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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 62, de 27/04/2020
cve: DSCD-14-CO-62 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2020 XIV LEGISLATURA Núm. 62

DEFENSA

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ ANTONIO BERMÚDEZ DE CASTRO FERNÁNDEZ

Sesión núm. 3

celebrada el lunes,

27 de abril de 2020



ORDEN DEL DÍA:


Minuto de silencio ... (Página2)


Comparecencia de la señora ministra de Defensa (Robles Fernández):


- Para informar sobre el desarrollo de la Operación Balmis en el marco de la lucha contra la COVID-19. A propuesta del Gobierno. (Número de expediente 214/000035) ... (Página2)


- Para informar sobre la crisis del COVID-19 en el ámbito de sus competencias. A petición del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. (Número de expediente 213/000245) ... (Página2)


- Para explicar las acciones que el Ejército español está llevando a cabo frente a la crisis sanitaria del COVID-19. A petición del Grupo Parlamentario Republicano. (Número de expediente 213/000262) ... (Página2)


- Para informar sobre los efectos actuales de las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir el coronavirus COVID-19 con arreglo al estado de alarma declarado y prorrogado y las previsiones acerca de sus futuros efectos, en el ámbito de
la defensa. A petición del Grupo Parlamentario VOX. (Número de expediente 213/000265) ... (Página2)


- Para informar sobre la crisis del COVID-19 en el ámbito de sus competencias. A petición del Grupo Parlamentario VOX. (Número de expediente 213/000277) ... (Página2)



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- Para que explique las medidas adoptadas por su departamento en el marco de la gestión de la emergencia sanitaria causada por el COVID-19. A petición del Grupo Parlamentario Ciudadanos. (Número de expediente 213/000297) ... href='#(Página2)'>(Página2)


- Para que explique las medidas adoptadas por su departamento en el marco de la gestión de la emergencia sanitaria causada por el COVID-19. A petición del Grupo Parlamentario Ciudadanos. (Número de expediente 213/000312) ... href='#(Página3)'>(Página3)


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.


MINUTO DE SILENCIO.


El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.


Señorías, buenas tardes a todos. Bienvenida, ministra de Defensa, a esta Comisión, que es la suya. Saludo también a los altos cargos que la acompañan, al secretario de Estado de Defensa, don Ángel Olivares, al general López del Pozo y al
general Villarroya, que han estado al frente del mando operativo de la denominada Operación Balmis, así como al resto de cargos que la acompañan. Nuestro reconocimiento a todo el personal de esta Cámara que hace posible que esta Comisión pueda
celebrarse en medio de esta grave crisis sanitaria que estamos padeciendo. Nuestro agradecimiento y admiración también, y creo que recojo el sentir de todas sus señorías, a todos los profesionales que en sus diferentes ámbitos están luchando en
primera línea contra este virus, que espero que entre todos, más pronto que tarde, podamos superar.


Antes de iniciar la Comisión, querría trasladar, recogiendo también la encomienda de todos los grupos parlamentarios, nuestro apoyo y nuestra solidaridad a todos los hospitalizados, entre los que se encuentran también miembros de nuestras
Fuerzas Armadas, deseándoles una pronta recuperación, así como enviar nuestro más sentido pésame, nuestro consuelo y nuestro cariño a los familiares de las ya 23 521 personas fallecidas víctimas de esta pandemia, en cuya memoria y recuerdo y desde
el más profundo respeto les pido que iniciemos la Comisión guardando por ellos un minuto de silencio. (Las señoras y los señores diputados, puestos en pie, guardan un minuto de silencio).


Muchas gracias.


COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE DEFENSA (ROBLES FERNÁNDEZ):


- PARA INFORMAR SOBRE EL DESARROLLO DE LA OPERACIÓN BALMIS EN EL MARCO DE LA LUCHA CONTRA LA COVID-19. A PROPUESTA DEL GOBIERNO. (Número de expediente 214/000035).


- PARA INFORMAR SOBRE LA CRISIS DEL COVID-19 EN EL ÁMBITO DE SUS COMPETENCIAS. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000245).


- PARA EXPLICAR LAS ACCIONES QUE EL EJÉRCITO ESPAÑOL ESTÁ LLEVANDO A CABO FRENTE A LA CRISIS SANITARIA DEL COVID-19. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO REPUBLICANO. (Número de expediente 213/000262).


- PARA INFORMAR SOBRE LOS EFECTOS ACTUALES DE LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR EL GOBIERNO PARA COMBATIR EL CORONAVIRUS COVID-19 CON ARREGLO AL ESTADO DE ALARMA DECLARADO Y PRORROGADO Y LAS PREVISIONES ACERCA DE SUS FUTUROS EFECTOS, EN EL ÁMBITO DE
LA DEFENSA. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO VOX. (Número de expediente 213/000265).


- PARA INFORMAR SOBRE LA CRISIS DEL COVID-19 EN EL ÁMBITO DE SUS COMPETENCIAS. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO VOX. (Número de expediente 213/000277).


- PARA QUE EXPLIQUE LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR SU DEPARTAMENTO EN EL MARCO DE LA GESTIÓN DE LA EMERGENCIA SANITARIA CAUSADA POR EL COVID-19. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO CIUDADANOS. (Número de expediente 213/000297).



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- PARA QUE EXPLIQUE LAS MEDIDAS ADOPTADAS POR SU DEPARTAMENTO EN EL MARCO DE LA GESTIÓN DE LA EMERGENCIA SANITARIA CAUSADA POR EL COVID-19. A PETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIO CIUDADANOS. (Número de expediente 213/000312).


El señor PRESIDENTE: Vamos a iniciar la Comisión de Defensa, en la que, como verán, seguimos las recomendaciones y los protocolos de seguridad sanitaria en cuanto a distancia y participación presencial de los diputados de los diferentes
grupos parlamentarios. Como sus señorías saben, esta sesión de la Comisión tiene por objeto la comparecencia de la ministra de Defensa, a petición propia y también a solicitud de varios grupos parlamentarios, tal y como refleja el orden del día,
para que informe sobre las diferentes actuaciones llevadas a cabo desde su ministerio en relación con el COVID-19, comparecencias que, como hemos acordado en Mesa y portavoces, se van a debatir de forma acumulada. Espero que sus señorías tengan en
su poder el informe-balance en relación con la Operación Balmis que, a través del Ministerio de Defensa y de los servicios jurídicos de esta Cámara, se les remitió el pasado viernes. No obstante, si algún portavoz no lo tuviera, tengo a su
disposición algunos ejemplares impresos de dicho informe.


En cuanto a la ordenación del debate, tal y como acordamos también, primero, intervendrá la ministra, sin límite de tiempo; después, harán uso de la palabra los grupos que han solicitado la comparecencia, de mayor a menor, por tiempo de
diez minutos; a continuación, fijará posición el resto de los grupos de menor a mayor, empezando por el Grupo Mixto; después, contestará la ministra; posteriormente, daré un turno de réplica para solicitar información o aclaración de tres minutos
a todos los grupos; y finalmente, intervendrá de nuevo la ministra cerrando el debate.


Les pido a todos que se atengan a los tiempos, de la misma manera que la ministra por su experiencia -estoy seguro- hará un uso racional de la prerrogativa que le otorga el Reglamento de la Cámara. Sin más, bienvenida de nuevo. Señora
ministra, tiene la palabra.


La señora MINISTRA DE DEFENSA (Robles Fernández): Gracias, presidente.


Muy buenas tardes, señorías. Me van a dejar que empiece mi intervención -como no podía ser de otra manera- con un recuerdo muy especial a las más de 23 000 personas fallecidas como consecuencia del coronavirus. Dentro de esas 23 000
personas, quiero hacer una especial mención a los tres fallecidos pertenecientes a las Fuerzas Armadas: un cabo del Ejército de Tierra, un subteniente del Ejército del Aire y un personal laboral civil, que también fallecieron. A todas las familias
de los 23 000 fallecidos, quiero enviarles nuestro cariño, que sepan que estamos con ellos y que los recordamos. Me parece que este minuto de silencio que hemos guardado aquí es la expresión más sentida de ese reconocimiento a todos ellos y a sus
familias.


No puedo tampoco dejar de hacer un agradecimiento muy especial a todos los hombres y mujeres que se han caracterizado durante este periodo desde que se declaró la alarma por su generosidad, su solidaridad y por su entrega. Tengo que citar,
en primer lugar -como no podía ser de otra manera-, a todo el personal sanitario que día y noche ha estado acompañando a los enfermos y cuidándolos -luego haré una especial mención a aquellos que pertenecen al ámbito militar en el Hospital Central
de la Defensa Gómez Ulla y en el Hospital Militar de Zaragoza-, a todos los médicos de España por todo su trabajo realizado, así como al resto del personal sanitario, como los celadores y todas aquellas personas que están trabajando en los centros
hospitalarios. Todos ellos tendrán siempre nuestro agradecimiento sin límites. También quiero agradecer -como no podía ser de otra manera- a todas aquellas personas que han hecho posible, desde sus distintos trabajos, que España haya podido
mantener, dentro de lo posible, un cierto ritmo. Como antes decía el presidente -y yo me uno a ello-, quiero expresar mi gratitud a todos aquellas personas que trabajan aquí en este Congreso y que hacen posible que se celebre esta sesión de hoy.
Naturalmente, quiero mostrar también mi agradecimiento a todos los transportistas, a todos los trabajadores de supermercados, a todas aquellas personas que con su entrega han hecho que determinados servicios mínimos como la alimentación o farmacia
hayan podido ser posibles. Mi agradecimiento también -como no podía ser de otra manera- a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; esas fuerzas de seguridad del Estado que han cumplido en todo momento con su obligación.


Pero me tienen que permitir, y mucho más en este ámbito de la Comisión de Defensa, que tenga un reconocimiento y un agradecimiento muy especial, yo casi diría infinito, a todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que me han
acompañado y me acompañan voluntariamente, tanto al jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Villaroya, como al comandante del Mando de Operaciones, el teniente general López del Pozo. En ellos quiero representar el agradecimiento que, como
ministra de Defensa,



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tengo a las Fuerzas Armadas por el trabajo que han realizado, un agradecimiento que comparte la inmensa mayoría de la ciudadanía de este país.


Los 120 000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y los 30 000 civiles del Ministerio de Defensa que hemos trabajado en la Operación Balmis solo hemos tenido exclusivamente un objetivo, y ese objetivo ha sido el de salvar vidas y ayudar a
los ciudadanos, sin preguntar quiénes eran, dónde estaban, cuándo estaban y cómo estaban. Al igual que aquellos que he citado anteriormente, sanitarios, personal de transporte, personal de supermercados, fuerzas de seguridad, personas que trabajan
en residencias geriátricas, todos ellos han sido un ejemplo de generosidad, de entrega y de eficacia. Creo que el mejor reconocimiento que yo puedo hacer aquí, en la sede de la soberanía popular, como ministra de Defensa, es darles las gracias a
todos y cada uno de los 120 000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que han participado en esta Operación Balmis, que tenían -insisto- un único y exclusivo objetivo: salvar vidas. En ningún caso ha habido ninguna matización, ninguna
orientación de tipo político. Yo les puedo decir -y lo digo aquí con toda claridad y sin complejos- que todo lo que se ha hecho -y luego me referiré a ello- por todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, dirigidas por el mando único, el
Jemad, el general Villaroya, y por el comandante del mando de operaciones, López del Pozo, lo han hecho con esa finalidad que decía antes y lo positivo les corresponde a ellos, porque ellos lo han hecho por los ciudadanos, para los ciudadanos y sin
ninguna valoración de tipo político. Los errores que pueda haber habido son exclusivamente míos, y quiero que quede muy claro en esta comparecencia. Por tanto, todo lo positivo -que ha sido mucho, como ustedes verán-, que han hecho las Fuerzas
Armadas es de ellos; lo negativo que haya podido haber es exclusivamente mío, e insisto, con la única finalidad de salvar vidas. A veces lo habremos conseguido; otras veces no lo habremos conseguido, pero el objetivo era ese y creo que nos
podemos sentir muy orgullosos. Yo lo he dicho esta mañana en otra reunión: en mi larga vida profesional -en muchísimos ámbitos de mi vida-, trabajando siempre por los derechos, por las libertades, por la seguridad, por España y por este país, creo
que el momento en el que me siento más orgullosa es precisamente este momento como ministra de Defensa. Me parece que era una presentación que tenía que hacer sin ningún tipo de complejos desde la convicción de una persona que, insisto, lleva desde
los veintitrés años trabajando por este país, por los derechos, por las libertades y por los ciudadanos.


Hecha esta primera presentación que me parecía esencial, porque quiero que quede claro que las críticas y los defectos son exclusivamente míos y no de las Fuerzas Armadas, voy a pasar a explicarles la Operación Balmis. Como decía el
presidente, hemos enviado una documentación para que sirva de guía, si es necesaria, pero trataré de hacer una síntesis lo más rápida posible. El apoyo normativo de la Operación Balmis, como todos ustedes saben, viene del Real Decreto 463/2020, de
14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma y en el que, entre otros, se designa a la ministra de Defensa como autoridad competente delegada y se la habilita para dictar órdenes, resoluciones, disposiciones e instrucciones interpretativas
en la esfera específica de su ámbito de actuación. En ese mismo decreto se establecía expresamente la consideración que tenían las Fuerzas Armadas, del carácter de agente de autoridad precisamente para el cumplimiento de aquellas funciones que se
permitían y que se establecían en el ámbito de la declaración del estado de alarma, que, como ustedes saben, ha sido prorrogado en tres ocasiones con la ratificación del Congreso de los Diputados. Así pues, señorías, desde el primer momento las
Fuerzas Armadas fueron consideradas un elemento necesario en la respuesta a esta crisis, una crisis eminentemente sanitaria cuya envergadura exige al Estado recurrir a todas sus capacidades, y esas capacidades obviamente también incluían las de las
Fuerzas Armadas.


Esta tarea no es ajena a las Fuerzas Armadas, no es algo que se haya descubierto precisamente con este decreto sino que forma parte del ADN de los ejércitos. Precisamente, la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional,
en su artículo 15.3 señala entre las misiones de las Fuerzas Armadas, que estas -las Fuerzas Armadas-, junto con las administraciones del Estado y las administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los
supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente. El propio artículo 15 de esta Ley de la Defensa Nacional ya establecía en su momento en el apartado e) que las
Fuerzas Armadas pueden llevar a cabo operaciones consistentes en la colaboración con las diferentes administraciones públicas en esos supuestos a los que antes me he referido de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas,
conforme a lo establecido en la legislación vigente.


Una vez que entró en vigor el estado de alarma, mediante la instrucción que dicté el 15 de marzo, procedí a designar al jefe del Estado Mayor de la Defensa, al Jemad, general Villaroya, a quien quiero



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agradecerle muy especialmente desde el primer momento su trabajo como mando único para que coordinara y fuera el mando único, precisamente, de todas las medidas a ejecutar y a integrar bajo ese mando único, los recursos operativos de las
Fuerzas Armadas y de la Inspección General de Sanidad.


Por su parte, el Jemad, en su Directiva militar inicial de 16 de marzo, estableció cuál era la misión de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el COVID-19. Para cumplir esta misión que se nos encomendaba en el decreto de estado de alarma,
se puso en marcha la Operación Balmis. Su nombre pretende rendir homenaje al médico militar Francisco Javier de Balmis y Berenguer, nacido en Alicante en 1753, que fue quien dirigió la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna contra la viruela,
conocida como la expedición Balmis. Se desarrolló entre 1803 y 1806 para llevar las vacunas de la viruela a Latinoamérica y Filipinas, entre otras zonas. Precisamente, se entendió que se compartía con esa misión que realizó el médico militar
Balmis esa finalidad tan importante y tan específica que honra a las Fuerzas Armadas en este caso, que es la de salvar vidas.


Según el plan de operaciones del comandante del mando de operaciones -al que también, lo he dicho antes, quiero expresar mi agradecimiento muy especialmente, al teniente general López del Pozo-, la Operación Balmis se concibe como una
operación en apoyo a las instituciones del Estado y administraciones públicas, lo cual me parece importante que se tenga en cuenta: es una operación de apoyo. Y para eso, para esa operación de apoyo, se acordó desplegar fuerzas en aquellas zonas
en las que se nos solicitara y se entendiera que se podía aportar y era necesaria la contribución de las Fuerzas Armadas, siempre, como digo, con esa finalidad de colaboración con las administraciones públicas y con otras instituciones del Estado.


Las misiones más importantes que se desarrollaron, y que luego yo explicaré con más detalle, fueron el transporte logístico de medios técnicos y personal sanitario; transporte logístico de bienes de primera necesidad en las condiciones
adecuadas de seguridad; empleo de las capacidades sanitarias de las Fuerzas Armadas, incluido el transporte medicalizado y establecimiento de hospitales de campaña; el apoyo logístico y cualquier otro apoyo requerido para contribuir a la seguridad
y el bienestar de los ciudadanos, y el apoyo a las fuerzas de seguridad del Estado, policías autonómicas y policías locales, en la fórmula que se nos solicitara.


La Operación Balmis cuenta con una estructura operativa que contempla, bajo control operacional del comandante del mando de operaciones, cuatro mandos componentes: los tradicionales terrestre, marítimo y aéreo, junto con el mando componente
de emergencias, que aglutina los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias. Además, la Inspección General de Sanidad de la Defensa se adscribió también -se adscribe-, en el ámbito de la Operación Balmis, a esa estructura bajo la dirección
operativa. Este es un elemento que quiero resaltar: la Operación Balmis es una operación de todas las Fuerzas Armadas en su conjunto, incluidas unidades como la Guardia Real. También, como decía antes -y me parece importante ponerlo de relieve-,
quiero resaltar que el mejor servicio que podían desempañar las Fuerzas Armadas no era -insisto, no era- actuar por propia iniciativa, sino poner sus capacidades humanas y materiales -insisto, humanas y materiales-, su especialización, conocimientos
y recursos, a disposición de las distintas administraciones e instituciones implicadas para ser desplegadas allí donde más falta hicieran y más ayudaran a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables. Créanme que en todo momento hemos tenido
en cuenta muy especialmente a aquellos ciudadanos que lo necesitaban más. Como decía al principio de mi intervención, contribuir a salvar vidas ha sido, es y será el único objetivo de la Operación Balmis y de las Fuerzas Armadas en esta concreta
crisis que estamos viviendo. Por ello, como decía al principio, quiero expresar nuestro agradecimiento infinito a todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que han participado en ello.


Para que la colaboración de las Fuerzas Armadas resultara efectiva y eficaz desde el principio, se fue consciente de la necesidad no solo de coordinar la actuación de las distintas unidades entre sí, sino de coordinar la actuación de las
Fuerzas Armadas con las necesidades y solicitudes que las distintas administraciones e instituciones implicadas nos realizaban. Se estableció así un mecanismo de coordinación que paso a explicarles muy sintéticamente con ese objetivo de facilitar
la coordinación. Los ministerios designados como autoridad competente han desplegado oficiales de enlace en el ámbito de la Operación Balmis y se ha designado la representación del Ministerio de Defensa en la estructura de coordinación
interministerial que se creó precisamente entre las cuatro autoridades delegadas. En esta representación, coordinados por el subdirector general de Cooperación y Defensa Civil, han participado y participan el general jefe de la División de
Estrategia del Estado Mayor Conjunto, el jefe de gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, también nos acompaña aquí el secretario de Estado, al que quiero



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agradecer su dedicación absoluta, sobre todo en el ámbito del transporte, cuando ha sido necesario gestionar actuaciones para que pudiera estar todo el mundo lo suficientemente abastecido en la medida de lo posible, y también ha formado
parte el inspector general de Sanidad.


Por otro lado, era necesario, como decía antes, establecer un mecanismo claro, sencillo y rápido para canalizar y gestionar la multitud de solicitudes de colaboración, ayuda de intervención que se solicitó a las Fuerzas Armadas desde que se
declaró el estado de alarma. Sí, señorías, multitud, multitud de solicitudes de colaboración se realizaron a las Fuerzas Armadas. El mecanismo es y ha sido sencillo: cualquier entidad u organismo puede solicitar a la delegación o subdelegación
del Gobierno la petición de apoyo rellenando un breve formulario. Posteriormente, la petición es remitida a los diferentes ministerios competentes, de acuerdo con lo que establece el Real Decreto 463/2020, y una vez aprobada, se remite por correo
electrónico al personal de guardia, que trabaja en el mando de operaciones las veinticuatro horas del día. Una vez recibida la petición correspondiente en el mando de operaciones, el Estado Mayor de este desarrolla un proceso de estudio previo a la
asignación de cometidos a los distintos mandos componentes en el que se contemplan diversos elementos como el tipo de emplazamiento, la distancia de la unidad potencial en ejecutar el apoyo o el nivel de afectados en la zona. Tras dicho análisis y
estudio, el apoyo solicitado es asignado a uno de los mandos componentes que, a su vez, asigna ese cometido a la unidad ejecutante. Posteriormente, desde el mando de operaciones se realiza una labor de seguimiento y conducción tanto en el corto
plazo como en el medio y largo plazo.


Como ya apuntaba antes, los principales ámbitos de actuación en los que se ha plasmado la Operación Balmis han sido los siguientes: el apoyo logístico, aportando capacidades de transporte aéreo y terrestre y facilitando material y
suministro -todo ello, como digo, lo desarrollaré después con más calma-; la desinfección de infraestructuras críticas, instalaciones y establecimientos que prestaban y prestan servicios esenciales; el apoyo sanitario y el incremento de la
capacidad hospitalaria, y asimismo, la seguridad como apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado.


Como es lógico, durante este tiempo, el peso y los esfuerzos dedicados en cada ámbito no han sido iguales en el tiempo y han ido evolucionando con arreglo a las circunstancias, si bien, por suerte, parece que vamos avanzando, parece que
empezamos a ver la luz al final del túnel con todas las precauciones. Por eso, precisamente, la propia Operación Balmis se ha ido adaptando a estas circunstancias, según la evolución y el desarrollo de la pandemia en cada momento.


Con la lógica provisionalidad de los datos, hasta la fecha son más de 17 000 las actuaciones llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas en más de 2800 localidades; actuaciones que han supuesto la participación acumulada -esto es importante- de
más de 120 000 efectivos. Pero, miren, yo no me quiero quedar con los datos porque detrás de cada dato, detrás de cada actuación, existe un hombre y una mujer de las Fuerzas Armadas que arriesga su salud, que arriesga su vida, por realizar su
trabajo siempre con la máxima dedicación y también hay personas que reciben ese apoyo -créanme- de los ejércitos con el máximo cariño. Así pues, entenderán que no voy a proceder ni siquiera a una enumeración de las 17 000 actuaciones porque sería
imposible. Por eso solo pretendo darles las líneas generales, sin perjuicio de que si fueran necesarios más datos respecto a actuaciones concretas, evidentemente, se los daría.


En cuanto al apoyo logístico, las actuaciones relacionadas pueden agruparse en dos planos: en primer lugar, el apoyo al transporte, ya sea terrestre o aéreo, y en segundo lugar, la aportación de materiales y suministros. El esfuerzo en
este ámbito se ha mantenido más o menos constante durante toda la operación desde el inicio de la operación. Por lo que al transporte terrestre se refiere, las capacidades de las Fuerzas Armadas están facilitando el traslado de material sanitario,
muestras biológicas y maquinaria para la producción de material de protección como mascarillas, sobre todo las máquinas adquiridas para su fabricación, así como el traslado de alimentos para bancos de alimentos y organizaciones sociales. Me parece
muy importante poner de relieve este hecho, aunque haya insistido muchas veces en ello, para que no haya ninguna duda: hemos colaborado en el transporte para los bancos de alimentos. Ha sido siempre la protección de los más vulnerables, lo que ha
guiado la actuación de las Fuerzas Armadas.


Durante la segunda y tercera semana de la Operación Balmis se incrementaron los esfuerzos destinados a apoyar el traslado de enfermos, personas mayores y fallecidas; actividad que, por suerte, ha empezado a disminuir una vez que se han ido
cerrando los depósitos intermedios de cadáveres establecidos en el Palacio de Hielo y en la pista de hielo de Majadahonda en la Comunidad de Madrid.


Quiero poner de relieve en este punto la extraordinaria tarea, el excepcional trato que han dado a los restos mortales de estas personas los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y del Ejército de



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Tierra, que han acometido la luctuosa tarea de trasladar los cadáveres a los depósitos intermedios habilitados por la Comunidad de Madrid. Puedo trasladarles -lo saben perfectamente, porque todos los que están aquí conocen cómo son los
hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas- que en todo momento esta operación tan dolorosa del traslado de los cadáveres se ha hecho con la máxima dignidad, con el máximo respeto, pretendiendo que, aunque no estuvieran sus familia, que sabíamos que
no podían estar con ellos, sintieran el apoyo, el cariño, el respeto y, como he dicho en alguna ocasión, para aquellos que fueran creyentes una oración también respecto de ellos. Créanme que ha habido momentos muy emotivos, como cuando gente de la
Unidad Militar de Emergencias o del Ejército de Tierra han dicho: nunca les hemos dejado solos, no se iban a quedar atrás. Quiero mostrar, por eso, ese reconocimiento a esos hombres y mujeres que han estado con ellos y también que sus familias
sepan -ya sé que no les vamos a consolar- nuestro respeto, el respeto que los ejércitos, que no son los ejércitos, que son los hombres y mujeres que forman parte de ellos, han demostrado siempre por los fallecidos.


En cuanto a las operaciones de transporte aéreo, hay que destacar el transporte de material sanitario de Ingesa y Fundación ONCE a Ceuta, Melilla, islas Canarias e Islas Baleares; también los transportes, como decía antes, para diferentes
bancos de alimentos, así como la ayuda al transporte de diferentes donaciones a entidades benéficas. Hemos querido trabajar mucho con las entidades benéficas.


Igualmente, merecen una mención especial los movimientos aéreos estratégicos realizados. Desde el comienzo de la Operación Balmis hasta el día 16 de abril de 2020 -luego les pondré más al día, si quieren, pero los datos, para ser muy
exactos, me gusta ceñirlos al día 16 de abril de 2020- se habían realizado un total de once vuelos estratégicos para recogida de material sanitario. La mayoría de estos vuelos han sido fletados por el mando de operaciones, el operador logístico de
Defensa y el Ejército del Aire, e incluso en el caso de vuelo fletado por el Ministerio de Sanidad sus permisos de carga y descarga fueron gestionados por el Ministerio de Defensa. Créanme también que ha sido muy emotivo para mí hablar con
comandantes, gente muy joven, que habían hecho los vuelos de Madrid a China y de China a Madrid en treinta y dos horas y cómo, cuando acababan de aterrizar y ya se iban machacados a sus casas, me decían: la emoción que tenemos por saber que estamos
haciendo un trabajo que sirve para ayudar. Esto creo que es algo que no tiene precio y que no todo el mundo lo podrá tener en su haber el día de mañana.


También hay que resaltar la cooperación internacional a través del Euro-Atlantic Disaster Response Coordination Center. Hemos recibido ayuda de algunos países, como la República Checa, Turquía, Luxemburgo o Estonia. Se ha hecho transporte
de estas mercancías, y yo aquí quiero agradecer a esos países la colaboración que han prestado. En muchas ocasiones ha sido simbólica, pero los simbolismos en momentos como estos, que implican la unidad de países, en este caso socios de la OTAN, yo
creo que son importantes. Hasta el 16 de abril se ha transportado un volumen total de 830 metros cúbicos y un peso de 110 000 kilos.


Por lo que al aporte de materiales y suministros se refiere, señalaré que las Fuerzas Armadas están realizando una importante tarea facilitando mobiliario, camas, sillas, literas, taquillas, contenedores, duchas, frigoríficos, morgues
portátiles, lámparas para hospitales, grupos electrógenos... Los destinatarios de este apoyo han sido y son tanto entidades e instalaciones de carácter social como instalaciones hospitalarias, a las que me referiré más adelante.


Por lo que se refiere al apoyo logístico a instalaciones que dan respuesta a las necesidades de índole social, baste poner, entre otros muchos ejemplos, algunos. Por ejemplo, el apoyo al Ayuntamiento de Barcelona. Tengo que agradecer tanto
a la alcaldesa de Barcelona como al primer teniente de alcalde de Barcelona el agradecimiento que me han transmitido. Nosotros hemos intentado ayudar y se ha ayudado al Ayuntamiento de Barcelona para el mantenimiento y proporcionar alimentos en los
dos establecimientos provisionales de acogida sitos en la Fira. Asimismo -sin ánimo exhaustivo, voy a citar algunos, tampoco les quiero cansar-, hemos ayudado a la ONG Médicos sin Fronteras, para la instalación y mantenimiento de un hospital de
campaña en Alcalá de Henares, y al centro de acogida de personas en situación de desamparo en León. Hemos ayudado con diverso material de campamento a los dos centros de acogida establecidos en Ifema, Madrid. Hemos ayudado al establecimiento de
albergues de la Cruz Roja en Santa Cruz de Tenerife. Se ha ayudado también mediante la instalación de duchas en el albergue provisional de Melilla o con la cesión temporal de una carpa-túnel entre una residencia y el centro de día de Requena. Se
ha cedido también mobiliario al centro de asistencia de menores en el polideportivo La Libertad, en Ceuta; a la residencia de ancianos de San Quirce, en Burgos; en Las Palmas de Gran Canaria... Serían innumerables las aportaciones. Por tanto, si
alguien tiene especial interés se lo diré. Se ha ayudado



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también en la distribución de productos de bancos de alimentos y de agua potable en distintos lugares. Se ha procedido a una actividad muy importante que es la desinfección de infraestructuras críticas: puertos, aeropuertos, estaciones,
autobuses, instalaciones sanitarias, hospitales, centros sociales, residencias de mayores, centros de discapacitados. Quiero poner aquí en valor que de las 17 000 actuaciones que se han realizado por las Fuerzas Armadas más del 60 % han sido
desinfecciones, sobre todo en residencias de mayores. Hemos desinfectado 4019 residencias de mayores y esto ha puesto de relieve que esta es una asignatura pendiente que este país tiene y que, de alguna manera, cuando todo esto pase, habrá que
abordar cómo se trata a nuestros mayores.


Señorías, si las acciones de apoyo a la desinfección tienen una gran importancia numérica, el apoyo sanitario y el incremento de capacidad hospitalaria es, a mi juicio, la aportación más importante, cualitativamente hablando, de las Fuerzas
Armadas en esta crisis. En el marco de la Operación Balmis, las Fuerzas Armadas han hecho un ingente esfuerzo por apoyar el Sistema Nacional de Salud. Se han realizado y se están realizando desde actividades de castrametación, necesarias para
apoyar al montaje de hospitales, apoyo logístico para el montaje de los mismos, hasta el suministro de equipos, etcétera. Señor Martínez Oblanca, quiero agradecerle muy especialmente el ofrecimiento que usted hizo llegar al Ministerio de Defensa en
su momento. Es importante, e igual que se lo he agradecido antes, quiero agradecérselo aquí.


No solo se ha realizado una importante contribución a los hospitales militares con medios materiales y personales sino que se ha procedido a ayudar a la construcción de pabellones, como el de Ifema en Madrid. Ha sido muy importante esta
colaboración que ha efectuado el Ejército de Tierra. En este hospital de campaña en ningún momento ha faltado personal de las Fuerzas Armadas. Hacía referencia antes al hospital de Médicos sin Fronteras en Alcalá de Henares. Se ha procedido a la
construcción de hospitales en Segovia y en Sabadell. También quiero dar muy especialmente las gracias a la alcaldesa de Sabadell, quien me llamó para darme las gracias porque en todo momento tenía muy claro que era importante que los ciudadanos de
Sabadell tuvieran la asistencia necesaria. También asesoramos en el montaje de un hospital de campaña en Loeches. Asimismo, se ha dado material de campamento a los hospitales Gregorio Marañón, La Paz, 12 de Octubre, Tres Mares, Ramón y Cajal, a
los de Alcorcón, Albacete, Getafe, Leganés, Oviedo -como bien sabe el señor Martínez Oblanca-, León, Puerto de Melilla, Las Palmas. El buque de asalto anfibio Galicia se ha desplazado a las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta con el fin de
reforzar las capacidades que eran necesarias en aquellos lugares. Como decía también antes, se ha procedido al refuerzo de las capacidades mortuorias. Quiero hacer aquí una especial mención al esfuerzo de la red sanitaria militar y a las
actuaciones de la Inspección General de Sanidad, de la Igesan; unas actuaciones -y también es muy importante que lo ponga de relieve- sobre las que, en el caso del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, quiero expresar mi máximo reconocimiento
a todo el personal que allí ha trabajado. Han permitido un incremento en el número de camas de un 51 % en hospitalización, de un 450 % en urgencias y 277 % en las UCI. Por su parte, el Hospital General de Defensa de Zaragoza ha pasado de 97 camas
a 180, de las cuales 9 son de UCI, cuando antes solo había 4. Ya saben ustedes, además, que esos centros sanitarios, por nuestros respectivos convenios con las comunidades autónomas, atienden también a la población civil. En concreto, en Zaragoza,
a los ciudadanos de esa ciudad, y aquí a los de la zona de Carabanchel. En cuanto al Centro de Transfusión de las Fuerzas Armadas, está colaborando en un ensayo clínico multicéntrico para la producción de plasma hiperinmune de donantes
convalecientes de COVID-19, promovido por el Hospital Universitario Puerta de Hierro y financiado por el Instituto de Salud Carlos III.


Por parte de la Subinspección General de Apoyo y Ordenación Farmacéutica hay que resaltar, entre otras, la dotación y la ayuda a la dotación de mascarillas, batas desechables, guantes desechables; también la producción de productos
sanitarios como solución hidroalcohólica, tanto la fabricación como la dispensación; paracetamol; ribavirina; azitromicina; desarrollo y ensayos de producción de hidroxocloroquina. Es verdad que este es un medicamento sobre el que hay dudas,
pero no queríamos que se dejara de fabricar y se ha hecho en el Centro Militar de Farmacia.


Por lo que hace referencia a la colaboración de las Fuerzas Armadas con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se ha hecho sobre todo en aquellos sitios en los que hemos pretendido descargar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado de sus misiones específicas. Por eso se han realizado tareas de vigilancia en infraestructuras críticas como las centrales de Cofrentes y Almaraz, por el Ejército de Tierra; la de Trillo, por el Ejército del Aire y otras infraestructuras
del sector de energía, telecomunicaciones, transporte, abastecimiento de aguas, etcétera. En colaboración con la Guardia Civil



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se están realizando patrullas en puestos fronterizos en Navarra, Girona, Pontevedra, Orense, Cáceres, Badajoz, Zamora, Melilla, Ceuta y Huesca.


Hasta aquí, sin ánimo de ser exhaustiva -porque no pretendo serlo tampoco, porque es muy difícil mencionar todas y cada una de las 17 000 actuaciones que se han hecho con eficacia, con entrega y con generosidad-, unos breves apuntes, una
breve descripción de todas aquellas actuaciones en las que ha consistido la Operación Balmis. Reitero que el único mérito es de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, unos profesionales excepcionales, disciplinados, con una altísima
cualificación y preparación, eficientes y capaces de adaptarse a la misión que se les era encomendada y con una altísima moral. Unos hombres y mujeres que, una vez más, están dando lo mejor de sí mismos por la sociedad española, dejando patente su
compromiso con ella y su amor a todos los ciudadanos, sean de donde sean, estén donde estén y sin ninguna consideración de carácter político.


Puedo decirles también que, mientras se estaba realizando la Operación Balmis, en ningún momento se han dejado de hacer aquellas operaciones permanentes que tienen que desarrollar nuestras Fuerzas Armadas y también nuestras misiones en el
exterior. En el exterior hemos tenido que hacer volver a alguna parte de los contingentes como consecuencia de la actividad de coronavirus. En total, en Irak se han quedado 155 hombres y mujeres porque ha habido un repliegue parcial; lo mismo
ocurre en Mali -luego me referiré a ello-, pero continúan en Letonia, continúan en Líbano, con una moral muy alta y dejando muy alto el pabellón de nuestro país en el ámbito de las misiones internacionales que -no se nos olvide- son misiones de paz.
Les diré también que hemos tratado, dentro de los medios y de nuestra disponibilidad, de proteger a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas. Además de la normativa que, con carácter general, han dado las autoridades sanitarias cada uno de los
jefes de Estado Mayor de los ejércitos ha dictado instrucciones en ese sentido. Al empezar mi intervención hice una mención -quiero volver a hacerlo- a los fallecidos, al cabo del Ejército de Tierra, al subteniente del Ejército del Aire y a la
persona del personal civil que falleció. Con todas sus familias yo he hablado, saben el dolor que tenemos y saben que los sentimos muy cerca. Quiero decir también, con todas las cautelas, que en el Ejército de Tierra el personal militar afectado
ha sido de 1250 hombres y mujeres, de los cuales 193 están diagnosticados y 1057 son dudosos y se encuentran aislados en cuarentena. Ya he dicho antes en cuanto a los datos que nunca quiero decir que es el número exacto porque puede haber algún
baile, pero en concreto la idea es que un 2 % del personal del Ejército de Tierra ha resultado afectado. Es así. En la Armada, desde el comienzo de la pandemia y hasta el día de la fecha, han estado aislados y en cuarentena 533 militares y
civiles, de todos estos un total de 49 han sido confirmados como positivos a COVID-19 y diecinueve han requerido de hospitalización. De momento no se han producido fallecimientos en la Armada. En el Ejército del Aire, desde el principio de la
pandemia hasta el 15 de abril, había un total de 84 afectados por el COVID-19, incluyendo entre ellos los dos fallecidos a los que anteriormente me he referido. En cuanto a la Unidad Militar de Emergencias, las pruebas que ellos han hecho dan que,
del total de los 3000 hombres y mujeres, hay un 3 % de afectados. En las operaciones en el exterior, como decía antes, se han confirmado dos positivos y siete casos sospechosos en la operación OTM de Mali, todos ellos han sido repatriados a
territorio nacional el 14 de abril e ingresados en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.He hablado con algunos de ellos y tienen una evolución positiva.


Estas son las líneas generales de la operación Balmis. Lo que me importa más resaltar, como he dicho y he reiterado, es que es una operación que tenía exclusivamente una finalidad, salvar vidas, que era una finalidad de cooperación y
colaboración con administraciones e instituciones allá donde se nos pedía y donde nosotros entendíamos que teníamos las capacidades suficientes para poderlo hacer. Siempre se ha hecho con absoluta generosidad en los cuatro ámbitos en los que se ha
venido trabajando, tanto en el ámbito de transporte de material como en el ámbito de las desinfecciones. Créanme si les digo que cuando empezó esta situación del estado de alarma fue gracias a la actuación de la Unidad Militar de Emergencias y del
Ejército de Tierra, ya que levantaron un poco y movieron aldabonazos en las conciencias de la situación en las residencias. Por eso les digo que cuando esta situación termine, esta sociedad tiene que hacer una reflexión muy importante sobre lo que
ocurre. Me pueden creer que, según me cuentan, hacer desinfecciones en muchos casos en estas residencias no era fácil, con personas mayores que no entendían incluso las EPI y los trajes de protección que llevaban las personas que realizaban la
desinfección, hombres y mujeres, muchos de ellos muy jóvenes, y con una gran capacidad de generosidad. Sobre la capacidad sanitaria ya lo he dicho antes, el agradecimiento infinito a todo el personal sanitario del Hospital Gómez Ulla y del Hospital
Militar de Zaragoza. Hemos tratado de compartir



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con ellos los momentos más duros, cuando las UCI estaban saturadas, cuando tenían que colocar camas en el gimnasio para que hubiera sitio para todos. De la misma manera que, en determinados sitios, como ocurrió en Segovia y en tantas
localidades, se nos llamaba para pedir que se instalaran hospitales de campaña. Diecisiete hospitales de campaña se han construido con esa finalidad que decía antes de ayudar a salvar vidas


Siempre digo que la obligación de las personas que estamos en la vida pública es tener una vocación de servicio a los ciudadanos, simplemente servir por servir, sin esperar nada a cambio. También digo que este estado de alarma, esta
situación de alarma que está viviendo el mundo entero es una parte de la historia del siglo XXI y será también una parte de la historia de nuestro país. Yo quiero agradecer a todo el mundo, a todo el mundo -y cuando digo a todo el mundo es a todas
las autoridades-, a los cientos de alcaldes que me han llamado y me han dado las gracias, a consejeros de todas las comunidades -y digo de todas las comunidades- con los que nos hemos sentido unidos por razones humanitarias, porque esto no es un
drama político, esto es un drama humano. Ahí, en esa humanidad, en esa entrega, en esa voluntad de servicio nos han dado una vez más un ejemplo los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas. Así que, por mi parte, mi agradecimiento infinito. Creo
que la mejor manera que tengo -como ministra de Defensa y en nombre del Gobierno- de demostrar y manifestar ese agradecimiento es en la sede de la soberanía popular y que si hemos conseguido una sola parte del objetivo, que es ayudar a salvar vidas,
podemos decir que misión cumplida. Yo espero que sigamos trabajando. Cada vez la operación Balmis va quedando reducida porque ya no son necesarios los traslados de enfermos como se han tenido que hacer de centros hospitalarios al pabellón de
Ifema. Aquí quiero mostrar un agradecimiento muy especial. Hacía mención antes a muchísimos alcaldes y consejeros y quiero dar un agradecimiento muy especial a la presidenta de la Comunidad de Madrid y al alcalde de Madrid, con los que hemos
trabajado muy cercanamente en todo el ámbito de Ifema, como a tantísimos alcaldes y autoridades de todas las comunidades -insisto, de todas las comunidades- que a la hora de salvar vidas no han hecho ningún otro planteamiento.


Insisto, y termino con ello, en ese agradecimiento. Esta página de la historia que estamos viviendo se mirará con proyección en el tiempo. Cuando pasen los años, nadie sabrá si el día 27 de abril salieron a la calle los menores o si el 2
de mayo salimos a hacer ejercicio. Sabrán que este país ha sufrido mucho, que este país ha sido solidario, muy solidario con todos sus hombres y mujeres, con todos los ciudadanos que se quedaban en sus casas, que estuvieron confinados durante
cuarenta días, que a las ocho de la tarde salían a aplaudir; este es un gran país del que todos nos tenemos que sentir muy satisfechos. Y, como digo, cuando se escriba la historia, esta historia del coronavirus, un lugar muy importante lo van a
ocupar los hombres y mujeres del Ejército y de nuestras Fuerzas Armadas. Muchas gracias a ellos y muchísimas gracias a todos. Creo que este es el momento de que todas las fuerzas políticas, más allá de la crítica política que es buena, razonable,
sensata en democracia, trabajemos unidos para superar cuanto antes este coronavirus, esta pandemia, porque, efectivamente como decimos en el ámbito de la operación Balmis, este virus lo venceremos todos juntos, entre todos, y para que entre todos
trabajemos por la reconstrucción de este país. España se lo merece y nuestros hombres y mujeres, todos los ciudadanos se lo merecen.


Muchas gracias a todos.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, ministra. Muchas gracias por su exposición y también por el esfuerzo que ha hecho en la capacidad de síntesis para resumir todas las actuaciones que ha llevado a cabo desde su ministerio.


Corresponde ahora la palabra a los grupos parlamentarios, primero aquellos de mayor a menor que han solicitado la comparecencia. En primer lugar, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Gutiérrez Díaz de Otazu.


El Señor GUTIÉRREZ DÍAZ DE OTAZU: Muchas gracias, presidente. Muy buenas tardes, ministra.


Antes de comenzar, quiero expresar en nombre de mi grupo nuestro sentimiento de más hondo pesar y nuestras más sentidas y cordiales condolencias a todos los familiares y allegados del importantísimo número de víctimas mortales que esta grave
pandemia está provocando en nuestro país; toda nuestra empatía y sentimientos de proximidad y afecto para todos y cada uno de ellos. También queremos recordar a todos los que en estos momentos lucha con la enfermedad y a sus familiares, para
desearles mucho ánimo y transmitirles un mensaje de esperanza y de confianza en nuestros extraordinarios servicios sanitarios y en todos y cada uno de los espléndidos profesionales que trabajan en su ámbito y a los que tanto debemos todos los
españoles.



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En primer lugar, señora ministra, permítame expresarle el agradecimiento de mi grupo por asistir a esta comparecencia a petición propia y de los grupos que la hemos solicitado. Para nosotros es una excelente noticia que este acto que hoy
realizamos sea uno más de los que permitan que la actividad parlamentaria vaya recuperando progresivamente su normal desarrollo. Como usted sabe, nuestro grupo pugnó denodadamente por conseguir, y de hecho consiguió contra el criterio de muchos,
especialmente de los grupos que respaldan al Gobierno, la reapertura de estas comisiones y necesitamos continuar avanzando en la consolidación de esta normalidad parlamentaria. Gracias también por la exposición de los pormenores de la Operación
Balmis que nos acaba de ofrecer y que continúa en curso aunque, como usted ha dicho también, decreciendo en su grado de intensidad porque la pandemia parece que va cediendo; con todas las cautelas, como usted también ha dicho. Además quiero
expresarle nuestra más sincera felicitación por el brillante desempeño de todos los cometidos asignados a las Fuerzas Armadas durante el desarrollo de la citada operación, que ha constituido, sin lugar a dudas, un motivo de alivio, tranquilidad y
esperanza para el conjunto de la sociedad española. Le rogamos que desde su puesto transmita a todos los componentes de las mismas nuestros más emotivos sentimientos de gratitud y reconocimiento, así como la más alta consideración sobre su
cualificación y, lo que es más importante, sobre su entrega personal y colectiva al servicio de los españoles.


En lo que concierne a la gestión global de la crisis por parte del Gobierno, no podemos hacer otra cosa más que manifestar nuestra decepción, y no es interés partidista, señora ministra, no es interés de obtener rédito alguno de la gran
desgracia de nuestra nación, de mayor envergadura y de mayor calado que la de cualquier país del mundo con el que nos queramos comparar; es expresión de un dolor y de una preocupación sinceros y genuinos. La pésima gestión del Gobierno ha
conseguido que España pase la vergüenza a día de hoy de exhibir un triple liderazgo: en el número de fallecidos por millón de habitantes; en el más duro confinamiento que amenaza además con ser el más largo, esperamos ansiosos conocer mañana el
plan de desescalada que va a presentar el presidente del Gobierno; y también somos líderes, y apuntamos a serlo en una medida importantísima, de la destrucción de empleo que va a acompañar esta crisis. Es obligación de este grupo parlamentario en
la oposición ponerlo de manifiesto y expresar su dolor al constatar el itinerario por el que esta crisis nos está llevando. Desde antes del comienzo de la misma, el Gobierno se instaló en una posición defensiva para evitar, a costa de lo que fuera,
que esta pandemia fuese a perjudicar la trayectoria de su denominada entonces agenda progresista. No hay más que recordar todos los mensajes de descalificación que en aquellas fechas se produjeron -los españoles lo recuerdan-, cuando se ponían en
cuestión las seguridades sanitarias en torno al Mobile World Congress o en torno a las celebraciones del 8-M y otras congregaciones multitudinarias. Las declaraciones hechas por miembros del Gobierno, por personalidades políticas, por informadores
de toda índole en aquellos días que eran descalificadoras para el que ponía en cuestión de alguna manera la seguridad sanitaria, resonarán en nuestra memoria colectiva durante muchísimo tiempo.


Una vez que la pandemia se desató en su forma más brutal, el Gobierno mantuvo su posición defensiva y, sobre la base de que no hay mejor defensa que un buen ataque, desencadenó una serie de ataques a la oposición; hizo oposición a la
oposición culpando del número de fallecidos iniciales, que parecía exagerado, a los llamados entonces recortes del Partido Popular, la gestión de las residencias e incluso usted, señora ministra, en algún momento -supongo que por el agobio de cómo
iban desarrollándose las cosas- dijo que la oposición debería imitar la conducta de las Fuerzas Armadas obedeciendo al Gobierno y no cuestionando nada. Por último, también se trató de incluir a la oposición en una mesa extraparlamentaria, de los
llamados nuevos pactos de la Moncloa, so pena de ser excluidos ni más ni menos que del futuro de la reconstrucción de España.


En esta dinámica de tildar como desleal cualquier crítica honesta a lo que por el Gobierno se hiciese, por nefastos que fuesen los resultados de las acciones, el Gobierno se instaló en la dinámica de decir que todo lo que era bueno para el
Gobierno era bueno para España y todo lo que era malo para el Gobierno era malo para España. Así llevaron ustedes a ejemplares servidores públicos, como el general Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, a cometer el error de dictar
órdenes para las comandancias tendentes a preservar no la buena imagen del Estado sino la buena imagen del Gobierno, con el consiguiente escándalo en la sociedad española. También se produjeron durante este periodo algunas afirmaciones escandalosas
por parte de miembros del Gobierno, como el señor vicepresidente segundo que aprovechó estas circunstancias para cuestionar públicamente la conveniencia de mantener a España como una monarquía parlamentaria o puso en duda recientemente la
imparcialidad de nuestros tribunales en referencia a la condena de la señora Serra. Como miembro del Gobierno y también como magistrada



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me gustaría conocer su opinión al respecto de estas dos afirmaciones. También me gustaría conocer su opinión con respecto a que el actual ministro de Consumo, señor Garzón, mantenga en su página oficial de Twitter una consideración de la
OTAN como organización de terrorismo legal, cuando hemos pedido apoyo a la OTAN, como es natural, y nos hemos beneficiado del apoyo de determinados países aliados e incluso de algunos observadores.


En lo que concierne al desarrollo de la Operación Balmis, ya le he expresado al comienzo mi felicitación sincera y la de mi grupo con el ruego de que lo traslade a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas; lo hago extensivo en esta sala
al secretario de Estado y a los dos generales que nos acompañan, el jefe del Estado Mayor de la Defensa y el jefe del Mando de Operaciones: con su permiso, les agradezco el esfuerzo realizado y que continúan realizando.


Quiero formularle unas preguntas desde nuestra perspectiva. Con respecto a la colaboración con el Ministerio del Interior, al comienzo de esta crisis se plantearon unas hipotéticas patrullas mixtas o conjuntas con miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado que nunca se realizaron como tales o que fueron abandonadas al poco de iniciarse, como consecuencia, al parecer, de unas dificultades de coordinación entre Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Algunas asociaciones profesionales de la Guardia Civil ponían de manifiesto que los militares iban por su cuenta y que no seguían los criterios técnicos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Me gustaría que nos confirmase o nos
desmintiese si esto sucedió. Nos ha hablado de la célula de coordinación en la Asociación General de Defensa Civil que establece los criterios a alto nivel, pero da la impresión de que a pequeño nivel ha habido algún desencuentro con Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado. Se ha optado por actuar en apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pero sin mezclarse con ellos -es decir, en infraestructuras críticas o cobertura de fronteras-; aquellas famosas patrullas mixtas que
al principio iban a controlar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el seguimiento del confinamiento no sé si planteaban dificultades, pero al parecer eso fue lo que ocurrió.


Nos ha ofrecido un balance de contagios, que le agradezco porque en la información precedente que teníamos no disponíamos de él. Me gustaría saber si el estado actual de disponibilidad por parte de las Fuerzas Armadas de material de
protección en términos de EPI, mascarillas, guantes y todo aquello que todo el mundo echa en falta es suficiente para continuar con el desempeño de sus cometidos; y también la ejecución de test que permitan asegurar, antes de que se lancen al
desempeño de sus cometidos, que no son portadores y que no son vectores de propagación de la enfermedad en los sitios en los que trabajen.


Por parte de algunas aseguradoras sanitarias se está concediendo carácter preferente a los asegurados de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para realizar test en caso de que presenten alguna
sintomatología. Me gustaría saber si el Ministerio de Defensa está en condiciones, al margen de lo que hagan las aseguradoras privadas, de garantizar esa cobertura para la generalidad de los miembros de las Fuerzas Armadas.


Por último, en relación con la denominada Operación Zendal, que, según nuestro conocimiento, o ha sido modificada o ha sido cancelada -en algunos medios de comunicación se dijo que se iba a transformar por una operación a petición-, me
gustaría saber cuál es el estado actual. Se habló de que se iba a realizar de paisano. Creemos que es muy importante la realización de los test masivos a la población. Nos parece que las Fuerzas Armadas iban -es una hipótesis- a prestar una
colaboración importantísima al Ministerio de Sanidad para la realización de estos test, pero tengo la impresión de que está cancelada. Me gustaría saber si es así y cuáles han sido las razones.


Para concluir, señora ministra, quiero expresar una vez más la lealtad de este grupo para con el Gobierno en el desempeño de sus acciones, siempre y cuando sirvan para aliviar y mejorar de manera eficaz y visible la situación de nuestra
nación frente a este descomunal reto, pero acepten también ustedes, señora ministra, que una democracia no funciona solamente con el Gobierno y con los que comparten su forma de entender la realidad y sobre todo las opciones para hacer frente a la
misma. La oposición es necesaria, señora ministra. Sus perspectivas, diferentes de las del Gobierno, no son siempre equivocadas o perversas ni persiguen objetivos inconfesables; tienen al menos la misma intención del Gobierno de ser útiles a los
españoles. La descalificación permanente de la oposición, diga lo que diga, simplemente es antidemocrática y por tanto perjudicial para nuestra nación, señora ministra. Le agradezco mucho su atención.


Muchísimas gracias a todos. Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).



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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez Díaz de Otazu.


A continuación, en nombre del Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Rosety Fernández de Castro.


El señor ROSETY FERNÁNDEZ DE CASTRO: Gracias, señor presidente.


Señora ministra, cuando nos vimos por última vez el 20 de febrero pasado ni yo ni probablemente usted imaginábamos que estaríamos hablando de esto, provistos de guantes de nitrilo y de mascarillas en una sala semidesierta. Esta crisis, esta
emergencia sanitaria, nos ha sorprendido a todos, pero lo malo es que haya sorprendido al Gobierno, del que usted forma parte. Y digo esto porque, como bien sabe, la Estrategia de Seguridad Nacional contempla entre las amenazas y desafíos una
posible pandemia como la que padecemos, y lo hace precisamente al tratar de los riesgos emergentes en la región Asia-Pacífico. Que a mí, un modesto diputado de provincia, me pille a contrapié algo así es casi lo normal, pero que sorprenda al
Gobierno de la nación sin preparación alguna para afrontarlo no es que no sea normal, es que es censurable. Es cierto que, en virtud de lo dispuesto por la Ley de Seguridad Nacional, el primer responsable de proteger la vida de los españoles es el
señor presidente del Gobierno, el señor Sánchez. Usted lo es nada más, pero nada menos que de mantener a punto a las Fuerzas Armadas para facilitar su adecuado empleo como instrumento del Estado. Así, pues, señora ministra, reciba mi enhorabuena
más cordial. Debe estar usted muy satisfecha del buen trabajo realizado por los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas en esta grave crisis sanitaria y de cómo nuestros compatriotas han sabido apreciarlo y agradecerlo. Como portavoz de esta
Comisión, permítame expresar en nombre del Grupo Parlamentario VOX a nuestros soldados, marinos y aviadores, y muy particularmente a los sanitarios, en su persona y en la de las autoridades que la acompañan, nuestra admiración y gratitud.


Comenzaré por recordar a los casi 3000 militares que forman parte de las fuerzas y que lejos de la patria muestran su bandera por tierra, mar y aire. Le hemos preguntado si el Gobierno mantendrá las operaciones en curso o si procederá al
repliegue de los efectivos empeñados en ella. Nada hay tan importante para un militar como el cumplimiento de su misión ni nada que lo sea tanto para un Gobierno como defender los intereses nacionales y cumplir los compromisos internacionales
adquiridos en su defensa. ¿Ha alterado el COVID-19 la estimación de los riesgos que comporta el cumplimiento de las misiones asumidas por España? El espectáculo que están dando diariamente las autoridades sanitarias, mostrándose incapaces de
obtener los abastecimientos más elementales, no nos hace ser optimistas. ¿En qué condiciones sanitarias están operando nuestras fuerzas en el exterior? Tenemos noticias en nuestras calles de que algunas unidades tras su repliegue han sido
desactivadas sin pasar cuarentena, negándose a sus miembros esos test tan escurridizos para el señor Illa, pero tan necesarios para que no contaminen a sus familias. Su primera obligación, señora ministra, es cuidar de las vidas, de la salud y del
bienestar de todos ellos.


Entrando ya en la Operación Balmis, hemos podido advertir importantes deficiencias en la gestión de la crisis por las que el Grupo Parlamentario VOX no ha dejado de interesarse en numerosas iniciativas parlamentarias. Me adelantaré con tres
cuestiones a sus respuestas: preparación y activación de las unidades, cometidos asignados y marco institucional de la actuación militar. Comencemos por lo primero, preparación y activación de las fuerzas. En esta guerra del coronavirus, tan
extraña para los militares por más que sea una de sus misiones, nuestra vanguardia son la Unidad Militar de Emergencias y las unidades de instalación sanitaria. La preparación de la primera nos consta y vino a suplir brillantemente lo que a fin de
cuentas las comunidades autónomas no eran capaces de hacer ante una catástrofe, pero, en cuanto a la sanidad militar, la crisis ha servido para que afloren las insuficiencias de recursos humanos y materiales que las Fuerzas Armadas padecen en este
campo como consecuencia de la errática gestión sanitaria arrastrada por su departamento y sus flaquísimas dotaciones presupuestarias. Según se ha publicado en medios generalistas y especializados, la Brigada de Sanidad del Ejército fue botada hace
siete años, un hospital de campaña con capacidad Role 3. Por cierto, ¿qué ha sido de él? En cuanto a la Armada, cuenta con cinco grandes buques con capacidades quirúrgicas de cuidados intensivos y medicina especializada que han intervenido en
diversas operaciones en el exterior. Quisiera manifestarle nuestra preocupación por el hecho de que si apenas se ha hecho uso de esta capacidad operativa para paliar las evidentes insuficiencias del sistema sanitario sea debido a que la escasez del
personal facultativo militar, reservas incluidas, no lo permite.


En segundo lugar, ¿por qué se retrasó hasta el 15 de marzo la intervención de las Fuerzas Armadas? Reaccionar a tiempo es salvar vidas. El real decreto ley que declaró el estado de alarma es del 14



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precedente, pero la Organización Mundial de la Salud había avisado del riesgo para la salud pública el 30 de enero. Es más, según la prensa, el CNI informó de la gravedad de lo que estaba sucediendo en China muy tempranamente, casi a
comienzos de año. Siendo así, señora ministra, ¿por qué no se declaró a tiempo la situación de interés prevista en la Ley de Seguridad Nacional? Tal vez me diga que no es de su competencia, pero lo es, del Gobierno y del Consejo de Seguridad
Nacional al que usted pertenece como miembro destacado. Sospechamos que el retraso en el despliegue del dispositivo y la asignación a las fuerzas de tareas específicas, así como también la acumulación de recursos críticos ha obedecido a la ausencia
de planes de contingencia y de medidas preventivas, pero la inconsciencia del Gobierno adquirió tintes patéticos cuando, después de haberse reunido el 4 de marzo el Consejo de Seguridad Nacional, no se impidió que estallase la bomba tóxica del 8M,
que infectó gravemente a Madrid, extendiendo la epidemia por onda expansiva al resto del territorio nacional. Acto seguido, sin conexión aparente con el Sistema de Seguridad Nacional, el Gobierno constituyó un mando único, pero la coordinación no
ha sido eficaz como quiere mostrarse con la continua concurrencia ante las cámaras de políticos, funcionarios y militares; los medios se han hecho eco de roces entre Interior y Defensa. Tenemos la impresión de que la dificultad no ha estado tanto
en los cometidos encomendados a las tropas -tales como vigilar instalaciones críticas, desinfectar geriátricos o trasladar cadáveres, que de todo esto han tenido que ocuparse nuestros hombres y mujeres de uniforme- como con la coordinación con las
autoridades y servicios públicos o privados que habitualmente se ocupan de estas tareas. En este sentido, hay una nota particular que caracteriza la actuación militar en casos de emergencia. El real decreto ley de 14 de marzo, conforme con la Ley
de la Carrera Militar, confiere a los miembros de las Fuerzas Armadas la consideración de agentes de la autoridad y, como tales, han de ser respetados y sus órdenes acatadas. Este respaldo jurídico tiene particular importancia en el desempeño de
cometidos de seguridad por las tropas y su debida coordinación con las funciones de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No sabemos si usted estará de acuerdo en que si apenas ha habido incidentes significativos se debe a
que soldados y agentes se entienden con facilidad cuando las autoridades políticas de las que dependen no complican las cosas.


Así, abordamos la tercera cuestión relativa al marco institucional de la actuación militar. Ese buen entendimiento, al menos a niveles de ejecución, no ha llegado a evitar que en comunidades autónomas como Cataluña y País Vasco se hayan
registrado episodios de mayor consideración al negarse repetidamente las autoridades regionales a acatar las disposiciones dictadas por las autoridades nacionales competentes en virtud de lo dispuesto por el artículo 4 del real decreto. Créame que
me gustaría poder aplaudir la firmeza del Gobierno y la suya como autoridad delegada en tales casos, pero es que su actuación ha sido muy dubitativa. Así sucedió en Vizcaya, cuando el Gobierno autonómico pretendió y logró impedir la actuación de la
UME en el Aeropuerto de Bilbao; y también en Sabadell, cuando caprichosamente la Generalidad hizo retirar las tiendas que se habían instalado como hospital de emergencia por parecer demasiado militares, cuando de lo que se trataba era de salvar
vidas. Eso es inaceptable, señora ministra, y se lo digo como miembro que es de este Gobierno de progreso; de retroceso, diría yo, visto a dónde nos puede llevar. Usted es una jurista prestigiosa a quien el Estado le cabe en la cabeza. No puede
compartir estas actitudes complacientes con las bravatas de quienes desde aledaños del Gobierno o en su propio seno son desleales a España y a sus instituciones, amenazando la unidad, la seguridad y el futuro de la nación. Por eso, no hemos
entendido que templasen gaitas en una y otra comunidad autónoma hasta el punto de que la autoridad militar, siempre respetuosa con los poderes del Estado, llegase a manifestar sus quejas por escrito el pasado 5 de abril. En esto, señora ministra,
la debilidad puede llegar a tener consecuencias graves, y si ordena el cumplimiento de determinado cometido de la unidad militar, debe tenerse en cuenta que es el Estado quien está actuando bajo la autoridad delegada del Gobierno, la suya, señora
ministra. No puede haber titubeos provocados por los socios separatistas de la coalición que gobierna. Así, del mismo modo que los militares tienen un estricto deber de neutralidad política -del que alguna vez hemos hablado-, ningún Gobierno
democrático puede desconocer que las Fuerzas Armadas son el brazo armado del Estado, no un instrumento del que el Gobierno puede hacer uso con criterios o fines partidistas. Hace unos días -y créanme que se lo digo con notable disgusto- hemos visto
a un oficial general de la Guardia Civil confesar que el Ministerio del Interior ha ordenado a la Benemérita, un instituto armado dependiente de su autoridad, actuar en la red para minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del
Gobierno. Política partidista, doña Margarita, y encima lesiva contra el derecho a la información de los ciudadanos; un escándalo más propio de un Gobierno comunista o populista en el que no se distingue Estado, Gobierno y partido del Gobierno
constitucional de España.



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En suma, señora ministra, su loable actuación se ha visto envuelta y condicionada por la negligencia y por la incompetencia, por las prioridades ideológicas y el sectarismo que caracterizan a la coalición progresista que sostiene al Gobierno
del que forma parte. Temo que se lo van a poner a usted muy difícil en la situación internacional emergente de la crisis y en el escenario financiero que todos tememos. Alguno podrá pensar que la defensa puede ser una vez más sacrificada, pero
usted sabe que no es así, la defensa es el nervio de la seguridad nacional, prioridad absoluta de la que depende todo.


Esperamos sus respuestas. Una vez más le deseo suerte y éxito.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Rosety.


A continuación, en nombre del Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián.


El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, señor presidente.


Buenas tardes ya, señora ministra. Dos previas antes de comenzar en respuesta a intervenciones de VOX y del Partido Popular. Empiezo por VOX. Es falso, es mentira, creo que conviene luchar contra los bulos, contra la burocracia, y es
falso, es mentira que en Sabadell se quitara ninguna tienda o se dijera que no se quería la intervención de la UME, simplemente se estableció, se creó, se montó un hospital de campaña bajo criterios militares; llegaron los médicos y dijeron que se
tenía que hacer bajo criterios sanitarios y se cambiaron tiendas de campaña por camas. No es nacionalismo, no es separatismo, es puro sentido común. O sea, es falso, es mentira -lo diremos todas las veces que haga falta- que eso sucediera.
También han vuelto a criticar la manifestación del 8 de marzo; de hecho, la han calificado como bomba tóxica, como si Ortega Smith se hubiera infectado en la manifestación feminista. Les pido una vez más que dejen de utilizar el virus para hacer
discurso antifeminista, la obsesión raya en lo enfermizo. El Partido Popular ha pedido explicaciones por el tuit del señor Garzón. La verdad es que me suena un poco a lo de criticar a un político porque va al súper; el último político que fue al
súper lo hizo para robar cremas. (Risas). Yo prefiero que vayan a comprar aunque no lleven mascarilla.


Dicho esto, empiezo con nuestro discurso. Una reflexión previa que hemos repetido en algún momento: esta pandemia, está crisis humanitaria, sanitaria, económica no es una guerra, esto no es una guerra. La COVID-19 no es un ejército
enemigo, no es un país extranjero enemigo; esto no es una batalla, no tiene ideologías, no tiene fronteras, no tiene banderas, no tiene armas, y si nos pilla sin medios, no es por un efecto meteorológico sobrevenido, porque no sepamos de dónde
viene, por una fatalidad o por el ataque a adversarios antipatriotas invisibles, sino por los recortes y por las privatizaciones de patriotas muy visibles. El personal sociosanitario no son héroes o no deberían ser héroes, de hecho no quieren ser
héroes, quieren ser simplemente profesionales bien remunerados y bien equipados. Hace falta aplaudirles, pero también hace falta no recortar y no privatizar; algunos, aparte de aplaudirles, deberían pedirles perdón por años y años de recortes y de
privatizaciones. Así es de duro y así es de absurdo escuchar a algunos de ustedes hablando constantemente de soldados y de trincheras. Desde nuestro punto de vista, es una falta de respeto, porque simplemente lo que está pasando es que toda
aquella enfermedad, toda aquella miseria que comporta la enfermedad, que pasaba más allá de las concertinas o que pasaba en una patera o que pasaba en el mar Mediterráneo está llegando aquí. Esta no es la mayor pandemia de la historia, simplemente
es la mayor pandemia de nuestra latitud. Esa es la única diferencia, que lo que ha pasado durante décadas y décadas en otros países está llegando aquí y, por eso, somos más conscientes de la enfermedad y de la miseria. Pero es una falta de respeto
para esa gente decir que esta es la mayor pandemia o una guerra, cuando tenemos Netflix en casa, la nevera llena y Glovo para pedir hamburguesas.


Quería comentar, señora ministra, tres o cuatro temas. El primero es la comunicación. Nos felicitamos por que por lo menos hayan anunciado dejar de militarizar la comunicación, lo que mejora la comunicación para todos durante esta crisis.
Nos parece tan anormal ver a un señor vestido de uniforme hablando de guerras, de soldados y de trincheras en todo esto, como ver a un señor de traje haciendo numerología conspiranoica por las mascarillas que le han enviado, pensando que le envían
no sé cuántas mascarillas para cabrearle. Nos parece igual de anormal. Creo que el criterio mayoritario debería ser la normalidad en la comunicación, partir de la base de que ninguna bandera cura este virus, sea del color que sea. Y le pongo dos
ejemplos. Uno es el de los bulos, al que ya he hecho referencia, el de luchar contra los bulos. Nos parece bueno, aunque complicado, teniendo en cuenta que hay un bulo con patas en la Casa Blanca, pero creo que sería interesante hacerlo de manera
firme. Aunque la verdad es que, y lo digo con el debido respeto, ver decir a un señor de uniforme que persiguen los bulos, que persiguen el clima contra la gestión del Gobierno, a nosotros nos da pavor. Es como si un gato dijera que va a proteger
a los ratones. Así que



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pedimos que comuniquen expertos, que comuniquen científicos, que comuniquen políticos, como se está haciendo en el resto de países, y no gente con uniformes. El segundo ejemplo es el tema de las rectificaciones que han tenido con el asunto
de los niños. Lo han calificado de prudencia y es simplemente un error; creo que es bueno que lo reconozcan, no pasa absolutamente nada. La buena noticia es que escucharon en este caso al resto de grupos parlamentarios. Creo que hubiera sido
bueno que los niños salieran con franjas delimitadas por edades, etcétera, pero es un ejemplo de que a veces o muchas veces ustedes han comunicado mal. Puse un ejemplo el otro día en el Pleno y hoy lo vuelvo a poner aquí para hacerle reflexionar.
Churchill, tan citado por la derecha, ganó la guerra y perdió las elecciones dos meses después, simplemente porque no lo supo comunicar. He aquí la importancia de la comunicación.


El segundo tema es la Ley mordaza. Están ustedes utilizando una ley terriblemente abusiva y reaccionaria para sancionar a los irresponsables que se saltan el confinamiento, una ley que se han comprometido a derogar en diferentes ocasiones y
que el propio ministro de Interior ha calificado como fallida. Creemos que la legislación vigente recoge muchos mecanismos para sancionar a la gente sin necesidad de utilizar esta ley abusiva. Estamos hablando de 600 000 multas; ustedes han
multado en diez días más de lo que Italia ha multado en un mes. Nos parece que se podría hacer de otra manera y no intentando quizá crear o tapar una especie de estado de excepción que no existe.


El tercer tema es protocolos policiales. Lo hemos dicho desde el primer minuto, lo volvemos a decir: entendemos que hay que ser quirúrgicos, más que nunca, milimétricos en la aplicación de los protocolos de actuación en este caso. Vemos
cada semana vídeos en las redes de abusos policiales, y un abuso policial, una agresión de cualquier cuerpo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es un abuso ya sea en cuarentena ya sea en normalidad. Abusos, por cierto, jaleados desde
según qué medios de comunicación. Las denuncias por razones de género y raza ya están aumentando exponencialmente, tal y como nos indican algunas asociaciones antirracistas; estamos hablando de 1300 detenciones diarias, y creo que quizá hay
demasiado Rambo envalentonado que habría que parar.


El cuarto tema es la militarización de todo esto. Miren, nosotros no tenemos manía al Ejército; un poco de memoria sí, pero manía no. Y en la situación en la que estamos es que nos da igual la bandera que tengan en el brazo o el uniforme
que tengan si es para echar una mano, ¡es que nos da absolutamente igual! Lo único que decimos es que nos parece anormal, anormal, que se gasten en este país 11 500 millones de euros en presupuesto militar y que, luego, llegue una pandemia y que no
haya mascarillas o respiradores en los hospitales. Nos parece anormal y merece una reflexión; y creo que se puede ser muy patriota y tener un banderón de dos por dos de España en el balcón y que te chirríe.


Nada más. Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Rufián.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Cambronero.


El señor CAMBRONERO PIQUERAS: Muchas gracias, presidente.


Buenas tardes, señorías. Buenas tardes, ministra. Gracias por su detallada explicación de la Operación Balmis. Me gustaría empezar mi intervención -como en todas en las que intervenga el Grupo Parlamentario Ciudadanos- acompañando a las
miles de familias, más de 23 500 familias ya, que han perdido a un ser querido en esta horrible crisis sanitaria; nuestro recuerdo y nuestro cariño más sincero. También, cómo no, para los que están luchando contra la enfermedad en los hospitales y
en sus casas, y desearles a todos una pronta recuperación. Tampoco puedo dejar de rendir homenaje a nuestros héroes, a los profesionales sanitarios. Tenemos que rendirles homenajes, sí, pero también medios; siguen demandando medios a día de hoy.
Lo uno sin lo otro no tiene sentido. Siguen siendo el colectivo con más porcentaje de infectados, más de 40 000, y son quienes luchan en primera fila contra este implacable enemigo. Gracias también a los españoles que continúan, más de cuarenta
días, encerrados en sus casas, dando un ejemplo de responsabilidad que va a hacer historia, y usted lo ha dicho. Así que, gracias, España.


Las siguientes palabras son para los que mantienen el país a flote bajo mínimos: funcionarios de prisiones, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, todo el personal esencial y, claro que sí, los hombres y las mujeres que componen las
Fuerzas Armadas. Ministra, hoy, en esta terrible pandemia estamos viendo que nuestras Fuerzas Armadas son muy valiosas, valiosísimas, más esenciales de lo que muchos creían. Y está muy bien hablar del sacrificio que están haciendo y darles las
gracias -como también hizo usted en el Palacio de Hielo y ha hecho hoy, agradecimiento al que nos sumamos desde Ciudadanos-, pero también es el momento de compensar todos esos sacrificios y premiar su trabajo.



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Sería bueno que le recordara también a su socio de Gobierno que las Fuerzas Armadas no son un gasto superfluo, y hoy menos que nunca. Los hombres y mujeres del Ejército español han trabajado y trabajan -como usted bien ha dicho- mano a mano
con el personal sanitario, los funcionarios de prisiones, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y todos los trabajadores esenciales, y realizan una labor valiosísima para la sociedad española allá donde se les envía. El mejor homenaje que
podemos rendirles es el suministro de medios para protegerse y que puedan hacer su trabajo con seguridad.


Ministra, es la primera vez que comparece usted en esta Comisión desde el inicio de la pandemia, y quisiera darle las gracias por mandar a estos magníficos hombres y mujeres a los que usted ha homenajeado. También, gracias por pedir perdón
por los errores; es prácticamente usted la única que lo ha hecho en el Gobierno. A todos nos conmovieron sus palabras ensalzando la labor de nuestras Fuerzas Armadas en el Palacio de Hielo. Hoy las ha repetido, pero también ha dicho que los
errores son suyos y que los reconoce. Ojalá los Gobiernos hicieran autocrítica y se emocionaran en los duelos empatizando con familiares y con víctimas. Pero decidieron gestionar esta catástrofe solos, y hoy somos uno de los peores países en
cuanto a las cifras de fallecidos y contagiados. A pesar de los continuos ofrecimientos de mi partido, Ciudadanos, para ayudar a aportar soluciones, decidieron estar solos y continúan solos.


En este momento concreto de la gestión y lucha contra la pandemia, es necesario transmitirle lo que ya han intentado transmitirle las asociaciones con escaso éxito; hoy ha tenido una reunión con ellas. Ministra, hay una escasez terrible de
medios de protección en las unidades desplegadas en todo el territorio nacional; y no lo digo yo, lo dicen ellos mismos. Es intolerable que mientras nuestros militares se juegan el pellejo luchando para mantener a la población confinada, ustedes
denieguen la condición de colectivo de riesgo de contagio a quienes prestan diariamente este servicio, y, además, no reconocen la infección por coronavirus o incluso hasta el fallecimiento como accidente laboral. Para Ciudadanos -ya se lo hemos
transmitido, ministra- es fácil: cumplan con quienes cumplen con España. Nos gustaría plantearle diversas cuestiones que también nos trasladan las asociaciones y que nos surgen de sus manifestaciones: Test, ministra. Nos gustaría saber cuántos
se han hecho, en qué unidades y cuáles son los resultados; algo nos ha adelantado. Las cifras que le hemos oído hoy muestran que hay muchísimo todavía por hacer. ¿Cuántos test tienen previsto hacer? ¿Cuál va a ser la estrategia? Responda y no
se esconda detrás de la heroicidad de nuestros militares. Los test y los datos que reflejan son un arma valiosísima contra esta pandemia y ustedes a estas alturas ya lo deberían saber. ¿Cuál es la política que están siguiendo para incorporar a los
reservistas de especial disponibilidad? ¿Cuántos reservistas se han activado? Hay que recordar que reservistas voluntarios y de especial disponibilidad no tienen mucho que ver, y si se da esa incorporación o si se ha hecho hay que hacerla con las
debidas garantías jurídicas de disponibilidad, derechos y futuro. Momentos tan graves como este nos hacen a todos conscientes de quiénes son esenciales a la hora de mantener el Estado funcionando bajo mínimos. El Ejército, como siempre, está dando
la cara, pero no tanto el Gobierno como mando, ministra. Quizá ahora seamos perfectamente conscientes de que mantener el despido a los cuarenta y cinco sea incoherente con el magnífico servicio que están realizando nuestros militares. ¿Piensan
mantener esta normativa tal cual está a pesar de la tremenda necesidad de personal que sufren nuestras Fuerzas Armadas y el servicio esencial que prestan? ¿Van a imponer una moratoria al examen de permanencia para todos aquellos que cumplan los
cuarenta y cinco y pierdan esta convocatoria? En Ciudadanos, además de intentar proponer acabar con los despidos, vamos a registrar que tengan esa moratoria de dos años.


Hay que premiar el sacrificio de nuestros héroes, y para ello hay que hablar de estos sacrificios, hay que conocerlos. Concretamente hablamos de que muchos militares sufren la movilidad geográfica y por ella acaban a cientos de kilómetros
de sus familias. No las ven y, por si esto fuera poco, en algunos territorios reciben caceroladas instigadas por los infectados del virus del independentismo. Algunos de ellos exponen aquí mismo su odio y la aversión que les provocan los
uniformes, unos uniformes que además están moralmente muy por encima de ellos. Luchan contra un enemigo invisible para el que además no tienen las protecciones necesarias. Estos y otros son los sacrificios que sufren nuestras tropas. Algunos
parten del mismo ministerio, por eso le pido encarecidamente que acaben con estos sacrificios en la medida de sus posibilidades. El drama es humano, ministra -usted lo ha dicho-, pero las decisiones son políticas y las están tomando ustedes solos.
Ministra, nos llegan situaciones terribles de miembros de las Fuerzas Armadas que hablan de dificultades para poder conciliar la vida familiar y laboral. Sabemos que los niños no van al colegio -es algo inédito, nunca había sucedido- y nadie puede
contratar ayuda para esos niños, y menos con el salario de un militar. ¿Cuál es el motivo de que se les niegue a muchos militares la conciliación para el deber inexcusable del cuidado de familiares? No se lo



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digo de oídas, nos hemos reunido con muchísimas asociaciones y en todas nos denuncian estas situaciones. Me imagino que esta mañana posiblemente también se lo hayan transmitido. Conteste a las reclamaciones de las asociaciones y reconozca
el derecho a esta conciliación. No les sirve esa compensación de diez días anuales en una situación tan extrema y tan excepcional como esta. Escúcheles, escuche a las asociaciones; todas aquellas con las que nos hemos reunido nos cuentan lo
mismo: no reciben respuestas. Por lo tanto, nos gustaría saber las conclusiones de la reunión de esta mañana en el consejo y sobre todo los compromisos a los que han llegado con las asociaciones.


Otra cuestión que nos surge es la Operación Zendal -otro portavoz también la ha mencionado-, una operación pensada supuestamente para hacer una encuesta en la que el Ejército iba a participar y que de repente ha desaparecido o no sabemos qué
ha sucedido con ella. Hay fuentes periodísticas que afirman que debido a la presión del independentismo se ha suspendido. Ministra, ¿qué ha sucedido con dicha operación? Explique los motivos de dicha suspensión.


Voy acabando. Como le he dicho, si yo fuera usted, y como miembro del Gobierno, comenzaría todas mis intervenciones pidiendo perdón, como usted ha hecho. Han decidido ir solos en la lucha contra esta pandemia erróneamente, en mi opinión,
pero están a tiempo de subsanar ese error. En Ciudadanos desde el minuto cero hemos estado ofreciendo nuestra mano para trabajar juntos. De hecho, seguimos ofreciéndonos para ejecutar políticas de consenso, buenas políticas para los españoles que
salven vidas y empleos, que tengan en cuenta a los agentes sociales y sean garantía de remar juntos para acabar con esta horrible pandemia.


Le resumo las principales respuestas que le voy a demandar: Consideración de personal de alto riesgo de contagio por la COVID-19 a todo el personal de las Fuerzas Armadas desplegado y en base. Reconozca como acto de servicio o consecuencia
del mismo la infección o fallecimiento por COVID-19 en los miembros de las Fuerzas Armadas. Test masivos a todos los miembros de la Operación Balmis y medios de protección suficientes. Facilite la conciliación familiar de los desplegados. En
definitiva, dé las gracias, como hace siempre -y muy bien hecho-, a los hombres y a las mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, pero hágalo con derechos y compensaciones a su brutal sacrificio. En esto va a tener el apoyo de mi grupo parlamentario, el
Grupo Ciudadanos.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Cambronero.


Corresponde ahora fijar posición al resto de los grupos. En primer lugar, en nombre del Grupo Mixto, el señor Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente.


Buenas tardes, señora ministra de Defensa. Muchas gracias por esta comparecencia parlamentaria y por su mención personal, que le agradezco de corazón. En unos momentos muy graves de la historia de España, en su intervención usted nos ha
descrito el impresionante y duro trabajo realizado por las Fuerzas Armadas en esta catástrofe del COVID-19. Le honra muchísimo, señora Robles, asumir en primera persona y en exclusiva los errores que se hubieran podido cometer en esta pandemia que
se ha cebado con el mundo, pero muy especialmente con los españoles, y que continua en pleno desarrollo, si bien parece que las estadísticas diarias de mortalidad comienzan a remitir y también las de casos activos, lo que confirma que las
inexcusables restricciones de movimientos de población y el confinamiento domiciliario de 47 millones de españoles avanzan hacia el objetivo de aliviar el colapso y la altísima tensión existente en el sistema de salud.


El pasado miércoles, tras finalizar el Pleno del Congreso, ya camino de la medianoche, y mientras yo regresaba en mi vehículo hacia Asturias, escuché en la cadena COPE una entrevista que el presentador Ángel Expósito y varios colaboradores
realizaban al responsable de la Oficina de Comunicación Pública de la Unidad Militar de Emergencias, el capitán de corbeta Aurelio Soto. En esa jornada la UME había concluido un cometido tan doloroso como humanitario, y usted ya lo subrayó en su
intervención. Durante un mes, 150 de sus miembros se habían encargado de las instalaciones del Palacio de Hielo aquí, en Madrid, reconvertido en morgue provisional para depositar los cadáveres de más de 1100 víctimas del coronavirus. Ese mismo
día, usted, señora ministra, acompañada de la presidenta de la Comunidad de Madrid, señora Ayuso, y del alcalde de la capital, señor Martínez-Almeida, daba la talla presidiendo la ceremonia de clausura del recinto mortuorio, tal vez uno de los
iconos de esta catástrofe sanitaria. El portavoz de la UME desvelaba en la entrevista radiofónica un detalle que por emocionante engrandece, más si cabe, los valores de nuestro ejército y que supone un preciado destello de humanidad en medio de



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esta tragedia inmensa. Durante treinta y un días, y en ausencia de los seres queridos, obligados legalmente por la extrema agresividad del contagio, nuestros muertos fueron acompañados permanentemente por soldados que suplieron respetuosa y
emocionadamente el velatorio familiar. Sirva esta muestra del penoso trabajo realizado en el Palacio de Hielo para reflejar una de las muchas tareas de los hombres y mujeres de nuestro ejército, cumpliendo las premisas del jefe del Estado Mayor de
la Defensa que hoy nos acompaña, junto con otras autoridades, a las que también saludo. El general Villarroya señaló certeramente en aquellos primeros momentos del desastre que para enfrentarse a esta pandemia de dimensiones desconocidas, riesgos
extremos y extensión preocupante solo cabía mantener una triple actitud: estricta disciplina, espíritu de sacrificio y moral de victoria.


Permítame, señor presidente, que como uno de los representantes en las Cortes Generales de tantísimos millones de españoles que confiamos, reconocemos y admiramos el papel de las Fuerzas Armadas y, al igual que lo he hecho con todos los
sectores profesionales que cumplen con su tarea en esta situación de emergencia, rinda tributo a nuestros soldados, a todos y cada uno de cuantos se están aplicando durante estas semanas al montaje de hospitales de campaña, a la desinfección de
calles, centros sanitarios y establecimientos residenciales, a la vigilancia de infraestructuras esenciales, al control de carreteras, al transporte de material y, en definitiva, a lo que toque para prestar toda la ayuda posible en esta terrible e
interminable desgracia que estamos atravesando. Habrá sido lacerante acceder a lugares, singularmente donde se presta atención a nuestros mayores, en los que la epidemia se cebó con despiadada e incontenible virulencia. Será imposible restañar
jamás las heridas del alma que habrán recibido muchos soldados al encontrarse escenas inimaginables y, además, siempre con el lógico y humano temor a la amenaza de un enemigo invisible, traicionero, despiadado y cruel.


Señorías, resulta muy clarificador comprobar que quienes aprovechan la tragedia del COVID-19 para reivindicar el papel de lo público sean los principales descalificadores de las Fuerzas Armadas, modelos de eficacia y abnegación públicas para
proteger el interés general de los españoles. Es irracional que, ante el cumplimiento de misiones para proteger la salud de la población, hayamos tenido que ver y oír algunos testimonios de rechazo a la presencia de nuestro ejército en muy
determinadas localidades, el menosprecio hacia algunos de los equipamientos de campaña construidos en tiempo récord para proporcionar alternativas sanitarias de atención a los contagiados o su reciente eliminación de las sesiones informativas
convocadas por el Gobierno. Pero, puesto que hablamos de pandemias y del papel del ejército en esta gran catástrofe, resulta pertinente rememorar que la vinculación histórica de nuestros militares con las tareas de contención epidémica viene de
cuando Isabel la Católica promovió su participación organizada en la plaga de tifus exantemático que tuvo lugar durante la toma de Granada. A lo largo de cinco siglos, al igual que ahora, en 2020, los soldados españoles han participado en no pocas
campañas y misiones con letales epidemias de por medio, de ahí que me haya parecido acertado que el despliegue para luchar contra el coronavirus lleve por nombre el de Operación Balmis, en recuerdo al médico castrense español que desde finales de
1803 reguló la distribución de la recién descubierta vacuna de la viruela por América y Filipinas, que afectaba mortalmente sobre todo a la población infantil. En parte de aquel periplo de varios años le acompañó una enfermera gallega, Isabel
Zendal, cuyo apellido dio nombre a otra Operación del Ejército de Tierra en torno a la pandemia que estamos sufriendo en España, operación cancelada inexplicablemente por el Ministerio de Sanidad.


Señora ministra, puesto que hay opiniones muy formadas que atribuyen esta decisión a presuntas presiones de los socios del señor Sánchez en la moción de censura -apoyos imprescindibles en su reciente investidura-, yo también le pido que
aclare las circunstancias que han rodeado la cancelación de la Operación Zendal. ¿Por qué se ha eliminado la participación de nuestras Fuerzas Armadas en el imprescindible muestreo epidemiológico para precisar y conocer cuántos españoles han sido
afectados por el contagio? ¿Es cierto, tal y como publicó hace ocho días El País, que estaba previsto que los 750 soldados destinados al estudio no llevasen uniforme?


Señora ministra, como continuamos inmersos en la emergencia sanitaria, no viene al caso que hoy yo me extienda y reitere en esta Comisión de Defensa mi criterio sobre la gestión del Gobierno de esta crisis del coronavirus, ya lo he expresado
inequívocamente en las diferentes sesiones plenarias en el Congreso ante el propio presidente Sánchez y los miembros de su Gobierno y quedó recogido en los respectivos diarios de sesiones. Lo resumo: negligencia, incompetencia y caos logístico nos
han llevado a que, un mes y medio después de iniciado el estado de alarma, continuemos teniendo carencias de material básico en España. Desconocemos por qué se está despreciando una de las cualidades más reconocidas de nuestras Fuerzas Armadas,
como es la gran capacidad logística de los diferentes cuerpos de intendencia



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del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire ante el desbarajuste logístico a lo largo de esta emergencia. La confusión logística es la causante de la escasez de material y de sucesivos fiascos en artículos imprescindibles
para la protección frente al contagio, caso de las mascarillas, o para su diagnóstico, caso de los test. No obstante, en medio de este desastre de gestión, el Ministerio de Defensa, bajo las indicaciones de su titular y a través de sus diferentes
mandos y soldados de todos los cuerpos y unidades, ha desarrollado cruciales labores que quiero reconocer expresamente para que, en lo que valga desde este escaño del Congreso, sirva de estímulo en la tarea que aún tenemos por delante, que no estará
exenta de dificultades y que, además, no será corta en el tiempo por la inexistencia de vacunas.


Finalmente, en la parte legislativa -que es asunto principal que compete a los que estamos en las Cortes Generales- conviene insistir -porque incluso veo que aquí, en esta Comisión, hay portavoces descreídos- en que nuestra normativa
determina a través de una ley orgánica que las Fuerzas Armadas, junto con las instituciones del Estado y las administraciones públicas, tienen como una de sus misiones la de preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de
grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas. Con la ley en la mano y con el sentido común, no se me ocurre otro supuesto más pertinente que el combate frente a este coronavirus que está asolando a los españoles para la
participación de nuestros soldados en amparo de toda la población. Nuestras Fuerzas Armadas tienen que seguir cumpliendo su extraordinario cometido en esta crisis y se agradece, vaya que si se agradece.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Martínez Oblanca.


A continuación, en nombre del Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Arratsalde on, buenas tardes a todos y a todas. Antes de comenzar, también querría mostrar mi pésame a todas las personas que han perdido un ser querido y, cómo no, dar ánimos y desear un restablecimiento rápido a todas aquellas personas
que están sufriendo este virus.


Para comenzar querría agradecer a la ministra su comparecencia hoy aquí. Yo creo que es importante que vengan los ministros a comparecer. De igual forma agradezco al ministerio -no es la primera vez- que nos envíen de antemano un informe
en relación con lo que van a comentar, ya que además de ser un ejercicio de transparencia, nos facilita la labor de control al Gobierno porque especifica lo que nos quiere decir, pero también lo que no nos quiere decir. Como usted sabe, ministra,
desde mi formación hemos compartido que algunas de las decisiones de su Gobierno han sido acertadas y con otras somos críticos y creemos que no se está acertando, entre ellas, las críticas, nos hemos centrado en que con la gestión de esta crisis
sanitaria -repito, crisis sanitaria- se haya procedido a una recentralización y también a una militarización.


Me explico. No se trata de menospreciar ni de menoscabar la labor que hayan podido realizar personas de su ministerio, como cualquier labor o servicio de otra Administración. Hemos visto que en otros países de la Unión Europea ha habido
operaciones similares, y debido a una crisis sanitaria fugaz, rápida, es normal que un Estado ponga a su disposición todas las capacidades. Lo hemos visto también en Francia o en Italia ante una crisis similar. La diferencia, desde nuestro punto
de vista, estriba en la militarización que se ha producido en el Estado español y que se ha llevado desde la comunicación. Lo comentaba antes un portavoz, no es normal que en una crisis sanitaria haya todos los días en una rueda de prensa más
uniformados que representantes políticos. No sé a quién se le ocurrió, pero no es buena idea. Es cierto que debido a los lapsus y algunas declaraciones de carácter grotesco han procedido a eliminar a los representantes de las Fuerzas Armadas y de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es cierto que hoy por lo menos ha habido rueda de prensa, porque habían anunciado que iban a eliminar también las ruedas de prensa. Pero en lo que se refiere a la militarización, lo que no entendemos
es que haya habido desbordamientos de las atribuciones propias, y luego entraré en ello al analizar la Operación Balmis.


Para entender cuál era el objetivo del Gobierno, antes decía usted que no había ninguna orientación política. Yo estoy seguro de que su Gobierno y todos los Gobiernos tienen como objetivo principal salvar vidas, creo que eso nadie lo pone
en duda, pero también creo -es una interpretación- que aprovechando eso están intentando otra cosa. ¿Por qué lo digo? He tenido que ir a un estudio del Instituto Español de Estudios Estratégicos, que le sonará perfectamente porque depende de su
ministerio, al



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documento 10/2020, de este mismo mes, que analiza la crisis sanitaria y dice que la presencia de las Fuerzas Armadas visualiza notablemente el poder del Estado, algo muy trascendente en el contexto de una crisis, aumentando la confianza de
la sociedad y con ello su resiliencia. ¿Cree usted que aumenta el poder del Estado o que se transmite más confianza a los ciudadanos? Yo creo que se transmitiría más confianza poniendo más valor o invirtiendo más en sanidad, en servicios sociales
o en ciencia. Hoy mismo en la prensa aparecía un informe del Sipri, que nos decía que el gasto militar en este último año ha alcanzado su mayor nivel. En este momento en el que se intenta transmitir que la seguridad humana depende o está ligada a
la seguridad de tipo militar, yo creo que queda en evidencia que no, que ni los submarinos ni los tanques ni las armas inteligentes ni ejércitos sobredimensionados nos ayudan ante esta pandemia. Es más, cuanto más uso se haga de capacidades
militares más se está demostrando que hay un problema. Si hay que poner militares a hacer labores que deberían ser ejercidas desde el ámbito sanitario, quiere decir que se debe invertir más en sanidad y menos en defensa.


Respecto a la Operación Balmis -ya digo que el informe está bien porque se ve lo que nos quiere decir, pero también lo que no nos quiere decir-, veo que inicialmente entre las 103 actuaciones del plan de operaciones, no estaban previstas, o
al menos no estaban señaladas, las operaciones de desinfección, que luego han supuesto un 60 % de esas actuaciones. Me gustaría saber en qué momento se cree que son la máxima prioridad y, de hecho, qué criterio se utiliza, porque usted mencionaba
en su intervención que allí donde hicieran más falta. Yo eso lo tengo que poner en duda, y ya digo que no veo mal que hayan ido a desinfectar -como no podía ser de otro modo- allí donde sí hacían falta y donde se les requería. Sobre la
coordinación también observo algunas carencias, porque en el informe aparece que las solicitudes debían pasar por Delegación del Gobierno, pero en la prensa ha aparecido -y lo comentaba también algún otro portavoz- que varios delegados del Gobierno
han mostrado a Defensa su queja o su crítica al ser informados por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas, y no sabían qué hacían ahí. Y sí veo que un tercio de las
intervenciones tienen que ver con algo que es 'presencia y reco'. Me imagino que 'reco' es reconocimiento. Me gustaría saber en qué ha consistido esa presencia y reconocimiento.


Otro representante mencionaba cuáles han sido esos problemas que ha habido entre las Fuerzas Armadas y la Policía. ¿Es cierto, como señalaba algún medio, que las Fuerzas Armadas iban por libre y no obedecían esa coordinación que se había
establecido? Porque hemos visto en algunos casos identificaciones. Antes un diputado, no sé si desde el ultranacionalismo, el ultradesconocimiento o el ultracuñadismo, ha mencionado el caso de Pamplona. En Iruña, el día 3 de abril entró una
unidad del ejército desplegándose por todo el casco viejo -que es la zona de Europa más antimilitarista que ha existido, con mayor número de insumisos- haciendo alardes. Entraron haciendo sonar el himno de España -cada uno que ponga el himno que
quiera, pero no sé si es lo más oportuno- e identificando a ciudadanos. Teniendo en cuenta que desde la coordinación de esta operación, el día 26 de marzo, es decir una semana antes, ya se había avisado que no era una atribución de las Fuerzas
Armadas identificar a ciudadanos, me gustaría saber por qué se procedió a esa identificación.


Además, se ha mencionado que se intervenía donde más hiciera falta.


El día 20 vemos en el Roncal -cero casos, afortunadamente, de coronavirus- a unidades del ejército desinfectando. Me gustaría saber quién llamó, desde dónde se produjo esa llamada. Esto lo digo como ejemplo porque incluso referido a un
municipio que no conozco, que se llama Aldea del Cabo, en Toledo, ha aparecido un titular de prensa que dice así: Margarita Robles envía veintiocho 'paracas' a un pueblo de 160 habitantes por una pregunta de la radio local en un chat. Me gustaría
saber si hay más casos, porque se ha dicho que se intervino allí donde hacía más falta -y estoy seguro de que ha habido sitios donde hacía falta-, pero también ha habido estas demostraciones que no parece que tuvieran tanto sentido. Por poner otro
ejemplo, en el aeropuerto de Bilbao, los y las trabajadoras se enteraron de que iban a ir a desinfectar miembros del ejército por la prensa. Es más, el primer día que llegaron no pudieron desinfectar porque como nadie les había avisado, el personal
tenía en sus dependencias el material sobre las mesas y les dijeron que tenían que retirarlo. Además -y no entraré en detalles porque no toca-, tampoco ha sido tan ejemplar ese ejercicio de desinfección o descontaminación en este caso concreto. Ya
le informaré, si quiere, más adelante. ¿Qué ha ocurrido? Que fueron uno, dos, tres días, y después los que han seguido desinfectando han sido los mismos y las mismas que lo hacían antes: personal, en precario en muchas ocasiones, que siguen
reclamando a AENA más material y más medios. Por eso no sé si en algún caso -en algún caso, entiéndame- ha habido más de propaganda que de actuación efectiva o necesaria. No digo que sobrara; digo que no hacía falta porque ya lo estaban haciendo
otros



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que sí reclamaban más medios. ¿Con qué objetivo? Pone aquí en el informe, ¿en qué provincias y en qué comunidades se ha actuado? En todas. ¿Era para eso, para decir que en todas? Vuelvo a insistir, cuando haya una necesidad y una
reclamación por parte de las autoridades, no lo veo mal -como lo voy a ver mal-, pero en algún caso creo que ha habido más de comunicación que de necesidad, porque ya me dirá usted que hacían más periodistas acompañando a las Fuerzas Armadas en la
desinfección del aeropuerto del Prat que personal del Ministerio de Defensa.


Respecto a las condiciones y los medios, y lo señalaba también algún otro portavoz -voy acabando, señor presidente-, este sábado yo leía una noticia que me sorprendía, decía que un test aleatorio en la UME había dado un 90 % de los miembros
de esa unidad infectados. Le quiero preguntar si es cierto, y si fuera así qué medidas van a tomar. Yo creo de sentido común, y lo decían otros portavoces, hacer test a todo el personal que está desarrollando esas labores de desinfección u otras,
por su seguridad, por la de sus compañeros y compañeras y por la de la ciudadanía; que no se convierta una desinfección en un ejercicio de infección. Acabo deseándole suerte y mucha salud.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


No está el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV). Entonces le corresponde el turno, en nombre del Grupo Parlamentario Plural, a la señora Nogueras.


La señora NOGUERAS I CAMERO: Gracias, presidente.


Moltes gràcies, ministra. Antes de empezar, también desde nuestro grupo (continúa su intervención en catalán). Todo aquello que desde nuestro grupo proponemos, cuestionamos y también criticamos del Gobierno o de la actuación del Gobierno,
lo hemos expuesto ya bien en forma de intervenciones en el Congreso por parte de nuestra portavoz o bien en forma de iniciativas, preguntas y propuestas que están registradas y cuya valoración por escrito estamos esperando. Por tanto, no vamos a
entrar al detalle de estas críticas ni de estas cuestiones ni de estas propuestas, pero sí nos gustaría destacar una percepción preocupante de desorganización, de descoordinación y de poca claridad por parte del Gobierno, y eso sí me parece un drama
político.


Hoy lo que tocaría es abrir un debate que seguramente hace mucho tiempo deberían haber abierto muchos países, aunque escuchando algunas intervenciones de hoy auguro que es demasiado del siglo XXI para algunos. Me explico. Los ejércitos
modernos contaban entre sus principales retos la amenaza nuclear, las guerras lejanas con soldados occidentales en el terreno y también la lucha contra el terrorismo, y siguen, evidentemente. Paralelamente, no ha cesado de crecer la demanda para
ampliar y redefinir el concepto de seguridad para incluir nuevos retos como, por ejemplo, el cambio climático, la ciberseguridad o la lucha contra elementos biológicos. Muchos países llevan años invirtiendo en estructura militar, poco en
investigación y nada en sistemas para prevenir, afrontar y detener pandemias como las que vivimos en este momento, y España es un país de estos. Sabemos que el problema no es que el cuerpo del sistema sanitario no funcione -de hecho, las personas
que forman parte de él nos demuestran cada día que funciona-; el problema es que no tenemos sistema alguno para afrontar los retos actuales. Leo literal: Si nos preparamos ahora, quizá tengamos tiempo de estar listos para la próxima epidemia.
Esto lo dijo Bill Gates en 2014, y llegó la pandemia y no estábamos preparados. La crisis del coronavirus nos ha puesto delante de un espejo cuyo reflejo es tan preocupante que no podemos ni debemos apartar la mirada de él. Esto, a nuestro
parecer, lo que hace es abrirnos también nuevas oportunidades, es evidente que se pone en cuestión el prototipo militar que los Estados modernos han adoptado como modelo estratégico y, por lo tanto, como modelo de política y de poder, y creo que
este es el principal debate. Por otra parte, los detractores de esta idea de la militarización tampoco han sido capaces durante estos años de representar una alternativa práctica en términos reales; no han podido cristalizar un discurso más allá
de este pacifismo bienintencionado. Seguramente hubiéramos sido todos mucho más eficientes si nos hubiéramos abierto a tiempo a cuestionar el modelo militar en términos de análisis de los nuevos conflictos y también de los nuevos actores, que no
son los mismos que en el siglo XIX. Sin olvidar que la acción política, la diplomacia y el pacto son siempre las mejores vías para resolver todos los conflictos.


Dicho esto, nos ha asombrado mucho que este Gobierno, supuestamente progresista, haya perpetrado la gestión de la crisis sanitaria detrás de los uniformes militares, o quizá no sorprende tanto si lo que han visto ustedes ha sido la
oportunidad de poner en valor al Ejército español en un falso registro de utilidad. ¿Significa esto, señora ministra, que rehúyen reorientar el modelo? A nosotros nos da la impresión de que sí y eso, señora ministra, a algunos nos produce terror.
No puedo entender que un Gobierno supuestamente



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progresista, del siglo XXI, no haya establecido ya las directrices para trabajar en un modelo actualizado, acorde a los nuevos retos, porque esto va muy en serio. Si los paradigmas de la guerra están mutando porque las amenazas a la
seguridad de los Estados también lo están haciendo, es evidente que debe revisarse todo cualitativa y cuantitativamente, y más en un escenario de crisis económica y social como la que se abre paso en estos momentos. Este debate, cómo no, va también
ligado al deterioro de la reputación de la monarquía española, estrechamente ligada al Ejército. Llevan muchos años intentando sostener un sistema caduco y muestra de ello es también la tentativa del Gobierno de construir, en plena crisis
sanitaria, un relato de unidad materializado sobre unos fantasmagóricos pactos de la Moncloa, todo ello acompañado de una militarización de la imagen del Gobierno progresista, como ya han comentado otros compañeros.


Déjenme que haga un apunte importante; los países liderados por mujeres han respondido mejor a la crisis del COVID-19, siendo ejemplo de innovación y también de eficacia. Por lo tanto, no vale de nada abrir un debate de reformulación del
modelo militar si no va acompañado del papel clave que la mujer debe tener en el poder. Quiero resaltar que hoy aquí somos seis mujeres y unos dieciocho o veinte hombres. El debate del que hablo está también vinculado a la defensa de los derechos
y de las libertades. Me explico, el debate no es seguridad o libertad, creo que aquí se equivocan, a no ser que el objetivo de algunos sea simplemente mantener el statu quo de 1978.


En definitiva, es necesario construir un Estado con un sistema capaz de protegernos de estas nuevas amenazas, virus naturales, bioterrorismo, ciberterrorismo. En Cataluña tenemos a nuestro alcance, afortunadamente, mucho talento en ciencia,
biología, tecnología y ciberseguridad para afrontar los retos del futuro que ya son hoy los retos del presente. No sé si entienden ahora la importancia que para muchos catalanes es poder tener las herramientas de un Estado. Necesitamos -no solo
queremos, sino que necesitamos- un Estado preparado, donde no rebose la testosterona política, testosterona económica y mucho menos testosterona monárquica. He defendido -y termino- y lo haré hoy más que nunca una nació catalana independent; la
defenderé a pesar de los menosprecios, insultos y la represión. No me siento española, y aunque algunos a esto le llaman nacionalismo fanático, nosotros tenemos muy claro que simplemente es realismo. A los que hoy tanto les gusta hablar de
nacionalismo, les invito a coger el diccionario y buscar la definición de nacionalismo, buscar la definición de chovinismo y darse cuenta del ridículo que están haciendo.


Señora ministra, una pregunta, ¿creen que es urgente que los países reorienten e innoven el modelo del Ejército y el sistema general y lo adecúen a los retos actuales?


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Nogueras.


A continuación, en nombre del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Uriarte.


El señor URIARTE TORREALDAY: Señora ministra, trabajadores de la Cámara, autoridades militares y compañeras y compañeros, simplemente quisiera empezar uniéndome un poquito tanto a los pésames como a los agradecimientos que se han hecho, muy
especialmente a todos los servidores públicos, aunque en la medida en que lo son, en la medida en que nosotros también lo somos, es parte de nuestro deber. Asimismo, quiero hacer extensiva también la felicitación y el agradecimiento a la sociedad
civil. Creo que tenemos una sociedad civil que muchas veces me da la sensación de que no nos la merecemos, tanto la sociedad civil organizada -Cruz Roja, Medicus Mundi, Médicos Sin Fronteras- como la sociedad civil espontánea no organizada. Yo
vivo en el casco el casco viejo de Bilbao y fue maravilloso desde los primeros días de la epidemia ver carteles con fotocopias particulares de personas que daban sus teléfonos poniéndose a disposición, creando redes de solidaridad espontánea,
chavalería tocando las puertas casa por casa para intentar ayudar donde había ancianos, donde se podía ayudar. Creo que tenemos una sociedad maravillosa y que, si atendemos a lo que vemos en los canales de televisión y en las redes sociales, que
son un auténtico estercolero, no tiene nada que ver con la sociedad que yo vivo. Sinceramente, salgo a la calle y veo una sociedad extremadamente disciplinada y extremadamente fraterna, que desea solo que esta oportunidad sirva para empezar a vivir
de otra forma y a relacionarnos de otra forma distinta a como lo hacíamos antes de esta crisis. Yo es lo que veo a pesar de que eso no se traduzca, pero esa es mi sociedad y es la calle a la que yo salgo. El último domingo, cuando salieron los
niños a la calle, automáticamente empezó el bombardeo por las redes que si tumultos, que si todo eran incumplimientos; salí a la calle de mi ciudad y era increíble: había señoras con sus hijos, padres con los



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niños, todos perfectamente disciplinados, acatando y cumpliendo todo y comportándose de una forma absolutamente maravillosa. Simplemente quiero extender las felicitaciones no solo a los servidores públicos sino también a esa sociedad civil,
tanto organizada como espontánea, porque creo que se lo merecen tanto o más que los servidores públicos.


Se ha mencionado aquí y es evidente que las Fuerzas Armadas tienen unas capacidades muy importantes para actuaciones de este tipo; es decir, tienen capacidades porque tienen recursos tanto humanos como materiales, porque tienen una forma de
trabajar con planes estratégicos, con planes operativos, que las hacen muy eficaces para el corto plazo. Tienen una serie de capacidades, pero también, como ha mencionado alguno de los compañeros, hay algunas limitaciones, porque las Fuerzas
Armadas ya desde mediados del siglo XIX, desde la Guerra de Crimea, habían ido desarrollando una sociedad en miniatura de servicios preparados, dentro de los cuales estaba la veterinaria, la sanidad militar, las telecomunicaciones seguras, con una
serie de elementos de apoyo, de infraestructuras, que pueden ser fundamentales en el momento de una crisis. Es cierto también que en los últimos años, como bien se ha mencionado, se han realizado políticas de recortes, de privatizaciones, de
externalización de servicios, de dependencia enorme de la industria extranjera, que han ido desarticulando todo ese ecosistema. Todavía hace poco se eliminaba el equipo encargado del montaje de hospitales. El hospital desplegable fue comprado en
2007, en el primer mandato del Gobierno de Zapatero, que fue el único que tuvo auténtica sensibilidad -hay que hacer memoria porque si no hacemos memoria histórica construimos sobre la nada- para prever la posibilidad de intervenir en este tipo de
casos de guerra bacteriológica, e implementó toda una política de utilización -digamos- de las Fuerzas Armadas al servicio de la guerra bacteriológica, del combate contra las epidemias y demás. Desgraciadamente, toda una serie de recortes y una
falta de confianza en lo público, digamos un abandono absoluto de lo público, igual que en las demás administraciones con las mismas políticas, han ido depauperando y dejando en una situación muy limitada estos recursos.


Y también es cierto que, afortunadamente, en el año 2005 el presidente del Gobierno en aquel entonces tuvo la idea de crear una unidad militar como la UME. Se debatió en esta Comisión y en esta misma sala en la que estamos -yo todavía no
pertenecía a ella porque era un humilde profesor de universidad y no estaba en esta actividad política-, y es cierto que los ataques por parte de la oposición a la creación de la UME fueron brutales, tanto de la portavoz del Partido Popular, que
dijo que era inconstitucional crear un cuerpo del Ejército con ese tipo de encomienda y planteó la duda constitucional respecto a ello, como del propio vicepresidente que dijo que era un capricho faraónico del presidente del Gobierno en ese momento.
Afortunadamente, quienes se opusieron y pusieron todas las zancadillas posibles a que se creara esa unidad, hoy en día la apoyan y eso es bueno; es de agradecer que se entienda que las Fuerzas Armadas en cuanto que son Administración pública y sus
miembros servidores públicos, por su propia capacidad y preparación tienen una labor importante que hacer en este tipo de actuaciones. Es bueno que se recuerde de dónde vienen las cosas y, en este caso, que se agradezca que determinadas fuerzas
hayan rectificado su oposición y sus zancadillas iniciales y hayan intentado al final colgarse la medalla de la UME.


No voy a entrar en detalles concretos de la gestión. No soy militar, pero sí soy de un pueblo de pescadores y la gente de la mar tiene muy claro que en plena tempestad no es el momento de poner en cuestión las decisiones del capitán; hay
que esperar a que amaine la tormenta, hay que esperar a pasar el apuro. Quien tenga formación militar debería tomar nota de este tipo de cosas.


Con toda la humildad y desde mi no especialidad en esta materia, me gustaría hacerle un par de sugerencias, algunas de ellas ahondando en cuestiones que han planteado varias personas que me han precedido en el uso de la palabra, algunas de
ellas de representantes de fuerzas que están en otras posiciones. Comparto en este caso con el portavoz de VOX que quizá se podría haber hecho, en mi opinión, un mayor uso de los recursos. En cuanto al escenario de crisis, simplemente le planteo
las preguntas; desde la duda, quizá se podría haber hecho quizá no. Una sugerencia para el escenario de crisis y otra para el escenario de poscrisis. Para el escenario de crisis: recurramos lo menos posible a servicios privados, a
multinacionales y a empresas internacionales y aprovechemos al máximo los recursos públicos, en este caso de las Fuerzas Armadas. Le pregunto: en lugar de medicalizar hoteles privados, ¿no se podrían haber aprovechado las residencias militares,
los alojamientos logísticos, las residencias logísticas o incluso las residencias militares de acción social? ¿No se podía haber hecho un cierto esfuerzo adicional, sin negar que se ha hecho, pues evidentemente se ha hecho, en materia de
utilización de los reservistas de especial disponibilidad? Por último, ¿se puede hacer algo para afrontar un



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poco la precariedad en la que viven estos 700 empleados temporales del hospital Gómez Ulla que van encadenando pequeño contrato tras pequeño contrato, llevando algunos de ellos en esta situación de precariedad catorce años? ¿Podemos hacer
algo más por su estabilidad? Simplemente son preguntas que le transmito con todo el respeto y toda la humildad.


Por otra parte, escenario poscrisis. La crisis no nos puede servir para volver a lo de antes, nos tiene que servir para entender otro mundo. No podemos vivir en ese hiperindividualismo competitivo ciego en el que hemos vivido; tenemos que
entender la lógica de los cuidados en la reproducción de la vida. En ese sentido, en la medida en que es usted mujer, le presumo una mayor sensibilidad hacia los cuidados. Para el mundo poscrisis, para el mundo de la pospandemia, creo que es
absolutamente fundamental proteger a la gente más débil y, lo que es muy importante, protegernos respecto del proceso de conversión de los medicamentos, de la atención sanitaria, en elemento de lucro, de beneficio, por parte de las grandes
farmacéuticas y multinacionales. En ese sentido, le traslado una propuesta, que pretendo que sea constructiva, y es que se aproveche esa auténtica maravilla que fue y sigue siendo la farmacia militar para que sea el germen de un futuro servicio
público de farmacia que nos permita ser un poco más autónomos respecto de las políticas de lucro ilimitado y de las políticas inhumanas que practican algunas empresas farmacéuticas impidiendo el acceso a los medicamentos por parte de las personas
que no tienen recursos. En ese sentido, creo que el Estado y los servicios públicos podrían hacer mucho más.


No quiero extenderme más, no quiero agotar mi tiempo, simplemente, aunque no soy una persona de derechas ni alguien que esté en la oposición a este Gobierno, me gustaría citar unas palabras de una persona de la oposición de derechas, en
concreto de Portugal, y, parafraseándole, le diría: señora ministra, cuente con la colaboración de Unidas Podemos. En todo lo que nosotros podamos, ayudaremos. Le deseo coraje, nervios de acero y mucha suerte, porque su suerte es nuestra suerte.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Uriarte.


En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Cantera de Castro.


La señora CANTERA DE CASTRO: Muchas gracias.


Buenas tardes, ministra, señor presidente, señorías. Permítanme empezar mi intervención sumándome a las muestras de condolencia y pesar a los familiares, amigos, allegados y compañeros de las víctimas. Y en esta Comisión de Defensa quiero
recordar muy especialmente a los tres militares fallecidos por la COVID-19: el comandante José Cáliz, el subteniente Palencia y el cabo Francisco. Descansen en paz. Sin olvidarme, por supuesto -se ha mencionado aquí-, de los compañeros de la
Guardia Civil, que, aunque dependen de otro ministerio, llevan el uniforme honradamente, como lo visten nuestros militares. Por favor, señora ministra, transmítaselo en nombre del Grupo Parlamentario Socialista a todas las familias de las Fuerzas
Armadas.


Señorías, 16 972 han sido las intervenciones efectuadas en más de dos mil municipios y poblaciones de España, algo menos de la mitad del total de las poblaciones españolas, y se han realizado por los miembros de las Fuerzas Armadas. Más de
138 893 militares implicados, a una media de 3472 efectivos por día. Ahí es nada -muchas gracias- los que visten uniforme. Nuestras Fuerzas Armadas han estado y están desplegadas en todo el territorio nacional -repito, en todo el territorio
nacional- y no es propaganda; son nuestras Fuerzas Armadas, las de todas las españolas y todos los españoles, sin excepción alguna, cumpliendo con las misiones que la Constitución y la Ley Orgánica de la Defensa Nacional les encomienda en su
artículo 15 -ya se ha citado aquí-, relativo a las misiones, que les leo literalmente: Las Fuerzas Armadas, junto con las instituciones del Estado y las Administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los
supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente. Asimismo, cumplen con las especificidades de las que disponen, al amparo del Real Decreto 463/2020, por el que se
declara el estado de alarma, y de la legislación que en un país democrático como España nos hemos dado entre todos. Fue el Partido Socialista Obrero Español, como aquí se ha dicho, el que llevó a cabo la creación de la Unidad Militar de
Emergencias, vilipendiada y hoy aplaudida por todos y cada uno de los españoles o por casi todos los españoles, les guste o no, porque están ahí para ayudarnos, para protegernos, para salvarnos, para defendernos.


Señorías, cabe destacar que dos son los momentos a tener en cuenta en esta situación. Primero, el actual, de plena batalla contra la pandemia, en el que cada uno hace lo que le corresponde. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y
las Fuerzas Armadas hacen su labor; los sanitarios las suyas; los



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servicios de logística, limpieza y cajeros de los supermercados, las suyas y los ciudadanos por su parte batallan en sus casas, junto con sus familias, cuidando de sus mayores y de sus hijos. El segundo punto es la batalla que está por
venir después de que todos juntos derrotemos al virus, donde el Gobierno tendrá que lidiar con una situación de posconflicto. Es de esperar que los ciudadanos busquen desesperadamente soluciones a sus necesidades más básicas y primarias después del
confinamiento. Querrán volver cuanto antes a la normalidad, pero también estarán prestos a la queja. Hay que prepararse desde ya para este segundo escenario y es lo que le solicita el Grupo Parlamentario Socialista, ministra, porque su labor es la
labor de nuestro Gobierno. Hay que impedir que venzan las secuelas del virus y sus aliados, el miedo y la desesperanza, miedo real ahora, miedo al miedo y al futuro después. Como responsables públicos, nuestros mensajes han de ser todo lo
contrario: optimistas, positivos, alabando y reconfortando a la ciudadanía. Señorías, hay que mantener alta la moral y la voluntad de vencer. El ciudadano confinado ha de saber que su esfuerzo presente tiene sentido y que también aporta su
granito de arena en esta lucha, en esta batalla, y que después de la victoria no nos olvidaremos, no se olvidarán de él, pues el Gobierno no deja ni dejará a nadie atrás. Este virus lo paramos unidos.


Sin la acción actual del Gobierno, y en concreto de nuestras Fuerzas Armadas, la acción y los resultados de la pandemia hubieran sido mucho más terribles. Baste con mirar las cifras de fallecidos diarias y el monto total de los que nunca,
jamás, nos olvidamos. El Gobierno actúa contra la crisis, resuelve, está con los ciudadanos y junto con ellos vencerá esta batalla y las que vengan en el futuro, porque es nuestra misión, es nuestro cometido. El Gobierno vela y seguirá velando por
los ciudadanos españoles ahora y tras vencer al virus. El Gobierno no deja a nadie atrás, no abandona a nadie. En la guerra, resolución; en la derrota, desafío; en la victoria, magnanimidad; en la paz, buena voluntad. Todos en el mismo barco,
porque el virus no diferencia a nadie.


Las actuaciones llevadas a cabo por nuestras Fuerzas Armadas son fiel reflejo de este mensaje. Unidos tratan a nuestros caídos como hermanos, como compañeros, como allegados; los lloran, los velan y los cuidan. Unidos ayudan a nuestros
mayores con la compra, a lavarse o a desplazarse, así como en el traslado de enfermos entre hospitales y hoteles hospitalizados y de discapacitados entre residencias y hospitales. Unidos a las autoridades sanitarias han desinfectado aeropuertos,
calles, más de 2200 residencias de mayores; por cierto, el 70 % de las actuaciones en Cataluña. Unidos a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han velado por el cumplimiento del confinamiento y la seguridad mediante la realización de
vigilancia de las fronteras y vigilancia de infraestructuras críticas. Unidos a nuestra población civil, bomberos y ONG han ayudado a los más necesitados, repartiendo y distribuyendo alimentos y en apoyo a instalaciones de hospitales de campaña,
especialmente para el incremento de las capacidades UCI. Unidos a autoridades de exteriores y medios civiles se han mantenido alerta los medios orgánicos y del operador logístico para el posible traslado de material sanitario desde China e incluso
para la repatriación de nuestros conciudadanos. Unidos al resto de compatriotas, a cuyo servicio y sacrificio están, nuestras Fuerzas Armadas han actuado bajo demanda ante las necesidades detectadas y las solicitudes de colaboración recibidas de
las diferentes administraciones de las comunidades autónomas y locales. Unidos en la producción farmacéutica de mascarillas, geles, guantes, etcétera, con la sanidad militar y nuestra farmacia militar como puntas de vanguardia. Todo ello sin
menoscabo -y esto es importante- del desarrollo de las misiones permanentes de nuestras Fuerzas Armadas, vigilancia de los espacios terrestre, marítimo y aéreo, así como el ciberespacio, y también sin menoscabo de las misiones internacionales en las
que participamos.


Unidad, señorías, unidad de acción, uno de los elementos principales en toda victoria y cualquier militar o estratega que se precie de serlo sabe que es fundamental. Unidad. No se ataca al capitán ni a los tripulantes cuando uno es
pasajero en medio de la tempestad. Unidad para vencer, unidad para salvar a los vivos y honrar a los muertos, pues la victoria se obtiene con cada vida salvada y no hay mayor desprecio a los muertos que utilizarlos como ariete en la ruptura de esa
unidad de acción. Eso, señorías de las derechas, es lo que ustedes hacen. Desprecian a los muertos con cada utilización que hacen de ellos y con la banalización de su muerte. Los utilizan como armas no para destruir al virus, sino para destruir a
este Gobierno que lucha para salvar vidas. Una unidad que la oposición de la derecha y de la extrema derecha no demuestra. La extrema derecha viste banderas mientras ensucia con sus esputos sus colores y los de la Guardia Civil, mientras no dudan
en echar a los perros de la crítica a un general de la Guardia Civil condecorado y ascendido por ellos mismos por una frase mal dicha en un momento. Lo arrastran por el barro de la mediocridad porque está cumpliendo con su deber, porque está
siguiendo exclusivamente lo que establece la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada en 2017 por el Gobierno



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de Mariano Rajoy, porque está persiguiendo bulos, mentiras y falacias que ponen en riesgo la moral y la unidad de acción, atacando el derecho a una información veraz que viene recogido en nuestra Constitución. No dudan en manchar los
colores de una institución poniendo en tela de juicio su profesionalidad, como si nuestros militares y nuestros guardias civiles, nuestras militares y nuestras guardias civiles, siguieran órdenes ilegales.


Señorías de la extrema derecha, misógina, racista y xenófoba que insultan a los musulmanes, a los que quieren echar cual cruzados en Tierra Santa, mientras desentonan con cantos desafinados El novio de la muerte, muestra de orgullo de una
gran unidad como la Legión, una de las unidades con mayor número de soldados españoles musulmanes que están luchando junto con sus amigos cristianos y de otras religiones, junto con sus compañeros, contra este virus. Ustedes saben por qué lo digo.
Entonan el 'nosotros sabíamos'. No el vestido de capitán a priori, sino el de general a priori. Que sabían que esta pandemia iba a salir. Que sabían que... Que conocían que... ¿Qué es lo que conocían, señores de la ultraderecha? Señorías, se
vanaglorian de decir que advirtieron y pidieron medidas, cuando su preocupación era viajar a Milán -donde ya sí que se sabía que había un foco de infección- y, posteriormente, venir aquí a un acto, a un mitin. Pero echan la culpa al 8 de marzo,
echan la culpa a esas manifestaciones cuando la propia legislación, los propios tribunales han dicho que no existe ningún tipo de correlación con ella.


Voy acabando, señor presidente. En palabras del propio teniente general López del Pozo -muchas gracias, mi teniente general-, comandante del mando de operaciones, ante la pregunta de: ¿Esperaban algo así? Contestó literalmente: 'No, algo
tan gordo como esto no. La magnitud de lo que ha pasado no se la esperaba nadie, porque no solo ha afectado a España, ha afectado a todo el mundo'. Esto aparecía reflejado en el izquierdoso socialcomunista medio de comunicación La Razón. Señores,
la diferencia entre ustedes y nosotros es que nosotros continuamos cuando todo se ha puesto difícil y ustedes se rindieron sin ni siquiera prestar batalla. Aporten o apártense, hay que ganar al virus, y después, si quieren, critiquen
destructivamente lo que quieran, nos encontrarán aquí.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Cantera de Castro.


Para hacer las valoraciones que considere oportunas y responder a las preguntas, tiene ahora la palabra señora ministra.


La señora MINISTRA DE DEFENSA (Robles Fernández): Gracias, presidente.


Voy a ir contestando a cada uno de los portavoces. Empiezo por el portavoz del Grupo Popular, el señor Gutiérrez Díaz de Otazu. Yo le doy las gracias porque usted haya manifestado, en primer lugar, su gratitud a las Fuerzas Armadas. Usted
conoce perfectamente a las Fuerzas Armadas, sabe lo que son, la dedicación que tienen, su generosidad máxima, y creo que usted es perfectamente consciente de lo que han realizado los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas en esta Operación Balmis;
es una de las páginas más gloriosas que nuestras Fuerzas Armadas pueden haber escrito. En ese sentido, me gustaría que fuera un poco más generoso y lo dijera con independencia de que usted esté en un partido político, porque creo que hay cosas que
objetivamente son así y el papel de las Fuerzas Armadas es algo que me parece que está por encima de cualquier consideración, y más de una consideración política.


El objeto de mi comparecencia era la valoración de la Operación Balmis y usted no ha perdido oportunidad de atacar o criticar al Gobierno de la nación. Yo le voy a decir una cosa -y hago mías las palabras del diputado señor Uriarte-, yo le
remitiría, por ejemplo, a la oposición de un país vecino, de Portugal, cuando habla de lo qué es patriotismo, y dice que patriotismo es en momentos difíciles, en momentos como este, apoyar al Gobierno, apoyar al Gobierno para salvar vidas, porque
desde el principio este Gobierno lo que ha pretendido es salvar vidas. Luego los detalles, las críticas en otro momento, cuando termine la tempestad. Yo creo que hay que tener generosidad para reconocer el papel de las Fuerzas Armadas, usted lo ha
hecho, y hay que tener también generosidad para decir que puede haber errores -yo soy la primera que los puede reconocer y, además, he insistido en que si han existido los errores en la Operación Balmis, han sido exclusivamente míos-, pero creo que
no vale todo para criticar al Gobierno. Por tanto, respecto a ese patriotismo que me consta que ustedes y su grupo político siempre ponen de relieve, les diría que a lo mejor aprendieran de sus vecinos, de Portugal.


Por otro lado, para salirse un poco del texto, usted me hace referencia a consideraciones como las críticas que el vicepresidente Pablo Iglesias ha hecho al Poder Judicial y me pregunta mi opinión. Yo no sé si este es el sitio en que
procede comentar esto, pero le voy a decir mi opinión. En primer lugar, creo



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que la crítica a las resoluciones judiciales en democracia es sana, porque las resoluciones judiciales pueden ser objeto de recurso en cada momento. En segundo lugar, le voy a decir con toda contundencia, para que a usted no le quepa ni la
más mínima duda, que el Poder Judicial en España está formado por hombres y mujeres independientes que aplican la ley y que merecen el máximo respeto, porque constituye uno de los poderes del Estado, lo cual no es incompatible con que se puedan
criticar las resoluciones judiciales, porque en muchísimos casos los tribunales superiores anulan o revocan decisiones de tribunales inferiores y no ocurre nada. Por tanto, desde este punto de vista, lo que sí tiene que quedar muy claro es que
tenemos un Poder Judicial independiente formado por esos hombres y mujeres preparados y comprometidos, como no podía ser de otra manera, con la aplicación de la ley.


Le recordaré, ya que lo ha sacado a colación, que el Consejo General del Poder Judicial, que sí que es un órgano político, lleva casi dos años en prórroga, y antes de empezar la pandemia su partido alardeaba públicamente de que no iba a
contribuir a su renovación. Por lo tanto, creo que no es este el momento de hablar de este tema. Pero quede claro que mi posición es la de máximo respeto hacia los hombres y mujeres del Poder Judicial independiente. Le pido y le reclamo a su
partido que tenga respeto a las instituciones, y seamos muy cuidadosos a la hora de proceder a su renovación dentro de plazo. El señor Casado públicamente decía que no se iba a renovar el Consejo General del Poder Judicial, utilizando esa no
renovación como instrumento de crítica política al Gobierno de la nación, lo cual a mí me parece preocupante, porque está utilizando a un poder del Estado.


Usted ha mencionado a la OTAN. Le diré que este Gobierno siempre ha tenido muy a gala que España sea un socio serio, fiable y creíble. Créame que tenemos un liderazgo en las misiones que desarrollamos tanto en el ámbito de la Unión Europea
como en el ámbito de la OTAN, así que no tenga usted ninguna duda sobre el compromiso de este Gobierno, que además es reconocido por los miembros de otros países. Le cuento como anécdota que el viernes me llamaba la ministra alemana para darme unos
datos sobre lo que iban a hacer en Alemania y me decía que a uno de los primeros socios que llamaba era precisamente a España, porque le parecía que su política en el ámbito de la OTAN y de la Unión Europea era una política seria. Y también le diré
-y de paso contesto al portavoz de VOX, señor Rosety- que este Gobierno va a seguir manteniendo su compromiso con la paz, la libertad y la seguridad en el mundo, como hace España desde hace treinta años, su compromiso con las misiones de paz. Ahí
están los contingentes españoles en Líbano, en Letonia, casi tres mil hombres y mujeres. Es verdad que, coyunturalmente, hemos tenido que traer a personas, porque las actuaciones de formación en Mali o en Irak no se han podido realizar, pero
siempre se va a encontrar a España y a sus Fuerzas Armadas comprometidas con aquello que dice la Carta de Naciones Unidas, con la paz, la libertad y la seguridad en el mundo. No se preocupe usted, que nuestro compromiso con esos principios en todo
el mundo ahí están. Le puedo decir que hablé con el jefe del contingente en Líbano, el general de la legión Llago, para decirle que a lo mejor se tenía que retrasar un mes más la vuelta a España como consecuencia del COVID, y me dijo: no se
preocupe, nosotros estamos aquí para defender a España, nosotros estamos aquí cumpliendo una misión en favor de la paz, la libertad y la seguridad bajo el paraguas de Naciones Unidas. Estos son nuestros hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, y
el Gobierno y el Ministerio de Defensa van a seguir la misma línea que hace treinta años, tener a las Fuerzas Armadas comprometidas en sus misiones internacionales. No se preocupe usted, señor Rosety.


Me preguntaba usted también sobre el tema de las relaciones con el Ministerio de Interior y sobre el tema Zendal. Yo tengo el máximo respeto por los medios de comunicación. No entiendo una democracia sin unos medios de comunicación
independientes, pero a veces los medios de comunicación, como ocurre con los políticos, incluso con algunos jueces también -para eso están los recursos-, pueden no tener toda la información. Es verdad que, inicialmente, y así lo anunció el Jemad en
esas comparecencias a las que luego me referiré, las previsiones eran que hubiera unas patrullas mixtas. Esa previsión de las patrullas mixtas se hizo al principio de todo, cuando no sabíamos cómo iban a evolucionar los acontecimientos. Los
acontecimientos nos han ido superando a todos; por suerte, hoy ha bajado el número de muertos, pero se ha visto el número de muertos que había en este país. Pensamos que a lo mejor era imprescindible que hubiera esas patrullas conjuntas, pero
cuando llegó el momento se vio -y estoy de acuerdo con la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, y lo he dicho al principio de mi intervención, máximo reconocimiento tanto al Cuerpo Nacional de Policía como a la Guardia Civil, que también
tiene ese carácter militar- que no eran necesarias esas patrullas conjuntas, porque las funciones de seguridad ciudadana las podían hacer la Policía y la Guardia Civil, y se decidió que las Fuerzas Armadas les quitaran presión y se dedicaran a otras
misiones, como las de vigilancia



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de infraestructuras críticas o la vigilancia de fronteras. No ha habido -y así lo han dicho públicamente todos los portavoces- ningún tipo de roce. ¿Sabe por qué? Porque, en este momento, la única prioridad que tiene el Gobierno de España
y la única prioridad que deberíamos tener todos es salvar vidas. Cuando alguien entra en cotilleos o en una letra pequeña, que muchas veces no coincide con la verdad, yo creo que deberíamos elevarnos todos. Así que las Fuerzas Armadas han hecho un
magnífico trabajo; las Fuerzas de Seguridad del Estado hacen un trabajo excepcional también; la colaboración de Interior y Defensa es la mejor posible en todos los ámbitos; y eso es con lo que nos tenemos que quedar, porque en eso, en lo que es
uno de los puntos esenciales del Estado, como son los jueces, a los que usted se refería antes, ahí el Gobierno va a ser siempre muy respetuoso y vamos a hacer que trabajen todos conjuntamente.


Me hablaba de la Operación Zendal. Cuando el Ministerio de Sanidad planteó la realización de esa Operación Zendal, propuso como uno de los escenarios la posibilidad de que las Fuerzas Armadas pudieran realizarlo; pero siempre se nos dijo
que de una manera subsidiaria si no había otras posibilidades. Porque, como usted bien sabe, y seguro que lo sabe mejor que yo, las Fuerzas Armadas planifican mucho y lo hacen con mucha antelación; y ante esa posibilidad, que nos planteó como mera
posibilidad el Ministerio de Sanidad, pues se estuvieron preparando para ver si era necesario o no era necesario. Cuando se fue avanzando por los órganos correspondientes de la Administración sanitaria, cuando se dieron cuenta de que esas pruebas
eran unas pruebas que exigían una precisión especial, porque suponen la realización de análisis de sangre, de extracción de sangre, hasta también, en algunos casos, la extracción de muestras de mucosas nasales y faríngeas, se llegó a la conclusión
de que parecía más razonable que se hiciera por personal sanitario. En ningún caso había habido todavía una petición formal -pese a lo que algunos pudieran entender o decir, que yo respeto mucho- del Ministerio de Sanidad al Ministerio de Defensa.
El Ministerio de Defensa con carácter subsidiario, si hubiera sido necesario y hubiéramos tenido la preparación necesaria, lo hubiera hecho, pero ciertamente hace falta una preparación de carácter sanitario, que yo creo que quien lo tiene que hacer
son los sanitarios, porque, al final, en una extracción muy pequeña o una introducción muy pequeña pueden generarse complicaciones, y me parece que el Ejército no estaba preparado para ello.


En todo caso, lo que sí que tiene que quedar claro es que nosotros siempre actuamos con carácter subsidiario. Y lo que no le voy a admitir a nadie -y no me refiero a usted- es que se diga que esto no se hizo por imposición de alguien porque
no se iban a llevar uniformes. Creo que si alguien ha demostrado lo orgullosa que se siente de los uniformes -y agradezco especialmente que hoy me acompañen- soy yo. Por lo tanto, yo no hubiera aceptado en ningún caso que se hubiera hecho ningún
tipo de oscurantismo sobre los uniformes, de los que creo que todos los españoles, yo la primera, nos sentimos muy orgullosos.


Por lo demás, insisto, creo que el mejor patriotismo en estos momentos es apoyar al Gobierno en lo que hace referencia al estado de alarma y a salvar vidas. Usted ha venido aquí diciendo que se le estaba descalificando. Y yo no le quiero
recordar las descalificaciones que en la tribuna del Congreso algún dirigente de su partido le hizo al presidente del Gobierno. Creo que claramente este es el momento de la unidad, de que todos trabajemos juntos. El presidente del Gobierno ha
tendido la mano para que reconstruyamos España. Los ciudadanos españoles no entienden en este momento que no estemos todos unidos.


Y miren, aunque me lo tome usted como una anécdota, en mi intervención he hecho una mención expresa a dos dirigentes del Partido Popular, a la presidenta Díaz Ayuso y al alcalde de Madrid, porque cuando ha habido que construir el Ifema,
cuando ha habido que estar en la morgue del Palacio de Hielo, ahí hemos estado todos juntos. Yo le pediría a su grupo parlamentario, a su grupo político, la generosidad y el sentido de Estado. Este es el momento de los políticos con sentido de
Estado, de los políticos que piensan en España, que piensan en reconstruir España y en vencer al virus. Y créame que el Gobierno siempre ha tratado de hacer una política de Estado, y yo le pido que el Partido Popular, que ha sido un partido de
Gobierno, que aspira a ser un partido de Gobierno -yo espero que tarde mucho en serlo, pero que aspira a serlo- tenga sentido de Estado.


En cuanto al señor Rosety, le agradezco también la felicitación a las Fuerzas Armadas. Usted también, mejor que nadie, conoce cuál es el espíritu y la entrega del personal de las Fuerzas Armadas, conoce y sabe perfectamente su carácter
apolítico. Por eso, yo lo he dicho desde el principio, todos los éxitos que haya podido haber del trabajo de las Fuerzas Armadas lo han realizado ellos, presididos por una única finalidad, salvar vidas de ciudadanos, y al margen de cualquier
consideración política. No son las Fuerzas Armadas de un Gobierno -que nadie tenga esa tentación-, son las Fuerzas Armadas del Estado y, por



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tanto, de todos los ciudadanos españoles. Y le digo lo mismo que le decía antes: creo que si alguien ha demostrado que no solo no se avergüenza, sino que se honra de ser ministra de Defensa y de venir acompañada por los militares soy yo.
Desde ese punto de vista, tampoco le acepto que diga que nosotros actuamos o dejamos de actuar en función de determinadas presiones de comunidades autónomas, y ahí está la cantidad de actuaciones que han llevado a cabo -lo he dicho antes-, el
agradecimiento de la ciudad de Barcelona, por ejemplo, por los pabellones que se han hecho en Barcelona, en el Hospital de Sabadell. Usted me habla del aeropuerto de Bilbao. Le pregunto: ¿finalmente se realizó la desinfección del aeropuerto de
Bilbao, sí o no? Se realizó, ¿no? Entonces, respecto a todo lo demás, a las anécdotas que unos puedan contar, etcétera, hay que elevarse un poco. Somos representantes de la soberanía popular y tenemos la obligación de elevar nuestro discurso, de
elevar nuestros argumentos, y lo único que le pregunto es si se hizo o no la desinfección. Se hizo, y con eso le estoy diciendo bastante.


Usted me hablaba del general Santiago. Supongo que ustedes se sienten muy orgullosos del trabajo del general Santiago en la lucha contra el terrorismo y en la lucha contra ETA. Yo no soy quién para hablar de lo que dijo el general
Santiago. A pesar del aspecto militar de la Guardia Civil, que es un aspecto esencial, su comparecencia la hizo como portavoz del Ministerio del Interior, y tiene también todo mi apoyo -como no podía ser de otra manera-, pero también le voy a decir
otra cosa con absoluta contundencia. Este Gobierno y quien les habla somos partidarios acérrimos de la libertad de expresión y creemos que cualquiera puede hacer la crítica porque en democracia eso es algo que enriquece y que es positivo. Usted
convendrá conmigo que los bulos, las mentiras y las deformaciones, colgar videos, por ejemplo, haciendo pasar por militares a quienes no lo son, eso no es libertad de expresión, es otra cosa. Por eso, en defensa de la libertad de expresión, le digo
que ni este Gobierno ni yo como ministra de este Gobierno y como persona que lleva muchos años comprometida en la defensa de los derechos y libertades lo vamos a aceptar.


En cuanto al señor Rufián, siento que se haya ido. Se ha excusado y le agradezco su intervención. Lo único que le puedo decir al señor Rufián es que yo también me siento profundamente orgullosa de las ruedas de prensa que dio. En este
caso voy a hablar -está él aquí presente- del jefe del Estado Mayor de la Defensa, del general del Ejército del Aire Miguel Ángel Villarroya, porque si algo nos ha movido siempre al Ministerio de Defensa y a las Fuerzas Armadas -con errores que,
insisto, en ese caso serían míos- es la transparencia más absoluta. Hemos querido explicar lo que se hacía. Unas veces lo habremos explicado mejor -un día tiene uno un día mejor y otros tiene un día peor-, pero yo le puedo decir que el lema del
general Villarroya 'Siempre es lunes' ha sido muy aceptado por la opinión pública, porque es la moral de victoria, porque en este país, todos juntos, vamos a superar el virus. Así que yo, general, quiero aprovechar también este ámbito para darle
las gracias por su trabajo, un trabajo que no es para ningún Gobierno, sino que es un trabajo para la sociedad española, a la que las Fuerzas Armadas se deben en todo momento.


Señor Cambronero, del Grupo Ciudadanos, le agradezco lo que ha dicho en relación con el acompañamiento o las familias. Yo he tenido una reunión esta mañana con las asociaciones militares. Ese es el ámbito donde hay que expresar lo que haya
de expresarse, y no sabía que usted fuera también portavoz de las asociaciones militares. Si quiere, la próxima vez que haya una reunión de Coperfas yo le invito y usted viene también, porque me ha resultado francamente sorprendente. Yo he estado
con ellos esta mañana, han podido decir lo que han querido y, ahora, viene usted a hacer de intérprete de ellos. No sé si ellos necesitan una interpretación suya. La verdad es que me sorprende, francamente, pero estaré encantada incluso hasta de
modificar la normativa para que usted pueda ir y pueda enterarse de lo que se dice. Francamente, si usted me viene aquí a hacer de portavoz de las asociaciones, creo que no es el sitio adecuado. Si me viene a hablar de los mayores de cuarenta y
cinco años, creo que tampoco es el sitio adecuado, y de verdad yo creo que las Fuerzas Armadas en las asociaciones tienen sus propios portavoces, pero insisto en que me ha sorprendido mucho que habiendo habido hoy una reunión usted venga a hablar
como portavoz de las asociaciones.


Señor Martínez Oblanca, se lo he dicho antes en público y se lo vuelvo a decir. Yo creo que usted, como tantos otros, es el mejor ejemplo al que se refería también el señor Uriarte de lo que es la sociedad civil, una sociedad civil
comprometida. Usted me llamó, usted quería colaborar precisamente con las Fuerzas Armadas haciendo una labor en favor de los ciudadanos. Yo no puedo más que agradecérselo, agradecerle ese tributo que usted ha prestado a los soldados. Me ha
planteado asimismo lo relativo a la Operación Zendal. Creo que se lo he explicado y además sin ningún tipo de complejo. Creo que ya me van conociendo. Soy una persona muy sincera y, si entiendo que esa operación no se podía hacer por las



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explicaciones que dio el Ministerio de Sanidad -porque había una necesidad de precisión, porque estamos jugando con cuestiones que afectan a la integridad de las personas-, por esa razón no se hace. No acepto presiones de nadie por razón
del uniforme. Creo que me he explicado suficientemente y no procede que me extienda más en esto.


Usted también, señor Martínez Oblanca, ha hablado de la negligencia, de la incompetencia, del caos logístico de nuestro Gobierno. Yo lo único que digo es que nuestro Gobierno -ese Gobierno con el que a mí me gustaría que todos fueran
patriotas y estuvieran con él-, desde el primer día ha tratado de salvar vidas. En eso estamos, en eso vamos a seguir estando y en eso seguiremos, con nuestra mano tendida, porque España necesita seguir adelante, salir de esta situación, y estoy
segura de que, con usted, que ha demostrado su solidaridad, que ha demostrado que está en primera línea cuando es necesario, España va a contar sin ninguna duda.


Señor Iñarritu, usted habla de lo que no he querido decir. Yo me enrollo mucho, hablo mucho, pero se me dijo aquí que a las ocho había que acabar. Fíjese en todo lo que tenía aquí para leer, así que no es que no haya querido decir. Creo
que ofendería la inteligencia de muchos de ustedes si explicara determinadas cosas en detalle. Sí que le voy a decir una cosa. No le puedo aceptar -se lo digo muy cariñosamente- que diga que se han hecho actuaciones para la propaganda. A estas
alturas de la vida, ni yo como ministra de Defensa ni las Fuerzas Armadas necesitan hacer ningún tipo de propaganda. Usted me habla de las desinfecciones. Cuando empezaron las desinfecciones se me transmitió la situación en la que estaban algunas
residencias y yo hice algunas manifestaciones públicas que fueron muy criticadas, en las que puse de relieve que, en algunos casos, no por culpa de los trabajadores de las residencias -en absoluto por culpa de ellos-, había personas mayores que
estaban un poco dejadas a su suerte. Creo que una obligación de la sociedad es cuidar a sus mayores. Por eso, precisamente por esa sensibilidad de las Fuerzas Armadas, hemos entendido que la desinfección en las residencias era absolutamente
necesaria, sin pedir nada, porque nadie ha podido tener protagonismo; usted sabe que van con EPI y no se les reconoce, pero también hay una gratificación por el conocimiento de muchos casos. Le voy a contar un caso: en una residencia de Teruel se
procedió a la desinfección, después se les hizo el test y todos dieron negativo, ¡y no sabe usted las celebraciones que hubo! Pero le vuelvo a decir que, más allá de las residencias, este país tiene que hacer un debate sobre esta materia.


En cuanto a lo que ha comentado sobre el Instituto Español de Estudios Estratégicos, ahora surgen -y yo soy muy respetuosa con todo el mundo- muchos think tanks, muchos estudios sobre lo que se tenía que haber previsto y lo que no se había
previsto. Yo creo que no hay más que ver las televisiones y los medios de comunicación del mundo: en este momento hay 60 millones de personas afectadas y 280 países en confinamiento. Realmente, no será tan irresponsable el Gobierno español cuando
en todo el mundo están así.


No es cierto lo que dice sobre la recentralización. Ahora estamos viviendo una situación terrible. Quizás a usted no le guste -yo estoy más acostumbrada- lo del Mando Único, así que hablemos de una coordinación única, que yo creo que es
una cosa buena y positiva, pero, le insisto, esto es como todo, como al que no le gusta que en la comunicación salgan unos y no otros. En todo caso, es opinable. En estos temas nadie tiene la posesión de la verdad. Algunos piensan que se tenía
que haber actuado antes, otros no. El Gobierno siempre ha actuado teniendo en cuenta la posición de los expertos, pero también sabemos que ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo. Parece ser que hay algunos expertos que le dicen a algún
dirigente internacional la conveniencia sobre tomar lejía o algo así, así que fíjese. No quiero ir a la anécdota, pero no es tan fácil.


También hablaba usted de una presencia en Iruña. Yo desconozco ese caso concreto, lo único que le puedo decir es que cuando las Fuerzas Armadas, cuando el ejército, la UME, cualquiera de ellos ha intervenido, lo han hecho sin pedir nada a
cambio. Fíjese, hemos estado ayudando a ONG como Médicos sin Fronteras, a personas sin hogar, a bancos de alimentos y no había como finalidad ningún tipo de propaganda.


Señora Nogueras, hay una cosa en la que sí que estoy de acuerdo con usted, y es que yo creo que la crisis del coronavirus ha puesto de relieve que la realidad en el mundo tiene que cambiar, sin ninguna duda. También le puedo decir en cuanto
al modelo militar y los nuevos retos que si algo tienen claro las Fuerzas Armadas -y yo creo que usted lo sabe porque es un tema que conoce y lo conoce bien, aunque sea con una finalidad distinta a la mía- es que es necesario abordar nuevos retos.
Ahí están temas como otro tipo de guerras, de ataques, del ciberespacio, de las amenazas nucleares, y yo le puedo decir que,



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desde luego, tanto en las Fuerzas Armadas españolas como en los organismos internacionales en los que estamos se está trabajando en esto.


Usted hablaba de un Gobierno progresista que no cuida los derechos y las libertades... (La señora Nogueras i Camero hace signos negativos). Bueno, a lo mejor le he entendido mal, perdón. Insisto, si hay una obsesión es el cuidado de los
derechos y de las libertades. Hay gente que llevamos toda nuestra vida peleándonos para que usted y yo podamos tener opiniones diferentes, las podamos expresar y lo podamos hacer desde el respeto a la norma y dentro del respeto a la Constitución.
Usted me ha dicho que quiere una nación catalana independiente, y yo lo que le puedo decir es que el pensamiento o las ideas políticas son absolutamente libres, incluso diría respetables, pero siempre dentro de un marco: el ordenamiento
constitucional, que es el fruto que nos ha permitido que Cataluña -donde, como le he dicho muchas veces, he vivido y he hecho toda mi vida personal y profesional- sea una comunidad en la que efectivamente los ciudadanos tienen una calidad de vida
muy importante, gracias precisamente a ese marco constitucional.


Señor Uriarte, totalmente de acuerdo con el agradecimiento a la sociedad civil. Lo he dicho cuando he empezado, cuando he expresado mi agradecimiento por supuesto a los sanitarios, pero también a las personas que realizan transportes, que
realizan labores en los supermercados, a esas personas que están en residencias con unos contratos absolutamente provisionales, cuando no sin contrato, o a las ONG. Por eso he puesto en valor algo que es importante que se sepa también, y es que el
ejército ha ayudado a montar un hospital de una ONG, de Médicos sin Fronteras, en Alcalá de Henares y que estamos con los bancos de alimentos. Yo creo profundamente en la sociedad civil y creo, y se lo decía a la señora Nogueras, que habrá
clarísimamente otro mundo después de la pandemia.


En cuanto a los establecimientos militares, es un reto para nosotros que puedan tener unas mejores condiciones para que puedan medicalizarse. Pero cuando, por ejemplo, en Ceuta y Melilla pensamos que podría haber una necesidad, allí fue el
buque Galicia. Hemos acondicionado una 400 del Ejército del Aire precisamente para poder servir incluso como UCI, con 5 UCIS y 14 camas y el Umaer ha estado precisamente para realizar los transportes de personas enfermas que fueran necesarios. Ahí
hemos estado.


Respecto del hospital Gómez Ulla, usted me ha hablado de un tema de contratación del que yo no puedo hablarle en este momento, pero le aseguro que lo voy a estudiar porque tenemos una deuda de gratitud absoluta con ellos. En cuanto a la
Farmacia Militar, estoy de acuerdo, yo estuve el otro día visitándola, habíamos hablado con el presidente -todo esto se ha estropeado mucho- y mi idea era invitarles a todos a que visitaran distintos establecimientos militares, y uno de ellos era la
Farmacia Militar precisamente por el papel que están desempeñando, haciendo desde lo más sencillo, como es el paracetamol y el gel del que nunca digo el nombre porque no me sale bien, pero están permanentemente trabajando y, además, con tal rigor y
pulcritud que, efectivamente, estoy totalmente de acuerdo con ustedes en que hay que utilizarla. Pero le diré muchísimo más, señor Iñarritu: con una discreción absoluta, fíjese, con muy poca propaganda y, sin embargo, trabajando muchísimo.


A la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista le diré que estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho: esperanza, hay que trabajar por la esperanza. Este es un Gobierno que no deja a nadie atrás, nadie puede ser indiferente a lo que
ha vivido este país. Y precisamente porque tenemos que hacer esa apuesta por la esperanza, yo repito: el patriotismo ahora, en este momento, un momento duro, es estar todos juntos para salir de la crisis; ya habrá momento para criticar, pero
todos juntos para levantar España, porque hace mucha falta. Así que yo quiero terminar esta primera parte agradeciéndoles a todos ustedes el tono, agradeciéndoles también que todos reconozcan y pongan en valor el trabajo de las Fuerzas Armadas, que
yo creo que es muy importante, pidiéndoles ese ejercicio de patriotismo que es estar trabajando por España, dejando las críticas y asumiendo las críticas, que creo que de las críticas siempre se aprende, y que esta comparecencia de hoy y todo lo que
hacemos sirva precisamente para trabajar conjuntamente en un futuro mejor. Creo que no es el momento de mantener posiciones partidistas, porque vuelvo a decir al portavoz del PP que usted me saca un tema de justicia, que yo estoy encantada, como se
puede imaginar, pero yo le podría decir lo del Consejo General del Poder Judicial. Creo que este no es el momento; creo que es el momento de remar todos juntos, de trabajar juntos, y ya tendremos tiempo de hacer debates.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra.


Vamos a dar, tal y como convinimos, un turno de tres minutos de réplica para realizar aclaraciones, para hacer precisiones con relación a las intervenciones de los diferentes grupos -ustedes lo



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administrarán como consideren oportuno-, para luego finalmente dar paso a la señora ministra, a la que ya digo que, como vamos bien de tiempo, no se reserve ninguna información que considere relevante para esta comparecencia en su
contestación posterior.


Mantendremos el mismo orden que hemos seguido en el primer turno. En primer lugar, tiene la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, el señor Gutiérrez Díaz de Otazu.


El señor GUTIÉRREZ DÍAZ DE OTAZU: Muchas gracias, señora ministra, por su contestación y por todas sus respuestas.


Creo que me he explicado muy mal, pero las actas de la reunión darán fe de lo que he dicho. No he puesto en ningún momento en tela de juicio la honorabilidad del Poder Judicial. Simplemente le he preguntado su opinión sobre la puesta en
tela de juicio por parte de un miembro del Gobierno, que no he sido yo. Tampoco he puesto en tela de juicio el compromiso de España con la OTAN. Le he preguntado a usted si tenía alguna opinión sobre la puesta en tela de juicio del compromiso de
España con la OTAN por algún miembro del Gobierno. No ha sido mi postura la de poner en tela de juicio la posición del Gobierno en su conjunto. La unidad está bien, pero es para todos, señora ministra.


Entono el mea culpa en una cosa. No lo he dicho en mi intervención anterior por la falta de tiempo, pero le agradezco enormemente las referencias a la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso, y al alcalde de Madrid, el señor
Almeida, y también expreso desde aquí mi apoyo y solidaridad con la presidenta Ayuso, que ayer fue objeto de un varapalo bastante importante por medio de las redes sociales como consecuencia de su participación en un funeral y sus muestras de dolor,
que creo que son absolutamente respetables.


Para terminar -también lo he dicho en mi primera intervención, lo he leído literalmente, pero por si se lo quieren mandar ustedes a Portugal para que lo tomen como ejemplo; párrafo veintiuno de mi intervención, está en las actas-, señora
ministra, quiero expresarle una vez más la lealtad de este grupo para con el Gobierno en el desempeño de sus acciones, siempre y cuando sirvan para aliviar y mejorar de manera eficaz y visible la situación de nuestra nación frente a este descomunal
reto. Pero acepte también usted, señora ministra, que una democracia no funciona solamente con el Gobierno y los que comparten su forma de entender la realidad y, sobre todo, las opciones para hacer frente a la misma. La oposición es necesaria,
señora ministra. Sus perspectivas, diferentes de las del Gobierno, no son siempre equivocadas, perversas ni persiguen objetivos inconfesables; tienen al menos la misma intención que el Gobierno de ser útiles a los españoles. Se lo digo de
corazón, señora ministra. Esto no lo he dicho antes, pero lo digo ahora: somos leales. (Aplausos).


Muchas gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez Díaz de Otazu. He de recordarles las recomendaciones del protocolo sanitario de que, mientras no hagan uso de la palabra, sería muy recomendable el uso de las mascarillas que tienen a su
disposición.


A continuación, tiene la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario VOX, el señor Rosety Fernández de Castro.


El señor ROSETY FERNÁNDEZ DE CASTRO: Gracias, señor presidente. Me disculpará que no use la mascarilla porque, si no, ni se me va a entender ni yo voy a ser capaz de leer estas notas que tengo aquí.


Señora ministra, le agradezco su contestación. Me tranquiliza que España tenga voluntad de continuar con sus compromisos internacionales en beneficio, por supuesto, de sus propios intereses y, desde luego, también de la paz y la estabilidad
del mundo. Le recuerdo cómo se hizo la retirada de esas misiones en 2004 y la verdad es que nos preocupa que eso, en un momento dado, pudiera volver a ocurrir. Así que muchas gracias por su contestación. Lo mismo le digo en cuanto a lo que ha
dicho sobre que el Gobierno respetará la neutralidad política de las Fuerzas Armadas y no las utilizará como un instrumento propio, pero comprenderá mi inquietud, nuestra inquietud cuando vemos que un vicepresidente del Gobierno ha utilizado la
figura de su majestad el rey y ha tratado con bastante desprecio las resoluciones del Tribunal Supremo, y que el Gobierno está haciendo un uso abusivo del instrumento del real decreto ley, ninguneando de alguna manera al Parlamento y a la oposición.


Por otro lado, las anécdotas a las que usted se refiere creo que son un síntoma de algo mucho más grave, que se ha manifestado hoy mismo en esta sala -para qué vamos a buscar otras justificaciones-. Ha hecho una referencia a la libertad de
expresión y no la he entendido muy bien. Después ha hablado de



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bulos, por lo que yo, inmediatamente, lo he asociado con lo que he dicho del jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. En este punto, si me lo permite, contestaré a la señora Cantera por alusiones. La señora Cantera ha hecho un discurso
precioso, una verdadera arenga. Yo creo que la señora Cantera va de teniente coronel. Nos ha convencido, señora Cantera, queremos vencer al coronavirus. ¿Usted quiere unidad o lo que quiere es la adhesión inquebrantable al Gobierno? No gustan
las críticas. En este sentido, el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil no ha pronunciado una frase mal dicha; ha sido una frase mal escrita, porque hay un documento. Yo no tengo información privilegiada de ninguna manera; yo estoy en la
calle y la gente me habla y yo la escucho; estoy en la red, me escriben y yo les contesto; leo la prensa, y por ahí es por donde me entero de lo que se ha dicho y me preocupa, insisto, me sigue preocupando mucho, señora ministra, lo que dijo, lo
que escribió el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Espero que la frase estuviera mal dicha y mal escrita y nadie la suscriba. Y si se le ordenó que lo hiciera y él lo transmitía como jefe del Estado Mayor, que se retire. Renuncio, señora
Cantera, a discutirle el asunto de que el 8-M no tuvo nada que ver. Mire usted, el 15 de enero la delegación del CNI en China alertó al Gobierno; el 31 de enero la OMS alertó de la gravedad de la epidemia. El 7 de febrero se canceló el Mobile
World Congress de Barcelona, precisamente por esa razón, aunque se negase. El 15 de febrero la Organización Mundial de la Salud declaró que era imposible predecir la dirección que seguiría la epidemia y que todos los países debían estar preparados.
El 5 de marzo la OMS denuncia que en algunos países las acciones de contención no estaban a la altura de la gravedad de las amenazas. El día 4 había tenido lugar...


El señor PRESIDENTE: Debe terminar.


El señor ROSETY FERNÁNDEZ DE CASTRO: No digo más; había dicho que renunciaba a convencerla de eso. Así que queda dicho y nada más.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias por su comprensión, señor Rosety.


En nombre del Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Cambronero.


El señor CAMBRONERO PIQUERAS: Muchas gracias, presidente. Gracias por las respuestas, pero, antes de entrar a valorarlas, quiero indicar una cuestión a la portavoz del Grupo Socialista, al igual que a usted, a la propia ministra. Si a
nuestro ofrecimiento de ayuda nos contestan así, nos van a poner muy difícil esa ayuda. Ministra, en Ciudadanos queremos tender puentes, no minarlos. Le voy a recordar que no ha contestado a nada de lo que le he planteado. En cuanto a los test,
los que va a hacer, reconozca a los miembros de las Fuerzas Armadas como personal de riesgo y en acto de servicio a los infectados. En cuanto a los despidos a los cuarenta y cinco, creo que es un buen momento para hablarlo. Es la Comisión de
Defensa, la única que hemos tenido en meses.


Conciliación familiar de los desplazados. Yo no represento a las asociaciones militares -¡ojalá tuviera ese privilegio!-, pero sí le lanzo una pregunta: ¿A quiénes representan esas asociaciones militares? A los héroes que usted menciona y
de los que usted se enorgullece, y yo también. Por lo tanto, recojo su guante, le agradezco la invitación y asistiré gustosísimo al Coperfas. Reitero el agradecimiento a los miles de hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas y quiero decirle,
ministra, que voy a recordar siempre las necesidades que sufren estos héroes, aunque no le guste, puesto que cuanto más protegidos estén, mejor nos protegerán.


Gracias, salud y suerte. Gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Cambronero.


A continuación, empezando por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias también, señora ministra, tanto por su intervención como, de nuevo, por sus palabras dirigidas a mí.


Me van a permitir alguna precisión. Los portavoces de los dos partidos políticos que arropan el Gobierno, Podemos y Partido Socialista, han hecho gala -y hacen bien- de la creación de la Unidad Militar de Emergencias. También me felicito
como español de tener a los boinas amarillas, verlos en acción, verlos cómo se juegan el tipo en defensa de la sociedad y en momentos de especial emergencia y de crisis. Pero les pido, por favor, que echen un poquito la moviola para atrás porque
las Fuerzas Armadas de las que estamos hablando hoy son Fuerzas Armadas plenamente profesionalizadas y quiero



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invitarles a que revisen quién profesionalizó en España las Fuerzas Armadas. Fue un presidente del Gobierno del Partido Popular que se llamaba José María Aznar. No me quiero ni imaginar lo que hubiese sido una pandemia como la que hoy
estamos sufriendo con unas Fuerzas Armadas en las que estuviesen incorporados jóvenes del servicio militar. La preocupación sería todavía muchísimo mayor para miles y miles de familias. Por lo tanto, lo recalco: la profesionalización que hoy
tenemos en las Fuerzas Armadas llega justamente de la mano de José María Aznar, de un Gobierno del Partido Popular.


Señora portavoz del Grupo Socialista, llevamos una Comisión, una reunión, razonablemente bien, cada uno en su papel, cada uno con sus intervenciones, y permítame que le diga que si el clima que el Partido Socialista aspira a proponer para
realizar ese pacto de reconstrucción es el que usted ha expuesto aquí, me parece que no vamos a ninguna parte. Sus ataques han sido claramente intempestivos, no venían a cuento, señora portavoz. Ese consejo que nos dirige para que no critiquemos
la acción del Gobierno, ¿de quién viene? ¿No será del modelo de Pedro Sánchez? Usted sabe que en 2014, con la crisis del ébola, el señor Sánchez criticó furibundamente en esta misma Cámara al entonces Gobierno presidido por Mariano Rajoy. Por lo
tanto, ¿qué quiere que le diga? Todavía esperamos a que Pedro Sánchez, cuando reclama unidad, tenga un gesto reparador, precisamente, con el presidente al que criticó de forma tan furibunda en una crisis sanitaria en la que, por cierto, no hubo
ningún muerto.


Por mi parte, señor presidente, nada más.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Martínez Oblanca.


A continuación, tiene la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señora ministra, yo insistiré en algunas de las cuestiones que le he realizado, que han quedado sin respuesta o que no han sido netamente respondidas. Me refería a que el informe presentado por el Estado Mayor de la Defensa marca bien
cuáles son los criterios de solicitud de esa ayuda, pero luego, en la práctica -y yo le he puesto algunos ejemplos, supongo que habrá más-, esas solicitudes parece que en algunas ocasiones han venido más de arriba abajo que de abajo arriba. Por eso
le hemos solicitado -ya se lo adelanto- el listado de quién ha sido en cada caso la autoridad que ha solicitado esa ayuda. Yo no tengo ninguna duda de que todas las actuaciones son en aras de luchar contra la pandemia, ¡faltaría más! Lo que he
dicho es que, aprovechando la lucha contra la pandemia, se han producido excesos, una serie de declaraciones fuera de tono y la comunicación en términos bélicos, pero también, ante una crisis sanitaria y únicamente sanitaria, la presencia de más
personas responsables de Fuerzas Armadas y de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que de responsables políticos del Gobierno. Yo creo que es un sinsentido, que eso no cabe, pero, bueno, usted nos lo explicará. Esto que comparto con ustedes
-y ya digo que no voy a criticar lo que se ha hecho, faltaría más- no lo hago por patriotismo, como decía usted, ni me considero español y respeto que ustedes lo sientan, cómo no, lo hago por humanismo, por solidaridad y por sentido común con
ustedes, como haría en cualquier Estado miembro de la Unión Europea porque esto no va de banderas ni de patriotismos. Por eso digo que en algunos casos, y puedo poner de referencia esa mención al primer soldado de España y ver al jefe del Estado
vestido de camuflaje ante una crisis sanitaria, no sé si esto responde a un mensaje interno de solidaridad con las Fuerzas Armadas, pero a muchos miembros de la sociedad les choca y no da confianza, sino que alarma.


También le quería preguntar sobre el hecho del test aleatorio en un batallón de la UME. ¿Es cierto que se hizo un test para comprobar aleatoriamente y el 90 % de esos miembros dieron positivo? Si es así -y algún portavoz más lo señalaba-,
¿se van a hacer a todos y cada uno de los miembros que han participado en operaciones de desinfección o de otro tipo? Es más, me gustaría que me aclarase algo, porque se menciona en el informe que de media participan al día 3470 miembros de las
Fuerzas Armadas y esto hace un total de 138 893 militares que han participado en estas actuaciones. Me gustaría saber cuántos son los que han participado. Usted, en una revista el día 6 de abril en el diario El Mundo, hablaba de 7000; no sé si es
acumulativo o son 7000 los que han ido día a día participando en estas actuaciones.


Por último, usted decía -y con esto acabo, señor presidente- que la legislatura va a ser diferente a partir de esto, pero a mí me gustaría saber qué medidas o qué reflexiones van a realizar ustedes desde el Ministerio de Defensa. Comparto
con usted la reflexión que hacía sobre las residencias, que me parece un drama sea donde sea, pero quería conocer qué van a proponer. Y acabo como acabé antes, deseando



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suerte a todos y a todas y mucha salud a usted y a todos los miembros de esta Cámara y a toda la sociedad.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


En nombre del Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Nogueras.


La señora NOGUERAS I CAMERO: Gracias, presidente, y gracias ministra.


Ahora surgen muchos estudios que dicen lo que deberíamos y lo que no deberíamos haber hecho. Ha dicho usted, y yo insisto y lo he repetido antes, que son muchos los expertos que hace muchos años que están advirtiendo de todo esto y la
mayoría de los países y sus Gobiernos no han hecho caso y lo han ignorado. No dudo de que haya mucha gente con cargos relevantes como el suyo que trabajen desde hace muchos años por las libertades y los derechos, pero un Estado que castiga la
disidencia política metiendo en prisión a sus líderes políticos y enviándolos al exilio no es un estado que lucha por los derechos y las libertades. El govern que jo vaig votar, el Gobierno que yo voté, mi president y mis consellers, están en
prisión y en el exilio. Por esto, por todo esto, por lo que no ha sabido ser el Estado español, es por lo que el independentismo ha ganado todas las últimas elecciones, porque la gente sí quiere que se respeten las libertades y los derechos.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Nogueras. Conoce usted el Reglamento igual que yo.


En nombre del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Uriarte.


El señor URIARTE TORREALDAY: En primer lugar, antes de dirigirme a la ministra, simplemente haré una pequeña mención a la representante del Grupo Plural. Por su intervención, supongo que era contraria a la leva forzosa, a la leva
obligatoria y partidaria del Ejército profesional, y yo también lo era, así que ya tenemos un elemento en común, con lo cual me pareció sensato que transigiera, en los tiempos que estábamos, con que el presidente del Gobierno en aquel momento
decidiera prescindir de la leva forzosa; me pareció una decisión inteligente y lo reconozco, no se me cae ningún anillo por reconocerle algo a un dirigente anterior, y más cuando los dirigentes reconocen lo que es una demanda muy ampliamente
asumida por la sociedad civil.


Dicho esto, quiero agradecerle muchísimo a la ministra su intervención y las dos ofertas que ha hecho de interesarse tanto por la situación de las personas en situación de precariedad, de las 700 personas del Gómez Ulla que van encadenando
contratos temporales, en algunos casos durante muchísimos años, como, por otra parte, la de la visita a la farmacia militar, esta se la agradezco enormemente. Es más, incluso le propondría que se ampliara esta propuesta y que pudiéramos hacer una
visita a las instalaciones de la farmacia militar acompañados también de personas del Ministerio de Sanidad. Creo que esta crisis sobre todo tiene que ser un momento de oportunidad, de aprender de cara al futuro; es decir, más que mirar lo que se
hizo mal, lo que se hizo bien o lo que se pudo hacer mejor si hubiésemos sabido más, lo que hay que pensar es en qué podemos mejorar, y creo que una colaboración efectiva entre la farmacia militar y la sanidad militar y lo que es el Ministerio de
Sanidad en cuanto a la posibilidad de generar un servicio público eficiente en materia sanitaria y en materia farmacéutica puede ser algo francamente importante. Le agradezco su ofrecimiento; desde luego, yo estoy absolutamente predispuesto, y lo
haría extensivo a la gente del Ministerio de Sanidad.


Por lo demás, creo que ha habido, como bien ha dicho usted, un tono amable a pesar del momento, comparando al menos con el tono que desgraciadamente existe en las redes y en las televisiones, que es un tono realmente violento. Creo que ha
habido un tono amable en esta Comisión y es de agradecer. Sinceramente, ha habido propuestas de grupos muy alejados ideológicamente al mío que me han parecido sensatas, y creo que sería bueno que esta crisis nos valiera en adelante para
encontrarnos un poquito más personalmente y humanamente, y para crear, incluso dentro de este mundo, una sociedad que cuida, que se cuida y que se deja cuidar, que son los tres mandatos que ojalá nos enseñe esta crisis.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Uriarte.


Por último, tiene la palabra la señora Cantera.



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La señora CANTERA DE CASTRO: Muchas gracias, señor presidente.


Es cierta esa frase de que las verdades escuecen y sobre todo escuecen mucho cuanta más verdad sea. Yo reconozco, igual que ha hecho el compañero de Unidas Podemos, el hecho de que la profesionalización de las Fuerzas Armadas es algo muy
bueno para la sociedad, es algo muy bueno para España y ha sido algo muy bueno para las Fuerzas Armadas, pero tienen ustedes que reconocer ya de una vez que la creación de la UME por Zapatero ha sido algo muy bueno para la sociedad y muy bueno para
las Fuerzas Armadas, y no termino de escuchar ese reconocimiento.


Parece gracioso que aquellos de la ultraderecha que vienen aquí a reclamar la libertad de expresión sean los primeros que vetan a los medios de comunicación precisamente en sus mítines; ahora nos vienen a decir que nosotros cortamos la
libertad de expresión. No, ni muchísimo menos; no cortamos la libertad de expresión ni el general la Guardia Civil coarta la libertad de expresión, lo único que estaba haciendo era seguir la Estrategia de seguridad nacional aprobada por Mariano
Rajoy, aquel al que no vendría mal que alguien le dijera que no saliera y burlara el confinamiento que respeta el resto de españoles. Por lo demás, se nota que algunos no tienen información ni les importa tener información, sobre todo cuando es
veraz; les encantan los bulos. Aquello de que la Guardia Civil no persiga bulos del tipo de que para luchar contra el coronavirus hay que inyectarse desinfectante o recibir rayos ultravioleta es algo que debe de estar muy bien a ojos de algunos.


Permítanme cambiar un poco de tercio y hacer una mención que creo que no hemos hecho ninguno en esta Cámara, y si alguno lo ha hecho, discúlpenme, y es hacer un reconocimiento a nuestra industria de defensa, una industria que ha estado al
pie del cañón. Se dice que malgastamos, que gastamos en defensa. Se ha visto que no se malgasta ni se gasta, sino que se invierte en defensa. Mucha de nuestra industria de defensa ha utilizado su experiencia, su know how y su background, en
reconvertir líneas de producción para fabricar precisamente, con los materiales que tiene y que se dedican a otros productos, mascarillas, geles y cualquier otro tipo de equipamiento, equipos necesarios para hacer frente a esta pandemia, y creo que
es de agradecer. Y sobre todo me gustaría lanzar una idea que muchas veces se olvida y es que algunos elementos de esta sociedad tratan de criticar a las Fuerzas Armadas y tratan de criticar su uniforme, como si este fuese agresivo, como si
nuestras Fuerzas Armadas estuviesen para agredir a nuestros propios conciudadanos cuando es todo lo contrario, están para ser un apoyo más, para ser algo más.


Hay unos libros muy interesantes sobre historia que no estaría mal que leyeran. En uno de ellos un niño preguntaba: ¿Qué es la guerra, papá? Y, al final, terminaba diciendo: ¿Qué hubiera pasado si no existieran los ejércitos? ¿Se
habrían acabado las guerras? Las Fuerzas Armadas españolas no están para hacer las guerras, están para, si es necesario librarlas, defendernos, y esta es una batalla que tenemos que ganar todos unidos, todos juntos, sin importar nuestra
procedencia, nuestros credos, nuestras ideas o nuestras religiones, porque el virus no nos diferencia a ninguno.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Cantera.


Quiero agradecerles el tono, dentro del contraste de pareceres, que hemos tenido esta tarde y la colaboración que han tenido con esta Presidencia.


Le traslado la palabra a la ministra para finalizar la sesión.


La señora MINISTRA DE DEFENSA (Robles Fernández): Muchas gracias, presidente.


Empiezo contestando al portavoz del Partido Popular. Mire, yo me quiero quedar de su amable intervención con lo que ha dicho al final, ese acuerdo de reconstrucción que tenemos que hacer, que no está exento de crítica, es evidente que no lo
está. Creo que el Partido Popular, como principal fuerza de oposición, como partido de Estado, lo he dicho antes, tiene que arrimar el hombro en este momento; hay que dejar a un lado las diferencias y tenemos que trabajar juntos todos los grupos
parlamentarios para poder salir de esta situación. Por tanto, en esa línea de Portugal, pero en esa línea que usted leía también, vamos a trabajar todos juntos para que, una vez que podamos concluir esta labor de salvar vidas, podamos hacer que
España vuelva a seguir adelante, a levantarse y a salir de esta situación en que se encuentra.


Por lo que se refiere a VOX, señor Rosety, no tenga usted duda de la neutralidad política de las Fuerzas Armadas. Lo he dicho al principio de mi intervención, creo que lo he repetido varias veces: las Fuerzas Armadas no son de ningún
Gobierno, ni de este ni del anterior, son del Estado y son de todos los ciudadanos españoles. Por eso he repetido varias veces que las consideraciones políticas, los fallos



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políticos son míos, pero los éxitos en la gestión de la Operación Balmis y el trabajo de las Fuerzas Armadas son solo de las Fuerzas Armadas, que representan a todos los ciudadanos sin excepción. Me va a permitir que, en este buen tono, le
haga una cierta broma. Usted ha dicho que está en la calle; yo espero que no, que con el confinamiento no esté usted en la calle; espero que no esté confinado nada más que para venir aquí. (Risas). Aprovechando esta broma, quiero dar las
gracias, de verdad, a toda la ciudadanía española, que está haciendo un esfuerzo, que está confinada en sus casas, y estoy segura de que ahora, con estos pequeños pasos que vamos a dar, con la salida de los niños y de los mayores, todo el mundo va a
seguir cumpliendo las instrucciones de los expertos sanitarios porque, en definitiva, no se trata solo de nuestra propia vida sino de la vida de todos.


Respecto al señor Cambronero, estoy totalmente de acuerdo. Le agradezco a Ciudadanos que siempre tienda puentes. Ojalá esto hubiera pasado hace unos meses porque, a lo mejor, las cosas hubieran sido diferentes. Creo que este giro que ha
dado Ciudadanos de tender puentes es un giro que hay que valorar, que es importante. Es evidente que este no es el momento de hablar del tema de los despidos de mayores de cuarenta y cinco años. En relación con la conciliación, fíjese que en los
tres primeros meses desde que llegué al ministerio se han dictado cantidad de resoluciones que tienden a favorecer la conciliación, y eso se lo dirán las asociaciones profesionales, y le dirán también cómo en cuanto se declaró el estado de alarma,
inmediatamente en el Ministerio de Defensa dictamos una resolución para que se pudiera hacer teletrabajo y a fecha de hoy todo el que puede estar teletrabajando lo está haciendo desde casa, porque siempre hemos tenido mucha sensibilidad hacia eso.
¿Que se puede mejorar? Sin duda, se podrá mejorar, pero creo que esa es la filosofía.


Señor Martínez Oblanca, nuevamente repito el agradecimiento. Sí me va a permitir que le haga una pequeña mención. Usted habla del señor Aznar López y de la profesionalización. Vamos a dejarnos de hablar de políticos, lo importante es que
las Fuerzas Armadas son de todos, del señor Aznar López, del señor Zapatero, del señor Sánchez, del señor Casado, del señor Martínez Oblanca y de todos los ciudadanos españoles, y yo estoy encantada de poder colaborar en ello.


El señor Iñarritu se ha referido a la comunicación. Mire, es discutible. Puedo estar de acuerdo con usted -hablo aquí del Jemad, no de los representantes de la Policía y de la Guardia Civil porque dependen de otro ministerio-, pero insisto
en que trató siempre de ser absolutamente claro y preciso, de dar las novedades que iban ocurriendo y de transmitir a la gente esperanza y confianza. Usted puede decir que no comparte la política de comunicación. Es una opinión que, efectivamente,
respeto, pero también le digo que el Ministerio de Defensa siempre ha tratado de dar el máximo de información posible.


Estoy totalmente de acuerdo con usted en que esto no es un tema de militarismo o no militarismo. Por eso en mis intervenciones en todas partes siempre he querido poner de relieve -hoy no he hecho mención por querer ir tan deprisa, aunque al
final me ha sobrado tiempo- los aspectos más humanos. Las residencias son un aspecto humano, igual que trasladar a enfermos de los hospitales a Ifema y estar allí acompañándoles y cuidándoles. No sé si estoy autorizada por él, pero quiero decir
que cuando trasladamos a un miembro del contingente español que estaba fuera y que había dado positivo, le llamé. Le pregunté cómo estaba y al final me dijo: Muchísimas gracias porque no me han dejado allí y me han traído. Y yo le contesté: He
aprendido de ustedes que nunca se deja atrás a un soldado. Lo que quiero decir es que detrás de las Fuerzas Armadas también está ese componente de humanismo. Y en cuanto a la Unidad Militar de Emergencias, según información facilitada por la
misma, se trata de un 3 % de los 3500 miembros que la componen. La información que se daba en un medio de comunicación hacía referencia a un batallón de veintidós personas. Y es verdad que de un batallón de veintidós personas salieron veintiún
positivos, pero la UME, como usted sabe, tiene 3500 miembros. Yo no soy especialista en estadística ni en sacar conclusiones, pero sacar conclusiones de veintidós respecto de 3500 realmente creo que es un poco precipitado. En cualquier caso, lo
que le puedo decir sobre la Unidad Militar de Emergencias es que hace los trabajos de desinfección y de traslado de cadáveres y en todo momento se ha intentado que tuvieran los EPI y los trajes profesionales correspondientes. Y además le digo que
se han doblado los servicios; es decir, que siempre se ha procurado que hubiera un retén para que, en el caso de que hubiera un número de positivos, el servicio nunca dejara de prestarse. Una vez más, las Fuerzas Armadas han demostrado lo bien
planificadas y organizadas que están. Y en cuanto a ese ejemplo que le ponía antes de que son soldados y que nunca se deja a ninguno atrás, le puedo asegurar que todos los mandos y miembros de las Fuerzas Armadas nunca van a dejar a un compañero
atrás ni en unas condiciones en las que pueda estar indefenso.



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Con respecto a lo que he dicho de los 7000, sí, porque, efectivamente, a los 3000 de presencia tenemos que añadir los 3000 de la sanidad militar. Le he hablado antes del Hospital Gómez Ulla y del hospital de Zaragoza. Yo creo que muchas
veces no se han puesto en valor suficientemente. Hablando del Gómez Ulla, sabe que es el hospital de referencia de un distrito tan grande como Carabanchel. Yo viví el drama del hospital y del inspector general de Sanidad cuando las UCI ya estaban
absolutamente saturadas. Antes le ponía el ejemplo de que hubo que habilitar el gimnasio y que se movilizó a reservistas precisamente para que pudieran reforzar la sanidad militar. Y en Zaragoza pasó igual. El hospital de allí, además, según me
decía su director, tiene un ala específica que es para geriatría de todo Aragón y los casos se han incrementado más porque precisamente los pacientes que había eran de mayor edad. Por tanto, ese número hace referencia a los que están en actuaciones
de transporte, desinfección y demás y a la sanidad militar.


Señora Nogueras, dice usted que no se admite la disidencia política. Únicamente le quiero decir una cosa. Las personas que en este momento están en prisión no lo están por una decisión política, sino por una resolución judicial. Yo vengo
del mundo judicial y además creo profundamente en la separación de poderes -se lo he dicho antes al portavoz del Grupo Popular- y le tengo que decir que es una resolución judicial. Usted podrá no compartirla, pero efectivamente es una resolución
exclusivamente judicial.


Señor Uriarte, el presidente de la Comisión sabe que teníamos en marcha todo un programa de visitas que a mí me gustaría hacer con ustedes, como el año pasado estuvimos visitando las tropas en Letonia. Habíamos hablado de Torrejón, pero, si
al presidente le parece bien, podemos cambiar la visita y hacer la primera a la farmacia militar. Eso ya dejo que lo decidan ustedes. Cualquier oficina de farmacia y cualquier unidad militar está abierta, como no podía ser de otra manera, a los
representantes de la soberanía popular. El ejército es de todos y, por tanto, cualquier unidad, cualquier batallón o cualquier regimiento es de todos ustedes y las puertas están abiertas.


Por último, la señora portavoz del Grupo Parlamentario Socialista ha sacado un tema muy importante que iba a sacar yo en contestación al señor Rufián, pero el señor Rufián no está. A veces nos perdemos un poco con el tema del armamentismo o
no armamentismo. En primer lugar, yo también quiero dar las gracias a la industria de defensa, que se ha volcado en este momento. Hay toda una serie de empresas -y el secretario de Estado lo sabe bien- que se han volcado en el apoyo para que
pudiera llegar material. Esa es una deuda que tenemos también con ellas. Lo que le puedo decir es que creo firmemente en unas Fuerzas Armadas que estén bien preparadas y bien dotadas, porque no hay derechos ni hay libertades si no hay defensa, y
más en un contexto como el que vivimos ahora en el mundo. Además, también le digo que a veces hay un doble discurso, que no quiero calificar, cuando se dice que no al armamentismo, pero luego se pide que se construyan determinadas fragatas o
corbetas porque se crean puestos de trabajo. Pediría coherencia. Nosotros en el ministerio tenemos una apuesta clarísima por tener unas Fuerzas Armadas bien preparadas y bien dotadas, porque esas Fuerzas Armadas bien preparadas y bien dotadas
generan también puestos de trabajo. El hecho de que haya cuatro fragatas nuevas, las F110, implica 7000 puestos de trabajo para Ferrol. Están las negociaciones muy avanzadas. Y a ver si de una vez tenemos suerte con el 8 × 8, se lo digo al señor
Martínez Oblanca, parece que hoy la he tomado con usted. Parece que las negociaciones van por buen camino y eso será muy bueno para Asturias y para Andalucía. Y estoy totalmente de acuerdo con la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y le
agradezco que haya sacado ese tema, que yo iba a sacar cuando estuviera el señor Rufián.


Repito, muchísimas gracias a todos por su colaboración y por el tono. Muchísimas gracias nuevamente al Ejército y a las Fuerzas Armadas, que han tratado de estar siempre donde se las necesitaba sin preguntar ni cómo ni cuándo ni dónde y con
el orgullo de llevar uniforme. Otros en su momento hemos llevado toga con muchísimo orgullo y el hecho de que ustedes lleven uniforme es también un motivo de orgullo. Ustedes, como diputados y como representantes, con su presencia llevan el
uniforme de representar a la soberanía nacional, de lo que también se tienen que sentir muy orgullosos.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra. Muchas gracias por su información. Espero que pronto la volvamos a tener en la Comisión; no olvidemos que se aplazó una sesión para que usted dé cuenta de las operaciones militares en
el exterior, sesión en la que también podrá darnos información de en qué medida ha podido afectar a esas operaciones la propia crisis del COVID, será ese el momento. Y les pido a los portavoces que hablen para fijar un calendario de visitas y
también de otras sesiones de la Comisión.



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Y ya lo ha oído, señora ministra, puede haber habido contraste de pareceres, pero ha habido una unanimidad en todos los grupos: señora ministra, señor secretario de Estado, general Villarroya, teniente general López del Pozo, les ruego que
trasladen en nombre de la Comisión de Defensa nuestro tributo a todos los efectivos de las Fuerzas Armadas que han estado luchando en primera línea contra el COVID bajo su mando y que han sido un ejemplo de entrega, de servicio y de generosidad, a
veces arriesgando su propia salud para salvar la vida de los demás. Les ruego que les trasladen nuestra gratitud y nuestra admiración por ese esfuerzo que realizan todos los días.


Muchas gracias.


Se levanta la sesión


Eran las siete y veinticinco minutos de la tarde.