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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 428, de 14/04/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 428



DE MEDIO AMBIENTE



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSE IGNACIO LLORENS TORRES



Sesión núm. 19



celebrada el martes, 14 de abril de 1998



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia de diversas personalidades y especialistas, al objeto de
informar sobre la proposición de Ley relativa a la declaración del Parque
Nacional de Sierra Nevada (Número de expediente 125/000010).




Se abre la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DE LOS SEÑORES QUE SE RELACIONAN, AL OBJETO DE INFORMAR
SOBRE LA PROPOSICION DE LEY RELATIVA A DECLARACION DEL PARQUE NACIONAL DE
SIERRA NEVADA (Número de expediente 125/000010).




--DEL SEÑOR CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCIA, BLANCO
ROMERO (Número de expediente 212/001323).

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El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, se abre la sesión de
esta Comisión de Medio Ambiente con motivo de las comparecencias a
celebrar para que informen sobre la proposición de ley relativa a la
declaración de parque nacional de Sierra Nevada.

Señoras y señores diputados, les ruego que abramos la sesión manteniendo
un minuto de silencio por el fallecimiento de nuestro compañero el
diputado señor Rueda. (Pausa.)
Antes de desarrollar las comparecencias, quisiera trasladarles a todos
ustedes el acuerdo de la Mesa para que comparezcan las diez
personalidades que están convocadas hoy de media en media hora. Por
tanto, yo ruego que los comparecientes resuman al máximo sus
intervenciones en un cuarto de hora para que los grupos puedan
intervenir, a continuación, durante otros quince minutos, para lo cual
ruego a los portavoces también que sean lo más concretos posible en todas
aquellas preguntas que estimen conveniente hacer para aclarar la
intervención del compareciente.

Voy a proponerles también una alteración del orden del día: a las 17,30
comparecerá el secretario general de Medio Ambiente, don Juan Luis
Muriel, con lo cual todas las comparecencias deberán retrasarse media
hora, si no hay ningún inconveniente por parte de los portavoces, y les
ruego que disculpen las molestias.

Sin más trámites, tiene la palabra el excelentísimo señor don José Luis
Blanco Romero, consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.




El señor CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCIA (Blanco
Romero): Señor presidente, señoras y señores diputados, quiero comenzar
mi intervención agradeciendo la invitación a esta comparecencia, que nos
llena de satisfacción, para presentar la proposición de ley del
Parlamento de Andalucía en relación con la declaración de Sierra Nevada
como parque nacional.

En primer lugar quiero decirles que ésta es una iniciativa que tiene su
propia historia, es una aspiración lejana en el tiempo, ya que desde 1929
la prensa granadina se viene haciendo eco de esta reivindicación. Sierra
Nevada es un territorio protegido en estos momentos, dado que fue
declarado parque natural a través de la ley 2/1989 del Parlamento de
Andalucía, habiendo adquirido también la calificación de reserva de la
biosfera. La propuesta que se debate es fruto del consenso de todos los
grupos políticos en el Parlamento de Andalucía y podemos decir también
que disfruta de un amplio consenso social en la sociedad granadina y
andaluza. El territorio cumple perfectamente los requisitos necesarios
para su declaración como parque nacional. Basten unos breves datos que lo
confirman, como la existencia de más de 2.000 especies de flora, la
existencia de 66 endemismos exclusivos de este territorio, y de 176
endemismos de carácter nacional.

La declaración de parque nacional supondría que tendríamos un territorio
que además de parque nacional tendría un territorio circundante declarado
como parque natural, lo cual exigiría una integración de ambos,
especialmente en lo relativo a la gestión, dentro del contexto
institucional, territorial y socioeconómico en los que se encuentran. Las
171.000 hectáreas del parque natural han tenido hasta la fecha una
gestión de la Junta de Andalucía orientada a impulsar las actividades
turísticas, culturales y recreativas, la mejora de los ecosistemas, la
dinamización de los recursos económicos, habiéndose elaborado y aprobado
el Plan de ordenación de recursos naturales y el plan rector de uso y
gestión, y contando además con un gerente de Promoción al Desarrollo para
este territorio.

Esta iniciativa tuvo sus orígenes en enero de 1995 a través de lo que se
llamó el pacto por Sierra Nevada, que concluyó en la proposición de ley
del Parlamento de Andalucía aprobada el 12 de diciembre de 1995, con el
compromiso político de estudiar la posible revisión de los límites
propuestos y, por tanto, sometidos a esa consideración pero contando,
como decía antes, con el apoyo unánime de todos los grupos políticos.

Desde la aprobación de esa proposición de ley del Parlamento de Andalucía
se han producido dos novedades jurídicas importantes que es preciso
considerar: la promulgación de la sentencia del Tribunal Constitucional
102/1995, en respuesta al recurso de inconstitucionalidad puesto por la
comunidad autónoma andaluza a la ley 4/1989, de protección de la
naturaleza, de la flora y la fauna silvestre; y la aprobación de la ley
41/1997, de 5 de noviembre, que pretendía trasladar la filosofía de esta
sentencia constitucional a la legislación, aunque en la consideración de
la comunidad autónoma no se ha respetado el espíritu de la sentencia, lo
cual ha motivado la presentación de un recurso de inconstitucionalidad
por las razones que más adelante expondré.

Con la ley 41/1997 entiende la comunidad autónoma andaluza que se invaden
competencias que le son propias, competencias asignadas por la
Constitución y el estatuto de autonomía. La competencia de la
Administración central relativa a la promulgación de la legislación
básica ha sido superada ampliamente con una intervención superior a los
aspectos que podíamos considerar singulares, creando un entramado
organizativo de gestión que suplanta, como decía, las competencias de la
comunidad, especialmente en lo relativo al presidente, la configuración
del patronato, el nombramiento del director conservador y la propia
comisión mixta contemplada en dicha ley. Es especialmente relevante la
disposición adicional cuarta, que rompe con toda la filosofía de la ley,
en el sentido de que, considerando que su fundamento es la promulgación
de la legislación básica, entra en contradicción al fijar una excepción,
lo cual viene a plantear que lo desarrollado no es básico, puesto que la
consideración de lo básico sería lo que es común a todo el territorio, lo
que es común a todos los parques nacionales y, por tanto, no admitiría
esas excepciones para que el modelo que plantea la comunidad autónoma
coincida en aspectos sustanciales con lo planteado en esta disposición
adicional que, entre otras cosas, contempla --me refiero a la normativa
autonómica de la comunidad catalana-- una participación minoritaria del
Estado en los órganos de participación y otorga la facultad de nombrar
director y presidente a la Generalitat. Por otra



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parte, como decía, la comisión mixta condiciona la capacidad de
autogobierno de la comunidad autónoma andaluza y afecta a su propia
autonomía y suficiencia financiera al condicionar la aportación de la
comunidad al acuerdo previo de la comisión mixta.

Por lo que se refiere a la proposición de ley del Parlamento de
Andalucía, como SS. SS. conocen la propuesta de límite la circunscribía a
las zonas de grado ÔA' del parque natural, aunque con el compromiso de
revisar esos límites, lo cual se ha realizado a partir de una iniciativa
de la Consejería de Medio Ambiente con la Universidad de Granada. En la
proposición de ley la Consejería de Medio Ambiente es la responsable de
la gestión y administración del parque nacional asistida por el
patronato; el director conservador del parque nacional y del parque
natural pueden coincidir, y ésa es la voluntad de la comunidad autónoma,
y favorece la coordinación de ambos espacios en el sentido de que pueden
integrarse sus órganos de participación y, por tanto, tratar de una forma
coordinada la gestión de ambos territorios.

En lo que se refiere al nombramiento del presidente del parque nacional,
la proposición de ley establece su elección por parte del Parlamento de
Andalucía, mientras que la aportación presupuestaria estaría contemplada
dentro de los presupuestos de la Consejería de Medio Ambiente con la
adición de los recursos que se destinen por parte del Estado.

En relación con los límites, se ha sometido a revisión la iniciativa en
cumplimiento de los acuerdos que tomaron todos los grupos políticos en el
Parlamento de Andalucía. La Consejería de Medio Ambiente firmó un
convenio de colaboración con la Universidad de Granada para una
valoración ecológica de la delimitación y zonificación del futuro parque
nacional de Sierra Nevada sobre la base de características faunísticas,
botánicas, la diversidad biológica, los endemismos existentes, los
criterios ecológicos, geomorfológicos, paisajísticos, ambientales,
etcétera. Se trata básicamente de un trabajo científico, discutible, como
todo, pero sin hipoteca, que, por otra parte, ha despertado un amplio
consenso en la sociedad y entre los grupos parlamentarios, además de las
organizaciones ecologistas, montañeros y otras organizaciones sociales
que aceptan básicamente el planteamiento formulado, aunque con algunos
matices que, en cualquier caso, consideramos de interés debatir. Es justo
reconocer y agradecer el trabajo desarrollado por esta comisión de
científicos y también el entusiasmo puesto en el proceso de participación
y debate, lo cual convierte la propuesta en algo más que un dictamen de
expertos.

Como resultado de esta propuesta, nos encontramos con un parque nacional
de 78.175 hectáreas, que experimenta un crecimiento de 26.775 hectáreas
en relación con el inicial, el 85,2 por ciento ubicado en la provincia de
Granada y el 14,3 por ciento en la provincia de Almería. Afectaría a 29
términos municipales de Granada y a 13 de Almería.

Como conclusión, quisiera referirme a algunas cuestiones que consideramos
fundamentales. En primer lugar, tienen SS. SS. la responsabilidad y el
derecho de atender una demanda histórica de la sociedad granadina y
andaluza con referencias en los medios de comunicación de 1929. En
segundo lugar, la Junta de Andalucía, por decisión unánime de su
parlamento, ha aprobado una proposición de ley que motiva esta
comparecencia: destacar el carácter unánime de la decisión que le da un
rango político singular. Desde la Consejería de Medio Ambiente nos
sentimos satisfechos de que la iniciativa, un pacto por Sierra Nevada,
tenga como resultado su declaración como parque nacional, reconociendo,
una vez más, el trabajo de los científicos y la participación de las
organizaciones sociales en este dictamen.

Entre la aprobación de la propuesta por el Parlamento de Andalucía y este
momento, se han producido dos hechos sustanciales que es preciso
considerar: la promulgación de la sentencia 102/95, sobre el recurso de
inconstitucionalidad de la ley 4/89, y la aprobación de la ley 41/97 que,
desde nuestro punto de vista, resulta un acto fallido, porque no respeta
los principios constitucionales o las orientaciones emanadas de esas
sentencias a las que venimos haciendo referencia. En la consideración
jurídica del Consejo de Gobierno de Andalucía, la aplicación de la
doctrina constitucional que hace la ley 41/97 no resuelve los conflictos
planteados por la ley 4/89 de conservación de la naturaleza y crea otros
problemas nuevos. Recurrimos dicha ley, aprobada por una mayoría que no
coincide con la del gobierno de Andalucía, como recurrimos la ley 4/89,
promulgada por un gobierno del Partido Socialista. Ambas leyes, en la
consideración del gobierno de Andalucía, no respetan los principios
constitucionales. Por eso se han planteado los recursos correspondientes,
cuyos fundamentos descansan en la defensa de las competencias que la
Constitución y el estatuto de autonomía otorgan a la Junta de Andalucía:
el desarrollo de la legislación básica, cuya promulgación corresponde al
Estado, y la gestión directa de las competencias en medio ambiente; es
decir, el escenario esencial de la gestión medioambiental, de acuerdo con
la Constitución y el estatuto de autonomía, es la comunidad autónoma. En
ese escenario de gestión puede y debe darse la participación de la
Administración central, de acuerdo con el dictamen constitucional, pero
en aspectos singulares, y nunca trasladando ese escenario al ámbito de la
Administración central...




El señor PRESIDENTE: Señor Blanco, le ruego que vaya concluyendo.




El señor CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCIA (Blanco
Romero): Termino en un minuto.

Decía que otorgando una participación secundaria a la comunidad autónoma
y, por tanto, alterando el orden lógico de las cosas.

Seguimos apoyando la proposición de ley del Parlamento de Andalucía en
todo lo relativo a la gestión, como también asumimos en su integridad la
propuesta de los expertos sobre los límites del parque nacional. Estamos
ante un territorio protegido por la Junta de Andalucía con la figura de
parque natural, y por la Unesco con la declaración



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de reserva de la biosfera. El parque nacional añade cualidad, puesta en
valor, reconocimiento y responsabilidad para aquellos que nos tenemos que
hacer cargo de la gestión. Andalucía (es la voluntad unánime de los
grupos políticos) quiere hacer su aportación con este nuevo parque
nacional a la biodiversidad de España. Esperamos que la ironía del
destino político no lleve a algunos a votar contra un proyecto
autonomista que ya aplican en el territorio de su propia comunidad. ¿Qué
podemos decir de quienes se desentienden del fuero, pero lo disfrutan de
facto, o son recompensados por renunciar al mismo? Confiamos, en
definitiva, que no sea necesario recurrir la ley del parque nacional de
Sierra Nevada por inconstitucionalidad y que esa ley no se plantee en
términos que obligarían a la comunidad autónoma a invertir el Título VIII
de la Constitución, transfiriendo recursos económicos, medios personales
y materiales al Estado para que pueda hacer la gestión que plantea en el
modelo de la ley 41.




El señor PRESIDENTE: Grupos que desean intervenir para formular unas
preguntas que, les recuerdo y les ruego, tienen que ser lo más breves
posibles. (Pausa.)
Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Una demanda y una pregunta. La demanda es si el
trabajo de la comisión de expertos es posible que se facilite a la
ponencia para que todos los miembros podamos tenerlo. Y la pregunta es si
la ampliación que propone el consejeros respeta la ampliación de la
comisión de expertos, y si ha habido (y lo puede decir ahora) algún tipo
de negociación o de acuerdo con el Gobierno del Partido Popular para
posibilitar que la propuesta de la comisión de expertos sea la que
finalmente salga.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra el
señor Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Señor consejero, quisiera preguntarle algo muy
concreto. Sobre el problema de los límites del futuro parque nacional
quisiéramos saber si la Junta de Andalucía vería con buenos ojos que,
supuestos los plazos procedimentales de esta proposición de ley, ese
juicio que establece la comisión de expertos, que fue gestionada por la
consejería que usted preside y la Universidad de Granada, se viese
ampliado con la consulta de otros expertos, a fin de concretar una
proposición común y unitaria que pudiera significar la resolución de este
problema, uno de los que puede tener esta proposición de ley. ¿Cómo vería
la Junta de Andalucía esta cuestión?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra don Angel Díaz.




El señor DIAZ SOL: Quiero agradecer la presencia del señor consejero de
Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y resaltar algo que me parece
importante: la voluntad unánime que hay en Andalucía y el consenso
generado para conquistar la protección de parque nacional para gran parte
de lo que hoy es el parque natural de Sierra Nevada.

En concreto, deseo preguntar al señor consejero por alguna fórmula de
cogestión que él considere, dentro de lo que puede ser la tramitación
parlamentaria de esta ley, en la postura que se mantiene en la
proposición de ley respecto a la gestión y a todas las políticas de
nombramientos, etcétera.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Parlamentario Popular se
plantean dos intervenciones. Yo les ruego que distribuyan su ya de por sí
resumido tiempo.

Doña María Teresa de Lara, por favor.




La señora de LARA CARBO: Agradezco que me conceda la palabra. Sólo quiero
hacer unas precisiones al señor consejero de Medio Ambiente de la Junta
de Andalucía. Voy a ser muy breve.

La primera precisión es que la sentencia del Tribunal Constitucional
sobre la ley 4/1989 es anterior a la proposición de ley andaluza. La
segunda precisión es que el hecho diferencial que ha indicado el señor
consejero de Medio Ambiente sobre le excepción que plantea la disposición
adicional cuarta sobre Aigües Tortes, se produce en el año 1986, cuando
el Gobierno de Felipe González transfiere a la Generalidad de Cataluña un
parque nacional y, en el plazo que transcurre desde que le transfiere el
parque nacional hasta que se promulga la ley 4/1989, que es la ley
básica, la Generalidad de Cataluña legisla sobre los parques. Por
consiguiente, éste es el hecho diferencial, y lo que tenemos en este
momento es que había un parque nacional con su legislación que se hizo
cuando todavía no existía la ley 4/1989. No entendemos por qué en aquel
momento la Junta de Andalucía no recurrió este hecho diferencial que
ahora sí recurre.

También queríamos indicarle al señor consejero de Medio Ambiente que,
según me ha informado mi grupo parlamentario, el acuerdo que se produjo
en el Parlamento de Andalucía decía que cada grupo parlamentario
propusiera un experto y que esta comisión de expertos fuera la que
planteara la ampliación de los límites. Creo que era un comisión en la
que intervenían expertos nombrados por cada uno de los grupos y no
expertos nombrados por el Consejo de Gobierno, por el consejero de Medio
Ambiente o la Junta de Andalucía.

Finalmente, quiero indicarle que en el modelo de gestión de los parques
nacionales que se ha aprobado en la nueva ley que modifica la 4/1989, la
comunidad andaluza no tiene que transferir nada al Gobierno porque la
gestión de los parques nacionales --está indicado claramente-- es a cargo
de los presupuestos del Estado y, en su caso, lo que quieran incluir las
comunidades autónomas. Por consiguiente, que no tenga miedo el consejero
de Medio Ambiente, que no tendrá que transferir ningún presupuesto para
la cogestión de los parques más que el que quieran voluntariamente, como
indica la ley.




El señor PRESIDENTE: Con muchísima brevedad, porque prácticamente se ha
consumido el turno, señora Fernández de Capel.




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La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Quiero abundar en las consideraciones
legislativas que ha hecho la señora de Lara, advirtiendo que ya en la
tramitación del año 1989 en el Pleno de la Cámara se advirtió al Gobierno
Socialista que la ley nacía viciada y que sería recurrida al Tribunal
Constitucional; así consta por parte de juristas tan importantes como,
por ejemplo, el señor Tamames, desde un grupo en ese momento que no era
precisamente el Partido Popular, y otros juristas que anunciaron también
que la ley salía viciada y que sería recurrida. No creemos que la ley de
1997, con sentencia del Tribunal Constitucional, invada ninguna
competencia de la comunidad autónoma...




El señor PRESIDENTE: Señora Fernández, le recuerdo lo que ya ha advertido
esta Presidencia al principio de la intervención: usted no está
introduciendo aportaciones nuevas a la intervención de su compañera de
grupo.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Simplemente quiero advertir que en el
Pleno de esta Cámara, cuando se aprobó la proposición no de ley andaluza,
fue también idea del Grupo Popular que fuesen expertos de la Universidad
de Granada los que participasen en el estudio del parque, con la idea de
llegar al mayor consenso posible.

También quiero hacerme eco de que, cuando se ha hablado aquí de
recompensas por renuncias a fuero, en este momento, tristemente, la
comunidad andaluza está sufriendo, por dejación de unas competencias y de
unas responsabilidades, una plaga terrible de procesionaria que está
acabando con gran parte de esa zona limítrofe de la provincia de Granada
con otras provincias. Creo que no solamente hay problemas de gestión; las
competencias no se trata sólo de reclamarlas, sino de ejercerlas con
dignidad. Desgraciadamente, mi grupo tiene mucho que decir en relación
con la gestión de la Junta de Andalucía en cuanto a nuestros bosques.




El señor PRESIDENTE: Les recuerdo a todas las señorías que el objetivo de
estas comparecencias es el de informar a todos los grupos parlamentarios.

Por tanto les ruego a todos, tanto a los comparecientes como a los
portavoces de los diversos grupos, que no abran debate porque entonces
incumpliríamos, en primer lugar, el Reglamento y, en segundo lugar, un
acuerdo de la Mesa, que se comprometió a que en el día de hoy se
formularan todas las comparecencias. (El señor Díaz Sol pide la palabra.)
Señor Díaz.




El señor DIAZ SOL: Simplemente quería indicarle que esto se podía haber
cortado antes de las intervenciones del Grupo Popular. Habiéndose
permitido, creo que ya se ha sentado un precedente que no se puede
evitar.




El señor PRESIDENTE: Más vale tarde que nunca.




El señor DIAZ SOL: En todo caso, los grupos tenemos derecho a hacer las
valoraciones que creamos de las siguientes intervenciones.

El señor PRESIDENTE: Bien.

Tiene la palabra el señor compareciente.




El señor CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCIA (Blanco
Romero): Señor presidente, señorías, desde luego no hay ningún
inconveniente en suministrar a todos los miembros de la comisión el
dictamen de la comisión de expertos de la Universidad de Granada, de cuya
composición digo por adelantado que es eminentemente técnica y científica
y son personas que no tienen adscripción concreta a partidos políticos.

En definitiva, pueden estar representadas todas las sensibilidades del
arco parlamentario y, en cualquier caso, no han actuado como
representantes de la Consejería ni nada que se le parezca. Por tanto,
como decía, es un dictamen emitido sin hipotecas y fundamentado en
criterios ecológicos exclusivamente.

Como he dicho antes, esa propuesta tiene un altísimo nivel de consenso,
aunque hay matices a la misma. Ya he dicho ante que nos parece adecuado
que se establezca un debate y, por tanto, se puedan incorporar
modificaciones si eso contribuye al consenso. Es decir que por pequeñas
modificaciones o por las matizaciones que algunos grupos plantean, no
debe romperse el consenso, al menos sobre este aspecto de los límites.

Evidentemente, las consultas a otros posibles expertos entran dentro del
derecho de SS. SS. y, aunque no lo consideramos necesario, porque está
formulado con todos los elementos precisos para su toma en consideración,
tampoco lo que abunda sobra.

Por lo que se refiere a los problemas de gestión --que es quizá donde se
producen las diferencias de criterio más sustanciales, diferencias de
criterio que, por otra parte, se remontan ya a la ley 4 y que se han
reiterado en el recurso de inconstitucionalidad contra la ley 41--, la
diferencia básica está en que en ambos modelos se permitiría la
coparticipación, o la gestión de ambas administraciones, pero en el
modelo de la proposición no de ley el ámbito de la gestión y por tanto de
la coparticipación, es la comunidad autónoma y la capacidad de
autorregulación es de las comunidades autónomas, mientras que en el
modelo de la ley 41 el ámbito de la gestión es el de la Administración
central, teniendo la Administración autonómica un carácter residual en la
misma. Es precisamente esa diferencia del papel que juega cada
Administración en el ámbito --insisto-- de la gestión, que se residencia,
de acuerdo con la Constitución, en el estatuto de autonomía de la
comunidad autónoma, donde están las mayores diferencias.

Su señoría tiene razón cuando dice que la sentencia del Tribunal
Constitucional sobre la Ley 4 es anterior a la proposición no deley
--hetenido un error en la exposición--, pero quiero indicar que eso ha
ayudado a formular una propuesta por parte del Parlamento de Andalucía
que se ajusta al dictamen del Tribunal Constitucional, en nuestra
percepción.

Por lo que se refiere al parque de Aigües Tortes, creo que la legislación
anterior no establecía ninguna excepción. Por otra parte, ese parque
salió de la red o estuvo en una situación que podíamos denominar
singular, por llamarla de alguna forma, dado que la existencia de dos
directores



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conservadores no nos parece que sea un mecanismo muy razonable, y su
señoría conoce igual que yo todas las vicisitudes de ese parque nacional
en la legislatura anterior. En cualquier caso, quiero reiterar que el
Gobierno de Andalucía recurrió la Ley 4, que promulgó el Gobierno, como
usted dice, de Felipe González, y también ha recurrido la Ley 41, que ha
promulgado el Gobierno del señor Aznar. Por tanto, en ninguno de los dos
casos nos ha guiado un criterio político sino el constitucional a la hora
de hacerlo, y a las pruebas me remito, a los recursos planteados, en
donde se formula la filosofía que defendemos, que, insisto, se ha
plasmado frente a uno y otro Gobierno sin consideraciones políticas de
ninguna clase.

Por otro lado, es evidente, si el ámbito de participación del Estado en
los parques nacionales es la promulgación de la legislación básica, que
lo básico tiene que contigentarse. Tenemos que debatir qué es lo básico.

Parece obvio que lo básico es lo común, es lo que afecta a todos y
precisamente por afectar a todo el territorio de España es por lo que la
Administración central, las Cortes Generales, tienen un papel
determinante en esta cuestión. Pero desde el momento en que a lo básico
se le hacen excepciones, se está diciendo que se están regulando cosas
que no son básicas. Se está diciendo en la propia ley, desde el momento
que dice que este parque no entra dentro de lo regulado, que se han
regulado aspectos que inciden directamente en la gestión y, por tanto,
que no son básicos, que corresponden a la comunidad autónoma.

En relación con la última intervención, quiero decir que en estos
momentos el parque natural de Sierra Nevada tiene en algunas zonas una
plaga de procesionaria que ha alcanzado en esta última campaña un aspecto
virulento, preocupante y que es necesario resolver. Ha sido consecuencia,
en cualquier caso, de criterios técnicos de gestión y sobre todo de
criterios ecológicos abordar la lucha contra esta plaga, que, como usted
conoce, es permanente en el bosque de pinos o en el alcornocal y que sólo
es preocupante cuando adquiere unos determinados niveles de infectación
de las masas forestales, que es lo que se ha producido en este caso por
haber escogido un método para combatirla en el que se han usado productos
selectivos sin impactos ambientales importantes en el resto de las
especies, que pueden verse afectadas por otro tipo de productos, como en
el caso del dimilín, que es un poco el que centra el debate sobre los
métodos que deben emplearse para combatir la procesionaria. Es un debate,
por otro lado, que no se ha inventado ni se ha iniciado en el parque de
Sierra Nevada; es un debate que lleva mucho tiempo produciéndose y que
seguirá produciéndose en el futuro por la diferencia de criterios
técnicos de cuál debe ser la metodología más acertada. Es decir, que en
este caso se habría producido por un exceso de celo en los criterios de
preservación más que por un abandono de las competencias o por una falta
de ejercicio de esas competencias.

En cualquier caso, quiero tranquilizarla, porque ya está preparado el
plan extraordinario para poder abordar este problema con garantías de
éxito cuando las condiciones naturales y vitales de la procesionaria
permitan combatirla. Quiero reiterar una vez más que la Consejería de
Medio Ambiente, el Gobierno de Andalucía, apoya firmemente el dictamen en
relación con el límite de la comisión de expertos, que en ningún caso es
un dictamen hipotecado por ninguna consideración que no sean las
estrictamente medioambientales o ecológicas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don José Luis Blanco. En nombre de
la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados, quiero
agradecerle su comparecencia aquí y su colaboración en la tramitación del
proyecto de ley que nos ocupa.




--DEL SEÑOR DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE
GRANADA Y PRESIDENTE DE LA COMISION DE EXPERTOS QUE FIJAN LOS LIMITES DEL
PARQUE DE SIERRA NEVADA, ROSUA (Número de expediente 212/001324).




El señor PRESIDENTE: A continuación, y siguiendo el turno establecido en
el orden del día, va a comparecer don José Luis Rosúa, Decano de la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada y presidente de la
comisión de expertos que fija los límites del parque de Sierra Nevada.

Antes de conceder la palabra a don José Luis Rosúa, quiero darle la
bienvenida a la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados
y agradecerle su colaboración y su comparecencia. Tiene la palabra.




El señor DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Y
PRESIDENTE DE LA COMISION DE EXPERTOS QUE FIJAN LOS LIMITES DEL PARQUE DE
SIERRA NEVADA (Rosúa): Muchas gracias, señor presidente.

Les agradezco la deferencia que han tenido con la comisión de expertos,
al permitir que yo defienda ante ustedes cuáles han sido los criterios de
carácter científico y técnico que nos han llevado a proponer unos límites
del futuro parque nacional de Sierra Nevada, que están aquí expuestos, y
que ahora, con el permiso del señor presidente, dentro del tiempo que me
tienen asignado, al que procuraré atenerme en lo máximo posible, les
podré detallar más en concreto.

Como ustedes conocen, podríamos definir Sierra Nevada como un macizo que
corresponde a la alta montaña mediterránea. Yo creo que era una
asignatura pendiente en las perspectivas de conservación en nuestro país
tener un parque nacional que preservara estos ecosistemas de alta montaña
mediterránea. Sin duda, tenemos otras montañas mediterráneas ya
preservadas en los Pirineos y en otros ecosistemas de nuestra Península,
pero las alturas que superan los 2.000 o los 3.000 metros no las teníamos
preservadas y, en consecuencia, decía que era una asignatura pendiente en
nuestro país y creo que con esta propuesta de parque nacional abordamos
de forma muy singular este objetivo.

También caracteriza esta alta montaña mediterránea que se encuentra en la
cuenca mediterránea, que es un centro de diferenciación genética y, por
tanto --junto a otros,



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indudablemente, en el globo--, este centro de diferenciación genética que
hoy constituye el Mediterráneo ha singularizado todavía más los
vegetales, sobre todo las plantas y los animales que existen en Sierra
Nevada. Ya se ha dicho en la anterior intervención que tenemos entre
62-64, depende de los criterios, endemismos vegetales y algunos otros de
tipo animal. Por consiguiente, nos enfrentamos a un proceso de protección
de unos ecosistemas. Tendría, por ejemplo, que decir que solamente Sierra
Nevada --creo que el endemismo ahora mismo en todo el Reino Unido está en
unos 14-- tiene más de 63. Estamos, por tanto, ante un ecosistema de una
enorme singularidad, como decía.

Cuando a nosotros se nos encarga, por parte de la Consejería de Medio
Ambiente, este trabajo (entendiendo que la Consejería daba cumplimiento
al acuerdo parlamentario de encargar a una comisión de expertos que
pudiera redactar unos límites del futuro parque nacional), lo hacemos con
el convencimiento de que no solamente estamos protegiendo ecosistemas de
alto valor en la biogeografía mediterránea, sino que nos enfrentamos a
una singularidad, como es que en Sierra Nevada también nos encontramos
con endemismos eurosiberianos. Como ustedes conocen, en el norte de
Europa, lo que hoy es Escandinavia o Islandia, hay endemismos del frío
del norte que están también presentes en las cumbres de Sierra Nevada.

Luego en Sierra Nevada, sin duda, terminando esta exposición de una forma
demasiado técnica quizá, se concentra un alto valor ecológico.

Los expertos que tuvimos la oportunidad de reunirnos en la Universidad de
Granada para tratar el límite futuro provenían de los campos de los
ecosistemas terrestres, de la ecología, de la entomofauna, de los
vertebrados, de la geobotánica, de la flora y la biodiversidad vegetal,
de la síntesis geográfica, de la geomorfología, de la geología aplicada y
riesgos naturales y la cartografía de los recursos naturales. Son doce
expertos, la mayoría de ellos catedráticos de la Universidad de Granada,
que, como decía el interviniente anterior, no han tenido --no hemos
tenido, yo tuve la oportunidad de coordinarlos-- ningún criterio de tipo
político a la hora de desarrollar su trabajo, sino simplemente la
competencia técnica, que creo que todos los que participábamos en esta
comisión teníamos.

Barajamos, en consecuencia, criterios de tipo faunístico, florístico, de
vegetación, de diversidad biológica, ecológicos en el sentido de la
síntesis ecológica, geomorfológicos, paisajísticos y ambientales, y
también --tengo que decirlo-- tuve la oportunidad de contrastar algunas
opiniones en el proceso --aunque no era mi cometido-- con los municipios
y con sectores de distintos agentes sociales. Ya digo que éste no era mi
cometido, pero entendía que debía informar a distintos sectores de cómo
iban nuestros trabajos, y ésa fue una simple consulta que yo no niego
aquí que la tuve, pero a continuación seguimos trabajando con el carácter
técnico que nos llevó al resultado que ustedes tienen aquí delante.

A grandes rasgos les puedo señalar lo siguiente. Si me permite el señor
presidente que me incorpore, aquí tenemos dos cartografías, una de ellas
en color, con distintos tonos. No sé si ustedes observan aquí un tono
rojo, que es el que corresponde al parque natural, que tiene 170.000
hectáreas, el límite amarillo es la propuesta que hacemos los expertos, y
en un tono más pardo, que quizá no pueden observar, está la propuesta que
ustedes tienen formalmente en el Parlamento. Son 54.000 hectáreas las que
coinciden con la zona de reserva del parque natural, y en consecuencia
nosotros lo hemos ampliado en nuestra propuesta actual a 84.500 hectáreas
aproximadamente.

Esta propuesta recoge valores ecológicos que entendíamos que no estaban
recogidos en las zonas de reserva. Superamos algo que se criticó en su
momento, como era que había tres islas en la propuesta que actualmente
está en el Parlamento, en el sentido de que el puerto de la Ragua, lo que
separa las provincias de Almería y de Granada, estaba sin incluir como
zona de tránsito, muy antropizada, y por tanto no estaba incluida dentro
de la propuesta de parque nacional, y también había un isleo que separaba
la zona oriental del parque, la zona de Montenegro, de las zonas de las
altas cumbres de Almería. En nuestra propuesta conectamos toda esta
geografía, la hacemos única y nos vamos a estas 85.000 hectáreas que yo
les decía.

¿Qué ecosistemas venimos a recoger? Indudablemente los de la alta montaña
de Valense, que yo le señalaba antes, pero también rescatamos para el
parque, aunque ya están protegidos bajo la figura de parque natural
--pero lo rescatamos para el concepto de parque nacional--, barrancos tan
singulares como, por ejemplo, la zona alta de Jeres del Marquesado, lo
que se da en llamar el barranco del Alhorí. Siguiendo en este sentido
incluimos una zona en nuestra propuesta, independientemente del criterio
que después este Parlamento decida aprobar, que actualmente no está ni
siquiera como parque natural; es una parte de la cabecera alta del
municipio de Güéjar-Sierra, que desde el punto de vista de los criterios
científicos entendemos que hay suficientes valores ecológicos en esa zona
como para que fuera propuesta parque nacional.

En el valle del Monachil, donde está la estación de esquí, actualmente
protegida por el parque natural y por unas condiciones de actuación
determinadas, entendíamos que el parque nacional no debería entrar en esa
zona de actuación donde la socieconomía de esta estación de esquí tiene
su singularidad, y por tanto rescatamos para el parque algunas zonas que
actualmente están consideradas como zona esquiable, pero de alto valor
ecológico, en el valle del Dílar. Luego, en la zona ya próxima a la
ciudad de Granada, se incluye la zona del Trevenque y una serie de
ecosistemas con un alto endemismo vegetal que no estaban incluidos en la
propuesta inicial: toda la zona del Trevenque y toda la zona de los
Alayos, también la zona alta del Nigüelas y la zona alta del Lanjarón, la
zona alta del barranco del Poqueíra. Hemos tenido un criterio general, y
es no incluir zonas urbanas y de alta actividad agrícola, entendiendo por
ellas zonas que estén actualmente cultivadas. Por tanto, en la
delimitación a escala 1/10.000 que hemos hecho hemos llevado siempre la
línea por aquellas zonas donde el cultivo no existía o estaba abandonado,
con el criterio de excluir, ya digo, toda esa actual utilización
socioeconómica.




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También se ha metido parte de la zona del Trevélez. Hay algún criterio
dentro de la comisión de expertos. Tengo que señalar que en esta zona del
Trevélez algunas personas entendían que se podía haber bajado algo más,
pero hay cultivos, aunque son cultivos agrícolas hechos tradicionalmente,
todavía con caballerías, sin acudir a mecanización, pero ése es un tema
que después de mucho debatir quedó en la propuesta que yo les he
señalado.

Toda la zona ya cercana a la provincia de Almería se ha protegido,
fundamentalmente las masas forestales, las masas boscosas en distintos
estadíos de conservación, y hay singularidades también en el parque
natural que a lo mejor podrían haber sido objeto de protección, pero
consideramos que son zonas semiáridas que quizá tengan una mejor
protección en algún futuro parque nacional que pudiera declararse,
caracterizando a estas zonas áridas o semiáridas.

En la zona norte también hubo un gran debate en la comisión de expertos,
al entender que aquí hay unos pinares de repoblación, la zona del
Marquesado, y al final hemos hecho una propuesta intermedia, en el
sentido de que no recogemos algunas propuestas que llegaron hasta
nosotros, que pretendían incluir toda la zona de pinares. Sí hemos
incluido aquellas barranqueras que tienen unos ecosistemas más
singulares, la mayoría de ellos son unos ecosistemas actualmente
monoespecíficos, de coníferas, y por tanto, desde nuestro punto de vista
necesitan de una gestión futura, de una entresaca y de una
diversificación del mosaico vegetal que permita una recuperación de esos
ecosistemas mediterráneos. Reconozco, como decía, que ahí ha habido un
debate, y al final la propuesta admite entrar en muchas zonas de estas
coníferas del Marquesado, pero se han excluido.

En definitiva, nuestra propuesta son esas 85.000 hectáreas, recogiendo
aquellas zonas no incluidas en la propuesta que actualmente está en el
Parlamento que entendíamos que tenían singularidad y valores como
ecosistemas ecológicos.

Este mapa responde ya a términos municipales, donde en verde se ve la
zona que está actualmente propuesta desde el Parlamento andaluz, con unas
54.000 hectáreas, en azul la zona que propone la comisión de expertos y
en rojo el actual parque natural.




El señor PRESIDENTE: Recuerdo a algunos de los asistentes que en esta
Comisión de Medio Ambiente no está permitido fumar. Seguramente por
desconocimiento de este acuerdo veo que algunos están fumando y les ruego
que apaguen sus cigarrillos.

¿Ha terminado su intervención, señor Rosúa?



El señor DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Y
PRESIDENTE DE LA COMISION DE EXPERTOS QUE FIJAN LOS LIMITES DEL PARQUE DE
SIERRA NEVADA (Rosúa): Sierra Nevada tiene un alto valor ecológico, como
yo he pretendido señalar en mi intervención inicial, pero he de decir que
después de recorrerla muchas veces, como alguno de los aquí presentes,
notamos una cierta tendencia al despoblamiento y al abandono de las
tareas agrícolas.

Por tanto, es necesario dinamizar la agricultura y el sector
socioeconómico de toda Sierra Nevada. Hay una tarea importante, como
puede ser la recuperación del paisaje vegetal, y hago una llamada al
consenso en la Administración y entre los grupos políticos para que se
puedan dinamizar, en la medida de lo posible, los planes de restauración
de la cubierta vegetal porque tenemos problemas erosivos graves.

Asimismo, debido al esfuerzo que hemos hecho los expertos en intentar dar
una propuesta de consenso en el límite, desearía que pudiera establecerse
también el consenso político necesario en el tema de la gestión y en el
de los límites para que pudiera llegar a buen puerto este parque
nacional.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que deseen intervenir a los solos efectos de
aclarar alguna cuestión que no haya quedado suficientemente clara en el
informe del compareciente?
Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra don Pedro Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Señor Rosúa, muchas gracias por su
intervención tan clarificadora y por el esfuerzo que la comisión que
usted preside ha realizado en este sentido.

Quería preguntarle por lo que será la obsesión de mi grupo a lo largo de
toda la tarde. En primer lugar, en cuanto a las consultas a las que usted
hacía referencia, quería saber si se han tenido, aunque fuera
incidentalmente y no de una forma definitiva para el dictamen final de su
comisión, con el conjunto de los grupos ecologistas y de los colectivos
sociales que comprenden la junta rectora del parque natural o si ha
habido algún tipo de selección.

En segundo lugar, más allá de que usted considere
--como es lógico-- su propuesta definitiva, con un carácter muy
importante científico e independiente, y a efectos de ese consenso que se
nos ha manifestado por parte del consejero de Medio Ambiente de la Junta
de Andalucía, si estima usted que quizá sería necesario seguir planteando
la integración de otras voluntades y de otras opiniones, también lo más
científicas posibles, de esos grupos que quizás no hayan participado en
el grupo que usted ha presidido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra don Angel
Díaz.




El señor DIAZ SOL: Me gustaría que el señor presidente de la comisión de
expertos nos ampliara el criterio científico que les ha llevado a incluir
la cabecera del río Genil dentro del municipio de Güejar-Sierra, en el
sentido de que si ese criterio es tan estricto como el otro que parece
que también se ha aplicado en la zona de la ladera norte por el
Marquesado, en relación con esos pinares que son de repoblación y no
autóctonos. En definitiva, en qué partes habría posibilidades de que si
se variaran los límites se produjeran atentados contra valores ecológicos
importantes.

Por último, cuando usted se ha referido al tema del paisaje vegetal me
imagino que ha querido hacer un llamamiento



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discreto sobre el parón que lleva el plan de reforestación a nivel
general, en el sentido de que llevamos dos años con escasas inversiones
en ese tema.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra doña Blanca Fernández Capel.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: En primer lugar, quiero agradecer las
palabras del señor Rosúa, felicitarle por su trabajo y el de su equipo,
que me consta que lo han realizado concienzudamente y que para los
miembros de la Universidad de Granada es un honor contar con tan ilustres
compañeros en esta casa. En cuanto a la extensión del parque, el señor
Rosúa ha hablado de 84.000 hectáreas, pero si no he entendido mal el
señor consejero de la Junta de Andalucía ha dicho que son 78.000
hectáreas, y quería saber dónde se produce esta variación y a qué zona
afecta.

Por otro lado, quisiera que fuese más explícito en el tema de las
coníferas del Marquesado. Y en cuanto al abandono de ciertos cultivos,
que podría ser debido al despoblamiento de la zona, quería saber si son
cultivos agrícolas o forestales, incidiendo y completando la pregunta que
ha realizado el compañero diputado del Grupo Socialista.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Rosúa.




El señor DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA Y
PRESIDENTE DE LA COMISION DE EXPERTOS QUE FIJAN LOS LIMITES DEL PARQUE DE
SIERRA NEVADA (Rosúa): Intervengo brevemente para responder a las
distintas preguntas que me han formulado.

En relación con la pregunta del señor Vaquero, tengo que decirle que he
tenido la oportunidad de contrastar opiniones de distintos agentes
sociales, incluidos empresarios, algún grupo sindical y la mayoría de
representantes de grupos políticos. Ya le he dicho anteriormente que no
tenía autorización formal de negociar con nadie. Sin embargo, entendía
que aunque nuestro trabajo era fundamentalmente técnico yo no me podía
hurtar a conocer la opinión de distintos sectores sociales, incluidos los
grupos políticos. Por tanto, he tenido la oportunidad de consultar al
organismo Parques Nacionales, Partido Popular, Izquierda Unida, Los
Verdes, Partido Socialista, Partido Andalucista, he hablado con
representantes de todos los grupos y les he expuesto mi trabajo. Ellos me
han dado su opinión e inmediatamente he vuelto a la comisión científica a
seguir trabajando. Eso es lo que he hecho.

Refiriéndome a la segunda parte de su pregunta, respecto de si sería
posible que otros técnicos y expertos pudieran participar en este momento
en el proceso de delimitación del parque, considero que todo es posible
mejorarlo y, en consecuencia, si se entiende desde este Parlamento que
hay oportunidad de hacer otras consultas complementarias que puedan
enriquecer la propuesta, yo personalmente no me sentiría deslegitimado en
ningún momento. En ese sentido, tengo que decir que el grupo de expertos
se hizo con criterios técnicos y nunca con criterios políticos. Por
tanto, es posible que muchos expertos no estuvieran presentes. Tengo que
reconocer que expertos en Sierra Nevada hay muchos, pero en aquel momento
yo acudí a aquellos que entendía que podrían dar una visión más completa
del parque.

En relación con la pregunta del señor Díaz Sol, sobre qué criterios nos
han llevado en la zona de Güejar para considerarla a proteger y qué pasa
con el tema del Marquesado --y así contesto paralelamente a la pregunta
de la señora Fernández Capel--, he de decir, y en eso hemos coincidido
todos los científicos que nos dedicamos a la cubierta vegetal o a la
fauna, que la alta cabecera del Güejar --parte de ella está como reserva
nacional de caza-- tiene singularidad suficiente como para ser protegida.

Otra cuestión es la situación de ese municipio, que tiene una trayectoria
determinada en cuanto a su relación con la figura de protección y no
podemos ocultar esa trayectoria. En consecuencia, los científicos
entendíamos que debería ser protegido, hay ecosistemas de alta montaña,
pastizales, borreguiles, quizás los mejores piornales enebrales de Sierra
Nevada. He tenido la oportunidad de hablar con el alcalde de Güejar y me
he encontrado con poca disponibilidad por parte de esa cooperación en
relación con este tema. Por tanto, he de señalar que en principio nuestra
propuesta es ésa, sin perjuicio de lo que decida este Parlamento.

Respecto al Marquesado, lo que hay allí es una gran extensión de pinares
de repoblación. El pino es un elemento de los ecosistemas mediterráneos
como otro cualquiera, pero en este caso son pinares de repoblación que se
han introducido en los últimos años. Aquello tiene un grave peligro y es
el incendio forestal, que es la consecuencia que ustedes saben más
directa de los conflictos sociales que se establecen actualmente en
Andalucía. Cuando hay un conflicto, se quema; por tanto, me da mucho
miedo que ocurra lo que pasó en Mecina-Bombarón y en Válor por conflictos
sociales. Es urgente una restauración de los ecosistemas mediterráneos en
la medida de lo posible, una entresaca de esos pinares; quizá se podría
generar algún empleo y es por lo que hacía mi llamada anteriormente al
tema de la restauración de la cubierta vegetal. Me preocupa muchísimo --y
he tenido la oportunidad de escribir en prensa-- la desertificación y la
erosión en Andalucía. En ese contexto, planteo que en Andalucía es
necesario seguir trabajando intensamente en la restauración de la
cubierta vegetal y en la lucha contra la erosión y la desertificación. He
dicho que en toda Andalucía hay procesos erosivos y de desertificación
graves, pero en Sierra Nevada, fundamentalmente en algunas zonas, muy
graves. Yo pediría que se llegase a aquellos acuerdos necesarios que
permitan dinamizar las actuaciones en restauración de la cubierta vegetal
en Sierra Nevada, que es lo que a mí me ha traído a esta Comisión en este
momento.

Respecto a la posible diferencia de hectáreas, he de decir que empezamos
a trabajar con unas 78.000 ó 79.000, pero cuando hemos digitalizado el
sistema nos hemos ido a 84.000 en la última propuesta. Ayer mandé el
disquete



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para que se pudiera elaborar este mapa, que tengo el compromiso de
mandarlo a otras instancias. Para mí es un parque muy grande, y lo digo
porque aquí hay representantes expertos en gestión de espacios naturales
protegidos --yo también tengo cierta experiencia--, lo que hace que
utilicemos otras cifras. Tenemos que tener en cuenta que éste es un
parque biprovincial y que el parque natural del macizo de Sierra Nevada
tiene 173.000 hectáreas.

En cuanto al tema de los pinares, ya digo que es necesario actuar. Si se
incluyen dentro del parque nacional esos pinares, como me han hecho
llegar algunas opiniones, habría que singularizar entonces en el Plan
rector de uso y gestión un plan especial de actuación, y si no se
incluyen deben saber que hemos acudido a preservar lo más valioso, por si
no se incluyera en sus acuerdos políticos correspondientes.

Respecto al tema del abandono de cultivos, señora Fernández de Capel,
tengo que decir que hoy el problema más grave para mí, en la Alpujarra
sobre todo, y en la zona norte, es que en ocho años se ha pasado de una
población agraria que estaba ligada al territorio a un 20 por ciento de
la misma. Por tanto, creo que hay que dinamizar el tema de la
agricultura, a través del agroturismo, de la agricultura ecológica, de la
reconversión de muchos paisajes de secano en zonas de forestación por
abandono de tierras agrícolas. Yo hago un llamamiento en este Parlamento
a que se dinamice la restauración de la cubierta vegetal, porque el
paisaje vegetal en Sierra Nevada es lo que podrá permitir que se mantenga
la población en aquella zona.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don José Luis Rosúa.

Le reitero en nombre de la Comisión el agradecimiento, no sólo por su
comparecencia, sino por los brillantes trabajos que ha llevado a cabo al
frente de la comisión de expertos, que ha permitido delimitar el
perímetro final de la zona.




--DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE MEDIO AMBIENTE, MURIEL GOMEZ (Número de
expediente 212/001326).




El señor PRESIDENTE: A continuación va a tener lugar la comparecencia del
secretario general del Ministerio de Medio Ambiente, don Juan Luis
Muriel.

Le recuerdo, como al resto de las comparecientes, la obligada brevedad
para poder cumplir con la sesión marcada de trabajo.




El señor SECRETARIO GENERAL DE MEDIO AMBIENTE (Muriel Gómez): Señorías,
en primer lugar, como no podía ser de otra forma, creo que la persona que
me ha antecedido en el uso de la palabra ha tratado, con gran precisión y
profesionalidad, de exponer, desde su particular punto de vista y desde
el del equipo de expertos de la Universidad de Granada y de la
Universidad de Almería, a los que representa, el interés que tiene para
todos la declaración del macizo de Sierra Nevada como parque nacional.

Por lo tanto, no voy a tratar de convencerles de la necesidad de declarar
Sierra Nevada como parque --es algo de lo que estoy plenamente
convencido--, sino de cuál debe ser el modelo de gestión aplicable al
futuro parque nacional y cuáles sus órganos de gestión y participación
social.

Parto en mi exposición de la suposición de que todas SS. SS. son
conocedoras de la proposición de ley de declaración del parque de Sierra
Nevada, que es el resultado del acuerdo de la totalidad de los partidos
del arco parlamentario andaluz, acuerdo del que yo mismo formé parte en
el momento de su presentación, aunque hay que hacer el matiz --y ahí está
el «Diario de Sesiones»-- de que se estaba de acuerdo en el fondo, pero
no en las formas.

Pero no es esta unanimidad de los partidos el único elemento destacable
de esta proposición de ley, ya que, además, el modelo de gestión
propuesto en la misma es una consecuencia directa de la indefinición en
que en ese momento se encontraban sumidas las distintas administraciones
públicas, desde que en junio de 1995 se produce el fallo del Tribunal
Constitucional en relación con los recursos interpuestos a la Ley 4/1989,
de conservación de los espacios, de la flora y fauna silvestre por las
comunidades autónomas que tenían, como ustedes saben, competencias en
materia de espacios naturales protegidos.

El modelo había quedado invalidado, era un modelo de gestión de parques
nacionales en el que se fundamentaba la competencia exclusiva de la
Administración general del Estado en la gestión de estos espacios
naturales.

La proposición de ley, tal como fue remitida por el Parlamento andaluz,
ignoraba completamente la sentencia 102/1995, de 25 de junio, del
Tribunal Constitucional, sobre la Ley 4/1989. Tengo que decirles que la
ley, en el Parlamento andaluz, se remite al otoño de 1995 y la sentencia,
como digo, es del 25 de junio de 1995.

La proposición de ley, como ustedes saben, descarta la participación del
Estado en la gestión del parque y establece un régimen de exclusividad
para la comunidad autónoma que conculca gravemente la distribución
conceptual delimitada por el propio Tribunal Constitucional. Además, el
régimen previsto para Sierra Nevada se aleja totalmente del modelo de
gestión para los parques nacionales definido en la Ley 41/1997 y que,
como conocen SS. SS., tiene el carácter de básica.

Como SS. SS. saben, dicha ley modifica la 4/1989 para adaptarla a la
sentencia del Constitucional y, como botón de muestra, permítanme que les
señale algunas competencias que la proposición de ley reserva en
exclusividad para la comunidad autónoma, sin tener en cuenta, como prevé
la sentencia del Tribunal Constitucional, la participación de la
Administración general del Estado. En concreto, el desarrollo
reglamentario de la ley, establecido en el artículo 1; las posibles
ampliaciones del parque nacional, que se establece en el artículo 2; la
autorización de las actividades que se desarrollan en el interior, en el
artículo 4; la gestión en todas sus acepciones, que se refleja en el
artículo 6; la adscripción del patronato a la administración autonómica,
la organización del mismo y el nombramiento del presidente, recogido en
el artículo 7, y la elaboración y aprobación de la totalidad de los
instrumentos



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de planificación, recogido en el artículo 10 de la proposición de ley.

Como ustedes saben, todas estas competencias, según la sentencia del
Constitucional, también corresponden, en algunos casos parcial en otros
totalmente, a la Administración general del Estado, según la sentencia
tantas veces repetida.

Cabe decir a título de ejemplo que las únicas referencias que se hacen en
la proposición de ley a la participación de la Administración del Estado
es la de permitir la financiación complementaria de actividades en el
artículo 9.1 o informar, aunque no de forma vinculante, sobre límites,
plan de ordenación o plan rector de uso y gestión en el artículo 6.1.

En estas circunstancias, sólo cabe concluir que la proposición de ley, en
sus términos actuales, no es compatible con el modelo homogéneo, que no
uniforme, que se ha adoptado para el buen funcionamiento de los parques
nacionales. Además, si con los estudios técnicos y científicos en la mano
que se han realizado hasta la fecha hemos llegado todos a la conclusión
de que el macizo de Sierra Nevada debe incorporarse en algunos de sus
sectores a la red de parques nacionales, la citada proposición de ley,
desde nuestro punto de vista, debe ser objeto de modificaciones
sustanciales, tal como se propugna en las enmiendas presentadas por
distintos grupos parlamentarios.

Volviendo a la situación de indefinición descrita como consecuencia de la
sentencia del alto tribunal, quiero recordar que fue a partir de mediados
del año 1996 cuando el nuevo Gobierno decidió acometer el diseño de un
modelo de gestión para parques nacionales que recogiese las
determinaciones de la sentencia 102/1995, en el sentido de dar
participación a las comunidades autónomas, junto con la Administración
del Estado, en la gestión de los espacios protegidos.

El análisis de las diferentes posibilidades llevó a la conclusión de que
la fórmula más ajustada a la determinación de la sentencia era aquella
que otorgaba a las distintas administraciones una participación
semejante. Esta fórmula, además, venía avalada por el proceso de gestión
compartida que se había desarrollado con éxito en el parque nacional de
Cabañeros, único parque cuya ley de declaración fue posterior a la
sentencia del Tribunal Constitucional y pudo recoger esta fórmula de
gestión compartida en su ley declarativa.

La iniciativa del Gobierno tuvo su fruto el pasado 6 de noviembre cuando
fue publicada la Ley 41/1997 de modificación de la 4/1989, y en la que se
define el modelo de gestión que este Parlamento aprobó para los parques
nacionales españoles.

No parece lógico, señorías, que ante esta nueva situación en que nos
encontramos en la actualidad se tramite y apruebe una proposición de ley
que incluye en sus disposiciones un modelo contrario a los criterios
establecidos ya en una sentencia del alto tribunal. Es decir, se aleja
tanto del criterio establecido por el alto tribunal como del modelo
anterior de gestión, que queda ratificado en la Ley 4/1989 que fue
precisamente el motivo de los recursos de inconstitucionalidad
presentados por seis comunidades autónomas.

El modelo que se recoge en la Ley 41/1997 se encuentra en el punto medio
entre el modelo anterior a la sentencia y el contenido en la proposición
de ley del Parlamento andaluz. Como SS. SS. recordarán, presenta tres
niveles bien diferenciados: un primer nivel de participación social, en
el que se sitúa al patronato como órgano que ejercerá la tutela sobre la
gestión del parque nacional; es un órgano que sirve como foro para
intercambiar opiniones y criterios y en el que tienen que ser
necesariamente oídos los diferentes intereses implicados en la
conservación y que debe asimismo colaborar y facilitar la gestión del
parque mediante la aprobación de determinados planes y proyectos. Es
asimismo un órgano colegiado de carácter consultivo, adscrito, según
recoge la propia sentencia del Tribunal Constitucional, a la
Administración general del Estado a través del Ministerio de Medio
Ambiente. En este órgano están representadas las administraciones
públicas y aquellas instituciones, asociaciones y organizaciones
relacionadas con el parque, o cuyos fines concuerden con los principios
inspiradores de la Ley 4/1989. Un segundo nivel de gestión, que es
realmente la piedra angular del nuevo sistema y donde se toman las
decisiones relativas a cada parque nacional de forma compartida entre la
Administración autonómica y el Estado, es la comisión mixta de gestión.

Un tercer nivel lo constituye el director conservador del parque, que es
el órgano de ejecución de las políticas definidas por la anterior
comisión mixta. Sobre todo ello, como SS. SS. saben, se crea el consejo
de red de parques nacionales como un órgano asesor, de tutela y
participación en el que están representados la Administración del Estado,
la de las comunidades autónomas que tienen parques nacionales en su
territorio, la Administración local, los patronatos de distintos parques
y las asociaciones cuyos fines coinciden con la Ley 4/1989. Es un órgano
colegiado de carácter consultivo cuyo fin es velar por el buen
funcionamiento de la red de parques nacionales como un sistema integrado
por un conjunto de espacios que han merecido tal calificación por ley de
las Cortes Generales y que se gestionan con criterios homogéneos, tanto
en materia de conservación como de uso público, investigación o
divulgación.

Quisiera hacer especial hincapié en la figura del plan director, que
considero de vital importancia para consolidar y dar cohesión a la red de
parques nacionales. La doctrina internacional no entiende la protección
como algo aislado, y tampoco la red de parques nacionales puede ser una
simple suma de espacios valiosos. La red debe conformar un sistema
comprensible de la representación ecológica de un país, con una
personalidad propia que integre los parques nacionales y asegure, por el
interés general de la nación, un común denominador donde quepan disfrute
y conservación de ese espacio. Al tiempo, debe servir para expresar una
nueva forma de entender la relación del hombre con el medio ambiente y
ser un elemento sustantivo de la política nacional de conservación de la
naturaleza.

Su puesta en marcha no puede ser el resultado de la improvisación, debe
apoyarse en la razón y en la planificación previa. Este Parlamento ha
configurado la necesidad de un plan director que recoja, junto con los
criterios que



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deberán inspirar la gestión de los parques nacionales, el programa de
acción horizontal a desarrollar por la propia red. Con el plan director,
y por primera vez en la historia de los parques nacionales en España, se
establece una base ideológica sobre el alcance y la justificación de
estos espacios. Además de ser un instrumento fundamental para la
organización y funcionamiento de la red, su importancia radica en que va
a ser el primer documento que exista en España que defina la política de
parques nacionales, tanto desde un punto de vista filosófico y conceptual
como en materia de gestión. Hasta la fecha habían sido elaborados
documentos de planificación y gestión relativos a cada parque, sin tener
en cuenta la necesidad de una acción coordinada para todos los parques de
la red.

Además de las razones señaladas, su importancia se encuentra en que su
contenido tendrá el carácter de directriz para la ordenación de los
recursos naturales a los efectos del artículo 8.1 de la Ley 4/1989 a la
que en todo caso deberán ajustarse los planes de ordenación de los
recursos naturales que aprueben las comunidades autónomas. Serán, por
tanto, las primeras directrices que apruebe el Gobierno de la nación en
relación a la conservación de la naturaleza.

Actualmente se encuentra en fase muy avanzada de elaboración el primer
borrador del plan director, se está contando con la participación de las
comunidades autónomas, y hay que manifestar la clara voluntad de este
Ministerio en buscar la participación de esas administraciones
autonómicas en todas las actuaciones relacionadas con los parques
nacionales. Así entendemos que debe ser también en esta incorporación de
Sierra Nevada a la red.

La organización de este candidato a parque nacional debe ser homogénea
con la del resto de los parques nacionales, y para ello es necesario
modificar la proposición de ley. Desde el acuerdo y el consenso político
y social y desde la evidencia de la perfecta integración del nuevo
territorio en el conjunto de espacios representativos de la naturaleza
hispana, es necesario abordar la integración de Sierra Nevada en la red
de parques nacionales.

Las Cortes han otorgado al Gobierno de la nación la potestad
reglamentaria para desarrollar este nuevo sistema de gestión compartida.

Ya está visto por el Consejo nacional de protección de la naturaleza el
real decreto por el que se determina la composición y funcionamiento del
consejo rector de la red, de las comisiones mixtas de dichos parques y de
los patronatos. Asimismo, este proyecto se encuentra ya en fase avanzada
de consenso y negociación con las comunidades autónomas y, como digo,
acaba de ser remitido al Consejo de Estado para su aprobación por real
decreto. Se prevén su aprobación y la propia constitución, adaptación y
puesta en funcionamiento del nuevo modelo para el próximo mes de mayo.

De acuerdo con el proyecto de real decreto, Sierra Nevada tendría, en
caso de su declaración por este Parlamento como parque nacional, una
comisión mixta de gestión común y compartida con la del parque nacional
de Doñana y constituida por dos representantes de la Administración del
Estado y dos representantes de la Comunidad Autónoma de Andalucía,
recayendo anualmente la presidencia de este órgano, de forma alternativa,
en un representante de cada una de las administraciones, y debiendo
asistir a sus reuniones los directores conservadores de ambos parques. De
igual forma, su patronato, atendiendo a las determinaciones del carácter
general de este borrador, estaría constituido por cinco representantes de
la Administración del Estado, cinco de la comunidad andaluza, uno de la
Diputación Provincial de Granada, diez de ayuntamientos con territorio en
el parque nacional, uno de la universidad pública de Granada, uno del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, dos de los propietarios
de terrenos incluidos dentro del parque, dos de asociaciones cuyos fines
concuerden con los principios de la Ley 4/1989, uno de las organizaciones
relacionadas con el parque nacional, el director conservador del parque y
un representante de la guardería del parque nacional.

Desde nuestro punto de vista, la Ley 41/1997 ha completado y establecido
las previsiones reglamentarias necesarias para desarrollar un modelo de
gestión que va a marcar el futuro de los parques nacionales durante los
próximos años y que se basa en la participación de forma comparativa de
las administraciones públicas. La base del éxito del funcionamiento del
modelo estará en que tanto las administraciones implicadas como sus
representantes entienden que el principal objetivo es la conservación de
los valores naturales del parque nacional, así como su utilización y
disfrute por los visitantes. El órgano de gestión debe concebirse con
carácter técnico en el que se examinen los problemas y se adopten las
soluciones desde la óptica señalada del interés por la conservación y
nunca se entienda como un foro político donde plantear batallas de
intereses partidistas. Casi todo el mundo está de acuerdo en que es muy
fácil llegar a consensos y soluciones en aras de la conservación de ese
espacio protegido.

Nos encontramos en un momento crucial en el futuro de los parques
nacionales, está muy próxima la puesta en marcha del modelo de la Ley
41/1997 y todos confiamos en que podamos nuevamente dar ejemplo de
coordinación entre las administraciones para la gestión de estos espacios
naturales privilegiados. Es necesaria esta coordinación para avanzar en
la implantación de políticas que, apoyadas en la conservación de estos
espacios protegidos, favorezcan el desarrollo de las poblaciones rurales
del entorno, tan olvidadas en otros tiempos no tan lejanos.

Los parques nacionales son expresión de la mejor muestra representativa
de la naturaleza española y de su evolución natural, constituyendo un
polo de atracción muy importante que origina un flujo de visitantes que
posibilita el desarrollo de una economía basada fundamentalmente en el
consumo de la naturaleza en términos de disfrute. Son un excelente
ejemplo demostrativo de la importancia que tiene la puesta en valor de
grandes extensiones del territorio español que poseen unos valores
naturales elevados y que surgen como alternativa al uso tradicional de la
tierra y sus recursos como consecuencia del fuerte incremento que está
experimentando la demanda del uso relativo de los espacios naturales.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos parlamentarios que desean intervenir?
(Pausa.)



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Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Sólo quiero formular una pregunta en relación a
los límites. ¿Qué opina el señor Muriel sobre las diversas propuestas de
límites, la de la proposición de ley y la de la comisión de expertos? Por
la intervención anterior del señor Rosúa, parece que no hay una propuesta
de la junta distinta, sino que es un problema de digitalización. En todo
caso, me interesaría conocer su opinión y la del Gobierno en relación a
los límites de la propuesta.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz de Izquierda Unida,
señor Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Señor Muriel, quisiera preguntarle si su
omisión de los límites, que sin duda alguna es uno de los dos aspectos
más polémicos de esta proposición de ley, es significativa respecto a una
posición neutra de la administración que usted dirige.

Por otro lado, nos gustaría saber si su posición, que nos ha explicado
con toda claridad, respecto al modelo de gestión y a la defensa que va a
llevar a cabo el Gobierno significa la imposibilidad de alguna fórmula en
función de la cual se pueda integrar la cogestión de ambas
administraciones, salvo la que estrictamente marque la ley a la que usted
hacía referencia que define perfectamente el modelo de gestión que usted
ha defendido.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra su
portavoz don Angel Díaz.




El señor DIAZ SOL: Quiero agradecer al señor Muriel su comparecencia en
la Comisión y la información que nos ha dado porque ha dejado muy claro
cuáles son las intenciones respecto a la ley. El señor Muriel ha sido
contundente más que rotundo, contundencia para la que no encuentro una
explicación racional a la hora de hablar de un parque como el de Sierra
Nevada.

Atendiendo a lo que el señor Muriel decía en el Parlamento andaluz,
podemos encontrar que no era precisamente la gestión lo que más le
importaba, sino que lo que le importaban eran los límites, el patronato y
el plan de ordenación de los recursos. Nos hemos dado cuenta de que su
paso al Gobierno le ha hecho cambiar las preferencias, lo cual es
admisible y respetable.

Después de su intervención lo que uno siente como representante de una
provincia andaluza como Granada en este Parlamento es que usted coge los
parques nacionales y los dirige desde Madrid manu militari. Cuando uno
mira la ley tan querida y defendida por usted de reforma de la Ley de
1989 se encuentra con excepciones clamorosas que no tienen explicación
alguna desde el planteamiento serio y formal que ha hecho usted aquí. Me
estoy refiriendo, por supuesto, a la disposición adicional cuarta de la
Ley 41/1997, una disposición que permite que el parque nacional de Aigües
Tortes mantenga la gestión y la organización autonómica, por la que el
presidente del patronato y el director conservador le seguirá nombrando
la Generalitat y por la que el presidente del patronato formará parte del
consejo de la red de parques nacionales, lo cual, según usted, es algo
prácticamente imposible en la ley que estamos debatiendo en el Parlamento
y que, al mismo tiempo, mantiene los privilegios de que obtendrán
financiación de los Presupuestos Generales del Estado y el régimen
sancionador. Es una excepción que tendrá sus razones históricas, por
aquello de la singularidad, pero no creo que sean tan históricas porque
las políticas conservacionistas no tienen raíces que se hundan en la
noche de los tiempos.

Quisiéramos saber por qué no se puede encontrar una fórmula que permita
un acuerdo por el que las dos administraciones, la autonómica y la
nacional, puedan tener niveles de dignidad suficientes para participar en
la gestión dado que en la proposición de ley no se niega la
coparticipación con el Estado y en la definición del patronato se da una
mayor participación incluso que al Patronato de Aigües Tortes. Pero es
que al aceptar la inclusión en la red nacional de parques nacionales se
aceptan las directrices generales de interés para todos los parques
nacionales. Por tanto, hay una base para no eliminar totalmente a la
Junta de Andalucía. Es casi como el título VIII, pero al revés. En el
título VIII se traspasaban competencias y aquí lo que estamos
consiguiendo es que éstas se vayan a Madrid y la Junta de Andalucía se
quede como una especie de ventanilla donde se facturen sus problemas,
porque a la hora de resolverlos con los municipios ustedes no van a estar
allí, va a estar la Junta de Andalucía que es la que tiene la gestión
inmediata y hasta eso, en parte, se lo quitan ustedes porque no dejan ni
un resquicio.

También es un poco sospechoso que dos de los parques más importantes de
nuestro país por su valor ecológico sean sometidos a ese régimen
disciplinario de una sola comisión mixta, y todo esto que nos ha
anunciado usted en los planes legislativos que ha elaborado su
consejería.

Como me imagino que su respuesta será igual de demoledora, lo único que
le tengo que decir es que haga usted incidencia de forma demoledora, a
ver si me convence, para decirme qué razones hay, de verdad, para que no
haya una postura intermedia que nos aproxime a esa peculiaridad de la ley
que es Aigües Tortes y que no se permita a la Junta de Andalucía, que ha
tenido una política conservacionista importante, seguir ejerciéndola con
dignidad.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra doña Blanca Fernández de Capel Baños.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: No voy a incidir en cuestiones
legislativas porque me parece que no entran en el orden del día de esta
tarde y porque están sujetas a lo que mandata la ley, que es de obligado
cumplimiento, pero sí quiero preguntarle al señor Muriel si puede aclarar
cómo afectaría a este parque nacional el convenio sobre cubierta vegetal.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra para contestar a las cuestiones
planteadas el secretario general de Medio Ambiente, don Juan Luis Muriel.




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El señor SECRETARIO GENERAL DE MEDIO AMBIENTE (Muriel Gómez): Espero que,
junto a la contundencia, pueda aportar claridad a los señores diputados.

En cuanto a los límites, que es una cuestión planteada por el
representante del Grupo Mixto y en la que después insistía el
representante de Izquierda Unida, la posición del organismo autónomo
Parques Nacionales con respecto a los límites originarios de la
proposición no de ley del Parlamento andaluz era de clara discrepancia,
es decir, no eran unos límites posibles, reales, ni gestionables porque
entendíamos que las zonas de reserva de las altas cumbres estaban
suficientemente protegidas con esta declaración de parque natural y
además porque eran unas zonas donde había poca actividad y uso público,
por lo cual la figura de reserva venía mejor que la de parque nacional.

Puestos a añadir protección, lo que había que hacer era englobar, además
de la zona de reserva, aquellas otras áreas, aquellos otros ecosistemas
singulares que había en la montaña de Sierra Nevada y teníamos la gran
oportunidad de poder incluir todos estos ecosistemas singulares en la
declaración del parque nacional que hiciesen las Cámaras.

El esfuerzo que ha desarrollado el grupo de trabajo vinculado a las
universidades de Granada y Almería ha sido meritorio e interesante. El
mismo profesor Rosúa acaba de reconocer que hasta ayer no se pudo evitar
la información digitalizada a la propia Junta de Andalucía. Hasta ahora
lo que teníamos era una información sobre un plano de la escala que
tenemos aquí, donde una de esas rayas puede suponer bastantes metros
sobre el territorio. El organismo autónomo Parques Nacionales se trasladó
a la ciudad de Granada, se reunió con este grupo de expertos, estuvo
intercambiando opiniones con ellos y les solicitó una información
detallada a nivel de terreno, con unos límites posibles. Todos sabemos
que es muy fácil trazar una línea sobre un mapa, pero a la hora de
delimitar un espacio natural en el terreno para saber donde empieza y
donde acaba un parque nacional, hace falta algún hito geográfico, algún
sendero, algún camino para que a la hora de gestionar ese espacio no haya
ninguna duda ni problema. Las relaciones con ese grupo de las
universidades han sido cordiales, lo único que se les ha pedido es que
cuando tengan esa información a detalle la envíen. Entendemos que la
declaración del parque nacional de Sierra Nevada es, en primer lugar, un
logro de los granadinos; en segundo lugar, de los andaluces y, en tercer
lugar, del resto de los españoles. Esto no es una bandera que nadie deba
ondear al viento, sino una bandera del conjunto de los ciudadanos. Cuando
tengamos la información científica y técnica del grupo de expertos la
contrastaremos sobre el terreno. Por las contestaciones que hemos tenido
de este grupo de expertos, los límites deben ir por donde están trazados.

Siempre a expensas de tener esa información detallada, para apreciar
sobre el terreno la idoneidad de esos límites y de que todo lo valioso
que hay en Sierra Nevada va a estar dentro del futuro parque nacional.

Esa es la posición de Parques Nacionales, del Ministerio de Medio
Ambiente, sobre los límites: la máxima receptividad, la máxima postura de
diálogo y de encuentro con todos aquellos que tengan algo que aportar en
nombre de la conservación de la biodiversidad. En principio nos parecen
aceptables los límites, salvo cuando descendamos a detalles donde
tendremos que llegar a concreciones más reales. Ningún gobierno debería
presentar esos límites, sino que deberían recogerse en la proposición de
ley. Sería muy encomiable un gran acuerdo de todos los grupos
parlamentarios, bien en el Congreso, si llegara a tiempo esa información
pormenorizada de los límites, bien en el Senado, a través de una enmienda
a propuesta de todos los grupos parlamentarios, que propusiera esos
límites de todos y no contra nadie. Esta Cámara podría hacer una gran
aportación a la historia de la conservación de la naturaleza en España,
salvando otros ejemplos que aún está costando trabajo poner orden en
otros parques nacionales.

Me preguntaban por la cogestión en la ley. Usted no podrán exigir a un
alto cargo de un gobierno otra cosa que el cumplimiento exquisito de la
ley. No pueden pedir que me saque de la manga un modelo de gestión
alternativo no recogido en la ley, porque cualquiera de ustedes me puede
llevar ante un tribunal por determinada figura, que ha sido muy célebre
por otro tipo de cuestiones y no por cumplir la ley en la declaración de
un parque nacional. He hecho llegar a los portavoces de los distintos
grupos parlamentarios en el Congreso la voluntad de Parques Nacionales,
del Ministerio del Medio Ambiente, en llegar a un acuerdo en todo aquello
que sea posible, pero comprenderán que el cumplimiento de la ley es algo
de lo que no nos podemos desviar.

Yo no entraría en las preferencias que el secretario general tenía en el
Parlamento andaluz o en las que tiene ahora, sólo digo que esta Cámara,
que es el órgano donde reside la soberanía popular según una sentencia
del Tribunal Constitucional para legislar sobre parques nacionales, ha
legislado hace unos meses la Ley 41/1997. A todos los aquí presentes nos
corresponde acatarla o modificarla en la medida de lo posible, si nos lo
permiten las situaciones parlamentarias que se puedan dar en esta casa
ahora o en el futuro, pero mientras hay una ley tenemos la obligación de
cumplirla. Instaría no sólo a los señores diputados sino a las demás
administraciones públicas, que tienen la obligación de cumplir una ley
básica, aunque hayan recurrido al Tribunal Constitucional. La ley está
recurrida, pero no está suspendida. Está en ejercicio y, mientras tanto,
todos tenemos la obligación de cumplirla. Si es mucho o poco querida por
mí, es la que hay y yo y todos los funcionarios del Ministerio de Medio
Ambiente la tenemos que cumplir.

La disposición adicional cuarta hace referencia a un espacio determinado.

Esta disposición no la genera este Gobierno, sino la propia historia de
la administración ambiental de este país. Tengo que recordar que en el
año 1986 un gobierno de otro color (intentaré no ser muy hiriente en este
tema porque habría réplicas y dúplicas) decide transferir la gestión de
unas fincas y unos parques a la Generalitat de Catalunya. La ley básica
que había entonces en el Estado exigía que esos parques que estaban
declarados por decretos de la dictadura, se reclasificaran por ley. Como
era una competencia atribuida por el Gobierno de la nación en el año 1986
al Gobierno de Cataluña, éste, en el ejercicio de la ley básica del
Estado, reclasifica ese parque por



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ley del Parlamento catalán. Y, créame, mi grupo ahí no tuvo nada que ver.

Curiosamente, en el año 1986, ese mismo Gobierno tan sólo transfiere a la
Junta de Andalucía un número de componentes equilibrados en el patronato
del parque, es decir, iguala el número de representación de la
Administración del Estado con el de la Junta de Andalucía. Esa es toda la
concesión que ese Gobierno del año 1986 hace entonces a Andalucía. La
discriminación histórica se crea en el año 1986, no en 1997. La sentencia
no entra en otras historias, señor diputado. La sentencia del Tribunal
Constitucional, que S. S. conoce perfectamente, reconoce la competencia
del Estado para organizar, coordinar y constituir los patronatos, y
nombrar su presidente. También reconoce la sentencia que esta Cámara es
la que tiene competencias exclusivas para legislar sobre parques
nacionales, y el Gobierno de la nación para desarrollar la legislación
básica; lo único que dice es que la competencia no es exclusiva del
Estado, sino que tienen que participar las comunidades autónomas. Eso es
lo que trató de conseguir el Gobierno con la Ley 41/1997: el acatamiento
de la sentencia del más alto tribunal, como no podía ser de otra forma,
por parte de un gobierno plenamente democrático.

Señor Díaz Sol, no se trata de hablar de dignidades de comunidades
autónomas. Hay una comunidad autónoma gobernada por el partido de su
mismo color, la de Castilla-La Mancha, donde si algo se le puede decir al
señor Bono es que es un experto en reivindicar la dignidad de Castilla-La
Mancha ante el acoso del Estado, del anterior o del actual Gobierno. El
señor Bono no está herido en su dignidad porque haya una comisión mixta
en Cabañeros. Con los representantes de su administración y los de la
Administración del Estado, llevan dos años gestionando el parque nacional
de Cabañeros sin una sola tensión. No ha habido necesidad de someter a
votación ni una cuestión en un régimen compartido. Es más, el
nombramiento del director del parque de Cabañeros fue a propuesta del
señor Bono, y es un funcionario de Castilla-La Mancha, adscrito a parques
nacionales mientras sea director. Los guardas de Cabañeros los pone el
señor Bono y los paga religiosamente todos los meses. Los vehículos
todoterreno los pone igualmente el señor Bono y los financia con los
presupuestos de Castilla-La Mancha. Fíjese si no hay dignidades heridas,
sino una gestión compartida. El problema de las competencias no es
tenerlas con dignidad, sino ejercerlas en el día a día.

Permítame que haga de secretario general y no de andaluz, y con usted y
con otros andaluces que hay en la sala nos pongamos a hacer una disección
del ejercicio de determinadas competencias en Andalucía. Permítame que no
lo haga por respeto institucional. (El señor Díaz Sol: Y por atenerse a
la cuestión.)



El señor PRESIDENTE: Señor Díaz, le recuerdo que quien da y quita la
palabra es esta Presidencia, y usted no la tiene.




El señor SECRETARIO GENERAL DE MEDIO AMBIENTE (Muriel Gómez): No es
cuestión de levantar banderas. Las banderas son visibles, pero no
permiten gestionar un espacio. Se trata de conservar unos valiosos
ecosistemas. Es una aspiración de los granadinos, andaluces y españoles
que Sierra Nevada no puede ser sólo un parque natural. Por su
singularidad en el contexto nacional es un parque nacional, y el modelo
de gestión de los parques nacionales, por decisión soberana de esta
Cámara, que es quien tiene la competencia, es de gestión compartida.

Podemos llegar a todo tipo de acuerdos, pero para eso hace falta querer
sentarse a hablar y a negociar. Con la Junta de Andalucía se ha negociado
sobre el plan director de la red de parques nacionales, se ha discutido
con ellos el decreto de desarrollo de los órganos de gestión mixta, los
patronatos y el consejo rector de la red. Ahora estamos esperando obtener
de ellos ese afán de participación, para lograr algo para todos y no algo
de nadie contra nadie, como se hizo en algún otro parque nacional que
está dificultando la conservación de sus ecosistemas singulares.

Finalmente, sobre el convenio para la protección de la cubierta vegetal,
la lucha contra la desertificación en Andalucía es una competencia
exclusiva de la Comunidad Autónoma andaluza y no entiendo por qué en este
caso sí exige la cogestión del Estado cuando no lo exige en el parque
nacional. Aquí estamos hablando de una competencia exclusiva de la Junta
de Andalucía y ésta, en función de esa competencia exclusiva, ha
preferido destinar los fondos de cohesión que tenía otorgados a proyectos
de depuración de aguas residuales y a proyectos de plantas de tratamiento
de residuos urbanos. Es una decisión soberana de un Gobierno autónomo;
por tanto, nosotros no podemos sino respetarla. Dado que es una
competencia exclusiva, les ofrecemos nuestro apoyo, en la medida de lo
posible, para colaborar con ellos en todos los planes y estrategias que
están desarrollando.

Finalmente, deseo insistir en que, por encima de esa visión que se quiere
dar de enfrentamientos, lo importante y lo singular es preservar el
ecosistema de Sierra Nevada. En ese punto y en el cumplimiento de la ley,
que es algo de lo que no nos podemos apear ninguno de los aquí presentes,
hago un llamamiento a ese encuentro y consenso entre todas las fuerzas
sociales y políticas de Andalucía y de España.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Juan Luis Muriel. En nombre de
la Comisión, quiero reiterarle nuestro agradecimiento por su nueva
comparecencia aquí y darle las gracias por su amplia y exhaustiva
información.

Señoras y señores diputados, les comunico que interrumpimos la sesión por
un período máximo de cinco minutos para que el compareciente pueda
ordenar las diapositivas que quiere exponer a la Comisión.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, se reanuda la sesión.




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--DEL SEÑOR PRESIDENTE DEL COMITE DE CONSERVACION DE LA MONTAÑA DE LA
FEDERACION ANDALUZA DE MONTAÑISMO Y MIEMBRO DE LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA, ARRIBAS MIR (Número de expediente
219/000344).




El señor PRESIDENTE: A continuación, interviene don Lorenzo Arribas Mir,
presidente del Comité de Conservación de la Montaña de la Federación
Andaluza de Montañismo y miembro de la Junta Rectora del Parque Natural
de Sierra Nevada.

Señor Arribas Mir, le voy a recordar lo mismo que al resto de los
comparecientes que le han precedido, pero en este caso todavía con mayor
énfasis porque la preparación de las diapositivas nos ha hecho perder un
tiempo precioso.

Tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DEL COMITE DE CONSERVACION DE LA MONTAÑA DE LA
FEDERACION ANDALUZA DE MONTAÑISMO Y MIEMBRO DE LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA (Arribas Mir): Yo quiero decir que,
aparte de sentir una gran emoción por todo lo relacionado con Sierra
Nevada, la siento también por estar aquí. Soy un miembro de la Federación
Andaluza de Montañismo, federación que forma parte de la Federación
Española de Montañismo. Nos articulamos en los temas de conservación de
la montaña no sólo con la Federación Española de Montañismo, sino con la
Unión Internacional de Asociaciones de Alpismo y también muy
estrechamente con Mountain Wildener, que es una de las asociaciones
mundiales más importantes en relación con la montaña. Quiero decir esto
porque es importante que sepan que muchas de las cosas y de las ideas que
voy a exponer aquí son un poco el denominador común en conservación de la
montaña que se está manejando en el mundo, aparte de las singularidades
que tenga Sierra Nevada, que creo que, desde luego, se tienen que tener
en cuenta.

Yo, personalmente, desde mi infancia recorro las montañas, concretamente
Sierra Nevada. He tenido también la oportunidad de viajar por muchas
montañas del mundo --he visitado las grandes cordilleras del Himalaya, el
Caracórum, el Pamir, los Andes, etcétera, y las otras cordilleras
europeas--; he tenido la oportunidad de practicar el montañismo en
parques nacionales de Europa y de otros continentes. Creo que esto me ha
enriquecido no sólo a mí, sino a todos los compañeros y a todas las
personas que practican el montañismo ahora mismo por todo el mundo, de
los cuales brotan todas estas ideas.

Antes que nada quiero decirles que quiero donar a la biblioteca del
Congreso y a esta Comisión, para que la utilice en sus trabajos, si es
necesario, una obra que he escrito. Es un libro que se titula Sierra
Nevada en esquí. Es una guía de esquí de montaña para subir en invierno a
todas las cumbres del macizo, que creo que puede ser de interés y en la
que pueden encontrar muchos rincones interesantes, que les puede dar más
luz a los debates y al trabajo de la Comisión.

Les voy a mostrar unas diapositivas. Nos han preocupado mucho los
problemas que han estado ocurriendo últimamente en Sierra Nevada. Esto, y
algunos ejemplos que voy a poner, creo que justifican sobradamente la
propuesta de ley que ha hecho el gobierno andaluz --que creo que está
asumida por la mayoría de los asistentes-- de que Sierra Nevada sea un
parque nacional.

Merece la pena que no olvidemos que no hace mucho tiempo en estas
magníficas montañas --aquí estamos viendo la vertiente norte del
Mulhacén-- se estaba perforando en su cumbre, ejecutando un proyecto,
para construir allí instalaciones militares. Tampoco debemos olvidar que
la cumbre de esta otra hermosa montaña, el pico Veleta, otra de las
cumbres más altas de la Península, hace no mucho tiempo, escasamente dos
años, estaba llena de chiringuitos y tenía más aspecto de feria que de
cumbre salvaje. Estas cosas van cambiando gracias al esfuerzo que está
haciendo la Junta de Andalucía en el parque natural de Sierra Nevada, y
en ello se está trabajando poco a poco. Lo que hemos tenido hasta ahora
en Sierra Nevada es lo que nosotros denominamos montañismo horizontal, en
el que han estado prevaleciendo las antiguas ideas de someter a la
naturaleza salvaje, a la montaña, que se ha intentado escalar y civilizar
hasta sus zonas más altas.

Frente a esto, nosotros defendemos siempre la idea de que lo
verdaderamente valioso es disponer de unas montañas más limpias, más
despejadas, que son las que sustentan todas las tesis de un parque
nacional. Por ese motivo, los montañeros coincidimos plenamente, en
general, con los esfuerzos que se están haciendo ahora. Después de
convivir con los animales y de ver las flores --y les pido que me
perdonen por no haberles traído una foto de una flor, pero la dejé con
las prisas-- y de ver nacer a las crías de las cabras monteses en la
primavera, después de haber dado de comer a los zorros en la mano en el
parque, después de esta forma de vida, sentimos que tenemos que expresar
algo más, y éste es, en síntesis, el mensaje de mi exposición.

Aparte del gran valor que tiene todo lo que se ha expuesto aquí y lo que
han expuesto los científicos sobre la singularidad de Sierra Nevada, los
endemismos, la riqueza de las flores y la fauna, quiero traer un mensaje
que me gustaría que se tuviera en cuenta, aunque no sea científico, pero
que creo que es muy importante porque es un mensaje humano y cercano a la
cultura de los hombres. El mensaje que yo quiero traerles es que las
montañas --y esto atañe estrechamente a los límites del parque-- son algo
más que lo que alberga la singularidad de la flora o de la fauna de las
cumbres; las montañas son unos ecosistemas más completos, más grandes;
desde la cumbre del Mulhacén a las lagunas que hay en su base, el
nacimiento de los primeros arroyos, los ríos, que se hacen más grandes
llegando a los pueblos, hay un mundo entero que merece la pena ver en su
continuidad.

Estamos de acuerdo con las propuestas de límites en las que se está
trabajando. La comisión de expertos ha hecho una gran labor y la
suscribimos en más del 90 por ciento, pero merecería la pena que se
considerara sobre esa propuesta la necesidad de hacer un esfuerzo y que,
en vez de predominar la conservación en las zonas superiores en los



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límites del parque --y soy consciente de los conflictos que trae declarar
parque nacional en las zonas más bajas, algo más habitadas, con algo más
de agricultura y de intereses; y soy consciente que esto lo han barajado
los expertos que han trabajado y que es muy importante evitar los
conflictos-- se conserve al menos lo único que nos queda, los únicos
valles que quedan sin deteriorar. Yo pido a los políticos que hagan un
esfuerzo, ya que ellos tienen capacidad y habilidad para hacerlo, para
conseguir que el parque nacional conserve --no este valle, donde sería
muy conflictivo, sino otros en los que no hay nada-- al menos un valle al
norte y un valle al sur en los que se aplique algún criterio más que la
curva de nivel y las cotas por encima de la cual viven los endemismos,
pues son muy valiosos, nos encantan las flores. Esto es muy importante,
pero tenemos que conservar los grandes espacios y tenemos que conseguir
conservar en el parque al menos uno o dos valles enteros.

No puede limitarse el parque nacional de un punto hacia arriba, cuando el
resto de la montaña, aunque aquí esté en negro, es un mundo valiosísimo.

Aquí empieza a haber ríos, bosques y otra vida. La cara norte sí se
contempla en la propuesta. Este es el valle del Genil, pero esa misma
filosofía debería aplicarse en otro valle al sur, con otras
particularidades. Este es el valle de Trevélez, probablemente el único
valle que queda ya en este país que carece de carreteras entre el núcleo
urbano y las cumbres. Es el último valle virgen de este país, el único
que no tiene un metro de carretera entre el pueblo y las cumbres. Desde
las últimas casas de Trevélez hacia arriba ya no caben los coches y la
única manera de partir es a pie; hay un mundo distinto, una cultura
distinta, una agricultura distinta, una ganadería distinta, no existen
coches ni motos. Es una joya y una riqueza potencial para el futuro, es
un recurso valioso que conviene mantener, y sólo queda eso. Este es el
río y éste es el pueblo y aquí hay una frontera entre dos mundos que,
además, está en un pueblo que tiene gran sabor. Yo pido a todas las
personas que van a trabajar en esto que, valorando muy positivamente el
esfuerzo y el plano de la Comisión, que suscribo en más del 90 por
ciento, se haga un esfuerzo por conservar el último valle virgen que
queda en este país, que es éste, y que este pueblo sea la frontera entre
la civilización y otro mundo deshabitado que hay arriba; que se ilusione
a la gente y seamos capaces de que el parque se baje un poco, que se
acerque a un pueblo que está a 1.700 metros y que haya entrada desde
algún núcleo urbano directamente al parque. Esta es nuestra teoría, que
el parque cumple en general: conservar salvaje el corazón de la montaña.

Volviendo a mi idea principal, lo que planteo es que podamos dejar a los
hombres futuros el sentimiento de viajar, de caminar por grandes espacios
en los que no haya coches ni carreteras, donde la distancia se mida en
horas y no en kilómetros, y que ese tesoro, aunque no existiera un solo
endemismo ni un solo animal, y el encanto que tiene de desierto, de
distancias y grandes espacios se valore también en este parque, que creo
que es el único matiz que ha faltado en la magnífica propuesta que se
refleja en el tablón. Eso es lo que pido: que nuestros hijos puedan vivir
lo que hemos vivido nosotros hoy adentrándonos en grandes espacios
salvajes en los que no había otra manera de ir más que caminando. Y sólo
hablo de dos valles, no del resto del parque, donde hay 20 ó 30 valles.

Lo que deseo es que no nos convirtamos en unos abuelos cansados que
digamos a nuestros nietos: Había una vez una montaña salvaje en la que,
para llegar a tal sitio, había que dedicar tres o cuatro días, y tú no
has podido vivir eso porque hoy vais en coche. Espero que se realice este
sueño de los grandes espacios y de las grandes distancias; sólo queda ya
la oportunidad de vivir en dos valles de Sierra Nevada, y no en los otros
20. Deseo que se pueda mantener con el parque nacional ese sentimiento y
ese tipo de cultura. Dijo un gran alpinista que las montañas no son
grandes, son grandiosas, pero quienes las hacen grandiosas de verdad son
los hombres que las recorren en un tú a tú y con limpieza. Que
mantengamos esta fuente de sensaciones en el parque es lo que les pido.

Quisiera decirles que me han gustado mucho las intervenciones en las que
se ha hablado de buscar en los límites los apoyos naturales, es decir,
buscar senderos y caminos en los que todo el mundo pueda ver claramente
por dónde van las ideas que hemos defendido. Y sólo tengo que añadir que
cuentan con la colaboración de las personas que llevamos muchos años
caminando por estos rincones para trabajar con ustedes, si quieren.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Lorenzo Arribas.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
En nombre del Grupo Mixto, tiene la palabra don Joan Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Voy a hacerle dos preguntas, una de ellas más
bien un ruego. Yo creo que el señor Arribas nos ha hecho una ampliación
sobre los criterios que antes se habían expuesto para delimitar el parque
nacional, fundamentalmente paisajísticos o de montaña, y yo le pediría
que, aparte de lo que ha dicho y que yo he recogido, nos hiciera llegar
por escrito en dos o tres páginas algunas de las propuestas que ha hecho,
que creo que pueden ser interesantes y que, por problemas de tiempo, no
ha podido explicarlas aquí, pues creo que podrían ser una aportación
positiva a los trabajos de la ponencia.

La segunda es si, a pesar de que creo que al inicio hemos hablado de
ello, desde este punto de vista paisajístico la actual propuesta debería
incluir una ampliación en la vertiente norte, especialmente en la comarca
del Marquesado de Zenete. Esta es una en concreto.

La otra, insisto, es que usted nos hiciera la aportación por escrito para
que pudiera enriquecer los trabajos de la Comisión y de la ponencia.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Señor Arribas, quisiera decirle que tengo la
impresión de que las propuestas de Izquierda Unida coinciden con sus
criterios y que, de alguna



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forma, las enmiendas que ha presentado nuestro grupo contemplan esa
ampliación que usted decía. En cualquier caso, me gustaría que usted
expusiese su criterio respecto a esto y si tiene conocimiento de las
mismas. También me gustaría reiterarle una pregunta que he planteado a
otros comparecientes que han hecho la presentación de sus ideas aquí, que
es si usted ve conveniente y estaría dispuesto, usted o la Federación de
Montañismo a la que representa, a participar en la ampliación de esa
comisión de expertos que pudiera definitivamente orientar el trabajo de
esta Comisión a los efectos de que al menos el problema de los límites
estuviera de alguna forma consensuado desde muy distintos puntos de vida,
tan científicos unos como otros, que contemplan aspectos de la vida, de
la conservación, del disfrute y desarrollo del espacio natural de lo que
va a ser parque nacional de Sierra Nevada. ¿Ve conveniente que se amplíe,
a efectos de confrontar el dictamen final de esa comisión de expertos y
poder consensuar una nueva propuesta de límites?



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Socialista tiene la palabra don
Angel Díaz.




El señor DIAZ SOL: Gracias por su intervención, que ha traído un poco el
aire fresco de la montaña a la Comisión. Creo que ha expuesto usted unos
valores que son dignos de tener en cuenta y creo que de forma
fundamental.

Yo le preguntaría si la figura de este parque nacional que contempla un
preparque que ya es un parque natural y, por tanto, con unos niveles de
protección importantes, en su opinión no sería suficiente para la
preservación de estos dos valles. En segundo lugar, al bajar los límites
hasta el pueblo de Trevélez, ¿considera que podría haber algún tipo de
tensión social? Porque en el mismo caso estamos en Güejar-Sierra en donde
también por tradición hay tensión con el parque nacional y hay dudas o
por lo menos diferencia de criterios en cuanto a la inclusión en el mismo
de la parte alta del municipio de Güejar-Sierra.

Por último, su experiencia en los diferentes parques nacionales, de
distintos países y continentes, ¿le proporciona criterios para opinar que
un tipo de gestión más próxima a la montaña puede ser más eficaz que un
tipo de gestión centralizado?



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular tiene la
palabra doña Blanca Fernández de Capel.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Siempre es motivo de alegría oír
hablar de Sierra Nevada a los amantes de Sierra Nevada. Además, Granada
da más montañeros por metro cuadrado que ningún otro sitio de España, y
yo me atrevería a decir que muy pocos países tienen tantos amantes y
tantos visitantes de la montaña como Granada. En Granada se vive la
sierra y se patea la sierra por la gente que la conoce y la quiere tanto
como ha demostrado el señor compareciente, que la conoce. Será
interesante valorar la aportación de esos criterios que algunos de mis
compañeros intervinientes le han planteado y, a la vista de ellos, poder
considerar en qué situación quedan estas propuestas, contempladas dentro
del parque natural algunas de ellas, y otras con relación al parque
nacional.

Por eso, creo oportuno adherirme a la idea de Izquierda Unida de que se
planteen esas propuestas por escrito, para poder estudiarlas con mucho
más detalle.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Lorenzo Arribas para contestar
con toda brevedad. La verdad es que todos los que estamos aquí
quisiéramos prolongar esta interesantísima comparecencia, pero por la
premura de tiempo le ruego la misma brevedad que al resto de los
comparecientes.




El señor PRESIDENTE DEL COMITE DE CONSERVACION DE LA MONTAÑA DE LA
FEDERACION ANDALUZA DE MONTAÑISMO Y MIEMBRO DE LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA (Arribas Mir): La Federación Andaluza de
Montañismo, en el año 1995, cuando se confeccionó el pacto por Sierra
Nevada, se adhirió a él y entendió que en ese momento aceptábamos las
propuestas que figuran en el boletín. Sin embargo, también en ese
momento, en 1995, redactamos una propuesta de límites, porque creíamos
que se debía trabajar cuanto fuera posible en la ampliación. Para mí es
un orgullo ver que ahora, aunque han pasado tres años, estamos hablando
de esto, que era nuestra ilusión en 1995. Ese documento que redactamos en
1995 y que está publicado en un artículo que formó parte de nuestra
participación en la conferencia internacional de Sierra Nevada, viene
aquí más detallado y ampliado, y se lo voy a repartir. Así podrán ver, en
los apartados de Trevélez y de la cabecera del Genil, estos dos valles
que les he explicado cómo deberían manejarse y que uno de ellos lo trata
magníficamente la propuesta que tenemos aquí.

Sobre la vertiente norte y el Marquesado estoy de acuerdo en que esos
pinares tienen sus conflictos para manejarlos y me parece muy buena la
idea de cambiar ese tipo de bosque. Sin embargo, pienso que probablemente
eso se puede hacer dentro de un parque nacional. Me parece que puede ser
un proyecto muy interesante para un parque nacional recuperar su flora y
cambiar su bosque. Creo que es una de las intervenciones más interesantes
que puede haber. Yo veo que esos pinares que suben hasta los 2.000 metros
achican las montañas, por las cumbres bajas, y las cotas máximas se
mantienen a 2.600 ó 2.700 metros, por lo que desde el fin del pinar a las
cumbres apenas hay 500 ó 600 metros de desnivel y en los collados mucho
menos, y creo que le daría más grandeza a la montaña y a las cumbres del
parque que el parque nacional invadiera algo del pinar, no todo el pinar,
por supuesto. Hay una pista forestal que recorre toda esa zona y creo que
de la pista forestal hacia abajo está bien como parque natural y de la
pista forestal para arriba creo que estaría mejor en el parque nacional,
y que se hicieran todas las intervenciones necesarias para recuperar esa
parte del pinar, en sintonía con lo que se haga pista abajo, ya dentro de
los límites del parque natural.




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Respecto a las preguntas que me hacían otros grupos sobre los criterios
que se han manejado, ya he dicho que los criterios de la Federación
Andaluza de Montañismo son públicos desde el año 1995. Se hicieron
públicos con la idea de que todo el mundo pudiera trabajar con ellos y
ayudarse de ellos. Me consta que hay grupos que han sido más sensibles y,
repito, desde la conferencia internacional de Sierra Nevada los criterios
son públicos y yo los voy a repartir aquí; desde el año 1995 están
circulando en Granada y creo que son bien conocidos por la mayoría de los
interesados en Sierra Nevada. Por supuesto que en la Federación Andaluza
de Montañismo estamos dispuestos a participar en la confección de unos
límites o en asesorar a las personas que estén trabajando en ello. Ya he
dicho antes que pueden contar con nosotros.

Respecto a la pregunta sobre si el preparque, el parque natural no es
suficiente para amortiguar algunas cosas, cuando a alguien le gusta y le
emociona mucho una cosa si le dicen que para cuidar de ella hay algo
mejor no puede resistir la tentación de que quiere eso que es mejor para
cuidar de lo que más le gusta y trabajar mejor. Lo expreso de una manera
muy simple, no tengo los conocimientos de ustedes respecto a las leyes,
pero me gusta mucho la cumbre de esa montaña y si me dicen que está mejor
como parque nacional que como parque natural yo me apunto a parque
nacional. Tengo entendido que la figura de parque nacional es la figura
de máxima protección que tenemos en este país y para esas cosas que amo y
siento tanto, y que quiero que se conserven como están, apuesto por esto.

Creo que el señor Díaz Sol tiene mucha razón en la pregunta que me hace
sobre si en la zona del valle del río Trevélez no habría más conflictos.

Claro que sí, lo que pasa es que lo que yo les estoy pidiendo a ustedes
es un esfuerzo, porque confío en su capacidad de políticos, en su
capacidad de persuasión, de negociación, en sus contactos con la gente de
la zona y con los alcaldes y creo que el reto no debe ser sólo lo fácil,
sino que muchas veces el reto tiene que ser lo difícil, y en algunas
ocasiones hay cosas que son tan valiosas y tan insólitas, como el valle
de Trevélez, que merecen que se venzan las dificultades y que se pelee
por ellas, y además bien, y yo sé que en Granada hay gente que sabe
pelear bien por estas cosas. Así pues, cuando hago estas propuestas y
manifiesto estas ideas sobre los límites, creo que lo hago a gente con
capacidad y por eso lo hago, ya que, si no, no me atrevería a hacerlo.

La agricultura que hay en Trevélez es una agricultura de montaña. Ya se
ha dicho antes --lo ha dicho el profesor Rosúa-- que el acceso a las
tierras no es posible con medios de locomoción, sino que todo se hace con
caballería. Se trata de una agricultura que se realiza sobre los meses de
verano y que se limita a la patata de semilla y a algunos centenos y poco
más. De todas maneras, pienso que hoy en día eso se puede solucionar, se
puede fomentar y se puede estar en un parque con ello, porque estamos
hablando sólo de un valle y no de toda Sierra Nevada.

También se puede ilusionar a la gente de Trevélez con la joya que tienen,
que muchas veces no lo saben, simplemente es cuestión de hacerles ver que
su pueblo se puede orientar hacia más cosas. De hecho, Trevélez no es de
los pueblos más deprimidos de la Alpujarra, sino que, quizá, es de los
más florecientes, tiene más alternativas y su industria se puede
compaginar. Trevélez tiene más recursos, no necesita echar las máquinas
montaña arriba y destrozar lo último que queda y creo que su gente puede
vivir bastante dignamente y conservar a la vez esta tierra suya y de toda
España.

En relación con la última pregunta que me hacía el señor Díaz Sol sobre
la experiencia en otros parques y lo que yo pueda pensar sobre la gestión
cercana a la montaña, y que si es mejor para los ciudadanos, le digo que
por supuesto que sí. Me gusta la gestión cercana a los ciudadanos, me
gusta asistir a las reuniones de la Junta rectora en el parque natural de
Sierra Nevada, a la que llevo años asistiendo, y me siento bien como
ciudadano cuando los gestores y los políticos cuentan con nosotros para
estas cosas. A veces lo que nos dan es más trabajo, pero en el fondo nos
gusta y un modelo de gestión cercano a los ciudadanos qué duda cabe que
nos gusta.

En cuanto a la última pregunta que quedaba, la situación concreta y la
definición de estos límites y de estos valles se la voy a entregar por
escrito ahora mismo.




El señor PRESIDENTE: Señor Arribas, en nombre de todos los miembros de la
Comisión de Medio Ambiente le agradecemos su magnífica colaboración y le
rogamos que asimismo traslade nuestro agradecimiento a la Federación de
Montañismo de Andalucía. Igualmente, por los deseos que han expresado los
diversos portavoces de los grupos parlamentarios para traer aquí a esta
Comisión las propuestas concretas que usted hace sobre la incursión de
los valles, les ruego nos sean facilitadas lo antes posible. Por último,
quiero agradecerle también su publicación, que ha donado a esta Comisión
de Medio Ambiente. Yo rogaría a todas SS. SS. que la lean y que disfruten
leyéndola, ya que yo he tenido oportunidad de ojearla y es magnífica.

No quisiera dejar de decirle que en Lleida también compartimos la pasión
por la montaña y por el esquí igual que en Granada, de la que hoy hay
aquí tantos ilustres representantes. (Risas.)
Muchas gracias, señor Arribas.




--DEL SEÑOR CATEDRATICO DE BIOLOGIA VEGETAL DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA,
VALLE TENDERO (Número de expediente 219/000345).




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, vamos a proseguir la
sesión. Les rogaría a los futuros comparecientes, si es posible, un mayor
esfuerzo de síntesis, ya que nos estamos retrasando muchísimo con la hora
y no cumplimos el horario ni con los comparecientes ni con los vocales, y
los comparecientes tienen también muchas obligaciones.

Tiene la palabra ahora don Francisco Valle Tendero, catedrático de
Biología Vegetal de la Universidad de Granada, al cual le ruego, si es
posible, que haga un esfuerzo



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mayor de síntesis para compensar en parte el tiempo que estamos
excediendo.




El señor CATEDRATICO DE BIOLOGIA VEGETAL DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
(Valle Tendero): Aparte de que tengo la facultad o el defecto de hablar
muy rápido --tampoco es mucho lo que voy a decir--, el problema es que lo
que voy a manifestar va a ser menos atractivo que lo que ha dicho el
compañero que me ha precedido porque, según tengo entendido, y ahora
hablaré sobre el tema, mi invitación a participar hoy aquí, cosa que le
agradezco a S. S. y a la Comisión en particular, es por mi carácter de
científico --me atrevería incluso a decir puro y duro-- para dar una
visión algo distinta de lo que la Comisión, también de científicos, ha
hecho. Por eso me temo voy a ser más aburrido, aunque espero ser muy
rápido.

Ya he dicho que agradezco la invitación que se me ha hecho para
comparecer aquí. En primer lugar, quiero mostrar mi satisfacción por
estar en este lugar, que es el Congreso de los Diputados, algo importante
para cualquier ciudadano de nuestro país, pero sobre todo quiero mostrar
mi satisfacción por estar hablando del parque nacional de Sierra Nevada
con un grupo de granadinos que llevan mucho tiempo hablando del tema,
algunos de ellos aquí presentes y todos en general muy volcados con este
tema. Por lo tanto, repito, es una satisfacción enorme para mí hablar con
todos los que llevamos desde hace mucho tiempo, algunos aquí presentes,
sufriendo con este tema. Quiero decir también que en su día fui invitado
a formar parte de la Comisión de científicos por el compañero y amigo don
José Luis Rosúa, pero, por una serie de problemas personales, en aquel
momento pensé que era más lógico no formar parte de ese equipo, de lo que
hoy me alegro, ya que me ha servido para ser más crítico de lo que lo
pude ser en aquel momento. Así pues, mi versión aquí va a ir por ese
tema.

Voy a empezar a decir algo que ya es de todos conocido, que es la
importancia de por qué Sierra Nevada merece ser declarado parque
nacional, y quiero decirlo para que quede constancia en el «Diario de
Sesiones» de esta Comisión. Quiero resaltar sin ninguna prepotencia
granadina ni andaluza, respetando todos los otros parques nacionales
--antes de que se me diga algo--, que Sierra Nevada es un parque que
presenta unas características singulares, la mayor variedad de tipo
climático, geológico y edáfico de los territorios españoles. Me atrevería
a decir que eso está en el Mediterráneo occidental. Esta variedad
climática, geológica y edáfica hace que Sierra Nevada sea el centro de
biodiversidad más importante del Mediterráneo y, además, que constituya o
tenga una originalidad única en el contexto mundial. Es lo que siempre le
ha caracterizado y eso, los que trabajamos con científicos de otros
países lo sabemos. Es referencia obligada para los científicos y
estudiantes del medio natural la visita y conocimiento de nuestro macizo,
por su gran originalidad. A veces --esto también quiero dejarlo claro y
es quizás el primer problema que se ha planteado y por lo que estamos hoy
aquí-- esta originalidad no es sólo de las altas cumbres, lo que queda
perfectamente puesto de relieve por la gran cantidad de endemismos y
ecosistemas, sino que esta originalidad va mucho más allá de las altas
cumbres, porque se encuentran y se localizan comunidades y especies
únicas que, por una influencia de tipo tanto centroeuropeo como
norteafricano, hacen que no se puedan encontrar juntas, y ésa es la gran
originalidad también de Sierra Nevada. Que puedan convivir especies de la
tundra ártica con especies de los desiertos del norte de Africa en un
territorio tan pequeño como es Sierra Nevada es también lo más original
que tiene el macizo.

Por dar datos muy rápidos, quiero recordar que de los 8.000 taxones
descritos en la flora ibérica, 2.100 están presentes en Sierra Nevada, es
decir, el 30 por ciento de las especies. También hay que decir que en
Sierra Nevada hay cerca de un centenar de taxones endémicos exclusivos
del macizo y que los endemismos de la península Ibérica superan o se
aproximan a los 250. Asimismo, no hay que olvidar la gran cantidad de
ecosistemas de alto valor ecológico presentes en Sierra Nevada, muchos de
ellos, la mayoría, recogidos en la Directiva Hábitat de la Unión Europea
y considerados muchos de ellos como de interés prioritario.

Una vez hecha esta alegoría de lo que es Sierra Nevada y su importancia,
paso rápidamente a comentar el tema de los límites. El tema de los
límites me ha creado una particular problemática porque no quiero tener
el protagonismo de primero ni segundo, pero desde el primer momento
cuando un amigo entonces, y por suerte también ahora, me expuso los
límites del parque nacional de Sierra Nevada y me esgrimió motivos
políticos en el sentido de la rapidez con que había que sacar el tema, me
opuse frontalmente, quizá por mi poca experiencia en lides de este tipo,
a unos límites que considero deben ser los de Sierra Nevada, del parque
nacional científico, ante todo, y no límites políticos por mucha rapidez
de trámite con que se pueda llevar a cabo.

Propuse en aquel momento que tenían que ser los científicos andaluces que
más conocían el territorio los que tenían que hacer esos límites. Quiero
dejar esto claro porque aquella idea que expuse en aquel momento es la
que se ha recogido posteriormente por el parlamento andaluz, con lo cual
me congratulo, y como ha dicho mi compañero han sido los científicos
andaluces los que han delimitado el parque nacional de Sierra Nevada y
las bases que se han seguido han sido científicas, no en el cien por
cien. Hay que decir también (y como he seguido el trabajo de la comisión
científica lo sé) que había dentro de este grupo de científicos personas,
sobre todo pertenecientes al Instituto de Desarrollo Regional de
Andalucía, compañeros de geografía que tuvieron en cuenta a la hora de
fijar estos límites los temas socioeconómicos existentes en el
territorio.

Quiero dejar muy claro cuáles son los criterios científicos para que
quede constancia en el «Diario de Sesiones» de lo que se debe tener en
cuenta a la hora de declarar un espacio parque nacional. Estos criterios
científicos son, rápidamente: que haya buena representación de las
comunidades que estén bien conservadas; que haya gran diversidad de
comunidades vegetales; que las comunidades sean



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originales y muy escasas; que estas áreas tengan una gran importancia
paisajística, pero sobre todo que las comunidades representen bien
situaciones relictas en cuestión de clima, suelo o topografía;
comunidades que estén en límites de área de distribución, que cumplan
importantes funciones de protección del suelo y de los recursos hídricos.

Por último, dentro de la importancia de las comunidades, tengan una
importancia enorme como ecosistemas completos donde tanto flora como
fauna puedan desarrollar su proceso biológico y estén bien representados.

Además de eso, que serían características ecológicas generales
representadas por las comunidades, está claro que un parque nacional debe
tener dentro de él taxones endémicos que estén amenazados, importante
cantidad de taxones endémicos exclusivos del macizo, taxones de interés
científico, plantas autóctonas que estén en el límite de área y, sobre
todo, recursos fitogenéticos de interés tanto actual como potencial.

Según esas bases científicas, tengo claro que los límites del parque
nacional de Sierra Nevada deben incluir una serie de ecosistemas que
también paso a nombrar rápidamente como son, primero, los ecosistemas de
la alta montaña silícea. Estos estaban ya recogidos en la propuesta que
tienen ustedes y que correspondería a esas comunidades originalísimas
situadas por encima de los 2.300 metros. Además, debe recoger otras
comunidades que no quedaban incluidas en aquella delimitación pero que
son importantes como: formaciones de sabinares y pinares dolomíticos
--perdonen que utilice términos de este tipo que tampoco es que sean muy
técnicos, pero son necesarios--. Los pinares sabinares de dolomías
subsistentes en la orla occidental del macizo nevadense no se incluyen en
la primera delimitación del parque nacional y son una de las cosas más
originales, únicas en el mundo, que tenemos en Sierra Nevada y que
completan la cantidad de ecosistemas propios, exclusivos, endémicos y en
este caso no estoy hablando de especies endémicas, sino de ecosistemas
endémicos. Es decir, un conjunto de plantas y animales exclusivos de
Andalucía y que lo son en particular de Sierra Nevada. Esos ecosistemas
deberían entrar, así como los bosques mediterráneos como son los
encinares y melojares, que aunque ya están presentes en otros territorios
de la nación y protegidos en parques nacionales, en Sierra Nevada tienen
una originalidad propia: los melojares y encinares de Sierra Nevada
tienen como matiz diferencial y original que son ricos en elementos
propios del sur de la península Ibérica, pero sobre todo en elementos
propios del norte de Africa. Eso le da una originalidad propia y
característica a esos ecosistemas; por tanto, también tenían que estar
incluidos.

Después hay dos formaciones para mí como científico importantísimas que
también son comunidades: una es la de caducifolios, me estoy refiriendo a
los quejigales, que son formaciones que están casi en peligro de
desaparición también en Andalucía y de las que hay una representación
bastante importante en el territorio de Sierra Nevada; también las
formaciones de pinos silvestres, relictas de Sierra Nevada, que son las
más meridionales de Europa. El pino silvestre es una especie propia del
norte de Europa y que alcanza en Sierra Nevada su distribución más al sur
de Europa y de toda su área, pues tan sólo está en Baza y en Sierra
Nevada.

De todos estos ecosistemas, tan sólo estaban en la primera propuesta los
de la alta montaña silícea. Pues bien, con la nueva propuesta que
presenta la comisión científica todos los otros ecosistemas que he dicho
están representados, con lo cual tengo que congratularme y apoyar esa
delimitación, puesto que se ha hecho en base a esos criterios
científicos.

Sin embargo, tengo que hacer una puntualización de dos ecosistemas que no
recoge la propuesta: uno de ellos es muy original, el de los matorrales
subdesérticos de la porción oriental del macizo. Me estoy refiriendo a la
zona donde se une el nacimiento con el Andarax, el pico más oriental, que
son los matorrales subdesérticos, idénticos a los que hay en los
desiertos de Tabernas.

En su momento, cuando planteé a la comisión la inclusión de estos
territorios donde hay especies únicas en el mundo y con unas
connotaciones norteafricanas clarísimas, se me convenció perfectamente
por dos razones que paso a explicarles. Primero, estos ecosistemas están
muy bien representados originalmente en los desiertos de Tabernas y es
allí donde compete su protección y su representación original. Segundo,
corresponden también a un territorio muy alejado de lo que es el núcleo
central, que supondría una pequeña inclusión de una isla.

De todas formas, quiero dejar constancia en esta Comisión de mi apoyo
incondicional para un futuro (y así seguimos con la cadena) de la posible
declaración como parque nacional de los desiertos de Tabernas. Creo que
completarían el panorama de los parques nacionales de nuestro país con
unos ecosistemas únicos en Europa, como son los de matorrales
subdesérticos. Asimismo, hay que decir que hoy día esos matorrales
subdesérticos quedarían en el parque natural de Sierra Nevada y, por
tanto, su protección es suficiente.

El otro tema es el que ha expuesto mi compañero y amigo Lorenzo y es el
de la cabecera del Trevélez, que, por sus cualidades paisajísticas
debería incluirse en este parque nacional. No creo que haya problemas
--discrepo un poco con Lorenzo-- desde el punto de vista social con el
territorio, porque en la zona de la Alpujarra y Trevélez, en concreto,
están muy concienciados de que eso puede ser beneficioso para ellos y
podrían tener el protagonismo de la Alpujarra, que se les puede vender
perfectamente, y recurro a ese buen hacer de ustedes para convencer a las
personas y darles razones suficientes. Lo dejo al estudio de la Comisión.

Por último, en este tipo de ecosistemas está --y tengo que hacerlo por
justicia-- el tema de Güejar-Sierra. Este tema es viejo y he participado
en él. Participé en los límites del parque natural de Sierra Nevada en su
momento y expuse una serie de razones de por qué convenía introducir
Güejar-Sierra. Se era consciente también de la problemática de este
territorio, problemática fuerte y cruda que se sufrió por muchas personas
directamente y se me preguntó científicamente algo que es lo mismo que se
me puede preguntar aquí. Hay valores ecológicos imprescindibles, únicos



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que están en esa zona y son los mismos que hay en otros territorios.

Discrepo de José Luis cuando ha comentado que están bien representados.

Están las formaciones de la alta montaña silícea, los melojares, es
decir, hay ecosistemas que habría que introducir si no hay problema. Sin
embargo, esos mismos ecosistemas están representados en otros lugares del
macizo; luego no se pierde ninguna originalidad, no se pierde nada al no
tener que incluirlos. Por mí, como científico y biólogo, que se incluya,
pero son ustedes los políticos los que deben sopesar otro tipo de
problemática, como en el momento en que se estudió el parque natural;
luego la experiencia nos ha dicho que no ha pasado nada. Güejar-Sierra ha
seguido manteniendo su territorio bien conservado y ahí está. O sea,
muchas veces no es la figura, sino la voluntad y sí puede ser un
revulsivo el declarar esa figura, como se vio en su momento.




El señor PRESIDENTE: Por favor, señores portavoces, si pueden resumir las
preguntas que quieran plantear al señor Valle, se lo agradecería.

¿Qué grupos desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra don Joan Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Simplemente, si no entiendo mal, en relación a
los límites usted tiene las observaciones que nos ha hecho antes. Serían
esas sus únicas observaciones en relación a la propuesta de la comisión
de expertos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra don Angel Díaz Sol.




El señor DIAZ SOL: Más que nada por cortesía parlamentaria, porque su
intervención ha sido clara y suficiente.

Yo le haría la misma pregunta que al miembro de la federación alpinista.

Igual que hay la posibilidad de dejar fuera Güejar-Sierra, yo que conozco
un poco de cerca las tensiones que se pueden generar en estas cuestiones,
¿es tan necesario bajar los límites del parque nacional al valle del río
Trevélez? El parque natural ahora tendrá que tener una revisión ante
todas estas cosas, porque ya no podrá tener su gestión la misma
orientación que tenía antes cuando era sólo parque natural, sino que
tendrá que haber una coordinación y, por tanto, habrá que buscar algún
tipo de gestión de esa zona que permita conservar pero no aumentar las
tensiones. Aunque es verdad que Trevélez se dedica más a la venta del
jamón que a la explotación agrícola, también es verdad que no deja de
haber proyectos en esa zona de explotación extensiva, etcétera, que
podrían ser coartados por el parque nacional.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, doña
Blanca Fernández de Capel tiene la palabra.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Quería agradecer su comparecencia,
que me parece muy interesante, aunque conocía ya sus estudios sobre esta
zona de Granada y la aportación de sus criterios, que siempre nos
enriquecen, pero concretamente cuando se ha referido a la zona del río
Nacimiento yo he creído entender que quedaba demasiado lejos de la zona
separada de La Ragua, porque queda un islote y es difícil incorporarlo.

Me parece que ha dicho que no sería interesante. Estaríamos en el mismo
caso de Güejar-Sierra, porque estarían incluidas en el desierto de
Tabernas las especies allí recogidas, y hablaba también de esa necesidad.

¿He entendido bien o no?



El señor PRESIDENTE: Señor Valle, con toda brevedad.




El señor CATEDRATICO DE BIOLOGIA VEGETAL DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
(Valle Tendero): Respecto a las observaciones, salvo que se me haya
escapado algún tema de los que hemos visto, en principio son ésas, porque
ya digo que yo he visto también cómo la comisión ha ido variando estos
límites; concretamente el de la cara norte de Jerez del Marquesado, que
aquí se ha comentado, frente al primer límite, que por supuesto era una
pequeña franja, tanto por la presión como por los comentarios que se han
hecho se ha ampliado yo creo que lo suficiente para meter lo que muchas
personas teníamos idea. Las otras son las que he dicho, tanto la de
Güejar-Sierra, que ya he explicado, como la de Trevélez y Nacimiento.

Como las dos van unidas a las siguientes preguntas, las respondo.

En el tema de Trevélez sería el mismo caso que Güejar-Sierra, porque son
zonas efectivamente importantes. Trevélez no tiene un valor científico
exagerado, sí lo tiene Güejar-Sierra, lo que tiene es un valor
paisajístico, incluso en este caso lo veía como promoción de la zona de
la Alpujarra. Por supuesto si se considera que los conflictos van a ser
fuertes, está claro que el parque natural --y ahí sí me defino
claramente-- tiene suficiente figura para proteger esa zona de Trevélez,
debe tenerla. Incluso, quizá si lo pensamos no sería bueno quitarle al
parque natural algo tan emblemático como son las Alpujarras, que es lo
que le da originalidad a esa figura de codesarrollo tan clara, en la cual
yo he participado activamente con la Junta de Andalucía en su día y con
el Gobierno andaluz para la Ley de Espacios Naturales y que por supuesto
me sedujo desde el primer momento.

Respecto al río Nacimiento el tema es casi igual. Hay elementos
suficientes como para que sea dentro del parque nacional, pero su lejanía
de lo que es el meollo y después su misma gestión aconseja en principio
que sea el parque natural (y ahí sí hay que tener mucho cuidado) el que
se dedique a la protección de esa zona, y cuando se haga la revisión de
todo lo que es el plan de uso, gestión y protección del parque natural,
esa zona, que es desconocida, porque los estudios que hemos hecho son muy
recientes, no se conocían ni siquiera anteriormente, se proteja sin
ningún tipo de problemas.

Por último, quiero decir que espero que en algún momento los
parlamentarios oigan las voces en este caso de los compañeros de Almería
y declaren en su día parque nacional los desiertos de Tabernas.




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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Francisco Valle Tendero. En
nombre de la Comisión quiero agradecerle su documentadísima aportación y
colaboración.

Ahora, señoras y señores diputados, finalizada la quinta comparecencia
del orden del día, yo les propongo a SS. SS. un descanso de cinco
minutos, a partir de los cuales reanudaremos la sesión con el próximo
interviniente, que es don Jesús Casas Grande, consejero técnico del
Organismo Autónomo Parques Nacionales, al cual le ruego que se atenga
especialmente a esos cinco minutos. (Pausa.)



--SEÑOR CONSEJERO TECNICO DEL ORGANISMO AUTONOMO PARQUES NACIONALES,
CASAS GRANDE (Número de expediente 212/001325).




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, reanudamos la sesión
con la presencia de don Jesús Casas Grande, consejero técnico del
Organismo Autónomo Parques Nacionales, que va a informar a SS. SS. de las
cuestiones pertinentes sobre la declaración del parque nacional de Sierra
Nevada. El señor Casas tiene la palabra.




El señor CONSEJERO TECNICO DEL ORGANISMO AUTONOMO PARQUES NACIONALES
(Casas Grande): Buenas tardes, voy a intentar cumplir con el tiempo
establecido para no demorar más la sesión. Mi objetivo en esta
presentación --que espero sea breve-- es comentarles lo que quizá es hoy
el gran protagonista, porque llevamos toda la tarde hablando de parque
nacional, pero yo quisiera decirles lo que es un parque nacional, desde
la experiencia de quince años trabajando en estos temas. Un parque
nacional no es un parque natural, es un tema distinto, y es importante
que tengamos muy claro qué es lo que se va a declarar, en qué consiste un
parque nacional, sobre todo porque luego eso nos va a condicionar el
modelo de gestión. Es decir, un parque nacional se gestiona como parque
nacional, y un parque natural no se gestiona como un parque nacional. Los
ciudadanos de Granada cuando se declare el parque nacional de Sierra
Nevada van a notar que las cosas cambian, el modelo de gestión va a ser
distinto. No es un simple automatismo de decir antes era natural y ahora
es nacional, es algo distinto. Además, incluso esto el propio Tribunal
Constitucional en la sentencia a la que se ha hecho referencia a lo largo
de la tarde lo deja muy claro, al decir que los parques nacionales son
una categoría especial dentro de los espacios naturales protegidos. No
estamos en ningún tipo de espacio natural protegido cualquiera, sino que
estamos en una categoría especial, en algo singular, y esa singularidad
es la que justifica su declaración de interés general de la nación, su
declaración por ley de las Cortes Generales y la atribución de su tutela
y de su gestión compartida en parte al Estado. Es decir, no estamos ante
unos espacios normales, no estamos ante un trozo de territorio normal.

De ahí que desde parques nacionales tratemos de ser muy claros cuando
decimos qué es un parque nacional. Un parque nacional es un espacio
representativo de la diversidad española; es decir, tiene que ser un
sitio que permita al conjunto de los ciudadanos entender lo que
representa algo de nuestro patrimonio natural, y además debe ser algo muy
bueno, no necesariamente lo mejor ni todo lo mejor, pero, por lo menos,
parte de algo muy bueno. No valen terrenos que fueron buenos o que fueron
regulares, tiene que ser algo muy bueno. Tiene que ser un trozo de
territorio que sea relativamente grande; no inmenso, no enorme, no
necesariamente inabarcable, pero sí relativamente grande. Tiene que estar
bien conservado. Cuando decimos bien conservado, tiene que tener pocos
usos, pocos aprovechamientos.

Un parque nacional no es un paisaje bonito, con mucha actividad humana,
porque esa actividad humana es incompatible con la figura de parque
nacional en el sentido que se concibe internacionalmente. Teóricamente,
no tenía que haber ningún uso, ninguna actividad. Eso, en Europa, es
imposible, todos lo sabemos, pero, en cualquier caso, se mantiene el
criterio de que tiene que tener un nivel muy bajo de usos extractivos, un
nivel muy bajo de usos que exploten los recursos naturales. A ser
posible, un parque nacional es un sitio donde no hay pueblos, donde no
hay carreteras, donde no hay tendidos eléctricos, donde lo que hay es
naturaleza en el sentido más literal de la expresión. Y además, se
declara por las Cortes Generales de interés general de la nación para que
sigan así; no se declaran para inmediatamente poner en marcha un proceso
de inversiones y convertirlos en una especie de sitio con
infraestructura. Se declaran para que sigan así. Se declaran de interés
general de la nación para que sigan así de bien. Es cierto que en esa
declaración, además, a los gestores nos asigna el compromiso de que los
pongamos a disposición de los ciudadanos; tienen que servir para el uso y
disfrute de los ciudadanos. Esa es la doble puerta, la bisagra, que es
tan atractiva y, a su vez, tan delicada de la gestión de un parque
nacional, porque estamos hablando de los lugares más singulares de
nuestro país, pero que, al mismo tiempo, tenemos que poner al servicio de
los ciudadanos, tienen que ser visitados. Un parque nacional cerrado que
no puede ser visitado por la gente no cumpliría sus objetivos
recreativos.

En España hay una red de parques nacionales de la que los españoles
estamos orgullosos, porque es la única homologada a nivel europeo
internacionalmente. Tenemos una gran red de parques nacionales donde
todos los espacios incluidos en la misma están reconocidos como parques
nacionales. Bien es verdad que se han declarado a lo largo de casi 80
años con procesos muy diversos, pero en estos momentos todos responden,
grosso modo, a ese modelo. Pensamos que es bueno para este país tener
como un timbre de singularidad una red de parques nacionales que nos
identifique y una red de parques nacionales que sea representativa de esa
diversidad española, que es un club muy limitado, que no cabe todo en la
red ni debe estar todo ni debe cubrir todo el territorio ni debe cubrir
absolutamente todo, ni hay prisa para completarla en el sentido de
inmediatez, pero tenemos que tener la seguridad de que lo que se
incorpore ahí sea bueno por sí mismo y además bueno en relación con el
conjunto.




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La incorporación de un parque nacional nuevo a la red significa que ese
territorio es parque nacional, pero significa que la red se enriquece y,
en consecuencia, lo que ocurra ahí tiene que ser compatible con lo que
está ocurriendo en el resto de los otros parques nacionales, porque, en
caso contrario, estamos introduciendo un factor de perturbación que puede
afectar a otros espacios. Por ejemplo, imaginemos que introducimos la
estación de esquí en Sierra Nevada. Desde el punto de vista de Sierra
Nevada, ya está, no supondría una objeción más, pero eso supondría
incorporar a la red de parques nacionales la posibilidad de que dentro de
un espacio de estas características exista una estación de esquí, y
tendríamos poca defensa cuando alguien planteara que en Picos de Europa,
en Ordesa, en Aigües Tortes o en Teide existiera otra estación de esquí.

Nosotros tenemos la obligación de ver la declaración de un parque
nacional como un fin en sí mismo y como una pieza de un sistema, y es
precisamente ese sistema el que justifica que se esté debatiendo esto
aquí, hoy y ahora, y no en un Parlamento regional; y es precisamente ese
sistema lo que ha justificado que el Constitucional haya dicho que el
Estado tiene tutela, tiene gestión y tiene responsabilidad sobre los
parques nacionales, porque pertenecen a todos los ciudadanos, puesto que
están declarados de interés general de la nación.

¿Cómo funciona Sierra Nevada con este sistema? Nosotros, desde el punto
de vista de parques nacionales, pensamos que Sierra Nevada es un gran
ejemplo de la alta montaña mediterránea, que no está representada en la
red de parques nacionales; es una de las carencias que tenemos en estos
momentos, aunque hay otras tan acuciantes como la de la alta montaña
mediterránea, pero ésta es una de ellas y nos parece bien la propuesta
que surge del parlamento de Andalucía de incorporar Sierra Nevada a la
red de parques nacionales.

No estamos de acuerdo con la primera delimitación que se hizo en su
momento por una sencilla razón: suponía rebajar el grado de protección de
un territorio, es decir, no tiene sentido declarar parque nacional un
trozo de territorio que es reserva integral, máxima categoría de
protección, nula presencia ni actividad de uso público, porque
inmediatamente íbamos a tener que montar una infraestructura de uso
público. Además, los parques nacionales, independientemente de cualquier
otra consideración, tienen que ser territorios gestionables, tienen que
tener una personalidad propia, tienen que ser identificables en la
conciencia del ciudadano, y un espacio situado por encima de la línea de
cotas, a 2.500 metros de altura, no es identificable en la conciencia
colectiva del ciudadano; es lo que queda allá arriba y lo que queda allí
arriba puede ser muy interesante desde el punto de vista botánico, pero
no constituye una unidad identificable con lo que estamos pensando todos
que es un parque nacional. Cuando pensamos en Ordesa, no pensamos en la
cima del Monte Perdido; pensamos en todos los valles que confluyen en
Ordesa. Cuando pensamos en los Picos de Europa, pensamos en todo el
macizo calizo de los Picos de Europa. Cuando pensamos en el Teide, no
pensamos en la cocorota arriba, donde está el volcán; pensamos en todo el
edificio volcánico de Las Cañadas.

Por ello, desde el primer momento, nosotros sugerimos que no era
razonable declarar un parque nacional de Sierra Nevada circunscrito a la
línea de cumbres. ¿Por qué? Porque habría un único ecosistema
representado y, además, tendría la representación del cien por cien, lo
cual es absurdo, porque un parque nacional no tiene por qué ser el cien
por cien del territorio de esa formación natural; tiene que tener una
cantidad representativa, suficiente, amplia, con vida propia, con
estabilidad en el tiempo, pero no tiene por qué ser el cien por cien.

Proteger el encinar de España con un parque nacional no significa
declarar parque nacional al cien por cien de los encinares. Proteger la
alta montaña mediterránea no significa declarar parque nacional a la
totalidad de la alta montaña mediterránea.

Por todo ello, sugerimos que, además, en Sierra Nevada lo que hay es un
magnífico mosaico de ecosistemas y que con un poquito de imaginación
podríamos reproducir dentro de un parque nacional la totalidad de los
ecosistemas que hay en Europa, desde Gibraltar hasta el Cabo Norte; con
un poquito de imaginación podríamos ser capaces de trasladar a los
ciudadanos del mundo que en un pequeño espacio de no más de 30 kilómetros
teníamos representado todo lo que se puede encontrar en un continente de
5.000 kilómetros de largo. Esta era la idea importante. Esa idea sí tenía
gancho y fuerza y, además, era posible, porque aunque es verdad que los
ecosistemas de Sierra Nevada han tenido un nivel de alteración, sobre
todo en las laderas, todavía permanecen formaciones vegetales
suficientes, en cantidad y en calidad, como para ser representadas dentro
de ese parque nacional. A nosotros nos parece que la propuesta actual se
acerca más a eso.

Ahora bien, pensamos que los límites tienen que ser gestionables, es
decir, no tiene sentido una declaración de parque nacional sobre el papel
si luego no vamos a poder hacerla efectiva, por lo que sea, por motivos
de que la población no esté de acuerdo, por motivos de que el límite
literalmente no sea reconocible y sea un punto perdido entre dos laderas
que no se sabe dónde está; por motivos de que no se puede hacer nada por
aquello, por lo que pensamos que la propuesta actual del grupo de
científicos, que es una propuesta exhaustiva desde el punto de vista de
valores científicos, debe validarse técnicamente para hacer un parque
gestionable, un parque que tenga una realidad. Y debe hacerse, pensamos,
desde un cierto ejercicio de sinceridad hacia la gente.

Declarar un parque nacional supone que las cosas cambian: el espacio se
protege más, aparecen más dotaciones de recursos económicos, pero también
aparece un nivel de limitaciones que no estaba presente hasta ese momento
sobre el territorio, y esto es conveniente decírselo a la gente. Y ese
ejercicio de sinceridad creemos que es importante de incorporar a la
propuesta. ¿Para qué? Ahí está razonablemente representado casi todo. No
pasa nada porque se caiga un poquito o porque se adicione un poquito. Me
ha parecido magnífica la presentación que ha hecho el representante de
los montañeros; no pasa nada por quitar un poquito o por poner un
poquito, porque los ecosistemas están representados. Lo importante es que
consigamos un espacio que sea, primero, coherente con el sistema de
parques



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nacionales, que eso es fundamental, y segundo, que sea aceptado.

En la declaración del parque nacional de Cabañeros discutimos metro a
metro con los propietarios afectados y finalmente llegamos a un consenso
con ellos. Todos los límites están aceptados y no ha habido problema
alguno en dos años. Hay propietarios que están contentos y hay
propietarios que están menos contentos, pero los límites están ahí, son
aceptados y el parque existe. No podemos perder esa oportunidad, porque
lo que ustedes legislen y lo que aparezca en el Boletín Oficial del
Estado se queda para muchos años y es muy difícil rectificarlo.

Desde parques nacionales, y como resumen, creemos que Sierra Nevada es un
magnífico parque nacional, que se puede integrar en la red de parques
nacionales prestigiando a la red y prestigiándose el espacio. Pensamos
que con la Junta de Andalucía podemos hacer una gestión razonable de ese
espacio en el sentido de incorporar los criterios generales de gestión de
los parques nacionales que estamos desarrollando en el resto de los
parques nacionales. Casi nadie se quiere salir de un parque nacional
cuando está declarado y casi todo el mundo está de acuerdo con la gestión
que estamos desarrollando. Pensamos que ésa probablemente es una
propuesta impecable desde el punto de vista científico, pero que desde el
punto de vista técnico hay que ajustarla para hacerla no más rigurosa,
pero sí más viable, para hacer del parque una realidad auténticamente
posible.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Casas Grande, por su
documentadísima y resumidísima intervención.

¿Portavoces de los grupos parlamentarios que deseen intervenir?
En nombre de Izquierda Unida, tiene la palabra el señor Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Voy a ser muy breve. Quisiera hacerle la
siguiente pregunta: ¿cómo considera que sería posible validar
técnicamente la gestión de esos límites de forma que se pudiera
compatibilizar, por un lado, la labor importante y meritoria de parques
nacionales y, por otro lado, la descentralización y autonomía política y
de todo tipo que implica nuestro Estado de las autonomías? Más
simplemente, ¿es posible la cogestión según su punto de vista?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Díaz Sol.




El señor DIAZ SOL: A mí me gustaría romper una lanza en favor de la
proposición de ley. Es cierto que los límites iniciales no le gustaban a
nadie; era una solución política en un momento dado, como ha dicho el
señor Valle, más que nada para avanzar un proyecto que se ha demostrado
que ha tenido una andadura larga y tortuosa. Es más, la propia Junta ha
favorecido el trabajo de los técnicos y de los sabios, como se dice por
allí, y creo que se ha llegado a una propuesta que tiene el consenso
general. Falta el matiz y falta algo que ha dicho don Jesús Casas y que
me parece muy bien: la capacidad de gestión después.

Es cierto que o hay un sendero o hay un monumento natural o hay algo
porque si no nadie sabe si entra o sale de un parque. Ahora bien, ese
ajustarse técnicamente, si usted ha estudiado las delimitaciones de los
científicos, verá que en la zona del Marquesado hay una propuesta de un
grupo que baja mucho el límite porque ahí hay un carril, pero es cierto
que ese pinar que se integra dentro, que no es autóctono, que tiene
problemas de aprovechamiento, supone que luego el parque tenga problemas
importantes de aprovechamiento. Es difícil que luego una empresa quiera
seguir explotando esa madera o haciendo lo que tenga que hacer para que
ese pinar no sea un peligro para el resto del parque. ¿Se refiere a eso
cuando habla de los ajustes técnicos o a reducir la extensión porque así
es menos conflictiva o menos compleja la gestión? Me refiero a números
absolutos; he oído que 84.000 hectáreas son muchas y, a lo mejor, el
modelo son 60.000, pero ¿cuáles son los criterios para que el modelo sea
60.000?



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra doña Blanca Fernández de Capel.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Solamente una puntualización. ¿Usted
considera fácilmente gestionables los límites que se proponen?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Jesús Casas.




El señor CONSEJERO TECNICO DEL ORGANISMO AUTONOMO PARQUES NACIONALES
(Casas Grande): Los parques nacionales hace quince años que se gestionan
desde el propio territorio, pegados a la realidad territorial y, además,
en un régimen de absoluta descentralización; es decir, el director del
parque está sobre el territorio y los guardas están sobre el territorio y
con criterio de unidad de gestión. ¿Es posible la cogestión? Esto es como
jugar al mus. Si quieren jugar al mus cuatro, juegan; si no quieren, no
juegan. Así de claro. Por parte del organismo autónomo Parques Nacionales
estamos gestionando de forma compartida, antes de la sentencia, el parque
nacional de Cabañeros, de común acuerdo con la comunidad autónoma. Cada
parte pone lo que tiene y las decisiones las toma el parque. El parque no
es de la Administración general del Estado o de la administración
autonómica, sino que tiene personalidad propia y margen de autonomía.

Nosotros pensamos que se trata de un modelo mucho más complicado que la
gestión exclusiva. Yo he sido durante 12 años director de parque en
gestión exclusiva y eso es más cómodo porque uno decide solo, pero ya no
puede ser así, ni para unos ni para otros. La cogestión es más
complicada, pero también es más rica, porque, aunque vayamos más despacio
en la toma de decisiones, vamos a cometer muchos menos errores, ya que lo
que se haga será el resultado de un consenso entre administraciones, que,
a fin de cuentas, representan a ciudadanos. Yo creo que si



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somos capaces de mantener la gestión pegada al territorio, como lo
llevamos haciendo 15 años, incorporamos mecanismos de gestión compartida
y superamos la idea de que lo importante es quién me paga la nómina,
claro que es posible la gestión compartida, y hay ejemplos en que estamos
demostrando que se puede hacer y de los que estamos orgullosos.

En cuanto a lo límites, a los pinos del Marquesado, tengo que decir que
si introducimos los pinos en el parque nacional, lo lógico desde el punto
de vista de gestión sería quitarlos, por el bien del parque. ¿Por qué?
Porque es una formación exótica dentro de un parque nacional y un
principio directivo de la red de parques nacionales es que las
formaciones exóticas dentro de los parques se eliminan. Se eliminan
lentamente, sin prisas, generando procesos naturales para que aquello no
sea una brusquedad. Sinceramente, yo creo que eso es una masa de
repoblación, que como masa de repoblación está razonablemente bien, pero
si se incorpora al parque nacional, su destino sería el que he dicho. Si
no se incorpora podrá ser una masa de repoblación, explotada y
perfectamente en equilibrio dentro de un parque natural y, además,
contribuir a generar biodiversidad, pero, como digo, si se incorpora al
parque nacional y queremos gestionar ese parque como parque nacional, su
destino es el que he dicho. Esto es como aquello: si me nombras arzobispo
de Canterbury, voy a ser el arzobispo de Canterbury. Esto es igual; si
metemos aquello dentro del parque nacional, luego no podemos pedir a los
gestores que no lo gestionen como parque nacional. Eso es importante
decírselo a la gente. No se puede decir: vamos a ampliar el parque e
incluir la franja del Marquesado del Zenete y metemos 20.000 hectáreas de
repoblación y nos queda un parque muchísimo más grande. Bien, pero luego,
¿lo vamos a gestionar como parque nacional o como parque natural? Porque
si lo vamos a gestionar como parque natural, lo mejor es que siga siendo
parque natural. Sinceramente, yo no les veo a ustedes declarando de
interés general para la nación una repoblación de especies exóticas. Esas
son cosas que hay que reflexionar, que es a lo que me refiero cuando
hablo de cuestiones técnicas. En conservación de la naturaleza hay que
conservarlo todo; hay que conservar todo el territorio, pero a cada trozo
con la figura que corresponde. Igual de malo es quedarse corto que
pasarse. En Sierra Nevada cabe perfectamente un parque nacional, a lo
mejor más grande que el planteado, con algo menos y algo más, pero luego,
después de declarado, no podemos pedir que no se gestione como parque
nacional, porque la sociedad nos va a exigir a los gestores que lo
gestionemos como parque nacional.

Técnicamente llevamos tiempo trabajando sobre esto y apoyándonos en el
trabajo de la comisión de expertos y creo que algunos límites que se han
planteado no son claramente identificables sobre el territorio. Los
límites científicos están muy bien, pero ir por el borde de la masa de la
formación vegetal fulanita está bien sobre el papel, porque luego, en la
práctica, la masa crece un poco más allá o más acá y eso no hay por dónde
cogerlo. Yo creo que hay que hacer algunos ajustes. Al menos, en parques
nacionales nos gustaría hacer esos ajustes para estar seguros de que lo
que luego nos van a entregar para que gestionemos es realmente
gestionable. Desgraciadamente, tenemos experiencias recientes de límites
en parques nacionales que luego, sobre el terreno, no solamente no son
identificables, sino que además hay una muralla de ciudadanos dispuestos
a que no los identifiquemos, a veces incluso con contundencia. Me atrevo
a pedirles ese margen para hacer técnicamente posible lo que
científicamente es perfecto.




El señor PRESIDENTE: Damos las gracias a don Jesús Casas por su
colaboración. En nombre de la Comisión de Medio Ambiente le agradezco
muchísimo su informe.




--EL SEÑOR MIEMBRO DE LA FEDERACION ECOLOGISTA DE GRANADA, TITOS MARTINEZ
(Número de expediente 219/000346).




El señor PRESIDENTE: Proseguimos la sesión con la presencia de don Manuel
Titos Martínez, miembro de la Federación Ecologista de Granada,
reiterándole los mismos ruegos de brevedad que hago a todos los
intervinientes.




El señor MIEMBRO DE LA FEDERACION ECOLOGISTA DE GRANADA (Titos Martínez):
Muchas gracias, señor Presidente.

Señores diputados, debo iniciar mi intervención expresando la profunda
satisfacción que siento por estar por primera vez en el Congreso de los
Diputados y, sobre todo, por hacerlo en esta primera ocasión para hablar
de un tema tan apasionante para mí como es el de Sierra Nevada. Por ello,
quiero expresar mi agradecimiento a los miembros de la Comisión de Medio
Ambiente que han motivado esta participación. Al diputado del Grupo Mixto
don Joan Saura, que es quien hizo la propuesta, y a la Federación
Ecologista de Granada, que es la que, al parecer, cursó esta invitación.

Pero tengo que decir que, en contra de lo que ha dicho el presidente de
la Comisión, realmente no soy miembro de la Federación Ecologista de
Granada, aunque tengo con ellos alguna coincidencia de criterios, y no sé
muy bien por qué esta Federación propuso mi presencia en esta
comparecencia.

Yo soy historiador, soy profesor titular de historia contemporánea de la
Universidad de Granada; soy especialista en historia económica, a lo cual
he dedicado prácticamente toda mi vida profesional. Pero en el año 1990
publiqué un libro sobre Sierra Nevada y, a partir de ese momento, me
sentí arrebatado, creo que ya sin remisión alguna, para la causa
nevadense.

Hoy día, si repaso la bibliografía que desde el año 1990 he ido
publicando sobre la sierra, encuentro que hay más de 60 referencias
bibliográficas entre libros, artículos, capítulos de libros, estudios
preliminares de libros, preponencias al congreso, en fin, toda la
multitud de presencia bibliográfica que lo que nos dedicamos a esto somos
capaces de llevar a cabo en poco tiempo.

Este es el libro más importante que yo he publicado sobre Sierra Nevada y
de él querría hacer donación al Congreso



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de los Diputados para que esté en su biblioteca o para que esta Comisión
haga de él el uso que estime pertinente. Es un libro que se titula Sierra
Nevada. Una gran historia. Consta de 100 capítulos, tiene más de 1.200
páginas y contiene más de 2.000 referencias bibliográficas al final,
entre las cuales se hallan 500 libros dedicados a Sierra Nevada a lo
largo de la historia.

Con todo esto quiero llevarles a la conclusión de que, desde mi punto de
vista, Sierra Nevada probablemente sea el sistema montañoso más estudiado
de España y probablemente también uno de los más estudiados de Europa,
porque es bastante difícil encontrar un sistema montañoso que a lo largo
de su historia haya generado una literatura tan extensa como la que ha
producido Sierra Nevada desde todos los puntos de vista posibles.

Desde el punto de vista geográfico, se viene estudiando Sierra Nevada
desde el siglo XVIII; desde el punto de vista botánico, viajeros y
botánicos de todo el mundo han visitado Sierra Nevada a lo largo de los
siglos, como Edmon Boissier o Moritz Willkomm, así como Carl Voigt y
muchos suizos, alemanes, franceses y de todos los lugares del mundo. Y lo
mismo sucede desde el punto de vista geomorfológico, del glaciarismo, de
la geodesia. Recuerden que en el año 1879 se consiguió realizar el enlace
geodésico entre Europa y Africa precisamente a través de las cumbres de
Sierra Nevada, concretamente de la cima del Mulhacén. Son importantísimos
los estudios de antropología, de sociología, de zoología; los libros de
Pierre Rambur, de Rossenhauer o de otros muchos. Estoy citando sobre todo
a autores extranjeros para demostrarles un poco el atractivo que desde el
punto de vista científico ha tenido Sierra Nevada a nivel internacional,
y no recientemente, sino a lo largo de los últimos 200 ó 300 años. Y para
qué hablar desde el punto de vista de la astrofísica, donde Sierra Nevada
tiene uno de sus más importantes santuarios.

Viajeros románticos, viajeros institucionistas, quienes pretendían
mejorar la educación de nuestros jóvenes a través de ponerlos en contacto
con las montañas, a través de todo el movimiento de la institución libre
de enseñanza; explotación económica a través de los neveros, que
utilizaban la nieve para abastecer los hospitales de la ciudad; la
explotación de las aguas de Lanjarón, la explotación minera, la
explotación de electricidad e incluso la instalación de algunos
sanatorios, han sido hechos permanentes en Sierra Nevada en los últimos
siglos.

En comunicaciones ha habido siempre una preocupación permanente por
acceder a Sierra Nevada, como algo misterioso y como algo que había que
conquistar. Rompiendo con la antigua y vieja tradición de utilizar
únicamente el camino de los neveros, se empezaron a plantear ya en este
siglo determinados proyectos tranviarios, a construir la carretera, a
plantear proyectos de prolongación del tranvía, a abrir la carretera que
puso en comunicación Sierra Nevada con la Alpujarra en el año 1966, e
incluso a hacer que una carretera llegara a la cima del Mulhacén, en el
año 1974, en un aciago día.

La utilización deportiva es bastante más tardía. No tardía desde el punto
de vista del montañismo, del que tenemos presencia desde el siglo XVIII,
pero sí desde el punto de vista de lo que aparentemente puede ser más
identificado como actividad deportiva en Sierra Nevada que es el esquí,
que es realmente tardío, porque no empieza hasta el año 1925, y ha tenido
la culminación de su actividad deportiva con la celebración del
campeonato mundial de esquí del año 1996.

También es antigua la política conservacionista desde el punto de vista
de que las primeras campañas para proclamar a Sierra Nevada parque
nacional se inician en el año 1929, a través de un diputado socialista de
Granada, Juan José Santa Cruz, que luego fue asesinado en la guerra
civil, que propuso la proclamación de parque nacional para Sierra Nevada.

Sin embargo, entonces, la Comisión Nacional de Parques declaró que Sierra
Nevada no tenía interés para ser proclamada como tal, espero que ahora no
ocurra la mismo en el Parlamento, y al parecer en esa línea estamos.

En el año 1978 se reavivó esta posibilidad de proclamación de parque
nacional, que se mantuvo hasta 1982, pero algún diputado que se halla
presente en esta sala es testigo de por qué aquello no pudo llevarse a
cabo en aquellos momentos. En el año 1989 tenemos la figura de parque
natural y desde 1995 empieza la de parque nacional.

Todo esto es una síntesis que he tratado de hacer lo más resumida
posible, para comprobar la antiquísima tradición de singularidad que
tiene Sierra Nevada desde todos los puntos de vista posibles; antiquísima
tradición de singularidad que hace que resulte extraño que no hayamos
tenido antes la calificación de parque nacional, que la debería haber
merecido, cuando se empezaron a gestar los restantes parques nacionales
que actualmente existen en nuestro país.

Hoy existen bastantes amenazas en relación con la conservación de Sierra
Nevada, y a lo largo de las intervenciones de esta tarde se han hecho
algunas referencias a las mismas. Hubo una posibilidad terrorífica, que
surgió en el año 1993, de construir un radar en la cumbre del Mulhacén.

Decían que aquello no iba a hacer daño alguno porque todo iba
subterráneo, pero unas instalaciones militares de radar no sé a quién no
van a hacer daño, desde luego para los que conocemos y amamos la zona
iban a hacer mucho más daño que los problemas que pudieran resolver.

En la cumbre del Veleta hay un observatorio que no sé bien para qué
sirve, si no es para que algunas personas se hospeden actualmente en él,
que se construyó en el año 1960, que no tiene ninguna utilidad científica
en estos momentos y por cuya demolición estamos clamando. Sobre la cumbre
del Veleta amenaza la expansión permanente de la estación de esquí, cuyos
remontes llegan prácticamente a la misma cima. Hace un par de años el
consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía propuso la creación
de un mirador subterráneo en la cumbre del Veleta, cosa que no sé bien
para qué sirve, pero afortunadamente, con sabio criterio, decidió retirar
aquella propuesta, porque es algo que en invierno no sirve para nada,
porque no se puede llegar, y en verano sirve para menos porque la
temperatura hace que nadie se meta en el mirador subterráneo, a mirar los
paisajes, cuando puede contemplarlos desde la misma cima.




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El problema de la carretera es tremendo. En el año 1966 se abrió una
carretera que comunica las altas cumbres de Sierra Nevada con la
Alpujarra y permite hacer el paseo desde Granada a la Alpujarra, pasando
por todos los trenviles de Sierra Nevada, pero es algo que en este
momento pensamos mucha gente que no tiene ningún sentido y que no es que
haya que cerrarla, como ha hecho la junta rectora del parque natural en
los últimos años, sino que hay que eliminarla, hay que taparla, hay que
suprimirla, sencillamente, para que no exista.

Y qué quieren que les diga de la cumbre del Mulhacén, a la que era
posible llegar hasta hace pocos años --ahora hay algunas dificultades
mayores--, que es el pico más alto de la península ibérica, con 3.482
metros, donde era posible llegar en coche. Hubo un tranvía en Sierra
Nevada que llegaba hasta el barranco de San Juan entre los años 1925 y
1973, que nunca debió suprimirse, y ahora se está planteando otra vez la
posibilidad de recuperarlo. Hay que tener muchísimo cuidado porque si la
recuperación del tranvía va a significar tener que abrir otra nueva
carretera, como expuso uno de los expertos que trabajaron en el proyecto
de la rehabilitación del tranvía, otra carretera por el otro lado del
Genil para permitir que los coches de todos los negocios que hay en el
valle del Genil pudieran seguir accediendo en coche a aquellas
instalaciones, me parece que es peor el remedio que la enfermedad y es
mejor dejarlo así.

Se ha hecho referencia aquí esta tarde a algún problema biológico que
tienen los elementos que se encuentran en Sierra Nevada, los endemismos,
que necesitan de una mayor protección; los pinos, que están acusando una
plaga de procesionaria terrorífica en este momento, y basta ir y mirar
--no se trata de seguir ningún criterio científico--, en contra de lo que
digan los científicos, que tratan de demostrarnos que el tema no es
importante. Allí está. No sé si es importante o no lo es, pero desde
luego para mi vista sí lo es y tremendo. O la sarna, que está diezmando
la población de Sierra Nevada y también la población de cabra montés, y
que es algo muy importante a resolver. Existe una amenaza permanente
sobre los espacios vírgenes que presenta la estación de esquí. La
estación de esquí de Sierra Nevada es la primera de España en número de
viajeros/hora que puede transportar y la segunda en lo que se refiere a
longitud de pista, después de Baqueira, con 60 kilómetros. Aquí tenemos
una pescadilla que se muerde la cola, porque la estación de esquí de
Sierra Nevada ha tenido en la temporada 96-97 casi 900.000 visitantes, y
para mantener la calidad, los estudios encargados por la empresa que
gestiona la estación dicen que la única posibilidad que hay es ampliar la
misma, pero si ampliamos la estación, acudirá más gente y para mantener
la calidad que exigirá esa gente habrá que volver a ampliar la estación y
así estaremos hasta que lleguemos a los desiertos de Tabernas, donde
habrá que esquiar con esquíes de ruedas. Yo creo que hay que poner freno
a esta expansión y no permitir que avance ni un solo milímetro más.

Muchos hemos contemplado que la solución a algunos de estos problema pasa
por añadir a Sierra Nevada una figura de protección mayor, que es la que
la adquiriría si se le proclama parque nacional. Por eso, muchos hemos
apostado por la conveniencia de que la mayor parte de la zona que merece
una mayor protección de Sierra Nevada se contabilizara o se computara
como parque nacional.

Yo entiendo que del proyecto de ley que presentó la Junta de Andalucía a
estas Cortes se desprenden dos problemas sustanciales y que me imagino
que van a centrar el debate, que lo están centrando en esta reunión y que
lo harán de la Comisión cuando se reúna y de todos los que participen en
ella. Uno es el problema de gestión y otro es el problema de límites. No
quiero entrar a exponer el problema de gestión, aunque tengo mi propio
criterio, porque creo que es el de ustedes, el que más o menos tienen
hecho cada uno de los grupos y cada una de las personas que forman parte
de esos grupos el que finalmente prevalecerá, con independencia de lo que
pensemos los que venimos por aquí.

En el problema de los límites sí que pienso que ustedes tienen que
asesorarse suficientemente para no cometer ninguna equivocación, porque
aunque en la propuesta de ley de la Junta de Andalucía se contemplaba la
posibilidad de que esos límites pudieran ser ampliados de una manera
relativamente sencilla, según se deduce del texto de la ley, yo sospecho
que luego no será tan sencilla la modificación de esos límites y una vez
que queden establecidos en la ley va a ser extraordinariamente difícil
poder conseguir que se alteren en el futuro. Por eso creo que es
necesario un estudio muy detallado y muy detenido para evitar algún tipo
de error en este sentido.

El proyecto de ley en el establecimiento de límites coincide, como se ha
dicho aquí, con la zona A de máxima protección o de reserva del parque
natural y mi opinión es que esta zona es manifiestamente insuficiente
para proclamarla como parque nacional. Eso se hizo, como aquí se ha
comentado, por facilidad, pero en este momento se pretenden otros
objetivos y yo creo que a esos objetivos tenemos que atenernos y tienen
ustedes que atenerse a la hora de delimitar los límites del parque. Creo
que no solamente han de prevalecer aquí los límites científicos o los
límites técnicos, como han dicho algunas de las personas, compañeros de
la Universidad de Granada que me han precedido esta tarde en el uso de la
palabra. Los criterios científicos y técnicos son absolutamente
respetables, pero creo que los criterios paisajísticos o los criterios
montañeros son tan respetables y pueden añadir tanta singularidad como
los anteriores para la calificación de una determinada zona como parque
nacional. Por eso, respecto a las modificaciones que creo que podrían
hacerse al proyecto de ley en realidad asumo las que ha presentado el
Grupo Mixto, que es quien me ha pedido precisamente que viniera a esta
Comisión, porque son las más ambiciosas de todas. A mí lo que me gustaría
es tener la posibilidad de que pudiera gestionarse y desarrollarse, de
que toda Sierra Nevada fuera parque nacional, pero entiendo que entre lo
posible y lo deseable hay un camino en el que hay que situarse, el de la
razón, y estoy seguro de que ustedes van a poder llegar a encontrar ese
camino para hacer algo que técnicamente sea posible y que también se
pueda administrar y gestionar.




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Yo les diría que hay que unir las tres zonas que están separadas en este
momento en la propuesta inicial de la Junta de Andalucía. Era un
sinsentido que tenía su fundamento, pero en este momento no puede
mantenerse. Hay que ampliar la masa crítica en algunas zonas en las que
la anchura propuestaesextraordinariamenteescasa. Alguien planteaba aquí
por qué a los pinos del Marquesado, por qué a la zona de la Alpujarra. Es
que hay una franja en la que, en muchos sitios, el parque nacional
tendría apenas 800 metros de anchura y hay que ensancharlo de alguna
manera, hay que tener una masa que se pueda gestionar y creo que una tira
de 800 metros lo es difícilmente, por razones distintas de las
anteriores.

Finalmente, creo que hay que incorporar algunas zonas no incluidas, pero
de un valor esencial desde un punto de vista científico o técnico, como
han puesto aquí de manifiesto los expertos esta tarde. Yo, que soy
experto en otras cosas, históricas y en la contemplación del paisaje, no
tanto en la botánica o en la geología, pienso que, como decía antes,
tenemos tanto derecho a que se contemplen, como son los valores
paisajísticos o los montañeros. En este sentido, tengo una ordenación en
nueve apartados, organizados por prioridad de espacios, que habría que
incorporar al parque natural nacional de Sierra Nevada. Simplemente se
los voy a enumerar y con ello voy a terminar mi intervención esta tarde.

Mi primera prioridad pasa precisamente por ampliar los límites en el
valle del río Trevélez. Asumo la posición de la Federación de Montañismo
de que es el único espacio virgen que queda en Sierra Nevada y habría que
ampliarlo desde el río Juntillas hasta los límites del pueblo. En segundo
lugar, me parece que es imprescindible la zona del torsal del Cartujo
para evitar la expansión de la estación de esquí en los dos valles
laterales que tiene el torsal. En tercer lugar, la falda de El Caballo
con la cabecera del río Dúrcal y los Alayos, pero incluyendo algo que ha
quedado fuera de la comisión de expertos, la rinconada de Nigüelas, que
habría que incorporar también a los límites del parque nacional. La
cabecera del río Maitena, con la loma de los Cuartos, efectivamente tiene
el problema de la oposición de algunos vecinos de Güejar y, sobre todo,
que en este momento ni siquiera está contemplada dentro del parque
natural, pero yo lo pondría como cuarta prioridad. La zona del Marquesado
y la prolongación de los límites a través de la masa de pinos hasta la
pista forestal o hasta un poco más arriba me parece también
imprescindible, con la inclusión de algunas cabeceras, como son las de
los ríos Alhorí y Alcázar. Desde el puerto de la Ragua hasta Trevélez,
pienso que hay que ampliar otra zona. Entre Lanjarón y Capileira, hay
otra. Pienso que el robledal de la dehesa de San Jerónimo podría
incluirse también y la zona sur de la Alpujarra almeriense, aunque es una
zona muy deteriorada, con caminos y con bastantes construcciones, podría
contemplarse en último lugar,
En resumen y para concluir, pienso que la propuesta que ha hecho la
comisión de expertos de la Universidad de Granada a esta Comisión y que
ha asumido la Junta de Andalucía es mucho mejor que la propuesta inicial
de la proposición de ley, pero tiene algunos aspectos que, desde mi punto
de vista, podrían ser mejorables en una reunión en la que se pateara el
terreno sencillamente y se comprobara, con los técnicos que ustedes
quisieran designar, efectivamente que algunas de estas zonas deberían de
ser incluidas dentro del parque nacional.




El señor PRESIDENTE: A efectos aclaratorios, aunque usted figura aquí
como miembro de la Federación Ecologista de Granada, quiero aclarar que
no es así, puesto que usted mismo lo ha manifestado, pero le cabe el
honor de ser propuesto por esta Federación y en calidad de tal ha
comparecido en esta comisión. Agradecemos especialmente su presencia.

En nombre del Grupo Mixto, tiene la palabra don Joan Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Como ha dicho el señor Titos, los dos problemas
sobre los que está girando la comparecencia son la gestión y los límites
y él sólo ha hecho referencia a los límites. Yo tenía previsto
preguntarle su opinión en relación a los límites. Si no he entendido mal
--por tanto no sería una pregunta, sino simplemente que lo
ratificara--, las nueve propuestas de prioridad que hace no están
contempladas en el estudio de la comisión de expertos. Es decir, se
trataría simplemente de saber si estas ampliaciones que usted plantea son
ampliaciones, insisto, que no están propuestas en la comisión de
expertos. Sencillamente la pregunta es ésta.




El señor PRESIDENTE: Don Pedro Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Quisiera preguntarle al señor Titos si,
efectivamente, todos aquellos elementos de irregularidades o no deseables
que nos ha enunciado en su primera parte de la exposición, de
realizaciones respecto al entorno natural de Sierra Nevada, implican
algún elemento de valoración negativa en relación con la gestión que se
ha producido hasta la fecha, con lo cual diríamos que por su parte se
produce alguna inclinación a que, efectivamente, se busque otra fórmula
que no sea la de parque natural sino más bien la de parque nacional, que
pueda implicar un mayor grado de protección. Yo quisiera decir esto
disculpándome de antemano, ya que es introducirme en una pregunta que
usted ha querido rehusar, que es la de la gestión. Sin duda alguna, todo
lo que signifique aportar valoraciones de la gente que más conoce el
entorno de Sierra Nevada para nosotros puede ser un elemento muy
importante a la hora de decidir nuestra posición política final y, por
tanto, perdóneme usted, pero, insisto, a mí me gustaría conocer su
opinión real respecto a si efectivamente sería deseable desde su punto de
vista una integración en la gestión por parte de todas las
administraciones, y no solamente de las administraciones sino también de
elementos sociales, de asociacionismo, de agentes sociales y económicos,
etcétera, a los efectos de que no se produzca lo que usted nos ha
enunciado en esa parte de su intervención.

En segundo lugar, quisiera plantearle de nuevo la misma cuestión.

¿Estaría usted dispuesto a participar en un



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estudio más pormenorizado de esa propuesta, en torno a la cual parece que
va a girar la decisión final de los límites, que es la propuesta del
grupo de expertos que ha encabezado el profesor Rosúa, a efectos, si
acaso, de establecer si realmente aquellas prioridades que usted nos ha
señalado están dentro o no y si, efectivamente, en el contraste de las
opiniones de unos y otros se puede consensuar definitivamente una
propuesta?



El señor PRESIDENTE: Quisiera recordar a algunas de SS. SS., a las que
parece ser que se les olvida, que esta Comisión ha tomado el saludable
acuerdo de prohibir fumar en las sesiones.

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra don Angel Díaz.




El señor DIAZ SOL: Gracias, señor presidente, este diputado lleva con
bastante pena ese acuerdo de la Comisión.

Quisiera agradecer al señor Titos su exposición, ya que creo que aporta
una diversidad distinta, podríamos decir, de la profesional, de la
científica, de la técnica y de la deportiva. Me parece que ha hecho una
exposición interesante, de una persona que se acerca no desde la
especialidad sino desde el cariño a la sierra.

¿Estos nueve puntos que usted expone los plantea con arreglo a lo que ha
hecho la comisión de expertos o no ha visto usted el documento de la
comisión de expertos y cree que se deberían incluir en su trabajo? No
conozco mucho los sitios y no los tengo identificados, pero hay un dato,
cuando se habla de la parte estrecha, de apenas unos 800 metros o algo
así, y creo que la comisión de expertos agranda bastante ese pasadizo. Lo
que yo no sabía es si eso se tenía en cuenta o no. La pregunta era
solamente ésta.




El señor PRESIDENTE: A la salud de S. S. le vendría muy bien una mayor
asiduidad a estas sesiones, que viniera con más frecuencia.

Tiene la palabra doña Blanca Fernández.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Señor Titos, yo quería hacerle alguna
consideración. Algunos de nuestros compañeros que han intervenido
anteriormente han expuesto una serie de puntos que usted ha pensado que
se podrían incluir y quisiera saber si usted ha calculado aproximadamente
cuántas hectáreas más de las que ya se contemplan en la propuesta hecha
por los técnicos de la Universidad de Granada a los que se le encargó
representaría esta inclusión y si, en cierta medida, en algunas de las
zonas no se complementarían los límites del parque natural y los del
parque nacional y quedarían prácticamente solapados en algún aspecto.

Según lo que se nos ha expuesto como criterios necesarios para los
parques nacionales, algunas de esas propuestas corresponden a corredores
de alto uso y a zonas de explotaciones y quizá esto desvirtuaría en sí la
propuesta. ¿Ha tenido usted en cuenta esas consideraciones cuando ha
propuesto sus nuevas incorporaciones?
El señor PRESIDENTE: Don Manuel Titos, tiene la palabra para contestar a
cuantas preguntas le han formulado.




El señor MIEMBRO DE LA FEDERACION ECOLOGISTA DE GRANADA (Titos Martínez):
En primer lugar, tengo que decir al señor Saura --que preguntaba si la
enumeración que yo había hecho estaba contemplada en la propuesta de la
comisión de expertos-- que yo tuve acceso anoche a la propuesta de la
comisión --hasta entonces no la conocía--, que yo había montado mi
intervención sobre la base de la documentación que había podido manejar y
que hasta anoche no pude reunirme con el presidente de la comisión de
expertos y conocer cuáles eran los límites propuestos. Sin embargo, sí
tengo que decir que coinciden sustancialmente y que, por consiguiente,
las nueve propuestas que yo hacía están incluidas en la propuesta general
de límites que hace la comisión. Independientemente de algunos matices de
que esto pueda ir por esta línea o esto por este camino o aquí seguir la
curva de nivel o la curva boscosa, no quedan fuera del planteamiento que
yo hacía más que dos pequeñas zonas: una, la zona más próxima a Trevélez
--de la que hablaba el representante de la Federación de Montañismo-- y
otra, de la que hasta este momento no se había hablado aquí, que es la
rinconada de Nigüelas. En conjunto --respondiendo ahora a la petición que
hacía la diputada Fernández de Capel--, me parece que no estamos hablando
de más de 2.000 ó 3.000 hectáreas, probablemente, 2.000 hectáreas. El
resto estaba sustancialmente contemplado dentro de la propuesta del
profesor Rosúa.

Respecto de la pregunta que hacía el diputado Vaquero, sobre si los
elementos no deseables que yo había dicho que se producen en Sierra
Nevada en estos instantes suponen una valoración negativa de la gestión
de la sierra que se está realizando en estos momentos, tengo que señalar
que no necesariamente he querido decir eso, porque muchas de estas cosas
tienen su origen en épocas anteriores a la existencia del parque natural.

La existencia de la carretera al Mulhacén, la existencia de la carretera
de las altas cumbres que va a la Alpujarra realmente no se puede decir
que sean cosas inherentes o que hayan sido infraestructuras creadas con
posterioridad a la creación del parque nacional, sino que están ahí de
antiguo. Probablemente, si las autoridades del parque nacional hubieran
contado con más recursos de los que han tenido, hubieran podido mejorar
su gestión y hacer algunas cosas más de las que han hecho, pero hay
muchas de estas debilidades y muchos de estos problemas que derivan de un
momento anterior.

Preguntaba también el señor diputado respecto del problema de la gestión.

No es que yo no quisiera hablar de este tema, sino que --como he dicho--
pienso que no sé si voy a poder aportar algo nuevo a la opinión de todos
ustedes en relación con este problema. Si la figura del parque nacional
aporta un mayor grado de protección y, en consecuencia, un mayor nivel de
recursos disponibles para ser invertidos, para ser gastados en Sierra
Nevada, desde ese punto de vista, me interesa mucho más la figura de
parque



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nacional, porque puede ser más comprometida desde estos puntos de vista,
que la de parque natural. Gestión, ¿por quién? Yo abogaré siempre por una
gestión lo más participativa posible, de manera que cuanta más geste
haya, cuando más, digamos, complicada sea la gestión, más posibilidades
existirán de que allí no se hagan desafueros. Desde ese punto de vista,
no me importa que esté la Administración central con la autónoma, pero
siempre y cuando estén también los intereses de las federaciones y
asociaciones, de todos los movimientos que existen, de todas las
agrupaciones que conocen perfectamente Sierra Nevada y que son los más
interesados en la conservación de la sierra. Participación es lo que yo
busco y si eso significa que participe también el Gobierno central en la
gestión del parque, en principio no estoy en contra de ello, pero me
gustaría que se gobernara desde la proximidad, si es posible desde la
misma ciudad.

Creo que he respondido a la pregunta que hacía el señor Díaz Sol en el
sentido de que estos nueve puntos están efectivamente en el informe de la
comisión de expertos con algunos matices. Lo que yo he tratado de hacer
en esos nueve puntos es ordenar prioridades. Trataba de decir que si
entre lo mejor y lo posible se puede llegar a una negociación, en esa
negociación a la que hay que llegar, mi prioridad es ésta, yo no
renunciaría de ninguna manera al punto primero, y si en aras de una
negociación hay que renunciar a alguno de los planteamientos, estaría
dispuesto a renunciar al noveno.

Esto es todo.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Manuel Titos, por su presencia
en la Comisión y por su colaboración en el proyecto de ley que nos ocupa.




--DEL SEÑOR PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (CASTILLO VILCHES) (Número de
expediente 219/000347).




El señor PRESIDENTE: Prosigue la sesión con la presencia de don José
Antonio Castillo Vilches, portavoz de la CEPA, Granada, siglas que, por
si alguna de SS. SS. lo desconoce, significan Coordinadora Ecopacifista
para Andalucía.

Señor Castillo, ruego que tome la palabra con la misma brevedad que les
he solicitado a sus predecesores.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo Vilches): Buenas tardes,
gracias a este foro parlamentario, que se acuerda de las asociaciones
ciudadanas para escucharlas. Eso demuestra que dichas asociaciones están
llegando a un punto de madurez, lo que es importante para todos, no sólo
para la sociedad sino también para los parlamentarios, pues no en vano
somos los que les votamos.

Quería matizar un poco la introducción, lo que está en contra del
espíritu de ser corto en la intervención, pero está claro que tan maduros
somos que no recabamos sólo nuestras posturas del seno de nuestra
organización sino también del resto de la sociedad; por eso Manolo Titos
será nombrado muchas veces por este colectivo.

Es una lástima que después de las intervenciones de personalidades como
el señor consejero y el señor Muriel, se haya producido un vacío
despavorido en esta sala, sólo parecido al vacío de contenido que
mantienen los órganos de participación ciudadana.




El señor PRESIDENTE: Señor Castillo, permítame que le diga, en nombre de
la Comisión, que los portavoces están representados en todo momento y son
los ponentes los que intervienen directamente, y en ningún momento he
observado que ninguno de los portavoces haya dejado de asistir.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo Vilches): Lo siento
mucho. Es por mi desconocimiento del quehacer parlamentario. De todos
modos, queda dicho.

Como miembro representante ecologista en la junta rectora del parque
natural de Sierra Nevada, vengo en nombre de más de 200 grupos
ecologistas que se asocian en tres grandes federaciones, que son: la
Confederación Ecologista Pacifista Andaluza, a la que pertenezco, Aedenat
y la Federación Andaluza de Asociaciones en Defensa de la Naturaleza, que
conjuntamente y mediante asambleas provinciales eligen los representantes
en los órganos de participación ciudadana. Es por ello por lo que me
siento legitimado para hablarles en nombre del movimiento social
ecologista andaluz en su conjunto. Nuestra propuesta viene fundamentada
en una vasta experiencia a través de muchos años desarrollando el derecho
y el deber que nos otorgan los artículos 23 y 45 de la Constitución y
además nos mueve la conciencia que nos caracteriza a desarrollar una
labor social totalmente altruista en beneficio de toda la comunidad
humana.

Después de casi diez años de la promulgación de la ley e inventario de
espacios naturales protegidos andaluces, el colectivo ecologista viene
denunciando la ineficacia de la normativa existente para proteger el
patrimonio natural, cultural y etnológico de nuestra comunidad. A pesar
de la bondad inicial de esta norma legal, en manos de los gestores de la
Consejería --y por eso me hubiera gustado que hubiera estado el consejero
de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía-- se han prostituido sus
textos o se han obviado para, sometiéndose a los intereses económicos de
empresarios y promotores urbanísticos o proyectos faraónicos de otras
consejerías, justificar infraestructuras y explotaciones de recursos que
atentan contra los más elementales principios de la conservación de la
naturaleza y el desarrollo sostenible de estos territorios. Autovías que
dividen en dos a parques naturales como el de la sierra de
Huétor-Santillán, partida en dos por la autovía-92 en contra de
alternativas más respetuosas, baratas y, además, propuestas por
instituciones como la Cámara de Comercio; embalses que aneguen
irreversiblemente espacios naturales protegidos serranos para continuar
con el despilfarro de los recursos hídricos; recalificaciones
urbanísticas para favorecer intereses especulativos; agresiones militares
contra



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nuestras más emblemáticas serranías, como la instalación de un radar en
el parque de los Alcornocales en Cádiz o el proyectado en la cumbre más
alta de la Península, e innumerables canteras o campos de golf son el
lamentable legado de estos años de supuesta protección de la naturaleza.

No está a salvo de todas estas amenazas el único hasta el momento parque
nacional andaluz de Doñana, donde nuestra Consejería de Medio Ambiente,
habiéndose convertido en un mero instrumento justificador de la barbarie
que asola a Andalucía, como de forma patente se encarga de demostrar el
actual consejero, don José Luis Blanco, fomenta urbanizaciones agresivas
con el medio ambiente, como la promovida por el príncipe de Hohenlohe o
defiende la construcción de una autovía por el norte del parque nacional
que arrasará cientos de hectáreas y afectará a su conservación. En
definitiva, la Consejería de Medio Ambiente se ha dedicado a entorpecer
la aplicación e infringir las normativas y directivas de protección de la
naturaleza en vez de garantizar su estricto cumplimiento.




El señor PRESIDENTE: Don José Antonio Castillo, permítame que le diga que
el objeto de esta comparecencia es aportar información sobre el proyecto
de ley que nos ocupa y no hacer un repaso de la actuación de la
Consejería de Medio Ambiente de Andalucía, porque está fuera de la
cuestión. Permítame que le llame al orden y le pida que ciña su
intervención a aportar su información sobre el proyecto de ley de
declaración de parque nacional de Sierra Nevada, que no tiene que ver con
otras cuestiones, ni con lo que está pasando en el parque de Doñana ni
con la actuación de la Junta de Andalucía o de la Consejería de Medio
Ambiente.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo Vilches): Usted me
permitirá, pero la única experiencia que tenemos en Andalucía es la
gestión que se ha hecho de nuestros parques naturales y en ella quiero
basar mi argumentación y mis razones por las cuales voy a proponer a esta
Comisión que sea capaz de, en la medida de lo posible, absorber el
sentido ecologista, de acuerdo con las propuestas que quiero hacer.




El señor PRESIDENTE: Señor Castillo, usted es muy libre, está en su
derecho y para eso se le ha llamado, para hacer las propuestas que
considere más convenientes para el mejor resultado final para la
declaración del parque nacional de Sierra Nevada. Sin embargo, la
ordenación de los debates le corresponde a esta Presidencia y usted está
fomentando que algún compañero del partido que está gobernando Andalucía
entre en algún tipo de debate que no es de la cuestión, y no creo que
para fundamentar unas propuestas, que estoy seguro serán estimadas como
muy razonables por esta Comisión, haya que apelar a las gestiones de
otros parques que no son objeto de la información de esta comparecencia.

En cuanto al criterio de esta Comisión, estoy convencido de que va a ser
el más razonable posible. Ruego que se ciña a la cuestión, estamos mal de
tiempo y le pido dé por dichas las argumentaciones que ha iniciado sobre
otros parques y, por favor, ciñámonos al objeto de esta comparecencia que
son las propuestas que en nombre de la federación que usted representa
trae aquí a esta Comisión para que sean estimadas por las señorías y
grupos parlamentarios representados.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo y Vilches): ¿Podría
hablar un poco sobre los problemas del parque nacional de Doñana para
centrar un poquito el tema?



El señor PRESIDENTE: Señor Castillo, yo estoy seguro de que usted tiene
más razones para exponer que el tiempo de que disponemos. Le ruego que se
ciña a las propuestas que estoy seguro usted trae para la declaración de
parque nacional de Sierra Nevada.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo y Vilches): Creo que he
argumentado ya lo que quería decir.

Me acaba usted de desarmar, señor presidente. (Risas.) No sé por dónde
seguir.




El señor PRESIDENTE: No era mi intención desarmarle. Tómese el tiempo que
quiera para ordenar sus notas. Estoy seguro de que va a encontrar las que
se refieren al objeto de esta comparecencia.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo y Vilches): Hay problemas
que queremos evitar en el posible parque nacional de Sierra Nevada.

Podrían presentarse cuatro posibles problemas que voy a relatarles.

Podría ocurrir, como en Doñana, que la multiplicidad horizontal y
vertical de las administraciones en ambas vertientes, coexistiendo sobre
un mismo organismo de distintos niveles administrativos, municipales,
autonómicos y centrales, o del mismo nivel administrativo, en particular,
a nivel autonómico y estatal, conduzca a la multiplicidad de competencias
en la gestión, siendo la correspondencia de responsabilidades difícil de
discernir en numerosas ocasiones. Los difusos límites competenciales, en
unos casos reales y en otros ficticios, suelen abocar a continuos
conflictos institucionales y a la absoluta carencia de toma de
decisiones, manteniéndose a perpetuidad problemáticas sin solución final.

Otro problema que pudiera ocurrir, como en Doñana, podría ser la ausencia
de coordinación administrativa, porque es posible que la existencia del
patronato del parque nacional, la comisión de gestión o la junta rectora
de su parque natural no solucionen la vertebración de los intereses que
inciden en este espacio, ya que todos ellos pueden revelar una escasa
funcionalidad, entre otras razones por estar copados en su mayoría por
las diferentes administraciones y sus conflictos competenciales. La
coordinación entre ambos parques puede ser inexistente salvo escasas
excepciones, empleándose criterios y realizándose actuaciones sin
objetivos comunes ante problemáticas que así lo exigen. Puede ocurrir que
también se politice la gestión. Se



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desprende de nuestra experiencia que la mayoritaria representación de las
administraciones en los órganos de participación de los espacios
protegidos deciden siguiendo directrices partidistas en vez de técnicas.

De todos es conocido que los más amplios debates sobre la problemática de
Doñana se han realizado en los medios de comunicación, actuaciones que en
nada favorecen a este espacio y que generan especialmente entre sus
pobladores un sentimiento de confusión, cuando no de rechazo, además de
reflejar una falta de criterios manifiesta en la gestión.

Un tercer problema puede ser el relativo a los límites territoriales, ya
que los límites ecológicos, determinados por sus características
fisiconaturales, no se ciñen a límites territoriales administrativos de
los espacios naturales protegidos declarados como parque nacional y
parque natural. Muchos de los aspectos fundamentales o con fuerte
repercusión en un parque nacional, alguno tan evidente como los recursos
hídricos, no se adecuan al sistema administrativo existente, un sistema
cerrado que no gestiona fuera de sus fronteras.

Aunque podría hablarles de ello, no vengo a revelarles todos los valores
singulares de nuestro territorio a proteger, sino los problemas que hay
en la gestión de Sierra Nevada. De hecho, dista mucho de ser buena puesto
que sigue existiendo esa carretera a la cual aludía el señor Titos,
incluso después de haberse protegido.

Hasta este momento, el parque natural de Sierra Nevada ha sido
escasamente dotado de presupuestos y las inversiones realizadas en él han
estado financiadas en un alto porcentaje por fondos europeos
personificados en los programas Leader. A tal grado llega su falta de
presupuesto que sus casi 170.000 hectáreas las vigilan y controlan sólo
38 agentes de medio ambiente, con un horario casi de oficina, quedando
descubiertos los días de más afluencia de público, los fines de semana.

Claramente de donde hay dos no se pueden sacar tres; pero estos tres se
invierten en una estación de esquí de un desmesurado impacto ambiental y
una urbanización con miles de hectáreas en el corazón de la alta montaña,
además del entubamiento del tramo más alto del río Monachil, el cual ha
quedado irreparablemente afectado y está produciendo una enorme erosión.

Como comparación pondremos el proyecto Leader de la Alpujarra que había
invertido, con fecha 31 de marzo de 1993, 1.425 millones de pesetas en 77
proyectos repartidos por casi todos los núcleos urbanos de las
Alpujarras, creando 148 nuevos puestos de trabajo y manteniendo 66 ya
existentes. Si lo comparamos con las inversiones realizadas cualquier
verano en la industria de la nieve, por ejemplo, el verano de 1989,
observaremos que se invirtieron 2.700 millones de pesetas y en 1993, sólo
en el aparcamiento de Prado Llano 3.000 millones, y el total de
inversiones ronda los 40.000 millones. Nos tenemos que pregunta: ¿Aparte
de a las constructoras, a quién ha beneficiado?
Una planificación equivocada de las prioridades de la Administración en
sus inversiones en Sierra Nevada nos ha llevado a la situación actual,
caracterizada por un parque natural y nacional con enormes posibilidades
de desarrollo económico y científico y de actividades de gran calidad,
que se encuentra en una situación de penuria y abandono, frente a una
industria de la nieve que se desarrolla sólo en el 2 por ciento del
territorio, pero que ha acaparado el 95 por ciento de las inversiones
públicas. No es de extrañar lo que pasa con la procesionaria.

El presupuesto para 1998 que la Junta de Andalucía destina para la
provincia de Granada para temas medioambientales sólo es de 4.000
millones de pesetas, de los cuales 1.158 millones son para el plan
Infoca, mientras que destina una partida para este año de 3.738 millones
para pagar deudas de Cetursa, empresa mayoritariamente pública,
contraídas para la celebración del campeonato mundial de esquí alpino.

Nuestras propuestas van encaminadas hacia la amplia participación de la
sociedad civil en la gestión de su territorio, para profundizar en el
sistema democrático y mantener los escasos logros obtenidos por la
sociedad civil en su labor de colaboración con los órganos de
participación ciudadana para evitar experiencias negativas indeseables
como las que ocurren en Doñana. Nuestros argumentos y razonamientos están
basados en la garantías de conservación y desarrollo sostenible y, por
otra parte, en la garantía de una financiación adecuada. Todo ello no
está lejos de fundamentarse en la Ley 4/1989 y en la ley que la modifica,
además de la sentencia del Tribunal Constitucional 102/1995, de 26 de
junio.

Por todo ello, hacemos las siguientes sugerencias a este foro Primero,
unidad de gestión de las dos figuras de protección que afectan al
territorio, parque nacional y parque natural. Un único territorio, dos
figuras de protección. Creemos en la necesidad de no duplicar los órganos
de gestión y administración, como sería tener un patronato y una junta
rectora a la vez que dos directores conservadores y dos presidentes, por
lo que proponemos unificar en un solo órgano, en este caso el patronato,
y un único director conservador para los dos parques, en orden a la
eficiencia, operatividad y optimización de los recursos económicos.

Segundo, competencias compartidas entre las dos administraciones, estatal
y autonómica, pero de manera que ésta se desarrolle en el seno del
patronato y no en la comisión mixta, que estaría integrada dentro de la
estructura de comisiones de trabajo del patronato, traspasando todas sus
competencias al pleno de este órgano de amplia participación pública;
participación en el patronato de las dos administraciones al más alto
nivel, ministra o ministro y consejero o consejera; financiación
compartida entre las dos administraciones; nombramiento del presidente
del patronato por el Gobierno del Estado a propuesta del Ministerio de
Medio Ambiente, como dice la ley, pero democratizando su elección, que
sería elegido de entre una terna propuesta por la mayoría del pleno del
patronato; y nombramiento del director conservador según ley, previo
acuerdo de las dos administraciones participantes en el patronato.

Tercero, creación de una oficina de fomento para los dos parques,
teniendo éste un gerente de fomento. El nombramiento del gerente de
fomento se hará por el Gobierno del Estado, a propuesta del Instituto de
Fomento de Andalucía, previa consulta al patronato; elaborará los planes
de desarrollo sostenible para el área de influencia de los parques,



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que serán informados y aprobados por el pleno del patronato.

Cuarto, como conclusión exponemos: confiar en la sociedad civil es
profundizar en el sistema democrático. Llenar de contenidos y funciones
competenciales al patronato es hacer una sociedad más responsable y
participativa. Esto será una garantía para la conservación y el
desarrollo sostenible del parque. Transferir las competencias de la
comisión mixta al pleno del patronato, pues la mayoría están siendo
ejercidas por la sociedad civil andaluza en los parques naturales a
través de su junta rectora. Sería un paso atrás dejar al patronato vacío
de funciones o con funciones banales.




El señor PRESIDENTE: Don José Antonio Castillo, esta Presidencia le da
las gracias por su colaboración y le ruega que le disculpe si se ha
sentido molesto. Usted no conocía el funcionamiento de esta Cámara, pero
esta Presidencia se siente satisfecha porque usted no ha estado
desarmado, sino que ha encontrado argumentos suficientes para defender
unas propuestas, que estoy seguro serán estimadas por todos los grupos
parlamentarios aquí representado.

¿Grupos parlamentarios que desean intervenir? (Pausa.)
En nombre de Izquierda Unida, don Pedro Vaquero tiene la palabra.




El señor VAQUERO DEL POZO: Bienvenido, señor Castillo, a esta Comisión,
en una comparecencia que considero altamente positiva, puesto que
manifiesta con una gran claridad la forma de pensar de un segmento muy
importante de hombres y mujeres que en Andalucía y en Granada están muy
preocupados por el futuro de la sierra y aportan, como se ha podido
comprobar, propuestas que nuestro grupo parlamentario ha tenido en cuenta
a la hora de presentar enmiendas a la proposición de ley que viene del
Parlamento de Andalucía. Observo que su intervención se ha centrado
fundamentalmente en los temas de gestión, en los que no voy a incidir
porque estamos prácticamente de acuerdo. Voy a preguntarle más bien por
algo que usted considera razonable, como son los límites idóneos a
efectos de la demarcación del parque nacional de Sierra Nevada. Al mismo
tiempo, si estima necesaria la opinión de los expertos, que parece va a
ser el eje del debate parlamentario que nos queda, ya que se vería
enriquecido con la participación de otras voces que van a aportar su
opinión política y técnica desde otros puntos de vista. ¿Considera usted
que esto es necesario y están dispuestos a colaborar en la
complementación de esas opiniones a efectos de que finalmente haya un
consenso definitivo sobre los límites?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Díaz Sol.




El señor DIAZ SOL: Como el compareciente se ha sentido suficientemente
defendido por el presidente, no haré uso del turno.

El señor PRESIDENTE: Sólo en la primera parte, porque luego no ha hecho
falta.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra doña Blanca
Fernández.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Yo me he perdido en su intervención
con respecto a la creación del parque nacional de Sierra Nevada.

Probablemente necesitaremos un acercamiento porque estará en mí la
dificultad para seguirle con relación a los puntos concretos de Sierra
Nevada.

Algunos miembros de su federación plantean cuestiones confusas en la
prensa local de Granada, anunciando a bombo y platillo que el Parlamento
ha aprobado la Ley del parque nacional de Sierra Nevada y su creación sin
los límites, cuando todavía no se ha constituido ponencia y estamos en
fase de presentación de enmiendas.

Repito que estoy confusa, pero será problema mío. Antes de hacer estas
propuestas debemos hablar para enterarnos de por dónde van las cosas,
porque me quedo fuera de juego. Nos hemos ceñido a cuestiones posteriores
que tendrán que estudiarse cuando se apruebe la ley, como es adaptar los
problemas de gestión a la ley que ya existe. En este momento es
importante la participación ciudadana, pero ahora, cuando estamos
hablando de cuestiones técnicas muy claras desde el punto de vista
ecologista, no debemos meternos en un diseño de gestión que excede del
debate en el que estamos. Puede parecer excesivamente barroco, de esa
fase del barroco tan representada en Madrid como puede ser el
churrigueresco, tan enrevesado que no lo he llegado a entender. En otro
momento hablaremos para ponernos de acuerdo sobre estas cuestiones.




El señor PRESIDENTE: Don José Antonio Castillo Vilches tiene la palabra
para contestar a cuantas preguntas le han formulado.




El señor PORTAVOZ DE LA CEPA, GRANADA (Castillo Vilches): Me van a
perdonar mi nerviosismo, pero estos foros me vienen un poco grandes,
aunque no creo que el pueblo, que es soberano, sea menos que los votados.

Quiero comentar que tan nervioso estoy que se me ha olvidado entregarles
una documentación que me ha costado toda una semana de trabajo y que está
en mi maletín. Para que vean hasta dónde llega el esfuerzo de la sociedad
civil, les voy a hacer unos comentarios. Para venir aquí he tenido que
dejar a mis mellizas con la abuela toda la Semana Santa, de lo que estoy
muy orgulloso y mis hijas también. Ahora les pasaré la documentación.

Como la diputada por el Partido Popular, señora Capel, está confundida,
me confunde a mí. No soy Alvaro Martínez Sevilla, ni la Confederación
Ecologista Pacifista Andaluza es un partido político ni tiene vocación de
ello; en absoluto, se lo puedo asegurar. La señora diputada me confunde
con Alvaro Martínez Sevilla, que es quien hizo declaraciones en la
prensa. Usted seguramente tendrá el dossier de prensa donde lo puede ver.

El partido político de Los Verdes no tiene nada que ver con el movimiento
social



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ecologista. Ellos son una opción política más y nosotros somos la
sociedad civil que se organiza en una conciencia, en una sensibilidad
ecologista, que hace un trabajo totalmente altruista, porque quiero que
se sepa que en nuestra organización no hay nadie que cobre un duro.

Por otra parte, nuestras propuestas van hacia una participación de la
sociedad. No se puede estar tutelando a la sociedad siempre. La sociedad
no puede ser lista el día que vota y dos días después ser estúpida. Si
somos listos para votar, también somos listos para autogestionarnos. ¿Por
qué no nos dan la confianza suficiente como para que yo en mi casa pueda
saber qué hacer? Dice un refrán que más sabe el loco en su casa que el
cuerdo en la ajena. Desde este punto de vista, pedimos una participación
de la sociedad que sea eficaz. Que esta semana que me he pegado de
trabajo sirva para algo. Que venir de Granada a Madrid y volver a
Valencia a recoger a las mellizas y de allí a mi casa sirva para algo.

Esto va a hacer más operativa la gestión. Ustedes no tendrán problemas
con la sociedad, porque no estaremos constantemente montando el cisco en
los periódicos y armando la tabarra con las manifestaciones, y en todo lo
que hagamos --y le aseguro que nosotros sabemos cómo hacerlo-- van a
tener en nosotros una colaboración totalmente eficaz, porque lo
demostramos con nuestro trabajo. Y ahora lo pueden ver. En esa
documentación les vamos a presentar un trabajo de año y medio, que es un
banco de ideas para el desarrollo sostenible de Sierra Nevada. Yo mismo
hice 150 encuestas a pie de calle por toda Sierra Nevada, hablando con
los técnicos, con los catedráticos, con los universitarios y con las
personas implicadas. Van a tener una sinopsis, y cuando quieran mando a
esta Comisión un tocho para que lo fotocopien, porque nosotros estamos
cortitos de recursos, sobre todo porque la Consejería de Medio Ambiente
nos tiene cortado el lío.

En cuanto a los límites, está claro que no sólo queremos un parque que
diga que vamos a conservar lo que hay. No. Nosotros queremos más,
nosotros queremos recuperar ecosistemas, nosotros queremos recuperar una
calidad perdida. Y nosotros, que sabemos lo que el señor Casas sabe,
decimos: la zona norte del Marquesado también. ¿Por qué? Porque cuando
sea parque nacional tendrá que gestionarse como un parque nacional. El
ecosistema creado, monoespecífico, la procesionaria no necesita bajarse
al suelo para andar de un árbol a otro, que es el problema que tiene la
procesionaria en Sierra Nevada. No les da lugar a los depredadores a
comérselo. Pasa de ramita en ramita. Está tan junto el bosque, faltan
inversiones de quienes debían hacerlas, y sabemos quién es, ¿verdad,
señor Díaz Sol?... Como no ponen dinero, como todo se lo lleva quien se
lo lleva, no hay dinero para hacer tratamientos herbícolas. Ese es el
problema de la procesionaria y no el que ha dicho el señor consejero ni
que se ha esgrimido aquí. El problema es que no se invierte dinero en los
tratamientos herbícolas. La gente del parque no tiene desarrollo
socioeconómico porque no hay dinero. Como he dicho, donde hay dos no se
pueden sacar tres. Si se mete todo el dinero en la estación de esquí,
¿qué queda para los demás? No queda nada. Tendrían que ver los problemas
sobre el terreno. Desde Madrid pasa lo mismo que sucede desde Sevilla.

Sevilla queda tan lejos como Madrid, y a veces más. Habría que ver cuáles
son los problemas reales y no perdernos en temas partidistas.

Al señor Vaquero ya le he contestado sobre la recuperación de ecosistemas
y los límites que proponemos. Cuando nosotros presentamos la proposición
que su partido tuvo a bien recoger, aunque surgieron los dimes y diretes
de que después de que se salieran Los Verdes nosotros somos el pulmón
ecologista de Izquierda Unida (no se lo crea, señor Vaquero, porque le
pasaremos la factura), cuando hicimos la proposición de delimitación,
que, por cierto, está basada en la proposición de la Federación Andaluza
de Montaña levemente modificada, lo que queríamos era proponer unos
lugares sin los cuales pensamos que no es viable un parque nacional.

Además, con un miedo terrible. Cuál fue nuestra sorpresa cuando leímos en
el periódico: los ecologistas sólo proponen 60.000 hectáreas, nosotros
vamos a proponer 120.000 hectáreas. ¡Fenómeno! Si están recogidas
nuestras proposiciones, mejor; más inversiones, más desarrollo, más
conservación y más gestión. ¿Por qué queremos el parque nacional? Porque
el parque nacional no ha sido gestionado en aras de la conservación y el
desarrollo sostenible. Todos los granadinos lo sabemos, y el que lo sabe
y no lo dice es porque tiene sus intereses.

Señor presidente, he hecho una copia de las carpetas por grupo, si quiere
se las doy.




El señor PRESIDENTE: Se lo agradecemos muy especialmente. Yo quería hacer
notar que usted ha vencido también el nerviosismo inicial y que ha
rebasado el tiempo que se le ha concedido a otros interlocutores. Quiero
tranquilizarle en el sentido de que su colaboración ha sido muy positiva
y será muy estimada por esta Comisión y por estos grupos políticos. (El
señor Díaz Sol pide la palabra.) ¿Señor Díaz?



El señor DIAZ SOL: Señor presidente, no he entendido la alusión que ha
hecho el compareciente y me gustaría que la explicitara de alguna forma
por si tuviera algo que decir, porque me he visto aludido en algo en lo
que no he intervenido para nada, porque no creía que mereciera la pena.




El señor PRESIDENTE: Señor Díaz Sol, no le voy a negar ese derecho que
usted tiene de pedir aclaraciones, pero entiendo que la intervención del
señor Castillo se ha desarrollado en un tono coloquial que más o menos
todos hemos entendido. Ha hecho continuas referencias o comparaciones no
ya al parque de Doñana, sino al propio parque de Sierra Nevada cuando era
parque natural. Como usted era representante de ese grupo, posiblemente a
ello se deba esa referencia en la que esta Presidencia no ha visto
alusión alguna de tipo personal. No obstante, yo no le voy a privar de su
derecho a preguntar y al señor Castillo del de contestar.




El señor DIAZ SOL: Es que no lo he entendido. De repente me he visto
aludido y no sé por qué.




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El señor PORTAVOZ DE LA CEPA DE GRANADA (Castillo Vilches): Yo se lo
explico en seguida. Son dos palabras nada más.




El señor PRESIDENTE: No ha lugar. El debate está terminado, señor Díaz
Sol. Usted tiene mucha experiencia parlamentaria. Apelo a sus dotes de
comprensión reiteradamente manifestadas y apelo también a la hora. Yo sé
que usted sería muy capaz de explicarle la buena intención de sus
palabras, pero en estos momentos esta Presidencia da por finalizado el
debate. Muchas gracias, señor Castillo, por su colaboración en nombre de
toda la Comisión.




--SEÑOR REPRESENTANTE DEL CC. OO. DE GRANADA EN LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA (DEL RIO) (Número de expediente
219/000348).




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra ahora don Jesús del Río,
representante de Comisiones Obreras de Granada en la junta rectora del
parque natural de Sierra Nevada, al cual le ruego que por solidaridad
resuma su intervención.




El señor REPRESENTANTE DE CC. OO. DE GRANADA EN LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NATURAL DE SIERRA NEVADA (Del Río): Señor presidente, señoras y
señores diputados, en primer lugar, quiero agradecer la invitación que ha
hecho la Mesa de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los
Diputados a mi organización, a Comisiones Obreras, para poder participar
en este foro y dar nuestra valoración sobre la proposición de ley del
parque nacional.

En segundo lugar, querríamos mostrar nuestra satisfacción por este
proceso de declaración de parque nacional, no por la proposición de ley
en sí porque creemos que es modificable y mejorable. Entendemos que se
culmina un proceso largamente reivindicado en Granada, en Andalucía, y yo
creo que por la comunidad científica internacional. Todavía tengo
recuerdos de cuando representantes de universidades extranjeras venían a
Sierra Nevada y se quedaban sorprendidos porque este espacio, que era la
cuna de la biodiversidad vegetal de Europa y una de las zonas botánicas
más importantes, no tuviese ningún sistema de protección, ninguna figura
de protección de rango nacional. Por ello, lógicamente, me congratulo por
la parte científica y ciudadana de este proceso. No es una cuestión
andaluza ni una cuestión nacional, yo creo que el hecho de que se esté
haciendo justicia por primera vez a este espacio es una cuestión de rango
internacional; un espacio al que, a lo mejor, por estar constituido por
plantas, que no se mueven ni cantan ni vuelan, se le ha prestado menos
atención.

Como me toca intervenir después de cuatro horas y media de sesión y
entiendo que los señores diputados, como todos, están muy cansados, y
como he escuchado gran parte de las intervenciones, me gustaría no
reiterar ningún argumento. Por tanto, voy a ir a lo que yo creo que, como
representante sindical, debería tratar en lo que se refiere a la
proposición de ley del parque nacional. Antes de ello, voy a hacer un
somero análisis, desde una perspectiva social, de lo que ha supuesto la
consolidación del parque natural de Sierra Nevada desde su creación y qué
problemas han podido surgir en el aspecto social a la palabra
conservación, porque creo que es fundamental a la hora de proponer una
nueva figura legislativa como es la de parque nacional para que
aprendamos de la experiencia y veamos cuáles han sido los problemas. Por
nuestra parte, entendemos que a lo mejor habría que incidir en la
formulación técnica de la ley sobre esos aspectos que hemos visto durante
estos últimos diez años que se han sucedido en Sierra Nevada.

En primer lugar, cuando se creó el parque natural de Sierra Nevada, hace
nueve años, se generó una expectativa muy grande sobre la opción a
integrar el desarrollo con la conservación, sobre la inversión pública
que posibilitara una mejora en los procesos de investigación o en los
procesos generales de conservación dentro del espacio natural, pero
también sobre un cambio de la filosofía de los aprovechamientos que se
habían venido labrando durante los últimos veinte o treinta años y que,
desde luego, no eran los óptimos para ese espacio natural.

Pues bien, se creó esa expectativa de que se podía, desde la promoción
pública, incentivar un nuevo modelo de desarrollo, de aprovechamientos
tradicionales, de ordenación a veces, porque no se trata sólo de fomentar
los aprovechamientos, sino de ordenarlos de forma científica para que
todos puedan tener rentabilidad, tanto el ecosistema como los ciudadanos,
e intentar conseguir lo que se había venido hablando el último año: que
la mejor forma de conservación era que los ciudadanos volviesen a mirar
al monte --como nosotros decíamos-- y se volviesen a sentir parte
implicada en la conservación de esos montes porque no sintiesen el monte
como algo salvaje o algo estéril. Recuerdo que en muchos pueblos, cuando
hablaban del encinar decían: ¿y eso para qué sirve? Eso no sirve para
nada, ni da fruto ni da nada, lo mejor sería talarlo y sembrar olivos o
sembrar cerezos o lo que sea; porque se había generado la dinámica de que
el monte no servía para nada, el monte era algo para cuatro locos que
iban a andar. Entendíamos que era fundamental para conseguir en un futuro
la conservación de Sierra Nevada que los propios ciudadanos, los propios
habitantes hicieran incluso su aprovechamiento, porque, aunque se ha
explicado que en los parques nacionales hay poco aprovechamiento, en la
montaña mediterránea esos escasos aprovechamientos son necesarios
precisamente para propiciar su conservación porque son ecosistemas
generados con usos, lógicamente muy pequeños, como son el pastoreo o los
forestales, pero que se deben seguir fomentando.

Esa idea de intentar que el ciudadano volviese a sentirse protagonista de
su conservación, de fomentarle y ordenarle los aprovechamientos
tradicionales a través de una promoción pública y de una incentivación
por medio de la figura del parque natural, esas expectativas han ido
cayendo, desgraciadamente, durante estos años y se ha generado entre los
ciudadanos del parque, yo creo, una profunda decepción por lo que ha
supuesto la declaración de espacio protegido.




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Muchos dicen que con la declaración de espacio protegido sólo han
conseguido carteles indicativos, porque el parque natural es el mismo
espacio, pero con carteles. Algunos dicen que han venido más visitantes,
pero que no se ha notado nada en lo relativo a la conservación y menos en
lo relativo al fomento de esa nueva cultura del desarrollo que tendría
que haber en la zona rural.

Como es lo que más me preocupa y es algo que se ha destacado en Sierra
Nevada, y creo que se ha destacado en la mayoría de las zonas rurales
andaluzas --ésa es nuestra experiencia y me imagino que posiblemente la
de la mayoría de las zonas rurales que sean espacios naturales
protegidos--, lo que me gustaría es que la proposición de ley que se vaya
a elaborar aquí, en el Congreso, intentase intervenir también sobre los
aspectos socioeconómicos y sobre los de participación. Por ello, quisiera
añadir esos dos campos que se han venido tratando durante esta tarde en
esta sesión, como han sido las cuestiones de la gestión, de los límites,
que son muy importantes, muy vitales, pero creo que hay que prestar
atención a las cuestiones socioeconómicas de un parque, de su zona de
influencia en este caso, y a las cuestiones de la participación, es
decir, cómo implicar al ciudadano para que sea corresponsable de la
conservación de su propio espacio.

Voy a hacer cuatro o cinco propuestas sobre estos aspectos, para que
conste la opinión de Comisiones Obreras en la junta rectora. En primer
lugar, sobre los límites, entendemos que habría que aceptar como base de
partida la propuesta que ha elaborado la comisión de expertos de la
universidad. Eso es algo que ya reivindicamos hace tres o cuatro años.

Dijimos que la propuesta inicial era administrativista y que no servía,
que sólo servía para avanzar en el proceso, pero instamos a los órganos
competentes a que abordaran, en un plazo lo más rápido posible, la
elaboración de una propuesta con base científica porque entendíamos que
la base de un parque nacional tiene que ser científica, y a partir de ahí
se podrá matizar técnicamente, socialmente o en otros aspectos, pero al
menos que la base con la que trabajasen tuviese un criterio científico.

Reconozco esa validez a la propuesta que plantea la comisión de expertos
de la universidad, aunque, lógicamente, entiendo que tiene que quedar
abierta a esas pequeñas modificaciones que, en muchos casos, la pueden
mejorar.

Coincido con la idea que ha presentado antes el compañero de la
Federación Ecologista. Yo también soy partidario de bajar los límites de
la zona del Marquesado, precisamente por eso, porque venimos diciendo
desde hace muchos años, sobre todo desde el campo botánico, que es hora
de que en algunas zonas de repoblaciones forestales se inicien las
sustituciones de masas hacia los ecosistemas naturales, y planteamos: si
bajamos los límites al carril y dejamos cierta zona de pinar en el parque
nacional, estaremos generando recursos suplementarios precisamente para
propiciar, en un proceso de 50, 70, 80 años, la sustitución de masas y
volver a ver un encinar que posiblemente haga cientos de años que no se
había visto en la zona del Marquesado. Posiblemente también daría opción
a una nueva fórmula de gestión de una masa forestal en Granada, porque
realmente en el parque nacional, con la configuración actual, no había
ninguna zona de repoblación y, por tanto, no se podía experimentar ese
tipo de sustitución de masas. Son criterios que pueden ser aceptados o
no, pero son criterios. Ya he expuesto algunos y podría haber algunas
matizaciones que los mejoraran. Por tanto, yo no me cerraría si hubiera
alguna matización pequeña que pudiese mejorar la propuesta de la
universidad.

Sobre el tema de la gestión, entiendo que se puede encontrar la fórmula
de coordinación o colaboración entre las administraciones, habiendo la
suficiente generosidad por ambas partes, sobre todo, dentro del marco de
la Ley 41/1997, que, lógicamente, ya ha cerrado alguna de las
pretensiones con las que yo ideológicamente me identifico, que sería una
gestión específica de Andalucía, porque me parece lo más normal, dado que
tiene competencias plenas en medio ambiente; pero visto que tenemos ese
marco legal, plantearía que, con generosidad de ambas partes, se llegara
a un acuerdo para la gestión. Creo que se han expuesto algunos casos cuyo
análisis podría ser interesante para poder trasladarlos al caso de Sierra
Nevada.

Comentaría a los dos partidos que sustentan a ambos gobiernos, tanto al
Gobierno central como al Gobierno andaluz, PSOE y PP, que a veces da la
sensación de que están utilizando este tema como un conflicto
competencial para generar una nueva batalla política partidista y
aquellos que estamos fuera de esas dos opciones políticas lógicamente
entendemos que eso no beneficia a la situación del parque nacional de
Sierra Nevada. Creo que con buena voluntad y con generosidad por ambas
partes se puede llegar perfectamente a una fórmula de gestión compartida.

Gestión que entiendo que debe basarse fundamentalmente en la Junta de
Andalucía, porque es la gestión de lo cotidiano; los guardas forestales,
el diseño de las políticas forestales, el conocimiento del parque está
dentro del ámbito de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Por tanto, al
final, la gestión de lo cotidiano corresponderá a los que la han llevado
a cabo hasta ahora, que es la gente de la Junta de Andalucía, y la
Administración central participará en el ámbito que le compete, como una
figura integrante de una red nacional que, por tanto, tiene que coordinar
determinadas actuaciones, habrá determinados proyectos que tendrán que
ser comunes dentro del ámbito de la red de los parques nacionales y, por
consiguiente, contarán con su participación.

El asunto está en que si somos generosos y nos respetamos mutuamente las
dos Administraciones, podemos llegar a un acuerdo. Ahora, si ante
cualquier conflicto de competencias vamos a hacer un campo de batalla
política, no llegaremos a ningún lado. Si hay generosidad por parte de
las Administraciones, se puede llegar a un acuerdo, y yo creo que ése
sería el reto que se tendría que marcar: buscar fórmulas, dentro de la
ley vigente actualmente, que es en la que nos tenemos que mover, para
compartir la gestión.

Sobre la cuestión socioeconómica o la participación --ahí coincidiría
mucho con la gente de las federaciones pacifistas--, yo llenaría de
contenido el patronato del parque nacional con funciones específicas, y
como se tiene que producir su desarrollo reglamentario y también,
lógicamente, el debate de la ley, que no sea un mero apéndice que tramite
las iniciativas que vienen de la Administración



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y que, por tanto, el sector de la Administración local y el sector social
no tengan incidencia o corresponsabilidad en la participación. Démosle
contenido y que aquella Administración que tenga que hacer el desarrollo
reglamentario sea más generosa en la participación, porque he escuchado
una propuesta de composición del patronato que me ha parecido un poco
decepcionante, porque fundamentalmente había representantes de la
Administración central, de la autonómica, de las administraciones locales
y creo que sólo había tres representantes de los sectores sociales (eso
es lo que me ha parecido escuchar); me parecería preocupante que eso
continuase así. Si queremos que algún día la junta rectora del patronato
se funda en un solo órgano, habrá que darle una amplitud mayor. Por
tanto, llenémoslo de contenido e intentemos corresponsabilizar a ambas
Administraciones, a la local y a los sectores sociales en la gestión del
parque, porque yo que tengo experiencia en alguna junta rectora y a veces
los análisis que se hacen en la misma son bastante más equilibrados que
muchos de los mandatos que salen de la oficina de las administraciones
central y autonómica, porque allí confluyen muchos intereses. Creando un
buen ambiente, a veces es más fácil encontrar la solución en el seno de
una junta rectora de un buen patronato que en el enfrentamiento entre
administraciones.

Por último, sobre los compromisos financieros, creo que la ley tendría
que insistir en que se genere compromiso para la elaboración de un plan
de desarrollo sostenible al menos un año después de aprobada la ley, es
decir, que se especifique, lo mismo que se especifica en el plan gestor
de uso y gestión, que el plan de desarrollo sostenible tendría que estar
elaborado un año después de la aprobación de la ley; que se estableciese,
también por ley, una oficina autónoma de fomento que fuese la encargada
de promover ese plan de desarrollo sostenible. Incluso que se
estableciese algo que no puede figurar en la ley, pero que nos importa
sobre todo a aquellos que estamos en la zona de la sierra y que sabemos
las susceptibilidades que provoca este tipo de planteamientos. Desde el
punto de vista económico, nos gustaría saber qué compromisos van a tener
las administraciones, tanto central como autonómica, para inversiones,
para la mejora socioeconómica del entorno, del área de influencia del
parque y, sobre todo, las actuaciones de mejora para la conservación del
parque, porque se necesita mano de obra, peonadas de empleo, que, en
muchos casos, pueden aliviar las posibles tensiones que se generan cuando
se crea una figura nueva, y de estas cosas nunca hemos oído nada. Sería
bueno que, a la vez que se va tramitando la ley, se fueran dando algunas
expectativas de posibles mejoras económicas que se podrían desarrollar en
los pueblos del cinturón.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que deseen intervenir?
En nombre del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, tiene la palabra
don Pedro Vaquero.




El señor VAQUERO DEL POZO: Señor presidente, voy a intervenir muy
brevemente. En el punto en el que estamos en estos momentos, sobre todo
respecto de los límites, ¿Comisiones Obreras, la organización a la que
usted representa, manifestaría su voluntad de contribuir a que finalmente
haya una propuesta consensuada en el estudio pormenorizado de las
problemáticas que se suscitan en torno a lo que ya empieza a ser la
propuesta base, que es la relación de la comisión de expertos? ¿Estarían
dispuestos a participar y lo verían conveniente en esta aproximación y en
el debate de la fijación final de los límites?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Díaz.




El señor DIAZ SOL: Querría decir, para que constara en el «Diario de
Sesiones», que ya en el año 1981 el Partido Socialista intentó llevar a
cabo una iniciativa legislativa que tenía como fin parar movimientos
especulativos importantes en la zona del barranco de San Juan, que hoy
está preservada por los límites de los expertos. A impulso del Grupo
Socialista, mediante la gestión y la legislación se ha protegido una
parte muy importante del territorio, pero también se ha impulsado por la
Consejería de Medio Ambiente, el pacto por Sierra Nevada, que ha dado
lugar a esta proposición de ley que estamos discutiendo aquí. Lo quería
decir, porque podría quedar en el ambiente que había una inhibición,
incluso una mala fe a la hora de la gestión medioambiental y la defensa
de los intereses medioambientales de Sierra Nevada, y creo que no ha sido
así, lo digo con esta pequeña pincelada histórica.

Yo le preguntaría al representante de Comisiones Obreras si realmente
considera que debe haber una unificación en la gestión, como se plantea
en le proyecto de ley, o si piensa que será compatible, conociendo como
conoce el territorio, con la posibilidad de una cogestión, aunque sea en
esos tratos generosos a los que nos incitan los grupos políticos, sobre
todo a los que gobernamos en un nivel determinado. ¿Cree que, aparte de
esa cogestión a la que podíamos llegar a un acuerdo en lo que se refiere
al parque nacional, sería conveniente una unificación de los órganos del
parque natural? ¿Qué tipo de coordinación se le ocurre? A mí me produce
una cierta confusión si el planteamiento que existe es el que se ha hecho
en esta Comisión a primeras horas de su reunión por parte de la
Administración, en un sentido muy claro, muy decidido, muy firme sobre
las responsabilidades de una ley que se ha aprobado por este Parlamento,
pero que no hemos compartido todos los grupos, obviamente, Ante esa
situación, ¿cree usted que puede darse la unificación de una junta
rectora con un patronato, con un solo conservador o con un director? Cómo
ve usted todo esto, porque se crea una situación difícil. Quiero saber
cuál es su opinión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Fernández.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Quiero agradecer al interviniente su
sincretismo, porque



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cuando se habla al final, en cierta medida pasa aquello de decía el
abogado de Napoleón, y es que se tiene cierta ventaja sobre los
anteriores intervinientes. Lo que sí quiero dejar claro, por alguna
insinuación que se ha hecho en relación con algunos temas, es la voluntad
del grupo al que yo represento en este momento, del Grupo Parlamentario
Popular. Ya ha quedado escrito en muchas declaraciones hechas en prensa
en Granada, incluso en artículos de prensa que firma la persona que les
está hablando, que nadie debe utilizar políticamente el tema de Sierra
Nevada, ni siquiera el de su gestión, pero tenemos el marco legal que
tenemos y a él nos es exigible atenernos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Jesús del Río, a quien pido que
sea breve, porque ya hemos rebasado el tiempo máximo.




El señor REPRESENTANTE DE CC. OO. DE GRANADA EN LA JUNTA RECTORA DEL
PARQUE NACIONAL DE SIERRA NEVADA (Del Río): Al diputado Vaquero le diré
que Comisiones Obreras, como siempre, estará dispuesta a colaborar, en la
medida de sus conocimientos y de sus posibilidades, en cualquier ámbito
al que se nos invite. Por lo tanto, si se nos invita a dar nuestra
opinión sobre el tema de los límites y en aquello que nosotros podamos
brindar nuestro apoyo, lo haremos.

Sobre la cuestión planteada por el diputado Díaz Sol, quiero decir que
sería lo deseable y lo conveniente la unificación de ambos órganos de
gestión o de participación. Si no, quedaría una situación un poco
extraña: un patronato que asesora, actúa o interviene en la gestión de un
parque nacional y una junta rectora, en donde estarían casi los mismos o
algunos pueblos más, lo que limitaría una franja externa y parecería que
habría los conservadores de primera y los de segunda. Creo que sería una
duplicidad de funciones un poco absurda. Me parece problemático después
de escuchar la propuesta del patronato, porque no encaja en la
unificación de una junta rectora. Creo que habría que buscar otra
fórmula, un patronato algo distinto, tendría que ser algo intermedio
entre la propuesta formulada y la propuesta de junta rectora, pero lo
deseable sería que el mismo patronato tuviese las funciones de gestión
tanto en el parque nacional como en la junta rectora.

Había el problema de qué hacen los representantes de la Administración
central cuando se hable de actuaciones en el ámbito de parque natural.

Podían también opinar y posiblemente asesorar.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Jesús del Río, en nombre de la
Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados por la
colaboración en el proyecto de ley de declaración de Parque Nacional de
Sierra Nevada.




--DEL SEÑOR REPRESENTANTE DE UGT DE GRANADA (MORENO JIMENEZ) (Número de
expediente 219/000349).

El señor PRESIDENTE: Ahora proseguimos la sesión fuera de tiempo, porque
todo el mundo había calculado --el personal de la casa, los diputados,
los comparecientes, los representantes de los diversos órganos de la
Administración-- que iba a terminar a las nueve y media. No es que nos
hayamos retrasado mucho, pero yo espero que desde su espíritu de
comprensión sea capaz de sintetizar todavía más las últimas
intervenciones y exponernos rápidamente su visión sobre el parque de
Sierra Nevada.

Tenemos aquí al representante de la UGT de Granada, cuyo nombre es don
Antonio Moreno. Bienvenido a la Comisión. Tiene la palabra.




El señor REPRESENTANTE DE UGT EN GRANADA (Moreno Jiménez): Buenas noches,
señor presidente, señoras y señores diputados. Como se dice en estos
casos y siendo el último, yo voy a ser breve pero de verdad, porque hasta
este momento todo al que he escuchado decía que iba a ser muy breve y al
final se ha pasado.

En primer lugar, quiero agradecer que a la UGT se nos haya invitado a
venir a esta Comisión a decir qué es lo que opinamos sobre el parque
nacional de Sierra Nevada. Antes que nada quiero decir, puesto que mi
nombre no había quedado muy claro, ya que hasta última hora UGT no
decidió quién iba a comparecer, que yo soy Antonio Moreno Jiménez,
secretario general de la Federación de la Tierra en Granada, con lo cual
mi relación tanto con el parque como con el medio ambiente --estáis
acostumbrados a escuchar aquí esta tarde a técnicos y a estudiosos-- es
el diario y sobre todo de cariño, porque los granadinos queremos a
Granada y para nosotros, desde luego, Sierra Nevada es el mejor monumento
que tenemos. Esperamos que las resoluciones, los acuerdos, las leyes que
apruebe esta Comisión de Medio Ambiente sean normas de cariño hacia
Sierra Nevada y no de crispación, que no se cree una crispación política
ni en Andalucía ni en Madrid a costa de la sierra que todos queremos. Ya
hemos tenido bastante con la Alhambra, por hacer un poco de resumen, que
no ocurra lo mismo con el parque nacional de Sierra Nevada que con
Doñana.

Nosotros desde UGT entendemos, para ir terminando, que el parque nacional
debe ser gestionado desde la Junta de Andalucía, desde el Parlamento
andaluz, entendemos que sería lo normal y lo justo, sin entrar en
política, porque hoy hay un color y mañana puede haber otro y todos
sabemos que los colores cambian, y si cambian los colores, que no cambien
las ideas y no cambie el mantenimiento del parque nacional. Desde UGT
creemos que es lo mejor, porque se está viendo que, cuando algo se
comparte, al final todo el mundo echa la culpa a los demás de lo que
ocurre. Para que eso no ocurra, entendemos que la gestión debe hacerse
desde Andalucía, que es lo más cercano, y, como decía anteriormente, si
es desde Granada mucho mejor porque lo cuidaremos mucho.

También quiero decir que desde la UGT estamos orgullosos de que se esté
hablando ya de denominar una parte



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de Sierra Nevada como parque nacional, teniendo en cuenta que en sus
alrededores, incluso dentro, viven ciudadanos --hay trabajadores, hay
gente que vive de eso--, haciendo al final una ley que no vaya en contra
del aprovechamiento y evitando que se convierta en algo que todo el mundo
va a ver, pero los que están dentro se tienen que ir porque no pueden
vivir. Yo no soy un técnico, pero creo que entienden lo que quiero decir.

Cuando se habla de las enfermedades que tienen los pinos, cuando se habla
de todo eso, creemos que hay formas de poder solucionarlo. Aunque estén
juntos, entendemos que el bosque mediterráneo es un bosque que se creó en
su momento y no es un bosque productivo; es bonito y hay que cuidarlo y
mantenerlo y eso cuesta dinero, eso supone más presupuesto y, desde
luego, desde los parlamentos, tanto andaluz como nacional, hay que poner
encima de la mesa lo que haga falta para que eso sea una realidad y que
el día de mañana no tengamos una pizarra muy bonita, donde ponga parque
nacional de Sierra Nevada, pero cuando vayamos allí nos encontremos que
de eso no queda más que una foto.

Respecto a los límites, creemos que son los técnicos los que tienen que
marcarlos --nosotros colaboraremos en lo que podamos--, pero teniendo en
cuenta, y aquí se ha hablado mucho del Marquesado, de los pinos del
Marquesado y del puerto de la Ragua, que allí hay muchos pueblos que
viven gracias a esos pinos. No podemos llegar con los límites hasta que,
al final, no podamos tocar un pino, como tampoco se puede cortar los
pinos y poner otros árboles para que estén bonitos. Actualmente, los
pueblos del entorno viven expresamente del monte, no tienen otra cosa,
porque incluso las minas, que era lo poco que daba trabajo, se están
cerrando. No tengamos que coger otros diez pueblos más de la provincia de
Granada y mandarlos otra vez, con las maletas de cartón, a Holanda, a
Bélgica, a cortar espárragos fuera de nuestro país.

Para terminar --me hubiera gustado haber hablado un poco más de esto,
pero, dada la hora, no lo haré--, apelo a SS. SS. para que sean capaces
de llegar a un consenso, a un acuerdo fuera de la política, y que
Granada, los trabajadores, los ciudadanos de los pueblos del entorno vean
que, por una vez en la vida, no sólo se preocupan del parque, sino
también de ellos. Eso sería considerado como una victoria de este
Parlamento por Granada y su provincia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Moreno, por su colaboración,
ciertamente, tal como la ha anunciado, muy resumida, a pesar de que
--estoy seguro-- tenía muchas más cosas que contarnos.

¿Grupos que deseen intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Díaz Sol.




El señor DIAZ SOL: Quiero intervenir más que nada porque el ser el último
en hablar requiere que desde los bancos de los parlamentarios tengamos la
delicadeza de responderle y, como a lo largo de la tarde se ha hablado
tanto del valle de Trevélez como de la zona norte del Marquesado, tengo
que decir que el argumento que acaba de dar el representante de UGT es un
argumento muy a tener en cuenta. Una gestión productiva, que dé salarios
y medios de trabajo, es muy distinta si está bajo la protección de parque
nacional o de parque natural. Por tanto, en ese punto, la Comisión deberá
afinar para buscar el nivel necesario y justo para preservar los dos
intereses: los de los habitantes de la zona y el sustituir una masa
extraña en ese macizo.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra doña
Blanca Fernández de Capel.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Queremos dar las gracias al
representante de UGT por su entrañable exposición.

Desde luego, tal como ha dicho el diputado del Grupo Socialista, yo
también soy consciente de que, en relación con muchas de las cuestiones
que se están tratando aquí y cuando se habla de recuperar zonas, no se ha
pensado que esas zonas están generando puestos de trabajo, cosa a la que
estos diputados no podemos ser ajenos.

Si he entendido bien, usted dice que la gestión debe ser exclusiva de
Andalucía y la financiación, de presupuestos generales del Estado. ¿Hay
una manera de llegar a un acuerdo fuera de la ley? Porque ese acuerdo que
usted está exponiendo nos aparta en este momento del marco legal que
tenemos, que nos es exigible a todos, y mucho más a los que representamos
en este momento al Legislativo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moreno.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA FEDERACION DE LA TIERRA (Moreno
Jiménez): En primer lugar, yo he dicho que la gestión desde la Junta de
Andalucía actualmente, pero también he dicho que, si somos capaces de
alcanzar un consenso que sea bueno para todos, no habría ningún problema;
sin colores políticos, que sea bueno para la capital de Granada. Y yo
entiendo que la financiación debe venir del que más tiene, que en este
momento es el Estado, y desde luego con apoyo, como lo está siendo hasta
este momento --y no me cabe ninguna duda--, de la propia Junta de
Andalucía, que está aportando tanto o más que actualmente el Estado, y en
la carpeta tenemos los datos.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Estamos de acuerdo...




El señor PRESIDENTE: Ya no ha lugar, perdóneme.




La señora FERNANDEZ DE CAPEL BAÑOS: Señor presidente, no me ha contestado
a la última cuestión.




El señor PRESIDENTE: Señora Fernández, esta Presidencia ha ordenado de
forma equilibrada este debate, yo creo, con la colaboración de todos
ustedes, y no lo vamos



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a alterar al final. El compareciente finaliza su intervención y ha
contestado a lo que usted ha preguntado o a lo que él ha creído que tenía
que contestar.

Yo no quisiera finalizar la sesión sin agradecer a todos los portavoces
de los grupos parlamentarios el gran sentido de colaboración que han
tenido con esta Presidencia en la ordenación de las exposiciones de los
comparecientes y sin desear a todos los ilustres comparecientes
granadinos un feliz y prudente viaje de regreso; tengan la tranquilidad
de que su colaboración ha servido para hacer una ley de Sierra Nevada
mucho mejor; ustedes han venido a ayudarnos a nosotros.

Muchas gracias. Doy por finalizada la sesión.




Eran las nueve y cuarenta y cinco minutos de la noche.