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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 60, de 05/12/2001
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 2001 VII Legislatura Núm. 60



PARA LA UNIÓN EUROPEA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSEP BORRELL FONTELLES



Sesión núm. 17



celebrada el miércoles, 5 de diciembre de 2001, en el Palacio del
Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia del señor Secretario de Estado de Asuntos Europeos
(De Miguel y Egea) para informar sobre el próximo Consejo Europeo de
Laeken. A petición del Gobierno. (Número de expediente del Congreso
214/000082 y número de expediente del Senado 711/000187) ... (Página 1352)



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Se abre la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días a todos y todas las señoras
diputadas y diputados, senadoras y senadores.

El señor secretario de Estado, puntual como siempre, nos invita a
corresponderle con idéntico trato, pero no sé si debiéramos dar unos
minutos de cortesía para esperar a que se incorporen algunos miembros
más de la Comisión o están los tres grupos suficientemente
representados y podemos entender que tenemos quórum. (Pausa.) Pues
como es un acontecimiento que no se produce todos los días, tener
quórum, empezamos la sesión número 17 de esta Comisión Mixta para
celebrar la comparecencia, a petición propia, del ministro de Asuntos
Exteriores, representado por el secretario de Estado, para informar
sobre el próximo Consejo Europeo de Laeken.

Para ello tiene la palabra el secretario de Estado que nos acompaña.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Gracias, señor presidente.

Comparezco hoy gustosamente ante ustedes para informar a esta
Comisión Mixta sobre el orden del día y el desarrollo previsible del
Consejo Europeo que se va a celebrar en Laeken los próximos días 14 y
15 de diciembre. Con esta comparecencia el Gobierno -me excuso porque
mi voz no está muy entonada- quiere seguir la línea habitual de
informar cumplidamente a la Comisión Mixta sobre los acontecimientos
más importantes que tienen lugar en el marco de la Unión Europea y
muy particularmente antes del Consejo. En esta información sobre el
Consejo Europeo de Laeken todavía hay algunos acontecimientos que van
a tener lugar, como por ejemplo el Consejo de Justicia y Asuntos
Interiores del 6 y el 7, el Consejo de Asuntos Generales del día 10 y
la gira de capitales del presidente del Consejo de Ministros de la
Unión, señor Verhofstadt. Por tanto, hay algunas de las informaciones
que pertenecen al Consejo que en este momento no están disponibles,
pero ya se conocen los puntos principales que serán abordados en el
Consejo de Laeken y que incluyen básicamente el debate sobre el
futuro de la Unión y los aspectos relacionados con la convención que
preparará la Conferencia Intergubernamental 2004, la lucha contra el
terrorismo, especialmente importante después de los dramáticos
acontecimientos del 11 de septiembre, la ampliación de la Unión
Europea, la situación económica de la Unión, la preparación del
Consejo Europeo de Barcelona, la política exterior y de seguridad
y defensa y su carácter operacional y el papel que juega con respecto a
Turquía la decisión sobre sedes de los diferentes órganos y agencias
de la Unión, y sin duda referencias a la situación política en zonas
conflictivas
como Afganistán, Oriente Medio y Balcanes. A estos asuntos
me voy a referir en el curso de mi intervención, y espero que sean
indulgentes con el tiempo, porque realmente el tema es un poco largo.

Voy a tratar de hacer la exposición lo más corta posible.




El señor PRESIDENTE: No tiene límite de tiempo.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
El debate del futuro de la Unión. El próximo Consejo Europeo de
Laeken pasará a la historia de la construcción comunitaria como aquel
que decidió la convocatoria de una convención que deberá preparar la
Conferencia Intergubernamental prevista en el año 2004. Como ustedes
saben, la Declaración número 23, aneja al Tratado de Niza,
Declaración sobre el futuro de la Unión, señalaba que con la
ratificación del Tratado de Niza la Unión habrá completado los
cambios institucionales necesarios para la adhesión de los nuevos
Estados miembros. La misma declaración apelaba a un debate amplio y
profundo sobre el futuro de la Unión Europea. La declaración
establecía una serie de pautas procedimentales y de contenidos para
lograr la adecuada preparación de esta nueva cita. El Consejo Europeo
de Laeken debería aprobar una nueva declaración que incluya las
iniciativas adecuadas para la continuidad de este proceso, que
debería abordar al menos los siguientes puntos: la forma de
establecer y supervisar una delimitación más precisa de las
competencias entre la Unión Europea y los Estados miembros que
respete el principio de subsidiariedad, el estatuto de la Carta de
los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, proclamada en Niza de
acuerdo con las conclusiones del Consejo Europeo de Colonia, la
simplificación de los tratados con el fin de clarificarlos y de
facilitar su comprensión sin cambiar su significado y la función de
los parlamentos nacionales en la arquitectura europea.

A lo largo de todos estos meses los Estados miembros hemos ido
intercambiando opiniones y puntos de vista, particularmente en los
sucesivos consejos de asuntos generales y en el propio Consejo
Europeo de Gante los pasados 19 y 20 de octubre. En este momento
existe una gran sintonía entre los socios para que la declaración de
Laeken se articule en torno a tres ideas centrales: análisis
político, elementos de reflexión y convocatoria de una convención. El
análisis político, en primer lugar, no podrá obviar que Europa se
encuentra en un momento crucial de su historia. El análisis político
de la declaración de Laeken deberá constatar que las raíces de este
debate se encuentran en el éxito del proceso de construcción europea,
que conviene adaptar a circunstancias nuevas, pero no reinventar ni
mucho menos tener la tentación de hacer tabla rasa de lo ya logrado.

Por lo que se refiere a los elementos de reflexión, la Declaración de
Niza contiene ya indicacionesimportantes sobre las cuestiones en las
que debe centrarse



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el debate. La Declaración de Laeken deberá desarrollarlas
mediante preguntas que orienten el trabajo de la futura convención.

Desde nuestro punto de vista, esta nueva declaración debe ser
respetuosa con la de Niza y debe dejar margen de maniobra suficiente
a los miembros de la convención. No nos parece que resultara útil en
este momento fijar con excesivo detalle el marco de reflexión de la
convención adelantando un debate sustantivo, que es el que
precisamente se pone ahora en marcha. En todo caso, considero que
todo el ejercicio debe estar regido por los siguientes principios. En
primer lugar, preservación del acervo comunitario, lo cual supone no
deshacer el camino ya realizado sino consolidar y reforzar el proceso
de integración; en segundo lugar, respetar el método comunitario y el
equilibrio del triángulo constitucional Consejo- Comisión-Parlamento;
en tercer lugar, desarrollar la Unión en los ámbitos en los que
existe en este momento un menor grado de integración, concretamente
en los asuntos de justicia e interior y en la política exterior de
seguridad y defensa, y, por último, la construcción de una Europa al
servicio del ciudadano europeo más cercana, más transparente y más
accesible.

En el Consejo Europeo de Laeken se va a decidir convocar una
convención como método más adecuado para llevar a cabo la
continuación del proceso preparatorio de la Conferencia
Intergubernamental del año 2004. La convención será, en su naturaleza
y composición, similar a la que elaboró la Carta de los Derechos
Fundamentales, con representantes de los gobiernos de los parlamentos
nacionales, del Parlamento Europeo y de la Comisión, y en ella además
estarán presentes los representantes de los países candidatos a la
adhesión y, como observadores, el Comité Económico y Social y el
Comité de las Regiones. Está previsto que inicie sus trabajos en el
próximo mes de marzo, bajo presidencia española, y que pueda
presentar sus conclusiones a mediados de 2003, de manera que este
calendario permita una pausa de reflexión antes del comienzo de la
Conferencia Intergubernamental propiamente dicha. Ante esta
situación, me parece útil aprovechar esta ocasión para recordar la
importancia de que las Cortes Generales pongan en marcha el
procedimiento de elección de sus representantes, de manera que
podamos tener los nombres a tiempo y respetar el calendario previsto.

El debate estructurado que se llevará a cabo en el seno de la
convención se sumará al debate público ya iniciado y ambos nutrirán
la próxima Conferencia Intergubernamental. Se abrirá, asimismo, un
foro de la sociedad civil y una red estructurada de organizaciones no
gubernamentales representativas de los más diversos ámbitos, cuyas
contribuciones serán integradas también en el debate.

El segundo gran tema del Consejo Europeo de Laeken se refiere a la
ampliación. La situación y perspectivas del proceso de ampliación en
curso de la Unión Europea tiene forzosamente que ser uno de los temas
importantes de este Consejo. Todavía no conocemos con exactitud los
elementos concretos de la propuesta de conclusiones que, con carácter
previo, deberá debatir el Consejo de Asuntos Generales el próximo día
10 de diciembre. Como dije antes, de estos temas también recibiremos
información adicional cuando venga aquí el presidente del Consejo de
la Unión, señor Verhofstadt, el día 11. La realidad es que este tema
viene figurando en el orden del día de los últimos consejos europeos
y, con este precedente, podemos deducir que las conclusiones finales
deberán aproximarse bastante a la propuesta presentada por la
Comisión y que figuran en el informe de estrategia que hizo público
el pasado 13 de noviembre, bajo el título Lograr que la ampliación
sea un éxito. De hecho, un primer proyecto de conclusionesestá siendo
ya examinado por el correspondiente grupo del Consejo y, salvo
sorpresas o dificultades de última hora, yo podría adelantar su
contenido resumiéndolo de la forma siguiente. En primer lugar, el
Consejo desea reafirmar el alcance histórico del proceso de
ampliación y la prioridad política que otorga a su éxito, términos ya
utilizados en Niza y que no deben plantear ninguna dificultad por
cuanto constituyen una doctrina ya plenamente consolidada e incluso
irreversible, tal como se añadió más tarde en Gotemburgo. En esta
misma línea, el Consejo vuelve a reiterar la perspectiva temporal
acordada conforme al propósito de que las negociaciones de adhesión
con aquellos candidatos que estén preparados puedan concluir a
finales del año 2002, de forma que los países que hayan concluido sus
negociaciones de adhesión puedan enviar candidatos para participar en
las elecciones al Parlamento Europeo en el año 2004. En segundo
lugar, el Consejo endosa el nuevo documento de estrategia elaborado
por la Comisión y reitera los principios fundamentales que deben
seguir inspirando este proceso. A saber, los de diferenciación,
méritos propios y repesca para los países que iniciaron las
negociaciones dos años más tarde, situación que ya se ha producido en
varios casos. Se recuerda también que la negociación deberá basarse
en el acervo comunitario actual, independientemente de las eventuales
reformas futuras de la política de la Unión.

Otro aspecto importante que se deduce del proyecto de conclusiones
que se está considerando es el relativo a la financiación de la
ampliación. Aquí la propuesta hace referencia al marco financiero
acordado en Berlín, que debe constituir base suficiente para la
adhesión de un máximo de 10 nuevos países miembros en el año 2004. En
este contexto, se invita a la Comisión a presentar al Consejo una
propuesta de marco financiero coherente en el plazo más breve posible
y no más tarde de principios de 2002. Dicha propuesta resultará
fundamental para tratar precisamente los capítulos que el roadmap o
itinerario acordado hace un año asigna a la futura presidencia y que
son aquellos con especial incidencia presupuestaria, es decir,
agricultura, política



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regional y disposiciones financieras y presupuestarias. Del mismo
modo, el Consejo solicita de la Comisión que presente cuanto antes
todas aquellas propuestas útiles que faciliten, tras el
correspondiente debate interno, la preparación y adopción de nuestras
posiciones comunes en aquellos capítulos todavía pendientes.

Esperamos también que el Consejo pueda hacer una referencia especial
a Bulgaria y a Rumanía, dos países que registran una situación de
retraso relativo en sus negociaciones y que, en principio, deberían
concluirlas en un momento posterior. Se anima a ambos a proseguir sus
esfuerzos para la aplicación del acervo comunitario y se prevé una
asistencia comunitaria específica que facilite sus progresos. El
objetivo que se ha marcado la presidencia española es el de abrir con
ellos todos los capítulos aún no negociados en el curso del próximo
semestre, al tiempo que pretendemos revisar toda la estrategia
preadhesión y actualizar el roadmap correspondiente a esos dos
países. Habrá también, imagino, una mención a Turquía, país
candidato, pero que todavía no ha iniciado las negociaciones al no
cumplir los criterios políticos fijados en Copenhague. Se anima al
Gobierno turco a continuar su proceso de reformas políticas,
económicas y administrativas y se contempla el comienzo de una nueva
fase en su estrategia preadhesión. Se espera también que Turquía
contribuya, de forma más activa, a la búsqueda de una solución
política para la cuestión de Chipre, siempre bajo los auspicios de
Naciones Unidas. En cuanto a Chipre, país candidato más avanzado en
su proceso negociador, se reiterarán los principios fundamentales
adoptados por el Consejo Europeo de Helsinki, según los cuales la
solución al problema de la división de la isla no debe constituir un
requisito previo necesario para su adhesión. Por otra parte, con
carácter horizontal, está previsto que el Consejo Europeo dé su
acuerdo a la iniciativa de la Comisión de elaborar un plan de acción
específico para promover el fortalecimiento institucional
y administrativo de los países candidatos, único de los criterios de
Copenhague que ninguno de ellos se ha mostrado hasta ahora capaz de
cumplir de forma satisfactoria. A este respecto, con ocasión del
Consejo Europeo de Sevilla, la Comisión nos presentará un primer
informe de evaluación en este terreno.

Como no podía ser de otra manera, el proyecto de conclusiones que
estamos examinando contiene una clara referencia a la intensificación
de la cooperación en materia de justicia e interior y de la lucha
contra el terrorismo. Por último, en este proyecto el Consejo
solicita a la Comisión que presente en tiempo útil su valoración
final sobre el estado de preparación de los diferentes países
candidatos y recomendaciones que permitan al Consejo de Copenhague
acordar la conclusión de las negociaciones con aquellos países que
para entonces demuestren su preparación para la adhesión. Además de
los elementos señalados, podrían incluirse también menciones a una
intensificación de la estrategia
de comunicación de la Unión Europea sobre el alcance de esta
quinta ampliación, con objeto de lograr una mayor movilización de la
opinión pública europea que hasta ahora, salvo excepciones, se
muestra bastante reticente a todo este proceso. También cabrían
referencias a la conferencia europea como foro de debate político
sobre asuntos concretos de actualidad internacional. La última sesión
estuvo dedicada monográficamente a la lucha contra el terrorismo. En
esta conferencia europea, como se sabe, participan además de los
candidatos en negociación, los denominados candidatos previsibles
o potenciales, es decir, países de la región de los Balcanes, del
espacio económico europeo, así como Moldavia y Ucrania. Del mismo
modo, se incluiría un párrafo dedicado al comité de redacción del
tratado de adhesión, que en principio deberá iniciar sus trabajos
bajo presidencia española. Ésta ha sido una sugestión nuestra, puesto
que tenemos la voluntad de iniciar la redacción del tratado de
adhesión a partir de enero y nos gustaría que las conclusiones del
Consejo de Laeken reflejaran ese deseo que tenemos de empezar a
redactar el tratado de adhesión. Sinceramente creo que unas
conclusiones del próximo Consejo Europeo en las que se recojan estos
elementos contribuirán a reafirmar una vez más nuestros compromisos y
constituirán un aliciente importante para la continuación del proceso
con garantías de éxito durante el primer semestre del próximo año, en
el que corresponderá a España presidir e impulsar los trabajos del
Consejo en este ámbito tan importante para el futuro de Europa.

Otro de los temas del Consejo Europeo es la política económica de la
zona euro. La economía mundial ha visto cómo en el último año y muy
especialmente a partir de los acontecimientos del día 11 de
septiembre, se producía una ralentización del ritmo de crecimiento
económico. En Europa la evolución de las economías de los Estados
miembros demuestra que existe confianza por parte de los agentes y de
los mercados en fundamentos económicos y que la consolidación fiscal
alcanzada por la gran mayoría de estas economías en los últimos años,
fundamentalmente gracias al cumplimiento estricto de los criterios de
convergencia, ha permitido que el impacto sea limitado y temporal. En
el contexto económico actual, si bien ha habido una revisión a la
baja de las perspectivas de crecimiento para la zona euro, no debería
producirse una desviación importante de la estrategia de la política
económica de la Unión Europea. Mientras la inflación mantenga su
tendencia a la baja y se continúe con el proceso de moderación
salarial, la política monetaria dispondrá de suficiente margen de
maniobra. Como establece el Consejo Europeo de Estocolmo, las
políticas presupuestarias deberían continuar encaminándose a la
consecución de unas finanzas públicas próximas al equilibrio o
excedentarias. Además, deberían guiarse por la necesidad de evitar
políticas fiscales procíclicas, fundamentalmente a través del control
del gasto público. De esta



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forma se están apoyando la estabilidad de precios y se está
posibilitando condiciones monetarias propicias al crecimiento
económico y a la creación continua de empleo. En definitiva, los
Estados miembros han confirmado su compromiso con el pacto de
estabilidad y de crecimiento y con la aceleración del proceso de
Lisboa como mecanismos y medios necesarios para incrementar el
potencial de crecimiento económico. Con este objetivo y a la luz de
las recomendaciones de la Comisión, el Consejo Europeo de Laeken
debería analizar e impulsar el esfuerzo de ajuste estructural en
materia de mano de obra, productos, servicios y mercados financieros,
al tiempo que es preciso prestar especial importancia a los efectos
positivos de las reformas fiscales, el fortalecimiento de la
confianza y la inversión privada y a la puesta en marcha de las
negociaciones en la Organización Mundial de Comercio, ya que la
liberalización comercial es ahora más importante que nunca.

Otro tema que pueden venir al Consejo Europeo es el que ya se ha
anunciado por parte de la presidencia, puesto que no hubo acuerdo del
Consejo de Mercado Interior del pasado 26 de noviembre, que es el
tema de la patente comunitaria. En relación con esta propuesta de
reglamento, como ya he dicho, no fue posible alcanzar un acuerdo
sobre sus elementos fundamentales en el Consejo de Mercado Interior
el pasado 26 de noviembre, y posiblemente la presidencia belga
intentará dar un nuevo impulso a este tema en el Consejo Europeo de
Laeken. Es difícil saber si en el seno de un consejo europeo puede
haber un acuerdo sobre un tema tan técnico como éste de la patente
comunitaria, pero en cualquier caso puedo asegurar que la delegación
española, y si no hubiera acuerdo la próxima presidencia española,
hará todos los esfuerzos necesarios para encontrar un punto de
equilibrio que pueda ser aceptable para todos los Estados miembros en
relación con los dos puntos principales todavía en debate, que es el
papel de las oficinas nacionales y el régimen lingüístico. Este punto
de equilibrio deberá ineludiblemente responder a los principios de
respeto al acervo comunitario, no discriminación entre ciudadanos y
empresas e idiomas de la Unión Europea, seguridad jurídica y coste
asumible.

Por lo que se refiere a las pensiones, como recuerdan SS.SS., el
Consejo Europeo de Gotemburgo resaltó la necesidad de utilizar un
enfoque global para afrontar el reto del envejecimiento de la
sociedad, con el objetivo de asegurar la sostenibilidad a largo plazo
de los sistemas de pensiones. Sobre la base de la comunicación de la
Comisión Europea del pasado mes de julio y del informe del 23 de
noviembre del comité de protección social y del comité de política
económica, que serán sometidos al Consejo Europeo de Laeken, España
defenderá una posición abierta y flexible basada esencialmente en los
siguientes principios: respeto al principio de subsidiariedad,
políticas nacionales para salvaguardar
la adecuación de sus pensiones y la sostenibilidad financiera
de las mismas, coherencia del método abierto de pensiones con los
procesos ya establecidos, y elaboración de proyecciones a largo
plazo, que debería ser voluntaria.

También la Comisión va a presentar en Laeken un informe sobre otro
gran tema, que son los servicios económicos de interés general, que
ya aprobó el Consejo de Mercado Interior del pasado 26 de noviembre.

En sus conclusiones este Consejo resaltó la importancia económica y
social de estos servicios y la necesidad de establecer criterios para
una mayor clarificación jurídica y hacer compatible la importante
labor de estos servicios con la necesidad de mayor liberalización y
competencia en el mercado único. Es muy posible que el Consejo
Europeo aborde un espinoso tema, que es el tema del paquete de sedes.

Como se sabe, está pendiente de acuerdo por parte del Consejo Europeo
un paquete para fijar las sedes de una serie de agencias de nueva
creación, la Agencia Europea para Seguridad Aérea, la Agencia Europea
para Seguridad Marítima, la Escuela Europea de Policía, Eurojust, y
la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria. Como conocen SS.

SS., España ha presentado la candidatura de Barcelona para la
Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria. En relación con esta
candidatura el Gobierno español ha venido trabajando muy
estrechamente con las autoridades tanto de la Generalitat como del
Ayuntamiento de Barcelona en defensa de esta candidatura, que en
nuestra opinión reúne plenamente todos los méritos objetivos para
albergar la sede de dicho organismo europeo. Pero naturalmente todo
esto tendrá que ser objeto de un acuerdo entre todos los miembros, ya
que hay muchas candidaturas para todas las sedes. Por tanto, no es en
absoluto seguro que pueda incluso lograrse un acuerdo, ni siquiera un
acuerdo satisfactorio.

El Consejo Europeo va a abordar las cuestiones de justicia y asuntos
interiores. En primer lugar, el Consejo por su parte tenía que
examinar las conclusiones aprobadas en el Consejo Europeo de Tampere.

Hace dos años estaba ya previsto que hiciera un examen a los dos años
de Tampere de todo el desarrollo de las cuestiones de justicia y
asuntos interiores. Los objetivos en materia de cooperación judicial
-centrados ya en 1999 en el reconocimiento mutuo- no han hecho sino
ahondarse con el tratamiento prioritario que desde el 11 de
septiembre se da a la lucha contra el terrorismo, también en el
ámbito de decisión europeo. El reconocimiento mutuo de sentencias
debería conducir en lo penal a la adopción de la orden europea de
detención y entrega que permitiría en la práctica sustituir el
procedimiento de extradición por la detención y entrega inmediatas.

El Consejo se va a esforzar en aunar voluntades en torno a esta
iniciativa, a la decisión marco sobre terrorismo y a la lista común
de organizaciones terroristas -textos todos de extraordinaria
importanciapara España-, con dos condiciones inexcusables: la



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confianza mutua entre los Estados miembros y la suspensión del
resquisito de la doble incriminación, lo que no siempre es fácil dada
la variedad de legislaciones penales existentes en Europa. A caballo
entre la cooperación judicial y la policial se encuentran asimismo
los equipos conjuntos de investigación, proyecto de decisión
presentado por España y que será aprobado en el Consejo de Justicia y
Asuntos Interiores que se celebrará los días 6 y 7. Las implicaciones
del principio de reconocimiento mutuo en el ámbito civil conducirán,
a la postre, a un título ejecutivo europeo único, consagración de un
auténtico espacio europeo de justicia civil. En Laeken se analizarán
igualmente los avances registrados en materia de cooperación
policial. La libre circulación de personas concede una mayor
facilidad a los delincuentes para actuar de manera organizada en la
Unión Europea; la cooperación policial ágil y operativa actúa contra
esa delincuencia si bien salvaguarda, al mismo tiempo, la garantía de
los derechos fundamentales de los individuos. La posible reforma del
convenio Europol para extender su mandato a otras formas de
delincuencia, en especial el blanqueo de dinero, es el objetivo
prioritario en este campo, y el sistema de información Schengen, el
SIS, pasará a convertirse en un sistema de nueva generación más
funcional.

De indudable interés para España es el avance paulatino hacia la
elaboración de una política común de asilo e inmigración. En este
terreno se intenta avanzar aún con dificultad en las propuestas de
directiva sobre la reagrupación familiar o sobre el estatuto de
residentes de larga duración, así como en la comunitarización del
convenio de Dublín o Dublin 2. Tal como lo ve España, los obstáculos
son de una doble índole. En cuanto al fondo, la política de
inmigración de la UE ha de estar guiada por el principio de
colaboración con los países de origen y de tránsito, con los que se
negocian los correspondientes planes de asilo e inmigración. En
cuanto a la forma, la Comisión debería efectuar propuestas más
generales respetando el principio de subsidiaridad. En este sentido,
es de esperar que el paso a la mayoría cualificada contemplado en el
Tratado de Niza permita la aceleración de los trabajos.

Por lo que respecta al paquete final del Consejo Europeo, que es el
paquete de relaciones exteriores, política exterior y de seguridad
común, es evidente que, como es habitual, Laeken va a evaluar la
acción exterior de la Unión en los diferentes ámbitos. En este
sentido habría que subrayar la participación política de la Unión
Europea en la lucha internacional contra el terrorismo. En Laeken se
pasará revista a la aplicación de las medidas de acción concertadas
decididas en diferentes consejos celebrados en septiembre y octubre.

Sus señorías saben bien que, desde el primer momento, la Unión
Europea ha manifestado su plena solidaridad con las víctimas de los
atentados y con los Estados Unidos y ha puesto en marcha una serie de
decisiones que tienen por objeto integrar la lucha contra el
terrorismo
en la política exterior y de seguridad de la Unión. En este contexto,
los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea ya señalaron en
el Consejo de Asuntos Generales extraordinario del 12 de septiembre
la urgencia en poner en práctica y fortalecer los instrumentos
operativos dentro de la PESC y en establecer la operatividad de la
PESD, -política exterior de seguridad y defensa- lo antes posible y
redoblar los esfuerzos en los aspectos de información e inteligencia
contra el terrorismo. Afortunadamente parece que se han vencido los
obstáculos puestos, en un primer momento, por Turquía y esperamos que
se pueda alcanzar una decisión que faculte la operatividad de la
PESD.

Voy a subrayar aquellos esfuerzos que creo de mayor interés. Me
referiré, en primer lugar, a Afganistán. En el marco de la acción
concertada de la comunidad internacional, los jefes de Estado y de
Gobierno volverán a evaluar el impacto de los últimos acontecimientos
que están teniendo lugar, las perspectivas políticas que
afortunadamente parecen abrirse y las repercusiones que ello está
teniendo en el entorno geográfico más cercano a ese país. Como sus
señorías conocen, la Unión Europea está apostando de una manera firme
y definida, con palabras y con hechos, por un Afganistán con
instituciones políticas de base multiétnica, representativa,
respetuosas con las normas democráticas, para que tan pronto como sea
posible, con la debida asistencia internacional, pueda emprender el
camino de la reconstrucción y recuperación después de tantos lustros
de guerra y de destrucción. Por su parte, la Comisión trabaja en la
preparación de una estrategia para Afganistán que se estructura en
tres fases y cinco grandes líneas de actuación. En primer lugar,
prioridad a la ayuda humanitaria urgente; en segundo lugar, subrayar
el cometido fundamental de las Naciones Unidas; en tercer lugar,
búsqueda de una solución política interna justa y duradera; en cuarto
lugar, plan de reconstrucción; y, en quinto lugar, estabilidad
regional. La contribución comunitaria, si debe basarse únicamente en
los recursos disponibles, será modesta. En conjunto, teniendo en
cuenta las intervenciones humanitarias de la Agencia Europea, la
seguridad alimentaria y el RELEX, en el año 2002 habrá un presupuesto
del orden de 100 millones de euros -volumen similar a la ayuda del
año 2001-; a partir de 2003 el presupuesto tenderá a disminuir.

Durante la primera fase, que durará unos ocho meses, los objetivos
específicos de la Unión Europea centrados en la prestación de ayuda
humanitaria y en asistencia a personas desplazadas, su reintegración
y la limpieza de minas terrestres y la creación de grupos
representativos de las diferentes etnias estarán cubiertos por un
presupuesto del orden de 180 millones de euros y una contribución
suplementaria en el caso de que las líneas presupuestarias de ECO,
que es la Agencia humanitaria de la Unión y la seguridad alimentaria
se aumenten. Los objetivos comunitarios para la segunda fase, que
durará unos



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cuatro años, no están presupuestados por el momento pero continuarán
el desarrollo de la asistencia humanitaria y de la reintegración de
desplazados y refugiados y promoverá la dignidad de las mujeres
fomentando, al mismo tiempo, la cooperación regional. La tercera fase
cubrirá aproximadamente los cinco años siguientes. Al final de esta
fase existirán las instituciones de gobierno, se habrá recobrado la
actividad económica y el país podrá, por primera vez en muchos años,
entrar en una etapa de paz social y estabilidad política. Los
objetivos serán lograr un crecimiento económico sostenido, dotación
de servicios públicos e integración regional.

Aparte de ello, en Laeken se analizará seguramente la situación
respecto al conflicto de Oriente Medio, que se ha agravado
dramáticamente en los últimos días como consecuencia de los atentados
palestinos y de la reacción del Gobierno de Israel. La Unión Europea
es consciente de que sólo una perspectiva política puede garantizar
una paz justa y duradera aceptable para todos y que sea capaz de
aislar a los elementos extremistas que, por ambos lados, están
minando las posibilidades de una auténtica paz. La Unión Europea
puede hacer importantes contribuciones en este empeño del que Estados
Unidos no puede, en modo alguno, desentenderse. En relación con la
situación internacional es probable que la presidencia belga quiera
que en Laeken se tome nota de los esfuerzos para superar los
conflictos que aún quedan abiertos en el continente africano: Grandes
Lagos, Angola y África Occidental. Durante estos seis meses, como era
previsible, dados los lazos tradicionales de la presidencia belga con
esta región, han desarrollado una gran labor y han tenido un gran
protagonismo en la mediación para eliminar estos conflictos.




Me referiré, por último, a la política europea de seguridad y de
defensa. Es evidente que la presidencia belga ha debido moderar sus
expectativas en materia de política exterior de seguridad y defensa
en el curso del semestre debido a las dificultades para registrar
avances en bastantes de los objetivos que se había planteado, en
particular en cuestiones como la formalización de las reuniones de
los ministros de Defensa de la Unión Europea, el Libro Blanco de la
defensa europea y los acuerdos Unión Europea-OTAN. No obstante, en la
recta final de los preparativos para el Consejo Europeo de Laeken se
perfila un balance que puede considerarse bastante positivo y que se
plasma especialmente en el plan de acción para el desarrollo de las
capacidades militares, en la declaración de operatividad de la Unión
para la gestión de crisis y en el posible desbloqueo de las
relaciones Unión Europea-OTAN por parte de Turquía que parece haber
tomado forma en los últimos días.

En el mandato de Gotemburgo, los dos asuntos más importantes
encomendados a la presidencia belga fueron la conferencia de mejora
de capacidades, que se celebró el día 19 de noviembre, y que adoptó
un plan
de acción para cubrir las carencias detectadas en las capacidades
militares que necesita la Unión para realizar operaciones de gestión
de crisis, y la declaración de operatividad de la política exterior
de seguridad y defensa, una vez que ya están en pie las nuevas
estructuras político-militares de la Unión y se han registrado
progresos sustanciales hacia los objetivos de fuerzas y capacidades
fijados en Helsinki. Según el mandato, una decisión a este respecto
debe tomarse, a más tardar, en el Consejo Europeo de Laeken. Éste es,
por las reservas de varios países de la Unión, un tema políticamente
sensible.

Como en el resto de los ámbitos de la Unión Europea, los atentados
terroristas del 11 de septiembre obligaron a la reflexión sobre las
implicaciones que este tipo de amenaza suponía para el desarrollo de
la política exterior de seguridad y defensa. La ruta marcada desde el
principio en las reuniones del Consejo Europeo y del Consejo de
asuntos generales celebradas desde entonces ha ido claramente
orientada hacia la confirmación de la necesidad de declarar operativa
la PESC lo antes posible. Asimismo, ha habido una reflexión sobre
aspectos concretos, con un mayor esfuerzo en materia de inteligencia,
no solamente en el ámbito militar; medidas para la protección de
fuerzas europeas de gestión de crisis y aportación de medios
militares en apoyo de los mecanismos de protección civil frente a
nuevas amenazas.

Actualmente se está negociando en el seno del comité político y de
seguridad de la Unión, el COPS, el habitual borrador de informe de la
presidencia sobre la política exterior de seguridad y defensa, que
figurará anejo a las conclusiones de Laeken. Dicho informe dará
cuenta del estado de los trabajos y de los avances que se han
registrado en este ámbito. La cooperación entre la OTAN y la Unión
Europea en materia de gestión de crisis es de gran importancia, y, de
hecho, ya está funcionando muy bien en la práctica, como se ha
demostrado en el curso de los últimos meses, en los Balcanes.

Menos satisfactoria ha sido la negociación de acuerdos permanentes
que permitan el acceso asegurado de la Unión a los medios y
capacidades de la Alianza, a fin de evitar duplicaciones costosas e
innecesarias. Sin embargo, si se confirma que Turquía está dispuesta
a retirar sus reservas, las perspectivas de progreso pueden mejorar
de cara a la presidencia española.

En Laeken se prestará también atención a la cooperación en otras
áreas, con otras organizaciones internacionales, como las Naciones
Unidas, la OSCE, con los aliados europeos no miembros de la Unión y
otros candidatos al ingreso en la Unión, así como con otros países
que puedan hacer una contribución relevante a los esfuerzos de
gestión de crisis de la Unión Europea, como es el caso de Canadá,
Rusia y Ucrania.

Finalmente, y en cierto modo como resumen y resultado de todos estos
avances registrados en la política



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exterior de seguridad y defensa, esperamos que el Consejo Europeo de
Laeken haga la llamada declaración de operatividad de la Unión
Europea, cumpliendo así el mandato de Niza y Gotemburgo, es decir,
que a partir de ahora, la Unión es capaz de realizar operaciones de
gestión de crisis, las llamadas tareas Petersberg. Para España, uno
de los aspectos de mayor interés será el mandato para nuestra
presidencia en materia de política exterior de seguridad y defensa,
que se incluirá al final del informe Laeken. Me parece difícil
adelantar aquí el contenido de este mandato, pero, lógicamente,
recogerá, sobre todo, aquellas cuestiones en las que podemos y
debemos seguir trabajando para lograr el pleno desarrollo de la
política de seguridad y defensa.

Señorías, pese al carácter provisional de mi intervención, porque,
como ya he dicho, hay todavía reuniones importantes de aquí al día
14, los acontecimientos exteriores podrían influir, de alguna manera,
en el resultado de las conclusiones de Laeken, pero creo que con todo
lo que les he dicho, se cubre, en la medida de lo posible, los puntos
que serán objeto de discusión por los jefes de Estado y de Gobierno
en ese Consejo Europeo de final de la presidencia belga, que tendrá
lugar el 14 y 15 de diciembre.




El señor PRESIDENTE: Corresponde el turno a los portavoces de los
grupos que estén representados. Voy a anunciar las intervenciones por
orden: Grupo Parlamentario Socialista, Grupo Catalán (Convergència
i Unió), Grupo Entesa Catalana de Progrès, Grupo Parlamentario Federal
de Izquierda Unida, Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria, Grupo Parlamentario Mixto, Grupo
Parlamentario Popular y el secretario de Estado. Intervendrán los que
estén en esta relación y por este orden.

En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor presidente, el secretario de Estado
ha sido tan parco y tan enunciativo en su exposición que me voy a
permitir pedirle, señor presidente, algo habitual en esta Comisión,
muy especialmente necesario en este caso, y es que pueda haber un
turno de réplica, porque buena parte de mi intervención va a ser
dedicada a suscitar interrogantes, no sólo sobre lo que ha dicho el
secretario de Estado sino sobre lo que no ha dicho. Yo me permitiría
hacer una petición al secretario de Estado, porque, probablemente
ganaríamos todos y se enriquecerían los debates en la Comisión, que
en este debate que tenemos que celebrar más o menos cada seis meses
se nos hiciera llegar unos días antes el borrador de conclusiones de
la presidencia, con objeto de que los portavoces de los grupos
parlamentarios tuviéramos ese documento, trabajáramos sobre él y el
debate con el representante del Gobierno se articulara en torno a lo
que el Gobierno piensa sobre las propuestas de la presidencia de
turno,
porque el secretario de Estado nos ha contado a muy grandes trazos lo
que dice el documento de la presidencia, pero no sabemos qué piensa
el Gobierno del señor Aznar y sería interesante saberlo.

Voy a ajustarme a la estructura que ha señalado el secretario de
Estado e intentaré pasar un poco más rápidamente sobre temas que
están más o menos claros aunque muy relevantes. Sobre la convención,
el debate sobre el futuro de la Unión parece que en líneas generales
está ya establecido en términos satisfactorios; es decir, va a haber
una convención, se va a lanzar durante la presidencia española, va a
durar aproximadamente un año, va a haber un período de reflexión o de
maduración o de dilucidación de los elementos que produzca la
convención, para que después el Consejo adopte las reformas concretas
de los tratados en todos los ámbitos. Por tanto, no es éste el
momento de pronunciarse sobre cuál debe ser el alcance de esas
reformas, pero sí de felicitarnos por haber ido a ese mecanismo, que
era necesario después del fracaso, en términos de conexión, con las
sociedades europeas, del Consejo de Niza.

Algún interrogante queda, por ejemplo, sobre el mandato que va a
tener la convención, si va a ser un mandato abierto o no lo va a ser.

Está claro que el propio mandato del punto 23 de la Declaración de
Niza, es abierto, porque habla de cuatro materias y otras que puedan
adjuntarse. ¿Va el Consejo directamente a incorporar a esas cuatro,
alguna nueva, por ejemplo, la PESC o Justicia e Interior, como temas
que debieran abordarse en la convención? Por otra parte, el
Parlamento Europeo, en el informe que cofirma el eurodiputado señor
Méndez de Vigo, plantea la conveniencia de anticipar a finales del
año 2003 la Conferencia Intergubernamental. ¿Qué piensa el Gobierno
sobre esta propuesta, porque va a estar sobre la mesa de Laeken, sin
duda? ¿Va asociarse a Turquía a la convención? Es algo que no quedó
claro en el Consejo de asuntos generales y yo creo que, a estas
alturas ya debe estar más o menos claro. Por lo demás, sobre la
convención, con lo que conocemos hasta ahora y si el secretario de
Estado nos clarifica estas cuestiones, el horizonte está bastante
despejado.

Se ha referido a la ampliación. Yo no sé si a estas alturas todavía
se puede seguir manteniendo la noción de que esto es una regata y de
que cada país va a entrar en función de sus propios méritos. Sí, pero
con matices sustanciales. En este proceso hay decisiones políticas
indudables y cada período transitorio que se establece supone una
decisión política, no una decisión en términos objetivos; supone la
introducción de un componente subjetivo, de carácter generalmente
político.

Difícilmente se hubiera podido pensar hace año y medio que nos íbamos
a encontrar ante un big bang en el que hasta diez países se van a
poder incorporar a la Unión. Entiendo las limitaciones que tiene este
ámbito y no me parece el más adecuado para pedirle al Gobierno que se
pronuncie sobre la situación de un país concreto,



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pero en la medida en que sea posible, me gustaría saber si realmente
puede haber dificultades para la incorporación de un país como
Polonia y si nos vamos a encontrar en una situación en la que va a
ser necesario un mayor input político en las decisiones para asegurar
que Polonia esté en el grupo de primeros países que se van a
incorporar a la Unión.

El secretario de Estado ha hablado de Chipre. Parece ser que las dos
comunidades chipriotas desde el año 1997 han decidido iniciar un
diálogo entre ellas; creo que ese es un signo positivo, como es un
signo negativo esa amenaza de anexión inaceptable, intolerable,
realizada por el primer ministro de Turquía. En el caso de Chipre hay
un elemento más que tiene que ver en parte con la situación que
estamos viviendo desde el 11 de septiembre y con otro debate que
estaba ya enmarcado en la OCDE, que es el de los paraísos fiscales.

¿Va a estar completado el régimen de transparencia en cuanto
a inversiones, a circulación de capitales, etcétera, de Chipre, para
finales del año 2002 o vamos a incorporar a un país que en buena
medida es un paraíso fiscal, con ausencia de transparencia? Por
ejemplo, ahora mismo España no tiene ningún vuelo directo con Moscú,
desde Chipre hay bastantes, no uno ni dos, bastantes ¿Por qué? Alguna
conexión hay con grupos que manejan dinero de manera opaca. ¿Cuándo
estima el Gobierno que va a estar culminada la ratificación de Niza?
Esto tiene implicaciones no solamente para la ampliación, en cuanto a
la reforma de las instituciones, sino también para la aplicación, por
ejemplo, de la política europea de seguridad y defensa. No podemos
aplicar algunos componentes de la PESC que están en la reforma del
Tratado de Niza hasta tanto no entre en vigor; si lo hacemos será con
un consenso, pero no podrá formalizarse de manera clara.

Ha hablado el secretario de Estado de los elementos que van a
corresponder a la presidencia española; espero que tengamos ocasión
de hablar sobre la presidencia española, pero parece claro, en estos
días que estamos viendo al presidente del Gobierno en su gira por
capitales hablar de la financiación, de los fondos de cohesión,
etcétera, que el Gobierno ha rectificado la posición que mantenía
hace dos años cuando anunciaba que, con la incorporación de nuevos
miembros, la subida del nivel de renta de España no era un hecho
negativo, sino al revés, situaba a España más cerca de la media, pero
ahora el Gobierno está preocupado. Me gustaría saber si el Gobierno
va a defender o impulsar la noción de que la ampliación debe tener su
propia financiación a partir del momento en que se culminen las
perspectivas financiera de 2006 y si ese debate, que lógicamente hay
que lanzar antes, lo va a promover el Gobierno bajo la forma de un
posible impuesto europeo basado en el PIB per cápita vinculado a la
financiación de la ampliación o alguna otra fórmula similar.

Por seguir las cuestiones que ha ido señalando el secretario de
Estado, en cuanto a la política económica
de la zona euro, diré que hasta ahora el criterio que ha mantenido el
Gobierno, que también se ha mantenido por la Comisión, es que no hay
que alterar los criterios de convergencia. Hoy veíamos en la prensa
que algunos países están ya planteando la necesidad de flexibilizar
esos criterios. ¿Cuál es la posición del Gobierno con respecto a
esto?
En las últimas semanas y en los últimos meses se ha puesto en marcha
un mecanismo informal, que es el de las regiones con poderes
legislativos. Me gustaría saber qué opina el Gobierno sobre este
mecanismo informal mediante el cual, lógicamente, podría participar
la práctica totalidad de las comunidades autónomas españolas porque
de hecho tienen poderes legislativos. ¿Ese es un elemento saludable o
no lo es? En esa línea -quizá ahora no es el momento pero a lo mejor
el secretario de Estado está en condiciones de reaccionar-, conoce el
secretario de Estado que desde el Partido Socialista se ha suscitado
una propuesta en el sentido de incorporar o mejorar el mecanismo de
participación de las comunidades autónomas en la formación de la
voluntad del Estado, para lo cual sugerimos distintos niveles de
presencia de representantes del conjunto de las comunidades autónomas
en los consejos europeos, integrados en las delegaciones que
presidiría el representante del Gobierno de la nación. El secretario
de Estado conoce bien todos los elementos y componentes y quisiéramos
saber si hay una aproximación de posiciones o hay un escenario de
encuentro entre Gobierno y oposición.

Se ha referido de pasada a la estrategia de Lisboa. Parece que va a
ser un elemento central en la presidencia española; sin embargo, no
creo que nosotros tengamos las mejores credenciales para situarnos a
la cabeza de esa manifestación, ni en índice de inversiones en
desarrollo tecnológico, en I+D, etcétera, ni en tasas de educación ni
en tasas de creación de empleo. En fin, en cuanto al conjunto de los
objetivos que están planteados en Lisboa, incluso también los de
Gotemburgo en relación con el desarrollo sostenible, España está
bastante en la cola de estos indicadores. Lo decía la comisaria
Diamantopoulou con la siguiente frase: Con unos niveles educativos y
una participación en el aprendizaje permanente bajos, unas tasas de
abandono escolar elevadas y unas carencias importantes en
determinadas capacidades, España -no se refiere a un país de Africa,
se refiere a España- debe seguir trabajando y fomentar en especial el
uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Eso está
ahí, es una realidad que nos priva de credibilidad a la hora,
insisto, de encabezar, a pesar de haberla impulsado, la estrategia de
Lisboa.

Ha hablado el secretario de Estado de establecer nuevos objetivos con
relación a las pensiones. Es curioso que el Parlamento Europeo, en
una reciente resolución sobre esta cuestión hablaba de garantizar las
pensiones y usted ha hablado de flexibilizar el régimen de



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pensiones. No sé si ambas cosas son compatibles o no, pero le traigo
esta reflexión. Por supuesto, damos nuestro total apoyo, como lo
dimos hace un año -porque esto lleva coleando bastante tiempo-, a que
la Agencia de Seguridad Alimentaria se pueda establecer en Barcelona.

Sobre Justicia e Interior me gustaría que nos dijese con toda
claridad cuál es el escenario previsible. ¿Va haber una definición
común de terrorismo o no? Todo indica que sí la va a haber. ¿Qué
implicaciones tiene eso? En cuanto a la orden de busca y captura,
orden de detención y entrega, ¿se va a lograr un acuerdo en los
términos propuestos por la Comisión? ¿Está el Gobierno dispuesto a
rebajar las expectativas y el ámbito de lo propuesto actualmente? Mas
en concreto, ¿está dispuesto el Gobierno a apoyar la pretensión del
Gobierno italiano de excluir de esa orden de detención y entrega
determinados delitos como alguno de los que se le imputan al primer
ministro de Italia? Sería interesante conocer la posición concreta
del Gobierno al respecto.

Me preocupa, señor secretario de Estado, que tengamos una cierta
frustración en este proceso porque se ha transmitido a la opinión
pública la sensación de que con esta decisión de la orden de
detención y entrega, en lo que se refiere al terrorismo,
inmediatamente va a haber un impulso que se va a extender a los
quince países donde ya ninguno de los delitos penales tipificados
quede excluido de este mecanismo. Parece que no va a ser exactamente
así, que puede haber algunos países que establezcan listas de
reserva, con lo que cual se irían limitando bastante las
potencialidades de ese instrumento. Por otra parte, está claro que,
al tratarse de una decisión marco, no se traspone de inmediato a las
legislaciones sino que deben de ser los respectivos países los que lo
hagan. ¿Nos podía describir el escenario en términos de calendario,
cuánto tardaría en hacerse esta trasposición, cuánto tardaría en
existir realmente un espacio europeo donde no existieran mecanismos
de extradición? ¿En qué grado la presidencia española va a poder
impulsar ese proceso de ratificación en los niveles máximos?
En relación a Exteriores, PESC, etcétera, empezando por Oriente
Medio, yo creo, señor secretario de Estado, que no se puede aceptar
una situación como la que actualmente existe en Palestina y Oriente
Medio, de fracaso absoluto como proyecto de convivencia, como
proyecto de inserción en el orden internacional y también como un
elemento que condiciona de manera importante -y eso todo el mundo lo
reconoce- el futuro de la seguridad y estabilidad no ya solamente de
la región del Mediterráneo, en la que nosotros estamos, sino del
mundo en su conjunto. No sé exactamente qué es lo que cabe hacer,
pero me pregunto si el Gobierno está dispuesto a adoptar una posición
firme, con independencia de las condenas y de la exigencia a Arafat
con relación a los terroristas, ante la brutalidad del Gobierno que
preside el general Sharon. Yo creo que ya
ha llegado la hora, al margen de las declaraciones, de tomas de
posiciones, de apoyo a los derechos del pueblo palestino, de expresar
la voluntad de que algún día haya un estado palestino, de establecer
claramente unas posiciones y que tengan su reflejo en los actos. No
en balde la Unión Europea es el principal socio comercial de Israel.

No sé si se ha tomado ya la decisión de no admitir ningún tipo de
régimen preferencial para los productos que vienen de los territorios
ocupados; si no se ha hecho, habría que hacerlo con urgencia, es una
situación absolutamente intolerable. No sé si la Unión Europea está
dispuesta a seguir impasible ante la destrucción de infraestructuras
a las que la propia Unión Europea ha contribuido para dotar el
embrión de un estado palestino. En definitiva, le dejo esas
reflexiones.

En cuanto a Afganistán, y enlazo también con la PESC, todos somos
conscientes de las limitaciones de la Unión Europea. La reunión de
Adivina quién viene a cenar esta noche, al margen de lo que algunos
hayan considerado que es terrible, tremendo, yo creo que tiene un
componente positivo y es que pone en evidencia que no existe un marco
para la toma de decisiones políticas en lo que se refiere a la
actuación de la Unión Europea. Al final, esa cena de Londres refleja
la noción de mecanismos de cooperación reforzada -porque no es otra
cosa, es una especie de embrión de cooperación reforzada-, que parece
que va a ser lo que, al final, va a hacer funcionar a la Unión
Europea en la política de seguridad y defensa. Cuando usted ha hecho
la descripción de todo lo que se va a hacer en Afganistán, no sé si
ha consultado a Estados Unidos, si se ha consultado a Naciones Unidas
o si simplemente la Unión Europea ha hecho su paquete integrado,
aceptando el principio de que unos cocinan y otros friegan los
platos, expresión que decía ayer una persona en el otro lado del
Atlántico. A lo mejor es el papel que tenemos que tener, pero ese
grado de irrelevancia, si existe, tendríamos que asumirlo con todas
las consecuencias. Desde luego, la noción de división del trabajo
entre países que se supone -y que lo son de hecho- aliados es lo que
más divide precisamente a esos aliados, y no sé si va a llevar a un
proceso en el cual la Unión Europea va a asumir unas
responsabilidades sin despliegue de capacidades para proteger todo el
esfuerzo humanitario. El ministro de Defensa el otro día fue incapaz
de explicarnos la operación a la que España pretende contribuir, que
ha ido pasando, primero, de sustituir a los soldados norteamericanos
en Bosnia eventualmente a una operación militar, después a una
operación humanitaria; al final no sabemos a qué está dispuesta
España a contribuir. El ministro incluso se equivocó, habló de un
escalón médico avanzado de 500 soldados, lo cual era un gran
hospital, y al final van a ser 50, más acorde con nuestras ambiciones
y con nuestras realidades. Me gustaría saber quién va a poner la
logística, quién va a dirigir esa operación, cuando Estados Unidos
está diciendo que no consideran conveniente participar en una



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segunda fase con tropas desplegadas en el terreno. También me
gustaría saber qué piensa el Gobierno sobre la fase segunda cuando
termine la fase primera en Afganistán, porque desde el otro lado del
Atlántico se dice que la fase segunda se llama Irak y en Europa hay
muchos que piensan y dicen en voz alta que la fase segunda solamente
se puede llamar reconstrucción; me gustaría saber qué piensa el
Gobierno sobre eso.

Decía el secretario de Estado que la presidencia belga ha moderado
sus expectativas con relación a la PESC, a la política europea de
seguridad y defensa. No sé si no va a haber acuerdo sobre la
formalización de las reuniones de los ministros de Defensa; parecía
que podía haberlo, pero me gustaría saber si, al final, no lo va a
haber y no se van a formalizar esas reuniones.

El secretario de Estado ha afirmado -y he tomado nota-, hablando de
la declaración de operatividad, que a partir de Laeken, si se toma
esta decisión, la Unión Europea será capaz de realizar operaciones
Petersberg; yo me permito decirle que no, señor secretario de Estado,
porque la declaración de operatividad es la de las instituciones de
la PESC. Esa fuerza de 60.000 efectivos, esos centenares de aviones,
ese centenar de barcos, no va a estar articulada bajo las órdenes de
un cuartel general de la Unión Europea; aunque Turquía accediese a
eliminar su reserva, no va a estar integrada la estructura de
planeamiento, no va a haber un planeamiento realizado, ni siquiera
hay una definición del concepto estratégico de la Unión Europea, por
lo cual, estamos creando instituciones, no estamos haciendo otra cosa
por el momento. No habrá operatividad europea y el 1 de enero la
Unión Europea ni siquiera estará en condiciones de hacerse cargo -no
tendría los mecanismos- de la pequeña operación de Macedonia; no ha
querido hacerse cargo de ella hace muy poco. De hecho, en la
declaración de operatividad, nos vamos a encontrar con cuestiones tan
paradójicas como que si uno de los elementos esenciales es la
capacidad de transporte a larga distancia, el elemento esencial y
material de esa capacidad es el A-400, avión del que todavía no
existe ni un solo contrato y del que algunos países parece que están
dudando si descolgarse o no; en cualquier caso, no sería entregado
antes del 2007. Luego esa plena capacidad Petersberg no va a existir
antes del 2007, seamos realistas. Ha habido un avance difícilmente
previsible, pero seamos realistas, no existe la capacidad y sería muy
negativo que en el otro lado del Atlántico se creyese que realmente
sí existe esa capacidad a partir de Laeken y, por tanto, se nos puede
pedir que asumamos determinadas responsabilidades en el ejercicio de
la PESC.

Finalmente quisiera preguntarle cuál podría ser exactamente el
acuerdo con Turquía. Ha dicho usted que Turquía ha anunciado que está
dispuesta a levantar el veto, pero entiendo que sólo responde a una
carta, que al parecer ha recibido del primer ministro británico,
cuyos contenidos desconocemos, pero en la que se
le ofrece que la Unión Europea haga una declaración que autolimita su
capacidad de actuación en el ámbito de la PESC excluyendo Chipre o el
Egeo y no sé si algunas cosas más. Como usted, sin duda lo conoce, me
gustaría que nos lo explicase porque me parece muy importante que se
pueda resolver esta cuestión.

Presento mis excusas por la extensión.




El señor PRESIDENTE: No estando presentes el portavoz del Grupo de
Convergència i Unió y el portavoz del Grupo Parlamentario Entesa
Catalana de Progrés del Senado, tiene la palabra el señor Llamazares
en nombre del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida.




El señor LLAMAZARES TRIGO: En primer lugar, agradecemos la
comparecencia del secretario de Estado, aunque habríamos deseado,
como en otros casos, una mayor preocupación del Gobierno en la
explicación de su posición política ante los retos comunitarios. Digo
que lo habríamos deseado porque no estamos satisfechos, como ya hemos
dicho en muchas ocasiones, con la participación de las instituciones
y sobre todo con la participación de la sociedad española en relación
con los retos europeos. Una buena muestra de ello es el debate que
vamos a tener en los próximos días en torno a la presidencia española
de la Unión Europea; nos da la impresión de que, por este camino,
puede ser la presidencia del Partido Popular de la Unión Europea pero
no la presidencia española, toda vez que no nos sentimos en absoluto
implicados en la definición de las líneas políticas y de las
prioridades de esa presidencia que nos parece muy importante.

Esperamos que el Gobierno sea capaz de rectificar en las próximas
fechas lo que hasta ahora parece únicamente una preocupación
partidista o gubernamental, cuando debería ser compartida con el
conjunto de las fuerzas políticas y de las organizaciones sociales.

Respecto a esta fase final de la presidencia belga, estamos
preocupados por la capacidad de la política europea de intervenir en
la situación internacional y también estamos preocupados por la
posición española. La situación política europea nos parece una
situación de marasmo, por no hablar en algunas materias de parálisis
con paradojas; parálisis en materias importantísimas para la Unión
Europea como la política exterior y de defensa, y paradojas como es
la política del tercer pilar -Justicia e Interior- dentro de la Unión
Europea, que avanza en un sentido que a nosotros nos preocupa, en el
sentido de la coordinación de las políticas antiterroristas, cosa con
la que estamos de acuerdo, pero también en la disminución de las
garantías jurídicas, de los derechos y libertades, que a nosotros nos
parece que forman parte de la cultura política de la Unión Europea y,
por mucha preocupación que haya por la seguridad, en ningún caso debe
ser contradictorio con las libertades.




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En la situación actual, en la Unión Europea están influyendo dos o
tres factores que nos parecen fundamentales y que hemos repetido en
varias ocasiones. Un factor internacional, la crisis provocada por
los atentados terroristas del 11 de septiembre, que ha introducido en
la dinámica internacional la lógica de la guerra, y la lógica de la
guerra expulsa a la lógica política. Esa crisis ha afectado
negativamente a todos los ámbitos multinacionales, entre ellos a la
Unión Europea. Nos parece curioso que se hable de la política
exterior y de la política de defensa cuando prácticamente no estamos
jugando ningún papel en estos momentos en el ámbito internacional y
cuando tenemos que preguntar por las medidas humanitarias o por las
medidas en otros ámbitos, incluso dentro de la propia OTAN, con la
que sabe que no estamos de acuerdo; tenemos que preguntar
continuamente al departamento de Estado o a quienes están en estos
momentos en la lógica de la guerra cuál es el papel que se nos
asigna, continuamente cambiado; incluso respecto al papel humanitario
hay en bastantes dudas.

En relación con este conflicto y con esta lógica de la guerra, hay
que sumar algo que venía de atrás y que ha influido y está influyendo
en la situación europea y por supuesto en el próximo Consejo de
Laeken, el cambio de ciclo económico internacional y el cambio de
ciclo económico en Europa. Nos ha sorprendido oír que se mantienen
los criterios de convergencia y de estabilidad para el próximo
Consejo. Nos parece que se puede hacer política retórica, que no
tenga nada que ver con la política real, pero estudiando los
criterios de los gobiernos más importantes de la Unión Europea no
casa. No coincide para nada esa posición teórica de apoyo a la
estabilidad y de apoyo a los criterios de convergencia de carácter
rígido con la flexibilidad que están teniendo y que necesitan tener
muchos gobiernos en una política anticíclica. Aunque el Gobierno
español niegue esa política anticíclica, esa política anticíclica
está en marcha en muchos gobiernos europeos. Nos parece que esa
actitud dogmática con respecto a la política de estabilidad puede
hacer de la próxima presidencia española, no solamente de este
Consejo de Laeken, una presidencia conflictiva con Estados que no
coinciden con esa política económica restrictiva, y conflictiva
también con los agentes sociales, con las organizaciones sindicales
que en Europa están planteando claramente, aunque el Gobierno español
a su máximo nivel no quiera reunirse con Gabaglio, que tiene que
haber una política anticíclica y que una parte esencial debe ser la
inversión pública y la política social. Nos parece que así como la
Unión Europea se encuentra en una situación de marasmo, el Gobierno
español se encuentra en una situación que podríamos decir que ha sido
cogido con el paso cambiado incluso en materias que ha venido
reivindicando en los últimos tiempos y que por fin salen adelante en
la Unión Europea. Por buscarse conflictos el Gobierno español, parece
estar buscándolos
también en relación con la política de Justicia e Interior.

Cuando parecía que avanzaban algunas medidas, en nuestra opinión
convenientes, como la que tiene que ver con la coordinación de la
política antiterrorista, la definición de terrorismo o lo que tiene
que ver con la detención y entrega, el Gobierno español busca nuevas
ocurrencias que trasladar al próximo consejo, con lo cual del próximo
consejo sólo podemos salir mal. Esa es nuestra opinión. Algunas de
las medidas que se van a proponer al consejo de alguna manera van a
desoír las recomendaciones del Parlamento Europeo que nos parecen
recomendaciones prudentes, van en el sentido de avanzar en negar la
libertad con la excusa de la seguridad. Por ejemplo, en la definición
de terrorismo hay algún aspecto que me gustaría comentar, puesto que
hace que se pueda considerar terrorismo la ocupación por parte de
unos trabajadores de una empresa o de una institución pública, cuando
eso es una dinámica normal en la cultura sindical y en la cultura de
movilización europea, que nunca se ha asimilado a una medida de
carácter terrorista. Ese planteamiento nos preocupa, igual que nos
produce preocupación que el Gobierno español haya puesto la meta de
que en el próximo consejo se hable de listas anexas cuando sabe muy
bien que hay países de la Unión Europea que no van a aceptar esa
posición del Gobierno español, que van a plantear dificultades a esa
posición porque también tienen su propia política en materia
antiterrorista, además de las medidas de coordinación y de las
medidas de detención y entrega a que me he referido con anterioridad.

En todo caso, parece que el Gobierno español tiene una especial
tentación a aparecer con el pie cambiado en cada uno de los consejos
europeos. En este caso concreto apareceremos con el pie cambiado en
relación con la política económica, abonando una política económica
procíclica cuando la política económica en estos momentos apunta a
medidas anticíclicas, y también apareceremos desairados en algunas
medidas y ocurrencias que han aparecido en las últimas fechas con
respecto a la política antiterrorista y no sumados a esa coordinación
en materia de política antiterrorista en la que hay que reconocer que
ha participado el Gobierno español, no solamente éste sino gobiernos
anteriores, que planteaban en los acuerdos de Madrid la necesidad de
esa coordinación de las políticas antiterroristas. Nosotros vemos
esto con preocupación.

A mí me ha sorprendido oír, con respecto a la convención, algo que no
conocía de la información que teníamos del Parlamento Europeo. No
sabemos muy bien cuál es la posición del Gobierno español, no
conocemos cuál es la agenda de esa convención, si es una agenda
cerrada a los temas de Niza o una agenda abierta, tampoco sabemos
cuál es el horizonte del gobierno español. El planteamiento del
Gobierno español en torno al proyecto europeo es un objeto no
identificado, no es federalista, no es confederalista. No sabemos
realmente cuál es la posición política final del Gobierno



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español, que es importante. Decía que tenemos una cierta confusión
puesto que el secretario de Estado ha hablado del mantenimiento del
foro de organizaciones no gubernamentales. La última noticia que
tenemos es que el Gobierno español ha presionado para que no exista
un foro paralelo de organizaciones no gubernamentales y que la
presidencia belga ha descartado el foro de organizaciones no
gubernamentales. Me alegro de que el secretario de Estado niegue esta
información y que parezca que en la presidencia española va a haber
las dos cosas, la convención propiamente dicha y, por otra parte, el
foro de organizaciones no gubernamentales, como habíamos pedido.

Nosotros somos favorables a un proceso constituyente y a que se
plantee que debe ser refrendado por los ciudadanos de la Unión
Europea para el año 2003 o el año 2004, como antes se comentaba en
torno a la posible anticipación de la Conferencia Intergubernamental.

Voy a referirme a otra cuestión que nos parece importante y que
querríamos que en la próxima reunión de Laeken tuviera una especial
atención. Aunque he dicho en un principio que la lógica de la guerra
siempre termina expulsando a la política, nos parece que el papel de
la Unión Europea en Oriente Medio es un papel fundamental. Había
ciertas expectativas respecto al reconocimiento por parte del
Gobierno norteamericano del derecho del pueblo palestino a un Estado
propio, expectativas que se han visto de alguna manera frustradas por
la lógica de la guerra. Ahora, el Gobierno norteamericano considera
también con el Gobierno israelí, que el Gobierno palestino es un
gobierno que apoya al terrorismo y por tanto defiende la respuesta en
nuestra opinión de terrorismo de Estado -hay que decirlo así- por
parte del Gobierno israelí. La Unión Europea tiene en este marco tan
complicado una gran responsabilidad política y nos gustaría que el
próximo Consejo de Laeken supusiera un paso adelante en la búsqueda
de una solución al problema palestino. Es una cuestión esencial,
merecería la pena hacer de ella un aspecto prioritario del próximo
Consejo de Laeken y nos gustaría que en ese sentido, además de las
declaraciones del ministro de Exteriores, ayer u hoy mismo,
rechazando los bombardeos por parte del Gobierno israelí en los
territorios ocupados, hubiese también una iniciativa política por
parte de España y del conjunto de la Unión Europea a favor de la paz
en Palestina y a favor de los derechos del pueblo palestino. Es
cierto que en este momento se está produciendo un saldo de terror y
de sangre en las dos comunidades, pero quien está sufriendo la
ocupación, quien está sufriendo la negación de todos sus derechos, de
todos, en estos momentos es el pueblo palestino y, en nuestra
opinión, la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas, la
intermediación de la Unión Europea y la presión sobre el Gobierno
israelí sería muy importante para desbloquear una situación que corre
el peligro de convertirse en un polvorín, no solamente para todo
Oriente
Medio, sino probablemente para toda la política internacional en un
momento tan delicado.

Finalizo agradeciendo la comparecencia del secretario de Estado, pero
planteando nuestras dudas respecto a este marasmo en el que vemos a
la unión política, a la Unión Europea, y también respecto al paso
cambiado en que se encuentra el Gobierno español en materias
fundamentales.




El señor PRESIDENTE: No hay representante de Eusko Alkartasuna, ni
del Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) ni de Coalición Canaria y
tampoco del Grupo Mixto. En ese caso, tiene la palabra el
representante del Grupo Popular.




El señor SORAVILLA FERNÁNDEZ: En primer lugar quiero agradecer la
presencia del secretario de Estado y reconocer su disponibilidad
permanente para comparecer ante esta Comisión, a pesar de la agenda
tan apretada que tiene. Voy a intentar ser breve, aunque haga un
repaso general, para facilitar al secretario de Estado que pueda
cumplir los compromisos posteriores a esta Comisión, ya que sé que
los tiene.

Gracias por la información que nos ha ofrecido sobre el próximo
Consejo de Laeken. Quiero manifestarle de antemano que mi grupo
respalda cuanto aquí ha dicho -debo ser el único portavoz que ha
entendido de verdad lo que piensa el Gobierno- y que en consecuencia
cuenta con la mayoría que representamos en ambas cámaras para las
iniciativas y las posiciones que se hayan de adoptar en el Consejo de
Laeken. Todos hemos reconocido que una fecha más próxima al Consejo
hubiera sido mucho mejor, pero la agenda parlamentaria, la de los
plenos, tanto del Senado como del Congreso, lo ha hecho imposible. La
cita de hoy, a casi diez días vista, quizá sea un poco prematura para
contar con posiciones definitivas, como se pretendía, en la medida en
que sean posibles, puesto que lo definitivo sólo se alcanza casi en
el último momento. Lo cierto es que, como se ha dicho, el primer
ministro belga, el señor Verhofstadt, está procediendo a hacer la
ronda de capitales, que inició en Londres y terminará en Madrid el
próximo día 11. Está pendiente el Consejo de asuntos generales, que
se ha mencionado, para el día 10 y hay asuntos del mayor interés para
España que van a comenzar a desgranarse entre mañana y pasado en el
Consejo JAI. Me refiero fundamentalmente a todo lo que está conectado
con el terrorismo y ese espacio europeo de seguridad y justicia, en
los que me atrevo a asegurar, con algunas matizaciones por parte del
portavoz de Izquierda Unida, que el Gobierno cuenta no sólo con el
respaldo de este grupo al que represento, sino con el de todos los
grupos parlamentarios. Permítame, señor presidente, que en nombre del
Grupo Popular haga un especial hincapié en ellos y que anime al
Gobierno para que siga impulsando todos estos asuntos como hasta
ahora y, si cabe, todavía más. Porque es



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verdad que los atentados dramáticos del 11 de septiembre han servido
de revulsivo y han permitido progresos notables, algunas veces
impensable, pero seguimos considerando desde el Grupo Popular que aún
no se han alcanzado los objetivos, y lo dice el Parlamento Europeo
por el requisito de la unanimidad en el Consejo, en parte por la
falta del compromiso de algunos Estados miembros.

Nosotros desearíamos que se completaba y se reforzara la coordinación
de los instrumentos de cooperación policial y judicial, de modo que
se instituyera plenamente el Eurojust, y que se aprobaran también las
decisiones marco, entre otras, sobre la orden europea, de la que se
ha hablado aquí, de detenión y de entrega, la tipificación común del
delito de terrorismo, la lista de organizaciones terroristas, la
inmovilización de activos, etcétera. Y creemos que la cohesión que la
Unión Europea quiere mostrar, o por lo menos así lo ha manifestado la
presidencia belga, en estos asuntos después del 11 de septiembre debe
ponerse de manifiesto no sólo en las declaraciones de carácter
formal, sino en hechos concretos como los que he citado y que el
terrorismo, que dolorosamente venimos combatiendo en España no se
considere simplemente un problema interno, sino un verdadero atentado
contra los valores en que se asienta la Unión Europea. Que esa
cohesión que se quiere mostrar hacia el exterior se traduzca de
alguna forma en solidaridad interna. Para mi grupo no sería
suficiente, es más, sería desalentador, que el Consejo de Laeken se
conformara simplemente con hacer un balance del plan de acción,
revisar la ejecución de las 79 medidas y el cumplimiento del roadmap.

Hay que dar pasos concretos y decididos. El Gobierno va a contar
siempre con nuestro apoyo para impulsarlo, no sólo en Laeken, sino en
la próxima presidencia española.

Otro aspecto que desearíamos destacar desde mi grupo y ofrecerle el
respaldo al Gobierno es el de que continúe impulsando desde Laeken
los procesos de Lisboa y de Gotemburgo con vistas al próximo Consejo
de Barcelona bajo presidencia española. Y aplaudimos el modelo
renovado al que hizo referencia ayer el presidente del Gobierno,
aproximando a él también a los países candidatos. Lo que va a dar es
más confianza, más credibilidad a la Unión Europea en estas materias
económicas y sociales y debo disentir de las manifestaciones que ha
hecho el portavoz socialista, señor Estrella, porque es verdad que
todavía nos queda mucho por avanzar, pero no quiero recordar las
tasas en las que nos encontrábamos con gobiernos socialistas
anteriores. Estamos hablando de educación y tenemos un problema con
la ley orgánica universitaria, tenemos un Ministerio de Ciencia y
Tecnología, vamos avanzando en el tema del desempleo, etcétera.

Dentro de este paquete económico de carácter general, yo coincido con
el análisis que ha hecho el señor secretario de Estado y, aunque sea
un tanto tangencial en Laeken y respecto a su propia competencia, yo
creo que no debemos
olvidar la introducción física del euro, que nos va
a corresponder, precisamente en un período difícil, un período de
desaceleración económica. En cualquier caso cuenta con el apoyo
decidido de este grupo que ya viene apoyándolo desde el programa
electoral con el que accedió al primer Gobierno.

Ahora con mayor brevedad voy a intentar repasar otros temas que nos
parecen significativos. Con respecto a la convención, de manera casi
telegráfica, algunas matizaciones. Estamos de acuerdo con la
participación sin voto de los países candidatos. En Laeken se va a
decidir la presidencia y la pregunta sería si se perfila algún
candidato en particular. Desde nuestra presidencia, España va a poner
en marcha la convención y la pregunta es: ¿vamos a mantener una
vicepresidencia hasta su conclusión en el año 2003? Desde mi modesto
punto de vista -aquí se ha estado hablando del mandato, etcétera-,
con todo mi respeto para mis colegas Leinen y Méndez de Vigo, del
Parlamento Europeo, yo creo que, en cuanto a los contenidos, en
principio parecen suficientes los cuatro puntos de Niza, porque, si
se desea, en ellos se pueden subsumir la mayor parte de los que
proponen en su informe, y quizá añadir otros más sería añadir también
mayores dificultades. Por poner un ejemplo, el reconocimiento de la
personalidad jurídica de la Unión sería un tema relativamente
espinoso; otro tanto, con respecto al informe, ocurriría con esa idea
de una propuesta única del documento final, porque supondría añadir
dificultades o rebajar algunas cosas. En esto habría que preguntarle
a favor de qué posibilidad está la postura española: el abanico de
opciones, las recomendaciones, incluso llegar a textos articulados.

No sé cómo estamos.

Con respecto a lo que se ha hablado de las contribuciones de la
llamada sociedad civil, que a mí me molesta profundamente porque yo
me considero también sociedad civil y parece que somos entes
separados, me parece que las contribuciones son muy importantes, pero
yo creo que las contribuciones de la sociedad civil se deben tomar en
la correspondiente medida y desde luego sin que vayan en ningún caso
en detrimento del papel protagonista que debe mantener la auténtica
representación popular, que son los parlamentos. En esto coincido con
lo que se dice en el libro blanco sobre la gobernanza, que a mí me
gustaría más llamar el buen gobierno, porque me parece un palabro
inaceptable.

Sobre la ampliación y sobre el futuro de la Unión Europea le haré una
pregunta y algunas afirmaciones. Nuestro grupo apoya que desde Laeken
se lance el mensaje de respetar el calendario de Niza y el criterio
de que el proceso de ampliación es irreversible. Respaldamos, por
otra parte, en principio, el plan de consolidación institucional para
los países candidatos, estamos a favor de elaborar el roadmap para
los países que no ingresen en la primera ola y creo que hay un papel
de un cierto carácter confidencial que se ha distribuidosobre el
futuro de la Unión que parece que



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tiene algo más de calado que el non paper que se vio en el Consejo de
asuntos generales. Y como las preguntas no son indiscretas sino que
lo son las respuestas, no le puedo garantizar el secreto de su
respuesta puesto que tenemos luz y taquígrafos, pero si puede decir
algo sobre ese papel y si es cierto que está circulando también sería
interesante. El otro asunto del que aquí hemos tratado es el tema de
Turquía en su triple faz, como los dioses mitraicos. La dimensión
geoestratégica de Turquía, después del 11 de septiembre, se potencia
de alguna manera; también hay que tomar en consideración la condición
de país islámico moderado; hacer algún pequeño comentario sobre
Turquía en su condición de candidato, a lo que ha hecho referencia el
señor Estrella, respecto a la amenaza de ocupar Chipre intentando
ejercer una especie de veto de facto sobre el propio proceso de
ampliación, entorpeciendo, por otra parte -no me extenderé en ello-,
la declaración de la Unión Europea sobre capacidades militares para
la gestión de crisis con medios logísticos de OTAN. Hay
negociaciones, el secretario de Estado ha hecho referencia a ellas.

Yo no sé qué puede ocurrir presumiblemente en Laeken y ahí queda una
pregunta que quizá no tenga una fácil contestación en estos momentos.

Otra pregunta sería si se va a optar al final por evitar de alguna
manera la declaración que estaba prevista en Niza y en su lugar se
emitirá un informe para dar una solución caso por caso a partir de
las capacidades reales y que de esa manera no se afecte a la propia
credibilidad de la Unión Europea.

Hay una importante cuestión de la más candente actualidad, y además
muy dolorosa, referida a la política exterior. Me refiero al tema de
Oriente Medio. Desde el Grupo Popular sentimos una honda preocupación
que no creo que nadie -yo, personalmente, no- esté dispuesto a trocar
por el desaliento, y desde la preocupación queremos animar, respaldar
y pedir al Gobierno que haga cuantos esfuerzos estén a su alcance
para que en el Consejo de Laeken se encuentren mecanismos y
soluciones para reconducir el proceso de paz de Oriente Medio
apelando a la cordura de las partes. Yo no sé si el señor Arafat y el
señor Sharon serán capaces de llegar a esto o si tendrá que volverse
la página. De todas formas, en la postura que ha mantenido el
portavoz socialista, no como portavoz socialista sino como presidente
de la asamblea parlamentaria de la OTAN, me ha sorprendido que no
equilibre de alguna manera su opinión. Yo apelo a la cordura de ambas
partes y debo recordar también que los actos terroristas son
condenables en donde se produzcan y por la razón que se produzcan.




Yo quisiera también pedir al Gobierno que se intentara en el Consejo
de Laeken aprovechar esta dolorosa y dramática oportunidad para que
la Unión Europea pudiera adquirir definitivamente el protagonismo que
le corresponde en la escena internacional. Yo animaría, quizá con
vistas a la presidencia, a potenciar todo lo
que es el proceso de Barcelona. Y recuerdo que ya en mis tiempos de
senador insistía en que el cesto del diálogo cultural quizá era tan
importante o más que los cestos económicos. El señor Patten ya está
ahí con los fondos MEDA y todo lo demás. Por otra parte, sobre el
resto de las acciones a las que se ha hecho referencia, Afganistán,
etcétera, estamos de acuerdo en todo lo que se está haciendo. Parece
que las expectativas son esperanzadoras por lo menos, en estos
momentos se debe estar firmando en Bonn el gobierno interino
multiétnico de Afganistán, las elecciones en Kosovo también abren una
cierta expectativa de esperanza en la zona de los Balcanes. La verdad
es que en semejantes situaciones toda la ayuda parece poca, pero
creemos que por lo menos se está en la línea en la que se debiera.

Una última cuestión para terminar, que tiene un carácter puramente
formal y a la que yo creo que en algún momento ha hecho referencia la
propia presidencia belga, y es pedirles que el texto de la
declaración tenga un carácter accesible, en el sentido de que sea
inteligible -no ininteligible, como suelen ser- para todos los
ciudadanos y que, se diga lo que se diga en esa declaración, se diga
con toda claridad, evitando la eurojerga o esa jerga comunitaria que
es otra de las barreras que deberemos ir demoliendo para que los
ciudadanos se impliquen en el proyecto europeo.

Deseo que, por el bien de todos los que apostamos por el proyecto
europeo y de todos los ciudadanos europeos, el Consejo de Laeken sea
un éxito, reitero al señor secretario de Estado una vez más el apoyo
de este grupo parlamentario a las posiciones del Gobierno en el
Consejo de Laeken, según las ha manifestado, y le doy de nuevo las
gracias, tanto por la información que nos ha dado como por la que
pueda darnos ahora en su contestación.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a todos los portavoces que han
intervenido.

Tiene la palabra el secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Quiero manifestar mi agradecimiento a los portavoces que han
intervenido, muy particularmente al señor Soravilla, que me da
palabras de aliento, después de la visión tan negativa del señor
Llamazares, que ha insistido tantas veces en que llevamos el paso
cambiado y que Europa está en un marasmo. Se han planteado muchos
interrogantes y me parece que esta es una buena ocasión para
responderlos. Espero que SS.SS. comprendan que la presentación de un
consejo europeo cuando todavía no están todos los elementos sobre la
mesa es un ejercicio que se presta a una generalización y a una
simplificación, que han sido la materia de mi intervención, porque
entrar en los detalles sería muy extenso. A pesar de que espero que
mi jerga no sea tan ininteligible como la de la Unión Europea, aunque
corre el riesgo de estar



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muy influenciada, por lo menos ha tenido el mérito de cubrir todos
los aspectos que podrían ser materia del Consejo.

Como los señores Estella y Soravilla me han hecho preguntas incisivas
sobre algunos de los temas que están por dilucidar, voy a tratar de
responderlas. Tanto el señor Estella como el señor Soravilla, al
hablar de la convención, se preguntaban cómo se configura el mandato.

Yo quiero decir que de Laeken, en el Consejo de Ministros de asuntos
generales, se ha debatido todo y hay prácticamente consenso en todo
menos en el contenido del mandato. El contenido del mandato es algo
que se ha reservado la presidencia del Consejo porque es, digamos, el
núcleo político, el meollo de la declaración de Laeken. Se ha evitado
sistemáticamente ir al contenido del mandato. Ha habido varios
debates, que ustedes pueden imaginar, en los que siempre hay dos
posiciones encontradas: los que dicen que el mandato -para qué
enredar- debe interpretar los cuatro puntos de Niza y en todo caso
dejar a la convención, que para eso está, que abra el abanico. Antes,
cuando la Conferencia Intergubernamental la preparaba un grupo de
trabajo del Consejo, era bueno que el Consejo le diera pautas, pero
ahora, si somos totalmente coherentes y consecuentes con la nueva
orientación que ha dado el Consejo Europeo para la preparación de la
Conferencia Intergubernamental, hemos dado un paso adelante (alguien
dice que un paso en el vacío, yo creo que no, yo creo que es un paso
innovador) y hemos dicho que sea una convención la que prepare la
agenda de la Conferencia Intergubernamental. Pero no tratemos de
encauzar esa convención de manera excesiva. La posición que ha tenido
el Gobierno español es que interpretemos los cuatro puntos del
mandato de Niza y después, si se quiere, se puede añadir alguna cosa
más. El señor Estrella había apuntado que se podría añadir algo más,
por ejemplo, la dimensión de Justicia e Interior o la de Defensa. Se
puede apuntar, pero también la propia convención lo va a apuntar. Hay
que dejar a la convención que haga su papel, que es el de abrir
avenidas por las que debe ir el debate europeo y exponer ideas. Esa
convención -y respondo a otro interrogante del señor Soravilla- va a
publicar un informe, que no tiene por qué ser vinculante -todo el
mundo lo ha dicho-, tiene que ser un informe de opciones en el que se
identifiquen los elementos fundamentales de la reforma, para que la
Conferencia Intergubernamental, que son los representantes de los
países miembros, opte por las diferentes soluciones. Naturalmente,
ese informe no va a ser vinculante al cien por cien porque a lo mejor
la convención propone opciones que a los Estados miembros no les es
posible adoptar, muchas veces incluso por razón de sus constituciones
o de política interna, pero la Conferencia Intergubernamental, en
general, se va a concentrar en decidir sobre las opciones que la
convención va a presentar.

Por lo que se refiere al contenido de la Declaración de Laeken, yo
puedo decir que la primera idea de la presidencia belga era
ambiciosa: marcar en profundidad el camino por el que iba a ir el
debate e ir más lejos de los cuatro puntos de Niza. En el debate
interno de la Unión han llegado a la conclusión de que una
declaración demasiado ambiciosa de Laeken sobre el contenido podría
producir divisiones dentro de la Unión; incluso se dice que daría una
imagen muy mala que la Unión tuviera un enfrentamiento importante a
15 días de la entrada en vigor de la moneda única y que es mucho
mejor ir a una posición más abierta en el sentido de dejar que sea la
convención la que fije las grandes orientaciones y que el núcleo sean
los cuatro temas de Niza. A mí me resulta muy difícil poder decir qué
es lo que está presentando en este momento el señor Verhofstadt
porque no lo sabemos. Por las referencias que yo tengo, que
naturalmente son oficiosas porque no pueden ser oficiales, de las
consultas que está haciendo el señor Verhofstadt, me parece que él
está en una posición flexible; ha renunciado ya a la idea de hacer
una cosa muy política, muy centrada y dando un mandato muy claro a la
convención y se inclina más por una interpretación de los cuatro
puntos fundamentales de Niza.

Hay otros temas que ya están resueltos y en los que hay consenso, que
es todo lo relativo a la organización y al procedimiento, pero -y
respondo al señor Soravilla- hay un tema que está sin resolver y es
quién va a ser el presidente de la convención. No se ha resuelto,
aunque todo el mundo sabe que hay una serie de candidatos; pero sí se
ha resuelto o por lo menos hay un entendimiento respecto a qué
características debe tener la personalidad que vaya a presidir la
convención. Yo creo que hay un acuerdo unánime en el sentido de que
cualquiera que vaya a presidir la convención ha tenido que ser
miembro del Consejo Europeo, cualquier persona que haya sido jefe de
Gobierno o jefe de Estado de alguno de los países miembros de la
Unión o que haya sido presidente de la Comisión. Por eso se explica
que estén sobre la mesa candidatos como, por ejemplo, el señor
Jacques Delors o el señor Giscard D’Estaing, por parte francesa; el
señor Amato, por parte italiana; el señor Kok, por parte holandesa.

No se habla mucho, pero también sabemos que está disponible el señor
Dehaene; se habla del señor Ahtisaari, que, como todo el mundo sabe,
fue presidente de la República de Finlandia, pero también con
representación en el Consejo Europeo porque la presidencia de esa
república tiene funciones ejecutivas. Esto tendrá que ser objeto del
acuerdo de última hora en Laeken. De momento, no tengo evidencias de
que haya cristalizado ya un consenso en torno a una persona. Yo debo
decir que el Gobierno español tiene una posición muy abierta. Podemos
tener nuestras preferencias pero, si se cristaliza el consenso en
torno a cualquiera de esas personas, podemos aceptarla.




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No está resuelto un tema, que es el que había suscitado el diputado
señor Soravilla, y es qué pasa con la vicepresidencia del presidium.

El presidente del presidium es el que hay que elegir, ¿pero qué pasa
con la vicepresidencia? Nosotros y algunas otras delegaciones
habíamos sugerido que ese presidium contara siempre con una
vicepresidencia que correspondiera a la presidencia de turno de la
Unión, que hubiera un vicepresidente español, un vicepresidente danés
y un vicepresidente griego. Que, a medida que vayan rotando las
presidencias, haya siempre una persona que asegure la coordinación
con la presidencia. Sobre esto no hay acuerdo todavía y una vez que
haya el acuerdo habrá que saber si esa vicepresidencia dura hasta el
final o es una vicepresidencia que se rota, que durante los meses de
presidencia española hay un vicepresidente español y después sale,
luego hay un vicepresidente danés y sale y posteriormente un
vicepresidente griego. También hay casi un acuerdo unánime de que la
fecha de la convención hay que lanzarla cuanto antes, y precisamente
conectando con eso, que se ha apuntado aquí también, cuándo va a ser
realmente la Conferencia Intergubernamental. Porque todo el mundo
habla de la Conferencia Intergubernamental del año 2004, pero cada
vez más se repite la conveniencia de que, más que en el 2004, se
iniciara a finales del 2003, en presidencia italiana. Para que esto
se produzca habría que lanzar la convención como muy tarde en marzo,
en el entendido de que la convención tendrá una duración de un año de
debates, que el presidium pudiera presentar sus conclusiones por
ejemplo al Consejo Europeo de junio en Atenas, pero que, una vez
terminada la convención, hubiera un período mínimo de seis meses de
reflexión. Si terminara en marzo del 2003, no sería disparatado
pensar que podría iniciarse la Conferencia Intergubernamental
propiamente dicha en octubre-noviembre del 2003, con el objeto de
terminarla al final del 2003 o como muy tarde en los primeros días
del 2004, alejándolo así un poco del debate político de las
elecciones al Parlamento Europeo, que van a tener lugar en el 2004, y
también hacerlo con una Comisión bien asentada, lejana del período de
su cese, porque a partir de las elecciones al Parlamento Europeo todo
el mundo sabe que empiezan las audiencias para los nuevos comisarios
y la Comisión pierde ímpetu. Eso es lo que hay. Yo francamente creo
que el Consejo tendrá que decidir más o menos la fecha, que será
primer trimestre del 2003 para el lanzamiento, el presidium y la
vicepresidencia.

El resto de los temas están resueltos como lo está la presencia de
los países candidatos en la convención, sobre lo que me preguntaba el
señor Estrella. Hubo reticencias, no de la presencia de los países
candidatos, sino de algunos países candidatos. Al fin y al cabo, me
parece que éste es un buen sitio para que se sepa cuál fue la
posición del Gobierno español, que fue apoyar a todos sin distinción,
incluida Turquía. Nos parecía que no habría explicación lógica en
excluir a Turquía de un
ejercicio en el que se va a debatir el futuro de Europa. Si nosotros
verdaderamente creemos que Turquía algún día va a ser miembro de
nuestra Unión, lo lógico y lo coherente es darle participación en el
debate que va a configurar el futuro de la Unión. La presencia luego
en la Conferencia Intergubernamental es más problemática. Dicha
presencia sólo estará garantizada a aquellos países que hayan
concluido el Tratado de Adhesión. Lo ideal sería concluido y
ratificado, pero yo verdaderamente no creo que se pueda garantizar
que al final del 2003 estén ratificados todos los tratados de
adhesión. En ese caso se podría hacer -porque ya hay precedente- la
excepción que se hizo con España cuando el Acta Única Europea, que se
inició, como todo el mundo recuerda, en el año 1985, estaba en
ratificación el tratado de España y Portugal, pero sin embargo
delegaciones españolas y portuguesas estuvieron presentes en el
debate del Acta Única Europea. Por tanto, en la confianza de que esos
tratados se van a ratificar se podría invitar a los países que han
firmado y cuyo tratado está en ratificación o ratificado ya. Me
parece que en ese caso Turquía no estaría y quizá algún otro país más
que no esté en ese big bang del que hablamos.

Entro ya de lleno en el tema de la ampliación, que había suscitado el
señor Estrella. El modelo regata -el señor Estrella lo conoce muy
bien- es un modelo que ha llegado tarde. Si el modelo regata se
hubiera aplicado desde el principio podríamos haber sido consecuentes
con los principios de diferenciación desde el principio, pero el
Consejo Europeo tomó la decisión, a nuestro entender errada. No
pudimos ni quisimos oponernos a ella, porque España tiene que tener
siempre un exquisito cuidado en que nuestras posiciones no se
confundan con algo que todo el mundo utiliza; nosotros, que somos
precisamente el país que desde el principio hemos apoyado la
ampliación al este, y la prueba fue la decisión del Gobierno del
señor González de apoyar la primera ampliación, que fue la
integración de la República Democrática Alemana, de la República
Federal Alemana, siempre hay esa tendencia de decir que somos
nosotros los que nos oponemos, cuando todo el mundo sabe que este
país tiene la base política y social más favorable a la ampliación
que hay en la Unión Europea, y el eurobarómetro lo reconoce, porque
tiene el 56 por ciento a favor y solamente el 17 por ciento en
contra, que es la cifra más baja de todos. Y eso no es producto de la
casualidad, es producto de una política mantenida desde el año 1989
por el Gobierno socialista y después por el Gobierno popular, que ha
mantenido la misma línea. Por tanto, nosotros tuvimos mucho cuidado
en no oponernos a las decisiones de Luxemburgo, pero consideramos que
era un error. Seguimos insistiendo y eso se corrigió en Helsinki. Lo
del Helsinki ha servido, más que para establecer el principio de
diferenciación, para dar oportunidad a



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algunos países que habían quedado fuera de la elección a dedo para
reintegrar el grupo de cabeza.

Hay unos países, que son el grupo de Luxemburgo, que empezaron sus
negociaciones de ampliación en el año 1998, que llevaban una ventaja,
y los otros que empezaron sus negociaciones en el año 2000, cuando
hubo la declaración de Helsinki, que fue en diciembre de 1999. Por
tanto, ese famoso modelo de regata, que nosotros siempre habíamos
apoyado, les ha servido a los que se habían quedado rezagados por una
decisión política para recuperar el terreno perdido, pero no ha
servido de ninguna manera para que a ningún componente del grupo de
cabeza se le aplique la diferenciación. Y voy a entrar en el tema que
ha suscitado el diputado Estrella, que se refiere a Polonia. Todo el
mundo sabe que Polonia es el país con más dificultades, entre otras
cosas porque es el más grande, tiene las estructuras más complejas y
quizá la Unión tiene el mayor trabajo de asimilación. Francamente
creo -y puedo decirlo ahora que he tenido la oportunidad de acompañar
al presidente del Gobierno en una visita que ha tenido a Polonia
anteayer- que el Gobierno de la mayoría parlamentaria socialista del
señor Müller en Polonia es un Gobierno serio. Hemos tenido la mejor
impresión sobre su conocimiento del estado de las negociaciones de
ampliación. Debo decir que el ministro de Asuntos Exteriores fue el
antiguo primer ministro que todos conocimos; la secretaria de Estado
de Asuntos Europeos es Danuta Huebner, que era la que estaba también
en el Gobierno anterior. Por tanto, hay una continuidad y un esfuerzo
muy grande por parte del Gobierno polaco. Las alarmas que habían
saltado diciendo que con el relevo en el Gobierno podía bajarse el
grado de exigencia que había habido y que podía peligrar el tema de
la ampliación hacia Polonia, creo que no están justificadas. Ahora
bien, todos sabemos que objetivamente Polonia tiene unos problemas
que había que enfrentar y habrá que hacerlo. No me parece posible
políticamente descolgar a Polonia del grupo de cabeza. Precisamente
por eso es seguro que el grupo de cabeza incluirá a Polonia y a los
otros nueve países que están más o menos al mismo nivel; algunos más
avanzados que Polonia. No parece fácil que Bulgaria y Rumania
pudieran integrar ese grupo de diez; no me parece posible, no porque
haya algún tipo de intención de separar a estos países, sino porque
llevan un retraso objetivo y sería muy difícil que recuperaran el
terreno. Precisamente he dicho que una de las prioridades de la
presidencia española será abrir con esos dos países todos los
capítulos y darles, además, quizás un horizonte claro de que cuando
se haga la ampliación no se les va a olvidar; pero me parece que
tratar de incluir a esos dos países en el grupo de los Diez será muy
complejo.

En el tema de Chipre, el tema de paraísos fiscales, aquí no hay
alternativa. Un tratado de adhesión con la Unión no negocia el acervo
comunitario; el acervo comunitario se les va a imponer desde el
primer día.

Los chipriotas lo saben y tendrán que eliminar todos los sistemas de
opacidad y aplicar todas las directivas relativas a la circulación de
capitales. Precisamente he hablado de ese tema en profundidad con el
señor Verhofstadt y con el señor Landaburu y me han dicho que en ese
asunto la Unión Europea y la Comisión Europea no piensan hacer
ninguna excepción con Chipre y, por tanto, habrá que aplicar el
acervo y tendrán que cambiar su sistema.

El señor Estrella ha citado el tema de la ratificación de Niza y el
problema no es pequeño; es un gran problema. Hay que saber que para
que todo esto funcione tiene que estar ratificado Niza. Efectivamente
hay un escollo que todo el mundo conoce con Irlanda. He estado en
Dublín hace dos semanas y en una reunión de trabajo larga que tuve
con el ministro me dijo que tenían la intención de someter este tema
a un nuevo referéndum en la segunda parte de 2002. Esperemos que este
nuevo referéndum salga positivo; si saliera negativo tendría
indudablemente una incidencia en todo el proceso.

Con respecto a la financiación de la ampliación, le puedo decir al
señor Estrella cuál es el pensamiento actual del Consejo. Hay dinero
suficiente para financiar la ampliación con aplicación de todas las
políticas, incluso de las costosas -política regional y agricultura-
a diez países; pero únicamente por el período que duren las
perspectivas financieras, es decir, hasta el 2007. Por esta razón,
hemos pedido todos a la Comisión (particularmente España que va a
tener que negociar el tema de política regional, agricultura y además
recursos propios) que base sus propuestas para una posición común en
lo único sólido que tenemos ahora que es el acervo existente. La
Comisión ya ha dicho en el informe de estrategia que pretende hacer
sus propuestas sobre el acervo existente. Eso quiere decir que todas
las propuestas para aplicar la PAC y la política regional no tendrán
más que una duración, que estará limitada en el tiempo al 1 de enero
del año 2007. Alguien puede decir: ¿qué pasa con las reformas de la
política regional, absolutamente necesarias, porque una política
regional a 25 no va a ser la misma que una política regional a 10? Y
¿qué va a pasar con la reforma de la política agrícola común que
todos sabemos que hay que reformarla, entre otras cosas porque nos
hemos metido en una negociación multilateral de la Organización
Mundial de Comercio? Todos aquellos que insistan en que hay que hacer
las reformas antes de concluir el tratado de adhesión o antes de
concluir las posiciones comunes, están únicamente empujando la
ampliación hasta el año 2007, porque en el momento que entremos en el
debate de la reforma no se va a resolver nada. Parece que el buen
sentido indica que cerremos con los países candidatos, con los medios
que tenemos hasta el año 2007, aplicando las políticas e,
inmediatamente después de concluir las posiciones comunes, iniciemos
el debate sobre la reforma.




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En el caso de la política agrícola ese debate se basará, en primer
lugar, en la revisión a medio plazo de la política agrícola común
decidida en Berlín que se va a presentar en julio y, en segundo
lugar, en los resultados que vayamos conociendo de la ronda
multilateral de la conferencia de Doha. Seguramente en el año 2004 ya
estará bastante avanzado, porque tiene que terminar en el 2005. En
cuanto a la política regional, en base a las propuestas que están
encima de la mesa de la Comisión. El debate de la reforma empieza en
el Consejo; a ese debate se unen los nuevos países miembros a partir
del año 2004 y ese debate de reforma se une, naturalmente, al debate
de las perspectivas financieras que tendrá que estar concluido, como
muy tarde, a mediados del año 2006. A partir de 2007 tendremos un
nuevo marco financiero general para todos con reformas acordadas por
todos; ahí cada uno tendrá que asumir sus propias responsabilidades y
saber que nunca más serán como son ahora ni la política agrícola ni
la política regional.

Respecto a los temas de política económica, quisiera responder en el
sentido de que los pactos de estabilidad se hicieron para cumplirse.

Debo decir que nos produce una cierta hilaridad el hecho de que
cuando se estaban debatiendo estos temas y nosotros hablábamos de
flexibilidad se nos acusaba pública y abiertamente de que nos
queríamos escapar, como diciendo que -no voy a decir nombres, aunque
podría hacerlo- España, país mediterráneo, no es capaz de cumplir con
rigor el pacto de estabilidad; y nos repetían que la moneda tiene que
tener la garantía del pacto de estabilidad, etcétera. La verdad es
que nosotros, a fuerza de tanto repetirlo, nos lo hemos creído y lo
hemos aplicado. En este momento resulta que aquellos que nos daban
lecciones están a punto de salirse de los criterios y de romper el
pacto de estabilidad, justo en el momento en que hay que lanzar la
moneda, ni antes ni después. Creo que a España le produce un lógico
orgullo presidir la Unión en el momento en que se lanza la moneda
única, con los deberes hechos. Decía el otro día el comisario Pedro
Solbes que en su opinión no había más que cinco países que tenían las
cuentas limpias: Finlandia, Suecia, Países Bajos, Austria, Luxemburgo
y España. Señalo que los cinco primeros son países de más de 30.000
dólares per cápita y que nunca han tenido las cuentas mal. Por tanto,
que España (que es un país naturalmente con la mitad de renta, que ha
tenido graves situaciones de déficit y que tiene problemas
estructurales que todos conocemos) pueda presentarse con las cuentas
limpias demuestra que si España lo hizo otros lo pueden lograr
también. Lo que pasa es que otros no han hecho el esfuerzo necesario
que este país sí ha hecho. ¿Cuál es nuestra posición? Nuestra
posición es que si nosotros pudimos hacerlo, todo el mundo lo puede
hacer.

Se dice que la situación es la que es y que hay algunos países que
tienen problemas de déficit público
precisamente en años electorales en los que la tendencia es más al
gasto que al ahorro; también es verdad. Naturalmente que ahí ese
famoso principio de flexibilidad puede jugar; principio de
flexibilidad que nosotros contribuimos a que se introdujera. Los que
ahora quieren que se le aplique eran los que decían que no lo querían
introducir, con lo cual ahora van a estar muy contentos de que
nosotros insistiéramos entonces. Por tanto, nosotros les vamos a dar
exactamente lo que nosotros pedimos en aquel momento, que ellos nos
negaban y que ahora piden de rodillas. (El señor Llamazares Trigo
pronuncia palabras que no se perciben) Sí, señor Llamazares, los
alemanes pueden salirse del objetivo del déficit del 3 por ciento;
eso sería bastante embarazoso para un país como Alemania que es el
núcleo, como todo el mundo sabe, de la economía y de la moneda única
en Europa.

Sobre esto habrá que tener la suficiente flexibilidad, pero al mismo
tiempo lo que no se puede hacer es bajar la guardia; no se puede
decir que el pacto de estabilidad, todo el esfuerzo y todos los
criterios no sirven para nada y que ahora hay que olvidarse de eso.

Por eso la línea del Gobierno ha sido decir: cumplimiento estricto
del pacto de estabilidad. Luego, me imagino que habrá que ver caso
por caso en algunos países en los que tengan algunos problemas
estructurales graves y habrá que aplicar algunas medidas de
flexibilidad que están previstas en el tratado. Lo que nunca oirá el
señor Llamazares del Gobierno español es que ahora nos vamos a
olvidar de los criterios y de las metas que se habían puesto en el
pacto de estabilidad, precisamente cuando este Gobierno ha hecho un
esfuerzo para estar en él. Por tanto, criterios y pacto de
estabilidad en esta situación, desde luego, y ahora más que nunca, en
el momento de lanzar la nueva moneda, porque de eso depende la
credibilidad de la moneda. Después, utilicemos los instrumentos que
existen ahí, porque existen dentro del tratado, para ver qué margen
de flexibilidad o de apertura se puede tener para casos especiales en
los países que tengan dificultades particulares.

No participo en la opinión del señor Llamazares de que España lleva
el paso cambiado; no, España lleva el paso bien, hay algunos que han
perdido el paso, que no es lo mismo. Eso no es llevar el paso
cambiado, eso es llevar bien el paso. ¿Que otros van perdiendo el
paso por detrás, precisamente algunos muchísimo más ricos y mucho más
importantes que nosotros? Nosotros somos los primeros en lamentarlo.

Que conste que con esto no expreso ni el más mínimo asomo de
satisfacción, porque nosotros estamos convencidos de que economías
como la francesa, la alemana o la italiana son el motor de la
recuperación económica de la Unión y a nosotros nos gustaría mucho
más que Alemania estuviera en una situación económica mejor de la que
se encuentra.

Con el tema JAI yo no puedo decir mucho todavía,porque la verdad es
que hay un consejo los días 6 y 7.




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En ese consejo se van a dilucidar muchas cosas y las cosas que no se
diluciden en ese consejo ya lo dijo el señor Verhofstadt, si es
necesario nos reuniremos en Laeken. Espero que los ministros de
Justicia e Interior tengan el suficiente horror a pasarse dos días en
Laeken como para hacer un esfuerzo los días 6 y 7, porque si no los
van a convocar ahí y los van a tener en paralelo para que terminen.

Creo que razonablemente se puede esperar que haya un avance en la
orden de detención y entrega en la denominación común, armonización
del delito de terrorismo, para evitar la doble incriminación. Ese es
el escenario previsible. Espero que también se avance en el tema de
la lista de las organizaciones terroristas, de las organizaciones
llamadas terroristas que apoyan al terrorismo.

En este sentido, todo el mundo conoce la posición del Gobierno. En
cualquier caso, la decisión que se tome en este Consejo de Justicia e
Interior, que será aprobada en Laeken, no será más que un acuerdo
político. Luego habrá que ponerlo en letra pequeña, que es
precisamente el trabajo más importante y más difícil, porque una cosa
es tener un acuerdo político y otra cosa es reflejarlo en el texto de
un reglamento. Creo que todo el trabajo de la presidencia española en
estos asuntos de Justicia e Interior va a estar definido en este
consejo de Justicia e Interior y en las conclusiones de Laeken.

Personalmente creo que será una tarea muy compleja y me parece
arriesgado pensar que en presidencia española se pueden terminar
todos los trabajos, lo digo sinceramente. Nuestra voluntad será
terminarlo, pero es una cosa muy compleja en la que habrá que tener
muchas reuniones para ir perfilando todos los grandes temas.

Estoy mirando ahora unas notas que había hecho y veo que se me ha
olvidado responder al señor Llamazares sobre el foro de la sociedad
civil. Habíamos estado hablando de la convención, incluso antes de
que S.S. llegara, pero no había hablado de ese tema. Quisiera decir
formalmente, enfáticamente, que España nunca se ha opuesto a ese foro
alternativo de la sociedad civil, nunca. Los debates del consejo de
asuntos generales son públicos, los puede encontrar cualquiera.

Invito a alguien que lo vea a que me indique dónde ha dicho la
delegación española que no le parecía oportuno. Es más, desde el
primer momento hubo una formulación de la presidencia belga que nos
pareció bien, es decir, que hubiera un foro alternativo y que ese
foro tuviera una audiencia y diera las conclusiones a la convención.

Eso es lo que se aprobó. No hubo prácticamente debate sobre ese tema
cuando lo propuso la presidencia belga, y creo que eso es lo que va a
ir a las conclusiones de Laeken: que haya un gran foro de lo que se
llama sociedad civil (yo estoy de acuerdo con el señor Soravilla,
esto no quiere decir que los miembros de la convención no sean
miembros de la sociedad civil, porque los parlamentarios son miembros
también de la sociedad civil), de miembros de la sociedad civil no
representados
en los parlamentos: organizaciones no gubernamentales,
confesiones religiosas que también quieren dar su opinión, todos esos
organismos que hay y que pueden expresar la voz de los ciudadanos.

Con todo eso se va a organizar un debate, un foro alternativo,
paralelo, que se encontrará con la convención en un momento dado y
darán a conocer sus posiciones en unas audiciones que tendrán con los
miembros de la convención.

En el tema de relaciones exteriores, tomo muy buena nota del
llamamiento que ha hecho el señor Llamazares y también los señores
Estrella y Soravilla sobre el papel que debe jugar al Unión Europea
en este problema. He escuchado con mucha atención lo que dice el
señor Estrella sobre el tema del acuerdo comercial . Simplemente
tengo que lamentar que hasta el momento el Consejo no haya tomado
ninguna decisión sobre ese tema. Es un tema que reiteradamente
suscita la delegación española, como todo el mundo sabe. Nosotros
creemos que es profundamente injusto que se esté burlando el sistema
de reglas de origen por parte de Israel y que se estén exportando a
la Unión productos palestinos bajo el marchamo de productos de origen
israelí. Creemos también profundamente injusto que la Unión tenga un
acuerdo comercial para dar entrada preferente a los productos
palestinos en el mercado comunitario y que esos productos palestinos
no puedan entrar simplemente porque no hay comunicación entre
Cisjordania y Gaza o entre Cisjordania y los puertos israelíes que
los podrían exportar. Eso ha creado una situación de ruina económica,
que todos conocemos, en todos los territorios ocupados, donde la
desesperación, la tasa de paro y la falta de ingresos -a pesar de que
la Unión da directamente dinero para suplirla- es el caldo de cultivo
del extremismo. Nosotros creemos que esos instrumentos son
absolutamente esenciales, que deberían formar parte de las palancas
de la política de la Unión en Oriente Medio. No quiero extenderme
sobre este punto porque SS.SS. conocen que para tomar una decisión en
este sentido se necesita unanimidad y hay, desde luego, un país
miembro que se opone a que tomemos una sola medida en esa línea.

Quiero recordar (lamento no ver aquí a un parlamentario que tuvo una
posición muy valiente sobre este tema, que fue el vicepresidente
Marín cuando era comisario encargado) que él planteó el tema de las
reglas de origen y el de los flujos comerciales, y la verdad es que
no tuvo mucho éxito, como tampoco está teniendo éxito en este momento
la Comisión para plantearlo.

Naturalmente, creo que el Consejo Europeo tiene que tomar una
posición muy clara con respecto a este conflicto. Comparto que tiene
que haber un equilibrio al pedir moderación y responsabilidad a ambas
partes, pero es evidente que quien tiene el poder constituido, que es
el Estado de Israel, tiene más parte de responsabilidad en todo lo
que es el proceso de pacificación. Creemos que una política de
reacción inmediata ycontinua, muerte con muerte, no va a sacar a
Oriente



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Medio de esa situación. La política practicada por Israel, en el
sentido de condicionar el comienzo de las conversaciones de paz a que
haya una tregua, es una invitación permanente a los extremistas a
romper la tregua, porque extremistas hay por ambas partes, para que
nunca se inicien conversaciones de paz. Esa precondición había que
eliminarla e iniciar conversaciones de paz pase lo que pase, para ver
si entramos en la dinámica del entendimiento y no en la dinámica
continua del enfrentamiento.

El diálogo euromediterráneo, que ha citado el diputado señor
Soravilla, puede ser una parte de ese esfuerzo de entendimiento.

Nosotros esperamos, durante la presidencia española, dar un impulso
al proceso Barcelona, que con tanto éxito se inició en el año 1995.

Vamos a tratar de remediar algunas de las decepciones que ha
producido el proceso de Barcelona y fomentar el diálogo entre las
partes, en el entendimiento de que el foro de Barcelona es el único
donde árabes e israelíes participan conjuntamente con los países de
la Unión.

Todo el paquete de relaciones exteriores del Consejo Europeo de
Laeken va a condicionar, en gran medida, la tarea de representación
exterior de la presidencia española de la Unión. Es posible que
tengamos dificultades también con la reconstrucción de Afganistán, el
establecimiento de una red de relaciones con todas las repúblicas del
Asia central, el proceso de paz de Oriente Medio y el de los
Balcanes, del que ahora se habla menos, pero que no deja de estar de
actualidad; durante la presidencia española va a haber elecciones en
Macedonia, en primavera; hay amenaza de un referéndum de secesión de
Montenegro en primavera y va a constituirse el nuevo Gobierno
provisional del señor Rugova en Kosovo; en Albania la situación es
muy preocupante, por la división del partido socialista y la crisis
energética, etcétera. Estoy seguro de que el Consejo Europeo va a
dedicar algunas conclusiones a los Balcanes.

Señor presidente, creo que me he extendido demasiado, pero como había
muchas preguntas y en el fondo era más interesante esta parte de la
comparecencia que el enunciado frío de todo lo que iba a ser el
Consejo Europeo, por ello me he permitido alargarme un poco más.




El señor PRESIDENTE: Estoy seguro de que las señoras y señores
diputados y señoras senadoras y senadores se lo agradecerán.

Corresponde ahora, excepcionalmente, aclaraciones a la intervención
del secretario de Estado. La excepcionalidad debe ser excepcional,
para que siga siendo excepcionalidad.

Si el señor Estrella cree que es excepcional su intervención, tiene
la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Quizá, excepcionalmente. Lo que no es
excepcional es dar las gracias
al secretario de Estado por sus respuestas, que creo que han
sido francas y abiertas.

Entiendo que su silencio sobre la PESC implica un cierto grado de
entendimiento con la reflexión que yo aportaba en cuanto a la
activación de la operatividad de la PESC. Quiero hacerle una pregunta
más sobre ello. ¿Existe acuerdo ya sobre la financiación de
operaciones europeas en el marco de la PESC, ya que había distintas
opciones?
Sobre Montenegro, coincido con lo que ha dicho el secretario de
Estado respecto a la importancia de ese proceso. Creo que sería bueno
que mantuviéramos un principio: si para una reforma constitucional,
en cualquier país democrático, se requiere una mayoría cualificada,
en algunos casos incluso del censo electoral, parecería lógico que un
proceso de secesión no se haga por la decisión de la mitad más uno de
las personas que vayan a votar cuando éstas representan, a lo mejor,
el 60 ó el 65 por ciento. Creo que ahí la prudencia debe ser extrema
y estoy seguro que el Gobierno la va a tener.

Quizá el señor Soravilla no me ha entendido, aunque creo que el
secretario de Estado me ha entendido mejor. Sobre el terrorismo, es
cierta la afirmación -es comprensible que se haga desde el Gobierno
de un país como España- de que todos los terrorismos son iguales,
y que es lo mismo un tiro en la nuca que un coche bomba o los muertos
de Hipercor o los muertos en las Torres Gemelas. Sin embargo, eso no
nos debe inhabilitar para saber cómo actúa y qué mueve cada acción
terrorista para poderla combatir y, desde luego, para evitar que esa
definición de que todos los terrorismos son iguales nos arrastre a la
noción de que todas las respuestas al terrorismo son iguales también.

A mí no me gusta que a España se la identifique con la manera de
combatir el terrorismo en Chechenia o con la manera de combatir el
terrorismo en Turquía, en el caso de las organizaciones terroristas
kurdas, o con la manera de combatir el terrorismo por parte del
Gobierno del señor Sharon. Creo que es importante, incluso para
nuestra propia credibilidad en nuestra reivindicación de solidaridad,
que mantengamos esa distinción muy clara.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor secretario de Estado quiere contestar
a los planteamientos del señor Estrella?



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
En primer lugar, quería decirle que, con respecto a Montenegro, S.S.

conoce que el Consejo de Ministros de la Unión, en su última reunión,
mandó un mensaje al Gobierno de Yugoslavia y al Gobierno de
Montenegro para decirles que tenían que hacer todos los esfuerzos
posibles para lograr un arreglo constitucional; que la Unión Europea
no concibe ni desea una nueva secesión en laRepública Federal de
Yugoslavia y que, por tanto, espera



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que ese referéndum no se convoque y que hagan un nuevo esfuerzo. Ese
mensaje fue transmitido personalmente por el secretario general de
Política Exterior, señor Solana, en un viaje que ha hecho a Padgorica
la semana pasada. Debo decir que he transmitido también ese mensaje a
las autoridades yugoslavas en una gira que he hecho por todos los
Balcanes. No sé si, finalmente, van a ir adelante. Me temo que el
asunto del referéndum en Montenegro tiene algunas connotaciones de
política interior yugoslava y, quizá, un deseo del Gobierno de
Yugoslavia de aplastar y eliminar al señor Djukanovic de una forma
expedita. No lo sé. En cualquier caso, la posición de la Unión
Europea es clara - en contra- y la nuestra también.

Reconozco que el tema de la PESC lo he olvidado. Con respecto a sus
preguntas -las tengo aquí anotadas-, le contesto que no ha habido
acuerdo sobre reuniones de ministros de Defensa. Cuando todo el mundo
pensaba que eso era fácil, pues no hay acuerdo. No sé si se volverá a
intentar durante la presidencia española, pero en la última reunión
de capacidades que tuvo lugar en Bruselas no hubo acuerdo. En esta
reunión, como S.S. sabe, naturalmente aparecieron capacidades y
algunas incapacidades. De lo que se trata es de seguir trabajando en
la formación de este objetivo principal, pero naturalmente las
fuerzas están ya comprometidas. Hubo ya una posición común de
constituir el famoso objetivo principal de 60.000 hombres. Con
respecto a la financiación, todavía no se ha hablado ni se ha
debatido.

Respecto a Turquía, digo con franqueza que no conozco otra cosa que
lo que he leído en la prensa. Digo que no conozco otra cosa porque yo
he llegado anoche, a las nueve, de un viaje con el presidente del
Gobierno y esta mañana he estado en mi despacho desde las ocho y
media, nueve menos cuarto y francamente no me ha dado tiempo a ver lo
que hay, el tráfico de telegramas y de otras cosas. Yo no sé qué de
definitivo tiene la posición de Turquía ni cómo está. Lo único que sé
es que había unos esfuerzos grandes por parte del Reino Unido, que
era el negociador, y también que se le había hecho saber a Turquía
que, naturalmente, era bienvenida para participar en el debate del
futuro de la Unión, pero que tenía que contribuir un poco en el
presente de la Unión, que es precisamente resolver la
conexión en la utilización de los medios logísticos y capacidades de
la OTAN para hacer cualquier operación de este tipo. He oído
simplemente -porque no tengo constancia- que la propuesta turca sería
dar su acuerdo, dejando únicamente fuera los casos de Chipre y el mar
Egeo. Por lo tanto, si eso es así, corresponde ahora a otro país
miembro de la Unión decir si está de acuerdo o no. Puede imaginar S.

S. que España no tiene ningún interés particular en contra de esta
salvedad turca que, por otra parte, es fácilmente comprensible.




El señor PRESIDENTE: Señor Soravilla, ¿desea intervenir?



El señor SORAVILLA FERNÁNDEZ: Por la excepcionalidad.




El señor PRESIDENTE: Hubiese sido adecuado realizarlo antes.




El señor SORAVILLA FERNÁNDEZ: Sé que no hay posibilidad de debate
entre este lado de la mesa, pero quiero únicamente aclarar al señor
Estrella que yo estoy hablando de que la enfermedad es siempre igual,
que es el terrorismo, y que luego hay distintas terapias.

Efectivamente, hay algunas que son letales y otras que verdaderamente
curan. La postura de este Gobierno viene avalada y ha dado muestras
suficientes de que la lucha contra el terrorismo siempre está
ajustada a las normas del derecho, eso queda claro; el terrorismo es
igual siempre y, luego, las terapias son otras.

Por último, quiero dar las gracias nuevamente al señor secretario de
Estado porque, si cabe, en esta última intervención que ha tenido han
quedado todavía más claras las posiciones del Gobierno. En
consecuencia, quiero volver a decir que desde este grupo respaldamos
plenamente al Gobierno para el consejo de Laeken.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a todos por su participación en
esta sesión.

Se levanta la sesión.




Era la una y diez minutos de la tarde.