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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 616, de 26/06/2006
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2006 VIII Legislatura Núm. 616

TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª CARMEN MARÓN BELTRÁN

Sesión núm. 42

celebrada el lunes, 26 de junio de 2006



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor ministro de Trabajo y Asuntos Sociales (Caldera Sánchez-Capitán) para informar sobre las medidas de apoyo al sector textil-confección. A petición propia. (Número de expediente 214/000115.) ... href='#(Página2)'>(Página 2)


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Se abre la sesión a las cinco de la tarde.



La señora PRESIDENTA: Bienvenido, señor ministro, a la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales, una vez más, en esta ocasión para la celebración de una comparecencia a petición propia, a petición del señor ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales, para informar sobre las medidas de apoyo al sector textil y de la confección.



Vamos a dar comienzo a la comparecencia con la intervención del señor ministro y, posteriormente, con la de los distintos grupos parlamentarios, empezando por el Grupo Popular y, a continuación, de menor a mayor, finalizando el Grupo
Socialista.



Tiene la palabra el señor ministro para su primera intervención.



El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Caldera Sánchez-Capitán): Señoras y señores diputados, como recordarán, me comprometí en nombre del Gobierno a informarles acerca de las medidas de apoyo al sector textil y de la confección,
dado que también varios grupos parlamentarios de esta Cámara se habían interesado por la materia y habían hecho propuestas en esa línea. Finalmente, el pasado 13 de junio, el ministro de Industria y yo mismo suscribimos en Barcelona con las
organizaciones sindicales y empresariales más representativas el acuerdo que sustenta el plan de apoyo al sector textil y de la confección, y hoy, gustosamente, les doy cuenta a ustedes de ello.



Ha habido un camino previo hasta llegar, como es lógico, a este acuerdo.
Primero, nuestros propios compromisos en la materia. Segundo, la declaración para el diálogo social, que suscribimos con los agentes sociales recién llegados al
Gobierno. Allí asumíamos la responsabilidad de potenciar nuevos instrumentos activos de política industrial para consolidar el crecimiento y la creación de empleo y riqueza en un mundo cada vez más globalizado. También esta declaración se concretó
más tarde en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2006, donde su disposición adicional septuagésimo quinta estableció la necesidad de aprobar medidas de apoyo para sectores como el textil confección, calzado y mueble, respecto de
los cuales se autorizaba al Gobierno para adoptar medidas encaminadas a su modernización y mejora de la competitividad y también a la cobertura social de los trabajadores que resultaran excedentes. Eso es lo que hemos hecho; por supuesto, siempre
a través del diálogo social y, una vez ultimado el acuerdo el 9 de junio, los ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales e Industria, Comercio y Turismo presentamos conjuntamente para su aprobación en Consejo de Ministros los acuerdos que dan
cobertura al plan de apoyo al sector textil y de la confección, que después fue firmado el 13 de junio en Barcelona.



Permítanme con mucha brevedad exponerles cuáles son las variables del sector textil confección, que permiten explicar nuestra prioridad por este sector, porque creemos que es un segmento de actividad al que debemos dedicar atención
prioritaria. Por supuesto, también tienen problemas el calzado, el mueble y el juguete, y en su momento también desarrollaremos programas de apoyo a los mismos, pero el textil era muy urgente, porque este sector representa, señorías, algo más del 5
por ciento del producto interior bruto industrial y de las exportaciones industriales de nuestro país. Lo integran 7.000 empresas, en su mayor parte pequeñas y medianas, y dan empleo aproximadamente a 150.000 trabajadores, con un porcentaje
mayoritario de mujeres. Este sector viene arrastrando desde hace años problemas estructurales, relativos a su dimensión empresarial, poca cooperación entre empresas, insuficiente inversión en innovación, desarrollo tecnológico y formación,
etcétera, lo que le produce un impacto notable en relación con la competencia que los globalizados mercados hoy generan.



A estos problemas, que ya son graves, se ha sumado, como saben, la plena liberalización del comercio textil y de la confección, que es efectiva desde el 1 de enero de 2005, aunque de momento los efectos de la misma tienen cierta atenuación
por la moratoria firmada con China, que llegará hasta el 31 de diciembre del año 2007. Señorías, este plan moviliza unas inversiones de 810 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio aportará 220 millones de
euros, habrá una línea ICO de financiación de 450 millones de euros y una dotación presupuestaria para inserción laboral de 140 millones de euros, en total, 810 millones de euros. Por tanto, es un programa ambicioso y a la altura de las necesidades
de este sector. Una vez explicados estos datos, convendrán conmigo en lo justificado de la intervención de apoyo al sector textil confección, que se dirige, como diré a continuación, a paliar ambos problemas: los estructurales y los que se
avecinan por la liberalización del comercio mundial. Por eso aquí combinamos medidas industriales, financieras y de carácter sociolaboral.



Permítanme que empiece por las de carácter industrial y financiero. Los objetivos en este apartado son: lograr una adecuada dimensión empresarial y una mayor colaboración entre las empresas del sector textil confección; reorientar la
estrategia productiva del sector; mejorar la capacidad financiera y la capitalización de las empresas; mejorar también su capacidad tecnológica y su potencial exportador y, finalmente, ajustar su capacidad productiva y de empleo a la realidad del
mercado. Por eso, dentro de las líneas de actuación ideadas en el plan, figura un programa de fomento de la investigación técnica para el sector textil confección, que tiene como finalidad esencial favorecer la realización de proyectos de
investigación industrial y desarrollo tecnológico de todas las empresas del sector, pero especialmente de las pequeñas y medianas. A este fin se concederán ayudas para financiar proyectos de I+D y de difusión de los resultados obtenidos en esta
materia, inversiones en activo para incorporar nuevas tecnologías y proyectos de cooperación


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entre empresas para adquirir masa crítica. Para este capítulo el Ministerio de Industria cuenta con un presupuesto de casi 5 millones de euros en subvenciones y 18 millones de euros en anticipos reembolsables a interés cero y 12 años de
amortización.



En cuanto a los préstamos ICO, señorías, hay una línea ICO de financiación, que tiene por objeto la concesión de préstamos destinados a las empresas del sector, preferentemente pequeñas y medianas, para introducir innovación tecnológica,
promover la diversificación de mercados o apoyar procesos de concentración empresarial. La vigencia de esta línea de financiación será de 3 años -2006-2008- y dispondrá de un presupuesto de 450 millones de euros para todo este periodo.

Reindustrialización de las zonas donde se concentra la industria textil-confección, mediante un programa de reindustrialización para estas zonas afectadas por procesos de deslocalización industrial o de ajuste del sector textil-confección, que
pretende, lógicamente, atenuar los efectos de la reestructuración empresarial que debe haber en este sector a través de medidas de reindustrialización y dinamización tecnológica, regenerando o creando tejido industrial. En este ámbito se
financiarán inversiones en infraestructuras técnicas e industriales de uso común o compartido, en nuevas actividades que fortalezcan o diversifiquen la estructura industrial de las zonas susceptibles de apoyo, en agrupación tecnológica de empresas
innovadoras, en integración de empresas con un objetivo industrial común, en desarrollo de empresas que incorporen elevado contenido tecnológico y en instalación y ampliación de sectores emergentes. Para hacer frente a estas medidas se cuenta en
2006 con un presupuesto de 1.200.000 euros en subvenciones y 51 millones en anticipos reembolsables a interés cero y 15 años de amortización. A estas medidas se añadirán el fortalecimiento del observatorio industrial textil, incentivos fiscales
para las empresas que realicen muestrarios textiles, actuaciones del Instituto de Comercio Exterior para mejorar la imagen de calidad de los productos españoles y actuaciones de la empresa nacional de innovación, donde se otorgará un tratamiento
preferente a los proyectos empresariales que tengan por objeto la modernización tecnológica y la innovación de los productos, los procesos y la gestión de las empresas del sector. Financiación de medidas industriales y financieras. Señorías, el
conjunto de estas medidas hará que invirtamos 670 millones de euros en el sector textil-confección. Por tanto, el Gobierno está haciendo frente mediante el diálogo social a las consecuencias de la liberalización del proceso de globalización, que
tiene efectos positivos pero también algunos riesgos que afectan a la creación y mantenimiento del empleo, pues no es raro que la falta de competitividad de la empresa tenga como resultado la destrucción de puestos de trabajo. Ello hace que desde
la perspectiva política debamos incorporar entre nuestras prioridades la de afrontar los retos de este proceso de globalización, que es positivo pero que debe enfrentarse con medidas para impedir los efectos negativos y hacerlo con una seña de
identidad clara.



La competitividad de nuestra economía y de nuestras empresas no puede estar centrada en la rebaja de los derechos de los trabajadores, sino en lograr que los bienes y servicios que ofrecemos al mercado mundial sean de calidad e incorporen
mayor valor añadido. Por eso es necesario una política industrial dirigida a estos sectores que se ven afectados por el proceso de liberalización de los mercados, y eso, señorías, es lo que hemos hecho en este acuerdo. Vamos por tanto a empeñar
todo nuestro esfuerzo para hacer frente a estos efectos y vamos a intentar que la globalización no suponga un problema a temer sino una oportunidad que tenemos que aprovechar para que crezca nuestra economía y nuestro empleo y alcancemos mayores
cotas de bienestar social. Para hacer frente a este posible impacto se crea una dotación presupuestaria específica de 140 millones de euros para el sector textil-confección. Estos 140 millones de euros irán destinados a financiar las medidas
laborales que resulten necesarias para corregir y compensar las consecuencias de los procesos de la liberalización del comercio y de la globalización de la economía. Los beneficiarios serán los trabajadores de los sectores más afectados por ambos
procesos, entre ellos naturalmente los del sector del textil y de la confección. Lo que pretendemos con esta dotación presupuestaria, señorías, es financiar ayudas económicas durante el proceso de búsqueda de empleo para facilitar la movilidad
geográfica y ayudas de apoyo salarial para hacer atractivo el empleo a las personas de mayor edad, especialmente para trabajadores mayores de 55 años, a fin de completar sus ingresos y las cotizaciones a la Seguridad Social, y para aquellos
trabajadores que pretendan establecerse como autónomos, todo ello para cumplir un imperativo de equidad, solidaridad y, al mismo tiempo, de eficacia, en la medida en que las acciones tendentes a conseguir una rápida reinserción laboral de los
trabajadores afectados por estos procesos de reestructuración limitan la duración de los periodos de desempleo y, por encima de ello, la infrautilización del capital humano de nuestro país.



Hay una idea básica en esta parte del acuerdo, y es que no podemos seguir perdiendo capital humano en los procesos de reestructuración empresarial.
Por eso conviene cambiar el enfoque de las medidas de carácter sociolaboral y dirigirlas a
prevenir o paliar los efectos nocivos de los procesos de reestructuración empresarial a los que habrá que enfrentarse.
Muchos de los procesos de reestructuración anteriores se han saldado con destrucción de empleo, fundamentalmente en personas de
mayor edad. Entre todos, señorías, hemos asumido este coste económico y social, quizá porque no nos quedaba otro remedio, pero tenemos que cambiar el enfoque.
Hoy no es positivo admitir pasivamente que todo proceso de reestructuración debe
saldarse con pérdida de empleo, especialmente de las personas de mayor edad. Me siento orgulloso de haber proporcionado a todos estos trabajadores y trabajadoras la debida protección social -lo


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digo en nombre de todos ustedes y me refiero a los trabajadores que perdieron su empleo en los procesos de reestructuración-. Lo hicimos con un esfuerzo enorme de solidaridad, pero creo que hoy tenemos que cambiar el enfoque. No podemos
seguir perdiendo el capital humano, primero porque la Unión Europea así nos lo recomienda pero también porque el trabajo de todas estas trabajadoras y trabajadores sigue siendo en muchos casos fuente de crecimiento económico y un factor decisivo de
la competitividad de las empresas. Por eso el acuerdo que hemos suscrito no tiene como centro de gravedad la pérdida de puestos de trabajo, al contrario. Vamos a hacer un gran esfuerzo en términos económicos para que se mantenga la mayor parte de
las empresas y de los puestos de trabajo del sector textil-confección. La práctica totalidad de las medidas que se recogen en el acuerdo van destinadas, por un lado, a la modernización y mejora de la competitividad de nuestras empresas y, por otro,
al incremento de la formación y de las oportunidades de empleo de los trabajadores del sector. Para ser más competitivas no siempre necesitan las empresas descargarse de sus trabajadores, sino formarles mejor, que estén mejor cualificados y que
acompañe esa cualificación al proceso de modernización de la empresa. Ahí es donde se pone en este acuerdo el centro de gravedad de las medidas laborales de apoyo al sector textil-confección: en la mejora de la formación, la cualificación y la
empleabilidad de los trabajadores del mismo. El centro de gravedad de nuestras políticas de empleo es la mejora de la formación, cualificación y empleabilidad de los trabajadores. Esta es la línea que cohesiona y da sentido a este plan.



En este plan se contienen, en primer lugar, medidas para favorecer el mantenimiento del empleo dentro del sector, como les decía, y todas ellas para que los trabajadores obtengan los conocimientos necesarios para garantizar una adecuada
cualificación profesional. Entre estas medidas destacan: el compromiso de hacer más flexible, sencillo y ágil el procedimiento de acceso de las empresas al sistema de bonificaciones para sus acciones de formación y la concesión de permisos
individuales con dicho fin; un plan de apoyo específico en materia de formación para las pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de difundir entre ellas el actual sistema de bonificaciones para las acciones formativas y de prestar esa ayuda
técnica para que se agrupen y gestionen conjuntamente entre ellas los programas de formación; medidas excepcionales de apoyo a las empresas del sector que presenten ante el servicio público de empleo estatal planes de reciclaje de sus trabajadores
-el objetivo de estas medidas es que los trabajadores estén preparados para acompañar a las empresas en los cambios de sus procesos productivos o en la introducción de nuevas tecnologías- y un incremento adicional de los créditos de bonificación
para acciones formativas que correspondan a las empresas que se acaban de mencionar. El incremento estará en función del número de trabajadores de la plantilla y podrá alcanzar el cien por cien de la cuota en empresas de entre 3 y 49 trabajadores.
El coste de esta medida será de unos 3 millones de euros. En segundo lugar, es bien posible que a pesar de los esfuerzos que vamos a realizar para mantener el empleo en este sector haya finalmente trabajadores que resulten excedentes. No podemos
permitir, como he dicho antes, que todos estos trabajadores pierdan sin más su empleo, sino duplicar nuestro esfuerzo para que también ellos mejoren su formación y empleabilidad, de modo que puedan volver a estar ocupados en otros sectores de
actividad en el plazo más breve posible. Es decir, la primera medida de orden laboral consiste en mantener a los trabajadores en la empresa recualificándoles. Si los procesos de reestructuración nos conducen a excedentes de personal, el segundo
gran objetivo es conseguir que estos trabajadores se coloquen en otras actividades. Es decir, no quedarnos de brazos cruzados sino buscar que se coloquen en otras actividades. Para ello se diseñan acciones de orientación profesional para el empleo
y autoempleo, que tendrán en cuenta los perfiles profesionales de los trabajadores destinatarios de ellas y las necesidades de nuestro mercado de trabajo; mediante contratos programa, que suscribiremos con las organizaciones sindicales y
empresariales, se financiarán planes de formación sectorial que se complementarán con acciones formativas en otros sectores que generen empleo, y todo ello para impulsar la recualificación y el reciclaje profesional de los trabajadores a fin de que
encuentren empleo en los sectores de actividad que hoy están emergiendo. Dentro del Plan nacional de formación e inserción profesional vamos a realizar acciones formativas relacionadas con los nuevos yacimientos de empleo y suscribir convenios de
colaboración con las empresas que se comprometan a la contratación de al menos el 60 por ciento de los alumnos destinatarios de las mismas. A su vez se impulsarán los planes de desarrollo local y se apoyará la constitución y funcionamiento de la
fundación que se creará por las organizaciones sindicales y empresariales para promover la formación profesional de los trabajadores del sector.



Existe otra gran línea de actuación que tiene como objetivo bonificar la contratación estable de los trabajadores excedentes del sector, o sea si no pueden mantenerse en el sector textil habrá unas bonificaciones específicas para que se
coloquen en otros sectores. Señorías, esta es la llave de cierre de estas medidas. Una política de incentivos para la recolocación de estos trabajadores, política que se dirige a conseguir el objetivo de la estabilidad en el empleo, que guía todas
nuestras actuaciones, ya que las bonificaciones que se establecen se aplicarán únicamente si la empresa contrata a estos trabajadores con carácter indefinido. Por eso se apuesta de manera clara por el empleo estable. Así se bonificará la
contratación indefinida de trabajadores mayores de 45 y menores de 55 años, con una prima, con más bonificaciones de las que existen actualmente. El empresario que a una persona que salga del sector textil y la contrate en


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otro sector de actividad de modo estable, siempre que esa persona tenga entre 45 y 55 años, recibirá durante el primer año una bonificación de 1.200 euros y de 1.296 euros el segundo año y siguientes. La cifra de personas que pudieran
acogerse a este programa es de unas 15.000. Me estoy refiriendo a hombres porque luego veremos las bonificaciones específicas, incluso mayores, para mujeres.



También se bonifica la contratación estable de mayores de 30 años y menores de 45 en el caso de trabajadores cuyo contrato no da derecho a otra bonificación. La cuantía de la misma será de 500 euros durante un periodo de 24 meses y la cifra
total de trabajadores hombres que podrían verse afectados por este capítulo es de unos 25.000. En el supuesto de los trabajadores discapacitados que pertenecen a algún colectivo cuya contratación está ya bonificada, la cuantía anual de la misma se
incrementará en un 5 por ciento durante un periodo de 24 meses. También ayudamos a las empresas para que hagan el esfuerzo necesario para modernizarse y mejorar su competitividad. Existe una línea dirigida a los trabajadores -la que estamos
indicando- y otra dirigida a las empresas para ayudarlas a todas ellas, en caso de que tengan que hacer frente a costes de reestructuración. Me estoy refiriendo siempre a problemas que frenen la reestructuración de las empresas o impidan su
modernización o la mejora de su competitividad. Para hacer frente a esos costes haremos que el Fondo de Garantía Salarial anticipe a las empresas que tengan dificultades de tesorería el pago de las indemnizaciones por despido colectivo u objetivo,
previa suscripción de un convenio de recuperación de dichas cantidades en el plazo y las condiciones que se acuerden.
Además, las empresas también podrán aplazar el pago de las cuotas de la Seguridad Social en aplicación de la legislación general
vigente. Por tanto, la política que aplicamos en este acuerdo se dirige, señorías, al mantenimiento en el empleo de los trabajadores de mayor edad. Lo anterior no significa que vayamos a olvidarnos de trabajadoras y trabajadores que finalmente
pueden tener dificultades de acceso al mercado de trabajo, sobre todo de las trabajadores y trabajadores de mayor edad. Vamos a hacer todo lo posible porque estos se mantengan en el mercado de trabajo, pero si a pesar de todas las medidas que les
he indicado ello no es posible o es inviable, también se les garantizará la protección social que todos ellos se merecen. Las medidas contenidas a este efecto en el plan combinan dos elementos estratégicos: el mantenimiento del empleo de los
trabajadores mayores de 55 años o su recolocación y la mejora de su protección social cuando ello no resulte posible pese a todos los esfuerzos.



Para cumplir estos objetivos nos comprometemos, primero, a reponer las prestaciones por desempleo consumidas por los trabajadores cuyo contrato haya sido suspendido por razones económicas, organizativas, técnicas o de producción, medida que
ya figuraba en el conocido como Pacto de Albaida.
Esto supone, como se suele decir coloquialmente, poner el contador de las prestaciones a cero para que todos estos trabajadores no vean mermada su protección social en caso de haber extinguido su
contrato de trabajo. Si se repusieran las prestaciones de todos los posibles afectados el coste de esta medida podría alcanzar los 18 millones de euros.



Segundo. Bonificar un 50 por ciento de las cotizaciones que realizan las empresas a la Seguridad Social para los trabajadores comprendidos entre 55 y 60 años que tengan un contrato indefinido y una antigüedad en la empresa de al menos cinco
años. Ahora, como saben ustedes, las bonificaciones para el mantenimiento en el empleo de las personas de edad comienzan a los 60 años, en el caso del sector textil-confección vamos a reducirlo hasta los 55 años. Por tanto, toda empresa que tenga
trabajadores estables, con contrato indefinido y al menos cinco años de antigüedad en la empresa se verán beneficiadas automáticamente de una bonificación del 50 por ciento de las cotizaciones a partir de los 55 años. Esto sin duda ayudará a bajar
los costes laborales de las empresas y por tanto las permitirá mantener su competitividad. Esta bonificación se aplicará igualmente a las cooperativas y sociedades laborales para el mantenimiento en el empleo de sus socios trabajadores y será
compatible con los incentivos de que ya disfrutan las empresas en relación con estos trabajadores, o sea, que esto es a mayores. El coste de esta medida podría alcanzar los 141 millones de euros. El número posible de afectados sería de unos 19.000
trabajadores.



Tercero. Bonificar la contratación de trabajadores mayores de 55 años que resulten excedentes en los procesos de reestructuración empresarial del sector textil-confección. En este caso la cuantía de la bonificación sería de 1.200 euros
durante el primer año de vida del contrato, que tiene que ser estable, y de 1.320 euros los años sucesivos. Además de las bonificaciones que antes indiqué en la recolocación de los trabajadores de 45 a 55 años, a partir de 55 la ayuda es todavía
mayor porque se supone que la dificultad para su recolocación también es mayor. Por tanto, el primer año serán 1.200 euros y 1.320 euros para los años sucesivos del contrato. Para ello haremos un esfuerzo financiero de casi 5 millones de euros con
un número de posibles trabajadores afectados de 9.000. En caso de que la contratación de estos trabajadores se celebre cuando aún les reste un año de percepción de las prestaciones por desempleo, la bonificación será también mayor. El primer año
serán 1.680 euros y los siguientes 1.800 euros, lo que en total podría suponer una inversión de unos 54 millones de euros, pudiéndose ver afectados aproximadamente 19.000 trabajadores. Además si estos trabajadores hubieran agotado su prestación por
desempleo será posible como medida para incentivar su colocación compatibilizar el 50 por ciento de su subsidio por desempleo con el trabajo remunerado, de forma que la empresa complemente la cantidad que reste para cubrir el salario que corresponda
a los mismos. Esta puede ser una medida muy eficaz para mantener a estos trabajadores en el empleo.



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Por último, en caso de que los trabajadores de mayor edad no pudieran ni mantenerse en su empresa ni recolocarse en otra empresa de otro sector con estos fuertes incentivos que se les conceden, mejoraremos su protección social. No se puede
dejar a estos trabajadores abandonados.
Por tanto, si no encuentran empleo volveremos a hacer entre todos un esfuerzo de solidaridad, como última ratio, una medida al final del camino después de agotadas todas las posibilidades de recolocación de
estos trabajadores. Será entonces cuando nuevamente hagamos el esfuerzo de mejorar la protección social, para lo cual los trabajadores mayores de 55 años recibirán hasta la edad de 61 años una ayuda de 3.000 euros anuales por trabajador como
complemento de las rentas que tienen derecho a percibir. La cuantía total de estas ayudas sería de más de 60 millones de euros y se pagarían con cargo a la dotación presupuestaria de 140 millones de euros a que me referí con anterioridad.



Señorías, he referido ya los objetivos de este plan y las medidas en que se materializan. Permítanme para acabar que subraye brevísimamente algunos aspectos destacables. El primero es el valor del diálogo social.
Lo hemos repetido en
muchas ocasiones, pero no está de más volver a insistir que el diálogo y el consenso son el mejor de los métodos para alcanzar en nuestro país las más altas cotas de progreso social. Hoy mismo el presidente del Consejo Intertextil, del sector
textil-confección, don Adrià Serra, indicaba en una entrevista en un medio de comunicación que el plan textil permitirá estabilizar el empleo y elogiaba el procedimiento seguido para su consecución. Este es el mejor medio de afrontar los problemas.
Por tanto, el diálogo social está dando importantes y múltiples frutos, entre ellos el del Plan de apoyo para el sector textil-confección.



Segundo. Es necesaria la implicación de las comunidades autónomas y les invitamos a ello. La concentración en determinados territorios de este sector haría positivo, haría bueno que las comunidades también pudieran incorporarse con medidas
adicionales para completar o mejorar este programa de ayudas. Tengan ustedes en cuenta que uno de los elementos estratégicos del acuerdo es apoyar e incentivar la reindustrialización y la creación de nuevos focos de empleo en las zonas que puedan
verse afectadas por estos procesos de reestructuración del sector textil y de confección. Por tanto, como queremos evitar la destrucción del tejido industrial, si cooperan las comunidades autónomas sin duda el éxito será mayor. Para lograr este
empeño, Gobierno y comunidades, como les decía, debemos ir de la mano y, por tanto, nos gustaría que se pudieran incorporar a este programa.



Por último, no podemos olvidar -permítanmelo- que el sector textil y de confección es trabajo mayoritariamente de mujeres. Durante las negociaciones lo hemos tenido muy en cuenta y por ello serán las mujeres las más beneficiadas de este
plan de medidas de apoyo. Es evidente que los objetivos del plan consisten en atender a todos, hombres y mujeres, pero dado que hay más mujeres trabajando en este sector y como conocemos las especiales dificultades que tienen las mujeres para
acceder al mercado de trabajo y mantenerse en él en condiciones de igualdad, hemos establecido un plus que refuerce su posición y compense de este modo sus dificultades. Por eso, las medidas que favorecen la recolocación de los trabajadores
excedentes del sector contemplan una bonificación de la cuota empresarial de 1.000 euros anuales, que se mantendrá durante 48 meses en caso de que la empresa contrate con carácter indefinido mujeres desempleadas en general. Luego la ayuda es
superior y el número de mujeres afectadas podría llegar hasta 65.770. También se contempla que la bonificación por contratar trabajadores excedentes del sector textil y de confección mayores de 55 años se eleve a 1.400 euros -una cantidad mayor-
durante el primer año del contrato, y a 1.500 euros durante el segundo y siguientes. El coste de esta medida rondaría los 15 millones de euros y el número de trabajadoras afectadas podría ser de 10.000. Lo mismo sucede, señorías, en las
bonificaciones previstas para la contratación de trabajadores mayores de 45 años y menores de 55, ya que la bonificación por la contratación de mujeres se eleva igualmente hasta 1.400 euros el primer año y 1.500 el segundo y sucesivos, con un número
de posibles trabajadoras afectadas de 25.400.



Estas son, señorías, muy detalladamente las bases y los contenidos del acuerdo de apoyo al sector textil y de confección. Termino ya no sin antes agradecerles su atención. Sé que todos ustedes han puesto mucho interés y han cooperado con
iniciativas parlamentarias para conseguir este programa. El Gobierno estará con nuestras empresas y nuestros trabajadores -estoy seguro de que ustedes también- para que este proceso de liberalización tenga un saldo positivo en términos de riqueza y
de bienestar social y no afecte negativamente al empleo de nuestros trabajadores.



La señora PRESIDENTA: Abrimos la intervención de los grupos parlamentarios con el Grupo Popular. Tiene la palabra el señor Azpiroz.



El señor AZPIROZ VILLAR: Señor ministro, muchas gracias por su presencia motu propio hoy para exponernos el plan, que, como ya ha dicho, afecta a dos ministerios, el Ministerio del Industria y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Ha centrado buena parte de su intervención en la perspectiva social, que es la que más nos importa a los que trabajamos e intervenimos en esta Comisión, pese a lo importante que es la otra parte, a la cual tampoco me voy a referir porque ya habrá
oportunidad de ello si el ministro del ramo comparece a petición propia o de los grupos parlamentarios.



Voy a empezar con sus últimas palabras, recordando una iniciativa parlamentaria cuyo autor fue Convergència i Unió, una interpelación que se planteó el 15 de diciembre del año 2004 y que posteriormente se transformó en moción el 21 de
diciembre de dicho año y que fue objeto además de consenso unánime de la Cámara,


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lo que en nuestra opinión tiene un enorme valor, además de hacer valer no solo el texto que proponía Convergència i Unió sino la voluntad de acuerdo político, incorporando las enmiendas de otros grupos parlamentarios como las del Grupo
Parlamentario Popular, al que me honro en representar en este acto. Esa iniciativa concluía diciendo que se urgía al Gobierno. Todos éramos conscientes de que el 1 de enero del año 2005, consecuencia del proceso de liberalización al que ha hecho
mención, cambiarían definitivamente las reglas del juego del sector textil, que ya venía siendo objeto a lo largo de todos estos años de una serie de competencias, incluso me atrevería a decir de situaciones de dumpin, aunque no siempre, y de una
realidad que existe en el mundo. Hay una capacidad manufacturera sobre todo en los productos que no implican un valor añadido, que son aquellos que incorporan determinados perfiles de innovación, de diseño o de avance tecnológico, en los cuales es
realmente difícil que pudiera seguir compitiendo nuestra estructura económica, una parte del sector textil. De hecho, en el año 2001 hay quien cifra en casi 80.000 puestos de trabajo la pérdida que se ha producido en el sector y que en la
actualidad usted la situaba en cerca de 150.000 personas como subsistentes. Puede llegar a ser un sector más reducido pero potente si efectivamente somos capaces de dotarle de ese dinamismo y de esa capacidad -a la que también se ha referido-, de
ese valor competitivo, que es el valor añadido de incorporar intangibles: diseño, innovación y desarrollo de materias, de formas y de saber acertar con las corrientes y las modas.



Acaba de citar la declaración del señor Adrià Serra, presidente del Consejo Intertextil en Cinco Días, y hace poco Carmen Expósito, la encargada de Comisiones Obreras, decía que llega tarde el acuerdo y que han pedido que se haga de una
forma rápida. Me quedo con la segunda parte, es decir, con la dinamización de este acuerdo, y no voy a entrar en si es tarde o no. Lo importante es que está. A nosotros nos habría gustado que hubiera estado antes, pero si llega con la
incorporación de medidas amplias y de acuerdo social no vamos a ser nosotros los que en este caso critiquemos esa situación, porque lo importante es que sea un instrumento eficaz, que además se inserta dentro de lo que pueden ser los requerimientos
que desde Europa se venían planteando en este sentido. Por ejemplo, las propias conclusiones del seminario celebrado el 25 de abril de 2006 sobre cómo se gestiona el cambio en el sector textil y de la confección, en el cual participaban los
comisarios Verheugen, de Industria, y Spidla, de Empleo, que ponían el acento en la capacitación y el aprendizaje permanente; o, según el informe del eurodiputado Calabuig, la cualificación de la mano de obra, la educación y la formación, son
aspectos que están recogidos en el contexto del acuerdo que se ha alcanzado en esta materia. Incluso en algún aspecto se ha desarrollado más, y se lo digo honestamente porque es así y, por tanto, le reconozco que está bien.



Hemos utilizado el texto -como no hay ninguno publicado- que está colgado en la web de su ministerio, con lo cual le voy a hacer alguna reflexión o pregunta que sin duda ustedes la tendrán resuelta y yo no, pero como no hay una ninguna
publicación tengo que utilizar estos elementos para conocer el contenido del acuerdo, que es objeto de su comparecencia y por supuesto también de nuestro tratamiento aquí. Hay algunas cosas que técnicamente conviene aclarar y que sin duda estarán
contempladas, pero no en este texto. Por ejemplo -y usted lo ha mencionado-, cuando se habla de la formación continua en el punto 1, de medidas para favorecer el mantenimiento del empleo en el sector, a lo mejor es una cuestión de mera redacción,
pero nos gustaría su aclaración. En el punto 3 a) se dice: Durante el ejercicio 2007, se garantizará un procedimiento más flexible, sencillo y ágil que, en definitiva, permita que las empresas accedan a la formación. ¿Por qué en 2007 cuando el
periodo de vigencia que contempla el acuerdo es 2007 y 2008? Supongo que no es excluyente, pero dos veces a lo largo del texto se hace la misma mención del ejercicio 2007; posteriormente en el punto 2 c) 1. Me imagino que es durante el ejercicio
2007-2008. Es lo lógico, pero conviene, puestos a pedir información, que se nos aclare para general conocimiento. En el punto 1 b) estamos básicamente de acuerdo, aunque hay alguna cuestión que a lo largo del texto nos plantea dudas y en la que le
agradecería que se explayara para explicárnosla. Por ejemplo, cuando se habla de requisitos de los trabajadores para ese incentivo, para el mantenimiento de los trabajadores de edad en el seno de la empresa, dicen: Que tengan cumplidos 55 años a
la firma del plan. Nos preguntamos: ¿Por qué a la firma del plan? Sabemos por la prensa que es el día 13 de junio; creemos saber, porque aquí pone junio sin más, pero nos gustaría que se clarificara pues de ahí van a venir o no derechos y va a
haber o no beneficiarios, y yo me pregunto: ¿Con independencia de que la firma del plan sea o no el 13 de junio? ¿Por qué no desde el inicio de la vigencia del plan? Porque cuando se habla de la vigencia del plan se dice que dura hasta el 31 de
diciembre de 2008 y, sin embargo, no se señala cuando empieza. Yo creo que sería bueno en técnica jurídica, para que no haya inseguridad e incertidumbre jurídica, clarificar cuándo empieza el plan.
¿Qué día? Porque esto no nos queda claro. Y no
nos queda claro cuando luego seguimos viendo en el texto, por ejemplo, en el punto 2, en el apartado relativo a los beneficiarios de los incentivos, que se habla de trabajadores de 55 años o más, pero no se dice desde cuando tienen los 55 años o
más. Se ha querido distinguir antes diciendo desde la firma del plan y aquí no se nos dice desde cuándo ni si desde la vigencia o la firma del plan. Son pequeñas cosas que conviene aclarar para que no haya confusión. En el punto 2 se habla de la
vigencia del plan, de los beneficiarios, pero no se dice cuáles. Solo sabemos cuando concluye la vigencia del plan. Yo me planteo, señor ministro, sobre algunas medidas que se articulan de este instrumento, ¿no sería posible contemplar


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y no sé cuál es la voluntad de los firmantes y del ministerio- que en algunos supuestos haya una aplicación retroactiva? Es decir, hay empresas que a lo mejor han tenido que recurrir a una financiación para reestructurar la plantilla y
pagar indemnizaciones recurriendo a crédito externo que es mucho más caro que el que aquí se articule una vía como es la vía valoración de lo que eran créditos de los trabajadores con relación a Fogasa con un convenio de colaboración. ¿Por qué
hemos de negar a una empresa que hace cuatro meses ha hecho esto y, no a una que lo va a hacer dentro de dos meses cuando, a lo mejor, la finalidad que pretendemos es la misma, que favorezcamos un entorno y dotemos unos marcos que permitan la
viabilidad de la empresa? Yo se lo planteo para determinados aspectos porque en todos es imposible por la propia naturaleza de las medidas. ¿Por qué una retroactividad de los despedidos antes de la firma o inicio del plan? Sobre los 55 años a los
que me refería le pregunto: ¿Desde cuándo?


En cuanto a los incentivos que se establecen, he de decir que nos parecen bien, aunque no se me puede escapar una pequeña matización o crítica, que nos parece que no hay una diferencia sustancial o relevante en cuanto a los trabajadores
mayores de 55 años con relación al grupo de los trabajadores de 45 a 55 años y, sin embargo, nos parece que puede haber un mayor grado de dificultad en el mantenimiento de éstos o su inserción laboral o en su salida dentro del mercado de trabajo sea
o no en el sector textil. Hacemos simplemente esta observación.



En el punto 2, relativo a las medidas de acompañamiento especiales para los trabajadores de mayor edad, en el punto que se refiere a los beneficiarios dice: que tengan una antigüedad en el sector de al menos seis años; que dé derecho a la
percepción del máximo de prestaciones contributivas (No sé si quiere decir el máximo o no, le ruego, si puede, que me haga algún comentario aclarativo.); y una edad de 55 o más años el día 1 de octubre de 2006. Aquí hemos visto tres fechas
eventuales que conviene aclarar: fecha de la firma del documento; lugares donde no se establece fecha, a partir de la cual hay un cómputo de la edad en función de la que se aplican o no unos incentivos; y, por último, la fecha de 1 de octubre de
2006. Convendría aclarar o unificar esto porque, insisto, a la hora de hablar conceptualmente de la aplicación y entrada en vigor de este plan, no se nos dice nada más que finaliza el 31 de diciembre de 2008, pero no cuando empieza. Es aquí donde,
con sinceridad, se nos plantean una serie de dudas y nos gustaría que aproveche usted el trámite de esta comparecencia para que se puedan aclarar y que los beneficiarios o los agentes que operan en el mercado del sector textil no se encuentren con
este tipo de problemas.



Por lo demás, como aludía al principio, nos parece bien. Quería preguntarle además, ¿cómo se va a llevar a efecto este plan? ¿Lo va a regular un real decreto? Si nosotros el 21 de diciembre de 2004 apoyamos una iniciativa de Convergència
i Unió en la cuál estimábamos urgente la adopción de medidas, obviamente hoy día seguimos pensado todavía más en la urgencia de que este plan se lleve a efecto.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra por el Grupo Catalán de Convergència i Unió el señor Campuzano.



El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Gracias, señor ministro, por su comparecencia, a petición propia, en esta Comisión en este lunes para presentarnos el plan.



El señor Azpiroz en su intervención ha recordado que la Cámara aprobó a finales de diciembre del año 2004 una moción consecuencia de interpelación de Convergència i Unió, que pretendía justamente estimular el compromiso de la Cámara en la
necesidad de articular una política del Gobierno de acompañamiento al sector industrial textil en el proceso de transformación, que debía promover para adaptarse al escenario internacional de los últimos años y, muy especialmente, con la puesta en
marcha de la liberación, a 1 de enero de 2005, que preocupaba y preocupa a la industria española en esta materia.



Mi grupo observó con satisfacción que el pasado 13 de junio el ministro de Trabajo y el ministro Montilla firmasen en Barcelona este acuerdo porque poco o mucho respondía a esa demanda. Unos días antes, en una reunión convocada por
Convergència i Unió en Barcelona con representantes del sector textil, se nos decía que las medidas industriales que se contemplaban en este plan eran insuficientes, que las medidas financieras eran contenidas, pero que lo mejor del acuerdo eran los
aspectos laborales. Se nos decía que respecto a lo que hasta ahora habíamos hecho en las políticas públicas en materia industrial había un cierto continuismo, que en el apoyo financiero había contención, que el sector reclamaba mayor presencia y
que, en cambio, las medidas laborales que finalmente se introdujeron para reducir las cargas sociales del sector, aumentar la formación profesional, la formación de los trabajadores, las medidas orientadas a la recolocación del personal, el apoyo a
la protección social de los trabajadores mayores de 55 años, todo ello le parecía al sector positivo e, insisto, lo mejor del acuerdo que se iba a firmar al cabo de unas semanas.



Hoy el señor Adriá, en la entrevista que se publica en Cinco Días, a la pregunta de si el plan llega tarde dice que no, pero recuerda que el tiempo que se ha tardado en llegar al acuerdo ha producido una cierta inhibición de las empresas a
la hora de tomar decisiones justamente esperando la puesta en marcha del plan. Por tanto, no podemos decir que llega tarde, aunque seguramente hubiese sido conveniente que llegase antes. En todo caso, mi grupo le traslada una preocupación del
sector, habría que procurar que ese acuerdo firmado ya el 13 de junio se pusiese, lo más pronto, en marcha. La gente tiene la sensación de que una cosa es firmarlo el 13 de junio y,


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otra cosa, es que se pongan en marcha todos los instrumentos que se contemplan. Ahí mi grupo, señor ministro, le insta a dar la máxima celeridad para poner en marcha todas aquellas previsiones. Los acuerdos contemplados tienen que
aplicarse, especialmente en aquello que a usted le compete y que, insisto, el sector valora positivamente..



La segunda consideración que le queríamos trasladar y a la que usted ha hecho mención al final de su discurso, es la colaboración con las comunidades autónomas. Estamos hablando de una política pública que acompaña a una transformación de
un sector económico importante, con especial presencia en determinados territorios del Estado como Cataluña y el País Valenciano donde tiene una evidente significación. Nos gustaría conocer también cuál es el nivel de implicación que van a tener
las comunidades autónomas. Por lo que sabemos, anteriores planes que se pusieron en marcha en esta materia no contaron con la implicación de todos los gobiernos autonómicos. Es cierto que de manera sorprendente, al menos para nosotros, en la firma
en Barcelona no estuvo presente el conseller de Treball e Industria de la Generalitat. No sabemos por qué no estuvo. Nos consta que se le invitó desde el ministerio. No sabemos qué significa esa ausencia de la Conselleria de Treball. En todo
caso, la colaboración con los gobiernos autonómicos será fundamental para el desarrollo de este plan, para el desarrollo de una política pública de acompañamiento a esa transformación del sector textil.



La tercera consideración que figuraba en la moción, que se aprobó a finales de diciembre de 2004, era el compromiso de la Unión Europea en este ámbito. Hay una cierta crítica por parte de las empresas españolas a la política de la Unión
Europea en relación con el sector textil. Existe la sensación de que la Unión Europea no es suficientemente coherente en defensa de los intereses de una industria europea. En esa moción hablábamos del incremento de la vigilancia de las
importaciones de China y de la India cuando rompan con las previsiones de las obligaciones contraidas en el marco de la Organización Mundial de Comercio. Hacíamos referencia también a la necesidad de protección frente al dumping social que se
continúa produciendo en determinado países recientemente incorporados a la Unión Europea, los países de la antigua Europa del Este. Además, remarcábamos la necesidad de incrementar la información que se suministra al consumidor respecto a aquellos
productos textiles que han sido manufacturados de manera respetuosa con los derechos fundamentales del trabajo definidos por la OIT, la trazabilidad de esos productos que nos llegan desde Asia. Mi grupo también desea trasladarle al señor ministro
la necesidad de que, en el marco de la Unión Europea, el Gobierno español mantenga una política, si me permite decirlo, agresiva en defensa de los intereses de las empresas españolas afectadas por las decisiones que se toman, no ya en el ámbito de
las decisiones del propio Gobierno español sino en el de la Unión Europea. Nos parece fundamental que se produzca un compromiso en el seno de la Unión Europea.
Por tanto, satisfacción por los aspectos laborales que contiene este acuerdo, creencia
de que necesitaremos más políticas industriales en esta materia y urgencia en la puesta en marcha de las medidas que se contemplan para evitar que las empresas continúen sin tomar aquellas decisiones que necesitamos para garantizar estos miles de
puestos de trabajo a esas miles de familias que continúan viviendo del sector textil y que pretenden seguir haciéndolo durante muchos años.



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra por el Grupo Socialista el señor Membrado.



El señor MEMBRADO GINER: Quiero agradecer la comparecencia del ministro en esta Comisión para informarnos de un plan que, desde nuestro punto de vista, como ya han manifestado los diferentes grupos que me han precedido en el uso de la
palabra, tiene una enorme importancia para el tejido industrial de nuestro país por la afección que tiene y por el papel que juega. Dentro de la información que hoy nos ha proporcionado el señor ministro hay un elemento a reseñar, un acuerdo
suscrito con la patronal del textil, con los sindicatos del sector y en el que han participado dos ministerios, el de Industria y el de Trabajo. Esto quiere decir que es un acuerdo que tiene una base de apoyo que no es fruto de iniciativas
unilaterales, que contempla el consenso de los agentes sociales y económicos en la ejecución del mismo y que, por lo tanto, es fruto de largas conversaciones, debates y negociaciones entre los agentes implicados, lo cual considero que ya es un aval
importante de la posible eficacia de un acuerdo de estas características.



Otro rasgo importante que el señor ministro nos ha relatado hoy es que no es un acuerdo para cerrar el sector, sino para hacerlo más competitivo.
Por lo tanto, tiene un elemento de novedad respecto de acuerdos de reindustrialización de
etapas anteriores. Es una apuesta valiente por el futuro que, indudablemente, tiene enormes nubarrones dada la situación que tiene un sector tan liberalizado como éste y con la enorme competencia que lleva consigo. Además, se ha tomado la
iniciativa de ir a buscar elementos de competitividad, no haciendo de la devaluación de las condiciones laborales de los trabajadores el elemento de competencia. En el Grupo Parlamentario Socialista consideramos que es un valor importante, porque
además puede generar criterios de aplicación futura ante sectores que tendrán situaciones de crisis semejantes a las del textil o parecidas, seguramente con una menor intensidad.



Señorías, estamos hablando de la problemática de un sector que no es baladí, que tiene una gran tradición industrial en nuestro país. España es el quinto país de la Unión Europea, con más de un 8 por ciento de la producción del sector
textil. Por lo tanto, somos, hasta cierto punto, una potencia industrial del sector textil, que dice el señor Campuzano.
Su peso en la economía es enorme,


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dada la situación que actualmente tiene, ya que su participación en el PIB es del 5 por ciento y supone nada menos que el 8 por ciento del empleo industrial. Esto significa que son muchas las comarcas y los territorios afectados por una
situación como esta y que son más de 150.000 las trabajadoras y trabajadores que tienen este problema; un problema además que tiene una gran concentración en zonas geográficas muy delimitadas.
Cataluña absorbe en estos momentos casi el 50 por
ciento y la zona levantina el 20 por ciento del empleo de este sector. Son zonas que, ante una reindustrialización al uso, tendrían una afección enorme porque la destrucción del empleo podría conllevar buenas indemnizaciones pero devaluaría esas
comarcas, devaluaría el capital humano y devaluaría la capacidad de competencia de esos territorios.



Quisiera llamar la atención sobre una cuestión, que este es un sector que se ha visto sacudido por situaciones externas muy complicadas que nuestro país tiene dificultades para transformar. La devaluación del dólar frente al euro es un
elemento de competencia que no podemos resolver. La influencia de la competencia del textil procedente de una potencia enorme en este sector, como es China, nos ha hecho que hayamos tenido mayores limitaciones al exportar y, sin embargo, que en
poco tiempo hayamos duplicado nuestras importaciones debido a los bajos precios con que se han puesto los productos en el mercado, de tal manera que prácticamente en cinco años -entre 2000 y 2005- hemos perdido el 25 por ciento del empleo. Por lo
tanto, venimos arrastrando una situación anterior.



Quiero hacerle una llamada de atención al señor Campuzano en el sentido de decir que este es un tema que hay que poner en marcha cuanto antes, pero que nosotros lo hemos hecho en el tiempo que hemos podido, porque llevamos casi seis años con
el problema del textil sobre la mesa y ha sido en año y medio cuando se ha puesto en marcha una alternativa para el sector textil. Difícilmente podemos correr más si lo queremos hacer de una manera consensuada y no de una forma unilateral, como
anteriormente hemos planteado. Bien es cierto que en estos momentos la moratoria que hemos conseguido de la Unión Europea para que hasta el 31 de diciembre de 2007 no nos invadan los productos manufacturados en China, nos da un respiro durante dos
años para tener un margen de competencia y, sobre todo, limitar la entrada en crisis de determinados sectores y, para que las medidas que hoy nos ha presentado el señor ministro, puedan tener efecto antes de 2007, momento en el que todos pensamos
que nos van a poner los productos chinos en la puerta de nuestra casa y casi nos los van a entregar llave en mano a precios ridículos.



Lo cierto es que el plan se encuentra con unos condicionantes objetivos absolutamente preocupantes y las medidas que se toman, desde el punto de vista cuantitativo, son ajustadas. Me consta que no ha habido racanería por parte del
Ministerio de Trabajo en los planes dedicados a las políticas sociales respecto de los trabajadores ni por parte del Ministerio de Industria para incentivar la transformación industrial, la competitividad, la incentivación para la innovación o
incluso la necesidad del agrupamiento industrial, de crear industrias más potentes que sean capaces de hacer frente a lo que actualmente tenemos en el mercado; me consta porque incluso es un plan esponjoso desde el punto de vista de recursos. No
se ve racanería. Se está viendo que el ICO puede llegar a hacer aportaciones de casi 640 millones en créditos, lo cual en estos momentos es una partida lo suficientemente importante, o las aportaciones que se están haciendo por parte del Ministerio
de Trabajo.



En el terreno de las cuestiones que se plantean me llama la atención, sobre todo, una afirmación que anteriormente ha hecho el señor ministro y es que hay un objetivo fundamental: evitar la descapitalización que tienen los trabajadores del
sector de cara a su trabajo y a su posible reconversión en ese mismo sector; es decir, no podemos permitirnos que en estos momentos, en un sector que tiene competir con estas características y con esta situación objetiva, se nos vaya la mano de
obra más cualificada, aunque tenga 55 años, y me parece que eso es hacer un trabajo con visión de futuro. Eso es incentivar a que la gente se quede, a que la gente se readapte, se recualifique y podamos utilizar a todos esos hombres y mujeres que
llevan tantos años en la industria del textil para que de nuevo sean competitivos, como lo fueron hace diez, quince o veinte años cuando España tenía una industria floreciente en este sector.
Por tanto, me parece que es un elemento fundamental para
los mayores de 55 años y también para la recualificación y buscar elementos de formación alternativa. Desde el punto de vista del Ministerio de Trabajo hay un objetivo: evitar que los que no entren y se mantengan en el sector de la industria del
textil pasen a ser elementos fuera del sector industrial en general; vamos a darles cobertura, pero no una indemnización o prejubilación cuantiosa para que se vayan al desempleo de forma inmediata. No; les vamos a permitir que tengan una
cobertura de desempleo mientras damos cursos de formación que les permitan la recolocación. Es un cambio sustancial en lo que anteriormente decía sobre cómo se enfoca una reestructuración o una reconversión industrial como ésta. El plan tiene el
mismo objetivo, facilitar la permanencia de los trabajadores y dar continuidad a la empresa y al sector. ¿Por qué? Porque pensamos que todavía hay posibilidades de competir, porque no tiramos la toalla ni desde el Ministerio de Industria ni desde
el Ministerio de Trabajo.
Todavía tenemos capacidad competitiva sobre la transformación que hagamos de nuestro sector, donde el elemento fundamental sea la innovación y la investigación para poder conseguir nuevas cuotas de mercado. Si eso va
acompañado de medidas para la potenciación del comercio exterior, de medidas para el fomento o la difusión de marcas propias de nuestro país y, al mismo tiempo, con capacidad competitiva, seguramente sujetaremos lo que tenemos y podremos ir a lo
largo del tiempo ampliando nuestras cuotas de mercado anteriores.



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Decía anteriormente que son actuaciones muy concretas. No es un plan etéreo; son actuaciones que tienen partidas presupuestarias definidas y que tienen el apoyo de la patronal y de los sindicatos. El esfuerzo que se hace en estos momentos
por parte del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Industria, los sindicatos y la patronal debería verse reforzado por el impulso y la participación de las comunidades autónomas afectadas, que seguro que con su aportación, no solamente de la
experiencia y del conocimiento de lo que es ese sector en su territorio, con su aval y su apoyo podrán multiplicar mucho más el esfuerzo que actualmente se está realizando. El objetivo fundamental es, como decía antes, aumentar la competitividad
para el sector textil y confección y mejorar la situación de los trabajadores y de los territorios en los que está implantado. Por eso en nuestro grupo vemos que el plan es enormemente positivo, es un plan ajustado a las necesidades competitivas
actuales y solamente esperamos que tenga el apoyo del conjunto de la sociedad para que salga adelante.



La señora PRESIDENTA: Tiene nuevamente la palabra el señor ministro para dar contestación a todos los grupos.



El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Caldera Sánchez-Capitán): Quiero, en primer lugar, agradecer a los tres grupos parlamentarios que han intervenido su apoyo a este plan, porque así lo entiendo. Se lo agradezco de veras
porque de este modo trabajamos de forma cooperativa en beneficio de un sector de actividad al mismo tiempo tradicional y moderno y que debemos preservar. Bien es cierto, como ustedes indicaban, que se presentó la moción -yo hice referencia en su
momento-, que sus grupos se interesaron por ella y que hubo consenso. Por tanto, me alegro de que hayamos podido recoger el consenso de la Cámara en una siempre difícil negociación -lo saben bien los interlocutores sociales- por los recursos que
hay poner sobre la mesa, pero felizmente abordada y finalizada. Hemos enviado el jueves pasado el acuerdo aquí a la Cámara. Señor Azpiroz, espero que ya se lo hayan entregado, en todo caso, ahora mismo le dejaremos el texto del mismo. Mi
intención era que lo conocieron todos ustedes antes de esta comparecencia. Lo enviamos el jueves pasado por la mañana con la finalidad de que tuvieran tiempo de manejarlo a fondo a lo largo del fin de semana.



Todos han coincidido en el cambio de situación que ha generado la liberalización internacional de los mercados en esta materia, que, por otra parte, sin duda, también aporta a los países productores la posibilidad de competencia en todo el
mundo y la mejora de sus posibilidades -por eso la Comunidad Internacional lo hace-, ante la cual cambian nuestras reglas de juego y tenemos que responder con políticas de más calidad, que en el fondo es lo que SS.SS. han señalado y es lo que
quiere desarrollar el Gobierno. Han hecho incidencia en un tema vital, la puesta en marcha o dinamización de este acuerdo. Tengo que decirles que ya está en marcha, que ya hemos aprobado en Consejo de Ministros dos acuerdos y que solo falta su
publicación -espero que se haga rápidamente-, uno de ellos sobre el establecimiento de una dotación presupuestaria específica para facilitar el ajuste laboral de los sectores afectados por estos procesos y, el otro, sobre determinadas medidas
financieras y sociolaborales integradas en el plan de apoyo al sector textil y de la confección. Ni siquiera se necesitaba, según los informes jurídicos, el rango de decreto, por tanto, las medidas se pondrán en práctica con carácter inmediato
porque es lo que necesita el sector -no podemos estar pendientes ahora, durante un largo tiempo, de su puesta en práctica-. Les agradezco su interés. Está ya todo en marcha y nuestra intención es que con carácter inmediato podamos poner estos
instrumentos a disposición del sector para que no tengan el más mínimo problema. Yo también creo, como el señor Azpiroz, que es un instrumento eficaz y que dentro del necesario redimensionamiento del sector -que viene casi obligado por las
circunstancias de competencia- mantengamos un sector activo, potente, con calidad y con el entorno de trabajadores que he citado porque es perfectamente posible hacerlo. Esa es nuestra intención.



Sobre las preguntas concretas que he tomado con mucho interés -si alguna me queda en el tintero, veremos luego el 'Diario de Sesiones' y se las contestaremos por escrito-; primero, la referencia al año 2007 sobre las medidas de formación
continua: lo son porque en ese año entra en vigor el nuevo procedimiento, y no es que se vaya a referir solo al año 2007 -me parece muy bien su preocupación-, por supuesto que no. Tiene usted razón, el plan tiene diferentes fechas, pero obedecen a
medidas distintas, cada una de las cuales tiene su propio iter y su propio momento de entrada en vigor, aunque es cierto que los interlocutores -porque lo hemos acordado con ellos- han procurado que no se produjeran efectos negativos para ninguna de
las medidas en el momento de su entrada en vigor. Por ejemplo, la fecha de octubre del año 2006 tiene una cierta dosis de aleatoriedad, pero es la pactada con los interlocutores porque ellos lo han decidido así. Nosotros nos hemos limitado a
aplicar la misma y no está prevista la retroactividad de las medidas. Eso es algo normal, aunque en todo caso, por el interés que ha demostrado lo revisaremos, porque en la aplicación de la norma es posible que pueda haber algunos aspectos de los
cuales pudiera eliminarse cualquier perjuicio negativo, pero con carácter general no pueden ser retroactivas; ningún acuerdo de esta naturaleza lo es. Yo recojo todas sus sugerencias y le agradezco de verdad el interés mostrado y el apoyo a este
plan, igual que al señor Campuzano, que presentó la moción en su momento; lo he reconocido y se lo agradezco. El acuerdo es equilibrado también con las medidas de carácter industrial y las de apoyo financiero, aunque es verdad que en materia
laboral nos hemos


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esforzado bastante, sobre todo para idear cómo podíamos empezar a aplicar un nuevo sistema en el cual el punto fundamental no fuera la retirada de los trabajadores. Seguramente habrá un porcentaje en el que no quedará más remedio que
colocar las medidas de acompañamiento social, pero es posible reorientar y redimensionar el sector recolocando a trabajadores.
Ese ha sido el hilo conductor o la filosofía que anima al plan, que va a dar buenos resultados y ya veremos a ver a
partir de su aplicación. Ya está marcha y ustedes tienen razón porque esto es lo más urgente.



Colaboración con comunidades autónomas. Más es en el orden, como dije antes, de la reindustrialización de las medidas de ayuda porque hay, como usted conoce muy bien por la situación de Cataluña, una concentración espacial y territorial muy
fuerte de este sector en determinadas zonas geográficas y es necesario acometer también otras medidas de política industrial. Es ahí donde el papel de las comunidades es más efectivo, porque en las medidas de orden laboral ya damos cobertura con
carácter general con las que están aquí establecidas. La ausencia del consejero no tiene ningún ánimo de no cooperar; lo que yo hago es invitar a las comunidades autónomas a que se sumen a esa línea de posible cooperación porque sería muy positivo
para todos. Tiene usted razón en cuanto al compromiso de la Unión Europea en este ámbito; nosotros hemos peleado bastante. Recordará que tuvimos una posición muy activa en el impulso del acuerdo con China que nos da un cierto margen de respiro
hasta finales de 2007, pero tenemos que mantener la guardia alta y hay que hacer una tarea tanto en el orden laboral como especialmente en las políticas de competencia e industriales. Recojo su sugerencia y la trasladaré al resto de los compañeros
de Gobierno que tienen competencias en la materia para una firme defensa activa, como usted decía, una activa e incluso agresiva defensa de nuestro sector, porque es verdad que hay otros países que no producen y que solo consumen y en muchas
ocasiones hay una contradicción.
A ellos como consumidores les convienen los precios bajos y como no tienen sector que defender su posición es distinta, pero España y los países del sur en general, tenemos que mantener una posición muy firme en
defensa de nuestros sectores.



Señor Membrado, muchas gracias por su intervención. Estoy totalmente de acuerdo con el fondo de la misma y además con este acuerdo ponemos en valor el capital humano; es muy importante. Desde que soy ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
lo vengo defendiendo de modo continuo. Ustedes saben que no me gustan los procesos de prejubilaciones, con carácter general, porque apartan a una parte importante del capital humano formado de los sectores productivos. Cuando no hay más remedio
hay que hacerlo porque a nadie se le va a dejar sin la protección social debida, pero tenemos que apostar firmemente por el mantenimiento de la gente en el empleo; es una cultura que compartimos y que va a ser una seña de identidad también en el
futuro de nuestra actividad económica. Por tanto, esa línea es la que defiendo y este plan nos puede ayudar a ir fijando que siempre hay alternativas incluso manteniendo a los trabajadores de más edad en su puesto de trabajo, que su experiencia es
productiva, que no supone una rémora para las empresas, que no suponen una carga negativa y que hay que seguir esforzándose en esa línea.



Muchísimas gracias por su apoyo. Creo que este plan tendrá éxito.



La señora PRESIDENTA: Damos por finalizada esta sesión y convocamos otra para mañana a las nueve y media. Así que nos vemos mañana temprano y despedimos al ministro con mucho gusto.



Se levanta la sesión.



Eran las seis y quince minutos de la tarde.