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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 627, de 17/09/2014
cve: DSCD-10-CO-627 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2014 X LEGISLATURA Núm. 627

DEFENSA

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. AGUSTÍN CONDE BAJÉN

Sesión núm. 32

celebrada el miércoles,

17 de septiembre de 2014



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ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor ministro de Defensa (Morenés Eulate), para:


- Informar acerca de lo tratado en la cumbre de la OTAN, celebrada los pasados días 4 y 5 de septiembre en Newport, Reino Unido, así como de las cuestiones abordadas en la reunión informal de ministros de Defensa de la Unión Europea,
celebrada los días 9 y 10 de septiembre en Milán. A petición propia. (Número de expediente 214/000109) ... (Página2)


- Informar de la posición defendida por el Gobierno español en el seno de la OTAN, en relación con la crisis en Ucrania. A petición del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/001319) ... href='#(Página2)'>(Página2)


- Informar sobre la posición del Gobierno español en la reunión de ministros de Defensa de la OTAN que se celebrará los días 3 y 4 de junio de 2014. A petición del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/001402) ... href='#(Página2)'>(Página2)


- Que informe sobre los nuevos planes de defensa que implican la participación de España en operaciones militares de la OTAN comprometidos por el ministro de Defensa y el presidente del Gobierno en la cumbre de la Alianza Atlántica
desarrollada en Gales. A petición del Grupo Parlamentario de IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural. (Número de expediente 213/001632) ... (Página2)



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Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.


Celebramos sesión de la Comisión de Defensa conforme al orden del día que han recibido sus señorías y que comprende cuatro peticiones de comparecencia. La primera es una comparecencia a petición propia solicitada por el señor ministro de
Defensa para informar acerca de lo tratado en la cumbre de la OTAN celebrada los pasados días 4 y 5 de septiembre en Newport, Reino Unido, así como de las cuestiones abordadas en la reunión informal de ministros de Defensa de la Unión Europea
celebrada los días 9 y 10 de septiembre en Milán. A esta petición de comparecencia se acumulan la petición de comparecencia formulada por el Grupo Parlamentario Socialista para informar de la posición defendida por el Gobierno español en el seno de
la OTAN en relación con la crisis de Ucrania; la solicitada también por el Grupo Socialista para informar sobre la posición del Gobierno español en la reunión de ministros de Defensa de la OTAN y, por último, la formulada por el Grupo Parlamentario
de La Izquierda Plural para informar sobre los nuevos planes de defensa que implican la participación de España en operaciones militares de la OTAN comprometidos por el ministro de Defensa y el presidente del Gobierno en la Cumbre de la Alianza
Atlántica desarrollada en Gales.


La secuencia en la que se desarrollará esta comparecencia será la siguiente: En primer lugar, tomará la palabra el ministro de Defensa, que hablará sin límite de tiempo, como establece el Reglamento, y a continuación, por ser solicitantes
de peticiones de comparecencia que se han acumulado, tomará la palabra el portavoz del Grupo Socialista, don Diego López Garrido, si no se me indica lo contrario, y el portavoz del Grupo de La Izquierda Plural, el señor Nuet, si tampoco se me indica
lo contrario. Acto seguido tomarán la palabra los portavoces de los distintos grupos parlamentarios por orden de menor a mayor número de representantes. Estos turnos de palabra serán por tiempo de diez minutos; posteriormente contestará el
ministro de Defensa y luego abriremos un turno extraordinario de dos minutos para hacer precisiones por parte de los portavoces.


Aclaradas las cuestiones de intendencia, tiene la palabra el señor ministro de Defensa.


El señor MINISTRO DE DEFENSA (Morenés Eulate): Señorías, comparezco hoy, como me comprometí a hacerlo antes del verano y como continuación a mi intervención en el Senado de 26 de junio, para exponerles y abrir debate sobre las cuestiones
tratadas en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN celebrada hace doce días en Newport, Reino Unido. Al mismo tiempo, aprovechando sin duda el paralelismo de muchos de los temas tratados, les informaré también sobre lo abordado en la
reunión informal de ministros de Defensa de la Unión Europea celebrada en Milán hace apenas una semana. Quiero comparecer así, con la mayor diligencia posible, para subrayar tanto la importancia de los desafíos que se nos plantean como la urgencia
en profundizar en su análisis y puesta en común del esfuerzo de combatirlos.


Señorías, creo que a ninguno de los presentes se nos escapa la gravedad de la situación internacional. La inestabilidad mundial que traza un arco continuo desde Asia central y las orillas del Caspio hasta el golfo de Guinea sustituye hoy,
como principal preocupación, a la crisis económica en las cancillerías aliadas. Y no es porque la crisis se haya olvidado o se hayan dejado de implementar políticas de desarrollo, crecimiento y empleo, que afortunadamente van dando sus frutos;
tampoco es porque esta inestabilidad geopolítica pueda afectar -que afecta- y pueda amenazar -que amenaza- directamente a la seguridad de nuestros soldados y los de nuestros aliados, es también porque en la raíz de la inestabilidad está instalada la
amenaza directa contra nuestra forma de vida como ciudadanos libres e iguales, contra la democracia y el Estado de derecho, contra los derechos humanos, contra estas conquistas que tanto han costado y que están sin duda íntimamente relacionadas con
el Estado de bienestar del que disfrutamos. Precisamente en el año en que se cumple el 70.º aniversario del desembarco de Normandía y el 25.º de la caída del muro de Berlín, no debería ser difícil recordar todo lo que hemos tenido que sacrificar
para llegar hasta aquí. La preocupación objetiva por la situación de inseguridad ha sido, por tanto, el eje fundamental de los encuentros mantenidos en estos últimos días, cuyo detalle paso a relatarles.


La cumbre de Gales. Comenzando el repaso cronológicamente, los pasados 4 y 5 de septiembre tuve el honor de asistir, acompañando al presidente del Gobierno, a la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN. La evolución de los temas
centrales de estas cumbres bianuales habla bien a las claras de cuál es el momento político por el que atraviesa la organización y cuál es la evolución de sus prioridades en política internacional. Así, en Lisboa, en 2010, se actualizó y redefinió
el concepto estratégico de la OTAN, hoy vigente, y en Chicago en 2012 se trató del futuro de la misión ISAF, del paquete de capacidades



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de la OTAN y de las formas de cooperación y eficiencia para optimizar los escasos recursos disponibles para la defensa. Es decir, la OTAN había reevaluado su papel y perspectiva como primera alianza de seguridad y defensa del mundo, había
hecho un ejercicio de prospectiva y buscaba adaptarse a un contexto económico complicado en un mundo donde primaban y priman los llamados conflictos asimétricos y los nuevos escenarios de riesgos y amenazas como, por ejemplo, el espacio exterior y
el ciberespacio. Sin embargo, la Cumbre de Newport, además del lógico seguimiento de estas cuestiones permanentes, tenía asuntos urgentes y absolutamente prioritarios en cuanto a su consistencia que abordar. Por un lado, y como primer encuentro al
máximo nivel desde el estallido de la crisis ucraniana, había la obligación de reafirmar la posición de los aliados, lo que implicaba una vuelta a los orígenes, a los principios y fines fundamentales de la organización. En los últimos años, y una
vez concluidos en Lisboa los trabajos de definición del nuevo concepto estratégico, la OTAN ha trabajado fundamentalmente en gestión de crisis y en seguridad cooperativa, así como en la modernización de la estructura administrativa y los procesos
internos. Al estar concentrados en la reforma organizativa, en la superación de carencias en materia de capacidades y actuar puntualmente de forma proactiva, puede haberse transmitido cierta distracción con respecto al objeto principal de la
organización que, como saben sus señorías, es el que motivó su creación, y no es otro que la defensa colectiva. No olvidamos, por supuesto, los otros objetivos fundamentales porque están íntimamente relacionados con el primero, como son: la
salvaguardia de la libertad, la promoción de la estabilidad y bienestar en el área noratlántica y la preservación de la paz y la seguridad.


Como ya comenté en el Senado, la defensa colectiva, el llamamiento a la solidaridad y reaseguramiento mutuo que comienza siempre por la propia responsabilidad con la defensa nacional no es solo un elemento militar, por supuesto que un
territorio y una zona de influencia que cuente con los medios materiales y humanos disponibles alistados va a configurar una disuasión evitando el enfrentamiento o va a facilitar una reacción inmediata a la agresión, pero la defensa colectiva sigue
siendo hoy el más poderoso instrumento político. La percepción global de la cohesión, la voluntad y la unidad de actuación frente a los desafíos que se nos plantean genera intrínsecamente poder y liderazgo para toda la organización y, por tanto,
permite sostener y difundir los principios y valores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Así, la reacción que hemos tenido en la crisis de Ucrania restaura la plena vigencia de la cohesión y solidaridad entre socios y aliados. Es
fundamental que los Estados miembros no solo se sientan respaldados sino que inmediatamente reciban apoyos reales que contribuyan a solucionar sus preocupaciones de seguridad y defensa. Amparados por esta creencia firme desde marzo, los aliados
hemos estado trabajando para movilizar aquellos medios a disposición de la OTAN que fuesen más útiles para reasegurar a los países miembros más cercanos a las crisis. Por ello, y como anunciamos en su momento en el Senado, España ha ratificado sus
aportaciones a las fuerzas permanentes y a las operaciones periódicas de la Alianza, ofreciendo además adelantar la puesta a disposición de varias de estas aportaciones siempre que la OTAN lo requiera. La firme condena de la OTAN a las actuaciones
de Rusia en Ucrania y el reaseguramiento a los aliados suponen, junto con las medidas sancionadoras acordadas por los Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, la expresión clara del rechazo a la flagrante violación del derecho internacional y
de la integridad territorial de Ucrania, que se sigue produciendo con el beneplácito o incluso la actuación de Rusia. Al mismo tiempo, este elemento fundamental suscitado durante estos meses, la vuelta a los mecanismos de la defensa colectiva y el
apoyo entre aliados, ha centrado las conversaciones de la Cumbre de Gales, sobrepasando ampliamente el marco coyuntural de la crisis ucraniana. De este modo, los acontecimientos en Siria, Irak y Libia y su vinculación directa e indirecta con lo que
está sucediendo en el resto del norte de África y en el Sahel han evidenciado la pertinencia de la labor del grupo de países, entre los que se encontraba España, que abogábamos por reorientar la atención de los aliados hacia el flanco sur,
equilibrando en cierto modo un escenario estratégico que se inclinaba hacia el este por la crisis ucraniana. Y en este sentido, antes de la cumbre, por iniciativa de España, recogida rápidamente por la ministra Pinotti, a quien he de agradecer su
labor de anfitriona, se desarrolló en Venecia una reunión informal de ministros de Defensa de países del entorno mediterráneo, en la que los titulares de Portugal, Francia, Italia y España compartieron su visión sobre los retos aliados y acercaron
posturas sobre las medidas para hacerles frente, así como para avanzar en la necesaria cooperación y coordinación. Los resultados de esta reunión se reflejaron en las posturas adoptadas en la cumbre, facilitando la adopción por la Alianza de una
perspectiva próxima a los intereses de los países más directamente afectados por los desafíos del sur.


Una vez centradas las consideraciones conceptuales sobre la cumbre e identificadas las crisis urgentes a atender, paso a concretarles lo tratado en cada punto de discusión. Para darle continuidad al discurso,



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permítanme que ordene las sesiones de trabajo de forma diferente a como se celebraron. Comenzaré, así, por retomar la cuestión de Ucrania. Como saben ustedes, la crisis en este país y la relación de la Alianza con esta nación centraron
buena parte de la cumbre. La Comisión OTAN-Ucrania se reunió a nivel de jefes de Estado y de Gobierno con la presencia del presidente ucraniano, Poroshenko. Este reafirmó la orientación europea de su país y su identificación con los valores,
derechos y libertades sobre los que se asienta la OTAN. Además, hizo un llamamiento a que la Alianza continuara apoyando a Ucrania frente a la agresión rusa. Por parte de la Alianza, en el plano político condenamos con firmeza la anexión de Crimea
y las actividades militares desestabilizadoras que Rusia estaba y está llevando en territorio ucraniano, y reconocimos que la seguridad de Ucrania forma parte integral de la seguridad euroatlántica. Sin embargo, es importante destacar que el
comunicado conjunto OTAN-Ucrania hecho público en la cumbre evita hacer mención expresa a una decisión sobre una posible incorporación de este país a la Alianza, entre otros motivos porque consideramos que introducir ahora un elemento de tanto peso
político, y que dista mucho de estar maduro y afianzado, no ayudaría precisamente en la resolución de la presente crisis ucraniana.


En el plano de la cooperación revisamos los distintos programas entre Ucrania y la OTAN, destacando la colaboración estrecha en la reforma de su sector de seguridad y en el desarrollo de capacidades de defensa. Las intervenciones de los
jefes de Estado y de Gobierno aliados coincidieron en resaltar que la solución al conflicto ha de ser política y llegar desde el diálogo, con la única condición previa de la inviolabilidad de la soberanía ucraniana. Subrayamos asimismo la
importancia del papel jugado y a jugar por otras instituciones como la Unión Europea y la OSCE, y la necesidad de mantener tanto la firmeza en las sanciones impuestas como los cauces de interlocución abiertos con Rusia. España, como les he dicho,
es partidaria y partícipe del incremento de las medidas de apoyo puestas en marcha por la OTAN a raíz de esta crisis, y a nivel bilateral está respondiendo a las peticiones de ayuda ucranianas. En este sentido, se ha donado ya material militar no
letal -quinientos chalecos antifragmentos y trescientos cascos de combate- a Ucrania, y se están evaluando otras donaciones similares, así como se contemplan otras iniciativas de cooperación en el campo de la enseñanza militar, el desminado o la
ciberdefensa.


Enlazando con lo que les comentaba anteriormente sobre el concepto de defensa colectiva y el reaseguramiento, uno de los principales resultados de la cumbre ha sido la aprobación de un plan de preparación aliada, que busca mejorar la
capacidad de respuesta de la OTAN ante los nuevos desafíos de seguridad que afectan a la zona euroatlántica, y tanto los procedentes del flanco este como los del flanco sur. Este plan acoge las medidas temporales de disuasión y refuerzo de
seguridad a los países aliados del este; pero, sobre todo, diseña medidas con carácter continuado de adaptación del posicionamiento estratégico militar aliado. Las primeras consisten en un aumento de la presencia y actividad militar en el
territorio aliado oriental de manera rotatoria, flexible y escalable, estando prevista una revisión, al menos anual, sobre su pertinencia y adecuación a la realidad a la que se enfrenta. Entre las segundas, la de mayor importancia es un incremento
de la capacidad de reacción de la fuerza de respuesta de la OTAN, incluyendo la creación de una nueva fuerza con muy alto nivel de alistamiento, que será capaz de desplegarse en muy pocos días. Además, las medidas de adaptación incluyen la
presencia en los países aliados del Este de elementos de mando y control, preposicionamiento de equipos y preparación de infraestructuras con vistas a agilizar un posible refuerzo militar y otras acciones como la mejora de las capacidades de
inteligencia y conocimiento estratégico, potenciación de las fuerzas navales permanentes y el aumento de los ejercicios de adiestramiento en escenarios complejos civiles y militares. La OTAN ha dado directrices a distintas autoridades y comités
aliados para desarrollar cada una de estas disposiciones, debiendo estar finalizadas en su mayor parte antes de abril de 2015. De estas directrices consideramos de especial relevancia para España la elaboración por las autoridades aliadas de un
análisis de las medidas necesarias para hacer frente a los riesgos y amenazas del flanco sur. Estas medidas se presentarán a los ministros de Defensa en la próxima reunión ministerial aliada de febrero de 2015.


Por lo que respecta a nuestra contribución a las medidas temporales de refuerzo de la seguridad, podemos citar la presencia de la fragata española Almirante Juan de Borbón en el Grupo Naval Permanente número 2 que, como saben, ha ampliado su
habitual despliegue en el Mediterráneo al Mar Negro; la del cazaminas Duero en el Grupo Permanente de Medidas Contraminas número 2, así como la oferta al mando de la OTAN para la futura participación de cuatro aviones de la policía aérea del
Báltico a partir de enero de 2015, adelantándonos así a la rotación ordinaria inicialmente prevista para 2016 -que le tocaba a España-, que no por ello ha sido cancelada. También hemos ofrecido a los aliados nuestra disponibilidad para participar
con unidades marítimas adicionales en las dos operaciones navales permanentes de la



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OTAN -como saben son las Standing NATO Maritime Group 1 y 2- y activar para su empleo en ejercicio, si fuera preciso, la capacidad española de fuerzas de respuesta nacional OTAN 2014, que incluye un batallón mecanizado, una fragata, cuatro
aviones de combate y el cuartel general de Bétera, recién certificado con la máxima calificación como Cuartel General Conjunto de la Alianza para operaciones menores de carácter terrestre. He de aclarar dos cuestiones con respecto a estos
efectivos. En primer lugar, son fuerzas ligadas a la actividad operativa de la OTAN en su territorio dentro del marco de la seguridad colectiva y, por tanto, directamente vinculadas a la defensa nacional dentro de ese organismo internacional.
Estas dotaciones se aprueban regularmente por acuerdo del Consejo de Ministro, incluyéndose desde 2003 en un apartado específico para las operaciones OTAN dentro del anual acuerdo de prórroga de las operaciones en el exterior. Por otra parte, la
realización efectiva de los ofrecimientos que hemos hecho está sujeta a la correspondiente consideración por la OTAN de su idoneidad y su consecuente inclusión en las operaciones. Asimismo, también en este marco de operaciones temporales
programadas de la OTAN, contribuiremos a la rotación en el despliegue defensivo de la Alianza en Turquía, iniciada el año pasado como respuesta a la petición de este país en 2012 para la protección de su población civil de un posible ataque aéreo o
con misiles balísticos ante las amenazas provenientes de su frontera sur. Nuestra contribución será la sustitución con nuestras baterías antiaéreas Patriot de las desplegadas por Holanda, por los Países Bajos, cuyo repliegue está previsto para
finales de enero de 2015. Colaboraremos en este dispositivo con unidades similares de Alemania y de los Estados Unidos.


Continuando con la relación de temas tratados, España, entre otros países, planteó desde las primeras reuniones preparatorias la problemática presente en el flanco sur. Este asunto ocupó de forma casi monográfica la cena de trabajo de los
jefes de Estado y de Gobierno dedicada a los retos de seguridad. Existió una coincidencia general respecto a que el foco más grave e inminente es el del grupo autodenominado Estado Islámico, presente en la actualidad en los territorio de Irak y de
Siria, pero con elevado riesgo de contagio a otros países de Oriente Medio, norte de África, Sahel y el golfo de Guinea. También nos preocupa mucho la amenaza directa de este movimiento sobre los países aliados, ya sea por las delirantes
reivindicaciones territoriales que presenta, como por el peligro que supondría el regreso incontrolado de terroristas con pasaporte occidental que ahora combaten en ese grupo y en aquellas zonas. La mayor parte de los miembros de la Alianza
abogamos por una mayor cooperación con los países de la región, una aproximación global no limitada a operaciones militares y la colaboración permanente de los servicios de inteligencia. A lo largo de la tarde exploramos las posibilidades de unir
los esfuerzos que estaban realizando algunos miembros para hacer frente al Estado Islámico mediante una coalición internacional lo más amplia posible, trabajando con las fuerzas armadas iraquíes pero sin comprometer tropas en el terreno. España ha
estado en todo momento en contacto con los representantes de los Estados Unidos y con el resto de los aliados, atentos a la evolución de la iniciativa del diseño de la estrategia a seguir, así como estudiando las posibilidades de actuación en la
coalición que se está formando y en la que estamos presentes por convicción y por responsabilidad con nuestra propia defensa y con la de nuestros aliados. Tras la Conferencia de París del pasado lunes, a la que asistió el ministro de Asuntos
Exteriores dentro del marco jurídico delimitado por la Resolución 2170 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y por la petición expresa del Gobierno legítimo de Irak, estamos en proceso de definir necesidades, responsabilidades o aportaciones
de los países que estamos comprometidos en esta acción contra el terrorismo internacional. Desde el Ministerio de Defensa venimos participando en el proceso de planeamiento de operaciones que se desarrollan en el mando central de los Estados Unidos
en Tampa, donde se establecerán y coordinarán las opciones de apoyo a la coalición internacional en la lucha contra el Estado Islámico.


Dentro de las necesidades inicialmente barajadas hemos identificado una serie de campos donde nuestras capacidades y experiencia pudieran ser especialmente útiles. Así como les enumeró el ministro de Exteriores ayer, podríamos actuar
apoyando las operaciones aliadas mediante la utilización de bases españolas. Trabajamos estrechamente con los aliados para conocer sus necesidades y previsiones; apoyar o participar en las labores de transporte estratégico; aportar otras
capacidades de apoyo aéreo así como funciones de mando, control e inteligencia; participar en el asesoramiento y la formación de efectivos una vez se complete el diseño de estas acciones, su localización física y se fijen también las prioridades
del ejército iraquí en esta materia; facilitar equipamiento de material letal y no letal al Gobierno legítimo de Irak. Por supuesto, cuenten ustedes con mi compromiso de mantener informada a esta Cámara dentro de las competencias de mi ministerio,
así como de solicitar las autorizaciones necesarias una vez cerremos los detalles de nuestra participación.



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Afganistán. Cambiando el tema paso a hablarles de la gran cuestión habitual de las cumbres, orillada sin embargo en los medios de comunicación ante la lógica atención a los nuevos escenarios, como es la reunión sobre ISAF. Esta cumbre ha
supuesto la amortización de la misión ISAF, alcanzados los objetivos fijados para la misma, así como la reafirmación del compromiso aliado con la seguridad y estabilidad del país, de acuerdo con las decisiones alcanzadas en las cumbres de Lisboa y
Chicago. Como he dicho en varias ocasiones, la historia de ISAF es una historia de enorme sacrificio pero también de razonable éxito. Se han conseguido resultados tangibles buscando el horizonte cada vez más cercano de la autonomía y el
empoderamiento afgano. No me quiero alargar con cifras o con los múltiples ejemplos que mejor muestran los avances cosechados por la misión que he repetido en numerosas ocasiones en esta Comisión. Sí les puedo decir que las fuerzas de seguridad y
el ejército afgano, con apoyos cada vez más puntuales de ISAF, son capaces ahora de mantener la seguridad del país en unos niveles muy aceptables. Ni siquiera con la desgraciadamente tradicional ofensiva de verano terrorista, la insurgencia ha sido
capaz de causar graves daños o de saltar a las primeras páginas. Por eso, con la cautela debida, con el reconocimiento de que Afganistán sigue teniendo enormes carencias que comienzan por la ausencia de determinadas capacidades en sus cuerpos y
fuerzas de seguridad, continúan por los problemas de gobernabilidad vigentes derivados de las últimas elecciones, siguen por la falta de transparencia, la corrupción y un tan largo etcétera de problemas políticos y terminan por la propia situación
del país tras más de cuarenta años de guerra y algunos, demasiados, de tiranía teocrática, debemos afirmar que la operación ISAF -misión cuyo principal objetivo, debemos recordar, era la seguridad- se cierra con éxito. Es el momento de pasar página
y diseñar una misión de apoyo a los afganos para mantener y perseverar en los logros alcanzados en el largo camino emprendido casi desde la nada. En la cumbre, la Alianza ha confirmado el lanzamiento, a partir del 1 de enero de 2015, de la misión
Resolute Support de asesoramiento y asistencia a las fuerzas armadas afganas.


En este apartado quiero recordar aquí, como hice en la cumbre, que España ya contribuye a la formación de oficiales afganos desde el año 2006, invitando a unos veinticinco alumnos anuales a cursar estudios superiores militares en el Ceseden.
No obstante, su inicio sigue condicionado por el retraso en la ratificación del marco legal necesario, pendiente de la firma del acuerdo bilateral de seguridad con los Estados Unidos y del acuerdo sobre el estatuto de fuerzas por parte del nuevo
presidente afgano, lo que no se ha producido por el retraso en la formación del nuevo Gobierno, derivado, como saben, del proceso de revisión en curso del resultado electoral, que no está siendo precisamente sencillo. De todas formas, los dos
candidatos presidenciales en disputa remitieron a Cardiff un esperanzador comunicado conjunto por el que se comprometían a la firma de los acuerdos necesarios para el inicio de la nueva misión, fuese quien fuese el ganador resultante de la revisión
de los comicios. Al mismo tiempo, los aliados han confirmado su compromiso de participación a nivel individual en los mecanismos de sostenimientos de las fuerzas armadas afganas y de apoyo al nuevo Gobierno afgano, cuestiones consideradas clave
para la estabilidad futura del país. Por nuestra parte, y en tanto en cuanto se dieran las condiciones requeridas en la Ley de Defensa Nacional para la participación de las Fuerzas Armadas en misiones en el exterior, podríamos, junto con nuestros
aliados, aportar capacidades reducidas a Resolute Support con un horizonte temporal limitado y un despliegue territorial claro, todo ello sujeto, por supuesto, a la preceptiva autorización parlamentaria.


Otro asunto de mucha relevancia para la OTAN y de especial interés para España fue la presentación de la plataforma de interoperabilidad. Es una iniciativa destinada a mantener y desarrollar la capacidad de acción combinada entre la Alianza
y los países socios, mediante una cooperación voluntaria y programas a medida, con el propósito de permitir a la OTAN mantener su nivel de preparación para futuras operaciones. La iniciativa recibió una excelente acogida por parte de los
veinticuatro países socios, destacando el claro mensaje de unidad a la hora de hacer frente común a los desafíos y amenazas a la seguridad euroatlántica. Se han presentado a los socios invitados oportunidades de cooperación y diálogo constructivo y
cercano. España ha apoyado firmemente esta iniciativa enmarcada en el ámbito de la seguridad cooperativa, que considera uno de los medios esenciales para promover un entorno de seguridad en el flanco sur y que es una de las tareas principales de la
OTAN desde la Cumbre de Lisboa. En la cumbre se abogó por una perspectiva inclusiva, que permita incrementar el nivel de preparación combinada y estrechar la unión con aquellos países interesados en reforzar su interoperabilidad con la OTAN,
especialmente los países del norte de África en general y del diálogo Mediterráneo en particular. En este sentido, se destacó la oportunidad que representa como claro exponente de esta iniciativa el ejercicio de alta visibilidad Trident Juncture
2015, que se desarrollará en los territorios de España, Portugal e Italia y que supondrá una



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oportunidad inmejorable para demostrar la trascendencia del flanco sur aliado y la capacidad de respuesta de la Alianza.


En la cumbre también se presentó el informe de progreso sobre la implantación de la capacidad de defensa antimisiles balísticos, en el que se reitera el carácter puramente defensivo de esta capacidad dirigida a hacer frente a una amenaza
exterior a la zona euroatlántica. La materialización de esta capacidad depende en gran medida de aportaciones nacionales. España ha adoptado una postura activa acorde con sus posibilidades y en sintonía con su compromiso de solidaridad con la
Alianza, materializándose en tres elementos de especial relevancia: el despliegue de buques Aegis norteamericanos en la base naval de Rota, el liderazgo de un proyecto de adiestramiento combinado de defensa antiaérea para los buques antimisil en el
marco de la Iniciativa de Defensa Inteligente y el interés en la mejora de las capacidades antimisil basadas en tierra. Una cuestión que se abordó en los márgenes de la cumbre fue la iniciativa de colaboración en municiones guiadas de precisión.
España firmó, junto con otros cinco países aliados, una carta de intenciones que responde a una iniciativa en el marco de la defensa inteligente, con el propósito de explorar vías de cooperación internacional y beneficiarse de sinergias en el
desarrollo y adquisición de municiones guiadas de precisión, una de las carencias identificadas en el proceso de planeamiento de capacidades OTAN. La firma de esta carta de intención no implica compromiso financiero alguno por ahora, sino que
expresa un compromiso político para desarrollar soluciones innovadoras a problemáticas comunes, consiguiendo ahorros de escala y resaltando la capacidad de España de actuar en concierto con los aliados en una capacidad esencial para evitar o
disminuir al máximo los daños colaterales y contribuir muy significativamente a la disuasión.


En cuanto a las posibles ampliaciones futuras de la Alianza, durante esta cumbre no se realizó ninguna nueva invitación para la adhesión, destacándose los esfuerzos realizados por los socios más avanzados en el proceso. A Montenegro,
aspirante que se perfila como previsible miembro de la Alianza, se le ofrecieron conversaciones intensificadas y enfocadas antes de volver a valorar sus progresos, no más tarde de finales de 2015. A Georgia se le ofreció un paquete sustantivo de
medidas en el ámbito de la defensa que le ayuden a acercarse más a la OTAN, transmitiéndose en la cumbre un mensaje de respaldo a este país como socio preferente. En cuanto a Macedonia y Bosnia-Herzegovina, se recordó que sus progresos dependen, en
el primer caso, de un acuerdo con Grecia sobre el nombre del país y, en el segundo, de su fortalecimiento institucional.


Finalmente, pero de fundamental importancia, paso a comentarles brevemente dos asuntos que marcaron las reuniones preparatorias de la cumbre, especialmente el primero, del que se lleva hablando por lo menos los últimos quince años y que no
es otro que el compromiso con la inversión en defensa de los países aliados. No les voy a negar que los debates sobre la cuestión no han sido fáciles. La propuesta inicial, considerada muy ambiciosa, buscaba un compromiso firme para alcanzar el 2%
respecto del producto interior bruto en el plazo de una década y que de esa manera los países europeos se hicieran cargo de su propia defensa, evitando la excesiva dependencia de los Estados Unidos y el actual desequilibrio en el reparto de cargas
entre ambos lados del Atlántico. Nuestra posición ante este debate partía del reconocimiento de que el esfuerzo económico de los países de la OTAN en defensa, particularmente de los europeos y especialmente en la inversión, debería ir retomando, a
un ritmo razonable y consecuente con la evolución económica del país, los niveles y porcentajes relativos previos a la crisis, primero, para posteriormente ir consolidando unas cantidades ajustadas a las necesidades reales de la defensa tanto en el
ámbito de la OTAN como en el de la Unión Europea y en el propio interno nacional. Les consta que es un discurso que hemos mantenido tanto este ministro como los altos cargos del ministerio en sus comparecencias anuales, pero también considerábamos,
y más en una organización como la Alianza, que deberían tenerse en cuenta otros factores, tanto de evolución económica del país como del propio peso relativo y de la capacidad de cada país en la propia OTAN. Tampoco se puede ignorar el aspecto tal
vez más importante en la práctica, la aportación global cualitativa a la seguridad de todos, aspecto en el que España juega un papel muy importante por la preparación de nuestras Fuerzas Armadas, capaces de desarrollar misiones exigentes con medios
comparativamente muy ajustados. El acuerdo final alcanzado, fruto del consenso, es muy significativo, por cuanto representa la voluntad de los aliados, primero, para frenar el deterioro presupuestario de la defensa y, segundo, para revertir la
actual tendencia negativa. Este acuerdo, que sigue las líneas de la guía política aprobada en 2011 tras la Cumbre de Lisboa, permitirá a la OTAN garantizar las capacidades necesarias de acuerdo con la situación y evolución de cada nación, dejando
un amplio margen a los aliados para su orientación presupuestaria.



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El segundo asunto de gran relevancia política al que me refería es la declaración sobre el vínculo transatlántico, que supone la reafirmación de su valor como piedra angular de la seguridad euroatlántica, especialmente ante la crisis de
Ucrania, pero destacando también su importancia ante los retos provenientes del flanco sur. Para cerrar mi exposición sobre la Cumbre de Newport quiero comentarles que he mantenido varias reuniones bilaterales informales con mis homólogos de
Estados Unidos, Marruecos, Alemania, Turquía, Estonia y Azerbaijan, donde hemos profundizado en varias de las cuestiones que les acabo de exponer, y muy particularmente en la cooperación ante las crisis que estamos afrontando.


Paso ahora a informarles sobre la reunión informal de ministros de la Unión Europea. Como no podía ser de otra manera, las cuestiones suscitadas estuvieron absolutamente ligadas a lo tratado en Cardiff, y tanto la posición nacional como la
de nuestros socios reforzaron la coherencia de los postulados europeos con las decisiones tomadas durante la Cumbre de Gales. Al tratarse de una reunión de carácter informal, no se adoptó ninguna decisión oficial. No obstante, les informaré más
sumariamente de los principales temas que abordamos. En primer lugar, pudimos debatir acerca de la muy preocupante situación de inseguridad caracterizada por el elevado número de crisis próximas a nuestras fronteras. No obstante, como ya he
tratado el escenario estratégico en profundidad al hablarles de la cumbre de la OTAN, no abundaré en los contenidos porque son exactamente los mismos. Sí que hubo, por supuesto, un cierto matiz europeo, un mayor peso del flanco sur y un énfasis en
la complicada situación de Libia, en la crisis migratoria aparejada y en la condición de reservorio de la inestabilidad y de la infección islamista que este país ejerce en toda la zona. La condición de Libia como Estado casi fallido contagia a sus
vecinos, amenaza con desestabilizar aún más todo el Sahel y preocupa enormemente a nuestros socios del sur, nuestros amigos marroquíes y argelinos. Esperemos que a partir de la cumbre de hoy, convocada por España como presidente de turno de 5+5 y
ampliada a más de veinte países y organizaciones regionales, se puedan empezar a dar los primeros pasos en la estabilización de Libia.


El segundo punto importante en la agenda fue el seguimiento de las acciones derivadas del Consejo Europeo de diciembre de 2013, que, como recordarán, se ocupó de los diversos aspectos de la defensa de la Unión. Este Consejo no fue un punto
final, sino más bien un punto de partida. Sus conclusiones constituyen un programa de trabajo serio y ordenado con el que los Estados miembros reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad y la defensa de Europa. No se olviden de que las
conclusiones comienzan con la frase: la defensa importa. Era evidente hace nueve meses. Hoy está grabada en piedra. Transcurrido ese tiempo, hay motivos para subrayar algunos logros, pero también razones para exigirnos apretar el ritmo si
queremos cumplir con todos los objetivos que nos marcamos entonces.


En la sesión se abordaron principalmente temas de actuaciones y capacidades comunes y aspectos industriales. Comprendemos que todo aspecto de discusión en el que se avance es un paso adelante, pero seguimos considerando imprescindible la
clarificación de una política de seguridad y defensa europea y sus elementos fundamentales e instrumentales, ya que es el primer paso y el pilar que permitirá dinamizar e integrar estratégicamente los otros dos, que, como conocen ustedes, son la
puesta en común de las capacidades y la puesta en común de las capacidades industriales. No cabe duda de que es necesario disponer en Europa de un tejido industrial de defensa consolidado y eficiente. Sin embargo, el único camino, repito, para
llegar a este resultado final no puede ser la concentración unívoca en aras de las eficiencias de la economía de escala, pues en ese recorrido perderíamos una gran parte de las pequeñas y medianas empresas que constituyen la base de nuestras
economías y son origen de buena parte de la innovación. Además, los avances de liberalización de los mercados y el sometimiento de los aspectos industriales a las normas comunes a otros sectores, necesarios como son, deben acompasarse al desarrollo
de la política común de seguridad y defensa de una Europa con vocación de actor global. No olvidemos que la existencia de una industria de defensa sólida en Europa es un medio para su desarrollo y no un fin en sí mismo. Durante la reunión de
ministros las discusiones estuvieron centradas en el informe de progreso de la alta representante del 4 de julio y en el informe elaborado por la Comisión a finales del mes de junio. La Comisión apoya decididamente una política de defensa de la
Unión creíble, capaz y efectiva que pueda hacer frente a las amenazas actuales. Las tareas que está desarrollando desde la celebración del Consejo son muchas. Por un lado, trabaja en establecer un plan de aplicación de las directivas de
adquisiciones y de transferencias que suponga un uso limitado de las exenciones nacionales a la constitución de un mercado más abierto y más eficiente. Por otro lado, busca la eliminación gradual de las compensaciones industriales para que las
empresas europeas puedan operar libremente y sin discriminación en todos los Estados miembros. Además, se trabaja en los siguientes aspectos: Establecer



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un régimen de seguridad de abastecimiento, asunto clave, en el ámbito de la seguridad y defensa para que las fuerzas armadas de los países miembros puedan recibir suministros suficientes en toda circunstancia; controlar los activos
estratégicos; potenciar la competitividad en terceros mercados; controlar las exportaciones de doble uso; normalizar las certificaciones y reducir las demoras administrativas, y finalmente, se busca apoyar a las pequeñas y medianas empresas y
permitir el acceso de la industria de defensa a los fondos de investigación y de desarrollo tecnológico de doble uso de la Unión Europea.


Otro organismo esencial para el fortalecimiento de la industria europea es la Agencia Europea de Defensa, que en sus diez años de existencia se ha convertido en un claro actor de la defensa europea. No obstante, la cooperación en los
programas de defensa está disminuyendo, por lo que se propusieron una serie de líneas de reflexión. Entre ellas, se destacó la necesidad de que la agencia cuente con recursos para desarrollar programas e instrumentos que faciliten la investigación
en defensa, para la búsqueda de sinergias entre el sector civil y militar, y en el ámbito de tecnologías de doble uso y financiación conjunta. La EDA, la agencia, es una herramienta de los ministerios de Defensa muy bien planteada y estructurada en
el Tratado de la Unión Europea. No obstante, su estructura interna no resulta funcional, estando quizá más orientada a las relaciones con la Comisión que con las de los propios usuarios, los ministerios de Defensa. España, junto con otros socios,
preferiría una delimitación interna de competencias más acorde con la habitual en nuestros ministerios para que se pueda hacer frente a los desafíos del futuro con fluidez y en las mejores condiciones. Y así lo hemos manifestado en Milán. Además,
es necesario que la Agencia Europea de Defensa y la Alianza cuenten con un acuerdo administrativo que vaya más allá de los contactos informales actuales para conseguir que los planeamientos de capacidades de ambas organizaciones se impulsen de forma
coordinada y racional.


En lo referente a los mecanismos de gestión de crisis de la Unión Europea, se destacó la necesidad de hacer operativo el enfoque integral y comprensivo. Es necesario apoyar a terceros Estados para prevenir las crisis y para ello es menester
mejorar la capacidad de la Unión, para construir capacidades en esos países mediante la iniciativa de entrenamiento y equipamiento, pues no puede haber adiestramiento eficaz sin equipamiento adecuado. A largo plazo resulta imprescindible alcanzar
una cooperación en defensa más sistemática, mejorar los mecanismos de financiación de las misiones y operaciones de la Unión, verdadero talón de Aquiles, y estudiar opciones de respuesta rápida más allá de los grupos de combate, como la asignación
de tareas a grupos de los Estados miembros en aplicación del artículo 44 del Tratado de la Unión Europea. Hubo acuerdo en la necesidad de un debate político para que los grupos de combate puedan ser una herramienta utilizable. Los Estados que
participan en los grupos no son necesariamente los mismos que los que se ven afectados por la situación de crisis que aconseja su despliegue, por lo que la decisión política de emplearlo siempre es complicada. España considera que el concepto grupo
de combate es muy sólido y se ha avanzado mucho en el marco de la reacción rápida. España apoya decididamente este concepto como herramienta de respuesta rápida militar y de proyección de la Unión para gestión de crisis. En coherencia con esta
posición participa en los dos grupos alistados para este semestre, y además está iniciando los preparativos nacionales e internacionales para liderar nuevamente uno en 2017.


En otro orden de cosas, la viabilidad de la aplicación de las opciones de respuesta rápida y en particular la asignación de tareas a grupos de Estados miembros mencionada requieren que se complete la panoplia de instrumentos de que dispone
la política común de seguridad y defensa con la capacidad central de planeamiento y control de misiones y operaciones. Los cuarteles generales son los elementos clave a nivel operacional, pero solo con su centralización puede materializarse a nivel
estratégico todo el potencial de la Unión, puro sentido común. Finalmente, se trató la financiación común para misiones militares y de cooperación. Ha llegado el momento de adecuar los mecanismos de financiación común a las necesidades y
prioridades actuales de manera que, sin descuidar las misiones civiles y de ayuda al desarrollo, se dé también cobertura a las misiones de carácter militar y al apoyo al equipamiento y fortalecimiento de capacidades de países cercanos. Se hizo una
mención especial al éxito de la estrategia de seguridad marítima, en cuya generación y desarrollo España se implicó desde el comienzo. Se espera que su plan de acción detallado esté disponible antes de fin de año y que sea un documento sólido que
permita tomar medidas concretas.


El último punto de la reunión fue un repaso somero a las operaciones y misiones militares de la Unión Europea. Se están desarrollando de forma eficaz aunque necesitan una guía política clara. Las organizaciones humanitarias requieren cada
vez más el apoyo militar de la Unión Europea en sus actividades, pero el riesgo de las operaciones -y precisamente por ello- es cada vez mayor y requiere



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un incremento también de capacidades sanitarias y de propia protección. La cooperación militar con la OTAN es intensa y creciente en la Unión Europea, principalmente en los ámbitos de análisis de la situación y planeamiento, como ha sido el
caso de la crisis de Ucrania y de la lucha contra la piratería. Eufor Althea goza del reconocimiento de la población y está contribuyendo a la organización de las fuerzas armadas bosnias, centrando sus esfuerzos de forma prioritaria en aspectos
operativos y en la creación de capacidades, además de labores de formación y en la colaboración para destrucción de munición sobrante.


Atalanta es la operación destinada, como saben sus señorías, a la lucha contra la piratería en el océano Índico y está siendo un verdadero éxito en sus resultados; progresa con eficacia en el apoyo al programa mundial de alimentos y en el
control de las actividades de piratería. Atalanta, desde la mar y en colaboración con la OTAN y la fuerza marítima combinada, está participando en el apoyo a la reforma de la estructura de seguridad en el Cuerno de África, y es un elemento más del
enfoque integral que está aplicando la Unión Europea en la zona. En la República Centroafricana hemos logrado asegurar el aeropuerto de Bangui y reducir el nivel de inseguridad en dos distritos de la ciudad. Se está recuperando la actividad
cotidiana en mercados, bancos, suministros, y los desplazados están regresando a sus casas. No obstante, el representante de Naciones Unidas advirtió sobre el riesgo latente de una extensión de la crisis al área Sahel-Somalia. En Somalia se están
alcanzando buenos resultados y hasta la fecha se han adiestrado a unos 5.000 soldados. Actualmente está moviendo su centro de gravedad desde el adiestramiento de fuerzas al asesoramiento de las mismas. Para conseguir un equilibrio entre ambas se
hace necesario incrementar sus capacidades logísticas y de protección, como ya mencioné antes.


En cuanto a Mali, centra sus cometidos en el adiestramiento en la base de Kulicoro, donde ya se han formado cinco batallones con más de 3.000 soldados, y en el apoyo a la reforma de las fuerzas armadas de Mali. España liderará a partir del
mes de noviembre esta misión, que estará bajo el mando de un general de brigada nuestro durante nueve meses. Esto supondrá asimismo que el general cuente con los apoyos al mando necesarios, cuya cifra está aún por definir. Actualmente el
contingente español, como conocen sus señorías, está formado por 110 efectivos contando con 577 militares, toda la fuerza EUTM Mali, de veintisiete países. Esta nueva responsabilidad se debe al compromiso de España con la estabilidad de los países
africanos afectados por la amenaza terrorista yihadista que, como reconoció la OTAN en la reciente Cumbre de Gales, no está solo en Oriente Medio, sino también de manera muy significativa en estos lugares donde España le está haciendo frente. Con
la asunción del mando en Mali, España reafirma su compromiso con la lucha contra esta amenaza global en la que estamos todos implicados. En la Eusec, República Democrática del Congo, la situación de seguridad es delicada y la preparación de sus
fuerzas armadas muy deficiente, ya que no podría hacer frente a una agresión exterior y tienen dificultades en mantener su seguridad interior. Está involucrada en el apoyo de sus autoridades para la reconstrucción de su ejército, haciéndolo más
moderno y apolítico con medidas de asesoramiento estratégico y formación.


Concluyo, señorías. La situación de seguridad en el mundo en general y en nuestro entorno próximo en particular atraviesa por un periodo de rápido deterioro por las causas que les he ido enumerando y genera grandes riesgos y amenazas
directas para nosotros y para nuestros aliados. Estas amenazas para el bienestar de nuestros ciudadanos y para su seguridad son tomadas muy en serio tanto en la principal organización para la seguridad y la defensa, en la que participamos, la OTAN,
como en el proyecto común de la Unión Europea, que compartimos. Afortunadamente, Europa es hoy en día más consciente que nunca de la necesidad de desarrollar con diligencia los instrumentos de política exterior y de seguridad y defensa que permitan
aplicar óptimamente el modelo comprensivo de gestión y superación de crisis. Por cierto, este modelo, comprehensive approche -como se reconoce en el ámbito internacional-, ha conseguido convertirse en el referente de la acción internacional. Si
leen con atención el discurso que pronunció el presidente de los Estados Unidos de América el pasado miércoles, encontrarán todos los elementos del comprehensive approche expresados y ordenados correctamente. Digo ordenados porque el primer e
ineludible paso en todo el proceso de gestión de crisis no es otro que garantizar la seguridad y la defensa propia y de los países a los que estamos ayudando, y esto inexorablemente requiere de la fuerza militar. Tenemos un compromiso mutuo de
garantizarnos la seguridad y la defensa, de garantizársela a nuestros ciudadanos, a nuestros socios y a nuestros aliados, para entre todos reforzar nuestra soberanía, nuestras libertades y nuestro modelo de vida en común, porque estamos totalmente
convencidos de que los principios y valores que los sustentan son los correctos y adecuados, y por ello estamos dispuestos a defenderlos de las amenazas totalitarias y del fanatismo. Con la misma convicción España trabaja en los trabajos para
reforzar la seguridad colectiva y para el reaseguramiento de nuestros aliados, mientras seguimos siendo el segundo contribuyente a las operaciones de estabilidad de la Unión Europea. Fiel a



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este compromiso España está y participa desde el primer momento en la formación de la coalición internacional contra el terrorismo del Estado Islámico, como participa y ha participado siempre en el esfuerzo de la sociedad internacional
contra esta lacra que amenaza directamente a nuestro país, a nuestros conciudadanos, a nuestros socios y a nuestros aliados, porque creemos que la seguridad es el fundamento de nuestras libertades, de nuestro bienestar, como prius necesario, y que,
en consecuencia, la defensa sin duda importa.


Muchas gracias. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Iniciamos ahora el turno de portavoces. En primer lugar, tiene la palabra por tiempo de diez minutos el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, don Diego López Garrido.


El señor LÓPEZ GARRIDO (don Diego): Gracias, señor ministro, por su comparecencia, especialmente sobre la Cumbre de Cardiff. En la Cumbre de Cardiff hubo dos reuniones relevantes, las más relevantes sin duda de esa cumbre -políticamente
hay que valorarlas así-: una del máximo nivel, que reunió al presidente de Estados Unidos y a los primeros ministros de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido con el presidente ucraniano Poroshenko; y otra, también del máximo nivel, reuniendo a
diez países, entre los cuales estaban estos países europeos y Polonia, sobre el Estado Islámico. En ninguna de las dos reuniones estuvo España. No sé si no quiso estar o si no la llamaron, pero en las dos reuniones más importantes de la Cumbre de
la OTAN en Cardiff, España no estuvo.


Me voy a centrar sobre todo en lo relativo al Estado Islámico. Ayer tuvimos oportunidad de hablar con el ministro de Asuntos Exteriores sobre la crisis de Ucrania -me remito a la intervención que tuvo nuestra portavoz en esa sesión-, pero
me voy a centrar sobre todo en la mayor amenaza a la seguridad que seguramente hay en este momento en buena parte del mundo, que es el llamado Estado Islámico, que es un nombre equívoco, y por eso se ha preferido ahora utilizar en algunos ámbitos el
nombre de Daech. Siguiendo con esa terminología de Estado Islámico, sin duda este representa una amenaza que hace tres meses nadie esperaba. En tres meses han pasado de tener 3.000 a probablemente -es muy difícil de saber- 70.000 u 80.0000
militantes; una amenaza que significa estar presente en el 30% del territorio de Siria, en un tercio del territorio de Irak que está controlado por esta organización, que representa a 11 o 12 millones de personas, por cierto, con el
desencadenamiento de un millón de refugiados sumados a los que ya había antes por la guerra de Siria, y con objetivo de expandirse a Jordania, Libano y Kuwait. Una organización caracterizada por una violencia extrema, por una ideología totalitaria,
por un poder religioso muy significativo -hasta el punto de que la máxima autoridad religiosa de Arabia Saudí lo ha denominado como el enemigo número uno del islam-, con armamento sofisticado, con gran poder económico sin duda y con una capacidad
mediática enorme, que es también una de las causas del éxito en el reclutamiento de los llamados foreign fighters. Así lo ha denominado Naciones Unidas, una amenaza global, importantísima para la seguridad, que requiere una respuesta a medio y
largo plazo para ver las raíces -sin duda las hay- sociológicas, económicas e históricas, de fondo, en esto, pero también a corto plazo, porque el Gobierno de Irak ha dicho claramente: yo no puedo con esta amenaza, necesito ayuda. Por tanto,
necesitamos una respuesta a corto plazo, que tiene que tener una dimensión política, pero también, desde luego, una dimensión militar. Por eso se organiza esa coalición en los márgenes de la Cumbre de Cardiff, con estos componentes; diez países,
entre los cuales estaban los más importantes, lo más grandes de la Unión Europea pero no estaba España. Desde el primer momento España no ha estado en esa reunión; no estuvo en Newport en esa reunión y después se ha incorporado a la Conferencia de
París, un poco improvisadamente, por la puerta de atrás, en una posición naturalmente mucho más subordinada, mucho más débil toda vez que no estuvo ahí. La verdad es que esto no se ha explicado, nadie nos lo ha explicado. Ayer el ministro de
Asuntos Exteriores no explicó por qué España no ha estado ahí. No estuvo en la coalición y lo reconoció el señor Rajoy cuando hizo la correspondiente rueda de prensa. No estuvo en esa coalición. Habló de la retaguardia, pero no estuvo y creo que
es importante que se explique, así como la rectificación que luego se hizo yendo a la Conferencia de París, con una actitud atentista, de espera, de a ver qué nos dicen, como si estuviéramos fuera. A ver qué nos dicen y, en función de lo que nos
digan, ya veremos; a ver qué nos dicen estos que están ahí, que son los que realmente cortan el bacalao, que están en el núcleo central en el que yo no estoy. A ver qué me dicen y ya veremos lo que yo puedo aportar. Es decir, hubo una carencia
alarmante de liderazgo político del Gobierno en este asunto, pese -usted lo ha dicho en su intervención- a su enorme importancia.


Recuerdo una frase, con la que me identifico bastante, que usted ha dicho alguna vez: más este no significa menos sur. Si más este no significa menos sur... Según esto es curioso que, precisamente, en



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esa importantísima reunión, en esa importante coalición, en el núcleo de esa coalición España no estuviera. Por tanto, esa frase -la importancia del flanco sur- queda bastante diluida. Esto nos preocupa mucho porque es un síntoma o un
efecto de pérdida de influencia, de peso político serio de España. España no puede dejar de actuar en el ámbito internacional, sobre todo en este caso, cuando afecta directamente a nuestros intereses, a nuestra seguridad. Hemos tenido cerca
ejemplos de ello, de lo que el yihadismo radical puede significar para nosotros. España no puede dejar de comportarse como un país grande de la Unión Europea, porque lo es. En estos momentos tiene que estar a la altura de su estatus de país grande
de la Unión Europea, tanto en ella como en la OTAN, como en la comunidad internacional. Precisamente, estos días estamos persiguiendo el objetivo, que compartimos, de estar en el Consejo de Seguridad, pero esto es una manifestación de pérdida de
peso serio, cuando no aprovechamos esta oportunidad, no mostramos nuestra solidaridad, máxime cuando no hay un problema de que nuestro ejército no tenga capacidad para abordarlo porque, como usted ha dicho, ha sido capaz de abordar misiones muy
importantes, y esta también. Creo que igualmente es manifestación de una política exterior que se ha difuminado muchísimo en esta legislatura. Es difícil encontrar las líneas de esta política exterior que, por tanto, afecta a la política de
defensa. Si la política exterior es muy débil, muy frágil, si no está definida suficientemente, afecta a la política de defensa, que tiene una referencia inevitable en la política exterior. Aparte de preguntarle qué pasó, querría saber qué va a
hacer el Gobierno al respecto, cómo va a participar, qué va a hacer en relación con esta coalición, que va ampliándose contra la principal amenaza a la seguridad en estos instantes en buena parte del mundo, contra este Estado Islámico. ¿Qué va a
hacer la OTAN? La OTAN ha tenido una posición bastante diluida al respecto. En el comunicado de coordinación no está la OTAN. No sé exactamente cuál sería su papel.


Nuestro grupo parlamentario considera que hay tres elementos exigibles en el combate contra el Estado Islámico. En primer lugar, creemos que España tiene que estar en esa coalición al mismo nivel que los demás países de la Unión Europea, no
menos. Por tanto, tiene que estar en la base de la coalición que se ha formado contra el Estado Islámico. En segundo lugar, la coalición debería ser también una aportación de nuestro país. No podemos estar esperando a ver qué nos dicen.
Precisamente si estamos desde el primer momento, tendremos capacidad y legitimidad para poder decir lo que queremos que se haga. En la estrategia de esta coalición se deben definir los objetivos y, sobre todo, los componentes; eso nos parece
fundamental. Si no hay una aportación de los países árabes y de los países vecinos de Irak va a ser muy difícil poder salir de esta situación y abordar solventemente este combate necesario, porque el protagonismo sobre el terreno tienen que
llevarlo estos países (Irak, los países árabes y los países vecinos de la región). También es muy importante que el nuevo Gobierno del primer ministro Al Abadi -que afortunadamente ha sustituido al sectario primer ministro anterior Al Maliki- sea
fortalecido. Desde luego, la Conferencia de París ha sido un espaldarazo para él, pero tiene que conseguir un consenso interno fundamental entre chiíes, suníes y kurdos, porque en el fondo de todo esto hay una profunda guerra civil del mundo árabe,
del mundo musulmán entre las corrientes chií y suní. Ahí se enmarca también Siria, que es un asunto que no está resuelto. En la Conferencia de París se habló de Irak pero no de Siria, pero hay un problema. El Estado Islámico es una parte de
rebelión contra Al Asad, y no está resuelta la forma de abordar diversos elementos para que sea realmente eficaz para el objetivo fundamental en este momento, que es la destrucción del Estado Islámico. Por último, en tercer lugar, la actuación debe
ser conforme a las directrices y las resoluciones de Naciones Unidas; es decir, conforme a la legalidad internacional. La coalición en todo caso debe sujetarse a la legalidad internacional. Es exactamente lo contrario de lo que sucedió en la
intervención en Irak, de infausto recuerdo, en la que se contradijo la legalidad internacional y se actuó contra el Gobierno en ese momento establecido en Irak. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Tiene ahora la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario de La Izquierda Plural, su señoría el señor Nuet.


El señor NUET PUJALS: Señor ministro, en primer lugar, queremos agradecerle su comparecencia y su extensa y detallada intervención. Su intervención está muy relacionada también con las comparecencias en la Comisión de Asuntos Exteriores el
31 de julio y el 16 de septiembre del ministro de Asuntos Exteriores, por lo que evidentemente doy por reproducida la posición de mi grupo parlamentario respecto a los conflictos de Ucrania, Irak y otros países, porque la lista es ya interminable;
sin embargo, quiero resaltar algunos detalles de su intervención. En primer lugar, igual que usted lo ha hecho cuando iniciaba su exposición, déjeme utilizar algunas efemérides históricas. Creo que es pertinente recordar en esta Comisión de
Defensa que se han cumplido recientemente los cien años del inicio de la Primera Guerra



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Mundial, que estalló en Europa, donde dirigentes políticos europeos irresponsables llevaron a millones de personas a la muerte. En ese momento también se blandieron banderas, se habló de libertad y se promulgaron principios y valores
morales -como usted también al inicio de su intervención citaba- para justificar el despliegue que hoy aquí nos ha traído. Ciertamente todos sabíamos que no eran los principios y valores morales los que motivaron la guerra. Eran las realidades,
los intereses económicos y las dinámicas sectarias los que se adueñaron en ese momento de la política europea. Me gusta recordar esa efeméride porque, al igual que le dije ayer al ministro de Exteriores, recordándole que venía a la Comisión
blandiendo tambores de guerra, usted nos ha traído aquí un verdadero plan de campaña militar, que da miedo y que, como muy bien usted mismo decía, va a incrementar el rápido deterioro -en sus propias palabras- ante el cual estamos en distintos
puntos de la realidad internacional, aunque usted también sabe que, por desgracia, este deterioro no es un castigo divino y que posiblemente aparezca porque está muy relacionado con el negocio, y de eso usted es buen conocedor.


Evidentemente, el conflicto de Ucrania es un elemento central en su exposición; nuestra preocupación es la guerra en las puertas de Europa, guerra comercial y guerra militar. Hay que recordar que estamos hablando de que el inicio del
conflicto en Ucrania es un golpe de Estado perpetrado con la ayuda de las milicias fascistas, que evidentemente ha conllevado que determinados ministros fascistas lo sean hoy del Gobierno de Ucrania y que se haya instalado un gobierno rusófobo en
Kiev, a pocos kilómetros de la frontera rusa. Hay que recordar y defender que se debe abandonar el lenguaje y las acciones basadas en el manual de la Guerra Fría, que la Cumbre del País de Gales ha recuperado, señor ministro. Las sanciones que se
están aplicando a Rusia no son la solución. La única solución es el diálogo político y la negociación porque la Unión Europea y Rusia deben ser aliados estratégicos, independientemente de que esa no sea la opinión de los Estados Unidos y la intente
imponer -la haya impuesto- en la Cumbre de la OTAN en País de Gales. Una cosa es que esa sea la opinión de Estados Unidos y otra que la mayoría de países de la OTAN y de la Unión Europea, también España, se la compren; ustedes se la han comprado.
Por tanto, estamos ante una propuesta de aumentar el conflicto, creando nuevas tensiones.


Quiero recordar que la cumbre ha implementado el plan de preparación de la actuación, la creación y el despliegue de unidades de intervención rápida, y no en cualquier país, señor ministro, sino en Polonia, en los Países Bálticos, en Rumania
y en Bulgaria. Por tanto, se pretende seguir con el despliegue; aunque no se habla de bases permanentes, esa fuerza de intervención rápida se va a establecer de forma permanente en distintos países que rodean a Rusia. Por tanto, estamos hablando
de una estrategia ofensiva, no defensiva, señor ministro. Se lo dijo muy bien el presidente Barack Obama al señor Poroshenko, y está perfectamente recogido en las hemerotecas: La política del Gobierno de Estados Unidos consiste en fortalecer su
presencia militar en Europa, al tiempo que anuncia que solicitará al Congreso norteamericano la aprobación de un presupuesto especial de cerca de 1.000 millones de dólares para el propósito de la mejora y ampliación de la presencia militar en
Europa, e insta a los miembros de la OTAN -por tanto, a nosotros- a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar, además de informar de sus proyectos de colaborar con países muy concretos -proyectos militares de colaboración-: Ucrania,
Georgia y Moldavia. Evidentemente, también se recoge el envío de los doce F-16 a Polonia. Esto no son cartas de amor, señor ministro; es una verdadera declaración agresiva, y frente a eso no podemos esperar a que Rusia se muestre comprensiva,
porque lo que estamos haciendo es intentar dialogar con la pistola encima de la mesa, señor ministro. Eso es lo que ha hecho la Cumbre de la OTAN del País de Gales, es una realidad. Nos parece muy preocupante que el Gobierno del cual es usted
ministro se sume con el despliegue de cazas en el Báltico y las fragatas y barcos de guerra españoles en el Mar Negro.


Sigo con algunos otros temas que usted ha planteado. El presidente Obama ha forjado un núcleo de coalición integrado por nueve países de la OTAN -a los que se ha sumado Australia- para, de alguna forma, parar, atacar y seguir con la guerra
en Irak contra el Estado Islámico, el fantoche creado también por medios de comunicación imprescindible para justificar una nueva intervención. Ya sé que ustedes, los del Partido Popular, tienen con Irak una espinita clavada y siguen erre que erre
queriendo participar en ese conflicto. Aunque España tiene una actitud de permanecer en un segundo plano, el presidente Rajoy ha dicho coincidir en el diagnóstico de la amenaza asegurando que se va a implicar de forma clara en esa alianza propuesta
y organizada desde los intereses de Estados Unidos en la zona. No obstante, ejemplo de sumisión y dependencia es el viaje del ministro del Interior para explicar en Estados Unidos las medidas contra el terrorismo islamista cuando aún no ha
comparecido en esta Cámara para explicarlas a los representantes del pueblo español.



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El conflicto actual de Irak y Siria tiene sus orígenes en las catastróficas políticas aplicadas por Estados Unidos en Oriente Próximo y norte de África. El imperio se lanzó a guerras insensatas en Afganistán, Irak, Libia, Siria; pretendía
también en Irán, pero de momento eso no ha ocurrido. En todos los países surgió una resistencia a esas invasiones que con circunstancias diferentes tenían un rasgo en común: la coalición internacional era incapaz -hemos sido incapaces- de
instaurar una supuesta democracia, en cambio se ha propiciado la aparición de grupos yihadistas que trajeron mayor desorden que acabó en el caos. Sabemos perfectamente que en este momento hay bases de entrenamiento yihadista en Jordania, en Libia o
en Turquía donde parte de los instructores pertenece a los servicios secretos de Estados Unidos y de otros países occidentales, posiblemente preparando esas milicias para su intervención en Irak y no dándose cuenta de forma irresponsable de que esas
mismas milicias mañana pueden atentar en cualquiera de nuestros países. Estamos hablando de que ha crecido un caos sectario y abundan grupos yihadistas que practican la violencia y el terrorismo contra Estados Unidos y sus aliados. Ahí tiene mucho
que ver también cómo ha operado el Gobierno de Maliki, uno de los más sectarios, corruptos y opacos de la zona. Por tanto, hay una clara responsabilidad de las propias autoridades iraquíes en la situación de caos que en este momento nos
encontramos. Estamos ante un Estado fallido, igual que Libia, como muy bien decía usted; la solución de la OTAN y los Estados Unidos es más bombas, después de miles, cientos de miles de muertos en el conflicto tras la invasión de Estados Unidos y
sus aliados.


Evidentemente no tengo tiempo para hablar del tema presupuestario, el famoso debate del 2% del PIB en que hay que gastar más. Ese debate en Europa queda perfecto. Una Europa en recesión es incitada por los Estados Unidos a gastar mucho más
en sus presupuestos de defensa. ¡Qué buen mensaje para los parados europeos y para la situación de la mayoría de la población europea afectada por las políticas de austeridad! Sabemos que en España tenemos problemas, independientemente de que la
parte del presupuesto...


El señor PRESIDENTE: Señor Nuet, debe ir acabando.


El señor NUET PUJALS: Acabo ya, señor presidente.


... del Ministerio de Defensa es menos del que verdaderamente nos gastamos, porque tenemos partidas maquilladas en el resto del presupuesto no vinculadas al Ministerio de Defensa. Para acabar y recordar uno de los conflictos que usted ha
citado -que por falta de tiempo no puedo desarrollar-, en España hemos gastado más de 3.000 millones de euros en nuestra participación en las operaciones de la OTAN en Afganistán en la última década. Por tanto, son tambores de guerra que nos van a
costar caros en dinero y posiblemente en vidas humanas.


El señor PRESIDENTE: Tiene ahora la palabra, en nombre del Grupo Mixto, don Carlos Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Señor presidente, ¿podría plantear una cuestión de orden? (Asentimiento.) Me informa el portavoz del PNV que esta Comisión le coincide con una comparecencia de la ministra de Agricultura. ¿Podríamos cambiar
el orden de intervención?


El señor PRESIDENTE: No hay ningún problema.


Tiene la palabra el señor Agirretxea.


El señor AGIRRETXEA URRESTI: Muchas gracias al compañero de Unión del Pueblo Navarro por su deferencia.


Seré muy breve porque en estos momentos va a comparecer la ministra de Agricultura en la sala de al lado por un tema relacionado con el veto ruso a los alimentos españoles y, por lo tanto, tengo que acudir. En primer lugar, quiero agradecer
al ministro la comparecencia. Ha sido una intervención extensa sobre lo que ha dado de sí esa reunión. Otros compañeros han dado otras noticias de lo que ocurrió en parte en esa cumbre y de lo que no nos ha informado -si es que así fue- el
ministro de Defensa. De todas formas, me gustaría decir dos cosas solamente. A mi grupo y creo que a toda la sociedad le preocupa la situación que se está generando en el llamado Estado Islámico desde una perspectiva de seguridad. En ese sentido,
la primera intervención que debería hacer el Gobierno español es enviar ayuda humanitaria y no los 500.000 euros con los que ha participado que -a diferencia de los aliados europeos- creo que es una pequeñísima parte en comparación con lo que han
contribuido otros. Tal y como se ha indicado el éxodo existente era mayoritario y ahora ya se haya convertido en una situación catastrófica que requiere de urgente ayuda humanitaria y de estrategia humanitaria -no solamente ayuda económica sino
también



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estratégica~_. Se debería de haber abordado esa situación de los campamentos de refugiados del norte de Irak, independientemente de las acciones militares que se pudieran dar o no; esa es una cuestión importante que compete al señor
ministro a la hora de comparecer, y también la ayuda que se pudiera dar -si es que se va a proporcionar material militar al Gobierno de Irak- al Gobierno regional de Kurdistán. Ya que las decisiones de la Unión Europea en la sesión del 30 de agosto
pasado iban en esa dirección, creo que estaría dispuesta a ello porque es un actor importantísimo en esta situación en contra del llamado Estado Islámico.


Habría que ver lo que se considera también como agresión extranjera probada en el caso ucraniano. En nombre de mi grupo creo que la integridad territorial seguramente no es el elemento más importante a defender, siempre que eso no vaya en
detrimento de la democracia y los derechos humanos. En este caso, el primer elemento a tener en cuenta es si los derechos humanos y la democracia se ponen en riesgo, porque es el motivo principal a la hora de actuar, en vez del de la integridad
territorial. Por lo tanto, sería interesante que se diera toda la información en torno a lo que se vaya a producir. Lo que está ocurriendo en el llamado Estado Islámico, en Irak, es muy preocupante. Le pediría al ministro que cada vez que haya
alguna decisión de esa índole, tanto sobre qué es lo que va a ocurrir como sobre qué es lo que no ha ocurrido y de lo que no se nos está informando, que se nos cuente todo.


Pensaba que no iba a poder intervenir porque tenía que irme a la Comisión de Agricultura. Por tanto, la respuesta -si es que la hay- la leeré en el 'Diario de Sesiones' gustosamente.


El señor PRESIDENTE: Tiene ahora la palabra el portavoz del Grupo Mixto, señor Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Señor ministro, quiero empezar agradeciéndole su comparecencia y las explicaciones profusas que nos ha dado sobre la cumbre de la OTAN y sobre la reunión de ministros de Defensa de la OTAN. No se extrañará si
le digo que comparto su diagnóstico de la situación, su preocupación por esta situación y su valoración sobre la gravedad extrema del momento. Como usted ha afirmado, nos enfrentamos a una amenaza real, que supone un desafío -creo que desconocido
hasta hoy- a una manera de entender la vida, de vivir la vida o de convivir en comunidad. Creo que esto no es solo la realidad sino algo que unánimemente todos aceptamos. Más allá de que tengamos nuestra valoración sobre las causas, los orígenes,
etcétera, me temo que esa es la cruda realidad. Quiero mostrarle mi confianza en que podamos ser capaces, primero, de adaptar las respuestas a las nuevas amenazas, sin duda asumiendo algunos principios que no deben ser superados: respeto a la
legalidad, búsqueda de una estrategia común global y asunción de un principio de multilateralidad en la respuesta. Lo decía el señor Garrido -no sé cómo se puede formular-: Solos no podemos. Obviamente nadie puede, ni siquiera los Estados Unidos.
Segundo, debemos ser capaces de evitar un indeseable efecto contagio en todos los conflictos o escenarios que usted nos ha detallado. Tercero, debemos ser capaces de mantener la unidad de acción; que estos desafíos que usted describe no nos
debiliten, no consigan desunirnos. Creo que es importante, más aún en el entorno de la Unión Europea. Y, cuarto, es importante también -hablaba de la unidad de acción- tener un consenso interno, aquí, sobre cuál vaya a ser nuestro papel en los
distintos escenarios y ante las distintas amenazas. Dónde y cómo podemos ayudar a combatir mejor las múltiples amenazas es algo incierto. Hoy podemos saber cuál es nuestra participación, pero el futuro, casi con seguridad, hará que esta sea
distinta. Por eso le pido un esfuerzo para explicar aquello que el Gobierno vaya a hacer o tenga que decidir. En ese sentido, le pediría un sobreesfuerzo para buscar apoyo -no sé si se puede encontrar-, buscar comprensión, que sus decisiones
respondan a una lógica. Cuando hablamos de nuestra contribución, creo que debe ser una contribución asumida o compartida, de tal manera que evitemos que ella se convierta en un arma política de enfrentamiento interno con fines electorales,
partidistas, etcétera, porque eso nos pondría en una situación mucho más débil y objetivamente peor. Le pido ese sobreesfuerzo pero también me planteo el compromiso de tener un esfuerzo de autodisciplina, o autocontención, o de responsabilidad
compartida, para tratar lo que vaya a ocurrir como lo que es, un asunto de gravedad extrema y un asunto de Estado. Ese mismo esfuerzo se lo pido también a los grupos, en especial al grupo mayoritario de la oposición.


Termino agradeciéndole nuevamente su comparecencia y, como vendrán tiempos duros -usted hablaba de un rápido deterioro, pero seguro que vendrán tiempos duros-, quiero que traslade usted mi respeto, mi confianza y mi solidaridad a los hombres
y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas que, de seguro, estarán a la altura de los desafíos que afrontaremos, que ellos afrontarán poniendo en riesgo sus vidas para proteger las nuestras.



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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió tiene la palabra su portavoz, don Jordi Xuclà.


El señor XUCLÀ I COSTA: Muchas gracias, señor ministro, por la información que nos ha trasladado ampliamente. Me permitirá que concentre mis diez minutos comentando algunos de los aspectos que usted ha puesto sobre la mesa a raíz de la
Cumbre de la OTAN y de otros aspectos que figuran en el orden del día; me permitirán también que sea.


En el inventario de las contribuciones positivas del ministro en la Cumbre de Gales creo que claramente se debe destacar la importancia de la coordinación previa con otros países para que la frontera sur de Europa, de los Estados miembros de
la OTAN, esté bien presente en la estrategia de futuro. Es cierto, más Este no es menos Sur, pero esto no puede ser solo una frase, esto debe estar presupuestado. Históricamente, en la política de vecindad de la Unión Europea -una cosa es la Unión
Europea, otra es la OTAN- nos hemos llenado la boca con la simetría de la política de vecindad este y sur, y a la hora de la verdad, presupuestariamente, la política de vecindad este ha triplicado los esfuerzos presupuestarios de la política de
vecindad sur. Le hablo de la Unión Europea simplemente como un ejemplo de aquello que no puede pasar en el control de las fronteras de los países OTAN en Europa respecto a este equilibrio entre lo que está sucediendo en el este, sobre lo cual
evidentemente somos absolutamente solidarios y nos sentimos corresponsables dentro de esa alianza en la OTAN, pero también nuestro interés por fortalecer y mantener los compromisos de aseguramiento, de la seguridad en la frontera sur.


Ucrania. Una situación extremadamente grave, seguramente la situación más grave en la cual tomamos nota del retorno de Rusia a la escena internacional después de veinte años curando las heridas del colapso del comunismo y que trae muchas
consecuencias, entre otras la constatación de que en el corazón de Europa se pueden producir graves fallos de seguridad. El abatimiento de un avión a 9.000 metros de altura de Malaysia Airlines en el corazón de Europa, con una falta de control y de
posibilidad de control sobre el territorio donde se produjo y con una falta de capacidad para tener un diagnóstico cierto en este momento sobre el autor material de este abatimiento, creo que ilustra con toda su gravedad la situación de falta de
seguridad que se vive en el corazón de Europa. Se tiene que acompañar claramente a Ucrania en su proceso hacia la salida de la crisis actual y creo que el plan del presidente Poroshenko, con sus doce puntos y este alto el fuego, se tiene que apoyar
ante un Parlamento absolutamente caducado que se tiene que renovar el próximo 26 de octubre. Y también se debe apoyar el plan del presidente Poroshenko para el este del país, dando una autonomía al este del país, donde, por cierto, el presidente
Poroshenko propone que se vote el 9 de noviembre un gobierno regional restableciendo la lengua rusa en el este del país y dándole un nivel de autogobierno, una zona este del país donde -también es bueno recordarlo- más de 800.000 desplazados no se
han desplazado internamente en Ucrania, sino hacia Rusia, y creo que esto nos debe invitar a la reflexión sobre la complejidad de la situación.


Usted nos ha recordado la decisión de mantener una cierta distancia de momento respecto a la candidatura de Ucrania como miembro de la OTAN. Quiero recordar que Ucrania es pleno candidato a ingresar en la OTAN desde la cumbre de Bucarest
del año 2009, y mucho ha cambiado y ha llovido desde el año 2009; entre otras cosas, durante la Presidencia del presidente Yanukovic se aprobó una ley de neutralidad que 'de facto' cancelaba la candidatura de Ucrania para su ingreso en la OTAN.
Creo que las prisas son malas consejeras en la estabilidad de la región y que es muy prudente poner una cierta distancia y no considerar ninguna posible candidatura de Ucrania a la OTAN hasta que no se haya estabilizado el conflicto, porque esto
puede tener a medio plazo consecuencias negativas. Seguramente en un periodo corto el estatus que después de la Segunda Guerra Mundial adoptó Austria o que aún mantiene Suiza, de neutralidad, sería el mejor para una Ucrania que quiere balancear y
mantener la estabilidad entre Rusia y nuestros aliados occidentales. Pero se tiene que ver cómo va a evolucionar con el paso del tiempo.


Respecto a la respuesta coordinada sobre la amenaza del Estado Islámico y el papel de España en esta respuesta coordinada, permítanme que haga una lectura que es una lectura del grupo parlamentario, que es una lectura política, que es una
lectura de parte; en nuestra lectura hay un interés de parte. Creo que el actual Gobierno del Partido Popular ha rectificado, ha variado la posición sobre Irak y sobre la intensidad de la presencia respecto a la posición que en el pasado había
tenido el anterior Ejecutivo del Partido Popular. Para que esto no sea simplemente una especulación sino que esté basado en algunas declaraciones de un colega suyo del Consejo de Ministros, quiero recordar que ayer mismo, en un desayuno
informativo, el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación, y a veces parece que también asuntos para Cataluña, García-Margallo, decía respecto a la intervención en Irak en el año 2003: Aquello



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fue una mala experiencia, tanto por la polémica entrada en esta operación como por la salida precipitada de este país árabe; por un lado, un sector de la sociedad no entendió que España no participara en las operaciones militares iniciales
de la invasión, tras lo cual otro sector de la población tampoco entendió que las tropas se retiraran deprisa y corriendo en el año 2004. Fin de la cita.


Señorías, ustedes, el Gobierno, han hecho una aproximación más prudente sobre la participación de España en la alianza y en la lucha contra el Estado Islámico. De momento, en una segunda línea; de momento, en lo que usted nos ha anunciado:
la contribución con bases, la contribución con transporte estratégico y la contribución con material letal y no letal, como usted nos ha informado. Este es un debate político muy relevante: el papel de España, la intensidad de la implicación de
España y los compromisos de lucha contra el Estado Islámico. Curiosamente es el portavoz del Grupo Socialista el que nos pide una mayor implicación en la lucha contra el Estado Islámico, una implicación con más intensidad, con más compromiso y en
primera línea, y es el Gobierno del Partido Popular el que prefiere una actitud más prudente y más de segunda línea. Creo que este es un debate que tendremos de presente y de futuro, que es una enmienda a la actitud del anterior Gobierno del
Partido Popular sobre Irak y su profunda implicación, España, ¿en el primer nivel del club de la Unión Europea o en el segundo nivel? Le recomiendo la lectura del libro de Enric Juliana: España, viaje a la humildad. Quizá este debate es un debate
sobre el papel que podemos y debemos jugar de una manera coordinada con nuestros aliados en este momento, de acuerdo con nuestras capacidades económicas y con nuestras potencias militares. Debate para el presente, debate para el futuro; estoy
convencido de que va a volver a esta Comisión de Asuntos Exteriores.


En todo caso, y discrepando del portavoz de Izquierda Unida que nos ha hecho una lectura marxista sobre el inicio de la Primera Guerra Mundial, yo no soy capaz de hacer una lectura marxista sobre el combate del Estado Islámico. Damos todo
nuestro apoyo al principio de la lucha contra aquellos que quieren destruir la comunidad de valores occidentales y estamos abiertos al diálogo sobre la intensidad. Nosotros nos opusimos a la intervención del año 2003 en Irak y a la presencia
española en esa intervención. Ahora estamos abiertos a hablar de la lucha contra el Estado Islámico, siempre con la condición que ayer manifestó claramente el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y asuntos para Cataluña: bajo la cobertura
de la legalidad internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.


El portavoz del Partido Nacionalista Vasco apuntaba algo muy importante: que el armamento llegue también a los que en estos momentos son dentro de Irak la primera línea de choque contra el Estado Islámico, que es el ejército del Kurdistán.
El problema es que actualmente las armas que llegan a la capital, a Bagdad, no llegan al Kurdistán y esto tiene que ser objeto de interés por parte de los aliados.


Usted ha hecho una lectura muy positiva sobre el final de la misión de ISAF. Yo no comparto esta lectura tan positiva. Creo que se empezó hablando de una contribución a la democratización de Afganistán y hemos terminado simplemente
hablando de estabilización y de seguridad.


Ha hecho referencia a los países candidatos, Montenegro estuvo muy cerca de su incorporación, se deja para dentro de un año; Georgia, Macedonia y evidentemente Bosnia-Herzegovina quedan muy lejos.


Señor presidente, señorías, quiero terminar este primer turno con una breve referencia a algo que ya sucedió el jueves de la semana pasada pero es la primera oportunidad que tenemos en sede parlamentaria de planteárselo al señor ministro.
Al inicio de esta legislatura el secretario de Estado anunció un plan para hacer frente a la resolución de un grave conflicto que existe en el Ministerio de Asuntos Exteriores, que es la liquidación del Plan extraordinario de armamento. Señorías,
el día 2 de agosto el BOE publicó un real decreto que autorizaba un crédito extraordinario de 883,6 millones de euros para afrontar un año más una solución parcial y absolutamente inapropiada a este crédito, a esta deuda que en su momento era de más
de 30.000 millones de euros de los programas especiales de armamento. Esto fue aprobado y convalidado el jueves de la semana pasada. Señor ministro, no es que hayamos cruzado la mitad de la legislatura, es que estamos llegando a los tres cuartos
de la legislatura y el compromiso del Gobierno de plantear una oferta, un consenso a los grupos parlamentarios no se ha producido y continuamos con reales decretos cubriendo y legitimando una solución no definitiva.


El señor PRESIDENTE: Por último, tiene la palabra el señor Ferrer.


El señor FERRER ROSELLÓ: Gracias, señor ministro, por su intervención y gracias también por la referencia a la actuación de nuestras Fuerzas en Mali, en Afganistán, en Líbano, en la República Centroafricana o en Yibuti, conflictos que si
bien hoy están alejados de la primera línea informativa no por ello han mermado su trascendencia, sino que yo entiendo que más bien la multiplican y, por otra parte, nos permiten recordar el excelente trabajo que nuestros militares están desplegando
en ultramar.



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Pero hoy parece un buen día para hablar de Irak y de Ucrania. Empecemos por la situación en Irak. España ha dado siempre un paso al frente en la lucha contra el yihadismo y como consecuencia de ello somos parte activa de la alianza surgida
en la reunión de París para hacer frente al denominado Estado Islámico. No podía ser de otra manera y las razones son diversas. La primera, señorías, es que el mundo ha cambiado de la mano de un factor que hemos dado en llamar globalización, que
tiene infinidad aspectos positivos y otros que no lo son tanto. En el marco de la aldea global en el que este proceso ha convertido al mundo ya no cabe hablar de conflictos distintos y distantes, como dijo hace aproximadamente treinta años el
expresidente Calvo Sotelo. Hoy las consecuencias y las amenazas son globales y por tanto son globales las responsabilidades. En segundo lugar, es legítimo y es necesario acudir a la llamada de auxilio de un gobierno democrático que corre el riesgo
de desaparecer anegado en sangre por el fanatismo sectario, reaccionario y criminal, y en mayor medida si con nuestra reacción respondemos también al impulso de Naciones Unidas. En tercer lugar, nuestro país no puede ser neutral cuando ha sido una
de las víctimas del terror ciego del islamismo radical del que el Estado Islámico no es más que su última expresión, tal vez la más feroz. En Atocha, señorías, hubo doscientos muertos, cerca de mil heridos, pero hubo cuarenta y cinco millones de
víctimas. En cuarto lugar, responde además al interés de la seguridad nacional. Somos la frontera sur de Europa y el único país al que tan solo una valla separa del Magreb. No voy a insistir en cuestiones que perfectamente ha explicado el señor
ministro y algunos de quienes me han precedido en el uso de la palabra, pero sí quisiera hacer una llamada de atención sobre una noticia que parece haber pasado algo desapercibida. La semana pasada importantes líderes islamistas de Argelia
anunciaban su lealtad al Estado Islámico. Argelia es nuestro principal proveedor de energía. El presidente Buteflika lucha contra una gravísima enfermedad y su frontera con Marruecos es larga y ha sido testigo de enconados enfrentamientos. No
creo que sea necesario añadirles más y dejo a la imaginación de sus señorías el resto. En quinto lugar, por razones humanitarias. En Irak el Estado Islámico está cometiendo un genocidio sistemático, una limpieza étnica y religiosa de una crueldad
pasmosa. Yo no sé si sus señorías han visto algunos de los vicios que se han subido a las redes, pero son unas bestias asesinas. Hay que acabar con ellos y llevarlos, si es posible, atados de pies y manos para que respondan por sus crímenes ante
la justicia internacional. Finalmente, porque el sistema de alianzas está en la base de la seguridad nacional de nuestro país. Nuestra credibilidad como socios fiables y solidarios de nuestros aliados es, sin lugar a dudas, un elemento clave y por
tanto un elemento clave de esa seguridad nacional. Por todas las razones expuestas, señorías, estamos con firmeza y decisión junto a nuestros socios en la alianza que vio la luz en París. Una firmeza, señorías, que no está reñida con la prudencia,
prudencia que nos llevó a no tomar decisiones unilaterales; prudencia que, en definitiva, nos lleva a abrir un amplio abanico de posibilidades de colaboración, pero a no concretarlo hasta que se elabore un plan de operaciones en el que, por cierto,
según ha anunciado el señor ministro ya estamos trabajando con nuestros aliados. En cualquier caso, como sus señorías bien saben, será esta Cámara quien decida o no autorizar nuestra intervención.


Vamos al asunto de Ucrania. Rusia es una nación europea que a su vez tiene una clarísima vocación de potencia mundial. Rusia puede y debe ser un aliado privilegiado de la Unión Europea, situación de la que solo pueden desprenderse
beneficios para los ciudadanos y los Gobiernos de unos y otros. ¿Cuál es el problema? El problema es que Rusia no quiere. El problema es la tradición rusa, tradición a la que el Gobierno del señor Putin no ha sabido sustraerse. La política
exterior rusa desde el zar Pedro se ha dirigido siempre hacia el este y hacia el Mediterráneo, con fijación, y la política exterior rusa después del zar Pedro ha mantenido una obsesiva desconfianza hacia el resto de Europa. No digo yo que no haya
tenido razones y no digo yo que el resto de Europa no haya cometido graves errores a lo largo de la historia en su relación con Rusia, pero la Unión Europea no es la vieja Europa y Rusia debería darse cuenta. Tenía la oportunidad de dar un paso
hacia delante y ha preferido dar un paso hacia atrás, y lo ha hecho de la peor manera posible, rompiendo la clave del edificio europeo, la regla fundamental sobre la que se asienta el más largo periodo de paz y prosperidad que ha conocido el
continente, y que no es otra que no se pueden modificar las fronteras por la fuerza. Estoy convencido de que sus señorías alcanzan a ver la dimensión del peligro que se desprende de esta fractura. ¿Cuál es la posición de España? La posición de
España es clara. España hace frente a la situación desde el seno de la Unión Europea y en su condición de miembro del Tratado del Atlántico Norte, como no puede ser otra manera. Nosotros somos Unión Europea y somos OTAN. Las decisiones las
tomamos de manera colegiada y luego las asumimos todos. No hay otro sistema razonable. En segundo lugar, España apuesta decididamente por el diálogo y la solución política la cuestión ucraniana, pero el diálogo es imposible si no es de la firmeza,
si no es entre



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iguales; no es posible si en la mesa de negociaciones uno piensa que el otro no es capaz de respaldar lo que dice, si no rigen y no se respetan las mismas reglas para todos. A nuestro juicio, la firmeza motiva e incentiva el diálogo.


En cualquier caso, no quisiera cerrar mi intervención sin decirles que la Unión Europea debe obtener dos claras enseñanzas para el futuro y como consecuencia de la crisis ucraniana, y a algunas ya les he hecho referencia al pasado. La Unión
-Estados Unidos, Turquía y Canadá aparte- tiene más del doble de la población de Rusia, nueve veces su producto interior bruto y destina a la defensa un montante cuatro veces superior, por el momento. Sin embargo, Rusia parece poco preocupada hasta
el punto de desplegar una política claramente agresiva, peligrosamente agresiva. Es evidente que el Kremlin intenta sacar partido de nuestra debilidad, y nuestra debilidad, señorías, es política, exclusivamente política. Por tanto, la primera de
las enseñanzas que debemos obtener es que también por razones de seguridad y defensa es imprescindible avanzar en el proceso de unidad política, es imprescindible avanzar en el proceso de convergencia política en el seno de la Unión. La segunda
conclusión, que yo considero de una extraordinaria importancia y no he oído hacer referencia a ello, es que en tanto en cuanto no pongamos fin a la dependencia del gas ruso nuestra posición será débil y es por tanto un objetivo prioritario para la
Unión diversificar sus fuentes de suministro, lo que no es posible sin la interconexión de las redes europeas. Todo el mundo debe entender en el seno de la Unión que esta es hoy una cuestión que afecta directamente a nuestra seguridad colectiva.


Cierro con dos breves referencias a algunos comentarios que se han hecho. El Partido Socialista nos acusa de tibieza; La Izquierda Plural, de agresividad. Es posible que en este debate entre halcones y palomas las gaviotas tengamos
tendencia a situarnos en el centro, en un centro razonable; eso es lo que estamos procurando. Señor López Garrido, la reunión que se produce en Cardiff no es la reunión constitutiva de la coalición, es una reunión de los diez países que han tomado
unilateralmente medidas en relación con el conflicto iraquí. España no ha tomado unilateralmente medidas y, por tanto, no acude a esa reunión. En esa reunión se toma la decisión de que la solución no es adoptar medidas unilaterales cada uno sino
conformar una coalición, y esa coalición se conforma en París. Esa es nuestra opinión también, por eso estamos en París, estamos desde el primer momento en el que se conforma la coalición.


Señor Nuet, después de la agresión rusa a Ucrania -creo que todos coincidiremos en que vivimos una agresión rusa a Ucrania- es cierto que la OTAN decidió un despliegue preventivo en Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria. Es cierto
que las tropas habrían agradecido mucho más que las desplegáramos en San Remo, Porto Cervo, Balmoral y Benidorm, pero les habría pillado un poco lejos de la situación. Se han desplegado donde tenían que desplegarse y para lo que tenían que
desplegarse. Por otra parte, no olvide su señoría que el Gobierno ruso ha anunciado un aumento de su gasto militar en tres años del 60%. Puede que a su señoría no le preocupe, pero a nosotros nos tiene un tanto preocupados. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Como llevamos en este momento dos horas de sesión, vamos a hacer una breve pausa de cinco minutos y reanudamos la sesión a las seis y treinta minutos.


Se suspenda la sesión. (Pausa.)


Se reanuda la sesión. Tiene la palabra el ministro de Defensa.


El señor MINISTRO DE DEFENSA (Morenés Eulate): Como suelo hacer habitualmente, voy a intentar contestar a sus señorías conforme me han ido formulando sus opiniones y preguntas.


Señor López Garrido, España no pierde peso internacional -eso lo sabe usted perfectamente, porque usted sí ha vivido en primera persona cuando España perdió peso internacional-, y mucho menos en la OTAN. Yo puedo contarles la primera
comparecencia que tuve en la OTAN y sí que comprobé que España no importaba absolutamente nada. Incluso tuve que reaccionar con bastante fuerza ante la interpelación que en su caso me hizo el hoy secretario general saliente de la OTAN en relación
con el cumplimiento de los compromisos que España tenía en la OTAN, y reaccioné defendiendo al Gobierno anterior y a España, que era mi obligación, y no criticando al Gobierno anterior ni a España porque había llegado un Gobierno nuevo. (El señor
Vañó Ferre: Muy bien.- Aplausos.) Eso quiero que lo tenga muy presente.


Segundo, nosotros, como ha explicado el representante del Grupo Popular, no estuvimos en un grupo que se formó ad hoc allí por aquellos países que habían tomado decisiones unilaterales en el asunto de Irak, y no había coalición. La
coalición está en una fase embrionaria; no hay un solo documento, no hay un solo acuerdo evidente todavía de que exista una coalición. Se está llamando a países y España está ahí desde el principio, en el espíritu -que es lo importante- de
considerar con nuestros aliados que



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tenemos una amenaza, un riesgo, un enemigo común, que compartimos la responsabilidad de hacerle frente en la medida de nuestras capacidades, excluyendo la presencia en la zona de combate por convicción y sobre todo también porque el propio
Gobierno legítimo iraquí -luego hablaré de eso porque ha habido algún comentario al respecto- lo ha pedido. España no estará allí, en la tierra, ni en los bombardeos aéreos. En cuanto al resto de paneles, estamos mirando con nuestros aliados
aquellas cosas que podemos hacer de una manera más eficiente y más capaz, pero sobre la pérdida de peso en el ámbito internacional sabe usted mucho más que yo.


Estoy totalmente de acuerdo con usted en el asunto del Estado Islámico, no me tiene que convencer de esa amenaza. Creo que el gran peligro que tiene el Estado Islámico es su capacidad expansiva, su no conocimiento de fronteras, su cercanía,
tanto allí donde se están produciendo en estos momentos esas acciones llenas de maldad, como se definen últimamente, como aquí, porque no solo los medios de comunicación hacen hoy en día que Irak esté en nuestras casas todos los días, sino que las
tenemos aquí, más físicamente aún, porque están acercándose ya a zonas de nuestros intereses económicos y de nuestra cercanía geográfica, y ahí estamos combatiendo desde hace tiempo, como sabe bien su señoría, no al Estado Islámico pero sí al
yihadismo terrorista, que acabará infectando también estos sitios. Por lo tanto, ni reticencias ante la lucha antiterrorista, ni liviandad en nuestra manera de estar con nuestros aliados, ni falta de peso, ni nada semejante. Estamos allí, estamos
a nivel operativo, estamos con la convicción política, estamos con nuestros aliados. Sí echamos de menos -y así lo hemos dicho- que organizaciones de defensa, como por ejemplo la propia OTAN, no puedan tener un papel más de coordinación, cosa que
se está analizando, de todos estos movimientos de lucha contra el terror que estamos viviendo en estos momentos en determinados países, pero como una amenaza global. Quiero que eso vaya por delante.


En cuanto a que no hay política exterior, lo mismo le digo, señoría. Analice la política exterior de la que usted, en su parte, fue bastante responsable y analice la política exterior que se está haciendo ahora. De hecho, usted mismo
reconoce que, independientemente de la disminución del papel de España de la que habla, está apoyando con su propio discurso la política exterior que está haciendo España tanto en la lucha contra ISIL como en otros asuntos que están poniendo a
España en el nivel que realmente se merece por el esfuerzo de todos los españoles, no del Gobierno, ni muchísimo menos, o no solo del Gobierno.


En cuanto a la forma de hacer las cosas contra ISIL, creo que usted tiene razón en los tres elementos que ha manifestado. Es decir, nosotros consideramos que España, con sus capacidades, tiene que aportar aquello en lo que sea más útil. No
puedo estar más de acuerdo -y así se lo hemos manifestado desde un principio a nuestros aliados- en que esas capacidades que tenemos las pongamos a su disposición, otra cosa es que -lo mismo que hemos hecho con el tema de Ucrania- cuando ponemos las
capacidades a su disposición se nos solicite esta o aquella, pero la proactividad consiste en decir las que podríamos poner a su disposición, y eso es lo que hemos hecho exactamente, tanto en lo que se refiere al tema de ISIL como al de Ucrania.


Ha hablado de actuar conforme a la legalidad internacional. Evidentemente, vamos a actuar conforme a la legalidad internacional y, como tampoco podía ser de otra manera, conforme a la legalidad nacional. Creo que no ha escuchado bien mi
discurso o no le ha prestado mucha atención, a lo cual tiene perfecto derecho, pero en ese discurso está exactamente definido cuál va a ser el proceder que va a tener España, el Gobierno, en este asunto fundamental.


En cuanto a que no hemos estado en las reuniones más importantes de la OTAN, francamente eso me parece un poco irrespetuoso con la propia OTAN porque ha habido varias reuniones en OTAN de presidentes de Gobierno y de ministros de Defensa en
las que he participado y todas han tenido una importantísima trascendencia, algunas bastante más que la reunión con el señor Poroshenko y con el grupo de gente que había intervenido allí. No me parece bien y casi me cuesta creer que su señoría
considere que las otras reuniones han sido irrelevantes porque usted sabe de lo que habla ya que forma parte de la Asamblea parlamentaria de la OTAN, y espero que considere que los temas que se han tratado en Cardiff tienen la suficiente importancia
como para no ser puestos en tercero o cuarto nivel, cosa que ha hecho su señoría. En cuanto a la reunión con el señor Poroshenko, el presidente del Gobierno tuvo una larga reunión bilateral con el señor Poroshenko a petición del mismo para hablar
de la situación en Ucrania. Por lo tanto, no estuvo en la reunión macro, que está menos directamente vinculada, pero sí estuvo en una bilateral, que fue con el señor Obama -no sé si hubo algún otro presidente más- y el único que la tuvo con este
mandatario.



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Señor Nuet, tenemos una visión del mundo distinta y por eso es muy difícil que coincidamos en cosas. Son perspectivas o colores que nos ponemos delante de los ojos que tiñen las cosas de una manera distinta. Lo único que le quiero decir,
como una persona normal, es que los ataques que estamos viendo, los objetivos que está teniendo el Estado Islámico y sus derivados yihadistas de todo tipo, que la metodología criminal empleada por esos señores no justifican, si fuesen justificables
de alguna manera, los objetivos políticos que persiguen. Lo siento mucho, no los justifican, y no creo que usted pueda decir que saben perfectamente que estos señores -y me gustaría saber qué pruebas tiene para afirmarlo-, que las bases yihadistas
están entrenadas por la CIA. Todas estas cosas no se pueden decir con esa alegría y tranquilidad. Usted es un diputado y yo no le voy a dar lecciones de nada, pero creo que la Cámara merece un respeto -también me piden a mí rigor en las
manifestaciones- a la hora de poder hacer alegatos de ese calibre en esta Cámara sin tener la más mínima prueba de que eso es así.


Europa está en recesión, pero es una Europa que no solamente tiene un problema de recesión. Aquí no estamos hablando de recesión, estamos hablando de seguridad, de estabilidad en el mundo y de los valores que queremos defender. De eso es
de lo que estamos hablando aquí, no de recesión; de recesión se hablará en la Comisión de Economía. Aquí se habla de la seguridad de los españoles, de nuestros aliados y de los países a los que queremos ayudar. Eso no tiene nada que ver con la
recesión. Eso es un prius a la recesión. A ver si consigo transmitir este mensaje. La estabilidad es necesaria para generar actividad humana que permita el Estado de bienestar. Por cierto, hay países, más cerca de su manera de ver el mundo, que
a esto le dedican muchísimos más recursos económicos que los que dedica España. Y si no, analice usted los presupuestos de defensa de esos países que conoce perfectamente bien. Hablaba el representante de Convergència i Unió de humildad. Nos
vendría bien un poco de humildad a todos. Aquí estamos centrados en aspectos que hay que mirar a la cara y no basta con decir que no existen o que otros son más importantes. Están y hay que combatirlos, y eso es lo que va a hacer el Gobierno.


Señor Agirretxea, compartimos la preocupación del Estado Islámico. Ha hecho una mención del Kurdistán. Cuando estaba el Gobierno anterior en Irak, el asunto se enfocó de determinada manera porque, como se ha dicho aquí también, la
legitimidad, no la legalidad, del señor Maliki era más bien dudosa por las acciones que había desencadenado contra su pueblo por criterios religiosos distintos. Ahora tenemos un Gobierno al que hay que apoyar, aquí se ha dicho, que tiene la
legitimidad para que, dentro de Irak, que comporta todo lo que es Irak, tenga la responsabilidad política de asegurar la seguridad de todos sus ciudadanos y de controlar el sistema de defensa y de seguridad nacional. Esa es la posición. El resto
es hablar de cosas distintas que no se compadecen con los Estados modernos. Queremos un Irak unido, queremos un Irak libre, queremos un Irak democrático, queremos un Irak seguro y queremos un Irak con bienestar. Eso es lo que quiere la comunidad
internacional íntegra.


Señor Salvador, tiene razón. Ojalá pudiéramos hacer una política consensuada. Dudo mucho que haya un país desarrollado o con los que queremos estar que en estos asuntos tenga unas discrepancias radicales. Es un ejercicio importante que
tiene que hacer el Gobierno y yo desde aquí le aseguro que lo voy a hacer. Voy a intentar buscar el máximo consenso, que en las intervenciones que he oído aquí ya lo hay, independientemente de algunas críticas. Pero, en el fondo, de lo que estamos
hablando, de luchar por nuestra seguridad, la de nuestros aliados y por la estabilidad en el mundo, por nuestros principios y por nuestros valores, en eso veo que hay consenso. Ahora vamos a ver si hay consenso en cómo lo desarrollamos. Y creo que
también lo va a haber, porque he oído hablar de legalidad internacional, he oído hablar de niveles de compromiso, he oído hablar de las capacidades en las que podemos ser más útiles, he oído hablar de comprehensive approach, es decir, que hay que
hacer todo un paquete de medidas de intervención para poder conseguir los objetivos que se pretenden. Le agradezco muy especialmente su solidaridad y su reconocimiento a las Fuerzas Armadas por el esfuerzo que hacen para obtener esa estabilidad
porque lo merecen y son los que, al final, están poniendo en el terreno el esfuerzo político que hace la nación entera. Es muy de agradecer.


Señor Xuclà, comparto su criterio de humildad. Es muy bueno llamar a la humildad, sobre todo desde uno mismo. Lo que está haciendo el Gobierno en estos momentos, según su leal saber y entender, es poner encima de la mesa una convicción
política, que es que no puede eximirse de su responsabilidad internacional. Esto es lo que estamos haciendo. No sé si se refiere usted a esa humildad o a la humildad de decir: nosotros podemos hacer lo que podemos hacer y no más. Eso también es
humildad. Además, como toda humildad, inteligencia. En eso estamos. Nosotros no vamos a acometer acciones que desestabilicen nuestra seguridad por el hecho de contribuir a la de los demás; todo lo contrario, contribuir a la nuestra porque
contribuimos a la de los demás.



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Segundo. Nosotros hemos actuado en la OTAN con la debida prudencia en el sentido de que todavía no hemos funcionado a base de titulares de los periódicos, por decirlo claramente. Seguimos escuchando a todos los que están en el grupo que
estamos formando para combatir el Estado Islámico, como lo hemos hecho cuando nos ha tocado contribuir al tema ucraniano. Lo hacemos desde el convencimiento de que lo tenemos que hacer, pero también desde el conocimiento de que tenemos las
capacidades que tenemos. Se nos puede pedir lo que se nos puede pedir. Comprenderá usted que, si somos el país de la OTAN que tiene, después de Luxemburgo, el presupuesto de defensa más bajo, no vamos a ir dando lecciones ni sacando pecho. En lo
que sí sacamos pecho es en que lo que hacemos lo hacemos bien. Por eso, la Unión Europea nos va a dar el mando de la operación Malí. De eso sí podemos presumir o, por lo menos, estar orgullosos. De la inversión en defensa, no. Sea por el camino
que sea, no. Es un llamamiento que nos hace alguien que nos sirve de paraguas contra muchísimas amenazas, porque, si no, estarían todavía más cerca de lo que están. Nos dice que seamos algo más solidarios. Eso es lo que queremos hacer. Por
supuesto que nuestra intervención internacional va a estar dentro de la legalidad. No creo que haya un solo miembro de la alianza que se forme, de los países de la zona y de los países occidentales del grupo que vaya a terminar con esta amenaza
terrible que estamos viviendo, que pretenda ir contra la legalidad internacional. Lo que sí le puedo asegurar es que si alguien lo pretende, reclamaremos en esa alianza que no lo haga. En ese caso, lo que será complicado será mantener esa alianza.


Respecto a Kurdistán, he contestado con lo que le he dicho al señor Agirretxea.


De ISAF hago una lectura positiva. No hago una lectura optimista, ni de alharacas, ni de nada semejante, pero cuando voy a la OTAN me dan cifras. Decían: se quiso conseguir un Estado democrático y se ha conseguido solo una estabilidad.
Perdone, acaban de votar y las urnas las han protegido las fuerzas de seguridad afganas, no las hemos protegido los demás. Han votado para elegir a su presidente, tienen un lío de recuento, pero han votado. ¿Desde cuándo no se votaba
democráticamente en Afganistán? A lo mejor nos tenemos que remontar a una historia muy larga, si es que alguna vez ha ocurrido.


Señor Ferrer, muchas gracias. Entendemos los dos -creo que lo entendemos todos- que España está donde tiene que estar. Cumple con sus obligaciones. No es una broma a lo que nos estamos enfrentando. Obviamente, nadie lo ha considerado una
broma. Pero voy a insistir en que es un asunto que más vale pararlo lejos de nuestras fronteras que tener que pararlo en nuestras fronteras. En eso estamos, en eso vamos a ser solidarios, en eso vamos a ser firmes y en eso vamos a estar, estoy
seguro que con el apoyo de la inmensa mayoría de sus señorías, por lo que he oído hoy aquí.


En el caso de Ucrania, para cartas de amor, señor Nuet, las del presidente Putin, esas sí que han sido cartas de amor, y si no que se lo pregunten a los que estaban en Crimea queriendo ser ucranianos y a los que siguen estando en Crimea
queriendo ser ucranianos. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Abrimos ahora un turno de dos minutos por cada portavoz para las precisiones que estimen hacer y que habrán de ser necesariamente breves.


Señor López Garrido.


El señor LÓPEZ GARRIDO (don Diego): Quiero hacer tres observaciones. Una, no he dicho que las reuniones de la OTAN no fueran importantes, por supuesto que sí, pero las políticamente más relevantes fueron estas dos a las que me he referido,
creo que en esto hay un consenso absoluto. Es ahí donde se expresaba políticamente la relevancia de un país o su compromiso político; no era una cuestión de técnica militar, sino un compromiso político con lo que se estaba construyendo, que fue
definido por Hagel, el secretario de Estado de Defensa americano, como la coalición base de lo que iba a ser el desarrollo de una estrategia que el presidente de los Estados Unidos, el presidente Obama -impulsor sin duda de todo esto- consideraba
fundamental, y no ir de una forma unilateral, como ocurrió en la invasión de Irak de años atrás, con la que estuvo en desacuerdo el propio Barack Obama. En esas reuniones España no estuvo, Rajoy no lo explicó con esta doctrina del unilateralismo,
que es una sorpresa en la tarde de hoy. Cuando los periodistas le preguntaron, no explicó que fuera porque eran los que habían actuado unilateralmente. Nosotros creemos que España debe apoyar políticamente este objetivo, esa es nuestra posición.
Sigue sin explicarse algo que probablemente sea difícil de explicar, pero yo estoy satisfecho de que ustedes hayan rectificado y se hayan incorporado a partir de la Conferencia de París a esa labor y a esa coalición.


Por último, la política exterior de esta legislatura desde luego tiene un carácter bastante difuso, diluido, sin líneas claras. El señor García-Margallo fue ayer mucho más crítico que yo, porque en un desayuno informativo dijo que el
Gobierno de Mariano Rajoy estaba trabajando para elaborar una política exterior



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clara y completa -de lo que se deduce que la actual no es ni clara ni completa- y que intentará lograr un consenso con los partidos para marcar las líneas y directrices que sustituyan a la actual diplomacia. Luego él está descontento con lo
que tiene que hacer en los próximos cuatro años. Es el propio García-Margallo el que dice que esta política exterior no le convence, lo curioso es que lo diga al final de la legislatura, para los próximos cuatro años; al final de la legislatura es
cuando propone una nueva política exterior porque no le gusta la que hay, tres años después de haber gobernado.


El señor PRESIDENTE: Señor Nuet.


El señor NUET PUJALS: Intervengo muy rápidamente.


Estamos de acuerdo en una cosa, señor ministro, defendemos valores distintos y tenemos una visión distinta del mundo, por eso luchamos por cosas distintas. Yo no le niego su consecuencia, pero tiene que aceptar que hay otra visión del mundo
y que esa otra visión del mundo es además una realidad geopolítica, opera. Evidentemente, este es un debate en el que podríamos profundizar en otro momento, pero esto va a seguir siendo así. La visión atlantista del mundo es una visión caduca del
mundo, señor ministro; por tanto, hay que abrirse a otra percepción y a otra forma de entender las cosas. De no hacerlo, vamos simplemente adonde vamos, a un incremento del conflicto, a un doloroso y terrible incremento del conflicto.


Es verdad, usted puede acusarme de falta de información, seguro que no tengo la misma que usted, pero existe una realidad, y es que tras facilitar las armas y el entrenamiento al yihadismo en Siria, ahora vamos a tener serias dificultades
para pararlo en Irak, porque en Irak vamos a encontrar armas, dinero que se ha facilitado a través de Siria y que ahora tenemos en Irak. Alegremente algunos países árabes y algunas potencias occidentales han facilitado financiación, asesoramiento
militar y armas a la supuesta oposición siria. Por tanto, hemos ayudado a incrementar el monstruo, señor ministro, y ahora nos estamos dando cuenta de que el monstruo es peligroso. Esa es una realidad, pero ahora no podemos decir que hay que
arreglarla y que estamos preocupados; evidentemente podemos y debemos hacerlo, pero lo que tenemos que hacer en primer lugar, señor ministro, es darnos cuenta de los errores que hemos cometido. Ustedes fueron a Irak a buscar las armas de
destrucción masiva que aún andan buscando. ¿Cuál es el siguiente paso? Lo que le pedimos, señor ministro, es que desanden ese camino e inicien otro distinto, porque posiblemente eso no solo será bueno para el pueblo iraquí, sino también para los
pueblos europeos que sufren la crisis.


El señor PRESIDENTE: Señor Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Seré telegráfico, señor presidente.


Quiero agradecerle sus palabras, señor ministro, e insistir en que debemos mantener fuera las peleas partidistas y los intereses particulares, personales o partidistas sobre este tema. Debemos hacer un esfuerzo por disciplinarlos, un
esfuerzo conjunto de autocontención -no sé cómo decirlo-. Ojalá nos busquemos como aliados, no como oponentes o como adversarios, que este tema no sea una excusa para abrir frentes internos. El enemigo es igual para todo el mundo, para todos los
que estamos aquí, y me temo que no sabrá separar entre unos y otros. Por tanto, busquemos un consenso necesario y altura de miras con este tema.


El señor PRESIDENTE: Señor Xuclà.


El señor XUCLÀ I COSTA: Señor ministro, haré referencia a tres puntos en el breve tiempo que tengo.


En cuanto a Afganistán y la valoración de la misión de ISAF, creo que podemos compartir, señorías, señor ministro, que una de las lecciones del primer decenio de este siglo es que hubo una visión que ha fracasado -quizás un poquito ingenua-,
que pensaba que globalizando fácilmente la democracia estabilizábamos el mundo. Hemos avanzado, pero no ha podido haber una exportación exprés de las formas democráticas occidentales a todo el mundo porque se requieren condiciones culturales,
económicas y de base previas para que arraigue la democracia. De tal forma que si ustedes repasan los primeros propósitos de la coalición de Afganistán y el resultado final de la estabilización, hay una gran diferencia. Es cierto, señor ministro,
ahora un 60% de las niñas afganas están escolarizadas, ahora hay más seguridad, pero aún los señores de la guerra pactaron la coalición para las elecciones con su lógica, que no es exactamente la lógica de las primeras declaraciones que impulsaron.
Creo que en la línea de lo que compartimos sobre la humildad y la prudencia con la que tenemos que aproximarnos a la realidad es bueno hacer una consideración no pletórica sobre la conclusión de la misión ISAF en Afganistán.



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No he podido intervenir en el primer turno en relación con los países candidatos, me ha faltado tiempo para hablar brevemente de la importancia de que en el próximo año se afronte definitivamente la incorporación de dos países muy pequeños y
que están muy maduros y muy cerca: Montenegro y Macedonia. En el caso de Montenegro por una razón estratégica, es la única pieza de la ribera norte del Mediterráneo, desde Gibraltar hasta la frontera de Turquía con Siria, que no se ha integrado
dentro de la OTAN, y una parte minoritaria pero muy importante de la población montenegrina ve con mucha simpatía a Serbia, y Serbia y la opinión pública de Serbia cada vez ven con más simpatía lo que está sucediendo en la política del Kremlin. Es
estratégico que aquella pequeña parte de tierra de la ribera norte del Mediterráneo quede incorporada dentro del bloque de los aliados de la OTAN. No fue posible por poco este año, pero deseo que sea posible en el próximo, como también es
importante que Macedonia no quede bloqueada por este y otros asuntos. Tendría que haber intervenciones de alto nivel solo por motivo del nombre.


Finalmente, usted no ha respondido a mi planteamiento sobre el crédito extraordinario publicado en el BOE el día 2 de agosto. Tiene todo el derecho porque no está en el orden del día de la comparecencia de hoy. Yo, además de hacerle un
reproche educado, pero político, le reitero que al inicio de la legislatura su secretario de Estado planteó ante esta Comisión una solución de consenso entre los grupos parlamentarios y por tercer año consecutivo la semana pasada en el Pleno del
Congreso de los Diputados se afrontó un crédito extraordinario sin este consenso político.


El señor PRESIDENTE: Señor Xuclà, efectivamente, no es objeto ese último asunto de esta comparecencia.


Señor Ferrer, tiene la palabra.


El señor FERRER ROSELLÓ: No quiero polemizar, señor López Garrido, porque en el fondo estamos completamente de acuerdo; tal vez tengamos alguna diferencia sobre la forma. Sí le puedo asegurar que para que nosotros hubiéramos podido
participar en aquella reunión a diez deberíamos o bien haber ordenado unilateralmente por nuestra cuenta y riesgo algún ataque o bombardeo sobre territorio iraquí o bien haber remitido material a las autoridades kurdas o a las de Bagdad. No lo
hicimos porque pensábamos que no era el modo razonable de hacerlo. De hecho, al final la reunión a diez nos dio la razón, llegó a la conclusión a la que nosotros también habíamos llegado, que la intervención debía hacerse al amparo de una coalición
más amplia y además debía incluir, como es tradicional en la política de nuestro país, a países árabes. Por eso entendemos la conclusión a la que llegaron aquellos diez países, que habían adoptado decisiones por su cuenta. Si usted los sigue, los
enumera, verá que son exactamente esos países y que nuestra participación se ha producido cuando entendíamos que las condiciones eran las óptimas y las operativas, a través de una coalición internacional y con un plan conjunto. Por otra parte, no
interpreté así las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, pero si usted cree que debo llamar a mi paisano, el señor Margallo, para reforzar su autoestima, lo haré, porque yo sí estoy de acuerdo con la política que ha llevado durante estos tres
años el ministro de Asuntos Exteriores.


Señor Nuet, hace diez años que no buscamos armas de destrucción masiva en Irak, entre otras cosas porque la única que había la encontramos, que era Sadam Husein. Por último, le puedo asegurar que ningún país de la OTAN ha enviado armas,
dinero o entrenamiento a grupos yihadistas en Siria. Se lo puedo asegurar.


El señor PRESIDENTE: Señor ministro, tiene la palabra para responder.


El señor MINISTRO DE DEFENSA (Morenés Eulate): Señor presidente, termino rápidamente.


Me alegro, señoría. Dice con arte parlamentario que el Gobierno ha rectificado. Yo creo que quien ha rectificado ha sido su señoría y me parece muy bien, en el sentido de considerar relevante lo que antes había minimizado, que eran las
reuniones en el ámbito OTAN, las reuniones informales o las que se produjeron de manera informal en el tema de la ISAF y de manera formal en el tema de Poroshenko, que ya he dicho que el presidente mantuvo una reunión bilateral con él para hablar de
estos asuntos. Me parece muy correcto que su señoría haya entendido que también son importantes las otras reuniones. Ya se ha explicado hasta la saciedad -no le voy a dar más vueltas- esa reunión de los diez minimizando el papel de España. Eso ya
se ha contado y no tiene relevancia de ningún tipo, como usted sabe muy bien. En segundo lugar, con el Gobierno de Estados Unidos ahora sí hay una relación, una relación que nos permite estar en los procesos de planeamiento y que permite a este
interviniente poder hablar por teléfono



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con su homólogo norteamericano de estos asuntos antes, durante y después de que se produzcan otros tipos de conversaciones.


En cuanto a la política exterior de España, la mayor virtud que tiene una política hoy en día, en mi opinión, tanto si es de defensa como si es exterior, es la capacidad de adaptarse a la realidad en la que vive, eso sí, sabiendo hacia dónde
va. Le recuerdo que si el señor Margallo quiere ahora cambiar o adaptar la política exterior a las nuevas realidades que estamos viviendo en el mundo, que cambia -ya digo- radicalmente y de una manera casi violenta en espacios de tiempo cortísimos,
que su señoría definía cuando ha empezado su intervención: hace tres meses nadie podía imaginar... Claro que no. Hace tres meses nadie podía imaginar y ojalá sigan siendo tres meses y no tres semanas, porque entonces sí vamos a necesitar tener
una capacidad de reacción importante, y para evitar eso es para lo que tenemos que tener capacidad de disuasión. No se ha hablado aquí de ellas, pero son precisamente las otras políticas que su señoría no ha considerado tan importantes como las que
ha sacado a la palestra, y son las que realmente están mirando a largo plazo a nuestra seguridad, basada en la disuasión. Eso es muy importante.


Señor Nuet, los valores que tengo delante son los de libertad, democracia, derechos humanos, Estado de derecho y justicia. Esos son los valores que tengo. Si usted los encuentra en otros países que se rigen por sistemas en los que estos
mismos valores se consiguen por caminos que no están basados en esto que le he dicho yo, en esos países con esos sistemas no quiero vivir. Ya hemos vivido y están viviendo todavía muchos seres humanos en esos países que buscan unos horizontes
distintos. Los vemos todos los días porque hoy hay medios de comunicación. Hace muchos años no los había y no sabíamos qué pasaba, pero ahora sí lo sabemos y eso no lo quiero ni para los españoles ni para nuestros aliados ni para nuestros amigos
socios ni para nadie, ni siquiera para esos propios países ni para su gente sobre todo.


Señor Salvador, ya le he dicho que lo intentaré y voy a hacerlo con la convicción de que la política exterior y la de defensa tienen que ser compartidas, porque son políticas que necesariamente, a pesar de las circunstancias cambiantes,
tienen que tener una visión a largo plazo, sobre todo en los elementos de disuasión, sobre todo en lo que supone la defensa, vuelvo a decir, como el sustrato donde se puede sostener una sociedad sana; no la defensa, la seguridad como elemento clave
de una sociedad sana.


Señor Xuclà, he descrito la situación de la ISAF. Cuando nos cuentan su situación no nos dicen qué bien ha salido lo de la ISAF, sino que nos comentan: en este aspecto ha habido esto, escolarización; en este proyecto ha habido esto,
crímenes de este tipo, narcotráfico menos. Esto es lo que nos dicen y es lo que hay que mirar. No hay nada más humilde que un dato, pero nada más significativo, siempre que se utilice con buena fe. Si se utiliza con mala fe, entonces no vale para
nada, pero con buena fe sí, y es lo que he hecho yo al explicarles cómo estamos en la ISAF.


En cuanto a países candidatos, me corresponde a mi poco, pero tomo nota de lo que dice. Creo que ha hecho una observación muy importante sobre uno de los países en lo que es al ámbito de la propia estabilidad de Europa ante un conflicto
como el que estamos viviendo, y no tengo nada más que decir, porque me llamo a mí mismo la atención por la atención que le ha llamado a usted el señor presidente en cuanto a un tema que no tocaba hoy. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Señoras y señores, habiéndose agotado los puntos que componen el orden del día, se levanta la sesión.


Eran las siete y diez minutos de la tarde.


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