Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 629, de 23/03/2022
cve: DSCD-14-CO-629 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2022 XIV LEGISLATURA Núm. 629

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PAU MARÍ KLOSE

Sesión núm. 27

celebrada el miércoles,

23 de marzo de 2022



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia, a petición propia, del señor ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (Albares Bueno), para explicar la nueva etapa de las relaciones con Marruecos. (Número de expediente 214/000157) ... href='#(Página2)'>(Página2)



Página 2





Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.


Señorías, vamos a proceder a tramitar el orden del día. La organización del debate ya la conocen: en primer lugar, intervendrá el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, señor Albares, al que le volvemos a agradecer su
presencia en esta Comisión y después habrá un turno de portavoces; en segundo lugar, tras la contestación del señor ministro, habrá un turno de réplica, y por último, cerrará el debate la intervención del ministro. Los tiempos, tal como los
fijamos habitualmente, serán de diez minutos en la primera intervención de los portavoces y dos minutos en la réplica.


Sin más dilación, le doy la palabra al señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, presidente. Buenas tardes, señorías.


Señorías, comparezco a petición propia ante ustedes y de manera urgente para informar, como saben, de la nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos. Como saben también, venimos de una de las crisis más graves en décadas con
Marruecos, un socio estratégico indispensable para España; una crisis que no es sino una más en la historia de nuestras relaciones, que ha generado periodos de zozobra y en la que los dos países y nuestros ciudadanos hemos salido perdiendo.
Señorías, era esencial entrar en una nueva etapa en la que la posibilidad de nuevas crisis se aleje hasta desaparecer definitivamente.


España y Marruecos están unidos por la historia, la geografía, los lazos humanos y una tupida red de relaciones humanas que hemos ido construyendo a lo largo del tiempo. Precisamente por la riqueza de nuestros vínculos y la cantidad de
intereses compartidos no podemos permitirnos el lujo de que los cimientos de nuestra relación con un socio y vecino de la importancia de Marruecos, con el que estamos tan en contacto, se apoyen en terreno inestable. Necesitamos que estos cimientos
sean sólidos y permitan construir una relación estable, predecible y duradera.


Como dice la carta del presidente del Gobierno, que culminó varios meses de diálogo y trabajos -y les leo textualmente-: 'Nuestro objetivo debe ser construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el
respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y la abstención de toda acción unilateral, para estar a la altura de la importancia de todo lo que compartimos y para evitar futuras crisis entre nuestros dos países'.


El pasado viernes se emitieron comunicados por parte de Marruecos y España que daban por cerrada esta última crisis e inauguraban una nueva etapa en la relación entre nosotros. Señorías, quiero recalcar este último punto. Tal y como se
señalaba en estos comunicados, no se trata únicamente del cierre de una crisis, es el comienzo de una nueva etapa que se desarrollará sobre la base de una hoja de ruta clara y ambiciosa, como indican textualmente los comunicados. Todo ello redunda
en beneficio de la integridad territorial y soberanía de España y de nuestra estabilidad y prosperidad. Mantener una buena relación de vecindad entre dos países, como España y Marruecos, a los que unen todo tipo de intereses y vínculos no es solo
conveniente, es una responsabilidad básica de cualquier Gobierno que quiera marcarse como prioridad trabajar por la seguridad y prosperidad de sus ciudadanos. Esta nueva etapa es esencial, por todos los intereses y lazos que nuestros dos países
tienen en común. Son lazos de seguridad y estabilidad, son lazos económicos y son también lazos humanos.


Marruecos es socio clave en la lucha contra actividades y fenómenos que amenazan la estabilidad de España y también de Europa, por lo que una estrecha cooperación es indispensable para proteger la seguridad de los españoles. Me refiero, en
primer lugar, a la lucha contra la inmigración irregular y las mafias que trafican con seres humanos. Marruecos es un país de origen de migrantes, pero también de tránsito, representando el 80 % de las llegadas de las entradas irregulares en España
por vía marítima solo en lo que va de año. La migración irregular es además un verdadero drama humano que se cobra demasiadas vidas en nuestras aguas y que no debemos permitir. Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones,
en 2021 hubo cerca de 1000 fallecidos solo en la ruta hacia Canarias. No podemos olvidar que la migración irregular representa también una presión continua sobre Marruecos, en la que es necesaria la actividad y colaboración activa y constante de
las autoridades marroquíes, y es un fenómeno que afecta a España y a toda la Unión Europea.


Quiero también referirme al trabajo desarrollado por los respectivos ministerios del Interior, y aquí me refiero al orden público y a la seguridad nacional, que son asuntos vitales para los españoles. Durante los últimos meses, pese a esta
situación de crisis, España y Marruecos han seguido trabajando juntos en la lucha contra el terrorismo, contra el crimen organizado y muy especialmente contra el tráfico de drogas y



Página 3





el crimen transnacional. El trabajo entre nuestras respectivas fuerzas de seguridad no se ha interrumpido con el objetivo compartido de neutralizar amenazas y riesgos, intercambiando información, elaborando inteligencia conjuntamente y
desarrollando operaciones de forma coordinada. Esto ha sido posible gracias a los densos contactos operativos y relaciones profesionales y personales que se han construido a lo largo de muchos años de colaboración ejemplar con nuestro Ministerio
del Interior y con las fuerzas y cuerpos de seguridad, a cuya labor quiero hoy rendir homenaje, así como a las fuerzas de seguridad marroquíes, que llevan a cabo una encomiable labor en situaciones a veces muy difíciles. Como resultado de todo
ello, y gracias a la interlocución continua -pero discreta- que hemos mantenido, la seguridad de los españoles ha estado en todo momento garantizada. Pero es fácil entender, señorías, que este nivel de cooperación que se ha construido durante años
en temas tan delicados no podía mantenerse indefinidamente y se iba sin duda a resentir en una situación de tensión permanente bilateral. Desde el lunes esta cooperación se ha visto reforzada y materializada; a partir de ahora la retomaremos y
reforzaremos todavía más.


Por otro lado, hay que tener en cuenta que nuestro futuro económico y el de Europa está cada vez más en nuestra vecindad inmediata, en el sur, y Marruecos es un socio muy importante para España. Señorías, Marruecos es el tercer destino de
nuestras exportaciones fuera de la Unión Europea. España es el primer proveedor y el primer cliente de Marruecos, duplicando al siguiente. Nuestras exportaciones aumentan año a año y se han multiplicado por dos en los últimos diez años. El número
de empresas españolas que exportaron a Marruecos es de casi 22 000, de las cuales 6700 lo hacen en bases regulares. En Marruecos están presentes en torno a 800 empresas españolas. Andalucía es una comunidad especialmente representada en las
empresas que están o tienen relación con Marruecos, y se beneficiará especialmente de esta nueva etapa. España es el segundo país con mayor número de turistas que visitan Marruecos. Antes de la pandemia la entrada de españoles había subido hasta
los 880 000, y estaba aumentando todavía más rápido el flujo en sentido inverso: los marroquíes que visitaron España fueron más de 750 000, con un aumento del 11 % sobre el año anterior.


Señorías, la interrelación económica que existe entre España y Marruecos se hace especialmente evidente cuando observamos nuestros vínculos de inversión. Estos muestran el interés que existe en participar y formar parte de un desarrollo
económico compartido a ambos lados del estrecho. España es el tercer inversor en Marruecos. Señorías, ese flujo tan rico no podría sostenerse si mantuviéramos cerradas las conexiones terrestres, marítimas y aéreas entre nuestros dos países.
Señorías, les anuncio que viajaré oficialmente a Rabat el próximo 1 de abril y que en el orden del día, que estamos actualmente perfilando con mi homólogo Nasser Bourita, está la normalización completa de las conexiones con España, incluidas las
marítimas y la Operación Paso del Estrecho, que empezaremos a diseñar desde ese mismo día. También está en el orden del día el refuerzo de manera controlada en la circulación de personas y bienes entre nuestros dos países. En definitiva, a partir
de ese día empezaremos a desarrollar esa ambiciosa hoja de ruta conjunta para la nueva etapa a la que se refieren nuestros comunicados y que beneficiará especialmente a aquellas comunidades autónomas más directamente en contacto con Marruecos.


Pero lo más importante: los vínculos humanos. Los primeros que sufren las consecuencias de las crisis son siempre nuestros ciudadanos, especialmente en Ceuta y Melilla, donde hoy está el presidente del Gobierno y donde muchos españoles
tienen vínculos familiares a ambos lados de la frontera. Además, hay 13 000 españoles viviendo en Marruecos y la crisis que han atravesado las relaciones entre nuestros dos países ha supuesto una perturbación muy importante en sus vidas, que se
puede restañar a partir de ahora. Por otro lado, España cuenta con la colonia de nacionales marroquíes más numerosa de Europa después de Francia, con más de 800 000 marroquíes residiendo en España. Los marroquíes constituyen la segunda comunidad
extranjera en España y contribuyen con su trabajo y esfuerzo a la prosperidad de nuestro país.


También son profundos los lazos culturales. La red educativa de España, dependiente de la Embajada de España en Marruecos, es con mucha diferencia la mayor de nuestro país en el mundo, con once centros, cuyo alumnado es en más de un 90 %
marroquí. Marruecos cuenta también con la segunda red de centros del Instituto Cervantes más extensa, y esto se enmarca en una tendencia al alza que muestra que hay un interés creciente en Marruecos por el aprendizaje de la lengua española. Estas
son cifras, señorías, pero detrás de cada uno de esos números hay una persona de carne y hueso. Hay familias, parejas y relaciones personales que se han visto afectadas o incluso interrumpidas. También hay vínculos culturales, artísticos y
profesionales que estaban esperando este momento desde hace mucho para



Página 4





retomar el curso de su vida. Entre estos dos países, cuya prosperidad y seguridad está tan imbricada, era necesario dar una respuesta a los españoles y marroquíes también en su vida personal. Es interés de ambos países que los lazos
personales se refuercen, se realcen y se incrementen.


Señoría, por todo esto, por todos estos lazos humanos, de seguridad y económicos, era imperativo poner fin a esta situación de tensión y de falta de comunicación, que solo podía redundar en un profundo perjuicio para nuestros dos países. Y
era imperativo intentar hacerlo no coyunturalmente, limitándose a un cierre rápido de esta crisis -eso hubiera sido mucho más sencillo-, había que hacerlo con ambición, buscando sentar las bases de una relación más fuerte y estructurada para
garantizar la estabilidad y la prosperidad de nuestros dos países. Para ello es indispensable que no se produzcan nuevos desencuentros.


Señorías, el pasado viernes, como conclusión de meses de diálogo y trabajo, que se plasmó en la carta del presidente del Gobierno al rey Mohamed VI, se emitieron comunicados por parte de Marruecos y España en los cuales se establecen las
bases para esta nueva etapa, que se va a desarrollar, como les decía, en una ambiciosa hoja de ruta conjunta. Estos comunicados no hacen sino retomar el espíritu de los discursos al más alto nivel: el del rey Felipe VI el pasado 17 de enero y el
del presidente del Gobierno el pasado mes de agosto, que respondía al discurso del rey Mohamed VI de Marruecos, todos ellos discursos sobre nuestra relación bilateral. Cito textualmente el discurso del rey Felipe VI: 'Con Marruecos, nuestros
respectivos gobiernos han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI sobre pilares más fuertes y sólidos'. Un espíritu que se resumen en unos principios básicos que aparecen en la carta del presidente del Gobierno y que cito
textualmente: 'transparencia, comunicación permanente, respeto mutuo, respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y abstención de toda acción unilateral'. Así lo han entendido los presidentes de Ceuta, del Partido Popular, el presidente de
Melilla, independiente, y el presidente de Canarias, del PSOE, que han saludado todos ellos la nueva etapa con Marruecos. Precisamente, como saben, el presidente del Gobierno se encuentra hoy en Ceuta y Melilla para transmitir el apoyo del
Gobierno. Se trata -aquellos que lo han saludado más efusivamente- de las comunidades y ciudades autónomas más cercanas a Marruecos y que mejor comprenden el espíritu de la nueva etapa.


En relación con la cuestión del Sáhara, en la carta del presidente del Gobierno se indica que España reconoce -y cito textualmente-: 'los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una
solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para resolver este diferendo'.


Los sucesivos Gobiernos de España se han referido positivamente a esta iniciativa de autonomía desde su aparición en 2007. Los comunicados conjuntos de las reuniones de alto nivel posteriores a la presentación de esa propuesta reconocen -y
cito textualmente-: 'los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos'; lenguaje utilizado en la carta del presidente del Gobierno. Siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, recibió dicho plan en la Moncloa al poco de ser
presentado y le dio la bienvenida, y esa fue la posición de él y su Gobierno durante todos esos años. Así lo está trasladando él públicamente y así me lo ha trasladado personalmente; así lo ha afirmado también quien fue su ministro de Asuntos
Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Pero es que los Gobiernos del Partido Popular tampoco se desviaron nunca de esta posición. El Gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy, en las reuniones de alto nivel con Marruecos en 2012 y 2015, siguió
exactamente esa misma línea. Cito sus declaraciones conjuntas, de nuevo textualmente: 'España saluda los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos'. Se subrayaba entonces, como ahora -cito de nuevo textualmente-: 'el espíritu de compromiso y
realismo para llegar a una solución política de consenso y mutuamente aceptable'. Una propuesta, además, que está dentro del marco de las Naciones Unidas para resolver la cuestión del Sáhara Occidental, así lo muestran las resoluciones pertinentes
del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esta es una posición coherente con las posiciones que han mantenido los sucesivos gobiernos españoles. Hoy, además, es especialmente importante que todos prestemos nuestro apoyo al enviado personal del
secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable para las dos partes en el marco de Naciones Unidas, de la Carta de Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad.


Staffan de Mistura fue nombrado hace poco más de cinco meses. Me he reunido ya cuatro veces con él, la cuarta este lunes, para manifestarle en todas ellas el apoyo del Gobierno de España a la labor de las Naciones Unidas y a la suya muy en
particular. En este momento, con un nuevo enviado personal, la cuestión del Sáhara vuelve a tener una gran oportunidad para desencallar esta situación que dura ya,



Página 5





señorías, cuarenta y seis años. Demasiado tiempo, señoría, sobre todo para la población saharaui en los campamentos; una población a la que España no va a abandonar, con esos hombres y mujeres, y sobre todo, con esos niños y niñas a las
que tantas familias españolas acogen cada verano mostrando la solidaridad del pueblo español, como lo están haciendo con los refugiados afganos y ucranianos. España sigue y seguirá comprometida con ellos. Somos el primer donante bilateral a la
población saharaui de los campamentos, y vamos a seguir siéndolo. Pero esto no es suficiente, señorías. Creo firmemente que también tenemos que contribuir a abrir una perspectiva política de solución mutuamente aceptable para una cuestión que
lleva estancada casi cinco décadas, y es que, señorías, si no nos involucramos y ayudamos al enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, seguirá enquistada cinco décadas más. España, señoría, lleva demasiados años siendo espectador
del Sáhara Occidental. Hoy hay una gran oportunidad para que España tome una parte activa en su resolución.


Pero vuelvo a la nueva etapa, porque la carta del presidente del Gobierno, la hoja de ruta que se menciona en nuestros comunicados, versa sobre algo muy amplio, aspira a regir las relaciones entre España y Marruecos en esta nueva etapa, nada
más y nada menos. Señorías, quiero dejar clara una cosa, el objetivo del Gobierno a lo largo de todos estos meses ha sido solo uno y seguirá siendo solo uno: defender los intereses de España, promover la prosperidad de España, garantizar la
seguridad y la estabilidad de España, en suma, todo lo que atañe a los españoles.


Desde el día en el que se publicaron los comunicados, la embajadora de Marruecos ha retornado y se encuentra plenamente operativa. Inmediatamente, hemos reanudado la cooperación en materia migratoria. Para canalizar nuestra cooperación
bilateral vamos a programar la reanudación de grupos de trabajo conjuntos a todos los niveles sectoriales. Visito Rabat el 1 de abril para diseñar esta hoja de ruta y preparar el viaje del presidente del Gobierno, relanzando la cooperación entre
España y Marruecos en todos los ámbitos.


Señorías, hemos puesto fin a la crisis. Ahora llega el momento para trabajar conjuntamente con Marruecos, esa es la idea de este Gobierno. Solo tenemos que ganar con ello. Espero que podamos trabajar juntos en el desarrollo de unas
relaciones claves para nuestro país y para todos los españoles. Quedo a su disposición. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


A continuación, intervendrán los distintos grupos a través de sus portavoces, de menor a mayor, como he dicho, por un tiempo máximo de diez minutos. Algunos grupos van a repartir su tiempo.


Comenzamos con el Grupo Mixto, que va a repartir su tiempo. Doy la palabra, en primer lugar, al señor Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente.


Buenas tardes, señor ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Por si aún quedaba alguna duda, su comparecencia de apenas veinticinco minutos ratifica uno de los comportamientos más insensatos en la historia de las
relaciones de España con Marruecos. En casi medio siglo ningún Gobierno había tomado una decisión de semejante calado, conocida a partir de una carta del presidente Pedro Sánchez remitida al rey Mohamed VI, difundida sorpresivamente por el gabinete
de la Casa Real marroquí, y cuyo contenido completo fue conocido hoy gracias a su publicación en el diario El País. Con tal carta, el presidente del Gobierno comprometió un cambio radical en la posición de España respecto al Sáhara Occidental,
territorio y habitantes con los que estamos vinculados y sobre los que ahora se aplica un inesperado giro copernicano que coincide precisamente con la evolución judicial del denominado caso Ghali, que mantiene como investigada a la exministra
González Laya y que atribuye la dirección de la operación a la Presidencia del Gobierno.


Señorías, si el principal objetivo de la política exterior española ha de ser favorecer los intereses nacionales, debería explicarnos el señor Albares cuál es el alcance del nuevo acuerdo con Marruecos en favor de los intereses de España,
porque las consecuencias inmediatas no pueden ser diplomáticamente más preocupantes. Ha retornado a Madrid la embajadora de Marruecos tras diez meses de ausencia por haber sido llamada a consultas, pero se ha marchado el embajador de Argelia, país
sobre el que ustedes informaron falsamente que estaba al corriente de la novedosa posición alentada por nuestro Gobierno. Por cierto, Argelia y Marruecos tienen rota sus relaciones precisamente a cuenta del estatus sobre el Sáhara Occidental, con
una creciente hostilidad e inquietantes tambores de guerra, pero, en lo que se refiere a España, Argelia es clave en el suministro de gas que recibe nuestro país. Y ahora van ustedes, señor ministro, en el momento energético de mayor incertidumbre
para el mundo desde hace muchas



Página 6





décadas, y zarandean gravemente la relación con Argelia, por lo que no tardaremos en sufrir el impacto en nuestra economía. De momento, Italia ya se ha apurado a renovar y subrayar sus vínculos con Argelia, así como el apoyo a su papel y su
compromiso en el marco de la ONU con el Sáhara Occidental. ¡Hasta China se pronunció anteayer en favor Argelia! Señor Albares, ante esta deriva incierta, ¿nos puede precisar los beneficios para la prosperidad en nuestros intereses nacionales?


Finalmente, y con ello concluyo, señor presidente, quiero denunciar el inaceptable comportamiento del Gobierno en su relación con las Cortes Generales, a cuyos miembros, que constitucionalmente representan al pueblo español, se nos han
ninguneado en otra muestra intolerable de falta de respeto y, singularmente, de menoscabo institucional en un asunto histórico, fundamental para España y su relación con Marruecos, en el que una prioritaria cuestión de Estado se ha trastocado
irresponsablemente en otra infame peripecia de Sánchez.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Señor Botran, tiene la palabra.


El señor BOTRAN PAHISSA: Gràcies, president.


Señor ministro, se ha centrado en presentar un acercamiento a Marruecos, pero los hechos de los últimos días y sus propias palabras tienen otras lecturas. La primera de las cuales, y muy dolorosa, es una traición al pueblo saharaui, después
de cuarenta y seis años de ocupación, y encima con una situación cada vez más crítica también por la desertificación y la sequía como consecuencia de la emergencia climática.


También se puede leer la actitud del Estado español como una irresponsabilidad como potencia colonial. El Estado español se ha comportado como una de las peores potencias coloniales, puesto que tenía la responsabilidad como potencia
administradora de aplicar el derecho a la autodeterminación a un territorio que todavía no se ha descolonizado y se está desentendiendo de este derecho de autodeterminación, y no tan solo eso, está legitimando una ocupación ilegal.


Y, finalmente, los posicionamientos de los últimos días también se pueden entender como dar la espalda a la comunidad internacional, puesto que son las Naciones Unidas las que tienen una misión establecida para descolonizar el Sáhara, no
para legitimar la ocupación de Marruecos en el Sáhara. Los cuarenta y seis años de ocupación, la construcción del muro, las 30 000 personas detenidas arbitrariamente, las 4500 desapariciones forzadas que denuncian los familiares de presos políticos
o las veintitrés personas asesinadas desde que se rompió la tregua en noviembre de 2020 por drones marroquíes, todos estos datos no son la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo, como se dice en la carta del
presidente Sánchez. Insisto, los cuarenta y seis años de ocupación, la construcción del muro, las 30 000 detenciones arbitrarias, las 4500 personas desaparecidas forzadamente y los veintitrés muertos desde la ruptura de la tregua no son esfuerzos
serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. No lo son, y estas palabras del señor Sánchez son totalmente desacertadas. Los motivos de fondo también se pueden leer bastante
evidentemente en la carta del presidente Sánchez y en otras de las comparecencias del Gobierno: la inmigración, la pesca, Ceuta y Melilla, etcétera.


Entender la inmigración tan solo como un problema es también de una enorme irresponsabilidad. Es evidente que la migración de África hacia Europa solo puede aumentar con una situación de emergencia climática, de desertificación en unos
países que continúan siendo expoliados. Si ante esto la única solución que plantea un Gobierno que se dice de izquierdas es reforzar los acuerdos con quien actúa como freno a esta inmigración, con quien actúa como gendarme ante esta inmigración,
eso es cualquier cosa menos una visión progresista del mundo, una visión transformadora del mundo, una visión solidaria del mundo. Es decir, se ha hecho un acuerdo con Marruecos simple y llanamente para que controle la migración hacia Europa,
cuando las causas de esta inmigración no son atacadas. Mientras África siga empobreciéndose, y más en una situación de emergencia climática, estas corrientes migratorias continuarán en aumento.


También se plantea a veces que de lo que se trata es de ser un actor, que lo importante es aparecer en la foto ¿A cualquier precio? ¿La foto de las Azores también la promovió alguien para ser un actor? ¿Ponerse a chupar rueda de los
Estados Unidos en su política exterior les convierte en un actor? No es otra cosa que esto. Fue Donald Trump quien dio una vuelta de tuerca más hace un tiempo reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara, y ahora el Estado español se pone a
la cola de esta nefasta política exterior de los Estados Unidos y también se suma a reconocer esta soberanía marroquí sobre el



Página 7





Sáhara. En definitiva, que se nos presente como realpolitik esta decisión es también totalmente desacertado. No es realpolitik la que solo es realpolitik a medias. Ustedes dicen que se ha llegado a un acuerdo de lo posible con Marruecos.
¿A qué precio? Al precio de enfrentarse con Argelia. ¿Eso es una realpolitik muy inteligente? Al precio también de perder prestigio como potencia colonial que incumple con un único deber que le quedaba como tal, que era facilitar la
descolonización del Sáhara conforme a las Naciones Unidas y, por tanto, la autodeterminación. ¡Vaya con esta realpolitik, que les va a dejar con esta falta de prestigio, puesto que a una misión que tenían que cumplir en África la están dando la
espalda y están legitimando una ocupación ilegal de cuarenta y seis años!


Finalmente, dicen que es realpolitik, pero ¿lo es dar la espalda a la comunidad internacional? La inmensa mayoría de la comunidad internacional está en contra de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, está en contra de esta ocupación. No
solo Naciones Unidas, sino también la Unión Africana, la Corte Internacional de Justicia, la Unión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Ninguna de estas instituciones reconoce lo que ustedes ahora se han aventurado a confirmar, que
es la ocupación marroquí del Sáhara. Por tanto, tampoco es una realpolitik inteligente lo que han hecho. Lo han hecho al precio de ponerse a todos estos actores en contra.


La única solución para la descolonización efectiva del Sáhara y con lo que debería estar comprometido el Estado español como potencia administradora, como potencia colonial responsable de esta situación es no aceptar esta ocupación. Ya ha
recordado en términos económicos el Tribunal de Justicia de la Unión Europea que no debe incluirse el comercio de las zonas ocupadas dentro de los tratados comerciales. En segundo lugar, que la misión de las Naciones Unidas incluya también la
observación de las violaciones de derechos humanos que se están dando en el territorio saharaui. Tendría que darse más poder y más intervención a esta misión de las Naciones Unidas. Finalmente, lo que es evidente y defiende la comunidad
internacional, lo que defienden las Naciones Unidas, y ustedes también quedaron comprometidos desde la tregua del año 1991, desde el alto el fuego del año 1991, es un referéndum de autodeterminación. Esta es la única forma efectiva y legítima de
resolver la descolonización del Sáhara. Cualquier cosa que no sea esta fórmula es legitimar una ocupación ilegal.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Botran.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente. Buenas tardes, señor ministro, bienvenido.


Esta mañana le he preguntado por este asunto, pero no he tenido mucho éxito. Y la verdad es que ayer también vi las tres preguntas que le hicieron en el Senado a colación de esta cuestión, he visto dos ruedas de prensa que ha dado, una de
ellas fallida, en Bruselas, y acabo de escuchar los veintitrés minutos que ha hablado sobre la materia, y hay algunos asuntos sobre los que no quiere hablar y están encima de la mesa y nos crean dudas. Ya le he dicho que sobre el fondo de la
cuestión nosotros no estamos de acuerdo y puede ser que en esta Cámara haya una mayoría que no esté de acuerdo, pero es que además el momento y las formas nos generan una serie de incertidumbres que se las hemos planteado pero todavía no las ha
aclarado.


España ha tomado un cambio de posición y ustedes han llegado a decir que no, que no ha habido ningún cambio, que esto ya venía de lejos. Y, al mismo tiempo, nos ha dicho que afortunadamente ha cambiado de posición porque antes no tenía
posición. ¿En qué quedamos? ¿Ha cambiado de posición? ¿Sí o no?


Por otro lado, un asunto tan sensible, que no es baladí -de ahí tantos miembros hoy en la Comisión, porque yo no había visto nunca tanta gente en ella-, usted no lo comunicó ex ante ni a los miembros del Consejo de Ministros ni a los socios
de investidura o bloque de investidura ni tampoco a los partidos de la oposición. Creo que algo ha fallado. Usted tiene una virtud que no han tenido algunos de sus predecesores, y es que mantiene informados a los portavoces de esta Comisión
asiduamente sobre asuntos de relevancia. En este caso no le hemos escuchado, señor Albares, no nos ha llamado. ¿Qué ha ocurrido? Mi sensación es que ahora están intentando gestionar una crisis comunicativa, política y diplomática. Pero, en fin,
ya iremos al fondo del asunto.


Cuando le digo que no entendemos alguno de los asuntos me refiero a que el hecho de que la ciudadanía del Estado español se entere por la Casa Real marroquí del cambio de postura de España por una filtración parcial y que durante cinco días
tanto los partidos de esta Cámara como diferentes medios de comunicación hayan estado pidiendo la carta que se ha enviado y se conozca hoy, cinco días después,



Página 8





por una filtración al diario El País creo que de transparencia tiene poco. A Marruecos le ofrece mucha transparencia, pero a esta Cámara no tanta.


En este momento una de las cuestiones claves es saber si Marruecos se ha comprometido, ya fuera antes o después, en tomar alguna medida, porque, más allá del comunicado de la Casa Real, no sé si les han enviado alguna carta o se han
comprometido a algo. Me parece muy bien, y encuentro todo el sentido del mundo, que ustedes tengan una relación cordial y de vecindad con un Estado vecino. Aquello que se llama la realpolitit también obliga a tomar algunas posiciones, aunque no
son precisamente estas. Se podría entender que ustedes tengan una relación cordial y de sentido común con sus vecinos. Pero, en lo relativo a vender al pueblo saharaui de esta manera, hay que recordar que España no es un actor más, no es un Estado
más, no es Francia, no es Alemania; no, es la fuerza ocupante de iure, la fuerza administradora de esa colonia de iure, un territorio autónomo sin descolonizar, con el que España debería tener un papel que no es precisamente este.


Parece que ustedes -y se lo han dicho ya otros portavoces- van a solucionar la crisis existente con Marruecos. Efectivamente, que se solucionen crisis está bien. Pero ¿qué ocurre? Sucede que, intentando salir de una crisis, ha generado
una triple crisis. Ha generado una crisis con el pueblo saharaui y sus legítimos representantes del Frente Polisario. ¿Ha hablado con ellos? ¿Les ha comunicado algo? ¿Todavía no? Ya ha visto la posición del Frente Polisario hablando de segunda
traición por parte de España y pidiendo que España abandone cualquier papel que pudiera tener en este asunto porque ha perdido su neutralidad. En segundo lugar, ha generado una crisis con Argelia que no sabemos qué consecuencias predecibles va a
tener. No sabemos si ha realizado usted alguna gestión ahora, porque en un inicio se señaló que se había comunicado por su parte, no sé si con su homólogo o con alguna persona del Gobierno argelino, el cambio de postura de España, pero luego se
desdijo y parece que no había habido esa comunicación. Ahora no sabemos ni qué ocurrió ni cómo están las cosas, esta nueva crisis que se ha abierto con Argelia no sabemos cómo está. Y, en tercer lugar -se lo decía esta mañana-, ha generado una
crisis política interna que, personalmente, me deja perplejo. No entiendo en este momento, con ciento veinte escaños que tiene el Partido Socialista y una oposición bastante fuerte, cómo toman una decisión unilateral de manera autónoma, sin
consultarlo con nadie, lo que les pone en una situación cuando menos delicada. Ya digo que ha conseguido que se pudiera dar en esta Cámara si ahora se preguntase, más allá de todas las diferencias que pueda haber, que una mayoría de miembros se
expresaran en contra de la medida que ustedes han tomado. ¿Se imagina qué sensación se le va a quedar al rey de Marruecos, a Mohamed VI, cuando haga cuentas y vea que quizás esa medida que han tomado ustedes, ese cambio de posición no tiene el
respaldo de los y las representantes de esta Cámara? Ya digo, me deja perplejo. Por eso me gustaría saber qué compromisos tienen por parte de Marruecos a partir de esa misiva. Y luego, como les he dicho esta mañana, a ver si les compensa esta
medida, teniendo en cuenta la triple crisis que han generado con ella.


Para acabar, usted decía que España tiene que ser un actor en este asunto, que el drama saharaui lleva cuarenta y seis años irresuelto, lo cual es cierto, pero ¿ustedes creen, sinceramente, que con este cambio de posición ayudan en algo a
solucionar el drama saharaui? Si hasta ahora no se ha solucionado no es precisamente por el pueblo saharaui, es porque Marruecos no ha aceptado que se realice un referéndum en el Sáhara Occidental, y llevamos así desde el Plan Baker I. Ha sido
Marruecos el que ha decidido que no le gustaba la solución de la MINURSO; por cierto, el acrónimo se refiere a la misión para un referéndum en el Sáhara Occidental. A Marruecos no le gusta que haya un referéndum, en el que puede haber diferentes
preguntas, y, como no le gusta, no ha aceptado. Entonces, si ya teníamos un problema con el 'mutuamente aceptable por las partes', porque, como a Marruecos no le gusta lo que a todas luces es el deseo mayoritario del pueblo saharaui, bloquea la
situación, ¿ustedes encima dicen que la propuesta de Marruecos es la más sensata, la más inteligente, la más realista para solucionar el problema? No parece que tenga mucho sentido. Se han convertido en un actor, un actor marroquí, que, ya digo,
desde nuestro punto de vista, no solamente no ayuda, sino que empeora la situación.


Y acabo pidiéndole que nos aclare todas las cuestiones que le he planteado, porque ya digo que esta mañana no he tenido mucho éxito; a ver si ahora lo tengo.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el señor Esteban.



Página 9





El señor ESTEBAN BRAVO: Buenas tardes.


Señor ministro, aquí se viene antes, no después. Se viene antes a contar las cosas y qué es lo que se pretende hacer, no después. Usted no debía estar hoy aquí. Si lo está ha sido por la pusilanimidad de Podemos, que no acudió a la
reunión de la Mesa, y así no se pudo rechazar su comparecencia. Pero quien debería estar hoy aquí es el presidente o debería haber dado las explicaciones hoy por la mañana en el Pleno.


Si es tan bueno este acuerdo, señor ministro, ¿por qué se esconde? ¿Por qué lo hemos conocido como lo hemos conocido? ¿Por qué no han dado explicaciones antes? Usted dice -hoy por la mañana lo ha dicho en respuesta al señor Iñarritu- que
están en el sentido de siempre. Pero resulta que también dice que se abre una nueva etapa; lo dijo el viernes, que comienza una nueva etapa. Por tanto, no están en el sitio de siempre. ¿Por qué el Gobierno no está en el sitio de siempre si ha
dado por bueno ese giro histórico que señalaba a la prensa sin decir nada durante todos estos días? Algo habrá pasado cuando Argelia retira al embajador, y no estarán ustedes en el sitio de siempre.


Nosotros les hicimos una pregunta en el Senado porque estábamos viendo cosas extrañas, desde que Marruecos no había votado para reprochar a Rusia la invasión de Ucrania en Naciones Unidas hasta que de pronto una oleada de inmigrantes
subsaharianos llega a la valla de Melilla, y se produce en unas circunstancias sorpresivas, de pronto. Claro, hacemos la pregunta, y ¿qué nos dicen ustedes desde el ministerio? Que no es un buen momento, retrásalo un momentito, retrasarlo unos
cuantos días. Nosotros, con buena voluntad, lo retrasamos. Nos podían haber dicho algo acerca de qué iba el asunto. Desde luego, si no nos lo han dicho a nosotros, a los demás tampoco. Pedir el favor de retrasar la pregunta, sí; pero explicar
qué es lo que pasaba, no. ¿Nos lo iban a decir en cualquier caso? No. Muy a su pesar, porque ha sido muy a su pesar, quien lo ha sacado ha sido Marruecos, un socio fiable, según ustedes; tan fiable que saca la carta del presidente, cuando se
supone que era un tema que había pedido para tenerlo seguro pero que luego ha utilizado como arma arrojadiza. Por tanto, un socio que filtra cartas, que usa a niños y a personas desposeídas y desesperadas como arma de presión contra España en las
fronteras.


Habla usted de que hay que acabar con la tensión con Marruecos, que no haya nuevos desencuentros. Pero ¿quién provocaba esta tensión? ¿Había algún elemento por parte de España que provocara una tensión hacia Marruecos? Yo solo he visto
gestos desde el otro lado -fíjese si ha habido gestos y presiones que hasta se han cargado a una ministra los marroquíes- y cierta pusilanimidad del Gobierno en ese sentido. ¿Qué razones puede haber? ¿Un gesto de altruismo, como dicen ustedes?
Por cierto, ha hablado de las relaciones entre marroquíes y españoles, pero las relaciones con los saharauis o los derechos humanos con los saharauis no lo ha mentado usted. ¿Un gesto de altruismo en medio de una crisis como la que tenemos? ¡Qué
generosidad por parte del Gobierno! ¡Qué generosidad ese gesto de altruismo! No es porque hasta ahora no se hacía nada y se tenía que hacer, porque entonces está usted llamando prácticamente inútiles al señor Zapatero o al señor Felipe González, que
no hacían nada, estaban de miranda, no tenían posición, eran la no posición, según lo que dijo usted. Hombre, yo supongo que tendrían alguna posición. Ahora resulta que sí, que ahora España va a intentar solucionar un problema porque, en un gesto
altruista, le parece que hay que solucionarlo. La carta creo que lo dice muy claro, a no ser que usted nos explique, como le piden otros compañeros de esta Comisión y nos dé más explicaciones. La carta dice: 'Afrontar juntos los desafíos comunes,
especialmente -y especialmente es algo que significa especialmente- la cooperación en la gestión de los flujos migratorios'. Lo dice la carta.


Yo creo que ustedes rompen con la resolución de Naciones Unidas y con la 2602 también, porque se decantan exactamente como lo hizo Estados Unidos a partir de Trump, y con el famoso tuit de Trump, que, por cierto, fue muy criticado por los
representantes de su grupo político en el Senado hace apenas un año; ese tuit reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara. Decía el representante socialista que en los últimos cuatro años, y lo estamos viendo, se ha inoculado el virus del
unilateralismo. Bien, ustedes están actuando de manera unilateral, no multilateral. Decía también el representante socialista: 'España ni puede ni debe propugnar una solución concreta, sino que deben ser las partes las que, con apoyos de la ONU,
encuentren una solución'. Ustedes se decantan ahora por Marruecos. Usted y yo podemos pensar cuál sería la solución. Si fuera el pueblo vasco el que estuviera en la situación y yo fuera un dirigente, hubiera votado por esa solución que ha
adoptado el Polisario, el pueblo saharaui, etcétera, o no, pero es que no nos corresponde a nosotros ni tampoco al Gobierno español decir a los saharauis cuál es la solución. Son ellos los que deberían adoptarla, y eso es exactamente lo que
ratificó el Senado.


Ustedes dicen que autonomía es una palabra pero que estamos hablando de mutuamente aceptable. No, hay una palabra en la carta que también es muy importante. La carta del presidente Sánchez dice así:



Página 10





'España considera la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo'. Ustedes se decantan ya por una solución. Esa es la solución, no lo que pueda decir la
Resolución 2602, por decir la última, que prevé la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de las disposiciones conforme a los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas. Ustedes se han puesto de una parte,
porque la oferta de 2007, como ustedes saben, solo permite optar entre autonomía o nada, no permite un referéndum por el que se pueda optar por la independencia o por otra decisión que tomen los saharauis. No. Es autonomía o nada. Y esa
autonomía, ¿en qué condiciones?


Ustedes están utilizando el mismo lenguaje que Trump, que Estados Unidos, serio, creíble y realista. ¿Creíble? ¿De verdad es creíble la autonomía para Sahara Occidental en estos momentos, en un país que rechaza las visitas parlamentarias
de diputados, diputadas, senadores, senadoras españoles, a los que no deja pisar el territorio del Sáhara Occidental? Esto es así, lo hemos vivido en muchas ocasiones. Es un país que no respeta los derechos humanos. ¿Le suena Sultana Jaya,
verdad? Le pregunté por ella en el Pleno y usted me dijo: discreción; estas cosas hay que hacerlas con discreción. No tengo noticias de que ustedes hayan hecho nada. Mientras tanto, han seguido los ataques en su casa. Esta persona no puede
salir de su casa, no tiene agua, no tiene luz, ha sido incluso violada en su domicilio. Oiga, discreción, sí; opacidad, que es lo mismo que están haciendo con este asunto, no. Yo ya sé muy bien lo que es la discreción, porque me ha tocado muchas
veces gestionar desde la discreción asuntos delicados para llegar a acuerdos, pero no lo confundo con la opacidad. Es un país represivo, con encarcelamientos, con un régimen autoritario, que ha colonizado el territorio, porque ha mandado una serie
de colonos que ya son más incluso que los saharauis allí presentes, y que usa personas y niños como armas en las fronteras.


Si usted y el Gobierno español hubieran creído de verdad en la autonomía, no harían así las cosas. Se hablaría con los saharauis, se les convencería de que la posición -si es que ustedes lo piensan así- es insostenible y los prepararían
para que dentro de una negociación la parte del Sáhara hoy pueda tener fuerza para negociar determinadas garantías con esa autonomía de Marruecos. No es simplemente dar la razón a Marruecos, tal y como usted lo ha planteado. Por lo tanto, esto de
que es lo más, que la autonomía es la solución, no. Ustedes hablan de la autonomía tal y como la han planteado los marroquíes.


Ministro, no nos está diciendo las cosas como son. No quiero utilizar una palabra, pero usted ya me está entendiendo. No son las cosas como son. Este conflicto dura cuarenta y seis años porque Marruecos siempre ha boicoteado las
soluciones y el referéndum, porque quería salirse única y exclusivamente con la suya. ¿Ustedes cuestionan el estatus institucional como territorio sin descolonizar? ¿Qué se entiende por integridad territorial de Marruecos en la carta del
presidente Sánchez? ¿Qué se entiende? ¿Se da por bueno que el Sáhara es parte de Marruecos? Da esa sensación, porque esa es un poco la garantía hacia los marroquíes. Pues yo le digo que hay dos sentencias de la Unión Europea que dicen lo
contrario, que está la resolución también de Naciones Unidas y que es un territorio sin descolonizar.


Le voy a decir otra cosa -voy acabando, señor presidente-. Aquí hablamos de memoria histórica y a todos nos viene a la memoria 1936 o la época franquista, etcétera. Pero aquí también hay mucho de memoria histórica, en el Sáhara hay mucho
de memoria histórica, de responsabilidad de España en la cuestión y de cómo ha ido evolucionando. Por lo tanto, si somos tan responsables y tan sensibles a la memoria histórica, lo que no podemos es parcelarla y que esto no signifique nada con
respecto al Sáhara, señor ministro.


Y, ahora, Argelia ¿qué? Es posible que no corten el suministro, afortunadamente; ahora, también auguro que nos va a salir -ojalá no-el gas a millón. Desde luego, esto es porque ustedes no tenían calculado que el rey de Marruecos fuera a
sacar la carta.


El señor PRESIDENTE: Por favor, vaya acabando.


El señor ESTEBAN BRAVO: Voy acabando, sí, sí. Acabo. Pero, señor presidente, con cinco minutos más para explicarlo todo me va a dejar a gusto y tranquilo. No nos vamos a alargar tanto y todos vamos a tener la oportunidad de hablar.
Cinco minutos, menos incluso.


El señor PRESIDENTE: ¿Cinco minutos? De ninguna manera, tiene quince segundos.


El señor ESTEBAN BRAVO: Déjeme acabar, que acabo rápidamente, que soy muy conciso.


Ustedes pensaban que no iba a salir esta carta y que esto era un tema que lo iban a arreglar internamente. Fíjese cómo se la han jugado filtrando la carta.



Página 11





Que hable el pueblo saharaui, señor ministro, que hable el pueblo saharaui, y eso es un referéndum. Se les tiene que preguntar a ellos qué es lo que quieren, no puede ser que España decida por ellos.


Le digo lo último, y con esto sí, presidente, concluyo. Cuando vaya a Rabat, que va a ir dentro de poco, recuerde que no tiene usted el respaldo de este Parlamento, y, si no, escuche lo que le van a decir ahora los representantes del
resto... (Aplausos de las señoras y los señores diputados de los grupos parlamentarios Vasco y Popular).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


El señor ESTEBAN BRAVO: No puedo decir lo mismo, presidente Que tengamos diez minutos para temas tan delicados, cuando se nos ha negado la presencia del presidente en el Pleno, me parece muy inapropiado por su parte. (Continúan los
aplausos).


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Martínez Granados.


La señora MARTÍNEZ GRANADOS: Muchas gracias, presidente.


Muchas gracias, ministro, por comparecer hoy aquí, una comparecencia que mi grupo parlamentario también solicitó, porque es un asunto de vital importancia. Es cierto que era lo mínimo que podían hacer. Lo mínimo exigible es que viniera
usted aquí a comparecer, pero tiene que reconocernos que lo mejor hubiera sido, primero, que nos hubiéramos enterado de todo este tema antes. De hecho, yo dudo firmemente que usted haya participado en la gestión de todo este tema con Marruecos,
porque he podido ver los antecedentes y he trabajado en esta Comisión y con usted sobre Afganistán y Ucrania. Nos enteramos por la prensa (muestra un recorte de prensa) de esta carta, porque se filtra; la hemos visto en la prensa. Me cuesta
trabajo creer que usted haya gestionado esto, por eso creo que realmente deberían haber venido antes. Han dado la espalda a la oposición en un tema tan importante, y la verdad es que me llama la atención.


Creemos que debería haber venido el presidente a comparecer en el Pleno, que fuera él quien dedicara un Pleno monográfico a este tema, porque es un tema demasiado importante. Sin perjuicio de las cuestiones que usted nos plantea aquí, lo
que esperamos es que venga el presidente a dar la cara, ya que es el que firma y el que parece que ha provocado tensiones en el propio Gobierno. Vuelve una vez más a dar la espalda al Congreso de los Diputados. Yo creo que en un tema como este el
Gobierno no puede hacer eso, sobre todo porque después tiene que ir respaldado por los partidos políticos que conforman el hemiciclo. Y nos preocupa que en su ministerio haya podido ocurrir algo como esto. Desgraciadamente, estamos acostumbrados a
que en otros ministerios esto sea casi cotidiano y a protestar continuamente, pero con usted, de verdad, le aseguro que no nos esperábamos enterarnos por la prensa de algo tan importante como esto. Nosotros siempre hemos pensado que los temas de
política exterior no son solo temas de Gobierno, que son temas de Estado, temas de país. Por eso siempre hemos estado ahí siempre.


Nos sorprende, además, que haya habido un cambio de ciento ochenta grados en la política exterior sobre el Sáhara Occidental y, sobre todo, que no nos haya llamado, como en otras ocasiones, que no haya hecho una ronda de contactos con los
portavoces. Lo ha hecho en numerosas ocasiones en momentos muy difíciles, incluso yo le he llegado a decir aquí que lo hemos valorado muchísimo. ¿En esta ocasión no lo hace? La verdad es que nos llama la atención. Quizás sea eso lo que más nos
preocupa, que se hayan tomado decisiones, que haya sido el propio Gobierno de Marruecos el que filtrara la carta y destapara esas negociaciones y que el ministerio no haya querido hablar con nosotros. Nuestra actitud en este ámbito ha sido siempre
ejemplar. Siempre hemos sido propositivos, siempre hemos estado abiertos al diálogo, a acuerdos, ya sea con el Gobierno del PP o con el Gobierno del Partido Socialista. Sin embargo, creemos que en esta ocasión ese diálogo no ha existido, y no el
nuestro, sino el del Gobierno.


Creo que esto es muy importante y, por tanto, es necesario que venga a comparecer el presidente. Como le vuelvo a decir, nos apena y nos entristece que usted no haya hecho la labor que ha hecho en otras ocasiones. Entendemos que el
contexto es muy complicado, pero le reprochamos algunas declaraciones realmente bochornosas. La invasión rusa a Ucrania ha puesto bajo presión adicional el precio de la energía y de los combustibles. Por ello, necesitamos explicaciones más
concretas. ¿Por qué? Porque no sabemos si ha mantenido relaciones bilaterales con otros países.



Página 12





La decisión que ha tomado con el envío de esta carta ha puesto en una situación muy difícil, en nuestra opinión, nuestras relaciones con Argel. Fue usted mismo quien fue a Argel a hablar para poder llegar a un acuerdo sobre el gas. Fue
usted mismo. Nos dijo aquí: yo mismo he ido a Argelia y hemos mantenido una reunión para tratar este tema. ¿Qué va a suceder con eso? Porque, sí, celebran que haya venido el embajador de Marruecos, pero también tendríamos que pensar por qué se
ha ido el embajador de Argelia, lo que creo que también es importante. Algo aquí no cuadra, algo no se ha hecho bien. Cuando se mantienen relaciones bilaterales para solucionar un problema que lleva retrasándose muchísimos años hay que ver cómo va
a quedar el tablero de juego, y nos parece que aquí hay relaciones o cuestiones que no se han tenido en cuenta, aunque no lo sabemos, porque de sus declaraciones hoy no podemos sacar ninguna conclusión, y eso es lo que queremos hacer. Ciudadanos
quiere sacar alguna conclusión, entenderlo.


¿Qué ha propiciado este cambio de postura? ¿Realmente hay algo detrás? ¿Qué se está negociando? ¿Esa agenda que ha cerrado para su próxima visita es la razón por la cual ha cambiado de posicionamiento en el tema del Sáhara? Queremos
saber qué sale de ahí. ¿Realmente es un acuerdo firme? ¿Ya ha habido pasos para saber que esa agenda viene ya con unos propósitos y ya tenemos alguna posición sobre Marruecos, sobre la agenda que usted ha cerrado? ¿O todavía tenemos que esperar?
Incluso si tenemos en cuenta todo esto, ¿por qué ni el Gobierno de España ni el de Marruecos han hecho alusión, por ejemplo, a temas de Melilla o de Canarias públicamente? Solo se han centrado en el Sáhara, y usted, cuando ha llegado aquí, de lo
que menos ha hablado ha sido del Sáhara. Con lo cual, nos preocupa que no se hayan hecho las cosas adecuadamente, teniendo en cuenta todas las implicaciones que tiene la aparición de esta carta.


Como le he preguntado antes, ¿mantuvieron contactos con el Gobierno argelino para asegurar que las decisiones tomadas sobre el Sáhara Occidental con Marruecos no afectaban a las relaciones bilaterales? Porque nos encontramos en un momento,
como le he dicho, muy difícil y queremos saber si lo han tenido en cuenta. Ahora no es momento de arriesgar en ciertos aspectos. Si tienen una solución para un problema, no creen otro o, por lo menos, no lo agranden. ¿Y tiene el Gobierno de
España algún tipo de garantía de que esta decisión no comprometerá el abastecimiento ni el precio del gas que España compra a Argelia?


Muchísimas gracias, ministro.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Granados.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, el señor Miquel. Después intervendrá la señora Illamola.


El señor MIQUEL I VALENTÍ: Gràcies, president.


Señor ministro, gracias por su comparecencia, aunque no era a usted a quien esperábamos hoy aquí, como usted sabe y saben muchos grupos de esta Cámara -ya lo han reprochado-.


Ministro, hace unos años un exministro, al comparecer en esta Cámara por otras cuestiones, respondió, como eludiendo responsabilidades o como diciendo que eso no iba con él: es el mercado, amigo. Hoy, al escucharle a usted hoy, se me venía
a la cabeza esa frase y pensaba que usted nos intentaba decir a todos: es la realpolitik, amigo. Porque al escuchar su alegato sobre las relaciones con Marruecos parece que eso tampoco va con usted y que debemos aceptar que las cosas son como son.
Usted ha intentado esta mañana -ahora lo ha repetido- convencernos de que es compatible que España pase de ser un espectador a ser un actor y que España no se haya movido desde 2007 en esta posición. Hombre, me parece difícil -en realidad, me
parece imposible- justificar que las dos cosas sean compatibles y solo tiene sentido si usted con la última, con la de decirnos que desde Zapatero España no se ha movido, quiere tranquilizar a los sectores del PSOE que tampoco compran sus
actuaciones de estos últimos días, ni por el fondo ni por la forma.


La retórica tanto de la carta del presidente Sánchez como la de usted de esta comparecencia y la de esta mañana está muy en sintonía -y creo que tiene sentido que sea así- con la Resolución 2602 y con otras resoluciones del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas. Hablan de propuesta seria, de propuesta creíble, de propuesta realista, pero usted, ministro, que conocerá incluso mejor que yo esta resolución, sabrá que la resolución incorpora también otros términos que todos se han
olvidado de mencionar, el presidente Sánchez en la carta y usted esta mañana y en las comparecencias. La resolución habla de realista, viable, duradera y aceptable para todas las partes. Entonces, aquí viene mi primera pregunta, ministro: ¿Cree
usted que la propuesta marroquí es aceptable para todas las partes? Porque



Página 13





me imagino que usted considera que Argelia es parte, que el Polisario es parte, que, en definitiva, el pueblo saharaui es parte de todo esto. Por lo tanto, lo primera cuestión es: ¿usted cree que, tal y como recoge la Resolución 2602, la
propuesta marroquí es aceptable para todas las partes? La segunda cuestión: ¿en qué punto se encuentran las relaciones de España con Argelia? Porque en algún momento intentaron hacernos creer que estaban avisados, pero después Argelia los acusó,
incluso de traición, de que sus actuaciones eran una traición. Con lo cual, ¿en qué punto se encuentran dichas relaciones?


Y le hago una última pregunta, ministro, porque insisto en la idea de que esta posición es nueva, a pesar de que usted nos diga que desde Zapatero era esta. ¿Cómo va a hacer compatible su nueva posición con el derecho a ejercer la libre
determinación, que recoge la Resolución 2602 y tantas otras resoluciones, del pueblo saharaui? ¿Cómo se hacen compatibles, ministro, estas dos ideas? Porque, a primera vista, parece muy difícil conjugarlas. Si usted nos quiere hacer creer que son
compatibles, pues lo escucharemos con atención, pero a nosotros nos parece que es bastante difícil hacerlas compatibles.


Yo lo dejo aquí, ministro. Espero sus respuestas y nos ponemos a su disposición si quiere hablar de esta cuestión antes de actuar y no después de actuar, como ya se le ha recriminado hoy.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Moltes gràcies.


Señora Illamola.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Moltas gràcies, senyor president. Buenas tardes, señor ministro.


Yo, como los que me han precedido en el uso de la palabra, voy a repetir algunos temas. No es nada personal, usted lo sabe, pero no le esperábamos a usted. Nosotros hemos pedido la comparecencia del presidente y continuamos reiterando que
quien debe rendir cuentas, quien debe explicar este cambio es el presidente del Gobierno de España y no el ministro de Exteriores, por muchas explicaciones o aclaraciones que quizás usted, al final, nos haga. Usted nos llamó para que nos
enteráramos, no por la prensa, de la crisis de Ucrania de lo que iba a pasar y de las posibles sanciones, etcétera, y le agradecimos todas esas explicaciones. Es una guerra que está a miles de kilómetros. En cambio, no nos informan de nada de lo
que está a pocos kilómetros, y sabe que es un tema sensible para la mayor parte de los ciudadanos españoles, porque muchos apoyamos al pueblo saharaui. Repito que es un tema que pasa a poca distancia. Entonces, no entendemos por qué no nos llaman,
por qué no nos informan de un tema tan grave -nos hemos tenido que enterar por la prensa-, máxime si tenemos en cuenta que somos todos, guste o no, representantes de los ciudadanos.


En relación con Ucrania el presidente también justificaba la postura de España, que coincide con la de los otros países de la Unión y de la OTAN, aludiendo a la aplicación del derecho internacional, y hablaba de la autodeterminación, de la
soberanía y de la legalidad internacional. La pregunta es: ¿por qué no se aplica esta misma legalidad internacional en el caso del Sáhara? Hay resoluciones de Naciones Unidas, sentencia del Tribunal General de la Unión Europea que reconoce el
derecho de autodeterminación. ¿Por qué ahora España no respeta la legalidad internacional de la que hacía bandera? ¿Es que España considera que hay dos raseros o dos niveles de legalidad internacional? Porque esto ya lo hace a veces España en
algún otro ámbito. Quizás aquí también tenemos este mismo problema. Nos gustaría que nos lo aclarara.


Usted ha dicho que España quiere contribuir a resolver el conflicto. La pregunta es: ¿por qué no lo resolvieron en 1975? ¿Por qué no descolonización de manera correcta y no hubiéramos tenido ahora el problema? (Una señora diputada: Yo
no había nacido). Ahora España sigue siendo potencia administradora, como ha reconocido Naciones Unidas -no lo digo yo-. Entonces, ¿ahora cómo van a contribuir ustedes a resolver este conflicto? Quizás África sí deje de estar descolonizada si
España realmente contribuye de forma activa. Pero yo no creo que la forma que han optado sea la solución adecuada para la descolonización del Sáhara.


Un tema que ha salido también es el de la energía. Usted nos dijo en su comparecencia, cuando hablaba de Ucrania, que España no estaría afectada porque entre los proveedores principales está Argelia, que abastece a España pero también a
otros Estados de la Unión Europea. Además, la ministra Ribera informó de que tenía contactos con Argel para aumentar el suministro de gas. Pues como hemos visto la reacción de Argelia ante el cambio de postura español, me gustaría saber hasta qué
punto esto puede afectar al abastecimiento de gas no solo a España, sino también a la Unión Europea.


También me interesa muchísimo saber, ya que no nos lo había notificado a nosotros, a los diputados, a los distintos partidos políticos, si ustedes notificaron al resto de sus socios de la Unión Europea, por las



Página 14





consecuencias que puede tener y que está teniendo este cambio de postura, que España cambiaba su postura en relación con el conflicto del Sáhara; o si lo van a explicar en el próximo Consejo Europeo de mañana y de pasado mañana; o si el
presidente Sánchez lo ha explicado, después de la carta, durante su gira estos días por distintos países, o si no les han contado nada y se han enterado también por la prensa, como nosotros.


Sinceramente, yo creo que esta forma de actuar, no diciéndonos nada, mina la confianza que podamos tener algunos con el Partido Socialista y con el Gobierno, en general también, pero esto ya es cosa interna de los dos socios del Gobierno.
Se ha dicho que ustedes incumplen su programa electoral, y aquí el problema lo tendrán ustedes con sus electores y con los ciudadanos. Pero ¿qué pasa con los interlocutores que tiene el Gobierno de España? ¿Qué le pasa a España como actor
internacional, con su reputación, con su prestigio, con su fiabilidad? ¿Cuál va ser la credibilidad internacional? ¿Cuál va ser la credibilidad de un país que abiertamente propone soluciones distintas a las resoluciones de Naciones Unidas? ¿O es
que el problema está en el contenido de esas resoluciones al hablar de un referéndum? ¿Es que ustedes tienen alergia a los referéndums? También podría ser. Habla usted de una solución política de consenso. Muy bien. Consenso ¿con quién? Se lo
han comentado hace un momento. ¿Qué quiere decir consenso? ¿Consenso con el pueblo saharaui, que son los que tienen derecho a decidir su futuro, o consenso entre las potencias colonizadoras, la española y la marroquí? Aquí tenemos una duda, y yo
creo que debe plantearse.


Otra cuestión, y esta la encuentro curiosa. A una pregunta que hizo el diputado Iñarritu a la antigua ministra de Asuntos Exteriores -termino, señor presidente- en relación al Sáhara la ministra contestó: no va a cambiar la postura porque
está anclada en principios irrenunciables. Esta es la postura que ha sido y es la que va a ser. La pregunta es: ¿cuando cambiemos de ministro cambiaremos de postura? ¿La postura de España en un tema internacional de acción exterior depende del
ministro correspondiente?


Moltes gràcies.


El señor PRESIDENTE: Moltes gràcies, senyora Illamola.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Rosique.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Gràcies, president.


Señor ministro, qué casualidad que nos hayamos enterado por El País, qué casualidad que esta vez no nos hayan llamado los grupos parlamentarios, qué casualidad que su partido político haya vetado la comparecencia del presidente Pedro Sánchez
esta misma mañana en el Congreso de los Diputados.


Lo está viendo hoy aquí en esta comparecencia: ustedes están solos con esta posición. No tienen el respaldo del Congreso de los Diputados, ni siquiera tienen el respaldo de su equipo de Gobierno. Exactamente ¿a quién tienen ustedes?
Sería interesante poder hacer una votación sobre si el Congreso de los Diputados apoya este cambio de posicionamiento del Gobierno acerca del Sáhara Occidental. Me aventuraría a decir que si la hiciéramos ahora, a mano alzada, usted no podría ir a
Rabat el día 1 de abril. Esto debería preocuparle.


Señor ministro, ¿por qué lo ocultan? ¿Qué es exactamente lo que está sucediendo? ¿Se avergüenzan de sus acciones? ¿Solo explican aquello que les conviene? Conocemos que en las relaciones del Estado español con el Estado marroquí respecto
al Sáhara Occidental siempre ha existido una opacidad, que las caracteriza. Sin ir demasiado lejos, a usted le nombran ministro para tratar esta misión con opacidad, tanta opacidad que casi un año y medio después de la ruptura del alto el fuego en
el Sáhara Occidental ustedes ni siquiera han nombrado la guerra que todavía persiste a día de hoy en el Sáhara Occidental; tanta opacidad que, cuando le preguntamos sobre los casos de torturas hacia los líderes saharauis, usted nos dice que no
puede hablar de ello, a pesar de ser potencia administradora y estar obligado a hacer seguimiento al respecto; tanta opacidad que, cuarenta y siete años después, todavía no hemos podido acceder a la totalidad de los documentos de los acuerdos de
Madrid, porque la Ley sobre Secretos Oficiales, ley franquista, todavía está vigente hoy.


Hablemos de los acuerdos de Madrid, de aquella traición del Estado español hacia el pueblo saharaui en 1975, con el dictador Francisco Franco agonizando y el rey emérito jugando con la dignidad de todo un pueblo. Con aquellos acuerdos entre
el Estado español y Marruecos el Estado español se desentendió del Sáhara Occidental a cambio de garantizar la integridad territorial de Ceuta y de Melilla y de ganar el apoyo internacional de Estados Unidos. ¿Les suena de algo lo que les estoy
recordando? Seguro que sí, porque están repitiendo los pasos que hizo el franquismo en 1975, y esto es grave, muy grave. Esta vez, con dos diferencias. La primera, que desde entonces el Estado español es potencia administradora del Sáhara



Página 15





Occidental, al ser expotencia colonizadora, y ello le obliga a velar por la integridad de este territorio, acompañando la mediación que debe ejercer Naciones Unidas. Lo recuerdo por si se han olvidado de ello. La segunda, que desde
entonces se han aprobado setenta y cuatro resoluciones en Naciones Unidas. De eso parece que no solo se han olvidado, sino que, encima, han decidido, a conciencia, desobedecerlas. Su relación con Marruecos es una deuda más de este régimen del 78,
este sistema que impide romper del todo con lo que fue el franquismo en su momento. Es un cheque más que el rey emérito firmó y que, una vez más, se va a pagar condenando las vidas de todo un pueblo.


Señor ministro, avalar la propuesta marroquí de autonomía es rechazar la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental y avalar la ocupación marroquí, es darles únicamente la opción de elegir entre
autonomía o autonomía, y ¿qué autonomía? Esto es lo que nos hace pensar que hay un cambio de posicionamiento respecto a los otros Gobiernos que usted ha comentado. Esto vulnera el mandato de las Naciones Unidas y las sentencias del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea y se aleja, incluso, de la propuesta que hacen para el Sáhara Occidental aliados suyos como Estados Unidos, Francia o Alemania. En su carta están diciendo públicamente que el pueblo saharaui, que fue colonizado por el
Estado español, no tiene derecho a decidir libremente cómo ejercer su descolonización efectiva. Ustedes están vulnerando la integridad territorial del Sáhara Occidental, asumiendo que forma parte de Marruecos; y si considera que me estoy
equivocando, desmiéntalo, porque de la carta se asume precisamente esto, y de sus declaraciones también.


Mientras dicen defender la soberanía de Ucrania -como debe ser-, ustedes violan la soberanía del Sáhara Occidental, siendo, además, en este último caso, potencia administradora. Mientras ustedes activan, por fin, las solicitudes de asilo de
los refugiados ucranianos -como debe ser-, pactan con Marruecos blindar su frontera con Ceuta y Melilla, aunque esto suponga avalar y obviar violaciones flagrantes de derechos humanos. Su incoherencia como Gobierno no tiene límites, y me sabe
incluso mal decirlo, pero es que no hay racionalidad alguna en sus acciones que pueda legitimar el racismo institucional y la falta de solidaridad que tiene este Gobierno hacia el pueblo saharaui, un pueblo que ha estado malviviendo en medio del
desierto, sufriendo torturas, con un muro de más de 2700 kilómetros que le divide, lleno de minas antipersona y que, por su irresponsabilidad, ahora se encontrarán bajo una mayor indefensión.


Además, cabe decir que sus cálculos geopolíticos y de política interna son completamente inadecuados. No solo se están quedando aislados en el Congreso de los Diputados, sino que se han puesto en contra a Argelia en un contexto en el que
sus relaciones con Marruecos ya eran tensas, y aun sabiendo que el 45 % del gas del Estado viene de ahí. Y que nadie piense que este conflicto no nos repercutirá también directamente, porque las consecuencias de sus acuerdos con Marruecos también
las va a sufrir la ciudadanía que reside en el Estado español. Si las tensiones entre Argelia y Marruecos se incrementan -no quiero ni llegar a imaginarlo- el impacto en el Estado español será enorme, también por lo que se refiere a su política
migratoria xenófoba. Si el gas ya impide llegar a fin de mes desde hace demasiado tiempo, aún puede aumentar más durante los próximos días, y no habrá bono social que lo repare.


Están a tiempo de retractarse. Están a tiempo, si escuchan todo lo que le están diciendo todos los grupos parlamentarios aquí presentes. Por el bien de todas y de todos, háganlo. Y háganlo antes de que sea demasiado tarde y explíquennos
exactamente qué es lo que ustedes han acordado con el Gobierno marroquí y con el Reino de Marruecos.


Desde nuestro grupo parlamentario le garantizamos al pueblo saharaui que vamos a seguir defendiendo su derecho de autodeterminación, como hemos hecho siempre, y que vamos a estar a su lado en todos estos momentos.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Rosique.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Gracias, presidente.


Ministro Albares, comienzo diciéndole -con pesar, la verdad- que tanta gente dentro y fuera de esta Cámara, de diferentes partidos, de diferentes organizaciones de la sociedad civil, incluso muchos militantes de base y dirigentes del Partido
Socialista, no pueden estar equivocados. Hay claramente algo respecto a esta carta enviada al rey de Marruecos Mohamed VI que no se ha hecho bien. En primer lugar, confiar ingenuamente en un autócrata con acreditado desprecio por la democracia y
los derechos



Página 16





humanos. Precisamente por eso no ha dudado en filtrar de manera unilateral la carta enviada por el presidente del Gobierno, humillando al Estado español y dejando claro que su compromiso con los acuerdos allí alcanzados -comenzando
seguramente por los migratorios- es bien relativo y que se ajustará a sus caprichos circunstanciales.


En segundo lugar, haber aceptado de facto -y quizá de iure- que Marruecos ostenta la soberanía del Sáhara Occidental y que, por ello, puede otorgar al pueblo saharaui una autonomía regional. Para nosotros eso es inaceptable desde muchos
puntos de vista. De entrada, porque ese reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara Occidental implica apartarse de forma inequívoca de la legalidad internacional, porque supondría, primero, que el Sáhara renuncie a la soberanía sobre los
fosfatos y los bancos de pesca, algo que contradice la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de septiembre de 2001; y, segundo, porque, contrariamente a lo que yo creo que usted planteaba aquí, colocarse de forma tan marcada con
una de las partes del conflicto, como ya se ha dicho, no va a ayudar a que España vaya a influir en la región ni a acompañar los esfuerzos que está realizando el enviado de la ONU Staffan de Mistura.


Vamos a decir las cosas como son. Lo que Naciones Unidas plantea en relación con el Sáhara Occidental es clarísimo: el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui como pueblo descolonizado, un derecho que debe
ejercerse a través de un referéndum y sin manipulaciones del censo, como las que lleva haciendo desde hace años el Gobierno marroquí, instalando colonos en esos territorios; por cierto, de manera muy similar a lo que está ocurriendo en Palestina.
Esto, señor ministro, es lo que plantea la legalidad internacional y es lo que el propio Partido Socialista ha defendido, tanto en su programa electoral de 2019 como en su 40.º congreso de este mismo año en Valencia. La presidenta de Baleares,
Francina Armengol, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, o el diputado Odón Elorza son muchas las voces que están cuestionando el abandono de estos principios por parte del Partido Socialista, algo que, en nuestra opinión, afecta a nuestra
credibilidad en política internacional. ¿Con qué autoridad se va a defender la libre determinación del pueblo ucraniano, que incluye el derecho a ser independiente, cuando se la estamos negando a un pueblo como el saharaui con el que España tiene
una deuda histórica? ¿Con qué credibilidad se va a condenar la invasión rusa, si se acaba blanqueando la brutal invasión y represión que se ha venido produciendo contra el pueblo saharaui? ¿Con qué autoridad se va a exigir, como es de justicia,
que se otorgue refugio a las familias ucranianas, sin que se nos reproche que ni siquiera hemos sido capaces de abrir corredores humanitarios con Tinduf para atraer a las niñas y niños saharauis del programa Vacaciones en Paz?


Se nos dirá, señor ministro, que esto es una alta y delicada cuestión de Estado, que todo comenzó cuando Donald Trump, tras perder las elecciones, decidió en diciembre de 2020 perpetrar un tuit en el que reconocía la soberanía de Marruecos a
cambio de que Mohamed VI estableciera relaciones con otro represor, Benjamin Netanyahu. Se nos dirá que este entendimiento entre Estados Unidos, Marruecos e Israel empujó a Alemania y a Francia, que están muy interesadas en el fosfato saharaui y en
el hidrógeno verde marroquí, a plegarse a las exigencias de Mohamed VI, y se nos dirá que, frente a este alineamiento de los grandes, poco podíamos hacer. Es posible, pero hay que tener cuidado, porque, como decía Baltasar Gracián en El criticón,
cuando se actúa con imprudencia, cuando se pierden los principios, la razón de Estado puede convertirse en razón de establo. Alemania y Francia tendrán sus propias deudas coloniales, allá ellos. Pero España tiene una deuda muy concreta con el
pueblo saharaui, al que abandonó de manera deshonrosa cuando Juan Carlos de Borbón dio el visto bueno a la invasión de Hassan II en 1975 a cambio de que Estados Unidos le reconociera a él como rey.


Por eso, yo querría destacar hoy el digno papel desempeñado por la exministra Arancha González Laya que, cuando Trump puso aquel irresponsable tuit, recordó que ningún país puede modificar por sí solo la naturaleza política y jurídica del
Sáhara Occidental. Por eso, querría rescatar el digno papel de la ministra González Laya, que le costó el cargo, cuando decidió acoger al presidente del Frente Polisario, Brahim Gali, por razones humanitarias y permitir que fuera atendido en un
hospital de Logroño. Se nos dirá que esto supuso los asaltos masivos de migrantes en la valla de Melilla que Mohamed VI utilizó infamemente como represalia. Pero, seamos sinceros -como también se ha dicho aquí-, ¿qué garantías hay de que este
autócrata, al que el senador por el PSOE Javier de Lucas ha comparado con Putin, vaya a renunciar sin más a su capacidad de chantaje? Yo creo que muy pocas o ninguna. ¿Y qué posibilidad realista y creíble hay de que alguien así vaya a conceder
autonomía alguna al pueblo saharaui, cuando ha conculcado los derechos humanos de miles y miles de marroquíes y cuando ha respondido con brutal violencia a las justas demandas de autonomía del Rif? Prácticamente, ninguna.



Página 17





Se nos insistirá, una vez más en que la razón de Estado y los cálculos de la realpolitik lo exigían, pero también se ha preguntado qué papel han tenido estos cálculos, por ejemplo, cuando se trata de las relaciones con Argelia. Quizás se
nos diga que los deberes están hechos, que antes de tomar esta decisión ya nos encargamos de convertir a Estados Unidos, socio estratégico de Marruecos, en el primer socio de España en el suministro de gas y en reducir las compras a Argelia a
mínimos históricos. Efectivamente, Estados Unidos ha pasado en muy poco tiempo a suministrar el 34,6 % del gas natural que entra en territorio español frente al 27 % de Argelia, pero no nos engañemos tampoco aquí, el gas de esquisto que Estados
Unidos obtiene de una práctica ambientalmente nefasta, como es el fracking, es mucho más caro que el gas que proviene de Argelia. Por lo tanto, España necesita el gas y el petróleo de Argelia y necesitará también acuerdos migratorios con Argelia;
los necesita porque es el quinto comprador de petróleo de Argelia y el segundo de gas. Si la Unión Europea pretende renunciar al gas de Rusia, tendrá que mirar hacia Argelia y, si las cosas van mal, el papel clave lo tendrá Italia, como ya está
mostrando Draghi, en detrimento del papel que pueda tener en esto España. Por lo tanto, ministro, nos encontramos frente a una decisión muy arriesgada en la que, como le decía antes, muchas razones de Estado pueden convertirse en las razones de
establo de Gracián y un Gobierno que se cree progresista podría perder por el camino principios y credibilidad.


Según el Instituto Elcano, un 58 % de la ciudadanía en el Estado español, más allá de su color político, apuesta por la independencia del Sáhara, y en algunas encuestas digitales esa cifra llega al 90 %. Hay muchos marroquíes que viven
entre nosotros y que conocen bien la naturaleza represiva del régimen monárquico actual -por eso tuvieron que escapar muchos de ellos- y que también defienden, al menos en parte, las reivindicaciones saharauis. No puede ser, por tanto, que esto se
plantee como un tema menor. Y no es de recibo, ministro Albares, que la embajada de Estados Unidos supiera lo que había pasado antes que sus socios de Gobierno, que el Congreso y que el conjunto de la ciudadanía española, como si fuéramos en
realidad pueblos vasallos.


Ayer miles de personas se manifestaron en Andalucía en defensa de los derechos del pueblo saharaui y hay decenas de manifestaciones más previstas en rincones de todo el Estado. Ayer mismo artistas como Javier y Carlos Bardem, recordando que
su madre, Pilar Bardem, fue declarada ciudadana saharaui a título póstumo y honorario, escribieron una carta; una carta llena de rabia y de amargura en la que lamentaban que las reclamaciones legítimas de un pueblo que fue colonizado y abandonado
por España, que fue invadido, que fue torturado, que fue encarcelado por Marruecos, que fue asesinado y bombardeado en su huida a Hammada fuera dejado de lado de esta manera. Por eso, como ya se le ha dicho aquí, cuando viaje a Rabat sería
importante que, entre otras consideraciones, tenga presente estas voces, porque la realpolitik, la política real, también debe incluir valores; si no incluye valores, si no incluye principios, se reduce a sí misma o a un juego de poder al servicio
de los más fuertes que en realidad no sirve para nada.


Gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pisarello.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, ¡vaya tarde le ha tocado vivir a usted aquí hoy! Todos los grupos parlamentarios -y mire que tengo poco en común con la mayoría de ellos-, desde ángulos muy distintos, le están diciendo cosas muy razonables y muy duras.
Entre ellas, que la familia Bardem también está en contra suya. (Risas). Es para hacérselo mirar. Veo aquí a la mitad de su grupo parlamentario que viene a apoyarle y tienen cara de preocupados, con razón; con razón, señor ministro, porque la
situación que han creado ustedes es grave.


El viernes pasado se hacía público un comunicado del Palacio Real de Marruecos, que reproducía parcialmente la carta enviada por Pedro Sánchez al rey Mohamed VI. Al principio, le confieso que no estaba seguro de que fuera cierto, más
proviniendo de El País. No me imaginaba que ustedes fueran capaces de llegar a tanto, pero he visto que sí. El peor Gobierno posible en el peor momento posible siempre puede empeorar las cosas. El contenido, al que por fin hemos tenido pleno
acceso esta mañana a través del diario El País, no puede ser más revelador. Cito textualmente: 'España considera la iniciativa marroquí de autonomía sobre el Sáhara Occidental como la base más seria, realista y creíble para resolver el
contencioso'. Cierro comillas. Lo traduzco del 'politiqués' al español por si queda alguna duda: Pedro Sánchez unilateralmente entrega el Sahara Occidental a Marruecos. No hay más.



Página 18





Por cierto, usted esta mañana ha dejado entrever en la sesión de control al Gobierno que se ha enterado de la carta también a través de la prensa. Eso no le deja a usted en muy buen lugar, ministro. O bien a usted le han circunvalado y
esto es cosa de Moncloa -cosa que no descarto-, en cuyo caso yo que usted reevaluaría su continuidad en el Consejo de Ministros, o bien esto es cosa suya, en cuyo caso se está intentando alejar de la responsabilidad de lo que todos ya sabemos que va
a suponer uno de los mayores lastres que va a arrastrar este Gobierno hasta el fin de la legislatura. En realidad da igual si esto parte de usted o se gestó aparte de usted; lo que es seguro, conociendo a Pedro Sánchez, es que esto va a acabar
apartándole a usted.


Pero parta de donde parta, la manera en la que se ha gestado todo este despropósito es insólita. El Gobierno lo ha hecho todo ocultando sus intenciones a los profesionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, al resto de fuerzas políticas,
al resto de su propio Gobierno e incluso al resto de países implicados; respecto a si lo ha ocultado también a Casa Real guardaré un prudente silencio. Internamente nos consta que en el ministerio no ha habido ningún debate, ningún proceso de
elaboración o de búsqueda de consensos, ni siquiera una explicación de la decisión que han tomado ustedes a diplomáticos y profesionales del ministerio, como se hace siempre en cuestiones tan trascendentales para la política exterior española. No
se ha enviado ninguna circular a las embajadas para explicar los motivos del cambio y dotar de argumentos a la diplomacia española para poder defender esa decisión, como se hace habitualmente en Asuntos Exteriores. Las únicas circulares que mandan
ustedes son para que las embajadas y consulados puedan difundir sus mensajes de propaganda y autobombo, algo bochornoso a lo que ya, desgraciadamente, se están acostumbrando en nuestras delegaciones en el exterior.


Respecto al resto de fuerzas políticas, vuelvo a decir que ustedes han eludido todo debate parlamentario que intente construir una posición de Estado que se pueda prolongar en el tiempo, con independencia de quién gobierne. Lo han decidido
todo unilateralmente, por tanto, no le sorprenderá que le digamos a usted -que le digamos también a Marruecos y a Argelia-que lo que ha hecho Pedro Sánchez no supone una política de Estado. No nos va a condicionar cuando lleguemos al Gobierno. Es
una decisión que les va a lastrar a ustedes durante el resto de su mandato, pero que en absoluto vamos a asumir en el siguiente Gobierno que, por cierto, llegará más tarde de lo que nos gustaría a muchos pero bastante antes de lo que ustedes creen.
Adicionalmente, han traicionado también a sus socios de Gobierno. Desde Podemos han criticado abiertamente la opacidad del proceso, la incoherencia del Gobierno y el giro de 180 grados impulsado por Sánchez. Un sapo más que se tienen que tragar
añadido al de la reforma laboral, el envío de armas a Ucrania y el aumento de gasto en defensa. Se están tragando tantos sapos que van a acabar llamando al SEPRONA, al Servicio de Protección de la Naturaleza. Pero ahí siguen, sentados, agarrados a
sus sillones y dejando -eso sí- muy claro que Podemos es un partido marxista; marxista de Marx, pero no de Karl, sino de Groucho, porque estos son sus principios pero si ustedes, los del PSOE, se los pisotean a diario, pues ellos tienen otros.


En cuanto a terceros países afectados por su repentino cambio de rumbo, ministro, al contrario de lo que usted afirmó, Argelia sostiene que no fue ni siquiera informada, lo cual está creando un nuevo y grave problema donde antes no lo había.
No cabe mayor irresponsabilidad, en medio de una crisis energética terrible como la que está viviendo Europa y que está empobreciendo a los españoles, que provocar al país que suministra casi la mitad del gas que importamos y consumimos. Ya ha
decidido retirar a su embajador en España, como se ha dicho aquí, y ha decidido subirnos el precio del gas precisamente en estos momentos tan delicados. Ya veremos qué consecuencias adicionales puede acarrear todo esto. Un diplomático de carrera
como usted sabe perfectamente que los consensos básicos en política exterior no se pueden cambiar de repente. Las políticas de Estado son algo así como un trasatlántico: uno puede variar el rumbo poco a poco pero no se puede dar un golpe de timón
como si se tratara de una planeadora. Este cambio radical, un giro de 180 grados respecto a la que había venido siendo una postura del país sobre el Sáhara Occidental consolidada durante casi cincuenta años, debería venir precedido de un debate
previo, de una ronda de consultas, de un consenso sobre los puntos básicos, todo ello ausente en este proceso; y todo, señor ministro, según usted, porque España tenía que pasar de ser espectador a ser actor. Eso ha dicho usted varias veces esta
mañana y lo ha repetido ahora: pasar de espectador a actor. Pero, señor ministro, eso depende de la película y depende del rol que le toque a uno. Porque hay películas de cierto género en las que más vale ser espectador (risas), sobre todo si el
papel supone solo convertirse en un mero receptor sumiso de las andanadas del verdadero protagonista del reparto.


Ministro, corresponde al Gobierno dirigir la política exterior, pero no sin límites, sin controles y sin algunos equilibrios. Lo que tiene que hacer es respetar el ordenamiento jurídico, la legalidad internacional



Página 19





y los pilares básicos de la tradición de nuestra política exterior. Y no ha sido así. Por eso, VOX considera que esta carta enviada en secreto por el presidente al Reino de Marruecos carece de legitimidad y, por eso, ningún español queda
vinculado a lo que supone la enésima traición de Pedro Sánchez. La relación de España con el Sáhara Occidental no es nueva ni es accidental; forma parte de los aspectos centrales de nuestra política exterior con la que tenemos un compromiso serio.
Marruecos lleva años desarrollando sus pretensiones con una diplomacia muy profesional, muy seria, muy constante, invariable y que ha cosechado sin duda grandes éxitos desde 1975; el último, el triste reconocimiento por parte de Estados Unidos de
la soberanía marroquí sobre todo el territorio del Sáhara Occidental. Fue una gran victoria diplomática para Marruecos pero sobre todo una derrota para quien entonces, tras una acelerada pérdida de peso internacional, nos había situado ya en la
irrelevancia. Marruecos ha olido la debilidad y la ha querido aprovechar. No ha dudado en utilizar el chantaje migratorio, utilizando a su propia población para desestabilizar nuestras fronteras con reiteradas invasiones migratorias, pero sobre
todo Marruecos no ha querido desaprovechar la debilidad de un Gobierno capaz de cualquier cosa. Frente a Marruecos lo que funciona, señor ministro, y usted lo sabe, es la firmeza, no la sumisión o la debilidad. Y basta leer la prensa marroquí para
verlo. Hay grandes elogios a la firmeza de la diplomacia marroquí que ha conseguido, según ellos -y creo que tienen razón, lamentablemente-, doblegar a España.


Pero la verdadera clave de todo esto, señor ministro, es: ¿a cambio de qué? ¿A cambio de qué han hecho ustedes todo esto, señor ministro? España ha abandonado la posición mantenida durante décadas, ¿a cambio de qué? Aquí todos los grupos
le han hablado de la realpolitik. ¿Me va a hablar usted también de la realpolitik? ¿Me va a decir usted que Marruecos con esto renuncia a seguir asaltando nuestra valla de Ceuta y de Melilla o a seguir invadiendo nuestro litoral por las costas
canarias o andaluzas? ¿Dónde dice eso? ¿Hay algún documento? ¿Por cuánto tiempo va a cerrar el Gobierno marroquí el grifo de la inmigración ilegal que puede volver a abrir a placer? ¿Me va a decir que Marruecos renuncia a reivindicar Ceuta o
Melilla o incluso Canarias? ¿Dónde dice eso? ¿Hay algún documento que podamos ver? De todas formas, tampoco están en posición de reivindicar plazas que nunca han sido suyas, a no ser -claro- que nosotros renunciemos a defenderlas con todos los
recursos a nuestro alcance.


Señor ministro, con su decisión unilateral de entregar el Sáhara a Marruecos, Pedro Sánchez ha vuelto a engañar incluso a sus propios votantes, a aquellos a quienes dijo que jamás pactaría con quien en pocas horas se alió. Permítame que le
lea literalmente el epígrafe 7.17 de su programa electoral: 'Promoveremos la solución del conflicto del Sáhara Occidental a través de cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo
saharaui. Para ello trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui [...], favoreciendo el diálogo entre Marruecos y el
Frente Polisario, con la participación de Mauritania y Argelia'. Cierro comillas. No puede estar más claro: han engañado ustedes a sus propios votantes, han engañado ustedes a esta misma Cámara. No han pasado ni siquiera nueve meses desde que el
Gobierno respondiera una pregunta oral sobre el futuro del Sáhara. Permítame también que le lea literalmente lo que contestaron: La posición de España con respecto a la cuestión del Sáhara es una política de Estado -subrayo, de Estado- y, por eso,
es constante. Este Gobierno no ha cambiado esta política -decían ustedes hace nueve meses- y francamente no la va a cambiar por una sencilla razón: porque está anclada -fíjese- en principios irrenunciables, como son la defensa del multilateralismo
y el respeto de la legalidad internacional, ambos pilares esenciales de nuestra acción exterior. Cierro comillas. Señor ministro, han engañado ustedes también al pueblo saharaui. ¿Saben lo que dicen? Dicen: Nos han vuelto a vender; se han
quitado la careta; me siento otra vez traicionado, no por los españoles, sino por el Gobierno y por el Partido Socialista Obrero Español. Lo entiendo. Señor ministro, en plena crisis energética han engañado también a Argelia.


Han engañado a todo el mundo y, como le hemos advertido varias veces, recordando a Lincoln: 'Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo'. Y
eso es precisamente lo que ustedes están intentando hacer otra vez. Están ustedes jugando con fuego, señor ministro, y una vez más, lamentablemente, quienes se quemarán serán los españoles que pagarán la frivolidad de Sánchez en su factura del gas.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Espinosa de los Monteros.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.



Página 20





La señora MARTÍNEZ FERRO: Gracias, presidente.


Señor Albares, usted llegó el pasado mes de julio al ministerio con la principal tarea, como ha reconocido hoy aquí, de solucionar la más profunda crisis con Marruecos en décadas, y lo hacía precisamente en su condición de diplomático de
carrera con una experiencia muy acreditada. Pero, viendo cómo ha resuelto usted esta crisis -porque no se puede decir que lo haya hecho de una forma diplomática-, oyendo lo que hemos oído esta tarde aquí y escuchando estos días a muchos de sus
compañeros experimentados del ministerio, tengo la impresión de que tendría que escuchar mucho más; tendría que escuchar mucho más a los que saben de políticas de Estado, a los que saben cómo consensuar la política exterior con la oposición y
también a los que saben cómo llevar las relaciones con Marruecos y con Argelia. Ha empeorado usted todo lo que era muy difícil de empeorar, porque, como le han dicho antes, de una crisis ha sacado tres y repitiendo el mismo patrón: la mentira y la
ocultación.


En su primer encuentro con estos portavoces, con todos nosotros en el mes de julio, nos pidió prudencia y tiempo para poder solucionar este delicado dosier y nosotros -desde luego, mi grupo parlamentario- se lo dimos. No hemos dicho
absolutamente nada hasta hoy, ministro. De su posición solo conocíamos lo que usted había escrito en el programa electoral del Partido Socialista, que lo hizo usted. Como han leído antes: 'Promoveremos la solución del conflicto del Sáhara
Occidental a través del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Para ello, trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente
aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, así como para fomentar la supervisión de los derechos humanos en la región, favoreciendo el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario, con la participación de
Mauritania y Argelia, socios claves de España, que el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental está propiciando'. Esta posición es coherente con la que han venido defendiendo, efectivamente, los distintos gobiernos de España -todos desde hace
más de cuatro décadas- y muy semejante a la que pueden encontrar en algunos de los programas del Partido Popular. Pero ahí, señor Albares, usted no decía nada -¡nada!- sobre el plan de autonomía de 2007, de la misma manera que tampoco lo dicen las
conclusiones de las RAN de 2012 y 2015; usted las ha mencionado antes intentando torticeramente justificarse y confundirnos a todos. (El señor Hispan Iglesias de Ussel: ¡Muy bien!).


Pues bien, tras diez meses de gestiones, mucho diálogo y mucha negociación -como usted ha dicho aquí-, sobre las que no nos ha informado ni en público ni en privado en aras de una supuesta discreción que no es nada más que oscurantismo, hoy
nos encontramos con que el viernes deciden cambiar cuarenta y siete años de consenso en uno de los pilares fundamentales de nuestra política exterior: la posición sobre el Sáhara Occidental. Como ha visto usted hoy aquí, el único tema -¡el único!-
cuyo interés nos une a todos los grupos de esta Cámara -y, por tanto, a todos los españoles- es precisamente esta posición sobre el Sáhara Occidental. Hoy ha conseguido usted aquí algo inédito: una completa unanimidad de todos los grupos, excepto
el suyo y del presidente del Gobierno.


Han hecho muy mal las cosas. Usted no quiso aprender de los errores porque usted lo sabía todo, pero la gestión de esta crisis se ha convertido en el paradigma de la forma errática de hacer política: improvisación, rectificación, mentiras
y, luego, repartir culpas. ¿Sabe cómo nos enteramos de su decisión? Mediante un comunicado, pero no un comunicado conjunto, no; nos enteramos primero mediante un comunicado de la Casa Real de Marruecos y, luego, ustedes reaccionan. En ese
comunicado se nos informa de que el presidente del Gobierno había remitido una carta al rey de Marruecos en la que le confirma que -comillas-: 'España considera la iniciativa de autonomía marroquí presentada en 2007 como la base más seria, realista
y creíble para resolver diferencias'. Esta carta, a pesar de habérsela pedido durante todos estos días, no la hemos podido conocer hasta hoy, y tampoco la hemos conocido por ustedes, la hemos conocido por una filtración a la prensa. ¿Usted
considera esto serio? ¿Es así como entiende su Gobierno la política de Estado y como entienden también la política de transparencia, esa de la que hablan en la carta?


Mi grupo parlamentario ha estado siempre a la altura de la responsabilidad, muy especialmente, en lo que compete a política exterior. Desde que comenzó la terrible invasión de Ucrania por Rusia les dimos nuestro apoyo más firme para
defender el orden y la legalidad internacional, mientras sus socios de Gobierno se lo negaban. Y su forma de corresponder es dando un giro copernicano en un asunto vital para nuestra política exterior, como es Marruecos, y todo ello sin
informarnos. Después de esto, ¿va usted a seguir justificando que toda su política exterior es política de Estado? Porque para hacer política de Estado debería contar con el Partido Popular y para hacer política del Gobierno debería contar con sus



Página 21





socios de Podemos. Pero esta decisión no responde ni siquiera a una política de partido porque, entre otras cosas, como le he dicho al principio de la intervención, sería ir en contra incluso de lo que escribió usted en el programa
electoral que presentaron los socialistas.


No es entendible lo que ha hecho, señor Albares. No es entendible que sea usted y no el presidente del Gobierno quien dé explicaciones aquí cuando la carta y la responsabilidad son de él, del presidente del Gobierno. Además, usted se ha
convertido en el ministro del 'evitar aclarar', porque no le gusta dar explicaciones; pero hoy se las exigimos y que sean muy claritas, por favor. ¿Cuándo pensaban ustedes informar a la opinión pública española del cambio de posición sobre el
Sáhara? ¿Cuál es la intención del Gobierno al no hacer pública esa carta que habían enviado el lunes -aunque la conocimos el viernes- ¿Por qué dejan que sea Marruecos quien informe de su cambio de posición? ¿Por qué espera usted a que salga el
comunicado el viernes para venir aquí? Ya que dice que siempre es a petición propia, ¿por qué no pide antes la comparecencia? Esto por no decirle que hasta hoy, hasta esta misma mañana, no hemos conocido la carta en la que España comprometía su
posición, y la hemos conocido por una filtración.


Yo creo que vergüenza es un calificativo que se queda corto, porque también hemos sentido vergüenza cuando la hemos leído. Dígame, señor Albares, quién ha redactado esta carta. Si me dice que es usted, me preocupa porque no se sabe bien el
nombre de su ministerio, por no hablar del léxico o de las concordancias de género. Si me dice que no es usted, todavía me preocupa más, porque entonces no sé qué hacemos aquí preguntándole sobre algo de lo que usted claramente no se ha enterado en
absoluto. Le pido que se lo tome muy en serio y me conteste. Este es el único documento oficial por el que España ha trasladado su cambio de posición al Reino de Marruecos y es imprescindible saber cómo y por qué se ha forjado. No insista usted,
como ha vuelto a hacer esta mañana, en que todo este cambio de posición se enmarca en el proceso de Naciones Unidas, porque es falso. La última resolución de Naciones Unidas de 2021 habla de la necesidad de alcanzar una solución política a la
cuestión del Sáhara Occidental que sea realista, viable, duradera y aceptable por todas las partes; ministro, todas las partes. Pero aquí, en esta carta, lo que se dice es que España considera la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007
la base más seria, creíble y realista para la solución de este diferendo. No es verdad que esto sea lo mismo que defienden Francia y Alemania. Ni siquiera es verdad que somos lo mismo que Francia y Alemania; no deberíamos serlo y no se lo tendría
que contar yo, señor ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España. No es verdad, porque ellos hablaban de la propuesta marroquí como 'una base' para la solución, pero usted habla aquí de 'la base' de la solución. Es usted -o quien haya sido
el negociador de todo este embrollo- quien ha ido mucho más allá que nadie en toda nuestra historia, ni siquiera Zapatero -al que también ha mencionado usted-, tan activo a estas horas y que fue el primero que lo intentó, se atrevió a ponerlo por
escrito. Es mentira -¡totalmente mentira!- que Rajoy aceptase ese plan de autonomía. Lo puede ver, si las lee bien, en las conclusiones reales y conjuntas de las RAN de 2012 y 2015, porque con Rajoy, señor Albares, había RAN. (Aplausos). Además,
las declaraciones eran públicas, había comunicados conjuntos y se conocían en el momento en el que las cosas eran acordadas. Por eso nadie se escandalizó, porque se seguía en la postura tradicional de Naciones Unidas y de respeto al derecho
internacional.


¿A quién quieren engañar usted? Si no ha cambiado nada, ¿por qué en su carta se habla hasta tres veces en seis párrafos de una nueva relación? Si es una nueva relación, ¿qué pasaba con la anterior? ¿En qué quedamos? Van de contradicción
en rectificación y de rectificación en mentira. Esta carta supone una ruptura unilateral, opaca y arbitraria en uno de los pilares fundamentales de nuestra política exterior, y todo ello contando con menos de ciento veinte diputados en esta Cámara.
¿Usted cree que eso fortalece nuestra imagen exterior y nuestra nueva relación con Marruecos? ¿Cómo va a llegar usted a Marruecos el día 1 con una carta apoyada en semejante debilidad? ¿Cuál es la razón para que usted dé este paso y para darlo
justamente ahora, cuando Europa entera se enfrenta a un desafío militar, económico y social sin precedentes desde el final de la Guerra Fría? Díganos, señor Albares, si usted no fue quien negoció todo esto, ¿quién lo hizo? ¿El presidente
directamente? ¿Cuáles son las contrapartidas de Rabat que han logrado ustedes? ¿Cuáles son las garantías a las que se ha comprometido Marruecos? Entre sus muchas justificaciones, hablaba de que con este giro se garantiza la integridad territorial
de España. Pero ¿a qué se refiere usted con eso? ¿Tenemos nuestra integridad territorial amenazada? ¿Esperan ustedes una carta de respuesta del Reino de Marruecos? ¿La han exigido o no la van a exigir? ¿El compromiso escrito es solamente por
parte de España? ¿No vamos a tener compromiso por parte de Marruecos? Y ya que en la carta hablan tanto de transparencia y de comunicación, ¿darán a conocer ustedes la carta cuando la reciban o volveremos a enterarnos también por Marruecos?



Página 22





El señor PRESIDENTE: Vaya acabando, por favor.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Voy acabando.


El daño que han hecho a la credibilidad de España es indescriptible. Por eso le pido aquí, con la fuerza que da ser el grupo mayoritario de la oposición, que cumpla con su deber y que informen en cuanto reciban esa carta.


Señor Albares, es todo un despropósito y esta mañana le hemos tenido que oír a usted decir en el Pleno que todo esto no responde a ningún interés nacional. Es probable que sea la primera vez que nos ha contado una verdad. El único interés
que usted tiene -nos ha confesado- es ser actor y no espectador. Un ministro de Asuntos Exteriores que se precie lo que hace es defender los intereses de España y de los españoles. Así que le pido que deje de actuar y que se ponga a trabajar con
la profesionalidad y el rigor que la política exterior requiere.


El señor PRESIDENTE: Acabe ya, por favor.


La señora MARTÍNEZ FERRO: No puede darse por satisfecho cuando, en lugar de cerrar una crisis con Marruecos, lo que ha conseguido es iniciar una crisis con Argelia, principal suministrador de gas a España, justamente cuando estamos en plena
negociación de los precios. España necesita un Gobierno de más acción y menos actuación, señor Albares.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Gutiérrez.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: Muchas gracias, presidente.


Gracias, señor ministro, por su comparecencia y por sus explicaciones, porque uno podrá estar de acuerdo o no con el posicionamiento político que usted ha defendido hoy, pero lo que es innegable es que usted tiene una gran predisposición a
debatir y a confrontar ideas en el Congreso de los Diputados. Hay quien considera que no son sus explicaciones las que hoy deberían darse, sino las del presidente del Gobierno, quien ha comparecido esta mañana en la sesión de control y quien ha
solicitado comparecer la semana que viene para explicar la cuestión que nos ocupa. Por lo tanto, su comparecencia no excluye, no evita o no tapa, sino que complementa, en un ejercicio de más y más control, de más y más transparencia, cuando
estábamos acostumbrados precisamente a lo contrario, cuando en otras ocasiones y en otras etapas había comparecencia en Comisión o en Pleno, o directamente ni en Comisión ni en Pleno y a lo que se nos acostumbraba era a dar explicaciones a través
del plasma. Cuando das este argumento y te dicen que sí, que es verdad, que el Gobierno optó por comparecer a petición propia -la cuarta desde que usted es ministro-, dicen que lo importante era el orden, que compareciera primero el presidente y
luego que viniera usted. Lo que nos lleva a la conclusión de que lo que buscan algunos grupos no es debatir, no son las explicaciones, no son los argumentos, sino el ruido por el ruido, la confrontación por la confrontación. Por lo tanto,
valoramos muy positivamente su presencia, sus explicaciones y su comparecencia en esta Comisión de Asuntos Exteriores.


Pero entrando en el fondo del asunto, hay algunos que también parecen estar interesados en confundir una posición con una imposición. Dice la carta: una base seria, la más seria y realista para la resolución de una disputa, pero que sea
una base seria no significa que sea una imposición de un camino a ninguna de las partes, menos aún al pueblo saharaui. No es un punto final, en todo caso será un punto de partida para retomar un diálogo y un debate que lleva enquistado más de
cuarenta y seis años, pero que lleva totalmente desaparecido de la agenda política de este país desde hace casi quince años. Creo que ni este Congreso de los Diputados ni ningún grupo parlamentario puede estar más cómodo con la cuestión saharaui
metida en el congelador de la inacción, perpetuando de hecho, de facto, el conflicto, que impulsando un debate político que solo derivará en solución si lleva al acuerdo de las partes. Porque nadie va a imponer el futuro de los saharauis a los
saharauis, que son y seguirán siendo dueños de su propio camino, pero hay que respetar sus decisiones, hay que permitirles su debate y, sobre todo, lo que hay que asegurarles es que su debate puede tener una expectativa y un horizonte de llegar a
algún sitio. No se trata de girar sobre una posición donde no ha habido un giro de ninguna posición -una posición que ya impulsó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el 2008, que no solo no enmendó el Gobierno de Rajoy, sino que lo
ratificó en las actas de las reuniones del grupo de alto nivel entre España y el Reino de Marruecos-, sino que lo más importante es saber que la dirección del volante sigue estando en las



Página 23





manos de las partes y que no se trata de tomar por ellos ningún camino; se trata de sacar el coche de la vía muerta, de la vía de servicio en la que los últimos años, especialmente en la etapa del Partido Popular, quedó enquistada y
apartada la cuestión saharaui y el conflicto del Sáhara Occidental.


Se impulsa un debate, se impulsa un punto de partida, pero no se impone un punto de llegada, porque solo a las partes les pertenece el derecho a llegar desde el mutuo acuerdo previo. Y esto, señorías, es estar dentro de Naciones Unidas,
como está Francia, como está Alemania y como están otros países, porque estar dentro de Naciones Unidas es intentar solucionar los problemas y los conflictos buscando diálogos y acuerdos, y no imponiendo decisiones.


Señorías, el Grupo Socialista y el Gobierno de España están, como siempre, en impulsar un diálogo en el marco de Naciones Unidas que concluya en un acuerdo que adopten las partes, sobre la base de su derecho a decidir libremente sobre este;
es decir, también el pueblo saharaui.


Señorías, ¿se han leído la Resolución 2602, de 29 de octubre de 2021, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? Les leo lo que dice su página 2: El Consejo de Seguridad acoge con beneplácito los esfuerzos serios y creíbles de
Marruecos por hacer avanzar con su propuesta el proceso hacia una solución. ¿Me pueden decir en qué se diferencia el espíritu de la ONU, quien acoge con beneplácito los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos con su propuesta, y lo que dice el
Gobierno de España? En el espíritu, ninguna diferencia; en el camino a transitar, tampoco, porque tanto la ONU como el Gobierno de España como el Grupo Socialista apuestan por que cualquier solución posible pase por ser viable, duradera y
aceptable por todas las partes. Repito, aceptable por todas las partes. Nadie decidirá ni decide por ninguna de las partes.


Por cierto, un pueblo, el pueblo saharaui, al que este Gobierno y este grupo parlamentario al que represento respeta y quiere. Respeta a sus representantes y quiere a sus representados, porque siempre que gobierna el Partido Socialista el
debate sobre la cuestión se impulsa y la ayuda humanitaria al pueblo saharaui se incrementa, y siempre que gobierna el Partido Popular la cuestión saharaui se oculta y la ayuda humanitaria se recorta. Ese es el cinismo del Partido Popular, que no
es que quiera abanderar ninguna causa, lo que quiere es aprovecharse de todas las quejas, aprovecharse sin ningún tipo de coherencia ni con su propia posición reciente ni con su devenir histórico. No sabemos realmente cuál es la opinión del Partido
Popular de hoy en relación con el fondo de la cuestión. Tardamos mucho en saberlo en el conflicto de Ucrania, donde tantearon todas las posiciones.


Dice la señora Martínez Ferro que han sido unos socios responsables. Tan responsables que han ido numerosas veces a Bruselas a intentar evitar el acceso a los fondos europeos o tan responsables como que desde junio ustedes han traído
constantemente a la Comisión de Asuntos Exteriores el conflicto con Marruecos. Han sido unos socios muy leales al país y a las cuestiones de Estado. Pero ahora la repanocha es lo que dice el señor Feijóo con relación a que hemos roto el consenso
en la política exterior en cincuenta años. Ya sabemos que del PP de Rajoy no se quieren acordar mucho en el PP actual, pero negar la realidad de las actas de reuniones entre Rajoy y Marruecos es hacer un ejercicio de desmemoria fuerte. Pero para
hacer un ejercicio de desmemoria hay que recordarle al señor Feijóo y a ustedes, señores del PP, lo que es la memoria reciente de lo que supone la ruptura del consenso internacional, porque ¿quién rompió el consenso en política internacional y se
salió de las reglas de la ONU hace apenas unos años, donde siempre hemos estado España junto con la Unión Europea? ¿Se acuerdan? ¿En el trío de las Azores? ¿En el rancho de Texas? (La señora Martínez Ferro: ¡Venga, hombre!-Aplausos). ¿Quién
rompió el consenso internacional, la única ruptura del consenso internacional en toda la democracia? Fueron ustedes y fue el Partido Popular, y no fue precisamente para impulsar un debate, sino para apoyar una guerra ilegal. Es que ustedes,
señores del PP, tienen más versiones que ediciones El Quijote o, mejor dicho, solo tienen un principio claro: se puede cambiar de postura porque su única postura es siempre estar a la contra.


Apostar por un diálogo sobre la base de una propuesta es una traición; eso es lo que han llegado a decir. Yo creo que la señora Martínez Ferro era la portavoz de Asuntos Exteriores también antes de que su compañero traicionara al señor
Casado hace apenas unos días. Lo digo porque dijo el 1 de junio de 2021 el señor Casado, cuando usted era portavoz de Asuntos Exteriores, que había que intensificar las relaciones con Marruecos y, sobre el Sáhara, encauzar la situación desde una
posición pragmática. (La señora Martínez Ferro: Sí). A lo mejor es que han cambiado su posición (La señora Martínez Ferro: No, no, es la misma). Quiero recordarles que ustedes también eran dirigentes del Partido Popular. ¿Se acuerdan de un tal
señor García-Margallo, que era ministro de Asuntos Exteriores? A lo mejor no se acuerdan de esta entrevista en El Mundo, donde decía García-Margallo: 'España debe replantearse el



Página 24





tema del Sáhara'. Se muestra partidario de repensar la postura española sobre el Sáhara, porque, como decía Keynes, 'cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión'. (Muestra la fotocopia de una noticia). Y, efectivamente, seguía
afirmando que España tiene de una vez por todas que decidir si apuesta por la solución de la autonomía que propone Marruecos como la única salida realista. (Muestra otra fotocopia). ¿O, a lo mejor, ustedes no conocían a Ana Palacio cuando la
homenajearon, siendo también ministra de Asuntos Exteriores? Por cierto, estaban ustedes ya en el Gobierno de Rajoy cuando Marruecos ficha a Ana Palacio para defender que el Sáhara es parte de Marruecos, o cuando directamente la señora Ana Palacio,
exministra de Exteriores y a la que ustedes homenajean, dijo el 6 de marzo del 2021, en un artículo publicado en El Mundo, Hablemos del Sáhara, que hoy la superación del statu quo pasa por el debate a fondo de la autonomía y la amplitud de la misma
en relación al Sáhara y la autonomía de Marruecos. No consideran que estaba hablando de la autonomía del Partido Popular sobre los jueces.


En cualquier caso, les quiero recordar, señores del Partido Popular, que es muy decepcionante que ustedes cambien de opinión constantemente y que no pueda existir una línea recta en relación con políticas de Estado en alguien que aspira a
presidir el Gobierno de España, esperemos que muy tarde. Pero sí le quiero decir, señor ministro...


El señor PRESIDENTE: Vaya acabando, por favor.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: ..., que la seriedad y el rigor es un valor que escasea y le agradezco sus explicaciones, que haya sacado de la vía muerta un debate que mantiene en el marco de la ONU el poder de decisión sobre el futuro de todas
las partes, también, por supuesto, del pueblo saharaui, y que lo hagamos consolidando unas relaciones con Marruecos que son necesarias para el interés general de nuestro país, sin desviarnos ni un milímetro de lo que hemos defendido siempre, que son
precisamente las resoluciones y el marco general de las Naciones Unidas.


Gracias, señor ministro. (Varias señoras y señores diputados: ¡Muy bien!-Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez.


Tiene de nuevo la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, señorías, por todos sus comentarios y todas sus opiniones en un tema que va a ser permanente en las relaciones internacionales de España.
La situación geográfica de Marruecos no va a variar; el entramado de intereses económicos, de seguridad, de lazos humanos, tampoco. Por tanto, esa hoja de ruta que empezaremos a diseñar el 1 de abril va a necesitar de todos ustedes.


La segunda cuestión es la cuestión del Sáhara, porque yo creo que ha habido tres temas, a los que les contestaré globalmente -luego entraré en detalle-, que se han repetido: la relación con Marruecos, que era el motivo de la comparecencia y
es al que menos se han referido -algunos de ustedes, nada-, la cuestión del Sáhara y la relación con Argelia, pero todos ellos son vitales para las relaciones internacionales de España y para la posición de España en el mundo. Por tanto, me
centraré en los tres y luego me referiré a partes concretas.


En cuanto a las relaciones con Marruecos, el único objetivo del Gobierno a lo largo de todos estos meses ha sido no solo poner fin a la crisis, sino iniciar una nueva etapa que ha empezado a esbozarse, que se definirá más precisamente en mi
visita oficial a Marruecos el 1 de abril, que continuará con la visita del presidente del Gobierno y que sería deseable que no terminara nunca, que se fuera construyendo con densidad. A lo largo de estos meses y para el desarrollo de esa hoja de
ruta solo ha habido un objetivo por parte del Gobierno: los intereses de los españoles, los intereses económicos, los intereses de seguridad, restablecer sus lazos humanos. Eso es lo que nos ha guiado. La verdad es que no he oído -esto se lo
agradezco- críticas a que se haya cerrado una crisis, tampoco he oído críticas a que se establezca una nueva hoja de ruta, pero hay todavía un turno de réplica. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Por favor, guarden silencio.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Hay todavía un turno de réplica, y si a alguien le parece mal que se haya puesto fin a la crisis o si alguien cree que hay una política alternativa a una
hoja de ruta sólida con Marruecos, por favor, que lo diga y también que explicite cuál sería la política alternativa. (El señor Suárez Lamata: ¿En tres minutos?). La que se plantea lo que busca es terminar con las mafias que trafican con seres
humanos,



Página 25





que ponen presión migratoria sobre nuestros dos países (varios señores diputados del Grupo Parlamentario VOX: ¡Muy bien, eso es!), con un drama humano que, en lo que lleva de año, ha costado la vida a mil personas ya solo en la ruta
canaria, y reforzar la seguridad y la estabilidad de nuestros dos países, y eso no es posible hacerlo sin una conectividad, porque los lazos económicos que existen -eso las empresas en Canarias, en Andalucía, Ceuta y Melilla lo comprenden muy bien-
no pueden realizarse sin conectividad de todo tipo, y eso se empezará a esbozar también en la hoja de ruta en la visita del 1 de abril. Por tanto, esta nueva relación va a necesitar de todo para que yo sea el último ministro de Asuntos Exteriores
que se tiene que enfrentar a una nueva crisis con Marruecos.


En la segunda cuestión, que es la del Sáhara, hay dos elementos. Se ha repetido bastante el giro de 180 grados o una nueva posición tomada unilateralmente, pero yo creo que no se puede hablar -estoy dispuesto a escuchar sus opiniones en el
turno de réplica y a seguir debatiendo y dialogando tanto como haga falta- de un giro de 180 grados, cuando todo lo que plantea la posición del Gobierno de España es que, después de haber estado hablando durante cuarenta y seis años sobre la
solución, que tiene que ser mutuamente aceptable, ha llegado la hora de pasar a la acción para contribuir precisamente a esa solución mutuamente aceptable y en el marco de Naciones Unidas. No hay variación. Es más, yo diría que no la puede haber.
No creo que exista un gobierno de España que piense que se puede salir del marco de Naciones Unidas, que se puede salir de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de la Carta de Naciones Unidas. Desde luego, este no lo cree, y
es una excelente oportunidad, señorías, para, en vez de teorizar, contribuir, porque acaban de nombrar a un nuevo enviado personal del secretario general de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, precisamente para eso, y lleva un poco más de cuatro
meses en el cargo. Yo fui el primer ministro de Asuntos Exteriores que me reuní con él, me he reunido ya cuatro veces, la última el lunes, siempre con el mismo objetivo, que España contribuya a esa solución, pero -creo que desde el viernes lo he
dicho ya muchas veces, pero lo repito y, además, si alguien tiene dudas al respecto, no tiene más que decirme por qué o dónde, y lo explicaré- esa solución tiene que ser mutuamente aceptable, tiene que ser en el marco de Naciones Unidas, tiene que
ser con la Carta de Naciones Unidas y tiene que ser con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al respecto.


En cuanto a la posición española, muchos de ustedes han hablado de una nueva posición o de una posición unilateral. Una nueva posición no puede ser, porque el plan de autonomía lo recibe José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa -estos
días he perdido la cuenta de cuántas veces lo he dicho, pero además las hemerotecas están ahí por si alguien quiere verificarlo-, y lo saludó y le dio la bienvenida. Esa fue la posición de su Gobierno, también fue la posición de su ministro de
Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que lo ha recordado estos días. El sábado pasado, José Luis Rodríguez Zapatero me llamó para trasladarme su gran sorpresa sobre por qué había tanto revuelo (risas) con una posición que había sido la suya
y que además es una posición muy similar a la de países como Francia y Alemania, que tienen el mismo objetivo que España: encontrar una solución mutuamente aceptable para resolver una situación -insisto, eso es lo verdaderamente importante- que
dura cuarenta y seis años. ¿Alguien quiere que esa situación dure cuarenta y seis años más? Yo, desde luego, como ministro de Asuntos Exteriores de España, no. Por eso apoyaré -lo digo aquí públicamente- con todo el esfuerzo y todo el capital
político que pueda poner en ello al enviado especial, Staffan de Mistura, para encontrar esa solución, porque nuestro compromiso y nuestra solidaridad con él son firmes. Hay que contribuir a encontrar esa solución mutuamente aceptable. Esto no
puede seguir así, señorías, yo comparto su indignación al respecto, esto no puede seguir así, pero hay que pasar a la acción.


En tercer lugar, se ha hablado de Argelia. Argelia es un socio sólido, fiable, estratégico, un suministrador de gas fiable, que siempre ha respetado sus contratos, y por eso le tenemos en tan alta estima, y sobre eso no debe quedarle a
ninguno de ustedes ninguna duda, sobre la solidez de Argelia como Estado, como suministrador de gas -eso está fuera de toda duda- y como país que siempre cumple y respeta los contratos. Es más, diría que es uno de los elementos por los que todos
reconocemos y aplaudimos internacionalmente a Argelia.


Paso a comentar cuestiones concretas planteadas por ustedes. Señor Martínez, usted me hablaba de diplomacia, de discreción, de la llamada a consultas al embajador de Argelia -alguna otra persona lo ha hecho también-, una decisión del
Gobierno de Argelia que yo respeto, por supuesto, como todas las decisiones del Gobierno de Argelia, que es un socio que me merece todo el respeto porque lo ha demostrado siempre. La diplomacia, efectivamente, requiere discreción, porque en muchas
ocasiones la complejidad de esta profesión es que requiere de equilibrios difíciles, más en contextos muy convulsos.



Página 26





La diplomacia no es una ciencia, tiene mucho más de arte que de ciencia, porque esos equilibrios no vienen en un manual, pero hay una guía que puede guiarnos y es la que sigue este Gobierno: defender los intereses de España y de los
españoles.


Señor Botran, usted decía que estábamos a la estela de los Estados Unidos. Entiendo lo que usted quiere decir, de verdad, respeto su posición, pero hay españoles que no conocen las resoluciones del Consejo de Seguridad como usted o como yo,
o que no conocen las implicaciones del tuit de Donald Trump como usted o como yo. Usted las conoce perfectamente, es una persona muy capaz, pero tal vez ellos le oyen y le creen, y no es así, primero, porque nosotros no seguimos ninguna posición.
El Gobierno de España decide autónomamente su posición y creo que en eso estará usted de acuerdo conmigo. No hay nada extravagante en ello, porque nuestra posición sigue estando en el marco de Naciones Unidas. No me voy a extender, les he
contestado en ese sentido a todos abiertamente.


Señor Iñarritu, usted me preguntaba -es de los pocos que lo han hecho- por el contenido de esa hoja de ruta con Marruecos, porque también creo que ahí hay una cierta confusión. Yo lo entiendo, es normal, porque lo que los medios de
comunicación captaron fue más la posición sobre el Sáhara, sobre la que se trasladó una parte, pero se olvidó otra parte del párrafo. Todo eso lo entiendo, pero no se olviden de que la comunicación entre España y Marruecos versa sobre algo muy
amplio, que es la nueva etapa de la relación entre España y Marruecos, y por eso me sorprende que eso haya quedado más de lado, cuando al final es lo que importa en la vida cotidiana de los españoles. En la cuestión del Sáhara, tenemos que
participar con el enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, porque ese conflicto no puede seguir así, porque la población saharaui en los campamentos también necesita una respuesta y porque no puede haber un conflicto que dure
cuarenta y seis años y que siga cuarenta y seis años más. Y ahí le vamos a necesitar también a usted, a todos ustedes, para debatir, pero sobre todo para ir a Naciones Unidas a apoyar al enviado especial. Y en esa relación con Marruecos -como le
he dicho en la intervención transversal, porque algún otro diputado lo ha dicho también- hay elementos que ya están, pero sobre todo esa hoja de ruta va a activar en todos los sectores grupos de trabajo para ir incluso más allá de lo que ya existía
y para retomar esas relaciones que estaban completamente paralizadas. No me extenderé sobre lo que ya he dicho en mi primera intervención.


Señor Esteban, estamos comprometidos con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con el multilateralismo, y la posición que se expresa en esa carta está comprometida con las resoluciones del Consejo de Seguridad y con
el multilateralismo. Comprendo que usted puede tener matices sobre la posición, pero no puede haber matices sobre que esa posición está comprometida con Naciones Unidas, con la Carta de Naciones Unidas, con las resoluciones del Consejo de Seguridad
y con la labor de Staffan de Mistura. Nosotros nos decantamos por una cosa que está muy clara y que dice la propia carta: por una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas. Nos decantamos por eso, pero profundizamos una línea
que inicia España en el año 2008 en relación con el plan de autonomía de 2007, pero -y lo han hecho varios de ustedes- no se puede coger una parte del párrafo y dejar la otra; hay que hablar de todo el párrafo. Le aseguro, señor Esteban, que
España no quiere decidir, quiere que sea la ONU a través de una solución mutuamente aceptable. Pero, además -permítame el desahogo-, me duele que eso se cuestione, porque está en la propia literalidad de la carta. Hay mucha gente de buena fe en
España muy comprometida con encontrar una solución, y querer presentar al Gobierno de España como un Gobierno cínico o que saca a España de la posición de Naciones Unidas o que no quiere apoyar al enviado especial del secretario general de Naciones
Unidas, Staffan de Mistura... Yo fui el primer ministro de Asuntos Exteriores que se reunió con él. Lo que le voy a decir lo tendría que verificar, pero debo de ser el que más, porque debo de estar en una media de una vez al mes (el señor Espinosa
de los Monteros: Si es el único), y se desplaza a la región con un avión de las Fuerzas Armadas españolas tantas veces como necesite. Entonces, ¿por qué decir que España quiere decidir? España quiere -eso sí, sobre eso no tiene que haber ninguna
ambigüedad- contribuir a encontrar una solución. Yo sé, señor Esteban, porque le conozco, que usted también está en eso, que usted también querría contribuir a encontrar una solución mutuamente aceptable, y perdone que lo machaque tanto, pero hay
que repetir las frases una y otra vez porque, aunque lo repito, parece que quedan dudas.


Me preguntaba por Sultana Jaya y los derechos humanos. Mire, cuando dos países no tienen prácticamente contacto, cuando no hay diálogo, es muy difícil hablar de absolutamente nada. Una vez que se restablece el diálogo, España siempre
intenta mantener un diálogo también sobre derechos humanos. Y cuando me decía que a qué iba a Rabat, entiéndame -y eso también se lo digo un poco a todos



Página 27





ustedes-, a Rabat, el día 1 de abril, voy a una cosa, voy solo a una cosa, a tratar sobre la relación bilateral. En realidad, voy a defender a los españoles, sus intereses, a que avancen, pero eso solo lo puedo hacer impulsando la relación
bilateral; a eso voy. Es el enviado especial del secretario general y la ONU los que deben plantear esa solución mutuamente aceptable. Sé que me repito y me repito y me repito, pero me repito porque lo que recibo es que no me explico bien, y eso
es culpa mía, sin duda alguna, por supuesto. Lo explicaré tantas veces como haga falta y además hay un turno de réplica en el que les pido, por favor, que me planteen las dudas, dónde ven las incoherencias de lo que digo, dónde ven la trampa, el
argumento jurídico que no entienden; lo hablamos y, además, yo me enriquezco, por supuesto, de sus aportaciones.


Señora Martínez, creo que con las intervenciones que he ido haciendo hasta ahora he cubierto todas las cosas que usted planteaba, pero si me queda alguna cosa que usted crea que no la he contestado, por favor, me lo dice en el turno de
réplica, pero de mis notas creo que ya he contestado. Y le agradezco el tono constructivo, como a todos. En esta materia no me cabe en la cabeza que alguien piense que cerrar una crisis es algo malo para España y sé que hay la mejor voluntad por
parte de todos ustedes para intentar contribuir a una solución mutuamente aceptable en el Sáhara; de la misma forma que, no me cabe la menor duda, no se me podría pasar por la cabeza otra cosa, todos ustedes quieren que tengamos las mejores
relaciones con Argelia.


Señor Miquel, usted me decía que creía o entendía que lo que me había guiado a mí o al Gobierno español era la realpolitik. En política exterior sí hay una cierta realpolitik porque uno nunca escoge las circunstancias que le vienen
impuestas, uno escoge su actitud ante ellas; como no hemos escogido la guerra de Vladimir Putin, pero sí escogemos nuestra actitud ante ella. La política exterior, desgraciadamente, no son debates teóricos. Uno se enfrenta a la realidad y, si no
entra en acción, no se pueden cambiar las cosas. En ese sentido creo que usted hablaba de realpolitik como si nosotros aceptáramos -y si no corríjame en la réplica- la ley de la selva, la ley del más fuerte, algo así; las cosas son como son, creo
que ha dicho. Precisamente lo contrario. En la situación del Sáhara, contra lo que me rebelo y contra lo que se rebela esa carta es contra eso de que las cosas son como son, contra cuarenta y seis años con un conflicto encallado. No se puede
decir que las cosas son como son, no lo queremos; hay que cambiar las cosas, aunque no sea muy realpolitik. A lo mejor dice: Vaya ministro más quijote que cree que cuarenta y seis años después va a poder contribuir en algo a que Staffan de
Mistura pueda desencallar este conflicto. Pues llámeme quijote o romántico, pero lo voy a intentar, voy a intentar contribuir porque es Staffan de Mistura quien tiene que hacer esa labor. Y pone en duda si era la posición de José Luis Rodríguez
Zapatero. Lo dice él mismo. Él me llamó inmediatamente el sábado; se sorprendió del revuelo. Yo le he oído y he leído varias entrevistas donde lo está diciendo. Yo conozco desde hace ya muchos años a José Luis Rodríguez Zapatero e imagino -no
quiero hablar en su nombre, es una impresión mía- que él está igual de indignado que estoy yo con ciertas manipulaciones sobre cuál es la posición del Gobierno de España y quiere dejar claro que aquí no hay giros de ciento ochenta grados, que aquí
nadie se ha ido del marco de Naciones Unidas y que lo que hay es un deseo ante esta gran oportunidad que tenemos, con un enviado especial recién nombrado. Naciones Unidas no tira la toalla y Staffan de Mistura, por cierto, es un grandísimo
diplomático con una grandísima voluntad. Luego habla sobre la propuesta y de si es aceptable para las partes. En fin, lo deben decidir ellos, pero en el marco de la ONU, en el marco de la carta, en el marco de las resoluciones del Consejo de
Seguridad.


Señora Illamola, de Junts, habla usted de Ucrania y el Sáhara. Esto lo he leído varias veces y en alguna de las preguntas que me han hecho en el Congreso también, como que había una oposición del Gobierno de España: Ustedes en Ucrania,
mucho; la cuestión del Sáhara, debajo del cajón, los principios... Se lo voy a decir muy claro: en Ucrania y en el Sáhara, la misma aplicación de la legalidad internacional, la misma aplicación de la Carta de Naciones Unidas, la misma aplicación
de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en cada uno de los casos. Es coherencia. No se me ocurre que pueda haber un Gobierno de España que diga algo distinto. También da a entender que nuestra posición ha sido criticada.
No necesitamos que la posición sea criticada ni que sea alabada, pero la Comisión Europea, el alto representante, el portavoz oficial de las Naciones Unidas en Nueva York después de mi encuentro con Staffan de Mistura la saludan; pero no la saludan
porque les parezcan bien, sino porque está dentro del marco de las Naciones Unidas. Y hay una cosa importante porque me preocuparía que alguien aquí o fuera de aquí se equivocara con las palabras. Usted dice que hablamos de consenso cuando no
hemos dicho consenso nunca, hemos dicho mutuamente aceptable. No es lo mismo porque las partes se tienen que poner de acuerdo, incluso en el lenguaje.



Página 28





Señora Rosique, sus comentarios han sido muy similares a muchos de los que ha habido. Sobre una posición nueva, no voy a abundar, pero yo sí creo -y sé que usted es una persona de buena voluntad y que lo que querría es que se resolviera
esta situación- que es el momento de ponerse manos a la obra. Porque uno puede ver la situación en el Sáhara de dos maneras: como un caso en un libro de derecho internacional público o como personas de carne y hueso. Cuarenta y seis años es
demasiado. Además, yo sé que usted lo comparte. En la relación con Marruecos, usted deja sobreentender que el tratamiento que se quiere dar a los migrantes es un tratamiento -usted ha utilizado unos términos que no recuerdo, no he cogido los
adjetivos- muy negativo. Yo he sido claro en mi intervención. Lo que buscamos es terminar con las mafias que trafican con seres humanos, terminar con esa cifra escandalosa -escandalosa- de muertes mes tras mes. Les he dado solo la cifra en la
fachada atlántica, si sumáramos la cifra de la mediterránea sería pavoroso. Eso es lo que se busca, así como trabajar conjuntamente para aliviar una presión migratoria que también tiene Marruecos. No hay que olvidar que Marruecos, además de
cooperar muy activamente en ello, soporta esa presión migratoria tanto o más que nosotros.


Señor Pisarello, usted también ha hecho -digamos- la diferenciación: decimos una cosa en Ucrania y otra en el Sáhara. Ya lo he respondido a la portavoz de Junts, pero yo creo que eso es importante. Usted, señor Pisarello, es una persona
muy formada y además es una persona que se interesa y que tiene buen criterio en materia internacional y de relaciones internacionales, le gusta, tiene talento para ello, lo conoce, pero no todo el mundo tiene por qué serlo, sobre todo cuando
entramos en temas que están a caballo entre lo jurídico y lo internacional. Entonces, la gente puede pensar que España, el Gobierno de España -y eso, señor Pisarello, además redunda en contra del prestigio de España en el exterior- ante las
resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para Ucrania sí, pero que las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para la cuestión del Sáhara no. Entonces, usted lo sabe -usted ha visto la carta, seguro-, estamos con
la legalidad internacional, con la Carta de Naciones Unidas, con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en ambos casos. Pero dicen: Bueno, eso es Naciones Unidas, pero hay cosas que no son Naciones Unidas, que son bilaterales
de España. Ahí también estamos en la misma posición: ayuda humanitaria en los dos casos. Somos el primer donante bilateral a la población saharaui en los campamentos, y aquí he adquirido el compromiso de que eso se mantenga así, como lleva siendo
desde que el presidente Sánchez es presidente del Gobierno. Tendría que ver si antes era así. Hubiera tenido que mirar esa cifra. No lo sé, a lo mejor sí, pero hubiera tenido que mirarla. La miraré. Y otra cosa que no cambia: la solidaridad de
los españoles. Eso es algo extraordinario cuando uno tiene el privilegio y el honor de estar en el Gobierno de España. La misma solidaridad, verano a verano, con esos niños y esas niñas que vienen de los campamentos que la que vi a los españoles
que encontré en Moldavia en los centros de refugiados o en la frontera entre Polonia y Ucrania la semana pasada, cuando fui a pulsar de primera mano la situación y a llevar la solidaridad del Gobierno de España. Allí estaban también españoles. Por
lo tanto, ¿por qué confundir a la opinión pública? Y una cosa, por supuesto, la Embajada de Estados Unidos no se enteró primero -ni antes que ustedes ni antes que nadie- de nada. Vamos, eso lo desmiento aquí totalmente. Pero, por pura curiosidad
personal, ¿de dónde ha sacado usted ese dato? Por saberlo, pero yo se lo desmiento aquí tajantemente.


Señor Espinosa. Yo sí quisiera que me aclarara si a usted le parece bien la nueva etapa con Marruecos o no. Porque todavía estamos a tiempo. Hay una hoja de ruta que tenemos que desarrollar. Algo ha empezado ya a desarrollarse, hemos
retomado la cooperación migratoria, la embajadora está plenamente operativa y de retorno. Pero vamos a desarrollarla y, entonces, me gustaría oír todas las opiniones por ver si hay todavía cosas que se pueden hacer o matizar. Antes de que usted me
responda, yo sí le diría que hay un dato que a mí me parece relevante. Yo no me las sé todas, señor Espinosa, por lo tanto le pido, francamente, que me dé usted su opinión porque la hoja de ruta se está desarrollando. Entonces, me guío por
aquellos que más conocen esto. Lo que intento es acertar lo más posible para que les vaya bien a los españoles. Pero es una nueva hoja de ruta para una nueva etapa de nuestras relaciones, cerrando una crisis, que la saluda el presidente de
Canarias, que es del PSOE; el presidente de Ceuta, que es del PP; el presidente de Melilla, que es independiente. Es un espectro bastante amplio. Ellos sí saben lo que está en juego y dicen: Muy bien. Pues, mal no vamos. Entonces, sumémonos.
Una cosa que no sé cómo decirle porque me parece hasta un poco desleal. Usted cita un párrafo de la carta. ¿Por qué citar solo un párrafo de la carta, si todos los españoles la pueden ver en Internet y está publicada? Usted cita solamente como
una nueva posición la parte sobre el plan de autonomía, pero no cita la primera parte, no cita el marco de Naciones Unidas ni solución mutuamente aceptable. ¿Por qué? Si es que, además, es público. Claro que yo conocía la carta. Creo que lo ha
preguntado usted, señor Espinosa. Sí, sí, la conocía, claro



Página 29





que sí. De hecho, la carta lo que hace es cristalizar meses de diálogo diplomático y de trabajo diplomático. Y usted y la señora Martínez también han citado el programa electoral del PSOE en el que yo, por supuesto, participé activamente.
El PSOE somos un partido democrático, es una obra coral donde participan todos los militantes, no es como que uno escribe una cosa y ahí va. Y ha citado cosas y yo no veo la diferencia con lo que decimos ahora. ONU, Carta de Naciones Unidas,
resoluciones del Consejo de Seguridad, una solución mutuamente aceptable, el trabajo del enviado especial. ¿Dónde está esa dicotomía?


Señora Martínez, la hoja de ruta con Marruecos -le digo lo mismo que le decía al señor Espinosa- la vamos a empezar a desarrollar. Ha empezado ya a desarrollarse, pero con fuerza será a partir del día 1 de abril, mucho más cuando vaya el
presidente del Gobierno, cuando los grupos técnicos empiecen a trabajar sectorialmente, y usted puede aportar mucho. Es usted la representante del principal partido de la oposición. Entonces, sí es importante que usted ahora, en la réplica, me
diga cuál es la postura del Partido Popular. No lo creo, pero a lo mejor a usted le parece mal que tengamos buenas relaciones con Marruecos, que haya una hoja de ruta nueva. Desde luego, como le decía, hay un espectro muy amplio, incluido el
presidente de su partido, Vivas, magnífica persona por cierto, he hablado mucho mucho con él a lo largo de estos meses porque yo, al final, me tengo que guiar por aquellos que están más en contacto y porque, como lo que hemos buscado es defender los
intereses de los españoles, evidentemente aquellos que tienen una relación más directa con Marruecos han primado. Y la verdad es que le estoy muy agradecido, se lo digo aquí públicamente; aunque no sea de mi partido político, ha demostrado una
gran lealtad y un gran sentido de Estado y sus consejos me han guiado mucho, igual que los del presidente de Melilla. No cito, por supuesto, al presidente de Canarias porque me pueden decir: Porque era de su partido. Bueno, también. Y usted me
critica -no ha sido la única, pero en su caso casi le diría que no lo comprendo- que sea yo y no el presidente del Gobierno. Cuando usted me hace esa crítica, usted sabe perfectamente que el presidente del Gobierno va a acudir y va a hablar el día
30. Pero, sobre todo, yo recuerdo una crisis mucho más grave, la crisis de Perejil, hablamos casi de un enfrentamiento militar, y el presidente del Gobierno, de su partido, nunca compareció al respecto. Mire el Diario de Sesiones. (Rumores). No
quiero polemizar sobre esto. De verdad, señora Martínez, con la mano en el corazón, no quiero polemizar sobre esto. (Rumores). No, porque si tenemos que hablar mucho sobre la hoja de ruta en los próximos meses, también es importante que usted se
quede -como decirlo- a gusto, que no se quede con la idea de que se le regatea. El presidente del Gobierno en aquel momento, que era de su partido, José María Aznar, nunca compareció. Nunca, nunca. Hubo una comparecencia conjunta del ministro de
Asuntos Exteriores y del ministro de Defensa de aquel momento. Yo sé que a usted yo le parezco poca cosa, que sea yo solo, el ministro de Asuntos Exteriores, el que venga aquí. Oiga, soy el ministro de Asuntos Exteriores de España, pero además va
a venir el presidente. Entonces, que no le parezca tan raro. Aquella era una crisis mucho más grave, una crisis militar. Por cierto, ahora que recuerdo -es una asociación de ideas-, José Luis Rodríguez Zapatero, que era entonces el líder de la
oposición, se enteró de una operación militar cuando ya estaba en marcha. No le llamó el presidente del Gobierno. Y lo que sí recuerda usted perfectamente es que él dio el apoyo al Gobierno, como tiene que hacer un partido de oposición, yo creo,
ante una cuestión de Estado. Sobre el acuerdo en sí, yo he visto a miembros muy importantes de su partido que han escrito estos días saludándolo, diciendo que este, y no otro, era el buen acuerdo. Si usted lo cree, dígamelo. Dígamelo para que yo
pueda trabajar con más seguridad en favor de los españoles, porque es una hoja de ruta de lo que yo espero que sea una relación entre España y Marruecos. Yo quiero ser, de verdad, y ayúdeme a ello, el último ministro de Asuntos Exteriores que se
tiene que enfrentar a una crisis con Marruecos de este calado. Ese es mi esfuerzo. Y si está de acuerdo me lo dice, y si no me lo dice también. Leía un artículo de La Razón del exministro del Interior, Fernández Díaz, que lo aplaudía con fuerza.
Y le digo uno así, le podría dar luego la lista, aunque seguro que alguien luego lo puede mirar por usted. Una cosa, porque esto sí es importante. Usted compara la posición de Mariano Rajoy, dice que no era la misma. Entre la RAN de 2012 y la de
2015 hay muchas diferencias, es decir, hay un avance con respecto a las posiciones de, por ejemplo, la RAN de 2008. Si quiere, luego, aparte, cotejamos los documentos y lo vemos. Es un poco historia de las relaciones entre España y Marruecos y hay
que mirar hacia el futuro, pero tal vez para que usted y yo podamos mirar juntos hacia el futuro también tenemos que tener claro lo que ocurrió en el pasado para que usted esté más a gusto en que no es un giro de 180 grados, no es nuevo. En las RAN
de 2012 y 2015 aparece: realismo, serio, creíble. Son palabras prácticamente calcadas a las de la carta. Y lo que se cae con respecto a las actas de las RAN anteriores -por ejemplo, de 2008- es la autodeterminación, que desaparece por primera



Página 30





vez. Yo no lo pienso; a lo mejor usted sí, pero yo no lo creo. Es una pregunta un poco retórica, al aire: ¿usted cree que Mariano Rajoy y su Gobierno querían sacar a España de la Carta de Naciones Unidas sin una solución mutuamente
aceptable? Yo no, pero oyéndola a usted hoy... Porque ha hecho exactamente lo mismo que el señor Espinosa -están muy alineados-, me lee el segundo párrafo pero no el primero. Claro, no es así.


Y, luego, otra cosa muy importante. Esto tal vez sea lo más importante. Usted dice que aquí se dice que esto no es como Francia y Alemania. Es muy similar a la posición de Francia y Alemania. El lunes tuve un Consejo de ministros de
Asuntos Exteriores de la Unión Europea y hubo varios colegas que estuvimos comentando los comunicados de España el viernes, y ellos mismos me lo decían, tanto la ministra de Exteriores alemana como el francés. Es muy similar. Y no dice la base.
Dice: la base más realista. (La diputada Martínez Ferro: Sí dice la base). No, no. Digamos lo que dice. No dice la base, dice la base más. Es que esos matices son muy importantes; son muy importantes. No dice una base, dice la base. (La
diputada Martínez Ferro: Le hablo de Francia y Alemania). Sí, por eso le digo que es muy similar, si no le diría que es idéntica. Pero no se quede solo en la base porque todas esas cosas confunden a la gente, y todo eso son matices que no son
cualquier cosa. (La señora Martínez Ferro pronuncia palabras que no se perciben). No, no, de verdad.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Pasamos al turno de réplica. Recuerden, por un tiempo máximo de dos minutos. Comenzamos por el Grupo Parlamentario Mixto. El señor Martínez Oblanca tiene la palabra.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente.


Gracias también, señor ministro, por su intervención. Ha despachado con parquedad la que, sin duda, es una elocuente llamada a consultas del embajador de Argelia. Es una decisión diplomática inhabitual, que despierta preocupación y a la
que cabe añadir la posición de Italia al respecto, porque el presidente Draghi ha apoyado expresamente a Argelia, con sus vínculos, su apoyo y su compromiso en el marco de la ONU. Usted ha despachado este asunto casi como de pasada y, corríjame si
me equivoco, pero ha eludido usted totalmente referirse a los comentarios del ministro de Asuntos Exteriores de China, que también ha apoyado expresamente a Argelia en este conflicto diplomático. Decía usted que la diplomacia más que ciencia era un
arte. De momento, el cuadro que está pintando Pedro Sánchez está saliendo de arte abstracto y pintado con brocha gorda.


Ponía usted en valor el fin de la crisis migratoria. Veremos, pero le recuerdo que ha sido precisamente el presidente Pedro Sánchez, con aquel desdichado episodio del barco Aquarius, el que realizó un efecto llamada que ha traído a España
una crisis migratoria durante estos tres años y medio. Y, si me permiten un resumen de algunas de las cuestiones que se han escuchado, yo diría que hay una solicitud generalizada para que el propio presidente Sánchez sea el que comparezca a examen
en el Congreso.


Por favor, señor ministro, no nos hagan trampas, no mezclen los asuntos, no mezclen la importancia de la Cumbre de la Unión Europea con la importancia prioritaria y relevante también de esta nueva política de España y Marruecos.


En todo caso, gracias por su comparecencia. Escucharé las diferentes respuestas.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Martínez Oblanca.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, la han liado, pero bien. Escuchaba al portavoz del Partido Socialista diciéndole a la portavoz del Partido Popular que iban siempre a la contra, pero en este caso era una proyección, porque los únicos que están a la contra
del resto de las fuerzas de este Congreso es el Partido Socialista.


Mire, usted que es muy hábil -se lo he dicho esta mañana-, ha intentado hacer un poco de trilero con algunos términos. Señor ministro, la posición es nueva, es nueva y es explícita, y no intente ocultarlo porque con ello falta a todos los
diputados y las diputadas. La postura es nueva y nos hemos enterado de chiripa por una comunicación de la Casa Real marroquí. Mire, leyendo la carta que se ha filtrado al El País, que tenía errores de sintaxis, se ve claramente que es una
traducción del francés, se ve muy claramente en la última línea. Por respeto a esta Cámara, le pediría que nos facilite la copia oficial de la



Página 31





carta que se envió al rey Mohamed VI. La oficial, no la que se ha publicado en El País, sino la oficial. De igual forma le he preguntado si han recibido alguna carta oficial en contestación por parte de la Casa Real marroquí, que también
sería de interés que la conozca esta Cámara. Porque yo le voy a ser claro. Veo bien que acaben con una crisis en Marruecos, pero es que han generado otras que tienen muy mala pinta, y ya sé que van diciendo por algunos lugares y por algunos medios
de comunicación que lo de Argelia es un paripé y un gesto que se va a solucionar rápidamente, pero hay otras fuentes que dicen lo contrario, que es una grave crisis. Esto necesita claridad, y le pido que reflexione, porque para acabar con el drama
de los saharauis cuarenta y seis años después creo que han tomado la peor medida. Ahora bien, en esta Cámara se puede reflexionar y ayudar para que el pueblo saharaui pueda ser descolonizado y, por fin, pueda acceder al estatus que ellos quieran.


Acabo -con la generosidad que caracteriza al presidente- recordándole un caso que ha llamado la atención estos días. Yo tengo un amigo que se llama Pablo González, que es periodista, que lleva veinticuatro días detenido en Polonia bajo la
grave acusación de ser un espía ruso. Y, mire, hoy han comunicado a la familia...


El señor PRESIDENTE: Vaya acabando.


El señor IÑARRITU GARCÍA: ... que hasta el 29 de abril -voy acabando- va a estar en prisión. Lo que ocurre es que en estos veinticuatro días ni la familia ni su abogado han podido contactar con él.


El señor PRESIDENTE: Está saliéndose de la cuestión.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Acabo, señor presidente. Son dos frases.


El señor PRESIDENTE: Dos frases.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Sé que usted y el ministerio han hecho el esfuerzo, como no podía ser de otra manera, de dar soporte y apoyo consular, pero creo que ante esta irregularidad deberían denunciar lo que está haciendo la Fiscalía en
Polonia, que es un verdadero escándalo.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Gracias.


Señor ministro, le agradezco que no dude de mi buena fe. Verá que no es un tema de dudas, simplemente no estoy de acuerdo con su posición. No lo estoy, de raíz. Usted dice: estoy sorprendido de que ustedes no hablen de que iniciamos una
nueva etapa con Marruecos. Vamos a ver, es que consiste en posicionarse en contra del planteamiento saharaui y modificando la posición que ustedes habían mantenido hasta ahora. Si usted cree que esto, después de la sensibilidad que ha habido con
estos temas históricamente en esta Cámara no iba a ser relevante y que no íbamos a hablar del Sáhara, que íbamos a hablar únicamente de a ver qué hacemos con Marruecos, que no tiene nada que ver con el Sáhara, pues hombre... Usted hablaba de
intereses y de que lo que se ha hecho es defender intereses. Pero, claro, intereses como inmigración-seguridad, cliente-proveedor o las relaciones familiares con los marroquíes, están bien, pero parece que los compromisos, la responsabilidades
históricas, los derechos humanos, las relaciones humanas, también con el Sáhara, que hay muchas, eso no parece que es parte de la agenda de su ministerio. No he oído críticas a que se haya cerrado una crisis. Oiga, ¿de qué crisis estamos hablando?
Bueno, le voy a decir cuál, la que ha provocado Marruecos, una y otra vez, para que España trague que el Sáhara es marroquí. Usted dice: vamos a terminar con las mafias que trafican con seres humanos. No, no, con lo que van a terminar, en todo
caso, será con que Marruecos amenace a España usando la emigración y a las mafias, presionándola a través de pateras o a través de oleadas en Ceuta y Melilla; con eso, y no con terminar con las mafias y traficar con seres humanos, porque estamos
viendo que esos movimientos se han utilizado ahí en el país vecino. Las cosas son como son, señor ministro. Usted dice que no hay variación, que estamos sujetos a las decisiones de Naciones Unidas, y habla de una solución mutuamente aceptable.
Pero sí que hay variación, señor ministro. Hay variación porque ustedes ahora dan el okey al Plan de Marruecos, y el Plan de Marruecos de 2007 es algo muy concreto. Por lo tanto, ustedes se van de la posición neutral, que sería cumplir lo que dice
la resolución,



Página 32





que prevé la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de disposiciones conformes a principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, todas las posibilidades, incluida la independencia. Ustedes hablan de eso
y se manifiestan con Marruecos, con lo cual están dando carta de naturaleza también a que solo cabe la autonomía y que el territorio saharaui es marroquí.


El señor PRESIDENTE: Por favor, acabe ya.


El señor ESTEBAN BRAVO: Ya voy a acabar, pero ¿usted cree que en un tema tan importante como este tiene que estar cortando a los tres minutos? Por favor, un momento, hombre, que voy a acabar enseguida.


El señor PRESIDENTE: Acabe enseguida.


El señor ESTEBAN BRAVO: Que voy a acabar enseguida, pero déjeme decir lo que pienso.


El señor PRESIDENTE: Acabe.


El señor ESTEBAN BRAVO: ¡Joder, y no me descentre! (Risas).


Me voy a saltar una página, que es la de Marruecos no votando a Rusia, visita estadounidense, el asalto a la valla de Melilla y hoy, pum, decisión. Ahí sí le voy a hacer unas preguntas: ¿qué hablaron con la representante norteamericana?,
¿a qué vino exactamente?, ¿qué les dijo de Marruecos?


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


El señor ESTEBAN BRAVO: No, no, esto es muy importante, señoría. Usted me dice que no puede haber un conflicto que dure 46 años. Pero en vez de presionar a Marruecos para mejorar las posiciones saharauis, ¿qué hacen? Apoyar directamente
a Marruecos, sin preguntar, y sin preguntar a esta Cámara.


El señor PRESIDENTE: De acuerdo. Le retiro la palabra.


El señor ESTEBAN BRAVO: Porque, mire, podemos coincidir en que la geopolítica es cada vez más complicada para los saharauis, en que los saharauis han podido estar despistados en los movimientos que se podían ir dando, incluso usted y yo
podemos coincidir en determinadas soluciones, en que haríamos las cosas de diferente manera, pero quienes tienen que decidir son ellos. Por cierto, la resolución de Naciones Unidas...


El señor PRESIDENTE: Señor Esteban, por favor, le voy a llamar al orden, si no termina.


El señor ESTEBAN BRAVO: Si ya lo ha hecho.


El señor PRESIDENTE: No le he llamado al orden, pero ahora le llamo al orden.


El señor ESTEBAN BRAVO: Pues, a ver, hasta la tercera vez que me llame al orden tengo tiempo. (Risas).


Al representante del Partido Socialista, sobre la estimación del plan marroquí no es parte de la resolución sino que es de la introducción...


El señor PRESIDENTE: Señor Esteban, acordamos en Mesa y portavoces la distribución de tiempos, y se está excediendo.


El señor ESTEBAN BRAVO: ... y se estima también la documentación presentada por los saharauis.


¡Hala, ya está, joder!


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Martínez Granados.


La señora MARTÍNEZ GRANADOS: Gracias presidente.


Ministro, perpleja me deja. El otro día le dije lo mismo al ministro Escrivá, que parece que necesitan que subamos el tono. Ese no es mi estilo, así que no lo subiré, pero contéstenos a las preguntas. Se la voy a resumir en dos, porque no
me ha contestado a ninguna de las dos. ¿Por qué ha dado la espalda el



Página 33





Gobierno, previamente a tomar esta decisión o paralelamente a las relaciones bilaterales con Marruecos y al envío de esta carta, al Congreso, a los partidos y los portavoces? ¿Por qué no ha realizado la misma gestión que realizó con
Afganistán o con Ucrania? Esa es una de las preguntas. La segunda es: ¿han mantenido relaciones bilaterales, paralelamente o posteriormente al envío de esta carta con Argelia, para asegurar esa posición de socio sólido que ha comentado en su
respuesta?


Y, para terminar, quería decir una cosa. De esta Comisión, a no ser que en su respuesta haya algo más de información, nos vamos a ir con dos cosas: una, con lo que hemos leído en la prensa aunque un poco más extenso, y realmente
necesitamos más, y otra, con un comentario de texto hecho de la carta del presidente mandada a Marruecos. Yo creo que no es suficiente, necesitamos más para poder opinar. ¿Por qué ha tomado esta decisión y por qué se ha hecho de espalda de los
grupos parlamentarios?


Muchas gracias, ministro, y espero tener alguna respuesta.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Granados.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Illamola.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Moltes gràcies.


Señor ministro, yo voy a ir a preguntas concretas, a ver si me contesta a alguna, aunque alguna la repetiré. Usted ha dicho que lo que se quiere ahora con la nueva postura española -usted dice que no es nueva- es contribuir a encontrar la
solución, pasando a la acción. Bien, pasar a la acción ¿es la libre determinación, es el referéndum de autodeterminación? ¿O cuál es la acción? Porque esto es lo que decía Naciones Unidas.


Cuando ha hablado de Argelia, nos ha dicho que tienen en gran estima a Argelia. Entonces, ¿por eso, no la avisaron? Y, además, en la Estrategia de Acción Exterior Española 2021-2024, se habla de que se debe reforzar el diálogo político con
Argelia. ¿Refuerzan el diálogo no avisándola de estos cambios, que la afectan bastante? Esta estima que tiene España con Argelia, ¿la tiene Argelia con España? Parece que no, porque Argelia ha llamado a consultas a su embajador.


Yo había dicho solución política de consenso, lo que me había parecido entender, y usted me ha dicho: solución política mutuamente aceptada. Perfecto, da igual el cómo, pero mutuamente aceptada ¿por quién? Es la misma pregunta: ¿por el
pueblo saharaui o por las dos potencias colonizadoras?


En relación con la Unión Europea, yo creo que no nos hemos entendido, porque mi pregunta iba dirigida a de qué forma y cuándo España ha comunicado a los demás Estados miembros de la Unión este cambio en su política. Si ya lo ha hecho, si se
han enterado por la prensa, si lo hizo previamente, si lo ha hecho el presidente Sánchez en la ruta que ha hecho esta semana, si lo va a hacer en el Consejo Europeo o si se han enterado en la prensa, como nosotros. Y la otra es: ¿por qué a
nosotros no se nos avisó?


Una última cuestión es: ¿tiene España una nueva Estrategia de Acción Exterior que sustituye a la del 2021-2024? Porque allí se dice que una de las principales prioridades en la región del Magreb es contribuir a los esfuerzos de la ONU para
llegar a una solución pacífica de conflictos, de acuerdo con los parámetros internacionales, y se habla de fortalecer el multilateralismo. Entonces, ¿esta decisión unilateral de España, este cambio de postura no siguiendo a Naciones Unidas y
posicionándose con una parte, es el impulso al multilateralismo que preconiza España?


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Illamola.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Rosique.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Gràcies, president.


Señor ministro, yo creo que todos los grupos parlamentarios nos hemos explicado con mucha claridad y que se está demostrando que todos los grupos parlamentarios aquí presentes tenemos una posición distinta a la suya en cuanto al cambio de
posición respecto al Sáhara Occidental, y si no lo quiere entender es que seguramente, o se da cuenta que se están equivocando o es que ocultan algo al respecto. Porque usted, cuando nos respondía, si es que nos ha respondido, lo que ha estado
haciendo es decir o, más bien, no decir algo que sí que lo habían hecho en la carta diciendo que no lo habían hecho. Me explico, usted hablaba de que apuestan por una autonomía mutuamente aceptable. ¿Aceptable, por quién? ¿Han hablado con el
pueblo saharaui a ver si aceptarían una autonomía? Hablen con ellos. Seguro que se dan cuenta, entonces, de que no puede ser una autonomía mutuamente aceptable. Y, en todo caso, apostar



Página 34





por la autonomía, ¿qué quiere decir exactamente? Lo vamos a repetir o a simplificar para que se entienda de forma absolutamente clara, por si no nos hemos explicado demasiado bien entre todos los grupos parlamentarios aquí presentes.
Apostar por la autonomía quiere decir decidir por el pueblo saharaui, decidir por ellos, y quiere decir apostar por la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, y ello conlleva rechazar las 74 recomendaciones de las Naciones Unidas, que les traigo
aquí (muestra un documento), que son un listado para que lo tenga presente y también quiere decir separarse del camino de lo que haría el enviado especial.


Cuando le hablamos de que ustedes están siguiendo un camino distinto del de Naciones Unidas nos referimos precisamente a ello, a que ustedes han apostado por que la soberanía del Sáhara Occidental pase a ser de Marruecos. Y esto va en
contra de toda la legalidad internacional, no es lo mismo que lo que están haciendo ustedes en Ucrania, no lo es. Están yendo contra las recomendaciones de las Naciones Unidas, contra sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y contra
la legalidad internacional. Ténganlo presente. No hay acuerdo en esta sala, no lo va a haber. Tienen que cambiar de posición.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Rosique.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Gracias, presidente. Gracias, ministro.


Yo creo, la verdad, que todos nos quedaríamos muy tranquilos si en realidad usted se comprometiera aquí a que en su reunión en Rabat le va a dejar claro al Gobierno de Marruecos que España no apoyará ninguna solución que no tenga el visto
bueno del Frente Polisario y que no incluya un referéndum de autodeterminación sin un censo manipulado. Yo creo que si esto fuera así de claro ya no habría discusión, porque la clave está aquí, en que una de las partes reconocidas por Naciones
Unidas ha visto la actuación del Gobierno como desafortunada, ministro. Yo creo que aquí hay un problema de fondo. Si este tema no se ha resuelto en 46 años es porque ha habido un diálogo asimétrico; ha habido una imposición, manu militari de una
parte frente a la otra. Y actuar como Quijote en esto -que a mí me sembla una cosa loable- no puede ser ponerse del lado del más fuerte. Le recuerdo las palabras de El Quijote: 'Deshacer entuertos y proteger a los más débiles'. Esa sería la
proposición quijotesca, ministro.


Yo no querría entrar en otros debates más de fondo porque no tenemos tiempo. No voy a hablar de las armas que vendemos a Marruecos, pero le tomo la palabra de que vamos a hacer todo lo posible para que haya corredores humanitarios también
para la población saharaui que se está viendo afectada. No lo ve esto el Frente Polisario y tampoco lo está viendo Argelia, que nos ve demasiado cerca de Marruecos en esto. Porque la cuestión no es que Argelia sea un país confiable y sólido; el
problema es si nosotros somos confiables para Argelia. Y a la vista de la actuación del Gobierno italiano, a la vista de la actuación del señor Draghi, parece que no. Por eso le digo que me sorprende que nosotros nos hayamos enterado de esta
manera. Usted me pregunta que cómo lo sé, de dónde saco yo que la embajada de los Estados Unidos lo sabía. No lo sé, igual me equivoco. Pero ¿es verdad que el día 7 de marzo usted se reunió con la señora Wendy Sherman, que es la número dos del
señor Blinken, y le anuncio esta nueva hoja de ruta? Si le anunció esta nueva hoja de ruta, que es lo que yo he leído, la embajada de los Estados Unidos y el Gobierno de los Estados Unidos sabía lo que iba a pasar antes que cualquiera de nosotros,
que ni siquiera fuimos informados sobre ese tema. Eso sería grave, y me parece que sería un error desde el punto de vista político.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pisarello.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Gracias, señor presidente.


Señor ministro, usted ha centrado su segunda intervención esencialmente en una frase que ha repetido varias veces: ¿dónde está la dicotomía? Eso ha preguntado usted varias veces. Pues mire, primero, la dicotomía está en el envío de la
carta en sí misma. Si no hay un cambio de postura, ¿para qué envían una carta? Segundo, en el contenido de la carta. Claro que le he leído la parte que interesa, no le voy a leer los saludos y las despedidas. Aquí dice -en la carta- que España
considera la iniciativa marroquí de autonomía sobre el Sáhara Occidental como la base más seria, realista y creíble para resolver el contencioso. ¡Claro que es un cambio de postura! Tercero, la dicotomía está en sus propias palabras. Usted ha
hablado de un nuevo impulso, de una nueva época, de una nueva relación. Eso hoy, pero el 1



Página 35





de marzo de este mismo año, hace veintidós días, ustedes contestaron por escrito a una pregunta de este grupo parlamentario diciendo literalmente que la posición de España es constante. Y no lo es, porque si no, no estaríamos aquí hablando
de esto. Usted ha comparecido hoy porque hay una dicotomía.


Usted es una persona inteligente, lo sabe de sobra, pero se está usted quedando sin argumentos. Yo le compadezco, no me gusta la posición en la que está usted, le han puesto en una posición muy difícil. Ningún grupo de esta Cámara le está
apoyando, señor ministro. Aunque el que comparece es usted, utiliza el viejo truco del PSOE de pedir que la oposición sea la que se justifique. Pero no se preocupe, yo le he citado su programa electoral pero le cito el mío. Mire, punto 28, de las
cien medidas de VOX -literal-: 'Exigir a Marruecos un total reconocimiento y respeto a la soberanía española en Ceuta y Melilla'. Muy sencillo. Eso es lo que nosotros queremos.


Sí hay dos cosas que me han gustado: la primera de una intervención suya y la segunda de otro grupo de izquierdas. Usted ha hablado de mafias que trafican con seres humanos. ¡Muy bien! Y otro grupo de izquierdas ha hablado de que
Marruecos usa a niños que lanza contra la valla. Exactamente. Los dos están, por fin, llegando a la posición de VOX. Bienvenidos.


Y, por último, una cuestión de orden muy rápidamente, señor presidente, y sobre la base del artículo 68.2, que establece que con dos grupos de la Comisión se puede solicitar un cambio del orden del día. Me gustaría, junto con el Grupo
Popular, y teniendo en cuenta la idea que ha tenido la señora Rosique, pedir que se vote a mano alzada sobre quién apoya la forma en que se ha realizado el cambio de posición de este Gobierno.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Esto no es un punto del orden del día. El artículo 203 regula una comparecencia, no un voto. Además el orden del día, en todo caso, se discutía al principio de la sesión.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Gracias, presidente.


Ministro, otra vez -lo siento- no me ha vuelto a contestar a nada y además querría recordarle que es usted el que viene aquí a dar explicaciones y que no es la oposición la que tiene que hacerlo. Ha vuelto a hacer usted un ejercicio de
equilibrios imposible, y nos decía al principio que de lo que quería usted realmente hablar aquí era de la nueva relación con Marruecos y que quería saber si esa relación la saludamos o no, como si nada tuviese que ver con ese segundo punto, que es
la situación del Sáhara Occidental. De hecho, llegó a decir que yo le menciono el párrafo tres y no le menciono el párrafo dos, como si el tres fuese del Sáhara y el dos fuese de la nueva relación de vecindad con Marruecos. ¿Lo que quiere usted
decir es que no tiene nada que ver el cambio de posición que la carta refleja sobre el saludo a la propuesta marroquí de autonomía de 2007, con lo que ha pasado con la nueva relación de vecindad con Marruecos? ¿Cómo ha llegado usted a esa nueva
relación de vecindad si no es a cambio de algo? Eso es lo que le preguntamos aquí, ese es el contenido de esta comparecencia. Y lo único que sabemos es esta carta que ustedes han filtrado hoy al diario El País.


Por eso lo que nos preguntamos todos aquí es quién ha hecho esta carta, si usted se hace responsable de lo que contiene esta carta y que nos dé explicaciones, no si estamos de acuerdo o no sobre cosas que desconocemos y que además usted
torticeramente intenta y evita explicar. Así que de nuevo le digo, si usted lo que quiere es irse el día 2 o el día 1 a Marruecos e ir con una cierta hoja de ruta, que es la que dice que quiere presentar allí, tendría que hacerlo contándonos qué
lleva exactamente en esa hoja de ruta. Ha venido aquí diciendo que el orden del día lo están ustedes cerrando. ¿Qué quiere que apoyemos? ¿Qué está pidiendo que apoyemos? Ustedes no dan información, ustedes piden única y exclusivamente una
claudicación, y aquí tiene a todos estos grupos que hoy le dicen a usted lo que piensan de la decisión que ustedes, unilateralmente, han tomado en esta carta y que pretenden representar al Gobierno de España. No es así, señor ministro, como se
hacen las cosas; no es así como se hace una política de Estado y una política exterior. No es un problema de esta oposición, es un problema de ustedes. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Ferro.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Gutiérrez.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: Señor ministro, hay gente que está acostumbrada a definir que son ellos los que hablan en nombre de todos los españoles o ahora en nombre de todos los grupos. El Grupo



Página 36





Socialista, que representa a la mayoría de los ciudadanos de este país expresado libremente en las urnas apoya... (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Silencio, por favor.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: ... expresamente su comparecencia y sus explicaciones. Porque, claro, hay gente que está muy acostumbrada a utilizar la palabra total; quien utiliza la palabra total se acerca también a lo que significa
acercarse a los totalitarismos. Pero nosotros no solo le podemos asegurar que es una posición que comparte y entiende este grupo parlamentario, sino que estoy seguro que comparte y entiende la mayoría de los españoles. No todos los españoles, pero
la mayoría de los españoles, empezando también por muchos dirigentes del Partido Popular a lo que no han contestado. No sabemos si está el Partido Popular de acuerdo con el señor García-Margallo ni con la señora Ana de Palacio ni con el alcalde de
Algeciras ni con el presidente de Ceuta, es decir, con aquellos dentro de su propio partido que le están pidiendo que también tenga una posición un poquito menos demagógica.


Pero lo que sí que quiero decir son dos cosas. Primero, no confundan una posición política con una imposición, son dos cosas diferentes. Es verdad que en otros tiempos las posiciones políticas conllevaban siempre una imposición, pero ahora
no. Se impulsa un debate, no se concluye, y el peor favor que podemos mantener hoy sobre la cuestión saharaui es tenerla en el congelador del statu quo, el no hacer nada, el seguir mirando para otro lado. No prefieran, señorías, la inacción al
debate político; es mejor tener un debate político que dejar que los problemas se enquisten.


Segundo, nadie va a imponer el futuro de los saharauis a los saharauis, pero, para tomar una decisión, hay que promocionar y promover un debate político. Hay que respetar el debate y todas las posiciones, pero, obviamente, para respetar una
decisión que tienen que tomar las partes, también el pueblo saharaui, lo que tiene que haber es un debate político. Tenemos que sacar la cuestión del Sáhara de la vía muerta en la que la metió el Gobierno del Partido Popular.


Y, tercero, sin ninguna duda ustedes tienen un problema, señores del Partido Popular, y lo reitero. Nosotros estamos siempre a favor del pueblo saharaui y, fundamentalmente, de su ayuda humanitaria. Cuando ustedes gobiernan, abandonan la
causa saharaui, la congelan y recortan la ayuda humanitaria. Cuando nosotros gobernamos, queremos que haya una solución mutuamente aceptable -busquen en el diccionario esta palabra- por todas las partes. Y lo que hacemos, sobre todo, es no dejar a
nadie al albur de su suerte, aumentamos la ayuda humanitaria para que los refugiados en los campos de Tinduf tengan, sobre todo, apoyo del pueblo español a través de su Gobierno y mejoren sus condiciones de vida. Ustedes siempre están acostumbrados
a mirar hacia otro lado...


El señor PRESIDENTE: Vaya acabando.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: ... y nosotros lo que no hacemos nunca es dormir con la conciencia tranquila viendo las injusticias que hay en el mundo.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez. (Rumores). Por favor, guarden silencio.


Para la última réplica, tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, presidente, y muchas gracias, señorías, por sus ideas y sus aportaciones.


Señor Martínez, todas las posiciones de todos los Estados soberanos me merecen respeto, siempre que estén dentro de la legalidad internacional, y por supuesto la que usted mencionaba de China lo está; es decir, respeto total, sobre eso,
ninguna duda.


Señor Iñarritu, me decía esta mañana también que soy muy hábil, y ha utilizado alguna palabra más gruesa. Eso confunde, porque ¿en qué soy muy hábil? ¿En decir que queremos una solución en el marco de Naciones Unidas que sea mutuamente
aceptable? ¿Dónde está la habilidad? Está por escrito, no es que lo diga yo hoy, en la carta queda. Entonces, casi le diría -se lo digo con simpatía, porque le tengo simpatía- que el que es muy hábil es usted, pero esto es muy serio. Esto es muy
serio, es un conflicto que lleva durando 46 años. Dejémonos de habilidades, aquí no se trata de esgrima dialéctica, porque son personas de carne y hueso. El día que deje de ser ministro de Asuntos Exteriores, quiero decir: yo hice lo que pude.
No sé dónde estará la resolución del conflicto, pero sí quiero decir: yo hice lo que pude para que la situación del Sáhara se desencallara. Ustedes me criticarán o no, pero lo voy hacer, y el presidente



Página 37





del Gobierno también me apoya. Sí, le confirmo que el diálogo y trabajo diplomáticos que tuvimos se hacía en francés, así fue la comunicación que yo mantuve. Con este homólogo, con el marroquí, hablo francés, con otros hablo en otros
idiomas.


En cuanto al señor Pablo González, del que hemos hablado ya en varias ocasiones aunque no es materia de esta comparecencia, evidentemente, como todos los españoles detenidos en cualquier lugar del mundo, tiene toda la atención que le podemos
dar desde el Ministerio de Asuntos Exteriores. Usted sabe, porque lo hemos hablado, que recibió asistencia consular; recibió una primera visita consular. Efectivamente, le confirmo que hay una acusación muy grave sobre él, serán los tribunales
los que decidan. Yo me he reunido en dos ocasiones con mi homólogo de Asuntos Exteriores polaco para tratar este asunto y me han trasladado -así me lo confirman desde la embajada- que recibe asistencia consular. Estamos en ello, créame. He tomado
buena nota y no se preocupe que voy a llamar, en cuanto salga de aquí, a nuestro embajador en Varsovia para ver qué está ocurriendo. Ha tenido una abogada de oficio, y esto es muy importante. Yo sé que tiene un letrado privado, pero tenga en
cuenta que las autoridades judiciales, evidentemente, hablan en polaco, así que es importante porque la comunicación es complicada. Además su abogado privado no vive en Polonia, vive lejos de Polonia, así que él necesita tener un contacto. En
cualquier caso, tiene un abogado de oficio, lo que no impide que tenga un abogado privado. Me consta que el cónsul está en comunicación vía e-mail tanto con el abogado como con su esposa para trasladarle las cosas. Y, como le he dicho tantas
veces, si tiene cualquier inquietud o solicitud en este caso me llama y lo hablamos, para este caso o para cualquier otra persona española que estimen sus señorías y que esté detenida en alguna parte del mundo. A todos les damos seguimiento y
ustedes lo saben.


Señor Esteban, créame, yo no le pido que esté de acuerdo conmigo; no es eso. Lo que sí quiero es acotar las cosas en sus justos términos. Si usted no está de acuerdo con la posición que mantiene el Gobierno de España, solo faltaba,
respeto total; no se lo puedo decir de otra manera.


¿Las relaciones humanas? Por supuesto. Habla de la relación con Marruecos, y yo me guio por el presidente de Ceuta, por el presidente de Melilla y por el presidente de Canarias. Yo creo que ellos sabrán -digo yo- mejor que usted y que yo
si esta hoja de ruta es buena o no, porque representan un espectro político o una parte del arco político bastante importante. Por cierto, eso demuestra que la política exterior no es una cuestión de colores políticos, sino de los intereses de los
españoles. Por eso, personas de distintos partidos pueden coincidir en saludar una hoja de ruta.


Dice que yo niego que haya una variación. Para ser exactos yo niego que haya una variación de ciento ochenta grados. Yo he dicho que hay una profundización en una línea, pero lo que niego -perdóneme la palabra- tajantemente que eso sea
algo completamente nuevo. Le diría dos cosas. En primer lugar, sobre el tema de que estemos fuera de Naciones Unidas, yo creo que eso lo saben ustedes y está escrito en la carta. Sobre eso, yo creo que ninguno de ustedes ha expresado dudas. En
segundo lugar, que esto sea algo completamente nuevo, ese famoso giro de ciento ochenta grados. Eso es algo que despista a mucha gente. Hay mucha gente muy solidaria que recibe todos los veranos a niños y a niñas de la población saharaui de los
campamentos que escucha esto con atención. Ustedes, que saben realmente la posición que tuvo Rodríguez Zapatero, los documentos de las actas de las RAN con el Gobierno de Rajoy y las resoluciones del Consejo de Seguridad, no deberían decir que es
algo extravagante o una posición contraria a algo o algo completamente nuevo.


He visto que el encuentro con Wendy Sherman, la número dos del departamento de Estado, realmente hace soñar y fantasear sobre las cosas de las que hablamos, pero la agenda fue pública. Ella no vino a verme a mí, pero por cortesía tuve un
encuentro con ella. Vino invitada por la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores -que está con nosotros en la sala en estos momentos- a un evento muy importante sobre uno de los temas en los que España y Estados Unidos, que tienen una relación
muy estrecha -yo tengo una extraordinaria sintonía con Tony Blinken y la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores con Wendy Sherman-, trabajamos, que es un seminario de ciberseguridad. En el encuentro que tuve con ella, desde luego, hablamos de
ciberseguridad, y recuerdo hablar mucho de Ucrania. Yo creo que no hablamos de Marruecos; desde luego, yo no le presenté ningún plan ni nada de estas cosas.


Otra cosa, señor Esteban, he dicho muchas veces en esta comparecencia -yo creo que eso ha quedado claro para los ciudadanos españoles- que lo que buscamos es una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas. Nada más.


Señora Martínez, perdone si no capté lo que usted me decía y quedaron las respuestas en el aire. No creo que hayamos dado la espalda al Parlamento. Le explico, son muchos meses de diálogo diplomático



Página 38





y de trabajo diplomático, con idas y venidas, con cambios de opiniones, viniendo de una crisis muy muy profunda y con unos contactos que tampoco tenían fluidez en todos los niveles. Entonces, en el momento en que eso cristaliza en una hoja
de ruta para una nueva etapa que se va a empezar a desarrollar, que es el viernes, yo doy una rueda de prensa para dar una primera cuenta y ya anuncio que el lunes pediré mi comparecencia a petición propia y urgente. Lo hice el lunes, como usted
sabe. Yo hubiera querido estar ayer aquí con ustedes, en vez de hoy, pero ayer tenía preguntas en el Senado y no pudo ser.


Señora Illamola, me pregunta qué es para nosotros pasar a la acción. Yo lo tengo clarísimo: contribuir al trabajo del enviado especial del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable; no aceptada
ni consensuada, aceptable. Para que quede claro: contribuir al trabajo del enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas.


Sobre si informamos a la Unión Europea, no nos informamos de estos cambios de posición porque no son posiciones que se toman en el Consejo de la Unión Europea. (Rumores). Alemania no me informó. (El señor Hispán Iglesias de Ussel:
¡Cambio de posición!). Sí, de profundización. Claro que sí. De profundización. Sí, sí. (El señor Hispán Iglesias de Ussel: Lo que ha dicho es cambio de posición).


El señor PRESIDENTE: Por favor, señor Hispán.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Por favor, que conste en el Diario de Sesiones que en esta ocasión he dicho cambio. Me han escuchado. Aquí es importante que aunemos esfuerzos, no ir al
detallito, pero que conste en el Diario de Sesiones que en esta ocasión he dicho cambio. Como le decía, no informé de lo que he dicho que conste en acta, cambio una vez y que he dicho una segunda vez profundización, como Alemania no me informó a mí
del cambio o profundización -que la ministra de Asuntos Exteriores alemana escoja cuál de los dos- con respecto a la decisión que ella tomó, que es muy similar; utiliza alguna palabra un poco distinta, pero es muy similar. Eso es así. Es decir,
nos informamos cuando tomamos posiciones comunes. Me refiero a que no es nada extraño. La estrategia de acción exterior sigue vigente. Sí, claro. Hasta 2024 sigue vigente, por supuesto.


Señora Rosique, me consta su buena fe en la cuestión del Sáhara y yo sé que usted también quiere encontrar una solución, pero me pregunta qué ocultamos, y yo creo que ahí está todo el problema del diálogo entre usted y yo, porque nosotros no
ocultamos nada. Más bien, le digo que es un poco al revés; tengo la impresión de que usted quiere encontrar algo que no existe. Usted está intentando ver dónde está el resorte que abre un cajón escondido, y es que no hay resorte ni cajón
escondido. El viernes se conocen los comunicados. Yo doy una rueda de prensa para dar una primera cuenta -por cierto, estaba en Barcelona ese día por agenda- desde Barcelona. El lunes tengo un Consejo de Asuntos Exteriores, de ministros de
Exteriores, de la Unión Europea. La rueda de prensa que doy siempre posterior para dar cuenta de los asuntos que hemos tratado se convirtió en una rueda de prensa sobre este asunto; muy concretamente, sobre la cuestión del Sáhara. No tuve ningún
problema en contestar a todas las preguntas. De hecho -está grabado, lo puede ver-, paro la rueda de prensa, porque digo: déjenme que hable antes a sus señorías que a ustedes. Pedí estar ayer, y no pudo ser porque había preguntas en el Senado
también sobre este tema, que contesté, faltaría más. Y esta mañana he estado en el Congreso. Es decir, desde el viernes solo hablo de estos temas, y es muy normal, muy normal. Esto es para decirle que no ocultamos nada. El presidente del
Gobierno estará el día 30. No ocultamos nada.


Entonces, igual que yo le reconozco su buena fe, aunque pueda no estar de acuerdo con usted, reconózcamela usted también a mí y no busque, si yo le digo que no hay nada oculto. La carta está muy clara. Mi visita del día 1 de abril, que se
la he anunciado aquí, será pública. No me voy a encerrar. En fin, la diplomacia requiere una cierta discreción. No podemos hacer reuniones diplomáticas como esta sesión, que se estará retransmitiendo y la podrá ver cualquiera por streaming.
Nosotros queremos una solución mutuamente aceptable a favor del enviado especial del secretario general, y no estamos yendo contra las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, eso se lo garantizo.


Señor Pisarello, yo siento que en esto no hayamos estado desde el inicio en sintonía, pero lo único que España deja claro es que quiere una solución mutuamente aceptable con el trabajo del enviado personal. Y no nos ponemos de parte de
nadie, nos ponemos de parte del enviado personal del secretario general y nos ponemos del lado de la ONU. Y le aseguro -habrá leído en prensa algo; vamos, es público- que el 7 de marzo me reuní con Wendy Sherman. Es público que vino a una reunión
de ciberseguridad, invitada por la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, y le garantizo -iba a decir que



Página 39





pregunte a Wendy Sherman- que no le expuse ningún plan ni concordamos ningún plan. Eso se lo se lo garantizo.


Señor Espinosa, yo creo que es evidente cuando se lee la carta. Dice: ¿para qué la carta? Para una nueva etapa de las relaciones con Marruecos. Para eso es la carta. Pero en la carta se autoexplica. Y otra cosa. Se lo he dicho una
vez, pero vuelve a leer solo el segundo párrafo. (El señor Espinosa de los Monteros de Simón: ¡Sí!). No, no, porque me saca de Naciones Unidas, y eso induce a un error mayúsculo. Saca el marco de Naciones Unidas fuera de la carta y saca la
solución mutuamente aceptable de la carta. Igual que la señora Martínez -una vez más están alineados-. Y, bueno, la nueva hoja de ruta es -yo lo he explicado en mi intervención- grupos técnicos sectoriales, refuerzo de la circulación de bienes y
servicio, retomar las conexiones, incluidas las marítimas. Pero es una hoja de ruta, se va a ir desarrollando, es decir, esto sí que no se hace en una hora. Ojalá dure para siempre.


Señor Gutiérrez, le agradezco su tono y su apoyo. A todos ustedes, de verdad, muchas gracias, porque vamos a seguir necesitando el intercambio tanto para desarrollar esa hoja de ruta como para apoyar al enviado especial del secretario
general con el fin de encontrar una solución a la cuestión del Sáhara Occidental.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro. Le agradezco mucho, otra vez, que haya acudido aquí y agradezco a todo el mundo su tono en el debate.


Levanto la sesión.


Eran las ocho de la noche.