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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 137, de 28/01/1997
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 137



AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA



PRESIDENTE: DON JOSE CRUZ PEREZ LAPAZARAN



Sesión núm. 9 (extraordinaria)



celebrada el martes, 28 de enero de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia, a petición del Gobierno, del señor Subsecretario del
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (López de Coca
Fernández-Valencia), para informar de los daños provocados en el sector
agrícola en la Comunidad Autónoma de Andalucía por el reciente temporal.

(Número de expediente 212/000444.)



Se abre la sesión a las cinco y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías. Iniciamos la sesión de la
Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca con el único punto del orden
del día: Comparecencia, a petición del Gobierno, del ilustrísimo señor
Subsecretario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, don
Nicolás López de Coca, para informar de los daños provocados en el sector
agrícola en la Comunidad Autónoma de Andalucía por el reciente temporal.

Le damos la bienvenida al señor Subsecretario y, sin más preámbulos, le
damos la palabra para que nos informe sobre este asunto.




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El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y
ALIMENTACION (López de Coca Fernández-Valencia): Gracias, señor
Presidente.

Buenas tardes, señorías. Esta comparecencia tiene el propósito de ofrecer
a los miembros de esta Comisión un informe sobre la situación actual del
sector agrario andaluz tras el temporal de lluvias que ha azotado a la
Comunidad Autónoma de Andalucía en las últimas semanas. He de anticipar
--y espero que los miembros de la Comisión así lo comprendan-- que este
informe está marcado por la provisionalidad, ya que no es posible en
estos momentos, en que ni siquiera ha remitido totalmente el temporal,
hacer una detallada valoración de los daños en las producciones agrícolas
más significativas. La evolución climatológica en las próximas semanas
será determinante para comprobar el comportamiento futuro de las siembras
y de las plantaciones. También he de señalar las grandes dificultades que
para evaluar los daños de todo tipo en cosechas, infraestructuras,
instalaciones, etcétera, se derivan del estado impracticable de las vías
de acceso a muchas zonas y comarcas. Con estas limitaciones prácticas que
hemos podido comprobar en las informaciones gráficas que han ido
apareciendo en prensa y en televisión, y que a todos nos han
impresionado, voy a facilitarles una panorámica de la situación con los
datos disponibles al día de hoy y cerrado al 20 de enero. Ello, sin
perjuicio de las evaluaciones que hayan de hacerse posteriormente, una
vez que las condiciones se normalicen totalmente.

Quiero resaltar que el informe que se presenta ante la Comisión es el
fruto de un trabajo conjunto del ministerio, a través de las direcciones
provinciales y de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía,
a través de sus delegaciones provinciales, con intervención de otras
entidades y autoridades locales y la coordinación de la Administración
central del Estado en la Junta de Andalucía. Este trabajo conjunto de
ambas administraciones es una garantía de que las medidas que
solidariamente se adopten para paliar los daños ocasionados por los
temporales han de resultar eficaces, equitativas y oportunas.

Se ha elaborado una estadística donde se recogen los valores de las
precipitaciones registradas en los observatorios de las diferentes
capitales andaluzas durante los meses de noviembre y diciembre de 1996 y
hasta el 19 de enero de 1997. Como cantidades de referencia se han tomado
las medias registradas en los mismos meses para el período 1961-90, que
se juzga lo suficientemente largo como para posibilitar una comparación
reveladora. Para la provincia de Cádiz no se disponía aún de las cifras
relativas a enero de 1997. Los datos meteorológicos aportados ponen de
manifiesto que las cantidades de agua recogidas en el transcurso de los
dos últimos meses del año 1996 y los días transcurridos hasta el 19 de
enero de 1997 son, en todas las capitales, superiores en gran medida a la
media del período 1961-90, principalmente en Granada, con el 161 por
ciento; en Córboda, con el 152 por ciento; en Huelva, con el 130 por
ciento, etcétera. Sin embargo, lo verdaderamente llamativo en este
capítulo meteorológico se encuentra en las cifras reflejadas en el mes de
diciembre de 1996, en el que, en todas la provincias, las lluvias han
resultado espectaculares. En efecto, dentro de los incrementos se puede
apreciar que los relativos al mes de diciembre de 1996 superan todos el
200 por ciento, destacando por orden de magnitud Huelva, con el 365 por
ciento, y Córdoba, con el 322 por ciento, sobre la media, insisto, del
período 1961-90.

Aunque no se ha recuperado la información diaria, es decir, las lluvias
registradas durante cada uno de los días, porque resultaría excesivamente
prolija mi intervención, les indicaré que es fácil adivinar que en
algunos días se han alcanzado cantidades importantísimas, con lo cual la
escorrentía se ha iniciado con antelación a las fechas normales y sus
valores se han multiplicado en proporciones similares a la intensidad de
las precipitaciones. En las provincias andaluzas de Córdoba, Huelva,
Málaga y Sevilla se han recogido en dos meses más de 600 litros.

Estas precipitaciones anormalmente elevadas han producido diversos tipos
de daños. En primer lugar, el carácter torrencial de las lluvias ha
producido daños en las infraestructuras, tanto viarias como agrícolas
--terrazas de las fincas, caminos rurales, acequias, colectores, taludes,
instalaciones y equipos de riego--, así como una importante pérdida del
suelo fértil. En segundo lugar, se han originado daños directamente a los
cultivos, que en algunos casos han sido arrasados por las lluvias o
aterrados por la escorrentía y en otros casos, como en el olivar, se han
producido pérdidas en las cosechas pendientes de recolección por la caída
prematura del fruto. También se ha producido un incremento de
enfermedades en los cultivos, especialmente los hortícolas. Finalmente y
en tercer lugar, la persistencia de las lluvias ha dado origen al
desbordamiento de los ríos y, por tanto, a inundaciones en grandes
superficies de cultivos, que resultan perjudicadas en su ciclo vegetativo
principalmente por la asfixia radicular --herbáceos-- o por la caída de
los frutos en los leñosos, o por ambas cosas a la vez.

La ganadería ha sufrido también las consecuencias de las inundaciones,
bien por dificultades en el manejo o bien porque las propias
instalaciones resultan deterioradas, además de los casos que afectan
directamente al ganado.

Detalle por cultivos y producciones más significativas. En primer lugar,
los cultivos herbáceos y especialmente los cereales se han visto
afectados por la mala nascencia y el encharcamiento prolongado de las
tierras, que han dado lugar a podredumbre de semillas y plántulas. En
terrenos de cierta pendiente ha habido arrastre de tierras con pérdida de
la siembra. En total, la superficie de cereales más afectada, con
distintos grados de intensidad, es de unas 30.000 hectáreas, siendo la
provincia de Cádiz la más afectada, con unas 12.000 hectáreas, aunque en
general el exceso de agua puede determinar una disminución de los
rendimientos unitarios en la recolección.

Como solución agronómica a estas siembras dañadas cabe todavía en algunas
zonas la resiembra del trigo duro y en otras el girasol, para lo cual
habrá que modificar algunas de las normas de la PAC, concretamente poner
el barbecho obligatorio al 50 por ciento, poder sembrar girasol tras
girasol dentro de las oleaginosas y pedir que se puedan



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poner cultivos alternativos, como el algodón, sin que el sobrepasamiento
que necesariamente se producirá afecte a la penalización por
sobrepasamiento de cantidades máximas garantizadas.

Las pérdidas en cereales pueden estimarse en unos 1.480 millones de
pesetas, lo que viene a representar aproximadamente unas 50.000 pesetas
por hectárea, es decir, una producción de unos 2.000 kilos por hectárea
de cereal. Los daños equivalen a 2.000 kilos por hectárea de cereal.

La remolacha. El efecto de las lluvias torrenciales y continuadas en las
siembras más tardías de remolacha ha sido la pérdida casi total de la
siembra. Por el contrario, en las siembras más tempranas, con un
desarrollo vegatitvo del cultivo más avanzado en el momento de las
lluvias, cabe esperar, y así se está produciendo, una relativa
recuperación, aunque con una disminución cierta de rendimiento. En las
siembras perdidas puede recomendarse el girasol como cultivo alternativo
en secano y el algodón en regadío, de forma compatible, como he dicho
antes, con la PAC. En total la superficie más afectada es de unas 13.000
hectáreas, casi a partes iguales entre Cádiz y Sevilla, y otras 20.000 en
niveles de daño inferiores, con una estimación total de unas pérdidas de
1.630 millones de pesetas.

En tercer lugar, el olivar. En este caso, más que del número de hectáreas
afectadas hay que hablar de la caída prematura de fruto como consecuencia
de las lluvias, acompañada en muchos casos por arrastre o enterramiento
de las aceitunas. Estos daños afectan a la aceituna de almazara, ya que
la de verdeo estaba prácticamente recolectada. Puede estimarse que por
efecto de las lluvias la caída del fruto es, según zonas, entre un 20 y
un 40 por ciento superior a lo normal y que lo no recolectable se
aproxima al 10 por ciento del fruto caído.

Salvo alguna excepción, no se puede hablar de daños en el arbolado y las
pérdidas económicas se originan por pérdida de cosecha, mayores costes de
recolección o pérdida de la calidad de los aceites. En una valoración
global y siempre con la lógica provisionalidad a que al principio me he
referido, todas estas pérdidas pueden estimarse en 3.000 millones de
pesetas, siendo la provincia de Córdoba la más afectada.

En cuarto lugar, los cítricos. Los cultivos de naranjas, limones y
mandarinas se han visto afectados por el exceso de humedad, caída de
frutos, frutos dañados y enfermedades criptogámicas. En mandarinas los
daños no han sido muy cuantiosos, puesto que aproximadamente el 80 por
ciento de la producción había sido ya recolectada. En la fruta que
quedaba en el árbol las pérdidas superan en muchos casos el 50 por
ciento. En naranja el mayor daño se produce en las navel y en las
blancas, en el primer caso con un daño próximo al 30 ó 40 por ciento y en
el grupo de las blancas entre un 10 y un 20 por ciento. En limones la
lluvia ha afectado más a la variedad berna, que estaba todavía en el
árbol, que al limón fino, que estaba ya prácticamente pasada la media
recolección. En total la estimación de daños y pérdidas en cítricos es de
aproximadamente 3.000 millones de pesetas.

En quinto lugar, los cultivos hortícolas. Quizá en el conjunto de daños
sea en las producciones hortícolas en invernadero y al aire libre donde
se hayan producido mayores daños, especialmente en Almería, y dentro de
ella en el campo de Dalías. En la provincia de Cádiz las hortícolas de
invierno --brócoli, coles, zanahoria, etcétera-- se han perdido casi en
su totalidad en una superficie aproximada de 2.500 hectáreas. También se
han visto muy afectados la patata tardía y extratemprana y los cultivos
de invernadero en la costa de Málaga y los de la fresa en Huelva. En
total la estimación de las pérdidas en las producciones hortícolas se
aproxima a 13.500 millones de pesetas, incluyendo los daños en los
propios invernaderos, lo que representa el 48 por ciento de las pérdidas.

Es decir, los daños en hortícolas son la parte más importante de la
totalidad de los daños en cultivos.

En sexto lugar, la ganadería. En las explotaciones ganaderas, más que de
daños directos debemos hablar de dificultades de manejo de los rebaños
por las malas condiciones en que se encuentran las tierras y el
correspondiente encarecimiento de la alimentación, por tener que
recurrir, por supuesto, a un empleo muchísimo mayor de concentrados. Cabe
esperar que tras las lluvias haya una primavera de abundantes pastos que
nos compense la pérdida de 1.100 millones de pesetas en que se han
evaluado las pérdidas en la ganadería, fundamentalmente, insisto, por
tener que haber dado concentrados para la alimentación.

Las lluvias torrenciales y las inundaciones también han producido daños
considerables en las infraestructuras agrarias, fundamentalmente caminos
rurales y en los sistemas de riego. En los caminos rurales los
principales daños, en toda la escala imaginable de gravedad, han sido la
pérdida total o parcial de la capa de rodadura, cortes por
desprendimientos de tierra, destrucción y enterramiento de cauces, de
cunetas y obras de fábrica. Por el momento, aunque no es posible dar
cifras definitivas sobre la longitud de caminos afectados dada la extrema
dificultad de acceso en algunas comarcas, sólo en las provincias de
Málaga y Sevilla están dañados aproximadamente 3.500 kilómetros de
camino.

En las redes de riego se han deteriorado las acequias prefabricadas y se
han producido enterramientos de desagües y arquetas y deslizamientos de
taludes. También se han dañado en algunos casos las instalaciones de
sondeos y redes de tubería. La Junta de Andalucía y el Ministerio de
Agricultura han estimado los daños totales en infraestructuras agrarias
en unos 17.300 millones de pesetas, según resulta de la primera
valoración, de los cuales aproximadamente 7.000 son competencia, por
estar transferido el tema de caminos rurales, de la Junta de Andalucía.

Es importante, pensamos, que las acciones públicas que se emprendan para
reparar los daños producidos se programen adecuadamente a fin de que, por
un lado, se restablezcan con las obras de emergencia correspondientes los
principales accesos a las zonas de cultivo, y por otro se realicen las
obras más importantes en las infraestructuras de riego para asegurar la
disponibilidad de agua en las fincas a partir de la próxima primavera.

Estimación global de los daños en las producciones agrarias. Tras esta
panorámica general, quiero ofrecerles un resumen por producciones y
provincias de las valoraciones



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efectuadas. Estas cifras globales parecen lo suficientemente elevadas
como para justificar la adopción de medidas especiales por parte de la
administraciones públicas, medidas, por supuesto, insisto, que han de
estar presididas por la equidad y la solidaridad. Por bloques de
cultivos, los daños han sido: en herbáceos extensivos, 4.125 millones de
pesetas; en olivar, 3.600 millones de pesetas; en cítricos, 3.087
millones de pesetas; en hortícolas, 13.566 millones de pesetas; otros
cultivos, 2.500 millones de pesetas, y en ganadería, 1.100 millones de
pesetas que, junto con los 17.309 millones de pesetas de las
infraestructuras agrarias, elevan la valoración de los daños ocasionados
en cultivos e infraestructuras agrarias por el temporal --insisto,
valoración provisional hasta el día 20 de enero-- a 43.345,2 millones de
pesetas. Por provincias, la más afectada ha sido Cádiz, seguida de
Huelva, Sevilla, Almería, Málaga y Granada; menos Córdoba, y la que menos
de todas Jaén, con un 3 por ciento de los daños, de los 45.000 millones
de pesetas.

Por provincias Almería ha tenido unos daños de 6.300 millones de pesetas;
Cádiz, 10.142 millones de pesetas; Córdoba, 2.890 millones de pesetas;
Granada, 3.900 millones de pesetas; Huelva, 7.793 millones de pesetas;
Jaén, 1.100 millones de pesetas; Málaga, 5.790 millones de pesetas, y
Sevilla , 7.354 millones de pesetas. Total, insisto, 45.345 millones de
pesetas, de los cuales 17.000 millones de pesetas aproximadamente son de
infraestructuras agrarias y el resto, 28.035 millones de pesetas, de
agricultura en daños directos.

Al margen de estos daños, y fuera del Ministerio de Agricultura, ha
habido daños también en infraestructuras municipales por valor de unos
15.000 millones de pesetas, y en viviendas y enseres por valor de unos
5.000 millones de pesetas.

Dicho lo anterior hay que hacer algunos comentarios sobre el particular
para evaluar el problema lo más correctamente posible. La valoración de
los daños representa entre el 5 y el 7 por ciento de la producción final
agraria de Andalucía, que supera los 750.000 millones de pesetas. Se
queda entre el 5 y el 7 por ciento de la producción final agraria. Si las
condiciones climáticas se normalizan quizá las pérdidas reales se
reduzcan respecto de la estimación realizada, ya que en ciertos casos,
cuando lo permitan el grado de humedad de las tierras o la situación de
los accesos, caben segundas siembras que compensen parcialmente la media
de ingresos de las explotaciones. En tercer lugar, los expertos predicen
que tras los daños inmediatos determinados cultivos, como por ejemplo el
olivar y el girasol, pueden resultar beneficiados por las lluvias en su
próxima vegetación. Finalmente hay que señalar la recarga de los
acuíferos y la buena situación en que se encuentran los embalses, hecho
que nos garantiza la total normalidad de los riegos en el futuro próximo
para toda Andalucía.

Seguros agrarios y su relación con las inundaciones. En cuanto a la
casuística específica de cada uno de los cultivos respecto del
aseguramiento, se pueden señalar los siguientes rasgos principales: en
cereales de invierno los seguros alcanzan el mayor grado de aseguramiento
de todos los cultivos de la comunidad autónoma, con valores próximos al
80 por ciento en las principales provincias productoras, Sevilla, Córdoba
y Cádiz.

El seguro integral cubre todo tipo de riesgos, incluyendo las
inundaciones, desde la nascencia hasta la recolección, con una cobertura
del 65 por ciento del rendimiento declarado en la explotación, cuando al
menos el 70 por ciento de las plántulas tiene tres hojas.

En cítricos el seguro ampara daños por heladas, pedrisco o viento y no
los producidos por inundaciones. El aseguramiento en naranja está en un
52 por ciento en Córdoba y en un 30 por ciento en Sevilla. Salvo en
Almería, con el 26 por ciento, el aseguramiento en mandarinas no alcanza
ni el 20 por ciento.

En aceituna de almazara los niveles de aseguramiento son muy bajos,
destacando el caso máximo de Jaén que, con un 4,9 por ciento, se aseguran
26.200 hectáreas, frente a las 538.000 cultivadas. De todas formas los
daños por inundaciones tampoco están amparados por este seguro;
únicamente podrían acogerse si se atribuye la caída del fruto al viento
huracanado.

En cultivos protegidos los niveles de aseguramiento son muy bajos,
rondando el 1 por ciento en Almería. Se está, además, en la misma
situación que en los cultivos anteriores en el sentido de que no hay un
aseguramiento por inundaciones.

En algodón, los niveles de aseguramiento son más altos y tienen lugar en
Córdoba con el 26 por ciento y en Sevilla con el 21 por ciento. En Cádiz,
de unas 8.900 hectáreas cultivadas, el nivel de aseguramiento es del 31
por ciento. En este cultivo son indemnizables los daños producidos por la
lluvia sobre la cápsula, pero no los correspondientes a inundaciones.

En fresa y fresón no hay aseguramiento en estos cultivos, lo cual es una
lástima pues los daños indemnizables y asegurables incluyen la pérdida de
la planta por enterramiento, arrastre o descalzamiento. El seguro de
helada, pedrisco, viento y lluvia y superiores garantías va desde
noviembre hasta el final de la recolección.

Como se deduce de los datos, el nivel de aseguramiento de los cultivos
que se han visto afectados por las inundaciones, salvo en el caso de los
cereales de invierno y en los cítricos, es relativamente bajo, en
particular en el caso de la aceituna de almazara y en la fresa.

Finalmente quiero referirme a las posibles actuaciones a llevar a cabo
respecto al sector por parte del Gobierno. Como en otras ocasiones
esperamos que a corto plazo se publique un real decreto por el que se
adopten medidas urgentes para reparar los daños causados por estas
recientes inundaciones y los temporales. Las distintas medidas afectan a
varios ministerios. En cuanto al de Agricultura, Pesca y Alimentación, al
que debo referirme, pensamos, aunque todavía están en estudio, que se
concreten en las siguientes posibles actuaciones: En primer lugar,
indemnizaciones directas con cargo al crédito extraordinario que se
habilite al efecto para los daños directos ocasionados por inundaciones,
lluvia torrencial, lluvia persistente, arrastre de tierras o vientos
huracanados sobre las producciones agrícolas aseguradas en pólizas en
vigor del seguro agrario combinado cuando dichos riesgos no estén
incluidos



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en las órdenes reguladoras de las condiciones de aseguramiento.

Por tanto, en relación con estas indemnizaciones directas hay que señalar
que los damnificados tendrían derecho a percibirlas cuando, siendo la
producción afectada susceptible de aseguramiento dentro del sistema de
seguros agrarios, tengan una póliza en vigor que no cubra los riesgos que
originen los daños y que han quedado señalados anteriormente. Si estos
riesgos están cubiertos por las pólizas, caso del seguro integral de
cereales o la fresa, percibirían la indemnización correspondiente de las
entidades aseguradoras.

Por tanto, pueden darse los siguientes tipos de afectados: los que no
tengan suscrita póliza de seguro agrario, que no se beneficiarán de las
indemnizaciones directas provistas en el real decreto, de posible
aparición, en relación con las producciones afectadas, pero sí se
beneficiarán del resto de las ayudas que luego citaremos. Los que tengan
suscrita póliza en vigor del seguro agrario, entre los que pueden ser
considerados a su vez los dos supuestos siguientes: que el seguro agrario
de que se trate ampare los riesgos de inundación y lluvias previstos en
el real decreto-ley --caso del seguro integral de cereales y de la
fresa--, en cuyo caso serán las entidades aseguradoras quienes
indemnizarán al asegurado, de acuerdo con las estipulaciones del contrato
de seguros suscrita. En segundo lugar, que el seguro agrario de que se
trate no ampare los riesgos previstos por el real decreto-ley, lo que
sucede en el resto de los cultivos y producciones afectadas, en cuyo caso
serán las indemnizaciones pagadas por el MAPA, con cargo al crédito
extraordinario previsto en el real decreto-ley; es decir, que no tengan
póliza de seguro, en cuyo caso no se benefician de las indemnizaciones
directas o que, teniendo póliza de seguro en vigor, el riesgo sea de los
ocurridos, en cuyo caso pagará la sociedad de seguros, o que el riesgo no
sea de los amparados por el seguro en vigor, en cuyo caso pagaría las
indemnizaciones directas el crédito extraordinario habilitado.

Quizá sea éste el momento de hacer, una vez más, a la vista de estas
consideraciones, una llamada de atención, en primer lugar, sobre el
interés de los seguros agrarios en un país como España con una
climatología tan propicia a situaciones extremas, unas veces de sequía y,
a continuación, otras de inundaciones en las mismas áreas geográficas.

Todo cuanto hagamos entre todos para fomentar el seguro agrario
contribuirá a evitar situaciones de grave deterioro de las rentas de los
agricultores.

En segundo lugar, aparte de las indemnizaciones directas, se está
estudiando que por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se
dicten normas de desarrollo para la aplicación de los beneficios
establecidos en la ley de reforma y desarrollo agrario, introduciéndose
al efecto en la clasificación de las obras previstas en el título II del
libro tercero de dicha ley las modificaciones impuestas por las
peculiares características de los daños sufridos; es decir, se van a
reparar todas las infraestructuras.

En tercer lugar, se concederán, si procede, moratorias para las
obligaciones de pago de créditos, de toda clase de créditos vencidos o
que venzan en los períodos que delimite el real decreto-ley, tanto contra
personas residentes o entidades domiciliadas en los términos municipales
afectados, y que en ellos posean fincas rústicas, como contra las
personas o entidades que, aunque residan fuera de dichos términos
municipales, posean en los mismos fincas rústicas.

En cuarto lugar, se podrán conceder también exenciones de las cuotas del
Impuesto sobre Bienes Inmuebles de naturaleza rústica, correspondientes
al ejercicio 1997, que afecten a explotaciones agrarias situadas en los
municipios que se determinen, en las que se hubieran producido destrozos
en cosechas o ganados o bienes que constituyan siniestros no cubiertos
por ninguna fórmula de aseguramiento público o privado.

En quinto lugar, se podrá conceder también una reducción del Impuesto
sobre Actividades Económicas para el ejercicio 1997 a las industrias,
establecimientos mercantiles y profesionales cuyos locales o bienes
afectos a esa actividad hayan sido dañados como consecuencia directa de
las recientes lluvias y temporales, siempre que hubieran tenido que ser
objeto de realojamiento o se hayan producido daños que obliguen al cierre
de la actividad. Las exenciones y reducciones de cuotas en los tributos
señalados anteriormente comprenderán también los recargos legalmente
autorizados sobre los mismos.

En sexto lugar está en estudio el plazo de ingreso de las deudas
tributarias resultantes de las liquidaciones practicadas por la
Administración, que se encuentren en período voluntario de ingreso como
apremiadas, cuyos vencimientos estén comprendidos en las fechas que se
determinen en el real decreto, que se prorrogarán hasta la fecha que se
indique en cada caso.

En séptimo lugar está en estudio también que los trabajadores por cuenta
propia incluidos en el régimen especial agrario de la Seguridad Social
gocen de exención del pago de sus cuotas fijas mensuales correspondientes
a los meses de enero a marzo de 1996, ambos inclusive, con derecho a
devolución, en su caso, de las ya ingresadas.

En octavo lugar, podrá concederse también exención en el pago de las
cuotas del régimen especial agrario de la Seguridad Social por las
jornadas reales del mismo, correspondiente a los meses de enero a marzo
de 1997, con derecho a devolución, en su caso, de las ya abonadas.

En noveno lugar, también se prevé la posible concesión por las entidades
de crédito que acuerden con el ICO de préstamos a fin de anticipar la
reparación o reposición de las explotaciones agrarias y ganaderas que se
hayan visto inutilizadas como consecuencia de los temporales e
inundaciones. Dichos préstamos en principio se concederán por un período
de tres años y el interés final máximo para el prestatario está previsto
que sea, si procede, el 4,5 por ciento TAE.

En décimo lugar, se minorará también en la cantidad de 165.000 pesetas la
cuota tributaria correspondiente al impuesto especial sobre determinados
medios de transporte, regulados por la Ley 38/1992; impuestos especiales
en la adquisición de automóviles efectuados para sustituir a otros que
hubieran padecido siniestro total como consecuencia de las lluvias e
inundaciones. Esta minoración será



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de aplicación a los tractores y demás vehículos utilizados en labores
agrícolas en su caso.

También hay otras dos líneas en estudio, que vamos a intentar: la
reducción de los índices de rendimiento neto aplicables a 1996 del IRPF,
en su modalidad de signos, índices o módulos de explotaciones agrícola o
ganaderas, en el ámbito territorial de las zonas afectadas; y que con
cargo al crédito extraordinario que se habilite en el real decreto-ley se
complementará el Plan de empleo rural para reducir el desempleo agrario
que se produzca como consecuencia de la situación creada.

Finalmente, después de estas doce posibles medidas, quiero señalarles que
todas las medidas --insisto-- están estudiándose en este momento, sin que
en la actualidad podamos prefijar las que definitivamente se adoptarán en
el real decreto.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor López de Coca.

¿Grupos Parlamentarios que deseen formular preguntas u observaciones?
(Pausa.) Por el Grupo Socialista tiene la palabra su portavoz el señor
Pliego Cubero.




El señor PLIEGO CUBERO: Señor Presidente, en primer lugar quiero
agradecer la comparecencia del señor Subsecretario del Ministerio de
Agricultura y mostrar mi decepción, en la misma medida en que agradezco
su comparecencia, y ello por dos motivos. Primero, porque me parece que
hubiera sido políticamente necesario que fuera la Ministra de Agricultura
la que compareciera en esta Comisión. En una situación tan grave como la
que está padeciendo Andalucía, y tras dos meses de inundaciones y de
desastres climatológicos, parecería oportuno en términos políticos que
hubiera sido la Ministra la que compareciera. Me llama más la atención
cuando los miembros de este Gobierno son tan dados a las comparecencias y
algarabías en los medios de comunicación por temas de bastante menor
interés que el que nos ocupa.

En segundo lugar, fundamentalmente se ha limitado usted --cosa que es
importante-- a cuantificar, a exponer los datos de los daños causados. Yo
coincido en tres de los ejes en que se ha basado: la provisionalidad de
los mismos, la importancia de la evaluación climatológica en los próximos
meses para delimitar exactamente cómo va a afectar a determinados
cultivos y, por último, la colaboración que ha habido entre todas las
administraciones para su cuantificación provisional. Hasta ahí estamos de
acuerdo.

Nosotros no vamos a optar por un catastrofismo sombrío en este tema. Lo
que sí vamos es a exigir al Gobierno de la nación que esté a la altura de
las circunstancias y que, en colaboración con la Administración
autonómica y las administraciones locales, tome las medidas que son
necesarias para sacar a Andalucía de este bache en que se encuentra, cosa
que no va a ser, por supuesto, fácil. Nosotros optamos, en el contexto
que nos ocupa, en primer lugar por adoptar medidas de urgencia; repito,
medidas de urgencia. Una de las decepciones que me llevo de su
comparecencia es que a 28 de enero, y tras dos meses de inundaciones,
diga usted que en los próximos días se tomarán posiblemente medidas, se
aprobará algún decreto. A 28 de enero parece que la filosofía, las buenas
intenciones y los verbos en condicional están de sobra y que es más
oportuno fijar tiempos y medidas concretas. Después comentaré algunas de
las que usted ha expuesto aquí.

En definitiva, estamos en un momento de asumir responsabilidades y
compromisos de prioridad política, y esto corresponde ahora al Gobierno
de la nación. Por tanto, es necesario que ustedes como Gobierno pasen de
las declaraciones de principio, de las buenas intenciones que todos
compartimos y que ya conocemos perfectamente los fines de semana en
Andalucía, y se dediquen a lo que ahora es imprescindible, a aprobar
urgentemente las medidas que Andalucía necesita en el campo concreto que
nos ocupa en esta Comisión, que son los daños producidos en la
agricultura, en la ganadería y --les recuerdo-- en la acuicultura en la
provincia de Cádiz, a la que no ha hecho referencia alguna seguramente
por un olvido involuntario. Por tanto, aquí hay un objetivo político que
es paliar urgentemente los daños producidos en Andalucía por este
temporal, y aquí la máxima responsabilidad es del Gobierno de la nación.

Nosotros, como marco normativo de referencia, desde el Grupo
Parlamentario Socialista vamos a exigir y a apoyar que sea el Real
Decreto-ley 6/1989, de 1 de diciembre, el marco --insisto-- normativo
referencial en el cual se basen las medidas que tome el Gobierno para
este objetivo político. Todo ello --insisto, y es muy importante-- en
coordinación con el resto de las administraciones, sobre todo con la
autonómica. Lo digo porque los primeros pasos que se han dado en este
sentido son bastante negativos. Si usted convoca la postura sobre este
tema del señor Torres Hurtado, a la sazón Delegado del Gobierno en
Andalucía, realmente su misión ha sido más pelear con la comunidad
autónoma a ver qué cantidad pone cada uno que analizar cuantitativa y
cualitativamente cuáles son los daños producidos y las medidas a tomar.

Yo espero que ustedes --tengo la seguridad-- con mayor responsabilidad
abandonen el campo del enfrentamiento, que no sería lo más oportuno para
resolver estos problemas, y que avancemos hacia el acuerdo, sabiendo como
posicionamiento --insistiré a lo largo de toda mi intervención-- que es
al Gobierno de la nación, por la magnitud de los daños, al que
corresponde aportar los mayores recursos para la solución de este
problema. La cuestión es que ustedes en este tema no están de primera
comunión. Digamos que tienen --y utilizo comillas-- antecedentes penales.

En las inundaciones de 1996, con unos daños evaluados en 20.000 millones
de pesetas, no han llegado a 1.000 los que ustedes han aportado a la
Comunidad Autónoma de Andalucía, ni el 10 por ciento de lo producido. Yo
no quiero aventurar qué van a recoger ustedes en ese futuro decreto-ley.

Lógicamente sería hacer futuribles, que ni mucho menos en términos
personales o políticos es mi especialidad, pero sí les digo que no
partimos de cero, y confío y deseo que no sea ése el posicionamiento que
tomen ustedes con respecto a este tema.

En cuanto a las valoraciones, obviamente hay una coincidencia básica en
agricultura, que es lo que nos



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ocupa: en torno a 45.000 millones son los daños que se han producido, la
suma de infraestructuras agrarias y de cultivos, con el carácter de
provisionalidad que todos le hemos dado, y Cádiz, Almería, Sevilla,
Málaga o Granada, posiblemente en ese orden, son las provincias más
afectadas. Hasta ahí estamos de acuerdo. Yo no repetiré la valoración que
usted ha hecho de daños; me parecería una pérdida de tiempo inútil y
además es totalmente coincidente.

En cuanto a las aportaciones que ha hecho, la mayoría están tomadas del
real decreto, al que he hecho alusión, de 1 de diciembre de 1989. Estamos
en línea. Lo que hace falta, señor Subsecretario, es que pasemos de la
teoría a la práctica, porque tengo la experiencia de las inundaciones de
Jaén de agosto de 1996, cuando el señor Arenas prometió en esas romerías
de fin de semana por la Comunidad Autónoma de Andalucía que iba a tomar
la medidas oportunas para las graves inundaciones de la capital con
quince mil millones, y en la fecha que nos ocupa la primera medida y la
primera peseta no han llegado todavía. Por tanto, coincido con usted en
el posicionamiento teórico, pero con eso avanzamos bastante poco. Ahora
se trata de dar pasos en el terreno de lo práctico y de lo concreto.

Le acotaré tres o cuatro temas de los que usted ha dicho y que me parecen
importantes. En primer lugar sería oportuno que se hiciera una
declaración, quizá comarcal, de zonas de actuación especial, toda vez que
la irregularidad de las lluvias y la multiplicidad de cultivos y de
situaciones distintas en Andalucía hacen que los daños sean bastante
desiguales. Hablo geográficamente. En segundo lugar sería oportuno que se
subvencionaran al cien por ciento las actuaciones municipales en cada uno
de los ayuntamientos afectados, una vez que se valoren estos daños. Nos
parecería necesario también que se acordara suprimir como requisito
imprescindible las 35 peonadas para poder acceder al subsidio de
desempleo, toda vez que en algunas comarcas habrá dificultad para ello.

Tienen ustedes oportunidad de utilizar la empresa pública que tiene el
ministerio para colaborar en la reparación de caminos, lo que les sugiero
que sería bastante interesante y que podrían hacer además con carácter de
urgencia porque el acceso a algunas zonas, como ha indicado, está siendo
bastante problemático.

En definitiva, todas estas medidas y las que usted ha dicho, que nosotros
compartimos, son importantes, pero le falta una interrogación que a mi
juicio es lo fundamental. ¿Qué cantidad de dinero va a librar el Gobierno
de la nación para atender a estas necesidades? Ahí está el quid de la
cuestión. Quiero decirle, señor Subsecretario, que desde el Grupo
Parlamentario Socialista van a tener ustedes todo el apoyo y toda la
colaboración si las medidas que se toman son suficientes --insisto--,
suficientes y eficaces para paliar estos daños; si no, no tenga la menor
duda de que nos van a tener frontalmente en contra y que vamos a tomar
todas aquellas medidas que estén en nuestras manos para que Andalucía
tenga el trato que se merece por las graves consecuencias de las
inundaciones que se han producido.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra su portavoz el señor
Centella Gómez.




El señor CENTELLA GOMEZ: Señor Subsecretario, usted nos ha hecho una
descripción de los daños que no voy a repetir, aunque sí quiero resaltar
algún tema que ha pasado un poco de tapadillo, como es la pérdida de
miles de jornales y la situación bastante crítica en la que se encuentra
una gran parte de los trabajadores del campo andaluz. Desde esta base
tenemos que empezar reconociendo, señalando y denunciando que por
desgracia la lluvia, el granizo y el viento no han sido los únicos
causantes de la ruina de cientos de familias y de la situación de
desgracia que vive el campo andaluz. Al contrario, la mala gestión de las
confederaciones hidrográficas, los desembalses sin previo aviso, así como
la falta de encauzamiento de los arroyos son en buena parte culpables de
las inundaciones producidas en gran parte del territorio andaluz. La
dejación de las administraciones públicas en la gestión de sus
competencias, tales como la limpieza de los cauces de drenaje y la
construcción de caminos y carreteras, sin la previsión de salidas
naturales de agua, han contribuido también a esta situación de
catástrofe. Por tanto, la actuación de las distintas administraciones --y
permítame que no coincidamos-- no ha sido precisamente brillante en
cuanto a su coordinación.

A Izquierda Unida no le importa mucho que don Paulino Plata se suba al
helicóptero para visitar las zonas afectadas. A nosotros no nos importa
si ustedes se pelean con los responsables de la Junta por ver quién sale
en la foto; lo que nos preocupa es que se deje sin ayuda y tirada a la
gente que ha perdido casi todo. Andalucía tiene unas características bien
definidas en cuanto a climatología --que saben hasta los niños de
primaria-- de períodos largos de sequía y de lluvias torrenciales. No se
trata de sacar la media sino de saber qué climatología hay en Andalucía,
que, repito, viene en los libros de primaria. Con la última sequía se
había generalizado una cultura que parecía que iba a ser eterna y por
tanto no se tomaban medidas. Parece que a todo el mundo le ha sorprendido
una cosa de la climatología andaluza como algo extraordinario que son las
lluvias torrenciales. Los andaluces no entienden por qué un consejero de
la Junta de Andalucía nos dice que si queremos tener carreteras tienen
que ser de peor calidad que en otros sitios. No entendemos por qué son
tan frágiles nuestras infraestructuras. Tampoco entendemos por qué las
infraestructuras de Andalucía fallan tan a menudo.

Por tanto, señor Subsecretario, a la hora de hablar de los daños
producidos por el temporal, no podemos hacerlo sin perder, en primer
lugar, que se delimiten responsabilidades, porque las lluvias han
evidenciado el abandono y la debilidad de nuestro sector agrícola;
responsabilidades porque después de tanto tiempo Andalucía ha demostrado
que es demasiado vulnerable para las inversiones que debería haber
recibido. En segundo lugar, es necesario tomar medidas no sólo para
paliar la situación dramática de quienes lo han perdido todo o casi todo.

Hay que tomar medidas --y ustedes están tardando demasiado en hacerlo--



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para afrontar estas situaciones de urgencia, pero medidas también que
tengan más alcance. Hay que tomar medidas que no sólo resuelvan las
urgencias sino que afronten los problemas históricos que tiene el sector
agrario andaluz, problemas con los que seguramente no vamos a estar de
acuerdo porque para nosotros están dirigidos directamente a la propia
estructura de este sector. En este sentido creemos que cuando se venía
reclamando la urgencia de afrontar, por ejemplo, una mayor
desforestación, cuando se venía reclamando el restablecimiento de la
cubierta vegetal, principalmente en las zonas de riberas y de arroyos, no
era un capricho de los ecologistas ni una manía de los de Izquierda Unida
porque nos guste estar siempre protestando. Eran medidas necesarias y que
se ha demostrado que de haberse llevado a cabo podrían haber evitado gran
parte de los desastres que se han producido.

En medio de estas situaciones que aunque no se quiera dramatizar están
ahí, aunque no se quiera hacer catastrofismo las situaciones que se han
producido en el campo andaluz son evidentemente dramáticas y
catastróficas, lo que tiene menos importancia es ver si la Junta de
Andalucía se pelea con el Gobierno central por ver quién paga menos, ya
que eso es lo que ha trascendido a los medios de comunicación. No se
trata de que ante el pueblo andaluz parezca que el mayor interés de cada
administración sea pagar menos, aunque desde nuestro punto de vista su
interés por cumplir los criterios de Maastricht, tanto el de ustedes como
el del Partido Socialista, les deja poco margen para las inversiones que
son necesarias. En este momento es fundamental que tanto el Gobierno
central como el Gobierno andaluz sitúen en primer lugar y por encima de
cualquier otro protagonismo el afrontar las inversiones que sean
necesarias, por encima --repito-- de cualquier otro compromiso y de
cualquier otra intención del Gobierno.

No voy a repetir la situación que ha afectado, como usted decía, al
sector olivarero y a otros sectores, pero sí quiero repetir que las
soluciones tienen que llegar más allá de las urgencias; soluciones para
el campo andaluz sobre las que en muchos temas no estaremos de acuerdo,
pero sí hay que reclamar algunas con mayor énfasis que otras. En primer
lugar --usted lo ha puesto en último lugar y ahí empezamos a
diferenciarnos-- nosotros reclamamos ayuda para los jornaleros. No tengan
la tentación de ayudar sólo a los propietarios olvidando a quienes han
perdido miles de jornales, a quienes en estos momentos han perdido
prácticamente todo. En este sentido volvemos a retomar un debate ya viejo
en esta Cámara sobre el que su grupo nos decía hace unos meses que era
una fijación de Izquierda Unida. Parece que otro grupo de esta Cámara, el
Partido Socialista Obrero Español, ya lo va comprendiendo. Es necesario
suprimir el requisito de las peonadas. No es una fijación de Izquierda
Unida, es una necesidad del campesinado andaluz. También es necesario --y
usted lo ha dicho en último lugar-- habilitar un PER especial que
compense los miles de jornales perdidos. Es necesario contemplar la
posibilidad de que los ayuntamientos que hayan sufrido el temporal puedan
desafectar proyectos que ya estén aprobados para destinar los fondos a
obras de emergencia. Si no se acuerda esto puede haber problemas cuando
los ayuntamientos tengan que justificar los fondos del PER. También es
necesario que libren ustedes fondos urgentemente para las obras de
reparación y que ayuden a las personas físicas o jurídicas que estén
afectadas por el temporal. Para ello reclamamos que no solamente sea el
Gobierno una especie de agente de seguros que vaya incitando a los
propietarios a hacerse un seguro, sino que se contemplen las medidas
urgentes tengan o no seguro, porque hay gente que lo ha perdido todo o
casi todo. Por eso repito que más que convertirse el Gobierno en agente
de seguros tiene que resolver esa situación. Hay que intentar que se
actúe integralmente sobre el campo andaluz. Tenemos que asegurar la
normalidad de las comunicaciones de todas las vías, desde los caminos
rurales hasta carreteras y autovías --aunque éste quizás no sea el tema
de esta Comisión--, que en Andalucía se nos caen a pedazos, y estamos
provocando los socavones más caros de la historia y que hacen que en
Andalucía se añore a los romanos, porque parece ser que las carreteras
aguantaban mejor en tiempos de los romanos que las construidas en los
últimos tiempos. Nosotros planteamos que hay que hacer algo tan evidente
y sencillo como que Andalucía tenga las condiciones de infraestructura
necesarias para afrontar una situación de emergencia y que hoy en día no
se dan. Repito que no estamos pidiendo lo necesario sino lo evidente.

Para ello hace falta que este Gobierno dé unos presupuestos y que en
colaboración con otras administraciones, autonómica y local, afronte de
una vez por todas un plan integral para el campo andaluz. Eso es lo que
proponemos: ni más ni menos que un plan reordene el sector rural andaluz.

Sinceramente no creemos que su Gobierno esté interesado en estos momentos
en afrontar ese proyecto, pero no hay otra salida; lo otro no será ni más
ni menos que poner un parche para salir de esta situación y esperar que
el temporal tarde diez o quince años, pero al final no se habrán
solucionado los problemas, que es lo que debe hacer un gobierno que de
verdad sitúe en este caso a Andalucía por encima de otros intereses.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió tiene la
palabra su portavoz la señora Solsona.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Señor Subsecretario, señorías, mis primeras
palabras --como no podía ser de otra manera-- son para lamentar las
víctimas humanas provocadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía por el
reciente temporal. Nada tan irreparable como la pérdida de una vida
humana. Sin embargo, la impotencia ante los fenómenos de la naturaleza no
puede hacernos quedar inmóviles e incapaces de buscar posibles soluciones
para hacer frente a los elementos. En segundo lugar, mis palabras son
para congratularnos con el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación por su rapidez y eficacia al evaluar los daños provocados
por el temporal y por su celeridad al informar a esta Comisión.

Los datos expuestos por el señor Subsecretario a la vez que preocupantes
serán de gran ayuda a la hora de buscar soluciones. Estas soluciones
pasan sin duda, primero, por



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ayudar a los damnificados por el temporal. El Gobierno no puede
permanecer impasible ante las desgracias, pero a nuestro entender estas
ayudas no pueden otorgarse de manera indiscriminada. Hay que establecer,
como es de justicia, un sistema de prioridades. Algunas pueden ser
marcadas por las pólizas de seguridad agraria, teniendo en cuenta, eso
sí, que no podemos dejar sin asistencia a los ciudadanos más impotentes o
necesitados. A la hora de buscar soluciones, señorías, hay que buscarlas
a más largo plazo. Andalucía pasa de unas épocas de absoluta sequía a
otras de inundaciones incontroladas. Ya va siendo hora de que el Gobierno
ponga remedio, en lo que cabe, a estas irregularidades. Es el momento
para instar, por un lado, al Ministerio de Medio Ambiente, que es el que
tiene ahora las competencias, a desarrollar un plan hidrológico y a su
ministerio, señor Subsecretario, a poner en práctica un plan de regadíos
que paliaría en gran medida estas irregularidades climatológicas.

Recientemente, en esta última semana, hemos sido testigos en Cataluña de
la importancia que los pantalones de los ríos Yesa, Cinca y Segre han
tenido para evitar un desbordamiento catastrófico en Tortosa. Si bien los
cultivos y los caminos se han visto afectados, el vaciado sincronizado de
los embalses del Ebro y de sus afluentes logró evitar el desbordamiento
del río a su paso por Tortosa. Un plan racional hidrológico y de regadíos
paliaría en gran medida alguna de estas catástrofes.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra
su portavoz la señora Martínez.




La señora MARTINEZ: Señor Presidente, quiero en primer lugar, como la
señora Solsona, manifestar nuestro dolor por la pérdida de vidas humanas
en nuestra comunidad autónoma en los últimos temporales y, en segundo
lugar, agradecer la comparecencia del Subsecretario a petición propia, ya
que hoy, después de dos meses de intensos temporales en la comunidad
autónoma que han causado enormes pérdidas tanto en la agricultura como en
las infraestructuras y en las viviendas, nos encontramos en esta Comisión
recibiendo una información que, por otro lado, ya teníamos a través de
los medios de comunicación. Por ellos conocíamos las reuniones de las
distintas administraciones en un intento de valorar de forma coordinada
los daños y las pérdidas que ha habido en numerosas explotaciones y
familias por causa de los últimos temporales en nuestra comunidad
autónoma.

Creo que además de lo que hemos hecho, de lo que se está haciendo y de lo
que ha hecho el señor Subsecretario enumerando y planteándonos algunas
fórmulas para paliar esas pérdidas, deben procurar las distintas
administraciones ponerse de acuerdo en cuanto a las medidas a tomar, a la
celeridad en su puesta en marcha y a la eficacia en su aplicación. Muchas
veces en las intervenciones de los responsables de las administraciones y
de los políticos nos referimos a la historia, y la historia cercana de
Andalucía en cuanto a la agricultura, la meteorología, los temporales y
la sequía que la han azotado, como a otras zonas del Estado español, nos
demuestra que cada cierto tiempo hay un período de sequía y sobre todo en
Andalucía hay un período de lluvias. El antepenúltimo período de lluvias
en Andalucía ocurrió en 1989. Después de años de sequía tuvimos intensos
temporales, hubo numerosos daños y se decretaron una serie de medidas
para paliar los daños que sufrieron explotaciones, infraestructuras y
viviendas en aquel invierno. Pasaron los años de sequía y nos pusimos a
preocuparnos de otras cosas, y en el invierno de 1995-1996 comenzó
supuestamente otro período de lluvias. En nuestra comunidad llovió de
forma intensa durante dos meses y el 1 de marzo se promulgó otro real
decreto con unas medidas en este momento analizadas y comparadas con las
de 1988, pero curiosamente dictadas, aprobadas y promulgadas por el mismo
Gobierno; o sea que si aquéllas habían sido magníficas y se habían
obtenido los resultados deseados en cuanto a paliar las consecuencias de
los temporales, creo que no hubiera habido ningún problema en aplicar el
mismo decreto del mismo contenido y con el mismo porcentaje en cuanto a
la valoración que se había hecho y los recursos económicos que a través
de ese decreto se iban a dedicar a paliar esas pérdidas.

En este momento asistimos a un debate aparente que creo que no interesa a
los ciudadanos, o interesa en parte, sobre cuál es el decreto mejor, en
qué cantidades y qué va a aportar cada administración y nos estamos
olvidando, creo, señor Subsecretario --y en lo que a su ministerio
corresponde me gustaría que tomara buena nota--, de que hay muchas
familias que todavía no han podido volver a sus casas, que muchas
explotaciones van a tardar mucho tiempo en ponerse en valor, que muchos
caminos van a tardar también mucho tiempo en arreglarse; que muchas
conducciones de regadío si no se pone manos a la obra inmediatamente
también tardarán en arreglarse y pondrán en riesgo producciones de las
explotaciones de los próximos años, sobre todo del próximo. Por tanto,
creo que en el debate, aunque sea importante el contenido del decreto que
se vaya a aprobar, lo es también la cantidad económica a dar y los
tiempos en los que se van a aplicar esas medidas para paliar las
pérdidas, porque si no nos vamos a ver otra vez --espero que no, deseo
que no y trabajaré porque no sea así-- en la misma situación que el año
pasado, que después de haber valorado, por ejemplo, en la provincia de
Cádiz en 4.000 millones las pérdidas, nos encontramos con que en el
Decreto del 1 de marzo se dedicaban por el Gobierno a la sazón 90.740.000
pesetas para paliar los daños que se habían valorado en 4.000 millones y
hasta mayo con el mismo Gobierno no se amplió esa cantidad. Después con
otro Gobierno se ha intentado aumentar la cantidad, de acuerdo con la
Comunidad Autónoma y la Diputación; se quiso llegar en un principio a
1.000 millones y parece ser que no ha sido posible. Quiero que el
Gobierno tenga en cuenta que en Andalucía hay muchas explotaciones, sobre
todo en la provincia de Cádiz, que no se han recuperado de los daños de
los temporales de los inviernos de los años 1995 y 1996 y que ya están
inmersas en otros daños que han tenido peores consecuencias porque llovía
sobre mojado, no les había dado tiempo a recuperarse en cuanto a
edificaciones, conducciones, etcétera, y han visto agravada la situación
económica de sus familias y la pérdida de sus enseres con respecto al año
anterior.




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El Grupo Popular está seguro de que el Gobierno va a hacer esfuerzos por
llegar a acuerdos con la comunidad autónoma y con las diputaciones para
que el decreto contenga las medidas necesarias--sean las de 1989, de 1996
u otras-- y adecuadas al momento actual, teniendo en cuenta que a muchas
explotaciones y a muchas familias se les suman los problemas de este año
a los del pasado. También habrá que tomar --como decían el portavoz de
Izquierda Unida y la señora Solsona-- medidas de futuro, porque da la
casualidad de que, por ejemplo, en la provincia de Cádiz ha habido muchos
problemas agudizados porque hay infraestructuras realizadas, tanto por la
comunidad autónoma como por el Estado, que han hecho de muro que ha
embalsado cantidades ingentes de agua que han anegado y están anegando
explotaciones porque se ha dejado sin salida al agua; infraestructuras
viarias que se han hecho sin tener en cuenta los cauces de los arroyos,
los cauces de las conducciones de agua, que han contenido una gran
cantidad de agua, sobre todo en la zona de Jerez, Los Barrios, Puerto
Real y en otras, que han hecho de pequeños embalses y ese agua está
tardando mucho tiempo en poder evacuarse de esas zonas, produciendo daños
irreparables a explotaciones y a edificios.

El Grupo Popular quiere dejar aparte estas cuestiones que se han
manifestado por parte del representante del Grupo Socialista de fines de
semana, de algarabías, etcétera, porque de eso ya hemos tenido muestras
en numerosas ocasiones y no ha servido para nada, ha servido para que
infraestructuras viarias que comunicaban poblaciones se las haya llevado
el agua porque ni tan siquiera se ha puesto un pequeño tubo de evacuación
de agua de torrentes. Eso ha pasado, por dos veces seguidas, en la
provincia de Cádiz, en la carretera de Algodonales a Olmeda; pero es que,
además, en las que no son dependientes, como ocurre en la sierra, en las
zonas llanas lo que han hecho es embalsar agua. Por tanto, eso lo vamos a
dejar aparte.

Lo que queremos dejar bien claro es que somos los primeros interesados en
que se tomen las medidas que haya que tomar, en las cantidades que sea
preciso, sin tener en cuenta los porcentajes aplicados por el Gobierno
anterior, que en el caso de Cádiz eran ridículos, y tuvieron tiempo en
cinco meses, si realmente se llegó a un acuerdo de 4.000 millones para
los años 1995-1996, para, en vez de haber acordado 90 millones de la
primera tacada, haber aprobado, al menos, 2.000 millones para que la
diferencia no fuera tan grande.

Pido al Subsecretario que traslade al Gobierno y a la Ministra de
Agricultura que nosotros solicitamos, ya que hay una valoración de 45.000
millones, que las distintas administraciones, y el Gobierno central en lo
que le corresponda, apliquen los porcentajes o las ayudas que
correspondan para que esas explotaciones estén en perfecto funcionamiento
lo antes posible, dejando a un lado los debates, las presencias y las
fotos. Queremos realidades ajustadas a las valoraciones que se han
realizado, no como en ocasiones anteriores; sobre todo, que se tengan en
cuenta los daños que han producido las defectuosas construcciones de
infraestructuras para que no vuelva a ocurrir. Seguramente si se hubiera
hecho con otros criterios, sin prisas y con proyectos que hubieran tenido
en cuenta los estudios de impacto ambiental y los trazados de los
arroyos, de las corrientes y de los pequeños embalses de agua que se
podían producir, en muchos casos no estaríamos lamentando lo que estamos
lamentando en estos momentos.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas de SS. SS. y a sus
observaciones, tiene la palabra el Subsecretario, señor López de Coca.




El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y
ALIMENTACION (López de Coca Fernández-Valencia): Al señor Pliego Cubero,
portavoz del PSOE, quiero decirle que, efectivamente, ha sido un olvido
el tema de la acuicultura. Efectivamente está valorada para Cádiz en 302
millones de pesetas, en conceptos de daños.

Estamos de acuerdo con ustedes en que no queremos ser catastrofistas,
sino eficaces. También quiero comentar que, de manera urgente --entiendo
por urgencia un plazo máximo, a partir de ahora, de un mes o de veinte o
veinticinco días--, estará el decreto en la calle. Insisto en la
provisionalidad de los datos, en que aún no se ha podido hacer una
evaluación definitiva.

Efectivamente, es buen marco referencial del Decreto 6, del año 1989.

Nosotros vamos a tener en cuenta ese Decreto y todos los demás, porque
vamos a intentar completarlo en la medida en que podamos, con el fin de
que el conjunto de medidas sea lo más amplio posible.

Hemos coincidido, cosa que me agrada, en la valoración de los daños. Pero
quiero decirle que lo que yo pretendía simplemente era informar, no
entrar en detalles de ejecuciones porque esto vendrá después; cuando
ustedes lo requieran y empecemos a ejecutar, podré venir a darles las
explicaciones que a mí me correspondan, porque estarán también los
Ministerios de Fomento, Trabajo e Interior, que completarán otra serie de
medidas. Anoto la idea de la supresión de las 35 peonadas, el cien por
cien de los ayuntamientos, etcétera, para intentar tenerlo en cuenta en
las consideraciones que hagamos dentro del decreto-ley.

Por otra parte, quiero decirle que todavía no sé el dinero que se va a
destinar a esta cuestión. En las valoraciones decimos que los no
asegurados no van a tener derecho a la indemnización directa pero,
efectivamente, hay que evaluar a la población agraria para ver los que
están asegurados y los que no lo están. Es un poco pronto aún para todo
esto. Calculo que el dinero será suficiente, porque si no es
absolutamente absurdo meternos en muchas historias y luego no hacer lo
que debemos; no creo que este Gobierno lo haga.

Quiero decirle al señor Centella que también tenemos en cuenta la pérdida
de jornales. Tengo una evaluación que ayer mismo me fue entregada por la
FTT, los trabajadores de la tierra. Dicen que han perdido,
aproximadamente, 1.600.000 jornales, estamos hablando de unos 6.000 ó
7.000 millones de pérdidas en rentas. Recibí ayer



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el estudio que está aquí. Si usted lo quiere se lo puedo dejar. En
efecto, es preocupación nuestra la pérdida de jornales. En tal sentido,
las dos últimas medidas --como ve S. S. están añadidas, porque no estaban
dentro de las diez primeras-- obedecen a la reunión que mantuve con los
trabajadores de la tierra, que me hicieron ver la pérdida de jornales, de
rentas. En la medida en que podamos, va a ser también incluida a efectos
de no contabilización, de los subsidios agrarios, así como de incrementar
el tema del PER.

Coincido con S. S., aunque no es culpa nuestra, en que si se hubiesen
tenido los cauces limpios, las acequias en condiciones, con embalses
suficientes a lo largo del río, habrían sido menores los daños. Siempre
hay que empezar; ahora empezaremos y luego nos lamentaremos, pero
intentaremos llegar lo más alto posible. Deseo insistir de nuevo en que
el hecho de haber puesto a los jornaleros en último lugar obedece
simplemente a que yo no tuve hasta ayer por la tarde, cuando ya había
preparado la comparecencia, la evaluación de las jornadas perdidas y de
las posibles pérdidas de renta.

Coincido también con la señora Solsona y con la portavoz del Grupo
Parlamentario Popular en que ha sido un olvido por mi parte no poner en
primer lugar la pérdida de vidas humanas, que efectivamente es lo más
importante de todo lo que ha ocurrido en Andalucía. Insisto en que no
podemos dar ayudas indiscriminadas y en que vamos a intentar no dejar a
nadie sin asistencia, porque todo el mundo tiene que tenerla. Lo que
ocurre es que algunas ayudas, como las ayudas directas a las pérdidas de
cosecha, no se pueden dar a aquel que no está asegurado, porque hay
leyes, incluso el Reglamento del seguro, que impiden dar ayudas en
aquellas ocasiones en las que la cosecha es asegurable.

Para nosotros es también prioritario el plan nacional de regadíos. La
Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene el compromiso de
sacar el plan de regadíos en un plazo de cinco o seis meses. Esperamos
que pueda salir a lo largo de este año y que dé paso al Plan Hidrológico
Nacional.

La portavoz del Grupo Popular se ha mostrado más crítica porque pide
realizaciones. Yo estoy en la misma línea. Ha pronunciado una frase
destacable: Que es más importante el tiempo y la cantidad que el rosario
de medidas; es decir, que las medidas son como son y muchas veces nos
quedamos en eso, en las medidas, cuando lo importante es el tiempo y,
sobre todo, la calidad de lo que hacemos.

Ha dicho también que, en los últimos años, han pasado gobiernos del mismo
partido con sucesivas leyes y decretos-leyes relativos a sequías,
inundaciones, etcétera, por su provincia y por Andalucía y casi todo
sigue igual. Nosotros vamos a intentar que, aunque hagamos pocas cosas,
las infraestructuras que hagamos estén bien hechas, que no sean diques
que taponen que sean arrastrados por la menor riada.

Por último, quiero decirle que trasladaré al Gobierno, en la persona de
la Ministra de Agricultura, y mañana, miércoles, a la Comisión de
subsecretarios, que quieren urgencia, que quieren realidades lo antes
posible, para decir que aquí hay un Gobierno que hace las cosas como se
deben hacer.

No tengo nada más que decir. Muchas gracias a todos.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún grupo parlamentario desea pedir alguna
aclaración?
Tiene la palabra el señor Pliego.




El señor PLIEGO CUBERO: Sólo será un minuto, puesto que sólo se trata de
volver a agradecer la presencia aquí del señor subsecretario y el tono de
su intervención, así como el del resto de los portavoces.

Estamos de acuerdo en la línea expuesta. El Consejo de Gobierno de la
Junta de Andalucía ya ha aprobado hoy actuaciones en vivienda y una
ampliación de crédito de 8.000 millones de pesetas y ahí creo que
estaremos trabajando coordinadamente. El Grupo Parlamentario Socialista,
que está en la oposición, queda a la espera de las medidas que tome el
Gobierno. Yo no me he referido al Decreto 6/1989, sino como marco
normativo referencial, me parece que en los discursos políticos es
importante el lenguaje. Desde luego, en todo lo que sea dar una respuesta
ágil, eficaz y suficiente para Andalucía en este tema el Gobierno tendrá
nuestro apoyo pleno.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Centella.




El señor CENTELLA GOMEZ: Yo también voy a ser muy breve.

Sólo quiero mostrar la necesidad de una nueva comparecencia a un mes
vista o incluso antes, puesto que venir aquí para dar unos datos que se
podrían haber mandado por fax o que se podrían haber conocido por la
prensa, como ha dicho el portavoz del Partido Popular, nos deja a los
andaluces más preocupados que antes de esta comparecencia. En ese
sentido, también queremos mostrar la extrañeza ante el hecho de que el
Gobierno tenga que reunirse con los sindicatos agrarios para darse cuenta
de los jornales perdidos. Creo que no puede terminar la comparecencia sin
un compromiso del Gobierno. No es suficiente con que usted diga que cree
que el Gobierno lo va a hacer, porque usted es parte del Gobierno. Parece
ser que usted todavía no ha asumido que está en el Gobierno y cree que su
Gobierno va a hacer determinadas cosas. Yo, vuelvo a repetirlo, creo que
será necesaria una pronta comparecencia, esperemos que de la propia
ministra, cuando ustedes puedan comprometerse a algo más de lo que se han
comprometido aquí, donde no se han comprometido a nada, sino que
simplemente ha hecho unas valoraciones que, como digo, eran conocidas por
todos. Los datos se nos podían haber mandado por fax o podíamos haberlos
conocido por los medios de comunicación.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Centella.

Tiene la palabra la señora Martínez.




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La señora MARTINEZ SAIZ: Quiero dar las gracias al señor Subsecretario
por ese compromiso de pelear por la urgencia y por las medidas concretas
y fácilmente evaluables y añadir una petición más: que, en materia de
infraestructuras, se procure que, a la hora de aportar recursos para
mejorar o paliar daños, se aproveche para hacerlo en coordinación con
otras inversiones previstas. Por ejemplo, en el caso de los regadíos,
para arreglar conducciones de regadíos que ya estaban estropeadas. En
este momento, en muchas zonas de Andalucía hay conducciones de regadíos
estropeadas, que se pueden arreglar a la vez que se arreglan las que se
han estropeado con motivo de los últimos temporales. Así obtendremos una
mayor eficacia a la hora de gestionar los recursos públicos.

Y, sobre todo, señor Subsecretario, pido celeridad, porque hay muchas
familias en condiciones precarias. Ya sabemos que el papel lo aguanta
todo y, si algunos han pensado que el escribir mucho dejaba tranquilas
sus conciencias políticas, nosotros, desde el Grupo Popular, pedimos que
se escriba lo justo, pero que se realice lo necesario.




El señor PRESIDENTE: ¿Señor López de Coca?



El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y
ALIMENTACION (López de Coca Fernández-Valencia): Simplemente quería decir
al señor Centella que la comparecencia era para informar. Efectivamente,
se puede informar mediante fax, pero se trataba de una comparecencia, en
persona. Yo me brindo para aclararle lo que usted quiera. Lo que le he
querido decir es que ayer recibí un estudio, que también he puesto a su
disposición porque no creo que lo tenga. Por supuesto, esto se puede
hacer por fax, pero habíamos solicitado una comparecencia y ustedes,
amablemente, han decidido que se celebrara.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Agradecemos la presencia del señor Subsecretario y
la información que nos ha dado. Deseamos que se palien los efectos de
esas inundaciones y, sin más asuntos que tratar y dándoles las gracias
por su presencia, se levanta la sesión.




Eran las seis y veinte minutos de la tarde.