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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 13, de 16/06/2020
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES


COMISIONES MIXTAS


Año 2020 XIV LEGISLATURA Núm. 13

PARA LA UNIÓN EUROPEA

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª SUSANA SUMELZO JORDÁN

Sesión núm. 3

celebrada el martes,

16 de junio de 2020

en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor secretario de Estado para la Unión Europea (González-Barba Pera), para informar con carácter previo sobre el Consejo Europeo del día 19 de junio de 2020. A propuesta del Gobierno. (Número de expediente del Congreso
de los Diputados 212/000172 y número de expediente del Senado 713/000057)... (Página2)


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Se abre la sesión a las diez horas y seis minutos del mediodía.


MINUTO DE SILENCIO.


La señora PRESIDENTA: Buenos días. Se abre la sesión siendo las diez horas y seis minutos, procediéndose a tramitar el orden del día, con un único punto, la celebración de la comparecencia del secretario de Estado para la Unión Europea, a
petición propia, para informar del carácter previo sobre el Consejo Europeo que se celebrará el próximo 19 de junio de este año.


Antes de comenzar, quería darles la bienvenida a esta comisión y mostrarles mi alegría por poder encontrarnos de nuevo en persona después de tantas semanas. Celebramos esta comisión en estado de alarma por los que muchos de los diputados y
diputadas, senadores y senadoras, que forman parte de esta comisión no están presentes y seguirán la comisión desde sus domicilios telemáticamente, cumpliendo con su obligación parlamentaria y, también, con su obligación como ciudadanos en la
situación sanitaria en la que nos encontramos.


No puedo ocultar, me atrevo a decirlo en nombre de todos ustedes, nuestro pesar por los duros meses que hemos vivido. Quiero que mis primeras palabras, nuestras primeras palabras, sean para agradecer a todos y todas los que han trabajado
por la salud y por la seguridad de todos nosotros; por todos los trabajadores que luchan en primera línea contra la pandemia.


Quisiera agradecerles, en nombre de todos nosotros, su irremplazable tarea, invitando a todos los presentes a homenajear a las víctimas de la mayor pandemia que hemos vivido en más de un siglo, y a todos sus familiares, que han perdido algún
ser querido, por eso les pido que, en señal de duelo y respeto, guardemos un minuto de silencio en su memoria. (Las señoras y los señores diputados, puestos en pie, guardan un minuto de silencio).


COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UNIÓN EUROPEA (GONZÁLEZ-BARBA PERA), PARA INFORMAR CON CARÁCTER PREVIO SOBRE EL CONSEJO EUROPEO DEL DÍA 19 DE JUNIO DE 2020. A PROPUESTA DEL GOBIERNO. (Número de expediente del Congreso
de los Diputados 212/000172 y número de expediente del Senado 713/000057).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.


Comenzamos con el orden del día y con la celebración de la comparecencia del secretario de Estado para la Unión Europea. A continuación, hará uso de la palabra don Juan González-Barba Pera, secretario de Estado para la Unión Europea.


Muchas gracias.


El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UNIÓN EUROPEA (González-Barba Pera): Muchas gracias, presidenta, señorías.


Comparezco por primera vez en esta comisión para informar, con carácter previo, de la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno mantendrán por videoconferencia el próximo 19 de junio. La crisis sanitaria no ha permitido que comparezca
con anterioridad ante esta comisión, desde su constitución en febrero, aunque he tenido la ocasión de encontrarme informalmente con sus portavoces el pasado 20 de abril por videoconferencia.


La videoconferencia del 19 de junio no puede considerarse estrictamente un Consejo Europeo debido a su formato informal y a la distancia. Con todo y con ello, estimo fundamental que todos los grupos parlamentarios que conforman esta
comisión estén al corriente de los importantes asuntos que tratará, y que tendrán continuidad con un Consejo Europeo de carácter presencial que tendrá lugar en julio.


Antes de comenzar, quisiera expresar mi solidaridad con las víctimas de la pandemia que ha asolado Europa en las últimas semanas, y trasladar mis condolencias a sus familiares. Asimismo, quiero expresar todo mi reconocimiento al personal
sanitario y resto de profesionales que, en momentos críticos, han expuesto su integridad y la de sus familias por el bien de toda la ciudadanía.


El principal asunto de la videoconferencia será, una vez se ha dado la respuesta sanitaria inicial a la pandemia, la componente económica de la respuesta europea. Se trata de un dosier en el que España ha estado particularmente activa, en
el que nuestro país, pero también Europa, se juega parte de su futuro.


Hablaré por ello, en primer lugar, del Plan de Recuperación frente al COVID-19.


En segundo lugar, no quiero dejar de hacer una mención al estado actual de las negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido, orientadas al diseño de una relación futura entre ambos que minimice los efectos adversos de la decisión de
retirada de la Unión adoptada por el Reino Unido.



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Por último, quisiera abordar una cuestión que les afecta de manera especial a ustedes como parlamentarios: la conferencia sobre el futuro de Europa. Prevista para ser lanzada el 9 de mayo de este año, sus plazos se han debido acompasar con
los que nos ha marcado la pandemia. No solo deben ser los tiempos, a nuestro entender, los que se acondicionen al grave reto sanitario y económico, sino también su contenido y finalidad.


España ha presentado una contribución, remitida hace unos días a todos los portavoces de esta comisión, que aborda una reflexión sobre el entorno global pos-COVID-19 y presenta una propuesta de cooperación con los socios estratégicos de la
Unión.


Empiezo así, por la respuesta europea ante la pandemia. Para la Unión Europea y sus Estados miembros esta crisis supuso un shock repentino y brutal al que tuvieron que hacer frente mediante herramientas no siempre ágiles y adecuadas.


La reacción europea ha recibido críticas por su lentitud inicial, críticas que hoy no parecen justificadas. Si bien es cierto que durante las primeras semanas pudo darse una sensación de desconcierto, comprensible teniendo en cuenta la
gravedad y la falta de precedentes de una crisis como esta, desde entonces, las instituciones europeas han adoptado medidas de gran calado.


En primer lugar, debemos recordar que las competencias de la Unión Europea en el campo sanitario son de apoyo y coordinación y, por tanto, limitadas. Dentro de esas competencias, las instituciones europeas han hecho un notable esfuerzo.
Desde el inicio de la crisis, el Consejo activó el Dispositivo de Respuesta Política Integrada a las Crisis de la Unión Europea para coordinar las medidas adoptadas por los Estados miembros.


Con arreglo al Mecanismo de Protección Civil de la Unión, la Unión Europea ha activado el Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias para coordinar la ayuda y, mediante el mecanismo rescUE, ha creado una nueva reserva europea común
de equipos médicos de emergencia, como respiradores, mascarillas de protección y material de laboratorio, para ayudar a los países de la Unión Europea que lo necesiten.


La Unión Europea ha venido trabajando, junto con sus Estados miembros, para garantizar el suministro de equipos de protección individual y suministros médicos en toda Europa mediante contrataciones públicas conjuntas para mascarillas y demás
equipos de protección individual, así como del instrumento de apoyo de emergencia. Además, el Mecanismo de Protección Civil ha colaborado en la labor de repatriación de decenas de miles de europeos y españoles.


Por otra parte, la comisión, a través de su comisario de Mercado Interior, ha logrado establecer carriles prioritarios para facilitar la libre circulación de mercancías y personas que necesitan cruzar las fronteras. También ha establecido
normas europeas para suministros médicos armonizadas y de acceso libre, a fin de facilitar el aumento de la producción, poniendo fin a las medidas adoptadas inicialmente por algunos Estados miembros restringiendo su exportación.


También se ha relajado el régimen en materia de ayudas estatales, permitiendo a los Estados miembros apoyar el tejido productivo.


En segundo lugar, y ya en el plano económico, que será objeto de la videoconferencia de líderes del Consejo Europeo, tanto, la Comisión Europea como el Banco Central Europeo y el Consejo, a través del acuerdo del Eurogrupo, han actuado con
rapidez.


El 13 de marzo, la Comisión Europea flexibilizó los remanentes de fondos de cuestión a través de la iniciativa (palabras que no se entienden), reforzado en abril con el paquete (palabras que no se entienden).


El 18 de marzo, el Banco Central Europeo anunció el Programa de Compras de Emergencia Pandémica por valor de 750 000 millones de euros y que se acaba de extender hasta 1 350 000 000 000 millones de euros. Con este programa, el Banco Central
Europeo ha evitado turbulencias en los mercados de deuda.


El Eurogrupo alcanzó un acuerdo, el pasado 9 de abril, para constituir una triple red de seguridad a través del lanzamiento del Seguro de Desempleo Europeo, SURE, un programa de inversiones (palabras que no se entienden) y líneas de crédito
del (palabras que no se entienden), todo ello por un valor total de 540 000 millones de euros.


Mientras estas negociaciones avanzaban en el seno del Eurogrupo, se desarrollaba el debate sobre la necesidad de una respuesta europea conjunta ante la magnitud de la crisis. España ha apostado por una actitud constructiva y pragmática,
huyendo de maximalismos, haciendo una contribución significativa al debate. En marzo, el presidente del Gobierno subrayó la necesidad de lanzar un Plan Marshall a nivel



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europeo. Un mes después, España presentó una propuesta para un plan de recuperación, en el que ya se planteaba la posibilidad de vincularlo al marco financiero y se subrayaba la importancia de las transferencias. Obtuvo una excelente
acogida entre socios y medios de comunicación.


Influido por estas y otras propuestas, el debate político, mediático y académico, en toda Europa, se conformaba de manera muy diferente al de la crisis económica y financiera de 2008 y años siguientes.


Fruto de todo ello y gracias, también, al liderazgo de la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen, el pasado 27 de mayo, la Comisión Europea presentó la propuesta para un plan de recuperación. Se trata de una propuesta compleja que
incluye diferentes instrumentos, pero que contiene una novedad capital: la posibilidad de la comisión de emitir préstamos a gran escala para buscar financiación en los mercados, que permita movilizar los recursos suficientes para relanzar la
economía europea. Se trata de una iniciativa que no dudo en calificar de histórica.


No quiero dejar de mencionar en esta sede parlamentaria el importante papel que ha desempeñado el Parlamento Europeo, a través de sus resoluciones, con los europarlamentarios españoles de todos los grupos a la cabeza, demostrando, una vez
más, que en la Unión -con mayúscula-, la unión -con minúscula- hace la fuerza.


Así, el contraste con la respuesta europea ante la crisis del euro no ha podido ser más claro; frente a los agoreros que pronostican cada lustro el final de este proyecto común, la Unión y sus Estados miembros han demostrado que saben
aprender de sus errores y adaptarse a circunstancias totalmente nuevas.


Los detalles del plan se han hecho públicos, por lo que los expondré someramente. Incluye una nueva propuesta para el marco financiero plurianual, acompañada por la creación de un nuevo instrumento Próxima Generación UE, Next Generation EU,
dotado con 750 000 millones de euros más la reasignación de 11 500 millones de euros al actual Marco Financiero Plurianual 2014-2020.


Plenamente integrado en el marco financiero, para aprovechar su arquitectura y canalizar los fondos, a través de los programas incluidos en el marco financiero, este instrumento de recuperación se divide en 500 000 millones de euros en
subvenciones, de los que 66 800 millones de euros son, en realidad, garantías para los instrumentos financieros, más 250 000 millones de euros en préstamos.


Esta propuesta se desglosa en tres pilares. El primer pilar está compuesto por los siguientes instrumentos: la facilidad para la resiliencia y la recuperación, dotado con transferencias de 310 000 millones de euros y préstamos de hasta 250
000 millones de euros, con preferencia por los Estados miembros más afectados por la pandemia; un complemento de 55 000 millones de euros a los actuales programas de la política de cohesión, a través de la nueva iniciativa (palabras que no se
entienden); un refuerzo del Fondo de Transición Justa hasta los 40 000 millones de euros; 15 000 millones de euros adicionales para el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).


El segundo pilar trata de relanzar la economía de la Unión Europea, incentivando las inversiones privadas a través de tres instrumentos: un nuevo instrumento de apoyo a la solvencia para las empresas europeas viables de los sectores, las
regiones y los países más afectados, dotado con 31 000 millones de euros, con el objetivo de movilizar hasta 300 000 millones de euros. Se aumenta, en segundo lugar, hasta 15 300 millones de euros el programa (palabras que no se entienden). En
tercer lugar, el nuevo instrumento de inversiones estratégicas, que tratará de movilizar inversiones de hasta 150 000 millones de euros vinculadas a sectores estratégicos, transición ecológica y digital y cadenas de valor.


El tercer, y último, pilar del Plan de Recuperación incluye cuatro puntos: primero el nuevo programa sanitario, EU for health, dotado con 9400 millones de euros. En segundo lugar, 2000 millones de euros adicionales para el Mecanismo de
Protección Civil (RescUE). En tercer lugar, refuerzo de Horizonte Europa, con 94 000 millones de euros, para potenciar el ámbito de la investigación y, en cuarto lugar, potenciación de la acción exterior con 16 500 millones de euros adicionales.


La intención es que el gasto de este nuevo instrumento se concentre en los tres o cuatro próximos años, de manera que pueda servir para estimular la economía europea golpeada por la pandemia. Es lo que se denomina en la jerga,
front-loading.


Los fondos se canalizarían, principalmente, a través de programas previstos en el propio marco financiero plurianual. La propuesta de la comisión prevé la concentración de los fondos en tres prioridades específicas: la transición verde, la
digitalización y la recuperación justa e inclusiva.


España va a defender que esta última prioridad, correspondiente a la dimensión social, adquiera especial protagonismo en los esfuerzos de recuperación, especialmente en lo que respecta a la capacitación de la población activa y, con especial
énfasis, en los jóvenes.



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Los fondos necesarios para financiar este esfuerzo presupuestario se obtendrían en los mercados, beneficiándose de la inmejorable calidad crediticia de la Unión Europea. Para ello, habría que aumentar el techo de los recursos propios, y sus
reembolsos se realizarían a partir de 2028, es decir, después del próximo marco financiero plurianual, hasta 2058.


Para reducir la carga de los Estados miembros en sus aportaciones nacionales de los reembolsos, la comisión ha propuesto el establecimiento de nuevos recursos propios. España estaría abierta a su establecimiento, siempre que constituyan
verdaderos impuestos europeos en el marco del paquete global del marco financiero plurianual.


La preponderancia de las transferencias es un elemento clave para España. No menos importante es la clave de distribución, que debe basarse en el impacto sufrido como consecuencia del COVID. El shock es exógeno, algunos Estados miembros
han sido golpeados más duramente que otros y no deben sufrir una carga mayor de la deuda. De lo contrario, nos arriesgamos a graves distorsiones en el mercado único y a divergencias profundas en el ámbito socioeconómico. Aún peor, nos exponemos a
que la desafección de los ciudadanos de aquellos países más afectados acabe minando gravemente la cohesión interna de la Unión, cuando no su propia legitimidad.


Perspectivas de negociación. ¿Cuáles son las perspectivas ante las semanas cruciales que tenemos por delante? Esta que he resumido es la propuesta de la comisión que los miembros del Consejo Europeo van a abordar en la videoconferencia del
viernes. Todo indica que se tratara de una primera toma de contacto. La negociación de un paquete de este tamaño requeriría, en cualquier caso, de varias reuniones del Consejo Europeo. Además, es difícil concebir que pueda haber progresos
sustanciales sin las negociaciones que tienen lugar en los márgenes de la reunión. Por ello, ya se está hablando de una primera reunión física del Consejo en la segunda semana de julio, en concreto se baraja la fecha del 9 y 10 de julio, todavía no
está confirmado.


Dos serán las claves de la negociación: el montante global del instrumento y su composición, es decir, el equilibrio entre préstamos y transferencias. Los componentes del grupo de los autodenominados frugales, los principales
contribuyentes netos, salvo Alemania, han anunciado que quieren reducir el tamaño propuesto y la cantidad de las transferencias.


En las últimas semanas, hemos observado movimientos en alguno de estos países que han flexibilizado, en algo, su posición.


En segundo lugar, los criterios para su distribución; otro de los puntos difíciles en la negociación. España, junto a Estados miembros como Italia, Grecia o Francia, han defendido que los fondos deben dirigirse, prioritariamente, a los
países y regiones más afectados. No se nos oculta que se trata de una negociación difícil en la que los diferentes Estados miembros defenderán sus intereses con firmeza.


Es legítimo, y está en la naturaleza misma del proceso de integración europea. Pero también debemos ser conscientes de que es necesario afrontar este momento histórico con altura de miras.


Desde el inicio de la pandemia, además de defender tus propuestas en el seno del Consejo Europeo y las distintas formaciones del Consejo, el Gobierno de España, empezando por el presidente del Gobierno, siguiendo por la ministra de
Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y el propio compareciente, además de otros miembros del Gobierno, han llevado a cabo numerosos contactos con sus homólogos para explicar la gravedad del momento y la importancia que esta cuestión reviste para
España.


De estos contactos, que se acelerarán en las próximas semanas, podemos concluir que las diferentes posiciones son firmes, como era de esperar al inicio de una negociación de este calado, pero también que hay señales que pueden llevarnos a
asumir un cauto optimismo.


El instrumento de recuperación no debe hacernos olvidar el marco financiero plurianual al que está vinculado y que tiene, como todos sabemos, una gran importancia para la economía española, en particular, para nuestros agricultores, nuestros
estudiantes y nuestras empresas.


La propuesta de la comisión, en este aspecto no se aleja de la caja de negociación presentada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en febrero, con un nivel de gasto en torno al 1,08 % de la renta nacional bruta de la Unión
Europea.


España, junto con otros países, ha defendido que la propuesta de la comisión de mayo de 2018 del 1,114 %, debería ser la base de trabajo. Entendemos que no es posible desvincular ambos elementos que deben ser considerados en conjunto.
Ahora bien, les aseguro que el Gobierno de España estará muy atento para garantizar una remuneración suficiente para nuestros agricultores, particularmente, en lo que se refiere al equilibrio de las asignaciones entre pilares, priorizando el pilar
primero.



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También se velará por una dotación adecuada de la política de cohesión, que contribuya a vertebrar el territorio nacional. Respecto a este punto, aunque España sea, junto con Italia, la mayor beneficiaria de la financiación del instrumento
de recuperación, en ningún caso debe considerarse una compensación por la reducción de la asignación de los fondos de la política de cohesión. El método de Berlín debe revisarse para que el reparto de asignaciones sea justo y equilibrado,
permitiendo a España recuperar parte de la asignación que le corresponde.


Permítame que aborde a continuación otra de las cuestiones más perentorias en el debate europeo actual y, aunque precede la pandemia, ha debido de convivir con ella dada la limitación de los plazos. Me refiero a la negociación del Brexit.


El pasado marzo comenzaron las negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido. Su objetivo era diseñar una relación futura entre ambas partes conforme a la declaración política acordada a principios de año. Desde entonces, se han
celebrado cuatro rondas de negociación, del 2 al 5 de marzo, del 20 al 24 de abril, 11 al 15 de mayo y, la última, del 1 al 5 de junio.


Calendario que también se ha visto condicionado por las limitaciones que la pandemia ha impuesto.


El próximo 19 de junio, los miembros del Consejo Europeo analizarán, con la participación del negociador comunitario Michel Barnier, el estado de las negociaciones. Se espera que los Estados miembros confirmen su apoyo a Michael Barnier y
defiendan, tanto la unidad de los 27 como, en términos generales, el mantenimiento sin cambios del mandato negociador.


También, destacará la importancia de que el Reino Unido cumpla con los compromisos asumidos en el acuerdo de retirada.


Una conferencia de alto nivel Unión Europea-Reino Unido, para hacer balance de las negociaciones, tuvo lugar ayer, lunes 15, entre la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson. En ella,
ambas partes tomaron nota de la negativa del Reino Unido a pedir una prórroga del periodo transitorio. Asimismo, expresaron su acuerdo de dar un nuevo impulso a la negociación e intensificar los contactos sobre la base del calendario acordado por
los negociadores.


Se subrayó, también, la importancia de alcanzar un entendimiento sobre los principios que deben servir de base para el acuerdo, lo antes posible.


Durante los últimos meses, nuestro país ha ido remitiendo a la Task Force de la Comisión Europea comentarios detallados sobre las posiciones negociadoras que se han ido planteando por una y otra parte. Durante las negociaciones, se han
intercambiado textos jurídicos y se han identificado tres cuestiones como principales obstáculos para un acuerdo: la cuestión de la pesca, el llamado (palabras que no se entienden), que son las reglas de juego, y la gobernanza.


En definitiva, aunque los avances hasta la fecha han sido escasos, y no puede descartarse el fracaso de las negociaciones, existe todavía un margen razonable para alcanzar un acuerdo. No debemos olvidar que esta dinámica de apurar los
plazos al límite condujo, finalmente, a la aprobación del acuerdo de retirada.


El Gobierno de España, y yo personalmente, ha mantenido contactos a distintos niveles con los equipos negociadores, en los que se han dejado claras las posiciones españolas, y seguirá haciéndolo en los próximos meses.


Nuestras prioridades están claras: protección de los derechos de los ciudadanos, garantías para nuestra flota pesquera, acceso al mercado británico para nuestros productores agrícolas y un acuerdo, lo más ambicioso posible, en cuanto a
movilidad, en especial el sector del transporte.


Respecto a Gibraltar, quiero recordar que, durante los últimos meses, se ha venido dando seguimiento a la aplicación del Protocolo sobre Gibraltar incluido en el acuerdo de retirada entre la Unión Europea y el Reino Unido, y de los
memorandos de entendimiento, suscritos entre España y el Reino Unido, sobre derechos de los ciudadanos, tabaco y otros productos, aspectos fiscales y medioambientales, y cooperación policial y judicial. Todos ellos fueron acordados por el anterior
Gobierno con el objetivo de proteger a los ciudadanos y residentes en el Campo de Gibraltar, así como de ir avanzando hacia una relación más equilibrada y menos perjudicial para el Campo de Gibraltar y sus ciudadanos.


Ahora, nos corresponde acordar la relación futura. Debe subrayarse que será necesario el acuerdo de España para cualquier acuerdo futuro entre el Reino Unido y la Unión Europea con respecto a Gibraltar.


Quiero subrayar aquí también la continuidad en esta cuestión de Estado. Desde la inclusión del punto 24 en las orientaciones para el mandato negociador adoptado por el Consejo Europeo en abril de 2017, todavía con el Gobierno presidido por
el señor Mariano Rajoy, hasta el planteamiento del veto por parte del presidente del Gobierno en el Consejo Europeo de noviembre de 2018, gracias al cual,



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España obtuvo, además de la reconfirmación de la necesidad de su acuerdo previo para lo referente a Gibraltar, la garantía de una negociación separada del acuerdo general que afecte al Reino Unido.


Precisamente el pasado 9 de junio iniciamos en Málaga la primera ronda de conversaciones entre España y el Reino Unido sobre el futuro de la relación de Gibraltar con España y la Unión Europea. En esta primera ronda participó por parte
española una delegación integrada por funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y representantes de otros ministerios, Hacienda y Defensa, en concreto. Por parte británica, asistió una delegación encabezada por
el Origen Office, en la que se encontraban, también, autoridades locales de Gibraltar.


Durante la reunión se examinaron las cuestiones que orientarán el curso de las siguientes rondas de las conversaciones entre España y el Reino Unido en relación con Gibraltar, fijándose un calendario para las siguientes rondas.


Paso ahora al tercero de los puntos, la conferencia sobre el futuro de Europa, que quiero abordar en esta comisión. Como saben, su objetivo inicial era llevar el debate europeo a los ciudadanos y, además, avanzar sobre una serie de asuntos
institucionales que quedaron pendientes tras la última renovación institucional, en particular, la cuestión de los llamados (palabras que no se entienden) y las listas transnacionales.


Antes del COVID, seguía pendiente de acuerdo en el Consejo el mandato de los Estados miembros para la preparación de la conferencia, así como definir la personalidad que la presidiría y el papel de los parlamentos nacionales y de los
ciudadanos para que su participación sea efectiva.


En cuanto al calendario planteado para la conferencia, en un principio, se previó que comenzará en mayo de 2020, el 9 de mayo, el Día de Schuman o Día de Europa, y que se desarrollará durante dos años, coincidiendo con la Presidencia alemana
del Consejo al inicio, y con la Presidencia francesa del Consejo, al final. Sin embargo, tal y como ha indicado la vicepresidenta responsable de Democracia y Demografía de la comisión, Dubravka Suica, el lanzamiento de la conferencia no podrá
producirse hasta el mes de septiembre, en el mejor de los casos.


La crisis del COVID-19 no afecta solo a los plazos, sino que también ha cambiado por completo la situación en la que se desarrollará la conferencia sobre el futuro de Europa.


En este sentido, España ha hecho una aportación a los debates sobre la nueva conferencia con la presentación de una contribución que relaciona la conferencia y la gobernanza global pos-COVID-19. Ese documento les fue remitido, el pasado 24
de mayo, por correo electrónico a todos los portavoces de esta comisión. En él se destacaba que la Unión debe hacer hincapié en una reflexión del entorno global pos-COVID-19, para preservar su prestigio de influencia, así como su modelo democrático
y de cooperación.


Desde el convencimiento de que esta crisis tendrá profundas consecuencias sobre el orden internacional, tanto en su vertiente económica como sobre los mecanismos de gobernanza global, se ha formulado, en esta contribución, una serie de
propuestas para ampliar el objetivo y la ambición de la conferencia sobre el futuro de Europa.


La línea directriz de esta propuesta es que no se debe renunciar a impulsar el multilateralismo, sino hacerlo más coherente y eficaz. El multilateralismo supone un valor añadido, en particular, en cuatro áreas prioritarias de actuación tras
la pandemia: sanidad, movilidad, cadenas globales de valor y gobernanza tecnológica.


Las medidas propuestas no se limitan al interior de las fronteras europeas, sino que afectan a las relaciones con nuestros socios y, por tanto, deben ser consensuadas, en la medida de lo posible, con ellos.


Por último, en relación con la conferencia, se ha planteado el debate sobre el formato al que deben trasladarse los acuerdos que se alcancen, incluyendo la posibilidad de una reforma de los tratados. La comisión y el Parlamento no excluyen
esta posibilidad, sobre todo si, a la luz de la nueva situación pos-COVID, se requiere modificar cuestiones institucionales.


A nadie se le escapa, sin embargo, los riesgos que plantea esta posibilidad, que supondría un proceso de ratificación por los 27 Estados miembros.


Señorías, voy concluyendo, es mucho, pero no es suficiente. Los próximos Consejos Europeos de junio y julio serán decisivos. Nos encontramos en un momento crucial, en una verdadera encrucijada histórica en la que nos jugamos el futuro de
la Unión Europea y, también, el de España.


Sé que, en la comisión parlamentaria creada a tal efecto, se está buscando el consenso de todos los grupos parlamentarios para establecer criterios comunes en la fijación de la posición española en la



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Unión. Espero que, a través de esta Comisión Mixta, y del diálogo que quiero entablar y enriquecer con todos sus miembros, podamos contribuir a forjar los consensos que nos permitan promover, eficazmente, el proyecto de integración europeo,
pero, también, los intereses, por supuesto, de España en el seno de la Unión Europea.


Concluyo aquí, responderé a las preguntas y comentarios que se me formulen.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor secretario de Estado para la Unión Europea.


A continuación, intervendrán los portavoces de los grupos parlamentarios en turnos de 10 minutos, por orden de menor a mayor.


Tomará la palabra, en primer lugar, por el Grupo Mixto, el señor Sayas López.


No está. Se entiende que, si no está, renuncia al uso de la palabra, si no tiene ningún sustituto.


Pasamos al grupo número dos, Grupo Parlamentario Vasco. Tomará la palabra el señor Bildarratz Sorron.


El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señora presidenta. Secretario de Estado, muchas gracias por acudir a la Cámara a informarnos sobre el próximo Consejo Europeo.


Se nos informa de los primeros pasos que se van a ir dando en aras a la consecución de poder ir logrando una serie de ayudas en las que entiendo que España puede ser uno de los grandes beneficiados, entendiendo cuales son los criterios que
se están estableciendo para poder ir liberando estas ayudas.


Esto lo que exige son dos cuestiones para comenzar: la primera es saber gastar bien, es decir, saber gestionar bien los recursos que se vayan aportando; y segundo, saber legislar bien, se está viendo que hay unas lagunas legislativas que
provocan que provocan una serie de problemas a la hora de gestionar.


Esto nos lleva a que, de cara a Europa, y tal como usted ha dicho, que en el Parlamento Europeo se están dando una serie de acuerdos, aquí, también en ese sentido, se debiera de poder conseguir, al menos, una serie de acuerdos mínimos para
poder dar un ejemplo en el ámbito de la Unión Europea. De lo que allí se pide, se exige, aquí también se puede hacer, si queremos gastar y legislar bien, a la necesidad evidente de unos presupuestos dentro de lo que es el Estado español, porque eso
significa acuerdos políticos amplios.


Un tema que está saliendo, una y otra vez, es el tema de la condicionalidad. Yo no sé cómo va a terminar el acuerdo, parece que esos 750 000 millones pueden ir, tal como usted decía, 500 000 en transferencias, más 250 000 en préstamos, pero
sea de una manera u otra, entiendo que va a tener que haber una condicionalidad, que no sé cuál es. Ahí sí que quisiera que se insistiera, porque es verdad que, continuamente, se está diciendo que no es el momento de hablar de los problemas, sino
que únicamente hay que enfocar hacia dónde vamos a ir, a las soluciones, gasto, etcétera, pero alguien tendrá que pensar que esto tiene una serie de problemas, si la devolución del préstamo empezamos desde el 2028 al 2058, no sé los jóvenes, y
estamos hablando de jóvenes, cómo no se nos pueden revelar, porque parece que estamos intentando hipotecar, además de nuestro futuro, el futuro de las siguientes generaciones.


Con lo cual, en el ámbito de la condicionalidad sí que quisiera, en la medida de lo posible, que desarrollase un poquito más este tema.


En la Comisión de Reestructuración, en lo que es la (palabras que no se entienden) de la Unión Europea, ha habido una serie de ponencias con una serie de reflexiones muy sugerentes, muy interesantes. Una nos la trasladaba el que fue
comisario europeo, el señor Almunia. El señor Almunia nos dio un dato que nos dejó a gran parte de los que estábamos en esa comisión un poco sorprendidos, era la incapacidad de España, pero también de otra serie de Estados miembros, de gastar, de
gastar los fondos estructurales en su tu totalidad. Era incapacidad de gastar, es de dónde venía la reflexión, de la necesidad de la reforma de la Administración.


Cuando yo antes le decía que tenemos que saber gastar bien, es un poco lo que le quiero trasladar, si tenemos una serie de déficits, porque está bien que seamos capaces de negociar y que obtengamos una cantidad importante, porque es evidente
que eso nos va a ayudar a hacer palanca, pero a su vez, tenemos que tener una capacidad de gasto, que es lo que va a exigir el ser capaces de hacer acuerdos amplios entre todos los partidos políticos.


Hay un tema, que no se ha comentado lo suficiente, en el que tenemos que poner gran esfuerzo, es la gran tasa de desempleo. Después del COVID, tenemos unas tasas de desempleo importantes, pero España ya lleva, no en esta situación, sino que
cuando la situación económica no estaba tan mala o estaba mejor, también las tasas de desempleo eran unas tasas importantes. ¿Esto qué quiere decir? Que



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hay que ir adoptando una serie de decisiones, y yo creo que este es el momento. Si verdaderamente somos capaces, como Unión Europea, de dar un salto importante en la implicación y la constitución de lo que puede ser este proceso de
integración dinámico, este tema del desempleo, como el tema de las infraestructuras, como el tema de la investigación, como el tema de la economía verde, como el tema de la reforma de la Administración y, sobre todo, un tema que tampoco se ha
hablado, pero que es el de la reindustrialización, este es un tema muy importante.


La reindustrialización es un ámbito que es muy importante, que nos va a dotar de una mayor estabilidad de cara a lo que es el empleo.


Otra cuestión clave que me gustaría destacar aquí es que el acuerdo que se vaya a obtener en el Consejo Europeo va a tener que ser ratificado por todos los parlamentos de todos los Estados miembros. Esto llevará un proceso, un calendario,
pero lo que es la inyección de dinero, las ayudas, se necesitan ahora. ¿De qué manera se va a establecer, tanto en cuanto no se vaya confirmando la aprobación por parte de los parlamentos de los 27 Estados miembros? ¿Cómo se va a hacer ese puente?
¿Cómo se va a conseguir que, de una manera rápida, podamos dar unas cantidades de dinero que puedan ayudar?


Sobre todo, lo que nos tiene que preocupar, para ir finalizando, como consecuencia de la pandemia, las consecuencias de la crisis que ha tenido en la vida real, en el ciudadano de a pie. Creo que ha generado una profunda desconfianza y una
creciente actitud negativa de la sociedad para con los políticos, que no es nueva, pero que se ha acrecentado. Y más, viendo el debate al que estamos asistiendo en los últimos meses y, sobre todo, en este clima de pandemia.


Si estamos pidiendo en el ámbito de la Unión Europea un acuerdo muy amplio con países que o Estados miembros que, muchos de ellos, no tienen muchas ganas de ayudar, la obligación de los que podemos estar aquí es, precisamente, animar,
motivar y justificar ante esos países que estas ayudas a Estados o países que hemos sufrido, de una manera muy importante, la pandemia, merece la pena.


Nosotros tenemos que hacer, en este sentido, grandes esfuerzos para aunar y para conseguir acuerdos que justifiquen a esos Estados miembros, ante sus parlamentos nacionales, que merece la pena ayudar.


Es así como, de alguna manera u otra, podemos ir consiguiendo, poco a poco, que haya una confianza con respecto a los ciudadanos en nuestro país.


Abordando el tema el tema del Brexit, no hay mucho más que añadir. Estamos de acuerdo en la necesidad de apoyar a Michel Barnier en la estrategia que vaya llevando para adelante, y veremos el Reino Unido, con su especial manera de llevar la
política o que ha tenido de llevar la política, como finaliza esto o si finalizamos, con acuerdo o con no acuerdo, para finales de junio.


Con el tema de la conferencia, dos cositas, nada más. Sé que hemos estado muy condicionados por el tema de la pandemia, pero quizá faltan dos cuestiones que, en un inicio, eran básicas en esta conferencia: la participación de la
ciudadanía, que parece que en un sentido u otro se resiente, y la participación de los representantes de la ciudadanía. Porque también parece que no va a ser muy extensiva la participación de diputados y senadores en esta conferencia.


Quisiera, por una parte, animar a que pudiéramos tomar parte, de alguna manera u otra, y segundo, conocer cómo está esta cuestión.


Agradecer a la presidenta su gentileza, por haberme dejado un poquito más de tiempo, y a usted, por las explicaciones dadas.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Bildarratz, ha sido exacto en el uso del tiempo, así que no tiene que agradecer absolutamente nada. Gracias a usted.


A continuación, tiene el uso de la palabra la señora Martín Llaguno del grupo Parlamentario Ciudadanos.


Muchas gracias.


La señora MARTÍN LLAGUNO: Muchas gracias, señora presidenta. Muchas gracias al secretario de Estado por la exposición que nos ha hecho, que ha despejado algunas dudas y ha planteado otras que le voy a preguntar.


Quería empezar, aunque lo hemos hecho conjuntamente, haciendo un agradecimiento muy especial a todos los profesionales que, durante todo este tiempo, han estado en primera línea jugándose la vida por todos nosotros.



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Me gustaría empezar diciendo que la comparecencia de hoy es una comparecencia que viene obligada, porque antes de un Consejo Europeo es necesario que se informe a la Cámara, y que nosotros, como grupo parlamentario. Creemos que no solamente
es necesario que se informe, sino que se consensue, sobre todo en una situación tan especial, de una emergencia tan importante, donde nos estamos jugando tanto en ámbitos de la Unión Europea, creemos que el consenso, el diálogo y el acuerdo para
llevar una postura conjunta, es especialmente importante.


Así que yo agradezco la comparecencia, pero luego le voy a hacer algunas matizaciones sobre algunas cosas que ha dicho, que me hubiera gustado que se hubieran discutido con los grupos parlamentarios.


El orden del día del Consejo Europeo se centra, sobre todo, en cuestiones económicas. Antes de empezar a hablar de ello y de los distintos fondos y hacerle algunas preguntas concretas, hace unas semanas en el encuentro virtual que tuvimos,
le hice una pregunta sobre la medida de la flexibilización de los fondos FEADER que hizo Europa, y que están teniendo las comunidades autónomas verdaderas dificultades para acceder a ellos, porque no se les ha dado directrices claras de cómo tienen
que hacerlo.


Hemos hecho varias preguntas parlamentarias, le traslade esta preocupación, y usted me dijo que iba a hablar con la ministra de Hacienda para preocuparse o para informarse sobre qué estaba pasando. Si ha tenido alguna respuesta y me puede
explicar, después, por qué no están pudiendo acceder algunas comunidades autónomas a esta flexibilización, se lo agradecería, porque realmente lo necesitan y necesitan directrices.


Usted ha explicado muy bien que el Parlamento europeo pidió, en un acuerdo conjunto histórico, donde todos los grupos parlamentarios y todos los europarlamentarios votaron a favor, a excepción de uno de los grupos de esa Cámara, que se pedía
un fondo de dos billones de euros para toda la recuperación, unido al presupuesto.


La propuesta de la Comisión Europea, presentada el 27 de mayo, básicamente, se parece mucho en cantidad. Plantea 540 000 millones de euros, por un lado, con el fondo (palabras que no se entienden) y Fondo de Garantía, y 750 000 millones el
Plan de Recuperación, Next Generation, que usted ha explicado.


Es verdad que el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo son colegisladores y que, en realidad, el Consejo, en este caso, tiene una posición dominante. El Parlamento Europeo, cuando votó la propuesta, puso tres condicionalidades que son
importantes: tenían que ser fondos reales, no presupuestos; tenían que pagarse con recursos de los países y recursos propios de la UE, se podían generar nuevas tasas; y tenían que responder a tres directrices, que usted ha expuesto: la
digitalización, el tema de la economía verde y el tema del fortalecimiento de la soberanía.


Sin embargo, hay países que estamos planteando una especie de boicot con algunas propuestas parlamentarias que estamos trayendo de manera nacional. Aquí me voy a referir a propuestas que se han presentado la semana pasada, como el tema de
la tasa Tobin o como el tema de la tasa Google. ¿Qué opinión le merece estas propuestas? ¿Qué opinión cree usted que va a tener la Unión Europea con este sistema de boicot a fondos o a mecanismos que nosotros hemos pedido que se hagan
conjuntamente con todos los países?


El Parlamento Europeo planteó, también, que las ayudas dentro del Fondo de Recuperación debían asegurar que las pymes recibían el apoyo adecuado, y pidió priorizar, como ha dicho, los dos ejes de la Agenda Verde y del tema de la
digitalización.


Son la transición ecológica y la transformación digital los dos puntos que van a requerir más de inversión, en torno a 1,5 billones de euros, pero tendrá que haber también dinero por parte de la inversión privada. Aquí le voy a hacer
algunas preguntas concretas con respecto a, como lo detallado usted, a algunas de las líneas que ha mencionado: con respecto al (palabras que no se entienden), de 55 000 millones de euros, se planteaba que los recursos disponibles de la política de
cohesión tienen que estar entre 2020 y 2022. Sin embargo, los detalles de la Comisión Europea, según lo que hemos tenido conocimiento, parecen apuntar a que los desembolsos de estos recursos se van a hacer en el 2024. ¿Tiene conocimiento del
Gobierno de por qué se produce esa diferencia, y si el instrumento está pensado para los próximos dos años, o no? Esto, para nosotros, es importante saberlo.


Con respecto al Fondo de Transición Justa, que tiene como objetivo facilitar la transición ecológica: ¿qué negociación va a realizar el Gobierno para asegurar que las regiones españolas pueden beneficiarse de ese instrumento y cuánto dinero
-si tienen alguna previsión- tienen ustedes pensado que tengan disponibles las comunidades autónomas a través de este fondo?



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Con respecto al instrumento de apoyo a la solvencia de 31 000 millones de euros: ¿cómo va el Gobierno a asegurar que empresas tan esenciales para nuestro país, como las empresas del sector turístico o del sector cultural o de la hostelería,
pueden acceder a este fondo? ¿Qué mecanismos se están planteando o sabe usted si se ha planteado ya algo?


Con respecto al programa de salud, al programa European for health, me gustaría saber si van a impulsar o si el Gobierno pretende impulsar la inversión en alerta temprana y en seguimiento de epidemias en España y cómo va a defender el
Gobierno ante el Consejo Europeo la necesidad de reforzar el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades.


Finalmente, con respecto a la línea Horizonte Europa, me gustaría saber cómo va a asegurar el Gobierno que las instituciones de investigación españolas -que tan duro han trabajado durante este periodo- vayan a poder beneficiarse de estas
prioridades, si se está trabajando ya en conjunto con algunos ministerios y si han hablado con los científicos españoles para aprovechar todo su potencial para acceder a esta financiación.


Se lo digo porque hemos tenido, como ya ha mencionado el portavoz anterior, una serie de comparecencias en la Mesa de Reconstrucción de la Unión Europea, y, sinceramente, me he quedado un poco preocupada con algunas de las cuestiones que han
planteado algunos ponentes.


Por ejemplo, ayer nos decían -bueno, también lo leíamos en la prensa- que Italia ya tiene preparado el plan Colao con 102 medidas concretas y nosotros, hasta este momento, -quiero pensar que el Gobierno está trabajando en ello-, no hemos
visto ni hemos debatido el Plan Nacional de Reformas. Quería saber cómo se va a hacer, cómo se está planteando. Porque, efectivamente, hay fondos -esperemos que los haya-, pero va a haber una condicionalidad suave. Pero tendremos que saber y
consensuar qué reformas vamos a hacer y no hemos tenido información.


Ha hablado usted también del problema que hay, bueno, algunos de los problemas que puede haber con respecto a diferencias entre países europeos. Es verdad que Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca han expresado su oposición a que parte
de los recursos se otorguen a través de ayudas y quieren o apuestan por préstamos reembolsables que pueden suponer un problema de endeudamiento.


¿Cómo vamos a abordar esto? ¿Qué planteamiento tiene el Gobierno? ¿Cómo vamos también a plantear la propuesta que se planteado en el Parlamento Europeo de que algunos países han pedido el final de los rebates? ¿Cómo nos posicionamos ante
esto y qué vamos a pedir?


¿Qué posición va a plantear el Gobierno español en el caso de que estos mecanismos no salgan adelante y qué tipo de flexibilidad están considerando para garantizar el flujo de fondos a empresas, agricultores y organizaciones de la sociedad
civil?


Antes de terminar, ha hecho usted mención al tema de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Ha referido que nos han mandado unos documentos que nosotros hemos estudiado y hemos revisado. Aquí le vuelvo a hacer la misma consideración:
agradecemos mucho que nos manden los documentos, pero creemos que en esa situación sería bueno que más que documentos cerrados hubieran hecho o trabajaran con esta comisión y con los grupos parlamentarios para hacer propuestas conjuntas.


Porque realmente es importante que en estos momentos llevemos una posición de unión ante Europa, queremos que el diálogo no sea solamente un eslogan, sino que sea una realidad, y queremos participar y estar presentes y poder aportar y tomar
decisiones a este respecto.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Martín Llaguno.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Illamola Dausà.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Muchas gracias, señora presidenta, y muchas gracias al secretario de Estado por su comparecencia.


Empezaré por la parte final que ahora comentaba la portavoz de Ciudadanos y me uno a lo que ella reivindicaba ahora mismo. Está bien que nos informen, pero no solo a tiro pasado o de lo que van a proponer dentro de unos días, sino que
podamos consensuar todos la que va a ser la postura que va a defender el Gobierno de España, porque todos los que estamos aquí somos representantes de ciudadanos, en este momento, españoles y, por tanto, tenemos alguna cosa que decir al respecto,
antes de que el Gobierno defina su postura.


Tengo como tres temas a tratar. Estamos hablando de la propuesta de la comisión sobre este fondo de recuperación, pero, claro, es una propuesta y tiene problemas, más o menos -los veremos-, para ser aprobada.



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Entonces, en este sentido, varias cuestiones: ¿cuál será la postura negociadora de España? ¿En qué va a incidir más? Porque evidentemente no toda la propuesta, entiendo, va a ser aprobada como tal, entonces ¿habrá algunas rebajas en
algunos puntos? Entonces, ¿cómo se va a posicionar aquí España?


Después también: ¿cuándo va a estar preparado este plan de recuperación nacional? Ha salido un poco antes, pero entiendo que, desde el grupo de trabajo de la Unión Europea, en la Comisión de Reconstrucción, en otras comisiones
parlamentarias, etcétera, se está tratando este tema. Pero urge un poco saber cuáles van a ser las prioridades de este plan y en qué se va a querer incidir más.


También, usted ha hablado aquí de prioridades como transición verde, digitalización y la recuperación justa e inclusiva, diciendo -si lo he entendido bien- que España va a focalizar bastante en esta recuperación justa e inclusiva. Le
agradecería si esto nos lo pudiese detallar un poco más, a parte del tema del empleo, de la ocupación, de los jóvenes, etcétera. ¿Qué implica esta recuperación justa e inclusiva para el Gobierno de España?


También, una vez se haya aprobado este fondo de recuperación: ¿qué criterio de distribución dentro de España se va a seguir para todo este dinero que aparentemente va a llegar por una u otra vía? ¿Se va a seguir el criterio de que España
aparentemente reclama ante la Unión Europea que las zonas más afectadas reciban más dinero o se va a seguir otro criterio, como puede ser el de donde hay más población internamente? Por tanto, vamos a seguir el mismo criterio hacia la Unión Europea
que internamente o vamos a tener dos criterios dispares, en este sentido.


En relación con otra cuestión, parece que el Gobierno de España ha negociado con la Comisión Europea la posibilidad de poder reasignar fondos del eje 1 del CEDER, sobre todo, a temas de Sanidad, a cubrir gastos en Sanidad. Esto tiene la
parte positiva que es que se financiarán al cien por cien y que el dinero llegará mucho antes, pero, claro, tiene una parte negativa y la parte negativa es que buena parte de estos fondos iban dirigidos o van dirigidos a Investigación y Desarrollo,
a I+D.


Entonces, le agradecería que me explicaste porqué el Gobierno permite que se pueda hacer esta reasignación de dinero, porque puede ser pan para hoy -sí, tendremos más dinero-, pero hambre para mañana. Estamos quitando dinero o posibilitando
que se quite dinero de Investigación y Desarrollo, de I+D. Esto es básico para una economía de futuro.


Parece ser que hay algunos países, entre ellos Alemania, Francia y algún otro, que han llegado a un acuerdo -y cambio de tema- con alguna empresa farmacéutica para abastecerse y ya han reservado unos 300 millones de dosis de la posible
vacuna que están estudiando ahora en la Universidad de Oxford.


Me parece muy bien, pero ¿España no está en este acuerdo? ¿Continuamos dentro de la Unión Europea? Es decir, ¿no hemos aprendido de lo que nos ha pasado, hasta ahora, de desabastecimiento y de lucha interna entre países?


En el Centro de Emergencias el mecanismo de coordinación no funciona. ¿Continuaremos en la postpandemia yendo cada uno por su lado o realmente se va a trabajar para hacerlo conjuntamente?


Otro tema. Me uno a lo que se ha comentado aquí antes -no recuerdo que portavoz lo ha dicho, lo siento- de aumentar -voy al tema de la Conferencia sobre el Futuro de Europa-, sobre todo, la participación de la sociedad civil y -a ser
posible también, evidentemente- de los parlamentos nacionales, etcétera. Porque esto aportará mayor punto de vista y más variado, que puede ser muy positivo y necesario para el futuro de la Unión Europea.


En relación con el Brexit, bueno, sé que usted está esperanzado en que finalmente, a altas horas de la madrugada, se llegue a un acuerdo. Lo celebro. Tengo bastantes dudas, pero evidentemente no sé qué pasaría si no se llegase a ese
acuerdo.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Illamola Dausà.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Elejabarrieta Díaz.


El señor ELEJABARRIETA DÍAZ: Hola. Muchas gracias, presidenta. Tengo un apellido complicado y me suele pasar este tipo de cosas. Gracias al secretario de Estado también.


Me gustaría mencionar varias cosas y procuraré no repetir algunas de las ideas que los portavoces anteriores han mencionado, estando de acuerdo con muchas de las cosas que han dicho. A nosotros nos parece importante no renunciar al concepto
de mutualización de la deuda.


Usted ha explicado -y lo ha hecho muy bien- que en esta Unión Europea cada Estado o los Estados defienden sus intereses y muchas veces solo los intereses por encima de lo común, y sabemos



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que será un tema complicado. Pero nos parece interesante mantener la idea de que de esta o salimos todos juntos o no salimos.


No está claro tampoco qué tipo de condiciones, qué tipo de recomendaciones, qué tipo de cuestiones van a ir asociadas, a parte de los bonos, sean en transferencias o en créditos. Pero, en cualquier caso, nos parece importante también
transmitir la idea de no aceptar ningún tipo de recomendación, cláusula, condición que incluya ningún recorte en gastos sociales. Creo que si algo ha enseñado esta crisis es que nos hemos enfrentado hoy a una situación muy precaria y repetir los
errores del pasado no ayudaría a construir un futuro diferente.


Por tanto, en este bloque o en este punto quiero mencionar tres ideas básicas: la primera, hacerlo juntos, todos a una, y la segunda, no repetir errores del pasado.


Nosotros no hablamos tanto en términos de reconstrucción como de transformación, porque pensamos que es precisamente el sistema que teníamos una de las razones o motivos principales que nos ha traído a esta crisis. Pensamos que tenemos que
aprovechar el momento para ahondar en esa necesaria transformación hacia el Green Deal, Tercera Revolución Industrial, etcétera.


Segundo tema que quería comentar. Si algo viene a confirmar esta crisis y la gestión que de ella se ha hecho desde instituciones europeas es que Europa sigue siendo un club de Estados, en el que las estructuras e instituciones subestatales
pintan muy poco o nada.


Nosotros queremos insistir en el rol, en el papel que tienen que jugar todas esas instituciones, queremos insistir en la idea y queremos que se venga confirmando que, en nuestro caso, las autonomías deberían ser receptoras directas y
distribuidoras también de esos fondos.


Tercer tema que quería comentar, que ya lo comenté en la anterior comparecencia, y es el tema de las eurorregiones. Instituciones europeas, por cierto. Vengo del País Vasco y vivo en el Pay Basque, en la parte francesa de mi país. No creo
que haga falta ser un erudito en francés para entender que Pay Basque y País Vasco es lo mismo.


Mencioné la otra vez que las eurorregiones son instituciones que no se han tenido en cuenta a la hora de enfrentar esta crisis y pensamos que es algo que hay que corregir. A vascos y a catalanes nos ha supuesto un doble confinamiento, de
facto, porque somos ciudadanos que hacemos vida a uno y a otro lado de la frontera todos los días, en todas las cosas que hacemos: vivimos en un lado, nuestros hijos van a la escuela en el otro, vamos al médico en uno, trabajamos en el otro.


Entonces, esas realidades que pueden ser reales para otros casos en nuestra casa, al menos, no lo son y ha supuesto un problema añadido. Es por ello por lo que pensamos que en la reconstrucción pueden jugar un papel importante y pensamos
que también las eurorregiones deberían ser tenidas en cuenta como receptores de esos bonos y distribuidores de estos.


Cuarta idea: un apunte muy corto, muy breve sobre el Brexit. Al margen de todo lo que se ha dicho, -y comparto mucho de lo que han dicho los portavoces en sus intervenciones anteriores-, nos interesa saber también qué se va a hacer para
que el acuerdo de Viernes Santo siga vigente, se mantenga y no suponga el Brexit un retroceso en ese punto, en ese tema.


Me ha parecido muy interesante lo que usted ha mencionado sobre la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Comparto plenamente la idea de que esta crisis también hay que aprovecharla para repensar la cogobernanza a nivel global y comparto
también la idea, que usted ha mencionado explícitamente, en la que ha dicho que el multilateralismo supone un valor añadido y que van a seguir apostando por él.


Un par de ideas que quiero mencionar a ese respecto: la primera es que nos extraña que se hagan afirmaciones de ese tipo y que luego se pongan todo tipo de trabas a autonomías y a otro tipo de instituciones para poder desarrollar una
política internacional propia.


Mira, hubo un primer ministro británico, que creo que también fue ministro de Exteriores, Lord Palmerston, que definió de manera muy interesante, en mi opinión, lo que es la política internacional. Él vino a decir que Inglaterra no tenía
enemigos perpetuos ni amigos estratégicos, que lo que Inglaterra tenía eran intereses estratégicos y que concurrían en la Comunidad Internacional para tratar de defenderlos.


Creo que eso es lo que define de mejor manera lo que unos y otros Estados hacen en el contexto internacional. Entonces, en un orden internacional nuevo, en el que, además de los Estados, aparecen multitud de actores nuevos, incluyendo
ciudades, regiones, deportistas, cantantes, famosos, multinacionales, etcétera, no sé por qué se le ponen trabas a este multilateralismo.


Dos ideas o dos tendencias que quería mencionar, que no sé si son ustedes conscientes, pero que se están dando en Europa y que tienen que ver con la cogobernabilidad y que no quiero perder la oportunidad, que ha mencionado usted en ese tema,
para mencionarlas.



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La primera es que cuanto más Unión Europea, más están creciendo los partidos independentistas en las naciones, sin Estado, europeas. Esto es un dato, no es una opinión. Si ustedes ven Escocia e Irlanda del Norte, si ustedes ven Flandes, si
ustedes ven Cataluña, si ustedes ven Córcega, verán que en los últimos 15 años partidos o movimientos, como el nuestro, se han convertido en mayoritarios.


Por cierto, en contra del populismo antieuropeísta, que está creciendo a nivel europeo en muchos Estados, estos movimientos son profundamente proeuropeos. Escocia votó en contra del Brexit. De igual manera que el norte de Irlanda.


Entonces, primer apunte que creo que es algo para tener en cuenta: cuanto más Unión Europea, más trasciende la necesidad de plantear la cogobernabilidad, que usted ha mencionado, de manera de diferente o, al menos, que no tenga solo en
cuenta a los Estados, como hasta ahora.


Segunda idea que creo que es importante y creo que para este debate, para esa Conferencia sobre el Futuro de Europa puede ser importante, en lo que se refiere a este punto: es que es también una tendencia nueva, pero cada vez más en Europa
este tipo de conflictos se arreglan a través del diálogo y a través del referéndum pactado.


Margaret Thatcher nunca hubiese acordado un referéndum para Escocia y fue su nieto, el político David Cameron, el que lo hizo, y vemos que procesos similares se están dando en diferentes lugares de Europa. Nos parece un apunte importante
también para esa Conferencia sobre el Futuro de Europa.


En definitiva, -y voy concluyendo porque creo que mi tiempo también se está acabando- me gustaría volver a repetir la idea principal de que de esta o salimos todos juntos o no lo vamos a hacer.


Usted mismo ha mencionado que el propio futuro de la Unión Europea está en juego, que la percepción social y el valor añadido que los ciudadanos europeos deberían sentir, siendo miembros de la Unión, probablemente no lo hayan sentido a la
hora de gestionar esta crisis. Por eso, pensamos que en los próximos meses y en los próximos años va a ser fundamental tratar de ahondar en esa necesaria transformación, que no reconstrucción, de un sistema diferente y mejor.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Elejabarrieta.


A continuación, hace uso de la palabra el Grupo Parlamentario Confederal Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia En Común, el señor Uriarte Torrealday.


El señor URIARTE TORREALDAY: Presidenta, secretario, queridas compañeras y compañeros y empleados de la casa.


Ha quedado claro con esta crisis, con esta pandemia, que nuestra situación económica o, en general, la situación europea, la situación de Europa, está necesitada, en este momento, de unas bases de liquidez, de un elemento importante de
liquidez, que permita la reactivación. La liquidez es un problema importante y es un problema al que hay que plantarle cara.


Pero yo lo que quería incidir en mi intervención hoy y en nombre de mi grupo es en que el problema no es solo de liquidez y en que, si nos obsesionamos un poquito simplemente en conseguir que el dinero corra, que haya dinero fácil, la
solución a corto plazo -que la necesitamos- es evidente, porque necesitamos liquidez. Puede ser todo lo contrario, puede ser un problema a medio y largo plazo.


¿Por qué puede ser un problema? Pues básicamente, porque ya en este momento el crédito es barato. Es decir, ya tenemos crédito fácil y ya partimos de una situación en la cual la economía privada, las empresas privadas, ya tenían un
problema de relativos sobreendeudamientos en el cual, como era fácil el crédito, como el crédito era barato, muchas empresas estaban recurriendo al crédito y, a la vez, repartiendo dividendos.


Si partimos de una situación de partida que no es la más adecuada, y concentramos nuestros recursos o nuestra energía en la obtención de recursos que son necesarios, -no cabe ninguna duda-, pero sin atender a otros problemas que son
fundamentales -al problema de las políticas públicas, al problema de las políticas de relanzamiento, a los problemas de las necesarias reformas estructurales- puede ser que la solución nos ponga en una situación realmente difícil.


Voy a poner simplemente un ejemplo ilustrativo de cómo tenemos unas reglas y unos problemas estructurales muy importantes al margen de los problemas coyunturales que tenemos en este momento de COVID. Imaginamos que en Estados Unidos tenemos
una moneda única, tenemos el dólar, tenemos un banco central único, el Bank of America, pero supongamos que Estados Unidos tuviera una serie de patas cojas.



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Por ejemplo: supongamos que no tuviera una unión fiscal y tributaria; supongamos que no tuviera una unión bancaria y crediticia, con la cual cada banco en cada Estado aplicará normas distintas y el crédito al que accedieran los empresarios
en un sitio y otro fueran distintos; supongamos que además el Bank of America para prestar dinero a las administraciones tuviera que dárselo a la banca privada y la banca privada se quedará con una parte antes de devolvérselo otra vez a las
instituciones públicas; y supongamos, por último, que hubiera una cuarta pata coja, que es que fuera que la Federación no respondiera mancomunadamente de la deuda de los Estados.


¿Qué situación generaría esto? Pues generaría una desventaja competitiva brutal de las economías periféricas, que no fueran la de California o la de Nueva York, dentro de Estados Unidos, porque les pondría en una situación que sería la
misma, de alguna forma, de la de aquellos países de Latinoamérica o de otros países del mundo que durante un tiempo utilizaron el dólar, sin tener ninguna incidencia sobre las reglas.


Esta es la realidad actual en la que funciona Europa, en la cual hay unas reglas que son reglas establecidas en beneficio de las economías centrales europeas, que permiten muy fácilmente los ataques especulativos sobre las economías
periféricas y que crean una situación de subalternidad y dependencia muy grande, pero que a la vez tampoco satisfacen a las economías centrales, porque ellas piensan que como son contribuyentes netos, como son, como decía, países frugales, como muy
bien decía el secretario, se tienen de alguna forma.


Entonces, por una parte, quienes juegan con reglas de ventaja, como no saben que juegan con reglas de ventaja y creen que están haciendo transferencias, están descontentos, igualmente están descontentos quienes reciben las transferencias,
porque saben o, por lo menos, lo intuyen muchas veces -y todavía no lo han elaborado-, pero intuyen que están jugando con reglas, con cartas marcadas.


Entonces, esta es la situación que tenemos. Con lo cual, en esta situación y con estas patas tan débiles que no las tiene Estados Unidos o no las tienen otros países que tienen una moneda única, tenemos una situación de extremado riesgo de
subalternidad, respecto de las economías centrales, y de sometimiento a los poderes financieros y especuladores.


Sepamos y tengamos en cuenta que hoy en día, prácticamente, la mitad de la riqueza que se genera no se propiamente genera, sino que se traslada, porque en el capitalismo financiarizado actual la mitad de la riqueza que se concentra procede
exclusivamente de movimientos financieros y no de la economía productiva.


Todas las medidas que se están tomando en las últimas crisis y en los últimos años no van, en ningún caso, a apoyar la economía productiva, sino a reforzar la economía especulativa y financiera.


Dicho esto, con la idea de que los árboles no nos impidan ver el bosque, sepamos con qué reglas estamos jugando, y vamos a entrar un poquito en el análisis de las cuestiones que se plantean.


Bien, el fondo de los planteamientos que ha hecho usted y que, en general, están haciendo en este momento las instituciones europeas son relativamente sensatos. Es decir, son bastante más sensatas las medidas que se están adoptando de las
que se adoptaron en la crisis anterior y con muchas de ellas estamos de acuerdo.


Es decir, creemos que, bueno, se debe saludar que la mayoría, 500 000 de los 750 000 millones, se distribuyan en forma de transferencias directas, que sea respaldado por un presupuesto europeo dentro del marco financiero plurianual.
Saludamos que se esté planteando aumentar los recursos propios de la Unión Europea, pero, sin embargo, creemos que hay problemas serios y los problemas serios parten de que no sabemos los préstamos hasta qué punto van a estar sometidos a condiciones
que nos sean impuestas a los países que recibimos ese dinero.


En este sentido, a mí me produce bastante tristeza el que el Partido Popular se esté alineando con los países frugales en el empeño de imponer cláusulas restrictivas o condiciones poco positivas para la economía española y para otras de las
economías que van a estar afectadas por estas condiciones.


Por eso decimos que es importante que haya liquidez, es importante que haya dinero para salir de esta crisis, es importante que las empresas puedan hacer frente a sus necesidades, es importante que las administraciones puedan hacerlo y
desarrollar las políticas que son necesarias dentro de una especie de plan Marshall, pero eso no es suficiente. Es decir, es importantísimo que haya políticas públicas europeas: es importantísimo que haya políticas.


Por eso nosotros planteamos toda una serie de reformas, una serie de medidas, como son que se cree un fondo de al menos 1,5 billones, financiado a través de la emisión de deuda pública perpetua de la Unión Europea, repartido en forma de
transferencias directas e incondicionalidad.



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El aumento de recursos no debe suponer el endeudamiento individualizado de cada país. Sería absurdo que en Estados Unidos esto jamás sería admitido por parte de un americano, que admiten vivir en común, admiten vivir con reglas compartidas
y con deudas también compartidas y mancomunadas.


También, la reestructuración de las nuevas deudas, es decir, las nuevas deudas que se generen deben ser reestructuradas, porque si no va a ser pan para hoy y hambre para mañana. Sobre todo, este plan de liquidez o de aportación de nuevos
recursos, tiene que ir vinculado a la realización de toda una serie de medidas de reindustrialización, de medidas públicas, de medidas de recuperación del tejido productivo europeo, que ha ido en proceso de deterioro en las últimas décadas y que
necesitamos recuperar un mínimo de soberanía productiva, un mínimo de capacidad industrial. Necesitamos recuperarla y hay que tomar medidas, en ese sentido.


Hay que tomar también medidas de reforzamiento social. Es decir, hace falta un programa social europeo, en el cual nosotros planteamos que haya una inversión importante en el que se garantice una Sanidad pública y universal. Creemos que es
importantísimo que haya una farmacia pública europea.


Es decir, lo que no podemos es defender que nuestra salud dependa o que la salud sea entendida exclusivamente como un negocio económico, como hoy en día es, a través del gran negocio de las multinacionales farmacéuticas a riesgo de la salud
de la ciudadanía. Ahí no se puede dejar exclusivamente al negocio privado, sino que hay un interés público en la preservación de la salud.


Creemos que hace falta una renta mínima europea, un seguro de desempleo europeo. Hace falta un salario mínimo europeo. Hace falta un Estatuto del Trabajo de ámbito europeo. Hacen falta, como decía, políticas públicas de
reindustrialización. Hacen falta políticas de producción nacional y europea que aseguren que en el futuro vamos a ser capaces tanto de autoabastecernos como de ayudar a quienes también lo necesiten.


Hace falta reconstruir ese tejido productivo y hace falta hacerlo siempre en la perspectiva, como antes decíamos, de no condicionar el futuro de las próximas generaciones y el futuro del planeta, que es el único planeta que tenemos y el que
tienen que heredar nuestros sucesores. Hace falta hacerlo en clave de reconversión energética, porque si no, si fomentamos indiscriminadamente cualquier tipo de producción, sin tener en cuenta las necesidades del planeta, estamos de nuevo dando pan
para hoy y hambre para mañana, creando unas condiciones realmente negativas.


Bien, en estas condiciones, ¿qué es lo que tenemos que decirle al secretario, qué es lo que nos gustaría aportar desde nuestro grupo, con toda humildad y con todo el cariño? Básicamente, coincidimos en las propuestas que ha planteado aquí.


Coincidimos básicamente con las políticas o con las medidas que se están haciendo en la medida en que son políticas bastante o medidas más sensatas de las que se hicieron o de las que se adoptaron para hacer frente a la crisis anterior.
Probablemente, no podrían ser menos sensatas ni aunque lo quisiéramos. Pero, en todo caso, son políticas que yo sí que querría advertir de que tienen su elemento importante de peligro.


Con lo cual, no le diría, no le matizaría nada, sino simplemente le pediría que tenga en cuenta que el sobreendeudamiento, si no hay un ataque importante a las condiciones estructurales, es algo extremadamente peligroso, que necesitamos
liquidez, pero que no solo necesitamos liquidez, y, sobre todo, que tengamos audacia en Europa.


La política es priorizar. Evidentemente, no se puede conseguir todo lo que se tiene, pero ustedes que tienen que negociar allí, por favor, negocien pensando que la liquidez es importante, que hay que conseguirla, pero que hay otros
elementos añadidos que son fundamentales para que salgamos con buen pie y no con pies de barro, como de la crisis anterior.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Uriarte.


A continuación, hará uso de la palabra el Grupo Parlamentario Vox, el señor Espinosa de los Monteros de Simón.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Muchas gracias, señora presidenta. Muchas gracias, secretario de Estado, por su exposición. Le agradecemos mucho su comparecencia hoy, su tono, su contenido.


No cabe duda de que cuando el Gobierno asigna responsabilidades a profesionales cualificados en la materia en cuestión, todo sale mejor. No sé qué tal han estado los miembros del Gobierno.



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En ese sentido, usted es un miembro del Gobierno singular, porque usted sabía de la materia antes de acceder al cargo. Con lo cual, me congratula. Siempre es bueno que España esté representada en el exterior por gente que sabe de lo que
está hablando.


Especialmente importante es, dadas las novedades que nos traslada ante las venideras reuniones del Consejo Europeo, que serán determinantes para el futuro de España y también, como es lógico, para el futuro de Europa. Créame cuando le digo
que le deseo la mayor de las suertes y unas demostraciones de las que nos jugamos mucho.


Desde Vox consideramos que es vital que España logre un marco de reconstrucción, con fondos suficientes, para superar lo que ya es la crisis más importante que hemos sufrido, al menos desde la posguerra. Así lo hemos defendido en Europa y
siempre que hemos tenido ocasión de hacerlo, lo hemos defendido así en cualquier ámbito.


A corto plazo, el reto económico y social que afrontamos va a depender de nuestra capacidad de mantener vivo nuestro tejido productivo: nuestras empresas y nuestros empleos. En España, por desgracia, hemos podido empezar peor en ese
aspecto.


Es una lástima que este Gobierno no escuchara a Vox, al principio de crisis, cuando hicimos una propuesta ambiciosa, pero efectiva, que consistía en asumir el coste de los salarios de los trabajadores y autónomos, obligados por el propio
Gobierno a quedarse en casa.


Cuando lo planteamos al Gobierno le pareció una medida excesiva y ahora sabemos que propuestas similares sí se han aplicado en Canadá, Reino Unido y Dinamarca con bastante éxito, por cierto. Esta opción hubiera garantizado la supervivencia
del tejido productivo sin tantos parados y sin tantas empresas que hoy echamos de menos.


No ser ambicioso en estas medidas urgentes de estímulo fiscal tiene ya consecuencias que merman nuestra capacidad de recuperación. No hemos logrado salvar los empleos y, desgraciadamente, no salimos de esta crisis más fuertes, como le gusta
decir a este Gobierno. Salimos bastante más débiles.


En primer lugar, salimos con unos 50 000 españoles menos, que eso ya es de una gravedad inusitada, y creo que todavía no somos conscientes de la magnitud de esa cifra y de la tragedia que supone para España perder 50 000 compatriotas de una
manera tan concentrada, tan rápida y desgraciada.


Salimos también con la toma de conciencia del poco respeto que se ha tenido a nuestros mayores en España y salimos con bastantes menos empleos. De hecho, España es el país de Europa que más empleo ha destruido. Es decir, España es el país
de Europa que más gente ha dejado atrás.


Tampoco hemos logrado salvar empresas, porque las medidas de liquidez planteadas no han evitado la mayor destrucción de empresas de nuestra historia. La mayor destrucción del tejido productivo que tanto cuesta crear en España y que tan
fácil es, por desgracia, de destruir. Empresas que se han visto a su vez obligadas a despedir a todos sus trabajadores y a echar el cierre.


No podemos pecar también de esa falta de ambición en medio plazo. Tenemos que aprender de nuestros propios errores recientes. Por eso no podemos pedir a Europa que esté a la altura y nosotros no estarlo.


Creo que sería una imprudencia temeraria, una pata hacia adelante, acudir a las instituciones europeas, sin una agenda de reformas productivas que genere confianza.


España acude a una cita histórica, en un momento en el que quizá nos hubiera convenido tener otro Gobierno, pero, en fin. Este Gobierno pasará y pasará pronto afortunadamente, y puede que este sea el principal activo con el que cuenta
España para afrontar esa negociación.


En cualquier caso, con independencia de quien sea quien nos gobierne, es absolutamente necesario que España empiece a acometer reformas productivas y no porque lo reclame Bruselas, sino porque es la forma de asentar las bases de un
crecimiento sólido y sostenible para España en un futuro.


Vamos a tener, afortunadamente, el soporte de nuestros socios europeos. Al fondo de recuperación hay que añadir la disponibilidad de otros mecanismos de apoyo europeos. Usted ha hablado de varios de ellos (palabras que no se entienden) ya
aprobados. Pero si España va a reclamar -y ojalá obtener y, desde luego, Vox apoyara en ese sentido- la mayor solidaridad posible de Europa, entonces tenemos que realizar también un esfuerzo en primera persona para aumentar nuestra credibilidad en
la esfera internacional. Es por nuestro propio bien.


Tenemos que evitar que nuestra propia burocracia y la mala gestión vuelvan a situar a España entre los países con peor grado de ejecución de los fondos europeos disponibles, antes lo decía un portavoz de un grupo bastante distinto al mío.



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Para eso hará falta que nuestros representantes y las instituciones europeas hagan un esfuerzo por recordarnos a todos qué mecanismos y qué fuentes de fijación tenemos disponibles y también que nuestras autoridades de España simplifiquen el
proceso administrativo para su tramitación. Es decir, que el Estado pase de ser un lastre para nuestro crecimiento a ser un factor de competitividad para todos los españoles y para nuestras empresas.


Pero, sobre todo, no podemos esperar a que la fijación europea sea ilimitada y permanente. Sería un error acudir a Europa sin una agenda de reformas que aumentara el crecimiento potencial de la economía española y que redujera la tasa de
paro estructural y ampliara nuestras bases imponibles para tener una mayor recaudación fiscal. Ese error lo pagaríamos muy caro, porque sería una oportunidad perdida de una escala como quizá no volveríamos a ver en décadas. No perdamos esta
oportunidad, señor secretario de Estado. No vayamos a la elección errónea.


España no puede esperar a implementar reformas necesarias para hacer nuestra economía más dinámica, más productiva y atractiva para la inversión, con mayor capacidad crear empleos estables y de calidad y sostener los servicios públicos que
sean necesarios.


España no puede esperar para recortar el gasto político. Ese gasto improductivo e innecesario, que tanto carga a nuestras empresas y a nuestros trabajadores. Existe un enorme margen de mejora, aplicando las mejores prácticas europeas,
particularmente en el terreno de transformación digital del sector público.


Por cierto, dejemos de pensar en la digitalización del sector público como una forma de generar cada vez más obligaciones al ciudadano. La obligación de los españoles de aceptar notificaciones de multas, de sanciones, de inspecciones está
muy bien, pero empecemos a pensar también en la digitalización como una forma de rendir servicios a los ciudadanos y no solo de exigirles. Agilicemos y simplifiquemos sus trámites, haciéndoles ahorrar tiempo y esfuerzo, no pidiendo o exigiendo
innumerables documentos que ya obran en poder del Estado y que podrían (palabras que no se entienden) fácil y precisamente gracias a la digitalización.


España no puede ni debe esperar a que Europa le pida afrontar su fragmentado mercado interior para volver a promover un mercado único, antes de plantearse cualquier homogenización de mercados europeos, como están pidiendo en muchos ámbitos
de la Unión Europea.


España debe invertir en la interconexión energética con nuestros vecinos para optimizar el intercambio de energía generada según los picos de cada país y máxime cuando más se avanza en la generación de electricidad de fuentes renovables,
cuya programación, bueno, como nos decía ayer un experto en la Comisión de Reconstrucción, es imposible de prever, por depender de factores climatológicos.


España tiene que invertir en mejorar su educación, girando hacia un modelo más exigente para competir con otros países, donde no tienen dudas acerca de cómo es esencial para su propia competitividad. Tenemos que mejorar sustancialmente la
Formación Profesional y promover la Formación Dual, como decía aquí también el otro día el representante de los autónomos y de los empresarios, para que aquí no se produzca la paradoja de estar generando diplomados que no encuentran trabajo y tener
empresas que no encuentran personas formadas en las materias que ellos precisamente necesitan, para poderles dar ese empleo.


Todo ello, por supuesto, sin olvidarnos de que la suspensión de la ortodoxia fiscal puede ser comprensible, en este año, de manera excepcional, pero que unas cuentas públicas saneadas son un requisito imprescindible para garantizar nuestro
bienestar y nuestra soberanía a medio y largo plazo.


Se nos olvida a veces la suerte que hemos tenido, además, de que aquí todo eso se produzca en un contexto de tipos de interés históricamente bajos. No sé qué hubiera pasado en cualquier otra circunstancia.


Lo explicaba, en su momento Leon Panetta, que, entre otras cosas, fue el presidente del Comité Presupuestario del Congreso en los Estados Unidos y que trabajó con presidentes de ambos (palabras que no se entienden) y decía: 'Cuanto más
porcentaje del presupuesto se dedique al servicio de la deuda y más tengas comprometido en devolución de préstamos, menos fondos tendrás disponibles para las políticas que quieras implementar, sean las que sean'.


Eso es una regla que se aplica a todo el arco ideológico. Da igual que sea unos de izquierdas, de derechas o medio pensionista. Como no volvamos a la ortodoxia fiscal en un plazo relativamente pronto, -insisto-, que yo entiendo que este
año es excepcional, pero como perdamos el santo (palabras que no se entienden) déficit del que hablo de vez en cuando y se nos olvide la importancia de generar unas cuentas públicas saneadas, tendremos un futuro bastante gris por delante.



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Señor secretario, la oportunidad la tenemos delante. El tren está pasando, lo está haciendo ahora y tenemos que cogerlo. Tenemos la opción de dar una patada hacia delante y limitarnos a que nos salve Europa y esperar a que sean ellos los
que nos impongan una agenda de reformas dentro de poco o mirar al futuro de frente y escribirlo nosotros. Preparar a España para enfrentar con éxito la digitalización, la globalización y una revolución educativa que nos permita situarnos en la
cabeza.


En Vox, desde luego, queremos que España sea dueña de su propio destino, con el apoyo de Europa, sí, pero sin renunciar a nuestra soberanía que siempre ha hecho de nosotros uno de los mejores países del mundo.


En el ámbito de la Unión Europea, solo si el Gobierno se olvida de algunas ocurrencias ideológicas que dominan su discurso en el interior y se centra en afrontar el futuro de España y conseguir el rigor, defendiendo nuestra soberanía en el
contexto de la Unión y pensándolo mejor para el conjunto de España, el Gobierno podrá contar con el apoyo de Vox.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Espinosa de los Monteros de Simón.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tendrá la palabra su portavoz, el señor Moreno Palanques.


El señor MORENO PALANQUES: Muchas gracias, señora presidenta.


Señor secretario de Estado, bienvenido a esta su primera comparecencia en esta comisión. Además, me consta que deseaba venir desde su nombramiento, lo cual agradezco personalmente, como le agradezco la reunión virtual que propició después
de este último Consejo Europeo.


Quisiera empezar por la propuesta del Plan de Recuperación de la Comisión Europea. Es una gran noticia para España y para el conjunto de la Unión, sin duda. Creo que tardó, pero la Unión Europea, finalmente, reaccionó. No está cerrado,
claro, hay que seguir trabajando.


Pero no deja de sorprenderme en parte que el Gobierno nuestro estimara en 300 000 millones de euros las necesidades de España para hacer frente a una crisis de proporciones colosales, porque esa es una realidad, y se demostraba satisfecho
con esos 140 000, de los cuales 77 000, en principio, son subvenciones.


Bueno, también estoy muy satisfecho con esa cifra, aunque no sea la que el Gobierno estimara inicialmente, porque en España e Italia teníamos y tenemos un gravísimo problema. Hay que reconocer que nada de esto hubiera sido posible si no es
por la concertación francoalemana, que son los que van a hacer mayor esfuerzo y en menor medida, los cuatro frugales, mientras que España e Italia vamos a ser los más beneficiados.


Pero hay algo que ustedes saben mejor que yo y es que hay letra pequeña. Señor secretario de Estado, tengo un enorme respeto por usted. Además, me consta que a usted le consta: un gran respeto por usted. Como tengo un gran respeto por
usted y por la señora Nadia Calviño, porque son los que salvan en parte a este Gobierno ante Europa, porque Europa no se fía de que un Gobierno, con las pautas de sus socios, sigan las recomendaciones presupuestarias europeas. Lo hemos visto. No
tienen ninguna intención de hacerlo.


En Bruselas, en Berlín y en todas las capitales europeas conocen perfectamente cuál es la situación en España y lo que está ocurriendo. No genera confianza -vamos- entre los grandes líderes europeos, pero es que incluso no hace falta ni que
sean del Partido Popular Europeo.


Porque, efectivamente, saben que Nadia Calviño no es precisamente la que toma las decisiones con este dinero, y eso no son unos precedentes que ayuden mucho. Como tampoco ayuda mucho que en este Gobierno no haya moderación que no haya
rechazado ni radicalismo que no haya abrazado, por lo menos hasta ahora. Esa es nuestra opinión. Eso no da credibilidad.


Es posible que lo que le está costando tanto a la señora Calviño dentro de su propio Gobierno para seguir la partida 9 de julio, como presidenta del Eurogrupo. A mí me gustaría. Tiene todo nuestro apoyo, sin ninguna duda.


Recordaba a quienes iban a hacer mayor esfuerzo, porque aún hay que vencer esa resistencia a los países frugales y no hay que olvidar tampoco a los países del Este. Creo que a los segundos habrá que convencerles diciendo que han recibido
mucho dinero de la Unión Europea y que este es el momento que tienen de ayudar a España y a Italia y es necesario.


A los frugales, el otro día se dijo en la Comisión de Reconstrucción: 'Hay que conseguir su apoyo intercambiando solidaridad por credibilidad'. Ahí tenemos un problema, porque a mí me parece que tanto en España como fuera de España empieza
a haber dudas sobre el capital político del Gobierno.



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La pérdida de credibilidad y confianza entre los principales socios se debe principalmente a la gestión de la crisis y a los vaivenes de los últimos meses. Primero fueron las convocatorias que se hicieron antes del 8 M. No lo entendieron, o
sea, es que Italia estaba un tercio de ella cerrada y nosotros aquí seguíamos como si no pasara nada.


El segundo es la política sobre el turismo y la apertura de fronteras, que vamos corrigiendo, y el tercero, la falta de credibilidad sobre las estadísticas.


Yo creo que la sensación general que traslada es la de improvisación, la de errores tras errores, la de falta de comunicación, la de poca credibilidad. Hay que decirlo. No creo que sea un problema en los países. Creo que nunca ha sido un
problema en los países. Creo que es un problema del Gobierno que tienen los países.


Creo que, con este Gobierno, por lo menos con la parte más agreste de este Gobierno, las cosas no están nada claras. Puede que no sean los hombres de negro, pero a lo mejor es con los hombres de gris. Pedir nos van a pedir reformas, eso
segurísimo. Pidamos lo que pidamos, habrá que pedir lo que podamos, pero, desde luego, reformas va a haber.


Primero, Europa no va a permitir la derogación de la reforma laboral. Primero, porque se pactó con las instituciones europeas en el 2012, y segundo, porque su eliminación no tiene cabida en el fondo de recuperación.


Segundo, los Estados tendrán que presentar planes de inversión y de reformas alineados con las recomendaciones de Bruselas y sus prioridades, ligados al semestre europeo.


Por lo tanto, el dinero de estas ayudas deberá ir aplicadas a la transformación de la economía. Se trata de generar riqueza y no de repartir pobreza. Eso lo sabemos. Ustedes que están en la Unión Europea han estado, tienen esa experiencia
y lo saben.


No nos alineamos con nadie. Simplemente es que no podemos caer en el riesgo de convertir en estructural el gasto público de este año 2020. Por lo tanto, o iniciamos un ambicioso programa de ajustes a todos los niveles, que nos permita
equilibrar las cuentas, crecer con fuerza, recuperar el empleo y salvar gastos esenciales como las pensiones o lo hará la Comisión Europea. Además, lo hará con recortes duros y en elementos muy sensibles.


Porque el problema es que nos estamos jugando el futuro. O sea, es que aquí nos podemos gastar lo que queramos hoy, pero es que alguien va a tener que pagar en algún momento: o somos nosotros o son nuestros hijos o son nuestros nietos.


En resumen, creo que el presidente Sánchez va a tener que elegir entre una costa u otra. Nosotros queremos ayudarle a que elija lo correcto y, probablemente, lo correcto tendrá que elegir, porque la Unión Europea no te deja elegir otra cosa
que no sea lo correcto. Creo que algunas de esas reformas que nos van a exigir, hay parte del Gobierno que no está dispuesto a asumirlas.


Todo esto no nos debe hacer olvidar que tenemos la negociación con el marco financiero plurianual, claro, y ahí tenemos la PAC. Me alegra mucho lo que ha dicho sobre la PAC y todo el esfuerzo que va a hacer nuestro país para mantenerlo,
porque, en fin, en su momento ya hablamos de un 9? % de reducción. Pero sin ir tan lejos -y eso ya está ahí- quizás deberíamos prestar especial atención a esos más de 12 000 millones de euros de fondos estructurales europeos (palabras que no se
entienden), que se han ejecutado menos del 60 %.


La no ejecución más la reasignación, además del COVID, el problema es que ha dejado a centros de I+D, por ejemplo, en Cataluña. Se hablaba de inversiones clave previstas, no para hoy, previstas para mucho tiempo. Claro, si lo hubiéramos
ejecutado antes, no tendríamos ese problema, tendríamos otros, pero ese problema quizás no.


Probablemente, como está diseñada -y puede que no sea posible hacerlo de otra forma- la burocracia y la necesidad de cofinanciar en cantidades sustanciales hace que sea muy difícil llegar, en estos momentos, a completar esos recursos
comunitarios millonarios.


No sé si cabe, probablemente no, señor secretario, que se introdujeran cambios en los reglamentos, como se hizo con Grecia en el 2015, quitando la cofinanciación. Supongo que no, porque eso al final son también recursos. Por si faltaba
algo, está la cuestión del Brexit y de Gibraltar.


Para Reino Unido uno de los principales obstáculos es nuestra reclamación de materia competencia (palabras que no se entienden), que ha comentado, definitivamente, esto pinta mal. Hombre, tan mal pinta que el Banco de Inglaterra ya ha
avisado a los bancos a que se vayan preparando para un Brexit duro. Eso ya anuncia algo que, en fin. Lo malo es que no hay tiempo tampoco y lo que haya que aprobar,



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tendrá que ser aprobado por todos los países. Me impresiona que todas esas negociaciones parecen ya reducidas en intentar limitar el daño del Brexit.


Finalmente, con Gibraltar, ya hemos empezado esa negociación, frente al cual estuvo la semana pasada el director general, don José Pascual Marco, al que saludo y, además, le deseo toda la suerte del mundo en esta negociación, porque en esto
vamos todos juntos.


Se han centrado en mejorar la fiscalidad, los derechos de los más de 9000 trabajadores españoles que cruzan la frontera. En el impacto en el Campo de Gibraltar, muy importante las cuestiones medioambientales.


Pero supongo que es consciente de dos cosas: la primera, hay quien cree que, con el tratado fiscal, el Gobierno renuncia al debate sobre la soberanía; hay quien cree que (palabras que no se entienden) las prácticas fiscales de Gibraltar, y
hay quien cree que otorga entidad jurídica a los gobernantes. Lo mismo convendría aclarar los puntos para que no quepa ninguna duda respecto a esos puntos.


El segundo es que la negociación del acuerdo del Brexit en Reino Unido, la Unión Europea puede enrarecer el clima de la Mesa de Gibraltar. Parece que hemos empezado con un espíritu constructivo, de momento parece, y no le voy a preguntar
nada que ponga en riesgo esa negociación, sobre todo para no dar ventajas precisamente a la otra parte.


Pero sí me gustaría, para acabar, preguntarle: ¿cuándo cree usted que vamos a tener un esbozo de acuerdo y cuándo un nuevo marco, previsiblemente antes de que finalice el año? Pero está claro que es un marco muy ambicioso dada la
sensibilidad de los asuntos que se abordarán.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Moreno.


A continuación, tiene el uso de la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, el señor Pons Sampietro.


El señor PONS SAMPIETRO: Sí. Buenos días. Gracias, presidenta, en primer lugar.


En segundo lugar, muchísimas gracias al secretario de Estado por su intervención.


Yo querría destacar, en primer lugar, en estos tiempos, de tanta (palabras que no se entienden), una expresión tan detallada, sobre todo, sobre los datos y sobre sus hechos, sobre la realidad.


Creo que, en nombre de este grupo, del Grupo Parlamentario Socialista, nos gustaría, tanto los que estamos como los que no estamos, expresar nuestra solidaridad en esa idea del destino común europeo, tanto a las víctimas de este país como
del continente, todo nuestro continente de destino común.


Sería recomendable -la primera cosa- que la mejor manera de honrar a las víctimas se tratara de no dopar los datos de fallecidos. Dopar no es la mejor solución y creo que sería muy recomendable, sobre todo en una comisión que está abordando
un tema que es de Estado por encima de todo.


Creo que esta es la comisión ejemplar para esas políticas de Estado, siempre hemos venido de la mano. Ayer recordábamos los 35 años del Tratado de Maastricht. Por tanto, en este y más que en ninguna otra, creo, es necesario esas políticas
de Estado que ahora vamos a ver.


Usted ha dicho que hemos sufrido un shock repentino global. Creo que solo se ha demostrado, en estos apenas 90 días, que solo los Gobiernos son los que pueden hacer frente, de forma segura, a estos riesgos catastróficos. Se pueden hacer de
forma común y la forma común hoy es con Europa.


Creo que este grupo parlamentario, que apoya al Gobierno, tiene la certeza y el convencimiento de que ha habido una acción común, liderada por este Gobierno, por el presidente Sánchez Castejón, que pone a este país y que pone al proyecto
europeo -y lo voy a intentar explicar- en un punto de inflexión.


Usted ha dicho a lo largo de una encrucijada sin precedentes y que además se han roto una serie de tabús -y usted coincidirá y lo ha dicho en su intervención- que hace 90 días eran impensables.


Creo que ha renacido esa idea europea. Ya no solo en estos meses hemos pensado en Italia, Francia y España. Estamos renaciendo en esa idea europea que en esta última década cada vez se ha perdido.


Usted ha analizado el marco presupuestario, ha analizado el Brexit. Ayer hubo la reunión con Boris Johnson y Van der Leyen, telemática (palabras que no se entienden), y el futuro de Europa.


No tenemos tanto tiempo para hablar. Por tanto, intentare ir, no de forma cronológica, pero haré algunas reflexiones a algunas ideas. Creo sinceramente -y creo que el tono ha sido así- que hemos de ser optimistas ante lo que viene. Creo
que este es un momento que va a definir las próximas décadas y el futuro de Europa, como se decía.



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Permítanme que me vaya un poco atrás en el tiempo. Maquiavelo decía que las crisis profundas que siembran la discordia y generan oposiciones destructivas son el motor de la historia. Decía que en había ocasiones hombres y mujeres virtuosos
que tenían esa oportunidad.


Creo que hoy bajo esa premisa de Maquiavelo, Europa está en ese momento virtuoso. Esa Europa virtuosa que tiene tres grandes retos. Creo que podríamos compartirlos: el reto de la gestión sanitaria, el reto de la gestión económica. Ha
sobrevolado también, pero está claro que en el pos-COVID vamos a vivir una situación en la nueva geopolítica entre China y Estados Unidos.


Lo dice el comisario (palabras que no se entienden) con la doctrina Sinatra: 'Tenemos que seguir nuestro camino ante lo que viene.' Porque el tercer pilar es ese pilar del que usted ha hablado del multilateralismo y de la defensa que se
debe abrir.


Está claro que en este Gobierno este proyecto, el presidente Sánchez Castejón, -hablo del pan Marshall-. Por cierto, el 5 de junio se cumplió, bueno, esa fecha en la que Marshall en Harvard habló de ese plan. Fue de los primeros y hoy
vemos los productos.


Estamos con este Gobierno relanzando este proyecto europeo, sin que nadie se quede atrás y esos tabús, que después hablaré, son una muestra de que se ha hecho ese paso y se está haciendo en esa Europa de los pueblos y de los Estados, que no
se hizo en el 2008. Por tanto, estamos en un país que hoy está en la cabeza de ese proyecto de relanzamiento y que lo vamos a hacer. Se ha repetido de forma unidos y solo unidos.


Ha sobrevolado también las intervenciones, la comparación entre el 2008 y el 2020. Recordemos que el viernes que viene se va a rememorar los ocho años del (palabras que no se entienden) en Londres. Podemos comparar ese (palabras que no se
entienden) que tardó cuatro años. Se puede comparar con el 19 de mayo con la propuesta francoalemana, que lo que demuestra es que ha habido una solidaridad de los países del sur -Italia, España y Francia- para cambiar las reglas que se habían
marcado desde el 2000 hasta el 2010 y después hasta el 2012.


Tardamos 4 años en encontrar soluciones en el 2008. Hemos tardado menos de 90 días, una cosa increíble que hemos hecho. Usted ha hablado del Brexit, creo que vale la pena recordarlo. Lo hemos hecho con una venganza que circula en los
análisis.


La salida del Reino Unido, durante este año, ha permitido que vuelvan los pilares sociales -y usted los ha mencionado-. Hay una pata social que está de vuelta y, por tanto, hemos de felicitarnos que desde el Gobierno hemos pedido ese plan
Marshall en que nadie se quedara atrás. Por tanto, creo que deberíamos reflexionar en positivo de que estamos ante un punto de inflexión importante.


Hablábamos de dos grandes tabús. Bueno, Víctor Hugo dijo (palabras que no se entienden), pero también dijo que cuando una idea es imparable, no hay quien la pare. Creo que es lo que ha sucedido en estos 90 días. Es decir, hay dos tabús.


El primero, en la idea del rigor presupuestario, el equilibrio presupuestario. Hemos conseguido que se debata. Ustedes tienen esta gran oportunidad en esta semana de que va a haber uno de los pilares. Es un plan de reconstrucción a deuda,
endeudándonos, por primera vez, y a corto vamos a tener el gasto y vamos a ver reembolsar a lo largo.


El segundo tabú, que creo que es también extraordinario, que usted también lo ha mencionado, es el de las transferencias. Es decir, por primera vez vamos a romper el tabú de que no se pueden transferir del norte al sur. Ese es el segundo
gran tabú que se ha roto en estos 90 días. Algo impensable en relación con la crisis del 2008.


Ahí ha estado el Gobierno de España, ahí ha estado el presidente Sánchez Castejón, ahí ha estado la ministra Calviño, ahí han estado los equipos, porque esto es una política de Estado. Usted lo ha dicho: ha sido un shock imprevisible.
Creo que no hay ningún país que pueda sacar pecho ahora mismo, pero lo que sí está claro es que juntos, como decía al principio, hemos podido llegar a este punto.


Me permitirá también porque he escuchado algunos comentarios sobre los Gobiernos de coalición y (palabras que no se entienden) política. Thomas Mann lo dijo en el año 1953 a unos estudiantes en Hamburgo dijo: 'Oigan, busquen construir una
Alemania europea y no busquemos una Europa alemana'.


Creo que es evidente que hemos llegado a seguir por esta presión pidiendo un plan Marshall, pidiendo que nadie se quedara atrás, pero también porque se ha visto el peligro desde Alemania de esa ruptura del proyecto político.


Se ha visto también, en segundo lugar, que el Gobierno de coalición en Alemania tiene un pilar socialdemócrata que ha cambiado la dinámica de estos últimos años.



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En tercer lugar, la sentencia del tribunal de Karlsruhe, en el que -usted lo ha dicho- no se puede hacer política dejándole hacer simplemente al Banco Central Europeo, como pareció que iba a ser desde el 18 de marzo hasta el 19 de mayo, sino
que el tribunal de Karlsruhe ha devuelto, diríamos, a las instituciones alemanas al campo de juego del marco financiero plurianual. Por lo tanto, eso iba a ser otro de los grandes retos.


Voy a terminar, porque creo que es importante pensar que esta pandemia nos ha devuelto a los valores más profundos de los padres fundadores de Europa. Usted ha hablado de que hay un proyecto de debate, que vamos a tener, -creo que es hasta
el 2022-, en el que vamos a poder debatir esta situación pos-COVID, pero también desde el 2008.


Creo que por primera vez hay una sensación a nivel europeo de que hay un horizonte común y un punto de inflexión.


Por tanto, trasladarle desde el Grupo Parlamentario Socialista nuestro apoyo y ese esfuerzo de relanzamiento común para este horizonte, tanto lo que viene a nivel del Brexit, tanto lo que viene a nivel del marco presupuestario, también con
el fondo de reconstrucción.


Me dejaré terminar con un poema de Hölderlin que decía: 'Donde crece el peligro, crece también la salvación'.


Por tanto, creo que estamos en un momento más cerca de la salvación que del peligro. Por tanto, esta semana es clave y le deseamos todo el apoyo y aquí estaremos para este proyecto de relanzamiento común.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Pons Sampietro.


A continuación, hará uso de la palabra don Juan González-Barba Pera, secretario de Estado para la Unión Europea.


El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UNIÓN EUROPEA (González-Barba Pera): Muchas gracias, presidenta.


Muchas gracias a todos los portavoces de los grupos parlamentarios, por unas intervenciones que, sin renunciar a las posiciones políticas de cada grupo, me han permitido percibir que hay en torno a Europa muchísimos puntos de encuentro.
Esto ya me lo habían transmitido en lo que se refiere a las contribuciones a la Mesa de Reconstrucción, la parte de Unión Europea, y creo que se percibe también aquí.


Me van a permitir, creo que es útil que les intente, respondiendo a las muchas intervenciones que ha habido, hacer un resumen de los elementos esenciales de estos tres últimos meses que han sido, por supuesto, dificilísimos en España, pero
también en la mayor parte de Europa y, desde luego, la Unión Europea.


El señor portavoz del Grupo Socialista, el señor Pons, ha terminado con una cita de Hölderlin: 'donde crece el peligro, crece la salvación', y me van a permitir que yo empiece también con dos citas. Una muy ilustrada del filósofo Ortega y
Gasset, que siempre insistía en que el futuro de España estaba en Europa.


De hecho, cuando presenté la memoria de fin de curso, cuando ingresé en la carrera diplomática, se la dediqué a la visión orteguiana de Europa, porque realmente creo que es uno de nuestros pensadores que mejor supo ver el entronque
fundamental que hay entre el destino de Europa y el destino de España y nuestra esencial vocación europea.


Luego, la segunda cita es mucho menos culta, que es la de (palabras que no se entienden), que es además marroquí, se llama (palabras que no se entienden), al que vi hace una semana, después de estar casi cuatro meses sin poder cortarme el
pelo. Él me dijo una reflexión que, básicamente, se hace eco de la cita de Hölderlin, porque me dijo que en todo momento difícil -en su lenguaje, no habla perfectamente español- siempre salen invenciones, me dijo. Más o menos esa fue la frase. Se
refería a que muchos de su barrio habían empezado a hacer pan en casa. Me pareció, la verdad, una cita muy extrapolable a lo que se ha intentado hacer en la Unión Europea, que es hacer pan, y hacer pan de una masa magnífica que hay ahí, pero que
-como han subrayado algunos de los intervinientes- una masa que, digamos, no cuajó bien. Se ha hecho alusión a la crisis del euro del 2008, pero en realidad hay una concatenación de crisis.


Empezó por una crisis institucional, con el voto negativo a la Constitución europea en los referéndum holandés y francés, luego vino la crisis financiera del euro, luego la crisis migratoria, y luego una cuarta crisis muy importante, que es
la del Brexit, que es cuando un Estado miembro de la importancia del Reino Unido decide que va a estar mejor fuera de la Unión Europea que dentro de ella.



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Lo primero que ha habido, y nos dimos cuenta cuando a principios de marzo empezamos a vislumbrar la inmensidad de lo que se venía encima y de lo que significaba para la Unión Europea que, como la respuesta fuera parecida a la que se diseñó
desde el 2008, o incluso desde los 15 años que ha habido de un encadenamiento de crisis, la Unión Europea como proyecto corría serio peligro.


Corría serio peligro, porque en el fondo este es un proyecto que se fundamenta sobre la legitimidad de los ciudadanos o se viene abajo. Es un proyecto, y siempre se dice, basado en valores y en la democracia. Con lo cual, si los ciudadanos
de los 27 países que integran la Unión Europea no se identifican con él, a largo plazo es un proyecto abocado al languidecimiento, por lo menos.


Lo que sí vimos es que lo que ha resumido el representante del Grupo Popular de Unidas Podemos, la descripción que ha hecho al principio, sobre todo, comparando cómo funciona una moneda común en una federación, como pueden ser los Estados
Unidos, en un país como el Reino Unido, y cómo ha funcionado, cómo funcionó la respuesta a la crisis en una moneda común como es el euro, que tenía o que estaba basada cuando se lanzó en una arquitectura imperfecta, el contraste fue grande.


Lo que sí ya había al principio es un consenso académico, que es muy importante, en que la respuesta tenía que ser totalmente distinta. Lo que se ha tratado en este periodo muy breve, de prácticamente tres meses, que eso es nada, es un
suspiro para lo que son los tiempos de la Unión Europea, es que se ha avanzado a pasos de gigante.


En primer lugar, como recordarán sus señorías, hubo nueve presidentes de Gobierno y de Estado que firmaron una carta en que abogaban por la mutualización de la deuda. Es decir, por la emisión de eurobonos o coronabonos, limitados al espacio
de tiempo que iba a ser necesario para la reactivación de la economía.


Enseguida se vio que esta solución, que era la más lógica desde el punto de vista académico, repito, creo que hay un consenso académico generalizado, todavía no ha llegado la fase de madurez para que pueda trasladarse a un consenso político.
Entonces, se empezó a trabajar qué es lo que se podía hacer.


Lo primero de ello fue insistir en que la salida de la crisis no podía limitarse a las medidas que se empezaron a preparar en el seno del Eurogrupo, basadas en créditos, que no iba a ser suficiente, entre otras cosas, porque las previsiones
que se empezaron a hacer a las pocas semanas de la crisis es que la hibernación económica que iba a ser necesaria para combatir al virus, iba a traer una crisis económica y de empleo sin precedentes en su impacto. Fue cuando el presidente del
Gobierno lanzó la idea del fondo de recuperación, a mediados de marzo, que todavía cuando se lanzó era algo que, como recordarán, en el primer Consejo Europeo por videoconferencia que se trató del tema no hubo consenso y, por tanto, no hubo unas
conclusiones escritas sobre esta misma idea de un fondo de recuperación.


Esto que está ahora sobre la mesa es que hace apenas tres meses ni siquiera se pensaba en que podía tener existencia el fondo de recuperación.


Luego, más adelante se empezó a ver cómo se podría nutrir este fondo de recuperación, para que permitiera una salida europea conjunta y ambiciosa de la crisis, sin dejar a nadie atrás.


Como se vio que una emisión conjunta de deuda, la mutualización de la deuda iba a ser políticamente imposible, se habló con todos los interlocutores, en conversación constante con todos ellos, incluida, por supuesto, las instituciones de la
Unión Europea. Fue muy importante -y lo he dicho en mi discurso- las resoluciones que aprobó el Parlamento Europeo, entre ellas, una primera sobre la respuesta al COVID, que también se hablaba del fondo de recuperación. Luego, una segunda, además,
con el acuerdo de los cuatro grupos parlamentarios principales. Hubo un quinto que participó en la negociación, pero al final se abstuvo. Me estoy refiriendo al Grupo Izquierda Europea Los Verdes. Aquí lo que estaba claro es que hacía falta un
mecanismo de apoyo y solidaridad que no supusiera cruzar ninguna línea roja para los países que se oponían a la idea de mutualización.


Se habló de que el mecanismo de solidaridad era el presupuesto, y entonces, por qué no utilizar al presupuesto de una manera totalmente revolucionaria para conseguir algo insólito. Fue entonces, cuando en conversaciones con la Comisión
Europea supimos que se estaban viendo fórmulas para articular esta solidaridad vía presupuestaria, y fue cuando decidimos presentar nuestra contribución, que tuvo un impacto importante. Porque cuando todavía estábamos hablando, sobre todo, con
Francia, Italia y España, que éramos los tres países más afectados, todavía no había claridad. Por ejemplo, Francia presentó una contribución, un (palabras que no se entienden) paper, en que hablaba de un fondo separado.


Esto supimos que podía tener problemas adicionales, entre otras cosas, porque iba a retrasar la fecha en que los fondos pudieran ser utilizados. Iba a ser además una negociación intraestatal. Nosotros lo que queríamos era utilizar al
máximo el procedimiento comunitario.



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Fue entonces cuando, públicamente, y con cierto riesgo, porque era una discusión muy incipiente, saludamos y apoyamos la idea de un fondo de recuperación que estuviera intrínsecamente adosado al marco financiero plurianual. Además,
sugeríamos que se acudiera al mercado mediante el mecanismo de deuda perpetua, con lo que eso significaba. Es una práctica, como saben, muy heterodoxa en política fiscal, porque significa la monetización de la deuda. Pero claro, si no hay un
tesoro público y no hay una política fiscal, algo hay que hacer para que no se venga abajo el mercado y la moneda únicos. Que canalizara esos fondos, que se captaran vía transferencias. Era también la primera vez que se decía. Pusimos un monto.
Hablamos entre un billón y un billón y medio de euros, porque veíamos que era la cantidad que otros países, Estados Unidos o el Reino Unido estaba inyectando a la economía, en proporción a su PIB, para reactivar la economía, y también la que estaban
haciendo a nivel nacional otros Estados miembros de la Unión Europea.


Veíamos también que, mediante la flexibilización de las ayudas públicas, se estaba permitiendo, y además lo comprendíamos, porque quien tuviera potencia fiscal debería hacerlo, rescatar a empresas que eran solventes, pero que por el impacto
de la crisis tenían un riesgo cierto de quiebra. Claro, había Estados miembros que todavía, por las medidas de ajuste derivadas de la anterior crisis, no tenían potencia fiscal ni recursos financieros para hacer algo parecido con el sector
productivo de su economía, con lo que eso significaba de riesgo para el mercado único europeo y para la propia idea de la Unión Europea.


Entonces, se puso, como digo, sobre la mesa, también esa cifra. Esa creo que fue una contribución importante que hizo España. Ha habido otras, por supuesto. Aquí se ha mencionado la declaración conjunta francoalemana, importantísima.


Desde el principio, nuestra conversación a todos los niveles con los homólogos alemanes ha sido constante, intentando buscar de qué manera, porque Alemania desde el principio vio que la inmensidad de la crisis necesitaba una respuesta
europea, y tratábamos de ver qué respuesta podría haber que terminar siendo aceptable para su opinión pública, porque iba a ser decisoria y decisiva Alemania en esta situación.


Todo esto lo digo porque ahora, y han recordado casi todos los portavoces, lo que tenemos encima de la mesa es una propuesta de la comisión, aunque todos ustedes, que son ya expertos en cuestiones europeas, saben que es mucho más fácil remar
a favor de una propuesta favorable de la Comisión Europea que en contra de ella. El primer objetivo se ha cumplido. Hay una propuesta que, en su conjunto, por supuesto que nosotros, y fuera España quien hubiera hecho esa propuesta, pues habría
aumentado el nivel de transferencias, el nivel de volumen. Habría eliminado las compensaciones. En fin, habría hecho una serie de cosas que no son posibles, porque quien tiene que hacer esos compromisos y esos arbitrajes es quien tiene que hacerlo
y puede hacerlo, que es la comisión.


(Palabras que no se entienden) una negociación muy difícil. Bien saben las posiciones que expresan los frugales sobre, primero, el volumen, sobre el hecho de que el next generation new, la nueva generación web, básicamente inyecte fondos
vía transferencia, sino créditos.


No quiero anticipar ni decir que la negociación va a ser fácil. Pero el problema que ahora tienen los frugales es que ellos son los que se tienen que justificar ante la opinión pública europea, la opinión pública europea y de sus propias
naciones. Porque vemos, por ejemplo, en Holanda, voces muy cualificadas, como el anterior primer ministro Balkenende o el gobernador del Banco Central, o importante confederación de empresarios (palabras que no se entienden), que no comparten la
visión que está exteriorizando su primer ministro, su ministro de Economía. No lo hacen porque en el fondo hay un momento, y este es un momento crítico, una coyuntura absolutamente crítica, en que todo dirigente político responde, por supuesto,
ante su Parlamento y su opinión pública, pero también en el seno de la Unión Europea respondemos ante una opinión pública europea.


Es muy importante que la defensa de la Unión Europea no se limite a la defensa que venga o a las voces que vengan desde Bruselas y sus instituciones, sino que se oigan voces europeas desde todas las capitales europeas. Yo les puedo decir
que una de las claves y de los éxitos de por qué España, en coordinación con algunos otros países, hemos conseguido que tres meses más tarde al principio de la pandemia haya esta propuesta de la comisión sobre la mesa, es porque se ha intentado
presentar el casco desde una perspectiva puramente europea. Esto se hacía, por supuesto, en defensa del interés de España, pero también en defensa del interés de la Unión Europea.


Les diré también que hemos evitado en todo momento entrar al trato de cualquier tipo de debate terminológico sobre estereotipos. Los estereotipos están bien cuando se hacen chistes sobre las



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cualidades de tal o cual pueblo, región en España, o de tal o cual pueblo o país en la Unión Europea, pero basar una política y una respuesta en el estereotipo general que tiene un país, en el fondo lleva a la melancolía.


Creo, por ejemplo, que la autodenominación frugal que se han impuesto, en el fondo todos somos frugales. Quiero decir, todos queremos la mejor administración de los bienes públicos. Pero todos lo queremos cuando se trata de una frugalidad
inteligente.


Ahora los principales economistas el mensaje que decían, y ahora, recientemente, la directora general del Fondo Monetario Internacional, lo acaba de decir, es el momento en el que el ciudadano ha de gastar. Si ahora no se gasta,
posiblemente, la situación dentro de dos o tres años iba a ser muy complicada.


Es lo que les puedo decir sobre las perspectivas que hay de negociación. Sobre el hecho de que tienen continuamente que justificarse aquellos que siguen insistiendo en una visión exclusivamente contable de la Unión Europea.


La Unión Europea es mucho más que los flujos de una hacienda pública nacional en ingresos y en gastos. Es mucho más porque hay una serie de intangibles como el mercado interior, como la defensa de los valores y derechos humanos de la Unión
Europea en el mundo. Imagínense la labor que hace única la Unión Europea, en defensa del multilateralismo, en defensa de la Corte Penal Internacional, en defensa del respeto de los derechos humanos, en defensa de la igualdad de género. Más allá de
las fronteras de la Unión Europea, si eso lo hiciéramos, países, no ya del tamaño de España, que digamos que en el conjunto del mundo es un país medio, pero países del tamaño de Dinamarca, por ejemplo, sería imposible. Es algo a lo que su
Parlamento y opiniones públicas dan una opinión, dan una importancia esencial. Esto solo lo puede hacer la Unión Europea en su conjunto.


Algunos de los intervinientes han hecho alusión, el señor Pons, al panorama que tenemos en la escena internacional, el long game, que se bautizó, la nueva rivalidad estratégica entre China y Estados Unidos. De no existir la Unión Europea,
de no existir la voluntad de tener una propia voz europea, con independencia de las relaciones estrechas en materia de alianza militar, por supuesto, que tengamos muchos de los países europeos, vía OTAN con los Estados Unidos, y con independencia
también de las relaciones comerciales intensas, que está negociando un tratado de un acuerdo de inversiones con China. Pero creo que todos podemos compartir la idea de que, frente a esta rivalidad, Europa, sobre todo, tiene que defender sus
intereses y sus valores. Para que eso lo haga, tiene que dar una respuesta fuerte y decidida ante la magnitud de la crisis.


Una respuesta que también tiene que ser -y con esto respondo a varias de las intervenciones de portavoces- inclusiva. Es otra de las enseñanzas que nos viene de la anterior crisis. Se tardó mucho, el señor Pons lo ha dicho, en el caso del
banco europeo, en acudir a la herramienta que se reveló al final clave, para asegurar la viabilidad de la supervivencia del euro, que fueron los programas de compras masivas de deuda, de bonos emitidos por los Estados miembros en el mercado
secundario. Tenía sus dudas, pero al final la validez del mecanismo quedó certificada por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.


En este caso no tardó cuatro años, había el precedente, y se tardó apenas diez días, en una respuesta contundente que permitió limitar los tipos de interés, las primas de riesgo, y que a la tremenda crisis socioeconómica y sanitaria no se
sumara de nuevo una crisis financiera, que hubiera sido terrible.


En la anterior crisis, también se tardó bastante en darse cuenta de que una salida de la crisis que dejara atrás a los ciudadanos era una salida en falso. Hubo que esperar al año 2016 a que hubiera unas propuestas de la comisión, sobre el
pilar social, que al final terminaron aprobándose por un acuerdo conjunto de las tres instituciones, en la cumbre de Goteburgo, en el año 2017.


Este pilar social es esencial. En la propuesta de la comisión hay varias menciones de la importancia de los aspectos sociales de esta crisis, para salir de ella conjuntamente. Lo resumo ahora. Por ejemplo, se habla del apoyo al
mantenimiento de empleo, ahí está el mecanismo de (palabras que no se entienden); la igualdad como un elemento clave que tiene que estar en el centro de la recuperación. Se habla de salarios mínimos adecuados; medidas sobre transparencia para
cerrar la brecha salarial; apoyo al empleo juvenil y a la economía social; apoyo a las personas con discapacidades y abordar la cuestión del envejecimiento.


Se habla también de la garantía infantil europea; de la nueva situación de los trabajadores en las plataformas digitales; la agenda de capacidades europea y un plan de acción actualizado de educación digital. Todos estos asuntos aparecen
mencionados en las distintas propuestas que ha puesto sobre la mesa la comisión.



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También hay una carta muy importante que envió el comisario Schmit, el comisario de Empleo, luxemburgués, a los distintos ministros competentes de los 27 Estados miembros, durante la pandemia, reactualizando la importancia de la agenda y del
pilar europeo. Esta va a ser una agenda que tenga muchísima importancia en Presidencia alemana y también en Presidencia portuguesa. Mis colegas así me lo han dicho y tienen el pleno apoyo nuestro.


Yo, personalmente, como secretario de Estado, entre las labores que me incumben es la coordinación de la posición española al respecto entre todos los departamentos ministeriales. Entre unos y otros hay nueve departamentos, incluso 11 que
tienen competencias sociales, y estamos viendo de qué manera se puede promover el aspecto social de la salida de la crisis dentro de lo que es el pilar social europeo, al que damos, repito, una importancia fundamental.


También se ha hablado de la condicionalidad, y algunos de ustedes han preguntado por el sentido que va a tener esa condicionalidad. Es de los temas que se van a debatir. Nosotros, le puedo decir que, como Gobierno de España, estamos a
favor de una condicionalidad entendida en términos reformistas.


Este dinero que va a llegar, esta inyección por parte de la Unión Europea, todavía no sabemos cuánto será exactamente, tiene que servir para reactivar la economía y llevar a cabo reformas que coinciden con la propia agenda de reformas de la
Unión Europea. Desde luego, la agenda verde, la digitalización, todo también lo que tiene que ver con la inversión social, con capacitación.


El representante, el portavoz del Grupo Popular, ha hecho alusión a la educación, o me parece que era el portavoz de Vox. Perdón, a la educación y a la formación profesional, por ejemplo, que es un asunto importante que se tendrá que
abordar con los fondos que lleguen de Europa. Fondos que, en principio, siguiendo las normas de gasto, también van a ser canalizados, por supuesto, a comunidades autónomas, en función de mecanismos -y aquí respondo también a preguntas que se me han
formulado por parte de distintos grupos- que tendrán que ser negociados en el marco de las distintas conferencias sectoriales y de la CARUE.


Ahora lo importante en estos momentos es, sobre todo y principalmente, conseguir que el Consejo Europeo, en sus distintas reuniones, la del día 19 será por videoconferencia y no se podrá entrar en el fondo del asunto, como sí se entrará ya
en las reuniones presenciales. La primera, prevista para principios de julio y posiblemente tenga que haber otra u otras en julio, pues el objetivo, como digo, es que haya un acuerdo político para el mes de julio, que permita a la comisión ponerse
a trabajar en la puesta a punto de los distintos reglamentos. Además, hará falta -y esto es importante- un acuerdo con el Parlamento Europeo, en formato de trílogo. El Parlamento Europeo ha sido esencial -y quiero subrayarlo- esencial en que se
haya logrado poner sobre la mesa una propuesta de la envergadura y de la ambición que se ha hecho.


Por ejemplo, cuando al principio la comisión filtró unas primeras cifras, en que hablaba de 300 000 euros, sino de 750 000, hubo una resolución del Parlamento Europeo en que le daba -y perdónenme la expresión- un tirón de orejas a la
comisión, como yo he visto pocas veces, cuando le criticaban el utilizar, hablaban de ingeniería financiera (palabras que no se entienden) fue la expresión que utilizó, porque, en fin, inflaban las cifras utilizando multiplicadores de hasta 20 %,
para dar una imagen quizá inflada de lo que podría venir por parte de la Unión Europea. Esto quiero repetirlo, el Parlamento Europeo ha sido un aliado fundamental de los que creemos en que tenía que haber una respuesta ambiciosa por parte de la
Unión Europea, por propio interés europeo.


Teníamos que salir robustecidos de esta crisis. Francamente, creo que si logramos aprobar un paquete similar al que ha puesto encima de la mesa la comisión, habremos sorprendido a propios y extraños.


Este, como digo, es el principal objetivo. Luego, la comisión ha previsto adelantar 11 500 millones de euros al actual marco financiero plurianual, para que se puedan gastar ya antes de fin de año.


Hay un aspecto que todavía no tenemos certezas. De hecho, en los cálculos de la comisión, como bien saben, una cosa son los créditos de compromiso y otros son los desembolsos efectivos; aunque toda esta cantidad, la idea es que haya un
front loading, un compromiso en los primeros cuatro años. El caso es que el desembolso inicial, las cantidades que se van a desembolsar en el año 2021 y 2022, no van a ser el grueso esperable. Esta es una de las cuestiones que tenemos que plantear
a la comisión, porque estamos diciendo todos que es ahora. Lo importante es que ese dinero llegue ya y no llegue en el 2023. Repito, es una de las cuestiones importantes. Pero para ello y fundamental, el acuerdo político a finales de julio es
esencial.


También se ha hecho alusión. Perdón, sobre condicionalidad, quería decir que, efectivamente, entendida como reforma, desde luego, y en el caso de España se está preparando también por parte del



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Gobierno, un programa de gasto con consultas interministeriales. Hoy ha salido una referencia a ese programa en uno de los diarios españoles, se está trabajando sobre ello. Cada país lo está haciendo.


En el caso de Italia, se ha hecho alusión a las 102 medidas. En el caso de España, la opción ha sido fundamentalmente a través de la Comisión de reconstrucción, oír a todos los representantes de los grupos políticos, para ver de qué manera
se podía encausar y armar un programa de reconstrucción nacional que se envíe a Bruselas, que goce del mayor consenso posible, porque ello es una cuestión esencial.


Hay también cuestiones más concretas que por falta de tiempo no voy a poder entrar. Quizá en la segunda fase de réplicas, si alguien quiere que entre en detalle.


También quería hacer alusión al Brexit y a la negociación sobre Gibraltar. Efectivamente, vistas las circunstancias actuales y visto el escaso progreso que ha habido hasta ahora en las negociaciones, tenemos que ser francos. Tenemos que
estar preparados para una contingencia, de que a día de 31 de diciembre el Reino Unido se vaya, porque ya lo ha declarado, que no va a pedir una prórroga, se vaya sin un acuerdo de la Unión Europea.


Esto sería catastrófico, aunque sería más catastrófico para el Reino Unido que para la Unión Europea. Porque una de las cosas que se ve, y ahora se ha visto con esta respuesta a la crisis, es que fuera de la Unión Europea hace mucho frío, y
quizás ha sido el momento, políticamente, menos adecuado para materializar esta salida por parte del Reino Unido. Dicho esto, todos, y, desde luego, el Gobierno de España respeta absolutamente la decisión soberana del pueblo británico de abandonar
la Unión Europea y de negociar un acuerdo para la relación futura, que resulte beneficioso para ambas partes. Por parte de España y por parte, desde luego, de la Unión Europea, y ese es el mandato que recibió el negociador principal, Michel. Por
parte del Consejo de la Unión Europea se quiere que la relación sea ambiciosa.


Por ejemplo, se quiere una relación ambiciosa en materia de mercado interior, en materia de pesca, en materia de movilidad, en materia de acceso a mercados. Desde luego, nadie contempla que en el acuerdo de libre comercio pueda haber
contingentes arancelarios, entre otras cosas, porque sería imposible una negociación contingente por contingente, partida por partida, porque podría llevar unos dos años y lo que se quiere es que haya al menos un acuerdo de mínimos sobre el que
seguir edificando en los próximos años. Tendrá que hacer, al menos, aunque sea un acuerdo mixto, pero que haya una parte comunitaria que pueda empezar a aplicarse a partir del 1 de enero. Esto es fundamental.


El caso es que después de la conferencia de alto nivel que se celebró ayer, hay el acuerdo por parte de ambas partes, de meterse en lo que llamaría un túnel negociador. Prácticamente, una negociación ya sin rondas y continua, que permita
que, para finales de junio, incluso, durante el mes de agosto, que, como saben, el mes de agosto, trabajar en agosto es uno de los temas tabúes para las instituciones, y yo me temo que quien esté ocupado del dosier Brexit, va a tener un agosto
bastante entretenido.


La sensación es que las posibilidades de acuerdo por las conversaciones que tenemos con (palabras que no se entienden), con los británicos, las conversaciones terminarán cuajando, aunque sea a última hora, en un acuerdo, porque las dos
partes lo quieren realmente; salvado la parte que puede haber de posicionamiento público, de postureo. Al final, los ciudadanos de uno y otro país, los operadores económicos de uno y otro país necesitan una mínima seguridad, y una mínima seguridad
en términos razonables.


No es razonable decir que en el fondo se pretende que el acuerdo de libre comercio se inspire en el acuerdo de libre comercio con Canadá. No es razonable, como no sería razonable pretender introducir o canalizar todo el cauce, pongo, por
ejemplo, del Ebro en su desembocadura, por una cañería de un metro de diámetro, porque ese es el nivel y la intensidad de las relaciones económicas y de todo tipo que existen entre Europa y el Reino Unido.


Un punto importante -y lo han mencionado algunos de los intervinientes- es que dentro de esa negociación Brexit hay para España un paquete fundamental, que es el acuerdo y la relación futuros de Gibraltar.


Es una situación única que ha exigido, en primer lugar, desde que se puso y se activó en marcha el Brexit, una reacción excepcional, diría, de los equipos que han estado a cargo, tanto en la representación permanente como en la Secretaría de
Estado de la Unión Europea y en el resto de la Administración española, bajo el actual Gobierno y el Gobierno anterior, todavía, bajo el mandato del presidente Sánchez, como el primer Gobierno en que se anuncia el Brexit, el Gobierno presidido por
don Mariano Rajoy. De hecho, lo he mencionado en mi intervención, fue muy importante que, en 2007, cuando se acordaron las orientaciones del mandato negociador, porque el mandato negociador se terminó cerrando en el único Consejo de Asuntos
Generales al que asistí presencialmente, se incluyera en la orientación número 27



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una referencia a la importancia de que Gibraltar, el tema de Gibraltar fuera negociado bilateralmente entre España y el Reino Unido. Punto que hubo que reafirmarse con una amenaza de veto en 2018.


No es sencillo vetar un Consejo Europeo, además, por una cuestión tan nacional, y al hacerlo, el resto de los Estados miembros, el negociador principal, y los británicos y los gibraltareños se dan cuenta de la importancia esencial que tiene
ese dosier para España.


Se pretende cerrar un acuerdo, con su enorme dificultad, para el mes de octubre, eso sería lo ideal, a fin de que se pueda incorporar, porque tiene aspectos comunitarios, aspectos bilaterales, no comunitarizados, que se pueda incorporar por
el negociador, para incluirlo en el acuerdo final Brexit.


No va a ser sencillo, y no va a ser sencillo porque, como bien saben, España tiene unas aspiraciones irrenunciables en temas de soberanía. Este Gobierno británico, que ha decidido, precisamente, por cuestiones nacionales y de soberanía,
salir de la Unión Europea, no es el más indicado en principio sobre el papel para transigir sobre estos asuntos. Primera dificultad.


Segunda dificultad, porque hay, en el caso de los residentes y de la población gibraltareña, se manifestó en el referéndum que hubo del Brexit, a favor de un 96 % de permanecer en el seno de la Unión Europea, cuando el resto de los
ciudadanos británicos optaron por salir.


Entonces, es una situación complicada que nosotros tenemos que ver como negociadores, y también lo tienen que ver los británicos y los gibraltareños, qué fórmula podemos encontrar para un acomodo de esta situación muy especial.


Luego, por supuesto, está la cuestión de los ciudadanos españoles residentes en el Campo de Gibraltar. Si precisamente -y aquí hago un inciso- la Unión Europea insiste con tanto énfasis en la necesidad de no hacer un enfoque selectivo del
mercado interior, lo que se llama el pick and trust, es porque hemos visto lo que eso significa en el caso de Gibraltar, durante los 35 años que el Reino Unido ha sido socio miembro en el seno de la Unión Europea con España en relación con
Gibraltar. Porque cuando España negoció sus condiciones de adhesión a la Unión Europea, nos encontramos con unas imposiciones que había ya de un acceso privilegiado o selectivo de Gibraltar a la Unión Europea.


Estaba exento, por ejemplo, de cualquier obligación en materia fiscal. Estaba exento, prácticamente, de obligaciones en materia medioambiental. Sin embargo, tenía acceso al mercado interior en una serie de ámbitos. Esto les ha permitido
en estos 35 años a los habitantes de Gibraltar, convertirse el territorio en sí, si no recuerdo mal, creo que sería el tercer territorio más rico del mundo en términos de renta per cápita. Esto no ha sido por un especial ingenio de los
gibraltareños, que lo tienen, sin duda, como lo tienen los habitantes del Campo de Gibraltar, sino por las circunstancias tan especiales del estatuto a que dio lugar a que el Reino Unido ingresara antes que España en la Unión Europea.


Esto se quiere evitar mutatis mutandi en una proporción muchísima mayor, en el caso del Reino Unido y de la Unión Europea, lo que hace, lo que se llama el level play (palabras que no se entienden), las reglas del juego. Lógicamente, las
posiciones ofensivas del Reino Unido tienen que ver con aquellos aspectos del mercado interior que les conviene, y, sin embargo, de las defensivas, pues si te vi no me acuerdo, y aquí tendrá que haber una serie de compromisos importantes.


Ha mencionado el portavoz del Grupo Parlamentario Popular el voto negativo a la ratificación del acuerdo fiscal sobre Gibraltar. Yo me remito a las explicaciones que dio la ministra González Laya, la ministra de Asuntos Exteriores, cuando
tuvo que defender esta cuestión en el Congreso de los Diputados.


Lo que sí quiero reiterar es que en este sentido es muy importante que haya una continuidad básica cuando están los intereses de España en juego, y que, de hecho, y antes ha tenido la amabilidad el señor Moreno, de ponderar mis méritos, y
quisiera trasladar esa ponderación al equipo que ha acompañado y a los negociadores que han acompañado por parte del Ministerio de Exteriores y del resto de la Administración, que además son los mismos que empezaron la negociación, todavía bajo
mandato del Partido Popular.


De hecho, cuando el anterior ministro de Asuntos Exteriores, mi predecesor, Marco Aguiriano, tomaron posesión del cargo y vieron lo que se había hecho con los cuatro memorándums, con la negociación, o la negociación encarrilada de los cuatro
memorándums y la del tratado fiscal, lo único que hicieron fue elogiar y dar continuidad a un trabajo bien hecho que concluyó a los pocos meses.


Con lo cual, creo que es importante en este sentido ser consecuentes. Tengo que decirlo con el mayor respeto, como yo creo que lo hemos sido y lo seremos, si hubiera un cambio de Gobierno y tiene que seguir este equipo negociador u otro
cualquiera, abordando esta cuestión tan delicada y tan de Estado que es para España.



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Yo tendré plenamente informado a la Cámara y también a la ministra de cuantas vicisitudes ocurran en esta negociación. Hasta ahora lo que ha habido el pasado 9 de junio en Málaga, ha sido una primera toma de contacto entre los equipos
negociadores. Se ha expuesto cuál podía ser el perfil general del acuerdo. Por supuesto, está en estudio, y también están en estudio las propuestas británicas.


Lo que sí puedo decir es que hay el máximo interés, desde luego, por parte de España, y creemos que también por parte del Reino Unido. Así, el día siguiente de la negociación hablé con el negociador principal del Brexit, el señor Frost, y
pude percibir que, por supuesto, hay negociación y hay juego que hacer. Esperemos que termine en buen puerto y podamos presentar a esta Cámara un acuerdo, y también poder venderlo y justificarlo ante el resto de los socios de la Unión Europea,
porque, como decía, tendrá que estar integrado en el acuerdo de relación futura entre la Unión Europea y el Reino Unido.


Finalmente, quería también hacer alguna alusión a la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Aquí también, desde el principio, cuando empezó la pandemia, uno de los mensajes que trasladé al resto de mis colegas, porque la conferencia, el
mandato que tiene que aprobar el consejo para la conferencia de Europa, se acuerda en la formación del consejo en la que participe el Consejo de Asuntos Generales. Les trasladé desde el principio, ya en el mes de marzo, que era un poco paradójico
hablar del futuro de Europa si no se resolvía el presente. El presente se llamaba, desde luego, atender la crisis sanitaria, pero luego, también atender la crisis socioeconómica sin parangón, con un enfoque y una estrategia absolutamente europea.


Les dije también, si somos capaces de presentar un enfoque europeo para salir juntos de esta crisis, entonces esta conferencia adquiere más relevancia que nunca. Adquiere más relevancia que nunca porque tendremos que repensar a fondo lo que
significa Europa, cómo mejorarla, cómo mejorar su funcionamiento. Yo creo que es muy importante la doble consigna de 'Más y mejor Europa', con un engarce de, por supuesto, de los Estados miembros, de las regiones, de las eurorregiones, de los
ciudadanos, en todo el ensamblado o el ensamblaje institucional que representa la Unión Europea.


Cuando tuve la videoconferencia con todos los portavoces, ya les adelanté la idea de hacer una contribución en que se pusiera de relieve, sobre todo, un aspecto externo de esta crisis, que es importante, y es que la Unión Europea no olvide
su lado internacional, el multilateralismo. Porque tengo el convencimiento de que, si todos trabajamos por un mundo mejor, si Europa no sale robustecida y si la voz europea no se oye con potencia, no quiero que se me acusa de eurocentrismo, pero
pienso que, con una Unión Europea debilitada, este propósito común a toda la humanidad será más difícil de alcanzar.


Quiero hacer una referencia personal, en condición de diplomático que soy. En mi primer destino en el extranjero, hace 30 años, fue Sudáfrica, era la Sudáfrica de la transición. Un momento realmente importante para la política como
actividad con vocación transformadora, y ahí pude conocer a quien para mí ha sido uno de los grandes líderes políticos del siglo XXI, Nelson Mandela y todo lo que llevó a cabo.


Entonces, recuerdo, España hacía cinco años que había ingresado a la Unión Europea, y a cualquiera de mis interlocutores les recordaba inmediatamente, por si no lo sabían, que España ya participaba en las entonces comunidades europeas,
porque el prestigio del europeo entonces era enorme, por muchas razones.


Cuando volví en puesto a África como embajador a Jartum, a Sudán, en el año 2012, en plena vorágine de la crisis, me encontré que, a pesar de que la situación de España entonces había accedido al poder el Gobierno del Partido Popular y se
estaba al borde del rescate. Hubo que rescatar financieramente a parte de la banca española, una situación muy complicada en términos de imagen, de visibilidad. Se tuvo que poner en marcha la iniciativa de marca España, para intentar combatirla,
pues me di cuenta de que, a pesar de esa situación, si me presentaba como representante de España, tenía mucha mejor imagen que si lo hacía como representante de la Unión Europea. Francamente, pensé que por lo menos tendría que tener una imagen que
estuviera a la par, no tenía mucho sentido y, sobre todo, ahí el contraste entre lo sucedido más de 20 años atrás.


Es muy importante restablecer esa imagen de la que ha gozado la Unión Europea durante mucho tiempo, que se ha visto minusvalorada, afectada por estos 15 años continuos de crisis, por esta introspección que ha habido.


Por eso, siendo necesario, absolutamente necesario este ejercicio de reflexión conjunta por parte de los ciudadanos, hasta los estamos pasando por todas las instituciones, es importante también asociar a los países más cercanos a la Unión
Europea, que tengan vínculos contractuales con ella, para hacerles ver que la Unión Europea ha vuelto, y ha vuelto con fuerza, a la agenda internacional; que quiere ser una



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Unión Europea estratégica; que quiere ser una Unión Europea solidaria; que quiere ser una Unión Europea que no renuncie a sus proyectos más innovadores en materia de integración regional. Desde luego, el euro; desde luego, Schengen. Ya
saben que ha habido también unos meses complicados con la cuestión de las fronteras, que han mencionado dos representantes, por lo menos, de portavoces parlamentarios, lo que ha supuesto el cierre de fronteras.


Nos hemos acostumbrado ya a vivir sin fronteras internas y a funcionar como una única frontera exterior. Esto también es motivo de reflexión, y habrá que hacer luego un balance de lo que ha sucedido y cómo se puede mejorar, pensando para
crisis futuras.


Este era el espíritu que movía esta propuesta. Pero lo que quiero decir es que a mí me gustaría, a toda la Secretaría de Estado y, desde luego, al Gobierno, que la involucración del Congreso de los Diputados y, desde luego, de esta Comisión
Mixta, en las iniciativas que se trasladen al resto de los Estados miembros y a las instituciones, en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de la Unión Europea, sea sustantiva.


Tiene que ser sustantiva, porque -y con eso termino ya el turno de intervención- en el fondo, la voz y el prestigio español en Europa, que es tan necesario. Yo diría que después de los seis Estados miembros fundadores hay pocos Estados
miembros que se sientan tan solidarios y empeñados, de una manera casi personal con el proyecto de la Unión Europea, como es España. Es importante que desde España lleguen voces que, como decía al principio, no solo defiendan los intereses
españoles en Europa, sino también los intereses europeos, desde una perspectiva europea, con las circunstancias históricas, geográficas que tiene España. Francamente, y lo hemos visto ahora, en el resumen que he hecho de cómo hemos presentado la
narrativa europea desde que se inició la pandemia, en el resto de Europa, las aportaciones españolas, vengan de quien vengan, de ciudadanos, de partidos políticos, de instituciones, son siempre muy bien recibidas, porque en el fondo saben que hay
pocos países tan comprometidos con el devenir de este proyecto tan ilusionante que se llama Unión Europea.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor González Barba.


A continuación, tienen los grupos parlamentarios un turno de réplica por cinco minutos. Comenzaríamos con el Grupo Parlamentario Mixto. Creo que el señor Sayas no ha venido ni tiene sustituto, así que pasamos directamente al Grupo
Parlamentario Vasco.


Señor Bildarratz Sorron, tiene la palabra.


El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señora presidenta.


Hemos planteado muchas cuestiones encima de la mesa. Hemos hablado de condicionalidad. Hemos hablado de reformas internas. Hemos hablado de objetivos de gasto, de acuerdos políticos. Hemos planteado muchas cuestiones. Pero, sobre todo,
hay un elemento que creo que es clave, y es el del diálogo sincero y el del acuerdo.


Es una situación muy complicada la que estamos viviendo, muy complicada. Van a tener que realizarse muchas transformaciones, muchas reformas, que únicamente un Gobierno, pero no en las condiciones, porque este Gobierno sea mayoría o
minoría. No, sino cualquier Gobierno, para poder estructurar todo este tipo de reformas necesita de la implicación y necesita de la colaboración del resto.


En este sentido, cuente con nuestro apoyo, siempre y cuando haya un diálogo sincero que no sea únicamente un diálogo de discurso, un diálogo de (palabras que no se entienden).


Hay un tema también que es muy importante para nosotros, como es el de la colaboración. Ha hablado de cuestiones que son muy sensibles y en las cuales creo, además, que parte del futuro de la Unión Europea están en ello en juego, como por
ejemplo la educación.


La educación es un papel importantísimo. Es un elemento importantísimo para cualquier comunidad. Háblese de la comunidad europea, de la española, o de vasca, en mi caso.


En este sentido, como todos sabemos, el ámbito de la educación, como en el ámbito de la sanidad, que es un elemento que nos ha llevado a la situación en la que estamos, es competencia de las Administraciones. ¿Esto qué quiere decir? Que
hemos demostrado, además, durante estos dos, tres meses, durante la gestión del estado de alarma, que es mucho más productivo, mucho más eficaz, y además trasladamos a la ciudadanía otro sentido de la política, si hay una colaboración, o como se le
ha llamado, hay una cogobernanza.


En este sentido, y aunque estemos hablando de la Unión Europea, entiendo, entendemos que tenemos que trabajar desde el diálogo y desde la colaboración. Porque no estamos hablando de dinero,



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estamos hablando de dotar de contenido a ese dinero. Es decir, de transformar una realidad. Entiendo, entendemos que esta es una oportunidad para reforzar tanto la Unión Europea como sus instituciones.


La semana pasada tuve la oportunidad también de estar en la Comisión de Reestructuración, y les voy a trasladar lo que un empresario de (palabras que no se entienden), trasladaba algo que preocupaba y que es un ejemplo de todo lo que les
estoy diciendo de colaboración y de transformación de una realidad que estamos viviendo. Venía a decir: 'Más de la mitad de los 8000 billones, con b, anuales de compra pública a nivel mundial, están cerrados a industrias europeas'. Cuestión que
no ocurre a la inversa.


A partir de ahí, unos partidos políticos hablaban de proteccionismo. Yo no estoy hablando de nada de esto. Yo lo que estoy hablando es de que se está dando una realidad, se está dando una situación determinada, y en estos momentos nos
tiene que servir para reflexionar, para debatir, y tal como estamos estableciendo una perspectiva a largo plazo y otra a corto plazo. La de corto plazo ya la gestionamos, pero a largo plazo, verdaderamente, creo que la tenemos que hacer bien.
Tenemos que ser capaces de reflexionar y tenemos que ser capaces de llegar a una Unión Europea en la que todos queremos verdaderamente fructífera e importante.


Para finalizar, ha pedido colaboración al Congreso. Imagino que quería decir que pide colaboración tanto al Congreso como al Senado, además de esta Comisión Mixta para la Unión Europea. Tal como le decía, tendrá nuestra colaboración,
siempre y cuando sea sincera, porque no dude que nosotros nos implicaremos en todo lo que podamos.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Bildarratz.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra su portavoz, la señora Martín Llaguno.


La señora MARTÍN LLAGUNO: Muchas gracias, señora presidenta.


Muchas gracias, señor secretario de Estado.


La verdad es que ha hecho una exposición muy brillante, y además que traslada no solamente mucho conocimiento técnico, sino también mucho entusiasmo y mucha fe en el proyecto europeo, lo cual coincide mucho con el planteamiento que tiene mi
formación política, que es esencialmente europeísta. Creemos que estamos en un momento absolutamente crítico. Absolutamente crítico, no solamente para la crisis financiera, la crisis sanitaria, sino también para la crisis política, que podemos
salir muy bien parados o el proyecto europeo puede fracasar si no lo hacemos bien. Así que le transmito todo mi ánimo, mi energía, para que las negociaciones funcionen.


Pero sí que quiero incidir en una cosa que me ha preocupado un poco. Le he preguntado por el Plan Nacional de Reformas y parece, según lo que he entendido, que la idea que tienen es que ese Plan Nacional de Reformas va a ser la consecuencia
de los resultados de las mesas de reconstrucción que se están llevando aquí, por lo que he podido entender.


Claro, teniendo en cuenta el timing de todo, teniendo en cuenta que hay una cuestión muy importante, es que el Plan Nacional de Reformas, con las exigencias que ha hecho la Unión Europea, en relación con, por ejemplo, a la elaboración de
recursos propios, la armonización del impuesto de sucesiones, el tema de las tasas conjuntas, con temas del mercado digital, puede afectar a cuestiones internas muy importantes, y me estoy refiriendo a los Presupuestos Generales del Estado.


¿Cuál es la previsión? ¿Que tengamos antes el Plan Nacional de Reformas, con o sin consenso, y después que se haga una propuesta de presupuestos? Porque eso sería lo razonable y no a la inversa. Es decir, no podemos tener unos
presupuestos si no sabemos cuál va a ser la directriz que nos va a marcar Europa con respecto a cuestiones estructurales importantes y también acondicionamientos suavizados, pero que los va a haber, porque nos van a exigir, como aquí se ha
mencionado, en modificaciones en el sistema de empleo, modificaciones en la educación, etcétera.


Querría saber cómo manejan los tiempos. Porque, insisto, tenemos países que van a ser competidores con nosotros en el acceso a los fondos, como Italia, que se han dado prisa, han sido muy rápidos, y parece ser que ya han puesto o que ya han
comunicado algunas de las cuestiones. Me parece muy importante esto. Me parece muy importante, porque si esperamos a tener un acuerdo de consenso cerrado, con toda la documentación que derive de las mesas de reconstrucción, desde mi humilde
opinión, y sin estar en las negociaciones como usted lo está en el intrincado, creo que no llegamos a tiempo, y sería una grave situación que perdiéramos este tren por falta de concreción y por falta de estipulación de planes que van a exigir un
trabajo conjunto, no solamente a las instituciones políticas, sino a todo el



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entramado empresarial. Todo el país tiene que ponerse a trabajar en esto y a estar preparado para que, cuando salgan los fondos, podamos optar a ellos y podamos hacer estas reformas que necesitamos.


Así que insisto en la pregunta que le he hecho, sé que es comprometida, pero me gustaría saber si lo que están pensando es dejar en manos de los acuerdos de las Mesas de la Reconstrucción para plantear una propuesta concreta de las reformas
que este país necesita.


Muchas gracias, mucha suerte y espero que vaya bien el Consejo Europeo, porque entonces nos irá bien, también, a España y a todo el proyecto.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Martín Llaguno.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Illamola Dausà.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Muchas gracias. Gracias por su amplia respuesta, comparto lo que le acaban de decir ahora de euroentusiasta. Yo también soy muy europeísta, pero hay momentos en que quizás esta Unión Europea no acaba de
funcionar.


No es la propia Unión Europea, son los Estados. Porque en realidad son los Estados los que hacen funcionar la Unión Europea, si quieren ser más europeístas o no quieren ser tan europeístas. Estamos pasando una época, dejando de lado esta
crisis, en que hay estados que realmente este proyecto europeo y sus valores esenciales, no se lo creen ni lo respetan.


Recordando lo que le he dicho en mi primera intervención y algunas de las cosas que ahora se han dicho, apelaría a este diálogo a la hora de elaborar este programa de gasto, etcétera. No solamente el diálogo con los partidos políticos
representados en esta Cámara y en el Senado, sino también con las comunidades autónomas. Usted ha hablado de un plan interministerial, etcétera, no se olviden de las comunidades autónomas. Las comunidades autónomas tienen sus propias prioridades y
tienen sus propias competencias. A no ser que el Estado vuelva a ser un mando único, estas competencias deben respetarse y, por tanto, las comunidades tendrán, al estar más próximas a la ciudadanía, las prioridades y los ámbitos en los que creen
que debe ser más esencial incidir.


Voy a los dos temas que le he planteado inicialmente. Es dentro, y (palabras que no se entienden) usted decía. Si dentro de estas prioridades de gasto, etcétera, van a incidir mucho en I+D y en educación. Lo digo ligado al tema de las
negociaciones que ha llevado a cabo España, entre otros países, para que se puedan reasignar los fondos FEDER, etcétera, ¿va a continuar siendo esta una de las líneas de España, o van a tener en cuenta la importancia del I+D y de todo lo que estos
fondos pueden aportar, que no sea directamente a los gastos sanitarios? Entiendo que son necesarios, pero el I+D nos aporta futuro.


En relación con el modelo productivo en el mercado interior, en este autoabastecimiento que queremos hacer, le ponía el ejemplo de ese acuerdo con una farmacéutica que han hecho cuatro países. ¿Va España a fomentar estos acuerdos
particulares de países con empresas o con terceros países, o va a España incidir en que todo se haga de una forma coordinada dentro de la Unión Europea?


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Illamola.


A continuación, tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Republicano, el señor Elejabarrieta Díaz.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Intervendré yo en nombre del Grupo Republicano.


Agradecer la intervención. Aunque no haya estado de forma física, sí que he podido seguir la intervención, y me ha parecido realmente interesante.


Me gustaría comentar algunas cuestiones que ya se han tratado pero que nos preocupan, y algunas otras cuestiones que quizás no se han puesto encima de la mesa durante esta comisión.


En primer lugar, nos preocupa esta condicionalidad de la que nos hablaba. Suena, o empieza a sonar en algunos espacios, que quizás esta condicionalidad puede ir ligada a un aumento de la edad de jubilación. Eso sería algo que nos
preocuparía enormemente, por tanto, nos interesaría saber qué es lo que prevé por parte del Gobierno, cuando se dice que sí, que están a favor de la condicionalidad como reformas, y qué reformas serían las previstas, y en todo caso, también, si las
podríamos discutir en algún espacio como este para asegurarnos que eso no comporte recortes en derechos sociales.


También nos sigue preocupando la cuestión de cómo van a ir destinados los recursos que lleguen directamente a las comunidades autónomas, directos a las redes de cooperación territoriales. Es decir, teniendo en cuenta el acuerdo al que se
llegó en la última votación del estado de alarma para asegurar



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que los recursos vayan directos, en nuestro caso en Cataluña, y, por tanto, si esto se podría llegar a confirmar de forma clara para asegurar que así es y que, por tanto, podemos gestionar de forma clara, siendo conscientes de que las
comunidades autónomas son quienes tienen mejor conocimiento de en qué se debe invertir estos fondos y, por tanto, una confirmación al respecto de esto.


Nos ha interesado, también, saber que una de las prioridades por parte del Gobierno es la juventud en el Plan de Reconstrucción de Europa y, en este sentido, nos preguntamos si hay voluntad de seguir incidiendo en la garantía juvenil, si se
pretende, por parte de Europa, invertir más recursos en la garantía juvenil, teniendo en cuenta que se implementó a partir de la última crisis. Ahora, ya van dos crisis consecutivas, por tanto, el impacto es doble y, teniendo en cuenta que más del
80 % de los despidos que ha habido durante el estado de alarma son a menores de 35 años, sí que nos interesaría saber qué propuestas vamos a trasladar a Europa, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, se necesitan políticas activas de ocupación
para reactivar la autonomía y asegurar unos derechos mínimos para todos los jóvenes.


Una cuestión que nos preocupa es la situación de los trabajadores de la Nissan y de las familias que tienen un impacto directo por la cuestión de la Nissan. En este sentido, nos preguntamos qué medidas tiene previsto la Unión Europea
adoptar, y el Estado español trasladar, a nivel de instituciones europeas, para la protección del sector industrial y para garantizar el mantenimiento de puestos de trabajo de miles de personas y de miles de familias, que están viendo como grandes
empresas, que de hecho ya se beneficiaron de ayudas públicas y que han generado grandes ingresos durante décadas, ahora siembran miseria en Cataluña, pero también en otros países de Europa.


Por último, comentar una cuestión que nos preocupa, la quinta directiva contra el blanqueo de capitales. Nos consta que en febrero del 2020 la Comisión Europea les envió una carta pidiéndoles que la traspusieran y, por tanto, nos
preguntamos si España ya la ha transpuesto o si tiene previsto hacerlo, porque también nos consta que habrá (palabras que no se entienden) sanciones si España no actúa de forma rápida en esta directiva.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Rosique i Saltor.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra el señor Uriarte Torrealday.


El señor URIARTE TORREALDAY: Gracias, presidenta.


Empezaría, tomando el pequeño ejemplo que ha puesto de la situación de Gibraltar, de la falta de diferencia que había entre los habitantes de Gibraltar y los del resto del campo, no es que unos fueran unos genios, sino que tenían las
condiciones, digamos, de privilegio. Hay que recordar que esas condiciones de privilegio están vinculadas precisamente con la elusión fiscal, y creo que es un tema muy importante.


Es fácil hacer bromas o criticar la situación de Gibraltar o la desventaja comparativa que tienen, pero tenemos que tener en cuenta que también en España se practica, masivamente, la elusión fiscal, y ese es un tema grave, es un
'coronavirus' grave de la economía europea. Una economía llena de un sistema en armónico fiscalmente, donde la fiscalidad es completamente diferente de unos a otros de los Estados, y donde hay algunos Estados que son paraísos fiscales, que viven
precisamente de promover el fraude de ley por parte de otros estados. Porque, al fin y al cabo, la elusión fiscal no es, como se intenta blanquear, simplemente una cuestión de utilizar instrumentos de ingeniería financiera se trata claramente de lo
que denomina fraude de ley, es decir, utilizar la letra de la ley para atacar su espíritu, eso es lo que lo que sucede.


En ese sentido, creo que es muy importante, estoy absolutamente convencido de que es un buen equipo negociador, que va a ir a negociar el máximo, que lo va a pelear y lo va a pelear hasta el final, y, desde luego, ahí tiene totalmente
nuestro apoyo. Es lógico que lo tenga, porque, además, cuando se delega en alguien el ir a una negociación, se debe de delegar esperando que lo vaya a luchar lo mejor posible. No pudiendo tener todos los detalles de la negociación, sino que
únicamente vamos a saber los resultados, pero vamos a hacer una apuesta de buena voluntad y pensar que se van a obtener los resultados mejores, negociando al máximo.


Es importante tener en cuenta que cuando uno va a pedir un crédito, es muy importante conseguir liquidez, pero sin olvidaste de lo que decía antes, es decir, que hay una ecuación anti virtuosa por la cual los países que hacen transferencias
económicas o que son contribuyentes netos, creen que están dando,



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los países receptores creen que están recibiendo y, cuando uno va a buscar dinero, a pedir dinero, puede pensar que está haciéndose un favor a sí mismo y también está haciendo un favor a quien se lo presta. Con lo cual, es muy importante
conseguir cuantías importantes para salir de esta crisis, pero es muy importante la letra pequeña de ese crédito o de ese dinero que viene, para que no sea una hipoteca para las futuras generaciones y no sea una hipoteca para los elementos
estructurales de esta unión, que es la que es la Unión Europea.


Entonces, fundamental tener en cuenta esa letra pequeña, que esa letra pequeña no haga que estos créditos que supongan un sobreendeudamiento, que, sin ninguna reforma estructural, acabará revirtiendo, como sucede siempre en las crisis, en
los sectores sociales más desfavorecidos. Que esto no vuelva a ser que las cláusulas pequeñas, que las condiciones no sean con condiciones que vayan a revertir.


En estos momentos, en estos últimos meses, solo los 27 mayores multimillonarios españoles han acumulado unas riquezas que han incrementado en un 16 % su patrimonio, es decir, han incrementado su fortuna, solo en los últimos meses, ocho veces
más que todo lo que va a costar el ingreso mínimo vital, que va a crear un escudo para 800 000 familias españolas.


Pienso que es un momento importante para hablar de solidaridad, porque las condiciones son condiciones de solidaridad, son condiciones de armonización fiscal, son condiciones de aprender de quienes lo hacen relativamente bien. Quienes lo
hacen relativamente bien son los países que tienen sistemas fiscales solidarios, como son los países del norte de Europa, que son los países más avanzados económicamente, que son los países más avanzados socialmente, que son los países más avanzados
culturalmente. Todos los ratios de cualquier cosa que se pueda comparar, siempre van directamente proporcional a la capacidad de una sociedad de ser solidaria.


Vamos a endeudarnos, pero que esa deuda no sea una hipoteca contra las futuras generaciones y que no sea una hipoteca contra nuestra propia posibilidad de crear crecimiento, y contra un propio proyecto armonioso y solidario europeo.


Desearles lo mejor, mostrarles nuestra absoluta confianza en que lo van a pelear, que lo van a pelear como jabatos, que van a conseguir las mejores condiciones. Eso se espera siempre, esa confianza se pone en los negociadores, y desearles
toda la suerte del mundo y que las condiciones sean lo más ventajosas, y que aprovechemos para establecer las bases de un crecimiento más sostenible y solidario.


Gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Uriarte.


Por el Grupo Parlamentario VOX ha excusado su presencia el señor Espinosa de los Monteros, y tomará la palabra el portavoz adjunto, el señor Fernández-Roca Suárez.


El señor FERNÁNDEZ-ROCA SUÁREZ: Muchas gracias, presidenta. Muchas gracias, secretario de Estado por su exposición, su brillante exposición.


Aprovecho esta intervención para mostrarle la preocupación que tenemos desde nuestro grupo parlamentario de que no se llega a aprovechar la ventana de oportunidad que nos ofrece el Brexit en el marco de esas negociaciones sobre el futuro de
Gibraltar. Nuestro grupo parlamentario apuesta por la euroexigencia en Europa, por hacer valer, de verdad y de una vez, nuestros derechos y nuestros intereses.


Hemos visto, en estos días, como el Gobierno ha vendido como un éxito el 'tratadito' fiscal con Gibraltar, porque se va a conocer el nombre o la identidad de aquellos españoles que tienen el dinero en Gibraltar. Pero en el Grupo de Trabajo
de la Unión Europea han comparecido una serie de expertos, y coinciden en que los españoles no tienen el dinero en Gibraltar. Por lo tanto, se está vendiendo como un éxito algo que quizá no lo sea.


Sus señorías están muy preocupados por el cambio climático, como no puede ser de otra manera, pero aún no he escuchado en esta comisión ni en la Comisión de Reconstrucción ni en otras comisiones, denunciar públicamente las prácticas de
bunkering que se están realizando en la bahía de Algeciras, o que allí tengamos ubicada una base militar extranjera, con los riesgos nucleares que ello comporta.


Asimismo, sus señorías están muy preocupados por el dumping fiscal en Europa, pero quizá no tanto con el hecho de que tengamos ubicado un paraíso fiscal en la Península Ibérica. Parece que cuando los intereses de España se ven
comprometidos, se diluye o se difumina esa preocupación.


Hace unos días leí en empresa que el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, es muy optimista en el marco de estas negociaciones. Mucho nos tememos que ese optimismo excesivo del ministro principal de Gibraltar, en un futuro, ese
acuerdo al que se llegue no ponga o no haga valer los intereses de España.



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Básicamente, lo que hay que decirle a Reino Unido es que cumplan con el Tratado de Utrecht, que básicamente desde el inicio, desde su aprobación, no se ha cumplido. Sería un error histórico reconocer, en 300 años, que España, tristemente,
es un país colonizado.


También nos preocupa, sobremanera, el pulso de Marruecos a costa de las aguas territoriales de Canarias, que todo apunta a que se van a apropiar del monte Tropic, al sur de la isla del Hierro, que curiosamente es la mayor reserva de telurio
existente en el mundo.


Por lo tanto, tenemos que ser euroexigentes.


Del mismo modo, he escuchado en una intervención anterior, una honda preocupación por las eurorregiones en Europa. Estos días he escuchado en el Grupo Trabajo de la Unión Europea de la Comisión de Reconstrucción las desigualdades existentes
en esas zonas transfronterizas. Pero echo en falta que también se hable de las desigualdades del norte de la verja de Gibraltar, con más de un 30 % de tasa de desempleo, y Gibraltar, con un 3 %. Le vuelvo a reiterar esa euroexigencia en las
negociaciones de Gibraltar.


Señor secretario, ¿cuál es la posición de España en relación con exigir en Europa que se investigue, realmente, el origen y la expansión del virus de Wuhan? Quizá, lo que debería hacer la Unión Europea es revisar la aportación que se está
llevando a cabo con la OMS. Vuelvo a repetir que estamos muy preocupados por el cumplimiento de la neutralidad climática, pero no exigimos a China que cumpla los Acuerdos de París, por ejemplo. Por lo tanto, estamos asistiendo a una competencia
desleal, en este sentido.


Como ha apuntado mi portavoz, en Europa tenemos que acabar con el gasto político y público ineficaz y con los chiringuitos ideológicos, y destinar el dinero en lo que realmente hace falta, por ejemplo, en la sanidad. Acudir a Europa con una
agenda de reformas, y no esperar a que sea Europa la que nos impongan su agenda, que siempre va a ser mucho peor.


Emplear los fondos económicos europeos con eficiencia, que esto lo hemos escuchado en estos días de grupo de trabajo, y que realmente se destinen a ayudar a nuestras pymes, que son las que realmente crean empleo en España, propiciando un
crecimiento sólido y sostenible.


No podemos pedir que Europa esté a la altura, cuando nosotros, parece que no estamos a esa altura. No parece que de la conferencia de Europa salga la Europa que realmente necesitan los europeos. Lo digo con una profunda preocupación. El
punto de partida tiene que ser dejar a un lado de los prejuicios ideológicos.


Para finalizar, señor secretario de Estado, me gustaría conocer su opinión, como diplomático de carrera y con una importante trayectoria, si no cree que las declaraciones como las del expresidente de Zapatero hace unos días (palabras que no
se entienden) que está trabajando, para poner a Estados Unidos en una situación difícil, que tengamos en España al exjefe de la inteligencia venezolana, al 'Pollo' Carvajal...


La señora PRESIDENTA: Ha terminado su tiempo.


Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Moreno Palanques.


El señor MORENO PALANQUES: Muchas gracias, señora presidenta.


No soy muy proclive a esta costumbre, por desgracia tan española, de hablar por sistema mal de todo lo que hacemos. Le reconozco, de hecho, que usted hizo un diagnóstico acertadísimo de la crisis. Este no era un problema solo de Estado,
sino que era un problema de la Unión Europea. Es cierto que sin mercado único y sin moneda común, probablemente la Unión Europea acabaría. Por eso estaba en riesgo la Unión Europea en ese proceso.


Estamos hablando de un Plan de Recuperación porque estamos en medio de una crisis de dimensiones colosales, no solo sanitarias, si no económicas y sociales. Aunque no es a usted a quien tengo que decirle esto, señor secretario de Estado,
porque se lo decimos al ministro de Sanidad todos los jueves. Todos los santos jueves le estamos diciendo esto, pero algo hay que decir porque, lógicamente, el Plan de Recuperación es para eso.


El Gobierno se empeña en incluirnos a todos en un inevitable resultado de esta pandemia. Esto hubiera ocurrido en cualquier caso y en cualquier país. La realidad es que no ha ocurrido en cualquier país. Ha ocurrido en diversa magnitud, en
gran medida, no toda, pero en gran medida las decisiones que nosotros como país hemos tomado, y cuando digo nosotros, digo, obviamente, el Gobierno.


No sé si leyeron la tribuna en El País de Jonathan Powell, el que fue jefe de gabinete de Tony Blair, el pasado sábado. Porque estaba citando con nombres y apellidos a Boris Johnson, si no, hubiera pensado que hablaba de alguien mucho más
próximo y cercano a nosotros.



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Con todo esto quiero decir que de la gestión que hemos hecho como país, no digo casi como Gobierno, no quiero ser tan ácido en esta Comisión Europea, de lo que hemos hecho deriva directamente esta situación que nos lleva a esa necesidad de
ayuda extraordinaria, que supone la ayuda europea.


Hemos aprendido todos mucho de esta pandemia, muchas cosas, aunque el precio que hemos pagado algunos ha sido muy alto, el de España ha sido altísimo, seguramente el mayor de todo el mundo en proporción por habitantes.


Opino que hay que reaccionar pronto y de forma ágil. No puedes dimensionar un sistema sanitario para una pandemia como esta, u otra que vendrá, con toda seguridad vendrá, seguro, y hay que prepararse. La cooperación global es la única vía
efectiva y viable para ganar la batalla contra una pandemia como la del coronavirus.


Sinceramente, yo creo que el Gobierno no ha apostado por esa cooperación global. En algunas cosas sí, en otras creo que no. Es decir, no acudimos a las compras centralizadas, no hemos estado o participamos, probablemente podemos
participar, pero con Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, en esa acción europea, alianza industrial por la vacuna que hablaba usted como portavoz.


Respecto a la apertura de fronteras, se han tomado decisiones en total desconexión con la Comisión Europea (palabras que no se entienden) fuéramos discriminados.


Dicho esto, estamos en la Comisión de la Unión Europea, y, ya se ha dicho aquí, la Unión Europea tampoco reaccionó al principio de forma muy brillante. Francamente, eso pienso yo, porque la impresión que daba era de sálvese quien pueda;
muy lejos de la Declaración Schuman, de la que se celebra, ahora, 70 años.


Se ha modificado y, de hecho, la diferencia entre este Gobierno y la presidenta de la comisión es que la presidenta de la comisión ya ha reconocido el error, se ha solventado. ¿Por qué? Porque solo desde el reconocimiento de que algo no
está bien hecho, o totalmente bien hecho, puede uno construir. Si uno cree que lo ha hecho todo bien, evidentemente, no hay nada que modificar. Por eso es importante de cara a ese futuro.


Creo que aquí no se ha hecho ningún tipo de autocrítica, ni hay intención de hacerla, al menos cuando preguntamos al ministro de Sanidad. Esta tarde le tengo que preguntar, pero me va a decir exactamente lo mismo, que no ha habido errores.


La OMS, que ha citado, tampoco. Yo he sido miembro del comité ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, pero no sé si (palabras que no se entienden) la gestión de la última pandemia de (palabras que no se entienden) la Gripe A del
2009, pero también la OMS ha aceptado una revisión internacional.


Finalizó diciendo: ¿Cree usted que el Gobierno estará dispuesto a una evaluación imparcial, independiente y amplia de la gestión que se ha hecho a nivel nacional? Y no me refiero a la Comisión de Evaluación del COVID-19 que, obviamente,
controla al Gobierno con los partidos mayoritarios, están en su legítimo derecho. Estoy hablando de una evaluación imparcial.


Acabó, señora presidenta, sé que estoy fuera de tiempo, pero creo que a pesar de todo, por ser positivo, tenemos una oportunidad de convertirnos en el tercer Estado miembro de la Unión Europea, una vez ha salido Reino Unido y, por lo tanto,
si nos asociamos bien asociados con Alemania y Francia, es lo que yo creo, aportando, con iniciativas europeas más claras y haciendo una buena reflexión, y la conferencia sobre el futuro de Europa es una buena oportunidad, podemos estar, incluso,
mejor situados de lo que estábamos antes de la salida del Reino Unido.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Moreno Palanques.


Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Pons Sampietro.


El señor PONS SAMPIETRO: Gracias, presidenta. Gracias por la segunda intervención.


Por enganchar un poco con algunas de las intervenciones que se han hecho, querría recordar que, usted lo ha mencionado, hemos estado bajo la influencia de tres crisis exógenas, tres crisis que han venido de fuera desde 2008, una crisis
financiera, la crisis de migración y, ahora, la crisis del COVID, que han generado diversas crisis internas. Es ampliamente reconocido que la respuesta inicial del modus operandi europeo ha sido al principio, los primeros 15 días, a modo del Banco
Central Europeo, usted mismo ha dicho y, luego, hubo una reacción.



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Se puede soñar con Europa si hay resultados, y creo que deberíamos ser claramente objetivos todos y reconocer que, en estos, apenas, 90 días se han obtenido resultados, usted o ha dicho. Vamos a discutir algo que está encima de la mesa, una
propuesta que (palabras que no se entienden) de la Comisión Europea.


Por tanto, deberíamos ser conscientes de ese éxito, veremos cómo es la negociación, como toda negociación, irá mejor o peor, pero creo que es muy importante decir, y este grupo lo quiere reiterar, que hoy hay una agenda europea que está
claramente influenciada por una agenda de un Gobierno, de un presidente como el señor Sánchez Pérez-Castejón, que han puesto encima de la mesa temas como el Plan de Reconstrucción, y que han permitido, lo que he dicho en la intervención previa,
romper tabúes como el equilibrio presupuestario o las transferencias de norte a sur.


Creo que hoy estar contra un proyecto de esta dimensión, que es un proyecto de destino común, es estar contra Europa y contra los intereses de los ciudadanos y ciudadanas de este país, y contra España.


Aquí se trata de sobrevivir o de ir al declive. Está hablando aquí de Gibraltar, ha habido una gestión en estos últimos años, y usted lo ha dicho claramente, España tiene un derecho de veto sobre cualquier cosa que ocurra en las
negociaciones, por tanto, estemos tranquilos. Ahora, hay una negociación en curso y yo pienso que no le va a salir muy bien al Reino Unido, si se quieren ir en el último minuto, con la campana, el 31 de diciembre. (Palabras que no se entienden).


Usted ha hablado de la imagen, ha hablado de Nelson Mandela, de cuando usted estaba en Sudán, siempre se ha dicho que Europa ha funcionado a través del dinamismo, el estancamiento y la crisis. Cuando hay crisis más inmovilismo dentro del
seno de la Unión, es cuando la credibilidad ciudadana baja respecto al proyecto.


Deberíamos felicitarnos en esta comisión de que en 90 días hemos pasado de un inicio dubitativo por falta de competencias en materia de sanidad, es verdad, es uno de los grandes retos, pero luego, hemos sido capaces de enganchar, con una
clara solución, con propuestas importantes. Esto genera otra vez una cierta credibilidad, que usted ha reclamado, y creo que esto es un gran éxito, y por eso ese punto de inflexión que, después, podremos alargar en este proyecto de debate sobre el
futuro de Europa.


Por tanto, creo que estamos en un momento, que si hace 90 días hubiéramos dicho que estaríamos aquí hablando del principio, de que se puede, en una situación de caída total de la actividad económica, endeudarnos, recibir a corto y devolver a
medio o largo, y, después, poder hablar de transferencias de norte a sur, creo que algunos de nosotros no nos lo creeríamos. (Palabras que no se entienden).


En los peores momentos, cuando se hablaba de euroesclerosis o cuando estaban Roy Jenkins o Gaston Thorn al frente de la comisión, que se decía que Europa no funcionaba, se puso en marcha el Sistema Monetario Europeo, se permitió que se
votara por sufragio universal en 1979 en el Parlamento.


Creo que no somos conscientes aún, usted lo ha dejado intuir, del enorme momento de inflexión en el que estamos, por tanto, todo el apoyo de este grupo, de todos los diputados y senadores socialistas.


Eso engancha con esa unidad de destino común que tiene Europa y que tiene España, dentro de este marco que, además, me gustaría enganchar con lo que ha dicho el portavoz del Partido Popular, para ser optimistas, en esta crisis se ha
demostrado que, con la ausencia del Reino Unido, hay una Europa social y una España que ha estado en el furgón de cabeza de la negociación para ese fondo de reconstrucción.


Muchísimas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Pons Sampietro.


A continuación, tiene la palabra el secretario de Estado para contestar a los intervinientes.


El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UNIÓN EUROPEA (González-Barba Pera): Muchas gracias, presidenta, intentaré ser rápido. Gracias, de nuevo, por el tono constructivo de todos los comentarios.


En respuesta a los comentarios del portavoz del Grupo Parlamentario Vasco, primero, una excusa, no me quiero olvidar, por supuesto, del Senado. Quería hablar de las Cortes, en general, y sé que esta es una Comisión Mixta Congreso-Senado,
perdón por el lapsus.


Ha hablado de dialogo, diálogo sincero, no puedo estar más de acuerdo, y de hecho, mi planteamiento con todos ustedes es ese, diálogo para las propuestas concretas que se van a llevar, diálogo para pensar sobre el futuro y, de hecho, podría
ser una buena cosa, es competencia de ustedes, pero, si hubiera una ponencia sobre la conferencia del futuro de Europa, cualquier mecanismo, se podría articular una cooperación constante entre la Secretaria de Estado, esta Comisión Mixta y las
Cortes, en general, para transmitir y debatir cualquier propuesta que surgiera de los distintos grupos, distintas regiones a las que representen los senadores o diputados, provincias, etcétera. En ese sentido, total disposición.



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Ha mencionado los asuntos de Educación e Industria, que son claves, y, de hecho, una de las reformas esenciales que figura en el programa de la Comisión y que por fuerza figurará en el programa que se envíe a Bruselas, el Programa Nacional
de Reformas, tiene que ver con todo lo que se llama la Agenda de Capacidades, sea educación, sea formación profesional, sea ejercicios o actividades de aprendizaje, etcétera.


Este es un asunto esencial, en todo lo que tiene que ver con la Agenda de Digitalización, pero, a fin de cuentas, para afrontar lo que van a ser unos años y unas décadas de profunda transformación de todo lo que es Europa y el mundo que nos
ha tocado vivir. Cambios que se han visto acelerados con la pandemia actual.


También hacía alusión a la industria europea, en su primera intervención, y de los problemas de acceso que tiene a mercados extranjeros. Una de las transformaciones previas a la pandemia que se estaba operando en el seno de la Unión Europea
era un replanteamiento de todo lo que tiene que ser la política industrial. Al principio, en las últimas décadas, se creía que la mejor política industrial es dejar a las fuerzas del mercado que actúen, garantizar una libre concurrencia en el seno
del mercado interior, y que el resto vendría por añadidura.


Vemos que esto no es así, entre otras cosas porque hay rivales comerciales, industriales, que, con políticas industriales y con empresas estatales, plantean una competencia desleal, entre otras cosas, de acceso a mercado. Es de las
cuestiones que se van a abordar en los años venideros, dentro del Programa de Trabajo de la Comisión y de la Unión Europea.


Una de las cuestiones que también tiene que ver con la competencia desleal por parte de industrias y empresas extranjeras, se quiere hacer frente, y se ha hecho, de hecho, con legislación extraordinaria durante la pandemia, en lo que se
refiere a inversiones extranjeras, sobre todo en sectores estratégicos. Este es un asunto muy presente en la Agenda Europea.


La portavoz del Grupo Ciudadanos ha vuelto a preguntar, y antes no le respondí concretamente, sobre el Plan de Reforma Nacional, y si se entendería como un resultado de la Mesa de Reconstrucción. Depende de los plazos, pero yo creo que es
evidente que al menos las aportaciones que está habiendo en el seno de la Mesa de Reconstrucción tienen, y van a informar, las ideas e iniciativas (palabras que no se entienden) de la coordinación entre todos los departamentos y con las comunidades
autónomas se ponga sobre la mesa. No puede ser otra manera, porque si no, no se habría impulsado el establecimiento de mesas de reconstrucción, donde todos los grupos políticos planteen su visión para la salida de esta crisis.


En cuanto a los recursos propios, se trata de un asunto esencial. En la propuesta de la Comisión Europea se llega a hablar hasta de cuatro recursos propios adicionales, además del que ya existe por recaudación arancelaria y también por
recaudación de materia de IVA. Luego hay otro recurso que creo que es ahora mismo un 72 % del presupuesto de la Unión Europea, que es la aportación en función de la renta nacional bruta por cada país.


No cabe duda de que en la medida que se establezcan recursos propios, si se habla, por ejemplo, de la tasa de ajuste de carbón en frontera, de un impuesto por reciclaje de plásticos, de tasa por transacciones financieras, de un impuesto a
las grandes empresas por operaciones en el mercado interior, estos, básicamente, los que los que se barajan, es un aspecto esencial para el Parlamento Europeo. Sin él, el Parlamento Europeo ha avisado que no dará su visto bueno al MCP y al Fondo de
Reconstrucción. Es lógico que así lo haga porque, en la medida que nuevos recursos propios estén sobre la mesa, no habrá la tentación, por parte de los distintos Estados miembros, de cada vez que haya una negociación para un nuevo marco financiero
plural, tener un enfoque nacional-contable de su aportación a Europa.


Esto es así y, francamente creo que, si el Consejo no logra llevar en el seno del acuerdo político que salga en julio, un acuerdo sobre uno o dos recursos propios y un principio de acuerdo para más adelante, en el curso de los siete años que
durará el marco financiero plural, introducir algún otro recurso propio, va a ser difícil una convivencia armoniosa entre los colegisladores para ejecutar y desarrollar el Plan de Recuperación; es la impresión que tenemos.


El Grupo Parlamentario Plural ha dicho que son los Estados los que en definitiva pilotan la Unión Europea. Yo creo que no es correcta la afirmación que ha hecho, los Estados pilotan lo que es una de las instituciones de la Unión Europea, el
Consejo, pero hay otra institución, que es la Comisión, está el Parlamento Europeo, está el Banco Central Europeo, está el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que falla muchas veces en contra de lo que hubiera sido el deseo de los Estados
miembros, y no hace falta que aluda algunos casos, además, de mucha repercusión política que ha habido. O sea, pienso que no es exacto.



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En el caso de España, desde hace mucho tiempo, la composición plural y descentralización administrativa y política está muy presente en la exteriorización de la voluntad política de España, y de todos los territorios que la integran, en el
seno de la Unión Europea. Hay presencia de representantes de comunidades políticas en determinados consejos donde hay competencias que son autonómicas y no son nacionales. De hecho, uno de los problemas que ha habido, que hemos intentado
solucionar durante todos estos meses finales de COVID, es que no daban posibilidad por parte de los organizadores, ya fuera el Consejo o ya fuera la Presidencia, de establecer conexiones telemáticas adicionales para que pudieran incorporarse a los
consejos, donde hubiera competencias autonómicas en juego, de representantes de las comunidades autónomas.


Ha sido una de las cuestiones que hemos intentado solventar, sin éxito.


Asistí, junto a la ministra de Asuntos Exteriores, la vicepresidenta tercera y la ministra de Administración Territorial y Función Pública, a una reunión telemática de la CARUE, conferencia con los representantes de las autonomías para temas
de Unión Europea, y ahí hubo ocasión de recibir los distintos comentarios, aportaciones y sugerencias de todos los representantes, que se tiene muy en cuenta y, desde luego, en la Secretaria de Estado se tiene muy en cuenta cuando se negocian
distintos aspectos en Bruselas.


Sobre I+D y Educación, dentro de la propuesta MCP, Nueva Generación UE, se prevé para el Horizonte Europa una dotación de hasta 94 000 millones de euros. Esta es la propuesta que ha hecho la comisión, habrá de negociarse, ahora, en el
Consejo Europeo y, luego también en (palabras que no se entienden) con el Parlamento Europeo. Desde España, le puedo decir que confiamos en que se destine, al menos, esa cantidad en recursos para investigación tan fundamentales para asegurar el
futuro de Europa y de los europeos.


Sobre los acuerdos de cuatro países para la vacuna, son libres de hacerlo. España optó en un principio por un enfoque mucho más multilateral, copatrocinando la conferencia internacional en materia de tratamientos y vacunas y diagnósticos,
llegando a movilizar una cantidad de 7500 millones de euros. La Comisión Europea participó, con presupuesto comunitario, con 1000 millones de euros.


En lo que se refiere a aspectos sanitarios durante la crisis del COVID, no es cierto que España no participara en licitaciones conjuntas. De las cuatro que hubo, se participó en dos de ellas y que se tuvo acceso a compras de respiradores y
mascarillas. Pero no en todas, por ejemplo, hubo una, me parece que fue la tercera o la cuarta, que era de medicamentos para quirófanos y tratamientos de urgencia, en eso no había desabastecimiento del mercado español y no hubo necesidad de
participar.


Creo que han sido las cuatro cuestiones que ha planteado la representante del Grupo Parlamentario Plural.


En lo que se refiere al Grupo Parlamentario Esquerra Republicana-Bildu, sobre condicionalidad, creo que ya respondí en la primera intervención; recursos a las comunidades autónomas, lo he vuelto a hacer ahora; Juventud, garantía juvenil,
está dentro del programa de trabajo de la actual comisión y, sobre todo, y más inmediato, la garantía infantil, que se prevé presentar una propuesta para el primer trimestre del año 2021.


Sobre la cuestión de Nissan, y más en general, la deslocalización de empresas, le puedo decir que, en la tercera modificación del marco temporal de ayudas de Estado, que se está debatiendo en la actualidad, se ha introducido, entre otros, a
petición de España, una propuesta de redacción para que se tenga en cuenta si los aspectos de la ayuda de Estado que se pudiera dar, pueden tener más efectos perjudiciales que beneficiosos. Uno de ellos tiene que ver con la deslocalización de
empresas que irían al territorio del Estado que ha otorgado la ayuda. Esta es una cuestión que tenemos muy presente y que la hemos querido introducir en el debate actual sobre la tercera modificación del marco temporal de ayudas de Estado.


En relación con la quinta directiva contra el blanqueo de capitales, está en proceso de transposición. Tenemos un retraso, y eso lo tengo que reconocer, que se debe al tiempo. En los últimos dos años y medio en que las Cámaras han estado
disueltas, bien por convocatoria de elecciones, o bien por la fase en que no se logró conseguir la mayoría suficiente para una votación de investidura, tenemos un retraso acumulado de una quincena de directivas, y una de ellas es esta. Estamos
trabajando, desde luego, desde la Secretaría de Estado, en cooperación con la Vicepresidencia primera del Gobierno, de maneras para acelerar cuanto antes la transposición de esta y otras directivas, para lo cual, también, apelo a la colaboración de
las Cortes, del Congreso especialmente, que es la Cámara competente para una pronta transposición de los proyectos que envíe el Gobierno en las semanas y meses siguientes.


En cuanto a la intervención del representante del Grupo Parlamentario de la Confederación Unidas Podemos, todo lo que ha dicho sobre Gibraltar, le agradezco el apoyo y los ánimos, serán necesarios. Ha habido muchos planteamientos sobre
Gibraltar que ha hecho el representante de VOX, somos muy conscientes que desde 1713, esta ha sido una espina en la vida nacional española y, de hecho, a lo largo



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del siglo XVIII hubo varios intentos de recuperación por la fuerza. Como bien conoce, hubo varios sitios para la recuperación de Gibraltar, no se consiguió, y desde el siglo XVIII, los dos últimos siglos, el propósito siempre ha sido por
vía negociada, que es lo que se está intentando ahora.


Le he hecho antes, una descripción de cuál es la situación que hay, porque antes de abordar una negociación es muy importante un análisis, lo más objetivo posible, de las distintas variables en juego, con el objetivo de que al final se
consiga una solución lo más favorable posible a los intereses de España. Lógicamente, repito, la solución solo puede ser negociada, y se tiene que tener, también, en cuenta los intereses de las demás partes en juego.


Con eso estamos, no puedo entrar en detalles de las distintas estrategias negociadoras, pero tengan la seguridad de que todas las preocupaciones que han dispuesto son también preocupaciones del Gobierno de la Nación en este dosier.


Los últimos comentarios del Grupo Parlamentario Popular... es cuestión de apreciación. Yo le puedo decir, es mi impresión personal, de que en ningún caso ha habido recriminación, ni a España ni a ningún otro país, por haber incrementado o
no los efectos de la pandemia en el ámbito sanitario o socioeconómico por políticas llevadas a cabo.


En ningún caso se ha hecho esto, al contrario, ha habido un reconocimiento, sobre todo de países menos azotados, sabedores de que por la importancia del sector turístico y las movilizaciones en Francia, Italia y España, era más posible que
en otros países que hubiera mayor incidencia, porque al final, esto se originó en China, con epicentro en Wuhan y se extendió rápidamente, el segundo foco fue Irán y, de aquí, inmediatamente, el tercero fue la Lombardía, en Italia, una región,
Milán, muy expuesta a contactos de todo tipo con personas de provenientes de todos los continentes, igual que Madrid.


Porque también Madrid, Milán y París son de las tres ciudades más visitadas y admiradas por el resto del mundo. Esto que normalmente este una circunstancia para llevarla bien a gala, por la propia esencia de la pandemia, se convirtió en una
de las razones que hizo que tanto Italia como España como Francia se convirtieran en tres de los focos europeos.


En cuanto a la circunstancias socioeconómicas y efectos de la crisis, da la casualidad de que, por la manera en que se contagia, a los sectores que más ha afectado son aquellos en que hay más contacto social y más influye la movilidad: el
turismo, el sector de la hostelería, el sector del comercio, la restauración, el sector de transportes, el sector automovilístico, prácticamente todos los sectores en que España descuella, con lo cual, el impacto ha sido enorme.


Desde el principio, lo que percibíamos es un interés por ver de qué manera, desde la Unión Europea, se podía ayudar a España y a los países y sectores más afectados, a salir, sin ningún tipo de juicio ni reprobación moral, de una crisis que
nos afectado de lleno, y nos sigue afectando de lleno, a todos.


Solo puedo agradecer al portavoz del Grupo Popular Socialista por las palabras de apoyo, a la labor hecha.


Quiero, antes de terminar, volver a reiterar mi disposición a comparecer aquí cuantas veces quieran, de manera, por supuesto oficial, pero también tener otro tipo de encuentros informales como el que ya tuvimos, como el que han tenido
algunos de mis predecesores, con almuerzos con los portavoces.


En lo que se refiere a la conferencia sobre el futuro de Europa, creo que tendremos en los próximos dos años, una relación muy fluida y constante para que nos hagan llegar las distintas propuestas de sus grupos parlamentarios, comunidades y
provincias a las que representan, y nosotros, también, les haremos partícipes de cómo vemos el debate en el seno de Europa y, por supuesto, abogaremos porque el Congreso y el Senado tengan representación específica dentro del entramado institucional
que compondrá la conferencia sobre el futuro de Europa.


Sin ningún otro comentario, quiero terminar aquí mi intervención, dándoles de nuevo las gracias por sus aportaciones tan constructivas.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, secretario de Estado.


Sin duda, le esperamos todas las veces que usted quiera venir a comparecer o cuando lo soliciten los grupos, y le agradecemos su transparencia.


Se levanta la sesión, siendo las trece horas y cuarenta y cinco minutos de la tarde.


Muchas gracias.


Eran las trece horas y treinta y cinco minutos del mediodía.