El señor PRESIDENTE: En primer lugar, si les parece
bien, guardamos un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los
accidentes de trabajo en España.

La Comisión, puesta en pie, guarda un minuto de
silencio.

El señor PRESIDENTE: Tenemos pendiente la
aprobación del acta de la última sesión, celebrada el día 28 de junio.
¿Hay alguna cuestión al respecto? ¿Se puede aprobar por asentimiento?
(Asentimiento). Queda aprobada

El señor presidente lee el título que figura en el
orden del día.

El señor PRESIDENTE: Los componentes de la ponencia
han sido: doña Nerea Ahedo Ceza, doña Idurre Bideguren Gabantxo, don
Josep María Cervera Pinart —que no ha podido venir, se había
excusado—, don Alfonso Gil Invernón, don Pablo Gómez Perpinyà
—también se había excusado—, don José Manuel Hernando García,
doña Beatriz Martín Larred, don Alfonso Muñoz Cuenca, doña María José
Rodríguez de Millán Parro, doña Paloma Inés Sanz Jerónimo y doña María
Jesús Castro Mateos, que también se había excusado.

Entiendo que la comisión está de acuerdo con esta
ponencia. (Asentimiento).

El señor presidente lee el título que figura en el
orden del día.

El señor PRESIDENTE: A esta proposición de ley se
presentaron diecisiete enmiendas, de las cuales, las números 1 a 5, del
señor Gómez Perpinyà, del Grupo Parlamentario de Izquierda Confederal, y
las números 6, 16, y 17, de los senadores Cervera Pinart y Cleries i
Gonzàlez, del Grupo Parlamentario Nacionalista, fueron posteriormente
retiradas. La Ponencia designada en relación con la proposición ha
emitido un informe que propone mantener en sus términos el texto remitido
por el Congreso.

A continuación, se abrirá un turno de palabra de
tres minutos para la defensa de las enmiendas. En este caso, si no me
equivoco, se mantienen las del Grupo Parlamentario Mixto. Tiene la
palabra cuando considere.

La señora RODRÍGUEZ DE MILLÁN PARRO: Gracias,
presidente. Buenos días.

Las doy por defendidas.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

¿El Grupo Parlamentario Socialista quiere hacer uso
de la palabra? (Asentimiento).

El señor GIL INVERNÓN: Eskerrik asko, mahaiburu
jauna. Intervendré rápidamente.

Primeramente, quiero agradecer a mi grupo y al
portavoz que hayan tenido a bien que yo participe en esta ley, porque, al
final, deviene de una iniciativa del Parlamento vasco que data, además,
de una proposición del año 2002 del Partido Socialista. Fíjense, veinte
años después estamos haciendo hoy justicia con aquellas personas que a lo
largo de este tiempo han estado reclamando esta situación.

Con respecto a las enmiendas, yo pediría a Vox que
hiciera lo que han hecho otros grupos políticos, que es retirarlas.
Teniendo en cuenta que esta ley cuenta con la unanimidad del Congreso de
los Diputados y que el espíritu del conjunto de grupos es de concordia,
lo que les pediría es que el día que se trate en Pleno sea más una
celebración de una cuestión que es de justicia histórica que un combate
político que, al final, no va a aportar mucho más; pero, lógicamente,
respetaremos lo que haga el grupo proponente.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Pasamos al turno de
portavoces.

En primer lugar, tiene la palabra la portavoz del
Grupo Parlamentario Mixto.

La señora RODRÍGUEZ DE MILLÁN PARRO: Gracias,
presidente.

No haré uso de la palabra. Gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra
la senadora Ahedo.

La señora AHEDO CEZA: Sí, muchas gracias, señor
presidente.

Yo no me voy a extender, porque dentro de una
semana vamos a debatir en Pleno esta misma iniciativa y no quiero
aburrirles, pero sí quiero comentar algo que ya se ha dicho. Esta es una
iniciativa que tiene un recorrido muy largo desde que se creó una
ponencia en el Parlamento vasco, que luego se trasladó a las Cortes
Generales para que se hiciese la Proposición de Ley que hoy debatimos,
que en varias ocasiones ha tenido sus, permítanme la expresión,
resbalones, pero parece que llegamos al final de un camino que ha sido
largo y difícil, pero que se ha recorrido fundamentalmente, y aquí quiero
mostrar el reconocimiento, gracias a la determinación y a la
perseverancia de las víctimas, de sus familias y de los asociados a las
asociaciones de víctimas del amianto. Y hoy lo que dictaminamos creo que
es de justicia, por desgracia, para algunas personas, justicia tardía,
que deja de serlo, y además salda una deuda histórica. Creo que tenemos
que poner todos en valor el amplísimo consenso que ha suscitado esta
iniciativa, pues, en el Congreso, como todos saben, el texto articulado
fue aprobado por unanimidad, como espero que pueda serlo en esta Cámara
también.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Por el Grupo Parlamentario Esquerra
Republicana-Euskal Herria Bildu, tiene la palabra la senadora Bideguren
Gabantxo.

La señora BIDEGUREN GABANTXO: Gracias,
presidente.

Brevemente, diré que nos alegra, la verdad, que,
por fin, llegue a esta última parte de la tramitación esta ley. Como se
ha comentado, viene por iniciativa del Parlamento vasco, y fue muy
trabajada y consensuada; además, cuenta con el aval, que yo creo que hay
que poner en valor, de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi.
Me gustaría agradecerles su trabajo, la perseverancia que han tenido
durante muchos años, porque hubiera sido muy fácil tirar la toalla, ya
que ha habido muchos motivos para la desesperanza, pero, sin embargo,
ellos han seguido luchando por esos derechos y por la justicia social que
nos merecemos. Quería poner en valor su trabajo. Lo que esperamos es que
se apruebe y que, con la mayor celeridad posible, se desarrolle el
reglamento y se acabe con la injusticia que hemos vivido, ya que estamos
hablando de salud laboral; estamos hablando de muchos años en los que no
ha tenido una respuesta correcta este tema, puesto que ha habido inacción
tanto del sector privado como del público y, por lo tanto, esperamos que
acabe pronto el desamparo que han sufrido las víctimas del amianto.

Muchas gracias. Eskerrik asko.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra la señora Sanz Jerónimo.

La señora SANZ JERÓNIMO: Muchas gracias, señor
presidente. Buenos días, señorías. También intervendré brevemente.

Lo primero de todo es dar las gracias a mi grupo en
el Congreso, y más concretamente a la diputada Llanos de Luna, por el
gran trabajo realizado, por el consenso alcanzado, y, por supuesto,
también al resto de los grupos políticos, porque se ha realizado, como
digo, un buen trabajo y se ha alcanzado una unanimidad y un gran consenso
y esto hay que repetirlo varias veces. En este tema, precisamente, ha
prevalecido sobre cualquier otra consideración la reivindicación de los
afectados y su justa reparación. En este texto legislativo que hoy nos
llega al Senado se contempla la reparación de los daños y perjuicios a
todas las personas que han sufrido distintas patologías provocadas por el
amianto, por lo que quiero dirigirme también a todas ellas, a todas las
personas que han padecido o padecen graves enfermedades como consecuencia
de la exposición al amianto, y, también, por supuesto, a quienes han
dedicado su esfuerzo y trabajo en la defensa de todos ellas.

En esta Cámara, en el Senado, se han presentado 17
enmiendas. Las cinco primeras, pertenecientes a Izquierda Confederal, han
sido retiradas; tres, como se ha dicho, del Grupo Nacionalista, también
han sido retiradas; por lo que permanecen vivas nueve enmiendas del Grupo
Parlamentario Mixto, concretamente de Vox. Nuestra legislación se quedaba
corta en la acción protectora, ya que se contemplaba exclusivamente como
una contingencia profesional, concretamente como una enfermedad
profesional, por lo que era requisito sine qua non ser trabajador por
cuenta ajena en una empresa en la que se tuviera contacto con el amianto
y quedaban fuera de la cobertura de la Seguridad Social los trabajadores
autónomos y también todas aquellas personas que tuvieran un daño en su
salud producido por el amianto en el ámbito doméstico o en el ambiental.
Así, la creación del fondo de compensación que hoy debatimos amplía su
ámbito subjetivo protector.

En el Grupo Parlamentario Popular estamos muy
satisfechos de que nuestras propuestas de que el fondo estuviera adscrito
al INSS hayan sido aceptadas por el resto de los grupos en el Congreso.
El INSS es una entidad gestora, con acreditada experiencia y
profesionalidad en el reconocimiento y pago de prestaciones económicas y
que cuenta con un personal absolutamente especializado. Por eso, siempre
hemos entendido que para dotar de eficacia y agilidad al fondo debería
ser el INSS el organismo encargado de gestionarlo. También se recoge en
el texto que hoy debatimos la necesidad de dotar al fondo de los medios
humanos y materiales necesarios para su funcionamiento. A este fondo
podrán acudir todas las personas que tengan enfermedades derivadas del
amianto y dará cabida a los que solicitan por primera vez una reparación
por daños y perjuicios, como a todos aquellos que obtuvieron en su día
sentencias en las que se les reconocía como causa de sus patologías el
amianto, pero que no obtuvieron ningún tipo de compensación económica al
haber desaparecido la empresa responsable de la toxicidad y la
contaminación. Insisto en el buen trabajo realizado en el Congreso para
que este buen texto llegara al Senado, elaborado con consenso y aprobado
por unanimidad allí, donde ha primado la necesaria y justa reparación
histórica para los afectados en su salud por el amianto y espero que en
esta Cámara Alta sea igual.

Por mi parte, nada más.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, por el Grupo
Parlamentario Socialista, el señor Muñoz Cuenca.

El señor MUÑOZ CUENCA: Muchas gracias,
presidente.

Señorías, la comisión, como hemos podido comprobar
al comienzo, ha guardado un minuto de silencio por los fallecidos en
accidentes de trabajo y esto tiene mucho que ver con lo que debatimos
hoy, que incluye todo lo que venimos demandando y debemos exigir tanto
los políticos como las administraciones o las empresas y las
organizaciones sindicales. Debemos velar por impedir que nadie fallezca a
consecuencia del trabajo, ya sea accidente o sea enfermedad profesional.
Dicho esto, quiero apuntar que durante el siglo XX se importaron en
nuestro país unos 2,5 millones de toneladas de amianto y el pico más alto
de consumo se produjo en las décadas de los setenta y de los ochenta y
unas tres cuartas partes se utilizaron en la fabricación de fibrocemento
en la construcción. Y muy al contrario de lo que pueda opinar algún
terraplanista de Castilla y León, lo cierto es que, en el conjunto del
Estado español, entre los años 1994 y 2008, el número de fallecidos
vinculado directamente al amianto fue de 3943 personas. Señorías, estos
datos evidencian la necesidad de poner en marcha en nuestro país un fondo
de compensación como existe en otros países, como Francia, Holanda o
Bélgica, porque, a diferencia de lo que sucede con los accidentes de
trabajo y las enfermedades profesionales, los daños no son instantáneos,
aparecen años más tarde y, en el caso de amianto, incluso décadas más
tarde. Esto está suponiendo dos inconvenientes. Por un lado, que muchas
empresas donde se produjo la exposición hayan desaparecido cuando la
enfermedad se ha manifestado o se manifieste y, por otro, que los
trabajadores o trabajadoras han podido prestar servicio en diferentes
empresas a lo largo de su vida laboral, lo que está dificultando la
identificación de la empresa concreta donde se produjo esa exposición. Lo
cierto es que todo ello está provocando una gran cantidad de litigios.
Por tanto, con el Fondo de compensación conseguimos que aquellas familias
o trabajadores o trabajadoras afectados que tienen vedada la vía judicial
por no tener una empresa, por ejemplo, a la que poder reclamar dicha
indemnización vean compensado el daño. Con esta ley, señorías, el Estado
es quien reclama judicialmente a las empresas, situándose en la posición
de perjudicado, lo que evitará el grave perjuicio que puede suponer
pleitear para estas familias.

Señorías, la aprobación de esta norma, tiene, para
el Grupo Socialista, una importante trascendencia; más, incluso,
permítanme, que la meramente material de la indemnización. Porque las
víctimas de esta enfermedad seguramente no podrán ver compensado ni
mejorado el dolor causado, pero, al menos, sí verán que se reconoce su
lucha. Porque, aunque nada pueda reparar ese dolor, al menos, hoy sí
ponemos la primera piedra para empezar a hacer justicia.

Y, para acabar, en el Grupo Socialista también
queremos hacer una serie de agradecimientos. Primero, al Parlamento
Vasco, por la presentación de esta iniciativa. También a los sindicatos
en su constante defensa de los trabajadores. A los afectados y a las
asociaciones. A estos, primero, habría que pedirles perdón por haber
tardado tanto en poner en marcha este fondo. Y, en segundo lugar, habría
que agradecerles su lucha y constancia, que ha sido un factor fundamental
para que esta ley pueda ver la luz; así como también su colaboración y
diálogo fluido y frecuente con los grupos, lo que, indudablemente, ha
ayudado a alcanzar este importante consenso de unanimidad.

Y a sus señorías, quiero emplazarles a trabajar,
como en este caso, pensando en la gente, escuchando a los colectivos,
anteponiendo los intereses generales a los partidistas. Porque, señorías,
esto ayudará a crear una mejor opinión de la política y de los
políticos.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

¿Podemos someterlo a votación? (Asentimiento).

Sometemos, por tanto, a votación el texto propuesto
por la ponencia en su informe, en el que no se introducen modificaciones
del texto remitido por el Congreso.

Efectuada la votación, fue aprobado por
unanimidad.

El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda
dictaminada por la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y
Migraciones la Proposición de Ley de creación de un fondo de compensación
para las víctimas del amianto.

La presentación de votos particulares no se debe
hacer más tarde del día siguiente al de la sesión de la comisión, o sea,
mañana.

Y, finalmente, procede designar un miembro de la
comisión que sea el que lleve a cabo la presentación del dictamen en el
Pleno. Si no tienen inconveniente, lo hago yo, como es habitual.
(Asentimiento).

Se levanta la sesión.

Eran las doce horas y veinticinco minutos.