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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 255, de 21/03/2023
cve: DSCD-14-PL-255 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2023 XIV LEGISLATURA Núm. 255

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA

Sesión plenaria núm. 246

celebrada el martes,

21 de marzo de 2023



ORDEN DEL DÍA:


Moción de censura:


- Moción de censura al Gobierno presidido por don Pedro Sánchez Pérez-Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a don Ramón Tamames Gómez. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 588, de 10 de marzo de
2023. (Número de expediente 082/000002) ... (Página3)


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados ... (Página61)


Moción de censura. (Continuación):


- Moción de censura al Gobierno presidido por don Pedro Sánchez Pérez-Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a don Ramón Tamames Gómez. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 588, de 10 de marzo de
2023. (Número de expediente 082/000002) ... (Página62)



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SUMARIO


Se abre la sesión a las nueve de la mañana.


Moción de censura ... (Página3)


Moción de censura al Gobierno presidido por don Pedro Sánchez Pérez-Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a don Ramón Tamames Gómez ... (Página3)


Para la presentación de la moción de censura en nombre de los diputados firmantes interviene el señor Abascal Conde, del Grupo Parlamentario VOX.


Hace uso de la palabra el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Replica el señor Abascal Conde. Contesta el señor presidente del Gobierno.


Duplica el señor Abascal Conde. Contesta el señor presidente del Gobierno.


Interviene el señor candidato propuesto en la moción de censura, Tamames Gómez.


Hace uso de la palabra el señor presidente del Gobierno.


Replica el señor candidato propuesto en la moción de censura, Tamames Gómez.


Hace uso de la palabra la señora vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social (Díaz Pérez).


Duplica el señor candidato propuesto en la moción de censura, Tamames Gómez.


Se suspende la sesión a las tres y veinte minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados ... (Página61)


La señora Antonia López Moya adquiere la condición plena de diputada al prestar acatamiento a la Constitución.


Moción de censura. (Continuación) ... (Página62)


Moción de censura al Gobierno presidido por don Pedro Sánchez Pérez-Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a don Ramón Tamames Gómez ... (Página62)


Intervienen los señores Guitarte Gimeno, Martínez Oblanca, Mazón Ramos y García Adanero y las señoras Oramas González-Moro y Vehí Cantenys, del Grupo Parlamentario Mixto; la señora Aizpurua Arzallus, del Grupo Parlamentario Euskal Herria
Bildu; el señor Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); la señora Arrimadas García, del Grupo Parlamentario Ciudadanos; los señores Rego Candamil, Baldoví Roda, Errejón Galván y Bel Accensi, y la



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señora Nogueras i Camero, del Grupo Parlamentario Plural; y el señor Rufián Romero, del Grupo Parlamentario Republicano.


Hace uso de la palabra el señor Segura Just, del Grupo Parlamentario VOX.


Continúan interviniendo las señoras Muñoz Dalda y Vidal Sáez y el señor Bueno Pinto, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común; y el señor Espinosa de los Monteros de Simón, del Grupo Parlamentario
VOX.


Se suspende la sesión a las ocho y quince minutos de la noche.


Se abre la sesión a las nueve de la mañana.


MOCIÓN DE CENSURA:


- MOCIÓN DE CENSURA AL GOBIERNO PRESIDIDO POR DON PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN QUE INCLUYE COMO CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO A DON RAMÓN TAMAMES GÓMEZ. (Número de expediente 082/000002).


La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías. Se abre la sesión.


Procedemos al debate y tramitación de la moción de censura presentada por don Santiago Abascal Conde y otros cincuenta y un diputados más al Gobierno presidido por don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que incluye como candidato a la Presidencia
del Gobierno a don Ramón Tamames Gómez. Para presentar la moción de censura, en nombre de los diputados firmantes, tiene la palabra el señor Abascal Conde. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, algunos de
ellos puestos en pie).


El señor ABASCAL CONDE: Un disparate, un circo, una chirigota, un juego excéntrico, una mala broma, una patochada, una comedia bufa, un teatrillo, un esperpento, una tertulia televisada en directo, un pasacalles irrelevante... (Risas).
Veo que se ríen mucho, porque esto han dicho ustedes y sus voceros durante estos días de la herramienta constitucional de la moción de censura que ha utilizado el grupo al que represento. ¿Y qué hacen aquí todos ustedes? Gente en las tribunas de
invitados, la prensa nacional e internacional por todos los rincones de este hemiciclo y los diputados, en contra de la tradición parlamentaria, sentados en sus escaños. (Rumores). Esto es algo muy serio, señorías. Esto es algo muy serio y
ustedes lo saben aunque lleven un montón de días intentando ridiculizarlo. ¿Hay motivos para esta moción de censura? Sobran los motivos, señores diputados.


Permítanme una cuestión previa. Da la sensación de que da igual todo lo que hoy se diga aquí. Sorprendentemente, parece que serán irrelevantes también las palabras del señor Tamames, incluso las que digan todos ustedes, porque los
titulares de mañana están escritos, los editoriales de los periódicos ya están dictados y los comentarios de los tertulianos, decididos y previamente redactados en los equipos de comunicación de los partidos políticos y gobiernos que hoy financian,
subvencionan y compran a una buena parte de la prensa española. (Aplausos.-Protestas). Todo lo que se dirá mañana en los medios de comunicación está previamente escrito antes de que se produzca este debate, igual que las necrológicas de los
personajes importantes, que aguantan en las neveras de las redacciones durante meses e incluso años hasta que se produce el hecho inevitable. Dicho esto, he de decirles que da la casualidad de que ustedes y muchos de sus voceros subvencionados han
decretado tantas veces la muerte de VOX que su necrológica ya no aguanta o, por decirlo de otra manera, sus necrológicas ya huelen mientras sus muertos gozamos de buena salud. (Aplausos). Parece -y solo parece- que no importa lo que hoy se diga
aquí, pero, en cualquier caso, nadie, absolutamente nadie, nos va a arrebatar la esperanza de que al menos un puñado de españoles puedan atender y escuchar este debate que hoy se va a producir en el Congreso de los Diputados con sus mensajes
auténticos, sin la traducción interesada y retorcida de aquellos que creen que tienen el derecho a manipular la opinión publicada que hoy está tan alejada de la opinión pública. A sos españoles que nos escuchan directamente sin atender a
traducciones torticeras es a los que nos dirigimos en el día de hoy. Por cierto, hablando de opinión pública y opinión publicada, creo que el señor Sánchez las distingue perfectamente cada vez que sale a la calle.



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Un circo, un disparate y un esperpento, así han denominado la mayoría de ustedes a esta moción de censura presentada por cincuenta y dos diputados de VOX elegidos por casi cuatro millones de españoles y que, ante la grave situación que
atraviesa nuestra patria, presentamos al profesor Tamames como persona de reconocido prestigio y evidentísima independencia para relevar a este Gobierno y poner fin a esta legislatura suicida convocando unas elecciones generales urgentes. Para la
mayoría de ustedes, al igual que para muchos comentaristas políticos que suelen repetir lo que dicen ustedes para poder seguir saliendo en la tele, esta moción es, como decía, un circo, un esperpento y un disparate. No me he equivocado en la
repetición, quiero insistir en ella. Así que, como presidente del Grupo Parlamentario VOX, parece que debo pedirles disculpas a todos ustedes, que debo excusarme ante sus señorías. Créanme que no era nuestra intención degradar en lo más mínimo la
huella histórica y la dignidad de esta legislatura gloriosa de la que todos ustedes forman parte. Es más, discúlpennos, pero estábamos convencidos de que, hiciéramos lo que hiciéramos, no podríamos degradar aún más esta legislatura de lo que
ustedes ya lo han hecho. (Aplausos). Estamos convencidos -y lo lamento- de que es imposible rebajar aún más la dignidad de una legislatura y de un Parlamento que ha elegido como presidente a un señor que tardó veinticuatro horas en engañar a sus
propios electores y que desde entonces, semana tras semana, sube a esta tribuna y les miente a los españoles mientras los sobrinos del tío Berni y el bueno de Patxi -siempre haciéndose perdonar lo suyo- hacen como si no se dieran cuenta y aplauden
en pie, como lo harán al final del día de hoy después de su intervención, y después se marcharán a sus fiestas y a sus cosas, como hicieron, por cierto, la última vez que presentamos una moción de censura, mientras los españoles aún padecían severas
restricciones y confinamientos.


Por favor, señor Sánchez, le voy a hacer un ruego. A lo largo de este debate, si tiene ocasión, suba de nuevo a esta tribuna a decir que ha derogado los delitos de sedición y de malversación, los peores delitos que puede cometer un
representante público, para homologarnos con Europa. Suba aquí y vuelva a decirlo; dígalo una vez más, porque la dignidad de esta legislatura no se va a ver comprometida en absoluto porque usted vuelva a repetirlo. (Aplausos). Disimule y haga
como que no se lo han exigido sus socios de Bildu y de Esquerra y los corruptos condenados de su propio partido. Se lo ruego, porque a algunos ha llegado a fascinarnos ese rostro tan hierático -de cemento, diría yo-, esa cara que se le pone cuando
miente usted con tanta naturalidad aun a sabiendas de que nadie le cree.


Pero vuelvo al hilo. Estaba pidiendo perdón a la Cámara por el circo, por el show, por el disparate y por el esperpento, por si la dignidad, la gravedad y el decoro de esta Cámara y de esta legislatura se hubiesen visto dañadas por la
presentación de la moción de censura de VOX. No lo sé, pero para proteger y salvaguardar el decoro de esta Cámara -ya se lo he dicho en varias ocasiones y lo digo solo para empezar-, ¿no creen ustedes que sería conveniente, por ejemplo, vestirse
correctamente y no faltar al decoro de esta institución? ¿No creen que ese podría ser un primer signo de respeto hacia los demás? (Rumores). No digo que vayan ustedes a alquilar un esmoquin como los que alquilan para las fiestas del cine o los
que lucen en las fiestas de Ramsés (aplausos), pero hagan el favor de observar a los ujieres, los policías, los camareros o las taquígrafas, que vienen aquí dignamente uniformados y vestidos por respeto a esta institución, por respeto a lo que
representa y por respeto a todos ustedes y que merecen de ustedes al menos el mismo respeto o más. Y discúlpenme que me ponga a hablar del código de vestimenta, pero es lo primero que me ha venido a la cabeza (risas) cuando han hablado ustedes del
circo, del esperpento y del disparate, escandalizados porque un grupo parlamentario haga uso de la herramienta de la moción de censura, de una herramienta constitucional, como si ello fuera una falta de respeto a esta digna -para ustedes-
legislatura. Es una legislatura donde han votado todos ustedes -y ahora vamos a lo mollar, no se preocupen; a ver si también se ríen, que era lo que pretendía- restringir derechos y libertades pisoteando la Constitución, como ha quedado avalado
por el Tribunal Constitucional. Y ninguno de ustedes ha tenido la dignidad de marcharse o de emitir al menos una tímida disculpa ante una sentencia del Tribunal Constitucional que habría supuesto la dimisión en bloque de cualquier Gobierno
democrático europeo o de cualquier Gobierno del mundo occidental. (Aplausos). Meses y meses con los derechos y libertades fundamentales suspendidos inconstitucionalmente, con los españoles encerrados en sus casas y con algunos diputados aquí
presentes -ríanse también- de fiesta, repartiéndose los fondos europeos, los fondos públicos de los españoles, en noches crapulosas. ¿Y presentar al señor Tamames les parece a ustedes un esperpento? Entonces, ¿cómo se llama lo suyo, señorías? (Un
señor diputado: ¡Golfería!-Rumores). Una legislatura -esta- tan digna de reverencia y respeto que se han atrevido a cerrar este Parlamento también en contra de la Constitución, como les ha tenido que recordar el Tribunal Constitucional. Y, por



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supuesto, nada, ni una disculpa ni un 'lo siento' ni una promesa de que no va a volver a ocurrir cuando al señor al que ustedes hoy van a volver a respaldar con su voto se le antoje.


Es una legislatura que además nos ha regalado momentos como el de ver aquí a un vicepresidente con formas de alborotador callejero hablando de encuentros sexuales en despachos; o a un ministro que todavía se sienta en el banco azul y que
acusó a la Monarquía de trabajar contra el Gobierno del pueblo; o a unos diputados que han adquirido su condición de tales con juramentos burlescos: unos lo hacían por la libertad de los pueblos, otros en nombre del golpe de Estado que perpetraron
en Cataluña en 2017, otros por el planeta y algunos incluso por batallas de otro siglo. Es una legislatura en la que algunos de los diputados presentes en esta Cámara apartan o insultan a diario los símbolos de la nación, como ha pasado muy
recientemente. Es una legislatura en la que han pretendido darnos lecciones de seriedad varios supermanes del antifascismo que entran a este hemiciclo con impresoras, con esposas, con camisetas con leyenda y siempre con maneras que son una mezcla
de taberna y de casa okupa. Es una legislatura que tiene por diputado a un señor que entró en España ilegalmente y que está condenado por golpear a un anciano hasta romperle la cabeza y dejarle sordo, y a otro diputado que tuvo que irse de esta
Cámara después de ser condenado por patear policías y que amenaza con volver con su ayuda. Y luego están otros -y esto es lo más grave, señorías; ya veo que han dejado poco a poco de reírse- tratados aquí como si fueran políticos normales, que
incluso forman parte de la mayoría que apoya a este Gobierno y que ni siquiera se han sacudido el hedor a la pólvora del terrorismo cobarde que ellos defendieron, quién sabe si algunos practicaron y que, para vergüenza de esta Cámara, todavía
justifican. (Aplausos). En fin, señorías, supongo que ustedes pueden entender que, visto lo visto, a nosotros no nos pareciese un ataque a la dignidad y al decoro de esta legislatura presentar como candidato a la Presidencia del Gobierno a un
hombre de reconocido prestigio y de acreditada independencia como el profesor Tamames. Porque, insisto, si esta moción es un circo, un disparate y un esperpento, ¿cómo se llama lo suyo? ¿Cómo diablos se llama lo suyo, señorías? (Aplausos).


Aunque he de decir que esto del circo, del disparate y del esperpento quienes más lo han esgrimido -y lo lamento profundamente- y, sobre todo, han indicado a sus periodistas de cámara que lo repitan han sido los muy serios, dignos,
respetables y a veces moderados dirigentes del Partido Popular. Lamento no poder dirigirme hoy al autoproclamado líder de la oposición; y digo autoproclamado porque entiendo que para liderar la oposición sería bueno estar aquí y hacer oposición
-o, por lo menos, una de las dos cosas (risas)-, porque para ofrecerle pactos permanentemente al señor Sánchez ya están los otros doscientos diputados que han convertido esta legislatura en un mercadillo, cuando no en un mercado negro en el que se
subasta la soberanía nacional. Señores del Partido Popular, deben saber que si quieren pactar con el Partido Socialista van a tener que ponerse a la cola. Están en su derecho de ofrecer permanentemente pactos al señor Sánchez y al Partido
Socialista, pero creo de verdad que sus electores también tienen derecho a saberlo; tienen derecho a saber cuál es su modelo de España y tienen derecho a saber exactamente el motivo verdadero por el que ustedes no apoyan esta moción de censura y la
exigencia de elecciones anticipadas el 28 de mayo. De verdad, señores del Partido Popular, yo no creo que VOX sea el enemigo a batir, como ha parecido durante estas semanas, porque nos ha dejado absolutamente perplejos la cantidad de recursos, de
tiempo y, sobre todo, de influencia en los medios que ustedes han desperdiciado en desacreditar o en silenciar a VOX durante estos días. ¿Un circo, un disparate, y un esperpento? ¿Cómo se llama lo suyo también? ¿Recuerdan la última moción de
censura, el discurso de su líder y sus aplausos en pie? ¿Recuerdan las loas y los aplausos al discurso de su líder por parte del vicepresidente Pablo Iglesias? ¿Recuerdan la antepenúltima moción de censura en la que el presidente del Gobierno fue
sustituido por un bolso? ¿Hace falta enumerar todo lo que ustedes han hecho durante esta legislatura? Creo que no hace falta. ¿Para qué? Creo, de verdad, que los españoles nos están pidiendo otra cosa.


Señores del Partido Popular, estamos aquí para representar a los españoles -creo sinceramente que a una gigantesca mayoría de españoles- y tenemos el deber de dejarnos de cálculos, miedos y medias verdades y decir cuál es la alternativa al
Gobierno que se ha entregado a los enemigos de España, a los delirios totalitarios y al saqueo de la nación. (Aplausos). Ya sabemos que ustedes no tienen el mismo líder que al inicio de la legislatura, pero estaría bien saber si defienden los
mismos principios que al inicio de la legislatura. ¿Están dispuestos a derogar las leyes del zapaterismo y las ampliaciones de Pedro Sánchez? ¿Están dispuestos a plantar cara a la legislación extremista de las últimas legislaturas socialistas? Y,
si lo están, ¿por qué no lo hacen allí donde gobiernan? Me refiero a las leyes inspiradas en la ideología de género, en la imposición de la memoria histórica, en la fiscalidad confiscatoria o en el



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derroche de los gastos políticos y sindicales. Si ustedes no lo quieren hacer -vuelvo a decírselo- están en su derecho, pero creo que quienes han confiado en ustedes tienen derecho a saberlo. Y no es que yo quiera convertirme en abogado
defensor de sus electores, pero me temo que empiezan a necesitarlo. Yo creo firmemente que la primera obligación de un político es la sinceridad. Entiendo que ustedes quieran abarcar a la mayor parte del electorado, pero, honradamente, también
creo que no pueden hacerlo acercándose a la vez al Partido Socialista y a VOX. No es posible y, sobre todo, no es serio. No se puede poner un recurso ante el Tribunal Constitucional por un asunto muy grave y después celebrar y aplaudir que el
Tribunal Constitucional no le dé a uno la razón. Eso no es moderado, eso es muy poco serio. Y, por eso, les pedimos que vuelvan a recuperar la sensatez y la seriedad, que vuelvan a defender principios. También les podemos decir que España
necesita un partido socialdemócrata serio y decente, porque no lo tiene. Si ustedes quieren ocupar ese espacio, les felicito, pero creo que es justo decírselo a sus votantes, señorías.


Hoy tienen ustedes una oportunidad de recuperar la credibilidad. Hoy se vota únicamente si el señor Sánchez y su Gobierno merecen una moción de censura. Hoy se vota la posibilidad de que el señor Tamames convoque unas elecciones generales
el próximo 28 de mayo. Ustedes han dicho que quieren elecciones anticipadas. Ese es el programa que presenta el señor Tamames, al que, por cierto, tampoco vamos a ganar aquí en moderación, tampoco van a hacerlo ustedes. Por mi parte, todo lo que
les he dicho hasta ahora queda olvidado. Borrón y cuenta nueva. Por eso, les pedimos que hoy votemos juntos, señorías del Partido Popular, y que retratemos al peor Gobierno en décadas, que cada uno elija cuántas. Votemos juntos hoy y entendámonos
mañana para ofrecer a los españoles una alternativa sólida, de sensatez legislativa, de crecimiento económico, de fortaleza institucional y de soberanía respetada en el interior de España y en el exterior. (Aplausos). Si no lo quieren hacer, si
prefieren nadar y guardar la ropa para pactar con el socialismo, vuelvo a decirles que tienen ustedes todo el derecho a hacerlo y sus votantes todo el derecho a conocerlo. Igual que sus votantes deben saber que en público y en privado, con toda
generosidad, les hemos ofrecido liderar esta moción de censura, con el candidato que ustedes quisieran, con nuestra promesa de voto afirmativo dijeran lo que dijeran y con la única condición del adelanto electoral que dicen defender mientras le
tienden la mano al Partido Socialista.


Señor Sánchez, habrá disfrutado usted de estos instantes que le he dedicado al Partido Popular, pero los habrá disfrutado únicamente porque usted siempre se equivoca. No se equivoque tanto; yo puedo dedicar una parte de mi intervención a
criticar algunas indefiniciones e incumplimientos del Partido Popular simplemente porque usted ya es un político caducado y lo único que importa es la manera que podemos encontrar los españoles de ir arrojando al vertedero de la historia este legado
de ruina, de división, de negligencia y de odio que ha traído esta legislatura y que ha traído su Gobierno. Es un legado terrible por el que usted ciertamente, tal y como quiere, pasará a la historia, señor Sánchez. Digo que es usted un producto
caducado, pero también afirmo que hay muchas veces que esos productos aguantan demasiado tiempo en la nevera, y exactamente para eso hemos puesto en marcha esta moción de censura, para que los españoles vean el grado de descomposición de su proyecto
y el nivel de podredumbre de los aliados que sostienen a su Gobierno. Porque es muy importante, señorías, que los españoles, que están sufriendo permanentemente sus políticas, vean aquí a todos ustedes riéndose, como siempre; riéndose de ellos, de
los electores a los que han engañado y del conjunto de los españoles a quienes su Gobierno y sus políticas han perjudicado, todavía perjudican y perjudicarán durante mucho tiempo, incluso después de que los españoles nos hayamos librado de usted y
de su Gobierno. Por eso se reía usted en la moción de censura que yo mismo defendí hace dos años. Supongo que usted recuerda cómo se reía del virus chino. Hacía aquí cosas raras, unos gestos espantosos, tratando de ridiculizar un argumento que
ahora ya es universal. El virus partió de un laboratorio chino, las autoridades chinas engañaron al resto del mundo, propiciando una pandemia de terribles costes humanos y económicos. Y ahora que la Administración americana, esa a cuyo presidente
usted persigue por los pasillos, así lo afirma también, ahora que este es un argumento aceptado universalmente por todas las democracias occidentales, ¿nos hará usted caso y pedirá responsabilidades al Gobierno chino o se va a seguir riendo en esta
tribuna de nuestros argumentos? (Aplausos). ¿Se va a reír de las familias que han perdido a sus seres queridos o va a pedir responsabilidades a China? ¿Se va a reír de la ruina que el comunismo chino ha traído al planeta o va a pedir usted
indemnizaciones para los españoles?


Usted se reía también del yihadismo. ¿Lo recuerda? Le advertí desde esta tribuna que sus políticas de fronteras abiertas ponían en peligro a los españoles y que estaban entrando en España elementos muy peligrosos para nuestra sociedad.
Supongo que ahora se ríe menos. A usted le ha encantado reírse de



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todo lo que le hemos dicho durante esta legislatura, pero ¿quiere pasearse conmigo por Algeciras, señor Sánchez, y se ríe usted allí de mis advertencias? Porque usted, como presidente del Gobierno, a través de unas políticas pánfilas,
insensatas y antinacionales, permitió que el asesino de Algeciras entrara en España; y usted, por medio del Ministerio del Interior, señor Sánchez, permitió que ese asesino yihadista permaneciese en España cuando ya existía una orden para su
expulsión que usted no quiso que fuese ejecutada y que incluso Marruecos le dijo que ustedes no habían pedido. Usted tiene responsabilidades ineludibles como presidente del Gobierno en el crimen de Algeciras y en todos los crímenes que en España
cometan aquellos que no deberían haber entrado a España y aquellos que no deberían permanecer en España porque tenían que haber sido expulsados y que son responsables proporcionalmente de la gran mayoría de esos terribles crímenes: de la mayoría de
los delitos contra la vida, contra la propiedad, contra la integridad física y contra la libertad sexual de las mujeres.


Este es otro capítulo del que también usted se reía cuando yo se lo relataba hace un par de años y cuando he vuelto a insistirle en las intervenciones de esta legislatura. Le dije que crecerían las violaciones por culpa de una política
insensata de fronteras abiertas y por la ausencia total de control. Y aquí -lo reconozco- me quedé corto: este mismo año los delitos de violación bajo su Gobierno han crecido un 53 % en España, mientras que el Gobierno de la propaganda se atreve
frívolamente a calificarse como el más feminista de la historia. No cabe mayor insulto. (Aplausos). Todo lo que digo lo han demostrado los datos de su propio Ministerio del Interior. Yo creo que es usted capaz de casi todo, señor Sánchez, pero
reconozco que ni siquiera a mí, que le he juzgado tan severamente durante esta legislatura, se me ocurrió que fuera capaz de hacer una ley para beneficiar directamente a casi un millar de violadores y de pederastas; a algunos reduciendo sus penas
-ya demasiado breves, porque en España hay personas que pensamos que deberían permanecer toda la vida en prisión- y a otros directamente poniéndolos en la calle. Ni siquiera a mí se me ocurrió que fuera usted capaz de eso. Por supuesto que son
culpables de esas leyes la señora Montero y su ministerio de frívolas, negligentes, corruptoras y totalitarias. (El señor Guijarro García: ¡Venga, hombre!-Rumores). Por cierto, el Ministerio de Igualdad a cuya disolución, propuesta por VOX la
pasada semana, votaron en contra todos los grupos de esta Cámara. (Aplausos). Como decía, las señoras del Ministerio de Igualdad son culpables de esta ley, pero usted es el presidente del Gobierno y es el responsable. Cuando uno de esos monstruos
que han sacado a la calle vuelva a atacar a una mujer, ustedes serán los responsables por haber votado a favor de esa ley. Serán responsables del dolor cierto e inevitable que van a padecer muchos españoles y muchas españolas. Ustedes, que han
apoyado estas leyes, son los responsables y deben saber -porque parece que no se han enterado después de cuatro años en esta Cámara- que lo que aquí se vota tiene consecuencias directas para la vida de la gente; y no dude de que le vamos a exigir
esas responsabilidades, esas cuentas, allá donde se encuentren.


También les pediremos cuentas por cada niño o niña a la que unas organizaciones -en muchas ocasiones, de generados subvencionados- confunden para que acaben mutilándose y tomando decisiones irreversibles, provocando daños irreversibles en
sus cuerpos y en sus mentes. Muchos de esos niños, como ya pasa en Europa o incluso como ya ha pasado en España por culpa de las leyes trans del Gobierno nacional y de gobiernos autonómicos de distinto signo, ya están exigiendo responsabilidades a
las administraciones a las que acusan de haberles confundido, y nosotros esas responsabilidades se las pediremos a ustedes.


También es responsable su Gobierno feminista de que las mujeres hayan quedado del todo desprotegidas en España. Es responsable de que ser mujer ya no signifique nada porque, según su ley aberrante, la condición de mujer se adquiere por la
libre voluntad del individuo. ¡Hasta las feministas clásicas se han enfrentado a ustedes por este disparate! ¡Señor Sánchez, si puede ir usted mismo mañana al Registro Civil, manifestar su odio a la testosterona y declararse señora! ¡A eso hemos
llegado con la ley que ustedes han aprobado! (Aplausos). Algunos de los violadores que han puesto en libertad, cuando vuelvan a violar y sean detenidos, pedirán ser ingresados en cárceles femeninas y allí volverán a violar. Si quieren, ríanse de
eso, pero ya no es una hipótesis disparatada, es algo que ha pasado en otros países a los que ustedes están emulando.


Ya no hay espacios exclusivos para las mujeres, ya no hay justicia para las mujeres en las categorías femeninas del deporte y ya casi no hay madres para su Gobierno porque ustedes prefieren llamarles progenitores gestantes. Es importante
detenerse en esto y saber cuál es la realidad que ustedes han conocido para odiar tanto a la biología, a la familia, al sentido común e, incluso, a la testosterona. Cuando usted, su Gobierno y sus apoyos parlamentarios hablaban del hombre y del
padre, la verdad es que



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muchas veces nos preguntábamos qué tipo de masculinidades habían conocido ustedes en su entorno y hoy podemos decir que vamos conociendo algunas motivaciones. Una de las diputadas de su grupo, por ejemplo, no hace mucho acusaba a un tercio
de los hombres españoles de ser clientes de prostíbulos y, según su argumentación, por lo tanto, violadores. Para una diputada suya un tercio de los hombres españoles eran violadores. Digo eran porque ha borrado el tuit y parece que lo borró justo
el día en que los medios acusaban a un tercio de los diputados socialistas de andar entre lupanares, corrupciones y estupefacientes. (Aplausos). Entiendo, señores de la izquierda, que a lo mejor en su entorno la masculinidad es algo tóxico, pero
por ello ustedes no tienen derecho a criminalizar a todos los hombres de España porque ustedes, que tratan como violadores a todos los hombres, al menos, como violadores en potencia, no tratan como violadores a los violadores, ya que nos dicen que
son víctimas y que merecen la reinserción y les rebajan las penas para sacarles a la calle. (Aplausos). De verdad, se lo decimos con el corazón en la mano para que ustedes reflexionen, hay otro tipo de hombres además de aquellos con los que
ustedes comparten bancada. De hecho, la mayoría de los hombres, también los de izquierda, sienten un respeto sacramental a la mujer y a la palabra madre, y vamos a luchar para que sea respetada por nuestras leyes y por nuestras instituciones, al
igual que vamos a derogar todas las leyes que denigran a la mujer y que la borran, negándole su singularidad y su propia naturaleza. (Aplausos). Porque todos ustedes, señorías, han destruido la verdadera igualdad por la que debe velar un Estado,
la igualdad de oportunidades, y no solo con esa permanente guerra de géneros que proponen a la sociedad, sino también con la destrucción de la igualdad de oportunidades en los niños y en los jóvenes a través de sus políticas educativas. Con ustedes
los hijos de los millonarios, esos con los que usted se reúne en Davos, no tienen competencias, señor Sánchez, porque al destruir la educación, que es el verdadero ascensor social, y al perseguir el mérito y el esfuerzo en la escuela con pasos de
curso injustificados, con ataques a la autoridad del profesor y con un desprecio absoluto a las humanidades, ustedes roban a las personas más humildes la posibilidad de que se reconozca su valía y que se les brinden mejores oportunidades. Ustedes
con sus políticas educativas les roban la posibilidad de prosperar, porque ustedes solo procuran y solo quieren igualdad en la miseria y en la ruina para alimentar un granero de votos inagotable, como saben sus socios, de ciudadanos absolutamente
dependientes.


También de la ruina es usted responsable. Imagino que con mayor autoridad el señor Tamames le explicará luego por qué usted puede ser un problema para la economía de todos, pero lo cierto es que ni siquiera hay que tener el brillante
currículum del profesor Tamames para saber que usted ha endeudado a generaciones y generaciones de españoles solo para que unos delirios de autócrata no se viesen recortados ni un solo céntimo. Usted ha repartido, y todavía reparte, millones con la
irresponsabilidad de quien sabe que no tiene que pagar la cuenta, pero deben saber los jóvenes que nos escuchan que no solo van a tener que trabajar para formar una familia, para mantener a sus hijos y para comprar una vivienda, sino que van a tener
que trabajar para pagar la deuda que ustedes les han dejado. No solo es eso, es que, además, parece que con la única intención de hacer daño a las familias y a las empresas, porque esto es incomprensible, ustedes han impulsado en este Parlamento
leyes que prohíben la exploración y la explotación de nuestros propios recursos naturales y energéticos, de nuevo leyes a las que solo VOX se ha opuesto en este Parlamento. (Aplausos). Ya se lo he dicho en alguna otra ocasión, ha quemado usted
campos de trigo, mientras el pueblo pasa hambre o, lo que es lo mismo, ya no es metafórico, sino literal, usted ha prohibido que los españoles busquemos nuestras propias fuentes de energía y que produzcamos energía, incluso han facilitado la
voladura de nuestras fuentes de energía, mientras los españoles pasaban frío o no podían pagar las facturas de la luz y del gas. Solo en los cuentos infantiles, cuando se retrata a un déspota cruel, se encuentran descripciones y situaciones
parecidas. (Aplausos). Y no solo es la energía, señor Sánchez, usted y todo su Gobierno han convertido en objeto de enfrentamiento otros recursos de los españoles como es el agua, porque ustedes se empeñan -y no hacen nada- en echarla al mar, en
lugar de que sirva para mitigar la sed del campo, es decir, en lugar de que sirva para producir riqueza y prosperidad, la riqueza y la prosperidad que falta a los españoles.


En cuanto a la fiscalidad de su Gobierno, ese latrocinio permanente a las clases medias, en especial a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas, lo disfraza usted con algún impuesto a las grandes fortunas, irrelevante en el
presupuesto total, pero que sirve para camuflarse, como si usted fuera Robin Hood, cuando nunca ha dejado de ser el sheriff de Nottingham. (Aplausos). Señor Sánchez, un autónomo que gana 670 euros solo de cuota tiene que pagar 230 euros. Señor
Sánchez, eso es robar desde la Administración pública, eso es robar desde el Gobierno y también es robar, y además un robo cruel, aprovechar la inflación que arruina a las familias para aumentar los impuestos y la recaudación,



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como ha hecho su Gobierno, para después despilfarrarlo en gastos políticos. Eso también es robar y además es robar, insisto, para despilfarrarlo en cargos, en amigos, en dádivas, en subvenciones y en políticas disparatadas, por ejemplo,
como las de ese ministerio, y lo mismo su parche para las pensiones, que no las garantiza, por mucho que usted quiera engañar a los españoles, ni mucho menos, pero que sí va a conseguir elevar cruelmente los costes laborales, destruyendo empleo en
las pymes, destrozando aún más a los autónomos y estrangulando todavía más a las clases medias y trabajadoras, que son las auténticas víctimas de su autocracia depredadora. (Aplausos). Y, por supuesto, que no falte la mentira. Cuando le pedimos,
y yo se lo pedí en esta tribuna, que redujese el IVA de los artículos básicos, usted nos dijo que no se podía, otro embuste que ha quedado acreditado con sus medidas políticas posteriores, porque usted ha terminado bajando esos impuestos.


Hablando de robar, también podríamos detenernos en otros casos que hemos conocido últimamente, pero ¡qué más dará!, como diría Patxi, pues serviría para recordar que a las excarcelaciones de violadores y pederastas, usted ha sumado la
excarcelación de terroristas, de golpistas y de corruptos, de aquellos que están robando el dinero de los españoles, mientras se ha perseguido a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que cumplían con su deber en las fronteras y que defendían las
instituciones durante el golpe separatista. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón, se sonríe). Veo que esto también a ustedes les hace mucha gracia. Podríamos y deberíamos también recordar que todavía usted no ha explicado el
motivo -puede aprovechar y hacerlo hoy, aunque en realidad no ha contestado a nada de lo que le hemos dicho durante estos cuatro años- de ese fondo y forma de autócrata a la hora de cambiar la posición española en el Sáhara. No obedecía a su
electorado ni a su programa electoral ni a su partido ni a la opinión de sus socios de Gobierno ni de este Parlamento, que le ha manifestado una opinión contraria, ni mucho menos a los intereses de España. Ya sabemos que usted anhela un despacho
grande en la OTAN. ¿Es ese el modo en el que usted se lo está buscando? Por eso el candidato -que es usted- que decía que había que suprimir el Ministerio de Defensa es el presidente -que es usted- que anuncia la mayor subida en los presupuestos
de Defensa.


Podríamos hablar también de su manera de entender la justicia. Usted eligió como ministra de Justicia a una señora que insultaba a otro ministro por su orientación sexual, y que hablaba de información recogida también con prostitutas, y
luego la hizo fiscal general, a su propia ministra, diría que escupiendo en las instituciones con una rabia, señor Sánchez, casi enfermiza, como si quisiera no solo violentar, sino también humillar los conceptos de neutralidad y respetabilidad
institucional. ¡No se sorprenda! ¿De quién depende la Fiscalía? ¿De quién depende? Del Gobierno, ¿no? Pues eso. Es lo que dijo usted en la radio, con estas mismas palabras. (Aplausos).


Ahora usted ha asaltado el Tribunal Constitucional, nombrando allí a personas con una marcada tendencia partidista, para asegurarse de que ese tribunal no vuelva a sacarle a usted las vergüenzas y evidenciar sus formas de autócrata, como
hizo durante la epidemia. Lo mismo ha pasado con el Tribunal de Cuentas, el Consejo General del Poder Judicial, el Centro de Investigaciones Sociológicas -esto sí que es de risa; de esto nos podemos reír todos-, la Radiotelevisión Española y el
Centro Nacional de Inteligencia. ¡Si hasta quiso monitorizar usted las redes sociales durante la epidemia e hizo salir en la televisión a un general avergonzado a decir que trabajaban para reducir el clima contrario de opinión al Gobierno! Para eso
pusieron a trabajar a nuestra Guardia Civil.


Señor Sánchez, no ha dejado usted a un solo español vivo tranquilo ni se ha olvidado usted de los muertos, esa afición tan personal que nos ha demostrado desde que llegó al poder, algo que creo que le define mejor que nada, y ese empeño en
proponer tumbas y en remover huesos con una ley de memoria totalitaria que quiere desterrar en España la libertad de expresión, la libertad de cátedra y la convivencia nacional y que quiere imponer por ley la memoria colectiva de los españoles.
(Aplausos).


¿Hay motivos para esta moción de censura? Sobran los motivos para esta moción de censura, y podríamos hablar aquí mucho más tiempo. Usted ha traído ruina, sí; usted ha pisoteado derechos y libertades -también certificado por el Tribunal
Constitucional-, y sigue ahí sentado, pero, sobre todo, usted se ha regodeado en el odio y en la destrucción sistemática de la reconciliación que habían alcanzado otras generaciones de españoles, y yo creo que esa es quizá la mayor irresponsabilidad
que usted ha cometido como presidente del Gobierno. Usted ha atacado la convivencia de los españoles y usted ha robado un legado de concordia del que disfrutaba, pero que en absoluto le pertenecía, y usted, señor Sánchez, deberá escuchar ahora a un
representante de una generación a la que probablemente no querría escuchar. ¡Si no ha querido escuchar ni a los miembros de esa generación de su propio Partido Socialista, que le tienen que leer la cartilla a través de los medios de comunicación!
Su Gobierno a la



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generación del señor Tamames, a la generación de nuestros abuelos y a la generación de nuestros padres solo les ha ofrecido residencias abandonadas durante la epidemia, desesperanza a través de la eutanasia, unas migajas en las pensiones,
alguna burla, como hemos visto estas semanas -eso es lo que ustedes ofrecen a los mayores- y también fotos trucadas jugando a la petanca. Ahora va a tener usted que escuchar a un representante de esa generación a la que debemos, como mínimo,
respeto y gratitud. Nosotros, desde luego, vamos a escuchar con mucha atención. Coincidimos con el profesor Tamames en lo importante, en que este Gobierno debe marcharse cuanto antes y en que hay que convocar a los españoles a las urnas
inmediatamente para devolverles la voz. Por tanto, escucharemos con interés. En algunas cosas estaremos de acuerdo y en otras disentiremos con profundo respeto, pero, ante el abismo que hoy enfrenta la vida colectiva en España, la coincidencia en
lo esencial es para nosotros muchísimo más que suficiente para proponerle como candidato en esta moción y para otorgarle nuestro voto.


Señores de la autoproclamada oposición o señores de la oposición, les pido disculpas, señores de la oposición -y me dirijo a todos los que no han apoyado a este Gobierno durante esta legislatura-: ¿no están de acuerdo en estas dos premisas?
Se las he oído a todos ustedes. ¿Cuál es la excusa para no apoyarlas? Censura a este Gobierno y elecciones anticipadas. Quizá es que, como decía al inicio, los titulares ya están escritos, que los editoriales de mañana ya están dictados y que los
argumentarios ya se han redactado y enviado a sus receptores y ya no se pueden cambiar. Es decir, quizás es que los partidos ya han secuestrado a la soberanía y están impidiendo a los diputados votar aquello que íntimamente quieren y aquello que
votarían si tuvieran la posibilidad hoy de votar en secreto sin la atenta mirada de sus partidos y de sus líderes. No se engañen ustedes otra vez con las portadas que ustedes mismos han comprado; al final de este debate solo existirán dos
opciones: consentir con la continuidad del señor Sánchez y su Gobierno contrario a los intereses de España, votando a su favor o absteniéndose, o apoyar esta moción para que unas nuevas elecciones pongan fin a esta legislatura del circo, del
disparate y del esperpento, pero, sobre todo, de la división, del odio y de la ruina. O elecciones inmediatas o medio año interminable con este Gobierno.


Muchísimas gracias, señorías. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal.


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Buenos días, señoras y señores diputados. Bienvenido de nuevo, señor Abascal. Esta es su segunda moción de censura en esta legislatura, aunque esta vez, como hemos visto, hay algunos cambios respecto a la última ocasión en la que debatimos
por el mismo motivo en esta Cámara. El primero de los cambios es que usted esta vez no es el candidato y que se ha conformado con ser el presentador o el telonero; veremos cuál es su papel la próxima vez. De todas formas, a nadie le debe extrañar
que usted se esconda detrás de un candidato de circunstancias; es lo que cabe esperar de una persona que exalta los valores militares, pero se escaquea de hacer la mili (aplausos) o de una persona que invoca la frugalidad, como hace en reiteradas
ocasiones, pero vive a la sombra de un chiringuito, montado por el Partido Popular en la Comunidad de Madrid, con el que se llevó una paguita de más de 82 000 euros al año. Un chiringuito, por cierto, señorías, montado no en cualquier momento, sino
cuando España sufría y contaba con más de 6 millones de parados y paradas.


En resumen, señorías, hoy estamos ante una moción impulsada por alguien que se disfraza de profeta que anuncia el apocalipsis en un discurso absolutamente esperanzador -como hemos tenido ocasión de escuchar a lo largo de la mañana de hoy-,
que proclama la emergencia nacional -como usted hace también hoy en su intervención- y que luego se toma un merecido reposo de cien días para acabar montando este show parlamentario. (Aplausos).


En realidad, señorías, esta iniciativa, esta moción de censura estrambótica, nos da también la oportunidad -porque creo que es importante para todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que estén viendo esta moción de censura- de observar de
cerca a sus promotores, de reflexionar sobre cuál es su utilidad y qué ha aportado la ultraderecha, VOX, a la política española; en suma, para qué sirve VOX. Ya tuvimos un adelanto -al cual, además, ha hecho referencia al señor Abascal en su
intervención- hace poco más de dos años con una primera moción de censura en mitad de una pandemia, la peor emergencia sanitaria de la historia de la humanidad en estos últimos cien años, cuando se registraban, precisamente,



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cuarenta fallecimientos al día. Lo que hizo VOX fue proclamar también la emergencia y lanzar una moción de censura. Pero no se engañen, porque el objetivo real no era ese, el objetivo real era otro bien distinto: utilizar una herramienta
constitucional como la moción de censura para lanzar a su candidato a las elecciones autonómicas de Cataluña, dándole el papel de telonero que usted ejerce hoy. Así utiliza la ultraderecha las instituciones de la Constitución y así practican
ustedes esa austeridad y esa frugalidad: montan un numerito sabiendo, además, cómo va a terminar este numerito, dilapidan el dinero del contribuyente y, después, como si tal cosa.


Aquella primera moción de censura, señorías, ya dejaba traslucir algo que hemos visto a lo largo de esta legislatura por parte del Grupo Parlamentario de la ultraderecha, de VOX y es su apego a la chapuza y también a la improvisación y, si
me lo permite, su escaso apego, el suyo personal, señor Abascal -con todos los respetos se lo digo-, por el trabajo. (Rumores). ¡En plena pandemia ni una propuesta sanitaria! ¡Qué digo sanitaria! ¡Si ustedes -por cierto, revise las hemerotecas,
señoría, yo no sé dónde usted ve y proclama que hay una evidencia científica de que el virus viene de unos laboratorios de China- cortejaban a los antivacunas cuando fueron las vacunas las que nos sacaron de este horror! (Aplausos). Ni una sola
propuesta sobre qué hacer con España aparte de, lógicamente -como también hemos escuchado en el día de hoy-, su habitual retahíla de expresiones furiosas, de insultos y de descalificaciones no hacia nosotros, sino hacia aquellas personas y aquellos
colectivos que más necesitan del compromiso público. Hoy de nuevo hemos escuchado expresiones furiosas hacia los diferentes, las mujeres, los homosexuales y los extranjeros (el señor Abascal Conde hace gestos negativos) -sí, señor Abascal, sí- o
los ciudadanos que cuentan con otras lenguas maternas, que son lenguas cooficiales reconocidas en nuestra Constitución, pero no hemos escuchado ni un solo proyecto para la creación de empleo -esto ya es muy sofisticado para el señor Abascal- ni para
la transformación digital, ni para la transición energética, que la consideran un dogma progre, ni para aplacar esto que hoy hemos visto en algunas portadas de los principales diarios no solamente económicos, sino también políticos de nuestro país,
sobre las advertencias de la comunidad científica de los efectos irreversibles del cambio climático. ¡Nada, señorías! Apenas unas cuantas vaguedades para cantar las bondades de un modelo autárquico tan del gusto de la España franquista de la
posguerra, tanto en la economía como en la energía. Usted habló, de hecho, no solamente en esa moción de censura, sino también en esta moción de censura, del peor Gobierno. Y, claro, echen ustedes atrás las décadas que quieran. Usted dijo
entonces, en esa en esa moción de censura, que éramos el peor Gobierno de los últimos ochenta años; es decir, si echamos cuentas hacia atrás, estamos hablando de 1940. Por lo visto, ese es su modelo de país, señor Abascal, lo cual encaja, por
cierto, bien con su furia ante la exhumación de los restos del dictador del mausoleo de la vergüenza de Cuelgamuros. (Aplausos). En todo caso, fíjense en la paradoja siguiente: el acto de dignidad democrática, repito, señor Abascal, un acto de
dignidad democrática, de interrumpir el homenaje a un dictador, que había sometido por la fuerza a nuestro país durante los últimos cuarenta años, a usted le pareció un derroche, pero, en cambio, y sin más objetivo que su exhibición, le debe parecer
a usted una gran inversión de dinero público esta moción de censura.


Señoría, no vaya a pensar que nosotros vamos a ningunear esta iniciativa, al contrario, porque hay algo que nos distingue a los demócratas respecto de quienes no lo son y es, precisamente, que nosotros respetamos las instituciones y el juego
democrático, incluso frente a quienes no creen en ellos y añoran tiempos pretéritos. Así que, por supuesto, vamos a hablar de su moción de censura por persona interpuesta.


En realidad el legado de VOX es breve, pero intenso. Invito a alguien a que mencione una sola cosa sustantiva que haya hecho la ultraderecha durante estos años de presencia en las Cortes Generales a favor de la convivencia en nuestro país,
en España, una sola medida, repito, una sola medida, a favor de la convivencia entre españoles durante estos tres años. En las calles, señor Abascal, agitación; en las tribunas, como hemos visto hoy, bronca e insultos; en el Parlamento dos
mociones de censura estériles, y en todas partes odio. Eso es lo que ustedes han aportado a la política española durante estos tres años en las Cortes Generales. (Aplausos).


Además, señorías, he de decirles que en sus políticas concretas ustedes, por mucho que traten de separarse del Partido Popular, se parecen como dos gotas de agua al Partido Popular. Se diría que ustedes en materia social y en materia
económica son parecidos al Partido Popular porque hacen las mismas políticas regresivas; de hecho, han votado en contra de todos los avances sociales que este Gobierno ha planteado en materia de política económica durante estos últimos años, en
momentos muy difíciles, como los que hemos vivido, primero, con la pandemia y, ahora, con la guerra de Ucrania. Ustedes han votado en contra de esas políticas progresistas y a favor de políticas regresivas, también del Partido



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Popular, las mismas propuestas para desmontar el Estado del bienestar y el mismo afán para abaratar el trabajo e imponer una fiscalidad injusta. Señoría, si a usted no le parece bien o, mejor dicho, le parece simplemente un impuesto
estético el impuesto a las grandes fortunas, es lo que están haciendo los gobiernos no solamente progresistas, sino también de corte conservador en otras partes de Europa. Lo único que ustedes aportan a la política española, a diferencia del Grupo
Parlamentario Popular, es un plus de brutalidad con quienes no pueden defenderse. Porque no es que ustedes no sepan diagnosticar, sino que no quieren -ni tampoco pueden- resolver los problemas y los desafíos que España afronta. Solo saben señalar
a falsos culpables y orientar contra ellos y ellas el odio y la frustración de quienes padecen esos problemas. Según ustedes -lo hemos escuchado de nuevo aquí-, los hombres estamos sometidos a la dictadura de las mujeres, los heterosexuales
soportamos la opresión de los homosexuales, los españoles estamos sometidos a la explotación de los trabajadores y los empresarios viven bajo la férula de los trabajadores. Suba a la tribuna, señor Abascal, y mencione un solo logro de su partido,
uno solo, un solo cambio real en positivo a favor de la vida de los españoles. Con uno solo bastaría, pero no podrá hacerlo porque, sencillamente, no existe, no existe. (Aplausos).


Señorías, VOX es a la política española como la comida ultraprocesada lo es a la dieta mediterránea, lo mismo (risas), una propuesta sin contenido sustancial, con un discurso lleno de palabras saturadas -como hemos escuchado esta mañana- y
de mensajes perjudiciales para la salud democrática de nuestro país. VOX es el glutamato de la derecha (risas y aplausos), un simple potenciador del sabor extremo y radical. Y ahí llegamos a la verdadera cuestión, señorías: ¿por qué estamos hoy
aquí reunidos? VOX por sí solo no va a ganar unas elecciones y nunca va a conquistar el poder (rumores); lo que puede conseguir es que ganen las ideas de VOX y que acaben impregnando la agenda conservadora, si acaban atrayendo a eso que llamamos
la derecha tradicional, y eso es justo lo que está ocurriendo. Porque ustedes aspiran, evidentemente, a imponer su agenda y su hegemonía cultural en la derecha y que otros hagan por ustedes lo que los votos nunca les van a reconocer. Ahí, señor
Abascal, tengo que reconocer, aunque me duela, que usted va a ganar. Hace dos años, usted subió también a esta tribuna y salió trasquilado de su debate con el señor Casado, con el entonces líder del Partido Popular; por cierto, con un no como una
catedral a su moción de sus antiguos compañeros del Partido Popular. Aquel Partido Popular, señorías, tuvo un momento de lucidez -es verdad que breve- para decirle a usted que adónde iba. Para su tranquilidad, con este Partido Popular del señor
Feijóo la cosa pinta mejor: pasito a pasito, del no a la abstención. Ya los tiene a un paso, señor Abascal, del sí. En todo caso, hágame el favor de no tomarse este vaticinio como una invitación a presentar una tercera moción de censura antes de
que termine la legislatura. (Aplausos).


Hoy, todas las derechas españolas comparten la misma ficción: vivimos en una dictadura; el apocalipsis ya está aquí; el hundimiento de España es inminente, si no se ha producido ya. Y en esa distopía, evidentemente, todos los que no
pensamos como la ultraderecha y la derecha, ¿dónde nos situamos? Por supuesto, en esa distopía, la izquierda española es poco menos que una okupa cuando gana las elecciones; es un gobierno ilegítimo que está en el poder por accidente, porque las
cosas naturales son de otra manera. Con esos ingredientes, usted no solamente alimenta a su feligresía ultra, arrastra al Partido Popular, que vive con el miedo a ser señalado como la derechita cobarde.


Señorías, veamos el recorrido: ¿Qué política siguió la ultraderecha durante la pandemia? La de tratar de aprovechar la mayor calamidad sanitaria de los últimos cien años de la humanidad para tumbar al Gobierno en los momentos más duros;
convocaron manifestaciones en las calles; agitaron a los antivacunas; atacaron el estado de alarma, señor Abascal, que salvó cientos de miles de vidas en España (aplausos); insultaron al movimiento feminista con una consigna miserable, ustedes
dijeron, entonces, que gritar ¡viva el 8 de marzo! era como gritar ¡viva la enfermedad y viva la muerte!, cuando ese mismo día, ese 8 de marzo de 2020, ustedes habían organizado también actos multitudinarios. Usted participó de esa estrategia de
criminalización y odio que le llevó hace muy pocos días a llamar locas a dos ministras del Gobierno de España. No es la primera vez, señor Abascal, ni va a ser la última, me temo, en que utilicen esta tribuna para sembrar su odio contra las
mujeres. Pero, hoy, primer día en que tengo ocasión de decírselo a la cara, le insto a que retire inmediatamente ese insulto inadmisible y pida perdón a estas dos ministras del Gobierno de España, si es que le queda un mínimo de decencia.
(Aplausos). ¿Cuál era la política del Partido Popular por aquellos días, en plena pandemia? Pues exactamente la misma, aunque con menos aspavientos, siendo arrastrados a su deriva radical y ultra paso a paso; insisto, todo en medio de la peor
pandemia de los últimos cien años de la historia de la humanidad.



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Pero no nos centremos en los métodos donde cada uno de ustedes tiene su propio manual. Aquí lo realmente importante es el final compartido -que usted ha explicitado, señoría-, el que vayamos a unas elecciones generales anticipadas y, por
tanto, que caiga el Gobierno; precipitar la caída de un ejecutivo al que ustedes han negado la legitimidad desde el minuto uno de la legislatura. Por cierto, siempre apelando a lo mismo, a elecciones anticipadas, como si este Gobierno no tuviera
su legitimidad precisamente ahí, en las urnas, y en una mayoría parlamentaria que ustedes desprecian, tanto que mantienen su voluntad de ilegalizar a muchos partidos políticos que están aquí representados.


Ahora nos encontramos en medio de estas rondas de candidatos, de precandidatos, de programas, de contraprogramas, de propuestas y de contrapropuestas. Cambia el contexto, evidentemente, ya no estamos en mitad de la pandemia -por fortuna, la
estamos superando gracias a la ciencia y al compromiso de los españoles, que no le hicieron caso a usted, señor Abascal, y que se vacunaron como no se ha vacunado ninguna población en el mundo-, sino que nos encontramos en plena guerra en suelo
europeo, con consecuencias graves en muchos ámbitos que usted no ha mencionado. Usted no ha mencionado Ucrania, no ha mencionado a Putin; me gustaría saber exactamente por qué no lo hace. (Aplausos). Pero las consecuencias de esa guerra en suelo
europeo están ahí: es la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial en Europa, con consecuencias, evidentemente, en lo energético, en lo económico y en lo geopolítico.


Pero, señorías, creo que es importante que no nos dejemos arrastrar por las apariencias y vayamos a lo esencial, y lo esencial es en qué coinciden el candidato interpuesto en su discurso, el partido que propicia la moción y el Partido
Popular, que acompaña con su abstención precisamente en eso, en que haya elecciones anticipadas. Y para que todos lo tengan claro, el objetivo último no es darle voz a la ciudadanía -no seamos ingenuos-, es interrumpir la acción de este Gobierno,
una acción legítima que emana de las urnas, de unas elecciones celebradas en 2019, a las que ustedes restan legitimidad por la sencilla razón de que detestan los resultados que ofrecieron. Esa es la única conclusión lógica de lo que está
defendiendo VOX, de lo que defiende su candidato interpuesto y de lo que sostiene también el Partido Popular. Porque, señorías, el señor Abascal ha subido aquí, ha dicho que sobran los argumentos, que sobran las razones para esta moción de censura
y para convocar unas elecciones anticipadas, pero, a la hora de la verdad, ¿qué hace tan perentoria esta moción? Es la pregunta que tenemos que hacernos ante los ciudadanos: ¿qué hace tan perentoria esta moción de censura? ¿Qué motivos reales
existen para impulsar, por segunda vez en esta legislatura, una moción de censura, que debería ser un instrumento extraordinario y excepcional? ¿Es por la unidad de España? ¿Es por la unidad de España, viniendo de donde venimos, es decir, de una
declaración unilateral de independencia en octubre de 2017? ¿Es por la unidad de España?


Señorías, venimos de una descomunal crisis de convivencia, heredada del Gobierno del Partido Popular. Señorías, en 2018 la situación en Cataluña era uno de los cinco principales problemas y preocupaciones de los ciudadanos; hoy, no aparece
entre las principales preocupaciones de los ciudadanos, y el porcentaje de apoyo a la independencia entre la población catalana está por debajo del 40 %. Es decir, por primera vez en muchos años está retrocediendo el apoyo en Cataluña a la
independencia. Donde había conflicto, hoy, señorías -y es lo que me gustaría reiterar, de nuevo, ante los españoles y españolas-, hay diálogo; donde hubo confrontación, hoy hay convivencia, y todo dentro de la Constitución. Por tanto, ¿esta es
una razón que justifique la moción de censura, o estamos más bien, a la hora de hablar de Cataluña, ante la prueba, una más, de que la derecha y la ultraderecha ceban la confrontación territorial para seguir engordando un conflicto del que ustedes
tratan de alimentarse políticamente? (Aplausos).


Por tanto, si no es la unidad de España, si no es Cataluña, entonces, ¿esta moción será para salvar la Constitución española? Tampoco lo parece, señorías. Hoy, la Constitución se cumple en todos y cada uno de los rincones de nuestro país.
De hecho, si hay alguien que no cumple la Constitución es el Partido Popular, que lleva 1565 días faltando a la obligación constitucional de renovar el Consejo General del Poder Judicial. Un bloqueo, señorías -me gustaría trasladarle a los
españoles la gravedad de la situación-, que por primera vez en la historia de nuestra democracia dura más de cuatro años. Por tanto, señor Abascal, si hay alguien a quien censurar por el incumplimiento de la Constitución es al Grupo Parlamentario
Popular por tener secuestrada la Constitución. (Aplausos).


No es la unidad de España, no es Cataluña, no es tampoco la Constitución. ¿Es, acaso, la economía? Tampoco lo parece, señorías. Justamente la semana pasada la OCDE revisó al alza las previsiones de crecimiento económico para España en el
año 2023. Fíjense, para que nos comparemos con otros



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países: doblamos holgadamente la media de la eurozona. Es una cifra cinco veces superior a la que va a registrar Alemania -según las previsiones de estos organismos para nada progresistas- y el triple de la prevista en Italia. Contamos,
señorías, con un millón más de empleos o de trabajadores respecto a las cifras previas a la pandemia -un millón más que antes de la pandemia, señorías-, y nuestras exportaciones alcanzaron en el año 2022 un aumento del 21 %, es decir, un récord
histórico de 389 000 millones de euros.


Por tanto, no es la unidad de España, no es la Constitución, no es la economía. ¿Es por la corrupción? ¿Es por la corrupción? Bueno, pues tampoco lo parece, señorías, porque convivieron y se apoyaron en la corrupción con complacencia
durante los peores momentos, durante la crisis financiera. Resulta grotesco que pongan el grito en el cielo por un garbanzo negro (rumores) cuando ustedes estuvieron chapoteando durante años en la olla de la corrupción. (Aplausos). Usted mismo,
señor Abascal, estuvo cerca de esa olla de la corrupción, porque el chiringuito que se montó en la Comunidad de Madrid fue con un presidente de ese Gobierno que se llamaba Ignacio González. (Aplausos). ¿Se acuerda de ello, señor Abascal?


Por tanto, si no es Cataluña, si no es la unidad de España, si no es la Constitución, si no es la economía, si no es la corrupción, ¿cuáles son las razones? Desde luego, no es Cataluña, para la que ustedes no tienen ninguna solución, salvo
la represión. Usted lo dijo, señor Abascal, usted dijo que lo de Cataluña se tenía que resolver a tortas. Ni la Constitución, de la que ustedes discrepan, al menos en la mitad de sus artículos. Ni tampoco la corrupción, con la que convivieron
apaciblemente. Lo que a ustedes les motiva realmente para registrar esta moción de censura es frenar, por cualquier medio, las políticas del Gobierno de coalición progresista. (Aplausos).


Este Gobierno, señorías, está llevando al Boletín Oficial del Estado todo aquello por lo que se movilizó la gran mayoría social de nuestro país durante la respuesta neoliberal a la crisis financiera. Por ejemplo, los mayores, los jubilados
y jubiladas, también los trabajadores y muchos de los que nos manifestamos durante esas fechas por unas pensiones dignas, por reconstruir el Pacto de Toledo -al cual usted no ha hecho referencia en su intervención- con la revalorización de las
pensiones del presente y la dignidad y la sostenibilidad del sistema público de pensiones en el medio plazo; llenando, por primera vez en esta última década, la hucha de las pensiones con 3000 millones de euros; aprobando una modernización del
sistema público de pensiones, que es la clave de bóveda de nuestro Estado del bienestar, que es el pacto entre generaciones, que estamos reforzando de la mano de Bruselas, de la mano de los sindicatos y esperemos también que de la mano de una amplia
mayoría parlamentaria en estas Cámaras. Por cierto, con paz social; con paz social. (Aplausos). Una forma, señorías, de hacer política muy distinta, radicalmente distinta al atropello que supuso la contrarreforma de las pensiones del Partido
Popular cuando gobernó, y que valió entonces la movilización de millones de pensionistas a lo largo y ancho de España. A nuestros mayores y a los trabajadores y trabajadoras que se movilizaron durante esos años, desde aquí, desde esta tribuna, les
quiero dar las gracias (aplausos), porque esta es su conquista, esta es su reforma, la de la mayoría social, la de la gente de a pie. Y por eso ustedes y el Partido Popular votaron y votarán en contra. También, por una política de becas, dotada
con la mayor partida en la historia de nuestra democracia, 2520 millones de euros, para garantizar la igualdad de oportunidades, para activar el ascensor social, señor Abascal. Por eso ustedes y el Partido Popular votaron en contra. Por el
refuerzo de la sanidad pública, señor Abascal. Desde que soy presidente del Gobierno, hay 90 000 profesionales sanitarios más que cuando yo llegué al Gobierno. Por eso ustedes están en contra. Por el impulso del Sistema Nacional de Dependencia,
que, fíjese, lo que ha planteado es una reducción a la mitad de las listas de espera en cinco años y un crecimiento de más de 300 000 nuevos beneficiarios. Por eso votan en contra. Por una fiscalidad justa, en la que los que más tengan más
contribuyan a la Hacienda. Y por eso ustedes votan en contra. Por el compromiso rotundo en la lucha contra el cambio climático. Gracias a ello, hoy, señoría -usted no lo ha dicho, pero yo lo quiero volver a subrayar desde esta tribuna-, gracias a
nuestro compromiso en la adaptación y la mitigación a ese desafío descomunal que representa la emergencia climática, España hoy es el quinto productor mundial en energía eólica y el octavo del mundo en capacidad renovable, multiplicando por doce las
cifras de autoconsumo en cinco años -por doce- y triplicando la capacidad fotovoltaica de nuestro país. Por eso ustedes lo combaten y votan en contra. Por la apuesta del país por la ciencia, por la Formación Profesional, a las cuales usted no ha
dedicado ni una sola línea, además de los exabruptos, de los bulos y de los insultos. O por la I+D+i, doblando la dotación prevista hace cinco años y blindando su financiación hasta el año 2030 al 1,25 % de nuestro producto interior bruto. Por eso
ustedes se oponen. Por una reforma laboral, señorías, la cual usted tampoco ha mencionado en su intervención, que reduce la temporalidad a mínimos históricos, también la precariedad,



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y que fue fruto del diálogo social. Por eso ustedes están rotundamente en contra. Por la elevación del salario mínimo interprofesional, a la cual usted tampoco ha prestado ninguna atención en su intervención. Hasta los 1080 euros al mes,
14 pagas, para los trabajadores y las trabajadoras, porque, sobre todo, son mujeres trabajadoras las principales beneficiarias (aplausos), siguiendo las recomendaciones del Consejo de Europa, llegando al 60 % del salario medio en nuestro país, con
un incremento del 46 % del salario mínimo interprofesional en cinco años. Por eso ustedes lo rechazan, como también rechazaron la creación del ingreso mínimo vital, que ya alcanza a más de medio millón de hogares y a más de un 1,5 millones de
personas, sobre todo en la pobreza infantil, a la cual usted no ha hecho referencia alguna en su intervención. Por eso, ustedes llaman paguita al ingreso mínimo vital, señor Abascal. Es verdad que no alcanza el monto del chollazo que a usted le
ingresaban cada mes cuando trabajaba a sueldo del Partido Popular. (Aplausos). Y por el compromiso, señorías, no de la ideología de género, sino de la igualdad de género, del feminismo, señor Abascal, para seguir reduciendo la brecha de género.
Le doy un dato: hoy, 5 puntos inferior al año 2018, cuando yo tuve el honor de ser presidente del Gobierno elegido por esta Cámara. Y eso es gracias al impacto transversal, no sectorial, sino transversal de las políticas feministas en todas las
políticas públicas que está poniendo en marcha este Gobierno. Por eso ustedes están furiosamente en contra.


Todas estas políticas, señorías, tienen un principal beneficiario, que es la clase media y trabajadora de nuestro país. La gente a la que este Gobierno sirve y defiende. Todas estas políticas son, señorías, la verdadera causa que alienta
su moción de censura, una moción de censura de tierra quemada, que no se define por lo que pretende construir, sino por lo que aspira a destruir. Exactamente igual que en su primera moción de censura en el año 2020, en plena pandemia, señor
Abascal.


En todo caso, creo que también es importante que los españoles que estén viendo esta moción de censura nos hagamos conjuntamente el siguiente ejercicio. Imaginemos por un momento, señorías, ciudadanos que estén siguiendo este debate, que
hubiera salido adelante la primera moción de censura de VOX en plena pandemia o, lo que es lo mismo, que la reclamación del Partido Popular se hubiera impuesto, es decir, que hubiera habido elecciones anticipadas en pleno 2020. ¿Cómo estaría hoy
España, señorías? ¿Cómo estaría hoy España? La pensión media en España sería de 975 euros al mes, en lugar de los casi 1200 euros al mes actuales. El salario mínimo interprofesional se habría quedado congelado en los 950 euros al mes, no sería de
130 euros al mes superior, que es la cifra actual. La inversión en becas estaría por debajo de los 2000 millones de euros anuales, en lugar de los 2520 millones de euros y el largo millón de estudiantes que se van a ver beneficiados de ello. El
crecimiento de la inversión educativa en más de 6 puntos no existiría. La aportación de casi 3000 millones de euros por primera vez a lo largo de esta última década a la hucha de las pensiones no se hubiera producido. No habríamos recuperado los
más de 13 000 efectivos de Policía Nacional y de Guardia Civil perdidos con las políticas de recortes del Partido Popular; tampoco habrían aumentado su salario en un 38 %, como hemos hecho durante estos últimos años. No hubiéramos contado con un
adelanto de 4000 millones de euros de la política agrícola común, que supone una garantía de renta para 648 000 agricultores y agricultoras, a las cuales usted, señor Abascal, no ha mencionado ni una sola vez en su intervención. No hubiéramos
beneficiado a 273 000 jóvenes, como estamos haciendo, con los 400 euros del bono cultural; tampoco a los más de 70 000 jóvenes que cada año se benefician de los 250 euros del bono del alquiler para su vivienda. No hubiéramos aprobado la ley de
startups, que sitúa a España a la vanguardia en el desarrollo del espíritu emprendedor. Tampoco habríamos trabajado en la creación de empresas emergentes ni en la atracción de talento internacional y de capital internacional. Por supuesto, no
hubiera existido la Ley de Ciencia, que dignifica precisamente las condiciones laborales y la estabilidad y que blinda la financiación pública de una partida tan importante para la competitividad y para la prosperidad de nuestra sociedad.


Frente a la pandemia, evidentemente, no habríamos contado con ese escudo social que protegió a más de 3,5 millones de trabajadores y trabajadoras gracias a los ERTE. Tampoco se hubieran producido las ayudas a los autónomos ni las ayudas
directas y créditos ICO, que salvaron cientos de miles de empresas y de empleos. Y, frente a la guerra en Ucrania, no habríamos adoptado medidas por valor de 45 000 millones de euros que están protegiendo a la clase media y trabajadora y a los
sectores directamente afectados. Por supuesto, no habría existido ayuda alguna a los transportistas afectados por el alza de los precios de los combustibles, tampoco a los agricultores ni, desde luego, a la pesca; la rebaja del IVA al 0 % de los
alimentos frescos y de primera necesidad no se hubiera producido; las rebajas del IVA del 5 % en la factura de la luz y del gas, tampoco; la limitación en la subida del alquiler al 2 % tampoco se hubiera producido; la suspensión de los desahucios
a los colectivos más vulnerables tampoco se hubiera



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realizado; las ayudas a la industria gasintensiva tampoco se hubiera realizado y, por supuesto, España no sería, como es hoy, ejemplo de liderazgo en el despliegue de las energías limpias (aplausos). Y, desde luego, señorías, no habría
habido más de 4,5 millones de abonos de transporte gratuito, principalmente para trabajadores y jóvenes, para viajar en la red pública ferroviaria.


Por eso ustedes votaron en contra de todo esto; votaron en contra de todo esto junto con el Partido Popular. Y, como es evidente, un gobierno de la derecha con la ultraderecha jamás se habría atrevido a plantar cara a Bruselas en defensa
de la solución ibérica para los precios de la energía, que tanto han denostado ustedes y también la derecha, y más de 5000 millones de euros habrían salido de los bolsillos de los contribuyentes para alimentar las ganancias de las grandes
eléctricas, sobre las cuales ustedes se niegan a crear un impuesto. Y, sobre Cataluña, prefiero no decir por dónde hubieran ido las cosas.


Por decirlo brevemente, la España que hemos sido en estos últimos dos años no habría sido posible con ustedes, una España que es líder en vacunación mundial, que ustedes cuestionaban de la mano de los terraplanistas y de los antivacunas;
una España con voz en Europa, que consigue los fondos europeos que están permitiendo responder a esta difícil coyuntura económica y también a la reindustrialización y modernización de nuestro tejido productivo en todos y cada uno de los territorios
de España, señor Abascal; una España que cuenta hoy con mejores datos de empleo que en el año 2008; una España que, en medio de las enormes dificultades que estamos afrontando, avanza en derechos sociales y donde se firman acuerdos que dignifican
las condiciones laborales y el futuro de la ciudadanía. ¿Se imaginan ustedes, señorías, que VOX hubiera sido el partido que, junto con la derecha, gobernara España cuando Putin invadió Ucrania? ¿Qué habría sido de nuestro país? A ver si nos lo
puede decir, señor Abascal. ¿Habría borrado los tuits que alababan al presidente ruso?


Señor Abascal, en este debate, más allá del ruido de los insultos, de esta España negra que usted ha dibujado nuevamente desde la tribuna, permítame hablarle de la España real, esa que usted niega, que usted desconoce y por la que trabaja
cada día este Gobierno de coalición progresista. Acabamos de cerrar el año 2022 con valores récord en inversión extranjera directa, más de 44 500 millones de euros, que han servido ya para crear casi 100 000 empleos en nuestro país. Estas cifras
suponen un récord de inversión en la serie histórica y convierten a nuestro país en el sexto receptor mundial de inversión extranjera directa. Yo ya sé que a usted esto le trae sin cuidado, pero ¿estas cifras de verdad le permiten a usted sostener
de nuevo que este Gobierno trabaja contra los intereses generales de España? ¿Cómo se puede negar la evidencia de que España merece hoy la confianza plena de los inversores extranjeros? En estos cinco años, señorías, hemos hecho muchas cosas.
Hemos atendido, por ejemplo, la reivindicación, como decía antes, de los jubilados y jubiladas que se manifestaron durante una década contra la contrarreforma aprobada unilateralmente por el Partido Popular y que lo que hacía era congelar las
pensiones de hoy y ofrecía a los jubilados y jubiladas del mañana, a los jóvenes que hoy están cotizando a la Seguridad Social, recortes de su pensión de hasta el 50 %. Para la derecha, señorías, las pensiones son un lujo insostenible; para
nosotros son un derecho irrenunciable. (Aplausos). Ahí está la diferencia entre ustedes y nosotros. Por eso lo que hemos hecho nosotros ha sido reconstruir el Pacto de Toledo, cumplir con las recomendaciones del Pacto de Toledo de la mano de
Bruselas y también con el apoyo de los sindicatos, garantizando, en consecuencia, la revalorización de las pensiones conforme al coste de la vida, consolidando la suficiencia financiera del sistema en el medio y en el largo plazo, y todo ello,
insisto una vez más, con paz social.


Decían ustedes, señorías, y también la derecha parlamentaria en esta Cámara, que el Gobierno no conseguiría sacar adelante esta reforma de las pensiones, decían que había que elegir entre las pensiones de ahora y las pensiones del futuro, y
lo decían aquellos que congelaron las pensiones y que devaluaron los salarios cuando gobernaron (rumores), y es justo al revés, mejores salarios hoy son la garantía de mejores pensiones mañana, y tanto hoy como mañana, si hay una lección que extraer
de esa contrarreforma que hizo el Partido Popular cuando gobernó, es que hay que defender la revalorización de las pensiones porque es la garantía de un retiro digno para la mayoría social de nuestros ciudadanos. (Aplausos).


Estamos reconstruyendo ese gran pacto intergeneracional de nuestro Estado del bienestar que es el Pacto de Toledo y el sistema público de pensiones, con una reforma con la que ganan los pensionistas de hoy revalorizando su pensión y también
los jóvenes con mejores salarios hoy y mejores pensiones mañana. Lo lógico sería que la derecha -no digo ustedes, que es mucho pedir, pero sí la derecha- apoyase esta reforma trabajada con Bruselas y plenamente alineada con las recomendaciones del
Pacto de Toledo. Sé qué no lo van a hacer y que con su no a este nuevo avance social la derecha española vuelve a retratarse y a quedarse sola.



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En todo caso, por continuar, contamos hoy con un millón de empleos más que antes de la pandemia, señor Abascal, y, con 150 000 afiliados más en lo que va de mes, alcanzamos ya los 20 500 000 afiliados y afiliadas a la Seguridad Social; se
ha reducido el déficit público de la Seguridad Social al 0,5 % del producto interior bruto, es decir, cuatro veces menos que en el año 2017, porque las políticas de crecimiento y las políticas de cohesión social y territorial no están reñidas con la
consolidación fiscal y con la disciplina presupuestaria. Los ingresos por cotizaciones superan ya los 130 000 millones de euros, es decir, casi 27 000 millones de euros más que hace cinco años. Ese es el resultado, y no otro, de las políticas
progresistas que está poniendo en marcha este Gobierno. (Aplausos).


Claro que vivimos -no lo he negado- desde el inicio de la guerra en un contexto dramático, marcado al principio de esta legislatura por la pandemia de la COVID y ahora por la guerra de Ucrania. Lo sabemos perfectamente. Por eso estamos
movilizando 45 000 millones de euros para proteger a la clase media, a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, a los colectivos más vulnerables, para defender a sectores afectados por la crisis, se llame transportista, se llame agricultor o
se llame trabajador o empresario de una industria gasintensiva. Pero, a pesar de todo esto y a pesar de las dificultades y el contexto tan complejo en el que vivimos, la ratio de deuda pública sobre el producto interior bruto se redujo en 2022 en
más de 5 puntos, gracias a unos buenos datos que apuntalan un fuerte crecimiento económico en nuestro país. ¡Claro, señorías, que atravesamos dificultades extraordinariamente difíciles! ¡Claro que tenemos un problema de inflación, como lo tiene
toda Europa, como lo tiene el mundo entero! ¡Claro que no me conformo con la última cifra del 6 % del pasado mes de febrero, pese a que somos un país con la tasa interanual de las más bajas de la Unión Europea! Pero señor Abascal, ustedes dijeron
-cito textualmente y abro comillas-: 'la insoportable inflación no se ha visto reducida' -cierro comillas-, y eso lo decían cuando España acreditaba la mayor reducción en el segundo semestre del pasado año.


En fin, señorías, con todo esto lo que le quiero decir, señor Abascal, es que ustedes tienen una mala relación con el feminismo, tienen una mala relación con la diversidad sexual, tienen una pésima relación con la inmigración y también con
el pluralismo democrático, como usted demuestra cada vez que sube aquí a la tribuna; no solamente nos insulta sino que además deslegitima política y parlamentariamente a otras fuerzas políticas que no piensan como usted. Pero tienen ustedes una
relación aún peor con la verdad, ustedes son incompatibles con la verdad. (Aplausos). Por eso, señor Abascal, hoy en esta moción de censura, que es una moción de censura de tierra quemada, que es un derroche de recursos públicos -usted, que es tan
frugal-, lo que vamos a hacer es contrastar proyectos de país o, mejor dicho, contrastar el proyecto de país que tiene este Gobierno de coalición progresista con la nada más absoluta que usted y su socio de abstención plantean. (Aplausos). Es un
socio, señorías, que efectivamente siempre llega tarde, siempre llega con diez años de retraso, como usted, por cierto, acertadamente dijo del Partido Popular hace escasos días. Tenía usted razón, señor Abascal, el Partido Popular siempre llega
tarde, diez, veinte o treinta años, también lo es que ustedes retroceden aún más allá y ya van por una involución de cincuenta años. Su agenda de involución y la de sus socios de la abstención no es el futuro que necesita y merece España, señor
Abascal, no lo es. Su proyecto de país es la nada más absoluta, señor Abascal, como hemos visto hoy aquí en esta tribuna. Por eso, esta moción es coherente con lo que ustedes representan. Es una moción destructiva que define a un partido que lo
único que ha aportado desde que están representados en esta Cámara es ir contra la convivencia entre españoles; es una moción de censura de un partido que se opone a los avances sociales, porque han votado en contra de todos, y no solamente han
votado en contra de todos, sino que además los han recurrido ante el Tribunal Constitucional; es una moción de censura que se opone, por ejemplo, a la subida del salario mínimo interprofesional, e incluso en su programa electoral o en reiteradas
ocasiones han defendido que el salario mínimo interprofesional no debería existir en nuestro país; es una moción que se opone a la subida de las pensiones y a su revalorización, y no solamente a la subida sino a la creación del ingreso mínimo
vital, al que despachan de manera peyorativa con 'la paguita'; que se opone a la igualdad entre hombres y mujeres y la descalifica también de manera peyorativa hablando de ideología de género; que se opone a los derechos de las personas LGTBI;
que se opone a la convivencia territorial y también a la diversidad social; que se opone, por supuesto, a la fiscalidad justa y niega las evidencias más científicas.


En fin, señoría, el país que usted defiende fiscaliza y extorsiona a las mujeres que tienen embarazos no deseados; el país que usted defiende, señor Abascal, lamina el derecho a la eutanasia, donde las personas ya no tendrían derecho a la
muerte digna; anhela una sociedad homófoba que no reconozca el matrimonio igualitario, y niega la infamia de la violencia machista -tengo que recordarle hoy aquí, señor Abascal, que su partido es el único partido que no ha firmado el Pacto de
Estado contra la Violencia de



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Género (aplausos)-; un partido que tiene como proyecto para el país la educación segregada entre niños y niñas; una España con el pin parental; un país sin comunidades autónomas, señorías, que prohíbe las lenguas cooficiales que están
reconocidas en nuestra Constitución (rumores); un país sin salario mínimo interprofesional, sin ingreso mínimo vital; un país desigual e injusto, de trabajadores y trabajadoras desprotegidos; un país que solo reconoce un modelo de familia,
señorías, un solo modelo de familia y un modo de vida bajo ese eufemismo de la cultura dominante que remite a los momentos más tenebroso del siglo XX; un país que reniega de su memoria democrática, señor Abascal, y que honra los mausoleos de la
dictadura, levantados con mano de obra esclava a mayor gloria del tirano.


Señor Abascal, España tiene un Gobierno legítimo -lo tiene-, un Gobierno de coalición que a veces tiene sus posiciones encontradas, pero que no por ello ha dejado de trabajar por proteger y hacer avanzar su agenda social; un Gobierno que ha
garantizado la estabilidad de España cuando más la necesitaba. Y, la estabilidad de España, ¿en qué se traduce? Se traduce en una agenda legislativa de avances sociales que se concreta en el Boletín Oficial del Estado, aprobada por una mayoría
parlamentaria legítima en esta Cámara, con más de doscientas iniciativas legislativas, donde llevamos incluidas evidentemente el ingreso mínimo vital, la nueva ley educativa, la nueva ley de Formación Profesional, la nueva ley de industria, la nueva
ley de ciencia, en fin, un largo etcétera, y tres presupuestos generales aprobados en tiempo y forma en un momento tan difícil como el que hemos vivido, primero con la pandemia y ahora con la guerra en Ucrania. Lideramos la ejecución en Europa de
los fondos europeos de recuperación, señorías, y eso nos está permitiendo no solamente modernizar nuestra economía, sino también atraer inversión extranjera directa y, por supuesto, amortiguar los efectos de este alza de los precios derivado y
ocasionado por la guerra de Ucrania, esos fondos europeos por los que este Ejecutivo batalló sin descanso entre el ruido y la furia que ustedes y sus socios de la abstención no dejaron de sembrar. Señor Abascal, estamos donde queremos estar, como
un país cada vez más tenido en cuenta en Europa -esa Europa de la que usted reniega-, defendiendo la imagen exterior de una España que se implica en los grandes debates multilaterales que ustedes rechazan porque hablan de agenda globalista, y
condenando sin matices los golpes y los asaltos de líderes a los que usted, señor Abascal, admira, idolatra, se hace fotos y cuelga en Twitter. (Aplausos). Sí, señor Abascal, se lo recuerdo, con el señor Bolsonaro, por ejemplo. Esa es la España
contra la que se dirige esta moción de censura, no nos equivoquemos, señorías, producto de una delirante visión que tiene de España el señor Abascal.


Hoy, señor Abascal, vuelve a tirar la piedra como hace dos años y medio, pero entonces tuvo al menos el decoro de no esconder la mano como hace esta vez, escudándose en otro candidato. Ahora se esconde, entre otras razones evidentemente
porque nadie le imagina a usted como presidente del Gobierno, así que prefiere que sea otro el que le haga el papelón. Esos que mañana se van a abstener son tan responsables como usted del inmenso daño que hacen con esta moción de censura a la
democracia española. (Aplausos). Mañana, usted y su delirante moción de censura no se van a llevar los 298 votos en contra que merecen, y no se los van a llevar porque el señor Feijóo ha decidido abstenerse ante este delirio. Por lo visto, este
delirio al señor Feijóo no le produce ni frío ni calor, le deja indiferente. Al parecer, el manifiesto ultraderechista de más de setenta páginas con el que justificaron su moción de censura ni le va ni viene, y lo que va a hacer el Partido Popular
con esta abstención es un pago en diferido, como se lleva en casa (rumores), un anticipo de caja pasando de un decente no a una indecente abstención. Pero señorías del PP, tengan cuidado, porque este negocio es de los que dejan mancha, y más pronto
que tarde la ultraderecha vendrá a exigirles un segundo pago en diferido para saldar las deudas. (Aplausos). Señora Gamarra, señorías del PP, cuando llegue ese día o cuando llegue ese momento, acuérdense de este debate. (Prolongados aplausos de
las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno.


Tiene la palabra, en nombre de los diputados firmantes de la moción de censura, el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: No sé si es imposible, pero es bastante difícil contestar aquí a todas y cada una de las mentiras que usted ha perpetrado en esta tribuna. (Aplausos). Una de las últimas ha sido acusar al Partido Popular de haber
congelado las pensiones. ¿Nos puede decir qué votó exactamente usted en el año 2010, cuando ustedes congelaron las pensiones? (Aplausos.-El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón, habla con la señora vicepresidenta primera y
ministra de



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Asuntos Económicos y Transformación Digital, Calviño Santamaría). ¿Nos lo puede decir usted? Se lo dice a la señora vicepresidenta, luego se lo dice al resto del hemiciclo. Usted ha participado de la congelación de las pensiones con su
voto en este hemiciclo.


Otra de las cosas que ha dicho usted durante esta intervención ha sido que VOX no ha presentado ni una sola iniciativa sanitaria durante esta pandemia. (Muestra un documento). Voy a ahorrar a la Cámara la lectura de todas las iniciativas
que hemos presentado precisamente durante la epidemia en materia sanitaria. Creo que todos los diputados e incluso las personas que nos ven desde sus casas confían simplemente en esta enumeración que puedo esgrimir aquí y que podría entretenernos
todo el debate. (Risas.-Aplausos). Veo que usted se sigue riendo. Usted se ríe cuando miente y cuando le pillan. (Aplausos.-Rumores). No sé por qué. No voy a poder contestar a todas las mentiras que ha dicho usted porque no haría otra cosa
durante mi intervención. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: ¡Es patético!). Usted ha venido a confirmar lo que nosotros decíamos, con una falta de respeto sorprendente al uso de la herramienta constitucional de la moción
de censura. La ha llamado show, estrambótica, delirante. Quizá por eso usted no se ha molestado ni siquiera en escuchar mi intervención y, como ya nos tiene acostumbrados, traía todas las respuestas absolutamente preparadas. Usted no ha
contestado a las acusaciones que le hemos hecho. Usted lo único que ha hecho es propaganda de las acciones del Gobierno, pero no ha dado ni una respuesta. Ha tenido algunas originalidades, como cuando nos ha reprochado el coste económico de
presentar esta moción de censura. Pero si hoy es martes, si los martes se abre este Parlamento. ¿Me puede decir exactamente cuál es el coste económico o cree que el coste económico de abrir el Parlamento en el día que se abre el Parlamento ya
inhabilita una moción de censura? ¿Ese es su argumento principal? Lo digo porque, por hablar de costes económicos, podría usted ahorrarnos a los españoles unas elecciones generales en diciembre, que sí tienen un gran coste económico, y convocarlas
usted el día 28 de mayo. (Aplausos). Incluso podría no votar a favor de la candidatura del señor Tamames, podría convocar las elecciones directamente usted mismo.


Ha utilizado en repetidas ocasiones, yo creo que para construir la verdad, la palabra furioso, que yo subo aquí furioso. Claro, por mucho que usted diga la palabra yo no voy a parecer más furioso. A mí me ha dado la sensación de que el
furioso era usted, porque yo estoy muy tranquilo. (Aplausos). Yo estoy realmente indignado y preocupado con las cosas que hace este Gobierno, pero por mucho que usted diga aquí cada vez que sube después de que yo hablo que salgo furioso, que he
hecho un alarde de testosterona y estas cosas que dice, no va a convertirlo en verdad. Ese es el problema de traer las réplicas preparadas desde casa o desde el gabinete de Moncloa.


Ha hecho usted una cosa muy fea en esta Cámara. Ha dicho que no he mencionado a Putin. La censura se la estamos haciendo a usted, pero la verdad es que le agradezco el cable, porque teniendo en cuenta que una parte de su Gobierno pide un
acuerdo de paz con Putin, teniendo en cuenta que en su Gobierno están los aliados del Grupo de Puebla del Foro de Sao Paulo, que son el sostén de Putin en Iberoamérica, y que los tiene sentados usted a dos pasitos y ahí enfrente, pues bien,
presentamos la moción de censura también contra Putin, que tiene un apoyo clarísimo en medio Gobierno. (Aplausos). Le decía que había sido muy feo, además de torpe, como se ha visto, porque yo he subido a esta tribuna a cuestionar severamente
desde el inicio la invasión criminal de Ucrania. Entonces, sube usted cuando le presentamos una moción de censura y hoy no se ha hablado aquí de Putin, y trata de decir que nosotros estamos a favor de la invasión. Es algo verdaderamente
inconcebible, pero bueno, yo le agradezco el recuerdo, que ha servido para señalar que tiene usted a medio Gobierno empantanado con los aliados de Putin.


Me sorprende tener que explicarle cómo funciona la moción de censura, porque usted ya ha participado en tres y, de hecho, ha salido victorioso en una de ellas. Ahora, el censurado es usted, no yo. Conteste algo, escuche lo que le decimos,
no es tan difícil porque, de hecho, yo no suelo ser muy original. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No, téngalo claro.-Risas). Le he dicho lo mismo que le digo durante toda la legislatura. Podría haber hecho usted el
esfuerzo de prepararlo un poco mejor, de hacer como que lo improvisaba un poquitín en esta tribuna. Pero no, usted ha salido aquí a censurarme a mí. Bien, quizá me quiere reconocer el liderazgo de la oposición o algo similar.


Por otro lado, efectivamente, yo no soy el candidato, es el señor Tamames. Conteste después, si puede, al plan alternativo de Gobierno que planteará el señor Tamames y plantee un debate sereno en torno a ello, a ser posible, escuchándole.
A ser posible, escúchele usted, deje el teléfono, y tome nota sobre lo que dice. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: Estoy escuchando). Luego, podría hacer eso, podría escucharle. (Aplausos). Usted creo que no tiene el
valor suficiente para



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venir aquí a esta tribuna y defender las consecuencias de sus políticas, porque ha salido aquí al ataque. Está muy bien eso de que la mejor defensa es un buen ataque como táctica de guerrilla, pero ¿nos va a contestar usted a las gravísimas
acusaciones que le hemos hecho sobre mentir a los electores, sobre la traición por pactar con todos los enemigos de la Constitución, por el asalto a las instituciones democráticas y a todos los órganos reguladores, por la legislación extremista y
por las consecuencias que ha tenido, por ejemplo, para las mujeres, para la seguridad en las calles? Pues no nos va a contestar, parece que no, porque todo está escrito, como siempre.


Es usted muy arriesgado, es muy osado. Se ha atrevido también a decir que estuve cerca de la corrupción. ¿Y usted dónde ha estado? (Risas). Si yo creo que había dos metros. ¿Dónde ha estado usted? ¿De qué partido es usted? (Risas).
Del partido de los ERE, del partido que ha dado golpes de Estado hace ochenta años a las instituciones democráticas que ustedes mismos defienden. (El presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón, hace signos negativos con la cabeza). ¿De qué
partido es usted? ¿Del que ha participado en el robo del Banco de España? (Risas). ¿Del que ha traído el crimen de Estado? ¿Del de los ERE en Andalucía? (La señora ministra de Hacienda y Función Pública, Montero Cuadrado, pronuncia palabras que
no se perciben). No se escandalice usted. Sí, hablo de usted también. (Risas.-Aplausos). ¿De qué partido es usted? Entonces, claro, que diga: usted ha estado cerca de la corrupción. Hombre, le agradezco que haya dicho solo que he estado
cerca, tampoco le voy a decir que usted sea la corrupción, pero que justo haya dicho que he estado cerca siendo el líder del Partido Socialista... (Risas).


Le presentamos una moción de censura en plena pandemia, ha vuelto a reprochárnoslo. Sí, claro, porque su Gobierno aprovechó la epidemia como aprovecha cualquier catástrofe para hacer avanzar su agenda política, porque su Gobierno estaba
pisoteando los derechos y las libertades de los españoles. Se lo dijo el Tribunal Constitucional en una sentencia, probablemente la sentencia más grave que ha emitido el Tribunal Constitucional en todos los años de democracia contra un Gobierno al
que le ha dicho que ha suspendido los derechos de los ciudadanos ilegalmente. Y esta señora (refiriéndose a la señora vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Calviño Santamaría), iba a decir una expresión
un poquito fuerte, se ríe, les hace muchísima gracia. ¿Pero qué hacen ustedes ahí sentados todavía? Ningún Gobierno decente, ningún Gobierno democrático, ningún Gobierno europeo habría aguantado en sus puestos, habrían dimitido inmediatamente en
manada uno detrás de otro. (Aplausos).


Dice que nosotros no hacemos propuestas para mejorar España. Bueno, lo ha dicho sobre la sanidad y le he sacado aquí no sé si treinta o cuarenta iniciativas (muestra un documento) precisamente durante la epidemia en la que ha dicho usted
que no hicimos ninguna propuesta. Pero es que en la anterior moción de censura en la que yo era el candidato, efectivamente, empleé dos horas de intervención en hacer numerosísimas propuestas y usted no contestó en ningún caso. Sí, ya sé que no le
gustaban, con eso contaba y casi lo celebro, aunque me podría hacer hasta cierta ilusión que usted apoyara alguna de mis ideas en alguna ocasión. Pero claro, usted viene aquí, lo tiene siempre todo preparado, y entonces el debate es absurdo. El
debate con usted tiene muy poco sentido. Ha dicho: ¿Qué cosa sustancial ha hecho VOX durante todos estos años? ¿Qué cosas sustancial? ¡Dígame una! Pues le voy a decir una simplemente: un servicio impagable a los españoles haciéndole oposición a
usted, a sus políticas, a su ruina y a su división. (Rumores.-Aplausos). Esa en primer lugar. ¿Cuál más? Recurrir ante el Tribunal Constitucional y hacer que exista una sentencia que no ha existido en los últimos cuarenta años en ningún país
europeo y de la que usted ha sido destinatario.


Dice que odio a las mujeres. ¡Esto es increíble! Y que retire no sé qué insulto. ¿A qué se refiere, a las que el otro día me deseaban la muerte? ¿A esas que tiene en el Gobierno que el otro día me deseaban la muerte? ¿Se refiere a esas?
Por cierto, me llamó mi madre y me hizo un piropo. Me vino muy bien lo que dijeron, porque me dijo: Qué pena hijo que no he tenido dos gemelos iguales. (Risas.-Aplausos). Pero, bueno, no hay mal que por bien no venga. Esas ministra suyas, no se
esconda, son las responsables de que la mujer ya no signifique nada por la aplicación de sus leyes trans y de que las mujeres estén inseguras por la ley del sí es sí. ¿Y quién odia a las mujeres? ¿Quienes queremos ver a los violadores en la cárcel
y que no vuelvan a ver la luz del sol o quienes los ponen en la calle? ¿Quién odia a las mujeres? (Aplausos).


Me ha acusado de agitación en las calles. ¿Se acuerda, o no lo ha hecho? Igual le he escuchado mal. Acabo enseguida, no se preocupe. ¿Dónde, en Sestao, donde sus socios intentaron masacrarnos a pedradas? ¿En Vic, donde sus socios
hicieron lo mismo? ¿En Vallecas, donde sus socios, ya no de legislatura sino de Gobierno incitaron al odio y donde se pudo producir alguna desgracia y fueron agredidas



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familias con niños, a pedradas también y a estacazos? Nos ha acusado de agitación en las tribunas. ¿Y lo ha hecho el que ha cerrado el Parlamento durante la pandemia? ¿Los que han indultado a delincuentes a cambio de votaciones? ¿Los que
han aplicado aquí la ley del sí es sí? ¿Y nos acusan de agitación en las tribunas, de agitación en las elecciones, con los bulos de las balas y las navajas, mientras a nosotros nos intentaban masacrar en las calles por el odio que ustedes propagan
contra nosotros?


Reconozco que ha tenido usted una originalidad en las acusaciones que me suelen hacer. Me han hecho muchas y una de las que me ha hecho usted hoy, que es nueva, es la falta de valor. Ha dicho que me escondo detrás de un candidato.
(Rumores). Ha dicho, además, que no hice el servicio militar. Sí, es verdad, había pedido una prórroga porque estaba en el Ayuntamiento de Llodio, gobernado, por cierto, por sus socios de Herri Batasuna, viviendo con dos escoltas; tenía una
prórroga. Después desapareció el servicio militar. ¿Dónde estaba usted mientras tanto? (Aplausos). ¿Estaba usted en Caja Madrid? ¿Cuánto cobraba usted en Caja Madrid, en esas cajas que hundieron los políticos? Y luego hablan de los rescates
bancarios. No, no, las cajas que hundieron partidos políticos y sindicatos. Allí estaba usted mientras yo demostraba mi falta de valor. Dice usted que tengo miedo. El miedo es libre, ¿no? Pero creo que a usted le han debido confundir algunas
críticas. Cuando le decimos a usted que hace falta valor para mentir de la manera en la que lo hace, en realidad no queremos decirle que usted sea valiente. Queremos decirle que es muy atrevido, que tiene mucha cara para mentir como lo hace,
porque en realidad es exactamente lo contrario. Usted miente, señor Sánchez, porque tiene miedo a que los españoles conozcan la verdad. Por eso no se la dijo en las elecciones sobre con quién iba a pactar. Usted miente porque tiene miedo a salir
a la calle, y usted miente porque tiene miedo a quedarse en España. Quizá por eso se está comprando un sillón en el exterior.


Ha vuelto con lo de los poderosos, que no hemos apoyado ninguna de sus medidas. ¡Cómo se atreve!, si usted da el dinero de los españoles, de esos autónomos a los que les hacen pagar 230 euros de cuota cuando ingresan 670 euros, a Bill
Gates. Cómo le falta dinero... Si usted da el dinero que falta a los españoles a multimillonarios; si usted va al Foro de Davos a recibir instrucciones y a poner en cuestión la soberanía de España y, luego, venir aquí y aplicar las políticas que
otros les dictan, gente que no se presenta a las elecciones, gente que quiere pasar por encima de democracias y de soberanías. Claro que no hemos apoyado ninguna de sus medidas, y no apoyaremos ninguna de las que traiga. ¿Por qué? Usted viene
aquí con datos macroeconómicos, como suelen hacer los que no se fijan en los españoles corrientes y los que no conocen la realidad por salir a la calle. Estoy seguro de que están viéndonos hoy muchos españoles y hoy se pueden hacer una sencilla
pregunta: ¿estamos personalmente, cada uno de nosotros, mejor o peor que cuando usted llegó al poder? No tengo ninguna duda de qué contestaría la inmensa mayoría de los españoles. (Aplausos). Y esto obviando el asunto del endeudamiento, que
usted, como dispara con pólvora del rey, y como sabe que dentro de poco no va a estar aquí, está absolutamente despreocupado de la carga y la deuda que deja a generaciones de españoles, insisto, a generaciones de jóvenes, a los que quiere comprar
con un bono cultural, pero a los que va a condenar, cuando trabajen, a pagar durante muchísimo tiempo no solo el mantenimiento de su familia, el acceso a un vehículo, si les dejan comprar vehículos, porque igual sus amos de Davos cualquier día lo
prohíben y, por supuesto, a pagar la deuda que todos ustedes les están dejando.


Señor Sánchez, he subido aquí y le he hecho acusaciones muy severas y no ha contestado usted absolutamente a ninguna. Le llevo haciendo las mismas durante toda la legislatura. ¿Puede explicar por qué mintió a los españoles en las
elecciones? ¿Es censurable mentir a los electores? ¿Es legítimo mentir a los electores? ¿Es legítimo pactar con aquellos que no solo se declaran enemigos del fundamento de la Constitución, que es la unidad de la nación española, sino que, día a
día, trabajan para destruirla, incluso atacando los símbolos en esta Cámara y que, además, han sido condenados por un golpe de Estado? ¿Es censurable pisotear los derechos constitucionales o era mentira la sentencia del Tribunal Constitucional?
¿Es censurable el asalto a la separación de poderes y la colonización de las instituciones democráticas, como ustedes han hecho? No hace falta que digamos quiénes son todos sus amigos y familiares en los distintos cargos. ¿O sí? ¿Es censurable
rebajar las penas a los delitos más graves, nada más y nada menos que sedición, malversación, violación o pederastia? (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón, hace gestos de asombro). Se escandalizan ustedes, y yo también, pero
es que lo han hecho ustedes. (Aplausos). ¿Es censurable beneficiar a golpistas que atacan la convivencia, que incumplen las leyes, a corruptos que roban el dinero público, a agresores sexuales y a pederastas? ¿Es censurable tratar de imponer la
memoria de los españoles por ley y arrojar enfrentamiento donde había concordia y convivencia entre generaciones, incluso entre los miembros de su partido, los miembros de la



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derecha? Porque, ¿para qué lo hace usted? ¿Qué tipo de enfrentamiento irreconciliable había en los primeros años de la democracia cuando los españoles se abrazaron? ¿Por qué necesita usted echar leña al fuego, a un fuego que se estaba
apagando? ¿Por qué? ¿Es una estrategia política? ¿Necesita tensión, como le decía en su momento Zapatero al periodista Gabilondo? ¿Es censurable amenazar a la Corona, como se ha hecho desde este Gobierno? ¿Es censurable desproteger a las
mujeres? Porque usted viene aquí y dice: usted odia a las mujeres. No justifica usted nada, y lo dice y ya está, como lo de que estoy furioso, cuando el furioso me parece que es usted. ¿Es censurable desproteger a las mujeres, borrarlas, hacer
que tengan problemas en las competiciones deportivas, que no haya espacios exclusivos para las mujeres? ¿Es censurable despreocuparse del problema de la inmigración masiva y no apostar por una inmigración legal y ordenada y no ejecutar las órdenes
de expulsión de los peores criminales? ¿Es censurable su voracidad fiscal contra las clases medias? ¿Es censurable su política laboral, esa de la que usted se muestra tan orgulloso con los fijos discontinuos, que se pueden ver de distintas formas,
como parados discontinuos, porque usted ha traído precariedad y lo suma todo al conjunto? ¿Es censurable el suicidio energético votado en esta Cámara, cuando los españoles se están empobreciendo? ¿Es censurable que se diga a los españoles que no
pueden explorar sus propias fuentes de energía? ¿Es censurable la corrupción de una parte de su grupo? Yo creo que sí. De hecho, le animo a algo. Como están ustedes tan convencidos de lo que piensan, y nosotros tan convencidos de lo que
sostenemos, estaría bien preguntar a los españoles. Porque ustedes son muy demócratas, pero durante los últimos cuarenta años los españoles han votado en innumerables ocasiones en las elecciones generales, autonómicas, locales y han elegido a sus
representantes, es verdad, pero claro, sus representantes a veces les han dicho: vamos a derogar todas las políticas de Zapatero; y, luego, han llegado y se han quedado todas. Usted ha dicho: no voy a pactar con aquel, con ese y con el otro; y
ha pactado con aquel, con ese y con el otro. Hay muchos españoles que tienen la impresión de que no tiene sentido confiar en los políticos, y es normal. ¿Cuántas veces se ha utilizado la herramienta constitucional de la consulta en referéndum para
preguntar a los españoles sobre políticas públicas de trascendencia? Dos veces durante toda la democracia, en el referéndum de la OTAN y en el referéndum de la Unión Europea. ¿Nunca más esta Cámara ha sentido la necesidad de preguntar a los
españoles sobre asuntos que afectaban directamente a sus vidas? ¿No se ha podido preguntar a los españoles si querían un control de la emigración o si querían unas fronteras abiertas? ¿No se atreven a preguntarlo en una consulta? Quizá porque sus
votantes votarían lo mismo que los que nos apoyan a nosotros. ¿No se atreven a consultar a los españoles si tienen el derecho a explotar sus propios recursos naturales y energéticos? No se atreven, porque hoy los españoles votarían en conjunto, lo
mismo sus votantes que los nuestros, apostando por la soberanía energética. Y así con muchísimas cosas.


Ustedes se disfrazan de demócratas, dicen estar al lado del pueblo al que no pueden salir, pero le llevan dando la espalda durante mucho tiempo. Yo le invito a que escuchen la intervención del profesor Tamames, que sin ninguna duda va a
aportar mesura, va a aportar concordia en esta Cámara, y a que puedan debatir sobre una España diferente a la que estamos viviendo y, sobre todo, a que usted devuelva la voz a los españoles, a esa España real -no a la que usted conoce en su burbuja
de escenarios, perímetros de seguridad y fotos trucadas- a la que se le arrebató la voz hace cuatro años con una mentira electoral flagrante.


Muchísimas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal.


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, presidenta.


Señor Abascal, no lo hizo muy bien usted hace dos años cuando presentó una moción de censura como candidato y tampoco ha subido mucho el listón hoy siendo telonero. En ambos casos, usted repite el mismo patrón, que es utilizar muchos bulos,
por supuesto insultos de todo tipo y ninguna propuesta. Su intervención hoy, aquí arriba, incluso a usted se le ha hecho larga, porque ha estado repleta de chascarrillos y sin ningún tipo de contenido. Como le decía en mi primera intervención, la
nada, señor Abascal, salvo lógicamente el odio y el tratar de menoscabar la convivencia entre españoles. Lo único que me ha quedado claro en todo caso, señorías, es que usted quiere acabar con este Gobierno como sea y que en eso consiste esta
moción sin alternativa. Es una moción puramente destructiva y, por tanto, contraviene el espíritu de este artículo constitucional, que dice que tiene que ser evidentemente constructiva y no



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destructiva. Eso es lo que une, lo que da coherencia al grupo que propone esta moción de censura, al candidato que se presenta y al partido, como he dicho en mi primera intervención, que se abstiene: expulsar al Gobierno, detener las
políticas progresistas que estamos poniendo en marcha durante estos tres años e impedir los avances sociales; en resumen, volver al pasado. Esa es su propuesta, señoría. Y yo les digo que no, señor Abascal, que hay una inmensa mayoría social de
este país que quiere que España avance y que hay una inmensa mayoría progresista en esta Cámara para que ello sea así.


Permítame que cite algún pasaje de su texto de la moción de censura, porque evidentemente me parece que es importante referirse a ello, además de lo que ha dicho usted durante esta mañana. Me llamó poderosamente la atención que ustedes, por
ejemplo, afirmen que uno de sus objetivos con esta moción de censura es, y cito textualmente, trasladar a los españoles un mensaje de esperanza. Un mensaje de esperanza. Ustedes, señor Abascal, con su discurso hoy, aquí, un mensaje de esperanza.
Veamos si es así, porque yo creo que podemos utilizar ese argumento de la esperanza para ver si, efectivamente, usted, con sus políticas, y su partido están trayendo esperanza a los españoles y españolas. ¿Cuál es, por ejemplo, el mensaje de
esperanza a los 24 millones de mujeres españolas con su discurso de negar la violencia de género? Usted, señoría, sube aquí y dice que protege a las mujeres, que este Gobierno no lo hace, cuando es el Gobierno el que cuando estaba en la oposición y
junto con muchos de los grupos parlamentarios aquí representados y en el Gobierno, firmamos ese Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y este ha sido el primer Gobierno que ha dotado con recursos económicos el cumplimiento de ese Pacto
contra la Violencia de Género. Ustedes votaron en contra. No es que votaran en contra, señorías, simplemente ustedes no se presentaron. Ustedes no han apoyado este Pacto contra la Violencia de Género. Un discurso que lo que hace, en definitiva,
es suprimir las herramientas con las que defendemos a las víctimas de esa violencia. Ustedes han sido, insisto, los únicos en esta Cámara que han votado en contra y no han apoyado ese Pacto contra la Violencia de Género.


No creen necesarias tampoco medidas para alcanzar la paridad y la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, que es lo que estamos proponiendo en el Gobierno de España, y echa la culpa, por ejemplo, de la baja natalidad al feminismo,
porque usted sigue creyendo -sí, señoría, sí, usted- y habla de ideología de género, señoría. Usted contraviene hasta las conclusiones y las recomendaciones de Naciones Unidas que hablan de igualdad de género, porque la cuestión feminista, señoría
-entérese bien-, es una cuestión de derechos humanos, no de ideología. (Aplausos). A ver si al menos hoy sale con alguna lección aprendida.


Porque detrás de toda esa retahíla de la ideología de género lo que está es el reconocimiento implícito de que las mujeres en la sociedad tienen un rol secundario. Sí, claro que sí, señorías, es lo que ustedes están defendiendo. Ustedes
intentan impedir el derecho a interrumpir voluntariamente el embarazo, precisamente, y lo vinculan, como he escuchado a algunos de sus representantes, con la baja natalidad en nuestro país. ¿Pero que tendrá que ver una cosa con la otra, señor
Abascal? Imaginen, en todo caso, cómo sería la vida de las mujeres en nuestro país si gobernara el partido de la ultraderecha.


¿Cuál es el mensaje de esperanza, también, para los empresarios y empresarias que salen a exportar muchos de sus productos, de sus bienes, de sus mercancías, señoría, cuando ven a VOX, por ejemplo, votar en contra de leyes que redundan en su
beneficio, como son la Ley de Creación y Crecimiento de Empresas, la ley de startups, la ley de telecomunicaciones, la ley audiovisual, la ley de ciencia, a la cual antes he hecho referencia? Usted vuelve a no hacer ninguna mención a esto, y fíjese
que ha tenido tiempo para hacerlo, ni una mención a la ciencia ni una mención a la economía real, más allá, señor Abascal, de los insultos, de los improperios y de los bulos que usted menciona. Pero, en todo caso, todos esos empresarios, señoría,
que salen fuera -imagino que entenderá mi sarcasmo- saltarán de alegría cuando escuchan a VOX hablar de lo que llaman la agenda globalista. Me echa la culpa a mí y dice que este Gobierno lo que hace es financiar a Bill Gates; le ha faltado Soros,
señoría. Yo le digo que estoy muy orgulloso de ir a foros multilaterales, también al Foro de Davos, a defender a España, su economía, sus empresas y a los trabajadores y trabajadoras (aplausos), porque creo que España tiene que estar en esos actos
multilaterales tratando de influir en la agenda multilateral. No creo que esos empresarios o emprendedores que salen fuera de España a exportar sus bienes y servicios piensen que les iría mejor con una España autárquica, ensimismada y desconfiada,
que es en realidad lo que ustedes ofrecen. Pienso, por ejemplo, en ese millón y medio de trabajadores autónomos que se beneficiaron de la prestación por cese de actividad en los momentos más difíciles de la pandemia con el confinamiento, y que
ustedes precisamente votaron en contra, junto con la derecha; o las operaciones financiadas -tengo aquí apuntado-, 1 200 000 operaciones financiadas con créditos ICO a pequeñas y medianas empresas,



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y también a los trabajadores y trabajadoras autónomos; o las decenas de miles de empresarios y empresarias, trabajadores y trabajadoras que están haciendo que España sea una potencia de energías renovables. Pero ¿por qué esta cerrazón que
tienen ustedes, señorías, a reconocer que hablar de soberanía energética, de autonomía energética en nuestro país, es apostar por el sol, por el viento, por energías limpias, que son propias también de nuestro país? Esos trabajadores y
trabajadoras, empresarios y empresarias que cuentan con industrias, que están protagonizando esa transición energética ejemplar. O los territorios, que ven cómo esta apuesta que se está haciendo por parte del conjunto de la sociedad -no solo del
Gobierno de España, que ofrecemos un marco regulatorio sólido y estable, pero también recursos económicos- está atrayendo nuevos proyectos industriales para garantizar el crecimiento económico de territorios que no habían tenido hasta ahora
industria o también que estamos permitiendo la modernización de sus industrias tradicionales en otras regiones, por ejemplo, en Asturias. Ya puedo ver cómo les estalla -me permitirá también el sarcasmo- de alegría el corazón al escuchar a VOX
entonar un canto de amor eterno a las energías fósiles.


Imagino también la esperanza que muchos jóvenes sentirán cuando les escuchan. Pienso, por ejemplo, en los jóvenes que reclaman -como hacían al principio de esta legislatura todos los viernes- un Gobierno más comprometido en la lucha, la
adaptación y la mitigación del cambio climático o en las personas que sufren directamente los efectos de los incendios forestales o de la sequía o de las inundaciones, señoría; en aquellos que ven degradarse día a día su entorno como consecuencia
del cambio climático, los que han perdido familiares y seres queridos como consecuencia de enfermedades directamente relacionadas con la calidad atmosférica. Ahí llega el señor Abascal con un tonificante mensaje que proclama que el cambio climático
es un invento de la dictadura progre. Pienso también en el millón de estudiantes que se beneficia de los 2520 millones de euros que constituyen la mayor partida de becas de la historia de nuestra democracia, señor Abascal, o en los miles de jóvenes
que están recibiendo, por ejemplo, el bono cultural, o que también se están beneficiando de ese bono joven de alquiler, también en sus familias. En fin, yo creo que es fácil también imaginar su intensa esperanza al oír a VOX -como ha hecho usted
hoy aquí- despreciar esas ayudas porque, según ustedes, solo valen para comprar votos. Un poco de respeto, señoría, a nuestros jóvenes, que son mucho más autónomos y, desde luego, saben discernir las políticas de lo que es una mera compra de votos.
(Aplausos).


Presiento también, señorías, el alborozo de los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza y de la sanidad pública ante el excitante mensaje de VOX en favor de la privatización de los servicios públicos. Ustedes defienden la privatización
de los servicios públicos, como si nada hubiéramos aprendido de los recortes que se perpetraron durante la crisis financiera por la respuesta neoliberal, o de la pandemia. Ustedes, en fin, mueven los hombros. ¿Defienden ustedes o no la sanidad
pública, defienden ustedes o no la privatización de la sanidad pública? (El señor Espinosa de los Monteros de Simón: ¿Y Caja Madrid? ¿Quién estaba?). ¿La defienden sí o no? Porque si no, hablen con el señor Tamames, con el candidato
interpuesto, y explíquenle las bondades del sistema de sanidad pública.


En todo caso, pienso, por ejemplo, también los 10 millones de pensionistas a los que les va a resultar difícil contener la esperanza -también me permitirá el sarcasmo- al escuchar a VOX prometer la derogación de la actual modernización del
sistema público de pensiones que garantiza su poder adquisitivo. Por cierto, yo no sé qué manía tienen ustedes, señoría: la reforma de las pensiones del Partido Popular se aprobó en 2013, en 2013. Y lo que planteaba esa reforma de las pensiones
del Partido Popular era la congelación de facto de las pensiones al 0,25 % y que las pensiones del mañana -es decir, las pensiones que vamos a cobrar los que estamos ahora cotizando y las generaciones que vienen detrás- fueran hasta incluso un 50 %
menor. Imagino que esos jubilados y jubiladas, desde luego, se van a sentir muy felices cuando la ultraderecha les acusa de ser los culpables de que sus hijos e hijas cobren sueldos bajos. Pienso, por ejemplo, en las Fuerzas Armadas, en los
hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y ya pudo imaginar la esperanza -me permitirá también el sarcasmo- al pensar que van a quedar relevados de misiones internacionales y también de las labores de la UME y, por fin, podrán entrar en acción para
dedicarse a la apasionante tarea de frenar el arribo de inmigrantes desde sus fragatas, como ustedes están defendiendo.


En todo caso, señor Abascal, a mí me parece que usted en su escrito peca de humilde al contener la esperanza dentro de nuestras estrechas fronteras y no mirar más allá. Porque creo que su mensaje de esperanza contagiará también al pueblo
ucraniano cuando les escuche cuestionar, como ustedes cuestionan, día sí y día también, que España preste ayuda a las víctimas de la guerra de Putin. Pienso en los millones de trabajadores que se ven beneficiados por esta reforma laboral que
aprobamos con los



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agentes sociales o aquellos trabajadores y trabajadoras que se han beneficiado de un aumento del 47 % del salario mínimo interprofesional, quienes tendrán uno de los 15 000 empleos directos e indirectos que van a generar, por ejemplo, las
gigafactorías en Sagunto; en los 85 000 empleos que se van a crear en las dos plantas de metanol, que pondrá en marcha una de las principales navieras del mundo en Galicia y en Andalucía. En fin, señoría, nosotros, argumentos y hechos frente a sus
insultos y sus descalificaciones. (Aplausos).


Pienso en los 1500 nuevos puestos de trabajo de Navantia en Cádiz, en Cartagena y en Ferrol. Todos ellos pueden vivir a partir de ahora esperanzados, gracias a las esperanzadoras promesas de VOX que consisten exactamente -como hemos
escuchado desde aquí, desde esta tribuna, señor Abascal- en la nada, la nada más absoluta. Su mensaje de esperanza es tan potente que -estoy convencido- llegará incluso a las personas y familias que durante muchísimos años reclamaban con justicia
una ley que regulara la muerte digna. Imagino la esperanza de saber que VOX derogaría esta ley de eutanasia, si llegara al Gobierno. Y pienso también en los españoles y españolas, muchos de ellos que viven en el medio rural -al cual usted tampoco
ha prestado ninguna atención en su intervención- y que se benefician día a día, después de más de cuarenta años, del Estado autonómico descentralizado, de contar con administraciones cercanas para atender sus necesidades. Y de pronto, esa esperanza
parece que puede regresar -entiéndame también el sarcasmo, señor Abascal- porque con VOX será todo mucho más fácil, ya que todos los servicios y dependencias de la Administración estarían en la capital de España. Por no hablar de los medios de
comunicación. Por cierto, señor Abascal, se lo dice alguien que recibe muchas críticas de los medios de comunicación, pero los medios de comunicación en nuestro país son libres e independientes, libres e independientes. (Aplausos). Pueden
albergar, lógicamente, en sus editoriales -como sufrimos desde el Gobierno de España- una orientación ideológica determinada, pero sus trabajadores y trabajadoras, desde luego, ejercen su desempeño desde posiciones libres e independientes. En todo
caso, en fin, los medios de comunicación, después de lo que ha dicho usted hoy aquí, desde luego, pueden albergar ahora la esperanza de ver interrumpidas sus emisiones gracias a la ultraderecha o los partidos que van a revivir emociones y esperanzas
al ver clausuradas sus sedes, gracias a VOX y a su ímpetu por ilegalizar muchos de esos partidos. Todo es, señor Abascal, tremendamente emocionante y terriblemente esperanzador.


Pero, señorías, dejemos de lado su retórica, vayamos a los hechos. El candidato que usted promueve es, simplemente -me permitirá, señor Tamames, que me dirija a usted así-, un señuelo que utiliza el señor Abascal para esconderse y también
esconder su infumable e impresentable proyecto. (Aplausos). Y usted, señor Abascal, tampoco se lleve a engaño. Usted, señor Abascal, es simplemente el comodín que necesita el Partido Popular para llevarnos de vuelta al año 2013. Si se descuenta
el plus de brutalidad, de estruendo que usted manifiesta siempre en el tono, algunas veces, y también en las palabras que utiliza en sus intervenciones, el proyecto de todos ustedes, de todos ustedes -de la derecha, de la ultraderecha y también del
señor Tamames-, los que impulsan, por tanto, esta moción, quienes le acompañan y quienes también se van a abstener, es retroceder diez años atrás, a la España que congeló las pensiones, a la España que recortó el Estado del bienestar, a la España...
(El señor Espinosa de los Monteros de Simón: ¡Zapatero, Zapatero!). Sí, señorías. Insisto, la reforma de las pensiones -entérense bien, señor Abascal- es de 2013. (El señor Espinosa de los Monteros de Simón: ¡Zapatero!). De 2013, señoría, de
2013. La España que devaluó los salarios, la España que recortó el Estado del bienestar. Pero, en todo caso, da igual; si usted cuando ha subido aquí lo primero que ha hecho ha sido defender al Partido Popular, no defender sus tesis sino las del
Partido Popular. En definitiva, volver a la España que obliga a emigrar a su talento más joven, a la España que le cierra el grifo a la ciencia y a la investigación. A ese coctel regresivo de retroceso ustedes, desde VOX, se limitan a añadirle
-como he dicho en mi primera intervención- unas gotas de intenso sabor. Por ejemplo, el negacionismo: no al cambio climático; por ejemplo, el machismo desenvuelto: no a los avances feministas; por ejemplo, la oposición abierta al reconocimiento
de los derechos de las personas LGTBI; por ejemplo, la xenofobia y el rechazo a la migración; por ejemplo, el antiautonomismo y, por tanto, el neocentralismo; por ejemplo, el antieuropeísmo, su no, señor Abascal, a Europa. Usted, por cierto, no
ha mencionado en su intervención en la moción de censura ni una sola vez la Unión Europea. (Aplausos).


Pues bien, hay algo que puedo adelantar, a ver si podemos después con el señor Tamames tener un debate un poquito más sosegado y, sobre todo, más útil de cara a los ciudadanos que estén viendo este show parlamentario que usted ha montado en
el día de hoy. Dentro de unos minutos, señoría, después de actuar como telonero, usted volverá a su asiento, a su escaño, y va a asistir a un debate del que ya puedo



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adelantarle varias conclusiones. La primera es que sus palabras no van a encontrar más eco que en el auditorio complaciente del Partido Popular y en un par de tránsfugas solitarios que tenemos por ahí arriba. La segunda conclusión que le
anticipo es que, pese a sus esfuerzos, no va a haber marcha atrás en España, como ustedes pretenden y a lo que ustedes aspiran: ni el dictador va a regresar a su mausoleo ni la sociedad española va a renunciar a todo lo que ha logrado durante estos
tres años. (Aplausos).


De todos modos, señor Abascal, la legislatura no ha terminado aún, así que a partir del mes de septiembre tiene usted una nueva oportunidad de presentar una nueva moción de censura. Lo digo porque se le ha acabado ya el derecho a su grupo
parlamentario de presentar una nueva, una más, en este periodo de sesiones. Así, señor Abascal, se podría alzar usted con un récord imbatible: después de presentar una moción de censura en medio de la peor pandemia de la humanidad en el último
siglo, y después de presentar una moción de censura en medio de la peor crisis humanitaria y la guerra en suelo europeo, podría llegar al más difícil todavía y presentar una tercera moción de censura en plena Presidencia española de la Unión
Europea. Después de ser candidato en la primera moción de censura y telonero en la segunda moción de censura, en la tercera hasta podría hacer como el señor Feijóo y ahorrarse, incluso, aparecer por aquí, visto que su fuerte desde luego no es el
trabajo. (Aplausos). Es más, fíjese que hasta lo veo tentador para usted, porque ya le digo que, al paso que va, para la próxima legislatura lo más probable es que no le alcance para recoger las firmas necesarias para presentar una moción de
censura. (Aplausos).


Señor Abascal, muy interesante será el debate que tendremos con el señor Tamames. (Aplausos de las señoras y los señores diputados de los grupos parlamentarios Socialista y Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, y de
los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno.


Tiene la palabra, en nombre de los diputados firmantes de la moción de censura, el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: Señor Sánchez, ha vuelto usted a hacerlo. Ha subido a la tribuna a hablar del odio que usted muestra, a hablar de la furia que usted muestra no solo en sus intervenciones, sino escuchándome a mí, furia con la que
parece que va a romperse la mandíbula en muchas ocasiones, pero usted no contesta absolutamente a nada de lo que se le dice. El censurado es usted. Hemos hecho acusaciones severísimas a su Gobierno y usted se ha dedicado a la propaganda, y, una
vez más, igual que en los últimos cuatro años, no ha contestado absolutamente a nada. Pero ha seguido propagando las mentiras: la mentira relativa a las pensiones, cuando usted votó a favor de congelar las pensiones en el año 2010 con el Gobierno
de Zapatero, y que usted ha querido eludir. Y dice que no he mencionado a Europa. Repase la intervención, porque hay varias referencias a Europa; alguna para decirle que ningún Gobierno europeo habría aguantado sentado en el sillón con una
sentencia del Tribunal Constitucional como la que usted recibió. Es usted el que, cuando ha hecho referencias a Europa, lo ha hecho para decir que se ha enfrentado usted a la Unión Europea. No sé, aclárese, señor Sánchez.


Usted justifica sus políticas con el pin que lleva en la solapa [el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón) lleva el pin de la Agenda 2030], pero el pin que lleva en la solapa lo único que acredita es que usted forma parte del
club de los poderosos. Y la esperanza que me pedía, que tienen muchos españoles, es la esperanza de que a usted se le está acabando el tiempo. Así que, igual que usted ha brindado la posibilidad al señor Tamames de intervenir, creo que sería bueno
que lo escuche con mucha atención. Como veo que han hecho, por lo que ha dicho durante esta intervención, atendiendo al borrador que le han pasado sus escribientes, estaría bien que ahora lo escuche con mucha atención y que alguien alguna vez aquí
escuche a alguien y conteste algo.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Gracias, señora presidenta.


Señor Abascal, creo que he tratado de responder a su intervención (risas); sobre todo para que, más allá de estos muros, los ciudadanos entiendan la utilidad de este debate, contraponiendo a sus insultos y a sus bulos, a sus mentiras y sus
descalificaciones la realidad de los hechos, de la acción de la política de este Gobierno de coalición progresista en las peores circunstancias: primero, con una pandemia, y, luego, con una guerra. Y ustedes lo único que han propuesto a la
ciudadanía española -que es lo que pretendía



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decir en mi primera intervención y en la réplica-, lo único que ustedes han aportado es una dosis de brutalidad a muchas de las tesis y de los dogmas del neoliberalismo fracasado durante la crisis financiera.


Por supuesto que debatiremos posteriormente, pero, en todo caso, señor Abascal, sí me gustaría trasladarle a los españoles y españolas lo siguiente, y es que si algo une a su candidato interpuesto, a ustedes, su grupo parlamentario, el
proponente, y al grupo que se va a abstener en esta moción de censura absolutamente destructiva, no es devolver la voz a los ciudadanos con una convocatoria de elecciones anticipadas, sino frenar la acción progresista de este Gobierno de coalición.
Y ya le digo, señor Abascal, que no solamente durante estos meses, sino durante muchos años, aquí va a haber una mayoría progresista que va a hacer avanzar a nuestro país. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, vamos a hacer un pequeño receso de unos minutos y retomamos la sesión. (Pausa).


Señorías, reanudamos la sesión. Ocupen sus escaños, por favor.


A continuación, el candidato propuesto a la Presidencia del Gobierno tiene la palabra, señor Tamames Gómez. (Aplausos).


El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Tamames Gómez): Señora presidenta, señoras y señores diputados, muchos saludos a todos en esta presentación de una moción de censura, como saben ustedes, promovida por los cincuenta y dos
diputados del Grupo VOX. Les agradezco la selección de mi persona para esta labor y espero que pueda contestar después de esta intervención a todas las preguntas que se me planteen.


Quiero empezar diciendo que en este momento tengo, sobre todo, recuerdo del lejano año de 1956, con ocasión de lo que se llamó la rebelión estudiantil, cuando, con toda una serie de compañeros, tuvimos que reflexionar en la cárcel de
Carabanchel sobre lo que era la necesidad de una reconciliación nacional y de una conquista de las libertades. Lo habíamos planteado y dimos con nuestros huesos, precisamente, en ese presidio Dionisio Ridruejo, Miguel Sánchez Mazas, José María Ruiz
Gallardón, Enrique Múgica, Javier Pradera, Gabriel Elorriaga, Fernando Sánchez Dragó y yo mismo. Se suspendió el llamado Fuero de los Españoles y desde entonces quedamos marcados de por vida -se puede decir- para trabajar por la libertad y la
democracia.


Fuimos detenidos y emprisionados por desafectos subversivos al régimen. En mi caso más concreto, porque pedía una Constitución democrática para España. Lo decía en 1956 y tuvieron que pasar veintidós años de luchas de mucha gente de fuera
y de dentro de España para conseguirlo. Un consenso, un compromiso histórico, que dicen los italianos, que no consiguieron ellos en Italia con Aldo Moro, que fue asesinado, y con Enrico Berlingüer, que fue postergado, impidiendo un pacto que sí fue
posible en España; un compromiso de cuatro pasos sucesivos: la Ley para la Reforma Política, las elecciones de junio de 1977, los Pactos de La Moncloa y la Constitución de 1978. Creo que dimos una lección a Europa y a todo el mundo, y
precisamente aquí trato de defender ese compromiso que adquirimos en tiempos ya muy remotos. Se puede decir que vamos a hacer la desaprobación o reprobación -dos términos sinónimos de censura- para lo que es el Gobierno del señor Sánchez.


Basando mi presentación en toda una serie de contribuciones que creo haber hecho al acervo de las posibilidades españolas contra lo que dice el candado de 1978, incluso por algunos ministros de este Gobierno, y además considerando una
obligación defender la idea de la patria común e indivisible de todos los españoles -artículo 2 de la Constitución-, que no es ningún frontispicio, sino una realidad cotidiana, ¿se puede decir el sofisma de que esta Constitución no es necesario
cumplirla porque la mayoría de los españoles no la han votado? Es absolutamente una aberración. ¿Quién iba a cumplir entonces la Constitución de 1787 en Estados Unidos, quien la votó que esté hoy vivo?


Es, además, mi presencia aquí una aceptación para poder rendir lo que yo pienso que puede ser uno de mis últimos tributos en pro del futuro de nuestro hermoso país: hermoso, pero también turbulento y complicado. Primero, como catedrático
de Economía y como técnico comercial del Estado, haciendo un poco, como se dijo, de atalaya de la economía española durante mucho tiempo, con unas posibilidades de desarrollo en Iberoamérica en trabajos realizados en Panamá, República Dominicana,
Argentina, Brasil, etcétera, con el BID, el Banco Interamericano de Desarrollo. Igualmente, debo lucir, si ustedes me lo permiten, una labor al frente del libro Estructura económica de España, que va por su 26.ª edición en sesenta y tres años de
vida. Y, finalmente, desde la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, también querría saludar a este Parlamento, porque allí se cultivan los saberes de casi todo lo



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que nos rodea, una apuesta permanente por la investigación desde los primeros atisbos de la democracia moderna hasta la inteligencia artificial.


Realmente, cuando tuve una sensación más directa de lo que está pasando en España actualmente -y fue por televisión, no en directo- fue en una reunión en Madrid, en la Cibeles, con unas doscientas mil personas de asistencia. Por España, la
democracia y la Constitución, se decía. La gente se manifestaba en gran medida por las vejaciones y en la versión mostrada a nuestro idioma, el español, que hablan unos seiscientos millones en todo el mundo y que, a pesar de eso, no pueden hablar
en la propia España. Eso me indignó como a tantos, por el hecho de que la Generalidad de Cataluña se niegue, en cierto modo con el beneplácito de su Gobierno, señor Sánchez. Es una situación inaceptable; inaceptable que tenga que haber tantos
apoyos para hacer posible que el 25 % de las horas de enseñanza se faciliten en la lengua común de todos los españoles. (Aplausos).


También hay que decir que la memoria histórica nos ha creado muchos problemas, y nos los va a crear. Una memoria democrática que está faltando a la veracidad y que está por el partidismo. (Aplausos). En una guerra civil no hay solamente
un lado bueno y otro malo. En la nuestra se cometieron atrocidades en los dos bandos, tratando de limitarlas ahora prácticamente a uno de ellos, cuando en realidad la Segunda República fue una situación no tan angélica como pretenden demostrar
actualmente. (Aplausos). Lean, si no, el libro de Alejandro Nieto, recién publicado, que fue presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Mitos de la República, y vean lo que fue aquella república también: el caos, la
desorganización, la indisciplina, una serie de verdaderas luchas contra la llamada legitimidad republicana. La principal, la revolución de octubre de 1934, con más de mil muertos por la represión en gran medida o casi totalmente, por decirlo así,
pero, como dice Raymond Carr, el hispanista, en realidad, 1934 fue el comienzo de la Guerra Civil. Eso no se cuenta en esta nueva historia de España; no se cuentan sino bondades extraordinarias, y muchos jóvenes ya piensan que ganó la guerra la
propia República. La única posibilidad es volver a la historia, conocer la historia mejor y dejar a los historiadores la historia. (Aplausos).


Hay que tener en cuenta que no solamente su Gobierno, señor Sánchez, los Gobiernos anteriores y este han estado dominados por la sobrerrepresentación electoral del separatismo. La ley electoral de 1977, anterior a la democracia, permite esa
sobrerrepresentación, con lo cual los Gobiernos nacionales en minoría necesitan apoyos a cambio de concesiones de todo tipo con base en la pretendida autodeterminación. La autodeterminación no existe (aplausos), porque la discutimos precisamente a
lo largo del debate parlamentario, cuando el señor Letamendia, de Euskadiko Ezkerra, presentó su propuesta de autodeterminación, y se echó abajo por la inmensa mayoría de los votos, incluyendo los diputados vascos y la mayoría también de los
diputados catalanes. Preveían la existencia de los nuevos y renacidos derechos forales y también un nuevo estatuto de autonomía especialmente favorable para Cataluña.


Su Gobierno, señor Sánchez, no respeta la división de poderes. Montesquieu es un visitante molesto, porque están ustedes haciendo muchas cosas -lo hemos visto con el Consejo General del Poder Judicial, etcétera- en contra de esa división de
poderes, haciéndose con el control del poder de la justicia desde el Poder Ejecutivo. (Aplausos). Se puede decir también que eso es lo propio de un gobierno como el que usted preside, que es un Gobierno Frankenstein, y la frase es de Alfredo Pérez
Rubalcaba, quien declaró: los socialistas no pueden ir a la investidura de la mano de partidos independentistas que quieren romper aquello que quieren gobernar. Se refería, naturalmente, a la nación española. Y no más lejos del miércoles pasado,
señor Sánchez, Alfonso Guerra le decía: la decepción ante los pactos con Bildu y la inquietud ante la cesión permanente a los condenados por sedición y malversación generan un malestar inmenso en los que viven el socialismo, el socialismo en el que
yo creo. Por si fuera poco, se puede decir que todo el Gobierno está apoyado por quienes hasta hace muy poco utilizaban la violencia como forma de imponer la crueldad de sus propósitos y que todavía mantienen en esta Cámara una profesión de fe
declarada para acabar con la monarquía parlamentaria, la figura de Felipe VI y la unidad de España. Eso es así. (Aplausos). Por eso, señor Sánchez, hay que cambiar, hay que apoyarse en otros partidos. Usted dijo que nunca lo haría con ellos,
dijo que le iba a costar el sueño asumirlo. Se ve que duerme usted bien; eso está bien y me alegro mucho (risas), porque el buen sueño crea verdaderas figuras celestiales a veces en vez de monstruos, como decía Goya.


El problema es que se ha arrogado usted desde el Gobierno una potestad que no le corresponde. No les correspondía tampoco a los monarcas absolutos, pero era la gracia del rey, y la gracia del rey podía perdonar sin límite y podía hacer lo
que quisiera. Ya se dijo: no hay jueces en Postdam -le dijeron a Federico el Grande cuando precisamente quiso anular sentencias para ponerse él por delante-. Usted ha utilizado la gracia personal para toda una serie de situaciones, sobre todo
para suprimir el delito de



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sedición prácticamente y el de malversación, y el resultado por la transferencia de ventajas de penas y penalidades a los demás reos ha conducido a setecientos agresores sexuales fuera del control de sus penas, etcétera. Así, un código como
era el de la democracia, como antes se dijo, ahora resulta que lo llaman código de la manada. En ese sentido, creo sinceramente que cuando se supo su propósito de modificar el Código Penal es cuando se tendría que haber hecho una moción de censura
por toda la oposición, porque se rompió un principio fundamental de nuestra Constitución. (Aplausos). Se puede decir, además, que en su Gobierno, que hayamos contado, se han publicado 132 decretos leyes aprobados en los últimos cuatro años. Un
instrumento de utilización solo extraordinaria se ha convertido en algo casual. Ante esa situación, una propuesta que hacemos es la de crear en España el fiscal especial independiente dentro del Congreso de los Diputados, como existe en los Estados
Unidos ya, donde el presidente Biden está siendo investigado sin que haya ninguna clase de paredes o de muros de separación y de protección.


Además de todo esto, tenemos una situación penosa con el artículo 9 de la Constitución, la inseguridad jurídica, que afecta, por ejemplo, a 65 000 familias españolas pioneras de la energía fotovoltaica, que prestaron atención a la llamada
casi patriótica de salvar a España con las renovables, con el resultado final de que cuatro años después de haber invertido todos sus recursos prácticamente se encontraron con una caída de más del 60 % en la retribución de kilovatios. Los grandes
están salvados porque dependen de una comisión del Banco Mundial, que les está dando la razón, pero los huertos solares han recibido una negativa, primero por el Tribunal Supremo -hay recursos en Estrasburgo, naturalmente- y después por una espera
sin fin, a pesar de que últimamente se había prometido resolver esta cuestión. Y hay otros sujetos con problemas de seguridad jurídica; son los okupados, una media de cuarenta y seis por día en 2021, 15 000 inmuebles de toda clase okupados, 4875
en Barcelona y una cifra parecida en Madrid. Es una cuestión de inutilidad de los servicios del Estado y de inutilidad de los servicios de los ayuntamientos para acabar con una lacra que crea situaciones muy problemáticas para mucha gente.


Llamaría la atención también sobre el hecho de la huelga que tenemos de agentes judiciales, una huelga que afecta a cantidad de problemas y a cantidad de gente. Aproximadamente, trescientos mil juicios están parados, se encuentran
pendientes de reparto cuatrocientas mil demandas y hay más de 1200 millones de euros paralizados en los depósitos, y todo esto porque no se crea una situación como la que sí se llegó a concebir de trasladar precisamente la cuestión a una solución de
emergencia con la alarma social, además con un ministro de un gobierno socialista.


Corrupciones de última hora. Puedo señalar las más recientes, cuyos límites todavía no conocemos: el Tito Berni y sus colegas, todos ellos en estos momentos investigados ya porque han pactado centrar la investigación en una investigación
menos aguda seguramente; no en una comisión de investigación especial, sino en una comisión pactada aquí entre algunos grupos parlamentarios indebidamente. Están tratando de encubrir algo que ha sucedido en parte en sede parlamentaria. Es la
primera vez que ocurre semejante cosa, que algunos tengan aquí en sus despachos su propia oficina de transacciones completamente ilegales. (Aplausos).


Y qué decirles de lo que es el sindicalismo en España en estos momentos. El artículo 28 de la Constitución configura el libre sindicalismo y en los artículos 7 y 37 hay otras cuestiones sindicales. Se puede decir que el Gobierno se
convierte en el empresario máximo y en el sindicato máximo a la vez y todo se negocia en el propio Gobierno, sin entrar en el marco sindical propiamente. Así, la subida del salario mínimo interprofesional se ha situado ya en 1080 euros por catorce
meses, habiendo crecido un 64 % desde 2016, mientras que la productividad ha caído un 3,6 %, es decir, el Gobierno sube los salarios mínimos sin contar con los empresarios, cuando precisamente son un coste productivo importante para mantener los
niveles de competitividad. Y todo eso tiene una razón de ser, no es simplemente una crítica al salario mínimo. Ojalá pudiéramos tener el salario mínimo de Inditex de 1500 euros al mes, pero no es posible porque la productividad española no da para
eso. Los autónomos y las pequeñas empresas tienen que sufrir unos costes elevados por el Gobierno que les impiden entrar en la liza continua y permanente de una lucha por la vida en la empresa. (Aplausos).


Nos encontramos también con una nueva pretensión laboral en su Gobierno, que es sencillamente que los treinta y tres días acordados de indemnización por despido improcedente se eleven de nuevo a cuarenta y cinco jornadas. Era un pacto
absolutamente franquista; es la llamada protección heteronómica que hacían los sindicatos verticales sobre los obreros encausados y los obreros todavía sin sindicalismo propio. No volvamos, por favor, a aquella situación, que además desconoce los
problemas de la empresa en un mundo internacional cada vez más complicado.



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Hay desequilibrios y contradicciones en la economía, y breve y rápidamente trataré de enunciarlos. Primera, España es la única economía grande -la cuarta de veintisiete países de la Unión Europea- que aún no ha alcanzado el nivel de antes
de la pandemia. Países como Lituania, Estonia, Eslovenia, Chipre y Malta han sobrepasado a España en PIB.


Segunda, una tasa de paro del 12,87 %, que dobla la media de la UE. Y otro tanto sucede con el paro juvenil por debajo de veinticinco años, que se sitúa en el 32 %, también el doble que en la Unión Europea. Creo que ya tenemos una idea de
lo que son los fijos discontinuos: parados disfrazados y financiados, un típico invento español que no se corresponde con el respeto que todos hemos sentido siempre al Instituto Nacional de Estadística, que no está precisamente en su mejor momento.
(Aplausos).


Una tercera cuestión es la cuota, el 115 % sobre el PIB, con más de un billón y medio de euros, un peligro grave cuando el coste del mantenimiento de la deuda pública ha pasado prácticamente de 0 a 3,5 %. En cualquier caso, es una situación
nunca vista en España con esos niveles. Como tampoco hay -es el cuarto punto- ningún programa de reducción de gasto o situación de consolidación fiscal. Todavía tenemos la posibilidad de que en un mitin del señor Sánchez se proclamara hace muy
poco, el 20 de febrero, el reparto inmediato de más de 2500 millones de euros en becas para un millón de estudiantes que todavía no se sabía ni cómo se iban a seleccionar. Lo siento, pero ¿no es esa una forma de comprar votos? ¿Están justificadas
las 2500 cesiones de euros tan rápidamente y de cara al proceso electoral del 28 de mayo?


Quinta, el INE debería trabajar más en lo que hay detrás del coeficiente de Gini, que sirve para medir la desigualdad de renta, a cuyos máximos niveles ha llegado España, con coeficientes muy superiores a los de Alemania, Francia o Bélgica,
y que es la denuncia de una vasta pobreza que se sitúa en una exclusión del 25 % en el año 2019 y que sube al 25 % en 2022.


Y como sexto punto, la Seguridad Social y los servicios de seguros de paro, subsidio de desempleo, etcétera. Sencillamente, el ministro de Seguridad Social ha sido llamado al orden por el Defensor del Pueblo ante las incesantes quejas de
retrasos de toda clase, de teléfonos robot que no funcionan, de meses y meses de espera, hasta el punto de que el Gobierno no hace caso de la recomendación de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la AIReF, de retirar 60 000 millones
de euros considerados como gasto innecesario. Es una situación de desmadre generalizado del gasto público en función de propósitos electorales más que de creación de riqueza y empleo.


Se ha aludido en las intervenciones anteriores a temas como el agua. Estamos en una situación de precariedad por todo lo que significa una bajada de las precipitaciones. La regeneración de todas las aguas residuales no se cumple -no se
cumple ni el 20 % cuando teníamos que tener el 100 %- y la desalación del agua de mar que previeron los defraudadores del proyecto del trasvase del Ebro se está generalizando en toda una serie de plantas que funcionan mal, con problemas y
corrupciones; además, los agricultores no quieren esa agua, porque tiene el pequeño detalle de cantidades de boro que son insanas para toda la escala botánica. También las redes de conservación del líquido elemento, con pérdidas del 30 o el 40 %,
o el agua que estamos regalando a nuestros hermanos portugueses, millones de hectómetros cúbicos por encima de los tratados internacionales que tenemos por los ríos fronterizos, y falta todavía un regulador nacional del agua que resuelva los
problemas del trasvase Tajo-Segura, por ejemplo. Y, naturalmente, la última prohibición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, un diktat para no poner ni una hectárea más de nuevos regadíos cuando tenemos cantidades
posibles y muy importantes, teniendo en cuenta además una productividad de riego que significa que un 15 % de la superficie regada proporciona más del 70 % de la producción final agraria.


Hoy es el Día Internacional de los Bosques y podemos evocar la figura de Joaquín Costa. Yo soy ingeniero de Montes de honor y estoy muy contento por ello -la última carta que recibí esta mañana era precisamente del presidente del Colegio de
Montes de España-. Tenemos el problema de los incendios, que este año pasado han arrasado 250 000 hectáreas, con una lucha insuficiente y poca organización en las coordinaciones, a pesar de los esfuerzos de muchos luchadores contra el fuego y sobre
todo de la Unidad Militar de Emergencia. Necesitamos un cuerpo de voluntarios ecológicos a fin de tener mejor cuidados los bosques, una organización para todo el país, pero fundamentalmente con los jóvenes urbanitas que dicen y quieren conocer el
campo, pero no tienen acceso a favorecer su conservación a través de sistemas públicos. Esos bosques son importantes para nuestro futuro. (Aplausos).


Y algo parecido podría decirse de los Pactos de la Moncloa. ¿Por qué no invitan ustedes a quien desarrolló el programa agrario nacional de los Pactos de la Moncloa, el mejor que ha tenido España en toda su historia? Jaime Lamo de Espinosa,
ministro de Agricultura entonces, está hoy pidiendo precisamente



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reactivar una situación como aquella, un plan integral que permita luchar en todo el mundo, en un mundo en el que los alimentos van a ser cada vez más necesarios.


Tenemos una industria en declive que supone el 15,3 % del PIB en 2021 cuando en 1970 -ha habido una industria menguante en toda Europa, es cierto- estábamos en el 30 %, y Alemania sigue en el 29,1 %. ¿Por qué? Porque el excanciller
Schröder frenó la externalización a China, y eso es precisamente lo que significa tener una política industrial, en contra de las ideas de Aranzadi, aquel ministro de Industria que dijo que la mejor política industrial es la que no se tiene. Pero
yo diría que, con todo, el desarrollo industrial de España tiene su primer enemigo en el Gobierno. (Aplausos). ¿Por qué? Precisamente por la aversión a los empresarios, auténtica aversión a los empresarios. Busquen ustedes en la prensa
internacional críticas a empresas en Francia, en Italia o en Alemania como las que tenemos en España a Amancio Ortega y a Juan Roig, al frente de Inditex y de Mercadona, dos empresas fundamentales que están siendo criticadas de manera permanente;
como también lo es el IBEX 35, como si fuera una especie de noche oscura de conjuras del maligno capitalismo español. Es un índice de bolsa, pero es un índice de bolsa que recoge lo esencial de las treinta y cinco empresas españolas con el
significado profundo de que tienen más del 75 % de su negocio fuera de España, porque lo hacen bien. Y, precisamente, si se van de España es porque tenemos un tratamiento muy obsoleto de los grupos industriales en nuestro país. (Aplausos). Esto
se está viendo ahora en el caso de Ferrovial y se va a ver en otros momentos por la migración y la deslocalización de empresas, que puede ser grave para todo el país y su futuro industrial.


Las pymes, el sacrosanto. Respeto a las pymes, hay que respetarlas, como a todo, pero hay que tener en cuenta que no son las empresas del futuro. No tienen arrastre, no tienen fuerza suficiente. (Rumores). Naturalmente que dan empleo,
pero dependen en gran parte de una estructura industrial sólida. Tendríamos que tener un sistema como el del Mittelstand de Alemania. Pretendemos también copiar a Alemania en empleo dual, combinando estudio y empresa con trabajo, pero no llegamos
porque falta inteligencia y aplicación. Tenemos una situación de promesas continuas de aumentar la inversión en I+D+i llevándola al 4 %, pero nos quedamos en el 1,4 %, por debajo de la media europea del 2,3 %; con una COTEC ejecutiva que no tiene
medios para impulsar la incorporación de las tecnologías más avanzadas en las empresas españolas que tienen que competir en el exterior. Ya sé que me van a decir que el año pasado se exportaron 400 000 millones de euros. Es verdad, pero con un
esfuerzo extraordinario en medio de situaciones que no favorecen nada, como la propia pandemia o últimamente la guerra de Ucrania.


Señoras y señores diputados, dedico un espacio destacado al tema de la demografía. La demografía es una ciencia que se olvida con frecuencia, a pesar de sus componentes de suspense -como decía Hitchcock- de muerte y procreación. No nos
damos cuenta de lo que significa tener en estos momentos una tasa media de fecundidad de 1,19 hijos por mujer. Es el suicidio demográfico. (Aplausos). Desde hace mucho tiempo no llegamos a la tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer. Como decía
para Cataluña Josep Vandellós, un demógrafo catalán del siglo pasado, somos un poble decadent. Hoy se puede decir eso mismo de toda España, cuando el año pasado fue precisamente el primero en que el crecimiento total de la población española fue
negativo. Tenemos una situación de migraciones inevitables y en una previsión para España hasta 2050 se anuncia que tendremos 200 000 personas de inmigración neta cada año. ¿Cómo se va a gestionar eso? ¿Qué estamos haciendo para acabar con el
problema de la inmigración irregular que en el Mediterráneo ha llevado a morir en naufragios -nos lo recordó el papa Francisco- a 26 000 seres humanos? Eso tiene que acabar, no puede cubrirse con la pereza legislativa de la Unión Europea y la falta
de reacción de los gobiernos europeos, entre ellos, el español.


La sanidad está deteriorada, lo sabemos todos. Hay una presión gubernativa demasiado clara muchas veces por conseguir el monopolio de la sanidad pública. ¿Por qué el monopolio, si podemos tener sanidad pública y sanidad privada, en un
sistema de cooperación públicoprivada, que es lo que se estila en todas las administraciones racionales hoy? (Aplausos). La sanidad pública satisface algo más del 80 % de las necesidades públicas, pero el resto está facilitado por una sanidad
privada a la que se critica en todas las manifestaciones como si fueran los criminales de la película. Hay dieciocho sistemas autonómicos de sanidad, porque Ceuta y Melilla tienen uno dispensado por el Gobierno para ellos solos, ya que no han
querido la transferencia.


En el caso de la educación, tenemos problemas de calidad que se ven con los rankings de la Universidad de Shanghai o el Informe PISA para también toda una serie de cuestiones y de clasificaciones escolares. El Plan Bolonia no funciona y
seguimos con la endogamia y con sistemas tradicionales obsoletos.



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También estamos en una situación de parálisis en el tema de la vivienda, que se ha convertido en un grave problema, sobre todo para la juventud. Es un problema grave. Entre los años 2000 y 2007 -cierto es que con un embate especulativo muy
fuerte- se construyeron en España 700 000 viviendas cada año y después se descendió en el año 2013 a 35 000, una vigésima parte del año máximo, y eso muestra lo que fue la gran recesión. Al lado de escasas construcciones tenemos un problema de
accesibilidad. La proporción del salario que hay que dedicar a la vivienda supera ya ampliamente el 30 % en la mayoría de los casos. Simplemente hay que plantearse esto: ¿por qué no sale la ley de la vivienda? ¿Por qué lleva detenida durante
años? ¿Por qué no hay un plan de vivienda? ¿Por qué no se recuperan las VPO, las viviendas de protección oficial? (Aplausos). ¿Cómo se está construyendo actualmente con la escasez de fuerza de trabajo que existe: yesaires, fontaneros,
electricistas, ferrallistas...? No hay. Se quiere plantear la importación de técnicos y se oponen a ello porque consideran que es quitar el trabajo a los españoles, cuando no hay oferta en la propia España. El mínimo son 200 000 viviendas al año
y un 50 % de viviendas de protección oficial es también el mínimo.


Entrando en cuestiones de desarrollo del Estado del bienestar, de calidad de vida, etcétera, los balances de criminalidad no son los mejores, señor Sánchez. El año pasado tuvimos un aumento del 27,9 % en la criminalidad, superando ya el
medio millón de casos. Rosa Ana Morán, que dirige a los fiscales antidroga, dice que veintiocho fiscales delegados son insuficientes y que tienen una carga de trabajo que no pueden soportar.


Por otra parte, a pesar del desarrollo legislativo, no dejan de crecer las agresiones sexuales a mujeres en España, con 3000 casos en 2022, un 34 % más que en 2021 y un 18 % más que en 2019. Todo esto va en contra de lo que ustedes predican
acerca de que son el Gobierno más inclusivo y feminista de la historia, como tanto les gusta definirse. Yo creo que es excesivo. (Aplausos).


Está también el tema de las bandas latinas en España, con siete muertes en Madrid el año pasado en reyertas y peleas, con mutilaciones y heridos que se extienden a otras ciudades españolas. No se trata de una especie de West Side Story a
celebrar. Es algo mucho más grave y, si la Guardia Civil y la Policía no eliminan el tema de raíz y permiten su desarrollo, tendremos un problema que abarcará a toda una generación de inmigrantes y de hijos de inmigrantes. Hay que protegerlos
primero a ellos y también hay que proteger a la sociedad. (Aplausos).


La política exterior sería un campo excepcionalmente interesante para desarrollar con amplitud. En el caso de Marruecos, tuvimos el episodio del jueves 2 de febrero de 2023 en Rabat, una reunión de alto nivel de los gobiernos de Marruecos y
de España que terminó lamentablemente cuando el rey de Marruecos se marchó de vacaciones esos días, haciendo una afrenta -así se llamó por todos- a la relación España-Marruecos. También el Sáhara Occidental tiene un problema a resolver muy serio,
señor Sánchez. Usted cambió la política española sin pasar por esta Cámara ni por ningún otro órgano de debate con todas sus consecuencias, especialmente negativas en el caso de Argelia, y sin más explicación. Todo es muy enigmático. ¿Sabremos
algún día qué pasa realmente en este tema, señor Sánchez? ¿Tendremos la posibilidad de conocer cuál es la razón de ceder de la noche a la mañana, súbitamente, toda la política de adhesión a los principios de las Naciones Unidas?


Tenemos también un caso típico de lo que podría llamarse un complejo de inferioridad del Gobierno español, una colonia europea en el siglo XXI, Gibraltar. Gibraltar es sencillamente una colonia europea que no podemos permitir. No solamente
hay que esperar un acuerdo con Gibraltar sobre el brexit, es un problema de dignidad nacional y de dignidad europea acabar con esa situación. (Aplausos). Veintisiete países de la Unión, junto con numerosas candidaturas pendientes, exigen
precisamente que se acabe con la única colonia europea que queda. Es intolerable que, mientras tanto, se blanqueen capitales, se haga contrabando y toda clase de tráficos ilegales, y nos quedemos tan contentos pensando que se va a quitar la verja
para que eso se siga haciendo pero elevado al cubo.


Y no tenemos tampoco de qué alegrarnos mucho con la cuestión de la comunidad iberoamericana. Pasó la conmemoración de la llegada de Cortés a Tenochtitlan en 1519. En aquel momento, si no recuerdo mal, el señor Sánchez vio a Andrés Manuel
López Obrador, presidente de México, ¿y qué acordaron? Absolutamente nada. Quinientos años del nacimiento del primer Estado mestizo hispanohablante de todo el mundo, con sus 130 millones, y no hay ninguna referencia a esa efeméride, que va más
allá de lo que puede ser el lucimiento de los conquistadores. Es el hermanamiento de dos pueblos como España y México, que tendrían que ser considerados como algo único en la existencia de la historia universal. No hay nada parecido. (Aplausos).
Hay, además, una historiografía sobre España en América -Elvira Roca Barea, Marcelo Puglia, Pablo Victoria- que combate históricamente lo peor de la leyenda negra que



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practican, en la que se meten y se regodean algunos de los representantes de todas las facciones que apoyaron su investidura, señor Sánchez. Podrían aprender que la leyenda negra la han hecho los imperios más despóticos, como es
precisamente Inglaterra. La Compañía de las Indias Orientales desindustrializó India entera en los siglos XVIII y XIX para ocuparse de poner las fábricas de algodón y yute en Manchester. Y todavía, en 1944, en plena Guerra Mundial, Churchill hizo
posible que tres millones de toneladas destinadas a los bengalíes se pasaran a otros fines. Que les dé de comer Gandhi, dijo el propio Churchill. Ese es nuestro admirado Churchill, cuando se estudia la historia comparativa de los imperios de
España y de Inglaterra; sí, señor. (Aplausos). Ya sé que estos temas a algunos les pueden parecer lejanos. No son lejanos, son los temas de nuestra cultura, de nuestra historia, que hay que valorar y que se ignora prácticamente en cuanto hay un
mínimo problema, como es el caso que comentaba antes de Tenochtitlan, de los mexicas, de la India, etcétera.


La Unión Europea. Obviamente, no voy dedicar mucho tiempo a este tema (rumores), pero sí quiero decir que estamos en una controversia total. ¿Qué fue la Declaración Shuman de 1950? La declaración de paz definitiva entre Francia y
Alemania. ¿Qué es hoy la Unión Europea? ¿Ha venido Estados Unidos a traernos la guerra de Ucrania y tendrá que venir China a salvarnos de la guerra de Ucrania? ¿Para qué está Europa? ¿Para qué están los fondos europeos? ¿Para qué tantos
recursos y tantas reuniones si, después de la experiencia de Yugoslavia, seguimos con una guerra que no hemos traído ni vamos a resolver nosotros? Es lamentable. La conmemoración de la Declaración Shuman es necesaria. (Aplausos).


Voy terminando porque sé que están ustedes un tanto cansados, ya que no es esta la primera intervención de esta mañana. He escuchado con mucha atención al presidente y he escuchado con mucha atención al señor Abascal, y la verdad es que
todos tenemos probablemente algo de cansancio.


Final de contenidos. ¿Qué contenidos hemos expuesto? Un Poder Ejecutivo que se apodera de otros poderes a lo Montesquieu; un problema de infraestructuras esenciales muy debilitadas; una política de población inexistente y también
deficiencias en los servicios públicos como sanidad, educación, seguridad personal, etcétera. La política exterior también en situación crítica en muchos aspectos. Todo eso y mucho más que está en este informe es el resultado del planteamiento del
Reglamento de la Cámara, que pide una especie de programa al representante de la moción de censura.


Por encima de eso -porque ya sé que el resultado de la moción de censura va a ser negativo en cuanto a su candidato; lo sabemos todos-, se puede pedir a los partidos constitucionales que cumplan con un mínimo para toda la nación, es decir,
un paquete de medidas adecuadas: una ley electoral sin sobrerrepresentación de los más separatistas precisamente; una mayor vigilancia de la corrupción; un pacto para hacer posible que el país recupere una cierta concordia, paz y entendimiento
entre la mayoría de los españoles. He leído últimamente un trabajo de un representante importante del Partido Popular, me refiero a García-Margallo; si no es actualmente del Partido Popular lo retiraría. Lean ustedes su libro, España en su
laberinto, porque es interesante. Ahí preconiza la recuperación del consenso, como en esta ponencia de la moción de censura. ¿De quién suponen ustedes que son las frases con las que empieza, siendo él un exministro del Partido Popular? De
Marcelino Camacho. Decía Marcelino: 'Todos los constituyentes, en aras de aquel consenso básico orientado al establecimiento de un marco democrático y duradero, hicieron importantes renuncias, incluso de posturas largamente defendidas a lo largo
de la historia, para buscar puntos de encuentro capaces de superar viejos y endémicos conflictos'. Ahora el problema se resuelve en parte tildando a unos de fascistas, a otros de franquistas, a otros de comunistas, a otros de no sé qué. Es una
confusión de confusiones en la que no se saca nada de provecho. Y esas observaciones que he oído al señor Sánchez sobre vigilar el gasto del contribuyente me parecen muy importantes, pero siempre que se cumplan. Tenemos que ser más breves -aunque
sé que yo me estoy alargando-, no repetir los argumentos y, sobre todo, buscar la verdad y lo que sea útil y necesario.


Julián Marías, el filósofo, decía en el año 1981 después del frustrado golpe de Estado: Ha terminado una etapa y empieza otra que va a ser el comienzo de la normalidad democrática. Efectivamente, se luchó por mantener la normalidad
democrática, pero luego todo empezó a torcerse con una serie de concesiones a los herederos de Batasuna y ETA del que Alfredo Pérez Rubalcaba denominó como el Gobierno Frankenstein, como he dicho antes. También se puede decir que la memoria
histórica ha significado un paso atrás y la memoria democrática todavía más. (Aplausos). Se alienta la división de la sociedad en dos mitades: enterramientos o no enterramientos, monumentos o no monumentos. Insisto, dejemos la historia a los
historiadores, porque esa es la única forma racional de resolver un problema y de no volver a los encontronazos. El Gobierno de la nación tiene que velar por todo eso y creo sinceramente que es



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necesario un cambio radical hacia los principios que se mencionaban anteriormente: la monarquía parlamentaria, la unidad nacional, la bandera, etcétera.


Terminaría preguntando: ¿tienen los problemas de España solución? Nuestra opinión es rotunda; tal como se ha expuesto, sí la tienen. Sería menester no perder de vista cuándo -con perdón- se jodió España, parafraseando a Zavalita en
Conversación en la catedral, de Mario Vargas Llosa. Pongamos, pues, los medios para hacerlo, pensando también en aquello que decía Antonio Machado: 'Mas otra España nace, / la España del cincel y de la maza, / con esa eterna juventud que se hace /
del pasado macizo de la raza. / Una España implacable y redentora, España que alborea'. Eso sí que es un programa hecho con los versos más hermosos que se pudieran concebir. (Aplausos).


Señoras y señores diputados, gracias por su atención, gracias por esperar a la terminación de mi quizá larga intervención y también gracias por lo que pueda significar esto para una meditación parlamentaria en un espacio en el que estuve
viviendo siete años con sus antecesores y que nunca olvidaré.


Muchas gracias, señor presidente del Gobierno. Muchas gracias, presidenta del Congreso, y a quienes desde la tribuna de invitados han seguido la sesión, especialmente a Carmen, mi mujer, que está aquí también. Mi reconocimiento final a
todo el personal de la Cámara, todavía con algunos colegas del trabajo parlamentario de mis tiempos de diputado de hace años. Muchas gracias.


Y, cómo no, gracias por la luz y los taquígrafos.


Gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor candidato.


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señor Tamames, corresponde en primer lugar darle la bienvenida a este Parlamento que usted conoce bien. También tengo que reconocerle, aunque lógicamente no estoy de acuerdo con una buena parte de su intervención, el tono y el esfuerzo por
aportar ideas y no insultos a este debate. Trataré en mi intervención, señor Tamames, de responder a sus ideas, también de responder a las ideas del partido que le propone a usted como candidato y, lógicamente, también a las del partido que esconde
la mano con su abstención y que gobierna ya con la ultraderecha en algunos territorios; me refiero, naturalmente, al Partido Popular y a VOX.


Permítame en todo caso, señor Tamames, una cuestión previa, y es que empiece mi intervención lamentando que con su candidatura usted contribuya a blanquear a un partido que rechaza la igualdad entre hombres y mujeres (aplausos); lamentando
que con su candidatura también usted blanquee a un partido que niega la evidencia científica del cambio climático y que, como le he recordado al señor Abascal, coqueteó con los antivacunas y con los terraplanistas ante una pandemia que tanto dolor
provocó en el mundo y también en nuestro país. Es un partido que criminaliza a los inmigrantes -usted lo ha escuchado también de primera mano- y que ha llegado a defender la ilegalización de partidos políticos por defender ideas que no coinciden
con las suyas. Le sonará. Sinceramente le digo, señor Tamames, que no creo que esta haya sido la mejor idea que ha tenido en su vida, porque VOX no es un partido más; lo saben bien en Europa, VOX es otra cosa. Por decírselo con una analogía de
su época parlamentaria, usted no toma la palabra con el respaldo del Partido Comunista al que perteneció; tampoco interviene con el apoyo del otro partido democrático al que emigró, el Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez; ni siquiera
interviene en nombre de Manuel Fraga Iribarne y los otros seis exministros que fundaron el Partido Popular. Quienes impulsan su moción de censura son los sucesores de Blas Piñar. (Aplausos). Creo que usted y las personas que guardan recuerdos de
aquellos primeros años de la Transición saben perfectamente a qué me refiero.


En todo caso, y entrando en el meollo de la cuestión, VOX, usted y el Partido Popular tienen un importante punto en común, que es lo que he tratado también de compartir con los españoles y españolas que están viendo esta moción de censura, y
es precisamente reclamar la convocatoria inmediata de elecciones. Me reconocerá que en este punto usted es el más novato pese a su dilatada trayectoria, porque tanto VOX como el Partido Popular llevan pidiendo elecciones anticipadas desde el minuto
uno de la legislatura. Lo piden por activa, por pasiva, por perifrástica, señor Tamames. Lo exigen mañana, tarde y noche. Lo habrá visto usted en los medios de comunicación en la calle y en el Parlamento; elecciones



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anticipadas, elecciones adelantadas, elecciones precipitadas, cualquier epíteto. Lo piden en España, lo piden en Bruselas; allí donde les pille, piden elecciones anticipadas. Lo reclaman en mitad de una pandemia o también en plena guerra
en suelo europeo; por cierto, señor Tamames, no he entendido muy bien qué nos ha querido decir respecto a Ucrania.


Ahora, señor Tamames, supongamos por un instante que su propuesta, que es la misma que la de VOX y también que la del Partido Popular desde el principio de la legislatura, saliera adelante y se convocaran elecciones anticipadas. ¿Cuál sería
el primer resultado, señor Tamames? El primer resultado sería que no se podría convalidar un real decreto que es muy importante para los jubilados y jubiladas de nuestro país, porque estamos modernizando el sistema público de pensiones. Estamos
recomponiendo el Pacto de Toledo que se destruyó por la contrarreforma que aprobó el Partido Popular en el año 2013 y que echó a la calle a cientos de miles de pensionistas y de trabajadores y trabajadoras en contra de la congelación de las
pensiones y de la ruptura del Pacto de Toledo. En consecuencia, ¿quién saldría ganando, señorías, si se precipitaran esas elecciones y no se pudiera convalidar ese real decreto ley que está previsto para la próxima semana? Creo que no hace falta
que lo diga, pero todos sabemos que quienes no ganarían serían precisamente los jubilados y jubiladas de nuestro país.


Podemos remontarnos también, señor Tamames, años atrás hasta la primera moción de censura de VOX en plena pandemia. Supongamos, por un momento, que hubiera salido adelante esa moción de censura y que, por tanto, se hubieran precipitado esas
elecciones. Preguntémonos cuál sería el resultado, señor Tamames, y así podremos también compartir las consecuencias con los españoles y españolas, que ven este debate como un circo -como bien ha reconocido el señor Abascal-, pero que tiene una
profundidad y una trascendencia para el Gobierno de España y estoy convencido de que también para muchos grupos parlamentarios. Porque la consecuencia más inmediata de esa precipitación y de salir adelante esa propuesta de VOX y del Partido Popular
hubiera sido, por ejemplo, que la reforma laboral no hubiese salido adelante y es una reforma laboral, señor Tamames, que ha rebajado la temporalidad a mínimos históricos. Antes de la reforma laboral -usted lo sabe bien porque es economista-, uno
de cada diez contratos en nuestro país era indefinido y hoy uno de cada dos contratos es indefinido. Por cierto, usted, señor Tamames, debería utilizar los datos de manera rigurosa -estoy convencido de que así lo hace- y saber perfectamente que los
fijos discontinuos es una de las formas estadísticas reconocidas no solamente por el Instituto Nacional de Estadística, sino también por Eurostat y que estamos hablando de una figura laboral, señorías, que, desde luego, solamente ha sido puesta en
cuestión cuando se ha demostrado el éxito y las bondades de esta reforma laboral.


En todo caso, la reforma laboral no hubiera salido adelante, el salario mínimo -lo ha recordado el señor Abascal- no hubiese crecido ni tampoco lo hubieran hecho las pensiones, revalorizándose conforme al IPC y las becas o la ley de ciencia
no se hubieran aprobado. Simplemente, le incorporo dos matices, señor Tamames, porque evidentemente usted no tiene por qué conocer toda la actividad parlamentaria: los 2520 millones de euros que se anunciaron para las becas de un millón de
estudiantes en nuestro país no es compra de votos, sino activar el ascensor social y garantizar la igualdad de oportunidades entre los españoles. (Aplausos). Lo que usted debe conocer, señor Tamames, quizá su grupo proponente no se lo haya
explicado bien, es que esto no es algo que nosotros hemos planteado de la noche a la mañana, sino que está en los Presupuestos Generales del Estado del año 2023 y lo que hicimos entonces fue simplemente anunciar que íbamos a aprobar esa consignación
presupuestaria en el Consejo de Ministros de hace unas semanas. Por tanto, no fue algo que yo me saqué de la manga, sino que fue aprobado por una mayoría parlamentaria de estas Cortes Generales con la oposición de los de siempre, de la derecha y de
la ultraderecha. (Aplausos).


En todo caso, no se hubiera aprobado esa ley de ciencia ni se hubiera aprobado una ley de cadena alimentaria -a usted que le preocupa el sector primario-, que creo que ha introducido transparencia y dignidad también a los pequeños
productores agrícolas y ganaderos, ni se hubiera aprobado el impuesto a las grandes eléctricas ni a la gran banca ni, por supuesto, el impuesto a la solidaridad de las grandes fortunas. Señoría, nosotros no tenemos nada en contra de los
empresarios. Ayer vi, precisamente, un vídeo que el presidente Biden lanzó -usted en muchas ocasiones, también en el día de hoy, ha planteado algunas cuestiones que Estados Unidos está haciendo bien y reivindica las bondades de ese sistema
democrático- en las redes sociales en el que exigía que las grandes fortunas de su país pagaran más impuestos que la clase media y trabajadora de su país. Creo que eso nada tiene que ver con un discurso antiempresario, sino algo que ver o, mejor
dicho, todo que ver con la justicia social y mucho que ver con la justicia fiscal por la que trabaja este Gobierno. Eso tiene mucho que ver también, lógicamente, con el



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impuesto a las grandes corporaciones digitales y con la homologación o poner un mínimo al impuesto de sociedades del 15 % no solamente en España y en Europa, sino también en el mundo, para evitar el dumping fiscal. En definitiva, creo que
se entiende, señorías, muy claramente por qué la derecha y la ultraderecha exigen y reclaman cada día elecciones anticipadas y quiénes son los que realmente están detrás de esa reclamación. Esta no es una moción contra mí, señor Tamames, ni contra
el Gobierno de coalición progresista, sino una moción contra las políticas que pone en marcha el Gobierno de coalición progresista. Y esta petición reiterada de elecciones anticipadas, señorías, es la que se ha planteado por parte de la
ultraderecha y la derecha desde el primer día de la legislatura. Por eso hemos tenido que ver cómo la derecha y la ultraderecha han negado siempre la legitimidad de este Gobierno; por eso hemos tenido que sufrir también hoy bulos, insultos,
bloqueos y descalificaciones permanentes por parte del grupo que le propone a usted como candidato a la Presidencia del Gobierno, y por eso nunca hemos contado con el apoyo de la oposición en los momentos más dramáticos, como la pandemia o la guerra
de Ucrania, sin citar el volcán, ni, como he dicho antes, ante las mayores adversidades que hemos atravesado estos años.


Esta moción, señorías, presentada por la ultraderecha, no es más que el penúltimo capítulo del acoso y derribo a este Gobierno de coalición progresista a lo largo y ancho de esta legislatura. Pero le diré, señor Tamames, que nosotros no
vamos a pagar con la misma moneda, repito, no vamos a pagar con la misma moneda. Estoy convencido de que la moción de censura es un instrumento recogido en nuestra Constitución que merece el máximo de los respetos; es una herramienta que exige,
por supuesto, un respeto que todos los grupos parlamentarios aquí presentes merecen, porque son los legítimos representantes de la expresión popular, y es una herramienta que, lógicamente, exige -con todo respeto- contestar. Es lo que voy a hacer y
lo voy a hacer, señor Tamames, yendo a la cuestión central del debate. ¿Qué es lo que nos reúne hoy aquí, señor Tamames? ¿Cuál es la verdadera razón de una situación tan curiosa, con un candidato que no quiere ser presidente, con propuestas e
ideas de quita y pon de su partido proponente y con un partido proponente que parece algo incómodo? Usted no se habrá fijado, pero, por la expresión física de su grupo proponente, le puedo garantizar que no estaba muy a gusto con buena parte de sus
comentarios y con lo que usted ha explicado hoy aquí y también previamente. (Protestas.-El señor Sánchez del Real: ¡Estamos encantados!-Aplausos). La razón, señor Tamames, es muy evidente y es que el único propósito que tienen ustedes es tumbar
al Gobierno e impedir que este Gobierno avance en sus políticas sociales. Este va a ser, señor Tamames, el objeto de mi intervención: defender la gestión del Gobierno de coalición progresista, debatir de manera útil y constructiva para que los
españoles y españolas que estén acercándose a esta moción de censura vean que en su Parlamento se debate sobre cuestiones que les afectan realmente y argumentar por qué entiendo que este Gobierno está logrando que España avance y por qué creo que
España debe consolidar esos avances durante los próximos cuatro años. En definitiva, contrastar la gestión del Gobierno de coalición progresista con sus propuestas, señor Tamames, y con las del partido que le propone a usted como candidato a la
Presidencia del Gobierno y con la situación, porque, evidentemente, nosotros no somos fruto de algo accidental, sino de la situación que heredamos del Gobierno del partido que hoy esconde la mano con su abstención en esta moción.


Usted, señor Tamames, en el discurso que se filtró a los medios de comunicación y en el de hoy aquí también -aunque de manera más breve- ha tratado de exponer su intervención en los ejes siguientes: el económico, el medioambiental, los
servicios públicos, la política exterior y la calidad democrática, y sobre estas cuestiones también yo voy a tratar de defender la gestión del Gobierno de coalición progresista. Voy a hacer lo propio para que usted se vaya de aquí con la certeza de
que este Gobierno no solo tiene un diagnóstico adecuado sobre la situación del país, sino también un plan claro para superar los desafíos, los problemas y las urgencias de nuestros conciudadanos, un plan basado en datos reales de la situación y en
los principios técnicos que recomiendan los principales organismos internacionales y nacionales.


Empecemos por la economía, señor Tamames -por cierto, quiero hacer un apunte, los 60 000 millones de euros de eso que dice usted que son gastos superfluos no es algo que haya planteado la AIReF, sino un instituto de estudios económicos
vinculado con la patronal que, por cierto, ya no hace mayor alarde de esas cifras, precisamente, por la insolvencia técnica de sus planteamientos-, que es su campo de especialidad. Señor Tamames, usted ha dicho en su intervención dos cosas. La
primera de ellas es que la coyuntura económica internacional es compleja y difícil y que hay motivos para la preocupación y yo no puedo más que estar de acuerdo. De hecho, vengo repitiendo este mensaje -usted no es diputado y no lo puede saber-
desde hace ya bastantes meses. Tenemos una guerra a las puertas de Europa -usted



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también convendrá conmigo en que tenemos una guerra comercial entre las dos principales potencias globales del mundo, Estados Unidos y China-; una crisis energética; una crisis inflacionaria, y ahora también -usted no ha hecho referencia a
ello, pero lo compartirá conmigo- tensiones financieras en el mundo que tanto los gobiernos como los organismos reguladores -empezando por el Banco Central Europeo- debemos seguir de cerca. En consecuencia, señoría, corren tiempos complejos y lo
saben nuestros mayores, nuestros trabajadores y nuestros conciudadanos.


Hasta ahí estamos de acuerdo, señor Tamames, pero discrepamos en las soluciones y en la respuesta que debemos adoptar ante esta difícil coyuntura, porque usted ha venido hoy aquí a defender que volvamos al viejo modelo neoliberal de bajar
salarios, abaratar el despido, recortar el gasto público y abrir las puertas a la privatización de la sanidad, que es, a la postre, lo que esconde el tan manido mantra de la rebaja de impuestos que la derecha y la ultraderecha proclaman, rebaja que,
por cierto, al final a quienes acaba beneficiando es a las grandes fortunas, a los de arriba, y nunca a las clases media y trabajadora de nuestro país. (Aplausos). Señor Tamames, el problema está en que esa respuesta neoliberal ya la dieron el
Partido Popular y Mariano Rajoy durante siete largos años y el resultado fue desgarrador. ¿Qué hizo el señor Rajoy? Lo que usted ha invocado hoy aquí: recortó derechos laborales; congeló el salario mínimo interprofesional; concedió amnistías
fiscales, mientras subía los impuestos a la clase media y a los trabajadores de nuestro país; cercenó los servicios públicos, y recortó las prestaciones sociales. ¿Y qué consiguió esa receta neoliberal que usted vuelve a proclamar aquí como la
solución a todos los males de la nación? Lo que consiguió fue destruir 2,5 millones de empresas; aumentar la brecha que separaba a España de las economías más avanzadas de la Unión Europea, y perder, señor Tamames, un millón de horas de jornadas
laborales como consecuencia de la conflictividad laboral, de una contrarreforma laboral impuesta solamente con los apoyos parlamentarios del Grupo Parlamentario Popular, pues ningún otro grupo parlamentario la apoyó. La tasa de paro juvenil llegó
al 57 %, señoría. Usted me reprocha -y tiene razón- que la tasa juvenil en nuestro país es alta, de más de un 30 %, pero es que cuando estuvieron otros en el Gobierno era de un 57 %. Usted me reprocha que la tasa de desempleo en nuestro país es de
un 13 %. Es cierto, pero es que cuando llegamos al Gobierno la tasa de paro en nuestro país estaba casi en el doble. (Un señor diputado: ¡Qué barbaridad!). Señoría, con esas recetas que usted ha invocado aquí como la solución a todos los males
de la nación, la tasa de paro juvenil llegó al 57 %, 400 000 de nuestros mejores jóvenes preparados tuvieron que emigrar al extranjero por la falta de oportunidades en España y España mantenía una de las tasas más desiguales de toda la Unión
Europea. Señoría, no le he escuchado mencionar uno de los principales males que tiene nuestro país, que es la pobreza infantil y que afecta a 2,5 millones de niños y niñas. Gracias al ingreso mínimo vital estamos empezando a dar respuesta a esa
dramática situación de muchísimas familias (aplausos), un ingreso mínimo vital que, precisamente, el grupo proponente rechaza.


En definitiva, señor Tamames, lo que le quiero decir es que competir en precariedad y en recortes no funcionó y desgarró España. Por eso nosotros creemos que tenemos que extraer lecciones del pasado y de la respuesta neoliberal a esa crisis
financiera y dar una respuesta completamente distinta a la que se dio: un modelo que se base en la innovación, en el talento, en la sostenibilidad medioambiental y social y también en la reindustrialización de España. Usted habla de que ha habido
un proceso de desindustrialización en nuestro país, es cierto, y también en el continente europeo, pero usted no ha planteado ninguna solución de cómo reindustrializar España y nosotros sí lo estamos haciendo; luego le daré algunos ejemplos.


Nuestro afán es que España compita con los países más avanzados del mundo, pero que no lo haga por ofrecer mano de obra barata, como hizo la derecha cuando aprobó esa contrarreforma laboral de manera unilateral o el dumping fiscal a grandes
fortunas, que parece ser, el bálsamo de Fierabrás a todos los males de nuestro país para la derecha y la ultraderecha, sino por la calidad de nuestras infraestructuras; por la buena formación de su población; por tener un Estado del bienestar
fuerte y consolidado; por la diversidad -claro que sí, señor Tamames, y usted no ha hecho referencia a ello-; por incorporar a la mujer en plena igualdad en el desempeño económico, laboral, social y político de nuestro país; por la digitalización
de las empresas, a la cual usted no ha hecho referencia, y de la Administración pública; por la disponibilidad de energía limpia y más barata, que está favoreciendo la reindustrialización en España, y, sin duda alguna, por la colaboración
público-privada en la transición energética y también en la transformación digital.


Señor Tamames, esa es nuestra receta económica, una receta similar a la que se está planteando por parte de otros países a los cuales nosotros queremos emular, como son, por ejemplo, los países nórdicos,



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grandes democracias consolidadas con Estados del bienestar sólidos. Es también una receta económica alineada con las recomendaciones de los organismos más reputados de manera internacional como son el Fondo Monetario Internacional, la OCDE
o, en el caso europeo, la Comisión Europea. A lo mejor usted se sorprenderá, pero, si mira las recomendaciones específicas por países, durante estos últimos diez años una de las reiteradas exigencias de la Comisión Europea a España ha sido reformar
todas las políticas de reinserción social y crear un ingreso mínimo vital. Es lo que ha hecho el Gobierno de España y es lo que votó en contra, entre otros, su grupo proponente. (Aplausos). En definitiva, es una receta que pretende combinar el
crecimiento económico con el bienestar social, porque creo que la gran lección de esa crisis financiera y de la respuesta neoliberal es que no puede haber crecimiento si no hay reparto de ese crecimiento y que no puede haber reparto de ese
crecimiento si no hay, precisamente, ese crecimiento.


Señoría, los datos nos dicen que, pese a todas las dificultades y pese a la compleja situación que están atravesando ahora el mundo, Europa y España como consecuencia de esta guerra de Putin en Ucrania, la receta ya está funcionando y, por
tanto, es cuestión de ir consolidando esta dirección que hemos emprendido hace cuatro años. A pesar del ruido y de la compleja coyuntura internacional que nos ha tocado vivir, nuestro país mantiene -reconozcámoslo, señor Tamames, usted es
economista y lo sabe bien- unas tasas de crecimiento económico saludables si las comparamos con otros países de nuestro entorno y registramos los mejores datos de exportaciones -al menos, usted lo reconoce- y de actividad empresarial en décadas. Le
voy a dar un dato, señor Tamames: solo en el último año se han creado en España 100 000 nuevas empresas y algunas de las compañías más grandes del mundo han anunciado la puesta en marcha de inversiones millonarias en nuestro territorio. Le invito
a que vea algunas de esas inversiones que se han anunciado por parte de muchísimas grandes compañías en nuestro país. Por cierto, hay algo en lo que yo no puedo estar de acuerdo con usted y es, precisamente, en que las pequeñas y medianas empresas
no tienen futuro porque las pequeñas y medianas empresas tienen todo el futuro y el Gobierno de España va a apostar por ellas. (Aplausos).


Sobre los autónomos, le digo, señoría, que el incremento -me lo recordaba el ministro Escrivá- es de un 5 % en el año 2022 y, precisamente, la reforma del régimen de cotización de los trabajadores autónomos va a hacer que la mitad de los que
están afiliados al RETA tengan que pagar una cotización inferior a la del régimen anterior. Todo eso ha contado con el voto en contra de su partido y también del Partido Popular.


En todo caso, señoría, volviendo a las inversiones extranjeras directas, hablamos de fábricas de vehículos eléctricos; fábricas de baterías para esos vehículos eléctricos que hace cuatro años, cuando yo llegué a la Presidencia del Gobierno,
ni se imaginaban que podían plantearse aquí en nuestro país; centros de datos y de computación; refinerías de hidrógeno verde, y plataformas logísticas. En definitiva, señorías, son nuevas oportunidades que van a crear más de 800 000 puestos de
trabajo si consolidamos esta política económica en esta década.


Además, señor Tamames, nuestro tejido productivo se está transformando a una velocidad vertiginosa. De hecho, los sectores de la economía que más empleo han creado a lo largo del año 2022 -usted lo sabe bien- fueron los vinculados con la
tecnología, la información, los servicios de alto valor añadido y con los más vinculados con el futuro. ¿Y cuál es el resultado de todo ello? Señoría, el resultado es que en España hoy hay 20 500 000 personas con empleo, es decir, más que en
ningún otro momento de la historia democrática de nuestro país. De hecho, le puedo adelantar -como le he dicho antes al señor Abascal- que hoy en día España cuenta ya con un millón de empleos más que antes de la pandemia -un millón de empleos más
que antes de la pandemia, señor Tamames-, y que esos empleos, evidentemente, son de mayor calidad porque hemos reducido la temporalidad en siete puntos desde que se puso en marcha la reforma laboral y porque hemos elevado el salario mínimo
interprofesional de 735 euros al mes, con el que nos encontramos cuando llegamos al Gobierno, a los 1080 euros, que es ahora mismo lo que están cobrando los trabajadores y trabajadoras perceptores del salario mínimo interprofesional. Por cierto,
señoría, es un compromiso de legislatura, es un compromiso del Gobierno de coalición progresista y, sobre todo, es un compromiso y una recomendación que nos marca la Carta Social Europea, a la cual está adherida el Gobierno de España, que es llegar
al 60 % del salario medio en nuestro país, igual que en el resto de democracias occidentales. Eso es lo que está haciendo el Gobierno de España, señoría. El 60 % no es un capricho, sino una recomendación de justicia por parte del Consejo de
Europa. (Aplausos).


Con todos los respetos, señor Tamames, estamos demostrando con hechos que ha habido un cambio de paradigma después de la crisis financiera y que la respuesta neoliberal, que usted también plantea en



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su escrito y en su intervención, de que no suban los salarios y de que si suben los salarios se destruye empleo es falsa. Y decir todo esto, señor Tamames, insisto una vez más, no es triunfalismo económico, no lo es, sino dar datos
objetivos. Triunfalismo sería negar la evidencia, decir que no tenemos problemas serios o decir que la coyuntura internacional es fantástica. No lo hacemos desde el principio de la legislatura y no lo hacemos, por supuesto, desde el inicio de la
guerra. Creo que es justo reconocer los avances y las fortalezas de la economía española en este contexto tan complejo, y algo tendrá que ver también lo que ha hecho el Gobierno de España con su política económica.


Señor Tamames -le agradezco, al menos, que haya hecho mención a ello-, hemos elaborado y compartido con la sociedad española en un proceso participativo un informe que se llama España 2050 sobre los problemas estructurales -los que heredamos
de anteriores Administraciones- que vienen sufriendo la economía y la sociedad española durante más de cuarenta años y también, lógicamente, sobre los desafíos a los que nos enfrentamos, y lo hacemos, si me permite al menos esta licencia, con
argumentos mucho más sólidos y mucho más detallados e incisivos que el que usted ha expuesto hoy aquí. Hemos sido, por cierto, los primeros en tomar medidas para abordar los problemas de la inflación. Usted no ha sido testigo de estos debates que
hemos tenido antes del inicio de la guerra, pero ya en septiembre del año 2021 el Gobierno de España planteó ante Bruselas, y también ante la sociedad española, la necesidad de reformas a escala europea, sobre todo, en el ámbito energético para
contener los costes de la energía. Por tanto, hemos sido los primeros en abordar problemas con la inflación; el coste de las hipotecas, que continúa siendo uno de los principales problemas de nuestros conciudadanos; las facturas de la luz; el
precio de los alquileres, al cual usted antes ha hecho referencia y, en definitiva, la pérdida de poder adquisitivo de los españoles y españolas. ¿Queda mucho por hacer? Sin duda. ¿Caminamos en la dirección adecuada? Pues creo yo, señor Tamames,
que sí.


Señor Tamames, usted ha mencionado estos problemas, pero no ha planteado ninguna solución, ninguna solución. Por ejemplo, usted ha hablado del preocupante aumento que experimentó nuestra deuda pública durante la pandemia y también lo ha
hecho el portavoz del grupo proponente, el señor Abascal, pero lo que no puede explicar el señor Abascal -y tampoco usted lo ha hecho en su intervención- es qué habría hecho usted de forma diferente. ¿Qué habría hecho usted de forma diferente ante
el aumento de la deuda pública? ¿Usted no habría puesto en marcha los ERTE que protegieron a 3,5 millones de trabajadores y trabajadoras durante el confinamiento? ¿Usted no habría aumentado el gasto en salud, por ejemplo, para comprar todo aquello
que no teníamos por la ceguera de Occidente como mascarillas, respiradores, test o vacunas? ¿Usted no habría dedicado 45 000 millones de euros en el escudo social que hemos puesto en marcha para proteger a los ciudadanos frente a los efectos
nocivos de la guerra y sus consecuencias económicas y sociales? ¿Cuál habría sido la alternativa, señorías? Porque la política no va solo de denunciar los problemas, sino de encontrar soluciones. ¿Qué habría elegido usted, señor Tamames? ¿Los
recortes que usted invoca? ¿La respuesta austericida a la crisis que usted proclama como una de las bondades de la respuesta neoliberal a la crisis financiera? ¿Otra vez? ¿Una vez más? Porque eso ya lo hizo el Partido Popular, señoría, y el
resultado fue una década de precariedad y de oportunidades perdidas. El resultado fue el aumento de la deuda pública por parte de quienes gobernaban entonces, porque deprimieron la economía, porque recortaron el Estado del bienestar al tiempo que
aumentaban los impuestos a la clase media y trabajadora de nuestro país y porque, además, se ponía en marcha el rescate al sector financiero con más de 50 000 millones de euros y la creación del banco malo, un banco que, por cierto, usted defendió
cuando lo aprobó la anterior Administración del Partido Popular. Simplemente, a la hora de hacer las cuentas de lo que representa el aumento de la deuda pública, le recuerdo, señor Tamames, que la Sareb, es decir, el famoso banco malo, nos endeudó
a todos los españoles, porque tuvimos que computarlo en la deuda pública, en el Instituto Nacional de Estadística, en 35 000 millones de euros, cuando los anteriores inquilinos del Palacio de la Moncloa nos dijeron que el rescate al sector
financiero no iba a costar un céntimo de euro a los contribuyentes españoles. (Aplausos). Por eso, señorías, quisiera decir a los españoles que por estas razones, por este legado de cenizas, hay muy pocos ya que creen en estas recetas. La
ortodoxia económica ha cambiado, señor Tamames, y lo dice la Comisión Europea, lo afirma la OCDE y también el Fondo Monetario Internacional. Lo proclaman incluso Gobiernos conservadores en Europa que abogan, por ejemplo, por el acierto de los
fondos europeos, que creo que, entre otros, lideró en su génesis el Gobierno de España o también por las bondades y las virtudes de la solución ibérica, que no es más que la intervención de un mercado que no funciona, como es el mercado energético,
y que muchos Gobiernos conservadores -créame, porque me lo dicen en privado- quieren para sí. Los únicos que no se han enterado de ese cambio de paradigma



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económico son la derecha y la ultraderecha y, con todos los respetos tras escucharle, señor Tamames, tampoco creo que usted se haya enterado de ese cambio de paradigma económico. (Aplausos). Este Gobierno, señor Tamames, ha demostrado que,
con este cambio de paradigma económico, dar una respuesta social a las graves crisis económicas que hemos atravesado, tanto o más disruptiva que la crisis financiera -desde luego, una emergencia sanitaria lo es, y ahora una guerra a las puertas de
Europa mucho más que la crisis financiera-, lógicamente no tiene que estar reñida con tener una política fiscal y financiera responsable. Aprovechando precisamente eso, el fuerte crecimiento económico y también la extraordinaria evolución del
empleo, hemos podido cumplir con los objetivos de reducir el déficit público y la deuda pública en el año 2021 y en el año 2022.


La derecha y la ultraderecha dicen que ha subido la inflación y que, por tanto, se aumenta la recaudación, los ingresos públicos, pero dicen una parte de la verdad porque la otra parte de la verdad, señoría, es que nosotros estamos
desplegando un paquete de 45 000 millones de euros, que es el exceso de recaudación que precisamente está teniendo el Estado como consecuencia del alza de los precios. Por tanto, como he dicho antes, aprovechando ese crecimiento y la evolución tan
extraordinaria del empleo en nuestro país, estamos reduciendo el déficit y la deuda pública en el año 2021 y en el año 2022 por encima, señor Tamames, de las previsiones iniciales que habíamos hecho desde el Ministerio de Hacienda y desde el
Ministerio de Economía, una política económica justa que combina el crecimiento económico con la creación de empleo de calidad, con la mejora de los salarios, con el reforzamiento del Estado del bienestar y, en resumen, con la defensa de la mayoría
social de nuestro país y con la defensa de aquellos que son empresarios, que son profesionales y que son autónomos o trabajadores por cuenta ajena.


El segundo eje de su intervención es el medio ambiente, que está íntimamente vinculado, lógicamente, con la política económica. Por tanto, vamos a hablar del medio ambiente, como usted lo ha llamado. Le reconozco, porque he tenido ocasión
de leerle en muchísimas oportunidades a lo largo de estos últimos años, que ha se ha preocupado por esta materia, pero le recuerdo simplemente un matiz, señor Tamames, y es que el problema está en los que tiene a su lado, en que VOX niega el cambio
climático y tilda precisamente las políticas vinculadas con la adaptación y la mitigación al cambio climático como fanatismo climático, como el consenso de la dictadura progre.


Señor Tamames, usted ha hablado en su intervención de que falta agua y también de la degradación de nuestros bosques y yo voy a hablar también de ello porque son dos problemas gravísimos y le agradezco, además, la oportunidad que me da de
explicar a la ciudadanía española qué es lo que estamos haciendo, porque es algo que nos preocupa y nos ocupa desde el principio de la legislatura. El agua es fundamental para el bienestar de las personas, para la actividad económica y también para
la salud de nuestros ecosistemas. En muchas ocasiones se nos olvida que España es rica en biodiversidad y, en consecuencia, que tenemos una obligación desde los poderes públicos de preservar esa biodiversidad. La evidencia científica del cambio
climático si avala algo, señor Tamames, es precisamente eso, la necesidad de prepararnos para escenarios de sequía y de escasez y también para episodios de inundación como los que hemos vivido con gran dramatismo estos años...


La señora PRESIDENTA: Perdone un momento, señor presidente.


¿Sí, señor Tamames?


El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Tamames Gómez): Que usted venga con un tocho de veinte folios... (Risas y aplausos).


La señora PRESIDENTA: Señor Tamames, no puede usted interrumpir cuando el presidente del Gobierno está en uso de la palabra. (El señor candidato a la Presidencia del Gobierno, Tamames Gómez, continúa hablando con el micrófono
cerrado.-Rumores).


¡Les pido silencio, por favor! Señor Tamames, señor candidato, el presidente del Gobierno está en uso de la palabra. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Señor Tamames, estoy respondiendo a sus preguntas, y estaba hablando precisamente de la gestión forestal y también de la sequía y de la política del agua, que es algo que nos
preocupa, y mucho, desde el principio de la legislatura a este Gobierno. Le he dicho, además, que lo que queremos es anticiparnos a los escenarios más duros del cambio climático. (El señor candidato a la Presidencia del Gobierno, Tamames Gómez,
pronuncia palabras que no se perciben.-Pausa). ¿Puedo responderle, señoría? (Un señor diputado: ¡Sí!-Otro



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señor diputado: ¡No!). Lo que queremos es garantizar una gestión eficaz del agua a través de la digitalización. Estamos destinando recursos económicos precisamente de los fondos europeos a la digitalización del sector primario, que -usted
lo ha dicho antes en su intervención- es bien productivo, con la aportación de recursos no convencionales, gracias, por ejemplo, a la reutilización del agua o a la desalación, y con una mejor conexión de nuestras infraestructuras hídricas. Le voy a
dar un dato: más de 8000 millones de euros en los próximos años para abordar uno de los principales desafíos que tiene nuestro país, y es la garantía de agua de boca para todos y todas, vivan donde vivan, y la disponibilidad y el uso eficiente del
agua para las actividades económicas y, sin duda alguna, para el sector primario. Fíjese si estamos protegiendo y restaurando acuíferos que hoy mismo acabamos de conocer por parte de la Comisión Europea un apercibimiento de nuevo a España ante la
situación que están viviendo los acuíferos en Doñana o también en el Mar Menor, frente a la pasividad de los gobiernos autonómicos del Partido Popular, tanto en Andalucía como en Murcia, que prefieren mirar hacia otro lado o incluso atacan
frontalmente nuestros ecosistemas más preciosos, a pesar, como he dicho antes, de las duras advertencias de la Comisión Europea, la última recibida precisamente esta semana.


La misma dejadez y la misma desprotección, señor Tamames, de la derecha y la ultraderecha cuando estamos hablando de la gestión forestal, de la masa forestal de nuestro país, porque -y usted no me lo negará, señor Tamames- negar el cambio
climático no hace que la realidad cambie, sino que la gente la sufra. Recordemos lo ocurrido en Castilla y León durante el pasado verano, porque usted ha hecho referencia en su intervención a los cientos de miles de hectáreas que fueron calcinadas
como consecuencia de los incendios, pero recordemos lo ocurrido en Castilla y León, porque sus incendios los hemos tenido que pagar el resto de comunidades autónomas y la Administración General del Estado en Castilla y León (aplausos), ante la
ausencia de medios y la desprotección por parte del Gobierno autonómico del Partido Popular con el partido proponente de su moción de censura, el partido de VOX.


Por eso, señorías, ¿qué queremos? Practicamos también las soluciones locales en el medio rural; el esfuerzo y el refuerzo de los servicios en esas áreas; el cuidado a nuestros agricultores y ganaderos -usted no ha hecho referencia a la
PAC, pero estamos garantizando sus rentas con los anticipos de la PAC-; el respaldo a la bioeconomía; el emprendimiento en las zonas rurales; la consolidación de una verdadera estrategia forestal y la garantía de los derechos laborales; la
cualificación y los medios de los agentes medioambientales y los bomberos forestales. (Aplausos). Usted no lo sabrá, señoría, pero quiero decirle que esta estrategia forestal no ha contado nunca con el apoyo de su grupo proponente. Este Gobierno
ha aumentado los recursos para la gestión forestal y también la prevención en incendios, señor Tamames. Probablemente tengamos que hacer mucho más, sin duda alguna, sobre todo en la concienciación social, pero este Gobierno ha aumentado los
recursos económicos en gestión forestal y en prevención de incendios. Por eso, hoy, por ejemplo, señor Tamames, es obligatorio disponer de planes anuales que antes no existían, no eran obligatorios, frente a los incendios forestales, y también es
obligatorio ser transparentes con respecto a los medios disponibles. Es decir, que no suceda lo que sucedió el año pasado con el Gobierno de coalición del PP con VOX en Castilla y León. Por cierto, señor Tamames, le invito también a que le diga a
su grupo proponente que ahora mismo tenemos en tramitación en las Cortes Generales la aprobación de dos importantes leyes, una ley de agentes medioambientales y otra de bomberos forestales. (Aplausos).


En todo caso, señor Tamames, llama la atención -he estado muy pendiente de su intervención (risas)... No sé por qué se ríen-, llama la atención -digo- que, hablando del agua y de los incendios forestales, de la degradación de los bosques en
nuestro país, no haya mencionado usted ni una sola vez -ni una sola vez, señor Tamames- que ambos problemas no surgen de la nada. Es chocante que usted haya eludido mencionar la causa estructural de ambos problemas, que es precisamente el cambio
climático. Usted no ha mencionado el término cambio climático en toda su intervención. (Aplausos). Fíjese, usted ha hablado de los desafíos futuros que tiene España y no se ha referido en su intervención ni en un solo momento al cambio climático.
Ese es el problema del negacionismo de la ultraderecha y también de buena parte de la derecha política, social y económica de nuestro país, porque conviene recordar que no hace mucho tiempo un gobierno de la derecha, con Mariano Rajoy al frente, se
pasó siete años negando la evidencia científica de que existía el cambio climático. (Aplausos). El PP dijo en más de una ocasión que el cambio climático no existía como problema medioambiental, y quizá por eso suprimió todas las ayudas a las
energías renovables, mantuvo los subsidios al carbón y al gas y estableció un impuesto al sol, que frenó precisamente la transición ecológica en nuestro país durante una década. Una década perdida, señor Tamames.



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Usted antes hacía referencia a las primas de las renovables. Simplemente le quiero recordar algo que me comentaba precisamente la vicepresidenta. (Un señor diputado: ¡Más datos!). ¿Qué pasa? Por supuesto, claro que sí, también se pueden
dar datos para responder a las cuestiones que plantea el señor Tamames. Lo primero que hicimos, porque nos preocupaba, fue ofrecer garantía de rentabilidad del 7,39 % a los afectados por dos periodos regulatorios más a cambio de ciertas cuestiones.
En definitiva, garantizamos dieciocho años la rentabilidad del 7,39 %, y fue muy bien acogido por el sector en 2019, fue capital precisamente para ofrecer estabilidad y justicia a los pioneros de estas energías renovables. En 2018, nos encontramos
una multa semestral de 12 000 millones de euros más 11 000 millones de euros por cada semestre de retraso por incumplimiento de las obligaciones de saneamiento. Hemos dedicado estos años a invertir precisamente para revertir esta situación,
reduciendo la multa semestral a 3000 millones, y nuestra intención es seguir impulsando el pleno cumplimiento en depuración, saneamiento y eficiencia. En definitiva, lo que le quiero decir con esto es que nosotros heredamos una situación muy
lamentable en la revisión de todo el despliegue de las energías renovables en nuestro país y hemos estado resolviendo estos litigios y garantizando rentabilidades a los inversores del 7,39 % durante dieciocho años.


Nosotros, señor Tamames, por tanto, lo que hemos hecho ha sido lo contrario. La primera medida que adoptamos fue declarar la emergencia climática en nuestro país, esa fue una de las primeras decisiones que tomé como presidente del Gobierno
en el Consejo de Ministros y ministras. Fuimos uno de los primeros gobiernos del mundo en hacerlo, en aprobar esta declaración de emergencia climática. Y, acto seguido, ¿qué hicimos? Pusimos en marcha una agenda de transformación medioambiental
ambiciosa, que creo que es la más ambiciosa en nuestro país hasta la fecha, una transformación de la que en apenas cuatro años se han obtenido resultados, que ahí están, señor Tamames, y que son incontestables. Hemos reducido nuestras emisiones de
gases de efecto invernadero en un 14 %; hemos limitado nuestro consumo de recursos naturales; hemos ampliado los espacios protegidos; hemos aumentado en un 40 % las energías renovables, y hemos triplicado el número de vehículos eléctricos que
circulan por las calles, entre otros avances que lógicamente la ultraderecha siempre menosprecia. Y si los españoles nos renuevan su confianza, en los próximos cuatros años, señor Tamames, vamos a hacer mucho más, hasta que España se convierta en
uno de los países más sostenibles medioambientalmente del mundo. (Aplausos).


Este compromiso lo vamos a cumplir por dos motivos. El primero es el de la justicia intergeneracional, porque nosotros creemos que el planeta no es una herencia de nuestros padres que podamos dilapidar a nuestro antojo, sino un préstamo de
nuestros hijos, que debemos proteger y mejorar para ellos. Y, junto con la justicia intergeneracional, hay una segunda razón que me parece muy evidente, después de algunos de los datos que he compartido con los españoles y españolas durante este
debate, y es que estamos convencidos de que la transición ecológica -y, en consecuencia, la transformación energética- es la mayor oportunidad que tiene España para reindustrializarse y crear nuevos empleos de calidad desde nuestra incorporación a
la Unión Europea allá por el año 1986. Tanto es así que yo le diría que nos convendría hacerla incluso si no existiera la emergencia climática.


Creo que usted estará de acuerdo conmigo si le digo que España cuenta con la mayoría de los ingredientes para ser una potencia industrial. Tiene las mejores redes de infraestructuras físicas y digitales diría que del mundo; contamos con
una posición geoestratégica mirando a tres continentes; tenemos un marco regulatorio estable y una población altamente cualificada. Probablemente, usted convendrá conmigo que lo que nos faltaba era eso, energía barata, y ahora, gracias a la
apuesta decidida que ha hecho este Gobierno por las energías limpias y por el ahorro energético y la eficiencia energética, creo que vamos a tenerla. De hecho, le voy a dar un dato, señor Tamames: a día de hoy España es ya el país con la
electricidad más barata de toda Europa (aplausos), y en el futuro, si dependemos menos del gas y del petróleo, que es justo lo contrario de lo que plantea el partido proponente de esta moción de censura, los precios van a seguir bajando y eso nos va
a permitir atraer más industrias y crear empleo que antes, evidentemente, no estaba a nuestro alcance. En concreto, estimamos en el Plan Nacional de Energía y Clima que presentamos ante la Unión Europea, y que contó con la mayor de las
calificaciones de los planes presentados por los distintos Gobiernos europeos, que, gracias a la transición ecológica, para hacer frente a ese cambio climático que usted no ha mencionado en su intervención la economía española tendrá casi 2 puntos
más del producto interior bruto al final de esta década, en el año 2030, y va a crear más de 350 000 nuevos empleos. Pero para no hablar de futuribles, los 85 000 puestos de trabajo que se van a crear en las dos plantas de metanol verde que se van
a construir por parte de una gran naviera



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mundial en Galicia y Andalucía son un buen ejemplo de ello. Es evidente que el Partido Popular y VOX dicen que la transición ecológica nos hará más pobres, es lo que plantean reiteradamente en sus intervenciones, señor Tamames, pero creo
que no es verdad, que es justo al revés, que nos va a traer más riqueza y prosperidad.


Señor Tamames, usted ha hablado también del deterioro de la sanidad pública y de la educación, es donde fundamentalmente usted ha centrado el deterioro y la erosión de nuestro Estado del bienestar, y me quiero centrar en ello. Pero no
quiero olvidar decirle antes que en cuanto a la okupación, los datos que me traslada el ministro del Interior es que se ha rebajado este año en un 4 % respecto del año anterior, y también que, evidentemente, en todo lo que representan las cifras de
criminalidad, hay que hacer un matiz bien importante a sus planteamientos. Es verdad que en la criminalidad general ha bajado la convencional en un 2 % y la total se ha incrementado respecto al año 2019 -el año de comparación, ya que en los años
2020 y 2021 tuvimos restricciones de movilidad por el confinamiento, que usted conoce bien- en un 5 %, debido fundamentalmente a esa subida de la cibercriminalidad, sobre todo a las estafas en la red. Usted convendrá conmigo que, sobre todo después
de la pandemia, ha habido un aumento muy significativo de todo lo que tiene que ver con el uso de las nuevas tecnologías y, en consecuencia, en contraposición, de la cibercriminalidad. En resumen, ha bajado la criminalidad en el mundo físico, pero
ha aumentado en las redes y la total se ha incrementado, en consecuencia, en ese 5 %. Nuestro índice de criminalidad es actualmente de 48 delitos por cada 1000 habitantes, y si nos comparamos con otros países europeos, señor Tamames, en Inglaterra
y en Bélgica no es de 48, es de 75 delitos por cada 1000 habitantes y en Alemania es de 80 delitos por cada 1000 habitantes; es decir, señor Tamames, estamos en un país seguro gracias a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. (Aplausos).


Por cierto, escuchando las bondades que ha proclamado sobre la privatización del Sistema Nacional de Salud y también la aportación del sector privado al Sistema Nacional de Salud, y simplemente por darle algunos datos, señor Tamames, le diré
que, según los datos de Eurostat, en el año 2020 el gasto en sanidad privada en nuestro país fue del 29 % y la media europea está en el 19 %. Por tanto, el problema no lo tenemos en la aportación del sector privado, lo tenemos en el reforzamiento
necesario y justamente demandado por parte de los profesionales sanitarios y del conjunto de la ciudadanía española. (Aplausos). En todo caso, coincido en la preocupación que usted ha expresado, en el deterioro tanto de la educación pública como
de la sanidad pública en nuestro país.


Me alegra que usted no haya hecho mención al Sistema Nacional de Dependencia, porque hemos aumentado sus recursos y revertido los recortes que infligió la derecha durante la crisis financiera y su respuesta neoliberal. Pero, de nuevo, señor
Tamames, discrepamos respecto a la solución del problema, porque, según usted -y lo que se filtró a los medios de comunicación-, la clave está en recuperar el INSALUD de 1978 o en desempolvar el informe de Abril Martorell de 1981, y sobre todo, como
usted ha dicho aquí, del sector privado para salvar a lo público. Usted propone, en definitiva, que derechos fundamentales, como la sanidad o la educación, se conviertan en mercancías que ya resolverá el mercado, como el problema de la falta de
médicos o las plazas de guarderías.


En definitiva, señor Tamames, usted vuelve a alinearse con las tesis neoliberales que aplicó el Gobierno del Partido Popular durante la crisis financiera, porque Rajoy hizo exactamente lo que usted está defendiendo hoy aquí y ya vimos el
resultado. Fíjese, el primer año que gobernó Rajoy se recortó en 4000 millones de euros el presupuesto de la sanidad pública en nuestro país, se echó a la calle a 3000 profesionales sanitarios y contamos con muchísimas menos camas hospitalarias en
UCI para hacer frente a la pandemia que las que tuvo Alemania al principio de la pandemia. Lo que hizo Rajoy fue reducir el gasto público en educación, en sanidad y en la economía de los cuidados; privatizó docenas de hospitales; quebró la
universalidad del sistema público de sanidad y expulsó a los inmigrantes -sí, expulsó a los inmigrantes, señoría-, pero este Gobierno recuperó la universalidad en el acceso al Sistema Nacional de Salud. (Aplausos). Puso copagos farmacéuticos, que
lo que hacían era crear obstáculos, sobre todo a los mayores de nuestro país, para el acceso a los fármacos; echó a miles de profesionales sanitarios a la calle, como he dicho antes; eliminó becas y ayudas escolares, y priorizó la creación de
colegios, guarderías y residencias privadas para mayores frente a las públicas.


¿Y qué es lo que ocurrió, señor Tamames? Porque creo que es importante recordar cuál es el resultado de las políticas neoliberales que usted está defendiendo y que ya fueron anteriormente utilizadas por el Partido Popular. Es evidente que
hubo algunas empresas que se forraron. De hecho, entre el año 2011 y 2018 -usted lo obvia en su intervención, señor Tamames-, el número de españoles y españolas que pagaban un seguro de salud privado pasó de seis a ocho millones y el gasto de las
familias en clases



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particulares para sus hijos y sus hijas como consecuencia del recorte en educación pública se duplicó. Es verdad que se forraron algunas empresas, pero esto no ayudó a la gente, porque no mejoró la calidad ni tampoco la sostenibilidad de
los servicios públicos, al contrario. Fíjese, señor Tamames, con esta respuesta neoliberal del Partido Popular que usted defiende, las listas de espera para hacerse una operación en el Sistema Nacional de Salud pasaron de 70 a 130 días, la
cobertura de tratamientos se redujo y los resultados educativos se estancaron. Por tanto, señor Tamames, lo que usted no puede decir es que la solución a los problemas del Estado del bienestar son las mismas recetas que nos trajeron esos problemas.
(Aplausos).


Nosotros defendemos otro camino. Usted ha hecho referencia antes a los problemas de la vivienda que tiene nuestro país, claro que sí, sobre todo los jóvenes. Por supuesto, no puedo estar sino de acuerdo. Además, le agradezco que usted
haga una reivindicación de la ley de vivienda, porque es verdad que es una asignatura pendiente que tiene la democracia española en estos cuarenta años. Ojalá en esta legislatura salga adelante una ley de vivienda que haga y reconozca como derecho
lo que es derecho en la Constitución y no un problema para los jóvenes de nuestro país. (Aplausos). Pero le diré una cosa, señor Tamames. Además de esa ley de vivienda, yo quiero reivindicar que este Gobierno está poniendo en manos de los jóvenes
250 euros para facilitar el acceso a una vivienda en alquiler, que ha contado con el voto en contra de la derecha y la ultraderecha que a usted le apoyan en esta moción de censura. Y también le quiero decir, señoría, que uno de los principales
males que tiene este problema es la desamortización de viviendas públicas a fondos buitre que se hizo por parte de administraciones locales gobernadas por la derecha. (Aplausos). Por lo tanto, si queremos aumentar la oferta, lo que tenemos que
hacer, señor Tamames, es aumentar el parque de vivienda pública.


Señor Tamames, lo que quiero decirle con esto es que nosotros defendemos otro camino al que usted ha expuesto y que, lógicamente, reivindica lo que hizo el señor Rajoy al frente del Gobierno durante la crisis financiera. Nosotros creemos
que el paradigma económico ha cambiado, que tenemos que extraer lecciones de la crisis financiera y de la respuesta neoliberal y que, en consecuencia, abogamos por una cohesión y una igualdad entre españoles y territorios como la utilidad, la
eficiencia y la justicia de lo público también para hacer crecer y prosperar a nuestras sociedades. Por eso, desde que estamos en el Gobierno, ¿qué hemos hecho, el señor Tamames? Casi hemos duplicado la inversión estatal en educación, en sanidad y
en economía de los cuidados; hemos puesto en marcha la mayor contratación de profesores y también de profesionales sanitarios de la historia de la democracia en nuestro país, y hemos empezado a abrir colegios y centros médicos estatales allí donde
el Partido Popular los privatizaba. Incluso, fíjese, señoría, nosotros, sin tener competencias, estamos poniendo recursos económicos tanto para el refuerzo de la atención primaria, como en los planes de salud mental, como también en la extensión de
la educación de 0 a 3 años en muchísimas ciudades y pueblos de nuestro país. (Aplausos). En definitiva, nosotros, señor Tamames, hemos apostado por reforzar aquello que usted pretende debilitar con sus palabras y que otros hicieron con hechos
durante siete largos años, y es reforzar nuestro patrimonio común, el Estado del bienestar.


Ese es el modelo en el que creemos, señor Tamames. En el que creen, además, las sociedades más avanzadas a las que aspiramos alcanzar como son, por ejemplo, los países nórdicos. Y apostamos por reforzar el Estado del bienestar por dos
cuestiones que me gustaría compartir con los españoles y españolas. En primer lugar, por una cuestión de justicia social, porque pensamos que los hospitales, los colegios y las residencias privadas están bien. No tenemos nada que objetar, señor
Tamames, a los colegios, a los hospitales y a las residencias privadas, porque prestan un servicio muy valioso a la sociedad. Pero, a mi juicio, no pueden ser nunca la única ni la principal opción. Y no pueden serlo por la sencilla razón de que
hay muchos españoles -y usted estará de acuerdo conmigo- que no podrían acceder a esos servicios, que son tan necesarios para nuestra cohesión y para nuestra prosperidad. Y porque no queremos que en nuestro país acaben existiendo eso que usted
llama dos clases de españoles y que la diferencia, en consecuencia, entre estar sano, bien formado o bien cuidado lo determine la cuenta corriente de la familia a la que pertenece cada cual. (Aplausos).


Y, junto con la justicia social, señor Tamames, hay una segunda poderosa razón, y es que pensamos que después, sobre todo, de la crisis financiera y de la respuesta neoliberal, la forma económicamente más eficaz de dar servicio a la sociedad
es así, redistribuyendo la riqueza. Las derechas repiten una y otra vez que lo público es ineficiente. Incluso usted ha deslizado con esos datos mal traídos de los 60 000 millones de euros que España cuenta con un sector público sobredimensionado,
y no es tal, la verdad es completamente distinta. España cuenta con un Estado del bienestar infradimensionado respecto a lo que



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pasa en otras economías europeas. Y en realidad, señor Tamames -y usted lo sabe bien porque ha leído y publicado mucho-, no hay un solo estudio que indique tal cosa. No hay un solo estudio que indique que un Estado del bienestar fuerte sea
contraproducente para la prosperidad y el crecimiento económico en nuestro país. Al contrario, los datos lo que revelan es que los países con mejor salud son los países con mejores resultados económicos. Los países con mejores resultados
educativos son también los países con mejores resultados económicos y, por tanto, aquellos países que cuentan con mejores Estados del bienestar son los países que tienen mejor desempeño económico, mayores tasas de empleo y, por supuesto, también
mayores niveles de cohesión social y territorial.


Sobre la política exterior, señor Tamames, me permitirá trasladarle mi sorpresa de que haya despachado en tan solo unos segundos la Unión Europea, que es precisamente el principal debate de la política de los ciudadanos y ciudadanas. Le
cuento simplemente una anécdota. En la última Conferencia de Presidentes y presidentas autonómicos que tuvimos en la isla de La Palma, a propósito del volcán, y que reunió a todos los presidentes autonómicos y al representante de la Federación
Española de Municipios y Provincias, el alcalde de Vigo, hablamos sobre todo y fundamentalmente de política europea. Por eso me ha sorprendido que usted prácticamente haya despachado en tres frases la política europea. Entiendo que,
desgraciadamente, habrá hecho caso a su grupo proponente en este ánimo que tienen siempre de desprestigiar y de debilitar este proyecto común. Pero, en todo caso, sí le diré, señor Tamames, que, en lo que atañe a la política exterior, usted tiene
un enfoque, si me lo permite, algo desfasado, porque usted al final lo que ha hecho ha sido limitar la política europea a la política migratoria, obviando, por cierto, señor Tamames, que, a diferencia de lo que está pasando con otras rutas
migratorias en el Mediterráneo central y en el Mediterráneo oriental, en el Mediterráneo occidental están bajando el número de llegadas de inmigración irregular hasta en un 80 %. Además, da la sensación de que, incluso, cuando ha hablado usted de
las repúblicas latinoamericanas lo hace como si todavía fueran colonias del imperio hispánico. Y pontifica sobre Gibraltar, ignorando que este es un asunto que no solamente afecta a España, sino que también es una gestión que tenemos que compartir
con la Unión Europea, porque hay un tercer país, en este caso Reino Unido, que ha salido de la Unión Europea. Pero, sobre todo, lo que más me sorprende es que nos acuse literalmente en su escrito de no trabajar las relaciones exteriores. (El señor
candidato a la Presidencia del Gobierno, Tamames Gómez, hace signos negativos). Entonces, ¿usted ya no me critica de no trabajar las relaciones exteriores? Porque, francamente, señor Señor Tamames, usted podrá discrepar o no sobre la política
exterior que tiene este Gobierno, pero no puede criticar que no la trabajamos.


Cuando nosotros llegamos al Gobierno, señor Tamames, España había perdido toda relevancia y todo peso político y prestigio internacional en Europa y en el mundo. El presidente Rajoy no solamente tenía un problema de lengua, tenía un
problema de comunicación, porque ignoraba todo lo que ocurría fuera de nuestras fronteras. Es más, no participaba en los grandes debates de la Unión Europea. De hecho, el Partido Popular se limitaba a ir a Bruselas a tomar nota sobre las
decisiones que allí se habían tomado sin pelear por los intereses de España. Pero, honestamente, yo creo, señor Tamames -y al menos usted podría reconocerlo-, que en estos últimos cuatro años la situación ha cambiado radicalmente. Fíjese, hemos
duplicado nuestras contribuciones a proyectos de cooperación y de desarrollo internacional. Hemos aprobado en estas Cortes -a lo mejor su grupo proponente no le ha informado- una nueva ley de cooperación al desarrollo para llegar a ese 0,7 % del
producto interior bruto. Hemos firmado nuevos acuerdos con países, por ejemplo, tratados de Amistad con Francia, hemos actualizado el Tratado de Amistad con Portugal y también con Marruecos. Hemos reforzado nuestras relaciones diplomáticas con el
continente americano, el africano y el asiático. Hemos acogido algunos de los foros multilaterales más importantes de ahora mismo, la cumbre de la OTAN o, por ejemplo, la COP25 en diciembre de 2019 y, sobre todo, yo creo que el Gobierno de España
ha recuperado un cierto peso de influencia en las decisiones que se toman en la Unión Europea. Hoy España, señor Tamames, créame, no acude a Bruselas solo a tomar notas, como hacía el señor Rajoy, también influimos en las decisiones estratégicas de
la Unión Europea. ¿Qué son, si no, los fondos europeos, qué son, si no, los fondos Next Generation? ¿Qué es, si no, la respuesta a la crisis de la COVID, completamente distinta a la crisis financiera? Una respuesta expansiva, solidaria y no
austericida y egoísta, que es precisamente lo que hizo la derecha cuando gobernó este país. (Aplausos). Nosotros estamos liderando la conversación e impulsando reformas muy importantes en el sector energético, que sabe usted que está reglado y
regulado por normas comunitarias. Y estamos sobre todo reposicionando industrialmente a nuestro país. Por supuesto, esto no significa, señor Tamames, que nosotros no acertemos o que no haya aún mucho que hacer en política exterior y política
europea, pero yo creo,



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señor Tamames, que es de justicia reconocer que en el tema de política exterior ni sus patrocinadores ni los colegas de sus patrocinadores están para dar lecciones a este Gobierno.


La primera parte de su intervención, señor Tamames, la ha centrado en la calidad democrática de nuestro país y también en la situación de nuestro Estado de derecho. Ha dicho que no hay separación de poderes en nuestro país. Ha dicho usted
hoy aquí que no existe seguridad jurídica. Y leía en un medio de comunicación, usted lo ha deslizado, claramente lo ha dicho el grupo proponente, que España va camino de una autocracia. De entrada, tengo que decirle, señor Tamames, que me
sorprende que usted denuncie estas cosas como negativas, cuando son precisamente algunas de las metas que VOX aspiraría a lograr en caso de llegar al poder. Sí, sí, acabar con la separación de poderes. Instaurar autocracias políticas es
precisamente lo que han hecho líderes internacionales con los que el señor Abascal no para de hacerse fotos. De modo que en este punto es donde menos entiendo que haya aceptado usted el encargo de presentar esta moción de censura. Usted, en todo
caso, señor Tamames, a lo largo de su carrera ha demostrado ser un eficaz polemista, y yo se lo reconozco, y por eso asumiré que está permitiéndose una licencia retórica al hablar de autocracia y de dictadura para referirse a nuestro sistema
político. Porque usted, como pocos, como bien ha recordado al principio de su intervención, está en condiciones de diferenciar lo que es una democracia de lo que es una autocracia. Voy a ponerle algunos ejemplos, por seguir el hilo de la primera
parte de su intervención. En una autocracia, quienes se afilian a un partido que no es del régimen, se exponen a ser detenidos por la policía por el mero hecho de pensar diferente. En una autocracia, y usted lo sabe bien, están prohibidos desde
los sindicatos de clase hasta los medios de comunicación independientes, a los cuales, por cierto, critica y señala el señor Abascal; y, quienes quebrantan esa prohibición, acaban en la cárcel condenados por los tribunales que son designados por
esa propia autocracia. En una autocracia, en una dictadura, señor Tamames, usted lo sabe bien, la oposición no toma la palabra en el Parlamento, porque sencillamente en el Parlamento solamente existe un grupo parlamentario, que es el del régimen y,
por tanto, es imposible que existan mociones de censura como las que hoy nos ha convocado el grupo proponente. (Aplausos).


Señor Tamames, dejemos las licencias retóricas de su eficaz polémica y vayamos a los hechos, porque España es una democracia y no es cualquier tipo de democracia, es una democracia plena, y estas no son impresiones personales suyas o mías,
porque lo que cuenta son los hechos, son los datos, señor Tamames y, usted, que es economista, que es técnico comercial del Estado y que, además, se vanagloria de utilizar los datos, debería también saberlo. Y los datos, ¿qué es lo que nos dicen?
Lo que nos dicen -y lo quiero compartir con la ciudadanía española, sobre todo con aquellos que vivan con angustia este tipo de críticas- es que, desde que gobernamos, en el año 2018, escúcheme bien, señor Tamames, España ha mejorado su posición en
los tres rankings de calidad democrática más prestigiosos que existen en el mundo y que seguramente, por cierto, usted conoce. Primero, el ranking V-Dem; segundo, el ranking de calidad democrática de la prestigiosa revista británica The Economist
y, el tercero, el de Freedom House. De hecho, fíjese, señor Tamames, en los tres figuramos en el top de democracias plenas, por delante, por cierto, de Estados Unidos, país al que usted ha mencionado en reiteradas ocasiones a lo largo de su
historia como ejemplo a seguir. Pues en los tres rankings estamos por delante de Estados Unidos en calidad democrática y en los tres rankings, además, se dice que no estamos aún más a la cabeza de este ranking por la falta de renovación del Consejo
General del Poder Judicial. (Aplausos). Por tanto, le podría recordar usted al señor Feijóo, la próxima vez que cene con él, si tanto le preocupa, como dice, el estado del Poder Judicial, que cumpla con la Constitución y que desbloquee la
renovación del Consejo General del Poder Judicial. (Aplausos).


Y, hablando de mejorar nuestra democracia, en fin, decir que la Guerra Civil empezó en 1934... Permítame que me refiera a la Ley de Memoria Democrática. Debo decirle que esta ley pretende dos cosas que creo que muchísima gente, de
muchísimos colores políticos y de muchísimas orientaciones ideológicas, puede perfectamente compartir con nosotros. El primero de los objetivos de esta Ley de Memoria Democrática es que quienes buscan tras muchos años los restos de sus familiares
cuenten con el apoyo y el compromiso de los poderes públicos para hacerlo; y el segundo es que los responsables de la dictadura, que sometió cuarenta años a nuestro país, no reciban homenajes públicos en una democracia. (Aplausos). Y, frente a
los bulos que se han dicho sobre esta ley, conviene recordar que pone en valor la transición democrática, que pone en valor la Constitución de nuestro país, que homenajea precisamente la Transición, la Ley de Amnistía y, sobre todo, la Constitución
española.


Señor Tamames, desde que gobernamos, déjeme compartir con usted que la derecha y la ultraderecha no han parado de criticar al Gobierno de coalición con la intención de instalar la idea de que gobernar en



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coalición es algo malo, una suerte de degradación de la democracia. Incluso, tanto usted como el señor Abascal, como también el grupo que se abstiene en esta moción de censura, el Grupo Parlamentario Popular, vienen a denigrar los apoyos
parlamentarios con los que ha contado este Gobierno en su acción legislativa. Realmente lo sorprendente es preguntarse lo contrario, señor Tamames, preguntarse por qué la derecha y la ultraderecha no han votado a favor de revalorizar las pensiones,
de aprobar una reforma laboral acordada con los agentes sociales o de aprobar un ingreso mínimo vital, que ataca uno de los principales males de nuestro país, como es la pobreza infantil. Pero, volviendo a la coalición, quiero recordarle, señor
Tamames, que conviene subrayar y compartir también con los españoles que el 80 % de los gobiernos que hay en la Unión Europea son gobiernos de coalición, de dos o de más partidos políticos. Las derechas, como he dicho antes, se obcecan en
criminalizar la diversidad de nuestro país y de nuestro Parlamento, y creo que nosotros lo que tenemos que hacer es justo lo contrario. Los demócratas lo que tenemos que hacer es reconocer la legitimidad, porque es la expresión de la voluntad
popular del pueblo con su voto, y para ello hemos construido una nueva forma de hacer política más plural, más dialogante. Tengo que recordarle, por cierto, señor Tamames, que nosotros somos un Gobierno de coalición con minoría parlamentaria, una
forma, en definitiva, de hacer política que acepta la diversidad ideológica de los españoles y españolas, trabaja con ella y logra construir acuerdos; acuerdos, por cierto, que nos han permitido devolver la estabilidad al Congreso de los Diputados
tras años de bloqueo. Permítame, simplemente, señor Tamames, compartir con usted lo siguiente. Estos acuerdos de un Gobierno de coalición en minoría parlamentaria nos han permitido aprobar doscientas leyes tan importantes como la modernización de
nuestro sistema de pensiones o la modernización de nuestro sistema educativo para alinearlo con la nueva economía y la política de reindustrialización en la que está España; tres presupuestos generales del Estado en tiempo y forma. Son unos
acuerdos que, por cierto, se han extendido a los agentes sociales en temas tan relevantes como la reforma laboral. Unos acuerdos que han consolidado eso que usted denosta, que es la cogobernanza, que es el reconocimiento por parte del Gobierno de
España del Estado compuesto que es nuestro país y el título VIII de la Constitución, no solamente incorporando la cogobernanza a las comunidades autónomas, sino también a las diputaciones provinciales, cabildos y consells, además, lógicamente, de
los ayuntamientos, y acuerdos logrados con otros gobiernos de distinto signo político en Europa. Unos acuerdos, en definitiva, señor Tamames, que nos han permitido navegar estas aguas tan complejas con paz social, a diferencia de lo ocurrido
durante la pasada década bajo los gobiernos del Partido Popular con su respuesta neoliberal a la crisis financiera. (Aplausos). Por cierto, señor Tamames, le recuerdo -porque me daba el dato el equipo y me pareció muy significativo- que el
Gobierno monocolor del Partido Popular no consiguió aprobar dos presupuestos seguidos en tiempo y forma en siete años. Este Gobierno de coalición con minoría parlamentaria ha aprobado tres presupuestos generales del Estado en un momento tan inédito
como es el de atravesar una pandemia y ahora las consecuencias económicas, sociales y humanitarias de la guerra en Ucrania. (Aplausos). En definitiva, señor Tamames, lo que ustedes ven como una aberración -y en este punto me permitirán que le
asimile a usted a VOX y al Partido Popular- es en realidad el resultado de la democracia. Y le diré algo más, la fuerza que le patrocina a usted precisamente a lo que aspira es no a gobernar en solitario, sino en coalición con el Partido Popular.
Ya lo está haciendo en Castilla y León, por cierto, con sonoros desencuentros. Así es la democracia y así sucede en casi toda Europa.


No ha hablado prácticamente nada de Cataluña, no ha hablado nada, y yo me alegro, señor Tamames, porque veo que no forma parte de una de sus principales preocupaciones, y creo que honestamente podemos estar algo orgullosos de haber
contribuido con nuestra agenda del reencuentro a devolver un poco de sosiego a Cataluña y a su política, a devolver cierta normalidad y estabilidad a las instituciones catalanas y progresivamente también a la sociedad catalana. Porque fíjese,
cuando nosotros llegamos al Gobierno, señor Tamames, y usted lo recordará, nos encontramos con un país fracturado, con un proceso unilateral de independencia puesto en marcha, con una sociedad catalana atravesada por la confrontación, con la
convivencia debilitada y con la reputación internacional de España seriamente dañada. Hoy creo que el escenario ha cambiado -antes lo compartía con el portavoz que defiende su candidatura a la Presidencia del Gobierno en esta moción de censura-, el
porcentaje de partidarios de la independencia ha descendido, la crispación social se ha desplomado en Cataluña, la convivencia regresa a las calles, la Constitución se cumple y la Generalitat y el Gobierno central hemos recuperado una cierta
capacidad de dialogar. ¿Esto significa que el problema se ha resuelto? No, no se ha resuelto; siguen existiendo posturas y proyectos muy distintos, pero creo que ahora hay un consenso en lo fundamental, señor Tamames, y es que los problemas
pueden y deben resolverse por la vía del diálogo político y no por la ilegalidad y por la



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vía de la unilateralidad. Entre los pocos que parecen añorar tiempos más turbulentos figuran los patrocinadores de su moción de censura, VOX. Lógicamente, resultaba más rentable electoralmente una Cataluña revuelta que una Cataluña en
calma.


Señor Tamemes -y termino ya-, se ha dicho de usted, después de haberse prodigado por los distintos medios de comunicación -le he seguido con atención, señor Tamames-, que no era el candidato adecuado para liderar esta moción porque sus ideas
no estaban plenamente alineadas con el proyecto de VOX, y yo creo que esos análisis tienen razón. Creo que sus ideas están mucho más emparentadas con las del proyecto del Partido Popular, que su defensa de los salarios bajos, de los recortes, del
dumping fiscal, de las privatizaciones en los servicios públicos, de la recentralización de las comunidades autónomas y de los viejos valores patrios habrían encajado a la perfección en el programa del señor Rajoy e igualmente también en el del
señor Feijóo. En todo caso, es cierto que hay un punto en común que comparte usted con VOX y con el Partido Popular y con el señor Feijóo, y es la voluntad perentoria de desalojar al Gobierno de España, y el problema, señor Tamames, después de
haberle escuchado y haber leído con atención el borrador de su discurso -y ya no digo más de esas setenta páginas que justificaban por parte de la ultraderecha la idoneidad de presentar esta moción de censura-, es que esta moción lo único que
propone es volver a la agenda antisocial felizmente superada. (Aplausos). Lo único que ustedes proponen es la agenda de recortes y de precariedad de la España de 2013. Porque esta moción de censura, señor Tamames, no es contra mí ni contra el
Gobierno de coalición progresista, es una moción para impedir que España avance, una moción para que España retroceda, en el caso del Partido Popular diez años y en el caso de VOX, medio siglo; en todo caso, para retroceder a una España que
defendía el privilegio de unos pocos mientras las mayorías cargaban con los costes de las crisis. (Aplausos). Es una moción probablemente del agrado de quienes solo tienen nostalgia del pasado y no han aprendido de las lecciones de la respuesta
neoliberal fracasada a la crisis financiera, de quienes creen que todo lo ocurrido estos cuarenta años de democracia, señor Tamames, y es también algo que se desprende de su intervención, es solo declive y decadencia, de quienes no han apoyado nunca
los avances de nuestra democracia. Pero España ha avanzado mucho, señor Tamames, y lo va a seguir haciendo. Seguro que en su fuero interno usted también tiene el deseo genuino de que España avance, de que España prospere, y créame si le digo,
señor Tamames, que también es el ánimo que impregna a todo este Consejo de Ministros y ministras y también a la mayoría parlamentaria que apoya buena parte de nuestra acción legislativa. Ese deseo es el que nos anima, pero tenemos, además, varias
cosas que quienes le proponen a usted y quienes se abstienen no tienen. Para empezar, contamos con unos equipos de Gobierno de primer nivel, entre los que se encuentran grandes profesionales con gran talento (aplausos.-Rumores), así que a todos
ellos y a todas ellas, mi reconocimiento y mi gratitud. También y sobre todo contamos, señor Tamames, con un plan concreto para superar los desafíos a los que se enfrenta España. Por supuesto, compartimos buena parte de algunos de los diagnósticos
y males estructurales que heredamos de anteriores administraciones, pero contamos con un plan concreto para superar esos desafíos, con un proyecto nacional claro para vertebrar la cohesión social y territorial de España, para conseguir la plena
igualdad entre hombres y mujeres, para crear las oportunidades que merecen y necesitan nuestros jóvenes, para reindustrializar España, aprovechando las oportunidades que nos brindan, precisamente, los fondos europeos que negó el partido que le
propone y también, lógicamente, las oportunidades que nos ofrece la transición ecológica y la transformación digital y para aplicar, en definitiva, señor Tamames, un modelo de justicia social, fortaleciendo nuestro Estado del bienestar, que es lo
que se desmanteló durante siete años de administración del Partido Popular. En definitiva, para proteger a la clase media, a los trabajadores y trabajadoras, haciendo que paguen más quienes más tienen.


En resumen, nosotros sí tenemos un proyecto para España, para la mayoría social de este país, para la gente de a pie. Señor Tamames, vivimos tiempos complejos, es verdad, pero, con todo respeto, incluso en tiempos inciertos avanzar es mucho
más seguro y más esperanzador que retroceder a una España mucho peor que ya no existe ni volverá a existir.


Gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Tiene la palabra el candidato a la Presidencia del Gobierno.



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El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Tamames Gómez): Muchas gracias, señora presidenta.


Permítame recordar a la Cámara que el presidente del Gobierno acaba de terminar su primera intervención ya en el debate y ha sido una hora y cuarenta minutos. (Risas). Eso significa que tenemos todo el tiempo del mundo por delante.
(Risas.-Aplausos). Pero, yo creo que en una hora y cuarenta minutos Asimov explicó la historia no solo de la República Romana sino también del Imperio Romano. (Risas.-Aplausos). ¿Por qué tenemos que hablar tanto?, me pregunto yo, señora
presidenta, porque acaba siendo reiterativo, todo lo mismo, todo lo mismo y no acabamos de pronunciarnos sobre los temas. No ha habido ninguna referencia, por ejemplo, al tema de la lengua española. No ha habido referencias a la ley electoral, que
sobredimensiona a los nacionalistas y separatistas. No ha habido una referencia al Gobierno conciliador, que se aleje del frankenstein y se aleje de los últimos episodios. La sedición y la malversación tampoco han aparecido para nada, etcétera,
etcétera. (Aplausos). Y corrupciones, no digamos, para nada han aparecido tampoco, o sea, cosas esenciales. Eso sí, han aparecido lo que llamaba un amigo mío las lecciones de cosas; como venían en un papel preparado para el presidente (risas),
nos ha explicado que los bosques son muy buenos. Yo también lo tenía mucho más largo en el papel que usted ha leído, naturalmente, y lo recorté. Papel que no sé quién encontró, porque el papel ese cui prodest -que decía Séneca-, ¿a quién
beneficia? Bueno, pues alguien dominando los sistemas técnicos, encontró mi ponencia, por así decirlo, o mi discurso a finales del mes de febrero y por ahí anda. Y, claro, hay cosas que ya no se corresponden con nada de lo que he dicho. (Risas).


Pienso, sinceramente, que esta sesión de moción de censura será útil, será útil porque, probablemente, tienen ustedes que cambiar el Reglamento de la Cámara y poner tiempos. (Risas). No se puede estar una hora y cuarenta minutos oyendo a
una persona todo el tiempo y dándonos lecciones de cosas sobre lo que no les hemos pedido que nos informe. (Risas.-Aplausos). Por tanto, yo quería contribuir también, porque estuve siete años en este hemiciclo hace tiempo -claro, bastante de
tiempo-, a la mejora de la Cámara porque la considero no solo como español simplemente y ciudadano, sino como una cosa muy próxima a mi propia vida. Dice usted que estoy patrocinado por un grupo que es autócrata, que no es demócrata y que no sé qué
y que no sé cuántos. Muy bien, pero es un grupo que no ha hecho el levantamiento de la sedición como delito para beneficiar a unos amigos de la casa. (Risas). O que para beneficiar a otros amigos de la casa levanta el delito de la malversación.
Hombre, es que eso, señor presidente, con todos los respetos que le tengo, le aseguro que eso sí que tendría que haber provocado una moción de disolución de Cortes, porque eso no se ha hecho ni en Polonia, ni en Hungría. (Aplausos). Levantar el
Código Penal en función de las necesidades de una sola persona y de su deseo de poder no ha existido en ningún sitio de Europa últimamente. (Rumores). Y yo le digo, sinceramente, no veo que VOX esté en condiciones ni vaya a hacer nada contra la
Constitución, al contrario. (Rumores.-Varios señores diputados: ¡Nooo!). Está por la unidad de España, está por la monarquía parlamentaria, está por la bandera, etcétera, etcétera. (Rumores).


Segunda cuestión histórica, usted sale a la calle en estos momentos y pregunta quién era Blas Piñar y no lo sabe ni el 0,001. (Risas). Nadie sabe quién es Blas Piñar. Tiene que ser una persona con muy mala idea la que le ha recordado a
usted ese nombre hoy. (Risas). Pero, en cambio, todo el mundo sabe que a Largo Caballero le llamaban el Lenin español, él se lo creyó y acabó en guerra civil. (Aplausos). Porque uno de los responsables de la Guerra Civil es Largo Caballero; lo
dice, concretamente, el maestro de los historiadores británicos que murió el año pasado, Raymond Carr; Raymond Carr, que tiene muchas tesis doctorales históricas hechas en España con discípulos suyos. Bueno, no se me ocurre encontrar una persona
maldita para compararla con mi persona; no me ha gustado, señor presidente, que haya dicho usted eso. (Risas). No me ha gustado nada, porque se veía que alguien le ha proporcionado el nombre, porque usted es muy joven y seguramente ni se acordaba
de él. (Risas).


Por otro lado, el escrito. El escrito, indudablemente, habrá aparecido en su despacho con las contestaciones. Bueno, me parece que dentro de los mecanismos de inteligencia es relativamente sencillo. Yo no he reclamado nada a las agencias
de seguridad en España en ese sentido y me parece, sin embargo, que a usted se le ha escapado la palabra escrito en vez de intervención. Y luego están los papeles que llegan y que hay que aprovechar. Hombre no, todos los papeles no se pueden
aprovechar, hay que seleccionar los temas. Porque si no, nos morimos en tres días de discursos que nos hacemos en este hemiciclo tan importante para nosotros.


El calentamiento global. ¿Por qué no he hablado del calentamiento global? Seguramente porque en la conferencia de prensa que tuvimos el jueves pasado estuve hablando del calentamiento global en las



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mismas Cortes todo el tiempo que me pidieron. Y hoy he hablado del calentamiento global a través del agua y a través de los bosques. Bueno, pues es una forma. Conozco perfectamente la situación del partido VOX en ese sentido y mi gran
esperanza en esa dirección es, sencillamente, que el 80 % de los militantes de VOX reconoce la verdad del calentamiento global. (Risas.-Rumores). Es una estadística que no tenían ni ellos y que la he encontrado. Hombre, se lo digo
personalmente... (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Tamames Gómez): Espero que pronto sean estudiosos también de ese tema.


En cuanto a los 3,5 millones de parados. ¿Pero qué es eso? Eso es un fenómeno antropológico que nadie quiere estudiar, ni los sindicatos ni el Ministerio de Trabajo ni nadie. ¿Por qué en España existen 3,5 millones de parados y todos los
hispanoamericanos que vienen encuentran trabajo al día siguiente y todos los que vienen de Marruecos encuentran trabajo al día siguiente y los españoles no encuentran trabajo? ¡Hombre!, ¿qué pasa? ¿Somos malditos? Pues hay que estudiar eso. Ahí
hay un problema sociológico importantísimo y usted lo sabe perfectamente. (Rumores). Y luego también está la inseguridad jurídica. ¿Qué pasa con los fotovoltaicos? Abandonados ¿Qué pasa con los okupados con ka? Abandonados. ¿Qué pasa con los
agentes judiciales? Que tenemos ahora millones de casos ocultos y envejeciendo en los archivos, etcétera. Reconstruir eso, como decían antiguamente, requiere Dios y ayuda, porque solamente con ayuda no basta. Entonces, va a ser tremendo, va a ser
tremendo. Como también usted acepta a los empresarios y se ve con ellos frecuentemente y me parece muy bien, pero no puede llamarles los poderosos, con toda la carga que tiene esa palabra que usted ha empleado, refiriéndose precisamente a los que
tienen que estar tributando en las partes más altas. No son los poderosos, son otros ciudadanos que resulta que han resuelto su vida con relativo éxito. Ojalá todos pudiéramos estar en esa situación, por así decirlo. (Aplausos). Le decían a
Lula: Tienes que acabar con los ricos. Y el decía: No, tengo que acabar con la pobreza, los ricos no me molestan. (Aplausos).


Sobre el Sáhara tampoco ha dicho nada. ¿Qué pasa con el Sáhara? Es que de pronto regalar el Sáhara... Porque España sigue siendo la potencia administradora delegada en Marruecos desde hace ya mucho tiempo, pero tiene una responsabilidad y
el compromiso era el referéndum. ¿Qué pasa con el referéndum? ¿Se abandona toda la teoría anterior? ¿Por qué? ¿Por qué ha tomado el presidente esa decisión? Y esta Cámara se ha enterado por la prensa, como todos los demás. Es un tema
importante sobre el que me gustaría tener una contestación.


Me parece que había un proyecto de elecciones generales para diciembre del 2023, si no se acepta la propuesta de la moción de censura. Vamos a ver qué pasa. (Risas). Creo que esta moción de censura también va a influir. Porque vemos que
esto es un poco el método Ollendorf: se contesta con unas proposiciones que no tienen nada que ver a las preguntas básicas que he ido desgranando últimamente en esta pequeña intervención.


La verdad es que no querría extenderme mucho más. Creo que Cataluña hoy no toca, que decía aquel. (Risas). Hoy no toca. ¿Por qué? Pues porque son muchos temas. Tengo un libro escrito, hace años ya, sobre Cataluña, ¿Adónde vas,
Cataluña? Podría hablar de Cataluña, pero en estos momentos tengo que hablar de todo. Señora presidenta, seguramente, también esto habría que acotarlo en la moción de censura en su nueva regulación en el Reglamento.


En definitiva, le agradezco -y se lo digo en serio- el buen tono, en general -no esperaba otra cosa de mi interlocutor principal en estas sesiones, se lo aseguro-, y también sus conocimientos, que son importantes, porque, claro, un
presidente del Gobierno tiene que saber de casi todo. Pero esto es lo que pasa, de vez en cuando, al recibir una visita molesta, que le preguntan cosas para las que no está preparado o sobre las que no quiere pronunciarse.


Muchas gracias, señoras y señores diputados. Por mi parte, no intervendría más en este tema, si así se decide de común acuerdo.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor candidato. (Rumores).


Silencio, por favor.


Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social. (Protestas.-Aplausos).



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La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA Y MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Presidenta, señorías, buenas tardes ya.


Profesor Tamames, gracias por su intervención. Le he escuchado con muchísima atención. Me voy a detener en una de las partes de su discurso y en lo que ha escrito a modo de borrador estos días, que creo que merecen análisis y, sobre todo,
merecen tener también una visión distinta.


Señor Tamames, es un poco sorprendente que usted no cumpla con el Reglamento de esta Cámara. Es verdad que el artículo 113 de la Constitución española no indica que usted tenga que presentar aquí un programa de Gobierno, pero también es
verdad que las mociones de censura en nuestro país son constructivas y, por tanto, como dice y reza el artículo 177 del Reglamento de esta Cámara, usted estaba obligado a presentar un programa de Gobierno. Quizás -ahora refería que le gustaría
hablar de la reforma electoral- sería conveniente que la Cámara y los españoles y las españolas supiéramos lo que usted defiende a este respecto. (Aplausos). Digo esto, profesor Tamames, porque parece que usted está deteriorando la democracia,
está convirtiendo esta moción en una moción destructiva, que no lo es contra el Gobierno de España; esta moción es destructiva frente al Partido Popular. Y, señoría, hacer uso de un instituto constitucional sin un programa alternativo, creo,
sinceramente, que no es correcto.


Señor Tamames, he pasado parte de mi vida estudiando las leyes y la Constitución, y he pasado parte de mi vida aplicándola. El Gobierno de España lleva trabajando los últimos tres años por ensanchar la democracia y por aplicar, más y mejor,
la Constitución española.


Usted ha hablado del año 56, y ha hablado de la democracia. Yo se lo reconozco, se lo respeto y se lo agradezco. Pero convendrá conmigo, señor Tamames, que hay lecturas que quizás son infantiles sobre cómo hemos llegado a la misma, y usted
lo conoce mejor que yo. Seguramente, convendremos en esta Cámara que hemos llegado a esta democracia a través de la lucha de los trabajadores y trabajadoras de este país, del movimiento sindical de nuestro país. Hemos llegado hasta aquí, señor
Tamames -como usted ha referido-, gracias al movimiento estudiantil del que usted formó parte y del que era un dirigente destacado. Hemos llegado también hasta aquí, señor Tamames, porque en aquel momento había un movimiento vecinal organizado, que
era espectacular, que, sí, también trajo la democracia a nuestro país. Y dejo para el final, por más importante, al movimiento democrático de las mujeres, aquellas mujeres invisibles que lucharon como nadie y con denuedo para así hoy tener una
democracia. Señor Tamames, déjeme que le diga que también llegamos hasta aquí gracias a la lucha, junto con otros, de un partido, sí, el partido del que usted formaba parte, el Partido Comunista de España. (Aplausos). Fíjese, señor Tamames, hoy
es confuso, con su procedencia, escucharle intervenir nada más y nada menos que siendo candidato de un partido como VOX.


Señor Tamames, todo el mundo conoce quiénes fueron los padres de la Constitución, los conocemos sobradamente, pero podríamos decir hoy aquí que nuestra Constitución está huérfana de madres, a pesar de que fueron múltiples las mujeres que
hicieron todo lo posible para que hoy tengamos el texto que aquí estamos defendiendo. (Aplausos).


Me gustaría señalarle, profesor Tamames, algunas reflexiones acerca de lo que ha pasado a lo largo de estos más de cuarenta años de democracia. Usted ha hablado de algunos preceptos constitucionales; yo voy a hablar de algunos otros.
Porque es verdad que nuestro mandato constitucional, a lo largo de años tan duros de austeridad y de neoliberalismo, ha tenido ciertos vaciados o, quizás, ciertas sombras. Empezaré diciéndole uno de los principales preceptos, el artículo 1, que
defiende, acertadamente, nuestro país como un Estado social y democrático de derecho. Profesor Tamames: social; y me detengo aquí. Es quizás el mandato constitucional que a lo largo de estos años menos se ha cumplido y, permítame decirlo con
humildad, es el mandato constitucional en el que más se ha empeñado el Gobierno de España a lo largo de estos tres años. Tanto es así, señor Tamames, que el presidente del Gobierno está trabajando, codo con codo, en el seno de la Unión Europea,
para que no solamente desarrollemos ese mandato constitucional, sino que nuestra Unión Europea sea también una Europa social, para que afectemos a la ciudadanía y para que mejoremos las condiciones de vida de las mayorías sociales en nuestros
países. Quizás esa enorme sombra que pesa sobre ese mandato constitucional hubiera merecido atención por su parte.


Fíjese, señor Tamames, usted habló del artículo 9. Yo tengo una querencia especial por el artículo 9. Es el precepto que habla singularmente de la igualdad sustancial en nuestro país. ¿Sabe usted cuál es la procedencia de ese precepto?
Sabe usted muy bien que dice que se trata de convertir nada más y nada menos que la igualdad en real y efectiva en nuestro país. Los constitucionalistas claro que queremos especialmente este precepto, sencillamente porque avanza en lo que el
Gobierno de



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España hoy está haciendo, que es mejorar las condiciones de vida de nuestro país, sabiendo que tenemos muchos retos por delante.


Yo, señor Tamames, estoy un poco confusa con algunas de las cuestiones que usted ha planteado, con unas lecturas perversas o, quizás, con un estudio poco profundo acerca de lo que el constituyente español quiso hacer, nada más y nada menos,
con el diálogo social y con los agentes sociales en nuestro país. Cuando usted habló del artículo 9, me ha preocupado señalar que usted decía que nosotros éramos un Gobierno franquista porque interveníamos en la legislación laboral. Yo creo, señor
Tamames, que usted, que es un reputado economista, conoce perfectamente el mandato constitucional, y es que fue el constituyente español el que dijo que sí, que efectivamente había que intervenir a través de la legislación laboral nada más y nada
menos que por un mandato constitucional. Tanto es así, señor Tamames, que nos refiere directamente el texto constitucional a la necesidad de la elaboración de la ley que rige las relaciones laborales en nuestro país. Lo otro, señor Tamames,
permítame, más allá de sus confusiones, sí era sindicalismo vertical. Pero me parece grave que usted afirme esto y lo escriba en un borrador, como ha hecho, cuando conocemos muy bien, y usted mejor que yo -mi padre fue jurado de empresa, como
muchos padres y muchas madres en este país; madres, menos-, que si algo había en aquel momento era falta de libertad sindical, falta de derecho a la huelga y, efectivamente, falta de algo elemental en nuestro país: de negociación colectiva.
Justamente todo lo contrario a lo que estamos desplegando desde el Gobierno de España.


Las sombras de la Constitución española. Usted ha hablado de impuestos, hoy que el Tribunal Constitucional no ha suspendido, como pide el Partido Popular, cautelarmente el tributo a las grandes empresas en nuestro país. Yo le voy a hacer
algunas consideraciones, señor Tamames. En nuestro país, una peluquería, un pequeño negocio, tributa al 17,5 %. Las empresas cotizadas en bolsa lo hacen a un tipo efectivo del 3,9 %. El mandato constitucional, en su artículo 31, nos dice que
tenemos que propiciar la justicia fiscal y la progresividad en nuestro país. Dice todavía algo más, y es que nos señala que quien más tiene, tiene más que aportar a las arcas públicas. ¿Cree usted que con estas desigualdades de una pequeña empresa
a una gran empresa, señor Tamames, se está cumpliendo el mandato constitucional en nuestro país? ¿Cree usted que la justicia fiscal es efectiva en España?


Le digo más. En el impuesto sobre la renta de las personas físicas, señor Tamames, el 85 % de la recaudación de la misma la soportan las nóminas de los trabajadores y las trabajadoras en nuestro país. ¿Cree usted que esto es cumplir con el
mandato constitucional? ¿Que el que más tiene más debe de aportar a las arcas públicas? Honestamente, creo que no y que queda mucho por hacer a lo largo de esta legislatura y la siguiente para que tengamos justicia fiscal en nuestro país.


Y, señor Tamames, usted habla en su borrador y en su intervención de algunos de los elementos que son muy importantes en nuestro país. Ha hablado de las pensiones públicas y ha hablado de salarios y remuneraciones. Fíjese, dos preceptos de
gran importancia en España de los que hablamos, querido Escrivá, bien poco, a pesar de los esfuerzos de este Gobierno. El mandato constitucional nos dice que tenemos que tener prestaciones suficientes ante estados de necesidad. Pues bien, habla
referencialmente de una prestación: la prestación por desempleo. Señor Tamames, ¿usted cree que cuando gobernó el Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, y recortó en plena crisis la prestación pública por desempleo más de 25 puntos, se
estaba cumpliendo el mandato constitucional? ¿Lo cree, señor Tamames? Yo creo que no. Ante estados de necesidad, tenemos que tener prestaciones públicas suficientes, como dice la Constitución española. (Aplausos). Pero, fíjese, profesor
Tamames, nos dice que el mandato que rige en esta Cámara sobre las pensiones, como ha hecho el señor Escrivá, es que sean suficientes.


Le voy a dar algún dato, profesor Tamames. Desde el año 2018, la pensión media de jubilación de las mujeres españolas se ha incrementado un 34 %. Hoy supera los 1000 euros al mes. Y la pensión media de jubilación en nuestro país, profesor
Tamames, se ha incrementado un 27 %, ha pasado de 1077 euros a 1371 hoy en día. Esto, señor Tamames, creo que sí que es garantizar el mandato constitucional avanzando en la suficiencia de las pensiones en nuestro país (aplausos), y no justamente lo
que hicieron quienes recortaron las pensiones públicas, quienes las agredieron y quienes fundamentalmente las revalorizaron al 0,25 %. Hoy, nuestro país tiene un mandato claro, y es que a todos los pensionistas de nuestro país, sí, les hemos
revalorizado, cumpliendo con nuestro programa, las pensiones de conformidad con el IPC real.


Le digo más, señor Tamames, usted tiene un problema, y es que el programa del partido por el que usted es candidato, pide expresamente la privatización de las pensiones en nuestro país. Usted ha hablado de capitalización de pensiones en
España, lo ha hecho hoy y lo ha escrito en su borrador. Pues



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quiero volver a recordarle a esta Cámara que el mandato constitucional se aleja mucho y muy largo de lo que ustedes están defendiendo. Lo que dice el mandato constitucional es que estamos ante un sistema público de pensiones que es
solidario y que es de reparto. Esto es el mandato de esta Cámara y nos dice expresamente -y usted lo conoce muy bien- que los sistemas de capitalización en nuestro país son complementarios, es decir, que son a juicio, como acaba de decir el
presidente del Gobierno, de quien libremente quiera destinar recursos de su vida privada a ellos, pero no es una obligación de los poderes públicos en nuestro país. Y sería conveniente, señor Tamames, que usted hablara también del mandato
constitucional, siendo muy legítimo que si ustedes quieren privatizar las pensiones, como defiende abiertamente VOX, de quien es a día de hoy usted candidato, lo digan con claridad y podamos discutirlo en esta Cámara.


Pero sigo, señor Tamames. Usted habla del artículo 40 y también del artículo 35 de la Constitución española. Ha hablado de pleno empleo. Yo le quería hacer una pregunta: ¿cree que cuando gobernó el Partido Popular y publicó una norma, el
Real Decreto Ley 3/2012, conocida como reforma laboral -que propició la mayor devaluación salarial de la historia de nuestro país y permitió que alcanzáramos la tasa récord de paro del 27 %, 6 278 000 parados y paradas en nuestro país y una tasa de
paro del 56 % en los jóvenes-, estábamos caminando hacia una sociedad del pleno empleo? ¿Lo cree usted? ¿Cree que estábamos con esas políticas cumpliendo con el mandato constitucional? ¿Se cumplía con el artículo 35, este que nos dice que los
trabajadores y las trabajadoras tenemos que tener remuneraciones suficientes? Creo humildemente, señor Tamames, que no.


Y, fíjese, hemos vivido a lo largo de estos más de cuarenta años de democracia más de cincuenta reformas laborales en nuestro país. Permítame decirle que casi todas fallidas, señor Tamames. Cincuenta reformas laborales que caminaron en una
única dirección, que era, sí, laminar los derechos de los trabajadores y trabajadoras en nuestro país, recortar los derechos, empobrecerlos, vulnerar el mandato constitucional, algo que permitió que en nuestro país llegáramos a alcanzar hasta la
fecha actual, profesor Tamames, la friolera de una tasa de temporalidad del 40 % en la esfera privada. Señor Tamames, hoy en día, gracias a la reforma laboral del Gobierno de España, que ha propiciado la primera en la historia de la democracia con
diálogo social y con el acuerdo de los agentes sociales, la tasa de temporalidad privada en España es del 14,9 %. Por fin, hoy ya somos europeos en esta materia, señor Tamames, y creo que sería bueno que lo recordásemos. (Aplausos).


Yo, señor Tamames, me quedo con una reflexión que me preocupa, y es que usted representa en esta Cámara, quizás fruto de algunas viejas añoranzas, a los que empuñan la Constitución como un arma arrojadiza. Empuñan la Constitución, pero se
niegan a cumplirla. Y no solamente se niegan, es que el programa de gobierno del partido al que usted hoy representa se coloca extramuros de la Constitución española. (Aplausos). Le digo más, señor Tamames, creo que a algunos aquí, en esta
Cámara, se les llena la boca hablando de Constitución, pero son los mismos, señor Tamames, que cuando usted estaba en esta Cámara no votaron a favor de la misma. Aquí tenemos a los que son herederos en aquel momento de Alianza Popular y, como sabe
usted, no votaron a favor de la misma. Fíjese, mientras ustedes utilizan la Constitución como un arma arrojadiza, el Gobierno de España está haciendo algo fundamental, que es empeñarse en cumplirla. Es muy curioso que en su discurso, el que ha
pronunciado hoy aquí y el que ha escrito de manera antecedente, no haya referido una palabra al mejor mecanismo de protección social que hemos tenido a lo largo de toda la democracia en España, los ERTE, señor Tamames. ¿Cómo es posible que al mayor
ejercicio de constitucionalismo en nuestro país, que es cumplir con el mandato de proteger a las empresas, proteger a los trabajadores, proteger a las familias en nuestro país, usted no le haya dedicado ni un suspiro? Pues bien, yo creo que -ya no
discute nadie, el reconocimiento es absoluto- ha servido para salvar a 3 600 000 trabajadores y trabajadores en España, ha servido para salvar a 550 000 empresas, con las que usted dice que el Gobierno de España tiene un enfrentamiento. Hemos
salvado con recursos públicos 550 000 empresas. Hemos protegido a una de cada dos personas autónomas en España, un millón y medio. ¿Sabe lo que pasó en la crisis financiera anterior? Cayeron 550 000 autónomos. Pues bien, el Gobierno de España se
empeñó en proteger a los autónomos de nuestro país, y esto fue lo que permitió, sí, que por primera vez en España tuviéramos una gestión de la crisis sustancialmente diferente, es lo que nos hizo singularmente diferentes. Más allá de la discusión
académica sobre si llegamos a salir o no de la crisis financiera, tardamos en salir de la gestión de la crisis financiera del Partido Popular diez años y once meses por las recetas equivocadas que se practicaron. Pues bien, el Gobierno, con estos
nuevos mecanismos de protección social, hizo que en tan solo un año, señor Tamames, recuperáramos el empleo que tuvimos,



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de manera que creo poder afirmar que, sí, gobernamos humildemente mejor de lo que lo han hecho los que nos han antecedido en el Gobierno de España.


Me preocupa lo que dice usted sobre el crecimiento económico de nuestro país. Miro para la vicepresidenta Calviño. Es verdad que el PIB en España cayó 11,2 puntos de manera dramática, nos acordamos bien de aquellos días, y es verdad que
cayó más que en otros países, pero también es verdad, señor Tamames, que usted es catedrático de Estructura Económica de España y conoce muy bien la estructura productiva de nuestro país y que tiene ciertas explicaciones por qué la caída del PIB en
España es mucho mayor que en el resto de los Estados miembros de nuestro entorno. Pero con todo esto y a pesar de todo esto, señor Tamames, la vicepresidenta Calviño acierta con su rigor cuando hace las previsiones de crecimiento que hizo para
nuestro país. (Aplausos). Tanto es así, señor Tamames -sería bueno que lo reconociéramos-, que la OCDE acaba de revisar al alza el crecimiento en nuestro país en 4 décimas hasta elevarlo al 1,7 %. Yo creo que sería bueno que usted no se sumara,
por el respeto profesional que le tengo, a los agoreros que llegan a cuestionar los propios datos y las fuentes internacionales sobre nuestro país.


Efectivamente, la señora Calviño tiene razón, y le voy a explicar por qué. Estamos creciendo, lo vamos a hacer más y lo estamos haciendo ya más que los países de nuestro entorno, pero es que creamos más empleo que ningún país de nuestro
entorno. Tenemos récord de exportaciones -será importante para la economía de nuestro país hablar de esto, ¿no cree?-, estamos ganando cuota internacional y, como se ha dicho y creo que lo merece porque es un esfuerzo colectivo, estamos a la
cabeza de la ejecución de los fondos europeos, en los que hoy quiero poner aquí en valor el trabajo que realizó el presidente del Gobierno de todos los españoles y las españolas aquel mes de julio cuando fue a defender, en el seno de la Unión
Europea, ese plan de recuperación que hoy nos permite salvar las economías europeas, salvar la economía española y también decir a los españoles y a las españolas que tenemos una oportunidad de cambiar nuestro país. (Aplausos).


Ha hablado usted de deuda pública, se ha hablado aquí ya. Esto me ha servido para recordar lo que había pasado en España. Cuando gobernaba el Partido Popular, la deuda pública estaba en el 69,9 % -¿se acuerdan ustedes?- y el Partido
Popular incrementó la deuda pública en 32 puntos, hasta situarla en el 102 % del PIB en nuestro país. El debate que podemos tener hoy aquí quizás, profesor Tamames, es el distinto modelo que tenemos de empleabilidad de la deuda pública. El Partido
Popular utilizó la deuda pública para hacer aquello de lo que nos habló el señor De Guindos -¿se acuerda?-: vamos a rescatar a la banca, pero van a devolver hasta el último céntimo de euro; 70 000 millones de euros que aún no volvieron a las arcas
de los españoles y las españolas en nuestro país. A diferencia de lo que ha hecho el Partido Popular, incumpliendo su promesa, ¿sabe lo que ha hecho el Gobierno de España con la deuda pública? Salvar a los españoles y a las españolas, salvar los
puestos de trabajo, salvar a las familias, a los autónomos, salvar a los trabajadores de la cultura, salvar a las trabajadoras del hogar (aplausos), salvar a la gente de nuestro país. Esa es la distinta concepción que tenemos sobre la deuda pública
en nuestro país. En definitiva, sí, tenemos una mirada diferente. El Gobierno de España emplea la deuda pública para salvar a la gente de su país y los antecedentes, las derechas, a las que ustedes aquí representan hoy, salvan a los bancos. Le
voy a decir algo más, profesor Tamames, sería bueno que esta Cámara reconociera a la ministra de Hacienda y a la ministra de Economía que ya hemos reducido la deuda en 10 puntos desde marzo de 2021 (aplausos), sería bueno que reconociéramos que
estamos gobernando con eficiencia y con solvencia desde el Gobierno de España, porque de esto también va la democracia.


No le hablo ya de su concepción sobre el sindicalismo vertical, pero ¿usted cree que el Gobierno de España tiene algo contra las empresas cuando hemos suscrito -el último, el señor Escrivá- dieciocho grandes acuerdos con los empresarios de
este país? ¿Lo dice en serio? Estoy segura de que no, estoy segura de que usted va a recapacitar después de esta sesión en que el constituyente español, no por casualidad, quiso ubicar el diálogo social en el título preliminar de la Constitución
española. Estoy segura de que va a pensar en aquello que era el sindicalismo vertical y lo que hoy profesamos en nuestro país. Le voy a hablar rápidamente de la reforma laboral en nuestro país. Llama mucho la atención que usted, un profesor
ilustre, no haya referido ni una palabra a la misma después de cincuenta reformas laborales. Es muy llamativo. Hablan todos los organismos internacionales, se está discutiendo en las universidades mundiales, se habla en todo... (Risas). Sí,
señores del Partido Popular.


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.



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La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA Y MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Esta reforma, que abunda en un elemento grave que tenía el mercado de trabajo español, es la que ha permitido que hoy tengamos no uno de cada diez
contratos de trabajo temporales en nuestro país, como teníamos, sino uno de cada dos en España. Señor Tamames, tenemos hoy 14,3 millones de asalariados que son indefinidos, y supongo que esto merecerá su atención, porque esto es mejorar la vida de
la gente en nuestro país. Pero no solamente esto. Como le he dicho, hemos reducido la temporalidad hasta el 14,9 %; ya ahora cumplimos con aquellas recomendaciones que nos hacía Europa por país. ¿Se acuerdan ustedes de las recomendaciones por
país? Pues hoy ya en la esfera privada somos absolutamente europeos. Le doy algunos datos que tienen importancia. En Europa hoy cuatro de cada diez empleos estables son españoles. Esto sería bueno que lo destacásemos, porque no es un fruto del
Gobierno de España, es un fruto colectivo como país. Le digo más. Estamos superando ahora mismo el doble de contratos indefinidos que Francia, cuatro veces los de Alemania, y fíjese la distancia sideral con Italia, trece veces más contratos
indefinidos que un país como la propia Italia. (Aplausos). Esto, señor Tamames, sería bueno que usted lo pusiera en valor, porque esto es hablar de la Constitución y de la democracia en nuestro país.


Usted combate, desde el sindicalismo vertical, el salario mínimo interprofesional. Permítanme decirles que el salario mínimo -presidenta, lo voy a decir si se me permite- que teníamos en España de 735 euros era una vergüenza. Sí, hemos
incrementado el salario mínimo interprofesional 344 euros, un 47 % más. Y hoy, como se ha dicho, estamos cumpliendo con la Carta Social Europea y haciendo algo en lo que ya hay consenso económico, y usted, siendo una referencia de la economía como
lo es, sería bueno que lo pusiese en valor, no solo porque lo refiere un premio nobel de Economía, sino porque la academia y el propio Banco de España ya están señalando la eficacia que tiene el salario mínimo interprofesional para combatir la
pobreza y la desigualdad en nuestro país.


Señor Tamames, el salario mínimo afecta a dos millones y medio de trabajadores y trabajadoras en nuestro país y hoy, gracias a esta subida, tienen un aporte en sus nóminas de 5000 euros más al año. Yo sé muy bien lo que supone esto para un
trabajador o una trabajadora. Estoy segura de que esta Cámara comparte que hoy en España los trabajadores tengan 5000 euros más en sus nóminas, sobre todo, señor Tamames, cuando conoce o debería saber que el salario mínimo opera en aquellos
trabajadores que están fuera de convenio. Pero si hay una norma o una herramienta que sea profundamente igualitaria y feminista es el salario mínimo, que ha servido para que en nuestro país se reduzca la brecha retributiva -no la salarial, sino la
retributiva- en 3,7 puntos, señor Tamames, a pesar de la mayor crisis de la historia económica en el mundo del último siglo y a pesar de la guerra y del volcán de La Palma. (Risas). Hemos reducido la brecha retributiva en tiempos que eran
absolutamente impensables. (Aplausos). Y le digo, señor Tamames, que me preocupa lo que afirma sobre las pymes, aunque, después de escuchar la réplica del señor presidente, estoy más preocupada todavía.


Creo que lo que dice usted no es veraz o bien desconoce cómo funciona la fijación de los salarios en España. La fijación de los salarios en España, profesor Tamames, se realiza en la negociación colectiva, sea una pyme, un autónomo o una
gran empresa; es ahí el lugar en el que se fija. Por tanto, ese -digamos- aforismo que emplea usted para atacar el salario mínimo a través de las pymes creo que técnicamente es profundamente incorrecto. Pero no solamente eso, señor Tamames, es
que usted dice que ataca a las pymes y destruye empresas. Pues bien, desde que hemos subido el salario mínimo un 47 % tenemos, a pesar de la crisis, un millón de empleos más y 9218 empresas más en España desde el año 2018, de tal manera que todo lo
que dice son autos de fe. Son creencias; es como creer Dios, que es muy respetable, pero no es ciencia, señor Tamames, y creo con toda humildad que usted debería sumarse al consenso académico y entenderlo, como ya está haciendo la Comisión
Europea. Hemos aprobado la primera directiva de salarios mínimos en la Unión Europea y en el último G-20 fue una de las políticas desplegadas más importantes en el conjunto de los países del G-20. Súmese usted a la defensa del salario mínimo,
sobre todo porque los parámetros que ha esbozado no son correctos.


Es sorprendente también que, hablando y atacando el salario mínimo, no hablemos de los salarios en nuestro país. Señor Tamames, le voy a recordar un dato a usted, que formó parte de esta Cámara cuando yo era probablemente una niña. En el
año 1979 la participación de los salarios en la renta nacional era del 59 %; pensemos, porque esto es muy importante, en las sombras de la Constitución, en los vaciados de Constitución. En el año 2017, cuando gobernaba el Partido Popular, la
participación era del 45 % -fíjese el transcurso de los años- y en el momento actual, con el Gobierno de España, la participación es del 48,5 % -subimos tres puntos esa participación con políticas públicas diferentes-, pero yo le



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pregunto: ¿no cree que queda mucho por hacer? ¿No cree que a lo largo de esta democracia y de esta Constitución española hay alguien que por el camino ha perdido y tenemos el mandato constitucional de mejorarle su vida? Creo,
sinceramente, que sí, igual que creo que es un gran acierto del Gobierno de España, del que nos podemos sentir profundamente orgullosos, que hoy en día tengamos un derecho subjetivo que se llama ingreso mínimo vital, que afecta a 1 600 000 personas,
a seiscientos hogares, y que permite que hoy la gente no tenga que acudir a la limosna o no tenga que pedir casi perdón por no tener recursos públicos en su vida. Hoy en día, el ingreso mínimo vital configura un derecho subjetivo para la gente que
no acude a la asistencia en nuestro país. (Aplausos). Y quiero destacar algo más, que las perceptoras de ese ingreso mínimo vital, señor Tamames, la mitad de ellas, tienen rostro de mujer, porque la pobreza golpea y golpea fuerte, fundamentalmente
a las más pobres, que son las mujeres en nuestro país. Por tanto, también esto es hablar del mandato constitucional.


Me gustaría, señor Tamames, hablar de alguna evidencia empírica, de lo que ha pasado en tres años, a pesar de una pandemia y de una guerra como nunca pensamos haber vivido. Hoy en día, a pesar de todo -y quiero agradecérselo a todos los
partidos de la Cámara, que lo han entendido bien-, tenemos cifras récord de ocupación: 20,4 millones de ocupados en España. Nunca lo habíamos pensado, señor Tamames. Recuerdo cuando Mariano Rajoy añoraba la España que pudiera llegar a tener
veinte millones de ocupados en nuestro país. Pues bien, tenemos 20,4 millones de ocupados en España y de esa ocupación, señor Tamames, hay 9,5 millones de mujeres afiliadas a la Seguridad Social. Es la primera vez que ocurre: 9,5 millones de
mujeres afiliadas a la Seguridad Social en nuestro país. (Aplausos). Estas sí son políticas feministas en nuestro país.


Tenemos una cifra récord de asalariados en España. Sí, récord: 17,4 millones de asalariados en nuestro país. Supongo, señor Tamames, que esto será una ventana positiva del Gobierno de España, y sería bueno que lo pusiésemos en valor. Y
algo que me preocupa mucho -y me someto a las cuestiones de control, como debo, como demócrata, en esta Cámara, y tienen razón- es la tasa de parcialidad, que la hemos reducido en un punto; hoy estamos en el 13,6 %, por debajo de la media europea.
Sé muy bien que hay una parcialidad en nuestro país que es indeseada, pero sé también que la estamos reduciendo y debemos aprovechar estos debates de país para ponerlo en valor.


Y hablando de desempleo -que usted tiene razón-, tenemos unas cifras de desempleo que son inaceptables, pero hay que comparar, señor Tamames. Hoy la tasa de paro en España es del 12,8 % y la tasa media sin crisis es del 17 %. Por tanto,
algo estaremos haciendo bien como país; no el Gobierno de España, sino los agentes sociales y el conjunto de los partidos que han entendido que hay que desempeñar estas políticas públicas para no llegar a la tasa de paro del 27 % que alcanzamos con
el Partido Popular en la anterior crisis, o decir a los jóvenes españoles hoy que tenemos un 56 % de paro, como había cuando gobernaba el Partido Popular. De aquella, la distancia sideral de la tasa de temporalidad de los jóvenes era de 30 puntos,
señor Tamames. Pues bien, la hemos reducido a la mitad. Y claro que queda mucho por hacer -claro que queda mucho por hacer-, pero es importante lo que ya hoy estamos cambiando en nuestro país.


Le hablé antes del incumplimiento de la Constitución por parte del Partido Popular. La tasa de protección social en España se ha incrementado 10 puntos, superamos el 69 %; supongo que también de esto deberemos hablar en nuestro país. No
solo es un éxito del Gobierno, es un éxito compartido de las formaciones políticas que han votado a favor de estas medidas en España.


Permítame señalar a la ministra de Educación. Tenemos un presupuesto récord que supera los 6000 millones de euros en nuestro país, con un incremento del 6 %, señor Tamames. Claro que queda mucho por hacer en España, pero se están dejando
la piel en el Ministerio de Educación para cambiar las condiciones de igualdad en la educación pública en nuestro país (aplausos), y debemos sentirnos muy orgullosas por ello. Y miro al ministro de Universidades, un colega suyo -mi admirado
profesor Subirats-, y a la ministra de Educación. Usted ha cuestionado las becas, ha cuestionado al presidente del Gobierno, y me parece grave, señor Tamames. Si no hubiera sido por las becas, probablemente yo no hubiera llegado a la universidad
pública. Creo que es una herramienta de igualación social importantísima y que usted cuestione las becas públicas en esta moción me parece muy grave. (Aplausos). Gracias a las políticas del Ministerio de Educación y del Ministerio de
Universidades, hoy uno de cada tres estudiantes pueden seguir estudiando y esto -créame- hace una democracia mejor.


Voy a seguir con la ministra Belarra, que está cambiando la dependencia en nuestro país, no solo con los incrementos presupuestarios, sino todo el paradigma de la dependencia en un país tras heredar los recortes del Partido Popular en
España; sí, con un incremento presupuestario del 133 %. (Risas). Señor



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Abascal, le hace mucha gracia, pero resulta que en nuestro país hay un severo problema con esta cuestión. Cuando llegamos a este Gobierno, cuando llegó la señora Belarra, ¿sabe lo que pasaba? Que las gentes, las familias, iban a los
abogados a reclamar para pedir el derecho a la asistencia personal y fallecían por el camino y esto hoy, señor Abascal, está cambiando en España gracias al trabajo del Ministerio de Derechos Sociales -claro que sí- (aplausos) y al trabajo colectivo
de la Cámara de este país, con ustedes siempre en contra. Nunca han votado a favor de nada que sea mejorable para la vida de la gente. Así que permítame que presuma de algo que está haciendo bien el Ministerio de Derechos Sociales y que está
siendo acompañado por la mayoría de la Cámara, mal que les pese, de este hemiciclo.


La ministra de Igualdad y el Plan Corresponsables. ¿Sabe lo que supone para las mujeres españolas el Plan Corresponsables? Se lo pregunto, señor Tamames, porque habla poco de las mujeres en el borrador y no habló nada en este momento, más
que de un tema del que hablaré luego. ¿No cree usted que es importante que destinemos recursos públicos para que podamos cuidar con dignidad? ¿No cree usted que es importante que el Ministerio de Igualdad esté garantizando los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres de nuestro país? Yo creo que sí. Yo creo que usted, desde aquel movimiento estudiantil del que procedía, seguramente estará orgulloso de lo que hoy se está haciendo -sí- por las mujeres y por los hombres de nuestro
país. No solo es una cuestión de mujeres y, por tanto, destaco el trabajo de la ministra Irene Montero también en esta Cámara. (Aplausos).


Ya sé que es poco habitual que se agradezca en esta Cámara lo que hacen las gentes que pensamos diferente, pero yo lo voy a hacer. En primer lugar, quiero agradecer a todas las formaciones políticas que en momentos muy difíciles han
acompañado al Gobierno de España, que han negociado hasta la extenuación. Lo han hecho, y se lo quiero agradecer a todos y a todas. En segundo lugar, quiero agradecer al presidente del Gobierno lo que hace por nuestro país. Es el presidente de
todos los españoles y españolas -no es de ningún partido, es de nuestro país- (rumores) y debemos agradecerle aquí lo que está haciendo. (Aplausos). Sus señorías del Partido Popular tienen una concepción muy estrecha de la democracia y es su
presidente, igual que el mío en Galicia es Alfonso Rueda y lo respeto, y ustedes deberían hacer lo propio. (Aplausos).


Quiero dar las gracias a la vicepresidenta Calviño, que dirige la política económica del Gobierno, y a la vicepresidenta Teresa Ribera, que no solo ha sido innovadora, sino que ha permitido que hoy, con su trabajo y su equipo (rumores),
tengamos la inflación más baja del conjunto de la Unión Europea. Por tanto, sí, gracias por el trabajo que está haciendo. Gracias a María Jesús Montero, porque, señorías del Partido Popular... (Continúan los rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA Y MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Hacen mucho ruido, son poco educados. Son poco educados, hacen mucho ruido.


No es fácil aprobar tres presupuestos generales con la mayoría de la correlación de fuerzas que tenemos en esta Cámara, y ella y su equipo lo han conseguido. (Aplausos). Gracias al ministro Escrivá -sí- por lo que ha hecho, porque ha
conseguido lo que nadie creía que iba a hacer: propiciar la primera reforma de pensiones en nuestro país, como la laboral, sin recortes. No es pequeña cosa. Por tanto, sí, gracias al ministro Escrivá por lo que ha hecho. (Aplausos). Y gracias a
Miquel Iceta, que tanto trabajamos juntos por el bono cultural y también por defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de la cultura. He citado ya a los ministros antecedentes y quiero citar, por supuesto, al ministro Garzón por
su labor en un ministerio difícil (rumores), por la regulación de aquello que parecía imposible, que tiene que ver con uno de los grandes daños de nuestro país: el juego, las casas de apuestas. Y, créanme, por mucho ruido que hagan... (Continúan
los rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA Y MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): ... este tema preocupa a muchas familias de nuestro país.


Señor Tamames, acabo de desarrollar algunos de los elementos pequeñitos de la acción de gobierno de nuestro país y creo sinceramente, después del trabajo que hemos hecho y en defensa del Gobierno, que no merecen censura. Es muy raro que
usted se presente sin un programa de gobierno y con un solo objetivo: derrocar al adversario. Esto envilece la democracia; esto no nos hace grandes como país. Usted sabe mejor que yo que la democracia es contraponer programas, contraponer ideas,
y venir aquí con un



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fin tan espurio como golpear al Gobierno de España e intentar derrotarlo con un único punto en su programa -convocar elecciones anticipadas-, sinceramente, creo que no es correcto. Con todo, he escuchado con atención los argumentos del
candidato y me ha recordado a esa figura que la escritora norteamericana, Mary McCarthy -me gusta mucho-, llamaba el hombre pensante promedium, aquel cuyo rasgo principal es ser él mismo su única medida de realidad. Todo lo que excede a su
experiencia es imposible de verificar o -peor aún- un engaño de alguien, de modo que nada puede afectarlo ni hacerlo cambiar porque nada puede atravesarlo. Sinceramente, creo que comparte usted con el único grupo que hoy le votará a favor ese
autoengaño político y moral, una supuesta independencia que en verdad es una fundada reticencia al cambio y a que el mundo que les rodea les haga modificar sus creencias. Pero nuestra tarea es otra, señor Tamames. Nuestra tarea es fortalecer la
democracia y eso implica mirar a los ojos a la desigualdad de nuestro país, cada día, en cada Consejo de Ministros, en cada ministerio, en cada organismo público, en el Boletín Oficial del Estado, pero también, señor Tamames, en la calle.


Esta moción de censura pasará, usted abandonará el hemiciclo tras la grata experiencia sin ni siquiera, como dije, haber propuesto una hoja de ruta viable y el Gobierno de España seguirá trabajando para lograr más derechos para más personas.
Esa es la fórmula secreta que usted debería haber propuesto hoy: más derechos y más igualdad. Con esas palabras, señoría, se escribe definitivamente el futuro. Por eso, después de abordar los retos de la Constitución, quería hablarle a usted y al
grupo al que representa de desigualdades, de brechas y discriminaciones. Una, muy principal, es la que tiene que ver con el reto económico y territorial. El desequilibrio territorial de nuestra economía hace que seamos un país de dos velocidades,
en el que durante demasiado tiempo se ha aplicado ese lema -ya se ha dicho y lo ha dicho usted- de que la mejor política industrial es la que no existe. Estoy de acuerdo con usted. En nuestro país hay zonas muy importantes con cada vez menos
población, menos servicios públicos y menos oportunidades. Por otro lado, somos un país poco vertebrado -usted también habla de ello-, con fallos de cohesión. Queda mucho por hacer para garantizar el derecho a la movilidad y hay amplias zonas en
nuestro país abocadas a la exclusión financiera, en las que la brecha digital es también clara y dañina.


Si me lo permite, quería hablarle también de otra brecha que estamos contribuyendo a superar: la brecha de género. Pero para llegar ahí, señor Tamames, tengo que recordarle una cosa: la existencia de las mujeres en nuestro país. Una
España sin mujeres es una impugnación de la realidad, de la realidad social, laboral, económica, política y cultural de nuestro país. Una España sin mujeres es una España inviable, es una España sin propuestas, y usted -déjeme que se lo diga con
todo el cariño-, de manera muy sorprendente, solo se ha dirigido a las mujeres en su discurso para reprocharnos la baja fecundidad. Parecemos no existir y, sin embargo, nos ha puesto deberes, señor Tamames, nos ha dicho: 2,1 hijos por mujer para
asegurar el futuro de nuestra pirámide demográfica. Las que no cumplimos con esa ratio, no podemos o no queremos tener hijas, ¿estamos fuera de su realidad, profesor Tamames? ¿Somos inservibles para nuestro país? El suyo es un discurso construido
-creo- en torno a un enorme vacío, a una ausencia clamorosa: las mujeres, señor Tamames, las mujeres (aplausos); le doy la bienvenida al año 2023, le doy la bienvenida a la España de las mujeres, las que están cambiando nuestro país. Fíjese, de
la misma manera que no se puede construir nada en torno a los insultos, a las injurias, al autoritarismo, a la desconfianza en el otro, en el diferente, tampoco se puede construir un país sin sus mujeres, sencillamente, señorías, porque es
imposible.


Y cuando digo sin sus mujeres, pienso también en las que ya no están ni nunca estarán, todas aquellas que cada día en nuestros pueblos y ciudades son víctimas mortales de la violencia de género; no violencia doméstica, no intrafamiliar,
violencia de género, señorías (aplausos), mujeres que ya no toleran la subordinación atávica del machismo, esa que ustedes intentan perpetuar negándonos derechos tan básicos como el de decidir sobre nuestros cuerpos o sobre nuestras vidas,
recluyéndonos, como se ha hecho hoy aquí, en un rol de gestación, de crianza y de cuidados, apartándonos de los lugares de decisión y arrebatándonos algo muy importante: la palabra.


No se puede construir, señor Tamames, un país sobre el despecho, sobre profecías autocumplidas, sobre el resentimiento y la ira que se ha volcado en estos últimos años -permítame decírselo- desde el partido del odio, señorías de VOX y del
Partido Popular. La vida pública de este país no necesita ni quiere su teatral indignación; la vida pública de nuestro país no necesita brazos alzados al cielo, ni sus discursos hiperbólicos, ni su ostentoso negacionismo, ni siquiera su
desinformación. Su think tank de la desigualdad y de los privilegios pretende convencernos ahora a las españolas y a los españoles de que lo de antes, señor Tamames, sí era libertad de expresión, que cuanto más atrás en el tiempo, mejor. Cuidado
con esa regresión, señorías del Partido Popular, ustedes también. Y señorías de VOX, cuidado con la nostalgia,



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cuidado con el revisionismo. Hoy he escuchado cómo hablaba usted de la República; hay otros historiadores, señor Tamames, que tienen consideraciones diferentes. Tengan mucho cuidado, señor Tamames, señorías de la bancada de las derechas,
con las transiciones hacia atrás, y piensen qué falla en su sistema operativo, qué clase de obsolescencia programada les afecta, cuando todo lo de antes les parece siempre mejor. (Aplausos). Yo me pregunto: ¿mejor para quién, señorías? Sería
conveniente que nos lo preguntásemos. No, desde luego, para las libertades ni para los derechos de la mayoría social de nuestro país.


Señor Tamames, llega usted del brazo de aquellos a los que mi admirado Luis Cernuda llamó enemigos enconados de la vida. Por desgracia, el autoritarismo y el extremismo de la ultraderecha dejan huella, señor Tamames, usted lo sabe mejor que
yo, y lo hemos comprobado recientemente en Estados Unidos, lo hemos comprobado en Brasil y lo comprobamos a diario en Europa; ha hablado de Hungría y de Polonia usted mismo. Creo que no se sale indemne de esta alianza, nunca se sale indemne de la
convivencia con la ultraderecha y el extremismo. La historia nos lo enseña, nos lo ha enseñado, y usted lo conoce mejor que nadie.


Estos días me he acordado en estas notas de aquel alacrán del que nos habló el escritor griego Kallifatides -¿se acuerda usted?-; un alacrán que, queriendo hallar una salida, escapar de un fuego, se inyecta su propio veneno. Y dice el
narrador -se lo leo literalmente-: Ciertas libertades democráticas me recordaban a ese alacrán, son capaces de autodestruirse. Con procesos democráticos puede imponerse tanto la dictadura como la tiranía. Con elecciones democráticas puede llegar
al poder un partido que quiere acabar con la democracia, y puede anular el derecho a la libertad de expresión haciendo uso de ese mismo derecho. (El señor Sánchez del Real: Eso, lo ha clavado.-Aplausos de varias señoras y señores diputados del
Grupo Parlamentario VOX.-Rumores). Puede incluso difundir la idea de que ese derecho debe ser abolido. Esto es, señor Tamames, lo que se suele llamar, ya lo sabe usted (un señor diputado: ¡Venezuela!), el dilema de la democracia. Pero
Kallifatides impugna este supuesto dilema, lo niega, y además, va más allá, dice que es un error.


Nuestra función, señor Tamames, no es rebajar la democracia sometiéndola a principios e intereses personales, electoralistas, tan efímeros, por cierto, como irrelevantes. Esta Cámara, señorías, señor Tamames, encarna la soberanía nacional,
no puede ser tutelada ni ninguneada, nadie puede acallar su voz, pero tampoco nadie debe rebajar la grandeza de sus principios, ni mucho menos utilizar aviesamente los mecanismos de protección que nos asisten; hoy hemos visto una muestra de ello.
Porque lo que se nos ha encomendado como representantes públicos de la gente de nuestro país es cuidar nuestra democracia, profundizar en sus logros, honrar su legado, como el legado que tiene usted, que es de nuestro país, señor Tamames, y cumplir
y hacer cumplir la Constitución. Y sí, con luz y taquígrafas, señor Tamames, taquígrafas, porque son taquígrafas las que hoy, con su trabajo invisibilizado, como el de tantas mujeres, levantan el testimonio escrito de esta sesión permitiendo que
nuestras palabras perduren más allá de nosotras y de nosotros mismos.


La tarea que nos ha sido encomendada, señorías, es incompatible con el odio, con el miedo y con la intolerancia. La democracia, señor Tamames, es un bien colectivo y, como tal, debe ser cuidado. ¿Cree usted que es compatible defender la
democracia con la pretensión de entregársela a sus detractores? Sinceramente, yo creo que no. La democracia no es un envés del autoritarismo, ni siquiera es su parte luminosa, es su negación, lo repito, su negación. El autoritarismo niega e
impide la democracia. Por eso, señorías de la derecha, que persisten en mirar aún más a su derecha -aunque no esté presente el señor Feijóo-, sepan una cosa: normalizar, señorías del Partido Popular, la exclusión, el odio o la violencia es
incompatible con la defensa de la democracia y de sus valores, y el silencio o la connivencia -hoy, que no está el señor Núñez Feijóo, el senador Núñez Feijóo- son formas activas de participar en esa conjura, en esa procesión de Os Caladiños;
ponerse de perfil, acordar por detrás, encogerse de hombros ante el odio y el miedo. Usted nos ha demostrado que no hace falta ser firme -ustedes, señorías del Partido Popular- para tener respuestas firmes. Ya les conocemos, ya han gobernado, ya
hemos visto lo que han hecho, cuánto sufrimiento han causado. Porque el silencio y la indiferencia ante el odio y el miedo son sin duda -creo- hoy en día la más firme de sus respuestas frente a esa fotografía en tonos sepia que ustedes, señorías de
la derecha, representan, la de un país detenido en sus desigualdades e injusticias.


Y, frente a todo ello, hay una España con ambición transformadora que quiere empleos dignos y, sobre todo, quiere vidas dignas, que ya no se olvida de las mujeres en sus discursos porque no concibe ese



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olvido. Una España que no señala ni excluye, que no permite una ciudadanía de primera y de segunda, o de tercera, como defienden ustedes, y que se reconoce plena en su diversidad. Sí, territorial, lingüística, cultural y también en su
diversidad sexual, señor Tamames. Un país que debe garantizar y promover los derechos humanos para todas las personas aquí en Europa y en cualquier parte del mundo. Un país solidario y, sobre todo, un país que sabe lo que es emigrar y que no puede
soportar la injusticia ni la deshumanización de algunos discursos que aquí escuchamos a diario, que espero que usted no comparta, ni el drama diario en sus fronteras. Un país que se ha sacudido con valentía todos los impedimentos de tres años que
han estado marcados por la enfermedad, por la crisis económica y por la guerra. Un país que no confunde el verdadero dolor con la incomodidad de quien ve caer sus privilegios. Sí, son privilegios, señor Tamames.


No queremos tutelas para nuestra esperanza ni interesados agoreros, como hemos escuchado hoy al señor Abascal aquí, que día a día pregonan nuestra debacle sin más argumento que el miedo. Queremos profundizar en nuestro gran pacto
democrático, revestirlo de más y mejor futuro. Queremos mimar ese pacto y dotarlo de plenitud y de leyes, como hemos hecho hasta ahora, replicando los grandes acuerdos del diálogo social y acordando todo lo que de ahora en adelante podemos hacer de
manera conjunta por el empleo, por la vivienda digna, por la defensa del medio ambiente, por la defensa de nuestros recursos naturales y paisajísticos, por la soberanía de nuestro propio tiempo y por todos los derechos que nos asisten.


España puede y debe liderar el Pacto Verde Europeo, que no ha merecido, como se ha dicho aquí, señor Tamames, ni siquiera una mención y ninguna centralidad en el dictamen que usted ha presentado a nuestro país. Esa transición verde es la
respuesta urgente a la crisis ecológica y medioambiental que padecemos. Una transición que debemos afrontar sin generar nuevas desigualdades y con el trabajo, los trabajadores y las empresas en el centro, democratizando -y esto es muy importante,
señor Tamames- la energía frente a su concentración monopolística. No estamos solo ante un cambio tecnológico, usted lo sabe bien. La descarbonización de la economía es el primer paso, pero debemos acabar también con el dominio del oligopolio y
avanzar hacia un sistema energético distribuido. La justicia climática, si me permiten, tiene que ir de la mano de la justicia social, y ello implica que la ciudadanía esté en el centro, mediante el autoconsumo, las comunidades energéticas, las
cooperativas, las pequeñas y medianas empresas, o también la participación de los municipios. Otra vez, señorías, la comunidad, lo público, la solidaridad. Yo sé que está de acuerdo.


Esa es la gran lección de la pandemia que este país nunca olvidará, la misma que recordamos en cada visita a las urgencias de un hospital o a la escuela de nuestras hijas, que lo público, lo que es de todas y de todos, nos ha salvado la
vida, que necesitamos protegerlo. Que necesitamos una educación y una sanidad que refuerce nuestros vínculos y nos asista, y que nos haga crecer. Un país que cuide a las personas dependientes, a las personas enfermas, a las personas mayores y a la
infancia. Un país libre para pensar y decir, en el que ni la salud ni la formación académica ni la tranquilidad de un enfermo dependan del dinero que se tenga. Un país -no se ha hablado de esto, señor Tamames- que conciba la cultura, completamente
ausente en su discurso, como espina dorsal de su pasión democrática y de su manera de estar en el mundo, de dialogar con los demás. Un país, en definitiva, que se erija como una gran comunidad de respeto y de convivencia, con orgullo por lo que nos
pertenece, por lo que hemos logrado y, sobre todo, por lo que somos. Un país que, como decía Cernuda en su poema, siga libre adelante. Un país que reclame la felicidad como derecho, el derecho a ser felices frente a la oscuridad y el odio, y que,
como sabe usted muy bien, engarce con la mejor tradición constitucional de nuestro país.


Permítanme que vuelva a Cernuda. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA Y MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Nuestro país no debe dejar nunca de escuchar a sus escritores, a sus filósofas, a sus artistas, a sus creadores. Decía Cernuda: 'No eches de menos un
destino más fácil'. Creo que este Gobierno nunca ha echado de menos un destino más fácil. Creo, señor presidente, que, lejos de ello, hemos asumido un reto a la altura de nuestras responsabilidades, y lo hemos hecho sin lamentos y sin excusas,
trabajando por nuestro país. (Aplausos).


Hemos demostrado que se puede abordar una crisis de una magnitud global sin practicar recortes, con protección social, con subida de salarios, blindando el empleo y con una estrategia económica que



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beneficia a por igual a las empresas y a los trabajadores, siempre con el objetivo de democratizar las relaciones laborales y de preparar este país para los cambios del futuro.


Señorías, el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que ya estamos haciendo. El futuro es la juventud de hoy, señor Tamames, no la mía ni la suya. El futuro es lo que está ahora en nuestras manos, la transformación que este Gobierno
progresista de coalición ha emprendido en un diálogo permanente, con la esperanza y con la voluntad decidida de avanzar hacia un país mejor, y lo vamos a seguir haciendo. Solo es el principio de lo que hemos empezado a hacer y queda Gobierno de
coalición para mucho tiempo, señorías de la bancada del Partido Popular.


Les digo que hacia ese país mejor, movido por la energía emancipadora del feminismo que se nutre de la memoria y no de sus olvidos, nos verán siempre caminando, sin farsas ni teatrillos ni autos de fe. Eso sí, como estamos haciendo, con más
derechos, con más igualdad y, si me permiten, siempre como un país a favor, sin odio, un país adelante y un país que reivindique, como no puede ser menos, la alegría. Seguiremos trabajando por el bien de nuestro país.


Muchas gracias, señorías. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y de los miembros del Gobierno,
puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora vicepresidenta.


Tiene la palabra el candidato a la Presidencia del Gobierno.


El señor CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (Tamames Gómez): Muchas gracias, señora presidenta.


Creo que las valoraciones que se han hecho sobre una moción de censura hay que modificarlas en parte. Después de este discurso de una hora y cinco minutos, yo diría que tenemos un bien precioso también, que es el tiempo.


Personalmente, creo que ha sido un discurso interesante en muchos de sus pasajes. No solo ha sido un discurso de moción de censura, sino también de presentación de un proyecto político que creo que se llama Sumar. En ese sentido, yo le
haría una recomendación a la señora vicepresidenta, que sintetice sus puntos para poder apreciarlos más tranquilamente. (Risas.-Aplausos).


Así que, si se me autoriza, y debido a que dice que no tengo programa cuando en el propio escrito se dice que el programa está a lo largo de los puntos y las contestaciones -con posibles mejoras-, no haría más comentarios por mi parte.
Agradecería mucho las lecciones que hemos recibido (risas) y plantearía seguir con la sesión más adelante, cuando usted diga, señora presidenta.


Gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor candidato.


Señorías, se suspende la sesión hasta las dieciséis horas.


Se suspende la sesión a las tres y veinte minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.


JURAMENTO O PROMESA DE ACATAMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN POR NUEVOS SEÑORES DIPUTADOS.


La señora PRESIDENTA: Buenas tardes, señorías. Se reanuda la sesión.


Con carácter previo, vamos a proceder al juramento o promesa de acatamiento de la Constitución, conforme al artículo 20.1.3 del Reglamento.


En sustitución de don Teodoro García Egea, pregunto a doña Antonia López Moya si jura o promete acatar la Constitución.


La señora LÓPEZ MOYA: Juro.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.


Doña Antonia López Moya ha adquirido la condición plena de diputada. Enhorabuena. (Aplausos).



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MOCIÓN DE CENSURA. (CONTINUACIÓN):


- MOCIÓN DE CENSURA AL GOBIERNO PRESIDIDO POR DON PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN QUE INCLUYE COMO CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO A DON RAMÓN TAMAMES GÓMEZ.


La señora PRESIDENTA: Señorías, comenzamos con los turnos de intervención de los grupos parlamentarios. Intervendrán ahora las formaciones integradas en el Grupo Parlamentario Mixto.


Tiene la palabra, en primer lugar, el señor Guitarte Gimeno.


El señor GUITARTE GIMENO: Gracias, señora presidenta.


Señorías, señor Tamames, represento a los electores de una de las provincias despobladas de la España vaciada, un territorio de sacrificio que sufrió un modelo de desarrollo nefasto durante el franquismo, modelo que no se supo corregir con
la eficacia necesaria llegada la democracia. El sistema electoral al que usted se ha referido traslada, sin embargo, la pluralidad ideológica y la diversidad socioterritorial de este país; es lo que permite dar voz a los que muchas veces,
demasiadas, no hemos tenido voz.


Los problemas del país son muchos y complejos, y para cuestiones complejas no hay soluciones simples. Si algo caracteriza la acción política de Teruel Existe es la búsqueda del acuerdo y la superación de los bloques ideológicos. Estamos
convencidos -y así lo demostramos- de que es necesario hacer la política sobre el pacto y sin la agresividad que muchas veces, por desgracia, encontramos en esta Cámara. Solo el diálogo nos permitirá buscar soluciones a estos problemas, luchar
contra la despoblación, vertebrar el territorio, apoyar al medio rural y tener una mejor sanidad, educación o una transición ecológica justa. Para eso está esta Cámara y para eso trabaja todos los días Teruel Existe. Nosotros buscamos grandes
pactos y ustedes parecen excluirse por sistema. Encarnan una reacción ultraconservadora que pretende retomar algunos de los enunciados del siglo XX que contribuyeron al vaciamiento de la mayor parte de España. Acusan de insolidarios a quienes
siempre hemos dado más de lo que hemos recibido, y son fuertes con los débiles, pero débiles contra los fuertes. En su discurso hay muchos ejemplos, pero hay uno muy evidente: reivindicar hoy y ahora un trasvase del Ebro que reabre un debate
superado, por suerte, hace años. Defenderlo es lo que demuestra insolidaridad, además de ser una barbaridad ambiental opuesta a todas las normativas vigentes.


Como saben, vivo en una comunidad por la que pasa, en efecto, un gran río, sí, pero sus agricultores viven ya las primeras restricciones y mi provincia lleva décadas sin ver cómo llegan obras de regulación que les permitiría tener una
agricultura y una ganadería para vivir dignamente. Y ustedes solo piensan en llevarse agua de ahí a cientos de kilómetros para seguir fomentando el desequilibrio y la desigualdad. Solo este punto sería suficiente para rechazar esta moción de
censura por recuperar con ello un modelo de desarrollo totalmente opuesto al que nosotros defendemos.


La España vaciada es una fractura que no se determina en los límites de las comunidades autónomas, sino que se identifica por la diferencia de oportunidades y la desigualdad en los servicios que presta el Estado en el medio rural y en las
pequeñas ciudades de las provincias despobladas. Esta brecha de la España vaciada es intraautonómica y representa un problema de Estado que concierne también y muy directamente al principio de igualdad y de solidaridad entre territorios y entre
ciudadanos, como fija la Constitución; una brecha que, a pesar de los esfuerzos y de las políticas que ha iniciado el Gobierno, si no modifica el enfoque, va a incrementarse. No es cuestión de disponer medidas paliativas para aplicar pequeñas
ayudas, sino de que las grandes políticas económicas y de servicios, ejes estructurales del Estado, integren esta visión.


Por el contrario, en nuestros territorios crece la alarma por cómo la implementación del despliegue desordenado de energías renovables está provocando la destrucción del paisaje, el deterioro de la biodiversidad y de los espacios protegidos,
así como el arrasamiento de sectores productivos ya en marcha. Y todo ello, además, sin que la población local obtenga compensación suficiente para ello y sin que pueda hacer nada porque el Gobierno y las comunidades autónomas allanan el camino de
esta estrategia de grandes fondos de inversión, que se aprovechan de que España no ha hecho la trasposición completa de la legislación europea al respecto: unas directivas que, justamente al contrario, proponen y defienden un modelo más democrático
para la transición energética. Aquí tienen un ejemplo de cómo una política pública sacrifica unos territorios y unas comunidades de población en favor de otras, de manera que la España vaciada y la despoblación son la consecuencia socioterritorial
de la errónea acción del Estado, en muchas ocasiones voluntaria, como la que hoy estamos ejemplificando con las renovables.



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La señora PRESIDENTA: Señor Guitarte, tendría que ir terminando, por favor.


El señor GUITARTE GIMENO: Es un problema de Estado provocado principalmente por el Estado, al que exigimos que trabaje por resolverlo, no por agravarlo.


El modelo de España del grupo que soporta la moción está muy alejado del nuestro; sus soluciones para los problemas que nosotros ponemos encima de la mesa, también. Votaremos en contra.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Guitarte.


Tiene la palabra el señor Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta.


Buenas tardes, señor Tamames Gómez, candidato a la Presidencia del Gobierno por la vía de una moción de censura. Foro Asturias tiene representación en esta Cámara gracias a una coalición con el Partido Popular, basada en un acuerdo que
compromete nuestro apoyo a su candidato a la Presidencia del Gobierno. En correspondencia con nuestro socio electoral, ya adelanto que no le respaldaré a usted con mi voto.


Señor candidato, Foro se creó para contribuir a la construcción cívica de una sociedad libre y avanzada, sin privilegios ni discriminaciones por razones de historia, población o riqueza. Queremos para los asturianos lo mismo que para los
demás españoles: el derecho a no ser más que nadie, pero tampoco menos que los demás.


Al hilo de su intervención, y dada la trascendencia de este debate, quisiera exponer varias cuestiones que considero de gran relevancia para el presente y el futuro de España y de Asturias. Son prioridades truncadas por infames, vergonzosas
y vergonzantes estratagemas de Pedro Sánchez, socorrido por grupos antisistema de los de quitar el sueño y separatistas de los de quitar la libertad y hasta la vida, incumpliendo la Constitución, delegando los intereses generales con tal de
mantenerse al frente del banco azul y profundizando hacia un nuevo modelo de Estado caracterizado por la desigualdad. Tan alto precio lo sufrimos en Asturias, porque la discriminación entre territorios se ha agudizado perpetuando un injusto sistema
de financiación autonómica que penaliza severamente sanidad, educación y servicios sociales. En su investidura, Sánchez anuncio grandilocuente que esta iba a ser la legislatura de la financiación autonómica, pero lo ha incumplido y hoy persisten
grandes obstáculos para que los asturianos reciban adecuadamente servicios públicos esenciales.


Señorías, el Gobierno perpetró con grandes agravios las leyes presupuestarias, lo que explica que tras casi cinco años de Presidencia de Sánchez aún no funcionen infraestructuras imprescindibles para el siglo XXI, caso de la variante
ferroviaria de Pajares, que entrará en servicio con características de rango inferior al resto de los corredores ferroviarios de alta velocidad. Y qué decir de las cercanías, con un ministerio que contrata trenes que no pasan por los túneles y que
hizo trizas el convenio consensuado para la integración urbana del ferrocarril en Gijón, y que ha sacrificado también a los vecinos de Langreo con interminables obras de soterramiento; Oviedo adolece de ronda norte de circunvalación; los grandes
puertos de El Musel y Avilés han sido relegados de las grandes redes transeuropeas de transportes; Asturias es la única comunidad del Cantábrico sin autopista del mar; en el suroccidente asturiano, la autovía A63 se ejecuta hacia La Espina a ritmo
de tortuga, y al aislamiento contribuye también el Gobierno del Principado, que se ha desentendido de la continuidad hasta León, renunciando a estimular la actividad productiva y fijar población. Precisamente, el infierno demográfico es el
principal lastre de Asturias, con un envejecimiento de los más acusados de Europa, agravado por una bajísima natalidad y la emigración de los jóvenes. En 2022, señora ministra de Trabajo, la región acumuló la tasa de desempleo juvenil más alta de
España, con un 47,53 %, que se suma, año tras año, a la actividad más baja del país, producto, entre otros factores, de la destrucción de empleo por la penalización energética a la industria electrointensiva y de la desertización de las comarcas
mineras tras su desmantelamiento sin alternativa socioeconómica. Las cesiones de la ministra Ribera al fundamentalismo ecologista, sociedad anónima, han abocado a nuestros ganaderos a convivir muy peligrosamente con el lobo, que diezma sus rebaños,
y a los pescadores artesanales les quieren invadir sus principales caladeros con parques eólicos marinos que arruinarán al sector.


Señor Tamames, valoro su disposición y su esfuerzo, pero la aritmética parlamentaria resulta insuficiente para que la oposición alcance -alcancemos- ese loable objetivo de poner punto final a esta legislatura nefasta. Tendrán que ser los
españoles con su voto los que cierren, ojalá que muy pronto, las páginas negras y graves de esta legislatura presidida por Pedro Sánchez.


Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos).



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La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Martínez.


Tiene la palabra el señor Mazón Ramos.


El señor MAZÓN RAMOS: Muchas gracias, señora presidenta. Buenas tardes.


Señor Tamames, señorías, son muchos los asuntos que no tengo tiempo de desarrollar; me centraré solamente en tres aspectos. El primero es sobre el debate político actual. Esta moción de censura estaría bien que se convirtiera en una
moción de mesura. En España hay hoy en día demasiada crispación, sobre todo entre los adultos, y no solo entre los políticos y en los medios, sino en toda la sociedad, y esto está teniendo reflejo en los jóvenes y en los niños, y ya se está viendo
claramente en los colegios. El Partido Regionalista de Cantabria, con el presidente Revilla a la cabeza, siempre ha evitado la bronca, nunca ha participado en la crispación, y eso los ciudadanos lo agradecen.


Yo aquí represento al Partido Regionalista de Cantabria, un partido que ha tenido como lema 'lo primero, Cantabria', pero sepan los que critican que partidos como el nuestro estén en este Congreso que no venimos aquí a decir solamente qué
hay de lo mío, sino también de lo de todos. Asimismo le digo que si venimos aquí es porque, si no estuviéramos, de lo mío no habría nada, porque los grandes partidos nacionales están en otra cosa. Sin el PRC aquí, en Cantabria seguiríamos sin
cobrar la deuda de Valdecilla, no estarían ejecutándose las obras del AVE de Palencia a Reinosa ni la duplicación de vía Santander-Torrelavega, ni la carretera del desfiladero de La Hermida, ni tendríamos el agua del embalse del Ebro para el
abastecimiento de Santander, etcétera.


Señor Tamames, con todo mi respeto, lamento adelantarle que no le vamos a votar. Obviamente, usted no podría gobernar, no le ha votado nadie, ni siquiera le votarían los partidos que hay aquí en condiciones normales. Buena parte de la
crítica que ha hecho usted al Gobierno de Pedro Sánchez nosotros ya la hemos hecho también a lo largo de la legislatura. Lo más valioso de su discurso, ¿sabe qué es? Demostrar lo que se puede hacer a una edad avanzada, aunque le hayan criticado
por eso. No lo digo por mi caso -que yo también estoy en el grupo-, pero hay millones de españoles que siguen aportando a la sociedad, además de su actividad, su conocimiento y su experiencia, también en la política. Hoy tenemos en Cantabria a
Miguel Ángel Revilla, que, a pesar de los años, va camino de ser por quinta vez presidente de la comunidad (rumores), y también tenemos en nuestro partido mezcla de jóvenes con experiencia. Y es muy importante la experiencia para gobernar, pero
también se necesita memoria histórica propia, por eso compartimos lo que ha dicho usted de la memoria democrática, a la que nosotros votamos en contra precisamente por su falta de un mínimo consenso. Tampoco hemos apoyado leyes como la de la
sedición, la malversación o la del solo sí es sí, que tanta inseguridad jurídica están provocando. También creo que muchos votantes del Partido Socialista y, por supuesto, del Partido Popular comparten la postura del PRC, pero discrepamos en
muchísimas otras cosas que han dicho usted y su patrocinador, ambos en sus discursos, y en lo que no ha dicho el señor Abascal. Nosotros votaremos no porque, además, ni usted ni su mentor han pronunciado ni una sola vez la palabra Cantabria. Se
han olvidado de mucha España.


Muchas gracias. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mazón.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor García Adanero.


El señor GARCÍA ADANERO: Muchas gracias, señora presidenta, señorías.


La moción de censura, como se ha dicho antes, está establecida en la Constitución y en el Reglamento del propio Congreso de los Diputados. Por lo tanto, todo aquel que cumple los requisitos para poder presentarla, la presenta, y la Mesa
decide si está bien presentada o no. En este caso, si la estamos debatiendo es porque cumplía con todos los requisitos legales. Digo esto porque se puede cuestionar la idoneidad o no de presentar la moción, pero no la legalidad de la misma, que
algunos han querido poner en entredicho en este Congreso. Evidentemente, si la Mesa ha dado el visto bueno es porque cumple con todos los requisitos legales.


Dicho esto, le agradezco al candidato a la Presidencia, al señor Tamames, su discurso. Yo creo que ha sido bastante llevadero. Hay que decir que ha sido ameno, y se lo agradezco. Pero hay que decir también, como ya se ha dicho
anteriormente, que desde luego no existen los votos suficientes para ganar al sanchismo en el Congreso de los Diputados. Eso es una evidencia. Es obvio y, por lo tanto, poco más que añadir al respecto.


Es verdad que, si uno hiciera caso al señor Sánchez en esos discursos que ha hecho esta mañana de autocomplacencia, parecería que todo va fenomenal. Además, las encuestas del CIS, rozando la



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prevaricación, le dicen que va muy bien. Incluso dicen que aquellos que votan al Partido Popular le dicen a él que lo está haciendo fenomenal. Entonces, tampoco se entiende mucho por qué no se adelantan las elecciones y así salimos todos
de dudas: a ver si es verdad que ese éxito electoral que dice que va a tener es correspondido por los ciudadanos. Evidentemente, él sabe que eso no es así y, por lo tanto, apurará hasta el último momento para convocar esas elecciones. Pero hay
que decir que sí ha aprovechado bien la moción de censura de hoy, porque, aparte de repetirnos varias veces el discurso que suele ser habitual, ha aprovechado esta moción para presentar en sociedad, para dar pista de salida a la persona que quiere
utilizar, parece ser, para hacer competencia a la otra parte del Gobierno: Podemos. Evidentemente, esto son novedades que trae la moción de censura y que hemos podido comprobar todos.


Y él decía que había que hablar de la economía real. Es verdad que hay que hablar de la economía real. La economía real es que desde que Sánchez es presidente de Gobierno de España a todos los españoles la cesta de la compra nos cuesta
muchísimo más. También es verdad que a todos los españoles, desde que él es presidente del Gobierno de España, la hipoteca nos cuesta muchísimo más. No lo decimos nosotros; el otro día lo decían ministras del Gobierno, la propia aspirante a
liderar Podemos o la fórmula que sea decía que quería presentarse a unas elecciones precisamente para ayudar a las personas que no llegan a fin de mes y que pagan más hipoteca. La pregunta es: ¿y qué han estado haciendo hasta ahora? Porque llevan
tres años en el Gobierno algunos y cuatro otros. Por lo tanto, si están tan claros los problemas, lo que tienen que hacer es afrontar la solución de los mismos. Porque, como decía la señora Montero, los abuelos compraban las zapatillas a los
nietos porque, desde luego, a las familias no les llegaba, y tenía razón. Las familias no llegan a fin de mes; aunque Sánchez hable con tanta autocomplacencia, no llegan a fin de mes. Eso es una realidad. Por lo tanto, con este panorama, es
evidente que aquí se ha hablado con mucha autocomplacencia.


Y no me voy a privar, evidentemente. Una vez más, en esa falta de respeto habitual que tiene el señor Sánchez, nos ha llamado tránsfugas. Vuelvo a repetir que somos tránsfugas porque no quisimos apoyarle a él; creemos que es un deber no
apoyar al sanchismo. (Rumores). Sí, sí, es un deber no apoyar el sanchismo. Pero voy a decir más. Ahora, al que han llamado tránsfuga es a él. Se lo ha llamado Alfonso Guerra, que ha dicho que ha abandonado la socialdemocracia para abrazar el
populismo. (Aplausos). Lo ha dicho Alfonso Guerra del señor Sánchez. Alfonso Guerra ha dicho que al Partido Socialista ya no lo conoce ni la madre que lo parió o, utilizando el lenguaje de ahora, la persona gestante que lo trajo a este mundo.


En todo caso, de lo que tampoco ha hablado ha sido de sus socios de gobierno. Ha dicho que ha hecho muchas cosas, pero no ha hablado de los socios de gobierno. Vamos a hablar de los socios de gobierno. Él, si llegó a la Presidencia, fue
porque dijo que con Podemos no se podía dormir; que no había que indultar, desde luego, a los golpistas catalanes, y que con Bildu no se podía pactar. Claro, vemos que a Podemos le ha dado dos leyes que son nefastas para el conjunto de España: la
ley del solo sí es sí, con todas las personas que han salido a la calle, todos los violadores, todos los agresores sexuales; más la ley trans, que a futuro veremos que es otro fracaso para España. A los golpistas catalanes les ha dado la sedición,
la malversación, los indultos. Y además dice: Pero ya hay paz social en Cataluña. Miren, el señor Sánchez lo que hizo en primer lugar fue tirar por tierra una victoria de la democracia a través de los jueces, de la Jefatura del Estado a través de
un discurso y, desde luego, todo el trabajo de las personas que lo hicieron en Cataluña. Tiró eso por tierra indultando a los que hicieron aquello y quitando todos los instrumentos que tiene un Estado de derecho para defenderse ante otra amenaza
separatista que han anunciado que van a hacer. Todo eso lo ha hecho para el pago, evidentemente, a los nacionalistas. Pero no solo eso, sino que se dice que ahora se vive mejor, pero se oculta que en este momento, por ejemplo, hay más de 2000
médicos que dicen que no van a atender a nadie que no les hable en catalán. En Cataluña no se está cumpliendo la Constitución. Claro, si le das todo al otro, evidentemente hay unos que viven en mucha normalidad, pero hay otros muchos catalanes
que, desde luego, no viven en esa normalidad. Y, luego, el pacto con Euskal Herria Bildu. Eso sigue siendo una aberración y una ignominia. Hoy, porque así es la vida, hace cuarenta y dos años -y está ahí una hija de la persona afectada- que ETA
asesinó a un teniente coronel porque había sido, aparte de teniente coronel, jefe de la Policía Foral de Navarra. A aquellos que aplaudieron ese asesinato, a aquellos que señalaron aquel asesinato ustedes los han blanqueado; los han blanqueado en
esta legislatura. Han acercado a aquellos asesinos. Y no solo eso, sino que los han puesto como parte de la dirección del Estado y ellos lo hacen para esa entelequia que se llama Euskal Herria, para salvar la patria de los demás. Eso sigue siendo
una ignominia,



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sigue siendo un escándalo y, por mucho que lo quieran tapar, desde luego que la memoria de las víctimas tendrá que estar siempre presente en esta Cámara.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor García.


Tiene la palabra la señora Oramas González-Moro.


La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Gracias, señora presidenta, señorías.


Bueno, aquí estamos: trescientos y pico extras para rodar este larguísimo anuncio electoral que el señor Santiago Abascal ha decidido regalar al presidente Pedro Sánchez antes de la próxima cita de mayo. Para que luego digan que VOX y el
PSOE se llevan mal. Como dice esa vieja frase: No hay cosa que una más que un enemigo común. Y aquí están ustedes dos, señor Abascal y señor Sánchez, con un objetivo común.


Esto va de usted, señor Tamames, que es el candidato inimaginable a la Presidencia, pero mis palabras no van contra usted. Como muchos de los que hoy estamos aquí, comparto la admiración por lo que usted significó para quienes vivimos la
transición. Para los jóvenes economistas de mi generación usted fue uno de los tres economistas más importantes de este país y un referente político de primer orden. Creo que usted tiene todo el derecho del mundo a estar aquí y a defender sus
ideas sobre España, pero a quienes le proponen les digo que lo siento, que no estoy de acuerdo con que les tomemos el pelo a todos los españoles. Reunir aquí a los diputados para debatir una moción de censura que ya estaba muerta antes de nacer me
parece una frivolidad y una falta de respeto. Porque, en realidad, aquí nadie está proponiendo un nuevo presidente para España; aquí lo que se está haciendo es campaña electoral.


Señor Abascal, usted y su partido saben perfectamente cómo está el país; conocen la situación de millones de familias que están enfrentándose a los estragos de la inflación. España está perdiendo la clase media; está perdiendo autónomos y
pequeñas empresas, que están echando el cierre todos los días porque ya no soportan los costos que les suponen las pérdidas. Usted sabe que esta moción que han planteado no sirve absolutamente para nada. Cuando acabemos aquí no habremos tomado una
sola decisión que vaya a mejorar la vida de los ciudadanos de este país. Esto no es serio. Esto es filibusterismo político. Y es así, por mucho que ustedes digan que no. Miren, el mayor susto político que se podrían llevar ustedes es que todos
los partidos nos pusiéramos de acuerdo y termináramos votando a don Ramón Tamames. Porque el señor Tamames tiene que ver con el ideario de VOX lo mismo que un huevo con una castaña. Pero aquí estamos a lo que estamos. Hemos escuchado la voz del
profesor Tamames hablando sobre la España que fue, la que es y la que debería ser, pero cuando esto acabe no habrá servido para nada, absolutamente para nada.


Estamos viviendo una guerra en Europa y una posible nueva crisis financiera. ¿Estamos hablando de eso y de qué acciones podemos emprender? No. Este es un Gobierno fracasado, un Gobierno contaminado por la influencia de unos socios que han
marcado una peligrosa deriva política. El señor Sánchez cree en el Estado plurinacional, pero solo de aquellas nacionalidades que le sostienen en la Moncloa. El señor Sánchez ha cambiado unilateralmente la posición de España en el conflicto del
Sáhara sin consultar con este Congreso y sin debatirlo ni siquiera en el seno de su propio Gobierno. El señor Sánchez ha permitido la imposición de leyes sectarias que solo representan a una parte de la sociedad y que no nacen del consenso entre
todos los ciudadanos, sino que obedecen a la visión mesiánica de quienes se creen en posesión de todas las verdades y todas las razones. Las clases medias de este país han vivido un infierno el pasado año: han soportado el encarecimiento del coste
de la vida; han visto cómo se han disparado los gastos de alimentación, del transporte, de la ropa, de sus alquileres y sus hipotecas. Pero ese mismo año, señoría, la Hacienda pública española ha recaudado 34 000 millones más que en 2021, una
recaudación récord que ha salido de los presupuestos de las familias españolas.


La verdadera moción de censura a su Gobierno no se debate hoy, señor Sánchez -ausente-, se votará en diciembre de este año y la van a firmar millones de españoles que ya no se creen el cuento chino de que son los ricos los que van a pagar
más impuestos, que son las grandes empresas las que van a soportar el coste de la crisis. Ya no se lo creen, porque lo padecen en carne propia, porque saben lo que es la vida real. Ustedes han presumido de que mientras con el PP se recortaban los
recursos públicos para la sanidad y la educación este Gobierno ha apostado por mantener los servicios públicos esenciales. Pero, ¿sabe lo que pasa? Que la sanidad española está colapsada y que en todas las comunidades autónomas las listas de
espera se han disparado y la medicina primaria está atascada. Se le olvidó decir que los indicadores de la educación están empeorando y que las universidades públicas están en graves



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dificultades económicas, que las ayudas a la dependencia no llegan y que no se aplica la ley. Esto es lo que hay, señorías, y muchas de estas cosas se las ha dicho el señor Tamames en su intervención. Hay razones sobradas para pedirle que
convoque elecciones y para desear que a este país le toque un Gobierno responsable que sea capaz de poner orden en este desastre.


Señor Sánchez -ausente-, yo no quería intervenir hoy. Propuse que ninguno de los grupos políticos de este Congreso se prestara a alargar este simulacro de moción de censura, que escucháramos al señor Tamames y, simplemente, votáramos, pero
el PSOE por supuesto no lo iba a permitir. El señor Sánchez era el primer interesado en que esta tribuna se utilizara otra vez como una plataforma de publicidad electoral, que es lo mismo que quería el señor Abascal. Dos hombres y un destino, dos
hombres y un mismo destino.


Señor Tamames, por supuesto que no vamos a votar a favor de esta moción de censura, y no porque no creamos que el señor Sánchez no se lo merezca, es porque creemos que España no se merece las ocurrencias de los partidos políticos. Esto de
hoy es absolutamente democrático, pero no es serio. Confío en que dentro de dos meses el pueblo español hable por primera vez en las elecciones autonómicas y locales y le mande a este Gobierno un mensaje claro y directo, el anticipo del mensaje que
les darán al señor Sánchez y a este Gobierno dividido, enfrentado y fracasado antes de finales de año. Ese sí será el verdadero voto de censura.


Muchas gracias, señora presidenta.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Oramas.


Finalmente, por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra la señora Vehí Cantenys.


La señora VEHÍ CANTENYS: Gracias, presidenta.


Esta moción puede ser leída como una gesta de los que ganaron en 1939 y que condicionaron, con amenaza de levantamiento militar, el consenso de la Transición. De hecho, su programa es, a grandes rasgos, el mismo que el del golpe de Estado
de 1981. Y la figura de Tamames tampoco es casualidad. Él mismo se reivindica como parte del alma pactista del Partido Comunista, incluso quedará siempre la sombra de duda de si estaba o no en el ajo del golpe militar. Lo que sí sabemos es que se
contaba con usted para ser ministro de Economía del general Armada.


A pesar de todos los relatos, el llamado consenso de la Transición fue, sobre todo, equilibrio de fuerzas, y es obligatorio recordar hoy aquí a todas las organizaciones y a los militantes políticos que perdieron la vida: Puig Antich, Gustau
Muñoz, Yolanda González, García Caparrós y tantos otros. Hay que recordar que hubo organizaciones que no compraron el relato, que hubo sindicatos que no entraron en los palacios, que hubo militantes que no combregaron con las renuncias a las que
les empujaban sus dirigentes. De hecho, el señor Tamames, este domingo, a la pregunta de un periodista de La Vanguardia sobre cómo explicaría a los presos comunistas del penal de Burgos este giro político suyo, respondió: 'Están todos muertos'.
(El señor Tamames Gómez hace signos negativos). Revise esa entrevista -insisto: revise esa entrevista-. Señor, ni están todos muertos ni importa que la muerte se los llevara, porque ni usted ni nadie les quitará la dignidad.


Los que hoy proponen esta moción de censura son los mismos que en la Transición amenazaron con el golpe militar y son los mismos que en 1939 se levantaron contra la República. Pero esto, señor Tamames, usted ya lo sabe, y lo sabía también
en 1978. Esta moción también puede ser leída como una metáfora de los límites de la Transición y del papel de la izquierda parlamentaria española desde ese miedo al ruido de sables. Desde ese miedo hasta hoy ha pasado casi medio siglo ya. Y al
PSOE y a Unidas Podemos esta moción les va bien. En un momento en el que las encuestas no son favorables, les permite reducir la oposición a una extrema derecha excéntrica y derrotada y ubicarse automáticamente a la izquierda.


El presidente del Gobierno, efectivamente, ha aprovechado, igual que la viceministra, para exponer sus logros y objetivos, pero detrás de las palabras de izquierdas, hay un esqueleto muy viejo, la Transición y sus límites, que hoy tienen una
traslación muy clara: la unidad de España como principio fundamental y la negación de los derechos de autodeterminación. La reconocemos en la increíble negativa a la reciprocidad de las televisiones catalana, del país valencià y de las Illes
Balears y Pitiusas, en la negación sistemática del derecho a la autodeterminación, en la aplicación del 155 a Cataluña, en la obsesión por recentralizar competencias; de hecho, la mayoría de leyes que propone este Gobierno, sean de ciencia, de la
distribución del ingreso mínimo vital o de la gestión de incendios de bomberos, recentralizan competencias. En términos de derechos colectivos, la defensa de los intereses de los poderosos fue también un gran hito de la Transición, que se mezcla
con esta obsesión por la recentralización. Que el



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Gobierno de Unidas Podemos y el PSOE tumbara la ley balear de contención de rentas y llevara la ley catalana de contención de rentas al Tribunal Constitucional es un buen ejemplo; que se decida en Madrid quién se lleva los fondos europeos,
con un marco normativo consensuado con las cuatro grandes consultoras del IBEX, es otro ejemplo, y, cómo no, que Madrid sea el centro de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas, negando constantemente el corredor mediterráneo, es otro
ejemplo.


En términos de derechos y libertades, los hitos de la Transición son más que visibles: la protección de una monarquía corrupta; un Poder Judicial que actúa como Gobierno de las togas; una Ley de Secretos Oficiales que continúa ocultando
qué pasó el 23-F y que impide que podamos conocer los detalles del espionaje con Pegasus -por cierto, hoy ustedes han dejado tirados a un grupo de eurodiputados-; las infiltraciones policiales en los movimientos sociales; la operación Cataluña;
las muertes en la frontera sur; la Ley de Amnistía de 1977, que sirvió para amnistiar sobre todo a los responsables del genocidio y que hoy sigue impidiendo investigar los crímenes del franquismo, o su particular sentido de la patria: la
Constitución española es intocable hasta que la Unión Europea les pide que modifiquen la Constitución para que lo prioritario sea pagar la deuda y no los servicios públicos. Y esto nadie, ningún partido, lo enmienda.


Ellos están avisando con un nuevo ruido de sables que se oye ya por toda Europa. Refugiarnos en los consensos del 78, que ya no existen, no es una buena estrategia. Esta España, como escribía Gil de Biedma, tiene la historia más triste de
todas, porque siempre acaba mal. Lamentablemente, han demostrado que ni con el mejor Gobierno posible de España están dispuestos a construir la alternativa, porque mantener el 78 es renunciar a la democracia y a la justicia. La alternativa no
pueden ser discursos antagónicos aprovechándose de este esperpento, la alternativa es proponer nuevos consensos para nuevas mayorías a la altura de los retos de una nueva humanidad democrática republicana, que respete el derecho de los pueblos a la
autodeterminación, que planifique la economía democráticamente y que tenga por bandera la libertad y los derechos civiles y políticos. Mantener el 78 es renunciar, de todas todas, a un futuro de paz y libertad. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vehí.


Continuamos con el siguiente grupo parlamentario. Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra la señora Aizpurua Arzallus.


La señora AIZPURUA ARZALLUS: Eskerrik asko, presidenta. Arratsalde on, buenas tardes, señorías.


Llevamos ya horas con esta moción de censura. Es una moción de censura que bien merece todos los calificativos con los que se la ha bautizado, desde circo hasta fake. Es una moción de censura que únicamente busca servir de altavoz, una vez
más, a la ultraderecha y a sus aliados de la derecha ultra. Bien podrían haber hecho un mitin conjunto en vez de hacernos perder una semana, no ya a nosotros y a nosotras, sino a toda la ciudadanía, que lo que espera es que trabajemos y aportemos
soluciones. Y es que más que una moción de censura lo que hoy se suscribe aquí es la coalición electoral entre VOX y el Partido Popular, el acuerdo de unidad de la derecha y de la ultraderecha, un acuerdo sin parangón en Europa, donde nadie, ni
siquiera las fuerzas más derechistas, se alía con el fascismo para gobernar. Una vez más, España es diferente.


¿Y por qué? Porque, como hemos dicho en numerosas ocasiones, nunca existió en este Estado una verdadera ruptura con el régimen franquista, porque nunca hubo una verdadera transición democrática, ya que las derechas, sea cual sea su color o
su tono provienen de la misma tradición política de aquel régimen, del que nunca soltaron amarras, porque todos ellos un día se acostaron franquistas y al día siguiente se levantaron demócratas. Así se construyó la mal llamada Transición, aquel
fallido proceso basado en el mantenimiento de una monarquía impuesta y en la negación de la plurinacionalidad y del derecho a la autodeterminación de nuestras naciones. Así se construyó aquel fallido proceso, que permitió que aquellas fuerzas
reaccionarias y autoritarias se mantuviesen latentes hasta que fuese posible volver a resurgir sin caretas. Y ese día llegó. Hoy los tenemos sentados aquí, sí, pero en nuestra mano está, en la de todas las fuerzas que por encima de nuestras muchas
diferencias compartimos el antifascismo, que sigan siendo eso, voces aisladas que añoran un régimen, una sociedad en blanco y negro, una sociedad sin derechos ni libertades, y nuestra obligación es hacerles frente para impedir que su voz, su agenda
reaccionaria, tenga la más mínima opción de implementarse y Euskal Herria, mi país, es un buen ejemplo de ello. Si no nos enfrentamos a ellos, si no combatimos su relato con decisiones y medidas valientes en favor de la mayoría social y
trabajadora, estaremos abriendo la puerta para que la extrema derecha y su agenda del odio penetren en nuestras sociedades, porque el fascismo se alimenta de la crispación, del



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enfrentamiento, de la antipolítica, del todos son iguales, de la desafección, de la decepción ciudadana. No hay mejor caldo de cultivo para ellos que todo esto. Por eso, debemos ser conscientes de la realidad y hacerle frente con
responsabilidad y altura de miras, porque si algo jamás nos perdonará la ciudadanía será no haber hecho todo lo posible para frenar a quien quiere estar de vuelta al túnel del tiempo.


Euskal Herria es un país antifascista, con una sociedad con profundos valores democráticos. Por eso la ultraderecha es inexistente en nuestro país. Compartimos esos valores de solidaridad, libertad y justicia social con la sociedad vasca.
Por eso nos comprometimos, y volvemos a hacerlo hoy, a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que aquellos que quieren acabar con estos valores jamás puedan decidir sobre nuestras vidas ni nuestros derechos, ni desde Euskal Herria ni desde este
Estado.


Señor Tamames, por el respeto que podamos tener a sus orígenes políticos no entraremos a debatir con usted. Y digo respeto porque en Euskal Herria Bildu convivimos personas de trayectorias muy diferentes, con orígenes muy diferentes, pero
con claras convicciones progresistas y democráticas. Sí, en Euskal Herria Bildu también conviven personas que provienen de su misma tradición política, señor Tamames. Ellos y ellas unieron fuerzas en la izquierda soberanista vasca para defender
las libertades y ampliar los derechos sociales, para trabajar por la convivencia y la soberanía de la sociedad vasca, sumaron esfuerzos en la consecución de una sociedad más justa, más libre y más democrática. Usted ha tomado justo el camino
contrario, ese camino que lleva al recorte de derechos y libertades fundamentales, el del odio y la exclusión del diferente, el del autoritarismo y la imposición. Si le soy sincera, no sé si lo hace por simple vanidad o si le han engañado, pero en
cualquier caso ha cometido usted el error histórico de convertirse en el defensor y portavoz de la ultraderecha. Lamentamos que su viaje haya acabado así.


Crisis económica, hipotecas al alza, alimentos impagables, vivienda inaccesible, facturas desorbitadas. A todo esto se enfrentan cada día millones de personas y familias, y ustedes, ajenos a todo ello, nos hacen perder el tiempo durante una
semana con debates estériles y un nivel político de barra de bar, una total falta de respeto a la ciudadanía. Porque lo que la ciudadanía quiere, espera y necesita son políticas en todos estos ámbitos, en cómo hacer frente a la inflación, en cómo
asegurar una vivienda digna, en cómo asegurar pensiones suficientes, en cómo defender la sanidad pública, en cómo ampliar los derechos laborales, en cómo salvaguardar el medio ambiente, en cómo transitar hacia energías sostenibles, en cómo
revitalizar la industria o en cómo proteger los derechos y libertades de los colectivos más vulnerables. En definitiva, cómo hacer que sea la mayoría social y trabajadora quien avance en derechos y libertades. Eso es lo que se espera de nosotras y
de nosotros.


Pero claro, ustedes, la alianza ultra, para todo ello no tienen ni una sola propuesta. En más de una hora y media que el señor Abascal ha estado hablando en esta tribuna no ha sido capaz de hacer una sola propuesta, ni una sola. Mientras
nosotras subíamos las pensiones mínimas de viudedad y no contributivas, ¿qué hacían ustedes? Gritar. Mientras nosotros topábamos la renovación de alquileres al 2 %, ¿qué hacían ustedes? Patalear. Mientras nosotros prohibíamos los cortes de
suministros básicos para las personas vulnerables, ¿qué hacían ustedes? Vociferar. Mientras aprobábamos ayudas sociales, eléctricas o al gas para los colectivos vulnerables, ¿qué hacían ustedes? Reírse, y cobrarlas; eso también lo hacían.
Podríamos seguir con el aumento del salario mínimo interprofesional, con la defensa de los derechos de las mujeres o con la aprobación de los impuestos a los ricos. ¿Qué hacían ustedes mientras avanzábamos en todo ello? Exacto, nada.


Con solo cinco escaños, señorías, los de Euskal Herria Bildu hemos mejorado la vida no solo de cientos de miles de vascos y vascas, sino también de millones de trabajadoras y trabajadores de este Estado. Todos ustedes juntos, toda la
alianza de derecha y ultra junta, con sus 150 escaños, no han conseguido absolutamente nada, y, sí, entendemos que debe ser duro para ustedes, sí, por eso cada semana -y hoy no ha sido diferente- nos atacan, nos descalifican, porque saben que
ninguno de sus ataques, de sus insultos, de sus mentiras, ni todo su ruido, nos van a mover ni un ápice de nuestros objetivos. Porque, sí, por encima de la crispación y la bronca, con trabajo, seriedad y rigor hemos conseguido mejorar la vida de la
gente, incluso hemos conseguido mejoras también para sus votantes, señorías de VOX. Quizá estaría bien que el señor Abascal explicara a todos ellos en sus mítines que si cuentan con una mejor pensión o están más protegidos frente a la crisis es por
Bildu y por la mayoría progresista y plurinacional de este Congreso. Y, seguido, que intenten explicarles que mientras los malvados independentistas y comunistas, bolivarianos, separatistas y golpistas lograban todo esto, mejoraban la vida de
quienes les están escuchando, ustedes hacían tuits y vídeos y presentaban una moción de censura que bien daría para un capítulo del Show de Benny Hill. Explíquenselo, señorías



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de VOX, explíquenles que es mejor la ruina económica y la pobreza social que ustedes defienden a que sean los independentistas quienes les mejoren su calidad de vida.


Miren, nosotros aplicamos dos principios que creemos explican bien nuestra actividad e iniciativa en este Congreso: el compromiso con la ciudadanía vasca y la solidaridad de clase. Porque nos debemos a la ciudadanía vasca, a nuestro
pueblo, sí, pero tenemos una profunda convicción solidaria e internacionalista. Como hemos dicho muchas veces, no nos une una misma nación, pero sí una misma clase: la clase trabajadora. Ustedes -se lo reconozco- también lo hacen, también aplican
la solidaridad de clase, la de la suya: solidaridad con los bancos, con las multinacionales del IBEX, con las energéticas, con los ricos, con la Iglesia. Todos ellos, todos esos pobres y frágiles sectores, merecen su defensa y protección, porque
estos son ustedes, las élites más rancias y autoritarias de Europa convertidas en partido político para hundir a la mayoría trabajadora y blindar a las élites económicas y financieras. Dirán ustedes que también se acuerdan de los trabajadores y las
trabajadoras; sí, es verdad. A ellos, a los trabajadores y las trabajadoras, les ofrecen la mejor y más efectiva política para mejorar sus vidas, las banderas y las pulseritas, y cuanto más grande sea la bandera, más bienestar. Esa es su oferta
política: más pulseritas y menos derechos.


Sepan, señorías de la derecha, que, si de nosotras depende, si está en nuestra mano, ustedes jamás gobernarán, ni en Euskal Herria ni en este Estado. Sí, y volveremos a ser los independentistas de izquierda, vascos, catalanes y gallegos
quienes les frenamos en las calles y en las urnas. Ese es el compromiso antifascista que hoy reafirmamos frente a ustedes. Pero hoy también queremos mirar hacia delante; frente al pasado que representa la derecha, el futuro que debe representar
la izquierda plurinacional. Cuando terminemos con este show, con esta pérdida de tiempo, cuando algunos acaben con sus dos días de protagonismo, la mayoría progresista y plurinacional, quienes estamos aquí para aportar algo a la gente, deberemos
continuar trabajando por lo que la ciudadanía espera de nosotros. Deberemos seguir trabajando para asegurar el acceso a una vivienda digna para todos, para poner freno al aumento descontrolado de los alimentos, para enfrentar la subida de las
hipotecas y de las facturas. Unos se conforman con dos días de atención mediática y otras nos empeñamos en conseguir mejoras para la vida de la gente. Porque eso es lo que la gente espera de nosotras, para eso nos eligieron, para lograr mejoras en
su calidad de vida, para aportar certezas, bienestar social, estabilidad laboral y construir un futuro y un presente más justo y más digno. Por eso es tan importante que todas y todos seamos conscientes del reto y estemos a la altura de las
circunstancias, porque si, en vez de aportar soluciones, se generan frustraciones, estos, los que quieren arrasar con todo, se abrirán camino.


Señorías del Gobierno, no es suficiente con decir que viene la derecha; no es suficiente con ser lo menos malo; no es suficiente con proteger lo que tenemos; no vale con resistir, hay que avanzar; no vale con advertir lo que se puede
perder, hay que ilusionar con lo que se puede ganar. Por eso, les queremos pedir que dejen de pedir permiso para tomar decisiones, que dejen de pedir permiso para gobernar, que dejen de pedir permiso a la patronal, que dejen de pedir permiso a los
sindicatos policiales ultras, que dejen de pedir permiso a las energéticas, a los lobbies inmobiliarios, a los jueces. Dejen de gobernar con miedo, señorías, porque ellos no lo hacen, la derecha no duda, gobierna contra la mayoría.


La mayoría progresista y plurinacional de este Congreso es algo único en la historia de este Estado. Fuerzas con concepciones muy diferentes, con programas alejados, con sentimientos y aspiraciones nacionales opuestas hemos sido capaces de
priorizar no lo que nos une entre nosotros, sino lo que nos une a la mayoría social y sus anhelos, vote lo que vote. La mayoría de nosotras hemos sabido poner las necesidades de la ciudadanía por delante de nuestros intereses políticos. Es un
ejercicio difícil de hacer, sí, lleno de contradicciones, también, pero es una ventana de oportunidad que debemos aprovechar, así lo dijimos en la sesión de investidura y así lo mantenemos hoy.


Este Gobierno ha cometido errores, se ha equivocado algunas veces y también ha acertado en otras, es justo reconocerlo. Nosotras también hemos podido equivocarnos, sí, pero si algo podemos asegurar es que hemos intentado empujar todo lo que
hemos podido para ir más allá con cada ley, con cada decreto, con cada medida social, económica o laboral. Hemos intentado que cada paso fuese más profundo y de más alcance. Hemos intentado que este Gobierno dejase la tibieza a un lado e hiciese
apuestas decididas por la transformación. No siempre es fácil y no siempre lo hemos conseguido. Hemos criticado lo que nos ha parecido insuficiente o erróneo, pero siempre acompañándolo de una propuesta de mejora, de mejoras para la mayoría
trabajadora, que muchas veces hemos logrado y otras no. Lo que sí podemos decirles, señorías del Gobierno, es que a partir de ahora, y no solo en lo que queda de legislatura, sino también tras las siguientes elecciones, seguiremos trabajando y
actuando con la misma convicción y el mismo esfuerzo.



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Pero deben ustedes recordar, señorías del Gobierno, que son ustedes quienes deben ganarse y forjar las mayorías, y saben perfectamente que a nosotras y a nosotros se nos gana con hechos, no con palabras; con contenidos, no con promesas.
Por ello, advertimos que estamos en tiempo de descuento, sí, pero que aún quedan tareas pendientes que abordar y compromisos que cumplir. Y no cumplir las promesas, no responder a las expectativas creadas, puede tener como consecuencia la
desilusión, la desmovilización y el desencanto, son los peores ingredientes para la izquierda y es el mejor abono para la ultraderecha. Nosotras cumpliremos con la palabra que dimos a la ciudadanía vasca, lo hemos hecho hasta ahora, y revalidamos
ese compromiso, porque ya dijimos que venimos aquí a avanzar en los tres grandes retos compartidos por la ciudadanía vasca: mejorar las condiciones económicas y sociales de la mayoría trabajadora; trabajar por construir un futuro en convivencia, y
abrir las puertas a soluciones democráticas para los conflictos políticos que este Estado mantiene con las naciones sin Estado, como la nuestra, mediante el reconocimiento del derecho a decidir. Y avanzamos, claro que avanzamos, pero debemos
hacerlo más profundamente. Si la derecha alcanza al Gobierno, el recorte de derechos y libertades será brutal, y de nada habrá servido que unos y otros hayan sacado un mejor o peor resultado. Discrepemos y defendamos nuestras diferencias,
demostrémoslas, sí, porque somos muy diferentes, pero sin olvidar que estamos aquí porque la gente nos votó para representarla, para que trabajásemos por mejorar el presente y ofrecer un mejor futuro. Si en nuestra mano está, si de nosotras
depende, seguiremos haciendo todo lo posible no solo para impedir el paso de la derecha, sino para hacer que nuestros pueblos y nuestras sociedades aspiren a un futuro justo, digno y en libertad.


Eskerrik asko. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Aizpurua.


Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor Esteban Bravo.


El señor ESTEBAN BRAVO: Señora presidenta, señoras diputadas, señores diputados, señor Tamames, el 6 de febrero de 1979 un buque butanero de la compañía Cepsa zarpaba del puerto de Alcudia con destino a Cartagena. Las previsiones
meteorológicas eran buenas, pues anunciaban cielo despejado. Cuando el reloj marcaba las 23:17 navegaba con su explosiva carga sobre una mar rizada a 15 millas al este de Formentera, bajo suave viento de poniente y nada hacía presagiar una azarosa
travesía cuando repentinamente el capitán observó unas luces por estribor. Aquellas luces le desconcertaron, pues no eran las de posición de otros buques, ya que su color era rojo y amarillo y se movían con celeridad. Finalmente, el capitán pudo
distinguir lo que eran. Tal y como declaró a las autoridades -militares, por supuesto- eran ovnis, al menos cincuenta. El nombre de aquel buque butanero era Tamames. Ahora, el señor Tamames ha divisado exactamente cincuenta y dos ovnis que, con
sus firmas, le han permitido pisar hoy esta Cámara. Cincuenta y dos ovnis, obvios ventajistas notoriamente interesados. Los hechos acaecidos en Formentera siguen sin contar hoy en día con explicación razonable, tampoco la tiene esta moción de
censura.


Parafraseando a sus compañeros de aventura de VOX, señor Tamames, esta será una moción de censura legal, pero es una moción de censura ilegítima. Es legal porque tiene los apoyos formales para presentarla, pero es ilegítima porque el
discurso y las ideas del supuesto candidato ni siquiera cuentan con la conformidad de quienes le han presentado. Es ilegítima también porque no busca el fin de cualquier moción de censura constructiva, que es constituir una nueva mayoría
alternativa alrededor de un nuevo Gobierno, sino simplemente sacar a pasear a alguien, buscar unas portadas y poner en un brete no al Gobierno, sino a su adversario electoral, el PP. E ilegítima, además, porque tampoco trae un programa de Gobierno.
Afirma usted que no es necesario según la Constitución española, pero efectivamente, se lo han recordado antes, el artículo 177 del Reglamento de la Cámara señala expresamente que podrá intervenir el candidato propuesto en la moción para la
Presidencia del Gobierno a efectos de exponer el programa político del Gobierno que pretende formar. Es paradójico, pues se aprovecha de la generosidad de la Mesa para presentar una moción de censura sin contenido y se queja constantemente de las
reglas que rigen esta moción en cuanto a los tiempos.


El PNV nunca votará una iniciativa que busca minar las instituciones (risas), con más razón viniendo de la ultraderecha totalitaria, de VOX. Una iniciativa que viene de la mano de gentes de estos mismos escaños que militaron en grupos que
intentaron hacer fracasar la democracia y que son orgullosos herederos de la Dictadura.


Señor Tamames, usted ha decidido venir aquí y merece que me dirija a usted con sinceridad, sin condescendencia alguna, y así lo haré. Según sus propias palabras, ha venido a leernos una ponencia



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para promover una meditación parlamentaria -lo ha dicho así-, sin programa de Gobierno ni alternativa. Ni siquiera usted cree que es candidato a la Presidencia del Gobierno. Su discurso ha sido una colección de recortes de prensa,
desiderátums simplones y preguntas al Gobierno para ver si le aclaran las cosas. Es válido para una amigable discusión con una cervecita en una terraza, pero no para este serio trámite. (El señor vicepresidente, Rodríguez Gómez de Celis, ocupa la
Presidencia). Usted nos pide ser presidente del Gobierno, es eso lo que está haciendo formalmente aquí en este momento, ¿pero qué es lo que ofrece en realidad? ¿Convocar elecciones? Oiga, para ese viaje no hacen falta estas alforjas ni Tamames,
en medio año las vamos a tener. ¿Usted, señor Tamames, está seguro de que lo que dice hoy va a seguir pensándolo mañana por la mañana? Se lo digo porque sus declaraciones son un summum de incoherencias, a saber qué piensa usted en realidad. Me lo
pregunto muchas veces. Ha pasado de creer en la nación catalana hace seis años a ver esa idea como una amenaza.


Y estoy obligado a detenerme en el talante intolerante que destila una parte de su discurso. Me explico, porque lo ha hecho no solo hoy, sino también en las comparecencias y entrevistas en las que se ha prodigado. Ha dicho usted
literalmente hoy aquí: Los gobiernos anteriores y este han estado dominados por la sobrerrepresentación electoral del separatismo; la ley electoral de 1977 permite esta sobrerrepresentación, con lo que los gobiernos nacionales en minoría necesitan
apoyos con concesiones de todo tipo. O sea, que la solución a los males de España es la modificación de la ley electoral porque, según usted, la presencia de partidos vascos, catalanes y gallegos en las Cortes es un peligro. Para ustedes, cuando
los nacionalistas hacen acuerdos políticos son componendas y cesiones, pero claro, cuando lo hacen, como usted reclama, los grandes partidos políticos españoles, eso, amigo, es política con mayúsculas. ¿Cesiones dice usted, tras cuarenta años de
incumplimiento del Estatuto de Gernika por parte del Estado, habiendo sido reclamado una y otra vez desde esta tribuna? Hay que tener cara para decir eso. Así que los nacionalistas vascos y catalanes somos el problema. Oyendo su rueda de prensa
la semana pasada, me ha quedado claro que si la Guardia Civil de Tráfico siguiera en Navarra, España sería casi el primer país del mundo. Autogobierno, competencias y demás zarandajas son las que nos distraen y desvían a España de su destino de
potencia internacional. Por lo tanto, la solución para España es hacer desaparecer a los partidos nacionalistas. Lo dice el señor Tamames y lo dice VOX. Y claro, si no pueden ganar por las buenas, lo harán haciendo trampas. ¿Qué más dará anular
la voluntad democrática de tantos ciudadanos y ciudadanas que votan a los partidos nacionalistas vascos, catalanes o gallegos? Ustedes no los consideran conciudadanos con derechos, al parecer. Si no me gusta lo que piensan, los aparto, los tapo y
punto.


Aparte de demostrar un talante nulamente democrático, encima lo ha hecho con una falacia. No es académico, señor Tamames, afirmar sin basarse en datos. Resulta que, según usted, hay que cambiar la ley porque los partidos nacionalistas
están sobrerrepresentados. Señor Tamames, el PNV tiene en esta Cámara seis escaños y el escaño que sacó con menor número de votos fue el de Álava, lo obtuvimos con 40 000 votos. Pues bien, VOX sacó el de Ceuta con 11 000 votos; el de la
circunscripción de Segovia con 14 000; el de la provincia de Zamora con 17 000, igual que el de Ávila; el de Salamanca con 34 000 y el de Cáceres con 35 000. Ya ve usted, seis escaños de VOX, tantos como los que tiene el PNV, conseguidos todos
ellos con bastantes menos votos que los que este necesitó para sacar su escaño más barato, el de Álava. Y luego dirán que la ley electoral beneficia a los nacionalistas. No, señor, y le diré más, en comparativa de votos totales y escaños
obtenidos, quienes necesitaron menos votos por escaño fueron PSOE y PP. Así que menos propaganda y más academia, profesor. Estamos aquí porque nos apoya la gente, no por concesión magnánima del legislador.


Por si nos faltaban motivos para votar en contra de esta moción de censura, quiero recordar que usted defendió insistentemente en democracia que el Ministerio del Interior debería ser dirigido por un militar. No es de extrañar que fuera uno
de los ministrables de la infausta lista del general Armada durante el golpe de Estado, una razón más para no tener ninguna confianza en usted. De hecho, ha afirmado en esta Cámara para arremeter contra la Ley de Memoria Democrática que en una
guerra civil no hay un bando bueno y uno malo. Eso es lo que ha dicho literalmente. Se le escapa a usted algo más que un detalle, los franquistas se sublevaron contra el orden constitucional democrático establecido; ese orden constitucional que
tanto dice querer defender, aunque en realidad el detalle de su discurso lo desmienta por completo abogando, sector por sector, por una recentralización competencial. Hay algo más importante aún, señor Tamames. Tengo que recordarle que tuvimos
cuarenta años de dictadura en la que no había dos bandos, no, había uno: el de los vencedores de esta guerra civil que reprimía y sometía al resto; y eso se le ha olvidado.



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Yo nunca he creído que la edad nos capacita o incapacita más o menos, ni mucho menos. He conocido a treintañeros con un gran sentido común y perspicacia y a gente de ochenta que no los han tenido en su vida, y al revés, evidentemente. Pero
sí tengo claro que hay un tiempo para estar y otro para marcharse, y que aquellas personas que tienen la lucidez suficiente para distinguirlo poseen un preciado don en la vida. Para ser presidente del Gobierno, o para pretender el voto de la
Cámara, hay que creer en algo, señor Tamames, y ser capaz de transmitir esa convicción. ¿Ser flexible? Sí, pero tener unos principios firmes también. Desde luego, nuestro partido no puede votar a una figura veleidosa, como es la suya, a un veleta
partidista que es en realidad lo que ha sido. Incluso fue tránsfuga cuando era concejal de Madrid, apoyando decisivamente una moción de censura en contra de la voluntad del partido por el que se había presentado.


En este punto he de volver a mencionar al buque butanero Tamames, porque este buque se acercó -en el año 1977, en el Támesis- y colisionó con el mercante alemán Eva Witte y lo mandó a pique. Usted ya lleva cuatro pecios por alcance: PCE,
Federación Progresista, Izquierda Unida y CDS. No sé si va camino del quinto con Vox. (Risas). Además, este buque nos muestra más paralelismos con el supuesto candidato. Resulta que el color del casco -esto es así, lo pueden comprobar- cuando lo
botaron y comenzó su singladura era rojo -como el señor Tamames-, pero fue cambiando de color y acabó sus días pintado de negro, un negro tizón como el de las camisas negras de los amigos fascistas italianos de quienes le presentan hoy aquí. Ha
pasado usted del rojo al negro, y así va a acabar. (Aplausos).


Usted, señor Tamames -le he dicho que le iba a hablar con sinceridad, porque creo que lo merece-, viene aquí con plumas de pavo real, pensando que nos va a dar la lección magistral, que es usted el preclaro hombre que va a decir las verdades
del barquero y dar la solución a tanto ignorante e inepto. O quizá ni siquiera eso, igual se conforma con su momento de gloria televisiva sin riesgo a asumir responsabilidades. Oiga, este trámite no es ni para dar lecciones ni para dar la opinión
porque pasaba por aquí. Usted cree que hoy aquí, en este escenario, es la vedette, pero lo que vemos todos los demás es a una simple corista de VOX, que además no sabe bailar al compás. ¿A quién beneficia todo esto? ¿Al país que dicen defender?
¿A sus instituciones? Al contrario. Semejante iniciativa no hace sino desgastarlas y convertirlas ante la gente en algo mundano y poco edificante. VOX usa los instrumentos de control reglamentarios de manera espuria para fomentar el juego de la
antipolítica -esta es ya la segunda ocasión con este trámite-, y usted se ha prestado al juego de la ultraderecha, al descrédito de la democracia. Todo esto, señor Tamames, tiene un riesgo personal -debo decírselo, se lo digo también sinceramente-
y lo siento por usted. Quizá cree que es usted quien utiliza a VOX para saciar su narcisismo, pero la realidad es que los firmantes de su supuesta candidatura le han utilizado. Pasado mañana nadie se acordará de usted, ellos tampoco, recuerde lo
que le digo. Pero, fíjese, incluso eso es lo de menos.


Quizá piense que el buque Tamames acabó sus días con tintes de gloria en el Museo Naval de España; sin embargo, he de comunicarle que el buque llegó a su final, con su casco pintado de negro, en un destartalado y olvidado desguace de
Tuxpan, en Veracruz, México. Una dura metáfora del final que se le augura al prestigio que le podía quedar. Votaremos negativamente.


Nada más y muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Rodríguez Gómez de Celis): Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Arrimadas García.


La señora ARRIMADAS GARCÍA: Gracias, señor presidente.


Señor Tamames, bienvenido a la que es su casa, no solo porque fue usted miembro de esta Cámara, sino como español, porque es la casa de todos los españoles.


Lo primero que quiero decirles es que siento un profundo respeto por la generación que trajo la democracia a este país, por la generación de nuestros padres y nuestros abuelos, y la verdad es que siento cierta vergüenza cuando he leído y
escuchado algunos de los ataques que se le han proferido como candidato con motivo de su edad. Usted tiene una edad muy parecida a mi padre -mi padre tiene ochenta y seis años- y, desde luego, siguen siendo personas de las que tenemos mucho que
aprender y a las que nos convendría escuchar un poquito más. Pero, mire, usted ha dicho que viene aquí como una especie de colofón a su trayectoria política y personal en España. Yo le tengo que decir, señor Tamames, que usted no necesitaba esta
moción de censura para tener ya un huequito en la historia reciente de nuestro país.


Pero, de lo que se trata hoy de ver aquí es si esta es la moción de censura que necesita España, y para ello me voy a dirigir a VOX, que es el grupo parlamentario que ha presentado esta moción y que le ha pedido al señor Tamames ser el
candidato. Miren, hay tres motivos por los que una moción de censura



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puede ser útil, y no siempre tiene que ser cuando se gana numéricamente. El primer motivo, la primera causa por la que una moción de censura puede ser útil, evidentemente, es que se pueda ganar y pueda cambiar el Gobierno que está llevando
a la nación por estas sendas. Pero también puede ser útil si una moción de censura consigue frenar, dificultar o dar más relevancia mediática a los mayores atropellos que está cometiendo un Gobierno. Por eso nosotros propusimos hace meses que se
presentara una moción de censura justo cuando se estaba tramitando aquí, por la puerta de atrás, por la vía de urgencia y saltándose todos los procedimientos parlamentarios, una reforma infame del Código Penal para hacerlo a medida de unos golpistas
condenados. Esa moción de censura no se presentó. El candidato que debía presentarla no la presentó, que es el líder de la oposición, el señor Feijóo. Es verdad que lo podríamos haber dificultado, frenado, que hubiera tenido incluso repercusión
internacional y que hubiera traído aquí al señor Sánchez durante días a explicar por qué estaba haciendo eso, pero no se presentó. El tercer motivo por el que una moción de censura puede ser útil para un país es para que los españoles vean que el
candidato o el grupo parlamentario que presenta esa moción de censura son realmente una alternativa para España, que tienen realmente un proyecto de futuro para nuestro país.


Quiero aprovechar esta moción de censura porque quiero decirles a los españoles que no estamos condenados a repetir los errores que estamos sufriendo desde hace décadas, que los principales errores que suponen los diferentes Gobiernos de
España son reversibles y que no tenemos que contentarnos con cambiar un Partido Socialista por un Partido Popular, porque los grandes problemas de España siguen siendo los mismos. Hoy me gustaría hablar un poco de Sánchez, muy poco de política y,
sobre todo, mucho de España. Miren, este es el peor Gobierno de la democracia española; merecen cualquier tipo de censura que sea útil, como digo, para hacerles salir antes del Gobierno, para frenar sus fechorías o para demostrar a los españoles
que no tenemos por qué soportar esto. Sánchez se ha convertido en un serio problema para nuestro país. Él mismo. Es la primera vez que el principal problema de un país es su presidente. ¿Por qué? Pues porque en los últimos tiempos estamos
viendo cómo se han consolidado tres grandes problemas en nuestro país: un problema moral, un problema democrático y un problema económico y social que sufren cada día las familias. Quizás el más interesante de analizar es el problema moral que ha
traído Pedro Sánchez a la política española. Pedro Sánchez ha sido capaz de hacer tantas cosas tan inverosímiles, tan impensables, que ha hecho que los españoles asuman que la política no tiene límites, que un político puede hacer lo que sea, con
quien sea y como sea para mantenerse en el poder.


Pedro Sánchez ha conseguido instalar en la política española una corrosión moral que hace pensar que lo que pasa en este Parlamento y en el Gobierno de España no tiene como fin solucionar los problemas de los ciudadanos, sino simplemente
mantener a una serie de personas en el poder. Esto lo hemos visto con todas las cosas que ha hecho Pedro Sánchez, como los ataques a las instituciones del Estado, la colonización de organismos de control o cómo ha mentido reiteradamente, Pero,
también lo hemos visto, sinceramente, por cómo es capaz Pedro Sánchez de tratar a los suyos, a los que le fueron leales, a los que le apoyaron, a los que le acompañaron en ese viaje. Si Pedro Sánchez es capaz de hacerle eso a los suyos, ¿qué no
será capaz de hacerles a los españoles? Pedro Sánchez ha conseguido vaciar al Partido Socialista de ideología para llenarlo, exclusivamente, de su ego y de su ansia de poder. Y no hay derecho a que en España se haya invertido el orden moral para
-como digo- poner por delante de los intereses de los españoles los intereses de un solo español.


El segundo problema que ha instalado Pedro Sánchez en la política española es un problema democrático. Es verdad que no han empezado los problemas democráticos con Pedro Sánchez, pero también es verdad que todos ellos se han agravado con
Pedro Sánchez. Nosotros lo hemos dicho muchas veces: atacar a las instituciones del Estado es debilitar al Estado y, por tanto, dificultar la vida de las familias. Esto parece que no tiene una relación muy directa; atacar a los jueces,
cuestionar las leyes, atacar a la Corona, controlar los organismos de control parece que no tiene un impacto directo en el día a día de las familias, pero los catalanes sabemos perfectamente que un proceso de degradación democrática, cuando un
Gobierno ataca a los jueces, ataca a los policías, ataca a las leyes, se pone a controlarlo absolutamente todo y utiliza los medios de comunicación como mecanismos de propaganda, al final, todo eso acaba afectando al día a día de los ciudadanos.


Pero, también le digo una cosa, se está instalando un relato, está ganando metros en el mar un relato que es muy peligroso, y es poner en cuestión la tesis misma de la nación española. Se lo quiero decir al partido proponente de la moción
de censura, a los señores de VOX. ¿Ustedes son conscientes de lo peligroso que es que incluso un partido como el suyo proponga como supuesto candidato en una moción de censura a una persona que cuestiona que este país sea una nación y que abraza
las tesis de la nación



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de naciones? ¿Usted sabe lo peligroso que es y cómo contribuye eso que ustedes están haciendo al cuestionamiento generalizado de que España es un país y es una nación? Miren, no hay nada más grave para un país que no considerarse un país,
porque eso supone la degradación de muchas cuestiones que, al final, afectan al día a día de la gente.


Es verdad que el tercer problema es el que más afecta al día a día de los españoles: es un problema económico y social muy grave para las familias de nuestro país. Me atrevo a decir que no hay ni un solo Gobierno, no solo en otros países,
sino que no habría ni un solo Gobierno en nuestro país que hubiera aguantado en el poder con el deterioro económico y social que ha sufrido la sociedad española en los últimos años. La pandemia fue la peor gestión de todas ellas, en términos de
muertos, y fuimos el último país en recuperar el PIB. Muchos autónomos se arruinaron durante esta pandemia, porque hemos sido uno de los países que menos ayuda dio a muchos sectores como, por ejemplo, el comercio o la hostelería. Qué pena que no
está el señor Sánchez porque esta mañana pretendía hacer una gracieta con los ultraprocesados y el glutamato, porque yo le quería decir al señor Sánchez que cada vez hay más familias españolas que tienen que comprar más ultraprocesados y menos
productos frescos porque son mucho más baratos; y eso va a afectar, sin duda alguna, a la salud del futuro. ¿Por qué? Pues porque hoy en día ir a comprar y ver el tique de la compra da más miedo que mirar una carta de Hacienda en el buzón. Pero
el pago de la luz, la subida de hipotecas en más de 300 euros, los problemas de conciliación, que nazcan menos niños, etcétera, etcétera, son problemas a los que se enfrentan día a día los españoles. Ante esto, tenemos algunos ministros, ministras
o 'ministres' que, en vez de dedicarse a solucionar esos problemas, están todo el día con el discurso de todos y todas, con el discurso de si se debe llevar sujetador o no, con el discurso de si los tacones son una imposición del patriarcado y,
realmente, demuestran cada día que hablan de las familias trabajadoras, que hablan de las mujeres trabajadoras, pero que no han trabajado en su vida fuera de la política.


¿Por qué? Porque cuando la izquierda o la derecha no tienen propuestas para solucionar los problemas de la gente, necesitan inventar nuevos problemas. Ustedes han abrazado el identitarismo fragmentando la sociedad en minigrupos,
enfrentándolos entre ellos y dedicándose a generar problemas donde no los hay. Al final están las familias, las familias olvidadas, pagando impuestos, con dificultades para llegar a final de mes, y ponen la televisión y ven a un Gobierno, al
Gobierno de Pedro Sánchez, que no tiene ningún escrúpulo para cometer barbaridades.


Miren, tenemos limitado el tiempo y no puedo dedicar todo el tiempo que me gustaría a explicar todas las barbaridades que ha cometido Pedro Sánchez, pero voy a intentar hacer una recopilación de lo que yo creo que son los grandes hits del
Gobierno de Pedro Sánchez. Miren, Pedro Sánchez ha sido capaz de: meter por primera vez a un partido comunista y populista en el Gobierno; colocar a su ministra de Justicia como fiscal general del Estado; montar una mesa de chantaje con los
separatistas catalanes; dejar que su ministro se reuniera a escondidas en el aeropuerto con una dirigente de la dictadura venezolana; acercar, por orden de Bildu, al cien por cien de los etarras al País Vasco y entregar a los nacionalistas el
control de las cárceles; quitar competencias a la Guardia Civil en Navarra; tomar al asalto Radiotelevisión Española; permitir que se discriminara a policías nacionales en la vacunación en Cataluña; quitar e imponer la mascarilla obligatoria en
función de sus intereses electorales; declarar un estado de alarma específico para una comunidad autónoma donde ellos no gobernaban para torpedear un Gobierno que no es el suyo; crear un Tribunal de Cuentas, por cierto, con el beneplácito del PP,
a medida de los golpistas; destituir al director del INE porque los datos desmentían su propaganda; controlar o intentar controlar organismos muy importantes de este país, como la CNMV; poner a afines suyos en el Tribunal Constitucional para que
puedan avalar sus cesiones al separatismo; meter a Bildu y a Esquerra en la Comisión de Secretos Oficiales; pactar con Otegui la Ley de Memoria Histórica; indultar a los golpistas; rescatar a una aerolínea chavista con 53 millones de euros de
dinero público; cesar a la directora del CNI porque se lo pedía Esquerra; indultar a Juana Rivas, que es una condenada por secuestrar niños; abrir expedientes a los médicos y enfermeros de Baleares que no hablan catalán; permitir y evitar que se
prohíban los homenajes a etarras; blindar por ley la marginación del español en Cataluña; permitir el acoso a la familia de Canet que pidió la escolarización en español; permitir que medio Consejo de Ministros se ponga a boicotear la Cumbre de la
OTAN y el envío de ayuda a Ucrania; blindar por ley el acoso a los constitucionalistas en las universidades y llegar a justificar agresiones a jóvenes, como los de S'ha Acabat! en Cataluña; poner a la Fiscalía a los cinco minutos a investigar unos
cánticos en un colegio mayor, pero no actuar, durante meses, mientras los violadores salen de las cárceles; insultar y señalar a las empresas y perseguir a Amancio Ortega, a Juan Roig o a cualquier persona que genere empleo en este país; señalar a
los medios



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de comunicación que no son afines desde la tribuna del Congreso; llamar piolines a los policías nacionales; suprimir el delito de sedición; rebajar el delito de malversación; votar de madrugada en este hemiciclo para saltarse los
tribunales; allanar el camino al separatismo para que monten otro referéndum; desde el Gobierno atacar al rey, a los jueces, a los tribunales, a los policías y a todo aquel que defienda la democracia y el Estado de derecho en España; clamar
contra la prostitución, pero callar y proteger a sus diputados cuando van a los prostíbulos con el dinero de sobornos; poner al frente del CIS a un militante socialista, multiplicar su presupuesto y manipular las preguntas y las encuestas;
gastarse millones en campañas para decirnos a los españoles cómo debemos tener relaciones sexuales o cómo tenemos que hablar, mientras es misión imposible conciliar; tratar, desde el Gobierno, a los hombres y niños de este país como potenciales
violadores y maltratadores; gastarse 250 millones de euros en trenes que no caben por los túneles y ocultar esta chapuza durante un año; intentar controlar el cien por cien de la justicia hasta que Europa le tuvo que frenar los pies hasta tres
veces; pegar un volantazo en la posición de España respecto al Sáhara, ocasionando un enorme daño a nuestro país y ocultar lo que Sánchez ha conseguido a cambio; perseguir la educación concertada, la educación especial y los conciertos sanitarios
por su sectarismo y por su fobia a la libertad; bajar aún más la calidad de la educación española con una ley que fulmina todo mérito y capacidad y que instaura el aprobado general; hacer una subida generalizada de impuestos mientras bate récords
de asesores; bloquear hasta cuarenta veces -cuarenta, que no sé cómo no se les cae la cara de vergüenza- la ley de ayudas a los enfermos de ELA mientras mantienen el Gobierno más caro de la historia, etcétera, etcétera, etcétera. Ni con
inteligencia artificial diseñada por el peor enemigo de España se puede crear un presidente peor para nuestro país. Cualquier punto de estos que les he leído podría hacer caer a un gobierno, cualquiera, pero el señor Sánchez está utilizando una
táctica inteligente para sus barbaridades, y es la táctica de inundación: hacen tantas barbaridades tan seguidas que los españoles, que tienen su vida, que tienen sus problemas, son incapaces de mantener el nivel de indignación tan alto.


Da igual lo que le digamos a Sánchez; a Sánchez ya se le ha dicho todo y le da exactamente igual, es absolutamente impermeable, pero hoy tenemos una oportunidad para hablar de España, porque es verdad que todos los problemas de España se
han agravado con Pedro Sánchez, pero los principales problemas de España no han empezado con Pedro Sánchez. Miren, escucho a muchas personas en las calles, en las tertulias, decir que el único objetivo a corto plazo, la urgencia nacional es sacar a
Pedro Sánchez de Moncloa, y créanme que lo entiendo. El maltrato colectivo al que ha sometido este presidente a toda una nación es comprensible que nos lleve a tener un objetivo muy a corto plazo, muy visceral, que es: por favor, que venga quien
sea, pero que saquen a Pedro Sánchez del Gobierno. Pero, miren, yo el año pasado tuve un hijo, que acaba de cumplir un año, y he reflexionado mucho sobre qué España se va a encontrar en el futuro. Si mi hijo vive unos ochenta años, que es una
esperanza de vida muy razonable en nuestro país, verá el año 2100 -2100, repito-. Yo sería muy mala madre si toda mi actividad política y toda mi actividad como ciudadana se centrase en un objetivo para finales de 2023, porque nuestros hijos, no
nuestros tataranietos, no, nuestros hijos, los niños que están naciendo hoy en España, van a estar vivos en el año 2100. Ojalá solo sacando a Pedro Sánchez se garantizara que esos niños van a tener un trabajo digno; ojalá solo sacando a Pedro
Sánchez se garantizara que van a poderse comprar una vivienda; ojalá solo sacando a Pedro Sánchez se garantizara que nuestras universidades van a estar entre las mejores del mundo; ojalá solo sacando a Pedro Sánchez se garantizara que el sistema
de pensiones va ser sostenible; ojalá solo sacando a Pedro Sánchez se garantizara que los nacionalistas no van a seguir teniendo la batuta de nuestro país.


Antes, el representante del PNV venía a defender la ley electoral. Hombre, ¿cómo no la van a defender? ¿Cómo no va a defender el nacionalismo la ley electoral si es el mayor chollo que les ha concedido la democracia española? Miren,
Esquerra Republicana de Catalunya tiene la mitad de votos que tiene nuestro partido, la mitad, sin embargo, tiene más diputados en el Congreso. ¿Cómo no van a querer ustedes mantener esos privilegios que les sobrerrepresentan y que les hacen tener
cogidos por las solapas a los diferentes presidentes del Gobierno? ¿Cómo no van a querer ustedes mantenerlo? Por eso a ustedes no les da miedo el Partido Popular, por eso a ustedes les da igual si gobierna el PP o el PSOE; ustedes siempre,
siempre ganan. Pero entre el 'España va muy bien', de Pedro Sánchez, y el 'sacando a Pedro Sánchez se acaban todos los problemas', del Partido Popular, hay un amplio espacio central de realismo en el diagnóstico y de ambición en el futuro de
nuestro país.


Miren, con el PP o con el PSOE España tiene problemas en educación, siendo uno de los peores países en algunos indicadores de la OCDE; con el PP o con el PSOE tenemos listas de espera y un



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colapso en la atención primaria -tenemos, por ejemplo, para una operación en traumatología, una espera media en toda España de más de cuatro meses-; con el PP o con el PSOE los jóvenes de nuestro país han sido siempre los que han estado a
la cola del empleo en Europa; con el PP o con en el PSOE tenemos una Administración pública donde sobran enchufados y duplicidades y faltan servidores públicos -y esto que digo lo saben muy bien los funcionarios de carrera, porque saben
perfectamente distinguir a un servidor público de un enchufado de partido-; con el PP o con el PSOE los partidos nacionalistas han dirigido el futuro de este país. Cualquier reforma de calado va a requerir acuerdos entre los partidos de Estado,
porque si los partidos se apoyan en el nacionalismo, nunca van a permitir grandes reformas de España, porque no les interesa que España vaya mejor, porque su modelo, su proyecto de futuro es salir de España y, por tanto, cuanto peor vaya España, más
argumentos tienen ellos para decir que España es una porquería de país y que hay que salir corriendo.


Pero me voy a centrar en la mayor estafa que se ha producido desde los gobiernos de este país con los españoles, y es la estafa de las pensiones. Miren, en los mismos años en los que las pensiones medias han subido un 40 %, el salario de
los jóvenes en este país no ha subido ni el 5 %. Un país que se gasta el 50 % de su presupuesto en pensiones y en intereses de la deuda es un país que no puede prosperar, repito, un país que no puede prosperar. Este año nos vamos a gastar 190 000
millones de euros en pensiones. Solo en la subida, ese incremento lineal que han hecho ustedes de las pensiones, España se va a gastar 1200 millones de euros al mes. Es lo mismo que toda la inversión de un año del Estado en sanidad o en formación
profesional. Un país con estas prioridades de gasto no puede prosperar. Esto lo saben los pensionistas. El 90 % de los pensionistas tienen su vivienda pagada, saben que a quienes hay que ayudar es a sus hijos a sus nietos, pero qué pasa, que
ustedes no ven en las pensiones un sistema por el que garantizar la sostenibilidad de las mismas, ustedes ven una herramienta electoral que les permita garantizar la sostenibilidad de su Gobierno. Y ya el colofón fueron las declaraciones de la
ministra Montero, que ahora intenta decir que dijo lo que no dijo. Usted dijo (señalando a la señora ministra de Hacienda y Función Pública, Montero Cuadrado) que las pensiones estaban para pagar que los nietos salieran de fiesta. Eso lo dijo
usted literal, y esa declaración la va a acompañar toda la vida, porque demuestra su modelo de país. (La señora ministra de Hacienda, Montero Cuadrado, hace gestos afirmativos). Para ustedes las pensiones tienen que ser la base de la economía de
las familias españolas, de toda la familia, de los hijos y de los nietos, y eso es un país empobrecido, sin futuro, eso sí, controlado por el BOE, por el Gobierno, porque ustedes le tienen fobia a la libertad, y eso, el único partido que se atreve a
denunciarlo es Ciudadanos, y esto no es enfrentar generaciones, es decir la verdad.


Nosotros tenemos soluciones, porque se pueden indexar a corto plazo las pensiones a los salarios, que son los que las pagan, como se hace en Dinamarca, en República Checa, en Irlanda, en Japón, en Países Bajos o en Noruega, incluso en
Alemania, en Nueva Zelanda o en Letonia tienen en cuenta los salarios como mecanismo de seguridad en su sistema de pensiones. Pero la base de todo son la natalidad y las familias. Y con este Gobierno, que dicen que es el Gobierno de las mujeres y
el Gobierno de la igualdad, hoy nacen menos niños, hoy es más difícil conciliar, hoy es más difícil llegar a final de mes y, mientras, las mujeres trabajadoras de este país tienen que aguantar que las que hablan por la tele de igualdad y de mujeres
trabajadoras sean mujeres que no pueden ser ni mucho menos ejemplo de nada. A las familias hay que devolverles su tiempo y su dinero, y ya se pueden ustedes poner las pilas si no quieren que esto sea un desierto demográfico. Se pueden hacer cosas,
como la jornada laboral flexible, como bajadas del IRPF o, por ejemplo, una revolución que se tendría que producir en España, que es la fecundación in vitro gratuita, facilitar los trámites y aumentar la edad para las mujeres. Estos son los
problemas que tiene España.


¿Y saben qué pasa? Que los españoles que ponen la televisión ven una realidad muy alejada de sus vidas cuando escuchan a algunos políticos hablar de política. Miren, les voy a relatar un día en la vida de una familia española, un día
normal y corriente, seguramente un día muy parecido al que muchos españoles hayan tenido hoy, un día de dos personas, Andrea y Luis, y sus dos hijos pequeños. Son las siete de la mañana, suena al despertador. Andrea se levanta, se ducha, se
arregla y despierta a sus dos hijos de cinco y dos años. Son las siete y media, les da el desayuno, les viste y prepara las mochilas para el colegio. A las ocho y cuarto cogen el coche y salen. A las ocho y treinta y cinco deja al mayor en el
colegio. Entre el comedor y las extraescolares les cuesta unos 200 euros. No son ni mucho menos ricos, pero no reciben beca comedor. Son las nueve menos diez, Andrea deja al pequeño en la guardería, por la que pagan 280 euros. No llegan sobrados
a final de mes, pero para el Gobierno ganan demasiado como para tener plaza gratuita de 0 a 3 años. Son las nueve y diez de la mañana y Andrea entra al trabajo. Hoy



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vuelve a llegar un poco tarde. Son las dos y media, y Andrea para para comer. Aprovecha para hacer la compra por Internet. Cada vez adquiere menos productos frescos y se lamenta de que la misma cesta de la compra que antes costaba unos
150 euros ahora ha subido a más de 180 euros. A ello hay que añadirle que ahora tienen que pagar 260 euros más de hipoteca al mes. Tendrán que sopesar si quitan al hijo mayor de extraescolares porque aún están pagando el tratamiento de fertilidad,
que fueron más de 15 000 euros. Son las cinco y media de la tarde. Andrea llama a la persona que le ayuda en casa para cerciorarse de que ha recogido a los niños del colegio y que están en casa merendando. Probablemente tenga que contratar a esta
persona todo el mes de julio, cuando los niños no tengan cole y ellos tengan que seguir trabajando. Son las ocho de la tarde. Andrea llega a su casa. Su marido, que se fue antes que ella por la mañana, ya ha llegado a casa, ha bañado y acostado
al más pequeño -otra noche que Andrea no lo ve despierto- y está dando de cenar al mayor. Otro día en que Andrea no puede evitar sentirse culpable. Son las nueve de la noche, ya han acostado al mayor, se disponen a cenar algo y encienden la
televisión. En el telediario ven que en el Congreso ese día se ha hablado de la Guerra Civil, de Blas Piñar, que el PNV ha conseguido que se apruebe la selección vasca de surf, que el PP y el PSOE han llegado a un acuerdo -a uno, pero es para
repartirse el Tribunal Constitucional- y que una ministra que no ha dado un palo al agua fuera de la política en su vida considera que todos los niños y hombres son potenciales violadores. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). Este es el
día a día de millones de españoles.


Hoy teníamos una oportunidad, señor Tamames, de hacer que los españoles se sintieran un poco más reconocidos en sus problemas diarios, de hacer que sientan que la política está para hacerles la vida un poco más fácil. Yo no sé si esa es la
impresión que se van a llevar hoy si ven el resumen del telediario, pero le puedo decir que algunos no vamos a dejar nunca de trabajar para que la política se parezca un poquito más a lo que necesitan los españoles.


Muchas gracias. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arrimadas.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, el señor Rego Candamil.


El señor REGO CANDAMIL: Grazas, señora presidenta.


Esta moción de censura responde exclusivamente a la agenda política y mediática de la ultraderecha en su estrategia de extensión de las políticas de odio basadas en cuestionar los derechos de las mujeres, del colectivo LGTB, de los
inmigrantes o de los pueblos que, como Galiza, estamos integrados en el Estado español, negando nuestra condición de nación, nuestra lengua y nuestra cultura. Es evidente que, como fuerza democrática y republicana -disculpen el pleonasmo-, como
fuerza galega y soberanista que defiende una Galiza libre para decidir su futuro, el BNG está en las antípodas de la ultraderecha. Lógicamente, vamos a votar en contra, pero también seguiremos combatiendo con absoluta firmeza sus políticas de odio
con la fuerza de la razón y con la voluntad democrática de nuestro pueblo. En Galiza su discurso supremacista, español, racista, machista y homófobo no solo no concita apoyos -ahí está su representación: cero-, sino que, por el contrario, suscita
un amplio rechazo.


Sin duda, este Gobierno merece ser criticado; de hecho, el BNG es muy crítico, aunque por razones bien diferentes de las que ustedes aducen. Ya en la investidura, a pesar de votar a favor, dejamos claro que nunca un gobierno español sería
nuestro Gobierno, pero que, además, su programa nos parecía insuficiente en políticas de izquierdas realmente transformadoras y de reconocimiento práctico de la plurinacionalidad del Estado. Desde entonces la actuación del Ejecutivo PSOEPodemos
ahondó en la brecha de la decepción con sus continuos incumplimientos, desde un acuerdo de investidura en el que el BNG consiguió arrancar medidas importantes, como lo referido a la AP9 -solo en parte ejecutado-, hasta cuestiones como la no
derogación de la reforma laboral del Partido Popular o la ley mordaza, pasando por políticas regresivas en pensiones o la negativa a enfrentar los intereses del oligopolio eléctrico al que apoyan descaradamente en el expolio eólico que sufre Galiza
por tierra y por mar, además del viraje sobre el Sáhara o aumentar el gasto militar y alentar la escalada belicista en curso. Hay, por tanto, muchas razones en la izquierda y en el soberanismo para exigir a este Gobierno que rectifique y cumpla sus
compromisos si no quiere que la censura de verdad se produzca en las urnas.


Pero el BNG rechaza que la alternativa sea la derecha ultra y la ultraderecha. Además, en Galiza conocemos bien las políticas del Partido Popular y conocemos bien a Feijóo; ese Feijóo al que la progresía española, madrileña, valga la
redundancia, alababa como moderado y buen gestor, y la ultraderecha calificaba casi como separatista, porque un día de rara lucidez, entre paseos en yate y viajes a la nieve, se le ocurrió decir que Galiza era una nación sin Estado; que lo es,
claro que lo es. Pues, ni moderado ni



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buen gestor, ni siquiera autonomista. Feijóo participó con Abascal en la manifestación de Colón, y hoy, con la abstención, acerca al PP a la ultraderecha. Acometió el deterioro programado de los servicios públicos en Galiza, especialmente
de la sanidad, recortándola, precarizándola y privatizándola. Claro, no sé si podemos considerar un éxito de gestión amordazar a los medios de comunicación públicos para convertirlos en medios de propaganda del PP, como denuncia sistemáticamente
Defende A Galega. Su autonomismo queda reflejado en un dato: en catorce años no asumió ni reclamó una sola competencia de las muchas pendientes; cero. Eso sí, (pronuncia palabras en gallego). No, esa no es la alternativa. Para nosotros la
verdadera alternativa es una Galiza con capacidad para decidir sobre sus asuntos de forma soberana, porque no olvidamos que, gobierne quien gobierne en Madrid, gran parte de los problemas sociales y económicos que soporta el pueblo gallego son
estructurales y traen causa de la subordinación política, del expolio de nuestro país y de su inserción dependiente en el Estado español. Infelizmente, comprobamos a diario que, cuando deciden por nosotros a 600 kilómetros, casi siempre deciden
contra nuestros intereses. Si no, que se lo digan al sector pesquero gallego, sacrificado con los POEM, para mayor lucro del oligopolio eléctrico, con la eólica marina. Queremos soberanía para poder desarrollar nuestras inmensas potencialidades,
para poder mejorar la calidad de vida y bienestar de nuestro pueblo, en definitiva, para poder vivir mejor.


Mientras tanto, el BNG está en el Congreso para defender los intereses de Galiza, de sus clases populares y las políticas verdaderamente transformadoras para las mayorías sociales. Por ejemplo, para reclamar la industrialización y el
empleo; para exigir mayores inversiones en infraestructuras, especialmente ferroviarias; para defender nuestros sectores primarios, o para combatir el expolio eólico colonial que sufrimos en Galiza. Estamos para luchar por salarios y pensiones
dignas, para fortalecer los servicios públicos y por una fiscalidad justa y redistributiva. Estamos por políticas de paz frente al belicismo rampante; por cierto, conviene recordarlo hoy, cuando se cumplen veinte años de la ilegal invasión de Irak
en la que Aznar metió al Estado español. Estamos para abogar por (pronuncia palabras en gallego). Y seguiremos, porque es nuestra obligación y nuestro compromiso y el BNG siempre cumple.


Finalizo. La ultraderecha trajo aquí iniciativas para ilegalizarnos, para prohibir todas las fuerzas democráticas soberanistas, pero en 2019 el BNG fue clave para que VOX quedase fuera y permaneciese en la marginalidad en nuestro país. En
las próximas elecciones el BNG volverá a ser una muralla contra el fascismo y volveremos aquí con más representación y con más fuerza, y ustedes, desde su machismo y supremacismo españolista, profundamente antidemocrático, tendrán que tragar que un
año haya en Galiza un Gobierno del BNG encabezado por una mujer nacionalista, de izquierdas y feminista: Ana Pontón. (Termina su intervención en gallego).


Obrigado.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rego.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Baldoví Roda.


El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, señora presidenta.


Señor Tamames, permítame hacerle un resumen de su moción: Vaya papelón. ¡Vaya papelón! Su discurso ha sido rotundamente decepcionante; tan decepcionante, tan incongruente y tan previsible como el de su compañero que ahora no está, el del
señor Abascal.


Por cierto, señor Abascal -que no está-, dos previas. Primera, el decoro y el respeto a esta institución no consiste en llevar corbata y chaqueta abrochada a punto de reventar (risas), sino en no utilizar la institución para fines
fraudulentos, para fines pura y simplemente electoralistas. (Aplausos). Señor Abascal, la dignidad se lleva en el alma, en la conciencia, no en una chaqueta, en una corbata o en una pulsera. Prefiero ir en mangas de camisa y defender a los
trabajadores, a los jóvenes, a las mujeres y a los que más nos necesitan y recuperar derechos y libertades que ir con chaqueta y corbata y trabajar para todo lo contrario. Segunda, señor Abascal, a usted le importan tanto tanto tanto las mujeres
que ha elegido como candidato en Valencia a un condenado por violencia machista contra su exmujer. (Rumores.-El señor De Olano Vela: Y tú a Mónica Oltra).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor BALDOVÍ RODA: Por cierto, señor Abascal, ¿ya se ha vacunado?


Señor Tamames, en serio, ¿usted cree que el señor Abascal está preparado para ser vicepresidente de su gobierno, de cualquier gobierno? ¿Usted cree en serio que el señor Abascal da la talla? ¿Usted cree



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que un señor que no ha trabajado en su vida fuera de la política, otro condenado por no pagar a sus trabajadores y por hacer obras ilegales en sus chalés y otro que es prófugo de la justicia británica pueden merecer formar parte de un
gobierno? (Rumores). ¡Por el amor de Dios! ¿A que no? ¿A que no lo merecen? Entonces, ¿por qué se presta? ¿Por qué da la cara por esta indigencia intelectual, por este vacío programático, por estas arengas vacuas? (Protestas).


Señores y señoras del PP, ¿en serio que pactarían con esto? ¿En serio? Lo harían, ¿a que sí? Lo harán si pueden, ¿a que sí? (Protestas). Faltaría. (El señor Ortega Smith-Molina: Faltaría). Si pudieran, ¿formarían gobierno con
Abascal, Espinosa de los Monteros y Ortega Smith-Molina? Seguro que sí. Pues, mire, si eso llegara a formarse, señor Tamames, más que un gobierno Frankenstein sería el gobierno Freddy Krueger, el gobierno de Pesadilla en Elm Street.


Pero hablemos de Frankenstein, que les gusta a ustedes, al señor Tamames, al señor Feijóo y al señor Abascal. Hablemos de votos, hablemos de personas, hablemos de ciudadanos. Hay una mayoría en esta Cámara respaldada por más de 12,5
millones de ciudadanos que votaron a las formaciones políticas que conformamos esta mayoría legítima -¡legítima!- y democrática. (Aplausos). ¿Esas personas que nos votaron son también Frankenstein, señor Tamames, porque nos votaron a nosotros,
porque votan esta mayoría progresista? ¿Sus votos no deberían contar? Los apartamos, que no cuenten, que cuenten solo los votos del PP, de VOX y de Ciudadanos. ¿Es eso? ¿Es eso? Con esta mayoría que usted llama Frankenstein, con nuestros votos,
hemos conseguido que su pensión se haya incrementado un 8,5 %, que las trabajadoras y los trabajadores hayan recuperado derechos con la reforma laboral, que hayan visto incrementado su salario mínimo un 50 % en esta legislatura y que las mujeres
hayan visto ampliado su derecho a decidir sobre su propio cuerpo, por poner solo tres ejemplos, que hay muchos. ¿Usted les diría a los pensionistas que deberían renunciar a ese 8,5 % y volver a ese 0,25 % del PP? ¿Les diría a las trabajadoras que
han pasado de precarias a fijas que renuncien a este derecho? ¿Les diría a las mujeres que en ese gobierno de PP y VOX tienen que pasar por lo que quería VOX en Castilla y León? ¿Se lo diría?


Hay una película que a mí me gusta mucho, de Frank Capra, Qué bello es vivir, en la que el ángel Clarence le muestra a George Balley -James Stewart- cómo habría sido el mundo sin él. Yo intento imaginar cómo habría sido este país sin una
mayoría plural y progresista aquí y en mi comunidad autónoma, en la valenciana, sin el Gobierno del Botànic (rumores), si hubieran sido gobernados por un gobierno de PP y VOX. Sinceramente, sería sin duda un mundo peor, más injusto, más
insolidario, más inconstitucional, con menos oportunidades para la gente humilde. Y le doy un ejemplo: un gobierno del PP y VOX permite que más de mil niños de la Cañada Real vivan sin luz más de dos años y medio. Señor Tamames, estos a los que
usted representa permiten que mil niños no tengan luz durante dos años y medio. (Aplausos.-Protestas). ¿Es esto lo que usted quiere? ¿Un gobierno con esta sensibilidad? ¿Quiere un gobierno con un socio que quiere ilegalizar partidos y acabar con
las autonomías?


Acabo. Hay un aforismo de un intelectual valenciano, Joan Fuster, que dice... (Protestas.-Un señor diputado: Es un catalanista).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor BALDOVÍ RODA: No le llegas ni a la suela del zapato. (Aplausos). ¿Me entiendes? Ni a la suela del zapato. ¡Indigente!


Decía que reivindica el derecho a cambiar de opinión, y usted se lo tomó al pie de la letra y se pasó cuatro pueblos, o cuatro partidos, del PCE y la cárcel de Carabanchel a una moción de censura representando a los señores herederos de Blas
Piñar. Yo sí que lo conocí. Era un señor que, como VOX, nunca hubiera permitido que usted saliera de la cárcel de Carabanchel; un señor que, como VOX, nunca hubiera permitido legalizar su partido.


La señora PRESIDENTA: Señor Baldoví, tiene usted que terminar, por favor.


El señor BALDOVÍ RODA: Acabo. ¿Usted votaría a un tránsfuga? Yo no. ¿Usted votaría a una persona sin principios? Yo no. ¿Usted votaría a una marioneta de la ultraderecha? Yo no. Pues eso, señor Tamames: ¡No! (Aplausos.-Rumores).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Baldoví.


Silencio, por favor.


Tiene la palabra el señor Errejón Galván.



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El señor ERREJÓN GALVÁN: Gracias, señora presidenta.


Señorías, el filósofo esloveno Slavoj Zizek cuenta una anécdota de la Primera Guerra Mundial. (Rumores). Filósofo he dicho. Se lo digo más despacio, señorías de VOX: filósofo. (Aplausos.-Risas). El filósofo esloveno Slavoj Zizek cuenta
una anécdota, que seguramente es apócrifa, de la Primera Guerra Mundial. Un puesto militar alemán llama a un puesto militar austriaco y le pregunta cómo está la situación, y el puesto militar alemán transcribe y dice: Aquí la situación es seria,
pero no es catastrófica. Y en la respuesta que le da el puesto militar austriaco dice: Bueno, aquí la situación es catastrófica, pero no es seria. Esta moción es exactamente eso, esta moción es una catástrofe de moción, pero desde luego no es una
moción sería.


Al señor Abascal en la pasada moción de censura ya le dije que era demasiada moción para tan poco candidato. En el momento se enfadó un poco, pero es posible que aquello le llegara, porque la siguiente moción la ha tenido que presentar por
candidato interpuesto y ha tenido que subcontratar a un candidato. Tres meses tardaron la señorías de VOX en encontrar un candidato al que poder presentar, y han conseguido un candidato que se representa, como mucho, a sí mismo; que ha hecho
además un discurso invertebrado, deslavazado, que se parece a todo menos a una propuesta de país, y hay que recordar que una moción de censura es también una propuesta para formar un Gobierno alternativo. Yo, señor Tamames, le tengo que decir que
no entiendo cuántas alabanzas al ego pueden compensar esto, yo no entiendo por qué usted se ha prestado a esto, pero tiene que saber que por muy larga, prolífica y polémica que haya sido su trayectoria, a usted se le va a recordar por esto, y esto
no tiene ninguna gracia. Hoy se van a hacer memes, se van a hacer comentarios y se van a hacer chistes, pero esto no es gracioso. Usted se ha prestado a hacer de vocero de una formación política basada en el odio y en el rencor a la España que
somos y a la España que queremos ser, y eso no tiene ninguna gracia, por más que hoy se hagan muchos memes. (Rumores).


Es evidente a estas alturas que esta moción ya se nos está haciendo larga a todos. En primer lugar, al candidato de la moción, que tiene la poca educación de no contestar al resto de grupos parlamentarios y que tiene la poca educación de
decirle al presidente del Gobierno cuánto tiene que durar su discurso. Y en segundo lugar, esta moción se nos está haciendo larga a nosotros, pero también a sus señorías de VOX, que quizá hoy hayan aprendido que a veces el valor está en contenerse
y en saber parar a tiempo. Yo creo que a sus señorías de VOX les hubiera gustado tener el coraje de haber recogido cable hace algunas semanas y no verse hoy aquí con esta moción haciendo el ridículo. Con todo, esta es una moción que no va dirigida
exclusivamente contra el Gobierno; esta moción -lo sabe todo el mundo, es evidente, no digo ningún secreto- señorías del PP, va dirigida fundamentalmente contra ustedes y, sin embargo, ustedes se van a poner de perfil, tienen a Feijóo escondido y
van a votar una vergonzante abstención. Pues, señorías del Partido Popular, estos son sus cuervos, los han criado ustedes y son sus ojos los que peligran. (Rumores).


Si esta moción no es seria, pero sí que es catastrófica, ¿por qué la presenta VOX? VOX es una formación política, un partido de la revancha, es el partido del rencor, nació como el resultado de tres rencores: el rencor contra Cataluña, el
rencor contra el feminismo y el rencor contra la oleada democratizante del 15 de mayo. Pero la revancha y el rencor son pasiones tristes, son pasiones que llevan no muy lejos, son pasiones que no permiten recorrer mucho camino porque no dicen nada
bueno de uno, sino que dicen básicamente de los miedos, de los odios, de los complejos que uno tiene. Por eso hoy VOX, con todo el rencor y con todo el odio, es un partido profundamente desnortado, porque cuando tiene una ocasión de presentarse
ante España y decirle cuál es su proyecto de país, lo único que le ofrece es lo que le venimos escuchando todos estos años en esta legislatura: una profunda miseria moral que late en lo más profundo del alma del fascismo, instigar el odio del
penúltimo contra el último, a mayor gloria de los señoritos. Porque el partido de los ocho apellidos compuestos, por mucho que intente hablar un lenguaje de rebeldía, se alinea siempre, sin faltar ni una sola vez a la cita, raudo y veloz, siempre,
con los privilegiados con una precisión matemática. Cuando hay que elegir entre los fondos buitre y que la gente pueda pagar los alquileres regulando el mercado de alquiler, ¿con quién se sitúa VOX? Con los fondos buitre. Cuando hubo que elegir
entre la patronal y subir el salario mínimo, ¿del lado de quién se situó VOX? No falla, del lado de la patronal. Cuando hubo que elegir entre los beneficios abusivos de las eléctricas o intervenir el mercado de la luz para abaratar la factura de
las familias, ¿del lado de quién se puso VOX? No falla, de Iberdrola. Cuando hubo que elegir entre que los bancos arrimaran el hombro o bien apostar por la avaricia de las entidades financieras, ¿del lado de quién se puso VOX? No falla, del lado
del Santander y del lado de la Caixa. Ustedes dicen defender a España y no defienden más que a sus amos.



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En esa línea de alimentar el odio contra los más vulnerables, le tengo que aclarar una cosa al señor Abascal, al que su propia moción se le ha hecho tan larga que ya no está. Señor Abascal, usted esta mañana ha tenido la desfachatez de
decir que la ley trans es una cosa de degenerados. Cosa de degenerados, señor Abascal, es ir a acosar a las mujeres que quieren abortar a las puertas de las clínicas; cosa de degenerados es hacerles acoso institucional apretándolas y
presionándolas una vez más para que tengan que decir lo mismo cuatro, cinco o seis veces hasta que se le ponga en las narices al señor de turno; cosa de degenerados es seguir negando que en España -diecinueve asesinadas este año por ser mujeres-
existe la violencia machista; cosa de degenerados es decir, como dijo una diputada suya aquí en octubre, que la ley trans discrimina, por ejemplo, a los ornitorrincos, igualando a las personas trans con los animales; y cosa de degenerados es el
odio profundo, el complejo profundo de aquel que le tiene miedo a la libertad de los demás. Decía el intelectual argentino Arturo Jauretche que 'la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder
privilegios provoca rencor'. Y eso son ustedes, señores de VOX, el partido del rencor contra el futuro de España.


Esta moción es una moción fallida y es un vodevil, pero no es el debate que necesita el pueblo español. Los reaccionarios nacen del clima del miedo, de la incertidumbre y de la desconfianza y se secan, se quedan sin aire cuando un pueblo
recupera la iniciativa y la confianza en sus propias fuerzas, y para eso hay una sola receta: la política de la vida cotidiana frente a la política del odio, que la vida no sea de caprichos para unos pocos y de angustia para las mayorías. El
debate que hoy tendríamos que estar teniendo aquí, el debate que sería útil para nuestro país sería un debate que se estuviera ocupando de aumentar las plazas PIR para que hubiera psicólogos en la pública; sería un debate que se estuviera ocupando
de blindar la sanidad pública para que nadie viva con miedo, y de blindar la educación pública para que haya igualdad de oportunidades. El debate útil para nuestro país no sería este debate del rencor y del odio, sino que sería un debate sobre la
reducción de la jornada de trabajo para poder conciliar, para tener vidas mejores y más libres. El debate útil para nuestro país sería el debate que hablaría sobre la regulación inteligente de los precios de las grandes superficies, porque las
familias llegan cada vez con más dificultades a final de mes. El debate útil que tendríamos que estar teniendo aquí sería cómo intervenir el mercado del alquiler para acabar con una pequeña casta rentista que se hace rica a costa del sufrimiento de
las familias españolas todos los meses. El debate útil que tendríamos que estar teniendo aquí sería el de cómo aplicar una transición ecológica con industrialización verde que ofreciera ejemplos de que una vida mejor y diferente es posible. Sin
embargo, hoy ustedes nos han condenado a una inmensa pérdida de tiempo. No obstante, pese a los gritos, pese al odio y pese al rencor de la extrema derecha, el reto de este Gobierno nunca ha sido y no va a ser ganarle esta moción a la extrema
derecha. Esta moción se va a ganar, pero la extrema derecha solo es el síntoma. La causa es que la vida cotidiana se ha llenado de miedo y de inseguridad, y para eso hay que intervenir de forma decidida, de forma valiente, demostrando que otra
vida es posible, devolviendo la confianza a nuestro pueblo en sus propias fuerzas, porque entonces el miedo, la astracanada y el vodevil que ha presentado hoy aquí la extrema derecha se quedarán en eso, en una ridiculez que nos ha hecho perder
demasiado tiempo.


Muchas gracias.


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Errejón.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Bel Accensi.


El señor BEL ACCENSI: Gracias, presidenta.


Vicepresidentas, señoras y señores ministros, señor candidato.


Una previa, si me permiten sus señorías, y un compromiso de este diputado desde esta tribuna: nunca más voy a decir que en este Congreso ya lo he visto todo. (Risas y aplausos). Y creo que tampoco ninguno de ustedes lo va a decir.


Señor candidato, no le voy a contestar ni a rebatir ninguna de sus afirmaciones, porque argumentos ha habido pocos, ni ninguna de las barbaridades que ha dicho usted esta mañana, y no lo voy a hacer por dos razones. Una primera razón: yo
soy uno de los cientos, de los miles, seguramente, de estudiantes que en los años ochenta, primero estudiantes y después economistas, empezamos a aprender algo de economía española con su manual Estructura Económica de España, y yo me quiero quedar
con el recuerdo del profesor Tamames de hace cuarenta o cincuenta años, no con lo que he visto hoy del señor Tamames desde ese escaño. Y no lo voy a hacer por una segunda razón: no pienso contribuir a la estrategia de VOX de desprestigio de la
política y de las instituciones (aplausos), porque hoy, a través de un procedimiento constitucional como es la moción de censura, ustedes han prostituido una institución



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constitucional. Lo único que quieren generar es zozobra y desconfianza en la gente, en la política; y la política no es lo que hemos vivido esta mañana en esta Cámara, la política es lo que estábamos haciendo hace un rato algunos aquí
detrás, eso también deben saberlo.


Y, señor candidato, no utilice ni un segundo de su tiempo en la réplica para contestarme; ni usted lo necesita, ni yo lo necesito, ni ninguno de los 350 diputados lo necesitamos.


Muchas gracias. Vamos a votar que no. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Bel.


Finalmente, por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Nogueras i Camero.


La señora NOGUERAS I CAMERO: Gràcies, presidenta.


El señor Sánchez ha dicho esta mañana desde la tribuna -y cito literalmente- que si algo define a los demócratas es que respetan a las instituciones. Miren el respeto que tiene a las instituciones el presidente que ahora no está aquí.
Miren el respeto que le tiene a las instituciones que el Congreso de los Diputados hoy ha plantado a la delegación de la Comisión de investigación Pegasus del Parlamento Europeo. De hecho, los han hecho esperar dos horas y han acabado yéndose.
Miren si respeta las instituciones, que el Gobierno no ha tenido la decencia de atenderles al menos un rato. De hecho, la falta de respeto que ha habido hoy y la vergüenza ajena que muchos hemos sentido no té nom. La plantada ha sido un escándalo,
y ustedes tienen suerte de que el presidente de la Comisión sea del Partido Popular. De hecho, en lo que consiste en tapar las vergüenzas de las cloacas, las vergüenzas del Estado, Partido Socialista y PP siempre van de la mano, porque les aseguro
que la mayoría de los eurodiputados con los que hemos podido hablar de muchas cosas durante más de dos horas no han sido tan considerados como él. Pero todo esto no es nuevo, hace casi un año que se publicó el informe de Citizen Lab y el Gobierno
español ya intentó entonces desacreditarlo y menospreciarlo; es más, intenta desacreditar también a Amnistía Internacional, a Naciones Unidas, a todo aquel que intenta poner luz a las cloacas del Estado. Supongo que ustedes no van a hacer lo mismo
con Estados Unidos, que esta semana ha publicado un informe sobre los derechos humanos en los que da credibilidad al catalangate; repito, Estados Unidos.


Este Gobierno ha dado portazo a la delegación europea, el mismo que algunos nos venden que es el gobierno menos malo que podría haber en el Estado español. Diciendo esto lo que hacen es hacer bueno al Gobierno español. Para nosotros no
existe un gobierno español menos malo o un gobierno español menos bueno, existe un Gobierno español, porque gobierne quien gobierne en el Gobierno español, Cataluña (continúa su intervención en catalán). Decía que el Gobierno español ha dado
portazo a la delegación europea, y lo ha hecho regalando casi una semana de foco mediático a la ultraderecha, porque no hacía falta hacerlo ni hoy ni así. Y lo han hecho los mismos que nos cantan cada día que si cordón sanitario a la ultraderecha,
que VOX qué malo, que democracia plena, que reconciliación y toda (continúa su intervención en catalán). El show de hoy, la cortina de humo de hoy, el circo de hoy, lo ha patrocinado el Partido Socialista. Hoy a ustedes les tocaba dar la cara ante
las instituciones europeas y no lo han hecho -algunos avisamos hace tiempo de que no lo harían-; de hecho, en el último pleno del Parlamento Europeo el president Puigdemont ya avisó de que esto podía pasar.


Vuelvo a Pegasus. Estamos hablando del caso de espionaje más escandaloso de las últimas décadas, y no hablo solo a nivel europeo, hablo a nivel internacional, donde el Estado español es uno de los países señalados como responsables y
ejecutores de esta mala praxis. De hecho, el mismo Gobierno español ha reconocido que ha espiado a políticos catalanes, a abogados, a periodistas, a sociedad civil por ser independentistas. Existe un caso concreto que me gustaría mencionar y
destacar hoy -lo recogen ya muchos medios de comunicación-, y es el de Gonzalo Boye, el abogado del president Puigdemont. Durante el periodo en que Gonzalo Boye fue espiado por el CNI con autorización del juez Pablo Lucas Murillo, Gonzalo Boye
estaba llevando una serie de procedimientos en defensa del president Puigdemont, da la consellera Ponsatí y del conseller Comín. Pues bien, el propio juez Lucas Murillo, que autorizó espiar a Gonzalo Boye, advocat del president Puigdemont, era
miembro de la sala y ponente de las resoluciones que se dictaron respecto al president Puigdemont, la consellera Ponsatí y al conseller Comín. Es decir, por las mañanas el señor Lucas Murillo nos espiaba y por las tardes resolvía nuestros recursos.
Esto es de una gravedad inexcusable; igual de inexcusable que el silencio cómplice, y me atrevería a decir que también el silencio cómodo, del Gobierno del Estado español, y también del cuarto poder español, y más teniendo en cuenta que hace casi
un mes el TJUE emitió una sentencia en la que decía que el señor Marchena no era competente para juzgar al Govern de Catalunya y mucho menos para dictar una sentencia contra él.



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Vuelvo al tema de la delegación europea. (Rumores). Hoy también ha habido una reunión de esta delegación -veo que les interesa muchísimo el tema- de la comisión con las víctimas, pero no con todas las víctimas, sino solo con las que dan
apoyo al Gobierno español, y el Partido Socialista solo ha dejado pasar a sus socios (continúa su intervención en catalán).


Señor Tamames, respeto por la edad, todo; pero respeto a la mentira, ninguno. Tampoco voy a entrar en las barbaridades que se han escuchado hoy desde esta tribuna y desde su escaño. Le voy a dar una información que creo que usted ya sabe,
pero que aquí parece que muchos desconocen, sobre todo aquellos que no se han leído la ley del CNI. Y aquí sí que me gustaría puntualizar (continúa su intervención en catalán). Les decía que cada Gobierno entrante cuando se constituye tiene áreas
muy importantes que fijar. Si usted mañana es proclamado presidente del Gobierno del Reino de España o si lo es cualquier persona en los próximos meses, una de las primeras cosas que va a tener que hacer es nombrar los miembros de la Comisión
Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia. El Tribunal Constitucional ha anulado el artículo 6.2 de esa ley. El grupo a quien usted hoy representa lo conoce muy bien, ya se lo va a contar, pero en todo caso el presidente va a poder
igualmente nombrar a los miembros de esta Comisión. Decía que esta comisión delegada, junto con el presidente entrante, tiene como objetivo marcar las prioridades de la legislatura, sobre todo en materia de seguridad nacional. Es decir, marcarán
los temas de máximo interés del Gobierno que se va a constituir, como hizo Rajoy en su momento, como hizo Aznar, como hizo Zapatero y como también hizo el señor Pedro Sánchez. Estas prioridades que marca el Gobierno liderado por el presidente van
en esa orden que se da al CNI que es conocida como Directiva de Inteligencia. Ustedes pueden consultar todo lo que estoy diciendo en la ley del CNI.


Según varios medios de comunicación, cada vez más, y diferentes publicaciones, incluso declaraciones de exmiembros del Estado español, y también algunos libros que se han escrito recientemente, que detallan muy bien la información, el
Gobierno actual ha mantenido con muy pocos cambios las prioridades que marcó el Gobierno del Partido Popular, el Gobierno de Mariano Rajoy. En estas prioridades, tal y como hace dos días reconocía el mismo ex secretario de Estado de Interior, el
Gobierno ordena al CNI neutralizar con las herramientas y los recursos necesarios al independentismo, situándonos a los independentistas al mismo nivel que los terroristas yihadistas. Este Gobierno mantiene esta orden, el Gobierno más progresista
de la historia, el menos malo de los gobiernos españoles. Este es el nivel de la gravedad.


Hoy lo interesante no estaba aquí, hoy lo interesante estaba en la que ustedes llaman sala Constitucional, con la delegación de la Comisión de investigación del caso de espionaje más grave de los últimos años, Pegasus, en el que se ha
espiado a políticos y ciudadanos catalanes por ser independentistas. No somos un problema político, no somos algo a lo que pasar página, señor Patxi o señor Illa, somos una cuestión de Estado, y no lo digo yo, lo dicen todos ustedes. (Continúa su
intervención en catalán). Repito, el presidente del Gobierno español, del Gobierno más progresista de la historia, a pesar de sus discursos de reconciliación, de reencuentro y de convivencia, mantiene esa orden, la misma que elaboraron los grandes
amigos del catalanismo y del independentismo: Margallo, Fernández Díaz, De Guindos o Soraya Sáenz de Santamaría. Esta orden, insisto, nos mantiene a los independentistas catalanes al nivel del terrorismo yihadista; todo un Estado dedicado a
fulminarnos. Y ustedes, en esencia, casi todos los que hoy están aquí son lo mismo, unos patriotas españoles, como González, Cospedal, Bono, Guerra, Soraya, Rajoy y tantos otros que ponen la bandera, el rey y la unidad de la patria, del Estado
español por delante de todo, incluso por delante de los derechos humanos y de los derechos fundamentales. Es decir, lo de hoy aquí no es ninguna extravagancia, es muy representativo de la cuestionable democracia española, un excomunista español,
candidato de VOX.


Voy terminando. (Continúa su intervención en catalán). No sé si el propio presidente del Gobierno de España o la próxima presidenta del Reino de España seguirán firmando la orden que nos sitúa a los independentistas como una cuestión de
Estado, al nivel del terrorismo. (Termina su intervención en catalán).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Nogueras.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián Romero.


El señor RUFIÁN ROMERO: Lo primero de todo, señor Abascal, ¿voy bien? (Se abrocha la chaqueta del traje.-El señor Abascal Conde hace un gesto afirmativo). ¿Sí? ¿Le parece bien? Quiero recordarle que Marcelino Camacho llevaba jersey y
Rodrigo Rato, corbata. De hecho, Tejero también llevaba corbata



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cuando entró por aquí, así que no depende mucho la indumentaria de lo que sea cada cual. (Aplausos y risas). Le felicito por su intervención; le ha aplaudido todo el mundo menos Tamames. (Risas).


Cuando salió del juzgado Silvio Berlusconi la primera vez que le condenaron por algo, hace ya bastante tiempo, una periodista le preguntó: ¿cambia algo, le afecta en algo esto que ha pasado? -Una condena por corrupción, eh-. Y Silvio
Berlusconi -primera condena- respondió con una frase tan cierta como terrible: No, ¿por qué? La verdad no cambia nada. Cierto y terrible: No, porque la verdad no cambia nada.


Fíjense, ¿qué creen que van a ver en la tele hoy todos aquellos que vuelvan de trabajar, de todo esto? ¿Qué creen que van a oír y a ver mañana en la radio o en la tele todos y todas, aquellos y aquellas que vayan a trabajar de todo esto?
¿Qué creen? ¿La verdad? (Rumores). ¿Cincuenta y dos ultras aplaudiéndolo todo sin saber muy bien por qué? ¿Un líder que sabe perfectamente que no puede aguantar más de tres réplicas seguidas? ¿Un señor muy leído, pero también con muchas ganas
de salir en la tele? Esa es la verdad. Sí, mucha gente va a ver y a oír eso, porque es la verdad, pero le van a explicar otra cosa, van a ver otra cosa. Van a ver a un señor venerable muy preocupado por la deriva autócrata de un Gobierno que
gobierna, que pacta y que negocia con los enemigos de España. Eso es lo que va a ver y a oír mucha gente. Porque, señorías, el ruido que rodeaba y que exhalaba VOX hace mucho tiempo ya no solamente es eso, ya no solamente es ruido, ya no solamente
es destrucción, ya es otra cosa. Si somos capaces de escuchar atentamente, se escucha una melodía y se escucha un susurro para quien quiera escucharlo, y les puedo asegurar que hay un montón de gente dispuesta a escucharlo, y es: No somos
fascistas, somos patriotas; no somos fascistas enrabietados, somos patriotas preocupados. Y eso ya no solamente lo dice VOX, lo dice también un periodista con fuentes muy próximas a Zarzuela como Zarzalejos, lo dice Mario Vaquerizo en programas de
show business, lo dicen con sus sentencias Trevijano y Marchena, lo dice Abascal en El Hormiguero y ahora ya lo dice la mano derecha -nunca mejor dicho- de Carrillo. Esa es la melodía, señorías, esa es la música, y podemos estar aquí echándole la
bulla y la bronca a toda esta gente hasta mañana. No importa, no importa, porque pueden ganar, porque esa es la melodía que se escucha, ese es el susurro que se escucha.


Señorías, ¿ustedes conocen a gente, a mucha gente, buena gente -vecinos, amigos, familiares-, gente de clase trabajadora -vecinos, amigos, familiares-, buena gente, que está mucho más preocupada, mucho más cabreada, por lo que, yo qué sé,
cobro yo por mi cargo público, porque como todo el mundo sabe yo cobro un salario extraordinario y algunos de ustedes en sacos de arroz, en sacos de arroz su salario? ¿Conocen a gente de clase trabajadora, buena gente, que está mucho más cabreada
por lo que, yo qué sé, cobro yo que por que un rey se haya fugado después de robar durante cuarenta años? ¿Sí o no? ¿La conocen? (Varios señores diputados: ¡No!). Yo sí. (Aplausos). La pregunta es por qué. ¿Conocen a gente, a buena gente
-vecinos, amigos, familiares, de clase trabajadora-, que odian a partidos que votan a favor del salario mínimo interprofesional y que aman y votan a partidos que votan en contra de subir el salario mínimo interprofesional, cobrando el salario mínimo
interprofesional? ¿Los conocen? Yo sí. La pregunta es por qué. Se lo he comentado ya algunas veces. ¿Por qué hay tanto ratón escuchando y votando a gatos? ¿Por qué? La respuesta es terrible, pero es cierta: porque hay un montón de gente
dispuesta a votar en contra de sus intereses pensando que vota a favor de sus principios. Repito: hay mucha gente dispuesta a votar en contra de sus intereses pensando que vota a favor de sus principios.


¿Pero cuál es ese principio? ¿Cuál es? El más poderoso que puede existir en política: la patria. Porque, ¿quién no quiere formar parte de una patria? ¿Quién? ¿Quién no quiere formar parte de un colectivo? ¿Quién? ¿Pero qué es una
patria, qué es una patria? ¿Una patria es un ejército? ¿Una patria es un equipo de fútbol, es un himno, es un rey? ¿Qué es? Lo puede ser todo. Para el señor Tamames y para VOX -y para el Partido Popular, para Ciudadanos e incluso para alguna
gente del PSOE- una patria es una bandera. Bien, ¿pero qué pasa con la gente que porta esa bandera? ¿Qué pasa con la gente que porta las banderas de esta gente? Porque eso es lo que importa, porque quizá una patria no es ni un himno, ni un
ejército, ni un rey, ni un equipo de fútbol, ni una bandera; quizá la patria es su gente, quizá la patria es el otro y, sobre todo, cómo vive esa gente y cómo vive ese otro.


Así que veamos lo que ha hecho VOX, los campeones del patriotismo, para esa gente. En España hay un 30 % de pobreza infantil. En España hay trece millones de pobres. En España hay casi tres millones de parados. En España todavía hay cien
desahucios de media al día y en España casi todo lo que se come ha subido un 30 %. (Rumores). Ir a un colegio privado no te hace más educado. Está claro.


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.



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El señor RUFIÁN ROMERO: Eso es lo que es España hoy en día. Así que veamos qué ha votado VOX para la gente que porta la bandera, porque la patria no solamente va a ser la bandera, también es la gente que porta esa bandera, ¿no? VOX votó
en contra de todas las ayudas que literalmente salvaron la vida a millones de personas en lo peor de la pandemia, de todas. VOX no ha votado jamás, jamás, a favor de subir las pensiones contributivas y no contributivas. VOX ha votado en contra de
una ley de infancia para proteger a los que más necesitan ser protegidos en un país con casi un 30 % de pobreza infantil. VOX votó en contra de una ley de convivencia universitaria a favor de los estudiantes. VOX no ha votado jamás a favor de
ninguna inversión en ciencia. VOX no ha votado jamás a favor de ninguna medida en contra de los oligopolios eléctricos como, por ejemplo, el autoconsumo eléctrico. VOX ha votado siempre en contra de cualquier iniciativa a favor del medio ambiente.
VOX no ha votado a favor de que las trabajadoras del hogar, si quieren, puedan acceder a un paro. VOX ha votado en contra de vender a pérdidas, y eso que dicen que son los del campo. VOX ha votado en contra del ingreso mínimo vital y VOX jamás ha
votado a favor de subir el salario mínimo interprofesional. Estos son los patriotas preocupados. (Aplausos). Estos son los patriotas preocupados.


¿Qué te dice VOX? Bueno, pues VOX te dice que si tienes hambre, España; que si no tienes casa, España; que si no tienes trabajo, España; que si tienes casa pero no la puedes pagar, España; que si tienes trabajo pero cobras muy poco,
España, España, España, España. (Un señor diputado: ¡Muy bien!). Eso es lo que te dice VOX, y hay alguno que aplaude porque no se entera de la película. (Risas.-Aplausos). VOX, trabajador, trabajadora, te dice que la patria es tu nuevo Dios,
que la patria es tu nuevo Dios y que le tienes que rezar, que le tienes que rezar a una bandera mientras ellos cierran un hospital.


Señor Tamames, buenas tardes. ¿Qué tal? Se le está haciendo largo esto, ¿eh? (Rumores). Usted hoy ha venido a vendernos su libro, literalmente. Me ha hecho mucha gracia cuando ha dicho aquello de que no sabe quién le ha robado su
discurso, el discurso filtrado; tenga cuidado no le hayan metido un Pegasus por ahí, se lo digo por experiencia.


Le he escuchado atentamente y tengo sobre todo preguntas para usted, preguntas. Pero antes una previa. Usted habla constantemente del pasado, constantemente, pero no siempre el pasado fue mejor -a mí eso me lo decía mi abuelo, no lo digo
yo-, no siempre. Sacralizar el pasado es peligroso. Por ejemplo, hace cuarenta años, ¿sabe qué pasaba? Pues hace cuarenta años Juan Carlos I era muy campechano y quería mucho a su mujer; incluso había quien decía que salvaba gente cuando iba en
moto. Hace cuarenta años Juan Pablo II era un papa muy majo de una Iglesia que tenía cero casos de pederastia. Hace cuarenta años, Arévalo hacía chistes sobre homosexuales, sobre negros, sobre maltrato a las mujeres, y aquí no pasaba nada. No, no
es cierto que hace cuarenta años estábamos mejor, hace cuarenta años simplemente había más mentiras y más privilegios. ¿Sabe lo que pasaba hace cuarenta años? Que todos y todas teníamos cuarenta años menos. Eso sí que es cierto. Es la única
verdad. Usted aquí hoy ha hablado de un tiempo que no fue. Usted hoy aquí ha hablado de un tiempo que no existió, y lo ha hecho de la mano de los hijos y de los nietos de quienes le encarcelaron. Pero, señor Tamames, porque me sé la trampa, eso
no es reconciliación, eso es rendición, eso es rendición.


Usted ha dedicado gran parte de su intervención a criticar a este Gobierno y a los partidos que negociamos con él por -cito textualmente- traicionar el espíritu de la Transición. ¿Es correcto? Entiendo que sí. De hecho, pareciera que
básicamente está usted por eso aquí. Se declara de forma reiterada -hoy aquí lo ha hecho- como constitucionalista, como antifranquista -de hecho, ha dicho que entró en el Partido Comunista no tanto por comunista, sino por antifranquista-, y,
repito, como hijo de la Constitución, y critica duramente la incoherencia del Gobierno y las malas compañías del Gobierno. ¿Es correcto? Entiendo que sí.


Pero, señor Tamames, ¿usted sabe por qué partido se presenta hoy aquí como presidente del Gobierno? Porque va de eso esto, ¿eh? ¿Usted sabe quiénes le han firmado la moción de censura? ¿Lo sabe? (Una señora diputada: Lo sabe
perfectamente). Sí, lo sabe, pero yo se lo voy a volver a decir. Es información pública y notoria. Uno de los firmantes de su moción de censura es Juan José Aizcorbe, diputado de VOX por Barcelona, En el año 1982 militó en Fuerza Nueva, en 1988
en Juntas Españolas, y en 1989 en Frente Nacional, todos ellos partidos que pedían una dictadura mediante un nuevo golpe de Estado. Firmante de su moción de censura, diputado actual. Señor Tamames, ¿qué tiene esto de antifranquista, de
constitucionalista o de espíritu de la Transición?


Otro, Juan Carlos Segura, también diputado de VOX por Barcelona. En 1980 militó en el Frente Nacional, en 1981 fue detenido -repito, detenido- por lanzar un cóctel molotov a una sede de UCD -hay que ser bestia- y en 1982 por quemar una
figura del rey, en 1982. Diputado firmante de su moción



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de censura. (Rumores). Señor Tamames, ¿qué tiene eso de antifranquista, de constitucionalista y de espíritu de la Transición? (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Les pido silencio, por favor.


El señor RUFIÁN ROMERO: Otro, Jordi de la Fuente, actual secretario de organización de VOX en Barcelona. Militó en un partido nazi, como Movimiento Social Republicano, y en 2009 fue detenido por vandalismo contra una sinagoga y contra un
centro de menores. Secretario de VOX en Barcelona. Señor Tamames, ¿qué tiene esto de antifranquista, de constitucionalista y de espíritu de la Transición?


Otro, Jorge Cutillas, actual diputado de VOX en la Asamblea de Madrid. Militó en Patria y Libertad y fue detenido por apedrear un autobús con niños vascos en Madrid. ¡Qué chungo! ¿Qué tiene esto, señor Tamames, de antifranquista, de
constitucionalista y de espíritu de la Transición?


Y el último, porque podríamos estar hasta mañana, se lo puedo asegurar -es información pública y notoria-: el campeón, Javier Ortega-Smith. (Rumores). Militó en 1988 en la Falange y publicó un artículo en el que pedía el retorno de un
régimen de partido y de sindicato único. Señor Tamames, ¿qué tiene esto de antifranquista, de constitucionalista y de espíritu de la Transición? (Aplausos).


Señor Tamames, usted habla de derroche; de hecho, sus compañeros y compañeras de VOX también hablan de derroche del Gobierno. A mí me parece bien hablar de derroche, pero ¿qué opina, por ejemplo -porque como ustedes hablan de
austeridad...- de que VOX donara 4 millones de euros a una fundación presidida por el señor Abascal? No lo digo yo, lo dice su exsecretaria general, Macarena Olona. ¿Qué opina? Me parece que es un derroche; como mínimo, preguntar por qué VOX
dona 4 millones de euros a una fundación, justamente, presidida por el señor Santiago Abascal. Ya que hablamos de derroche, hablemos de ello. El señor Abascal le va chivando cosas. Me da la sensación de que el señor Tamames no se entera de nada
de lo que le está diciendo. (Rumores).


Usted habla también de convivencia nacional. Señor Tamames, ¿en qué ayuda a la convivencia nacional -y se lo pregunto sinceramente- enviar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional -se lo digo objetivamente, como imagen- a pegar a la gente
a un colegio electoral, en Cataluña, el 1 de octubre del año 2017? ¿En qué ayuda a la convivencia nacional? ¿Sirvió de algo pegar a la gente en un colegio electoral? ¿Ha habido alguien en Cataluña que haya dejado de ser independentista? No.
(Aplausos).


Señor Tamames, usted habla de nuestra lengua para hablar, exclusivamente, de la lengua española. De hecho, ha acusado a la Generalitat -según usted, Generalidad; seguramente le cuesta mucho decir Generalitat, yo lo entiendo- de perseguir
el castellano. Mire, yo tengo cuarenta y un años, yo nací en Santa Coloma de Gramanet, todo el mundo lo sabe, y en Santa Coloma de Gramanet empezó la inmersión lingüística; y la inmersión lingüística, como usted sabe, es que los niños y niñas se
escolaricen en catalán, porque es la lengua del sitio en el que están escolarizados, y es una lengua minoritaria y conviene potenciarla, porque el castellano lo hablan entre seiscientos y setecientos millones de personas en todo el planeta. Ya
está. ¿Le parece que a mí me cuesta hablar castellano? (Varios señores diputados: Sí). Ah, ¿sí? Ah, me cuesta. Esa es nueva. (Rumores). ¿Me está costando?


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor RUFIÁN ROMERO: Es que es absurdo que ustedes digan que la Generalitat o Generalidad persigue el castellano; o sea, ¡yo nací en la cuna de la inmersión lingüística! Pero es que el artículo 3 de su sacrosanta, de su sagrada
Constitución, que van a dormir con ella, dice que hay más lenguas oficiales en este país aparte del español, aparte del castellano, el catalán, el euskera y el gallego. Lo dice su sacrosanta Constitución. Un país que no reconoce, que vilipendia su
diversidad lingüística y cultural, simplemente, no la merece; no la merece. (Aplausos).


Señor Tamames, usted habla de memoria democrática, y dice que en la guerra no hubo ni buenos ni malos; y acaba su discurso leyendo a Machado. Yo estoy convencido de que a Machado no le hubiera hecho ni puñetera gracia aquello de ni buenos
ni malos ¿eh? (Aplausos). Pero, bueno, ha conseguido que VOX le aplaudiera. La cuestión es que ¿le parece bien que un asesino, como Queipo de Llano, estuviera en una basílica hasta antes de ayer y que un poeta universal, como Lorca, siga hoy en
día en una fosa y que aquí no pase nada? ¿Le parece que eso es ni buenos ni malos? ¿Le parece bien? (Aplausos).


Lo que sí me parece curioso, sobre todo, es que todo es un golpe de Estado menos lo que es un golpe de Estado. Reformar el Código Penal es un golpe de Estado; una investidura al Partido Socialista con



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Unidas Podemos es un golpe de Estado; renovar el Tribunal Constitucional es un golpe de Estado; aprobar los presupuestos es un golpe de Estado; un referéndum en Cataluña es un golpe de Estado; ¡pero lo del 36 es una pelea de abuelos!
(Risas). Lo dice Feijóo; no lo dice usted, usted dice otra cosa. El señor Feijóo dice que es una pelea de abuelos. Todo es un golpe de Estado, menos un golpe de Estado. Es curioso.


Señor Tamames, usted habla de sobrerrepresentación de los partidos separatistas, me doy por aludido, y habla de una nueva ley electoral. De hecho, ha insistido mucho sobre eso. Usted tiene fama de riguroso; los datos lo desmienten. ¿Sabe
cuántos votos necesitó el PSOE por cada escaño en las últimas elecciones? 56 601. ¿El PP? 56 708. ¿El PNV? 63 167. ¿Y Esquerra Republicana? 67 167. Señor Tamames, son lentejas, ¿quién esta sobrerrepresentado aquí? ¿Por qué siguen diciendo
lo de la ley electoral? Es absurdo. (Aplausos).


Usted dice, señor Tamames, literalmente que España tiene un sistema penal ejemplar, un modelo para el mundo. Señor Tamames, entonces, ¿por qué jueces de Escocia, de Alemania, de Suiza o de Bélgica no han extraditado todavía a peligrosos
delincuentes, como ustedes dicen, como Carles Puigdemont o Marta Rovira? ¿Por qué? Si el sistema penal español es ideal, si es increíble, ¿por qué los jueces europeos no los extraditan si son tan peligrosos? Se lo digo yo. ¿Saben qué dicen en
sus sentencias esos jueces? Que no tendrían -y es literal- un juicio justo. Es una vergüenza para la democracia de este país. (Aplausos).


Señor Tamames, usted habla de las pymes y propone una solución sencilla para ellas: que dejen de existir. Pone de ejemplo a Juan Roig, a Amancio Ortega o a gente que sube la cesta de la compra más allá de la inflación y que paga siempre
mal. Al menos no ha puesto de ejemplo a Ferrovial. Usted también ha hablado de Gibraltar en algún momento. Solamente le recomiendo algo, no envíe a Ortega Smith a negociar eso. (Risas.-Aplausos). Señor Tamames, un resumen de su discurso. Usted
ha pasado -seguramente me atrevo a decir- del antes roja que rota al antes facha que rota, y es una pena porque se puede envejecer como Maruja Torres o se puede envejecer como usted. (Aplausos).


Acabo con un comentario para el Gobierno. Una moción de censura se hace para censurar a un gobierno, y muchos de nosotros también pensamos que este Gobierno tiene motivos para ser censurado. Eso es lo que he comentado antes sobre que hay
mucha gente que escucha a esta gente con cierta atención y que si le llega la melodía es por su abandono. No me queda tiempo, pero me gustaría hablar de hipotecas, me gustaría hablar de precios. A ustedes, señorías del Gobierno, no les va a echar
una moción; a ustedes, señorías del Gobierno, les va a echar la inflación. No es de recibo que un ministro de este Gobierno, cuando la gente no puede comprar alimentos en un supermercado, les diga: Bueno, pues vete al de enfrente. Quizá ustedes
no entienden la diferencia entre una indemnización por despido abusivo de 33 días o de 45 días, quizás no la entienden; sería importante que la entendieran, pero quizá no la entienden. (Aplausos). Entiendan que hay que darle soluciones a la
gente. En torno a esto, una democracia no puede sustentarse en la cuenta corriente de la gente, una democracia debe sustentarse en las cosas corrientes que afectan a la gente. Comiencen, señorías del Gobierno, a pensar en la gente que están
decepcionando y no tanto en los gerentes de los poderes que les están presionando.


Nada más y muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Republicano, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rufián.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra, en primer lugar, la señora Muñoz Dalda. (El señor Segura Just pide la palabra). Espere un momento, señora Muñoz Dalda.


¿En base a qué artículo me pide la palabra, por favor? (El señor Segura Just pronuncia palabras que no se perciben). Espere, no hemos escuchado.


El señor SEGURA JUST: En base al artículo 71.3, por alusiones directas a mi persona y a mi honor personal.


La señora PRESIDENTA: Haga usted referencia a la alusión concreta, por favor.


El señor SEGURA JUST: Concretamente, el señor Rufián ha dicho falsamente que yo fui condenado por quemar una estatua del rey en el museo de cera. Eso es radicalmente falso porque ese procedimiento fue sobreseído directamente, ni siquiera
llegué a ser juzgado. En cuanto a la segunda imputación que ha hecho sobre una quema de un local de UCD en Barcelona, le diré que nunca en Barcelona se ha quemado



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ningún local de UCD. Lo que ocurrió es que yo -es cierto, lo reconozco- fui condenado por un delito de manifestación ilegal por manifestarme en Barcelona en defensa de los pescadores españoles que eran apresados por barcos pesqueros
marroquíes, y cometimos la fechoría de cortar un carril de la Diagonal un ratito (risas), y eso fue suficiente para que la policía practicase detenciones. Pero tengo que decir y tengo que añadir que no estoy arrepentido... (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor SEGURA JUST: No estoy arrepentido de esos hechos y, de hecho, reconozco que por España y por los pescadores españoles ho tornaria a fer i, de fet, ho he tornat a fer. Porque, por ejemplo, cuando... (Continúa hablando con el
micrófono cerrado).


La señora PRESIDENTA: Muy bien. Muchas gracias, señor diputado. Es suficiente. Muchas gracias. (Aplausos).


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra, en primer lugar, la señora Muñoz Dalda. (Rumores).


Señorías, les pido silencio, por favor. (El señor Sánchez del Real pronuncia palabras que no se perciben). Señor Sánchez del Real, le pido silencio, por favor.


Cuando quiera, señora Muñoz.


La señora MUÑOZ DALDA: Gracias, presidenta.


Hoy es un día extraordinario porque está el señor Tamames aquí con nosotras y con nosotros, pero también porque Abascal ha venido a trabajar. Señor Tamames, antes de empezar, me gustaría hacerle una recomendación. Elija bien a sus
compañeros de viaje, porque, mientras usted lleva aquí todo el día sentado, el impulsor de la moción de censura que usted defiende, le ha dejado solo y se ha ido a dormir la siesta y a descansar. Ya sabemos que Abascal tiene que elegir si se
levanta pronto, aunque no suele pasar, porque aquí no aparece antes de las diez de la mañana; pero, la siesta, no se la quita nadie. Lo de trabajar es para los demás, ¿verdad, señor Abascal? No es para él, como lo de hacer la mili.


¿Voy bien vestida? ¿Dignifico la Cámara? Desde que tengo uso de razón recuerdo a señores muy bien vestidos que han robado a manos llenas, a señores con trajes caros que regalan 60 000 millones de euros de todos a los bancos, que mandan a
la policía para sacar a familias de sus casas, que recortan en educación y que dejaron sin becas a muchos de mis compañeros y compañeras de la universidad, que recortaron también en sanidad, que recortaron las pensiones de nuestros mayores. Señor
Abascal, todos ellos iban vestidos de punta en blanco y pertenecían muchos al partido que fue su casa durante más de veinte años, el mismo partido que le dio un chiringuito en Madrid.


La dignidad de esta Cámara no depende de cómo vayamos vestidos o peinadas. Esta Cámara se dignifica aprobando leyes que sirvan para mejorar la vida de todos los españoles, la mayoría, los que nos han votado y los que no. Esta Cámara se
dignifica aprobando ya una ley de vivienda, subiendo el salario mínimo, con una reforma de las pensiones para aumentar la capacidad adquisitiva de los y las pensionistas. Así se dignifica la Cámara. No hace falta vestir de Armani. Hay más
dignidad en una camiseta de cualquiera de las que estamos sentadas hoy aquí que en todos los trajes de los que votan contra las leyes que mejoran la vida de las y los españolas. Dignidad es eso. (Aplausos).


Hoy quiero contarles la historia de tres mujeres reales que no se nombran pero que existen. María es una mujer de Mallorca, mi isla, madre de dos hijos, obligada ahora a vivir en una caravana con sus hijos y con su padre. María no pudo
encontrar piso porque le pedían hasta cinco meses por adelantado, porque tenía un contrato fijo discontinuo, porque no pudo ahorrar, porque nació en una isla donde importan más las vacaciones de los turistas que las vidas de la gente que la habita.
Tras no encontrar nada, se tuvo que mudar a casa de su padre y, al poco tiempo, tuvieron que dejar el piso porque el casero decía que lo necesitaba para él. Ahora viven en dos caravanas. María necesita una ley de vivienda y no un espectáculo
lamentable hoy en el Congreso.


Miren, señorías, en Palma, mi ciudad, hay cada vez más familias como la de María, obligadas a vivir en caravanas. Mientras eso sucede, es absolutamente indecente que estemos debatiendo una moción que nace muerta solo para que un grupo de
señores pueda hacer su circo en esta Cámara. En este país existen miles de Marías que luchan cada día por poder pagarse un techo sobre su cabeza, por poder darles a sus hijos una casa, por poder cuidar a sus familiares con dignidad. De esto
deberíamos estar



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discutiendo hoy aquí: sobre por qué no tenemos una ley de vivienda que pueda proteger a todas las Marías. Pero a ustedes no les importa María. Es más, ni si quiera ven a María.


Hablemos ahora de Diana. Diana no se llama Diana, pero el miedo le ha robado hasta el nombre. Diana es de Honduras, vive en Barcelona y está en una situación irregular desde hace cinco años; cinco años sin poder tener un contrato, sin
derechos laborales. Diana es madres de dos hijas, cabeza de una familia monomarental y es limpiadora del hogar eventual sin contrato. No puede trabajar porque su hija Isabel tiene una discapacidad y es dependiente. Su hija pequeña, Cristina,
comenzó a ir a la guardería este año, pero tuvo que sacarla porque le denegaron la ayuda y no puede asumir ese gasto. Sin papeles no hay contrato ni paro ni derechos. Ahora repito unas palabras que dijo Diana: ¿Cómo voy a encontrar trabajo si
tengo que cuidar a una persona dependiente? No podemos pagar por ese tipo de atención, pero tampoco puedo permitirme estar en casa sin trabajar. Todo es más complicado sin mis papeles. Con ellos creo que podría encontrar un trabajo mejor y
permitirme la guardería o los cuidados que necesita Isabel por su enfermedad.


Hoy y siempre deberíamos estar hablando de qué pasa con las miles de Dianas que sostienen nuestro país, que cuidan a nuestras personas mayores y a nuestros niños, que hacen los trabajos más duros y con las que tenemos una deuda. Por eso,
hablar de este país es hablar también de la regularización urgente de quienes hacen patria con sus propias manos. Pero ustedes tampoco quieren hablar de Diana; la emplean, pero no la ven.


Hablemos entonces de mi amiga Elena. Elena acaba de cumplir veintinueve años. Vivíamos juntas en Madrid mientras ella trabajaba de camarera y estudiaba un máster. Elena no ha conocido en su vida adulta más que la precariedad, curros
temporales, salarios de mierda, horas extra y fines de semana sin pagar. Ha sido niñera, monitora de campamento, captadora de socios, encuestadora, ha currado en bares y discotecas a media jornada para poder compaginarlo con las enésima prácticas
sin pagar. Fui testigo de cómo Elena caía en la desesperanza y la ansiedad, de cómo su salud mental se iba deteriorando por tener que vivir para trabajar, por no poder imaginarse un futuro, un proyecto de vida digno. Como muchas personas jóvenes,
Elena acabó teniendo que recurrir a las benzodiacepinas y los antidepresivos. Cuando vivíamos juntas, mientras luchaba contra la depresión e intentaba encontrar atención profesional en la sanidad madrileña colapsada, me dijo lo siguiente: Soy
incapaz de imaginar mi vida más allá de las próximas semanas, me conformo con sobrevivir.


Conozco a muchas personas como Elena, gente joven que no puede más, gente a la que se le está robando el futuro, la posibilidad de imaginarlo. La mitad de mis amigas han tenido en los últimos años episodios de ansiedad; muchas han estado o
están medicadas con psicofármacos. Ninguna puede siquiera aspirar a vivir sola o a comprarse una vivienda. Elena ya no vive en Madrid, se ha tenido que ir. Esta ciudad la ha expulsado. Como ella hay en este país toda una generación de jóvenes a
la que le estamos fallando. ¿Por qué no estamos hablando hoy de salud mental, de precariedad laboral, de la posibilidad de vivir vidas dignas? Hoy no hablamos de Elena porque para ustedes Elena tendría que haberse esforzado un poquito más,
¿verdad? Ustedes no hablan de Elena ni de María ni de Diana porque no caben en su idea de España, pero, señorías de VOX, si algo es España son todas esas historias que hoy traigo aquí y de las que deberíamos estar ocupándonos. Esa es la España que
existe. Su proyecto, señorías de VOX, es la antiEspaña, la antipolítica y el antifeminismo. Son ustedes parte de una internacional reaccionaria, muy bien financiada, que sostiene su embestida en el ataque constante a las mujeres, al movimiento con
mayor potencial democrático, con mayor capacidad transformadora.


Señorías de VOX, su internacional reaccionaria encuentra aliados en los lugares más inesperados. Sus aliados, Le Pen, Salvini, Berlusconi y otros, ya se han pronunciado a favor de Putin. ¿Por qué no lo hacen ustedes y dicen a todos los
españoles lo que piensan de verdad? ¿Por qué no les dicen que comparten ustedes agenda ideológica con el presidente ruso?


Atacan constantemente a las mujeres porque no pueden soportar que sean ellas las que les pongan frente a un espejo, las que les griten en las calles que seguiremos conquistando derechos, que sus privilegios no se sostendrán más sobre
nuestros cuerpos, las que les recuerdan que se les ha acabado el chollo.


No nos engañan, señorías de VOX, sabemos perfectamente -y lo digo aquí para que se entere todo el país- que tras esta moción de censura se esconde el objetivo de desgastar, deslegitimar y corroer las instituciones democráticas, porque no les
gusta que la gente pueda decidir sobre sus vidas, porque no soportan que este país sea mucho mejor que ustedes. Quieren que la gente crea que la política no sirve para nada, que no tenemos aquí la capacidad y la labor de cambiar la vida de la
gente. Son ustedes un



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auténtico veneno para la democracia de este país, un agente corrosivo para la unidad y la tolerancia de España, la España que de verdad existe, la España con problemas y preocupaciones reales. Escucho cómo hablan de mi país y no lo
reconozco, no encuentro en sus diagnósticos ningún parecido con la realidad de la gente que me rodea: de mis amigas, de mis compañeros de piso, de mis vecinos, de mis familiares. Miren, señorías, están tan lejos de la realidad, de las
preocupaciones cotidianas de la gente que son incapaces de entender nuestro país. Tanto es así que hemos tenido que esperar más de cuarenta minutos para que su orador, el señor Tamames, hablase de vivienda. Nos presentan, día sí y día también, una
España inventada; una España que no es la España que existe. A la España que existe no le preocupa que les entren en casa mientras compran el pan, sino tener que dedicar más del 50 % de su sueldo a alquilar una vivienda. A la España que existe le
preocupan las 18 000 agresiones sexuales denunciadas al año, no el 0,008 de denuncias falsas. A la España que existe le preocupa tener tiempo para conciliar y estar con los suyos, no le preocupa Soros. A la España que existe, incluso a su orador,
el señor Tamames, le preocupa el cambio climático y no el 5G o el Foro de Sao Paulo. A la España que existe le preocupa pagar mucho por su cesta de la compra, no que Juan Roig o Amancio Ortega tengan que ganar menos dinero. La España que existe
necesita un salario mínimo digno, un tope al gas para bajar la factura de la luz; necesitaba los ERTE o un ingreso mínimo vital; necesita una ley de vivienda, una ley de familias; necesita que se regule la cesta de la compra y no que todo el
Congreso esté esta semana al capricho de una bancada de 52 diputados cuya única agenda es dar vergüenza ajena. Señorías, ganamos si llenamos esta Cámara de leyes que importen a la España que existe: a María, a Diana, a Elena. Tenemos la
oportunidad y el deber de poner, frente al circo de la ultraderecha, hechos y valentía.


Ahora les miro a ustedes, señorías del PSOE. (Rumores). No les he dicho nada y ya... (Rumores). No bastan palabras, buenas intenciones o advertencias de que viene el lobo. Hoy lo mejor que podemos hacer los demócratas -el bloque de
investidura y el Gobierno- frente al espectáculo de la ultraderecha es aprobar ya la ley de vivienda para regular los alquileres y que bajen los precios. No podemos esperar más porque esta reacción solo se para con políticas valientes, con más
derecho y con más democracia. Necesitamos también aprobar una ley de familias para ampliar los permisos de paternidad y maternidad y para representar la diversidad de las familias de nuestro país. Necesitamos un acuerdo para mantener el
consentimiento en el Código Penal. Necesitamos abaratar la cesta de la compra. Necesitamos mirar y reconocer los derechos de las personas migrantes, de las familias monomarentales. Necesitamos un futuro esperanzador para nuestros jóvenes. A
problemas reales, soluciones reales. Señorías del PSOE, no bastan palabras grandes y discursos huecos. Ganamos si llenamos esta Cámara de leyes que importen a la España que existe. Tenemos la oportunidad y el deber de hacer frente al circo de la
ultraderecha; hechos y valentía. La España que existe necesita ya alquileres dignos, bajar la cesta de la compra, tiempo para conciliar con los nuestros. Y a los demócratas de esta Cámara les digo que ahí fuera hay millones de personas que nos
esperan. La España que existe, la España diversa, feminista y democrática, solidaria, no puede esperar más. Ahí fuera hay millones de personas que se levantan y que cada día construyen, arriman el hombro, cuidan la vida y trabajan por hacer de
este país un lugar mejor para todos, un país en el que el odio no tenga lugar. Eso es lo que de verdad importa, no los discursos egocéntricos de los 'señoros' de siempre. Señorías, hagámosle justicia a nuestra función de servidores públicos,
sigamos trabajando por y para la ciudadanía, porque todo lo que no sea hablar de cómo garantizar vidas dignas de ser vividas para todo el mundo es un fracaso de esta Cámara.


Creo que todo lo que le tenía que decir a la ultraderecha se lo he dicho. No quiero contribuir más a su afán de darse protagonismo, que de ego parece que van bastante sobrados. No les daré la relevancia que buscan ni continuaré con un
debate infértil, porque los derechos humanos, la democracia y las vidas dignas no se debaten, se defienden; se defienden poniendo el cuerpo, haciendo leyes, conquistando derechos. No hablaré más del partido del odio ni de su delirante moción.


Señorías del PSOE y del PP, creo que merece la pena que nos tomemos un momento para recordar cómo hemos llegado hasta aquí, hacer memoria y no revisionismo histórico con bulos nacionalistas, hacer memoria para no volver atrás, memoria para
honrar a quienes han luchado por que estemos hoy aquí, a quienes lucharon contra el franquismo defendiendo con dignidad que la democracia era sobre todo transformar los privilegios de la minoría en derechos para la mayoría. Pero también memoria
para construir futuro, porque sé que somos por las que fueron, pero también sé que por las que somos serán, así que déjennos ser.


A los reaccionarios les han abierto las puertas dos cosas: una derecha complaciente que blanqueaba los discursos de odio y una izquierda a la que le faltó valentía; un Partido Popular fundado por ministros



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franquistas y que alojó en su seno a los reaccionarios que hoy están en VOX, y una socialdemocracia europea que en los momentos más duros le dio la espalda a la ciudadanía recortando derechos en lo peor de la crisis financiera. Las derechas
-ustedes, señorías del PP- alimentaron al monstruo, compraron sus discursos y sus marcos, financiaron con fundaciones ultras sus ideas, regalaron dinero público a sus televisiones pensando que les darían votos. Este monstruo, que hoy tiene
cincuenta y dos diputados, nace del Partido Popular. Estos ultras sobrevivieron, sin oposición en sus partidos, esperando el momento exacto para volver a su proyecto antidemocrático. Pero no se conforman con haberles regado con dinero de todas ni
con haberlos refugiado en sus chiringuitos, ahora además les compran sus discursos negacionistas y de odio hacia las mujeres, hacia las personas LGTBI, hacia los migrantes, hacia los pobres. Les ríen las gracias mientras hablan del virus chino y se
ponen el gorrito de papel de aluminio para negar el cambio climático; les permiten negar la violencia de género; les jalean cuando mienten sobre las personas migrantes. Compiten con ellos en su terreno y, finalmente, pactan con ellos abriéndoles
la puerta de los territorios donde ustedes gobiernan poniendo en peligro la atención sanitaria de las mujeres, las vidas de las personas LGTBI, el futuro de los menores migrantes no acompañados. Ustedes, señorías del PP, han creado y han alimentado
a este monstruo, y lo siguen haciendo, por eso son incapaces de votar hoy en contra de esta moción de censura. Hoy, con su abstención, están dando un paso más en el abismo que representan sus socios de gobierno en Castilla y León. Hoy continúan
alimentando un monstruo que puede acabar por devorarlos a ustedes también.


Pero el PP no es el único responsable, también deberíamos mirar a la bancada socialista, porque, señorías del PSOE, la ultraderecha, las filas de la reacción, se alimentan del miedo, de la falta de expectativas de futuro, del abandono de las
instituciones. Señorías del PSOE, ya se lo dijo la ministra de Igualdad hace unos meses: a estos fascistas se les para con más derechos. Fueron las políticas tibias de una parte de las izquierdas europeas, alineadas con los intereses de las
grandes corporaciones, las que generaron el caldo de cultivo perfecto para que surgiese el movimiento reaccionario que hoy amenaza la legitimidad del Gobierno y corroe nuestras instituciones. Cuando vinieron mal dadas, una parte de la
socialdemocracia europea emprendió la política de recortes que abandonó a su suerte a las personas que peor lo estaban pasando y que acabaría en España con la indignación del movimiento 15-M llenando nuestras plazas. Y hoy debemos decir esto por
tener memoria, memoria para no repetir los mismos errores; ayer y hoy la mejor forma de luchar contra los reaccionarios no es hacer grandes discursos ni utilizar palabras rimbombantes, la mejor forma de luchar contra el fascismo es hacer políticas
progresistas valientes. Crece el fascismo donde hay familias que no pueden pagarse una vivienda; muere donde hay una ley de vivienda para bajar los alquileres y proteger a las familias. Crece el fascismo donde hay una cesta de la compra por las
nubes mientras los dueños de las distribuidoras doblan sus beneficios; muere el fascismo, señorías del PSOE, donde hay medidas para regular y bajar la cesta de la compra. No bajar el IVA, no, regular la cesta para bajarla. Crece el fascismo
cuando las mujeres siguen teniendo que demostrar que han sido violadas; pierde el fascismo cuando se protege a las mujeres y se pone el consentimiento en el centro. Muere el fascismo donde las mujeres pueden decidir sobre sus cuerpos sin tutelas.
Muere el fascismo donde el feminismo florece, porque el feminismo es democracia. Crece el fascismo y baja la tasa de natalidad, señor Tamames, donde las familias no pueden tener hijos porque no pueden permitírselo, porque no pueden conciliar,
porque no se reconocen sus modelos de familia; muere el fascismo con la aprobación de una ley que proteja a nuestras familias, que las reconozca, que permita a madres y padres pasar tiempo con sus hijos, darles los cuidados que necesitan. Crece el
fascismo donde hay un salario mínimo de 700 euros; muere donde hay un salario mínimo de 1080 o donde hay un ingreso mínimo vital, o unos ERTE, que han salvado miles de empleos y empresas, o donde hay escudos sociales o un tope al gas que permite
que tengamos una de las facturas de la luz más bajas de la zona euro.


Hemos hecho muchas cosas en muy poco tiempo, pero hoy más que nunca hacen falta en esta Cámara no golpes de pecho ni grandes palabras, sino hechos. Señorías del PSOE, hace falta ya aprobar la ley de vivienda, la ley de familias, medidas
urgentes para bajar la cesta de la compra, un acuerdo para poner el consentimiento en el centro. A VOX no se le combate hoy con discursos, se le combate todos los días aprobando leyes ambiciosas y valientes y, desde luego, no acercándose al PP para
sacar leyes adelante. Seamos responsables, España lo necesita. La mejor política contra la reacción es ser valientes, porque este país y este Gobierno son mejores cuando miran hacia la izquierda, hacia la mayoría progresista de esta Cámara;
porque el Partido Socialista hace honor a su nombre, a su programa y a sus votantes cuando no se deja arrastrar por los ataques de la derecha. No se puede frenar a los ultras pactando con



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el PP para volver al Código Penal de la violencia y la intimidación o dejando sin derogar la ley mordaza o desprotegiendo a los perros de caza en la ley de bienestar animal. Díganles eso a sus asesores: que acercarse a la derecha no les
modera a ustedes, sino que blanquea al Partido Popular. Seamos responsables. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Muñoz.


Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra la señora Vidal Sáez.


La señora VIDAL SÁEZ: Buenas tardes, señor Tamames.


Empecemos por lo obvio. Esta moción no la hacen por el bien de España ni tampoco para cambiar ningún tipo de gobierno, ni siquiera tienen un candidato creíble para la Presidencia. No lo es el señor Tamames, a quien esta España le queda
grande; no lo es el señor Abascal, que se esconde para no salir derrotado, en este caso por segunda vez, y no lo es tampoco el ausente señor Feijóo. Esta moción la hacen porque están nerviosos y porque no les salen bien las encuestas. No
disfracen de patriotismo lo que es puro electoralismo.


Señor Tamames, yo he escuchado atentamente su intervención y esta moción, debo decirle, no representa un proyecto de futuro ni tampoco de presente. En sus treinta y tres páginas no encontramos nada. Es un proyecto nostálgico, incoherente y
también paralizador. Qué papelón, además, el del Partido Popular. Hoy aquí tenían la oportunidad de negarse a este teatro, pero no quieren morderles la mano a quienes van a necesitar para poder gobernar. El mensaje de esta moción es que la
pluralidad es un desmadre y que no hay alternativa al statu quo. El mensaje de esta moción es que eso de defender que otro mundo es posible es cosa de la ingenuidad de la juventud, pero que con los años uno ya se va dando cuenta de que el mundo no
va a cambiar. El no candidato Tamames es el mensaje. ¿Y a quién se dirigen? Pues a las personas que hemos vivido con esperanza la llegada de este Gobierno, a las que trabajamos desde mil trincheras distintas para mejorar este país y para vivir
mejor. Esta moción quiere extender el gris y la apatía, porque nos quieren resignadas y tristes, quieren que olvidemos la profundidad de los cambios que estamos impulsando desde este Gobierno, quieren generar desafección y, del mismo modo que en la
moción anterior querían sacar rédito del miedo, hoy lo intentan con la incertidumbre. Hay incertidumbre sí, nos llegan noticias de bancos en apuros en Estados Unidos y en Europa, y sigue subiendo el precio de la vivienda; hay una guerra a las
puertas de Europa y vemos que es el mes de marzo y los pantanos siguen vacíos. Y estoy convencida de que no ha ayudado que quienes tenemos mayor obligación de dar certidumbres a la ciudadanía, las fuerzas que integramos este Gobierno y también
aquellas que hicieron posible la investidura, en ocasiones hemos dado más espacio al ruido y a la confrontación que a la propuesta y al acuerdo.


Garantizar y ampliar derechos son la razón de este Gobierno y también el sentido de esta mayoría parlamentaria, es bueno que no lo olvidemos; un Gobierno y una mayoría que hemos tenido éxito en buena parte de momentos cruciales para este
país. Nos dijeron que nuestras políticas no aguantarían la presión de una pandemia mundial; que subiría el paro, que tras los ERTE vendrían los ERE y que seríamos rescatados. Querían que a España le fuera mal, y se equivocaron. Nuestras
políticas han sostenido a miles de trabajadores y de empresas; crece el empleo, disminuye la precariedad y somos uno de los países con menor inflación de Europa. Con el Partido Popular arrastramos los efectos de la crisis de 2007 más de diez años.
Este Gobierno recuperó las cifras previas en menos de dos años. Y España ha pasado de ser ignorada a ser respetada; España ya no es periferia, ya no necesita poner los pies encima de la mesa de George Bush para salir en la prensa. El mundo ha
cambiado, Europa ha cambiado y España también.


El no candidato nos habla de los peligros de la disgregación de España, nos interpela para volver al orden bipartidista, nos dice que tanto color es un follón, que mejor volvamos al blanco y negro, que allí estamos más cómodos, ¿verdad?
¿Saben esa gente que dice que no tiene ningún problema con los homosexuales pero que eso del Pride ya es pasarse? Pues eso, exactamente eso. Al no candidato no le gusta la España actual -de hecho, con todos mis respetos, yo creo que no la
entiende- y le gusta aún menos que esta España haya llegado a las instituciones. Dicen en este caso en el partido VOX que el candidato va mucho más allá de VOX, y yo creo que tienen razón en eso, representa una fuerza mucho más importante y
poderosa que VOX. En eso tienen razón: la liga de los señoritos reaccionarios, la liga de los que tienen secuestrado el Consejo General del Poder Judicial desde hace ya más de cuatro años, señorías; los señoritos reaccionarios que no aceptan que
la economía debe adaptarse a la falta de recursos naturales por su agotamiento o por el cambio climático, esa élite, esos piratas de lo público y de



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lo privado que pretenden mantener un estilo de vida y de negocio a todo trapo, una última rave a costa del planeta y de más desigualdad; esos señores que no entienden cómo hay ministras que no están en su agenda de contactos, esta liga de
los señoritos reaccionarios que creen que este Congreso les pertenece, que el poder es suyo de hecho y que no aceptan que, por ejemplo, una filla del Guinardó sea alcaldesa de Barcelona. Esta liga no se levanta porque España esté en una mala
situación o porque crean que se están haciendo mal las cosas, no, se levantan porque les hemos demostrado que no nos vamos a resignar a sus políticas, no nos vamos a resignar a la precariedad para tener empleo ni a recortar pensiones de hoy
confrontando con las del mañana; no nos vamos a resignar a la uniformidad aplastante para ser un país unido; no nos vamos a resignar al bipartidismo, señor Tamames. La liga de los señoritos reaccionarios se levanta porque no conciben un mundo en
el que ellos no sean el centro. Es por el éxito económico por lo que viene este ataque ultra, para esconderlo, para generar confusión, desánimo y también desconcierto.


Ni VOX ni el ausente señor Feijóo representan el orden. Defienden el caos y la ley del más fuerte, lo saben bien. Son sus políticas las que nos han traído más desigualdad; fueron sus recetas las que nos trajeron la crisis bancaria y
también la de vivienda; es su negacionismo el que ha acelerado el cambio climático. Pero no engañan a nadie, todas sabemos que tenemos derecho a soñar y a trabajar por un país mejor. España afronta retos importantes, y esta moción no aporta
absolutamente ninguna solución. Escribía Irene Vallejo que en épocas convulsas como la actual, ante la incertidumbre que nos envuelve, retorna con más fuerza la necesidad de certezas y de mano dura con una juventud que nunca será tan buena, tan
educada y tan esforzada como la anterior, ¿verdad? No es cierto que cualquier época pasada fuera mejor; no es cierto. Esta moción representa las ruinas del viejo mundo; somos nosotras, las otras, la mayoría democrática, quienes tenemos la
oportunidad de construir un país mejor, de construir ciudadanía desde el amor, no desde el odio, de construir derechos, avances y futuro. Natalia Junquera y Yolanda Clemente escribían recientemente en El País sobre otra pandemia que recorre también
España, la soledad. Son los menores de veinticinco años, aunque les sorprenda, quienes se sienten más solos; los jóvenes y precarios se sienten incluso más solos que los mayores de sesenta y cinco años, y, cuidado, porque no son la generación de
cristal, son una generación superviviente a múltiples crisis, que exigen vivir con dignidad. Debemos recoser ese contrato social; ese es nuestro trabajo. De eso va la reforma de las pensiones, de un pacto intergeneracional en el que damos
garantías desde lo público a los jubilados de hoy y a quienes se van a jubilar dentro de treinta años. De eso va la reforma laboral, de cambiar la cultura de las relaciones laborales, de recuperar la capacidad de defendernos que nos usurpó el
Partido Popular y de convertir la estabilidad en norma, de eso va. Y de eso va la ley del sí es sí, que garantiza que nadie pueda agredir impunemente nuestra libertad. De eso va también la ley trans, de que miles de personas puedan vivir
libremente, sin tener que elegir entre negarse a sí mismas o habitar en la marginalidad. De eso es de lo que va.


Este Gobierno debe plantear horizontes, ser más ambicioso y tener menos complejos. Estamos orgullosas de la recuperación salarial y de la reducción de la brecha de género gracias a la subida del salario mínimo, pero no es suficiente. Las
trabajadoras españolas generamos muchísima más riqueza a lo largo de nuestra vida de la que generaban nuestros padres o nuestras abuelas. La clave es redistribuir más y mejor para tener más tiempo de vida y también ampliar nuestros servicios
públicos. Queremos dentista público, queremos salud mental; queremos hablar de los precios, por ejemplo, de los procesos de fertilización; ampliar el catálogo de la Seguridad Social sobre, por ejemplo, los tratamientos ginecológicos, porque
nuestra salud sexual también es importante. Eso es defender a la familia, señor Abascal.


Queremos avanzar con decisión hacia una transición ecológica justa, y hay efectos del cambio climático que son ya irreversibles, pero estamos a tiempo de impulsar un modelo productivo y de vida respetuoso con el planeta y también con la
vida. No estamos condenadas al apocalipsis; afrontamos un reto heredado de la ceguera del bipartidismo y podemos darle respuesta con políticas públicas: descarbonización de la economía, transición energética, políticas hídricas sostenibles.
Debemos dar garantías y acompañar. La reconversión industrial y de la movilidad, el desarrollo de las renovables, la digitalización de la economía o la introducción de las inteligencias artificiales y los algoritmos son el futuro, pero no son
neutros, señorías, estos procesos pueden hacer nuestra sociedad más desigual, más autoritaria y ampliar la brecha entre ciudad y ruralidad. Debemos gobernar estas transiciones; liderarlas, diría yo, y hacerlo teniendo en cuenta los costes sociales
para ser menos dependientes, más sostenibles y darnos la oportunidad de reducir, por ejemplo, la jornada laboral. Debemos liderar este reto sin resignación, con ambición y con conciencia social y también de clase, la misma ambición que debemos
tener para afrontar la actual crisis de precios. Lo hicimos cuando se especulaba con las



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mascarillas y con los test de antígenos, lo hicimos con el precio del gas, y ahora toca hacerlo con el precio de los alimentos y con la vivienda.


La mayoría parlamentaria debe estar a la altura del momento; todas. Esto va de cómo respondemos a las nuevas generaciones y a las actuales también; va de si somos útiles, no de circos, de intereses de partido ni tampoco de barro. Este es
el momento para actuar y para pensar las próximas décadas. Tenemos que decirles a nuestros jóvenes, a los adultos y a nuestros mayores que no están solos, que su compromiso democrático sirve y que los representantes políticos nos vamos a centrar en
lo importante. Mucha gente hoy se sentirá lejos de la política, pero la política no es esto, a veces es hasta bonita. La política es que hayas firmado por primera vez un contrato indefinido, que tu hermana pueda abortar sin dejarse la vida en un
cuchitril clandestino, que tu madre cobre 80 euros más gracias a subir el salario mínimo o que, si tu padre pierde el trabajo, hoy cobre 73 euros más de media. La política es que la pensión mínima de tu abuela suba un 22 %. Política es que no
tengas que exhibir arañazos o golpes si alguien se pasa de la raya contigo. Política es que las limpiadoras del hogar hoy tengan derechos. La política es útil y el teatro de hoy pretende que lo olvidemos.


Termino, y lo hago con un recuerdo a María Salvo. No sé si la conoció usted, señor Tamames. María Salvo fue una mujer que se pasó más de dieciséis años en cárceles, una mujer a la que ni siquiera en esos dieciséis años le arrebataron jamás
su sonrisa ni tampoco la militancia. Me refiero a mujeres y a hombres como Gregorio López Raimundo, Enric Pubill, Miguel Núñez o Ángel Rozas, hombres y mujeres que jamás traicionaron su biografía ni su compromiso democrático por ego. Es verdad que
hoy no nos acompañan, pero no es cierto que no estén. Ellos nos acompañan y están con nosotras, porque su memoria es la nuestra. (Aplausos). Porque fuisteis, somos.


Evidentemente, vamos a votar en contra, señor Tamames. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Vidal.


Finalmente, por el Grupo Parlamentario Confederal, que en este turno acumula el de réplica, tiene la palabra el señor Bueno Pinto.


El señor BUENO PINTO: Gracias, señora presidenta.


Show, performance, teatro, pantomima, delirio o circo son algunos de los calificativos que ha recibido esta moción de censura. Yo diría que esta moción de censura es un esperpento en el más puro sentido de Valle-Inclán, pero esto ni es
Luces de bohemia ni el señor Abascal es este genial dramaturgo de la generación del 98.


Esta moción de censura no va a ningún sitio, no tiene apoyo, nadie se la toma en serio, ni siquiera los medios de la caverna mediática. No tiene programa de Gobierno y, si lo tiene, lo ha copiado en un espejo cóncavo. No tiene alternativa
de Gobierno que lo respalde y ha peregrinado en busca de candidatos, como uno de esos personajes en busca de autor, de la famosa obra de Luigi Pirandello, hasta encontrar al señor Tamames. (Rumores). Quizá las cabezas pensantes de la extrema
derecha imaginaron el tremendo golpe de efecto que supondría rescatar a un exdirigente del Partido Comunista de España elevado a los altares de la Transición y que poco a poco ha ido descubriendo la fe verdadera. Pero nada más lejos de la realidad.
Como en ese famoso meme de Pantomima Full 'En su cabeza era espectacular', nada más lejos de la realidad. Y yo me alegro, porque hoy descubren los españoles y las españolas que nuestra extrema derecha patria ni tiene proyecto de país ni sabe hacer
otra cosa más que el ridículo.


Señor Tamames, a mí no me une ningún vínculo con usted, porque cuando usted abandonó mi partido faltaban cuatro años para que yo naciese, pero sí que he hablado con quienes lo conocieron y con quienes lo trataron. Hay algunos, como Felipe
Alcaraz, que se siguen preguntando por qué se presta usted a esto, qué pinta hablando en el Congreso en nombre de una fuerza como VOX, que representa fundamentalmente una vuelta al relato y a los valores del franquismo. (Rumores). Algunos tienen
respuesta, como Ernesto Caballero, que dice que una persona con sus principios se habría echado en los brazos de cualquiera que le diera un poco de cariño y de protagonismo. (Continúan los rumores).


La señora PRESIDENTA: Señorías, les pido silencio, por favor.


El señor BUENO PINTO: Y otros, como Víctor Díaz-Cardiel, lo tienen claro: esto es simple y llanamente vanidad.


Yo no voy a gastar más tiempo hablando de usted, porque quiero dedicarle mis palabras hoy aquí a esas miles de camaradas que hoy día todavía siguen peleando en sus sindicatos, en sus sectores, en sus



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agrupaciones de vecinos, en sus grupos de pensionistas, con el carné del Partido Comunista en el bolsillo o con el carné de Izquierda Unida. Hablo de Eduardo, de Rosario, de Rafael, de Mercedes, de Ismael, de Pepa, de Paco, de Pura, de
Manolo y de Juan Ramón, esa gente que no va a aparecer en los libros de historia, como usted, pero que son los fundamentales en la historia democrática de este país. Porque sí, señorías, la democracia en este país no la trajeron esos señores que
tienen salas con su nombre en este Congreso, la trajeron miles de trabajadores y trabajadoras que se jugaron el pellejo peleando contra lo más duro de la represión franquista y con el mismo aparato de represión con otro nombre durante la Transición.
Esos son los verdaderos artífices de la democracia. Gracias, señora ministra de Trabajo, por acordarse de ellos y de ellas.


Hoy VOX viene aquí a perder su segunda moción de censura, y les da igual, porque el señor Abascal lo dijo claro: Estamos haciendo lo que tenemos que hacer. ¿Y qué es eso? Pues la extrema derecha haciendo cosas de la extrema derecha en
España, en Estados Unidos, en Brasil, en Polonia o en Hungría. Es un partido que da cobertura institucional a discursos y comportamientos reaccionarios a base de fake news, de bulos, que trata de impulsar su estrategia bolsonarista y trumpista para
enfrentar una supuesta amenaza comunista que solo existe en sus cabezas y en sus delirios. Pero ¿saben cuál es la amenaza a la convivencia pacífica y a la cohesión social de nuestro país? Precisamente el grupo que presenta hoy esta moción de
censura. No debemos subestimar el peligro que supone que en esta Cámara haya cincuenta y dos extremistas, por mucha risa que nos den sus mociones de censura y sus discursos, porque VOX tiene aquí una tribuna de lujo para inocular en la sociedad
española el virus del odio, al tiempo que utiliza esta tribuna para pervertir nuestro sistema democrático. Eso es un gran peligro que no tenemos que frivolizar. Yo espero que no llegue el día en que los demócratas nos arrepintamos de no haber
actuado contra estos fascistas con toda la dureza que tiene el Reglamento de esta Cámara. Espero que no tengamos que arrepentirnos nunca.


Decía el señor Abascal que este Gobierno ha roto la reconciliación, la concordia que reinaba en España gracias a la Transición. Curiosa apelación a la concordia de un partido político cuyo think tank se llama disenso. Además, cito ahora
mismo a un escritor, Juan Andrade, que publicó hace días esa obsesión que tiene la ultraderecha española con la Transición, porque en el fondo lo que ve es cierto sentido común progresista contra el prestigio del antifascismo, el remanente de las
experiencias de lucha y participación y la amplísima movilización social que acabó con el fin de la Dictadura. Y precisamente eso es lo que nos traen aquí, ahí es donde está inserta esta moción de censura, en la famosa batalla cultural de la
extrema derecha contra el consenso progre y el globalismo. Esa es la estrategia con la que los fascistas de hoy, muchos de ellos nietos de los fascistas del nodo, quieren volver a recuperar ese poquito de poder que perdieron en el 78 y volver a la
España de antes. Pero, señorías, solo queda VOX -lo hemos escuchado mucho aquí-, afortunadamente. Solo queda VOX rechazando la subida del salario mínimo o el ingreso mínimo vital. Solo queda VOX votando en contra de los ERTE. Solo queda VOX
defendiendo que se despida a los trabajadores durante las bajas. Solo queda VOX negando a los pensionistas el derecho a unas pensiones dignas. Solo queda VOX limitando los derechos de las personas según a quién amen. Solo queda VOX repartiendo
carnés de españolidad, a pesar de ser un partido fundado con dinero iraní y con ideas mexicanas. Solo queda VOX negando la violencia machista y negando los derechos de las mujeres. Solo queda VOX haciendo el ridículo. (Aplausos).


Señorías, esta moción nos demuestra que, frente al Gobierno de coalición y la mayoría de investidura que hay en esta Cámara, solo hay ruido y que lo mejor para este país y para su gente es que sigamos trabajando hasta que se cumpla la última
coma del programa de Gobierno progresista entre Unidas Podemos y el Partido Socialista. La mejor trinchera frente a quienes solo tienen un proyecto excluyente y basado en el no por el no, en el frentismo y en el odio, es seguir profundizando en la
senda de los avances sociales, mejorando las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras, ampliando derechos y legislando a favor de la mayoría social de este país. Lo contrario es ruido, bulos y esperpento.


Y, señor Tamames, en nombre de muchas y muchos camaradas que estaban aquí sentados cuando usted era diputado del partido al que yo represento y puesto que veo que tiene pocas ganas de replicar a los demás, yo le voy hacer una pregunta.
¿Puede usted intervenir y contarnos qué es lo que sabe sobre el 23-F? (Aplausos). ¿Puede usted utilizar esta moción de censura para decirnos que pasó el 23-F? ¿Quién estaba detrás del 23-F? ¿Es cierto el relato de la Transición que todos
estudiamos en el colegio en España? ¿Es cierto que usted se ofreció a ser ministro de ese Gobierno de unidad nacional? Se lo pregunto porque me ha sobrado tiempo, que es precisamente lo que hemos perdido hoy aquí.


Señorías, frente a nosotros y nosotras, solo queda el esperpento.


Muchas gracias. (Aplausos).



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La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Bueno.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros de Simón. (Aplausos).


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Gracias, señora presidenta.


Señorías -creo que tengo que llamarles así- de Bildu y de ERC, los partidos con un historial de terrorismo y de golpes de Estado no tienen credencial alguna para expedir carnés de demócratas a los demás. (Aplausos). Nadie fuera de esta
Cámara pretende siquiera que ustedes sean demócratas. Disfruten de esa falsedad dentro de estos muros si quieren, pero no se lo crean. Por cierto, señor Rufián, si usted creyera en la democracia, no llamaría ratones a los trabajadores que nos
votan y que, sí, cada vez son más, quizá porque nosotros nunca les llamaríamos ratones, sino leones. (Aplausos). Cuidado, mucho cuidado, porque cada vez hay más leones cansados de quienes se creen sus amos y que, encima, les tratan como ratones.
No desprecie a los leones, señor Rufián, porque en cualquier momento pueden despertar y le pueden dar un buen susto. Y le puedo poner como ejemplo a un joven león de Amurrio, que en los años de plomo en el País Vasco decidió no callarse, no
someterse y que, a la contra, decidió defender a España en la libertad. Probablemente, usted le hubiera llamado también ratón en esos años, en un momento en el que dedicarse a esto -a usted ni le suena- significaba jugárselo todo, pero jugárselo de
verdad. Que no hacía política, señor Rufián, que lo que hacía era una defensa de España en condiciones de enorme adversidad. Y lo que hizo entonces lo vuelve a hacer hoy, quizá con menos peligro para su vida, pero con mucha más oposición política
y mediática, también con un creciente apoyo social, y no de ratones, señor Rufián, sino de leones, que los hay en toda España. (Aplausos).


Hoy ese compromiso que mostraba desde joven el señor Abascal se transforma en un compromiso renovado, que consiste en devolver la voz a millones de españoles que ya no tenían voz y que parecía que solo podían votar a gente como usted. Hoy,
ese compromiso se manifiesta presentando una muralla de contención frente al sanchismo y al separatismo, haciendo oposición en las calles, organizando manifestaciones propias y acudiendo a apoyar las ajenas, todas convocadas legalmente, no saliendo
en alertas antifascistas; en los tribunales, parando el golpe separatista y parando tres veces los golpes inconstitucionales de este Gobierno, no insultando a los jueces cuando aplican bien las leyes que algunos redactan mal, y desde luego en
instituciones como esta, con todos los instrumentos que nos ofrece el Reglamento, con preguntas orales y escritas de control al Gobierno, proposiciones de ley, proposiciones no de ley, interpelaciones o mociones, más de seis mil en lo que llevamos
de legislatura. ¿Saben cuántas de esas seis mil ha apoyado el Partido Socialista? Ni una. Así que no nos hablen de democracia, señores del Partido Socialista, cuando ustedes ejercen como cordón antidemocrático en todas las comisiones de esta casa
y en los plenos de los parlamentos vasco y catalán, donde impiden no solo de manera antidemocrática, sino ilegal, que nuestros diputados puedan debatir sus iniciativas. El PSOE carece de legitimidad para hablar de democracia (aplausos), y no por su
pasado sanguinario, sino por su presente antidemocrático. Así que sí, utilizamos todos los instrumentos democráticos a nuestro servicio que ustedes no puedan impedirnos utilizar, como esta moción de censura.


Traemos lo que es verdaderamente un clamor de la calle. Con esta moción de censura, como decía Adolfo Suárez, elevamos a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es plenamente normal, porque hoy una mayoría de españoles
comparten que este Gobierno es nefasto para el presente y el futuro de España. Una mayoría está de acuerdo en que este Gobierno merece ser censurado y apartado y en convocar elecciones de manera inmediata. Ofrecimos al Partido Popular que fuera
quien presentara esta moción, incluso les ofrecimos apoyar sin condiciones el candidato que presentaran, más allá de la condición de disolver las Cámaras y convocar elecciones anticipadas. Pero decidieron no hacerlo, y una vez más, efectivamente,
solo ha quedado VOX. Solo VOX ha salido a la palestra, solo VOX ha abandonado la comodidad del tancredismo y ha dicho basta.


Gracias, Santiago. Es un honor y un privilegio acompañarte en el proyecto político más apasionante que existe para servir a España. (Aplausos). Gracias, por supuesto, a los cincuenta y dos de VOX (aplausos de las señoras y los señores
diputados del Grupo Parlamentario VOX, algunos puestos en pie), por la lealtad y por el compromiso, porque sois el grupo parlamentario con más formación, con más capacidad y con más educación de este Parlamento. (Risas). Y gracias a los que hacen
que estemos hoy aquí, a los que lo han hecho posible, simpatizantes, seguidores, voluntarios, afiliados, apoderados, votantes, cargos orgánicos y cargos públicos. Gracias a todos, porque hoy gracias a todos vosotros, es decir, gracias a VOX, España
gana.



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Veníamos a representar una España que considerábamos viva pero silenciada, una España que, al margen de la España oficial de esas élites del consenso progre, había quedado abandonada. Veníamos a defender ideas, principios y valores que
habían quedado arrinconados, condenados a la marginalidad impuesta por el consenso bipartidista. Veníamos decididos a dar una batalla cultural, a abrir los debates que la izquierda había dado por clausurados, con un monopolio que llevaba ya décadas
de duración, pero sobre todo por la inacción de aquellos que, habiendo podido, no presentaron la resistencia debida. Y lo hemos hecho.


Hoy, tras décadas de sumisión a los dogmas del consenso, esas ideas se empiezan a escuchar, se defienden y no rara vez empiezan a ganar adeptos en toda España. Hoy, sí, hay voces críticas, con unas leyes climáticas que impiden la soberanía
energética. Hoy hay voces en toda España que cuestionan la ideología de género y que defienden la vigencia del principio de presunción de inocencia y de la verdadera igualdad, señora ministra, de todos los españoles ante la ley. Hoy hay quien
impugna la sacralización del Estado de las autonomías, porque conoce las consecuencias para el conjunto de españoles. Hoy hay ya voces en toda España que alertan del endiablado crecimiento de la deuda pública a consecuencia de la irresponsable
política de déficits acumulados por los gobiernos anteriores. Hoy hay voces ya que alertan del peligro de la política de fronteras abiertas. Hoy hay voces que defienden abiertamente la cultura de la vida y voces que reivindican sin complejos el
orgullo de ser españoles. Cuánta falta hacía, señorías, cuánta falta hacía. (Aplausos).


Con humildad y con la conciencia plena de que queda mucho por hacer, podemos decir a esos casi cuatro millones de españoles que nos dieron su confianza en 2019 que hemos mantenido su voz, que no nos han callado y que hemos hecho al menos una
parte de aquello que vinimos a hacer. Pero también vinimos para ser un instrumento útil para la defensa de España, y eso implicaba asumir nuestra responsabilidad, no echarnos a un lado, sino hacer oposición con todos los instrumentos que tuviéramos
en nuestra mano. Por eso, esta moción de censura no es solo de VOX y de los ciudadanos que representamos, es sobre todo una moción y una iniciativa de millones de españoles que compartimos la urgencia de frenar la deriva del peor Gobierno posible
en el peor momento imaginable, de disolver las Cortes y de convocar elecciones.


Efectivamente, no es la primera vez que Pedro Sánchez se enfrenta a una moción de censura. La primera -recordémoslo- ni siquiera se le hizo como presidente del Gobierno y ni siquiera tuvo lugar en esta Cámara, sino que se celebró en Ferraz
y fue impulsada en el seno de su propio partido como respuesta a su intento de pactar con partidos de extrema izquierda, secesionistas separatistas e independentistas, y Sánchez acabaría con su expulsión del liderazgo de aquel Partido Socialista.


En la segunda moción, el candidato Santiago Abascal no consiguió expulsar a Sánchez, lamentablemente, y nos quedamos solos denunciando a un Gobierno, pero conseguimos retratar a un presidente que había alcanzado el poder mintiendo a los
españoles, que había sometido a los españoles a un encierro abusivo, ilegal e inconstitucional, que había protagonizado la peor gestión de la pandemia en todo el planeta, y eso que todavía no conocíamos el número de muertos, y que, sin duda, había
devastado el tejido productivo, pero que, sobre todo, había mostrado que era capaz de cualquier cosa por seguir en el poder. El señor Abascal previno de lo que iba a pasar, y fue profético. Señorías, en ese momento los diputados que formábamos
esta Cámara tuvimos la oportunidad de frenar lo que veíamos que iba a pasar, y no lo hicimos. Se nos dijo que no se podía votar a un candidato de VOX.


Pues bien, hoy se lo planteamos de nuevo, y lo hacemos con alguien independiente, ajeno al partido, con criterio propio, sin duda con una trayectoria ideológica alejada de la nuestra y con la autoridad de un compromiso patriótico, político y
académico prolongado en el tiempo. El profesor Tamames ha tenido mucha valentía. Ha demostrado mucho patriotismo y ha hecho gala de una profunda honradez intelectual para traer hoy al Congreso de los Diputados lo que para él representan las
verdades del barquero. Esas verdades lo son, las diga Agamenón o su porquero, pero esas verdades, escuchadas de los labios de una mente lúcida, expresadas por quien ha sido protagonista y testigo de excepción del devenir democrático de estos años y
encarnadas por quien ya tiene poco que demostrar, se ha demostrado hoy que pueden ser de una contundencia avasalladora. Gracias, profesor, por la generosidad y el compromiso con España que está mostrando hoy. (Aplausos). Gracias por tener el
coraje de volver a defender aquello en lo que cree, por superar dificultades, ataques y presiones cuando ya no era exigible y por hacerlo con el entusiasmo y la alegría de un joven de ochenta y nueve años.


Señorías, de los más de cuarenta y siete millones de personas que formamos la nación española, hay una generación que sin duda tiene un valor especial en la historia contemporánea de nuestro país. A ellos



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nos une un profundo sentimiento de gratitud y de respeto. Algunos de ellos ya no están con nosotros y otros perdieron la vida en soledad, sin la compañía de sus familiares, durante los peores momentos de la pandemia. Tengo la certeza de
que muchos que siguen con nosotros están siguiendo este debate con la intensidad de quien defiende algo propio, porque ven que el profesor Tamames, desde sus posiciones, que no siempre coinciden con las de VOX, encarna de manera extraordinaria el
legado de toda una generación con la que estamos en deuda. Hoy, con el profesor Tamames rendimos también tributo a aquellos que con enorme esfuerzo superaron años terribles de enfrentamiento y de pobreza, que protagonizaron el desarrollo y
modernización que luego se llamó el milagro español y que con enorme generosidad supieron mirar hacia delante para avanzar por la vía de la reconciliación, ellos que sí podían haber tenido razones para mirar con ira hacia el pasado. Gracias,
profesor Tamames, por representar tan dignamente a nuestros mayores, que algunos quieren silenciar, cuando no liquidar bajo el pretexto de la muerte digna. Señorías, digna es la vida y, porque es digna, merece respeto. (Aplausos).


Precisamente eso, respeto, es lo que hemos echado de menos en las últimas semanas por parte de muchos políticos y algunos medios de comunicación, respeto para una persona a la que han querido ridiculizar algunos que no aguantarían ni cinco
minutos de debate con él y, en general, señorías, respeto por una generación que se lo ha ganado a pulso por parte de otra generación -de políticos en este caso- que todavía no ha demostrado nada, o por lo menos nada bueno. (Aplausos).


Es verdad que a estas horas algunos ya han rectificado su opinión acerca de esta moción y acerca del señor Tamames, y eso les honra. Hoy, la mejor obra de esta generación anterior de la Transición está en peligro y lo está porque hay un
Gobierno dispuesto a enterrar sus consensos y a adentrarnos en un periodo de demoliciones.


Señorías, el profesor Tamames ha realizado un diagnóstico muy claro, un diagnóstico inteligente y tremendamente enriquecedor de los principales problemas a los que, a su juicio, se enfrentan España y los españoles. Ha planteado varias
propuestas concretas, algunas muy valientes, y ha subrayado un punto principal en su programa de Gobierno: devolver la voz a los españoles y adelantar las elecciones al próximo 28 de mayo. Su diagnóstico, tanto el escrito como el oral,
especialmente valioso por la autoridad de quien lo presenta, ha resonado con una intensidad especial. Son avisos, advertencias, para que despertemos y cambiemos el rumbo antes de que sea demasiado tarde, dilapidando el legado que nos ha dejado la
generación anterior. En este tiempo que me queda me gustaría resumir ese diagnóstico común, ese decálogo de ideas fuerza con las que el profesor Tamames avisa a España, con la esperanza de que sean muchos los españoles que lo escuchen y que
reaccionemos. La primera idea es la defensa de la democracia, porque la libertad es mucho más frágil de lo que parece y solo unas instituciones fuertes la pueden proteger. Ya nos ha avisado de eso Alfonso Guerra, pero también el profesor Tamames,
cuyo diagnóstico no es muy alentador: este Gobierno -ha dicho- ha entrado de lleno en una deriva autocrática. Hoy es necesario denunciar el proceso de desmantelamiento, pieza a pieza, del admirable equilibrio de poderes y contrapoderes sobre los
que se afianza nuestra democracia. Es necesario alarmar de los abusos perpetrados por un Ejecutivo que ha convertido el real decreto ley en el método legislativo ordinario y que ha ido colonizando todas las instituciones del Estado. Es importante
advertir del arrinconamiento del Congreso de los Diputados, cuya actividad se paralizó precisamente en el momento de mayor suspensión de derechos y libertades de la democracia, como posteriormente decretó el Tribunal Constitucional, un Congreso cuyo
control se ha tratado de eludir de forma reiterada con fórmulas como legislación vía enmiendas a leyes orgánicas o la utilización de vías alternativas para evitar los informes preceptivos.


Segunda idea del señor Tamames. Rectifiquemos las deficiencias y los fallos de la arquitectura política que se han hecho evidentes tras cuarenta años de democracia. El profesor ha sido muy claro al alertar de las consecuencias de un
sistema electoral que ha dejado sistemáticamente la gobernanza de este país en manos de partidos que no creen en este país, de partidos separatistas. En VOX consideramos que, como ocurre en la gran mayoría de los países de nuestro entorno, nuestra
democracia también debe defenderse de quienes tienen como única finalidad acabar con ella. Vemos que la pasividad de las fuerzas políticas, que deberían haber impulsado la aplicación con toda su intensidad de la ley de partidos, ha provocado todo
lo contrario, que precisamente aquellos que no se han arrepentido, los que no han pedido todavía perdón a las víctimas y no han renunciado a sus objetivos, hayan sido aupados nada menos que a la dirección del Estado. Es un hecho gravísimo que jamás
debería haber ocurrido y esperamos que nunca más vuelva a ocurrir. (Aplausos).


Tercero. Debemos garantizar, como es natural en otros países, que todos los españoles tengan todos los derechos iguales en toda España. El profesor ha llamado la atención sobre la aberración de que haya



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españoles que no puedan educar a sus hijos en su propia lengua. Se refería a Cataluña, a las políticas de presión lingüística y a los constantes incumplimientos de las sentencias judiciales que velan por el derecho de educar a sus hijos en
español. Pero podría haber hablado también de Galicia, donde tras décadas de cuasi monopolio del mismo color hoy es casi imposible estudiar en español como lengua vehicular. Distintas regiones, distintos partidos, pero el mismo problema.


Cuarta idea. Debemos corregir el preocupante desequilibrio de las cuentas públicas. El profesor Tamames nos ha recordado la importancia de esa expresión ya casi olvidada, la del santo temor al déficit. Y es que la deuda pública ha
alcanzado, señorías, el nivel más alto de la historia: más de 1,5 billones de euros. Eso es un millón y medio de millones de euros, una cifra muy difícil de comprender, pero baste decir que son 75 000 millones más que en el año 2021 y que supone
un nuevo incremento en un camino que parece no tener límite. Para ponerlo en perspectiva diré que no hace mucho, en el año 2007, el año previo a la crisis, la deuda pública de España era de 380 000 millones, un 35 % del producto interior bruto.
Desde entonces nuestro endeudamiento se ha ido multiplicando hasta por cuatro, alcanzando a fecha de hoy el 113 % de nuestro PIB. Del 35 al 113 en apenas dieciséis años. Esos niveles de deuda nos colocan en una situación de extrema vulnerabilidad
en un entorno de tipos al alza, como es el que estamos viviendo en este momento. Ese desequilibrio no es sino la manifestación de décadas en las que sistemáticamente el Estado ha gastado más de lo que ingresaba. En el año 1999 la remuneración
total de los asalariados públicos era de 61 000 millones de euros. Hoy, veinticuatro años después, es de 147 000. Son 61 frente a 147. Desde 2007, el número de asalariados del sector público ha crecido en más de 550 000 personas. Pero, fíjense,
en el mismo periodo se han destruido 280 000 puestos de trabajo del sector privado.


Es decir, señorías de uno y otro lado, en estos dieciséis años ustedes han destruido dos puestos de trabajo en el sector privado por cada puesto de trabajo que han creado en el sector público. Es el mejor ejemplo de lo que los economistas
llaman el efecto crowding out o expulsión. Ustedes, políticos de todos los colores, están disparando el crecimiento de la industria política al coste de destruir todas las demás industrias y sectores económicos del sector privado de España.
(Aplausos). Y el Gobierno de los veintidós ministerios, el Gobierno récord en asesores, en coches, en gastos, en publicidad institucional, el de mayor gasto de la historia de España, es solo un reflejo de una industria que no deja de crecer a costa
de extraer la renta de unos españoles indefensos. No son ratones, señor Rufián, son leones que están despertando. Ustedes no han dejado un impuesto atrás. El profesor Tamames ha recordado que el incremento de la fiscalidad ha derivado en que la
OCDE nos incluya en la lista de los cinco países con menor competitividad fiscal del mundo desarrollado, y eso es trágico para una economía rezagada y estancada como la economía española.


Quinta idea; la inflación, señorías, es el impuesto a las clases medias y trabajadoras; es la inflación, señora Calviño, es la inflación, señor Sánchez. El profesor Tamames alerta sobre la persistencia del alza de los precios y la
escalada de la inflación subyacente, que se sitúa ya en el 7,5 %, muy por encima de la media europea y la más alta desde 1986. Es una acumulación de crecimiento que, sumado a la subida de impuestos que ustedes han traído, provoca la mayor caída de
poder adquisitivo de las clases medias en todos los países desarrollados del planeta. Tenemos que atajar la inflación, no maquillarla, y no la ataja quien continúa con políticas inflacionistas, asfixia al sector primario, sigue prohibiendo la
exploración y explotación de nuestros recursos naturales y se instala en un discurso triunfalista que, hasta anteriores ministros de Economía del Partido Socialista, les han reprochado.


Sexta, hablemos de productividad. El profesor la ha mencionado expresamente, pero es que, además, es la consecuencia implícita derivada de su llamada a afrontar muchas de las reformas estructurales aplazadas durante décadas y que es
necesario impulsar sin demora. España necesita protegerse de la competencia desleal de quienes aprovechan sus bajos estándares de derechos laborales, ambientales y en defensa de la propiedad intelectual para ejercer una competencia desleal sobre
los productos españoles. Pero necesitamos también ganar en productividad para ofrecer más y mejores bienes y servicios a precios más competitivos.


Por otro lado, séptima idea, tenemos que revolucionar el empleo, señorías. El profesor Tamames se ha referido a la altísima tasa de paro en España, la más alta de Europa. El empleo no va bien ni con todo el maquillaje de las estadísticas
que sacan del paro a los fijos discontinuos -que realmente son parados discontinuos- ni con las nuevas series desestacionalizadas que ustedes han inventado. Por eso es tan grave el discurso simplista y triunfalista de la ministra de Trabajo, que
esconde el creciente peso del empleo público y, como hemos visto, la destrucción del empleo privado. Y es que, según la EPA, llevamos



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ya dos trimestres seguidos destruyendo empleo, algo que no ocurría desde 2013 y, además, con un rápido deterioro, señora ministra, entre aquellos grupos con más dificultades de acceso al empleo. El empleo, señora ministra, va muy mal.


Octava; debemos recuperar nuestra industria. España ya lo hizo una vez, no hace tanto, cuando todo parecía imposible, cuando nada parecía indicar que nuestro país -pobre, aislado y profundamente golpeado por años de enfrentamiento- pudiera
hacer lo que hizo. Pero se establecieron bases sólidas. Se creó el Instituto Nacional de Industria, se creó un plan de estabilización y hubo pactos políticos, como el pacto de la Moncloa, para blindar las bases de crecimiento como un proyecto de
país; un proyecto, señorías, de una clase política que tenía visión de futuro. Desde entonces hasta la crisis de 2007, España fue la sexta economía del mundo que más creció en términos de renta per cápita. Volvamos a hacerlo, empecemos a pensar
en grande. Es verdad que hoy el mundo es otro, pero España vuelve a tener en sus manos la posibilidad de mirar al futuro con ambición. Dirán que las grandes posibilidades están en la fabricación de chips, en la robótica, en el desarrollo de la
inteligencia artificial... Sí, pero también en el mantenimiento y la adaptación de todo aquello que hemos demostrado ya que sabemos hacer.


Novena, resolvamos de una vez por todas una cosa que tiene solución y que lleva décadas lastrando nuestra economía; me refiero a la energía, porque España, señorías, tiene un grave problema de dependencia energética, pero tiene uno más
grave que lo perpetúa y es la ausencia de un debate serio, riguroso, alejado de prejuicios acerca de cómo conformar un mix energético que garantice energía barata, limpia, sostenible, eficiente y que se convierta en un factor de competitividad y no
en un lastre como tenemos hoy. Si queremos, podemos garantizar nuestra soberanía energética. Preguntemos a los españoles, dejémosles hablar, porque sospecho que ellos quieren lo mismo que muchos de nosotros.


El profesor se ha referido también al problema del agua, cronificado por años de egoísmo y falta de sentido de Estado. En España, aunque no lo crean, hay agua para todos, señorías; lo que falta es la voluntad política para resolverlo.
Sobra miopía y populismo localista. Cada año se vierten al mar aproximadamente 5700 hectómetros cúbicos de agua del Ebro. En el año 2018, el Ebro tiró al mar, en veinte días, el agua que España consume en todo un año. Estamos tirando al Atlántico
más del doble del agua de la que estamos obligados a dejar pasar a Portugal por el tratado de Albufeira. Un buen plan nacional de agua que garantice la interconexión de cuencas hidrográficas, un sistema de reservas y pantanos y la puesta a
disposición de recursos hídricos en toda España expandirían nuestra superficie dedicada a regadíos, lo cual ayudaría a fijar población, a crear riqueza, a generar empleo y, por tanto, a generarle al Estado menos gastos y más ingresos. Fortalecería
también nuestra soberanía alimentaria y, de hecho, nos consolidaría como la despensa de Europa y contribuiría, como es natural, a una España más verde.


Con voluntad política España puede también resolver el grave problema que supone la escasez de vivienda. En España no falta suelo precisamente ni conocimiento sectorial ni capital disponible ni, por supuesto, demanda de vivienda. Lo que
falta es voluntad política para incrementar la oferta, y lo que sobra es inseguridad jurídica y miedo, señorías, el miedo que genera un gobierno que defiende sin pestañear a los okupas y a las mafias que organizan y agitan a los okupas. (Aplausos).


Por último, décima idea; dejemos de ocultar que uno de nuestros mayores retos a largo plazo -ya sé que no se resuelve de aquí a las siguientes elecciones- es el suicidio demográfico de España. El Gobierno de Pedro Sánchez nunca menciona el
problema crucial de la baja fecundidad, porque la natalidad contradice los dogmas del feminismo radical. Pero no hablar de un problema no significa que no exista. Señorías, España se muere sin hijos. España lleva años con tasas de fecundidad
bajísimas, entre las peores del mundo, y la tendencia no se corrige, al revés, en la última década el número de nacimientos ha descendido un 28 %. El año pasado murieron en España 113 000 personas más de las que nacieron. Afortunadamente, la
experiencia de otros países nos indica que es posible y, desde luego, desde VOX tenemos la firme intención de fomentar la natalidad y facilitar la vida de las mujeres que desean ser madres, y, si quieren ser madres otra vez, con más motivo, y
apoyar, de una vez por todas, a las mujeres que realmente están en desigualdad, que son las madres trabajadoras (aplausos), precisamente a las que más ha atacado este Gobierno reduciendo las prestaciones en materia de pensiones que iban a recibir,
justamente las que más se merecen que se les incrementen.


Como corolario, señorías, en España tenemos que empezar a respetarnos y hacernos respetar en el exterior. En muy poco tiempo este Gobierno ha deteriorado, como ningún otro, la imagen exterior de España y aquellos que un día nos respetaban,
hoy aprovechan nuestra debilidad. El profesor Tamames ha hablado de Marruecos, de Gibraltar y de Iberoamérica, donde España en solo tres años



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y medio ha perdido posiciones consolidadas durante décadas. Lamentablemente, no nos respetan en el exterior, y no lo hacen porque quién va a respetar a un Gobierno que ha perdido el respeto por su propio país.


Señorías, el análisis es severo, como ha demostrado el señor Tamames, pero creemos que hay motivos para la esperanza. Y con esperanza voy a concluir. Pensemos en grande, imaginemos lo que podríamos hacer con un gobierno profesional y no
infantil. Imaginemos un gobierno centrado en la recuperación económica y moral de España, en vez de obsesionado con imponer su sexualidad a los españoles. Imaginemos un gobierno en el que el separatismo y el comunismo volvieran a ser irrelevantes.
Imaginemos un gobierno que valore a los mayores, como el profesor Tamames, que respete la vida, que defienda la vida, que fomente las nuevas vidas y proteja las existentes y, sobre todo, a las más vulnerables. Imaginemos un gobierno que defienda de
verdad a las mujeres y no uno que deja las calles llenas de violadores y agresores sexuales, uno que, en vez de liberarlos, los encierre para siempre para garantizar la protección de las mujeres. (Aplausos). Imaginemos un gobierno que no odie,
sino que ame profundamente a España, que sepa y defienda que somos una de las grandes naciones del mundo, con una historia de la que podemos estar orgullosos; que reivindique ese legado de la Transición, que es un legado de reconciliación que nos
dejaron el profesor Tamames y toda su generación; que conserve lo mejor de nosotros porque sabe que, a pesar de todo, España sigue siendo uno de los mejores país países del mundo. Imaginemos un gobierno que no ataque a las empresas y se
enorgullezca de verlas convertirse en referencias internacionales en todos los sectores a los que este Gobierno ataca, agroalimentario, banca, infraestructuras, moda, turismo, industria, educación, ciencia y tecnología. Imaginemos -qué cosa tan
extraordinaria- un gobierno que defienda nuestra lengua común, el español; lengua oficial en veintiún países, en la que se escribieron algunas de las obras más importantes de la literatura universal y que compartimos con 570 millones de personas en
el mundo; una lengua que muchas veces la izquierda utiliza en forma de poesía, pero que luego ataca en la educación. Imaginemos un gobierno orgulloso de lo que es y lo que ha sido España, que reivindique sin complejos a aquellos que nos
precedieron; que defienda el legado de quienes lucharon en Covadonga, de quienes lograron la gesta de descubrir un nuevo mundo en lo que sería la primera globalización, de quienes dieron su vida por salvaguardar la independencia y de quienes
abrazaron para hacer del nuestro el mejor país para vivir.


Imaginemos, señorías, un gobierno centrado en volver a hacer a España grande otra vez, sin miedo a nada ni nadie; imaginémoslo porque cada día está un poco más cerca. Si ustedes votan a favor de esta moción, ni siquiera habrá que esperar
medio año más para que se produzca. No me imagino mejor motivo para votar sí y no me imagino ningún motivo para votar cualquier otra cosa.


Muchas gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Espinosa de los Monteros.


Señorías, se suspende la sesión hasta mañana a las nueve.


Eran las ocho y quince minutos de la noche.