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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 603, de 08/06/2006
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2006 VIII Legislatura Núm. 603

SANIDAD Y CONSUMO

PRESIDENCIA DEL EXCMA. SRA. D.ª MARGARITA URÍA ETXEBARRÍA

Sesión núm. 31

celebrada el jueves, 8 de junio de 2006



ORDEN DEL DÍA:


Preguntas:


-Del señor Tardà i Coma (Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana-ERC), sobre medidas ante la situación de peligro que vive la persona alérgica alimentaria y al látex (procedente de la pregunta al Gobierno con respuesta escrita número de
expediente 184/023394.) (Número de expediente 181/001139.) ... (Página 2)


Comparecencia de la señora ministra de Sanidad y Consumo (Salgado Méndez) para informar sobre:


-El Plan de Calidad. A petición propia. (Número de expediente 214/000103.) ... (Página 4)


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-Su política en relación con la atención primaria en el Sistema Nacional de Salud. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.
(Número de expediente 213/000328.) ... (Página 4)


-Su política en relación con las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.
(Número de expediente 213/000329.) ... (Página 4)


Se abre la sesión a las diez y treinta minutos de la mañana.



PREGUNTAS:


-DEL SEÑOR TARDÀ I COMA (GRUPO PARLAMENTARIO DE ESQUERRA REPUBLICANA-ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA), SOBRE MEDIDAS ANTE LA SITUACIÓN DE PELIGRO QUE VIVE LA PERSONA ALÉRGICA ALIMENTARIA Y AL LÁTEX (PROCEDENTE DE LA PREGUNTA AL GOBIERNO
CON RESPUESTA ESCRITA NÚMERO DE EXPEDIENTE 184/023394). (Número de expediente 181/001139.)


La señora PRESIDENTA: Señoras diputadas, señores diputados, damos la bienvenida a la señora ministra de Sanidad y Consumo, a la vez que también doy los buenos días a los miembros de su equipo que la han acompañado, a los medios de
comunicación presentes y al personal al servicio de la Cámara. Comenzamos la sesión, que consiste en la celebración de tres comparecencias. La primera es a instancia del propio Gobierno para informar a esta Comisión sobre el Plan de Calidad; las
otras dos han sido solicitadas por el Grupo Parlamentario Popular, una para informar sobre su política en relación con la atención primaria en el Sistema Nacional de Salud y la última, sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud. A
este orden del día se le suma la contestación a una pregunta formulada por un diputado de Esquerra Republicana de Catalunya, que ha debido ser incluida por no haber sido contestada por escrito a tiempo. Por acuerdo de la Mesa y portavoces, al que
ha dado su asentimiento también la señora ministra, comenzaremos la sesión con la contestación de esta pregunta. No estando presente el diputado Joan Tardà, que era quien la había efectuado, en su nombre formulará la pregunta la diputada de este
mismo grupo, doña Rosa Bonàs.
Señora Bonàs, tiene usted la palabra.



La señora BONÀS PAHISA: La pregunta que formuló el diputado Tardà hace ya más de un año se refería a la alergia alimentaria y al látex, que son unas grandes desconocidas de nuestro sistema sanitario y social, incluso algunos las denominan
enfermedad. La FDA de Estados Unidos y la CSD en la Unión Europea han admitido que representan un problema emergente para los profesionales de la salud que utilizan guantes desechables durante su desempeño laboral, debido a que en estos últimos
años se ha incrementado notablemente el número de personas que presentan reacciones alérgicas frente al látex. Este hecho se debe sobre todo al aumento de materiales que lo contienen en su composición. El látex natural contiene proteínas capaces
de producir alergia en personas predispuestas. Estas proteínas sobreviven al proceso de fabricación y se encuentran en utensilios de goma acabados, así como también en el látex nativo. La mayor utilización de guantes en los ámbitos intra y
extrahospitalarios se puede aducir también como causa del aumento de enfermedades infecciosas, y esta creciente demanda de guantes ha provocado un deterioro en los procesos productivos obteniéndose un producto final de menor calidad con un mayor
contenido alergénico.



El látex es un componente habitual en muchos dispositivos médicos de uso frecuente, así como también lo es en diversos materiales y productos odontológicos. Existen dos tipos de reacciones alérgicas al látex. Las primeras son las
reacciones que se producen entre las 24 y 96 horas, son reacciones más leves, con dermatitis, pero hay otro tipo de reacciones, que son las inmediatas, que son las que se presentan en aquellas personas que ya se han sensibilizado previamente y con
la reexposición pueden presentar síntomas como prurito, enrojecimiento, edema y en algunos casos incluso shock anafiláctico. De hecho hubo un caso hace unos meses de una persona que durante una intervención quirúrgica falleció debido a un shock
anafiláctico. Por tanto, estamos hablando de un problema que no es menor. Los diagnósticos suelen llegar tarde y generalmente pasan por una cadena de diagnósticos imprecisos o erróneos. Es una vía para las familias que ven cómo su hijo recién
nacido está enfermo, pero no saben por qué. Hoy día se sabe que en muchos casos es una deficiencia del sistema inmunológico del paciente. Hay unos grupos de riesgo, que son principalmente personal sanitario, pacientes con espina bífida, en general
son pacientes que tienen que


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recurrir muchas veces a intervenciones quirúrgicas. Se presentan alergias cruzadas con medicamentos. Algunos centros de salud están desarrollando protocolos de atención ante un paciente alérgico al látex en los que básicamente se
sustituyen todos los objetos de látex por otros de diferente material. Sabemos que en algunos centros sanitarios se han prohibido viales con tapones de látex. Según la Asociación española de alérgicos al látex, hay unas 800.000 personas en España
con esta alergia.



Esta pregunta fue presentada hace bastantes meses. No sabemos si se han producido cambios desde entonces; no obstante, le seguimos formulando las mismas cuestiones. ¿Por qué razón no se da a conocer a la sociedad la situación de peligro
de la persona alérgica alimentaria y al látex? ¿Tiene previsto el Gobierno la realización de una campaña de concienciación social que permita mayor calidad de vida para el paciente alérgico alimentario y al látex? ¿Cree el Gobierno suficiente el
número de profesionales de la medicina especialistas en los hospitales públicos para atender a la población afectada? ¿Tiene previsto el Gobierno el establecimiento de protocolos hospitalarios donde no existen? ¿Considera el Gobierno que los
médicos pediatras reciben la suficiente información sobre la alergia alimentaria considerando su incidencia elevada en los nacimientos? ¿Tiene previsto el Gobierno destinar ayudas económicas a las familias que tienen a su cargo a un niño o a una
niña alérgico alimentario y al látex, dado el elevado coste de la alimentación y su difícil adquisición, razón por la cual la familia debe realizar un gran esfuerzo económico y social? ¿Tiene previsto el Gobierno regular las normas del etiquetado
de los productos para hacer explícito al consumidor los ingredientes y el proceso de elaboración de los mismos? Estas son las preguntas que fueron formuladas por escrito. Espero que la ministra pueda responderme al máximo de ellas en esta
comparecencia y, si no, puede suministrarnos información adecuada o podríamos dirigirnos a las comunidades autónomas, que seguramente la tendrán.



La señora PRESIDENTA: Para dar respuesta tiene la palabra la señora ministra.



La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Salgado Méndez): Señora Bonàs, en primer lugar, quiero pedir disculpas a su grupo por la demora en la contestación a su pregunta, si bien es cierto que cuando se solicitó la tramitación como pregunta
oral por haber excedido el plazo ya se había remitido al presidente del Congreso por parte del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes una respuesta escrita que va a ser más amplia que la que yo le voy a referir aquí, pero que si no obra
en su poder, tengo aquí a su disposición. En esa respuesta escrita le dábamos una amplia y cumplida información, como corresponde a todas estas preguntas, a las distintas cuestiones por usted planteadas. Le contestaré de forma concisa sabiendo que
tendrá usted también a su disposición la respuesta escrita.



Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo estamos desarrollando actuaciones para prevenir y tratar las alergias alimentarias, en concreto la hipersensibilidad al látex. Nos estamos reuniendo e informando a los colectivos afectados, nos
estamos implicando a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria en los foros internacionales, la Unión Europea o el Codex Alimentarius, en todas las actividades normativas que se orientan a la prevención general de procesos de
hipersensibilidad y alergia para garantizar la seguridad en el etiquetado de los productos alimenticios. También estamos adecuando nuestra normativa de etiquetado a las directivas comunitarias. Asimismo estamos tratando de impedir la incorporación
del látex, que es un contaminante, no un ingrediente, a la cadena alimentaria. Por supuesto, estamos formando a nuestros especialistas adecuadamente para abordar su correcto tratamiento. Estamos hablando de unos procesos que tienen manifestaciones
clínicas de muchos tipos, en distintos órganos y que requieren un tratamiento multidisciplinar en el que participan a veces hasta ocho especialidades médicas, no solo alergología, sino también dermatología, neumología, inmunología, pediatría,
endocrinología, medicina interna y medicina del trabajo. Los especialistas, en nuestra opinión, saben ya afrontar en cada especialidad las manifestaciones que se pueden producir en esos procesos y en cuanto al número de especialistas no me cabe
ninguna duda de que usted conoce como yo que son las comunidades autónomas las que tienen que evaluar las necesidades asistenciales y no me cabe tampoco duda de que lo hacen en función de la prevalencia de los distintos procesos. Además, quiero
decirle que el Real Decreto 2220/2004, que introduce las modificaciones de la trasposición de la Directiva 2003/89/CE obliga ya a indicar en el etiquetado de los alimentos y de las bebidas alcohólicas las sustancias presentes en su composición que
pudieran producir reacciones alérgicas en personas propensas a padecerlas. También el Comité científico de la alimentación humana declaró oficialmente cuáles son los productos susceptibles de generar efectos alérgicos y gracias a ese real decreto
esos ingredientes deberán aparecer siempre en la etiqueta de los productos alimenticios cuando estén presentes en el producto acabado, aunque sea de manera modificada y aunque sea en una proporción mínima. Hasta ahora esos ingredientes no debían
figurar en la etiqueta cuando su presencia fuera inferior al 25 por ciento del producto alimenticio final, lo que podía ocasionar problemas entre los consumidores sensibles a algún tipo de alergia, dado que no se incluía en el etiquetado. Ahora,
además, deberán incluirse también dichos ingredientes en la etiqueta de las bebidas con un grado alcohólico superior al 1,2 por ciento, que hasta el momento estaban excluidas de la obligación de precisar su lista de componentes. Quiero recordarle
que en lo relacionado con la prestación de productos dietéticos, en la Orden de 2 de junio de 1998, que regula la nutrición enteral domiciliaria, se recogen las patologías para las que se financian dichos productos y entre ellas está la


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alergia o la intolerancia diagnosticada a las proteínas de la leche de vaca en lactantes hasta los dos años. Ese mismo dictamen se recoge en el real decreto de cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, que está en trámite
de audiencia y que se va a publicar, espero, en muy breve plazo.



Para finalizar y en relación con las ayudas económicas sobre las que también versaba su pregunta y sin entrar en otras consideraciones, no es, como sabe, competencia del Ministerio de Sanidad y Consumo, sino de las comunidades autónomas. En
cuanto a la valoración de estas alergias a efectos de discapacidad, debemos definir la discapacidad como la mayor o menor limitación para las actividades de la vida diaria. Esto es lo que determina que una persona alcance un mayor o menor grado de
discapacidad y pueda tener derecho en el futuro a unas u otras prestaciones, con independencia de la enfermedad en sí misma que le haya originado esa incapacidad, cualquiera que esta sea. Espero haber contestado a los aspectos más importantes de su
pregunta y, por lo que se refiere a las competencias del ministerio, están incluidas en la contestación escrita que le hago llegar a continuación.



La señora PRESIDENTA: Señora Bonàs.



La señora BONÀS PAHISA: Me considero satisfecha con su respuesta. Voy a leer la respuesta escrita y si tengo alguna duda, será objeto de futuras preguntas.



La señora PRESIDENTA: Señora ministra, ¿desea intervenir nuevamente?


La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Salgado Méndez): No, muchas gracias.



COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (SALGADO MÉNDEZ) PARA INFORMAR SOBRE:


-EL PLAN DE CALIDAD. A PETICIÓN PROPIA. (Número de expediente 214/000103.)


-SU POLÍTICA EN RELACIÓN CON LA ATENCIÓN PRIMARIA EN EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO.
(Número de expediente 213/000328.)


-SU POLÍTICA EN RELACIÓN CON LAS LISTAS DE ESPERA EN EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO.
(Número de expediente 213/000329.)


La señora PRESIDENTA: Pasamos a celebrar las comparecencias. Para la explicación inicial tiene la palabra nuevamente la señora ministra.



La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Salgado Méndez): Señoras y señores diputados, he solicitado mi comparecencia en esta Comisión para presentar el Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud que ha elaborado mi departamento, así
como también para informar sobre la política del ministerio en relación con la atención primaria y con las listas de espera, respondiendo así a las peticiones de comparecencia formuladas por el Grupo Parlamentario Popular. Comenzaré por el Plan de
Calidad y, en la medida en la que tanto la atención primaria como la atención a las listas de espera están incluidas en dicho plan, haré una referencia más extensa a estos dos aspectos, con independencia, por supuesto, de que con posterioridad pueda
ampliar la información hasta donde SS.SS. deseen y esté al alcance de mis posibilidades y competencias.



Señorías, el Plan de Calidad da cumplimiento a uno de los compromisos que adquirió el presidente del Gobierno en su discurso de investidura. Es un compromiso que se concretó con ocasión de la Segunda Conferencia de Presidentes, celebrada en
septiembre de 2005, destinándose 50 millones de euros en 2006 para este fin, cantidad que fue incluida en los Presupuestos Generales del Estado correspondientes al Ministerio de Sanidad y Consumo en el presente ejercicio. Antes de pasar al detalle
y para entender qué significa el Plan de Calidad que ha elaborado el ministerio, es importante hacer un brevísimo repaso al estado de nuestro sistema sanitario ahora que celebramos el 20.º aniversario de la Ley General de Sanidad, una ley que
permitió el cambio de modelo de Seguridad Social contributiva al Estado del bienestar por sus atributos incuestionables de universalidad, equidad y financiación pública a través de impuestos. Esta ley creó el Sistema Nacional de Salud como elemento
distribuidor de salud y cuidados sanitarios, situó en términos de igualdad a todos los ciudadanos y definió, ya en el año 1986, el Sistema Nacional de Salud atendiendo a la organización territorial de España como el conjunto de los servicios de
salud de la Administración del Estado y de las comunidades autónomas convenientemente coordinadas en previsión del futuro escenario contemplado en el título VIII de la Constitución. A lo largo de estos veinte años, todos los gobiernos sin excepción
han contribuido a mejorar nuestro Sistema Nacional de Salud y a consolidar los planteamientos de la Ley General de Sanidad. Por eso ahora podemos decir que la calidad de nuestros profesionales sanitarios está a la altura de los mejores del mundo;
que el desarrollo de las infraestructuras sanitarias tiene ya una gran red de centros de salud y de hospitales -y ha sido espectacular-; que nuestra atención primaria es un ejemplo para muchos países y que nuestra atención especializada, en
concreto muchos hospitales son referencias mundiales. Los ciudadanos así lo reconocen


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y sistemáticamente otorgan una valoración globalmente positiva al funcionamiento de nuestro Sistema Nacional de Salud.



Ahora bien, la consolidación y la pervivencia para generaciones futuras, de este y de cualquier sistema de salud, no solo deben referirse a consideraciones financieras, sino que también pasan por su flexibilidad, por su utilidad y por su
eficacia: la flexibilidad para reconocer los cambios y adaptarse a ellos; la utilidad para ofrecer a los ciudadanos únicamente aquello que los cambios demográficos, epidemiológicos y científico-tecnológicos hacen necesario y una eficacia para
obtener de los recursos, estrategias y esfuerzos, resultados que puedan ser medidos en salud y calidad de vida. En el escenario actual, que tiene consolidada la universalización de la cobertura, finalizada la descentralización, garantizada una
financiación sostenible y establecida una amplia cartera de servicios, la calidad de la atención adquiere un nuevo e importante relieve. Todos los sistemas sanitarios de los países más desarrollados de la Unión Europea están en estos momentos
afrontando el reto de fomentar la calidad de sus sistemas sanitarios diseñando estrategias que permitan avanzar por el camino de la excelencia; estrategias que mantienen al paciente como eje del sistema y que buscan la mejora continua de la calidad
como instrumento para conseguir que los sistemas sanitarios públicos incrementen sus niveles de legitimidad, tanto entre los ciudadanos como entre los profesionales.



Nuestro Plan de Calidad se inscribe en esa lógica, que es la de los países más avanzados de la Unión Europea. En su elaboración se ha tenido en cuenta el marco competencial para no sustituir ni duplicar las numerosas actuaciones que en esta
materia y en el ejercicio de sus competencias desarrollan las comunidades autónomas. Durante la elaboración del plan hemos estudiado las experiencias de las comunidades autónomas y las experiencias internacionales. Hemos conversado y colaborado
con numerosas organizaciones profesionales y de pacientes, así como con las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias de las comunidades autónomas que las poseen y con otras entidades, y hemos recogido numerosísimas sugerencias y aportaciones
que hacen del plan un instrumento vivo y cercano a las preocupaciones de los ciudadanos. El Plan de Calidad se sustenta sobre seis grandes áreas: la protección y promoción de la salud y prevención de las enfermedades; el fomento de la equidad;
el apoyo a la planificación de los recursos humanos en salud; el fomento de la excelencia clínica; el uso de las tecnologías de la información para mejorar la atención y el aumento de la transparencia del sistema. Son seis áreas que se concretan
en 12 estrategias, 41 objetivos y casi 200 proyectos de acción, sumando los que ya están en marcha y otros enteramente nuevos, dotándolos todos o intentando hacerlo al menos de coherencia y direccionalidad.



Quisiera exponer cuáles son las estrategias y lo que queremos lograr con ellas. Queremos proteger la salud y como los riesgos no conocen fronteras, vamos a fortalecer los servicios de sanidad exterior, a reforzar la vigilancia
epidemiológica y a gestionar de manera eficaz los riesgos ambientales para la salud. Vamos a adaptar la normativa vigente a los requisitos derivados del nuevo Reglamento Sanitario Internacional, que todos los países nos hemos comprometido a
implantar lo antes posible, y vamos a asegurar una adecuada respuesta a los riesgos globales: la gripe aviaria, el efecto sobre la salud de los componentes climatológicos, el efecto sobre la salud de la contaminación, etcétera.
Queremos impulsar
acciones relacionadas con la salud y los hábitos de vida. Queremos analizar por tanto la efectividad de las estrategias de promoción de la salud y de prevención primaria. Queremos desarrollar proyectos que impulsen un nuevo papel de la atención
primaria de salud.
Queremos actuar en coordinación con otros ámbitos, particularmente el educativo, en la prevención de la obesidad, el consumo de alcohol entre menores o los accidentes domésticos. Me van a permitir que en este punto me detenga
especialmente en la importancia que en el Plan de Calidad se otorga a la atención primaria de salud.



Como saben, la actividad de los profesionales de atención primaria llega hasta el domicilio del ciudadano, ya sea en situaciones agudas o bien para atender a pacientes crónicos con limitaciones de movilidad o a pacientes terminales. Con
ello la atención primaria asegura la equidad en el acceso a los servicios de salud, independientemente del estado y de la autonomía del paciente. A lo largo de los últimos veinticinco años, la atención primaria de salud ha demostrado su influencia
positiva en la mejora de la efectividad y eficiencia del sistema, ha impulsado importantes mejoras en la gestión y ha conseguido un altísimo grado de satisfacción de los ciudadanos. Ahora bien, la evolución de los patrones epidemiológicos y
sociodemográficos en nuestro país, los avances técnicos en el diagnóstico y en el tratamiento, el gran desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación, el aumento del nivel de formación y de exigencia de la población, el incremento de
la población protegida, con una particular atención a la población inmigrante, plantean cambios y escenarios nuevos en nuestro Sistema Nacional de Salud. Debemos situarnos frente a esos retos respondiendo con iniciativa, con creatividad y con
cooperación, y muchos de esos retos tienen que atenderse desde el primer escalón de la asistencia. Conscientes de ello, la Segunda Conferencia de Presidentes destacó la necesidad de impulsar la atención primaria y de comprometer a todas las
administraciones competentes en la mejora de su capacidad de resolución y de sus recursos.
En esa necesaria redefinición de los entornos asistenciales en busca de una mejor coordinación entre los distintos niveles no debemos olvidar el importante
papel de los profesionales de atención primaria, como consecuencia, en primer lugar, de su ubicación en el entramado comunitario y, en segundo lugar, del conocimiento que tienen de la biografía o historia sanitaria de sus pacientes, así como de sus
condiciones


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de vida. Esto permite a los profesionales de la atención primaria desarrollar acciones de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad. Gracias a su proximidad y a su capacidad de resolución de problemas, se convierten en
elementos clave en la educación sanitaria en relación con la alimentación, los hábitos saludables de vida, la prevención de accidentes domésticos, la automedicación, la prevención del consumo de drogas y la prevención de las infecciones de
transmisión sexual.



Por todo ello el Ministerio de Sanidad y Consumo, desde septiembre de 2005 y a través del proyecto que se está desarrollando en colaboración con las comunidades autónomas y las sociedades científicas, un proyecto que se ha denominado
Estrategias para la Atención Primaria en el siglo XXI (AP21), está diseñando lo que debe ser en nuestra opinión la atención primaria del futuro. Las propuestas y las recomendaciones que se van a reflejar en este proyecto, que espero podamos tener
finalizado antes de terminar el año, van a contemplar la importancia de la continuidad de la atención teniendo en cuenta a todos los posibles participantes: la primaria, la especializada, salud pública y servicios sociales. Las áreas temáticas
elegidas por parte del grupo coordinador han sido el estudio y propuestas en relación con el contenido de la actividad en atención primaria, las estrategias de organización y gestión, la resolución de problemas de salud y herramientas para mejorar e
incrementar esa capacidad de resolución, una evaluación interna y externa, necesidades y expectativas de los usuarios y profesionales y el análisis de resultados en salud, así como la definición de los indicadores para medirlos. Para cada una de
estas áreas se ha creado un grupo de trabajo compuesto por quince expertos designados por las comunidades autónomas y las sociedades científicas y se está elaborando ya un primer borrador conjunto. Las conclusiones que se deriven del estudio serán
presentadas para su valoración y acuerdo en su caso en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Posteriormente a esa aprobación, será difundido entre todos los profesionales del sistema y también haremos una difusión de
sus contenidos esenciales entre los ciudadanos.



Quisiera referirme ahora a una cuestión que considero también de gran importancia para todo el Sistema Nacional de Salud pero especialmente para la atención primaria, por cuanto que afecta a los profesionales médicos y a los ciudadanos. La
excelencia en el trabajo clínico es una aspiración compartida por los responsables de los servicios y también por los propios médicos. Una parte importante del quehacer de los profesionales de atención primaria es la prescripción farmacológica. En
farmacoterapia, la capacitación continua y actualizada de los médicos es, en nuestra opinión, un requisito para la calidad de sus actuaciones en la práctica clínica. El Sistema Nacional de Salud no ha tenido hasta ahora una estrategia integral que
asegurara la formación continuada de sus profesionales en la utilización de los medicamentos. En nuestra opinión, una prescripción de calidad es esencial para obtener los mejores resultados en términos de salud. Por eso, apoyar la labor de
prescripción del médico mediante medidas que le aseguren la disponibilidad de información actualizada e independiente sobre medicamentos, así como otras que favorezcan la adhesión de los pacientes a los tratamientos que han sido prescritos evitando
la automedicación se ha convertido para todos los responsables en una actuación prioritaria. Por ello, de la aportación de la industria farmacéutica al Sistema Nacional de Salud, se han destinado en el año 2006 70 millones de euros a un programa de
formación continuada en el uso racional del medicamento para médicos del Sistema Nacional de Salud y otros 15 millones de euros a las acciones de información para favorecer el uso racional y responsable de medicamentos.
Estos fondos serán
gestionados por las comunidades autónomas. Vamos a instrumentar un sistema de información sobre medicamentos que cumpla criterios de accesibilidad para todos los médicos y farmacéuticos siendo su actualización permanente responsabilidad del
Ministerio de Sanidad y Consumo a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que, como saben, está conectada con la Agencia Europea y, por tanto, con sus homólogas de otros países. Hemos querido que las acciones de
información se dirigieran también hacia la población, porque el medicamento no es un objeto de consumo y, por tanto, se han de impulsar medidas para que los ciudadanos conozcan mejor los medicamentos, favoreciendo así la adherencia a los
tratamientos y evitando las consecuencias negativas de una automedicación.



Después de exponer brevemente estas líneas de actuación en materia de atención primaria, quisiera señalar el resto de las estrategias incluidas en el Plan de Calidad. Queremos impulsar políticas de salud basadas en las mejores prácticas.
Para ello nos parece necesario describir, sistematizar, analizar y comparar la información sobre los programas y servicios de salud y poner a disposición de los usuarios, profesionales y gestores el conocimiento sobre la evolución, los problemas y
el logro de nuestro sistema de salud y de los distintos servicios que lo componen.
Nos parece que con esto damos oportunidad al aprendizaje mutuo y a la colaboración en la mejora de la calidad. Queremos analizar las políticas de salud y proponer
acciones para reducir las inequidades en esta materia, con un énfasis especial en las desigualdades de género prestando especial atención a los problemas de salud de las mujeres, tanto en las etapas reproductivas como en las no reproductivas, y
contemplando también acciones en favor de colectivos en riesgo de exclusión o con dificultades concretas de acceso o de uso de los servicios de salud. A este respecto quisiera decirles que también por parte de los países más avanzados de la Unión
Europea se están procesando ahora los datos de resultados en salud con todos los componentes de la información en términos de género y, conforme vamos examinando los datos con mayor atención, más desigualdades por razón de género encontramos.



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Queremos adecuar con el Plan de Calidad los recursos humanos a las necesidades de los servicios sanitarios estudiando las necesidades de especialistas en el Sistema Nacional de Salud, apoyando la ordenación de recursos humanos, fortaleciendo
las unidades docentes y el programa de formación de residentes con becas para formación en centros de alta tecnología formativa o con el apoyo a estancias en centros públicos de excelencia. Queremos también desde el plan dar un impulso decidido a
la evaluación de las tecnologías sanitarias en el Sistema Nacional de Salud.
El gasto en tecnologías es el componente más dinámico del gasto sanitario, que crece en los últimos años a tasas del 17 por ciento. Por tanto, entendemos que es
absolutamente necesario proceder a una evaluación sistemática de la utilización de las tecnologías sanitarias en el sistema. Se ha elaborado a tal efecto un plan de evaluación de tecnologías sanitarias para el conjunto del Sistema Nacional de Salud
con acciones formuladas por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III y el resto de agencias y unidades de evaluación de tecnologías sanitarias de las comunidades autónomas. Entre ellas se pueden destacar
la puesta en marcha de una red de detección e información sobre tecnologías emergentes -que sea el propio sistema el que pueda detectar las tecnologías emergentes que comienzan a utilizarse ya en otros países y que están ya disponibles-, la
evaluación sistemática del uso apropiado de tecnologías ya introducidas, que en nuestra opinión no deben evaluarse únicamente en el momento de su introducción en el sistema, sino que deben ser objeto de una evaluación sistemática cada cierto periodo
de tiempo, y también la extensión de la cultura evaluadora entre clínicos y gerentes. Nos parece así que el impulso a la evaluación de las tecnologías en salud es uno de los elementos centrales del plan.



Queremos también acreditar y auditar centros y servicios sanitarios estableciendo requisitos básicos comunes, garantizando la calidad de los centros, servicios y procedimientos de referencia del sistema y fortaleciendo el proceso de
auditoría docente de los centros que están acreditados para la formación de posgrado. El Plan de Calidad hace también una apuesta decidida para impulsar la mejora de la seguridad de los pacientes atendidos. El porcentaje de efectos adversos en
nuestro Sistema Nacional de Salud, siendo como es la media de los países con los que razonablemente nos podamos comparar, no cabe ninguna duda de que es todavía excesivo y debemos hacer todo lo posible para reducir al máximo estos efectos adversos.
La mejora de la seguridad de los pacientes se configura así como un componente básico de la calidad. Debemos promover la cultura de la seguridad y difundir los resultados del estudio nacional de efectos adversos -hemos terminado uno hace muy pocas
semanas-, hemos de diseñar sistemas eficientes que permitan a los profesionales la comunicación rápida de todos los incidentes que se relacionen con la seguridad y debemos implantar, mediante convenios con comunidades autónomas, proyectos que
impulsen y evalúen prácticas seguras.



También queremos mejorar la atención a los pacientes con determinadas patologías de alta prevalencia que tienen gran carga social y económica y aquí puedo citar los trabajos que se están haciendo para definir una estrategia común sobre
cardiopatía isquémica, que será previsiblemente aprobado en el próximo consejo interterritorial, sobre cáncer, que ya hemos finalizado, sobre diabetes, cuidados paliativos, salud mental o atención a enfermedades raras, que están en proceso. Se va a
impulsar la elaboración y difusión de guías de práctica clínica y se va a abrir una línea de estudios de calidad de vida en pacientes que sufren diversas situaciones o han sido sometidos a determinados tratamientos. Quiero aquí señalar los
pacientes que han recibido un órgano en una operación de trasplante o los pacientes que han sido sometidos a una operación de prótesis de cadera, para analizar cuál es su calidad de vida unos años después de haber realizado la intervención
correspondiente, porque queremos poner de manifiesto que los sistemas sanitarios se tienen que esforzar en incorporar un concepto positivo de salud, no solo la curación de la enfermedad sino las mayores garantías de que las personas puedan seguir
teniendo la máxima calidad de vida y la máxima autonomía personal.



Queremos también utilizar las tecnologías de la información para mejorar la atención a los ciudadanos y queremos, por tanto, terminar proyectos como la tarjeta sanitaria, los datos de población protegida, la historia clínica electrónica, la
receta electrónica, la cita previa por medios electrónicos o los sistemas de telemedicina y teleformación. Esta iniciativa, como saben, forma parte del Plan Avanza y para ella hemos suscrito un convenio con el Ministerio de Industria por un importe
de 141 millones de euros en los años 2006 y 2007 y las comunidades autónomas van a contribuir con otros 111 millones de euros. Como última estrategia queremos, desde luego, diseñar un sistema de información del Sistema Nacional de Salud mejorando
el existente para dotar al conjunto del sistema de una mayor transparencia. Tenemos que definir los indicadores claves del sistema, tenemos que poner en marcha el banco de datos permanentemente actualizado del Sistema Nacional de Salud para poder
tener una información en tiempo real del funcionamiento y resultados de nuestro sistema para facilitar, por tanto, que se difunda y llegue a los distintos actores.



En este marco en el que se contempla este sistema de información como uno de los elementos clave para hacer frente a los retos que se derivan de esa realidad organizativa compleja de nuestro Sistema Nacional de Salud, con evidentes ventajas
procedentes de la total descentralización de la prestación de los servicios sanitarios, pero que en sí mismo entraña dificultades de coordinación y de organización de la información, quisiera hacerles una brevísima exposición sobre las listas de
espera.
Las listas de espera son sin ninguna duda la circunstancia que


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mayor impacto negativo tiene entre los ciudadanos y la opinión pública cuando se les pregunta sobre nuestro Sistema Nacional de Salud. Ningún sistema de salud público tiene una lista de espera cero. Las demoras no solo funcionan como un
mecanismo que regula la demanda, sino que la ausencia de las mismas solo daría a entender que existen profesionales y recursos ociosos a la espera de recibir pacientes deseosos de ser atendidos. Por tanto, es algo que hay que dejar claro: no debe
existir una lista de espera cero en un sistema eficiente. Ahora bien, que no haya una lista de espera cero no quiere decir que los ciudadanos no deban aspirar a ser atendidos en plazos razonables y de acuerdo con unos criterios explicitados que
todo el mundo pueda entender y aceptar. Eso significa que el sistema debe garantizar la adecuada priorización de cada caso teniendo en cuenta que la espera no tiene las mismas implicaciones para cada tipo de proceso y para cada paciente en
particular. A este respecto es importante señalar que nuestro sistema de atención urgente, de acuerdo con la valoración que hacen los ciudadanos, funciona bien y no existen, por tanto, listas de espera en los procesos más urgentes, aunque bien es
cierto que la tipificación como urgente es distinta si se pregunta a un profesional o si se pregunta al ciudadano que sufre un problema de salud. En todo caso, debe garantizarse una información transparente y comparable respecto a la situación de
la demora en el acceso a los servicios sanitarios tanto para el conjunto del sistema como para cada una de las comunidades autónomas. Por tanto, la elaboración de guías de buenas prácticas para la gestión de esas listas de espera, el
establecimiento de estándares, la constitución de grupos de expertos, todo ello en colaboración con las comunidades autónomas, son los trabajos a desarrollar. Estamos ya trabajando en ello, y desde el año 2004, en el que se publicó por primera vez
la información correspondiente al Sistema Nacional de Salud, hasta el momento se ha publicado en varias ocasiones la información agregada de la situación de las listas de espera quirúrgica del Sistema Nacional de Salud. En estos momentos está
elaborada y pendiente de su presentación a finales de este mes en el consejo interterritorial la información correspondiente a 31 de diciembre de 2005, momento tras el cual se hará pública. Corresponden los datos, como saben, a 16 comunidades
autónomas y a Ingesa. Como de todos es conocido, hemos tenido que excluir los datos correspondientes a la Comunidad de Madrid, que contabiliza sus datos de una manera que no se atiene a lo establecido en el Real Decreto 605/2003 y que, por otra
parte, es el que están aplicando todas las comunidades autónomas. Sí les puedo adelantar con respecto a estos datos de diciembre de 2005 que en la serie se aprecia que tanto el tiempo medio de espera, alrededor de 80 días, como el porcentaje de
personas que espera más de seis meses se mantienen prácticamente constantes. En particular, también se ha mantenido estable el número de pacientes que tenían indicada una intervención quirúrgica programada en el Sistema Nacional de Salud.
Habida
cuenta del incremento de población de este periodo -casi 1,7 millones de personas- en los dos años en los que llevamos haciendo la contabilización de las listas de espera, haciendo la comparación entre la población y las listas de espera, debemos
concluir que las tasas de pacientes programados para una intervención quirúrgica por cada mil habitantes han disminuido casi un 5 por ciento. Por tanto, estamos incrementando la actividad, sin que ello por el momento se haya traducido en una
reducción significativa de las listas de espera. Al Ministerio de Sanidad -y no me cabe ninguna duda que a las comunidades autónomas también- le preocupa especialmente las esperas más largas, esas esperas de más de seis meses, que debería ser el
primer problema a acometer con la colaboración de todos.



En cuanto a las listas de espera para consultas externas y pruebas diagnósticas, desde enero de 2005 el ministerio tiene ya dispuesta la infraestructura necesaria para la recogida de datos y posterior procesamiento, pero no todas las
comunidades autónomas tienen por el momento disponibles los registros centrales autonómicos que les permiten disponer de esa información para enviarla al ministerio; están haciendo esfuerzos y yo espero que en poco tiempo esto sea posible. Estos
registros de consultas externas y pruebas diagnósticas tienen unas dificultades operativas muy superiores a las de las listas de espera quirúrgica, y por parte del ministerio lo que cabe es colaborar con las comunidades autónomas que no tienen
todavía estos registros para que puedan tenerlos en el tiempo más breve posible. Cuando tengamos estos datos, haremos una exposición, un tratamiento de los datos en términos de su impacto global mediante una combinación de indicadores cuantitativos
y cualitativos, y también queremos hacer una encuesta a ciudadanos, pacientes y profesionales sobre las listas de espera.



No quisiera extenderme más. Les pido disculpas por la longitud de mi intervención. He querido presentarles el Plan de Calidad para el sistema.
Es una iniciativa muy ambiciosa que cuenta a su favor con tres elementos muy importantes: una
clara voluntad política del máximo nivel expresada por la Conferencia de Presidentes, una financiación específica -esos 50 millones de euros para el año 2006 que citaba al principio- y una colaboración por parte de las comunidades autónomas. Siendo
como es el Plan de Calidad un compromiso del presidente, que entiende que debe ser diseñado y planteado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, no es menos cierto que para conseguir sus objetivos necesitamos la colaboración de las comunidades
autónomas, que está siendo máxima. Además, no partimos de cero, contamos en nuestro sistema con un conjunto de profesionales comprometidos y con ciudadanos cada vez más y mejor informados, que son también conscientes de la necesidad de impulsar la
mejora de la calidad de nuestro sistema. Situando a los pacientes en el centro de reflexión y poniendo en práctica todo lo que les he anticipado, sin ninguna duda vamos a mejorar la calidad, la equidad y la cohesión del Sistema Nacional de Salud.
A eso pretendemos contribuir con


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este plan, y yo estoy segura de que con el esfuerzo de todos -y quisiera mencionarlos: los profesionales, los pacientes, los ciudadanos, las comunidades autónomas, las administraciones locales, las universidades, la industria y los medios
de comunicación, que son los que han respondido a nuestra convocatoria con unas respuestas muy alentadoras- los resultados en un plazo razonable de tiempo serán óptimos para nuestro Sistema Nacional de Salud.



La señora PRESIDENTA: Corresponde intervenir, en primer lugar, por ser peticionario de dos terceras partes de los motivos de comparecencia, al Grupo Parlamentario Popular. Sé que repartirán la comparecencia entre dos de sus portavoces, así
que rogaría que me indicaran quién de los dos intervendrá en primer lugar. Entiendo que es el señor Mingo. Tiene usted la palabra.



El señor MINGO ZAPATERO: Señora ministra, señorías, en el día de hoy debatimos tres asuntos que son de extraordinaria importancia para el Sistema Nacional de Salud español. Me refiero a la petición del Gobierno en relación con el Plan de
Calidad que la ministra ha presentado esta mañana en este Congreso de los Diputados y a las comparecencias que mi grupo ha pedido y que llevan un año pedidas en esta Comisión, así que le agradezco mucho que la ministra un año después venga a hablar
de atención primaria y de listas de espera a esta Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.



Mi grupo le va a hacer hoy siete propuestas, señora ministra, en relación con estos asuntos. Empezaré con el Plan de Calidad. Es verdad que el presidente del Gobierno ha hecho una apuesta en su primera intervención en el Congreso de los
Diputados en relación con el Plan de Calidad, y no es menos cierto que mi grupo, como el resto de los grupos de esta Cámara, hemos celebrado el 20.º aniversario de la Ley de Sanidad, pero tampoco es menos cierto -y me hubiera gustado mucho que usted
lo hubiera dicho, señora ministra- que es un requisito legal, una obligación que el Ministerio de Sanidad y Consumo tiene de hacer planes de calidad y que está recogido en la Ley de Cohesión y Calidad del año 2003, que aprobamos todos los grupos
políticos. El capítulo VI y el artículo 61 de la Ley de Cohesión y Calidad obliga al ministerio, en relación y colaboración con las comunidades autónomas, a hacer planes de calidad en beneficio del propio sistema, como es lógico y natural, y a
trasladar al Senado los resultados.



En todos los capítulos de esta Ley de Cohesión y Calidad, que aprobamos todos juntos, se habla de muchas más cosas, de varias instituciones que tienen la competencia de promover y garantizar la calidad en el Sistema Nacional de Salud. En
esa relación le voy a hacer la primera propuesta: que venga usted en el próximo periodo de sesiones, en el mes de septiembre, a que nos diga cuál ha sido el balance de estos dos años de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud y del
Observatorio de Salud, cuál es su papel en este Plan de Calidad del Ministerio de Sanidad y Consumo, porque en ningún momento de todo el documento -y lo he leído varias veces- se hace referencia ni a la Agencia de Calidad del sistema ni al
Observatorio de Salud. Esa es la primera propuesta que le hago, señora ministra.



En relación con el texto, con el contenido, no le voy a negar el apoyo a ni una sola de las 189 medidas. Las comparto. Si eso es un reto para el Sistema Nacional de Salud y para el Ministerio de Sanidad, usted nos va a tener en la defensa
de las 189 medidas. Todas ellas las consideramos importantes. Ahora bien, las distintas comunidades autónomas ya se han manifestado y yo me manifiesto aquí en la misma línea. No hay un cronograma en esas medidas, no hay un estudio de dónde
estamos -y por eso le preguntaba lo de la Agencia de Calidad- y no hay un estudio o una decisión de objetivos de adónde vamos. Yo entiendo que este es un borrador del programa de calidad. Le voy a poner dos ejemplos en los que estamos todos de
acuerdo: Tarjeta sanitaria y receta electrónica. ¿Dónde estamos en la tarjeta sanitaria? ¿Los médicos que tratan a los ciudadanos españoles, con independencia del lugar de residencia, pueden acceder a su historia clínica en este momento? No.
¿Cuándo lo vamos a poder tener en beneficio de todos? Ese es el cronograma que le pido. Receta electrónica.
¿Cuál es la situación? ¿Existe hoy? ¿Cuándo va a existir¿ ¿Dentro de un año, dos años?


Segunda propuesta que le hago: que en el próximo consejo interterritorial de este mes, donde va a estudiar usted, según nos ha comunicado y he oído en su intervención, planes integrales de salud, que lleve este tema a debate, que se
incorporen las propuestas de las distintas comunidades autónomas y que se asegure la participación de las mismas, porque sin participación de las comunidades autónomas, por muy buenas que sean las 189 medidas, no se podrán llevar a cabo. Señora
ministra, un Plan de Calidad del Sistema Nacional de Salud en 2006 que no tenga en cuenta qué ofrecemos a los ciudadanos, me parece que nace cojo. Si no tenemos expectativas para dar más a los ciudadanos o recoger sus demandas y las que los
profesionales consideran adecuadas para mejorar la salud, me parece que estamos ante un Plan de Calidad que es poco ambicioso.



Tercera propuesta que le hago muy concreta: Acuerde usted en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y traiga al Parlamento la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud -lleva dos años y hasta ahora no la
ha traído- y que en esa cartera de servicios se incorporen tres propuestas que la mayor parte de los grupos de esta Cámara y de la sociedad está demandando, que son: cirugía de determinadas patologías de la vista con rayos láser, que ustedes
llevaban en el programa electoral; salud bucodental para niños y mayores, que llevábamos en el programa electoral, señora ministra, y que distintos grupos demandan, y algo que creo que es de una extraordinaria importancia para la salud pública en
defensa de una ley que hemos aprobado


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en común, que es el tratamiento bajo criterio médico de la deshabituación tabáquica, porque así conseguiremos una gran ayuda para los ciudadanos, para la salud pública y para los resultados de la lucha frente al tabaquismo.



En relación con los profesionales, es muy difícil no estar de acuerdo y no compartir el área estratégica de adecuación de los recursos humanos del Sistema Nacional de Salud a las necesidades de los servicios sanitarios.
Estoy completamente
de acuerdo, señora ministra, o decir: estudiar las necesidades de especialistas médicos, apoyar la ordenación de los recursos humanos, fortalecer las unidades docentes. Estoy completamente de acuerdo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿En qué tiempo?


Hace unos meses nos pusimos de acuerdo en esta Comisión para el estatuto del residente y sigue sin estar. En relación con esta faceta tan trascendental en el Sistema Nacional de Salud como son los recursos humanos le hago una cuarta
propuesta. Mi grupo ha presentado, y espero que se debata en la próxima Comisión de Sanidad, una petición de creación de una subcomisión en el seno de la Comisión de Sanidad para estudiar el problema de los recursos humanos del Sistema Nacional de
Salud que tiene unos objetivos muy concretos, unos plazos que finalizan, como máximo, el día 30 de junio del año 2007 y un procedimiento perfectamente calibrado y medido con la participación de todos los sectores. Dé usted el visto bueno desde el
ministerio a que esa subcomisión en esta Comisión de Sanidad pueda trabajar durante el próximo año.



La Organización Mundial de la Salud, que valora bien, afortunadamente, nuestro Sistema Nacional de Salud, en sus últimos datos, que ya le recordé en otra ocasión, e insisto en ello hoy, decía que nosotros teníamos dos carencias; la primera
carencia era el tiempo que esperaban los ciudadanos a que les operasen, a que les diagnosticaran y, la segunda, cuál era la participación de los pacientes. Pues bien, ni un solo epígrafe para ambos asuntos en este Plan de Calidad. Le voy a hacer
dos propuestas en ese sentido. Empezaré por las listas de espera. Usted ha dicho que la opinión pública lleva muchísimos años insistiendo en que es francamente poco comprensible, y desde luego inaceptable, que se siga esperando tanto tiempo. Lo
dice el Defensor del Pueblo, lo dice la OMS, lo dicen los pacientes, lo decimos todos los grupos, y esto, antes de que usted fuera ministra, ya lo llevábamos discutiendo diez años y se estaba dando información. Esta Comisión debatió desde el año
1996, cuando la lista de espera era de 240 días, hasta que se produjeron las transferencias y se quedaron en 80 días. Sigue siendo un problema. ¡Claro que sí! ¿Menos que antes? Desde luego. Pero fíjese usted si es un problema que el Partido
Socialista cuando estaba en la oposición hablaba de esto todos los días, con razón, hizo unas propuestas ante los ciudadanos en su programa electoral, con razón, que son exactamente las mismas que hizo mi grupo porque entendíamos que la gente no
podía esperar tanto, porque es el criterio menos equitativo, la razón más dura, porque no todo el mundo espera lo mismo. Por eso le pedíamos hace un año que, al año de estar usted en el Gobierno, nos viniera a decir qué es lo que había hecho para
solucionar este problema, que íbamos estar de acuerdo con usted en tanto en cuanto buscáramos reducir el tiempo de espera porque los objetivos eran los mismos: siete días para la prueba diagnóstica, diez días y cuarenta y cinco días para la
estancia quirúrgica. Nosotros hemos tenido que esperar en esta Comisión un año a que viniera usted a hablar de este tema. Bien, ya está usted aquí. Le hago una propuesta muy concreta: que traiga a este Parlamento, después de haberlo llevado,
como es natural, en la ley al consejo interterritorial, un plan, una moción, como quiera usted llamarlo, para que se cumplan las promesas electorales que hizo su partido político, que coinciden con el nuestro, y tendamos a satisfacer las necesidades
de los ciudadanos para lograr esos objetivos y así cumplamos los criterios que la Organización Mundial de la Salud está considerando que debemos mejorar.



No sé cuál es el mejor procedimiento -y se lo digo rotundamente- para contabilizar las lisas de espera. Personalmente creo que el procedimiento que sea más transparente y que permita el acceso directo a los enfermos que están esperando,
será el mejor. Y de los que hay hoy, desde luego el de la Comunidad Autónoma de Madrid, el mejor.



Yo no le pido que implante usted en el consejo interterritorial o en todo el territorio español un modelo determinado, digo que ponga uno que permita que las distintas comunidades autónomas y sobre todo que todos los españoles podamos saber
cuál es la situación. Usted ha dicho en varias ocasiones que hay que alejarse del debate político en las listas de espera; ese es un criterio que yo no puedo compartir, y le voy a explicar por qué. Porque es una realidad lógica en todas las
asambleas de las distintas comunidades autónomas, en todos los parlamentos de las comunidades autónomas, de los objetivos de gestión, de los objetivos políticos, y también tiene que serlo en el Parlamento de la nación, porque nuestra obligación es
intentar conseguir no solo cumplir nuestros objetivos y nuestros compromisos electorales, que son muy importantes, sino mejorar todo el Sistema Nacional de Salud para evitar desigualdades, para favorecer la equidad, para que no haya diferencias
entre unos y otros que perjudiquen siempre a los más pobres. Por tanto, nuestra quinta propuesta no es otra que la de que cumpla usted el programa electoral y traiga a este Parlamento un plan de lucha contra las listas de espera que persiga los
objetivos, tan compartidos por nuestro grupo, de siete y diez días para las esperas diagnósticas y de cuarenta y cinco días como máximo para la espera quirúrgica.



Antes de ceder la palabra a mi compañera, la señora Roldós, para que defienda nuestra posición y haga nuestra propuesta en relación con la atención primaria, le quiero hablar de la otra carencia que nos señala la


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Organización Mundial de la Salud, que es la participación de los pacientes. Le hemos presentado una proposición no de ley que usted ha rechazado; hemos presentado, como en el tema anterior, enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado
de los años 2005 y 2006, que usted tampoco ha tenido en cuenta. Creo sinceramente que en ese sentido usted se equivoca, porque no está dando las posibilidades que en el año 2006 requieren unos pacientes mucho más sensibilizados, mucho más
informados y agrupados en torno a la defensa y a la participación con el Sistema Nacional de Salud, en la mejora de sus patologías, en la mejora de la prevención y en el fomento de la salud, que son muy importantes, y en la mayor participación de
los mismos en la toma de decisiones. Creo que esto es algo intrínsecamente bueno y que un Plan de Calidad tendría que tener además de las 189 medidas, que le estoy diciendo que sí, alguna más para los pacientes para potenciar su participación en el
Sistema Nacional de Salud.



La señora PRESIDENTA: A continuación, para compartir la intervención con su compañero, tiene la palabra la diputada señora Roldós.



La señora ROLDÓS CABALLERO: Señora ministra, de sobra es conocida la trascendencia que tiene la atención primaria dentro del sistema sanitario, porque es el nivel asistencial más próximo, más frecuentado, más valorado y donde se da
respuesta a la mayoría de los problemas de salud. Compartimos con usted que tenemos un buen sistema de atención primaria, que tenemos unos magníficos profesionales y que además está muy bien valorado por los ciudadanos, pero, como usted indicaba
-nosotros lo compartimos-, en estos años ha habido importantes cambios sociodemográficos en nuestro país, ha habido una evolución de la medicina y hay unas nuevas demandas de la población. Todos conocemos esos cambios, esa evolución demográfica de
incremento de población, de envejecimiento, de mayor prevalencia, de enfermos crónicos, de mayor número de pacientes dependientes, la incidencia de los desplazados, de los turistas en un país eminentemente turístico como el nuestro, la aparición de
nuevas enfermedades, esas enfermedades emergentes y reemergentes, los cambios de hábitos de vida de los ciudadanos, la incidencia que tienen las nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas y las tecnologías de la comunicación a nivel de la
medicina y ese mayor nivel de información y demanda de calidad que quieren nuestros ciudadanos. Por todo ello, desde el Partido Popular consideramos que es una prioridad absoluta dar un nuevo impulso a la atención primaria. Por eso, señora
ministra, hace un año pedimos su comparecencia ante esta Cámara, para que nos hablara de atención primaria, porque llevaba usted un año en el Gobierno y de atención primaria no se hablaba ni se la esperaba. Ahora ya han pasado más de dos años desde
que está en el Gobierno, desde que usted dirige el Ministerio de Sanidad, y todo lo que nos encontramos en cuanto a su actuación con respecto a la atención primaria es simplemente su encuadre en el Plan de Calidad del Sistema Nacional de Salud, del
que hoy nos ha venido ha hablar, pero cuando miramos lo que dedica a la atención primaria nos parece lamentable el poco espacio destinado a impulsar esa atención primaria. Y cuando vemos además el contenido, en el que lo que pretenden es impulsar
estudios que evalúen la efectividad y la eficiencia de los sistemas organizativos o de los sistemas de incentivación que se llevan a cabo en las comunidades autónomas o que se impulsen proyectos de mejora, se observa que todo es una ambigüedad, una
generalidad, una falta de concreción. También se habla de que se impulsen y evalúen experiencias piloto de participación ciudadana o que se van a financiar proyectos piloto de actividades preventivas y de promoción, pero no sabemos cuáles ni cuándo
ni con qué. Eso sí, nos habla usted de una concreción: poner en marcha una biblioteca virtual. Esto es lo que el ministerio considera una prioridad para impulsar la atención primaria. La verdad es que nos parece absolutamente decepcionante.



Dentro del Plan de Calidad, refiriéndose a la atención primaria, menciona el famoso proyecto AP21. Es decir, cuando en este país todos coincidimos en que hay que dar un impulso a la atención primaria por esos cambios sociodemográficos, de
evolución de la medicina y de las demandas de la población, lo que ustedes nos dicen es que el proyecto AP21 es un proceso de reflexión. El ministerio va a hacer un estudio, pero usted nos acaba de comunicar, señora ministra, que hasta finales de
año no vamos a tener las resoluciones o las estrategias que se van a plantear, o sea, que vamos a esperar un año más, es decir, que todos los ciudadanos españoles que acudimos a la atención primaria tenemos que esperar un año más, al igual que todos
los profesionales que trabajan en atención primaria; esos profesionales sin tiempo necesario para atender bien a los pacientes, para dar una buena calidad asistencial o esos ciudadanos con problemas de accesibilidad, tienen que esperar un año más,
porque está claro que usted acaba de decir que hasta final de año esa reflexión no va a concretarse en algo. Por tanto, usted que durante este periodo de tiempo imagino que ya estará pidiéndole al señor Solbes conocer los presupuestos para el año
2007, resulta que en ellos la atención primaria tampoco va a estar.
Señora ministra, usted me va a perdonar lo práctica que yo pueda ser en este sentido y es que sin dinero y sin los profesionales ese impulso a la atención primaria no se puede
llevar a cabo. Le quiero recordar que en septiembre de 2005 el Grupo Popular, preocupados por la situación de la atención primaria, presentamos una proposición no de ley en la que le pedíamos que usted, como ministra de Sanidad -usted, que debe
garantizar la equidad, la cohesión, la calidad de las prestaciones sanitarias para todos los ciudadanos y que todos los ciudadanos tengamos una igualdad efectiva, independientemente del lugar donde vivamos porque así lo dice la Ley de Cohesión y de


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Calidad y usted está obligada a garantizarlo-, impulsara en el seno del Consejo Interterritorial de Salud un plan integral de modernización y calidad de la atención primaria, pero su grupo y usted -que está detrás de él, claro- nos
rechazaron esa propuesta, sin presentar siquiera una enmienda -es decir, no tenían nada que aportar a la atención primaria-, fundamentalmente porque en cuanto a financiación y recursos humanos, por ahí no pasaban. Le vuelvo a repetir que sin
financiación y sin recursos humanos usted ni nadie, ni las comunidades autónomas ni nadie, puede llevar a cabo la reforma, el cambio de modelo cultural y organizativo que necesita la atención primaria del siglo XXI. Sabe usted, señora ministra, que
para los presupuestos de 2005 y de 2006 presentamos una enmienda sobre la atención primaria; enmienda rechazada, por supuesto, por su grupo y con su connivencia, señora ministra. Es decir, ni un euro para la atención primaria. Y mucho nos
tememos, por lo que usted acaba de decirnos aquí, que hasta final de este año 2006 no tendrá las posibles estrategias de ese proceso de reflexión que usted ha abierto con el proyecto AP21, con lo que hasta 2007 tampoco habrá ni un euro para la
atención primaria.



Lo que nosotros le proponemos una vez más, señora ministra, es que usted, en su obligación como ministra de Sanidad, impulse en el consejo interterritorial un plan integral de modernización de la atención primaria. Cuando nosotros le
hablamos de un plan y no de una reflexión ni de un estudio es porque nosotros entendemos que un plan tiene que tener objetivos definidos; objetivos que en atención primaria tienen que estar orientados hacia los ciudadanos, mejorando su
accesibilidad y su oferta; orientados a los profesionales, con una mayor dotación de recursos humanos y con su desarrollo profesional, y orientado a la organización y a la gestión de los servicios, con mayor capacidad de resolución, con una
atención primaria integral, con continuidad asistencial, con coordinación entre niveles y con sistemas de información adecuados. Además de definir los objetivos hay que platear líneas estratégicas, pero, como le decía mi compañero señor Mingo, para
que todo esto sea creíble hay que establecer un cronograma de actuaciones, al que hay que adjuntar una ficha financiera porque, si no, señora ministra, esto seguirá siendo lo que ha sido desde que usted ha llegado al ministerio: humo, nada más que
humo.
Señora ministra, el papel lo admite todo. Le quiero decir muy seriamente que la atención primaria no puede esperar más; no puede esperar más ineficacias, no puede esperar más promesas incumplidas.



Yo le pensaba preguntar hoy si tenía previsto llevar los resultados del proyecto AP21 al consejo interterritorial que se celebrará a final de mes, y resulta que usted ya nos ha adelantado que no, que hasta finales de 2007 no lo va a llevar.
Le pensaba preguntar si para 2007 usted iba a presentar en fechas próximas al señor Solbes, al ministro de Economía y Hacienda, una demanda de presupuestos para que pudiéramos impulsar la atención primaria, pero me temo que tampoco. Señora
ministra, el problema de la atención primaria es conocido por todos: por los grupos políticos, por los ciudadanos, por las sociedades científicas, por los profesionales, y cuando hay un problema y la solución es evidente -porque absolutamente todos
estamos de acuerdo con esa solución- lo que hay que plantear no es un estudio sino soluciones, y eso es lo que nosotros le estamos demandando desde el Grupo Popular.



Señora ministra, la he escuchado, pero viene aquí y solamente hace referencia a la Ley General de Sanidad del año 1986 -que nos parece una magnífica ley y no nos duelen prendas en reconocerlo porque nosotros no somos sectarios-, se ha
quedado ahí. ¿Usted no sabe que hay una Ley de autonomía del paciente del año 2002 que, por cierto, usted no ha desarrollado para garantizar los derechos de los pacientes? ¿Usted no sabe que hay un estatuto marco y una Ley de ordenación de las
profesiones sanitarias que usted no ha desarrollado en los más de dos años que lleva como ministra? Se lo decía mi compañero señor Mingo: ¿dónde está el estatuto de los residentes?, ¿dónde está la troncalidad de las especialidades?, ¿dónde está
la formación continuada? Señora ministra, usted no ha desarrollado nada. Usted no ha desarrollado la Ley de Cohesión y Calidad simplemente porque a usted no le gusta sencillamente porque fue una iniciativa del Partido Popular. Se lo he dicho
desde el primer día: léase usted algún día la Ley de Cohesión y Calidad y verá qué magnifica ley se aprobó en este Congreso de los Diputados. Pero usted no quiere desarrollarla y no es que eso sea una opinión mía. ¿Dónde está el real decreto del
fondo de cohesión?, ¿dónde está el real decreto de cartera de servicios?, ¿dónde está el real decreto de centros de referencia? Señora ministra, ¿cuándo se va a poner usted a trabajar? Estamos realmente hartos de que nos traiga aquí documentos
de filosofía, de generalidades, de ambigüedades y venirnos a contar lo que todos ya sabemos desde hace años. Ya sabemos que usted es neófita en este campo y que quizá se está enterando usted de determinadas cosas que ahora nos plasma en papel, pero
no queremos más papel; lo que queremos son realidades. Le vuelvo a decir que la atención primaria de nuestro país no puede esperar ni un día más y usted debe ejercer las funciones de ministra de Sanidad del Estado español que tiene encomendadas.



La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean intervenir? En nombre del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya tiene la palabra la señora Bonàs.



La señora BONÁS PAHISA: En primer lugar, quiero agradecer a la señora ministra la presentación del Plan de Calidad. Creemos positivo que dicho plan se centre en los profesionales sanitarios, en la atención primaria, en la atención
hospitalaria y que se haga en colaboración con las comunidades autónomas. Señora ministra, como usted ya sabe, tenemos importantes retos que afrontar:


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el envejecimiento de la población, el incremento demográfico. Nosotros tenemos dudas sobre si la financiación del sistema será sostenible. Los grupos políticos tenemos la tendencia a pedir que se aumente la cartera de las prestaciones. Yo
propongo que haya un debate político honesto y sincero sobre a dónde vamos, hasta dónde llegaremos y sobre si realmente podremos cubrir todas las necesidades básicas de la población. Es muy fácil pedir tratamientos odontológicos para todos los
niños y pedir una serie de intervenciones oftalmológicas, pero debería haber una discusión serena sobre qué podrá sostener realmente el sistema en los próximos 20 años, y espero que este sea el debate. Por tanto, tenemos como prioridad mantener la
calidad de la atención. Nuestra duda es si esto será sostenible en los próximos años, porque la base del sistema es una buena financiación. Señora ministra, recuerdo que en los presupuestos del Estado consiguió después de muchos años un flujo de
fondos para el sistema sanitario que llevábamos muchos años reclamando, pero fue un flujo puntual. No conocemos la evaluación del coste del sistema. En Cataluña los ciudadanos lo sabemos porque la mayoría tenemos sanidad privada que suple a lo que
no llega la sanidad pública, pero no queremos que esta sea la pauta del futuro. Al contrario, queremos que los ciudadanos no tengan que depender de un sistema supletorio privado, sino solo de la pública. Este será el gran debate: si vamos hacia
una sanidad pública sostenible y equitativa para todos o tendremos que convivir con sistemas privados para suplir lo que la sanidad pública no puede proveer, y el tema básico es la financiación.



Consideramos muy positivo que se respete el marco competencial, sobre todo para evitar duplicidades. Es una sanidad que está totalmente transferida a las comunidades autónomas, que también tienen competencias ejecutivas.
Por tanto, no le
pedimos a usted que haga planes de calidad sino que las comunidades autónomas intervengan, que se eviten duplicidades y se cree una línea de trabajo conjunta. Respecto a las estrategias, queremos puntualizar que los riesgos ambientales serán cada
vez más graves debido al cambio climático y esto debe prevenirse. Por tanto, proponemos incluso que se lleve a cabo una estrategia conjunta entre el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Industria para registrar las zonas más susceptibles
de todo tipo de contaminaciones, que van a incrementarse en los próximos años significativamente.



Respecto a la atención primaria, coincidimos con usted y es muy positivo entender que atención primaria es la que llega directamente al paciente.
Es importante conocer la experiencia de las comunidades autónomas.
Nosotros no le pedimos que
haga un plan, de hecho, por favor, no haga un plan, simplemente tenga en cuenta los planes que hay y que haya flujo de información y de experiencias entre las comunidades. No nos haga un plan de atención primaria, porque ya tenemos uno en Cataluña
y lo estamos desarrollando; el problema siempre es la financiación. Lo importante es tener en cuenta a los distintos profesionales sanitarios, a las enfermeras, el flujo de información entre hospital y atención primaria.
Por tanto, repito, no nos
haga un plan, coordine y consiga que exista un intercambio de información para que se mejore lo que hay y que se haga un diseño para los próximos veinte años para saber a dónde vamos a ir, pero no nos impongan un plan desde el ministerio. Sé que
usted no lo va a hacer y por eso estoy más tranquila. Entre los profesionales de la atención primaria -ya lo comentamos en el pasado-, hay un profesional, el farmacéutico de la oficina, del que no se destaca suficientemente su aspecto sanitario.
Esto es muy importante, porque quizás es el profesional que está más en contacto con el paciente y, sin embargo, no se ha incorporado suficientemente al sistema de atención primaria.
Esperamos con interés el primer borrador. El gran reto es un
buen diseño que permita una atención primaria coordinada y sostenible.



Dudamos sobre si la formación de los profesionales sanitarios para el uso racional del medicamento sería demasiado farmacológica, porque el tratamiento de las distintas dolencias requiere un enfoque más amplio, con tratamientos no
farmacológicos, y también nos gustaría saber si se va impulsar el conocimiento de tratamientos no farmacológicos como, por ejemplo, la acupuntura, etcétera, distintos tratamientos que sabemos que son eficaces, que están contrastados y comprobados y
que pueden ayudar a reducir el gasto en medicamentos.



Es muy positivo que se haya constatado que existen desigualdades por razón de género. Esperamos que a partir de los datos que existen de ciertas dolencias o síndromes como, por ejemplo, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, estas
reciban una mayor atención, se formen más especialistas en estas dolencias y que podamos avanzar para que gran número de mujeres reciban un tratamiento adecuado.



En cuanto a la evaluación de tecnologías sanitarias, expresamos nuestras dudas respecto a la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, ya que no conocíamos a qué se iba a dedicar exactamente esta agencia, porque las tecnologías están
evaluadas a nivel europeo. Si la agencia va a ser una auditoría sobre las tecnologías existentes, una contrastación de datos entre distintos centros, nos parece correcto. En cualquier caso, lo que nos parece un despilfarro de recursos es evaluar
en sí las tecnologías sanitarias cuando ya están evaluadas en Europa.



Dentro del Plan de Calidad es importante y positivo promover la cultura de la seguridad. En Cataluña -tengo aquí los datos- hay 58.700 personas en listas de espera; se han reducido mucho en los dos últimos años, porque había 66.567
personas, por tanto, casi un 10 por ciento en dos años, pero respecto a las listas de espera es importante tener en cuenta que cada comunidad autónoma tiene sus características diferentes. Estoy segura -no tengo aquí las cifras- de que varían mucho
las cifras de Euskadi a Cataluña. Por tanto, otra vez volvemos al sistema de financiación. En la gestión de las listas de


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espera, usted sabe que se han buscado distintos métodos para reducir estas listas -han salido a subasta listas de espera, se ha traído a profesionales de otras comunidades autónomas, se han abierto quirófanos por la tarde-, pero llega un
momento en que en cuanto a gestión ya se ha investigado todo lo que se podía hacer. En este momento no creo que desde el consejo interterritorial puedan imponer un modelo para reducir las listas de espera. Como le he dicho antes, se puede
intercambiar información, cada comunidad autónoma puede adaptar a su modelo lo que hayan hecho otras comunidades autónomas, pero la llave del sistema será, otra vez, una mejor financiación.



En resumen, son muy positivos los planes que usted nos va a presentar; debemos programar para el futuro y establecer un diseño sostenible de la sanidad. Este es el punto principal, porque las estrategias, como todos sabemos, pueden
quedarse en un cajón si detrás no hay unos fondos para desarrollarlas. Celebro otra vez que estos planes se realicen con la colaboración de las comunidades autónomas y que se parta de que los sistemas sanitarios son diferentes, porque, aunque el
resultado debe ser el mismo y la calidad asistencial debe ser igual para todos los ciudadanos del Estado español, no hay que olvidar que partimos de sistemas diferentes, con recursos diferentes -en Cataluña hay un sistema diferente, hay hospitales
privados y semiprivados, etcétera- y un modelo único no serviría de nada, sería inoperante. Por tanto, es necesario que no se implanten sistemas únicos y se tenga en cuenta que en Cataluña dependemos de una sanidad privada, que esperemos que en el
futuro deje de ser así y que podamos prescindir de la sanidad privada las clases medias y trabajadoras. Este sería un hito importante y, por ese motivo, la clave es la financiación de la sanidad. Espero que ese Plan de Calidad sirva para evaluar
los costes y para que el Gobierno del Estado tenga en cuenta lo que va a costar una sanidad sostenible e igual para todos.



La señora PRESIDENTA: En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Xuclà.



El señor XUCLÀ I COSTA: Muchas gracias, señora ministra, por su comparecencia ante esta Comisión de Sanidad y por las explicaciones que nos ha dado sobre el Plan de Calidad y sobre los puntos planteados por el Grupo Parlamentario Popular,
porque todo ello nos lleva a un debate interesante. Usted ha expuesto el planteamiento del Plan de Calidad dentro del marco actual, del marco que nace en el año 2002 por la transferencia de las competencias a las comunidades autónomas, nuevo marco
que supone que el ministerio que usted dirige tenga que explorar nuevos territorios en los que desarrollar sus capacidades y competencias.
Esta legislatura está demostrando este nuevo equilibrio que se debe encontrar y que se está encontrando entre
el respeto a las importantes competencias de las comunidades autónomas -tanto a nivel de ejecución como de legislación- y los nuevos ámbitos de coordinación y de concertación con estas comunidades autónomas. Cuando hablemos de sanidad en esta
Comisión, siempre debemos tener muy presente que cada uno tiene sus competencias y también este nuevo marco que nació en el año 2002.



En su presentación inicial nos ha enmarcado el Plan de Calidad después de 20 años de desarrollo de una apuesta, creo que compartida por todos, que es la universalización de las prestaciones sanitarias, transcurridos 20 años desde la entrada
en vigor de la ley de sanidad del ministro Ernest Lluch. A la vez nos ha planteado el objetivo de la consolidación, pero también - y a mí me ha gustado esta reflexión- la necesidad de actualizar las prestaciones de la sanidad pública en un marco de
flexibilidad, utilidad y eficacia. En estas palabras de racionalización puedo interpretar algunas reflexiones, que hace un momento la señora Bonàs también hacía y que yo vengo repitiendo hasta el cansancio en esta Comisión, sobre la necesidad de
poner al día las prestaciones y hacer un gran pacto de Estado. Una vez más quiero reiterar aquello que me he comprometido a exponer en cada una de las intervenciones y comparecencias de la ministra en esta Comisión, no para cansar a nadie, sino
para intentar avanzar en ese camino.



En cuanto al Plan de Calidad, usted ha expuesto seis puntos, pero yo solo quiero referirme a dos de ellos. Usted habla del fomento de la equidad, pero tendremos que explorar y discutir más sobre eso. En la base del principio del fomento de
la equidad se encuentra precisamente la necesidad de revisar cómo se prestan los servicios y la financiación de los mismos, a partir de un principio muy respetable, que es el de la universalidad del acceso a la sanidad pública, pero con esos
criterios -utilizo sus palabras- de flexibilidad, utilidad y eficacia, es decir, de sostenibilidad del sistema.



Se ha referido también a otro de los puntos del Plan de Calidad, al fomento y a la mayor utilización de las tecnologías de la información.
Sobre este punto, quiero hacer dos referencias. Las tecnologías de la información pueden ser un
instrumento absolutamente útil para mejorar las prestaciones sanitarias y para el funcionamiento en general del sistema público sanitario, pero también tengo que decirle que hay que extremar otro aspecto muy importante en cualquier Estado
democrático, en el que se deben garantizar las libertades públicas, que es la confidencialidad. En principio, estoy a favor de todas las medidas que usted plantea, pero hay debates importantes sobre los que tenemos que encontrar el punto de
equilibrio. Al historial clínico informatizado podría tener acceso -permítame que lo diga en condicional- cualquier médico, que tiene el compromiso ético de mantener secreto sobre el historial clínico del paciente, pero no estamos hablando de un
universo poblacional, el de los médicos, muy cerrado, sino de un universo muy amplio. Yo apoyo la apuesta por el historial clínico con las nuevas tecnologías, pero también apunto que en el marco de un Estado de derecho se debe respetar


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un punto muy importante, que es el de la confidencialidad.



Otra utilidad que pueden tener las tecnologías de la informatización se refiere a algo que ya diseñamos en la Ley del Medicamento. Señora ministra, yo también soy neófito en esta materia, no soy del ramo, pero creo que al final aprobamos
una buena Ley del Medicamento. Esta ley tiene una previsión, que queda muy abierta, que es la receta electrónica. Yo solo le quiero trasladar una petición. Usted nos ha hablado de los 141.000 millones de fondos del Ministerio de Industria, de los
111 millones de euros de las comunidades autónomas, pero le quiero pedir que se haga un esfuerzo para que el periodo transitorio de adaptación de la receta electrónica sea realmente breve, porque si no, el periodo transitorio en las oficinas de
farmacia entre el papel y la receta electrónica -entre paréntesis, receta electrónica de la que algo quedará en papel - puede ser realmente, no quiero decir caótico porque no es la palabra apropiada, pero muy dificultoso de aplicar por parte de los
distintos actores, básicamente médicos y oficinas de farmacia. Le pido celeridad, no diligencia, sino simplemente recursos y una atención especial en la aplicación de la receta electrónica y en la posibilidad de acortar el periodo transitorio.



Ha hecho una referencia también a la sanidad exterior. Simplemente, le quiero insistir en algo que hemos discutido en esta Comisión de Sanidad y es la necesidad de incrementar los puntos de inspección fitosanitaria.
Esta es una competencia
complejísima en el mundo de la Administración española, en tanto en cuanto afecta a cinco ministerios. Es importante, no solamente sobre la base de criterios sanitarios sino de competitividad de la economía, que haya puntos de salida de los
productos españoles, puntos de inspección fitosanitaria, y se deberían agilizar y mejorar los mecanismos de autorización a partir de la implicación de estos cinco ministerios.



Usted ha hecho una extensa referencia, yo creo que acertada, sobre el papel creciente y de primera línea que tiene la atención primaria dentro del Plan de Calidad y dentro de la atención sanitaria. Le voy a plantear una cuestión que es una
pregunta y una duda a la vez. Yo creo que es bueno que también discutamos interrogantes y dudas. Nos hemos planteado distintos grupos parlamentarios la conveniencia o la utilidad para el sistema -para los sistemas autonómicos, para hablar con
propiedad- de la presencia de psicólogos en los centros de atención primaria. Hay una determinada cantidad de casos que llegan a los centros de atención primaria -no la voy a cifrar porcentualmente porque sería absolutamente temerario- que podrían
tener un tratamiento en la vertiente de las competencias propias de los psicólogos. Este es un debate latente en el sector. En el Parlamento se deben discutir los intereses del bien común y me gustaría conocer el criterio de la señora ministra
sobre la utilidad de la presencia de psicólogos en los centros de atención primaria.



Paso a otro aspecto. El martes de esta semana, el día 6 de junio, se votaron las propuestas de resolución, consecuencia del debate de política general. Mi grupo parlamentario expresó su satisfacción por que se aprobaron 14 de las 15
propuestas de resolución y precisamente decidimos que una de estas propuestas de resolución hiciera referencia a aspectos muy vinculados con la competencia del Ministerio de Sanidad. Hago referencia a la propuesta de resolución pactada entre el
grupo de la mayoría y el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) sobre la eventual ley referida al alcohol y también sobre un plan para combatir la obesidad. Sobre el plan para combatir la obesidad, como será competencia del ministerio,
quedamos a la espera de la presentación del mismo y de las sugerencias que estoy seguro de que el ministerio querrá recoger de los distintos grupos parlamentarios, compartiendo sin duda los objetivos de fondo y, por esto, aprobamos una propuesta de
resolución entre el grupo de la mayoría y Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Sobre una eventual ley del alcohol, simplemente le quiero hacer una reflexión después del acuerdo logrado al aprobar esta resolución. Esta ley se debe basar en dos aspectos: primero, la protección de los menores y, segundo, la convivencia
entre aquellos que consumen alcohol y los que en espacios compartidos, en espacios públicos, en espacios de convivencia quieren ser respetados porque no consumen alcohol. Esta debe ser una ley -si me permiten la expresión- de mínimos. En España y
en Italia se hace el doble de leyes que en cualquier otro Estado de la Unión Europea. Yo soy partidario de leyes precisas, con consecuencias prácticas y que no sean retóricas. Puedo ser partidario de una ley sobre el alcohol, pero con una ley muy
tasada en estos aspectos que le he referido, protección de los menores y convivencia entre los bebedores y los no bebedores en espacios públicos. Si me permite la comparación, seguramente imprecisa, esta no puede ser una ley como la ley del tabaco,
que era absolutamente expansiva. Esta debe ser una ley de mínimos.



Ya que hablamos de la ley del tabaco, quiero abrir un segundo paréntesis.
El parlamentarismo se basa en la defensa de posiciones para quedar a veces en mayoría y a veces en minoría. Mi grupo parlamentario defendió una enmienda que quedó en
minoría sobre la separación de los espacios de humo entre fumadores y no fumadores, pero mi grupo parlamentario es muy consciente de que la ley, una vez aprobada, se debe cumplir y se debe aplicar. Es un principio básico del funcionamiento de
cualquier Estado de derecho. Pues bien, he observado con perplejidad cómo el Gobierno catalán -Gobierno en estos momentos prácticamente monocolor y en el ámbito de la sanidad la consejería es del Partido Socialista- está contemplando la posibilidad
de que no se aplique la ley en cuanto a la separación entre espacios de fumadores y no fumadores. Señora ministra, por su respuesta semiótica, no verbal, compruebo que ya ha tomado medidas para incentivar la aplicación de la ley.



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En todo caso, usted comprenderá que la ley se debe aplicar cuando uno queda en minoría y cuando uno queda en mayoría.



Paso a otro punto. Respecto al Plan de Calidad, usted ha hablado de los distintos actores del Plan de Calidad. Unos actores muy destacados del sistema sanitario sin duda son los médicos. Los médicos deben ejercer con estímulo, con
dedicación y han de tener un horizonte previsible en muchos aspectos, no solo en el de la remuneración, sino también en algo que en estos momentos en España está absolutamente abierto, que es la regulación de la responsabilidad civil de los médicos
en caso de negligencia. No hay un marco legislativo en este aspecto y lo que existe es un magma jurisprudencial. Está cristalizando una tendencia, en la mejor tradición anglosajona de Gran Bretaña y de Estados Unidos, en el sentido de fijar una
posición a partir de la reiteración de la jurisprudencia, en algunos casos yo creo que desproporcionada, que crea desmotivación, y en otros casos proporcionada, pero en todo caso lo que falta es un marco regulatorio que dé previsibilidad al sector y
concretamente a la responsabilidad civil de los actores sanitarios, especialmente la de los médicos.



Para terminar voy a realizar tres reflexiones. Como pueden comprender, nosotros estamos convencidos de unas cuantas cosas. Nosotros estamos convencidos de que aquello que aprobamos en la moción, consecuencia de una interpelación de este
diputado a la ministra, sobre salud bucodental se va a cumplir, por muchos motivos, entre otros porque estaba en el programa electoral del Partido Socialista -con lo cual no podemos pensar nada más que en el cumplimiento del programa electoral del
Partido Socialista-; que el tratamiento en técnica láser para algunas enfermedades de la vista también se va a cumplir, porque estaba en el programa electoral del Partido Socialista; que un aspecto muy importante que el señor Mingo no ha
mencionado, aunque estoy convencido de que compartimos, es el Plan de salud mental, este es un extremo que también se debe poner al día, en este momento no me quiero alargar en este punto, pero estamos desfasados absolutamente entre la realidad y
algunos protocolos de aplicación bastante anticuados y, finalmente, sobre la cartera de servicios, hay un compromiso del Gobierno de hacer pública la nueva cartera de servicios durante el mes de junio. Supongo que, en la respuesta, la señora
ministra también nos podrá dar satisfacción a la exigencia de que esta cartera de servicios esté aprobada, mediante un real decreto, en este mes de junio. Hay un punto de desencuentro profundo sobre los fondos públicos para la deshabituación
tabáquica, pero ante una medida excepcional como fue la Ley del Tabaco, nosotros somos partidarios de aplicar estos fondos de carácter puntual y excepcional.



Quiero hacer dos referencias breves a las listas de pacientes, que de hecho han ocupado parte importante de la intervención de la señora ministra, por lo que también debería ocupar parte importante de mi intervención. Usted ha dicho algo
bastante sincero y bastante dado a la crítica fácil, aunque nadie lo haya hecho. Usted dice que las listas de espera regulan la demanda. Esto es cierto, es absolutamente cierto. Ha dicho que unas listas de espera cero supondría que bienes y
recursos humanos estarían ociosos, pues deberemos encontrar el punto de equilibrio entre un aspecto y otro. Este es un punto de equilibrio que básicamente depende de las comunidades autónomas. Por eso no me quiero alargar en este punto. Está bien
que haya un marco general, que haya un plan a nivel general, es una materia muy importante para la financiación, que estoy convencido que se mejorará en el País Vasco y en Cataluña, con el nuevo Estatuto, y en tantas otras comunidades autónomas,
pero básicamente es una competencia de las comunidades autónomas. Finalmente, todos hemos hablado hasta ahora muy poco de los mecanismos de participación de los pacientes en los sistemas de toma de decisión en la sanidad pública. Hay un mandato
legal ampliamente no cumplido y deberíamos reflexionar sobre cómo mejorar la participación de los pacientes en la sanidad pública.



La señora PRESIDENTA: Señor Xucla, es usted un político habilidoso y experimentado para hablar de lo que quiere esté o no en el orden del día: tabaco, medicamento, etcétera y quiero que sepa que he estado a punto de llamarle a la cuestión.



Finalmente, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra la señora Pozuelo.



La señora POZUELO MEÑO: Bienvenida, señora ministra.



Hoy se ha hecho aquí referencia a la Ley General de Sanidad por los portavoces y por usted misma y, sin duda, la Ley General de Sanidad aprobada hace 20 años marcó un hito histórico en nuestro país, porque permitió el desarrollo de uno de
los pilares básicos del Estado del bienestar. Un marco regulador que ha permitido que el Sistema Nacional de Salud ejerza un papel redistributivo y de reequilibrio territorial en la sociedad española al garantizar la universalidad, la equidad y la
igualdad del sistema para todos los ciudadanos que viven en nuestro territorio, independientemente del lugar en el que vivan. Una ley que, como usted decía, cambió el modelo sanitario en España, el modelo de Seguridad Social contributivo por un
modelo de aseguramiento público, de acceso universal financiado con impuestos y desarrollado en un ámbito territorial totalmente descentralizado, como el que tenemos a partir del año 2002. Me gustaría hacer alguna apreciación sobre algo que ha
salido hoy aquí en el debate por parte de varios portavoces. Creo firmemente a la señora Bonàs, cuando decía que el Sistema Nacional de Salud tiene que ser un sistema querido y eficaz para toda la población. Estoy convencida de que el buen
reconocimiento, la eficacia y la sostenibilidad del propio sistema sanitario público en nuestro país depende de que no sea un sistema dual, como el que había cuando era un sistema contributivo de la Seguridad Social antes de la aprobación en el año
1986 de la Ley


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General de Sanidad. La gran virtualidad del sistema que tenemos a partir de esa Ley es que no es un sistema dual, es un sistema de aseguramiento único y público que no establece una doble vertiente, dependiendo de la capacidad económica y
de las posibilidades de cada uno de los ciudadanos españoles y de la diferencia de ubicación en un territorio u otro, como decía anteriormente. Solo será un buen sistema aceptado mayoritariamente por todos, y sobre el que nadie tenga dudas a la
hora de arrimar los esfuerzos económicos de recursos humanos y de todo tipo que sean necesarios, si es un sistema eficaz y al que todos se adhieren; si es un sistema dual verdaderamente perderá el eje central de su sentido, de su valoración y de lo
que la propia Ley General de Sanidad estipuló en el año 1986. A lo largo de estos 20 años hemos sido capaces de consolidar un buen sistema público, con una amplísima cartera de servicios, con una financiación garantizada, que ayuda a dar
estabilidad y a consolidar todo este sistema, y con unos servicios de salud totalmente descentralizados en las comunidades autónomas. Ello ha permitido, como antes decía, ese mejor acceso y cercanía de los ciudadanos y la mayor eficiencia de la
prestación sanitaria que están recibiendo.



Señora ministra, es el momento de abordar -en cumplimiento de la Ley de Cohesión y Calidad sanitaria, aprobada en el año 2003, porque este Gobierno cumple con esa ley- esta nueva situación y el futuro del sistema para un periodo de tiempo
amplio y largo y para garantizar el futuro, para garantizar la mejor cohesión sanitaria y para garantizar, en la nueva situación que tenemos, una equidad suficiente y una atención sanitaria para todos los españoles. Las últimas encuestas de
valoración del Sistema Nacional de Salud que tenemos del año 2004 indican que los datos no eran nada favorecedores, probablemente por la derivación de recursos económicos de la atención pública a la atención privada, que se había producido a lo
largo de 8 años. (La señora Roldós Caballero: ¡Qué barbaridad!) En aquel momento la valoración de los españoles sobre el sistema público sanitario no superaba los 7 puntos en ninguno de los indicadores y en dos de ellos estaba por debajo del 5, en
concreto el que hacía referencia a la información institucional que se daba a los pacientes y a la atención en la etapa previa a la prestación que tenían que recibir. Dos elementos de la máxima importancia que, sin duda, se han tenido en cuenta al
elaborar este Plan de Calidad, porque son dos aspectos sobre los que los ciudadanos reclamaban atención específica, aunque en general tienen una buena valoración del sistema público sanitario en nuestro país. La elaboración de este Plan de Calidad
que usted nos ha presentado hoy ha sido un objetivo y un compromiso personal suyo como ministra, desde su primera comparecencia ante esta Comisión, y fue -así lo ha manifestado usted- un compromiso muy personal del presidente del Gobierno, que ya lo
planteó en el discurso de investidura ante esta Cámara como uno de los elementos esenciales e ineludibles para que hubiera el mejor desarrollo posible del sistema público sanitario.



Este Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud que hoy nos ha presentado es sin duda un magnífico proyecto, es un trabajo realizado a lo largo de casi dos años, que ha madurado y que está muy bien elaborado, con unas estrategias muy
bien definidas, con unos objetivos clarísimos de hacia donde se quiere ir y poniendo, además, una serie de instrumentos y de acciones que tendrán que desarrollarse a lo largo de los próximos años por parte de las comunidades autónomas y de la propia
autoridad estatal, del Ministerio de Sanidad, con la mayor atención para que se puedan conseguir los efectos planteados en él y los efectos deseados en esos objetivos. Es un documento que aborda la totalidad de los problemas con los que hoy se
enfrenta el sistema público y al que están teniendo que hacer frente las administraciones públicas sanitarias, los profesionales sanitarios y los pacientes y usuarios; que establece unos principios y objetivos claros; que propone los instrumentos
y las estrategias para abordarlo y para desarrollarlo y que tiene, desde mi punto de vista, algo de gran valor como es un eje central de atención que son los ciudadanos, su seguridad, su atención, el mejor acceso a la información, el reconocimiento
de su derecho a un trato digno y en plenas condiciones de igualdad, y que garantizará que el sistema público sanitario cuente con la mejor capacidad terapéutica, con las tecnologías más innovadoras y avanzadas, con los profesionales más cualificados
y mejor formados y con los mejores sistemas de investigación sanitaria en red. Como usted nos ha manifestado, el plan está en estos momentos en un proceso de análisis, estudio y evaluación por parte de las comunidades autónomas, de las sociedades
científicas y de las asociaciones de pacientes. Por tanto, me gustaría preguntarle, igual que han hecho otros grupos parlamentarios, por las previsiones que tiene su ministerio para que el plan que hoy nos presenta, y que ya tienen las comunidades
y las sociedades científicas desde el mes de marzo, pueda ponerse en marcha de manera definitiva, como un instrumento real que pueda desarrollarse en los próximos años. Este plan cuenta además con dos hechos relevantes, un acuerdo político de
primera línea, como es el alcanzado por todos los presidentes de las comunidades autónomas en la Conferencia de Presidentes, y una financiación expresa y explícita -50 millones de euros para este año- para garantizar su puesta en marcha.



Hay algunos aspectos del plan que me parecen de especial relevancia, pero como no puedo referirme a todos, porque sería muy largo y contamos con poco tiempo, me gustaría resaltar alguno de ellos, como la atención a los pacientes, eje central
de este plan, o aquellas medidas que se refieren a la mejora de la seguridad de los pacientes, la puesta en marcha de un sistema de notificación nacional de efectos adversos y el desarrollo de prácticas seguras en áreas de especial relevancia como
la prevención de las infecciones en los centros hospitalarios o los errores por una incorrecta administración de


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medicamentos. También me gustaría referirme al establecimiento de un sistema de acreditación y auditoría de los centros sanitarios, para fijar los requisitos básicos y las garantías de seguridad y calidad que deben cumplir esos centros para
su apertura y en su funcionamiento. Otros aspectos importantes son la evaluación permanente de las tecnologías sanitarias, para que los ciudadanos puedan beneficiarse lo más rápidamente posible de los avances que incorpore el sistema, y la atención
a los profesionales sanitarios, con el objeto de adecuar las plantillas a las necesidades futuras de los servicios sanitarios estudiando las necesidades de los especialistas. En este punto, me gustaría hacer una referencia a una de las peticiones
que le ha planteado el portavoz del Grupo Popular, señor Mingo. El Grupo Popular ha planteado en esta Cámara, a través de una proposición no de ley, la creación de una subcomisión para el estudio de la necesidad de recursos humanos que tiene el
sistema en nuestro país. Ya le adelanto, señor Mingo, que nuestro grupo no puede estar en absoluto a favor de ese tipo de subcomisiones porque significarían sustraer la competencia a las comunidades autónomas, que son las responsables en esta
materia junto con la Administración del Estado. No podemos crear una comisión de estudio paralela a la que existe y ya está trabajando, sustrayendo así la competencia a las comunidades autónomas, que son las que tienen que analizar, estudiar y
plantear sus demandas y sus necesidades al Gobierno de la nación. Además, como veremos a partir de que este sea un documento definitivo, este Plan de Calidad ya contempla esas cuestiones específicas que hacen referencia a la mejor forma de revisar
las necesidades que tiene el sistema en cuanto a mejor dotación de especialistas o a la dirección que van a seguir las futuras demandas. Por tanto, los mecanismos para atender a esa petición que usted planteaba anteriormente en su intervención ya
están creados.



Dentro de la atención a los pacientes, por algunas intervenciones parece ser que estos son los grandes olvidados no ya de este Plan de Calidad, sino de la atención de la autoridad sanitaria estatal. Nada más lejos de la realidad. Prueba de
ello es la especial atención a los pacientes que contiene este documento. Además, una de las grandes estrategias se va a destinar a la especial atención a los pacientes que sufren enfermedades de mayor prevalencia o que están en situaciones
específicas que requieren una mayor atención para mejorar su calidad de vida y la asistencia y las prestaciones que están recibiendo, como son los pacientes que reciben tratamientos para el cáncer, transplantes o accidentes cerebrovasculares o los
ancianos que tienen reiterados ingresos hospitalarios.



Considero muy importantes las estrategias de prevención ante los principales problemas de salud que se presentan en nuestro país, como son la obesidad en la infancia, el consumo de alcohol entre menores de 18 años o los accidentes
domésticos. En este sentido, hace apenas cuarenta y ocho horas hemos aprobado en este Congreso de los Diputados una resolución derivada del debate sobre el estado de la Nación que hace una mención expresa a la necesidad de que los poderes públicos
y la sociedad presten especial atención a los problemas que han puesto de manifiesto las distintas encuestas sobre salud y drogodependencia de los jóvenes en nuestro país. Tanto el consumo de alcohol como la obesidad son preocupantes. Nuestro país
presenta indicadores que no son beneficiosos ni positivos en relación con los países europeos de nuestro entorno, con los países occidentales en los que nos movemos. Por tanto, es preciso dar con urgencia una respuesta social y normativa por parte
de todos los poderes públicos a esos problemas que se nos plantean en este momento.



Me parece realmente importante la insistencia sobre un mejor conocimiento de las desigualdades de género que usted ha planteado para resolver mejor los problemas de salud de la mujer. Usted decía que la mayor información que tenemos sobre
la situación que existe en nuestro país y, en muchos casos, la falta de información o de conocimiento explícito de estudios expresos para nuestro país en relación con lo que se conoce, ya más avanzado, en el resto de los países europeos u
occidentales, nos hace saltar de nuevo las alarmas. En este sentido, me gustaría hacerle una petición. En España, cada vez es más común la maternidad tardía, una realidad muy poco conocida y, desde mi punto de vista, muy preocupante para la salud
de las mujeres. Estamos viviendo con una cierta perplejidad cómo las mujeres retrasan en España la edad de nacimiento del primer hijo. Empezamos a asumirlo ya como una cosa casi natural, cuando es algo preocupante, porque está ocasionando
problemas culturales y de adaptación sociológica y, además, está teniendo como consecuencia un descenso importante de la natalidad en nuestro país. Asimismo, me gustaría referirme al coste que esta maternidad tardía puede tener para la salud de las
mujeres. Este es un hecho que no es bien conocido y, al menos por la información que yo tengo, no está bien estudiado ni bien tratado. Sin duda, los embarazos y los partos de mayor riesgo que conlleva esa maternidad tardía a partir de los 30 ó 35
años pueden tener -creo que ya lo está teniendo- un coste para la salud y un coste personal para las mujeres, que estamos soportando una imposición social, en muchos casos no deseada, sino obligada por las circunstancias. Sin duda, estamos pagando
de nuevo un alto precio por mantener nuestra igualdad en la sociedad en la que estamos viviendo.



En cuanto al impulso de la atención primaria, tanto lo que contiene este Plan de Calidad como lo que usted nos ha anunciado nos parece interesante. Se sigue trabajando en ella como una de las líneas estratégicas a desarrollar. Así lo
quieren todos los responsables públicos del sistema, este Congreso de los Diputados y, por supuesto, todos los ciudadanos y pacientes. Sin duda, creo que se está realizando un buen trabajo, según las líneas que se apuntan en este Plan de Calidad.



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Tengo que decir, ante alguna de las manifestaciones que se han hecho aquí en las distintas intervenciones de los grupos parlamentarios, que la gestión de la atención primaria, lo mismo que la gestión de las listas de espera, es
responsabilidad de las comunidades autónomas que tienen plena competencia para dedicar los recursos que tengan que dedicar y para desarrollar las estructuras de atención primaria que tengan que desarrollar. Es cierto que en estos momentos no
tenemos una situación totalmente homogénea en las distintas comunidades autónomas en cuanto a la prestación del servicio de atención primaria que reciben todos los ciudadanos, depende de la comunidad autónoma, pero en gran medida se debe a la
decisión política de cada una de las comunidades autónomas, de las prioridades que han desarrollado dentro de la propia gestión de su servicio sanitario o de las prioridades de otro tipo de servicios, como educativos o sociales, y de los recursos
que han querido destinar al mismo. Por tanto, hay comunidades autónomas como la andaluza que tiene una adscripción prácticamente del cien por cien de la población a los servicios de atención primaria, y hay otras comunidades, como la Comunidad
Valenciana, en la que una cuarta parte de la población no tiene una adscripción directa a los servicios de atención primaria, sino que, por haber optado por otro tipo de modelo, por ese modelo dual al que yo me referí anteriormente, están recibiendo
otro tipo de asistencia dentro de la atención primaria. Por tanto, los recursos que cada comunidad autónoma está dedicando también a la atención primaria son responsabilidad solamente de esas comunidades. Con los acuerdos de la Conferencia de
presidentes hubo una inyección económica muy importante y muy sustancial de recursos para los servicios sanitarios de todas las comunidades autónomas, pero hubo comunidades, como por ejemplo la Comunidad gallega, que dedicaron esos recursos a
mejorar especialmente la atención primaria que habían recibido y hay otras comunidades que probablemente no lo han hecho así. Por tanto, cada vez que hay una nueva estrategia y que por parte de la autoridad sanitaria del Estado se impulsan nuevos
avances en la atención primaria o en cualquiera de las líneas de actuación que hay que mejorar en un sistema público sanitario, no se puede plantear al mismo tiempo la reclamación de que esto venga unido a mayores recursos económicos, porque los
recursos económicos son los que son, están acordados por un sistema general de financiación autonómica y cada comunidad autónoma tiene la autonomía suficiente para decidir cuál de esos recursos dedica a la financiación sanitaria y, dentro de esta,
cuáles son sus prioridades.



Me gustaría referirme finalmente a la cuestión que se ha suscitado, y que es objeto también de la comparecencia, en cuanto a las listas de espera.
Es cierto que por parte del Grupo Popular se reclamaba a la ministra que cumpliera con la Ley
de Cohesión y se le recordaba además que el Plan de Calidad es una de las obligaciones establecidas en la Ley de Cohesión Sanitaria y que por eso ha sido uno de los objetivos prioritarios desde que este Gobierno fue elegido por los ciudadanos.
Estoy convencida de que este Plan de Calidad no es el que hubiera presentado un Gobierno del Partido Popular, ni muchísimo menos. La complejidad, la correlación de compromisos que hay con las comunidades autónomas para desarrollar este Plan de
Calidad y no interferir en los trabajos que se están haciendo por parte de cada una de las administraciones públicas autonómicas y el respeto a esa lealtad institucional es un conjunto de elementos que diferencian sin lugar a dudas a la hora de
valorar la práctica política de unos gobiernos y de otros. En cuanto a las listas de espera, lo que demandaría hoy aquí es que por parte de todas las administraciones públicas sanitarias de todas las comunidades autónomas se cumpliera también con
el Decreto 605 que regula las listas de espera. Tenemos una situación muy peculiar, por llamarla de una manera muy suave, y es que hay 16 comunidades autónomas, más las que están administradas por la Administración del Estado, que están siguiendo
unos sistemas comunes que están acordados por parte del Ministerio de Sanidad y Consumo y de todas las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y regulados por el Real Decreto 605. Por tanto, no sé, señor
Mingo, si el sistema que está utilizando la Comunidad de Madrid es el mejor o no. Desde luego, no creo que sea el mejor porque hay 16 comunidades autónomas que tienen otro, que se han puesto de acuerdo para desarrollar otro, a pesar de los intentos
del consejero de la Comunidad de Madrid de convencer, entre comillas, a las comunidades autónomas del PP para que sigan ese otro procedimiento inventado por él y, desde luego, yo tengo mis serias dudas de que sea el mejor sistema. De lo que estoy
convencida es de que es el más caro de todos, porque ha significado a la Comunidad de Madrid el gasto de 830.000 euros a lo largo de un año en un trabajo que el consejero de la Comunidad de Madrid encargó a una empresa para que aclarara y maquillara
las listas de espera de la Comunidad de Madrid y poder presentar unos resultados de cumplimiento del compromiso de la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, de que ningún madrileño estaría más de 30 días en una lista de espera. Como eso no
se ha conseguido, como eso ha obligado a que la Comunidad de Madrid tenga que salir del sistema común homogéneo que tienen todas las comunidades autónomas, junto con el Ministerio de Sanidad y Consumo, señor Mingo, no puedo decirle más que lo que le
digo. No puede ser que haya una comunidad que no cumpla con la obligación y con el compromiso que todas las comunidades han acordado de establecer un sistema porque además hace que ese sistema y esos datos que se publican y se tienen en cuenta, y
sobre los que se trabaja en el conjunto del sistema, no sean lo suficientemente válidos. Le falta una pata porque es una de las comunidades que tiene mayor población en todo el territorio nacional y, desde el punto de vista cuantitativo y
cualitativo, sería muy deseable que esta comunidad se uniera a lo que el 99 por ciento de las administraciones públicas de las comunidades autónomas han hecho. Por


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tanto, merece el esfuerzo que se ha hecho, el compromiso que se ha adquirido en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud entre todas las comunidades autónomas y el principio de lealtad para que puedan ser efectivos los datos
que se utilizan y puedan ser evaluados entre todos en el mejor servicio a los ciudadanos, que es el que se pretende obtener.



Señor Mingo, le felicito y le agradezco sinceramente el ofrecimiento que ha hecho a la ministra por parte de su grupo parlamentario de apoyar este Plan de Calidad. Merece la pena la apuesta por este plan y el compromiso de toda la Cámara
porque estoy segura de que se logrará finalmente por parte de todas las administraciones competentes, por parte de todas las sociedades, de las universidades y de las asociaciones de consumidores y usuarios, porque es una apuesta realmente útil,
eficaz, e imprescindible para abordar el desarrollo del sistema público sanitario en los próximos 20 años.



Termino ya, señora presidenta. Señora ministra, le manifiesto que, por supuesto, contará con todo el apoyo y toda la colaboración del Grupo Parlamentario Socialista para mejorar el sistema público sanitario, en el que siempre hemos creído,
porque estamos convencidos de que es plenamente sostenible si somos capaces de mantener los principios que estableció la Ley General de Sanidad con la que empezábamos este debate y porque eso permitirá que la prioridad política de todos los
gobiernos sea la de establecer los recursos suficientes para que sea verdaderamente un sistema sostenible.



El señor PRESIDENTE: Realizadas todas las intervenciones, para dar a ellas contestación tiene usted la palabra nuevamente, señora ministra.



La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Salgado Méndez): Intentaré dar contestación a todas ellas porque han sido intervenciones ricas y llenas de contenido, pero no quisiera extenderme demasiado, aunque la situación lo merezca, para no
tenerles aquí hasta la tarde.



Señora Pozuelo, le agradezco mucho su intervención de apoyo a este Plan de Calidad del ministerio. Hay que entender qué es lo que queremos desde el ministerio con este Plan de Calidad. Por supuesto, no hemos querido en absoluto sustituir
ni competencias ni ejercicio de funciones por parte de las comunidades autónomas. Más bien, este Plan de Calidad tiene que cumplir algunas funciones. En primer lugar, una función, si me permiten, de catalizador en el sentido más físico-químico de
la palabra, como elemento que desencadena o que acelera un proceso que de todas maneras es probable que se hubiera producido. Este Plan de Calidad lo que hace es poner en común iniciativas -algunas de las cuales ya se estaban llevando a cabo en
comunidades autónomas-, coordinar todas ellas para que puedan ser después comparables; tiene el objetivo de realización de estudios globales con datos de todas las comunidades autónomas, así como el objetivo de comparación internacional, que
siempre es más fácil de hacer desde una instancia globalizada; también tiene como objetivo la financiación de determinadas experiencias piloto. Lo que no tiene como objetivo, desde luego, es sustituir la acción de las comunidades autónomas, así
que por eso hemos querido que este Plan de Calidad no fuera lo primero que se hiciera en el ministerio, sino que voluntariamente hemos querido que se llevara a cabo después de un trabajo de muchos meses, pero en el ecuador de la legislatura, cuando
nos parecía que teníamos entre todos los conocimientos y los elementos de coordinación necesarios para que esto pudiera llevarse a la práctica.



Ha hecho usted muchas observaciones, todas ellas muy relevantes, pero quisiera referirme únicamente a la petición concreta que nos ha hecho sobre la determinación de los costes para la salud de la mujer de una maternidad tardía. En su
planteamiento ha incluido temas que no son de salud. Evidentemente, el rol actual de las mujeres en la sociedad hace que la función de la maternidad se haya ido retrasando, por esa necesidad de ocupar un espacio que nos es debido en el ámbito
laboral, y esa dificultad de conciliación de políticas que nos permitan atender a las dos cuestiones a la vez, ser madres y desarrollar una actividad laboral fuera del hogar, hay que solucionarla con medidas que tienen que ver más con medidas
sociales y de igualdad que no con medidas estrictamente sanitarias. Tampoco estoy tan segura de que podamos determinar cuáles son los costes de una maternidad tardía para la salud de la mujer. Lo que desde luego sí sé es que la maternidad tardía
ahora no es la misma que la de hace 20 años. Hace 20 años una mujer que daba a luz con más de 30 años, si no me equivoco, se llamaba primípara añosa, y desde luego la aplicación de esa denominación hoy en día suscitaría cierto escándalo. De todas
maneras, preguntaré a los expertos del ministerio, que para eso los tengo, si es necesario hacer un estudio tan específico de los costes de esa maternidad tardía para la salud de la mujer, pero no creo en absoluto que sea comparable con la situación
de hace unos años.



Quería contestar después a la señora Bonàs. Agradezco mucho el sentido de su intervención. Tendré oportunidad de decir después, en mi respuesta al Grupo Popular, que algunas de las cuestiones que han planteado inducen o traslucen una
cierta confusión competencial. Parece que quieren residenciar en el ministerio competencias que son exclusivas de las comunidades autónomas, a las que el ministerio en absoluto desea suplir.
Al revés, este Plan de Calidad lo que pretende es evitar
duplicidades y sumar más que restar, y es un plan en el que hemos podido contar con la colaboración de muchas sociedades científicas. En el ámbito de la atención primaria, hemos contado con la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria,
la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista, la Sociedad Española de Medicina General, la Federación Española de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria, la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de
Pediatría en Atención Primaria, la


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Federación Española para la Defensa de la Sanidad Pública, el Consejo General de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales, la Sociedad Española de Farmacéuticos en Atención Primaria y la Asociación de Enfermería Comunitaria, además
de expertos. En cuanto a los pacientes, en estos trabajos del Plan de Calidad se han incorporado la Coalición de Pacientes de Enfermedades Crónicas, el Foro Español de Pacientes y, en cada una de las estrategias específicas, las asociaciones de
pacientes más significativas. Evidentemente, eso no es incorporar a los pacientes en los ámbitos de decisión, pero casi todos estos ámbitos de decisión, como me he referido al principio, están situados en el ámbito competencial de las comunidades
autónomas. Por lo tanto, hemos comenzado a incorporar a los pacientes en la definición de las estrategias. Ese es un buen camino en el que, desde luego, el ministerio desea continuar.



Dice usted que el farmacéutico es un profesional sanitario al que tal vez no se le otorga la suficiente importancia. Su reflexión me parece interesante; de hecho, los farmacéuticos nos están ayudando mucho en las políticas preventivas.
Las oficinas de farmacia son verdaderos agentes de salud que nos están ayudando en algo más que lo que supone la dispensación o los consejos sobre fármacos. Se están incorporando muy activamente a las campañas de prevención del sida, de la obesidad
y de las enfermedades de transmisión sexual. Por tanto, es una buena reflexión tratar de que ese papel sea todavía más importante en este ámbito de mejora de la sanidad.



Los fondos que se han dispuesto para el uso racional del medicamento tienen una finalidad que está establecida en la ley y, por otra parte, proceden de los fondos aportados por la industria farmacéutica. Tenemos, por tanto, el compromiso
con la industria farmacéutica de que estos fondos se dediquen a procurar un uso racional de los medicamentos desde las dos vías, la del prescriptor y la del paciente, del ciudadano, del usuario.



En cuanto a la evaluación de tecnologías, efectivamente coincido con usted en que las tecnologías están evaluadas en otros países, pero hay que hacer una auditoría y, sobre todo -y a nosotros nos parece más interesante desde que está
incorporado en este Plan de Calidad-, establecer un sistema eficiente y rápido de comunicación de efectos adversos, que en el caso de los medicamentos lo tenemos, y en el caso de las tecnologías no lo tenemos de igual manera. Puede darse el caso de
que una tecnología haya producido un efecto indeseado en un determinado centro sanitario y en el resto de los centros sanitarios que utilizan esa tecnología no llegue este conocimiento de que se ha producido ese efecto adverso. Creemos que hay que
hacerlo, y en esa tarea tiene que jugar un papel importante la agencia de evaluación y las agencias correspondientes, porque tendrán que hacer después de la comunicación de ese efecto adverso la auditoría correspondiente para saber a qué se debe.



Sobre las listas de espera también tendré oportunidad de hablar. Es verdad que las listas de espera se están reduciendo, pero no es menos cierto que desde el principio, al ver los procesos quirúrgicos que se incluyen en las listas de
espera, llamamos la atención sobre que se incluían procesos de muy distinta importancia a efectos de la calidad de vida del paciente.
Hemos tenido como efecto colateral que en determinadas comunidades se hayan disminuido las listas de espera en
aquellas operaciones más sencillas y, sin embargo, se hayan mantenido en aquellas operaciones más complicadas, pero que también influyen más en la calidad de vida del paciente. Por tanto, entre todos tenemos que perfeccionar el sistema. Esa es una
tarea también de los expertos. Estamos tratando de que la gestión de las listas de espera pueda contar también con elementos comunes para que no se produzcan esos efectos que, en todo caso, son indeseados.



Ha hecho usted referencia a la financiación. Es difícil no estar de acuerdo con una cuestión y es que seguimos dedicando a la sanidad un porcentaje menor en términos de PIB que los países de la Unión Europea con los que deseamos
compararnos. Estoy absolutamente de acuerdo con usted en que previsiblemente los recursos dedicados a la sanidad tendrán que crecer en el futuro y espero que el nuevo sistema de financiación autonómica, que se va a presentar por parte del
Ministerio de Economía y Hacienda a las comunidades autónomas en el plazo acordado, tendrá en cuenta esta realidad.



Me hablaba usted sobre la dependencia de la sanidad privada. Entiendo que no se refiere a los conciertos con entidades privadas, sino a una sanidad privada, privada, no en base a conciertos. Yo nunca quiero dejar de lado que esa sanidad
privada es un componente de la prestación sanitaria en nuestro país y que, por tanto, difícilmente va a desaparecer de la noche a la mañana. Lo que nosotros tenemos que hacer es preocuparnos de que la sanidad pública sea suficiente para todos y de
alta calidad. La sanidad privada seguro que encuentra un lugar, y siempre va tener un papel que cumplir sea en términos de confort, de una atención más personalizada o de determinados procesos que nunca van a estar incluidos en la sanidad pública,
pero coincido con usted en que nuestra preocupación debe ser la de mejorar la sanidad pública.



El señor Xuclà me hablaba de la protección de datos en el fomento de las tecnologías de la información. Yo le puedo asegurar que ese es el primer mandamiento, si me permite utilizar la expresión, de todo lo que se está haciendo en las
tecnologías de la información. Quisiera decirle que las fugas que ha habido de información confidencial de pacientes no se han producido a través de los sistemas electrónicos sino, en los casos más señalados, porque alguien olvidaba historias
clínicas en un cubo de basura o porque olvidaban encerrar las historias clínicas escritas. Las fugas no se han producido, en general, a través de los sistemas electrónicos que, al contrario, ofrecen más seguridad en cuanto permiten una encriptación
que puede hacerse todo lo sensible e ininteligente que se quiera. Tenga la seguridad de que esa es una de nuestras preocupaciones esenciales.



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Por lo que se refiere a la receta electrónica y al periodo, y contesto también al señor Mingo, quiero decirle que el Plan Avanza tiene previsto finalizar la implantación de la receta y la historia clínica electrónica en un plazo máximo de
dos años, y coincido con usted en que ese transitorio debe hacerse lo más breve posible. Si puede ser un mes, mucho mejor que dos.



Me comentaba usted también la necesidad de que hubiera psicólogos en los centros de atención primaria. Creo que en los centros de atención primaria ha habido en algunos casos profesionales distintos de los médicos, de las enfermeras y del
resto de las profesiones sanitarias. En algunos momentos en esos centros ha habido asistentes sociales, en particular para la atención en los casos de violencia. Pero esa es una decisión que tiene que tomar cada una de las comunidades autónomas en
cada uno de los centros. No creo que se pueda dar una recomendación con carácter general porque dependerá mucho de la situación del centro, pero en todo caso es una competencia de las comunidades autónomas sobre la que, entiendo, no debemos
recomendar nada especialmente.



Me hablaba usted de paso de la ley del alcohol, y le contesto, con el permiso de la presidenta, porque creo que sí tiene algo que ver con las medidas de prevención que nosotros queremos implantar. Esta ley, más que de mínimos, va a ser una
ley dirigida a una población concreta, fundamentalmente a aquellos menores de 18 a los que en teoría, en muchas comunidades autónomas está prohibido venderles alcohol, pero que se emborrachan una vez cada diez días en un porcentaje de un 30 por
ciento.
En cuanto a la convivencia entre los que beben y los que no beben, ahí tenemos que ser muy respetuosos con las competencias de las administraciones locales. En ese apartado me atrevería a decir que la ley va a ser de minimum minimorum.



En cuanto a los actores del Plan de Calidad, a la responsabilidad civil de los médicos, quisiera comunicarle, es posible que usted lo sepa, que se está elaborando una ley de baremación de daños médicos por el Ministerio de Justicia, que es
el competente para hacerlo, y está contando con toda la colaboración del Ministerio de Sanidad. El proyecto está muy avanzado y pronto podrá ser una realidad. Coincido con usted en su importancia, no tan solo por lo que es el horizonte de
previsibilidad de los médicos, sino porque las compañías de seguros son muy reticentes a la hora de firmar las pólizas de responsabilidad civil. Hay muy pocas empresas de seguros que admitan la firma de estas pólizas. Es una cuestión de especial
importancia no sólo para los médicos sino también para las administraciones sanitarias.



Por lo que se refiere a los programas de salud bucodental, el tratamiento con la técnica láser creo que no debería tener ese carácter de generalidad que a veces le atribuimos, entre otras cosas porque, por la evidencia científica, vemos que
está siendo menor el número de intervenciones en esta materia de lo que era hace cuatro años. Por tanto, creo que deberíamos huir de esos planteamientos generales.



Respecto al Plan de salud mental el Ministerio está haciendo una estrategia con las comunidades autónomas y las sociedades científicas. No digo nada nuevo al decir que de todas las estrategias es la que nos está llevando más dedicación, más
trabajo, la que a nosotros nos parece más compleja, donde las diferencias de criterios entre distintos profesionales son más acusadas y donde la forma en que se están acometiendo estos problemas por parte de las administraciones y centros está
siendo más distinta. Aunque es complejo, lo estamos haciendo y lo vamos a poder presentar también al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud a finales de año, y debe saber usted que llevamos más de un año trabajando en ello. Es la
propia complejidad del tema la que exige todo este tiempo y no que no estemos trabajando.



Dice usted que las reglas están para cumplirse. Desde luego que lo están.
Tenga la seguridad de que, por parte del Ministerio, en todas aquellas administraciones en las que se escuche nuestra voz, se cumplirán.



He intentado dar respuesta a todos los intervinientes y he dejado para el final al Grupo Popular que ha tenido dos intervenciones de distinto signo. Al señor Mingo le tengo que agradecer, como siempre, el tono de su intervención;
intervención que, con algunas trampas dialécticas, absolutamente permitidas en el lenguaje parlamentario, intenta ser constructiva, y lo es, en el tono y en la forma; sin embargo, incluye algunas cuestiones que no son así exactamente. Celebro que
apoye usted el Plan de Calidad, esas 189 medidas, y que nos proponga usted nuevas cosas que debieran, según su opinión, estar incluidas en el Plan de Calidad; tenga la seguridad de que las tendremos en consideración. Menciona la cartera de
servicios. Pues bien, creo haber expresado, en alguna respuesta a alguna pregunta parlamentaria, que en estos momentos está pendiente del trámite del Consejo de Estado. Tan pronto como haya pasado este trámite se publicará en el Boletín Oficial
del Estado. Lo mismo ocurre con el decreto del fondo de cohesión y con el decreto de servicios y centros de referencia.



En cuanto a los profesionales, puedo decirle lo mismo que del estatuto del residente. Creo que podría comprometerme a que antes de las vacaciones de agosto el estatuto del residente pueda ser una realidad que veamos en el Boletín Oficial
del Estado. La creación de una subcomisión en la Comisión de Sanidad no es, como sabe, una cuestión sobre la que el ministerio sea competente, pero entiendo que ha sido ya contestado. Sobre las carencias que señala la Organización Mundial de la
Salud en la participación de pacientes, he querido dar respuesta desde el ámbito del ministerio.



En lo relativo al tiempo de espera de los ciudadanos sí me voy a extender un poco, porque me dará oportunidad de hacer alguna referencia a ese quiebro que usted ha hecho en su intervención sobre la necesidad de que sea homogéneo el cómputo
de las listas de espera. En teoría podría estar de acuerdo con que cada comunidad autónoma mida sus listas de espera de una manera distinta, pero hay un decreto del año 2003 que establece de


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qué forma hay que medirlo; es un decreto que ha sido bien aceptado por las comunidades autónomas y al que se han sumado. Quisiera decirle, a modo simplemente de pequeña referencia, que cuando después de las últimas elecciones la consejera
de la Comunidad de Galicia decidió aplicar en su totalidad el decreto tal como se había aprobado, eso supuso la incorporación de 7.000 pacientes más a la lista de espera; eran pacientes procedentes de un hospital de Vigo que no habían sido
incluidos en la lista de espera anterior y la consejera entendía, con buen criterio, que debían incorporarse en cumplimiento de este decreto. Eso supuso, sin ninguna duda, una crítica porque en ese periodo de tiempo se incrementaron de manera
notable las listas de espera en una comunidad autónoma, sin embargo esa comunidad aceptó ese compromiso entendiendo que era un compromiso común. Difícilmente pueden estar de acuerdo con usted los ciudadanos en que la forma en que la Comunidad de
Madrid contabiliza las listas de espera es la mejor posible, no ya solo por algo que se ha conocido, y que es que no se contabilizan en ella a los pacientes desde que el cirujano prescribe que hay que realizar una operación quirúrgica, sino que se
hace desde el momento en que han efectuado la visita al anestesista, sino porque además, desde ese momento y hasta que el paciente es intervenido, la forma de contabilizar las listas de espera por parte de la Comunidad de Madrid es contar sólo los
días hábiles y no los días festivos. Difícilmente los ciudadanos pueden admitir que esa sea una forma correcta de contabilizar los datos de una lista de espera. Por tanto, quiero decirle que creo que el decreto de 2003 es bueno y que por parte del
ministerio se va a hacer todo lo posible porque la contabilidad de las comunidades autónomas se ajuste a lo que está previsto en él.



Creo que he tratado de dar respuesta a todo, aunque tal vez me he olvidado de algo, en lo que se refiere a la intervención del señor Mingo. Quisiera pasar ahora a contestar a la señora Roldós. Señora Roldós, siempre comienza su
intervención confundiendo el ejercicio de la medicina con saber de sanidad. Que conste que a mí no me importa, hay currículums más amplios y más estrechos, hay personas que tienen más suerte en la vida y otras que tienen menos; hay quien tiene
vocación por el ejercicio de la medicina y, afortunada o desgraciadamente, no es ese el camino por el que yo he sido llamada. Pero no puedo aceptar que usted diga eso por una razón muy sencilla: porque eso significa minusvalorar a todos los
ministros de Sanidad de la democracia menos a uno. Por tanto, permítame rogarle que, en lo posible, trate de evitar esa observación. En cualquier caso, ya le digo que personalmente me afecta relativamente poco.



Ya he dado respuesta a alguna de las cuestiones: cuándo estará el fondo de cohesión, el estatuto de los residentes, los centros de residencia. La troncalidad de las especialidades comenzaremos a verla con ocasión de la posible creación de
una especialidad de médicos de urgencias y emergencias; en estos momentos los profesionales sanitarios están haciendo los estudios correspondientes para ver qué tiene que ser y hasta dónde tiene que llegar la troncalidad. Pero creemos que es una
buena medida el procurar una mayor troncalidad; eso va a cooperar en esa mejor provisión de especialistas y, por tanto, nosotros estamos decididos a avanzar en ese sentido.



Quisiera decirle -y también al señor Mingo- que creo que estamos en el buen camino para conseguir que las universidades -y es una decisión del Consejo de Universidades y de las propias universidades- incrementen el número de plazas de las
facultades de medicina. No le puedo decir en este momento cuándo, pero hay un sentir generalizado de que se van a incrementar esas plazas. Evidentemente, eso no va a solucionar las necesidades del sistema hasta dentro de diez años, porque el plazo
de formación de un profesional de la medicina, de un médico, es muy largo, pero a estas alturas creo que es una buena noticia.



También -y con esto, señora presidenta, quisiera terminar- hacía usted referencia, en relación con estas estrategias, con este plan de calidad, con estas acciones que se proponen desde el ministerio, a que no le he pedido al señor Solbes que
lo incorporara en los Presupuestos Generales del Estado. Le voy a contestar únicamente con una cifra. El presupuesto del ministerio es algo menos del 2 por ciento del presupuesto de la sanidad pública. Si se duplicara el presupuesto del
ministerio y permanecieran congelados los presupuestos que dedican a la sanidad de las comunidades autónomas, ese porcentaje pasaría del 2 al 3,8 por ciento.
¿De verdad cree usted que es en los Presupuestos Generales del Estado, en el Ministerio de
Sanidad, donde tienen que figurar los fondos para llevar a cabo cada una de estas estrategias o de estas acciones del Plan de Calidad? Vuelvo a la frase con la que comencé: el Plan de Calidad no tiene por objeto sustituir ni competencias ni
acciones de las comunidades autónomas, sino ayudar a desarrollarlas, establecer un marco común de conocimiento, intercambiar experiencias, poder, si acaso, financiar experiencias piloto, financiar, en todo caso, estudios, que para eso el presupuesto
sí nos da, y por supuesto servir de elemento de coordinación y de mejora, con una atención muy especial -y termino así- a la seguridad de los pacientes, porque nosotros creemos -y en eso coincido con la señora Bonàs- que dada la amplitud de nuestra
cartera de servicios es momento, en primer lugar, de preocuparse, de hacerla sostenible y, en segundo lugar, de aumentar la seguridad de los pacientes. Seguimos teniendo un número importante de efectos adversos, personas que salen de los hospitales
en situación peor de la que ingresaron. Creo que a eso debemos dedicar una especial atención y es una de las cuestiones que el Plan de Calidad pretende.



La señora PRESIDENTA: Veo que hay solicitud de nuevas intervenciones y, por tanto, vamos a fijar previamente las reglas. El Reglamento dice que se producirán, en caso excepcional, escuetamente y por un tiempo


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máximo prefijado por la Presidencia. Por tanto, concedo este turno excepcional por cinco minutos a cada una de las formaciones políticas.



Tiene la palabra el señor Mingo.



El señor MINGO ZAPATERO: Señora ministra, gracias por su respuesta.



Señorías, mi grupo ha dejado claro el apoyo al Plan de Calidad presentado por el ministerio, que debe desarrollarse con las comunidades autónomas.
Ha hecho siete propuestas y respeta la autoría del Plan de Calidad por el Ministerio de
Sanidad, como no podía ser de otra manera, aunque no sea nuestro plan, porque, desde luego, no sería nuestro plan, señora portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, pero lo apoyamos, y apoyamos las 189 medidas. Mi grupo presenta ocho iniciativas
y son denegadas las ocho. La ministra no me ha contestado si va a venir a hablar de cuál es el papel de la agencia de calidad, que creo que es algo de verdad trascendental para la propia evolución del Plan. Nosotros no queremos quitar ni una sola
competencia a las comunidades autónomas, pero si estas van a desarrollar el Plan y a colaborar en ello con el Ministerio de Sanidad, tendrá que escucharse a las propias comunidades autónomas e incorporar aquellas medidas propuestas que parezcan
razonables.



La ministra solo me ha contestado a dos cosas. Primera, que el tema de los residentes estará en agosto. Pactamos que se terminara en el mes de febrero, por lo tanto, cinco meses de retraso. De acuerdo, ya sabemos que será en el mes de
agosto. Resulta que la receta electrónica estará dentro de dos años. Bien, que en el propio plan, en el consejo interterritorial, se diga que dentro de dos años estará la receta electrónica. Es decir, hay que establecer un cronograma: de dónde
venimos, adónde vamos y cuáles son los objetivos que queremos conseguir.



En cuanto a la cartera de servicios, me parece muy bien que el Consejo de Ministros apruebe inmediatamente, en el plazo más breve posible, una cartera de servicios, pero lo que yo le pido es que antes de final de año incorpore a esa cartera
de servicios peticiones que le hemos hecho distintos grupos parlamentarios, que están en su programa electoral y que tienen que ver con la calidad del sistema. Plan de atención primaria, se niega. Subcomisión de recursos humanos, me dice: no es
competencia del ministerio. Señora ministra, por favor, yo entiendo que usted se quiera poner siempre de perfil, pero estaría bueno que usted no fuera responsable o que el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados en la
Comisión de Sanidad no siguiera las indicaciones políticas que marca usted en el ministerio. Si usted quisiera, habría subcomisión de recursos humanos, y negarlo -perdóneme- no es que sea una trampa política; es una tontería. Seguiré con mis
trampas.



Listas de espera. Ninguna de SS.SS. me ha escuchado ninguna crítica concreta a ninguna comunidad autónoma, nunca, porque entiendo que ese papel lo tienen que desarrollar los parlamentos de las comunidades autónomas. En esta Cámara y en
esta Comisión por parte de la ministra, que se ha centrado más en las dialécticas, y por parte de la portavoz socialista se ha dicho que se maquillan los datos de las listas de espera, como también tuve oportunidad de escuchar a la ministra en el
Senado, además de haber leído el 'Diario de Sesiones'. Si nosotros vamos por ese camino de debate político poco riguroso y sin objetivos finales, vamos por el mal camino. Yo ahora mismo le podría decir que le voy a hablar de los pediatras de la
Comunidad Autónoma gallega, pero no lo voy a hacer. Lo que voy a decirles es que cualquier procedimiento de gestión de las listas de espera que sea accesible para la gente y que permita la sana comparación entre las distintas comunidades autónomas
será un acicate para que todas las comunidades autónomas, en beneficio del Sistema Nacional de Salud, consigamos algo que creo que es trascendental, que es reducir las listas de espera de nuestro Sistema Nacional de Salud.



Señora ministra, tampoco me contesta usted a lo que su partido ofreció -el mío también- y que creo que es intrínsecamente bueno y sobre lo que todas las comunidades autónomas tendríamos que estar de acuerdo. Hágalo, cumpla su programa
electoral, que tendrá la colaboración del Partido Popular en ese sentido. ¿Que no lo puede hacer usted sola? Claro que no, pero usted tiene capacidad y competencia legal para sentarse en el consejo interterritorial y todos juntos luchar por ese
objetivo. Cada vez que se ponga usted de perfil, cada vez que se quite de su responsabilidad las competencias o que acuse al pasado o a la oposición de algo en relación con sus posibles fracasos, tendré peor opinión suya. No quiero tener mala
opinión ni suya ni de nadie; lo que quiero es que el Sistema Nacional de Salud, todos juntos pero liderados por usted, defienda lo que están demandando los ciudadanos y a lo que nos hemos comprometido con ellos.



Nuestras propuestas siguen ahí y esperamos que haya un criterio lógico de que quien gobierna marca la pauta, pero que la oposición hace propuestas razonables, razonadas y que persiguen el consenso con todos los grupos, que en esta ocasión,
una vez más, la ministra ha rechazado.



La señora PRESIDENTA: ¿Señora Bonàs? (Denegación.) ¿Señor Xuclà? (Denegación.) Tiene la palabra la señora Pozuelo.



La señora POZUELO MEÑO: Señor Mingo, en la respuesta que le ha dado la ministra yo no he escuchado que le dijera en ningún momento que denegaba todas las iniciativas que usted le había planteado. He escuchado otra cosa muy diferente. He
escuchado dos cosas, en primer lugar, le ha dado las gracias por el ofrecimiento de apoyo al plan, algo que previamente yo había hecho porque creo que es una apuesta realmente positiva e


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importante que este plan salga con el máximo consenso entre todos porque se va a necesitar, y, en segundo lugar, le ha agradecido las ofertas que ha hecho y le ha dicho que se tendrán en cuenta en la medida en que sea posible. Esas son las
palabras que yo he escuchado.



En cuanto al apoyo parlamentario a la creación de una subcomisión en la Comisión de Sanidad sobre el estudio de los recursos humanos del sistema, señor Mingo, el Grupo Socialista es el que apoya al Gobierno, pero también sabe usted que el
grupo parlamentario y el Gobierno tienen su propia autonomía de funcionamiento. Le puedo asegurar que no he hablado en absoluto con el Ministerio de Sanidad, y mucho menos con la ministra, sobre la oportunidad o no de crear una subcomisión de
estudio dentro de esta Cámara. La opinión que le he dado ha sido la mía personal, como responsable y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, y le he dicho que me parece absolutamente innecesaria y además contraproducente porque supondría
entrar en competencia con las funciones que corresponden a las comunidades autónomas y a los parlamentarios autonómicos, y creo que tenemos mucho trabajo y muchas tareas por delante como para dedicarnos a las que no nos corresponden.



Señor Mingo, por lo que se refiere a las listas de espera y a las críticas a otras comunidades autónomas, usted sabe perfectamente que en mis intervenciones yo siempre he sido muy respetuosa con las comunidades autónomas, cosa que no siempre
he encontrado en su grupo parlamentario, ni en esta Comisión ni en el Pleno. (El señor Mingo Zapatero pronuncia palabras que no se perciben.) No me refiero a usted personalmente sino a su grupo parlamentario. En este caso he dado mi opinión y he
mencionado a la Comunidad de Madrid por dos razones: una, porque usted lo ha hecho, ha dicho que era el mejor sistema de elaboración de listas de espera y que no sabía por qué no se tenía en consideración por el resto de las administraciones
públicas competentes, y, dos, porque creo que afecta a los datos, al cómputo, a la evaluación y al trabajo que se hace con carácter general en el Estado. Es decir, el hecho de que haya una sola comunidad que no aporte sus datos, de forma que no se
puedan computar ni evaluar dentro del conjunto del Sistema Nacional de Salud, tiene una gran importancia, y si además es una comunidad de la importancia de la Comunidad de Madrid por el número de habitantes que aporta al conjunto del Estado, mayor
relevancia tiene. La ministra ha hecho referencia a la importancia que tuvo la incorporación de la Comunidad de Galicia al sistema de elaboración de las listas de espera, a pesar del coste, entre comillas, político que pudo tener puntualmente para
esa consejera. Si de verdad nos creemos -tal y como ahora ocurre al analizar un plan de calidad- que lo que queremos es mejorar la asistencia y la prestación que reciben los ciudadanos y queremos un buen sistema y que se mejore la calidad y la
atención del mismo, necesitamos que al menos los datos que estemos manejando sean homologables y que no nos hagamos trampas entre unos y otros. Por lo tanto, no tiene ningún sentido que haya una comunidad que no cumpla con un decreto que además
elaboraron ustedes y que les parece bien a las restantes dieciséis comunidades autónomas. No hay ninguna razón para ello.



La señora PRESIDENTA: Señora ministra.



La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Salgado Méndez): Como le decía, creo que todas las propuestas son a considerar, ya lo he hecho con algunas. Otras no me parecen adecuadas, pero en todas puedo ofrecer un razonamiento de por qué no
me parecen adecuadas. En parte no me parecen adecuadas porque implícitamente sustituirían la tarea que creo que desarrollan, y bien, las comunidades autónomas. Creo que hay no el pacto de Estado al que se refería el señor Xuclà y que sería muy
deseable, pero en este momento sí hay un buen nivel de cooperación entre las comunidades autónomas y el ministerio. El clima en el consejo interterritorial ha mejorado extraordinariamente desde las primeras sesiones y, si no ese pacto de Estado, al
menos sí hay un acuerdo de convivencia que nos permite a todos poder desarrollar nuestras propuestas y trabajar por el bien común.



Por último, necesariamente tengo que hacer referencia a la Comunidad de Madrid porque tengo que explicar mis actuaciones y tengo que explicar por qué no incorporo sus datos en la lista de espera global. No los incorporo por la razón que le
he mencionado antes; tan pronto como la Comunidad de Madrid contabilice sus datos igual que el resto, con mucho gusto la incorporaré en el cómputo final.



Por supuesto, estoy dispuesta a comparecer en el Parlamento, en el Congreso y en el Senado, todas las veces que sea requerida. No tenga ninguna duda de que compareceré a petición propia para dar cuenta del cumplimiento del Plan de Calidad.



La señora PRESIDENTA: Antes de concluir esta sesión, quiero hacer un ruego a los señores portavoces. He estado viendo las materias pendientes en esta Comisión y hay preguntas orales referidas a atención primaria, a listas de espera, a
especialidades médicas y al medicamento, muy antiguas, que quizás hayan quedado contestadas a lo largo de la tramitación de la ley. Puesto que hemos acordado vernos en la semana del 20 para la reunión de Mesa y portavoces, les ruego que si
consideran desfasadas o ya respondidas algunas de las preguntas, las retiren con la finalidad de dar actualidad y novedad a los contenidos del orden del día de esta Comisión.



Muchas gracias, señora ministra, por su comparecencia.



Se levanta la sesión.



Era la una y veinticinco minutos de la tarde.