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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 14, de 24/10/2000
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 2000 VII Legislatura Núm. 14



DE LOS DERECHOS DE LA MUJER



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. DOÑA MARÍA ISABEL SAN BALDOMERO OCHOA



Sesión núm. 3



celebrada el martes, 24 de octubre de 2000, en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia de la Secretaria general de Asuntos Sociales, Ilma.

Sra. doña María Concepción Dancausa Treviño, ante la Comisión Mixta
de los Derechos de la Mujer, para que informe sobre el desarrollo y
los acuerdos conseguidos en la Conferencia de Seguimiento de Pekín +
5, celebrada en Nueva York (Estados Unidos) del 5 al 9 de junio de
2000. (Número de expediente Senado 713/000013 y número de expediente
Congreso 212/000048.) ... (Página 220)



- Constitución de la Ponencia para el estudio de la erradicación de
la violencia doméstica. (Número de expediente Senado 573/000003 y
número de expediente Congreso 154/000006.) ... (Página 220)



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Se abre la sesión a las nueve horas y cinco minutos.




La señora PRESIDENTA: Señorías, se abre la sesión.




- COMPARECENCIA DE LA SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES PARA
INFORMAR SOBRE EL DESARROLLO Y LOS ACUERDOS CONSEGUIDOS EN LA
CONFERENCIA DE SEGUIMIENTO DE PEKÍN + 5, CELEBRADA EN NUEVA YORK
(ESTADOS UNIDOS) DEL 5 AL 9 DE JUNIO DE 2000. (Número de expediente
Senado 713/000013 y Número de expediente Congreso 212/000048)



La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías; buenos días, señora
Secretaria general de Asuntos Sociales. El primer punto del orden del
día es la comparecencia de la Secretaria general de Asuntos Sociales
para informar sobre el desarrollo y los acuerdos conseguidos en la
Conferencia de Seguimiento de Pekín + 5, celebrada en Nueva York
(Estados Unidos) del 5 al 9 de junio de 2000.

La Comisión de los Derechos de la Mujer ha querido, porque así lo han
deseado sus miembros, que en primer lugar compareciera ante esta
Comisión -como así sucedió hace unos días- el señor Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales para explicar la política de su
Departamento con respecto a los temas que nos competen, a los temas
de mujer. Qué le voy a decir a usted, señora Dancausa, cuando ha sido
Directora del Instituto de la Mujer y ahora tiene la responsabilidad
de la Secretaría General de Asuntos Sociales. Sabemos de su trabajo
-mucho y bueno- en los temas de mujer y, aunque es una opinión
personal, quiero expresarlo así y compartirlo con todos ustedes,
porque son temas que, generalmente para bien, aunque muchas veces con
auténticos problemas, cada día nos afectan y cada día debemos
trabajar para que la igualdad real y sobre todo la igualdad de
oportunidades lleguen absolutamente a todos.

Hoy tratamos un tema especial, por el que usted comparece, porque así
se ha solicitado por los grupos parlamentarios, y es para que nos
explique qué ha pasado, cómo es, cómo se está llevando, cuál ha sido
la valoración del Pekín + 5, reunión importantísima celebrada en
Nueva York en el mes de junio.

Le damos la bienvenida en nombre de todas las personas que componemos
y trabajamos en esta Comisión, y le doy la palabra para que nos pueda
exponer su opinión y su criterio sobre este asunto. Gracias.

Tiene la palabra, señora Dancausa.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Dancausa Treviño):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Buenos días a todas.

Agradezco también el estar aquí con todas ustedes para poder
explicarles cómo ha sido el proceso de Pekín + 5, que creo que es un
proceso importante, no sólo para nuestro país sino para todos los del
mundo, respecto a lo que debe ser el avance de las mujeres en la
sociedad.

Como sin duda ya conocen, la Sesión Especial de la Asamblea General,
que se denominó Mujeres 2000:
Igualdad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI, tuvo lugar en
la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, del 5 al 9 de junio de
2000, con la asistencia de delegaciones de 188 países, y culminó con
la adopción por consenso de una declaración política y de un
documento de resultados. He traído aquí, y hago entrega de él a la
Presidenta para que lo distribuya entre los miembros de la Comisión,
lo que llaman el informe amplio, que es el resumen de la versión ya
oficial de las Naciones Unidas respecto al documento que salió en la
Conferencia de Pekín + 5, así como los boletines que el Instituto fue
publicando, no sólo en el proceso preparatorio, sino también una vez
que se celebró esa sesión especial, con el fin de dar información
a las organizaciones no gubernamentales, a las Comunidades Autónomas y
a todos los ayuntamientos.

En primer lugar, lo que quiero destacar es la importancia que ha
tenido esta sesión especial, porque en ella se han evaluado los
logros y los progresos de los Estados desde la celebración de la
Cuarta Conferencia Mundial de las Mujeres, que se celebró en Pekín en
1995, y, por otra parte, se han abordado nuevas medidas e iniciativas
para una aplicación plena y acelerada de la Plataforma de Acción
adoptada en dicha Conferencia.

Hay que remontarse a los actos preparatorios de este proceso de
revisión, que han sido numerosos y sobre los que, como decía, se ha
venido informando a través de los boletines informativos que ha
editado el Instituto de la Mujer.

Sobre estos actos preparatorios me referiré, en primer lugar, a la
Conferencia Europea de Seguimiento de la Plataforma, que tuvo lugar
en Madrid los días 23 y 24 de noviembre de 1998, que fue organizada
por el Instituto de la Mujer en colaboración con la Comisión Europea,
bajo los auspicios de la presidencia austriaca y en la que
participaron ministros y representantes de los países de la Unión
Europea y de otros de Europa central y oriental. Si recuerdan, puesto
que muchas de ustedes asistieron, allí se trataron cuatro áreas de la
Plataforma de Acción: educación, violencia contra la mujer, economía
y empleo, y poder y toma de decisiones. Quiero destacar, para que
ustedes lo recuerden, la importancia que nosotros, y todos los países
de la Unión Europea que participaron, dimos a la comunicación
conjunta de todos los países sobre la violencia ejercida contra la
mujer. En ella, y sobre la base de una propuesta del Parlamento
Europeo, se acordó emprender una campaña de lucha contra la violencia
que la Unión Europea llevó a cabo el año pasado.




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De forma complementaria, durante el año 1999, tuvieron lugar, con los
socios comunitarios, diversas reuniones destinadas a examinar las
áreas y los temas de la Plataforma tales como la violencia, el
empleo, la conciliación, así como para establecer posiciones comunes.

Otra cita importante dentro de este proceso preparatorio fue la
Reunión Regional Preparatoria de la Comisión Económica para Europa de
Naciones Unidas, que se celebró en Ginebra en enero de este año, y en
la que también se efectuaron aportaciones al proceso de revisión.

Aquí se acordaron documentos de conclusiones en varios ámbitos: la
mujer y la economía, la violencia contra las mujeres y las niñas, las
mujeres y las niñas en situaciones de conflictos armados, las mujeres
en puestos directivos y los mecanismos institucionales para el avance
de las mujeres. También en esta reunión intervino el Gobierno español
a través del Instituto de la Mujer, que colaboró en dos de los cinco
paneles, haciendo propuestas, clarificando contenidos y, por tanto,
contribuyendo a las declaraciones institucionales.

Por otra parte, también tuvo lugar otra reunión previa al 44 período
de sesiones de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer, fue la
Conferencia Europea sobre Seguimiento de la Plataforma de Acción de
Beijing, que se celebró en Bruselas los días 3 y 4 de febrero. En
ella participaron dos personas de la delegación gubernamental y tres
personas representantes de ONGs que están dentro del Consejo Rector
del Instituto de la Mujer. Los asuntos que se trataron en esta
Conferencia fueron: el mainstreaming de género en todas las
políticas, el género en la cooperación al desarrollo, la
participación de las mujeres en la política, la sociedad y la
economía y los derechos humanos de las mujeres. Con independencia de
todas estas reuniones preparatorias durante todo el proceso anterior
a lo que fue la celebración de la Conferencia, como es lógico, hubo
consultas informales, por escrito, de forma oral, para poder preparar
esta sesión especial que por fin se celebró del 28 de febrero al 17
de marzo de 2000.

Durante este período de sesiones, el tiempo de trabajo se dividió, y
se dedicaron cuatro días a los trabajos de la Comisión y el resto del
tiempo ya se constituyó como Comité preparatorio de la sesión
especial. Se trabajó intensamente, a través de debates y de paneles,
sobre la base de los informes del Secretario general de las Naciones
Unidas y otra documentación, y se llevó a cabo un debate general
centrado en los siguientes temas: seguimiento de la Cuarta
Conferencia Mundial y revisión global y examen de la
interplementación de la Plataforma de Acción de Beijing, que contó
con una amplia participación de gobiernos, de organizaciones no
gubernamentales, de organizaciones intergubernamentales y de
entidades de las Naciones Unidas. Todas las delegaciones reafirmaron
su firme decisión de adhesión a la Plataforma de Acción como un
documento fundamental que no admitía renegociación y como instrumento
indispensable para el logro de la igualdad entre géneros. También
se reconoció la necesidad de que este período extraordinario de
sesiones imprimiera un nuevo impulso a la aplicación de la
Plataforma, ya que los cinco años transcurridos desde su aprobación
habían constituido un período demasiado breve para que se cumplieran
todos los compromisos que se habían adquirido en la Plataforma. Hubo,
pues, un deseo de avance y de que no se retrocediera sobre lo que ya
se había acordado en Pekín, y de forma complementaria se puso de
manifiesto el papel esencial de la Convención para la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, así como del
Protocolo facultativo a la Convención que nuestro país firmó el 14 de
marzo del año 2000.

Se ultimaron también los detalles de organización de la sesión
especial, se propusieron los planes de discusión, los procedimientos
de acreditación de las ONGs y se avanzó sustancialmente en la
negociación del proyecto de declaración política que estaba previsto
adoptar en la sesión especial, aunque también hay que decir que no se
avanzó, como cabría esperar, respecto al documento de resultados dada
la lentitud y la falta de concreción de las posiciones del grupo de
los 77 y de China. Quiero también recordar que, además, este grupo,
que en anteriores ocasiones era compacto, en este caso se había
dividido prácticamente en tres: por una parte, estaban los países de
Latinoamérica, por otra estaba África y, por otra, el resto de los
países que componían este grupo, lo que sin duda dificultó las
negociaciones.




En el intervalo de tiempo hasta la sesión de junio, también se
llevaron a cabo consultas informales en períodos concretos para
avanzar en la negociación de este documento.

Debo señalar aquí que, paralelamente a estas actividades
internacionales, que han supuesto una activa participación en los
grupos de negociación con aportación de sugerencias y de informes,
también a nivel interno ha sido muy importante la coordinación que se
ha llevado a cabo por el Instituto de la Mujer, así como toda la
información que se ha venido facilitando. Como decía al principio, se
prepararon una serie de boletines informativos de los que se han
editado seis números y que han tenido como objetivo difundir, de la
manera más amplia posible, los trabajos preparatorios de la Asamblea
Especial dada la importancia del evento. Este boletín informativo se
distribuyó a las ONGs, a los institutos universitarios, a los
organismos de igualdad de las Comunidades Autónomas, a los centros de
información y documentación educativa, explicando lo que eran los
trabajos preparatorios, dedicando un número completo al 44.o período
de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer y, los dos últimos, íntegramente a la sesión especial. Además,
se suministró información a través de la página web del Instituto.

Tras la celebración de los eventos internacionales, se han mantenido
reuniones periódicas: tres, con las



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Comunidades Autónomas, cuatro con las ONGs del Consejo Rector del
Instituto de la Mujer, manteniendo con ellas un diálogo siempre
enriquecedor, en el que se han intercambiado puntos de vista y se ha
dado traslado de la información sobre acreditaciones y otra
documentación básica al conjunto de ONGs e instituciones para
preparar su participación.

También con anterioridad al período extraordinario de sesiones, el
Instituto organizó el seminario Las mujeres en el año 2000: hechos y
aspiraciones, que tuvo lugar en el mes de mayo y que contó con la
asistencia de 118 personas, entre ellas representantes de ONGs, de
Comunidades Autónomas y altos cargos de la Administración.




En estos momentos, el Instituto está realizando una publicación que
recoge las conclusiones de este seminario, así como las actuaciones
llevadas a cabo por el Instituto, por los organismos de igualdad de
las Comunidades Autónomas y por las ONGs a lo largo de los últimos
cinco años, para dar cumplimiento a los acuerdos de Pekín.

También quiero señalar que en la sesión especial resultó
particularmente significativa la participación de las ONGs españolas.

Así, según las informaciones que en ese sentido nos proporcionaron en
las Naciones Unidas, España ha sido el país que más acreditaciones ha
recibido -han sido 55 las ONGs acreditadas-, superando al resto de
los Estados. Creo que eso pone de manifiesto la alta participación de
la sociedad civil de nuestro país en esta sesión.

Asimismo, quiero resaltar que el Instituto de la Mujer, a efectos de
sufragar los gastos de asistencia a dicha sesión, publicó una
convocatoria de 84 subvenciones, cada una de ellas por importe de
120.000 pesetas, con el fin de que pudieran participar los seminarios
de las universidades públicas y privadas, los institutos, las
asociaciones, las fundaciones universitarias, las entidades sociales
y las organizaciones no gubernamentales. Finalmente, por Resolución
de 29 de mayo, se concedieron 69 subvenciones: 13 para institutos
universitarios y 56 para organizaciones no gubernamentales.

Antes de esta sesión especial el Instituto de la Mujer celebró una
sesión informativa el día 13 de julio, a la que también asistieron 75
personas, en la que intervinieron la Directora general del Instituto
de la Mujer y el resto de los asistentes para explicar cómo iba a
desarrollarse el proceso según nuestra información, cómo habían
transcurrido hasta entonces las deliberaciones, cuáles eran los temas
más debatidos, así como las impresiones sobre el documento acordado.

Centrándome ya en el desarrollo de la sesión especial, empezaré por
la composición de la delegación española, la cual, como ya he dicho,
fue bastante numerosa. La delegación, encabezada por mí misma y por
el embajador de España ante las Naciones Unidas, estuvo compuesta por
la Directora del Instituto de la Mujer, representantes del Ministerio
de Asuntos Exteriores,
representantes de todas las Comunidades Autónomas, 14 parlamentarias
del Congreso y del Senado en representación de todos los grupos
políticos, y representantes de organizaciones no gubernamentales y
sindicatos del Consejo Rector del Instituto de la Mujer.

El día 5 de junio tuvo lugar la apertura de la sesión, en la que
intervinieron el Presidente de la Asamblea General y el Secretario
general de las Naciones Unidas. En las declaraciones de este último
se puso de relieve que, si bien desde la celebración de la Cuarta
Conferencia Mundial ha habido progresos, no podemos olvidar que queda
mucho por hacer y que existen nuevos desafíos derivados de
situaciones que no estaban contempladas en 1995, ya que en el mundo
en que vivimos los cambios se producen a gran velocidad.

En los cinco días de duración de la sesión especial se celebraron 10
sesiones plenarias, con intervenciones de los representantes de las
delegaciones oficiales, en turnos de mañana y tarde. En mi
intervención en nombre del Gobierno español, que tuvo lugar el primer
día, expuse algunos de los avances más significativos que ha
experimentado España en estos últimos años, destacando el impulso que
los planes de igualdad, tanto del Gobierno central como de las
Comunidades Autónomas, han supuesto a la hora de implementar la
Plataforma de Acción y, sobre todo, los progresos relativos a la
integración del principio de igualdad de modo transversal en las
políticas públicas, señalando también lo que en nuestro país queda
por hacer.

Creo que las actividades desarrolladas en la sesión especial se
pueden calificar de intensas y que todas las intervenciones de los
diferentes países han sido de gran interés. Y quiero destacar la
importancia de los tres paneles que estuvieron copatrocinados por el
Comité preparatorio y que trataron sobre las materias que paso
a relatar.

El primer panel se refería al papel de los hombres y los niños en la
erradicación de la violencia basada en el género. En este panel se
consideró que uno de los más serios obstáculos para el logro de la
igualdad de género es precisamente esa falta de participación, y se
propuso que se debería enfatizar el papel masculino para conseguir la
erradicación y ofrecer ejemplos de políticas y programas de
intervención adecuados.

En el segundo panel se trataron el diálogo entre las ONGs y los
Gobiernos por una ciudadanía sensible al género, el fortalecimiento
de la sociedad civil, el desarrollo de las relaciones entre estas
instancias y las principales áreas de acción y la función de los
actores no gubernamentales.

Por último, el panel sobre mainstreaming, una perspectiva de género
en las operaciones de salvaguarda de la paz, examinó cómo el género
debería tener una consideración importante en todos los estadios de
dichas operaciones. Más aún: se pretendió apuntar formas en las que
el género podía ser un factor determinante en la



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consolidación de la paz en sociedades bajo ambiente de guerra.

Una de las actividades más significativas consistió en la
presentación del Sistema GAINS, dentro del Instituto Internacional de
Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer, un
método de trabajo basado en un sistema de información y de redes de
contacto para crear una conciencia sobre las cuestiones de género en
todo el mundo. Este nuevo sistema ofrece tres servicios centrales:
los de investigación e información, el establecimiento de redes y el
fomento de la capacitación, y se presenta como un instrumento de gran
utilidad para llegar a poblaciones y colectivos; sobre todo, de
países en vías de desarrollo. Además, este sistema ha tenido una
aportación extra de financiación por parte de España, de 25 millones
de pesetas, para su puesta en marcha.

Nuestra delegación asistió con sumo interés a todas estas
actividades, y además mantuvo diversos encuentros para estrechar
lazos e intercambiar impresiones con representantes de otras
delegaciones y organismos, entre los que deseo destacar especialmente
el que mantuvimos con las responsables de los mecanismos de igualdad
de América Latina para tratar temas de mutuo interés.

De forma paralela, diversos actos y actividades han tenido como
destinatarias a las ONGs, puesto que había un foro constituido a tal
efecto. Creo que hay que resaltar el papel fundamental que han
desarrollado las ONGs en ese proceso; en concreto, en lo que se
refiere al progreso del documento de resultados, ya que impulsaron en
gran medida la negociación y pusieron mucho énfasis en el estrecho
contacto con los Gobiernos para que en ningún caso se produjese un
retroceso respecto de los avances conseguidos en Pekín.

En cuanto a los textos objeto de negociación en esta sesión especial
-la declaración política y el documento de resultados-, finalmente
fueron acordados por el consenso de todos los Estados participantes,
si bien después de un largo proceso no exento de dificultades. Hay
que decir que la declaración política había alcanzado bastante
consenso con anterioridad a la celebración del período de sesiones, y
en la misma los Gobiernos reafirman su compromiso con las metas y los
objetivos de la declaración de la Plataforma de Acción, acordándose
la evaluación regular para la mayor implementación de estos
documentos con vistas a examinar los progresos y considerar nuevas
iniciativas, así como realizar una evaluación global en 2005, diez
años después de la aprobación de la Plataforma.

Sin embargo, respecto del documento de resultados, que sin duda
contaba con dificultades muchísimo mayores, las negociaciones se
intensificaron en el período de consultas, que, como ya he señalado,
comenzó dos semanas antes de la sesión especial. Dichas negociaciones
se prolongaron casi hasta el último momento, en que finalmente se
pudo llegar a aprobar.

Dicho documento tenía como base el texto que había elaborado la
Secretaría del Comité preparatorio, teniendo en cuenta los informes
del Secretario general, los informes remitidos por los distintos
Estados de las Naciones Unidas, los resultados de las reuniones
regionales preparatorias, que, de la misma forma que se habían
celebrado en la Unión Europea, también habían tenido lugar a otros
niveles regionales del mundo, y otras fuentes adicionales.

El documento consta de cuatro partes diferenciadas: la introducción;
logros y obstáculos en las doce áreas de especial interés de la
Plataforma; nuevas tendencias o cambios que afectan a la
implementación de la Plataforma, y, por último, nuevas medidas e
iniciativas destinadas a lograr la plena y acelerada implementación
de la Plataforma.

Para la negociación de estos apartados se constituyeron dos grupos de
trabajo: el primero se encargó de las partes primera, segunda y
tercera, y el segundo, de la cuarta. Asimismo, se constituyó un grupo
de contacto, que, de forma paralela a los anteriores, se encargó de
negociar aquellos aspectos en los que no se lograba un consenso en
esos grupos; es decir, de los aspectos más controvertidos, teniendo
en cuenta los lentos progresos que se fueron alcanzando en esta fase,
en la que prácticamente quedaba un 60 por ciento del texto sin
acuerdo, y que además en muchos casos ni siquiera se había completado
la primera lectura de ninguna de las partes del documento. Como
decía, en esta situación fue fundamental la división que se produjo
entre el grupo de los 77 y China, que se había escindido en varios
grupos, lo que sin duda demoró muchísimo las negociaciones.

Los temas más complejos a la hora de alcanzar un acuerdo fueron los
siguientes: en primer lugar, la referencia a la orientación sexual
como un factor de discriminación adicional que sufren muchas mujeres.

La Unión Europea, que pretendía que este asunto se recogiera en la
misma forma en que lo hace nuestro Tratado de Amsterdam, en su
artículo 13, no pudo ver reflejado su deseo de que se hiciera
explícita mención a este tema en la parte introductora del documento
ni en ningún otro apartado, dado que hubo una fuerte oposición por
parte de determinados países. Sin embargo, hay que decir que la Unión
Europea realizó una declaración en el plenario expresando que era
evidente que el término en que se aludía a otra condición cubría la
discriminación por razón de orientación sexual, en la línea de la
Plataforma de acción de Pekín, con el fin de reafirmar su posición.

Otro tema también controvertido fue la referencia a los derechos
sexuales y reproductivos. La Unión Europea apoyaba fuertemente la
mención expresa a los derechos sexuales por entender que esta
referencia se encuentra implícita en la redacción del párrafo 96 de
la Plataforma, donde se indica que los derechos humanos de las
mujeres incluyen el de tener control sobre las cuestiones
relacionadas con su sexualidad, incluida su



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salud sexual y reproductiva, y decidir libremente respecto de estas
cuestiones sin verse sujeta a coerción, discriminación o violencia.

No obstante, distintos países argumentaron en contra indicando que el
término derecho sexual no se encuentra expresamente recogido en la
Plataforma, lo que les llevó a no admitir su inclusión.

El tema del aborto estuvo sobre todo centrado en la cuestión de los
abortos ilegales. Ocuparse de los efectos que sobre la salud tienen
los abortos realizados en condiciones no adecuadas, considerándolo
como un importante problema de salud pública, y reducir el recurso al
aborto mediante la prestación de más amplios y mejores servicios de
planificación de la familia son dos de los principales aspectos que
se contemplan.

También fue controvertido el tema de la diversidad cultural. Se trata
de un aspecto que suele ser objeto de discusiones relativas al
alcance del reconocimiento de la diversidad cultural en relación con
el respeto de los derechos humanos. Se acordó establecer que esta
diversidad ha de contribuir a la potenciación del avance de las
mujeres, contribuyendo al disfrute de sus derechos humanos. En
definitiva, que la invocación a la diversidad cultural no ha de ser
nunca excusa para el pleno respeto y promoción de los derechos
humanos de las mujeres.

La inclusión del término familias también provocó un fuerte rechazo
por parte de distintos países, llegándose finalmente a la
consignación de que en las diferentes culturas, sistemas políticos y
sociales existen varias formas de familia, y que los derechos y
responsabilidades de sus miembros deben ser respetados. En
conclusión, fue una repetición de lo que se dijo en Pekín,
reafirmando que la familia era la base de la sociedad pero que, en
las distintas sociedades, también hay distintos tipos de familia.

Por lo que se refiere a los avances y obstáculos que se constatan
dentro de la celebración de esta Cuarta Conferencia, voy a destacar
los siguientes: en el ámbito de los derechos humanos de las mujeres,
la ratificación por 165 países de la Convención para la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Si bien es
cierto que no se ha cumplido el objetivo de una ratificación
universal -como se pretendía para el año 2000- y que sigue habiendo
un gran número de reservas a la Convención e incumplimientos en la
práctica, lo cierto es que sí ha aumentado el número de países que
han ratificado esta Convención.

Por otra parte, la adopción del Protocolo facultativo a la
Convención, que se aprobó en 1999 después de bastantes años de debate
-y que España ya ha firmado-, es uno de los logros importantes que se
puede considerar en todo el área de influencia de la Plataforma de
Pekín.

Las ONGs han contribuido para que exista una mayor conciencia de los
derechos humanos de las mujeres y también se valora especialmente en
este documento el campo de la lucha contra la violencia.

En relación con los conflictos, se va generalizando la idea de que
tienen diferentes repercusiones en hombres que en mujeres y que es
necesario integrar la perspectiva de género en la planificación, en
la formulación y realización de la asistencia humanitaria,
reconociéndose cada vez más la contribución de la mujer al
establecimiento o consolidación de la paz y a la prevención
y resolución de conflictos. Otra cuestión fundamental sobre los
conflictos es que se da una importancia histórica a la aprobación del
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, así como a la labor
realizada por el Tribunal Internacional para la ex-Yugoslavia y para
Ruanda. En este documento se ha querido resaltar el hecho de que en
situaciones de conflicto se ha producido un aumento de todas las
formas de violencia contra las mujeres, que ha tenido repercusiones
especialmente graves para las mujeres y también para las niñas.

En cuanto a la violencia contra las mujeres y las niñas hay un mayor
reconocimiento de que se trata de una cuestión que afecta a los
derechos humanos y una mayor conciencia acerca de la necesidad de
combatir todos los tipos de violencia, incluida la violencia
doméstica. El texto da, respecto a este tema, un paso importante al
tratarse la violencia doméstica como un asunto público y no meramente
privado.

Por otra parte, también se pone de manifiesto la gran dificultad que
existe para luchar contra la pobreza y la dimensión de género de la
misma, y se pone de manifiesto, asimismo, la necesidad de combatir
este fenómeno de la feminización de la pobreza, cada vez mayor,
porque son muchos los obstáculos que se señalan como causantes de que
no se hayan producido mayores avances o progresos en este terreno: la
carga de la deuda, los excesivos gastos militares, el bajo monto de
la asistencia oficial al desarrollo y también el uso ineficiente de
algunos recursos.

En el terreno laboral, el documento constata un aumento de la
participación de la mujer en las fuerzas de trabajo y una mayor
conciencia de la necesidad de establecer medidas para compaginar la
vida familiar y laboral pero, a pesar de ello, se señala la
persistencia de la discriminación de la mujer en el mundo del
trabajo, que no se ha logrado la remuneración igual por trabajo de
igual valor y que las mujeres siguen realizando la mayor parte del
trabajo no remunerado.

Respecto de la participación de la mujer en todos los procesos de
toma de decisiones, aunque se aprecia una mayor conciencia de la
importancia que tiene para la sociedad su participación plena,
aplicándose cada vez en más países políticas de medidas positivas, no
se puede reconocer, en general, que haya habido una variación
significativa en el ámbito nacional ni en el internacional. Los
papeles que tradicionalmente se asignan a las mujeres y la falta de
disposición de los hombres a compartir el poder son algunos de los
obstáculos que persisten en esta materia.




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En el ámbito de la educación, el documento pone de relieve que se
aprecian avances positivos en muchos países, sobre todo en aquellos
que han asignado recursos suficientes y en los que hay un compromiso
político, pero que otros países, a pesar de ello, no han desarrollado
los progresos que hubieran sido fundamentales para erradicar el
analfabetismo.

También en el capítulo de la salud se refleja que todavía existe una
ausencia de planteamiento integral de la salud de las mujeres y de
las niñas, por lo que los avances realizados han sido limitados.

Además, son inaceptables las diferencias entre países ricos y pobres
en cuanto a las tasas de mortalidad y morbilidad derivadas de la
maternidad y, aunque hay una mayor atención a la salud sexual y
reproductiva, sigue siendo insuficiente la información y servicios de
salud adecuados, especialmente en relación con los adolescentes.

En cuanto a los problemas a que se enfrentan específicamente las
niñas, si bien es un logro importante la reciente aprobación de los
Protocolos facultativos de la Convención de los Derechos del Niño
relativos a su participación en conflictos armados, a la venta de
niños, a la prostitución infantil y a la utilización de niños en la
pornografía, sin embargo se siguen planteando problemas como el de la
mutilación genital, ya que, todavía, muchos países no han dictado
normas para prohibir este tipo de prácticas.

En el caso de los mecanismos institucionales, se reconoce que ha
habido un avance en lo que se refiere al fortalecimiento de los
mismos pero sigue habiendo insuficiencia de recursos humanos y
financieros y, en muchos casos, también falta de voluntad o de
compromiso político para que estos mecanismos tengan suficiente
fuerza dentro de los propios Gobiernos.

En cuanto a la relación entre la mujer y los medios de comunicación,
se reconoce que si bien el desarrollo de las nuevas tecnologías de la
información y las comunicaciones han incrementado las posibilidades
para potenciar el papel de la mujer, diversos factores a los que hay
que hacer frente dificultan todavía la utilización por muchas
mujeres, en muchos países, de estas tecnologías.

Finalmente, en relación con el medio ambiente hay un mayor
reconocimiento de la vinculación que existe entre igualdad de género,
erradicación de la pobreza, desarrollo sostenible y degradación
ambiental, pero falta conciencia sobre los riesgos ambientales a que
hace frente la mujer y sobre la importancia de la igualdad de género
para fomentar la protección del medio ambiente.

La celebración de la Cuarta Conferencia tuvo lugar en un contexto
determinado pero, como decía antes, sometido a rápidos cambios. Desde
1995 han sido múltiples los problemas y, además, determinadas
tendencias han planteado dificultades para que hubiera una acelerada
aplicación de la Plataforma de Acción, que en este documento también
son analizados y que, por tanto, es importante desde el punto de
vista de lo que es un documento
de síntesis y de reflexión. Los más relevantes son, desde mi
punto de vista, los siguientes: en primer lugar, el proceso de
mundialización, que mientras brinda a muchas mujeres nuevas
oportunidades, otras quedan marginadas de sus beneficios, por lo que
el documento llama a la adopción de medidas que hagan frente a los
cambios que la mundialización supone.

Respecto a la ciencia y la tecnología, el documento refleja que puede
haber nuevas posibilidades para las mujeres en todos los campos, pero
siempre que sea posible su acceso y capacitación.

El cambio que se está produciendo en el mundo con respecto a las
corrientes migratorias es otro de los temas que aborda el documento y
que refleja que las mujeres y las niñas cada vez participan más en la
migración y que este fenómeno aumenta sus posibilidades de ingresos y
autonomía, pero también tiene sus riesgos puesto que les expone a
condiciones de trabajo inadecuadas y a ser objeto de diferentes tipos
de abusos.

Otro tema que señala el documento son las tendencias demográficas,
que tienen que ser objeto de especial atención porque demuestran que
hay una disminución de las tasas de fecundidad, un aumento de la
esperanza de vida y, por tanto, un envejecimiento de la población.

El avance del sida, particularmente en los países en vías de
desarrollo, es otra de las cuestiones que el documento refleja como
de gran preocupación dadas las devastadoras consecuencias que tiene
para las mujeres, y se profundiza en este documento haciendo especial
hincapié en los aspectos de género.

Por último, se analizan los cambios en el contexto de las relaciones
de género, señalando la necesidad de incorporar la perspectiva de
género en la formulación y aplicación de estrategias de prevención y
reconstrucción en casos de conflictos, poniéndose de manifiesto que
aunque la responsabilidad primordial en la elaboración de las
políticas corresponde a los Gobiernos, son fundamentales las
asociaciones de colaboración entre los Gobiernos y la sociedad civil
a fin de buscar métodos innovadores de colaboración.

Paso a señalar algunos de los compromisos que se derivan de los
acuerdos reflejados en el documento y los principales avances que
supone este texto respecto a la Plataforma, destacando los
siguientes: en primer lugar, respecto a los derechos humanos se
aprecia en el texto un avance en cuanto a una mayor implicación de
todos los países en insistir en la defensa de los derechos humanos y
en la necesidad de incorporar la perspectiva de género en todas las
actuaciones nacionales e internacionales en este ámbito. El documento
se centra en la necesidad de promover un ambiente que no tolere las
violaciones de los derechos humanos de las mujeres. Para ello insiste
en la necesidad de que todos los países ratifiquen la Convención para
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
así como firmar y ratificar el Protocolo Opcional a laConvención como
un importante instrumento jurídico



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de garantía de los derechos de las mujeres. Por tanto, debe iniciarse
un proceso de revisión de todas las legislaciones para tratar de
eliminar las disposiciones discriminatorias preferentemente antes del
2005. Yo creo que este hecho, desde el punto de vista de que da un
mandato a los países de revisión de la discriminación y que incluso
pone plazo, me parece sumamente importante en lo que se refiere a la
defensa de los derechos humanos.

En cuanto a los conflictos armados, otra cuestión fundamental es la
petición que se hace a los Estados de firmar y ratificar el Estatuto
de Roma de la Corte Penal Internacional, firma que, como saben
ustedes, nuestro país ha realizado el pasado 30 de junio de 2000.

Respecto a la violencia, pensamos que en el nuevo documento hay un
mejor tratamiento de este tema puesto que se reconoce como un asunto
de carácter público y existe un compromiso por parte de los países de
legislar y de reforzar los mecanismos existentes para afrontar todas
las cuestiones legales relacionadas contra todas las formas de
violencia.

La atención que se presta a la cuestión del tráfico de seres humanos,
en particular de mujeres y niños, respecto de los cuales, los Estados
se comprometen a intensificar la cooperación para impedir, reprimir y
castigar adecuadamente a los responsables, nos parece de la
suficiente relevancia dado el aumento que existe en el tráfico de
seres humanos.

También los compromisos relativos a la erradicación de la pobreza y
concretamente a luchar contra el fenómeno de la feminización ocupan
un lugar importante en el documento. Se establece la necesidad de
políticas que tiendan a aumentar la capacidad de la mujer para
contrarrestar las dificultades sociales y económicas del nuevo
proceso de mundialización y, en conexión con ello, aplicar las
soluciones a los problemas de la deuda externa mediante medidas
duraderas, eficaces y equitativas orientadas al desarrollo.

En el ámbito nacional, el documento promueve una intensificación de
las políticas que tengan un desarrollo sostenible con programas que
faciliten la capacitación profesional, la igualdad de acceso a los
recursos, la financiación y el crédito, incluido el microcrédito, el
acceso a la información y la tecnología, así como la igualdad de
acceso a los mercados en beneficio de las mujeres de toda clase.

En otras áreas, como es la educación y la salud, se fijan objetivos
muy concretos. En el ámbito de la educación se propone: adoptar
medidas para superar las diferencias que existen en el acceso a la
enseñanza primaria y secundaria antes del 2005, asegurar el acceso
universal de niñas y niños a la enseñanza primaria gratuita
y obligatoria antes del 2015 y reforzar los programas nacionales e
internacionales de alfabetización de adultos a fin de mejorar las
tasas actuales en un 50 por ciento para el año 2015.

En el campo de la salud, como objetivo concreto se alude a la
necesidad de fortalecer las actividades encaminadas
a garantizar el acceso universal a una atención primaria de
la salud de alta calidad durante toda la vida, incluida la atención a
la salud sexual y reproductiva a más tardar en el año 2015. Junto a
ello se aprecian avances sustanciales en el tratamiento de cuestiones
como el sida, poniendo el énfasis en aspectos como el género como
cuestión fundamental. Señala el documento que debe proporcionarse la
variedad más amplia posible de métodos seguros y eficaces de
planificación familiar y anticonceptivos para todos los segmentos de
población y reducir los riesgos de que se contraiga el sida.

Por otra parte, en el terreno de la economía se hace hincapié y se
proponen medidas para lograr que la mujer tenga una mayor
participación en el mercado laboral, medidas que garanticen la
igualdad de acceso a los recursos económicos y su control, como la
tierra, los derechos de la propiedad, la sucesión, medidas de
capacitación, formación de las mujeres, medidas orientadas a lograr
la igualdad de retribución, etcétera, señalando muy especialmente en
el ámbito internacional la necesidad de respetar y promover los
principios que figuran en las declaraciones de la Organización
lnternacional del Trabajo y de ratificar los convenios de esta
organización que garantizan los derechos de las trabajadoras.

Respecto al poder y toma de decisiones, se alude a la necesidad de
adoptar medidas positivas en este ámbito con objetivos concretos a
corto y medio plazo, tanto a nivel nacional como internacional. Por
otra parte, el documento señala la necesidad de incrementar los
mecanismos institucionales para la mujer dotándoles de los recursos
humanos y financieros adecuados. En este proceso de revisión se ha
venido insistiendo en que es requisito imprescindible, junto con los
anteriores, la voluntad y el compromiso político de los gobiernos con
la igualdad de género.

Sin duda, muchas de las medidas que se proponen en las conclusiones
del documento nos pueden parecer las mismas que había en el propio
documento de Pekín. Pero hay que tener en cuenta que además de las
dificultades que todos estos procesos han tenido, hay que señalar que
la Plataforma de Acción de Pekín era una plataforma ambiciosa en la
que se pone de manifiesto la falta de implementación que ha tenido
durante los últimos cinco años. Es decir, ha habido avances, pero
éstos no han sido suficientes.

Por tanto, si yo destacara algo de este proceso de revisión dentro de
los temas que he señalado sería: que hay una base de fuerza mucho más
importante en los compromisos que se adquieren, un señalamiento de
aquellos problemas que hoy por hoy atañen a las mujeres de una forma
mucho más concreta y, sobre todo, el compromiso político de la
totalidad de los países que conforman Naciones Unidas en ponerse
plazos a sí mismos en temas tan importantes como es la educación, el
analfabetismo o la salud.

Tenemos que tener en cuenta que las diferencias queexisten en estos
países son francamente grandes. La



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Unión Europea, y España dentro de la Unión Europea, ha realizado un
trabajo importante de avance en lo que es la revisión de la
Plataforma de Pekín. Las directrices que emanan de este documento de
resultados servirán como instrumento fundamental no sólo en nuestro
país para elaborar el nuevo plan de oportunidades que tenemos que
acometer el año que viene, sino también para el diseño de las
políticas de igualdad que todos los países del mundo deben acometer
durante estos años, teniendo en cuenta que se va a proceder a su
evaluación en el año 2005.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria general de
Asuntos Sociales.

Esta comparecencia ha sido pedida por el Grupo Parlamentario
Socialista, por lo que es el primero en intervenir y, en su nombre,
lo hace la señora Navarro Garzón.

Su señoría tiene la palabra.




La señora NAVARRO GARZÓN: Muchas gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, quiero agradecer a la señora Dancausa su presencia
esta mañana en esta Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer.

También quiero explicarle cuál era la motivación fundamental al pedir
esta comparecencia: que nos explicara -porque nadie mejor que usted,
que encabezó la delegación española- en qué consistieron y cómo
fueron las negociaciones en esta reunión de Nueva York.

Como sabe, nuestra gran preocupación e interés se centra en que los
objetivos de la Declaración y de la Plataforma para la Acción
resultantes de la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres,
celebrada en Beijing en 1995, sean cumplidos y sirvan para hacer
avanzar a las mujeres de todo el mundo. Soy consciente de la
dificultad de la que se trata al intentar un avance mundial cuando la
realidad es tan dispar de un país a otro. No obstante, creo que no
podemos bajar la guardia y que desde España, desde Europa, tenemos
que ser solidarios con el resto de las mujeres de los países del
mundo.

Creemos que la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres supuso un
avance muy importante por lo que se refiere a compromisos
internacionales adquiridos para poner fin a la desigualdad y a la
discriminación que sufrimos las mujeres en todo el mundo. Debido
a ello asistimos al proceso de Beijing + 5 y a la Conferencia
Extraordinaria de Naciones Unidas con la esperanza de que la misma
sirviera de evaluación y fuera un respaldo y un impulso al desarrollo
de la aplicación de la Plataforma de Acción aprobada cinco años
atrás. Sin embargo, la sensación generalizada -y usted también lo
dejaba entrever- es que, a pesar de que se hayan producido algunos
avances y una mayor sensibilización social sobre la situación de las
mujeres, hemos
mejorado poco -hablo en general- en nuestra vida desde esa
Conferencia de Pekín en 1995, por lo que se hace necesario
incrementar los esfuerzos de los gobiernos y los organismos
internacionales.

Todo ese documento final que resulta de ese período extraordinario de
sesiones de la Asamblea General celebrada en Nueva York en el mes de
junio pasado está lleno de alusiones a la escasez de voluntad
política y, sobre todo, a la falta de recursos para poner en marcha
políticas dirigidas a poner fin a la pobreza y la violencia que
sufren, sobre todo, las mujeres y las niñas. El documento resultante
de la reunión de Nueva York refleja la falta de voluntad por parte de
muchos gobiernos para acordar un documento más fuerte, con medidas
cuantitativas, medibles y evaluables, con plazos, indicadores y
recursos concretos para la implementación de esa Plataforma de Acción
de Beijing, tal como hicieron constar las ONGs al final de la reunión
de Nueva York.

Sé que es fácil hacer declaraciones de buenas intenciones como la
relativa a que no exista discriminación por motivo alguno hacia las
mujeres, es decir, eliminar toda forma de discriminación, pero en el
día a día podemos observar cómo mujeres que viven en países de
nuestro entorno siguen padeciendo esas discriminaciones. Por tanto,
creo que tenemos que hacer un esfuerzo, internacional también y desde
el papel que a nosotros nos compete, a fin de que no sólo se firmen
esos acuerdos, sino que además se cumplan.

En todo caso y como acuerdo generalizado, es importante resaltar el
compromiso unánime relativo al mantenimiento de la Plataforma de
Acción de Beijing como un objetivo a cumplir para el año 2005,
documento sobre el que creo que estamos todos de acuerdo, por lo que
debemos apoyar las medidas que hagan posible convertirlo en realidad
en nuestros países a fin de que en el año 2005 podamos hacer una
valoración positiva de lo que han supuesto estos diez años respecto
al avance de las mujeres en todo el mundo. Esperamos, pues, que en el
año 2005 se pueda celebrar esa nueva reunión para poder evaluar qué
ha pasado durante este tiempo.

Me gustaría hacer también algunas reflexiones sobre lo que está
pasando en nuestro país y sobre aquellos aspectos sobre los que
creemos que se debería trabajar para hacer realidad en España la
implementación de la Plataforma de Acción de Beijing, lo que también
se recoge en el documento resultante de la Asamblea extraordinaria de
Nueva York, más conocida como Beijing + 5.

En nuestro país también las mujeres son las más pobres de los pobres
y, como ya hemos visto en esta misma Comisión, estamos asistiendo a
un proceso en el que el crecimiento de la economía no se corresponde
con el crecimiento en la misma medida del empleo de las mujeres. No
existe igualdad salarial, a pesar de estar prohibido por Ley, y creo
que todos somos conscientes de que sigue existiendo esa
discriminación. Entre las



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mujeres se da un mayor número de contratos a tiempo parcial y las
responsabilidades familiares siguen recayendo básicamente sobre
ellas, sin que haya medidas suficientes para hacer que los hombres se
ocupen de tales responsabilidades.

Como también mencioné en la comparecencia del Ministro de Trabajo y
Asuntos Sociales en esta misma Comisión, la ley para promover la
conciliación de la vida laboral y familiar está formulada sobre la
base de que las mujeres conciliemos nuestra vida familiar y
profesional. Sin embargo, uno de los aspectos sobre los que ha
avanzado esta Conferencia de Naciones Unidas en Nueva York es en la
propuesta de que se adopten medidas dirigidas a que los varones se
impliquen en las responsabilidades familiares y, por supuesto, en
desarrollar los programas y medidas necesarias para garantizar la
igualdad en el empleo.

Según un documento de UNIFEM, donde se valora el avance de las
mujeres en la economía respecto a su participación en el empleo y en
la toma de decisiones, sólo en ocho países las mujeres han avanzado
desde 1995 y, según dicho documento, entre esos ocho países no se
incluye España.

Como usted sabe, en el documento final de la reunión de Nueva York se
contempla la necesidad de establecer y promover el uso de objetivos
expresos y evaluables a corto y largo plazo, así como, en los casos
pertinentes, cuotas para promover el avance hacia el equilibrio entre
los dos géneros. Concretamente, figura en el párrafo 66.a de dicho
documento. En ese sentido, quizás el Gobierno español debiera
plantearse establecer algún tipo de medidas -no quiero emplear
concretamente la palabra cuota porque sé que hay quien no lo
comparte- no sólo a nivel de cúpula ministerial -en estos momentos
tenemos menos ministras que en la legislatura anterior-, sino también
en Secretarías de Estado, Direcciones Generales, a fin de conseguir
esa meta de la presencia equilibrada entre hombres y mujeres desde
las responsabilidades más altas y también en toda la escala.

Respecto a otros temas, como el de la violencia, que usted también ha
tratado, me gustaría conocer cómo va a desarrollar el Gobierno las
medidas relativas a la violencia establecidas en dicho documento para
acabar con esta lacra y si piensa poner en marcha algún mecanismo
nacional de coordinación en el que participen las ONGs, a fin de
conocer más de la violencia contra las mujeres, tal como se propone,
igualmente, en el párrafo 70.d del documento aprobado en Nueva York.

Soy absolutamente consciente de que estamos hablando de un problema
muy complejo, muy difícil y para el que todos los esfuerzos, por
grandes que éstos sean, no son suficientes, pero tenemos que seguir
trabajando en esa línea. Por tanto, no creo que haga falta que
insista más en ello puesto que entiendo que es una preocupación
compartida. No obstante, por las preocupaciones hay que preocuparse
y, además, ocuparse.

Existen dos instrumentos de carácter transversal que han sido
recogidos en el proceso de Beijing + 5 y que fueron aprobados en la
Cuarta Conferencia, que también consideramos fundamentales en esta
línea de avance en la igualdad de oportunidades entre hombres
y mujeres. Uno de ellos es el relativo a reforzar y garantizar la
estrategia de mainstreaming en el desarrollo de políticas
concernientes a la igualdad de oportunidades y consideramos que el
Gobierno español debe trabajar mucho en este sentido. La falta de un
trabajo real en esta línea se hizo patente en el cuestionario que el
Instituto de la Mujer elaboró, a petición de Naciones Unidas, previo
a la Conferencia de Nueva York, dirigido a ese seguimiento en las
áreas de especial interés de la Plataforma para la Acción. En él no
aparecen qué mecanismos, organismos o procedimientos se están
poniendo en marcha desde los diferentes Ministerios o a través de la
política gubernamental, en general, para garantizar que todas las
políticas tengan en cuenta las necesidades e intereses de las mujeres
y, en definitiva, que se tenga en cuenta la perspectiva de género.

Sabemos que esto es difícil, pero es necesario para conseguir esa
igualdad real que todas venimos propugnando.

En esta línea, también me gustaría conocer si el próximo plan de
igualdad preverá actuaciones de este tipo y si incorporará metas
cuantitativas, indicadores y recursos concretos para que puedan ser
evaluados de manera correcta.

Asimismo, se menciona la importancia de utilizar mecanismos para
tener en cuenta a las mujeres en los Presupuestos Generales del
Estado. No olvidemos que somos más de la mitad de la población y que
cualquier actuación política, sea de medio ambiente, urbanismo o de
otro tipo, tiene mucho que ver con las mujeres, y, sin embargo,
muchas veces no se nos tiene en cuenta de manera individualizada. Por
eso, me gustaría saber si en estos Presupuestos Generales del Estado
se nos tiene en cuenta en todas las partidas de los diferentes
Ministerios. Quiero saber también cómo se ha aplicado su distribución
en función del género y si el Gobierno español piensa hacer un
análisis de este tipo y buscar mecanismos que garanticen que los
Presupuestos Generales del Estado beneficien más a quien más lo
necesita, que en este momento somos las mujeres.

Hay un segundo aspecto que también nos preocupa, y es que en las
resoluciones de ambas conferencias se manifiesta claramente la
necesidad de buscar la colaboración de las ONGs y de crear mecanismos
consultivos que propongan iniciativas y hagan un seguimiento de las
políticas gubernamentales e informen de las mismas a las
organizaciones de mujeres. La presencia de las organizaciones de
mujeres españolas en esa conferencia fue muy alta, y sin embargo su
participación en el proceso preparatorio fue muy escasa. Era
responsabilidad del Gobierno reunir a las ONGs para darles
información, pero cuando las convocó en el mes de mayo el proceso
preparatorio llevaba mucho tiempo en



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marcha. Es más, las organizaciones de mujeres no supieron si se les
iba a ayudar a pagar los gastos del viaje hasta muy pocos días antes
de viajar a Nueva York. No cuestiono las becas o subvenciones que se
concedieron, pero lo cierto es que hubo organizaciones que incluso
dos días antes de irse a Nueva York no sabían si iban a contar o no
con esa ayuda. Entienda lo que le digo como una aportación, porque
simplemente trato de resaltar aquellas cuestiones en las que se ha
cometido algún fallo para que en lo venidero no suceda.

Por último, me gustaría saber si tiene previsto el Gobierno español
alcanzar la meta del 0,7 del Producto Nacional Bruto como asistencia
oficial a la cooperación para el desarrollo, tal y como consta en la
declaración firmada en Nueva York; objetivo que aún nos queda
bastante lejos. Y es que me temo que sea otra de las declaraciones
que se firman pero que no se llevan a la práctica por parte de los
distintos Gobiernos. En ese sentido, creo que los países
desarrollados tenemos que hacer un esfuerzo para que el avance de las
mujeres de los países subdesarrollados sea una realidad.

Usted también ha hecho referencia a la globalización de la economía y
al riesgo que eso supone con respecto a la discriminación que casi
siempre sufren las mujeres. Creo que hay que hacer un esfuerzo para
establecer mecanismos que corrijan esas desigualdades que pueden
surgir como consecuencia de la globalización de la economía.

Me gustaría, como usted, hacer una referencia al foro de las ONGs. Yo
estuve allí y creo que hay que felicitar a las organizaciones de
mujeres que asistieron a ese foro, porque gracias a su labor fue más
fácil que los Gobiernos se pusieran de acuerdo a la hora de firmar un
documento en el que no hubiera excesivos retrocesos.

Por último, quiero preguntarle algo de lo que he tenido noticia
recientemente, y quién mejor que usted para contestarme. Al parecer,
a algunas organizaciones de mujeres -y le puedo dar el nombre- se les
ha comunicado que de la subvención que van a recibir este año se les
va a descontar una cantidad porque viajaron a Nueva York;
concretamente, se les recortarían 500.000 pesetas de la subvención
por el viaje a Nueva York. Como nos ha comentado que las becas fueron
una ayuda extraordinaria, me gustaría saber qué hay de cierto en eso.

Le agradezco, de nuevo, su comparecencia. Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Navarro. ¿Grupo
Parlamentario Mixto? (Pausa.) Por el Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida, tiene la palabra la señora Castro Fonseca.




La señora CASTRO FONSECA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Intervengo brevemente para agradecer a la Secretaria General de
Asuntos Sociales su comparecencia
en esta Comisión y felicitarle por su rigurosa
y metodológica intervención. Para no repetir argumentos y no
eternizarnos con el tema, me voy a limitar a exponer tres cuestiones
muy concretas. ¿Cómo va a repercutir todo esto en las mujeres
españolas? ¿Cómo se van a consignar política y presupuestariamente
los avances que se supone se deben producir? Me parece que más allá
de que las mujeres tengamos legítimas inquietudes de reunirnos para
debatir sobre estas cuestiones, tenemos la obligación de decir que
las palabras se las lleva el viento. Realmente, los pequeños avances
que pueden transformar la vida de las mujeres a veces se ven
obstaculizados en el Parlamento por la mayoría absoluta del Partido
Popular. Concretamente, me refiero a iniciativas que pueden cambiar
mucho la vida de las mujeres, como es el Fondo de compensación, sobre
el que recientemente hemos discutido sin llegar a convencer al equipo
de Gobierno de la necesidad de poner en marcha medidas como ésta.

Pienso que en este tema existe una doble moral en los Gobiernos de la
Unión Europea, y me apetece compartir esta realidad con las
compañeras que forman parte de la Comisión. Creo que deberíamos
plantearnos si realmente la Unión Europea ejerce ese liderazgo que
dice que ejerce en defensa de los derechos y libertades de las
mujeres, y todas deberíamos exigir a nuestros Gobiernos en la Unión
Europea que ese liderazgo se ejerza con la misma contundencia con que
se ejercen otro tipo de liderazgos. Y es que si bien es verdad que
las mujeres avanzamos, también lo es que parece algo decimonónico que
constantemente tengamos que estar planteando cuestiones tan vitales
como las que señalaba Concepción Dancausa, pero es que, aunque
parezca increíble a estas alturas, no han podido ser incluidas en el
documento. Me estoy refiriendo al tema de la orientación sexual y a
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, dos cuestiones
que no se incluyen en el documento porque ese liderazgo que
pretendidamente ejerce la Unión Europea no se ejerce con la misma
convicción y contundencia con que se tratan otras materias. Por
tanto, propongo a la Comisión que tomemos conciencia de este hecho.

Por otro lado, quiero pedir a las compañeras de todos los partidos
políticos aquí presentes que a la hora de formular las enmiendas
presupuestarias no olviden que el Fondo de población necesita dinero
y que el Gobierno español solamente dedica 98 millones de pesetas al
mismo. Necesitamos fortalecer este tipo de organismos para que las
mujeres sigamos avanzando y por eso el compromiso de todas nosotras
en esta etapa presupuestaria es fundamental para que el Gobierno
español haga un mayor esfuerzo de cooperación en la aportación
presupuestaria al Fondo de población.

Por último, he de decir que no sólo las ONGs han contribuido
notablemente a estos avances, sino quetodo el movimiento de mujeres,
que en estas cuestiones



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se llama foro alternativo, ha sido, es y va a seguir siendo el motor
del cambio social que reclaman las mujeres y el conjunto de la
sociedad. Su contribución, tanto en temas puntuales como el de Nueva
York, como en los asuntos cotidianos, ha sido clave y va a seguir
siéndolo. Por eso, señora Dancausa, no se entiende que en Telemadrid,
anteayer, hubiera una denuncia pública de los recortes de
subvenciones a las asociaciones de mujeres. Si éste es el camino para
potenciar el cambio que las mujeres necesitamos, creo que va a ser
difícil que podamos encontrarnos, por lo que yo le rogaría que
prestara una especial atención a todo lo que tiene que ver con las
subvenciones a los grupos de mujeres que, como digo, son, han sido y
van a ser el motor del cambio de la vida de las mujeres en nuestro
país.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias a usted, señora Castro.

En nombre del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la
palabra la señora Julios Reyes.




La señora JULIOS REYES: Muchas gracias, señora Presidenta. Buenos
días.

En primer lugar, quiero agradecer a la Secretaria general, la señora
Dancausa, su comparecencia y, por supuesto, la exposición que ha
realizado y, en la medida en que es mi primera intervención en esta
Comisión, al igual que ha señalado mi compañera Senadora, quiero
manifestar la total colaboración de nuestro Grupo de Coalición
Canaria con las políticas de la Secretaría en lo que se refiere al
avance de los derechos de la mujer.

Me voy a centrar en una reflexión de carácter general desde el punto
de vista de la valoración que estamos haciendo de una Asamblea con
una repercusión internacional y, posteriormente, en los aspectos
concretos que más nos preocupan, situándonos en una posición de
perspectiva de futuro con respecto a dichas políticas en España.

En cuanto a la reflexión general, tuve la oportunidad, como muchas
compañeras que estamos aquí, de estar presente en la Asamblea de
Nueva York, y una de las cosas que, aunque ya es conocida, me resultó
más impactante, fue la percepción -si no pesimista, sí de una cruda
realidad que en ocasiones puede parecer frustrante- del lento avance
en la batalla por la plena igualdad de las mujeres, en la batalla por
su progreso en última instancia, sobre todo en referencia a ese gran
número de países que está en vías de desarrollo, donde
desgraciadamente los procesos de globalización de la economía y de
mundialización en general de la sociedad en los que estamos inmersos,
están conllevando a un incremento de la desigualdad entre los países
pobres, que cada vez lo son más, y los países ricos, que cada vez
también lo son más. Las crisis armadas, las guerras -lo dicen las
propias conclusiones y nos lo ha expuesto también la Secretaria-, los
procesos de dominación
que existen todavía de unos países sobre otros, hacen que se
profundice más en las crisis económicas y sociales que viven gran
parte de los países y que están ocasionando, desgraciadamente, una
merma en los esfuerzos internacionales y nacionales en pro de la
igualdad, y ocasionando también graves obstáculos para el progreso de
la mujer, para sus condiciones de vida, que en muchos países están
empeorando e incrementando, por lo tanto, la desigualdad de género
-ya se ha comentado también lo conocido con respecto a la
feminización de la pobreza.

Yo creo que las dificultades para el progreso de determinados
sectores, como la infancia o la mujer, van implícitas a la propia
dificultad de progreso en estas naciones. Los Estados, en muchas de
ellas, no tienen capacidad para dar prestaciones sociales, las
condiciones de las familias empeoran y, dentro de ellas, las
condiciones de la mujer. A esto hay que sumar también la losa de la
deuda externa en estos países, la disminución, desgraciadamente, de
la financiación disponible a través de los fondos de cooperación
internacional y, en este contexto de supervivencia, hay que entender
las dificultades de desarrollo de la plataforma de acción de Pekín.

En ese sentido, quisiéramos resaltar el papel importante del
Parlamento, tanto de la Cámara del Congreso de los Diputados como del
propio Senado y de esta misma Comisión, y en que pongamos nuestro
grano de arena para concienciar a la política en general de la
importancia de las políticas de género dentro de la cooperación
internacional.

Quiero recordarles que ya existe un borrador del plan director de
cooperación internacional española para el año 2001-2004, que en
estos momentos debe estar reunida también la Comisión de Cooperación
Internacional, y resaltar el importante papel que, en este sentido,
tiene la propia Secretaría -seguramente es consciente de ello- de
sensibilizar al Gobierno y a la Secretaría de Estado para la
Cooperación Internacional sobre el beneficio de priorizar programas
específicos de género dentro de lo que es la línea de cooperación
internacional.

En lo que se refiere a España, y hablando en perspectiva de futuro,
creo que todos coincidiremos en que es necesario seguir avanzando y,
afortunadamente, las condiciones sociales y económicas que tenemos en
nuestro país no justificarían nunca un estancamiento sino, por el
contrario, la necesidad de seguir avanzando incluso a una mayor
velocidad.

Este año, pudiéramos decir que de tránsito hacia un nuevo siglo o
hacia un nuevo milenio, coincide con las conclusiones de la reciente
Conferencia de Nueva York, pero también con la finalización del
tercer plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en
España, la finalización también, tengo entendido, del período de
vigencia del primer Plan de acción contra la violencia doméstica y,
en consecuencia, tenemos la



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posibilidad de evaluar ya bastantes acciones en lo referente a los
diferentes planes nacionales de empleo en cuanto a las políticas de
empleo de mujer. Por lo tanto, creo que podremos tener elementos de
evaluación y de reflexión para diseñar un nuevo período en esta
Legislatura con un gran bagaje y con importantes puntos de partida.

Es cierto que en España se han producido grandes avances, pero
todavía nos quedan importantes barreras que superar.

Teniendo en cuenta la brevedad de la exposición, voy a comentar
algunas de los problemas o de las barreras que consideramos más
preocupantes. En primer lugar, el empleo, porque es el principal
elemento para dotar a la mujer, como a cualquier persona, de una
plena autonomía personal. Las tasas de empleo femenino en España son
todavía de las más bajas de Europa, un 37,6 por ciento. Es cierto que
se han llevado a cabo políticas y planes de empleo pero, a pesar de
ello, las cifras de desempleo femenino siguen siendo alarmantes si
las comparamos con las cifras de desempleo masculino y, en ese
sentido, las mujeres continuamos sufriendo una situación de
discriminación a la hora de enfrentarnos al mercado laboral. Ha
aumentado la tasa de actividad en la mujer -incluso es mayor que la
del hombre-, pero también es a expensas, muchas veces, de los
contratos a tiempo parcial -es el único tipo de contrato en donde
superamos las mujeres a los hombres.

Tenemos que ser capaces de concretar nuevas iniciativas en tres ejes:
incrementar la cualificación profesional de las mujeres, sobre todo
en aquellas áreas en donde hay más expectativas de empleo, nuevas
tecnologías, etcétera, promover medidas para la inserción laboral de
la mujer y mejorar las condiciones laborales de la mujer. En esta
línea, el pasado día 3 de octubre se aprobó prácticamente por
unanimidad en el Congreso de los Diputados una moción y sería bueno
poder implementarla.

También creemos que es importante, en esta legislatura, poder
desarrollar plenamente la Ley de conciliación de la vida laboral y
familiar; generar iniciativas de apoyo a las empresas para que, a su
vez, construyan guarderías dentro de su propio seno y apoyar y
promocionar empresas de economía social que den apoyo a las familias
que tienen personas mayores o discapacitadas a su cargo. Entendemos
que el papel tradicional de cuidadora de la mujer no es sólo con
respecto a los hijos, sino también respecto a la población mayor. El
aumento de la esperanza de vida cada vez nos afecta más desde el
punto de vista social y sanitario, y si queremos liderar y hacer
responsable del cuidado de nuestros mayores no solamente a la mujer y
a la familia sino a toda la sociedad en su conjunto, es importante
fomentar el apoyo a este tipo de empresas.

Quiero resaltar otro aspecto que nos parece crucial, que es la
violencia, tanto de género como doméstica. Es una de las expresiones
más aberrantes de la discriminación e incluso opresión de la mujer,
que hoy por hoy se encuentra todavía presente en nuestra sociedad;
es una cuestión debatida también en esta legislatura en ambas Cámaras
y en la medida en que abordemos la evaluación del primer plan de
actuación contra la violencia, teniendo en perspectiva que en el año
2002 España va a presidir la Comisión Europea, sería bueno poder
liderar nuevas fórmulas de lucha contra la violencia, si no con una
Ley integradora, sí con un reforzamiento transversal.

Finalmente, he de resaltar la importancia - también lo han dicho
otros grupos- de establecer indicadores, objetivos y metas concretas
que nos permitan evaluar en España los resultados de la puesta en
marcha de la Plataforma de Acción de Pekín, así como ir ligando
objetivos y metas a la necesaria financiación de los programas
específicos de apoyo a la mujer, tanto a nivel del Ministerio, de los
institutos centrales y autonómicos, como a través de los propios
presupuestos generales del Estado y de las Comunidades Autónomas.

Muchas gracias, señora Presidenta, y buenos días.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señora Julios Reyes.

Esperamos su contribución y su trabajo en esta Comisión, en la
primera ocasión que ha tomado su señoría la palabra, y le deseamos un
buen trabajo.

Por el Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas Vascos, tiene
la palabra la señora Loroño Ormaechea.




La señora LOROÑO ORMAECHEA: Gracias, señora Presidenta.

Buenos días a todas y a todos. En primer lugar, quiero agradecer a la
Secretaria de Asuntos Sociales, doña Concepción Dancausa, su
presencia en el seno de esta Comisión, así como su exposición
detallada sobre cómo se procedió en los previos de esa sesión
especial celebrada en Nueva York e incluso su desarrollo.

Usted misma, señora Secretaria, ha afirmado que hubo muchos
obstáculos a lo largo de las propias reuniones preparatorias y las
personas que tuvimos ocasión de estar presentes pudimos comprobar
también que en el desarrollo de las mismas se plantearon igualmente
numerosos obstáculos para ir avanzando en un documento consensuado y
para tratar de evitar que se produjeran retrocesos con respecto a lo
aprobado ya en la Plataforma de Pekín + 5, la Plataforma de Beijing.

En definitiva, como han dicho compañeras que me han precedido en el
uso de la palabra, el papel que desempeñaron no sólo los Estados
presentes en esa sesión, sino también las ONGs y el foro alternativo
constituido dentro de la propia sesión especial, fueron elementos que
impidieron que aspectos recogidos en el propio documento pudieran
eliminarse e incluso rebajarse.

En estos momentos tenemos un papel importante que desarrollar, todos
los presentes somos conscientes e incluso en la reunión
interparlamentaria celebrada hubo también, por parte de las
representantes parlamentarias presentes, una manifestación clara de
que



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todas adquiríamos un compromiso importante y serio, que era impulsar
a través de las Cámaras en las que estuviéramos presentes todas
aquellas medidas, todos aquellos proyectos o programas que de alguna
forma avanzaran en la consecución de los objetivos marcados en el
documento de Pekín + 5 y, por tanto, abogábamos y hacíamos votos para
que nuestra labor fuera impulsar desde las Cámaras distintas medidas,
distintas propuestas que dinamizaran también el papel del Gobierno
para que de alguna forma pudiéramos ir avanzando en la consecución de
los objetivos marcados.

No quiero repetirme porque comparto las intervenciones de las
compañeras de otros grupos parlamentarios que me han precedido en el
uso de la palabra, pero creo que en estos momentos tenemos varios
elementos y aspectos en los que podemos incidir, como son los planes
de igualdad y que se ha de elaborar uno nuevo, así como un nuevo plan
contra la violencia, porque es otro de los aspectos en los que se ha
insistido y remarcado, y es un ámbito de actuación en el que no
podemos dejar de hacer esfuerzos, no podemos bajar la guardia, sino
en el que tenemos que adoptar nuevas medidas. Tenemos que ahondar,
igualmente, en las políticas de empleo y comprobar los avances
logrados en ellas para que exista una igualdad real y efectiva de
acceso al mercado laboral de la mujer, no sólo a los distintos
mercados de trabajo, sino también para que después en su ámbito de
trabajo no se la discrimine y que se encuentre en igualdad en cuanto
a condiciones laborales. También deberíamos ir evaluando hasta qué
nivel la Ley de conciliación de la vida familiar y laboral está dando
los frutos que todas desearíamos y esperamos, pero en ese sentido, y
para concluir -porque pienso que ya se ha dicho bastante y no quiero
volver a repetir las manifestaciones de mis compañeras-, debemos
adoptar medidas marcándonos objetivos que puedan ser medibles y
evaluables con la correspondiente consignación presupuestaria para
poder abordar todas las problemáticas que en estos momentos afectan a
las mujeres, si de verdad queremos lograr una igualdad real y
efectiva entre hombres y mujeres para evitar así cualquier tipo de
discriminación.

Muchas gracias, señora Presidenta. Muchas gracias, señora Secretaria
General de Asuntos Sociales. Creo que tendremos la ocasión de poder
compartir con usted otros momentos en el seno de esta Comisión.




La señora PRESIDENTA: Esperemos que así sea, señora Loroño, cuantas
veces haga falta, para eso está esta Comisión, y el Gobierno
comparecerá cuantas veces sea llamado.

Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, tiene la palabra
la señora Pigem Palmés. Muchas gracias por venir, señoría, sé que se
encuentra mal.




La señora PIGEM PALMÉS: Gracias, señora Presidenta.

Quiero agradecer en nombre de mi grupo parlamentario la presencia de
la señora Dancausa y su explicación pormenorizada y exhaustiva en
cuanto a la preparación, desarrollo y conclusiones de esta
conferencia celebrada en Nueva York el pasado mes de junio.

En cuanto a la organización de la misma, quisiera trasladarle que
desde Cataluña, y concretamente desde el Institut Catalá de la Dona,
se ha valorado de forma muy positiva la coordinación realizada desde
el Instituto de la Mujer en las reuniones preparatorias de la
conferencia, así como la conducción que se hizo de ella. Me consta
que la Presidenta del Institut se lo dijo personalmente a la señora
Secretaria, pero me parece de justicia manifestarlo públicamente.

También, desde el citado Institut Catalá de la Dona, se tiene la
percepción que la Secretaría valoró también de forma positiva el
potencial que aportó Cataluña, potencial no sólo en cuanto al nivel
de calidad de las participaciones sino también por las numerosísimas
organizaciones de mujeres que acudieron desde Cataluña a la
Conferencia y que pudieron participar en el evento.

La Secretaría ha señalado que del Estado español acudieron 50 ONGs y,
si mis datos no me fallan, 40 de ellas pertenecían a Cataluña. Aeste
respecto quiero significar que el Gobierno de la Generalitat quiso
hacer posible una participación lo más amplia que se pudiera, y para
ello subvencionó parte de los gastos de desplazamiento y de
alojamiento a todas aquellas entidades que consiguieron acreditación
para ir a la conferencia.

En lo que a este aspecto de organización se refiere, quiero dar las
gracias a la Secretaria en la medida en que desde el Gobierno hizo
posible la participación de una delegación parlamentaria, de la que
tuve el placer de formar parte. Es justo reconocer que esta
delegación fue amplia, plural y que representó a todo el arco
parlamentario. Fuimos Senadoras, Diputadas y asimismo miembros de las
Mesas del Congreso y del Senado. Pero tengo que decir -y le rogaría
que no se lo tomara como una crítica sino como una consideración o,
en todo caso, como una crítica constructiva, y personalmente creo
expresar el sentir general- que en la delegación parlamentaria
tuvimos la sensación de que nuestro trabajo no pudo ser todo lo
fructífero que hubiésemos deseado.

Nosotras sabemos perfectamente que nuestro encaje era complicado
porque se trataba de una conferencia de Gobiernos y de ONGs, pero de
alguna manera nos hubiera gustado poder corresponder a esta decisión
de enviar una delegación parlamentaria con la adopción de un papel
más activo en la conferencia e incluso con una mayor colaboración en
los trabajos que allí se hicieron. Por eso me atrevo a sugerirle que,
para próximas ocasiones -espero que esta sugerencia no la disuadan de
seguir invitándonos a participar en estos eventos-, podamos ser
convocadas también a las reuniones previas de organización, como lo
fueron los institutos



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y las organizaciones no gubernamentales, en las que quizá hubiéramos
podido extraer información y coordinación suficientes para luego
tener una participación más eficaz en el trabajo colectivo. Se lo
digo, y lo reitero, desde el espíritu de colaboración y con el fin de
poder tener una participación más activa.

Por lo que se refiere al documento final, que nos ha explicado
pormenorizadamente, no quiero reiterar lo que aquí se ha dicho por
parte de todas las portavoces que me han precedido en el uso de la
palabra -aunque como me ha tocado hablar después de todas ellas es
fácil comprender que en algo me tengo que repetir-, pero quiero decir
tan sólo que comparto absolutamente cuanto se ha dicho.

Quisiera hacer dos consideraciones generales. Una de ellas es que,
sin perjuicio de la solidaridad con los otros países que ha
manifestado la portavoz señora Navarro, desde nuestro Grupo
Parlamentario creemos que hay una necesidad de realizar una lectura
de las conclusiones finales adaptada a nuestro entorno y a la
problemática específica del Estado español. Hemos de reconocer los
obstáculos que aquí se han dado y que han impedido la total
implementación de los objetivos de Pekín, e interpretar también las
recomendaciones que se nos dan en el documento para poder superar
aquí estos obstáculos. El documento final es general -es una
conferencia mundial - y puede llevarnos a la falsa impresión de que
en nuestro territorio muchos de los problemas que se especifican no
existen, y afortunadamente es así. Es decir, muchos de esos problemas
aquí no existen pero, desgraciadamente, también hay otros que aquí
todavía existen.

Quiero también trasladarle que en esta tarea de lectura y adaptación
a nuestro entorno, en Cataluña se han iniciado una serie de
reuniones, promovidas por el Institut Catalá de la Dona, que
comenzaron inmediatamente después de llegar de la conferencia,
reuniones a las que se invita a todas las asociaciones que
participaron en la conferencia, y en las que, a través de unos
grupos, se hace el análisis de los problemas detectados adaptados a
nuestro entorno y, asimismo, se sintetizan las soluciones que se les
puede dar, bien desde el Gobierno central, bien desde los
autonómicos.

Por lo que se refiere a los objetivos concretos, insisto en que no
quiero reiterar lo que aquí se ha dicho, pero sí quisiera hacer un
barrido muy rápido sobre las políticas más importantes en que creemos
se debe seguir avanzando y que se refieren, por supuesto, a la
violencia y al desarrollo de la Ley de conciliación de la vida
familiar y laboral. Y, como ha hecho la señora Julios, quiero
resaltar que hace escasamente unas semanas, a iniciativa de mi Grupo
Parlamentario se aprobó una moción en este sentido en el Congreso de
los Diputados.

Se tiene que seguir avanzando también en políticas de ayuda a las
familias, en políticas de plazas de guardería, de ayudas económicas
para sufragarlas y,
asimismo, se tiene que avanzar en medidas para fomentar la tasa de
ocupación femenina, la formación en programas de educación no sexista
en la escuela, la formación también en programas para prevenir el
analfabetismo funcional, para introducir la perspectiva de género en
los futuros acuerdos que puedan tomarse en el Pacto de Toledo, para
luchar contra la exclusión, la pobreza y la integración de las
mujeres inmigrantes, muchas veces doblemente excluidas por ser
inmigrantes y por ser mujeres.

No quiero hacer un análisis ni un listado exhaustivo por no
repetirme, pero sí quiero apuntarme a una idea que ha lanzado la
portavoz, señora Castro, y que es la siguiente: desde mi Grupo
Parlamentario sí se espera que el Gobierno debe apoyar con
generosidad presupuestaria las políticas de la mujer y debe apoyarlas
en justa correspondencia con la contribución sociosanitaria que las
mujeres, cuidando a sus mayores, a sus hijos, a sus disminuidos, a
sus enfermos han venido realizando sin contraprestación e incluso con
un escaso reconocimiento social. Creemos que desde el Gobierno debe
seguir apoyándose esta política presupuestaria, porque aunque nos
consta que ya se aporta, esta aportación debe hacerse, no sólo en un
sentido cuantitativo de acuerdo con la previsión general anual, sino
también cualitativo, para que desde la sociedad las mujeres puedan
visualizar que el Gobierno, realmente, incluye la política de la
mujer entre sus prioridades más importantes.




Quiero finalizar ofreciendo la colaboración de mi Grupo Parlamentario
para avanzar en la implementación de todas estas políticas de mujer
que permitan ir consiguiendo este objetivo de la igualdad por
justicia con las mujeres y también por el bien de toda la sociedad.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Pigem.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora
Sánchez García.




La señora SÁNCHEZ GARCÍA: Gracias, señora Presidenta.

Señora Secretaria general de Asuntos Sociales, quiero darle la
bienvenida y unirme también al agradecimiento que el resto de los
grupos le han manifestado, ya que en su comparecencia ante esta
Comisión ha hecho usted una exposición detallada, rigurosa y
pormenorizada sobre el desarrollo y todo lo que usted ha detectado en
la conferencia celebrada en Nueva York con el título de Mujeres 2000,
cuyo objetivo era obtener un seguimiento de los resultados obtenidos
a raíz de la Conferencia Mundial de Beijing, celebrada hace ya cinco
años. Considero muy importantes los trabajos realizados en esa
conferencia de Nueva York, los cuales permiten revisar en los
diferentes países las recomendaciones de la última Conferencia
Mundial de Beijing, a



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la que me acabo de referir y poner sobre la mesa nuevos objetivos de
gran interés.

Como bien ha señalado, se han analizado políticas muy importantes
para la mujer y, en esta línea, quisiera resaltar las conclusiones y
documentos referentes a la violencia sobre las mujeres y las niñas,
cuestión respecto de la que me tienen que permitir que diga que
España trabaja con un gran interés y realiza un esfuerzo importante.

Importantísima ha sido la referencia que usted ha hecho destacando
las perspectivas de género en todas las operaciones de salvaguarda de
la paz, habiéndose reconocido públicamente que cada vez que hay un
conflicto bélico, desgraciadamente, quienes lo pagan son precisamente
las mujeres y las niñas. Y, por hacer historia, diré que desde la
primera conferencia que se celebró en Nairobi hace ya veinte años
hasta esta última celebrada en Nueva York para analizar la de Beijing
en 1995 tan sólo se han celebrado otras dos. En definitiva, hemos
tenido cuatro conferencias mundiales, con el objetivo de poner de
manifiesto y denunciar la desigualdad existente entre los hombres y
mujeres en todo el planeta. Si bien es cierto, como ustedes saben,
que no son las mismas desigualdades en unos continentes que en otros.

En esta etapa, en la que han transcurrido veinte años desde la
primera conferencia, hay que resaltar que el cambio de la mujer en
España ha sido enorme y positivo, no sólo para ejercer sus derechos
como ciudadana, sino para la sociedad, por cuanto su aportación en el
terreno laboral, social y humano devuelve al sistema.

Como ya he dicho, esta última convocatoria no tiene otro objetivo que
tratar de analizar todas las propuestas que, a través de la
plataforma de acción, aprobada en el año 1995, hubieran sido
desarrolladas por los diferentes Estados.

Usted ha puesto de manifiesto varios aspectos que se han tratado,
pero yo quería destacar, entre otros, el mayor incremento de mujeres
en el mercado laboral, las medidas que posibiliten la conciliación de
las responsabilidades familiares y profesionales, el acceso a puestos
de poder y toma de decisiones para participar en la vida política y
la erradicación de la violencia doméstica que, desgraciadamente, se
ha puesto de manifiesto y es el común denominador en todos los
Estados.

Creo que esas medidas han sido enmarcadas en los diferentes planes
que han sido impulsados por el Gobierno español de forma muy
decidida. Por tanto, todas estas recomendaciones han sido recogidas
en las diferentes políticas que se han desarrollado.

Algunas de las portavoces que me han precedido en el uso de la
palabra han realizado algunas afirmaciones y, aun estando de acuerdo
con algunas de ellas, tengo que discrepar en otras, porque hay que
destacar la participación de la mujer en el ámbito laboral. Cierto
que todavía no hemos alcanzado el objetivo para estar satisfechas,
que sería tener el mismo porcentaje de productividad
que el varón, pero todos saben perfectamente que el alto
índice de mujeres paradas en el año 1995 suponía unas cifras yo diría
que escandalosas y superiores a las actuales. No es para echar las
campanas al vuelo, pero sí para destacar que en los últimos cuatro
años el número de afiliadas a la Seguridad Social ha sido de
1.145.000, las cuales supongo que son mujeres que han encontrado un
puesto de trabajo. Son datos que ustedes habrán oído dar al Ministro
y que están en poder del Ministerio de Trabajo. Todavía hoy
duplicamos la tasa de paro de los hombres, por lo que creemos que hay
que incentivar a las empresas -también se ha puesto aquí de
manifiesto- para contratar mujeres, y a este respecto tengo que
resaltar que en todas las directrices que el Plan de Empleo del Reino
de España ha puesto en marcha se contempla un pilar específico para
la inserción laboral, con las diferentes bonificaciones en los
contratos estables a mujeres. A ello hay que añadir -y ustedes lo
saben perfectamente- unas medidas que han dado un resultado muy
positivo, como puede ser el costo cero a la Seguridad Social o la
exoneración de cotizar dos años a las empresas, y que van enfocadas,
ni más ni menos, que a no penalizar a aquellas mujeres que deseen
compatibilizar la maternidad con el mercado laboral.

En esa línea y en otro aspecto debatido -por ello yo tengo que
ponerlo de manifiesto aquí y se ha dicho por parte de la Secretaria
general y de los diferentes grupos- hay que resaltar el interés y la
preocupación que tenemos todos en hacer posible la conciliación de la
vida familiar y laboral. Todos sabemos que en el año 1999 en España
ha sido debatida y aprobada esa Ley de conciliación que,
sinceramente, favorece e impulsa el acceso de la mujer al trabajo
remunerado y favorece al del hombre al cuidado de los hijos por baja
parental, con ampliación de los tiempos. Pero una cosa es que las
Leyes estén ahí, y habrá que hacer un seguimiento específico de su
desarrollo, y otra son las actitudes que todavía, desgraciadamente,
habrá que cambiar, y ahí entra lo que se ha dicho en temas
educativos.

En ese foro también se discutió sobre la violencia doméstica. Yo
tengo que poner aquí de manifiesto que es verdad que es una lacra y
que en la pasada Legislatura el Gobierno, sensible al problema,
impulsó esas políticas que están concentradas en el Plan contra la
violencia doméstica, que consisten, ni más ni menos, en tratar de
concienciar a esas mujeres, que la sufren en silencio dentro de su
hogar por un erróneo sentimiento de culpabilidad y de vergüenza, que
ese sufrimiento no es sólo de ámbito privado, sino que es un problema
que nos afecta a todos, que, desde luego, vulnera los derechos
humanos -como así ha sido reconocido-y que es un acto execrable, que
está condenado en estos momentos por toda la sociedad. Como digo,
gracias a esas campañas publicitarias de concienciación, que están
haciendo mella en el sistema y que la gente lascomenta, a la atención
a estas víctimas por parte de



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agentes femeninos con el apoyo social psicológico y jurídico, a la
reforma del Código Penal en esa línea con el alejamiento del agresor
y al acuerdo al que han llegado el Ministerio de Justicia y los
Colegios de Abogados para prestar asistencia jurídica las
veinticuatro horas a las víctimas, se ha conseguido el mayor número
de denuncias que en estos momentos tenemos. Y es porque la mujer ya
se siente protegida por el sistema y no tiene ningún problema para ir
a denunciarlo.

Ahora finalizan -es un hecho histórico- dos planes que el Gobierno de
la Nación puso en marcha, y que tendremos que evaluar. Sobre la base
de lo recogido y al hilo de lo que decía la Secretaria de Asuntos
Sociales, en ese área también se contemplaba, por primera vez, el
problema de la mujer en el ámbito rural y el de la violencia dentro
del tercer Plan. Es verdad que son planes europeos, que España en
estos momentos ha hecho suyas las recomendaciones de la plataforma y
que están dando buen resultado, y es verdad que estos planes no
implican sólo y exclusivamente a un Ministerio, sino a muchos
Ministerios, casi todos los que tienen algo que decir sobre el tema
de la mujer, pues son políticas transversales. Y hay una apuesta
valiente y decidida por el Gobierno de España para conseguir esa
igualdad real, para ver si, por fin, conseguimos en un momento
determinado lo que todos los países y foros dicen al respecto.

En cuanto al debate en la toma de decisiones y el poder político,
señorías, me tienen que permitir que resalte aquí algo muy
importante, porque creo que esta Legislatura va a estar
históricamente muy vinculada al poder político de la mujer.

En primer lugar, en el año l999 fue la primera vez que dos grandes
grupos políticos destacaron a dos mujeres como cabeza de lista a los
sufragios del Parlamento Europeo, de lo que tenemos que
congratularnos, pero por primera vez también nuestras dos Cámaras
Legislativas están presididas por mujeres, que están marcando un hito
histórico en la vida del parlamentarismo español y, como bien
conocemos todas, los escaños de ambas Cámaras en esta Legislatura han
sido ocupados en mayor número que nunca por mujeres. Supongo que no
se trata sólo de estar por estar, sino de participar de manera
positiva para tratar de llegar a esa igualdad real que tanto
detectamos y que tanto estamos pidiendo.

Asimismo, aquí se ha dicho que hay menos Ministras. Es verdad, pero
también hay que destacar que los Ministerios son de gran importancia,
como Sanidad, Ciencia y Tecnología o Educación y Cultura, y que aquí
mismo tenemos hoy a una digna y cualificada representante de las
numerosas mujeres que tienen cargos de responsabilidad dentro de los
Ministerios.

Tengo que resaltar que todo lo manifestado anteriormente era teoría.

Yo salí del mundo de las asociaciones y he sido Presidenta de muchas
de ellas. Todo esto era una teoría. Nosotros trabajábamos sobre las
teorías que había que arreglar, que conseguir, pero después del
año 1995 y de la creación de la Plataforma de Beijing en las
diferentes iniciativas habidas desde el Gobierno español, tengo que
decir ahora que hemos convertido esa teoría en teorema y, aunque
somos optimistas, somos conscientes y, por tanto, cautas, de que la
igualdad de la mujer -y me tienen que permitir esta expresión
coloquial, señorías- es como un gran edificio, en el que hace veinte
años se pusieron las bases, hoy todavía seguimos construyendo y la
verdad es que no sabemos cuándo vamos a finalizar.

Señora Dancausa, usted ha puesto aquí de manifiesto la alta
participación en las reuniones preparatorias a esta Cumbre y en la
propia Conferencia de la sociedad civil, de las Comunidades
Autónomas, de los diferentes organismos, y hacía especial referencia
al papel de las ONGs que, según lo manifestado aquí, han desarrollado
un trabajo extraordinario en estos foros.

Permítame felicitarla por el esfuerzo que ha hecho su Secretaría -y
me consta que usted misma- a través del apoyo logístico, la atención,
la información y, algo muy importante, las subvenciones económicas
para poder acudir allí. Ha sido excepcional, y pongo una vez más de
manifiesto -ahora lo señalará usted porque se ha aludido a ello- la
sensibilidad que el Gobierno, a través de su Secretaría, tiene hacia
esas organizaciones no gubernamentales, que están ocupando, en estos
momentos, un lugar importantísimo por su generosa y altruista
cooperación en aquellas áreas o trabajos donde, hay que decirlo, es
digno de resaltar.

Voy terminando, señora Dancausa. Enhorabuena por ese trabajo que la
Delegación española ha hecho, presidida por usted, en Nueva York, y
sepa que cuenta con todo el apoyo del Grupo Popular en esta nueva
responsabilidad que usted tiene al frente de la Secretaría, que no
nos cabe la menor duda de que tendrá el mismo éxito que usted ha
obtenido en los anteriores cargos que ha desarrollado, siempre en
beneficio de la igualdad real de la mujer. En esta tarea nos va a
encontrar a todas las componentes de esta Comisión, porque tenemos un
objetivo común, independientemente de nuestra ideología política, y
es la igualdad real para la mujer en todos los ámbitos.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sánchez García.

Para contestar a todos los portavoces de los grupos parlamentarios,
tiene la palabra la Secretaria general de Asuntos Sociales.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Dancausa Treviño):
Muchas gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, agradezco el tono de las intervenciones de las
distintas representantes de los grupos políticos ante una cuestión
que, como digo, es de interés para todos.




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En mi contestación voy a hacer dos diferencias, porque se han
planteado cuestiones que incluyen a la propia Conferencia de Pekín,
en la cual no cabe duda de que España tiene un papel destacado dentro
del marco de la Unión Europea, pero también hay otra cuestión que es
cómo se trasladan estos compromisos a lo que deben ser las políticas
nacionales.

Contestando también a algo que se ha puesto de manifiesto, debo
señalar, en primer lugar, que en una conferencia mundial, en la que
hay tantos y diferentes países, nosotros hemos apostado por el
consenso, siempre teniendo en cuenta que nunca íbamos a retroceder de
la plataforma, y quiero dejar muy claro que nunca se planteó -a pesar
de que había esa preocupación en el propio foro de Nueva York de que
iba a haber un retroceso- por la Unión Europea que pudiéramos
retroceder en ninguno de los aspectos. El problema era por dónde
avanzábamos; es decir, partiendo del documento que teníamos, tratar
de trasladar aquellas preocupaciones o compromisos que la Unión
Europea quería plasmar en el documento final, pero sin ningún
retroceso.

Es cierto, y lo he manifestado aquí, que en algunos aspectos no se
produjo ese avance, no se pudieron incluir determinadas cuestiones
que la Unión Europea tenía como objetivo, pero que, en ningún caso,
han supuesto un retroceso de lo que se había consensuado. Sin
embargo, sí ha habido en otras materias un avance claro, y el hecho
de que se hayan señalado cuestiones concretas, con plazos y
porcentajes concretos, me parece un avance muy significativo,
teniendo en cuenta que estamos hablando de países que no tienen
absolutamente nada que ver con nuestra realidad occidental, en los
cuales las diferencias de todo tipo, desde la tasa de mortalidad,
hasta la educación, los derechos, etc., son tan alejados que
realmente muchas veces es difícil el consenso.

En ese sentido, la Unión Europea sí ha tenido un papel destacado, lo
que pasa es que, evidentemente, en toda negociación -y en una tan
complicada como ésta- se tienen que dejar cosas en la mesa para poder
intercambiar y avanzar en otras. Eso es lo que se ha hecho dentro de
las diferencias existentes entre los distintos países y de las
dificultades que había por esa división del grupo del 77, que no le
oculto ha hecho muy dificultosa la negociación. No lo he señalado al
principio, además, no es un mérito mío, sino de las propias
funcionarias del Instituto de la Mujer, que estaban en los paneles y
estuvieron trabajando durante todo el proceso, incluido el
preparatorio anterior a junio, es decir, los días anteriores, hasta
altas horas de la madrugada para lograr ese consenso que era
absolutamente necesario, porque aunque en el documento final
probablemente la Unión Europea hubiera querido ir más allá, lo
importante era que hubiera un documento final y un compromiso de
todos los países.




Otra cuestión es cómo se van a reflejar estos compromisos
internacionales en lo que pueden ser las políticas nacionales. El
simple hecho de que los Gobiernos lo firmen significa que hay un
compromiso. Evidentemente, hay que adaptarlo a la situación española.

Afortunadamente, hay asuntos que, sin decir que los tenemos
absolutamente superados, son residuales en nuestra situación. Por
ejemplo, el analfabetismo para nosotros no es de una importancia
suma, sí lo es reducir lo que queda pero, afortunadamente, hoy por
hoy las mujeres españolas no están cayendo en el analfabetismo, son
normalmente personas mayores que no han tenido acceso a la escuela y,
por lo tanto, aunque se está haciendo un trabajo con ellas desde el
punto de vista de la educación de adultas, no es algo que vaya
creciendo sino todo lo contrario, está disminuyendo. Sin embargo, en
otros países, esa situación es absolutamente preocupante porque
alcanza incluso hasta el 50 por ciento de las mujeres.

Por lo tanto, nosotros tendremos que adaptar todas las directrices
que emanan de este documento a nuestra realidad política. Y ahora es
el momento oportuno, por dos razones; en primer lugar, porque este
año termina el Tercer Plan de Igualdad; en segundo lugar, porque la
propia Unión Europea también finaliza el IV Programa Comunitario y ya
está preparando su V Programa Comunitario que, lógicamente, estará
inspirado también en la Declaración de Pekín, su plataforma de
acción, los compromisos adquiridos y la perspectiva de la realidad
que tenemos las mujeres europeas. Por lo tanto, ello nos va a servir
de base fundamental para elaborar el IV Plan de Igualdad que vamos a
acometer una vez que hayamos evaluado el tercero.

Considero que las políticas tienen que estar cada vez más dirigidas a
la realidad. Es decir, como hemos avanzado -quizá no al ritmo que nos
gustaría, pero sí lo hemos hecho-, hay que ir a grupos dentro de las
mujeres, porque no se las puede tratar de la misma forma,
evidentemente no es la misma situación ni en los distintos aspectos
de campos ni incluso en las distintas edades. En este momento, la
problemática de las mujeres jóvenes difiere mucho de las mujeres de
otra edad, de las mujeres con estudios a las mujeres sin estudios, de
las mujeres inmigrantes a las no inmigrantes; es decir, tendremos que
ser capaces de que nuestras medidas vayan dirigidas más a ese
colectivo de mujeres con una realidad diferente en función de
determinadas variables, como puede ser la edad, la nacionalidad, el
nivel de estudios, etc., y eso lo vemos cada vez que estamos
realizando acciones que van destinadas a las mujeres.

Por lo tanto, las directrices del documento aprobado ahora en Nueva
York, como revisión de la plataforma, van a ser importantes desde el
punto de vista de orientación hacia las políticas nacionales, y va a
ser uno de los puntos que vamos a tener en cuenta, como lo hicimos



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con la plataforma cuando elaboramos el Tercer Plan de Acción.

Aquí se han suscitado problemas concretos que tenemos las mujeres
españolas, como el empleo, la conciliación, la violencia, el
mainstreaming, etc., que nos preocupan y que sin duda tendremos que
poner de manifiesto en las políticas que desarrollemos.

Esta Conferencia ha demostrado un grado de participación. Es posible
que haya habido algunos fallos como, por ejemplo, que no hayan
asistido las mujeres parlamentarias a las acciones preparatorias. No
sé si fue porque no las invitamos o por no conocer el proceso
preparatorio -en todas las Conferencias mundiales el proceso
preparatorio tiene muchísima importancia, porque cuando se acude a lo
que es la sesión especial están prácticamente los documentos
cerrados, con el cual el proceso preparatorio es importante-. Lo que
sí puedo decir es que hemos hecho un esfuerzo de participación desde
todos los puntos de vista, y lo he querido señalar en mi exposición
porque a veces es dificultoso. Durante dos años hemos hecho cuatro
seminarios internacionales en los que ha participado el Gobierno y
las ONGs; tres reuniones con las Comunidades Autónomas, cuatro con
las ONGs, el seminario, los boletines, la web, lo que demuestra que,
además de las ocupaciones que tiene el propio Instituto, ha venido
trabajando en este campo y dando una amplia participación.

En cuanto a las subvenciones, desconozco cuál es esa información y me
gustaría que me la hiciera llegar de una forma más concreta, pero lo
que sí le puedo decir es que no se ha restado nada a las
subvenciones. Tengo aquí los datos que me han suministrado -yo no los
traía- de las subvenciones del IRPF y en el año 1999 el total de las
subvenciones fue de 1.602 millones de pesetas y de 1.650 en el año
2000, sumando lo que es IRPF y Régimen General. A estos 1.650
millones de pesetas hay que añadir las ayudas a Nueva York, que iban
aparte, y no restaban ningún presupuesto a la convocatoria de
subvenciones; en cualquier caso, si la representante del Grupo
Parlamentario Socialista me hace llegar esa información, con mucho
gusto le podré dar la explicación, porque la desconozco por completo,
ya que no ha sido ése el monto global de las subvenciones.

Sin duda, nos queda muchísimo por hacer; el punto de partida de lo
que se ha hecho en estos últimos años -y no quiero atribuirlo
exclusivamente a este Gobierno, sino también a lo que se ha venido
haciendo en años anteriores- ha sido importante para las mujeres. En
cualquier caso, lo más importante es que eso continúe. Podemos
discrepar en determinadas medidas, podemos estar en desacuerdo sobre
si se pone mucho o se pone poco, sobre si se considera que hay que
adoptar una medida u otra, pero lo importante es detectar los
problemas y tener un objetivo común, que tanto el Gobierno del
Partido Popular como el resto de los grupos parlamentarios tenemos
muy claro: el compromiso político de apoyar la igualdad de
oportunidades y mejorar
la situación de las mujeres en nuestro país, que está
absolutamente asumido, y creo que los datos lo confirman. Pero sin
duda, los problemas persisten, muchas veces porque, como decía la
representante del Grupo Parlamentario Popular, no sólo se trata de
recursos o de Leyes, sino que se trata de mentalidades, y
desgraciadamente las mentalidades no se cambian ni en tres ni en
cinco ni en diez años, sobre todo teniendo en cuenta que es una
mentalidad de siglos, de una pervivencia de la desigualdad durante
tantos años que a veces es muy difícil de cambiar y de hacer llegar a
todos los rincones. Pero el compromiso está ahí.

Las iniciativas que se han venido poniendo en marcha han ido dando
resultados; es verdad que tenemos una situación de empleo mejor, sin
duda que queda muchísimo por mejorar, pero lo que es evidente es que
ha mejorado y creemos que el camino está señalado. La Ley de
conciliación es un paso adelante en lo que pueden ser los permisos
parentales y un nuevo concepto de lo que entendemos que debe ser la
participación de la mujer en el trabajo y en la familia. Ahora
estamos desarrollando lo que sería el Reglamento de la Ley aprobada,
pero también hay que tener en cuenta que las Leyes tardan en tener
sus consecuencias, porque como yo digo muchas veces, y sobre todo
cuando hablamos de violencia, la violencia es algo que está muy
asumido por muchos hombres. Por tanto, no sólo se trata de cambiar la
Ley, no sólo se trata de poner más recursos a disposición de las
mujeres que son víctimas, sino de intentar que los hombres aprendan a
resolver sus discrepancias con las mujeres a través del diálogo, y no
de una forma violenta.

Yo puedo señalar que esta conferencia tiene algo importante: el
compromiso de todos los países. No creo que el mundo hacia el que
caminamos y en el que queremos que la igualdad de oportunidades sea
para todos pueda tener las diferencias que todavía existen en
distintos países, que Occidente avance mientras el resto no avanza,
no sería un triunfo, sino un fracaso, porque nuestra obligación sin
duda es ayudar a aquellos que lo tienen peor para que también puedan
continuar.

También es importante la cooperación al desarrollo, pero aquí se ha
hecho referencia al crédito del Instituto de la Mujer, que
lógicamente no es un crédito en cooperación y desarrollo destinado
sólo a proyectos de mujeres, sino -tengo los datos y se los puedo
hacer llegar- que en los últimos años ha habido una inclusión mayor
en los proyectos de cooperación al desarrollo de la Agencia de
Cooperación española en cuanto al tema del género, y, entre otras
cosas, la Ley aprobada de Cooperación al Desarrollo, que tiene dos
ejes principales, el medio ambiente y el género, ya me parece un
avance importante, aunque espero que con el plan director pendiente
de aprobarse eso quede más clarificado, ya que realmente se ha
demostrado que el éxito de los proyectos de cooperación al desarrollo
dirigidos a mujeres es mucho mayor, pero no sólo el éxito del



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proyecto, sino de la sostenibilidad del desarrollo, que a mí me
parece que es algo en lo que debemos avanzar.

Sólo me queda decirles que las directrices del documento aprobado en
Nueva York serán la guía, como es lógico, del nuevo Plan de Igualdad;
que trataremos de trabajar como lo hemos hecho en otras ocasiones,
pidiendo la aportación de todos los grupos políticos y también de las
ONGs, lo cual no quiere decir que luego podamos asumir todas las
propuestas que se nos hagan, porque somos el Gobierno y tendremos que
escuchar a los demás y tratar de comprometernos en aquello que seamos
capaces y creamos que debemos de llevar a cabo, pero sin duda lo
vamos a hacer en un ámbito de cooperación, como creo que hemos venido
haciendo en la mayoría de los casos, lo cual no significa, como digo,
que todo lo que nos presenten lo asumamos como propio, puesto que
sería ilógico. Nosotros también tenemos que ser conscientes de cuáles
son nuestras posibilidades, nuestras capacidades y nuestros propios
compromisos, pero sí me comprometo a que este Plan de Igualdad lo
hagamos con la mayor participación posible de las ONGs y de los
grupos políticos.

En cuanto al Plan de Violencia, creo que ha sido una iniciativa
importante, en la que se han aumentado los recursos que están hoy a
disposición de las mujeres, lo cual no quiere decir que no tengamos
que seguir trabajando. Pienso que la erradicación de la violencia no
es fácil ni será a corto plazo; es algo mucho más difícil y necesita
de políticas permanentes y duraderas, pero también estamos dispuestos
a hacer otro plan. Este año tendremos ya la evaluación del Plan de
Violencia, que es mucho más fácil que la evaluación del Plan de
Igualdad, puesto que era mucho más amplio, y me gustaría que ustedes
me permitieran venir aquí a exponerlo, porque además creo que
podemos, entre todas, aportar sugerencias y propuestas que nos hagan
caminar en este objetivo de erradicación de la violencia de una forma
más rápida, que es al final lo que todas perseguimos: erradicar esa
lacra de nuestra sociedad y también del resto de las sociedades, y,
al menos, debemos estar orgullosos, como país, de haber abordado un
problema que todavía en otros muchos países se oculta, o, como se
refleja en el documento, que no es considerado ni siquiera como algo
de orden público, sino de orden privado, y eso creo que es
importante.

Por tanto, quiero darles las gracias; brindarles mi total disposición
a colaborar con esta Comisión, que es muy importante en lo que deben
ser las políticas de mujer, y desde la discrepancia, sin duda, estoy
segura de que sabremos encontrar muchos más puntos de encuentro que
de desencuentro, por lo que desde esta Secretaría General y desde el
propio Instituto de la Mujer estamos dispuestos a ello.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Secretaria general de Asuntos
Sociales.

Hasta tal punto, señora Dancausa, señorías, hemos compartido todas
hoy su comparecencia, que se han repetido dos palabras en todas las
intervenciones, y por supuesto también en la suya; todas hemos
hablado de compromiso y de avance, y yo quiero hacer resaltar aquí y
ahora -y también le invito a usted, señora Dancausa- el compromiso
del Parlamento con respecto a algo de lo que también todas hemos
hablado: la violencia doméstica. Se llega hasta tal punto para
conseguir este avance que el pasado día 27 de junio el Senado acordó
proponer a la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer la creación
de una Ponencia que estudie los aspectos sociales, judiciales,
educacionales, culturales y de cualquier otra índole que pudieran
abordarse para la erradicación de la violencia doméstica.




- CONSTITUCIÓN DE LA PONENCIA PARA EL ESTUDIO DE LA ERRADICACIÓN DE
LA VIOLENCIA DOMÉSTICA. (S573/000003.) (CD 154/000006.)



La señora PRESIDENTA: El segundo punto es la constitución de la
Ponencia para el estudio de la erradicación de la violencia
doméstica. Si a sus señorías les parece bien y la señora Dancausa nos
lo permite, me gustaría en este momento y en este acto celebrar la
puesta en marcha de esa Ponencia. Esta Presidenta tiene sobre la mesa
las propuestas con los nombres de las parlamentarias que compondrían
la Ponencia de trabajo, que podrá servir de base, como ha de ser el
Parlamento, para instar al Gobierno a hacer cosas, para compartir
nuestra trabajo con ustedes, con el Gobierno y también para avanzar y
para comprometernos en este tema. Las propuestas son las siguientes:
por parte del Grupo Parlamentario Popular las ponentes serían la
Senadora Delgado, la Senadora Klimowitz y la Diputada Quintanilla.

Por parte del Grupo Parlamentario Socialista serían las ponentes la
Diputada Olmedo, la señora Navarro y la señora Pérez Domínguez. Por
parte del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència
i Unió, el Senador Varela. Por parte del Grupo Parlamentario de
Senadores Nacionalistas Vascos, la señora Loroño. Por parte de
Coalición Canaria, la señora Morales. Por el Grupo Entesa Catalana de
Progrés, la señora Cid. Por el Grupo Federal de Izquierda Unida, la
señora Castro, y por el Grupo Parlamentario Mixto, el señor Cámara.

Si sus señorías están de acuerdo, podríamos en este momento dejar ya
esta Ponencia constituida y poder empezar a trabajar cuando sus
señorías lo deseen, ya que, como saben, esta Presidencia siempre está
a su disposición.

Si alguna portavoz quisiera hacer uso de la palabra, puede hacerlo.

En el caso de que sus señorías den por aprobada la constitución de la
Ponencia, tal como se ha indicado y entiendo que por unanimidad,
quedaría constituida.




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La señora CASTRO FONSECA: Señora Presidenta, pido la palabra.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Presidenta, estoy de acuerdo con lo
relativo a la Ponencia; no tengo nada que decir sobre ello. Lo que sí
quisiera, antes de terminar esta Comisión, es proponer a sus miembros
y a la Mesa que...




La señora PRESIDENTA: Señora Castro, como tenemos un orden que
seguir, y tal vez no sea una cuestión de orden lo que su señoría va a
proponer, si le parece bien despedimos antes a la Secretaria general
de Asuntos Sociales.




La señora CASTRO FONSECA: Me gustaría que estuviera presente. Voy a
plantear una propuesta de consenso y prefiero que no despidamos
todavía a la Secretaria general.




La señora PRESIDENTA: Es que las propuestas de consenso se hacen si
están en el orden del día, y el que tenemos en este momento es: o
comparecencia para hablar de Pekín + 5 o la constitución de la
Ponencia.




La señora CASTRO FONSECA: No tiene nada que ver con esto. Es una
propuesta para que la Comisión se pronuncie en contra del atentado
contra la última víctima de ETA. No tiene nada que ver con lo que
estamos hablando. Si me deja, lo explicaré.




La señora PRESIDENTA: La señora Castro tiene la virtud, y para esta
Presidencia tiene el problema, de que rompe los moldes. (Risas.) Pero
si su señoría va a hacer una propuesta con la que absolutamente todos
vamos a estar de acuerdo aunque no esté en el orden del día, como
desgraciadamente son los atentados, tiene su señoría la palabra.




La señora CASTRO FONSECA: Muchísimas gracias, Presidenta.

No está en mi ánimo interferir en el orden del día. Creía que
habíamos terminado ya la cuestión de la Ponencia.

Lo que quería manifestar es que las mujeres debemos abanderar la
lucha por la paz en este país y en el mundo. Me gustaría que constara
en acta el sentir de la Comisión, el apoyo y la solidaridad con la
familia de la última víctima de ETA, Máximo Casado, un trabajador de
prisiones que ha sido la última víctima de ETA; nuestro rechazo
absoluto del terrorismo y nuestras condolencias a su familia, a su
mujer, a sus hijos, a sus padres y, cómo no, al sindicato Comisiones
Obreras, donde este hombre había servido a la sociedad.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Faltaría más, señora Castro. Confío y espero
que estas palabras suyas no tengan que volver a repetirse, pero si
desgraciadamente no es así, esta Comisión se adherirá siempre al
dolor de las familias y al deseo de paz para todos los hombres y
mujeres de España.

Senadora Navarro Garzón, ¿quiere hacer uso de la palabra?



La señora NAVARRO GARZÓN: Sí, si me lo permite la Presidenta.

Deseo unirme, por supuesto, a lo que acaba de decir la portavoz de
Izquierda Unida, pero de la misma forma que creo que la Comisión
debería solidarizarse cada vez que haya una víctima del terrorismo,
también me gustaría que lo hiciéramos cada vez que se produzca una
víctima de la violencia doméstica o familiar, que por desgracia son
más que las del terrorismo. Todas las muertes son igual de dolorosas,
pero aunque lo esté poniendo sobre la mesa, no me cabe la menor duda
de que todos y todas lo hacemos de manera individual, pero también es
bueno que, como Comisión, dejemos constancia de que, cada vez que se
produzca una muerte de mujeres, mostremos nuestra solidaridad con la
familia de esa mujer, con sus hijos, con su familia en general.




La señora PRESIDENTA: Senadora Navarro Garzón, una vez más, muchas
gracias por sus propuestas, que siempre son bien acogidas en esta
Comisión. ¿Alguna portavoz más desea intervenir?
Tiene la palabra su señoría.




SÁNCHEZ GARCÍA:
La señora Gracias.

Sólo deseo adherirme a lo dicho por la portavoz de Izquierda Unida.

Ayer lo hicimos en el Congreso. Creo que también sucedió lo mismo en
la Comisión Mixta para la Droga.

En cuanto a la violencia doméstica, me parece también muy acertada la
propuesta y creo que no hay ningún inconveniente para que rechacemos
ese tipo de violencia.




La señora PRESIDENTA: Doy las gracias a la portavoz del Grupo
Parlamentario Popular en esta Comisión y a todas sus señorías.

Ruego, por favor, a las señoras portavoces, que permanezcan cinco
minutos en la sala para una cuestión de trabajo.

Doy las gracias a la Secretaria general de Asuntos Sociales por su
comparecencia. Ésta es su Comisión. Cuantas veces lo desee, será bien
recibida.

Gracias por el buen trabajo que se ha hecho esta mañana.




Se levanta la sesión.




Eran las once horas y quince minutos.