Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 594, de 23/02/2022
cve: DSCD-14-CO-594 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2022 XIV LEGISLATURA Núm. 594

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PAU MARÍ KLOSE

Sesión núm. 25

celebrada el miércoles,

23 de febrero de 2022



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (Albares Bueno), a petición propia, para informar sobre la situación en relación con Ucrania. (Número de expediente 214/000152) ... href='#(Página2)'>(Página2)



Página 2





Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Abrimos la sesión. Son las cuatro y dos minutos de la tarde. De nuevo damos la bienvenida al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Vamos a proceder a tramitar el orden del día, que solo tiene
un punto, la comparecencia, a petición propia, del ministro para informar sobre la situación en relación con Ucrania. Les recuerdo que los tiempos para los grupos parlamentarios son los que ya utilizamos en otras sesiones: diez minutos en primera
ronda y dos minutos tras la primera respuesta del ministro. Sin otros asuntos que tratar, tiene la palabra al señor ministro, don José Manuel Albares, al que agradezco de nuevo su presencia en esta Comisión.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, presidente.


Señorías, comparezco de nuevo ante ustedes a petición propia para informarles e informar al Parlamento sobre la situación de seguridad en Europa oriental, su evolución, y muy específicamente en Ucrania, desde mi comparecencia anterior sobre
el mismo tema, el pasado 25 de enero. También quiero informarles hoy de lo que el Gobierno viene haciendo, está haciendo y ha hecho desde esa fecha por contribuir al mantenimiento de la paz, a la distensión, al diálogo y a la desescalada de la
crisis. Evidentemente, también acudo para conocer igualmente sus impresiones sobre la situación. Pero, ante todo, vengo a solicitarles y a ofrecerles unidad; unidad frente a una crisis que pone en peligro los pilares mismos del orden europeo que
conocemos desde el fin de la Guerra Fría y que nos garantiza paz, prosperidad e igualdad soberana de los Estados. Sé que es muy inusual comparecer ante las Cortes sobre un mismo tema en tan poco espacio de tiempo y les agradezco que me reciban tan
seguidamente, pero creo que la extraordinaria situación en la que nos encontramos exige mantener puntualmente informados a los representantes de los españoles, que son ustedes, señorías, y por supuesto a los propios españoles.


Señorías, esta gravísima crisis puede marcar un antes y un después para todos nosotros. Nos encontramos ante la mayor amenaza para la seguridad de Europa de las últimas décadas. Estamos ante el que muy posiblemente sea el mayor despliegue
militar desde la Segunda Guerra Mundial, y es una amenaza que no concierne solo a Ucrania, nos concierne a todos, porque lo que nos estamos jugando es la seguridad de todo el continente y, por supuesto, también la de España. Por eso, en una
situación tan extraordinaria, creo que es importante contar con una posición unida de todos los grupos políticos en torno a una política que refleje los valores de España -solidaridad, compromiso cuando se la necesita, apuesta por la paz y por el
diálogo y firmeza ante rupturas intolerables de la legalidad internacional- y que defienda también nuestros intereses, que son la estabilidad y la prosperidad. Espero que hoy logremos alcanzar una posición unida en defensa de la paz y de la
legalidad internacional y también de los principios básicos del orden europeo internacional, que son la integridad territorial y el respeto a la independencia y soberanía de todos los Estados, principios que son la clave de bóveda del sistema
internacional que hemos construido entre todos con tanto esfuerzo y que tantos años de paz ha dado al continente europeo. Ponerlos en duda, como hoy lo está haciendo Rusia, es querer volver atrás en el tiempo, a una época oscura de nuestra historia
en que lo único que importaba era la razón de la fuerza, cuando en Europa debe siempre imperar la fuerza de la razón. No nos equivoquemos, no se trata solamente del reconocimiento espurio de unos territorios en la frontera oriental de Europa, que
también; es una enmienda a la totalidad de los principios básicos internacionales que todos hemos asumido como inquebrantables. Por todo ello, como les dije, aspiro a que en este asunto alcancemos unidad. Nos va mucho en juego, a los españoles
les va mucho en juego. Desde luego, me comprometo a trabajar con ustedes para conseguirlo, porque, señorías, Europa, España, los españoles, todos nosotros nos jugamos mucho en ello.


Señorías, como saben, desde hace unos meses Rusia ha llevado a cabo una extraordinaria movilización militar en zonas fronterizas con Ucrania que ha alcanzado más de 150 000 soldados rusos, 30 000 de los cuales se hallan ubicados en
Bielorrusia. La frontera de Bielorrusia se encuentra a 150 kilómetros de Kiev. Este despliegue no responde a ninguna necesidad defensiva rusa ni a ninguna amenaza para Rusia en esa frontera. Pese a diversos anuncios que han tenido lugar por parte
de las autoridades rusas a distintos niveles, el nivel de despliegue militar ruso no solo se mantiene, sino que incluso se ha reforzado. La movilización militar es extraordinaria y constituye un factor de extrema preocupación. Estamos ante un
escenario de extraordinaria gravedad para la seguridad de Europa.


Para entender esta escalada hay que comprender los motivos que parecen guiar la acción rusa. La posición rusa quedó plasmada en diciembre pasado en sendos borradores de tratados -así es como los denominó Rusia- a Estados Unidos y a la OTAN,
que suponen una imposible vuelta al pasado. Se trata



Página 3





de unas propuestas dirigidas a consagrar una esfera de influencia en el antiguo territorio soviético y a aislar a Ucrania de Occidente, negándole la capacidad para decidir sobre algo tan esencial como el rumbo que quiere dar a sus relaciones
exteriores. Por otra parte, tampoco la OTAN o la Unión Europea pueden aceptar que terceros se arroguen el derecho de decidir sobre quiénes deben o pueden ser sus miembros. Quiero dejar algo claro, señorías: en ningún momento se ha dado motivos a
Rusia que justifiquen estas acciones ni se ha llevado a cabo ninguna acción que pueda ser interpretada como una amenaza a la seguridad de Rusia.


A pesar de esta escalada unilateral de las tensiones y, de manera simultánea, del reforzamiento del despliegue ruso, no han cejado nuestros esfuerzos diplomáticos por encontrar una solución pacífica a la crisis. El pasado 26 de enero, un
día después de comparecer ante ustedes, tanto la OTAN como Estados Unidos respondieron conjuntamente, en un ejercicio cuidadosamente coordinado, a las propuestas mencionadas de Rusia, y el mensaje era claro: disposición al diálogo y a encontrar
soluciones razonables a cualquier inquietud de seguridad que pudiera tener Rusia, pero sin sacrificar en ningún caso la integridad e independencia de Ucrania. En esa respuesta y, sobre todo, en la respuesta de Estados Unidos, con el que Rusia ha
preferido establecer una interlocución privilegiada intentando dejarnos de lado a los europeos, se proponía una panoplia de medidas sobre el despliegue de fuerzas militares en el este de Europa que respondía a lo que se entiende como medidas de
confianza y reforzamiento de la seguridad en las relaciones internacionales. A finales del mes de enero el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia nos escribió otra carta a todos sus homólogos de los Estados miembros de la OSCE -España incluida,
por supuesto- solicitando aclaraciones acerca de nuestra interpretación del principio de indivisibilidad de la seguridad en Europa, pero no contenía ninguna propuesta concreta. A esta carta se decidió dar una respuesta única a través de las cartas
que el pasado 10 de febrero enviaron el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borell. Ambas contenían una llamada urgente a la desescalada y una
clara predisposición al diálogo sobre la indivisibilidad de la seguridad. Esta voluntad de negociación se ha concretado aún más posteriormente, habiendo planteado la OTAN propuestas de negociación en tres ámbitos: estado de las relaciones
OTAN-Rusia; seguridad europea, incluyendo la situación en y en torno a Ucrania, y reducción de riesgos, transparencia y control de armas. La respuesta rusa a esta propuesta no ha sido concreta ni ha planteado por ahora alternativas que puedan
servir de base para continuar el diálogo. Al contrario, ha decidido escalar aún más la situación.


En los últimos días se venían observando declaraciones y retransmitiendo imágenes sobre supuestos ataques contra la población civil en las regiones de Lugansk y Donetsk, cuya verosimilitud es más que dudosa y que contribuyen indudablemente
al aumento de la tensión. Ello, unido a la satelización de Bielorrusia, que ha reformado su Constitución para albergar armas nucleares en su territorio y ha anunciado que prolongaría la presencia de tropas rusas en su país hasta que se resuelvan
las tensiones en el Donbás, preocupa enormemente. Se añade más tensión a una situación ya muy compleja. Finalmente, este mismo lunes, tras una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional, el presidente de Rusia firmó un decreto reconociendo las
repúblicas de Donetsk y Lugansk. Se trata de una clara violación de la integridad territorial de Ucrania y un incumplimiento de los acuerdos de Minsk; el propio secretario general de Naciones Unidas, Guterres, lo ha declarado así. Acto seguido,
entraron en esos territorios elementos rusos. Antes de firmar el reconocimiento, el presidente Putin hizo una serie de consideraciones históricas que ponían en cuestión la existencia misma de Ucrania como Estado independiente. Ayer mismo, el
ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, puso en duda que Ucrania tuviera derecho a la soberanía, lo que constituye una afirmación inaceptable que niega el fundamento mismo de la legalidad internacional recogida en la Carta de las
Naciones Unidas.


Esta semana han tenido lugar dos reuniones del Consejo de Asuntos Exteriores, una en Bruselas, el lunes, y otra informal en París, ayer. Esta última la solicité al alto representante y a mi homólogo francés, aprovechando la presencia de la
mayoría de los ministros europeos en el Foro Unión Europea Indo-Pacífico. En ambas reuniones hemos podido analizar la situación y hemos seguido reforzando la unidad entre los Estados miembros, que ha quedado reforzada y subrayada. Precisamente a
la salida de esa reunión conocíamos la noticia de que, a petición de Putin, el Senado ruso autoriza el envío de tropas -tropas rusas- al extranjero. El lunes los ministros de Exteriores de la Unión aprobamos también un programa de apoyo económico a
Ucrania de 1200 millones de euros. También está previsto poner en marcha un proyecto para la reforma de la educación militar profesional y hemos ofrecido apoyo a la prevención de ataques cibernéticos.



Página 4





No podemos resignarnos sin más al fracaso del diálogo. Vamos a seguir intentándolo mientras sea posible. Pero, señorías, debo ser muy franco con ustedes: Rusia lo está poniendo muy difícil, por no decir casi imposible. Sus acciones
unilaterales han llevado a la cancelación de la reunión que estaba prevista mañana mismo entre el secretario de Estados Unidos y el ministro de Exteriores de Rusia. La posición rusa hace que se agote el tiempo del diálogo. No debemos ser ingenuos.
El Gobierno ruso está mostrando una voluntad clara de romper su compromiso de trabajar por una resolución pacífica del conflicto, como queremos, poniendo en peligro los cauces del diálogo. Como decía, ayer mismo el Parlamento autorizó al Gobierno a
desplegar tropas rusas en el exterior. Esto exige una respuesta sin precedentes a las acciones unilaterales que se están llevando a cabo, articulada en dos etapas. En primer lugar, responder contundentemente a la agresión actual y al
reconocimiento de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, y así lo ha hecho la Unión Europea proponiendo una serie de medidas sancionadoras a individuos que han participado en esta anexión ilegal, incluyendo cargos políticos, militares, entidades
financieras y medios y periodistas que están llevando a cabo labores de desinformación y propaganda. La adopción definitiva de estas sanciones acaba de tener lugar hoy mismo, y la publicación en el Diario Oficial tendrá lugar con carácter
inminente. Se añaden a este listado sanciones individuales contra todos los miembros de la Duma, que aprobaron por unanimidad el reconocimiento de las regiones separatistas. Quedarán bloqueadas, además, todas las exportaciones e importaciones de
las regiones ilegalmente ocupadas. También hemos decidido adoptar sanciones financieras contra bancos rusos que han participado en la financiación de las operaciones. Por último, se restringe también el préstamo y el acceso a crédito europeo a las
entidades públicas rusas, incluido su banco central.


Las acciones unilaterales rusas se producen a la vez que se mantiene el despliegue militar sin precedentes que he mencionado anteriormente. Por ello -y debo ser muy franco también con esto, señorías-, el escenario de que Rusia invada el
territorio controlado por el Gobierno legítimo de Kiev no es en absoluto descartable. Estaríamos en este caso ante un hecho histórico, sin precedentes en las últimas décadas, un ataque contra la seguridad europea en su conjunto, y esto requerirá
mostrar firmeza -España es solidaria con esa línea-, incluyendo el apoyo sin ambages a un paquete de sanciones sin precedentes que inflija un coste masivo por esta agresión y disuada de ataques similares en el futuro. Todas estas medidas de los
socios europeos, decididas en el anterior Consejo de Asuntos Exteriores por unanimidad de los socios europeos, están siendo además coordinadas con nuestros aliados de la OTAN.


Señorías, España no puede no implicarse en una situación tan grave como en la que nos encontramos; por una parte, porque una amenaza a la seguridad del este europeo afecta también y de manera muy directa a nuestra propia seguridad; por
otra, porque una agresión militar constituiría una violación gravísima de la legalidad internacional de consecuencias imprevisibles. El secretario general de Naciones Unidas lo viene recordando insistentemente en los últimos días. Ante todo,
porque lo que está en juego es el orden europeo basado en reglas predecibles, en olvidar la guerra como medio de resolver conflictos y en la prosperidad que ofrece la paz y la estabilidad en Europa. Por eso, este Gobierno se está volcando en los
esfuerzos diplomáticos, también en los de disuasión, para evitar que los peores temores terminen materializándose.


Nuestra acción se ha guiado por dos principios: unidad con nuestros socios y aliados y firmeza en el diálogo. En primer lugar, estamos manteniendo contactos constantes a todos los niveles con nuestros socios y aliados para reforzar una
respuesta común a pesar de un contexto complejo, cambiante y, en ocasiones, incluso confuso. La unidad se hace en torno a una posición consensuada, claramente compartida por todos los socios europeos y aliados de la OTAN: la defensa de la
soberanía e integridad territorial de Ucrania y la defensa de la paz en Europa. Desde mi última comparecencia he abordado esta cuestión clave con todos mis homólogos tanto de la Unión Europea como de la OTAN. En segundo lugar, hemos rechazado
entrar a negociar sobre principios irrenunciables del orden internacional, como la igualdad soberana de los Estados o el derecho de un Estado a decidir en qué organizaciones internacionales quiere solicitar su ingreso. Esto, sin perjuicio de que
tengamos plena disposición para abordar cualquier preocupación de la Federación Rusa en relación con la seguridad de su territorio. Ni la Unión Europea ni la OTAN tienen nada que ocultar ni agendas ocultas. Estos dos principios son los que han
marcado la intensa acción diplomática que llevamos desarrollando en las últimas semanas.


El pasado 9 de febrero viajé a Kiev a invitación de mi homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, para trasladarle el apoyo de España tanto a Ucrania como el pueblo ucraniano e informarme de primera mano sobre el estado de la situación y el análisis
de esas autoridades. Ayer mismo mantuve una conversación telefónica con él con idéntico objetivo al terminar el Consejo Europeo. En Kiev, además de con mi



Página 5





homólogo, me reuní con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y con el primer ministro, Denys Shmyhal. Más allá del contenido de estas conversaciones, en las que exploramos diferentes maneras de apoyar a Ucrania en esta situación, me
agradecieron el compromiso que demostraba mi presencia allí por parte de España, especialmente siendo un país geográficamente distante de Ucrania.


En este contexto de crisis y elevada tensión, quiero poner en valor la contención y la sangre fría que están demostrando en todo momento las autoridades ucranianas, que han apostado desde el principio por el diálogo y por no caer en
provocaciones, y también resaltar el comportamiento ejemplar de la población ucraniana ante una situación de altísima tensión que les afecta cotidianamente. Quiero informarles también, señorías, de que esta misma semana, en respuesta a una petición
a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil, hemos puesto a disposición del Gobierno de Ucrania medicamentos y artículos sanitarios, y esta mañana hemos convocado al embajador ruso en Madrid para transmitirle el rechazo de España a las
acciones unilaterales y contrarias al derecho internacional que está llevando a cabo su Gobierno.


Durante mi viaje a Kiev también pude reunirme con la colectividad española en el país, y quiero subrayar y agradecer el magnífico trabajo que está realizando la embajadora de España en ese país, la embajada española en su conjunto y el
personal del servicio exterior destinado allí para garantizar la seguridad de todos los españoles que se encuentran en Ucrania; de hecho, mi primera actividad en ese viaje a Kiev fue reunirme con ellos, con el personal de la embajada y con miembros
de la colonia española, para trasladarles respaldo y recabar sus impresiones cotidianas sobre esta crisis. A fecha de hoy, contamos con 334 españoles en Ucrania inscritos en el Registro de Matrícula Consular y 101 españoles inscritos en el Registro
Consular han manifestado en los últimos días su voluntad de marcharse o lo han hecho ya en estos días; había 435 al inicio de la crisis y quedan 334. Esta misma mañana, y dada la evolución de los acontecimientos, hemos actualizado la página del
ministerio sobre recomendaciones de viaje y aconsejamos abandonar temporalmente el país a la mayor brevedad posible y desaconsejamos viajar a Ucrania bajo cualquier circunstancia. Esta actualización sigue a actualizaciones previas que hemos ido
haciendo según evolucionaban los acontecimientos. El personal de la embajada, que hemos reducido a su personal esencial, está contactando con la colonia para informarles personalmente de este cambio en las recomendaciones y están en contacto
permanente con ellos para asegurar su protección.


Al día siguiente de ese viaje -mi viaje a Kiev- me reuní en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y con el alto representante, Josep Borrell, y hace apenas unas semana recibí aquí, en Madrid, a la ministra de
Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, en lo que era su primera visita oficial a Madrid, y el día anterior también estuvo en España el ministro de Asuntos Exteriores de Países Bajos, Wopke Hoekstra. Con todos ellos he hablado de esta
crisis y sigo en permanente contacto, porque este trabajo diplomático es esencial ya que implica que en todo momento estamos compartiendo información, comparamos nuestra evaluación de la situación y estamos consensuando medidas guiadas por hechos
objetivos. La unidad la construimos cotidianamente a través de estos intercambios constantes. El hecho de que a lo largo de estas últimas semanas muchos representantes políticos hayamos viajado a Kiev es la mejor demostración de que Ucrania cuenta
con el apoyo de la comunidad internacional, de que lo que ocurre en Ucrania tiene un impacto en Europa y en el mundo. Estas visitas son también una forma de disuasión que puede afectar al cálculo que se pueda estar haciendo en Moscú sobre una nueva
agresión contra Ucrania, y esto es fundamental.


Mi visita a Kiev no tuvo solamente la intención de poner de manifiesto el apoyo del Gobierno de España a la soberanía y a la integridad territorial de Ucrania, que por supuesto era objetivo central, sino el compromiso de España, de toda la
sociedad española, con los principios de la Carta de Naciones Unidas. Quiero citarlos hoy aquí, en la sede de la soberanía nacional, tal y como se recogen en el artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas. Estos principios son la igualdad soberana
entre los Estados, el cumplimiento de buena fe de las obligaciones derivadas de la carta, la resolución de las controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz ni la seguridad internacionales ni
la justicia y, sobre todo, la abstención de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia de cualquier Estado. España los apoya y los apoyará, como apoya y apoyará la legalidad internacional y un orden
internacional basado en reglas. Por su peso internacional, por su historia, por sus valores, España no puede permitirse permanecer al margen.


El pasado domingo, en la Conferencia de Seguridad de Munich, y ayer y anteayer en las reuniones con mis homólogos europeos, he podido comprobar en primera persona la preocupación palpable que existe en todo el continente europeo por la
degradación de la situación en las fronteras de Ucrania, pero



Página 6





también la unidad existente entre socios y aliados para hacer frente a esta amenaza. Señorías, he reiterado ya que por su peso y sus valores España tiene que involucrarse en esta crisis. Los próximos días y las próximas semanas serán
decisivos no solo para Ucrania, sino también para todos nosotros. Pueden suponer el fin de una era de paz y estabilidad en Europa y el comienzo de una nueva, en la que la conflictividad aparezca como elemento estructural en nuestro continente. Es
la hora de demostrar que somos un país comprometido, que está cuando se le espera y cuyo compromiso con los principios y valores de la Carta de Naciones Unidas, con nuestros socios y aliados, es inquebrantable. Señorías, hoy tenemos que escoger si
estamos con la paz y con la legalidad internacional o con el uso de la fuerza y el desorden mundial. El Gobierno escoge el primer camino y espero poder contar con un amplio respaldo por parte de los representantes de la soberanía nacional presentes
en esta sala para ello.


Quedo a su disposición para responder a sus preguntas y recabar sus impresiones.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


A continuación, harán uso de la palabra los distintos portavoces de los grupos parlamentarios de menor a mayor por un tiempo máximo de diez minutos. En primer lugar, doy la palabra al representante del Grupo Parlamentario Mixto, el señor
Botran.


El señor BOTRAN PAHISSA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, a nuestro entender, al margen del éxito de que la diplomacia se imponga al uso de la fuerza y de la guerra, es también necesario un cambio de punto de vista, que ya tuvimos ocasión de comentar en la anterior comparecencia, de
retornar a los principios de la indivisibilidad y de la seguridad en el continente europeo, principios que dieron origen a la OSCE y por los cuales la seguridad de Rusia y la seguridad del resto de países europeos se deben entender bajo un mismo
prisma y no de forma confrontada.


Lo que se está viviendo en esta crisis, que nos lleva a preocuparnos por el posible estallido de una guerra, es una demostración de fuerza de Rusia ante el crecimiento de la OTAN dejando atrás los compromisos de los países que integraban la
OTAN en su momento, empezando por los Estados Unidos, de que esta alianza militar, que perdía su sentido con el fin de la Guerra Fría, no seguiría expandiéndose. Esos compromisos, que fueron implícitos en su momento y explícitos después, según
documentación que se ha ido descubriendo con los años, no se han cumplido y esa expansión de la OTAN hacia países del Este es el origen de las tensiones que estamos viviendo en este momento.


Nosotros lo dijimos en la anterior comparecencia y lo reiteramos en esta: el seguidismo de algunos países -unos más y otros menos, como se está viendo ahora- respecto de los Estados Unidos es muy mal negocio. Este es el marco de fondo. No
me extraña -se lo dije en la anterior ocasión y ahora también- que Rusia haya decidido saltarse la interlocución europea y quiera interlocutar directamente con Estados Unidos, por la sensación que transmiten los países europeos, por esa
subordinación a los intereses exteriores de Estados Unidos. Insisto en que es un mal negocio, y se ha visto en los últimos años, en los que después de la Guerra Fría todas las intervenciones que han hecho los Estados Unidos en política exterior han
sido un absoluto desastre. Solo hace falta ver cómo ha quedado Irak, cómo ha quedado Siria, cómo ha quedado Libia, y las consecuencias en forma de inseguridad por grupos terroristas o las crisis migratorias que han desencadenado estas
intervenciones militares en base a la política y a los intereses de la política exterior de los Estados Unidos. Es un mal negocio, pues, este seguidismo.


Por el contrario, los principios de la indivisibilidad de la seguridad europea, que llevarían a tratar de entenderse con Rusia, son un horizonte mucho más tranquilo y mucho más esperanzador para los países europeos, estos valores que al fin
de la Guerra Fría parecía que serían los que guiarían el destino de estos países, y con los que probablemente Rusia podría estar de acuerdo. Rusia en los últimos años no se ha caracterizado por tener una política exterior que diga: vamos a
enfrentarnos a Europa y vamos a disputar a Europa sus intereses económicos o geopolíticos, ese no ha sido el caso. Sin embargo, la Unión Europea sí que lo ha hecho al contrario y tiene buena parte de responsabilidad de lo que está ocurriendo ahora
mismo entre Rusia y Ucrania, puesto que en 2013 es la Unión Europea la que decide forzar la máquina con el acuerdo comercial que le propone a Ucrania con carácter exclusivo -es decir, o lo firmas con nosotros o lo firmas con Rusia-, sabiendo que
Ucrania es un país que tiene desde una pluralidad interna muy grande a nivel de población hasta intereses económicos también plurales que pueden dirigirse, por un lado, a los países de la Unión Europea, pero por otro, tiene mucho vínculo económico
con Rusia. Es la Unión Europea, pues, la que en 2013 aprieta las tuercas, fuerza la máquina, de tal forma que provoca una crisis en Ucrania, que es el origen del Maidán, y el origen del Maidán es el origen, como



Página 7





respuesta, de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, puesto que los cambios que se dan en un país delicado, en una zona delicada como es Ucrania, tienen consecuencias en múltiples direcciones. La nueva Ucrania surgida del Maidán, en la cual,
insisto, la Unión Europea tiene mucha responsabilidad, es una Ucrania que es menos plural y que por tanto rompe equilibrios que existían. Incluso en los últimos años hemos visto el cierre de canales de televisión en lengua rusa en Ucrania. Vimos
también episodios muy preocupantes en su momento en Maidán. Se ha vendido como una revuelta contra la tiranía, etcétera. Por supuesto que tenía un componente de revuelta y de gente que rechazaba al Gobierno, pero hubo episodios como la matanza en
Odessa en la casa de los sindicatos, con alrededor de cuarenta muertos, y esos son fruto de las tensiones que llevan a las repúblicas de Donetsk y Lugansk a su existencia -sin estas tensiones no existirían-, y también por supuesto el aumento del
peso que la extrema derecha está teniendo en determinados ámbitos de la nueva Ucrania, y en particular en el ejército con unidades como el Batallón Azov, cuya simbología y sus referentes son coincidentes con los de los ucranianos que colaboraron con
el Tercer Reich.


Esta es la situación que da lugar a la crisis actual. Insistimos en que tan solo un cambio en el punto de vista puede dar una oportunidad a la diplomacia en detrimento de la guerra, y este cambio de punto de vista pasa por la
indivisibilidad de la concepción de la seguridad entre Rusia y Europa, no como enfrentados, sino como partícipes de una misma responsabilidad para con la región, abandonar este seguidismo de los Estados Unidos, que ha sido un desastre, insisto, en
todas las intervenciones militares que ha promovido en los últimos años, y las consecuencias de las guerras que se inician en los despachos de la OTAN las pagan otros, no las pagan los países de la zona, las paga la población civil y las pagan otros
países en forma de consecuencias. Esta es la única manera de que la crisis actual pueda resolverse de una forma en que la población civil no sea afectada tampoco -con esto termino- por una sanciones que muchas veces se tratan de usar contra los
Gobiernos, pero quien paga las consecuencias en forma de escasez o de dificultades económicas es la población civil de los países que son castigados con esta sanciones.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Moltes gràcies, señor Botran.


Por el Grupo Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Buenas tardes, señor ministro. Gracias por comparecer hoy aquí y de igual forma por mantenernos informados a los portavoces de esta Comisión sobre los diferentes episodios que están ocurriendo en esta crisis. Ha comenzado diciendo que la
apuesta de este Gobierno es el mantenimiento de la paz, la distensión, el diálogo y la desescalada, y cuando lo escucho no puedo estar más de acuerdo. Es cierto que cuando señala que las vías del diálogo se agotan, a mí me preocupa, porque ya me
dirá usted cuál es la alternativa. De igual forma, cuando escucho a la ministra de Defensa, que hay veces que parece que ejerce de ministra de Exteriores también, señalar que el envío de Eurofighters es el apoyo a la vía diplomática y del diálogo,
a mí me choca, porque no entiendo qué quiere decir la señora ministra. Ya sé que no es su ministerio, pero me parece cuando menos incompatible con lo que señalaba usted al inicio, porque eso solo se concibe desde una concepción militarista de las
relaciones internacionales.


Usted hablaba de unidad. Es cierto que parece que la Unión Europea o incluso los socios de la OTAN están manteniendo una postura de unidad, pero es cierto también que hay tonalidades diferentes. Estamos viendo una iniciativa que de momento
no parece que haya tenido mucho éxito, pero que va en una vía que yo creo que es acorde con esos cuatro puntos que señalaba usted, como es lo que se ha venido en llamar el Cuarteto de Normandía. Me gustaría saber cuál es su posición, si mantiene
contacto con los dos ministros de Exteriores, tanto de Francia como de Alemania, que me imagino que sí, si nos puede adelantar cuáles son esos intercambios. De igual forma, como decía el señor Macron recientemente, es muy interesante tener contacto
con los señores norteamericanos, pero también es interesante tener relación directa con Rusia, y me gustaría saber si usted ha tenido algún tipo de contacto directo con el señor Lavrov, su homólogo en Rusia, si el señor Sánchez ha llamado a señor
Putin en algún momento, como sí han hecho otros mandatarios de la Unión Europea.


En este momento me gustaría decir lo que ya dije recientemente: nosotros ni con Putin ni con la OTAN. ¡Ojo! Eso no es equidistancia, aquí no podemos entrar en ese falso dilema de conmigo o contra mí, o paz o guerra. No, siempre paz. En
ese falso dilema no nos encontrará, sino que abogaremos siempre y exclusivamente por vías de diálogo y vías pacíficas para la resolución de crisis como la que estamos viviendo.



Página 8





Me gustaría saber su opinión sobre si esto no es, como señalan algunos analistas, más que un puñetazo encima de la mesa por parte del señor Putin y su Gobierno, generando una crisis aún mayor, pero que tiene como objetivo que se escuchen sus
reivindicaciones puestas sobre la mesa el pasado mes de diciembre. Usted decía que son inaceptables y podemos estar de acuerdo, pero sí me gustaría saber si es un planteamiento de máximos o un planteamiento de mínimos, porque cuando usted dice que
Ucrania es soberana y tiene todo el derecho del mundo a solicitar el ingreso en organizaciones internacionales, es cierto, es obvio, pero de igual manera, esas organizaciones internacionales, sobre la base de sus intereses propios y en favor de la
paz mundial, también tienen todo el derecho a rechazar esas solicitudes, por un interés propio y por un análisis de la situación geopolítica en Europa. Lo dije en la anterior comparecencia cuando estuvo usted aquí: quizá el planteamiento que han
tenido algunos Estados durante décadas -y ponía el ejemplo de Finlandia- sería el más sensato desde un punto de vista de los intereses de Europa, pero no solo, desde mi punto de vista también. Aunque no soy quién para ponerme en la voz de los
ucranianos, creo que ayudaría, tanto a Ucrania como a Rusia también, porque usted decía que la acumulación de tropas -esa carrera armamentística, esa carrera bélica- por parte de Rusia crea inseguridad, y yo lo comparto, estoy de acuerdo en que es
una situación que genera mucha inestabilidad y preocupación.


Usted decía también que Bielorrusia se está -a ver si me sale el término- satelizando. Si nos ponemos en el punto de vista de un ciudadano o de un representante ruso, quizá la visión que tenga de los hechos es precisamente esa, un
acercamiento de la OTAN a sus fronteras y una satelización de Estados que hasta ahora no eran miembros de la OTAN. Por eso digo que, teniendo los Estados todo el derecho del mundo a pertenecer a las organizaciones que quieran, no va solamente de
ese derecho, sino de buscar los equilibrios para asegurar la paz y la estabilidad a todos esos actores. Por eso, sobre la base de los acuerdos de Minsk, creo que la única solución es dialogar, dialogar y dialogar. Tampoco me chupo el dedo y ya veo
lo que están haciendo Rusia y especialmente la Administración Putin. Pero, señor Albares, desde unos intereses propios de la Unión Europea y de los ciudadanos europeos, creo que si hacemos seguidismo de algunas estrategias marcadas desde Washington
estaremos errando si única y exclusivamente nos dejamos guiar por esos intereses.


Y para concluir, compartiendo el análisis que hacía el compañero Albert Botran, ojo con las sanciones, porque en algún caso pueden estar muy merecidas cuando son personalizadas, pero es que ya hemos visto, ya tenemos experiencia en ver qué
sucede con esas sanciones, que finalmente es la población civil -en muchos casos, en demasiados casos- la que las acaba sufriendo. Por eso, sí le pediría que, desde un punto de vista de interés de los derechos humanos, de la solidaridad, del
diálogo, de la distensión, que sean vigilantes ante esas medidas que se acaban de aprobar. Por cierto, si tiene oportunidad, creo que sería momento de afear al señor Borrell también; no sé si fue él o su community manager quien se dedicó a
escribir mensajes de tan mal gusto y un poco macarras -si me lo permite- a colación de esas sanciones.


Sin más, quiero animarle a que sigan única y exclusivamente en vías de diálogo, distensión, mantenimiento de la paz y desescalada.


Muchas gracias, señor ministro.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Gracias, señor presidente.


La verdad es que la situación es muy grave. Yo creo que muchas personas no se están dando cuenta de que hemos pasado a otro estadio, no estamos en la situación en la que estábamos cuando se produjo la reunión de esta Comisión de Exteriores,
ni muchísimo menos. Ya no son juegos de guerra, es ya prácticamente guerra, y yo no veo, la verdad, el seguidismo de Estados Unidos. Lo que sí he visto, desde luego, es que en una situación en la que no había conflicto, no había tensión, se ha
buscado ex profeso esa tensión, cuando todo este problema está generado por un movimiento militar de tropas hacia la frontera, no solo en la zona del Donbas, sino a lo largo de toda la frontera ucraniana. Está claro que la palabra de Putin tiene la
caducidad de un yogur, porque dijo expresamente que no atacaría, que estos europeos y estos americanos están histéricos, que no vamos a atacar y, sin embargo, lo ha hecho. La verdad es que aconsejaría, si es que no lo han visto ya, que visionaran
la grotesca reunión del Consejo de Seguridad ruso, que fue tremenda y da una buena idea de lo que en este momento es ese país, que en realidad es Putin: unos aires dictatoriales absolutos, incluso con su gente; alguien que intentó hacer un matiz o
dar una oportunidad todavía a la paz, pero estaba claro que lo que tenía que salir de ahí era lo que tenía que salir, y además tenía que ser retransmitido y unánime; eso, en un país que se respete mínimamente, con unos



Página 9





ciertos estándares, no es aceptable. Y, desde luego, si escucharon el discurso que hizo Putin, en estos momentos ya no le vale la neutralidad ucraniana. De la neutralidad ucraniana estaba hablando hace semanas, que si esa era la amenaza,
si formaba parte de la OTAN, etcétera. Es que ya no le vale, porque en el discurso que hizo el lunes, para él Ucrania era Rusia, era una parte de Rusia; Ucrania era, según él, un invento. De hecho, se cargó a Lenin y a todos los próceres hasta
ahora muy respetados por parte de las autoridades rusas, aunque hubiera caído la Unión Soviética. Ya sabemos que las fronteras y la historia de esa zona han sido muy complejas: el Rus de Kiev, muchas veces participando conjuntamente, pero también
Lituania, Polonia, con una parte de Ucrania, etcétera, pero lo cierto es que el sentimiento ucraniano ha existido, ha existido siempre durante todo el siglo XX, ha existido durante el siglo XIX, y no es ninguna casualidad que se produjera el
holodomor, de que Stalin matara de hambre a dos millones de personas en el granero de Rusia; esas muertes no se produjeron en otros lugares de Rusia, no, se produjeron en Ucrania -por algo era-, y ese sentimiento siempre ha existido. Pero es que
además, exista o no, creo que siempre hay que atender lo que se pide democráticamente o lo que el pueblo quiera democráticamente. Hay que recordar que en el año 1991 hubo un referéndum en toda Ucrania que tuvo el 84 % de participación, por tanto,
no se puede decir que fuera un referéndum que no fuera atendido. En él votaron por la independencia, ratificando el acta de independencia que había aprobado el Parlamento, el 92,3 % de las personas; en Donetsk votaron a favor el 76,55 % y en
Lugansk el 83 %. Yo no sé si las opiniones han cambiado o no ahora, pero sería bueno, en todo caso, preguntarle a las gentes de esos lugares qué es lo que quieren, si seguir perteneciendo a Rusia, si ser un país independiente, seguir en Ucrania,
pasarse a Rusia o seguir siendo un país independiente, pero nadie está interesado en preguntar a la población de Donbas; tampoco a las personas que han salido, exiliados internos, muchos de ellos en Ucrania -los ucranianos hablan de dos millones,
quizá sean menos, quizá sean un millón y pico, pero en cualquier caso un número muy importante- y a otros también que han salido a Rusia, algunos de ellos forzados por estos últimos movimientos en los que Rusia ha ordenado sacar a mucha gente de las
zonas que van a ser previsiblemente de combate. Esa es la desgracia, que nadie quiere preguntar nunca a las poblaciones, y estamos en el siglo XXI. Y yo me temo, con el discurso del otro día de Putin, que no se va a quedar solo en ese territorio,
no se va a quedar solo en las llamadas repúblicas independientes ni tampoco en las regiones que en parte -la mayor parte de ellas- todavía siguen siendo ocupadas por el ejército ucraniano, sino que va a ir más adelante, puede ir más adelante. Y
ante eso lo que se plantea son sanciones -me parece razonable, yo creo que hay que ser prudentes-: patrimonio congelado de unas cuantas personas, de sus propiedades, no viajar a Europa, no comercio con el Donbás. Pero, esto de las sanciones ¿hasta
cuándo dura? Porque también Rusia juega con lo que ocurre siempre con las sanciones; se aguanta un añito, un añito y medio, y luego hasta luego Lucas, nos hemos olvidado. Oye, las necesidades, los intereses... ¿Son realmente disuasorias las
sanciones?


Y luego hay otro asunto. Si se produce ya una invasión en masa y una invasión militar, más allá de las unidades que han entrado ya en el territorio -ya en la práctica secesionado- de Ucrania, ¿qué va a ocurrir con la ayuda militar? Porque,
evidentemente, el ejército ruso frente al ejército ucraniano, ya sabemos quién va a ganar, lo saben los propios ucranianos; ya sabemos cómo puede acabar militarmente la historia. ¿Es aplicar más sanciones? ¿Hay algo más? ¿Va a haber apoyo
militar de algún tipo? No digo que directo o indirecto, tecnológico, no lo sé, porque desde luego Putin lo ha dejado muy claro, ha dicho qué es lo que quiere. Desde luego, la careta se le ha quitado, no es un tema de peligro de Rusia, etcétera.
No, no, esto es la madre Rusia que tiene que abarcar a todos, y los ucranianos no existen, son rusos. ¿Qué va a ocurrir por parte de la Unión Europea y los aliados? No sé si se puede adelantar ahora, pero desde luego, si no se responde y si no se
hace nada, al final vamos a tener un nuevo problema en Europa. Y no estoy abogando por la guerra, estoy diciendo que si se produce el ataque y el combate entre Rusia y Ucrania, ¿qué va a hacer Europa? Porque eso sí que ya sería una situación muy
complicada y difícil de solucionar únicamente con sanciones, y además nos vamos a enfrentar a una nueva situación geopolítica en Europa para la que tenemos que prepararnos. Entre otras cosas, señor ministro, yo le digo que esto va a tener
repercusiones también en la economía española, por ejemplo. Entonces, ¿qué se está haciendo para asegurar suministros y precios en materias, por ejemplo, energéticas y básicas como el gas? Ya sé que España está situada en una posición muchísimo
mejor que el resto de Europa, pero ahí también se exigirá una actividad coordinada, y seguro que el precio de muchísimas materias primas, y lo que no son materias primas, va a subir exponencialmente y va a repercutir en muchos bienes de equipo,
etcétera. Entonces, ¿qué se está haciendo? ¿Se está preparando Europa para ello? ¿Se está preparando con los Estados Unidos?



Página 10





Y, como le decía, y para finalizar, esto va a ser una nueva Europa, quizá con otra actitud, y una nueva situación geoestratégica para muchos años. Creo que eso va a exigir una serie de coordenadas diferentes a las que hemos conocido hasta
ahora.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Esteban.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Martínez Granados.


La señora MARTÍNEZ GRANADOS: Gracias, presidente.


Muchísimas gracias, ministro, por su comparecencia. Quería agradecerle, en primer lugar, el contacto que ha tenido con mi grupo parlamentario y conmigo personalmente, y que venga a comparecer a petición propia. Yo creo que es importante.
No vamos a entrar si era mejor ayer que mañana o que hace una semana, pero sí que queremos agradecérselo.


Creemos que la situación que hoy se defina en esta comparecencia y en lo que hemos podido seguir por la prensa es radicalmente diferente a la que comentábamos cuando vino a comparecer la última vez, y parece que cada vez está más cercano el
peor escenario que pudiéramos contemplar. Tenemos que lamentarlo, pero puede ser así, y España no puede mirar hacia otro lado. Eso es lo que nosotros creemos. De hecho se lo debemos a los ciudadanos ucranianos, que realmente son las víctimas de
estas ansias expansionistas de Vladimir Putin. Valoramos muy positivamente los contactos que el Gobierno de España ha mantenido con su homólogo ucraniano en este sentido, pero además debemos hacerlo también por los más de 112 000 ucranianos que han
hecho de España su casa. Yo creo que también se lo debemos y es importante decirlo.


Como partido netamente europeísta, desde Ciudadanos apostamos por una respuesta conjunta de la Unión Europea a la agresión que se ha producido por parte de Vladimir Putin contra la integridad territorial de Ucrania. Vaya por delante que
usted ha pedido que nos posicionemos acerca de ello. Siempre nos hace posicionarnos sobre algo, y nosotros sí estamos a favor de la paz y la legalidad internacional. Yo creo que no podemos tener otra postura si realmente creemos en la democracia,
en la igualdad, en la libertad y en los derechos de todas las personas. Por primera vez en mucho tiempo hemos visto una reacción internacional coordinada, resultado de las gestiones diplomáticas europeas y estadounidenses durante esta última
semana. En el momento en el que las tropas rusas se movilizaban hacia la región de Donbás, Estados Unidos, la Unión Europea y nuestros aliados más cercanos hemos aprobado un primer paquete de sanciones.


Como sabe, Ciudadanos está particularmente centrado en mejorar nuestras relaciones con socios en Asia y en Indo-Pacífico. Por ello creemos que hay que celebrar la decisión que han tomado países como Taiwán, Singapur o Japón -Australia creo
que también- que han introducido también sanciones a las exportaciones tecnológicas a Rusia. Además, creemos que es necesario seguir apoyando para ofrecer a Ucrania la asistencia necesaria, bien sea de carácter financiero o, como ha dicho,
equipamiento médico, sanitario o de seguridad por parte de nuestro país. Por ejemplo, el Parlamento Europeo ya aprobó a propuesta de la Comisión esa aportación económica que usted ha comentado durante su intervención.


Queríamos preguntarle qué tipo de asistencia económica piensa o tiene previsto, y si tienen previsto que se aumente en los próximos días, por el posible cambio de escenarios que pueda haber. Si contribuirá España también con expertos en
ciberseguridad para reforzar las defensas de Ucrania frente a ataques cibernéticos. Y, recordando a esos 112 000 ucranianos que hay en España, muchos de los cuales siguen teniendo familias en aquel país, ¿qué recursos económicos y humanos va a
movilizar España de forma bilateral o en el seno de la Unión Europea para ofrecer asistencia humanitaria a las personas afectadas por los enfrentamientos militares en el este de Ucrania?


Pese a que valoramos positivamente todos los movimientos de la Unión Europea, creo que tampoco podemos ser conformistas. Una vez más vemos cómo Vladimir Putin sigue al pie de la letra su libro propio de reglas para romper una vez más ese
círculo vicioso, como ocurrió ya antes con Georgia en 2008 y con Crimea en 2014. No podemos tolerar que Vladimir Putin siga jugando al ajedrez con nuestro país, y apostar por la diplomacia y el diálogo no puede tampoco dejarnos inmóviles mientras
las ambiciones de un déspota siguen avanzando. Hace ocho años tuvimos Crimea y, pese a todo, hoy en día la situación en la península sigue igual y la integridad territorial de Ucrania no se ha restablecido, sino que está todavía más dañada. Por
ello, desde Ciudadanos estamos trabajando, tanto desde Madrid como desde Bruselas para reforzar la capacidad operativa de la Unión Europea.



Página 11





Respecto a las sanciones, proponemos aprovechar todo ese potencial del nuevo régimen de sanciones europeo, la conocida Ley Magnitsky, precisamente por los casos de conducta sancionable por parte de oligarcas rusos. Este régimen más flexible
debe ser aplicado de forma más eficaz y ágil para asegurar que ninguna conducta por parte de dictadores y de esos enemigos queda impune. Le pregunto, ¿está dispuesto el Gobierno de España, así como el resto de Gobiernos nacionales de la Unión
Europea, a aplicar sin fisuras este nuevo régimen de sanciones para tocar de lleno el bolsillo de Vladimir Putin y sus allegados? ¿Cree y confía realmente en que estas sanciones van a desincentivar o paralizar la ambición que Vladimir Putin tiene y
está demostrando con cada movimiento que hace? Por otro lado, creemos y apostamos por avanzar en la toma de decisiones de una forma un poco más rápida. Durante años venimos trabajando en una idea clave, que es eliminar el requisito de unanimidad
de las decisiones de política exterior de la Unión Europea. Creo que ante situaciones como esta no podemos seguir permitiendo la necesidad de asegurar que todos y cada uno de los veintisiete Estados miembros estén alineados a la hora de denunciar o
sancionar violaciones de derechos humanos. ¿Se plantea el Gobierno, o considera que España y otros Gobiernos nacionales pueden estar de acuerdo con un cambio de los tratados que pueda abordar esa eliminación del requisito de unanimidad?


Y, por último, los problemas de inacción que hemos visto por parte europea son también derivados de no defender con firmeza una política de asociación oriental y ampliación realista y clara. La Unión Europea tuvo claro en su momento que era
necesario atraer a la órbita europea a los antiguos países que estaban bajo el yugo comunista de la Unión Soviética. Por ello queremos preguntarle qué actuaciones tiene previsto impulsar el Gobierno desde aquí, desde España, para reactivar esa
asociación oriental y las relaciones con las repúblicas de Asia central. ¿Cómo tiene previsto actuar el Gobierno de España, ya que nos afecta directamente a los españoles, ante las posibles ansias de influencia y expansionismo de Vladimir Putin al
norte de África y el Sahel, como ya estamos viendo en Mali?


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Granados.


Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra la señora Nogueras.


La señora NOGUERAS I CAMERO: Gràcies, president.


Gràcies, ministre. Voy a intentar hacer una breve cronología de los hechos, a ver si podemos despejar algunas de las dudas que tenemos entre la comparecencia que ha hecho hoy y también con las distintas llamadas que ha hecho a nuestra
portavoz de Asuntos Exteriores, Mariona Illamola. El lunes hubo Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, a pocas horas de terminar el consejo es cuando Putin reconoce las dos provincias, pero como ustedes ya no están reunidos entonces no
pueden tomar ninguna decisión al respecto. Así pues, celebran al día siguiente esta reunión informal en París, creo que ha dicho, con los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete. Sin embargo, al ser una reunión informal, ustedes no
pueden decidir nada oficialmente, digamos. Por lo tanto, nos preguntamos bajo qué autoridad hizo las declaraciones que hizo el alto representante Borrell. Según los tratados, el alto representante no tiene poder de decisión, simplemente hace de
mediador entre los Estados miembros y transmite los acuerdos de acuerdos, y si me apuras también puede hablar en nombre de la Comisión Europea. Corríjame usted si me equivoco, pero él no puede anunciar medidas que los representantes de los Estados
miembros todavía no han adoptado, y en ese momento en el que hizo las declaraciones no se habían aprobado estas medidas. Es cierto que usted nos había anunciado -también lo había hecho la presidenta de la Comisión Europea- que había preparadas
fuertes sanciones, pero preparadas no significa aprobadas. Hoy a las 15 horas sí que han quedado ratificadas o han entrado en vigor estas sanciones, que creo que todos aquí ya conocemos, pero han quedado ratificadas o han entrado en vigor hoy, no
hace dos días, cuando lo anunció el alto representante. En una situación tan delicada nosotros creemos -y además requiriéndose de la unanimidad de los veintisiete Estados- que no puede darse nada por aprobado hasta que no esté formalmente aprobado,
y nadie ni tan solo el alto representante puede otorgarse competencias que no le corresponden. El alto representante no puede tomar decisiones en nombre de los Estados miembros porque no es competente para ello. Este anuncio ha comportado diversas
críticas, también en la prensa leíamos en el periódico Frankfurter: Borrell amenaza a Putin y deja a los socios europeos desconcertados. Todo esto es, a nuestro parecer, preocupante para la Unión Europea y debería serlo también para los Estados
miembros, sobre todo si tenemos en cuenta que parte de la prensa extranjera publica desde hace ya semanas que la Unión Europea es un invitado de piedra, o que Borrell y Moscú no se lo toman en serio, y no voy a mencionar -ya lo ha hecho el compañero



Página 12





diputado Iñarritu- el tema de los de los tuits. Nos gustaría saber, señor ministro, cómo afecta o cómo cree usted que afecta todo ello a la fortaleza política de la Unión Europea y qué piensan sus homólogos europeos al respecto y, sobre
todo, qué opinión le merece a usted.


Decía usted en su intervención que España no puede no implicarse -alguna diputada también lo ha dicho-. Es algo obvio que un Estado miembro debe implicarse en conflictos que afectan a la Unión Europea. Esto nos hace preguntarle por el peso
del Estado español y el peso de Pedro Sánchez en todo este asunto. Usted se ha entrevistado y ha hablado con diferentes homólogos, también con altos cargos, y nos ha detallado la lista de estos contactos que ha ido teniendo hasta ahora, y también a
través de los portavoces de Exteriores. De entrada, a nosotros nos sorprendió su rápida entrada en el supuesto tablero de juego, pero es posible que las semanas hayan ido diluyendo un poco este espejismo. ¿Por qué Pedro Sánchez -nos preguntamos-
no se ha entrevistado con Putin, pero sí lo han hecho Macron Orbán o Scholz? ¿Por qué Pedro Sánchez no se ha reunido con él o por qué no se ha reunido con Biden? ¿Existe -estas ya son conjeturas y hemos entregado preguntas escritas porque es algo
que también nos inquieta- algún tipo de veto, de enfado o alguna reacción por parte de Estados Unidos, por ejemplo, por la supuesta filtración a la prensa de documentos confidenciales de Estados Unidos y la OTAN respecto al ofrecimiento de un
acuerdo de desarme con Rusia y la iniciación de una senda de diálogo? ¿Qué información tiene el Gobierno al respecto de esta supuesta filtración? ¿Ha iniciado el Gobierno alguna investigación al respecto de esta supuesta filtración? ¿Qué
consecuencias internacionales y reputacionales pueden tener o han tenido estos sucesos?


En cuanto a la unidad entre los Estados miembros, a nosotros obviamente nos parece positivo que haya consenso y que se mantenga, pero nos preocupa seriamente la postura de Hungría. Antes le preguntaba por el papel de Pedro Sánchez, y ahora
me centro un poco en el papel de Hungría, también en esa línea. Orbán se ha entrevistado con Putin en una reunión bilateral. Quizás solo sea una foto, pero es una foto que puede decir muchas cosas. En esa foto se muestra la mesa o la medida de la
mesa de la reunión de Putin con Orbán, y si la comparas, por ejemplo, con la medida de la mesa de la reunión de Putin con Macron, puedes ver una mesa enorme con Francia mientras que hay una mesa muy pequeñita con Hungría. La suma de todos estos
detalles igual no es preocupante o igual sí, pero nos gustaría mucho saber si usted cree que peligra la postura de Hungría y, por lo tanto, este consenso en la Unión Europea.


Y termino con algo que ya ha avanzado el diputado Esteban. Sabemos que usted no es ministro de Defensa, pero, en caso de materializarse -aunque todos esperamos que no suceda- esta guerra ¿tienen Europa y los Estados miembros claro qué van a
hacer? ¿Hay unanimidad en ello? Por eso, nos parece también muy pertinente el tema de Hungría. Es evidente que usted aquí no va a decir -y tampoco le pedimos que lo haga- qué hay pensado hacer, pero sí que nos gustaría saber si se ha decidido qué
hacer en caso de esta materialización.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Nogueras.


Por el Grupo Republicano, tiene la palabra la señora Carvalho Dantas.


La señora CARVALHO DANTAS: Muchas gracias, señor presidente.


Muchas gracias, señor ministro, por venir a esta Comisión el día de hoy. Empiezo agradeciendo también su llamada a mi compañera y portavoz de esta Comisión, la señorita Marta Rosique. Empiezo con una frase que creo que es importante para
contextualizar todo lo que queremos hablar desde mi grupo parlamentario, que es que intentemos desintoxicarnos de una ingestión, desde mi punto de vista, desmesurada, de medios de propaganda atlantista. No se nos escapa que estamos, obviamente,
ante un conflicto profundamente complejo que no puede simplificarse, puesto que hay demasiados intereses en juego. Como ya hemos repetido en distintas ocasiones, en política internacional no se impone tanto la ideología, sino sobre todo básicamente
la economía. Sin embargo, sí debemos reconocer que existe un conflicto entre poderes imperialistas en competencia: por un lado, Estados Unidos, el mayor poder económico y geopolítico en descenso, que es apoyado por diversos poderes europeos, y por
otro lado, el poder ruso aún débil. Es decir, ese conflicto no es solo y exclusivamente la imposición del poder de Estados Unidos y Europa, sino un enfrentamiento entre bloques de poder en competencia geopolítica y económica, según nuestro punto de
vista.


Ante todo conflicto, uno debe preguntarse quiénes pueden salir beneficiados, quiénes pueden salir perjudicados y, sobre todo, quienes, pase lo que pase, van a salir perjudicados. Estos últimos son siempre



Página 13





los que deberían guiar nuestras decisiones. Ucrania siempre ha sido una pieza clave para los poderes imperiales durante muchísimos siglos, desgraciadamente. Sufrió mucho, muchísimo, durante muchos momentos de su historia reciente, pero una
cosa está clara, al fin y al cabo es un país que hace frontera con una gran potencia y que tanto la OTAN como Rusia quieren utilizarla para evitar la confrontación con el otro. Así que convendría que fuese neutral porque Ucrania necesita paz.


El periodista Rafael Poch dice: 'Desde el punto de vista de los intereses europeos, nada sería más sencillo que establecer estatutos de neutralidad y renunciar al despliegue de armas nucleares'. Y continúa diciendo: 'Que Rusia vaya a
invadir Ucrania, ocupando todo el país, está completamente descartado. En las calles de Budapest todavía hoy se ven los rastros de la ocupación soviética de 1956. Lo de entonces en Hungría sería de risa al lado de lo que pasaría en Ucrania en tal
caso. Eso es algo evidente para cualquiera mínimamente informado, así que no merece la pena extenderse' -cierro comillas-. Señor ministro, el no a la guerra debería guiarnos, debe guiarnos. Por eso, le queremos hacer algunas preguntas. ¿Va a
devolver los buques y cazas enviados a la zona? ¿Puede asegurar el Gobierno que en caso de escalada bélica no intervendrá en el conflicto? ¿Cuándo piensa llevar a cabo la votación del envío de tropas a Ucrania, que es zona de tensión? Lo comento
porque hubo un consenso en esta línea en la anterior comparecencia en esta Comisión.


Señor ministro, nosotras condenamos la violación de los acuerdos entre los distintos actores en la zona, pero es necesario recordar que aún no se ha producido ninguna invasión y, por lo tanto, hay que retomar las pocas oportunidades de
diálogo, exprimiendo al máximo todos los esfuerzos y redirigiéndolos en esta dirección. Hay que retornar a los Acuerdos de Minsk. La OTAN en demasiadas -demasiadas- ocasiones ha apostado por aquello de primero sanciono y después invado, y eso no
ha generado resultados positivos, sino un impacto peor para la población. ¿Usted considera que hay alguna oportunidad de que la Unión Europea tome sus propias decisiones al margen de la OTAN?


En la anterior comparecencia, mi compañera Marta Rosique le instó a que la Unión Europea tuviese un papel propio. Ha tenido que ser el presidente de uno de los Estados de la Unión Europea, el señor Emmanuel Macron, acompañado por el primer
canciller alemán, quien instase a las partes al diálogo, consiguiendo incluso concertar una reunión al más alto nivel entre Rusia y Estados Unidos, pese a no poder materializarse por los movimientos y decisiones tomadas por la Federación Rusa. El
alto representante de la Unión Europea se ha dedicado a replicar acríticamente el argumentario de la OTAN, que es el mismo que el de Estados Unidos, que se basa más en una estrategia de amenazas -y son constantes- que no en mostrar en público los
esfuerzos realizados para estimular la diplomacia. Si Europa quiere autonomía estratégica, este habría sido un excelente momento, pensamos. La actuación coordinada con los aliados occidentales no está reñida con la ruptura con los argumentarios
cerrados y con la falta de autocrítica que vienen del otro lado del Atlántico, tal y como han demostrado algunos líderes europeos. Necesariamente debemos mirar más a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que a la OTAN, es lo
que pensamos. Y vuelvo a decirlo, debemos mirar más a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que a la OTAN si la Unión Europea quiere romper de verdad con una visión del mundo más propia de la Guerra Fría, y que se demuestra
incapaz de la actualidad de acabar con la guerra.


Aparte de eso, también queríamos solicitarle, señor ministro, otra comparecencia para rendir cuentas sobre lo que sucede en el resto del mundo, puesto que hay una gran urgencia en resolver problemas. Queríamos saber su opinión sobre unos
territorios que nuestro grupo parlamentario desearía que fuesen tan importantes como Ucrania y donde hay violaciones del derecho internacional, como por ejemplo el Sáhara Occidental, que nos hablara sobre la guerra en el Sáhara Occidental y el
impulso de la Minurso, o sobre Palestina, para saber qué actuaciones piensa llevar a cabo el Gobierno tras el informe, sobre todo, de Amnistía Internacional de hace poco, que habla directamente...


El señor PRESIDENTE: Señora Dantas, le ruego que se ciña a la cuestión que es objeto de tratamiento en la sesión de hoy.


La señora CARVALHO DANTAS: Gracias, señor presidente.


Pues eso, Palestina y Sáhara.


Sin más, señor ministro, agradezco las respuestas y vuelvo a decir que Ucrania necesita paz y que nuestro grupo parlamentario está por la paz y por el no a la guerra.


Muchas gracias.



Página 14





El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señora Carvalho Dantas.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Gracias, presidente.


Buenas tardes, ministro. La verdad, que Vladimir Putin haya desconocido la independencia y la integridad de Ucrania, vulnerando el derecho internacional y que como reacción a ello se hayan anunciado sanciones drásticas contra Rusia, no es
una buena noticia. Por el contrario, creemos que nos obliga a insistir, como nunca, en la necesidad de evitar una reacción en cadena y de buscar, desde ya, alternativas diplomáticas a una guerra que tendría consecuencias devastadoras para Ucrania,
para Rusia, pero también para Europa y para el resto del mundo. Y si esa guerra implicara la activación intencionada o por accidente de armas nucleares o de alta capacidad destructiva, el escenario sería todavía más espeluznante.


Pero nosotros creemos que no hace falta llegar a tanto. Incluso tratándose de una escalada de sanciones contra Rusia, la sola amenaza de respuesta a esas sanciones ya generaría turbulencias que afectarían a los precios de la energía, de los
alimentos, de las necesidades cotidianas de la gente común. Ayer mismo, las naciones productoras de gas dijeron en Catar que si las sanciones contra Rusia afectan a Europa occidental ellas no podrían proporcionar cantidades suficientes de gas de
reemplazo. Por lo tanto, nadie, absolutamente nadie, puede salir beneficiado de un escenario de escalada bélica y de represalias recíprocas salvo, quizá, el poderoso lobby armamentístico que hace tiempo lleva captando millones y millones que
deberían invertirse en sanidad, en cuidado del medioambiente o en ingresos dignos.


Que el discurso nacional imperial ruso de Putin sobre Ucrania ha sido una cerilla arrojada sobre un barril de petróleo, sin lugar a dudas. Ahora, también es inexplicable sin estos últimos treinta años en los que la OTAN -o mejor, los
Estados Unidos- se ha dedicado no a buscar un acuerdo razonable de seguridad compartida, sino a sembrar de bases militares y de misiles las propias fronteras con Rusia. ¿Qué país aceptaría una cosa así? Desde luego, no lo harían los Estados Unidos
si México, pongamos por caso, formara una alianza militar con un adversario directo suyo. De hecho, lo acaba de recordar el senador norteamericano Bernie Sanders: los Estados Unidos llevan doscientos años operando bajo la llamada Doctrina Monroe y
arrogándose el papel de intervenir contra cualquier país que amenace lo que consideran su esfera de influencia. Bajo esa doctrina, en 1962 estuvieron a punto de desatar una guerra nuclear con la Unión Soviética porque esta colocó misiles en Cuba a
ciento cuarenta y cuatro kilómetros -no en la frontera- de las costas norteamericanas. Y bajo esa doctrina -que John Bolton y otros asesores de Trump consideraban en plena vigencia en 2019- los Estados Unidos han invadido o participado en el
derrocamiento de decenas de Gobiernos del mundo contrarios a sus intereses.


Lo que ocurre, señor ministro, es que estos días estamos asistiendo a una amnesia selectiva y a un doble rasero escandaloso. El régimen ruso, efectivamente, es un régimen oligárquico y nacionalista que no parece ofrecer nada atractivo al
pueblo ucraniano, pero nadie recuerda que esta deriva comenzó ya con el régimen neoliberal de Boris Yeltsin apadrinado por Occidente. Nadie recuerda que cuando Putin lanzó su asalto brutal contra Chechenia entre 1992 y 2000 fue aplaudido por Bill
Clinton y por Tony Blair, simplemente porque en ese momento Putin respaldaba a Occidente en la mayoría de sus asuntos, incluida la guerra de la OTAN en Afganistán. Se habla con insistencia del carácter iliberal del régimen ruso actual, de acuerdo.
Pero ¿cuál sería el orden sedicentemente liberal defendido por Estados Unidos y por la OTAN? Desde luego, no el que pasó de proteger durante años las tropelías de Saddam Hussein para luego inventarse motivos para invadir Irak y apropiarse de sus
recursos, dejando a un país destruido. Desde luego, tampoco el que pasó de consentir los desmanes de Gadafi para luego impulsar una invasión militar a Libia, cuyos desastres perduran todavía hoy. Desde luego, no el orden que nos trajo atentados en
Europa y millones de emigrantes tratados como objetos y devueltos a la desesperación. Desde luego, no el que silencia y borra a los palestinos mientras ampara la Turquía de Erdogan, un país que está en la OTAN y al que se ha utilizado para masacrar
a los kurdos e incluso para prestar ayuda militar al Gobierno de Kiev. Por tanto, no nos engañemos. Aunque Moscú tuviera regímenes diferentes al de Putin, continuaría legítimamente preocupada, al igual que Washington, al igual que Berlín, al igual
que Bruselas, por las políticas de seguridad de sus vecinos y esto, señor ministro, no lo están diciendo solamente pacifistas ingenuos. Ayer mismo Javier Solana -repito, Javier Solana- decía: 'Vivimos las consecuencias de sugerir que Ucrania
entraría en la OTAN'. Algo parecido han dicho exembajadores estadounidenses en Moscú, como, por ejemplo, Jack Matlock, y militares alemanes, como el almirante Kay-Achim Schönbach, o el general retirado Harald Kujat.



Página 15





Esto, en nuestra opinión, solo admite un corolario: que igual que hay que exigir con claridad a la Federación Rusa que cese las hostilidades y respete la integridad territorial de Ucrania, también hay que exigir a la OTAN que desista de la
idea de incorporar a Ucrania entre sus miembros, al menos aplicando el artículo 10 del tratado que la rige. Aquí nos parece que Europa puede y debe jugar un papel, que no puede ser simplemente asumir el impresentable discurso belicista de Boris
Johnson, que no puede ser asumir el discurso, muchas veces exaltado, del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que ni Alemania ni Francia ni Italia están reproduciendo. Por el contrario, Europa puede y debe trabajar para erigirse en la
mejor aliada de la paz -en la desescalada militar y en la desnuclearización- y en la defensora de un multilateralismo cooperativo y democrático. Y eso nos parece que hoy pasa por insistir contra viento y marea en que la única solución realista y
aceptable para Ucrania y para Rusia pasa por una aplicación flexible, si se quiere, de los Acuerdos confederales de Minsk de 2015.


Ahora bien, todo eso exige de Europa, a nuestro entender, inteligencia y valentía. Exige valentía ante todo para no resignarse a un papel subordinado y para creerse de una vez su autonomía estratégica de las grandes potencias. Exige
valentía para vincular esa autonomía estratégica también a una autonomía energética, que no se resigne a depender de las nucleares, del gas ruso o del gas de esquisto estadounidense; una autonomía, en definitiva, que implique un programa urgente y
serio de transición ecológica que no sea simplemente bla, bla, bla y que solo puede conseguirse en un contexto de paz. Este es el tipo de valentía inteligente que en plena Guerra Fría, ministro, mostraron dirigentes como Olof Palme, como el
antifascista italiano Altiero Spinelli o como el propio Mijaíl Gorbachov, partidario de que Rusia y Europa formaran parte de una casa común, colocando el diálogo y el objetivo de la paz en el centro. Obviamente, nosotros, desafortunadamente,
pensamos que es muy difícil que estos cambios puedan venir de una Unión Europea que todavía sigue demasiado condicionada por el lobby armamentístico, por las reglas neoliberales y por las grandes rivalidades imperiales. Por eso, pensamos que la
única manera de que la paz se abra camino es que sea la ciudadanía organizada, comenzando por las clases populares que peor lo han pasado en la pandemia, quienes alcen la voz. Una guerra en Ucrania no solo podría llevar al corazón de Europa el peor
conflicto bélico en 75 años; frenaría los procesos de recuperación, las inversiones en salud, en educación y en vivienda y abriría las puertas a una nueva guerra fría que resultaría terrible en términos de recortes de derechos y libertades. Por
eso, ministro, nuestra esperanza real está en la gente trabajadora, en que sean las mujeres, la juventud, los movimientos feministas y ecologistas quienes impulsen desde ya un movimiento por la paz y por la seguridad colectiva, porque no hay otra
alternativa. Frente a las mentiras de los señores de la guerra, frente al oscuro negocio de las guerras imperiales por el control de recursos energéticos, solo hay un camino: la conquista ciudadana de la paz y de un orden internacional menos
brutal, más cooperativo y más sostenible.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Pisarello.


Por el Grupo Parlamentario VOX tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Muchas gracias, señor presidente.


Buenas tardes, ministro. Bienvenido de nuevo al Congreso de los Diputados. Ha pasado casi un mes desde la última vez que compareció usted ante esta Comisión y en este tiempo la situación en Ucrania no ha mejorado, más bien lo contrario.
Rusia ha continuado con su agresiva política expansionista, que nos sitúa en la mayor crisis geopolítica desde la Guerra Fría. Putin ha dejado claro que pretende cuestionar y redibujar los espacios de seguridad surgidos en Europa tras la caída del
comunismo -la bendita caída del comunismo- y, por tanto, todos tenemos serios motivos para estar muy preocupados. Llevamos ya unas cuantas semanas de intranquilidad. El lunes el presidente ruso, a pesar de haber estado defendiendo lo contrario
unas horas antes ante el presidente Macron, decidió dar un paso más reconociendo la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk en el territorio de Donbás, al este de Ucrania, y aprobando un envío de tropas en una intervención a gran
escala, enmascarada, claro, en una misión de peace enforcement. Se trata de una acción unilateral, contraria al derecho internacional, que pone en peligro la paz en Europa y que amenaza, si no somos capaces de defenderla, la vigencia de los
principios jurídicos, de las instituciones e ideas que han regido las relaciones entre los Estados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por tanto, nos jugamos mucho en Ucrania, ya se lo pude transmitir hace unos días. Las fronteras de
Ucrania, las fronteras de nuestros aliados, son nuestras fronteras y el compromiso que podamos mantener ahora en su defensa, por lealtad y por respeto a nuestros compromisos internacionales, será el que también podamos exigir cuando ataquen las
nuestras, ya sabe que este es un



Página 16





tema que a VOX, desde luego, le preocupa mucho. No obstante, le vuelvo a repetir que nos ha sorprendido la celeridad con la que el Gobierno ha respondido y responde habitualmente a ciertas crisis internacionales en contraste quizá con la
menor celeridad con la que lo hace en otras crisis, como estamos viendo en el caso de Ceuta y Melilla.


No es la primera vez que el Kremlin opta por la vía unilateral. En 2008, Rusia también reconoció la independencia de dos provincias secesionistas, georgianas -Abjasia y Osetia del Sur-, con las que rápidamente suscribió acuerdos de
cooperación militar, para desplegar inmediatamente después el ejército ruso. Ya conocemos su metodología. En 2014, se anexionó el territorio ucraniano de Crimea, conocido como la joya del Mar Negro, y ahora vuelve a imponer la fuerza para dominar
un territorio que el señor Putin reivindica como históricamente perteneciente a Rusia. Hace veinticinco años el antiguo asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Zbigniew Brzezinski, escribió: Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio
mientras que con Ucrania, sobornada y posteriormente subordinada, se convierte automáticamente en una gran potencia mundial. Evidentemente, el señor Putin concuerda con ese análisis y por eso viene a proclamar y a imponer la ley del más fuerte y
eso, tras las tristes experiencias de siglo XX, sabemos que es muy peligroso.


Señor ministro, occidente -nuestros socios, nuestros aliados y los españoles- se merece que nuestra nación esté a la altura de las circunstancias y les reitero que en VOX haremos todo lo posible y todo lo necesario para que así sea. El
apoyo a Ucrania, el respeto a las fronteras y la legalidad internacional deberían constituirse en una política de Estado, en una política de principios, sin fisuras, sin matices, pero lamento decirle que me preocupa si España, secuestrada como está
por la política de alianzas internas de Pedro Sánchez, está en condiciones de ser un país fiable y de aplicar esas políticas de Estado de sentido común.


Hace un mes usted iba a venir con ciertas decisiones tomadas de antemano, quizá porque intuía la posible deslealtad de algunos de sus socios de Gobierno. Vino con el objetivo de servir de escudo a Pedro Sánchez, que continúa sin dar la cara
en lo que sin ninguna duda es uno de los asuntos más relevantes a los que tiene que responder el Gobierno, y dijo con razón que es el presidente de Gobierno quien marca la política exterior, como es natural. Tengo que decirle que salí ligeramente
intranquilo de esa comparecencia, no por sus palabras, señor ministro, que no estuvieron mal, sino por lo alejadas que estaban las mismas de la realidad de este Gobierno, la realidad que condiciona sus políticas.


A mí me gustaría que España fuera un país escuchado, un país respetado en el orden mundial, que el supuesto consenso político europeo estuviera refrendado por un consenso dentro del propio Gobierno de Pedro Sánchez y que sus palabras
derivaran en hechos, pero, desgraciadamente, no es así y nos encontramos ante el enésimo ejercicio de propaganda de Pedro Sánchez, esta vez en política internacional, y todo ello a las puertas de lo que podría desembocar en lo que decimos que es el
mayor conflicto bélico desde la Segunda Guerra Mundial. La irrelevancia de España en esta crisis es tan evidente como las ganas del Gobierno de hacernos creer que pintamos algo, pero la realidad una vez más es que Pedro Sánchez nos ha condenado a
la marginalidad en las relaciones internacionales, y esto es muy grave. El ridículo de este Gobierno es triste y no nos alegra, señor ministro, porque perjudica a España. Le recordamos que la respuesta a la crisis de Ucrania comenzó con aquel
vídeo enviado desde Moncloa, con un Pedro Sánchez ambidiestro, hablando supuestamente por teléfono con las dos manos con líderes mundiales para gestionar la crisis de Ucrania. El presidente de Estados Unidos, aquel de la cumbre de veintinueve
segundos, después llevó a cabo una ronda de contactos internacionales, mantuvo conversaciones con el presidente de Francia, de Alemania, de Italia, de Polonia, de Reino Unido, con los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, pero a España
nos dejó fuera. Esto ya lo hablamos la última vez, y usted nos dijo aquí que más o menos había logrado reconducir la situación tras un viaje a Washington, donde estuvo con Anthony Blinken y con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy
Pelosi, pero es que después de ese viaje, ministro, Estados Unidos ha vuelto a actuar de la misma manera, ha vuelto a dejar a España fuera de las reuniones de urgencia para coordinar los esfuerzos de los aliados trasatlánticos.


Ni la dialéctica proalianza con la que inauguraron la respuesta a la crisis de Ucrania, ni el adelanto del envío de la fragata Blas de Lezo, ni los cazas de combate, ni la disposición a organizar la cumbre de la OTAN en Madrid, que creemos
que está muy bien, parece que hayan sido suficientes para convencer a Estados Unidos de que el señor Sánchez es un socio fiable. Están muy bien las citas de forma reservada, pero ¿nos puede explicar, señor ministro, por qué por tercera vez el señor
Biden ha excluido a Pedro Sánchez de sus contactos con líderes europeos? Yo sospecho que es porque alguien por ahí sigue lo que



Página 17





dicen los aliados y socios de su Gobierno o que siguen sus intervenciones en esta Cámara, como la que acabamos de escuchar, que es una llamada al bochorno.


A Pablo Iglesias, desde luego, no le faltó tiempo para atacar al Gobierno de cuyo partido forma parte. Dijo: Sería una torpeza de la parte socialista del Gobierno enfrentarse a todos sus socios y montar el partido de la guerra con el PP.
No sé si eso es una amenaza velada por parte de quien fue vicepresidente de este Gobierno en coalición, pero seguimos escuchando referencias notables. La ministra Ione Belarra -porque es ministra Ione Belarra- trató de desmarcarse de la posición
del Gobierno que forma parte con su propia propuesta sobre Ucrania. Debe seguir el mandato que, según dice, le dio la ciudadanía con el 'No a la guerra' en 2003; y esta señora es ministra del Gobierno. Tampoco fue muy sutil ERC, socio preferente
e indispensable para continuar en su Gobierno. Dijeron: Ustedes saben que en Cataluña hay una mayoría en contra de la adhesión del Estado español a la OTAN que se ha mantenido precisamente después de ver los resultados de dicha adhesión. Bildu
que, como dicen ustedes, forman parte de la dirección del Estado, dijo aquí hace unos días refiriéndose a la OTAN: Hoy la adhesión a esta organización ha perdido todo el sentido, si alguna vez lo tuvo. Podemos, ERC y Bildu; señor ministro, estos
son los aliados de su Gobierno, los apoyos sobre los que quiso apuntalar su investidura, y son los que sitúan a España en una situación de absoluta irrelevancia al margen de nuestros principales socios en materia de seguridad y, como es lógico, sin
la más mínima posibilidad de ser percibido como un socio fiable, y esa deriva y pérdida de peso internacional lamentablemente solo tiene un responsable, que es Pedro Sánchez Pérez-Castejón.


Señorías, cabe preguntarse si ahora, cuando el mundo se adentra en una escalada de tensiones y consecuencias impredecibles, la actitud del Gobierno de España está contribuyendo a frenar la amenaza rusa o si, por el contrario, nuestra
errática política es un factor adicional de debilidad. Señor ministro, España no puede limitarse a ser un mero espectador en esta crisis mundial y mucho menos un factor de erosión dentro de la Alianza Atlántica por los intereses partidistas de este
Gobierno y de sus socios. ¿Qué sanciones en concreto va a apoyar el Gobierno de España ante la escalada de agresiones rusas? ¿Qué quiere decir el presidente Sánchez cuando dice que España colabora con instituciones europeas? Vayamos a lo
concreto, ¿estamos y ya está o tenemos algo que decir? ¿Nos escucha alguien? El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha asegurado que Ucrania tiene un acuerdo con la Unión Europea para enviar asesores militares a Kiev. ¿Le consta o
no? El presidente Sánchez dijo que no lo conocía. ¿Qué opinión tiene el Gobierno sobre ese supuesto acuerdo en caso de existir?


Conocemos, porque las hemos padecido, alguna de las estrategias del Kremlin, que no duda en practicar una estrategia híbrida para aprovechar los puntos débiles del adversario. La batalla por el orden mundial que Putin está empujando no se
libra solo en Ucrania; las alianzas internacionales que se alineen con Rusia juegan un papel importante, como ya estamos viendo. El ministro de Exteriores ruso, el señor Lavrov, anunció hace unos días que su Gobierno reforzará su cooperación
estratégica con Cuba, Venezuela, Nicaragua, países que se están apresurando a apoyar a Rusia a cambio del reconocimiento de independencia por parte de estos países de Donetsk y Lugansk. Recordemos que sus socios de Gobierno tienen vínculos con
estos Gobiernos totalitarios y han rechazado su condena en numerosas ocasiones. Por eso nos preguntamos si su equidistancia con Cuba, sobre la que vuelven a callar y con quienes siguen mantenido una continua colaboración, si esa complicidad con
Venezuela, a quien Zapatero sigue sirviendo como abogado defensor, o si las relaciones de miembros de su Gobierno con el denominado Foro de Sau Paulo nos hacen más fuertes o más débiles en el escenario internacional, más o menos fiables con nuestros
socios. Estamos seguros de que en el Gobierno de coalición todo el mundo tiene claro dónde estamos y dónde debe estar España.


Señor ministro, España tiene un papel que jugar en el escenario internacional, hace años que nuestra influencia es menor de la que merecemos y VOX desea que el protagonismo y reconocimiento internacional de España recupere la posición que
nunca debió perder, pero con el liderazgo de Pedro Sánchez y con los socios que ha incorporado a la dirección del Estado va a ser muy difícil. Eso se pone de manifiesto especialmente en momentos conflictivos como este.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Espinosa de los Monteros.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Muchas gracias, presidente.


Muchas gracias, señor ministro. Europa, efectivamente, vive hoy uno de los momentos más delicados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La injerencia de Rusia en la soberanía de Ucrania es una



Página 18





vuelta a un tiempo histórico que creíamos que habíamos superado. Europa ha atravesado desde 1945 momentos de extrema tensión, muchos de aquí todavía recordamos lo sucedido en la Guerra de los Balcanes, pero creíamos que el Acta de Helsinki
había puesto fin a la época de cambios de las fronteras entre las naciones europeas. Es más, desde la incorporación de las naciones del este de Europa y de las repúblicas de la antigua Unión Soviética a la Unión Europea y a la OTAN a lo largo de
las últimas décadas ha sido un elemento que ha contribuido a la paz y a la estabilidad de nuestras democracias. Hoy todo eso ha cambiado, como usted bien ha dicho, en una nación, indudablemente europea, como es Ucrania, pero que está al margen de
las dos grandes alianzas europeas, como son la Unión Europea y la OTAN. El actual Gobierno de Rusia ha decidido poner en marcha una política de revisión de todas sus fronteras y de desmontaje del orden europeo que disfrutamos desde 1989. Por
tanto, es un deber de la Unión Europea y de la OTAN ser firmes y decididos a la hora de afrontar ese desafío.


Por eso, quiero comenzar mi intervención, ministro, reiterándole nuestro apoyo, el apoyo del Partido Popular al Gobierno de España para cumplir con sus obligaciones en el marco de la Alianza Atlántica y de la Unión Europea. Son momentos en
los que los aliados OTAN y los socios europeos debemos presentar un frente común de solidaridad con Ucrania, porque, como saben todos los presentes, Moscú ha reconocido las regiones de Donbás, Donetsk y Luganks, como repúblicas independientes, y su
ocupación militar por tropas rusas suponen una flagrante violación del derecho internacional de la Carta de las Naciones Unidas, del Acta de Helsinki y del Memorándum de Budapest de 1994. El Gobierno ruso ha elegido adentrarse por la senda de la
confrontación, enterrando así los acuerdos de Minsk de 2015, marco de las negociaciones para la paz y la estabilidad entre Rusia y Ucrania e hiriendo de muerte el Formato de Normandía.


Ministro, hace pocas semanas usted marcaba los cuatro pasos de resolución de este conflicto: diplomacia, distensión, desescalada y disuasión, e insistía en que era la hora de la diplomacia y que por eso era usted quien estaba al mando de la
situación y no la ministra Robles. Sin embargo, ayer era la ministra Robles quien hablaba y decía -abro comillas-: Debemos dar una última oportunidad a la diplomacia, pero la firmeza es total; no podemos permitir un ataque a la integridad de un
país como Ucrania. Por eso le pregunto: ¿en qué momento de sus cuatro des diría que estamos ahora? ¿Estaríamos -en palabras de Biden- en una intervención militar limitada? Siendo así, y habiéndose satisfecho sus gestiones tanto en la comunidad
internacional en general, en el seno de la OTAN y, en particular, dentro de la Unión Europea, en aras de evitar un conflicto armado mediante la diplomacia, ¿qué es lo que ha fallado? ¿Qué gestiones concretas ha hecho usted, es decir, el Gobierno de
España, que habrían podido prevenir que la situación haya llegado y haya derivado en el momento en que está ahora? ¿Podemos saber -si estamos en un estadio distinto, como ha parecido hacer entender de su intervención- cuáles son los compromisos que
le están solicitando los aliados, hasta dónde va a llegar el compromiso del Gobierno de España? Mi grupo parlamentario considera que, sin abandonar los esfuerzos diplomáticos en curso, los Estados miembros de la Unión Europea y los aliados de la
OTAN debemos dejar claro al Gobierno ruso que no aceptaremos su aventurerismo militar ni su revisionismo de la arquitectura política militar en Europa. Por eso, también apoyamos al Gobierno de España en la decisión de la Unión Europea de activar
esa primera tanda de sanciones y medidas restrictivas contra Rusia que serán revisables y actualizadas conforme al desarrollo de los acontecimientos en Ucrania. Agradezco, además, su llamada de esta mañana para informarnos de las mismas.


Ministro, ¿cree que las sanciones impuestas serán suficientes para frenar la escalada o, por el contrario, cree que en las próximas semanas tendremos que imponer las famosas sanciones masivas? Y, sobre todo, en esa imposición de sanciones
hay muchas de ellas de carácter económico-financiero, ¿cómo afectan estas concretamente a España? ¿Tiene el Gobierno un estudio al que podamos acceder de las consecuencias que las sanciones que acaban de salir y también las sanciones masivas que
podríamos imponer tendrían para la economía española?


Estamos ante un escenario que puede evolucionar de varias formas. Por un lado, se corre el riesgo de que la amenaza de invadir toda Ucrania con el despliegue de tropas afiance la declaración de Crimea y de Donetsk, convirtiéndola así en un
problema menor y pasando esos territorios usurpados a naturalizarse a cambio de no declarar una guerra abierta. Usted ha contemplado ese escenario y nos gustaría saber qué respuesta merecería tal situación y cuál es el compromiso que el Gobierno de
España tendría en tal caso. Por otro lado, tenemos el escenario en el que la invasión que se produzca sea una invasión total. En ese caso, le pregunto lo mismo. A su modo de ver, ¿cuál es la respuesta que debería tener la comunidad internacional
en defensa de la integridad territorial absoluta de Ucrania? ¿Se podría plantear



Página 19





en ese caso el Gobierno de España desplegar al ejército, como dijo -y abro comillas de nuevo- la señora Robles ayer, para ejercer funciones de pacificación, o esto usted lo descarta completamente?


Usted también ha dicho que si Rusia utiliza la fuerza contra Ucrania las sanciones serán masivas y España será solidaria con el resto de socios europeos, y lo ha vuelto a repetir hoy aquí. ¿Implica esa solidaridad concretamente el envío de
material bélico a Ucrania? ¿Se lo han pedido los ucranianos en sus visitas a la zona y en sus llamadas al ministro de Exteriores? Lo digo porque desde que comenzó la escalada por parte del Gobierno ruso muchos son los países que han decidido
apoyar la legítima defensa de Ucrania, también con material bélico no solamente ofensivo, sino también defensivo. En el ofensivo están Holanda, Estonia, Letonia, Lituania o la República Checa y en el defensivo los famosos cascos que ha enviado
Alemania. Han pedido también chalecos antibalas y algún otro material. Usted se comprometió a enviar -lo ha vuelto a decir también hoy aquí- ayuda humanitaria, principalmente en forma de suministros médicos y siempre a través del mecanismo
europeo. ¿Usted cree que esto es suficiente? Cuando usted ha dicho que España está comprometida con la defensa de la paz y la seguridad internacional, ¿cree que con esta ayuda humanitaria es suficiente para poder defender la seguridad
internacional de la que estamos hablando? Ayer el ministro de Exteriores, tras la conversación que mantuvo con usted, dijo que España preparaba un apoyo práctico adicional para Ucrania. ¿Ese apoyo práctico adicional incluye el material médico o
hay otro tipo de material que también vamos a enviar? ¿Y esto está dentro, al ser adicional, del mecanismo europeo o es un apoyo bilateral que vamos a tener?


Usted sabe que Ucrania reclama a la Unión Europea y a todos los Estados miembros que seamos más proactivos. ¿Cree que las sanciones que hemos impuesto son suficientes y proporcionales al desafío para ayudar a que esto se produzca? Lo que
está en juego es la seguridad, no solo de Ucrania sino de toda la Unión Europea y, por tanto, el apoyo a Ucrania debería ser amplio y contundente, en la línea en la que solicitan los propios ucranianos, sin titubeos, sin medias tintas y sin
ingenuidades. La solidaridad que mostremos es determinante en la definición de la fortaleza de España en el escenario internacional. Biden sigue sin convocar al presidente Sánchez a la mesa de toma de decisiones sobre Ucrania de la que participa
el Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Rumanía. No tiene pinta de que esto vaya a cambiar. Por eso le reiteramos la importancia que para esto tiene que el Gobierno actúe con una sola voz en el marco de la política exterior,
esa voz que usted dice que va a dejar oír con fuerza, máxime estando en la antesala de la cumbre de la OTAN en Madrid.


Por eso le pedimos desde nuestro grupo parlamentario que no permitan que los desencuentros en el seno del Consejo de Ministros debiliten nuestra imagen exterior, que ya está de por sí mermada. Le pedimos que continúe dando información, a
ser posible relevante, sobre las medidas y decisiones que está tomando el Gobierno de España. Sería deseable también, señor ministro, que conociésemos ex ante alguna de las decisiones, y no solamente ex post, porque el acceso a los medios de
comunicación lo tenemos todos y creo que sería importante conocer de antemano algunas de las respuestas a las preguntas que le he hecho hoy aquí. Vivimos un conflicto internacional de dimensiones y de consecuencias aún inciertas. Mi grupo
parlamentario está a la altura de su responsabilidad como partido de Estado que es, pero no tenga ninguna duda de que vamos a seguir exigiendo que el Gobierno de España también lo esté.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Ferro.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Gutiérrez.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: Gracias, presidente. Buenas tardes.


En primer lugar, gracias, señor ministro, por su comparecencia y por sus amplias explicaciones sobre la situación actual de Ucrania, pero, sobre todo, gracias por el respeto que usted, en nombre del Gobierno, está demostrando tener con este
Parlamento, porque no solo con su comparecencia de hoy -la segunda a petición propia en menos de un mes-, sino que con su constante intervención e interlocución con los grupos parlamentarios está manteniendo algo más que la cortesía parlamentaria:
está construyendo una posición de país en la que la inmensa mayoría de los ciudadanos nos podemos sentir representados. Eso demuestra la altura de miras del Gobierno de España ante una situación que, como ha dicho usted mismo, ha evolucionado hasta
lo dramático. Gracias también por su intensa actividad en estas duras semanas en las que la voz de España se ha escuchado con fuerza en todos los foros y en todos los organismos internacionales en los que podemos decir, señor ministro, que nos
sentimos profundamente representados con lo que ha dicho y, especialmente, con los objetivos que ha buscado en nombre de nuestro país.



Página 20





Señor ministro, en su anterior comparecencia -más allá del ruido que pretendieron algunos, de las hipótesis especulativas de otros y de algún atisbo de oportunismo- todos estábamos de acuerdo en lo importante, en el fondo de una estrategia
que usted se ha empeñado en fortalecer en el seno de los organismos multilaterales basada en el diálogo, basada en la diplomacia, basada en la apuesta por intentar desescalar una tensión que se ha visto que ha ido a más y disuadir de cualquier
vulneración de la legalidad internacional. En esa estrategia hemos de decir que se ha hecho y se sigue haciendo todo lo que estaba en manos del Gobierno y de sus aliados, todo lo que estaba en manos de los Estados que participan en esta crisis de
buena fe. Yo creo que estamos demostrando, por lo menos en este lado de la mesa, que nadie busca, que nadie quiere, un conflicto armado. Pero el diálogo y la paz necesitan del concurso de todos y eso es lo que me anima a pedir hoy al conjunto de
los grupos parlamentarios que representamos a la soberanía nacional que las ansias que creo compartimos todos de encontrar una solución diplomática, pensando con obsesión en la vida de las personas y en la seguridad del conjunto de la Unión Europea,
no nos haga caer en la tentación de ser equidistantes entre los que estamos demostrando querer la paz y los que parecen estar queriendo buscar una excusa para romper, de los que violan las leyes internacionales y a los que pedimos simplemente que se
cumplan.


Compartir los objetivos políticos y compartir la estrategia diplomática, como hacemos casi con unanimidad en esta sala, no puede confundirse con la equidistancia ni nos puede llevar a cometer el error histórico de no saber o no querer decir
del lado de quienes estamos. Nosotros lo tenemos claro: estamos al lado de los que quieren cumplir con la legalidad internacional, estamos del lado de los que quieren que se respete la soberanía de los Estados y de los pueblos y estamos al lado de
los que no aceptan el chantaje ni la amenaza como arma de negociación. Hemos mantenido siempre la firmeza del diálogo porque solo son capaces de mantenerse en la mesa aquellos que tienen los principios claros y los valores de honestidad fuertes.
Seguimos apostando por la diplomacia a pesar de las muchas dificultades y las provocaciones que Rusia sigue poniendo a lo largo y ancho en los últimos años, porque sabemos que lo que nos estamos jugando hoy es volver a las esferas de influencia, es
romper con el proyecto europeo de progreso, estabilidad y paz y es, en definitiva, la seguridad europea. Por eso hemos mantenido y mantenemos el diálogo a pesar de lo que hemos vivido hace años en Georgia, donde apostamos por más diálogo; por lo
que hemos vivido en Crimea, donde la respuesta fue más diplomacia y los acuerdos de Minsk; por lo que hemos vivido en Moldavia; por lo que hemos vivido saliéndose Rusia del Tratado de No Proliferación o del Tratado de Cielos Abiertos o por lo que
estamos viendo en los últimos días en el Donbás. Porque creemos, al menos en este lado de la mesa, en el orden internacional, en las reglas de juego y en el cumplimiento de las leyes, que están hechas siempre para proteger a los más débiles frente
a los más poderosos; por eso el quebrantamiento de estas leyes no solo nos debe indignar al conjunto, sino que nos tiene que indignar, siquiera aún más, a los que solo tuvimos las leyes para empezar a tener prosperidad.


Por eso, ante la grandeza del desafío, solo podemos esperar de los partidos grandeza política. La mejor manera de ayudarle en su misión, señor ministro, y en la del conjunto de los aliados de la comunidad internacional a mantener el orden y
la paz es ejercer la unidad, ejercerla con sentido de Estado y con responsabilidad. Es por eso que me sigue llamando la atención la posición de algunos partidos políticos, de algunos grupos parlamentarios hoy, que parece que no saben distinguir
entre lo que es una cuestión de Gobierno o un asunto de Estado y que aprovechan cualquier resquicio para intentar erosionar a un Gobierno, a pesar de que estemos jugando con la paz, la libertad de verdad y la seguridad del conjunto de los europeos.


Me llama mucho la atención hoy el discurso de VOX y del señor Espinosa de los Monteros, más viniendo muchos de ellos de la carrera diplomática. Ha dicho que esto parece que es una guerra de propaganda del señor Sánchez. Solo le ha faltado
decir lo que dijo ayer Trump; en su caso, que si Abascal fuera presidente del Gobierno, Putin no tendría ninguna valentía de invadir Ucrania. Han vuelto a querer confundir la crisis migratoria con un conflicto bélico. Yo creo que saben
perfectamente distinguir una cosa de la otra. Lamentablemente, han vuelto a ejercer el populismo precisamente en los asuntos más sensibles, porque, una vez más, demuestran que parece que no tienen ningún tipo de límites. Dicen que España no está,
que España no es de fiar. Una vez más, vuelven a demostrar lo que es el ADN de la derecha patriótica de este país, que solo ejerce el patriotismo cuando están en el poder, y no les importa hablar, ni siquiera en esto, mal de España con tal de
erosionar, aunque sea un resquicio, al Gobierno de su país.


Pero le quiero recordar que somos tan de fiar que hoy, en nombre de todos los europeos, quien está hablando es un socialista español y catalán, antagónico a ustedes en las tres cosas. Sin ninguna duda,



Página 21





somos tan de fiar, somos tan de fiar, como que lideramos la diplomacia europea en esta etapa tan difícil de nuestra historia.


Señor ministro, que no nos confundan ni nos distraigan, el Gobierno de España y los aliados de nuestro país pueden contar con nuestra lealtad y con nuestro apoyo para preservar el proceso de construcción de la Unión Europea basada en la
creación de democracias libres. Pueden contar con nosotros para evitar un regreso a épocas pasadas basadas en esferas de influencia donde una nación decidía el futuro de decenas de ellas. Y para cumplir con todos los compromisos, que estos dos
objetivos nos lleve a ellos.


Señor ministro, tenemos la tranquilidad de saber que, mientras que haya un espacio de diálogo, aunque sea tan pequeño como el ojo de una aguja, vamos a apostar por el diálogo; lo vamos a hacer. Pero también tenemos claro que la amenaza es
al conjunto de los europeos y que nada nos es ajeno, nada nos es lejano y nada justifica nada que Rusia esté comportándose de esta manera prebélica.


Algunos intentan relacionar la hipotética entrada de Ucrania en la OTAN como una especie de justificación de lo que está haciendo Rusia. No sabemos si la neutralidad que reclaman hoy del conjunto de la OTAN sobre la posición legítima de
Ucrania es una razón o es la excusa que buscaba Rusia para llegar al punto donde parece que, de todos modos, en cualquier momento iban a querer llegar.


Hemos de recordar que en el Acta de Helsinki, que firmó la URSS, y luego Rusia, está el reconocimiento de las repúblicas que disolvieron la URSS en tener sus propias decisiones también en materia de seguridad y, por lo tanto, también en ese
aspecto Rusia está hoy incumpliendo los acuerdos internacionales y los tratados internacionales. Nos mostramos, por tanto, firmes; firmes en saber que la defensa de la paz se construye también protegiendo la libertad de los pueblos aliados a
elegir su propio destino, a expandir sus democracias, a consolidar el progreso de sus sociedades. Le apoyamos sin ningún tipo de dudas en las durísimas sanciones que han tenido que tomar para Rusia, para algunos de sus dirigentes políticos, para
algunos de sus dirigentes económicos, que suponen un esfuerzo compartido -no lo negamos, lo sabemos- del conjunto de las sociedades, también europeas. Y así hay que verlo, como un esfuerzo compartido, como el último recurso de los que apostamos por
la desescalada, de los que apostamos por la distensión y, sobre todo, de los que apostamos por la disuasión.


Termino ya. Señor ministro, hoy más que nunca estamos con usted y, como usted, más cerca que nunca de los que abrazan la democracia y se alejan de los totalitarismos, de los que abrazan el multilateralismo, de los que luchan contra los que
quiebran la legalidad internacional y les decimos, de todo corazón, que no les vamos a dejar solos porque cuando se trata de defender las raíces de nuestras convicciones nada nos es ajeno, nada nos es lejano.


Suerte, señor ministro, en estos días tan difíciles. Cuente con nuestro apoyo, cuente con nuestra lealtad y cuente con el conjunto de una sociedad española que le acompaña a usted en el gobierno de España en la defensa de los valores que
nos unen a todos.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez.


Tiene de nuevo la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias.


Al señor Botran -que veo que no está-, simplemente quería decirle -que alguien se lo diga- que oyéndole pareciera que todo es culpa de Ucrania y de la OTAN. Había momentos en los que parte de su discurso me recordaba a la teoría de la
soberanía limitada de Brézhnev, que son tiempos precisamente a los que no queremos volver. Es ahí donde no queremos volver.


Por supuesto podemos dialogar con Rusia, pero en estos momentos quien tiene que desescalar es Rusia. Estamos ya ante algo más que una amenaza. Se ha producido ya una agresión y una escalada política. Una agresión jurídica por el momento y
una escalada política con ese reconocimiento de esas provincias secesionistas. Se ha violado la legalidad internacional.


Tampoco sé por qué asume que la expansión de la OTAN ha sido agresiva. ¿Dónde está escrito? ¿Por qué se llega a esa conclusión de que es necesariamente agresivo para Rusia que haya habido antiguos países de la órbita soviética, como
Rumania o Polonia, que ya han entrado en la OTAN?


Seguidismo de Estados Unidos, cero. Lo que hace España es tomar decisiones en el seno de la OTAN, de la que es miembro, y en el seno de la Unión Europea. Por lo tanto, lo que seguimos es lo que nosotros, con el resto de nuestros socios y
aliados, por supuesto, decidimos en la Unión Europea y en la OTAN.



Página 22





Aquí -tiene que quedar muy claro- no hay una coalición de voluntarios. España no se ofrece a nadie; son la Unión Europea y la OTAN las que están tomando decisiones.


Subordinación de Europa a Estados Unidos, tampoco. Que Putin quiere hablar solo con Estados Unidos, por supuesto. Pero, cuando Macron y Scholz van a ver a Putin como representantes del Formato de Normandía y, en el caso de Macron, como
Presidencia del Consejo de la Unión Europea, no hay ninguna subordinación.


Luego, hay cosas que hay que dejar muy claras. Estados Unidos no ha hecho ninguna intervención militar en Ucrania; Rusia, sí. Ni Estados Unidos ni la OTAN tienen tropas amasadas de manera desproporcionada en las fronteras de Ucrania;
Rusia, sí. La indivisibilidad de la seguridad europea, tal y como la plantea Rusia, no puede hacerse a costa de la soberanía y de la integridad territorial de ciertos Estados, que, por cierto, son aquellos que decide Rusia. Una cosa muy importante
que iré repitiendo en varias de las réplicas: Ucrania -porque a veces oigo hablar de Ucrania- no es un concepto. Ucrania es un Estado soberano que tiene un Gobierno que, por cierto, ha sido elegido por un porcentaje abrumador. El presidente
Zelenski ha sido elegido con un porcentaje abrumador de voto, que decide, y un pueblo que también decide. Entonces, decidir por Ucrania, neutralidades o no neutralidades, lo que debe hacer Ucrania... ¿Se imaginan ustedes que en algún parlamento
del mundo se estuviera hablando de España en esos términos? ¡Lo que diríamos todos, yo el primero!


Termino con esto contestando al señor Botran, aunque no esté presente. Da la impresión de que para el señor Botran la culpa de todo lo que ha pasado es culpa de los ucranianos. Respecto a esa frase de que las consecuencias de la guerra de
la OTAN la pagan otros, aquí la OTAN no quiere ninguna guerra. La OTAN no se está preparando para ninguna guerra. Quien tiene 150 000 soldados rusos perfectamente preparados para, en minutos, empezar a avanzar es Rusia. Así que, si esa frase se
quiere mantener, será: las consecuencias de una posible guerra de Rusia, la pagaran otros. Pero no la OTAN; la OTAN no quieren ninguna guerra.


Señor Iñarritu, me decía usted que si lo que yo quiero es el encuentro en la paz, yo le podré encontrar en la paz. Pues si yo lo encuentro en la paz, ya nos hemos encontrado, porque eso es lo que yo quiero, la paz. Eso lo que está haciendo
el Gobierno de España y eso es lo que pretenden tanto la Unión Europea como los aliados de la OTAN. Yo creo que sobre esto no conviene -casi le diría- ni extendernos. Es evidente por datos objetivos, los últimos dos, ayer: reconocimiento de dos
territorios que eran parte de la integridad territorial de Ucrania y autorización del envío de tropas rusas al extranjero. ¿Para qué necesitan tropas rusas en el extranjero? Es evidente quién está poniendo muy difícil la paz. Y en su
intervención, en la que hay cosas en las que yo puedo encontrarme con usted, ha habido demasiada equidistancia. Ha habido demasiada equidistancia entre Rusia y los que estamos apostando por el diálogo, y si algo falla vendrá porque alguien no ha
querido el diálogo y probablemente porque tenía ya premeditadas hace mucho tiempo las acciones agresivas que iba a tomar. Los Eurofighter que hay en estos momentos por parte española son parte de la defensa del flanco oriental de la OTAN. Es como
si a alguien le sorprendiera que hubiera tropas españolas en España o tropas francesas en Francia o tropas italianas en Italia. Que haya un dispositivo de seguridad militar OTAN en los países de la OTAN no puede sorprender a nadie ni puede alguien
verlo como una medida agresiva. Solo puede verse -no veo cómo puede ser de otra manera- como una medida defensiva.


Me preguntaba cuál era nuestra posición en el Formato Normandía. Nosotros apostamos claramente por el Formato Normandía, del que forman parte Francia y Alemania. He tenido contactos ayer y anteayer tanto con la MAE alemana como con el
ministro de Asuntos Exteriores francés. La ministra Baerbock vino a visitarme hace muy pocos días a España, y evidentemente tratamos la crisis de Ucrania in extenso. Nosotros apostamos por el Formato Normandía, pero, señor Iñarritu, el problema
del Formato Normandía en estos momentos es que yo creo que a Rusia ya no le sirve, no quiere participar en él. El presidente Macron y el presidente Scholz, que son los dos representantes europeos en el Formato Normandía, lo ofrecieron claramente.
Ambos ministros de Asuntos Exteriores, tanto la ministra Baerbock como el ministro Le Drian -con los que la última vez que hablé fue ayer, pero he hablado mucho estos días y con la ministra Baerbock aquí en Madrid-, claramente apuestan por ese
formato; el presidente Zelensky, cuando estuve en Kiev, también, pero Rusia da la impresión de que ya no quiere sentarse a dialogar y mucho menos en ese formato, porque si alguna interlocución quiere -ya no me atrevo a decir ni diálogo, simplemente
interlocución- debe ser con Estados Unidos, y eso está siempre del lado ruso.


Sí he tenido, evidentemente, contactos con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, tuve un encuentro en los márgenes de la reunión de la OSCE en Estocolmo, donde planteé claramente nuestra



Página 23





posición sobre Ucrania y la situación en torno a la frontera con Rusia. La OSCE, por cierto, una organización por la que apuesta España, es una magnífica vía, un magnífico foro de diálogo, porque Rusia y todos nosotros somos miembros, pero
Rusia no lo quiere explorar. España en estos momentos, en la misión que tiene la OSCE en Ucrania, mantiene a ocho miembros, hay ocho españoles en esa misión que son en estos momentos nuestros ojos y nuestros oídos de lo que está ocurriendo. Hemos
decidido mantenerlos tanto como sea posible, porque apostamos por esa vía, y en principio el viceministro ruso, el número dos -digamos- del Ministerio de Asuntos Exteriores, va a visitar España en unos pocos días y tendrá encuentros con sus
contrapartes. Por supuesto, contactos con Rusia, todos los necesarios, siempre que sean para un diálogo constructivo.


Preguntaba usted -y lo volveré a repetir varias veces-: si se produce una agresión militar, ¿qué? Eso ya lo decidimos en el anterior Consejo de Asuntos Exteriores. Habrá sanciones económicas masivas a Rusia. Es una decisión que hemos
tomado todos los miembros de la Unión Europea. Me preguntaba también si yo pensaba que esto era un puñetazo de Putin para que se le escuche. Yo creo que esto es mucho más ya que un puñetazo para que se le escuche. Si de verdad uno quiere ser
escuchado en todos los foros de diálogo posibles, sean las reuniones bilaterales, el Formato de Normandía, la OSCE, el Consejo OTAN-Rusia -fíjese si no hay canales diplomáticos, todos ellos activos y abiertos-, ese es el foro para que se le escuche,
salvo que uno no quiera que se le escuche, quiera dar la impresión de que ha intentado un diálogo tibio pero hay una serie de decisiones ya tomadas de antemano ocurra lo que ocurra.


Sobre Ucrania, ni se plantea en estos momentos la entrada en la OTAN ni en la Unión Europea, eso no está encima de la mesa. A veces se habla como si ese fuera el caso. Ese no es el motivo de esta tensión. El motivo de esta tensión es
considerar que hay Estados que tienen soberanía limitada, que es mejor volver a un orden anterior que no dio a Europa más que sufrimiento, con esferas de influencia. Y sobre esa posible opción de Finlandia por parte de Ucrania, repito lo de que
Ucrania no es un concepto, es un país soberano. Lo tendrá que decidir el Gobierno de Ucrania, y desde luego a lo que la OTAN y la Unión Europea nunca van a renunciar es a ser ellos mismos quienes decidan quiénes sean sus miembros. Digo esto
afirmando que la entrada de Ucrania en la OTAN y en la Unión Europea no está encima de la mesa, pero un estatuto de neutralidad lo tendrá que decidir un Gobierno, no venir desde fuera, porque eso no es una decisión de un estatuto de neutralidad, es
una imposición.


En cuanto a las sanciones, evidentemente somos muy conscientes del daño que pueden hacer a la población civil. Por eso este primer paquete se dirige sobre todo a individuos, a una lista de individuos que han participado de decisiones que
violan la legalidad internacional -el secretario general de Naciones Unidas hoy mismo se ha expresado en ese sentido y lo lleva haciendo varios días, precisamente para que vayan a aquellos que están atizando el fuego y no de manera indiscriminada a
la población-, y también a entidades financieras para evitar que se pueda sostener un esfuerzo de guerra en el tiempo, para evitar suministrar madera, en este caso financiera, a una hoguera que no queremos que siga creciendo. Ese es el objetivo,
por supuesto, ningún otro, y mucho menos castigar a la población civil.


Señor Esteban, yo le agradezco el tono y coincido en el fondo, sobre todo con una cosa que no está todavía encima de la mesa pero que desgraciadamente -hay que ser muy francos- se puede empezar a diseñar, que se empezó a diseñar ayer por
parte de Rusia -y ojalá no ocurra-; me refiero al diseño de una nueva situación geoestratégica. Lo he dicho en mi intervención inicial, estoy de acuerdo con usted, la situación es muy grave y afecta a los pilares del propio orden europeo, un orden
basado en reglas, un orden de paz, un orden de prosperidad, un orden donde la proscripción de la guerra como medio de resolver conflictos estaba garantizado. Hemos pasado a otro estadio, por supuesto, porque la voluntad de Rusia de participar en un
diálogo empieza a parecer ya muy lejana después de las decisiones que ha tomado entre el lunes y el martes, y la actitud general desde luego no es una actitud de alguien que quiera el diálogo, sino más bien la actitud de alguien que ha decidido
poner en marcha un engranaje. Esperemos que todavía podamos convencerle de que ponga fin, que lo pare, pero no lo podemos asegurar.


¿Hasta cuándo durarán las sanciones? Yo he visto una voluntad grande en el seno de la Unión Europea. Por ejemplo, la decisión unilateral del canciller Scholz de paralizar el Nord Stream 2 es una decisión grave y demuestra la determinación
de todos los europeos, y no ha habido fisuras. Si se produce la entrada rusa, automáticamente entrarán en vigor sanciones masivas sobre las que, como dije en la anterior comparecencia, todos los europeos nos hemos puesto de acuerdo en no dar
detalles para que nadie pueda hacer cálculos de cuál sería el coste. Y sobre las repercusiones económicas, hay una reflexión en marcha y también una reflexión sobre medidas compensatorias de la propia Unión Europea a los Estados miembros y a los
sectores que fueran más afectados.



Página 24





Señora Martínez, le agradezco también el tono y el apoyo que ha dado; siempre me encontrarán para crear consensos y para fortalecer una política de Estados. Me preguntaba por el apoyo que da España a Ucrania. En estos momentos da ayuda
humanitaria a ese llamado del mecanismo europeo, pero es ayuda española de la Agencia Española de Cooperación Internacional, es ayuda bilateral de material médico y sanitario -material, por cierto, pedido por el ministro de Asuntos Exteriores
Kuleba-. Participamos, por supuesto, de la decisión de ese primer paquete de apoyo a Ucrania de 1200 millones de euros y participamos también con ocho españoles sobre el terreno en la misión OSCE, que es una misión fundamental y una organización
que nos gustaría que fuera uno de los cauces del diálogo y de la reconducción de esta crisis.


Sobre el régimen de sanciones, en la línea de lo que he contestado al señor Esteban, de producirse una agresión, serán masivas; es una decisión ya tomada en el anterior Consejo de Asuntos Exteriores. Este primer paquete que entra en vigor
hoy, que ha sido decidido y adoptado hoy, es un paquete reducido, muy dirigido a personas e instituciones en concreto. Es una primera respuesta a las primeras decisiones de Putin que no podíamos simplemente observar, pero hay un arsenal de
sanciones económicas muchísimo mayor. Estoy de acuerdo con usted, habría que eliminar la unanimidad, habría que eliminarla en política exterior y de seguridad, porque nos limita, nos ralentiza, pero también debo decirle que no es el caso en esta
ocasión. Las decisiones se están tomando por unanimidad y con una rapidez prácticamente en paralelo a que Rusia y Putin tomen sus decisiones.


Y sobre Malí y el Sahel, no son motivo de la comparecencia, pero quiero decirle que, evidentemente, es preocupante la situación que se está dando allí, mucho más con la aparición de la compañía privada rusa Wagner e incluso de tropas
regulares rusas. Nos jugamos mucho, es nuestra defensa avanzada de nuestra seguridad.


Señora Noguera, sobre las declaraciones del alto representante, discrepo; creo que hay un error en la información que usted ha dado aquí. Lo que el alto representante hizo ayer es presentar unas líneas de comunicación LTT -lines to take,
en la jerga de Bruselas- que fueron decididas por todos los ministros de Asuntos Exteriores que estábamos en la reunión. En esas reuniones se toman una serie de decisiones y el alto representante hace un sumario de ellas y nos dice: saldré a la
prensa y diré esto, esto y esto, y ese es el momento en el que cualquiera puede levantar el cartel de su país y decir: esa palabra, no; esa frase, no; mejor decir esto... Lo que quiera decir, y él sale mandatado por nosotros, por todos los
países miembros de la Unión Europea, porque sería un poco extraño que el mundo entero sepa que los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea nos reunimos con un orden del día, que es público y que era gravísimo en ese momento, y que nos
vayamos de aquí sin decir nada porque es un consejo informal. Por cierto, consejos informales hay muchos; es un formato posible, no tiene nada de extraño y, tras todo consejo informal, se da cuenta de él, y quien se encarga de dar cuenta es el
alto representante, que es el que nos representa a todos. El señor Borrell no se extralimita en absoluto en sus funciones, las cumple escrupulosamente, y lo que él traslada a la prensa es, literalmente, lo que le hemos dicho que traslade, el
acuerdo que tenemos los Veintisiete. Luego indica que, por supuesto, se van a presentar al Coreper al día siguiente, donde ya se van a adoptar formalmente.


Me decía usted sobre el peso de España -y ahí mezclaba varias cosas-, sobre cómo nos percibe Estados Unidos, que es algo que también otros grupos han indicado. Estados Unidos nos percibe como un socio tan fiable como que el presidente Biden
llama al presidente Sánchez para solicitar las bases de Morón y Rota para el tránsito de colaboradores afganos; o en plena COVID-19 y con el propio Congreso de los Estados Unidos cerrado, yo solicito ir para tratar, entre otros temas, la crisis de
Ucrania y, por supuesto, me recibe mi homólogo, pero me recibe también la presidenta del Congreso de Estados Unidos o el presidente del Comité de Relaciones Exteriores. Si no nos consideraran, no nos tratarían de esta manera ni invitarían al
presidente Sánchez a las cumbres de las democracias, o no me invitarían a mí a las cumbres que Blinken realiza sobre la crisis de la COVID-19.


Me decía si podíamos aportar alguna información al documento al que hace usted referencia sobre confidencialidad. Sí, ese documento no salió de España -aunque se publicara en un periódico español- ni tiene nada que ver con instituciones
españolas. Y me preguntaba también si había guerra. No me extenderé porque ya lo he explicado: habrá sanciones masivas si hay una agresión militar, una decisión que ya se tomó en el anterior Consejo de Asuntos Exteriores.


Señora Carvalho Dantas, hay confusión en su intervención, porque dice que usted está en el no a la guerra, y entonces pudiera quedar en el aire que hay alguien aquí, en esta sala, que está a favor de la guerra. Yo, desde luego, no. A lo
mejor el no la guerra hay que decírselo a Rusia, pero desde luego no a



Página 25





los europeos ni a este Gobierno, porque nosotros estamos a favor de la paz. Lo que no me queda claro es si Rusia está a favor de la paz, y empiezo a ser muy pesimista al respecto, después de las decisiones tomadas por el presidente Putin el
lunes y el martes. Cuando usted me habla de medios de propaganda atlantista me cuesta comprender a qué se refiere. Ha habido una acción que viola la legalidad internacional, dicho por el secretario general de Naciones Unidas y por todos los
líderes mundiales prácticamente. Entonces, no es una cuestión de propaganda. Hay un cambio muy importante entre mi comparecencia de hace un mes y esta; han ocurrido cosas unilateralmente por parte de Rusia que le dan una luz, que le dan un matiz
completamente distinto. Si usted está de buena fe en contra de la guerra y a favor de la paz, lo que tenemos que pensar y a lo que tiene que sumarse es a lo que está haciendo el Gobierno de España con el resto de sus socios europeos, a cómo
desincentivar a Rusia de que siga avanzando en lo que empieza a parecer, como mínimo, una presión militar inaceptable. Piense que un Gobierno cualquiera, el Gobierno de España, hubiera tomado la decisión de trasladar 150 000 soldados a la frontera
con Portugal o con Francia sin ninguna necesidad defensiva. Como mínimo, sería chocante; esa es la situación en la que nos encontramos.


En cuanto al envío de tropas a Ucrania y la repatriación de cazas y buques enviados, le decía que me parece que había un poco de confusión, y eso ha sobrevolado en alguna otra intervención también. No hay tropas de la OTAN en Ucrania y
mucho menos españolas, eso tiene que quedar claro, completamente claro aquí, no es algo que se esté planteando. Lo que sí se plantea son tropas rusas en Ucrania, eso es lo que se plantea. Entonces, si preocupan tropas extranjeras en Ucrania, no se
preocupe por la OTAN, preocúpese por Rusia; esa es la realidad.


Hablaba usted de exprimir al máximo el diálogo y le aseguro que lo estamos haciendo. Mire que hay foros, consejo OTAN-Rusia, OSCE, encuentros bilaterales o el Formato de Normandía. Cualquiera de esos foros es posible, ¿ninguno le vale a
Rusia? ¿Tan graves son las diferencias o las dudas que tiene Rusia que no es posible dialogar sobre ellas allí? ¿O es que el diálogo es una especie de velo que se quiere poner para por debajo ir avanzando en una decisión que ya está tomada?


En cuanto a los Acuerdos de Minsk, por supuesto que España exige su cumplimiento íntegro; de todos los Acuerdos de Minsk, no de una parte. Pero después de la decisión de Rusia de reconocer los territorios separatistas son imposibles ya;
son imposibles. Con esa decisión Rusia pulveriza los Acuerdos de Minsk. Decía también que la Unión Europea debe tener papel propio. Lo está teniendo. El canciller Scholz y el presidente Macron, cuando acuden, lo hacen representando a Europa,
porque el Formato de Normandía es un formato europeo. El presidente Macron acude también como presidente del Consejo de la Unión Europea. El alto representante acude también a la zona de contacto. Cuando dice usted que el alto representante
repite de manera crítica lo que dice... El alto representante repite lo que decidimos los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores tras Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores. Usted hablaba de
privilegiar la OSCE. España desde luego está en eso, en privilegiar la OSCE, pero quien no termina de sentarse en esa silla es Rusia.


Señor Pisarello, le agradezco el apoyo a la vía diplomática. Esa es la vía que privilegia este Gobierno y es la vía por la que transitamos, y no solo este Gobierno; es la vía por la que transita la Unión Europea; es la vía por la que
transita la OTAN en los encuentros Rusia-OTAN dentro de ese consejo. Hablaba de armas nucleares, pero le recuerdo que quien plantea en estos momentos situar armas nucleares es Bielorrusia, que tiene una relación tan estrecha con Rusia que empieza a
ser difícil diferenciar una de otra. Y lo mismo que le comentaba a la portavoz de Esquerra Republicana, para que no haya confusión y a los españoles les quede claro: no hay tropas de la OTAN en Ucrania ni hay tropas de la OTAN amasados en la
frontera. Si alguien está preocupado por la entrada de tropas extranjeras en Ucrania en estos momentos, sinceramente, solo tiene que preocuparse por Rusia, no tiene que preocuparse en absoluto por la OTAN.


El estatuto de neutralidad de Ucrania, Finlandia... Eso sería si Ucrania fuera un concepto o un territorio gestionado internacionalmente por la comunidad internacional. Como es un Estado soberano, con un Gobierno soberano y con un
presidente elegido de manera abrumadora por sus ciudadanos, Ucrania decidirá qué estatuto quiere darse y, desde luego, a lo que no puede renunciar la Unión Europea ni la OTAN es a decidir libremente quiénes pueden ser sus miembros o no. Es
inaceptable que un tercero le diga a la Unión Europea o a la OTAN quién puede entrar y quién no en nuestra organización.


El secretario general de la OTAN, Stoltenberg, dice, igual que el alto representante, aquello que decidimos los Estados miembros; por cierto, son también Estados miembros de la OTAN Francia y Alemania. Es decir, aquello que dice
Stoltenberg está decidido también por Francia y Alemania. Y sobre los Acuerdos de Minsk -y yo coincido con usted, señor Pisarello, en que son unos acuerdos importantes-,



Página 26





era una buena apuesta decidida por el diálogo, y España siempre ha estado a favor del cumplimiento íntegro de esos acuerdos. Ojalá me equivoque, pero Rusia acaba de imposibilitar el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, que se crean
precisamente para solventar esas zonas que ya escapaban a la soberanía de Ucrania; a pesar de Ucrania, porque pertenecen a su integridad territorial. Yo estoy de acuerdo con usted, la paz, el orden cooperativo, eso es lo que debe de regir el
futuro de Europa. Pero cada vez soy más pesimista de que Rusia piense como usted y como yo, que piense que es la paz y el orden cooperativo lo que debe de regir las relaciones europeas y que no sea la fuerza, las zonas de influencia y las
soberanías limitadas para aquellos que ellos mismos deciden.


Señor Espinosa de los Monteros, me preguntaba si tenemos claro dónde tiene que estar España. Yo le agradezco el apoyo que usted me ha ofrecido en esta comparecencia -lo hizo ya en la anterior-, porque el momento es muy grave. Ha hecho
usted una descripción de la situación que yo comparto. Pero, si me lo permite, me hace un truco, porque me dice que apoya y se suma a la unidad que yo les he pedido hoy pero después entra en críticas, y en críticas tan de pequeña política doméstica
que imposibilita que haya de verdad una política de Estado. Si usted viene de verdad aquí porque cree que lo que está ocurriendo es grave, como ha dicho en sus palabras, y que afecta a nuestra seguridad, porque las fronteras exteriores, como usted
decía, son las fronteras de España y la seguridad de España, hablemos de eso y no entremos en polémicas y en insidias internas, porque si no usted dice que se suma a una política de Estado pero sus palabras le desmienten inmediatamente.


Me decía que si teníamos claro dónde tiene que estar España. Bueno, casi que eso se lo pregunto yo, porque Putin es un gran amigo y aliado de sus mejores amigos europeos. Entonces, ¿tiene usted claro dónde tiene que estar España? ¿España
tiene que estar con los amigos de Putin, o tiene que estar con sus socios de la Unión Europea? España -y no puede usted dejar esa duda en el aire-, el Gobierno de España, tiene firmeza total con todas las fronteras; con su frontera exterior y con
aquellas que son las fronteras, digamos, nacionales de otros países, pero que son las fronteras exteriores de la OTAN o de la Unión Europea. Esa duda se la despejo inmediatamente. No es la celeridad que estamos teniendo en nuestra respuesta, sino
que lo que está habiendo es una celeridad en la ruptura de la legalidad internacional por parte de Rusia, que exige una celeridad inmediata en nuestra respuesta; no hay ninguna sobreactuación. Hay que responder inmediatamente para que no quede
duda de la firmeza, porque ningún europeo la tiene.


Usted decía que se quería sumar a una política de Estado, pero vuelve a hacer política partidista hablando de la irrelevancia del Gobierno. Irrelevancia del Gobierno, en fin, cuando vamos a coger la cumbre de la OTAN -y no me extenderé,
porque sinceramente yo quería hablar con usted de la posición y de la gravedad de las situaciones que vamos a tener en los próximos días y semanas si esto no cambia-, pero simplemente quiero decirle que parece difícil hablar de irrelevancia
internacional del Gobierno cuando en muy pocos meses vamos a acoger una cumbre de la OTAN en la que se va a decidir el concepto estratégico, o que el alto representante sea precisamente un socialista español elegido bajo este Gobierno.


Sobre las sanciones, ¿qué sanciones vamos a apoyar? Bueno, esa es una decisión que ya tomamos en el Consejo de Asuntos Exteriores anterior -y que vine a explicar-, en el que se decidió ya un paquete de sanciones masivas. Como he dicho ya
en varias ocasiones, acordamos también no especificarlas hasta que tengan que ocurrir. Por supuesto, el momento en que ocurran se explicarán, primero porque todavía no estamos ahí -esperemos no tener que estar ahí-, pero esa decisión está tomada.
Las sanciones que España va a apoyar son aquellas que hemos decidido entre todos los socios europeos. Y, finalmente, usted hablaba de esas declaraciones del ministro Kuleva sobre asesores militares. No es tal, se va a enviar una misión
civil-militar de evaluación para una posible operación de formación militar de la Unión Europea. Yo leí esas declaraciones y no responden a la realidad de lo adoptado en el Consejo de Asuntos Exteriores; no se van a enviar asesores militares, sino
una misión de evaluación para una posible formación militar.


Señora Martínez, yo le agradezco su apoyo y que se sume a la política de Estado. Siempre encontrará mi mano tendida para eso. Son ustedes el principal partido de la oposición y han gobernado ya en alguna ocasión; evidentemente me hubiera
gustado que se hubieran sumado a esta posición antes, pero bienvenida. Lo que sí le digo es un poco lo mismo que le decía al señor Espinosa de los Monteros, porque veo ahí un alineamiento de sus posiciones. Dice que viene a sumarse a la política
de Estado, pero después entra en pequeñas anécdotas partidistas, en rumores, la ministra de Defensa ha dicho, los choques en el Consejo de Ministros; en fin, yo podría hablarle hoy de choques en su partido político; en fin, no lo voy a hacer, pero
me habla usted de lealtad y cohesión en el Consejo de Ministros y, en fin,



Página 27





señora Martínez, no hay ningún choque en el Consejo de Ministros. Todos los martes el Consejo de Ministros se reúne y ahí toma decisiones y las decisiones son colegiadas.


Luego, me decía que habíamos perdido prestigio. Bueno, no veníamos a hablar de eso; veníamos a hablar de Ucrania. Insisto, le agradezco que usted me haya tendido la mano, pero le digo lo mismo -porque es lo mismo que me decía el señor
Espinosa de los Monteros y no me voy a extender en eso-, la situación es lo suficientemente grave como para que entremos a calibrar prestigios, la cumbre de la OTAN, el alto representante, y yo creo que eso está bastante claro.


Lo que dice la ministra de Defensa es exactamente lo mismo que dice el ministro de Asuntos Exteriores y la posición de todo el Gobierno de España: firmeza en el diálogo, firmeza en la disuasión. Y me decía, ¿qué es lo que ha fallado? Pues
que Rusia no parece querer jugar al diálogo, no parece que participe en el diálogo de buena fe. Hace que participa -ya ni eso- y no desesperamos en ello. Pero si la vía diplomática falla no será porque los miembros de la Unión Europea, los aliados
de la OTAN, el Gobierno de España en la parte que le corresponde, no lo hayan hecho de buena fe. Yo espero que usted se sume a esa política de Estado para apoyar el diálogo y que también tengamos su apoyo si Rusia, definitivamente, desestima el
diálogo.


Sobre la solidaridad europea, nosotros somos parte de la decisión de esa solidaridad europea, y la hemos expresado de muchas maneras. Por supuesto, hay una solidaridad política; hay un envío de material humanitario que, aunque es a
llamamiento del mecanismo europeo, es una ayuda de España, es una ayuda, digamos, bilateral de España, que se aporta y se suma a otros países y es material sanitario y material médico. Lo pidió el ministro Kuleba y ayer al teléfono me reiteró el
agradecimiento por ello. Evidentemente, hemos participado también en la decisión de asistencia financiera de 1200 millones de euros, participamos con ocho personas en la misión de la OSCE, y también aprobamos esa misión de evaluación civil-militar
que se decidió en el seno del Consejo de la Unión Europea. Ahí es donde va a seguir España, apostando por la diplomacia, el diálogo, que se está haciendo muy, muy difícil, y siendo partidario de la Unión Europea llegado el momento de la disuasión.


Señor Gutiérrez, yo le agradezco el apoyo, el tono, el sentido de Estado del Grupo Parlamentario Socialista, que es al final lo único que va a ayudar a España y a la Unión Europea a mantener ese orden de paz y de prosperidad que ha dado los
mejores años de Europa.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Iniciamos la segunda ronda. Recuerden que tienen dos minutos. Llevamos ya dos horas y media de debate. Por favor, cíñanse a esos dos minutos. Comenzamos de menor a mayor.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, el señor Iñarritu tiene la palabra.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


A ver, ministro, repetiré que la posición de Rusia en ese momento me parece inaceptable. Me parece una provocación fuera de todo lugar y que merece una respuesta en términos sensatos. Lo digo, porque ya me ha repetido en dos ocasiones,
tanto esta vez como la anterior, que me veía un poco equidistante. Quiero decir que no; quiero decir que me parece esa postura irresponsable, pero la respuesta que se está dando ante esas provocaciones no me parece ni sensata ni coherente, y es
que, además, me parece peligrosa, en algunos casos.


La postura del Gobierno -usted defiende la unidad- a mí no me parece sensata, coherente y responsable, es decir, el envío de material militar o de personal militar, incluso dentro de programas que están ya aprobados, adelantando el envío y
reforzándolo en un contexto que no es el mismo que existía hasta hace unos meses. Quiero decir con ello que sería de sentido común que se hubiera pasado por las Cortes Generales, incluso aunque no fuera en el contexto que se prevé en la ley. Al
igual que usted ha venido dos veces y nos ha mantenido informados, hubiera sido de sentido común que, ante unos cambios de criterio, ya digo, de adelanto de envío de esas tropas, hubiera pasado a informar.


Para ir acabando, porque no tengo tiempo, en el fondo de la cuestión tenemos la sensación de seguridad que tiene Rusia en este momento y que también tiene occidente ante las acciones de Rusia. O se va a un diálogo general para reforzar esas
sensaciones de seguridad que tenga occidente y todos los países, obviamente, dentro de su soberanía, como no cabe duda, o seguirá habiendo problemas, porque esta situación ya la vivimos antes -y acabo, señor presidente- en Ucrania, en Georgia, con
Abjasia y con Osetia del sur, y qué va a ser lo siguiente. Ahora tenemos la cuestión de Donbás por resolver; o se soluciona de fondo, o seguirá habiendo problemas.



Página 28





Y, mire, hay quienes desprecian la posición de España, yo no lo haré. Hay otras personas que opinan otra cosa, y hoy leíamos un artículo donde se la trata de potencia media y se valora el esfuerzo que está haciendo, y yo lo único que le
digo desde nuestra posición es que únicamente transiten por vías diplomáticas, no ya solo que las privilegien, sino que únicamente transiten por ellas, y que no busquen alternativas que podrían ser, ya digo, más peligrosas que la situación que
tenemos en este momento, que es preocupante y peligrosa.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Iñarritu.


Por el Grupo Parlamentario Plural, la señora Nogueras.


El señor NOGUERAS I CAMERO: Gràcies, president.


Gràcies, ministro; sobre el tema del alto representante me da la sensación de que en este tema necesitan estar justificándolo mucho todo el rato. En todo caso, usted dice que el alto representante dijo lo que se le pidió que dijera, pero
el alto representante ha tenido que borrar unos tuits. Interpreto que este no es un hecho que debamos ignorar. En todo caso, yo creo que el tiempo acabará haciendo que todo este tema se aclare. Y, precisamente, ha sido el tiempo el que ha acabado
siempre dejando en evidencia al señor Borrell.


Respecto a los consejos informales, nosotros no los hemos puesto en cuestión; al contrario, sabemos que es una práctica absolutamente habitual. Lo que nosotros hemos remarcado es que, precisamente por ser consejos informales, son consejos
en los que no se toman decisiones de manera oficial.


Sobre el tema del peso de España, usted decía que mezclábamos temas. Lo hemos planteado de manera absolutamente ordenada: alto representante, peso de España, peso de Pedro Sánchez y el tema de Hungría, que es un tema que también nos
preocupa, y diría que creo que usted no se ha manifestado al respecto. Con lo cual, creo que he sido muy concreta en este aspecto.


Usted ha afirmado que la filtración no viene de España ni tampoco de las instituciones españolas, de ninguna institución española. Entiendo que lo dice porque hay pruebas que así lo demuestran.


Solo una última pregunta; las sanciones, si no me equivoco, son hacia las dos provincias a nivel de exportación e importación.


El señor PRESIDENTE: Por favor, tiene que terminar.


La señora NOGUERAS I CAMERO: Es decir, se ahoga económicamente a las dos provincias y también hay sanciones a entidades rusas, personas rusas, la oligarquía rusa y bancos rusos. Nos preguntamos por qué no hay sanciones contra Rusia y, en
cambio, sí las hay, sobre todo a nivel económico, hacia las dos provincias.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Carvalho Dantas.


La señora CARVALHO DANTAS: Gracias, señor presidente.


Gracias, señor ministro, por sus respuestas. Como lo ha comentado usted, tengo que comentar que, sobre el no a la guerra y el sí a la paz que he reiterado en mis preguntas anteriores, hablo por mí y por mi grupo parlamentario, no por el
Gobierno, con lo cual en el Grupo Parlamentario Republicano decimos no a la guerra y sí a la paz. Y vuelvo a decir que no hablo por el Gobierno. Usted habla por el Gobierno y me gusta saber que usted también está por la paz. Esto quiere decir que
el Gobierno de España también lo está, pero, en todo caso, hablo por el Grupo Parlamentario Republicano.


La soberanía de los Estados es innegociable, y usted mismo acaba de decir que el motivo de esta tensión es considerar que hay Estados que tienen soberanía limitada, es decir, volver a un orden anterior que no ha dado a Europa más que
sufrimientos, con lo cual la soberanía de los Estados sí que es innegociable. Podemos estar o no de acuerdo, señor ministro, pero hace falta que las organizaciones multilaterales sean responsables, según nuestro punto de vista, y que, tal y como ha
dicho algún diputado -me parece que el señor Pisarello, de Unidas Podemos, en las intervenciones anteriores-, está en manos de esas organizaciones velar por el bien superior, que es la paz y la seguridad colectiva.


Por otro lado, y para acabar, echamos de menos realmente mucha autocrítica, porque en un conflicto siempre hay un mínimo de dos partes, y ambas tienen responsabilidades y hay que asumirlas, analizarlas y afrontarlas.



Página 29





El señor PRESIDENTE: Por favor, vaya cerrando.


La señora CARVALHO DANTAS: Y muchas de las declaraciones hechas, por ejemplo, por el señor Joe Biden y por el presidente de la OTAN, tampoco dejaban demasiado claro, igual que las del señor Putin, que no se esté buscando un enfrentamiento
directo.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Ministro, muy rápidamente. Yo soy de los que piensan que las movilizaciones contra la guerra de 2013 fueron la manifestación, digamos, más formidable de una identidad europea, y la gente que salía a la calle no
estaba con Sadam Husein en aquel momento, pero tampoco creía que la OTAN fuese una organización simplemente defensiva. La había visto actuar en guerra, había visto desplegar armas nucleares en toda Europa y, por lo tanto, no lo creía, y sabía que
todo el mundo juega y hace guerras psicológicas. En aquel momento se mintió con las armas de destrucción masiva, del mismo modo que mentía también Sadam Husein, y lo que pidió fue autonomía estratégica. Hay que decir que aquí, en España, quien
tuvo el gran valor de recoger ese clamor a favor de una posición europea que tuviera autonomía estratégica fue el presidente Rodríguez Zapatero que, oponiéndose a la posición del Trío de las Azores, mandó retirar las tropas de Irak como una de las
primeras medidas del Gobierno. Estaba buscando ese camino, que a nuestro juicio era un camino correcto, en la búsqueda de la paz, y creo que es lo que tenemos que intentar hacer ahora, porque la autonomía estratégica es eso. Obviamente no es un
discurso sobre las equidistancias, pero tampoco sobre los dobles raseros, sobre los dobles estándares o, simplemente, sobre los maniqueísmos. Nosotros podemos y debemos presionar para que Rusia cese las hostilidades, y si dice que no cree en los
acuerdos de Minsk, sentarnos y hacer que crea en ellos; y, como pidió el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi de Maio, no favorecer la entrada en la OTAN en la medida en que esa entrada puede generar inseguridad para toda la zona de
Europa. Es simple, pero requiere, como decíamos antes, valentía e inteligencia. Pero la autonomía estratégica, para que no quede en una simple consigna, debe ser eso.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Pisarello.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Muchas gracias.


Señor ministro, está claro por qué, de todos los socialistas que hay aquí, es usted el ministro, y es porque, obviamente, es el más hábil. Usted es el que es capaz, con un tono aparentemente moderado, de decir cosas que usted sabe que no
son verdad. Usted viene aquí y nos habla de socios, de Putin y amigos de Putin, cuando usted sabe que la cumbre de Madrid ha sido un gran éxito, liderada por VOX y por Santiago Abascal, donde precisamente lo que se ha hecho ha sido un manifiesto,
que hemos liderado nosotros, en el que se dice con claridad a Rusia que debe respetarse a las soberanías nacionales.


Usted sabe perfectamente que VOX pertenece al grupo de europeos conservadores y reformistas, ese peligroso grupo liderado por los conservadores británicos, por los polacos, que no son precisamente amigos de los rusos; usted eso lo sabe,
pero su audiencia probablemente no, por eso es usted ministro y los demás no lo son. Pero hay un problema, y el problema no son los conservadores británicos ni ese partido de la injusticia polaco; el problema son los populistas, separatistas,
golpistas, filoterroristas y comunistas que son sus socios. Eso lo sabe usted perfectamente. El problema de eso es que el Partido Socialista, que en su día debió ser moderado -yo era muy pequeño y no me acuerdo de aquella época, pero en su día
debió ser moderado-, está siendo arrastrado muy lejos de esa centralidad y naturalidad con la que, a veces, nos quieren relagar, y el problema es que todavía escuchamos discursos como el que hemos oído en su portavoz de Exteriores.


Y la gente no es tonta; la normalización, el blanqueo de todos estos personajes que son sus socios de Gobierno no es algo que los españoles vayan a aceptar con naturalidad, es algo que es contra natura. Por tanto, si el Partido Socialista
y su Gobierno pretenden realmente ocupar espacios de centralidad o simplemente de normalidad, vayan dejando de engañar a los españoles, porque los españoles no son tontos y va a llegar un momento, muy pronto, en el que, como en cada una de las
últimas citas electorales, se lo van a decir con claridad, y quizá por eso esta mañana el presidente del Gobierno se ha apresurado



Página 30





a decir que no va a convocar elecciones anticipadas. Pero, en fin, la mejor noticia que puede haber en el futuro próximo es la salida del Partido Socialista del Gobierno, precisamente porque estos radicales les están capitalizando y ustedes
no son capaces de domesticarles.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Espinosa de los Monteros.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Gracias, presidente.


Señor ministro, verdaderamente es muy difícil pedirle a usted que España esté a la altura de su responsabilidad cuando el ministro de Exteriores vuelve a demostrar, una vez más, con esta portavoz, tan baja talla como la que ha demostrado,
como por ejemplo que diga usted hoy aquí que mi grupo parlamentario se suma hoy a su política de Estado, cuando las políticas de Estado trascienden no solo a las personas -lo siento, señor ministro, esto no ha empezado con usted-, sino también a los
propios partidos, al mío y al suyo, porque es por eso que se llama política de Estado, no de partido. Es que usted además miente una vez más. El presidente de mi partido le dio el apoyo y el respaldo al presidente del Gobierno desde el minuto uno
en que comenzó la escalada de tensión con Ucrania, y yo se lo repetí aquí en la anterior comparecencia, y si no, váyase usted al Diario de Sesiones. Lea también usted un poquito, señor ministro, lea algo distinto a sus propias palabras. Algo
distinto es que a usted hoy no le venga bien aceptar el apoyo del Partido Popular, mucho menos cuando no tiene -le vuelvo a repetir- el de sus socios de Gobierno. ¿O es que acaso el plan de paz que ha presentado la ministra Belarra es también un
plan de paz del Gobierno de España? Pregúnteselo a la ministra Belarra. Deje de embarrar el campo, señor ministro, y de confundir el apoyo con la sumisión. Le reitero de nuevo -y apréndaselo- que tiene todo el apoyo del Grupo Parlamentario
Popular para estar de nuevo a la altura del desafío al que nos enfrentamos, y para hacerlo, además, con la firmeza y la determinación necesarias para restablecer el orden internacional en el que nosotros, este grupo parlamentario, desde luego sí
creemos. No tengo idea de si usted tiene lo que ha venido a pedir aquí, si tiene intención de trabajar por una política de Estado y para mantener y pedir la unidad de todos los grupos parlamentarios. No lo ha demostrado, señor ministro.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Ferro.


Señor Gutiérrez, tiene la palabra.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: Gracias, presidente.


Vuelvo a hacer un llamamiento a que no haya equidistancia con respecto de los grupos que se consideran en este caso también progresistas, por una simple razón. Yo creo, señor Pisarello -se ha ido-, que relacionar la guerra de Irak con lo
que estamos viviendo ahora es partir de que la guerra de Irak fue una declaración ilegal, y el que hoy está cometiendo una ilegalidad internacional es Rusia, y solo partiendo desde ese punto son incomparables las dos situaciones, y creo que es una
falta a la realidad y al respeto histórico partir de esa comparación. Como sinceramente creo que no se puede pedir, señora Carvalho, un ejercicio de autocrítica confundiendo, como digo, quién incumple los tratados internacionales, quién vulnera la
legalidad y, simplemente, quién pide que se le respete.


El señor Espinosa de los Monteros se pone muy nervioso siempre que le recuerdan que es amigo de Le Pen y de Salvini y que esos dos líderes, que son referencia para la derecha de VOX, que es la ultraderecha europea, tienen estrechas
relaciones con Rusia y con Putin. De hecho, usted ha dicho que no nos enteramos de nada. El respeto siempre es una consideración de los que se creen la élite, el respeto a los demás. Siempre ven ustedes élites muy bien informadas y luego el
populacho, que representamos los demás, estamos a otra. Mi abuelo, de los caciques del pueblo, me decía esas cosas. En cualquier caso, le quiero recordar que usted es muy hábil porque de dos comparecencias parlamentarias, lo que todavía no nos
queda claro es su posición y la de su grupo con respecto a Rusia. No ha quedado claro. Dice que apoya, pero no apoya. Efectivamente, usted ha pasado por encima. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Por favor, guarden silencio.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: Lo que le quiero pedir es que, si realmente se sienten patriotas, este es el momento en el que definir nuestro verdadero patriotismo: la altura política de cada uno de nosotros. Utilizar situaciones...



Página 31





El señor PRESIDENTE: Por favor, vaya cerrando.


El señor GUTIÉRREZ PRIETO: ... para no apoyar una cuestión de Estado es, simplemente, algo que le define hoy y que le definirá en el futuro.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez.


Tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, señor presidente.


Señor Iñarritu, le garantizo que vamos a seguir transitando por las vías diplomáticas. Desgraciadamente, hoy le tengo que decir mientras sea posible, porque hay sombras que se empiezan a cernir, pero ese ha sido nuestro empeño desde el
principio y va a seguir siéndolo. Creo que estamos respondiendo en términos sensatos: sanciones anunciadas, pero no impuestas, preventivamente, a pesar de que Ucrania lo solicitaba, para demostrar que estábamos unidos en la disuasión, pero que
queríamos ofrecer el diálogo. Un primer paquete de sanciones muy limitado -muy limitado- porque había que responder a una violación de la legalidad internacional. Estamos intentando ser moderados y sensatos, pero no parece que la moderación y la
sensatez estén en el otro lado.


En cuanto a lo que comentaba del envío de material militar, no hay envío de material militar y mucho menos a Ucrania. Hay rotaciones dentro de la misión OTAN, que lleva muchos años, y lo comentaba antes. A nadie le debe sorprender que haya
misiones OTAN, con material y soldados OTAN, en el territorio de la OTAN, y nadie puede considerar que esa es una misión agresiva; es una misión defensiva. Vuelvo a poner el mismo símil. Sería como considerar que el que soldados italianos estén
en Italia o soldados españoles estén en España es algo anómalo, pero le aseguro que en la vía diplomática nos encontramos. Nos encontramos usted y yo, quiero decir, y todos aquellos que quieren estar en la vía diplomática, que somos los europeos en
estos momentos.


Señora Nogueras, sobre el consejo informal, le insisto en que lo que hizo el alto representante no solamente es normal, sino que es lo que se hace sistemáticamente, y lo puede verificar en todos los consejos informales. Como son informales
y no se pueden adoptar medidas, no se adoptan lo que en la jerga comunitaria se llaman conclusiones, porque no puede haberlas, porque no es una decisión formal. Pero quedaría un poco raro que durante horas estuviéramos reunidos todos los ministros
de Asuntos Exteriores y los ciudadanos no supieran nada. En esos casos, sistemáticamente, se acuerdan unas líneas de comunicación, que están acordadas de la misma forma que se acuerdan las conclusiones, para que cuando el alto representante dé
cuenta del contenido de la reunión, lo haga lo más fielmente posible y todos estemos de acuerdo con que esas son las conclusiones informales a las que se ha llegado. Cuando son conclusiones formales porque el consejo es formal, hay un documento de
conclusiones que es público. Por tanto, no hay en ese sentido nada que reprochar al alto representante.


Me preguntaba por qué no hay sanciones a Rusia en este momento. Porque queremos darle todas las oportunidades a la paz. Las sanciones están ahí, anunciadas, pero no es eso lo que queremos. Como le decía al señor Iñarritu, esas sanciones
hubieran podido ser incluso preventivas, pero no lo han sido, no lo han sido. Queremos darle toda la oportunidad al diálogo y a la paz.


Me decía usted que no les parece que España tenga el peso que quiere tener. Con respecto al peso de España -se lo digo a usted, pero también al señor Espinosa de los Monteros y a la señora Martínez, que hablan mucho del peso de España, de
que no tenemos peso-, si no les parece que España tenga el peso que debe de tener, súmense a la política de Estado, aporten ideas, sean constructivos y ayuden en vez de entrar en la pequeña escaramuza. Dicen que España no tiene el peso que merece,
pero no les veo que estén ahí, apoyando.


Señora Carvalho Dantas, le aseguro que estamos juntos por la paz e intentando evitar una guerra. Casi diría que es evidente; es evidente. Y en cuanto a hacer autocrítica, por supuesto, hay que hacer autocrítica siempre, pero,
sinceramente, creo que estos no son momentos para hacer autocrítica cuando uno ve cómo está actuando Rusia; son momentos de sumarnos todos por la paz y para evitar la guerra. Usted y su grupo me han dejado claro que están en ello, pero quien
tendría que hacer autocrítica sería Rusia, y todos tenemos que ayudar a ello y a desincentivar que siga este engranaje que parece que se ha puesto en marcha; si no -era el sentido de mi respuesta a usted antes-, da un poco la sensación de
equidistancia. No digo que piensen que hay equidistancia, pero esa sensación puede trasladarse a la



Página 32





ciudadanía, de que por nuestro lado también hay cosas, y no es el caso en estos momentos. Hay un esfuerzo sincero de diplomacia y de diálogo y una falta de voluntad de diálogo por la otra parte.


Al señor Pisarello -no está aquí- quiero decirle una cosa muy importante. Entre 2003 y esta situación no hay nada que sea comparable, nada. Entre la guerra de Irak y esta todo es literalmente no solo distinto, sino opuesto. En la guerra
de Irak había una coalición de voluntarios y aquí no la hay; hay decisiones unánimes de la Unión Europea y de la OTAN. En la guerra de Irak hubo países europeos que se descolgaron abiertamente de la misma. El caso francés, en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, fue muy claro. Todos los Estados socios europeos y aliados de la OTAN estamos tomando las decisiones unánimemente. Había dudas más que razonables -se han verificado después- sobre la existencia de armas químicas,
etcétera, pero nadie tiene dudas sobre las decisiones que ha tomado Putin ayer y anteayer; no hay ninguna duda sobre el número de soldados que están amasados en la frontera con Ucrania; no hay ninguna duda sobre cómo la integridad territorial de
Ucrania ha estado cercenada. Así podríamos seguir y seguir y seguir, pero para mí lo más importante es que ayer Rusia -insisto en esto porque creo que es muy importante y el propio secretario general de Naciones Unidas lo ha expresado- ha cometido
una violación de la legalidad internacional, y a eso es a lo que estamos intentando poner coto o contención, a la violación de la legalidad internacional, al uso de la fuerza como medio de resolución de conflictos. Insisto, todos tenemos la
responsabilidad aquí de no confundir a la opinión pública, de no confundir a los españoles. Aquel momento y este no solo son distintos en el tiempo y en los actores, sino que cuando se observa cómo se está actuando, es radicalmente opuesto.


Señor Espinosa de los Monteros, en su réplica ha dado apoyo a una política de Estado. No ha hablado mucho de eso en la réplica. Decía usted que la gente no es tonta. Lo comparto completamente y la gente al final pone a cada cual en su
sitio.


Señora Martínez, le vuelvo a agradecer -como hice en mi primera intervención- su apoyo y el de su grupo. Antes me refería a que le agradecía el tono y la posición, pues ya ha vuelto la señora Martínez que yo conocía. Le preguntaba dónde
estaba usted, no su grupo, ya sé que su grupo había dado el apoyo; debe ser que como le he recordado dónde estaba usted, ha vuelto a aparecer. Pero yo insisto, le agradezco el apoyo que ya teníamos anteriormente de su grupo. Tanto su grupo, como
usted, personalmente, como portavoz de Exteriores, siempre me van a encontrar ahí, siempre me van a encontrar con la mano tendida. Yo creo que sobre todo en comparecencias como esta, con un tema muy específico y sabiendo -usted lo sabe- cómo se
pueden agravar las cosas -y tiene pinta de que se van a agravar las cosas por las decisiones que está tomando Rusia-, lo que necesitamos y lo que yo venía a solicitarle es unidad, y yo se lo agradezco, ahí nos vamos a encontrar, en la política de
Estado, y no venir aquí a verter rumores e insidias. Ya le digo que no hay diferencias en el Consejo de Ministros, las decisiones del Consejo de Ministros son colegiadas, no podría haberlas, si una persona se opone, no hay decisión en el Consejo de
Ministros. No hay ninguna diferencia con la ministra de Defensa, y yo le agradecería que en futuras comparecencias, sobre todo si de verdad se viene a hacer política de Estado y a la unidad, no viniera a esparcir esas cosas que no sirven para nada.
Lo que sirve es fijar las posiciones que vamos a tomar en el futuro y fijar la unidad entre nosotros, la misma unidad que se alcanza en el seno de la Unión Europea y en la OTAN desde el inicio de esta crisis.


Y a usted, señor Gutiérrez, le agradezco el apoyo de nuevo y el sentido de Estado que está teniendo, que va a ser muy necesario, sin duda alguna, en las próximas semanas.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro, por su presencia hoy y su presencia hace solo un mes; el tema lo merece. Asimismo, le agradezco el trabajo de interlocución que sé está teniendo con los grupos políticos.


Se levanta la sesión.


Eran las siete y cinco minutos de la tarde.