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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 931, de 23/10/2007
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2007 VIII Legislatura Núm. 931

COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO

PRESIDENCIA DEL EXCMA. SRA. D.ª ROSA DELIA BLANCO TERÁN

Sesión núm. 36

celebrada el martes, 23 de octubre de 2007



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia de la señora secretaria de Estado de Cooperación Internacional (Pajín Iraola), para informar sobre:


- La reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. (Número de expediente 212/001545.)... (Página ) - El estado de la reforma de la Agencia
Española de Cooperación Internacional. A petición propia. (Número de expediente 212/001636.)...
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La reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso. (Número de expediente 212/001639.)... (Página 2)


Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.



La señora PRESIDENTA: Señora secretaria de Estado, no tengo que insistir en que está usted en su Comisión, además en un día importante en el que se sustancian tres comparecencias en una sola sobre la reforma del instrumento que
probablemente tiene más importancia en la cooperación española como es la Agencia Española de Cooperación Internacional. Las tres comparecencias fueron acordadas por la Mesa y Junta de Portavoces en la reunión del pasado 25 de septiembre. La
primera es del Grupo Parlamentario Popular, la segunda del Gobierno -de usted misma- y la tercera del Grupo Parlamentario Socialista y las vamos a celebrar conjuntamente. Creo que es un día importante para la cooperación española. Todos ustedes
han trabajado duro para crear un cuerpo, ayudando a la Administración y al Estado, sobre la cooperación al desarrollo y hoy, definitivamente, tenemos una reforma que era imprescindible para hacerla más eficaz.



Señora secretaria de Estado, tiene usted la palabra.



La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Pajín Iraola): Señorías, no puedo ocultar mi satisfacción por esta comparecencia, porque seguramente cierra el ciclo de una serie de reformas, compromisos y anuncios esperados y
también, si me lo permiten, cumplidos. Quiero empezar señalando que anuncie en mi primera comparecencia en junio de 2004 -lo recuerdo perfectamente- que abordaríamos la reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional en esta legislatura
y hoy vengo a compartir con SS.SS. el contenido y la dirección de dicha reforma para, previamente a su aprobación, conocer y tomar nota de sus imprescindibles aportaciones.
También y como lo hemos hecho en toda la legislatura, hemos cumplido
plenamente todos nuestros compromisos y, de manera exhaustiva, el seguimiento e implementación de los mandatos parlamentarios derivados de las proposiciones no de ley que SS.SS. han ido proponiendo que, lejos de ser formales, son y constituyen uno
de los ejes centrales de nuestro trabajo diario. Señorías, en junio nos instaron a presentar en los cuatro meses siguientes la reforma de la Agencia Española de Cooperación y hoy, en plazo y forma, lo estamos haciendo, con la convicción de que
todos los avances logrados son en parte gracias a su colaboración; cosa que antes nunca -lo subrayo- se habría hecho. De hecho ahora, iniciativas que le corresponden al Gobierno -y, por tanto, sin obligación a venir antes de su aprobación- siempre
hemos querido hacerlo con anterioridad. Esto mismo ocurre con la reforma de la Agencia Española de Cooperación, para que no fuera una excepción. La estrategia País, las estrategias multilaterales, el Estatuto del cooperante, en definitiva, todas y
cada una de las importantes iniciativas que ha impulsado el Gobierno han tenido siempre previamente una comparecencia en esta Comisión. No es, ni más ni menos, que el reconocimiento al trabajo de una Comisión en la que creo, ya que siempre ha sido
imprescindible para la elaboración del trabajo del Gobierno. Por tanto, vengo a compartir con SS.SS., a escuchar, a tomar nota porque, entre otras palabras, buscamos su impulso, seguro que con matices y reservas, pero lo que hoy discutimos es el
inicio de un proceso de cambio que va mucho más allá de esta Secretaría de Estado de Cooperación y de los portavoces de esta Comisión. Como saben, estamos cerca de culminar una fase muy importante de uno de los compromisos del Gobierno para esta
legislatura: la reforma del principal instrumento de la cooperación española. Digo una fase de este proceso porque la reforma de la agencia se inicio ya al comenzar la legislatura, cuando tomamos medidas para normalizar la situación tremendamente
precaria que padecían muchos colectivos del personal de la Agencia Española de Cooperación. Les recuerdo que para ello en 2006 se crearon 77 nuevos puestos de trabajo en sede y 83 puestos de trabajo de responsables de cooperación en el exterior,
cuyo proceso está pendiente de finalizar próximamente. También se han creado cien plazas de responsables de proyectos de cooperación que serán convocadas de forma inminente. La creación de estos puestos sirve para que la agencia cuente, por
primera en su historia, con personal estable en su red exterior, ya que las 83 plazas de directores de programas se han cubierto con contratos laborales fijos y, por otra parte, para normalizar situaciones de contratación inadecuadas que, como muy
bien saben SS.SS., se arrastraban desde hace ya muchos años. Pero esta fase tampoco terminará cuando se apruebe la reforma de la agencia; al contrario, es un proceso de cambio a largo plazo, porque no es solo de estructuras, sino también de
mentalidades, de filosofía de trabajo, de cultura de trabajo, que exigirá tiempo y esfuerzo por parte de todos y de todas. Como saben bien, desde el principio -y especialmente después de la aprobación de la Ley de Agencias Estatales en junio de
2006- hemos trabajado intensamente en el diseño


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de la reforma, porque se trata de un cambio en el que nos jugamos mucho -la cooperación española se juega mucho- y en el que no podemos fallar.
En mi opinión, una reforma poco meditada hubiera sido un fracaso. Por eso, nos hemos dado
tiempo para que, dentro del marco al que nos obligan las leyes, saliera de la manera más adecuada para afrontar los retos que tenemos por delante; una serie de pasos que considero imprescindible abordar para insistir en que esta reforma tiene su
origen en un compromiso político pero que se culminará después de un profundo y riguroso diagnóstico que hicimos sobre la necesidad de la misma.



Señorías, ¿cuáles son los pasos dados para preparar esta reforma? En primer lugar, se realizó un exhaustivo diagnóstico de la organización actual y un análisis de sus objetivos, procesos básicos y organización para reflexionar sobre el
modelo que mejor se podía adaptar a las exigencias que en esta etapa tiene la cooperación española, teniendo siempre en cuenta el punto del que partíamos. Nos miraron desde fuera, contaron con la opinión de los distintos componentes de la agencia
y, después, hicimos una propuesta de organización que ha derivado en la propuesta que hoy les presento. Después se elaboró un documento de trabajo con las principales líneas de la reforma, que fue utilizado en las reuniones realizadas por la
dirección de la AECI con todos los colectivos del personal de la agencia, tanto en la sede como en el exterior, es decir, con la junta de personal, con los delegados sindicales y el comité de empresa, con los técnicos país, con los técnicos
sectoriales, con el personal administrativo y el resto del personal en sede y con los coordinadores y directores de la red exterior de oficinas y centros culturales y de formación. En segundo lugar, se ha contado con la colaboración activa de la
junta de personal, a través de la creación de un grupo consultivo en el que han participado profesionales de la Agencia Española de Cooperación Internacional. En tercer lugar, se han realizado encuentros con otras agencias internacionales de
desarrollo para tener en cuenta sus experiencias. Sus Señorías fueron invitados al seminario y me consta que algunos participaron además de reunirse con los responsables del Comité de Ayuda al Desarrollo en noviembre de 2006, que tuvo como objetivo
reflexionar sobre los desafíos que plantea la aplicación de la Declaración de París para las agencias internacionales de cooperación. En el seminario participaron las agencias de cooperación europeas más avanzadas y la agencia canadiense,
entendiendo así que era bueno ver otros modelos y otras experiencias anteriores. Por último, quiero destacar una serie de actuaciones formativas dirigidas a la preparación del personal para el proceso de cambio. Entre ellas, destaca la
organización de jornadas para directivos y predirectivos sobre la reforma y el cambio, la realización de un diagnóstico sobre las necesidades formativas específicas del personal de la agencia, que se utilizará como punto de partida para la
elaboración del correspondiente plan de formación, y la organización de una serie de cursos para distintos colectivos del personal que se han impartido o se están impartiendo en este momento. Tengo que destacar que el personal de la agencia
concernido, como no podía ser de otra manera, ha participado en los talleres que organiza el Ministerio de Administraciones Públicas dirigidos precisamente al personal de los organismos que se convertirán en agencias estatales sobre distintos temas
relacionados con este asunto.



Señorías, con todos estos pasos tenemos ya bastante avanzada la reforma, pero esta comparecencia resulta imprescindible para mejorar nuestra propuesta. No obstante, sí les digo que la reforma de la agencia que buscamos ha sido lo
suficientemente meditada y será todo lo profunda que necesita en este momento el organismo más importante de la cooperación no reembolsable española en cuanto a la cultura organizativa, la estructura, la situación del personal o los procesos y
procedimientos para cumplir con los retos de cantidad y calidad de la ayuda que el Gobierno se viene planteado. Señorías, ¿por qué era necesaria la reforma? Hay dos tipos de asuntos que obligan a reformar la Agencia Española de Cooperación. En
primer lugar, cuatro problemas serios heredados al comenzar la legislatura. Si recuerdan, se había ido conformando una agencia, por la agregación más que por la fusión, de diversos institutos y unidades que venían del pasado con objetivos y
tradiciones muy distintas. Del mismo modo, obligan a la reforma de la AECI los retos que el Gobierno se había fijado en materia de cooperación en esta legislatura, recogidos en el Plan director 2005-2008. Se trata de nuevos retos en el ámbito
geográfico, ejemplificados por la inclusión de África subsahariana entre las regiones de mayor prioridad de la cooperación, pero también retos en el ámbito presupuestario, ya que la agencia va a pasar a gestionar un presupuesto superior a los 900
millones de euros en el año 2008, según aparece en el anteproyecto de ley de presupuestos, más 100 millones de euros de microcréditos, cuando en 2004 -SS.SS. lo recuerdan bien- no llegaba a 300 millones, y la exigencia de aumentar la calidad y el
impacto de la ayuda, lo que está relacionado con los retos derivados de la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda, y la necesidad de trabajar muy coordinadamente con el conjunto de los actores de la cooperación española.



¿Cuáles son las principales líneas de la reforma que hoy les presentó? En primer lugar, empezaré por el exterior, donde la precariedad del trabajo y la inexistencia de un equipo humano estable eran una realidad. También en el interior, en
algún colectivo, donde la precariedad y la falta de motivación eran seguramente una constante diaria. La falta de movilidad dentro-fuera era otro handicap de la sede al exterior y de la red exterior a los servicios centrales, condenándose la
institución a desaprovechar la experiencia acumulada por sus recursos humanos donde más pudiesen aportar en cada etapa, condenando a sus profesionales en el exterior a no residir nunca en nuestro país, con el consiguiente coste personal y
profesional, y a sus trabajadores en sede a no conocer


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a fondo el terreno donde se ejecutan las actuaciones de la cooperación española. En tercer lugar, la inadecuación del modelo de gestión económica y financiera, pensado para el control de los desembolsos de las subvenciones en España con una
intervención previa, pero poco funcional para su seguimiento y evaluación en los países en los que trabaja la Agencia Española de Cooperación. En cuarto lugar, la falta de una tradición y de una cultura consolidada y compartida de cooperación para
el desarrollo en distintas unidades que mantenían su propia cultura, su propia misión; procedimientos y hasta unidades de soporte en compartimentos estancos. Ello derivaba de una agencia que, evidentemente, tenía que hacer grandes esfuerzos para
poder seguir adelante.



Para la reforma de la agencia nos planteamos ocho objetivos principales, que están detallados en la memoria que considerará el Consejo de Ministros en las próximas semanas. En primer lugar, como marco general, queremos una agencia que sea
un organismo de cooperación y, al mismo tiempo, una agencia de desarrollo, por tanto, capaz tanto de gestionar un importante presupuesto propio en proyectos y programas de cooperación, pero hacerlo en un marco de diálogo sobre las estrategias de
desarrollo con las instituciones locales y con otros agentes de desarrollo españoles, agencias de países donantes o multilaterales. En segundo lugar, vamos a contar con una estructura idónea para enfrentar los nuevos retos geográficos de gestión
presupuestaria y de eficacia en sus actuaciones. Ello implica fortalecer funciones que ya lleva a cabo la agencia en las siguientes áreas: El área de cooperación con el África subsahariana, para que se pueda cumplir con una zona prioritaria de
tanta importancia para la política de cooperación y para la política exterior, que por primera vez tendrá un departamento propio; la acción humanitaria, donde llevamos tiempo viendo la necesidad de tener una verdadera oficina de ayuda humanitaria
que sea capaz no solo de responder con eficacia a los desastres, sino de trabajar en la prevención de los mismos y también en los posdesastres y los posconflictos; el área sectorial y multilateral, permitiendo así la homologación con otras agencias
de desarrollo de nuestro entorno y poniendo, por fin, un modelo en el que las áreas geográficas y las sectoriales se crucen para poder llevar a cabo con garantía lo que nuestro Plan Director de Cooperación dice en su contenido. En cuarto lugar, los
procesos de apoyo horizontal para las necesidades de la nueva agencia en su gestión de personal, económico-financiera y de organización y calidad de los procesos y procedimientos. Era evidente, señorías, que la agencia necesitaba también fortalecer
aquellos mecanismos que garanticen una mayor estabilidad del personal, una moderna organización interna y, sobre todo, una calidad y transparencia de los procesos de gestión. Por último, la agencia se va a reforzar en la programación, seguimiento y
calidad de la ayuda de esta nueva agencia, con el fin de que se disponga de la reflexión necesaria para dar las orientaciones oportunas a toda la institución en estos procesos y mejorar así la calidad y el impacto de las intervenciones.
Asimismo,
se buscará una estrecha coordinación entre las distintas unidades geográficas y sectoriales de la agencia y una organización más flexible y funcional en el día a día. Queremos conseguir una agencia transparente en la gestión y en la rendición de
cuentas a la ciudadanía y que juegue un papel sensibilizador sobre los problemas que plantea la pobreza y el comportamiento ético de las instituciones españolas en la búsqueda de sus soluciones. Por último, contaremos con unidades que garanticen
una buena gestión de los recursos humanos, el rigor en el control de la gestión del presupuesto y la calidad y la agilidad de los procesos y procedimientos de gestión. Señorías, una nueva agencia que irá reforzando progresivamente su red exterior
así como un proceso gradual de descentralización de competencias en las oficinas que actúan sobre el terreno. Tenemos una firme convicción de que nuestro equipo en el exterior -un equipo humano excelente- tiene que tener cada vez más competencias;
un equipo que conoce bien el terreno porque trabaja en él; un equipo que tiene que tener la capacidad de decidir y no solo de gestionar los recursos que se transfieren desde aquí. Una nueva agencia que contará en su proceso de cambio con la
participación de su personal a través de distintas vías, siendo la principal la participación de los representantes del personal en el consejo rector de la agencia, el cual está dotado de funciones esenciales para la marcha de la Agencia Española de
Cooperación y para el desarrollo. Será la primera vez en la historia que los representantes de los trabajadores tengan voz y voto en el principal órgano de gobierno de la agencia. Además, la nueva agencia se fortalece con una estructura que
contempla nuevas y muy importantes unidades en sede y una importante ampliación de plantilla, tanto en sede como en el exterior. Esto, además de mejorar la gestión, supondrá también un alivio en la carga de trabajo actual para el personal.
Llegados a este punto, quiero, una vez más, reconocer, como lo he hecho siempre en esta Comisión, el trabajo de los trabajadores de la Agencia Española de Cooperación en esta etapa; un trabajo arduo porque han tenido que enfrentarse a un aumento
presupuestario sin precedentes, seguramente sin los recursos necesarios y que, por primera vez, empiezan a ver un cambio y una reforma de la agencia que durante muchos años habían exigido. En conclusión, señoría, la reforma de la agencia, que el
Gobierno aprobará próximamente, representará el mayor proceso de cambio de la cooperación española. A la creación previa de 260 plazas, tanto en sede como en el exterior, se le unirá con la reforma la creación de una primera etapa de otras 200
plazas.



Señorías, les decía que esta reforma forma parte de un proceso; un proceso en el que va a haber más oficinas técnicas de cooperación y nuevos centros culturales que irán consolidándose de forma paralela al proceso de reforma. África
subsahariana será la región prioritaria. La reforma irá incidiendo en un proceso gradual de descentralización, dotando de mayor peso y protagonismo al terreno, no solo en la ejecución, sino también


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en el diseño de las políticas y el proceso de toma de decisiones.
Pasaremos de una agencia de cooperación a una verdadera agencia de desarrollo, porque se irá convirtiendo tanto en un organismo de cooperación como en una agencia donde
integremos a otros ministerios y a otros instrumentos que tienen mucho que ver con la gestión de la política y de los recursos de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Como les decía, África subsahariana será un departamento propio, cada vez con más
recursos humanos y presupuestarios; les recuerdo que en 2004 apenas alcanzaba los 34 millones y el nuevo departamento superará ampliamente los 150 millones de euros. Por fin tendremos una oficina de acción humanitaria al nivel de nuestros socios
europeos; dispondremos definitivamente de una oficina con unidad de prevención y evaluación, lo que nos permitirá situarnos al nivel de los países de vanguardia. Además, apostaremos por un cambio de modelo, pasando de un modelo vertical a un
modelo horizontal, porque sectorialmente la cooperación multilateral, la de género, con las ONG, tendrán por primera vez departamentos propios. A la importante orientación geográfica de la ayuda, ahora se sumarán transversalmente y en todos los
niveles las prioridades sectoriales. En otras palabras, pasaremos de un modelo vertical a un modelo horizontal tan imprescindible como urgente para la cooperación española, porque si nuestro plan director habla del medioambiente, en el que nosotros
sí creemos, en el género, en los derechos humanos, como ejes transversales tienen que tener un instrumento que lo haga posible. También queremos mejorar la gestión económica y financiera para que sea más rigurosa, más adecuada y, sobre todo, para
que podamos evaluar su impacto; por eso, esta nueva agencia verá reforzadas sus capacidades en la gestión de recursos humanos, en la gestión económica-financiera y en las nuevas tecnologías de la información. Solo una agencia moderna requiere un
instrumento de nuevas tecnologías capaz de gestionar el intercambio de información y, sobre todo, capaz de atender las demandas de la ciudadanía, a la que debemos todo tipo de explicaciones, si así lo requiere. Los trabajadores y las trabajadoras
son, en mi opinión, el corazón de la reforma. Una Agencia que tendrá en su eje de transformación de manera permanente el valor añadido de su capital humano. Sus trabajadores y trabajadoras formarán parte del consejo rector, un elemento importante
en el fondo y en la forma. El futuro de la reforma tendrá también en su participación y conocimiento de la casa un elemento determinante. El primer esfuerzo de retribuciones irá dirigido a los niveles 18 y 24, que durante mucho tiempo han pedido
un reconocimiento a su trabajo y que están en condiciones precarias, así como a los coordinadores, directores de centros culturales y de formación, a los que ayer les reconocía su trabajo y hoy quiero volverlo a hacer en esta Comisión. Tenemos un
equipo humano excelente, un equipo humano de primera, del que esta secretaria de Estado, presidenta de la agencia, se siente profundamente orgullosa. Es el momento, por tanto, de darles los mejores instrumentos para poder avanzar y trabajar en los
retos que desde esta Comisión nos han planteado. En definitiva, es una reforma para que cumpla con la decisión política que demanda la ciudadanía española a favor del desarrollo y la lucha contra la pobreza, para garantizar que nuestra cooperación
será más útil y contribuirá de forma más eficaz a la consecución de los objetivos del Milenio sobre la reducción de la pobreza.



Señorías, hace ahora tres años algunos de ustedes mostraban su inquietud, como es lógico, sobre si cumpliríamos esta reforma. Hoy tengo la satisfacción de venir a presentar una reforma que se va a aprobar de forma inminente, que ha pasado
todos los procedimientos previos establecidos con el apoyo activo, tengo que decirlo, del Ministerio de Administraciones Públicas, del equipo de Sevilla y del equipo de la ministra Salgado, así como del Ministerio de Economía y Hacienda. Hemos
trabajado codo con codo con todas las instituciones de la Administración, con todos los sectores de la Agencia Española de Cooperación. Lo hemos discutido con el Consejo de Cooperación, con distintos organismos de la cooperación española, y ahora
lo hago con un ámbito que es para mí prioritario, el Parlamento español, la Comisión de Cooperación, donde siempre hemos discutido todas y cada una de las reformas de la cooperación española, porque este Gobierno cree profundamente en el Parlamento
y cree en el consenso como la mejor vía para seguir avanzando.
Como les decía, muchos tenían alguna duda sobre este proceso y era lógico, demasiados años de exigencia, demasiados años sin tirar hacia adelante. Ahora es el momento de seguir
avanzando en un procedimiento que, insisto una vez más, no acabará el día que el Consejo de Ministros apruebe este estatuto, sino que precisamente empezará ese día. Tendremos que seguir avanzando en el fortalecimiento del capital humano de la
agencia, en los procedimientos, modernizando las estructuras y cambiando y apostando por una nueva cultura organizativa que haga de una vez por todas de ésta una agencia de vanguardia como ya lo es su equipo humano.



La señora PRESIDENTA: A continuación intervendrán los portavoces de los grupos parlamentarios autores de las dos iniciativas. Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra don Gonzalo Robles.



El señor ROBLES OROZCO: Señora secretaria de Estado, estamos muy satisfechos de poder casi cerrar esta legislatura con su comparecencia para un tema que no es puntual, que no es cualquier tema, sino que es el instrumento fundamental o uno
de los instrumentos fundamentales de la cooperación española, que es la AECI. Si es así, si es un instrumento fundamental, y todos estamos de acuerdo, quizá habría que resaltar, en primer lugar, que estamos prácticamente a dos meses de cerrar la
legislatura. Evidentemente, todo en esta vida se puede plantear en función de la botella medio llena o medio vacía, y el Gobierno puede sentirse satisfecho de


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que quedando dos meses para terminar la legislatura hoy se nos presente no el decreto, sino un informe; un informe que dibuja más o menos las líneas generales, pero que no es realmente el texto del decreto, que supongo que será la norma que
el Gobierno llevará para su aprobación. Nos apunta una idea de por dónde puede ir, por cierto, no con demasiadas novedades, son cosas que ya hemos venido escuchando a lo largo de estos cuatro años.
Pero podemos hacer la otra visión, que siendo
como era uno de los instrumentos fundamentales, como bien ha recordado la secretaria de Estado, el día 16 de junio de 2004 sus palabras fueron que recibía una Agencia Española de Cooperación absolutamente desbordada, en fin, una serie de
calificativos que daban la impresión de que con ese instrumento era incapaz de poder gestionar todo lo que tenía por delante. De eso se pueden decir dos cosas: una es que a pesar de que efectivamente la Agencia estaba desbordada, ha gestionado
durante cuatro años y con más recursos, por tanto significa cuando menos que los profesionales han hecho un gran esfuerzo y que las capacidades de adaptación han sido evidentes; y significa también otra cuestión; que yo creo que había que haberle
puesto más ritmo a esta reforma si de verdad considerábamos que era el instrumento clave. Porque es como el símil de construir la casa empezando por el tejado o por los cimientos, lo lógico hubiera sido que el instrumento que tenía que gestionar
las cuestiones hubiera sido el prioritario.



Dicho esto, que sería perdernos un poco en las formas, me gustaría entrar más en el fondo de la cuestión. Todos hemos compartido que era necesaria, por muchas razones, una reforma del instrumento de la cooperación, y lo hemos compartido,
señoría, no en esta legislatura, sino también en otras, y como usted bien sabe -ahora es la responsable de un área muy importante de la Administración-, la Administración española está llena de profesionales, es una Administración profesional, y eso
implica, entre otras cosas, que cuando uno llega a la Administración se encuentra normalmente con informes hechos, elaborados, y con una memoria por parte de los funcionarios. Y si usted dice la verdad -no me cabe la menor duda de que la dirá- sabe
muy bien que anteriores gestores -habrá documentos y habrá informes en diferentes ministerios, por ejemplo el de Administraciones Públicas o el de Hacienda- ya intentaron poner sobre la mesa todas esas deficiencias que usted ha apuntado y que es
evidente que existían. Porque la Agencia Española de Cooperación surge en el año 1988 como una amalgama de diferentes institutos, además creciendo al mismo tiempo con nuestras posibilidades, y eso ha hecho que las circunstancias muy heterogéneas
del personal y de los regímenes hayan sido muchas veces absolutamente caóticas y todos los gestores, todos, en determinadas épocas, se encontraron con incapacidades enormes a la hora de poder movilizar el personal y hacer determinadas actuaciones y
buscaron, como siempre, la salida que en un momento determinado la ley o el interventor o el funcionario les daba. Pero todo el mundo era consciente de que eso no era sostenible y es evidente que ha pasado siempre. Creo recordar que las primeras
informaciones en esta dirección fueron de un compañero de ustedes el señor Yáñez, que ya en aquel momento en el que presidía la agencia puso sobre la mesa algunas deficiencias en este orden de cosas.
Si me apuran hasta la anécdota de cómo se tenía
que llamar la agencia. Es decir, que creo que corresponde precisamente al señor Yáñez el nombre que ahora le van a poner, terminado en 'd' o algo así. (Risas.) En todo caso, con esto quiero decir que el análisis se remonta mucho tiempo atrás y era
evidente que se tenían que establecer unos mecanismos que facilitaran la gestión, la transparencia, la mejor organización, esta disparidad enorme que hay entre el personal, estas cosas tan extrañas de las salidas técnicas, todas estas cuestiones que
la gente -insisto-ha tratado de solucionar pero que no siempre encuentran una cobertura en nuestros regímenes administrativos y demás. Por tanto, en esta parte nosotros no podemos discrepar, sino todo lo contrario, coincidir en que hay que hacerlo,
hay que hacerlo bien y lógicamente con el esfuerzo de consenso, de participación y de transparencia. Pero sí tenemos que poner de manifiesto que estamos, insisto, a dos meses del final de la legislatura, que esto debería haber tenido otro ritmo y
que ahora no tenemos más que un informe en el que no quedan recogidos temas tan importantes como cuál va a ser el organigrama definitivo de la agencia. Tampoco se nos habla de cuáles van a ser los grupos o categorías del personal. Se dice que hay
dos grandes grupos en principio, funcionarios y laborales, pero no cuáles son los grupos por niveles, si va a haber directores de programas, si va a haber asistentes, si va a haber evaluadores, es decir, qué grupos y qué se tiene previsto, cuál va a
ser el acceso a esos grupos o las categorías laborales que va a haber. Le pongo un ejemplo que para mí tiene importancia. Se habla en el informe de las OTC y todos estamos de acuerdo en que éstas se deben convertir en uno de los pilares
fundamentales, con más poder, de la gestión de la agencia en el exterior. Si esto es así, el director de la OTC va a tener un papel muy importante y me parece determinante conocer en los planes del Gobierno qué se tiene previsto para el director de
la OTC. Yo me adelanto a decirlo: debe ser un funcionario del Estado. ¿Por qué? Porque a nadie se le ocurriría pensar que el director de la oficina comercial en Bangkok, por ejemplo, no fuera un técnico comercial del Estado, o que el director de
la embajada en no sé dónde, no fuera un diplomático, o que el director de un consulado no fuera un profesional. Es decir, la Administración española tiene excelentes profesionales, para eso se forman a los funcionarios, para conocer cómo funcionan
las administraciones, cómo se gestionan los presupuestos. Otra cuestión es un proyecto determinado; es decir, a lo mejor para un proyecto se puede contratar ad hoc un técnico específico pero dirigir la oficina técnica del Estado en esa ciudad
necesita lógicamente de todas las garantías en el acceso, en la formación, en la capacidad y en la gestión, y a mí personalmente


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me parece que debería ser considerado un grupo de funcionarios y establecer qué criterios hay. En la Administración española tenemos excelentes funcionarios, capacitadísimos para llevar precisamente estos temas, no solamente en el área de
la cooperación o de exteriores, porque en muchos ministerios a lo largo de la historia de la democracia se han gestionado proyectos de cooperación: en el Ministerio de Sanidad, en el Ministerio de Educación y en otros muchos, y muchos funcionarios
tienen ese background, junto con su formación, para lo que se han preparado en diferentes cuerpos del Estado, está también la propia experiencia de las tareas que han llevado a cabo. Este es un ejemplo.



También ha apuntado aquí la importancia de una de las cuestiones clave en la agencia: el personal, qué duda cabe. A mí me sorprende que este informe tan positivo que usted nos presenta choque con algunas cuestiones que a nosotros nos han
llegado, y además en fechas muy recientes. Tengo aquí una carta del día 4 de octubre dirigida a usted, porque parece ser que iba a hacer una visita a la agencia el día 9 o por lo menos ellos pensaban eso; es una carta de un grupo de personas de
dentro de la agencia que dicen exactamente lo contrario de lo que usted está diciendo.
Dicen que se sienten apartados del proceso; que se están haciendo las cosas de forma poco profesional; que no se ha contemplado la posibilidad de la movilidad
interna de este personal; que el proceso de reforma no parece responder a las necesidades de los objetivos; que no se está actuando con arreglo al mérito, capacidad, libre concurrencia y publicidad; que, por ejemplo, los niveles 12 y 24 a que
usted ha hecho referencia se encuentran, en la mayoría de los casos, vacantes y no ha habido una atención especial por parte de la agencia; que se está haciendo contratación para puestos directivos en régimen laboral que se podrían estar cubriendo
por funcionarios; que hay, literalmente, una distinción flagrante y eso abre la puerta a la discriminación, esto lo dice un grupo importante del personal dentro de la AECI, y otra serie de consideraciones.



Además, hay un informe de conclusiones finales del grupo consultivo de la Agencia Española de Cooperación. Este grupo hace un análisis en la línea de lo que usted nos ha dicho sobre la parte positiva del documento, agilizando la gestión
financiera y administrativa, la planificación y evaluación, el equilibrio de la acción y el tema de las OTC. Pero llega a la parte que se refiere al personal y en ella casi coincide literalmente con esa carta que les mandan a ustedes y que estoy
leyendo, en la que se dice que se parte de una consideración peyorativa del personal de la AECI y que el Estatuto de la profesionalidad queda muy en entredicho; que no se está haciendo una adecuada gestión del personal de la casa, que hay personal
fuera de convenio, que se va a abusar de los contratos laborales y que se debería recurrir más al cuerpo de funcionarios del Estado. Hay una serie de cuestiones que, cuando menos, crean la incertidumbre de que podemos tener hecha la gran
estructura, el gran caparazón o las líneas fundamentales, pero al final el personal es una cuestión clave. Los grupos laborales, el tipo de funciones que cada uno va a desarrollar, cómo se va a hacer todo esto, aprovechar el potencial que usted
citaba del personal de la AECI, la seguridad jurídica en la selección del personal, el acceso de determinados profesionales, todo eso no queda especificado. Puedo comprender que no quede especificado en el informe que usted cita aquí, pero no puedo
sustraerme a la cuestión porque he conocido este informe realizado por grupos de funcionarios de la AECI y por el grupo consultivo que han puesto ustedes en marcha para este tema, y que interpreto que manifiesta las preocupaciones de personas
cualificadas; cualificadas porque viven por dentro el proceso de reforma, unos quejándose amargamente de que no han sido tenidos en cuenta, de que no han sido escuchados, de que detectan cosas que no les gustan, y otros porque han trabajado muy
estrechamente con ustedes, y vuelven a poner el acento precisamente en esta misma dirección, que es la cuestión del personal, la cuestión de la promoción, la cuestión de los funcionarios, la cuestión de los regímenes laborales que se pueden
establecer y, sobre todo, la cuestión de la discrecionalidad a la hora de la selección de este personal.



En definitiva, creo que es bueno que, aunque sea al final de la legislatura, conozcamos parte de los trabajos que se han estado haciendo.
Tengo la impresión de que, aunque el Gobierno lo apruebe en el último momento, en esta legislatura ya
no da tiempo materialmente a poner en marcha la reforma de la agencia. Aunque ya tenemos un avance, una estructura de lo que se quiere hacer, me da la impresión de que o no se ha explicado en este informe que traen a la Cámara o hay temas que
preocupan dentro de la agencia, especialmente por lo que se refiere al régimen de personal. Hay criterios que hay que objetivar. Usted dice que hay un aumento importante de recursos, y tiene que haber transparencia los españoles tienen que sentir
no solamente que se gestiona bien y de forma transparente, sino que se gestiona por los mejores, por profesionales y con criterios de clara imparcialidad, pero todo eso no está suficientemente explicitado y claro en el documento, y esa es una de las
cuestiones que van a tener más importancia de cara al futuro.



Usted señala mucho en su informe la importancia de la comunicación, de la sensibilización social, de esas tareas que tiene que hacer la agencia, y para eso lo más importante no es solamente tener un departamento, sino que de la agencia tiene
que emanar ese espíritu de transparencia para que realmente haya una cierta tranquilidad. Cuantos más recursos haya también se girarán hacia nosotros más voces, más ojos, que pedirán lógicamente evaluaciones, cuentas y transparencia, porque, en la
medida en que en democracia aumentan los recursos, también tiene que aumentar la exigencia de esa transparencia y de esa evaluación. Por eso toma especial importancia el régimen de personal y todos esos mecanismos objetivos para tener la
tranquilidad de que están los


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mejores, los más preparados, siguiendo los criterios que se han seguido siempre en una administración como la española, que es una administración de profesionales. Creo que eso no debería perderse.



En todo caso, le agradezco el informe, aunque sea al final de la legislatura; nosotros siempre pensábamos que esto debería haber tenido otro ritmo. Recuerdo que el secretario general de la AECI, don Pablo de la Iglesia, nos dijo en una
comisión que la reforma estaría terminada en 2006 y las cosas se han ido retrasando. En todo caso, insisto, no quiero terminar por donde empecé. La cuestión menos importante en este caso es la formalidad. Es cierto que una reforma de esta
naturaleza necesita tiempo y esfuerzo, y no es fácil. Es cierto que llevaba mucho tiempo queriéndose hacer y que todas las administraciones, no solo las últimas, sino las anteriores ya eran conscientes de que esto necesitaba un cambio y una
reforma, con lo cual espero que conozcamos ese decreto, que le sean útiles las reflexiones que le hacemos en esta Cámara y que tenga en cuenta que todo lo que transmita la Agencia Española de Cooperación debe aportar una enorme tranquilidad, porque
estamos hablando de un área que mueve recursos muy importantes de la Administración del Estado y donde, por lo tanto, la credibilidad y la seguridad jurídica es clave para poder seguir avanzando en esa dirección.



La señora PRESIDENTA: A continuación tiene la palabra el portavoz del Grupo Socialista señor Madina.



El señor MADINA MUÑOZ: Muchas gracias una vez más por su comparecencia en esta Cámara, señora secretaria, para debatir sobre este tema y en este día, en primer lugar, por algo que ha dicho usted: porque no era necesaria, por ley no estaba
obligada a comparecer para presentar esta propuesta de reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional antes de su aprobación en el Consejo de Ministros. Se ha implantado una dinámica en esta legislatura en principio por una intención
explícita del Gobierno y también por la reivindicación de los grupos parlamentarios que habitualmente trabajan en esta Comisión. Este espacio de este Parlamento ha demostrado cosas importantes en esta legislatura, la primera de ellas capacidad para
el acuerdo, y capacidad para la demanda y para la crítica, siempre más positiva que negativa, hacia lo que el Gobierno va haciendo en esta legislatura, y ahora siente que da un paso muy importante al reformar uno de los principales centros de
gravedad de la cooperación internacional española, inmersa, como sabemos todos, en un importante proceso de cambio. Mi grupo -y en nombre del mismo quiero agradecérselo- valora muy positivamente que haya venido usted a la Cámara antes de que el
Consejo de Ministros haya aprobado esta reforma, para escuchar a los grupos, tomar nota y dar su opinión sobre lo que se está haciendo.



También queremos valorar que en este tiempo palpita sobre la cooperación al desarrollo española un cierto impulso reformista. No podíamos terminar la legislatura sin tener preparada la reforma de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, porque el nivel de transformación que la cooperación ha vivido en este tiempo, en todos sus esferas -en unas más que en otras, pero en todas en general-, requería y hacía ya necesario el dibujo de un instrumento preparado para la
gestión -como mi amigo, el señor Robles, ha dicho- de importantes recursos de la Administración General del Estado. Una Agencia Española de Cooperación que empezó en el año 2004 gestionando unos niveles de gasto y de recursos públicos que nada
tienen que ver con los que gestiona ahora y que, por lo tanto, necesitaba hacerse mayor en este tiempo. En ese proceso de crecimiento de la agencia y de puesta en forma para el período de tiempo que estamos viviendo y para los años venideros, mi
grupo no quiere sino empezar poniendo también en valor el trabajo sin el que nada de esto hubiera sido posible -seguro que usted coincide conmigo- del comisionado del Gobierno para la reforma, el señor Manuel de la Iglesia-Caruncho. En el plano
personal, para este diputado es una de las mejores personas que he conocido en todo este tiempo, un maestro de la cooperación al desarrollo y una persona a la que se le debe parte importante de este proceso de reforma, no solo el esbozo de los
parámetros centrales sobre los que ha discurrido, sino la capacidad para llegar a acuerdo con todos los sectores implicados, incluidos por la voluntad expresa de este Gobierno de hacerlo así, cuyas opiniones que se han tenido en cuenta en esta
propuesta de reforma que nos presenta hoy en esta Cámara. No quería que mi agradecimiento y mi valoración personal hacia el mismo quedaran fuera de este debate en esta Comisión. También quiero valorar, en nombre de mi grupo, haberlo realizado
desde el consenso, señora Pajín, porque al segundo año podíamos haber reformado la agencia a nuestro gusto y haber impuesto nuestro modelo. Mi grupo prefiere una propuesta de reforma trabajada, incluyente, que cuente con los expertos que sobre esta
materia han opinado y que tenían cosas de decir, que cuente con los distintos regímenes laborales, con los trabajadores que han estado desde hace tiempo en la Agencia Española de Cooperación sufriendo sus carencias y soñando con sus cambios, por lo
que para nosotros y para su Gobierno, y mi grupo así lo valora, era importante conocer cuál era su opinión, su sensibilidad hacia este proceso de reforma. Mi grupo se queda con todo ese proceso de inclusión de voluntades y de opiniones, porque ese
ha sido el motor del desarrollo y de la inspiración de este proceso de reforma, para el que han hecho falta tres años. Mi grupo quiere señalar que han hecho falta tres años y que su Gobierno no ha impuesto su propio modelo el primer año. Ese es el
modelo con el que mi grupo hoy se siente especialmente vinculado y así lo pone en valor en esta comparecencia suya. La AECI, como usted ha dicho, señora Pajín, es una agencia de desarrollo, instrumento de una política de cooperación adulta, que no
se conforma consigo misma, sino que quiere seguir creciendo y avanzado, y


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que, sin duda alguna, está inmersa en un proceso de crecimiento constante desde el año 2004 hasta la actualidad.



Según el diagnóstico que usted, su Gobierno y también los distintos grupos de esta Cámara hemos hecho sobre la situación de la Agencia Española de Cooperación, era sin duda necesario afrontar algunos asuntos si queríamos hacer de la
cooperación al desarrollo algo distinto y mejor a lo que nos encontramos, un proceso de evolución que en el tiempo ha ido viviendo la cooperación al desarrollo española. Por ejemplo, como usted ha dicho, y mi grupo comparte, era necesario aglutinar
los esfuerzos de las distintas unidades y de los distintos institutos de la agencia que estaban dispersos, que no estaban coaligados, formando la figura de un puzle bien hecho en la Agencia Española de Cooperación Internacional. Para mi grupo
también era importante acabar con las condiciones de precariedad en el trabajo padecidas por muchos sectores laborales de la propia agencia, y de forma muy notable por la gente que trabajaba en el exterior y por el personal local. Por otra parte,
también era importante contar con un equipo estable, en el sentido humano de la palabra, y motivado en la estructura de la agencia. Este diagnóstico que nosotros hemos hecho, y usted también en su intervención, de una relación de puestos de trabajo
tremendamente heterogénea y, por tanto, inadecuada, que contaba con cinco estatutos laborales, era algo que sin duda había que afrontar. Mi grupo también comparte, al igual que la mayoría de esta Cámara y su Gobierno, la falta de movilidad que
existía entre los trabajadores de la agencia que trabajaban en España y los que trabajaban fuera. Esa práctica condena a la Agencia Española de Cooperación a perder a chorros conocimiento adquirido y experiencia acumulada por parte del personal, de
los recursos humanos, para tratar de aportar en cada momento lo mejor de cada una de sus experiencias acumuladas y de cada uno de los trabajos que les toca realizar. Por otro lado, mi grupo también comparte que había que afrontar un modelo de
gestión económica y financiera, que era poco funcional, sobre todo desde la perspectiva del seguimiento y de la evaluación de la cooperación al desarrollo en los países en los que la agencia española estaba presente que, como usted sabe bien, en
muchos casos son los países menos adelantados del mundo, los países más empobrecidos del planeta.
Necesitaba también más flexibilidad, más agilidad y mejor capacidad de adaptación a una realidad cambiante, que está sin duda sometida a un proceso de
reforma y de mutación constante en el escenario mundial donde la cooperación y la propia agencia están presentes.



Por otro lado, y lo ha dicho usted bien, la agencia obligatoriamente necesitaba ser reformada sobre los parámetros de la hoja de ruta que el Gobierno, en su plan director para este período se había fijado, en la línea de lo que también se
han fijado como prioridades de la cooperación al desarrollo en esta Cámara por parte de los grupos políticos: nuevos retos en muchas líneas de financiación, en ámbitos sectoriales y en ámbitos geográficos. Como usted ha señalado, uno de ellos,
quizá el más notable, es la inclusión del África subsahariana entre las regiones de mayor prioridad en la nueva política de cooperación que su Gobierno ha desarrollado, pero también, en el ámbito presupuestario -usted y el señor Robles así lo han
señalado-, las diferencias de gestión de presupuesto público con las que contaba la agencia al principio de la legislatura y en la actualidad. Ese ejercicio de puesta en forma para el nuevo período sigue dotando a la agencia de la posibilidad de
ser, tal y como le decía al principio, uno de los centros de gravedad, el más importante, el instrumento privilegiado con el que la cooperación española cuenta para actuar en el mundo de la forma en que lo hace.



Sobre las principales líneas que usted ha señalado en la propuesta de reforma como ejes vertebradores de la nueva Agencia Española de Cooperación al Desarrollo que el decreto establecerá, y que usted hoy nos presenta en esta Cámara, mi grupo
quiere subrayar algunas cuestiones importantes. En primer lugar, contar con una verdadera agencia de desarrollo que no deje de ser un organismo de cooperación, pero que se haga adulta en el sentido de convertirse en una agencia de desarrollo, capaz
de gestionar los niveles de ejecución pública de los Presupuestos Generales del Estado, y también proyectos y programas de cooperación, dentro del marco de diálogo sobre estrategias de desarrollo con instituciones locales y con otros agentes, como
usted ha dicho, tanto españoles como internacionales, que están presentes y que juegan su papel en el ámbito de la cooperación internacional. En segundo lugar, como le decía antes, una agencia capaz de afrontar los nuevos retos sectoriales que la
propia cooperación española se va proponiendo para sí misma y que le obligan a estar presente en zonas nuevas del mundo, muchas de ellas no exentas de tremendas dificultades, y donde la cooperación pensamos, quienes pensamos en África, no puede
darles la espalda, sino que tiene que jugar un papel activo en el desarrollo en esas zonas donde la cooperación y nuestra agencia está presente. En el área sectorial, que se permita la homologación con otras agencias de desarrollo de nuestro
entorno europeo, occidental o mundial, lo que sin duda es crucial para el compromiso de los acuerdos de la Declaración de París. En tercer lugar, la creación de una oficina humanitaria, algo por lo que este Gobierno apostó de forma decidida, tanto
en financiación como en capacidad de respuesta rápida, con los medios materiales y humanos que para ello precise. Por todo ello, mi grupo quiere señalar como importante que se tiene que lograr a partir de esta propuesta de reforma una mayor
coordinación entre las distintas unidades geográficas y sectoriales de la agencia, en una dinámica de organización más flexible y más funcional. En cuarto lugar, nos gusta, señora Pajín, que en su propuesta de reforma haya una alusión explícita a
la promoción de movilidad entre la sede interna y la red externa, con el fin de aprovechar el conocimiento adquirido y la experiencia acumulada en


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los recursos humanos de la agencia, logrando convenientes rotaciones por parte del personal de la AECI entre las oficinas del exterior y la sede central, contando con elementos importantes en el diseño de la carrera profesional a la que nos
obliga la propia Ley de Agencias. En quinto lugar, que se busquen expertos en cooperación, gente que siendo profesional de la materia se haya formado en otras agencias, organismos o instituciones, a través de una ampliación de plantilla que sea
suficiente para ejecutar un presupuesto mucho mayor, respondiendo a los retos de coherencia y calidad de la ayuda que nosotros mismos nos hemos impuestos en este período de tiempo y que seguro se quedan ya para el futuro. En último lugar,
reforzando la red exterior de la agencia, realizando un proceso de descentralización de competencias, que usted ha señalado y mi grupo también quiere subrayarlo, en las oficinas que están en el terreno en el que la cooperación española está
presente.



Con esas líneas, señora Pajín, se dibuja una propuesta de reforma de la agencia que mi grupo comparte plenamente y, en este sentido, se siente identificado con ella. Valoramos muy positivamente el esfuerzo decidido que usted y su Gobierno
han realizado en esta reforma, necesaria desde hace años, pero sobre todo últimamente, en el actual marco de crecimiento y modernización en el que está inmersa la cooperación española. Valoramos positivamente también que, pudiendo habernos quedado
de espaldas a esta necesaria reforma que usted hoy nos presenta, sujetos, por ejemplo, al discurso de la dificultad de afrontar un proceso de estas características y cumpliendo con otros compromisos pero evitando entrar en este, su Gobierno no lo ha
hecho; es decir, se ha puesto a trabajar. Su tiempo ha costado y es normal; nos gusta que así sea, que no se haya hecho apresuradamente la reforma en una materia no exenta de dificultades y tremendamente necesaria en el proceso de transformación
que la cooperación está viviendo en este tiempo. Se ha entrado de lleno en la reforma de uno de los centros de gravedad de nuestra cooperación; lo hemos hecho desde la búsqueda del acuerdo, de una forma incluyente y con un actitud valiente, sin
infravalorar las opiniones de nadie y sin tenerle miedo a una propuesta política y una propuesta técnica claramente necesaria en este periodo de tiempo. Como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, se me ocurren pocas cosas mejores con las que
dar los últimos pasos en esta legislatura que la presentación en esta Cámara de su propuesta de reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional, que será aprobada próximamente en Consejo de Ministros, mientras se tramitan a la vez en
estas Cortes Generales los Presupuestos Generales del Estado más valientes y más avanzados de la historia de la democracia y de la historia de la cooperación al desarrollo española.
Desde esa perspectiva, mi grupo le da la enhorabuena y sigue
estando a su disposición para todo lo que usted considere necesario en los últimos detalles de esta reforma de la Agencia Española de Cooperación. Esperemos que esté aprobada lo antes posible culminando así los últimos pasos de una legislatura
histórica desde el punto de vista del desarrollo y de la transformación de la cooperación internacional al desarrollo en España.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la portavoz de Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (ERC), la señora Cañigueral.



La señora CAÑIGUERAL OLIVÉ: Quiero dar otra vez la bienvenida a esta Comisión a doña Leire Pajín. Después de escuchar las intervenciones del portavoz del Grupo Parlamentario Popular y del Grupo Parlamentario Socialista no voy a extenderme
más en explicar la importancia de un instrumento tan fundamental como es la Agencia Española de Cooperación.
No voy a extenderme tampoco en remarcar la importancia de hacer este instrumento más ágil, más flexible y más adaptado al nuevo papel que
le toca jugar en esta etapa. Es verdad que esta reforma llega con posterioridad a lo que estaba prevista en un principio. Aunque no dudamos de los esfuerzos que ha realizado usted misma y todo su equipo, sí tenemos que lamentar que haya venido tan
tarde.



Entre las cuestiones positivas quería destacar un punto, que usted ha remarcado también, que es la participación y, sobre todo, el fomento del poder de decisión del personal que trabaja allí actualmente. Incluirlo en el consejo rector es un
paso muy importante y es adecuado reconocerlo, porque si se deja participar en la reformulación a la gente que al fin y al cabo está trabajando allí puede adecuarse mucho mejor. Es un acierto que se debe reconocer. En cuanto a la voluntad que ha
expresado de incluir las actuaciones realizadas por otros ministerios, la voluntad de controlar la actuación destinada a la cooperación al desarrollo que hacen otros ministerios, pensamos que es fundamental y que tienen que continuar trabajando en
este ámbito. Tenemos que reconocer que podríamos debatir si es AOD o no mucha de la AOD que a veces ejecutan ciertos ministerios y quien tiene que tener la decisión y el control es la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y,
específicamente, la agencia. Por tanto, también es un acierto.



En cuanto a la voluntad de crear esta nueva oficina de acción humanitaria, también es un gran acierto. Hacía falta un organismo como este, aunque que en este punto tengo que lamentar que su presupuesto no sea mayor.
Desde mi grupo
parlamentario le decimos que nosotros le daríamos todo el presupuesto destinado al Ministerio de Defensa en este campo. Estamos seguros que ustedes conseguirían gestionar mucho mejor esta materia y, de hecho, no nos cansaremos de intentarlo. Sepan
que, si tenemos suerte, van a poder gestionar un presupuesto mucho mayor.



En cuanto a la atracción de expertos hacia la agencia, también es un punto importante. Aquí querría que nos explicase con un poco más de detalle cuáles serán los criterios de selección de este nuevo personal, tanto las 130 plazas en la sede
como las 60 plazas en las oficinas en el exterior.
Me gustaría saber cuáles van a ser


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los criterios de selección del personal. Es fundamental que se aproveche la experiencia del personal que está trabajando en las OTC -actualmente era un poco difícil reconvertir o poder aprovechar este valor- y me gustaría saber si será uno
de los criterios en la selección del personal o se dará prioridad a la experiencia sobre el terreno que tengan todas las personas que se presenten en estas convocatorias, más allá del trabajo que hayan podido realizar en otros ámbitos de la
Administración pública. Por último, es una gran reflexión que se tome esta reforma como un principio; que, como ha dicho usted, el día que el Consejo de Ministros apruebe esta reforma vaya a ser solo el inicio. Es una buena forma de entenderlo y
le animamos a seguir así.



La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), señor Campuzano.



El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Quiero agradecer también, como el resto de mis colegas, su comparecencia esta mañana para presentarnos este documento que sitúa las bases de esa tan deseada reforma de la Agencia Española de Cooperación
Internacional. Don Gonzalo Robles decía que este es un tema viejo, casi tan viejo como nosotros. (Risas.) Yo al menos recuerdo una primera discusión en Barcelona en un seminario organizado por La Caixa en el año 1997 ó 1998, al hilo de los debates
de la Ley de Cooperación Internacional, donde se planteaba ya esa urgente reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Han pasado un montón de años -el señor González Robles recordaba incluso a anteriores secretarios de Estado en
este mandato- y hoy el Gobierno nos presenta un documento, que mi grupo lo valora positivamente, y nos anuncia que la reforma está bastante avanzada y que se va a hacer de forma inminente, pero es evidente que hoy no estamos aún ante la reforma de
la agencia. Este no es un tema menor, porque mi grupo comparte la música de su discurso, mi grupo comparte la música y el texto del documento que nos han hecho llegar, pero es evidente que, en una reforma de estas características, el diablo habita
en los detalles. Habrá que ver el texto concreto que el Consejo de Ministros apruebe y cómo se concreta esa música en una letra que responda a las necesidades y a las expectativas que tenemos. Quizás exista el riesgo de que hagamos una reforma
lampedusiana, que cambiemos el nombre, cambiemos el real decreto, pero que no resuelva en esencia los problemas de fondo que todos intuimos, y quienes están en la gestión saben más sobre los problemas que tenemos allí que quienes no hemos estado en
ella, que hagamos una reforma que no responda de verdad a las grandes cuestiones, por lo que habrá que esperar, lógicamente, al instrumento legal en el que se concrete la creación de esta nueva agencia. Además -todos hemos coincidido en ello-, si
en la época del señor Yáñez, en la primera legislatura del Partido Popular, esa necesidad de la reforma de la agencia era urgente, hoy, cerca de doce, quince o dieciséis años después, aún es más evidente que es así. Entre otras cosas -nuestro
colega, el señor Madina, ha hecho referencia a ello-, en un contexto de crecimiento de la ayuda oficial al desarrollo español, sostenido durante estos últimos años; en un mayor compromiso en la escena multilateral; en la necesidad de puesta en
marcha de nuevos instrumentos de financiación y de nuevas políticas de desarrollo; en un contexto de las exigencias vinculadas a la Declaración de Paris sobre eficacia y en un contexto de demanda de mayor coherencia, de políticas de mayor calidad,
es evidente que necesitamos modernizar ese instrumento, que efectivamente es obsoleto.



Señora Pajín, aquí le apunto tres cuestiones en las que tenemos interés.
En primer lugar, un planteamiento en materia de personal más flexible, que permita incorporar en la agencia perfiles profesionales amplios y variados que respondan a
esas nuevas necesidades. Aquí, una reforma que refuerce los intereses corporativos de los sectores funcionariales, que toda la vida han desarrollado sus responsabilidades en este ámbito, no sería la reforma que nos conviene. En este sentido
discreparía de mi colega, don Gonzalo Robles, porque no hay que tener miedo de que el director de una OTC sea un profesional que no venga de la Administración pública, que no venga de los cuerpos de técnicos comerciales, de diplomáticos, etcétera.
Hay que tener esa capacidad de introducir la flexibilidad que necesitamos en esa materia. En segundo lugar, usted habla -y en el texto se habla- de esa rendición de cuentas a la ciudadanía. Aquí nos gustaría conocer si va a incorporar algún
planteamiento novedoso, más allá de un planteamiento genérico de rendición de cuentas. Y en tercer lugar, aparece una cuestión que cada vez va a ser más relevante en nuestras políticas de desarrollo, que es cómo somos capaces de implicarnos de
verdad en las políticas multilaterales y cómo hacemos que, sobre el terreno, nuestras políticas bilaterales formen parte de proyectos impulsados por el sistema de Naciones Unidas o por otras agencias. Hace unas cuantas semanas, con nuestro colega
el señor Pedret, estuvimos en Perú, invitados por el Fondo global contra el sida, la tuberculosis y la malaria, y aquí se puso de manifiesto que España ha hecho un esfuerzo importante de aportaciones al Fondo global, que en un país prioritario, como
lo es Perú para España, desarrolla una importante actuación y cómo enlaza nuestra cooperación bilateral con Perú, con ese esfuerzo -también de la cooperación española- a través de lo multilateral; esto nos parece fundamental. Ligado a esto, va
unida la idea de que debemos evolucionar desde la perspectiva del Gobierno, desde la perspectiva del Parlamento y desde la perspectiva de la agencia, hacia más desarrollo y menos cooperación. A ver si se me entiende, lo importante es el desarrollo
y los instrumentos son diversos.
Seguramente una agencia hoy debe de ser más una agencia de desarrollo que una agencia de cooperación. Eso va a exigir


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también esas flexibilidades y ese cambio de mentalidad que todos necesitamos.



Hace pocos días en un debate con las organizaciones sociales hablábamos -también estaba la señora Cañigueral- de que en esta misma Comisión demasiadas veces nos hemos centrado exclusivamente en la cooperación bilateral no reembolsable, que
es una parte sustancial de las políticas de desarrollo, pero lógicamente si a lo que aspiramos es a conformar política de desarrollo, debemos ir más allá de eso. En el fondo, el planteamiento de eficacia, de coherencia y de reforma de la agencia
responden a esa cuestión. Ahí, como le decía al principio, gustándonos la música que ha tocado usted esta mañana y que está en el texto que nos han hecho llegar, habrá que esperar a ver si esas expectativas están resueltas en los detalles en el
texto que finalmente apruebe el Gobierno.



La señora PRESIDENTA: Para contestar a todos los portavoces tiene la palabra la señora secretaria de Estado.



La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Pajín Iraola): En primer lugar, me gustaría hacer una valoración general, como siempre, muy positiva de todas sus intervenciones. Esta comparecencia ha servido para demostrar,
una vez más, que en esta Comisión existe una voluntad común de seguir avanzando y de ayudar al Gobierno a avanzar en los retos que nos hemos planteado y eso no solo se agradece por quienes tenemos la obligación de responder a esos retos desde el
Gobierno, sino también porque creo que estamos haciéndole un gran favor a la cooperación española. Por tanto, quiero agradecer, una vez más, su tono y sus propuestas.



En segundo lugar, para mí ha sido tremendamente útil este debate, porque hay muchas consideraciones que ustedes han hecho, que la mayoría de ellas ya están consideradas -ya las explicaré-, pero otras tendremos que seguir considerándolas.
Sobre todo, teniendo en cuenta que, como les he dicho al principio, el inicio del proceso del cambio de la reforma de una agencia que, de una agencia de cooperación meramente, como decía el señor Campuzano -y desde luego, lo comparto absolutamente-,
pasa a ser una agencia de desarrollo. Este proceso se va a iniciar cuando se apruebe este estatuto, pero tendrá que ver, no solo con cómo se conforma la estructura de la nueva agencia, sino con cómo empieza a caminar y, por tanto, a trabajar
conjuntamente esa nueva estructura en el día a día.
Todos sabemos que los equipos humanos requieren un tiempo para engrasar una nueva maquinaria, es decir, que vamos a tener que seguir trabajando y esforzándonos todos juntos en el futuro.



El señor Robles y la portavoz de Esquerra Republicana decían que les hubiera gustado que la reforma llegara antes. Seguramente es así y ustedes tienen, por supuesto, todo el derecho a decirlo. Permítanme hacer una ironía, que no deja de
ser una realidad, porque en esta Comisión -como siempre me gusta hacer y a mí me estimula mucho- hablamos siempre del pasado. Curiosamente no ha sido esta secretaria de Estado la que ha hablado del pasado, sino algún que otro portavoz. Incluso nos
hemos retrotraído al inicio de la constitución de lo que hoy es la Agencia Española de Cooperación. Por cierto, seguramente la que más sabe de esto en esta sala es la propia presidenta de la Comisión, que estuvo presente en esa agencia desde el año
1982 hasta el año 1990 y nos podría hablar mucho de cómo fue esa evolución. Dicho eso, cuando una escucha que desde el año 1986 se ha intentado la reforma de la agencia -fíjense en los años que van desde 1982 hasta el año 2007- y que ha habido
muchos intentos anualmente, pero que nunca se consiguió y teniendo en cuenta que, en esa brecha de la historia tan amplia, a esta secretaria de Estado que les habla solo le corresponden tres años, francamente creo que el balance no está nada mal.
Algunos lo intentaron durante ocho años y otros lo intentamos durante tres, pero aquí hemos traído la reforma. También otros intentaron, durante mucho tiempo, aprobar el Estatuto del cooperante, pero al final el Estatuto del cooperante se ha hecho
una realidad en esta legislatura.



Esta reforma de la agencia -lo dije desde el principio- es una reforma compleja. Incluso en algún momento algún portavoz me llegó a decir en la Comisión -está escrito en el 'Diario de Sesiones'- que por qué me había querido meter en este
lío; permítanme la expresión. Es cierto que podría haber seguido mirando hacia otro lado, como se ha hecho en los últimos años, pero a algunos nos ha tocado en esta etapa cambiar muchas cosas y eso es una responsabilidad y una obligación de
quienes tenemos el privilegio de formar parte de una Administración y del Gobierno. Ahora nos ha tocado afrontar una reforma compleja, que venía con distintos problemas derivados de esa historia que todos los portavoces han señalado aquí y ha
llegado el momento. También sabíamos y éramos muy conscientes de que, después de tantos años, las expectativas iban aumentando. Por tanto, la reforma que hoy presentamos, y que aprobará inminentemente el Consejo de Ministros, seguramente tampoco
satisfará a todos los colectivos, porque a medida que va pasando el tiempo las expectativas se van ampliando, y el equilibrio siempre es -en política y en la propia vida- el mejor de los consejos pero a la vez el más difícil, ya que todo el mundo lo
ve con la perspectiva que quiere mirarlo. Honestamente, creo que los tres años de trabajo intenso que hemos hecho todos, empezando por el comisionado de la reforma, el secretario general de la agencia y su vicesecretaria general, a los que quiero
reconocer -como hacía el portavoz del Grupo Socialista- la labor encomiable que han hecho en estos tres años -y ahora explicaré por qué subrayo lo de los tres años-, es sin lugar a dudas un trabajo y un esfuerzo que merece todo el reconocimiento, no
solo por los frutos que hoy traigo aquí sino por el propio proceso, del que todos hemos aprendido mucho.



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Señorías, reforzar la Agencia Española de Cooperación supone dotarla del presupuesto con el que en estos tres años -entre todos y también con su apoyo en el Parlamento- la hemos dotado. Pasar de 300 millones a 900 millones en tres años
supone reforzar la Agencia Española de Cooperación y darle un lugar protagonista en el conjunto de la gestión de la AOD. A eso se le llama creer y reforzar la Agencia Española de Cooperación.
Reforzar la Agencia Española de Cooperación pasa por
reforzar el número de puestos de trabajo que existen en la agencia actual, por eso les he dicho desde el principio cuántos puestos hemos ido creando, no ahora con la creación de la nueva agencia, que lleva detrás la creación de nuevos puestos, sino
todos los que hemos creado en estos tres años. Apostar y fortalecer la Agencia Española de Cooperación supone crear una nueva cultura participativa, donde por primera vez todos los trabajadores de la casa han tenido participación, no solo en esta
reforma sino en el conjunto de reformas de la política de cooperación al desarrollo que se han ido creando con las estrategias de país, con los planes anuales y con el plan director. Reforzar la Agencia Española de Cooperación suponía también -y
luego seré más explícita en esto- darles a los coordinadores de las OTC el lugar que les correspondía, además de ser los verdaderos y únicos responsables de la cooperación española en el terreno, cosa que no ocurría hace cuatro años. En definitiva,
era colocar la agencia en el corazón de la política de cooperación al desarrollo y creo, honestamente, que eso ha sido así en estos tres años.



Quiero recordarles que este proceso se inició hace aproximadamente tres años cuando empezamos a tejer un modelo institucional que fuera coherente. Les recuerdo que lo primero que hicimos fue fortalecer una Dirección General de Planificación
y Evaluación de Políticas de Desarrollo, que tiene mucho que ver con el modelo de agencia que hoy traemos aquí. El modelo que propusimos en su día -y que, por cierto, conviene recordar que iba en nuestro programa electoral y en el compromiso de
Gobierno- se basaba en la planificación en la Secretaría de Estado, en la ejecución real y efectiva en la Agencia Española de Cooperación y en la evaluación de vuelta en la Dirección General de Planificación. Es un modelo que tiene que encajar, y
para ello se necesitaba una Agencia Española de Cooperación que cruzara las directrices de la nueva Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas. Dicho de otra manera, aprovechando un ejemplo que el señor Campuzano ponía encima de
la mesa y que me parece muy oportuno, si en este momento estamos apostando por la vía multilateral, y la mayoría de los fondos multilaterales se gestionan desde la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, tiene que cruzarse con aquellos
que se gestionan bilateralmente con la Agencia Española de Cooperación. A partir de esta reforma eso va a ser posible, porque por primera vez va a haber una unidad multilateral dentro de la Agencia Española de Cooperación que dependa de una
dirección general sectorial y multilateral que nunca había existido en la Agencia Española de Cooperación. Esto nos va a permitir poder cruzarnos, por primera vez en el terreno -haciendo referencia al ejemplo del que hablaba el señor Campuzano-,
con realidades concretas entre nuestra acción multilateral en los grandes fondos y nuestra acción bilateral en los proyectos concretos en cada uno de los países. Es un ejemplo muy visible y muy concreto del modelo al que vamos. Un modelo que tiene
que cruzar las patas geográficas que la agencia actual tenía con la parte cultural, que cada vez es más coherente con las políticas de cooperación, con una transversalidad en los temas que, evidentemente, hemos conseguido con el esfuerzo de todos,
pero que tenía pocos recursos o poca estructura para hacerlo posible en el terreno y en la sede de Madrid. En mi opinión, ese es el gran cambio de óptica de la reforma que les propongo.



También les quiero recordar que la reforma empezó, desde el primer minuto, con el equipo actual, que quiso aflorar los problemas laborales más urgentes y no esperó a la reforma de la agencia para hacerlo. Lo hicimos el año pasado y el
anterior, apostando por un nuevo modelo de estabilidad de las OTC previo a la reforma que hoy les traigo. Por eso siempre he hablado de proceso. Porque aunque hoy traigamos aquí el estatuto de la agencia, el proceso de reforma se inició hace tres
años, y seguramente el salto más evidente lo daremos ahora, pero ha ido caminando poco a poco en los últimos tres años con hechos bastante más que evidentes. Insisto en algo que decía el portavoz del Grupo Socialista, con el que coincido, hubiera
sido más fácil para nosotros haber aprobado la reforma de manera inminente, entre otras cosas, porque si ustedes leen el programa electoral del Partido Socialista y el programa de gobierno de esta secretaria de Estado, los rasgos de la agencia
española que hoy traemos ya aparecían allí, no porque fuéramos visionarios sino porque la reforma de la agencia era tan esperada -como aquí se ha dicho- y tan discutida en tantos foros, como ha dicho el señor Campuzano, que, de alguna manera,
conocíamos cuál era el planteamiento. No obstante, hemos querido contrastar nuestra idea y nuestro planteamiento con expertos en administración que nos hicieran un diagnóstico desde fuera, porque entendíamos que en equipos humanos era muy
importante que alguien viera desde fuera con objetividad cómo se trabaja en un procedimiento administrativo. Después de ese informe, hicimos un programa de consultas que ha llevado a decenas de reuniones, a todos los niveles, en la Agencia Española
de Cooperación. Esto nos parecía importante, precisamente por el sentido de pertenencia al que aludía el señor Robles o la portavoz de Esquerra Republicana y que es muy importante, ya que escuchar a los trabajadores de la casa supone no solo una
forma de hacer política en la que creo, sino que además es tremendamente eficaz si lo que queremos es abordar los problemas de forma compartida y responder a los problemas de manera eficaz. Por tanto, esto también era importante. Este es un
proceso lento, no nos engañemos. Es un proceso que va conformando una discusión de


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abajo arriba y de arriba abajo, que lleva a otro documento que se vuelve a discutir, que se discute también con los trabajadores, con los cuales se han tenido reuniones específicas, y que tiene también que discutirse con administraciones
públicas y con el Ministerio de Hacienda. Es decir, es un trabajo complejo que, como he dicho, se inició desde el principio pero que se aceleró cuando este Parlamento aprobó por fin el marco regulador de esta agencia, que les recuerdo que es la Ley
de Agencias que se aprobó hace escasos meses. Por tanto, me gustaría que contextualizáramos cómo ha sido el proceso para que todos entendamos bien de qué estamos hablando.



Coincido plenamente con la intervención del portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, de Esquerra Republicana y de Convergència i Unió en el modelo de expertos que debe tener la Agencia Española de Cooperación. Señor Robles, la Agencia
Española de Cooperación, en mi opinión, debe recoger la experiencia de distintos cuerpos y grupos que se dedican a la cooperación con un equilibrio entre los hombres y mujeres, que trabajan en la Agencia Española de Cooperación, cuyas expectativas
de consolidación de una cierta carrera tienen que verse consolidadas; el Cuerpo Diplomático, que ocupa una parte fundamental del equipo directivo de la Agencia Española de Cooperación; expertos funcionarios de otros ministerios, que con este
modelo van a tener una mayor cabida porque toda la parte sectorial tiene mucho que ver, señor Robles, con lo que usted decía de poder absorber a expertos en materia de medio ambiente, en materia de género, de educación, porque hoy tienen posibilidad
de tener departamentos para este tipo de ámbitos que no tenían; pero también, señorías -y esta es mi opinión- de expertos que vengan de Naciones Unidas, de organismos multilaterales, del terreno, de la sociedad civil, de institutos universitarios
y, en definitiva, de un país que afortunadamente cada vez apuesta más por la formación de cuadros en materia de cooperación, y que tiene una mayor demanda de capital humano cada vez más joven en las universidades que se quiere dedicar
profesionalmente a la cooperación y que me parece, señorías, una extraordinaria noticia. Por tanto, la nueva Agencia Española de Cooperación tendrá que tener el mejor equipo humano y contar con los mejores en cada uno de sus departamentos, y eso
pasa por tener un equilibrio entre las distintas estructuras. Por eso, señor Robles, como estamos en una discusión tremendamente útil para mí, me gustaría que me aclarara algunos conceptos. Si los directores de los OTC solo pueden ser funcionarios
¿quiere decir que tenemos que excluir a la mayoría de los directores de OTC actuales, con los que me reuní ayer en San Juan, magníficos, que han desarrollado un capital de experiencia excelente y que en mi opinión son de lo mejor que hay en Europa
porque no son funcionarios? Le recuerdo que, en la actualidad, la mayoría del equipo directivo de las oficinas técnicas de cooperación no son funcionarios.
Ahora bien, ¿significa que nuestra apuesta excluye a los funcionarios? En absoluto. La
mayoría de los puestos directivos que esta reforma trae consigo requiere de funcionarios de la Administración General del Estado.
Le quiero recordar que en la nueva agencia hay una mayoría evidente de puestos directivos que tienen que ser
necesariamente funcionarios y que hay 136 nuevas plazas para personal directivo en sede, nueve de ellas serán directivos y 127 no lo serán; por tanto, hay un equilibrio entre los directivos y no directivos. Además, en la medida en que reforcemos
las oficinas técnicas de cooperación, como refuerza esta agencia, habrá más funcionarios que quieran optar al cuerpo directivo de oficinas técnicas de cooperación y por tanto los mejores, sean funcionarios o no, podrán ocupar ese equipo directivo.
Señor Robles, hablar de discrecionalidad me parece poco equilibrado y poco objetivo, cuando en esta etapa todos los coordinadores de OTC han tenido que pasar -salvo en el caso de que ya lo fueran y pasaran de un sitio a otro- por un concurso
abierto, publicitado, por entrevistas, por clasificación objetiva y con criterios, cosa que no ocurría antes. Hemos abierto la puerta a nueva gente que se ha incorporado a los equipos, pero han tenido que pasar un proceso de selección con criterios
absolutamente objetivos. Usted lo sabe igual que yo y sé que sabrá valorarlo. Por tanto, en mi opinión el equilibrio está precisamente en buscar los mejores en cada uno de los espacios y buscar un equilibrio de experiencia entre todos aquellos
profesionales que se han dedicado a la cooperación dentro de la Administración General del Estado en su mayoría, pero también fuera de ella.



Señor Robles, para su información, la carta que usted tiene es previa no solo a mi visita sino a la reunión de cuatro horas que mantuve con el personal de la agencia, algo que, por cierto, todos reconocieron por unanimidad que no era muy
frecuente en la Agencia Española de Cooperación. Una reunión a la que fui para discutir y hablar, con sinceridad y tranquilidad, con todos los trabajadores de la Agencia Española de Cooperación, y posteriormente hubo otra reunión de mi equipo
directivo con los firmantes de esa carta, con lo cual han quedado prácticamente aclaradas todas sus dudas. Le voy a dar un consejo si me lo permite, señor Robles, desde la buena intención. No creo que le guste mucho al consejo consultivo que usted
haya utilizado una parte del informe, porque el consejo consultivo tuvo voz en la reunión de tres horas que yo presidí y escuché lo que dijeron. Y como sé la valoración tremendamente positiva que han hecho, entre otras cosas porque esta reforma
también es su reforma, estoy segura de que no les va a gustar mucho que solamente se utilice una parte del informe. No obstante, quiero decirle que esa carta está superada y que su información y sus documentos son previos porque existen documentos
posteriores. Por tanto, le recomiendo que reclame los nuevos documentos para que tenga usted toda la información actualizada. Quiero decirle que a esta secretaria de Estado nunca le han asustado las críticas ni las opiniones, más bien al
contrario; Ha sido una secretaria de Estado y un equipo directivo que se ha reunido con todos y cada uno de los


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sectores de la agencia, y si no hubiéramos querido escuchar las distintas sensibilidades, no lo hubiéramos hecho. En esta reforma de la agencia, evidentemente, como en todos los cuerpos de la Administración, hay objetivos distintos, incluso
contradictorios, porque aquellos que trabajan en el exterior quieren que pongamos el acento en el exterior; aquellos que trabajan en el interior quieren que lo pongamos en el interior; los laborales que lo pongamos en los laborales; los
funcionarios en los funcionarios, y las asistencias técnicas en las asistencias técnicas, pero mi obligación y el trabajo más difícil de quien tiene que dirigir una reforma de estas características es buscar un equilibrio, que no va a contentar a
todos y que seguramente para mucha gente no será lo suficientemente ambicioso. Nuestra obligación es buscar un equilibrio en el que quepan todos y en el que haya un modelo flexible que beba de la experiencia de todas y de todos. Eso es lo que
hemos tratado de hacer en esta cuestión. Cuando los trabajadores de la casa se dirigieron a mí no sabían, por ejemplo, que la mayoría de las plazas que se crean son de los niveles que ellos piden que se creen. Tampoco sabían en la reunión que
íbamos a subir las retribuciones de los cuerpos más bajos de la Agencia Española de Cooperación que firman esa carta; hoy ya lo saben. Por tanto, es una información que tiene usted que actualizar.



Señor Madina, comparto totalmente con usted algo que me parece muy importante, que esta Agencia Española de Cooperación tiene que tener una habilidad a partir de ahora, una mayor coordinación con otros ministerios, con otros agentes de la
cooperación y de la Administración General del Estado y, lo que es más importante, con otros donantes, con otros organismos internacionales y con los propios países del sur. Ese es el modelo por el que hemos apostado, por una agencia que sea capaz
de llevar a cabo de verdad, como decía el señor Campuzano, la alineación de políticas, y eso solo puede hacerse teniendo instrumentos que hagan posible que en el terreno y en el día a día eso se comparta.



Quiero agradecer a la señora Cañigueral su tono constructivo y sus propuestas, que son de una enorme utilidad, y le agradezco que quiera, en el ámbito parlamentario, seguir fortaleciendo el presupuesto de la agencia; no seré yo quien diga
lo contrario. Me preguntaba por los criterios y le voy a contestar. Los criterios son muy sencillos. La mayoría de los puestos, que evidentemente son de funcionarios tienen su procedimiento normal en la Administración General del Estado, su
publicación en el Boletín Oficial del Estado -ahora seré más exhaustiva en alguno de los puestos-, y en aquellos que son directivos, obviamente, el estatuto de la agencia contempla, como no puede ser de otra manera, que los designe el consejo
rector. El director propone cuál va a ser su equipo directivo, como ocurre en cualquier parte de la Administración, y el consejo rector donde -insisto- están los trabajadores y sus representantes, aprueban esa propuesta. Por tanto, es un paso más
en una forma de selección que hasta ahora no era así. El resto en esta etapa, en sede la gran mayoría, serán funcionarios y la provisión de puestos se hace, como decía, por el procedimiento habitual con las plazas publicadas en el BOE, que es el
instrumento habitual de la Administración General del Estado. En el exterior, los responsables de proyectos y programas en su gran mayoría serán laborales y se abrirá también por concurso-oposición, como sabe, una nueva modalidad que hemos puesto
en marcha ahora para aflorar los problemas que existían en el exterior y para dar una estabilidad a los nuevos responsables. Ha habido un concurso-oposición por un lado y un nuevo procedimiento que vamos a abrir ahora, que tienen que ver con
entrevistas, que va a ser el nuevo equipo de proyectos que abran las OTC. Como ve, es un procedimiento transparente y con criterios objetivos que busca, por un lado, apostar por la estabilidad de los trabajadores de la Administración General del
Estado y, por otro, que afloren los problemas de aquellos que venían trabajando en las oficinas técnicas de cooperación y que debían tener al menos una oportunidad, como también la tienen los propios funcionarios de la casa.



Además quiero decir, que algunos trabajadores me mostraron su preocupación porque pensaban que la mayoría de las plazas nuevas que se van a crear iban a ser para personal directivo, cuando la realidad es que de las 136 nuevas plazas en sede,
nueve serán directivas y 127 no lo serán, señor Robles. Esto pone de manifiesto que más de cien de ellos serán niveles 26, que era una de las preocupaciones que me hacían llegar los firmantes de esa carta. Como he dicho, esto ya quedó aclarado en
aquella reunión, pero vuelvo a insistir en este asunto por si a alguien le quedaba alguna duda. Otra de las preocupaciones que me plantearon se refería a las retribuciones, y les anuncié -quiero volver a hacerlo aquí para que conste en el 'Diario
de Sesiones'- que habrá un aumento retributivo para los niveles 24 y 18 y para los coordinadores de las OTC, que entendíamos que eran por los que teníamos que empezar, unos por el esfuerzo y la responsabilidad que tienen y otros por la precariedad
del salario que venían acumulando en los últimos años. Quiero recordar que en la actualidad el modelo busca que nuestro personal directivo en el exterior tenga los mejores, sin excluir a nadie, funcionarios o no funcionarios, pero buscando un
cuerpo estable que tenga mayor capacidad de gestión, mayor capacidad de decisión y, por tanto, mayor protagonismo en las políticas de cooperación en el terreno. Esto ha venido ocurriendo en los últimos tres años y desde que hemos nombrado a los
directores de OTC únicos responsables de la cooperación, ahora que van a tener mejores retribuciones y un mayor reconocimiento, estoy segura que estimulará a otros cuerpos de la Administración General del Estado a presentarse a esas plazas.



Para finalizar, quiero recordar que en este proceso de participación sin precedentes ha habido varios grupos de diálogo y que se han tomado en consideración muchas de las propuestas de los trabajadores y de los sindicatos. Las actas de esas
reuniones están a su disposición para


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que vean ese proceso de participación sin precedentes. Lógicamente, en algunos puntos ha habido más acuerdo que en otros, como es normal en todo proceso participativo, pero lo que nadie podrá negarnos es que ha habido un proceso compartido
de una reforma que ha tenido en cuenta a todos los niveles de la Agencia Española de Cooperación; por eso, seguramente, se ha tardado más tiempo. En mi opinión, es una reforma profunda que apuesta por una estructura reforzada, por una ampliación
muy evidente de la plantilla, por un funcionamiento horizontal del modelo de la Agencia Española de Cooperación y por la rendición de cuentas -que, como decía el señor Campuzano, es tremendamente importante-, que es un objetivo a desarrollar en el
contrato de gestión. En el contrato que ya estamos preparando aparece como un objetivo claro y concreto dar cuentas no solo a los organismos propios de la cooperación española -el Consejo de Cooperación, esta Comisión y los distintos órganos
consultivos-, sino ir más allá; tener procedimientos de información para la ciudadanía a través de los mecanismos de las nuevas tecnologías y de la sistematización de la información -lo que hoy es vicesecretaría general mañana será secretaría
general-, para que por primera vez podamos tener datos reales acumulados de la cooperación española. Ya se ha empezado a proceder así a través de la Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas, pero tiene que tener su reflejo
también en la Agencia Española de Cooperación.
Si somos capaces de sistematizar esa información, seremos capaces de explicarla mejor a nuestra ciudadanía. Las oficinas técnicas de cooperación tendrán más peso que hoy -en mi opinión eso es algo
tremendamente importante-, y queda solo afinar la movilidad dentro fuera que aparece en el estatuto pero que tiene que desarrollarse en el contrato de gestión en los próximos tres meses. De nuevo, ahí tenemos que hacer un trabajo con los
sindicatos, con las administraciones públicas y con el Ministerio de Economía y Hacienda, porque ese, en mi opinión, es uno de los retos más importantes. Un reto que responde a algo que también planteaba la portavoz de Esquerra Republicana, y es
que la agencia con sede en Madrid pueda beber de la experiencia acumulada de la gente en el terreno y viceversa, es decir, que aquellos que vienen gestionando la ayuda desde la sede central puedan conocer en el terreno aquello que están poniendo en
marcha -parece absolutamente lógico-, y eso será fundamental para comenzar una cultura participativa nueva en la que todos tengamos una visión mucho más completa de la cooperación, quienes la deciden en la sede y quienes la ejecutan en el terreno.



Ese es, señorías, el modelo por el que hemos apostado, un modelo que, por otro lado, no lo hemos inventado ni sacado de la chistera, sino que es un modelo que tienen la mayoría de las agencias internacionales, un modelo que venían pidiendo y
exigiendo la mayoría de los actores de la cooperación española y que, en mi opinión, hoy empieza a caminar de forma contundente, hoy empieza a ser una realidad. Tienen que entender -y con esto acabo- que no podía traer aquí el decreto por respeto a
las instituciones y a los procedimientos de la Administración General del Estado, ya que el Consejo de Estado, la Comisión de secretarios de Estado y el Consejo de Ministros tienen que pronunciarse sobre un texto. Lo que les he traído aquí es ese
texto hecho informe para poder discutir con ustedes previamente a la aprobación de esos organismos y poder beber de sus opiniones. Esa ha sido mi voluntad, porque creo que es la mejor manera de seguir adelante. Una vez que hayamos recogido sus
consideraciones y que el Consejo de Estado se pronuncie, los órganos pertinentes lo aprobarán y ustedes lo conocerán, como no puede ser de otra manera, de forma inminente. La otra fórmula hubiera sido traerles el decreto aprobado por el Consejo de
Ministros, pero entonces, señorías, ustedes no hubieran tenido ninguna participación.



Les agradezco el tono, las sugerencias y me pongo a su disposición para darles todos los detalles que crean oportuno, porque los tenemos, y una vez más quiero poner de manifiesto el valor del trabajo que han hecho el comisionado, el
secretario general, la vicesecretaría general y los trabajadores de la agencia, que también se han empleado a fondo en la aprobación de este estatuto.



La señora PRESIDENTA: El señor Robles ha solicitado la palabra. En este segundo turno el tiempo es más corto; tiene de tres a cinco minutos.



El señor ROBLES OROZCO: La secretaria de Estado nos ha relatado un procedimiento que ha seguido durante tres años y se felicita porque en tres años ella ha podido hacer lo que otros han intentado en un periodo largo de la historia
democrática. Al principio de mi intervención, yo le decía que supongo que en una Administración de profesionales y profesionalizada habrá encontrado algún tipo de memoria, no sé si histórica o no, en los funcionarios, en los cuerpos del Estado, y
probablemente se habrá dado cuenta de que las cosas no empiezan con uno mismo. Siempre hay la tentación de ver que las cosas se hacen sin precedentes en su etapa, pero la historia no es así. Usted se habrá dado cuenta de que ha podido culminar un
trabajo en tres años -mejor dicho, está a punto de culminar- porque muchas personas, en la Administración socialista anterior a 1996 y en la Administración popular de 1996, detectaron fallos, deficiencias y trabajaron con administraciones públicas,
con Hacienda, con costes de personal, es decir, vieron las diferentes posibilidades, y ahora se dan las circunstancias y la coyuntura. Los que tienen experiencia saben lo complicado que resulta muchas veces, y la presidenta conoce muy bien la
Administración y sabe cómo son realmente los ciclos y los tiempos.



Lo que yo he querido decir es que este era un sentir general, que la música, como decía el señor Campuzano, la compartimos porque es un análisis que se hace desde


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el sector desde hace mucho tiempo, y todos los gestores que han tenido responsabilidades en la AECI y en la cooperación han sido conscientes de las lagunas y de las deficiencias en un momento en el que España estaba construyendo los
instrumentos de la cooperación. Ojalá culminemos en este periodo o cuanto antes esa reforma porque lo consideramos un instrumento muy positivo. Ya le hemos dicho todos que es una música compartida, pero, como muy bien decía el señor Campuzano, los
detalles suelen ser lo importante y ahí es donde está realmente la cuestión. Usted nos dice que está a punto de culminarlo, pero el otro día, en la comparecencia de presupuestos, cuando le preguntamos sobre el capítulo 1, usted misma reconoció que
no hay aumento en capítulo 1 este año porque no está previsto sacar esas plazas a lo largo del año que viene. Hay una parte que no sé si tendremos o no, que es un decreto, pero lo que es la esencia, que es dotar de personal y avanzar realmente en
esa dirección, resulta que no está previsto en los Presupuestos Generales del Estado.
Por lo tanto, una vez más, debemos entender que el año que viene no va a ser el año de la culminación de la agencia.



Siempre tenemos tendencia a pensar -insisto- que todo empieza con uno mismo, pero aunque es verdad que hoy se van a mejorar los instrumentos organizativos, usted bien sabe que los planes sectoriales no son una novedad. Hace un momento ha
hablado de la preocupación por el medio ambiente, pero usted sabe que ya existía un plan, que era el Plan Araucaria, que se dedicaba precisamente al medio ambiente. A la anterior Administración ya le preocupaba el medio ambiente, nos sigue
preocupando y es una cuestión que va a seguir estando muy presente en nuestros cometidos. Cuando yo le he puesto el ejemplo de la OTC no ha sido para pronunciarme a favor o en contra de una cuestión, sino para poner de manifiesto que en este
informe -aunque tengo una opinión muy favorable sobre él según lo que ahora le diré- faltan concreciones, como la estructura en la que nos vamos a mover, los grupos de funcionarios, las competencias que va a tener cada uno de ellos. Por ejemplo, en
esa nueva OTC reforzada no está especificado cuál es la labor del nuevo director de la OTC, porque a lo mejor tiene nuevas o distintas funciones y, dependiendo de cuáles sean esas funciones, quizá tienen más que ver con el conocimiento de la
Administración, de sus mecanismos de control, de la Intervención General del Estado, o cuestiones que tienen menos que ver con el conocimiento técnico sobre el terreno de los proyectos de cooperación. No lo sé; si usted nos lo aclara, yo podré
inclinarme por un perfil o por otro, pero, a priori, cuando alguien va a gestionar importantes recursos, los profesionales de la Función pública en nuestro país se han preparado para eso. A nadie se le ocurriría sustituir al abogado del Estado, ni
al interventor general del Estado, ni a los letrados, porque son personas que se han preparado precisamente para eso y es lo que les da garantías de profesionalidad. Si supiéramos cuáles son los perfiles de esos puestos, podríamos saber si en unos
casos pueden ser funcionarios y en otros casos puede ser personal ad hoc, es decir, técnico, que puede tener una preparación mejor y más específica para esos temas, pero, insisto, sabiendo de antemano que no se excluye ni a uno ni a otro, porque
parece que el profesional técnico o el experto sobre cooperación no puede ser funcionario. Yo creo que no es así, porque podría reunir los dos aspectos.



Termino diciendo que, efectivamente, he hecho referencia a unas cartas, sobre las que he pasado muy por encima. Simplemente le he dicho que usted las tiene ahí, que debería conocer ese tema y que, supongo, habrán introducido un debate.
Ahora bien, me preocupan las cosas que dicen, sobre todo, cuando enlazan con el informe del grupo consultivo. Creo que la descortesía puede entenderse de varias formas. He leído muy rápidamente, porque la señora presidenta me enciende la luz roja
enseguida, que en el informe consultivo hay una serie de epígrafes que coinciden plenamente con la música y con la letra de lo que usted ha dicho, por tanto, no creo que estemos aquí para reforzar lo que ya ha dicho. Yo me he referido a que la
primera parte del informe del consejo consultivo tiene la música y la letra del informe que usted nos presenta.
Por tanto, entiendo que han trabajado muy estrechamente y es absurdo que hablemos de lo que estamos de acuerdo o de lo que está de
acuerdo el informe. También podría sentirse agraviado el consejo consultivo si la última parte de ese informe, que no es muy larga pero sí importante, se ignora y no se da a conocer. Esa última parte del informe del grupo consultivo dice
literalmente: Entramos a continuación en la recta final de las cuestiones de futuro del personal que presta servicios en la AECI, las categorías del mismo -es decir, la carrera profesional de los empleados de la AECI- y los indicadores de los
objetivos han de ser objeto de incentivos y de productividad. Llega a este punto el grupo consultivo y desea saber una serie de reflexiones sobre el sentido común manifestado de forma diferente en distintas reuniones. Una consideración peyorativa
del personal existente ya en la AECI. Este sentido peyorativo hacia el personal actual de la AECI se desprende del capítulo VII de la memoria, pero impregna también el estatuto, por ello consideramos que debe hacerse una mención expresa en la
exposición de motivos del estatuto a la profesionalidad ya existente del personal de la AECI, que es el embrión de la AECI. Dice también que si no ha de empezarse por los de dentro de la casa; -y añade- hay una pregunta que todos nos hacemos:
¿cuál es la razón por la que se ha optado por personal laboral fuera de convenio? Esto lo dice este informe. Dice que no existen en la Función pública expertos en sectores como la educación, el medio ambiente. Esta aseveración es insostenible en
cuanto que existen ministerios... En fin, cosas que le he dicho. Por tanto, resulta menos asombroso que sea el personal de nuevo ingreso el que se pretende contratar fuera de servicio.
Por último dice: Esto plantea una posible alteración del
principio de igualdad que impregna la legalidad


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española. Por todo esto -dice al final- el grupo consultivo aconseja que la directiva de la AECI le dé un repaso pormenorizado a este capítulo de la memoria y se respete lo establecido en la normativa del estatuto del empleado.



Todo esto que ahora me obliga a leer con más detalle es lo que le he querido decir más sucintamente. Por tanto, como decía el señor Campuzano, está la letra y la música, pero todavía queda mucho por concretar.
Estamos de acuerdo en que hay
que hacer la reforma; estamos de acuerdo en la agilidad, en la transparencia, en los nuevos instrumentos; estamos de acuerdo en que había que arreglar situaciones de personal, en que hay que buscar a los mejores, estén donde estén, pero lo que hay
que buscar también es no discriminar a nadie y establecer mecanismos de transparencia y de gestión. Yo no digo que se haga, apunto aquí las dudas. No tengo criterios para saber si se va a hacer. Simplemente estoy leyendo lo que expresan algunas
personas cualificadas. Creo que en la fase en la que estamos -que es la de ayudar a la secretaria de Estado- esta es una preocupación. No sé cuál es el camino. A lo mejor, lo que falta es conocer más en detalle el organigrama y las tareas que van
a hacer cada uno en sus funciones, porque uno no puede pronunciarse, a priori, sobre cuál es el perfil idóneo si no conoce todas las categorías que va a haber, todas las tareas y funciones que van a hacer y los perfiles que se buscan. Si
conociéramos más ese detalle podríamos pronunciarnos mejor sobre qué nos parece. A priori, todos los orígenes que se nos dicen en el informe están bien. Que puede haber funcionarios cualificados, perfecto; que puede haber gente que venga de
organismos internacionales, perfecto; que puede haber personas que se han formado en los institutos universitarios, fenomenal. Todas estas cuestiones las aceptamos, pero en dónde encajan mejor y cómo todo eso se relaciona es lo que no está
suficientemente explicitado y yo, como creo que tienen tiempo hasta el final, lo pongo sobre la mesa, aunque supongo que estarán reflexionando sobre ello, para que vean que es una preocupación que sí que tiene importancia para la credibilidad de la
agencia.



No sé si tendremos ocasión de volver verla en la Comisión porque queda poco tiempo, pero, una vez más, le agradezco mucho su información.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Madina.



El señor MADINA MUÑOZ: Brevemente para comentar algunas cosas que me han surgido al calor de la iniciativa del señor Robles. En primer lugar, en tono un poco irónico y cargado de respeto, le ha gustado mucho a mi grupo y a este portavoz,
señora presidenta, escuchar que para el Grupo Popular es importante el medio ambiente, sobre todo después de haber escuchado ayer las opiniones de Rajoy y de su primo el científico que decían que esto del cambio climático no era para tanto. Que
lata en el Grupo Popular -lo digo con cariño-, una preocupación por el medio ambiente tranquiliza y relaja a mi grupo, que nos habíamos soliviantado con esas declaraciones en esta mañana de martes.



Señora Pajín, aunque la mayoría de los grupos estamos de acuerdo en las bases de la necesidad de la reforma, como ha podido ver, siempre tiene que haber algunos elementos de crítica que introduzcan aportaciones de los grupos. No es lo que
usted crea que va a haber en la reforma. Por ejemplo, en esta última parte que el señor Robles está tratando, no son las categorías que va a haber, en palabras del Grupo Popular, sino las que mi grupo espera escuchar como fundamentales o
prioritarias para el Grupo Popular; es decir, qué opina el Grupo Popular que tiene que haber.
No es sobre su propuesta, no es una propuesta cerrada, no es un decreto ya aprobado, es una propuesta que todavía no se ha convertido en decreto.
Por
tanto, mi grupo se queda con las ganas de escuchar qué categorías tendría que haber sobre este tema según el Grupo Popular. La suya no es una propuesta cerrada. Está abierta. Por eso está aquí antes de que esté aprobado. Este es el chip de esta
Comisión, aunque todavía no está acostumbrada a algo que ha reivindicado, y es que vengan cosas antes de ser aprobadas por el Gobierno para escuchar a la Comisión. Yo estoy de acuerdo con el esquema de estructura que ha hecho, pero, como veo que el
Grupo Popular no lo está, me quedo con las ganas de escuchar cuáles son las razones de que haya esas dudas, sobre todo, porque no me queda claro cual es el mapa que le gustaría al Grupo Popular que hubiera en el nuevo organigrama laboral de la
Agencia Española de Cooperación, pero creo que tendremos tiempo en el futuro para poder verlo.



A mí no me parece una mala idea la apertura de la agencia hacia los profesionales y expertos de la cooperación -el señor Robles parece que ha levantado la duda, aunque luego la ha corregido- frente al corporativismo estricto, cerrado y
ortodoxo de los funcionarios. Creo que se puede perder conocimiento añadido, y mi grupo y yo estamos a favor de la incorporación de grandes profesionales y expertos en la materia que, no por no ser funcionarios, se tienen que quedar fuera de
aportar a la agencia muchos de sus conocimientos y de su experiencia adquirida. Mi grupo valora positivamente, como decía en mi primera intervención, que se haya dado ese paso y que una agencia esté atenta a captar todo el conocimiento añadido que
gravita sobre la cooperación española para ponerla en servicio de nuestro instrumento central. A mí esto me parece una buena cosa. No creo que esto atente contra el principio de igualdad de los españoles. Es más, apuesta por él y dice: si usted
tiene cosas importantes que decir y ha demostrado a lo largo de su vida que es un experto que tiene cosas importantes que decir en cooperación, el hecho de no ser funcionarios no le condena al silencio total a la hora de hablar o de participar en
los trabajos que la agencia española desarrolla. A mí me parece un buen paso, por eso le decía que estoy de acuerdo con la propuesta que ha hecho en su intervención, al igual que el conjunto de mi grupo.



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La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora secretaria de Estado para contestar a los dos portavoces que han intervenido.



La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Pajín Iraola): Una vez más quiero agradecer el tono del debate.



Señorías, creo que el modelo en ningún caso busca suscitar una discusión entre unos y otros. Es un modelo que busca integrar a los distintos profesionales que tiene hoy la cooperación española. Busca, en primer lugar, poner en valor y dar
una oportunidad a los trabajadores públicos de la Agencia Española de Cooperación, que durante mucho tiempo han querido tener una oportunidad para poder ver cierta carrera dentro de la casa y este estatuto lo contempla. Tanto es así que, cuando se
habla sobre qué valoración tenemos el equipo directivo actual sobre los trabajadores de la agencia, más allá de lo que creo me han escuchado decir desde el primer día en esta Comisión acerca de ellos, les voy a leer lo que aparece en el estatuto de
la agencia: La nueva agencia, que se nutre de la experiencia y conocimiento acumulado por los profesionales y unidades de la Agencia Española de Cooperación Internacional, deberá seguir contando con personas procedentes de distintos cuerpos de la
Función pública en distintos niveles de responsabilidad, incluyendo los puestos directivos y manteniendo así los equilibrios que resulten convenientes para la labor del conjunto de la institución. Este párrafo, que aparece literalmente en el texto,
refleja muy claramente cuál es nuestra apuesta. Reconocimiento claro de los trabajadores públicos de la agencia, que han hecho una labor ingente en los últimos treinta años, y especialmente en estos tres. ¿Por qué? Porque han tenido que gestionar
todavía muchos más recursos y porque se les ha pedido un esfuerzo adicional. Reconocimiento y oportunidad para los expertos públicos diplomáticos que han hecho una gran labor en este equipo, y de los cuales he tenido la oportunidad de aprender
mucho, como también aparece de forma clara en la Agencia Española de Cooperación. Los funcionarios públicos de otros ministerios que, por primera vez, insisto, van a tener oportunidad de incorporarse, porque van a tener espacios para ello en todo
lo que tiene que ver con las responsabilidades sectoriales y geográficas. Los expertos de la Agencia Española de Cooperación, porque durante treinta años algunos han acumulado conocimientos de gestión en el terreno, como son la mayoría de los
coordinadores de las OTC o la mayoría de los hoy responsables de programas. Lo único que digo es que estaríamos perdiendo un capital humano imperdonable si de repente excluyéramos a alguno de estos sectores.



Por tanto, el equilibrio del modelo que presentamos apuesta mayoritariamente por los funcionarios públicos -somos unos absolutos convencidos del servicio público de este país-, pero no excluye a aquellos, primero, trabajadores de la Agencia
Española de Cooperación, directivos en su mayoría, que se han dejado la piel para construir la cooperación española en los últimos treinta años; tampoco excluye, en segundo lugar, a aquellos hombres y mujeres que se hayan formado y profesionalizado
en los últimos años y que quieran dar lo mejor de sí mismos a los demás. Por eso, la mayoría contundente del cuerpo directivo y de los nuevos departamentos de la nueva agencia son funcionarios, pero hay puestos abiertos a otros expertos. Yo
pregunto, ¿parece razonable que el departamento de multilateral -por poner un ejemplo que ustedes han empleado- pueda alguna vez beber de algún experto que pueda venir del sistema multilateral? Me parece que sí. Pregunto, ¿es razonable que el
departamento donde está el género pueda absorber alguna experta de género que venga trabajando toda su vida en género? Igual sí. Lo que vengo a decir es que la mejor agencia será aquella que sea capaz de tener a los mejores en su equipo. Siempre
es difícil apostar por un equilibrio, pero esa ha sido la responsabilidad que nos ha tocado y en la que hemos intentado hacerlo lo mejor posible. Entiendo perfectamente -cómo no las voy a entender- las inquietudes de todos los cuerpos, porque todos
buscan mejorar su futuro. Es absolutamente legítimo, como también lo es intentar buscar un equilibrio para que tengamos los mejores a todos los niveles.



Señor Robles, los presupuestos hay que leerlos siempre de forma exhaustiva. Le recuerdo que la reforma de la Agencia Española de Cooperación ya está garantizada con los presupuestos que estamos ejecutando en el año 2007. Vaya a buscar,
señor Robles, la comparecencia que tuvimos en presupuestos en el año 2007; busque la partida presupuestaria del capítulo 1, que en el año 2005, en el año 2006 y especialmente en el año 2007 aparece, porque solo con el presupuesto de personal actual
que vamos a gestionar ya están cubiertas las plazas que he anunciado en esta comparecencia. Pero le voy a decir más, y se lo expliqué a su compañera en el debate de presupuestos. Precisamente si hay una garantía de que esta agencia va a ser una
realidad, es que el anteproyecto de ley de presupuestos tiene una cláusula que dice que las nuevas agencias tendrán un presupuesto propio que se aprobará con el estatuto. Por tanto, si esta agencia no lo tiene es precisamente porque se va a
aprobar. Es tan evidente que me gustaría no tener que explicarlo.
No obstante, mi obligación es explicarlo y lo vuelvo a hacer, aunque ya se lo expliqué a la señora Velasco en la comparecencia de presupuestos.



Quiero recordarle, señor Robles, que desde el año 2004 hasta el año 2007 -por si su grupo no ha hecho la cuenta se la hago yo- el capítulo 1 se ha duplicado. Eso quiere decir que hemos ido absorbiendo y fortaleciendo el capítulo de personal
desde 2004, no ahora, sino desde 2004. Por tanto, es un hecho bastante objetivo y bastante evidente. Digo objetivo, porque aparece en los Presupuestos Generales del Estado, no lo digo yo. Quiero recordar también que apostar por los empleos
públicos, señor Robles -claramente compartimos esa visión-, también es apostar por la estabilidad de las


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OTC; esas OTC plagadas de asistencias técnicas que hoy tendrán por primera vez 83 responsables de programas que son trabajadores públicos. Apostar por las OTC significa tener directores de OTC, sean o no funcionarios, porque no se excluye
a nadie, ya que se puede presentar alguien que sea funcionario o alguien que no lo sea, con mayor capacidad de decisión. Eso es lo que vamos a hacer. Vamos a convertir las oficinas técnicas de Cooperación en oficinas que progresivamente vayan
acumulando más capacidad de decisión, más capacidad de gestión en el terreno y que, consecuentemente, todos los nuevos instrumentos que hoy hemos puesto en marcha desde aquí puedan ir decidiéndose en el terreno y aprobándose desde las oficinas
técnicas de Cooperación; un proceso, señor Robles, que no empezará mañana sino que irá, poco a poco, desarrollándose, descentralizándose a medida que se vaya avanzando en la reforma de la agencia, como no podía ser de otra manera, porque todo en la
vida hay que hacerlo de forma prudente, sin prisa, pero sin pausa. En ese sentido, estoy convencida de que una vez más coincidiremos, como lo hemos hecho mucho en esta legislatura.



Señorías, no sé si volveremos a vernos en esta Comisión -también depende de ustedes, a mí me gustaría volver, ya saben que estoy encantada de volver a mi Comisión las veces que sean necesarias- y me gustaría, por si acaso, hacer dos
consideraciones. La primera, invitarles -aunque ya lo hemos hecho por escrito- a la presentación de un gran documento que refleja bien el trabajo que todos hemos hecho en esta legislatura y que, una vez más, tiene su protagonismo, su letra y su
firma, que es la presentación del libro, Avances y retos de la cooperación española, que hoy tenemos el privilegio de presentar. Ese libro refleja bien el espíritu de consenso, el espíritu compartido que dentro y fuera de esta Comisión todos los
responsables de la cooperación española hemos querido tener para hacer la mejor cooperación, para colocar a nuestro país a la vanguardia de la lucha contra la pobreza y para mejorar las políticas públicas. Lo hemos hecho con modestia, señor Robles;
créame, siempre he compartido los éxitos con todos, porque siempre he creído que la cooperación española no debía ser la de la secretaria de Estado sino la del conjunto de los actores. Lo vamos a volver a demostrar esta semana en el encuentro de
Cooperación, donde todos vamos a ser protagonistas, donde todos vamos a seguir haciendo un análisis crítico y donde todos vamos a seguir apostando por el futuro. Solo si conseguimos que la cooperación sea una cooperación en la que se sientan
identificados todos los actores, seremos eficaces. Esta secretaria de Estado no entiende otra forma que esta de hacer política. Eso es lo que ha querido hacer todo el equipo durante estos tres años. Si no lo hemos conseguido siempre, tendremos
que mejorar, pero desde luego ese es el espíritu. El balance es tremendamente positivo para todos, aunque debo reconocer una vez más -porque nunca me ha costado hacer lo que queda mucho por avanzar, mucho todavía por consolidar y mucho por seguir
conquistando. Espero -estoy segura de que será así- que la cooperación española en esta y en la próxima legislatura siga contando con la ilusión, con la profesionalidad y con la responsabilidad que han demostrado SS.SS. en este proceso.



Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Señora secretaria de Estado, quiero agradecerle su intervención que ha sido concisa, como siempre, concreta y muy clarificadora. Asimismo, también quiero dar las gracias a todos los portavoces.



Hablando de memoria, quiero reconocer aquí que a veces somos injustos con nuestra historia. Hace treinta años la agencia se llamaba Instituto de Cultura Hispánica; estaba presidida por el señor don Blas Piñar. No era un hombre conocido
por sus capacidades para dialogar, para comprender ni tan siquiera para ser demócrata. Se llamaba Cultura Hispánica, pero él nunca viajó a América Latina, lo llevaba a gala. Nosotros hacíamos una broma: esta agencia de soltera se llamaba Cultura
Hispánica. Estos treinta años han sido muy importantes porque recogen realmente la evolución de la sociedad y de la democracia española. Hace treinta años a ningún español se le hubiera ocurrido que treinta años más tarde esta sociedad reconocería
y creería en la necesidad de mirar hacia fuera, de cooperar, de ayudar y de trabajar.



Muchas gracias, señora secretaria de Estado.



Se levanta la sesión.



Eran las once y cuarenta minutos de la mañana.