomento, y éste es un modelo que
a nosotros no nos interesa.

No es verdad que se priorice la inversión, como tampoco
lo es que se prioricen los gastos en I+D, cuya mayor



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parte va a financiar producción y adquisición en material
militar para la defensa.

El esfuerzo que dicen que hacen en inversiones, capital
humano e I+D, además de comprobar hasta qué punto es
cierto, sólo significa el fracaso de su política anterior en
estas materias clave para el crecimiento de la economía y
para nuestra competitividad. El modelo alemán ha saltado
por los aires, su modelo ha saltado por los aires, su partido
internamente lo reconoce de forma abierta, y pretenden
recuperar ahora la inversión en tecnología y capital humano
después de haberla convertido en un erial en los últimos
años, dañando de forma considerable el nivel alcanzado
por programas cuya recuperación será lenta y difícil,
dañando en definitiva la capacidad de la competitividad de
la economía.

Aunque en términos porcentuales los crecimientos puedan
ser elevados, en cantidades absolutas son de una ridiculez
muy alejada de otros momentos del pasado y de las
necesidades de competitividad de nuestra economía en el
euro, cuando las devaluaciones ya no son posibles. En este
sentido de la competitividad querría que hiciese un esfuerzo
concreto en contestar a la siguiente pregunta. Si hay un
elemento de alarma en el cuadro macroeconómico es la
contribución negativa al crecimiento que hace el sector
exterior, verdadero motor de la economía en años anteriores.

Desde el cuarto trimestre de 1997 ya es un indicador
claro de pérdida de competitividad, está sobre el 0,85 por
ciento, que en el nuevo contexto del euro puede sernos muy
negativo por la dura competencia que se dará en el mercado
interior por nuestros socios. ¿Qué están haciendo ustedes
para corregirlo? ¿Qué políticas activas, a través del presupuesto,
hacen para corregirlo? Yo se lo diré si me lo
permite, señor Folgado: rebajar en más de 9.000 millones
el presupuesto puesto al servicio del sector exterior en 1999
en relación al año anterior. ¿Le parece correcto?
Centrándonos en la necesidad de financiación del Estado
en términos absolutos, financiación neta sin contar
amortizaciones de deuda pasada, ascenderá a dos billones,
336.000 millones cuando en el presupuesto del año pasado
era de dos billones, 317.000 millones. ¿Cómo es posible
que esto ocurra si el déficit será menor y se producirá superávit
primario, como ustedes afirman reiteradamente?
Supongo que mi intervención se hace larga, por lo que
voy a resumir algunos aspectos concretos.

Los presupuestos de 1999 no mejorarán la situación
económica real de los más desfavorecidos de la sociedad.

El gasto en protección social, aunque se mantiene en términos
reales, no mejora, lo que significa que seguiremos muy
lejos de la Unión Europea. Mientras mejora la situación
económica de las capas altas en rentas mediante la reforma
fiscal, los pensionistas, los trabajadores públicos y los parados
se limitan a ver cómo su capacidad de compra sigue
siendo la misma. Con ello se agudizan las desigualdades
sociales en nuestra sociedad. El crecimiento, sea el que sea,
no se reparte ni llega a todos por igual de manera solidaria.

Demasiados interrogantes para una economía que, contando
con el paraguas del euro, debería prepararse para el
impacto de la crisis, evitar tensiones inflacionistas, afianzar
nuestra competitividad exterior con medidas concretas y,
en definitiva, mejorar la situación económica real de los
españoles en lugar de recortar las previsiones de empleo
-como ustedes hacen- en relación al año pasado y beneficiar
fiscalmente a unos pocos. Señor Folgado, su gobierno
ha perdido la oportunidad de hacer unos presupuestos
para el euro, empecinado en su nominalismo a ultranza y
en ser el primero de la clase -como diría Izquierda
Unida-, y ha sido incapaz de hacer un planteamiento
coherente para protegernos de la crisis financiera internacional,
aun a riesgo de una repercusión electoral no favorable
para ustedes.




El señor PRESIDENTE: El señor Martínez-Pujalte
tiene la palabra.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Gracias,
señor secretario de Estado por su comparecencia.

En la comparecencia anterior el señor Montoro ha
hablado del cuadro macroeconómico y de perspectivas de
la economía española para 1999. La evolución de las
macromagnitudes influye decisivamente en el devenir presupuestario,
pero es evidente que la política presupuestaria
puede constituir un elemento estabilizador y dinamizador
del desarrollo económico y puede ser un instrumento que
haga que la economía española se adapte de una manera
eficiente a las cambiantes situaciones económicas internacionales.

Acababa el portavoz socialista hablando de la crisis
o de la inestabilidad financiera internacional.

Evidentemente, el presupuesto debe ser un instrumento
que, dando respuesta a algunos retos estructurales que tenemos
en este país, como el desempleo, el nivel de bienestar
de los ciudadanos y ciudadanas españoles, también debe
dar respuesta a las situaciones coyunturales de cada
momento. Hay presupuestos que son buenos para ir por
autopistas y hay otros que tienen que ser buenos para ir por
autopistas pero también para ir monte a través.

La política presupuestaria anterior a 1996 no dio una
respuesta suficiente a la crisis que España sufrió al inicio
de 1990. Desde 1996, y se puede hablar de previsiones y
realizaciones, se ha hecho un esfuerzo enorme en estabilidad
presupuestaria por el que hay que felicitar al Ministerio
de Economía, hay que felicitar al Gobierno del Partido
Popular porque hemos caminado de manera rápida hacia
una estabilidad presupuestaria, que es el objetivo que de
mejor manera garantiza un futuro con empleo y bienestar.

Este presupuesto nace -y las comparecencias que hemos
oído esta mañana así lo recogen- en un momento de
una cierta inestabilidad financiera internacional, con la cual
se puede -y así se está haciendo- poner en duda la credibilidad
presupuestaria. En mi opinión, señor secretario de
Estado, el esfuerzo de estabilidad presupuestaria, muy
intenso en el presupuesto de 1999 con respecto al de 1998,
absolutamente distinto del esfuerzo que se hacía antes de
1996, y además cuando en la crisis financiera internacional
el objetivo de déficit ha sido mayor que el previsto en julio,
unido a una composición del gasto público donde se impulsa
inversión y las políticas sociales, es la mejor respuesta a
la situación de inestabilidad financiera internacional, pero
me gustaría saber su opinión al respecto.

Hay un punto, junto con éste, que a mi grupo le preocupa
y además alaba las realizaciones conseguidas hasta
ahora en estos años del gobierno del Partido Popular, que
es el cumplimiento de las previsiones presupuestarias,



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sobre todo en lo que se refiere al elemento de cierre, que es
el déficit público. El portavoz del Grupo Parlamentario
Popular ya lo decía; 1996 significa una ruptura en cuanto al
modelo anterior, las previsiones se cumplen, hasta ahora
las previsiones se han cumplido e incluso se han mejorado.

El Grupo Parlamentario Popular cuando estaba en la oposición
reclamaba mayor disciplina para cumplir los objetivos,
y en los dos años y medio de gobierno esto se ha conseguido,
ahora mismo las previsiones se cumplen.

Si se hace un presupuesto riguroso, se cumple y posteriormente
hay margen, se pueden aprobar modificaciones
que no varíen el déficit público. En mi opinión, una familia
poco previsora, que planifica mal las cuentas, tiene un futuro
incierto. Sin embargo, una familia previsora que planifica
bien, que cumple los objetivos, luego se puede permitir
algún gasto extraordinario y se quita dolores de cabeza. En
mi opinión lo que se ha hecho -y antes el portavoz socialista
hacía una referencia a este tema- es cumplir bien el
objetivo de déficit y cuando hay margen se pueden acometer
algunas políticas adicionales. Mi grupo quiere saber su
opinión acerca del cumplimiento del déficit público, del
ambicioso objetivo de déficit público que nos hemos marcado
para 1999.

En relación al déficit y a su concreción más práctica,
que es la deuda pública, nos gustaría que usted nos comentara
cuál es la dinámica de la deuda pública en España. En
la comparecencia anterior se hablaba de que la deuda pública
en términos absolutos había crecido -nada más lógico
que crezca la deuda mientras exista déficit público- en
términos absolutos, pero sin embargo se ha hecho un
importantísimo esfuerzo en reducir la deuda en relación al
PIB. Me gustaría que nos comentara este tema.

Me gustaría que nos hablara sobre sostenibilidad presupuestaria.

Alo largo de estos últimos años, en estas comparecencias
y luego en los debates posteriores, se plantea, por
un lado, el problema de la credibilidad que este Gobierno
se ha ganado a pulso porque está cumpliendo sus previsiones
y la sostenibilidad del presupuesto para el ejercicio que
comienza.

En los ejercicios anteriores se discutía la sostenibilidad
y luego se ha demostrado que se cumplía. Se decía por el
Grupo Socialista que no se iba a lograr estar en Mastricht
por el devenir de las cuentas públicas, y se logró; que tendríamos
que hacer recortes en el gasto público y no se
tuvieron que hacer; nos hablaban de que caerían los ingresos
y no han caído. Ami grupo, señor secretario de Estado,
le gustaría conocer los elementos que contiene este presupuesto
y los medios que se han adoptado con anterioridad
para asegurar la sostenibilidad presupuestaria.

Cambiando de tema, en estos presupuestos (los primeros
del euro en que España perderá definitivamente la posibilidad
de intervenir directamente en la política económica
a través de la política monetaria y no podremos recuperar
competitividad a través de una corrección del tipo de cambio)
es especialmente importante impulsar políticas de
aumento de competitividad. En este sentido, mi grupo
alaba el esfuerzo que se hace en estos presupuestos a políticas
de I+D, a políticas de justicia, como factor de competitividad,
y a todas las políticas de estabilidad.

Nosotros entendemos que la cultura del euro exige cambiar
a los grupos políticos un poco el chip y adentrarse en
unas políticas que fomenten la competitividad como elemento
dinamizador de la economía y como un elemento
que lleve al crecimiento y a la creación de empleo. El euro
ya está dando muy buenos frutos y, sin haber empezado, ya
ha conseguido el primer éxito. Los países del euro están
resistiendo mejor la crisis financiera internacional -y esto
ha sido reconocido por todos los organismos-, y dentro
de los países de la zona del euro los que con más intensidad
han cumplido los deberes, como es el caso de España, son
los que mejor resisten. El euro ya ha dado el primer resultado,
pero es bueno que se intensifiquen las políticas de competitividad
y por eso me gustaría que nos comentara algo
acerca de este área.

Para mi grupo parlamentario, señor Folgado, estabilidad,
crecimiento, competitividad no son fines, son medios
y son bases para construir una sociedad más justa. Hace un
momento se hablaba de tufo electoral. Pues bien, yo creo
que toda las políticas encaminadas a hacer una sociedad
más justa y más solidaria no están dirigidas a ganar elecciones,
sino a hacer de España un país donde todo el mundo
viva mejor y, sobre todo, los más necesitados. Mi grupo
parlamentario quiere que la economía crezca, pero queremos
también que el crecimiento tenga una distribución de
la riqueza y del bienestar justo y solidario. Yo sé que usted
esto lo comprenderá muy bien. Por eso nosotros estos presupuestos
los vemos con especial optimismo y alegría,
pues tienden a la construcción de una sociedad más solidaria.

Por una parte -y voy concluyendo-, una solidaridad
intergeneracional. No vamos a dejar copas a deber. No se
va a dejar a deber gasto corriente, como era tradicional
hasta hace poco. Se va a conseguir que el déficit público
sea inferior incluso al nivel de inversiones. Y, por otra
parte, solidaridad con los más desfavorecidos, sobre todo,
con los pensionistas y aumento de los gastos de sanidad
pública y educación. A nosotros nos gustaría que nos
comentara estas partidas.

Como última reflexión quiero decir que mi grupo
entiende que es positivo el esfuerzo al que han contribuido
los presupuestos en orden al mayor desequilibrio que tenemos
en España, que es a la creación de empleo. El año
1998, y las cifras de empleo no se pueden discutir, sobre
todo las conseguidas hasta ahora, se va a cerrar con
900.000 nuevos empleos netos creados. En 1999 se plantea
una creación de empleo que supera los 350.000. A mí me
gustaría saber, señor secretario de Estado, cómo considera
usted esta previsión. Antes se hablaba de si la previsión
debe ser mayor. ¿Por qué el Gobierno hace una previsión
tan ajustada a la realidad que luego puede subirse? ¿Cuál
es el motivo de esta posición conservadora en torno a la
previsión de empleo que siempre se ha superado? Me gustaría
conocer, señor secretario de Estado, cual es su valoración
sobre la colaboración de los presupuestos a la creación
de empleo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS
Y GASTOS (Folgado Blanco): Voy a intentar
responder escuetamente y, si lo desean, luego lo haré lo
más ampliamente que nos permita el tiempo porque me



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parece que sí que merece la pena contestar y deshacer,
quizá, algunos equívocos.

Comenzó el señor Pérez Segura diciendo que estamos
haciendo dos afirmaciones importantes: Una, que estábamos
aplicando una contabilidad creativa de manera que,
cada vez, son menos representativos los presupuestos, y
otra, que estos no son unos presupuestos que deben responder
a una realidad económica e internacional cambiante.

En torno a estas dos cuestiones le diré, en primer lugar,
que no sé lo que quería decir con contabilidad creativa. Si
por contabilidad creativa se entiende pretender falsear los
datos, es decir, que la contabilidad presupuestaria y nacional
no responden o no son reflejo de lo que se hace y se
pretende, tengo que estar en total desacuerdo. Si algo quiere
hacer serio este Gobierno es su principal instrumento de
política económica por una razón muy simple, porque nos
va en ello toda la credibilidad. Los presupuestos pueden ser
una cosa muy compleja, al fin y al cabo sintetizan, sumarizan
todas las políticas del Gobierno en forma cifrada, pero
no cabe la menor dura que tienen que responder a unas
reglas muy claras, tanto en lo que es la contabilidad presupuestaria,
como en su traslación a la contabilidad nacional.

Nosotros enviamos periódicamente, como está estipulado,
a Bruselas, a las instituciones comunitarias, los datos de la
ejecución de los presupuestos en términos de contabilidad
nacional, en términos homogéneos internacionales para
que sea perfectamente comparable y medible. En esos términos
damos los datos de cómo se ejecutan los presupuestos
año tras año y el déficit resultante.

En cuanto a que los presupuestos tendrían que ser distintos
porque la realidad económica es cambiante, no voy a
entrar en el análisis macroeconómico porque supongo que
el secretario de Estado de Economía ya ha abundado en
ello. Lo que sí ha sucedido es que la realidad está mejorando
nuestras previsiones iniciales en todos los frentes. Por
ejemplo, en relación con la realidad económica, en este año
hemos revisado al alza por dos veces la cifra de crecimiento
del producto interior bruto. Creo que esta mañana el
secretario de Estado de Economía ha revisado al alza el
crecimiento del presente año al 3,8 por ciento. No podemos
saber, hacemos previsiones, cómo va a comportarse el producto
interior bruto el año que viene y en qué medida puede
trasladarse las convulsiones financieras a la economía real
a nivel global y, en particular, a nivel de país euro, aunque
todas las estimaciones que están haciendo las instituciones
están hablando de una revisión de muy escasas décimas.

Lo que sí puedo resaltar desde aquí como secretario de
Estado de Presupuestos, es que estos presupuestos reúnen
los mimbres necesarios para ganar confianza en ese contexto.

Lo que tenemos que hacer es que el principal instrumento
de política económica dé la base más firme para que
si hay algún efecto sea mínimo o, en todo caso, hacer de la
necesidad virtud. Quiero decir con esto que este presupuesto
tiene tres ejes sobre los que pivota muy claramente. El
eje prioritario de seguir reduciendo sustancialmente el déficit
público. Esto es absolutamente básico. En términos de
contabilidad nacional, criterios homogéneos de Europa, ha
caído del 7,3 en 1995 al 2,1 nuestra estimación para el presente
año, y al 1,6 para el año que viene. Es la mejor contribución
que podemos hacer para ganar o aumentar la confianza
de los mercados, de las instituciones, en definitiva
de las iniciativas que se adopten y, por consiguiente, para
continuar con el progreso.

Junto a ese objetivo de la consolidación fiscal, insisto
en términos de contabilidad nacional (homogéneos, internacionales),
está el objetivo de la convergencia real. En esa
línea es en la que queremos llevar a cabo un esfuerzo inversor
público importante, tanto en inversión en infraestructuras
(capital físico social), como inversión en capital humano
(políticas activas de empleo), como también en
inversión en investigación y desarrollo tecnológico. Creemos
que este segundo plano es muy importante, igual que
el primero, aunque siempre dentro del objetivo de déficit
público, que es prioritario. Este segundo plano en los presupuestos
refuerza la política que venimos practicando en
los últimos años de política presupuestaria a la convergencia
real. Por eso la economía española está creciendo más
de un punto por encima de la media comunitaria. En tercer
lugar, estos presupuestos revisten las dosis adecuadas, aunque
nunca sería suficiente, pero dentro de la restricción presupuestaria
realizan un esfuerzo muy importante para la
cohesión social. Consolidación fiscal, convergencia real y
cohesión social son tres ejes muy claros sobre los que pivotan
estos presupuestos.

Está claro que si la realidad económica fuera distinta en
su momento, ya se verá si hay que realizar modificaciones,
pero no le quepa la menor duda de que esta es la mejor respuesta
que podemos dar con el principal instrumento de
política económica a una determinada situación de inestabilidad,
fundamentalmente financiera, a nivel internacional.

No quiero insistir en los temas que son estrictamente
económicos y que ya habrá abundado en ellos el secretario
de Estado de Economía. De lo que no cabe la menor duda
es que Europa en este contexto internacional está en una
situación favorable. La mayor parte del comercio es intraeuropeo
y una parte notable de lo que no es intraeuropeo
son materias primas y productos energéticos que no están
precisamente en una situación desfavorable. Con esos
mimbres cabe pensar que Europa puede tener un crecimiento
muy sostenido, y nosotros queremos seguir la convergencia
real, es decir, con un crecimiento superior.

Tal como está la inflación subyacente en toda Europa,
tal como están los equilibrios en las cuentas económicas
con el resto del mundo, tal como están los ajustes presupuestarios,
la mayor flexibilización de mercados que hay
en Europa, me parece que está en las mejores condiciones
desde el punto de vista de las variables fundamentales para
tener un crecimiento sostenido. España ha hecho un esfuerzo
en todos esos ámbitos de ajuste fiscal y de flexibilización
económica como para poder tener un ritmo de crecimiento
sostenido, como lo prevemos, que no es mayor que
el de este año, sobre el 3,8 de este año y 3,8 para el año que
viene. En este contexto es en el que se ha programado la
política presupuestaria de ingresos y gastos.

En cuanto al detalle de los ingresos, el secretario de
Estado de Hacienda podrá entrar con todo detenimiento a
continuación para responder a cuantas preguntas le formulen.

Si quería hacer alguna observación sobre los ingresos.

Primero, hemos sido siempre prudentes en las previsiones
de crecimiento, igual que lo hemos sido en nuestras previsiones,
por ejemplo, del producto interior bruto, que la
hemos revisado dos veces al alza, en materia de empleo,



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que también se ha revisado al alza; en materia de déficit
público, que se ha revisado a la baja, y en materia de inflación,
que es posible que quede por debajo de las estimaciones
iniciales. En materia de ingresos somos prudentes.

En cuanto al ratio impuestos directos impuestos indirectos,
al que hacía referencia el señor Pérez Segura, es
verdad que desde las aulas universitarias se ha hecho
mucho hincapié históricamente en ese ratio para indicar si
había más o menos progresividad o el sistema tributario
por la personalización del gravamen de los impuestos
directos. Pero también es cierto que una determinada
estructura fiscal, con unos impuestos directos que pueden
suponer una evasión o elusión fiscal y, en todo caso, no realistas
en un contexto internacional determinado, como está
pasando en estos momentos en concreto con el IRPF, contribuye
a simplificar el gravamen, por lo tanto a ser más
eficientes en la recaudación efectiva, a ser más eficientes
desde el punto de vista de la generación de ahorro y del
aumento del empleo. Si ese esquema fiscal contribuye a
eso, y de hecho nos remitimos, y esta es la prueba del
nueve, a cómo está evolucionando el empleo, con qué
intensidad en relación con el aumento del producto interior
bruto, creo que esto es lo más progresista de todo, al margen
de ratios históricos. Es muy importante tenerlo en
cuenta porque, de hecho, el sistema fiscal español, como
uno de los elementos dentro del conjunto de los presupuestos,
está contribuyendo a una intensidad en la creación de
empleo importante.

Respecto a la vertiente presupuestaria de gastos, el señor
Pérez Segura hacia referencia a que había muchas modificaciones
presupuestarias, y eso le llevaba a decir que los
presupuestos no servían o que lo que se aprobaba inicialmente
era papel mojado porque hay muchas modificaciones.

Creo que hay que hacer unas reflexiones muy claras al
respecto. Primero, sobre el montante global de modificaciones
presupuestarias que está habiendo. De hecho en este
año se prevé el 5,1 por ciento sobre presupuestos iniciales
en el avance de liquidación, que es menos de la mitad de las
modificaciones presupuestarias que hemos tenido históricamente
entre 1982 y 1995, que era el 10,4 por ciento. En
segundo lugar, los análisis generales no valen en materia de
modificaciones presupuestarias, porque puede suceder que
haya modificaciones especialmente queridas por razones de
sostenibilidad presupuestaria. Por ejemplo, durante 1997 y
1998 hemos llevado a cabo una política de canje de deuda
de títulos caros en el mercado, por encima del 9 ó del 10 por
ciento, por otros títulos a tipos en torno al 4 por ciento. Es
cierto que eso tiene un coste. Estamos anticipando un coste.

Es decir, 210.000 millones de pesetas adicionales este año,
y el año pasado 135.000 millones de pesetas que nos gastamos
en presupuestos sobre planteamiento inicial, precisamente
para ahorrarnos 350.000 millones de pesetas, aproximadamente,
en ejercicios futuros para que el coste medio de
la deuda sea claramente inferior al que tendríamos a su vencimiento.

Se puede ver desde distintos ángulos. Naturalmente
podíamos no haberlo hecho y entonces las modificaciones
presupuestarios hubieran sido mucho menores. Pero
creemos que si logramos encajar esto dentro de lo que es el
objetivo prioritario de reducción del déficit público, bien
merece la pena hacer un esfuerzo de sostenibilidad presupuestaria
de cara al futuro. Es más, no es que logremos
encajarlo dentro del objetivo de déficit inicial. No olvide
S.S. que el déficit inicial que planteamos hace ahora un año
para 1998 era del 2,4 por ciento; en estos momentos nuestra
estimación es del 2,1 por ciento. Hemos hecho una revisión
a la baja del déficit público de tres décimas, y esto es suma
y sigue en relación con lo que pasó ya en 1997 que inicialmente
era del 3 por ciento y fue revisado luego hasta el 2,6
por ciento. Estamos revisando esos objetivos, de manera
que esto es prioritario. Por supuesto que esta política de
sostenibilidad
presupuestaria a través de canjes de deuda tiene
que ser situada en ese contexto de reducción del déficit,
incluso con esfuerzos adicionales sobre los inicialmente
planteados.

Lo mismo cabe decir en relación con el esfuerzo inversor
adicional que durante el presente ejercicio estamos llevando
a cabo. Las modificaciones presupuestarias en
materia de inversión de todo tipo están siendo muy importantes
en el presente ejercicio. Hablo en materia de inversión
en todos los frentes, desde los créditos extraordinarios
o suplementos de crédito que se han llevado a cabo
recientemente a inversiones relacionadas con otras circunstancias
excepcionales, como pueden ser los gastos de
inversión en relación con inundaciones. En cualquier caso,
el conjunto de inversiones aprobadas con carácter adicional
en el presente ejercicio son muy importantes, supera
muy ampliamente los 300.000 millones de pesetas, pero
insisto en que siempre que esté a salvo el logro del objetivo
de déficit público revisado a la baja, que es el que
hemos establecido. En este sentido, desde luego no se
hubiera llevado a cabo una modificación querida de este
tenor para la convergencia real si estuviera en peligro el
objetivo de déficit público. Puedo decirle que, aunque son
datos muy provisionales que dentro de unos días haremos
públicos, los datos de septiembre son muy positivos en
materia de corrección del déficit y, en el conjunto de los
nueve primeros meses, el déficit de caja y probablemente
en términos de contabilidad nacional, aunque no tenemos
hechos todavía los análisis definitivos, también habrá
superado la reducción el 40 por ciento en relación con el
mismo período del año anterior.

Estamos hablando de una ejecución presupuestaria que
busca la consolidación fiscal, que es vital, pero si al mismo
tiempo se realizan unas modificaciones presupuestarias
para sostenibilidad presupuestaria futura y para convergencia
real, entendemos que es una opción de política económica
que no sé si la haría su grupo pero que es positiva. Por
otro lado, hay cerca de 200.00 millones de pesetas de generaciones
y las generaciones, como sabe muy bien S.S., no
se producirían si no hubiera más ingresos. Es decir, únicamente
en la medida en que hay una peseta más de ingresos
sobre lo programado, en esa misma medida genera gastos.

Esto era antes, es ahora, es de siempre y, desde luego, no es
en absoluto negativo pues hay determinadas actividades
que se incentivan por esa vía. Por tanto, no es más déficit
en absoluto. Creo que si no se hacen estas separaciones en
distintas categorías de las modificaciones presupuestarias
corremos el riesgo de tergiversar o, por lo menos, desvirtuar
claramente lo que es el concepto de modificación presupuestaria.

Desde luego, muchas de esas modificaciones
no se hubieran llevado a cabo si hubiera habido un problema
de déficit público. Hay un conjunto de modificaciones,



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como el sostenimiento de las fuerzas de paz en Bosnia, el
tema del seguro de cambio de autopistas, sentencias judiciales,
etcétera, y algunas extraordinarias relacionadas con
inundaciones, pero en términos generales me parece que
estas modificaciones presupuestarias, que insisto en que
son menos del 50 por ciento de la tendencia histórica que
tuvimos durante muchísimos años, de 1982 a 1985, están
muchas de ellas expresamente queridas para esos dos objetos
a los que hacía referencia.

Las inversiones, señor Pérez Segura, gozan de todas las
prioridades en el planteamiento presupuestario en los tres
frentes: en infraestructuras y equipamientos, en I+D y en
capital humano. Son inversiones cuya financiación puede
tener distintas vías, pero es un esfuerzo importante bien
para formación, bien para incentivación del empleo a través
de bonificaciones de cuotas. Todo esto es muy importante,
tanto en materia de I+D como en carreteras, ferrocarriles
y obras hidráulicas. Las inversiones en I+D, con
independencia de la forma en que se financien, están siendo
muy importantes tanto en investigación como sobre
todo en desarrollo tecnológico. Es más, determinadas
empresas públicas que estaban en situación realmente
deplorable, entendemos que en estos momentos, después
del saneamiento que se ha realizado de las mismas, están
perfectamente imbricadas en empresas punteras internacionales
para el desarrollo tecnológico relacionado con la
industria aeronáutica, en desarrollo con la industria naval y
en desarrollo también con otro material ligado para defensa,
por ejemplo, con el carro de combate Leopard.

En cuanto al otro sistema de inversión, el modelo además
al que hizo referencia S.S., en efecto, para el año que
viene ya lo hemos suspendido. En 1997 y 1998 se estableció
este sistema por un importe agregado conjunto de los
dos años cercano a los 320.000 millones de pesetas. Es un
sistema perfectamente válido, perfectamente lícito, perfectamente
complementario y, por supuesto, perfectamente
presupuestario, y en virtud del sistema de abono total a la
recepción de las obras se hace frente a las mismas. Fue un
mecanismo, en un momento dado, particularmente importante
y válido para evitar que un determinado ajuste presupuestario,
no comprometiese inversiones de tres años más
adelante en virtud del mecanismo que establece la Ley
General Presupuestaria. De manera que podemos tener una
carga de obra a lo largo de todos estos años perfectamente
homogénea sin que comprometa ejercicio futuros porque,
como sabe muy bien S.S., el montante global de esas inversiones
en estos tres próximos ejercicios, como se va a distribuir
aproximadamente en los tres o cuatro próximos ejercicios,
no representa en ningún caso más del 30 por ciento
del volumen de los recursos totales de que disponían los
ministerios inversores, Fomento y Medio Ambiente, en
1997-1998. Como en los ejercicios futuros su volumen de
recursos es superior, ese porcentaje es realmente modesto y
permite durante estos ejercicios una carga de obra importante
precisamente para esa convergencia real. De manera
que se buscan los equilibrios entre la inversión, con arreglo
a lo que estipula el artículo 61 de la Ley General Presupuestaria,
y este sistema que es complementario y que evita
que se produzca una situación de recesión en la inversión
pública debido a los ajustes presupuestarios de ejercicios
anteriores.

En cuanto a la contribución negativa al crecimiento del
sector exterior, que pasa creo del positivo 0,5 al menos 0,8
este año y al menos 1,3 para el año que viene -estas son las
previsiones que tiene establecida la Secretaría de Estado de
Economía; me remito en todo caso a los datos que aporte
sin problema ninguno-, teniendo en cuenta que queremos
la convergencia real, teniendo en cuenta que para ello estamos
realizando un esfuerzo inversor público considerablemente
superior a la media de los países europeos, tener una
aportación negativa del sector exterior de ese tenor no sólo
es perfectamente asumible sino incluso diría que es la que
realmente tendría que haber si nosotros queremos esa convergencia
real; y es perfectamente asumible porque, de
hecho, nuestras cuentas económicas en términos monetarios
con relación al resto del mundo están en superávit. No
tenemos que equivoca la aportación negativa del sector
exterior al producto interior bruto de cómo están nuestras
cuentas económicas, nuestra balanza por cuenta corriente,
nuestra posición económica frente al resto del mundo, que
está claramente con superávit. Nada tiene que ver esta
situación con la que teníamos, por ejemplo, en los primeros
años noventa; una situación de expansión económica, ya
que estaba creciendo la economía con cierta fuerza, pero
con un desequilibrio externo que llegó al 4 por ciento del
producto interior bruto. Estamos hablando en términos de
balanza corriente, donde ahora tenemos superávit. Estamos
hablando de situaciones completamente distintas, y esto es
financiable por sí mismo porque tenemos superávit en las
cuentas económicas con el resto del mundo, en términos
corrientes, en términos monetarios. De manera que no es
aportación negativa del sector exterior al producto interior
bruto incompatible con un crecimiento sostenido en el
medio plazo, precisamente porque la economía está gozando
de unos niveles de competitividad muy grandes, como
lo dan las estadísticas de exportación, como la da el hecho
de que crezca nuestra economía un punto por encima de la
media europea, el hecho de que el aumento del empleo en
España esté siendo mucho más importantes que el de la
media europea y, en definitiva, que en estos momentos la
economía española y las empresas -que en un reflejo
claro de si somos competitivos o no y se verá en el saldo
exterior- están en una situación de apalancamiento financiero
positivo que es clave desde el punto de visto del mantenimiento
de las iniciativas inversoras empresariales. De
hecho, el aumento de la inversión privada conjuntamente
con la pública (yo creo que es uno de los elementos claves
de la política presupuestaria) nos va a permitir este ritmo
de crecimiento sostenido superior a la media europea. No
hay crowding out, sino crowding in, en el sentido -y perdón
por esta expresión- de que esta política de consolidación
fiscal, de reducción del déficit público, es la que deja
espacio financiero a la iniciativa privada. De ahí que fuese
clave para nosotros esta reducción del déficit público para
el año que viene al 1,3 por ciento del Estado en términos de
contabilidad nacional.

En cuanto a la financiación neta global, que hablaba de
los 2,3 billones hay que incluir muchos aspectos, entre
otros activos financieros y la posición de la cuenta corriente
del Tesoro en el Banco de España. Me parece que esa
cuenta no tiene relevancia alguna, porque si el Tesoro quiere
tener en el Banco de España una cuenta corriente amplia



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por razón de mercados hace muy bien, si esa es la posición
más conveniente. De hecho, no podemos decir que el
balance del Tesoro en estos años haya sido negativo con
esta política financiera. Lo que sí importa es lo que se
pudiera derivar de lo que decía S.S. en relación con la necesidad
de financiación o la necesidad de endeudamiento:
que al final es su reflejo en la deuda pública. Quiero llamar
la atención sobre el tema de la deuda pública. Creo que esto
es muy importante. La deuda pública está reduciendo su
peso relativo en el producto interior bruto. Por supuesto
que en cifras absolutos aumenta y mientras haya déficit
público habrá aumento de deuda pública, por definición
aritmética, necesariamente. La deuda pública aumenta
mientras haya déficit público, se acumula. Lo que sí importa
desde el punto de vista de la sostenibilidad es -y en esos
términos lo ha establecido Maastricht- el porcentaje en
relación con el producto interior bruto, que vaya perdiendo
peso en relación al producto interior bruto. Me parece que
el 1998 la deuda pública prevista por nosotros va a ser del
67,4 por ciento. Este porcentaje es inferior a la cifra que
aprobó el Parlamento español en el Programa de Convergencia
que se envió a Bruselas, del 67,7 ó 67,8, y en 1999
la deuda pública va a ser inferior, el 66,4 por ciento, a la
que estaba prevista en el Programa de Convergencia, que
era el 667, por ciento. Un camino que tenemos que seguir
es reducir el paseo relativo de la deuda pública y la mejor
manera de hacerlo es tener superávit primario, lo que es
muy importante. El superávit primario en 1998, con arreglo
a la ejecución presupuestaria, está siendo muy elevado,
superior en los nueve primeros meses al billón y medio de
pesetas, pero en el conjunto del presente año tenemos previsto
un superávit primario del 1,6 por ciento del producto
interior bruto y para el año que viene va a ser, según nuestras
previsiones, del 1,9 por ciento. Creemos que eso es lo
más importante que cabe decir para la sostenibilidad presupuestaria
y para la reducción del peso de la deuda. Desde
luego, cuan distinto a situaciones en las cuales había que
emitir deuda para pagar intereses, que es justo lo contrario,
es decir, cuando se tiene déficit primario en lugar de superávit
primario.

Señor Martínez-Pujalte, no sé se he respondido a las
cuestiones básicas que me planteó en torno al cumplimiento
del déficit público y de la sostenibilidad presupuestaria.

El tercer punto, muy importante, que planteaba era la sensibilidad
social de la política presupuestaria. Es claro que
ese tercer pilar, la política presupuestaria, para nosotros era
absolutamente clave. Igual que el de la sostenibilidad o el
de la convergencia real está el de la cohesión social, de ahí
que aumenten mucho más que la media de todos los gastos,
que es del 3,8 por ciento, los gastos en sanidad, en pensiones,
en educación y en justicia. Entendimos que esos cuatro
frentes eran absolutamente vitales por razones de cohesión
social. El aumento es importante en educación, el 6,5
por ciento, y en sanidad, el 6 por ciento, aunque el esfuerzo
del Estado es mayor en virtud de la separación de fuentes.

Aumenta el 9,1 por ciento, de manera que ya ningún gasto
sanitario va a ser financiado con cuotas, sino con cargo a
los presupuestos del Estado, es decir, con cargo a impuestos.

Las pensiones tienen garantizado el aumento del poder
adquisitivo, además de los deslizamientos que se producen
por los nuevos colectivos y porque las pensiones nuevas
son superiores en media a las que causan baja.




En principio esto es todo, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Si no es necesario, no habrá
segundo turno. (El señor Pérez Segura pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Pérez Segura, pero se atendrá a
los tres minutos.




El señor PÉREZ SEGURA: Sólo quiero hacer un leve
comentario al primer eje de actuación presupuestaria del
Gobierno, el eje de consolidación fiscal, de sujeción del
déficit público. Yo no voy a decir que ustedes no hacen un
esfuerzo en este sentido. Lo que nos preocupa -se ha
puesto de manifiesto ya en la intervención de mi compañero
don Juan Manuel Eguiagaray y también ha sido comentado
por los portavoces del grupo que apoya al Gobierno-
es el trabajo que nosotros denominamos de ingeniería
financiera o creativo que están haciendo ustedes por debajo
de la línea de flotación del presupuesto; dicho de otra
manera, la repercusión en el stock de deuda que ustedes
han ido consolidando desde su etapa de Gobierno. Esto es
así, quieran o no oírlo de nuestra boca. Desde el último
ejercicio de 31 de diciembre que el Gobierno socialista gestionó,
en que la deuda en magnitudes, no es por centajes,
eran 38 billones, a agosto son 47 y seguramente serán 48 al
final de año. Esto se debe, por una parte, al vuelco del déficit,
pero también hemos de tener en cuenta que hay una
desaceleración vegetativa de esta cifra a través de las
amortizaciones
que en teoría ustedes tenían que haber volcado y,
por lo tanto, rebajado por privatizaciones y aquellas incorporaciones
que se pueden hacer en la deuda por la vía de
créditos extraordinarios. La resultante es -antes mi compañero
no ha podido decírselo al señor Montoro porque no
ha tenido turno- que estamos más endeudados, nuestro
país tiene menos capital público y, en definitiva, desde que
ustedes gobiernan cada ciudadano de esta país lleva una
losa o una hipotecada de más de 250.000 pesetas a sus
espaldas. Esa es la realidad, lo otro son artificios retóricos,
y eso sin contar lo que en otro tipo de contabilidad que no
es la presupuestario podíamos averiguar de cuál es el riesgo
de firma que tendría que tener otorgado el Gobierno por
los afianzamientos que hace a las empresas públicas cuya
deuda no asume.

En cuanto al segundo eje, el de convergencia real, la
verdad, señor Folgado, es que los déficit en la tasa de
población activo, los déficit en capital y de inversiones que
tenemos con Europa, el tecnológico -que ustedes no van
a arreglar con su aportación al I+D, el formativo y el social,
nos alejan mucho de ese pandemónium del euro para todos.

Y esto, véndanlo ustedes como lo vendan, cumple nuestra
homologación con Europa en términos de déficit y otros
parámetros, pero los otros déficit ustedes los dejan para
otras prioridades y otros momentos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
Martínez-Pujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Simplemente
quería hacer una pregunta en relación al superávit



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primario. Estaba comparando los números presupuestarios
y quiero que el señor secretario de Estado me diga si son
así, si esto significa que sin el componente de la deuda
pública y sin el pago de los intereses por la deuda pública
heredada en 1996 actualmente tendríamos no sólo superávit
primario, sino incluso superávit presupuestario, superávit
en el conjunto del presupuesto. ¿Confirma el señor
secretario de Estado que actualmente estamos teniendo
déficit inferiores a los niveles de inversión? Porque, efectivamente,
lo que había sucedido hasta 1996 es que España
se había endeudado en más de 35 billones de pesetas a lo
largo de los años del anterior Gobierno, pero ese nivel de
deuda pública era superior al nivel de inversión público; es
decir, que nos habíamos endeudado para gasto corriente, lo
cual ahora no sucede.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar, tiene la palabra
don José Folgado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS
Y GASTOS (Folgado Blanco): La deuda ha
tenido un crecimiento, particularmente en 1996, como consecuencia
de que tuvimos que llevar a cabo un proceso de
afloramiento y pago de insuficiencias que había habido en
ejercicios anteriores. La verdad es que si vemos cómo ha
evolucionado la deuda en relación con el producto interior
bruto y en relación con los procesos inversores en particular
cómo se está produciendo un esfuerzo inversor al
mismo tiempo que se reduce la deuda, los datos son muy
clarificadores y veríamos que se cumple lo que se llamaría
la regla de oro: en qué medida nos endeudamos para invertir;
es decir, que si aumenta la deuda es para inversión y no
para gastos corrientes, y eso es así clarísimamente. En 1996
todavía teníamos una diferencia negativa entre déficit e
inversiones, el déficit era superior a las inversiones, aunque
esa diferencia negativa iba siendo mucho menor que en
ejercicios anteriores. En 1998 tenemos un superávit de
352.000 millones de pesetas en términos de contabilidad
nacional; es decir, que se cumple la regla de oro en el sentido
de que el esfuerzo inversor presupuestario es superior al
déficit en 352.000 millones de pesetas, y, con arreglo a los
datos que tenemos previstos, el año que viene el superávit
será de más de 500.000 millones de pesetas lo que quiere
decir que hay ahorro en el Estado para invertir, lo que me
parece que es una norma básica de cara a la convergencia
real y, desde luego, para evitar que se produzca un efecto
de expulsión sobre el sector privado de la economía. La
deuda, en porcentaje de producto interior bruto, se está
reduciendo sustancialmente, ha pasado del 70,1 por ciento
en 1996 al 66 por ciento, e insisto en que en 1996 aumentó
debido a lo que he dicho y también a que estamos aumentando
nuestros activos en forma de participaciones en capital
o de créditos reembolsables relacionados con esfuerzos
inversores en empresas. De hecho, el GIF es una forma
muy importante de generación de infraestructuras ferroviarias.

Igual ocurre con otras sociedades para la generación
de infraestructuras hidráulicas, con un aliciente, a mi juicio,
vital: la búsqueda de la colaboración entre el sector
público y el sector privado para esa generación de infraestructuras.

Bienvenidos sean esos activos que crea el sector
público en forma de participaciones en capital, en forma de
créditos reembolsables, siempre que sea para la búsqueda
de colaboración con el sector privado para la generación de
infraestructuras, sean carreteras, obras hidráulicas o ferrocarriles.




El señor PRESIDENTE: Aquí termina esta comparecencia.




Suspendemos un minuto escaso, dado el apretado horario,
y empezamos con el secretario de Estado de Hacienda.

(Pausa.)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE
HACIENDA (COSTA CLIMENT). A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN
EL CONGRESO (Número de expediente
212/001548), DEL GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO (Número de expediente 212/001592)
Y DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO
(NUEVA IZQUIERDA-ELS VERDS) (Número de
expediente 212/001564).




El señor PRESIDENTE: Señorías, continuamos con
las comparecencias, agradeciendo la presencia de don Juan
Costa, secretario de Estado de Hacienda. Habían pedido su
comparecencia, aparte de los grupos parlamentarios Socialista
y Popular, el Grupo Parlamentario Mixto, pero tampoco
veo que en esta ocasión haya ningún representante y,
por tanto, damos la palabra a la señora Mendizabal, en
nombre del Grupo Socialista.




La señora MENDIZABAL GOROSTIAGA: Dado
que vamos con una hora de retraso, voy a ser bastante
breve.

Después de la última comparecencia del secretario de
Estado -me estoy refiriendo la cuatrimestral del martes de
la semana pasada en la Comisión de Economía y Hacienda-,
si algo resultó evidente fue la falta de transparencia y
la opacidad que hay en los datos y en su gestión en la Agencia
Tributaria. Nos presentó un informe que nos resultó a
todos bastante confuso en el que yo dije -aunque a usted
no le gustó mi calificativo- que las cifras bailaban en bastantes
casos y en otros no se correspondían con otras cifras
que usted mismo nos había proporcionado. Eso hizo que
aquella comparecencia resultara un insoportable ir y venir
de cifras y números. Creo que ninguno de los portavoces
parlamentarios que estuvimos en aquella Comisión fuimos
capaces de conocer de manera exacta ni la deuda instruida
desde enero a agosto ni la deuda liquidada para la que hubo
algún portavoz parlamentario que presentó incluso cuatro
cantidades distintas para las mismas fechas.

No sé si usted pretendió confundirnos utilizando técnicas
de maquillaje, que en algunos casos resultaban bastante
burdas, o haciendo comparaciones con cifras que vimos y
que, como usted mismo explicó, no resultaban homogéneas
en ningún caso. Y, en algunos otros casos, sin que
podamos tener acceso a determinada documentación, que
creo que esta Cámara debe conocer para poder cumplir con
nuestro deber, que es precisamente controlarle.

Pero, además de esto, usted no contestó a las preguntas
ni a la petición de información concreta que le hicimos.




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Usted optó por defenderse e incluso acusó a algún portavoz
de falta de ética parlamentaria, algo que no creo que resulte
especialmente bien por su parte. La verdad es que su actitud
del otro día mostró falta de respeto y consideración a
esta Cámara. De alguna forma debería evitar que esto
siguiera así, porque su credibilidad, señor Costa, está bajo
mínimos después de lo del otro día. Es más, al día siguiente
hubo una comparecencia de los subinspectores fiscales,
que se vieron obligados a salir al paso y que le acusaban
ante la opinión pública de haber inflado las cifras de la
deuda tributaria instruida, algo que ya habíamos dicho
nosotros en la comparecencia.

Creo que las acusaciones que se han hecho han sido
bastante graves y afectan de forma importante al funcionamiento
de la Agencia Tributaria, que, dada la situación de
desorden en la que se encuentra, necesita una rápida solución.

Ésta es su responsabilidad, señor Costa, y en esta
Cámara se la exigiremos hasta el final. Por eso lo único que
quiero en esta comparecencia es que conteste a las preguntas
que le voy a formular y que me proporcione toda la
documentación que le solicito.

Primero, mi grupo parlamentario quiere tener todos los
datos mensuales relativos a 1997 y 1998 sobre: número de
contribuyentes inspeccionados por provincia; deuda instruida,
la que es de conformidad y la que es de disconformidad;
en el caso de la deuda instruida, queremos deuda
propiamente dicha, cuotas y sanciones; deuda liquidada
relativa a las actas de deuda instruida en el mismo período,
lógicamente, también por meses y provincias.

Segundo, respecto al delito fiscal, queremos que nos
proporcione el número de expedientes en 1997 y 1998 por
meses y provincias, en especial aquellos puestos en conocimiento
de las fiscalías de Madrid, Barcelona y Fiscalía
anticorrupción, y, a poder ser, describiendo brevemente el
mecanismo defraudatorio utilizado en cada caso. También,
respecto del delito fiscal, nos gustaría que nos proporcionara,
hasta donde se pueda llegar, las sentencias condenatorias
y las sentencias absolutorias.

Tercero, respecto de la llamada ingeniería fiscal,
artículos 24, 25 y 28 de la Ley General Tributaria, nos gustaría
que nos proporcionara e número de expedientes instruidos
y la deuda tributaria descubierta en cada caso; y
también, si es posible y brevemente, una descripción del
mecanismo defraudatorio utilizado en cada uno de los
casos.

Cuarto, nos gustaría también que nos proporcionara el
número de expedientes sancionadores concluidos desde la
entrada en vigor de la Ley de Derechos y Garantías del
Contribuyente.

Igualmente, quisiera hacer alguna pregunta respecto al
programa de aplicación del sistema tributario estatal que ha
presentado en los presupuestos generales. Voy a centrarme,
dentro de este programa de aplicación del sistema tributario
estatal, en el segundo grupo de actividades, no en las de
información, sino en aquellas que preferentemente se refieren
a la lucha contra el fraude fiscal. También voy a dejar a
un lado -si usted quiere hacer algún comentario tampoco
importaría- el tema de los controles masivos, porque nos
choca que se mantenga o se incremente el número de
contribuyentes a verificar en la modalidad de módulos,
simplemente porque parece que puede resultar poco eficiente,
dado que ha habido una reducción de los rendimientos
del 15 por ciento, pero puede haber alguna otra razón
para que esto sea así.

En cualquier caso, aun como esto resulta poco significativo,
voy a centrarme más en lo que se refiere al tema de
lo que se denominan actuaciones extensivas dentro de los
controles específicos, ya que son aquellas actuaciones que
pueden tener más interés, porque desde el punto de vista
social son las que se entienden realmente como fraude fiscal.

Me refiero a las acciones que van dirigidas a ocultar
ingresos o actividades o a las que tienen doble contabilidad
o las que tratan de evitar pagar a través de mecanismos de
paraísos fiscales o de cualquier otro tipo de dificultad de
localización de los contribuyentes. En este ámbito, en los
objetivos que presenta nos llama especialmente la atención
la disminución del número de contribuyentes a inspeccionar,
que cae en un 6 por ciento, más o menos, de 31.310 en
1998 a 29.550 en 1999. Nos gustaría conocer a qué se debe
la disminución la caída de este objetivo.

Finalmente, respecto al presupuesto de la Agencia Tributaria,
quisiera que me aclarara, para conocer lo que puedan
ser en 1999 los ingresos que pueda tener la Agencia
Tributaria, la parte correspondiente al porcentaje de las
actas de liquidación, una vez alcanzada la cantidad de referencia.

¿Cómo van las actas de liquidación durante el año
1998? ¿Se ha alcanzado la cantidad de referencia para
poder tener ingresos por parte de la Agencia Estatal de
Administración Tributaria?
Estas son las cosas a las que me gustaría que me contestara.




El señor PRESIDENTE: Vamos a dar la palabra al
señor Homs, en nombre del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), luego al señor Zabalía y cerrará el
turno de intervenciones el señor Martínez-Pujalte, en nombre
del Grupo Parlamentario Popular.




El señor HOMS I FERRET: Voy a plantear tres cuestiones
al secretario de Estado de Hacienda, en nombre de
mi grupo parlamentario.

Hemos analizado las cifras y los datos que acompañan
a los presupuestos en el ámbito de los ingresos y la verdad,
señor secretario de Estado quiero anticiparle que nuestro
grupo no aprecia ni opacidades ni desórdenes ni cifras
infladas ni deudas aparentes ni mucho menos ingenierías
fiscales en la lectura detallada de análisis de estas cifras. Lo
que sí quisiéramos, aprovechando su presencia aquí, es
plantearle tres cuestiones adicionales, para poder conocer
con mayor precisión y detalle las respuestas a estas tres
cuestiones.

La primera cuestión es relativa a cómo se va a actualizar
en el año 1999 la previsión de actualización de los
impuestos especiales. Quisiéramos conocer cuál es el criterio
que pudiera trasladarnos la actuación que se va a llevar
a cabo a lo largo de 1999 en relación a la actualización de
los impuestos especiales en las distintas categorías y modalidades
de estos impuestos.

La segunda cuestión es relativa a la reducción de los
rendimientos de estimación objetiva aplicable a las actividades
individuales o a las empresas que están acogidas a
este sistema de declaración de estimación objetiva. Claro



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está que ésta es una decisión que cabalga sobre la nueva
definición del marco fiscal del nuevo IRPF en el año 1999.

Como ambas normativas, la de la Ley de medidas o Ley de
presupuestos y la reforma del IRPF van a la par, quisiéramos
conocer concretamente cuál es la valoración que hace,
en términos generales, la Secretaría de Estado de Hacienda
sobre lo que puede representar este nuevo marco fiscal que
las pequeñas empresas van a tener; marco fiscal mucho
más positivo, a nuestro entender, mucho más razonable y
mucho más simplificado, pero que podría tener, por lecturas
distintas, interpretaciones que podrían desorientar a la
sociedad. Quizá sería interesante que usted, señor secretario
de Estado, nos pudiera trasmitir cuál es la visión de conjunto
de la revisión de la fiscalidad que se va a operar en el
año 1999.

La tercera es una cuestión referente al impacto sobre las
haciendas de las comunidades autónomas del nuevo
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Se trata de
cuál es la previsión que hacen los Presupuestos Generales
del Estado para el año 1999, por su novedad en la aplicación
del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas,
respecto al impacto que pudiera tener, repito, en las haciendas
de las comunidades autónomas. Si hay alguna repercusión
que quisiera comentarnos o hay alguna referencia que
quiera hacernos, me gustaría que tuviera oportunidad de
trasladarlo a la Comisión.

Éstas son tres cuestiones puntuales, señor presidente,
que planteamos al señor secretario de Estado y sobre las
que nos gustaría que nos pudiera dar un poco más de información.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
Zabalía.




El señor ZABALÍALEZAMIZ: Por parte de mi grupo
parlamentario sólo queremos una aclaración a una partida
presupuestaria y creo que es procedente que se la planteemos
por cuanto procede de un acuerdo del Consejo de Política
Fiscal y Financiera. Se trata de un tema muy preciso
que hace referencia al proyecto de presupuestos de la Seguridad
Social, concretamente al programa 1.102, que trata
de la incapacidad temporal y otras prestaciones.

Entre las acciones a realizar en este programa para
alcanzar los objetivos previstos está el que el volumen y
duración total de los expedientes estimados en incapacidad
temporal que pasan a ser perceptores de dichos subsidios
dependerá de las actuaciones de revisión que se realicen
conjuntamente entre el Instituto Nacional de la Seguridad
Social y el Insalud y los servicios de salud de las comunidades
autónomas en el control de los procesos de incapacidad
temporal. Dice la memoria de este programa: de acuerdo
con el contenido de los conciertos suscritos entre el
Instituto Nacional de la Seguridad Social y dichos servicios
sanitarios, derivados del acuerdo de financiación de la
sanidad pública suscritos para el cuatrienio 1998-2001.

Posteriormente, en la memoria de este programa se dice
también que las comunidades autónomas del País Vasco y
Navarra no han suscrito el citado acuerdo de financiación,
por lo que en las mismas siguen en vigor los anteriores convenios
firmados en 1996 con efectos para 1997. No es cierto
lo que dice la memoria por cuanto que estas dos comunidades
autónomas, el País Vasco y Navarra, sí han suscrito
el acuerdo de financiación, como se demuestra por el acta
número 37 del Consejo de Política Fiscal y Financiera, de
27 de noviembre de 1997, en el que se establece que en
relación con la propuesta de financiación de los servicios
de sanidad en el período 1998-2001 la votación -al final
lo que se hizo fue votar todos los puntos- arroja el
siguiente resultado: 32 votos a favor y dos en contra, que
corresponden a Castilla-La Mancha y Extremadura, de 34
votos posibles. Es decir, las dos comunidades autónomas,
País Vasco y Navarra, suscribieron el acuerdo de financiación
sanitaria. Por tanto, no es cierto lo que dice la memoria
de este programa. Ahora bien, lo que sí dijimos en esa
reunión, cuando se fueron a votar los anexos al acuerdo -
uno de ellos era el modelo general del convenio-, fue que
el modelo general de convenio para las actuaciones del
control de gasto en las prestaciones por incapacidad temporal
debería de contemplar la especificidad de la financiación
de la sanidad en el País Vasco, y además así lo reconoció
el vicepresidente, señor Rato -y así se recoge en el
acta-, quien se muestra completamente de acuerdo con
que los convenios se firmen de forma bilateral, teniendo en
cuenta las especificidades de cada comunidad autónoma.

¿Qué es lo que ocurre en estos momentos? Que el texto del
convenio que nos ha enviado el Ministerio no recoge esa
especificidad y, precisamente por ello, está pendiente de la
firma. Por tanto, lo que procede es que en esos convenios
se recoja la especificidad de la financiación de la sanidad
en el País Vasco y así no habrá ningún problema, pero lo
que queremos es hacer en la memoria esa corrección para
que quede constancia de que la Comunidad Autónoma del
País Vasco y también la de Navarra sí han suscrito el citado
acuerdo de financiación. Es más, pese a no haber firmado
aún el acuerdo -precisamente porque falta hacer esa
corrección-, por parte del servicio sanitario de la Comunidad
Autónoma del País Vasco se están llevando a efecto
todas las actuaciones desde el 1 de enero de 1998. Con esto
se pone de manifiesto que estamos cumpliendo con lo que
en aquel momento firmamos y lo que queremos es que en
la memoria de este programa desaparezca el párrafo que
señala que las comunidades autónomas del País Vasco y de
Navarra no han suscrito el citado acuerdo de formación y
que, por lo tanto, en el año 1999 se vaya a aplicar el convenio
que en estos momentos está en vigor.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Vicente
Martínez-Pujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Alo largo
de esta mañana, en las comparecencias anteriores hemos
hablado sobre credibilidad y sostenibilidad presupuestaria
y hemos analizado a fondo, por parte del secretario de Estado
de Economía, el cuadro macroeconómico y, por parte
del secretario de Estado de Presupuestos y Gasto Público,
las grandes líneas presupuestarias, sobre todo en lo concerniente
al déficit y a las principales partidas de gasto. Evidentemente,
la credibilidad presupuestaria tiene un componente
esencial en las previsiones de ingreso y yo me
ajustaré fundamentalmente a ello. La portavoz del Grupo
Socialista en este momento no ha hecho referencia a previsiones
de ingreso y se ha referido, fundamentalmente, a las



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actuaciones de una parte de la Agencia Tributaria, a las de
inspección, pero en anteriores intervenciones otros portavoces
socialistas -tanto el señor Eguiagaray, en la primera,
como el señor Pérez Segura, en la segunda- habían
vertido algún tipo de sombra sobre la credibilidad de las
cifras de ingresos presupuestarios. Por eso, a mí me gustaría
referirme a ello.

Mi grupo no quiere reabrir el debate que ya tuvimos en
la Comisión de Economía hace una semana, pero nosotros
-y en eso me uno a lo que ha dicho el señor Homs-, después
de analizar las cifras una por una, tanto las que se nos
suministraron en el informe previo como las que conocimos
en la comparecencia, y la metodología para su análisis,
entendemos que las cifras no tienen ninguna contradicción.

Es más, son cifras que revelan un buen funcionamiento
de la Agencia Tributaria en casi todos sus departamentos.

No me referiré a eso fundamentalmente, sino a
las partidas de ingresos.

Desde 1996, su departamento, señor secretario de Estado,
está afrontando una reforma muy a fondo del marco tributario,
reforma que se ha visto plasmada en modificaciones
legislativas muy importantes. Siempre -es ya la
tercera comparecencia suya en este trámite- que estamos
en esta fase se pone en duda la credibilidad de las cifras de
ingresos presupuestarios.

Las medidas legislativas adoptadas, que están suponiendo
un marco tributario diferente, están colaborando al
crecimiento económico y a la creación de empleo; son un
instrumento de política económica que ha contribuido de
manera esencial al buen momento que tiene la economía
española y a que goce de la mayor credibilidad en el contexto
internacional, a pesar de la crisis financiera internacional,
como se pone de manifiesto al comparar los tipos
de interés real.

En este trámite parlamentario nos volvemos a encontrar
-y no se ha dicho ahora, pero sí antes- con sombras de
duda sobre las previsiones de ingresos; en concreto, sobre
el comportamiento del IRPF. Por eso me gustaría preguntarle,
señor secretario de Estado, ¿cómo valora las previsiones
del IRPF teniendo en cuenta el comportamiento de este
impuesto en 1998?
En la anterior comparecencia -no me he referido a ello
porque tenía usted previsto comparecer en esta segunda-
se ha hablado de la ratio entre impuestos directos e indirectos.

Se hace una valoración de esa comparación sin tener
en cuenta que entre los impuestos directos figura un componente
esencial, las transferencias a las comunidades
autónomas del 15 por ciento y sin tener en cuenta el elemento
de anticipación de las devoluciones al que me gustaría
se refiriera.

Me gustaría, dentro del capítulo del IRPF, que hiciera
una referencia al comportamiento del impuesto después de
la aprobación del marco tributario para las pymes o cómo
ha influido el nuevo marco tributario de las pymes en lo
ingresos por este impuesto y de modo especial en las retenciones.




En ese sentido, y se ha hablado de lucha contra el fraude
por algún portavoz, analizando las cifras que figuran en
los presupuestos mi grupo observa que tanto en el comportamiento
del IRPF como en el de las retenciones y en
el IVA se producen incrementos muy importantes y más
elevados que el crecimiento del PIB nominal. Mi grupo,
desde el análisis de esas cifras, interpreta que está habiendo
un afloramiento de economía sumergida, pero me gustaría
saber su opinión porque eso sería un elemento decisivo de
lucha contra el fraude, tanto en el IRPF como en el IVA al
que luego me referiré.

Asimismo, dentro de este capítulo y si lo cree conveniente,
aunque sé que no es el objeto de esta comparecencia,
le pediría al secretario de Estado nos hablara de cuál va
a ser la filosofía de la nueva tabla de retenciones. El portavoz
del Grupo Socialista, señor Eguiagaray, en la primera
comparecencia ha hecho una referencia a quiénes van a ser
los beneficiados del IRPF, los empresarios o los trabajadores.

Quisiera que hiciera un análisis sobre quiénes van a ser
los auténticos beneficiados de la bajada de impuestos que
se va a poner en marcha el 1 de enero de 1999 y que confirmara
cómo se va a notar a partir del momento de las retenciones
de ese año.

Respecto al Impuesto sobre Sociedades, me gustaría
que valorara las previsiones de los ingresos por este
impuesto que, según figura en el libro amarillo, son del 6,6
cuando el crecimiento del PIB en términos nominales va a
ser del 6 por ciento.

Coincido en el análisis de que ésa es una previsión prudente,
sobre todo teniendo en cuenta las medidas de sostenibilidad
que se han tomado a lo largo de 1998. Me gustaría
que hiciera una valoración sobre las medidas adoptadas
en 1998 de anticipo de devoluciones también en este
impuesto. El IVA también tiene una previsión de crecimiento
del 7,8. Ya le decía antes que mi grupo valora muy
positivamente el crecimiento que ha tenido en 1997. Nos
parece que es un crecimiento que se ha debido tanto al buen
momento de la economía española, como también a una
eficaz lucha contra el fraude.

Creo, señor secretario de Estado que la rebaja en términos
reales de las tasas y de las abscisas del tabaco y del
alcohol es una decisión excelente, como también el mantenimiento
en términos reales de la imposición de los hidrocarburos,
pero me gustaría, si lo cree conveniente, que
hiciera una valoración de las razones que han motivado
esta decisión.

Respecto a la Agencia Estatal de Administración Tributaria
hemos conocido el cuadro de objetivos que figura en
la documentación de los Presupuestos Generales del Estado
y me gustaría que hiciera una valoración sobre ellos. Mi
grupo comparte su opinión, y estamos trabajando en ello
desde el primer momento, de que es necesario una eficaz
lucha contra el fraude. Creemos que se ha tomado medidas
legislativas muy importantes en la lucha contra el fraude,
una de ellas es la que se adoptó el año pasado al aprobar el
nuevo marco tributario de las pymes sobre la consideración
del IVApara este tipo de empresas y me gustaría que valorara
esta medida.

También queremos preguntarle, señor secretario de
Estado, sobre el presupuesto de la Agencia Estatal Tributaria
y de los medios que tiene, materiales y humanos, para
desarrollar sus funciones. Creemos que la Agencia Estatal
de la Administración Tributaria, y a mi grupo le gustaría
dejarlo claro en esta intervención, está haciendo un trabajo
excelente en términos de mejora de la gestión que se refleja
en una mayor lucha contra el fraude, porque cuando se gestionan



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mejor los impuestos hay una mayor previsión de evitar
el fraude. Nos gustaría que nos comentara el presupuesto
de la Agencia y la necesidad que tendría la misma de medios
materiales y humanos para el mejor cumplimiento de sus
funciones, aunque ya le digo, señor secretario de Estado,
que mi grupo valora muy positivamente su funcionamiento.

Convendría que entre todos los grupos parlamentarios,
y con esto concluyo, se hiciera una valoración de cuáles
son los criterios más eficaces y eficientes para medir la
lucha contra el fraude. Quizá esto no sea el objeto de esta
comparecencia, pero entendemos que medidas de mejora
de la gestión, medidas legislativas y medidas de previsión
son muy importantes en la lucha contra el fraude. Creo que
sería muy importante que esta reflexión, aunque repito que
no es objeto de esta comparecencia nos la hiciéramos todos
los grupos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor
secretario de Estado de Hacienda.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE
HACIENDA (Costa Climent): Voy a intentar contestar de
la manera más concisa posible a las cuestiones que se me
han planteado y suministrarles a SS. SS. la información
que me han requerido. Empezaré por el orden de las intervenciones
y en primer lugar contestaré a la portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista, señora Mendizabal, sobre
las cuestiones que me ha planteado.

Quisiera decirle, en primer lugar, que si el tono de mi
intervención del otro día -y como es obvio las percepciones
son siempre subjetivas- no le pareció el apropiado
a SS. SS., le pediría disculpas por esa circunstancia.

Quiero que entienda que yo intenté moverme dentro de lo
que es habitual en este tipo de debates, procurando respetar,
como es obvio, el papel que cada uno tiene que jugar
en este tipo de debates. En cualquier caso, como todas las
percepciones son subjetivas, le rogaría que aceptara mis
disculpas si considerara que el tomo de mi intervención
no fue el adecuado.

Le quiero decir que, como es obvio, no comparto las
afirmaciones que ha hecho en todos los aspectos. Creo que,
desde el punto de vista de la información, la que hoy suministra
la Administración tributaria es mucho más amplia
que la que se ha dado siempre, y mi intención es continuar
en esa misma línea. Es más, le diría que un buen ejemplo
de la falta de opacidad y de la transparencia en la información
es que, por el contenido y el tono de su intervención,
no tiene ninguna duda con respecto a toda la información
suministrada, a la ejecución del presupuesto de 1998 y a las
previsiones presupuestarias del año 1999. La información
que hemos suministrado en el libro amarillo y en la documentación
de presupuestos, debe haberle bastado a S.S.

para que todo esté absolutamente claro y no plantee ninguna
duda sobre esas cuestiones.

La información que me ha pedido, si entra dentro del
objetivo de lo que es imprescindible para la valoración de
los presupuestos -y así se hace a juicio de esta Cámara-,
estoy encantado de suministrársela con todo el nivel de
detalle que nos sea permitido. Al mismo tiempo, le digo
que estoy predispuesto a hacerlo, entre otras cosas, porque
los magníficos datos de la gestión a lo largo de los dos últimos
años en materia de resultados de control me permitirá
ponerle de manifiesto de nuevo esas cifras y que S.S.

conozca, con el mayor detalle posible, como ha sido mi
intención, todo el resultado de las actuaciones de control
que se han desarrollado a lo largo de los dos últimos años,
que han sido muchas y han mejorado de manera significativa
los resultados de la Administración tributaria.

Comprenderá que no dispongo de toda la información
que me ha solicitado sobre expedientes administrativos,
expedientes de delito fiscal, expedientes sancionadores
concluidos, etcétera. Por tanto, no puedo contestarle con
ese detalle a todo lo que ha hecho referencia.

Con respecto a las otras cuestiones que me ha planteado,
sobre la memoria del presupuesto por programas, sección
15, quisiera decirle dos cosas. Primero, si usted lo
recuerda y su grupo, a diferencia de algún otro sí que estuvo
en la comparecencia en la que se presentó el plan de modernización
de la Agencia Tributaria, les hice un ofrecimiento
sobre lo que podía ser la discusión de los objetivos anuales
de la Administración tributaria para el último trimestre, con
independencia de los objetivos iniciales que pueda fijar el
Ministerio. Creo que la Administración tributaria, cuando
realiza actuaciones de investigación y persecución del fraude,
tiene que elegir entre dos tipos de actuaciones: aquellas
que son en profundidad, en las que se analiza con el mayor
rigor posible la situación fiscal del contribuyente, y luego
las actuaciones en las que se comprueban aspectos parciales
del cumplimiento de las obligaciones tributarias por
parte de los contribuyentes. A lo largo de los últimos años,
en mi opinión, se abusó sobremanera de ese tipo de actuaciones,
que en muchos casos no tenían como objetivo más
que comprobar aspectos formales de la relación entre un
contribuyente y la Administración tributaria. No hace falta
más que ver el último informe de la Comisión Europea
sobre cuáles son los aspectos en los que la lucha contra el
fraude, por parte de los Estados miembros, está produciendo
peores resultados desde el punto de vista de incentivo al
cumplimiento voluntario de las obligaciones y desde el
punto de vista de mejora del cumplimiento de la aplicación
del sistema tributario estatal. Esas actuaciones son parciales,
superficiales, en las que el contribuyente al final tiene
la percepción de que escapa al control de la Administración
tributaria porque única y exclusivamente se le piden datos
superficiales o aspectos muy puntuales y no se le analiza
con rigor toda su situación fiscal.

En primer lugar, lo que hay que ver es qué hay que cambiar.

Cuando se habla de actuaciones intensivas y actuaciones
extensivas, la denominación de intensivas es siempre
actuaciones en profundidad, actuaciones que siempre terminan
con actas de inspección, actuaciones que determinan
una mejor selección de los contribuyentes y actuaciones
donde se liquida o donde se instruye una mayor deuda
tributaria por contribuyente. Las actuaciones extensivas
son las que terminan o no en acta de inspección. Si son parciales,
pueden terminar en un acta de inspección, pueden
terminar también mediante informe u otro tipo de documento,
y donde se han reducido significativamente las
comprobaciones formales en pantalla o en oficina por no
ser positivas desde el punto de vista de lo que es la lucha
contra el fraude. Por tanto, lo que hay que hacer es tomar la
decisión de qué tipo de controles se quiere hacer, si los



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famosos peinados fiscales, esas comprobaciones superficiales
de carácter formal que afectan a muchos contribuyentes
pero no se llega a conocer cuál es la situación tributaria
real de los mismos, o por el contrario investigaciones
selectivas que determinan conocer en profundidad cuál es
la situación del contribuyente y regularizarla. También tienen
que ver, por ejemplo, cómo se decantan los planes de
actuación de la Administración tributaria hacia los contribuyentes
que liquidan impuestos especiales, porque en
ellos es donde se generan transacciones mercantiles a nivel
internacional y, desde esa perspectiva, donde se pueden
detectar fraudes importantes, como pone de manifiesto el
hecho de que prácticamente se dupliquen las actuaciones
en profundidad con relación a contribuyentes sometidos a
impuestos especiales. Ese es un planteamiento desde el
punto de vista político. Cabe cualquiera, como es obvio,
pero parece que siguiendo las recomendaciones de la
Comisión Europea hay que preocuparse de hacer una
buena selección previa de los contribuyentes y no exigir
cantidad, abundancia, lo que coloquialmente se califica, en
el argot de la inspección, como inspecciones basura, pero
que no son inspecciones en profundidad ni son eficaces
desde el punto de vista de la reducción del fraude fiscal.

Con relación al presupuesto de la Agencia Tributaria,
en parte me voy a remitir, como es obvio, a la comparecencia
de mi compañero, el subsecretario del Ministerio, que
es el responsable de hacer el presupuesto del Ministerio y
de todos los organismos adscritos. Por tanto, él les proporcionará
información adicional con respecto al presupuesto
de la Agencia Tributaria. En cualquier caso, como usted
muy bien conoce, hoy hay un porcentaje de participación
en los actos de liquidación por parte de la Agencia, no
exclusivamente lo que en la tradición se ha conocido como
actas de inspección, de un 18 por 100 que, como es obvio,
se liquida anualmente y siempre se aplican recursos de ese
porcentaje a la financiación del presupuesto de la Agencia;
presupuesto cuya preocupación, dentro de un contexto de
austeridad y de restricción presupuestaria, es mejorar la eficiencia
en el gasto, en lugar de poner de manifiesto presupuestos
expansivos.

Al portavoz del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), quiero agradecerle las valoraciones que
ha hecho con respecto a la información que se le ha suministrado
a su grupo parlamentario, al igual que a los otros
grupos parlamentarios, y voy a entrar a contestar las preguntas
que ha planteado. En los impuestos especiales el
criterio que se ha seguido ha sido actualizar única y exclusivamente
el impuesto sobre hidrocarburos. ¿Por qué motivo
se ha adoptado la decisión de actualizar únicamente el
impuesto sobre hidrocarburos? El impuesto sobre hidrocarburos
-que fue congelado ya en el año 1997, donde no se
produjo una actualización del mismo y, por tanto, cayó, es
quizá el de mayor potencial desde el punto de vista recaudatorio.

Debido al sistema de fijación de los precios, puede
producir un efecto en cadena más reducido de lo que es la
actuación del impuesto especial y, por tanto, menores consecuencias
desde el punto de vista de la inflación. Como es
obvio, al Gobierno le preocupa la evolución de los impuestos
especiales, desde el punto de vista de la repercusión y la
incidencia que pueden tener en el comportamiento de los
precios en sentido amplio.

En el caso del alcohol o del tabaco, aunque sean in put
que no se aplican a procesos productivos con carácter general
y van directamente al destinatario final, sin embargo
una actualización de los impuestos especiales, que puede
ser muy poco significativa desde el punto de vista económico
-imagínese usted 25 céntimos una caña de cerveza,
por ejemplo-, lo que hace es trasladarse en muchas ocasiones
al precio con una incidencia muy superior a lo que
es la propia actualización del impuesto.

Desde esa perspectiva, y considerando que hubo una
actualización global de esos impuestos para el año 1997 o a
mediados de 1996, que usted recordará, el Gobierno ha
decidido congelarlos para contribuir desde esa perspectiva
en mayor medida a la estabilidad de precios en el año 1999.

En el marco fiscal de las pequeñas y medianas empresas
yo distinguiría dos fases; por un lado, la entrada en
vigor de la reforma de las pymes el 1 de enero de 1998 y,
por otra parte, la reforma del impuesto sobre la renta de las
personas físicas en el año 1999 que, como es obvio, afecta
a todos los contribuyentes sometidos a este impuesto y
también, por tanto, a las pequeñas y medianas empresas.

Creo que en estos momentos los datos de que disponemos
nos permiten afirmar que la bajada de impuestos que
se aprobó en el año 1998 para las pequeñas y medianas
empresas ha funcionado de manera muy positiva. ¿Por
qué? Porque ha permitido conseguir dos objetivos: por un
lado, hacer más atractiva la creación de empleo para las
pequeñas empresas, donde hay un potencial de creación de
empleo muy importante. La mayor parte de las pequeñas
empresas son autopatronos y desde esa perspectiva pueden
reducir la factura fiscal que tienen que pagar cuando invierten
y amplían su negocio o cuando contratan empleo de
determinada calidad. Eso nos está permitiendo aprovechar
ese potencial de varios millones de pequeñas empresas que
pueden tomar la decisión de ampliar su negocio y, por
tanto, de contratar a un trabajador. Desde esa perspectiva
está funcionando de manera muy positiva y la evolución de
los datos de recaudación del año 1998, sobre todo retenciones
del trabajo personal liquidadas por pequeñas empresas,
pone de manifiesto que están creciendo a una tasa muy elevada,
en algunos trimestres cercana al 14 por ciento, lo que
quiere decir que una parte muy significativa de la creación
de empleo se está desarrollando en este ámbito.

En segundo lugar, la reforma de las pequeñas y medianas
empresas del marco fiscal perseguía tener en cuenta el
esfuerzo inversor y también tener en cuenta la realidad de
los gastos en los que incurren las empresas a la hora de
liquidar sus impuestos. Es decir, hoy una pequeña empresa,
cuando tiene que liquidar el impuesto sobre el valor añadido,
está condicionada a las inversiones realizadas, a
los IVA pagados y declarados en esas inversiones y está
condicionada también a los IVA pagados y declarados en
las compras de bienes y servicios, un factor que contribuye
claramente a mejorar el control en el cumplimiento voluntario
del impuesto sobre el valor añadido. Ello nos está permitiendo
que crezca el IVA a tasas superiores al 10 por
ciento, cuando la tasa de crecimiento del consumo privado
en la economía española en los años 1998 y 1999 se sitúa
en el entorno del 6 y 7 por ciento.

Por tanto, en el impuesto sobre el valor añadido estamos
muy por encima de la tasa de crecimiento del consumo



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privado, varios puntos por encima, y eso pone claramente
de manifiesto que la reforma del marco fiscal de las
pymes está suponiendo una mejora del cumplimiento
voluntario de las obligaciones fiscales de los contribuyentes
sometidos a este régimen.

Creo que la reforma del impuesto va a suponer, a lo
largo del año 1999, de nuevo una mejora para el conjunto
de los contribuyentes y para los pequeños empresarios en
la medida en que también estos pequeños empresarios en
muchas ocasiones generan pocos ingresos, son pequeños
negocios que, por tanto, tienen poco beneficio. Como en la
reforma del impuesto el principal esfuerzo se hace por parte
de los contribuyentes con menor nivel de renta, estos
pequeños empresarios van a beneficiarse de una bajada adicional
del impuesto sobre la renta.

El impacto de la reforma del impuesto sobre la renta en
las comunidades autónomas. Hace unos meses hubo un
acuerdo político en el Consejo de Política Fiscal y Financiera
en el que se analizó cuál era la posición de las comunidades
autónomas con relación a la reforma del impuesto.

La posición de todas las comunidades autónomas que participaban
en el nuevo modelo de financiación fue de apoyo
total a la reforma del impuesto, así como compartir los
objetivos de dicha reforma. Desde esa perspectiva el acuerdo
lo único que hizo fue garantizar que la reforma del
impuesto no debía incidir en la financiación de cada comunidad
autónoma en la medida en que el IRPF es un instrumento
importante desde el punto de vista de financiación
de esas comunidades. Para ello se adoptó la decisión de
que las comunidades autónomas tuvieran garantizado un
mínimo de crecimiento de sus recursos del PIB nominal en
aquellos instrumentos que están condicionados o ligados a
la evolución del impuesto sobre la renta tanto de sus propias
tarifas como en lo que pueda ser la recaudación a nivel
estatal. Los Presupuestos Generales del Estado contemplan
el funcionamiento de ese acuerdo político, estableciendo
una garantía, en virtud de la cual ninguna comunidad autónoma
va a tener una tasa de crecimiento de sus recursos
por el impuesto sobre la renta inferior a la evolución del
crecimiento del PIB nominal en el período 1996/1999, que
es el período de referencia al que afecta el nuevo acuerdo
de financiación.

Con relación a las cuestiones que ha planteado el portavoz
del Grupo Parlamentario Vasco, lo que ha hecho ha
sido una afirmación, una toma de posición, sobre una
expresión que aparece en la información de un documento
que acompaña a los presupuestos. Desde luego, yo estuve
presente en aquellos acuerdos. Aunque en algún momento
la Comunidad Foral de Navarra se abstuvo, porque el
acuerdo de financiación básicamente se refería a las comunidades
de territorio común (en el caso del País Vasco y
Navarra hay reglas específicas derivadas del funcionamiento
del concierto y del convenio), lo que plantea el portavoz
del Grupo Vasco, aparte de que se hagan las oportunas
correcciones en la documentación, es que se recoja en los
convenios la especificidad de las comunidades forales en
materia de financiación de la sanidad. Creo que esa especificidad,
con sentido amplio, está ya salvaguardada en los
acuerdos del Consejo de Política Fiscal y Financiera, porque
se hace además referencia a esa especificidad. Ahora
bien, estos acuerdos, que son de gestión y de colaboración,
tienen unas normas específicas de funcionamiento, pues
los recursos están condicionados a la realización de unos
determinados trabajos para el conjunto de las comunidades
autónomas. Estoy absolutamente convencido de que las
diputaciones forales van a realizar también esos trabajos y,
al mismo tiempo, cumplir esos objetivos que son imprescindibles
en materia de lucha contra el fraude, porque gracias
a esos convenios, sumando los esfuerzos de comunidades
autónomas y los de la Administración central del
Estado, estamos reduciendo de forma extraordinariamente
importante el fraude en el disfrute de las prestaciones de la
incapacidad transitoria.

En cuanto a las cuestiones que ha planteado el portavoz
del Grupo Parlamentario Popular, quisiera, sin extenderme
demasiado, intentar suministrarle alguna información de
carácter general. En primer lugar, creo que la ejecución del
año 1997 y la del año 1998 del presupuesto de ingresos,
tanto en término de recaudación líquida como de derechos
reconocidos, pone de manifiesto que los presupuestos se
cumplen; pone de manifiesto que, en muchas ocasiones,
obtenemos unos resultados que se encuentran por encima
de las previsiones iniciales y, desde esa perspectiva, ponen
de manifiesto que los presupuestos se hacen con rigor y, al
mismo tiempo, las previsiones son moderadas, son previsiones
razonables para conseguir alcanzar unos objetivo.

Pienso que esa es una diferencia clarísima entre cómo se
presupuesta ahora y quizás como se presupuestaba por
gobiernos anteriores. Fijar hoy la disponibilidad de ingresos
es una envolvente imprescindible a la hora de acometer
los planes de gasto de los distintos departamentos ministeriales
y luego se establecían cuáles eran los ingresos que
había de obtener, lo que conducía a que las previsiones de
ingresos no se alcanzaran prácticamente en ninguno de los
últimos ejercicios. En cualquier caso, lo que quiero decir a
S.S. es que las previsiones del presupuesto de ingresos son
muy conservadoras, moderadas, que garantizan su cumplimiento
a lo largo del año 1999, igual que lo garantizan a lo
largo de la ejecución en los restantes meses del año 1998.

Respecto a la ejecución del impuesto sobre la renta del
año 1998, debo decir que no es cierto algún dato que ha
aparecido publicado en la prensa de algún partido de la
oposición, en el que se hacía referencia a que se recaudarán
500.000 millones menos que en el año 1997; eso no es verdad,
porque en el impuesto sobre la renta hay más de
600.000 millones de pesetas que no figuran en el presupuesto
y que se atribuyen directamente a las comunidades
autónomas. Por tanto, si eso ocurre en el año 1998, y eso
no figuraba en el año 1997, donde estaba el cien por cien
de la recaudación del IRPF, claro que puede caer casi
500.000 millones de pesetas la recaudación del impuesto
sobre la renta. Si se le suman 650.000 millones de pesetas
o 670.000, que es en lo que participan las comunidades
autónomas, estamos hablando de más de 200.000 millones,
o en torno a los 200.000 millones de pesetas, de crecimiento
en términos homogéneos del impuesto en el año 1998
con relación al año 1997. En la evolución del impuesto
sobre la renta, en relación al presupuesto de 1998, figuran
algunos aspectos que hay que tomar en consideración.

En primer lugar, por razones de prudencia, igual que se
ha hecho en otros ejercicios, a diferencia de lo que estaba
previsto en el presupuesto del año 1998, cuando no se han



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efectuado determinados ingresos de deudores institucionales,
en el avance de liquidación se presume que se ingresarán
en el ejercicio siguiente. Eso arroja una desviación
negativa a la baja en la ejecución de unos 130.000 millones
de pesetas. Al mismo tiempo, el esfuerzo que se ha hecho
respecto a las devoluciones con relación a lo previsto inicialmente,
dejando de lado los objetivos que pueda marcarse
la Agencia (quiero decir que los objetivos en ocasiones
no coinciden exactamente con las previsiones presupuestarias;
piensen ustedes que este año estamos trabajando para
devolver el 97 por ciento de las declaraciones en la renta de
1997, que son el cien por cien de las devoluciones viables,
aquellas devoluciones que se pueden gestionar porque no
hay proceso de comprobación específica, etcétera), puede
suponer una cifra mayor, lo que hace que dichas devoluciones
se hayan incrementado en torno a 97.00 millones de
pesetas sobre el escenario inicialmente previsto. Eso, como
es obvio, justifica esa diferencia de 250.000 millones de
pesetas en la ejecución entre el avance de 1998 y el presupuesto,
si perjuicio de otros factores menores que también
pueden influir en ese aspecto.

Con relación a la previsión para el año que viene, lo que
les plantearía es que hicieran un análisis en el que se partiera
de la información en términos homogéneos también,
porque aquí lo de homogeneizar, nos guste o no nos guste,
hay que utilizarlo prácticamente para analizar cualquier
dato, porque la metodología que se sigue en un determinado
ejercicio condiciona en muchas ocasiones la interpretación
de los datos, con lo cual es muy importante. En parte
por esa razón, y por el esfuerzo de suministrarles una
mayor información a SS.SS., este año el Gobierno ha decidido
dar también la información en términos de derechos
reconocidos del presupuesto de ingresos, cosa que no se
había hecho nunca en ninguna de las prestaciones presupuestarias
de ejercicios anteriores. En cualquier caso, al
analizar los datos del año 1999 sobre la previsión del
impuesto sobre la renta y los datos del año 1998 (donde
tenemos una recaudación en términos de derechos de 5
billones 102.700 millones de pesetas en el año 1998 y de 5
billones 187.800 millones de pesetas en el año 1999) para
ver cuál podría ser la tasa de crecimiento de esos ingresos y
si la previsión es razonable, si es prudente o no es prudente,
hay que tener en cuenta algunos factores, que son los que
les quiero comentar a SS.SS.

En primer lugar, de la cifra de 5 billones 187.800 millones
de pesetas del año 1999 habría que descontar aproximadamente
78.000 millones de pesetas de retenciones del
capital mobiliario. En el año 1999 se ha presupuestado en
un 80 por ciento la recaudación de retenciones del capital
mobiliario en el impuesto sobre la renta de las personas
físicas y sólo un 20 por ciento en el impuesto sobre sociedades
-antes era 70-30, era un tipo de imputación que se
seguía tradicionalmente, se ha cambiado por obedecer más
a la realidad de los últimos años-, lo que hace que haya
78.000 millones de pesetas más en el año 1999 en términos
de derechos, de los que debería haber si se hubiera mantenido
el mismo criterio de distribución. Por lo tanto, esa cantidad
debería quitarse. Sin embargo, deberían sumarse a
esa cifra de 5 billones 187.000 millones de pesetas las
devoluciones que se prevé realizar en el año 1999, que son
de 1 billón 75.000 millones de pesetas. Al mismo tiempo,
en el año 1998 habría que sumar las devoluciones realizadas
para poder tener cifras comparables y ver cuál es la
razonabilidad de las previsiones en el impuesto sobre la
renta que efectúa el Gobierno. Por ello, habría que sumar a
los 5 billones 102.000 millones de pesetas 1 billón 194.00
millones de pesetas, que son las devoluciones presupuestadas
del año 1998. Ven ustedes que son muy superiores a las
del año 1999, a pesar de que lo normal es que las devoluciones
crezcan en importe año tras año.

Si a ello añadimos la incidencia de la reforma del
impuesto sobre la renta en los asalariados que, como todos
ustedes conocen, está valorada en 550.000 millones de
pesetas (y así figura en la memoria económica del Gobierno,
una reforma en la que el 90 por ciento aproximadamente
de la disminución del impuesto es imputable a los asalariados,
a pesar de que mantienen una aportación del
impuesto ligeramente superior al 80 por ciento), resulta que
la misma se cifra en 495.000 millones de pesetas, que, por
otra parte, es la cifra de la que se ha partido para fijar el
margen presupuestario para acometer los cambios que sea
necesario en las tablas de retenciones, en las tarifas de
retenciones que serán aplicables a partir del año 1999. Esto,
a pesar de que en las retenciones hay que distinguir dos
aspectos: la bajada de retenciones necesaria para instrumentar
o incorporar la bajada del impuesto y el ajuste de
las retenciones, que no tiene más incidencia presupuestaria
que la que se pueda plantear en un determinado ejercicio,
porque un ajuste de retenciones en el año 1998 ó 1999
supone menos devoluciones y, por tanto, más ingresos en
un ejercicio futuro. Si se suma la cifra del año 1999,
aproximadamente
495.000 millones de pesetas, tendríamos que
la recaudación del impuesto sobre la renta en términos de
derechos reconocidos entre los años 1999 y 1998 tendría
unas tasas de evolución en torno al 6 por ciento, que son
tasas razonables viendo cuál ha sido el comportamiento del
impuesto en ejercicios anteriores.

Con relación al Impuesto sobre Sociedades, es cierto,
como manifiesta SS.SS., que la previsión efectuada es
moderada. Vuelvo a insistir en que el Gobierno ha referido
efectuar una previsión moderada, una previsión en la que
se ha partido de una estimación media de crecimiento de
los beneficios de las empresas para el año 1999 más reducida
que la del año 1998 y, al mismo tiempo, incide en las
comparaciones la política de devoluciones de un ejercicio
respecto a otro. En el año 1998, el Gobierno quiere hacer
un especial esfuerzo en el control de las devoluciones en
materia de sociedades y, al mismo tiempo, gestionar con
mayor rapidez las devoluciones del Impuesto sobre Sociedades
con el objetivo de contribuir desde esa perspectiva al
sostenimiento y al empuje de la economía española en términos
positivos; es decir, hay que devolver a las empresas,
tanto en el Impuesto sobre Sociedades como en el IVA, en
plazos razonables de tiempo, los impuestos que anticipan,
ya que de esa manera contribuimos a hacer más sostenible
el crecimiento de la economía en el año 1998 y, por tanto,
también en 1999 y esto lo que hace es generar más margen
en el presupuesto del año 1999 y en los presupuestos de
ejercicios siguientes.

En cuanto al Impuesto sobre el Valor Añadido, el crecimiento
parte de la evolución prevista de las ventas de
grandes empresas, que para el año 1999 podemos situar en



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torno a un 10 por ciento. Este año las ventas de grandes
empresas están creciendo de manera muy dinámica y nos
permiten justificar esa evolución en la misma medida en el
año 1999 y, al mismo tiempo, se parte de un esfuerzo importante
en materia de devoluciones en el año 1998, esfuerzo al
que luego haré referencia de manera concisa y que hace que
en el año 1999 la recaudación sea más sostenible.

En materia de impuestos especiales y de tasas me remito
a las consideraciones que he hecho cuando he contestado
al portavoz de Convergència i Unió. La congelación de
las tasas contribuye a la política de estabilidad de precios
para el año 1999, y es una política muy importante desde el
punto de vista de la consecución de los objetivos anuales
de la política económica del Gobierno.

Respecto al marco general de los objetivos de la Agencia,
tengo que volver a decir al representante del Grupo
Popular que el plan de modernización que presenté hace
varios meses recoge el compromiso anual de que la Comisión
de Economía contribuya a la definición y a la fijación
de los objetivos. Es una responsabilidad que quiso hacer
suya la Comisión de Economía en debates parlamentarios
previos. Desde luego, el Gobierno no tiene intención de
operar en la fijación y diseño de los objetivos al margen de
las instrucciones y directrices que quiera fijar la Comisión
de Economía en el momento que lo considere oportuno.

Creo, señor presidente, que con esto he contestado, aunque
sea de manera concisa, a las cuestiones que me han
planteado los distintos intervinientes.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Costa.




Si hay acuerdo por parte de los señores intervinientes,
cerramos en este momento la comparecencia, en el bien
entendido de que si algún portavoz considera que de las
preguntas que ha formulado desea tener información escrita
posteriormente, la Mesa puede transmitir esa relación de
temas al señor secretario de Estado para que sean contestadas
antes del debate del presupuesto, a principios de
noviembre.

Reanudaremos la sesión a las cuatro de la tarde.




Se suspende la sesión a las tres y quince minutos de
la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro y quince minutos
de la tarde.




- DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DEL ENTE
PÚBLICO RADIOTELEVISIÓN ESPAÑOLA
(LÓPEZ-AMOR GARCÍA). A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA(número
de expediente 212/001636), DELGRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA
(NÚMERO DE EXPEDIENTE 212/001677) Y DEL
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO (NUEVA
IZQUIERDA-ELS VERDS) (número de expediente
212/001575.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a reanudar la
sesión agradeciendo la presencia de don Fernando LópezAmor,
director general de Radiotelevisión Española.

Voy a repetir brevemente las disposiciones, informales,
de la Mesa para el debate. Vista la experiencia de esta
mañana, la Presidencia va a ser flexible, pero va a avisar a
los diez minutos, porque ha sido imposible cumplir los
horarios fijados. En primer lugar, daremos la palabra a lo
grupos que han pedido la comparecencia; después, si hay
otros grupos presentes, también les daremos la palabra. A
ser posible, intentamos que con la respuesta del compareciente
se termine el debate. Si es necesario y hay que abrir
un segundo turno, éste tendría que ser sobre temas precisos
y controlando el tiempo; de otro modo no va a ser posible
que cumplamos el programa de trabajo.

La comparecencia del director general de Radiotelevisión
Española ha sido solicitada por el Grupo Parlamentario
Socialista, el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida y el Grupo Parlamentario Mixto, Nueva Izquierda.

Por lo tanto, por orden de menor a mayor, vamos a dar la
palabra, en primer lugar, al representante del Grupo Parlamentario
Mixto.




El señor ALCARAZ RAMOS: Señor presidente, pese
al acuerdo al que se ha llegado para el ordenamiento de
este debate, creemos que sería mejor si comenzara el señor
director general porque nos permitiría poder profundizar,
avanzar o dialogar en torno a las explicaciones concretas
que se aportaran.

La verdad es que desde que se tuvo conocimiento de los
presupuestos para el Ente Público Radiotelevisión Española
al comienzo de su tramitación, ya dentro de la propia
Radiotelevisión Española, las opiniones muy críticas han
abundado y no debe ser sorprendente. No hay que entrar en
la minucia de los datos, no es preciso -aunque también
podría hacerse- entrar en el examen concreto de las partidas
para apreciar dónde está el gran problema, dónde está
la gran fuente de discrepancia (que yo creo que vamos a
compartir los grupos de la oposición como lo están compartiendo
sindicatos, organizaciones preocupadas por los
temas de la comunicación y asociaciones cívicas diversas),
y es que nos encontramos ante un modelo de financiación,
un modelo presupuestario que perpetúa una situación que
ya en anteriores debates presupuestarios hablamos criticado
y conceptuado como de inaceptable para el presente y el
futuro de una televisión pública, sólida, bien dimensionada
y con calidad, en España. Desgraciadamente, este año hay
un elemento nuevo. En el panorama político (llevando este
debate adonde creo que debe estar en este caso, al terreno
político), al menos para Nueva Izquierda-Iniciativa per
Catalunya, aparece un elemento que empeora la situación.

Para Radiotelevisión Española, estos podrían y deberían
haber sido los Presupuestos Generales del Estado de la
esperanza, pero son los de la frustración. Podríamos decir
que el agujero (tanto el de modelo de televisión como el
simple agujero presupuestario) se ensancha y que ese futuro
aparece cada vez más negro.

¿Qué nos podía hacer concebir mayores esperanzas, utilizando
la palabra esperanza en un término cuasi religioso?
La verdad es que aquellos que estábamos de acuerdo en
que hacia falta un cambio de rumbo importante en la financiación
de Radiotelevisión Española, queríamos convencernos
de que las cosas podrían y deberían ser mejores.

Pues bien, después de estar durante meses trabajando en



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una subcomisión, a la que luego me referiré, habla un documento
del Gobierno cuya conclusión número 8 dice, y leo
textualmente: Con independencia de la solución que reciba
el endeudamiento acumulado, la financiación mediante
fondos públicos, dentro de un sistema de financiación
mixta regular y estable de Radiotelevisión Española, debería
estar en torno al 60 ó 70 por ciento. Por tanto, ése era un
elemento que abría una puerta a la esperanza.

Por lo demás, hay que decir que este documento, llamado
del Gobierno, porque es el Gobierno el que lo remite a
la subcomisión, es en realidad un documento de Radiotelevisión
Española. Yo no sé si queriendo o sin querer, pero
los folios que se nos han enviado vienen todos con membrete
de Radiotelevisión Española. Todo hace suponer que
han sido los técnicos o el personal de la casa, lógicamente
con el visto bueno del señor director general, quienes han
elaborado este documento de propuestas.

Por tanto, eso generaba un espacio distinto para la esperanza,
porque en años anteriores no habla habido un pronunciamiento,
ni tan claro, ni tan rotundo del Gobierno, ni
de los responsables del ente público, que hablara de estas
cifras concretas. Se hablaba de financiación mixta, lo cual
se convertía en un lugar común; además, otros ejercicios
estaban presupuestarios marcados por la consecución de
criterios de convergencia. Por tanto, había una serie de elementos
que hacían que el Gobierno y el director general
pudieran explicar mejor cierta cicatería en acudir a la financiación
pública y permitir que se fuera engrosando la
deuda; sin embargo, este año parecía que no había ningún
argumento. Por tanto, nos encontramos en una situación en
la que el Gobierno no da, el director general no pide, el
consejo de administración se opone. Por tanto, es una situación
bastante delicada y preocupante en torno a esta cuestión.




La subvención de los 11.043 millones de pesetas se
revela a todas luces como insuficiente. No parece que esto
vaya a resolver ninguno de los problemas reales. Lo razonable
sería en torno a 150.000 millones para cubrir todos
los gastos que no pueden compensarse directamente con
publicidad, con independencia de que entre estas dos cifras
pudiera haberse llegado a otro tipo de acuerdos, pero lo que
no es razonable es reiterar y perpetuarse en las cifras de
años anteriores en ese nuevo horizonte.

La deuda se va a ir, lo sabe el director general mejor
que nadie, a esos 765.243 millones de pesetas, que es una
cifra francamente alarmante; es una cifra que, además,
define numéricamente una situación política, a la que se le
pueden sumar nuevos adjetivos, pero ya es difícil definir
esa gravedad y, por tanto, creo que no es preciso insistir en
ello. Desde luego, el Estado debería asumir una buena
parte, pero tampoco se plantea, y se sigue en el modelo
cíclico de acumulación de los años anteriores.

En ese panorama, nos parece francamente cínico decir
que estas cifras son las que se plantean, como consecuencia
de un respeto a los trabajos de la subcomisión, como el propio
señor López-Amor manifestaba en la última sesión de
control parlamentario, donde, respondiendo a preguntas de
algunos diputados, decía, tras felicitarse porque hay más
convergencias que disensos en la subcomisión, que precisamente
por respeto a los trabajos de la subcomisión no se
ha querido ir a un nuevo modelo que garantizara un mayor
aporte público y la asunción de la deuda. Sin embargo,
desde nuestro punto de vista, desde un plano específica y
rotundamente político, insisto, nos parece que es un argumento
cínico y que ciertamente no es de recibo, sino todo
lo contrario, al menos por tres razones: En primer lugar,
porque más respetuoso seria con la subcomisión, y en definitiva
la subcomisión no es más que una emanación de este
Congreso de los Diputados, por tanto, más respetuoso sería
con este Parlamento, que se asegurara una viabilidad futura
cierta a Radiotelevisión Española. Sin esa viabilidad, nada
de lo que haga la subcomisión tendría mucho sentido. Por
tanto, si se quiere ser respetuoso, allánese el canino, prepárense
las condiciones, siéntense los cimientos para un futuro
mejor en el cual al reforma de la Radiotelevisión Española
en todos sus aspectos, económicos, institucionales y
legales, cobre mayor sentido y fiabilidad.

En segundo lugar, porque ningún grupo -y ahí el
director general tenia una cierta razón en lo que decía- ha
expresado en la subcomisión su negativa a combatir la
deuda, ni a mayores ingresos publicas. Podría decirse que,
aunque eso no se ha formalizado en ningún tipo de conclusión
que haya emanado de la subcomisión, porque no ha
concluido sus trabajos, es un consenso provisional alcanzado.

No imagino que la subcomisión se hubiera sentido herida
en su autonomía de funcionamiento, ni que ningún
grupo hubiera protestado, desde luego no lo hubieran
hecho los grupos de la oposición, si se hubieran hecho unos
presupuestos desde esos parámetros que son los que van
construyendo el consenso en la subcomisión.

En tercer lugar, porque la subcomisión está bloqueada
por el Partido Popular. Este es el problema cierto. Se pide
respeto a una subcomisión, cuando se va a presentar un
documento al Gobierno del Partido Popular, cuando en
sede parlamentaria el Partido Popular bloquea la subcomisión.

Se nos hizo hacer una curiosa filigrana a finales de
junio porque había que prorrogarla y no se ha vuelto a reunir.

Por tanto, no se puede decir que se tiene respeto por esa
subcomisión cuando no ha tenido ni la más mínima ocasión
de debatir, siquiera sea amigablemente, sobre estos
presupuestos, y no digo que tenga encomendada esa función,
pero cuando se está hablando, como eje central del
trabajo de la subcomisión, de temas de financiación y de
deuda, que no se haya reunido en todo este período, parece
un sarcasmo de dimensiones más que mayúsculas.

Por tanto, no sólo no compartimos, sino que rechazamos
rotunda y radicalmente los argumentos que tratan de
devolver la pelota a la subcomisión como si ésta fuera a ser
responsable de estos presupuestos.

Por consiguiente, y termino, señor presidente -me
gustaría que me diera la posibilidad de intervenir en la
réplica y abordar algún aspecto que pudiera explicarnos el
señor director general, que escucharemos con suma atención
y respeto-, no cabe duda de que nosotros no nos sentimos
ni mucho menos identificados con este proyecto de
presupuestos en lo que afecta a Radiotelevisión Española,
que no es un precedente, porque se va consolidando en los
últimos años, y que no hace más que contribuir a empeorar
la situación financiera de Radiotelevisión Española.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alcaraz, por
limitarse con bastante exactitud a los diez minutos.




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En nombre del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida, tiene la palabra don Felipe Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor López-Amor,
Radiotelevisión Española va regular, tirando a fatal. Me
dirá: ¿Cómo no ha visto usted la campaña de autobombo
que estamos lanzando? Yo he ido a la realidad fáctica material
de las cosas y no encuentro ningún adjetivo agradable.

Son unos presupuestos continuistas y, por tanto, tendentes
al desastre, con una dosis muy fuerte de cierto camuflaje
que se esconde no sólo en los presupuestos, sino en toda la
estrategia en torno a ellos, porque, por una parte, se supone
que estarnos trabajando en una subcomisión que se ha
hecho famosa en toda España y, por otra, ni trabajamos, ni
nos reunimos. Cuanto menos nos reunimos, más se nombra
la subcomisión, que, sin duda, está absolutamente bloqueada.

Hoy creo que es martes y trece. Ha pasado todo un mes
desde que se reinauguró este período de sesiones y no se
convoca por ningún sitio a los diputados, eso sí, se evoca
constantemente el posible funcionamiento de esta subcomisión
de cara a señalar el modelo, la dimensión y la forma
de acometer la deuda de 1999 o la deuda acumulada.

Cuando hablaba de camuflaje me acordaba de aquellas
películas en las que el protagonista volvía a andar sobre su
propia huella. Al mismo tiempo que se genera la ilusión de
que vamos hacia una radiotelevisión pública fuerte, bien
dimensionada, con liderazgo, con mucha audiencia, conocemos
-eso sí, por filtraciones- un informe tremendo, a
nuestro juicio, de la SEPI respecto al futuro de Radiotelevisión
Española, basado en el concepto, que el propio presidente
del Gobierno nos dijo en el Pleno, de una televisión
viable; estudio que nos pone los pelos de punta, porque
desde el punto de vista de la viabilidad financiera, pasa de
lo que puede ser una televisión pública marginal, modelo
Estados Unidos -eso sería lo viable, teniendo en cuenta la
publicidad, cómo se reparte la tarta publicitaria y las
dimensiones de ésta en el seno del Estado español en los
momentos actuales-, a una televisión viable teniendo en
cuenta que se pueden ingresar por publicidad más las ventas
unos 80.000 millones de pesetas al año. Por tanto, marginal
reducida, la dimensión es de unos 80.000 ó 90.000
millones de pesetas, según este estudio de la SEPI, teniendo
en cuenta que el Estado podría subvencionar no toda la
televisión.que se emite, sino aquellos espacios que podrían
considerarse como servicio público, y nos encontraríamos
entonces con una televisión que tendrá un 40 por ciento
menos de dimensión de la que tiene en estos momentos. En
todo caso, nunca sería la actual Radiotelevisión Española
que, según el presidente del Gobierno, no es viable, y por
eso estos presupuestos son de continuidad en el despiste,
porque no sabemos realmente en este momento a dónde
vamos.

En todo caso, creemos que la subcomisión tiene muy
poco poder de cara a diseñar el futuro de Radiotelevisión
Española. Todo esto está en el seno de una gran campaña
publicitaria, que seguramente -ya nos enteraremos en su
momento- dispone de muchísimo dinero para anuncios,
para vallas, para inserción de todo tipo de información y
propaganda en distintos medios de comunicación, que
esperemos que no redunde en perjuicio de la transparencia
del debate que vamos a tener, yo creo que cada vez más
fuerte, a partir de ahora. Por tanto, en un contexto, por
ejemplo, de expansión de actividades de todas las televisiones
en general, que se supone en función de la campaña
publicitaria de la televisión pública en particular, se comete
una gran equivocación, que nosotros volvemos a calificarla
como de enorme error, sólo explicable por razones de imagen
a la hora de intentar transmitir la austeridad o la racionalización,
pero creo que ustedes confunden racionalizar
con racionar. Se está aplicando un expediente de regulación
de empleo que reduce en ESOS los puestos de trabajo
actuales, con un coste de 6.400 millones de pesetas, que va
a afectar a la capacidad propulsora interna, de cara a la producción
propia y de cara a su propia virtualidad, de la radio
y la televisión pública.

De otra parte, señor López-Amor, no se congela la
deuda acumulada, que pasa de 590.000 millones en 1998 a
760.000 millones en 1999. Yo creo que si ustedes siguen
así, se presentarán a las próximas generales con una deuda
acumulada de un billón de pesetas, sin diseño real, sin que
la subcomisión haya podido prefigurar ninguno de los
aspectos fundamentales para asegurar el futuro de la radio
y la televisión pública en nuestro país.

Por tanto, estamos en una situación de asfixia financiera,
ya que el Gobierno ni asume una sola peseta de la deuda
de 1999, ni asume una sola peseta de la deuda acumulada,
y a la vez el pago de los intereses a los bancos por la deuda
acumulada crece un 35 por ciento, es decir, crece en 11.130
millones, ascendiendo en 1999 los intereses bancarios que
se pagan anualmente a 47.000 millones de pesetas, cifra
que representa aproximadamente un 20 por ciento del presupuestos
de gastos total de Radiotelevisión Española y
que pasa a formar parte de las cuatro partidas más importantes,
junto a la de servicios exteriores, 54.000 millones, a
la de compras, 67.000 millones y a la de retribución de personal,
75.000 millones.

Desde este punto de vista, pensamos que la subvención
del Estado que contiene el presupuesto, unos 11.000 millones
de pesetas, igual que en 1998, es una subvención ridícula,
que, sin duda, justifica los calificativos que.hasta
ahora hemos emitido. Significa sólo el 40 por ciento del
presupuesto congelado de gastos de Radio Nacional de
España, que es de 25.700 millones de pesetas; empresa que
no tiene gastos publicitarios y que, por tanto, tendrá que
recurrir a endeudarse directamente en 14.000 millones de
pesetas, igual que Televisión Española, que tiene un presupuesto
de 154.000 millones para 1999, y prevé ingresar por
publicidad 65.000 millones y por venta de programas unos
5.000 millones. La saturación publicitaria es un hecho diario.

Vemos cómo todas las televisiones, incluso la pública,
superan los límites de emisión. Por tanto, estamos ante un
desfase de 84.000 millones. Si a esto se suma el importe
que hay que pagar de cara al mantenimiento del ente, la
representación del Estado en Radiotelevisión Española, nos
encontraríamos con la necesidad de una enmienda -que
nosotros pensamos que tendremos que consensuar entre
todos los grupos que estamos de acuerdo en mantener no
sólo una radiotelevisión pública, sino con una televisión
dimensiones adecuadas de cara al futuro- de unos
150.000 millones de pesetas, que habrá que sacar de donde
sea. Esto es algo muy difícil, porque enmendar un presupuesto
en 150.000 millones de pesetas es muy complicado,



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pero lo vamos a intentar para demostrar que efectivamente
ustedes no creen en el futuro de esta gran empresa pública
en un momento en que en toda Europa se están rompiendo
la cabeza -ahí está el caso francés- para tener una
empresa pública de radiotelevisión importante y en un
momento en que todas las perspectivas neoliberales están
declarándose por lo menos no tan firmes como se habían
proclamado desde un principio.

Por otro lado, también he de decirle que todos los
gobiernos autonómicos, incluidos los que ustedes regentan,
están pagando de manera clara, nítida y rigurosa, a
voces hasta religiosa, las subvenciones para el establecimiento
y mantenimiento de las radiotelevisiones públicas
autonómicas, y no protesta ninguna comunidad autónoma.

A pesar de que el servicio que se da no es un servicio de
calidad, en muchos aspectos en absoluto se compadece
con lo que es un servicio público, la gente comprende que
tiene que haber una televisión pública en Andalucía, o en
cualquier otro sitio donde se paga desde el Gobierno incluso
la falta de austeridad de muchos medios públicos territoriales.




Aparecen otras partidas, señor López-Amor, que habría
que corregir. Nosotros dudamos incluso que sean totalmente
regulares, tal como se produce, por ejemplo, en las partidas
correspondientes a Televisión Española Temática S.A.

Es una empresa auspiciada por el Gobierno. Nosotros la
apoyamos ya que apostamos todos por el siglo XXI, por las
nuevas tecnologías, por tener una capacidad de producción
propia, pero si está auspiciada por el Gobierno, ¿por qué no
la subvenciona y pasa a acumularse en el fondo negro de la
deuda total de Radiotelevisión Española? En principio, pretende
hacer una inversión financiera en Vía Digital
-empresa controlada por Telefónica, donde Televisión
Española no juega con su total capacidad de liderazgo, lo
cede a Telefónica- de 3.740 millones de pesetas. Televisión
Temática, S. A. es una empresa un tanto fantasma, una
empresa sin partida presupuestaria para personal, cuando,
según el informe que ustedes han remitido al el Congreso,
tiene que tener aproximadamente 500 trabajadores. Por
tanto, se supone que son trabajadores que estamos pagando
de la cantidad que he reseñado de cara al presupuesto de
personal de Radiotelevisión Española.

Al mismo tiempo, Televisión Española Temática, S.A.

tiene previsto un gasto, para 1999, de 4.200 millones de
pesetas y en el presupuesto no aparece, señor López Amor,
ningún ingreso procedente de Vía Digital, que es una
empresa privada, con una participación pública mínima,
relativamente pequeña con respecto a la capacidad que
pudiera tener Televisión Española, lo que quiere decir que
hay un gasto de 7.900 millones para producir canales temáticos
para una empresa privada que cobra por verlos y no
paga un duro a Televisión Española. Solamente los mandamos
a esta empresa, a Vía Digital, y no los vendemos a
otras empresas que podrían comprarlos y podríamos empezar
a ingresar dinero de una manera regular en función de
las ventas que procedentes de Televisión Española Temática,
S.A.

Con respecto a las inversiones,...

El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, sólo le recuerdo
que han pasado los 10 minutos de tiempo que nos habíamos
fijado.




El señor ALCARAZ MASATS: Le agradezco el
recuerdo, señor presidente. Lo que pasa es que, como ha
empezado 20 minutos tarde, me va a permitir un IVA de
unos cuantos minutos más.




El señor PRESIDENTE: Razón de más para limitarnos
los demás al tiempo que estaba señalado. (Risas.)



El señor ALCARAZ MASATS: Señor presidente,
solamente la señora letrada estaba en la mesa en su
momento. (Risas.)
Con respecto a las inversiones, señor López-Amor, no
es lógico que Radiotelevisión Española, en un período de
expansión de actividades -vea usted cómo yo también me
informo de su campaña-, congele las inversiones en el
mismo valor que en 1998, 10.200 millones de pesetas.

Consecuentemente, a partir de esa cantidad, se van a paralizar
proyectos absolutamente necesarios para el mantenimiento
y desarrollo de Radiotelevisión Española; se van a
paralizar inversiones en nuevas tecnología o se va a paralizar
la construcción de nuevos centros presupuestados y que
fue incumplida en años anteriores. Por tanto, señor LópezAmor,
a nuestro juicio, son unos presupuestos que no tienen
en cuenta toda esta serie de cuestiones, que han bloqueado,
por voluntad del Grupo Parlamentario Popular
-usted me dirá que no tiene nada que ver en esto; yo creo
que sí, en alguna parte sí- el trabajo de la subcomisión, y
que lo han conducido a una situación temporal en la que ya
no va a ser posible llegar a conclusión alguna, porque sólo
nos va a quedar noviembre y medio mes de diciembre para
intentar consensuar algún documento en temas de enorme
importancia que, incluso afectan a la Ley 4/1980. Teniendo
en cuenta todo eso, nosotros no podemos entender lo que
está sucediendo, excepto que se esté preconizando el entierro
de Radiotelevisión Española. Usted puede pasar a la
historia como el enterrador de Radiotelevisión Española,
señor López-Amor; un enterrador simpático, pero enterrador
a la postre.




El señor PRESIDENTE: Tiene ahora la palabra, en
nombre del Grupo Parlamentario Socialista, don Joaquín
Leguina.




El señor LEGUINA HERRÁN: Señor presidente,
señor director general, señorías, intentaré no repetir lo
dicho por los dos diputados que me han precedido en el uso
de la palabra.

En efecto, yo creo que jamás una empresa pública ha
alcanzado las cifras de deuda acumulada que se preveo
para Radiotelevisión Española. Vamos en derechura al
libro Guinnes de los récords; un mal récord sin duda. No sé
si será usted el enterrador, porque no se llama Juan Simón,
sino don Fernando López-Amor, pero esto tiene muy mala
pinta.

Señoría, si se hubiera aprobado en 1996 el plan estratégico
que presentó Radiotelevisión Española, entonces dirigida
por Jordi García Candau, y que propició el Partido



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Socialista, el gasto total de Televisión Española para el
ejercicio de 1999 sería de 167.000 millones de pesetas, que
viene a coincidir con la cifra de generación de deuda del
año próximo por este mismo ente. Pero no queda ahí la
cosa. Hace unos meses, en mayo, el Partido Socialista presentó
a la subcomisión y a la opinión pública un proyecto,
también económico, para la supervivencia de Televisión
Española, donde se preveía como total de gastos para el
ente, 214.000 millones de pesetas, es decir, un 18 por ciento
menos de lo que preveo ustedes como gasto para este
mismo año, para 1999. Porque, si dejamos de lado la situación,
verdaderamente catastrófica desde el punto de vista
financiero, que tiene Televisión Española, y analizamos los
ingresos y los gastos corrientes de Televisión Española que
ustedes prevén para 1999, nos encontrarnos con una política
que en nada se compadece con la intención de reducir
gastos y aumentar ingresos. Las ventas de publicidad,
donde se olvidan ustedes de referirse a los rappel, apenas
suben un 1 por ciento y, paradójicamente, las comisiones
para las agencias crecen en un 20,8 por ciento. Usted me
explicará. La venta de programas -estoy hablando de los
ingresos- crece un 0,8 por ciento o, diré, tan sólo un 0,8
por ciento, porque la parte más importante de esa venta de
programas es interna a televisión temática. Si hablamos en
sentido consolidado, el crecimiento es bajísimo.

En cuanto a los gastos, dejemos a un lado los gastos que
devienen del expediente de regulación de empleo. La subida
de gastos media es de un 8,3 por ciento, bastante más
allá de la previsión de inflación. Pero es que si desglosamos
esa subida general, en compras sube, -siempre según
el presupuesto-, un 11,3; en materias primas, un 11; en
los servicios profesionales externos, un 15,8; en relaciones
públicas y propaganda, un 13,6; y en otros servicios comprados
al exterior, naturalmente, 14,6. Es decir, si ésta es
una política de ajustarse el cinturón, como suele decirse en
términos coloquiales, que venga Dios y lo vea.

Gastos financieros. ¿A cuánto paga el dinero Radiotelevisión
Española? Según los cálculos que hemos podido
hacer, 2,4 puntos por encima de lo que está en el mercado.

Si se pagara, al 3,9 por ciento, que creo que se puede
conseguir dinero a ese precio, a ese tipo de interés, o,
dicho de otra manera' si el Estado asumiera la deuda, sólo
por el mero hecho de asumirla, nos ahorraríamos todos,
es decir, el Estado, incluyendo en el Estado a Televisión
Española, 17.000 millones de pesetas. Esto tendría que
explicárnoslo, señor López-Amor, porque es importante.

De las pocas noticias buenas que la humanidad está recibiendo
en estos últimos días, en el campo financiero, me
refiero, está la bajada de los tipos de interés. Eso beneficiaría
a una empresa endeudada como es Radiotelevisión
Española.

En resumidas cuentas, ni reducen los gastos corrientes ni
aumentan los ingresos corrientes y lo único que congelan,
como acaba de decir el señor Alcaraz, son las inversiones.

Resumo y termino. Desde el punto de vista general, o
se pone remedio a la situación financiera de Radiotelevisión
Española o esto no aguantará mucho más.

Desde el punto de vista de la gestión inmediata, estos
presupuestos tendrían que repasarlos, de suerte que, si no
se puede arreglar el gran agujero, ustedes parecen dispuestos
a seguir, en la gestión corriente, creando más agujeros.

Dicho en dos palabras: ni estratégicamente esto tiene visos
de solución ni en la práctica diaria se ponen a la tarea de
reducir gastos y de aumentar ingresos.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario
Popular, el señor Peñalosa tiene la palabra.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Señor presidente, intervendré
con brevedad en este capítulo de «otros grupos»,
porque el nuestro no ha solicitado expresamente la comparecencia
del director general de Radiotelevisión Española.

Éste es el tercer año consecutivo que el Partido Popular
presenta los presupuestos generales para Radiotelevisión
Española, y es el tercer año también en el que el Grupo Parlamentario
Popular va a mostrar su apoyo decidido a estos
presupuestos, tratando de concentrar nuestra atención en
esta intervención en el análisis de los datos, que es lo que
corresponde hacer hoy, y relegando otros aspectos que tienen
menos que ver o que nada tienen que ver con este acto,
aunque creo que debo hacer mención especial esta tarde a
que en esta edición, esa tentación se ha producido con una
menor intensidad o cuantía que en otros años.

Del análisis económico del presupuesto, sin recrear un
pasado que incluso incluye hipótesis imposibles de producirse
sobre planes estratégicos que nunca hirvieron virtualidad
oficialmente y de acuerdo con la documentación remitida a
la Cámara, consideramos que mantiene una estructura similar
a ejercicios anteriores en lo que a ingresos y gastos se
refiere, aunque hay algunos aspectos que queremos resaltar,
resumidamente cuatro.

En primer lugar, que comienza una tendencia a la baja
en la cuenta de sueldos y salarios como consecuencia del
expediente de regulación de empleo, ano cuando el concepto
de gastos de personal se incrementa por efecto de las
indemnizaciones. Esta evolución de las cifras, el descenso
del 3,07 por ciento en los gastos de personal, significa un
intento de mejorar la gestión de este importante concepto
en el presupuesto de explotación del grupo. Por su parte, el
expediente de regulación de empleo, como hemos tenido
ocasión de comentar en numerosas situaciones, es voluntario,
no perjudica a las partes y permitirá introducir correcciones
para mejorar la partida más importante de gasto en
Radiotelevisión Española.

En segundo lugar, la evolución de las cifras de aprovisionamientos
y de servicios exteriores, con incrementos en
el presupuesto consolidado del 11,32 por ciento y 5,77 por
ciento respectivamente, debido fundamentalmente al incremento
del presupuesto en Televisión Española y en menor
cuantía en Radio Nacional, también demuestra claramente
la voluntad de la dirección general, a pesar de todas las
dificultades,
de mantener tuna fuerte presencia de Radiotelevisión
Española en el mercado y el interés de potenciar el
grupo, desmintiendo rotundamente con ello cualquier acusación
de desidia o de abandono de la actividad empresarial
por parte de la cadena.

En tercer lugar, y en el capítulo de ingresos, hay que
considerar digno de reconocimiento el esfuerzo por incrementar
las ventas del grupo, como así se produce este año
en un 4,53 por ciento, e incluso la subvenciones a la explotación,
que también crecen como consecuencia de las aportaciones
de las comunidades autónomas por la vía de los



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convenios firmados con Radiotelevisión Española, que,
desde nuestro punto de vista, es una iniciativa feliz y enormemente
interesante no sólo para aumentar los ingresos,
sino también para potenciar la actividad de los centros
territoriales,
para rentabilizar los medios humanos y técnicos y
para satisfacer las demandas de una mayor programación
regional.

En cuarto lugar, respecto al presupuesto de capital, destacamos
que las adquisiciones del grupo consolidado tienen
un fuerte incremento, el 37,4 por ciento, contribuyendo
así a aumentar la cifra de inversiones en nuevas tecnologías
y en renovación técnica de las emisiones, que es un
camino imprescindible para la fortaleza de Radiotelevisión
Española que nuestro grupo valorará siempre como muy
positivo.

Por todo ello, estamos ante un presupuesto continuista
en algunos aspectos, en los aspectos más positivos, los que
tienen que ver con la regla de oro de cualquier contabilidad
positiva: crecen los ingresos y bajan los gastos. Estamos
ante un presupuesto contenido, como ya se ha definido en
alguna ocasión, para tul grupo en crecimiento; un presupuesto
que, desde nuestro punto de vista, también contribuye
a lograr los principales objetivos de Radiotelevisión
Española: mantener la primacía de la audiencia, la preferencia
de los telespectadores, y consolidar una oferta y presencia
internacional, que es sumamente aconsejable para
Radiotelevisión Española y beneficiosa para nuestro país.

Estamos -también hacemos nuestra esa calificación-
ante el mejor presupuesto posible en este momento y dadas
las condiciones del mercado.

Sin embargo, queremos decir también, con la misma
claridad, que el marco de financiación general de Radiotelevisión
Española no es en modo alguno el deseable. Es
más, me parece que es oportuno recordar en voz alta, como
lo han hecho otros grupos, que todos los grupos parlamentarios
estamos comprometidos, yo diría que obligados,
urgidos a establecer cuanto antes un sistema de financiación
estable y adecuado en Radiotelevisión Española que
impida los desequilibrios de tesorería que este presupuesto
también contiene. Desde el Grupo Popular expresamos
nuestro deseo, por la singular conveniencia de ese pacto,
de que éste sea el último presupuesto en el que tengamos
que hablar de endeudamiento.

Por último, pero aun con ese indudable problema, señor
director general, y sé que se lo digo a alguien convencido
de ello, Radiotelevisión Española debe sortear los duros
embates de la competencia y de las voces interesadas, por
diversos motivos -no todos muy nobles-, en su desaparición
y lograr su propio hueco en el campo del servicio
público integral de Radiotelevisión. Nosotros siempre respaldaremos
con entusiasmo esa dirección.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el director
general de Radiotelevisión Española.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE
PÚBLICO RTVE (López-Amor García): Cumpleme evacuar
el trámite de comparecencia ante esta Comisión de
Presupuestos a los efectos de informar a SS.SS. de los presupuestos
del Ente Público Radiotelevisión Española, que
han sido presentados por el Gobierno dentro del conjunto
de los Presupuestos Generales del Estado para su conocimiento
y posterior aprobación de la Cámara, en su caso. En
este sentido, ya conocen ustedes la documentación y, por
tanto, salvo contestar a las preguntas efectuadas por los
intervinientes, creo que no merece la pena entrar en más
detalles. Sí quisiera, en primer lugar, agradecer el tono de
todos los comparecientes, que entiendo que es un tono
constructivo, que están en el papel que deben desempeñar,
el papel de oposición, ya que ellos han sido los que han
solicitado la comparecencia de este director general. Quiero
recordar no sólo a SS.SS., sino a todos los asistentes a
esta comparecencia que estos presupuestos han venido con
el voto a favor de importantes grupos de la Cámara, como
el Grupo Popular, el Grupo de Convergència i Unió y el
Partido Nacionalista Vasco. Por tanto, todos estos grupos
parlamentarios han prestado su apoyo, en su primer trámite,
a los presupuestos que ha presentado al Gobierno esta
dirección general; incluso diría más, antes de presentarse al
Gobierno.

En este sentido, y ya paso a contestar directamente,
quiero decir que algunas de las inquietudes que tienen los
diferentes portavoces que han intervenido son preocupaciones
que tenemos todos al día de hoy, pero yo estoy seguro
que con el sentido coman y el buen hacer de todos los
parlamentarios se van a ir resolviendo paso a paso y con
carácter positivo. Yo diría que la situación ha mejorado
cuantitativa y cualitativamente con respecto a cómo estaba
hace un año, que no tiene ningún recuerdo, digamos, de
pasado y que hoy se ha avanzado notablemente en la solución
de los problemas que tiene esta casa y que, como todos
ustedes saben, derivan de una práctica gubernamental que
no procede del grupo que en estos momentos apoya al
Gobierno, sino de ejercicios fiscales anteriores. Yo diría
que ya es difícil recordar cuándo empezó esta práctica de
incumplir lo que para el Estado es una obligación legal
impuesta en el Estatuto 4/1980 y que ha derivado en la
situación de tener que acudir a una financiación transitoria
de carácter bancario. Es este aspecto, espero de su buen
sentido que esa subcomisión parlamentaria posibilite ese
pacto de Estado que todos deseamos y que estoy seguro de
que, dentro de nuestra madurez democrática, seremos
capaces de llevar a buen fin. En el convencimiento de que
hay muchísimas más cosas en las que estamos de acuerdo
que en las que se puede producir disenso, ejerzamos esa
mayoría de edad democrática y llevemos a buen puerto el
Ente Público Radiotelevisión Española.

Mientras tanto, yo tengo que decir que no soy más que
un gestor, que, en primer lugar, debe someterse a la ley y,
en segundo lugar, a sus señorías. En este sentido insto a
todos para que pongan de su parte todo lo que esté en su
mano para poder terminar dentro del plazo que ustedes
mismos se han fijado, con la subcomisión parlamentaria y
con ese pacto que permita al Estado español tener una televisión
pública tan fuerte como la que tiene ahora y una televisión
pública que, en términos de oposición, se pueda
enfrentar, dentro del conjunto del Estado, a esas grandes
corporaciones públicas radiotelevisivas, como pueden ser
la BBC, la RAI o las televisiones alemanas. Por tanto, yo
espero de ese buen sentido que ustedes sigan trabajando en
esa línea, les animo y estoy seguro de que ustedes, los señores
solicitantes de mi comparecencia, van a encontrar puntos



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de apoyo, de encuentro y de coincidencia con el Grupo
Popular; seguro, no lo duden ustedes. Mientras tanto, evidentemente
estos presupuestos tienen que ser de tránsito,
unos presupuestos que hagan posible las premisas fundamentales
que constituyeron los objetivos primordiales de
mi mandato al frente de esta casa y que no son otros que
los de llevar a la radiotelevisión pública española al lugar
que le corresponde, sin ninguna duda, por parte de sus profesionales
y de sus directivos. En este sentido he de decirles
-y es comprobable de forma cuantitativa y objetiva-
que estamos atravesando un momento especialmente
dulce, el cual es un producto y un resultado que se empieza
a cosechar ahora de dos años de fuerte trabajo, de una fuerte
lucha por conseguir esos objetivos que al día de hoy se
están alcanzando de forma plena. Ya anuncio aquí que en
este mes se van a cumplir los dos años continuados en que
Radiotelevisión Española va a estar al frente de los índices
de audiencia dentro del conjunto de los operadores televisivos,
pero no sólo van a ser dos años continuados manteniendo
un liderazgo, sino que el diferencial de ese liderazgo
se va a incrementar, como ustedes van a poder comprobar,
numéricamente de forma cuasi exponencial.

Por consiguiente, estos presupuestos y retomo el discurso
inicial no son más que unos presupuestos que permiten
dar cumplimiento a esa ambición legítima de ser los
primeros pero, al mismo tiempo, de racionalización, repito,
de racionalización del gasto del Ente Público Radiotelevisión
Española. ¿Por qué digo racionalización? Porque
todos los gastos corrientes se mantienen con un crecimiento
similar al del conjunto del sector público, por supuesto
que descontamos los gastos financieros, que son un endoso
en blanco que nos ha efectuado el Gobierno, no éste, sino
todos los gobiernos que ha habido, desde la época en que
ocupaba esta silla el señor Calviño hasta los diferentes
directores del Ente Público Radiotelevisión Española. Por
tanto, el crecimiento -vuelvo a repetir la idea- es similar
al del conjunto del sector público, descontados esos gastos
necesarios para atender el servicio de la deuda que tiene
Radiotelevisión Española y los gastos extraordinarios que
son consecuencia de un planteamiento de reducción de
plantilla, de regulación de empleo y, en definitiva, de
racionalización
del capítulo de los gastos de personal. Y ello
alcanzando una media que, vuelvo a repetir, es la misma
que la del conjunto del sector público, pero eso sí, planteándola
de forma asimétrica, de tal manera que estamos priorizando,
como no podíamos hacer de otra manera cuando se
elaboran unos presupuestos, aquellas partidas de gastos que
más interesan a la casa y al conjunto de trabajadores que la
sirven, porque el conjunto de trabajadores de Radiotelevisión
Española tendrá asegurado su futuro siempre y cuando
Radiotelevisión Española sea capaz de mantener el liderazgo
que en estos momentos ostenta. Por eso los trabajadores
saben que pueden estar tranquilos, porque hay una solidez
en la dirección y, sobre todo, porque no se deja nada a la
improvisación. En este sentido también quiero decir que
los presupuestos no se oponen en nada al documento que el
Gobierno ha presentado en esta Cámara, el cual ha hecho
suyo como tal y que ha redactado este director general de
Radiotelevisión. Eso quiere decir que el Gobierno avala lo
que este director general ha hecho como modelo, como
diseño del futuro de la televisión pública. Y voy a calificar
ese documento, ya que ustedes me dan la ocasión de hacerlo
porque lo han traído a colación. Es un documento que yo
creo que tiene elementos tremendamente positivos, aprovechables
y, por qué no decirlo, de carácter fundamentalmente
progresista. No se vayan ustedes por las ramas de
hacer una oposición estéril echando a perder las ocasiones,
las perchas y los instrumentos para poder construir en
beneficio de sus trabajadores, a los cuales algunos de ustedes
dicen servir, para hacer lo contrario de lo que están pretendiendo.

Por tanto, vuelvo a decir, el documento presentado
por el Gobierno está en la subcomisión parlamentaria
y les animo a que lo aprovechen como percha, como instrumento
central del debate o como columna vertebral de la
cual uno puede tener diferentes opiniones sin apartarse
especialmente, como es lógico, de esa columna vertebral.

No es un argumento cínico, don Manuel Alcaraz, porque
cuando se plantean unos presupuestos de este calibre
se tiene fundamentalmente una sensación de respeto democrático.

Usted olvida que esta Cámara es la representación
de la soberania del pueblo y que yo no puedo ni quiero ni
debo hurtar a esa soberanía popular, representada por usted,
haciendo unos presupuestos que modifiquen, prefiguren o
conformen de manera definitiva las decisiones que debe
tomar la subcomisión en ese pacto de Estado. Por tanto,
aquí no hay cinismo sino un respeto a esa soberania popular
que usted pretendería que yo hurtara, pero no lo va a
conseguir de ninguna manera. Por mi experiencia reglamentaria
le diré que los buenos políticos, si me permite
usted la opinión, se demuestran haciendo viable, posibilitando
algunas cosas que tienen dificultades, puesto que las
fáciles las suelen hacer casi todos. Yo espero de ustedes,
que son los representantes del pueblo, que sean capaces de,
aquello que están ustedes diciendo de que está parada y
bloqueada, poner en marcha su capacidad política.

Señor Alcaraz, don Felipe, creo que ya le he respondido
en parte con la intervención anterior, pero le vuelvo a reiterar
una idea, y es que ese documento que presentó el
Gobierno en la subcomisión es tremendamente positivo.

Utilice usted ese documento. (El señor Alcaraz Masats:
¿Ese o el de la SEPI?) Ése; el de la SEPI lo conocerá
usted, porque yo no. Y le digo una cosa. La SEPI no tiene
ninguna legitimidad para hacer informes sobre el Ente
Público Radiotelevisión Española. (El señor Alcaraz
Masats: Sí.)



El señor PRESIDENTE: No establezcan diálogo entre
ustedes.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE
PÚBLICO RTVE (López-Amor García): No existe ningún
informe de la SEPI, lo que existe es un informe del
Gobierno presentado en esta Cámara. Yo lo lamento
mucho, pero lo que está viviendo ahora Radiotelevisión
Española es un momento dulce, un momento en el que la
producción propia excede con mucho a más del 70 por
ciento de su producción. Somos la televisión pública europea
con mayores índices de producción propia efectuados
en la casa. Ya no cabemos en nuestra casa, hemos tenido
que ocupar sitios de fuera, estamos trabajando y lo estamos
haciendo todos porque hay sitio para todos los que trabajan
en nuestra casa, lo que hace que al día de hoy -vuelvo a



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repetirle- tengamos un diferencial de audiencia de más de
cinco puntos sobre cualquier otra cadena y que se vayan a
cumplir los dos años continuados de triunfos permanentes
en audiencia por parte de Radiotelevisión Española. Y no
le quiero dar más datos, pero serían tremendamente positivos
para la casa que dirijo; si no, yo me marcharía de aquí,
no duraría 24 horas. Tenga usted eso en cuenta y no lo olvide
nunca. El día que yo no sea capaz, el día que esta casa
no vaya mejor de lo que yo la encontré, yo duraré 24 segundos.

En este momento, tengo la plena seguridad de que
todos los trabajadores de esta casa no le están apoyando a
usted, loe están apoyando a mí, porque saben perfectamente
los esfuerzos que se están haciendo, y se están haciendo
de forma permanente para conseguir que esta casa tenga el
respeto que habla perdido hace unos años y que vuelve a
tener otra vez.

Señor Leguina, lo importante no es si se ha aplicado o
se ha dejado de aplicar un plan estratégico. Seguramente
cualquier plan estratégico, cuando está bien diseñado, es
positivo. Lo que sí le puedo decir es que las lineas directrices
que yo estoy marcando tienen un éxito que confirma
que esas lineas directrices han sido positivas. Yo no discuto
que las que se podían haber aplicado y no se han podido
aplicar porque ustedes perdieron las elecciones hubieran
sido malas; seguramente, también habrían sido buenas a
esos efectos. Yo de lo que estoy hablando es de lo mío, no
de lo anterior, y quiero tener un respeto hacia los directores
generales que me han precedido. Lo que yo le puedo decir
es que las lineas directrices que nosotros estamos aplicando
en la radiotelevisión pública, que no tienen otro objetivo
que mantener el respeto hacia esa casa de toda la ciudadanía,
de todos los partidos políticos, de todos los usuarios en
definitiva, están llegando a unos niveles más que aceptables.




Respecto a la critica que hace usted, como representante
del principal partido de la oposición, de que no entiende
cómo se puede decir que estos presupuestos sean los de
reducir gastos cuando se están incrementando o que los
incrementos de los ingresos son muy razonables, yo sólo le
voy a dar un dato que tengo aquí recogido y que no quería
utilizar porque me parece que tampoco haya que utilizarlo,
pero se lo voy a dar sin animo de ofender a nadie. El presupuesto
de 1999 que ustedes tienen en esta Cámara es un 2
por ciento mayor que el de 1993 que presentó el director
general que entonces había y que pertenecía al partido que en
aquel momento gobernaba en este país. Voy capítulo por capítulo
en el gasto corriente. Las compras han disminuido o se
han mantenido estables desde el año 1993 hasta el año 1999;
los servicios exteriores han disminuido en casi 4.000 millones
de pesetas de aquel año a éste; los tributos también han
disminuido pero al ser una partida pequeña, cuantitativamente
hablando, no quiero entrar en ello; el personal ha
bajado de 82.000 millones a 75.000 y los gastos financieros
son los únicos que han crecido por el problema estructural
de no tener solucionado por esta Cámara el futuro de
Radiotelevisión Española. Es un tema que a todos nos interesa
en un Estado que está en una comunidad de naciones
con potentísimas televisiones públicas y, dentro de nuestro
Estado, con algunas televisiones autonómicas que son unas
potentes y buenísimas televisiones autonómicas. Por tanto,
la única voz que va a tener el Estado en el medio audiovisual
va a ser Radiotelevisión Española. Si ustedes quieren
seguir jugando y no ponerse de acuerdo en aquello en lo
que podrían ponerse de acuerdo fácilmente, creo que la
sociedad les va a exigir una enorme responsabilidad por
no haber actuado a tiempo. Por consiguiente, creo que
mantener gastos en los niveles de 1993 es un esfuerzo notabilísimo
teniendo en cuenta la inflación de costes que se ha
producido en el mercado que contratamos nosotros, fundamentalmente
de derechos tanto artísticos como de antena,
deportivos, etcétera. Voy a hacer una puntualización. Los
gastos financieros de Radiotelevisión Española están calculados
a un tipo prudente del 6 por ciento. También le voy
a decir otra cosa. No sé si pasado mañana van a subir los
tipos de interés, pero yo voy a hacer frente a mis obligaciones
-eso de todas maneras-, y le diré que el conjunto de
la deuda tiene un tipo medio más bajo que el general del
Estado. Por tanto, no hable usted de que las operaciones
financieras que realiza la casa podían ser mejorables.

Únicamente empleando palabras de algún financiero que
hace poco ha firmado. con nosotros una emisión de obligaciones
le diré que 1a solvencia de nuestra casa es notable.

Ni siquiera hemos tenido que acudir al aval del Estado porque
nadie nos lo ha pedido y nuestro rating -calificado
por la Standard and Poors- es igual al del Reino de España,
en una fase en la que están en revisión ratings tan
importantes como los de entidades financieras de primera
fila en este país por su prima de riesgo-país. Por tanto, yo
diría que la situación de Radiotelevisión Española es
buena, es excelente. Ya dijo el otro día en esta misma
Cámara el ministro de Industria y portavoz del Gobierno
una cosa que yo suscribo, y es que la gestión de Radiotelevisión
Española es la correcta. No dijo es correcta, es la
correcta, que tiene una diferenciación bastante distinta a si
se le quitara el artículo.

Modifiquen ustedes el criterio estructural, hagan ustedes
que el Estado empiece a cumplir aquello que dejó de
cumplir en la época de Calviño, que es una obligación que
los juristas denominarían obligación legal, y Radiotelevisión
Española no tendría ningún problema, sino un reconocimiento
y, desde luego, dejaría de estar cuestionada por
aquellos que la quieren fagocitar. Y de ustedes también
-vuelvo a decir- es la responsabilidad de que eso no sea
así, de que no sea posible y, desde luego, de acabar con una
cultura dominante que ustedes se han dejado ocupar y que
han creado los operadores privados. (Varios señores diputados
piden la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Veo que hay solicitud de
nueva intervención. Relego que limitemos el tiempo de
acuerdo con las pautas, porque ya estamos agotando el
plazo que habíamos previsto para esta comparecencia.

Voy a conceder la palabra en el mismo orden en que
han intervenido y por tres minutos. En primer lugar, don
Manuel Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: Muchas gracias, señor
presidente.

Me parece bien que el señor López-Amor valore el tono
constructivo de las intervenciones. Yo no sé si eso, al final,
se podría equiparar con una cierta desesperanza que provoque
el aburrimiento, la incapacidad de que con las propuestas



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de los grupos de la oposición pueda llegar a construirse
elementos distintos de los que se discrepa. Con tanto
momento dulce en Radiotelevisión Española liemos llegado
a sentirnos empalagados, se ha echado sobre nosotros
tal cumulo de azúcar que nos va a ser imposible movernos
con una cierta tranquilidad. Menos mal que el señor LópezAmor,
volviendo a sus costumbres inveteradas, rompe ese
esquema y esa tranquilidad con sus buenos consejos -que
desde luego aprovecharemos los representantes de la soberanía
popular- y con su costumbre de controlar al controlador
y decimos lo que debemos hacer. El problema es que
las afirmaciones que se hacen en torno a calidad, etcétera
-en la vida parlamentaria hay otros momentos para debatirlas,
pero no éste-, no tienen relación causa-efecto con
los Presupuestos Generales del Estado, porque aun admitiendo
-y no será este portavoz quien lo admita- que esa
maravilla de gestión, de actuación, de programación, de
imparcialidad y de pluralidad que se produce en las emisiones
de Televisión Española no acaba uno de entender por
qué, si hubiera menos deuda y más ingresos públicos, iba a
empeorar la calidad. Por tanto, no nos parece un argumento
decir, por ejemplo, que como hay más audiencia estos son
los presupuestos adecuados. No hay ninguna relación
causa-efecto.

En la alusión que ha tenido a bien dirigirme el señor
director general, se volvía a lo que yo decía sobre la subcomisión
y el documento. Mantengo la afirmación que hacía.

Es cínico que en un documento que el señor López-Amor
dice que ha sido asumido por el Gobierno se diga una cosa
rotundamente y que cuando llegan los primeros presupuestos
generales del Estado no se tenga en absoluto en cuenta.

No puede servir de argumento trasladar de nuevo la responsabilidad
precisamente a los grupos de la oposición que
estábamos dispuestos a procurar el consenso, a tratar de
evitar que Radiotelevisión Española se convirtiera en un
instrumento de combate político y que nos vemos todos los
meses defraudados cuando la subcomisión no se reúne ni
actúa, no ciertamente por culpa de ningún grupo de la oposición
sino por culpa del Grupo Popular. Por tanto, trasladarnos
esa responsabilidad es poner cinismo sobre cinismo.

No acaba uno de entender en qué se vulnera la
soberanía que reside en esta Cámara cuando el proyecto de
presupuestos tiene una aportación publica tan limitada o no
se asume la deuda. No existe una relación lógica, no existe
un amparo de la racionalidad sobre esto. ¿O es que alguien
se hubiera enfadado y hubiera sido una ruptura en el tema
de televisión o en política de defensa, de educación o de lo
que sea, si el proyecto de presupuestos tiene un componente
de gasto más alto? Podrá criticarse, se podrá estar de
acuerdo o no, pero en ninguna otra faceta de los presupuestos
generales del Estado osaría ningún grupo decir que es
una vulneración de la soberanía. Es una asunción de responsabilidades
de quien tiene la responsabilidad de presentar
el proyecto, que es el Gobierno.Por cierto, uno tampoco
sabe por qué no se mostró tan exquisito el director general
a respetar los trabajos de la subcomisión, por ejemplo, con
el expediente de regulación de empleo que afecta muy
mucho a los trabajos de la subcomisión y, sin embargo, se
aplicó. No es el momento, ya ha habido debates, para decir
si es bueno, es malo, voluntario o incentivado. No es esa la
cuestión. El hecho es que en unas cosas sí se aplica un criterio,
mientras que para esto, insisto, sin ningún principio
de causalidad se argumente que como la subcomisión está
creada los presupuestos no pueden crecer en ingresos
públicos. Ciertamente nuestro grupo se pensará muy
mucho si tiene sentido que continúe la subcomisión si va a
servir de coartada para que aquello que dice el propio
Gobierno que debe hacer la subcomisión en este documento
no se cumple. El problema es que la subcomisión sale
mucho más herida de este debate de presupuestos porque
hay una crisis de credibilidad profunda, porque si aquello
que el Gobierno propone no da ni el mínimo paso para
cumplirlo en la primera ocasión que tiene, que es este proyecto
de presupuestos, la credibilidad del Partido Popular
cae un escalón más en esta materia.

Por tanto, siento no coincidir con este triunfalismo, con
este optimismo desbordante que sin duda facilitará el tránsito
por su responsabilidad del señor López-Amor, pero
que también entenderá que en muchos aspectos, como se
pone de manifiesto al menos mensualmente en las sesiones
de control, la oposición no coincide. Por eso estoy de
acuerdo con la idea que ha lanzado Felipe Alcaraz sobre la
necesidad de que la oposición efectúe una crítica muy seria
que se pueda convertir en enmiendas a este punto de los
Presupuestos Generales del Estado, en los que se visualice
claramente que hay modelos alternativos y que, por más
capacidad que usted tenga de dirigir el más poderoso instrumento
de publicidad que existe en este país, a algunos
no nos ha convencido.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, en nombre
del Grupo de Izquierda Unida, don Felipe Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor López-Amor,
en su intervención hay un intento de devolvernos la pelota
y de enmarcar la responsabilidad de todos los grupos por
igual en el funcionamiento de la subcomisión. En su intervención
hay ciertos toques de infantilismo y de desfachatez.

Ahora nos corresponde a nosotros, dado el funcionamiento
de la subcomisión, pedir la dimisión del señor
Cisneros para demostrar que no todos tenemos la misma
responsabilidad, que en la etapa anterior en dos meses y
medio no se convocó y se nos llevó a las cuerdas, y en esta
etapa en la que queda aproximadamente mes y medio se
nos está llevando a las cuerdas por falta de funcionamiento
del señor Cisneros. No me diga usted que no tiene ninguna
vinculación con la dirección de su partido o con usted
mismo en algún sentido. Por tanto, es infantil e inaceptable
que diga textualmente: Si ustedes quieren seguir jugando,
ustedes tienen la responsabilidad de lo que está pasando. El
que está jugando es el Partido Popular y el señor Cisneros
como presidente de una subcomisión de la que se está riendo.

Usted dice que nos corresponde a nosotros la soberanía
popular, que tenemos que trabajar, que tenemos que ser
buenos, que tenemos que lograr un consenso histórico del
pacto de Estado para el futuro de la radio y la televisión
públicas. No señor, se nos está engañando. Incluso el otro
día el señor Burballa, de Convergència i Unió, decía que
no se puede seguir abusando de la buena voluntad de Convergència
i Unió. Por tanto, señor López-Amor, habrá que
demostrar que no todos somos responsables de lo que está
pasando y habrá que buscar la forma, la señal para demostrarlo,



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bien pidiendo la dimisión del señor Cisneros, bien
haciendo cualquier cosa o demostrando que no se quiere,
lograr de verdad un consenso y que se va a otro nivel.

Usted no puede hacer buena esa aseveración que ha
hecho aquí de que no existe el documento de la SEPI porque
ya está en manos del Gobierno. El Gobierno en este
momento tiene dos documentos: el que usted ha elaborado
bajo la férula del señor Álvarez Cascos y el que ha elaborado
la SEPI bajo la influencia del señor Piqué. En esa batalla
política veremos a ver hacia qué futuro nos encaminarnos.

Si es el documento de la SEPI es un futuro de
marginalidad de la radio y la televisión públicas en función
del concepto de viabilidad, como si fuera una empresa normal,
una empresa que tiene que funcionar mediante el concepto
de rentabilidad económica; si es el documento que
usted ha elaborado nos podremos poner de acuerdo si es
que hay voluntad para ello. Pero si la subcomisión no existe,
si es un barco fantasmal que va por ahí sin rumbo ni
capitán, ya me dirá usted cuál es nuestra responsabilidad.

Será responsabilidad de ustedes, del Partido Popular, del
señor Cisneros, no nuestra. Y si hay que dar señales más
fuertes habrá que demostrar que no nos corresponde a
nosotros.

El otro día, los miembros del comité intercentros -por
lo visto usted conoce a unos trabajadores que yo no conozco
de Radiotelevisión Española-, le pidieron al señor Cisneros
que convocase la subcomisión. El señor Cisneros respondió
desde una cierta angustia vital como si fuese muy
difícil convocar una subcomisión y parecía, por sus gestos,
que él no podía controlar la decisión de esa reunión normal
de la subcomisión para diseñar el modelo de Radiotelevisión
y la asunción de la deuda. Por tanto, en primer lugar,
la responsabilidad es de ustedes. En segundo lugar, el
Gobierno tiene hoy dos documentos, el redactado por usted
y el redactado por la SEPI, que ya está en manos del señor
Piqué, (llame al señor Piqué) y no sabemos hacia qué futuro
vamos. En tercer lugar, yo conozco a los representantes
de los trabajadores, tengo cartas de Comisiones, de UGT y
del comité intercentros. Quizá usted tiene el consenso de
una cierta parte de los trabajadores, pero muy minoritaria
que, es cierto, también están organizados, pero no de la
inmensa mayoría, señor López-Amor, y no de la representación
oficial de los trabajadores, de la mayoría de las secciones
sindicales y de la inmensa mayoría del comité intercentros;
ese apoyo no lo tiene usted. No hable de los
trabajadores en general porque no es así. Yo tengo todas las
cartas, nos hemos reunido y están en desacuerdo absoluto.

Usted tiene las hojas que reparten de propaganda en la
empresa y no tiene ustedes ese consenso en función de
estos presupuestos y de la gestión que se está realizando.

Por tanto -termino, señor presidente-, no estamos de
acuerdo. Yo soy mal político, señor López-Amor. Yo no sé
hacer papeles. Lo que estoy diciendo aquí va a misa. Se lo
digo para que lo tengamos en cuenta. Usted echa mano del
consejo de administración cuando le interesa, cuando tiene
mayoría en él. Hace poco nos dijo aquí que ya no existía,
que no tenía sentido y ni usted mismo asistía. Y ahora que
votan por mayoría el borrador del presupuesto, entonces si
sirve como cita de autoridad para decir que tiene usted
mayoría en el consejo de administración. O existe o no
existe; no existe para unas cosas y para otras no. Señor
López-Amor, tengan cuidado con este momento de dulce
que están atravesando, tengan cuidado, al menos con la diabetes.

(Risas.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Joaquín
Leguina.




El señor LEGUINA HERRÁN: señor López-Amor,
de un tiempo a esta parte le ha dado a usted un ataque de
optimismo, no sé si para compensar las cifras o simplemente
porque se siente usted optimista. Si es lo último le
doy la enhorabuena porque incluso los optimistas a
veces, pero escasamente, aciertan. No creo que ese sea
su caso. En este momento, sentirse optimista ante esos
resultados me recuerda dos asuntos pasados. Mientras
caían los suicidas desde los altos edificios de Wall Street,
los optimistas estaban diciendo: la prosperidad está a la
vuelta de la esquina. O algo más de actualidad: mientras
se hundía el Titanic con una vía de agua que en cierto
modo se parece a la vía financiera que tiene Televisión
Española, los pasajeros de primera bailaban el Vals.

Puede ser suicida su optimismo, pero dentro de su optimismo
nos dice cosas como que el liderazgo de Televisión
Española crece de manera exponencial. ¡No será
para tanto! Lo que sí crece de manera exponencial es sin
duda la deuda, de suerte que en los próximos presupuestos,
si las cosas no se arreglan, van a tener que utilizar el
papel semilogarítmico porque si utilizan el papel normal
se sale la curva por una esquina. Eso sí que es grave y no
voy a insistir en ello, porque también usted es consciente,
dentro de su optimismo, para saberlo y nos dice que la
solución -como en los viejos jeroglíficos de la prensa-
mañana. La solución pasa por la tan mentada subcomisión.

Me parece bien que usted se coloque en esa posición,
sin duda defensiva, pero no voy a repetir aquí que
esa subcomisión no se reúne y no por culpa de quienes
estamos en la oposición sino del partido que apoya al
Gobierno. Nos da además buenos consejos. Se lo agradecemos
de verdad. No se vayan por las ramas, nos dice.

No, ¡pero si nos colocan en la inopia ustedes! Usted
mismo no da datos, por ejemplo, de la ejecución presupuestaria.

Lo sabe usted muy bien. De manera que ahora,
cuando tiene que comparar presupuestos con presupuestos,
se nos va hasta 1993, y menos mal que no se va hasta
la época en que don Adolfo Suárez era el director general
de Televisión Española porque entonces las cuentas podían
salirles estupendamente porque trabajaban en monopolio,
ahora ya no. Comparar los presupuestos de 1998
con los de 1999 nos lleva una vez más a lo que le he
dicho: los ingresos crecen muy poco y los gastos sí que
crecen; y no me estoy refiriendo a los gastos de personal,
que sin duda es un problema grave, y no veo que haya
levantado excesivas protestas el expediente de regulación
de empleo o las políticas de personal que usted ha
llevado; y se lo digo claramente. Protestas siempre va a
haber en ese terreno, pero no ha tenido usted excesivas
protestas ni en esta casa ni en la suya. Por tanto, sacándolo
de ahí nos encontramos con que los gastos de compra,
de materias primas, de servicios profesionales respecto
a los presupuestos del año pasado crecen
excesivamente, seguramente, puesto que le veo tan convencido



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de su buena gestión, porque la ejecución de los
presupuestos del año pasado y que usted no nos da no es
la presupuestada, sino que, por las razones que sea, se ha
asumido el gasto realizado respecto al gasto presupuestado.

En todo caso, señor López-Amor, consejo por consejo,
y nosotros aceptamos los suyos porque sabemos que
son de buena voluntad. No nos vamos a ir por las ramas
pero tampoco vamos a cortar el árbol. Vamos a intentar
que ese árbol con sus ramas crezca, para lo cual inexorablemente
ustedes, primero, se tienen que aplicar a una
gestión aún más restrictiva y menos optimista, entre
comillas, y desde luego este Gobierno, al que usted aquí
no representa pero con el cual le unen algunos lazos de
vieja data, tiene que meter mano a este asunto no sólo
planteando a la Comisión una solución, que se puede discutir
y se puede hablar sobre ella, sino manos a la obra,
para lo cual el señor Rato, ministro de Economía y
Hacienda, podía haber sido algo más generoso con Televisión
Española. Es cierto que la práctica de no asumir la
deuda no la inicia el Partido Popular, pero la comparación
de los años de Gobierno socialista con los pocos
años de Gobierno popular resulta absolutamente odiosa
porque ustedes en estos dos años no se han subido a un
árbol, se han subido a la parra y han multiplicado fácilmente
por tres la deuda que había. Por tanto, que cada
palo que aguante su vela; en este caso, que cada Gobierno
aguante la deuda que se ha generado, y la de ustedes
es simplemente, señor López-Amor, espectacular.




El señor PRESIDENTE: El señor Peñalosa tiene la
palabra.




El señor PEÑALOSARUIZ: Aunque naturalmente yo
no he sido contradicho, por la intervención del director
general sí se han producido repetidas referencias a la
responsabilidad
del Grupo Parlamentario Popular en el funcionamiento
de la subcomisión y, desde ese punto de vista
y con toda brevedad, quisiera rechazar todas las imputaciones
que se han hecho esta tarde respecto a la voluntad de
este grupo parlamentario y al deseo de reunir a la subcomisión.

Quisiera también condenar las a mi juicio graves,
referencias que se han hecho al presidente de la Comisión
Constitucional, que denotan muy poca calidad política en
algunos comentarios. El Grupo Parlamentario Popular, por
lo que yo sé, es el único que formalmente ha solicitado la
convocatoria de la subcomisión. Estamos dispuestos a reunirnos
de forma inmediata, en la fecha más próxima que se
convenga y, por tanto, no podemos sino rechazar todas esas
acusaciones que se han hecho. Nosotros coincidimos plenamente
con el informe presentado por el Gobierno a la
subcomisión, tal vez otros, en una indigencia de propuestas,
tengan luego que hacer encendidas defensas públicas
de Radiotelevisión Española en este tipo de actos. Nosotros
seguimos confiando en la racionalidad, en el sentido
común, en el sosiego, en la mesura, es decir, en el trabajo
que se puede desarrollar en la subcomisión.Por tanto, insisto
en que estamos en condiciones de reunirnos en el mismo
momento en que los grupos lo deseen.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate tiene la
palabra el director de Radiotelevisión Española.

El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE
PÚBLICO RTVE (López-Amor García): Señor presidente,
señorías, quiero agradecer una vez más -y con
ello termino ya esta comparecencia ante SS.SS.- el tono
de sus intervenciones, especialmente la del señor Leguina,
que entiendo que dentro de la oposición que está
practicando tiene elementos tremendamente aprovechables
y constructivos. Quiero aprovechar este turno que
me concede la Presidencia para cerrar esta comparecencia
dándole algunos datos que yo creo que son importantes,
que están fuera de los argumentos y que se sostienen
en los números, y que van dedicados sobre todo al señor
Leguina. Le voy a dar la ejecución presupuestaria del año
1997. Por tanto, si a usted le interesa tome nota o léase el
«Diario de Sesiones» con posterioridad, y verá que la
gestión puede ser calificada -y no está bien que lo haga
yo- de óptima. Señor Leguina, los gastos presupuestados
se ejecutaron en menos un 5 por ciento y los ingresos
crecieron un 20 por ciento, lo que nos da un beneficio en
contabilidad presupuestaria de 26.244 millones en el
ejercicio 1997. Por tanto, a los datos me remito y tengo a
su disposición este cuadro que oportunamente le remitiré,
pero únicamente le he dado las cifras mayores y para
que conste en el «Diario de Sesiones» y usted no siga
preguntando, porque yo entiendo que donde hay que preguntar
esas cosas es aquí; lo otro es una comisión de control
político que garantice el pluralismo, que garantice la
independencia del Ente Público Radiotelevisión Española.

Por consiguiente, quiero agradecer su intervención,
así como la de don Felipe Alcaraz, representante de
Izquierda Unida, que estoy convencido de que por encima
de lo que dice hay cosas que evidentemente son ciertas.

El conjunto de las decisiones del comité de empresa
rara vez se toman por votación. Los sindicatos que componen
el comité de empresa se sienten frustrados en
muchas ocasiones por un presidente que toma decisiones
que no se corresponden con la voluntad mayoritaria de
los trabajadores o de los sindicatos que lo integran. Le
diré que también hay otros muchos trabajadores no afiliados
sindicalmente. Usted sabe que el nivel de afiliación
sindical en este país es muy bajo. Hay muchísimos
trabajadores que se han dirigido a mí y se están dirigiendo
de forma permanente para llevar a cabo y ejecutar el
plan de regulación de empleo que tiene planteado la
Dirección General de Radiotelevisión Española. Por
tanto, no piense usted que la voz unívoca de los trabajadores
es la de un representante, el presidente del comité
de empresa, al cual yo le tengo mucho respeto pero que
no es más que una voz y que cuando haga de portavoz de
decisiones tomadas en el seno del comité tendrá muchísimo
más respeto por mi parte que cuando son opiniones
personales derivadas de su militancia política.

Con ello termino. Deseo agradecer las intervenciones
de los dos principales partidos de la oposición e instarles,
una vez más, a que el buen sentido común haga posible el
pacto de Estado en la subcomisión.




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El señor PRESIDENTE: Gracias a don Fernando
López-Amor por su comparecenca ante la Comisión de
Presupuestos.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE
COMUNICACIÓN (MARTÍN MARÍN). A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO
SOCIALISTA. (Número de expediente 212/001633).




El señor PRESIDENTE: La siguiente comparecencia
es la de don Pedro Martín Marín, a quien le agradezco su
presencia, a petición del Grupo Parlamentario Socialista.

Tiene la palabra el señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Señor presidente,
quiero agradecer también al secretario de Estado su
presencia en esta Comisión. No sé si es la primera vez que
comparece ante la Cámara desde su nombramiento, pero si
es así, doble agradecimiento.

Estamos ante una secretaría de Estado que en la perspectiva
presupuestaria no es, sin duda alguna, de las que
tiene una relevancia fundamental por su volumen cuantitativo.

No es menos cierto que, al estar la secretaría de Estado
en el Ministerio de la Presidencia y cumplir una función
de marcado carácter político por la cercanía, obviamente,
con la Presidencia del Gobierno, los aspectos cualitativos
adquieren una cierta singularidad, y a ellos me voy a referir
haciendo algún comentario y alguna pregunta, que podrá
ser respondida en este acto o a través del conducto ordinario
y solicitando información complementaria en relación
con el programa de la cobertura informativa que gestiona
su secretaría de Estado.

En primer lugar, le tengo que trasladar una reflexión
bastante evidente que afecta a su secretaria de Estado,
pero que en general afecta a todo el Ministerio de la Presidencia,
y es que no está siendo un buen ejemplo en la
linea de los programas o planes que su Gobierno aprobó.

Ya sé que su gestión es breve en el tiempo y, por tanto, su
alícuota parte de responsabilidad es escasa, pero en la
lógica corresponsabilidad de la acción política, se lo
tengo que trasladar así. Su Gobierno, hace año y medio
aproximadamente, aprobó un plan de austeridad, un plan
de ahorro del gasto corriente por el que se comprometía a
una reducción del mismo en torno al 30 por ciento. Este
es el tercer presupuesto que el Gobierno del señor Aznar
presenta en esta Cámara y el ministerio que podría ser
considerado como más emblemático, el Ministerio de la
Presidencia, también su secretaría de Estado, no sólo no
ha dado muestras de cumplir ese plan, sino más bien
camina en un proceso creciente de aumento del capítulo
2, que es obviamente donde se analiza el plan de ahorro y
el gasto corriente. Lo digo porque seguramente usted no
lo recuerda, no estaba tan directamente en estas lides de
la actividad política, pero el Ministerio de la Presidencia,
especialmente el Palacio de La Moncloa, fue una auténtica
obsesión por parte del Grupo Popular en su día en la
oposición, por su estructura mastodóntica y su excesivo
presupuesto. No llega a tres años y ya han superado el
presupuesto. El señor Aznar y el Ministerio de la Presidencia
han superado el presupuesto global y su secretaría
de Estado, por ejemplo en capítulo 2, gasto corriente, ha
aumentado un 15,7 por ciento en tan solo dos años, cuando,
como le digo, existía ese compromiso, ese plan anunciado.

Por tanto, he de constatar que sigue una tendencia
de aumento del gasto corriente que este año se explícita,
en lo que afecta a su presupuesto, pasando de 408 millones
de pesetas a 458; es decir, un aumento que supera el
10 por ciento. Por cierto, dentro de ese capítulo 2, que es
el que tiene una mayor relevancia a efectos de análisis,
nos gustaría que nos explicase, bien en este momento y si
no que nos lo remita a esta Comisión, el concepto relativo
a los trabajos realizados por otras empresas y profesionales,
más concretamente, los estudios y trabajos técnicos,
así como otros que aparecen enumerados genéricamente.

Nos gustaría conocer qué trabajos se están realizando en
el año en curso -supongo que serán de la misma naturaleza
o parecida- y cuáles se piensan realizar con cargo a
ese concepto el año que viene.

Inevitablemente tengo que hacerle una pregunta, aunque
parece evidente que ese concepto que este año aparece
por primera vez ubicado en su secretaría de Estado, en
concreto dentro de las transferencias corrientes, esa
importante cantidad de 3.390 millones de pesetas, es para
el cumplimiento de diversas sentencias que imaginamos
que son las vinculadas con el diario El Alcázar y algún
otro medio de comunicación más. Simplemente quería
preguntarle -sabe que en su día hubo un debate en la
Cámara y debe conocer cuáles fueron las posiciones de
muchos grupos parlamentarios y, evidentemente, la polémica
que se suscitó- si esta cantidad es para ello y si es
inequívoca, como parece, la voluntad de proceder a este
pago a pesar de las diferentes posiciones e interpretaciones
sobre la sentencia del Supremo que de alguna manera afloraron,
vamos a decirlo así, cuando en su momento el
Gobierno envió dos decretos leyes a la Cámara que seguramente
usted conocerá.

Esto es lo que quería transmitir. En la medida en que
pueda contestar a alguna de las cosas, lo hace, y si no, lo
traslada al Grupo Socialista a través de la Presidencia de la
Comisión. Como más sobresalientes quiero significar estos
puntos. Ya sé que usted tiene un presupuesto reducido dentro
del Ministerio de la Presidencia, y mucho más dentro
del conjunto del presupuesto, pero en capítulo 2, gasto
corriente, en ese espíritu no está siendo ejemplar. Seguramente
no es fruto de su gestión, pero las cifras, para bien o
para mal, son las que son y le aseguro que esto lo vamos a
explicitar permanentemente porque para el Grupo Socialista
el recuerdo está muy vivo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Cámara.




El señor CÁMARARODRÍGUEZ-VALENZUELA:
Señor presidente, quiero hacer una brevísima puntualización
puesto que la intervención del portavoz del Grupo
Socialista, que era el que había solicitado la comparecencia,
tampoco da para mucho. Ciertamente, se pueden hacer
todos los esfuerzos extraordinarios que se quieran para
hacer ver que hay una menor retracción del gasto corriente,
para hacer ver malo lo que no es más que una política de
austeridad llevada también al Ministerio de la Presidencia,
cuino tendremos oportunidad de ver en la siguiente comparecencia



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del subsecretario de la Presidencia. Tendremos
oportunidad de ver cómo no es cierta la foto, la descripción
que ha hecho del cuadro económico en el capítulo 2, sino
todo lo contrario. Simplemente confirmamos la sospecha
que tenía nuestro grupo: que la razón por la que se solicita
la comparecencia del secretario de Estado de Comunicación
es para que explique si se va a cumplir la sentencia de
la Sala Tercera del Tribunal Supremo y en qué términos.

Esto no hacia falta enmascararlo de comparecencia para
explicar el presupuesto. Obviamente, en el capítulo 2 del
presupuesto, en la sección correspondiente a la secretaría
de Estado de Comunicación, están incluidas las partidas
para hacer frente a los gastos ineludibles del Ministerio de
la Presidencia.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario
de Estado de Comunicación.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMUNICACIÓN
(Martín Marín): En primer lugar, quisiera
agradecer a la Mesa y a SS.SS. la recepción que he tenido
ya que comparezco por primera vez como tal secretario de
Estado de Comunicación y para un tema tan árido como
son los presupuestos y, evidentemente, tan diferentes a los
de la anterior secretaría de Estado que me cupo ejercer.

También quisiera agradecer al Grupo Socialista el tono de
su intervención y la concreción de sus preguntas. Le agradezco
ese tono y le anuncio que discrepo en la globalidad,
puesto que pretendo demostrar a S.S. que tanto cuantitativa
como cualitativamente se han ejecutado todos y cada uno
de los presupuestos a la hora de cumplir con el proyecto
politice de este Gobierno, es decir, la austeridad, por
supuesto, y el rigor y la transparencia; y al rigor y a la
transparencia
me referiré posteriormente.

Como muy bien sabe S.S., hay un único programa.

Estamos hablando de un capítulo 1, de personal, y de un
capítulo 2, que usted sabe muy bien que no se trata de
unos gastos corrientes ordinarios, sino de ejercer el deber
que tiene todo ejecutivo de informar a los ciudadanos
españoles para que éstos puedan también ejercer su derecho
a recibir esa información y vivir dentro del pluralismo.

Y no son tan relevantes, como efectivamente señalaba
S.S., los presupuestos de la secretaría de Estado de la
información, puesto que cuantitativamente estamos
hablando, comparando presupuestos homogéneos -quisiera
establecer esta primera diferenciación puesto que
comparamos presupuestos 1998 y 1999 homogéneamente,
con la excepción a que se ha referido S.S. y que des
pués entraré a contestar brevemente-, de un aumento del
4,03 por ciento. Repito, comparando presupuestos homogéneos,
si me permite la expresión S.S., comparando peras
con peras y manzanas con manzanas, el presupuesto
aumenta un 4,03 por ciento; es decir, está dentro del criterio
de austeridad y rigor marcado por el Gobierno. Además,
cualitativamente también coincide plenamente con el
objetivo del Gobierno puesto que en el capítulo 1 se mantiene
el 1,8 por ciento de aumento respecto del ejercicio
anterior y en el capítulo 2, al que usted se ha referido
anteriormente y que tiene un aumento de 49 millones
de pesetas, se sigue manteniendo la línea de austeridad,
puesto que, haciendo esa comparación que hacia S.S.,
recordando unos debates a los que no tuve la oportunidad
de acudir pero con los que me siento absolutamente solidario,
desde el año 1996 hasta 1999 1a reducción en ese
capítulo 2 ha sido del 10,74 por ciento. Cualitativamente
este dato me parece muy significativo, me gustaría que
constara y lo tiene a su disposición.

En todo caso, quisiera señalar también que, cuantitativamente,
esta cifra de los 49 millones de pesetas se está
refiriendo fundamentalmente a ese deber que tenemos de
informar y a la mayor presencia de España en el extranjero,
según esa política informativa, al cumplimiento de
una obligación que tiene esta Secretaría de Estado de
cubrir todos y cada uno de los viajes que se realizan tanto
por la jefatura del Estado como por el propio Gobierno y
recibir a los embajadores extranjeros, a los representantes
extranjeros en España y, por tanto, adecuarse en el
rigor al presupuesto del año 1999. En cualquier caso, le
reitero a usted que ese capítulo 2, comparado desde el
año 1996 al año 1999, en que le corresponde la responsabilidad
a este Gobierno, ha reducido sus gastos en un
10,74 por ciento.

Hace usted la pregunta concreta de los trabajos realizados
por otras empresas; exactamente es en el capítulo 2 el
concepto 227. Le voy a responder, si me permite S.S., aunque,
como muy bien ha indicado, podría contestar en próximo
fechas, que en ese concepto se refiere, por un lado, a
unos trabajos técnicos, es decir, se imputa 10.670.000 pesetas
a los contratos de los servicios de mozos y de jardinería,
que ha tenido un aumento del cero por ciento, y, por otro, a
los trabajos realizados por otras empresas, que sufre un
aumento de dos millones y medio de pesetas, que se refieren
a importes correspondientes a los contratos con las
agencias de noticias, ya que, para el buen funcionamiento
de la Secretaría de Estado y para cumplir con su obligación,
es necesario recibir toda la información que se genere
con la mayor urgencia posible, material de primer orden
imprescindible para ejercer la política de información y
difusión que el Gobierno exige. Así pues, por tanto, aquí
figuran los contratos con todas las agencias de noticias:
Vasco Press, Servimedia, Colpisa, Agencia Efe, Reuter,
France Press, Europa Press, OTR, es decir, con todas y
cada una de las agencias y que se ha ido adecuando
presupuestariamente.




Por último -creo que respondo a todas las preguntas
que me ha formulado S.S.-, quisiera decirle que, efectivamente,
existe una voluntad inequívoca. Usted ha preguntado
cuál es la voluntad de este Gobierno y yo le digo que
existe una voluntad inequívoca de este Gobierno, en definitiva,
del Poder Ejecutivo, de cumplir con las reglas y las
normas del Estado de derecho, es decir, de cumplir con
todas y cada una de las resoluciones que se dictan por el
Poder Judicial. Aquí se trata única y exclusivamente, en
definitiva, de cumplir una resolución firme del Tribunal
Supremo y de mostrar inequívocamente esa voluntad
haciéndolo constar en los Presupuestos Generales del Estado.

No sé si he respondido a esa pregunta, porque estoy
seguro, absolutamente convencido de que usted no pretendía
indicar que el Gobierno o ninguna persona de este
Gobierno hubiera incurrido en un posible delito o en una
posible desobediencia o desacato a las resoluciones judiciales.




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Por mi parte nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Por espacio de tres minutos,
tiene la palabra el señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Menos incluso.

Es verdad que, a pesar de ser la comparecencia de los
presupuestos, el señor secretario de Estado de Comunicación
ha ejercido más como tal que como director del centro
gestor del gasto del presupuesto y le voy a decir el motivo.

Hay alguna contradicción notable; ha reconocido que hay
un aumento del 4 por ciento del presupuesto de su Secretaría
de Estado. Lo que yo le trato de decir es que el Gobierno
aprobó un plan de ahorro, de austeridad del capítulo 2,
gasto corriente, desde que es Gobierno, para su gobierno,
para sus ejercicios presupuestarios, estimado en un 3 a un 6
por ciento. Si las cifras no nos fallan a ninguno, que yo creo
que no porque son unos presupuestos oficiales, el capítulo
2 de ustedes en el presupuesto de 1997, el primero que
hicieron, estaba en 396 millones y ahora está ya en 458.

Comparando peras con peras o como quiera usted, lo que
hay es un aumento evidente y no una reducción. Fíjese que
yo no le critico que haya un aumento; tiene usted razón, ya
que hay que cubrir adecuadamente los gastos que supone
la cobertura informativa de los viajes, la presencia de mandatarios,
etcétera.Lo único que les digo es que, cuando
gobernaba Felipe González y el Partido Socialista, también
existía eso y ustedes lo criticaban -no usted en concreto,
sino el grupo que sostiene a su Gobierno- de una
manera feroz y decían que los gastos de Moncloa eran disparatados.

También había mandatarios y cumbres europeas
y la información era muy importante, como ahora y
nosotros no se lo criticamos. Pero no se tiren además el
farol de decir que van a reducir el gasto corriente de un 3 a
un 6 por ciento con ese plan de austeridad que ustedes
pusieron en marcha no desde 1997; este grupo tiene la
obligación de controlar lógicamente al Gobierno en esta
legislatura. De 1997 a 1999 ha aumentado el gasto corriente
y, sin embargo, ustedes se comprometieron, el Gobierno
en su conjunto, a reducirlo de un 3 a un 6 por ciento.

En relación con las sentencias, lo único que quería era
confirmar si, en efecto, se refería a las famosas sentencias
de El Alcázar y creo que también del diario Egin, pero no
quería entrar en un juicio de intenciones.

Por lo demás, le agradezco el resto de las contestaciones
precisas a lo que yo le había planteado.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




SECRETARIO DE ESTADO
El señor DE COMUNICACIÓN
(Martín Marín): Muy brevemente, le reitero
una vez más que la reducción a la que se refería S.S. era la
del 3 o el 4 por ciento.Yo le quiero recordar un dato que he
dado anteriormente, que de 1996 a 1999 la reducción en el
capítulo 2 es del 10, 74 por ciento.




El señor PRESIDENTE: Suspendemos aquí la Comisión
y vamos a intentar reemprenderla a las seis y cuarto
con el subsecretario de la Presidencia.

Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




- DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA
(JUNQUERA GONZÁLEZ). A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR
(número de expediente 212/001559) Y DEL
GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA
(número de expediente 212/001634).




El señor PRESIDENTE: Reanudamos las comparecencias
con la del subsecretario de la Presidencia -agradezco
a don Juan Junquera su presencia en la Comisión de
Presupuestos-, que ha sido solicitada por el Grupo Parlamentario
Socialista y por el Grupo Parlamentario Popular.

Damos la palabra, en primer lugar, al Grupo Parlamentario
Socialista. Don José Luis Rodríguez Zapatero tiene la
palabra.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Gracias, señor
subsecretario. Como suele ser habitual, la comparecencia
tiene como objetivo el conocer por parte de los diferentes
grupos parlamentarios algunas informaciones complementarias
a lo que el presupuesto contiene. El presupuesto de la
Presidencia de este año -seguramente de manera coyuntural,
aunque la tendencia viene siendo ya notoria- tiene
una expansión cuantitativa, seguramente por alguna de las
circunstancias que usted comentará y que en mi intervención
también citaré de pasada.

En lo que afecta al Ministerio de la Presidencia del
Gobierno (que obviamente no puede tener más referencia
que la Subsecretaría a los efectos de información complementaria),
nos gustaría conocer con detalle -quizá no sea
posible en este acto- cuales son las inversiones que se han
producido o que se están produciendo con cargo a los presupuestos
de 1998 y que ascendían a la cifra de 282 millones
de pesetas, y cuáles son las inversiones previstas, con
cargo al mismo concepto, para el año 1999. Como es evidente,
estoy refiriéndome únicamente al programa 112.A,
de la Presidencia del Gobierno, e intentando conocer qué
inversiones se están realizando en el Palacio de la Moncloa,
cuáles son las que se han realizado en el año 1998 y
las previstas para el año 1999 que, como es visible a la hora
de su lectura, experimentan un ligero aumento.

Desde un punto de vista más global, en la comparecencia
del secretario de Estado de Comunicación -que es uno
de los altos cargos del Ministerio-, acabo de hacer una
reflexión que inevitablemente le tengo que trasladar al
señor subsecretario, aunque esto de las cifras siempre se
convierte en una guerra un poco estéril. Es verdad que cada
uno coge los presupuestos y los analiza a su modo, pero
creo que al menos podríamos admitir que los trazos importantes
son reales, más allá de los porcentajes y de chino
comparemos las magnitudes. Lo cierto es que el capítulo 2,
Ministerio de la Presidencia y, como es lógico, de la mayoría
de los centros directivos al frente de los corales hay distintos
altos cargos tiene un aumento significativo. Es verdad,
que dentro de ese aumento hay dos razones coyunturales
-usted me las va a poner encima de la mesa y yo se las
reconozco, al menos una de ellas-, que son el aumento,



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muy fuerte, de transferencia a la Agencia Efe que tiene este
ano el Ministerio de la Presidencia y la novedad -que no
vamos a discutir- de la ubicación de la Oficina de fomento
y coordinación tecnológica en la Presidencia del Gobierno.

Aun así, esos dos conceptos (el capítulo 2, de la Oficina,
y los 1.200 millones a la Agencia Efe) sumarían 1.400
millones, cuando lo cierto es que el aumento del capítulo 2
es significativamente mayor y la evolución -que es quizá
lo que nos parece Inés relevante en términos políticos,
como puede usted comprender fácilmente- pone de manifiesto
que, lejos de producirse un ahorro del gasto corriente
en la emblemática Moncloa, donde radica la Presidencia
del Gobierno y el Ministerio de la Vicepresidencia -y en
este caso también el vicepresidente del Gobierno-, la evolución
del capítulo 2 tiene un aumento; no voy a decir que
disparatado ni exagerado, pero tiene un aumento que no se
compagina con los planes de austeridad (que no sé
si siguen o no en vigor) que en su día aprobó el Gobierno
-hace año y medio- de reducción del gasto corriente
entre un 3 y un 6 por ciento. El año pasado comentábamos
-seguro que usted lo recordará- lo que había pasado con
los presupuestos en relación con las dietas y demás. Le
vuelvo a insistir en la misma filosofía, como hacíamos hace
un momento con el secretario de Estado de Comunicación.

Seguramente esos aumentos del gasto corriente -no es
que los consideremos disparatados- son necesarios, pero
no van en coherencia con esas proclamas de ahorro y de
que su Gobierno iba a hacer del presupuesto un auténtico
milagro. Lógicamente, se trataba de gastar una cantidad
mucho menor de recursos públicos para prestar, en lo que
es el funcionamiento de la propia Administración del Estado,
unos servicios, los mínimos que requiere un Gobierno
de un país como España. Emblemáticamente era muy significativo
lo que pasarla en la Presidencia del Gobierno y la
evolución sigue la misma tónica. Es más (fijese que yo no
critico la decisión de que se haya adscrito la coordinación
de la Oficina de fomento de la tecnología), se contradice
mucho con lo que se dijo en su momento de la Presidencia
del Gobierno desde el Grupo Parlamentario Popular en la
oposición. Se consideraba que era ya una estructura ciertamente
mastodóntica y ahora resulta que el Gobierno del
señor Aznar adscribe nuevos centros directivos -por
tanto, más funcionarios, más presupuestos- a la Presidencia
del Gobierno. Y a la mejor está bien que esté ahí (insisto,
seguramente es conveniente que se produzca esa coordinación
desde la Presidencia del Gobierno), pero desde
luego se contradice enormemente con lo que hemos oído y
con las explicaciones y criticas que en su día se produjeron
de una manera muy evidente.

También nos gustaría conocer algunas partidas concretas
que son enormemente significativas. Me quiero referir
concretamente a lo que afecta, dentro del capítulo 2, a las
indemnizaciones por razón del servicio que antes mencionaba
de pasada. La verdad es que el aumento que han tenido
en los últimos tiempos es exagerado. Fíjese que en
el año 1997 ustedes presupuestaron 183 millones y en el
año 1999 ya han presupuestado 488 millones para dietas y
gastos de locomoción; no sé qué porcentaje es, seguramente
usted tiene los datos mejor que yo, pero el grosor de las
cifras es notable. Esto tiene que explicarlo, señor subsecretario,
porque escuchamos hasta la saciedad las críticas del
Grupo Popular. A lo mejor, el Ministerio de la Presidencia
y, entre otros, la Presidencia del Gobierno necesita el gasto
de casi 500 millones para dietas de desplazamiento de personal,
de los funcionarios, de los altos cargos. Cuando en el
año 1997 presupuestaban una cifra que no llegaba a los 200
millones y ahora casi llegan a los 500, eso necesita explicación.

Le voy a confesar una cosa. Cuando yo era simplemente
diputado del Grupo Socialista y había un Gobierno
del PSOE, oí furibundas críticas sobre lo que se empleaba
en gastos de desplazamiento en la Moncloa y alguna vez
me sentí sensible a esas voces. Ahora, viendo estas cifras,
me parece que aquello era una gran estafa y un ejercicio de
oportunismo político y de cicatería y de visión de Estado
enorme, porque seguramente la Presidencia y el Ministerio
de la Presidencia necesita 500 millones de gastos en dietas;
a lo mejor se viaja mucho y hay que pagar bien los desplazamientos,
pero me gustaría que hubiera una explicación y
saber en dónde se han producido esos aumentos tan significativos.

Fíjese, con esas dos cosas nos conformaríamos:
con las inversiones en el Palacio de la Moncloa -que
supongo que nos las podrá remitir, si no las tiene-, con
esa reflexión del capítulo 2, y con lo que electa a las
indemnizaciones
por razón del servicio.

Antes me decía una ex ministra que cuando tenía la responsabilidad
había pasado por situaciones de auténtica
angustia a la hora de preguntar hasta el último detalle del
último gasto de dietas de protocolo, que se producían, creo
que ése no es nuestro estilo, no lo va a ser en la tarea de
oposición. Por tanto, me remito a esas grandes cifras con la
reflexión política de que la Moncloa o el Ministerio de la
Presidencia crece; a lo mejor es que debe crecer, pero crece.

Si los ecos de esta Cámara llegaran desde no hace mucho
tiempo hasta la actualidad, nos podríamos quedar asustados
de lo que podría reflejar la historia parlamentaria y la
historia pequeña también de este país, pero que ha tenido
una cierta significación.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Cámara.




El señor CÁMARARODRÍGUEZ-VALENZUELA:
Queremos dar la bienvenida, como no podía ser de otra
manera, al señor subsecretario de la Presidencia. Aunque
pueda parecer paradójico nuestro grupo tiene alguna pregunta
que formular, además de las expresadas por el Grupo
Socialista, que creemos que tienen interés.

Es necesario aclarar alguna cifra que en este presupuesto
tiene variaciones porcentuales ciertamente significativas.

Lo que tratamos de despejar en esta comparecencia es
si las variaciones porcentuales tienen algún reflejo en la
gestión en algún capítulo significativo dentro del propio
ministerio, porque en un presupuesto tan modesto, como es
del Ministerio de la Presidencia con 47.500 millones de
pesetas, una variación porcentual puede decir muy poco o
mucho. El crecimiento de la sección es ciertamente significativo,
como decía al principio, ya que aumenta un 34,5
por ciento. Nosotros tenemos detectado alguno de los motivos
-y alguno ha salido en la comparecencia que se produjo
inmediatamente anterior a la presente y también en
otras- que creemos que influyen considerablemente en
este incremento significativo de las partidas presupuestarias



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que este año se reflejan en el Ministerio de la Presidencia
en la sección 25. Como ha señalado el portavoz del
Grupo Socialista la adscripción al Ministerio de la Presidencia
de la Oficina de Ciencia y Tecnología tiene algo que
ver con este incremento presupuestario, ya que el 30 de
enero aparece un real decreto donde se crea dicha Oficina
que gestiona el nuevo programa de la función 54 del presupuesto,
el 542.M; y ésta es una de las razones por las que se
incrementa el presupuesto. También hay alguna otra, que
se mencionaba en la comparecencia anterior, referida al
cumplimiento de las sentencias de la Sala Tercera del Tribunal
Supremo que asimismo están incardinadas en esta
sección presupuestaria, por lo que debe añadirse a las razones
por las que el crecimiento es del tenor que se produce.

Pero esto es algo para lo que pedimos aclaración al señor
subsecretario.

Además, como ha señalado el portavoz del Grupo
Socialista señor Rodríguez Zapatero, hay una partida que
está relacionada con el contrato-marco firmado por la
Agencia Efe, destinada a pagar la cobertura informativa
que ofrece esta Agencia en régimen de prestación de servicios,
que sufre un incremento. Aunque bien es cierto que
después tiene que producirse la comparecencia del responsable
de la Agencia Efe en este sentido, no sería malo que
el subsecretario hiciera una referencia para dar una sensación
de globalidad de por qué razones se incrementa el presupuesto
y del nodo que lo hace, pero lo dejo, como no
puede ser de otra manera, al único y exclusivo criterio del
subsecretario.

Aunque éste es el crecimiento global de todo el presupuesto
de la sección 25, hay algunos capítulos que también
tienen unas variaciones porcentuales significativas sobre
las que también recabaríamos la información para nuestro
grupo. El capítulo 2 figura nominalmente con un incremento
del presupuesto del 21,6 por ciento y esto puede chocar
con una política de austeridad en el gasto, si no tiene una
explicación que sin duda nos dará el señor subsecretario.

También observamos el incremento del capítulo 4, transferencias
corrientes, que experimenta un importantísimo
aumento nominal del 51 por ciento. En estas partidas es
donde creo que están exactamente incardinadas las transferencias
para el Tribunal Supremo,por eso le solicitaríamos
mayor información al respecto, porque daría respuesta a
este incremento tan importante en el capítulo 4.

Necesitaríamos alguna aclaración sobre el incremento
del 275,5 por ciento, porque porcentualmente es el más significativo
de los incrementos que se producen en el presupuesto
de Presidencia, en la sección 25, en el capítulo 7,
transferencias de capital.

Por último, queríamos que nos explicara un poco el
señor subsecretario qué engloba este programa 542.M de
fomento y coordinación para la investigación científica y
técnica y cómo se nutre del presupuesto. Parece que las
dotaciones se producen por transferencia del Ministerio de
Educación y Cultura y en esta medida creernos que podía
ser interesante que aportara alguna información a este respecto.




Según los números que hemos hechos, -por eso sería
bueno que despejara la duda de si estamos o no en lo cierto-
hay. un incremento nominal del 34 por ciento del presupuesto,
pero eliminadas estas partidas globales, que son
cuantitativamente importantes dentro de un presupuesto
muy modesto, tendríamos un incremento de un 2,36 por
ciento del ministerio; incremento que ciertamente es uno
de los más bajos, eliminando alguna de las aportaciones
presupuestarias novedosas de esta sección 25 en este ejercicio
presupuestario, como es la creación de la Oficina de
Ciencia y Tecnología, las cantidades necesarias para dar
cumplimiento a las sentencias de la Sala Tercera y el contrato
marco firmado con la Agencia Efe.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el subsecretario
de la Presidencia.




El señor SUBSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA
(Junquera González): A la vista de las preguntas que
han formulado el diputado señor Rodríguez Zapatero y el
diputado señor Cámara, me permito ordenar la contestación
de las mismas, partiendo del planteamiento más general
y viendo luego los planteamientos más particulares, es
decir, lo que se refiere a inversiones, a gastos corrientes, a
los capítulos 4 y 7. Así que haré, en primer lugar, un análisis
general, en el que trataré de dar explicación incluso a
temas puntuales de cada uno de los capítulos, y luego pasaremos
a aspectos más concretos, más definidos de los
diversos capítulos que integran el presupuesto.

Efectivamente, el presupuesto del Ministerio de la Presidencia
y de la Presidencia del Gobierno, conjuntamente
considerados, es decir la sección 25, experimenta en el próximo
ejercicio económico un crecimiento muy importante.

En el año anterior, es decir, en el ejercicio todavía en curso
de 1998, el gasto total del Estado era de 35.373 millones en
esta sección 25, el próximo año queda presupuestado en
una cifra notablemente superior, 42.589 millones, es decir,
experimenta un crecimiento de 12.216 millones, que en términos
porcentuales representa el 34,5 por ciento. Sin duda
alguna es muy importante, es espectacular, como se ha
dicho por los señores diputados y, en cierta medida, el más
alto del conjunto de los crecimientos que arrojan los diversos
departamentos ministeriales. Pero este crecimiento
tiene tres causas bien definidas que son de carácter coyuntural,
ocasional o que representan la incorporación de nuevos
servicios al área de la Presidencia del Gobierno. Exactamente,
las causas fundamentales de este crecimiento tan
notable son, en primer término, la incorporación de la Oficina
de Ciencia y Tecnología, que aparece con un presupuesto
nuevo y con un programa específico, el 542.M, que
representa en conjunto 6.796 millones, una de las cifras
más importantes. Sin embargo, hay que decir como aclaración
que la incorporación de este nuevo servicio, de este
nuevo centro al área de la Presidencia no se trata de un crecimiento
nuevo totalmente, sino de una transferencia o trasvase
del Ministerio donde anteriormente existían tales obligaciones,
que no era otro que el Ministerio de Educación y
Cultura. Por tanto, en su mayor parte, y luego añadiré alguna
precisión más, es un mero trasvase o transferencia de un
ministerio a otro.

En segundo término hay que considerar la incidencia
del pago de las sentencias, por un importe de 3.390 millones
de pesetas, cantidad asimismo muy importante y
que fundamentalmente incide en los presupuestos del programa
126.B, cobertura informativa, que no es otro que el



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presupuesto propio de la Secretaría de Estado de Comunicación.

Estas sentencias, como SS.SS. conocen suficientemente,
han sido dictadas en diversas fechas, en los años
1994, 1997, 1998, y de forma más específica por sentencias
de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, de 2 de julio
de 1994, de 28 de mayo de 1997 y de 8 de abril de 1998,
que condenan a la Administración general del Estado al
pago de determinadas indemnizaciones en favor de dos
empresas, Dyrsa y Orain, por el hecho o circunstancias de
que la Administración general del Estado ha dejado de
insertar la publicidad oficial en determinados diarios, ha
dejado de tener la suscripciones correspondientes con esos
mismos diarios e incluso no ha abonado a las empresas
afectadas las llamadas ayudas de papel prensa y otras ayudas
para la renovación tecnológica. En este capítulo concreto
el presupuesto se limita, pues, a dar cumplimiento a
resoluciones, a fallos o a sentencias de la Sala Tercera del
Tribunal Supremo, cumpliendo de esta forma con las prescripciones
contenidas en la Ley de la jurisdicción contencioso
administrativa y, por otra parte, dando cumplida efectividad
a resoluciones del Poder Ejecutivo, que obliga,
como es natural, a la Administración del Estado.

Por último, entre estos cambios substanciales se
encuentra también el nuevo contrato con la Agencia Efe.

En relación con este contrato quiero empezar diciendo que
no es un contrato de servicios para la Presidencia del
Gobierno o el Ministerio de la Presidencia; es un contrato
de servicios para toda la Administración general del Estado.

La Agencia Efe presta servicios de cobertura informativa
para toda la Administración central y periférica del Estado,
incluso coadyuva a la difusión de la imagen de España
en el exterior, especialmente en los países hispanohablantes,
en los países iberoamericanos, en la Unión Europea y
en otros países que estratégicamente son de interés para el
Reino de España. Esta obligación general a la que hace
frente el presupuestos de la Presidencia del Gobierno experimenta
en el próximo ejercicio un incremento muy notable.

Pasa de los 5.236 millones, que figuraban en los presupuestos
del año 1998, a 6.431 millones en el presupuesto
del próximo año de 1999. Es decir, hay un incremento de
1.195 millones. Hay que decir que este incremento está
motivado por cuatro circunstancias distintas. Se trata de
recuperar algo más de 600 millones, ya que el fuerte ajuste
presupuestario que tuvo lugar en 1996 dio lugar a una
merma, a una disminución importante del contrato de servicios
con la Agencia Efe. Pero además de este dato hay
que decir que el Estado ha requerido de la Agencia Efe una
serie de servicios que anteriormente no se prestaban. Estos
servicios son, por una parte, una presencia mayor en los
Estados Unidos de América, donde existe una colectividad
hispanohablante creciente, que a juicio del Ministerio de la
Presidencia merece una mayor atención, dado los intereses
fundamentales de nuestro país que indudablemente existen
en esta zona. También están los servicios clásicos de la
Agencia Efe, que eran unos servicios de base documental y
radiofónica; es decir, la cobertura informativa que Efe prestaba
a los distintos departamentos ministeriales tenían su
base de partida en periódicos, en revistas y en emisiones de
radiodifusión. Pues bien, se ha considerado muy importante
y fundamental que ante los nuevos tiempos que atravesamos,
tan relevante como este tipo de información es la procedente
de los medios de comunicación social, como la
televisión, lo que obliga a la Agencia Efe a montar una
nueva agencia televisiva o de televisión que proporcionará
información parecida en estos medios de comunicación
social, circunstancia que no se daba con anterioridad. Además,
también el Estado ha considerado conveniente exigir
de la Agencia Efe que todos los archivos documentales
existentes en la misma estén a disposición de cualquiera de
los órganos de la Administración del Estado. Y por último,
tiene una cláusula de cliente preferencial que determinará
que cualquier nuevo servicio que en el futuro preste la
Agencia Efe a cualquier otra entidad pública o privada
deba ponerlo al menos en las mismas circunstancias al
servicio de la Administración general del Estado. Este conjunto
de circunstancias justifican este incremento que se
produce para el próximo año en el contrato con la Agencia
Efe, contrato, insisto, que no subvención, que se ve incrementado
en 1.195 millones.

Así es, estas tres circunstancias a las que me he referido
anteriormente (nueva Oficina de Ciencia y Tecnología, con
6.976 millones; pago o abono de determinadas indemnizaciones
fijadas por sentencia del Tribunal Supremo, 3.390
millones; e incremento del contrato con la Agencia Efe,
1.195 millones) suman en su conjunto 11.381 millones. Y
esto por sí solo explica a qué se debe el incremento de
12.216 millones, a los que me había referido anteriormente.

Queda un resto, exactamente 835 millones, y precisamente
esa cifra y no otra es el incremento de los costes de
los servicios tradicionales habituales o normales prestados
por la Presidencia del Gobierno y por el Ministerio de la
Presidencia. Esos 835 millones tienen como finalidad fundamental
atender al incremento de retribuciones de los
funcionarios, establecido en 1,8 por ciento, que representan
en términos absolutos 129 millones. También están incluidas
las transferencias, que han sido aumentadas, a los organismos
autónomos dependientes de la Presidencia, unos
600 millones, y 100 millones, que es el incremento real de
los gastos corrientes de Presidencia del Gobierno en el
Ministerio de la Presidencia.

Entro ahora a responder un tema más puntual que se ha
suscitado, que es el relativo al incremento concreto de algunas
partidas, especialmente de las reflejadas en el capítulo 2.

He dicho anteriormente, a la vista de la exposición de cifras
y de datos que les he comentado, que el incremento real del
capítulo 2, de Presidencia, se sitúa en torno a los 100 millones
de pesetas. Esto lo podernos ver desmenuzado incluso
por partidas de los diversos servicios y programas presupuestarios.

Si analizamos el capítulo 2, en cada uno de ellos
se verá cómo la cifra es sensiblemente igual a la que acabo
de dar. En el programa 112.A, servicio presupuestario 01,
del Presidente, el incremento de este capítulo es de 19
millones, ni más ni menos, que van destinados única y
exclusivamente a pagar unos mayores gastos previstos de
suministro de energía eléctrica. En el programa 126.A del
servicio presupuestario 01, infraestructura para situaciones
de crisis y comunicaciones especiales, el incremento del
capítulo 2 es una cantidad mucho menos significativa, 2
millones, que son de reajuste de diversas partidas. En el
programa 542.M, nuevo, del servicio presupuestario 01,
Oficina de Ciencia y Tecnología, el incremento registra una
subida más importante, 266 millones, que no habría que



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considerarlos porque todos ellos proceden de los Ministerios
de Economía y Hacienda y del de Educación y Cultura.

El programa 112.C, ministerio y servicios generales,
recoge un incremento en el capítulo 2 de 44 millones de
pesetas. Esos 44 millones de pesetas están destinados a
diversas finalidades; señalaré nada más que las fundamentales.

En primer lugar, con él se pretende hacer frente a
unos mayores gastos del contrato de limpieza, que se incrementa
en una cantidad aproximada de 28 millones, y el
resto, cerca de 10 millones, al abono de los servicios prestados
por el parque móvil ministerial. El resto de las cantidades
son tan pequeñas que no merecen comentario alguno.

Por último, en el programa 1 26.B, secretaría de Estado
de la Comunicación, se recogen algunos incrementos más
importantes del capítulo 2; concretamente, 50 millones. De
esos 50 millones, una cantidad inicial próxima a los 9
millones se destina a reuniones y conferencias, que son las
ruedas de prensa que debe dar periódicamente la Secretaría
de Estado de Comunicación. Otra cantidad, que podríamos
cifrar en unos 16 millones, va a gastos mayores de adquisición
de revistas y periódicos, actividad también típica de la
Secretaría de Estado de Comunicación, y 28 millones para
indemnizaciones por razón del servicio, motivadas por un
gasto mayor que habrá de tener el próximo año la Secretaría
de Estado de Comunicación, debido a que han concluido
los períodos máximos de duración de determinados
agregados y consejeros que se encuentran en el exterior, al
haber pasado cuatro años desde su nombramiento, y se
debe producir un cambio, consistente en el retorno de esos
destinados en los diversos puntos a los que afecta y de
envío de nuevos funcionarios a esos lugares. Esto determinará
que los gastos de traslado, de dietas, de locomoción se
eleven en una cantidad aproximada de 28 millones de pesetas.

Alguna puntualización más y entramos en alguna otra
consideración.

Tema relativo a inversiones. En el presente año, referido
nada más que al tema de las inversiones que tienen lugar
en el programa 112.A, Presidencia del Gobierno, que es
por lo que me ha preguntado el diputado señor Rodríguez
Zapatero, quiero decirle que se han gastado 282 millones
de pesetas; hablo de los proyectos. Las actuaciones concretas
no las tengo en este momento por ser, más bien, ejecución
del presente ejercicio, pero, con sumo gusto y atendiendo
a las indicaciones que él mismo me ha formulado,
le remitiré para su conocimiento puntual y preciso en qué
proyectos, en qué actuaciones concretas se han invertido
esos 282 millones de pesetas. Referido al mismo programa
112.A, Presidencia del Gobierno, y para el próximo ejercicio,
las cantidades previstas ascienden a 296 millones de
pesetas, con un incremento de 14 millones de pesetas, el 5
por ciento, que es, en principio, el porcentaje que se ha aplicado
para el incremento de inversiones en los distintos servicios
y programas de la sección 25. De esos 296 millones
se distribuirán el año que viene 243 millones en obras e
instalaciones nuevas y no de mera reposición (comprende
lo que son obras propiamente dichas y las nuevas instalaciones,
como pueden ser la informáticas en algún caso)
inversiones de renovación en informática con un importe
de 45 millones; e inversiones de renovación en equipo
inmobiliario por un valor de 8 millones. No le respondo a
más cuestiones relativas a inversión, porque ya corresponderían
a otros servicios y programas.

También quiero dar respuesta al diputado, señor Rodríguez
Zapatero, en las cuestiones que me ha planteado en
relación con las indemnizaciones por razón del servicio
que, a su entender, aumentan de forma muy notable. Quiero
decirle que la explicación de estos aumentos radica en
tres circunstancias. El año pasado, 1997, en lo que se refiere
al presupuesto del presente año, se incrementaron 118
millones en el servicio presupuestario 01, programa 112.A,
de Presidencia de Gobierno; se aumentó esta cantidad porque
tuve la ocasión de explicar en esta misma Comisión y a
instancia del mismo señor diputado, que en realidad habíamos
detectado que durante años atrás, al menos cinco,
advertíamos una insuficiencia crónica en este tipo de gastos,
y que esto nos llevaba a querer hacer un presupuesto
más realista. En el año 1993 ya hubo un déficit de 60 millones;
en 1994 algo similar; y en los tres últimos años hablamos
advertido cantidades superiores a los 100 millones.

Pues bien, en el presupuesto que se está explicando este
año, aumentamos 118, con objeto de no tener que acudir al
régimen de financiar estos gastos mayores de indemnizaciones
por razón del servicio con cargo a transferencias
desde la sección 31, Ministerio de Economía y Hacienda.

Ésa es la primera circunstancia ya reflejada en el presupuesto
vigente del año 1998. Pero, además, en lo que se
refiere al presupuesto del próximo año, hay otras dos partidas
importantes; una de ellas es la Oficina de Ciencia y
Tecnología, que supone un gran número de viajes al exterior,
entre otras cosas porque tiene a su cargo la coordinación
de la presencia de investigadores y becarios en el exterior,
y tiene la cantidad de 266 millones para atender los
gastos del capítulo 2. Especialmente, en lo que se refiere a
indemnizaciones por razón del servicio le podría concretar
algo más la cifra si tiene interés, pero el capítulo 2 en su
conjunto tiene 266 millones y parte muy importante es para
las indemnizaciones por razón del servicio. Después, en la
secretaría de Estado de Comunicación, la cantidad, a la que
ya he referido anteriormente, de 28 millones es para estos
gastos derivados de la renovación y cambio de los titulares
que están al frente de las agregadurías o consejerías en el
exterior.

Paso a contestar otras cuestiones más puntuales. Variaciones
significativas en el presupuesto, como el señor
Cámara me decía. Creo que a todas ellas me he referido en
esta explicación de carácter general. En el capítulo 2, creo
que también está suficientemente explicado, pero, de todas
formas, le recordaré también que ahí están los 266 millones
de la OCYT, que ahí se encuentra la Agencia Efe, con 1.195
millones, porque el contrato con la Agencia Efe se paga con
cargo al capítulo 2, así como el incremento general del 2 por
ciento que está en torno a los 100 millones de pesetas.

Capitulo 4. En este capítulo inciden todos los incrementos
habidos y por haber en el próximo año. Ahí están 2.352
millones de transferencias corrientes de la Oficina de Ciencia
y Tecnología; ahí están también 127 millones de incremento
de las transferencias corrientes a los organismos
autónomos, Centro de Investigaciones Sociológicas, Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales y el Patrimonio
Nacional; en este capítulo 4 y no en otro están los 3.390
millones derivados de la ejecución de sentencias.




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Creo, y no deseo cansar más la atención de los señores
diputados, que con esto está explicado, en líneas generales,
dónde están las variaciones del presupuesto del próximo
año. Quedo a disposición de cualquiera de ustedes por si
consideran necesario cualquier tipo de aclaración adicional.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra por un minuto,
señor Rodríguez Zapatero.Ò



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Quería agradecer
la extensa y densa información que nos ha ofrecido el
señor subsecretario y, sobre todo, hacer notar su capacidad
de retención, que ciertamente es espectacular. Pero en ese
contexto algún lapsus habría de producirse, y yo le quiero
señalar uno, más que nada en tono anecdótico. Ha insistido
en que la Agencia Efe presta servicios a la Administración
general del Estado y a la Administración periférica. La
Agencia Efe más bien presta servicios al conjunto de la
sociedad, de los medios de comunicación, y se mantiene
públicamente. Lo digo porque podía ser malinterpretado y
no quisiera que fuera así después de su erudición.

Simplemente deseo hacer una reflexión global: que el
Grupo Socialista va a estar de acuerdo con el aumento del
presupuesto para la Agencia Efe y, en principio, a expensas
de un análisis más profundo, más concreto de la ejecución
presupuestaria de este año y del próximo, no vamos a poner
el grito en el cielo por el aumento del presupuesto. Fíjense
qué oposición más razonable tienen ustedes. Sí queremos
recordar una vez más que lo que gastaba el señor vicepresidente
y el señor presidente del Gobierno socialista en su
día era muy razonable, a tenor. de lo que hemos oído ahora
y de cómo ha tenido que ir explicando por qué aumentaba
casi todo en la Presidencia y en Moncloa. Le puedo asegurar
que para nosotros es una satisfacción escucharle con esa
erudición.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA
(Junquera González): Quiero agradecer muy sinceramente
a los señores diputados las preguntas que me han
formulado, que sin duda alguna han servido para aclarar el
contenido del presupuesto del Ministerio y decirles que
quedo a su absoluta disposición en relación con cualquier
otro dato o cifra que pudiera ser de su interés.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Suspendemos la sesión diez minutos y después comenzaremos
con la próxima comparecencia. [El señor vicepresidente
(Sanz Palacio) ocupa la presidencia.)



Se reanuda la sesión.




- DEL PRESIDENTE DE LA AGENCIA EFE
(GOZALO SAINZ). A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA (Número de
expediente 212/001637) Y DEL GRUPO PARLAMENTARIO
MIXTO (NUEVA IZQUIERDA-ELS
VERDS). (Número de expediente 212/001576).

El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Continuamos
la sesión de esta tarde con la comparecencia del
presidente de la Agencia Efe, don Miguel Ángel Gozalo, a
quien le damos la bienvenida. Esta comparecencia ha sido
solicitada por el Grupo Parlamentario Socialista y por el
Grupo Parlamentario Mixto.

Como no hay ningún portavoz del Grupo Parlamentario
Mixto, tiene la palabra doña Amparo Valcarce, por el
Grupo Socialista.




La señora VALCARCE GARCÍA: Señor presidente,
me sumo a la bienvenida que ha dado al señor presidente
de la Agencia Efe.

Mi grupo parlamentario ha solicitado su comparecencia,
primero, porque en varias ocasiones hemos tenido la
oportunidad de expresarle que somos absolutos defensores
de la empresa pública y, muy en concreto, de la empresa
que usted preside, la Agencia Efe; también, porque nos preocupa
el presente y el futuro de la Agencia, un presente que
vemos con nubes y un facturo que nos parece incierto. Y
ello porque, después del estudio en detalle del presupuesto
que usted ha presentado y que el Gobierno ha hecho suyo,
entendemos que lo que usted presenta es un presupuesto en
pérdidas. Una vez más, y por tercer año consecutivo, señor
Gozalo, usted tiene que presentar un balance en pérdidas,
en este caso un negativo de 1.665 millones de pesetas.

Entendemos también que este es un presupuesto de ajuste y
no es que nos parezca mal presentar un presupuesto ajustado;
posiblemente la Agencia Efe lo necesita. Nosotros, en
más de una ocasión hemos tenido la oportunidad de expresarle
la necesidad de un plan de viabilidad para la Agencia,
pero lo que no podemos compartir son los ajustes a los que
somete este presupuesto, porque la mayor carga está sobre
el capítulo de personal. Yesta es la parte que más nos preocupa;
nos preocupa que, a costa del capítulo de personal,
usted reduzca nada menos que 1.480 millones de pesetas;
nos preocupa que se pase de 9.984 millones en el ejercicio
1998 a los 8.514 millones que usted tiene previsto gastar en
el capítulo de personal en el año 1999. Por otra parte, este
es un presupuesto que usted no consigue ajustar por las
insuficiencias del contrato-programa con el Estado. Nosotros,
en su día, tuvimos la oportunidad de decirle que los
6.431 millones de pesetas, con ese incremento del 12,3 por
ciento, era insuficiente para garantizar la viabilidad de la
Agencia. Ya le dijimos en aquel momento que el contrato
de servicios con el Estado era insuficiente porque no daba
respuesta a cuestiones tan importantes como el patrimonio
de la Agencia, la financiación de la propia Agencia y
-algo muy importante- qué iba a pasar con la plantilla
de la Agencia, porque con este contrato de servicios con el
Estado no se financia suficientemente la viabilidad de un
plan que respete la actual plantilla.

Del presupuesto que usted presenta, nos preocupa otro
capítulo importantísimo. Nos preocupa que en la estimación
que ustedes hacen del negocio, una vez más, sean
excesivamente optimistas. Tengo que recordarle que usted,
en las previsiones ha hecho en los tres ejercicios presupuestarios
que lleva al frente de la Agencia Efe, ha cometido
errores de bulto. En el año 1997 usted tuvo una desviación
de nada menos que 2.000 millones de pesetas con respecto
a lo que después se podría comprobar que fueron los ingresos



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vía ventas de la Agencia; en el año 1998 ustedes se van
a desviar nada menos que 1.000 millones de pesetas sobre
las previsiones. Por lo tanto, difícilmente podremos pensar
que la estimación que ustedes hacen para el año 1999 de
crecer en el capítulo de ventas se ajusta a la realidad.

Si combinamos los tres parámetros que le he presentado,
señor residente de la Agencia Efe, comprenderá la preocupación
del Grupo Parlamentario Socialista. Nosotros
no tenemos más remedio que hacerle una serie de preguntas,
que vamos a cifrar en lo que para nosotros es la mayor
preocupación. Por una parte, el plan de futuro de la Agencia,
porque sin plan de Futuro, usted no podrá mejorar ni el
capítulo de ventas -lo que es el negocio de la propia
Agencia- ni podrá justificar un contrato de servicios con
el Estado, gire nos va a costar a todos los españoles nada
menos que 6.431 millones de pesetas. Por eso le pregunto
por qué usted ha sido incapaz, a lo largo del año 1998, de
poner en marcha los aspectos fundamentales de ese plan de
futuro y, muy en concreto, qué es lo que está pasando, por
qué han sido incapaces de poner en marcha el proyecto de
la Agencia Efe como agencia de noticias, por ejemplo, de
televisión, Internet, radio, etcétera.

En segundo lugar, nos preocupa muchísimo el plan de
viabilidad en lo que se refiere al plan social. Señor presidente,
nosotros vemos que usted deja en manos de un gabinete
la gestión de personal de la Agencia. Nosotros no
podemos estar de acuerdo con la privatización de la gestión
de personal, de ninguna de las maneras; sobre todo, nos
preocupa enormemente que el responsable de personal de
la Agencia (hemos tenido la oportunidad de hacerle ver
nuestra sorpresa y consternación por ello) sea un gestor
externo procedente del gabinete que lleva los asuntos de la
Agencia en los contenciosos que tiene con los trabajadores.

Esto nos ha preocupado enormemente y entendemos que
merece una explicación. Además, señor presidente, nos
preocupa que se anuncie por parte del responsable de personal
una reducción de nada menos que un 20 por ciento de
la plantilla de Efe. Es muy importante en una Agencia con
cerca de 1.200 trabajadores que algo más de 250 puedan
ver en peligro sus puestos de trabajo. Esto, señor presidente,
merece una explicación. Merece también una explicación
-a nosotros nos parece inconcebible- que el responsable
económico-financiero de la Agencia Efe haya
anunciado su salida de la Agencia precisamente cuando
está inmersa en este plan de empresa tan ambicioso, pero
también con un carácter tan marcadamente antisocial.

Señor presidente, usted este año reduce a la mitad -de 800
millones previstos para el año pasado a 400 millones- los
gastos para indemnizaciones. Evidentemente, tendrá que
explicarnos cómo piensa pagar el plan de reducción de
plantilla cuando tiene previsto ahorrar nada menos que
1.480 millones de pesetas y tiene presupuestados 400
millones para indemnizaciones.

Señor presidente, ¿puede usted decirnos cuánto le cuesta
a la Agencia el servicio de asesoramiento del gabinete
Sagardoy? Señor presidente, cuando está pidiendo enormes
sacrificios a la parte social de la empresa, a los trabajadores,
¿por qué razón usted mantiene la negativa a negociar
este plan de viabilidad con el comité intercentros?
¿Cuál es la razón por la que se le niega al comité intercentros
el conocimiento de una partida tan importante? Por
cierto, usted ha dicho que anularía los pluses extraconvenio.

¿A cuánto se elevan esos pluses? Porque si el plan de
viabilidad es costosísimo, muy gravoso para la parte social
de la empresa, para los trabajadores, y no se está negociando,
parece lógico que se conozca cuánto cuesta, cuánto va
a invertir en ese plan de viabilidad y, sobre todo, cuál es la
razón por la que se puede conocer el sueldo del presidente
del Gobierno, el sueldo de cualquiera de los diputados que
aquí nos sentamos, y los trabajadores de la Agencia no pueden
conocer el sueldo del presidente de la misma.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Ya que
ha llegado el representante del Grupo Mixto, tiene la palabra
don Manuel Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: En nombre de Nueva
Izquierda-Iniciativa per Catalunya, doy la bienvenida al
señor Gozalo, esperando que pueda aclarar algunas de las
dudas que planteaba la señora Valcárce y que yo reiteraré,
porque las preguntas que suscita el proyecto de presupuestos
se concentran en torno a cuestiones muy claras y, por
tanto, es normal que haya una coincidencia en esas dudas.

No cabe duda que este proyecto de presupuestos viene
marcado por dos hechos: un incremento presupuestario y el
plan de empresa, tantas veces anunciado, y parece que por
fin nos encontramos con una realidad más o menos tangible.

Sin embargo, nosotros entendemos que no es suficiente;
a la hora de enjuiciar estos Presupuestos Generales del
Estado, ni son suficientes estos datos ni tampoco es suficiente
desde el punto de vista de las funciones que nosotros
atribuimos a una Agencia de noticias de carácter público;
unas las podemos obviar en este tipo de debates, ya que
hay, ha habido y habrá ocasión de debatir en otras comparecencias
sobre otros aspectos, sobre pluralidad, independencia,
etcétera, pero es importante conceptualizar un
servicio público de información como es la Agencia Efe
desde la perspectiva del avance tecnológico, de servir de
motor, de parámetro de contraste con otras agencias, que
servicios presta, cómo los presta, etcétera, y eso sí que está
relacionado con los presupuestos.

En cualquier caso, siguen apareciendo unos déficit muy
importantes en estos presupuestos. Hay que tener en cuenta
que en el documento titulado Términos para un plan de
empresa se dice una frase que cito textualmente: «Desde el
punto de vista económico-financiero la Agencia presenta
una gravísima situación». Me gustaría oír al señor presidente
de la Agencia decir que con estos presupuestos se va
a acabar con esa gravísima situación económico-financiera.

El problema es que no puede decirlo. Otra cosa es que
pueda argumentar que se ponen las bases para un programa
plurianual, que luego hay que ejecutarlo año a año, etcétera.

Seguramente el señor Gozalo se alegrará de oír lo que le
voy a decir, porque a él le hubiera gustado tener mayor
disponibilidad
presupuestaria para este primer año, lo que
daría seguramente una base más sólida al futuro plan de
empresa y a todos los aspectos económicos conexos.

El propio documento sintetiza en varios puntos esta gravísima
situación. Sin ánimo de ser exhaustivo, hay que
citar las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores; hay
que incluir aquí las desviaciones tristemente habituales que
se están produciendo en los últimos años respecto de lo inicialmente



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previsto; el estancamiento de ingresos y tarifas
en una situación de mercado compleja; las insuficiencias
del contrato con el Estado; los problemas laborales (y ésteme
parece que es el punto débil del plan de empresa, que
también repercute en los presupuestos; se auguran futuros
problemas porque el ajuste que se pretende para el saneamiento
se hace recaer sobre el personal, por tanto, no hay
que ser un lince para imaginar que eso va a ser una fuente
de conflictos y un punto débil); así como otro tipo de aspectos
de los que no se puede culpabilizar a los trabajadores,
como rigidez en las infraestructuras de gestión, falta de
inadecuación
a nuevos mercados tecnológicos, etcétera.

Las pérdidas previstas se vuelven a situar en 1.665
millones de pesetas, y eso es una mala manera de afrontar
el plan de empresa. Sería deseable que nos planteáramos
un proyecto de presupuestos que permitiera que ese saneamiento
se hiciera desde cero pesetas, y no hablo de ganancias
lo que sería ya un desiderátum, pero sí de que no existieran
esas pérdidas, aunque se reduzca la previsión en
2.800 millones respecto del año anterior. Sin embargo, para
poner esas cifras en un marco real hay que recordar que el
contrato-programa en 1998 sólo subió el 2 por ciento sobre
las cuantías de los años 1995-1996, y si subió un 10 por
ciento sobre los 5.134 millones que quedaban en 1997 es
por el recorte del 8,5 por ciento que se produjo en ese año
con el consentimiento o beneplácito -supongo que forzado,
no entusiastamente aceptado-, del señor Gozalo, por
lo que el incremento del 0,3 por ciento es positivo pero
insuficiente, si lo ponemos en relación con esa dinámica
acumulada.

Toda esta realidad hay que situarla en un marco más
general que ofrece notables zonas de sombra. La señora
Valcárce ya ha aludido a algunas de ellas y yo las voy a reiterar,
porque me parece que son muy importantes. Sería
muy bueno y muy tranquilizador para todos, también para
los profesionales de la empresa, para los clientes y desde
luego para los diversos grupos parlamentarios que usted
hoy pudiera aclararlas, y me he permitido sintetizarlas en
seis puntos. Primero, ¿cuál es el alcance de las actuaciones
de una empresa privada como el bufete Sagardoy en el pretendido
saneamiento de la Agencia pública? ¿Por qué esa
empresa, por qué no otra? ¿Por qué una empresa privada?
¿Cuánto va a percibir? Creo que no es mala esa transparencia
y que es diga claramente cuánto va a percibir. Segundo,
por qué se elabora un plan laboral a seis años y se contrata
a un director de recursos humanos para sólo un año, y si es
una casualidad que dicho director provenga del bufete
Sagardoy. Tercero, los números del proyecto de Presupuestos
Generales del Estado no acaban de entenderse sin una
previsión de despido del 20 por ciento de los trabajadores,
que si no no cuadran las cifras. Es verdad que tampoco se
puede establecer una relación de causa-efecto entre lo que
dice estrictamente el presupuesto y el cálculo de la reducción
del capítulo de personal, pero como ha habido voces
supuestamente autorizadas de la empresa que han hablado
del 20 por ciento, podemos utilizarla. La pregunta es: ¿existe
un consenso con los representantes de los trabajadores?
¿Se ha posibilitado que éstos intervengan desde el principio,
o sea, antes de que se hayan adoptado decisiones estratégicas,
incluidos los números del presupuesto? ¿Cómo
casan esos despidos probables con la contratación del
nuevo personal fijo que se está produciendo? No digo que
no sea necesario el nuevo personal fijo, pero sí que se aclare,
al menos, esa aparente contradicción. Cuarto, ¿cómo
valora que el director económico-financiero haya anunciado
que abandona el cargo cuando precisamente debería
pilotar el plan de empresa? Quinto, ¿puede explicar en qué
se gastan los llamados pluses extra convenios y por qué no
tiene acceso al conocimiento de ese gasto el comité intercentros?
Sexto, la expansión internacional del departamento
de televisión está aún en una fase de estudio, incluso en
los documentos del plan de empresa se habla de unas inversiones
previstas en una serie de equipamientos tecnológicos
a los que, en principio, no tenemos nada que objetar,
pero el último de los puntos es el estudio de un plan de viabilidad,
lo que hace pensar que primero se van a adquirir
una serie de nuevos equipamientos tecnológicos y luego se
va a estudiar si es viable ese material para esas inversiones,
lo cual chirría un poco. En cualquier caso, parece -y
puede haber consenso- que esa expansión internacional
atraviesa por un incremento de las actuaciones y de las ventas
del departamento de televisión, pero que no conocemos
su futuro. La pregunta sería: ¿cómo interfiere eso en el plan
de empresa y en los Presupuestos Generales del Estado,
teniendo en cuenta que es algo básico para el desarrollo
empresarial multimedia que figura reiteradamente como
uno de los elementos clave del despegue futuro? Yen paralelo
(aunque no tenga tanta importancia, también la tiene
en lo que supone de renovación tecnológica, que es uno de
los puntos que el propio análisis del plan de empresa detecta
como uno de los pies de barro de la empresa), me gustaría
que dijera algo sobre la presencia e innovación tecnológica
en radio, Internet, etcétera; los grandes números, los
grandes proyectos, no la adquisición de unas cámaras de
fotografiar digitales o cuestiones de ese tipo.

Insisto, señor Gozalo, y con esto concluyo, hay zonas
de sombra. Este año, como puede comprobar, la crítica a
los presupuestos no tiene ni debe ser tan dura como la de
años anteriores, porque entendemos que se ha mejorado
algo, pero en Nueva Izquierda-Iniciativa per Catalunya creemos
que estamos todavía muy lejos de unos presupuestos
idóneos, por un lado, y de unos presupuestos que puedan
marcar radicalmente la diferencia entre una agencia de
noticias pública moderna, con proyección de futuro, y lo
que desgraciadamente todavía hoy encontramos en la
Agencia Efe.




El señor VICEPRESIDENTE ( Sanz Palacio): Por
parte del Grupo Popular, tiene la palabra su portavoz, el
señor Peñalosa.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Intervenimos por cortesía
parlamentaria, con toda brevedad, en este acto para
decir que efectivamente es el tercer año que usted presenta
los presupuestos en esta Cámara y hemos comprobado que
usted merece un recibimiento gradualmente más intenso
por parte del principal grupo de la oposición en este acto.

Así, por ejemplo, en 1996 el portavoz del Partido Socialista
le decía: «Es para nosotros un placer tenerle aquí, señor
Gozalo». «Nos damos por satisfechos con su intervención».

«Simplemente asegurarle que estamos con la Agencia
Efe y desearle todo tipo de éxitos en su gestión». Son



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frases literales tomadas del «Diario de Sesiones». En 1997
las manifestaciones eran del siguiente tenor: «Usted ha
tenido el dudoso honor de presentar el año pasado las peores
cuentas de la historia de la agencia». «Este presupuesto
ni usted mismo se lo cree». «Hoy no nos ha dado absolutamente
ningún dato. Usted no ha dado ninguna respuesta».

En 1998, hace unos momentos, hemos escuchado que en
los tres años en los que usted está al frente de la Agencia ha
cometido errores de bulto, o que usted ha sido incapaz de
poner en marcha en 1998 el plan de futuro. Esperemos que
en años sucesivos en que se repita, -usted y yo que lo veamos-
este acto, no crezca más la descalificación.

Por nuestra parte, y desde una posición mucho más
sosegada y estable, sobre todo, tan solo queremos expresar
nuestro apoyo a las cuentas previstas para el próximo ejercicio
por la Agencia Efe, deseando sinceramente que la
Agencia Efe siga sirviendo de voz de España en el mundo,
como usted la ha calificado en diversas ocasiones, que
colme su vocación multimedia, casi imprescindible en una
actividad tan dinámica como es la de servir información, y
pueda lograr sus objetivos previstos para 1999. Hace tan
solo unos momentos, el subsecretario del Ministerio de la
Presidencia ha informado en esta misma Comisión de Presupuestos
del incremento del contrato del Estado con la
Agencia, destinado a la cobertura informativa global del
Estado. El incremento ha sido calificado de notable y nosotros
también coincidimos con esa apreciación; de 5.236
millones se pasa a 6.431 millones. Ysi esa información que
se ha facilitado es correcta, imagino que sí, se trata con este
aumento de recuperar la merma sufrida en ejercicios anteriores
y afrontar los nuevos servicios reclamados por el
Estado a la Agencia. Se ha citado aquí la mayor presencia
en Estados Unidos, en atención a la importante colectividad
hispana de ese país, también la solicitud de más servicios
de televisión, la disposición de los archivos documentales
de la Agencia e incluso la cláusula de cliente
preferencial. Ya sé que esto no es todo el presupuesto de la
Agencia Efe, pero desde luego tenía interés en resaltarlo
porque es una parte, si no la más importante, de las más
importantes del presupuesto.

Finalmente, señor presidente, nosotros queremos agradecerle
su presencia en esta Comisión, la información y los
datos que pueda aportar, y agradecerle también de antemano,
si me lo permite, la pasión, el sentimiento con el que
habla de la Agencia, de su presente y de las posibilidades
de futuro, porque además de que lo haga con los datos y
con las cifras, transmite usted habitualmente confianza y
sensibilidad respecto a su trabajo, lo cual no siempre sucede
en los responsables públicos.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Para
contestar a los intervinientes, tiene la palabra don Miguel
Ángel Gozalo, presidente de la Agencia Efe, rogándole que
aquellas cuestiones planteadas por los grupos que no pueda
contestar en este momento, lo haga con posterioridad por
escrito a la máxima brevedad.




El señor PRESIDENTE DE LA AGENCIA EFE
(Gozalo Sainz): Muchas gracias, señor Peñalosa, muchas
gracias, señor Alcaraz; muchas gracias, señora Valcárce.

Yo estoy encantado de estar aquí, como siempre. Es verdad
que hablo con pasión de la Agencia, se lo agradezco, señor
Peñalosa, que lo haya notado, porque creo sinceramente en
la Agencia y creo que las cosas van marchando razonablemente.

Yo había traído una explicación más o menos pormenorizada
de las cuestiones que ustedes me han plantado,
y con mucho gusto las ampliaré. He tomado nota de las
nubes que ustedes ven en el paisaje y yo creo que no sólo
es mi obligación, sino mi devoción, tratar de aclarar todo
eso.

Por tanto, lo primero, señores diputados, aprovechando
la invitación de esta Presidencia, es darles las gracias por
concederme una vez más la oportunidad de explicar cómo
se está desarrollando el proyecto de la empresa que en estos
momentos tengo el honor de dirigir, y que, como SS.SS.

saben, constituye una de las realidades informativas más
pujantes del ámbito iberoamericano. Hace un año, el 15 de
octubre de 1997, les expliqué la situación en que entonces
se encontraba la Agencia. Les señalaba que las expectativas
de futuro de la Agencia Efe, que se reflejaban en las
cuentas anuales de los ejercicios de 1996 y 1997, eran
motivo de seria preocupación por parte de la dirección, del
consejo de administración y, por supuesto, del personal de
la Agencia. Todos coincidían en la necesidad de cambios
profundos en la tecnología, la organización y la financiación
de la Agencia que permitiesen su viabilidad y garantizasen
la permanencia de un proyecto informativo por nadie
ha cuestionado. Para ello, la dirección y el representante de
nuestro accionista, Patrimonio del Estado, hemos trabajado
intensamente durante los últimos tiempos en la elaboración
de un plan de empresa que cumpliese con el objetivo de
subsanar dichas carencias y definiese las lineas maestras de
actuación futura que garantizasen la plena viabilidad del
proyecto de la Agencia Efe como una de las grandes agencias
de prensa del mundo y primer instrumento vertebrados
de la información en España e Iberoamérica. Al día de hoy
puedo decirles, con enorme satisfacción, que el mencionado
plan de empresa es ya una realidad, sobre cuyo desarrollo
estamos trabajando en estos momentos y a cuyo segundo
año de aplicación corresponden los presupuestos que
obran en su poder.

Este plan, que cuenta con el respaldo del Estado y del
Gobierno, fue materializado gracias a su aprobación por el
Consejo de Ministros del 14 de mayo de 1998, y coloca a
las principales magnitudes financieras en unos niveles
razonables al finalizar el horizonte temporal fijado para las
actuaciones, que es 1998-2003. Se enmarca además en un
contrato programa firmado el 1 de julio de 1998 entre el
Estado y la Agencia Efe para el período de 1998-2001 -
ya saben ustedes que los contratos-programas se hacen por
cuatro años, por eso tiene dos años menos-, que establece
el marco de las relaciones entre la Administración general
del Estado y la Agencia Efe y fija los objetivos a alcanzar
por la Agencia durante su período de vigencia, en especial
en lo relativo al desarrollo de un plan de saneamiento,
reestructuración
e inversiones que sienten las bases del futuro
de la Agencia Efe.

En otras dos comparecencias posteriores, este mismo
año, ante la Comisión Constitucional del Congreso y ante
la misma Comisión del Senado, anticipé las lineas maestras
de nuestra situación en torno a ese ambicioso proyecto.

Y con la venia de todos ustedes, señoras y señores diputados,



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voy a explicar brevemente estas líneas maestras que
por primera vez despejan financieramente el horizonte de
la Agencia, y me voy a centrar en tres aspectos esenciales
del conjunto de nuestros esfuerzos por racionalizar y
modernizar la Agencia Efe: lo que es el contrato de servicios
del Estado, lo que representa el contrato-programa que
hemos firmado con el Ministerio de Economía y Hacienda
y su traducción en los presupuestos de este ejercicio.

Los compromisos adquiridos por ambas partes son los
siguientes. Por parte de la Administración general del
Estado se contempla una ampliación de capital, ya realizada,
una aportación de fondos a través del contrato de servicios
con el Estado, garantizados para los próximos cuatro
años, y el seguimiento de la evaluación de las actuaciones
definidas e incluidas en el plan de empresa. Quiero anticiparles
que la comisión de seguimiento, que para nosotros
es una garantía de que las cosas se están haciendo bien y
van a ser tuteladas razonablemente, ha empezado ya a reunirse
y lo hará al menos dos veces al año -este año tenemos
comprometidas todavía un par de reuniones-, para
garantizar que la aplicación del plan sigue rigurosamente
las pautas marcadas. Por parte de la Agencia, nuestro compromiso
es implantar las medidas organizativas, laborales
y de gestión necesarias para el adecuado cumplimiento del
plan aprobado.

Quisiera, señorías, detenerme brevemente en los aspectos
fundamentales de este plan. El plan contempla acciones
sobre los ingresos, los costes y las inversiones. Los ingresos
por ventas de servicios se incrementarán, según recoge
la proyección de la cuenta de resultados, por la mejora de
nuestra gestión comercial, un dato que ya les puedo anticipar
que se está cumpliendo en estos momentos; por la
comercialización de nuevos productos en el exterior; por la
puesta en marcha de una agencia de noticias de televisión y
por un masivo uso de Internet.

Los ingresos procedentes del contrato de servicios con
el Estado se incrementan en los primeros cuatro años de
vigencia del plan, de forma que ese importe se acerca al
nivel de los costes en los que la Agencia incurre para cumplirlo,
y a los porcentajes respecto a los ingresos que otras
agencias internacionales de nuestro entorno reciben.

En cuanto a los costes, las actuaciones inciden fundamentalmente
en la partida de personal, como han señalado
ya SS.SS., como no puede ser de otra forma en una empresa
en la que esta partida es un componente fundamental del
volumen total del gasto. En este sentido, las medidas en su
conjunto se recogen en un plan laboral, y me interesa
mucho destacar que aquellas que suponen reducción de
plantilla serán de carácter no traumático y se basarán en
projubilaciones, jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas.

En concreto, se pretende a partir de ahora un descenso
de menos de 200 personas a lo largo de los seis años de
vigencia del plan, de forma que el conjunto suponga al
tiempo un ahorro de costes y un rejuvenecimiento de la
plantilla, mediante la contratación simultánea de un reducido
grupo de profesionales indispensables. Se recoge además
un ambicioso plan de formación que logre la profesionalización
y la adaptación de los equipos humanos para
abordar los retos futuros, con una actividad tan marcada
por los avances tecnológicos y por sus consecuencias como
es el trabajo de la información. También se están adoptando
otras medidas reorganizativas del entorno laboral que
garanticen un mejor ordenamiento de la producción y que
igualmente contempla el plan laboral. Todas estas medidas,
señorías, se están negociando actualmente con los representantes
de los trabajadores, y espero que esas negociaciones
concluyan en breve favorablemente para todos.

En lo relativo a las inversiones, el plan de empresa
preñé unos 4.000 millones, aproximadamente, en equipamiento
tecnológico, lo que supondrá un aumento de velocidad
de sus redes, un fortalecimiento de sus sistemas y la
adecuación a un entorno digital y multimedia, compensando
la situación actual a la que se ha llegado debido al bajo
ritmo inversor de los últimos ejercicios. Señorías, en todo
ello estamos en estos momentos trabajando pues nos
encontrarnos en 1998, primer año del plan.

Quisiera ahora detenerme en el contenido de los presupuestos
para el año 1999, objetivo fundamental de esta
comparecencia, que responden al segundo año de vigencia
de este plan. El resultado para el ejercicio de 1999, recogido
en el plan de empresa y, por tanto, en el contrato-programa,
arroja una pérdida, como han señalado ustedes, de
1.675 millones de pesetas, muy inferior a la del año 1998,
primero de la ejecución del plan, así como a la de los años
anteriores a su puesta en marcha, todo ello debido, por un
lado, al ahorro de costes y, por otro, al incremento de los
ingresos.

En cuanto al ahorro de costes, el efecto fundamental
procede de que las principales medidas de readaptación de
la plantilla, a través de jubilaciones, prejubilaciones y bajas
incentivadas, se inician durante 1998, con lo que el ahorro
en los costes salariales incide ampliamente en los resultado
de 1999 y del restó del período. No obstante, estas medidas
de adaptación de la plantilla, aunque más moderadas, continúan
a lo largo del plan y su efecto acumulado en el ahorro
de costes culminará al final del período, momento en el
que llega a alcanzarse el punto de equilibrio económicofinanciero.

En el epígrafe de indemnizaciones se recogen
400 millones correspondientes a los importes destinados en
1999 fundamentalmente a jubilaciones y prejubilaciones.

En cuanto al incremento de ingresos, cabe destacar que
el importe del contrato de servicios con el Estado durante
1999 mantiene su crecimiento, ya que su importe aumenta
durante la primera etapa del plan a un ritmo de alrededor
de 592 millones hasta el año 2001, en el que los incrementos
se moderan y se acercan al IPC previsto. Cabe destacar
también el importante incremento de la facturación en el
mercado exterior, siendo el año 1999 el del despegue definitivo
gracias a la potenciación de la estructura técnicocomercial
en las delegaciones internacionales.

Asimismo, el fortalecimiento del departamento de televisión
y su orientación hacia su posición natural como
agencia audiovisual de noticias contribuirán al sostenimiento
de los ingresos del período. Pero, dado que nuestra
experiencia en ese campo, como saben ustedes muy bien,
tiene luces y sombras, puesto que el contrato que durante
ocho años que mantuvimos con Telemadrid supuso unos
gastos en tecnología y personal que se tradujeron en problemas
de encaje al final de nuestra relación, quiero garantizar
a SS.SS. que los pasos se están dando con la máxima
prudencia y todas las garantías, pero partiendo del supuesto
de que una agencia de noticias de las dimensiones y la presencia



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de Efe no puede ignorar el impacto de la televisión y
su trascendencia en el actual paisaje informativo mundial.

Por ello, todo lo expuesto anteriormente se ve acompañado
por un plan de inversiones, cuya materialización fundamental
se está produciendo durante 1998 y que decrecerá
posteriormente.

Como esta Comisión conoce perfectamente, por fortuna
para el presidente y director general de la Agencia Efe,
lo que la Agencia Efe representa en la vida española no hay
que volverlo a repetir. Ustedes lo saben perfectamente. Yo
agradezco mucho las palabras de todos ustedes porque esto
no se cuestiona. La realidad es que Efe es una empresa
pujante, con una inmensa presencia exterior, que nos permite
encarar el futuro con un optimismo razonable. Sólo
quiero aportar dos datos muy significativos sobre lo que les
estoy diciendo. Por un lado, que el plan se ha hecho con
unas previsiones de ingresos respecto a nuestros mercados
tradicionales que no sólo se han cumplido, sino que se está
cumpliendo religiosamente, sin que tengamos que reflejar
por ahora desviaciones. Por otro lado, que nuestra presencia
en Iberoamérica y en los periódicos españoles, a pesar
de que era ya muy elevada, ha subido una media de dos a
tres puntos. Según el control que hacemos de impactos en
los periódicos de Iberoamérica, que es una cosa que llevamos
al día, en el mes de septiembre hemos subido 2,5 puntos
respecto a las agencias de la competencia. Ya he explicado
algunas veces que Efe es sin discusión la primera, y lo
ha llegado a ser en todos los países iberoamericanos, incluido
Puerto Ricos donde la competencia de la agencia norteamerica
AP es muy fuerte. En Puerto Rico hemos vuelto,
en este mes de septiembre, a ser los segundos, pero hemos
subido 2,5 puntos en el conjunto, tenemos un 43 por ciento
de impactos y la agencia que nos sigue, que es la Agencia
France Press, tiene un 18 por ciento.

Todo ello, señorías, me hace mantener la esperanza en
este gran proyecto informativo español y confiar en que,
con la comprensión de todos ustedes, sigamos avanzando,
para que lo que Efe ha representado en estos 60 años de
vida de la Agencia lo siga siendo, en un mundo muy competitivo,
a lo largo del inminente siglo XXI.

Les doy las gracias por su atención y estoy dispuesto a
aclararles algunas de las cosas que ustedes me han preguntado.

Por ejemplo, en el tema de personal, que es uno de los
que-la señora Valcárcel me ha planteado, como he dicho,
creemos que será inferior a 200 personas; no es el 20 por
ciento de la plantilla, sino menos del 20 por ciento. Además,
eso está pendiente de la posibilidad de que el plan
laboral avance; las negociaciones con el comité de empresa
están en marcha; creemos que va a avanzar razonablemente
bien y depende del grado de aceptación que en el capítulo
de jubilaciones, prejubilaciones y bajas incentivadas
encontremos en función de nuestras posibilidades. Yo creo
que las incertidumbres que sin duda, podían existir en este
capitulo, que siempre son lógicas en un período como éste,
se están despejando y que se entiende por la gran mayoría
de personal de la Agencia que lo que el comité de empresa
ha venido pidiendo reiteradamente, como ya he contado
otras veces en esta Cámara, que era una gestión más eficiente,
se tiene que traducir en una disminución de la plantilla,
que se había duplicado, se lo recuerdo a SS.SS., en los
10 últimos años.

Usted dice que no consigo ajustar suficientemente el
contrato de servicios con el Estado. Bueno, ahí hacemos lo
que podemos. Yo agradezco mucho estas palabras de aliento
y celebro que el subsecretario de la Presidencia, que ha
estado aquí, les haya explicado en qué términos hemos
conseguido avanzar. A veces, lo mejor es enemigo de lo
bueno. Nosotros avanzamos y hemos conseguido eso. No
es, como ha señalado también el señor Alcaraz, lo que nos
gustaría, poder partir de cero, pero pensamos que el déficit
es inferior al de años anteriores y que al final del período se
llegará a una situación de equilibrio. No tengo motivo alguno
para no confiar en el plan y en que esa situación de equilibro
se va a producir.

Usted dice, señora Valcárcel, que yo he cometido errores
de bulto. Pues si. Hace tres años me recibieron ustedes
con una enorme cordialidad, que yo agradezco. Era el señor
Leguina quien me saludó y le tuve que corregir los datos
que tenia. Los errores de bulto en un mundo como el nuestro,
que tiene esta competitividad creciente y estas cifras de
negocio tan variables de un día para otro, es fácil que se
cometan. Les recuerdo que el mayor error de bulto se produjo
en el año 1997 al marcharse Telemadrid y después
hemos ido aproximándonos, y eso se puede ver repasando
nuestros presupuestos y nuestro esfuerzo empresarial aproximándonos
cada vez más a la realidad. Hemos ido ajustando
los presupuestos en la medida en que creíamos que
podía hacerse. Sólo con un trabajo tenaz, como creo que es
el que está haciendo el personal de la Agencia, Opon un
plan de futuro, como el que hemos llevado a cabo, conseguiremos
el equilibrio que todos deseamos, pero siempre, y
yo se lo he dicho a ustedes en todas mis comparecencias y
celebro que lo compartan, partiendo de lo que es la Agencia
Efe. No olvidemos lo que es la Agencia Efe; la Agencia
Efe es un referente informativo de la vida española. Yo
siempre digo que cuando la Agencia Efe sea como el
Museo del Prado, cuando sea una referencia en los libros
de inglés y aparezca en esas preguntas de dónde es la Agencia
Efe y se diga que es de España, estaremos todos tranquilos.

No hay empresas públicas y empresas privadas,
sino empresas eficientes y no eficientes; ésta es una empresa
camino de ser muy eficiente. Y es eficiente; yo no tengo
por qué criticar a mis predecesores ni el paisaje que me he
encontrado porque comprendo que cada uno, cuando se
encuentra en un puesto como en el que yo estoy ahora, hace
lo que puede y también hago lo que puedo, y lo que podemos
es partir de esa realidad de que Efe es una agencia de
comunicación, pero es Inés que eso, no es una empresa a la
que debamos medir cori el frío criterio de pérdidas y ganancias
o de la cuenta de resultados, porque nuestra cuenta de
resultados les aseguro que se enriquece con esa presencia
espectacular en todo el mundo, que no disminuye, sino que
aumenta cada día.

Me pregunta por qué he sido incapaz de poner en marcha
el plan de futuro en 1998. Probablemente usted conoce
mejor que yo lo que es la política en la vida española, la
burocracia, la Administración. Nosotros hemos apretado el
acelerador todo lo que ha estado en nuestras manos y tampoco
quiero hacer reproches a nadie. Nosotros hemos sabido
que eso era complejo, que tenía unos trámites burocráticos
y administrativos concretos y hemos ido a la velocidad
que nos han permitido las circunstancias.




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El plan social lo está llevando a cabo el señor Farré. El
señor Farré -quiero explicarlo- es el nuevo director de
recursos humanos de la Agencia y, efectivamente, procede
de un despacho, del despacho del señor Sagardoy, la empresa
a la que hemos recurrido. Sinceramente, en la casa no
teníamos en ese momento personal adecuado para llevar a
cabo un plan laboral tan complejo como el que hemos puesto
en marcha y recurrimos al Sagardoy, pero no por ninguna
razón especial, sino que repasamos una serie de consultores,
hablamos con ellos nos pareció que nos podría solucionar el
problema porque tenía experiencia en lo que queríamos. Ya
través de esos contactos, conocimos al señor Ferré, y, prueba
de nuestro deseo de que se dedique justamente a ese trabajo
es que le hemos contratado por un año, pero ya como
personal de la Agencia para que nos ayude a elaborar esto.

Le aseguro, señora Valcárcel, que todo es transparente y que
no hay gato encerrado alguno. Es una cosa normal, si hubiéramos
necesitado un intérprete de alemán hubiéramos acudido
al mercado y lo hubiéramos contratado. Este bufete
que nos asesora tiene experiencia, lo sabe hacer y nos está
proporcionando, con el visto bueno del comité intercentros
y de las personas que intervienen en este tipo de negociaciones,
el asesoramiento necesario para llevar esto adelante.

Me dice usted, señora Valcárcel, que el responsable económico
financiero de la empresa se marcha. El responsable
económico-financiero está sentado al fondo, ha venido a
acompañarme y nos está escuchando. Es economista, le
han hecho una oferta laboral en otra empresa y yo creo en
eso de dejar partir a mi pueblo, que decía Moisés. Naturalmente,
y así se lo hemos dicho, nosotros lo lamentamos
muchísimo, pero Izo queremos perjudicarle en su carrera.

Se va con excedencia laboral y es una persona muy vinculada
a la Agencia Efe, pero hemos considerado que, aun
siendo como es una persona muy valiosa, a la cual tenemos
la máxima estima, ese departamento va a poder seguir funcionando
con la gente que lo lleva y, si hiciera falta contratar
a alguien de filera,. lo hartamos si ustedes me autorizan.

¿Cuánto cuesta a la Agencia el gabinete Sagardoy? Le
mandaré esa información. Cuesta lo que cuestan este tipo
de cosas. No creo que la Agencia Efe esté pagando nada
más caro de lo que se está pagando en el mercado. Estoy
seguro de que eso nos costará lo que deba costar, sin ningún
tipo de exageración y sin cifras que haya que esconder.

Me pregunta también por qué no negociamos. Estamos
negociando, señora Valcárcel; se está negociando con el
comité intercentros. Mañana hay una reunión del equipo
de recursos humanos con el comité intercentros y hemos
negociado a lo largo del verano. Antes del verano se les
dio ya el plan laboral y ocurre -y usted ha hablado al
comienzo de nubes e incertidumbre- que incertidumbre
siempre hay. Naturalmente, los representantes de los trabajadores,
que habían pedido reiteradamente una gestión
más eficiente y yo creo que se la estamos dando, a la hora
de la hora, como dicen los mejicanos, se han encontrado
con que eso va en serio. Les hemos dicho: señores, naturalmente
que queremos negociar esto. Y ellos lo han estudiado,
nos han pedido documentación, nos han pedido
datos y se los hemos dado todos, han tenido unas sesiones
informativas con todos los responsables de la Agencia a lo
largo de este mes y, finalmente, tras este capítulo de información
previa, entraremos en la pura y espero que no dura
negociación, que empieza mañana. Por tanto, estamos
negociando y no hay ningún deseo de no negociar.

También habla usted de los pluses extraconvenio. El
sueldo del presidente de la Agencia Efe lo sabe todo el
mundo, supongo que está en el «Boletín Oficial del Estado»,
y los pluses extraconvenio los conoce todo el mundo
en la casa. Lo que el comité intercentros ha venido pretendiendo
no tiene inconveniente; al contrario, esos pluses pueden
figurar perfectamente en el tablón de anuncios. Apartir
de ahora eso se va a ordenar y yo lo dije en esta Cámara el
primer día que vine por aquí. Esta empresa es una empresa
pública que no tiene grandes secretos. Tenemos algunos
secretos respecto a la competencia, porque no nos apetece
que sepan los que estamos haciendo en materia informativa,
pero en cuanto a funcionamiento interno les aseguro que es
muy transparente y que no hay ninguna razón para que esos
pluses, que son los normales en cualquier empresa, no sean
conocidos, lo que sucede es que el comité intercentros quería
con eso desvelar unas situaciones que venían de muy
atrás y, sinceramente, a mí no me ha parecido oportuno en
estos momentos porque hubiera sido dar carta de naturaleza
a una cosa que hay que corregir. Hay que conseguir que los
pluses extraconvenio sean menos que los que hay liaste
ahora -tenemos pluses desde tiempo inmemorial- y que
tengan una escala muy reducida, por una serie de cosas, y
eso se va a saber: el señor que esté trabajando por la noche,
el que venga los domingos, el que tenga una mayor responsabilidad,
el que haga un trabajo peligroso en un frente de
guerra. Esos señores tendrán un plus y esos pluses serán
razonables, no habrá nada que esconder y se conocerán y
les digo que estamos a punto de que eso se negocie con el
comité intercentros y se conozca. Por eso he subrayado la
palabra transparencia; creo que lo que estarnos haciendo es
razonablemente transparente y no tengo inconveniente en
aclararle por escrito cualquier otro dato que ustedes quieran.

Me dice el señor Alcaraz que indicábamos como gravísima
la situación, y ha reconocido que mejora algo. Dice
que no se va a acabar, y le contesto que claro que no se va
a acabar; se acabará en el año 2001, 2002 ó 2003. Ahí
empezamos a acabar. Se va a acabar al final de este ejercicio
la incertidumbre y el peso del déficit que todavía sigue
lastrando la actuación de la agencia, pero de ninguna
manera estamos culpabilizando a los trabajadores ni hacemos
recaer, señor Alcaraz, sobre el personal las medidas
de ajuste; no.- Hay otras cosas que estamos haciendo. Yo
me he en-contrado una agencia que había emprendido en
los últimos años algunas líneas de negocio, y uno de ellos
puede ser el ejemplo que siempre traemos a colación, que
es el de Telemadrid, pero el servicio de inglés se hacía en
Manila, había un servicio de radio de 24 horas y hay algunas
delegaciones en Iberoamérica que están sobrecargadas
de personal que se montaron como agencias locales de la
agencia para esos países. Creo que en ese terreno vainas a
avanzar también, y son aspectos tecnológicos y no solamente
de personal.

Dice usted que es positivo el 12,3 por ciento, y yo también
lo creo. Es insuficiente, porque el ideal sería arrancar
desde cero pesetas, pero ya he explicado que no hemos
podido conseguirlo, aunque seguiremos intentando
que el Gobierno y el Estado de la nación nos apoyen en
esa medida.




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Usted me ha enumerado seis puntos de zonas de sombra.

El caso del director de recursos humanos no es casualidad;
es una persona de un despacho exterior que se ha
familiarizado con la empresa, que la ha conocido a fondo,
y a quien, para no hipotecarle el futuro, le hemos preguntado
si quiere trabajar con nosotros durante un año para
ayudarnos a hacer este plan, y él sencillamente ha dicho
que sí. No digo que le hayamos contratado a través de las
páginas salmón de los periódicos, pero sí lo hemos hecho
después de asesorarnos y pensar que era la persona capaz
de hacerlo.

Como le he dicho, tampoco hay un 20 por ciento de despidos.

Despidos, propiamente dichos, todavía no sabemos
cuántos pueden ser. He puesto el ejemplo de Efetexto, que
como he explicado en esta Cámara y lo vuelvo a explicar
era representativo de la gestión que estamos haciendo. Efetexto
era un servicio que dábamos a Telemadrid, pero lo
dábamos por cero pesetas, lo que no es capaz de resistir
ninguna empresa pública, privada ni ninguna ONG. Eso
vale un dinero, y cuando yo llegué allí había 21 personas
haciendo el Efetexto. Hemos conseguido reducir a diez
personas sin provocar despidos, sino destinándolas a otros
departamentos. Cuando lo hacíamos lo más ajustadamente
posible, nos seguía costando dinero, por lo que dijimos a
los señores de Telemadrid que nos parecía razonable que la
Agencia Efe, que tiene que estar gestionada por lo menos
con asco, cobrara algo por ese servicio. Ellos prefirieron ir
a la competencia, ahora hacen otro Efetexto, y nosotros,
sencillamente, lo hemos suprimido. A esas personas las
hemos recolocado en otros puestos, por lo que digo que no
querría hablar de despidos, sino de recolocación futura en
función de las bajas incentivadas, las prejubilaciones y las
jubilaciones anticipadas.Le mandaré la minuta del señor
Sagardoy, porque no tengo inconveniente alguno en que la
conozca.

En cuanto a lo que usted me preguntaba sobre por qué
no ha habido consenso con los trabajadores, tengo que
decirle que está habiendo consenso. Lo que pasa es que
los trabajadores tienen una larga tradición, como he dicho
en anteriores ocasiones, querido señor Alcaraz, de confrontación
con la empresa. Creo sinceramente, y lo digo
con toda claridad, que hay que entenderse con el comité
intercentros y con los trabajadores de la casa. Yo no digo
el señor trabajador, como el señor super López, pero creo
que es fundamental el producto, es fundamental la gestión
eficiente y son fundamentales los señores trabajadores.

Los señores trabajadores de la casa Efe son el material
humano indispensable para sacarla adelante, y por eso
tenemos que entendernos con ellos. Lo que ocurre es que
estamos en la fase de negociaciones inevitables en un plan
laboral. Han intervenido y han conocido desde sus inicios
el plan laboral y han tenido todo el tiempo del mundo para
estudiarlo, y creo que estamos en la fase de terminar este
largo proceso de manera, como he dicho antes, beneficiosa
para todos.

Pregunta cómo casa esto con el nuevo personal fijo que
se está contratando, y yo no sé de qué personal fijo habla.

Creo que no hay contrataciones, salvo las que son indispensables.

La agencia no se puede parar. Yo he dicho al comité
intercentros el otro día y antes de que concluyeran esta fase
de conversaciones previas a las negociaciones, que tendríamos
que seguir el consejo de Confucio que dice que mientras
se cruza el río no se cambia de caballo. No estamos
cambiando de caballo; lo que ocurre es que si se apaga una
bombilla, ponemos una nueva para que siga iluminada la
habitación. En ese sentido, le aseguro que las contrataciones
fijas que se estaban haciendo pueden consistir en alguna
contratación concreta para algún puesto específico, pero
como las habrá a lo largo del plan. Digo que hay que prescindir
de unas cuantas personas, pero tendremos que traer
gente, y es la manera de rejuvenecer la plantilla.

El caso del director económico-financiero ya lo he
explicado, así como los pluses extra convenio, y nos queda
como último capítulo el que ha planteado usted, de la televisión.

También me preguntaba por la televisión, la renovación
tecnológica, radio, Internet y los grandes números, y
tengo que decirle que estamos teniendo una gran prudencia.

Respecto al tema de televisión, como ya dije aquí, nos
parece que una agencia como Efe no puede estar ausente
de los telediarios. No lo está en cuanto a las noticias que
mandamos por lo que los periodistas llamamos el hilo tradicional,
pero ahora nos hemos encontrado con que el tope
del 43 por ciento, que ya es importante, de presencia en los
periódicos iberoamericanos necesita ir acompañado de más
cosas, por ejemplo, fotografió, para lo que tenernos en marcha
una primera aproximación a Centroamérica enviando
fotografías -habrán visto ustedes estos días fotos que vienen
de allá firmadas por Efe- y tenemos también la posibilidad
de la televisión. Es una tarea en la que no querernos
competir con Televisión Española, que hace sin duda una
labor admirable con su canal internacional y cualquiera que
vaya por Iberoamérica lo puede comprobar, sino que queremos
ser suministradores de noticias. Eso está en fase bastante
avanzada; lo que ocurre es que no queremos ir alegremente
por nuestra cuenta. Es un mundo en el que hay
alianzas; nosotros ya hemos establecido un plan de contactos
con una serie de cadenas locales, y creemos que nuestro
futuro ahí será parecido al que hemos tenido con el hilo,
con las noticias que van ahora por satélite pero que antes
iban por teletipo, porque tenemos una ventaja enorme
sobre las agencias de la competencia, que es el idioma,
como saben ustedes muy bien. Digo que es el idioma, pero
es algo más: el hecho de que la agencia Efe ha calado en
esas sociedades, por lo que afortunadamente no es esa una
tarea que tengamos que hacer. La Agencia Efe defiende
valores, pero no defiende intereses; la Agencia Efe tiene
una credibilidad evidente, y si hemos sabido hacer eso en
las noticias que damos habitualmente, ¿por qué no vamos a
saber hacerlo en televisión? Además, en ese medio tendremos
la ventaja de que, como hay competencia y desconfianza
entre las cadenas pequeñas de esos países, si actuamos
en un pool en el que Efe sea el referente, tendremos
más capacidad. Eso está avanzando, y yo informaré con
mucho gusto a todos ustedes de estos datos, pero no hay
ningún motivo de alarida, sino al contrario. Me pregunta
usted cómo interfiere esto en el plan de empresa, y yo le
digo que si eso fuese un lastre económico para el futuro del
plan que tiene como objetivo llegar al equilibrio financiero
sin perder nuestras señas de identidad, no tengan ninguna
duda de que yo sería el primero en paralizarlo y nos quedaríamos
en lo que somos ahora: una agencia que tiene su
presencia, una agencia nacional de televisión que tiene sus



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alianzas con otras cadenas y que sirve tanto a las autonómicas
como a Televisión Española y a las cadenas privadas.

Habla usted de la renovación tecnológica y ése es un
capítulo muy complejo, en el que naturalmente tenemos
que ir avanzando, no nos queda más remedio. En Internet
estamos avanzando, ya tenemos una redacción multimedia
incipiente, que espero tengan oportunidad de visitarla, que
supone la posibilidad de dar al mismo tiempo una información
que es la noticia en una pantalla, es el texto, es la voz
de esa noticia, es la imagen y es el video. Es realmente
espectacular. Uno veterano de la agencia me preguntaba
cuando lo estábamos viendo ¿y quién es el cliente de esto?
Sin duda que el cliente de esto es el futuro y Efe no puede
quedarse atrás. Por eso ahí requeriremos inversiones, naturalmente,
pero como vengo diciendo esta tarde, lo haremos
con prudencia, sin perder de vista lo esencial de la Agencia
Efe que es ser el referente de la vida española, esa voz de
España en el mundo, como ha recordado el señor Peñalosa
y que yo repito siempre, y un vehículo vertebrados y de
comunicación fundamental en la vida de este país.

Muchas gracias.

El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Muchas
gracias, señor presidente de la Agencia Efe. Agradeciéndole
una vez más su presencia y sus contestaciones, damos
por finalizada la comparecencia del presidente de la Agencia
Efe.

Quiero recordarles que como no ha sido posible que
compareciera esta tarde la presidenta del Instituto Nacional
de Estadística, por acuerdo de la Mesa y de acuerdo con el
grupo solicitante, tendrá lugar la comparecencia mañana a
partir de las 17,30.

Vamos a continuar mañana por la mañana, empezando
a las 9,30, con la comparecencia de la secretaria de Estado
de Comercio, Turismo y Pequeña y Mediana Empresa, en
la que quedarán subsumidas las del director general, Tur
españa y el presidente de Paradores, que inicialmente estaban
previstas en la Comisión de Industria.

Se levanta la sesión hasta mañana a las nueve y media.




Eran las ocho y quince minutos de la noche.