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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 638, de 10/08/2006
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2006 VIII Legislatura Núm. 638

INTERIOR

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª CARMEN HERMOSÍN BONO

Sesión núm. 35 (extraordinaria)

celebrada el jueves, 10 de agosto de 2006



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor ministro del Interior (Pérez Rubalcaba), para informar sobre:


-Determinadas incidencias ocurridas en los días pasados en el aeropuerto de El Prat de Barcelona. A petición propia. (Número de expediente 214/000123.) ... (Página 2)


-Los hechos acaecidos en relación con la paralización del aeropuerto de El Prat a partir del día 28 de julio de 2006 y la actuación del Ministerio del Interior. A solicitud de los Grupos Parlamentarios Catalán (Convergència i Unió), Vasco
(EAJ-PNV) y Coalición Canaria-Nueva Canarias. (Número de expediente 213/000748.) ... (Página 2)


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-Las medidas adoptadas para evitar la ocupación de las pistas del aeropuerto de El Prat de Barcelona por trabajadores de tierra de Iberia, así como de las decisiones que se tomaron para restablecer el orden en las mismas. A solicitud del
Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.
(Número de expediente 213/000736.) ... (Página 2)


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.



La señora PRESIDENTA: Vamos a iniciar esta sesión extraordinaria convocada en los términos del artículo 61.2 del Reglamento del Congreso para tramitar diferentes solicitudes de comparecencia, la solicitada por el propio Gobierno y otras por
distintos grupos parlamentarios y, como todas ellas versan sobre los hechos acaecidos en el aeropuerto de El Prat en Barcelona el pasado 28 de julio, esta Presidencia, como viene haciendo habitualmente, procederá a acumular la tramitación de las
tres solicitudes adecuando los tiempos a las mismas. Como saben, además de la comparecencia a petición propia del Gobierno, hay también un escrito pidiendo esta comparecencia por parte de los grupos parlamentarios CiU, Vasco, Coalición Canaria y
Popular. Atendiendo a las peticiones de los distintos grupos y en el orden en el que normalmente se establecen las intervenciones de los portavoces de cada grupo parlamentario, iniciamos la sesión con la intervención del señor ministro del
Interior, don Alfredo Pérez Rubalcaba, quien tiene la palabra.



El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Pérez Rubalcaba): Señoras y señores diputados, comparezco ante ustedes a petición propia y también para dar cumplimiento al acuerdo adoptado por la Diputación Permanente el pasado día 8, todo ello para
informar de las incidencias ocurridas en el aeropuerto de El Prat el día 28 del pasado mes y de las actuaciones que durante ese día y también en los días posteriores desarrollaron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con el fin de dar una
respuesta a la situación de crisis generada en el mencionado aeropuerto.



Quisiera empezar por decir que una buena parte de la intervención que a continuación voy a desarrollar proviene de los informes que en relación con los mencionados incidentes han elaborado la Comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, la
Policía Nacional y el propio delegado del Gobierno en Cataluña. Como también quisiera dejar establecido desde este mismo momento que el Gobierno considera que las actuaciones de todos ellos -Guardia Civil, Policía Nacional y delegado del Gobierno-
fueron prudentes, oportunas y proporcionadas, en definitiva, correctas. Dividiré mi intervención en dos partes. En primer lugar, haré un relato sucinto de los hechos más importantes acaecidos durante los días 28 y 29 y, a continuación, enunciaré
los criterios que inspiraron la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para, finalmente, hacer algunas breves consideraciones.



Los acontecimientos que se produjeron el pasado día 28 de julio tienen un origen conocido sobre el que, además, se ha extendido esta mañana la ministra de Fomento en esta misma Cámara y que no es otro que la huelga ilegal, con sus secuelas
de ocupación de la pista e instalaciones del material del aeropuerto de El Prat, por parte de los trabajadores del handling de Iberia. El motivo aducido por los trabajadores, aproximadamente 1.800, no era otro que las consecuencias que para su
trabajo pudiera tener el hecho de que Iberia hubiera perdido el concurso convocado por AENA de adjudicación de los servicios de handling a terceros. En consecuencia, y en cumplimiento del convenio del sector, buena parte de los trabajadores de
Iberia debían ser subrogados por las compañías adjudicatarias del servicio. Al valorar no obstante el personal de Iberia como nulo el interés mostrado por la compañía ante esta situación, reaccionaron en el modo y manera que se conoce, un modo y
unas maneras que ya he calificado de ilegales y, ahora añado, desproporcionadas y gravemente lesivas para muchos ciudadanos que tenían previsto desplazarse esos días. Quiero también dejar establecido desde este momento que ni la Policía ni la
Guardia Civil tenían noticias de que esa huelga ilegal pudiera llegar a producirse; ni la empresa ni los trabajadores ni las autoridades aeroportuarias manifestaron ninguna inquietud especial en los días anteriores al viernes 28 de julio.



Pasemos a los hechos. Tal y como informa la Comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, aproximadamente desde las 07:30 del día 28 del mes de julio se empezó a observar que la situación en la operatividad del aeropuerto de Barcelona no
era normal. En efecto, las cintas de facturación donde van las maletas para ser recogidas en zonas restringidas y llevadas a los aviones comenzaban a bloquearse debido a la gran acumulación que se estaba produciendo, nadie las recogía ni las
transportaba. Los aviones que aterrizaban no disponían de escaleras para el desembarco de pasajeros; otras compañías de handling comenzaban a manifestar su temor a trabajar y los trabajadores de Iberia que conducían toda clase de vehículos para
realizar sus funciones -toros,


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remolques, furgonetas y vehículos de arrastre y jardineras- iban abandonándolos sin llaves, a veces rompiéndolas, con lo que poco a poco se estaban cortando las vías de servicio situadas por debajo de las terminales y con ello obstaculizando
la plataforma donde se hallan estacionados los aviones. Estos materiales no afectaban en este momento ni a las pistas de rodadura ni, por supuesto, a las de aterrizaje. Hacia las 08:40 trabajadores de Iberia, en un número aproximado de 400,
empezaron a concentrarse a pie y en vehículo por la zona de la vía de servicio situada debajo de las terminales caminando y dando algunos gritos, todo ello de forma pacífica. En torno a esa misma hora, la Guardia Civil que presta su servicio en el
aeropuerto se ve obligada a llevar a cabo ciertos cometidos que en aquellos momentos se consideraban prioritarios y urgentes debido a que se reciben llamadas del centro de coordinación de emergencias del aeropuerto y del jefe de seguridad del mismo
comunicando que han llegado hasta un total de 12 aviones al aeropuerto y que están aparcados en plataformas sin que los pasajeros pudieran bajar de los mismos. Fue la Guardia Civil la que permitió que los pasajeros abandonaran los aviones y
llegaran en algunos casos caminando hasta la terminal del aeropuerto. A las 09:00 comienza la asamblea informativa convocada por los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, a la que asisten unos 450
trabajadores, aproximadamente 200 más de los que habían entrado a trabajar a las 05:30, hora en la que comenzó el turno de handling correspondiente. A las 09:30 el ejecutivo de servicio comunica que el aeropuerto está prácticamente inoperativo
pues los trabajadores del handling de Iberia habían colocado las jardineras -como saben ustedes, son los autobuses de traslado de pasajeros- en sitios estratégicos para que los aviones tuvieran problemas a la hora de rodar por las pistas de acceso a
la plataforma, en el caso de los aviones que estaban aterrizando, o en el caso de los que despegaban, directamente a la hora de rodar hacia las pistas de despegue. A las 10:00 el ejecutivo de servicio comunica que la torre de control se ha puesto
en contacto con el centro de controladores de Gavà para que todos los vuelos que tengan como destino el aeropuerto de El Prat sean desviados; los vuelos de salida ya habían quedado paralizados en ese momento. A las10:15 termina la reunión de los
sindicatos con los trabajadores, dispersándose éstos. Los trabajadores que se encontraban en las vías de servicio comienzan a acceder a la plataforma ocupando las vías de rodadura. El jefe de la unidad aeroportuaria de la Guardia Civil se traslada
a la pista de rodadura con intención de dialogar y convencer a los concentrados para que depongan su actitud, sin conseguirlo. Cuando unos 40 trabajadores observan que un avión va a realizar una maniobra en la tercera pista del aeropuerto se
produce un desplazamiento hacia la misma ocupando al mismo tiempo la segunda y quedando la primera bloqueada por los vehículos que habían sido cruzados a los que me referí anteriormente. Hacia las 11:00 comienzan los problemas de orden público en
la terminal de pasajeros cuando aquellos que estaban pendientes de volar intentan agredir a los empleados de Iberia que estaban por los alrededores. La Policía Nacional recibe instrucciones de impedir esas agresiones, lo que consigue. A las 13:00
se formulan las primeras denuncias de pasajeros por detención ilegal, se tramitan cuatro denuncias y las correspondientes diligencias que se remiten a la autoridad judicial. Entre las 15:00 y las 17:00, varios grupos de pasajeros intentan acceder
a la plataforma por las puertas de embarque con el fin de increpar y se supone que, en su caso, agredir a los trabajadores que se encontraban ocupándolas. La Guardia Civil interviene evitando el enfrentamiento. A las 17:30 se produce la actuación
de la Sección de Intervención Rápida, SIR, de la Guardia Civil, lográndose desalojar de las pistas a la totalidad de los manifestantes, procediéndose además a practicar nueve detenciones. Los detenidos, a los que se imputa delitos de desorden
público y daños y resistencia a la autoridad, pasan a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 del Prat de Llobregat; todos ellos eran trabajadores de handling de Iberia. A partir de ese momento empiezan los trabajos por parte del personal
de AENA encaminados a poner en servicio una de las tres pistas, así como a hacer operativas las calles de rodadura y los accesos a la zona de equipajes y demás infraestructuras aeroportuarias. A las 21:30 comienzan las primeras operaciones de
Aerolíneas Argentinas, Spanair y Air Europa.
Las últimas intervenciones policiales, en concreto la de la Policía Nacional, tuvieron lugar sobre las 00:05 del día 29 y, posteriormente, entre las 07:00 y 09:00 del mismo día, ya que unas 70
personas procedieron a cortar el tráfico del aeropuerto a la altura de la terminal A. Dicho incidente estaba relacionado con un vuelo cancelado de la compañía Air Madrid, que debía llevar a dichas personas hasta Buenos Aires. Con la colaboración
del cónsul argentino en Barcelona, finalmente, se solucionó el problema, con el traslado en dos grupos de dichas personas a Madrid para seguir el vuelo hasta Argentina. Hasta aquí los incidentes conocidos por todos.



Paso, a continuación, a exponer los criterios por los que se guió la actuación de las fuerzas de la seguridad del Estado. El primero de ellos es, lógicamente, el criterio competencial. En efecto, a la Guardia Civil le corresponde el
mantenimiento del orden público en la zona interior del aeropuerto; para entendernos, en todo el aeropuerto, excepto en las terminales. Le corresponde, igualmente, el control de los efectos y equipajes que se introducen en los aviones, así como de
los equipajes de llegada. A la Policía, a su vez, le corresponde el mantenimiento del orden público en el terminal, así como el control de pasaportes de salida y entrada a nuestro país. Esta distribución funcional justifica que el peso de las
actuaciones para devolver la operatividad al aeropuerto correspondiera a la Guardia Civil, mientras que la Policía se ocupara de evitar enfrentamientos entre los pasajeros y el personal de Iberia, así como en atender, junto a la Cruz Roja, las
necesidades de los pasajeros que se encontraban en las terminales.



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El segundo criterio al que ya me he referido antes fue el de la oportunidad. Quisiera recordar aquí que las unidades antidisturbios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están instruidas para actuar de acuerdo con criterios
profesionales, después de haber hecho el pertinente análisis de la situación. La finalidad de esta labor inicial de análisis no es otra que la de procurar resolver el conflicto de la forma y en el momento en el que la actuación se pueda llevar a
cabo, con el menor uso de la violencia posible y asegurando que de la propia intervención no pueden originarse conflictos, daños o lesiones a derechos mayores que los que se tratan de evitar. Justamente es lo que hizo el coronel que mandaba las
fuerzas de la Guardia Civil: analizar la situación y decidir el momento más idóneo para, garantizando al máximo la seguridad de los bienes y de las personas que durante el día 28 estaban en el aeropuerto de El Prat, conseguir que este recuperara la
normalidad, conseguir que el aeropuerto volviera a funcionar garantizando todo el tiempo la seguridad de las personas y de los bienes.



No podemos olvidar que el origen del bloqueo del aeropuerto era una huelga ilegal, que solo terminaría cuando los trabajadores volvieran a sus puestos de trabajo. En otras palabras, despejar la pista era efectivamente una condición
necesaria para que El Prat volviera a funcionar, pero no suficiente. La condición suficiente era, evidentemente, que los trabajadores reiniciaran su trabajo. Había que despejar la pista, sin duda, pero era necesario hacerlo de forma tal que no se
impidiera o dificultara la auténtica solución del conflicto que no era otra que la huelga ilegal finalizara. Había que despejar la pista, sí, pero había que hacerlo, además, garantizando al máximo la seguridad de los bienes y de las personas. Es
evidente que una pista de un aeropuerto no es una autopista. Había que evitar a toda costa que, dada la peligrosidad existente en esa zona del aeropuerto, el desalojo de la pista condujera a una batalla campal de consecuencias difíciles de predecir
y había también que impedir que los trabajadores desalojados de la pista pudieran acabar refugiándose en el interior del aeropuerto, lo que sin duda hubiera terminado en agresiones de los viajeros, con consecuencias también difíciles de estimar.



En suma, el momento para proceder al desalojo de la pista no podía ser cuando en ella se encontraban cerca de 400 personas airadas y excitadas.
Había que esperar unas horas a que el número descendiera y los ánimos se calmaran antes de
proceder a la correspondiente actuación policial. Así se hizo, poco después de las 17:30, cuando el número de trabajadores era menor y los riesgos del desalojo eran mínimos. De hecho, se desalojó la pista sin incidentes apreciables. Se consiguió
detener a los más exaltados de entre los trabajadores y con ello empezó a recuperarse la normalidad en el aeropuerto. Fue, a mi juicio, señorías, una intervención oportuna.



Quisiera hacer una última consideración. Se podía haber desalojado la pista antes, sin duda. De hecho, había fuerzas policiales suficientes para hacerlo: 243 guardias civiles y 132 policías nacionales, pero las consecuencias podían haber
sido nefastas y, en esas condiciones, no es difícil prever que también lo habrían sido para la finalización del conflicto, de la huelga y para la reapertura del aeropuerto. Habríamos tenido la pista limpia y, casi con seguridad, el aeropuerto
parado unos cuantos días. En definitiva, fue una decisión profesional que avaló el delegado del Gobierno, y que yo aquí avalo esta tarde en nombre del Gobierno.



El tercer criterio utilizado es el de la coordinación. Durante todo el tiempo que duró el conflicto se mantuvo la coordinación entre las fuerzas de seguridad y las autoridades del aeropuerto, entre el delegado del Gobierno y los
responsables de AENA y del Ministerio de Fomento, entre la Administración del Estado y la Generalitat de Catalunya. En resumen, delimitación funcional, oportunidad y coordinación; tres criterios para justificar lo que entiendo que fue, como ya he
dicho, una actuación correcta de las fuerzas de seguridad y de sus mandos.



Termino ya. Poco nuevo cabe decir sobre la actitud de quien se declaró ilegalmente en huelga y ocupó también ilegalmente un aeropuerto. Han recibido un reproche social prácticamente unánime y a los jueces corresponde ahora decidir el
reproche judicial aplicable. Por lo que se refiere a la actuación de las fuerzas de seguridad y de sus responsables, termino esta intervención como comencé: creo que se guiaron por los principios de congruencia, de oportunidad y de
proporcionalidad -por cierto, apartado 2.c) del artículo 5 de la ley por la que se rigen-, cumplieron e hicieron cumplir la ley. Esa es la opinión del Gobierno.
(Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Vamos a dar comienzo al turno de intervención de los grupos parlamentarios y voy a empezar, en primer lugar, por aquellos grupos que han tenido una iniciativa en este sentido.



No veo al señor Mardones, del Grupo canario, por tanto, tiene la palabra el representante del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), señor Olabarría.



El señor OLABARRÍA MUÑOZ: Señor ministro, le agradezco su información. La verdad es que es una información concisa, porque poco más hay que explicar respecto a este suceso que es de una grave dimensión, que a todos nos preocupa, que no
tiene precedentes en la historia de los conflictos laborales -usando eufemísticamente esta expresión- en el Estado español, y solo quiero hacerle una matización de carácter semántico o de carácter jurídico, si acaso. Usted se refiere
recurrentemente al concepto de huelga y nosotros, sin embargo, dudamos de que podamos estar ante el derecho de huelga con una acción de estas características por parte de los trabajadores de esta empresa. La huelga está definida por la Constitución
española en su artículo 37, tiene una serie de requerimientos que han sido desarrollados por una norma que es preconstitucional, pero que ha sido constitucionalizada por una conocida sentencia del Tribunal Constitucional y, desde luego, está muy
lejos de los elementos subjetivos y objetivos que caracterizan el


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ejercicio del derecho de huelga, que es un derecho democrático fundamental, la acción de estos trabajadores en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona.



En el ámbito de la navegación, en AENA estamos asistiendo de forma ya irritantemente recurrente para los que somos usuarios de estos servicios a manifestaciones patológicas del derecho de huelga de Iberia, o del falso derecho de huelga, de
lo que ellos llaman eufemísticamente el derecho de huelga, porque yo no sé hasta qué punto las huelgas que convoca el sindicato Sepla, que tampoco sé si es un sindicato en el sentido jurídico-formal del término, merita esta calificación. Esto,
desde luego, no es una huelga, esto es una acción de características que el ordenamiento jurídico todavía no tiene predeterminadas. La huelga tiene una serie de requerimientos formales, entre otros, uno que califica esto que usted ha calificado
como huelga, en el mejor de los casos como manifiestamente huelga ilegal, que es la falta de preaviso. El preaviso es de 5 días en una norma que, siendo preconstitucional, está ya constitucionalizada, el Real Decreto-ley 17/1997, de 4 de marzo, que
le comentaba, que requiere un preaviso de 5 días, en todo caso, y 10 días cuando está afectando a servicios esenciales de la comunidad; es obvio que no es discutible que un aeropuerto es un servicio esencial de la comunidad. En todo caso, en su
ejercicio hay un ilícito originario, que forma parte de los ilícitos que corresponden al sector laboral del ordenamiento jurídico, porque no estamos hablando de una acción de huelga, sino de una perversión de este derecho, que es fundamental en
cualquier democracia, que es un ejercicio bastardo, irregular o ilegal del derecho de huelga. Esta mañana, en un debate un tanto ocurrente por parte de la señor ministra, se han usado mucho locuciones incendiarias, pero analizando el derecho
punitivo en esta materia, en concreto el Código Penal, y sobre todo el derecho penal especial que hace referencia a la navegación aérea, que es una Ley de 1964, que está parcialmente vigente, como usted sabe, nos podríamos encontar en estos actos
realizados por los trabajadores del aeropuerto de El Prat con varios delitos. En principio se me ocurre que podrían incurrir en el previsto en el artículo 40 de la Ley de 1964, que es un delito contra la navegación aérea; el previsto en el
artículo 4, que es el delito consistente en impedir a los sujetos que realizan el tráfico aéreo el ejercicio libre de sus funciones -los sujetos son obviamente los tripulantes de las aeronaves y los que tienen que prestar los servicios para que las
aeronaves puedan volar- con actos de coacción; el previsto en el artículo 21, la interrupción de la navegación aérea, que es un delito previsto como muy grave, y por el artículo 22 se puede llegar hasta considerar un delito de sedición, tal como
está previsto en la legislación vigente, aunque sean palabras que parecen duras, porque son locuciones muy enfáticas, pero es lo que prevé nuestro ordenamiento jurídico; o el artículo 66, los que operan en un espacio de dominio aeronáutico de forma
irregular. Y ya, hablando del Código Penal, lo previsto en el artículo 557, desórdenes públicos, que usted ya ha invocado, que es un delito por el cuál ya se están -cosa de la que me alegro personalmente- practicando diligencias penales en un
juzgado de lo penal. También se ha comentado esta mañana -y nos consta por informaciones periodísticas- que una persona ha podido sufrir una demora en un transplante orgánico que necesitaba, provocada por esta situación, con lo cual estaríamos ante
un delito contra la salud de los previstos en el artículo 557. Quizá estamos ante un delito de estragos, de los previstos en el artículo 346 del Código Penal; ante delitos de privación del derecho de acudir a determinados lugares, que están
tipificados como injustos penales en nuestro Código Penal en los artículo 33.2 y 33.3, del Código Penal, y 40 y 48, abuso de funciones públicas, dada la condición de personal sujeto a una entidad de naturaleza jurídico-pública, de quienes realizaron
esto que usted ha calificado como una huelga, que sería una huelga ilegal en el mejor de los casos; ante una infracción de las normas de seguridad aeroportuarias, delito específicamente previsto en el artículo 350 del Código Penal, y delitos contra
el orden público previstos en los artículos 544 a 580 del Código Penal.



Todo esto a qué nos lleva, señor ministro. Todo esto nos lleva a una situación terriblemente confusa y estoy esperando, con una curiosidad morbosa, a que el juzgado que está practicando la instrucción sumarial o las diligencias
presumariales en este momento llegue a una conclusión razonable, porque actos de esta naturaleza evidentemente provocan quebrantos importantísimos, vulnerando además la legalidad vigente. Esto, ¿qué supone? Esto supone que hay que identificar al
sujeto responsable, política y jurídicamente responsable. Lo tendrá que hacer el juez, es una cuestión que en este momento está parcialmente sub iúdice, pero también lo tiene que hacer la Administración. Usted como ministro nos debería
proporcionar algún tipo de información sobre qué tipo de investigaciones se están realizando desde su ministerio, no solo sobre la actuación de la Guardia Civil en las pistas y en el aeropuerto, que en principio me parece correcta, sino sobre todas
las circunstancias concurrentes que puedan ser constitutivas de injustos penales. Eso sí que forma parte de las competencias de su ministerio. Desde esa perspectiva le pediría una información más pormenorizada. La verdad, señora presidenta, es
que este es un trámite muy aquilatado, incluso reglamentariamente, porque aquí estamos hablando de un problema de seguridad ciudadana y los problemas de seguridad ciudadana tienen una valoración técnica que no la vamos a hacer nosotros,
subrogándonos en la posición de la Guardia Civil, que son los profesionales que tienen la cualificación técnica para hacerlo. Si usted, señor ministro, decidió que el comandante de la Guardia Civil, al mando de las fuerzas que podían en su caso
liberar a las pistas de los problemas que se estaban provocando en la circulación aérea en ese momento, lo hizo bien, no tengo más que creerle. No tengo por qué poner en duda esa información que es de naturaleza técnica y que yo no puedo realizar.
Me parece suficientemente pertinente. Pero


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el cierre de un aeropuerto por una razón de esta naturaleza, por el ejercicio perverso y manifiestamente ilegal de un derecho democrático como es el derecho de huelga, es algo que carece de precedentes en nuestra historia y requiere
explicaciones más pormenorizadas por su parte en relación con las competencias que le resultan propias. La ministra de Fomento ha explicado esta mañana las que hacen referencia su departamento. Usted quizá tendría que hacer una reflexión más
pormenorizada e indicar cuáles eran las situaciones de falta de seguridad concurrentes para evitar lo que razonablemente cualquiera puede pensar que se debería de hacer, que es el desalojo de las pistas de forma inmediata. Nos faltan explicaciones
un poco más profundas, un poco más pormenorizadas de cuáles eran los problemas de seguridad en las pistas de rodadura del aeropuerto de El Prat que impedían una actuación de las fuerzas de seguridad proporcional que evitara el caos, como ha sido
calificado por la prensa, que se produjo en aquellos días mediante un ilícito previo, que es un ejercicio irregular, manifiestamente ilegal del derecho de huelga.



Esto nos lleva a una segunda conclusión que ya la expondremos al ministro competente en esta materia, al ministro de Trabajo, porque todavía el derecho de huelga está mal regulado en nuestro país, ya que está regulado por una legislación
preconstitucional y al socaire de conflictos laborales, parece que adquiere legitimidad el incumplimiento de normas, incluso de naturaleza jurídico-penal, como el puede ser que la implicación en el mantenimiento en el puesto de trabajo o la
naturaleza presuntamente laboral de determinado conflicto legitima el incumplimiento de normas penales o posibilita la generación de múltiples responsabilidades que pueden ser, en unos casos, de naturaleza contractual y en otros casos de naturaleza
extracontractual o aquiliana.
Esto, ningún Estado democrático del mundo lo tiene tan mal regulado como nosotros. Los lindes del ejercicio del derecho de huelga o las manifestaciones de los conflictos colectivos en este momento no están
determinados en nuestro país. Se ha sobredimensionado de tal manera el ejercicio del conflicto colectivo que al final se vacía de contenido, se priva o se debilita de forma tan relevante que normas penales, civiles y contractuales pierden
virtualidad y carácter coercitivo. En definitiva, estamos hablando de un problema que está pendiente de resolver, porque la legislación reguladora del derecho de huelga -esto no es una reflexión que le corresponda responder a usted, desde luego- es
una legislación todavía preconstitucional. No hay ningún derecho fundamental absoluto, el derecho de huelga para empezar tampoco es un derecho fundamental, pero no tiene por qué no tener límites y los límites de cualquier derecho, también un
derecho democrático como el de huelga, tiene que acabar donde entra en conflicto o en confrontación con los derechos de múltiples ciudadanos que han sufrido las consecuencias o los injustos penales de los múltiples delitos que eventualmente he
podido expurgar analizando someramente el Código Penal, nuestra norma punitiva general, y la legislación penal especial existente en relación con el ámbito aeronáutico como es la legislación de los delitos en el ámbito aéreo.
Desde esa perspectiva,
señor ministro, sus explicaciones se me han quedado un poco cortas, quizás un poco escasas, demasiado sucintas y me gustaría una mayor pormenorización respecto a las cuestiones y a los problemas de seguridad que, pretendidamente, impidieron la
actuación de las fuerzas de seguridad para liberar las pistas, que era lo que la justicia y los requerimientos de los derechos allí preponderantes en aquel momento exigían sin ninguna duda.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el señor Jané.



El señor JANÉ I GUASCH: Señor ministro del Interior, en un día como este quisiera que mis primeras palabras fueran de solidaridad con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que dependen del Ministerio del Interior, por la labor que
están realizando en la lucha contra los incendios forestales que están afectando muy especialmente a Galicia.
Aprovechando que está aquí el representante del Ministerio del Interior quería mostrar mi solidaridad con Galicia y con el trabajo que
realizan allí las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Gobierno de Galicia, todas las autoridades y toda la población en su conjunto.



Señor ministro, le agradecemos su comparecencia. Hemos hecho lo propio esta mañana con la señora ministra de Fomento. Es un acto parlamentario debido. Usted tiene una larga y dilatada experiencia parlamentaria y sabe que cuando acaecen
hechos como los que se sufrieron en el aeropuerto de El Prat los pasados días 28 y 29 de julio es necesario dar una explicación pública y deben hacerlo los responsables ministeriales. En este caso, usted comparece hoy ante la Comisión de Interior
del Congreso de los Diputados en sesión extraordinaria y nosotros le agradecemos formalmente esta comparecencia.



Usted, señor ministro, ha hecho un relato de los hechos desde las primeras horas de la mañana del día 28 hasta que finalmente se decidió desalojar la pista. Nosotros hacemos una valoración distinta. No compartimos que fuera acertado no
desalojar cuanto antes la pista del aeropuerto de El Prat y entendemos además que el Gobierno es responsable de esa no decisión de desalojar cuanto antes la pista del aeropuerto de El Prat.
Además, dirigimos esa responsabilidad a quien tenía que
ordenarlo más directamente, que es el propio delegado del Gobierno en Cataluña, que podía haber evitado de manera inmediata y fulminante que esto se les escapara de las manos. Si se hace el relato de los hechos -y cada responsable gubernamental
podrá hacer el mismo con matices distintos-, veremos que hay un punto de inflexión en el que la situación se desborda.
Aquí existe una responsabilidad: ¿por qué se ha desbordado esa situación? ¿Se podía actuar de otra manera? Usted ha hecho hoy
una defensa de la actuación realizada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y por el propio delegado del Gobierno en Cataluña


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con un argumento que puedo respetar, pero que Convergència i Unió no comparte: es mejor desalojar cuando el conflicto esté en vías de solución, porque, si no, ese conflicto se podría eternizar. Qué mal precedente daríamos, señor ministro,
cada vez que haya una acción ilegal.
Vaya por delante que la responsabilidad directa de lo ocurrido fue de los trabajadores. No era una huelga, era la ocupación ilegal de las pistas de un aeropuerto de interés general en un día de pleno
rendimiento, que evidentemente afectó a la seguridad pública en su conjunto, al tráfico aeroportuario y a los propios pasajeros, a pasajeros que quedaron retenidos dentro de los aviones, a pasajeros que se dirigían a Barcelona y fueron desviados a
otros aeropuertos, a pasajeros que tenían que acudir a Barcelona ese día y que durante días no pudieron hacerlo y a los enseres y maletas, que quedaron absolutamente fuera de control. Señor ministro, ilegal y salvajemente, sin que podamos
compartirlo ni justificarlo, se ocupa una pista del aeropuerto. ¿Debemos esperar a que se resuelvan las peticiones para desalojarla? No. El delegado del Gobierno en Cataluña viendo la magnitud de lo que estaba ocurriendo -y desde primera hora,
con esa huelga encubierta de la no prestación del servicio de maletas, se estaba insinuando ya lo que podía ser un gran conflicto- debió actuar cuanto antes de forma debida y rápida y con la mayor celeridad. Además, se ha vulnerado la Ley de
Seguridad Aérea en diversos artículos y esto es de la máxima gravedad. Yo le pregunto al señor ministro del Interior: cuando se vulnera la ley por parte de quien sea con acciones que el señor Olabarría definía como delictivas en algunos supuestos,
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ¿deben actuar o no? Deben actuar con la máxima rapidez y celeridad atajando esa situación que vulnera la ley y la legalidad. Por tanto, Convergència i Unió dirige las responsabilidades al delegado del
Gobierno en Cataluña, porque entendemos que no se actuó de manera adecuada. Usted nos da la otra versión: mejor desalojar de manera paccionada con unos trabajadores que están en la más directa ilegalidad; esperemos que haya una solución al
conflicto laboral para desalojar después las pistas y, de alguna manera, evitar que ese conflicto se eternice durante más días. Creemos que esta no es la solución. Incluso me atrevería a preguntarle, señor ministro: si mañana se repite una
actuación ilegal e injustificada como la que realizaron esos trabajadores en Barcelona, ¿se actuaría de la misma forma? ¿Este es el precedente: esperamos a que se solucione y en el momento oportuno actuamos y dejamos diez horas la pista ocupada?
Entendemos que no, señor ministro. Creemos que aquí ha habido una voluntad de no intervenir. Hechos hay muchísimos. Por ejemplo, el turno de las dos, cuando cambia el turno de trabajo de quienes estaban prestando sus servicios, el cambio de turno
se hace en las pistas.
Quienes tenían que incorporarse a las dos a su puesto de trabajo -no todos, algunos de los trabajadores- se incorporan a la pista sustituyendo a aquellos cuyo turno había terminado -esta es una situación paradójica-, ante la
mirada perpleja de los propios pasajeros afectados. Le diré más.
Hubo pasajeros que decidieron ir a hablar con los manifestantes, pero a esos sí que se lo impidieron directamente las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No lo permitieron.
Actuaron rápidamente para impedir la actuación de los pasajeros que llevaban horas en unas condiciones penosas, con incertidumbre, escuchando una megafonía que les iba diciendo: AENA les informa que su vuelo puede sufrir demoras. La gente se reía,
porque la pista estaba paralizada; no es que hubiera demoras, es que se cerraba el aeropuerto. Entendemos, señor ministro, que la Delegación del Gobierno en Cataluña no actuó de la manera adecuada.
Confiamos en que el señor Rangel comparezca con
prontitud ante el Parlament de Catalunya. Se ha pedido su comparecencia y parece ser que habrá una mayoría suficiente para acordarla. Además, con el nuevo Estatuto de Cataluña, que entró en vigor el pasado día 9, esa comparecencia es jurídicamente
obligada desde ayer mismo. Esta es una de las nuevas novedades del Estatuto de Cataluña. Los responsables gubernamentales de la Administración General del Estado en Cataluña tienen el deber de comparecer ante el Parlament de Catalunya si son
requeridos para ello. Por tanto, señor ministro, nos gustaría que desde la serenidad de un debate parlamentario, pero desde la responsabilidad que todos tenemos nos explicitara mejor por qué se tardó tanto en actuar, por qué razón se tardó tanto en
desalojar unas pistas que hoy, tras oír su intervención, ha quedado claro que se podían haber desalojado antes.
Me ha parecido entender -repasaremos el 'Diario de Sesiones', señor ministro (El señor ministro del Interior, Pérez Rubalcaba: Lo voy a
leer.), pero en todo caso se lo pregunto y después podrá aclarármelo- que no se actuó antes para evitar que el conflicto laboral fuera a más, pero que se podía haber hecho. Otra cosa que le quería preguntar, señor ministro, es cuál fue la
colaboración con los Mossos d'Esquadra. La consellera de Interior de la Generalitat, la señora Tura, ofreció -según ha afirmado- las dotaciones de los Mossos d'Esquadra para que ayudaran en los medios personales necesarios. Así se ha manifestado
la señora Tura ante el Parlament de Catalunya. El señor Rangel ha dicho: No se me ofrecieron Mossos d'Esquadra. No es verdad que los deseché; es que no se me ofrecieron. Usted es el ministro del Interior: ¿se ofrecieron o no? ¿En qué
condiciones? Usted, señor ministro, tiene una trayectoria dilatada en lo que ha sido la negociación estatutaria y me consta que usted es un firme partidario de las relaciones de colaboración entre Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de que cuando es
necesario se puedan compartir todos los medios posibles. Empezaba mi intervención haciendo referencia al tema de Galicia. Cuantos más medios se compartan ante una situación de gravedad, mejor. ¿Por qué no se compartieron en Cataluña? ¿Por qué no
se atendió a ese requerimiento, si es que existió?


También quería preguntarle por qué razón no ha habido en este conflicto una mejor explicación ante la ciudadanía de por qué no se intervino en su momento. No ha habido una clarificación de los medios de los que se disponía. Incluso hoy
pasajeros del aeropuerto de El Prat se quejan


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y esto es competencia clara de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- de que no hay medios adecuados, que falta personal, que incluso cuando uno tiene que pasar el control de aduanas en el aeropuerto de El Prat las colas son inmensas
estos días de gran tráfico aéreo y de desplazamientos vacacionales. Parece ser que anteayer mismo solo había dos personas haciendo ese control con una larguísima cola. Nos tememos que esto no pasa en otros aeropuertos de interés general y nos
gustaría que si como ministro del Interior tiene las cifras del número de medios en proporción con el volumen total de pasajeros, nos las aportara: tráfico global del aeropuerto y número de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
destinados a ese aeropuerto, porque estaremos de acuerdo en que debe haber una correlación y en que aquellos aeropuertos con mayor tráfico deben tener una mayor dotación de medios.



Nos gustaría conocer asimismo las previsiones presupuestarias. Cuando debatíamos los Presupuestos Generales del Estado vigentes, los del año 2006, en las comparecencias que tienen lugar ante las comisiones de la Cámara, el presidente de
AENA alardeaba de que se había producido en este ejercicio un altísimo incremento de las partidas de seguridad en los aeropuertos de AENA, que se habían incrementado muchísimo porque una prioridad de AENA era la seguridad. Yo querría conocer la
opinión del ministro del Interior. ¿Es cierta la dotación presupuestaria? ¿Se atiende de manera correcta? Creo que los pasajeros vieron brillar por su ausencia esa previsión que según el señor Azuaga no tiene precedentes y que se ha incrementado
porque la seguridad es la prioridad para AENA, brilló por su ausencia esa mayor dotación en materia de seguridad en el aeropuerto de El Prat el pasado 28 de julio. No se da una correspondencia entre la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad y las medidas presupuestarias que se alardeaba que habían subido tanto. Nos gustaría, por tanto, conocer su criterio al respecto.



También queríamos conocer cuál fue el diálogo institucional entre su Gobierno y el Gobierno de la Generalitat. Usted lo ha calificado de muy favorable, nos gustaría conocer de manera expresa si usted como ministro tuvo conversaciones
directas con el presidente de la Generalitat. La ministra de Fomento nos ha dicho que no, que intentaron hablar, pero que finalmente, aunque pueda parecer paradójico, el presidente de la Generalitat de Catalunya ese día no habló con la máxima
responsable de Fomento cuando el aeropuerto de El Prat estaba en una situación caótica.
Por tanto, nos sorprende la respuesta de la ministra de Fomento, que finalmente no hablaron. No sé si el ministro del Interior habló o no con el presidente de
la Generalitat y nos gustaría que nos lo pudiera comentar.



Señor ministro, esta mañana nuestro grupo ha exigido responsabilidades políticas a AENA por la forma en que se gestionó el aeropuerto de El Prat, cuya gestión depende de AENA. Le hemos exigido responsabilidades e incluso habíamos dicho:
señora ministra, si no las asume AENA, las deberá asumir usted como ministra de Fomento. Nosotros entendemos que esta mañana no ha sido positiva la comparecencia de la ministra de Fomento porque ha faltado en la misma un deber moral, el deber moral
ante una situación no deseada por nadie, evidentemente no deseada por ningún grupo de los que estamos aquí ni por el Gobierno, ante una situación provocada injustamente y de manera ilegal por unos trabajadores que hacen un mal uso de lo que ellos
pueden entender como derecho de huelga y que no lo es, porque no es un derecho constitucional el que ejercieron ese día -por tanto, justificación ninguna-, ante una decisión de AENA, equivocada claramente, de dar una noticia como la adjudicación del
handling en una semana de largo tránsito aeroportuario -final de julio, inicio de agosto-. ¿Cuál es esa deuda moral que hemos encontrado hoy a faltar, señor ministro? Que el Gobierno, como todo Gobierno, exprese que lamenta lo que ha ocurrido y
que pide disculpas a los miles de ciudadanos afectados, al conjunto de una sociedad que no entendía qué pasaba, ante una situación sin precedentes en el ámbito aeroportuario de nuestro entorno, no en una situación de paz, no en una situación de no
conflicto bélico, en una situación de tener un aeropuerto de interés general como el de Barcelona parado durante horas y horas con los trabajadores ocupando las pistas sin que se perciba una actuación, situación que incluso trascendió nuestras
fronteras, y quienes eran pasajeros en otros aeropuertos oían por megafonía una versión de lo que estaba ocurriendo en El Prat ante la que nadie podía dar crédito de que en España pudiera estar ocurriendo un hecho como el que estaba sucediendo en un
aeropuerto de la máxima importancia como es el aeropuerto de El Prat. Yo pediría, por tanto, ese punto de disculpas a la ciudadanía, incluso por la percepción que hayan podido tener de la actuación de los poderes públicos todos los afectados que
estaban allí. Uno puede repasar los centenares de cartas publicadas en los medios de comunicación, puede asistir a tertulias radiofónicas donde entran los afectados y explican sus pequeñas y grandes vivencias de esos días, que para ellos fueron
penosos, que alteraron sus vidas, sus vacaciones, en ocasiones sus compromisos personales y profesionales más directos, y ante esa situación yo rogaría que pidiéramos formalmente desde el Gobierno disculpas lamentando lo sucedido, pero sobre todo
algo que lamentablemente no ha hecho la ministra de Fomento esta mañana, que es pedir disculpas a los afectados porque para ellos la actuación global de los poderes públicos esos días no fue la que era de esperar. Por tanto, entendemos desde
Convergència i Unió que es necesario hacer ese reconocimiento y esa afirmación ante la ciudadanía aquí, en el Congreso de los Diputados, en que representamos al conjunto de la ciudadanía.



Señor ministro, le agradezco su comparecencia, las explicaciones que ha dado, pero repito que no comparto la decisión de no intervenir si podía hacerse antes, porque entiendo que creamos un precedente no deseable en este supuesto, y sobre
todo esperemos que en Cataluña


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el delegado del Gobierno, que es de quien directamente dependía ese día la toma de decisiones en el aeropuerto, dé las explicaciones oportunas ante el Parlament de Catalunya. Termino como empecé, deseando que las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado que están trabajando con las autoridades de Galicia estos días ante el conjunto de fuegos, la mayoría intencionados, que está padeciendo el pueblo de Galicia puedan resolver cuanto antes esta situación crítica.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra ahora la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, señora Sánchez-Camacho.



La señora SÁNCHEZ-CAMACHO PÉREZ: Muchas gracias, señor ministro, por su intervención y su comparecencia hoy aquí, en esta Comisión de Interior, pero permítame que nada más empezar le diga que aunque usted ha afirmado que esta comparecencia
era a petición propia -y así parece que se ha dicho por su parte y por parte de la ministra de Fomento-, sin duda se hubiera tenido que formular de todas formas -y por eso ustedes han dicho que era a iniciativa propia- por la magnitud y la gravedad
de lo ocurrido y por la gran cantidad de solicitudes de grupos parlamentarios, que hubieran hecho que en la Diputación Permanente ustedes hubieran perdido esa votación y los dos ministros se hubieran visto obligados a comparecer, a diferencia de
otro ministro, que parece ser que no comparecerá, también afectado por la magnitud de lo ocurrido y que sin duda alguna además tenía una gran responsabilidad como ministro catalán que es el ministro Montilla.



Permítame, señor ministro, decirle que su intervención nos ha parecido de bajo nivel. Usted ha querido hoy, señor ministro, pasar de puntillas en esta intervención después de la comparecencia de la ministra de Fomento esta mañana. Nos lo
ha parecido, señor ministro, porque usted se ha limitado únicamente a hacer un relato de lo acontecido desde el punto de vista horario, de todo lo que fue ocurriendo durante la jornada del día 28 y simplemente se ha limitado a mencionar tres
criterios de actuación en alguno de los cuales, el que se refiere a la coordinación, usted ha sido de lo más sucinto. No ha dicho absolutamente nada ni en relación con la coordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ni tampoco con la
Policía autonómica, en cuyo debate este grupo parlamentario entrará después.



Quiero decirle, señor ministro, que nuestro grupo parlamentario considera que este hecho es absolutamente gravísimo, relevante, de magnitudes desproporcionadas y sobre todo que consideramos que se hubiera podido evitar. Creemos que lo que
no se está acometiendo hoy ni por parte suya, señor ministro, ni por parte de la ministra de Fomento es la responsabilidad del Gobierno en lo ocurrido. Entendemos que la actuación de esta mañana de la ministra de Fomento ha sido, y así lo ha
repetido mi compañero de grupo, absolutamente bochornosa. En algunos episodios ha utilizado incluso una frivolidad impropia de esta Cámara, a la vista de los hechos ocurridos, de los hechos acontecidos y, sobre todo, del perjuicio producido a los
más de 100.000 usuarios del aeropuerto de El Prat y de muchas partes del resto del mundo que vieron afectada su situación por lo ocurrido el día 28.



En primer lugar, señor ministro, usted se ha referido únicamente y muy rápidamente a lo que es el ámbito de su competencia y a ello se va a referir este grupo parlamentario y esta diputada, pero permítame que le diga que este grupo
parlamentario considera que lo ocurrido se podía haber evitado con una buena gestión por parte del Gobierno del señor Zapatero, y no ha sido así. Esta mañana se ha visto que no hay justificación ni explicación alguna para ello y me remito a la
causa de lo ocurrido, que fue la concesión del concurso de handling producido en el aeropuerto de El Prat. Ese concurso se resuelve el día 24 dejando fuera del mismo a una de las empresas con mayor número de trabajadores, que es Iberia, con un
total de 1.800 trabajadores que podían verse afectados, puesto que esta mañana la propia ministra ha reconocido que no conocía si los canales de información eran los correctos como para que los trabajadores supieran que podían tener incluso el
servicio de autohandling o de handling a terceras empresas.



¿Me quiere decir el señor ministro del Interior cómo un Gobierno de España, después de tanto tiempo en la resolución de ese concurso, tiene que resolverlo la misma semana en la que se van a iniciar las vacaciones por parte de miles de
españoles en uno de los aeropuertos más importantes de este país? Su responsabilidad está en realizar bien la gestión y también existe responsabilidad en la prevención de lo acontecido. Pero es que ahí, señor ministro, también entra el ámbito de
su competencia, porque es evidente, como muy bien ha dicho la ministra esta mañana, que si quedaba fuera de la resolución de ese concurso una de las empresas importantes como era Iberia y quedaban posiblemente afectados los derechos de esos
trabajadores, estos podían entrar en una situación de crisis laboral. ¿Es que el ministro del Interior no pudo prever lo que podía ocurrir y la situación que se podía producir cuando se resuelve un concurso, repito, el día 24 de julio? (El señor
Villarrubia Mediavilla: Hemos estado cinco horas esta mañana.-El señor Torres Sahuquillo: Toda la mañana.) No se escandalicen tanto porque es lo que ha ocurrido y el Gobierno hizo lo peor que podía hacer: resolverlo esa semana y, además, faltaron
los canales de comunicación para que los trabajadores no llegaran en ningún momento a obtener la información correcta de lo que estaba ocurriendo. Pero es que, además, en la resolución de ese concurso, y lo han dicho muy bien esta mañana algunos
grupos parlamentarios y nuestro grupo también, se ha visto que la resolución y la revocación de la convocatoria inicial respecto al aeropuerto de Madrid Barajas se ha visto modificada por parte de su Gobierno con la concesión en exclusiva a Iberia,
y para compensar esa situación se concedió el servicio de autohandling a otras empresas en el aeropuerto de El Prat dejando al margen a


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una empresa tan importante como es Iberia. (El señor Villarrubia Mediavilla: Es la tesis de Ezquerra.) Por eso le pregunto, señor ministro, ¿usted no tenía ninguna información, ni podía prever que se podría producir una situación de esas
características en el segundo aeropuerto de interés general más importante de España con uno de los mayores volúmenes de pasajeros en el aeropuerto de El Prat? Porque además, señor ministro, solo el día antes, y vamos a partir que ustedes dan por
supuesto que es normal que se resuelva un concurso el día 24, que no ocurra nada, que esto pueda afectar a 1.800 trabajadores, pero que estos trabajadores se lo van a tomar extraordinariamente bien, que no va a ocurrir nada y que ustedes no tienen
la responsabilidad de la prevención en esta materia, el día antes, repito, además, se conocía la convocatoria de la asamblea que se iba a producir ese mismo viernes, y se lo digo porque usted ha dicho que iba a referirse a los días posteriores, no
lo ha hecho, pero en los días posteriores, cuando se produjo la reunión de los representantes sindicales con la compañía Iberia, el ministro del Interior sí que entonces llevó un mayor número de efectivos tanto de Policía Nacional como de Guardia
Civil al aeropuerto de El Prat en Barcelona; entonces sí que estaba habiendo una reacción de prevención por lo que podía pasar en la resolución de esa asamblea, pero no lo hizo antes. Es que le digo que el día anterior se conocía que se iba a
hacer esa asamblea, se conocían además los mensajes de SMS, hubo protestas y actos de sabotaje y con la convocatoria de esa asamblea se podía prever por parte de muchos de ellos que al día siguiente se iba a producir un conflicto laboral.



Vaya en segundo lugar que este grupo parlamentario no entiende cómo la ministra ha podido decir esta mañana, y esperemos que usted tampoco utilice ese argumento, que la concesión del concurso era la causa que justificaba la actitud
inaceptable y repochable de los trabajadores. Este grupo parlamentario considera que esa actitud de los trabajadores no tiene causa alguna. Es absolutamente reprochable, absolutamente irracional, absolutamente injustificable, porque no se estaba
realizando una huelga ilegal, como usted ha dicho, sino que se realizó una ocupación ilegal de una zona estratégica de un bien público y no se realizó cumpliendo de la norma preconstitucional de huelga, que es la que establece cómo se deben realizar
esas huelgas, con qué plazos de antelación, como bien ha recordado el señor Olabarría, y con qué servicios mínimos. No era una huelga ilegal y los trabajadores no tienen ninguna justificación para realizar lo que llevaron a cabo, señor ministro,
ninguna. Vaya por delante nuestra consideración. Ahí lo que nuestro partido y nuestro grupo parlamentario considera es que la actuación del Gobierno, y en ese caso ya empieza la suya, fue absolutamente pésima, señor ministro. Usted viene hoy a
decirnos que tenía un total de efectivos, los suficientes como para poder actuar y que no actuó y también nos dice que no actuó porque creía que, si desalojaba esa pista, el conflicto podía retrasarse y el aeropuerto, palabras suyas textuales,
estaría cerrado varios días más. ¿Usted qué seguridad tiene para saber que el aeropuerto iba a estar cerrado varios días más? (El señor Villarrubia Mediavilla: Sentido común.) ¿Sentido común? Ningún sentido común, porque los trabajadores se
estuvieron moviendo durante todo ese día, como muy bien ha dicho el representante de Convergència i Unió, con total tranquilidad, señor ministro, absolutamente con total tranquilidad. Salieron a por agua, salieron a buscar bocadillos, salieron en
el turno de las dos, salieron y entraron y allí ni la Guardia Civil ni nadie les impidió que entraran y salieran de las pistas ocupadas. Nos parece gravísimo que el Gobierno, y en este caso el ministro del Interior, ministro del Gobierno de España
venga aquí con total tranquilidad a decirnos que es que él consideró que no se tenía que desalojar la pista. Cuando estamos ante la ocupación ilegal de un bien estratégico de la magnitud de las pistas de un aeropuerto usted viene y nos dice que es
que le parecía mejor a las cinco de la tarde que a las nueve de la mañana. ¿Nos puede decir por qué? Porque usted aludió, escondiéndose detrás de los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que nos parece muy grave, señor ministro, a
cuestiones de seguridad, a cuestiones de queroseno, sustancias, combustibles extraordinariamente peligrosos que podían poner en riesgo la situación de lo allí acontecido y hoy también ha hecho referencia a esa peligrosidad.
Díganos, ¿se rebajó la
peligrosidad a las cinco de la tarde? Porque la información que este grupo parlamentario tiene no es de que hubiera menos personas a las cinco de la tarde. Díganos cuántas personas, porque usted ha dicho que había 400 al inicio y la señora
ministra esta mañana ha dicho que había centenares y centenares a lo largo de todo el día.
Díganos cuántas personas se desalojaron a esa hora. Señor ministro, ¿qué pasa, que el ministro del Interior no puede desalojar si hay 400 personas y tiene
que esperar a que se vayan cansando y yendo, haciendo que quede secuestrado un aeropuerto civil de la magnitud de aeropuerto de Barcelona?¿Esa es la explicación y la justificación que viene a darnos hoy el ministro del Interior? Nos parece que es
insuficiente y que el ministro del Interior ha actuado pésimamente si eso es lo que ha hecho.
Aunque hubiera habido 400 ó 500 personas, el ministro del Interior tiene que tener los suficientes medios -y usted lo ha dicho muy bien, los agentes
antidisturbios, tanto los de la Guardia Civil como los de la Policía Nacional, en este caso en pistas solo podían actuar los de la Guardia Civil-, la suficiente preparación y profesionalidad como para desalojar una pista hubiera 400, 500 ó 700
personas. ¿Qué es lo que afirma el ministro del Interior? ¿Qué si se hubieran mantenido las más de 400 personas durante todo el día y el siguiente aún estaríamos esperando a que se desalojaran? Al ministro del Interior le tiene que preocupar este
hecho. ¿O su preocupación principal tiene que ser que el conflicto se pudiera sustanciar más días y que por eso no desaloja la pista? El ministro del Interior es el obligado a garantizar la seguridad pública y los derechos y libertades de los
ciudadanos:


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de muchos de los que quedaron secuestrados en los aviones; de aquellos ciudadanos que vieron afectados cómo no se pudo realizar ese trasplante de riñón; de muchos ciudadanos que vieron vulnerados sus derechos de libertad y de libre
circulación y el derecho laboral de vacaciones porque se encontraron atrapados en esa terminal. Señor ministro, nosotros creemos que no hubo voluntad de desalojar. Usted como siempre, lamentándolo mucho, se lavó las manos. No hubo ninguna
voluntad de desalojar. A este grupo parlamentario le gustaría que le explicara si esos 243 guardias civiles que dice que estaban en el aeropuerto y esos 133 policías nacionales eran realmente personal antidisturbios o si los 243 guardias civiles
pertenecían a la Guardia Civil del Servicio Aduanero, que no tiene ni la preparación ni la profesionalidad para realizar lo que sí realizaron los grupos antidisturbios. Nos gustaría que nos informara de otra cosa: ¿Es cierto que la Jefatura
Superior de Policía de Barcelona informó al delegado del Gobierno, a primera hora de la mañana, de que se encontraba disponible una Unidad de Intervención Policial (UIP) que le permitía realizar el desalojo con todas las garantías y que el delegado
del Gobierno se negó a realizar ese desalojo? Es fundamental que conteste a eso en esta Cámara porque tenemos constancia de que sí hubo ese ofrecimiento de la Policía Nacional, de la UIP que ya estaba desplazada a primeras horas con unos 40 ó 50
efectivos y que el delegado del Gobierno no quiso intervenir. Parece ser que a los trabajadores se les dijo que estuviesen tranquilos porque allí no iban a acudir guardias civiles hasta las cuatro o las cinco de la tarde porque la unidad
antidisturbios de Sant Andreu de la Barca no estaba operativa en toda su proporción. Más del 50 ó del 60 por ciento estaba realizando otras funciones fuera de Barcelona y solo quedaba operativo el 20 por ciento de esa unidad antidisturbios. Lo que
realmente ocurrió es que usted no tenía efectivos para desalojar esa pista y esos efectivos reales vinieron de Zaragoza. Si no es cierto, ¿por qué se les dice a los trabajadores de pista que van a venir los guardias civiles de Zaragoza y que hasta
dentro de tres o cuatro horas, aproximadamente a las cinco de la tarde, es cuando llegan esos efectivos y se produce ese desalojo. ¿Me puede decir si estaba totalmente operativa la unidad antidisturbios (GRS) de la Guardia Civil en Barcelona, en
Sant Andreu de la Barca, al cien por cien? No de catálogo sino de la cantidad de efectivos que están en ellos, aproximadamente 210 ó 215. ¿Me puede decir que no se tuvieron que desplazar efectivos antidisturbios de otras partes, en este caso de
Zaragoza, para poder proceder a ese desalojo y que esa fue la causa real por la que el ministro del Interior no desalojó esas pistas, porque no sabía cómo hacerlo? Entramos en un segundo problema importante, señor ministro: la colaboración con
otras policías. Lo ha dicho el representante de Convergència i Unió. La consellera Tura informó en el Parlament de Catalunya de que había ofrecido desde primera hora de la mañana la colaboración de los Mossos d'Esquadra para que se realizara de
forma rápida el desalojo de la pista, en este caso de la primera pista y después de la segunda porque la pista transversal no fue ocupada hasta el final. Dice que se le rechazó. ¿Cómo puede rechazarse la colaboración de una policía autonómica,
también con grupos especializados, para proceder al desalojo de esas pistas? Hay otra cuestión además: si usted alude a la radicalidad con la que actuaban las 400 personas en las pistas, ¿cómo puede el ministro del Interior de España dejar a esas
personas que, según ustedes tenían ese grado de peligrosidad, al albur de su actuación durante más de ocho horas, con una serie de sustancias que podían ser peligrosas? Ustedes les dejan que ocupen esa zona estratégica con total impunidad y
seguridad? Me gustaría que nos dijera que durante todo ese tiempo ustedes tienen la información exhaustiva y precisa de que se garantizaba la seguridad de todos los ciudadanos, en este caso de los pasajeros que estaban en los aviones y también de
los que estaban sobrevolando el espacio aéreo. Señor ministro, usted no ha dicho y ha pasado de puntillas ante el hecho de que aquí se produjo un riesgo extremo. Un riesgo extremo en los vuelos que estaban sobrevolando el espacio aéreo de
Barcelona. La señora ministra nos ha dicho esta mañana que no eran 30 sino aproximadamente 12. Pero fíjese la garantía que ha dado a este grupo parlamentario que ha dicho que se desviaban esos vuelos desde primera hora a determinados aeropuertos y
en la segunda intervención ha cambiado los aeropuertos a los que se desviaban: en la primera parte eran aeropuertos como el de Alicante y en la segunda eran Toulouse, Menorca y Girona. El Gobierno de España no sabe dónde desviaba esos pasajeros en
los diferentes aeropuertos, pusieron en riesgo extremo la seguridad aérea. Y viene aquí el ministro del Interior del Gobierno de España a decir que considera que por razones de oportunidad no actúa hasta las cinco de la tarde. Díganos, señor
ministro, ¿a las cinco de la tarde cómo actuó el personal, en este caso la Guardia Civil antidisturbios, con chorros de agua, con porras? ¿Cómo actuó? ¿Qué diferencia había con haber utilizado esos mismos utensilios de defensa y de carga a esa
hora que a primera hora?


Señor ministro, este grupo parlamentario considera es que usted, como siempre, se ha escondido detrás de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Se ha escondido aludiendo a que la profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado le decían que no era oportuno ni procedente realizar ese desalojo. Este grupo parlamentario no lo comparte en absoluto. Este grupo parlamentario considera que usted puso en riesgo la seguridad de muchas personas no desalojando... Sí,
señor ministro, porque estamos hablando de una zona estratégica sobre la que sobrevolaban vuelos con personas. Había muchos aviones con personas retenidas en esos aviones durante casi tres horas.



Este grupo parlamentario quiere saber, señor ministro, y acabo, señora presidenta...



La señora PRESIDENTA: No quiero interrumpirla, pero debe ir concluyendo.



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La señora SÁNCHEZ-CAMACHO PÉREZ: No se preocupe, señora presidenta, voy terminando.



Este grupo parlamentario quiere saber cuáles fueron sus relaciones durante todo el día con la ministra de Fomento, cuál fue su relación durante la jornada del día 28 con el delegado del Gobierno. Nos gustaría que nos facilitara el informe
de la Guardia Civil al que hizo alusión en los medios de comunicación alegando la seguridad y las opiniones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, porque no creemos que esas fueran las razones de la no actuación del Gobierno de España. Lamento
mucho, señor ministro, que esto haya ocurrido y que no hayan pedido ninguna disculpa a los ciudadanos ni a los diputados que los representamos. Usted ha venido hoy aquí a decir que su actuación ha sido proporcional, congruente y correcta; que aquí
no ha pasado nada. Casi parece que no ha pasado nada, que se ha solucionado y que desde el aeropuerto de El Prat uno puede moverse con total facilidad, cuando no ha habido precedentes de un acto similar de ocupación y de secuestro de un aeropuerto
como ese. Su Gobierno ha sido absolutamente incapaz de gestionar esa situación ni desde el ámbito de Fomento ni de Interior. Lo peor de esta situación es que ustedes abandonan a Barcelona, a Cataluña y crean un perjuicio gravísimo para la imagen
internacional de nuestro país. Desde luego, el perjuicio causado a miles y miles de ciudadanos es impagable. Por eso nosotros le exigimos, señor ministro, su responsabilidad en la no gestión de forma correcta de esta crisis, en lo que creemos que
ha sido lavarse las manos del ministro del Interior, esconderse detrás de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no decir las razones reales por las que no actúa y poner en bandeja una actuación a un Gobierno como el de la Generalitat de
Catalunya cuyo presidente se permite salir al cabo de seis días y decir que después de lo ocurrido en El Prat ahora estamos más cerca del traspaso de las competencias. Nos parece una indignidad y una inmoralidad que el presidente de una comunidad
autónoma como Cataluña, después del desastre y del caos generado, utilice eso para hablar de competencias y decir que ahora estamos más cerca; desde luego, si lo va a gestionar de la misma manera que gestionó el tripartito, no sabemos si es mejor
que se quede con ustedes, que está mal gestionado, o con el PSC.
(Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Por los grupos parlamentarios que no han presentado la iniciativa tiene la palabra ahora el señor Herrera por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya-Verds.



El señor HERRERA TORRES: Señor ministro, en primer lugar quiero agradecer el tono de su comparecencia. Pese a introducir algún matiz a lo que ha dicho, a mi grupo y a mí en particular nos ha gustado el tono, distinto al de esta mañana, más
sereno, con el que ha explicado las cosas. No nos ha reñido, lo cual a estas alturas es todo un detalle ya que esta mañana en algunos momentos parecía que algunos grupos éramos más responsables, si cabe, que el Ministerio de Fomento o que la propia
AENA.



Segundo elemento, de la intervención de la señora ministra esta mañana he sacado algunas conclusiones: que el problema es laboral, de Iberia y de los trabajadores. En resumen, que el problema es de orden público.
Siguiendo la misma lógica
de la ministra de Fomento, si yo aceptase ese planteamiento debería situar las responsabilidades políticas en su ministerio porque, si el problema es laboral, de Iberia y de orden público, está claro que en la gestión de una crisis como la
acontecida el 28 de julio la responsabilidad recae en el ministro del Interior. La diferencia es que yo no comparto el criterio de la ministra de Fomento.
No vale decir por la mañana que el problema es laboral, de Iberia y de los trabajadores y,
por tanto de orden público y afirmar por la tarde que se ha hecho como se ha podido. Yo comparto lo que usted ha dicho, con matices y diferencias, pero no comparto la posición esta misma mañana de la ministra de Fomento. La explicación de la
mañana es incompatible con la de la tarde. Si me tengo que quedar con alguna, me quedo con la de la tarde.



Tercer elemento, nuestro grupo parlamentario nunca ha sido partidario de intervenciones duras porque sabemos que las intervenciones duras y represivas comportan un incremento de los problemas en la zona afectada.
Una intervención
desproporcionada a primera hora de la mañana, sabiendo que era una reivindicación de la mayoría de los trabajadores en ese momento, podría haber incrementado los problemas en la difícil gestión de la situación que se vivía en El Prat. Había una
situación complicadísima.
Al señor Pérez Rubalcaba le tengo que decir que quizá su ministerio no lo sabía, pero existía una situación complicadísima y lo sabía el Gobierno o parte del mismo. Lo supo el día 24 cuando se reunió con los sindicatos
para comunicarles las concesiones. Los sindicatos le dijeron que crearía problemas y, sobre todo, que había un grave problema de gestión de la situación en el aeropuerto de El Prat. El Ministerio de Fomento dijo que con el convenio del sector todo
se arreglaba, pero los sindicatos le dijeron que no y el día 27, a instancias no del ministerio sino de los sindicatos, éstos se volvieron a reunir con el señor Palau y con el señor Azuaga y les dijeron que había un grave problema de gestión en El
Prat.
Otra cosa es que el Ministerio de Fomento trasladase esa información, pero no cabía duda alguna de que existía en El Prat una situación complicadísima y de que se había trasladado al Ministerio de Fomento. Lo que no se sabía es que se
produciría una situación tan salvaje y desproporcionada, pero se sabía, que podían pasar algunas cosas en El Prat. Para nosotros la principal responsabilidad está en el Ministerio de Fomento, en AENA. Hoy nos han anunciado que las concesiones se
dieron con criterios objetivos, pero yo me pregunto: ¿Por qué a esta hora, a las cinco y veinte de la tarde, los grupos parlamentarios no podemos tener acceso a las ofertas de cada una de las concesionarias? Ahí está el problema. Seguramente la
responsabilidad está en los diferentes criterios que se


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utilizan en los distintos aeropuertos, sumado a la actitud de Iberia, que es reprochable y a una actitud desproporcionada de los trabajadores.



Entro en el cuarto elemento. Nosotros tenemos dudas. No creo que la cuestión sea si fue posible intervenir unas horas antes, pero se trataba de intentar dialogar con los trabajadores y, ante los sectores que tenían posturas más duras,
hacer una demostración de que, como mínimo, se podía desalojar. El problema está en que seguramente no se disponía de los efectivos necesarios, aunque no digo que se tuviese que disponer de ellos necesariamente. Le quiero hacer la siguiente
pregunta: ¿Por qué no se utilizaron los medios disponibles por los Mossos d'Esquadra? No entro en si se ofreció o no porque supongo que obedece más a elementos de desgaste ante unas elecciones que a otra cuestión. La pregunta es la siguiente:
¿Podría haber sido un elemento disuasorio para que desalojasen antes las pistas el haber contado con un número mayor de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad antidisturbios? No lo sé ni tengo la seguridad. Nos preguntamos por qué el
ministerio no acudió a los Mossos d'Esquadra para contar con mayor número de efectivos antidisturbios y por qué se esperaron más horas, en definitiva, por qué se piden los refuerzos de Zaragoza y no se tira antes de los Mossos d'Esquadra. Creemos
que en materia de seguridad en estos últimos días se ha caído en la demagogia porque se ha llegado a pedir la intervención del ejército para desalojar el aeropuerto de El Prat. No me cabe la menor duda en esta cuestión: La intervención del
ejército habría sido mucho peor. No sé si habríamos tardado semanas o incluso algún mes, pero seguramente ni el señor Jané habría podido acudir esta mañana a la comparecencia. Tengo alguna duda sobre si se actuó un poco tarde. Me gustaría aclarar
si decidieron tirar o no de los Mossos d'Esquadra, pero en cualquier caso la opción del ejército no me parece razonable, a no ser que estemos en una campaña lanzadísima y todo valga. Estoy seguro de que ni siquiera el señor Jané lo comparte. Dicho
esto -no se trata ahora de censurar al señor Jané, ni mucho menos- creemos que se podía haber actuado mejor, pero el problema de las responsabilidades está en el Ministerio de Fomento. Lo que pasó fue desproporcionado y hay responsabilidades -como
hemos dicho pero no ha querido oír la ministra de Fomento- de Iberia y de los trabajadores, pero sin lugar a dudas hay una responsabilidad en la generación de la situación que crean AENA y el Ministerio de Fomento. Nos gustaría que nos aclarase las
dudas que nuestro grupo parlamentario tiene y que son muy razonables sabiendo -como usted sabe- que nuestro grupo parlamentario nunca ha compartido que ante una situación de crisis y conflicto lo mejor sea desalojar de partida. Creemos que muchas
veces el desalojo de partida -y de esto tuvo alguna experiencia el Gobierno anterior del Partido Popular- incrementa la tensión y empeora las cosas. Hay interrogantes sobre la gestión que nos gustaría que aclarase y que aún no ha aclarado en su
primera intervención.



La señora PRESIDENTA: A continuación tiene la palabra el señor Cerdà por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya.



El señor CERDÀ ARGENT: Señor ministro, quiero agradecer su comparecencia que, a estas alturas de la tarde, ya no sé si ha sido a petición propia o de los grupos parlamentarios. Le agradezco que dé la cara por la situación que efectivamente
ha sido compleja y complicada. Hemos dicho esta mañana a través de nuestros portavoces que no nos cabe la menor duda de que es un tema de gestión. Como bien ha recordado mi compañero, se venía tensando la cuerda entre las diferentes empresas,
Iberia y AENA.
Había un clima de tensión latente que podía saltar en cualquier momento.
Nadie tenía claro ni era previsible que se diera esa situación de violencia y agresividad con que se dio esta protesta, que no huelga, que se dio estos días en
El Prat. Nuestro grupo pidió la comparecencia del ministro de Turismo y también la de la ministra de Fomento por entender que eran los que tenían responsabilidad en la gestión de esta crisis. No es ninguna novedad que la imagen de Barcelona y de
Cataluña quedan lesionadas con esta peripecia y que, efectivamente, daña los intereses turísticos, que es la primera industria en importancia en Cataluña, y también la imagen que puedan dar. Pedíamos responsabilidades al Ministerio de Fomento
básicamente por las decisiones tomadas según el modelo de gestión de AENA y por el cambalache -que es la expresión que han utilizado esta mañana- que se ha llevado entre El Prat, Iberia y la T-4 en detrimento de El Prat, y eso nos preocupaba. Voy a
ceñirme, puesto que no hemos pedido su comparecencia, al objeto de la misma.



Más allá del espectáculo lamentable, desde nuestro punto de vista, que dieron el señor Rangel y la señora Tura de si van los Mossos o no van, dieron una imagen de desconcierto y de no tener claras las competencias, cuando están perfectamente
delimitadas en materia de seguridad dentro del propio aeropuerto, correspondiendo al Ministerio del Interior en unos casos y en otros. En ese sentido, debemos valorar no los hechos, de cuya responsabilidad esperemos que haya derivaciones
administrativas, penales y jurídicas, sino la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ante una crisis como la que hemos visto. Siendo sincero, creo que hubo un punto de permisividad y no me apunto a las tesis de que venga la
Legión o el ejército. Como decimos allá, entre poc y molt, entre poco y mucho, hay un punto medio y ha habido episodios como el cambio de turno en el que los trabajadores entraban y salían de las pistas tranquilamente -nos lo han contado gente que
estaba allí- con una permisividad total y absoluta. Entre eso y la intervención del ejército, que serían los dos extremos, podría haberse producido una gestión más adecuada de una crisis que puso en riesgo y tensionó la seguridad y el orden público
en el aeropuerto respecto a los vuelos y también entre los pasajeros. Dicho esto, hay que reconocer que era una gestión compleja. Había elementos


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de peligro en las pistas y en la resolución del conflicto como para aconsejar una actuación tranquila, prudente, mesurada y ponderada.



No nos apuntaremos en ningún caso a una restricción del derecho de huelga.
Nos parece que no fue una huelga, fue una acción -se ha dicho- salvaje, incontrolada y brutal de determinadas personas que tiene responsabilidades jurídicas, que se
tienen que tramitar y poco más. No es el tema de debate el recorte o no del derecho de huelga y tampoco es el momento de pedir perdones, echarse culpas o penitencias; ni es mi vocabulario ni son mis creencias. Hay que exigir responsabilidades y
pedirle más información sobre la gestión estricta de la crisis, por qué no se intervino en determinado momento y se permitió el paso tan tranquilo de los trabajadores que estaban en esos momentos cortando las pistas y, en definitiva, por qué no se
pudo llegar a un modelo de cierta cooperación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre el señor delegado del Gobierno y la señora consellera de Interior, no para la intervención de los Mossos d'Esquadra, sino para una cierta labor
de apoyo, incluso desde el punto de vista humanitario, a la gente que estaba atrapada en el aeropuerto.



La señora PRESIDENTA: Finalmente, para cerrar el turno de los grupos parlamentarios, tiene la palabra por el Grupo Parlamentario Socialista el señor Hernando.



El señor HERNANDO VERA: Señorías, señor ministro, sean las primeras palabras del Grupo Parlamentario Socialista para mostrar nuestra comprensión hacia la indignación de las personas que se vieron afectadas y perjudicadas por los incidentes
ocurridos el 28 de julio en el aeropuerto de El Prat. En segundo lugar, quisiera agradecer su voluntad mostrada desde el primer momento de comparecer en esta sesión extraordinaria para dar explicaciones a los ciudadanos. Digo que se lo agradezco,
porque, aunque esto de comparecer para dar explicaciones parece normal, y lo es en democracia, no siempre fue así. Sobre este tema no diré más, solo quiero destacar que este verano ya hemos tenido tres comparecencias, dos de ministros y una del
secretario de Estado, y baste un simple repaso al 'Diario de Sesiones' para ver las diferencias con el periodo anterior. Y que conste -insisto- que no estimamos que esta actitud tenga que ser valorada de forma extraordinaria, es lo normal en
democracia, lo que pasa es que esa normalidad democrática de dar explicaciones antes era infrecuente, por decirlo de una manera elegante.



Después de esta breve incursión histórica, entro en el tema que nos ocupa.
Con sus palabras, señor ministro, y con sus explicaciones queda suficientemente claro cómo y por qué las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los responsables
políticos, en este caso el delegado del Gobierno, actuaron como actuaron. Desde fuera del conflicto las cosas se pueden ver de otra manera y me parece lógico que a los ciudadanos, e incluso a algunos grupos parlamentarios, les hayan surgido dudas
respecto a si la actuación de las autoridades y de la Guardia Civil fue la más correcta a la vista de los graves incidentes que se estaban produciendo.
De lo que se trata en esta comparecencia, desde nuestro punto de vista, es de valorar, a la
vista de la información que tiene el Gobierno y que usted nos ha expuesto aquí, si esa actuación de la Guardia Civil, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del delegado del Gobierno fue la más idónea, porque visto desde fuera parece que
algún grupo -y estoy seguro de que muchos ciudadanos- tiene la sensación de que hubo pasividad y de que si las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hubiesen actuado antes y de forma más contundente el problema se hubiese resuelto.
Lo que el
ministro nos ha dicho hoy es que esa posibilidad hubiese empeorado las cosas. Digo empeorado -y con ello no quiero decir que la situación no fuese mala- porque una actuación errónea de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado habría retrasado
el objetivo último, que era reanudar lo antes posible el servicio que se estaba prestando en el aeropuerto de El Prat. ¿Por qué digo esto, señorías? Por el tipo de protesta y el lugar en el que se estaba produciendo. Esto no es como cuando un
grupo de manifestantes bloquea ilegalmente una carretera, una vía urbana o irrumpe ilegalmente en una finca o en un inmueble; esto es algo distinto, es mucho más complejo. Algunos lo que están diciendo es que hubiese bastado con que allí se
presentase el coronel de la Guardia Civil con un grupo de guardias civiles y hubiese dicho: Aquí va a haber bofetadas y entonces los trabajadores hubiesen depuesto su actitud, y todo arreglado. Esto no es un: A mí la Legión, como decía el señor
Cerdà.
Esto no es una actuación fulminante, como decía el portavoz de CiU, que viene de fulminar (Risas.), porque las cosas no se solucionan por las bravas. Esto es lo importante. El objetivo no podía ser solo desalojar la pista, porque eso es lo
fácil, señorías; lo fácil, pero al fin y al cabo lo más inútil e innecesario para conseguir que se reanudase el servicio.
Lo fácil es invadir un país, derrocar a un dictador, lo fácil es drogar a los inmigrantes y mandarles a su país y lo fácil es
cargar contra los estudiantes. Esta es la doctrina del teníamos un problema y lo hemos resuelto. Pero las cosas son un poquito más complejas, máxime en un aeropuerto. Cuando se invade una carretera y se pone una barricada, se desaloja a los
manifestantes, se retiran los obstáculos e inmediatamente se reanuda el tráfico. Una pista de un aeropuerto no funciona así.
Podemos retirar a los manifestantes, pero resulta que las maletas siguen sin llegar a los lugares de carga, nadie las mete
en los transportadores, nadie las traslada a los aviones y nadie las carga. Podemos desalojar la pista, pero nadie remolca los aviones hasta los fingers ni a las terminales ni repone las existencias de los aviones, por tanto, parece que se actuó de
la manera más adecuada. Se actuó con inteligencia, dado el tipo de protesta y el lugar donde se estaba produciendo.



¿Cuál era entonces el objetivo de la presencia en las pistas de la Guardia Civil? Nos lo ha dicho el ministro: evitar que la situación que era mala, que nadie pone en


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duda que estaba siendo perjudicial, empeorase aún más. Eso y esperar al momento más adecuado para actuar y parece -el ministro lo acaba de exponer- que eso es lo que hizo la Guardia Civil. Por otra parte, como hoy mismo nos han informado,
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la Guardia Civil desde el momento en que se cerraron las pistas impidieron con su actuación y la contención de los manifestantes y ciudadanos que se produjesen incidentes más graves. En cuanto al tema
de la intervención del ejército, no lo veo, creo que usted tampoco, señor Jané, y sobre este tema no quiero hacer ninguna incursión más.



A la vista de lo que nos ha dicho el ministro, podríamos extraer algunas conclusiones. En primer lugar, el normal funcionamiento del aeropuerto de El Prat y del servicio de los viajeros se vio interrumpido de forma forzosa e imprevista por
la acción ilegal, injusta y violenta de un grupo de trabajadores que, incumpliendo con sus obligaciones y al margen del ejercicio de cualquier derecho, abandonaron sus puestos de trabajo, boicotearon gravemente las instalaciones y obstaculizaron el
tráfico aéreo mediante la ocupación de las pistas del aeropuerto. Por tanto, esa acción ilegal, injusta y violenta de un grupo de trabajadores es la principal causante del caos. En segundo lugar, a partir de esa actuación ilegal, injusta y
violenta de ese grupo de trabajadores, que no de todos, las autoridades, y más concretamente los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el delegado del Gobierno, actuaron en todo momento para evitar que la situación, grave por
sí misma, empeorase y para evitar que esos sucesos pudiesen dar lugar a un riesgo para las vidas o para la integridad física de las personas. En tercer lugar, el delegado del Gobierno actuó en el aeropuerto de El Prat en coordinación con el resto
de autoridades. Hoy ha dicho la ministra de Fomento que estuvo reunida con el delegado del Gobierno desde el momento en que ella llegó allí. En cuarto lugar, la actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los
responsables políticos de los que dependían fue adecuada de cara al objetivo principal que era reestablecer lo antes posible el tráfico aéreo y reanudar la prestación del servicio. En quinto lugar, una actuación inadecuada -nos lo ha dicho el
ministro- o errónea por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en lugar de haber ayudado a que el servicio se reestableciese, hubiese supuesto una demora en la reanudación del tráfico aéreo. Hay que ponerse en la piel del
responsable que en ese momento tomó la decisión y hacer el juicio de valor que hizo con sus conocimientos profesionales para llegar a la conclusión de que, en ese momento, esa fue la mejor solución de cara al objetivo final que era reanudar el
servicio.
En sexto lugar, señorías, los Mossos d'Esquadra ni podían intervenir ni su intervención hubiese supuesto un desenlace distinto de los sucesos. No podían intervenir, en primer lugar, porque la competencia sobre seguridad en las fronteras
y sobre aduanas depende del Gobierno central y, por tanto, del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, y en segundo lugar, estoy absolutamente seguro de que si se hubiese pedido la colaboración de los Mossos d'Esquadra, porque se hubiese
necesitado, se hubiese tenido de forma inmediata.



Se han hecho algunas manifestaciones, tanto en la Diputación Permanente como hoy en esta Comisión, a las que me voy a referir muy brevemente.
Señorías, ¿en qué cabeza cabe que si las autoridades competentes hubiesen tenido la más mínima
información de que se podían producir sucesos como los acaecidos no hubiesen actuado? Ni ha habido dejación de responsabilidades ni ha habido falta de diligencia ni ha habido abandono de la posición de garante. Es ridículo, permítanme que se lo
diga, buscarle cinco pies a este gato. Es ridículo pensar -y absurdo decirlo- que el Gobierno tenía información y no actuó, porque el Gobierno es el primer interesado en que este tipo de sucesos no ocurran. Me da la sensación -y si no es así,
quizá sea una mala interpretación- de que culpando o responsabilizando a AENA, al Ministerio de Fomento, al ministro del Interior, al delegado del Gobierno y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado del caos del 28 de julio, lo que estamos
consiguiendo es justificar una actuación ilegal, injusta y violenta y descargando la responsabilidad de los trabajadores que abandonaron sus puestos de trabajo. A ver si es que ahora cuando se comunica la resolución de una contratación en
determinada fecha está justificado que unos trabajadores hagan el bárbaro. Es que nos están diciendo eso. (La señora Sánchez-Camacho Pérez: ¡No!) Nos están diciendo que esto no se podía haber comunicado el 24, pero que como se comunicó el 24,
está justificado. Esto de responsabilizar a las instituciones es una mala pedagogía política, porque a partir de ahora esa práctica se puede extender y a ver si ahora resulta que son las instituciones las culpables de los actos ilegales de
determinados trabajadores. Lo primero que deberíamos hacer, señorías, es condenar la actuación de los trabajadores, de una parte de los trabajadores, y decir claro y fuerte que no tiene ninguna justificación ni explicación ni coartada.



Finalmente, señor ministro, hay algún grupo parlamentario que tiene obsesión con usted. Tiene una obsesión, no sé si es patológica, pero cuando se anunció su nombramiento, le insultaron, pidieron su cese y hoy le han pedido
responsabilidades por la actuación ilegal de unos trabajadores. (La señora Sánchez-Camacho Pérez: Por la suya, no por la de los trabajadores.) Está claro que al Partido Popular no le gusta el ministro del Interior. Me da la sensación que a los
ciudadanos sí le gusta la actuación del ministro del Interior y sí les gusta lo que está haciendo el ministro del Interior y, por tanto, hay determinadas peticiones que son, como mínimo, alocadas -diría yo- en relación con usted.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el ministro del Interior para el turno de réplica.



El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Pérez Rubalcaba): Contestaré brevemente cada una de las intervenciones por el orden en que se han hecho, aunque es


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cierto que, como alguno de los temas son recurrentes, la contestación aparecerá en el momento oportuno, sin que signifique desdoro alguno para quien lo ha planteado después de aquel al que voy a contestar.



Al señor Olabarría le agradezco su intervención. Me decía que no tiene precedentes. Hay un precedente que yo recuerde, pero tampoco me parece muy significativo; creo que hubo una ocupación de las pistas del aeropuerto de Sevilla por el
SOC y me parece que estuvieron tres horas en las pistas sin que nadie actuara. Creo que fue así, pero da igual. Es verdad que con esta magnitud y con estas características ciertamente no los ha habido, aunque recuerdo de memoria que pasó eso.
Comparto con usted, aunque yo he empleado la terminología de huelga ilegal, porque es lo más comprensible para la gente, que tiene algo de contradictio in terminis. Tiene razón y en esto, como sabe usted, siempre he admirado su capacidad jurídica
que yo, desgraciadamente, no tengo. Por tanto, estoy de acuerdo en que no es exactamente una huelga ilegal, porque no merece ni la consideración de huelga, y sobre eso ha habido unanimidad de todos los portavoces, y yo mismo en mi intervención he
expresado el reproche que me merece a mí, al Gobierno y a los ciudadanos, por lo que no voy a insistir. También creo que efectivamente hay una tipificación compleja de delitos. La Guardia Civil cuando hace las detenciones al borde de la pista
señala tres delitos, pero es verdad que en el juzgado, en el que se están viendo las denuncias que presenta la Guardia Civil, se están acumulando el conjunto de denuncias de muchos ciudadanos y eso ha dado lugar a un amplio expediente en el cual la
Guardia Civil está colaborando, como policía judicial, con el juzgado: Está haciendo investigaciones y tratando de identificar a aquellos que participaron en los actos supuestamente delictivos, para ser correctos; por tanto, hay un largo
procedimiento judicial. Usted tiene razón, señor Olabarría, en que hay muchos posibles delitos. De hecho, hay denuncias por delitos concretos en relación con la ley de seguridad aérea, en varios artículos, y esto tiene su curso. Al final de mi
intervención dije que al Gobierno le merecía un reproche, que el reproche de los ciudadanos era evidente, y ni qué decir tiene que para aquellos que lo han sufrido es más que un reproche, ciertamente hay mucho más que reprochar y es comprensible la
indignación que se ha producido -a la que se ha referido, por ejemplo, el señor Jané- a través de muchas cartas; es absolutamente comprensible. El presidente del Gobierno lo dijo literalmente a la salida de la reunión que tuvo con el Rey en
Mallorca muy pocos días después. Creo que la frase literal fue: Comprendo perfectamente la indignación de los ciudadanos y la comparto. Aquí hay un elemento de petición de disculpas que refleja la posición del Gobierno. Luego me referiré en
concreto a lo que usted decía. Esto va a tener jurídicamente su trámite. El señor Olabarría ha planteado, de manera lateral, el problema de fondo que es por qué se hizo cuando se hizo. Voy a entrar en el problema de fondo, sin perjuicio de que
luego haga alguna reflexión puntual sobre algunos de los temas que se han planteado. Creo haberlo explicado. Ciertamente las intervenciones de los grupos parlamentarios dan pie a pensar una de estas dos cosas: O que yo me he explicado regular o
que las intervenciones venían preparadas y a uno le cuesta mucho cambiarlas sobre la marcha. (El señor Villarrubia Mediavilla: Más la segunda) Cualquiera de las dos es perfectamente factible y comprensible en términos parlamentarios. No obstante,
voy a partir del principio de que yo me he explicado regular y lo voy a intentar explicar otra vez. Vamos a ver si consigo dar con un símil atinado. El simil puede ser el de una infección. Una infección en un cuerpo vivo cualquiera, en este caso
en un organismo vivo, cursa a veces -como dirían los médicos- con sintomatologías diversas, pero los buenos médicos saben que la infección hay que tratarla como tal y que tratar la sintomatología es importante, pero si no se aborda la causa del
problema, que es la infección, no se resuelve el asunto. El ejemplo clásico es el de las muelas, todo el mundo lo sabe. Vas a un dentista porque tienes una muela que te duele mucho, te sacan la muela, pero a continuación te dicen que tienes una
infección de caballo y, que, por tanto, ahí tienes la correspondiente Vibracina, que creo que es el antibiótico que se utiliza en esos casos. En esto estamos ante algo parecido. Hay un problema de fondo, que es una huelga ilegal, una ocupación por
parte de los trabajadores de los servicios aeroportuarios; una huelga que -como bien señalaba el portavoz del Grupo Socialista- afecta a las maletas, a la atención a los viajeros, a las escalerillas de los aviones; una huelga, en definitiva, que
paraliza el aeropuerto. Y hay una manifestación extrema, especialmente lamentable de esa huelga, que es la ocupación de la pista. El problema que tuvo que plantearse la Guardia Civil en ese momento fue: Si resuelvo a primera hora de la mañana la
ocupación de la pista, ¿colaboro o, por el contrario, dificulto la solución del verdadero problema, que es la huelga, que es la que nos permite abrir el aeropuerto? Ese es el dilema, ese es el planteamiento. En ese sentido, creo que el
razonamiento de la Guardia Civil es impecable: Vamos a actuar en el momento en el que haya un óptimo -digamos- entre dos cosas queridas: a) desalojar la pista y b) conseguir que la huelga pare para que el aeropuerto se abra cuanto antes. Ese es
el dilema, y esa es una decisión profesional que, para que nadie se llame a engaño, yo avalo políticamente. Por tanto, el responsable político de esa decisión soy yo, el ministro del Interior, y lo asumo. Es verdad que la decisión la toma un
profesional, pero yo creo que la decisión es correcta y que el profesional hace lo que debe, y el profesional, en este caso el coronel, dice al delegado del Gobierno: Puedo desalojar desde las once o las doce de la mañana, porque tengo fuerzas para
hacerlo, ahora bien, corremos riesgos, uno, que hay mucha excitación y mucha gente en la pista y no es fácil; dos, que la pista es una zona de alto riesgo, porque hay material sensible -no hay que extenderse en esto, porque es bastante evidente-;
tres, que los trabajadores pueden entrar en el aeropuerto y, si entran en el aeropuerto, puede haber un conflicto con los viajeros, que están francamente irritados, y cuatro, que probablemente


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todo ello confluya en un agravamiento de la tensión y haga que la huelga, al final, no se arregle pronto. En definitiva, había riesgos de paralizar el aeropuerto por más tiempo y de que hubiera un conflicto importante de orden público. Ya
se había roto el ala de un avión con una jardinera y, por tanto, las cosas no estaban nada fáciles, había mucha tensión. En ese momento, el coronel de la Guardia Civil busca un óptimo entre dos bienes deseables: a) sacar a la gente de las pistas y
defender los derechos de los viajeros, pero sobre todo b) hacerlo en el momento oportuno para que eso no dificulte la resolución del problema de fondo, que es que la huelga ilegal pare, que los trabajadores vuelvan a sus puestos y que el aeropuerto
se pueda volver a abrir. Ese es el conflicto, y creo que en ese conflicto el coronel de la Guardia Civil ha actuado bien. Y repito, que nadie se llame a engaño. Yo no me escondo detrás del coronel de la Guardia Civil. Yo asumo esa decisión
políticamente. Y si a los grupos parlamentarios les parece mal, la responsabilidad política es mía, porque yo estoy de acuerdo con lo que ha hecho; me parece prudente y sensato. No vale eso de decir que los saquen de ahí, que me los quiten de en
medio.
Esas frases ya las hemos oído algunas veces, pero yo no comparto esa visión del orden público -luego contestaré a algún grupo en relación con ese tema-, no la comparto. Creo que en el orden público hay que garantizar los derechos, pero,
como dice muy bien la Ley de Seguridad Ciudadana, hay que hacerlo pensando en otros derechos que pueden conculcarse al final por una actuación desmedida o desproporcionada que dé como resultado males mayores que aquellos que se quieren corregir.
Ese es un poco el dilema. Lo he dicho en mi intervención, que nadie se equivoque: ¿Podría la Guardia Civil haber desalojado el aeropuerto? El coronel dice que sí, que tenía fuerzas suficientes para hacerlo, pero que pensaba que los riesgos eran
muy superiores a los beneficios. Es verdad que en esto de la historia no pasa como en la ciencia. Yo -perdonen ustedes esta confesión- soy científico, y los científicos podemos repetir tantas veces como queramos un experimento hasta ver cuál es el
bueno.
Aquí, no; aquí se toma una decisión y esa decisión se ha tomado, y a partir de ahí se puede criticar. Yo no puedo volver a empezar para ver si se ha equivocado el coronel y por tanto el ministro, no puedo volverlo a hacer, solo puedo hacer
un razonamiento. Insisto, me parece sensato.
Había mucha gente en la pista, había un grado de irritación importante; la pista es un sitio delicado; existía el riesgo de enfrentamiento con los viajeros y el riesgo final de que una actuación de la
Guardia Civil condujera a un conflicto enorme en el aeropuerto y el resultado fuera una huelga más durarera y, como consecuencia, el aeropuerto permaneciera cerrado durante más tiempo. Esa es la decisión y es una decisión muy difícil de tomar. Ahí
caben distintas formulaciones. Una, que el Gobierno ordene el desalojo. Yo tengo un criterio. No digo que alguna vez no ordene el desalojo de algo, no lo digo, porque puede llegar a ser mi responsabilidad, pero también les digo que antes de
hacerlo escucharé siempre a los profesionales que llevan el orden público, que son los que saben de esto. Eso no es escudarse en los profesionales, porque, si esto sale mal, el responsable político soy yo, y estoy aquí hoy precisamente por eso,
asumiendo mi responsabilidad política y dando explicaciones al Parlamento, porque yo estoy de acuerdo con la decisión que tomaron el coronel y el delegado del Gobierno. Creo que fue oportuna. Es indemostrable que la otra hubiera sido mejor, es
indemostrable, lo reconozco, pero la decisión me parece oportuna dadas las circunstancias en las que estábamos trabajando. Ese es el planteamiento de la cuestión.
A partir de ahí, señor Olabarría, contesto en buena parte a su intervención, que
agradezco por el tono que ha tenido.



Señor Jané, es usted un parlamentario educado y ha empezado por poner encima de la mesa el tema de Galicia. Se lo agradezco, porque es verdad que estamos pasándolo mal, que hay una situación muy tensa y que los gallegos están peleando no
contra el fuego, sino contra algunos desalmados que quieren prender fuego, que es un poco distinto. Pero, en fin, es verdad que está la Guardia Civil y es cierto que están las comunidades autónomas. Le agradezco muy sinceramente su deseo, que sé
bien que es sincero.



Creo que le he explicado el tema del desalojo. Esto no sienta un precedente y, por otra parte, tampoco es novedoso. Todos estamos acostumbrados a ver escenas de violencia cuando se corta una autovía con la policía al lado, y la policía no
interviene. ¿Por qué no interviene? Porque cree que es peor intervenir que no intervenir. No nos engañemos.
La policía aplica el análisis y el sentido común e interviene cuando cree que puede ser más eficaz. ¿Para qué? Para restablecer el
orden público y, por tanto, garantizar los derechos de los ciudadanos. Lo hace siempre así. A veces se puede equivocar, pero lo hace siempre con ese criterio.
Por tanto, no es un precedente, señor Jané, no lo es. Tampoco había una voluntad de
pacto con nadie, no es verdad; lo que había era un intento de que bajara la tensión. Es verdad que la Guardia Civil hizo más tareas. La Guardia Civil habló con los trabajadores y les explicó que estaban cometiendo ilícitos penales; se lo dijo y
creo que esa tarea ayudó bastante. La Guardia Civil no estuvo pasiva, en ningún momento estuvo pasiva; estuvo colaborando en la resolución del conflicto, que -repito- tenía una manifestación extrema y especialmente deleznable a ojos de los
ciudadanos, que fue la ocupación de la pista y la utilización de los tractores para cerrar la posibilidad de que los aviones rodaran hacia la pista de despegue, pero que tenía una causa fundamental, que era un huelga ilegal -repito-, en los términos
en los que parece que hemos acordado que hay que utilizar esta expresión. No hubo un pacto con los trabajadores, no lo hubo. Hubo simplemente una actuación policial en el momento que se creyó que era oportuno.



En cuanto a los turnos, es una decisión del director del aeropuerto y él me la ha explicado. Tengo aquí la explicación que me ha dado y, honestamente, tengo que decir que me parece razonable. Me dice que en ningún caso se permitió la
entrada de un turno completo, que es verdad


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que hubo entrada de segundos turnos de los handling de los otros aviones y que por tanto hay una cierta confusión entre quién entraba y quién salía.
Había trabajadores de handling de Air Europa y de Spanair o de las compañías
correspondientes que estaban trabajando. Se hicieron dos negociaciones, una a las once y otra a las tres. La negociación de las tres se pretendió acompasar con la entrada de algunos trabajadores de handling debidamente acreditados para sustituir a
aquellos que, en huelga, iban a abandonar el turno. Por tanto, es una especie de gesto -si entiendo bien la explicación del director, que me parece razonable- para ir reincorporando gente que ya no iba a incorporase a la huelga, sino al trabajo.
De hecho, una parte de esa gente se incorporó luego al trabajo.
Pero ni hubo un turno completo, ni se dejó pasar a la gente por allí; no, en absoluto. Estuvo bastante controlado y se hizo para apoyar una negociación, concretamente la que tuvo
lugar a las tres de la tarde, porque hubo dos, una a las once y otra a las tres.



No le puedo dar los datos de los presupuestos de AENA, pero se los proporcionaré con mucho gusto. No los tengo en la cabeza, y eso que de presupuestos sé un poco, pero no tanto.



Diálogo, sí hubo diálogo, sí, todo el tiempo. Es verdad que hubo diálogo, básicamente a través del delegado del Gobierno, que hablaba con el ministerio. Hubo diálogo. Yo hablé con el señor Maragall, es cierto que al día siguiente, a las
siete de la mañana; hablé con él y estaba preocupado, lógicamente. Vimos cómo estaba el aeropuerto, y en aquel momento las cosas ya empezaban a funcionar. Lo que pasa es que la parálisis fue tan grande que recuperar el ritmo normal del aeropuerto
costó mucho trabajo y muchas horas de esfuerzo de mucha gente. Sí, sí hubo diálogo institucional. Por mi parte no hay queja y, como usted ha señalado, yo sé bien lo que es el diálogo institucional. Le voy a decir una cosa importante. Es verdad
que en todo momento la Guardia Civil consideró que tenía fuerzas suficientes para proceder al desalojo. Si hubiera habido problemas de número de personas, no le quepa ninguna duda de que hubiera habido -como decía el portavoz socialista- Mossos
d'Esquadra, con toda seguridad. Estoy absolutamente seguro, no le quepa ninguna duda. Si no se reclamó su presencia fue porque no teníamos un problema específico en relación con el desalojo de las pistas. No era un problema de efectivos, era un
problema de oportunidad en los términos que acabo de explicar.



Paso muy brevemente a la señora Sánchez-Camacho porque una buena parte de la explicación se la he dado ya. Sí comparezco a petición propia, también de los grupos, pero sí comparezco a petición propia. Además, si me permite la broma, yo la
vi primero (La señora Sánchez-Camacho Pérez: ¿A quién?) La petición. Yo la hice primero. Pues sí, las dos cosas, no pasa nada, y comparezco gustoso además porque creo que tengo una responsabilidad y lo estoy explicando como lo entiendo. Usted
quiere que comparezcan otros ministros... En fin, me voy a callar. (Risas.-El señor Ayala Sánchez: Muy elocuente.) Pues creo serlo, sinceramente.



Insiste usted: ¿había información? No tenía ninguna información, la Guardia Civil no la tenía y la Policía Nacional no la tenía. Sabía la Guardia Civil que se iba a producir una asamblea convocada por Comisiones y UGT, sindicatos
mayoritarios en los que no cabe imaginar tentación ilegal alguna. Por tanto, hasta donde la Guardia Civil sabía, una asamblea normal de trabajadores que podía llevar a sus cosas, pero nadie podía imaginar esto. Ya sé que usted cree que se puede
imaginar todo lo que va a pasar; yo le digo que no, y la historia española está llena de ejemplos sobre esta materia.



Le he explicado cómo entiendo yo la responsabilidad política: Le he dicho con rotundidad que la decisión fue de quien fue pero que yo la asumo absolutamente. No tengo ninguna noticia de que hubiera un ofrecimiento de las UIP para
desalojar, tengo aquí un informe de la Policía que no lo dice, así como tengo un informe de la Guardia Civil -pone confidencial, pero lo tengo-, y se puede usted imaginar que no me estoy inventando lo que estoy diciendo, me lo han dicho quienes
estaban a pie de pista, nunca mejor dicho.



No sé quién dijo a los trabajadores que no había guardias civiles hasta las cuatro de la tarde. Usted ha dicho que alguien les dijo a los trabajadores: tranquilos, estaos ahí de camping, que no vienen hasta las cuatro de la tarde. No sé
quién lo dijo; si me lo aclara, con mucho gusto procederé a dar su nombre al juzgado (Risas.), porque es un delito lo que ha hecho, pero yo le digo que desde primera hora de la mañana la Guardia Civil estaba en condiciones de proceder al desalojo y
no se hizo por las razones que he dicho. He explicado hasta la saciedad por qué se desalojó cuando se desalojó.



Finalmente me pregunta usted por mis relaciones con la ministra de Fomento. Son excelentes. Estuvimos toda la mañana juntos porque estábamos en Consejo de Ministros, de 9:30 a 14:30, duró mucho el Consejo, y se puede imaginar que en toda
la mañana salimos bastantes veces ambos a hablar; con el delegado del Gobierno hablé todo el día, especialmente desde el mediodía a la tarde, y luego seguí hablando todo el tiempo, no sé cuántas veces, pero muchísimas. Me iba explicando lo que iba
pasando, por la mañana también...



Sobre el tripartito no hablo, no es mi tema. Y le voy a decir solo una cosa más. Yo no he dicho que aquí no ha pasado nada. Alguna otra cosa que usted ha dicho la paso por alto sencillamente, pero yo no he dicho que aquí no ha pasado
nada, yo he dado una explicación de lo que ha pasado y he empezado por decir que había sido gravísimo y que había ciudadanos perjudicados. Por cierto, señor Jané, no me cuesta nada pedir disculpas, porque fallos ha habido de todos, y no me cuesta
nada pedir disculpas a la gente que pasó allí largas horas mal, y no me cuesta nada decir que no es verdad que aquí no ha pasado nada. Yo no lo he dicho ni lo diré nunca.
Claro que ha pasado, naturalmente que ha pasado. Por eso


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estoy aquí, entre otras cosas porque creo que ha pasado.



Señor Herrera, creo que le he explicado más o menos las cosas que me preguntaba. Respecto a lo de Zaragoza, que también planteaba la señora Sánchez-Camacho, los refuerzos de Zaragoza se enviaron el día 28 por la tarde, no eran refuerzos
para actuar en el aeropuerto, sino para dar descanso a las fuerzas que estaban desde las 6:30 de la mañana, por tanto eran refuerzos de apoyo para el 29, para el 30 y para el 31, en los que se siguieron haciendo cosas, sobre todo el día 29. Por
tanto, se pidieron refuerzos para dar un respiro a los que llevaban horas trabajando en un clima de mucha tensión.



Al señor Cerdà creo que también le he contestado indirectamente a todas las preguntas que me ha hecho y le agradezco el tono de su intervención, así como la del señor Herrera. Finalmente solo quiero agradecer al portavoz socialista sus
palabras, todas, desde la primera hasta la última.



La señora PRESIDENTA: Cuando estamos finalizando esta sesión de comparecencia del ministro del Interior, si algún grupo quiere realizar alguna intervención breve o pregunta voy a dar un segundo turno, pero ahora sí voy a ser mucho más
estricta con los tiempos, que no así en las intervenciones anteriores, entre otras cosas porque creo que se ha explicado y respondido buena parte de lo que han planteado los grupos parlamentarios y no quiero entrar en un ejercicio que podría ser de
melancolía para todos y llevarnos aquí toda la tarde con el mismo tema, así que voy a ser más estricta con los grupos que quieran intervenir en este turno de réplica.



Tiene la palabra, por cinco minutos como máximo, el señor Olabarría.



El señor OLABARRÍA MUÑOZ: Incluso por menos, señora presidenta.



Señor ministro, le agradezco el tono de forma recíproca a su agradecimiento. Esta mañana hemos podido oír que los diputados necesitamos atención psicológica, aunque en descargo de la ministra, que lo ha dicho, hay que decir que también lo
reclama para ella misma.
(Risas.) Esa dialéctica no es la pertinente y ahí se marcan diferencias.



Políticamente no se puede sacar más petróleo, hay lo que hay, y usted lo ha explicado correctamente. Estamos ante una decisión histórica, pero, parafraseando a los argentinos, es que la historia no acaba aquí, sino recién empieza, señor
ministro, en este momento. Usted sabe que aquí van a empezar muchos problemas ahora; aquí se ha incurrido en responsabilidades de naturaleza contractual por los daños causados económicamente a los viajeros y pasajeros, extracontactual o aquiliana
e incluso responsabilidades penales, porque ya hay juzgados que están practicando diligencias penales que pueden llevar a su vez a responsabilidades civiles. ¿Quién va a pagar todo esto? Estamos hablando de miles de millones de euros. Seguramente
estos trabajadores que ocuparon las pistas van a ser objeto de declaración de insolvencia, los sindicatos también, salvo que se les repare el patrimonio sindical incautado en la guerra civil de nuevo. Aquí se plantea un problema político de una
dimensión espectacular y todos tenemos que pensar en lo que yo le decía al final, que no es su responsabilidad, aunque su omnicomprensión y sus conocimientos enciclopédicos sobre la política igual nos permiten tener una contestación adecuada, y es
cuáles son los límites del derecho, no de huelga, sino de acciones absolutamente aberrantes como estas, que contradicen nada menos que dieciocho tipos penales previstos en nuestra legislación cuando, bajo el socaire de un pretendido conflicto
laboral, esos delitos de repente desaparecen de la terminología de delitos. ¿Por qué? Porque son un conflicto laboral, y parece que bajo la cobertura de un conflicto laboral se puede delinquir, se puede incurrir en responsabilidades contractuales,
en extracontractuales, en todo, y en esto todos los grupos parlamentarios nos tenemos que poner de acuerdo porque algún límite razonable tiene que haber hasta para el conflicto sindical.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Jané.



El señor JANÉ I GUASCH: Señor ministro, en primer lugar le quiero agradecer desde el Congreso de los Diputados que usted, en un tono que también le agradezco, admita que ha habido errores y pida disculpas. ¡Qué diferente actitud la suya
esta tarde de la que hemos vivido en esta misma sala esta mañana! Esta mañana solo hemos oído un paseo triunfal, que se desalojó en un tiempo récord, que toda la actuación fue absolutamente diligente, y la verdad es que los que estuvieron allí saben
que no ha sido así, y es positivo que desde los poderes públicos, desde el Parlamento, hagamos lo que estamos haciendo hoy aquí, que es pedir explicaciones, contrastar versiones y sobre todo pedir disculpas. Incluso aunque no se tenga
responsabilidad y uno crea que no la tiene, creo que es obligado hacer lo que ha hecho usted, que es pedir esa disculpa pública a miles de ciudadanos, porque Cataluña como sociedad y yo creo que el conjunto de los intereses turísticos se vieron
gravemente afectados esos días. Por tanto, señor ministro, desde esta óptica yo le agradezco esa actitud que ha mostrado ante el Congreso de los Diputados.



Dos conclusiones me quedan claras. Primera, aunque pueda parecer inédito -para nuestro grupo lo es- el presidente de Cataluña no habló durante el día 28, fecha en que se produjeron los graves perjuicios a la ciudadanía general que estaba en
el aeropuerto en una situación caótica, ni con la ministra de Fomento ni con el ministro del Interior. Nos parece absolutamente sorprendente y no podemos dar cabida a que el presidente, en este caso de Cataluña, no hablara, no intentara, desde el
primer momento en que la situación se desborda, hablar ese día con la ministra de Fomento y con el ministro del Interior


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que era quienes tenían la responsabilidad desde la Administración General del Estado ante el conflicto que se estaba generando en el aeropuerto de Barcelona, principal aeropuerto de Cataluña. Qué lejos queda esa voluntad por todos querida
al aprobar el Estatuto de que la Generalitat pase a ser la Administración ordinaria en Cataluña o Administración única. Si el presidente de la Generalitat no habla ese día ni con la ministra de Fomento ni con el ministro del Interior, a nosotros
esto no nos puede parecer en ningún caso positivo.



Segunda conclusión. No me ha quedado claro, señor ministro, y se lo he preguntado expresamente, y usted debe saberlo como responsable de Interior, ¿se les ofreció los Mossos d'Esquadra o no? Otra cosa es que, según usted, no los
necesitaron, después me referiré a ello. La pregunta concreta es:¿ La Consellería de Interior se los ofreció al señor Joan Rangel o no? La consellera dice que sí, el señor Joan Rabel dice que no.
Como tenemos un superior jerárquico en este caso
que es el ministro del Interior, de quien depende también indirectamente (Risas.) políticamente hablando, lo que es la Delegación del Gobierno, señor ministro, a usted le consta o no que se ofrecieran los Mossos d'Esquadra a la Delegación del
Gobierno en Cataluña. Usted es miembro de ese Gobierno, es ministro y es superior al señor Joan Rangel en rango dentro de ese Gobierno y, por tanto, reitero que es políticamente dentro de ese Gobierno un miembro superior, es ministro del mismo, ¿le
consta o no? Esto ha causado un cierto revuelo estos días incluso mediático y político en Cataluña y hoy tenemos la oportunidad de conocer la versión del ministro del Interior, que no se ha referido en su respuesta a las iniciales preguntas que le
había dirigido este portavoz.



Por último, señor ministro, seguimos sin compartir la decisión, usted la justifica, incluso amparándose en la necesaria proporcionalidad que debe imperar siempre una actuación policial. Comparto ese principio de la proporcionalidad siempre
y de respeto a los derechos de los ciudadanos, pero estábamos ante una situación absolutamente ilegal. No estábamos ante una huelga. Una huelga es un derecho constitucional y, por tanto, no digo huelga ilegal, estábamos ante una situación de clara
ilegalidad, no ya de huelga porque esta tiene una regulación específica, una ley orgánica que precisa cuándo, cómo y qué servicios mínimos. Aquí no, aquí había una actuación brutal ilegal de unos trabajadores y, ante esa actuación y si se podía
intervenir, nosotros, desde Convergència Unió lo que pedíamos es que esa intervención, si se podía realizar a las once , no dejarla para las cinco. Aquí habrá un debate de oportunidad abierto y nadie tiene la varita mágica de qué es lo mejor, pero
como estamos en el Parlamento y aquí también debemos contrastar decisiones públicas y esta lo fue. Usted dice que fue una decisión profesional que se tomó desde el coronel de la Guardia Civil y el propio delegado del Gobierno. Usted dice que
comparte y acata, pero, repito, nosotros no. Desde Convergència i Unió entendemos que cuando se da esa situación hay que evitar cuanto antes lo que es esa ocupación ilegal de las pistas con actuaciones delictivas infringiendo, además, la Ley de
Seguridad Aérea, con consecuencias terribles en muchos casos, y se ha hecho referencia antes a transplantes que no llegan. La pista de un aeropuerto es un bien de interés general, la situación de no intervención, se lo puedo asegurar, señor
ministro, causó bochorno entre quienes estaban en el aeropuerto que no daban crédito a que eso pudiera seguir produciéndose durante las horas en que se prolongó. Si usted dice: teníamos los medios, podíamos hacerlo a las once o a las doce y no se
hizo, desde Convergència i Unió entendemos que esa fue una decisión no afortunada, desacertada, y el tiempo nos dará o no la razón y nunca lo sabremos con exactitud, porque qué hubiera pasado si... No sabemos, nunca se puede saber, pero
públicamente creo que en ese supuesto no fue la mejor decisión incluso por la imagen global que se dio de un aeropuerto sin gobierno, una situación de dejación global, una situación de caos, una situación de falta de información. Los ciudadanos no
sabían cuáles eran sus expectativas, no había una hoja de ruta marcada en ningún caso y sabemos que es muy difícil marcarla cuando se da una situación excepcional. Repito, señor ministro, será seguro un debate abierto y, como decía el señor
Olabarría, no acaba aquí ni mucho menos el conflicto que se originó el día 28 de julio porque va a tener unas consecuencias judiciales importantísimas. Nosotros también esperamos que con esa potencialidad que el nuevo Estatuto de Autonomía de
Cataluña da a lo que puede ser la participación en la gestión del aeropuerto por parte de la Generalitat, que incluso puede llegar a asumirla, y usted conoce muy bien los términos del acuerdo tal y como se gestó finalmente y de los desacuerdos
también en este ámbito, nosotros esperamos que esto evolucione de una manera distinta.



Termino con una pregunta, me lo podrá usted confirmar o no, pero fuentes del Gobierno, concretamente del Ministerio de Fomento, nos trasladaron antes del 28 de julio que ese día el Gobierno pretendía de alguna manera aprobar una modificación
del modelo aeroportuario y le quería preguntar si esto es cierto o no, y si el propio conflicto de El Prat bloqueó una decisión del Consejo de Ministros, como nos han afirmado altos responsables, y que para no comprometerlos no diré su nombre, del
Ministerio de Fomento, decisión que quería adoptar el Consejo de Ministros esa misma mañana del día 28 de julio.



Lo que esperamos es que al final, más allá del conflicto que lamentamos -y le agradezco una vez más que haya pedido esas disculpas necesarias que desde los poderes públicos debemos dar siempre a la ciudadanía en general cuando se siente
dafraudada -, en el tema de la gestión aeroportuaria se avance hacia un modelo distinto porque el actual modelo centralista y con monopolio de AENA entendemos que no es el mejor para dar respuesta a las necesidades ciudadanas, sobre todo en materia
aeroportuaria.



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La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Sánchez-Camacho. Les ruego que se atengan al tiempo sin necesidad de que se lo tenga que recordar.



La señora SÁNCHEZ-CAMACHO PÉREZ: Lo intentaremos en esta segunda intervención, aunque entendemos que la cuestión tiene la suficiente magnitud e importancia como para que podamos aprovechar esos cinco minutos o un poco más.



Señor ministro, en la segunda intervención ha vuelto a hacer usted lo mismo con la habilidad que le caracteriza. Ha realizado una intervención de muy bajo nivel. (Risas.) No ha contestado a la mayoría de las preguntas de este grupo
parlamentario y, al menos, lo que este grupo parlamentario exige, ya que muchas veces la educación y el decoro en esta Cámara no se mantienen como se debería, es que el ministro del Interior o el que comparezca responda a los grupos parlamentarios y
en concreto a este grupo parlamentario.



Señor ministro, yo le he preguntado si era cierto que los efectivos que tenía, esos 213 guardias civiles y 133 policías nacionales, eran efectivos antidisturbios o los efectivos que están realizando las funciones correspondientes, unos de
control de pasaportes y otros de control de aduanas en el aeropuerto de Barcelona. Usted sabe por los catálogos y por la cantidad de números y efectivos que existen en cualquier aeropuerto que el aeropuerto de Barcelona cumple con esas magnitudes,
con esos catálogos y con la ocupación de esos efectivos. Con lo cual, si eso es así y usted se digna contestar en esa segunda posible intervención, este grupo entenderá que ahí no se contenían los antidisturbios, que eran las personas
especializadas para realizar ese desalojo de las pistas. Con lo cual, señor ministro, si entre esos 213 y 133 policías nacionales no está ese personal antidisturbios, realmente el ministro del Interior y el delegado del Gobierno no tenían los
efectivos necesarios para proceder a ese desalojo hasta las cinco de la tarde en que llegó la unidad antidisturbios (GRS) de Zaragoza. Si es así le rogaría que lo explicara porque no lo ha explicado. Me gustaría que lo explicara con precisión
porque, al margen de la hilaridad y la camaradería que podamos tener en estas intervenciones, estamos hablando de temas muy serios, señor ministro. Estamos hablando de la garantía de la seguridad aérea en este país y sobre todo estamos hablando de
uno de los incidentes más graves ocurridos en la historia de nuestro país. Desde este grupo parlamentario necesitamos saber si en Cataluña existían los efectivos necesarios de la Guardia Civil -se lo he preguntado en la primera intervención y tengo
que volver a gastar este tiempo para reiterárselo-, si la unidad antidisturbios de la Guardia Civil de Sant Andreu de la Barca estaba en su totalidad a disposición del Gobierno de España y del ministro del Interior. Señor ministro además usted se
ampara -se lo hemos dicho antes- en la decisión del coronel de la Guardia Civil.
Como cualquier profesional, y en este caso profesional de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es absolutamente legítima y necesaria su intervención y en
este caso la explicación de cómo se deben de llevar a cabo las actuaciones. Pero le recuerdo que el ministro del Interior es usted y le recuerdo que se estaba realizando una ocupación ilegal de una zona de un bien público estratégico que estaba
afectando a miles de personas, poniendo en grave riesgo la seguridad aérea de este país y sobre todo que la decisión y la responsabilidad es suya. A mí la intervención del coronel o de la Policía Nacional me parece lógica y necesaria porque usted
necesita la asistencia de esos profesionales, pero no venga aquí a decir que la decisión es la del coronel y que usted la avala, como si usted fuera a posteriori. Avalando esa decisión y partiendo de la misma vamos a tener en cuenta que el coronel
de la Guardia Civil contaba con esos efectivos antidisturbios desde las nueve o las diez de la mañana en que usted dice que llegan los de Zaragoza, porque esos efectivos están muy cansados. (El señor ministro del Interior, Pérez Rubalcaba: Yo no
he dicho eso.) Es lo que le ha contestado al señor Herrera, que llegaban los efectivos de Zaragoza -es lo que me ha parecido escucharle, si no es así le ruego que lo explique con precisión- para reemplazar a los efectivos que ya estaban allí dado el
agotamiento que tenían. ¿El agotamiento? ¿Cuál, señor ministro, si no actuaron en ningún momento hasta las cinco de la tarde? ¿Cuál fue el agotamiento que hubo? Explíquemelo, se lo digo con absoluta seriedad: explique a este grupo parlamentario
y a los ciudadanos quién intervino a las cinco de la tarde: ¿Fue la GRS de Zaragoza? ¿Fue la GRS de Barcelona? ¿De Cataluña? ¿Quién intervino? ¿Tenía usted a disposición la Guardia Civil antidisturbios durante todo el día y no la utilizó?
Vamos a la interpretación que usted realiza y que efectúa el coronel, en este caso diciendo que no era oportuna y no era proporcional la actuación por parte de la Guardia Civil a primera hora de la mañana. ¿Realmente le justificó el coronel en qué
momento podía ser oportuno? Porque a lo mejor los trabajadores se hubieran querido quedar a dormir en las pistas. ¿Le dijo que a última hora de la tarde o de la noche iban a ser menos, que iban a estar menos enfadados? ¿Le dio alguna seguridad de
cuándo se podría actuar? ¿En base a qué y con qué criterios profesionales? Porque usted no lo ha dicho. Usted solo viene aquí a explicarnos que en función de cuestiones de oportunidad el coronel le dijo que no era el momento de actuar. ¿Y cuándo
le dijo que era el momento de actuar? ¿El coronel sabía que eso podía ir a más y que podían poner en riesgo las instalaciones, las jardineras, la situación de recipientes de combustible que podía incluso generar mayor riesgo e ir aumentando ese
riesgo en vez de disminuir? Usted no ha dado a esta Cámara seguridad ninguna de que el riesgo disminuyera en vez de aumentar. Señor ministro, permítame que le diga que este grupo parlamentario, al igual que otros grupos, Convergència i Unió se lo
estaba diciendo, no comparte esa decisión en absoluto. Usted, si tenía los medios (y me gustaría que me explicara cuáles son esos medios, se lo vuelvo a reiterar) tenía que haber actuado desde el principio porque se estaba ocupando un bien público
estratégico para la seguridad del Estado y su


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responsabilidad desde el orden público es la de garantizar esos bienes estratégicos. Porque, ¿se ha planteado usted el precedente que esto supone? ¿Se ha planteado el precedente que supone que usted le diga hoy a los españoles que tenía
medios, que tenía efectivos de la Guardia Civil y efectivos de la Policía Nacional, que en este caso pudieran colaborar porque no eran competentes en la pista pero que pudieran ser utilizados a instancias de la Guardia Civil? Pero dice usted que
con los de la Guardia Civil tenía bastante. ¿Sabe usted la gravedad de lo que está diciendo y que eso pudiera constituir un precedente para la utilización y ocupación de bienes de esas características, de bienes estratégicos en todo el territorio
nacional? Señor ministro, sobre ese informe confidencial de que usted habla y del que hoy nos ha dado muy poca información, yo le pediría desde el Grupo Parlamentario Popular que nos facilite ambos informes, también el de la Policía Nacional para
comprobar si esa unidad de intervención de la Policía no puso a disposición del delegado del Gobierno a primera hora de la mañana esa UIP y se veían con capacidad para poder desalojar esas pistas, de lo que usted dice que no tiene constancia.
Quizás haya alguna constancia de la misma. Pero nos gustaría saber el contenido de esos dos informes. Y como se supone que el ministro ha venido hoy a dar explicaciones, dará a los representantes de los ciudadanos toda la información consecuente y
coherente al respecto.



En cuanto al diálogo institucional, dice usted que habló con el presidente de la Generalitat de Cataluña. Bueno, tuvo usted más suerte que la ministra de Fomento. Pero, ¿habló usted con la consellera Tura? Porque este grupo parlamentario
también se lo ha preguntado. La consellera Tura dijo que puso a disposición del Gobierno de España los Mossos d'Esquadra por si era necesaria su intervención. Y el señor delegado del Gobierno lo negó. Los dos son del mismo partido, ese es un dato
a tener en cuenta.
Pero uno de los dos evidentemente miente, señor ministro. Porque si el señor delegado del Gobierno dice que no se le pidieron esos efectivos y la señora Tura, en el Parlament de Cataluña, la principal institución de Cataluña,
dice que ha ofrecido esos efectivos, explíqueme usted al menos ya que tuvo ese contacto tan diario y tan estrecho con el delegado del Gobierno si realmente éste le dijo que la consellera Tura le había ofrecido esos efectivos. Es más, es que la
consellera Tura dijo en el Parlament de Cataluña que ella misma llamó y se puso en contacto con el Ministerio del Interior. ¿Habló con usted? Porque en el Parlament de Cataluña tampoco lo dejó claro, no se sabe.



La señora PRESIDENTA: Señora Sánchez-Camacho, siento mucho interrumpirla pero estamos en un turno de réplica para alguna pregunta concreta, por favor, aténgase.



La señora SÁNCHEZ-CAMACHO PÉREZ: No se preocupe, ya ha visto que he tenido que reiterar algunas de ellas para las que no había obtenido respuesta.



La señora PRESIDENTA: Por lo mismo. Como está reiterando le rogaría que fuera mucho más concreta.



La señora SÁNCHEZ-CAMACHO PÉREZ: Las reitero porque como no habían sido contestadas me he visto en la necesidad de repetirlas.



Señor ministro, nos gustaría que nos dijera eso y que nos explicara esa colaboración y esa coordinación que tuvo con la policía autonómica.
Porque nos parece sorprendente que ésta se ponga a su disposición, se rechace y el delegado del
Gobierno diga que ese rechazo no se ha producido porque nunca se le ha pedido. Repito que uno de los dos miente.



Ya para cerrar esta intervención, señor ministro, lamento mucho que este grupo parlamentario tenga que exigirle siempre responsabilidades, y no es que usted tenga que responder por la actuación de los trabajadores, como ha querido decir
algún grupo pues en todo momento hemos dicho, desde el principio, que era absolutamente inaceptable la actuación de los trabajadores y que no tenía ninguna justificación; usted viene hoy aquí a rendir cuentas por su pésima gestión y por haber
permitido que un aeropuerto esté secuestrado durante casi un día sin más razones que vagas alusiones a las que usted ha hecho referencia.



La señora PRESIDENTA: ¿Algún otro grupo desea intervenir? Señor Herrera.



El señor HERRERA TORRES: Muy brevemente, señora presidenta.



Señor ministro quería reiterar el agradecimiento por el tono, entre otras cosas porque usted ha pedido disculpas por los errores que se hayan podido cometer. Esta mañana decíamos que uno de los defectos de cualquier Gobierno es el exceso de
soberbia, y esta tarde no hemos visto exceso de soberbia. No puedo decir lo mismo de lo que hemos visto esta mañana.
Cualquier Gobierno cuando empieza a caer es precisamente por exceso de soberbia, a veces de todo el Gobierno, a veces de algunos
ministerios.
Pues bien, yo lo que tengo que decir es que esta tarde no hemos visto ese exceso de soberbia.



Segundo elemento. También le quiero agradecer que usted haya dicho la verdad, que ningún grupo parlamentario ha justificado la huelga salvaje.
Se lo digo porque esta mañana nos han dicho a algunos que la justificábamos cuando no lo hemos
dicho ninguno de los grupos parlamentarios. Lo que hemos dicho es que la situación era difícil de gestionar debido a la gestión de la información, a la forma en que se comunica, al cuándo se comunica, y que los sindicatos realmente tuvieron una
situación difícil de gestionar, cosa que no justifica en ningún caso la proporción del acto reivindicativo.



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Tercer elemento. Señor Pérez Rubalcaba, sé que no le afecta pero tememos lo peor. ¿Y lo peor qué es? Que al final la cabeza que caiga sea la del menos responsable y el menos responsable puede acabar siendo el director de El Prat. Simple
y llanamente: la del director de El Prat. Nosotros esperamos que eso no acontezca, que eso finalmente no pase.



Cuarto elemento. Nosotros lo que esperamos es que haya un pronto desarrollo del artículo 140.3 del Estatuto de Cataluña, que usted conoce tan bien como yo. Sé que no me va a contestar, pero nosotros lo que decimos es que la situación que
se ha vivido ha sido precisamente porque algunas decisiones se toman desde demasiado lejos y se toman sin tener en cuenta sus repercusiones laborales y sociales.



Para terminar, le digo que para nosotros las soluciones no son las más drásticas ni las más expeditivas, podían haber desalojado la pista una hora antes, pero ese no es el problema, el problema es por qué se genera la situación y es evidente
que hay responsabilidades de la compañía -no hemos dicho que no las haya-, es evidente que hay responsabilidades por una huelga desproporcionada, pero también es evidente que hay responsabilidades en cómo se gestiona la información, en cuándo se da
la concesión y en los gestos que se hacen. Creo que su ministerio no tenía constancia de la situación que se vivía en El Prat, pero sé que el día antes, 24 horas antes, Ministerio de Fomento y representantes sindicales estaban reunidos y éstos
últimos decían que tenían una situación complicadísima y el Ministerio de Fomento daba como solución el convenio del sector, y eso no es precisamente humildad ni el 'tomo nota' de Zapatero del 14 de marzo, nada, absolutamente nada de lo que ustedes
decían que no iban a repetir. Como le digo, le agradezco el tono y lamento que esta mañana no lo hayamos tenido igual, y no es que lo diga yo, lo dice casi todo el mundo, incluso algún miembro del Grupo Socialista.



La señora PRESIDENTA: No habiendo más preguntas por parte de los grupos, tiene la palabra de nuevo el señor ministro.



El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Pérez Rubalcaba): Muy brevemente. Creo que la reflexión del señor Olabarría es pertinente. Es verdad que todos los derechos, también los laborales, tienen sus límites, otra cosa distinta es si una ley de
huelga, para entendernos, arreglaría este desaguisado -vamos a llamarlo así- absolutamente incalificable, de lo que no estoy seguro. En todo caso, entiendo que la reflexión ha sido pertinente, pero es un tema delicado. Por algo la ley es de cuando
es. Usted, como legislador, sabe que cuando las cosas duran no siempre es síntoma de que son perfectas, a veces simplemente es que es muy difícil encontrar el consenso necesario para cambiarlas.



Señor Jané, cada uno tiene su estilo y su comparecencia; ha habido una esta mañana y otra esta tarde, dos miembros del Gobierno que hemos estado coordinados. Es verdad que no la he seguido esta mañana e igual ella, la ministra de Fomento,
tuvo otro tono, pero igual ustedes también tuvieron otro tono. Por tanto, creo que me entiende, que aquí no hay buenos y malos, aquí hay un Gobierno y cada uno asume sus responsabilidades con su forma de hablar y de razonar y los dos hemos venido
aquí a petición propia, la ministra de Fomento por la mañana y yo por la tarde, y probablemente ella haya escuchado cosas en un tono distinto, vamos a decirlo así, y por eso quizás ha tenido que emplear un tono diferente.
Yendo al fondo de la
cuestión, dice que no comparten la decisión. Yo no pretendo que la compartan, entiendo que es perfectamente discutible que la decisión no se comparta; creo que lo he explicado antes, es verdad que usted puede mencionar consecuencias de la decisión
que se tomó y yo podría enumerar ahora consecuencias terribles de la decisión que se hubiera podido tomar. Como decía el señor Olabarría, estamos ante una cosa que ya ha pasado y no hay moviola en este asunto. Creo que se actuó correctamente y es
fácil, a toro pasado, decir lo uno y lo otro, pero esa tarde cuando se me informó de cómo se estaban haciendo las cosas me pareció razonable, correcto, y así se lo hice saber al delegado del Gobierno, que era quien finalmente estaba al frente del
operativo. Pero, repito, esto no es eludir el bulto porque, llegado el momento, la responsabilidad es mía y aquí estoy para asumirla si es preciso. Todo lo demás, como la imagen y todo eso, comparto con usted que no fue buena.
Respecto a las
fuentes del Gobierno, sabe que fuentes de es una persona a la que no tengo especial simpatía y lo que sí le puedo decir es que el conflicto de El Prat no paralizó ninguna decisión del Consejo de Ministros. No creo faltar al deber de secreto que me
obliga como miembro del Gobierno, pero el conflicto de El Prat no paralizó ninguna decisión del Consejo.



A la señora Sánchez-Camacho lamento no haberle contestado algunas cosas, creía que lo había hecho pero con mucho gusto lo hago ahora. Me preguntaba usted qué efectivos había. Creo que expliqué bien en mi intervención -en todo caso lo
vuelvo a hacer- que los efectivos de Zaragoza, según me informa la Delegación del Gobierno, llegaron por la noche del día 28 para suplir a los que habían trabajado todo ese día. En ese sentido es en el que yo dije que la gente había vivido muchas
horas y mucha tensión y, por tanto, no cabe hacer esa ironía que usted hacía de que poco cansados estarían si no habían hecho nada por la mañana -lo ha dicho usted-; yo había dicho otra cosa, pero igual usted no me ha entendido, lo que pasa es que
no me ha entendido casi nada, como le diré a continuación. Tampoco me ha entendido que he dicho que el ministro del Interior soy yo, el del Gobierno de España, como le gusta a usted decir -a mí también me gusta oírselo-, soy yo y yo soy el
responsable político y no me escondo detrás de nadie, simplemente digo que el coronel dio unos argumentos que al delegado del Gobierno le parecieron oportunos y a mí también. Lo he dicho y lo vuelvo a repetir, que no le quepa ninguna duda, si hay


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alguna responsabilidad política es mía, no del coronel de la Guardia Civil que hizo lo que creía que tenía que hacer. También le digo a continuación que me gusta escuchar, porque creo que es mi obligación, a los que saben de esto que son
profesionales. La historia es muy terrible, pero yo soy universitario y recuerdo que no hace muchos años en la Autónoma de Barcelona hubo un desastre por una actuación policial completamente desproporcionada, fíjese si fue desproporcionada que la
junta de gobierno de la Autónoma de Barcelona declaró persona non grata a un presidente de Gobierno, cosa que no se recuerda jamás en ninguna universidad del mundo; fíjese si fue desproporcionada. Seguramente allí alguien dijo aquello de que me
los quiten de en medio. Yo, señora Sánchez-Camacho, es que no comparto ese modelo, se lo he dicho antes y probablemente usted y yo discutimos porque no estamos de acuerdo con el modelo de aplicación, con esa cosa de que los manden al quinto pino,
que me los quiten de en medio.
(La señora Torme Pardo: No se trata de modelos.) No estoy de acuerdo con eso, no estoy de acuerdo y creo que la actuación de las Fuerzas de Seguridad debe ser proporcionada, se lo he explicado muchas veces a lo largo
de mi intervención y, si no lo entiende y no lo comparte, está en su derecho, faltaría más -nadie se lo ha negado y yo mucho menos que nadie-; como he dicho -es que lo he dicho literalmente-, en mi intervención he referido quién procedió al
desalojo. He dicho -he leído la intervención para no cometer errores-: A las 17:30 se reproduce la actuación de la Sección de Intervención Rápida. Es más, recuerdo que incluso he dicho SIR, que son las siglas; recuerdo hasta eso. Por tanto, sí
lo he dicho, es la Sección de Intervención Rápida de la Guardia Civil la que procede a hacer el desalojo, como le digo que había UIP y que había SIR y miembros de la seguridad ciudadana y, por tanto, no estaba sola la Guardia Civil del aeropuerto,
naturalmente había mucha otra gente hasta llegar a los efectivos que le he dado y eso también se lo he dicho.
Dice usted: ¿Puede usted asegurar que la violencia disminuyó a lo largo del día? No es que lo pueda asegurar, es que pasó; no es un
problema de que lo diga, es que pasó y a lo largo del día fue bajando la violencia y la tensión y entre unos y otros al final se arregló, si antes o después es lo que estamos discutiendo aquí y yo estoy dispuesto a admitir que haya gente que tenga
otra opinión distinta de la mía, yo estoy defendiendo lo que hizo el coronel porque, repito, lo asumo políticamente como hizo el delegado del Gobierno, que es quien finalmente dio la orden, vamos a decirlo así.



Precedente. Le he explicado al señor Jané que eso del precedente me parece un mal argumento porque siempre hay precedentes, repito. ¿No recuerda usted imágenes en televisión de conflictos laborales tensos donde la policía no actúa hasta
que cree que debe actuar? ¿No le parece sensato, repito, de manual del sentido común -ya no digo la profesionalidad de la policía, que la tiene- que valoren si la actuación va a ser pertinente y oportuna o no y que a veces lo mejor es esperar un
poco a que baje la tensión para actuar? Lo hacen todas las policías del mundo y eso no sienta ningún precedente, ¿o es que cada vez que hay un corte de carreteras y la policía espera a que acaben los neumáticos de arder está sentando un precedente?
Señora Sánchez-Camacho, por favor, emplee otros argumentos, porque ese que emplea es puramente de sentido común. (La señora Sánchez-Camacho: Ya lo veremos.) Finalmente, respecto a los informes, también he dicho que mi intervención se ha basado en
los informes, he leído los informes, esto es lo que me ha dicho la Policía, la Guardia Civil y el delegado del Gobierno; los he leído y le he dicho que en el informe que yo he visto no hay nada sobre que la UIP le dijo al delegado del Gobierno que
ellos lo hacían rápido y sin costes. No existe tal información, lo siento, no la tengo sencillamente y me extraña mucho que de haberse producido no me la hubieran dado, me extraña muchísimo.



Señor Herrera, termino como empecé, con el mismo comentario en relación con la ministra de Fomento.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro. Gracias a todos.



Se levanta la sesión.



Eran las seis y treinta minutos de la tarde.