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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 44, de 19/09/1994
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 1994 V Legislatura Núm. 44
DE LOS DERECHOS DE LA MUJER
PRESIDENTA: DOÑA MARTIRIO TESORO AMATE
Sesión núm. 8
celebrada el lunes, 19 de septiembre de 1994
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia de la Ministra de Asuntos Sociales, Excma. Sra. doña
Cristina Alberdi Alonso, para informar sobre la III Conferencia
Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo, en lo
que se refiere a los aspectos relacionados con la mujer. (Números de
expediente: S. 711/000072; C. D. 221/000003.)



Se abre la sesión a las dieciocho horas y diez minutos.




La señora PRESIDENTA: Señorías, se abre la sesión.

Buenas tardes, señoras y señores Diputados y Senadores. Esta tarde
tenemos con nosotros a la Ministra de Asuntos Sociales, que comparece a
petición propia para informarnos sobre la Conferencia Internacional de
Población y Desarrollo que se ha celebrado en El Cairo entre los días 5 y
13 de este mismo mes. Agradecemos su interés por comparecer en esta
Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y su celeridad, pues casi en
el mismo momento que en El Cairo se estaba clausurando la Conferencia
entró en esta Cámara la petición de comparecer por parte de su
Ministerio. Bienvenida y muchas gracias.

Tiene la palabra doña Cristina Alberdi.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Muchas gracias,
señora Presidenta.

Señorías, en primer lugar, quiero agradecer a sus señorías la oportunidad
de dirigirme a esta Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer para
informar de la III



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Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en
El Cairo.

El objeto de mi comparecencia en esta Comisión es exponer los resultados
de la Conferencia y, de manera específica, los aspectos que se refieren a
la mujer en el programa de acción finalmente aprobado.

La III Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo cerró sus
sesiones la semana antepasada con la aprobación de un programa de acción
que va a incidir de manera trascendental en la calidad de vida de todas
las personas, y que va a tener profundas consecuencias en el desarrollo
del papel de la mujer en nuestra sociedad, especialmente en los países en
vías de desarrollo.

La Conferencia convocada por la ONU ha alcanzado un gran éxito ya que ha
conseguido, respetando los componentes éticos y culturales de las
diferentes comunidades, lograr el consenso final de ciento ochenta y dos
países en un documento equilibrado y prudente.

Este era el momento de aprobar un programa de acción a escala mundial
para los próximos veinte años, afrontando conjuntamente el problema del
crecimiento de la población, las políticas de desarrollo económico y
social y las políticas de medio ambiente, donde la autonomía y la
condición de la mujer, la mejora de su estatus económico, político y
social constituye un fin en sí mismo.

Como se dijo al inicio de la Conferencia, en la sesión de apertura, los
trabajos de la Conferencia se han guiado por el rigor, la tolerancia y la
toma de conciencia sobre los problemas. La necesaria tolerancia entre
todos para alcanzar el éxito debe enmarcarse en un camino decidido, ajeno
a compromisos y soluciones vagas e imprecisas, como dijo Butros Gali el
día de la inauguración de la Conferencia. Estos objetivos se han
alcanzado y este compromiso se ha logrado gracias a un amplio esfuerzo
integrador de las diferentes posiciones de los participantes en la
Conferencia, y gracias también a las propuestas comunes de la Unión
Europea.

Desde el inicio de los trabajos preparatorios para la Conferencia hasta
el propio desarrollo de ésta en El Cairo, España ha contribuido de forma
muy activa a la formación de los puntos de vista de la Unión Europea, que
en este caso ha llevado una sola voz, a través del representante de este
semestre --representante del Gobierno alemán-- de la Presidencia europea.

El Gobierno, desde un principio, dio la máxima relevancia a esta
Conferencia y a la necesidad de alcanzar resultados que contribuyeran a
paliar los graves problemas con los que se enfrenta la humanidad,
fortaleciendo aún más la cooperación y el nivel de conciencia mundial
sobre las cuestiones de población y desarrollo y, en especial, la
importancia conferida al papel de la mujer en la sociedad.

La representación española, de la que han formado parte miembros de los
ministerios de Asuntos Exteriores, Justicia e Interior, Presidencia y
Asuntos Sociales, ha mantenido en la Conferencia la posición acordada en
el seno de la Unión Europea. La posición, que se fue configurando en los
trabajos preparatorios desarrollados en los últimos meses, fue expuesta,
como he dicho, por el representante alemán, que asume la Presidencia de
la Unión Europea en este semestre.

El punto de partida expresado en nuestras intervenciones, tanto por el
Ministro alemán como por mí misma en la intervención que hice, fue hacer
una llamada desde el principio de la Conferencia en favor del consenso.

Hay que decir que una parte importante de las resoluciones finalmente
aprobadas por la Conferencia se han basado también en textos y en
propuestas de consenso que ha formulado la Unión Europea. Esta voluntad
de consenso se ha puesto de manifiesto por todos los participantes en el
curso de la Conferencia. Los textos que finalmente se han aprobado son
buena prueba de ese objetivo de consenso, de su actualización y de su
renovación a escala mundial. Por tanto, señorías, con la aprobación del
Plan de acción para los próximos veinte años se ha renovado el consenso
mundial que ya existía en políticas demográficas.

En las anteriores conferencias sobre la población y el desarrollo de
Bucarest y Méjico, en 1974 y 1984, ya se aprobaron resoluciones que han
permitido en las últimas décadas avanzar en la consecución de importantes
logros en estas materias. Ahora, en la Conferencia de El Cairo, se ha
producido una actualización de los criterios partiendo de ese acuerdo,
pero actualización de criterios que tiene que ver también con la
integración de las políticas demográficas en el desarrollo sostenible,
por tanto, la incorporación de las políticas de medio ambiente y la
integración de las distintas políticas económicas, de medio ambiente,
demográficas, como un conjunto de políticas que tienen que tenerse en
cuenta a la hora de planificar la cuestión de la población.

El amplio debate internacional que se ha producido en El Cairo ha
posibilitado la renovación de ese consenso y, sobre todo, ha permitido
avanzar hacia el equilibrio entre necesidades y recursos, en un mundo con
recursos limitados. Quiero subrayar que uno de los puntos más relevantes,
a nuestro juicio, del programa de acción es el estratégico papel que
corresponde a las mujeres en todas las materias que afectan a esta
Conferencia. Ya tuve ocasión de decir en la apertura de la Conferencia
que la mejor inversión en desarrollo es la inversión en las mujeres, y
como dijo también Gro Harlem, la mejor inversión es la que se hace en
educación. Se ha dicho asimismo que la educación es el mejor método
anticonceptivo. En este sentido, la posición de la Unión Europea y de
España ha sido considerar este asunto como de importancia fundamental.

Podemos considerar que un rasgo característico de la Conferencia e
innovador con respecto a Méjico y a Bucarest ha sido la trascendencia que
se ha dado al papel de la mujer.

En los últimos veinticinco años, los derechos de la mujer y los derechos
de procreación han estado presentes en un lugar prevalente de los
encuentros internacionales, y se ha ido plasmando en los textos jurídicos
de carácter internacional. La atención en las últimas conferencias
mundiales viene estando centrada, desde luego, en estrategias de
promoción de la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en conferencias
como la de 1968, en Teherán, que abordó explícitamente la cuestión de la
reproducción humana,



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como en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena, en 1993, que
consideró por primera vez los derechos de la mujer como derechos
fundamentales.

El programa de acción que se ha aprobado en la Conferencia compromete a
la comunidad internacional a lograr unas metas en las esferas que afectan
al desarrollo sostenible, a la autonomía de la mujer y a los derechos
reproductivos. En primer lugar, la integración de las políticas
demográficas en el desarrollo sostenible, como he dicho. En segundo
lugar, otro eje fundamental es la promoción y el reconocimiento de la
autonomía y de los derechos de la mujer, y un tercer aspecto sumamente
importante: los derechos reproductivos, la salud reproductiva y la
planificación familiar. Voy a hablar de estos tres aspectos de una forma
más pormenorizada.

En el primer ámbito, la integración de políticas demográficas en el
desarrollo sostenible, las interrelaciones entre población, desarrollo
económico sostenido y desarrollo sostenible ponen de relieve la necesidad
de que los factores demográficos del mundo actual sean tenidos en cuenta
en todas las estrategias de desarrollo. Las políticas macroeconómicas y
las sectoriales rara vez han puesto hasta el momento el acento en las
consideraciones de tipo poblacional. Sin embargo, la integración
explícita de estas estrategias de desarrollo económico, unidas a las de
población, van a permitir un desarrollo sostenible que va a contribuir a
alcanzar los objetivos de población y a mejorar la calidad de vida de
todos los ciudadanos. En este contexto, factores como la erradicación de
la pobreza, la promoción y el respeto a los derechos humanos y los
valores democráticos, el desarrollo sostenible y la protección del medio
ambiente constituyen elementos básicos para alcanzar un desarrollo
equilibrado de la población.

El equilibrio entre crecimiento y desarrollo es la llave para conseguir
un crecimiento económico sostenido. Este equilibrio sólo puede ser
alcanzado cuando las políticas de población son parte integrante de las
estrategias del desarrollo sostenible; es decir, equilibrio entre
necesidades y recursos; introducir las políticas de medio ambiente en las
políticas y en las estrategias globales ligadas a las de población.

En este sentido, el plan de acción recomienda a los gobiernos que
establezcan mecanismos institucionales que aseguren que los factores de
población son tenidos en cuenta por los organismos responsables de los
programas a la hora de elaborar las políticas económicas, las políticas
sociales y las políticas de medio ambiente.

Los recursos destinados a campañas de información pública y programas
educacionales deben ser aumentados a través de la cooperación entre los
gobiernos y la cooperación de las organizaciones no gubernamentales y del
sector privado.

La erradicación de la pobreza tiene que contribuir a una disminución del
crecimiento de la población y a conseguir una mayor estabilidad en ese
crecimiento. Especial atención debe ponerse en la mejora de la situación
socioeconómica de las mujeres pobres en los países desarrollados y en los
países en vías de desarrollo en general. La eliminación de todo tipo de
discriminación económica, política, social y cultural contra la mujer es
un requisito ineludible para erradicar la pobreza.

Las medidas de los gobiernos y del sector privado que persigan la
creación de empleo en los sectores industrial, agrícola y de servicios
también tienen que orientarse al establecimiento de un clima más
favorable en el mercado y en el desarrollo de la investigación de los
factores medioambientales, así como en la aplicación de programas de
desarrollo de los recursos humanos.

Uno de los objetivos del programa de acción aprobado en la Conferencia
es, como venimos diciendo, la integración de los programas de población y
de los programas de desarrollo, a la vez que hay que tener en cuenta los
elementos de políticas de medio ambiente.

Las relaciones entre las cuestiones de población, desarrollo y medio
ambiente son, naturalmente, complejas. Para no poner en peligro las
perspectivas de las generaciones futuras es preciso seguir avanzando en
la adopción de un modelo sostenible de desarrollo que mantenga el
equilibrio entre el volumen de la población y la capacidad del medio
ambiente y que también logre aliviar la carga agobiante de la pobreza que
aflige a una gran parte de la población mundial. Entre los medios que
ayuden a la erradicación de la pobreza debe prestarse atención especial a
las generaciones futuras y a estrategias de empleo que se destinen a la
población rural que habita en ecosistemas frágiles. Todas estas políticas
deben tener en cuenta las implicaciones de carácter ecológico de futuros
incrementos en la población y de otros cambios demográficos.

En definitiva, señorías, el crecimiento económico sostenido en el
contexto del desarrollo sostenible y el progreso social exigen un
crecimiento de base amplia que ofrezca a todas las personas igualdad de
oportunidades. Todos los países deberían reconocer sus responsabilidades
comunes en este aspecto.

Los países desarrollados reconocen la responsabilidad que les incumbe en
la promoción internacional del desarrollo sostenible y van a seguir, de
acuerdo con este plan de acción, intensificando sus esfuerzos para
promover el crecimiento y para reducir los desequilibrios, de forma que
se puedan beneficiar todos los países, especialmente los países en vías
de desarrollo.

Una de las cuestiones básicas planteadas en la Conferencia, que guarda
relación precisamente con la integración de las políticas demográficas en
el desarrollo sostenible, es la de los fenómenos migratorios, tanto
internos como internacionales. La migración interna y la distribución de
la población constituyen uno de los problemas que impiden el desarrollo
de la mayoría de los países del Tercer Mundo. Los datos existentes nos
alertan sobre una concentración de la población en las áreas urbanas, que
puede alcanzar el 50 por ciento del total mundial para el año 2000. La
Conferencia ha recomendado a los gobiernos el establecimiento de
incentivos que permitan una redistribución entre la población rural y la
población urbana, así como la generación de proyectos en áreas rurales
que favorezcan la permanencia de las poblaciones en estas áreas. Los
objetivos de las medidas propuestas persiguen ofrecer una adecuada
protección y asistencia a las personas



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desplazadas en su propio país, particularmente a mujeres y niños.

En cuanto a la migración internacional, se han adoptado medidas para
favorecer el diálogo entre los países de origen y los de destino, y
también medidas para facilitar el retorno de los emigrantes a sus países
de origen. El reconocimiento por los países receptores de la vital
importancia de la reunificación familiar y su integración en las
legislaciones naturales, así como el derecho de los hijos a vivir con sus
padres, que es uno de los acuerdos contenidos en la conferencia de
derechos del niño, ha constituido un avance decisivo en relación a los
movimientos migratorios de carácter internacional. Este acuerdo se ha
alcanzado con el consenso de todos los países y va a incrementar de forma
sustancial la protección de los emigrantes y de sus familias en los
países donde se encuentren.

El segundo elemento al que ya me he referido por su importancia en la
Cumbre es la autonomía de la mujer como clave del desarrollo social. Como
dije al principio de mi intervención, el reconocimiento de la autonomía y
de los derechos de la mujer ha sido uno de los pilares básicos de la
Conferencia. Durante el proceso preparatorio de la Conferencia ya se
señalaron los principales aspectos de preocupación que afectan a la
mujer: la constante y creciente carga de la pobreza sobre la mujer, la
desigualdad en el acceso a los servicios de educación y sanidad, la
violencia contra la mujer, los efectos que tienen sobre la mujer los
conflictos armados, la desigual distribución del poder y de las funciones
de adopción de decisiones entre hombres y mujeres en todos los niveles,
la falta de conciencia y dedicación al cumplimiento de los derechos de la
mujer, el uso insuficiente de los medios de comunicación para promover
contribuciones positivas de la mujer a la sociedad y la falta de
reconocimiento y de apoyo adecuado a la participación de la mujer en la
ordenación de los recursos naturales y en la salvaguarda del medio
ambiente, por citar sólo los temas más destacados.

Todas estas materias han sido objeto de preocupación en la Conferencia y
se han recogido en el programa de acción aprobado, con un reconocimiento
indiscutible de la autonomía y de los derechos de la mujer. El programa
de acción determina las bases de actuación para conseguir la igualdad
entre hombres y mujeres y el fortalecimiento de las mujeres como cuestión
esencial para alcanzar el desarrollo. Este fortalecimiento debe de
abarcar, según el plan de acción, la educación, la salud y las
oportunidades económicas. Todo ello para potenciar la capacidad de la
mujer en la toma de decisiones en todas las áreas de la vida social,
económica y política y especialmente en el área de la reproducción,
puesto que este elemento es esencial para que sean efectivos a largo
plazo los programas aprobados de desarrollo.

En el terreno de la educación existen en la actualidad unos 960 millones
de personas analfabetas en el mundo y dos tercios de este número son
mujeres. La falta de escolarización en la infancia alcanza la cifra de
130 millones, de los cuales el 70 por ciento corresponde a niñas. Entre
los objetivos propuestos en esta materia está el alcanzar la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres, así como aumentar la participación
de las mujeres en todo tipo de procesos que integran el desarrollo. Son
varias las medidas contempladas en el plan de acción para habilitar a la
mujer y evitar la desigualdad. Hay que potenciar su plena participación
en la política. Hay que eliminar el analfabetismo de las mujeres y los
obstáculos que se oponen a la realización de sus derechos, especialmente
los relativos a su salud sexual y reproductiva. Hay que fortalecer las
legislaciones nacionales y las convenciones internacionales que protejan
a las mujeres. Hay que hacer equitativa la representación de mujeres y de
hombres en toda la población y en los programas de desarrollo. Hay que
combatir la violencia contra las mujeres y contra las niñas. Hay que
tener en cuenta las demandas de las mujeres en el diseño de la familia.

En esta Conferencia han merecido una especial atención las niñas. En
muchas sociedades la discriminación basada en el sexo se inicia en muy
tempranas edades. En algunos países la tasa de mortalidad es mayor en las
niñas que en los niños. Por ello, la eliminación de la discriminación y
la mejora del estatus de las niñas, especialmente en relación con la
salud, la nutrición y la educación, constituyen objetivos ineludibles
para los próximos años y que se contienen en el plan de acción. Por
primera vez se ha condenado la clitoridectomía, la ablación del clítoris,
practicada a más de 100 millones de niñas; se habla de entre 85 y 120
millones. No se conocen las cifras exactas porque en muchos países se
mantiene oculto. Esta práctica, la ablación del clítoris, es causa de
numerosas complicaciones en la salud, es una verdadera aberración desde
el punto de vista de la salud, además de las horribles condiciones en las
que se realiza: en vivo, dura entre 15 ó 20 minutos y sin condiciones
sanitarias mínimas.

Señorías, probablemente hayan tenido conocimiento de que hubo una
transmisión en directo de la CNN durante la celebración de la Conferencia
que recogió la realización de esta práctica en Egipto. El vídeo ha dado
la vuelta al mundo y creo que se tomará conciencia sobre esta práctica
que, desde luego, tendríamos que contribuir a erradicar.

Las medidas propuestas para ampliar las políticas educacionales y
sociales que fomenten esta plena participación en la sociedad de las
niñas y de las mujeres son imprescindibles si queremos elevar y ampliar
el valor de la mujer en sus propias familias y ante la sociedad. El plan
también propone sensibilizar a los padres y a las madres para que traten
por igual a los niños y a las niñas, ya que la discriminación en muchos
países en vías de desarrollo empieza desde la más temprana edad. El
programa de acción determina también la necesidad del acceso de las niñas
y de las mujeres a la escuela secundaria y a la enseñanza superior, y
hace especial hincapié en que hay que reforzar las leyes que establezcan
una edad mínima para el matrimonio, así como construir más escuelas para
que puedan asistir las niñas y se pueda alcanzar esa meta del acceso a la
educación.

El programa también contempla la responsabilidad y participación de los
hombres. Hasta ahora el hombre ha jugado un papel preponderante en la
relación hombre-mujer. Hay que conseguir la igualdad en esas relaciones.

Es



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necesario que hombres y mujeres establezcan una comunicación de respeto y
de mutuo apoyo para que comprendan que deben ser iguales en la vida
pública y en la vida privada. El objetivo es promover la igualdad de los
sexos, la igualdad de oportunidades, la igualdad dentro de la familia y
potenciar el hecho de que el hombre asuma también sus responsabilidades
en la fertilidad y sus deberes con respecto a los hijos, al cuidado de
ellos y a las atenciones domésticas y familiares. Comprometer a los
hombres en todas esas responsabilidades familiares es uno de los
objetivos de la Conferencia; el compromiso en la vida familiar y
comunitaria y la participación de todos, hombres y mujeres, en las
responsabilidades familiares, que no son un tema exclusivo de las
mujeres. En este sentido, es sumamente importante la información, la
educación, la comunicación, la legislación y la toma de medidas para que
se tenga conciencia de la necesidad de avanzar en esta línea.

En cuanto a la familia, el programa de acción establece que los cambios
demográficos y socioeconómicos han influido en el modelo de familia
clásico cuyo esquema tradicional, basado en las diferencias en función
del sexo, ya no es válido. Ya no tiene vigencia ni reconocimiento por la
incorporación de las mujeres al mundo del trabajo, por la evolución de la
familia, por la nueva autonomía de la mujer en muchos países ya
desarrollados, por la educación de la mujer y la aparición de otros tipos
de familia. Por tanto, ese cambio en la familia también se recoge en la
Conferencia del Cairo, ya que hubo un debate sobre otro tipo de uniones,
y aunque no se pudo recoger al final esa nominación, sí que se habla de
la familia en cualquiera de sus formas, con lo cual quedan incluidos los
distintos tipos de familia que existen en el mundo.

La Conferencia recomienda acciones efectivas para que los Gobiernos
eliminen todas las formas de coerción y discriminación en las políticas y
las prácticas sobre materias relacionadas con la estructura y la
composición de la familia, y también son muy importantes todas las
acciones que en el plan se prevén encaminadas a atender a las mujeres en
situación de pobreza, especialmente cuando tienen hijos a su cargo.

Habíamos visto que uno de los ámbitos más problemáticos y críticos de
acción es la feminización de la pobreza; por tanto, hay acciones
concretas en este sentido.

El tercer gran eje que he querido destacar para exponerles es el de los
derechos reproductivos, la salud reproductiva y la planificación
familiar. Señorías, esta pieza de los derechos reproductivos, salud
reproductiva y planificación familiar es esencial en el avance de los
derechos de la mujer. Este concepto de salud reproductiva se define como
un estado de bienestar físico, mental y social que contiene todos los
aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones, y
procesos, y su aprobación ha costado muchas horas de debate en la
Conferencia. Dentro del concepto de salud reproductiva se incluyen los
derechos de las mujeres y de los hombres a ser informados y a tener
acceso efectivo a los métodos de planificación familiar. No sólo
información sobre métodos anticonceptivos, sino acceso efectivo a los
métodos anticonceptivos para así poder tener la posibilidad de decidir
libremente sobre los métodos que puedan regular su fertilidad. En este
punto del plan de acción hubo, al fin, un elemento de consenso en el que
se habló de otros métodos a los que puedan tener acceso los hombres y
mujeres para la regulación de la fertilidad. El documento inicial hablaba
de control de la fertilidad, pero por ciertas presiones de algunos países
se quedó en que se podían elegir libremente esos sistemas para la
regulación de la fertilidad siempre que no sean contrarios a la ley. Por
tanto, información sobre métodos de control de la natalidad y, sobre
todo, posibilidad de acceso a los mismos.

Es fundamental esta promoción de los derechos reproductivos en los
programas gubernamentales en este ámbito. En el ejercicio de este
derecho, parejas e individuos deben tener en cuenta las necesidades de
sus hijos, sus posibilidades y sus responsabilidades frente a la
comunidad. La plena realización de los derechos reproductivos exige el
compromiso de la comunidad no sólo en la promoción de unas relaciones
basadas en la equidad y en el respeto mutuo dentro de la relación
hombre-mujer, sino también en la consideración de las necesidades de la
adolescencia para orientar su sexualidad de una forma responsable y
positiva. Derechos reproductivos y salud reproductiva significan que
individuos y parejas tengan capacidad para reproducirse y regular su
fertilidad y para enriquecer sus vidas a través de unas relaciones
sexuales libres y respetuosas. Una parte importante de la población
mundial no goza de esa salud reproductiva por un inadecuado conocimiento
de la sexualidad humana, por la prevalencia de conductas sexuales de alto
riesgo, por prácticas y costumbres discriminatorias, como algunas que
hemos comentado, y por el limitado poder de muchas mujeres sobre su vida
sexual y reproductiva y, sobre todo, por la insuficiente información y la
escasez de servicios de salud reproductiva.

Otro elemento fundamental de esta área es la planificación familiar y,
dentro de la misma, es un objetivo básico la provisión de esos servicios
de información en el marco del respeto a las diversas sociedades, a los
elementos culturales y a los condicionantes éticos de las distintas
comunidades. Algunas de las acciones que propone el plan de acción en
esta materia consisten en proporcionar un sistema de salud reproductiva
que incluye la planificación familiar y, por tanto, todo lo que es la
atención al parto, la prevención, tratamiento de la esterilidad,
infecciones, asistencia técnica sobre métodos anticonceptivos, extensión
de los servicios de salud reproductiva, etcétera. El plan de acción
determina que los programas de planificación familiar deben extenderse
rápidamente en los próximos años facilitando su acceso a las parejas e
individuos. Los objetivos a alcanzar se centran en la prevención de los
embarazos no deseados, en reducir la incidencia de embarazos de riesgo,
en mejorar la calidad de los servicios de planificación familiar y en
incrementar la participación de los hombres en la planificación familiar.

Las acciones previstas para conseguir estos objetivos consisten en el
apoyo al principio de libertad de elección en la planificación familiar,
eliminando los obstáculos que se opongan a su utilización y, sobre todo,
hay que incidir en la mejora de la calidad de estos servicios.

Se insta a todos los gobiernos y a la Comunidad internacional a
desempeñar un papel sostenido en la promoción



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de los servicios de planificación familiar. Como parte de este esfuerzo,
todos los países deben eliminar las barreras que se interponen para la
utilización de estos servicios. Específicamente, los gobiernos deben
respetar el derecho de las parejas a decidir de manera responsable sobre
su propia salud reproductiva, facilitándoles el acceso a los métodos y a
los servicios. Se hace un llamamiento a todos los responsables y los
líderes comunitarios para que jueguen un papel activo en la promoción y
en la legitimación del uso de los servicios de salud reproductiva y
planificación familiar.

Se reconoce la alta incidencia mundial de las enfermedades de transmisión
sexual --éste ha sido otro problema objeto de los debates--, que ha
crecido más con la emergencia del sida. Por tanto, hay que intensificar
los esfuerzos para que los programas de planificación y de salud
reproductiva actúen también en la prevención y el tratamiento de estas
enfermedades.

La igualdad entre hombres y mujeres en materia de relaciones sexuales y
de reproducción también exige asegurar que se tenga acceso a la
información, a la educación y a los servicios necesarios para tener una
buena salud sexual. Por tanto, este acceso a la información y a la
utilización de métodos anticonceptivos enlaza también con el apoyo a la
educación, una mejor comprensión de la sexualidad humana por parte de las
políticas nacionales y el fomento de los procesos de discusión sobre la
necesidad de proteger a las mujeres y a la infancia de la explotación y
de la violencia sexual. También la adolescencia ha tenido un papel
importante en el programa de acción, teniendo en cuenta sus necesidades
específicas en el área de la salud reproductiva.

Otro tema importante dentro de esta área es el aspecto relativo a la
morbilidad y mortalidad maternal. Entre las principales causas de
mortalidad de las mujeres en edad de procrear figuran las relacionadas
con el embarazo y el parto. Alrededor de medio millón de mujeres mueren
anualmente por causas relacionadas con el embarazo. De ellas, el 99 por
ciento corresponde a países en desarrollo. Por tanto, una mayor atención
a las necesidades de salud reproductiva de las mujeres va a prevenir este
alto índice de mortalidad. El programa de acción contempla alcanzar una
rápida y sustancial reducción de esa mortalidad disminuyendo las
diferencias que se observan entre los países desarrollados y los países
en vías de desarrollo, así como reducir en gran medida el número de
muertes causadas por abortos realizados en malas condiciones, mejorar la
situación de la salud y la nutrición, especialmente en mujeres
embarazadas y mujeres lactantes.

En relación a uno de los temas más polémicos, el aborto, aunque
posteriormente, a preguntas de sus señorías, podré ampliarles esta
cuestión, sí quiero hacer alguna mención. El consenso alcanzado en esta
materia ha permitido llegar a la formulación de un texto válido para los
182 países firmantes del plan de acción. En primer lugar, se dice que en
ningún caso se promueve el aborto como método de planificación familiar.

Esto fue necesario precisamente porque hubo representantes, especialmente
del Vaticano y de algunos países islámicos, que alegaban que el plan de
acción promovía el aborto como método anticonceptivo. En ningún momento
el borrador inicial lo promovía, como tampoco el aborto ni su
legalización. Pero esto se dijo y, por tanto, hubo que hacer aquella
expresa mención. Desde el primer día, tanto el representante de Estados
Unidos, el Vicepresidente Al Gore, como el representante de la Unión
Europea hicieron mención expresa de este tema. Sin embargo, y a pesar de
ello, se prolongó el debate durante tres días, que casi fue monográfico
sobre el tema del aborto.

En este punto se dice que se insta a los Gobiernos y a las organizaciones
no gubernamentales a fortalecer ese compromiso con la salud de la mujer y
a ocuparse del impacto que sobre la misma tienen los abortos realizados
en malas condiciones, que constituyen un problema de salud pública,
consideración que ya figuraba en el documento inicial y que ha
permanecido en el pacto final. También se dice que las mujeres con
embarazos no deseados deben tener fácil acceso a información y
asesoramiento y que se debe dar siempre máxima prioridad a la prevención
de embarazos no deseados y hacer todo lo posible por eliminar la
necesidad del aborto, cuestión que también figuraba en el plan inicial.

Por tanto, uno de los objetivos del plan de acción era desde el principio
precisamente evitar el aborto y aplicar el control y planificación de la
fertilidad. Asimismo, en este acuerdo final sobre el aborto se dice que
sólo a través del proceso legislativo nacional se pueden introducir en el
sistema de salud medidas o cambios relacionados con el aborto, ya sea en
el ámbito nacional o en el local. Además, se añade que en el caso de que
el aborto no sea contrario a Ley debe realizarse en condiciones
adecuadas. Esta cuestión también fue motivo de múltiples discusiones,
hasta que se llegó a este texto final, cuando en ningún momento se
hablaba en el documento inicial de promover el aborto. Precisamente,
desde el inicio se consideró que el aborto quedaba en el ámbito de las
legislaciones nacionales y a la libre responsabilidad de cada país. Pero
el objetivo que se contenía inicialmente, y que se ha plasmado en el
documento final, es evitar el aborto precisamente a través de la
utilización y el acceso adecuados a los métodos anticonceptivos y al
control de la fertilidad, lo que se ha dado en denominar la salud
reproductiva.

Señorías, éste es, en una síntesis muy apretada, el contenido del
programa de acción en los tres grandes ejes: de la integración de las
políticas demográficas en el desarrollo sostenible, de los derechos de la
mujer, la igualdad y equidad entre los sexos y la habilitación de la
mujer y los derechos reproductivos, la salud reproductiva y la
planificación familiar.

La mujer ha constituido, sin duda, el eje central de esta Conferencia. Ha
sido la gran protagonista y también diría que la gran triunfadora. Los
frutos del resultado de esta Conferencia los iremos viendo a lo largo de
los próximos años, como vimos también los frutos del Año Internacional de
la Familia cuando a partir de 1975 hemos ido realizando tantos avances.

Señorías, el desarrollo de la Conferencia ha puesto de manifiesto la
importancia de los derechos humanos y el avance de las mujeres. Como ya
he indicado, los capítulos



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más conflictivos, aquellos que afectaban directa o indirectamente al
aborto, o a la planificación familiar, o todo lo relativo a la igualdad
de los sexos y el fortalecimiento del papel de la mujer, se han ido
solventando con acuerdos que han renovado y actualizado el consenso
internacional. Y esto es lo importante. Aunque hubo algunos países
centroamericanos y latinoamericanos que emitieron al final declaraciones
de reserva sobre algunos puntos y algunos términos, en conjunto se puede
decir que se ha renovado el consenso, y, sobre todo, que los países, por
una abrumadora mayoría, han aceptado el documento.

Los países musulmanes, los más ortodoxos, han manifestado alguna reserva,
también el Vaticano, aunque la mayoría de los países islámicos han
aportado una interpretación del Corán no contraria al control de la
natalidad. Y en este punto fue muy importante la labor que realizaron
algunos países, como Pakistán, Egipto y Bangladesh, que tienen programas
de control de la natalidad. Además, fue muy importante la posición de la
Primera Ministra paquistaní, Benazir Bhuto, en el acto inicial de la
Conferencia, defendiendo que la interpretación del Corán no iba en contra
de la utilización de los métodos anticonceptivos. Desde luego, la
posición solidaria de la abrumadora mayoría de los países ha sido lo que
ha permitido llegar a soluciones muy satisfactorias para todos.

Los avances han sido muy significativos y, sobre todo, la importancia del
papel conferido a la mujer. Hay un aspecto importante que ya figuraba
como un principio inspirador de la Conferencia: la promoción de la
equidad, de la igualdad de la mujer, la eliminación de todo tipo de
violencia contra ésta y el hecho del reconocimiento de que la mujer y el
hombre tienen igual derecho a participar plenamente en los procesos de
formulación de políticas y en la adopción de decisiones a todo nivel.

Este es un elemento que constituye un eje de todas las cumbres
internacionales, y lo dijo Butros Gali al inicio de la Conferencia.

Tenemos que pensar que esta autonomía de la mujer, esta posibilidad nueva
de la mujer, esta igualdad de oportunidades ya está inspirando todas las
cumbres. Quizá se ha manifestado de una forma clara y rotunda por primera
vez en esta cumbre sobre población, pero también va a informar la cumbre
de Copenhague sobre desarrollo social, que es la primera que realizará
Naciones Unidas y que tendrá lugar en el mes de marzo, así como la IV
Conferencia mundial sobre la mujer, que se celebrará el próximo año en
Pekín.

Lo que ha quedado claro a lo largo de la Conferencia es el hecho de que
las mujeres constituyen la clave del desarrollo y que fomentar la
autonomía de la mujer y ampliar sus opciones personales representa un
estímulo para el cambio económico y social, así como para el desarrollo.

El papel de la mujer en el entorno socio-económico adquiere mayor
relevancia día a día; educación, planificación, autonomía y toma de
decisiones son ejes fundamentales del avance de la mujer y de la
participación de la mujer en las conclusiones de esta Conferencia; por
tanto, el reconocimiento del papel esencial de la mujer en el desarrollo.

Para concluir, haré una última reflexión sobre la valoración del
Gobierno, la cual es muy positiva, sobre todo --como he dicho al inicio--
de la política integrada en la Unión Europea y que ha sido desde el
primer momento de apoyo al Plan de acción de Naciones Unidas, desde el
respeto a las diferentes culturas y éticas y a los derechos
fundamentales. El Plan de acción es un documento que va a tener una gran
influencia en los próximos años en el diseño de las políticas y en el
desarrollo. El cambio que protagoniza la mujer en todo el mundo es uno de
los más significativos elementos de transformación social de nuestros
tiempos y un factor fundamental en el progreso de la humanidad.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias por su intervención, señora
Ministra.

Pasamos al turno de portavoces y, en segundo lugar, cualquier persona que
lo desee --Diputados, Diputadas, Senadores y Senadoras-- también podrá
intervenir.

En primer lugar, tiene la palabra la representante de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, señora Urán González.




La señora URAN GONZALEZ: Gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, quiero agradecer a la señora Ministra su rápida
comparecencia. A mi Grupo, por ejemplo, no le ha dado tiempo a solicitar
su comparecencia ante esta Comisión para que nos explicara el desarrollo
de la III Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo.

Yo creo que en esta Conferencia había muchos temas importantes a tratar,
pero cuando saltó a los medios de comunicación el debate, el fuerte
debate protagonizado por el Vaticano y algunos países islámicos sobre el
tema del aborto, mi Grupo llegó a la conclusión de que en realidad esto
ha formado parte de una gran cortina de humo, porque en realidad en el
documento no se hablaba de aborto, no se estaba utilizando el aborto como
un medio de planificación familiar, sino como un recurso y un derecho de
la mujer.

De todas formas, yo creo que era importante decir esto porque,
sencillamente, en esta Conferencia se tenía que haber hablado sobre todo,
no solamente ya de los objetivos que son declaraciones de principios muy
importantes, que me parece que tienen objetivos que, de poderse llevar a
cabo, serían fundamentalmente imprescindibles para que este mundo se
desarrollara muchísimo mejor, sino del gran debate, y lo que ha hecho es
aparcarlo. El gran debate son los recursos financieros que se van a
aportar por parte de todos los Estados para que realmente se puedan
cubrir estos objetivos.

En uno de los diarios de nuestro país, en unas declaraciones de varias
delegadas al finalizar la Conferencia, se decía: «Se ha conseguido para
nosotras un estatus en la sociedad, pero no un frente económico.» El
medio ambiente ha sido uno de los grandes olvidados en la Conferencia.

Gracias a este gran debate sobre el derecho de la mujer a poder o no
abortar, uno de los temas fundamentales, el medio ambiente, que además
preserva la calidad de vida de toda la humanidad, de todos los seres
vivos, se ha quedado también aparcado, quizá para una siguiente
conferencia en la que el aborto no sea ya el tema estrella ni lo sean los



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derechos de la mujer a decidir sobre su propia sexualidad y sobre su
propio cuerpo, sino que, además, nos preocupemos de que la población
necesita un medio ambiente sano, recursos financieros y de que la mejor
forma de que las mujeres podamos decidir, participar y ser un activo en
la sociedad --ser activas dentro de las decisiones que se toman en las
sociedades-- es, precisamente, que los recursos económicos vayan
destinados a conseguir esa mejor calidad de vida, a que la educación
--como la señora Ministra bien decía-- sea el mejor anticonceptivo y a
que en realidad tengamos un puesto de trabajo para ser autónomas e
independientes económicamente, que eso es lo que nos conduce a las
mujeres a formar parte de esta sociedad en mayor medida, aunque la
formamos, pero, en la mayoría de los casos, como ciudadanas de segunda
categoría.

Ha habido dos temas que nos han llamado la atención. Se ha hablado mucho
de la población, de la demografía, pero también ha quedado descolgado del
texto, por presiones yo diría que no ideológicas, sino más bien
religiosas, el tema de la educación sexual de los adolescentes que en
realidad va a evitar que pueda haber mujeres adolescentes que se
encuentren con embarazos no deseados y que, además, no sepan disfrutar de
su propia sexualidad, que es uno de los grandes problemas. En segundo
lugar, el que se haya tenido que renunciar a eso por parte de la Unión
Europea y de Estados Unidos. Yo creo que esta Conferencia habría que
denominarla al final como la Conferencia de las renuncias de los países
más desarrollados frente a países no desarrollados y que además tienen un
punto de vista no ideológico --podríamos entrar en este debate en caso de
que fuera ideológico--, sino más bien religioso. Y a nuestro Grupo le
preocupa que los adolescentes sigan sufriendo el no tener acceso a los
medios anticonceptivos y que, además, en el mundo entero no se haya
podido plasmar como uno de los objetivos que la educación sexual se tiene
que tener como objetivo dentro de los planes educacionales de todos los
Estados.

La señora Ministra nos ha dicho que se ha hablado sobre la feminización
de la pobreza pero, en realidad, ¿qué medidas se proponen desde la
Conferencia, además del desarrollo sostenible, de la mejora de la calidad
de vida y de las inversiones para generar empleo, qué objetivos claros y
concretos se han marcado en esta Conferencia para poder terminar con la
feminización de la pobreza?
Ha comentado la señora Ministra que en la Conferencia también se ha
hablado de la eliminación de todo tipo de violencias contra la mujer.

Desconozco --por eso le pregunto a la señora Ministra-- si ha habido
algún pronunciamiento en contra de las guerras étnicas que se están
desarrollando en países tanto de Europa como de Africa o Asia, que están
masacrando realmente a las mujeres, donde se está utilizando como una
limpieza el violar y matar a las mujeres. Me gustaría saber si ha habido
alguna condena expresa o si se ha hablado de esto en la Conferencia,
aunque ya sé que ésta se ha limitado bastante a si las mujeres tenemos
derecho a decidir nuestra maternidad o no tenemos ese derecho tan
ampliamente reconocido.

Por mi parte, sólo me queda darle de nuevo las gracias y espero que pueda
contestarnos a estas preguntas.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Urán.

Por el Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió, tiene la
palabra su portavoz en esta Comisión, señora Alemany.




La señora ALEMANY I ROCA: Gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, quisiera agradecer a la señora Ministra su comparecencia
hoy aquí. En realidad, esta Diputada y el Grupo Parlamentario Catalán de
Convergència i Unió ya habíamos hecho una solicitud en este sentido para
el Pleno.

En primer lugar, quisiera reiterar una vez más el convencimiento que a
nivel personal tenemos de que la señora Ministra, a lo largo de su
carrera profesional y en el desempeño de sus responsabilidades al frente
de este Ministerio de Asuntos Sociales, es una persona muy sensible a la
problemática de las mujeres y muy comprometida, sobre todo, con las
acciones para la igualdad de oportunidades.

Sin embargo, todo esto no comparta que desde el Grupo Parlamentario
Catalán de Convergència i Unió se dé por bueno y nos desentendamos de
alguna manera de las líneas políticas de este Ministerio y de las que el
Gobierno lleva a cabo en temas tan importantes como los que se han
tratado en esta Conferencia de El Cairo. La población, el desarrollo y el
medio ambiente son temas fundamentales que afectan, como muy bien nos ha
dicho, de una manera muy importante a las mujeres. Pero se habla de mujer
en clave de desarrollo social, de desarrollo sostenible, pensando en que
la sociedad lógicamente funcione y salga adelante, pero también nos
preocupa mucho el papel de la mujer como clave de este cambio estructural
que necesita también nuestra sociedad, y no solamente las sociedades de
los países que económicamente se sitúan entre los más adelantados, sino
en todos los países del mundo. No podemos hablar de la mujer sólo como un
objeto, sino que también tenemos que hablar de la mujer como un objeto
clave de este cambio estructural que nuestra sociedad necesita, según nos
dicen los técnicos y los informes elaborados que todos conocemos. Pero
dos acontecimientos de esta trascendencia, como son esta Conferencia
sobre Población de El Cairo y las preparatorias que se están llevando a
cabo sobre la Conferencia de Pekín del año 1995, nos obligan de alguna
manera a tener este recelo porque, de un lado, la señora Ministra nos ha
hablado de las conclusiones del Plan de acción que se acordó en El Cairo,
pero nos gustaría conocer también el contenido del informe que se
presentó, del papel del Gobierno --porque lo desconocemos-- y cómo se
realizó. Pensamos que para estos informes se precisa la participación y
representación de las distintas partes implicadas, mujeres e
instituciones. Hemos dicho desde el primer momento que este paso no se va
a dar sin que, no solamente los gobiernos y los planes de acción, sino
todas las personas implicadas de alguna manera, puedan participar. Lo
decimos porque a todo este plan de acción le queda un futuro cuyo camino
se debe trazar, no solamente unas conclusiones, sino una línea de
continuación y de trabajo.

Querríamos que se tuviera en cuenta un principio que la Unión Europea
está utilizando mucho, el de la subsidiariedad



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y la distribución competencial, que la participación y representación
directa de las Comunidades Autónomas en las estructuras, en los programas
y en los informes, se cree también a nivel internacional. La
participación y representación directa de estas Comunidades responden, a
nivel internacional, al principio de pensar globalmente y actuar
localmente. Esta colaboración no solamente hace un trabajo más fácil sino
que también lo hace más plural y más real para todos estos informes. De
cara al futuro nos gustaría que el Gobierno estuviera comprometido en
estas líneas de actuación.

El debate es muy largo y nos gustaría intervenir mucho más, pero con
estas líneas marcamos nuestra posición, por lo que damos el tema por
terminado.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alemany.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su portavoz, doña
María Jesús Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señora Ministra, nuestro Grupo agradece su comparecencia en esta
Comisión, pero hubiera deseado que antes de celebrarse la cumbre, antes
de celebrarse la Conferencia, y antes, por tanto, de canalizarse la
opinión del Gobierno español, hubiésemos tenido la oportunidad de conocer
cuál iba a ser la postura del Gobierno, tal vez debatirla y entre todos
hacer que la voz del Gobierno español hubiera estado respaldada por todas
las opiniones de los diferentes Grupos que integran esta Cámara.

Un foro de debate y de encuentro internacional que lleva por título algo
tan genérico, tan amplio y, por tanto, tan extenso, como es población y
desarrollo, lógicamente --y la señora Ministra terminaba con esa
calificación--, tiene que ser siempre positivo. Otra cosa es que los
objetivos, sobre todo los fundamentales --que depende de la visión de
cada Gobierno y de cada país, que pueden ser diferentes-- se hayan
cumplido, y, sobre todo, vamos a ver el resultado de los planes que hay
que aplicar, si se van a llevar a cabo adecuadamente, si los recursos
destinados a cada uno de los objetivos son los necesarios para conseguir
las principales metas planificadas.

Los temas --y se ha hecho referencia por parte de la señora Ministra de
una manera genérica, no podía ser menos en una apretada exposición-- eran
muy amplios; se trabajó en definir lo que es la cooperación internacional
en un marco de actuación tan importante y genérico como es el desarrollo,
y la solución a todo esto no puede ser única. Nuestro Grupo comparte que
es necesaria una política que en este aspecto tenga en cuenta en primer
lugar los derechos humanos en el marco de una democracia. Para ello es
necesario llevar a cabo una serie de reformas económicas de todo tipo;
que la política de medio ambiente --en la que la representante de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya hizo incidencia, y nuestro Grupo
comparte totalmente-- es absolutamente fundamental. En estos países hay
problemas graves de corrupción y, por tanto, es necesario atajarlos con
ayudas y cooperación, que nunca pueden ser entendidas ni desviadas por un
espíritu colonizador del Tercer Mundo. Esto como principio general.

Es natural --y la señora Ministra ha hecho especial referencia a ello--
que unido al tema del desarrollo surja el de la mujer como tema estrella,
y unido a él el tema de la natalidad y los problemas que conlleva.

En este último campo se ha hablado de control, de salud reproductiva y de
planificación, y nuestro Grupo quiere que quede reflejado que para todo
ello es necesario realizar una política de apoyo comprometido con las
mujeres. También queremos el reconocimiento --y no hemos visto interés ni
fuerza en las palabras de la Ministra-- de la familia como una estructura
básica de solidaridad --yo lo decía hace un momento a los medios de
comunicación--, solidaridad frente al paro, frente al acceso a una
vivienda, frente a unas exiguas pensiones, frente a la lacra tremenda que
vive nuestra sociedad en el tema de la droga, frente a dificultades de
determinadas mujeres en esa feminización de la pobreza a la que usted ha
hecho referencia, en mujeres solas, separadas, con la carga de los hijos.

Nuestro Grupo lo tiene claro. Pienso, sin embargo, que el Gobierno, y,
por tanto, usted, que es Ministra de ese Gobierno, no lo tiene tan claro,
porque la política que se está desarrollando en España no lo considera
una prioridad.

Quiero resaltar que el documento de El Cairo dice que la familia es la
unidad básica de la sociedad, y que es fundamental prestarle apoyo, en
particular a las familias y a los miembros más vulnerables. Me parece
bueno resaltar esto que figura en el documento de El Cairo y en lo que la
señora Ministra no ha insistido con la intensidad con la que nuestro
Grupo considera que debía haberse hecho, y que es necesario velar para
que todas las políticas de desarrollo social y económico tengan en cuenta
la necesidad y los derechos de las familias.

Con esto, lo que quiero resaltar es que la política de ayuda a la mujer
tiene que tener otra faceta, que es la política de ayuda a la familia.

Por otro lado, las políticas de control y de natalidad a ultranza --que
en algún momento parecían desprenderse también-- son injustas si no se
acompañan de un apoyo claro, decidido y comprometido a la educación.

Comparto esa manifestación, ya reiterada por la representante de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, de que la educación, el
desarrollo cultural, el educativo y el económico son el mejor método
anticonceptivo de planificación.

Se nos ha entregado la intervención de la señora Ministra, y yo al
conocer su presencia aquí, me interesé en saber si había tenido usted
alguna intervención, y la he leído con detenimiento para poder hacer las
manifestaciones que ahora voy a realizar en relación con este extremo.

El Grupo Parlamentario Popular considera que la intervención que usted
hizo en El Cairo el 5 de septiembre de 1994 no es una declaración
comprometida, que no aporta nada nuevo. Si me permite, y con todo el
respeto, son una serie de afirmaciones comunes que podría decir cualquier
persona, porque, sin lugar a dudas, nadie puede estar en contra de estas
formas genéricas. Pero, en cambio, he notado una cierta contradicción con
la política que usted



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lleva a cabo en España. ¿Por qué lo digo? Porque usted afirma que la
mejor inversión es la que se destina a las mujeres, y la verdad es que el
Gobierno español no ha asimilado lo que usted dice. Yo defiendo lo que
usted dice, pero hay cierta contradicción con la política que está
llevándose a cabo aquí en España. Le recomiendo, por tanto, que convenza
al Gobierno, del que usted forma parte, de esa afirmación, para que de
esta manera arreglemos la casa por dentro. Ya sabe que nuestro Grupo ha
dicho muchas veces, y es cierto, que el señor Presidente --que al fin y
al cabo dirige el Gobierno de España-- es más aficionado a arreglar lo
del exterior que lo de su casa, y olvida lo nuestro. Por tanto,
compartiendo este principio, le hago una llamada para que lo practique
también en España.

¿Por qué digo esto? Pues porque los años de Gobierno socialista creo que
han sido bastante perdidos, en muchos ámbitos, para el desarrollo de la
mujer en España. Llevamos una época de freno en una serie de avances. La
crisis económica les ha servido como justificación, por ejemplo, para no
crear el fondo de pensiones de garantía, que es para esas mujeres que
precisamente tienen más problemas y a las que ustedes se lo habían
prometido y, sin embargo, hubo un freno en algo que ustedes habían
reconocido que iba a ser una promesa electoral a realizar. O los
problemas de ayuda a la familia, o los avances limitados en lo relativo a
la educación. Sigue persistiendo una discriminación en lo tocante a la
formación, salarios y empleo. Y puedo decirlo, señora Ministra, porque
usted, por ejemplo, ha hablado de una voz única con los países de la
Unión Europea, pero resulta que España está en unos límites --incluso
ayer, revisando los últimos datos estadísticos-- que son verdaderamente
escalofriantes: España está en el último lugar de los países europeos en
ayudas a la maternidad, ayudas a la familia. Por tanto, considero que lo
que usted piensa que es tan bueno aplicar fuera debe empezar a tener
fuerza suficiente para que se pueda aplicar en este país.

Usted ha hecho referencia --incluso algún otro miembro que ha intervenido
en el turno de portavoces-- a que se desviaron de alguna manera las
interpretaciones relativas al tema de si el aborto figuraba o no como un
método anticonceptivo. La verdad es que se ha hablado de malas
interpretaciones y usted, en los medios de comunicación --las noticias
que seguíamos desde aquí-- decía que lamentaba esas voces disonantes y
malas interpretaciones. Sin embargo, yo tengo que decirle, si es cierta
la referencia aparecida en un medio de comunicación de nuestro país, que
en el documento base que se fue elaborando en Nueva York se rompió de
alguna manera ese consenso y que España --por tanto, supongo que sería
usted-- precisamente era partidaria de que figurara de manera indirecta
el aborto como medio de control demográfico. No sé si son ciertas o no
estas noticias que aquí aparecieron, pero me baso en un documento escrito
en el que aparece la voz de España unida, en concreto, a las de México,
Brasil, Holanda, Países Escandinavos, etcétera. Por tanto, repito, si eso
es cierto, España, aunque después mantuviese la posición de la Unión
Europea, parece que estaba en esa línea. Por otro lado, parece que hubo
dos voces extremas, y usted a una de ellas la calificó de extraordinaria
y brillante interpretación.

De alguna forma, al Grupo Parlamentario Popular le parece importante que
haya quedado claro que cualquier control de la población debe tener en
cuenta los principios éticos, los principios filosóficos y culturales de
cada uno, y que nunca se puede actuar desde un espíritu coercitivo.

Además, cualquier política de natalidad debe ir acompañada de un apoyo
claro y comprometido al desarrollo cultural, educativo, económico,
etcétera, así como la libertad de la mujer y la autonomía de la mujer. Y
eso empieza, en primer lugar, por una educación, por unas posibilidades
de acceder a un empleo y tener verdadera autonomía y verdadera libertad.

Termino ya, señora Presidenta, señora Ministra, diciendo que valoramos
también como algo positivo el esfuerzo realizado para buscar soluciones
favorables al desarrollo de los países del Tercer Mundo. Hubiéramos
deseado, tal vez, que se hablase más de lo que se hizo menos, es decir,
del desarrollo, y que ese objetivo, fundamental, del bienestar de la
gente, del hombre y de la mujer, del bienestar, en definitiva, de la
familia, hubiera tenido mayor peso que otras discusiones; dar, en
definitiva, prioridad a mejorar esa situación económica, social, cultural
y, por tanto, también educativa, de una serie de países. Al fin y al
cabo, de erradicar la pobreza y de erradicar también de estas personas la
ignorancia. Yo creo que ahí está la clave, y todo lo que se haga por
caminar, aunque sea poco, aunque al final no se alcancen todos los
objetivos, naturalmente que el Grupo Parlamentario Popular tiene que
considerarlo también positivo.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sainz.

En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra su
portavoz, doña Isabel Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Quiero, como el resto de las portavoces que me han precedido en el uso de
la palabra, agradecer a la señora Ministra que haya querido comparecer
con tanta rapidez en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer. Y
quiero también felicitarla, y creo que felicitarnos todas las mujeres,
porque se haya conseguido, con la participación también de España, en el
marco de las políticas consensuadas en la Unión Europea, llegar a un
acuerdo y a un consenso en la Conferencia de El Cairo sobre Población y
Desarrollo. Porque no se veía tan claro cuando la Conferencia iba a tener
lugar y cuando surgió todo un falso debate sobre el tema del aborto,
sobre si las mujeres teníamos que ser libres o no para poder decidir los
hijos que tuviéramos. Y un debate, además, falseado por una serie de
Estados minoritarios que, o bien no tienen población, o bien no son
democráticos, porque las mujeres no tienen ninguna capacidad para decidir
ni tienen voz en sus propios Gobiernos.

Yo me alegro de que este debate falso haya podido ser subsanado porque,
evidentemente, cualquier mujer de cualquier país mínimamente razonable,
como somos la mayoría, sabemos que el aborto, la interrupción voluntaria



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del embarazo, no es un método anticonceptivo ni así constaba en el
documento previo a la Conferencia de El Cairo. El aborto es un recurso
último para que las mujeres podamos ejercer nuestra libertad acerca de si
queremos ser madres o no, cosa de tanta importancia como para intentar,
como objetivo, que ninguna mujer en el mundo deba tener hijos que no
desea, incluso para defender a esos propios hijos no deseados de una
existencia que muchas veces puede no ser humana. Creo que lo que es y lo
que se ha debatido en la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El
Cairo es algo muchísimo más complejo.

Mi Grupo se alegra profundamente no sólo de que haya habido consenso, de
que se haya podido soslayar este falso debate o que se haya podido llevar
la Conferencia al lugar que se pretendía y a los objetivos que se
perseguían, sino que también nos felicitamos por las propias conclusiones
y los ejes sobre los que pilotan las conclusiones de El Cairo. Porque hoy
--y nosotros lo defendemos y llevamos tiempo defendiéndolo-- el
desarrollo de la humanidad, como el desarrollo de cualquier país, está
íntimamente ligado también al equilibrio de su política de población y a
un equilibrio en armonía con el desarrollo del medio ambiente. Y
evidentemente eso pasa por la autonomía de las mujeres, por la libertad
de las mujeres y por los derechos reproductivos de las mismas. Para
nosotros, los ejes de las conclusiones y, por tanto, a través de esas
conclusiones los objetivos para el futuro en las políticas mundiales de
población y desarrollo, nos parecen absolutamente equilibrados y
absolutamente situados en los términos y el lugar donde la sociedad
mundial se encuentra situada en este momento.

Ahora bien, hay cosas que sí nos preocupan de las conclusiones de la III
Conferencia sobre Población y Desarrollo. No las conclusiones, no los
objetivos que marca y tampoco lo que pretende hacer, sino cómo lo vamos a
conseguir. Porque se puede llegar a un acuerdo, y esto es positivo y es
para felicitarnos, que se ha conseguido ver la relación tan directa que
hay en las políticas de desarrollo de la humanidad con las políticas de
que las mujeres, la mitad de la población, seamos personas, no las de
unos grupos favorecidos, no las de unos países más ricos sino el conjunto
de las mujeres, pero el tema es qué recursos financieros va a haber en
los próximos años, qué recursos financieros se van a canalizar de los
países más ricos a los países más necesitados para que no sólo una parte
de las mujeres y, por tanto, el conjunto de hombres y mujeres de unas
ciertas sociedades, puedan tener un desarrollo equilibrado, sostenido y
puedan tener realmente una autonomía personal, unos derechos
reproductivos, sino qué posibilidades va a tener el conjunto de la
población, mujeres de cualquier país y en cualquier tipo de condiciones,
normalmente las mujeres más necesitadas para poder ejercer esos derechos
reproductivos.

Yo no dudo, evidentemente, que el Gobierno español va a seguir
trabajando, no sólo por los derechos de las mujeres en nuestro país, como
ha venido haciendo desde que está gobernando el Partido Socialista en
España en los últimos años, invirtiendo a favor de la educación de las
mujeres, invirtiendo en sanidad para las mujeres, invirtiendo para que
las mujeres realmente participen plenamente en la sociedad, sino también,
de alguna manera, cómo vamos a trabajar para conseguir eso a nivel
mundial, para conseguir de alguna forma que no sean simples declaraciones
de principios, que son importantes, porque el primer paso para solucionar
cualquier problemática es analizar la realidad, hacer un diagnóstico de
la situación y marcarse unos objetivos, y eso lo sabemos. Pero,
evidentemente, luego se necesitan una serie de recursos, de esfuerzos, de
acuerdos, se necesita un trabajo continuado a nivel mundial para ver, una
vez definida una situación en términos equilibrados --y yo pienso que
correctos en la situación en la que nos encontramos--, cómo vamos a
conseguir invertir en una serie de países para apoyar a las mujeres de
los mismos, para que la autonomía de las mujeres, para que los derechos
de las mujeres, para que esa inversión tan necesaria en educación para
las mujeres --que realmente parece que es sólo en educación, pero que
genera unas externalidades tan fuertes en otros campos que tienen que ver
hasta con políticas de reproducción, políticas natalistas, con todo tipo
de aspectos sociales de carácter general-- sean una política mundial y no
simplemente una política de países con más recursos, de países con una
mayor tradición democrática, de países en los que las mujeres han luchado
por una serie de derechos y no están ya sólo en el reconocimiento de los
derechos, sino en el propio ejercicio de los mismos.

Yo creo que los próximos años requieren un esfuerzo muy grande del
conjunto de los países de Naciones Unidas, pero muy especialmente de los
más privilegiados, para que todos estos acuerdos de El Cairo, todos estos
objetivos y las medidas para conseguirlos, sean algo más que una
declaración de principios, sean una realidad en los próximos años. Yo no
dudo de que el Gobierno español contribuirá en todo lo que pueda a esto,
pero desde mi Grupo les instamos, y yo le insto ahora a usted, señora
Ministra, como representante del Gobierno en estas políticas, a que hagan
un esfuerzo muy grande no sólo en las conferencias, sino también cuando
hay que canalizar recursos económicos hacia países con más necesidad,
para que en los próximos años, dentro de una década, podamos ver que
aunque a lo mejor no todas y cada una de las conclusiones y las
decisiones que por consenso y de mutuo acuerdo 182 países han firmado en
El Cairo sean una realidad, el haberlas puesto en marcha sí suponga un
cambio sustancial para el conjunto de las mujeres del mundo entero y, por
lo tanto, para el conjunto de la sociedad, compuesta por hombres y
mujeres.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alberdi.

Para contestar a todas estas cuestiones, tiene la palabra la señora
Ministra de Asuntos Sociales.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Muchas gracias,
Presidenta. Muchas gracias, señorías, por sus intervenciones.




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En primer lugar, voy a contestar a la representante de Izquierda Unida,
que ha planteado bastantes temas de mucha importancia. En cuanto a los
recursos financieros --a los que ella y otras intervenientes se han
referido--, es un tema de gran calado, puesto que los recursos
financieros nos van a permitir poner en marcha y ejecutar esas políticas
que forman parte del plan de acción. Se ha aprobado una cantidad prevista
para la financiación de la implantación de este plan de 17.000 millones
de dólares, es decir, 2 billones 193.000 millones de pesetas, y nos
corresponderían a nosotros 2.000 millones de pesetas para el año 2000. Se
prevé que las dos terceras partes sean financiadas por los propios
países, siendo ésta una fórmula que cada vez se da más en la cooperación
y en los trabajos el desarrollo, de forma que los propios países se
comprometen con su propia financiación y actuación en los programas, es
decir, que no sea sólo la aportación de los países desarrollados y que no
haya un compromiso por parte de los países en desarrollo.

Yo creo que no es sólo el tema económico el importante, sino que hay
muchos tipos de recursos a los que se alude a lo largo del plan de
acción, y que son en gran medida recursos humanos. Es difícil en una
síntesis tan apretada poder aludir a todo, pero he mencionado el
compromiso de los líderes comunitarios y el compromiso de las ONG. Aquí
hay un trabajo de compromiso personal y de compromiso de las
colectividades y de las sociedades civiles en estos temas, y puede ser de
tanta o más importancia que el tema económico, porque estos líderes
comunitarios, estos grupos de personas comprometidas desde la sociedad
civil, pueden hacer tomar conciencia sobre los temas y también cambiar la
opinión sobre muchos temas. Y es muy importante en estos aspectos en los
que juegan tabúes, juegan prejuicios, juegan, incluso, atavismos, el que
haya personas que vayan haciendo al resto tomar conciencia de que el
progreso de la humanidad pasa por la educación de las mujeres, pasa por
el respeto a la dignidad a las mujeres, pasa por un tratamiento de las
mujeres distinto. Luego no sólo es el económico, sino que hay elementos
de aportación humana muy importantes para llevar a cabo la realización de
este plan.

Otro tema que ha planteado la representante de Izquierda Unida es el de
medio ambiente, y se ha referido a él como el gran olvidado. Yo creo que
no se ha hablado suficientemente de medio ambiente, y es cierto. Se habló
mucho en la Conferencia de Río, en la que también se acordaron muchas
acciones que se han cumplido en parte --no se puede decir que la
Conferencia de Río se haya ido cumpliendo en su totalidad--, pero ha sido
muy importante integrar las políticas de medio ambiente y los acuerdos de
Río en las conclusiones de esta Conferencia y en su plan de acción. Y
creo que va a ser más fácil que se cumplan esos objetivos de medio
ambiente al integrarlos en las políticas demográficas y al ver que es
totalmente necesario ese equilibrio entre las necesidades, los recursos y
el aumento de la población, al ver la necesidad de integrar esas
políticas unas en otras y al ponerlo en relación con el conjunto de todos
los elementos que son necesarios en el desarrollo sostenible, va a ser
más fácil cumplir el plan de acción en el ámbito del medio ambiente.

Luego se ha referido a los derechos de la mujer para decidir sobre su
propia reproducción y ha dicho que para que sea realidad hay que ir un
poco más allá, y estoy de acuerdo, aunque primero se comienza por
declaraciones programáticas. Es cierto que nosotras, desde los países
desarrollados, hemos avanzado mucho y ya es una realidad entre nosotras
el acceso a los métodos anticonceptivos y la posibilidad de obtener
información, aunque no hace tanto tiempo, en 1978, todavía estuvo
procesado un director de periódico durante varios meses, hasta que se
modificó la legislación en noviembre de 1978, simplemente por informar
sobre métodos anticonceptivos. Es decir, todavía pueden jugar muchos
prejuicios en estos temas, pero por lo menos el que haya esa declaración
programática, esa política decidida de desarrollar esos planes de acción,
ya es un elemento importante. Luego, a lo largo de la aplicación de ese
plan, habrá muchas veces que la mujer, por atavismos, por prejuicios, por
situaciones familiares, por situaciones culturales, por presiones, no va
a decidir libremente sobre su propia reproducción, pero en esa línea
tenemos que seguir avanzando para que sea realidad.

Luego ha hablado de dos temas: la educación sexual de los adolescentes,
que ha quedado descolgado, y la feminización de la pobreza, qué medidas
se proponen. En cuanto a la educación sexual de los adolescentes,
efectivamente, se siguen considerando muy importantes los derechos
sexuales de los adolescentes y el acceso de los mismos a los medios de
planificación familiar a fin, precisamente, de reducir las tasas tan
altas que existen de embarazos no deseados, pero lo que pasa es que no ha
sido tan amplio el planteamiento como iba en el plan de acción, y se
condiciona la utilización de los métodos, la información y el acceso
dentro el ámbito familiar. A mí me hubiese gustado que hubiera quedado en
la situación inicial, pero, verdaderamente, hay que comprender también
que en los encuentros internacionales, cuando se llega al consenso en
determinados temas, todas las partes tienen que ceder. Desde luego, para
nosotros, en los países desarrollados, esto no va a ser un problema
porque está reconocido que debe haber información exhaustiva de métodos
anticonceptivos entre los jóvenes, sobre todo también pensando en las
enfermedades de transmisión sexual, todo lo cual tiene una importancia
extraordinaria. Quizá por querer llegar a ese consenso se ha hecho una
redacción menos contundente, siendo la primera, la que estaba en el plan
de acción, más contundente y hubiera sido mejor mantenerla.

También se ha referido la representante de Izquierda Unida a la
feminización de la pobreza y ha pregundado qué medidas se proponen. Este
ha sido uno de los capítulos más importantes del plan de acción, el
capítulo tercero, que se refiere a la población, crecimiento económico
sostenido y pobreza. Se hacen una serie de consideraciones sobre la
situación de pobreza en el mundo y sobre cómo afecta especialmente a las
mujeres, ya que suele ir acompañada de desempleo, de malnutrición, de
analfabetismo, de inferioridad de las condiciones de la mujer, y se toman
una serie de medidas en las que se dan generalidades, naturalmente, de
invertir en el desarrollo de recursos humanos para aumentar el acceso a
la información, a la



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educación, a los conocimientos de oportunidades de empleo, y también se
insta a los gobiernos para que den prioridad, atendiendo a las
necesidades de información, educación y puestos de trabajo y aumentar las
oportunidades para que ello se verifique.

Son, naturalmente, generalidades, pero están claramente dichas. Habrá que
ver cómo se desarrollan desde los planes de acción nacionales y en la
cooperación al desarrollo.

Se ha referido también a la eliminación de la violencia contra la mujer.

También se habla de la violencia contra la mujer en el capítulo cuarto
del plan de acción, cuando se refiere a la igualdad y equidad entre los
sexos, entre hombres y mujeres, y a la capacitación y habilitación de la
mujer.

Aquí se alude a las medidas de habilitar y eliminar la desigualdad entre
hombres y mujeres, eliminar la violencia contra la mujer, y se alude a
algo muy importante, que es la declaración de Viena de 1993, en la que se
considera un derecho fundamental que las mujeres no sean víctimas de las
agresiones y de la violencia.

Con respecto a las manifestaciones de la representante del Grupo de
Convergència i Unió, se ha referido en primer lugar al papel de la mujer
como clave del cambio estructural y los efectos que esto tiene en los
países occidentales. Efectivamente, la Cumbre de El Cairo se ha centrado
más en la situación de las mujeres en los países en desarrollo, es decir,
claramente, todo el debate y el plan de acción fundamentalmente van
dirigidos al avance de la mujeres en los países en desarrollo, sin perder
de vista que todavía quedan muchas situaciones de inferioridad, pobreza,
discriminación, atropello, violación de mujeres en los países
desarrollados. Y aunque no se le da la prioridad absoluta, puesto que es
peor la situación de las mujeres del Tercer Mundo, sí que tienen efectos
las políticas que se van a llevar a cabo en estos planes, y como
consecuencia de lo aprobado en El Cairo, sobre las mujeres de los países
en desarrollo, no sólo sobre las mujeres que están en situación de
pobreza o en bolsas de pobreza en los países desarrollados, sino también
sobre las mujeres en general de todo el mundo y, por tanto, en los países
desarrollados. Porque se habla de la entrada decisiva de las mujeres en
la toma de decisiones y de la participación de la mujer en la política y
en las responsabilidades de todo orden y en la compatibilidad del trabajo
profesional y el trabajo familiar, y en la necesidad de compartir las
responsabilidades familiares por hombres y mujeres, de tal modo que hay
muchos temas que nos atañen de lleno, puesto que también en los países
desarrollados tenemos mucho que avanzar en esos terrenos.

En cuanto al contenido del informe que se presentó, no lo tengo aquí,
pero sí les puedo decir, por si alguna de sus señorías lo considera
interesante, que les puedo enviar el informe que hizo España para los
trabajos preparatorios. Este informe se elaboró desde mucho tiempo atrás
con una participación enorme del Ministerio de Asuntos Sociales, puesto
que la mayoría de las políticas que se trataban en esta Cumbre de
Población afectaban a las competencias de mi Ministerio en cuanto al tema
de jóvenes, de niños, de mujeres, de igualdad de oportunidades, y
también, naturalmente, afectaba al Ministerio de Sanidad. En cualquier
caso, tenemos a su disposición el informe que presentó el Gobierno, por
si alguna lo quiere.

Luego ha planteado un tema importante, que es la participación de las
Comunidades Autónomas. Desde que hemos asumido la responsabilidad en el
Ministerio de Asuntos Sociales en esta Legislatura, en todos los temas de
tipo internacional estoy constituyendo comités para preparar las cumbres,
y precisamente hemos constituido el otro día un comité para preparar la
Cumbre de la Mujer en Pekín el año que viene. Están representadas todas
las Comunidades Autónomas, la mayoría de las ONG y el tejido asociativo,
expertos y personas de todo tipo que puedan aportar algo, entidades,
etcétera. Y lo mismo hemos hecho con el Año Internacional de la Familia.

Por tanto, me parece muy bien esa sugerencia de que haya esta
participación de las Comunidades Autónomas, y me parece que cada vez más
debemos avanzar en esa línea.

Con respecto a las manifestaciones de la representante del Grupo
Parlamentario Popular, me plantea que no se da prioridad a la familia
desde las políticas del Gobierno y que el Plan de Acción, efectivamente,
alude a la protección de las familias más vulnerables dentro del
desarrollo y el desarrollo sostenible; por tanto, la política de ayuda a
la mujer va unida a la política de ayuda a la familia. Estoy de acuerdo
en que es uno de los ejes básicos del Plan de Acción, y se habla tanto
del desarrollo de la mujer como también del apoyo a la familia.

Creo que el Año Internacional de la Familia es un buen momento para
avanzar en políticas de apoyo a la familia, y como ya he tenido
oportunidad en muchas ocasiones de contestarle a algunas preguntas
parlamentarias y a otros temas, tengo que decirle ahora que creo que con
motivo de este año tenemos que dar un mayor apoyo a la familia, y en ello
estamos trabajando.

Con respecto a mi intervención en El Cairo y al comentario de que
contiene generalidades, tengo que decir que es lógico que sea así, puesto
que la mayoría de los intervinientes teníamos la voz, digamos del
compromiso, en el representante alemán que preside este semestre la Unión
Europea, y los ministros y ministras de gobiernos de la Unión Europea que
participamos, como Simone Veil y otros, hicimos consideraciones de tipo
general.

En cuanto a que los años de gobierno socialista hayan sido de freno en el
tema de la mujer, tengo que decir que no lo creo en absoluto. Creo que
ahí están los datos, y precisamente yo presenté hace poco la evaluación
de los diez últimos años en el tema de la mujer, y es uno de los aspectos
en que más se ha avanzado, en todos los terrenos: en el educativo, el de
la información, el de la salud. Verdaderamente es extraordinario el
cambio que han protagonizado las mujeres en España, y ese cambio ha
tenido que ver mucho con políticas de acción positiva y con políticas
inspiradas también desde el Gobierno socialista, desde el Instituto de la
Mujer y desde los institutos de las distintas Comunidades Autónomas.

Hay que decir que en este terreno las Comunidades Autónomas y los entes
locales --muchos ayuntamientos--



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han tenido un papel decisivo en la multiplicación de las políticas que se
realizaban, unas veces desde el Gobierno y otras con iniciativas de las
Comunidades Autónomas. Yo creo que este es uno de los temas en los que
podemos sentirnos orgullosos, no porque hayamos hecho todo, ni muchísimo
menos, porque hay que seguir avanzando, pero somos un ejemplo de lo que
ha podido cambiar la situación de la mujer en un país en el que estaba
muy atrasada, y el cambio se ha producido en pocos años.

En cuanto al avance de la lucha contra la ignorancia, efectivamente, yo
muchas veces digo que la educación es la base de la igualdad en todos los
sentidos, de la igualdad de oportunidades, de la igualdad de
posibilidades de los seres humanos. Y verdaderamente, la lucha contra la
ignorancia y el acceso a la educación nos hacen más iguales en el mejor
sentido, con más posibilidades y con más acceso a la dignidad de los
seres humanos. Y a mí me parece que ahí sí que tenemos que trabajar al
máximo para que precisamente esa lucha contra la ignorancia pueda romper
con muchos prejuicios y muchos atavismos que hay contra las mujeres.

En cuanto al planteamiento del Grupo Parlamentario Socialista, le
agradezco la felicitación por el reconocimiento del acuerdo al que se ha
llegado en El Cairo y, sobre todo, la consideración que ha hecho sobre el
falso debate que se produjo sobre el aborto y sobre los métodos
anticonceptivos. Verdaderamente, en los días previos a la Conferencia
hubo una actitud bastante beligerante por parte de los países islámicos
más radicales y también por parte del Vaticano. Sin embargo, al cabo de
dos o tres días de Conferencia, centrados de una forma casi monográfica
en el tema del aborto, fueron los propios países islámicos, algunos de
ellos muy destacados en políticas de control de la natalidad, los que
hicieron ver a los representantes del Vaticano que por ese camino no
íbamos a llegar a ninguna conclusión y que íbamos a perder una
oportunidad extraordinaria de trabajar juntos en lo que nos unía y en lo
que podíamos seguir avanzando.

En cuanto a la segunda consideración a la que se refiere de cómo lo vamos
a conseguir y con qué recursos financieros, ya he aludido a éstos, que
son extraordinariamente importantes en cuanto a su cuantía, pero sobre
todo me he referido a los recursos humanos, y creo que también son muy
importantes para la toma de conciencia de la necesidad de evolucionar en
este terreno.

Hay una consideración que igualmente me parece muy importante, que viene
de la mano de las conclusiones de El Cairo, y es que estas políticas, que
se prevé desarrollar a través del Plan de Acción, son unas políticas que
habrán de ser desarrolladas en cada país, puesto que estos planes de
acción no son una norma interna, aunque, lógicamente, cada día tienen más
influencia debido a la interrelación de unos países con otros y a la
globalización de la economía a nivel mundial; aunque se desarrollan en
cada país, cada vez tienen que tender a ser más unas políticas mundiales.

El objetivo de este Plan de Acción es que sea mundial y que no sólo se
lleve a cabo en los países desarrollados que tienen más recursos y más
posibilidades, donde ya son una realidad los derechos de las mujeres
(aunque queda mucho, pero es una realidad en un gran porcentaje, sin
embargo, otras mujeres no tienen ni los derechos), sino en los países del
Tercer Mundo, en los que las mujeres, por el mero hecho de serlo, no
tienen derecho a heredar, por ejemplo. Verdaderamente hay situaciones muy
graves. No puede ser que, simplemente, los países desarrollados sigamos
avanzando y que, sin embargo, los países en vías de desarrollo no lo
hagan. Se trata, fundamentalmente, de que sea una política mundial y, por
tanto, de ejecutar y de llevar a cabo ese Plan de Acción mundial.

La señora Diputada me insta para que sigamos trabajando activamente. No
le quepa la menor duda de que el Gobierno está comprometido con estas
políticas y de que va a seguir trabajando en esa línea en favor de la
educación, de la salud, del avance de la mujer, de la autonomía de la
mujer; al fin y al cabo, todos estos elementos son elementos de progreso
para la humanidad.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Ministra, por su celeridad y
por la amplia información que nos ha proporcionado.

Algunos miembros de la Comisión me piden la palabra.

La señora Sainz tiene la palabra.




La señora SAINZ GARCIA: Gracias, señora Presidenta.

Intervengo para solicitar a la señora Ministra que, a ser posible, se nos
remita el informe del Gobierno, así como también el último documento de
El Cairo donde aparezcan todos los programas, porque esto me parece que
es un documento que se presentó, pero no las conclusiones que salieron
allí.

Compartimos que también España tiene que seguir avanzando, y mucho,
porque, en lo que concierne a la mujer, el mundo entero --España no podía
ser una excepción-- está todavía en desarrollo y en avance. Sin embargo,
no comparto esa autocomplacencia sobre la situación de la mujer en
España; no la comparto cuando leo, señora Ministra, el último libro que
me acaba de llegar, desde el Ministerio de Asuntos Sociales, donde se
pone de manifiesto que la mujer va a la cola de todas las mujeres
europeas. Lógicamente, esto no le satisface al Grupo Parlamentario
Popular.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

La señora Alemany tiene la palabra.




La señora ALEMANY I ROCA: Gracias, señora Presidenta.

Quiero agradecer la contestación a mis preguntas, así como su
coincidencia con mis preocupaciones y las de mi Grupo por parte de la
señora Ministra.

Es verdad que mi Grupo tenía dudas en cuanto a este primer informe y a
este debate sobre el Plan de Acción y sobre toda esta realidad que ha
sido la Conferencia de El Cairo, que nos ha llegado sólo por la prensa.

Estamos esperanzados ante la oportunidad de que la Conferencia de



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Pekín se lleve a cabo de otra manera, lo cual nos permitirá poder
trabajar, intervenir y conocer el tema en profundidad.

Mi Grupo le solicita el estudio que el Gobierno ha presentado y ha
realizado. Asimismo, le agradece esta tarea que su Ministerio está
haciendo, y comparte también las preocupaciones no sólo de lo que en
realidad es la presencia de la mujer en la sociedad, sino también en esta
segunda parte, aunque en esta Conferencia no se haya debatido --como ella
misma ha reconocido--. No podemos hablar solamente de la mujer en la
sociedad siempre como una persona de segunda, sino también en este
compromiso --que, insisto, estamos a su lado para poder llevar a cabo--,
para que la mujer participe de una manera decisiva y en primer plano en
el cambio estructural.

Por tanto, ante estas tres aportaciones y contestaciones a nuestras
inquietudes, manifestamos el apoyo en lo que podamos y la continuación de
nuestra política para conocer qué tareas se están realizando en toda esta
gran carrera. Sabemos que, al menos, lo que queremos es que el edificio
que estamos construyendo entre todos tenga una solidez que permita ir
avanzando y que cada vez no haya que destruir para poder avanzar.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alemany.

La señora Ministra tiene la palabra.




La señora MINISTRA DE ASUNTOS SOCIALES (Alberdi Alonso): Gracias, señora
Presidenta.

Tendrán el informe del Gobierno, el informe que se mandó a los trabajos
preparatorios sobre la situación en España. Es un informe más bien
descriptivo y se lo haremos llegar.

En cuanto al Plan de Acción, les hemos fotocopiado el documento del 12 de
mayo, que es el documento previo al Plan de Acción, por tanto, no es el
definitivo. Lo hemos obtenido en inglés y no lo hemos podido traducir,
por eso no se lo hemos repartido. Pero creo que esto lo tendremos en los
próximos días, con lo cual les enviaremos ya el documento definitivo. Es
muy parecido, salvo en los temas conflictivos; el documento es el mismo
en su práctica totalidad, aunque hay puntualizaciones en los temas que
hemos comentado que ha habido discusión y en algunos cesión.

En cuanto a la autocomplacencia sobre el tema de la mujer, no tengo
autocomplacencia. Y respecto a que vayamos a la cola de las europeas, en
unas cosas sí y en otras no. Pero tenemos que comprender que, debido a la
situación de dictadura que hubo en este país durante muchos años, en el
que la derecha, que no tenía, precisamente, entre sus objetivos el avance
de la mujer, sino más bien todo lo contrario, padecimos una legislación y
una ausencia de derechos verdaderamente notable, que todavía yo y muchas
de las aquí presentes vivimos en nuestra educación y en nuestro acceso a
las posibilidades.

Creo que debemos de congratularnos de que haya un cambio en esta
dirección, que la Constitución española y el avance de ideas progresistas
haya significado un cambio en el tema de la mujer y, verdaderamente, si
en algún tema todavía no hemos avanzado lo suficiente, debemos pensar que
no fue precisamente por la acción del Partido Socialista, sino por la
acción de una etapa tremenda y horrible para todos de la que,
afortunadamente, hemos salido.

En cuanto al Grupo de Convergència i Unió, enviamos el informe y, desde
luego, no tenga la menor duda de que la presencia de la mujer en el
cambio estructural es un objetivo para nosotras, es un objetivo desde el
Instituto de la Mujer y desde el Ministerio de Asuntos Sociales el que la
mujer participe activamente en ese cambio estructural. El momento
político y económico es inmejorable y ha llegado el momento de tener esa
participación activa de la mujer haciendo políticas activas. Le agradezco
el apoyo en todas las actuaciones que podamos llevar a cabo en este
sentido.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Antes de levantar la sesión, solicito a la señora Ministra que nos envíe
ese informe a todos los portavoces para que lo podamos difundir en
nuestros Grupos.

Quiero agradecer también a los portavoces el tono constructivo que, en
general, han tenido. Las políticas para mujeres, las que hacen las
mujeres y dirigidas a las mujeres serán más eficaces si hay un amplio
consenso.

Se levanta la sesión.

Muchas gracias.




Eran las diecinueve horas y cincuenta minutos.