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Meritxell Batet: “Sin la presencia y la participación real y efectiva de las mujeres en todas las esferas de la vida, nuestra sociedad no puede funcionar plenamente como una democracia”
“Cada 8M nos corresponde no sólo volver la vista atrás y señalar el camino que hemos avanzado, sino también mirar al futuro y reafirmar nuestro compromiso con la igualdad ante los retos pendientes, que siguen siendo muchos.”
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha presidido hoy el acto con el que el Congreso de los Diputados ha conmemorado el Día Internacional de la Mujer, en el que se ha contado con la participación de mujeres que han ocupado y ocupan la máxima responsabilidad al frente de las principales instituciones del Estado: Luisa Fernanda Rudi, que fue la primera presidenta del Congreso de los Diputados y de las Cortes Generales; Mª Emilia Casas, ex presidenta del Tribunal Constitucional; Soledad Becerril, primera ministra de la democracia y primera Defensora del Pueblo; y la actual presidenta del Tribunal de Cuentas, Enriqueta Chicano.
“Al alcanzar esa posición preeminente dentro de nuestra organización política, han dado más visibilidad a los avances de nuestra sociedad en igualdad de género, pero también su presencia al frente de las instituciones ha contribuido a que por parte de los ciudadanos y ciudadanas se rompa con el estereotipo que ha asociado tradicionalmente las posiciones de poder con roles masculinos”, ha señalado Batet. “Cuando las mujeres ocupan posiciones de poder, cuando asumen responsabilidades de liderazgo, se abre, se expande, para todas las mujeres, el imaginario de lo posible. Por eso, tiene todo el sentido decir que cuando una mujer llega, llegamos todas”.
En su intervención, la presidenta del Congreso ha constatado los avances “en la construcción de una sociedad igualitaria, una sociedad en la que hombre y mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades” que se han producido en nuestro país a lo largo de más de cuatro décadas de democracia. “Pero cada 8 de marzo nos corresponde no sólo volver la vista atrás y señalar el camino que hemos avanzado, sino también mirar al futuro y reafirmar nuestro compromiso con la igualdad ante los retos pendientes, que siguen siendo muchos. Porque el reconocimiento del derecho de las mujeres a participar en las mismas condiciones que los hombres en todas las esferas de la vida social, política, económica, cultural, etc. no es sólo una cuestión de igualdad; es fundamentalmente una cuestión de democracia: sin la presencia y participación real y efectiva de las mujeres en todos los órdenes una comunidad no puede funcionar plenamente como una democracia”, reivindicó.
“Si los hombres y las mujeres compartimos la vida en sociedad, debemos compartir también todas las posiciones dentro de esa sociedad. La palabra clave de una democracia paritaria es compartir. Compartir el poder en el espacio público y compartir la responsabilidad de las labores de cuidado en el ámbito privado. La igualdad entre hombres y mujeres exige una voluntad política constante para combatir las estructuras sexistas que están en la raíz de la situación de discriminación que sufren las mujeres”, ha añadido.
Para Batet, los datos sobre el número de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en cargos públicos o en los puestos de dirección de las empresas, sobre las diferencias salariales por trabajos de igual valor o sobre el reparto de las responsabilidades familiares “son elocuentes” e indican claramente que “debemos seguir impulsando acciones y medidas para avanzar en igualdad”, porque “es una cuestión de justicia”. La igual dignidad de todas las personas, hombres y mujeres, exige que tengan los mismos derechos, y también las mismas oportunidades para desarrollar plenamente y sin renuncias impuestas su propio proyecto de vida”, ha reclamado. Además, “en pleno siglo XXI, nuestras economías basadas en el conocimiento y la innovación no pueden prescindir del talento y la creatividad de las mujeres. Por eso la igualdad es, y debe ser, una de las fuerzas económicas de nuestro tiempo”.
Meritxell Batet ha señalado la importancia de “mantener nuestro compromiso firme con la igualdad en todos los ámbitos”, porque “si bajamos la guardia, corremos el riesgo de perder las posiciones ganadas”. “La igualdad real y efectiva es el elemento definidor de la noción de ciudadanía. A lo largo de décadas de vida democrática hemos avanzado en la remoción de obstáculos y la creación de condiciones favorables para que ciudadanos y ciudadanas puedan saberse y sentirse como iguales. Hemos conquistado nuevos espacios de igualdad, hemos avanzado en la construcción de una sociedad más justa”, pero “la consolidación de lo ganado exige esfuerzo, voluntad y la conciencia permanente de que sólo podremos contar todos, si también están todas. Con igualdad de derechos, con igualdad de oportunidades, con igual dignidad y libertad”.
“Es una lucha que nos concierne a todos, a hombres y a mujeres. Y es una tarea que debemos afrontar con optimismo. El espíritu que nos mueve es, como decía Ángela Davis, no aceptar las cosas que no podemos cambiar, sino cambiar las cosas que no podemos aceptar”, ha concluido.
Enlace al texto completo de la intervención Enlace al vídeo del acto