Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 471, de 27/05/1998
PDF





CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 471



DE MEDIO AMBIENTE



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSE IGNACIO LLORENS TORRES



Sesión núm. 23



celebrada el miércoles, 27 de mayo de 1998



ORDEN DEL DIA:



Celebración de las siguientes comparecencias:



--Del señor presidente del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, CSIC (Nombela Cano), para dar cuenta del contenido del
informe elaborado por los técnicos del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas desplazados a la zona afectada por la rotura
de la presa de minas de Aznalcóllar, en el entorno de Doñana. A solicitud
del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida (Número de expediente
212/001396) (Página 13570)



--Del señor presidente del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, CSIC (Nombela Cano), para explicar el alcance del desastre
ecológico de Doñana y las medidas necesarias para minimizar los efectos.

A solicitud del Grupo Socialista del Congreso (Número de expediente
212/001391) (Página 13570)



--Del señor director del Instituto Tecnológico Geominero de España
(Custodio Gimena), para informar sobre el desastre acaecido en el entorno
de Doñana con motivo de la rotura de la presa de minas de Aznalcóllar y
el grado de cumplimiento de la normativa legal vigente por parte de dicha
explotación, en relación con el vertido de residuos procedentes de su
actividad extractora. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida (Número de expediente 212/001395) (Página 13583)



Página 13570




Se abre la sesión a las nueve y cinco minutos de la mañana.




CELEBRACION DE LAS SIGUIENTES COMPARECENCIAS:



--DEL SEÑOR PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS, CSIC (NOMBELA CANO), PARA DAR CUENTA DEL CONTENIDO DEL
INFORME ELABORADO POR LOS TECNICOS DEL CONSEJO SUPERIOR DE
INVESTIGACIONES CIENTIFICAS DESPLAZADOS A LA ZONA AFECTADA POR LA ROTURA
DE LA PRESA DE MINAS DE AZNALCOLLAR, EN EL ENTORNO DE DOÑANA. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA (Número de expediente
212/001396).




--DEL SEÑOR PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS, CSIC (NOMBELA CANO), PARA EXPLICAR EL ALCANCE DEL DESASTRE
ECOLOGICO DE DOÑANA Y LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA MINIMIZAR LOS EFECTOS.

A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente
212/001391).




El señor PRESIDENTE: Comenzamos la sesión número 23 de esta Comisión de
Medio Ambiente dando la bienvenida a don César Nombela Cano en esta su
primera comparecencia ante el Congreso de los Diputados, para
cumplimentar la comparecencia solicitada por el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida: dar cuenta el contenido del informe elaborado
por los técnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
desplazados a la zona afectada por la rotura de la presa de Minas de
Aznalcóllar, en el entorno de Doñana. Asimismo, para cumplimentar la
comparecencia solicitada por el Grupo Socialista: explicar el alcance del
desastre ecológico de Doñana y las medidas necesarias para minimizar los
efectos.

Ambas comparecencias se entienden acumuladas y, por tanto, para las
pertinentes explicaciones, doy la palabra a don César Nombela.




El señor PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
(Nombela Cano): Señor presidente, señorías, es para mí un honor
comparecer en esta Comisión del Congreso de los Diputados y poder
informar sobre algunos aspectos del trabajo que están llevando a cabo el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organismos de
investigación multidisciplinar dependiente de la Administración central,
y otras entidades colaboradoras que se han unido, como miembros que son
de esa comunidad científica española, con el fin de proceder a una
evaluación del problema ocasionado por los vertidos de Minas de
Aznalcóllar y, en su caso, la propuesta de soluciones.

Debo comenzar diciendo que para mí, como presidente de un organismo como
el CSIC, el vertido de la mina fue desde el principio una circunstancia
que indicaba claramente que la comunidad científica debería estar
presente en lo que es el conocimiento riguroso de los problemas, el
establecimiento de sus posibles alcances y, en su caso, la propuesta de
soluciones. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas tiene una
vinculación especial con el entorno de la zona donde ha ocurrido el
vertido puesto que, como es sabido, es el origen de las actividades de
conservación de especies y del ecosistema de lo que llamanos Doñana y su
entorno, puesto que en los años cincuenta ya se estableció allí una zona
de promoción de esta actividad conservacionista y de investigación, con
apoyo tanto nacional como internacional. Actualmente el Consejo tiene la
Estación Biológica de Doñana, instituto del CSIC que radica en la ciudad
de Sevilla y que administra una reserva biológica de 10.000 hectáreas
dentro de los límites administrativos de lo que llamamos parque nacional
de Doñana. No es, como es conocido, el lugar del desastre, pero es una
zona muy próxima, y evidentemente la preocupación por su posible
afectación es importante.

Con motivo de nuestra presencia como Consejo Superior de Investigaciones
Científicas en estos lugares, tuvimos desde el principio noticia del
vertido y de sus posibles consecuencias, y planteamos movilizar recursos
científicos para ponerlos a disposición de la Administración central, el
Ministerio de Medio Ambiente y cuantas instancias lo solicitaran, así
como de la Administración autonómica, que tiene también un buen grado de
competencias en la zona. Debo resaltar la colaboración de científicos del
Consejo, así como de otros muchos organismos que iré citando en algún
momento y que se han unido en un esfuerzo solidario, generoso y desde
luego creo que muy eficaz, para aportar ese aspecto que es la evaluación
científica del problema y propuestas de solución. Ha habido dos
resoluciones del Consejo de Ministros que han confirmado y solicitado
este papel. El Consejo de Ministros del pasado 30 de abril encargó al
Consejo Superior de Investigaciones Científicas la evaluación científica
de los problemas del vertido y posibles propuestas de solución, y el
Consejo de Ministros del pasado viernes 22 de mayo aprobó, dentro del
plan de actuaciones, un conjunto de programas de investigación destinados
a conocer los alcances del problema.

Tratando de contestar a las preguntas hechas por el Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida y por el Grupo Socialista, comenzaré mencionando
brevemente los informes que hasta el momento se han producido. Como
consecuencia de las reuniones de expertos --y permítanme el inciso de
decir que no hay una comisión cerrada, sino que hay una comisión abierta,
a través de la cual se canalizan las capacidades, experiencias y
posibilidades de muchos científicos, no sólo del CSIC, sino de otros
organismos-- se han producido oficialmente cuatro informes que son
simples resúmenes de una cantidad bastante extensa de trabajo que iré
mencionando. El primero de estos informes se formuló a raíz de una
reunión del 29 de abril pasado, en la



Página 13571




que por primera vez reuníamos en el Consejo a un grupo de expertos en el
que, a partir de los informes recibidos del director de la Estación
Biológica de Doñana, instituto que, como he dicho, pertenece al CSIC, que
administra la reserva biológica, pudimos valorar la situación. En primer
lugar se nos informó de las medidas de urgencia adoptadas para contener
la riada mediante la construcción de una serie de muros de emergencia que
permitieron impedir la penetración de aguas en la zona del parque, así
como el vertido de las aguas desde la desembocadura del Guadiamar al
Guadalquivir, desembocadura que tiene lugar ya próxima a la desembocadura
del Guadalquivir, y donde el vertido de las aguas ácidas que inicialmente
se movilizaron hubiera originado enormes problemas. Se consideró que esta
detención de las aguas, estas medidas de emergencia adoptadas muy en los
primeros días habían permitido localizar el problema y, por tanto, dentro
de la gravedad de los hechos, restringirlo espacialmente.

Se consideró conveniente desde el principio, como valoración de urgencia,
prestar atención a los dos aspectos principales. Uno, la movilización de
aguas ácidas, que significaba la acumulación en la zona de Entremuros de
tres a cuatro hectómetros cúbicos, aguas ácidas cargadas de cantidades
notables de metales pesados en disolución. Se consideró, como digo,
importante prestar atención a esta masa de agua y plantear desde el
principio su posible tratamiento antes de verterlo. Por otro lado, se
consideró el problema que planteaban los residuos movilizados en forma de
lodos muy viscosos que habían cubierto cauces del río y zonas aledañas en
una extensión notable, lo que suponía realmente la movilización de
aproximadamente --se calculaba desde el principio-- de dos a tres
millones de toneladas de residuos. En esta primera valoración, al llamar
la atención sobre ambas cuestiones, ya se señalaba como necesario abordar
estudios sobre el impacto global de todas estas cuestiones y sus posibles
efectos, no sólo en la conservación de especies en el ecosistema único
del parque de Doñana y su entorno, sino también en su impacto en las
actividades esenciales en la zona, como pueden ser los cultivos agrícolas
o la pesca, que también se veían afectados, lógicamente.

El grupo de expertos continuó reuniéndose, se hicieron sesiones de
trabajo intensas, algunas de ellas en la reserva ecológica, en el llamado
palacio de Doñana, que es la zona que administra el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas a través de la Estación Biológica, y se
produjo el 5 de mayo un segundo informe ya emitido desde la reserva
biológica. En este informe se planteaba con más detalle la necesidad de
tratar el agua embalsada en la zona de Entremuros, desaconsejando la
descarga de la misma si antes no se procedía a un tratamiento. En estos
días la acidez de esas aguas había evolucionado y había sufrido algunos
ajustes, corrigiéndose en parte y volviéndose a intensificar un poco la
acidez de esas aguas por procesos que los expertos explican claramente en
función de la evolución de los componentes químicos que albergaban. En
todo caso, se insistía en la necesidad de tratarlas, y estos tratamientos
aparecían siempre teniendo un objetivo fundamental, que era neutralizar
la acidez para precipitar los metales de la forma más eficaz posible. Se
planteaban asimismo otras posibles opciones de filtración y demás, puesto
que en ningún caso parecía adecuado verter esas aguas al río Guadalquivir
y finalmente al mar, por las características de la zona y por las
circunstancias que podrían acompañar a esos vertidos. En este segundo
informe también se hablaba ya de la retirada y ubicación de los lodos,
señalándolo como un objetivo suficientemente urgente, si bien
suficientemente lento en su desarrollo, puesto que la masa y la extensión
del vertido en ningún caso permitían pensar que el período pudiera ser
menor de tres meses para su retirada; incluso los expertos valoraban la
posibilidad de que a la llegada de las lluvias de otoño no se hubiera
producido la retirada total de esos lodos, por lo que se señalaba el
interés de establecer un plan de prioridades para proceder a retirar
primero aquellas masas de lodo que pudieran ser más urgentes.

Al mismo tiempo, aun cuando por estudios propios no conocíamos todavía
detalles de la composición química de esos lodos, sí se habían divulgado
por parte de la Junta de Andalucía y otras instancias algunos datos de
composición química que indicaban que debíamos advertir de la potencial
peligrosidad de estos lodos, lo que no trataba de incidir en un alarmismo
excesivo, pero tampoco en una minimización del problema, ya que los
componentes que llevaban hacía aconsejable que el personal que los
manejara observara unas mínimas precauciones para impedir su intoxicación
con los mismos y que se emplearan los procedimientos adecuados para la
retirada de esos lodos. Se señalaba la necesidad de realizar una
cartografía de los mismos, cartografía que asume inmediatamente el
Instituto Tecnológico Geominero, dependiente del Ministerio de Medio
Ambiente, y se insistía, como digo, en que esa retirada debiera seguir un
plan de prioridades, así como tener en cuenta que una retirada completa
del cien por cien de esos lodos nunca sería posible, puesto que algún
remanente debería quedar aunque la retirada fuera suficientemente
respetuosa y empleara la maquinaria más adecuada, e incluso en algunas
zonas la retirada a mano. También se nos pidió opinión acerca de la
ubicación de los lodos, suscribiendo el grupo de expertos el criterio del
Instituto Tecnológico Geominero sobre la necesidad de eliminar cuanto
antes esos lodos y albergarlos en un lugar que, aunque de forma
provisional, parecía adecuado, que era la antigua corta de la mina de
Aznalcóllar, para almacenar estos residuos en forma de lodos.

Se produce un tercer informe que, como los anteriores, se transmite
inmediatamente a las administraciones implicadas, al grupo de
coordinación que dirigía y dirige el subdelegado del Gobierno en Sevilla
pero que coordina el trabajo muy directamente con la Junta de Andalucía,
así como al Ministerio de Medio Ambiente; en todos los casos hemos
transmitido estos informes, como es lógico, dentro del organismo al que
pertenecemos, al Ministerio de Educación y Cultura.

El tercer informe, que se elabora aproximadamente una semana después, se
refiere a estudios bastante detallados, realizados por institutos del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sobre la composición de
estos lodos,



Página 13572




participando institutos de Madrid, Barcelona, Valencia y Salamanca y
colaborando también alguna institución no perteneciente al CSIC, puesto
que uno de los aspectos del que nos consideramos más satisfechos ha sido
la colaboración de todos los organismos, entidades y científicos a los
que se les ha pedido. Se llegó a un estudio muy completo y variado, de
carácter químico, mineralógico y de otros aspectos de la caracterización
de estos lodos. Se identificaron como lodos de pirita resultantes de la
actividad de la mina, pero lógicamente se llamó la atención, en el
aspecto granulométrico, sobre el tamaño pequeño de las partículas que, en
algunos casos, llegaban a ser inferiores a 10 micras, lo que siempre hace
identificar estos materiales como potencialmente inhalables, si se
liberan al aire en forma de polvo. También se analizaron sedimentos
fluviales de zonas contaminadas y se incidió en todos los aspectos de la
composición química de los lodos, incluida la materia orgánica,
liberándose estos datos a la opinión pública a través de ruedas de
prensa, así como a las administraciones antes indicadas.

La concentración de lodos en algunos elementos más significativos se
cifraba en este informe en 8.000 gramos de zinc por tonelada, 8.000 de
plomo, 5.000 de arsénico, 2.000 de cobre y cantidades menores de otros
elementos. Se prestó atención desde el principio a posibles pequeñas
cantidades, siempre de materia orgánica, que pudieran estar presentes,
puesto que la actividad industrial de la mina consiste en moler el
mineral, pulverizarlo finamente y proceder a su flotación, empleando
algunos aditivos orgánicos necesarios para ese proceso de flotación. La
materia orgánica se identificó como cantidades de 4 a 10 gramos por
tonelada, es decir de 4 a 10 partes por millón, cantidades pequeñas pero
que también merecían atención. Se analizaron algunos otros estudios y se
plantearon estudios adicionales sobre las especies químicas en las que
están presentes estos elementos que hemos dicho, en general en formas
inorgánicas insolubles, pero valorando los posibles efectos de
movilización al ambiente a través de la lixiviación por las aguas. El
trabajo ha continuado, repito, de una forma muy intensa, participando un
buen número de laboratorios e institutos que han tomado muchas muestras y
que siguen en curso de análisis.

El cuarto informe se ha producido a finales de la semana pasada, también
a raíz de una reunión celebrada en la reserva biológica y en este caso
vuelve a incidir en la cuestión de las aguas embalsadas en el dique de
Entremuros. Es un informe monográfico que se ha elaborado con la
colaboración de la Universidad Politécnica de Cataluña, de organismos
como el Ciemat, la empresa Enresa y muy en especial el Instituto
Tecnológico Geominero, cuyo director comparecerá con posterioridad a mi
presencia en esta Comisión.

El informe era de un consenso total y estaba basado en este caso no
exclusivamente en análisis de las aguas del dique de Entremuros --esos
volúmenes que hemos dicho de tres a cuatro hectómetros cúbicos, una masa
importante almacenada en varias balsas-- sino en estudios de laboratorio
con muestras tomadas de esa zona. En sus estudios se hicieron pruebas de
precipitación de metales y en esa escala de laboratorio tratan de deducir
conclusiones que puedan ser extrapolables a la gran masa de agua,
teniendo en cuenta que este salto de escala, esta extrapolación de
resultados de laboratorio a enormes masas de agua tiene sus dificultades
y que por eso el informe estima que, a pesar de que las aguas han
evolucionado y sus pH ya son prácticamente de neutralidad, todavía
contienen suficientes elementos en disolución como para aconsejar su
tratamiento, produciendo una ligera alcalinización hasta pH-8, lo que los
expertos estiman que se puede producir por adición de cal en una cantidad
que totalizara aproximadamente 1.600 toneladas. Se estimaba que esto
debería producir una precipitación adicional y después se aconseja que la
liberación sea lo suficientemente controlada como para que las aguas no
solamente estén tratadas sino que no se movilice --o se movilice el
mínimo-- el número de partículas en suspensión, partículas que llevan
estos componentes metálicos y que, de liberarse en esta forma,
lógicamente acabarían vertiendo al estuario del Guadalquivir un cierto
número de contaminantes, cuyo vertido probablemente se puede evitar, por
lo menos en buena medida, si se procede al tratamiento. Este cuarto
informe fue examinado anteayer lunes por el grupo de coordinación, con
asistencia de expertos por nuestra parte, y en principio tenemos noticias
de que fue aceptado que las aguas no deben ser vertidas sin el
tratamiento correspondiente. Estos han sido los informes elaborados hasta
ahora que, repito, suponen un resumen pequeño de un trabajo muchísimo más
amplio que se ha venido llevando a cabo para evaluar este problema.

A continuación voy a explicar lo más brevemente posible el conjunto de
trabajos que se están llevando a cabo, o que se llevarán, para lo que
nosotros llamamos proyectos y actuaciones para el seguimiento, análisis
de sus consecuencias y propuesta de recuperación en el área de Doñana y
su entorno, que son evidentemente proyectos y actuaciones ocasionados
como consecuencia del vertido. Hay que decir que el vertido ha afectado a
aproximadamente unas 6.000 hectáreas, comprendidas entre la mina de
Aznalcóllar y el margen norte del área protegida de Doñana, es decir el
área protegida constituida por lo que se llama parque nacional, parque
natural e incluso una zona llamada preparque. La zona de cultivos
afectada puede ser de algo más de 2.000 hectáreas, siendo el resto de las
áreas de pastoreo.

El área protegida que llamamos ecosistema de alta protección tiene
aproximadamente unas 100.000 hectáreas y constituye una reserva de la
biosfera y patrimonio de la humanidad. Los ecosistemas presentes son de
una enorme variedad, así como la biodiversidad presente, tanto vegetal
como animal: 803 especies de plantas fanerógamas, fauna de vertebrados en
la que hay siete especies de peces de agua dulce, 30 de estuarios, 12 de
anfibios, 19 de reptiles y 29 de mamíferos, destacando especialmente las
361 especies de aves, que representan el 70 por ciento del total de las
especies presentes en Europa, 119 de las cuales se reproducen en esta
zona y algunas de ellas son especies especialmente amenazadas.

En otras épocas existían en el bajo Guadalquivir 180.000 hectáreas de
marisma, de la que quedan sin destruir o transformar unas 35.000
hectáreas, de las que aproximadamente



Página 13573




26.000 están dentro del parque nacional. A pesar de su protección, la
integridad de este ecosistema está ciertamente comprometida, debido
principalmente a alteraciones en el régimen hidrológico y cambios en la
pluviosidad, lo que a veces hace que las autoridades del parque nacional
y por supuesto el organismo que tiene allí el Consejo, que tiene las
competencias de investigación dentro del parque, se planteen la
extracción biológica de Doñana y discutan continuamente el proceso de
regeneración hídrica y otras formas de protección. La colmatación
acelerada también supone una fuerte amenaza para lo que es el equilibrio
hídrico del parque.

No voy a insistir demasiado en el valor de esta zona. Baste citar que las
marismas se inundan en otoño y que las aves invernantes presentes en esta
zona pueden llegar alcanzar los 700.000 ejemplares, siendo los procesos
reproductivos extraordinariamente importantes. Por supuesto que desde el
punto de vista científico no importa exclusivamente la protección del
ecosistema, sino que también interesan las actividades agrícolas de la
zona, especialmente de aquellas que se han visto afectadas por el
vertido, así como las actividades pesqueras del estuario del
Guadalquivir.

Para evaluar y seguir el problema y proponer soluciones, el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, contando con todas las
colaboraciones que hemos dicho, ha elaborado un ambicioso plan de
actuaciones que en buena medida ya está en marcha y que, desde luego,
persistirá no solamente a lo largo de los meses de este año, sino en años
futuros, porque algunas de las actuaciones tienen que realizarse a más
largo plazo. En cuanto a la evaluación de la situación actual, importa
conocer bien las condiciones del contorno --tenemos una base topográfica
de elevada precisión sobre ese contorno--, la situación de las posibles
filtraciones en los acuíferos, así como todos aquellos problemas de
filtraciones que pueda haber a través del suelo, y la distribución y
conexiones de estos acuíferos, en buena medida ya conocidos por otros
estudios, pero hay que ponerlo todo en operación en este conjunto. Por
supuesto que en la capa superficial y de suelos se plantea estudiar de
forma precisa las propiedades de las zonas más representativas de estos
suelos, los diferentes componentes de la capa superficial, porque serán
los que influyan en los efectos de filtración que puedan producirse.

Como digo, se ha realizado y continúa el estudio de las aguas y fangos de
la balsa minera movilizados como consecuencia del vertido para
caracterizar exhaustivamente la composición química y mineralógica de los
minerales y los residuos procedentes de la explotación. Estos estudios
han ido revelando el alcance de las medidas de protección que cabe tomar,
medidas que se han aconsejado y que en general han sido bien recibidas,
según se nos ha informado, por parte de los organismos afectados. En
cuanto a los riesgos del impacto, nos interesa conocer cuanto antes la
carga principal de metales que quedarán en el suelo, lo que dependerá de
la retirada de los lodos y la forma en que se retiren. La situación de
estos suelos también estará condicionada por el hecho de que haya habido
penetraciones más o menos profundas, como las que pueden surgir a través
de galerías de fauna, huecos de raíces, etcétera, en dichos suelos.

También interesa conocer a fondo el impacto que puede tener el vertido
para las zonas de los estuarios. Los expertos consideran estas zonas de
estuario como las de mayores gradientes de fuerza iónica y, por tanto,
zonas en que los metales, si se movilizan ahí los metales pesados,
incluso en formas insolubles, en forma de partículas, pueden mostrar una
elevada reactividad y, evidentemente, evolucionar en formas concretas, lo
que será interesante conocer. El paso a la fase disuelta de estos metales
particulados o la incorporación de partículas en suspensión se puede
producir en un amplio intervalo de salinidades y sobre un material
heterogéneo, como son estas zonas de estuarios. Muchas de las situaciones
relacionadas con el estuario del Guadalquivir son poco conocidas todavía
y entendemos que deben ser estudiadas, y forman parte del plan de
estudios que ya estamos llevando a cabo.

Se abordan también las emisiones y transporte atmosférico de
contaminantes. Los contaminantes pueden pasar al aire a través de
aerosoles o bien mediante procesos de volatilización. Se han planteado ya
sistemas de medición in situ de contaminantes volátiles estableciendo la
captación de estos aerosoles para determinar en qué medida estos residuos
en forma de lodos pueden ser movilizados al aire; inclusive algunos de
los metales que forman parte de ellos pueden volatilizarse, pasar a
formas gaseosas, que también van a ser estudiadas en cuanto a la cinética
de los procesos químicos y biológicos que pueden provocar esa
volatilización de especies metálicas, como el mercurio, el plomo y el
arsénico.

El impacto en la flora, fauna y alimentos y, por tanto, la transmisión de
los contaminantes a través de cadenas tróficas es otro objetivo a
conocer. En 15 puntos coincidentes o próximos a los lugares de tomas de
muestra de lodo y agua se va a establecer un seguimiento que se extenderá
también a áreas no contaminadas del parque nacional, del parque natural y
de sus entornos. Se trata de conocer el impacto sobre la flora y fauna,
estableciendo, por ejemplo, los procesos que pueda haber de mortalidad.

La mortalidad de peces y de otros organismos acuáticos ha sido conocida y
en el cauce del Guadiamar se estima que, más que a los propios metales
pesados, sobre todo es debida a la falta de oxígeno o a la elevada acidez
del agua. Esto, como digo, en lo que respecta a la mortalidad de los
organismos acuáticos que ya se ha producido. Para saber si tiene un
impacto sobre otras poblaciones, se recopilará toda la información sobre
el número de individuos encontrados muertos de diferentes especies de
vertebrados; asimismo se están muestreando plantas, fitoplancton y
algunos invertebrados en zonas contaminadas. En una primera aproximación
de urgencia, se demuestra que el efecto directo en cuanto a mortalidad
sobre los reptiles, aves y mamíferos de Doñana ha sido despreciable. Las
poblaciones, incluso especies amenazadas, no parece que se hayan visto
afectadas demográficamente hasta el momento, aunque algunos individuos
muertos o algunos huevos o pollos de estas aves se hayan encontrado.

Evidentemente la mortandad de peces ha sido bastante más espectacular y
esta mortalidad que se ha producido



Página 13574




en peces, anfibios y cangrejos limitará el alimento disponible para
algunos grupos de aves, aun cuando la respuesta que puedan tener, una
respuesta funcional, por ejemplo, de realizar mayores desplazamientos
para buscar alimentos, se considera como posible, si bien si hay un
descenso en las tasas de natalidad de estas aves exigirá conocerse a
través de un seguimiento detallado, seguimiento detallado que, desde el
punto de vista de los censos que viene realizando la estación biológica a
lo largo de muchísimos años, podrá compararse claramente con los datos
previos.

También se constata que al sellarse las compuertas que impiden la entrada
de agua contaminada al parque la salida de peces al río resulta
imposible, con lo cual la concentración de oxígeno en las aguas de la
marisma puede ir disminuyendo. De ahí que sea conveniente cuanto antes
desembalsar el agua que existe en Entremuros para poder permitir mejores
entradas de agua al parque. Como digo, el programa es muy detallado en
todos sus aspectos, porque también la presencia de metales en las cadenas
tróficas irá siendo conocida, tratando de que ese estudio y ese
conocimiento sea respetuoso con los animales en todos sus aspectos. Por
ejemplo, se analizará presencia de metales en sangre, plumas y otros
materiales que no tengan que significar el sacrificio de las aves, y el
impacto en general sobre la biodiversidad, flora y fauna, se efectuará a
través de un seguimiento de poblaciones seleccionadas de los más diversos
seres vivos. Nos planteamos también que los efectos del vertido puedan
ser más que de mortalidad acusada, fuera de la ya producida en organismos
acuáticos, efectos subletales en los individuos o en las poblaciones
protegidas. De ahí que conocer la presencia de estos metales y sus
efectos en plantas, invertebrados, peces, reptiles, aves y mamíferos sea
un objetivo importante.

Finalmente, el plan de estudios conlleva también analizar estrategias de
recuperación. Esperamos que el plan de prioridades en la extracción
selectiva de los lodos minimice la presencia de los mismos en las zonas
que pudiéramos llamar más comprometidas. Sin embargo está claro que
existirán unos residuos remanentes, que permanecerán en los suelos, que
podrán ser movilizados por las aguas, penetrar a través de estos suelos y
alcanzar determinados lugares. En todo caso sería conveniente plantear en
un futuro no muy lejano actuaciones para la descontaminación y la
recuperación de los suelos. Algunos expertos estiman que en muchos
lugares podría quedar un 10 por ciento del residuo total como remanente y
debido a que estos residuos, insisto, son propios del mineral de la zona
--es decir, son residuos que resultan del tratamiento del mineral de la
zona y en ese sentido los componentes están ya presentes en ese mineral y
en las formas en que están presentes--, lo que tienen de especial es que
están finamente pulverizados y distribuidos en una zona en la que no es
natural que estén. Si queda una cierta cantidad de residuos en algunos
suelos el lavado que produzcan las aguas de lluvia puede suponer la
lixiviación (para los menos conocedores significa el lavado y
solubilización de componentes insolubles presentes en esos residuos) y la
reactividad de esos posibles residuos remanentes, y podría aconsejarse en
algunos casos o en algunos suelos la neutralización de los mismos, lo que
en su caso se establecerá mediante los datos correspondientes. Quedaría,
asimismo, la biodestoxificación de estos suelos, empleando
microorganismos o procesos de fitorrestauración, es decir, plantas
capaces de absorber los metales ahí disueltos.

Es evidente que las decisiones que corresponden ya a un plazo un poco más
largo sobre qué estrategias emplear para esta restauración, requieren
previamente un conocimiento de la situación de los suelos más
característicos y de su naturaleza. No todos los suelos son arcillosos,
no todos son arenosos, unos u otros pueden reaccionar de diferente manera
ante estos componentes. En todo caso, en algunas circunstancias podrían
emplearse determinados microorganismos que tienen capacidades de absorber
componentes, de los identificados como tóxicos, presentes en estos
residuos. Asimismo, hay plantas que han sido y están siendo estudiadas
por institutos dependientes del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas que tienen capacidades especiales para extraer del suelo,
absorbiéndolos, componentes como el plomo, el cadmio, el níquel, el zinc,
el cobre o el cromo; plantas que podrían prestar una colaboración
especial para eliminar definitivamente estos componentes del suelo.




El señor PRESIDENTE: Señor Nombela, le ruego vaya concluyendo.




El señor PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
(Nombela Cano): Señor presidente, termino en un solo minuto más.

Decía que evaluar la posibilidad de utilización de estas plantas es algo
que está también en nuestro plan de actuaciones.

Quiero concluir señalando que la actuación de la comunidad científica en
lo que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha podido
canalizar por encargo del Gobierno, ha sido en todo momento transparente,
rigurosa e intensa. Muchas personas han trabajado a lo largo de los fines
de semana desde que se produjo el vertido para avanzar en la obtención de
datos y a disposición de todas aquellas instancias que puedan requerir el
concurso de los estudios, propuestas y recomendaciones de los grupos de
expertos que han trabajado y a los cuales quiero expresar nuestro
agradecimiento.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Nombela. Si no hay ningún
inconveniente, como el orden de presentación en el Registro de la Cámara
no es el que figura en el orden del día, y en la comparecencia solicitada
por el Grupo Socialista consta que se ha presentado antes que la pedida
por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, tendría la
palabra, ateniéndonos a esta circunstancia, en nombre del Grupo
Socialista, don Alfredo Pérez de Tudela.




El señor PEREZ DE TUDELA MOLINA: Señor presidente, permítame saludar de
antemano al señor presidente



Página 13575




del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y agradecerle su
disponibilidad y colaboración al comparecer ante esta Comisión para
contribuir a aclarar las circunstancias y propiciar las mejores
actuaciones para recuperar en lo posible la zona devastada por la riada
de lodos y aguas contaminadas de las minas de Aznalcóllar y por la
contribución de la institución que preside a evitar males mayores con las
indicaciones sobre las mejores actuaciones para minimizar la
contaminación. Otrosí sería si quienes deben tomar las decisiones les han
hecho el caso que sus indicaciones se merecían y sobre las que le
pediremos nos informen para contribuir desde nuestra posición, si es
posible y necesario, a que se lleven a cabo.

Como puede ver, nuestra intervención tiene un tono constructivo, no podía
ser de otra manera. Debía ser así por dos motivos. En primer lugar,
porque usted y la institución que preside no tienen responsabilidad sobre
lo que ha ocurrido. Se han ofrecido a hacer aquello que está en sus
manos: observar, investigar y proponer las mejores formas de actuar, y
eso lo han venido haciendo desde el primer momento. Por tanto, no nos
cabe más que pedirle su opinión sobre una serie de cuestiones para, en la
medida de lo posible, hacernos una composición de lugar y ver si lo que
se está haciendo es lo más indicado que cabría proponer para mejorar las
actuaciones y prevenir mayores males. En segundo lugar, porque la única
razón de nuestra intervención es contribuir de la mejor manera para
restablecer el orden normal de la naturaleza en la zona y para que se
adopten las medidas que ayuden a prevenir riesgos en el futuro tanto en
Doñana como en tantos otros puntos anónimos que hay con situaciones de
riesgo en nuestro país. Por tanto, permítanme, señores presidentes, que
pase a formular algunas preguntas que flotan en el ambiente, que no le
serán novedosas, porque más allá de lo que uno pueda elucubrar son
preguntas que se deducen de las noticias y declaraciones que en estos 30
días que han transcurrido desde la catástrofe han venido apareciendo en
la prensa. A la vista de lo que ustedes han venido indicando desde el
primer momento, lo primero que se nos ocurre preguntarle es si consideran
que se han tenido en cuenta globalmente sus advertencias y
recomendaciones y si éstas se han adoptado con diligencia. La verdad es
que vamos de sobresalto en sobresalto y no le extrañe que hablemos
haciendo referencia a las noticias de prensa, no sé si totalmente
ajustadas a la realidad, pero es la más fresca y continuada que tenemos
sobre lo que está pasando. Queremos pedirle su colaboración para
contrastar esa veracidad y algunas otras informaciones, dando respuesta
en la medida de lo posible a las preguntas que tenemos planteadas, que
son muchas, tantas que ese inmenso interrogante y cruce de informaciones
con desmentidos continuos nos provoca un gran desasosiego. Perdone el
desorden y las reiteraciones en las preguntas que le voy a formular,
aunque comprendo que en este momento quizá no pueda dar respuesta a todas
ellas de una forma exhaustiva. Le ruego que en aquello que considere nos
haga llegar a la mayor brevedad posible su opinión por escrito.

En primer lugar, le quería poner sobre la mesa que han salido repetidas
noticias controvertidas sobre la contaminación de los acuíferos. Se me
ocurre preguntar, ¿cree usted que se mantienen sin contaminar los
acuíferos de la zona? ¿Qué probabilidades hay de contaminación de los
mismos? O, lo que es lo mismo, ¿qué nivel de riesgo de contaminación
tenemos? La dirección de la Estación Biológica dice que están afectados,
y lo dice desde un primer momento. En sus estudios, ¿qué valoración han
hecho de los acuíferos y se está haciendo?
En segundo lugar, ¿considera el CSIC que la retirada de los lodos se hace
adecuadamente? El CSIC aconsejaba un tratamiento de los lodos previos a
la retirada, si no lo tengo mal entendido, ¿considera que era necesario?
¿Era factible? ¿Qué crédito le merece el hecho de que no se hiciera así?
Porque al parecer, y en mi opinión, no se está haciendo así. ¿Comporta
esa manera de hacer un mayor riesgo? ¿Qué tipo de riesgos comporta? El
CSIC propuso, si no lo tengo tampoco mal entendido, que se hiciera un
seguimiento pormenorizado de los elementos contaminantes como precaución
y como base de actuaciones posteriores para la restauración del medio
ambiente. ¿Cree, señor presidente, que se está haciendo el seguimiento
adecuado? Por lo que usted conoce, ¿qué es lo que se hace y qué cree que
se debería hacer? En los primeros días se hizo la recomendación, al
parecer de perogrullo, de que se hiciera un tratamiento de choque con las
aguas embalsadas y contaminadas para propiciar la elevación del pH y la
precipitación de los metales. No se hizo, y al parecer ese agua ha
incrementado su acidez, aunque ahora nos dice que ha llegado a valores
altamente positivos en estos momentos, por lo que es necesario y urgente
su tratamiento y por lo que sabemos parece que se va a hacer pero, por lo
que usted sabe, ¿considera que se hará de manera adecuada? ¿Considera que
se están tomando las medidas y las cautelas necesarias? ¿Cree que se está
actuando con la diligencia que el problema precisa? ¿Cómo considera el
CSIC que se debería hacer el vertido al Guadalquivir para garantizar que
no se produzcan situaciones de riesgo de contaminación? Hoy mismo en la
prensa dice la ministra de Medio Ambiente que está a la espera de un
nuevo informe para ver qué es lo que debe hacer. ¿Estamos pendientes de
ese informe? ¿Que nos va a decir ese informe, si es que estamos en
condiciones de saberlo en estos momentos?
En la retirada de lodos usted ha dicho una serie de recomendaciones.

¿Considera que se están cumpliendo? No atender esas recomendaciones total
o parcialmente, como creo que está ocurriendo, ¿qué riesgos comporta? En
toda la zona, hasta los aledaños del parque nacional de Doñana se ha
extendido una capa contaminante, algunos dicen altamente contaminante,
que ahí está, sufriendo las inclemencias del tiempo, el calor y las
lluvias, haciendo presumiblemente depósito de parte de esa materia
contaminante en el suelo. Si añadimos que la retirada de lodos no se está
haciendo de la mejor manera, cabe suponer que el riesgo de ese depósito
de materias contaminantes que puede pasar al acuífero es alto, porque
además, por la remoción de las capas de tierra que se está haciendo,
realmente se hace esa mezcla con los suelos vírgenes. ¿Qué riesgo
corremos en ese sentido? ¿Se actúa adecuadamente? ¿Qué cabría hacer? ¿De
qué medios cabría disponer? ¿Qué riesgos estamos



Página 13576




corriendo por la posible alteración de los lodos píricos que tenemos
esparcidos? ¿Considera que se están tomando las medidas adecuadas para
evitar el riesgo de inhabilitación y de dispersión en las tareas de
retirada de los lodos? ¿Considera que el ritmo de retirada de los lodos
es adecuado? ¿Vamos a llegar a tiempo? ¿Cree que los procedimientos para
la retirada son los más adecuados? ¿Los medios empleados para la retirada
son suficientes? ¿Considera que se deberían arbitrar otras medidas o
implantar con más medios la operación de retirada de lodos? ¿Qué opinión
le merece esa teoría del desplazamiento de placas que provoca la rotura
de la balsa y hace aflorar margas en el lecho del río?
El día 24 de mayo la comisión de coordinación hace la previsión para la
próxima semana de un notable incremento de medios para la retirada de
lodos, más maquinaria y de mayor tonelaje, y un millar de trabajadores
agrícolas. Este solo punto abriría otro capítulo de preguntas. Sólo le
haré una. ¿Responden estas medidas a las necesidades y condiciones de
labor necesarias? ¿Se reunieron anteayer miembros del CISC, expertos en
toxicología y miembros del Instituto Geológico y Minero con los
responsables de la comisión, con el objetivo de decidir el vertido del
agua retenida en la zona de Entremuros al río Guadalquivir? ¿Que acuerdos
tomaron en esa reunión?
Son muchas preguntas y más las que nos podríamos plantear. Son además
preguntas que, por las controversias entre técnicos, más pragmáticos con
la realidad de las cosas, y una Administración voluntariosa, queriendo
transmitir el mensaje de que no ha pasado nada, quedan siempre con el
interrogante. Creo que entre todos deberíamos poner una buena dosis de
racionalidad en este tema.

Déjeme añadir, antes de terminar, que, si lo considera oportuno y útil,
además de hacernos llegar las aclaraciones que estime oportunas, puede
aportarnos también, para que desde el Congreso de los Diputados instemos
al Gobierno, aquellas medidas que, a su criterio, deberíamos tomar.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra en nombre del Grupo Federal de
Izquierda Unida, su portavoz, la señora Aramburu.




La señora ARAMBURU DEL RIO: Buenos días, señor presidente, señorías. Es
un auténtico placer contar con la presencia del presidente del CSIC y una
garantía disponer de sus fuentes solventes y neutrales.

Efectivamente, no ejercen ustedes para este menester ni de técnicos de la
Administración ni de gestores públicos, y da la impresión de que sus
consejos, altamente independientes, pueden en ocasiones molestar al poder
o, en otra de sus variables, ser interpretados o tamizados. Cuando se
cumple un mes del affaire de las minas de Aznalcóllar que, sabrá usted,
algunos no consideramos una catástrofe sobrevenida sino un acto de
terrorismo ecológico y un acto de terrorismo contra la salud pública,
ambos pondrían en cuestión al personaje y autoridades que hoy están al
frente y por acción u omisión han permitido el desastre, parece ser, por
lo que el hecho de estar bajo sospecha requiere una voz autónoma...

El señor PRESIDENTE: Perdone, señora Aramburu.

Les ruego a las señoras y señores diputados, incluso a los asistentes a
esta reunión, que desconecten los teléfonos móviles.

Siga, señora Aramburu.




La señora ARAMBURU DEL RIO: Decía que se requiere una voz autónoma, no
salpicada por los intentos de la conjura de ocultamiento que rodea el
aparente tramo en cuestión.

Yo tengo la impresión de que la partida aprobada en el Consejo de
Ministros en el marco del plan de actuaciones destinada a los expertos en
una cuantía inexacta, que puede rondar los 1.500 millones, es cuanto
menos insuficiente, si es quinquenal, y preocupante si no se ha expresado
en estos términos precisos --y subrayo precisos-- la disponibilidad de
fondos extra para investigar las consecuencias del vertido tóxico lo que,
con el tono de la ambigüedad puede aparecer como veto sutil,
tremendamente sutil, a profundizar científicamente los efectos Boliden y
adláteres. El hecho de que los informes que emiten ustedes, los
reconocimientos más cualificados por la pluma de quien los fundamenta, no
sean suficientemente vinculantes, es altamente insatisfactorio, al menos
desde el punto de vista de la inseguridad medioambiental, sanitaria,
económica y social.

Permítame, señor Nombela, que hoy vampiricemos sus informaciones para
poner a disposición de los ciudadanos la transparencia sin tapujos. En
primera instancia, queremos saber si ustedes consideran la situación
actual de emergencia; en segundo lugar, conocer si las medidas de
urgencia que se adoptaron en el inmediato y en la actualidad, son las
adecuadas; en tercer lugar, preguntarle si el desastre está acotado
espacialmente; en cuarto lugar, ¿considera que los lodos deben retirarse
de manera mecánica, como se está haciendo?; en quinto lugar, ¿qué
actuaciones deben abordarse para la restauración del medio degradado y
para garantizar la seguridad de los productos de consumo humano y animal
generados en la zona afectada?
El grupo de expertos se reafirma, así lo hemos leído y así lo ha
expresado, en la necesidad de un tratamiento químico del agua retenida en
la zona de Entremuros previo a su descarga, consistente en una
neutralización y precipitación de los metales pesados, seguido de la
separación física de los precipitados y las partículas en suspensión.

Ustedes insisten en la necesidad de desaguar unos 2,5 hectómetros de agua
retenida en un plazo no superior a tres meses, con objeto de retirar los
lodos presentes en toda la canalización aguas arriba, antes de la época
de lluvias. Ello implica el tratamiento de unos caudales aproximados de
1.000 metros cúbicos por hora, y este elevado caudal requiere, y así lo
expresan ustedes, una actuación de choque que al menos consiga la
neutralización del agua y la reducción del contenido de metales pesados
en solución hasta niveles ecológicamente admisibles (la traducción de
admisibles sería importante que usted la verificase) antes de su descarga
al Guadalquivir. Ustedes dicen que con este fin la actuación más eficaz
consistiría en la adición controlada de óxido o de hidróxido cálcico al
agua retenida. Además, ustedes plantean que tras una extracción de estas
características



Página 13577




de emergencia se recomiende la instalación en la parte terminal del cauce
de una estación depuradora para el tratamiento de las aguas afectadas por
desviación de los restos de lodo que previsiblemente seguirá teniendo
lugar en el futuro. Nos sorprende hoy la máxima autoridad planteando algo
así como que de momento no habrá desagües, ha dicho la señora Tocino ayer
en el Senado, a pesar de sus recomendaciones y advertencias. ¿Saben
ustedes, señores expertos, por qué?
En este marco yo quiero hacer algunas reflexiones centrales. Conocido es
que hay elementos que no precipitan, como el talio o el mercurio u otros
compuestos presentes en la mina, como las aminas aromáticas o los
hidrocarburos, que son, como usted perfectamente sabe, altamente
cancerígenos. ¿Cómo tienen previsto intervenir? ¿Por qué no se contempla
en la cadena de la depuración el tratamiento con uno de los pocos
elementos que garantizan la descontaminación, como es el ozono?
Igualmente sería del máximo interés conocer por qué se aparca la
indicación que hacen ustedes sobre la depuradora, y si es por razones
presupuestarias o de otra índole.

Paso a situarme en el séptimo bloque de demanda de información, señor
Nombela. En primer lugar, quería preguntarle si sabe por qué, a pesar de
la prohibición taxativa que ustedes emiten acerca de que las partículas
sean manipuladas o removidas en el marco de los lodos y advierten de la
peligrosidad, la Administración desoye su más que recomendación. Señor
Nombela, ¿en la actualidad está actuando el personal adecuadamente
cualificado? ¿Se utilizan los métodos de protección necesarios? ¿Se está
empleando la maquinaria más ligera posible o los métodos manuales
recomendados? ¿Están circulando los vehículos oruga fuera de los caminos?
¿Se hace uso de las lonas para cubrir las cargas?
En octavo lugar, ¿se cuenta con una cartografía detallada de la zona
afectada por los lodos en la que se proporcione las estimaciones de los
grosores? ¿Qué medidas de priorización están contempladas en todo el
marco? ¿Qué seguimiento y evaluación ecotoxicológica se está realizando
del área afectada y de las zonas de influencia?
Permítame, señor Nombela, que retome de nuevo de las alforjas de las
dudas el tratamiento de choque, hoy tema central, recomendado para
permitir la depuración de las aguas tóxicas retenidas en la zona de
Entremuros y su posterior desagüe hacia el Guadalquivir, para el que
dicen ustedes necesitan 1.600 toneladas de hidróxido cálcico y un
exquisito cuidado para evitar mover mucho las aguas para no arrastrar
partículas del fondo donde se han sedimentado lodos con una alta
concentración de metales pesados. Pero ¿cómo y quiénes deben proceder?
¿Cuáles son las secuencias para las garantías totales? ¿Qué tipos de
laboratorios móviles están dispuestos a abordar? ¿Qué harán con las
analíticas? ¿Serán permanentes, continuadas? ¿Se conforman ustedes con
que la concentración de metales pesados sea aceptable, como aparece en
algún texto? Según han estimado ustedes, el lodo vertido con la riada
tóxica de la presa de residuos de las minas de Aznalcóllar a la cuenca
del Guadalquivir contendrían más de 150.000 toneladas de sustancias
tóxicas y/o peligrosas; ¿qué efectos tiene, está teniendo o puede tener
sobre cualquiera de las variables del ecosistema?
Voy concluyendo con algunas cuestiones en este bloque décimo de
preguntas. ¿Cuál es el grado de contaminación del parque natural, del
parque nacional y del acuífero 27, señor Nombela? ¿Qué probabilidad hay
de que se produzca, en qué medida y cuándo, en el caso de que no se haya
llevado a cabo en esta parte de las reservas no tocadas todavía? ¿Qué
planes integrales de prevención y asistencia se tiene previstos para las
zonas afectadas?
Por último, quiero hacer alguna breve consideración. Sería para nosotros
del máximo interés, señor Nombela, es importante lo que trato de decirle,
disponer de los estudios realizados por el señor Arambarri sobre materias
tangenciales a los efectos del asunto en cuestión que sabemos existe.

Igualmente, señor Nombela, sería una garantía para el conjunto de los
trabajos disponer además de las conclusiones de sus informes, de las
actas, repito y subrayo, de las actas de las reuniones del CSIC, como
avales e instrumentos de colaboración ciudadana. Por tanto, ¿creen
ustedes que se podría haber evitado --y voy concluyendo-- este desastre,
señor Nombela, si no se hubieran archivado las denuncias y se hubieran
arbitrado los mecanismos correctores correspondientes?
La fuerza que represento está convencida de que son ustedes
incorruptibles y, por tanto, un salvoconducto para la profesionalidad y
la ética. Sería una medida de higiene ciudadana contar con su presencia
estable en el órgano de coordinación, por lo que emplazo a dicho órgano a
que se incorporen al comité de expertos del CSIC de manera estable y
permanente para el asesoramiento y control de los trabajos como medida
cautelar frente a otros intereses.

Y, ahora sí, concluyo solicitando su opinión, si es posible y lo
considera oportuno, sobre la conveniencia de una comisión de
investigación, solicitada por Izquierda Unida, para poder reponer la
información y rehabilitar la confianza de los ciudadanos. Yo no quisiera
terminar sin decir que percibo la desautorización a la que someten a la
ministra desde el Gobierno pronunciándose en contra de la comisión de
investigación una vez que el señor Aznar no la ha cesado por negligencia
temeraria, por lo que retomo de nuevo la petición de dicha dimisión y
ahora además por mentir, vil y descaradamente, en el Congreso de los
Diputados.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos parlamentarios que deseen fijar la posición?
En nombre del grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra su portavoz, el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Señor Nombela, el 7 de mayo, cuando tuvo
lugar la primera comparecencia, de hecho la única comparecencia hasta el
momento de la ministra ante esta Comisión, para informarnos sobre la
catástrofe de Doñana, y en un momento en el cual todos los grupos de la
Cámara y la opinión pública estábamos todavía intentando reaccionar y
situarnos ante la realidad después del impacto de este lastimoso
acontecimiento, nuestro



Página 13578




grupo ya se pronunció en ese momento, junto con otros grupos, sobre la
necesidad y la conveniencia de que usted pudiera comparecer ante esta
Comisión. Debo decirle que en este momento, transcurrido ya casi un mes
desde el acontecimiento y cuando nos estamos todavía preguntando qué se
podía y se debía haber hecho para evitar que sucediera en este país una
catástrofe tercermundista como la que ha acaecido en Doñana, su
comparecencia...




El señor PRESIDENTE: Perdone, señor Recoder. Ruego a las señoras y
señores diputados y a los asistentes que desconecten los teléfonos
móviles durante las sesiones de la Comisión.

Puede continuar, señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: No soy yo, señor presidente. Yo sé quién es,
porque es bastante habitual el teléfono móvil en la Comisión, pero no se
lo voy a decir. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: Señor Recoder, no se lo había preguntado. (Risas.)



El señor RECODER I MIRALLES: Yo se lo agradezco.

Retomando el hilo de mi intervención, tengo que decirle que no nos ha
defraudado en absoluto su comparecencia y la sistematización que ha
efectuado de estos cuatro informes que ha elaborado el Consejo Superior
de Investigaciones Científicas sobre el drama de Doñana, que hemos ido
conociendo a través de los medios de comunicación, lo que pasa es que
obviamente de una forma parcial o a menudo incompleta derivada del hecho
de que no hemos tenido un acceso directo a los mismos. Repito que su
comparecencia nos ha parecido muy interesante y yo creo que vamos a
necesitar de su constante asesoramiento si finalmente se llega a crear
alguna comisión de investigación o comisión de seguimiento, como ayer se
ha sugerido en el Senado, para seguir cómo evoluciona el tema de Doñana.

En cualquier caso, en el momento que se disipe la incógnita, pienso que
su participación y su presencia va a se absolutamente imprescindible.

Creo que después de haber transcurrido aproximadamente un mes desde la
catástrofe se abren muchas interrogantes y después de su intervención
continúan abiertas, incluso a nuestro grupo se le siguen planteando
muchísimas dudas, obviamente también intuyo que a ustedes les quedan
dudas; pero quiero plantearle algunas, después de la batería de preguntas
a la que ha sido sometido por los anteriores intervinientes y quisiera
subrayar simplemente alguna cuestión sobre la que me parece de especial
interés conocer la opinión de los científicos.

Recuerdo que en su momento se nos dijo que el famoso acuífero 27, cuyo
nombre todos nos hemos aprendido, no estaba contaminado, ahora bien, no
se cerraba la puerta a que pudiera contaminarse en un futuro, pero
también se nos decía que por la calidad de las tierras arcillosas que hay
ahí, con 80 metros de arcilla, era poco probable que pudiera
contaminarse, aunque también se nos decía que no se podía hacer ninguna
aseveración más contundente. Quisiera conocer su opinión al respecto, ya
que como todas sus opiniones me parece de gran interés y una aportación
importante para los miembros de esta Comisión.

También se nos habló en su momento --y lo pudimos leer en los medios de
comunicación, usted lo ha subrayado hoy, lo que pasa es que ha quitado un
tinte dramático-- del hecho de que dentro de las aguas ácidas se hubiera
encontrado una concentración extrañamente elevada de arsénico. Me ha
parecido entender que usted simplemente lo manifestaba pero no lo
subrayaba como un hecho especialmente alarmante, cuando en otro momento
se había manifestado que éste era un aspecto especialmente preocupante de
lo que estaba sucediendo en Doñana. Quisiera también que nos aclarara
algo sobre la peligrosidad de esta concentración.

Me sumo a la petición que se ha realizado por anteriores intervinientes,
en el sentido de saber su opinión sobre si las acciones emprendidas para
evitar males mayores y restaurar el entorno de Doñana le parece que son
las más adecuadas, si consideran que se les ha hecho caso o si, en
cualquier caso, consideran que se les ha hecho suficiente caso. También
quisiera saber --porque es otra cuestión que nos interesa especialmente,
en cuanto es objeto de un debate intenso en los últimos días-- si el
ritmo de retirada de los lodos es suficiente, si hay algún peligro en el
horizonte, derivado de la lentitud de esa retirada, y, por tanto, si cree
usted que se deben poner más medios para favorecer esta limpieza.

Por último, le pediría que se pronunciara con toda la claridad que su
responsabilidad le permita en relación a las futuras amenazas de Doñana.

Como buen científico nos ha expuesto una serie de hipótesis sobre lo que
podría suceder en Doñana, hipótesis muy abiertas; en cualquier caso, sí
creo que sería de interés conocer su opinión lo más afinada posible sobre
lo que puede suceder en Doñana y sobre cuáles pueden ser las
consecuencias futuras, es decir, sobre si debemos temer todavía que la
catástrofe de Doña pueda alargarse durante muchos y muchos años, como se
nos ha dicho desde algunos sectores.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra su portavoz, doña María Teresa de Lara.




La señora DE LARA CARBO: En primer lugar, quiero agradecer a don César
Nombela, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
la amplia y exhaustiva explicación que nos ha dado acerca de cómo los
científicos, de cómo la comunidad científica española ha ido haciendo un
seguimiento y ha ido proponiendo unas medidas después del desastre
ocurrido con la rotura de la balsa de Aznalcóllar.

Estamos de acuerdo --y nos alegra-- con la exposición que ha hecho don
César Nombela respecto al tratamiento de los problemas. Primero nos ha
contado cómo los científicos se prestaron a conocer el problema, a
evaluar científicamente la incidencia del mismo y, posteriormente, a
estudiar las posibles soluciones. De todo lo que nos ha dicho



Página 13579




don César Nombela quisiera resaltar algunos aspectos. En primer lugar,
que al Grupo Parlamentario Popular le alegra que el Consejo de Ministros
aprobara un conjunto de programas de investigación que creo que en una
tragedia ecológica como ésta son esenciales. En segundo lugar, también
nos alegra la opinión del señor Nombela de que las medidas de urgencia
que se adoptaron el día 29 de abril para contener la riada y el vertido
de las aguas ácidas fueron adecuadas y que en aquel momento permitieron
restringir el problema espacialmente.

También creemos que en la explicación que nos ha dado de los informes
sucesivos ha quedado muy clara la necesidad que ven los científicos de
tratar el agua embalsada en la zona de Entremuros, dado que la acidez
parece que persistía y aunque ahora nos ha indicado que era un pH 7, que
es un pH neutro, parece que es conveniente neutralizar este agua para que
puedan precipitarse los metales pesados. Nos gustaría saber --no sé si lo
ha dicho usted o tal vez yo no lo he entendido-- en qué momento considera
que es preciso hacer esta neutralización, es decir, si hay que proceder a
neutralizar este agua antes de verterla o si considera conveniente
esperar, porque de su explicación no he entendido la urgencia o no del
tema.

También me gustaría saber su opinión sobre la ubicación de los lodos en
esta antigua corta de la mina. Endentemos que es una ubicación
provisional, porque realmente no sabemos si ustedes han hecho algún
estudio científico sobre esto; temenos que tal vez los lodos que se vayan
depositando en la corta de esta mina queden allí ubicados de forma
definitiva, con lo cual nos expondríamos a que con el transcurso del
tiempo pudiera ocurrir de nuevo algo similar a lo que ha sucedido.

Nos ha llamado la atención, sobre todo, el plan de actuaciones que usted
ha expuesto; plan de actuaciones que va a persistir en años futuros. De
este plan de actuaciones lo que nos ha preocupado es saber que después de
la retirada de los lodos va a quedar una concentración de metales pesados
en el suelo, concentración de metales pesados que es preciso extraer con
un tratamiento de estos suelos. Nos han llamado especialmente la atención
los tratamientos que usted ha dado para la extracción de esta
contaminación: el tratamiento a través de microorganismos y el
tratamiento a través de plantas capaces de absorber estos metales pesados
disueltos. Creo que es importante que aquí no se escatimen medios para
que estos suelos que han sufrido este grado de contaminación puedan, si
ello es posible, volver a recuperar su estado original.

Yo no voy a hacerle ninguna batería de preguntas sobre cómo se
desarrollan o no los trabajos, porque entiendo que la comunidad
científica es la que emite los dictámenes; desde luego creo que si las
administraciones, al menos el Gobierno de la nación, han encargado los
estudios, lógicamente será para seguir, digamos, los dictámenes que emita
la comunidad científica. No sé lo que ha hecho la comunidad autónoma
andaluza porque tengo un conocimiento menor, pero sí creo que el Gobierno
de la nación ha encargado estas investigaciones y estos estudios para
poder seguir las pautas que en ellos se indiquen.

Quisiera hacerle solamente tres preguntas. En primer lugar, tal como ha
indicado anteriormente el portavoz de Convergència, si los contenidos de
arsénico que se han detectado en el suelo tienen carácter peligroso, más
que el resto de los metales pesados; si considera usted que el ritmo
actual de la retirada de los lodos es suficiente para evitar que las
lluvias del otoño puedan producir este efecto de disolución y de
lixiviación del que usted nos ha hablado. Quería preguntarle también si
el pequeño tamaño de las partículas que usted nos ha indicado, estas
partículas inhalables de zinc, plomo, arsénico y cobre, es un peligro
para los trabajadores que están retirando estos lodos si las inhalan.

Para terminar, solamente quiero decirle que también ha aparecido en la
prensa que algunas hectáreas del parque nacional podrían quedar fuera del
parque natural. ¿Qué nos puede decir sobre ello?
Nada más. Simplemente agradecerle de nuevo todas sus informaciones, que
creo que han sido de la máxima importancia para esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Nombela, aunque le ruego
la máxima brevedad posible, para contestar a las preguntas que se le han
formulado.




El señor PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
(Nombela Cano): Gracias, señor presidente.

Gracias, señorías, por las preguntas que me han dirigido. Voy a tratar de
ir agrupándolas y también disculparán que, como se han ido produciendo en
cadena, quizá no sea suficientemente sistemático. Lo que sí me permito
indicarles, con el permiso del señor presidente, es que la persona que
comparece después que yo, el director del Instituto Tecnológico Geominero
y catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña, es muy
conocedora, mucho más que yo, por su propia especialización científica,
de algunos de los aspectos que ustedes plantean, por lo cual creo que
podrá contestar con más autoridad.

En mi caso, comparezco en nombre de un grupo muy amplio de expertos de
muchos tipos y, además, el ITGE, al que acabo de aludir, ha estado muy
implicado en una colaboración total abierta y absolutamente eficaz con
todos los expertos del CSIC que hemos movilizado.




El señor PRESIDENTE: Señor Nombela, quisiera aclararle que si no tiene
los datos correspondientes a alguna de las preguntas que se le han
formulado, puede facilitarlos posteriormente por escrito a esta Comisión.




El señor PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
(Nombela Cano): Así lo haré, señor presidente.

Respecto a la primera pregunta, en la que han insistido diversos
intervinientes, sobre si se han tenido en cuenta las recomendaciones que
hemos hecho y se ha actuado con diligencia, le puedo decir que
globalmente el trabajo que hemos hecho y las sugerencias llevadas a cabo
--en buena medida, como ya he indicado, por encargo del Gobierno--



Página 13580




las hemos transmitido a todas las administraciones, incluida la
Administración central y la Administración autonómica, y siempre se nos
ha manifestado una gran satisfacción con nuestro trabajo, nunca se nos ha
discutido ninguna conclusión y se nos han agradecido las recomendaciones.

Personalmente he tenido oportunidad de hablar en diversas ocasiones con
la señora ministra de Medio Ambiente, incluso en una ocasión con el señor
presidente de la Comunidad Autónoma de Andalucía, así como con otros
muchos responsables administrativos. Se nos ha transmitido, insisto,
agradecimiento por nuestro trabajo. Lo que no hemos hecho --ni podemos
hacerlo-- ha sido un seguimiento absoluto y detallado de cada una de las
tareas de, por ejemplo, cómo se protege el personal que retira los lodos.

No teníamos esa misión ni tenemos los medios de fiscalización de ese
tipo. Entiendo que esa responsabilidad corresponde a otras instancias y
desde luego en cuantas ocasiones los medios de prensa nos han requerido
para que nos ratificáramos en recomendaciones o, en todo caso, las
matizáramos, así lo hemos hecho y creemos que los medios de prensa lo han
reflejado suficientemente.

En un problema como éste está claro que hay que observar precauciones,
hay que acelerar determinados trabajos, hay que seguir determinadas
pautas y el consejo y la recomendación debe tener también el justo rigor
y el justo medio. Ahora matizaré algunos aspectos que han sido objeto de
muchas preguntas sobre toxicidad de lodos, etcétera. Siempre hemos
tratado de estar en esa posición, de plantear estudios adicionales ante
los interrogantes que surgieran, además de, en su caso, sugerir medidas,
por ejemplo, en cuestiones de salud. También les puedo decir que en las
ocasiones en las que algunos miembros de mi equipo y yo nos hemos
desplazado a Sevilla hemos sido consultados y hemos discutido, por
ejemplo, con los responsables de salud de la comunidad autónoma que
tienen esas competencias o también hemos solicitado que el Instituto
Carlos III, como organismo dependiente de la Administración central,
pudiera intervenir, y así se ha establecido también en los últimos
acuerdos del Consejo de Ministros.

Vamos a ir concretando algunas preguntas más. Desde el punto de vista de
la famosa controversia sobre contaminación de acuíferos, sí debo decir
que en algunas de las declaraciones --y no es que pretenda hacer de
portavoz-- realizadas especialmente por el director de la estación
biológica, que es una persona que pertenece al organismo que yo presido
y, además, con la que estoy en una comunicación no sólo diaria, sino
intensa, desde el principio indicó el riesgo de contaminación, no la
certeza, puesto que él no la tenía. El estado actual de los datos que
tenemos es que existen algunos pozos contaminados en el acuífero aluvial
del Guadiamar y un pozo contaminado en el contacto entre este acuífero
aluvial y el acuífero Almonte-Marismas, que es el famoso acuífero 27, que
así se llamaba antiguamente.

En las tres pasadas semanas se ha observado una aparente --se han hecho
tandas de análisis y éstos siguen en marcha-- disminución de la
concentración de metales en esos pozos, puesto que ésa es la evolución
que se esperaba una vez que fueron limpiados. Esto puede ser debido a
decantación de los lodos hacia el fondo del pozo o a dilución por el
flujo subterráneo. Este proceso se está confirmando y es importante
disponer de una tercera tanda de análisis de muestras, en la que estamos,
y las muestras se estarán tomando esta semana por el Ciemat, organismo
del Ministerio de Industria que, como he dicho, colabora reiteradamente
en todos estos trabajos.

¿Qué cabe decir de las aguas embalsadas en el dique de Entremuros?
También han sido objeto de preguntas y en algún caso, aparentemente, de
petición de aclaraciones, puesto que mis explicaciones quizá fueron un
poco rápidas y no señalé todo el alcance de los datos y recomendaciones
nuestras. Estas aguas que llegan allí son, lógicamente, el resultado del
vertido de aguas ácidas. Una vez que se embalsan, se construyen, tanto
por parte de los técnicos del parque nacional, dependiente del Ministerio
del Medio Ambiente, como por técnicos del parque natural, dependientes de
la Junta de Andalucía, varios diques de contención y su construcción, a
partir de nuestros primeros informes, se ratifica no sólo en que era
conveniente, sino en su mantenimiento hasta tanto no sean tratadas. Este
es el alcance que tiene nuestra afirmación, que aparece en dos informes,
en el sentido de que las medidas inicialmente tomadas han logrado
contener los efectos del vertido y limitarlos parcialmente; en ningún
caso se desmentía su gravedad, sería absurdo hacerlo así, el desastre es
enorme, la ministra de Medio Ambiente ha reconocido que es la mayor
catástrofe ecológica registrada en España y nadie pretende, en absoluto,
minimizarlo. Lo que sí se dijo es que esos diques era conveniente
haberlos construido y hasta ahora ha sido conveniente mantenerlos para
asegurarse realmente de lo que pasa con esas aguas.

Esas aguas, en los primeros días de su mantenimiento en el dique de
Entremuros, evolucionaron disminuyendo su grado de acidez hasta
situaciones próximas a la neutralidad. En días subsiguientes, más o menos
cuando se produce nuestro segundo informe, aproximadamente sobre el 7 de
mayo, las aguas volvieron a acidificarse un poco, proceso que los
expertos explicaron claramente por la oxidación del hierro, pasando a ser
hierro férrico, lo que conlleva un secuestro del potencial alcalino y,
por tanto, una acidificación. De nuevo volvieron a evolucionar a una
situación de neutralidad, que es la que tienen actualmente. La situación
actual, de pH 7, indudablemente es de neutralidad. No obstante, como
parte de nuestros trabajos, los estudios realizados con muestra de esas
aguas (en este caso un estudio conjunto, con el Instituto Jaume Almera,
de Barcelona, perteneciente al CSIC, conjuntamente con la Universidad
Politécnica de Cataluña, por un lado, y los estudios realizados en el
Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas de Madrid, centro
perteneciente también al CSIC) demostraban que existe todavía una
concentración de metales que necesitan un tratamiento para alcalinizarlas
y elevar su pH, por tanto, hasta niveles de 8, antes de proceder a su
vertido. En esta línea va nuestro cuarto informe que ha sido distribuido
públicamente a la prensa.

Se me indica que la señora ministra de Medio Ambiente ha anunciado
petición de informes adicionales. Desconozco



Página 13581




esa petición, puesto que no he hablado con ella durante el día de ayer;
supongo que puede ser una petición en la línea de puntualizar un poco más
el proceso técnico de tratamiento, porque, según mis informes, el grupo
de coordinación reunido el pasado lunes, al que asistieron por nuestra
parte el doctor Miguel Ferrer, director de la estación biológica, y el
doctor Carlos Ayora, del Instituto Jaume Almera de Ciencias de la Tierra,
de Barcelona, pertenecientes al CSIC, dijo que el tratamiento se
consideraba necesario y aceptable.

Insisto también en que una cosa son las pruebas de laboratorio y otra
diferente tratar tres o cuatro hectómetros cúbicos. Nuestro informe pide
monitorización de las aguas vertidas cada dos o tres horas; por ello el
Ciemat, que ha colaborado, tiene allí dispuesto su equipo analítico
móvil, que en todo caso podrá prestar. Además, se podrá también
interrumpir el tratamiento si se considera que la forma no es la más
adecuada. También se aconseja que la liberación sea lo más suave posible,
evitando los mezclados y acompasando los ritmos de las mareas para que el
vertido sea lo suficientemente riguroso, de manera que se vayan diluyendo
sus componentes.

Se ha insistido especialmente en que debe minimizarse la movilización de
las partículas en suspensión que podrían quedar en el estuario y causar
una evolución imprevista. En esto, como en tantas otras cosas, señorías,
lo mejor puede ser enemigo de lo bueno; las recomendaciones científicas
en casi todos los casos tienen que tener sus matices y tienen que tener
su plasmación y metodológica y técnica en aquellas comisiones que más se
acerquen al ideal, porque verter esas aguas ya va siendo necesario. No es
conveniente prolongar demasiado tiempo su almacenamiento; además, una vez
que se seque el contenido de las balsas procederá eliminar los residuos
que ahí se hayan decantado, puesto que contienen metales pesados.

Ritmo de la retirada de lodos y precauciones es una pregunta que ha
surgido también con frecuencia. Nuestros informes han recomendado de
nuevo que sea lo más respetuoso posible con el suelo, recurriendo en
algunos momentos, si llega el caso, a mano de obra. Especialmente en los
terrenos cultivables esto parece importante.

Por lo que respecta a la maquinaria, se entiende que las ruedas de los
vehículos no deben compactar demasiado el lodo con el suelo. Es evidente
que algunas maquinarias, aunque quizá sean más pesadas, a lo mejor por la
disposición de las ruedas tiene menor presión por unidad de superficie, y
en ese sentido apunta nuestra recomendación. La retirada de los lodos es
urgente, así lo hemos dicho, y eso se ha de compaginar con que sea lo más
respetuosa posible. Hay que buscar ese compromiso.

Los lodos que se están retirando actualmente, según los últimos datos,
son del orden de los 20.000 metros cúbicos diarios; creo que en los
últimos días ha sido de 17.00 metros cúbicos diarios. Teniendo en cuenta
la densidad de estos residuos podemos estar en unas cantidades de
aproximadamente 45 a 50.000 toneladas diarias de lodos. Si este ritmo,
que yo creo que es el adecuado, se mantiene lograríamos su retirada antes
de las lluvias de otoño. En todo caso, no hay que olvidar que nuestro
primer informe sobre lodos, que si se quiere iba en una línea un poco
realista pero por el lado del pesimismo, apuntaba la posibilidad de que
en otoño no estuviera completada, por eso pedíamos un plan de
prioridades. Si se logra ese ritmo de 50.000 toneladas diarias es
probable que podamos alcanzarlo. Hay que tener en cuenta que las
estimaciones también tienen una dificultad y es que se calculan unos tres
millones de toneladas, es decir, aproximadamente un millón de metros
cúbicos; lo que sucede es que cuando se retira el lodo también se retira
parte de la capa del suelo y en la medida en que eso se retire se
incrementa más o menos el peso. Por eso la retirada que se produzca a
mano en algunos lugares va a ser la mejor --especialmente en los terrenos
cultivables será así--, porque arrastrará muy poco suelo y por tanto la
retirada neta será fundamentalmente de lodos.

Me han preguntado también si me puedo pronunciar sobre las razones de la
catástrofe y si, a mi juicio, la catástrofe se podría haber evitado. Me
van a permitir que no opine puesto que no tengo elementos de juicio, ni
soy experto, ni al grupo de expertos se nos ha encargado la evaluación de
las razones o las causas del siniestro de la balsa.

Hace poco fui citado por la juez de Sanlúcar la Mayor, que entiende del
caso, y me dijo que iba a encargar a expertos en cuestiones de
geodinámica un informe que establezca las razones y en su caso las
responsabilidades. Nuestro grupo de expertos no ha tenido el encargo de
entrar en ello ni ha contado con personas expertas en esos aspectos del
trabajo geodinámico que realmente nos parece esencial para definir las
razones del siniestro.

En cuanto a nuestro plan de actuaciones, ha sido aprobado en el Consejo
de Ministros del pasado día 22. Es un plan a bastante plazo que tendrá
que materializarse en proyectos concretos y esperamos que la financiación
se materialice también pronto. Nosotros la hemos cifrado en 1.060
millones de pesetas, según consta en esos planes que, insisto, han sido
incluidos en los planes de actuación del Consejo de Ministros y que
tendrán que ser financiados con cargo a los fondos que correspondan, ya
sean fondos de la Comunidad Europea o fondos españoles.

A la pregunta de si la situación es de emergencia, tengo que responder
que ciertamente sí lo es. Yo creo que nadie lo ha negado. Nuestros
informes llevan, en general, el título de grupo de expertos del CSIC y
otros organismos colaboradores sobre la emergencia ecológica de
Aznalcóllar y el río Guadiamar; ésa es nuestra valoración. Desde luego la
situación es ciertamente de emergencia, por eso se han tenido y se siguen
teniendo que tomar medidas importantes.

¿Podrán las medidas de restauración restablecer ese entorno? Esta
pregunta me da pie a hacer algunos comentarios, fruto de mi mayor
conocimiento actual, desde que ocupo el cargo de presidente del CSIC,
sobre este lugar, que ciertamente me ha cautivado y que me ha hecho
implicarme mucho en las tareas del instituto que allí tenemos. También
soy miembro del Patronato de Doñana, que administra todo el conjunto de
actuaciones y reúne a las diferentes administraciones.

Con frecuencia se discute la ampliación del parque y he de decir que esto
se está estudiando, porque el valor ecológico



Página 13582




y natural es enorme, aunque yo creo que tiene valor toda la zona; también
los cultivos del entorno --ése es el criterio del director de la estación
biológica-- son importantes por ejemplo para la alimentación de las aves,
los arrozales y otros. Hay que buscar de manera armónica no sólo la
restauración de los problemas que ahora han surgido sino también la
restauración de los remanentes que quedan de residuos tóxicos y hay que
hacerlo cuanto antes porque todos tenemos la obligación de conservar este
entorno.

En este punto quisiera señalar que sobre la futura evolución de estos
contaminantes los científicos que han colaborado y con los que yo he
hablado en muchas ocasiones --muchos de ellos bastante más expertos que
yo en cada uno de los problemas-- casi diría que se dividen en dos
grupos. Todos sabemos que es un problema grave pero hay personas que lo
ven de una mayor gravedad en cuanto a las perspectivas de control,
mientras que otras lo ven de una forma más optimista, no en el sentido de
que sea una cosa solucionable de inmediato pero sí en el sentido de que
las características de algunos suelos en donde hay residuos tóxicos
permitan contenerlos en capas más superficiales porque, por ejemplo, en
los suelos calizos, se podrá lograr la precipitación de manera natural,
los metales precipitarán en esos niveles más altos y podrán ser
eliminados. En todo caso, los estudios científicos nos tendrán que ir
dando las pautas. Yo entiendo que a veces los estudios científicos son
áridos, muchas veces no son matemáticos (blanco o negro), son totalmente
matizables, pero creo que la línea que llevan estos trabajos es la
adecuada e irán proporcionando datos continuamente.

Las actas de nuestras reuniones como grupo de expertos son las que se han
revelado. A veces, las discusiones han durado cinco o seis horas; ha
podido darnos la una de la madrugada en la reserva biológica discutiendo
aspectos por parte de diferentes personas que aportan ideas
complementarias o a veces de cierta controversia. Las actas se
materializan en estos informes, los trabajos de laboratorio los estamos
archivando y podrán ser objeto de suministro a quien corresponda. Tenemos
un interés especial en la transparencia de este trabajo, creemos que lo
que es el trabajo científico se ha logrado y aspiramos a que esa
transparencia continúe y se mantenga durante todo este proceso que,
ciertamente, en sus aspectos científicos, debe ser conocido de manera
exhaustiva.

Se ha suscitado de nuevo el aspecto de la toxicidad de los lodos y voy a
insistir en las ideas que hemos transmitido siempre. Se habló al
principio de hipótesis de otros posibles residuos; pues bien, el trabajo
de laboratorio demuestra que son residuos propios de la minería, de la
molienda del mineral finamente particulado, con una pequeña cantidad, que
hemos dicho desde el principio a cuánto asciende, de 4 a 10 partes por
millón de materia orgánica, propia también del material orgánico que allí
se emplea y que, evidentemente, también tiene sus potenciales peligros.

¿Dónde hemos señalado la precaución? En el hecho de que estas partículas
están finamente pulverizadas y que podrían inhalarse. Por eso hemos
recomendado la protección de las personas que se dedican a manejar esto
para que, tanto por vía respiratoria como por vía cutánea, se impida su
penetración. ¿Quiere decir esto que quien pase cerca de un depósito de
vertidos puede sufrir un problema irreversible? Entiendo que no, pero sí
que insistimos y mantenemos en esta precaución que hemos recomendado. Ha
sido incluso objeto de controversia con motivo de los acontecimientos
festivos y de romerías que en próximas fechas se celebrarán. Las
autoridades autonómicas competentes en este tema han aceptado nuestro
criterio y se han comprometido a proteger a la población que participa en
estas actividades de romería de riesgos innecesarios.

Esa es la línea que creemos que se debe seguir, pero vamos más allá,
hemos situado detectores de partículas para medir su movilización, porque
no es lo mismo cuando el lodo está totalmente húmedo que cuando está
completamente seco y vamos a hacer ese seguimiento. Ya el Instituto
Carlos III tiene la responsabilidad de plantear algunos temas
epidemiológicos y con las autoridades de la Junta de Andalucía,
responsables de la sanidad en la zona, también hemos hablado en otros
muchos momentos.

El arsénico presente en estos residuos es un componente propio de las
piritas, que en esta franja son en parte arsenopiritas. No es el único
componente potencialmente peligroso. En la forma en que está es arsénico
inorgánico insoluble. ¿Dónde estaría el peligro? En que se movilice, se
solubilice y se haga biodisponible. ¿Cómo podemos seguir eso? Primero,
retirando los lodos cuanto antes porque ahí está la forma más eficaz de
contribuir a que eso se evite. Después, siguiendo su presencia en las
aguas en diferentes momentos con todos los análisis que están en marcha y
los que se llevarán a cabo. Pero que quede claro que también es tóxico el
plomo, el zinc en determinadas situaciones y en determinadas
circunstancias, sobre todo, cuando se moviliza.

Finalmente, como la hora es avanzada, señor presidente, aunque creo que
he tratado de contestar globalmente a todo, si ha quedado alguna
pregunta, podría contestarla por escrito. La pertinencia de comisiones de
investigación en el Parlamento creo que deben juzgarla ustedes como
parlamentarios. Nosotros estamos dispuestos a contribuir, como hasta hoy,
a la transparencia en el conocimiento de los problemas, a aportar el
conocimiento de su evolución y toda la valoración científica de estas
cuestiones, y cuantas veces se nos solicite seguiremos acudiendo para
transmitir estudios, datos y, sobre todo, las propuestas de solución que
creamos que pueden existir.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Nombela. En nombre de la
Comisión, queremos agradecerle sus amplias e interesantes informaciones.

A la señora diputada le recuerdo que, con respecto a la solicitud de las
actas, tiene un mecanismo que está regulado en el artículo 7 del
Reglamento y es que, a través de la Presidencia del Congreso de los
Diputados, puede solicitar de la Administración pública correspondiente
las actas.

También quisiera aprovechar la ocasión para comentar que esta Comisión de
Medio Ambiente está abierta a cualquier



Página 13583




tipo de investigación --como lo está haciendo-- y de estudio de todos los
problemas surgidos con respecto al Coto de Doñana y hoy es una prueba de
ello.




--DEL SEÑOR DIRECTOR DEL INSTITUTO TECNOLOGICO GEOMINERO DE ESPAÑA
(CUSTODIO GIMENA), PARA INFORMAR SOBRE EL DESASTRE ACAECIDO EN EL ENTORNO
DE DOÑANA CON MOTIVO DE LA ROTURA DE LA PRESA DE MINAS DE AZNALCOLLAR Y
EL GRADO DE CUMPLIMIENTO DE LA NORMATIVA LEGAL VIGENTE POR PARTE DE DICHA
EXPLOTACION, EN RELACION CON EL VERTIDO DE RESIDUOS PROCEDENTES DE SU
ACTIVIDAD EXTRACTORA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE
IZQUIERDA UNIDA (Número de expediente 212/001395).




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, les ruego que ocupen
sus asientos, se mantengan en silencio y si hay alguien que esté fumando
les recuerdo que en esta Comisión está prohibido hacerlo. Si quieren
fumar, háganlo fuera de esta sala.

Quiero dar la bienvenida, una vez más, a don Emilio Custodio, que está
presente en esta Comisión, ante la que ha comparecido ya varias veces,
para informar sobre el desastre acaecido en el entorno de Doñana con
motivo de la rotura de la presa de minas de Aznalcóllar y el grado de
cumplimiento de la normativa legal vigente por parte de dicha
explotación, en relación con el vertido de residuos procedentes de su
actividad extractora. Esta comparecencia ha sido solicitada por el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida.

Antes de darle la palabra a don Emilio Custodio, le ruego que,
ateniéndonos a lo avanzado de la hora, sea lo más resumida posible.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO TECNOLOGICO GEOMINERO DE ESPAÑA (Custodio
Gimena): Para mí es un placer estar de nuevo aquí para informarles en
este caso sobre un tema de gran actualidad. Me ha precedido don César
Nombela y creo que él ya ha expuesto con detalle muchos de los aspectos
que les preocupan, pero yo haré un breve resumen de la pregunta formulada
que entiendo se divide en dos partes: la primera es informar sobre el
desastre acaecido, sobre lo que haré un resumen muy rápido. Simplemente
he de recordar que el día 25 de abril se rompió lo que se llama la balsa
de estériles de la mina de Aznalcóllar. Esta balsa preexistía, era de la
anterior explotación minera que existía en la zona, que la nueva empresa
Boliden Apirsa ha continuado rellenando y recreciendo para tratar los
residuos de segunda y tercera flotación de la nueva corta los Los
Frailes. Esta balsa se rompió de madrugada y dio origen, primero, a un
derrame del agua que estaba sobrenadando la balsa, que es un agua ácida
con un pH muy bajo y con un contenido muy elevado en metales pesados,
como corresponde al material que tiene almacenado la balsa y, además, a
una salida de dos tipos de lodos, tras la ruptura. La balsa estaba
dividida en dos compartimientos, uno que contiene pirita al cien por
cien, prácticamente pura, con algunas concentraciones menores de metales
pesados, pero que es lo que más puede preocupar y otra balsa llamada de
piroclastos porque contienen un 50 por ciento de pirita y el resto son
silicatos que lo acompañan. Esta ruptura de la balsa dio origen a una
crecida, a una onda que se propagó río abajo, realmente fueron dos ondas
las que se propagaron. La ruptura parece ser que se produjo en dos fases.

Esta onda viscosa fue depositando los lodos, lógicamente con mucho mayor
espesor cerca del cauce, mucho menor espesor en los laterales y con
espesor decreciente, incluso con granulometría algo decreciente, aguas
abajo, hasta que finalmente se separa un líquido completamente exento de
estos materiales, que son muy densos. La densidad de la pirita es del
orden de cinco veces más que el agua, se separa muy bien, queda un agua
muy clara que continúa su progreso hacia el río Guadalquivir. En una
actuación de las administraciones de los parques muy acertada y muy a
tiempo, se ponen unos impedimentos para que este agua no continúe su
camino hacia el Guadalquivir y no lo alcance. De hecho, el flujo queda
cortado a mitad de lo que se llama Entremuros, donde lógicamente este
agua ácida, con un pH muy bajo, empieza a acumularse y se impide que este
agua invada la parte inferior de Entremuros, la parte inferior del brazo
de la Torre y finalmente llegue al Guadalquivir. Esta acción, repito,
estimamos que fue muy oportuna y ha permitido que el problema quedase
limitado a los lodos depositados a lo largo del valle del Guadiamar y a
este encharcamiento de aguas en la zona que vamos a llamar de Entremuros.

La empresa estimó la cantidad de lodos vertidos inicialmente entre 2 y
2,5 millones de metros cúbicos, se acaba de terminar la cartografía de
los lodos y la cifra que sale es del orden de 2 millones de metros
cúbicos. Estos lodos son muy densos, están sobre el terreno, se están
secando y al ser muy fácilmente aglomerables y muy densos su movilidad es
relativamente pequeña e incluso aunque circule agua por encima de ellos
tiene que llevar mucha velocidad para que se removilicen.

Después tenemos un agua ácida, cuya cantidad ya no solamente depende del
agua que salió de la balsa, sino del caudal natural del río Guadiamar,
que es el drenaje de las terrazas aluviales; ésta es una época de
lluvias, y había bastante aportación lateral, más los vertidos de los
pueblos que existen a lo largo del cauce. En principio, cuando se
consigue medir lo que había, se estima en unos 2,5 millones de metros
cúbicos de agua francamente ácida, pero después se ha ido incrementando,
y en este momento se estima que puede hacer unos 4 millones de metros
cúbicos detrás de la presa. Sin embargo, como decía anteriormente el
doctor César Nombela, este agua ha tenido una evolución, que supone una
oxidación del material depositado en ella, una aireación importante y, al
mismo tiempo, una reacción con el material que forma la balsa, que
contiene carbonatos, por lo tanto un material neutralizante. Al mismo
tiempo, se han producido algunas aportaciones de



Página 13584




agua de los arrozales contiguos, que necesitan desaguar el agua para ir
preparando el terreno. Es un agua con un pH bastante alto que, mezclada
con el agua allí existente, ha contribuido a que el pH se haya ido
elevando hasta un valor que varía de unos lugares a otros, pero que
supera el 7, con lo cual --y esto es fácilmente apreciable-- gran parte
de los metales pesados se encuentra en este momento precipitado en el
fondo de la balsa. Digo gran parte porque todavía queda una cierta
cantidad de metales. El agua en este momento estaría en condiciones, por
contenido de metales pesados, de constituir un vertido de clase 1 de la
Ley de Aguas y poder ser vertido al océano, si no fuera por la cantidad
de zinc, que todavía es muy elevada. Se considera que antes del vertido
una elevación suplementaria de este pH, mediante la adición de reactivos
químicos y/o la mezcla con las aguas de los arroceros, elevaría el pH lo
suficiente para que el zinc se deposite y entonces se pudiese proceder al
vertido.

Esta es la situación en este momento en cuanto al agua ácida. Se están
iniciando los trabajos, que se ha propuesto que sean progresivos, es
decir, observar, actuar y en el momento en que el agua tenga las
condiciones necesarias empezar un vertido lento, de forma que no se
remuevan los lodos que están en el fondo, al mismo tiempo que se
incorporan aguas de los arroceros, que complementarían el tratamiento y
permitirían un mayor control sobre este tipo de aguas. Para esto, además,
hay un laboratorio móvil instalado en el lugar donde se produciría el
posible vertido, en su caso, cuando el agua tenga las condiciones
debidas. Este laboratorio produciría sobre la marcha los análisis
necesarios, los cuales tendrían que ser confirmados en los laboratorios
homologados correspondientes.

Los lodos ocupan una superficie muy grande. La actuación sobre los lodos
es necesariamente lenta por la gran extensión y por la cantidad de
caminos que hay que abrir y la dificultad de moverse por el lugar, pero
se está realizando. Estos lodos se están vertiendo en la corta de
Aznalcóllar, de la cual, si les interesa, porque veo que ha salido en la
intervención anterior, les puedo contar algo adicional.

Sobre estas dos situaciones se está actuando en estos momentos y una vez
solucionado este problema daría lugar a una situación a medio plazo, que
es la que también comentaba el doctor Nombela, de los suelos, que
potencialmente pueden tener una cierta cantidad de metales pesados que en
mi opinión, están reducidos a la parte más superior del suelo, donde
estarían inmovilizados; si no, habría que retirar una cierta cantidad del
suelo y las investigaciones posteriores permitirán calcularlo. La pirita
que no se consiga retirar, porque la eficacia de la retirada es imposible
que sea al cien por cien, se estará oxidando y producirá un agua ácida
con posibilidad de metales pesados que probablemente se van a movilizar
poco, puesto que la zona en que se produzcan está compuesta por suelo
calcáreo y se van a precipitar fácilmente, pero es algo que habrá que
observar.

Afortunadamente existe un símil --digo afortunadamente desde el punto de
vista científico; desafortunadamente, desde el punto de vista
medioambiental--, que es el río Tinto que, como su nombre indica, está
fuertemente afectado por una situación muy similar a ésta, sólo que
existe desde hace más de 2000 años, desde que los tartesios empezaron a
explotar las minas. De todas maneras, en la cuenca del Guadiamar está el
río Agrio, que se llama así porque pasaba por la zona pirítica y recibía
lixiviados de este tipo y los transportaba por el río Guadiamar, de forma
que en toda la zona hay un fondo geoquímico elevado de metales pesados.

La afectación fundamental producida hasta el momento, desde el punto de
vista ecológico, es que la zona de Entremuros, que tenía un interés
ecológico indudable, ha sido muy seriamente afectada, por lo que habrá
que regenerarla entera, pero afortunadamente ha quedado restringida a
esta zona. En el futuro habrá que mantener un nivel de estudio notable,
habrá que mantener una vigilancia, se producirá una secuencia de sucesos,
como que el río Guadiamar, que en estos momentos se encuentra en unas
condiciones relativamente buenas, porque la época es húmeda, podrá
probablemente acidificarse, en cuyo caso habrá que tener los puntos de
retención convenientes para proceder al tratamiento de las aguas que se
vayan reteniendo. Este no es un tema que sea urgente, puede diferirse, lo
que permitirá diseñar las actuaciones económicas y eficaces; es decir, no
tirar el dinero público.

La otra parte de la pregunta pedía que se informase sobre el grado de
cumplimiento de la normativa legal vigente, por parte de dicha
explotación, en relación con el vertido de residuos procedentes de su
actividad extractora. En este caso, en primer lugar, quiero aclarar que
lo mismo que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el
Instituto Tecnológico Geominero de España es un organismo público de
investigación que tiene como objetivos la investigación, la creación de
infraestructura de conocimiento, fundamentalmente cartografía, y el apoyo
y el asesoramiento técnico a las administraciones, por lo que depende del
Ministerio de Medio Ambiente y está encuadrado en la Secretaría de Estado
de Aguas y Costas. Entre sus funciones, aparte de sus programas centrales
propios de investigación, de estudio, de desarrollo y de creación de
infraestructura de conocimiento, está el apoyar por demanda, en algunos
casos preceptivamente, al propio Ministerio de Medio Ambiente, a la
Administración central, a la Administración autonómica y, en tanto en
cuanto con sus medios pueda, a la Administración local, lo que se está
haciendo.

Un organismo público de investigación no es competente ni tiene medios
para decidir ni informar sobre el grado de cumplimiento de la normativa
legal. Nosotros sólo podemos actuar cuando se nos solicita un informe, y
en él podemos opinar si se ha actuado técnica y científicamente de la
forma que se esperaba o se podía haber hecho de otra manera, que es lo
que corresponde a un organismo público de investigación.

Quiero informar a SS. SS. que hasta el momento, en relación con el tema
que nos ocupa, se pidió al ITGE, a principios de 1996, un informe sobre
el plan de restauración del territorio natural afectado por la
explotación de Los Frailes, que es el nombre actual de la explotación que
está realizando la empresa Boliden. El informe no fue suficiente



Página 13585




y pedimos información adicional, que no hemos visto. Tampoco tenían
obligación de enviárnosla. La consulta no era preceptiva y, por tanto, no
tenían por qué remitirnos lo que nosotros pedíamos adicionalmente.

Hay un segundo informe del mismo año, de dos meses después, que es el
informe de estabilidad de la balsa de residuos mineros de las minas de
Aznalcóllar. Este no es un informe sobre la balsa, sino que se hace sobre
el que había realizado la empresa consultora que había contratado la
empresa sobre la balsa. El citado informe llega a la conclusión de que el
primer informe es correcto --no que la balsa es correcta, no nos
confundamos--, no obstante recomienda que la continuación de la balsa se
haga según las normas establecidas y que se disponga de los controles
adecuados. La misión del Instituto en este caso, ante este informe que
fue pedido por la Consejería de Industria, Comercio y Turismo de la
Delegación Provincial de Sevilla, es simplemente decir: este informe que
me presentan es correcto y les recomendamos que se cumplan los requisitos
que se establecen en él.

Hay un tercer informe más reciente, que corresponde a pocos días después
de la ruptura de la balsa de lodos de Boliden-Apirsa y Aznalcóllar y los
riesgos actuales asociados que se hizo, en primer término, a petición de
la propia Junta de Andalucía y, después, para el conjunto de las
administraciones, en el cual dos técnicos del Instituto hicieron un
primer reconocimiento y dictaminaron que la balsa se había roto en dos
fases, sin poder determinar cuál había sido la causa primera, que es
mucho más complicada de determinar pues no se puede hacer simplemente con
una inspección de visu. Dicho informe valoraba las condiciones en las que
había quedado la balsa y recomendaba cerrar rápidamente la brecha para
evitar que los lodos que quedaban en la balsa, que era una cantidad
muchísimo más grande que la que había salido, pudieran removilizarse y
salir.

Otros informes que se han ido produciendo, que han salido en la
comparecencia anterior, son, por ejemplo, el que analizaba dónde se
depositaban los lodos que se retiraban. Se informó sobre la antigua corta
de la mina de Aznalcóllar que, desde un punto de vista técnico y
científico, es un lugar idóneo para recibir esos materiales porque el
nivel está muy deprimido y el agua está fluyendo desde el exterior hacia
el interior, por tanto el confinamiento es perfecto. Eso no quiere decir
que sea una situación permanente, es un depósito de esos materiales, de
los cuales tenemos la total seguridad de que una vez depositados no son
reextraíbles, pero esto no plantea ningún problema puesto que el material
que va a depositarse allí es exactamente el mismo que hubiese rellenado
la balsa y que estaba rellenándola como consecuencia de la explotación.

Por tanto, no ha ido nada ajeno a la composición del relleno que no
hubiese ido de todas maneras de acuerdo con el procedimiento de relleno
de la corta, que estaba ya en proceso. Esta recomendación es la que ha
permitido a la Confederación Hidrográfica solucionar el problema del
vertido de los lodos. Los lodos totalmente depositados allí suponen una
pequeña cantidad del volumen total de la balsa. Por tanto, no es
significativo que hayan ido a parar allí.

Como decía el doctor Nombela anteayer en una reunión del grupo de aguas
en la que se hicieron las recomendaciones para tratar el agua de
Entremuros y, en su caso, proceder al vertido, en un informe que por la
tarde fue retomado por el Consejo de Investigaciones Científicas y
complementado con algunas precisiones, lo más importante era vaciar lo
antes posible ese agua, pero dando antes el tratamiento necesario para
que se respetasen las condiciones de vertido en una situación de marea y,
por tanto, con la legislación costera. Creemos que esto se puede
conseguir de manera muy fácil. Se han realizado por varios grupos
experiencias en laboratorios, lo que indica que ese tratamiento es
posible. Hay que hacerlo in situ para ver el rendimiento, y lo que se ha
propuesto es una acción progresiva en diferentes frentes, ir tratando el
agua y, a medida que ésta va quedando en condiciones --y la primera parte
que quede en condiciones será la más fácil de tratar, que es la que está
junto a los muros--, bombearla e irla vertiendo con los controles
necesarios, de forma que se garantice que la muestra integrada diaria
cumple las condiciones para el vertido en cuanto a materiales tóxicos. Se
lo adelanto porque puede ser que en salinidad no las cumpla, pero en una
zona mareal y con terrenos salinos es normal que el agua tenga una
salinidad elevada, lo que ha sucedido toda la vida en esta zona. Nuestro
interés es que se cumplan las condiciones en cuanto a los metales
pesados; respecto a los iones principales no tiene ninguna importancia
que no se cumplan, puesto que es lo que ha sucedido todos los años desde
que existe Doñana.

También se ha realizado la cartografía de los lodos; se concluyó ayer el
mapa de 1/50.000, que ya está disponible, hoy se concluye el mapa
1/25.000 y se espera que en pocos días, cuando se solvente algún problema
informático de transferencia de un programa a otro, esté la cartografía
1/10.000. Esto es lo que permite decir no sólo cuáles son los espesores
sino asegurar que la cantidad de lodos que fueron a parar al cauce del
Guadiamar está muy próxima a los 2 millones de metros cúbicos.

¿Qué más cosas se han realizado? Rápidamente diré que coordinarnos con el
grupo de expertos, hemos estado permanentemente trabajando con ellos y
con departamentos universitarios, buscando la colaboración de otros
organismos públicos de investigación, por ejemplo con el Cedex, aunque
éste no va a intervenir porque está trabajando directamente para la Junta
de Andalucía; hemos entrado en contacto con el Ciemat, de hecho el
laboratorio móvil está actuando ya; se ha dado un apoyo permanente al
comité coordinador, de forma que los diferentes aspectos a tratar han
tenido siempre por lo menos un experto del Instituto Tecnológico
Geominero colaborando y asesorando, nunca dirigiendo, porque no es
nuestra función, nuestra función es dar el soporte técnico y científico;
y se ha realizado también un muestreo del estuario del Guadalquivir. Hubo
un muestreo previo al accidente, ha habido un muestreo posterior que
permite determinar el punto cero que permitirá, en caso de que en el
futuro haya dudas de lo que ha sucedido, tener el punto de contraste. Se
han realizado ensayos de laboratorio analíticos y también se ha ofrecido
al juzgado de Sanlúcar la Mayor la ayuda para el equipo de especialistas



Página 13586




en ingeniería geotécnica que va a actuar para determinar las causas de la
ruptura de la balsa y el poyo de laboratorio, analítico e incluso de los
expertos que tiene el Instituto en geotecnia para que puedan tener todos
los elementos y se pueda resolver el tema convenientemente. Esto es todo
lo que tengo que decir por el momento.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida, tiene la palabra su portavoz doña María Jesús Aramburu.




La señora ARAMBURU DEL RIO: Quiero agradecerle en primer instancia, señor
director, su presencia con nosotros y decir que esta segunda
comparecencia es más prosaica y en algunos temas es colindante con la
anterior, sobre todo con la de la semana pasada, y puede ser de utilidad
para el esclarecimiento de lo que algún comentarista --y no creo que se
magnifique-- ha denominado el watergate medioambiental de las minas
Boliden. Permítame, señor director, que dada la actitud oscurantista del
Gobierno --aunque usted no lo perciba sí lo hacen los ciudadanos-- en
cuanto a la transmisión intacta de la información, le traslade algunos
interrogantes que son del común de los ciudadanos y le pregunte por el
informe que coemiten ustedes acerca de las 157.130 toneladas de
sustancias peligrosas vertidas, conteniendo 3.780 toneladas de arsénico,
371 de talio y 101 de mercurio, compuestos y efectos de alta
contaminación, cancerígenos intensos y otros y qué consecuencias va a
tener en la población a corto, medio y largo plazo, en las flores, en la
fauna y en general. (El señor vicepresidente, Ballesteros Morcillo, ocupa
la Presidencia.)
Me gustaría saber también, señor director, si se está efectuando alguna
medición de los suelos afectados por los lodos y la vegetación de la
zona; qué limpieza de pozos se está llevando a cabo; si se ha previsto
algún plan más intenso y qué seguimiento anterior y posterior --insisto
en lo de anterior-- se ha hecho del acuífero 27, según noticias del señor
Miguel Ferrer; qué estudios de impacto medioambiental hay realizados
sobre la balsa y la zona y con qué temporalidad; y si existen analíticas
suficientes de la composición de los lodos que quedan en la balsa por
estratos.

Quiero preguntarle también si se muestrea en los distintos puntos de la
balsa; si ha aparecido algún residuo irradiactivo; qué analíticas se han
efectuado en los pozos y qué sondeos se han hecho en los acuíferos de la
zona afectada por el vertido. Me gustaría saber, porque todavía no ha
habido ninguna respuesta solvente ni suficientemente creíble, si existe
alguna certificación de la hipermeabilidad de la corta donde se están
depositando los lodos. Sería del máximo interés conocer si existe alguna
certificación para disponer de ella. ¿Es posible que vayan a estar
afectados los acuíferos de Almonte, Marismas y Aljarafe, así como el de
Niebla-Posadas? ¿Qué proceso de penetración se puede estar produciendo
por los lodos y sus efectos en la capa del suelo afectada? ¿Hay alguna
posibilidad de que los detonantes intensos de la explotación de las minas
hayan intervenido en algún movimiento de tierra o en la ruptura directa
de la presa? ¿Existe alguna red básica de muestreo que controle la
evolución de la contaminación y vaya diagnosticando la situación?
Señor director, ¿sabían ustedes con anterioridad a la fecha de la rotura
que el dique se movía? ¿Tuvo noticias su departamento de que el
inclinómetro cuatro estaba averiado y los otros tres restantes estaban
sucios? ¿Lo sabían ustedes? ¿Conocían el informe de Geocisa, avisando
varios días antes de la rotura, que señalaba que los cuatro sensores de
movimiento del muro estaban en malas condiciones? ¿Tienen ustedes la
tecnología adecuada para intervenir correctamente en el desastre? En
definitiva, sería interesante saber de qué medios disponen, qué planes de
previsión de riesgos tienen, cuáles de emergencia y cuáles de asistencia.

Como usted sabe, señor director, mi fuerza política se ha querellado --lo
habrá visto a través de los medios de comunicación-- contra
Boliden-Apirsa y los representantes de los distintos organismos
competentes, como son el presidente y el comisario de Aguas de la
Confederación, amén de la ministra de Medio Ambiente, por considerar que
han incurrido en un delito contra el medio ambiente en la salud pública,
amén de la dejación de la función pública. Concluyo diciéndole, después
de haber abordado las preguntas que quedaban todavía sin resolver,
algunas aparentemente intrascendentes pero importantes viniendo de una
autoridad como usted, que nos parece inadecuado que continúen en sus
puestos los señores contra los que nos hemos querellado, por lo que hemos
pedido sus dimisiones y, demás, una comisión de investigación que ya
sabrá S. S. no apoyan en su mayoría los grupos parlamentarios. Se trata
simplemente de poner luz y taquígrafos a lo que no debe ser nunca un
Chernóbil-II y no amplificar los riesgos a partir de lo que hoy es un
perverso lema, parecido al viejo Palomares, de aquí no pasa nada, que
vocean tirios y troyanos. En este sentido, concluyo agradeciéndole su
presencia.




El señor VICEPRESIDENTE (Ballesteros Morcillo): ¿Grupos que desean fijar
posición? (Pausa.)
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Catalán (Convergència i Unió).




El señor SEDO I MARSAL: Quiero agradecer, en primer lugar, la presencia
del señor Custodio, conocido mío desde hace tiempo por estudios y pedirle
una información --si me la puede dar ahora y, si no, me la hará llegar--
porque nuestro grupo no quiere dar su opinión --con tantas opiniones que
está dando todo el mundo se está haciendo una gran bola-- pues estima que
los expertos son los que tienen que determinar las cosas tal como fueron,
cómo son y lo que debe hacerse. Lo que sí nos preocupa respecto a la
rotura del muro, de la balsa, de la presa, del dique --no sé cuál es el
término más adecuado-- es que la señora ministra dijo que había habido un
certificado que señalaba que el muro estaba en buenas condiciones.

Quisiera que me explicase el proceso de construcción de este muro, si se
movía, cómo estaban los sensores y desde que momento hay indicios de que
pueda pasar algo en este muro. Ahora se habla mucho de delito --yo no
quisiera



Página 13587




usar esa palabra, pero se ha citado antes--, pero deberíamos saber desde
cuándo ocurre eso. Ahora todo lo magnificamos y posiblemente desde hace
tiempo están pasando cosas que no deberían haber pasado desde el inicio.

Magnificamos las cosas en el momento que ocurren, pero nadie va al punto
inicial de las consecuencias. Quisiéramos saber desde cuándo hay indicios
de la rotura y cuál es actualmente la situación.




El señor VICEPRESIDENTE (Ballesteros Morcillo): Tiene la palabra la
portavoz del Grupo Socialista, señora Narbona.




La señora NARBONA RUIZ: Gracias, señor Custodio, por su tercera
comparecencia ante esta Comisión de Medio Ambiente. En este caso, su
opinión es de extraordinaria importancia para dilucidar lo que ha
sucedido en la rotura de la balsa si se está o no efectuando de una
manera correcta la recuperación de los daños posteriores.

Además de algunas preguntas que ya le han formulado las personas que me
han precedido en el uso de la palabra, quisiera preguntarle sobre el
contenido del informe de Geocisa remitido al Instituto Geológico Minero.

En cuanto al primero de los informes, desde el año 1996, Geocisa
establece que deberá efectuarse durante la vida útil de la balsa un
seguimiento del comportamiento, tanto del muro como del sustrato, que
permita detectar cualquier movimiento o evolución de las filtraciones que
requieren una acción correctora para garantizar la estabilidad. Esta
afirmación de Geocisa tiene que ver con el análisis realizado sobre la
configuración del terreno con el hecho de que estamos hablando de una
ubicación con determinados riesgos sísmicos, de acuerdo con el mapa de
riesgos sísmicos del Estado español. Una vez conocido por el Instituto
Geológico Minero, se abre también un proceso de seguimiento por parte del
Instituto respecto a los contenidos de los sucesivos informes de Geocisa.

Quisiera saber cuál es su opinión sobre la composición de los terrenos
que son el sustrato de la balsa y hasta qué punto cabía prever que se
pudieran producir situaciones de riesgo. Cuando se dice que hay que hacer
un seguimiento de carácter continuo, si cree que queda garantizado por el
hecho de haberse producido sólo un informe de carácter anual en 1997, que
no ha sido conocido por la Junta de Andalucía casi hasta la fecha del
desastre acaecido. Me gustaría saber si parece normal que el seguimiento
de una balsa en la que se dan determinadas circunstancias, tanto del
suelo como de la gestión de los lodos que allí se acumulan, es una
gestión cuyo seguimiento se produce al cabo de un año. Parece ser que la
rotura de los inclinómetros a los que hace referencia Geocisa no es una
rotura del día antes de haber entregado el informe a la Junta de
Andalucía. Quisiera saber su opinión, señor Custodio, porque no me ha
quedado claro de su exposición si el Ministerio de Medio Ambiente le ha
solicitado al Instituto un informe de las causas de la rotura. Desde el
punto de vista de la configuración de un grupo de expertos de geotecnia,
le he entendido que en estos momentos el Instituto está a disposición de
la juez que está llevando el caso, pero no le he entendido --no sé si lo
ha dicho o no-- si el Ministerio de Medio Ambiente le ha pedido un
informe sobre las causas de la rotura.

Quisiera preguntarle también sobre los análisis realizados por el
Instituto Geominero sobre la situación actual de los acuíferos de la
zona. A través de los medios de comunicación se ha podido apreciar en
algún momento cierta discrepancia de criterios respecto a otras
opiniones. Me gustaría que aprovechara su comparecencia para hablar de
ello.

Ha hecho referencia S. S. a que en estos momentos es el Cedex, el
organismo dependiente del Ministerio de Fomento y del Ministerio del
Medio Ambiente, en función de las tareas concretas que desempeñe, el que
la Junta de Andalucía ha solicitado que lleve a cabo determinados
análisis. Me gustaría saber cuál es la relación que está manteniendo el
Instituto con el Cedex en cuanto a realizar dichos análisis.

Esto sería lo más relevante en esta comparecencia. Quiero decirle, señor
Custodio, que la actitud de nuestro grupo es la de seguir pidiendo
comparecencias a medida que se vayan conociendo, tanto las causas de la
rotura de la balsa como la evolución de los trabajos de recuperación. Por
ello, es posible que en algún momento volvamos a pedir su presencia ante
esta Comisión.




El señor VICEPRESIDENTE (Ballesteros Morcillo): Para concluir la
intervención de los grupos, tiene la palabra la señora De Lara.




La señora DE LARA CARBO: Quiero agradecer también al señor Custodio sus
explicaciones.

De las informaciones que nos ha dado, ha quedado muy claro que el
desembalse de las aguas que están retenidas no puede producirse hasta que
se eleve el pH de estas aguas. Primero habrá que neutralizar para luego
producir el desembalse lento. Como ha habido manifestaciones
contradictorias sobre si se producía o no el desembalse, es conveniente
saber que, tanto la opinión del Instituto Tecnológico Geominero como la
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, van en el sentido
de, primero, neutralizar y luego producir el vertido lentamente para no
remover los lodos.

Quería pedirle una aclaración que creo es importante, ya que conviene que
este tema quede completamente claro porque se ha hecho mucha demagogia.

Al no tener otros motivos objetivos que, se hace demagogia sobre las
cosas que no quedan claras. Y no ha quedado muy claro el informe que
usted dice que se le encargó en 1996, el dictamen que se emitió al
informe de Geocisa y cuál era exactamente la función del Instituto al que
usted pertenece. Es decir, si la función era dictaminar sobre la
objetividad del informe con los datos que tenía o si usted, o los
representantes que hubiera en ese momento, tenían que dictaminar sobre el
estado de la balsa. Querría una aclaración porque no me ha quedado claro
y temo que luego se haga demagogia en determinados aspectos, lo cual no
es bueno, máxime cuando las competencias están muy claras.

Finalmente, me alegro del apoyo que proporciona el Instituto al comité
coordinador. Es bueno que se haya ofrecido



Página 13588




apoyo científico al juzgado de Sanlúcar la Mayor, para que, al final,
después de la sentencia judicial sepamos claramente cómo se produjo la
rotura de la balsa y quiénes han sido los culpables.




El señor VICEPRESIDENTE (Ballesteros Morcillo): Para contestar a las
preguntas de los distintos intervinientes, tiene la palabra el señor
Custodio.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO TECNOLOGICO GEOMINERO DE ESPAÑA (Custodio
Gimena): Voy a intentar contestar las preguntas por temas, como hizo el
señor Nombela.

En cuanto a las concentraciones, que es la primera pregunta que ha
surgido, hay dos temas. Uno, la cantidad total de metales que hay,
producto de la concentración por los volúmenes, que no es relevante, lo
importante en este caso son las concentraciones. Las aguas, tanto las de
la balsa como las que existen actualmente en las cortas, son muy ácidas y
cargadas en metales, con fuerte carácter nocivo. No se las bebe nadie ni
siquiera el ganado, porque debido a su acidez no se pueden ingerir. De lo
que se trata es de que natural, artificial o estimuladamente estas aguas
precipiten los metales que tienen disueltos, de forma que esos residuos
puedan ser retirados y llevados a un lugar donde queden confinados, y las
concentraciones en las que quede el agua contengan esos metales que no se
pueden eliminar, pero en unas concentraciones que sean compatibles con la
flora y la fauna, puesto que el medio receptor va a ser un medio natural.

Que una vez que esas aguas estén disponibles, lo sean a unos niveles por
debajo de lo que puede ser el agua para usos potables.

Muchos de los elementos en la zona de encharcamiento no sólo están por
debajo de los niveles de vertido, sino por debajo de los niveles que se
exigirían a un agua potable, teniendo en cuenta --es un matiz muy
importante-- que un agua que se vierte en un momento es un agua que se
introduce en el sistema, que se mezcla con el resto del agua, que se
diluye, y aunque alguien la ingiera lo hace en un tiempo muy corto y
puntualmente. Otra cosa es el agua de vida que uno la está bebiendo todos
los días y las restricciones son mucho mayores. Incluso en el supuesto de
estas restricciones mucho mayores, algunos de los componentes ya están
cumpliendo.

En cuanto a los suelos que están debajo de los lodos, es un tema que ya
toqué en la exposición, no es crítico sino a plazo medio. Se está
empezando a ver ahora en qué situación están y hasta qué punto habrá que
actuar sobre ellos. La respuesta se va a poder dar dentro de algunos
meses, porque no tiene urgencia alguna en este momento y ante la urgencia
lo que hay que resolver es la situación crítica.

En cuanto a la limpieza de los pozos, hemos recomendado que se limpien.

En los pozos por los cuales ha pasado la riada tóxica y ha introducido
piritas, esas piritas están bajo agua, aunque la pirita no reacciona ni
se oxida bajo agua. Es mejor sacarla, pero si se tardan dos semanas o dos
meses más, no tiene mayor trascendencia. Personalmente sigo recomendando
que se saquen, pero si hay que hacer otra cosa más importante, su
extracción puede esperar hasta el momento en el cual haya disponibilidad.

Respecto al acuífero 27, creo que ha habido bastante confusión. Es un
acuífero que empieza en el Guadiamar y acaba en Matalascañas. En longitud
son cuarenta kilómetros y tiene una extensión enorme cuya superficie
fundamental de recarga es el Abalario, que es la zona que se extiende,
por decirlo de alguna manera, del palacio de Doñana, donde todo el mundo
lo sitúa, y Huelva. La zona está totalmente alejada. Por otra parte, este
acuífero 27 está cruzado por una serie de arroyos que le producen
recargas, el más importante es el de la Rocina, que no produce recarga
sino la descarga de ese acuífero, y el Guadiamar también pasa por encima.

En condiciones normales, el Guadiamar es también un lugar de descarga, el
acuífero está alimentando al río Guadiamar si no fuese porque hay unas
extracciones que en determinados momentos del año invierten el flujo.

Sólo en esta pequeña franja donde el Guadiamar ha pasado por encima con
aguas ácidas esas aguas se han infiltrado. El que se haya infiltrado no
quiere decir que hayan llegado demasiado profundo, porque la lámina es
pequeña y el terreno tiene una capacidad de contener agua muy elevada. No
sabemos si eso se ha movilizado en todo el Aluvial y a lo mejor ha
empezado a tocar las arenas, pero en todo caso está en el medio no
saturado todavía. Gran parte de esos metales están precipitados (digo
gran parte porque probablemente estén todos en este momento ya
inmovilizados en el terreno), salvo en la zona donde se trate de arenas
silíceas muy ácidas donde la capacidad de neutralización es menor y
todavía estén contenidos en el agua. En esto tenemos ya una experiencia
de doce años de trabajos continuados en la zona como Universidad
Politécnica de Cataluña.

En este caso la franja es muy pequeñita y se puede mover, pero a una
velocidad muy pequeña. Lo que yo recomiendo es verlo con calma, porque
eso se mueve muy despacio y no hay ninguna urgencia. Lo que se va a hacer
ahora es ir estudiando, modelar el sistema de flujo, hacer una modelación
del transporte de masa y hacer algunos muestreos especializados.

Afortunadamente, hay una red pizométrica recién instalada por la
Confederación Hidrográfica que nosotros diseñamos para poder controlar en
tres dimensiones el sistema, sistema que se va a completar. La
Universidad Politécnica de Cataluña a través de Emgrisa, con el apoyo de
Enresa va a modelar estas zonas, empleando los modelos más avanzados que
hay en este momento, pero es un tema que va a desarrollarse en los
próximos meses, no hay ninguna prisa. El acuífero 27, si tiene algo, es
muy pequeño y además es totalmente controlable. Se podría decir que es
casi más una curiosidad científica que una realidad de contaminación para
crear alarma. Cuando uno habla del acuífero 27 uno no sabe si está
hablando de esa franja o de todo el conjunto. Son unos centenares de
metros frente a cuarenta kilómetros. Hay una diferencia muy notable. Por
eso es fácil que alguien diga que no está contaminado el acuífero 27 y
otro afirme que en puridad no está contaminado. Puede haber una pequeña
franja en la cual haya agua ácida, lo cual no es un problema pues la
movilización es muy pequeña, totalmente controlable y lo más normal es
que se



Página 13589




elimine naturalmente. Pero aun en caso de que el terreno sea muy ácido
con un simple sistema de bombeo eso se puede eliminar sin ninguna
dificultad, aunque creo que no hay que llegar a eso.

En cuanto a los temas de la balsa, que han salido aquí bastante
abundantemente, lo primero que quisiera aclarar es que nosotros como
Instituto no tenemos ninguna responsabilidad en cuanto a estudio o
seguimiento de las balsas. No puedo entrar en el detalle de las balsas
porque no lo conozco exactamente, pero corresponde a la administración
pertinente con la propia empresa. Si se le solicita, el Instituto hace un
estudio y, si no, no lo hace, pero por supuesto no lleva a cabo el
seguimiento. Lo que muchas administraciones y la Junta de Andalucía hacen
habitualmente es, dado que el Instituto tiene una buena experiencia,
cuando hay un problema minero y existe un informe, enviar ese informe al
Instituto para que éste opine no sobre la realidad sino sobre si el
informe es correcto o no. El Instituto informa sobre si está
correctamente hecho, si le falta algo o si tiene un defecto y lo devuelve
al organismo que lo ha solicitado. El citado informe no vincula al
organismo, que puede o no hacer caso. En general, si se le consulta es
para hacerle caso, pero ésta es toda la intervención que tiene porque es
un organismo público de investigación y no puede llegar más allá. Ahora
bien, le pueden encargar --y si el Instituto tiene medios, lo puede
aceptar-- que estudie un asunto determinado, pero no ha sido éste el caso
del cual estamos hablando. Lo único que ha hecho el Instituto es informar
sobre el informe de Geocisa del año 1986 y dos o tres días después del
accidente reconocer el terreno y hacer una nota informativa sobre lo que
el Instituto, con su conocimiento de la zona, había apreciado que podía
haber sucedido, porque no podemos decir lo que ha sucedido sin hacer
estudios: allí hay unas margas que se han roto, se han movido y hay temas
de construcción que en una visita de inspección ocular no se pueden
dictaminar. Lo que se puede decir es que lo que puede haber sucedido para
orientar las acciones que vengan después. Estas acciones están viniendo
ya puesto que el juzgado de Sanlúcar la Mayor hizo una petición al
Instituto. Este creyó conveniente recomendar al juez de instrucción que
buscase un experto de alto nivel nacional e internacional reconocido,
puesto que el tema lo merece. Hubo una reunión --también la mencionó el
doctor Nombela-- en la cual estuve presente y la señora juez, con muy
buen tino, creyó conveniente encargar el trabajo a un profesor de la
Universidad Politécnica de Cataluña, reconocido mundialmente, con otro de
su equipo para que realizasen los estudios. Dado que nosotros también
tenemos experiencia en estos casos --los temas mineros son
característicos del Instituto--, le ofrecimos a la señora juez,
totalmente de acuerdo con la Secretaría de Estado de Aguas y Costas, el
apoyo que necesitase para llevar a buen fin las investigaciones, estudios
y reconocimientos que tenía que realizar el experto que había
seleccionado la señora juez. Es algo que está empezando a caminar ahora y
en su momento se emitirá el dictamen correspondiente por una persona
totalmente cualificada, que recabará la ayuda que crea conveniente. (El
señor presidente ocupa la presidencia.)
Respecto al Cedex, tenemos muy buenas relaciones. Es otro organismo
público de investigación con el que estamos muy de acuerdo, pero está
realizando un trabajo para la Junta de Andalucía en el cual nosotros no
vamos a entrar. Nosotros vamos a apoyar los trabajos que realice el
juzgado de Sanlúcar la Mayor.

Lo que no diría nunca es que el caso que se ha producido es un Chernóbil,
pues no tiene nada que ver ni en contenido ni en gravedad. Es algo
completamente diferente, son aspectos distintos. Yo no crearía esa
alarma. No hay productos radiactivos, como se ha insinuado, en la zona,
ni se han detectado en ningún momento. No voy a negar que inicialmente
hubo sospechas de que podían haberse vertido allí junto con los lodos
otras sustancias, pero no ha habido confirmación alguna de que eso haya
sucedido. En los análisis no sale nada atípico. Incluso, si ustedes leen
los informes del CSIC, inicialmente había algunos expertos que decían que
el contenido en determinados metales pesados era anormalmente alto con
respecto a lo que podía ser el contenido normal en sulfuros
polimetálicos. Los análisis posteriores realizados en laboratorio
correspondientes a las propias piritas demuestran que esos contenidos que
se encuentran son coherentes con la composición de las piritas que hay en
esa zona. Las piritas varían de un lugar a otro y los metales y los
minerales sulfurados polimetálicos también. En este momento yo no puedo
pronunciarme porque no tengo datos, pero nada de lo que hemos visto hasta
ahora ha permitido consolidar la opinión que había al principio de que el
contenido en determinados metales pesados parecía anómalo. Parece que es
completamente normal, por lo que ahora sabemos, e incluso el Instituto y
el Consejo de Investigaciones Científicas han hecho análisis
mineralógicos y los minerales encontrados son los que corresponden a los
que existen en la zona minera o productos de alteración de esos mismos
materiales durante la estancia en el proceso minero en contacto con el
aire.

Creo que con esto he contestado a todas las preguntas. La única que
quedaba era sobre la recomendación que teníamos nosotros, si neutralizar
y verter. Lo he dicho clarísimamente. Hay que verter, pero hay que
hacerlo en condiciones. Por lo tanto, hay que ayudar a la naturaleza a
que el pH suba, a que haya tiempo para la decantación y verterlo. Estamos
hablando de un proceso cuya realización urgimos, pero urgir no quiere
decir que sea esta tarde. Tenemos una o dos semanas, tiempo suficiente
para hacerlo con calma y precaución para no equivocarse y además,
progresivamente, para asegurarse de que uno lo puede hacer bien. Lo
importante es que el agua salga, que se seque el fondo y que se proceda a
la retirada de los sedimentos del fondo. Esta es la única urgencia que
hay y para eso tenemos todo el verano por delante.




El señor PRESIDENTE: Don Emilio Custodio, muchísimas gracias por su
comparecencia hoy en esta Comisión, de la que ya viene siendo un asiduo
visitante.

No habiendo más asuntos que tratar, damos por finalizada la sesión
correspondiente al día de hoy,



Eran las doce y cuarenta y cinco minutos del mediodía.