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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 324, de 18/03/2021
cve: DSCD-14-CO-324 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2021 XIV LEGISLATURA Núm. 324

INDUSTRIA, COMERCIO Y TURISMO

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOAN CAPDEVILA I ESTEVE

Sesión núm. 16

celebrada el jueves,

18 de marzo de 2021



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia de la señora secretaria de Estado de Comercio (Méndez Bértolo), para informar sobre el contenido del Acuerdo de Libre Comercio alcanzado el 24 de diciembre de 2020 entre la Comisión Europea y Reino Unido. A propuesta del
Gobierno. (Número de expediente 212/001061) ... (Página2)



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Se abre la sesión a la una de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Buenos días.


Bienvenidas y bienvenidos a esta sesión número trece de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo, con un único punto del orden del día, que es la comparecencia de la secretaria de Estado de Comercio para informar sobre el contenido del
Acuerdo de Libre Comercio alcanzado el 24 de diciembre de 2020 entre la Comisión Europea y el Reino Unido.


Damos la bienvenida a la secretaria de Estado de Comercio, a quien agradecemos su presencia y le damos la palabra.


La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO (Méndez Bértolo): Muchas gracias, señor presidente.


Permítanme antes de nada expresar mi satisfacción y agradecimiento también por poder estar hoy aquí presente y comparecer nuevamente ante ustedes, en este caso para explicar los principales elementos e implicaciones del acuerdo que se
alcanzó el 24 de diciembre entre la Unión Europea y el Reino Unido, para fijar el marco en el que se desarrollarán las relaciones comerciales entre ambas partes, una vez que el Reino Unido ha dejado de formar parte ya del mercado interior único.


El primer mensaje que querría destacar es la satisfacción por el hecho de que se haya conseguido alcanzar un acuerdo. El Reino Unido es un socio de primer nivel para España en materia económica, es nuestro tercer cliente en la exportación
de mercancías y servicios, en concreto es el quinto cliente para mercancías y el primer cliente para servicios y es octavo proveedor. Además, es nuestro principal mercado emisor de turistas cada año, con cerca de 20 millones.


Dada la importancia de nuestros vínculos con el mercado británico, para España y las empresas españolas era enormemente importante contar con un elemento que mitigase los efectos negativos de la salida de la Unión Europea, que son
inevitables. Efectivamente, el brexit no beneficia a nadie, es una situación en la que todos perdemos, aunque muy especialmente el Reino Unido y sus empresas, pero donde las empresas de uno y otro lado se ven irremediablemente afectadas, debiendo
incurrir en costes para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado británico. Sin embargo, el acuerdo alcanzado proporciona certidumbre, previsibilidad y estabilidad a los operadores de uno y otro lado sobre el marco en el que se desarrollarán
los intercambios de mercancías y servicios, que comenzó a partir del 1 de enero de 2021. Si se quieren dar cifras sobre los efectos para España, desde la Secretaría de Estado de Comercio, a través de un estudio que publicamos a finales del año
pasado, se ha estimado que el acuerdo evita una caída del PIB de cerca del 0,2 % y del empleo del 0,1 %.


El acuerdo denominado Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y el Reino Unido establece una asociación económica y comercial de ámbito muy amplio, y otros aspectos como la coordinación de la Seguridad Social, la aplicación
de la ley y la cooperación judicial en materia penal, cooperación temática y participación en programas de la Unión. Son casi 1300 páginas, 7 partes, 49 anexos y 3 protocolos que cubren las áreas de comercio de bienes y servicios, el comercio
digital, los derechos de propiedad intelectual, contratación pública y también transporte, energía, pesca o lucha contra el cambio climático, que constan en anexos a lo que es el núcleo del acuerdo comercial.


El contenido del acuerdo está respaldado además por disposiciones que garantizan la igualdad de condiciones y el respeto de los derechos fundamentales. Esta es una cuestión muy importante, porque fue quizá la más complicada de la
negociación, pero permite un mejor seguimiento y cumplimiento del acuerdo, y sobre todo evita divergencias en el futuro en los marcos en los cuales se realizarán los intercambios.


Permítanme que me centre a lo largo de mi exposición en explicar el eje principal, lo que he denominado el núcleo del Acuerdo de Comercio y Cooperación, que es propiamente el Acuerdo de Libre Comercio. En virtud del Acuerdo de Comercio y
Cooperación, la Unión Europea y el Reino Unido han acordado crear una ambiciosa zona de libre comercio, sin aranceles ni cuotas para mercancías, con mecanismos de cooperación regulatoria y aduanera, y también disposiciones que garantizan la igualdad
de condiciones para una competencia abierta y justa, como parte de una asociación económica que es mucho más amplia que eso. Como bien saben, las negociaciones no fueron fáciles debido a la multiplicidad de objetivos que había que satisfacer de
forma simultánea, y también al diferente grado de ambición de uno y otro lado. El objetivo principal de las negociaciones era facilitar el comercio y la inversión entre ambas partes en la medida de lo posible, respetando a la vez la integridad del
mercado único de la Unión Europea y la unión aduanera, el mercado interior también del Reino Unido, y reconociendo sobre todo la



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posibilidad del futuro desarrollo de la política comercial de forma autónoma o independiente por parte del Reino Unido.


A pesar de las diferencias en los enfoques y, como decía antes, también en el grado de ambición y sobre todo del escaso tiempo disponible para una negociación de esta envergadura, el acuerdo ha sido posible, de ahí la satisfacción. Pero,
además de ello, de que era un reto y de que finalmente se consiguió, es que el acuerdo que se ha logrado es un muy buen acuerdo en el que se han conseguido compromisos que van más allá de los alcanzados por la Unión Europea en cualquier otra
negociación de esta índole, en cualquier otro acuerdo de libre comercio suscrito por la Unión Europea con un tercer país. No obstante, hay una cuestión que no debemos perder de vista, y es que, por muy bueno que sea este acuerdo -este es el punto
de partida de la exposición-, siempre va a adolecer de las limitaciones propias de todo acuerdo comercial. Es decir, en ningún caso un acuerdo comercial puede igualar el nivel de integración económica de la unión aduanera y el mercado único de la
Unión Europea, lo cual constituye el referente de integración económica por excelencia en todo el mundo.


Lo que va a marcar la diferencia con respecto a la situación que teníamos antes del 1 de enero de 2021 es el concepto del derecho a regular, de la soberanía regulatoria. Para el Reino Unido su objetivo prioritario con el brexit ha sido
recuperar su libertad de legislar, de regular, la autonomía de su Poder Legislativo y, por tanto, de su política comercial. Por el contrario, la unión aduanera y el mercado único europeo se han construido sobre la base de unos mecanismos de
armonización regulatoria y sobre el principio de reconocimiento mutuo de estándares y regulaciones, lo que permite crear un mercado real, integrado, sin barreras de ningún tipo y, por tanto, permitir la aplicación de las cuatro libertades: la de
circulación de mercancías, servicios, personas y capitales. Algo así no es posible con un acuerdo comercial. Además, en el marco de la Unión Europea existe todo un entramado institucional -tribunales nacionales, el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, la Comisión Europea- que dota a estos mecanismos de mucha solidez. Por tanto, aun siendo un muy buen acuerdo, el paso del modelo de unión aduanera y mercado único a zona de libre comercio supone automáticamente una degradación de las
condiciones de acceso recíproco a los respectivos mercados y, por tanto, la aparición de manera inevitable de algunas barreras en el comercio, con los costes que esto lleva asociado. Esto es lógico porque, como digo, no es posible disfrutar de los
beneficios de la membresía, de la pertenencia al mercado único de la Unión Europea, sin participar en sus mecanismos e instituciones, en su presupuesto, no siendo posible ni aceptable dar al Reino Unido un acceso parcial o sectorial al mismo, que
supondría hacer un agujero o romper la integridad del mercado único. Así que, partiendo de esta consideración, voy a desgranar a continuación los principales elementos y logros obtenidos en la negociación en virtud de este acuerdo.


Para comenzar, el comercio de mercancías. En este capítulo se ha conseguido una ausencia total de aranceles y contingentes, es decir, de aranceles y de cuotas, complementado con disposiciones ambiciosas en materia de cooperación aduanera y
facilitación del comercio que van más allá del acuerdo de facilitación de comercio de la Organización Mundial del Comercio, y que incluyen los reconocimientos respectivos de operador económico autorizado, y un protocolo de asistencia mutua en
materia de lucha contra el fraude y la recaudación de derechos e impuestos. Esto no evita, por otro lado, la aplicación de procedimientos aduaneros y el cumplimiento -esto es muy importante- de las reglas de origen, las cuales resultan
imprescindibles en cualquier acuerdo comercial, porque la ausencia de aranceles se aplica para aquellos exportadores o importadores que puedan probar el origen en alguna de las partes de los productos.


Precisamente al respecto de las reglas de origen consideramos que se ha alcanzado un buen equilibrio entre las flexibilidades que pedía el Reino Unido, que eran todas, y la necesidad de protección de nuestro mercado interior y también de
nuestra agricultura y de nuestra industria. En el acuerdo se contempla una acumulación bilateral total, es decir, tanto de materiales como de procedimientos, para poder facilitar una buena integración de las economías, como la que existía ya antes
del brexit y, por tanto, evitar disrupciones en este sentido. Sin embargo, hemos aceptado la acumulación extendida o diagonal a terceros países, lo que afecta al modelo de negocio de algunas empresas de todos los sectores, porque utilizan en sus
cadenas de valor insumos que provienen de terceros países, fuera de la Unión Europea y fuera también del Reino Unido que lógicamente no van a poder beneficiarse siempre de la ausencia de aranceles.


En cuanto a la prueba de origen y su verificación, también hay un logro importante, y es la flexibilidad en la forma de demostrarlo. Se admiten dos posibilidades: el procedimiento normal de autocertificación por el exportador, registrado
en un sistema que se llama REX, y también el conocimiento del importador para algunos casos. Esta segunda fórmula debe facilitar bastante el procedimiento de empresas que



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tengan sede en ambas partes o cuando ya haya previamente un grado de conocimiento muy grande entre importador y exportador, que permita compartir información de manera creíble y veraz sobre el origen de los componentes. Hay reglas
específicas, eso sí, más flexibles todavía que la norma estándar de la Unión Europea para otros acuerdos comerciales, relativas a conservas de pescado, plásticos, ciertas máquinas, y muy importante también para el automóvil, en concreto para
automóviles eléctricos e híbridos. ¿Por qué? Porque normalmente hay un elevado componente en este tipo de productos que proviene de terceros países, de mercados asiáticos en su mayoría. De forma que, para evitar disrupciones en las cadenas de
valor Unión Europea-Reino Unido asociadas a este automóvil eléctrico o híbrido, se permite una mayor cantidad de componente de fuera de cualquiera de las dos partes.


En materia regulatoria se han incluido capítulos ambiciosos, dentro de lo que cabe en este tipo de acuerdo, teniendo siempre en cuenta que las partes por supuesto mantienen ambas su derecho a regular. Aquí nos referimos fundamentalmente a
dos cuestiones: los ámbitos sanitarios y fitosanitarios, y los obstáculos técnicos al comercio o las reglamentaciones técnicas. En materia del acuerdo sanitario y fitosanitario la valoración general es positiva; el capítulo específico del acuerdo
se construye sobre principios del acuerdo sanitario y fitosanitario de la Organización Mundial de Comercio, pero se refuerza. Se incluye cooperación en bienestar animal, resistencia antimicrobiana y, como novedad, también en sistemas de producción
alimentarios sostenibles. Destacan aspectos positivos como la reducción de los procedimientos administrativos a los mínimos imprescindibles, el reconocimiento del actual estatus sanitario y fitosanitario, y sobre todo la no incorporación de nuevos
requisitos con respecto a los ya existentes antes del 1 de enero. Aunque se hubiera deseado que el acuerdo fuera más ambicioso -es decir, todo lo ambicioso posible- en el reconocimiento de la equivalencia, el acuerdo sí va a permitir a las partes
avanzar en esta área. Por supuesto, todos los alimentos importados deberán cumplir con las normas sanitarias y fitosanitarias de la Unión Europea, que no son negociables ni se van a ver modificadas en virtud del acuerdo, ni de este acuerdo ni de
ningún otro, este es un principio básico de la negociación de la Unión Europea.


Con respecto al otro ámbito, el de los obstáculos técnicos al comercio, a lo que me he referido antes como reglamentación técnica, también se parte de lo dispuesto en los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio, pero se refuerza,
también se va más allá, y destaca como positivo el propósito de colaborar e intercambiar información a través de los respectivos sistemas de alerta de productos, para poder lograr una mayor seguridad para los consumidores. También se incluye el
reconocimiento de la declaración por fabricante, que se emplea para la declaración de conformidad del producto si ya se venía aplicando antes del 1 de enero. También -y esto es muy importante- el compromiso de basarse en normas internacionales para
desarrollar reglamentaciones técnicas. Y es importante porque esto evita arbitrariedad, y por tanto divergencia en este tipo de regulaciones en el futuro. Hay anexos específicos para los sectores de la automoción, químico, farmacéutico, productos
orgánicos y vino, con el objetivo de que las normativas se mantengan siempre lo más próximas posibles, y esto es especialmente positivo para España, porque son realmente partidas de exportación que son claves entre España y el Reino Unido.


En lo referente al comercio de servicios -el segundo epígrafe de esta comparecencia- la valoración de los logros del acuerdo también es positiva, teniendo siempre en cuenta lógicamente que las facilidades que proporciona el acuerdo nunca van
a alcanzar el estado, el nivel de beneficios de la pertenencia al mercado único. El acuerdo incluye compromisos de acceso al mercado para la práctica totalidad de los servicios y de los sectores, y recoge una serie de obligaciones de trato nacional
en los mismos. Además, el acuerdo incluye la cláusula de nación más favorecida a futuro, que permite capturar los beneficios que el Reino Unido negocie en cualquier momento con otro socio comercial para ser aplicados también a nuestras propias
empresas.


Como sectores principalmente comprometidos en el acuerdo están los siguientes: movilidad temporal de personas físicas con fines empresariales, que es el denominado Modo 4. Teniendo en cuenta que, previo al acuerdo, partíamos de una
situación de liberalización total en la movilidad de las personas, debemos valorar el acuerdo comparado con otros acuerdos llevados a cabo entre Reino Unido y sus socios comerciales. Y si lo vemos desde este punto de vista, podemos decir que se ha
conseguido que el Reino Unido presente a la Unión Europea una oferta considerablemente mejor que la que ha presentado en otras negociaciones con otros socios. La valoración de la apertura de la Unión Europea es similar a la de los acuerdos de libre
comercio más ambiciosos que hemos realizado, que son los de Canadá y los de Japón. En este acuerdo se han alcanzado compromisos para dos grandes grupos de personas, los ligados



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a la inversión -visitas de negocios con propósito de inversión y traslados intraempresariales- y los proveedores de servicios -proveedor de servicios contractuales y profesionales independientes-. Además, se permite -y está recogido en el
acuerdo- el acceso a los cónyuges e hijos que acompañan a este tipo de profesionales. El Reino Unido permite, asimismo, poder trabajar sin cambiar el tipo de visado o autorización a los familiares.


Es muy importante también el comercio digital; y es importante porque es la primera vez que se incluye un capítulo así en un acuerdo de libre comercio, y yo creo que constituye toda una referencia en materia de comercio de datos, que será
utilizado en el futuro en otras negociaciones. En el comercio digital, el acuerdo recoge, por primera vez, compromisos en materia de flujo de datos, incluyendo dos elementos muy importantes. El primero es la no imposición de requisitos de
localización, servidores; y respecto a los datos personales y la privacidad, se mantiene el derecho a regular, pero bajo el principio de no discriminación. A este respecto, incluye un periodo transitorio hasta junio de 2021, para dar tiempo a
conseguir una decisión de adecuación, es decir, una decisión donde la Unión Europea y el Reino Unido declaren o manifiesten que a uno y otro lado se entienden protegidos igualmente los datos personales.


En cuanto al transporte, con carácter general, se valora positivamente que el acuerdo permite dar continuidad a la conectividad en todos los modos de transporte, aunque nuevamente el acceso al mercado es también inferior al que teníamos
antes de la salida del Reino Unido. Se incluyen también disposiciones para asegurar que la competencia entre los operadores de la Unión Europea y el Reino Unido es leal, se realiza bajo las mismas condiciones; y, sobre todo, que no se menoscaben
los derechos de los pasajeros, de los trabajadores ni, lógicamente, las condiciones de seguridad. Como novedad en el acuerdo, se permite que los inversores de la Unión Europea puedan tener barcos con bandera del Reino Unido, lo que les da acceso a
una gran variedad de actividades, como pesca y transporte.


Otro tipo de servicios muy importantes para España presentes en el acuerdo son los servicios financieros. En este ámbito aún quedan elementos pendientes de negociar para poder llegar a una relación bilateral adecuada. Lo cierto es que, al
principio de la negociación, las posiciones estaban muy distanciadas, el grado de ambición era también muy diferente, y en el acuerdo se ha llegado a un punto intermedio entre una y otra posición, que va a evolucionar en el tiempo, en principio para
mejor, para una mayor cooperación e integración a través de un memorándum de entendimiento y posibles decisiones de equivalencia. En estos momentos se está negociando dicho memorándum.


En conclusión, el acuerdo en el ámbito de los servicios se considera positivo, ya que es ambicioso, a la altura del acuerdo más ambicioso existente hasta ahora, que es el acuerdo con Japón, con algunas diferencias que incluso van más allá y
que son claras mejorías. Se introduce -y esto es muy importante- una cláusula de revisión, que permite mejorar a futuro los compromisos en este ámbito. Es decir, que este es un punto de partida sobre el cual ambas partes se han comprometido a
seguir trabajando para seguir integrándose más y mejor. Esta revisión se aplica para todo el capítulo de comercio de servicios e inversiones, entre otros acuerdos. Dada la importancia que tiene el comercio de servicios entre España y Reino Unido,
que se haya incluido una cláusula de revisión desde luego es muy positivo para nuestros intereses, para poder evitar posibles divergencias en el futuro que puedan, de alguna manera, obstaculizar la prestación de este tipo de servicios en el mercado
británico por parte de nuestras empresas.


En materia de propiedad intelectual, el acuerdo complementa el marco jurídico multilateral internacional existente, la Organización Mundial del Comercio, porque se incluyen normas específicas y más detalladas sobre la protección de los
derechos de propiedad intelectual. Y, en virtud del acuerdo de retirada, las denominaciones de origen protegidas e indicaciones geográficas protegidas, que ese siempre es un interés español muy claro en cualquier negociación comercial, gozarán en
el Reino Unido del mismo nivel de protección que les otorga la normativa europea a partir del 1 de enero de 2021. Sin embargo, las nuevas denominaciones de origen no protegidas hasta ahora tendrán que registrarse en el Reino Unido, en aplicación de
su legislación propia, de la legislación británica.


Otro apartado también muy importante para España era la contratación pública, porque, de hecho, en concreto, en materia de infraestructuras, infraestructuras de transporte, las empresas españolas son una parte muy importante del porfolio de
adjudicaciones en el mercado británico. Las disposiciones acordadas en materia de contratación pública son un gran resultado, porque van a permitir a las empresas mantener, en gran medida, el acceso al mercado de la contratación pública de las
partes, la transparencia de los procedimientos de licitación y van a beneficiar también a las autoridades contratantes a través de una mayor competencia. El acuerdo contiene algunas de las disposiciones más ambiciosas en materia de contratación
pública jamás suscritas por la Unión Europea, va mucho más allá de los compromisos



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asumidos por las partes dentro de la Organización Mundial del Comercio en el acuerdo sobre contratación pública. Esto significa que las empresas de la Unión Europea van a poder participar en pie de igualdad con las empresas del Reino Unido
en las licitaciones relativas a la contratación cubiertas por el acuerdo, y a la inversa. Hay una cuestión que ha ocupado un papel central en las negociaciones, a la que antes me refería, que son los aspectos del level playing field, o igualdad de
condiciones, o competencia leal, que son los que permiten mantener un terreno de juego equilibrado.


Se incorporan en el acuerdo disposiciones que invitan al optimismo sobre el mantenimiento de unas condiciones de competencia justas entre la Unión Europea y el Reino Unido en materia de subvenciones. Esta era una de las cuestiones más
polémicas en la negociación. Por tanto, hay un acuerdo sobre los principios sobre subvenciones, la transparencia, la creación de una autoridad nacional independiente de control sobre el régimen de subvenciones, la obligación de devolución de las
subvenciones ilegales o la posibilidad de aplicar medidas compensatorias por una parte a la otra, en caso de incumplimiento de lo acordado en materia de subvenciones. Es muy positivo también en el level playing field la inclusión de la no regresión
de estándares en materias laborales, sociales, climáticas y medioambientales; también el incentivo al mantenimiento del mismo nivel de estándares derivado de la posibilidad de tomar medidas de reequilibrio, como puede ser la imposición de aranceles
o la revisión del acuerdo antes de tiempo sin necesidad, incluso, de un panel de arbitraje en caso de incumplimiento de los compromisos en este sentido.


Por último, y no menos importante, el acuerdo contempla también un mecanismo de solución de diferencias que es horizontal, aplicable prácticamente a todas las materias que se contienen en el acuerdo, salvo a diez apartados. Las medidas
aplicables pueden ser: la imposición de aranceles sobre las mercancías, lo que se llama suspensión cruzada, incluso en los casos de incumplimiento de las obligaciones en el apartado de Seguridad Social, de transporte o de pesca, que son materias,
como decía antes, que están fuera del acuerdo de libre comercio propiamente y se encuentran en los anexos.


El acuerdo es muy amplio, necesitaríamos muchísimo más tiempo para desgranar con detalle también las cuestiones contenidas en el mismo. No obstante, he intentado dar una explicación somera lo más completa posible de los elementos
fundamentales, sobre todo desde el interés español. El acuerdo está firmado por ambas partes, se encuentra en aplicación provisional, como saben, desde el 1 de enero de 2021, que fue el primer día tras la finalización del período transitorio
acordado en el acuerdo de retirada. Existen todavía pasos que dar para la plena entrada en vigor de este acuerdo. Los próximos trámites por parte de la Unión Europea son el envío y la ratificación del acuerdo por el Parlamento Europeo y la
celebración del acuerdo, para lo que es necesario su votación y aprobación definitiva por parte del Consejo de la Unión Europea. Con el fin de dar tiempo a terminar los procedimientos pendientes en ambas partes, se ha prorrogado la validez de la
aplicación provisional del acuerdo hasta el 30 de abril de 2021.


Decía que, si bien el acuerdo alcanzado constituye un resultado muy bueno, satisfactorio -decía también que no iguala en ningún caso el nivel de integración económica que existía mientras el Reino Unido era miembro de la Unión Europea-,
lógicamente el cambio, la finalización del período transitorio y la entrada en vigor, aun siendo provisional, de este acuerdo tienen consecuencias inevitables que han provocado fricciones en los intercambios comerciales, y esto requiere que las
empresas adapten su modo de operar para, en primer lugar, conocer y después abordar la nueva realidad del mercado británico y poder aprovechar también el nuevo marco.


Estamos viendo ya los primeros efectos en estos primeros compases del acuerdo. Nos alegra comprobar que en nuestro país no están siendo demasiado serios, aunque sí requieren lógicamente apoyo público y seguimiento de cerca, fundamentalmente
de orientaciones y también de información. Observamos un incremento muy importante de las consultas, eso sí, que recibimos aquí, en los servicios centrales, pero fundamentalmente en la Oficina Económica y Comercial de España en Londres; sobre todo
consultas relativas a la documentación aduanera que debe presentarse, a la prueba de las reglas de origen, también a la fiscalidad de las operaciones, en concreto el IVA, a la normativa sectorial específica y a cuestiones también de marcado o
etiquetado, y hay muchas también sobre movilidad de trabajadores. Esas son las principales consultas que se nos trasladan.


La realidad -y lo habrán podido ver también en prensa- es que la mayoría de las fricciones u obstáculos surgen más bien desde la exportación del Reino Unido hacia la Unión Europea y no a la inversa. Esto viene también condicionado por el
hecho de que el Reino Unido decidió implantar los controles aduaneros de forma gradual, no así la Unión Europea, quien los implantó desde el 1 de enero,



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pero en el caso del Reino Unido se estableció un calendario de implantación en varias fases que se han ido posponiendo. Por ejemplo, la implantación de los controles aduaneros para productos agroalimentarios se pospone incluso hasta el 1 de
octubre. Por tanto, a medida que se vayan implantando y se vayan intensificando los controles también por parte de las autoridades británicas, sería de esperar que vayan surgiendo también más dudas, algunos problemas de tramitación aduanera por
parte de operadores comunitarios que quizá hasta el momento no han aparecido. Pero cabe esperar también que para entonces, quedan varios meses, los operadores comunitarios y los españoles entre ellos ya se hayan habituado y familiarizado con los
nuevos requisitos y los nuevos procedimientos.


Otra cuestión relevante que hemos detectado son las dificultades en el transporte. Los containers suelen ir llenos desde la Unión Europea al Reino Unido y suelen volver vacíos, lo que encarece el uso de transporte y desincentiva también
incluso la contratación del transporte, no solo terrestre. Este problema aumenta dada la imposibilidad de realizar lo que nosotros llamamos la práctica del grupaje. Hasta ahora lo aconsejábamos mucho en las partidas que salían de España al Reino
Unido y que permitían, sobre todo, que los pequeños productores pudieran acumular sus productos junto con otros productores porque la documentación a entregar era sencilla, era simplemente la documentación comercial. Hoy por hoy no es posible
porque para cada producto existe una documentación diferente, con lo cual el grupaje ya no es una práctica y esto también dificulta o encarece el transporte.


Se están produciendo problemas en las aduanas de entrada a la Unión Europea, como decía, fundamentalmente por parte de los agentes británicos, muchas veces por errores en la documentación por parte de las empresas británicas por falta de
información que originan retrasos.


Resulta razonable, en todo caso, pensar que las fricciones, que, además, se ven agravadas también en el contexto de la pandemia, se vayan a ir resolviendo con el tiempo a medida que todos los actores implicados, empresas, pero también
Administración, nos vayamos habituando al nuevo contexto, aunque el cambio, lógicamente, con la situación anterior es importante y las consecuencias negativas de las fricciones, que son indeseables, también son hasta cierto punto inevitables. Por
ello, desde las instituciones europeas y, en concreto, también desde las administraciones de los Estados miembros y desde esta secretaría de Estado, se está realizando un contacto directo continuo, en primer lugar, con las autoridades británicas,
muy fluido y al más alto nivel institucional para ofrecer cualquier tipo de asistencia y cooperación en materia administrativa y, sobre todo, para conocer de uno y otro lado el tipo de incidencias que están surgiendo y poder ponerle remedio, pero
también un contacto muy fluido con empresas y con asociaciones. Quisiera destacar desde aquí la labor tan importante que realiza la Oficina Económica y Comercial de España en Londres, que mantiene reuniones semanales con los departamentos
relevantes de la administración británica para tratar estas incidencias y también con las empresas.


Adicionalmente, para reforzar el seguimiento de las fricciones comerciales, hemos puesto en marcha un observatorio, el que denominamos canal brexit que lanzamos hace tres semanas y que cuenta con el apoyo de otros departamentos de la
Administración. Están presentes en ese foro Aduanas, el Ministerio de Agricultura y Sanidad Exterior, así como las principales asociaciones empresariales de exportación para llevar a cabo un seguimiento puntual y cercano de los problemas de acceso,
sobre todo, para poder escucharlo de primera mano y orientarles en algunos casos para cuestiones concretas. Tuve la ocasión de presidir la primera reunión de este canal brexit y está previsto que durante los primeros meses al menos, hasta la
entrada completa del acuerdo, las reuniones se vayan a realizar de forma periódica, y los agentes lo saben.


El principal problema es la información, es manejar la información, hacerla accesible y, sobre todo, divulgarla y hacerla llegar a las empresas. Por ello la Oficina Económica y Comercial de Londres está realizando una gran labor resolviendo
dudas, sobre todo actualizando de forma constante, realizando en concreto un catálogo de unas treinta guías sectoriales de acceso al mercado británico que están colgadas en nuestra página web. En estos documentos, disponibles con acceso libre en
nuestra página, se explican los procedimientos aduaneros de importación en el Reino Unido, la introducción de controles fronterizos y su respectivo calendario, los modelos de despacho previo, almacenamiento provisional y cuestiones también fiscales,
que es una duda bastante recurrente. Estos documentos se completan con unos manuales específicos de productos sometidos a controles por etapas, y cada manual explica cuáles son las autoridades competentes en el Reino Unido para realizar los
controles.


Me gustaría también destacar la intensa labor de comunicación y asesoramiento a las empresas que llevamos desarrollando desde noviembre de 2018 a través de numerosas jornadas por todo el territorio español. Llevamos realizadas de forma
ininterrumpida más de doscientas jornadas por toda la geografía



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española con el apoyo de la Cámara de Comercio de España y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales para llegar al mayor número de empresas posible, y en ellas hemos contado también con la participación de representantes de
otros departamentos ministeriales, fundamentalmente con Aduanas. Estas jornadas nos han permitido llegar a cerca de 5000 empresas, que han tenido la oportunidad de plantear y ver respondidas sus preguntas también en el transcurso de las mismas.


Hemos desarrollado también un banner específico sobre brexit en nuestra página web con documentación de interés que está siendo permanentemente actualizado, esto es así desde hace dos años, con la información relativa al acuerdo y todas las
cuestiones nuevas que tienen que tener en cuenta los operadores.


Por otra parte, ICEX, entidad que presta un gran apoyo en la actividad internacional de nuestras empresas, y con un mandato muy específico sobre todo para la pequeña y mediana empresa, ha desarrollado diversas herramientas específicas para
poder acompañarlas. La más destacable es quizá el denominado cheque brexit, que es una rebaja significativa en el precio de los servicios contratados a la Oficina Económica y Comercial de España en Londres, con un descuento del 80 % para la pequeña
y mediana empresa y del 60 % para el resto de las empresas para la prestación de servicios personalizados; fundamentalmente son agendas comerciales de identificación de socios y otros servicios que permitan consolidar la situación de una empresa en
el mercado británico o buscar alternativas también en terceros mercados. Hemos desarrollado también un modelo brexit dentro del programa de consultoría denominado ICEX Next, ICEX Next Target Brexit, para la adaptación a la nueva realidad del
mercado británico, con bolsas de horas de asesoramiento. Por último, ICEX cuenta también con un servicio denominado Ventana Global, que es un servicio de asesoramiento en temas de internacionalización que responde a dudas generales sobre brexit de
forma gratuita.


También hemos aumentado desde el año pasado las asignaciones y ayudas a asociaciones y federaciones de exportaciones que colaboran con la Administración, casi cerca de cien, debido a su esfuerzo en prestar apoyo a las empresas, puesto que a
través de estas asociaciones podemos hacer llegar la información nueva a las empresas, y tienen, por tanto, una labor muy importante de colaboración con nosotros.


Por último, y no menos importante, nos hemos preparado también nosotros mismos en lo que respecta a nuestro papel en el control fronterizo en materia de seguridad industrial y calidad alimentaria, un servicio que presta el Soivre, un
servicio de inspección de las direcciones territoriales y provinciales de comercio. Con motivo del brexit, la carga de trabajo -lo imaginábamos- fundamentalmente referida a frutas y hortalizas que se realiza desde el servicio de inspección se iba a
ver muy incrementada, como así ha sido, por lo cual tomamos algunas medidas de refuerzo de personal y material también, y medidas en materia de digitalización, con el objetivo de minimizar el impacto, sobre todo no ser nosotros una fricción
adicional a los flujos comerciales. Por un lado, se ha incluido un módulo automático de análisis de riesgos en un aplicación de gestión del control, Estacice, para una gestión muchísimo más ágil de todos los certificados; nos reportan las empresas
y asociaciones que están muy satisfechas con el funcionamiento de esta aplicación. Y por otro, también se ha procedido a agilizar la concesión de la figura del LAME o local autorizado para mercancías de exportación, que permite que la inspección se
lleve a cabo no solo en el punto de inspección fronteriza, sino también en los propios locales autorizados de cualquier empresa que así lo haya solicitado, de forma que los tiempos en el procedimiento y también los costes sean los menores.


Termino ya. Sé que ha sido una comparecencia extensa, pero lo cierto es que la materia lo requiere, puesto que este acuerdo de libre comercio será sumamente importante para los intereses de España, tanto en materia de comercio como en
materia de servicios, inversión, contratación pública o propiedad intelectual, como he mencionado. Ha sido una cuestión que ha ocupado y que ha preocupado en los últimos tiempos y ha detraído muchos recursos personales y materiales con el objetivo
único de poder facilitar en la medida de lo posible un flujo de comercio que esté a la altura y que honre el nivel de integración económica y, por tanto, de vínculos comerciales y de inversión que mantenemos desde España con el Reino Unido. Por
otro lado, en virtud de todas las medidas que estamos llevando a cabo, y pese al cambio en el marco en el cual los flujos comerciales se van a realizar en el futuro, es un socio con el cual nosotros esperamos que se mantenga un mercado prioritario,
estratégico para España, seguro, valioso, predecible, confiable y que las empresas españolas puedan mantener o incluso aumentar su presencia y sus oportunidades de negocio en el futuro.



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Yo lo dejo aquí y me pongo a disposición de todos para responder a sus preguntas.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora secretaria.


Tiene la palabra, en primer lugar, doña Carmen Martínez Granados del Grupo Parlamentario Ciudadanos, agradeciendo el compañerismo habitual de don Isidro Martínez Oblanca, que es quien intervendrá después.


La señora MARTÍNEZ GRANADOS: Muchas gracias, presidente, y muchas gracias, señor Martínez Oblanca, por haberme cedido el turno.


Muchísimas gracias por su comparecencia. Yo quería hacerle algunas preguntas. He llegado un poco tarde y no sé si habrá comentado esto, pero hay tres temas que nos preocupan y sobre los que nos gustaría que nos comentara alguna cosa. Ha
hablado extensamente antes del control de aduanas y del cumplimiento de los requisitos de origen, pero nos preocupa la competencia desleal que pueda surgir para los productos españoles dentro del Reino Unido. Le pregunté esto al ministro Planas en
la Comisión de Agricultura la última vez que estuvo aquí, pero no sé si llegó a entenderme. Los últimos movimientos que han existido parecen sugerir que Gran Bretaña no tiene intención de aplicar el protocolo de Irlanda del Norte, por lo menos en
su integridad. Concretamente, nos surgen dudas de que vaya a ejercer los controles aduaneros, sanitarios y fitosanitarios a los que estaría obligado con Irlanda del Norte. Esta posibilidad puede hacer que lleguen productos que hagan la competencia
a todos los productos de la Unión Europea y, por supuesto, a los productos españoles. Queremos saber qué medidas se van a tomar desde el ministerio y si puede confirmar que esto es así. Nosotros tenemos exportaciones de numerosos productos a Reino
Unido y creemos que tiene que protegerse esa frontera para que se hagan controles y los productos que entren por allí compitiendo con los nuestros cumplan los requisitos.


También quiero preguntarle por las relaciones comerciales con Gibraltar y qué encaje jurídico va a tener en nuestras relaciones comerciales, tanto importaciones como exportaciones, y con los diferentes operadores económicos. Sabemos que la
relación va a ser diferente y también hay relaciones comerciales de empresas que se encuentran en el Campo de Gibraltar, con lo cual nos gustaría que hiciera hincapié en eso.


Finalmente, quería preguntarle sobre el plan de acción para la internacionalización de la economía española, cuya aprobación es inminente. Está claro que el esfuerzo que se hace con ese plan es para ayudar a introducir nuestros productos en
nuevos mercados y para ayudar a las empresas a llegar a esos mercados, sobre todo a nuestras pymes. Queríamos preguntar si existe la posibilidad de que en ese plan se contemplen medidas para ayudar no solo a las empresas que quieran entrar en el
Reino Unido -eso por supuesto-, sino a las que estén allí para que tengan facilidad para lidiar con el brexit a la hora de seguir manteniendo el mercado. Queremos saber si existe ese planteamiento y si lo tienen pensado o no.


Posiblemente no voy a poder quedarme a la réplica, pero me gustaría que nos contestara porque revisaremos el video cuando terminemos.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señoría.


Tiene la palabra, por el Grupo Mixto, don Isidro Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente. Gracias también a la secretaria de Estado de Comercio por su comparecencia para explicar los pormenores derivados de la lamentable salida del Reino Unido de la Unión Europea, y
la merma que eso supone para los que somos europeístas y creemos en la importancia de sumar y tejer alianzas para fortalecer nuestra presencia en el mundo, la economía, el empleo, la estabilidad y, en definitiva, un mejor futuro. (La señora
vicepresidenta, Guaita Esteruelas, ocupa la Presidencia).


Desgraciadamente, el proceso final de negociación del brexit se juntó con la trágica pandemia y particularmente con la política errática del Gobierno de Boris Johnson que, desde nuestro punto de vista, no actuó con lealtad negociadora. En
este sentido, me gustaría subrayar el excelente papel desarrollado en nombre de los europeos por el señor Michel Barnier, que además ha realizado un esfuerzo añadido durante todo el tiempo que duró la negociación informando personalmente a los
diferentes Parlamentos de los países miembros de la Unión Europea. En este sentido quiero recordar que estuvo aquí, en las



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Cortes Generales, en varias ocasiones compareciendo y sometiéndose a las preguntas de los diputados y senadores de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea.


Señora secretaria de Estado, se refirió usted al capítulo aduanero y al cumplimiento de las reglas de origen y las normativas. Aprovecho para pedirle al Gobierno un mayor esfuerzo para que el tejido productivo español, y singularmente los
operadores que transfieren sus mercancías en los mercados internacionales, vean despejadas sus dudas tras el acuerdo que entró en vigor a finales del pasado año. Por las noticias de que disponemos, hay cierta paralización por la lentitud de los
trámites derivados del documento de acompañamiento de exportación, que deriva en retrasos en diferentes puertos de inspección fronteriza que parecen debidos a la falta de adaptación a las nuevas normas y formas derivadas de la entrada vigor del
acuerdo del brexit.


Otra cuestión que quisiera plantearle, señora Méndez Bértolo, está relacionada con la posición europea, y por tanto de España, ante los cambios estratégicos colaterales derivados del brexit, que hacen imprescindible negociaciones comerciales
con otros territorios y mercados internacionales. Por ejemplo, para nosotros tiene suma importancia que se desbloquee el acuerdo con Mercosur, cuya relevancia cobra mayor valor tras la recolocación derivada de este nuevo escenario posbrexit. Hace
tres semanas que en el Parlamento Europeo se puso de manifiesto la existencia de importantes obstáculos para corregir los desequilibrios que impiden alcanzar compromisos comerciales más definidos y transparentes. A nosotros en Foro nos parece que
estamos en un momento histórico en el que se están reordenando grandes estrategias de bloques comerciales. De hecho, al varapalo derivado de la salida de Reino Unido de la Unión Europea se suma la gran competencia geoestratégica y comercial a la
que se están aplicando China y Rusia, al alimón, que nos aboca a reorientar las relaciones comerciales con Estados Unidos y, ahora que hay una nueva administración con el señor Biden, tratar de eliminar los aranceles que han penalizado nuestras
exportaciones.


Hablando de exportaciones, hay que decir que el pasado 2020 el déficit comercial de España retrocedió nada menos que un 58 % con respecto al ejercicio 2019. El Gobierno lo atribuye, como es lógico, al coronavirus y la pandemia, de ahí que
le pida un vaticinio sobre la recuperación del balance de comercio exterior que va a resultar en 2021 condicionado también por la pandemia y por el éxito de la campaña de vacunación que, como nos temíamos, se está encontrando con incidencias. Véase
lo de AstraZeneca. Todo esto repercutirá en la recuperación económica que nuestro Gobierno fía al denominado Plan de acción para la internacionalización de la economía española 2021-2022, que es una rama derivada del Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia. Señora Secretaria de Estado, nuestras exportaciones han retrocedido a niveles de 2019. ¿Qué va hacer el Gobierno para priorizar la internacionalización?


Otra cuestión, señora Méndez. ¿Cuál será el impacto del brexit para el PIB de España? ¿Cuántos empleos nos costará? Sabemos que para los británicos su salida les supondrá una caída algo mayor del 2 % y que para Europa será de 0,5 %. ¿Y
para España, señora secretaria de Estado? Porque, si a los británicos les va mal, eso tendrá repercusiones para nuestra economía, que se ha nutrido en las últimas décadas de inyecciones del turismo, como usted recordaba. También es conveniente
recordar el balance particular de las relaciones económicas entre España y Reino Unido -lo subrayó usted-, al ser uno de los países -si no el que más- que nos permite tener un superávit en bienes y servicios.


Voy concluyendo, señora presidenta, porque quisiera hacer un último comentario al hilo de la comparecencia de la señora secretaria de Estado para decir que, en general, creo que no le dan al ministerio la importancia que tiene, un
departamento sobre el que gira el 41 % del PIB de la economía española y el 40 % del empleo nacional. Yo les escucho, señora Méndez Bértolo, y pongo la vista en los indicadores oficiales sobre desempleo, producción industrial, balance comercial y
exportador e impacto turístico, y, una de dos, o el Gobierno maquilla -o falsea directamente- la interpretación de los datos o el Instituto Nacional de Estadística engaña a los españoles. Yo me creo al INE, y reitero que el papel del ministerio
está subordinado a otros departamentos. Valga de muestra en materia comercial que muchas de nuestras pymes y autónomos han quedado los últimos de la fila en el real decreto aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros extraordinario. Al
hilo de su comparecencia, le reclamo, señora secretaria de Estado, que apueste por nuestras pequeñas y medianas empresas y por nuestros autónomos, para que también a todos les lleguen las ayudas directas que tanto están necesitando para recuperar el
empleo en España que tanto necesitamos.


Muchas gracias, señora presidenta.



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La señora VICEPRESIDENTA (Guaita Esteruelas): Muchas gracias, señor Martínez Oblanca.


Por el Grupo Republicano, tiene la palabra el señor Capdevila.


El señor CAPDEVILA I ESTEVE: Buenas tardes.


Agradezco también las explicaciones de la señora secretaria de Estado y agradezco el informe que nos ha remitido, que es de sumo interés. Entiendo que está escrito en un período ex ante. Aun así, es muy interesante, pero juzgamos
imprescindible otro ex post basado en los mismos ejes y, si es posible, porque lo juzgamos importante, un análisis pormenorizado cuando -esperemos que pronto- escampe el COVID.


Para darles tiempo a sus asesores, invierto el orden de mi discurso. Resulta que este grupo parlamentario consultó a su ministerio por la política arancelaria de las exportaciones de cobre hacia el Reino Unido, sin respuesta. Consultó
también sobre esa industria -esto es más grave-, también sin respuesta. ¿Podrían tranquilizarnos al respecto? Si es posible, antes de que tenga usted la palabra de nuevo.


Llega el brexit sin la mayoría de los temidos aranceles; hubieran restado competitividad a las empresas y creo que debemos celebrarlo todos. Trae el compromiso de respetar en su territorio las indicaciones geográficas europeas al mismo
nivel de protección que actualmente ofrece la propia Unión Europea, al menos aquellas que ya están creadas, porque será en una etapa posterior cuando se decida el destino de las que todavía están pendientes de registro. Sobre eso le quería
preguntar si existe información sobre cuándo estará listo o si se prevé una fecha al respecto y cuál va a ser el papel del Estado español en esta negociación que se avecina. Ahora bien, al salir del mercado interior y de la Unión Aduanera, se
imponen los controles que usted ha detallado y los papeleos sobre mercancías con su consiguiente coste en tiempo y dinero que entendemos que marginan a las empresas con menos volumen.


El brexit viene de la mano de medidas para proteger el mercado interior europeo y evitar así que importaciones de terceros países que no cumplan con las normas puedan entrar por Irlanda del Norte, pero al mismo tiempo que el Reino Unido se
va, vuelven las aduanas, el pasaporte y los controles fronterizos en los que se exigirán documentos de exportación que acrediten que se han realizado todas las inspecciones necesarias para garantizar la seguridad, la sanidad y la calidad de los
alimentos que llegan a ese mercado. Entiendo que este es mayoritariamente un flujo de salida, no de entrada desde el Estado español. Como no sé si le he entendido bien, quisiera que me detallase la función de las oficinas del Soivre respecto a
alimentos que vienen del Reino Unido. Quizá mi ignorancia me lleve a sonreír ante esta diferencia de balance. Aclare mi ignorancia, en todo caso. Todo ello significa que, aunque no estén gravadas con impuestos, las exportaciones serán más caras,
porque lo serán también los costes logísticos, será menor la competencia y, con toda probabilidad, las empresas de transporte repercutirán en sus precios las demoras que se prevé que dichos controles provoquen en las entradas al país. Sobre eso
también quisiera preguntarle si se ha considerado algún tipo de compensación, por lo menos durante el período inicial. Asimismo, serán más caras porque la nueva documentación, los registros y los certificados exigidos también tienen un precio,
aunque no haya aranceles ni cuotas. Las exportaciones tampoco van a ser tan fluidas como hasta ahora y, por tanto, se van a encarecer, por lo menos en el tiempo de más que van a costar.


La relación con el antiguo socio comunitario será privilegiada, pero temo que no será tan idílica como usted apunta. El brexit va a costar dinero a la comunidad europea, porque habrá nuevos procedimientos y requisitos y nuevos obstáculos
para el comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea. El año pasado las exportaciones de la Unión Europea al Reino Unido, como ya se ha dicho, fueron de casi 300 000 millones de euros y, al contrario, se acercaron a los 190 000 millones de
euros. Las relaciones se sitúan en otro plano. ¿Habrá un mecanismo de vigilancia y represalias en caso de competencia desleal, ya sea por ayudas públicas o por políticas sociales, laborales o medioambientales?


La señora VICEPRESIDENTA (Guaita Esteruelas): Señor Capdevila, tendría que ir finalizando, por favor.


El señor CAPDEVILA I ESTEVE: Termino enseguida.


Se dirigirán felicitaciones y enhorabuenas a las empresas y a ustedes preguntas sobre medidas a adoptar para aliviar la carga burocrática. Si su respuesta va a ser que las ayudas a la digitalización son la panacea para aliviar la carga
burocrática, le anticipo que no daríamos por buena esa respuesta. No es de



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su negociado y, por tanto, creo que tendremos que llamar a su homólogo en turismo, porque la gran diferencia en la balanza comercial -termino enseguida- es el turismo.


Gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Guaita Esteruelas): Gracias, señor Capdevila.


Por el Grupo Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra la señora Jover.


La señora JOVER DÍAZ: Gracias.


En primer lugar, quisiera agradecer su comparecencia para informarnos sobre esta cuestión.


Nos encontramos en un escenario de incertidumbre, porque no sabemos cómo nos va a afectar realmente el brexit, este libre acuerdo de comercio, por mucho que su impacto se trate de modular y se apunten diferentes escenarios. Lo primero que
queremos poner sobre la mesa es este escenario de incertidumbre.


En esta primera intervención seguramente no me va a dar tiempo, pero quiero apuntar cuáles son los cinco escenarios que más incertidumbre nos producen: las reglas de origen, los efectos negativos sobre las exportaciones, el sistema de
resolución de controversias, la idea de un terreno de juego equilibrado y el impacto sobre el sector turístico.


En cuanto al primer punto, es verdad que este acuerdo de comercio se plantea como un modelo comercial sin restricciones de tipo arancelario para todos los productos, aunque cabe hacer una matización en relación con las reglas de origen.
Usted nos ha estado hablando de porcentajes, pero la cuestión es cuál es el umbral de porcentaje de fabricación de un producto en un país para que se considere que es originario. Por ejemplo, en la fabricación de coches SEAT, apenas hay un 15 o un
20 % de contenido español. ¿Cómo se valoraría? En este sentido, quisiera preguntarle cómo pueden impactar estas reglas de origen en las barreras arancelarias de nuestro comercio bilateral.


En segundo lugar, en cuanto a los efectos negativos en España -usted misma lo ha dicho, un porcentaje del 8 % en las exportaciones agregadas y un 5 % en importaciones del país-, el efecto más negativo, como consecuencia tanto de las posibles
barreras arancelarias como de las barreras no arancelarias, se prevé sobre aquellas ramas que presentan un mayor flujo de intercambios entre España y el Reino Unido, como son el sector del automóvil, el sector agrícola, el sector servicios, el
transporte aéreo o la banca. En este contexto, queríamos preguntarle: ¿qué proyecciones tiene el ministerio sobre el impacto de este nuevo escenario comercial en estos sectores, no solo ya en términos comerciales, sino también de producción, de
destrucción de tejido empresarial y de empleo? También quisiera preguntarle si desde estos mismos sectores se están planteando estrategias de respuesta a esta problemática, por ejemplo, tratando de reconfigurar la cartera de clientes hacia otros
socios comerciales, o de manera complementaria este ministerio se está planteando o está reforzando actuaciones específicas para paliar los efectos negativos sobre estos sectores que se verán más perjudicados y en estas múltiples dimensiones:
comercial, productiva y de empleo.


En tercer lugar, en cuanto al sistema de resolución de controversias, en el acuerdo comercial se ha diseñado ese sistema de resolución entre ambas partes. En caso de que alguna de las partes incumpla algún elemento del acuerdo, la parte
perjudicada puede adoptar represalias en otros elementos del acuerdo. En primer término, la resolución de discrepancias comenzará por una consulta que se ha de realizar al Consejo de Asociación conjunto, compuesto de manera paritaria, y si no se
alcanzase una solución consensuada, la disputa se sometería a un tribunal externo de arbitraje de obligado cumplimiento. ¿Podría darnos más información de este sistema de arbitraje externo? ¿En qué consiste? ¿por quiénes estaría formado y
basándose en qué criterios resolvería las disputas? Me gustaría que nos realizara una valoración crítica sobre este sistema.


Sobre la idea del terreno de juego equilibrado, que fue una de las condiciones que impuso la Unión Europea en este sentido, se aboga por que exista una convergencia de estándares laborales, medioambientales, fiscales o incluso ayudas de
Estado que no desvirtúen la competencia entre la Unión Europea y el Reino Unido. De este modo, se trataría de no incentivar escenarios que hay que decir que ya ocurren incluso entre países de la Unión Europea que promueven una competencia desleal.
Queríamos preguntarle hasta qué punto está blindado este acuerdo y qué garantías existen para que no se produzca de manera efectiva esta competencia desleal en ámbitos como, por ejemplo, el fiscal. Es de sobra conocido el papel de Reino Unido como
polo de atracción de capitales a la City de Londres, como puente



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para facilitar esquemas de evasión fiscal en numerosos paraísos fiscales que orbitan en torno al núcleo financiero.


Por último, quisiéramos saber cómo afectará el brexit en materia de turismo. España es un gran receptor de turistas que provienen del Reino Unido e, igualmente, cuenta con un núcleo poblacional de origen británico bastante grande. En este
acuerdo comercial se ha acordado la supresión bilateral de la necesidad de visado para estancias turísticas no superiores a tres meses. Sin embargo, estancias superiores a noventa días dentro de un mismo periodo de seis meses requerirán visado de
residencia o de trabajo, lo cual lastra las estancias de larga duración, hasta cierto punto común en turistas británicos que, por ejemplo, se encuentran en su periodo de jubilación. Si bien esto no afectaría al sector hotelero, sí lo haría al
sector hostelero o comercial. En este sentido, queríamos preguntarle su valoración sobre cómo afectará al turismo.


Muchas gracias.


La señora VICEPRESIDENTA (Guaita Esteruelas): Muchas gracias, señora Jover.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra la señora Borrás.


La señora BORRÁS PABÓN: Gracias por su comparecencia y su exposición.


Escuchamos en esta exposición los pros de este acuerdo de libre comercio con Reino Unido; sin embargo, echamos de menos los contras y, por tanto, cuáles van a ser las consecuencias. Por ello, comparto unas reflexiones que desde el Grupo
Parlamentario VOX nos hacemos para que usted, por favor, nos dé su opinión al respecto.


Reino Unido no solo ha alcanzado este acuerdo con la Unión Europea, también lo ha alcanzado con otros países y este es uno de los puntos clave de la cuestión. Por ejemplo, Reino Unido ha alcanzado un acuerdo para intercambio de productos
del sector primario con Marruecos, es decir, Reino Unido ahora podrá elegir entre los productos de la huerta española o la marroquí casi en igualdad de condiciones. ¿No cree usted que el sector primario español sufrirá duramente por ese acuerdo
Reino Unido-Marruecos?


Otro punto estrechamente relacionado con cuestiones estratégicas tiene que ver con el puerto de Tánger Med, explotado por una empresa danesa, que continuará haciendo la competencia al puerto de Algeciras; tengamos en cuenta que ambos son
puertos de cabotaje. Así, Reino Unido no tendrá ya motivos para traer sus mercancías vía España en la medida en que pueda hacerlo con Marruecos, recordemos, con tasas, costes humanos e impuestos mucho más bajos que en nuestro país.


Por otro lado, la producción de la planta de Nissan, que se clausuró en Barcelona hace pocos meses, ha sido prácticamente trasladada a Reino Unido. Reino Unido en su momento importaba vehículos producidos en España y ahora los va a producir
allí. Por lo que vemos, otro sector español, el de la industria de la automoción, con esos puestos de trabajo de calidad que genera, sale perjudicado por las relaciones posbrexit con el Reino Unido. Además, la libre transacción de capitales entre
la Unión Europea y el Reino Unido continuará casi con las mismas facilidades que había antes, es decir, Londres podrá seguir siendo la capital financiera de la Unión pese a no formar parte de ella.


Asimismo, Reino Unido va a mantener impertérrita su colonia en Gibraltar; mantiene ese foco de transacciones ilegales y la provincia de Cádiz va a sufrir esa situación, ya que sus habitantes se ven obligados a acudir a trabajar a la colonia
británica y no cotizan a la Seguridad Social. Gibraltar centraliza todo el contrabando de tabaco y otras sustancias, domicilia numerosas empresas de juego online, acoge a entidades que colaboran con la gestión de los fondos generados ilegalmente
con el contrabando a España y, una vez más, se ataca a los trabajadores españoles de la mar.


En definitiva, Reino Unido mantiene todas sus prerrogativas para con la Unión Europea y España pierde su posición, y España se ve perjudicada, y nuestras empresas y nuestros trabajadores abandonados. Este acuerdo era una gran oportunidad
para poder proteger a los españoles, pero tiene muchas lagunas y los van a abandonar.


Al inicio de su intervención ha mostrado su satisfacción por alcanzar este acuerdo. Sinceramente, no se trata de firmar acuerdos, se trata de firmar acuerdos con responsabilidad de quienes gobiernan; acuerdos que protejan a empresas y a
trabajadores; acuerdos que protejan los intereses de nuestra nación y nuestra soberanía nacional; acuerdos con los que gane siempre España. Hablaba de igualdad de condiciones. ¿De verdad cree que en todos los puntos de este acuerdo hay igualdad
de condiciones?, porque, tal y como lo hemos relatado, perdemos en muchos puntos que son claves.



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Por último -y finalizo-, es importante, pensando en nuevas negociaciones, secretaria de Estado de Comercio, que tengan en cuenta cada uno de los puntos que firman y que luchen, luchen por defender los intereses de todos los españoles.


Gracias. (Aplausos).


La señora VICEPRESIDENTA (Guaita Esteruelas): Muchas gracias, señora Borrás.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Cortés. (Aplausos).


El señor CORTÉS CARBALLO: Buenas tardes. Gracias por la comparecencia.


Que el Reino Unido se vaya de Europa es una mala noticia que tenemos que lamentar, y si alguien se creía que no iba a tener efectos para ambos mercados, evidentemente, estaba equivocado. Por dar un ejemplo de la importancia que supone para
España el Reino Unido, son 18 000 millones de euros de exportaciones al Reino Unido solo en 2019, con una balanza de superávit de 6800 millones. Esto, evidentemente, va a tener un coste, de ahí que no podamos estar contentos con que Reino Unido ya
no pertenezca a la Unión Europea.


Dicho esto, se ha hecho un acuerdo que nosotros también calificamos como positivo. Dentro de lo malo de esta situación, creo que es el mejor posible, por lo que me gustaría felicitar a la Comisión Europea, en la figura del jefe de
negociaciones, que es Michel Barnier, miembro del Partido Popular Europeo, que es el que ha liderado estas negociaciones y el que, al fin y al cabo, ha defendido los intereses de los distintos Estados miembros frente al Reino Unido. De ahí la
primera pregunta. Evidentemente, los Estados tienen mecanismos para ejercer sus postulados de cara a estas negociaciones; no directamente, pero sí indirectamente. Conocemos el ejemplo del derecho de veto que tenía España con respecto a Gibraltar.
Mi pregunta es qué otras presiones o exigencias ha ejercido el Gobierno de España dentro de esa negociación. No los conocemos. Sería para conocer un poco la parte interna de la negociación.


Por otro lado, Reino Unido es una economía muy abierta, cuyo sector exterior tiene mucho peso, y el Gobierno británico, lógicamente, ha favorecido a comunidades que considera vulnerables con una fuerte dependencia de ayudas públicas. De ahí
-es evidente- que uno de los temas que se han negociado sea ese acuerdo de no dumping y de no recurrir a ayudas públicas en sectores. Pero la pregunta es qué está haciendo este Gobierno -si es que está haciendo algún tipo de seguimiento- para que
no se utilicen barreras técnicas o legales para primar productos británicos con respecto a los productos que vengan de la Unión Europea y concretamente de España, y más teniendo en cuenta -ya se ha comentado aquí- que hay terceros mercados no
comunitarios, sobre todo en la parte agroalimentaria, con lo que, si no se cuidan bien esos requisitos técnicos o legales, lógicamente los productos españoles se verán perjudicados. Por tanto, creo que es un tema en el que sí debemos prestar
especial atención en ver cómo se ejercen esos requisitos técnicos y legales.


Por otro lado, está el sector pesquero. Es una cuestión espinosa, evidentemente, sobre todo porque estamos hablando de recuperación de la soberanía, que es lo que al fin y al a cabo quería Reino Unido con este brexit, pero se llega a un
acuerdo de faenar en aguas territoriales británicas en un plazo y en gran medida se limitan las capturas, como es lógico. La flota española que opera en el caladero británico y arranca en 2021 con unas 3500 toneladas menos que en 2020 en especies
como merluza, gallo, rape o bacalao, lo que supondrá unas pérdidas en torno a 9,3 millones de euros este año. Al final del periodo, si sumamos todo, estaremos hablando de unas pérdidas de 54 millones de euros, en total 4300 toneladas menos. Ya
conocemos la postura férrea que mantuvo Francia con respecto a la pesca en aguas británicas, pero la española se quedó nuevamente muda, no conocemos el posicionamiento sobre el tema de la pesca del Gobierno español. De ahí la pregunta: ¿Qué
posición ha defendido España en las negociaciones en el sector de la pesca? (El señor presidente ocupa la Presidencia).


Si nos vamos al ámbito de la PAC -también se ha comentado aquí-, España es el primer proveedor hortofrutícola del Reino Unido, con unas ventas de 1950 millones, y preocupa a medio plazo la exportación de frutas, hortalizas, vino y aceite con
la consolidación de los lazos comerciales que puedan crearse a partir de este momento entre el Reino Unido y terceros países, como es lógico. Egipto, Marruecos o Sudáfrica pasan a acceder con las mismas condiciones con las que ahora accede España,
además, sin la regulación fitosanitaria comunitaria para evitar la entrada de plagas y enfermedades y, por supuesto, con menores costes de producción y precios, todo esto cuando la actividad agraria española ya tiene que asumir, como bien se ha
dicho aquí, los sobrecostes operativos, porque los costes de inspecciones, la carga burocrática y demás van a incrementar evidentemente los costes de nuestras empresas agroalimentarias. Por tanto, ¿de qué manera esta negociación afecta a las
relaciones con Reino Unido?



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¿Han podido calcular ustedes-ya se lo han preguntado, pero lo digo yo también- cuál es la cuota de mercado que van a perder nuestros agricultores y ganaderos? Y lo más importante, ¿qué medidas van a tomar para compensar esta pérdida de
cuota?


Por otro lado, en el Real Decreto 38/2020 se echan en falta algunas medidas en el ámbito comercial enfocadas sobre todo a lo que bien ha planteado, aunque no lo ha acabado de concretar: cómo se va a mejorar un poco la operativa fronteriza.
Hemos visto que en la disposición adicional se propone crear ocho nuevas plazas de técnicos del ICEX en España y en la oficina comercial de Londres y 56 plazas en autoridades portuarias. Quisiera saber cuál es el cometido específico de este nuevo
personal, cuyo coste anual asciende a 2,5 millones de euros al año. Entiendo que será para paliar esto que estaba comentando. Aunque lo ha dicho, no ha acabado de concretarlo. España recibirá este año una dotación de 185 millones de euros
correspondiente al fondo de reserva que ha creado la Unión Europea para prestar apoyo a industrias y regiones que resulten perjudicadas tras la finalización del periodo transitorio. Durante este 2021 serán distribuidos 4000 de los 5000 millones de
euros con los que cuenta el fondo. España se ha quedado en el séptimo lugar en cuanto a la recepción de estos fondos, detrás de Irlanda, con 1000 millones; Países Bajos, con 757 millones; Alemania, con 455; Francia, con 420; Bélgica, con 324;
Dinamarca con 247, y nosotros, con 185. La pregunta es si me puede explicar qué posición de fuerza ha desarrollado el Gobierno de España en esta negociación en cuanto a la exigua dotación que ha correspondido de este fondo.


Y ya seguiremos luego hablando de Gibraltar.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.


Tiene ahora la palabra, por el Grupo Socialista, doña Cristina López Zamora.


La señora LÓPEZ ZAMORA: Muchas gracias, presidente.


Gracias, señora Méndez, por su detallada explicación, por la forma tan clara y concisa de explicar el contenido del acuerdo de libre comercio alcanzado el 24 de diciembre de 2020 entre la Comisión Europea y Reino Unido, porque, no se nos
olvide, ese acuerdo es entre la Comisión Europea y Reino Unido.


Tenemos que tener claro que este acuerdo es consecuencia de un hecho triste para todos, sobre todo para los socialistas, que somos profundamente europeístas, porque supone la ruptura de un proyecto que veníamos construyendo generación tras
generación. Esto nos tiene que enseñar que la gestión neoliberal de la crisis anterior hace que los ciudadanos dejen de confiar en instituciones tan importantes como las instituciones europeas y que los populismos triunfen, aprovechando la
incertidumbre de la ciudadanía. La llegada al poder de partidos como el Socialista al Gobierno de España ha propiciado que se gestione esta crisis desde Europa de una forma diferente a cómo se gestionó la anterior crisis -una forma diferente y
acertada- y, con ello, que estemos en el buen camino de un proyecto europeo y que, además, este proyecto cada día tenga más adeptos, siempre siendo conscientes de que este camino no está exento de riesgos. Si en Europa triunfan las opciones de la
derecha, puede ser que dentro de unos años nos encontremos con países que no se encuentren cómodos con políticas que no incluyen a todos. Eso lo debemos tener en cuenta.


Pero desgranemos un poquito más el acuerdo. Como indicaba la secretaria de Estado de Comercio, no podemos olvidar que Reino Unido es nuestro tercer cliente en la exportación de mercancías y servicios y nuestro principal emisor de turistas.
De ahí la importancia de este acuerdo para España. Desde el punto de vista del Grupo Socialista, estamos ante un acuerdo histórico por dos razones: en primer lugar, porque se trata de un acuerdo que va más allá de los alcanzados nunca entre el
Reino Unido con un país tercero, como bien comentaba la secretaria de Estado, y en segundo lugar, por tratarse de un acuerdo tan avanzado en materia de aranceles, con la eliminación de estos.


También me gustaría destacar la unidad que ha demostrado la Unión Europea durante la negociación y después de la negociación. Esto es muy positivo y más en un momento histórico como este. Se ha demostrado que la Unión Europea es
cooperación, y así será y se definirá la relación que existe actualmente y que existirá en un futuro entre la Unión Europea y Reino Unido, con la palabra cooperación.


Con este acuerdo, además de evitar la salida de Reino Unido de la Unión Europea con un brexit duro, con un brexit caótico, podemos afirmar que nos encontramos ante un acuerdo básico de libre comercio bastante ambicioso en materia de bienes,
por ejemplo, incluyendo productos agrícolas, lo que tanto beneficiará a España. Me detendré, como he comentado, en la consecución del acuerdo de libre comercio sin aranceles ni cuotas sobre productos, en la simplificación aduanera y en la
facilitación en materia



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impositiva para productos agrícolas, para cerámicas, automóvil -productos que son de gran importancia para nuestro país-, así como en la defensa de la marca España, que también han realizado desde la secretaría de Estado, con productos de
tanto peso en nuestra economía como son el vino, el queso, el aceite.


Otra parte importante de este acuerdo y que quizá pasa en algún momento más desapercibida es el mantenimiento de una serie de normas de competencia leales, que permitirán quitar las ventajas preferenciales en el caso de que el Reino Unido
compita deslealmente con la Unión Europea. Desde el Grupo Parlamentario Socialista creemos que gran parte de la consecución de este acuerdo es gracias a la labor que ha realizado el Gobierno de España, porque, si analizamos el acuerdo, vemos cómo
se han incluido parte de los intereses que benefician a nuestro país.


Y me gustaría plantearle varias cuestiones. En primer lugar, en relación con el reporte de problemas de empresas españolas. En ese reporte de problemas, ¿cuál ha sido la mayor dificultad que están teniendo nuestras empresas en este proceso
de adaptación? Ha comentado diversos mecanismos muy interesantes que han puesto en marcha desde el Gobierno para la solución de estas problemáticas, ¿cree necesaria la implantación de otras medidas? Creo haber entendido en su intervención que las
empresas británicas están teniendo más problemas de adaptación que las españolas. Me gustaría que lo confirmase porque no sé si lo he entendido bien.


Y por otra parte desde ICEX se lanzó el cheque brexit, que ofrecía un descuento de entre el 60 y 80 %, como ha comentado, en el precio de los servicios personalizados prestados por ICEX. Me gustaría saber -si ya se tienen los datos de 2020-
qué número de empresas se han acogido a ese cheque y qué perfil de empresa es el que está utilizando más ese cheque.


En la réplica comentaré otras partes que me quedan por hablar.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.


Tiene la palabra la señora secretaria de Estado para dar respuesta a las distintas intervenciones.


La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO (Méndez Bértolo): Muchas gracias, presidente.


Se han tratado muchas cuestiones, que voy a intentar aglutinar, porque creo que responden a planteamientos comunes.


He dicho en varias ocasiones que el punto de partida es que ningún acuerdo de libre comercio puede ser equiparable a la situación que hemos mantenido con el Reino Unido hasta ahora. Esa es una evidencia, y, por más optimista que uno quiera
o pueda ser, es imposible manifestar nada en contra. Por tanto, partimos de una decisión desafortunada, que es la decisión soberana y unilateral del Reino Unido de salirse del mercado interior único, de salirse del proyecto europeo, lo cual tiene
consecuencias inevitables sobre el propio proyecto de la Unión Europea. Por tanto, el punto de partida es que lógicamente surgirán fricciones, pero que en la medida de lo posible con este acuerdo de libre comercio, que, desde luego, hasta hace un
año no habríamos dado por seguro, esas fricciones sean las menos posibles y que sea un acuerdo de libre comercio, como lo es, que honra el nivel de relaciones y de integración económica que hemos tenido con el Reino Unido durante las últimas décadas
en materia de comercio, productos, servicios, por supuesto, inversiones, contratación pública y, sobre todo, también de convergencia regulatoria.


El objetivo era complejo en esta negociación, y, por lo tanto, han sido necesarias concesiones y cesiones por ambas partes: por un lado, poder respetar esa decisión soberana, autónoma por parte del Reino Unido, que le da, entre otras cosas,
libertad, autonomía e independencia a la hora de determinar cuál va a ser su política comercial a partir de ahora. Es decir, efectivamente, el Reino Unido puede negociar, suscribir y, por tanto, aprobar acuerdos de libre comercio con otros socios
comerciales. De hecho, ese era uno de los objetivos fundamentales de la decisión de retirarse de la Unión Europea. Por tanto, esa es también una consecuencia inevitable de esta decisión. Por otro lado, también hay que encontrar un equilibrio
entre este objetivo y permitir un acceso a nuestro mercado de la Unión Europea que sea tan libre como fuera posible tanto para productos como para servicios, pero no erosionando el mercado interior único. Ese ha sido el objetivo fundamental de
protección de nuestro mercado por parte del negociador Barnier. Creo que en esto todos los Estados miembros hemos visto que parte del éxito del proyecto europeo tiene que venir de la mano precisamente de preservar nuestro mercado interior único,
que es un mercado sin parangón en el mundo, de más de 500 millones de consumidores -tras la salida del Reino Unido algo menos-. Por tanto, estas cuatro libertades de circulación era necesario mantenerlas,



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a la vez que garantizar el buen funcionamiento del mercado, pero también permitiendo el acceso, sin que ello fuera un agujero, por decirlo de alguna manera. Y, por último, la competencia leal -cuestión sobre la que me han preguntado
prácticamente todos ustedes-, de modo que esa cooperación a futuro en materia regulatoria para evitar posibles fricciones y distorsiones sobre la competencia de uno u otro lado también era un requisito o una exigencia por parte de la Unión Europea,
y, desde luego, un elemento muy importante en nuestras líneas de negociación, que después comentaré -me ha preguntado al respecto el señor Cortés-, que se encuentra recogida finalmente en el acuerdo comercial. Por tanto, siendo una situación de
partida peor que la que teníamos antes, siendo además una situación creada de forma unilateral y desafortunada por parte del Reino Unido, el acuerdo de libre comercio es un muy buen acuerdo de libre comercio.


Me ha parecido entender que se decía que con este acuerdo de libre comercio o la retirada de la Unión Europea gana el Reino Unido y pierde la Unión Europea, o, en concreto, pierde España. En absoluto, rotundamente no, no es así. De hecho,
pierde el Reino Unido muchísimo más de lo que pierde la Unión Europea, y, desde luego, también más de lo que pierde España, por el hecho de que pierde un acceso en calidad de miembro al mayor mercado de consumidores que existe a nivel mundial. A la
vista del desglose de los datos de exportación e importación, podemos observar que el Reino Unido es una economía principalmente dependiente de importaciones de la Unión Europea. En materia agrícola, por ejemplo, un sector que lógicamente a todos
nos preocupa, es sumamente dependiente. Nuestros productos del agro representan el 25 % de todo lo que nosotros exportamos al Reino Unido, pero en algunos productos lo que el Reino Unido compra a España supone el 50 % o más de su propio mercado, es
decir, hasta ahora no hay competencia posible por parte de otros socios y su dependencia de los productos españoles es manifiesta en el caso de la agricultura. Lógicamente, esta situación de cuotas de mercado a medida que el Reino Unido vaya
negociando o poniendo en marcha acuerdos comerciales con otros socios podría alterarse, pero hoy por hoy la situación de dependencia es significativa y manifiesta. Y aunque la situación no sea deseable actualmente, el hecho de que hayamos protegido
nuestro mercado interior único tiene también un efecto muy importante para lo que se refiere a los sectores del agro. Imaginemos que ese acceso hubiese sido absolutamente libre y sin contrapartidas, sin ningún tipo de control ni fricción; en ese
caso cualquier producto del agro que Reino Unido adquiriese o importase de otros socios terceros -mencionaba Marruecos, pero podría ser cualquier otro- después podría acceder libremente al mercado interior único. Por tanto, todo va alineado; los
controles y las fricciones u obstáculos que puedan surgir en este comercio bilateral también van en favor y en la línea de protección de nuestros propios productos agrícolas, para que al menos dentro de la Unión Europea no compitan de forma desigual
con productos de terceros países que accedan a nuestro mercado a través del Reino Unido. En ese sentido, el acuerdo de libre comercio y también para el sector agrícola es muy ponderado, muy equilibrado y protege nuestros intereses, entre otras
cuestiones también con las indicaciones geográficas que antes mencioné. Y ese siempre es un elemento genuino, auténtico en todas las negociaciones comerciales por parte de España, así que de nuevo una línea roja en nuestra negociación también está
incluida en el acuerdo comercial.


Un tema muy importante que mencionaba, señora Martínez Granados, es el incumplimiento del protocolo de Irlanda del Norte y del acuerdo de retirada. Creo que merece la pena que lo mencione, porque quizás es la cuestión más actual. Creo que
su señoría hablaba de un impacto nocivo, perjudicial para las exportaciones españolas, pero creo que no cabe esperar que algo así se derive de ese incumplimiento. La cuestión es otra, la cuestión es que los compromisos están para cumplirse y,
lógicamente, habiendo transcurrido apenas dos meses y medio de vigencia del acuerdo, debemos hacer todo lo posible, como está haciendo la Comisión, por exigir un cumplimiento estricto de lo acordado. En concreto, se han enviado sendas cartas por
parte de la Comisión y el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, al Reino Unido instando, por un lado, a dar una respuesta a esta situación, en la que el Gobierno británico unilateralmente ha decidido posponer cualquier control que ellos han
de realizar entre Irlanda del Norte y el resto del mercado británico, que iba a comenzar ahora, en abril, hasta más adelante, incluso en algunos casos hasta 2023, ante la imposibilidad técnica de llevar estos controles a cabo. Esa decisión no puede
ser unilateral, ha de ser acordada, y, por tanto, en esa unilateralidad es donde está el incumplimiento. A través de estas cartas se da un plazo al Gobierno británico para que enmiende su postura o bien llegue a una solución negociada; de lo
contrario, podrán tomarse medidas de reequilibrio, medidas financieras, e instarse a un panel de arbitraje. Lógicamente, creo que es en beneficio y en interés de todos no llegar a ese punto y, por tanto, lograr a una solución negociada.



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En cuanto a Gibraltar, cuestión por la que también se preguntaba, creo que el logro importante fue en noviembre de 2018, cuando la Unión Europea, con el apoyo de todos los Estados miembros, aprobó que España tuviera siempre la última palabra
en cualquier negociación que se refiriese a Gibraltar. De hecho, sabemos que el 31 de diciembre se llegó a un acuerdo de principios entre Reino Unido y España referente al territorio de Gibraltar y que con base en este acuerdo de principios ahora
mismo se está elaborando un mandato, que habrá de ser acordado por todos los Estados miembros, pero que, en principio, ha sido recibido muy bien, de forma muy positiva por nuestros socios en la Unión Europea y por la propia Comisión, y a partir de
ahí comenzará una negociación. El plazo que nos hemos dado en principio sería de seis meses, puede que se alargue un poco más, aunque ojalá no sea así, para tener una situación con Gibraltar también de fluidez en los flujos de comercio y, sobre
todo, en la movilidad de personas, que, de facto, nos permita eliminar cualquier tipo de barrera, eliminar la Verja. Es un acuerdo de principios moderno, que, sin renunciar a ningún tipo de exigencia en términos de soberanía -ambas partes lo
acordaron así, dijeron que eso era irrenunciable-, permite tener un proyecto conjunto, de prosperidad compartida en términos de trabajo, comercio e inversión entre Campo de Gibraltar y Gibraltar. Creo que los elementos que se contienen son muy
interesantes y, sobre todo, va a permitir responder, primero, a las necesidades de Campo de Gibraltar, muy dependiente también de la economía del Peñón, y también escuchar a la población de Gibraltar, que con un 96 % se manifestó en contra de la
salida del Reino Unido de la Unión Europea.


Respecto al Plan de acción de internacionalización, quiero señalar que no se deriva del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, sino de una ley que entró en vigor en 2014, la Ley de apoyo a los emprendedores y su
internacionalización, cada dos años lo tenemos que actualizar, y nos toca ahora, a comienzos de este año. Me preguntaban si en el plan se prevén medidas para consolidar la presencia de una empresa en un mercado, y, efectivamente, es así. Lo que
hace el plan es integrar todas las acciones y medidas de los distintos departamentos ministeriales que tienen algo que decir en materia de internacionalización no solo para acceder por primera a un mercado, sino para consolidar. De hecho, en cuanto
a las novedades - son muchas las medidas que se incluyen, pero no voy a entrar en ello, porque no es materia de la comparecencia-, en referencia a la pregunta realizada, hay un programa específico, Localiza ICEX, que lo que pretende, sobre todo, es
ayudar a través del asesoramiento y supone también una ayuda directa a la implantación y mayor presencia de filiales y sucursales españolas en mercados internacionales.


Preguntaban también por el DUA, la documentación aduanera. Ese es uno de los problemas que nos han trasladado, señor Martínez Oblanca; efectivamente, es uno de los problemas sobre fricciones que nos han expresado, alguna demora en la
tramitación de este tipo de documento. No se deriva tanto -así lo tenemos en la información contemplada- de un problema en las aduanas españolas, sino de la coordinación con otras aduanas europeas, en concreto la francesa. En términos
administrativos, la cooperación entre las aduanas es excelente, aunque es cierto que ahora, a comienzos de año, probablemente sea necesario seguir trabajando en la comunicación de los sistemas, porque también hay algún tipo de fricción informática.
Desde luego, el problema es conocido, aunque ni mucho menos es el más significativo, y entre todos estamos trabajando en ello.


Mencionaba Mercosur, y parte de lo que antes comentaba se refería a quién pierde aquí: claramente pierde el Reino Unido. Estamos diciendo que, Reino Unido puede seguir comerciando acuerdos comerciales - lógicamente, era parte del objetivo
de abandonar la Unión Europea-, pero la Unión Europea también, y la Unión Europea tiene por delante acuerdos comerciales muy ambiciosos, sumamente interesantes y beneficiosos desde el punto de vista económico pero también geoestratégico, como son el
Acuerdo con Mercosur, pero también los acuerdos con Chile, México, Australia y Nueva Zelanda, aparte de la fantástica oportunidad a comienzos de este año de tener una agenda constructiva de relaciones trasatlánticas, es decir, con Estados Unidos,
que ha comenzado ahora con la suspensión de los aranceles. Por tanto, a comienzos de año dos buenas noticias, a pesar del contexto de incertidumbre: tener este acuerdo en vigor y una relación constructiva y muy positiva con Estados Unidos, que es
lo que se plantea también en el horizonte.


En cuanto al impacto sobre el empleo y los sectores de exportación e importación, tenemos esos datos, aunque creo que no merece la pena que entre hoy en el detalle. Es un estudio de impacto que publicamos el año pasado y que, por tanto,
está colgado en nuestra web. Es un modelo de equilibrio general computable para vaticinar las consecuencias en distintos escenarios, hasta seis escenarios diferentes en función de la dureza de la salida del Reino Unido, en función del tipo de
acuerdo y para



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veintidós sectores. En ese estudio se detallan las previsiones en cada una de las situaciones sobre la caída de las exportaciones e importaciones. Por contestar de forma breve a la pregunta, hasta alcanzar un nuevo equilibrio la caída que
se espera en el PIB gracias a este acuerdo es un 0,2 % menos que la que habría tenido lugar en caso de no haber habido acuerdo, y, por lo que se refiere al empleo, 0,1 % menos que la que habría tenido lugar sin acuerdo. En cuanto a las
exportaciones e importaciones en términos agregados, se estima una caída no significativa, por debajo del 1 % en exportaciones, 0,83 %, y 0,92 % en las importaciones desde el Reino Unido a medio y largo plazo. Ese es el impacto, pero para más
detalle creo que es mejor consultar el estudio concreto en la página web.


Señor Capdevila, los servicios de inspección del Soivre realizan controles sobre importación y exportación para determinados productos en función de los reglamentos comunitarios, por ejemplo en el caso de especies protegidas tanto para
importación como para exportación, pero en el caso de productos industriales o productos del agro de exportación, porque son servicios certificadores de la calidad de los productos del agro o de la seguridad de los productos industriales, como los
juguetes, por poner un ejemplo, o mobiliario de oficina, de forma que nosotros damos cumplimiento a los requisitos impuestos por la Unión Europea sobre la calidad de nuestros productos antes de que abandonen el país originario y, por tanto, entren
en el resto del mercado interior único. Los mismos controles los venían realizando cualquiera de los países miembros de la Unión Europea y, lógicamente, tendrá que hacerlos también el Reino Unido en función de este acuerdo. Por tanto, el control
que realiza el Soivre es exactamente este.


Por otra parte, nos hemos dotado de más recursos en el Soivre. Hay contratación sobre todo de interinos, y hemos intentado acelerar al máximo la salida de las convocatorias de oferta de empleo público, para que tampoco sea una fricción
adicional. Pero esos números que me reportaba el señor Cortés no son nuestros, le puedo decir que los cincuenta y seis funcionarios y los ocho en lo oficina de Londres nos son nuestros. Desde luego, aspiraríamos a poder potenciar el personal en la
oficina de Londres, porque se está viendo muy estresado con el número de consultas. Está respondiendo en tiempo récord y su labor está siendo ejemplar, y reitero otra vez nuestro agradecimiento desde aquí, pero sería estupendo poder contar con más
recursos humanos. Y, desde luego, en los puntos de inspección fronteriza, también sería estupendo poder contar con más recursos del Soivre. De todas maneras, lo que hemos hecho complementariamente ha sido mejorar los servicios digitales, los
programas informáticos -antes mencioné el Estacice- para poder disminuir los tiempos y, sobre todo, mejorar los tiempos de respuesta.


Es necesario aliviar las cargas burocráticas, señor Capdevila, somos muy conscientes de eso. De hecho, hemos estado trabajando todo este tiempo para ponernos a ese nivel, intentando hacerlo lo mejor posible, aunque sabiendo que aun así
habrá fricciones, y lo que queremos es conocerlas a tiempo y dar respuesta lo mejor que se pueda. Actuamos de forma coordinada porque los servicios del Soivre son solo una parte. Se encuentran también los servicios de Aduanas, que también se han
dotado de mejores recursos, han modernizado sus sistemas informáticos y han hecho una inversión muy importante, pensando también precisamente en el brexit, además de los recursos de los ministerios de Agricultura y Sanidad, porque la coordinación de
todos en los puntos de inspección fronteriza es fundamental.


En cuanto a ayudas concretas, se mencionaba el fondo de reserva de ajuste al brexit, un fondo que todavía está por ser aprobado. El importe del fondo son 5300 millones de euros y ahora mismo se está negociando tanto el reglamento de
funcionamiento del fondo como el reparto entre países. Es cierto que en las propuestas iniciales se distribuían entre los países más afectados, aunque sustancialmente los fondos iban dirigidos a Irlanda -por razones muy evidentes-, que copaba la
mayoría de estos fondos, seguido de otros países, como Francia, Países Bajos o Bélgica, también países integrados. Los criterios de reparto son objetivos, aunque, en todo caso, España los ha objetado desde el principio; de hecho, seguimos enviando
propuestas de mejora de estos criterios de reparto, y ahora mismo todavía se están negociando, es decir, no hay un reparto cerrado. Hoy por hoy son unos 184 millones de euros los que llegarían a España para estos costes de ajuste, y está por
determinar también qué tipo de empresas, servicios o proyectos serían beneficiarios de los mismos, y también hay una parte que va destinada a fricciones o problemas en el sector de la pesca.


Me preguntaban por muchas cuestiones muy concretas sobre las reglas de origen. No merece la pena entrar en detalle porque para cada tipo de producto la regla de origen es diferente. Para un producto del agro de origen español se exige
prácticamente el cien por cien. En función del grado de procesamiento del producto, se exige un mayor o menor componente comunitario o del Reino Unido. Lógicamente, la ambición de Reino Unido en la negociación era la de una enorme flexibilidad en
las reglas de origen, porque el componente británico de los productos que circulan y se consumen en el mercado interior único



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es menor en términos relativos, en comparación con el componente comunitario de los otros veintisiete países, y eso es muy evidente, por ejemplo, en el caso de la automoción. Por tanto, regulando y calibrando bien las reglas de origen,
podemos evitar, por ejemplo, que productos procesados en última instancia en Reino Unido y distribuidos a partir de ahí en el mercado interior único sean productos fabricados en terceros países, como en Asia. Por tanto, estas reglas de origen, que
en algunos casos pueden ser disruptivas y también pueden perjudicar a nuestras empresas, en el fondo perjudican fundamentalmente a las empresas británicas, porque ese componente es mucho menor, y nos favorecen porque también protegen nuestro
mercado. Por tanto, sin ser perfectas, son una buena solución para la Unión Europea y no tanto para Reino Unido.


En cuanto a la competencia leal, como decía, es un tema que preocupó muchísimo desde el principio y en el que la reticencia de Reino Unido a avanzar fue muy grande. De hecho, dejando aparte el impacto de la pandemia en todas las agendas y
calendarios, probablemente este ha sido el tema que más lastraba la negociación. Por un lado, se exigía una convergencia dinámica total y, por otro lado, una soberanía regular también total y absoluta en materia fiscal y en materia de subvenciones.
Finalmente, lo conseguido es un buen equilibrio, porque en materia fiscal, sobre todo en materia medioambiental, laboral y social se fijan unos estándares de partida que son los que ya compartimos hasta ahora, los de la Unión Europea, y Reino Unido
los ha hecho suyos porque había hecho suyo el acervo comunitario durante las últimas décadas. Ese es el punto de partida, y además hay un compromiso de no regresión, es decir, de no rebajar esos estándares y, por tanto, de que las condiciones de
competencia leal se mantengan en ese sentido. ¿Qué ocurre si no es así? Hay una medida de reequilibrio, que en este caso de la competencia leal es automática. No se espera un panel independiente o un arbitraje, sino que de forma automática se
pueden tomar lo que llamamos suspensiones cruzadas o efectos de suspensión de preferencias arancelarias.


Es un mecanismo muy potente, que no se ha utilizado nunca en ningún acuerdo de libre comercio, porque es muy difícil que un socio haga eso. Sin embargo, en este acuerdo de libre comercio y debido a la credibilidad, a la confianza del otro
socio, ha sido posible llegar a algo así, con lo cual en un incumplimiento es posible de forma automática, aunque lógicamente motivada, imponer aranceles como medida de reequilibrio.


Se refería el Grupo Parlamentario VOX a la relocalización, a la preocupación por la deslocalización de las empresas, y, en concreto, en el sector financiero, a cómo con las condiciones nuevas del acuerdo de libre comercio se puede perjudicar
a las empresas españolas del sector financiero, muy presentes en el Reino Unido. En general, las empresas españolas del sector financiero, sobre todo las grandes, y también del sector de los seguros, se encuentran presentes formalmente,
constituidas legalmente también en el mercado británico, con muy buenas relaciones con el regulador desde hace muchos años, con lo cual cualquier problema, cualquier fricción se mitiga en ese sentido. No obstante, en referencia a cómo el acuerdo de
libre comercio puede afectar a la salida de empresas del Reino Unido, también españolas, es muy importante observar los últimos datos sobre inversiones provenientes del Reino Unido y, a la inversa, de España en el Reino Unido, y creo que lo que
ponen de manifiesto es una estabilidad muy grande en esas relaciones de inversión, la permanencia de una voluntad de las empresas españolas por estar presentes en el mercado británico, y más todavía a la inversa, a pesar de la situación del brexit.
De hecho, si consideramos las inversiones británicas en España desde 2015 a 2019, se han multiplicado por tres, y en el caso de las españolas en el Reino Unido, aunque hay fluctuación, en ese periodo desde antes del referéndum hasta ahora se observa
una estabilidad total, por tanto, el mantenimiento de unos lazos en materia de inversión. De hecho, en 2020 el Reino Unido, a pesar del año tan complejo que ha sido, siempre ha estado en el ranking entre primer y segundo inversor en España, con lo
cual no se prevé en ese sentido abandono o salida por parte de empresas de España del mercado británico o volviendo a sus orígenes, más bien al contrario. De hecho, por ejemplo, en 2020 destaca una operación muy importante en el sector financiero,
que es la de Credit Suisse, que trajo de la City de Londres precisamente 325 millones de euros de activos financieros a Madrid; por tanto, una de las operaciones de inversión más importantes del año 2020 vino precisamente de la mano del sector
financiero. Y creo que eso nos da una idea de cómo los operadores están viendo la situación.


Señor Cortés, sobre las líneas rojas, hay que mencionar las que probablemente todos conocemos, y confirmo desde aquí que fue así, a la hora de diseñar el mandato, aprobarlo y después seguir de cerca la negociación. Nuestras líneas rojas
tenían que ver con la obtención de beneficios o de un marco lo más favorable posible para nuestros sectores prioritarios, aquellos donde hay integración en las cadenas



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globales de valor, como, por ejemplo, la automoción, farmacéuticos, químicos y el sector del agro, fundamentalmente frutas y hortalizas. También obtener un buen marco en materia de transporte era una de nuestras principales líneas en el
mandato y, por supuesto, la pesca, que ahora consideraré, junto a una ambición en servicios, y recuerdo que el 50 % de nuestra balanza con Reino Unido se refiere a servicios, y no solo a servicios turísticos. Quizá fuimos de los pocos países que
insistieron de forma asertiva hasta el final sobre la inclusión de servicios en el mandato de negociación, y el Reino Unido tampoco mostró la ambición que esperábamos en esta materia hasta el último momento, con lo cual realmente fue toda una
satisfacción ver contemplado al final en el acuerdo de libre comercio un capítulo sobre servicios, que va mucho más allá de la red de seguridad mínima que podría permitir la Organización Mundial del Comercio y que incluso es más ambiciosa que
cualquiera que hayamos otorgado a cualquier socio y que Reino Unido haya otorgado también a cualquier socio en los últimos meses. Por tanto, satisfacción en este sentido. Por otra parte, el level playing field era también una de nuestras líneas
rojas. Esas eran por nuestra parte las prioridades en el mandato y se recogieron creo que de manera bastante satisfactoria.


En cuanto a la pesca, yo creo que también el acuerdo alcanzado es positivo. También fue una negociación de las más duras. Hoy por hoy lo que se mantiene para el año 2021 son las TAC, las tasas de captura íntegras del año 2020, lo que
ocurre es que para el primer trimestre lo que se hace es trasladar de enero a marzo el 25 % de toda la captura del año 2020. Lo que se está haciendo es terminar esa negociación, que se espera para el mes de abril. En realidad, el objetivo de la
negociación -y cuál va a ser el marco o cómo quede, tal y como se contempla en el acuerdo- es mantener un acceso íntegro, cien por cien, de productos pesqueros, pero que, a la vez, lleve de la mano también el acceso total a las aguas, tal y como lo
conocemos hasta ahora, pero por un período de cinco años y medio. A partir de esos cinco años y medio lo que va a haber son negociaciones anuales y, probablemente, transferencias de capturas. En esos cinco años y medio habrá un total acceso a
productos pesqueros y también un total acceso a aguas, que era algo que también pedíamos desde el principio, junto con otros países de la Unión Europea como Francia.


En fin, creo que he dado respuesta a todas las cuestiones sobre estos temas, solo me queda lo relativo al cheque brexit y a las consultas en la Oficina Económica y Comercial en Londres. El perfil de las empresas que lo consultan es
realmente muy variado, fundamentalmente es pequeña y mediana empresa, porque ellas son el 95 % del total de nuestra base exportadora regular y porque el mercado de destino natural de la pequeña y mediana empresa, sobre todo de sectores tan sensibles
y vulnerables como es el agro, es el mercado interior único. Para comerciar en el mercado interior único solo hace falta documentación comercial, las facturas y albaranes. Así que para la pequeña y mediana empresa es todo un reto ahora
familiarizarse con esa documentación, con los procedimientos, también con los tiempos y con cualquier cambio en materia de transporte y logística. Por eso las consultas van orientadas a dar respuesta a esta pequeña y mediana empresa. Además, las
beneficiarias del cheque brexit son fundamentalmente ellas. Un cheque brexit que, como digo, tiene ese descuento del 80 % para estrategias de consolidación de su posición o de su cuota en el mercado británico, pero también para búsqueda de terceros
mercados, que en el caso del agro supone toda una línea de acción por parte de ICEX y el Ministerio de Agricultura en el posicionamiento de estos productos de enorme calidad y que son referencia a nivel mundial, pero en mercados con potencial fuera
de la Unión Europea, donde todavía queda muchísimo margen de mejora. Así que, fundamentalmente, pequeña y mediana empresa de muchísimos sectores, pero, sobre todo, del sector de alimentos y bebidas.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias a usted.


Por el Grupo Mixto, tiene la palabra don Isidro Martínez Oblanca.


El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señor presidente.


Simplemente quiero agradecer a la señora secretaria de Estado sus respuestas y desearle éxito en sus labores.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias.


Por el Grupo Confederal de Unidas Podemos, tiene la palabra la señora Antonia Jover.


La señora JOVER DÍAZ: Muchas gracias también por sus respuestas y sus explicaciones.



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Solo quiero que incida un poco más en si prevé algún impacto sobre el sector turístico, que es tan importante para Baleares y Canarias.


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario VOX tiene la palabra la señora Mireia Borrás.


La señora BORRÁS PABÓN: Gracias.


Muchas gracias, secretaria Estado, por su comparecencia, por su exposición y por sus explicaciones. También le agradezco que haya intentado contestar a algunas de las cuestiones que le ha formulado anteriormente mi compañera. Como ya ha
mencionado ella, nosotros opinamos que la UE debería haber salvaguardado los intereses de sus Estados miembros de una manera mucho más efectiva de la que lo ha hecho, sobre todo teniendo en cuenta que debemos intentar que, en los acuerdos de libre
comercio, se alcancen siempre acuerdos favorables para ambas partes, que el resultado sea un win to win, donde ambas partes salgan ganando, y en relación de igualdad. Una cosa es que hayan sido negociaciones complejas, como usted ha mencionado, y
sabemos que han sido así, y otra cosa es que hayan sido relaciones con complejos ante Reino Unido a la hora de proteger los intereses europeos y, sobre todo, los intereses de los españoles, de los agricultores, de los trabajadores, de nuestras
empresas, a las que este Gobierno, lamentablemente, ha abandonado hace ya mucho tiempo. No tiene sentido que la UE le ponga la alfombra roja a Reino Unido mientras estos nos obstaculizan, y no le ponga esa misma alfombra a nuestros competidores.


Mi compañera ha mencionado también el caso de Gibraltar, ese foco de mercado negro, de transacciones ilegales y de explotación de trabajadores, de donde, por cierto, nuestro presidente Santiago Abascal se trajo una de esas piedras que el
Gobierno de Gibraltar vierte ilegalmente en nuestras aguas para sabotear a nuestros pescadores y cuyos abusos económicos y fiscales son impasibles en este acuerdo. Aparte de todo lo ya mencionado por mi compañera, el Gobierno de Gibraltar seguirá
violando sistemáticamente nuestras aguas jurisdiccionales, incluso limpiando en ellas tanques altamente contaminantes o submarinos nucleares. Una vez más, al intentar atribuirse la medalla al Gobierno más ecologista de la historia, se pone de
manifiesto su hipocresía.


Reino Unido mantiene muchas de sus prerrogativas con la Unión, sin embargo, España ha visto su posición jurídica muy perjudicada. En definitiva, el Gobierno de España, como ya hemos manifestado anteriormente, podría haber utilizado este
acuerdo de libre comercio para defender los intereses de los españoles frente a los de Reino Unido, sin embargo, no lo ha hecho. Lo peor de esto es que el abandono y la negligencia del Gobierno lo sufrirán los trabajadores; no nosotros, ni
ustedes, ni este Gobierno sino los antiguos trabajadores de Nissan, que ven como sus empleos se han ido a Reino Unido, los trabajadores del sector primario, que dejarán de exportar sus productos a Reino Unido, que ahora importará los productos
marroquíes, y los trabajadores del puerto de Algeciras, que verán que Tánger acaparará progresivamente el tráfico por su relación privilegiada con Reino Unido, así como todos aquellos españoles de la provincia de Cádiz que sufrirán las malas
prácticas de la colonia británica en la pesca, en el comercio, etcétera. En definitiva, este acuerdo entre la Comisión y el Reino Unido parece una victoria británica, porque mantendrá la capitalidad financiera de la UE, y una derrota española.
Podríamos haberlo aprovechado para mejorar la situación de los españoles, pero no se ha hecho.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señoría.


Por el Grupo Popular, le toca ahora a don Mario Cortés.


El señor CORTÉS CARBALLO: Gracias por las respuestas.


Un detalle, no me ha contestado nada -discúlpeme si me lo ha dicho, pero no le he entendido- sobre los fondos de apoyo al brexit, respecto a los cuales yo le decía que estábamos en el séptimo lugar. Evidentemente, si estamos en séptimo
lugar es que no se habrá negociado bien. Aunque somos el único país que tiene una frontera terrestre con Reino Unido, entendiendo como frontera terrestre la de Gibraltar, hemos salido perjudicados en el reparto.


Ha sido muy optimista cuando ha dicho que vamos a perder, como máximo, un 1,8 % en el mercado agroalimentario. Es un porcentaje muy bajo el que ha planteado, habrá que ver cuál será el impacto a medio y largo plazo. Para empezar, ya hemos
comprobado que tendrá un mayor coste para nuestras exportaciones, como es lógico. Por otra parte, ha dicho que aunque el acuerdo diga que en cinco años va



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a haber un recorte, no va a haber tal recorte en el sector de la pesca. Sin embargo, a día de hoy, la información que tenemos es esa. Asimismo, dice también que han negociado su línea roja, aunque, desgraciadamente, en los medios solo
hemos escuchado los posicionamientos más fuertes de Dinamarca, Francia y Alemania en estos sectores y muy poco el posicionamiento del Gobierno español. Como decía al principio, hablando del logro y el mérito de este acuerdo, escuchándoles a ustedes
parece que ha sido algo propio, cuando se ha evidenciado que este acuerdo se ha logrado por el propio equipo negociador y la presión de otros países europeos. En cuanto a la diligencia, sí tengo que decirle algo. A la hora de comunicar e informar
sobre los acuerdos, la diligencia ha dejado mucho que desear. Nos enteramos de los detalles de Gibraltar doce días después por la prensa, en El País. Sin embargo, eso se había comunicado por otra parte dentro del propio Gobierno británico. Me
extraña que tardáramos doce días y encima que nos enteráramos por un medio de comunicación en lugar de hacerlo por el propio Gobierno.


La creación de Canal Brexit, que me parece una buena iniciativa, fue el 18 de febrero, mes y medio después de la entrada en vigor del acuerdo, que creo que ya teníamos que tener toda esa información. En eso tengo que afearle esa falta de
diligencia. Tampoco estoy de acuerdo con lo que ha dicho sobre que el acuerdo con Gibraltar no es una cesión de la soberanía. Creo que es justamente lo contrario, es una dejación plena de intentar ejercer la soberanía de Gibraltar en un futuro.
Le voy a explicar por qué. Porque el Acuerdo de Schengen es muy positivo, pero tiene una parte negativa, que es que de facto Gibraltar ya está dentro de la Unión Europea y encima está en unas condiciones similares a las que puede tener Mónaco,
Andorra o Liechtenstein. No creo que hayamos hecho un buen acuerdo cuando precisamente lo que presionaba a Gibraltar era la libre circulación con Europa y teníamos la llave para ejercer esa potestad. Creo que el propio pueblo de Gibraltar hubiera
aceptado la cosoberanía si la condición era esa para poder optar al libre mercado. Hemos renunciado a ello y encima están dentro de la Unión Europea y con las mismas condiciones que tenían. Ahí no podemos estar de acuerdo porque nos ha supuesto de
facto el rechazo a reclamar la soberanía en un futuro. En esta negociación creo que este Gobierno debería haber ejercido un mayor liderazgo; en Gibraltar nos jugábamos mucho y lo hemos perdido.


Tenemos dos sectores que nos preocupan, que son el sector pesquero y el agroalimentario, y aunque usted es muy optimista, creo deberíamos empezar a pensar en buscar soluciones para ellos.


Quiero decirle que el Partido Popular tendrá la mano tendida para cualquier negociación que podamos emprender para todo lo que sea favorecer el comercio español.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, don Mario.


Tiene la palabra la señora López Zamora, del Grupo Socialista.


La señora LÓPEZ ZAMORA: Gracias, señor presidente.


Señora secretaria de Estado, gracias por su respuesta a las preguntas. Si de verdad los partidos de la derecha tuviesen algún interés en defender lo que beneficia a los españoles no serían capaces de hacer algunas afirmaciones tan negativas
como las que se han escuchado aquí, que lo único que hacen es denostar nuestra imagen como país. Les volveré a pedir las veces que haga falta, que lo he hecho ya muchísimas veces, que aprendan a sumar cuando se necesita, porque ahora mismo el país
lo necesita, y que dejen de atacar constantemente, porque los ciudadanos de verdad están cansados de esta actitud que tienen algunos políticos.


Por supuesto, no quiero dejar de referirme al acuerdo con Gibraltar, por la gran relevancia que tiene para nosotros. Lo primero que debemos tener presente es que el acuerdo del que hoy hablamos, que ya está concluido, no incluye a
Gibraltar, son dos procesos totalmente separados. Como ya se anunció a final de año, se han mantenido diversos contactos para buscar un acuerdo que beneficie a ambos, y esto quiere decir que la relación futura sobre Gibraltar será mediante un
acuerdo -aunque ya existe ese preacuerdo que, además, es positivo- entre la Unión Europea y Reino Unido, que debe contar con el visto bueno tanto del Reino Unido como de España. En definitiva, mi grupo cree que hemos salido relativamente bien de
una negociación compleja. Tenemos un buen acuerdo, pero mejorable, por supuesto, porque no hemos venido aquí a autocomplacernos. Es innegable que todos hemos perdido con la salida del Reino Unido, tanto la Unión Europea como el Reino Unido, pero
hubiese sido mucho peor que esta salida se hubiera producido sin haber llegado a este acuerdo. Eso no quita que, ojalá, con el tiempo y con algunos cambios políticos en el Reino Unido consigamos un acercamiento a un modelo de negociación aún más
satisfactorio para España, porque, evidentemente, aun siendo un buen acuerdo, el paso del modelo de unión aduanera y mercado único a zona de libre comercio supone un cambio de



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modelo y costes que afectan directamente a nuestro tejido empresarial. Por eso, a mi grupo le gustaría hacerle una solicitud al Gobierno, y es que hagan de la necesidad virtud; es decir, que utilicemos esta situación para generar más
oportunidades para las empresas españolas.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: La señora secretaria manifiesta su intención de responderles.


La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO (Méndez Bértolo): Sí, pero brevemente. No se preocupen.


Recogiendo esta última idea, y contestando al Grupo Parlamentario VOX, tengo que decir que es verdad, que el objetivo de cualquier negociación comercial ha de ser tener una situación win-win. En este caso no es una negociación comercial al
uso, porque normalmente cuando se negocian acuerdos de libre comercio se trata de eliminar barreras, y aquí había que construir las menos posibles y de la mejor manera. Por tanto, no podemos hablar exactamente de una situación win-win en relación
con la que es justo, que permite que el flujo del comercio y la inversión se siga desarrollando, que requiere también de buena fe en la implementación del acuerdo, pero que, como digo, es satisfactorio sobre todo porque todas estas cuestiones que
estaban en el mandato y que eran prioridades de España están recogidas de manera ambiciosa. En ese sentido, insisto, nuestra valoración es positiva.


Sobre la negociación de Gibraltar, simplemente quiero añadir que la eliminación de cualquier tipo de barrera, por tanto, eliminar de la verja de facto, tiene que conllevar obligaciones y derechos por ambas partes. Eso está en el acuerdo de
principios y es lo que va a guiar la negociación por parte de España, imagino que de Reino Unido y, desde luego, de la Comisión y de nuestros socios en la Unión Europea. Por tanto, proponiendo trabajar en construir una unión aduanera adaptada o ad
hoc, con movilidad de personas y de mercancías, será necesario que Gibraltar aplique también el acervo comunitario y que exista un capítulo de competencia leal que ataje los problemas en el flujo de mercancías que todos conocemos. Todo eso debe
estar contenido en la negociación, porque, efectivamente, el resultado ha de ser equilibrado en términos de libertad y también de protección, de defensa de nuestros intereses.


Sobre el fondo de reserva de ajustes, simplemente mencionaré que antes lo detallé. Lo que expliqué es que son 5300 millones de euros, que Irlanda se lleva la mayor parte, por razones muy evidentes de exposición al mercado británico y
dependencia, y en función de unos indicadores objetivos Francia, Países Bajos o Bélgica son los países más afectados en términos de flujo de comercio y, como digo, integración, sobre todo, y dependencia económica. No obstante, esta distribución no
está decidida todavía y España ha objetado desde el principio la propuesta de reparto, así que, hoy por hoy, en marzo todavía nos encontramos con una negociación abierta sobre dos cuestiones. La primera, el reglamento de funcionamiento del fondo,
es decir, cómo se van a distribuir los fondos, cómo se va a hacer el seguimiento, cómo se va a controlar su aplicación y cuáles serán los proyectos beneficiarios. La segunda, el reparto. El reparto no está decidido y España, desde luego, va a
defender tener la mayor participación y la mayor cuota posible.


Por último, quiero decir que pese a lo complicado de esta coyuntura, hace un año, incluso antes de la pandemia, nadie habría dado por hecho tener actualmente un acuerdo de libre comercio con tal grado de ambición, que supone un marco que es
estable, que es predecible, que es suficientemente bueno, no solo para mantenernos en el mercado británico, sino incluso también para mejorar en el futuro y buscar nuevas oportunidades de negocio. Por más compleja que esa tarea pueda parecer, las
empresas saben que nos tienen en la Administración pública para acompañarles. Desde la administración comercial lo haremos en dos sentidos. Primero, no ser un obstáculo adicional y, por tanto, permitir que las previsiones del acuerdo se
desarrollen de la mejor manera, que nuestro socio comercial cumpla con sus compromisos, como debemos hacerlo nosotros. Segundo, en nuestra labor de promoción de la exportación y de acceso a nuevos mercados, siempre acompañándoles a través de
distintos servicios e instrumentos de apoyo financiero para que la internacionalización, en el mercado británico o en otros, sea siempre una opción de crecimiento para nuestras empresas.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Gracias a usted.


Señorías, antes de dar por concluida la sesión debo indicar a sus señorías que en la sesión celebrada el pasado día 16 de febrero hubo un error en las votaciones. En la votación de la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Popular
sobre -comillas- 'un plan de ayudas al colectivo de los feriantes que



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haga frente al impacto económico y social del COVID-19. Número de expediente 161/1922', se produjo un empate a dieciocho votos. Como recordarán, procedimos a repetir la votación para deshacer el empate que se resolvió en el sentido de
desestimar la citada proposición no de ley. Señorías, lamento indicarles que, de acuerdo con el artículo 88.2 del Reglamento, ese no era el procedimiento que deberíamos haber seguido para deshacer el empate. De acuerdo con este artículo, se
entenderá que no existe empate cuando la igualdad de votos, siendo idéntico el sentido en el que hubieren votado todos los miembros de la Comisión pertenecientes al mismo grupo parlamentario, pudiera dirimirse ponderado el número de votos con que
cada grupo cuente en el Pleno. Los servicios de la Cámara han comprobado las grabaciones de la sesión, han verificado que al aplicar la ponderación que establece el Reglamento la iniciativa tuvo 178 votos a favor, de los grupos parlamentarios
Popular en el Congreso, VOX, Republicano, Ciudadanos, Vasco y Mixto, y 167 votos en contra de los grupos parlamentarios Socialista, Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y Plural. Por tanto, señorías, debe entenderse aprobada
la mencionada proposición no de ley del Grupo Parlamentario Popular, esto es, un plan de ayudas al colectivo de los feriantes que haga frente al impacto económico y social del COVID-19. Reitero mis excusas.


Ahora sí, se levanta la sesión.


Eran las tres y quince minutos de la tarde.