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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 224, de 31/05/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 224
INDUSTRIA, ENERGIA Y TURISMO
PRESIDENTE: DON JOAQUIM MOLINS I AMAT
Sesión núm. 18
celebrada el martes, 31 de mayo de 1994



ORDEN DEL DIA:
Preguntas:
--Del señor Peón Torre (Grupo Parlamentario Popular), sobre medidas para
adecuar a la actual situación el Plan Siderúrgico Español, aprobado
recientemente por la Unión Europea. (BOCG serie D, número 46, de 28-1-94.

Número de expediente 181/000340) (Página 6760)
--Del señor Fernández de Mesa Díaz del Río (Grupo Parlamentario Popular),
sobre fundamento de las declaraciones del Presidente del Gobierno en
Washington en el mes de diciembre pasado, con respecto al sector naval
español. (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94. Número de expediente
181/000462) (Página 6764)
--Del mismo señor Diputado, sobre previsiones con respecto a la empresa
CESELSA-INESEL (actualmente INDRA). (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94.

Número de expediente 181/000486) (Página 6766)
--Del señor Fernández Norniella (Grupo Parlamentario Popular), sobre
estrategia del Gobierno en relación a las empresas del sector público
integradas en TENEO. (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94. Número de
expediente 181/000465) (Página 6769)



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--Del mismo señor Diputado, sobre empresas privatizables a las que se ha
referido recientemente uno de los Vicepresidentes del Instituto Nacional
de Industria, INI. (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94. Número de
expediente 181/000466) (Página 6772)
--Del mismo señor Diputado, sobre grado de privatización que se contempla
para las empresas públicas que se pretende privatizar. (BOCG serie D,
número 57, de 21-2-94. Número de expediente 181/000467) (Página 6774)
--Del mismo señor Diputado, sobre futuro de las empresas del grupo TENEO
que no serán privatizadas. (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94. Número
de expediente 181/000468) (Página 6776)
--Del mismo señor Diputado, sobre intenciones del Gobierno acerca de
proceder a la liquidación de algunas de las empresas del grupo TENEO.

(BOCG serie D, número 57, de 21-2-94. Número de expediente 181/000469)
(Página 6777)
--Del señor Fernández de Mesa Díaz del Río (Grupo Parlamentario Popular),
sobre balance en relación con la gestión del Instituto Nacional de
Técnica Aeroespacial (INTA) en el último cuatrienio. (BOCG serie D,
número 57, de 21-2-94. Número de expediente 181/000485) (Página 6777)
--Del señor Peralta Ortega (Grupo Parlamentario Federal IU-IC), sobre
conveniencia de la participación de la Generalitat Valenciana en el
Consejo de Administración de la Empresa Siderúrgica del Mediterráneo, S.

A. (SIDMED) del Puerto de Sagunto. (BOCG serie D, número 57, de 21-2-94.

Número de expediente 181/000504) (Página 6777)
Debate sobre comunicación relativa a la conclusión de la Ronda Uruguay
del Acuerdo General sobre los Aranceles Aduaneros y el Comercio (GATT),
para su debate en la Comisión de Industria, Energía y Turismo. (Número de
expediente 200/000003) (Página 6777)



Se abre la sesión a las once y cinco minutos de la mañana.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE:



--MEDIDAS PARA ADECUAR A LA ACTUAL SITUACION EL PLAN SIDERURGICO ESPAÑOL
APROBADO RECIENTEMENTE POR LA UNION EUROPEA. FORMULADA POR EL SEÑOR PEON
TORRE (GP). (Número de expediente 181/000340.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, el orden del día de la sesión de esta
mañana de la Comisión de Industria, Energía y Turismo tiene previstas una
serie de preguntas que van a ser realizadas en el orden que figura,
excepto algunas alteraciones que han sido solicitadas por los señores
Diputados que van a efectuar las mismas y que la Presidencia tratará de
atender lo mejor que sepa.

Empezamos por la primera de ellas, presentada por don Francisco-Javier
Peón Torre, acerca de medidas para adecuar a la actual situación el Plan
Siderúrgico español aprobado recientemente por la Unión Europea.

Para la contestación de las preguntas, el Gobierno ha designado al señor
Subsecretario de Industria y Energía, don Juan-Carlos Girbau García.

Tiene la palabra el señor Peón Torre.

El señor PEON TORRE: Muchas gracias, señor Subsecretario, por su
presencia.

El motivo de la pregunta hay que encontrarlo en las reiteradas
iniciativas que nuestro Grupo ha adoptado ya en relación con la cuestión
siderúrgica, desde que en el año 1992 fue aprobado el Plan de
competitividad. Desgraciadamente para nuestro país ese plan sufrió un
gran retraso en su aprobación ante las instituciones comunitarias y,
finalmente, fue aprobado --creo recordar-- en diciembre de 1993. Ello ha
tenido una consecuencia muy clara en lo que eran los propios contenidos
del plan. Al margen de lo que han sido las variaciones sustanciales
--entendemos-- introducidas por las exigencias de las instituciones
comunitarias, la propia dinámica, los propios planteamientos que se
contenían en el plan, en la medida en que la aprobación del mismo iba
siendo retrasada, han sufrido importantes variaciones.

Nosotros disponemos de algunos de los informes que han sido elaborados
durante este tiempo por los propios técnicos de la CSI y, desde luego,
resulta difícil, hay que decirlo, saber en este momento en dónde estamos,
cuáles son las decisiones estratégicas, cuáles son las decisiones en
cuanto a inversiones, en cuanto a cierres, en cuanto a puesta en marcha
de nuevas instalaciones, en cuanto a contrataciones de aquellas empresas,
aquellos técnicos y aquellos servicios imprescindibles para llevar
adelante esas nuevas instalaciones. Realmente, da la sensación de que no
sabemos muy bien dónde estamos en este momento. La cuestión no es
intrascendente, porque en la medida en que



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esa incertidumbre y esa indefinición permanezcan y no sean resueltas de
forma inmediata, las posibilidades de que la viabilidad del plan resulte
infructuosa desgraciadamente aumentan. Además, nos preocupa que todavía,
a las alturas en las que estamos, no acabemos de percibir un claro diseño
definitivo y no sometido a la constante provisionalidad y a la constante
alteración de previsiones que ha sido la tónica habitual de estos últimos
meses.

En este sentido, nos gustaría saber, con la mayor concisión posible,
dónde estamos en este momento en cuanto al Plan siderúrgico español,
después de las condiciones impuestas por la Unión Europea y después de
las consecuencias que debe tener en esas previsiones del plan inicial el
enorme retraso sufrido en su aprobación por las instituciones
comunitarias. Dónde estamos en cuanto a la cronología de los cierres y de
las inversiones previstas para nuevas instalaciones. Dónde estamos en
cuanto al número de excedentes laborales previstos inicialmente y ahora,
una vez que se ha visto la evolución de los últimos meses. Dónde estamos
en cuanto al volumen de inversiones y en qué instalaciones concretas y en
qué plazos se van a desarrollar. Dónde estamos en cuanto a las
necesidades de financiación de ese plan, tanto para afrontar los pasivos
que se vayan generando desde el punto de vista laboral como para lo que
son inversiones y saneamiento financiero. Dónde estamos en cuanto a cuál
va a ser el criterio seguido a la hora de determinar la extinción de
relaciones laborales, si se va a acudir a un sistema que prime el
abaratamiento de esa fórmula vía artículo 51 del Estatuto de los
Trabajadores o se va a ir a una vía que contemple mayoritaria y
masivamente las bajas incentivadas y las prejubilaciones, con lo que ello
supone desde el punto de vista de la financiación. Y, en definitiva,
dónde estamos en cuanto a la necesaria, y entendemos que imprescindible,
colaboración del sector privado español en ese plan para que pueda ir
adelante y para que realmente pueda ser viable.

Yo espero que el señor Subsecretario pueda hoy, en esta Comisión,
ilustrarnos sobre todos estos interrogantes y que, en alguna medida, nos
permita entrever si esas incertidumbres, que ha sido la tónica general de
estos meses, se van despejando y podemos contar con un plan que realmente
tenga visos de poderse cumplir en la práctica.

Nada más.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Subsecretario tiene la
palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García):
Señor Peón, quisiera agradecerle el tono de la pregunta, y con el mismo
espíritu constructivo espero que la respuesta, que intentaré resumir en
parte, sobre cuál es la situación desde el año 1992 hasta la actualidad,
sirva para que se le despejen las incertidumbres a su señoría.

Sí quiero, en principio, asegurarle que, según el Ministerio de Industria
y el Gobierno, en ningún caso, desde el origen del Plan de
competitividad, hemos previsto ninguna incertidumbre, más allá de las que
en la Unión Europea y en la Comisión se podrían suscitar con las
dificultades, que son de todos conocidas, que atravesó la aprobación del
plan.

Una vez aprobado dicho plan por la Comisión, tenga seguro que la
incertidumbre para el Ministerio y para el Gobierno no existe, porque se
están desarrollando los acontecimientos, más o menos --como todo en esta
vida-- dentro de las previsiones que el plan tenía.

Si me lo permite, le diré que el Plan de competitividad podemos
contemplarlo en dos aspectos diferenciados: uno, que es el Plan de la
Siderurgia Integral, CSI, que, como saben SS. SS., es conjunto para AHV y
Ensidesa, y otro, que es el de Sidenor, que es para Acenor y Foarsa.

En lo que respecta a la Corporación de la Siderurgia Integral, el Plan de
competitividad fue notificado por el Gobierno a la Comisión de la Unión
Europea, como usted puede saber muy bien, el 12 de abril de 1992 para la
aprobación de las medidas financieras contenidas en él. En aquellas
materias que no requerían aprobación por el Consejo de Ministros de la
Unión Europea, el plan se ha ido poniendo en marcha de una forma
paulatina y gradual. De hecho, se han materializado inversiones
financieras en el área comercial; se ha llevado a cabo la unificación de
las redes comerciales de las dos empresas; se ha puesto en marcha, desde
marzo de 1993, el proceso de ajuste de plantillas en ambas empresas que
preveían el plan y que se está desarrollando por delante de las
previsiones iniciales. En paralelo, se han comenzado a implantar algunas
de las medidas industriales previstas, tanto el inicio de los cierres de
algunas instalaciones como el lanzamiento de los estudios previos de las
inversiones que preveía el plan.

El conjunto de estas medidas ha supuesto, en el ejercicio de 1993, una
mejora considerable de los resultados operativos del grupo de la
Corporación de la Siderurgia Integral con respecto al año anterior.

En cuanto a las actuaciones financieras, que se encontraban pendientes de
la aprobación comunitaria, una vez desbloqueado este tema en el Consejo
de Industria del pasado 17 de diciembre, se ha puesto en marcha la
reposición patrimonial de las dos empresas, Altos Hornos de Vizcaya y
Ensidesa, que se han materializado en juntas generales de ambas
compañías.

Las ampliaciones de capital tienen por objeto mantener el equilibrio
patrimonial de ambas empresas hasta la constitución del nuevo grupo
empresarial, que se realizará previsiblemente en el segundo semestre de
este año.

La aprobación final por el Consejo de Ministros de la Unión Europea del
pasado 17 de diciembre se refiere al plan presentado en su día por el
Gobierno español, con dos modificaciones, que creo que son de todos
conocidas. Por una parte, el compromiso del Gobierno de que la nueva
empresa propietaria y explotadora de la acería, Compacta de Sestao, sea
de capital y gestión privada; por otra, que se producirá un adelanto en
el cierre del tren de laminación que Altos Hornos de Vizcaya tiene en
Ansio.

La primera de las condiciones está ya en fase de cumplimiento: se ha
constituido una sociedad promotora, con una participación mayoritaria del
sector privado, y cuya gestión se ha encomendado a un consejo de
administración de mayoría privada.




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La segunda condición, relativa al cierre adelantado del tren de
laminación de Ansio, debe llevarse a cabo, como usted conocerá, a finales
de 1995, y en este caso los técnicos de la empresa están estudiando el
proyecto, a fin de que se acomode toda la programación industrial que
estaba prevista en el plan --porque el cierre se posponía-- al adelanto
exigido por la comisión.

En lo que hace referencia al Plan de Sidenor, dicho plan estratégico
incluye, como usted sabe, medidas industriales, laborales, organizativas,
inversiones y medidas de carácter financiero y patrimonial.

Durante el año y medio que el plan ha estado en discusión en Bruselas
hasta su aprobación, se han estado aplicando medidas industriales, y de
hecho se ha producido concentración de plantas de fabricación y también
se han adoptado medidas organizativas y medidas laborales. En este
momento está pendiente o en fase de ejecución el plan de inversiones.

Las medias de carácter financiero y patrimonial, que no pudieron
adoptarse en su momento por ser requisito previo la aprobación por el
Consejo de Ministros de Industria de Bruselas, se están estudiando en
este momento para tomar las decisiones oportunas, y esperamos que a lo
largo de 1994 permitan dar por finalizada la ejecución del Plan
estratégico de Sidenor.

La aprobación final del Plan de Sidenor por el Consejo de ministros
incluía un condicionamiento, que es el que la planta de acero inoxidable
de Larrondo se venda o se cierre antes del 30 de junio de 1994. Debo
manifestarles que ya existe un preacuerdo para la venta de esta planta y
que esperamos que se materialice antes de dicha fecha.

Finalmente, quisiera manifestarles que el Consejo de Industria de la
Unión Europea del pasado 17 de diciembre aprobó, además de los planes de
seis empresas siderúrgicas que tenían ayudas de Estado y que como ustedes
bien saben eran dos españolas, dos alemanas, una portuguesa y una
italiana, la puesta en marcha para todas ellas de disposiciones en
materia de control, estableciendo la obligación a los Estados miembros
correspondientes para que suministren a la Comisión semestral
--trimestralmente para Sidenor-- informes con detalle sobre el desarrollo
de los planes, reducciones de capacidad, inversiones realizadas,
reducciones de plantilla y resultados financieros.

Debo poner en conocimiento de SS. SS. que el Gobierno español ya ha
suministrado a la Comisión el primer informe el día 15 de marzo, y
continuará suministrándolos en los plazos acordados hasta el 15 de
septiembre de 1998, en que deberá proporcionar el último de acuerdo con
la disposición comunitaria.

Brevemente les resumo parte del informe que se ha evacuado a la Comisión
de la Unión Europea.

Respecto al plan de Sidenor, a su ejecución, que es lo que se les ha
trasladado al 31 de diciembre de 1993 como ya le he manifestado antes, se
dice que se ha realizado el cierre y desmantelamiento de las plantas de
Llodio en enero de 1993, y en Hernani en agosto del mismo año. Es una
noticia que creo que estará en conocimiento de su señoría.

Sobre la venta de la planta de Larrondo, que era una obligación inmediata
a cumplir, como manifestaba, estimamos que la oferta firme de un grupo
privado que se nos ha hecho se materializará antes del plazo establecido
por la Comisión.

El plan laboral, que era otra de las cuestiones por las que en conjunto
S. S. se interesaba, está prácticamente realizado, y la plantilla de
Sidenor en 31 de diciembre de 1993 era de 2.842 empleados, con una
reducción de 1.883 trabajadores. (El señor Presidente ocupa la
Presidencia.)
Respecto al plan de la CSI, el informe también se ha remitido a la
Comisión. En cuanto al plan industrial, sólo se han realizado inversiones
comerciales para la toma de participación del 30 por ciento en los grupos
Gombarri y Velasco. Estos dos grupos son almacenistas y distribuidores de
productos siderúrgicos. El plan laboral está en fase muy avanzada. A 31
de diciembre de 1993 se había producido una reducción de empleo de 5.743
trabajadores, y las ayudas estatales que se han materializado hasta dicha
fecha, 31 de diciembre de 1993, lo han sido en forma de avales del Estado
para la obtención de préstamos por valor de 48.500 millones de pesetas y
para la emisión de obligaciones por valor de 20.000 millones de pesetas.




El señor PRESIDENTE: El señor Peón tiene un turno para respuesta.




El señor PEON TORRE: Lamento mucho que en el trámite en el que, como
usted mismo ha reconocido, veníamos a hacer una pregunta constructiva
para saber dónde estamos, nos haya soltado una serie de generalidades y
vaguedades que no son otra cosa que lo que ya hemos oído en otras
iniciativas parlamentarias que se han desarrollado en esta Comisión.

Sinceramente, como creo que ha habido bastante tiempo desde que estaba
formulada la pregunta para saber con detalle en qué medida la demora de
la aprobación del plan ha supuesto una modificación de las previsiones
iniciales, nuestro Grupo tiene que pensar que ustedes todavía no saben
cómo estamos; que todavía no saben cómo se van a desarrollar esas
inversiones, de qué manera se van a llevar a cabo, qué financiación va a
ser necesaria finalmente y cuál va a ser el número de excedentes
laborales definitivo. Creo que todavía no lo saben, porque no nos ha
contestado nada de lo que le había preguntado al principio de mi
intervención. No me ha contestado detalladamente cuál es la cronología
que contempla en este momento la CSI para llevar adelante cierres y
puesta en marcha de nuevas instalaciones y tampoco me ha contestado
cuantificadamente cuáles son las inversiones y qué desviaciones se
producen respecto al plan inicial.

Tampoco nos ha contestado qué ocurre con los excedentes laborales. No nos
basta con que nos diga que marchan según el plan. ¿Cuál de los planes: la
versión diez, el Plan de competitividad según fue redactado
originariamente, la versión 3-B, lo previsto en los propios presupuestos
de 1994, de 12 de febrero de este año? ¿A cuál de los planes se refiere?
Las cifras son muy diferentes en unos planes y en otros en cuanto a
excedentes laborales.




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Le voy a leer concretamente lo que se dice en el presupuesto de 1994 de
la CSI, redactado, como le digo, en fecha 12 de febrero. Dice lo
siguiente: Problemática de cierre adelantado de Ansio, que produce un
déficit de producción de semiproductos estimado en un millón de
toneladas. Esta falta de producción para cubrir ventas y cuotas se ve
agravada por los efectos colaterales de 1.100 bajas laborales adicionales
al Plan. ¿Nos confirma usted este extremo? Insisto, el 12 de febrero de
1994 se dice esto por parte de la CSI.

Se dice también: La revisión del Plan industrial que se está realizando
en estos momentos apunta a que a la cifra de excedentes señalada en el
punto anterior se deberá añadir una cantidad del orden de 1.500
adicionales. ¿Nos confirma este extremo? ¿Cuántos van a ser finalmente
los excedentes laborales? ¿Cuántos en Ensidesa? ¿Cuántos en Altos Hornos
de Vizcaya? Contéstenos con cifras concretas, no nos diga que el plan
marcha según lo previsto, porque no es verdad, ya que hay muchos planes y
ha habido muchas modificaciones.

Usted nos habla de las inversiones, nos dice que van según el plan
previsto y que las ha habido en el aspecto comercial, pero lo que no dice
es que había un Plan de inversiones el 24 de junio de 1993 y que había
otro Plan de inversiones diferentes pocos meses después, concretamente el
7 de marzo de 1994, con la denominada versión 3-B. Le cito, en la versión
10 ya había desviaciones de inversiones respecto al Plan de
competitividad. En concreto, en la cabecera de Asturias se pasaba de
42.135 millones previstos a 52.729 millones de pesetas, según el Plan de
competitividad V-10. Después, en la versión 3-B, se pasa a 57.571,
fundamentalmente por lo que han supuesto de aumento de costo las
devaluaciones de la peseta.

En el caso de Altos Hornos se produce lo contrario y en el caso de
inversiones medioambientales también se producen variaciones
significativas en los tres planes. Díganos dónde estamos ahora en cuanto
a inversiones, pero con cifras concretas y en función de los planes
anteriores.

¿Qué ocurre por lo que se refiere a la financiación? Me parece perfecto
que nos diga, señor Subsecretario, que se va cumpliendo el plan previsto,
pero el plan previsto que tenemos supone muchas posibilidades y muchas
variantes. En concreto, si al final se va a una fórmula del artículo 51
del Estatuto de los Trabajadores, estaríamos con unas necesidades de
financiación para abordar el gasto social de 174.000 millones de pesetas.

Si vamos a una fórmula de bajas incentivadas y de prejubilaciones,
estamos hablando de 380.000 millones, 200.000 millones de pesetas más.

¿No puede decirnos exactamente qué opción va a ser la que se tenga en
cuenta por la CSI? Son 200.000 millones de pesetas de diferencia, señor
Subsecretario. Díganos algo más concreto porque son muchas las
incertidumbres.

También nos ha dicho que los cierres y las puestas en marcha van según lo
previsto. Según lo previsto ¿en qué plan? Porque el Plan de
competitividad inicial, se contemplaba el cierre de Ansio en una fecha,
en el plan de 24 de junio de 1993 se adelanta unos meses, en el plan de
31 de enero de 1994 se retrasa otros meses y en el último Plan 3-B, de
marzo de 1994, se vuelve a adelantar otros meses. No coincide uno solo de
los planes, díganos cuál es el válido. ¿Es el más reciente?
Esta incertidumbre en la que estamos, donde parece que no se hace la luz
porque por mucho que insistimos en que nos aclaren la situación no
acabamos de saberlo, es realmente preocupante, cuando en el propio
presupuesto de 1994 de la CSI se dice: «Existe exceso acumulativo
temporal que produce el sobreuso de instalaciones productoras de acero,
consecuencia de la vejez de algunos hornos altos, que podría crear
problemas serios de desabastecimiento.» Y dice a continuación: «... Por
lo que no se podrán demorar las decisiones inversoras más allá del mes de
mayo o junio de 1994.» Estamos en junio de 1994 y no he escuchado todavía
de su boca qué es lo que se va a hacer, en función de qué Plan, en qué
plazos y con qué presupuestos.

Le voy a poner un ejemplo muy concreto. En un informe del 24 de junio de
1993 se dice que la cabecera del horno alto cinco de Asturias va a ser de
11,3 metros de diámetro, frente a 9,7 metros previstos en el plan
inicial. Este plan es de fecha 24 de marzo de 1993. Dicen que eso da
lugar a una serie de modificaciones de inversión. Sin embargo, en la
versión 3-B, de 7 de marzo de 1994, se dice: «No está definido el
diámetro final de los hornos, se están estudiando las posibilidades de
menores diámetros con mayores productividades, lo que reduciría la
inversión manteniendo la producción anual.» Es decir, varían para luego
volver a variar y volver a rectificar.

¿Dónde estamos? ¿Qué es lo válido en este momento y hasta cuándo se van a
demorar esas decisiones inversoras?
No me puedo extender más por razón evidente de tiempo, pero no quiero
terminar sin hacer referencia a una nueva incertidumbre, que creemos muy
importante y que ha sido noticia estos días en la prensa económica. Me
refiero a unas manifestaciones de los responsables de la Comisión
Europea. Dicen que el Plan Europeo para la reconversión del acero está
muerto. Es decir, ese plan en el que se incardinaba el Plan Siderúrgico
español no tiene virtualidad a nivel europeo. Ahora bien, nos lo van a
hacer cumplir a rajatabla. ¿Por qué nos lo van a hacer cumplir a
nosotros? Porque entre Italia y España estamos sufriendo el 45 por ciento
de la reducción de capacidad que se está experimentando como plan global
de reducción a nivel europeo. Es decir, cuando las propias autoridades
comunitarias nos dicen que ese plan ya no sirve, nosotros vamos a hacer
que sirva, pero en perjuicio no en beneficio nuestro.

Señor Subsecretario, creo que son muchas las incertidumbres, y sería de
agradecer para todos que, en la medida de lo posible, se concrete al
máximo cuál es la situación actual para que podamos saber a ciencia
cierta si se va por la dirección correcta o no sabemos realmente dónde
vamos.




El señor PRESIDENTE: El señor Subsecretario tiene la palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): A pesar de
todo, gracias, señor Peón. Me imaginaba que la respuesta no iba a
satisfacerle en ningún caso, porque es lo natural y lo lógico.




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Pero, mire usted, yo le estoy dando cuenta de algo que creo que es
evidente y razonable. El plan es el que conocemos, y era lo que pretendía
decirle y lo que le estaba trasladando; no estamos hablando de ninguna
cosa extraña, estamos hablando de un único plan, que ha sido aprobado por
la Comisión Europa el 17 de diciembre pasado, y de un plan, además, que
creo que no tiene duda para nadie, quizá para ustedes sí, pero para
nosotros no, desde luego. Le he expuesto lo que el Gobierno de España ha
venido realizando para defender sus posiciones ante la Unión, las
dificultades que ha habido que superar y sin ninguna duda el gran
esfuerzo hecho para mantener sus posiciones en contra de una gran presión
recibida de otros Estados miembros. Me parece que eso ha quedado de todo
punto claro y manifiesto en diversas intervenciones que tanto el Ministro
como el Secretario de Estado han venido realizando.

Me pide concreciones. Las concreciones que yo le puedo dar, en todo caso,
son aquellas de las que hemos dado cuenta, ésa es la realidad; lo demás
es el cumplimiento de unas previsiones de un plan, que esperamos que se
cumpla, y que le he venido exponiendo.

¿Fechas concretas de cierre? Para la Corporación de la Siderurgia
Integral las fechas previstas de cese de producción van desde marzo de
1994 a diciembre de 1996. ¿Qué elementos tienen que cesar en su
producción? El horno alto número 1 de Sestao, las baterías de cock de
Sestao, que están previstas para marzo-abril de 1994, o el sinterizado en
diciembre de 1995 (el horno alto también en diciembre de 1995), y así
sucesivamente. ¿Cuándo se realizarán los desmantelamientos de estos
elementos? La previsión es dos años después de la fecha del cese de
producción.

Quiere concreción de las inversiones. En el caso de la Corporación de la
Siderurgia Integral, la toma de participación del 30 por ciento del grupo
Velasco supone 3.876 millones de pesetas, y la del grupo Gombarri, 12.486
millones de pesetas.

En cuanto a la reducción de plantilla, se lo he dicho ya. En el año 1992
fueron 498; en el año 1993 fueron 5.245. ¿Cuántos pagos se han realizado?
Los pagos realizados a personal excedente de anteriores reconversiones
son 14.542.000 pesetas. Los pagos de reconversión previstos, 1993-1998,
son 5.189. Quería la previsión y ésa es la previsión. ¿Financiación de
los gastos? Con cargo al Estado, pero no como ayuda del Estado, vendrían
6.500 millones; con cargo a la empresa, 3.500. Y podríamos seguir así,
pero, en cualquier caso, me imagino que, por razones de tiempo, no podría
detallárselo.

En el caso de Sidenor estamos también en una situación parecida, y puedo,
si le parece a usted, decirle algo, aunque me temo que tampoco le va a
satisfacer, pero yo se lo voy a decir, en todo caso.

Las inversiones han sido realizadas en la adaptación del tren de llantas,
en la fábrica de Vitoria. Se han adaptado y trasladado algunos equipos de
laminación de la fábrica de Hernani, se ha sustituido el enfriadero
existente por otro nuevo, y se han adaptado y trasladado equipos de
acabado también de la fábrica de Hernani. ¿Cuándo está prevista la
terminación? Estaba prevista y se ha terminado en enero de 1994. ¿Los
costes? 583 millones de pesetas. ¿La mano de obra reducida? En diciembre
de 1991, como ustedes saben, fueron 4.725 empleos; en diciembre de 1993,
fueron 1.883, que se lo he dicho antes, y los activos son 2.842. ¿Pagos
que se han realizado? En pesetas corrientes, 5.555 millones; en pesetas
actualizadas, 4.951, en Acenor. En Foarsa, 308 y 275. ¿Cuál es la
previsión de producción e incidencia en mercado? Todos son datos que se
han venido manejando, que constan en el plan, y sobre los que se hace el
seguimiento.

El acero líquido para aceros especiales, forja y fundición, la media en
1993 fue de 41.000 toneladas; el acero líquido, 2.700. En productos
laminados podemos empezar a hablar de barras, etcétera.

Lo que le quiero decir con todo ello, y con esto termino, señor
Presidente, es que entendemos que el plan se está cumpliendo dentro de
las previsiones, y que en aquello que, por imperativo del acuerdo de la
Unión Europea, como es el cierre adelantado de Ansio, va a tener alguna
modificación el plan, también le estaba diciendo que se está estudiando
por los técnicos competentes, y no sólo por los de la empresa. Cuando eso
esté terminado, me imagino que por parte del Ministerio de Industria y
del Gobierno no habrá ningún inconveniente en dar cuenta ante la
Comisión.




--FUNDAMENTO DE LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO EN
WASHINGTON EN EL MES DE DICIEMBRE PASADO, CON RESPECTO AL SECTOR NAVAL
ESPAÑOL. FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO (GP).

(Número de expediente 181/000462.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos ahora a la segunda de las preguntas,
formulada por don Arsenio Fernández de Mesa, sobre el fundamento de las
declaraciones del Presidente del Gobierno en Washington en el mes de
diciembre pasado con respecto al sector naval español.

Tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Señorías, señor Subsecretario,
esta pregunta está formulada en el mes de diciembre pasado. Por haber un
período de descanso se vuelve a replantear en el mes de febrero, y viene
hoy, a día 31 de mayo, a esta Comisión de Industria.

Yo querría hacer la pregunta al señor Subsecretario, que hoy nos acompaña
aquí, tal y como viene reflejada en el texto; es decir, el día 8 de
diciembre del pasado año el Presidente del Gobierno realiza una visita
oficial a Washington durante unos días, y en una rueda de prensa
convocada por él mismo se le pregunta sobre el futuro de la industria
naval en España y, en particular, sobre los astilleros de Puerto Real, de
AESA, y el Presidente González comenta que esta es una pregunta de ámbito
local, que él no quisiera referirse específicamente a los problemas de
Cádiz, y dice que la industria naval se desarrolla en unos trabajos cuyo
nivel salarial es 10 ó 15 veces inferior al español, y con



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este panorama no es posible competir. Y termina diciendo (por no hacer
aquí referencia a la declaración extensa que formuló): Si le soy
totalmente honesto, le diría que el panorama de la construcción naval en
España no va a experimentar en los próximos años ningún tipo de mejora, y
esta situación --dijo-- puede que incluso llegue a empeorar.

A mí me gustaría saber si el señor Subsecretario puede dar algún tipo de
explicación a estas declaraciones.




El señor PRESIDENTE: Para responder a la pregunta en nombre del Gobierno,
tiene la palabra el señor Girbau, Subsecretario del Ministerio de
Industria y Energía.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Como usted
puede comprender, yo no voy a tratar de justificar las razones del
Presidente del Gobierno para decir lo que dijo en Washington. En
cualquier caso, y referido a lo que es el sector de construcción naval,
sí creo --y así se ha venido reconociendo-- que la crisis del sector
naval para todos los países de un cierto nivel de desarrollo es una
crisis difícil de superar en la Unión Europea...




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Perdón, pero no le oigo, señor
Subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Lamento
que la acústica de la sala y el tono bajo de mi voz dificulten la
audición. En cualquier caso, lo que intentaba decirle es que me parece
que no soy yo el más adecuado para tratar de justificar ni explicar una
intervención del Presidente del Gobierno. Sí iba a intentar dar una
sucinta explicación de algunas razones, que yo creo que han sido
debatidas ampliamente, de la crisis del sector naval, y le decía que,
para todos los países que tienen en este sector un cierto nivel de
desarrollo, es una crisis con graves dificultades de superación, y uno de
los factores relevantes de esa dificultad, sin ninguna duda, son los
costes laborales; la diferencia de costes laborales lógicamente
interviene, interfiere y agudiza la crisis del sector. Me parece que esa
era una de las referencias explícitas que hacía el Presidente del
Gobierno.

Hay, desde luego, otros factores que intervienen clarísimamente en una
posible superación de la crisis en el sector naval, y no sólo el coste
laboral, que es uno de los factores importantes, ya que también un
componente importante del coste de un buque corresponde, como todos
ustedes saben, a bienes y a servicios externos al astillero, con una gran
incidencia en el coste final.

Las diferencias o las ayudas de tipo financiero que en unos y otros
Estados se pueden producir también influyen notablemente en este sentido.

Yo creo que desde el Gobierno se ha venido realizando un gran esfuerzo,
se sigue realizando y se seguirá haciendo.

Quisiera recordar también que, con motivo de un debate sobre una
proposición no de ley, se mandató al Gobierno para que verificase una
serie de modificaciones en el sistema de financiación del sector naval, y
--creo yo que con bastante agilidad-- la respuesta del Gobierno se
transformó en el Real Decreto 442/1994, de 11 de marzo, publicado el 22
de abril, por el que se regulan las primas y la financiación a la
construcción naval para el período próximo. En este sentido, me parece
que la intervención no hacía más que reconocer un factor que yo creo ha
sido ampliamente debatido en esta Comisión de Industria y en el Pleno del
Congreso.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Mesa, tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Coincido plenamente con usted,
señor Subsecretario, en que no es la persona más adecuada para
responsabilizarse de las manifestaciones realizadas por el Presidente del
Gobierno en Washington. Lo que pasa es que, mientras los Diputados de la
Cámara no tengamos acceso a preguntar al Presidente del Gobierno cuáles
son los motivos por los que realiza determinadas manifestaciones, no nos
corresponde a nosotros más que formular la pregunta y que el propio
Gabinete sea el que designe a las personas que tienen que venir a
contestar. Por eso, coincidiendo con usted, no entiendo, si usted no
puede, cómo es que el Gabinete le manda a usted a esta Comisión a
contestar esta pregunta. Le han metido a usted en un «impasse» que desde
luego era totalmente innecesario, aunque realmente lo esperaba.

Pero independientemente del debate que sobre el sector naval se pueda
tener en esta Comisión o en el Congreso de los Diputados, desde el año
1984, en que se promulga el Real Decreto sobre la reconversión del sector
industrial, incluido el sector naval, hasta ahora han pasado muchas
cosas. Estas manifestaciones del Presidente del Gobierno en Washington el
día 8 de diciembre, mientras que AESA está negociando con Arabia Saudí un
proyecto de construcción de diez buques, ni más ni menos que valorado en
500 millones de dólares, no son la política más acertada para defender
los intereses españoles en los ámbitos internacionales, esto queda claro,
sobre todo cuando España oferta en 100 millones de dólares y quien al
final se lleva la oferta, que es Japón, oferta en 103 millones de
dólares.

Usted ha dicho, señor Subsecretario, que no va a entrar en el fondo de la
cuestión, pero que el Presidente del Gobierno habrá hecho estas
manifestaciones sabiendo a lo que se atenía. Yo quiero decirle claramente
que uno de los problemas por los cuales la construcción naval ha estado
cayendo permanentemente es por la falta de ayudas a la financiación a la
construcción naval, dándose la circunstancia de que en España ya no se
contratan barcos ni siquiera ofertando España más barato, ni siquiera así
se contrata aquí un barco. El problema, insisto, es que no hay ayudas a
la financiación.

Usted se refería ahora a esa proposición no de ley presentada por el
Grupo Parlamentario Popular y aprobada por todos los grupos de la Cámara,
con alguna modificación introducida por los otros grupos, sobre el
fundamento de ese Real Decreto que ustedes también se han demorado
bastante en sacar, porque desde el día 1 de enero hasta el día 22 de
abril en que se promulga, ha habido un ínterin de



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tiempo que ha sido perdido absolutamente para cualquier tipo de
financiación o de construcción.

Realmente se puede discutir sobre el sector naval, y ustedes siguen
incidiendo en los costos laborales, pero hay que hacerse cargo y asumir
que llevamos hablando de costos laborales desde el año 1984, y hemos
pasado en puestos directos de 40.000 trabajadores en el sector naval a
menos de 13.000 al día de la fecha. ¿Qué más costos laborales quieren
ustedes suprimir? ¿Quieren reducir a cero las plantillas? ¿Entonces ya no
habría ningún problema de costo laboral? ¿Será en ese momento competitivo
el sector naval español, señor Subsecretario? Ya está bien.

Decía usted con mucho acierto que el costo importante de un buque es en
bienes y servicios, y ha dado expuesto un dato que no sé si conoce
exactamente, pero yo se lo voy a ofrecer, porque si lo conociera lo
habría dado, aunque a lo mejor es que no le interesa darlo desde el punto
de vista laboral: el 30 por ciento de la construcción de un barco está
dentro de astilleros, corresponde a mano de obra directa, y el 70 por
ciento restante, que no está incluido en ninguna de las listas de ZUR, ni
de ZID, ni de oficinas de empleo, ni contrastado como pérdidas de puestos
de trabajo del sector naval, ese 70 por ciento es industria auxiliar, de
la que jamás se ha ocupado el Gobierno para nada. ¿Y me vuelve a decir
usted a mí que es importante lo referente a bienes y servicios? Señor
Subsecretario, el Partido Popular lleva denunciando esto desde el año
1984, en que se promulga la reconversión industrial, que la han hecho
ustedes de una manera totalmente desastrosa, porque ni siquiera en
aquellos astilleros en los que se ha reducido plantilla se han ocupado de
mantener operativos cada uno de los gremios o de las oficinas.

Por eso, venir a hablar de que en estos momentos unas declaraciones como
éstas tienen algún fundamento, cuando es cierto que otros países han
reagrupado, han reducido instalaciones, pero han aprovechado mercados;
venir a decirnos que están poniendo en funcionamiento las medidas de
carácter financiero que hoy en día impone Europa, es venir a reírse una
vez más de esta Cámara, o por lo menos de los Diputados que estamos en la
Comisión de Industria. Estamos reclamando desde el año 1990 que esas
medidas de carácter financiero no sean sólo las que han puesto en este
Real Decreto, que es realmente pobre, y ello porque hay algo que falla,
señor Subsecretario, y como no lo asuma el Gobierno, el sector naval
terminará de hundirse. Esas medidas serían crear un fondo de garantías
similar a lo que antes fue el Banco de Crédito Industrial, que haga que
esas primas, esos créditos, se les puedan dar a los armadores que quieran
construir barcos. Mientras ustedes no entiendan esto y mientras a ustedes
les importe tan poco un sector tan importante para España como es el
sector naval, el señor González podrá seguir haciendo declaraciones de
éstas en todo el país, en toda Europa y en todo el mundo, porque tendrán
un fundamento claro, y es la renuncia, por parte del Gobierno, a tener en
el sector naval una de las industrias prioritarias, como ha sido siempre
en España.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Debo
decirle, sin entrar en debate sobre esa cuestión, que yo era consciente
de lo que estaba diciendo cuando manifestaba que no era quién para
aclarar las intervenciones del Presidente del Gobierno, y usted lo
reconoce. Lo que sí le digo también es que con mucho gusto he hecho lo
que he hecho y que esto no es ningún mal trago, no se preocupe por mí en
ese sentido.

En lo demás no coincidimos en casi nada. Ustedes tienen una visión y una
estrategia sobre el sector naval, la explican aquí, no sé si con todos
los parámetros y teniendo en cuenta todos los factores del problema --me
temo que no--, y nosotros tenemos otra, que se está plasmando en el
Boletín Oficial y que nos parece que es la razonable y la adecuada para
el sector, y no sólo eso, sino que también es aquella que coincide con
las obligaciones europeas que tenemos que cumplir.

En el Ministerio de Industria no dudamos de que el enfoque nuevo que el
Real Decreto ha proporcionado al sector será favorable para que la carga
de trabajo pueda permitir llevar a cabo los planes que yo creo que
también reiteradamente hemos venido exponiendo, reconociendo sin ninguna
duda que la crisis del sector es importante. Lo que sí pensamos es que
estamos en un camino razonable, que nos puede llevar a tener un sector
naval que siga manteniendo no sólo la calidad, sino la posibilidad de
enfrentarse a los grandes constructores y a los grandes problemas que no
sólo a nivel europeo, sino a nivel mundial, se plantean en el sector.




--PREVISIONES CON RESPECTO A LA EMPRESA CESELSA-INISEL (ACTUALMENTE
INDRA). FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO (GRUPO
POPULAR). (Número de expediente 181/000486.)



El señor PRESIDENTE: A petición del señor Fernández de Mesa, y si no hay
inconveniente por ninguno de los grupos y tampoco por el señor
Subsecretario, pasaríamos ahora a la pregunta número 9, formulada también
por el señor Fernández de Mesa, sobre las previsiones con respecto a la
empresa Ceselsa-Inisel (actualmente Indra).

Tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Muchas gracias a los grupos
parlamentarios que acceden a la alteración del orden del día.

Señor Subsecretario, estos días están en auge la discusión y las posturas
que se mantienen por los diferentes grupos políticos de la Cámara acerca
de lo que está pasando con una empresa como Santa Bárbara o lo que ha
pasado con una industria como la Bazán o CASA, es decir, industrias que,
perteneciendo al INI, merecen una consideración completamente diferente a
las del resto del INI, puesto que dependen única y exclusivamente de los



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presupuestos de la Defensa. En ese sentido, nuestro Grupo ha dicho
claramente que, antes de proceder a ningún tipo de reestructuración,
habrá que analizar cuáles son los presupuestos de la Defensa destinados
para estas industrias y, una vez que se hayan planteado, empezar desde
ahí a hacer cualquier tipo de reestructuración de la plantilla, y en ese
intervalo de tiempo analizar cuáles han sido las desmotivaciones
existentes dentro de lo que es la dirección de la empresa, que desde el
año 1989 al año 1994 ha ido dejando crecer la subactividad, ha ido
dejando caer la contratación y la facturación, sin que nadie supiera nada
en España.

Pues bien, nos encontramos en el caso totalmente contrario.

Ceselsa-Inisel, una empresa que funcionaba de forma adecuada, una empresa
que funcionaba de una manera acertada, puesto que llevaba una de las más
importantes contrataciones dentro del sector de la electrónica militar,
es absorbida por la fuerza --y si hacen falta más datos después le diré
por qué-- por Inisel, que era una empresa que se encontraba con ciertos
problemas.

De la refundición de la empresa Ceselsa-Inisel, de la absorción de Inisel
por Ceselsa, que técnicamente ha sido una absorción de Ceselsa a Inisel,
puesto que la mayor parte de la plantilla que queda todavía en vigor es
la de Ceselsa, ha habido cantidad de temas raros. Por eso nos gustaría
que, en este caso, el señor Subsecretario designado por el Ministerio de
Industria nos diera cuenta de qué es lo que ha pasado allí.

La idea de hacer una empresa de electrónica en España controlada por el
INI es apoyada desde entonces por el Ministro de Industria, señor
Aranzadi, siguiendo las recomendaciones del Grupo INI; es decir, todo lo
contrario de lo que se pretende hacer ahora con algunas otras empresas
dentro del INI, que ya no son rentables y se pretende cerrar o
privatizar. Me gustaría, señor Subsecretario, que pudiera explicar, no
sólo las previsiones con respecto a la empresa Ceselsa-Inisel, sino que
pudiera hacer un pequeño bagaje de lo que ha sido la fusión de la empresa
Ceselsa-Inisel hasta ahora, teniendo en cuenta que esta pregunta se
plantea a finales de la legislatura pasada, que no se puede ver porque no
da tiempo material a ello, que se plantea a inicios de la presente
legislatura, y que vuelve a decaer en el período navideño; en el mes de
febrero se plantea de nuevo y afortunadamente vuelve el 31 de mayo. Yo ya
no sé si sigue existiendo Ceselsa-Inisel, si sigue cotizando en Bolsa, ni
cuáles son los resultados actuales ni las previsiones futuras. Por ello
le pido, señor Subsecretario, que, si fuera posible, aparte de ver cuáles
son las previsiones futuras, pudiera hacer algún resumen de lo que ha
pasado durante este tiempo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): No sé si
voy a ser capaz de hacer el resumen, primero no soy un experto conocedor,
en absoluto, ni del grupo, ni de lo que ha venido pasando.




El señor GAMIR CASARES: Señor Subsecretario, es difícil su audición, le
rogaría...




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Lo siento
mucho, pero no es falta de voluntad, es mi tono de voz. Es una condición
física que no voy a superar.




El señor GAMIR CASARES: Si en algún momento de su intervención pudiera
intentar...




El señor PRESIDENTE: Es cuestión de acercarse al micrófono.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Es
cuestión del micrófono y no me preocupa excesivamente la megafonía; lo
que falla es la electrónica.

Le decía que intentaré fijar, de una forma muy somera, una especie de
trayectoria de lo que ha sido el grupo.

El grupo Indra, como usted bien decía, nace de la integración de Ceselsa
y de Inisel, con la pretensión de una unión de esfuerzos que realiza el
sector público y la iniciativa privada dentro del sector de la
electrónica, la informática y las comunicaciones. En 1993, el grupo que
surge, Indra, lleva a cabo un importante esfuerzo de reestructuración de
actividades de acuerdo con las necesidades del mercado que, dentro de
aquellas previsiones, se pensaba que iban a ser complementadas de manera
decisiva en 1994.

Las actuaciones que se llevaron a cabo durante este período y los
resultados ya obtenidos han sido consolidar un volumen de ventas
razonable, tener una cartera de pedidos, que pensamos que también ofrece
buenas perspectivas y buena situación, y efectuar ajustes de estructuras
y de recursos que permiten confiar razonablemente en que el grupo va a
tener unas perspectivas de futuro que en 1994 puedan permitir su
reequilibrio financiero y patrimonial. Junto a ello hay una posibilidad
que se valoraba y se valora positivamente para hacer este esfuerzo, y es
que se trata de establecer una alianza estratégica con un grupo
internacional, líder en el sector de la tecnología de la información, que
permita consolidar un mercado de un nivel mucho más amplio.

En el contexto de todas estas previsiones y operaciones se prevé que
Teneo, que actualmente es el accionista que tiene el 60 por ciento y el
resto corresponde a distintos accionistas, tanto privados nacionales como
extranjeros (sigue cotizando las acciones de Indra en las bolsas de
Madrid y Barcelona); se prevé, repito, que Teneo pierda la mayoría
absoluta, tal como se contempló en los acuerdos de integración
originarios de la actual Indra. Así lo contemplaba en aquel momento el
plan. En todo caso, Teneo seguiría siendo el accionista minoritario más
importante, y hay que decir que se seguiría manteniendo siempre la
restricción que se estableció en el momento de la fusión para que la
mayoría del capital de Indra siga siendo español.

El adecuado cumplimiento de este conjunto de actuaciones, los que en
aquel momento decidieron la fusión



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entendieron que permitiría lograr el objetivo a que antes hacía
referencia: crear y reestructurar un grupo que es competitivo y dinámico
en el sector de tecnologías de la información y en sus aplicaciones a los
sistemas de gestión y control.

Brevemente quiero recordarles que el esfuerzo de reestructuración originó
en 1993 unas pérdidas aproximadas de 7.000 millones de pesetas, fruto
todo ello de ajustes de personal, de traslados y de concentración de
centros. Me gustaría manifestar el esfuerzo que significa pasar, entre
oficinas y centros de trabajo, de catorce a seis, y que la previsión de
cartera de pedidos que se estima es buena a juicio de los responsables,
evaluada aproximadamente en cien mil millones de pesetas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Yo no sé si me he equivocado de
Comisión o el Gobierno se ha equivocado al mandar aquí a una persona a
contestar unas preguntas que, en la primera, no es quien para
responderla, y, en la segunda, no es experto en el tema. Realmente es
lamentable. Agradezco infinitamente, señor Subsecretario, y no me lo tome
mal, su presencia aquí para dar la cara en unos temas que tenían que
estar contestando otras personas. Así de claro. Lamento tener que decirle
esto cuando no es usted la persona idónea para venir a responder las
preguntas que los representantes del pueblo venimos a formular al
Gobierno en una Comisión y en un día en el que no hay Pleno y todos
estamos cumpliendo aquí con nuestra obligación.

No le voy a refrescar la memoria, porque no sé si es usted Subsecretario
desde hace mucho o poco tiempo, pero no se puede empezar a hablar de
Ceselsa-Inisel desde el año 1993; esto tiene una historia anterior. Las
pérdidas de las que usted me habla del año 1993 son bastante inferiores a
las que no declaran ustedes en el año 1992, de 2.500 millones; son
cercanas a los 10.000 millones, y ya reconocidas por el propio Gobierno
en la pasada legislatura. De manera que habría que empezar a preguntarse
si esos miles de millones de los que usted habla son reales, antes o
después de impuestos. Meter todo en un mismo saco es realmente peligroso,
porque no lleva más que a la confusión y a no esclarecer ni una sola de
las preguntas que se formulan, teniendo que volver a replicar, una y otra
vez, y perder el tiempo lastimosamente ustedes y nosotros.

Señor Subsecretario, durante casi quince años existió una abierta pugna
entre la empresa pública Inisel y la empresa privada Ceselsa. El final de
la historia lo conocemos: Ceselsa es absorbida por parte de Inisel
después de una larga y difícil batalla, en la que Inisel, con todo el
apoyo institucional del INI, del Ministerio de Industria y del Ministerio
de Defensa, consigue dejar en una situación de práctica quiebra a
Ceselsa. Esos son datos facilitados por el Ministerio de Industria que
leo textualmente.

El resultado de esta maniobra para controlar Ceselsa y convertirla en una
empresa, Inisel-Ceselsa --actualmente Indra--, controlada por el Grupo
Teneo o como ustedes quieran llamarlo, son unas cuantiosas pérdidas
reales del orden de los 10.000 millones de pesetas antes de impuestos, en
el año 1992 (declarados 2.500 millones de pesetas) y una reducción de
plantilla de 1.000 personas (de 2.500 a 1.500).

El futuro todavía me lo plantea usted más incierto, señor Subsecretario,
porque me dice que la cartera de pedidos a fecha de hoy tiene buenas
perspectivas de futuro en el año 1994, con un reequilibrio financiero,
patrimonial y de personal. ¿Pero es que hay que seguir reestructurando
plantillas? ¿Es que el país va a funcionar cuando todos seamos parados?
¿Es que hay que seguir reestructurando no sólo en Bazán, no sólo en CASA,
no sólo en Santa Bárbara, no sólo en el sector naval, sino también en un
sector como éste, que está en pujanza en el mundo entero, el sector de la
industria electrónica militar? Es realmente inconcebible que sigan
hablando a estas alturas de reducción de plantillas, cuando las
inversiones que se realizan son importantes y, sobre todo, cuando el INI
asume la responsabilidad, que hoy en otras empresas decide abandonar, de
absorber a una empresa privada que está funcionando hasta ese momento
según los análisis de resultados que tenemos.

En el año 1989 las dos empresas, Ceselsa e Inisel, conseguían la
adjudicación prácticamente de todos los proyectos de electrónica de
defensa que salían a concurso. Este es un dato que ha facilitado el
Ministerio de Defensa. Una pequeñísima parte de éstas quedaban en otras
empresas de iniciativa privada. Pero hay un dato realmente interesante y
es que después de un acuerdo entre Ceselsa y CASA, forzado por el
Ministerio de Defensa, que no podía funcionar, para poner en macha el
Mirage-3 en competición con CASA, hubo que abandonar ese trabajo, lo cual
supuso la ruina para la propia Ceselsa. Después de dos años de trabajo, y
habiéndose gastado del orden de 5.000 millones de pesetas --dato del
propio Ministerio de Industria--, era tan caótica la situación en el
programa de defensa que deciden cancelar el proyecto, exigiendo a Ceselsa
--fíjese usted lo que hacen en aquel entonces-- la devolución del dinero
invertido en el programa conforme a lo estipulado en los contratos. ¿Se
ha devuelto ese dinero? Señor Subsecretario, le pido la contestación a
esa pregunta concreta, porque me imagino que traerá una documentación lo
suficientemente importante como para poder echar mano de los datos. ¿Se
han devuelto esos 5.000 millones de pesetas como consecuencia del
abandono de aquel programa? ¿Se han esfumado? ¿Dónde están? Alguien
tendrá que contestar a eso.

Hay que decir que el BBV, que era accionista de Ceselsa en un 12 por
ciento, que ya había tratado de forzar esta fusión con Inisel el año
anterior, obliga a reanudar las negociaciones entre Ceselsa e Inisel.

Ceselsa se encuentra en una situación financiera tal que con un mínimo de
rigor contable se podía decir que estaba en bancarrota: un activo
inmaterial de 4.000 millones de pesetas y un capital social cercano a los
2.000 millones de pesetas. No habría nadie que tuviese interés por
adquirir una empresa en esta situación. ¿Por qué a Inisel le interesó
tanto en esos momentos la fusión?



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Me gustaría, señor Subsecretario, si tiene datos y puede darme alguno,
por lo menos para que no nos vayamos de baldío en esta Comisión, saber
cuál es la plantilla actual, cuál era la plantilla con la que se fusionó
y cuál es la plantilla de futuro que ustedes tienen prevista, porque
hablar de cartera de pedidos, de buenas perspectivas, de perspectivas de
futuro, de reequilibrio financiero, de reequilibrio patrimonial y no
hablar de la plantilla, una de dos, o es que no saben la que va a quedar
o tienen miedo a anunciar que van a volver a meter el bisturí en los
puestos de trabajo, en este caso concreto en una empresa que en su día
ustedes dijeron que iba a ser muy competitiva a nivel europeo, a nivel
internacional, dentro del campo de la industria de la defensa militar.

Señor Subsecretario, le pregunto, por último, si es que puede
contestarme, si en estos momentos el Gobierno se ha replanteado la
privatización de esta empresa. Nos encontraríamos en procesos inversos a
los que se han venido produciendo en las empresas que ya he citado, Santa
Bárbara, CASA, Bazán, y que después de la absorción, por ejemplo, en
Santa Bárbara, en el año 1986, de determinadas factorías, llega hoy el
día en que no puede mantenerlas. ¿Vamos a tener aquí el proceso inverso,
señor Subsecretario? ¿A qué se puede atener el país? ¿A qué nos podemos
atener los grupos de la Cámara? ¿Está usted en condiciones de poder
contestar alguna de las preguntas que le formulo?
Gracias, señor Subsecretario, por su comparecencia.




El señor PRESIDENTE:: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Me parece
que alguien aquí se ha equivocado y me temo que es usted. Yo venía aquí a
contestar sobre previsiones a corto plazo, es decir, de futuro, y usted
me habla del pasado en tonos catastróficos. Siga usted por ahí. A mí no
me preocupa.

Quiero decirle simplemente dos cosas. Una, le he explicado el futuro de
la empresa y le he dicho, además, con claridad cuáles son las
previsiones. En mi intervención anterior he manifestado con absoluta
claridad la posible alianza estratégica con un grupo internacional del
sector de tecnología de la información y las condiciones en las que se
está previendo esa operación. Esas son las previsiones a corto plazo por
las que usted preguntaba. Si usted quiere conocer los datos, confirmar o
poner de manifiesto públicamente una situación anterior que se ha venido
a corregir, dígalo y entonces vendré a darle los datos que sean
necesarios; pero usted está hablando del pasado y yo estoy hablando del
futuro.

Por otra parte, no insista en el tema de defensa. La parte de defensa es
importante, pero también la empresa tiene un sector civil significativo.

En ese sentido, las actividades de defensa en Ceselsa no son, al menos,
la parte fundamental. Hay una parte de sistemas de control de tráfico
aéreo que lo puede usted entender como quiera, pero que es un sector
civil, no exclusivamente de defensa. Cuando le digo que la cartera de
pedidos está en buenas perspectivas, los datos que tenemos de empresas
con competencia en el mercado es que están teniendo posibilidades de
contratación no sólo nacionales sino internacionales. En ese sentido
puede ser una situación que abone unas perspectivas de futuro
interesantes. El hecho de que buscar una alianza estratégica
internacional permita que en estos momentos se esté produciendo el
proceso típico de cualquier búsqueda de partenariado y con resultados
absolutamente positivos, si hay empresas líder del sector con interés en
participar en esta empresa, me parece que abona no sólo la viabilidad de
futuro, sino el acierto de la operación que en su momento se adoptó de
fusionar Ceselsa e Inisel. (El señor Fernández de Mesa Díaz del Río pide
la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Dígame, señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Un minuto, señor Presidente. Me
ha hecho dos preguntas el señor Subsecretario que me gustaría aclarar.




El señor PRESIDENTE: El trámite es muy claro: pregunta y respuesta.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Me ha hecho dos preguntas. Un
minuto.




El señor PRESIDENTE: La dialéctica de formular preguntas entra dentro de
la dinámica parlamentaria, pero creo que no tiene por qué dar lugar, en
ningún caso, a un nuevo turno, señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Me ha contradicho en esas
preguntas que hace.




El señor PRESIDENTE: El turno de preguntas es cerrado. Le agradezco al
señor Fernández de Mesa que entienda que no puede reabrirse un nuevo
turno.




--ESTRATEGIA DEL GOBIERNO EN RELACION A LAS EMPRESAS DEL SECTOR PUBLICO
INTEGRADAS EN TENEO. FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ NORNIELLA, GRUPO
POPULAR. (Número de expediente 181/000465.)



El señor PRESIDENTE: Vienen ahora una serie de cinco preguntas del señor
Fernández Norniella que serán formuladas en la Comisión por el señor
Gamir. ¿Desea el señor Gamir agruparlas o las formulará por separado?



El señor GAMIR CASARES: Señor Presidente, aunque en ninguna de ellas
agotaré el tiempo, como son cuatro aspectos prefiero formularlas una a
una, aunque de hecho resultarán medio agrupadas.




El señor PRESIDENTE: Para formular la pregunta número 3 del orden del
día, sobre estrategia del Gobierno en



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relación a las empresas del sector público integradas en Teneo, tiene la
palabra don Luis Gamir.




El señor GAMIR CASARES: Señor Subsecretario, del tema genérico de la
estrategia del Gobierno en relación a las empresas del sector público
integradas en Teneo se ha hablado ya muchas veces en esta Comisión, en el
Pleno, etcétera. Por tanto, creo que sería más eficaz para todos que en
vez de volver a repetir las generalidades nos centráramos en esta
comparecencia en algún tema concreto de esa estrategia. Dentro de ese
tema concreto de la estrategia me voy a centrar en el siguiente: en la
estrategia del Gobierno, del grupo Teneo y del INI en cuanto a las
compras y, sobre todo, en cuanto a las compras intragrupos.

En el año 1984 se llega a un acuerdo --es la primera pregunta fundamental
sobre sus consecuencias-- y se plantea un incremento del 50 por ciento
como estrategia del grupo INI de las compras intragrupo. Un incremento
del 50 por ciento en las compras intragrupo quiere decir, en otras
palabras, comprar menos al sector privado y más al sector público por
parte del sector público, hablando en castellano normalmente. Pero no
quiere decir en las mismas condiciones porque se establece un ranking:
primero se comprará a las empresas públicas del INI; segundo, a las
empresas públicas no del INI; tercero, a las empresas privadas y cuarto,
a las empresas extranjeras. Aumentar un 50 por ciento, suponiendo que se
le da siempre al de mejores condiciones, es imposible, porque o antes del
acuerdo se estaba comprando muy mal, para que pueda ocurrir un incremento
del 50 por ciento y entonces ser el óptimo de compras --y no tengo por
qué suponer que el INI comprara tan mal antes-- o después del acuerdo no
se compra al de mejores condiciones cuando hay que dar ese salto adelante
en compras de lo público a lo público, dejando en tercer lugar al sector
privado. La pregunta es cuál es la opinión del Gobierno, la estrategia
del Gobierno sobre esta filosofía. Me figuro que no seguirá en vigor que
se vuelvan a incrementar el 50 por ciento cada año las compras
intergrupo, porque ya se nos habrían acabado, pero ¿sigue en vigor la
filosofía? ¿Dónde y cuándo ha sido derogada esa normativa porque no lo
hemos encontrado, sobre preferencia de las compras y que primero sean
INI, luego empresas públicas, después privadas y por último extranjeras,
aunque comprendo que esto será más difícil ahora con los acuerdos
europeos? Dejemos este último punto y ciñámonos a la preferencia
pública-privada. ¿Cuándo fue derogada esa normativa? ¿En qué fecha?
¿Considera el Gobierno que esa normativa fue positiva? ¿Considera que eso
fue bueno? Porque si lo considera, que es lo que hizo el Gobierno
socialista en la generalidad de lo que podemos llamar su mandato, desde
1982 hasta la actualidad, si eso fue bueno, tendrá su influencia en la
filosofía de lo que se está haciendo ahora. Si lo defiende, me figuro que
siendo coherente consigo mismo, hará cosas parecidas en la actualidad. En
este caso la pregunta es: ¿Criticaría con dureza a sus antecesores que
hicieron esta política? Y si no, dejándome en esta primera parte un punto
para la réplica, ¿en qué grado se sigue aplicando el espíritu o la letra
de aquel acuerdo formal que además dio lugar, en 1984, a un informe del
Consejo Superior de Cámaras, etcétera, y cuya derogación --insisto-- no
hemos encontrado en ningún momento, como parte de la estrategia de la
empresa pública?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Gamir, en cuanto a la estrategia del Gobierno, yo creo que sigue siendo
la misma o parecida. Me permito simplemente recordar tres o cuatro cosas.

La estrategia respecto a las empresas públicas que están en Teneo --no al
INI en su conjunto sino a lo que es Teneo-- es estar presentes en
aquellos negocios que pueden aportar recursos, dimensión y sinergias a la
cartera del grupo. Es algo obvio, teniendo en cuenta que estamos hablando
de un holding de cartera que está manteniendo las empresas que no están
sujetas en el INI a contratos-programa o procesos de reconversión, un
fortalecimiento competitivo en el mercado, tanto en el internacional como
en el nacional, para aquellas empresas que tengan debilidades en ese
sentido. Ese era un objetivo a corto plazo que quizá tiene alguna
relación con lo que usted manifestaba y, como usted bien sabe,
desvincular del grupo otras empresas que no aporten dimensión o sinergias
intergrupos o que por su debilidad competitiva puedan ser apoyadas con
mayor eficacia desde una experiencia de negocio implantada en el sector
privado y que lleve, de alguna manera, a la presencia de accionistas
privados en alguna de ellas. Ese es un poco el esquema en el que nos
estamos moviendo como estrategia del Gobierno, estrategia de Teneo para
su grupo empresarial. Es importante tener en cuenta este factor si el
ejemplo concreto al que usted hace referencia es el de compras. Con
absoluta sinceridad, no sé si el acuerdo se derogó o no. No lo sé y no le
voy a dar una larga cambiada en esta cuestión. No conozco el dato y en
todo caso hubiese tenido que preguntar concretamente por el mismo. Mi
conocimiento tanto del Ministerio de Industria como del grupo INI,
adquirido en los pocos meses que llevo, abarca lo que abarca y uno tiene
sus capacidades. Si usted quiere precisiones de ese estilo, le ruego que
la próxima vez, por favor, lo haga constar así y con mucho gusto quien
venga supongo que le dará la respuesta adecuada.

Respecto a lo que es filosofía, ha habido incluso una intervención
pública del Secretario de Estado de Industria en el sentido de reforzar,
dentro de los márgenes que nos permiten las normas de competencia y toda
la normativa reguladora del mercado, hacer un esfuerzo para que en la
compra de los productos que tanto las empresas públicas como, en su caso,
el Gobierno puedan pretender adquirir para sus necesidades, y cumpliendo
tanto las leyes que regulan la materia en cuanto a compras públicas en
nuestro país como todas aquellas que por razón de competencia nos
afectan, se tenga por los gestores públicos una cierta consideración a
los bienes y equipos fabricados en España. Me parece que eso es algo
razonable. No estoy hablando de que se haga un esfuerzo para incumplir
normas de



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competencia ni ningún otro tipo de cuestión que pueda vulnerar en lo más
mínimo la normativa vigente; simplemente que se tenga una cierta
sensibilidad por parte de los gestores públicos para que en el momento en
que prevean sus necesidades se tenga en cuenta la producción de bienes y
equipos. Me parece que eso que públicamente es razonable en un grupo
empresarial como Teneo --y sigo insistiendo en el concepto Teneo como
holding empresarial-- por efecto de las sinergias intergrupales también
es algo absolutamente razonable.




El señor PRESIDENTE: El señor Gamir tiene la palabra.




El señor GAMIR CASARES: Señor Subsecretario, tres partes en la respuesta.

Usted viene insistiendo tanto en su falta de conocimiento del tema que
realmente habría que plantear una queja al Gobierno, a través del señor
Presidente de la Comisión, pidiendo que el Gobierno mande a personas
competentes para contestar a las preguntas porque, perdone, pero usted no
es el señor Subsecretario, usted es el representante del Gobierno que
viene a responder a las preguntas y usted en todas dice: No conozco, no
me lo sé, hace muy poco que llevo en este puesto. Es una forma de
evasión, de larga cambiada a estos turnos de preguntas que verdaderamente
es grave y puede ser...




El señor PRESIDENTE: Señor Gamir, podría interpretar que está haciendo
usted un uso dialéctico, creo que perfectamente legítimo, de un
razonamiento. Si quiere formular alguna idea a la Presidencia, hágalo
usted formalmente. En este caso concreto debo decirle que la pregunta tal
como está formulada es: Estrategia del Gobierno en relación a las
empresas del sector público. Requiere una cierta imaginación pensar que
en la mente del que iba a realizar la pregunta estaba interesarse sobre
la gestión de compras del grupo, que no deja de ser un caso
extraordinariamente concreto. Por eso me ha parecido muy correcta la
intervención del señor Subsecretario diciéndole que si quiere una
respuesta concreta a una cosa más concreta, con mucho gusto le
responderán cuando sea formulada de forma concreta, pero cuando uno habla
de estrategia del Gobierno en relación a las empresas del sector público,
no se espera que se interesen por una orden que al parecer data del año
1984. No parece lógico.




El señor GAMIR CASARES: Usted es un magnífico dialéctico, pero perdóneme
que le diga, con toda sinceridad y sin acritud, que en este caso el señor
Subsecretario no necesita de su defensa, ya que en la segunda parte ha
contestado. Me refería genéricamente a lo que está ocurriendo a lo largo
de las intervenciones y también a que el señor Subsecretario ha utilizado
ese recurso dialéctico al principio de su intervención. Después, por
desgracia, ha contestado a esta parte de la estrategia y tengo que decir
que su contestación me preocupa fuertemente, porque una cosa es que diga
que se buscarán fórmulas para comprar más bienes nacionales (es
comprensible que se haga esto puesto que estamos en Europa), y otra cosa
es que se haya contestado con un argumento peligroso sobre las sinergias
del grupo. El tratamiento es como si fuera un grupo privado. No se trata
de que una de las funciones de la empresa pública es hacer más
competitiva toda la economía del país, sino que se trata de considerar la
privatización de lo público. Es decir, maximizo los beneficios de la
empresa pública, aunque sea a costa de comprar más caro y de quitar el
pedido a la empresa privada. A esta parte concreta de la competitividad
sí ha habido respuesta. En lo que no es conocido, rogaría al señor
Subsecretario que, si pudiera, nos lo mandara por escrito o, si no,
formularíamos la pregunta por escrito, porque nos tememos que en lo que
se defiende como sinergias, que a nosotros nos parece una aberración
económica en términos técnicos --la palabra aberración en el aspecto
económico tiene un significado más suave que cuando se utiliza en el
sentido normal de la expresión-- la situación del sector público, que se
ve como un grupo privado que maximiza los beneficios de ese grupo aunque
sea comprando a los menos competitivos del sector, ha empeorado.

Insistiré en este tema en otra pregunta, pero quiero decir que existe una
situación extraordinariamente compleja en lo que se refiere a cuáles son
las formas de compras, especialmente en la última época, por determinadas
empresas del grupo Teneo como estrategia al respecto dentro de la
estrategia general.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Gamir, no quiero entrar en el recurso dialéctico anterior, pero lo que de
alguna forma trataba de decir, en las distintas intervenciones, y quizá
no sea muy afortunado en la expresión, es que esto es algo que siempre
esperas cuando vienes a un trámite de este tipo al Parlamento, pero que
no deja de sorprenderte, que tras una pregunta, te encuentras con otra
pregunta que tiene muy poco que ver con el texto literal que se formula.

Lo que trataba de hacer sin decirlo con claridad --permítame a mí también
el recurso dialéctico-- es explicar que si usted está dispuesto a
quejarse al Gobierno de mi incompetencia, yo también tendré que quejarme
no de la incompetencia, sino del exceso de habilidad de la oposición,
para formular preguntas que no tienen nada que ver con lo que realmente
quieren preguntar. Quienes alguna vez hemos estado sentados en un escaño,
aunque sea en un parlamento regional --yo lo estuve en el Parlamento
vasco en la oposición y hacíamos lo mismo--, sabemos lo que estamos
haciendo. De alguna forma, éste es el juego perverso --permítame
decirlo-- que todos utilizamos para tratar de sorprender al adversario
político. Pero quede constancia de la cuestión. Podré ser incompetente en
mi gestión y, si es así, no hace falta que ustedes se quejen,
probablemente mi Ministro me cese, que es lo que hará el día que, repito,
sea incompetente en mi gestión. De todas maneras, cuando vuelva aquí en
un trámite de este cariz seguiré haciendo y diciendo cosas parecidas a
las que vengo diciendo, y sigan ustedes quejándose. No hay problema.




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Por otra parte, señor Gamir, he insistido reiteradamente en mi
intervención en que estoy hablando del grupo Teneo, que cuando se
constituye lo hace con unos objetivos concretos, para tratar de maximizar
todas las empresas públicas o aquellas en las que también existan
accionariados privados, de forma tal que constituyendo un holding
empresarial maximicen y optimicen sus recursos y permitan liberar al
presupuesto de una carga presupuestaria en una parte muy importante para
que el Gobierno pueda llevar sus esfuerzos a otras políticas.

Posiblemente, como a ustedes no les gustan demasiado, les parecería mejor
que los recursos fuesen a otro sitio, pero ésa no es la cuestión. De lo
que se trata es simplemente de buscar una maximización de los recursos
presupuestarios y económicos del Ministerio de Industria y del Gobierno
en su relación con el grupo INI o con las empresas públicas del grupo
INI. Y cuando estaba hablando de la política de compras me estaba
refiriendo concreta y explícitamente --creo que lo he manifestado así
reiteradamente-- a lo que es el grupo Teneo; no al INI en su conjunto
sino al grupo Teneo.




--EMPRESAS PRIVATIZABLES A LAS QUE SE HA REFERIDO RECIENTEMENTE UNO DE
LOS VICEPRESIDENTES DEL INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA (INI). FORMULADA
POR EL SEÑOR FERNANDEZ NORNIELLA, DEL GRUPO POPULAR. (Número de
expediente 181/000466.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la pregunta número 4, que también
formulará don Luis Gamir, sobre las empresas privatizables a las que se
ha referido recientemente uno de los Vicepresidentes del Instituto
Nacional de Industria. Tiene la palabra el señor Gamir.




El señor GAMIR CASARES: Aunque en otra pregunta volveremos sobre este
tema, estoy seguro que el señor Presidente me permitirá hacer un
comentario en relación con la pregunta anterior. Quiero felicitar al
señor Subsecretario por el tono en que ha hablado esta vez; se ve que
cuando tiene algún aguijón eleva el tono de forma que es mucho más claro.

Le felicito porque es mucho más audible lo que estamos hablando entre
todos.

Pasando a la pregunta siguiente diré que es indudable que entre lo
genérico cabe lo particular, pero es que aquí las declaraciones del
Vicepresidente del INI son concretas. El dice que hay que privatizar con
cuidado, sobre todo en el caso de Endesa, porque Endesa es la que paga el
posible déficit que si no tendría Teneo. La pregunta es: ¿Es esto así?
¿Es ésta la postura del Gobierno? Yo antes no quise utilizar la palabra
perverso, pero, dado que ya ha sido utilizada, diré que eso es
económicamente perverso en el sentido estricto de la palabra. Porque ¿qué
ocurre entonces? ¿Se están maximizando los medios? ¿El país está
consiguiendo una óptima utilización de recursos --no quiero hablar ya de
óptimos paretianos--, un máximo en los instrumentos que tiene cuando hace
esa política? Aquí lo que se nos dice es que, a lo mejor, Endesa es
privatizable, pero como Teneo no se sostiene si la privatizamos hay que
mantenerla en el sector público, porque son los beneficios de Endesa los
que nos permiten mantener Teneo. Esto nos plantearía muchos problemas y
otros que hemos tratado y que indudablemente vienen a cuento porque están
en el fondo de este tema, pero ¿considera usted adecuada la valoración de
los activos de Endesa? ¿No considera ya que hay una parte del argumento
que es curiosa y bastante viciada en el caso de que algunos de los
privilegios de Endesa hayan desaparecido, pero sigan manteniéndose otros,
y sea a través de esos privilegios como se consigue que haya números
negros en todo el grupo Teneo?
Pero es que aún hay más. Ligando con la pregunta anterior, tengo que
manifestar que si la pregunta anterior fuera cierta y parte de estas
empresas están comprando otras empresas del INI, como veremos después, o
de Teneo --de Teneo a Teneo, porque Endesa es Teneo--, estaríamos viendo
un trasvase de beneficios de unas a otras, con lo que aparecen menos
beneficios en Endesa, porque a lo mejor políticamente es más presentable
que haya menos beneficios y más en otras empresas como sistema de
financiación ya no de Teneo, sino de presentación --no diría cosmética--
de los resultados de las empresas del grupo Teneo.

Y lo siguiente ha sido más curioso, que es lo que está ocurriendo estos
días. Se vende un trozo del pastel de Endesa para pagar los gastos de
funcionamiento de Teneo. Se nos dice: Como no debemos endeudarnos y no
nos van a dar dinero, vamos a vender las joyas de la abuela de las que
habla Borrell, en el sentido más estricto de la palabra. Es decir, no ya
sólo es que con los beneficios corrientes, algunos muy discutibles en el
sentido de que puedan ser privilegiados, no es solamente con
transferencias de beneficios entre empresas a través de la política de
compras, sino que ahora es con el capital en sí mismo, vendiendo un trozo
de pastel de Endesa para pagar gastos de funcionamiento, que es lo que se
dijo aquí, en la Comisión, por el señor Ministro que era por lo que se
sacaba un trozo de Endesa al mercado. Eso no tiene nada que ver con
privatizar; eso es ingeniería financiera, que no nos gusta. Que las cosas
queden muy claras. Si hay un déficit en Teneo, o reconstruimos la
filosofía de Teneo, y a lo mejor con menos empresas si se quiere que
Teneo sea rentable, o se da una subvención si se considera que es
necesario, o se privatizan equis empresas, o se hace otra política, pero
no vender trozos de la rentable para los gastos de funcionamiento porque,
siguiendo con esto, acabaríamos por agotar la empresa rentable a base de
seguir presentando el maquillaje de que Teneo como grupo sigue estando en
números negros. Esa política, que es la anunciada, la que viene a
deducirse de las declaraciones del Vicepresidente del INI cuando dice que
la política de privatizaciones de Endesa no se puede tocar porque es la
que está haciendo que salgan números negros en Teneo, nos parece
preocupante como filosofía y como realidad. Nuestra política es que las
privatizaciones, las que haya que hacer --no es éste el momento de
discutir las que hay que hacer y las que no hay que hacer--, que vayan a
disminuir la deuda pública, que es lo más claro, y que no vayan a estos
enjuagues --dicho esto en la forma en que estamos utilizando las
palabras--



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entre unas y otras empresas. Repito que la palabra «enjuagues», como
otras que haya podido utilizar el señor Subsecretario, todos sabemos que
las utilizamos dentro de la cortesía parlamentaria.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Gamir, voy a reiterar algunos conceptos y la mejor forma quizá de
reiterarlos sea, al menos el primero, leer textualmente una intervención
del Ministro de Industria. Haciendo referencia a la privatización decía
que en más de una ocasión había manifestado, y creo que así lo ha hecho
públicamente y en la Cámara, que es una política pragmática en la que la
entrada de capitales privados se estudia caso por caso y no a priori, y
que el motivo o la razón del estudio de esas posiciones es una estrategia
industrial que realmente haga necesaria para el grupo esa situación. Y no
sólo en ese aspecto sino también ha entrado en otro aspecto, creo que
cualitativo, cuando hacía referencia a la necesidad de una alianza entre
el capital privado y el capital público, teniendo en cuenta la estructura
industrial del país.

Hecha esta referencia a intervenciones reiteradas, que con mayor claridad
y mejor precisión ha hecho el Ministro de Industria, sí me gustaría
recordar, señor Gamir, antes de entrar en una posible respuesta a su
pregunta, una precisión que me parece pertinente. La creación de Teneo
como holding sub holding dentro del INI tiene su origen en constituir un
grupo empresarial de aquellas empresas rentables que en su momento
estaban todas en el INI, con una estrategia financiera para los primeros
años de su vida según la cual, hasta que no llegase el momento de la
mejor situación de saneamiento y que los beneficios que obtuviese el
grupo fuesen rentables, no se endeudase la sociedad matriz. Si ese es el
planteamiento financiero (y usted puede entender bien un planteamiento
financiero de ese cariz), lo lógico es que si ocurren variaciones que
pudieran llevar a tener que tomar la decisión de endeudar a la matriz, si
cumplimos y seguimos cumpliendo las previsiones que en su momento se
adoptaron en la constitución del grupo Teneo, lo que nos lleva es a sacar
a Bolsa en los casos en que se pueda y adquirir de capital privado
aquellos recursos económicos que sean necesarios para tratar de buscar el
equilibrio financiero y patrimonial del grupo sin endeudar la matriz. Ese
es un planteamiento financiero sobre el que usted pueda discrepar, pero
creo que responde taxativamente al origen y a la creación del grupo
Teneo. En ese sentido, me parece que la salida a Bolsa de una serie de
acciones de Endesa responde exactamente a las previsiones que se tuvieron
en el momento de la constitución del grupo, y que lo que se está haciendo
es seguir la línea que lleva a una previsión para que, en un tiempo
razonable, el grupo Teneo sea un grupo rentable, un grupo sólido
industrialmente en España y que tenga un equilibrio financiero y
patrimonial que le permita ir avanzando en ese camino de futuro que al
menos el Ministerio de Industria y el Gobierno persiguen.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Gamir



El señor GAMIR CASARES: Señor subsecretario, primero, sus palabras y las
del Ministro se reflejan en los «Diarios de Sesiones». Las palabras que
usted ha dicho antes sobre las sinergias y las compras intergrupo del INI
aparecerán en el «Diario de Sesiones» y a mí, sinceramente, me parecen
una aberración económica; y creo que no solamente a mí sino a cualquier
economista serio independiente en este país.

Segundo, lo que dijo el ministro sobre la venta de acciones respecto a
Endesa también figura en el «Diario de Sesiones», que dice literalmente
que para los gastos de funcionamiento de Teneo, para hacer frente a su
déficit, se pone a la venta un determinado porcentaje de acciones de una
empresa de Teneo que en este caso es Endesa. A nosotros nos parece esa
práctica muy negativa. Nos parece que ésa no es la forma adecuada de
enfrentarse ni siquiera con la filosofía que usted me anuncia de Teneo,
porque para tener un grupo solvente no es a base de ir vendiendo trozos
de pastel de la empresa que es solvente para que siga figurando como
solvente. Replantéense si es necesario el grupo Teneo, pero no hagan esas
operaciones de ingeniería financiera, en el sentido peyorativo de la
expresión, sino que hagan las cosas más claras. A nosotros nos parecería
mucho más claro que ustedes dijeran que hace falta, este año, dar una
subvención a Teneo, a pesar de todo (las cosas son claras), porque hay
beneficios sociales mayores que los privados en tal empresa y se les
subvenciona con tanto. Muy bien, eso está contabilizado y se sabe
exactamente lo que se está haciendo. No hay una venta de trozos de una
empresa para que así no aparezca clara y transparentemente lo que ocurre
en el grupo Teneo.

Mi pregunta era muy concreta. Creo que usted no había leído en parte las
declaraciones del Vicepresidente del INI sobre este tema, aunque por la
fecha eran muy fáciles de encontrar. Si en el anterior caso usted criticó
el que dentro de un tema general yo aludiera a uno particular,
argumentando que el general había sido hablado tantas veces que alguna
vez dentro de lo general se podía hablar también de lo particular, este
caso es concreto y puro, porque son unas declaraciones aparecidas en
prensa a las que he aludido y que se refieren exactamente a ese tema de
Endesa.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Presidente, quiero hacer una precisión puesto que nos estamos refiriendo
a los «Diarios de Sesiones». Tengo la sensación de que, al menos en lo
que yo conozco de la comparecencia del Ministro de Industria explicando
el tema de Endesa, en ningún caso se hace referencia a los gastos
corrientes. Me remito para ello a la página 4403 del «Diario de
Sesiones».




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--GRADO DE PRIVATIZACION QUE SE CONTEMPLA PARA LAS EMPRESAS PUBLICAS QUE
SE PRETENDE PRIVATIZAR. FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ NORNIELLA (GP).

(Número de expediente 181/000467.)



El señor PRESIDENTE: Para proceder a la formulación de la pregunta, que
figura con el número 5 en el orden del día, sobre grado de privatización
que se contempla para las empresas públicas que se pretende privatizar,
tiene la palabra don Luis Gamir.




El señor GAMIR CASARES: El turno es el turno y acepto no contestar a que,
como aparecerá en el «Diario de Sesiones», yo hablé de gastos de
funcionamiento y nunca de gastos corrientes. El turno es el turno y
acepto no responder sobre ese tema.

La pregunta siguiente se refiere al grado de privatización de las
empresas que se pretende privatizar. ¿Por qué nos interesa ese tema? La
pregunta es política y no le pregunto el grado, que me diga una a una el
porcentaje de lo que se va a privatizar, porque si no haría una pregunta
por escrito a la que usted me tendría que contestar de otra manera. Lo
que le pregunto es el grado en que se va a privatizar, por una discusión
que en esta Comisión y en el Pleno ha estado varias veces no solamente
revoloteando sino muy fija sobre la Mesa. ¿Quién manda? La pregunta es
para interesarnos si su política es conseguir recursos para la propia
empresa o para el grupo Teneo, a pesar del tremendo déficit del INI,
etcétera, y al mismo tiempo seguir mandando.

Hubo una discusión sobre «Alicia en el país de las maravillas» y si la
palabra era «el dueño» o «el que manda». El Ministro tuvo que reconocer
su error literario (no tiene mucha importancia) y que la palabra era
realmente «el dueño» y no «el que manda». Pero lo cierto en este caso, la
versión equivocada del Ministro, ¿quién es el que manda al final? Nos
interesa saber si su política de privatización va a ser de lo que
pudiéramos llamar despublificación. Es decir, hay una serie de empresas
que porque los beneficios sociales son mayores que los privados, por
razones geográficas, de localización, y de política regional, por razones
estratégicas deben estar en el sector público y, claro, es lógico que sus
órganos de administración sean también nombrados por el sector público.

Nosotros hemos pedido con insistencia un estatuto del sector público, en
ésta y en la Comisión de Economía, que algunos miembros de ambas
comisiones conocen, en el que se definieran cuáles eran esas empresas. El
Partido Socialista, que hasta el año 1982 se definía muy clara y
rotundamente, desde los pactos de la Moncloa y durante cinco años, a
favor del estatuto de la empresa pública (ahí están diversas
declaraciones en el Congreso de todo aquel período), desde el año 1982,
estando ya en el Gobierno, piensa que aquello del estatuto le constriñe
un poco más y dice que nada de estatuto y nada de definición, que puede
ser una definición amplia, una definición cambiante, como es lógico,
según los tiempos. Nadie pide una camisa de fuerza en ese terreno para
que se definan esas empresas. Pero en las que no se dan esos beneficios
sociales mayores que los privados o que sean estratégicas o que tengan
que ver con una política geográfica, una política regional determinada,
la pregunta es ¿ustedes, al privatizar, lo van a hacer en un grado tal
que quien mande no sean ustedes, que quien mande sea el accionista, que
quien mande sea el capital privado, que realmente el contraste de quien
sigue mandando en la empresa sea si la empresa funciona bien, su cuenta
de resultados, y no la fuerza política o la influencia política de esta
persona en el partido en el Gobierno? A veces puede que coincida una
persona con fuerza política en el Gobierno y que, además, sea un buen
gestor, pero no necesariamente en un perfil de buen gestor tiene que
estar el hecho de tener fuerza política. Y no es con ustedes; en general,
es normal que a una persona con fuerza política se le mantenga como
gestor de una empresa y ello pese bastante, aparte de los resultados.

Esto es lo que nos parece criticable. Es decir, si ustedes van
privatizando de manera importante estas empresas, que a su vez el mando
pase a personas que se fijen en la eficiencia que persiguen de estas
empresas, su competitividad, su cuenta de resultados, etcétera. Esa es la
forma en que está planteada la palabra grado. Está relacionada también
con el uso que ustedes puedan hacer de algunos de los instrumentos u
otros sistemas, de forma que el mando relacionado con el grado sigue
siendo una persona o un equipo nombrado por el Gobierno que siga mandando
en esa empresa privatizada a medias. ¿Cuál es su opinión sobre ese grado
de privatización, si incluye el cambio de la despublificación y el cambio
en el mando de dirección? (El señor Sáenz Lorenzo pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz.




El señor SAENZ LORENZO: Señor Presidente, si en un turno de preguntas
--no sé si por el momento en que estamos-- se alude a las posiciones de
nuestro Grupo y de nuestro Partido, nos veremos obligados a pedir la
palabra para rectificar porque no las consideramos correctas. Estamos
demostrando toda la flexibilidad del mundo a la hora de cambiar los
ponentes, a la hora de cambiar quién hace las preguntas, pero si hay
intervenciones en las cuales se hacen alusiones, nosotros pediremos la
palabra para abrir un debate al respecto porque estamos en total
desacuerdo con las opiniones que se nos atribuyen.




El señor PRESIDENTE: Vuelvo a decir lo mismo, señor Sáenz. Si es un
recurso teórico, si quiere formular la cuestión, formúlela y la
Presidencia le dará respuesta de acuerdo con lo que entiende. Ya le
avanzo que creo que no daría ese turno.




El señor SAENZ LORENZO: Lo que planteo es un turno para contestar a las
cuestiones del señor Gamir. La rectificación es referente al tema de la
empresa pública. Si el señor Presidente me da un turno, planteo la
posición de nuestro grupo.




El señor PRESIDENTE: Eso es lo que le decía, señor Sáenz. Estamos en un
turno de preguntas, que queda muy



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claramente tasado en el Reglamento de la Cámara, en el que el Diputado
formula la pregunta y el señor compareciente, en nombre del Gobierno, le
contesta y no da lugar, en absoluto, a la intervención del resto de los
grupos de la Cámara.




El señor SAENZ LORENZO: Entonces que no haga el señor Gamir,
representante del señor Fernández Norniella, alusiones a las posiciones
del Partido Socialista o del Grupo Socialista, sino que interpele al
Gobierno, que es lo que tiene que hacer en este momento.




El señor PRESIDENTE: Me parece suficientemente debatida la cuestión,
señor Sáenz.

Continuamos, si les parece, con la respuesta del señor Girbau a la
intervención del señor Gamir.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): La
pregunta en su literalidad era: el grado de privatización de las empresas
que se pretende privatizar. Se ha venido sosteniendo reiteradamente por
todos los responsables del Ministerio de Industria que en esta Cámara han
comparecido que no es una opción ideológica, primera cuestión. Segunda
cuestión, el grado de privatización no está definido de antemano y
también lo hemos venido manifestando reiteradamente; no está definido de
antemano. El grado de privatización de cada una de las empresas
susceptibles de privatización variará en función de la forma en que cada
caso se entienda que se tiene que ajustar a los principios que rigen la
estrategia del grupo. Y la estrategia del grupo Teneo --creo que he hecho
referencia en la respuesta anterior-- es fundamentalmente la estabilidad
de la presencia en los negocios, la autonomía financiera, la moderación
de la dispersión sectorial y de la concentración de esfuerzos de gestión.

Todo aquello que sea bueno para llevar a cabo y cumplir esa estrategia es
lo que de alguna forma decidirá el grado de privatización porque, insisto
en ello, no es una opción ideológica por parte del Gobierno privatizar
todas las empresas públicas, en absoluto, sino que se trata de conseguir
un grupo público empresarial que realmente sea competitivo, que realmente
sea eficaz, en el que sus gestores sean eficaces y obtengan aquellos
resultados que económicamente sean buenos para el grupo.

Dicho esto y entre paréntesis --tómelo simplemente, señor Gamir, como una
debilidad propia de mi formación-- afortunadamente no soy economista y,
como no lo soy, a veces podré decir alguna barbaridad. Está claro porque
en estas materias un señor de filología suele patinar. En cualquier caso,
por la experiencia que tengo y he podido adquirir en este transcurso que
no es académico, me parece que la opción que se ha tomado, tanto desde el
Ministerio de Industria como desde el Gobierno, en el momento en que se
conformó y constituyó el grupo Teneo es adecuada y es buena para la
empresa pública de este país.




El señor PRESIDENTE: El señor Gamir tiene la palabra.

El señor GAMIR CASARES: Las titulaciones académicas de cada persona las
respeto al máximo. El problema es la política económica que realice el
Gobierno. Lo que argumentaba es que si se puede hablar de una creencia
generalizada entre los economistas de este país es que una buena
asignación de recursos es conveniente en una economía competitiva hacia
Europa y el que la empresa pública compare entre si puede no llevar a esa
asignación óptima o la mejor posible de los recursos de este país. Parece
que es una creencia generalizada entre los economistas, incluso también
fuera de dicha profesión, valorando todos los títulos académicos, como es
lógico.

La verdad es que una vez más no ha habido respuesta dentro del tema
genérico al tema que nos interesaba: si el grado de privatización iba a
implicar un cambio en el mando. Yo no quisiera poner ejemplos concretos,
pero se lo podía también plantear como pregunta y si quiere me la
contesta por escrito. En los últimos nombramientos, las personas
nombradas para empresas del INI y empresas públicas, en general, aunque
me podía referir a una conocida empresa que no es de este sector, que
está más relacionada con el mundo de la agricultura y del Ministerio de
Comercio, cuyo presidente es totalmente competente y lo hará muy bien,
seguro, pero parece que ha habido más bien razones de tipo político en su
nombramiento. A menudo, en estas empresas son motivaciones jurídicas
--perdón, con ustedes y seguramente con un gobierno de otro color-- las
que llevan a estos nombramientos. Si se hace un grado de privatización
suficiente para que el gestor pueda ser nombrado en defensa de los
intereses del capital y se tenga mucho más en consideración la cuenta de
resultados que la influencia política entre el sector --perdón por decir
nombres conocidos de todos-- guerrista, renovador, etcétera, digo que
este sea o no un elemento tan importante que el de la cuenta de
resultados porque es normal que se mezcle el elemento político con el
elemento eficiencia económica en el sistema actual de nombramientos de
empresas que se están privatizando pero que el presidente lo sigue
nombrando el Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Girbau.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Gamir, el mismo respeto a las titulaciones me parece que habría que tener
en cuenta a las adscripciones políticas. En ese sentido, me parece que
prejuzgar que un gestor sea bueno o malo por su adscripción política es
demonizar, permítame la expresión, sin más. Si eso es así, no estoy en
absoluto de acuerdo.

Segunda cuestión --y ahora éste sí es un recurso teórico para que no haya
lugar a respuesta--, la pregunta que le haría sería: ¿Usted conoce algún
grupo empresarial absolutamente privado en el que el accionista
mayoritario no nombre sus gestores? Si usted conoce algún grupo privado
en el que eso no ocurra me parece que sería adecuada su crítica. De lo
que estamos hablando es, en todo caso, cuando se está privatizando o
cuando parte de las acciones van a manos privadas o salen a Bolsa, la
pregunta que



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habrá que hacerse es: de acuerdo con la legalidad vigente, ¿quién es el
accionista mayoritario? ¿Quién tiene la capacidad de nombramiento en el
consejo de administración? A partir de ahí, si se está incumpliendo
alguna de las normas legales de las que este país se ha dotado para regir
la vida de las sociedades anónimas, me imagino que aquellos accionistas
que vean lesionados sus derechos harán lo que estimen conveniente para
defenderlos. Si se diera tal supuesto, si se incumpliese la legalidad
vigente, me parece que desde el Gobierno estaríamos haciéndole un flaco
favor a este país. Desde luego, no ha sido la práctica del grupo Teneo ni
del Gobierno, ni es esa la voluntad del Gobierno ni del Ministerio de
Industria.




--FUTURO DE LAS EMPRESAS DEL GRUPO TENEO QUE NO SERAN PRIVATIZADAS.

FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ NORNIELLA (GP). (Número de expediente
181/000468.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la pregunta número 6: Futuro de las
empresas del grupo Teneo que no serán privatizadas, formulada igualmente
por don Luis Gamir.




El señor GAMIR CASARES: Como prácticamente la mayoría de los temas
relacionados con esta pregunta están tocados, solamente me referiré a dos
dentro del tema genérico, para no repetirnos y con total brevedad. Uno
está relacionado con lo que acaba de decir el señor Subsecretario. No se
trata de volver a lo del owner, a lo del propietario y el mando. Lo que
estamos diciendo es que si se va a realizar siempre con un núcleo duro de
control público, distinto al núcleo duro de control que se hizo en
Francia en las privatizaciones, que permite que el Gobierno siga
nombrando a los presidentes, no nos parece la mejor forma de la
despublificación de empresas, de introducir, en aquellas que no tengan
unos beneficios sociales mucho mayores que los privados, el aire fresco
de la competencia de la cuenta de resultados como contraste, etcétera.

Como es lógico, la pregunta es en relación al futuro. Nosotros estamos
seguros de que nadie descalifica a nadie por tener un carné. El problema
es si en el perfil debe estar, y si en el futuro se va a hacer así, que
un número importante sean personas que han desempeñado cargos relevantes
o relativamente relevantes en el partido. Y luego pasan a dirigir una
empresa pública no por su cualificación específica, sino por su carrera
política anterior.

También en relación al futuro me interesa preguntarle --por eso en la
primera pregunta le decía que volvería en la última sobre ello-- qué está
ocurriendo. Me va a decir que no lo conoce, pero puede hablar de lo que
puede ocurrir. Yo le pediría que en el futuro no se siguiera esta
práctica que le he comentado de Endesa, porque fíjese en lo que parece
que está ocurriendo. Las empresas tienen tal miedo a hablar, porque
piensan que pierden pedidos, que doce o trece empresas te dicen lo que
ocurre pero nos piden que no las citemos. Yo creo que a ustedes no les
conviene que eso ocurra, si lo que parece, lo que se cuenta que está
ocurriendo realmente ocurre. Por ejemplo, sería interesante analizar las
compras que ha realizado Endesa, a qué empresas las está realizando e
incluso el hecho de que a veces --parece ser-- las pueda realizar a
alguna empresa pública que no tenga las cualificaciones para ello, pero
que a su vez ésta subcontrate a una empresa privada que sea realmente la
cualificada. Si esto es así (estamos en el turno de preguntas) me puede
decir que ahora no puede contestarme y acepto que lo haga por escrito,
pero insisto en que esto no es bueno para ustedes tampoco, no es bueno
para ustedes porque están creando un mercado relativamente no bueno; no
quisiera utilizar la palabra viciado, pero diré que no bueno. ¿En el
futuro va a ser esto o va a cambiar, en el caso de que esté ocurriendo?



El señor PRESIDENTE: Señor Girbau, tiene la palabra, si quiere contestar.




El señor SUBSECRETARIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Girbau García): Señor
Gamir, no sé si le he entendido bien. Me ha quedado una especie de duda o
una percepción inapropiada en cuanto a la expresión como usted la ha
formulado. Si cuando habla de compras realizadas por Endesa a empresas
que no tienen calificación, se está refiriendo a que aplica el concepto
de la normativa de compras públicas a Endesa, si fuera eso, señor Gamir,
usted está en un error. Si la calificación a la que usted hace referencia
es valorativa del producto industrial, estaríamos en que también los
gestores públicos se pueden equivocar, pero supongo que los privados
también se equivocarán. Sería un problema de gestión interna de la
empresa, de una opción o de una serie de elementos valorativos, a la hora
de efectuar una compra, que no reunían las condiciones que teóricamente
deberían haber reunido. Esa es la duda que me ha quedado. Creo que no hay
obligación legal, en estos momentos, en el grupo Teneo que se derive de
la normativa vigente en materia de compras públicas, no existe tal
cuestión. Esto es así. Estaríamos hablando en otros términos y de otro
tipo de valoraciones, y evidentemente habría que conocer el caso
concreto, el dato concreto y tener los informes técnicos pertinentes que
avalasen su afirmación o la mía.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Gamir.




El señor GAMIR CASARES: Con toda brevedad, la palabra «calificación» no
está utilizada como terminología jurídica; sino mi planteamiento,
evidentemente, hubiera sido mucho más duro. Está planteada en
terminología de mercado, como es lógico. He hablado de la calificación en
el sentido de mercado, no en el sentido jurídico; si hubiera habido un
incumplimiento de calificación jurídica hubiera sido otro planteamiento.

La pregunta es si opinan que puedan estar existiendo empresas que en el
mercado no se las considera calificadas para hacer eso, que a su vez
subcontratan a empresas privadas que en el mercado se considera que son
capaces --quito la palabra calificación para dejar a un lado su sesgo
jurídico--, eficientes, adecuadas, que tienen experiencia, etcétera, para
esa actividad.




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--INTENCIONES DEL GOBIERNO ACERCA DE PROCEDER A LA LIQUIDACION DE ALGUNAS
DE LAS EMPRESAS DEL GRUPO TENEO. FORMULADA POR EL SEÑOR FERNANDEZ
NORNIELLA (GP). (Número de expediente 181/000469.)



El señor PRESIDENTE: Entiendo que la pregunta número 7 ya se ha hecho en
el planteamiento global.




--BALANCE EN RELACION CON LA GESTION DEL INSTITUTO NACIONAL DE TECNICA
AEROESPACIAL (INTA) EN EL ULTIMO CUATRIENIO. FORMULADA POR EL SEÑOR
FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO (GP). (Número de expediente 181/000485.)



El señor PRESIDENTE: La pregunta que figura con el número 8 en el orden
del día ha sido retirada por cuanto correspondería al Ministerio de
Defensa responderla.




--CONVENIENCIA DE LA PARTICIPACION DE LA GENERALITAT VALENCIANA EN EL
CONSEJO DE ADMINISTRACION DE LA EMPRESA SIDERURGICA DEL MEDITERRANEO, S.

A. (SIDMED), DEL PUERTO DE SAGUNTO. FORMULADA POR EL SEÑOR PERALTA ORTEGA
(GIU-IC). (Número de expediente 181/000504.) El señor PRESIDENTE: Nos
resta del orden del día la pregunta número 10, formulada por don Ricardo
Fernando Peralta Ortega, del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya. No estando presente el señor Peralta ni
ningún otro miembro de su grupo la pregunta decae. Con esto hemos
finalizado el orden del día que teníamos para esta sesión.

Se levanta la sesión hasta las cuatro de la tarde.




Era la una del mediodía.




Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




--DEBATE SOBRE COMUNICACION RELATIVA A LA CONCLUSION DE LA RONDA URUGUAY
DEL ACUERDO GENERAL SOBRE LOS ARANCELES ADUANEROS Y EL COMERCIO (GATT),
PARA SU DEBATE EN LA COMISION DE INDUSTRIA, ENERGIA Y TURISMO. (Número de
expediente 200/000003.)



El señor VICEPRESIDENTE: (Dávila Sánchez): Señorías, reanudamos la sesión
en la que el orden del día prevé en estos momentos el debate en la
Comisión de Industria y Energía sobre la comunicación relativa a la
conclusión de la Ronda Uruguay del Acuerdo General sobre los Aranceles
Aduaneros y el Comercio (GATT).

El señor Ministro de Industria y Energía tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Señorías,
me toca abordar un tema que en los meses pasados ha suscitado una enorme
preocupación, una enorme atención, cual es saber de qué manera se sitúa
nuestro país, y especialmente nuestra industria, ante un proceso tan
delicado, tan difícil, tan complejo, tan variado como ha sido el que se
sustanció con la aprobación del último acuerdo del GATT. Es verdad que es
una previsión ya de hace meses el que se pudiera producir esta
comparecencia, una comparecencia del Ministro de Industria ante la
Comisión de Industria, que pudiera ser completada por comparecencias de
otros miembros del Gobierno y notablemente por el principal responsable
de la política comercial de este país, que es el Ministro de Comercio,
para explicar el sentido general de los acuerdos del GATT y las
consecuencias que pueden esperarse para nuestro país.

Por tanto, me es grato comparecer ahora con esta finalidad, con una
finalidad en la que trataré de combinar algunos aspectos de carácter
general, quizá reiterando otras intervenciones que ya se han producido en
la Cámara y otras expresiones que, en líneas generales, han salido de
pronunciamientos del Gobierno con un análisis, que trataré de que sea lo
suficientemente expresivo, de las principales consecuencias que en
materia industrial es posible esperar de la última Ronda Uruguay.

Permítanme que, en primer lugar, haga una descripción de los resultados y
de las consecuencias de la Ronda. No entraré en aquellos aspectos de
carácter institucional o instrumental por entender que su análisis recae,
sobre todo, en el ámbito de la Comisión de Comercio, donde ha tenido
lugar la comparecencia del Ministro de Comercio, que ustedes conocen a
través del «Diario de Sesiones». Sí entraré, en cambio, en el análisis de
las consecuencias de la Ronda en determinadas áreas, y dedicaré unos
minutos para comentarles algunas políticas e iniciativas que venimos
preconizando en el marco de la Unión Europea y, en particular, en el
Consejo de Ministros de Industria, a fin de permitir facilitar la
transición y el posicionamiento de las empresas ante el nuevo marco de
las relaciones industriales y comerciales globales que la Ronda Uruguay
contribuirá a consolidar.

Señor Presidente, señorías, la Ronda Uruguay, séptima desde la creación
del GATT en 1947, representa, sin duda --y quisiera que fuera mi
principal afirmación--, la más ambiciosa y la que más amplios resultados
ha obtenido de todas las rondas celebradas hasta la fecha. Su duración
--siete años-- evidencia las enormes dificultades que han debido
superarse para alcanzar un acuerdo final. La complejidad de esta Ronda,
el gran número de participaciones --más de 120 países como miembros
iniciales previstos frente a los 23 países miembros iniciales del GATT--
y los intereses en muchos casos antagónicos obligaron a retrasar la
aprobación del acta final hasta el 15 de diciembre de 1993, tres años
después de la fecha prevista que, como



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conocen, era a finales de 1990. También saben SS. SS. que la firma de la
propia Ronda se produjo finalmente en Marrakech el pasado 15 de abril y
que su entrada en vigor está prevista para el 1 de enero de 1995, una vez
cumplimentadas las formalidades pendientes, entre ellas los trámites de
ratificación.

La Ronda Uruguay amplía su ámbito de actuación a la totalidad de las
mercancías, incluidas las agropecuarias y las textiles, hasta ahora
excluidas, los servicios, y se extiende, también, a toda una serie de
factores relacionados tales como las inversiones extranjeras, el derecho
de establecimiento, el medio ambiente, la competencia, la propiedad
industrial o los condicionantes de tipo social, por citar algunos de
entre los que consideramos más relevantes. Al propio tiempo, la Ronda ha
dado una respuesta, que yo creo acertada, al anterior modelo de gestión
del GATT que ofrecía, como supongo que comparten conmigo, serios
interrogantes en términos de credibilidad. Para ello, el objetivo básico
de reforzar el sistema de reglas y de disciplinas del comercio
internacional, incluyendo sistemas efectivos de solución de diferencias y
sancionadores, se logra mediante la creación de una organización mundial
del comercio, cuya capacidad de acción se extiende tanto a una serie de
acuerdos comerciales multilaterales, que son obligatorios para todos los
miembros, como a otros denominados plurilaterales, que sólo se aplican a
los firmantes de los mismos. Entre los primeros, y por su interés para la
industria, figuran un acuerdo sobre comercio de mercancías, denominado
GATT-94, un acuerdo sobre comercio de servicios, GATS, y un acuerdo sobre
los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, TRIP.

Por su lado, los acuerdos plurilaterales constituyen apéndices cuya
justificación se debe a la necesidad de fijar disciplinas específicas en
determinados sectores económicos en función de sus peculiaridades. Este
es el caso del ámbito de las compras públicas o también el de las
aeronaves civiles. En estos casos, las reglas sólo obligan a los
firmantes y, además, priman sobre las establecidas con carácter general
para otros sectores.

Por tanto, y desde esta primera exposición general, quisiera hacer un
énfasis especial en el alcance de los acuerdos, que rebasa ampliamente
los progresos, quizá más tangibles, alcanzados en materia de accesos a
mercados y, en concreto, respecto de las notables reducciones
arancelarias logradas y la eliminación de otras barreras no arancelarias.

En efecto, el nuevo marco creado se caracterizará por una mayor
seguridad, y sobre todo predictibilidad, para las empresas y para los
países, que a la postre se traducirá en mayores volúmenes de
transacciones comerciales e igualmente, hay que esperarlo, en adicionales
tasas de crecimiento y en una mayor flexibilidad para las economías,
incrementándose con ello, es de esperar, tanto el bienestar de los
consumidores como, en el medio plazo, los posibles niveles de empleo de
una economía mundial más interrelacionada, más flexible, con mayores
posibilidades de transacciones de todo tipo.

Es difícil, señorías, hacer una evaluación, siquiera sea genérica, sobre
todo que no merezca alguna duda desde el punto de vista del rigor
técnico. Naturalmente, en anteriores rondas ocurrió lo mismo. Hubo
incluso una literatura económica especializada en evaluar los efectos de
las rondas anteriores y en predecir o tratar de aproximarse a los efectos
cualitativos de rondas anteriores. Sin duda alguna, ninguna de las
evaluaciones que en un momento del tiempo se han hecho ha podido ser
corroborada después con la exactitud de los datos verificados. En este
momento, las cifras que les doy son solamente intentos de aproximar un
orden de magnitud en el cual podamos percibir cuál pueda ser el efecto
global derivado de la última negociación GATT.

Hay distintas estimaciones --estimaciones para todos los gustos--, pero
quizás, de acuerdo con las realizadas con la OCDE, la liberalización
impulsada por la Ronda GATT podría suponer para el el año 2025 --podrán
comprender, solamente por la fecha, la dificultad de hacer predicciones
con esta dimensión temporal-- un aumento de hasta el 12 por ciento del
volumen de comercio mundial, que en el año 1993 se situó en el entorno de
los 5 billones de dólares de los Estados Unidos, lo que representaría un
incremento adicional al comercio mundial de 600.000 millones de dólares,
con una eventual repercusión en la renta mundial de unos 250.000 millones
de dólares al año, sin contar con el comercio de servicios.

Sirva este orden de magnitud no para que pretendan que el Ministro de
Industria coincide con estas estimaciones, sino en este intento de
aproximación en algo extraordinariamente difícil de captar de manera
rigurosa en términos cuantitativos.

Naturalmente, como les digo, es preciso mantener una cierta preocupación
ante estas evaluaciones, en la medida en que los resultados efectivos que
puedan obtenerse dependerán, en buena parte, también de la voluntad de
los países miembros para cumplir los objetivos alcanzados, del eficaz
funcionamiento, pendiente de saberse, de la Organización Mundial de
Comercio y, también, de la capacidad de las economías de los distintos
países signatarios para aprovechar las posibilidades que ofrece este
nuevo escenario.

Hechas estas consideraciones generales, permítanme hacer un intento de
aproximación un poco más preciso sobre las consecuencias que se pueden
esperar para la industria. En este orden de cosas, quisiera, en primer
lugar, referirme a los resultados alcanzados en materia de acceso a los
mercados, tradicionalmente, la materia que principalmente ha sido objeto
de consideración en la Ronda GATT y de la que vale por lo menos la pena
hacer un brevísimo resumen.

En cuanto a las reducciones arancelarias, se han rebasado los objetivos
previstos de ajuste en un tercio como mínimo, alcanzándose en promedio un
37 por ciento en la reducción ofertada por la Comunidad para los
productos industriales, que se han situado en el 50 por ciento frente a
sus principales socios comerciales.

Igualmente, las reducciones ofrecidas por los países terceros son en un
gran número de casos superiores a la media, particularmente para algunos
países. Por ejemplo, Corea, un 41 por ciento; Méjico, un 43 por ciento;
India, un 55 por ciento; Canadá, un 48 por ciento; Colombia, un 38



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por ciento; Estados Unidos, un 36 por ciento, y Japón, un 34 por ciento.

En el caso de nueve productos industriales de especial relevancia
(equipos de construcción, equipos médicos, productos farmacéuticos,
cervezas, acero, papel, productos agrícolas, muebles y algunas bebidas
alcohólicas), se aplicará por la Comunidad y por otros países
industrializados a la denominada Opción Doble Cero, que implica la
supresión inmediata de contingentes y la eliminación de aranceles en un
período de cinco años.

Un aspecto importante, desde el punto de vista del acceso al comercio, es
también el relacionado con los descrestes arancelarios, aspecto en el que
se han obtenido también resultados apreciables, aunque con algunas
excepciones. Así, los Estados Unidos han realizado descrestes de un 35
por ciento para productos no agrícolas, manteniendo no obstante, algunos
picos, todo hay que decirlo, en los sectores de la confección, del vidrio
y del calzado. Japón, que es uno de los países con los derechos más
reducidos del mundo, introducirá descrestes del 11 por ciento sobre sus
aranceles, superiores al 15 por ciento, que es el nivel del descreste, a
la excepción de reducciones más limitadas en los sectores del cuero y del
calzado. La Comunidad, por su parte, mantendrá algunos aranceles todavía
superiores a este nivel de descreste del 15 por ciento, procurando
modular las reducciones de manera que se mantenga una cierta protección a
los sectores comunitarios más sensibles.

¿Qué podemos decir desde el punto de vista español? Básicamente, desde el
punto de vista español, las modulaciones de mayor interés en esta
cuestión se refieren a los sectores del automóvil, del calzado y del
textil. Luego me referiré, con una especial incidencia, al sector textil,
pero en esta primera aproximación el arancel exterior común para
automóviles, en el marco de la Unión Europea, que es del 10 por ciento en
la actualidad, se mantiene inalterable, lo cual tiene una gran
importancia para un país como el nuestro, productor de automóviles.

En el caso del calzado, donde los derechos de bastantes productos se
sitúan en torno al 20 por ciento, se seguirán aplicando todavía niveles
relativamente elevados del 17 por ciento. En el caso del textil --e
insisto en que luego me referiré a este tema con más extensión--, la
oferta comunitaria ha sido también conservadora al establecerse unos
niveles arancelarios que se sitúan hasta el 12 por ciento, según el grado
de elaboración, lo que supone una reducción bastante moderada respecto de
los derechos actualmente aplicados, que en ningún caso exceden del 14 por
ciento.

La Comunidad mantendrá también niveles mínimos de protección arancelaria
en otros sectores que tienen bastante interés para España, como son la
electrónica de consumo y el aluminio.

En su conjunto, la Comunidad, en la cual se sitúa España, reducirá su
actual arancel exterior común medio en productos industriales de un nivel
del 5 por ciento al 3,7 por ciento. Ello da una idea del elevado nivel de
apertura existente ya en el sector industrial y del reducido impacto
derivado de los compromisos adquiridos en la Ronda en la vertiente
estrictamente arancelaria.

Otro tanto sucede en relación con los productos energéticos, donde la
mínima protección arancelaria existente actualmente permite calificar de
marginales los efectos producidos por las reducciones previstas. Una
excepción aquí --y una excepción sobre la cual seguimos pretendiendo
trabajar para eliminar ulteriores dificultades-- puede estar constituida
por el carbón, único producto energético con régimen de importación no
liberalizado, donde el arancel fuera de contingente, que es del 14 por
ciento, será sin duda alguna insuficiente para compensar el diferencial
de precios existente entre producción nacional e importada. El plazo de
liberalización previsto es de 8 años, lo cual no hace sino que sea un
factor nuevo o un elemento adicional a una convicción, que en este país
ya teníamos, y que en el ámbito de la Unión habíamos refrendado, de
afrontar con celeridad un plan para la mejora de la competitividad de la
minería del carbón en paralelo, precisamente, con las exigencias fijadas
por la decisión de ayudas al carbón adoptada por la Comunidad a finales
de 1993.

Quiero recalcarles en este sentido que el reciente acuerdo, por ejemplo,
entre Hunosa y los sindicatos, alcanzado el pasado 10 de mayo, constituye
una notable contribución, en un marco de tiempo razonable, dentro de ese
proceso, para conseguir una mayor adecuación entre las estructuras
productivas de carbón, teniendo en cuenta la diferencia de costes y de
precios nacionales e internacionales, a las exigencias comunitarias y, en
consecuencia, también al marco del GATT.

En cuanto a las consolidaciones arancelarias, se han alcanzado resultados
destacables. Así, los países de Iberoamérica y de Corea consolidarán por
encima del 90 por ciento sus aranceles. Por su parte, los países más
avanzados del sudeste asiático lo harán por encima del 60 por ciento;
consolidaciones que son importantes por sus efectos, como antes les
decía, de predictibilidad y de estabilidad en el acceso a estos
importantes mercados en expansión.

Pero, sin duda alguna, no es solamente en la vertiente arancelaria
--derechos nominales-- en la que hay que contemplar los efectos y las
consecuencias positivas o negativas, o más o menos positivas o negativas,
de la Ronda GATT. Es también en otra vertiente, como en la de los
obstáculos no arancelarios. En esta vertiente, además de la supresión de
las restricciones cuantitativas, el principal logro de las negociaciones
ha sido la adhesión de todas las partes contratantes a los diferentes
acuerdos y códigos GATT, de manera añadida a los programas de
liberalización emprendidos de manera autónoma por un gran número de
países, muy especialmente los de Iberoamérica.

Igualmente importantes en este orden de cosas son también los cambios
operados en los instrumentos de defensa comercial del GATT:
«antidumping», medidas compensatorias y de salvaguardia, así como la
reforma de los instrumentos de política comercial de la Unión Europea,
acordada en la recta final de la Ronda, gracias a la presión realizada,
entre otros países, por España.




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Es así que a nivel comunitario la adopción de una medida «antidumping» se
producirá ya con nuevas reglas de mayoría, evitándose el bloqueo que
venía cuestionando en los últimos años la eficacia de este instrumento.

La mayor definición de las normas de procedimiento y una mejor
determinación de los criterios de cálculo de los márgenes de «dumping»
contribuirán también a mejorar el funcionamiento del sistema en el ámbito
del GATT en su doble vertiente: por un lado, de intimidación de prácticas
depredatorias para las importaciones a la Comunidad y, en segundo lugar,
de fijación justa de montantes penalizadores para las exportaciones a
terceros países.

Igualmente significativas para la industria son las modificaciones
introducidas en el código de subvenciones por la clara delimitación que
establece entre subvenciones absolutamente prohibidas, recurribles y
compatibles. Son subvenciones prohibidas, a partir de los nuevos códigos,
las destinadas a la exportación o a la utilización discriminada de
productos nacionales con preferencia a los importados. Son subvenciones
recurribles todas aquellas de carácter específico que causen daño a la
producción o a los intereses de otro miembro o menoscaben sus ventajas.

En caso de existir presunción de daño grave, será el país que concede la
subvención quien deberá demostrar su inexistencia, determinando el código
que tal situación se produce cuando el total de la subvención en valor
supere el 5 por ciento de la producción y cuando las subvenciones se
concedan para cubrir pérdidas de explotación o supongan condonación
directa de deudas contraídas con el Estado.

Por otro lado, el nuevo código considera como subvenciones no recurribles
aquellas específicas para actividades de I+D, para regiones
desfavorecidas y para promover la adaptación de instalaciones a las
nuevas normas medioambientales, estableciéndose, en estos casos,
criterios delimitativos que no difieren mucho de los actualmente
aplicados en el nivel comunitario.

En consecuencia, debo afirmar que la extensión de las estrictas reglas
sobre ayudas, que en buena medida --prácticamente en su totalidad-- ya se
aplican en la Comunidad a países terceros donde por distintas razones la
acción del GATT resultaba en la práctica inoperante, constituye un logro
muy significativo, sin duda, de la Ronda en la consecución de un comercio
ausente de distorsiones, más aún si tenemos en cuenta que el proceso de
reducción arancelaria irá acompañado de la supresión de restricciones
cuantitativas.

Señor Presidente, señorías, no quisiera extenderme demasiado, en un
ámbito extraordinariamente prolijo, en la evaluación de otros acuerdos de
la Ronda que pueden perfectamente haber contemplado ustedes a través de
diversas lecturas y que, sin duda alguna, tienen implicaciones
destacables en el sector industrial. Sí deseo, en cambio, con su permiso,
señalar brevemente algunos aspectos que me parecen muy dignos de una
mención específica, como el acuerdo, entre otros, sobre obstáculos
técnicos, que introduce también importantes mejoras en el reforzamiento
de las disciplinas y en una más amplia cobertura de las obligaciones. En
particular, se introducen procedimientos transparentes de notificación
previa de reglamentos y normas técnicas, y en materia de evaluación de la
conformidad que impidan la creación de obstáculos injustificados o
desproporcionados al comercio, de manera similar a como se viene operando
en la Comunidad desde el año 1983. Se extiende, igualmente, su aplicación
a todos los niveles de la Administración, esto es, no solamente al ámbito
nacional, sino, teniendo en cuenta la estructura política, incluso, de
los diferentes países, a los ámbitos regional y local.

La puesta a disposición, en este sentido, por las empresas españolas de
las infraestructuras de calidad necesarias desde nuestra adhesión a la
Comunidad (un proceso que, como saben, ha formado parte de la política
industrial de estos últimos años), infraestructuras basadas en la
aplicación de normas europeas e internacionales, así como la similitud de
criterios aplicados con los establecidos en la Ronda, nos han de situar,
sin duda alguna, en una posición francamente ventajosa en la aplicación
de este acuerdo sobre obstáculos técnicos de la Ronda.

Alguna consideración también me veo obligado a hacer en materia de
inversiones relacionadas con el comercio, lo que se llama TRIM, que
constituye un aspecto novedoso de la Ronda. Los resultados --debo decirlo
desde el principio-- han sido limitados, al establecerse, únicamente para
este tipo de inversiones con efecto en el comercio, que las partes
contratantes se abstendrán de imponer una serie de prácticas
incompatibles, tales como la obligación a empresas participadas por
capital extranjero, de utilizar productos de interés nacional, las que
vinculen las importaciones a las exportaciones, y las que coarten la
importación a través de limitaciones en el acceso a divisas. Cabe señalar
que este tipo de medidas no se aplican en la Comunidad, al haberse
liberalizado el control de cambios y al concederse, entre los Estados
miembros y a terceros, el trato nacional con ciertas excepciones. En el
caso de España, el efecto se hará sentir sobre el 34 por ciento de las
inversiones totales que tienen por destino países distintos de la OCDE,
siempre que puedan ser objeto de medidas contrarias a este acuerdo, y
ello no tanto como una limitación de nuestras posibilidades de actuación,
sino fundamentalmente como una medida que, en todo caso, liberará una
parte de nuestras inversiones en el exterior que pudieran tener efectos
contractivos sobre el comercio internacional.

La adopción en la Ronda del acuerdo sobre derechos de propiedad
intelectual relacionados con el comercio, TRIP, supone, por vez primera
en la historia del GATT, la incorporación de un marco general de normas,
de disciplinas de protección en esta materia importante que cada vez
desempeña un papel más relevante en la moderna actividad económica y
comercial. Se refuerza, de este modo, a nivel mundial la seguridad
jurídica, tanto en áreas tradicionales, las marcas, las patentes o los
derechos de autor, como en los nuevos sectores que han surgido en los
últimos años, caso del diseño de semiconductores o del «software», así
como en materia de control en frontera de mercancías falsificadas.

Permítanme, a continuación --en este repaso apresurado por una materia
prolija para tratar de captar o, por lo menos, hacer una aproximación a
los efectos esperables



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sobre el sector industrial--, que reseñe brevemente dos de los cuatro
acuerdos plurilaterales adoptados por la Ronda, por su especial interés
también para la industria. Me refiero a los relativos a compras públicas
y comercio de aeronaves civiles. Los otros dos acuerdos plurilaterales,
en la medida en que no tienen incidencias sobre la industria, por lo
menos directamente --uno se refiere a la carne de bovino y el otro a los
productos lácteos--, permitirán que los dejemos para la Comisión de
Agricultura.

En el ámbito de las compras públicas, la aplicación del acuerdo, que sólo
obliga a las partes que lo deseen suscribir como tal acuerdo
plurilateral, se llevará a cabo de manera condicionada al respeto de la
reciprocidad. Este nuevo acuerdo, quiero señalarles, añade sobre el
anterior, adoptado ya en la Ronda Tokio, los contratos de obras y
servicios, que se superponen, significan un plus, sobre los acuerdos de
dicha Ronda Tokio, que estaban limitados a los contratos de suministro de
bienes. Se amplía, asimismo, el ámbito de aplicación a un número mayor de
entidades, si bien por encima siempre de un determinado umbral, que varía
según el tipo de contrato y las entidades contratadas; por ejemplo,
130.000, derechos especiales de giro, para contratos de bienes por
gobiernos centrales. Además de los gobiernos centrales, quedan incluidas
en las disciplinas las entidades regionales, locales y aquellas
controladas o influidas por los gobiernos en servicios públicos, tales
como suministros de agua, electricidad, puertos, aeropuertos y transporte
urbano.

La reciprocidad se formaliza a través de las ofertas de los
participantes, plasmadas en listas, que pueden incluir condiciones y
derogaciones y son susceptibles en todo momento de poder ser mejoradas,
ampliadas o retiradas.

Días antes de la firma del Acta final de la Ronda, Marrakech, Estados
Unidos y la Unión Europea llegaban a un amplio acuerdo con nuevas
oportunidades de acceso, valoradas en unos 200.000 millones de dólares, a
ambos lados del Atlántico.

De acuerdo con el mismo, se abren los contratos públicos a nivel
subfederal en Estados Unidos --en 39 Estados y 6 grandes ciudades-- para
los suministros de productos, servicios y obras procedentes de Europa en
diferentes sectores, como el de material y equipos eléctricos,
electrónica, productos farmacéuticos, equipos médicos, material de
oficina y algún otro. Por parte europea se producirá una apertura
comparable. El sector de telecomunicaciones ha quedado relegado, en razón
del ritmo de liberalizaciones establecido a nivel intracomunitario.

En suma, en este aspecto, el acuerdo permitirá ampliar considerablemente
el acceso a nuevas oportunidades de contratación, que, según
estimaciones, podrían multiplicar por diez el valor de las compras
públicas actualmente cubiertas por los acuerdos plurilaterales GATT.

En relación con el comercio de aeronaves civiles --un aspecto que tiene
mucha importancia en el ámbito de la Unión Europea, pero que también la
tiene para España como productor de aeronaves--, no se pudo alcanzar un
acuerdo en la fecha prevista de mediados de diciembre del pasado año,
aplazándose las negociaciones durante un año. Mientras tanto, sigue
aplicándose el vigente acuerdo del año 1989, con algunas modificaciones,
referidas esencialmente a la derogación del umbral del cinco por ciento
--al que antes he hecho mención-- para las ayudas al desarrollo de
aeronaves sobre la cifra de producción, que con carácter general fija el
código de subvenciones para la consideración de perjuicio grave, aunque,
por otro lado, se excluye la I+D en el sector aeronáutico de la
consideración de subvención no recurrible.

Mientras tanto, sigue vigente también el acuerdo bilateral
Comunidad-Estados Unidos, de 1992, para grandes aeronaves de más de cien
plazas, que ha permitido mantener un cierto clima de estabilidad en las
relaciones, a veces tensas, que ambas áreas han venido manteniendo.

Tanto para la Unión, como en particular para España, les debo decir --y
esto fue, por ejemplo, entre otros, objeto de la reunión de los ministros
europeos que forman parte del Consorcio Airbus, celebrado ayer y anteayer
en Berlín-- que resulta esencial llegar a un acuerdo que disipe
incertidumbres, especialmente en la determinación nítida de los apoyos
directos e indirectos permitidos a esta industria, una industria con una
enorme repercusión desde el punto de vista tecnológico y de desarrollo
industrial de los distintos países europeos, sobre una base multilateral
que impida, como en el pasado, intentos de recurso a medidas
unilaterales.

Otro ámbito de enorme potencialidad, abordado «ex novo», es el relativo
al comercio de servicios, cuya incorporación al GATT constituye, sin
duda, uno de los principales logros de las rondas, lo he dicho antes,
abriendo expectativas nuevas a las empresas de la Unión Europea,
principales exportadoras mundiales de servicio. Para estos servicios, la
Ronda Uruguay no ha concluido, más bien podría decirse que no ha hecho
más que comenzar, especialmente para algunos sectores como
telecomunicaciones básicas, transportes marítimos, servicios financieros
y movimientos de personas, donde se seguirá negociando hasta el año 1995,
o quizá hasta el año 1996.

En todo caso, quiero significar la importancia de contar, por primera vez
en la historia económica del mundo, con un marco global y multilateral
que disciplinará el comercio exterior de servicios, estimado en los
momentos actuales, y pese a las restricciones existentes, en un billón de
dólares USA, aproximadamente el 25 por ciento del comercio exterior
total, y con una tasa de crecimiento que viene superando regularmente la
del sector de mercancías, con lo que su participación en el comercio
mundial no deja de crecer.

Desde la perspectiva española, la situación descrita supondrá también un
mayor ritmo en la introducción de una adecuada competencia en el sector
de servicios a la industria, y la consiguiente disponibilidad de mejores
servicios en calidad y precio, tanto en el interior como fuera de nuestro
territorio, lo que es, como saben SS. SS., un factor muy importante desde
el punto de vista de la competitividad de nuestras empresas.

Permítanme que les aporte algunos datos para que tengan ustedes una
aproximación, ya que en algún momento han sido objeto de estudios en
comparecencias o en intervenciones dentro de esta Comisión de Industria y
dentro del debate nacional sobre la competitividad de la industria.




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Estos datos se derivan de análisis recientemente realizados en el
Ministerio de Industria en base a la última tabla «input-output»
disponible en nuestro país, la del año 1989, y ponen de manifiesto que el
impacto de los precios de los servicios sobre los precios industriales ha
aumentado un once por ciento en la última década, situándose en un 23 por
ciento. Si se lo expreso de otra forma quizá pueda ser más explícito. Un
incremento en los precios de los servicios de una unidad monetaria supone
un aumento medio de los precios industriales, en términos estáticos, del
orden de 0,23 unidades monetarias, lo cual abona no solamente la tesis de
una mayor dependencia de la industria respecto de los servicios, sino,
aunque no por estas razones, también una mayor dependencia de los
servicios de nuestro país respecto de la industria, y un distinto
comportamiento en materia de precios de los sectores industriales en
relación con el conjunto de los sectores de servicios.

En definitiva, los resultados de la Ronda en los servicios proporcionan
nuevas oportunidades para intensificar el proceso de modernización y de
internacionalización de nuestras empresas, abriéndose nuevas y mejores
perspectivas no sólo para adquirir, sino también para exportar servicios
en ámbitos de gran potencialidad para las empresas españolas, sector
turístico, energía eléctrica, telecomunicaciones, construcción, servicios
a las empresas y transporte aéreo; áreas todas ellas muy variadas y con
una gran incidencia sobre nuestro propio tejido económico en general.

A continuación quisiera también mencionar dos cuestiones suscitadas por
los negociadores en la fase final de la Ronda que han sido objeto de
amplios debates: las relaciones entre comercio y medio ambiente y la
denominada cláusula social.

El carácter transnacional de las implicaciones medioambientales y su
estrecha relación con el comercio, la competitividad industrial y la
competencia entre empresas, hacen, sin duda, que la incorporación de la
variable medioambiental en el GATT podamos valorarla de una manera muy
positiva. La Organización Mundial del Comercio, a través del comité
creado al efecto encargado de elaborar un programa de trabajo, podrá
establecer códigos de conducta y disciplina en relación con las medidas
que las partes contratantes adopten que puedan afectar al comercio por
razones medioambientales, como pueden ser las cargas o los impuestos
aplicados con fines medioambientales, las prescripciones de obligado
cumplimiento para los productos en materias de envases, embalajes,
etiquetado y reciclado, así como las restricciones a la exportación de
mercancías y otras distorsiones al comercio. Se trata de iniciar un
camino, pero un camino que puede ser importante dependiendo de cuál sea
la marcha de la Organización Mundial del Comercio y el comportamiento de
las partes contratantes.

Por otro lado, el GATT se ocupará también de desarrollar determinados
aspectos relacionados con el comercio y los derechos sociales, es decir,
aquellas prácticas desleales de «dumping» social vinculadas a la falta de
respeto de algunos derechos humanos relacionados con el trabajo. No se
trata, y yo sería el último en defenderlo, de poner en cuestión las
ventajas comparativas de los países en desarrollo en razón de sus menores
costes laborales --aspecto difícilmente cohonestable con una política de
solidaridad entre países ricos y países menos ricos--, sino que lo que se
ha pretendido conseguir es que las mejoras en los niveles de ingreso y de
bienestar que proporcionará la liberalización del comercio internacional
alcancen a toda la población, lo cual es más fácil en una sociedad que
aplique los derechos reconocidos por la OIT, especialmente en los ámbitos
del trabajo de los menores o el trabajo forzoso, y de la libertad
sindical y de la negociación colectiva. De lo contrario, podría resultar
cada vez más difícil que la opinión pública aceptase también los
esfuerzos que requiere la liberalización comercial si éstos no fueran
unidos a una ampliación del conjunto de derechos que en materia social
algunos países, que todavía no los han reconocido, pudieran tener.

Señor Presidente, señorías, antes de intentar hacer un resumen de la
valoración global de los resultados de la Ronda, permítanme todavía una
mención específica, por su singularidad, a la situación en un sector
industrial que podemos calificar de sensible, no sólo desde la
perspectiva española, sino también a nivel comunitario, como es el sector
textil y de la confección.

Como SS. SS. conocen, desde el año 1974 el sector textil y de la
confección ha sido regulado por los sucesivos acuerdos multifibras, que
consisten básicamente en acuerdos bilaterales de restricciones
cuantitativas voluntarias a las exportaciones entre países
industrializados y los exportadores, prorrogándose su vigencia hasta el
uno de enero del año 1995, fecha prevista para la entrada en vigor del
acta final de la Ronda Uruguay. Pues bien, el acuerdo multilateral sobre
los textiles y la confección del GATT-94 prevé la integración del sector
en un período transitorio de diez años, al final del cual se aplicarán
las disciplinas del GATT. Este período transitorio dilatado pretende
evitar los efectos perjudiciales sobre la industria del desmantelamiento
de todo tipo de restricciones, incluidas o no en el acuerdo multifibras.

Para el desmantelamiento de las restricciones cuantitativas recogidas en
el acuerdo multifibras, se establecen tres etapas de tres, cuatro y tres
años respectivamente, que supongan no menos del 16 por ciento, el 17 por
ciento y 18 por ciento, respectivamente, del volumen total de
importaciones de 1990. El 49 por ciento restante se integrará al final
del período transitorio, es decir, en torno al año 2005. Se trata de un
proceso dilatado en el tiempo, en el que, además, hay posibilidades de
modular, como ahora expresaré, algunas de las mercancías que han de ser
liberalizadas o pasadas a este régimen precisamente en los últimos años y
no en los primeros.

Conviene señalar aquí que durante el período de negociaciones se ha
mantenido la postura de que debía existir una correspondencia entre la
pérdida de protección comunitaria, ya de por sí la más baja del mundo, y
la apertura efectiva de los mercados de los terceros países. He tenido
ocasión de recibir no sólo a la industria textil, sino a muchos
interesados por la incidencia social, regional, etcétera, de este
importante problema, y puedo garantizarles que éste ha sido el énfasis
más importante que la



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representación española en el mercado de la Unión ha tenido en esta
cuestión: tratar de establecer un proceso más o menos paralelo de
liberalización unido a un proceso de apertura de los mercados de aquellos
países que son potenciales competidores y, sin embargo, países en los
cuales la apertura del mercado no se ha llevado a efecto; además,
pretendían que no se llevara a efecto de ninguna manera.

Para ello se consideró que era fundamental --y se obtuvo-- el
reforzamiento de las reglas y disciplinas del GATT en general, y del
acuerdo específico sobre el sector, ya que éste contempla sus propios
instrumentos de defensa comercial, como son la cláusula de salvaguardia
de transición o el órgano de supervisión de los textiles. Adicionalmente,
y durante todo el período transitorio, seguirá habiendo cuotas de
importación producto-país, y ya que el acuerdo lo permite, la Unión
Europea tratará de mantener bajo restricción, como les adelantaba hace un
momento, y hasta la finalización del período transitorio, la importación
de aquellos productos textiles y de confección más sensibles para la
industria comunitaria.

Por lo que respecta a los efectos que puede tener sobre el mercado
español, quizá una aproximación cuantitativa nos permita también --sin
pretender dar cuenta total de algo difícil de predecir-- ofrecer un orden
de magnitud. Si se toma la cifra de importaciones del año 1992 de las
categorías de textiles incluidas en los actuales acuerdos bilaterales, se
llega a la conclusión de que únicamente el 11,07 por ciento del valor de
las importaciones totales de estas categorías estaba restringido. Resulta
razonable, pues, prever una integración paulatina y bastante equilibrada
del sector en las disciplinas del GATT, ya que su liberalización, en sus
aspectos fundamentales, señorías, no se hace ahora, sino que se hizo en
el pasado, fundamentalmente por la entrada de España en la Unión Europea.

En consecuencia, no es ahora cuando se produce un gran paso en materia de
liberalización textil --me gustaría dejar esto muy claro--, sino que este
efecto se produjo en el pasado, aunque --todo hay que decirlo también--
con algunos efectos no tan deseables y ciertamente con un proceso de
ajuste en la industria textil española, pero también en la europea, de
una significativa importancia.

No obstante lo anterior, la situación futura de este sector seguirá
--quiero también garantizárselo-- centrando las preocupaciones y la
atención de este Gobierno, al igual que la de otros Estados miembros de
la Comunidad. En esta dirección, el pasado Consejo de Industria de la
Unión Europea del 22 de abril, adoptó una serie de medidas activas ya,
tanto en la vertiente interna como en la exterior, que acompañan las
estrategias de adaptación de las empresas, que nadie mejor que ellas
puede diseñar y aplicar.

En la vertiente interna los ministros nos hemos comprometido, junto con
la Comisión, en primer lugar, a seguir atentamente los problemas de
adaptación del sector en las zonas más afectadas por la crisis y por la
mayor apertura del mercado; en segundo lugar, nos hemos propuesto
reforzar la reactivación económica de estas zonas, favoreciendo su
diversificación y utilizando para ello instrumentos de apoyo regional
comunitarios, como el Retex, prorrogado durante el período 1994-1997, con
unos fondos asignados de 500 millones de ecus, de los que en torno al 25
por ciento corresponderán a acciones a ser desarrolladas en España.

En esta misma dirección, el Ministerio de Industria seguirá contribuyendo
a través del Plan de competitividad del textil y de la confección, que
está ya en marcha desde el año 1992. Pero en Luxemburgo también acordamos
los ministros de Industria aplicar fondos estructurales de manera
cofinanciada para facilitar la adaptación de los trabajadores y de los
cuadros, así como una mayor participación de las Pyme de este sector
específico en los programas comunitarios de información, de formación y
de I+D.

En la vertiente exterior, y siguiendo con el sector textil, hemos
convenido, entre otras, las siguientes medidas: mejorar el acceso a
mercados terceros, identificando sistemáticamente los obstáculos no
arancelarios, adoptando las medidas apropiadas, por un lado, y reforzando
las acciones de promoción de las exportaciones, por otro, especialmente
hacia los nuevos mercados que se abrirán como consecuencia de la Ronda.

Asimismo, se aplicarán de manera rigurosa, rápida y eficaz las medidas de
salvaguardia y los instrumentos de política comercial común en caso de
vulnerarse las reglas, especialmente en la lucha contra el «dumping», las
subvenciones en materia de propiedad intelectual, y se reforzará el
dispositivo antifraude comunitario.

Igualmente, en el marco de la revisión del régimen comercial del sistema
de preferencias generalizadas, se revisará la situación preferencial
acordada a determinadas exportaciones de terceros países que hayan
alcanzado un elevado nivel de competitividad y cuyas ofertas de apertura
de los mercados textiles en el marco de la Ronda se hayan considerado
netamente insuficientes o decepcionantes, como ha sido --y lo saben
ustedes bien-- el caso de India, el caso de Pakistán, el caso de
Indonesia y el caso de China.

Por último, se revisará en el marco del GATT la interacción entre el
comercio y otras políticas de competencia o social, con un impacto
significativo en la industria textil.

Por resumir, creemos que, en razón del reducido impacto que para España
representarán los compromisos de apertura, una vez llevada a cabo y
enormemente importante, operada en los últimos años, y en razón de la
medidas cautelares adoptadas por la Comunidad en el marco del GATT, tanto
en la vertiente de desarme arancelario --diez años como duración de
contingentes--, como en el ámbito del estricto seguimiento de las
obligaciones y de la aplicación de las disciplinas y de las medidas de
acompañamiento interno y de promoción de las exportaciones, la industria
textil española --creo poder decírselo con bastante y prudente
seguridad-- podrá contar con un entorno favorable para acelerar su
adaptación estructural y mejorar su competitividad exterior en el futuro
escenario diseñado por la Ronda.

No quisiera, sin embargo, señorías, terminar esta intervención sin
transmitirles algunas reflexiones adicionales que me sugieren los
resultados de la Ronda.

En primer lugar, la reciente conclusión de la Ronda pone fin a un
complejo proceso de negociaciones que ha



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durado siete años, durante el cual la ruptura se ha planteado en
numerosas ocasiones. Este resultado por sí solo, y al margen del
contenido de los distintos acuerdos a los que hemos pasado revista, ha
sido recibido con alivio y con satisfacción por todas las partes.

Recordemos al respecto el contexto de enormes dificultades por las que
atravesaban las economías europeas y otros países industrializados, como
Japón, durante 1993, y las fuertes tensiones proteccionistas que en el
último tramo de las negociaciones se dejaron sentir.

Por otro lado, la culminación del acuerdo Estados Unidos-Canadá-Méjico y
el nacimiento de un nuevo pueblo autónomo, con un extraordinario
potencial de crecimiento en el sureste asiático, constituían un reto para
el sistema de relaciones comerciales multilaterales donde Europa tenía el
riesgo de poder verse desplazada.

Es por ello que una Europa, tan dependiente de las relaciones
comerciales, sumida en una crisis económica sin precedentes, en un
período de recomposición tras las sucesivas tormentas monetarias de los
años 1992 y 1993, con unos países del Este en pleno proceso de
reconstrucción política y económica, no podía permitirse el lujo de
desaprovechar la ocasión para cerrar una Ronda, que, a pesar de las
limitaciones en relación con objetivos más ambiciosos, plausibles y
deseables, constituye el esfuerzo más importante de liberalización
multilateral realizado en la historia económica contemporánea.

En este marco existe una práctica unanimidad a la hora de señalar los
beneficiosos efectos que tendrá la Ronda sobre la economía mundial.

Es verdad que las previsiones y los análisis son difíciles de hacer y hay
previsiones que se sitúan en estimaciones de un aumento del PIB que
oscilan entre un uno y un cinco por ciento, dependiendo de las
metodologías y de las fuentes de evaluación --sea la OCDE, sea el GATT y
sea un tipo de análisis u otro--, todo ello como consecuencia de los
flujos comerciales, no solamente en razón a la reducción de aranceles
acordada y a la ampliación de los ámbitos liberalizados, sino también,
como antes he insistido, por la mayor predictibilidad y la seguridad que
proporcionará la Ronda.

Este optimismo global, sin embargo, no debe ser contradictorio con el
hecho de que, al menos en el corto plazo y en una visión más realista,
las ganancias en la renta mundial no se repartirán por igual entre todos
los potenciales beneficiarios. La liberalización del comercio mundial nos
recuerda, una vez más, la importancia de perseverar en la mejora de la
competitividad de las empresas y en la necesidad de disponer de un
entorno favorable, no sólo en lo económico o social, sino propiciado por
la sociedad en su conjunto, que facilite el desarrollo de la actividad
empresarial en el orden interno y en su proyección exterior.

Pero, a pesar del enorme reto que representa una mayor
internacionalización de nuestra economía, yo quiero ser optimista en el
medio plazo, y no ingenuamente optimista, sino históricamente optimista.

La evidencia empírica viene demostrando, a lo largo de la historia
económica española, los beneficiosos efectos que la apertura de los
mercados han deparado en el proceso de mejora de la competitividad de
nuestra industria. Quizá la más reciente experiencia --nuestra
incorporación a la Comunidad-- ha puesto claramente de relieve la
capacidad de la industria española para competir en un entorno de
libertad comercial amplificada.

Desde el año 1986, la cuota de las exportaciones industriales española en
los mercados internacionales ha pasado desde un 1,9 por ciento --que era
lo que significaban las exportaciones industriales españolas en el total
de las exportaciones industriales de la OCDE-- a una cifra que, según las
últimas estimaciones disponibles, superaría el 2,5 por ciento en el año
1993, con crecimientos que superan en nivel los observados por la demanda
de los mercados servidos; según la OCDE lo superan en más del 18 por
ciento. En el momento actual, el peso de la economía española en los
mercados exteriores se sitúa en niveles comparables a los alcanzados por
países con una tradición histórica mucho más exportadora que la nuestra,
como Suiza o como Suecia. De hecho, en el año 1993 --no se olviden que en
el año 1994 las exportaciones, incluidas las industriales, están
creciendo a un ritmo extraordinariamente considerable-- las exportaciones
suponían ya casi el 20 por ciento del producto interior bruto de España,
cuando solamente significaban el 9 por ciento del PIB en el año 1980. Por
tanto, conviene aquí señalar que tal contribución --que se ha más que
duplicado en diez años-- es muy superior a la existente en economías más
diversificadas y de mayor amplitud, como pueden ser la japonesa, la
americana, etcétera, que representan, aproximadamente, entre un 9 y un 12
por ciento de su PIB. De acuerdo con las estimaciones realizadas por la
Unión Europea, el comportamiento de las exportaciones españolas en los
próximos años seguirá manteniendo tasas positivas de crecimiento a
niveles muy superiores a los de los principales países industrializados.

Esta situación --que es una situación derivada de nuestra historia
reciente, aunque uno se pueda remontar mucho más atrás en nuestra
historia-- hace que, naturalmente, sin desconocer los procesos de
adaptación estructural, se pueda uno sentir confortablemente optimista
sobre la capacidad de nuestra economía y también de nuestra industria
para hacer frente a un orden mundial mucho más liberalizado, y además
será una fuente de ganancia, de cuota de participación en el comercio
europeo, en el comercio de los países industrializados y en el comercio
mundial. Sin duda alguna, esta situación se verá favorecida por este
desarme, especialmente en los productos industriales, en los que España
ha conocido ya una liberalización de las más completas. De hecho, la
protección efectiva, si se mide en términos de recaudación por aranceles
de las importaciones industriales, que en el año 1992 era del 1,32 por
ciento, tan sólo se situará en el 0,83 por ciento al final de los plazos
previstos en la Ronda Uruguay, lo que supondrá un plus de competencia
perfectamente asimilable, en general, por nuestra industria,
particularmente si tenemos en cuenta que dicha rebaja afectará tan sólo
al 27 por ciento de nuestras actuales importaciones industriales o a un
24 por ciento si se descuenta la energía, ya que el 73 por ciento
restante proviene de países con los que el arancel es nulo, países de la
Unión Europea, países EFTA, países



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mediterráneos y países del sistema de preferencias generalizadas o muy
reducido, países del Este con acuerdo preferencial.

Las exportaciones españolas, por el contrario, no crearán dificultades
sino facilidades para nuestras exportaciones y disfrutarán de reducciones
arancelarias por parte de países terceros mucho más significativas,
especialmente en el caso de Iberoamérica y del sudeste asiático, que
constituyen, además, mercados dinámicos y mercados en expansión donde los
derechos arancelarios para numerosos productos industriales se sitúan a
niveles del 40 por ciento y donde, asimismo, deberá procederse a la
eliminación de restricciones cuantitativas existentes y a obstáculos
técnicos al comercio, que muchas veces son mucho más importantes que las
puras protecciones nominales.

Conviene recordar, por último, en esta valoración global que les quería
hacer, que la adhesión de España a la Comunidad estuvo marcada por un
tipo de cambio real, en proceso continuo de apreciación --para tener una
apreciación a los eventuales efectos de esta Ronda--, a lo largo de
prácticamente todo el período transitorio, que indudablemente favoreció
una mayor importación tanto de la Comunidad como de países terceros. Pues
bien, esta situación, que ha sido relevante y que es preciso reconocer a
la hora de evaluar en la nueva situación cómo puede ser el futuro, esta
situación, digo, se ha invertido sustancialmente con las devaluaciones
del año 1993 y en este momento el tipo de cambio real es más de un 20 por
ciento inferior al que existía en el año 1992. Por tanto, el
mantenimiento de las ventajas asociadas a esta mejora del tipo de cambio
real, muy superior a la reducción arancelaria que llevará consigo la
Ronda Uruguay, debe constituir también un objetivo prioritario en el
comportamiento de los agentes sociales y de los poderes públicos en este
nuevo contexto de mercados abiertos, de mercados competitivos.

Señorías, quiero transmitirles la seguridad de que el Gobierno, en todo
caso, va a seguir velando y haciendo un análisis específico de todas las
áreas que pudieran ser relativamente más sensibles. Algunas medidas
compensatorias, como las que he querido de alguna forma desgranar
especialmente en uno de los sectores que más atención ha merecido, como
es el sector textil, están siendo puestas en marcha no solamente por este
Gobierno sino en el marco de la Unión Europea. En otros sectores seguirá
siendo necesario también hacer las evaluaciones de los comportamientos y
sustituir la valoración global o la valoración sectorial abstracta y ex
ante por el análisis de las condiciones en las que se produce la
competencia en los diferentes mercados con los distintos países para cada
uno de los diferentes productos. Creo que la liberalización del comercio
mundial, la obtenida en las condiciones realistas en las que nuestro país
ha apoyado este proceso en el marco de la Unión, a la vez que son un reto
no son un obstáculo no superable sino, por el contrario, una eventual
fuente de posibilidades de competitividad y de participación en el
comercio mundial para la economía española. Hay una experiencia histórica
que lo avala, incluso en condiciones más difíciles que las actuales, por
lo que no veo por qué la industria española no podría ser capaz de hacer
frente a este nuevo reto e incluso valorarlo como una gran ocasión para
seguir haciendo esta tarea de ajuste estructural que es seguir apostando
por la competitividad de nuestra industria.

Por tanto, señorías, desde el punto de vista del Gobierno, con una
valoración que nunca será de éxito al cien por cien, sino una valoración
de éxito moderado o de éxito, si quieren ustedes, positivo, en el que se
han defendido rigurosamente los intereses de España en el marco de los
intereses de la Unión, creo que la Ronda Uruguay es una gran ocasión
también para la industria, con independencia de que sus efectos tengan
que ser seguidos en cada uno de sus pasos.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Gracias, señor Ministro, por la
comunicación que en nombre del Gobierno acaba de realizar sobre la
conclusión de la Ronda Uruguay.

Pasamos a continuación, señorías, al turno de fijación de posiciones
sobre esta comunicación del Gobierno. En nombre del Grupo Parlamentario
Socialista, tiene la palabra don Luis Pérez González.




El señor PEREZ GONZALEZ: Después de la exhaustiva y completa intervención
del Ministro, mi Grupo, además de congratularse por la descripción, que
compartimos plenamente, quisiera abundar en algunas cuestiones.

Particularmente interesante me parece la comparación de escenarios
históricos entre 1986 y 1994. Ciertamente a mí, como parlamentario, me
parece que, desde el debate que hubo en la Cámara en aquella época de la
adhesión de España a las Comunidades Europeas al debate de ahora, se ha
producido un avance fundamental. Recuerdo el debate de aquel período
lleno de temores en todos los sectores y en todos los ámbitos, las cifras
tan contundentes sobre cómo han crecido las exportaciones, en concreto
las exportaciones industriales, y cómo la liberalización del comercio, de
mercancías industriales, es particularmente beneficiosa para España
porque se defienden los intereses nacionales en los foros adecuados.

Contemplar el escenario europeo también me parece digno de ser resaltado
porque, para mí, la reflexión que podíamos hacernos en estos momentos es
lo que supondría esta Ronda Uruguay si España no estuviera integrada en
la Unión Europea. La descripción de cómo se ha negociado desde ese foro y
desde el amplio poder de decisión que tiene la Unión Europea en la propia
organización mundial del comercio, así como en todas las organizaciones
sectoriales, me parece particularmente relevante. En ese sentido, los
temores que pudieran suscitarse para la industria española parece que se
desvanecen ante la cantidad de garantías y cláusulas de salvaguardia en
el sector textil, quizás el sector que más nos preocupó. Fuimos testigos
recientemente del debate en Pleno en el que la comparecencia del Gobierno
fue mantenida por su Vicepresidente y de las imputaciones que se hacían
de las pocas cláusulas de salvaguardia que se habían tenido en cuenta
respecto del sector textil. Yo creo que la exposición del Ministro aclara
suficientemente y disipa todos los temores de que ha sido una negociación
en toda la regla y que, además, estamos en los foros adecuados para que
ese 11 por



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ciento del comercio textil, que queda por liberalizar, se haga en las
mejores condiciones.

Pero yendo más allá, contemplando el futuro, me parece que estamos en los
albores de una unión económica mundial no sé si para el 2010 o para
cuándo, pero ya empieza a vislumbrarse. Particularmente sensible he sido
a la exposición, por ejemplo, sobre el comercio y medio ambiente, o sobre
los avances sociales que introduce la Ronda Uruguay. Estoy seguro de que
desde la posición española se han defendido con un interés inusual, y que
desde esos foros privilegiados, en los que estamos, desde la Unión
Europea se van a acrecentar considerablemente. Yo creo que si se
consiguiera extender los beneficios del bienestar económico europeo,
entre comillas, a los países que firman la Ronda Uruguay estaríamos dando
un paso trascendental.

Por último, anuncio que en línea con lo expuesto, y sin tratar de dejar
desprotegido ningún sector concreto de la industria española,
presentaremos las propuestas de resolución en un próximo futuro, en este
mes de junio.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Por el Grupo Parlamentario
Popular tiene la palabra el señor Gamir.




El señor GAMIR CASARES: Señor Presidente, después del agradecimiento al
señor Ministro por su exposición, quiero hacer una pura pregunta, y ruego
a la Presidencia que la tome como tal, simplemente para futuras
comparecencias de este tipo. ¿El orden es normalmente éste? Lo digo
porque por la experiencia en otros tipos de actuaciones no suele ser
éste. Simplemente quería conocerlo. Es una pregunta, perdón.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): No sé si S. S. estuvo, por
casualidad, presente en el momento en el que si no la totalidad de la
Mesa, sí su Presidente, su Vicepresidente y creo que también algunos de
los secretarios reflexionaron respecto a que había una cierta analogía,
no sé si estricta y total pero sí relativa, con lo que en una
comparecencia del Gobierno en el Pleno se suele hacer con las
intervenciones, que es ir de mayor a menor cuando no se trata de un tema
de conflictividad sino simplemente, como es éste, de una comunicación e
información por parte del Gobierno a la Cámara de un acontecimiento como
es la conclusión de la Ronda Uruguay. No sé hasta qué punto la precisión
sea al 100 por cien, pero sí pareció a la Presidencia de la Mesa y a los
que de la Mesa estábamos presentes que salvo alguna interpretación, que
se nos escapa, de la inconveniencia del procedimiento que estamos
siguiendo y que, en su caso, se rectificaría para el futuro, convenía
seguir esta analogía de los momentos en que en el Pleno de la Cámara se
hacen comunicaciones de las que nos parece que , «mutatis mutandi», es en
este caso la Ronda Uruguay ante esta Comisión. Esa es la razón, y no
otra, de seguimiento de este orden.




El señor GAMIR CASARES: No se trata de ninguna crítica a la Presidencia
sino de pedir una información, porque a menudo hemos encontrado, siendo
el orden de mayor a menor, precisamente una ventaja para el Grupo
Parlamentario Socialista, por ser el último en intervenir. Pero se
trataba de una pura precisión, simplemente, para saberlo para el futuro,
nada más. Le ruego que lo tome como punto informativo y, tras esta
información de la Presidencia, continúo con mi discurso.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señor Gamir, como tal punto
informativo le he contestado. Tal vez ha habido un exceso, por parte de
esta Vicepresidencia, al interpretar que el grupo al que pertenece no
consideraba ninguna desventaja intervenir el primero, dado el tema que
nos ocupa esta tarde, y, evidentemente, con la precisión de que no pueda
ser invocado este orden en la sesión de hoy como precedente de nada sino,
simplemente, de un acuerdo no buscado con más retranca ni recámara que la
normal de estas horas de la tarde y del tema que nos ocupa.




El señor SAENZ LORENZO: Señor Dávila, solamente quiero decir que nuestro
Grupo prefiere que se utilice el orden habitual, que es empezar por el
grupo parlamentario mayoritario de la oposición, de mayor a menor, y
terminar con el Grupo Socialista.




El señor GAMIR CASARES: Simplemente quiero señalar que en otros casos
puede ser útil la discusión directa entre los representantes del Gobierno
y de la oposición.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Veo a S. S. con grandes
expectativas de futuro, pero hagámoslo como convenga cuando proceda, y
hoy continuemos en la forma en que estamos.

Tiene S. S. la palabra.




El señor GAMIR CASARES: De acuerdo, señor Presidente.

La postura del Partido Popular, sin duda, es la de estar de acuerdo con
--y perdón por la redundancia-- el acuerdo del antiguo GATT, con el
acuerdo del ex GATT, globalmente. Considera que globalmente es positivo
para la economía internacional y estima también que es positivo,
globalmente considerado --tendrá sus partes de suma y sus partes de
resta--, para la economía española. Sin entrar en más precisiones, porque
no es lugar para ello, a no ser que haga falta hacerlo en el segundo
turno, señalaré que es una de las fórmulas de economía de oferta, de
ampliación de los mercados, de incremento de la competitividad, que
normalmente implica mejoras generales para los distintos firmantes.

Dicho esto, sin embargo, el Grupo Parlamentario Popular es crítico
respecto a la manera en que desde el Gobierno se ha estudiado y negociado
este tema. Tendría que decir que no se ha estudiado o que no se ha hecho
adecuadamente. Supone un extraordinario contraste --y el señor Ministro
ha destacado la importancia de este acuerdo-- la cantidad de estudios que
en su día se hicieron no ya sólo para el ingreso de España en el Mercado
Común sino, por



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ejemplo, sobre el acuerdo preferencial, del año 1970, entre España y el
Mercado Común, realmente amplios, importantes, previos y posteriores en
relación a este acuerdo del GATT. Es decir, cómo tenían la Administración
y la sociedad una información mucho mayor sobre este tema que la que se
ha tenido ahora, y prueba de la falta de la misma es que ante la petición
insistente de esos estudios se ha contestado por la Administración, con
toda sinceridad, que no existían tales estudios sobre los impactos de
este acuerdo. El Grupo Parlamentario Popular considera que se negocia mal
cuando se conoce mal el tema. Es decir, si se estudian todas las
consecuencias de un tema previamente, se tienen más armas para la
negociación. Esto parece obvio en cualquier tipo de negociación, incluida
ésta y, si no, se va a rastras de los que realmente han hecho esos
estudios, y ese ir a rastras puede coincidir que sea conveniente para el
país en cuestión o que no lo sea, pero es difícil que se tomen
iniciativas, incluso aunque se negocie dentro de la Unión Europea por
aquellos elementos peculiares del caso español.

Por tanto, expresamos nuestra crítica importante, en la que insistiré
posteriormente. En otros casos se ha realizado un determinado tipo de
estudios que podían haberse hecho en esta ocasión, incluyendo los de
protección efectiva anterior y posterior a este acuerdo y sus
consecuencias en los cambios en protección efectiva o en protección al
valor añadido sobre la conveniencia o no de determinados puntos en la
negociación. Estas circunstancias nos han hecho ir un poco a rastras en
esta negociación. No pretendo repetir el debate que tuvieron en su día el
portavoz del Grupo Popular en el Congreso, el señor Rato, con el
Vicepresidente del Gobierno; sí deseo recordar lo fundamental del mismo,
incluso complementarlo y ampliarlo. Algunos de los estudios parecen
mostrar que el arco mediterráneo europeo va a tener unos efectos
relativamente especiales. Si se quiere se puede hablar más de ello y
referirse a que su diferencia con el centro y el norte de Europa en
relación con terceros países es menor, etcétera. Este punto se puede
ampliar en el turno de réplica, pero doy por supuesto que el Ministro
conoce que hay varios estudios que muestran que este acuerdo puede tener
mayor efecto en el arco mediterráneo europeo que en otras partes de la
Unión Europea. Por ello es de destacar que países como Portugal
mantuvieran una postura especialmente defensora de sus intereses de
manera dura y de ello sacaron consecuencias beneficiosas para su economía
en el campo textil, sobre el que ha hablado ampliamente el señor
Ministro, Francia sobre el tema agrario o Grecia en relación con la flota
mercante, etcétera. Destacando la peculiaridad de lo que podríamos llamar
el arco mediterráneo europeo, estas iniciativas no las ha tenido España
y, repito, la falta de estudios unida a esa postura de no marcar sus
problemas especiales con la intensidad con la que lo han hecho estos
otros países nos tememos que han dado un resultado... Una cosa es que el
resultado sea general para toda la economía mundial, incluso para la
Unión Europea y también para España, y otra cosa es que no se hayan
podido obtener mejores resultados al respecto. Si en su día faltaron los
estudios previos que hubieran podido ayudar no sólo en la negociación,
sino una concienciación de la sociedad española y la ampliación de todos
sus efectos, una preparación de los sectores productivos previamente a la
firma del acuerdo, la información escrita actual, la que se ha
suministrado es realmente ínfima. Es curioso que una revista del
Ministerio básico de gran tradición, «Información comercial española»,
haya sacado un número monográfico que no se puede considerar como un
papel oficial, ni mucho menos, pero se da bastante más información que la
oficial que se ha presentado a los parlamentarios. Todo el mundo conoce
la tradición de esta revista, la influencia de determinados cuerpos del
Estado en la misma, etcétera, pero no se puede decir que sea el documento
oficial, aunque amablemente el señor Ministro nos haya remitido a los
parlamentarios con su tarjeta una copia de ese número específico de esta
revista, a la que algunos estamos suscritos desde hace muchos años. Como
decía, es curioso que dicho número tiene mucha más información que la
comunicación oficial que se transmite a los parlamentarios, aunque
tampoco se obtiene mucha información de ese número porque suponemos que
detrás habrá estudios desconocidos --si es que los hay, pero tendría que
haberlos-- bastante más importantes que la precaria información que
aparece en ese número, dejando aparte que algunos de los trabajos del
mismo sean de cierta calidad, como ocurre con un número de estas
características. Repito --y volveré sobre este tema-- que es curioso ese
elemento de información con el que se ha enviado a la representación
soberana española, al Parlamento.

Un punto más en estas notas sobre la globalidad del acuerdo y en el que
hubiéramos deseado que el Gobierno actuara de otra manera. Nosotros
consideramos que el Gobierno no ha tenido un adecuado, un suficiente
contacto con los sectores. En los últimos meses, por parte de los
miembros del Grupo Popular en esta Comisión ha habido un abundante
contacto con los sectores industriales y hemos encontrado muy
frecuentemente la queja de que no habían sido consultados, que no había
trato sobre otros muchos temas --en concreto respecto del GATT-- con el
Gobierno, que había habido alguna reunión con algún sector, y conocemos
cada una de ellas. Consideramos que no es la mejor política, en este tipo
de acuerdos que tiene efectos sectoriales importantes, no tratar mucho
más, no conocer toda la información; luego se podrá, en el marco de la
negociación, aceptar o no las propuestas de los sectores, pero no tener
una relación con los sectores mucho más intensa. Este es un punto de
crítica a la actuación del Gobierno español, en este caso, con los
sectores productivos reales de la economía española.

Mencionó antes que entre los estudios no ha habido un simple estudio de
protección efectiva, aunque fuera con las tablas de imput/output últimas;
estudio que sin duda existió --repito-- no ya con el acuerdo del Mercado
Común, sino con el acuerdo de 1970, y estudios que en este momento son
muy fáciles de realizar con los actuales métodos de cálculo. Se trata de
analizar cuál es el efecto de la disminución de la protección del
producto acabado en relación con los cambios de la protección de la
materia prima y como tal ver cuáles son las variaciones en la protección



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al valor añadido, que son las fundamentales, como es lógico. Poniendo un
ejemplo extremo, si se reduce la protección al producto acabado y no se
toca el de la materia prima, el efecto de desprotección es mucho mayor
que si se disminuye en la misma cantidad el arancel del producto acabado
y se deja a cero, por ejemplo, con un cambio importante, el de la materia
prima. Deseo destacar que la utilización de la producción efectiva en la
política arancelaria no es solamente una teoría aplicada en la práctica
en acuerdos anteriores, sino que el propio Partido Socialista, en un
documento como el de los pactos de la Moncloa, está de acuerdo con un
texto en el que se dice que la política arancelaria y la política de
acuerdos arancelarios internacionales deben realizarse en España
siguiendo la técnica de la protección efectiva. Es posible que la frase
original proviniera de UCD, del profesor Fuentes Quintana o de quien
proviniera, pero está firmada por todos los partidos. Sé que ha pasado el
tiempo, pero no ha sido cumplida cuando realmente es la forma eficaz de
plantearse ese tema. Quizá lleve incluso --dicho sea de pasada-- algún
error, en un documento tan breve como éste, de tipo teórico. La teoría de
la protección efectiva, desarrollada tanto por Corden, Grubel, Balassa,
etcétera, no podría citar nunca algo como lo que aparece en la página 10,
por ejemplo, de este documento de once páginas, en cuyo primer párrafo se
dice: La reducción de los aranceles podría suponer una ligera disminución
de los costes de aquellos productos de los que España es netamente
importador, como se prevé en el caso de abastecimiento de materias primas
para los detergentes. Pues no. La reducción de una materia prima no tiene
que ver con que se sea netamente importador o no. Aunque básicamente se
compre esa materia prima de productores nacionales, siempre y cuando haya
flujos de importación, en la teoría de un país pequeño y que no fija el
precio mundial se ve beneficiado porque el productor nacional tiene
también que bajar su precio. Esta es una idea básica en toda la teoría
del proteccionismo, sobre la cual hay una contradicción clara, y
simplemente con haber planteado los rudimentos de la teoría de la
protección al valor añadido no se hubiese incluido un párrafo como éste
de la página 10, porque --repito-- podría haber un lapsus en un documento
de trescientas páginas, pero que exista en once es curioso. Curioso del
poco grado de estudio, de sensibilidad a las técnicas de análisis del
comercio exterior, que son tan conocidas, y me figuro que los
funcionarios de los Ministerios correspondientes las siguen dominando,
como es lógico.

Dicho esto sobre el primer tema, que consideramos importante, cambiemos
de campo, y puesto que el Ministro ha dado gran importancia al sector
textil, profundicemos algo más sobre él. Hemos apuntado ya el tema de la
ventaja de Portugal y de que el dinero que Portugal obtiene puede
incrementar su competencia en relación a España, en el grado en que
permite ser más competitivas a sus empresas. Pero no es muy exacto lo que
se ha dicho por parte de la representación del Gobierno de que el ajuste
se produjo ya con la entrada en la Unión Europea y que ahora se produce
el auténtico ajuste.

La industria textil tiene muchos sectores y subsectores. Hay sectores de
la industria textil que es capital intensivo y que, indudablemente, por
su estructura, su competencia puede venir de países de capital
intensivos. Eso es cierto; pero hay muchos sectores, y no solamente en la
confección, que son trabajos intensivos y que su competencia vendrá, en
una visión dinámica de la misma, mucho más de países extracomunitarios
que de países comunitarios; de forma que, yendo a lo micro, subdividiendo
lo que llamamos sector textil en subsectores textiles (que es lo que hay
que hacer para tener una base adecuada), es indudable que para muchos de
ellos el paso importante sin duda es ahora. Dejando aparte el tema
especial de Portugal, y aun así, introduciéndolo, o el tema especial de
Italia, que añade diseño, y aun así introduciéndolo, porque es otro tipo
de competencia, y otro tipo de textil distinto dentro del análisis
sectorial y por productos del sector textil, no hay duda de que para una
parte importante del mismo es ahora cuando se produce ese cambio.

Yo creo que lleva razón el sector en algo que el Ministro no ha expuesto,
y es cuando plantea sus quejas sobre la carencia de una base estadística
para el cumplimiento del acuerdo en la parte textil específica, cuando
recuerda que en Estados Unidos se conoce mensualmente la evolución de las
importaciones y cómo en la Unión Europea (aunque pueda haber esfuerzos al
respecto) es muy difícil el cumplimiento de los instrumentos de control
teóricamente acordados por esta falta de conocimiento estadístico de las
importaciones, y cómo precisamente esos estudios deberían haber mostrado
la necesidad de poner en marcha ese mecanismo estadístico antes de firmar
unas cláusulas de este tipo para que realmente se pudieran ejecutar y
cumplir.

Por otra parte, el arancel del sector textil es muy complejo, porque el
que entre por una u otra partida un producto textil puede implicar
aranceles de cierta diferencia. Hacen falta especialistas en materia
textil en las aduanas para que, productos a los que se decide dar una
protección, no pasen por otra partida arancelaria (entramos ahora en
todos los problemas de la clasificación aduanera, etcétera, en que,
anecdóticamente, en algún tiempo tuve que trabajar), pero que en este
caso es muy claro. Harían falta (y cremos que hay partes razonables en lo
que propone el sector) especialistas que el sector esté dispuesto a
financiar su formación, para que precisamente ayuden a la calificación y
clasificación exacta de los productos que se importan. De ahí a llegar a
la idea del puerto único que ha hecho Francia en relación a determinados
productos electrónicos, precisamente para esa especialidad en los
productos que se importan, hay un paso importante, probablemente
diferente (yo no digo que sea ésa la vía a tomar), pero recordemos la
necesidad de esa especialización para que realmente se sepa que no va a
ser el efecto mucho mayor o muy distinto del esperado, repito, por la
gran multiplicidad de productores textiles y la diferenciación
arancelaria, como es lógico, en productos en los que la materia prima y
el producto terminado tienen un arancel distinto, además de que se tienen
gamas arancelarias bastante amplias en el libro de aranceles de la Unión
Europea.

Quizá este último tema --dicho sea entre paréntesis-- está ligado con el
de la formación. Dado que se ha aludido



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a algunos planes del Ministerio respecto a este sector, hay que recordar
la fuerte queja del sector sobre la falta de ayuda a la formación, que es
el sector el que propone que está dispuesto a financiar la ayuda de los
especialistas en aduanas; pero la fuerte queja del sector en cuanto a los
planes del Ministerio, la realidad de la actuación del Ministerio en este
campo, por la falta de ayuda, por ejemplo, al centro de Sabadell, e
incluso el desacuerdo del sector con los planes de ayuda al sector, lo
cual no deja de ser curioso, considerando que se basan mucho más en
análisis del sector --sean de qué, en ayudas para qué-- el sector pueda
convertirse en más competitivo, tema en el que en el turno de réplica y
con detalle se puede explicar si resulta necesario.

Se ha hablado de que se ha hecho un gran esfuerzo, dentro del cambio que
se producía en el sector textil versus terceros países con menor grado de
desarrollo, para que esos países, a su vez, también disminuyeran su
protección. La verdad es que si ése era el test, nos encontramos que
había un país-test durante todo el acuerdo, que fue India. En ese
país-test, en el que tanto se insistió --estoy seguro de que en alguna de
las reuniones que ha mencionado el Ministro, en las muchas que nosotros
hemos tenido con el sector consideraban el país-test, India--, India, que
tiene un mercado de una determinada clase o un determinado sector de
poder adquisitivo, al cual es ya extraordinariamente atractivo poder
llegar el producto español, se ha cerrado, no se ha conseguido esa
reciprocidad. Dado que tenemos que liberalizarnos, por lo menos
consigamos que ellos se liberalicen. Indudablemente, Pakistán ha hecho
una oferta a última hora, sin duda, calificada por todos como
insuficiente, y se ha mencionado también Indonesia o China. No quiere
decir que luego se tomen medidas de represalia, a su vez, contra ellos,
sino que no se ha conseguido ese test que se consideraba como básico para
el desarrollo del sector textil, que se encuentra en este momento con
perplejidad por la suma de temas planteados, tanto en sus posibilidades
de exportación como de control de las importaciones y de control del
acuerdo, de que se cumpla lo pactado, para lo cual se considera que no
estamos preparados y creemos que lo consideran en gran parte con razón.

Se han mencionado --y también un paréntesis rápido-- los precios de los
servicios. He creído entender que, dentro de la unidad de producto
industrial, el elemento servicio formaba una parte más importante del
precio total de esa unidad de producto industrial en los últimos años.

Sin duda. Con la política de tipo de cambio que se ha realizado, España,
que además no es un país que fije precios internacionales, aunque luego
devalúe, sin duda, eso llevó a que los precios de los productos no
comercializados internacionalmente subieran mucho más y el sector
industrial se encontrara con ese problema --ya se ha analizado muchas
veces, incluso en esta Cámara, este tema--, aparte de la falta de
reformas estructurales e internas del sector servicios, para lo cual no
sé a qué remitirme sobre esa falta de reformas internas estructurales y
de servicios, si a los trabajos del Tribunal de Defensa de la Competencia
o al programa del Partido Popular; cualquiera de los dos que hubiera sido
aplicado --prefería el programa del Partido Popular--, hubieran sin duda
cambiado esa situación que ha comentado el señor Ministro.

¿Que ahora, a través de medidas internacionales de mayor competencia en
los servicios, pueda darse, a efectos mundiales, una disminución de ese
efecto? Mire, había muchas medidas internas que se podrían haber tomado
con anterioridad con las que ese efecto no se hubiera producido.

Por tazones de división del tiempo, voy a anunciar el tema de las
medidas, pero no voy a entrar a fondo en él.

Voy a decir también que este papel que se nos ha entregado es puramente
descriptivo y que normalmente debería haber tenido lo lógico; es decir,
con esto, qué plan de medidas plantea el Gobierno para suavizar el
posible impacto --aparte de alguna que se nos ha dicho oralmente aquí--
sobre los flujos comerciales de entrada y, sobre todo, cuál es el plan
para sacar el máximo provecho a los flujos de exportación. Ya se ha
mencionado alguna vez en esta Comisión aquella frase de que «el futuro no
se ve, se hace». No esperemos que sea la exportación «per se», sino qué
plan hay, qué serie de medidas, qué plantea el Gobierno, qué nos dice el
Gobierno en España que se puede hacer en este momento para, dado este
acuerdo, sacar el máximo provecho.

En el siguiente turno, por no alargar demasiado éste, hablaré de alguna
serie de estas medidas, pero lo que ahora comento, incluso amablemente
denuncio, es la falta de contenido de este tema en el papel que se ha
aportado.

En resumen, la postura del Grupo Parlamentario Popular sería: sí al
acuerdo en sí con el GATT, sí a sus efectos y sí a que España firme, sin
duda. No a cómo se negoció en cuanto a la defensa puntual de algunos
temas de los intereses españoles; no, sin duda, a cómo se estudió, lo
cual tiene que ver con lo anterior; no a la falta de relación con los
sectores y no al carácter descriptivo del documento, a la falta de
medidas que, aparte de las menciones que se presenten en su momento, hoy
hubiera sido muy interesante escuchar y haber tenido en este documento
para que el acuerdo del ex GATT redundase en el máximo beneficio para la
economía española y se limitasen en lo posible los perjuicios para la
misma.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Por el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra don
Manuel García Fonseca.




El señor GARCIA FONSECA: También quiero agradecer al Ministro la
información que nos ha facilitado sobre los acuerdos del GATT.

Seguidamente voy a empezar por señalar una especie de paradoja que mi
Grupo cree detectar en lo que va de debate y en la exposición hecha tanto
por parte del Ministro como por los grupos mayoritarios que acaban de
intervenir. Paradoja que quiero poner de manifiesto, al menos según
entiende mi Grupo, y es que por una parte se acaba de decir que no
existen estudios, o al menos estudios suficientes y con una fiabilidad
aceptable, sobre los impactos



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económicos que van a traer esos acuerdos y mucho menos estudios sobre los
impactos económicos desglosados por áreas de países o de actividad y,
todavía mucho menos, los impactos que estos acuerdos pueden tener sobre
las relaciones sociales, sobre el bienestar social, la calidad de vida,
el medio ambiente, etcétera, y por otra, se afirma por ambas partes y se
coincide en una valoración positiva, con muy escasas reservas, sobre los
acuerdos. Esto me parece, como mínimo, paradójico.

Mi Grupo considera que en la creación de espacios económicos mayores,
incluso a nivel mundial, hay potencialidades positivas, pero
inmediatamente añado el condicional: en la medida que estos espacios
económicos más amplios vayan acompañados de regulaciones fiscales,
sociales, medioambientales comunes a esos espacios, aunque sean mínimos,
para que no solamente esos espacios económicos no vayan en deterioro de
esas otras variables que señalaba, que son también económicas, sino
incluso para que un concepto tan al uso como el de competencia o de
competitividad lo sea realmente, que se vea una base real de
competitividad y no relaciones tales que, en definitiva, y simplificando
pero yendo al fondo de la cuestión, responden un poco a la ley del más
fuerte.

Nosotros entendemos que cuando se liberalizan las regulaciones estatales
al comercio exterior, pero al mismo tiempo no se crea ninguna regulación
que tenga en cuenta estos aspectos sociales, fiscales, medioambientales,
que no tenga en cuenta la perspectiva de las partes más débiles, dígase
países, sectores sociales o medioambientes, en definitiva, repito, los
beneficiarios serán siempre las grandes empresas, los países más fuertes,
y los perjudicados serán, por el contrario, los países más débiles, los
países del tercer mundo, los sectores sociales en general, tanto del
primero como del tercero.

Quiero decir también que entiendo la posición tan acrítica por parte del
Ministro si se lleva al extremo la lógica de hacer de la necesidad
virtud; es decir, de lo que es necesario, de lo que es inevitable,
inmediatamente hago la consideración de que es bueno. Digo que me pareció
muy acrítica su intervención porque ni siquiera estos aspectos a los que
acabo de aludir, que me parece que son fundamentales para poder hacer
cualquier tipo de valoración real del impacto o del resultado de estos
acuerdos sobre nuestras sociedades, incluso en otros ámbitos del propio
Gobierno, se valoran de manera más cauta. Tengo aquí la introducción que
hace el Ministro de Comercio en la revista a la que hacía antes
referencia el representante del Grupo Popular, y sobre algunos de los
aspectos señalados como todavía no terminados por parte del Ministro,
pero que, incluso, S. S. los calificó de muy positivos --y la expresión
muy positiva es literal-- hace una valoración mucho más ponderada. Por
ejemplo, sobre los aspectos que sólo han sido esbozados o simplemente no
se han podido tratar dice: «Entre los solamente esbozados destaca, en
primer lugar, la relación entre comercio y medio ambiente.» Bien es
verdad que luego dice que el comité de la OMC se va a encargar de
desarrollar estos aspectos, pero de momento están sólo esbozados. Y dice
también que entre los problemas que no se han tratado, sobre los que
también se va a trabajar obviamente en un futuro, está el tema de la
relación entre comercio y derechos sociales.

Una primera cuestión sobre la que mi Grupo quiere llamar la atención de
manera insistente y fuerte, si se me permite la expresión, es
precisamente sobre este desacompasamiento temporal de por qué se ve como
normal, incluso hasta positivo, que se logren espacios económicos, entre
comillas (porque, repito, economía es todo, incluyendo estas otras tres
variables a las que me refiero), y que esto se pueda hacer con una
velocidad, mientras que estos otros aspectos sociales, medioambientales,
fiscales, etcétera, se dejen «ad calendas graecas» cuando, por una parte,
van a influir de manera decisiva en el bienestar que, a fin de cuentas,
es el objetivo fundamental de la economía de los ciudadanos y, por otra
parte, van a suponer, a medio y largo plazo, incluso a corto, factores de
creación de cuellos de botella en el dinamismo económico de nuestra
sociedad.

Si se me permite una pequeña cita que puede sonar estridente en este
contexto tan de reconocimiento acrítico, a mi juicio, de estos acuerdos,
en un periódico de entre los de más tirada de nuestro país, el Premio
Nobel de economía Maurice Allais decía: «Para el tercer mundo el libre
comercio es una nueva forma de colonialismo. El GATT no tiene nada que
ver con los intereses de los países en vías de desarrollo. Se trata
únicamente de los intereses americanos.» No está sacado de ningún
documento de la liga comunista internacional ni de ningún grupo
extremista, está recogido en un periódico de mayor tirada en nuestro país
de un Premio Nobel de economía.

Yo creo que la diferencia entre lo que están diciendo a coro, casi sin
ningún tipo de discrepancia, como no sean matices, y una valoración tan
radicalmente contraria, nos debiera hacer pensar. Desde luego a mi Grupo
le hace pensar mucho. Nosotros pensamos que estos acuerdos tal y como
están todavía --y parece que van a seguir así durante mucho tiempo en la
medida en que la segunda velocidad es segunda, pero de velocidad tiene
poco-- van a contribuir a un fuerte detrimento de las pequeñas empresas,
de los pequeños productores, de las economías de los países del tercer
mundo, etcétera, y los grandes beneficiarios van a ser los países más
fuertes, fundamentalmente los Estados Unidos y las grandes empresas
transnacionales.

En este sentido, hago relación a dos de las medidas. Las medidas sobre la
inversión en el comercio que las relaciono con la otra medida sobre la
propiedad intelectual. Por una parte, con las medidas sobre la inversión
se logra una liberalización en un grado importantísimo de las
inversiones, lo cual dificulta en la práctica cualquier tipo de control a
partir de los estados --y hay escasísimas autoridades con poderes
supraestatales-- sobre los planteamientos, los planes, etcétera, de las
grandes compañías transnacionales. Sin embargo, la propiedad intelectual,
en la liberalización o el trasvase de tecnologías (de lo que tanto se
habla luego en foros internacionales, como la Conferencia de Río, cuando
de una forma un tanto pía se entra a tomar en consideración los problemas
de medio ambiente, del Tercer Mundo, los problemas de la pobreza en
nuestro planeta), a la hora de la verdad, a la hora de atar cabos, a la
hora de llegar a acuerdos, resulta que sí queda



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estrictamente regulada. Quedan regulados los derechos de autor de las
obras literarias y artísticas, los programas informáticos, las marcas
comerciales, los logotipos, las denominaciones de origen, los diseños
industriales, etcétera, es decir, la protección de las innovaciones
tecnológicas mediante derechos de autor y patentes, lo que obliga a
terceros países a reconocerlos y a perpetuar la desventaja competitiva en
relación a los países más desarrollados.

Repito, termino como empecé, que a nosotros nos parece que esta doble
velocidad y esta falta de regulación en estos tres aspectos
fundamentales, como es el medioambiental, etiquetado ecológico,
etiquetado energético, envases retornables, etcétera, la regulación
social del mismo, el cumplimiento de la OIT, de los convenios
internacionales o la regulación fiscal de los movimientos de capital, no
es positivo. Sin esto, realmente no se puede tener una valoración tan
positiva de los resultados estrictamente económicos que estos acuerdos
puedan tener de cara al futuro, sobre todo si eso se desglosa por áreas
geográficas, por países, por sectores o por estratos sociales, y mucho
menos de los resultados sociales o medioambientales que estos acuerdos
puedan tener.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Molins.




El señor MOLINS I AMAT: Quisiera iniciar la intervención agradeciendo al
señor Ministro la información que nos ha facilitado y, en contraste con
otras intervenciones, coincidir clara y llanamente en su valoración
general positiva respecto al acuerdo del GATT. No intento discrepar de la
opinión expresada de ese Premio Nobel que ha sido citado, respecto a que
perjudica a países en vías de desarrollo; no podemos utilizar ese
argumento y al mismo tiempo quejarnos del «dumping» social que esos
países en vías de desarrollo pueden hacer a determinados productos y
decir que nos perjudica. Si nos perjudica a nosotros es que les beneficia
a ellos. En este sentido, el juego que puede hacer esa práctica de
liberalización del comercio con las patentes, parece que puede ser un
poco el equilibrio de esas cosas, es decir, el avance tecnológico contra
el coste de mano de obra en otros países.

En cualquier caso, como verá, señor Ministro, lo que menos interesa a
nuestro Grupo Parlamentario es la valoración general del acuerdo del
GATT. En esto coincido; probablemente era un acuerdo del que en ningún
caso España debía quedar descolgada y en el que, en cualquier caso,
España debía colaborar, porque a nivel general, global, de economía
mundial, es un acuerdo que genera riqueza, que genera incremento de los
productos interiores brutos. Lo que sí interesa a nuestro Grupo es que
dentro de esa valoración general positiva se procure que también sea
positiva para el caso concreto de la industria española.

Eso no se deduce automáticamente de la firma de los acuerdos del GATT; es
decir, los acuerdos del GATT generarán, sin duda, un incremento general
de la riqueza, pero no simétricamente repartido. Ahí es donde nuestro
Grupo Parlamentario tiene mucho interés en que este tema sea debatido en
la Cámara. Recordará el señor Ministro cómo la comparecencia ante esta
Comisión es a solicitud de nuestro Grupo Parlamentario, en interpelación
dirigida al Gobierno, solicitando que fueran debatidos los impactos del
GATT, en la Comisión de Comercio, en la Comisión de Agricultura y en la
Comisión de Industria, sobre esos sectores, que son, creemos nosotros,
los más afectados por los acuerdos del GATT. Y no tanto, insisto, para
realizar una valoración general de esos acuerdos como para ver la forma
en que nosotros, en nuestro caso concreto, con nuestra industria
concreta, con nuestra agricultura concreta, con nuestro comercio exterior
concreto debemos beneficiarnos e implementar los factores positivos que
puede tener la finalización de los acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT.

Quisiera iniciar la intervención con una reflexión previa a la evaluación
de ventajas y desventajas para delimitar unos primeros objetivos
globales, que, sin duda, deberá fijarse la economía española en el corto
y medio plazo. El primer objetivo --ese debe ser el de nuestra actuación,
entendiendo, señor Ministro, señor Presidente-- es el de la
internacionalización de la economía española. En un futuro inmediato la
economía española debe alcanzar el grado de apertura hacia el exterior
que tiene cualquiera de las grandes economías europeas, especialmente en
lo que se refiere a la importancia que tienen las exportaciones en el
producto interior bruto global de la economía española respecto a la que
tienen las economías de Alemania, Reino Unido, Francia, por ejemplo, o
también la importancia que tiene la inversión de cada uno de estos países
en el exterior. Respecto a este objetivo, de las propias cifras dadas por
el señor Ministro, ya surge una primera meta concreta, que nuestro Grupo
Parlamentario cree que debemos alcanzar: el incrementar en un 25 por
ciento la importancia de nuestras exportaciones en el peso del producto
interior bruto. En 1992 --daba las cifras el señor Ministro-- las
exportaciones alemanas representaban el 24 por ciento de su producto
interior; las del Reino Unido, el 23,7; y las francesas, el 22,6. En ese
mismo año, las españolas representaban sólo el 17,5. En 1993 ese
porcentaje ha mejorado, y mejorará más en 1994, pero antes de la firma
del GATT, el peso medio sobre el producto interior bruto de las
exportaciones en la Unión Europea era de un 25 por ciento más alto que el
nuestro. Es decir, nosotros estamos oscilando entre el 17 y el 20 en 1993
y ellos estaban aproximadamente en el 25 superior. Por tanto, deberíamos
marcarnos ese objetivo.

Un segundo objetivo respecto a la inversión española en el exterior. En
1992 la inversión directa española en el exterior representó el 0,6 por
ciento del PIB, cuando en Alemania era el 1 por ciento, en el Reino
Unido, el 1,3, y en Francia, el 1,4. Esto significa que para alcanzar un
grado de internacionalización de nuestra economía parecido al que
mantienen Alemania, Reino Unido y Francia, deberíamos doblar el peso de
la inversión directa española en el exterior. A nuestro entender, estos
objetivos deben considerarse como mínimos, ya que el cumplimiento de los
acuerdos del GATT probablemente comportarán la necesidad de abrirse
todavía más al exterior.




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En el ámbito macroeconómico, y para potenciar los aspectos positivos de
los acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT, y frente a la Unión Europea
cree nuestros Grupo que debe intervenirse con la máxima prioridad en
política comercial europea y en la Organización Mundial del Comercio. El
sector exterior es en estos momentos el que representa un mayor potencial
de crecimiento y de competitividad para la industria española. En
consecuencia, debemos aspirar a intervenir en la política comercial
europea, a copar puestos relevantes en las instituciones comunitarias
relacionadas con el comercio exterior y a participar muy directamente en
los trabajos de la Organización Mundial del Comercio.

En segundo lugar, creemos que debe estimularse un proceso de reforma de
los mecanismos de decisión de la Unión Europea en política comercial. La
creación de la OMC es positiva y comporta la necesidad de adaptar las
legislaciones estatales a la nueva organización. Sería conveniente, sin
embargo, que los países miembros de la Unión Europea potenciasen sus
aspectos comunes para fortalecer una política común dentro de la
organización. En este sentido debería estimularse el proceso de reforma
de los mecanismos de decisión en materia de política comercial para que
tuviesen mayor operatividad y eficacia. Por ejemplo, convendría, a
nuestro entender, aprovechar al máximo los instrumentos de defensa
comercial de que dispone la Unión Europea, por ejemplo, apoyando
cualquier procedimiento de investigación de «dumping» --al que ha hecho
referencia el señor Ministro--; fortalecer el control aduanero y
estadístico de las importaciones comunitarias; exigir un esfuerzo
recíproco de apertura de mercados al que efectúa la Unión Europea,
especialmente por parte de China, India, Pakistán, Indonesia; propiciar
la estabilidad del sistema monetario internacional; promover la
convergencia económica entre los países miembros.

En el ámbito interno de la propia economía española, garantizar la
reducción del déficit público, con la finalidad de permitir un mayor
descenso de los tipos de interés y de la inflación; impulsar la inversión
y la economía productiva como prioridad para la mejora de la
competitividad y la creación de empleo --la política monetaria debe
contribuir al control de la inflación, sin desincentivar la inversión--;
evitar la sobrevaloración de la peseta; acelerar las reformas
estructurales que requiere nuestra economía --en especial es preciso
poner en marcha con celeridad toda la reglamentación que requiere la
reforma laboral ya aprobada--; afrontar las modificaciones fiscales
pendientes respecto al Impuesto sobre Sociedades y a la fiscalidad que
recae sobre la actividad productiva, y en último lugar, avanzar en la
liberalización de la actividad productiva, especialmente en lo que se
refiere a telecomunicaciones y servicios.

Sí debemos ahora concretar, de estas actuaciones, aquellas que afectan
particularmente al Ministerio de Industria, políticas horizontales que
requieren todos los sectores para mejorar su internacionalización y
competitividad. Distinguiríamos cinco ámbitos. En primer lugar,
incentivar la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas.

El mayor potencial de crecimiento de la exportación de la industria
española no está en las empresas del INI ni en Telefónica ni en las
grandes multinacionales. Todas estas empresas ya contemplan --o deberían
contemplar, como mínimo-- entre sus planes la prioridad de la
exportación. El problema está en multiplicar el potencial exportador que
tienen las pequeñas y medianas empresas y que no utilizan, ya que la
economía española está formada por pequeñas y medianas empresas en un
grado muy superior a las economías de otros países comunitarios. El
objetivo que debemos alcanzar es que las pequeñas y medianas empresas de
todos los sectores consideren la exportación al mercado comunitario o a
países terceros con planteamientos equivalentes a los que aplican para el
mercado doméstico español, deben percatarse de que si no son competitivas
en Lyon o en Milán tampoco lo serán en Valencia o en Sevilla.

El segundo aspecto es reducir la fiscalidad sobre la producción. La
estructura de la fiscalidad no depende del Ministerio de Industria, pero
la industria depende en buena parte de la estructura de la fiscalidad,
señor Ministro. En España las cotizaciones sociales tienen una
importancia sobre la fiscalidad total superior a la que tienen en otras
economías desarrolladas. Esta situación se ve agravada con la
liberalización de la economía hacia países terceros en los que la
fiscalidad social es mínima o inexistente. En consecuencia, la industria
necesita un trasvase de fiscalidad que incide directamente sobre la
actividad productiva --cotizaciones sociales--, hacia fiscalidad que
grave el consumo y que repercuta tanto en los productos del propio país
como en las importaciones. Debemos cambiar cotizaciones sociales por el
Impuesto sobre el Valor Añadido.

Vigilar la evolución de los costes energéticos. Este tema depende de su
Ministerio e incide directamente sobre los costes y competitividad de
numerosos sectores industriales, químico, siderurgia, textil, etcétera.

La devaluación de la peseta ha mejorado el precio del kilovatio respecto
a otros países europeos, también en esfuerzo en tarifas de este año; sin
embargo, seguimos teniendo una energía relativamente cara que no
beneficia la competitividad de nuestros sectores industriales.

Mejorar la relación entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de
Comercio para, conjuntamente, promover la internacionalización de las
empresas. Si nuestro mercado es el mundo, especialmente después de los
acuerdos de la Ronda Uruguay, en estos momentos resulta fundamental que
las relaciones entre el Ministerio de Industria y el de Comercio sean
especialmente operativas. Eso significa que para conseguir una verdadera
internacionalización de las empresas industriales es necesario que el
Ministerio de Industria participe en actuaciones tales como: promover la
cultura de la exportación entre las empresas de cada sector; incentivar
la creación de consorcios de promoción y comercialización de productos;
apoyar la presencia de las empresas en el exterior mediante la
información sobre mercados y promoción, asistencias a ferias y misiones
comerciales; impulsar la imagen del país como fabricante de determinados
productos; priorizar la exportación hacia países con buenas perspectivas
futuras de expansión y que experimentan una liberalización comercial
significativa:



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América Latina, Sureste asiático, China, India, Países del Magreb;
potenciar el acceso de las empresas a los instrumentos de financiación
internacional actualmente existentes que, en general, están muy poco
aprovechados por la industria española.

En el ámbito de la innovación tecnológica y de calidad o de la formación,
la competitividad de la industria depende de la capacidad de innovar.

Este es uno de los principales problemas que tienen nuestros sectores
productivos, ya que muy pocos se destacan por su capacidad de innovación.

Una primera consideración en este ámbito es que desde el Ministerio de
Industria debe adoptarse una concepción lo más amplia posible del
concepto de innovación tecnológica y de calidad. Diversos sectores
manufactureros, que destinan importantes recursos a la innovación
mediante el diseño, no encuentran la debida acogida en las normativas
vigentes para que estos gastos en innovación sean subvencionables o
puedan acogerse a los incentivos fiscales por inversiones en I+D. Esta
cuestión, a nuestro entender, debería revisarse.

En segundo lugar, y en lo que se refiere a la innovación tecnológica
propiamente dicha, el Ministerio debería reforzar sus posiciones en
cuestiones como generación de una infraestructura tecnológica de apoyo a
la industria; promoción de la cooperación entre empresas en actividades
de I+D y la cesión de tecnología de empresas extranjeras; y reforzamiento
progresivo del control de las normativas sanitarias y medioambientales.

En tercer lugar, la capacidad de innovar depende de la formación. Tampoco
la formación es una competencia directa del Ministerio de Industria y,
sin embargo, el Ministro de Industria debe contemplar una vía de apoyo a
las iniciativas empresariales, mediante planes de formación del personal,
estrechamente relacionados con los sectores.

En cuarto lugar, a menudo la capacidad de innovar depende del tamaño de
la empresa o de la capacidad de la misma para relacionarse con otras
empresas, lo que requiere la necesidad de que la política industrial
apoye los procesos de cooperación interempresarial, la creación de «joint
venture» o de agrupaciones de interés económico y la promoción de la
fusión o concentración entre empresas.

Como ha dicho el señor Ministro, y como el propio Consejo de Ministros de
Industria de la Unión Europea marcaba en su reunión del 22 de abril, y
siendo cierto que para la industria textil española probablemente fue de
un impacto mayor todavía la adhesión a la Comunidad Europea y la creación
del Mercado Unico Europeo, el sector textil es el que viene, a nivel
global europeo, afectado en mayor medida por los Acuerdos del GATT. Por
eso quisiera dedicar una parte de mi intervención a este sector,
anunciando que algunas de estas medidas son perfectamente trasladables a
otros sectores manufactureros que también tienen en el diseño y en la
creatividad una parte importante de su valor añadido. El juguete, el
zapato..., son sectores a los que muchas de esas políticas que proponemos
para el sector textil son perfectamente trasladables.

Quisiera hablar, en primer lugar, de las medidas para reforzar los
instrumentos de defensa comercial. Se trataría de aprovechar al máximo
los instrumentos de que dispone la Unión Europea, reforzándolos en su
caso de modo que permitan una aplicación rápida y eficaz de las reglas
del GATT para garantizar un comercio libre y transparente. Como ejemplos
de actuaciones podría mencionar la aplicación, prácticamente automática,
del mecanismo ya señalado por el señor Ministro, de salida de cesto o
cláusula de salvaguarda del sector textil, cuando lo solicite el
subsector afectado y a iniciativa, como así lo marcan las reglas del
juego, de la propia Comisión Europea; apoyo incondicional a los
procedimientos anti «dumping» instados por el sector. Sabe el señor
Ministro que en estos momentos se encuentran en trámite de investigación
diversos recursos relativos a tejidos de algodón, tejidos de fibra
sintética y ropa de cama, que encuentran graves dificultades burocráticas
para su resolución en el seno de la Comisión. Exclusión del textil del
sistema de preferencias generalizadas en función del nivel de desarrollo
y la posición de cada país exportador en el mercado europeo;
extraordinaria vigilancia en la eventual creación de una zona de libre
comercio o de libre cambio entre la Unión Europea y Turquía, prevista
para el año 1995. España debe mantener las más serias reservas mientras
no se den en Turquía las condiciones de competencia exigidas a los
Estados miembros, política de subvenciones, «dumping», obstáculos no
arancelarios a la importación, etcétera.

Rápida referencia a los flecos pendientes en los Acuerdos del GATT.

Quedan flecos pendientes de negociar que tienen una incidencia directa
sobre el sector textil. Entre éstos, el más importante, la consecución de
la cláusula de reciprocidad en la apertura comercial de países asiáticos,
tan importantes como India, Pakistán, Indonesia o China. Como prioridad
debe considerarse el endurecimiento del acuerdo textil con respecto a
China, país que no es miembro del GATT, que no se rige por una economía
de mercado, que incurre en numerosos fraudes para burlar las cuotas de
importación y que en estos momentos es el primer proveedor exterior de
productos textiles de los Estados Unidos y de la Unión Europea. Se deben
extremar las condiciones previas a su posible acceso a la Organización
Mundial del Comercio. En esta cuestión debe considerarse que las
expectativas de aumento de la exportación europea de productos textiles
es muy limitada si no se consigue precisamente la apertura de estos
mercados.

Aplicación de medidas contra el fraude en las importaciones de productos
textiles. Es urgente adoptar las medidas necesarias para vigilar que se
cumplan los acuerdos suscritos y evitar las importaciones fraudulentas
por vía directa o indirecta. Esto significa que desde la perspectiva
comunitaria debe darse el máximo apoyo a la «Textil antifraud
iniciative», al «Tafi» ya mencionado por el señor Ministro, que requiere
de más medios financieros y humanos.

Desde la perspectiva española, es preciso reforzar la cooperación entre
el Ministerio de Comercio, el Departamento de Aduanas y el Ministerio de
Industria. En España debe constituirse una Comisión Mixta entre el Estado
y la industria que tenga como misión evitar la invasión de nuestro
mercado con un alud de importaciones procedentes especialmente de los
países asiáticos.




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Ya se ha hecho referencia aquí a que deberían funcionar las estadísticas
de Aduanas; deberían vigilarse los puertos españoles y exigir que se
vigilen con el mismo interés los demás puertos europeos, especialmente
aquellos pertenecientes a países con un sector textil poco productor y
muy comercializador como, por ejemplo, Holanda. Deben establecerse los
controles oportunos por parte de la Unión Europea para evitar la
desviación de importaciones procedentes de países productores a través de
países no productores del sector textil.

En cuanto a actuaciones internas, incrementar el montante total de ayudas
destinadas al plan sectorial textil-confección hogar, cuyo presupuesto
actual obliga a priorizar muy rígidamente las acciones a desarrollar e
impide la inclusión de nuevas propuestas, ampliar y revisar los conceptos
por los que se apoyan las actividades de promoción de las empresas. Debe
considerarse el diseño y la fabricación de muestrarios del sector textil,
por ejemplo, como inversión en innovación a los efectos de la aplicación
de los incentivos fiscales para las inversiones en I + D, y una propuesta
muy concreta: incorporar un representante del sector textil en el Consejo
de Administración del ICEX entre los representantes de los distintos
sectores que está previsto formen parte de dicho Consejo de
administración.

Reforzar el plan de competitividad. Sabe el señor Ministro la importancia
que nuestro Grupo Parlamentario da a este tema. Plan de competitividad
que, como ha recordado el señor Ministro, es la versión española del plan
Retex europeo. Tiene como característica su carácter «light» dentro de
los planes de reconversión, ya que sólo puede incluir inversiones
dirigidas a formación, consultoría externa, diagnósticos, etcétera. El
plan de competitividad no ha sido bien acogido por el sector, no fue en
su momento bien acogido por el sector, ni está utilizando --lo conoce el
señor Ministro-- todas las partidas presupuestarias disponibles, lo que
equivale a decir que no funciona suficientemente bien. Que el plan no
funcione no significa que no sea necesario --lo sabe el señor Ministro--,
simplemente, creemos nosotros, implica que deben reformarse algunos
aspectos fundamentales, con la finalidad de que puedan utilizarse de
verdad como un plan de competitividad del sector. En este sentido,
propondríamos una reorganización en la gestión del plan. En un plan
anualizado, por ejemplo, como es el plan de competitividad no tiene
lógica que el Gobierno decida las concesiones de subvenciones a finales
de junio, que la empresa reciba la notificación de lo que se le concede a
mediados de agosto o a principios de septiembre y que deba justificar las
actuaciones realizadas por las que había solicitado la subvención durante
el mes de noviembre; es decir, en dos meses debe realizar todas las
actuaciones acogidas al plan de competitividad. Esta forma de funcionar,
entendemos nosotros, no contribuye a mejorar la competitividad del sector
sino que, muchas veces, simplemente mejora la cuenta de explotación
cuando se obtiene la subvención, pero no la competitividad real de la
empresa receptora de esa subvención.

En segundo lugar, ampliar los criterios de asignación de los conceptos
subvencionados por el plan de competitividad. En España, los criterios de
asignación son mucho más restrictivos que en Portugal para la aplicación
de un mismo plan Retex. Por ejemplo, si se desea implantar un plan
informático para la producción ventas-facturación, podrán acogerse al
plan los gastos de consultoría informática pero no puede acogerse todo lo
que se refiere a la adquisición de «software» o de renovación de equipos.

En este sentido, cabe recordar que las interpretaciones sobre la
normativa europea pueden ser más o menos restrictivas, y de ahí nuestra
intervención. En España son en este momento, a nuestro parecer,
excesivamente restrictivas, lo cual no tendría sentido cuando a final de
año se observa que no se han gastado en este plan todos los recursos que
tiene a disposición y que han sido presupuestados. Deberían por tanto
incorporarse nuevos conceptos por los que el plan pueda beneficiar al
sector textil; se trataría de permitir la subvención, por ejemplo, del
plan a infraestructuras productivas que globalmente tiene el sector.

Quisiéramos señalar también la posibilidad de introducir medidas sociales
de acompañamiento. Además, al plan de competitividad le falta uno de los
aspectos más importantes que es la introducción de medidas sociales de
acompañamiento de un proceso de reestructuración. Se trataría de permitir
que el plan procediese a incentivar una renovación de la maquinaria,
acompañada, como es obligatorio, por destrucción de maquinaria antigua y
de la adopción de medidas sociales de acompañamiento, tales como las que
se han adoptado para sectores industriales más concentrados como la
siderurgia, el naval, etcétera. Este es un planteamiento que no está en
contradicción --entendemos nosotros-- con las normas comunitarias, ya que
se trataría de ajustar un sector y en ningún caso de potenciarlo.

Hay que dedicar un capítulo específico para la competencia de Portugal,
señor Ministro. Desde 1986 hasta 1999, es decir, durante 14 años,
Portugal habrá recibido ayudas comunitarias ininterrumpidas para la
reconversión de su capacidad productiva, y Portugal significa competencia
directa con España en el sector textil, porque nuestro mercado es el
mismo. Los indicadores de la Comisión Europea respecto a cuestiones como
pérdida de empleo, situación de la balanza comercial, etcétera, indican
que nuestra situación es la peor de entre los países comunitarios.

Además, por otra parte, en estos momentos, Grecia se está planteando
presentar un plan similar al conseguido por Portugal para obtener ayudas
comunitarias para su sector.

Nuestra posición --y la conoce el señor Ministro-- es que desde un punto
de vista liberal y racional es mejor que no haya ayudas para nadie, pero
si el consenso obliga a pagar determinadas ayudas a Portugal o a Grecia,
España no debería quedar al margen de las mismas.

Quiero hacer un ruego de mayor operatividad al Ministerio. Desde la
constitución del nuevo Gobierno no sólo nuestro Grupo sino el propio
sector textil --debo decírselo, señor Ministro, y lo hago con
satisfacción-- constatan una mejor actitud y comprensión de su
problemática por parte del Gobierno, y del Ministerio de Industria en
particular. Sin embargo, constatan también que la capacidad de respuesta
y operatividad del Ministerio no es todavía suficiente. Bajo el concepto
de propiciar la competitividad, se anuncian importantes políticas e
incentivos que



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no llegan a concretarse en la realidad. Un ejemplo de esta situación es
precisamente la constitución del grupo de seguimiento de la aplicación de
los acuerdos del GATT, iniciativa del propio Ministerio de Industria, que
fue muy bien acogida por el sector pero que no se ha puesto en marcha,
porque parece que hay disparidad de criterios entre los Ministerios de
Industria y Comercio. Si es así, le solicitamos que se resuelvan, porque
el sector tiene mucho interés en que esta iniciativa, que el Gobierno se
comprometió a crear hace seis meses y que todavía no se ha creado, pueda
llevarse a cabo.

Aunque ya he comentado que algunas de estas medidas solicitadas o puestas
de manifiesto para el sector textil son trasladables perfectamente a
otros sectores, quisiera hacer una puntual referencia --y acabo con esto,
señor Presidente-- a otro sector, el de la electrónica y la informática,
muy directamente implicado también en los acuerdos del GATT o por los
efectos que sobre él pueden tener los acuerdos del GATT.

Creemos, señor Ministro, que debería adaptarse la legislación sobre
incentivos a la exportación y a la internacionalización de las empresas a
la problemática de la pequeña y mediana empresa. En general, los
incentivos que se otorgan mantienen demasiadas rigideces, de manera que
puede comprobarse que son, prácticamente en exclusiva, las empresas
multinacionales las que se benefician de los incentivos otorgados.

Solicitaríamos que la Administración estrechase las relaciones con las
asociaciones de exportadores, de manera que estas asociaciones puedan
canalizar buena parte de las tareas de información y tramitación de
expedientes para la consecución de ayudas a la exportación. La actuación
de estas asociaciones, innecesarias para las grandes empresas, es
fundamental para las pequeñas y medianas empresas.

En cuanto a las medidas financieras, creemos, señor Ministro, que debería
reservarse un determinado porcentaje de las ayudas financieras previstas
para la exportación, o de los créditos con bajo tipo de interés que se
otorgan, para las pequeñas y medianas empresas. Ocurre a menudo que la
totalidad de determinados créditos y ayudas a la exportación quedan
copados por las grandes multinacionales, extranjeras en su mayoría, o por
las grandes empresas del sector público español, Telefónica o INI, en
perjuicio claro y evidente de las pequeñas y medianas empresas.

Acabaría repitiendo algo que he dicho al principio: que las exportaciones
son probablemente el sector de mayor capacidad de incremento en este
momento y que ese incremento de las exportaciones deberá venir, señor
Ministro, de la capacidad que tengamos para impulsar las exportaciones de
las pequeñas y medianas empresas, por cuanto que las grandes tienen ya
prácticamente copada su posibilidad de exportación y de crecimiento en
ese sentido.

Muchas gracias señor Presidente por su interpretación laxa en cuanto a la
duración de mi intervención; muchas gracias, señor Ministro.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Tiene la palabra el señor
Ministro de Industria y Energía para responder a las posiciones
escuchadas de los portavoces de los grupos parlamentarios.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay): Muchas
gracias, señorías, por sus intervenciones.

En una segunda intervención trataré de responder a algunas de las
cuestiones que se han planteado. Naturalmente, no pretendo discutir
opiniones que son legítimas, aunque sean discrepantes; me parece que hay
valoraciones que son dignas de la ideología, del punto de vista en el que
cada uno se sitúa, pero que no necesariamente tienen que dar lugar de
nuevo a una confrontación en un tema en el que, sin duda alguna, hay
muchísimas cosas que opinar, todas ellas perfectamente legítimas. Quiero
agradecer en todo caso al señor Pérez por compartir la valoración y por
compartir, sobre todo, la relevancia y la importancia que desde una
perspectiva estratégica tiene para la economía mundial, para la europea y
especialmente para la española, el Acuerdo GATT. Seguramente esto es lo
principal y lo más importante de lo que he querido decir, y seguramente
es mucho más importante que el análisis de un sector, por relevante que
pueda ser, el problema en una perspectiva de tiempo. Estamos hablando de
cómo puede evolucionar la industria española a partir de la Ronda Uruguay
del GATT, sobre todo estamos tratando de captar las consecuencias y si
esto es bueno, es malo o es regular, si podría ser mejor o podría ser
peor, dependiendo de qué efectos tenga.

Pues bien, mi convicción, le vuelvo a repetir, señor Pérez --y me alegro
de que usted lo valore en esos mismos términos--, es que la economía
española cuanto más liberalizada ha estado ha ido mejor y que el reto de
la competitividad, una convicción que me parece que compartimos
muchísimos en este país y que, en todo caso, quizá alguno de los que
todavía no la compartan tengo la esperanza de que se sumen a este
consenso a medida que el tiempo pase, es hoy una necesidad de nuestro
país. En consecuencia, creo que a la economía española y a la industria
española les va a ir mejor con GATT que sin GATT y que los riesgos que en
este momento pueden derivarse para algunas empresas o para algunos
sectores, que ciertamente no son desdeñables o no pueden ignorarse,
tienen su contrapartida en elementos de salvaguardia y medidas de
acompañamiento suficientes como para tornarlos en efectos o no negativos
o incluso positivos.

Por tanto, señor Pérez, estoy de acuerdo en que quizá los enormes temores
que se levantaron en muchos sectores sociales de este país de cara a la
Ronda Uruguay del GATT, a la vista de la información de la que hoy se
dispone, a la vista de un análisis más pausado, hecho incluso fuera de
ese debate, quizá hoy son menos justificados que los que entonces
existían, lo cual no quiere decir que no deban seguir siendo un estímulo
para la mejora de la competitividad en esos sectores.

Efectivamente --y luego me referiré especialmente a apostillar la
intervención del representante de Convergéncia i Unió-- en el sector
textil hemos hecho la parte más importante de lo que teníamos que hacer
en el pasado; es verdad que siguen existiendo problemas y es verdad que



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tienen que seguir existiendo medidas serias de acompañamiento. Por
supuesto que, sin duda, de todos los sectores industriales es, quizá por
la relevancia y la significación que tiene en la economía española, aquel
que hoy podría tener, dependiendo de cómo evolucione nuestra política
europea --la española en particular-- y el comportamiento de otros
países, mayores riesgos, por lo menos en las evaluaciones que se han
hecho, en relación con otros sectores.

Sobre el tema del medio ambiente y sobre la cláusula social también
tenemos una valoración coincidente, señor Pérez. La intervención del
representante de Izquierda Unida, a la que luego me referiré, ha sido
menos coincidente en esta cuestión. Yo no he dicho que estas cosas
signifiquen ya un horizonte positivo. Sí he dicho que una incipiente
disciplina en materia medioambiental y en materia social puede ser un
factor positivo para todo el mundo, dependiendo de la Organización
Mundial de Comercio y del comportamiento del resto de los países, porque
integrar las inevitables consecuencias medioambientales a través de una
organización con una cierta capacidad de orientar las decisiones de los
gobiernos en materia medioambiental y en materia social, sin duda, puede
ser algo que tenga un efecto positivo no sólo sobre el planeta en materia
medioambiental, sino sobre algo que quizá es mucho más importante desde
el punto de vista de la sociedad humana como es la generalización de
mecanismos, de instituciones, de reglas de comportamiento social que, sin
duda alguna, sin algún mecanismo coactivo por indirecto que fuera, tal
vez tardarían más tiempo en aplicarse en algunos países. A eso me
referiré de nuevo después.

Ahora quiero agradecerle su valoración. Me parece que ésta es una ocasión
sobre todo para seguir estimulando en un discurso que me parece
fundamental desde el punto de vista de la política industrial del
Gobierno, y yo creo que de toda la sociedad. La competitividad no es una
fábula, no es un planteamiento meramente tecnocrático, es el reto de
nuestros tiempos y es un reto que entraña comportamientos sociales
acordes, lo cual significa la necesidad de revisar, tal vez, muchas ideas
establecidas en muchas áreas de nuestra vida económica y social, a las
cuales todavía ni siquiera nos hemos aproximado suficientemente en
algunos terrenos.

Señor Gamir, sabe que respeto sus opiniones y, por tanto, no las voy a
discutir. Sólo resumiré algunas de las que usted ha expresado y le voy a
dejar con sus valoraciones. Si yo he entendido bien, usted ha dicho que
este acuerdo es bueno y que lo es a pesar del Gobierno. No esperaba que
fuera usted mucho más generoso en este tema. En todo caso, quiero tomar
buena nota de que a usted y a su Grupo le parece un buen acuerdo, no
obstante las insuficiencias del Gobierno o algunas de las insuficiencias
en la fase de discusión en cuanto a información, preparación de estudios,
etcétera, a las que usted se ha referido, en mi opinión con notable
injusticia, pero en todo caso ahí están.

Como no se trata de aportar en este momento lo que se ha hecho, ni de
volver a la fase de negociación, eso forma parte ya de tiempos pasados,
yo quiero pensar sobre todo en el futuro. Las limitaciones que este
Gobierno tiene (que yo conozco y que usted naturalmente acentúa) no
importarán demasiado si éste es un buen acuerdo para la industria de este
país, a pesar de que lo haya hecho este Gobierno en el marco de la Unión
Europea.

En todo caso, dos matizaciones nada más. Decía usted que se negocia mal
cuando no existen estudios y al parecer era fundamental, para haber
negociado bien, hacer un estudio en cada uno de los sectores industriales
sobre su grado de protección efectiva. Este me parece que ha sido su
énfasis argumental. Naturalmente, la protección efectiva es un tema en el
que usted ha teorizado incluso con su tesis doctoral, tema que han
estudiado muchos economistas de este país y sobre el que no pretendo en
este momento entrar en una polémica. Hoy ya este tema no es la novedad
que fue en aquel tiempo y yo creo que no era lo más relevante para la
discusión adecuada, especialmente en las fases últimas de la negociación,
donde ha sido necesario sobre todo defender aquellas cosas que sabíamos
que eran más relevantes desde el punto de vista de la industria.

Sin embargo --usted conoce bien porque también se ha dedicado a
estudiarlo-- ¿cuántos estudios ha habido desde el año 1970 sobre impacto
de los cambios en la protección arancelaria? Usted, que es un estudioso
de esa cuestión, recordará seguramente ahora hasta qué punto una buena
parte de los primeros estudios de los años 1970 han tenido que ser
notablemente revaluados posteriormente y algunas de las predicciones que
entonces se hicieron han tenido también que ser reconsideradas.

Quiero expresar que yo soy el último en ser frívolo en la consideración
de los estudios teóricos. Me importan, una buena parte de mi vida la he
dedicado a eso y, por tanto, no negaré importancia a estas cosas. Sin
embargo, créame que en los sectores más delicados e importantes de
nuestra economía ha habido no sólo contacto con los sectores, sino que ha
habido negociaciones, ha habido discusiones, ha habido informaciones,
aunque, naturalmente, en un período de una cierta preocupación por
algunos sectores, es bastante difícil impedir que muchos de ellos no se
hayan expresado en términos de manifiesta preocupación ante su Grupo
Parlamentario, como ante el representante del Grupo Parlamentario que
tiene usted detrás, como ante el Grupo Socialista y ante otros grupos.

Esto ha formado parte del panorama en un ambiente todavía de cierta
incertidumbre sobre cómo podía acabar la negociación. Sin embargo, eso
está muy lejos de justificar o de servir para argumentar el que en este
período no haya habido contacto, y a veces muchísimos, algunos los he
protagonizado yo mismo, con los sectores eventualmente más afectados por
los resultados, dependiendo de que se produjeran las cosas en una
dirección o en otra de la Ronda Uruguay del GATT.

Se ha referido usted luego a algunas otras cuestiones, a las que por
cierto yo había aludido. Sobre el sector textil, he expresado las
limitaciones que tiene el acuerdo y, al mismo tiempo, he restado
dramatismo a una situación demasiado dramatizada, a mi juicio, en el
pasado, en relación con lo que hoy es el acuerdo, lo cual está muy lejos
de servirme del argumento para eliminar las preocupaciones, sino que como
he dicho anteriormente, se trata de hacer un seguimiento puntual (y luego
me voy a referir de él) de lo



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que pueda ocurrir en el sector textil y de la manera en la que tenemos
que contribuir a limitar los eventuales efectos negativos y, en cambio,
tratar de aprovechar los efectos positivos.

Sobre especialistas en aduanas, formación por el sector, problemas de
desacuerdo del sector con el tema de las ayudas, me voy a referir de
nuevo a ello al contestar al representante de Convergència i Unió. No
trato de excluirlo ahora, señor Gámir; lo que pasa es que pretendo
ordenar un poco las ideas en una exposición más sistemática, me parece,
como la que corresponde a una intervención que ha versado muy
específicamente sobre el sector textil.

Yo estoy de acuerdo en que hay muchos otros elementos que tomar en
cuenta. Se ha referido usted a problemas del pasado ya, del tipo de
cambio, o a problemas de reformas estructurales. No estábamos discutiendo
sobre eso, pero permítame estar de acuerdo sobre ello. Yo he hecho una
referencia al tema del tipo de cambio y he hecho una referencia sobre
todo a los problemas de la interrelación entre la industria y los
servicios y, fundamentalmente, a un problema que se ha puesto de
manifiesto también en la discusión de la Ronda GATT. Por tanto, al amparo
de la incidencia que tiene el sector servicios y la inclusión, todavía
incipiente, de determinados servicios en el ámbito del GATT, ciertamente
me parece que es una buena ocasión para reflexionar sobre las
consecuencias de una liberalización en materia de servicios y en materia
de competitividad de la industria, aspecto en el que seguramente
coincidimos teóricamente, al menos sobre la necesidad de introducir toda
la competencia que sea posible en un sector, por otro lado
particularmente refractario a la competencia, por razones bastante
obvias, incluidas algunas insuficientes reformas estructurales todavía en
curso.

Coincido con usted, señor Gámir, en dos cosas: éste es el momento en el
que tenemos que pensar no solamente en las medidas de salvaguardia sino
también en las medidas positivas; cómo sacar provecho finalmente de este
proceso. Lo que le diré solamente es que, sobre ambos aspectos, el
Gobierno, y en relación con las competencias de cada uno de los
Ministerios, no sólo viene reflexionando, sino tomando iniciativas. Me he
referido muy en particular a iniciativas que se tomaron en el marco del
Consejo de Ministros de la Unión Europea el pasado abril, y créame que no
son iniciativas que surgen porque sí, sino iniciativas que surgen porque
hay gobiernos que están precisamente en eso: preocupándose de algunos
efectos que pueda tener sobre el textil y, por tanto, por ejemplo, era el
caso que he citado, tomando medidas precautorias en el marco de la Unión
y en el marco de nuestro propio país. Hemos de continuar en esa
dirección, haciendo un seguimiento de aquellos sectores especialmente
sensibles, no solamente para tratar de ver si el comportamiento responde
al que en este momento prevemos, sino también para ver que en aquellas
otras áreas de actividad en las que quizá no se vislumbran en principio
efectos negativos no ocurra que las previsiones no corresponden
exactamente a la realidad. Al fin y al cabo, las anteriores rondas GATT,
incluidas desde luego las primeras, realmente tuvieron un efecto sobre un
conjunto de países notablemente menor del que ha de tener esta Ronda
GATT, que afecta a más de un centenar de países, y ciertamente abarca
muchas más áreas de actividad. En consecuencia, tampoco sería extraño
que, derivado de un proceso --esperemos que ocurra-- de mayor crecimiento
mundial y derivado no solamente de lo que ocurre con el GATT sino de
otras muchas cosas, como pueden ser determinadas tasas de crecimiento muy
diferenciales entre unas zonas geográficas y otras en el mundo, pudieran
obtenerse modificaciones, alteraciones, desviaciones o creaciones de
comercio distintas de las que en este momento están anticipadas por los
análisis hoy por hoy más solventes. En consecuencia, seguir eso es algo
que desde las competencias del Ministerio de Industria haremos respecto
de los sectores, sin perjuicio de que le corresponderá quizá de una
manera más exhaustiva al Ministerio de Comercio, como Ministerio
competente globalmente en esta cuestión, hacer un seguimiento de carácter
más general.

Sobre sacar provecho, también le quiero decir, señor Gámir, que estoy de
acuerdo. No he expuesto ni podía hoy exponer todas las medidas y toda la
política económica del Gobierno, pero es verdad que algunas de las cosas
que me parece que usted ha sugerido forman parte de medidas adoptadas por
el Gobierno. Por ejemplo, aquellas que tienen que ver con el fomento de
las exportaciones--y a las que de nuevo me volveré a referir-- forman
parte de medidas recientes adoptadas de nuevo por el Gobierno, lo cual no
quiere decir que sea ni siquiera la última palabra sino un plan o un
conjunto de nuevas medidas, complementarias de las anteriores, que,
naturalmente, todavía podrán ser perfeccionadas e incluso seguidas de
otras ulteriores, puesto que nos importa, y muy mucho, naturalmente, que
el sector exterior, en una economía cuya internacionalización es
creciente, tenga la relevancia que en este momento está teniendo
precisamente para el propio crecimiento económico de nuestro país. Por
tanto, en esa dirección estamos también trabajando y seguiremos
trabajando, porque nos parece que es un elemento muy importante, no
solamente en el año 1994, sino, especialmente, para los años siguientes,
y es una orientación estratégica de la política económica del Gobierno.

Sin duda alguna, no se puede analizar en dos frases y no se puede
analizar en un debate en el que tenemos que hablar de tantas cosas, y ni
siquiera es estrictamente de la competencia del Ministerio de Industria,
pero sí una de las áreas que hoy son áreas relevantes y prioritarias de
la acción del Gobierno dentro del entorno de la política macroeconómica y
de la política global, industrial, agrícola, de servicios, de reformas
estructurales, etcétera, que el Gobierno está poniendo en marcha.

Señor García Fonseca, la verdad es que a usted le ha parecido que mi
consideración --parece que es lo que sustantivamente ha dicho-- era
acrítica. Permítame que le devuelva con todo cariño esta consideración.

Usted ha dicho que esto es acrítico o que mi valoración era acrítica
porque habiendo dicho que todos los estudios no son fiables al cien por
cien, de ahí sacaba la conclusión de que, no obstante, globalmente, esto
era positivo. De ninguna manera veo una contradicción entre una posición
y la otra. Si le hubiera dicho que las perspectivas de crecimiento
económico, de



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crecimiento del PIB mundial o del comercio mundial pueden situarse en el
entorno en que lo han pronosticado algunas organizaciones
internacionales, el propio GATT o la OCDE, tal vez me hubiera usted, con
razón, señalado que algunos de esos estudios solamente son consistentes
en términos de las hipótesis de las que parten, y tendría usted toda la
razón. Por tanto, como yo he establecido una notable prudencia respecto a
la toma en consideración exacta de semejantes porcentajes de crecimiento
del comercio mundial o del PIB, no creo que tenga usted derecho a decirme
que por eso soy acrítico. Creo que, en general, no hay un solo estudio
solvente que, en medio de sus limitaciones metodológicas, técnicas,
científicas, no haya llegado a la conclusión de que esto, desde el punto
de vista del comercio mundial, del crecimiento económico mundial e
incluso del posible desarrollo económico de los países menos
desarrollados, no haya de ser globalmente positivo. Pero si recuerda
usted mi intervención, alguna de las cosas que he dicho es que a corto
plazo no tiene por qué surgir un igual efecto en términos de crecimiento
o de desarrollo o una igual distribución del proceso de crecimiento en
todo el orbe, en todo el mundo. Y, ciertamente, esto me parece algo
bastante evidente.

A usted le preocupa que no se tomen en cuenta los sectores más débiles.

Yo no sé si es la única aproximación a la valoración de un acuerdo sobre
el GATT. Yo creo que es una, lo que pone de manifiesto no solamente su
buen corazón sino, al mismo tiempo, un problema con el que me siento
honestamente identificado: ¿qué efecto tiene esto sobre las áreas más
débiles del mundo, sobre las economías menos desarrolladas, etcétera? Sin
duda alguna que existen relaciones de poder en el mundo en el comercio,
como en el resto de la vida en general, que es difícil desconocer. Sacar
la conclusión, por el contrario, de esta afirmación, en el sentido de que
se ha avanzado hacia un mayor colonialismo económico en el mundo, me
parece, aunque lo diga un premio Nobel, si así usted lo ha interpretado,
una conclusión exorbitante. Por el contrario, creo que la mayor parte de
los países menos desarrollados han entendido que una forma de acceder a
los beneficios de un mayor desarrollo económico era unirse a un proceso
que, por otro lado, en términos de realismo social, económico y político,
me parece que es bastante imparable en el conjunto del mundo.

Quiero hacer dos puntualizaciones sobre esta cuestión, sobre comercio y
medio ambiente. Usted decía que este tema sólo está esbozado. Ya lo he
dicho antes, señor García Fonseca, sólo está esbozado y, sin embargo,
creo que es positivo que no solamente sean los países más desarrollados
del mundo --sean la Unión Europea o algunos otros, Japón, Estados
Unidos-- sino otros países que también tienen su cuota de contribución al
deterioro del planeta, si quiere usted, o a la no defensa del medio
ambiente, los que tengan, por la vía de la Organización Mundial del
Comercio, una cierta forma de incorporación, en sus decisiones de
producción, de elementos que no tengan el efecto de deterioro que pueden
tener determinadas políticas absolutamente depredadoras.

Déjeme decirle, señor García Fonseca y no lo tome de ninguna manera, que
no es mi intención, como una alusión malsonante o inconveniente a su
pensamiento o a su ideología política, que hace algunos años, incluso en
este país, en algunos sectores de la izquierda de este país, incluida la
izquierda a la que yo pertenezco, se pensaba que en algunos países de la
Europa del Este, por ejemplo, el problema de la incorporación del medio
ambiente en el desarrollo económico era un problema resuelto. Incluso yo,
que he estudiado algo el tema del medio ambiente, desde el punto de vista
profesional, he tenido ocasión de acceder a numerosos estudios, revistas
y publicaciones, según los cuales, en algunas economías menos
desarrolladas, parecía que la integración del problema del medio ambiente
en una economía planificada, etcétera, era un problema relativamente
sencillo. La brutal experiencia, sin embargo, del descubrimiento de lo
que ha significado la defensa del medio ambiente en la Europa del Este es
algo que no nos debiera dejar impasibles, pensando que ha habido un
extraordinario deterioro, situación que nos costará mucho, entre otros, a
todos los europeos, no solamente a los alemanes, de recuperar en algunos
de estos países, y hay experiencias que usted conoce a estas alturas que
son extraordinariamente dolorosas. No debiéramos, me parece, contribuir a
pensar que algunos países, por el hecho de ser menos desarrollados y
necesitar acercarse a los niveles de los países más desarrollados
debieran estar de todo punto exentos de alguna obligación de
consideración medioambiental. Cosa distinta es, naturalmente, el que se
quiera por esta vía imponer políticas que impidan acceder a los niveles
más desarrollados, como si tuvieran que aplicar las mismas políticas que
en los países que más contribuyen al deterioro del medio ambiente por su
consumo energético, por el volumen de desechos, etcétera, que producen de
acuerdo con su nivel de desarrollo. Lo mismo le podría decir sobre los
aspectos sociales, y ya he hecho antes alguna reflexión en esta
dirección.

Una última cosa le quiero decir, señor García Fonseca. Yo creo, y se lo
digo de toda convicción, que España es ya una economía abierta, no es una
economía cerrada. Si defendemos los intereses de España, creo que tenemos
que ser conscientes de que éstos siendo solidarios con otros países, con
otras economías menos desarrolladas, ya no son los del proteccionismo, ya
no son, siquiera, otros que los de la introducción de reglas
transparentes para todo el mundo en el mercado mundial. España es una
economía, ya lo he explicado antes, en la que el crecimiento de las
exportaciones ha sido muy importante. Teníamos aproximadamente un 9 por
ciento de participación en el año 1980; hoy tenemos un 20. Esto significa
un cambio cualitativo fundamental. Y hoy, incluso a corto plazo, una
parte significativa de nuestro crecimiento económico va a venir, y
esperemos que podamos seguir el ritmo actual, incrementando nuestra
participación en el comercio europeo y en el comercio mundial. Por tanto,
desde la defensa de los intereses españoles y sin ninguna pérdida de
preocupación y de solidaridad con aquellos que tienen menores recursos
que nosotros, me parece que tenemos que defender, y es legítimo que lo
hagamos, como Gobierno y como país, los intereses de una economía que es
ya hoy una economía abierta.

El señor Molins se ha referido a un buen número de cosas de una manera
sistemática y yo diría que exhaustiva.




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Le agradezco su valoración general. Me parece que es muy coincidente con
la que yo he hecho sobre lo que significa el GATT, sobre lo que significa
para España, sobre lo que significa para nuestra industria. Ha dicho que
España no podía quedar descolgada, pero eso, tiene usted razón y también
coincido con usted, no puede significar que no analicemos las
consecuencias, aun no pudiendo quedar descolgados, que ha de tener para
unos y otros sectores industriales que nos importan desde la perspectiva
sectorial, lo mismo que desde la perspectiva regional, etcétera,
dependiendo de su efectiva implantación.

De su intervención, si me lo permite, diría que coincido con usted casi
al 98 por ciento. Por lo tanto, repasar prácticamente lo que ha dicho va
a ser reiterativo en la medida en que muchas de las cosas que ha
mencionado o están en marcha o estoy de acuerdo en que se pongan en
marcha, pero creo que marcan sobre todo una línea de preferencia que
modestamente este Gobierno está tratando de impulsar una política
industrial que seguramente pretende ser beligerante, activa, como usted
quiera definirla, y una política industrial dirigida a la
internacionalización también de nuestra economía, lo cual conlleva
algunas consecuencias como las que usted ha glosado. Estoy de acuerdo en
que tenemos que buscar todavía un crecimiento y una mayor participación
en el comercio mundial. Usted lo cifraba en un incremento de las
exportaciones del 25 por ciento. Si pudiéramos seguir ese ritmo, sería
bueno para nuestra economía. Tengo pocas dudas sobre la
internacionalización de la economía española; incluso si no crecieran las
exportaciones tanto como lo están haciendo en 1993 y en 1994 en los
próximos años o al menos lo hicieran al mismo ritmo, estoy seguro de que
avanzamos seriamente hacia un proceso de mayor peso, de acuerdo con
previsiones no sólo nuestras sino de organismos internacionales, en el
comercio europeo y en el comercio mundial. Estoy de acuerdo, también,
señor Molins, en que esto nos fuerza, no sólo a una internacionalización
vía mercancías sino también a una internacionalización vía inversiones. Y
lo digo porque esto va a ser la condición sine qua non para el
crecimiento del comercio de mercancías o del comercio de servicios. Algo
de esto hemos venido recorriendo todavía en estos años, pero no es menos
cierto que todavía somos mucho más un país importador en materia de
capitales que un país exportador. Por lo tanto, ese camino, que lo
estamos impulsando, nos parece hoy una necesidad y algo que forma parte
de ese enfoque general al que me refería.

De todas formas, señor Molins, ha aludido a muchas cosas, a la reforma de
la política comercial europea, a la necesidad de avanzar y sacar las
consecuencias de la reforma laboral, a la necesidad de adopción de nuevas
medidas en materia de fiscalidad o de determinadas medidas de carácter
estructural, por ejemplo, en telecomunicaciones y servicios, y casi
finalmente ha hecho un relativamente largo discurso sobre la industria,
asentado en puntos que hoy sí quiero confirmar que forman parte de lo que
es y consta en los documentos del Ministerio, en mis propias
intervenciones ante esta Comisión y en general en la orientación del
Gobierno, repetidas veces expresada, de lo que es una política industrial
beligerante y activa.

Quiero hacer dos puntualizaciones sobre esta cuestión, sobre comercio y
medio ambiente. Usted decía que este tema sólo está esbozado. Ya lo he
dicho antes, señor García Fonseca, sólo está esbozado y, sin embargo,
creo que es positivo que no solamente sean los países más desarrollados
del mundo --sean la Unión Europea o algunos otros, Japón, Estados
Unidos-- sino otros países que también tienen su cuota de contribución al
deterioro del planeta, si quiere usted, o a la no defensa del medio
ambiente, los que tengan, por la vía de la Organización Mundial del
Comercio, una cierta forma de incorporación, en sus decisiones de
producción, de elementos que no tengan el efecto de deterioro que pueden
tener determinadas políticas absolutamente depredadoras.

Déjeme decirle, señor García Fonseca y no lo tome de ninguna manera, que
no es mi intención, como una alusión malsonante o inconveniente a su
pensamiento o a su ideología política, que hace algunos años, incluso en
este país, en algunos sectores de la izquierda de este país, incluida la
izquierda a la que yo pertenezco, se pensaba que en algunos países de la
Europa del Este, por ejemplo, el problema de la incorporación del medio
ambiente en el desarrollo económico era un problema resuelto. Incluso yo,
que he estudiado algo el tema del medio ambiente, desde el punto de vista
profesional, he tenido ocasión de acceder a numerosos estudios, revistas
y publicaciones, según los cuales, en algunas economías menos
desarrolladas, parecía que la integración del problema del medio ambiente
en una economía planificada, etcétera, era un problema relativamente
sencillo. La brutal experiencia, sin embargo, del descubrimiento de lo
que ha significado la defensa del medio ambiente en la Europa del Este es
algo que no nos debiera dejar impasibles, pensando que ha habido un
extraordinario deterioro, situación que nos costará mucho, entre otros, a
todos los europeos, no solamente a los alemanes, de recuperar en algunos
de estos países, y hay experiencias que usted conoce a estas alturas que
son extraordinariamente dolorosas. No debiéramos, me parece, contribuir a
pensar que algunos países, por el hecho de ser menos desarrollados y
necesitar acercarse a los niveles de los países más desarrollados
debieran estar de todo punto exentos de alguna obligación de
consideración medioambiental. Cosa distinta es, naturalmente, el que se
quiera por esta vía imponer políticas que impidan acceder a los niveles
más desarrollados, como si tuvieran que aplicar las mismas políticas que
en los países que más contribuyen al deterioro del medio ambiente por su
consumo energético, por el volumen de desechos, etcétera, que producen de
acuerdo con su nivel de desarrollo. Lo mismo le podría decir sobre los
aspectos sociales, y ya he hecho antes alguna reflexión en esta
dirección.

Una última cosa le quiero decir, señor García Fonseca. Yo creo, y se lo
digo de toda convicción, que España es ya una economía abierta, no es una
economía cerrada. Si defendemos los intereses de España, creo que tenemos
que ser conscientes de que éstos siendo solidarios con otros países, con
otras economías menos desarrolladas, ya no son los del proteccionismo, ya
no son, siquiera, otros que los de la introducción de reglas
transparentes para todo el mundo en el



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mercado mundial. España es una economía, ya lo he explicado antes, en la
que el crecimiento de las exportaciones ha sido muy importante. Teníamos
aproximadamente un 9 por ciento de participación en el año 1980; hoy
tenemos un 20. Esto significa un cambio cualitativo fundamental. Y hoy,
incluso a corto plazo, una parte significativa de nuestro crecimiento
económico va a venir, y esperemos que podamos seguir el ritmo actual,
incrementando nuestra participación en el comercio europeo y en el
comercio mundial. Por tanto, desde la defensa de los intereses españoles
y sin ninguna pérdida de preocupación y de solidaridad con aquellos que
tienen menores recursos que nosotros, me parece que tenemos que defender,
y es legítimo que lo hagamos, como Gobierno y como país, los intereses de
una economía que es ya hoy una economía abierta.

El señor Molins se ha referido a un buen número de cosas de una manera
sistemática y yo diría que exhaustiva. Le agradezco su valoración
general. Me parece que es muy coincidente con la que yo he hecho sobre lo
que significa el GATT, sobre lo que significa para España, sobre lo que
significa para nuestra industria. Ha dicho que España no podía quedar
descolgada, pero eso, tiene usted razón y también coincido con usted, no
puede significar que no analicemos las consecuencias, aun no pudiendo
quedar descolgados, que ha de tener para unos y otros sectores
industriales que nos importan desde la perspectiva sectorial, lo mismo
que desde la perspectiva regional, etcétera, dependiendo de su efectiva
implantación.

De su intervención, si me lo permite, diría que coincido con usted casi
al 98 por ciento. Por lo tanto, repasar prácticamente lo que ha dicho va
a ser reiterativo en la medida en que muchas de las cosas que ha
mencionado o están en marcha o estoy de acuerdo en que se pongan en
marcha, pero creo que marcan sobre todo una línea de preferencia que
modestamente este Gobierno está tratando de impulsar una política
industrial que seguramente pretende ser beligerante, activa, como usted
quiera definirla, y una política industrial dirigida a la
internacionalización también de nuestra economía, lo cual conlleva
algunas consecuencias como las que usted ha glosado. Estoy de acuerdo en
que tenemos que buscar todavía un crecimiento y una mayor participación
en el comercio mundial. Usted lo cifraba en un incremento de las
exportaciones del 25 por ciento. Si pudiéramos seguir ese ritmo, sería
bueno para nuestra economía. Tengo pocas dudas sobre la
internacionalización de la economía española; incluso si no crecieran las
exportaciones tanto como lo están haciendo en 1993 y en 1994 en los
próximos años o al menos lo hicieran al mismo ritmo, estoy seguro de que
avanzamos seriamente hacia un proceso de mayor peso, de acuerdo con
previsiones no sólo nuestras sino de organismos internacionales, en el
comercio europeo y en el comercio mundial. Estoy de acuerdo, también,
señor Molins, en que esto nos fuerza, no sólo a una internacionalización
vía mercancías sino también a una internacionalización vía inversiones. Y
lo digo porque esto va a ser la condición sine qua non para el
crecimiento del comercio de mercancías o del comercio de servicios. Algo
de esto hemos venido recorriendo todavía en estos años, pero no es menos
cierto que todavía somos mucho más un país importador en materia de
capitales que un país exportador. Por lo tanto, ese camino, que lo
estamos impulsando, nos parece hoy una necesidad y algo que forma parte
de ese enfoque general al que me refería.

De todas formas, señor Molins, ha aludido a muchas cosas, a la reforma de
la política comercial europea, a la necesidad de avanzar y sacar las
consecuencias de la reforma laboral, a la necesidad de adopción de nuevas
medidas en materia de fiscalidad o de determinadas medidas de carácter
estructural, por ejemplo, en telecomunicaciones y servicios, y casi
finalmente ha hecho un relativamente largo discurso sobre la industria,
asentado en puntos que hoy sí quiero confirmar que forman parte de lo que
es y consta en los documentos del Ministerio, en mis propias
intervenciones ante esta Comisión y en general en la orientación del
Gobierno, repetidas veces expresada, de lo que es una política industrial
beligerante y activa.

Se ha referido a la internacionalización de las pymes. Quiero saludar el
reciente acuerdo en esta materia. La iniciativa industrial pymes está
pendiente, por cierto, de ser suscrita por la Generalitat de Cataluña,
como por otras muchas comunidades autónomas, dentro de un ambiente de
entendimiento y de acuerdo. Confío que pueda dar respuesta de verdad a
estos aspectos, entre otros, de internacionalización en las pymes.

Estoy de acuerdo también, señor Molins, en la conveniencia de avanzar
hacia una reducción de la fiscalidad sobre la producción, y no sólo lo
estoy como Ministro de Industria sino como Ministro en general del
Gobierno. Estoy de acuerdo en esa orientación, en una orientación que es
más fácil decir que hacer en la medida en que, como usted no ignora,
depende también de la evolución de otros recursos presupuestarios y de
otras prioridades que son relevantes, desde el punto de vista de los
intereses industriales incluidos, como son aquellas que tienen que ver
con la reducción de nuestro déficit público en el medio plazo. Estoy de
acuerdo --y creo que hemos dado pasos en esta dirección-- en materia de
reducción de costes energéticos, como un factor clave de la
competitividad de nuestra industria; lo he dicho varias veces en esta
Comisión, este año la tarifa industrial es más barata que el año pasado,
es la primera vez que ocurre, y confío en que en términos reales podamos
avanzar en esa dirección en los próximos años. A eso tendrá que
contribuir, entre otras cosas, confío, también la puesta en marcha,
cuando las Cortes Generales lo aprueben, de la nueva ordenación del
sector eléctrico.

No sé si he entendido bien algo que se refería a la mejora de las
relaciones entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de Comercio,
que, por cierto, son excelentes, para hacer frente a toda esa estrategia
de internacionalización. Quiero decirle, señor Molins, que prácticamente
en todos los aspectos a los que usted se ha referido, el fomento de la
cultura de la exportación, la creación de consorcios, la información a
empresas, la creación por parte del Ministerio de Industria de la imagen
de un país exportador, la política específica del fomento de
exportaciones o el acceso a instrumentos de financiación para las
exportaciones, son aspectos en los que institucionalmente en las
relaciones entre Industrias y Comercio hay una presencia



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permanente del Ministerio de Industria, como no podía ser menos. La
separación en dos ministerios de lo que anteriormente estaba unido dentro
de este Gobierno no debe ir en detrimento de la coordinación y,
naturalmente, de la relevancia que industrialmente tiene la política
comercial.

En materia de formación e innovación, señor Molins, quiero decir que
hemos dado, como usted sabe, pasos este año en una mejor consideración de
la fiscalidad para los gastos de I+D, una mejor consideración, en la cual
hubo acuerdo, demás, con su Grupo, y confío --porque yo también tengo
esta misma convicción, la que usted expresaba-- en que podamos dar
eventualmente pasos en la misma dirección. Confío en que las discusiones
para el próximo año nos lleven precisamente por ese terreno.

La materia de infraestructura tecnológica es uno de los aspectos más
relevantes de la política tecnológica de este país, sobre todo de las
políticas que hemos puesto en marcha en los últimos años, y de nuevo
hemos ratificado, por ejemplo, en la iniciativa industrial pymes. Creo
que este país ha ido creando infraestructuras en esta dirección, pero
ciertamente, especialmente en relación a las pequeñas y medianas
empresas, es verdad que todavía tenemos muchas cosas en las que mejorar y
avanzar, lo mismo que en la cooperación interempresarial joint ventures,
fusiones, etcétera, que forman parte exactamente y con los mismos nombres
de algunos renglones o elementos centrales de una estrategia industrial
tal y como la estamos concibiendo.

Sobre el sector textil, señor Molins, de nuevo no puedo sino expresarle
también mi acuerdo; mi acuerdo en un política de defensa comercial que he
comprometido con los empresarios del sector textil por parte del
Ministerio de Industria y a la cual ciertamente no es ajeno el Ministerio
de Comercio como Ministerio especialmente encargado de esta cuestión. Le
quiero confirmar que la comisión de seguimiento para estas cuestiones, a
la que yo me había comprometido y que formaba parte de una iniciativa a
instancias de los propios empresarios, que era la iniciativa del propio
Ministerio de Industria, se pondrá en marcha y que, en consecuencia, hay
un grupo dentro del Ministerio de Industria trabajando en estos temas y
espero que las dificultades a las que usted se ha referido no sean,
naturalmente, relevantes. Hay, además, acuerdos en el ámbito de la Unión
Europea de avanzar en esta dirección. Por tanto, creo que podremos
constituir un grupo en contacto con los empresarios del sector textil que
pueda analizar simplemente lo que está ocurriendo y adoptar las medidas
oportunas en tiempo oportuno, cuando puedan ser defendidas, en materia de
defensa de propiedad intelectual, industrial, en materia de dumping, en
materia de fraudes y en otros aspectos.

Quiero hacer alguna matización, si me lo permite el señor Molins, sobre
programas que están en marcha en este momento y que son susceptibles de
mejora. Estoy de acuerdo --y alguna prueba creo que he dado en las
relaciones con los propios empresarios del sector textil-- en que el plan
de competitividad del sector textil, especialmente en la convocatoria de
nuevas ayudas para este año, ha sufrido ya modificaciones precisamente
para salir al paso de algunas de las dificultades que se habían detectado
en años anteriores. Pero quiero más allá, señor Molins; si es necesario,
haremos más cambios. Me parece importante dentro del marco que nos deja
la Unión adaptar las posibilidades de ese plan y, desde luego, recabar
todo el volumen de recursos que hoy puede estar disponible a merced de la
iniciativa Retex, que antes he valorado aproximadamente un 25 por ciento
del volumen total; un marco y unos fondos que creo nos van a permitir
hacer bastantes cosas si las aprovechamos bien, además de otros fondos
que puedan ser derivados, de acuerdo con lo que también he citado en mi
intervención, de iniciativas en materia pymes pero específicamente
dirigidos al sector textil, que han formado parte de discusiones y de
acuerdos en la Unión Europea y en el Consejo de Ministros del pasado mes
de abril.

Le agradezco, en todo caso, señor Molins --por lo menos es consolador--
que me diga que han mejorado las cosas. Ya sé que nunca es suficiente.

Trataremos de que en la próxima ocasión diga que todavía han mejorado,
aunque también será insuficiente, pero yo creo que hay un diálogo fluido
con los empresarios del sector textil y me parece que también con los
empresarios de otros sectores. No es solamente al sector textil, como S.

S. decía, al que hay que hacer referencia. Creo que la política de
acompañamiento a las medidas GATT tiene que ser una política a la vez de
observación, de vigilancia, especialmente de información, en contacto con
los empresarios y, al mismo tiempo, una política de impulso a algo que
usted ha definido y que yo estoy de acuerdo que es fundamentalmente el
énfasis en la internacionalización a todos los efectos de nuestras
empresas.

En materia de electrónica e informática creo que las consideraciones
podrían ser las mismas. Le diré que una de las nuevas medidas de apoyo a
la exportación en que el Ministerio de Industria, en el diálogo con el
Ministerio de Comercio, puso mayor énfasis fue precisamente la
consideración de las asociaciones sectoriales de exportación como
elementos centrales de cualquier política de apoyo, que me parece que es
una posición muy cercana a la que usted venía defendiendo.

Finalmente, señor Presidente, les quiero agradecer, no obstante los
matices, las diferencias, sus intervenciones. Creo que tenemos un gran
reto por delante, como otros muchos, pero éste es especialmente
relevante, en el que me parece que son muchas más las posiciones de
acuerdo, no obstante los matices, sobre todo teniendo en cuenta las
legítimas valoraciones de unos y otros grupos, que las discrepancias
sobre algo en lo cual estamos ya y sobre lo que seguramente valdría un
poco la pena hacer una consideración no de lo que pudo ser y no fue,
sino, sobre todo, de cómo hacer frente a lo que hoy es nuestro presente y
sobre todo nuestro futuro.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Tengo la impresión de que los
grupos desean hacer uso del último y breve turno previsto en el
Reglamento, vamos a hacerlo, pero teniendo presente la gentil defensa
hecha por el señor Gámir de los intereses del primer Grupo de la Cámara,
esta vez vamos a dejar que el Grupo Socialista cierre el turno y, por
ello, pasamos al segundo Grupo. Señor Gámir, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular, ¿quiere hacer uso de ese último turno?



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El señor GAMIR CASARES: Sí, aunque reconozco un punto mínimo de extrañeza
que en la misma reunión cambien las reglas de juego. Lo reconozco, pero
dado por reconocido, sigamos.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): ¿No le suena a S. S. esa
expresión de que acertamos cuando rectificamos?



El señor GAMIR CASARES: Sí, me suena, pero el problema es si realmente a
veces se cumple, si a veces no ocurre que cuando rectifican tampoco
aciertan, pero no profundicemos al respecto.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Tiene la palabra.




El señor GAMIR CASARES: Con brevedad.

Aunque éste es un amable coloquio con el señor Ministro, hay
declaraciones de otros grupos y creo que para marcar las posturas es
importante dejarlas claras. Por ejemplo, yo estoy de acuerdo en buena
parte de la primera declaración que ha hecho el representante de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Es difícil juzgar un acuerdo
del que se conoce bastante poco. Lo que pasa es que, por desgracia, nos
tenemos que acostumbrar a tomar decisiones con información limitada,
tanto en el mundo de la empresa como en el de la política económica, y
con una información muy limitada, tenemos que decir que, en cuanto a la
decisión, ponderándola, nos parece que hay que inclinarse por el sí en
este caso. Indudablemente desearíamos tomar esta decisión con información
mucho más amplia, y ésa es precisamente una de las críticas o quejas ante
el Gobierno, que no podamos tomar una decisión sobre nuestra postura con
una información mucho más amplia de la que tenemos y que creíamos que los
grupos parlamentarios podíamos haber tenido. Además hoy está muy de moda
el tema de los costes de la información en el sector privado y en la
economía de mercado, donde es tremendamente útil a los actores del mundo
económico poseer esa información.

Fijando brevísimamente mi postura tengo que decir que estoy algo más en
desacuerdo con que el GATT no convenga al subdesarrollo. Voy a citar la
famosa frase de los años 1960 «trade, not aid», comercio sí, ayuda no,
que llevándola a la actualidad se puede decir que a los países
subdesarrollados que han optado por una economía de desarrollo hacia el
interior en compartimentos estancos, como ocurrió en Iberoamérica en una
determinada época, les ha ido peor que a los que han optado por otra
política más hacia el exterior, y si han firmado ellos el Acuerdo por
algo será; reconozcámosles cierta capacidad de decidir sobre sus propios
intereses, sin creer que el comercio de libre cambio es la solución de
todos los males, ni mucho menos.

Tras esta fijación de mi postura hay otra idea que voy a exponer muy
esquemáticamente. Existe una paradoja que es casi divertida. El
representante del Grupo de Convergència ha hecho una exposición con la
que estoy de acuerdo en gran parte, pero resulta que el Ministro
socialista dice que también está de acuerdo. Para que el triángulo fuera
lógico yo tendría que estar de acuerdo con lo que dice el Ministro o el
Ministro estar de acuerdo conmigo, sin embargo, eso no se produce, lo
cual puede ser por muchas razones y no voy a entrar en todas ellas. Una
podía ser que, a veces, con toda sinceridad, uno está más de acuerdo con
declaraciones que realizan ministros del Gobierno en determinados foros
que con el lenguaje de los hechos de dicho Gobierno. Por ejemplo, eso
ocurría en la época que era Ministro el señor Solchaga, había una
contradicción entre sus declaraciones y sus presupuestos. Lo mismo ocurre
con las declaraciones que realiza el Ministerio de Industria y la
política industrial que se lleva a cabo en este país. Es cierto que no es
el momento de profundizar al respecto, simplemente lo apunto como
paradoja curiosa y casi divertida.

Enumerando con toda brevedad alguna política básica en el sentido de
aprovechar al máximo este Acuerdo, tengo que decir que deberá pasar por
la disminución del déficit público, pero no en relación al año 1993, sino
al año 1992, como es lógico. Después de la catástrofe de 1993 --como
decía el señor Molins-- la reducción de los tipos de interés, el
mantenimiento de un tipo de cambio competitivo y de control de la
inflación, sin basarlo todo en la política monetaria, sería imposible.

Estamos de acuerdo en que, aprovechando el Acuerdo, hay que dar un gran
impulso a las pymes, principalmente en el sector manufacturero, en el
mundo de las economías de escala, donde, desde el punto de vista de la
producción, tienen economías de escala suficientes, pero desde el punto
de vista de la exportación, no las tienen, y esas contradicciones entre
la función productiva y la comercializadora exige un planteamiento
especial. Estoy de acuerdo en la diferencia entre grande y pequeña
empresa que ha planteado el señor Molins precisamente en el mundo de la
pyme y de la exportación. También estoy de acuerdo en que las
cotizaciones sociales deberían bajarse, y nos hubiera encantado que en el
lenguaje de los hechos se hubieran ido bajando en esta época y que los
ministros de industria hubieran influido al respecto.

También hemos señalado en otra ocasión que la factura eléctrica debería
ser transparente; que todos los españoles conozcan la situación de Hunosa
o la moratoria nuclear, y que se haga, si es necesario, un debate para
decir cuál es la mejor forma de financiación. No entro en los temas de
fondo, no sé si la financiación actual es la mejor, posiblemente habrá
otras formas mixtas de hacerlo con el impulso que ello implicaría en
muchas industrias, sobre todo en las energéticas.

Sé que lo que voy a decir a continuación no pertenece a su Departamento,
pero como en su exposición usted ha ligado el tema a la exportación,
deseo recordar que en el mundo de los sectores el ICEX es muy criticado
en su actuación. No voy a detallarle las críticas, tendremos otra ocasión
de hacerlo o quizá habrá que realizarlo con el Ministro de Comercio para
ser más concreto, pero dado que usted ha mencionado el tema le recuerdo
este punto.

Hubo una época en la que se hablaba mucho de la tecnología como factor de
desarrollo. Hoy está más de moda la tecnología con factor de
competitividad. Es un problema de la pyme, pero también lo es de la
empresa en general, que no



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se le da importancia como factor de crecimiento y sí de competitividad,
sin necesidad de citar la ventaja competitiva en este caso. El Plan de
competitividad del sector lo tendrán que rectificar mucho, quizá se siga
rectificando, como me apuntaba el Presidente, y a veces estamos de
acuerdo en que cuando rectifican, rectifican y rectifican acabamos
estando de acuerdo. Un plan de ayuda al sector en que el sector dice:
esto no me sirve y con esto realmente yo no puedo avanzar, he de dudar
mucho que sea el más eficaz. Porque algunas de las razones de los planes
son psicológicas, y es que el sector se encuentre con un plan en que él
pueda, a su vez, poner mucho más, de forma que el efecto sea multiplicado
y que realmente haga frente a la competitividad. Por cierto, un lapsus
curioso, que no tiene importancia. Las industrias con GATT estaban mejor
que sin GATT; perdón, las industrias estarán sin GATT, porque el GATT
desaparece. Ha habido también alguna referencia a ese tema.

Respecto a lo que el Ministro ha hablado en respuesta a mi intervención
anterior en representación del Grupo Parlamentario Popular, quizá esa
frase «a pesar del Gobierno» es una expresión que la dice usted. Yo lo
que digo es que el Gobierno lo podía haber hecho bastante mejor, que
podía haber negociado mejor y haber tenido mejor información, y que eso
habría redundado en beneficio de todos los españoles. Creo que ésa es la
expresión que he utilizado.

Usted dice que la protección efectiva es una técnica que estuvo en una
época más de moda que en otra. Es cierto. Ahora bien, en la actualidad,
para determinados casos es muy útil. Es muy útil para no escribir un
documento como éste. Si conocieran simplemente los fundamentos de ello no
hubieran escrito la página 10. Hablando ayer con el sector textil me
dijeron que entendía muy bien cómo en su sector era muy útil esta idea,
porque es un sector en el que la protección a la materia prima y la
protección al producto acabado tienen aranceles distintos, y comprendían
perfectamente lo útil que es para este tema del GATT la aplicación;
aplicaciones concretas y conceptos teórico de algo tan sencillo como es
tener en cuenta los aranceles de materias primas y los de productos
acabados.

Dice usted que los estudios prácticos se equivocan. No es que sea lo
mismo, pero es como cuando alguien dice: las encuestas se equivocan,
luego mejor no hacerlas. Los estudios econométricos se equivocan, pero
mejor tenerlos, sin duda; no será mejor la intuición o la varita mágica
del ministro de turno. Mejor haberlos tenido, aunque esos estudiosos
--algunos-- se hayan podido equivocar, pero eso les permitirá aprender de
sus errores para estudios posteriores. Y sin duda es una queja que no
haya habido la previsión de realizarlo.

En cuanto al grado de queja de los sectores, y le puedo citar doce, es
continuo en cuanto a la falta de comunicación con el Ministerio en este y
en otros temas. Lo que ustedes han hecho, para que no se diera esa carga
en los servicios, comparativamente es mucho mayor para la industria.

No ha contestado usted, aunque decía que lo iba a englobar en la
respuesta a otras personas que han hablado, como el portavoz de
Convergència i Unió, pero no ha contestado, repito, a los temas de
Portugal durante la negociación, al tema de las estadísticas, de los
puertos, de los técnicos especializados y de que todo ello nos daría una
mejor postura negociadora frente a Europa. En Europa el tema textil es el
de la Europa del norte y la Europa del sur. A la Europa del norte le
interesa la mayor liberalización y a la Europa del sur, en líneas
generales, no. En cuanto a que si hacemos eso nos colocaremos en una
mejor situación negociadora, ahí no ha habido una respuesta.

Para finalizar, no seamos tan triunfalistas en el tema de la exportación,
porque la colocaremos, me figuro --usted que ha estudiado economía--, en
el campo de la balanza por cuenta corriente, y colocada en la balanza por
cuenta corriente nos encontramos con una fuerte recesión que está
provocando el que perdamos parte de la competitividad que nos ha dado la
devaluación. Es normal que eso ocurra, pero el problema es, si la
economía española vuelve a crecer, si no seguiremos teniendo un problema
de déficit en balanza por cuenta corriente, incluso de carácter
estructural, que nos lleve a que sea un elemento que dificulte, que sea
un cuello de botella para el crecimiento, y si no habrá que colocar en
ese contexto lo que usted ha dicho sobre exportación, a no ser,
precisamente, que se haga una política económica distinta, que se base
fundamentalmente en la suma de aspectos macros y micros realizados, en el
apoyo al comercio exterior, al comercio de exportación y en la
suavización de ciertas condiciones respecto a la importación a nuestro
país de productos provinientes del acuerdo del ex GATT.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señor García Fonseca, tiene la
palabra.




El señor GARCIA FONSECA : Muy brevemente, señor Presidente, y no tanto
para responder sino para aclarar, por la brevedad del turno, alguna de
las expresiones y de las respuestas del Ministro.

Por ejemplo, cuando yo manifestaba que me parecía que las conclusiones y
valoraciones hechas por el Ministro eran acríticas, quería simplemente
expresar que de las premisas, tanto empíricas de los datos como de los
estudios aportados, no se podía derivar tan mecánica o tan sencillamente
una valoración positiva de los acuerdos, y, si me permite, incluso me
parece que flotaba, o así lo interpreté yo, una especie de premisa
subyacente, más o menos explicitada a veces, que también me parece
acrítica, y es que cualquier proceso de liberalización, de por sí, trae
un progreso económico.

Yo creo que esto no ha sido así --ahora me dirijo al Grupo Popular
también-- en la mayor parte de los países. Simplemente leo una cita de un
grupo de expertos de las Naciones Unidas. Se decía que la inserción en el
mercado internacional suponía crecimiento económico «per se», y eso no ha
sido así. La inserción en el mercado internacional ha traído deuda y
programas de ajuste estructural. El diagnóstico no era del todo correcto.

Todo el proceso largo, lento, de liberalización en Europa ha ido
paralelamente acompañado de regulaciones sociales, medioambientales y
otras. Desde la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles crea la
OIT, plantea la jornada máxima de ocho horas, etcétera. Y lo que expone



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mi Grupo es que no puede estar de acuerdo con esta doble velocidad, y así
lo expresé de esta forma gráfica; que por una parte se consigan unos
marcos globales liberalizados desde el punto de vista económico con una
visión estrecha, en un sentido estrecho del término, sin que incluyan
paralelamente medidas que también son económicas por ser sociales,
medioambientales, fiscales, etcétera.

Señor Ministro, usted, no sé si con una cierta ironía, se refería a la
interpretación que yo hacía del Premio Nobel. No era una interpretación,
si se lo leo literalmente, es mucho más fuerte. Dice: El libre comercio
es una nueva forma de colonialismo --estoy leyendo-- aún más temible. Y
continúa: Es lo que se llama la tiranía de las verdades establecidas. En
el centro de la Ronda Uruguay están los intereses norteamericanos, su
deseo de ampliar su cuota en el mercado agrícola a costa de reducir la
francesa y la española. Por tanto, no es una interpretación mía, es una
lectura en todo caso, pero literal.

Para terminar, con una expresión que a mí me parece válida de lo que yo
intentaba decir, le leo otra cita, en este caso de don Alvaro Espina, que
me parece que no es sospechoso de poder ser una arma arrojadiza contra
ustedes. Dice textualmente: La liberalización del comercio mundial debe
ir acompañada de una normativa laboral y social mínima en los países del
Tercer Mundo para evitar una crisis global de consecuencias
impredecibles.

Esto, así de simple, así de sencillo, es lo que mi Grupo entiende que
debe ser, y no ya por buen corazón, sino por racionalidad también. Y no
lo he entendido, en absoluto, como ningún tipo de crítica, faltaría más;
al contrario, me halaga. Pero quiero insistir en que no es sólo cuestión
de buen corazón, aunque a veces, como decía Pascal, en el buen corazón
están las mejores ideas, sino que es por pura racionalidad, incluso
económica con visión estrecha.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): El señor Molins tiene la
palabra.




El señor MOLINS I AMAT: Aunque siempre es peligroso empezar la
intervención como lo voy a hacer, me comprometo a compensar en tiempo lo
que me he alargado en la primera exposición, gracias a la benevolencia de
la Presidencia.

Me referiré a algunas cosas muy concretas. El tema de la comisión de
seguimiento. Decía el señor Ministro que los objetivos de dicha Comisión
son la lucha contra el «dumping», el fraude, etcétera, y que están muy en
línea de lo acordado en el Consejo de Ministros de la Unión Europea; por
supuesto. En ese sentido queremos, señor Ministro, que interprete
nuestras peticiones; es decir, hacer respetar las reglas del juego. En
absoluto se pretende otra cosa. Como muy bien recordaba, en el Consejo de
Ministros del mes de abril se ha dado mucha importancia a ese tipo de
temas, con el convencimiento, además, (que estoy seguro que tiene el
Ministro de Industria), de que no todos los miembros de la Unión Europea
están igualmente interesados en perseguir ese tipo de prácticas, porque
es lógico. Seguro que estará más interesado aquel Ministro de Industria
que debe defender los intereses de una industria que en su país exista,
que aquel ministro de comercio o de industria de un país donde ese tipo
de industria no existe y, en cambio, exista un fuerte sector comercial.

Hay dos cuestiones muy concretas que me interesa mucho remarcar, señor
Ministro. Está el tema de las reservas para las pequeñas y medianas
empresas de partes concretas de los programas de apoyo, sean del tipo que
sean. Me ha parecido entender que están dentro de la iniciativa
empresarial de las pymes, a que hacía referencia el señor Ministro --y
debo reconocer que en este momento lo desconozco, porque no lo he
estudiado a fondo; puede ser así y me comprometo a mirarlo--, pero
creemos que, dada la realidad de cómo se han ido desarrollando a lo largo
de los años de existencia (y son muchos años los que llevan existiendo
algunas de esas medidas de apoyo a la exportación), se puede comprobar
cómo de las mismas se han beneficiado, fundamentalmente, las grandes
empresas, y me parece muy bien, pero nuestro crecimiento de las
exportaciones sólo vendrá de la mano de las pequeñas y medianas, porque
las grandes tienen ya prácticamente liquidada su capacidad de crecer en
ese ámbito. Son las pequeña y medianas, insisto, las que no han sido
todavía capaces de incorporarse a ese campo de la exportación y sobre las
que debemos hacer, todos --ellas las primeras, pero también desde la
Administración--, esfuerzos para que se produzca esa incorporación.

El segundo tema es el de la sustitución de la Seguridad Social por el
IVA. Es cierto que existe la imposibilidad, en determinados momentos, de
realizar la sustitución de una carga de la Seguridad Social sobre las
empresas por el impuesto sobre el valor añadido. Pero fíjese que nuestro
planteamiento no está en efectuar una sustitución con pérdidas para los
ingresos del Estado. Nos conformamos --sobre todo en este momento creo
que es lo realista-- con sustituir un ingreso por otro, de tal manera que
no se incida sobre el déficit público. Obviamente, la situación del
déficit no nos permite hacer otra cosa.

Pero hay dos datos que quiero darle al señor Ministro --que probablemente
los conoce y quizá también los miembros de la Comisión--, porque me
parecen útiles en este momento de discusión. Fuentes de financiación de
la Seguridad Social repartidas por cargas empresariales, cargas sobre los
trabajadores o sobre el Estado en los distintos países de la Unión
Europea. En España, el 53,8 carga sobre la empresa, es, con mucho, el de
mayor carga sobre la empresa; en Francia es el 51, en vez del 53; en
Italia, el 51,4; en Grecia, el 49; en Bélgica, el 45; en Portugal, el 43;
en Alemania Occidental, el 40, son datos de antes de la unificación;
Luxemburgo, el 31; Reino Unido, el 27; Irlanda, el 24; Holanda, el 19, y
en Dinamarca sólo el 7 por ciento carga sobre la empresa.

En la carga sobre el Estado, España está entre los países más bajos, el
26,1 contra el 29 en Italia; el 38 en Luxemburgo; el 37 en el Reino
Unido, y el 59 por ciento en Irlanda. Es decir, España es el país de la
Unión Europea donde la Seguridad Social carga en mayor medida sobre la
empresa, traduciéndose, evidentemente, en una pérdida de competitividad.

Insisto, señor Ministro, en nuestro planteamiento, que es sustituir --en
ningún modo disminuir los ingresos, sino sustituirlos-- ingresos por IVA
por ingresos de Seguridad



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Social. De los propios estudios del Gobierno se deduce que la recaudación
de un punto de IVA son 130.000 ó 140.000 millones de pesetas al año, y
que un punto de Seguridad Social son 160.000 millones de pesetas. Este
año, en el que se está recuperando algo la recaudación por IVA,
probablemente tenderían a igualarse y, por tanto, se trataría de
sustituir un punto de IVA por un punto de Seguridad Social --insisto-- en
un tratamiento, cuyos cálculos debe hacer el propio Gobierno, que no
implique incremento del déficit, pero sí sustitución de un gasto que hoy
recae sobre la empresa haciendola perder competitividad, como se ha visto
con los datos que le comentaba, señor Ministro.

Por último, quiero recordar --y el señor Ministro debe conocerlo, así
como los miembros de la Comisión-- que, tal como solicitó nuestro Grupo
Parlamentario, esta comparecencia se ha hecho con envío previo por parte
del Gobierno de una resolución o comunicación que da lugar a la
presentación, por los grupos parlamentarios, de resoluciones que serán
discutidas en una próxima sesión. Anuncio que nosotros tenemos el máximo
interés en que ese acuerdo, que comentaba el señor Ministro que existía
con las propuestas que puede llegar a hacer nuestro Grupo Parlamentario,
se plasma en una votación mayoritaria de esta Comisión, porque entendemos
que es un momento muy adecuado y que todos debemos sumar los esfuerzos
(el Ministerio lo está haciendo), los grupos parlamentarios, la Cámara
también, para ayudar al país a esa necesaria internacionalización de la
economía, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas, que deben
percatarse de que su subsistencia pasa por ser competitivos y que su
mundo es el mundo; que su mundo no es, como podía ser en los años 50,
como pudo ser en los años 60, un pequeño radio en kilómetros alrededor,
en ningún caso fuera de las fronteras, en un país autárquico como aquel,
sino que en este momento, con la disolución de las fronteras, su mundo es
el mundo, y sólo si son capaces de competir a nivel mundial serán capaces
de competir en su propio pueblo.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señor Pérez, tiene S. S. la
palabra en nombre del Grupo Parlamentario Socialista.




El señor PEREZ GONZALEZ: Sumándome también al carácter amable y breve de
las intervenciones, y aprovechando el orden natural que se sigue para no
abundar en las cuestiones de la primera exposición, sino en las que se
han suscitado por parte de los diferentes grupos, voy a fijar mi opinión
sobre el tema de la información y diré --lo señalé anteriormente-- que me
parece abundante; además, es la opinión pública española quien ha
dispuesto de ella en esta oportunidad, quizá en cantidades y en calidades
superiores a 1986, por no citar las rondas anteriores, que precisamente
empezamos a conocer ahora a través de «Información comercial española».

Y yo, que soy aficionado a las bibliotecas, más en concreto a la del
Congreso, repasando sólo la ronda anterior, que es la Ronda Tokio, más
bien me he encontrado con que, a pesar de que se cierra en 1979, ya en
democracia --naturalmente para mí tiene menos interés el período anterior
a 1977--, la información que se da al Parlamento es más bien escasa, y el
debate es muy poco. Por eso, contrastando con esos períodos casi me veo
sobrepasado por la información que en estos momentos obra sobre la Ronda,
de lo que he de congratularme.

Yo no he tratado de hacer alusiones, sino simplemente de expresar mi
vivencia sobre las diferentes rondas, el grado de información en la
opinión pública y en el Parlamento. Y yendo también al terreno de las
paradojas, que no procede de mi izquierda en estos momentos sino de otras
partes de la Cámara o de las sillas de esta sala, creo que se expresaban
bastante bien las que se producen en el medio ambiente, puesto que el
medio ambiente y las cuestiones sociales son una parte importante y
esencial en esta Ronda. Además de esa paradoja medioambiental, a mí me
produjo estupor conocer en la anterior comparecencia del señor Ministro
de comercio que el mayor «dumping» social que se producía por los países
asiáticos no venía precisamente de los dragones, sino que venía del
Vietnam. A ver si es posible invertir que el orden de las paradojas venga
de donde menos se espera. Y como prometí que iba a ser amable y breve mi
intervención, concluyó.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Señor Ministro, le ruego que su
intervención sirva para dar final a este interesante debate. Tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y NERGIA (Eguiagaray Ucelay): Yo seré
breve, y espero que también amable. Voy a ser breve porque creo que no
vamos a decir cosas demasiado nuevas en este momento, aunque hay dos o
tres cuestiones a las que sí quiero atender, especialmente a una
solicitud de información, porque es verdad que antes me he olvidado de
hacer referencia a Portugal en mi contestación, no obstante mi
compromiso. Este tema había sido planteado por el señor Gamir, y ha
vuelto a salir en una intervención del señor Molins.

He de manifestar que el tema de Portugal no se puede analizar desde la
perspectiva de España, como si fuera expresivo de que los portugueses
--así he entendido que era su intervención, señor Gamir-- hubiera luchado
mucho más denodadamente que los españoles. Solamente se puede estudiar en
el marco de las relaciones específicas de un país notablemente más
pequeño que el nuestro en la Unión y con una incidencia del sector textil
en su economía infinitamente más importante que la relevante que tiene el
sector textil en la economía española. De ahí que hubiera un compromiso,
apoyado, por cierto, por España, para que Portugal (habiendo sido también
un aliado de España en la negociación del sector textil) saliera de una
posición que permitiera a su Gobierno justificar una Ronda como la Ronda
GATT, que para ellos apenas tenía otra repercusión más que ésta estricta,
simplificando mucho el problema.

Sin embargo, eso no va en perjuicio, de ninguna manera, de lo que ya he
dicho también: los fondos que España puede obtener al amparo de
iniciativas comunitarias y de planes específicos también en esta materia
del sector textil. Los intereses de España han estado siendo, desde el
punto de vista industrial, especialmente atendidos y ha habido



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una vigilancia muy específica sobre el sector textil, pero naturalmente
esos intereses eran notablemente más diversificados que los de Portugal.

Por eso no me parece quizá el mejor ejemplo el decir cómo se han batido
los portugueses frente a cómo se ha batido el Gobierno español en defensa
de los intereses industriales, y el hacer la valoración global de lo que
significa el problema del sector textil, las medidas puestas en marcha en
el nivel español y en el nivel comunitario, los fondos que pueden venir y
las actitudes que todavía tendremos que seguir manteniendo.

De todas formas, señor Gamir, vuelvo a tomar amablemente algo que antes
le he dicho. Usted me tienta otra vez a decírselo en ese ejercicio que ha
hecho sobre el triángulo: si yo estoy de acuerdo con el representante
socialista y usted está de acuerdo también con el representante
socialista, debiera estar de acuerdo conmigo y, sin embargo, no lo está.

No espero que lo esté. Naturalmente sería muy peligroso para usted
políticamente que hoy dijera que está de acuerdo con el Gobierno
Socialista en una cuestión tan relevante para la economía española como
es la evaluación de la Ronda GATT. No obstante, me quedo con algo que yo
creo que está más allá de ejercicios dialécticos más o menos brillantes.

Pienso que todos, incluidos usted y su Grupo --y esto creo que le
honra--, a pesar de los problemas y a pesar de su tarea han reconocido
algo que es importante que se reconozca por todos y que debe formar parte
del acuerdo entre todos. Esta es una ocasión y un reto para la economía
española, pero ciertamente es muy difícil sacar la conclusión de que haya
que ser negativo para esa economía y para la industria española. En este
caso, aunque usted no lo ha dicho --soy yo quien lo digo--, yo creo que
el Gobierno ha defendido también los intereses de España.

Al señor García Fonseca le quería hacer alguna referencia, pero se ha
marchado. Si me lo permite, señor Presidente, no resisto la tentación de
contestarle algo. Yo no he dicho de ninguna manera que cualquier proceso
de liberalización sea bueno. No es buena cualquier liberalización, como
no es bueno cualquier otro proceso en sentido contrario. Las cosas tienen
que ser siempre un juego de ventajas y desventajas. Lo que pasa es que en
la intervención del representante de Izquierda Unida existía, a mu
juicio, una confusión de dos conceptos: liberalización con no regulación.

La liberalización no tiene nada que ver con la no regulación. Los
mercados no son instituciones no reguladas, por el contrario, la
liberalización es el proceso de la organización de los mercados, que es
una cosa bien diferente. Esto me parece que es muy relevante porque a
veces confundimos los términos. En todo caso, no es momento de hablar a
estas alturas de colonialismo. Es como pretender comparar la economía
española con la americana, que naturalmente defiende sus intereses, como
la japonesa o la Unión Europea. También los españoles defendemos nuestros
intereses industriales, por ejemplo, los de los trabajadores del sector
textil, o los de los trabajadores de otros muchos sectores. Si de ahí
debiéramos imputarnos a nosotros mismos un calificativo de colonialismo,
difícilmente yo estaría de acuerdo, lo cual me parece que, salvadas las
distancias, habría que introducirlo también en ese análisis tan demasiado
contundente y demasiado general en virtud del cual el reconocimiento de
la existencia de poderes distintos en el orden económico internacional
lleva a la conclusión de que esto es algo que exclusivamente se puede
analizar desde la perspectiva del mayor o menor grado de colonialismo
impuesto en los países menos desarrollados.

Señor Molins, en la iniciativa industrial pymes hay un especial énfasis
en la internacionalización de las pymes y, naturalmente, en el Plan de
Fomento a las Exportaciones que ha elaborado el Ministerio de Comercio y
al que el Ministerio de Industria también ha hecho llegar sus posiciones,
hay una concordancia. Por tanto, hay una interrelación y hay un énfasis
en la necesidad de que las pymes tengan un acceso cada vez mayor, porque
yo reconozco lo que usted ha señalado, el sesgo, en esto como en tantas
otras cosas, que determinadas figuras de fomento de la competitividad han
venido en beneficio de las empresas de mayor tamaño, más dimensión,
etcétera. Por tanto, estaríamos de acuerdo en esa dirección.

Segundo, en materia de cotizaciones versus IVA, le he dicho que estoy de
acuerdo en la orientación. Le he dicho que ésta es la posición no sólo
del Ministro de Industria, sino creo poder decirle que ésta es una
posición que se contempla favorablemente desde la perspectiva del
Gobierno. De ahí no se debiera seguir un análisis demasiado mecánico como
el que usted ha hecho: reduzcamos un punto y aumentemos un punto, porque
puede ser que la reducción de un punto en cotizaciones signifique una
determinada reducción en la recaudación, y el aumento de un punto en IVA
no tenga nada que ver con un aumento en esa recaudación. Se puede
producir ese proceso de sustitución de dos formas, bien sea por un
aumento de la eficiencia en la recaudación, bien sea por un aumento de la
presión nominal tributaria y, naturalmente, éstos son temas que hay que
analizar desde una perspectiva técnica para conseguir un resultado en el
que, por otro lado, estamos de acuerdo.

Finalmente, celebraré con su Grupo, y espero que con otros grupos de la
Cámara, el que podamos llegar a resoluciones lo más acordadas posibles en
una materia que nos parece extraordinariamente importante.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Dávila Sánchez): Gracias, señor Ministro.

Señorías, creo que puedo expresar en nombre de todos nuestra gratitud al
señor Ministro por su contribución a este debate que, no me cabe duda,
será muy útil precisamente para acertar todos los grupos en esas
resoluciones que, en su momento procesal oportuno, serán presentadas,
debatidas y votadas por esta Comisión en su próxima sesión.

Señorías, se levanta la decimoctava sesión de la Comisión de Industria,
Energía y Turismo. Gracias.




Eran las siete y treinta y cinco minutos de la tarde.