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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 95, de 26/06/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE



Año 2001 VII Legislatura Núm. 95



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.a LUISA FERNANDA RUDI ÚBEDA



Sesión plenaria núm. 91



celebrada el martes, 26 de junio de 2001



Página



ORDEN DEL DÍA:



Comunicación del Gobierno



- Comunicación del Gobierno para el debate de política general en
torno al Estado de la Nación. (Número de expediente 200/000001.)
. . . (Página 4619)



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S U M A R I O



Se abre la sesión a las doce del mediodía.




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Comunicación del Gobierno . . . (Página 4619)



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Comunicación del Gobierno para el debate de política general en torno
al Estado de la Nación . . . (Página 4619)



El señor presidente del Gobierno (Aznar López) expone que comparece
poco más de un año después de recibir la confianza de la Cámara para
formar Gobierno, siendo este debate una buena oportunidad para hacer
algo más que un balance de gestión. No se trata simplemente de dar
cuenta del pasado inmediato, sino de trazar las metas de futuro a las
que podemos aspirar y las reformas concretas a emprender para
alcanzarlas. Afirma que España tiene ante sí grandes oportunidades de
futuro, al haber permitido el pacto constitucional edificar su
prosperidad a los españoles. Piensa que la expansión de las
libertades, el sistema autonómico y el valor de la cohesión han
producido efectos extraordinarios. Nuestro país se ha transformado
con especial intensidad en los últimos años y los españoles hoy
tienen más bienestar y más oportunidades. Nuestra renta por habitante
supera ya el 83 por ciento de la media comunitaria y gracias al
esfuerzo de todos estamos integrados en una gran área de prosperidad
y de estabilidad. Nuestro país, por la confianza que inspira,
continúa recibiendo crecientes inversiones extranjeras, pero también
se ha convertido en inversor en el exterior, hasta llegar a ser el
sexto inversor mundial. Añade que en los últimos años dos millones y
medio de españoles han encontrado empleo, con más de tres millones de
nuevos afiliados a la Seguridad Social, acercándonos a los 16
millones de cotizantes. En toda esta labor realizada ha sido esencial
la colaboración de todos los grupos de la Cámara, apoyando al
Gobierno o ejerciendo una oposición imprescindible para el desarrollo
de una vida democrática plena, y resalta también el sentido de
responsabilidad de los agentes sociales, que han sabido responder a
las aspiraciones de los ciudadanos. En este punto desea reconocer
expresamente la disposición del Partido Socialista al acuerdo en
asuntos de singular importancia, concretando pactos en materias como
el terrorismo y la justicia y manifiesta que su disposición al
diálogo sobre los grandes temas de Estado seguirá siendo la misma.

Respecto a la acción del Gobierno durante el próximo año, informa que
se encaminará, en primer lugar, al fortalecimiento de nuestro Estado
de derecho y de sus instituciones, para lograr la máxima efectividad
y garantía de los derechos fundamentales y de las libertades
individuales, siendo un segundo eje las tareas que han de acometer
para la consolidación del Estado de las autonomías y para mejorar la
vertebración territorial. En tercer lugar darán un fuerte impulso a
las reformas que sirvan para acercarnos al pleno empleo; en cuarto
lugar alude a las reformas educativas que contribuirán a mejorar las
oportunidades de las personas y, finalmente, asegura que continuarán
en el empeño de seguir modernizando el país mediante reformas
económicas, la sociedad de la información, las infraestructuras y el
medio ambiente. En relación con el terrorismo reafirma su deseo de
impulsar la cooperación institucional más plena, señalando que una
vez celebradas las elecciones en el País Vasco espera de la
responsabilidad de todos que este compromiso necesario se refuerce.

En el ámbito de la justicia expone que ninguna sociedad es lo
bastante avanzada mientras no tenga un sistema legal y una
Administración de justicia que proporcionen seguridad a los
ciudadanos y a las empresas. Desarrollar el modelo constitucional de
justicia no es solo una tarea del Gobierno, sino que exige un
esfuerzo compartido y, en este sentido, el pacto suscrito el 31 de
mayo representa una reforma global ambiciosa de cara a la consecución
de una Administración de justicia a la medida de los ciudadanos y que
esté a su disposición mañana y tarde. En cuanto al Estado de las
autonomías, cree que el sistema definido en la Constitución es la
articulación certera y equilibrada de una España plural. Anuncia en
este punto el comienzo de una etapa en la que será posible dotar a
las comunidades autónomas de un sistema de financiación más estable
que responda a los principios constitucionales de autonomía
financiera, solidaridad y suficiencia. En relación con los entes
locales, como objetivo principal a lo largo del próximo año menciona
la reforma del actual modelo de financiación y la supresión del
impuesto de actividades económicas para los pequeños negocios. Cree,
por otra parte, que en pocas áreas podrán encontrar un acuerdo tan
amplio como en la necesidad de reformas en la educación para que
transmita conocimiento y valores, sea útil para que cada español se
integre en la vida laboral y cívica y aliente la responsabilidad, el
esfuerzo, respeto y convivencia, a la vez que favorece la libertad y
la tolerancia. La ley de calidad de la educación que el Gobierno
presentará a la Cámara pretende renovar los criterios pedagógicos y
organizativos en la línea de otras reformas que se llevan a cabo en
la Unión Europea.




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También el proyecto de ley de universidades quiere promover el mérito
en la enseñanza superior, promoviendo que cada universidad, en el
ejercicio de su autonomía, sea responsable de su calidad. En cuanto a
la política de inmigración, el señor presidente dijo que por el
crecimiento y prosperidad que hemos alcanzado España se ha convertido
en un país de acogida, necesitando recibir inmigrantes que trabajen
y vivan dignamente entre nosotros, pero esto no significa que nuestra
capacidad de acogida sea ilimitada. Continúa el señor presidente
aludiendo a la situación económica del país, que sigue una senda de
crecimiento pese a la desaceleración de la actividad económica
mundial, sin ocultar su preocupación por la inflación de los últimos
meses, que en buena parte achaca a la crisis alimentaria, los precios
del petróleo y la cotización del euro, anunciando que durante el año
2002 propondrá a la Cámara una nueva rebaja del IRPF para todos los
españoles y reformará el impuesto de sociedades para contribuir a la
competitividad de las empresas. Anuncia asimismo que en el Consejo
Europeo que se celebrará en Barcelona en marzo próximo darán un nuevo
impulso a las medidas liberalizadoras, a la culminación del mercado
interior, a la mejora del mercado de trabajo y a la sostenibilidad
del sistema de pensiones. Menciona finalmente la importancia de
ciertas infraestructuras como elementos esenciales de una política de
vertebración interior de España, como por ejemplo completar la red de
autovías y autopistas, los corredores de alta velocidad, determinadas
mejoras de nuestros aeropuertos y la aprobación del Plan Hidrológico
Nacional, tarea pendiente desde hace demasiado tiempo, y recuerda que
durante el primer semestre del año próximo España presidirá la Unión
Europea, por lo que durante el próximo periodo de sesiones traerá a
la Cámara para su debate el programa para dicho semestre.




Se suspende a la sesión a la una y cinco minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




Por el Grupo Parlamentario Socialista interviene el señor Rodríguez
Zapatero, quien recuerda con emoción la época de la aprobación de la
Constitución de 1978 y su participación en la campaña electoral,
afirmando que su pasión de entonces por los ideales de libertad,
tolerancia, igualdad, por una visión de la sociedad y de la vida
laica y por la defensa de los derechos individuales le ha acompañado
durante toda su vida, y muestra su alegría por estar representando al
Partido Socialista, que simboliza las ideas que él ha defendido
siempre. Muestra su agradecimiento de una manera especial a las
generaciones que hicieron posible la libertad en este país y que han
acompañado este impulso histórico para España y se dirige a los más
jóvenes en particular, para pedirles que recuperen la ilusión, el
interés y la confianza por la vida pública, y a los políticos para
pedirles que sean capaces de inspirar esa confianza y abrir caminos
de esperanza, objetivos con los que se compromete hoy formalmente y
que se ponen de manifiesto en el nuevo talante de hacer política,
aprovechando para anunciar a todos los españoles y a toda la Cámara
que su grupo no se va a dedicar a desestabilizar las instituciones
o a intentar que las cosas se tuerzan para que el Partido Popular se
vaya del Gobierno. Por el contrario harán una oposición útil, como la
que están haciendo, reconociendo los aciertos del Gobierno cuando los
tenga, pero denunciando de forma clara y contundente los errores que
cometan. Este sentimiento de responsabilidad, añade, es el que le ha
llevado a proponer el pacto contra el terrorismo y por las libertades
y el pacto sobre la justicia, servicio público considerado por los
ciudadanos como el más degradado en estos momentos. Explica que ante
esta situación y siendo la justicia el elemento fundamental para
valorar cómo está un Estado de Derecho, el Partido Socialista optó
por contribuir a la mejora de la misma, dando un impulso histórico,
en lugar de desgastar al Gobierno. También se refiere a su petición
constante de un acuerdo en torno al problema de la inmigración en
nuestro país, lamentándose de que el señor Aznar no le haya escuchado
y de que la ley del Partido Popular en materia de inmigración se haya
demostrado equivocada y papel mojado en las aguas del Estrecho y en
las salidas y entradas de inmigrantes iberoamericanos, aunque, por
otra parte, reconoce el cambio de talante y de actitud del nuevo
señor ministro del Interior, que le hace concebir esperanzas en torno
a llegar a un acuerdo en esta materia, reiterando su forma de hacer
oposición constructiva, que también será la forma de hacer gobierno,
si es que obtienen la confianza de los ciudadanos. A continuación se
refiere al proceso de diálogo sobre la financiación autonómica y a
cuatro grandes cuestiones como son la cohesión social, la capacidad
de modernización e innovación, la fortaleza como proyecto de país
y los valores cívicos, deberes y democracia. También alude al talante
poco tolerante, según su opinión, del señor Aznar, refiriéndose a los
enfrentamientos del Gobierno con los obispos, con los jueces, con los
agricultores, con motivo de la crisis de las vacas locas, con los
empresarios y hasta con los servicios de estudios de las entidades
financieras, demandando más tolerancia para las propuestas que se le
hacen contando con la opinión de la sociedad.




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Denuncia la falta de seguridad en España y los altos índices de
criminalidad y de seguridad vial, de violencia doméstica y de
siniestralidad laboral. Critica la reforma del mercado de trabajo que
considera regresiva y sin posibilidad de conseguir la estabilidad en
el empleo, así como la precariedad del gasto social, siendo las
familias las que ponen en práctica y a su costa la solidaridad
social.

Admite que el fracaso escolar es la preocupación mayor de los padres
y que la situación no es de hoy, pero considera que, después de cinco
años gobernando el Partido Popular, se puede achacar dicho fracaso a
la caída del apoyo a la educación pública en el país. Asimismo
considera que la universidad necesita una reforma y aconseja al señor
Aznar que se reúna con los rectores de la universidad española antes
de remitir el proyecto de ley de reforma a esta Cámara. Echa en falta
alguna alusión a la vivienda en el discurso del presidente, siendo el
incremento de su precio de un 50 por ciento, por lo que aconseja que
sean los ayuntamientos los que promuevan vivienda pública.

Reconoce, por otra parte, que en materia de modernización España ha
crecido, aunque este crecimiento se va desacelerando y hay síntomas
de fatiga en la economía, con un problema serio como es la inflación,
pero considera que el problema más preocupante del potencial como
país para modernizarse y para innovar es la situación de la
investigación, del desarrollo y de la capacidad tecnológica.

También se refiere a la idea de España como proyecto común, que se
funda en la pluralidad y en la diversidad, sin que esta suponga la
más mínima desigualdad. Opina que esta idea es una idea joven y con
futuro, que hay que construir entre todos, con un diálogo permanente
con las autonomías. Considera que un país fuerte es un país con una
política exterior y una política de defensa y seguridad serias y, si
puede ser, con un alto grado de consenso, afirmando que la realidad
nos muestra que España está hoy en día más aislada que nunca en
Europa, perdiendo muchas oportunidades y ganando muchos
enfrentamientos. También le preocupa la política de cooperación,
decisiva para nuestro país, por ejemplo en Iberoamérica, y hace una
referencia a los valores cívicos de una democracia como son la
cultura, la convivencia y la tolerancia, recordando al señor Aznar
que esta es una sociedad laica y se deben regular de una vez por
todas las uniones de hecho y el respeto a la tendencia sexual de cada
uno. También es enormemente importante para el país y entra dentro
del terreno de los valores que se haga un mayor esfuerzo en la
cooperación al desarrollo.

Finalmente, en la certeza de que una oposición útil tiene que hacer
propuestas, hace cuatro pensando en el futuro, en relación con las
cuatro cuestiones centrales planteadas: reformar el Senado en un
plazo de seis meses; un plan de convergencia que plasme un esfuerzo
prioritario en los próximos tres presupuestos en materia de I+D y
nuevas tecnologías; un plan de apoyo a la familia que abarque dos
vertientes: un mayor número de plazas públicas en el sistema
educativo para los niños de cero a tres años y una buena política de
proximidad, de ayuda a domicilio; y un fuerte impulso a la promoción
cultural, coincidiendo con el 400 aniversario de la aparición del
Quijote, que convierta el siglo XXI en un nuevo siglo de oro de la
cultura española.




Contesta el señor presidente del Gobierno, replicando el señor
Rodríguez Zapatero



Intervienen de nuevo el señor presidente del Gobierno y el señor
Rodríguez Zapatero, cerrando el debate el señor presidente del
Gobierno.




En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el
señor Trias i Vidal de Llobatera comparte la afirmación del
presidente del Gobierno en su intervención de la mañana sobre el
balance positivo de la evolución de España a lo largo del último año,
a lo que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) ha
colaborado en esta Cámara apoyando al Grupo Popular en aspectos tan
importantes como los Presupuestos Generales del Estado, si bien tiene
que precisar que en dicha colaboración aparecen luces y sombras.

Algunas de esas sombras afectan a cuestiones tan importantes como el
autogobierno y la construcción del Estado de las autonomías o
aspectos sociales relacionados con la cohesión social del Estado.

Recuerda a continuación los pactos de Estado firmados por el PP y el
PSOE, uno sobre el terrorismo y otro sobre la reforma de la justicia,
señalando que acerca del primero ni siquiera fueron consultados y,
respecto del segundo, si bien estuvieron presentes en las
conversaciones iniciales, no participaron en la ronda final, al no
ser invitados a ella. Sin embargo, a pesar de esos desencuentros, la
actitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) ha
sido, es y será constructiva, como siempre, ya que les interesa
buscar fórmulas de entendimiento y continuar avanzando en el progreso
económico y social de los ciudadanos del Estado. Añade que su Grupo
está integrado por partidos nacionalistas, figurando la defensa de
Cataluña siempre presente en su acción política. Su aportación a la
tarea común de gobernación del Estado toma como referencia la
realidad nacional catalana.

Como prioridades de la acción política a lo largo del próximo año
menciona la necesidad de dar respuesta a aquellas personas que se
encuentran sin trabajo, a los problemas que afectan a nuestros
agricultores y ganaderos, a los comerciantes, a los



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trabajadores autónomos y a los pequeños empresarios. Se trata de
resolver problemas y no de crear polémicas estériles que a nada
conducen. De cara a la resolución de esos problemas se debe
garantizar un crecimiento equilibrado y ganar competitividad en el
marco de la Unión Europea y del mundo. Se necesita también ese
crecimiento para mejorar la política de cohesión social, las
pensiones, la educación y la sanidad, sin que nadie quede al margen
de sus beneficios. Pide también un pacto sobre inmigración, con
dotación de mayores recursos económicos. En materia económica cree
que es necesario estar vigilantes sobre los principales indicadores,
fijando como objetivo principal el control de la inflación. Es
preciso apostar también decididamente por las nuevas tecnologías de
la información, la comunicación y la investigación, así como mantener
el extraordinario esfuerzo inversor en infraestructuras. Otro reto
importante consiste en garantizar la seguridad de los ciudadanos,
preocupándole la inadecuada respuesta penal que acompaña a la
creciente sensación de inseguridad de los españoles. Igualmente
importante es el reto de consolidar nuestra presencia en Europa y en
el mundo cuando se acerca el momento en que España ocupará la
presidencia de la Unión Europea, durante la cual debe profundizarse
en las relaciones con los restantes países mediterráneos y con
Iberoamérica. Se refiere por último a lo que denomina autogobierno de
Cataluña, manifestando que no se sienten satisfechos con el nivel
alcanzado y pidiendo que no se tenga miedo a reconocer la pluralidad
del Estado. En este momento en que concluye el acuerdo de
financiación alcanzado en 1996, desde Cataluña consideran necesario
conseguir un pacto de Estado que sea bueno para las comunidades
autónomas y construido desde la solidaridad y la suficiencia
económica que las comunidades requieren para afrontar el futuro.




Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López), replicando
el señor Trias i Vidal de Llobatera y duplicando el señor presidente
del Gobierno.




En nombre del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida
interviene el señor Llamazares Trigo. Afirma que a pesar de los
buenos augurios con los que empezó esta legislatura, los problemas se
le han acumulado al presidente encima de la mesa y la fina cera
centrista con la que pretendía recubrir su legislatura se ha
convertido en un transparente cristal que muestra a las claras su
política conservadora y todos sus errores de gestión. Añade que el
señor Aznar llega a este debate con nuevas incertidumbres abiertas en
el cambio de ciclo económico, con un pobre balance de gestión en
materia social, con un ejercicio impropio de sumisión ante los
Estados Unidos y después de una importante derrota de su proyecto
centralista y autoritario en el País Vasco. Se refiere a la
incertidumbre que padecen los jóvenes investigadores, a los
agricultores y pescadores sin alternativas sostenibles, a los
consumidores amenazados en su salud, a la comunidad educativa
ignorada en sus aspiraciones y en sus demandas, a los trabajadores
precarios, a la juventud sin un futuro cierto, a los ecologistas y a
las mujeres como los campamentos que el señor presidente no se atreve
a visitar y prefiere ver desde la lejanía, refugiándose en la
política exterior. Por otra parte critica la política exterior y la
manera de afrontar la defensa de los intereses españoles en el
exterior, como por ejemplo el conflicto pesquero con Marruecos, la
escasa habilidad en la discusión de los fondos europeos, la gestión
de la crisis agroalimentaria y la dogmática visión de los procesos de
liberalización, que nos está pasando factura en Europa en relación
con las políticas energética y de comunicaciones. Acusa al presidente
de convertirse en el aliado más fiel de los Estados Unidos,
asociándose con el presidente del pasillo de la muerte, con la
potencia indiferente al destino medioambiental de planeta, con la
Administración protagonista de un modelo de mundialización desigual y
empobrecedor, con el Gobierno responsable de un período de
inestabilidad internacional y del crecimiento de la carrera de
armamentos. En cuanto al proyecto de construcción europea propugnado
por el presidente, afirma que parece dirigido a hacer de la Unión
sólo un gran mercado, donde la política quede subordinada a los
intereses de la oferta y la demanda y a la estrategia del amigo
americano. Considera que la resistencia frente a este modelo
globalizador y la búsqueda de alternativas democráticas es una
exigencia política y moral para la izquierda y aunque no participan
de ningún acto violento en ningún grado, acusa al presidente de
criminalizar la protesta en un nuevo ejercicio de autoritarismo
absolutamente innecesario., exponiendo a continuación el modelo de
relaciones internacionales que propugna su grupo, en el que el
compromiso de Kioto es el mínimo exigible en materia de medio
ambiente y la tasa Tobin u otro mecanismo de carácter financiero el
umbral mínimo para parar la globalización, deseando por otra parte
que el acercamiento a Europa sea completo y en todos los ámbitos.

Propone al señor Aznar que traiga a la Cámara un plan de convergencia
social que cubra en un período de diez años los puntos en los que la
diferencia del producto interior bruto se ha incrementado con
respecto a Europa como son la educación, la salud, las escuelas
infantiles, los derechos de la mujer y las prestaciones sociales y
critica duramente el modelo económico, que considera frágil e
injusto. Acusa al señor Aznar de hacer llegar los beneficios de la
enajenación de billones de pesetas de propiedad pública



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a manos de oligopolios privados amigos, que incrementan de forma
importante sus beneficios y que están escasamente comprometidos con
el bienestar del país, y del crecimiento de la inflación como
consecuencia de los abultados beneficios que doblan a los del año
pasado. Asimismo se refiere, como los demás intervinientes, a la
escasez de inversiones en investigación.

En resumen, manifiesta que la política económica del Gobierno no está
dirigida al crecimiento sostenible de la economía y no promueve el
empleo estable, no da prioridad a la investigación ni a la inversión,
no favorece la competencia en beneficio de los consumidores y no hace
más equitativa la distribución de la renta y la riqueza, pasando a
referirse, como consecuencia de este modelo, a la corrupción política
del Gobierno del señor Aznar.

Después de una larga serie de preguntas sobre la corrupción propone a
la Cámara que se garantice la completa autonomía del fiscal general
del Estado y las formas de promoción autónoma a la Sala Segunda del
Tribunal Supremo, donde se juzgan los casos de corrupción, que el
Gobierno español firme ya la Convención penal sobre la corrupción y
apoye de verdad a la Fiscalía anticorrupción, que se presente un plan
de acción contra el cambio climático y se abra un debate sobre el
modelo energético y sus perspectivas.

Asimismo echa en cara al Gobierno del señor Aznar que no exista
sensibilidad con las propuestas sindicales ni medidas de inspección
para terminar con la sangría humana de los accidentes de trabajo, que
en materia de pensiones estemos a cuatro puntos del PIB para llegar a
la media europea, que exista un gasto social mínimo y cada vez más
alejado con respecto a la Unión Europea y vuelve a plantear el debate
sobre la jornada laboral y la política fiscal que, opina, debe seguir
sirviendo a su cometido redistributivo y generador de recursos para
políticas sociales que nos acerquen a la Unión Europea.

A continuación pasa a referirse a las elecciones en el País Vasco,
donde, afirma, fracasó su política de cruzada o reconquista, basada
en la confrontación social y política y en la criminalización de los
adversarios, y considera legítimo y pertinente el debate sobre la
articulación del Estado en donde puedan defenderse absolutamente
todas las opciones. En este sentido, reitera su propuesta de
consolidar la unidad de las fuerzas democráticas alrededor de una
nueva mesa en este Parlamento y en el conjunto del País Vasco,
apostando por el diálogo de las fuerzas políticas y las instituciones
frente al terrorismo y por la paz.

A continuación pasa a referirse al problema de la inmigración, que es
otro de los desafíos que hubiera requerido de inteligencia y
capacidad de negociación y consenso, acusando al señor Aznar de haber
convertido el fenómeno en problema al implantar la ley más dura de
toda Europa.

Concluye diciendo al señor Aznar que su lugar político no es el que
pregona, el centro, porque ha abandonado el espíritu integrador y de
Consenso de la Constitución de 1978, porque se ha alejado del
compromiso con los derechos humanos y con la democracia, porque
defiende un modelo de construcción europea que nos aleja de los
mejores ideales políticos que alentaron la integración, porque no
duda en hacer uso de las instituciones democráticas y de los medios
públicos de radiodifusión para llevar adelante su estrategia política
y porque pretende acallar la voz de la sociedad civil que no comulga
con las ruedas de molino de su modelo, por lo que su grupo de
Izquierda Unida aspira a que la pérdida de credibilidad en su
Gobierno se torne en confianza, credibilidad y esperanza en un
proyecto alternativo progresista, plural y solidario.




Contesta el señor presidente del Gobierno y replica el señor
Llamazares Trigo, duplicando el señor presidente del Gobierno.




Intervienen de nuevo el señor Llamazares Trigo y el señor presidente
del Gobierno.




En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) interviene el señor
Anasagasti Olabeaga. Recuerda que hace cinco años su Grupo
parlamentario votó la investidura del señor Aznar, quien se
comprometió a actualizar el concierto, financiar la formación
continua y devolver el patrimonio incautado con motivo de la guerra.

Hoy en día el concierto está sin renovar, la formación continua se ha
dejado de financiar y sobre la devolución del patrimonio incautado se
les sigue aplicando el baremo de vencidos. Recuerda asimismo, en
segundo lugar, que el 25 de abril del año pasado, en el debate de
investidura, el señor Aznar prometió que el Parlamento debería seguir
siendo el centro de la vida política nacional y no ha sido así. Por
el contrario, ha sido una especie de foro de monólogos superpuestos
al margen de los problemas de la sociedad. Dijo también, en tercer
lugar, que deseaba alcanzar sus objetivos con un proyecto político de
centro reformista impulsado mediante el dialogo y se encuentran con
la vieja derecha de siempre, que no ha aprendido ni ha olvidado nada.


En cuarto lugar, le recuerda que siempre pone como marco cerrado e
inamovible la Constitución y les da la impresión de que no ha asumido
todavía que estamos en un Estado plurinacional, pluricultural y
plurilingüe, les guste o no. En quinto lugar, además de la
Constitución su fórmula mágica para alargarlo todo es la palabra
estatuto, cuando resulta que el de Gernika no se ha tocado desde su
aprobación hace 22 años y siguen sin completarse las transferencias.

Recuerda en sexto lugar que el día de su investidura anunció que el
diálogo sería la pauta de comportamiento del Gobierno y, por lo menos
en su caso, tal promesa tampoco ha sido cumplida.




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Alude a continuación al terrorismo y al tratamiento dado por el
presidente del Gobierno al nacionalismo vasco democrático, que nada
tiene que ver con Eta, cuando el PNV siempre ha condenado todas las
violencias y todos los terrorismos. Se refiere igualmente a las
elecciones del pasado 13 de mayo y a la que denomina cruzada
antinacionalista, señalando que a pesar del resultado de las
elecciones el señor Aznar sigue sin darse cuenta de que el
desencuentro es absolutamente estéril y que la política no puede
plantearse en términos de victoria o derrota, ya que lo único a que
puede conducir es a la ruptura de la cohesión social.




Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López), replicando
el señor Anasagasti Olabeaga y duplicando el señor presidente del
Gobierno.




El señor Mauricio Rodríguez interviene en nombre del Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria. Está de acuerdo con las palabras
del presidente en el sentido de que el debate sobre el estado de la
nación es una oportunidad para hacer un balance de la gestión, como
así se ha hecho, pero no en que también ha de servir para hacer un
planteamiento claro y preciso de los objetivos de futuro del país,
porque esto no ha sido así, por lo que la aportación de Coalición
Canaria va a ser intentar recoger algunos de los diez puntos
principales en el sentido de ver cuáles son o deberían ser los
objetivos fundamentales del Gobierno, cuáles son las posiciones de
Coalición Canaria por las que apoya a este Gobierno y en qué medida
estos objetivos se enmarcan en los objetivos europeos. Explica que,
en el marco de la Presidencia española de la Unión Europea en el
primer semestre del año que viene, con el euro en circulación desde
el primero de enero, y de la Conferencia Intergubernamental de 2004 y
de la revisión de la Agenda europea y de los fondos europeos de 2006,
España tiene grandes retos como son la modernización económica, la
sociedad de la información, el proyecto de la energía, el debate
sobre el turismo, el plan de infraestructuras, las
telecomunicaciones, la sociedad de pleno empleo, la viabilidad del
sistema de pensiones y la financiación autonómica, entre otros.
A continuación se refiere a la justicia y a la seguridad, temas que
considera muy importantes. Elogia el pacto de la justicia, porque en
este país la justicia funciona mal, tiene pocos recursos, está
anticuada y con modelos corporativos de hace más de un siglo, y
afirma que la justicia, junto con las Fuerzas de Seguridad, son dos
instrumentos que tienen que modernizarse para conseguir erradicar las
redes criminales de tráfico de capitales, de drogas o de armas,
aludiendo en concreto al problema de la delincuencia en Canarias
En cuanto al modelo de financiación autonómica confía en que el señor
Montoro cumpla con el pacto alcanzado, en el que se tenía en cuenta
el hecho diferencial canario. Por otra parte se refiere a la vocación
europeísta de los canarios, a pesar de no encontrarse en el espacio
geográfico europeo, y asegura que construir Europa pasa por cumplir
los seis o siete grandes objetivos que se han marcado para este siglo
que empieza, como son las reformas estructurales, la renovación de la
energía, las telecomunicaciones, el transporte, las infraestructuras,
la calidad en el empleo, la lucha por el pleno empleo, la integración
y la lucha contra la pobreza y la marginación social, y recuerda al
señor Aznar el estatuto especial de Canarias, compromiso que tiene
con los canarios, los fondos estructurales y regionales para
Canarias, el tema de las exenciones arancelarias y la protección de
producciones Canarias a través del AIEM. Muestra su solidaridad con
las tres apuestas básicas del proyecto europeo en la Conferencia de
Gotemburgo: el desarrollo económico, la cohesión social y del pleno
empleo y el problema medioambiental, que es básico para el mundo.

Europa apuesta por la paz, por la democracia, por los derechos
humanos, por el medio ambiente y por la cooperación internacional,
y en este contexto su grupo propone la necesidad de integrar y de
fortalecer las instituciones internacionales en las Naciones Unidas.

Por último, Coalición Canaria cree que cada gran reto de los que ha
enumerado tiene unos plazos y unos objetivos y que cada año se debe
examinar al Gobierno sobre el cumplimiento de esos retos, marcando
objetivos que den la modernidad y el progreso al país.




Contesta el señor presidente del Gobierno, replicando el señor
Mauricio Rodríguez y duplicando el señor presidente del Gobierno.




Se suspende la sesión a las once y media de la noche.




Se abre la sesión a las doce del mediodía.




COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO.




- COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO PARA EL DEBATE DE POLÍTICA GENERAL EN
TORNO AL ESTADO DE LA NACIÓN. (Número de expediente 200/000001.)



La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.

Punto I del orden del día: Comunicación del Gobierno para el debate
de política general en torno al estado



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de la Nación. Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señoras y señores diputados comparezco ante SS.SS. poco más de un año
después de recibir la confianza de la Cámara para formar Gobierno.

Este debate es una buena oportunidad para hacer algo más que un
balance de gestión. Debatir el estado de la Nación requiere dar
cuenta del pasado inmediato, también tomar razón del presente, pero
más que ninguna otra cosa ofrece la ocasión para trazar las metas de
futuro a las que podemos aspirar y las reformas concretas que hemos
de emprender para alcanzarlas. España tiene ante sí grandes
oportunidades de futuro. El pacto constitucional, síntesis de las
contribuciones de todos, ha permitido a los españoles edificar su
prosperidad. La expansión de las libertades, el sistema autonómico
y el valor de la cohesión han producido efectos extraordinarios.

Nuestro país se ha transformado, y con especial intensidad en los
últimos años. Los españoles tienen hoy más bienestar y más
oportunidades. Hoy una generación de españoles sabe que puede
alcanzar la convergencia real con el resto de Europa. Nuestra renta
por habitante supera ya el 83 por ciento de la media comunitaria.

Seguimos trabajando para acercarnos cada vez más al nivel de
bienestar europeo. España es fundador del euro; gracias al esfuerzo
realizado entre todos estamos integrados en una gran área de
prosperidad y de estabilidad. Nuestro país por la confianza que
inspira continúa recibiendo crecientes inversiones extranjeras, pero
también se ha convertido en inversora en el exterior. El año pasado
las empresas españolas invirtieron fuera de nuestras fronteras en
torno al 10 por ciento de nuestro producto interior bruto, lo que nos
ha llevado a ser el sexto inversor mundial.

En los últimos años dos millones y medio de españoles han encontrado
un empleo, los más de tres millones de nuevos afiliados a la
Seguridad Social nos acercan ya a los 16 millones de cotizantes y
también hemos realizado un esfuerzo para fortalecer y mejorar nuestro
sistema de protección social, que hoy es más sólido y sostenible. Los
españoles son los protagonistas de esta transformación. Este camino
no ha estado ni está exento de problemas, pero lo importante es que
hemos tenido capacidad para ir superándolos. En esta labor ha sido
esencial la colaboración de todos los grupos de la Cámara, apoyando
al Gobierno o ejerciendo una oposición imprescindible para el
desarrollo de una vida democrática plena. Debo agradecer el apoyo que
desde 1996 el Gobierno ha recibido de Convergencia i Unió y de
Coalición Canaria. Igualmente he de resaltar el sentido de la
responsabilidad de los agentes sociales que han sabido responder a
las aspiraciones de los ciudadanos. Quiero reconocer expresamente la
disposición del Partido Socialista al acuerdo en asuntos de singular
importancia. Hemos sido
capaces de concluir pactos en materias como el terrorismo y la
justicia, y les manifiesto que nuestra disposición a dialogar sobre
los grandes temas de Estado seguirá siendo la misma.

Señora presidenta, hace un año los españoles dieron un respaldo
mayoritario a un proyecto político de centro reformista que habíamos
puesto en marcha en la legislatura anterior. Estamos cumpliendo
nuestro programa, pero no es hora de conformarse; es hora de tener
claro a dónde queremos llegar y cómo debemos hacerlo. La acción del
Gobierno durante el próximo año se articulará en los siguientes ejes:
en primer lugar, el fortalecimiento de nuestro Estado de derecho y de
sus instituciones para lograr la máxima efectividad y garantía de los
derechos fundamentales y las libertades individuales. Un segundo eje
lo constituirán las tareas que durante el próximo año hemos de
acometer para la consolidación del Estado de las autonomías y para
mejorar la vertebración territorial. Asimismo, daremos un fuerte
impulso a las reformas que sirven para acercarnos al pleno empleo; me
refiero a las que tienen que ver con el mercado laboral y el sistema
de bienestar, así como a las reformas educativas que contribuyen a
mejorar las oportunidades de las personas. También hemos de mantener
el empeño en seguir modernizando nuestro país. Las reformas
económicas, la sociedad de la información, las infraestructuras y el
medio ambiente son asuntos en los cuales necesitamos trabajar
intensamente. Igualmente haremos que la Presidencia española de la
Unión contribuya a tener una Europa ampliada más dinámica y más
fuerte. Al mismo tiempo impulsaremos la proyección exterior de
nuestro país. Quiero reafirmar el compromiso del Gobierno con las
reformas, con un programa reformista de largo alcance que continuará
desarrollándose durante toda la legislatura. Nuestro país está en
buenas condiciones para abordar estos nuevos retos.

Señoras y señores diputados, sólo el terrorismo perturba nuestras
libertades y nuestra convivencia. El terrorismo es un desafío
persistente al sistema democrático y al disfrute efectivo de los
derechos y de las libertades de todos los ciudadanos. Su derrota, que
es el triunfo del sistema democrático, sigue reclamando la
concentración de todas nuestras energías y exige la fortaleza del
Estado de derecho y el apoyo activo de todos los demócratas. A este
objetivo ha respondido el acuerdo por las libertades y contra el
terrorismo suscrito por el Partido Popular y el Partido Socialista y
refrendado por el Gobierno. Es un compromiso de Estado contraído para
asegurar un principio que me parece particularmente oportuno recordar
hoy: que la lucha contra la violencia terrorista y el compromiso
democrático que ello exige no depende ni puede depender de coyunturas
electorales. El acuerdo por las libertades y contra el terrorismo es
un instrumento político que por medio del diálogo responsable ha
permitido reforzar la unidad de los demócratas en la lucha contra el
terrorismo, con



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la convicción de que nunca de la violencia terrorista se extraerá en
ningún caso ventaja o rédito político alguno. El Gobierno seguirá
desarrollando con toda determinación una política inequívoca y firme
de lucha contra el terrorismo en todos los ámbitos en los que este
plantea su amenaza.

Nuestro objetivo permanente es asegurar los más altos niveles de
eficacia en este compromiso: en primer término, eficacia policial en
la actuación de todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado;
eficacia y profesionalidad que se han demostrado en la prevención
y en la respuesta tenaz, paciente y rigurosa en la actuación del
terrorismo. La lucha eficaz contra el terrorismo sólo puede
afrontarse considerándolo como una verdadera empresa criminal, lo que
eso significa tener muy claro que, bajo una misma obediencia y una
misma disciplina, el terrorismo actúa en diversos ámbitos y a través
de diferentes estrategias que convergen en un único objetivo:
destruir el orden democrático. Necesitamos, en consecuencia, toda la
capacidad de la sociedad y del Estado de derecho para acabar con el
terrorismo e impedir sus intentos de regeneración. Responder a este
desafío no sólo compromete a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a
los tribunales; es preciso un sólido compromiso político y social que
haga prevalecer los valores democráticos de convivencia y asegure el
aislamiento y la erradicación de todas las manifestaciones de odio y
violencia, también ideológica, allí donde se produzcan. La educación,
la cultura, el discurso político tienen que actuar fuera y dentro del
País Vasco como una garantía esencial de los valores que el
terrorismo quiere destruir.

Celebradas las elecciones autonómicas en el País Vasco, espero de la
responsabilidad de todos que este compromiso necesario se refuerce.

Nuestro deseo y nuestra voluntad es impulsar la cooperación
institucional más plena frente a la violencia terrorista en todas sus
manifestaciones. El Gobierno desea que esta cooperación se concrete
y articule y seguirá planteando las iniciativas que considere adecuadas
para fortalecer la respuesta contundente que el terrorismo debe
recibir. El terrorismo no puede entenderse ni mucho menos ser
justificado en razón de un supuesto conflicto político en el que se
quiere enfrentar a vascos por un lado y españoles por otro. El
terrorismo es el conflicto y su trayectoria criminal es el único
déficit democrático que sufre la sociedad vasca. En este camino hemos
sido capaces de superar los mayores obstáculos; estamos avanzando y
no tengo duda de que seguiremos ganando terreno, no debemos
apartarnos de este camino. En esta dirección hemos impulsado también
la cooperación internacional, ampliando de forma sustancial los
interlocutores cualificados que comparten nuestro objetivo de derrota
del terrorismo.

Señora presidenta, se sientan en la Cámara fuerzas políticas
señaladas por el terrorismo como objetivo de su barbarie. Al recordar
a nuestros compañeros quiero reiterar el reconocimiento y la
solidaridad con todas las
víctimas del terrorismo y sus familias y también el respeto a sus
derechos. Quiero anunciar a la Cámara que, de acuerdo con este
compromiso compartido, los próximos Presupuestos Generales del Estado
incluirán la fórmula que permita armonizar en los casos que proceda
las pensiones extraordinarias de las víctimas del terrorismo o de sus
familias.

Señorías, ninguna sociedad es lo bastante avanzada mientras no tenga
un sistema legal y una administración de Justicia que proporcionen
seguridad a los ciudadanos y a las empresas. Tanto en la campaña
electoral como en el discurso de investidura puse de relieve la
importancia crucial que tiene un buen funcionamiento de la justicia.

Precisamente por ello me comprometí a poner todo mi empeño en
conseguir un gran pacto para su reforma. Desarrollar el modelo
constitucional de justicia no es sólo una tarea del Gobierno, sino de
toda la nación, lo que sin duda exige un esfuerzo compartido. Quiero
reconocer el sentido de la responsabilidad con que el Partido
Socialista y el Partido Popular han sabido responder al llamamiento
del Gobierno. Agradezco también su respaldo al resto de las fuerzas
políticas, a las comunidades autónomas y, por supuesto, a los
profesionales de la justicia.

El Gobierno adoptó, nada más hacerse cargo de sus responsabilidades,
medidas de choque para aumentar el número de jueces y su
cualificación; esas medidas con ser importantes no eran suficientes.

El pacto suscrito el pasado día 31 de mayo representa una reforma
global y ambiciosa. Afectará, como conocen SS.SS., a más de una
decena de leyes; entre ellas, a las que regulan el Consejo General
del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el ministerio
fiscal. Modificará también el proceso penal y el resto de las
jurisdicciones y, sobre todo, beneficiará a los ciudadanos. Con el
desarrollo de las medidas pactadas quedará reforzada la independencia
de los jueces y también su responsabilidad. Todos estamos convencidos
de que la importancia de la misión de los jueces requiere que estén
bien formados. Por ello, resulta necesario un buen sistema de
selección de los profesionales de la justicia, así como mejorar su
especialización y establecer nuevos criterios de promoción y
retribución. Queremos, en consecuencia, que sea una Administración de
justicia a la medida de los ciudadanos y que esté a disposición de
los ciudadanos por la mañana y por la tarde. Pretendemos que los
procesos sean más rápidos, con más información, con mejor atención
a quienes acuden a este servicio. Nos proponemos garantizar estos fines
mediante el esfuerzo presupuestario adecuado. El desarrollo de las
medidas pactadas ya ha dado comienzo; ha dado comienzo con la reforma
de la Ley orgánica del Poder Judicial tramitada en las Cámaras. El
pasado viernes fue aprobado el Estatuto general de la abogacía y en
muy breve plazo se iniciará la tramitación de la ley concursal, que
servirá para dar un cauce rápido y eficaz a las empresas en
dificultades, mejorando la seguridad en la actividad mercantil. Ade-



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más en los próximos días se constituirá la Comisión de seguimiento
del pacto, a la que deseamos se incorpore el mayor número posible de
grupos.

Señorías, lograr la máxima eficacia y garantía de los derechos
fundamentales y las libertades individuales ha de ser una aspiración
permanente de nuestra democracia. Quiero, por ello, mencionar
expresamente el compromiso concluido en cuanto al desarrollo
legislativo del título I de la Constitución. Cuando concluya su
tramitación parlamentaria, los derechos de petición y de asociación
habrán recibido el correspondiente cauce normativo, sustituyendo a
leyes anteriores a la Constitución. También hemos ratificado ya el
tratado por el que se constituye el Tribunal Penal Internacional.

Pero los ciudadanos necesitan seguridad para ejercer sus derechos y
libertades. Vivimos en sociedades más abiertas, con una gran
movilidad, especialmente en las grandes ciudades; estas nuevas
realidades propician también nuevas formas de delincuencia. Tenemos
que reforzar la acción del Estado de derecho para combatirlas con
mayor eficacia. La lucha contra la droga, el crimen organizado y las
mafias constituyen objetivo central de la acción del Gobierno. Para
intensificarla el Gobierno ha aprobado un programa de ampliación de
efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante
los próximos cuatro años. Este año se han convocado cerca de 5.500
plazas para la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

La colaboración y la responsabilidad de todos los poderes del Estado
son una condición esencial para responder a la legítima demanda de
seguridad de los ciudadanos. Nuestras normas de enjuiciamiento
criminal, con todas las garantías exigidas por la Constitución, han
de permitir una eficaz defensa de la sociedad frente a cualquier tipo
de delincuencia. El sistema de penas de nuestro Código Penal ha de
ponerse también al servicio de la seguridad, sin la que no puede
existir el valor de la libertad. La Comisión constituida para
elaborar una propuesta de revisión del vigente sistema de penas ha
terminado ya la primera parte de sus trabajos y en breve plazo
remitirá su informe al Gobierno. Somos conscientes también del drama
que sufren las mujeres víctimas de agresiones; es una afrenta a su
dignidad y al conjunto de la sociedad. Hemos aprobado el segundo Plan
de acción contra la violencia doméstica; en él se establecen nuevas
medidas preventivas, asistenciales y de carácter legal.

En el ámbito europeo compartimos un mismo sistema de valores
democráticos y similares garantías judiciales. Por eso debemos
trabajar para que la persecución de los delitos más graves no se
detenga en las fronteras nacionales. Hemos dado pasos para definir un
procedimiento más ágil que la extradición. Durante el semestre de
Presidencia española trabajaremos para que la Unión sea un verdadero
espacio común de libertades, de seguridad y de justicia.

Señorías, contamos con una experiencia de más de veinte años de
sistema autonómico, tiempo suficiente
para constatar su acierto, pero muy poco, en mi opinión, para darlo
por superado. El sistema autonómico definido en la Constitución es la
articulación política certera y equilibrada de la España plural; es
el resultado de un consenso posible y (lo más importante) es también
una de las garantías de nuestra convivencia. Nuestra defensa de la
Constitución no se debe sólo al sentido de la responsabilidad que
cabe esperar de todo Gobierno, sino también a la constatación de que
el progreso de la sociedad española y su vitalidad han sido posibles
gracias a este pacto. Este año finaliza la vigencia del actual modelo
de financiación de las comunidades autónomas y del concierto
económico en el País Vasco. Además está prevista la culminación de
importantes traspasos de competencias. Las comunidades autónomas y
las corporaciones locales van a gestionar más recursos que la
Administración del Estado. Queremos, por tanto, comenzar una etapa en
la que será posible dotar a las comunidades autónomas de un sistema
de financiación más estable que responda a los principios
constitucionales de autonomía financiera, solidaridad y suficiencia.

Existe un consenso sobre los principios básicos del nuevo modelo: en
primer lugar, la estabilidad (el modelo no debe ser modificado cada
pocos años); en segundo lugar, acentuar la transparencia y la
responsabilidad fiscal (los contribuyentes deben percibir claramente
la relación directa entre los impuestos que pagan y la contrapartida
que reciben de cada administración; así podrán evaluar políticamente
la buena o mala gestión de cada uno de los niveles de gobierno).La
mayor corresponsabilidad se verá reforzada también por la ley de
estabilidad presupuestaria. Parece razonable que quienes van a
administrar la mayor parte de los recursos públicos compartan el
objetivo general de estabilidad presupuestaria del que todos nos
beneficiamos.Hemos iniciado ya la negociación del nuevo modelo de
financiación y queremos que se mantenga el clima constructivo entre
el Gobierno, las fuerzas políticas y las comunidades autónomas, y
esperamos que ello culmine en un amplio acuerdo.

Este año también expira la vigencia del actual concierto económico
con el País Vasco. Queremos abrir su negociación lo antes posible con
las instituciones autonómicas y forales. Con carácter inmediato a la
constitución del nuevo Gobierno vasco el Ministerio de Hacienda
planteará sus propuestas. Esperamos que la negociación concluya
satisfactoriamente en tiempo y forma. He dejado claro en distintas
ocasiones el compromiso del Gobierno con lo que constituye no sólo un
régimen específico de los territorios forales de Álava, Guipúzcoa y
Vizcaya, sino un pilar institucional básico vertebrador de la
autonomía del País Vasco, amparado por la Constitución, de la que
obtiene su garantía de futuro. La modificación acordada en 1997 y la
actuación del Gobierno ante las instituciones europeas acreditan
nuestra lealtad y nuestro compromiso en este terreno. Por eso el
concierto no está llamado a ser un



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terreno de confrontación partidista ni territorial. Nuestro objetivo
común debería ser un acuerdo que ofrezca un marco estable, que
elimine factores de inseguridad jurídica y favorezca la colaboración
entre las administraciones y que garantice sin sobresaltos su
continuidad al amparo de la Constitución y del Estatuto. En
consecuencia, reitero una clara apelación a la coherencia, a la
responsabilidad y a la lealtad institucional que aseguren la
conclusión satisfactoria de este proceso de negociación.

Señorías, el sistema autonómico acoge con holgura la pluralidad de
nuestro país. Su alto grado de desarrollo exige abordar nuestros
problemas y desarrollarlos también con criterios de solidaridad, de
cohesión y de cooperación. La cohesión debe ponerse de manifiesto en
cuestiones tan importantes como la educación, la sanidad, nuestros
recursos naturales o las infraestructuras. Sólo podemos asegurar el
éxito de estas tareas si garantizamos la cooperación entre todas las
administraciones públicas. El Gobierno quiere plasmar este principio
en la ley de cooperación autonómica, sobre la cual dialogaremos con
las comunidades autónomas.

En relación con los entes locales nos proponemos trabajar en dos
objetivos principales a lo largo del próximo año: de un lado, la
reforma del actual modelo de financiación local, cuya negociación ya
hemos emprendido. La supresión del impuesto de actividades económicas
para los pequeños negocios será un elemento primordial de esta
reforma. También debemos ser conscientes de los perjuicios que causa
la utilización del suelo como recurso de las haciendas locales. Hemos
de buscar un sistema de financiación municipal que garantice la
suficiencia, sin menoscabar el alto grado de autonomía y
corresponsabilidad fiscal que las entidades locales han alcanzado. El
Gobierno también es consciente de las específicas y complejas
necesidades que tienen planteadas las grandes ciudades, por lo que
remitiremos de inmediato a la Comisión de Entes Locales del Senado un
informe que permita abrir el debate sobre los problemas existentes y
sus posibles vías de solución.

Señora presidenta, en pocas áreas encontraremos o podremos encontrar
un acuerdo tan amplio como en la necesidad de reformas en la
educación. No hay país en la Unión Europea que no haya acometido o
vaya a acometer una reforma de su sistema educativo, porque los
resultados -hemos de reconocerlo- no son satisfactorios. Necesitamos
una educación que transmita conocimiento y valores, que sea útil para
que cada español se integre en la vida laboral y cívica que responda
a las expectativas de las familias; necesitamos una educación que
aliente la responsabilidad, el esfuerzo, el respeto y la convivencia
y que favorezca, en fin, la libertad y la tolerancia.La sociedad
española ha alcanzado unos altísimos niveles de escolarización, de
los que nos podemos sentir orgullosos, pero el panorama de nuestras
aulas no es en muchos aspectos alentador. A los docentes con
frecuencia les resulta difícil transmitir
conocimientos, no existe en muchos centros un clima que facilite la
adquisición de valores y los directores carecen de suficiente
capacidad de actuación, lo que desanima a muchos buenos profesionales
a asumir este encargo. El resultado es un malestar que se extiende
entre los docentes, quienes llegan a su trabajo con gran vocación,
pero que se ven obligados a ejercer su función sin un respaldo y un
reconocimiento suficientes por parte de la sociedad. Podemos mejorar
los resultados de nuestras escuelas, no debemos acostumbrarnos a que
el 25 por ciento de los alumnos fracase y no obtenga el título de
enseñanza secundaria. El fracaso escolar es la antesala de la
marginación social y debemos hacer que este sea uno de los
principales debates de la sociedad española.

Hicimos la necesaria reforma de los programas de enseñanza y de las
humanidades, queremos dar ahora el siguiente paso. La ley de calidad
de la educación que el Gobierno presentará a la Cámara pretende
renovar los criterios pedagógicos y organizativos en línea con otras
reformas que se llevan a cabo en la Unión Europea. Es imprescindible
establecer criterios de evaluación y de promoción que aseguren una
progresión académica adecuada de los alumnos; asimismo, hay que abrir
oportunidades a todos diversificando los itinerarios formativos.

También queremos abordar la integración de nuestros inmigrantes en
nuestro sistema escolar. Además necesitamos modernizar nuestro
sistema de formación profesional. Hay signos esperanzadores de un
cambio de percepción en la sociedad española sobre la importancia de
esta formación. Con la nueva ley procuraremos que la relación
formación-empleo se haga más estrecha, se integrarán todas las
ofertas formativas y se adaptarán a las necesidades del mercado
laboral. Queremos contar con una colaboración más intensa de las
empresas. La sociedad española tiene la oportunidad de dotarse de una
formación profesional que sea cada vez más una palanca eficaz de
acceso al empleo.

Señorías, también la universidad española precisa de reformas
sustanciales para cumplir su misión, que resulta vital para el
progreso de nuestra sociedad. Responsables y profesores
universitarios coinciden en esta necesidad y también en el
diagnóstico de los principales problemas: un sistema de gobierno que
no favorece la responsabilidad en la toma de decisiones, una falta de
competencia que genera endogamia, una insuficiente movilidad y una
notoria carencia de instrumentos para evaluar la calidad de su
docencia y de su investigación. La universidad española cuenta con un
gran número de buenos profesores. Queremos ayudar a proporcionarles
un marco que les permita desarrollar sus funciones en buenas
condiciones y así prestar mejores servicios a la sociedad. Con el
proyecto de ley de universidades que se presentará en breve a la
Cámara el Gobierno quiere contribuir a la solución de estos
problemas, promoviendo el mérito en la enseñanza superior;
promoviendo que cada cada universidad en ejerci-



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cio de su autonomía sea responsable de su calidad; promoviendo un
marco que sirva para integrar el sistema universitario español en el
espacio universitario europeo. Las reformas educativas son
imprescindibles. Hemos dialogado ampliamente sobre nuestros proyectos
y seguiremos intentando llegar a acuerdos, y confiamos, por supuesto,
en que el debate en las Cámaras contribuya al enriquecimiento de los
proyectos de ley, y estamos seguros de que su puesta en marcha será
beneficiosa para el futuro de la sociedad española.

Señora presidenta, señorías, las políticas educativas que acabo de
enunciar ante la Cámara comparten con la política económica del
Gobierno un objetivo común: el pleno empleo. Creo que en los últimos
años hemos progresado. Dos millones y medio de nuevos puestos de
trabajo y 1.350.000 personas que ya no están en el paro son cifras
que se explican por sí solas. Se ha avanzado, además, en la solución
de los problemas más acuciantes de nuestro mercado de trabajo. Los
jóvenes y las mujeres han sido, en este sentido, los más
beneficiados. Más de 1.250.000 mujeres han conseguido un puesto de
trabajo y se ha reducido a la mitad la tasa de paro juvenil. Durante
el último año se han creado más de 400.000 empleos. Nos estamos
acercando a la tasa media de paro de la Unión Europea. Hay regiones
españolas en las que se ha alcanzado prácticamente el pleno empleo
masculino; sin embargo, otras tienen todavía el doble del desempleo
europeo. Nos queda, por lo tanto, camino por recorrer. Creo que
necesitamos seguir adaptando nuestro mercado de trabajo e incentivar
la movilidad. Queremos que se cree más empleo, y empleo de calidad.

Por eso hemos continuado la reforma iniciada en 1997. Hemos extendido
el uso del contrato indefinido y lo hemos ampliado a los jóvenes que
tienen entre 16 y 30 años, a los que llevan más de seis meses en paro
y a las mujeres en profesiones donde tienen menor presencia. Hemos
mejorado la regulación del tiempo parcial y las condiciones de la
contratación temporal.

Respecto a la negociación colectiva, el Gobierno ya ha insistido en
la necesidad de su reforma. Tenemos un sistema diseñado de acuerdo
con una realidad social, laboral y económica de hace más de dos
décadas, muy diferente del adecuado para un país abierto hacia el
exterior e integrado en una unión monetaria. Creo que los agentes
sociales tienen que ser los más interesados en adaptar las relaciones
laborales al dinamismo actual de nuestra economía. El acuerdo es
conveniente y necesario para seguir avanzando, para que podamos
seguir progresando en nuestro objetivo hacia el pleno empleo.

Quiero manifestar también mi preocupación por el alto número de
accidentes de trabajo en nuestro país. Encargué al presidente del
Consejo Económico y Social un estudio exhaustivo al respecto. El
Gobierno procurará que sea una base útil para la mesa de diálogo que
se ocupa de buscar medidas más eficaces de prevención para los
riesgos laborales.

Nuestro esfuerzo por conseguir el pleno empleo significa
necesariamente que todas las mujeres que quieran trabajar puedan
hacerlo y, en particular, que tener hijos no sea un obstáculo para
conseguir un puesto de trabajo o para mantenerlo. La conciliación de
la vida familiar y laboral es la gran tarea que ahora nos corresponde
impulsar. Las empresas, las administraciones, los legisladores
debemos comprometernos activamente a facilitar las condiciones para
que se haga posible. Estoy convencido de que este objetivo es vital
para nuestra sociedad. El Gobierno ha prestado en los últimos años
una atención preferente a esta cuestión. Las medidas de fomento del
empleo para la mujer, la eliminación de los costes de la Seguridad
Social durante la baja maternal y la exoneración de las cotizaciones
sociales durante un año por la misma razón son medidas que pretenden
contribuir a la igualdad real de oportunidades entre hombres y
mujeres.

Señorías, por su crecimiento y por la prosperidad que hemos
alcanzado, España se ha convertido muy recientemente en un país de
acogida. Necesitamos y queremos recibir inmigrantes que trabajen y
vivan dignamente entre nosotros. Si hace cuatro años había en España
540.000 extranjeros, hoy son más de 1.100.000. Más de 550.000 cotizan
a la Seguridad Social y más de 140.000 hijos de inmigrantes van a
nuestras escuelas. Creo que ésa es una de las mejores expresiones de
su integración en nuestra sociedad, una integración hacia la cual
hemos orientado el conjunto de nuestra política en esta materia. Por
ello, cumpliendo un compromiso expreso y central de la campaña
electoral y del discurso de investidura, aprobamos una nueva Ley de
derechos y libertades de los extranjeros. Creo que es la legislación
más abierta de la Unión Europea y es la que más derechos reconoce a
los inmigrantes. Sin embargo, quiero decir que nuestra capacidad de
acogida no es ilimitada. Respeto a quienes opinan lo contrario, pero
creo que sostenerlo es una grave irresponsabilidad.

Los inmigrantes tienen derecho a un marco jurídico claro y razonable
que haga posible su verdadera integración. Ésta es la finalidad de la
ley. Buscamos con toda seriedad el acuerdo en torno a ella y, para
hacerlo posible, aceptamos muy importantes enmiendas. Hemos elaborado
y puesto en marcha, con la colaboración de las comunidades autónomas
y los ayuntamientos, un plan global dirigido a los inmigrantes,
llamado programa Greco. Además estamos negociando y firmando acuerdos
con los principales países de procedencia de los inmigrantes que
llegan a España. Todos hemos de ser conscientes de que fuera de la
legalidad sólo hay marginación. Es nuestra obligación combatir la
inmigración ilegal, la acción de las mafias y la explotación de las
personas. Ese es el propósito tanto de la ley vigente como del
reglamento que estamos elaborando. El diálogo para su redacción ya ha
servido para enriquecerlo, y espero que en esta ocasión culmine con
el consecuente respaldo.




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Señorías, la sociedad española cuenta con la confianza que
proporciona un sólido sistema de protección social. Fortalecer y
hacer sostenible esa red de seguridad es un compromiso básico del
Gobierno. Durante lo que llevamos de legislatura se han afiliado a la
Seguridad Social 880.000 personas. En lo que llevamos de este año
2001 se han afiliado a la Seguridad Social 440.000 personas. Así
hemos alcanzado casi los 16 millones de cotizantes a la Seguridad
Social, la cifra más alta de nuestra historia. Este crecimiento del
empleo es una condición fundamental e indispensable para mejorar
nuestras prestaciones sociales, en especial nuestras pensiones. El
acuerdo sobre la mejora de la protección social, firmado el pasado
mes de abril, profundiza el suscrito la pasada legislatura; beneficia
a casi cuatro millones de pensionistas; incrementa las pensiones de
viudedad y de orfandad y las pensiones mínimas; establece medidas
para mejorar la lucha contra el fraude, al igual que establece
medidas a favor de las prestaciones de dos millones y medio de
trabajadores autónomos y crea un sistema de jubilación gradual y
flexible. En definitiva, es un acuerdo que consolida el Pacto de
Toledo.

Una sociedad responsable debe ser también muy consciente de los
problemas del futuro. Como reconoce este mismo acuerdo, no hemos dado
aún el último paso. Seguiremos esforzándonos por afianzar la
viabilidad futura del sistema, mejorando su estructura, aumentando la
participación de las mujeres en el mercado de trabajo y fomentando el
uso de sistemas de previsión complementarios. En este sentido, y
frente a la notable expansión de los planes de pensiones
individuales, los planes de empresa no han alcanzado la importancia
que tienen en otros países de nuestro entorno. Una mayor extensión de
los planes y fondos de pensiones de empresa promovería el ahorro a
largo plazo y permitiría también hacer frente a los problemas
derivados del envejecimiento de la población. El Gobierno desearía un
acuerdo de los interlocutores sociales que fomente estos planes, que
a su vez sería acompañado por una mejora de su fiscalidad.

Necesitamos sin duda garantizar el futuro de nuestro sistema de
bienestar, y ello nos obliga a desarrollar políticas que tengan como
horizonte el largo plazo. Este es el sentido de mantener un esfuerzo
constante para aumentar la dotación del fondo de reserva a la
Seguridad Social. Ese fondo, al final de este año, ascenderá
a 190.000 millones. El Gobierno regulará el fondo de reserva de forma
que se perfeccionen sus mecanismos de gestión, de seguridad y de
transparencia.

Señorías, en el marco del proceso de descentralización, es el momento
de completar la transferencia de uno de los servicios públicos
esenciales, como es la asistencia sanitaria. Por su volumen -más de
1,7 billones de pesetas- y por la trascendencia del servicio que se
transfiere, es una tarea de extraordinaria importancia. Nuestro
objetivo es asegurar que todos los españoles, sea cual sea su lugar
de residencia, tengan acceso a unos cuidados sanitarios de calidad
similar. El Gobierno
traspasará la gestión, pero seguimos teniendo responsabilidades en
un servicio esencial, especialmente en relación con los mecanismos de
cooperación y de coordinación. En definitiva, se trata de asegurar
que estas nuevas transferencias supongan un paso adelante en la
prestación de un mejor servicio, que es la finalidad última de todo
proceso descentralizador. En esta misma línea, y ya desde hace años,
se está reforzando el papel del Instituto de Salud Carlos III, como
centro de referencia al servicio de todo el sistema de investigación.


La creación de la Fundación Genoma, como catalizador de los esfuerzos
que se están realizando en este nuevo campo de investigación, viene a
acompañar ese compromiso por la calidad de la atención sanitaria.

Señorías, en este año hemos tenido también que afrontar los problemas
derivados del llamado mal de las vacas locas. La prioridad del
Gobierno en el tratamiento de este problema ha sido siempre la
seguridad de las personas. Una crisis alimentaria de ámbito europeo
como ésta ha puesto de relieve algunos problemas de calado, entre
otros, la urgencia de abordar coordinadamente la seguridad
alimentaria en nuestro país. Con la creación de la Agencia Española
de Seguridad Alimentaria, aprobada recientemente en esta Cámara,
queremos mejorar la cooperación con las comunidades autónomas, que
son las competentes en esta materia y, al mismo tiempo, queremos que
esta Agencia sea órgano de interlocución con la Administración
comunitaria.

Señorías, nuestra economía sigue en una senda de crecimiento. Hace
unos días se hizo público que en el primer trimestre de este años
hemos crecido un 3,4 por ciento. Teniendo en cuenta que se está
produciendo una desaceleración de la actividad económica mundial, es
un dato claramente positivo. Ya son cinco años de crecimiento
sostenido, de expansión por encima de la media europea; un ciclo
largo de crecimiento que se está traduciendo, sobre todo, en creación
de empleo. Serán más de 325.000 empleos durante este año.

Naturalmente, nos preocupa la inflación en los últimos meses. La
crisis alimentaria, los precios del petróleo y la cotización del euro
han alentado la subida de los precios. Aunque la evolución está
siendo negativa en toda Europa, esto no debe llevarnos a minusvalorar
el problema ni tampoco a improvisar medidas a ritmo de publicación
del índice de precios al consumo. Debemos perseverar en el rigor a
medio plazo de la política económica. Las liberalizaciones, las
privatizaciones y el fomento de la competencia son algunas de las
misiones que los gobiernos europeos tenemos encomendadas. El Banco
Central Europeo, por su parte, tiene la de orientar su política
monetaria a la obtención del objetivo que le es propio, que es el de
la estabilidad de precios.

Partiendo de un déficit público, en 1995, del 6,6 por ciento, este
año conseguiremos el equilibrio presupuestario y simultáneamente
hemos reducido el gasto público del 46 al 40 por ciento del producto
interior bruto,con lo que hemos contribuido a fomentar más iniciativa



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social y más actividad económica. El esfuerzo realizado por sanear
nuestras cuentas públicas nos ha permitido aumentar el gasto en
pensiones y dedicar más recursos a sanidad y educación. El Gobierno
ha presentado la Ley de estabilidad presupuestaria. Se trata de que
el equilibrio presupuestario sea lo normal en todo el sector público
y que quien quiera gastar más de lo que ingresa tenga que dar la
correspondiente explicación ante los ciudadanos. Esto no es una
obsesión económica ni contable, es una convicción política. El
esfuerzo de la reducción de la deuda ya ha dado frutos muy
importantes. Hace cinco años, su peso era del 68 por ciento de
nuestro producto interior bruto. Al terminar este año, ya estará por
debajo del 60 por ciento, y nuestro objetivo es que cuando acabe la
legislatura se haya reducido hasta el 49 por ciento. No endeudarnos
significa que el sector público no detrae ahorro de la inversión
privada, significa que dispondremos de más recursos para invertirlos
en infraestructuras, en educación o en investigación y desarrollo,
o para bajar también los impuestos. Creo que ésa es la vía razonable y
justa para equipar un país. La vía del déficit ya sabemos a dónde nos
lleva.

Señoras y señores diputados, yo no sé si bajar impuestos es de
izquierdas, de centro o de derechas, pero me alegro de que ya no
estemos tan solos en la defensa de las virtudes de bajar los
impuestos y de reducir los tramos. (Aplausos.-Rumores.) Me alegro de
que ya no estemos tan solos y me alegro también de saber que
contaremos con nuevos e inesperados apoyos en los siguientes pasos
que vamos a dar en esta materia. Hace tres años bajamos el impuesto
sobre la renta. La oposición a esta rebaja fue frontal y llegó hasta
el Tribunal Constitucional. Los firmantes de aquel recurso dijeron
entonces que establecer un mínimo familiar y rebajar tramos reducía
la progresividad del impuesto. Ahora, la mitad de ellos sostiene
exactamente lo contrario. A estos les alabo su cambio de opinión, a
la otra mitad le alabo su coherencia. (Aplausos.-Rumores)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Conforme al
calendario anunciado en el debate de investidura, durante el año 2002
el Gobierno propondrá a la Cámara una nueva rebaja del impuesto sobre
la renta de las personas físicas para todos los españoles, que lo
simplifique y que mejore el tratamiento fiscal de las familias con
hijos. Reformaremos también el impuesto sobre sociedades para
contribuir a la competitividad de las empresas y a una vocación
internacional cada vez más necesaria. Apoyaremos a las pequeñas y
medianas empresas, protagonistas de la creación de empleo, y, como ya
dije, eliminaremos el año próximo para ellas y para los trabajadores
autónomos el impuesto de actividades económicas.

Señorías, hace ahora un año aprobamos un amplio programa con más de
setenta medidas para continuar liberalizando y para incrementar la
competencia en sectores económicos básicos. Creemos que los mercados
liberalizados ofrecen mejores servicios a precios más bajos. España,
según el informe de la Comisión Europea al respecto, es el país en el
que mayor ha sido el ahorro en la factura eléctrica para una familia
media entre 1996 y el año 2000: alrededor de un 14 por ciento. Según
el mismo informe de la Comisión Europea, en telecomunicaciones los
precios han bajado hasta un 28 por ciento para los consumidores
domésticos. Por eso, en el conjunto de medidas del pasado año,
adoptamos importantes decisiones relativas a la liberalización del
sector de distribución de gasolinas, del gas, de las telefonías
locales, de la electricidad, de los libros de texto o de los horarios
comerciales.

Sabemos que necesitamos más iniciativas empresariales y que debemos
promoverlas. Como anuncié en el debate de investidura, presentaremos
este año el programa de la nueva empresa, que eliminará barreras
administrativas y fiscales. A través del Plan de
internacionalización, el Gobierno seguirá apoyando las oportunidades
de nuestras empresas fuera de España. Tenemos que respaldar con vigor
las iniciativas empresariales hacia el exterior. El grado de apertura
de nuestra economía es ya de más del 61 por ciento de nuestro
producto interior bruto, que es uno de los más altos entre las
grandes economías de la OCDE.

Señoras y señores diputados, el Consejo Europeo de Lisboa, a
iniciativa, entre otros, del Gobierno español, aprobó una nueva
estrategia económica y social, basada en la estabilidad, en las
reformas y en la competencia. Europa se ha marcado para el final de
esta década convertirse en la economía más competitiva y dinámica del
mundo. En el Consejo Europeo que celebraremos en Barcelona,en marzo
próximo, vamos a dar un nuevo impulso a estas reformas: a la
culminación del mercado interior, a la mejora del mercado de trabajo
y a la sostenibilidad del sistema de pensiones. Deseamos que
Barcelona sea una nueva referencia de la política europea de
reformas.

La estrategia definida en Lisboa ponía el acento en la importancia de
la tecnología y el desarrollo científico para lograr el pleno empleo.


Somos conscientes de que España necesita multiplicar su inversión en
investigación, en desarrollo y en innovación. La creación del
Ministerio de Ciencia y Tecnología ha supuesto un salto cualitativo
en el compromiso del Gobierno en la ciencia y la investigación.

Nuestros objetivos son: incrementar el número de investigadores,
aumentar los recursos fomentando la calidad y reformar el marco en el
cual se desarrolla la investigación. Hemos puesto en marcha el
programa Ramón y Cajal, que va a suponer la incorporación de 2.000
nuevos investigadores en tres años; hemos aumentado en casi un 50 por
ciento el número y la cuantía de las becas predoctorales, apostando
por los



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jóvenes investigadores. También es imprescindible facilitar la
movilidad de los investigadores y mejorar la evaluación de sus
proyectos. Vamos, en consecuencia, a reformar la Ley de la ciencia,
recabando la necesaria colaboración de los investigadores y de las
empresas. Sin duda, tenemos que seguir mejorando el esfuerzo público,
pero los datos comparativos de España con los principales países
europeos indican que tenemos que hacer sobre todo un esfuerzo en la
inversión privada, porque este es, en verdad, el factor que más nos
diferencia de los países donde más se investiga. Este año hemos
adoptado nuevas medidas fiscales y financieras y ya contamos con un
marco fiscal para la investigación y el desarrollo que ha sido
clasificado por la OCDE entre los más avanzados. Confío y deseo que
las empresas españolas sepan aprovecharlo.

Señorías, el Gobierno está convencido de que el bienestar de los
españoles depende en gran medida de que sepamos vertebrar física y
socialmente nuestro país. Hoy, vertebrar España requiere invertir en
grandes redes. El plan Info XXI, de la sociedad de la información,
responde a esta preocupación. Queremos promover el acceso de todos
los ciudadanos a las posibilidades que ofrece la sociedad de la
información. El Gobierno ha impulsado una política de liberalización
y competencia en el campo de las telecomunicaciones. El número de
usuarios habituales de Internet se ha duplicado en el último año y
alcanza ya la cifra de siete millones. Para que los consumidores y
las empresas aprovechen mejor y con más garantías las oportunidades
que crea Internet, es imprescindible crear un marco de seguridad y
confianza. A tal fin, en los próximos meses enviaremos a la Cámara
dos proyectos de ley, el de servicios de la sociedad de la
información y comercio electrónico y el de firma electrónica.

También es imprescindible, con el mismo objetivo de vertebración, dar
un fuerte impulso a la extensión y mejora de nuestras redes de
transporte. El Gobierno lo está haciendo a través del Plan de
infraestructuras que, como SS.SS. conocen, aplicará 17 billones de
pesetas en el periodo 2000-2007. Permítanme que reitere hoy la
importancia que tienen ciertas infraestructuras como elementos
esenciales de una política de vertebración interior de España.

Estamos haciendo un esfuerzo importante para completar la red de
autovías y autopistas, los corredores de alta velocidad y mejorar
nuestros aeropuertos. La tarea inversora en infraestructuras que
tenemos por delante debe favorecer la participación de todas las
iniciativas, tanto pública como empresarial. Pronto remitiremos a la
Cámara una nueva ley de concesión de obras públicas que facilite la
asociación de ambas. También servirá para aumentar la concurrencia
y para mejorar las ofertas en calidad y precio.

Quiero abordar ahora una de las cuestiones relevantes para la
modernización de España, como es el medio ambiente. El Plan
hidrológico nacional era una tarea pendiente desde hace demasiado
tiempo. Creo que es
un proyecto fundamental para la vertebración de nuestro país.

Queremos que sirva para paliar las carencias de la España seca, para
proteger nuestro medio ambiente y para racionalizar el uso de un
recurso como el agua, tan valioso como escaso. Se ha aprobado con un
alto grado de consenso, incluidos todos los regantes y la gran
mayoría de las comunidades autónomas gobernadas por diferentes
partidos políticos presentes en esta Cámara. Aprobado el plan
hidrológico, llega el momento de cumplir otro de nuestros
compromisos. Me refiero al Plan nacional de regadíos, que el Gobierno
aprobará en las próximas semanas. Será también una pieza clave en una
política de uso racional del agua.

Nuestra próxima tarea en materia medioambiental es el desarrollo
sostenible. Hemos aprobado en Gotemburgo la estrategia europea, que
añade la dimensión ambiental a los objetivos fijados en Lisboa. En el
Consejo Europeo de Barcelona trataremos por primera vez de forma
conjunta sus tres dimensiones. El Gobierno acaba de iniciar la
elaboración de la estrategia para España. En esta tarea queremos
contar con la colaboración de toda la sociedad. El objetivo
fundamental es integrar la dimensión medioambiental en nuestras
principales políticas sociales y económicas, y permitir que nuestro
progreso de las próximas décadas sea equilibrado y coherente. En una
sociedad avanzada, desarrollo y medio ambiente forman un binomio
inseparable. Señorías, sabemos que España es el segundo país
comunitario con mayor superficie forestal. Debemos proteger
intensamente esta riqueza. Remitiremos a la Cámara un Plan forestal
nacional acompañado de una nueva Ley básica de montes. Nuestro
objetivo es restaurar y ampliar la superficie arbolada y proteger
mejor su biodiversidad. El Gobierno también presentará este año el
proyecto de ley de responsabilidad civil por daños al medio ambiente,
con lo que cumpliremos otro de nuestros compromisos. La aprobación de
esta ley hará efectivo el mandato constitucional de que ningún daño
ambiental quede sin ser reparado.

Señora presidenta, de la misma manera que debemos conservar y
acrecentar nuestro patrimonio natural, hemos de ser conscientes de
que contamos con uno de los legados culturales más importantes del
mundo. Necesitamos que la sociedad se implique más en el fomento de
la cultura. Por eso, el Gobierno remitirá próximamente al Congreso
sendos proyectos de ley de fundaciones y de mecenazgo. Queremos
ofrecer un marco jurídico mejor que el actual y, sobre todo, unos
incentivos fiscales más generosos que los que hoy existen. Deseamos
que España se pueda convertir en el país de la Unión Europea con
mejor tratamiento fiscal para la participación privada o social en
actividades de interés general.

Durante el primer semestre del año próximo, España presidirá la Unión
Europea. Durante el próximo período de sesiones traeré a la Cámara,
para su debate, el programa del semestre. Confío en que éste se vea
respaldado y enriquecido con las aportaciones de los gru-



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pos para que así pueda resultar un éxito. Durante nuestra
Presidencia, la Unión tiene que seguir avanzando en su ampliación, en
las reformas económicas y en la culminación del mercado único. Al
mismo tiempo, debemos reforzar la política exterior y de seguridad
común y el espacio europeo de derechos y libertades. España apoya la
ampliación de la Unión, la más ambiciosa que se ha planteado. Y el
Gobierno siempre ha sostenido que ésta es la gran oportunidad de unir
a Europa en torno a las libertades. Pero los españoles quieren
también una Unión que contribuya a resolver los problemas de los
ciudadanos. Con este criterio, impulsamos dos iniciativas. La primera
de ellas es el proceso de modernización económica y social -el
proceso de Lisboa- para alcanzar el pleno empleo europeo en el
horizonte de 2010. La segunda es constituir un espacio que garantice
de manera efectiva los derechos y libertades de los ciudadanos y la
persecución de ciertos delitos especialmente graves.

Para que el proyecto europeo sea un verdadero proyecto de
integración, tiene que desarrollar una política exterior y de
seguridad común y eficaz. La Presidencia nos deparará también una
excelente oportunidad para contribuir al fortalecimiento del papel de
la Unión Europea en el mundo, en particular en aquellas zonas
prioritarias para España, como son Iberoamérica y el Mediterráneo.

Nuestra relación con Iberoamérica es permanente y va más allá de
cualquier dificultad circunstancial. Es una relación cimentada en el
pasado común, pero también en los valores compartidos de la libertad
y la democracia. El crecimiento económico español ha hecho más
estrecha nuestra relación con Iberoamérica en todos los órdenes,
basándola en nuestra confianza en el futuro del continente. Estamos,
pues, con Iberoamérica a las duras y a las maduras, en los momentos
buenos y también en los de dificultad. Así lo hemos demostrado en las
últimas catástrofes naturales en Centroamérica o con nuestra
participación en los programas financieros de apoyo a Brasil y
Argentina. Estos vínculos entre España e Iberoamérica no son ajenos
al fortalecimiento de nuestras relaciones con los Estados Unidos.

Ambos países hemos firmado una declaración política acordada con la
Administración anterior y refrendada por la actual, que no se limita
a los aspectos militares, sino que se extiende a los ámbitos del
diálogo político, la economía y la cultura. Esta relación estratégica
tiene vocación de hacerse cada vez más intensa, sencillamente, entre
otras razones, porque España ha cambiado por su peso económico y sus
nuevas responsabilidades y porque los Estados Unidos también están
cambiando: dentro de poco contarán con más hispanohablantes que
nuestro propio país.

Quiero mencionar expresamente las relaciones de España con Marruecos.


Sus señorías saben bien que nuestras relaciones se han visto
afectadas por la imposibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo pesquero
con la Unión Europea. Se hicieron todos los esfuerzos, pero
ese acuerdo finalmente no fue posible. Quiero reafirmar en todo caso
la importancia que otorgamos a las relaciones entre nuestras dos
naciones. Queremos que sean relaciones privilegiadas, entre iguales,
basadas en el respeto mutuo y en intereses que nos son comunes.

Señorías, la proyección exterior de España lleva aparejadas también
nuevas responsabilidades, que afectan a la seguridad y al
mantenimiento de la paz; junto con nuestros aliados tenemos capacidad
de asumirlas. La democracia española debe adquirir una conciencia
mayor de este nuevo papel. Haremos el esfuerzo preciso para fomentar
esa conciencia, fundada en los valores que compartimos y en los
intereses nacionales.La labor que están realizando nuestros soldados
en distintos países del mundo, en las misiones de paz y de ayuda
humanitaria en las que participamos, es la muestra más visible de
nuestra nueva responsabilidad. Quiero una vez más, desde esta
tribuna, rendirles testimonio de nuestro aprecio y de nuestro apoyo.

El Gobierno se comprometió a poner fin al servicio militar
obligatorio y lo ha adelantado a este año; una reforma con sentido de
futuro, pensando en los intereses de nuestro país y en las nuevas
necesidades de la defensa nacional. La reforma fue ampliamente
debatida en la Cámara y, a pesar de escepticismos iniciales, se
aprobó al fin por una amplia mayoría. Como toda gran reforma, no está
exenta de dificultades, pero creo poder afirmar que avanza a un ritmo
razonable. Un concepto moderno de la defensa nacional exige
profesionales cualificados y mejor equipados para cumplir las
misiones que se les asignen. Seguiremos insistiendo en la renovación
de material y en la utilización de nuevas tecnologías de información
y de telecomunicaciones.En el próximo otoño, en fin, remitiremos a la
Cámara un proyecto de ley que regule los Servicios de Inteligencia.

Tenemos intención, tratándose de un asunto tan importante para
nuestro país, de buscar el más amplio acuerdo con los grupos
parlamentarios.

Señora presidenta, he enunciado a la Cámara los proyectos,
iniciativas y reformas que el Gobierno se propone impulsar en los
próximos meses. Vivimos en un momento de cambios relevantes en el
panorama europeo. La entrada en circulación del euro afianzará la
integración europea. La sociedad española será aún más abierta.

Debemos afrontar este nuevo escenario con la conciencia de que es una
gran oportunidad para la que tenemos que estar preparados. Este es el
contexto en el que las reformas que he propuesto a la Cámara
adquieren su pleno sentido. España tiene que estar en forma para
alcanzar los objetivos que compartimos. Tenemos que acometer con
determinación los proyectos que ahora nos corresponde abordar, como
la reforma de la justicia, las reformas educativas, la segunda
reforma fiscal, la modernización de nuestras redes de comunicación
e infraestructuras o la financiación autonómica. Con ello estaremos
también fortaleciendo y proyectando nuestro proyecto común. Estoy
convencido de que



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una de las claves del éxito para construir la prosperidad de la
nación es la capacidad de trazarnos nuevas metas, de debatir sobre
ellas, de lograr compromisos y de esforzarnos en las tareas que hay
que afrontar.

El Partido Popular ofreció a los españoles un proyecto político claro
al servicio de lo que entendemos que son los intereses de nuestro
país. El Gobierno se siente vinculado a ese proyecto de centro, que
respaldaron voluntariamente los electores.Desde 1996 hemos querido
impulsar la libertad, la confianza y la solidaridad como los valores
básicos de la sociedad española. En ellos se inspiran las reformas
que hemos emprendido y los mismos valores serán los que sigan
inspirando la acción política del Gobierno. Este es mi compromiso
ante la Cámara y ante todos los ciudadanos españoles.

Muchas gracias, señora presidenta. (Fuertes y prolongados aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Aznar.

Se suspende la sesión, que se reanudará a las cuatro de la tarde.




Era la una y cinco minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




La señora PRESIDENTA: Se reanuda la sesión.

En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Señora presidenta, señorías, la primera
vez que voté en mi vida voté la Constitución española de 1978. La
primera vez que participé en una campaña electoral participé en
defensa de la Constitución de 1978. Aún recuerdo aquellos momentos
con emoción. Es verdad que son prácticamente los momentos que evocan
toda mi vida como persona con mayoría de edad. Desde esa perspectiva,
quiero decirles aquí que vivir esos ideales que representa la
Constitución, los ideales de la pasión por la libertad, por la
tolerancia, por la igualdad y por una visión de la sociedad y de la
vida laica, por una visión de la defensa de los derechos
individuales, es la pasión que ha acompañado toda mi vida mis ideas.

Subo hoy aquí, pues, también con emoción; con emoción y con alegría,
es verdad. A quién no le puede dar alegría representar al Partido
Socialista, representar a quien simboliza las ideas que uno ha
defendido toda tu vida. (Aplausos.) Mi generación tiene una
obligación de gratitud que quiero expresar hoy de una manera muy
solemne. Quiero expresar una gratitud con las generaciones que
hicieron posible la libertad en este país, con las generaciones que
han acompañado ese impulso histórico para España. (Aplausos.)
Precisamente por esa razón, quiero hoy expresar que la mejor
manera de trabajar por los ideales que representa la Constitución es
seguir insistiendo en algo que me parece hoy fundamental en nuestro
país, es intentar que los más jóvenes, a los que me quiero dirigir de
manera principal, vuelvan a recuperar la ilusión por la vida pública;
vuelvan a recuperar el interés y la confianza; que miren a esta
Cámara, que miren a los políticos y que vean nuevas políticas, nuevos
talantes y nuevos estilos; que les demos la confianza necesaria para
que piensen que lo que hacemos aquí va a abrir, de verdad, esperanzas
en su vida. Ese es mi compromiso fundamental hoy aquí. Un compromiso
que se expresa también en ese nuevo estilo, en ese nuevo talante de
hacer política como respuesta a esos ideales.

Quiero decir a todos los españoles y a toda la Cámara que no van a
encontrar en nosotros gente que desestabilice las instituciones, que
perjudique a la nación, o que intente que las cosas se tuerzan para
que ustedes se vayan del Gobierno. (Aplausos.) Mucha gente en este
país espera que esto se diga de una manera clara. Nosotros vamos a
hacer una oposición útil, como la que estamos haciendo. Nosotros
vamos a demostrar que se le pueden reconocer a un Gobierno los
aciertos, cuando los tenga, y denunciar las críticas de forma clara y
contundente cuando su política sea de errores para los ciudadanos.

Ese sentimiento de responsabilidad es el que me llevó a proponer el
pacto contra el terrorismo y por las libertades; un pacto, señorías,
que dice del buen sentido tanto de quien lo propone como de quien lo
acepta; un pacto, señorías, que intenta secar la fuente de la
esperanza que puedan tener los violentos. Cuando firmaba ese acuerdo
en La Moncloa se me vino a la cabeza una cita de Borges, que dice: No
nos une el amor sino el espanto. El espanto ante el terror, el
espanto ante la violencia. Hoy quiero decir aquí, en nombre del
Partido Socialista, que ese pacto por nuestra parte vivirá hasta que
acabe el terror en España, y que será la mejor contribución que
podremos hacer al escenario de un final de la violencia.Señor
presidente, en el último debate sobre el estado de la nación se
congratulaba toda la Cámara porque había un momento de no actividad
terrorista. Hoy lamentablemente no podemos decir lo mismo, han sido
veintiocho las víctimas desde las últimas elecciones. Ante esa
circunstancia, quiero desde aquí expresar mi reconocimiento y mi
solidaridad con todas las víctimas del terrorismo.

Señorías, como es conocido, la justicia es el termómetro mejor para
valorar cuál es la situación de un Estado de derecho. Es opinión
compartida en esta Cámara y entre los ciudadanos que la justicia es
en estos momentos el servicio público más degradado: retrasos,
situaciones insostenibles, en fin, una imagen que no se corresponde
con un país y con un Estado de derecho avanzado. El Partido
Socialista tenía dos opciones ante esta situación, siendo, insisto,
la justicia el elemento fundamental para valorar cómo está un Estado
de derecho: la primera era desgastar al Gobier-



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no; la segunda opción, contribuir a la mejora de la misma, a dar un
impulso histórico. Hemos optado por la segunda. Esa es la oposición
útil, señorías. (Aplausos.) Quiero, además, expresar que ese acuerdo
que comporta aumento de medios, reformas legislativas, más
financiación, debe de ser, sobre todo, un mensaje de confianza a la
sociedad, un mensaje para que confíe. Una vez más, hemos demostrado
con esta actitud que, sin gobernar España, nos responsabilizamos de
España, como hemos hecho en toda nuestra historia. (Aplausos.)
Señorías, como ustedes conocen también, he sido constante en reclamar
y en ofrecer un acuerdo en torno al problema de la inmigración en
nuestro país, un problema sin duda alguna trascendental en términos
históricos, un problema que si hubiera sucedido con tanta intensidad
como sucede hoy -según los datos que aquí hemos conocido-, en el
desarrollo, en la aprobación de la Constitución, hubiera dado lugar a
un gran pacto constitucional por la convivencia. Señor Aznar, usted
no ha querido ese acuerdo, y bien que lo lamento. No sé si habrá sido
-puede ser- por un mal entendimiento de un compromiso electoral, o
quizá por un prejuicio ideológico que, como se ha demostrado una vez
que ha entrado en vigor la ley, es inexistente o, lo que sería más
grave, por un cálculo electoral. Quiero decir que los meses que hemos
vivido con la aprobación de su ley, con su política en materia de
inmigración, han demostrado que estaban y están equivocados. Su ley
ha sido papel mojado por las aguas del Estrecho, por un lado, y
también papel mojado por los sudores de un secretario de Estado que
proponía semejantes ocurrencias como aquella de llevar a los
ecuatorianos para que obtuvieran un papel en un puente aéreo y nos
costase muchísimo dinero. Al fin, han tenido que hacer lo que
nosotros propusimos. Por cierto, cuando lo propusimos ustedes dijeron
que era una ocurrencia, una cosa absurda. Son demasiadas ocurrencias
las que dice el Partido Socialista que luego ocurren. Esto es lo que
ha pasado este año, entre otras razones. Demasiadas. (Aplausos.) Sí,
es así. La inmigración como fenómeno es, sin duda alguna, uno de los
factores decisivos de la forma de articular nuestra sociedad, de
articular una nueva convivencia, de entender y comprender una nueva
forma de derechos, que son casi de última generación, para ver cómo
se puede integrar, respetar culturas, etnias, actitudes, religiones
distintas. Todo ello exige un gran acuerdo nacional. Desde aquí
quiero volver...(Se rompe el sillón que ocupa el señor ministro de
Administraciones Públicas.-Una señora diputada: ¡Que no se caiga el
de Piqué!.-El señor ministro de Administraciones Públicas, Posada
Moreno: Lo lamento.-Risas.) Señor Posada, lo lamento de verdad, yo no
hablaba de Administraciones Públicas, se lo puedo asegurar.(
Aplausos.-Risas.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, les ruego guarden silencio. Adelante,
señor Rodríguez Zapatero.

El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Conforme a mi estilo, deseo que esto sea
una anécdota y que no se empiecen a caer todos los sillones del banco
azul, porque sería ciertamente preocupante. (Risas.-Aplausos.)
Para ser coherente con lo que decía al principio, hemos observado un
cambio de talante y de actitud con el nuevo ministro del Interior,
señor Rajoy, en esta materia. Lo reconozco aquí, y funda la esperanza
que hoy quiero reiterar sobre la posibilidad de llegar a un gran
acuerdo en esta materia. Sabe que es una política permanente de
nuestro partido. Esa es, señorías, nuestra forma de hacer oposición y
también será nuestra forma de hacer Gobierno, si es que así obtenemos
la confianza de los ciudadanos. (Aplausos.)
En estos días -ha hecho referencia a ello el presidente del Gobierno,
el señor Aznar- estamos ante un proceso de diálogo sobre la
financiación autonómica. Es un tema que merece un gran acuerdo
nacional para fortalecer la vertebración del país, para cohesionar
España, y es un objetivo básico del Partido Socialista. Somos
optimistas en relación con la posibilidad de llegar a un acuerdo, y
les voy a decir por qué. Porque las primeras propuestas que hemos ido
lanzando han sido recogidas por su parte con ironía y
descalificaciones, y este es siempre el síntoma de que, al final,
aceptarán nuestras propuestas y las harán suyas. (Aplausos.) Si es
así, estamos en la buena dirección.

Un debate del estado de la Nación tiene como objetivo, en primer
lugar, analizar la gestión de su Gobierno. Es verdad que después de
escucharle, bien podríamos haber interpretado que estábamos en una
especie de segunda investidura, porque ha ido prácticamente desde la
investidura anterior a anunciar no sé cuántos proyectos de ley para
la etapa siguiente. Pero se trata de analizar este año, estos catorce
meses, se trata de hablar de un proyecto de país, se trata de
analizar cómo está la situación de España. Desde luego, yo no sería
capaz de hacer un catálogo de 40 leyes y 25 propuestas, porque
resultaría ininteligible para la inmensa mayoría de los ciudadanos,
que son los que merecen que nos hagamos entendibles desde aquí.

Quiero hablar sólo de cuatro grandes cuestiones. De lo que es la
cohesión social de este país, de lo que es su capacidad de
modernización e innovación, de lo que es su fortaleza como proyecto
de país y de valores cívicos, deberes y democracia. De esas cuatro
grandes cuestiones quiero hablar. Pero permítame que, antes de entrar
en ellas, haga una consideración general sobre el talante de su
Gobierno.

Señor Aznar, creo que la mayoría absoluta se le ha atragantado, lo
creo sinceramente. Usted, señor Aznar, riñe mucho y tolera poco. A
pesar del tono de la intervención que ha tenido esta mañana, su
tendencia habitual ha sido ésa, y quiero hoy aquí decirlo con
claridad. Le tengo que decir que, desde el punto de vista político,
la arrogancia se ha expresado en desconfianza permanente hacia muchos
sectores sociales. Ustedes han discutido con los obispos, de una
manera clara. Han



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discutido y se han enfadado profundamente con los jueces cuando sus
resoluciones no les han gustado... (Rumores y protestas.-Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio. (Continúan
los rumores y las protestas.)
Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Estén tranquilos, señorías.

Cuando la crisis de las vacas locas han responsabilizado a los
ganaderos y han denunciado que no había una actitud, por su parte, de
control. Hicieron una masiva inspección por la Guardia Civil y dio
los resultados que dio. Se han enfadado y han enfadado a muchos
empresarios en este país por su talante, por sus actitudes, a muchos;
y se han enfadado también y han mostrado su arrogancia hasta con los
servicios de estudios de las entidades financieras... (Rumores y
protestas.), a los que el señor ministro de Economía lleva atizando
desde hace unas cuantas semanas porque dieron una opinión favorable a
una propuesta fiscal del Partido Socialista. (Aplausos.) Yo les digo
sean más tolerantes y respeten a quien da una opinión o hace una
propuesta. La arrogancia se ha demostrado también en la forma en que
han reaccionado ante muchas de nuestras propuestas, que han tenido
siempre un carácter constructivo, la de la Unión Europea, por
ejemplo, en la que había un proyecto para Europa, discutible o no,
que contenía un escrupuloso respeto a la actividad del Gobierno en
materia de política exterior. Y su respuesta ha sido la
descalificación, el calificar de inmadurez, de fantasía, muchas
cosas. También lo hizo el señor Rajoy con el pacto antiterrorista,
que dijo que nos habíamos sacado un conejo de la chistera. Es verdad,
lo recordarán SS.SS. seguramente.

Les pido más tolerancia para las propuestas, porque cuando hay un
debate crítico es normal, pero cuando se hace una propuesta y opina
la sociedad o sus sectores sociales, respeten y no descalifiquen. Esa
arrogancia es paralela al progresivo aumento de su ineficacia en el
Gobierno, y hay algunos casos muy evidentes: el programa de la
seguridad alimentaria que hemos tenido con las vacas locas; lo que
dijo el otro día su delegado del Gobierno en Madrid para la
Seguridad, que recomendó a todos los madrileños que se buscasen la
vida y que su seguridad la garantizara la seguridad privada. Por
cierto, le preguntaría al señor Aznar si asume esa recomendación.

Quiero decir que yo nunca haría esa recomendación: uno, porque la
primera obligación de un Estado moderno es garantizar la seguridad y,
dos, porque en España hay todavía pocos españoles que se puedan
garantizar su seguridad privada (Aplausos.), la mayoría no puede
hacerlo y eso es sencillamente inaceptable.

Ese ha sido su estilo, aunque espero que la nueva forma de hacer
política que yo promuevo e impulso les afecte en algo. Es verdad que
van cambiando en algunas
cosas. En los últimos tiempos hemos visto al señor Rato hablando
de la gran banca y de cuestiones de este tipo, casi como un
sindicalista de los años sesenta. (Risas.) Puede ser un síntoma de
cambio en el debate político y, a lo mejor, hasta es positivo.

Lo primero que nos debe preocupar de la situación del España, de la
situación del país, es su cohesión social, señorías, y dentro de la
cohesión social el bienestar, que viene a ser lo mismo, tiene un
componente principal, básico, el primero de todos, la seguridad. El
primer mensaje que tiene que lanzar un Gobierno a los españoles es
que les garantiza la seguridad. Señor Aznar, en prácticamente todas
las cuestiones que afectan a la seguridad, los datos son malos en
España; hay preocupación entre la gente. El otro día, el director de
un programa de la radio pública recomendaba a los madrileños que
fueran siempre en el coche con las puertas cerradas y las ventanillas
subidas; lo decía el director de un programa de un medio público, de
Radio Nacional de España. Ahí están los datos de criminalidad; ahí
están los datos de seguridad vial; ahí están los datos, que crecen de
manera permanente, de violencia contra la mujer; ahí están los datos,
que son los más sangrantes -usted ha hecho un comentario de pasada-,
de siniestralidad laboral. Quiero recordar que, como media, mueren
cinco trabajadores al año en España como consecuencia de accidentes
laborales... (Rumores.) De media al día, quiero decir. Ya sé que
ustedes no se equivocan nunca, ni cuando hablan. Eso es evidente.

(Aplausos.) La única respuesta del Gobierno que hemos constatado ha
sido su preocupación.

Le voy a decir cuál es el problema de fondo: su permanente abandono
de los servicios públicos en este país; así de claro. (Aplausos.-
Varios señores diputados: ¡Muy bien!) Como se demostró en los
trágicos sucesos de Lorca con unos inmigrantes irregulares. No
funciona la inspección en este país; y no sólo en esta materia, sino
en otras muchas. ¿Por qué? Porque hay desmotivación y falta de
recursos y de medios en la Administración pública. Los empleados
públicos ven que su Administración no se moderniza, que no se dialoga
con ellos, y eso supone un reto trascendental.

La seguridad es bienestar en el trabajo; por cierto, no he visto que
haya anunciado nada en esa materia. Ya he aludido a la siniestralidad
y quiero hacer un comentario ahora sobre su reforma laboral y la
precariedad en este país. Le diré que la situación de precariedad
laboral es insostenible, señor Aznar. Somos el país de la Unión
Europea en el que los jóvenes tienen el horizonte más tardío para
poder emanciparse: 30 años, como media. (Rumores.)
La reforma que ustedes han planteado no tiene el acuerdo de los
sindicatos -por cierto, sería bueno intentar de nuevo un diálogo con
los sindicatos y con toda la sociedad sobre esta materia-, es
regresiva y no da más oportunidades a la estabilidad en el empleo.

Alguna vez habrá que empezar a lanzar un mensaje a la



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sociedad, que tiene que venir precisamente de los políticos. Hay que
cambiar la cultura que condena a esa especie de resignación a la
imposibilidad de trabajar por un empleo estable en las sociedades
actuales. Hay que formular e intentar hacer un contrato social por el
empleo estable, y hacerlo como un valor esencial de nuestra sociedad.


Los datos en política social en general son muy preocupantes. En
España seguimos estando a la cola del gasto social y hay muchas
familias en este país -a las que, por cierto, no ha dedicado ninguna
atención en su intervención- que, con su esfuerzo de solidaridad,
hacen la política social que no hace el Gobierno; se lo tengo que
decir así de claro, y le voy a explicar por qué. (Aplausos.) Son las
familias las que hacen la solidaridad social y, dentro de las
familias, ¿sabe quiénes? Las mujeres; me comprenderán muchísimas
cuando oigan esta reflexión. Muchas mujeres de este país tienen que
trabajar 12 ó 14 horas diarias, en su trabajo y luego en las tareas
domésticas. Algunas renuncian a poder trabajar porque tienen que
hacer la tarea de asistencia en su hogar o en su familia. España
destina para ayuda a la familia cuatro veces menos que cualquier país
europeo; su Gobierno en ayuda a la familia, son los datos del Consejo
Económico y Social. Yo no voy a discutir sobre datos ni cifras porque
me parece absurdo; son cosas que se saben y las saben los españoles.

Hay que cambiar este destino.

Le quiero hablar de la educación. Usted ha hecho una reflexión que,
en cierta medida, puedo compartir. El fracaso escolar -el otro día me
lo decían unos alcaldes- es la preocupación mayor de los padres de
este país. Hay cerca de un 30 por ciento de niños de 12, 13 ó 14 años
que quieren abandonar los estudios. La situación no es de hoy, señor
Aznar, y su Gobierno puede tener alguna -fíjese que digo alguna-
responsabilidad; lleva cinco años gobernando también la educación en
España, no se le olvide. ¿Por qué? Porque hay una caída del apoyo a
la educación pública en este país. (Aplausos.) Quiero defender aquí
la educación pública. No hace falta discutir con cifras, lo saben muy
bien los profesores y en algo ha tenido una clara perspicacia el
señor presidente del Gobierno, porque hay tensión en las aulas y en
los institutos, la hay por muchas razones. Se citó aquí, y es verdad,
el fenómeno de la inmigración, los niños que ha habido que
escolarizar. Le advierto que para el año que viene va a ser mucho
mayor. Lo he comprobado en el colegio público al que llevo a mis
hijas, es su principal preocupación. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En esta materia hay que decir que, desde
mi perspectiva, un Estado moderno tiene que hacer que los niños de
los inmigrantes se escolaricen en la escuela pública y en la
concertada al mismo nivel (Aplausos.), para que hagamos realidad el
principio de igualdad que es básico en la educación.

La universidad necesita una reforma, no con mensajes negativos.

Teníamos hasta hace pocos años -creo que en 1996 usted empezó
hablando de que teníamos la generación de jóvenes mejor formados, hoy
no lo ha repetido y ha hecho una visión crítica de la educación- la
generación de jóvenes mejor formados de nuestra historia -yo lo sigo
pensando-, y la generación de docentes en la universidad y en el otro
sistema también mejor formada. ¿Usted ha hablado alguna vez en estos
últimos tiempos con los rectores de la universidad para saber qué es
lo que piden? Le pido desde aquí que se reúna con los rectores de la
universidad española antes de remitir el proyecto de ley de reforma
a esta Cámara, porque no se puede hacer una reforma contra la
universidad, hay que hacer una reforma con la universidad. Lo que
piden básicamente es financiación, más financiación, porque los datos
que tenemos son los peores: la mitad de la media europea de gasto
dedicado a universidad. ¿Sabe S.S. cuántos universitarios tienen beca
en España? El 16 por ciento. Son las cifras de la OCDE. El señor
Aznar ha citado muchas veces a la OCDE, pero no ha mencionado el
reciente informe que ha sacado sobre educación. ¡Casualidades de la
vida! En Europa el 50 ó el 60 por ciento de los universitarios tienen
una beca pública.

De la vivienda tampoco ha dicho nada, pero eso es bienestar. La
vivienda ha aumentado en los últimos tiempos, siendo usted presidente
del Gobierno, el 50 por ciento en su carestía. Deje a los
ayuntamientos que promuevan vivienda pública, no vuelva a intentar
una reforma de una ley contra los ayuntamientos, saben cómo hacerlo
rápidamente y tienen que tener la necesaria holgura financiera para
poder hacerlo. ¿Sabe, señor Aznar, que hoy una persona que accede al
primer empleo con un sueldo de 120.000 pesetas tiene que dedicar,
para comprar un piso de 10 millones de pesetas, prácticamente quince
años de su vida de su sueldo íntegro? Esto no es un Estado de
bienestar ni es un Estado de cohesión social que se pueda permitir
tal reconocimiento. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En materia de modernización, España ha
crecido, se lo reconozco claramente. Es verdad que hoy un poco menos,
que se ha desacelerado. También es cierto que tenemos síntomas de
fatiga en la economía, que los hay, claros síntomas de fatiga. Hay
algún problema serio como la inflación. Por fin se ha preocupado -es
la primera vez que lo oigo- de que hay inflación, lo ha dicho aquí.

Tampoco ha dicho cómo va a atajar ese dato que tenemos, que es
enormemente negativo para la economía. Ha



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desmentido al señor Montoro que hace pocos días afirmaba en una
entrevista que la inflación no era española, que no era un problema
español. Eso es un síntoma de resignación y la verdad es que es muy
preocupante.

Pero lo más preocupante de nuestro potencial como país para
modernizarse y para innovar es la situación de nuestra investigación,
de nuestro desarrollo y de nuestra capacidad tecnológica. Acaba de
salir hoy, señor Aznar -la verdad es que no han tenido buena suerte
en esto, lo comprendo-, un informe de la Fundación de Retevisión que
hace una radiografía de cómo está España ante la sociedad del
conocimiento. Estamos en el último lugar de Europa: en acceso a
Internet, en gasto público, prácticamente en todo. Esto se
compatibiliza mal con ser un país grande y se compatibiliza mal con
esos planes que nos cuenta una y otra vez, como el Info 21. S.S. sabe
que la convergencia no permite plazos. Si se llega tarde no se llega
porque te habrán ganado y habrán ganado la nueva sociedad, que es la
sociedad del conocimiento. Ese es el problema más claro que tenemos.

Y, desde luego, no haber hecho prácticamente ninguna referencia a ese
dato me parece enormemente preocupante. Sí, sí, repase los datos,
pero son conocidos por todo el mundo. Igual que el gasto en I+D lo
han denunciado las universidades de España de una manera permanente y
continua. Y eso es el futuro de España: investigación, desarrollo,
nuevas tecnologías. Así podremos tener una economía sólida, que
compita, que produzca, que innove y que tenga además capital humano
preparado para ello. Porque lo que más me ha preocupado de ese
informe es que en estos momentos haya más oferta de plazas, en lo que
es la sociedad del conocimiento, que demanda, para poder cubrirse en
España. En relación con eso, al final haré una propuesta.

Por tanto, en cuestión social y en bienestar en el país, con ambición
de modernización e innovación, estamos, señor Aznar, muy claramente
suspendiendo -porque se suspende cuando se sacan las peores notas en
comparación con todos los países de la Unión Europea- en estas dos
materias vitales, que marcan el ser y el destino de un país. Le
quiero recordar que el futuro no es lo que vamos a hacer mañana. El
futuro es lo que preparamos hoy para hacer mañana y estamos
comprometiéndolo seriamente desde esa perspectiva. Un país fuerte,
además de un país que sea innovador, que tenga un alto grado de
cohesión social, es un país cohesionado.

Quiero decir desde aquí que la Constitución española de 1978 diseña
un Estado que podríamos denominar compuesto, un Estado complejo, un
Estado que se funda en la España plural, en la diversidad y en que
esa diversidad no suponga en absoluto ningún dato para la
desigualdad. Pero, desde mi perspectiva, la idea de España como un
proyecto común hoy es una idea joven y con futuro, no es una idea del
pasado. Es una idea que hay que construir entre todos, con un diálogo
permanente, con cooperación, vertebrando, con las autonomías, tengan
el color político que tengan, y no haciendo planes
en la materia que sea y diciendo que esos planes se van a aprobar
porque va a ser un paseo militar, como se ha dicho desde sus filas.

(Aplausos.) Eso no es vertebrar ni es cohesionar, eso es tener una
idea equivocada de cómo se funda la estabilidad, la cohesión y la
vertebración de España. Por eso le digo que usted ha demostrado en
esa dirección una escasa capacidad de diálogo. Si no, no se entiende
que sólo haya hecho un debate sobre las autonomías en el Senado, que
sólo se haya sentado a dialogar con todos y entre todos una vez,
cuando mucha gente lleva muchos años reclamando que recuperemos esa
institución para que sea en eso el foro real.

Un país con fortaleza es un país con una política exterior seria y,
si puede, con un amplio grado de consenso, igual que una política de
defensa y de seguridad. Le quiero decir, señor Aznar, que hoy España
está más aislada que nunca en Europa desde la democracia. Esa es la
realidad, que está más aislada que nunca en Europa, que hemos perdido
muchas oportunidades y hemos ganado muchos enfrentamientos. Y también
le quiero decir que, en materia de lo que es la política de
cooperación, decisiva para nuestro país, por ejemplo en Iberoamérica,
tienen datos y gestos que también nos preocupan. Y mucho. Señor
Aznar, acabo de recibir una carta de becarios de países sobre todo
iberoamericanos, denunciando que la Agencia de Cooperación había
suprimido el programa de becas para la gente de otros países,
especialmente de Iberoamérica, que se viene a formar a España, que
van a ser los líderes del futuro. Lo han denunciado. Han optado por
el modelo de hacer una fundación, que yo respeto, pero esto tiene
irritadas a las universidades y es una imagen nefasta para España que
digamos ahora a gente de muchos países, que está aquí haciendo su
tesis doctoral, que tienen que acabar sus estudios. Esto tiene que
corregirlo ya, señor Aznar, porque es un camino absolutamente
equivocado para defender lo que es una política seria y fuerte ante
Europa.

En materia de defensa ha hecho algún pronunciamiento. Hoy no, por
cierto. Yo le quiero reconvenir en la medida en que usted esté
dispuesto a hacerlo. La política de defensa y de seguridad tiene que
ser una política de Estado y de consenso. Hubiera sido muy deseable
que, antes de hacer el pronunciamiento que hizo con el presidente de
los Estados Unidos, dando su apoyo al escudo antimisiles, hubiera
venido a esta Cámara a explicar por qué y a debatirlo. (Aplausos.)
Así es como se hace una política de defensa cohesionada. Todavía está
a tiempo de hacerlo. Nosotros no lo compartimos, sinceramente, porque
creo que es una idea vieja, que es la repetición de la propuesta del
señor Reagan de la guerra de las galaxias y que no camina en la
dirección adecuada para una política de seguridad en el mundo.

Además, queremos que sea una política sobre todo desde Europa. Pero
estamos dispuestos a discutirlo. Fíjese lo que le digo, estamos
dispuestos a discutirlo y que dé lugar a un consenso, que sería
fundamental. Yo no le quiero decir que lo haya roto en



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materia de defensa, hay otras cosas que nos preocupan, pero, haciendo
esos pronunciamientos, como ha hecho, corremos ese riesgo. Y no
conviene a nadie, ni al Gobierno, ni a España, ni, por supuesto, a
esta Cámara.

Hay que hacer alguna referencia a los valores cívicos de una
democracia, a los deberes, y al desarrollo de nuestra democracia. El
primer valor que hay que defender, en mi opinión, desde mi
perspectiva ideológica, como el cimiento de una democracia, es la
cultura. Bien es verdad que usted a la cultura no ha hecho referencia
alguna en su discurso. No sé si lo ha hecho de pasada. Pero hay datos
preocupantes, sigue habiéndolos en nuestro país, sobre el acceso a la
cultura, sobre el número de personas que acuden a los conciertos, al
teatro, sobre el número de personas que leen libros. Tiene que haber
un impulso de adhesión a la cultura mucho mayor. Yo creo que se puede
hacer. Le digo desde aquí que el camino contrario es ver, como
tenemos que ver, en los medios públicos de comunicación, determinados
programas. Se lo digo así, señor Aznar. Yo no entro en los privados.

Pero le pido que acabe con esos programas, que son realmente
chabacanos, en las televisiones públicas. (Aplausos.) Esos programas
que vemos algún fin de semana por la noche, que parecen, más que otra
cosa, un concurso de ropa interior. ¿Usted no lo ve? Pues sí. Así no
se traslada... (Rumores.-Risas.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Sí, y además lo pido no sólo para los
medios públicos del Estado, sino para todos los medios públicos de
todas las comunidades autónomas, como no puede ser de otra manera.

Pero ese es un camino serio y sólido de defender la cultura.

(Rumores.)



La señora PRESIDENTA: ¡Señorías, ruego guarden silencio!



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Les quiero decir que esa tarea le
corresponde al Estado. Y corresponde tener unos medios públicos que
den calidad, que den contenido, que den debates permanentes y no que
den determinada programación.

También quiero decir, señor Aznar, que hace 20 años yo me sorprendía.


Tenía en aquel momento 20 años y me sorprendía de que hubiera grupos
políticos en este país que estuvieran en contra del aborto, del
divorcio, de esos elementos que, en otros países europeos, modernos y
avanzados, se habían conquistado hace decenas y decenas de años. Me
sorprende que aquí, todavía, tiempo después, hoy, sigamos con otros
avances, en el camino de la convivencia y de la tolerancia,
manteniendo algunos grupos posturas regresivas. Den paso ya de una
vez a una regulación seria de las uniones de hecho y el respeto a la
tendencia sexual como forma de convivencia. (Aplausos.) Quiero
recordarle,
señor Aznar, que esta es una sociedad laica y que eso es respeto a
las conciencias. Si va a pasar. No perdamos tiempo en ser un país
algo moderno -ya no vamos a ser el más moderno- en esta materia.

Es enormemente importante para nosotros, como país, y entra dentro
del terreno de los valores, que hagamos algo más de esfuerzo del que
se hace en cooperación al desarrollo. Estamos en los últimos datos.

No sólo no nos acercamos al 0,7, sino que bajamos. Y quiero decir a
todos los cooperantes, a todos los jóvenes que están haciendo esa
forma de solidaridad, que trabajaré para llegar a las cuotas de la
cooperación y del desarrollo por los países más pobres del mundo, que
es fundamental. (Aplausos.) Esa es la altura política, esa es un
forma de medir la grandeza de un país y su fortaleza.




La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez Zapatero, le ruego concluya,
por favor.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Sí, termino.

En esa dirección voy a hacerle cuatro propuestas. He dicho que una
oposición útil es hacer propuestas y quiero pensar no tanto en el
pasado como en el futuro. Le haré cuatro grandes propuestas en
relación con las cuatro cuestiones centrales que he tocado. La
primera que le hago, en materia de cohesión: démonos un compromiso
y un plazo para reformar el Senado. Seis meses. Para llegar a un
acuerdo y hacerla de verdad una Cámara de representación territorial.


O, si no, señor Aznar, cerremos esa Cámara. De verdad. Es que no
puede ser que no haya un foro en España de vertebración de la
pluralidad y de la cohesión. (Aplausos.) Además, que en esa Cámara se
instaure un sistema que pueda medir el impacto de cada política que
se pone en marcha que tenga vertiente territorial -me da igual que
sea de agua que de planes forestales-, que mida el impacto de la
cohesión en el territorio. Un sistema de evaluación ante cualquier
plan. Porque en España hay desequilibrios regionales serios. Hay una
parte de España que no tira con la fuerza que debería tirar, que se
despuebla. Tiene que tener un impulso y hay que tener una vigilancia
permanente en la cohesión.

En innovación, modernización. Le propongo un plan de convergencia,
para que hagamos un esfuerzo prioritario en los próximos tres
presupuestos en materia de I + D y nuevas tecnologías. Estoy
dispuesto a comprometer y a discutir lo que pudiera ser el ahorro en
otras partidas presupuestarias. Un plan de convergencia con Europa,
para que podamos estar en cinco años en la media de los países
europeos. Y que, además, usted proponga, coincidiendo con la
Presidencia de España de la Unión Europea, un plan de convergencia de
Europa con Estados Unidos. Y hagamos de las nuevas tecnologías el
objetivo fundamental de la política de convergencia en la Unión
Europea, porque eso va a ser decisivo. En tercer lugar, hay que hacer
un gran plan de apoyo a la familia en España, un gran plan de apoyo
que nos sitúe,



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en cinco años, en la media de gasto de ayuda a las familias
(Rumores.-Protestas.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Un plan de apoyo a la familia, sobre
todo en dos cuestiones: una dedicada a que este país no siga en la
situación del número de plazas públicas que hay para los niños de
cero a tres años. Esa será la mejor forma de empezar a evitar la
tensión en el sistema educativo (Aplausos.) y de favorecer la
incorporación de la mujer al trabajo. La segunda, que ese plan
contemple un segundo pilar, que son todas las políticas de
proximidad, de ayuda a domicilio, para que no se produzca la
situación que hoy viven millones de familias, en las que los padres
tienen que trabajar y la mayoría de ellos, además, tienen que atender
a sus hijos, dedicándoles menos tiempo del que deberían dedicar o
quisieran dedicar a la educación, y también tienen poco tiempo para
atender a sus mayores.

Y la última propuesta, señorías, una propuesta que tiene que ver con
valores, con la cultura, con la idea de España, con el proyecto de
España, con la posición de España. Como es conocido, en el año 2005
se cumplirá el 400 aniversario de la aparición del personaje más
insigne de nuestra cultura, que es el Quijote. Es una magnífica
oportunidad. Hace 100 años, la Generación del 98, con muchas menos
posibilidades que ahora tiene España, hizo un gran esfuerzo por hacer
de esa fecha una fecha de impulso de nuestra promoción cultural.

Quiero que sea una fecha de impulso de nuestra promoción cultural y
sobre todo una fecha de potenciación y de acercamiento de todo lo
hispano, de lo hispano en la red, de nuestra lengua, de nuestra
cultura, de lo que significa ese potencial enorme en el mundo, el
principal que tiene España, que es su cultura y su idioma. Le
propongo, en consecuencia, señor Aznar, que ponga en marcha -quedan
cuatro años, no es mucho tiempo, cualquier avanzado le dedicaría más
tiempo- un gran programa cultural, con el Instituto Cervantes, con la
Academia de la Lengua, con las universidades, para que hagamos que el
siglo XXI, con esa potencia de lo que representa lo hispano, el
Quijote, lo que simboliza, las oportunidades que hoy tiene España, se
convierta en un nuevo siglo de oro de la cultura española.

Nada más y muchas gracias. (Fuertes aplausos de los señores diputados
puestos en pie.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rodríguez Zapatero.

Señor presidente. (Rumores.)
Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, he escuchado con mucha atención la intervención que ha
tenido el señor Rodríguez Zapatero y me alegro de que, en la primera
parte de la misma, podamos coincidir en una serie de puntos, que sin
duda son especialmente importantes, en relación con lo que significa
la marcha de nuestro país y la conjunción de valores, de objetivos y
de principios que en varios casos podemos compartir sin ningún tipo
de reservas. En primer lugar, me alegro mucho de que compartamos lo
que es la apreciación, el vigor y el futuro de los valores
constitucionales, no tengo la menor duda al respecto, y, por lo
tanto, que esa reafirmación de presencia y de vigor constitucional
sea una reafirmación constante y que no se produzcan equívocos en
torno a lo que significan posiciones de interpretación o de lecturas
constitucionales más allá de lo que significa el consenso básico en
el cual el pacto constitucional, como decía esta mañana, ha sido una
de nuestras vías de prosperidad, una de nuestras vías de éxito y es,
además, una de las garantías de nuestra convivencia en el futuro.

Espero y deseo que interpretaciones que puedan hacer referencia a
deseos de superar, bien por vía directa, bien por vía indirecta, la
Constitución, después de sus palabras, no tengan ningún problema.

(Aplausos.) Si es importante esta reafirmación que se ha hecho, y yo
la quiero subrayar, como es un motivo de preocupación y es un motivo
a su vez de acicate para sentir una unión, una identificación de
objetivos, espero que sea mantenida en todas partes con la debida
coherencia y con la debida claridad, para que los ciudadanos no
puedan tener confusión al respecto. (Rumores.)
En segundo lugar, yo suscribo lo que S.S. ha dicho en cuanto al
acuerdo en las libertades y en el terrorismo. Me alegra mucho haberle
oído decir que ese es un acuerdo en virtud del cual, mientras haya
terror en España, mantendremos la unidad en torno a ese acuerdo y que
de ninguna manera, sea cual sea -como ha dicho- el resultado
electoral, se producirá ningún cambio. Esta mañana le he reconocido
el esfuerzo que S.S. ha hecho a la hora de conseguir ese acuerdo. Me
reconocerá S.S. que se han hecho esfuerzos similares. S.S. y yo
sabemos perfectamente qué es exactamente lo que proponía cada cuál y
en qué término se llegó al acuerdo que hemos llegado. No se trata,
por lo tanto, de afirmar o de no afirmar ninguna paternidad. En todo
caso, lo que se afirma es una política y esa política es una política
necesaria para tener el objetivo común y para conseguir erradicar
definitivamente el terrorismo de nuestro país. (Aplausos.) Si, además
de esa declaración, S.S. está satisfecho en relación con la
iniciativa, yo le tengo que decir que me siento doblemente ratificado
en entender que hay un compromiso absolutamente serio por su parte de
seguir trabajando por el mismo camino y en ningún caso desviarnos de
ello.

Por lo que se refiere al aspecto que he tratado esta mañana en
relación con la justicia -y con eso abordo un tercer ámbito, en el
cual se han establecido puntos de acuerdo entre el Grupo Popular, el
Grupo Socialista y el Gobierno-, creo que el pacto por la justicia,
después de las reformas introducidas y de las medidas de



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choque avanzadas, ha sido un buen trabajo, ha sido un buen pacto y he
reconocido el esfuerzo de todos aquellos que lo han hecho posible. El
Gobierno, como es su responsabilidad, ha empezado ya el desarrollo de
ese pacto. Aquí lo ha hecho ya esta Cámara, aprobando la reforma de
la Ley orgánica de elección del Poder Judicial y el estatuto de la
abogacía y con el anuncio de algo muy importante para nuestra
seguridad mercantil, que es la ley concursal, en un plazo inmediato.

Espero y deseo que la Comisión de seguimiento del pacto, como he
dicho esta mañana, sea formada por el mayor número posible de grupos
parlamentarios que entienden que los objetivos del pacto son
positivos y que podamos abordar un desarrollo en el plazo de esta
legislatura y de la siguiente en los términos convenidos en el mismo
pacto.

Señoría, ha mencionado un asunto -y con esto termino esta parte- en
el cual ha dicho que nosotros no hemos querido un acuerdo: el asunto
de la inmigración. Yo he planteado esta mañana que, sin duda, la
inmigración ha transformado a España en un país de acogida; nuestra
prosperidad, nuestra situación, el desarrollo de nuestro país han
hecho que la llegada de inmigrantes a nuestro país sea cada vez más
relevante y más importante. Como he dicho esta mañana, en España hay
más de un millón de inmigrantes, en los últimos cuatro años se ha
duplicado la cifra, y el esfuerzo de integración que se ha hecho ha
sido realmente importante. Las cifras que he dado en relación con la
educación, más de 150.000 hijos de emigrantes en el sistema
educativo, o la participación de 550.000 inmigrantes en las
cotizaciones en la Seguridad Social, en el régimen de Seguridad
Social -por cierto, el 65 por ciento de ellos en el régimen general
de la Seguridad Social-, son una demostración muy clara de las cifras
en las que nos estamos moviendo. Y podría añadir otras. Simplemente
ha dicho usted una cosa que yo no comparto y, además, no es cierta:
que el Gobierno no ha querido el acuerdo. Eso no es cierto. El
Gobierno ha deseado y ha promovido el acuerdo y lo que ha ocurrido es
que S.S. ha cambiado de opinión en muchas ocasiones. Su señoría ha
cambiado de opinión después de decir que no quería llevar esta ley al
Tribunal Constitucional. Su señoría ha cambiado de opinión después de
pedir a distintos dirigentes de su partido que no plantearan recursos
contra esa ley. Al final, S.S. ha visto cómo los recursos se han
planteado, unas veces por votar directamente, otras veces
absteniéndose, otras veces con una votación que favorecía la
presentación del recurso y, en todo caso, con el recurso que ha
presentado su grupo, que tantas veces había sido negado.

Nosotros hemos planteado esa situación desde el punto de vista del
mayor diálogo posible para buscar la mayor integración de nuestros
inmigrantes. Y le quiero repetir lo que he dicho esta mañana: si se
comparan, si se hace un estudio comparativo de la legislación
española con cualquier legislación europea, la legislación
española es la más abierta y la más progresiva de toda Europa en
materia de inmigración; la más abierta y la más progresiva de toda
Europa. (Aplausos.) No quiero, señoría, evidentemente, comparar con
la Ley de 1985, de derechos y libertades de los extranjeros en
España. (Aplausos.-Protestas.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): No la voy a comparar.


Simplemente, a pesar de todos los anuncios y comprendiendo, señoría,
que a veces es difícil mantener las posiciones y que a veces las
necesidades obligan a decir una cosa en un sitio y la contraria en
otro, por las conveniencias (Rumores.), yo le quiero decir que, a
pesar de eso, hacemos un esfuerzo por que el reglamento que
desarrolla la ley sea un reglamento que se pueda pactar, que se pueda
desarrollar conjuntamente. Y, sin duda, seguiremos fomentando la
legalidad, que es el elemento básico para determinar las
posibilidades de integración de los inmigrantes en un país; no la
ilegalidad, sino la legalidad. Intentaremos seguir ordenando esto con
convenios con los países cuyos flujos migratorios acercan más
inmigrantes a España y seguiremos con esa tarea de integración que
nosotros pretendemos y queremos alcanzar como elemento básico de lo
que significa nuestra política de inmigración. Yo pido un poco de
coherencia en este asunto, que no es fácil, que es un asunto difícil,
y sobre el que, sin duda, se puede hacer mucha demagogia. Pero, al
final, hay que hacer la tarea de aplicar la ley, integrar a los
inmigrantes, darles educación, darles sus derechos, darles servicios
y, por supuesto, no aceptar que las mafias de ilegales se hagan con
el control de ningún tipo de situación en estas circunstancias.

(Aplausos.)
Señoría, yo he hecho esta mañana en mi intervención una propuesta,
desde el análisis de la posición de nuestro país en este momento,
sobre la cual S.S. no se ha extendido mucho. Digamos que, a partir de
esos elementos de 2 ó 3 puntos de acuerdo y un punto en el que no ha
habido desacuerdo -no, como he dicho, por nuestra responsabilidad-,
S.S., si me permite, ha entrado en un picoteo de asuntos diversos
desde el punto de vista (Protestas.-Aplausos.) -sí, sí- de lo que es
la gestión del Gobierno. Quisiera hacer referencia a alguna de estas
cuestiones que ha expuesto.

Como he dicho, yo he planteado esta mañana un proyecto basado en el
fortalecimiento del Estado de derecho en nuestras instituciones, en
el desarrollo de las autonomías, en un amplio capítulo de reformas y
en el aumento de la proyección exterior de España. Se podrá decir,
evidentemente, que el Gobierno -es una crítica legítima- tiene
mayores o menores dotes de eficacia o de ineficacia, pero no se puede
decir que el Gobierno sin duda ninguna ha perdido un horizonte de
trabajo o



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un horizonte para nuestro país. Plantear, como yo he hecho esta
mañana, la reforma de nuestro sistema educativo, de la justicia, de
la fiscalidad, del empleo o de la financiación autonómica, señoría,
es un horizonte de trabajo para un año, que desde luego el Gobierno
está muy satisfecho de poder plantear y sobre todo tiene la ambición
de poder conseguirlo sin ningún tipo de duda. (Aplausos.)
Ha hablado S.S. de talante. Bien, señoría, para tener tanta
prepotencia, para tener tanta arrogancia, hay que reconvenir que S.S.


y yo hemos acordado algunas cosas de cierta importancia. (Rumores.)
Supongo, señoría, que no se deberá sólo al mérito de usted, que yo
desde luego le reconozco, sino que supongo que los demás tendremos
también algún mérito. Por cierto que, en otros momentos -dicho con
todo respeto-, eso no se pudo hacer. Nosotros tenemos mayoría en esta
Cámara y en asuntos como el pacto de la justicia no hemos buscado la
aplicación mecánica o matemática de nuestra mayoría, sino que hemos
buscado un acuerdo con la oposición. (Aplausos.-Rumores.) Eso se
diferencia de alguna política de las que se practicaban
anteriormente. Por cierto, además de eso, además de esa apelación al
talante, que no parece que tenga mucha consistencia, señoría, yo no
sé qué indicador puede tener, pero, con esa mayoría, en todas las
iniciativas legislativas que en esta Cámara se han presentado en esta
legislatura el Partido Popular y el Grupo Popular no ha votado en
solitario ninguna, señoría, ninguna. (Aplausos.-Rumores.) Yo no sé si
eso puede ser un indicador.




La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Decía que yo no sé si
eso puede ser un indicador para eso que se llama prepotencia o se
llama arrogancia, no lo sé, pero en todo caso le doy el dato, por si
le puede resultar de alguna utilidad al respecto. (Rumores.)
Señoría, los asuntos fundamentales en los cuales, en mi opinión, hay
que medir si nuestro país está cumpliendo los objetivos planteados,
por una parte, en el proyecto político que la mayoría de los
ciudadanos ha respaldado y, por otra parte, en el discurso de
investidura, son elementos básicos, como si España avanza en la
convergencia real, como si nuestro nivel de bienestar, con la media
europea, avanza o disminuye. Su señoría ha hecho una afirmación que a
mí me parece de alguna manera, si me permite, desafortunada, y es
que, en materia de bienestar social y en materia de iniciativa
social, la situación de España es negativa, que en España no se ha
prosperado o no se han dado los suficientes elementos de avance a lo
largo de los últimos años. (El señor Morlán Gracia pronuncia palabras
que no se perciben.)
La señora PRESIDENTA: Señor Morlán, le ruego guarde silencio.

(Protestas.) ¡Señorías, ruego guarden silencio!
Adelante.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Me gustaría, señoría,
decirle que no creo que ninguno de los elementos que usted ha puesto
encima de la mesa para hacer esa aseveración pueda ser mantenido con
algún rigor y con alguna firmeza. Como digo, señoría, España ha
superado el 83 por ciento de convergencia real con la Unión Europea y
sin duda ese es un dato muy importante porque es más de un punto al
año, y eso significa, se ponga uno como se ponga, incrementar los
niveles de bienestar del país porque sino no sería posible que esa
convergencia real se pudiese estar superando, y eso significa que
nuestro país crece más de la media de la Unión Europea, y eso
significa que este año 2001, a pesar de tantos pronósticos agoreros,
España va a seguir creciendo sustancialmente por encima de la media
Europea. (Aplausos.) Eso significa también que en este primer
trimestre del año la economía española tiene unos datos de
crecimiento, de vitalidad y de dinamismo mucho más elevados que los
países centrales de la Unión Europea y que la media de la Unión
Europea. Eso es lo que determina la realidad de las cosas, señoría.

En términos de bienestar, como en términos de política familiar,
vamos a hablar con claridad, señoría: la mejor política de bienestar
y la mejor política familiar es que la gente pueda trabajar
(Aplausos.), y en España hay dos millones y medio de personas que
antes no trabajaban y ahora trabajan. (Aplausos.) Esta es la mejor
política, señoría. (Rumores.) No sé si a S.S. le parece suficiente o
insuficiente que haya 400.000 nuevos empleos en esta legislatura.
A nosotros nos parece que es un ritmo importante de creación de empleo,
y porque se ha producido ese ritmo importante de creación de empleo
es por lo que hemos podido incrementar nuestras políticas de
bienestar, aunque eso se niegue, por eso y porque se ha producido una
incorporación de prácticamente tres millones y medio de personas
cotizantes de la Seguridad Social. Y ya no discutimos -he visto que
usted evidentemente lo ha evitado- sobre la viabilidad de la
Seguridad Social, lo que discutimos, afortunadamente, es sobre cuánto
incrementamos el fondo de reserva que por tantos cotizantes, con su
superávit, tiene la Seguridad Social en este momento. (Aplausos.) Eso
también es una importante manifestación de bienestar. (Rumores.)
Eso es una importante manifestación de bienestar, por tanto, y
también lo es que haya más empleo y también es manifestación de
bienestar que existan unas cuentas equilibradas que nos permitan una
economía en crecimiento, una economía que invierte en el exterior
y naturalmente mayores niveles de prosperidad para los ciudadanos. Le
diré, a partir de este momento, que cuando se hacen apelaciones, que
yo comprendo



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perfectamente, por ejemplo a la evolución de bienestar para mujeres o
para jóvenes, he dado antes dos cifras que S.S. no puede desmentir.

La primera, que el número de mujeres paradas en España ha descendido
de una manera importante y se han creado un millón 250.000 nuevos
empleos para mujeres. (Rumores.-Varios señores diputados pronuncian
palabras que no se perciben.) Segunda, que la tasa de paro joven ha
descendido más de la mitad. (Rumores.) Cuando se habla de
precariedad, señoría, cuando se habla de precariedad laboral por su
parte, y dice que en España tenemos que seguir luchando contra la
precariedad, es verdad; pero reconozca S.S. que la tasa de
temporalidad ha bajado también en los últimos años. (El señor Blanco
López hace signos negativos.-Rumores.) Sí, señoría, ha bajado en los
últimos años (Aplausos.), y afortunadamente ha aumentado el número de
contratos estables, lo cual es muy importante. Ha aumentado el número
de contratos estables, primero, por la reforma de 1997 y luego por la
reforma que hemos realizado este año 2001. Por cierto, podría decir
S.S. con qué parte de la reforma no está de acuerdo. ¿No está de
acuerdo con la extensión de los contratos estables para jóvenes de 16
años? ¿No está de acuerdo con que se penalicen los contratos
temporales? ¿No está de acuerdo con que haya unas ayudas específicas
para las mujeres en aquellas profesiones en las que tienen una falta
de representación o, lo que es lo mismo, decir que prácticamente
todos los contratos de mujeres en nuestro país tengan y reciban un
estímulo, una subvención y una ayuda para que haya más mujeres
trabajando y también eso sirva a la conciliación familiar?
(Aplausos.- Rumores.) Le rogaría que me dijera con qué parte no está
de acuerdo. (Rumores.) Porque sería posible entenderse si dijese:
Mire, yo no estoy de acuerdo con que ustedes hayan penalizado los
contratos temporales, quiero que se baje la temporalidad (Rumores.)
y acepto que se firmen millones de contratos estables, pero no estoy de
acuerdo con que ustedes penalicen esos contratos. Muy bien, yo le
pido un poco de claridad y un poco de coherencia en ese sentido.

(Rumores.)
Señoría, nosotros hemos llevado a cabo una política muy clara desde
el punto de vista económico que parece, aunque no a S.S., que está
dando algunos resultados. Por una parte, la estabilidad y el
saneamiento económico y por eso hemos remitido a esta Cámara una ley
de estabilidad presupuestaria, acerca de la cual no he conocido su
opinión. Por otra, una política de reformas sobre la liberalización,
la privatización y la competencia, respecto de la cual tampoco he
conocido su opinión. Y en tercer lugar la continuidad de un proceso
de modernización de apertura económica, sobre la cual asimismo no he
conocido su opinión. Por cierto, para no conocer opiniones, me ha
sorprendido que en todo el cúmulo de asuntos que S.S. ha citado haya
reclamado más gasto; sin embargo, se ha abstenido de decir en esta
Cámara hoy si mantiene lo del tipo único de la
renta, si van a ser dos, si van a ser tres o cómo quiere sacar tanto
dinero para practicar tantas políticas en este momento. (Aplausos.)
En materia educativa, señoría, he planteado tres reformas
importantes: la de la formación profesional, la de las enseñanzas
medias y la de la universidad. Además del latiguillo, señoría, de que
nosotros nos queremos cargar la educación pública, que eso a estas
alturas no pasa de ser un latiguillo... (Rumores.-Un señor diputado:
¡Es verdad!) No tengo ningún inconveniente en que lo repitan todas
las veces que quieran, puesto que a lo que hay que atenerse es a lo
que los españoles se crean o no. Así pues, repítanlo todas las veces
que quieran. Salvo ese latiguillo, señoría, a mí me gustaría saber si
S.S. está más o menos de acuerdo con la orientación que nosotros
hemos planteado para esas leyes (Varios señores diputados: ¡No, no!;
si le parece razonable que la formación profesional esté más
vinculada a la empresa o si a S.S. le parece mal en todo caso que esa
modificación sirva como palanca más eficaz para incorporarse al
mercado de trabajo. Y con respecto a la ley de calidad, me gustaría
escuchar si S.S. entiende que es bastante razonable que pasen curso
sólo aquellos alumnos que están preparados para ello, que se evalúe a
los alumnos. Esas, señorías, son cuestiones importantes, habiendo
otras que hay que resolver haciendo afirmaciones significativas.

(Rumores.) Por ejemplo, no es una casualidad que el 64 por ciento de
los institutos de secundaria no encuentren un director. Eso tiene
unas causas. De lo que se trata, señoría, no es de hacer un debate a
estas alturas de la educación pública concertada o privada, sino de
salvar la educación pública de un proceso de deterioro en el cual
está metida. Y nosotros tenemos esa clara preocupación. (Aplausos.-
Varios señores diputados: ¡Ahí, ahí!-Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Yo creo, señorías...(
Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Perdón, señor Aznar.

Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Yo creo, señorías,
que la universidad también necesita esa reforma y me gustaría saber
si S.S. comparte esa opinión o no, además de reunirse con los
rectores, ya que, aparte de eso, tendrá que decir si le parecen bien
o no ciertas orientaciones universitarias. Pedir más dinero para la
universidad y menos controles a mí no me parece razonable, como
tampoco seguir manteniendo una posición de endogamia en relación con
el profesorado universitario o no afrontar lo que va a ser un proceso
importante de transformación de lo que es la disminución de
estudiantes universitarios en España. Alguna opinión tendrá que tener
al respecto S.S. Por



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cierto, me alegro mucho que hayamos podido poner en marcha para el
próximo curso el distrito único universitario, que incrementará la
movilidad de los estudiantes en España, que buena falta hace,
esperando asimismo que esa ley incremente la movilidad de los
profesores, que también es muy necesario. (Aplausos.)
Bien, señoría, nuestro país ha hecho un esfuerzo muy importante
también en ciencia y tecnología, ha hecho un esfuerzo importante en
el desarrollo de la sociedad de la información y de las
telecomunicaciones; han dado un cambio espectacular. Yo he citado
esta mañana que en cuatro años hemos pasado, aproximadamente, de
800.000 a siete millones de usuarios habituales de Internet. Sin
duda, los planes de desarrollo del Gobierno, que significan aportar
más de 800.000 millones en los próximos años para el desarrollo de la
sociedad de la información, son una garantía. Repasar lo que aporta
hoy todo el sector de telecomunicaciones en inversión, en
investigación, al producto interior bruto español es, sin duda, muy
espectacular.Quiero decir una cosa: me alegro mucho de haber
realizado esa política de liberalización, que ha dado lugar a
resultados muy importantes y muy espectaculares, con crecimiento, año
tras año, de más del cien por cien. Me alegro mucho porque si
hubiésemos continuado con otras políticas -quiero recordar que en
Bruselas se había negociado una moratoria para la liberalización de
las telecomunicaciones en España hasta el año 2003-, si lo hubiésemos
aceptado, hoy no se habría hecho en España ni un solo movimiento para
liberalizar las telecomunicaciones, con todo lo que eso ha supuesto
de riqueza de puestos de trabajo, de innovación, de investigación
y desarrollo en nuestro país. (Aplausos.)
En relación con el tema -que a S.S. le preocupa- de la vivienda, le
quiero dar simplemente un dato, no le voy a hablar del desarrollo de
lo que significa el mercado hipotecario en este momento, que es sin
duda intensísimo, o de lo que significa lo que se han ahorrado
millones de españoles con descensos en sus tipos hipotecarios. El
esfuerzo medio que tiene que hacer una familia este año para adquirir
una vivienda, la principal inversión de los españoles, es de un 29
por ciento; hace cuatro años era del 37 por ciento. Es evidente que
cuando los tipos de interés están al 4,5 y no al 2,5 por ciento se
produce un esfuerzo mayor, pero es obvio que el esfuerzo,
afortunadamente, es mucho menor de lo que era antes. Sigo pensando
que una modificación de la legislación de tal manera que haya más
ofertas de suelo urbanizable disponible por parte de los
ayuntamientos, negociada adecuadamente en el marco de la financiación
local, que es donde está uno de los problemas, hará también que el
acceso a la vivienda y los temas de la financiación de la vivienda
sean todavía más asequibles para los ciudadanos españoles.

Por último, ha mencionado S.S. dos asuntos a los cuales me quiero
referir. Uno es el estado de las autonomías, con una apelación a
reformar el Senado -tampoco he escuchado nada en relación con lo que
es la
financiación autonómica ni con el concierto económico del País Vasco,
simplemente he visto una apelación al Senado-. Hay unas propuestas de
reforma del Reglamento del Senado, señoría, y yo deseo que los grupos
en esa Cámara sigan apostando y sigan dialogando por esas propuestas
de reforma del Reglamento del Senado. Simplemente le quiero recordar
una cosa. Yo lo respeto, pero simplemente hay un dato: en el Senado
están el Grupo Socialista y otro grupo en el que hay socialistas
catalanes. Las dos propuestas que han hecho esos dos grupos sobre el
Reglamento del Senado son opuestas y son contrarias. (Rumores.) Me
dirá S.S. si está dispuesto a armonizar esas bases, además de
plantear elementos básicos de cohesión. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Por otra parte,
señoría, hablando de cohesión y hablando de solidaridad, me sorprende
no haberle escuchado ni una palabra -supongo que es difícil- de algo
que forma parte también de la vertebración del país, como es el Plan
hidrológico nacional. (Rumores.)
He hablado también, señoría, de la investigación y del desarrollo y
he hablado de la familia. Por supuesto que nosotros estamos
dispuestos a que el año 2005, que ha sido una de sus propuestas, sea
un año en el cual, por supuesto Cervantes y El Quijote, como S.S. ha
dicho, constituyan un elemento de celebración no solamente española
sino mundial. Estoy convencido de que eso no será mirado por parte de
algunos como un síntoma de centralismo peligroso.

Le quiero decir, señoría, que en el fondo, después de su exposición,
no encuentro más elementos que de carácter episódico y superficial.

(Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Para los elementos
básicos de nuestro país, como es la convergencia y nuestro bienestar
económico, como es nuestro empleo, como es nuestra estabilidad, como
es nuestro vigor institucional, como es nuestra proyección en el
exterior -que intentaremos sin duda intensificar de cara a la
Presidencia española-, como es la presencia española en Iberoamérica,
para estos elementos, repito, he citado un dato que no debería
olvidar S.S., y espero que no lo olvide: invertimos en el exterior
casi el 10 por ciento de nuestro producto interior bruto. Hace cuatro
años no se llegaba al 1 por ciento del producto interior bruto y
España hoy es, afortunadamente, el sexto o quinto país inversor de
capitales netos en el mundo. Además es uno de los países del mundo
que, afortunadamente también, recibe más inversión exterior.

En definitiva, deseo que S.S. tenga tiempo para seguir preparando
este tipo de cuestiones. Está muy



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satisfecho S.S. (Rumores.) He visto a S.S. muy satisfecho de las
cosas que hace y de la oposición que plantea. Yo creo que los
ciudadanos españoles van a estar tan satisfechos con eso que le
volverán a elegir en su momento para seguir dirigiendo la oposición.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Gracias, señora presidenta.

Yo no voy a entrar en las cosas que como pellizcos de monja intenta
para confrontar... (Protestas.- Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: ...en el terreno de lo personal, de la
superficialidad, de las ocurrencias, de la inmadurez, de todas esas
cosas. Yo todavía me acuerdo cuando usted llevaba un año como
presidente del Partido Popular y la verdad es que, sinceramente, la
comparación es perfectamente posible. Lo digo con sinceridad. Además
me parece que ese estilo aporta poco. En todo caso, si usted lo que
quiere decir desde esta tribuna... (El señor Ollero Tassara pronuncia
palabras que no se perciben.)



La señora PRESIDENTA: Señor Ollero, le ruego guarde silencio.

(Aplausos.)



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Si lo que usted quiere decir es que
tengo un cierto empuje juvenil, se lo admito y además me parece bien,
me siento satisfecho con esa percepción que pueda tener. Es verdad
que eso tiene que ver a veces con la madurez y a veces no. Conozco a
mucha gente con 50, 70 u 80 años que no madura nunca y que es
inconsistente toda la vida. Eso pasa también. Por tanto, me parece
que es perfectamente discutible y opinable, pero reivindico esa
capacidad. Frente a la experiencia engolada, yo prefiero la
esperanza. (Aplausos.) La constatación histórica pone de manifiesto
además que los grandes cambios -España fue un buen ejemplo en la
transición democrática y casi todos los países que han vivido esos
procesos- se han hecho más con esperanza que con experiencia de
poder. Esa es la realidad. Por tanto, me parece muy bien.

Es verdad que ha intentado plantear algunas preguntas y hacer algunos
comentarios; yo le hecho algunas propuestas, supongo que han sido
contestadas en la última parte de una manera casi con poca atención.

Le quiero subrayar que la propuesta que he hecho en relación con lo
que representa el 400 aniversario de la aparición de la figura...(
Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.

El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: ...del personaje de El Quijote merece, en
mi opinión, una valoración un poco más a fondo, no sé si más madura o
no, pero un poco más consistente en relación con lo que nos está
pasando en el ámbito de Iberoamérica y de la posición que teníamos
que tener de liderazgo incuestionable no sólo en las relaciones
comerciales sino en la capacidad de construir un motor decisivo en el
factor de lo hispano. Desde esta perspectiva de la política exterior,
por cierto creo que el talante se ha puesto de manifiesto, no le
hecho ninguna referencia a la situación del ministro de Asuntos
Exteriores (Rumores.), aunque usted y yo, señor Aznar, sabemos que es
una situación que nos debe preocupar a todos, que preocupa a esta
Cámara, sobre todo por los importantes compromisos internacionales
que España tiene con carácter inmediato. Le pido que resuelva la
situación, no le voy a pedir más que eso, con el estilo con el que
creo que desarrollo mi tarea, deseándole, por supuesto, lo mejor al
señor Piqué en la situación que está y, además se lo deseo con toda
mi buena fe. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Nuestra política exterior tiene
problemas, y usted se ha referido a ellos después de mi intervención
prácticamente sin comentarlos. ¿Usted sabe cómo está el Servicio
Exterior de España? Está en una situación muy preocupante. Hasta el
ministro de Asuntos Exteriores lo acaba de reconocer en una
conferencia. Usted no ha hecho hoy aquí ninguna referencia a algo que
para nosotros es vital. Hemos hablado mucho de más de un millón de
inmigrantes, de extranjeros en nuestro país. Tenemos casi dos
millones de españoles en el mundo y le puedo asegurar que debería
hacer una revisión seria de qué está pasando en ese ámbito, porque lo
que dicen nuestros diplomáticos, lo que se oye en las embajadas es
que hay una progresiva pérdida de apoyo del Gobierno a mantener la
capacidad de vinculación de sus planes culturales, de su relación con
esos dos millones de españoles. Me lo dicen sus embajadores, señor
Aznar, y me gustaría que usted lo escuchara. (Aplausos.) Nuestro
Servicio Exterior necesita una reforma profunda para que España ocupe
el papel que se merece.

No ha hecho referencia a Europa. Es verdad que hace una semana hemos
discutido mucho sobre Europa. Tampoco ha hecho referencia a la
preocupación que le he trasladado en relación con los mil becarios de
países iberoamericanos y de otros lugares que se quedan en estos
momentos sin posibilidad de continuar aquí sus estudios post
doctorales y que, además, van a recurrir a los tribunales porque el
dinero de esa agencia se ha pasado a la fundación. No sé por qué no
me ha contestado a un tema que es una crítica seria, no un picoteo.

Es un tema serio. Son mil personas del extranjero



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formándose en España. ¿Por qué han traspasado los fondos a la
Fundación Carolina? (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Quizá no ha querido entrar en el tema.

Uno se dedica a ver qué es la Fundación Carolina, a qué se dedica,
qué hace y, accediendo a su página web, he encontrado una cosa que me
ha resultado bien curiosa. Por cierto, como es verdad que el Gobierno
trabaja muy mal esto de las nuevas tecnologías, le recomiendo que,
después de lo que le voy a decir, cambien la página web de una vez de
lo que es la Fundación o se preocupen por ello porque, en una de las
actividades de esa Fundación Carolina donde han trasvasado los
fondos, dice Fernando Vilches, profesor de la Universidad Rey Juan
Carlos y asesor del presidente del Gobierno ( y entre paréntesis
pone: y esto no saldrá luego en lo definitivo.) (Risas.-Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.

Señor Albendea, ruego guarde silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Lo más interesante viene ahora: Fernando
Vilches, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, asesor del
presidente del Gobierno (esto no saldrá luego en lo definitivo): José
María Aznar, la progresión de un líder.(Risas.) Es el título de la
conferencia. Yo le digo sinceramente, señor Aznar, que a mí me parece
muy bien que haya una fundación que se llama Carolina que cumpla esta
tarea, pero esto no puede suponer que el dinero, que los recursos
para esos mil becarios (Rumores.) -tengo aquí el escrito-, suponga
que dejen de poder realizar sus estudios y obtener sus títulos aquí.


Usted ha venido aquí a hablar de muchas leyes. Yo he procurado hablar
más de la gente y de los problemas de la calle. A mí me ha llegado
esto y lo traslado aquí. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Perdón, señor Rodríguez Zapatero.

Señorías, ruego guarden silencio a ambos lados del hemiciclo para que
podamos continuar. (Rumores.)
Señorías, ruego guarden silencio a ambos lados del hemiciclo.

(Rumores.)



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En materia de la cohesión de España, me
alegro de que haya hecho el reconocimiento de cuál es nuestra
posición, de lo que representamos en la construcción de este país,
históricamente en la transición democrática, hoy de nuestra capacidad
para vertebrar España, de la visión de un proyecto común y conjunto.

Por tanto, sería mucho mejor que esos otros comentarios sobre
transcender a ámbitos, sobre no sé qué, sobre no sé cuál, los
dejáramos de una vez, y la discusión sobre si tenemos una
visión diferente o estamos contribuyendo más o menos a la visión de
España. Yo le puedo asegurar una cosa, que si mañana el Partido
Popular tuviera en ese terreno algún problema o alguna cuestión, como
considero que es un partido muy importante, decisivo, para la
vertebración de España, nunca entraré en esa cuestión con ustedes.

Esto es lo que les quiero decir, porque me parece que es la manera
más equivocada de fortalecer esa cohesión conjunta, y fíjese que no
tengo ninguna necesidad -no lo quiero hacer- de recordar cosas que
hemos oído de usted en otros tiempos en esa dirección (Rumores.). No
pasa nada, yo no hablo catalán ni en la intimidad (Risas.-Aplausos.),
no pasa nada, me parece bien, a mí me gustaría saber catalán, gallego
y euskera, porque es una riqueza de este país, así de claro
(Aplausos.), y sin embargo sí animo para que -porque sé por dónde
iba, y ustedes además son en eso tenaces, se lo tengo que reconocer-
ya que sabe hablar catalán en la intimidad hable alguna vez con
Pascual Maragall que va a ser el próximo presidente de la
Generalitat, será bueno para España (Aplausos.), será muy
conveniente.

Le he reconocido, creo que de manera directa, en mi intervención
inicial que el pacto por las libertades y contra el terrorismo dice
tanto del buen sentido de quien lo propone como de quien lo acepta.

Yo no he querido insistir excesivamente en que fue una propuesta del
Partido Socialista, pero me parece que era conveniente recordarlo,
porque ciertamente nosotros hemos tenido en esto siempre mucha
responsabilidad y yo creo que tenía una cierta obligación de hacerlo.


Me alegro de que esa posición de mantener el acuerdo por encima de
cualquier circunstancia esté presente. Por mi parte sabe que es
inequívoca. Además, en el contenido del acuerdo, como en todo siempre
que ha habido un diálogo, hay un punto común que se encontró y que a
mí me gustaría que sirviera, a pesar de que a algunos grupos de esta
Cámara no les atrae demasiado o nada, para que ampliara el marco de
la unidad democrática contra el terrorismo, que hemos defendido
también siempre (Aplausos.), y que si no se puede liderar, que lo
hagamos, incluso después del resultado de las elecciones vascas.

Señor Aznar, en el tema del Senado usted ha hecho alguna
consideración sobre las posiciones de un grupo o de otro grupo y de
lo que representa el grupo de los Entesa en el Senado y el Grupo
Socialista. Yo creo que las posiciones son bastante comunes, pero eso
no responde a la interpelación que le he hecho, que es una
interpelación muy clara: usted no ha ido a hacer el debate al Senado
con las autonomías, y el debate es la esencia del diálogo, y el
diálogo es la esencia de la vertebración de este país, esa es la
clave, y eso es lo que le reclamo, que haya diálogo (Aplausos.), y le
puedo asegurar que sería magnífico que en seis meses -que se puede
hacer- hiciéramos una reforma seria del Senado para convertirlo en la
Cámara de representación territorial de verdad.




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También sería muy conveniente que ninguno de los planes que usted ha
anunciado y que ha puesto encima de la mesa tuviera el mismo
recorrido, el mismo origen y el mismo resultado para la vertebración
de España que el Plan hidrológico nacional, porque no hay ningún
plan, por bueno que sea en su contenido, por bueno que sea en su
intención que no la discuto aquí, que sea bueno para la vertebración
de España si divide a los españoles de unas y otras comunidades
autónomas, como ha pasado. (Aplausos.) Sería un plan que merecería un
sobresaliente si hubiera sido fruto del acuerdo de todas las
comunidades autónomas y de todos los grupos parlamentarios.

En relación con el empleo y el crecimiento, he sido absolutamente
objetivo, he dicho desde esta tribuna y lo repito ahora, que ha
habido crecimiento económico en este país y ha habido un proceso de
aproximación claro, algo menor que en los años 1987 a 1992 de lo que
es la riqueza española en relación con Europa. Pero usted no me ha
entendido, quizá porque son conceptos que a algunos bancos les cueste
más entender y asimilar. (Rumores.) Usted no me ha entendido cuando
le he dicho que hemos crecido sí, incluso más que la media europea sí
(ahora estamos ya con fatiga, como decía antes), pero en cuestión
social no hemos avanzado nada, absolutamente nada, y tampoco en
igualdad. (Aplausos.-Rumores) Es más, todos los informes
internacionales -ahí tiene el de la ONU- dicen que España ha perdido
8 ó 9 puntos en cuanto a su posición de igualdad social, porque hay
que hablar de la igualdad social en España. Por ejemplo, lo que ha
pasado en este último año. La inflación ha supuesto para este país
que la mayoría de los trabajadores pierdan poder adquisitivo, unos
más y otros menos, pero todos pierden. Sabe muy bien que pierden los
empleados públicos desde hace algún tiempo, a los que no ha hecho
referencia; que los pensionistas mantienen su poder adquisitivo; que
la renta de los agricultores baja y han perdido poder adquisitivo; no
hablemos del sector de la pesca, de muchos millones de españoles que
con la inflación han perdido poder adquisitivo. Sin embargo, las
empresas han duplicado beneficios. Las del IBEX han subido el 17 por
ciento. Esa es la desigualdad social y la falta de cohesión, señor
Aznar. (Aplausos.) Por eso nuestro gasto social sigue donde está, en
la cola. En materia de crecimiento económico y de empleo usted puede
tener, que no se lo discuto, el balance que ha presentado, pero en
los dos elementos decisivos desde una perspectiva de cómo debe ser un
país cohesionado, territorial y socialmente, para nosotros España no
avanza, retrocede. España va a un ritmo más lento que una tortuga, y
en materia de igualdad social va así, señor Aznar. (Aplausos.-
Rumores.) Y le quiero decir en esa dirección...




La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Señor Aznar, usted podrá estar muy
satisfecho, y lo comprendo, de la creación de empleo que se ha
producido, pero seguro que muchos jóvenes y muchos españoles que me
oyen desde aquí no entienden que a mucho de lo que ustedes llaman
empleo se le llame empleo, porque no lo es. (Aplausos.) Son
condiciones de trabajo precarias. Entre otras cosas, por eso tenemos
la siniestralidad laboral que tenemos, a la que no ha hecho
referencia, porque las condiciones de trabajo para mucha gente en
este país son precarias. Además hay un sistema de subcontratación que
hace perder garantías y produce esos efectos sociales que deben ser
prioridad de un país que ha crecido, que es moderno y que quiere
tener un horizonte distinto.




La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez Zapatero, le ruego concluya.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Sí, señora presidenta, ya termino.

Los datos de la ayuda a la familia son los que son. Los datos de
nuestro desarrollo tecnológico, que para mí es lo más importante, es
donde el Gobierno tiene el suspenso más claro. Aquí no hay excusas
del pasado. Es verdad que ha hecho referencia y de pasada a 1985
a 1988. A ustedes les gusta mucho eso y si quieren se lo digo yo:
¡Váyase, señor González! (Risas.) Si eso les produce nuevamente
satisfacción... (Rumores.-Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.

Un momento, señor Rodríguez Zapatero. (Pausa.)



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En esta materia, señorías, que es...

(Continúan los rumores.- El señor Ollero Tassara pronuncia palabras
que no se perciben.)



La señora PRESIDENTA: Señor Ollero, le llamo al orden. Señorías,
ruego guarden silencio. (Rumores y protestas.-Aplausos)



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: En esta materia que es vital para
España, de verdad que es vital para España, hay menos excusas. Yo
puedo entender algunas excusas en lo que afecta a nuestro desarrollo
de cohesión social, subrayando que su Gobierno no ha hecho el
esfuerzo por la cohesión y la igualdad social, pero en materia de
desarrollo tecnológico, no. Yo antes le hablé del informe que acaba
de presentar la Fundación Retevisión, que no será como el servicio de
estudios del BBVA, señor Rato, que a veces se le olvida la A. España,
dice ese informe que se ha presentado hoy, última de Europa en
desarrollo tecnológico. Y aquí, señorías, hay pocas excusas del
pasado, porque todos hemos empezado a correr casi al mismo tiempo.




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¿Desde cuando hay Internet? ¿Desde cuando han empezado a usar
Internet los países? Estaría bueno que no hubiéramos aumentado en
Internet en España en los últimos cinco años, eso sería terrible. El
problema no es ese, el problema es que estamos a la cola; que otros
han despegado y han ido a una velocidad de crucero mientras nosotros
vamos como una tortuga para preparar el desarrollo tecnológico de
España y de la sociedad del conocimiento. (Aplausos.) Eso es una
realidad.




La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez Zapatero, le ruego termine.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Termino ya.

Señor Aznar, he intentado poner de manifiesto la necesidad de un
impulso social y tecnológico en España, como las dos asignaturas
pendientes. De un impulso también en la mejora de lo que la política
y su Gobierno tienen que hacer en materia de valores. Fíjese que no
le he hablado de los medios públicos de comunicación, ni de lo que
hacen en materia de información; ni de eso le he hablado a pesar de
la obsesión.

Esos dos impulsos están pendientes, y si esos dos impulsos no
constituyen con datos reales, con objetivos concretos, con
compromisos de Gobierno lo que es una acción para este país y su
fortaleza interna y externa, en su cohesión y en su proyección al
mundo, con propuestas como acabo de hacer en relación con El Quijote...


(Risas.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Se trata de un proyecto que tiene
síntomas serios de estancamiento profundo, más allá de sus
condiciones ideológicas, y desde aquí reitero, porque lo sabe bien el
señor presidente del Gobierno... (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Reitero que en las materias que ha
propuesto para el diálogo y el acuerdo sigo con la misma
disponibilidad que tuve desde el primer día que fui elegido
secretario general del Partido, para hacer una oposición útil para
España.

Gracias. (Prolongados aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rodríguez Zapatero.

Señor presidente. (Rumores.)
Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, seré breve.

Tengo que confesar a la Cámara que no esperaba que uno de los
principales problemas que íbamos a discutir
en este debate -lo cual me llena de satisfacción, por otra parte- es
la celebración, en 2005, de El Quijote. (Rumores.-Aplausos.) Me llena
de satisfacción y me deja especialmente reconocido y tranquilo,
señoría. Además, como partidario, haré todo el esfuerzo posible para
que la celebración sea un éxito.

También he tomado nota de que, como segundo elemento de preocupación
en esta materia, figura un error en la página web de la Fundación
Carolina, que se dedica a las becas. (Aplausos.) Estoy convencido de
que los servicios administrativos de la fundación rectificarán ese
gravísimo error que se ha planteado; comprendo que sea traído al
debate del estado de la Nación.

Insisto, señoría, en que me parece muy bien que podamos compartir la
defensa del marco de estabilidad constitucional. Lo que quiero decir
es que a veces se hacen o se oyen discursos que pueden dar la
impresión a algunos de que se tienen otras ideas. Es verdad que
depende de dónde se hagan los discursos, es verdad; y es verdad que
depende también delante de quién se hagan los discursos. Si S.S.

insiste en que convenimos que ese marco de estabilidad constitucional
es una de las garantías de nuestra convivencia y hay que mantenerlo,
yo estoy absolutamente conforme con ello. Espero simplemente
coherencia en todos los elementos y en todos los sentidos.

Quiero decirle que, en mi opinión, no se puede mantener seriamente
que en España haya habido un retroceso de cohesión social. (Rumores.-
Una señora diputada: ¡Venga, hombre!)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio. (Continúan
los rumores.) ¡Señorías, ruego guarden silencio!



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Digo seriamente,
además, que el 54,5 por ciento de los Presupuestos Generales del
Estado esté destinado a gasto social, que en la sanidad haya un
billón de pesetas más que hace cuatro años, que los presupuestos de
educación estén en la media europea de una manera muy clara y que
haya propuestas de reforma importantes, que la Seguridad Social
española tenga superávit y que haya millones de personas que han
encontrado un nuevo empleo, señorías, hace falta tener unos datos
completamente distintos que no se pueden demostrar, o tener un
concepto de la cohesión social que no es asimilable a ninguno de los
conceptos de cohesión social que se manejan en los países de la Unión
Europea o de la OCDE, ya que la ha citado S.S. (Aplausos.)
Sólo le daré un dato: afortunadamente, este año están incorporándose
en la Seguridad Social prácticamente 3.000 cotizantes diarios;
prácticamente 3.000 cotizantes diarios, señoría. A S.S. eso le
parecerá ir a paso de tortuga; pues mire, estamos batiendo el récord
histórico de afiliados cotizantes a la Seguridad Social. (Rumores.)
Afortunadamente, ese paso de tortuga nos



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ha permitido que haya tres millones y medio más de cotizantes y pasar
de una Seguridad Social que estaba prácticamente en quiebra a otra en
condiciones de superávit.

Tomo buena nota de lo que dice S.S. respecto del empleo y de los
jóvenes. Le vuelvo a reiterar una vez más que el desempleo joven se
ha reducido a la mitad en España y tenemos que seguir haciendo un
esfuerzo al respecto. Por cierto, quiero recordarle que en España no
existe ningún tipo de contrato laboral sin protección social; no
existe ninguno, señoría. (Aplausos.) Si S.S. conoce uno, dígalo. Por
cierto, hablando a los jóvenes, hubo quienes -más o menos jóvenes-
votaron los contratos de aprendizaje sin protección social y hubo
quien no los votó nunca. (Aplausos.-Varios señores diputados: ¡Muy
bien!) Afortunadamente los datos de la economía española, los datos
de empleo y los datos de la demanda interna desmienten cualquier
pérdida de poder adquisitivo, y menos por parte de los agricultores,
señoría. Le daré alguna cifra para que S.S. la retenga, si es
posible. La renta real por ocupado en el trienio 1.998-2000 es el
19,1 por ciento superior a la del trienio 1993-1995 y el 64 por
ciento superior a la del trienio 1988-1990; y en renta agraria España
está exactamente en el número siete entre los 15 Estados miembros de
la Unión Europea.

Le he dicho ya, señoría, que hay que distinguir el esfuerzo que
podemos hacer en investigación, en ciencia y en lo que significan las
telecomunicaciones y podíamos haber estado totalmente parados al
respecto.

Por último, no comparto su opinión (otras opiniones las seguimos sin
conocer; sobre financiación autonómica y sobre otras cosas, las
seguimos sin conocer) sobre el Plan hidrológico nacional, como es
bien conocido. Una cosa es que S.S. tenga problemas de criterios en
su organización política, y otra cosa es que enfrente a los
españoles, que son dos cosas completamente distintas. (Prolongados
aplausos.)
Le expreso una vez más, señoría, todo mi respeto y consideración
personal y no entraré en ningún tipo de consideración respecto de la
esperanza o de la experiencia engolada. Todos tenemos esperanza en el
futuro de nuestro país, simplemente hay que procurar escribirlo con
detenimiento todos los días, diariamente con esfuerzo, en lugar de
esforzarse en intentar hacer titulares sin noticia.

Muchas gracias. (Prolongados aplausos.-El señor Rodríguez Zapatero
pide la palabra.)



La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez Zapatero, estoy segura de que
conoce, porque así se ha hablado en la Junta de Portavoces, que el
turno de dúplica, que no está previsto en el Reglamento, es un turno
excepcional para situaciones excepcionales. Desde la Presidencia no
se entiende que en este momento se cumpla ninguna de las dos
condiciones; pero en cualquier caso tiene un turno estricto de dos
minutos.

El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Gracias, señora presidenta.

Señor Aznar creo que la inmensa mayoría de los españoles esperan de
este debate y de todos los debates del estado de la Nación que
hablemos sobre todo del presente y del futuro. Usted ha hecho muchas
referencias al pasado en su última intervención, a lo que votó uno y
otro. Le quiero decir que yo voté la Constitución. Eso es lo primero
que he dicho, apoyé la Constitución, y a partir de ahí el mejor valor
constitucional es precisamente hacer siempre la política pensando en
el futuro. Usted ha dicho aquí que está satisfecho con la situación
social y de desarrollo e innovación de España dándonos cifras y
datos, apuntando escasos horizontes reales de futuro inmediato. Yo no
estoy satisfecho, en España hace falta más justicia social, más
igualdad, más desarrollo tecnológico y más cultura, que no extrañe a
nadie que cite tanto al Quijote, más cultura también.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Simplemenente para
decir a S.S. que, habida cuenta de que el discurso que he hecho esta
mañana es de propuestas de reforma de futuro, convenga conmigo en que
hay que ocuparse de ello.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió),
señor Trías tiene la palabra. (Rumores.- Varios señores diputados
abandonan el salón de sesiones.)
Señorías, ruego guarden silencio, ocupen sus escaños o si van a
abandonar el hemiciclo lo hagan en silencio. (Pausa.)
Señorías, el debate continúa y hay un orador en la tribuna esperando
que el ruido que provocan SS.SS. en el hemiciclo le permita
intervenir. Ruego guarden la debida cortesía parlamentaria y permitan
que prosigamos con el debate. (Pausa.)
Adelante, señor Trías.




El señor TRÍAS I VIDAL DE LLOBATERA: Señora presidenta, señor
presidente, en esta mi primera intervención en un debate del estado
de la Nación ya sabía que pasaría esto, que la mitad de las personas
se irían; ya estoy acostumbrado.

También les diré una cosa: Yo no les hablaré del Quijote; me parece
bien que hagan una celebración en el año 2005, pero creo que sería
mucho mejor que tuviéramos presente que en el año 2004 vamos a tener
un acto importante en Cataluña, que es el Forum mundial de las
culturas de 2004, que puede ser un buen momento para defender
nuestras identidades.




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Como ya es tradición parlamentaria, nos encontramos en este debate de
política general para analizar la evolución que ha seguido España a
lo largo del último año y también, y más importante, para ver hacia
dónde dirigimos nuestros pasos en el futuro inmediato con objeto de
superar de manera exitosa las numerosas metas que nuestra sociedad
tiene planteadas.

Tras el balance positivo que usted, señor presidente, ha efectuado
esta mañana y que compartimos, ahora es el momento de que nosotros,
el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, hagamos también
balance de cómo ha transcurrido este año y un mes de su Gobierno
y que hagamos también propuestas de futuro.

Señor presidente, en el debate de su investidura tras las elecciones
del 12 de marzo de 2000, a pesar de su estrenada mayoría absoluta
hizo una oferta de colaboración a nuestro grupo que agradecimos en su
momento. Nosotros valoramos positivamente aquel ofrecimiento, pero ya
advertimos que más allá de las buenas palabras y buenas intenciones
su posicionamiento de apertura y colaboración debería tomar cuerpo,
debería consolidarse en el día a día del funcionamiento de la Cámara.


Llegados a este punto debemos manifestarle, señor presidente, que el
balance que nuestro grupo parlamentario hace de la colaboración con
el grupo de mayoría presenta luces pero también contiene sombras. Las
relaciones de colaboración que nuestro grupo parlamentario y el suyo
nos predispusimos a impulsar en el debate de investidura han tenido
concreciones en temas importantes como la ordenación pesquera o los
Presupuestos Generales del Estado, para poner dos ejemplos bien
distintos. Esta colaboración también ha permitido la aprobación de
diversas iniciativas presentadas por Convergència i Unió en temas
como las inversiones del Estado en Cataluña, la adopción de medidas
para el impulso a la economía productiva o determinados aspectos de
la reforma laboral, entre otras.

Del mismo modo que resaltamos las coincidencias, las luces, no
podemos obviar el hecho de que también hemos mantenido discrepancias,
las sombras; algunas afectan a aspectos que para nosotros son muy
sensibles, incluso diría sentimentalmente, como son aquellos más
directamente relacionados con el autogobierno y la construcción del
Estado de las autonomías, o aspectos sociales que nosotros entendemos
importantes para la cohesión social del Estado. Creo -y se lo digo
con sinceridad- que no hemos conseguido o sabido encontrar la fórmula
adecuada para diseñar un marco más fluido de colaboración. ¿Cuáles
son las razones para que la colaboración no haya sido lo eficiente
que podía haber sido? Algunas de las discrepancias parten de las
diferentes posiciones desde que analizamos una misma realidad. Puesto
que no somos lo mismo ni perseguimos lo mismo, nuestra aproximación a
determinados aspectos forzosamente será diferente; pongo por ejemplo
nuestras diferencias en lo que respecta a la
liberalización de los horarios comerciales. Seguro que en este tema
no nos ponemos de acuerdo.

En otras ocasiones no hemos sabido encontrar una fórmula
satisfactoria de colaboración porque ustedes, haciendo uso de su
mayoría absoluta, han preferido aplicar estrictamente lo establecido
en su programa electoral; incluso en aquellos aspectos en los que
había coincidencia han preferido marcar ustedes el calendario antes
que aceptar una propuesta similar de nuestro grupo. Un ejemplo de
ello lo encontramos en su negativa a tramitar una proposición de ley
de nuestro grupo de protección a las familias numerosas o también en
nuestra proposición de ley reguladora de las empresas de inserción
sociolaboral. Este último tema he de reconocer que parcialmente se ha
solventado. ¿Pero acaso estas medidas no figuraban también en su
programa electoral? Señor presidente, señorías, si me lo permiten, en
ocasiones la mayoría absoluta les ha vuelto perezosos para hallar
puntos de encuentro. Esta postura es legítima, perfectamente
legítima, pero el mantenimiento de la misma dificulta la fluidez de
la colaboración que nos ofreció en el debate de investidura.

Quisiera referirme también al papel del Gobierno y al del principal
partido de la oposición en aquellos aspectos que se han venido a
llamar cuestiones de Estado. Este año el Partido Popular y el PSOE
han firmado dos pactos de Estado, uno sobre el terrorismo y el otro
sobre la reforma de la justicia. Por lo que respecta al primero debo
decirle, como seguramente ya conocerá, que no fuimos consultados, y
respecto al segundo, aunque sí estuvimos presentes en las
conversaciones iniciales aportando ideas y soluciones, no
participamos en la ronda final al no ser invitados a ella. Los
aspectos tratados en estos pactos son muy distintos, pero la
actuación de las principales fuerzas políticas del Estado ha sido muy
similar. Se consigue un acuerdo entre el Partido Popular y el PSOE, y
una vez hecho público y difundido a los cuatro vientos se solicita al
resto de formaciones políticas su adhesión inquebrantable al mismo en
aras del interés superior al que están sometidas las materias del
Estado, y si no se consigue la misma se considera, y así se pregona
por parte de los dos, que carecemos del necesario sentido de Estado.

Ustedes consideran que para vertebrar el Estado se bastan el Partido
Popular y el PSOE. ¿Realmente creen que cuando se trata de temas de
Estado, como la justicia o el terrorismo, o el siguiente que nos
encontraremos encima de la mesa, como puede ser la financiación
autonómica, no deben colaborar y dialogar con aquellos partidos que
representan opciones de construcción del Estado muy diferentes a las
que tienen los dos principales partidos de la Cámara? A pesar de
estos desencuentros, ¿cuál ha sido la actitud de Convergència i Unió
a lo largo de este último año? Nuestra actitud ha sido, es y será
constructiva, como siempre. Nos interesa buscar fórmulas de
entendimiento, puentes sobre los que tender consensos y continuar
avanzando en el pro-



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greso económico y social de los ciudadanos y ciudadanas del Estado.

La apuesta por la gobernabilidad del Estado ha sido siempre una
constante para nuestro grupo desde las primeras elecciones
democráticas. Hemos colaborado con los gobiernos de UCD, del PSOE y
con los suyos, y lo hemos hecho desde una posición constructiva tanto
cuando no disponían de mayoría absoluta como cuando disponían de
ella, y en estos momentos por coherencia con nuestro comportamiento
anterior, con lo que creemos debe ser la acción política y por
sentido de la responsabilidad sigue siendo nuestra apuesta, una firme
apuesta. Soy consciente de que ustedes tendrán una visión diferente
sobre determinados temas, pero colaborar significa querer construir
espacios comunes en los que edificar consensos.

Señorías, la Coalición de Convergència i Unió está integrada por
partidos nacionalistas. Por ello, la defensa de Cataluña ha estado
constantemente presente en nuestra acción política. La aportación de
Convergència i Unió a la tarea común de gobernación del Estado se
basa y toma como referencia la realidad nacional catalana. Para
Convergència i Unió España es un estado plurinacional, pluricultural
y plurilingüe y Cataluña es una realidad viva con una lengua propia,
una cultura propia y una voluntad de ser y actuar propias. Por tanto,
nuestra actuación parlamentaria pivota sobre la vocación
constructiva, la participación activa y responsable en todas aquellas
cuestiones que afecten a la gobernación del Estado, con independencia
de su alcance territorial, y en la defensa de Cataluña y sus
ciudadanos en el marco de un Estado plurinacional.

Señorías, paso a abordar algunos de los planteamientos y de las
actuaciones que -entendemos- deberán conformar las prioridades de la
acción política a lo largo del próximo año. Estos planteamientos son
positivos y tienen como objeto dar respuesta a aquellas personas que
se encuentran sin trabajo, a aquellos en edad madura que tienen miedo
de perderlo o a los jóvenes con empleo precario, a los problemas que
afectan a nuestros agricultores y ganaderos, a los comerciantes, a
los trabajadores autónomos, a los pequeños empresarios. Estamos en la
acción política para construir y para resolver problemas, no para
crear según qué polémicas estériles que a nada conducen. ¿Qué
conviene hacer ahora? En primer lugar, debemos garantizar un
crecimiento equilibrado y ganar competitividad en el marco de la
Unión Europea y del mundo, con la voluntad de facilitar la creación
de empleo estable todavía, a pesar de lo mucho y bien que se ha hecho
en los últimos años -aún es una de nuestras asignaturas pendientes- y
necesitamos incrementar la participación de las mujeres en el mercado
de trabajo, aspecto por otra parte básico si queremos equipararnos
con Europa. Necesitamos también este mayor crecimiento para mejorar
la política de cohesión social, las pensiones, la educación y la
sanidad. No se trata tan sólo de crecer, sino de repartir entre todos
los frutos de este mayor crecimiento.

Nadie debe quedar al margen de la expansión económica de la que
estamos disfrutando. Lo anuncié en el debate de investidura y repito
hoy aquí que queremos priorizar un programa político de fuerte
contenido social, no sólo porque la favorable coyuntura económica lo
permite, sino desde el profundo convencimiento de que las políticas
de bienestar se han convertido en un factor esencial de cohesión para
nuestra sociedad, de manera que no sólo su mantenimiento sino su
mejora se convierten en una máxima prioridad.

En materia de pensiones creemos que el acuerdo sobre el desarrollo de
la Seguridad Social es una importante aportación a la tarea de
garantizar las pensiones futuras, pero queremos complementarlo
poniendo un mayor acento en las pensiones más bajas del sistema y, en
especial, de las pensiones de viudedad, las cuales deberemos elevar
de forma progresiva, priorizando aquellos casos en los que la pensión
es la única fuente de ingresos. Asimismo, consideramos urgente que se
proceda a la definitiva supresión de la incompatibilidad que afecta a
las pensiones del SOVI con la pensión de viudedad. Esta es una
discriminación no justificable que debe ser superada. También
queremos prestar una especial atención a la protección social de los
trabajadores autónomos. Convergència i Unió considera que se debe
equiparar el régimen de protección social de los mismos al vigente en
el régimen general, especialmente en lo que se refiere a las
prestaciones por incapacidad. Esta Cámara ya se ha manifestado
favorablemente en más de una ocasión a dicha equiparación, sin
embargo hasta el momento el Gobierno no ha movido ficha; sería este
un buen momento para que lo hiciera. El bienestar y la plena
integración de las personas discapacitadas nos exige una adecuación
de la Lismi y del conjunto de la legislación a algo que deberíamos
afrontar el próximo año.

Otros dos aspectos en este ámbito van a cobrar una importancia
creciente en los próximos años, ni que sea tan sólo por la
trascendencia económica y social y presupuestaria de la que se
revestirán. El primero es el cambio demográfico y el segundo es la
inmigración. España está experimentando un proceso importante de
envejecimiento de la población: vivimos muchos años. No es una
desgracia, es un éxito. Este es un cambio social y cultural para el
que deberemos estar preparados puesto que, además de a las pensiones,
cada vez se deberán destinar más recursos a las políticas sanitarias,
a la asistencia y a los servicios sociales. Cada vez tenemos más
ciudadanos con un grado elevado de dependencia. Es por ello que
deberíamos empezar a sentar las bases para conseguir un pacto para la
política sanitaria y sociosanitaria que contemple estos aspectos. Lo
mismo sucede con la inmigración. España ha dejado de ser un país de
emigrantes para pasar a ser un país receptor de inmigrantes. La ley y
el reglamento de inmigración, a pesar de algunas carencias, son unos
elementos muy útiles pero evidentemente no suficientes. No podemos
pasarnos el día explicando que la inmigración esun problema. Hoy lo
he oído aquí tres veces. No lo



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entiendo. Necesitamos más acciones pedagógicas que reconozcan los
derechos pero también los deberes de las personas inmigrantes y más
recursos destinados a la integración social del inmigrante, de
acuerdo con las comunidades autónomas.

En materia económica debemos continuar con la fórmula que ha venido
impulsando mi grupo parlamentario desde 1993, cuando éramos decisivos
para garantizar la gobernabilidad, porque consideramos que esta es la
fórmula más conveniente para aplicar en esta coyuntura caracterizada
por una cierta ralentización del crecimiento. La economía española se
encuentra en una coyuntura favorable. Señor presidente, este es uno
de sus activos más importantes. España crece por encima de la media
europea y en España se crea más empleo que en cualquier otro país
europeo, pero la situación actual nos debe obligar a estar más
vigilantes a la evolución de los principales indicadores económicos.

Por ello tenemos que aplicar una política que prime la inversión, la
exportación y la creación de empresas y puestos de trabajo.

Necesitamos, en definitiva, un ajuste fino de nuestra economía.

Debemos ser vigilantes en materia de control del déficit público. Por
ello no discrepamos del principio que inspira el proyecto de ley de
estabilidad presupuestaria que está tramitándose en estos momentos en
el Congreso de los Diputados. Nuestro grupo ha presentado varias
enmiendas que corrigen determinadas invasiones competenciales y
rigideces contenidas en el proyecto y que esperamos sean atendidas
durante su tramitación. El saneamiento de las finanzas públicas debe
ser compatible con un nuevo impulso reformista en materia fiscal, de
acuerdo con el calendario aprobado la semana pasada por esta Cámara
en la moción sobre política tributaria. Tenemos que afrontar una
revisión del impuesto sobre sociedades que impulse decididamente el
régimen específico a las pequeñas y medianas empresas, una reforma
del IRPF que contribuya a reducir la carga fiscal de las familias,
los pensionistas y las personas discapacitadas, y debemos dar
respuesta adecuada a su promesa electoral de suprimir el IAE.

Especial atención merece la pequeña y mediana empresa. Señor
presidente, nosotros queremos que la política económica de su
Gobierno se oriente decididamente hacia la pequeña y mediana empresa
y hacia los más de dos millones de trabajadores autónomos que existen
en España y que conforman un gran activo para nuestra economía. Es
necesario dotar a la microempresa, a los trabajadores autónomos y a
aquellos emprendedores que inician un proyecto empresarial de un
estatuto laboral, fiscal y administrativo específico para ellos.

Tenemos para ello una gran oportunidad en los trabajos de la
subcomisión creada específicamente para ello; aprovechémosla. En este
ámbito también contará con nuestro total apoyo y colaboración. Otro
de los objetivos esenciales a alcanzar es el control de la inflación.


Tenemos un problema con los precios y debemos reconocerlo
abiertamente. Debemos perseguir una reducción del diferencial de
precios con Europa. Ello nos obliga a adoptar medidas de carácter
estructural y liberalizador en muchos sectores, desde el energético
hasta el de los servicios. Esperar a ver cuál es la evolución de los
precios en Europa no es suficiente; debemos recuperar la iniciativa
en este ámbito.

El crecimiento económico de un país no puede concebirse sin una
importante apuesta por las políticas de investigación, desarrollo e
innovación y en este ámbito estamos todavía claramente por debajo de
la media europea. Es cierto que desde el año 2000 España dispone de
unos incentivos fiscales que son de los más favorables de la Unión
Europea para las inversiones en investigación y desarrollo. Hemos
colaborado con ustedes para conseguir esto. Estamos satisfechos de
ello, pero su mera existencia no es suficiente. Es necesario
potenciar la cultura de la innovación empresarial y en este ámbito el
apoyo público es esencial. Un ejemplo. Tenemos unas infraestructuras
muy válidas para la investigación, como son las universidades, y esto
existe en un tejido productivo integrado por pequeñas y medianas
empresas que no pueden asumir en solitario los riesgos que
habitualmente conlleva la inversión en I+D. ¿Por qué no diseñar un
marco legal potente, vía el fomento del mecenazgo, que favorezca
decididamente la colaboración entre las universidades y las empresas?
Si dispusiéramos de estos elementos a buen seguro se incrementaría el
esfuerzo de innovación de nuestras empresas.El sector de las nuevas
tecnologías de la información y el conocimiento se apunta como un
factor clave para el futuro desarrollo económico y social de los
países. Debemos garantizar que España esté en condiciones de avanzar
al mismo tiempo que lo hacen las sociedades más desarrolladas del
mundo, lo que nos obliga a apostar muy decididamente a favor de las
tecnologías de la información y la comunicación. Señor presidente,
usted creó al inicio de su legislatura un Ministerio, el de Ciencia y
Tecnología, en el que muchos depositamos nuestras esperanzas. Creo
que se necesita un nuevo impulso. Necesitamos un Ministerio fuerte
que apueste claramente por las nuevas tecnologías y la investigación
y, sinceramente -esta es una consideración personal-, creo que es
necesario integrar las universidades en su cartera.

Su Gobierno está haciendo un extraordinario esfuerzo inversor en
infraestructuras, que debe continuar siendo una prioridad. Las
autovías, los aeropuertos, las depuradoras, el ferrocarril y el metro
son contribuciones importantes al equilibrio territorial, a la
calidad de vida y a la competitividad en nuestro país y, dentro de
este ámbito, quisiera destacar dos inversiones que a nuestro entender
deben llevarse a cabo lo más rápidamente posible: las relacionadas
con el Plan hidrológico, más concretamente las referidas al Plan
integral del Delta, y las del Plan nacional de regadíos.

Señorías, las exigencias de competitividad afectan a todos los
sectores. Por ello es necesario que se adopten aquellas medidas
sectoriales que permitan a nuestros



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agricultores, ganaderos y pescadores continuar en el ejercicio de su
actividad, que es más que una mera actividad económica, es una
actividad imprescindible para el equilibrio territorial y ambiental
de nuestro país. Se debe afrontar con urgencia la reforma de la
fiscalidad agraria, la consecución de un régimen social más justo
y la definición de una nueva política agraria común más favorable a la
agricultura mediterránea. También se deben poner las bases para
evitar que se repita la aparición cíclica de enfermedades que suponen
graves pérdidas para la ganadería. A tal efecto se hace necesario
aumentar los controles en origen del ganado, destacando el
establecimiento de mayores controles a la libre circulación de
animales en el seno de la Unión Europea. Otro tanto sucede con
sectores como el comercio, el turismo o la industria, sectores hoy
vitales para nuestra economía que deben seguir siéndolo en el futuro.


Ello exigirá por parte del Gobierno la potenciación y la inversión de
recursos para garantizar la competitividad de los mismos. Nuestro
grupo parlamentario ha visto aprobadas diversas iniciativas a tal
efecto, que serán objeto de especial atención por nuestra parte de
cara a velar por su efectivo cumplimiento.

Señorías, competitividad también es garantizar la seguridad
ciudadana. Señor presidente, en su discurso se ha referido a los
trabajos que se están ultimando en la comisión constituida para la
revisión de penas. En este ámbito nos preocupa la inadecuada
respuesta penal que acompaña a la creciente sensación de inseguridad
ciudadana. El ciudadano no entiende cómo delincuentes que cometen
tres, cuatro, cinco, seis y más pequeños robos entran y salen de las
comisarías con una sensación de absoluta impunidad. Debemos revisar
el tratamiento penal que reciben los presos que de forma reincidente
atentan contra la libertad y la seguridad de los ciudadanos y debemos
aumentar de forma significativa el número de efectivos policiales,
especialmente en las zonas con mayores índices de delincuencia. En
este tema también tendrá toda nuestra colaboración.

El tercer reto importante que tiene planteado España es el de
consolidar su presencia en Europa y en el mundo. En el primer
semestre del año que viene, señorías, España volverá a ocupar la
Presidencia de la Unión Europea, una Unión que tras Göteborg continúa
avanzando y diseñando una compleja estrategia hacia la ampliación.

España presidirá la Unión Europea en una coyuntura en la que dos de
los países grandes que la conforman, Alemania y Francia, estarán
inmersos en procesos electorales, con lo que el papel de la
Presidencia revestirá, si cabe, más trascendencia en su papel de
impulsor de la construcción europea. Las reformas institucionales
pendientes, la definición del papel de las regiones, el impulso a la
creación de empleo, la construcción de un proyecto europeo con mayor
acento social, la política medioambiental y la profundización de las
relaciones entre la Unión Europea y el resto de países mediterráneos
y con Iberoamérica deben ser aspectos prioritarios de la agenda de la
Presidencia
española, una Presidencia que nuestro grupo desea fructífera. Si
siempre hemos procurado activamente el avance de la Unión Europea,
más clara debe ser todavía esta voluntad en los meses anteriores a la
Presidencia española y durante la misma. Cuente con ello, señor
presidente, así como con nuestras aportaciones a favor del consenso.

Pero España no debe limitar su influencia en el seno de la Unión
Europea, sino que debe ampliarla a todo el mundo. Consideramos
prioritaria la atención de nuestra política exterior en dos ámbitos:
el Mediterráneo e Iberoamérica. Usted se refería a ello esta mañana.

Partimos de una posición geográfica y sociocultural envidiable; por
tanto, deberíamos convertirnos en la referencia europea en ambas
zonas, para nosotros muy estratégicas, con una elevada potencialidad.


En este ámbito le apunto una prioridad: impulsar una estrecha, una
muy estrecha colaboración con Marruecos. También debemos aportar una
actitud más activa en la política de cooperación con los países menos
desarrollados. En este ámbito deberíamos convertirnos en uno de los
países líderes en adopción de políticas multilaterales que
posibiliten un mayor desarrollo de los países más pobres. Gobernar el
proceso de globalización económica ha de ser nuestro objetivo ante
estas necesidades.

Hasta ahora le he expuesto la necesidad de dar respuesta a un
conjunto de nuevas metas. Soy de los que creen que España está dando
un importante, un importantísimo salto hacia delante. Desde Cataluña
queremos ayudar a liderar este proceso. Para ello, lo que es seguro
es que Cataluña necesita herramientas -unas las tenemos, otras
todavía no-, unas herramientas que nos dejen aplicar políticas que
permitan que Cataluña sea una locomotora conjuntamente con otras
zonas del Estado en lo económico y en lo social. A esto yo le llamo
autogobierno. Señor presidente, nosotros, los representantes del
nacionalismo mayoritario catalán, no nos sentimos suficientemente
satisfechos con el actual nivel de autogobierno ni las reticencias
con las que nos topamos cuando planteamos un reconocimiento de la
realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística del Estado.

Es un problema de sensibilidad. No tengan miedo, señorías, en
reconocer la pluralidad del Estado. El actual marco constitucional y
estatutario, que contó también con nuestro apoyo, permite una lectura
del Estado de las autonomías en una línea más favorable al
autogobierno de las comunidades autónomas. Este marco posibilita la
modificación de aquellas leyes básicas de ámbito estatal que limitan
la capacidad política del Parlament de Cataluña y de su Gobierno y
permite, en definitiva, la configuración de la Generalitat de
Cataluña en la Administración única en su territorio. Las comunidades
autónomas son también Estado. Crean ustedes en ellas, permítanles
llevar la iniciativa en el desarrollo global del Estado; con ello
ganaremos en eficacia y en eficiencia. Hoy, una vez más, ha anunciado
una Ley de cooperación autonómica. Creo que esta ley se debe hacer
desde el diálogo y



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la colaboración; el diálogo y la colaboración de todas las
comunidades autónomas y desde el respeto absoluto a las competencias
de las mismas. Tenemos este año una ocasión única para avanzar en el
autogobierno, lo que significa también abordar un nuevo sistema o
modelo de financiación autonómica que queremos suficiente, más justo,
con mayor responsabilidad y solidario. Este año, señor presidente,
termina el período quinquenal del acuerdo de financiación que
adoptamos en 1996. Transcurridos estos últimos cinco años se pone de
manifiesto que aquel acuerdo fue positivo. Ahora, señor presidente,
nos encontramos frente a la necesidad de revisar dicho marco y
proyectarlo hacia el futuro. ¿Qué planteamos hoy y que por cierto
hemos dicho siempre? Avanzar en una mayor corresponsabilidad, tanto
en los criterios de asignación de recursos como en la capacidad
normativa y en una mayor coordinación de gestión de tributos. Es
preciso que la sanidad pueda transferirse a todas las comunidades
autónomas y de acuerdo con esta decisión llevar a cabo una
modificación de los criterios de asignación de los actuales recursos,
no en base a criterios de actualización del gasto sino de acuerdo a
criterios de participación determinada en los ingresos. Por ello,
estamos hablando de que las comunidades autónomas participen en un
porcentaje de los impuestos del Estado que pagan los ciudadanos de su
territorio. Coincidimos, pues, en una cesta en la que participen,
además del IRPF, los impuestos indirectos, es decir IVA más impuestos
especiales.

Pero, señor presidente, para que se pueda alcanzar un pacto de Estado
sólido se hacen necesarios dos compromisos previos. Primero, que se
aporte un volumen de recursos adicionales al sistema para, entre
otras cosas, compensar y actualizar la presente situación financiera
de la sanidad; y segundo, hay que establecer de una vez por todas
criterios de control del nuevo futuro gasto sanitario para que cuando
se adopten decisiones como nuevos fármacos o nuevas prestaciones
sanitarias se pongan más recursos para atender estas prestaciones; o
bien, como usted sabe, cada vez que se legitiman más pensionistas,
cada vez que se autorizan nuevos inmigrantes o nuevos no residentes,
decisiones que adopta la Administración central del Estado, de ello
se desprende gasto sanitario, un gasto sanitario que es intensivo y
que exige que se aporten los recursos económicos correspondientes.

Paralelamente planteamos una mayor capacidad normativa en materia de
tributos, tanto en los impuestos cedidos como en los impuestos del
Estado que configuran la cesta. Se trata de instrumentar la mayor
corresponsabilidad entre ambas administraciones públicas, la central
y la autonómica, para compartir las decisiones de revisar los
ingresos corresponsablemente frente a las futuras necesidades de
gasto que los ciudadanos nos plantean. Por último, planteamos adoptar
compromisos de mayor corresponsabilidad en lo que hace referencia la
gestión de los impuestos. Todos los países de la Unión Europea
están avanzando en compromisos de mayor coordinación de sus
administraciones tributarias. No tiene sentido mantener en el futuro
que la administración de la Agencia Tributaria no pueda mantener con
las comunidades autónomas que lo deseen una mayor y más estrecha
coordinación en la gestión de los tributos del Estado en su
respectiva comunidad. Señor presidente, en definitiva, se trata de
tener un marco de distribución de los recursos públicos entre la
Administración general del Estado, la Administración autonómica y en
su momento también la Administración local que nos permita que si
España y su economía van bien -que van- el impacto sobre la
recaudación en los tributos se asigne de forma más equitativa entre
todas las administraciones públicas y que no suceda como ahora, que
en los últimos cuatro años en IVA, impuestos especiales e impuesto
sobre sociedades se han recaudado más de 2,2 billones de pesetas por
encima de las previsiones que esta Cámara ha aprobado en los
presupuestos cada año, y ello no ha llegado directamente a las
administraciones autonómicas que tienen responsabilidades en
servicios públicos tan fundamentales como la enseñanza, la sanidad y
los servicios sociales.

Señor presidente, desde Cataluña hoy creemos que es necesario
alcanzar un pacto de Estado que sea bueno para las comunidades
autónomas, construido desde la solidaridad y desde la necesaria
suficiencia económica que las comunidades requieren para afrontar el
futuro. Esto debe hacerse antes de la aplicación del euro para que en
un futuro el marco de financiación autonómica no sea fuente de
desequilibrios ni de confrontaciones o inestabilidades. No hay
dificultades técnicas ni económicas -sinceramente, creo que todas
pueden ser superadas si hay voluntad política y un marco técnico y
económico, como diría el conseller de Economía- para encontrar
soluciones. Desde Convergència i Unió tenemos voluntad política para
alcanzar este acuerdo que deseamos que sea bueno para Cataluña y a la
vez bueno, justo y solidario para todas las demás comunidades
autónomas.

Termino, señor presidente. Ya conoce nuestra valoración de este año
de acción de su Gobierno; es sabedor de nuestras coincidencias y
también de nuestras discrepancias; también sabe cuáles son nuestras
aspiraciones de cara a la construcción futura del Estado y es
conocedor de nuestra disposición a colaborar en ello. Nuestro grupo
siempre se ha mantenido en la misma posición. Desde la lealtad
constitucional y estatutaria hemos buscado la colaboración a favor
del interés general del Estado, eso sí, siempre desde una ideología
muy clara. Cataluña ha pasado por diferentes vicisitudes, pero, como
decía recientemente el president Pujol ante Sus Majestades los Reyes,
seguimos aquí y no de cualquier forma. Más allá de coyunturas
políticas seguimos aquí con el doble propósito de afirmación de país
y de voluntad de proyección, habiendo asumido todas las
transformaciones que la historia política, los cambios sociales, la
evolución de las ideas y la demografía han



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introducido en nuestro cuerpo colectivo, pues es cierto que las
identidades varían pero sólo pierden su sentido si dejan de ser
útiles a las personas, individual y colectivamente. Seguimos aquí
convencidos de que, más allá de las coyunturas, Cataluña está en
condiciones en los años venideros de jugar un papel importante y
positivo en beneficio propio y del conjunto de España.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Trias.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, quiero agradecer muy especialmente las palabras y el apoyo
del portavoz del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) en
su primera intervención, como él ha dicho, en un debate sobre el
estado de la Nación; un apoyo que ya se manifestó en el debate de
investidura. Por supuesto, valoro muy positivamente todo lo que ha
expresado el señor Trias en relación con el capítulo de colaboración;
colaboración leal y crítica que su grupo viene manifestando con
respecto al Gobierno, que como él ha dicho tiene sus luces y sus
sombras, como todas las colaboraciones, pero que sin duda nacen de
una actitud constructiva y con deseo de entendimiento por parte de
Convergència i Unió, y nace también de una reciprocidad constructiva
y con deseo de entendimiento por parte del grupo parlamentario que
apoya principalmente al Gobierno y del mismo Gobierno.

Quisiera recordar que Convergéncia i Unió, el Gobierno y el Partido
Popular llevan cinco años colaborando ininterrumpidamente, cinco
años, como su señoría ha recordado, en distintas circunstancias:
cuatro con mayoría relativa y ahora un año con mayoría absoluta.

Estoy viendo la cara de alguna de SS.SS., pero, en fin, son
circunstancias distintas y eso significa simplemente una relación de
hechos. Lo importante es que esa colaboración se ha mantenido y lo
importante es que hemos sido capaces de plantear nuestro estilo
dialogante, nuestro afán de diálogo, nuestros objetivos compartidos
para superar las dificultades que esas distintas circunstancias
políticas nos han ido poniendo delante de nuestro camino. Creo
sinceramente que, en líneas generales, en el marco de nuestra
colaboración, se han producido esos buenos resultados y se ha
producido una acción política en torno a la estabilidad, en torno al
proceso de reformas y en torno al proceso de modernización del país
sustancialmente beneficiosa, que nos ha permitido alcanzar objetivos
y metas importantes. Quiero recordar, por ejemplo, que cuando
empezamos nuestra colaboración en la legislatura pasada teníamos muy
poco tiempo para adoptar todas las medidas que permitiesen la llegada
de España al euro o transformar el ritmo de la economía.

Evidentemente, fue un impulso sin duda común de colaboración y de
decisión lo que nos ha permitido un avance muy importante en ése y en
otros terrenos.

Quiero decirle que mi deseo y mi voluntad es que ese espacio de
colaboración pueda seguir desarrollándose con naturalidad, con
intensidad, a lo largo de los próximos años. Por lo tanto, en ese
esfuerzo hay un compromiso político de diálogo por parte del Gobierno
y hay un compromiso político de carácter general en razón del cual yo
espero y deseo que seamos capaces de cuidar esos espacios de
entendimiento y, en la medida de lo posible, de ensancharlos, y que
una definición de objetivos comunes sea posible entre nosotros, de
tal manera que el marco de nuestra colaboración y de nuestra
cooperación siga siendo positivo en términos de estabilidad y siga
siendo positivo en el marco de una política de transformación para
nuestro país. Yo creo sinceramente que esos resultados y el resumen
de esa cooperación han sido beneficiosos tanto para Cataluña como
para el conjunto de España. Por lo tanto, como eso es así, en mi
opinión, y esa es mi convicción, yo quiero reconocer la aportación de
su grupo ahora también, en estos momentos en los cuales nos acompaña,
afortunadamente, una mayoría más amplia, y sin duda quiero agradecer
su esfuerzo y su dedicación personal en la tarea de diálogo y de
construcción de objetivos y de espacios comunes entre nuestros grupos
parlamentarios, entre el Gobierno y Convergència i Unió.

Es cierto -y S.S. lo ha dicho- que eso no significa que no podamos
tener visiones distintas en algunas cosas. Evidentemente, el origen
de nuestros grupos es distinto, con visiones sustancialmente
distintas en algunas cosas. Cuando hablamos, por ejemplo, de la
pluralidad de nuestro país, me gustaría que se entendiese que yo
respeto todas las posiciones, aunque no comparta todas sus
afirmaciones. No comparto todo lo que usted ha dicho en relación con
la pluralidad del país, pero lo respeto. Pido, del mismo modo, que se
respete lo que significa un entendimiento de lo que es una nación
plural como España, que creo que tiene su pluralidad muy bien
reconocida, sustancialmente reconocida, esencialmente reconocida, sin
necesidad de otro tipo de modificaciones en el marco constitucional y
en la Constitución actual. Por lo tanto, esa apuesta de futuro es una
apuesta de futuro que yo mantengo y que está en la raíz
constitucional, y esa raíz constitucional forma parte de una raíz
plural de entendimiento de España. Como espero y deseo que se
entienda y se defienda lo que significa un elemento de pluralidad en
la política y en el entendimiento de una comunidad autónoma tan
importante como es Cataluña.Eso, al final, hay que trasladarlo, en
una situación de integración y de participación desde el punto de
vista de una coalición como la suya, a los intereses generales del
país, que yo he alabado ya, y a una corriente de cooperación y de
colaboración constructiva que tiene sin duda una trayectoria
histórica y que deseo, como ya he manifestado, que se proyecte
claramente hacia el futuro. Yo creo que este momento histórico es el
momento en que Cataluña ha



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gozado de un mayor nivel de autogobierno y de un mayor nivel de
recursos asociados a ese autogobierno. Yo creo que esa es una
realidad y que es una realidad positiva. Quien analice la evolución
económico-social de los últimos años de la vida catalana tiene que
llegar también a una conclusión sustancialmente positiva.

Su señoría ha centrado su intervención esencialmente en dos
cuestiones. Una, la que se refiere a la financiación y, otra, la que
se refiere a la ley de cooperación autonómica. En relación con la
financiación espero y deseo que podamos llegar a un acuerdo positivo.


Comparto con S.S. la impresión y la evaluación de que el anterior
acuerdo ha rendido buenos frutos. Desgraciadamente, hubo quien no lo
supo ver, hubo quien pensó que le perjudicaba, hubo quien pensó que
había intereses raros o singulares al margen de ese acuerdo, pero el
acuerdo era razonable, positivo y ha rendido buenos frutos. Ahora
tenemos oportunidad de fortalecer más la autonomía financiera de las
comunidades autónomas, es decir, de fortalecer más el autogobierno y
la posibilidad de autogobierno. Tenemos la posibilidad de que esa
autonomía financiera suponga una menor dependencia de las comunidades
respecto a las transferencias financieras del Estado y, por tanto, en
términos reales, un aumento de la capacidad de autogobierno. Tenemos
la oportunidad de trabajar en lo que le preocupa a S.S., en ese
principio de suficiencia, y tenemos que trabajar el concepto
fundamental de la corresponsabilidad fiscal, que tiene que
establecerse sobre distintos elementos. Ha hablado S.S. de una cesta
de impuestos en distintos grados de cesión con capacidad normativa.

No entraré en las cuestiones técnicas que están siendo discutidas en
este momento, simplemente creo que están bien orientadas, van en el
buen camino y espero que seamos capaces de cerrarlas, de hablar de
una mayor colaboración con la Agencia Estatal Tributaria, porque esa
mayor colaboración se puede intensificar en los términos que se
acuerden. Lo que es muy importante es que ese principio de
corresponsabilidad, ese aumento de capacidad normativa se entienda
también en las nuevas realidades de distribución del gasto en nuestro
país y que, evidentemente, se produzca una identificación clara entre
la capacidad de autogobierno, entre la corresponsabilidad fiscal,
entre la capacidad normativa en determinados tributos y el esfuerzo y
las peticiones que se hacen a los ciudadanos desde el punto de vista
de identificación de un nivel de gasto determinado con lo que
significa la gestión por parte de una administración y su relación
con los ciudadanos. Eso me parece muy importante y es uno de los
problemas del actual sistema de financiación que tenemos que superar
en el futuro inmediato.

Desde ese punto de vista quería señalarle la importancia de la ley de
estabilidad. La ley de estabilidad -como he dicho esta mañana- no es
un objetivo meramente contable. Para entendernos, no es darse el
gusto o el gustazo -como podrían decir algunos- de tener equilibrio
presupuestario en España, no es darse
el gustazo de decir: Miren ustedes, aquellos antiguos países del sur
de Europa, mediterráneos, indisciplinados, con poca credibilidad,
llegan antes que otros a la estabilidad presupuestaria, incluso al
superávit presupuestario. Desde el punto de vista de lo que es,
primero, la distribución del gasto en nuestro país y, segundo, la
participación de España en la unión monetaria, la ley de estabilidad
financiera es muy necesaria. Del mismo modo que -como podíamos hablar
esta mañana- es un avance, en lugar de discutir cuánto debe la
Seguridad Social o cuántos cotizantes pierde o en qué situación de
quiebra técnica está, discutir sobre cómo vamos dotando el fondo de
reserva, porque cada vez hay más cotizantes. Al igual que podemos
discutir eso, al igual que podemos discutir y es mejor discutir si
bajamos o no bajamos más los impuestos, al igual que eso es positivo,
lo es también decir: es mejor discutir sobre qué hacemos con el
superávit de cuentas públicas en España que no cómo seguimos haciendo
esfuerzos para reducir un déficit que al final es generador de más
endeudamiento y de más desempleo. Desde ese punto de vista, la
Administración general del Estado ha hecho un esfuerzo extraordinario
y ha llegado a unos acuerdos de coordinación con las comunidades
autónomas. Pero la ley de estabilidad presupuestaria significa un
cambio de mentalidad, y es que tiene que haber unos objetivos de
gasto que vinculen a las administraciones. Lo importante es que se
den las explicaciones correspondientes si eso no se mantiene, porque
para nuestro país, para nuestro crecimiento, en líneas generales, esa
ley de estabilidad es absolutamente básica. Y si vamos a tener al
final un sistema de distribución del gasto en virtud del cual, para
entendernos, más del 50 por ciento del gasto va a ser administrado
descentralizadamente en nuestro país, o existe un compromiso de
estabilidad financiera o, sin duda, va a ser muy difícil mantener
objetivos de crecimiento económico y mantener objetivos de
saneamiento y de creación de empleo hacia el futuro. Por tanto, creo
que esa ley es una ley muy necesaria y espero que del dialogo entre
nosotros pueda resultar también el correspondiente acuerdo.

Por lo que se refiere a la ley de cooperación, es también una ley que
debemos entenderla en el marco de lo que estoy explicando, en el
marco de buscar un perfeccionamiento mejor en el funcionamiento de
las respectivas conferencias sectoriales porque, evidentemente, es
una ley necesaria en la lógica del Estado autonómico cuando se
producen los elementos de distribución del gasto y de
descentralización y de distribución del poder político que se está
produciendo en nuestro país. Espero, por tanto, que podamos entrar en
algo que estamos discutiendo desde el punto de vista funcional. Será
muy necesario, cuando esté toda la sanidad transferida, que se
establezcan algunos elementos de cooperación y coordinación. Y ahora
que está toda la educación transferida es fundamental que también eso
pueda existir. Del mismo modo que estamos culminando positivamente
ese gran proceso de distribución territorial del



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poder, los elementos de coordinación y de cooperación hay que
sustanciarlos desde un punto de vista de la pura lógica del sistema y
naturalmente del mejor aprovechamiento de objetivos y recursos.

Desde el punto de vista económico y social y de modernización del
país compartimos muy amplios objetivos y mi deseo, sin duda ninguna,
es resaltarlo. Conoce S.S. -y no voy a insistir en ello- la situación
de empleo en nuestro país, donde tenemos que seguir haciendo
esfuerzos importantes, donde la nueva reforma laboral que se ha
aprobado empieza a producir sus frutos en términos de contratación
estable y donde, como he dicho esta mañana, tenemos que abordar, y se
está abordando en este momento, un proceso de diálogo y de reforma de
la negociación colectiva. Todo eso tiene que dar lugar a un modelo de
relaciones que supere viejas situaciones. Es lo mismo que si nos
moviésemos, desde el punto de vista autonómico del que estamos
hablando, como si no hubiese pasado nada en los últimos 20 años. Pues
bien, desde el punto de vista económico y social, el cambio que se ha
producido en España en 20 años ha sido extraordinario. Además, hay
elementos nuevos desde el punto de vista europeo que nos obligan a
esos cambios. Por tanto, todo lo que sea incentivar la permanente
adaptabilidad del mercado laboral para crear condiciones positivas de
trabajo, porque al final de lo que se trata es de que los ciudadanos
puedan trabajar allí donde es más necesario, es muy importante.Sabe
S.S. que la situación de empleo en Cataluña es una situación
verdaderamente espectacular, si se puede decir de esa manera. Hay una
situación práctica de pleno empleo masculino en mucha parte de su
territorio y tenemos que seguir haciendo esfuerzos todavía en lo que
significa el desempleo femenino; pero tener una tasa media, en
términos de encuesta de población activa, quiero recordar, en torno
al 8 por ciento es, sin duda, un cambio espectacular de la situación
sociolaboral y de la situación de empleo y, por tanto, de bienestar
en la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Comparto, señoría, su preocupación, y a eso dedicaremos, como sabe
muy bien, una parte del Consejo Europeo que celebraremos en
Barcelona, y por eso por la vía de las reformas decía esta mañana que
espero que igual que Lisboa es el punto de referencia de unas
estrategias económicas nuevas, Barcelona sea el punto de referencia
de unas políticas reformadoras muy intensas. Es verdad que la
evolución demográfica de nuestras sociedades va a obligar a una
reflexión sobre la sostenibilidad de los sistemas de protección
social en todos nuestros países. Eso es en gran medida uno de los
pilares esenciales de la estrategia de Lisboa, eso va a ser analizado
con todo detenimiento en Barcelona y eso lo tenemos que poner encima
de la mesa con toda normalidad, porque la prolongación de expectativa
de vida de las personas afecta no solamente al sistema de pensiones
sino a la sanidad y a muy buena parte del sistema de protección
social en todos los países europeos. Por tanto, haremos muy bien en
debatir y preparar bien
ese Consejo de Barcelona en relación con las consecuencias de esa
evolución demográfica.

Por lo que se refiere a la política de inmigración, creo que éste es
uno de los temas -como en otros importantes- en los que ha habido
elementos de coincidencia entre su grupo parlamentario y las
iniciativas del Gobierno. Ya he explicado esta mañana y esta tarde
que sin duda nuestro deseo es practicar la política de integración
más activa posible de los inmigrantes en nuestro país. Sé muy bien
que este problema, como ya hemos dicho, es un problema nuevo. Su
señoría ha dicho: he escuchado esta tarde la palabra problema y
además tres veces; ya la ha escuchado cuatro. Pero además de
reconocer que es un problema hay que hacer cosas, y eso es justamente
lo que estamos intentado hacer. Su señoría convendrá conmigo en que
hay una realidad totalmente distinta en nuestro país, y que igual que
podíamos decir desde el punto de vista económico que uno de los
grandes cambios de España es que hemos pasado a ser un país de
inversión neta en el exterior, desde el punto de vista social uno de
los grandes cambios es que en lugar de ser un país de emigrantes
hemos pasado a ser un país de inmigrantes. Eso en los últimos años ha
sido vertiginoso, y eso continuará. Desde ese punto de vista quiero
decir que soy muy consciente de los problemas que hay que resolver y
de la integración, y nadie puede pensar que una ley sirve para
solucionar todos los problemas, pero sí sirve para establecer un
cauce y un marco para intentar una ordenación razonable de esos
problemas. Hemos encontrado una ley, en el marco de los acuerdos que
nos corresponden en materia europea, en Tampere, en la cual yo vuelvo
a insistir que se repasen por favor todos los derechos reconocidos a
inmigrantes y verán que no existe una legislación en toda Europa como
la nuestra. Lo que hace falta es aplicarla con la mayor corrección
e intensidad posible y evitar que se produzcan elementos incontrolados
de inmigración ilegal. Seguiremos haciendo ese esfuerzo, y sé que ese
es un tema cada vez más sensible en España en su conjunto y sé
también que es un tema especialmente sensible en Cataluña.

Ha hecho S.S. referencia a la necesidad de incrementar las medidas y
las dotaciones relativas a la seguridad ciudadana. Sé muy bien que en
algunas partes de la comunidad catalana en este momento existe una
especial sensibilidad en este punto, y en concreto en una ciudad como
Barcelona existe esa sensibilidad, y la comprendo, y desde el punto
de vista de lo que es la responsabilidad del Ministerio del Interior
se hará el máximo esfuerzo, dentro de nuestras disponibilidades, para
intentar afrontar esa situación. Tiene razón S.S. cuando dice que
tenemos dificultad en explicar algunas cuestiones que son difíciles
de entender para la opinión pública. Algunos elementos organizados de
distinta procedencia que trabajan por Barcelona han sido puestos
a disposición judicial no sólo, como ha dicho S.S., diez, doce o quince
veces, algunos hasta cien veces han sido puestos a disposición
judicial. Naturalmente llega



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un momento en que no todo es cuestión de un mayor esfuerzo de
seguridad, porque las cifras de delincuencia en relación con el año
1999 afortunadamente han mejorado, pero tenemos que reflexionar con
urgencia para que no se pueda producir eso que la gente no entiende,
y no lo entiende con razón, y es que haya personas a las cuales se
pueda detener hasta cien veces, cincuenta, cuarenta, sesenta, y
permanentemente se vuelva a recaer en la misma situación. Y si eso se
vincula con algún fenómeno de regulación legal, sea por la vía de
revisión de Código, sea por otras vías, porque ya digo que estamos
hablando de personas de distinta procedencia, haremos bien en
mantener una reflexión importante sobre eso con urgencia, y sepa S.S.


que soy especialmente sensible a esa circunstancia que S.S. ha
planteado.

Por lo que se refiere al impulso económico y social en nuestro país,
comparto su preocupación respecto a lo que significa un marco de
fiscalidad adecuado para la ciencia y la tecnología en nuestro país.

Quiero decirle que en gran medida lo tenemos. Si me permite S.S. -no
he querido abusar antes de más tiempo del que era razonable-, desde
el punto de vista de lo que es la inversión en ciencia y tecnología,
participación pública y privada, hay veces que se desenfoca un poco
el asunto y se dice que se hace poco esfuerzo público en España en
ciencia y tecnología. Pero no es verdad. Otra cosa distinta es que se
diga que no se hace todo el esfuerzo suficiente o todo el esfuerzo
que nos gustaría. Si se comparan las cifras de aportación pública
española a ciencia y tecnología con las cifras medias de la OCDE o de
la Unión Europea, la media española es el 47 por ciento, la media
europea es el 34 por ciento y la media de la OCDE, el 27 por ciento.

Esto quiere decir que partiendo de un retraso histórico en nuestro
país desde el punto de vista de la investigación, tenemos que hacer
un esfuerzo continuo durante mucho tiempo. ¿Dónde está la diferencia?
La diferencia fundamental está en que mientras en la OCDE la
aportación empresarial es del 70 por ciento y en la Unión Europea es
del 65 por ciento, en la española es del 52 por ciento. Por eso es
muy importante lo que S.S. decía de establecer el marco fiscal más
adecuado, más ventajoso y más positivo para conseguir una mayor
implicación de la empresa. En segundo lugar, hace falta que en un
país de pequeñas y medianas empresas como el nuestro las empresas
sean cada vez más conscientes de que una buena parte de su futuro se
lo juegan en las inversiones en investigación, desarrollo e
innovación. Esto es especialmente relevante en una territorio como
Cataluña que supone el 20 por ciento del producto interior bruto de
España, en términos generales. Por eso vamos a continuar con los
planes de internacionalización de la pequeña y mediana empresa y de
la empresa española, por eso hemos anunciado el programa de la nueva
empresa, porque somos conscientes de que necesitamos nuevos
empresarios, y por eso vamos hacer un esfuerzo importante en
infraestructuras. Sabe S.S. que en el ejercicio de 2001, las
inversiones reales en Cataluña ascienden
a 267.936 millones de pesetas, que suponen un incremento muy
relevante respecto al año 2000. Y sabe también S.S. que los planes de
los años 2000 a 2007 suponen una inversión aproximada de un billón y
medio de pesetas que incluyen carreteras, el tren de alta velocidad
y la red de aeropuertos y puertos. Desde ese punto de vista, seguiremos
haciendo el esfuerzo que hemos hecho, tal como está programado.

Por último, ha hecho referencia S.S. a los trabajos que hay que hacer
en la Presidencia española. Tendremos ocasión de debatirlos con
intensidad. Será un momento importante en un momento específico de
Europa. Conozco muy bien la especial sensibilidad de su coalición
respecto a los asuntos europeos y espero y deseo que Barcelona, en el
marco de la aplicación del euro, que empezará el próximo 1 de enero
coincidiendo con la Presidencia española, en el marco del desarrollo
del mercado único, de la política de liberalizaciones y de las
reformas, sea ese punto de referencia. Seguiremos manteniendo y
procurando mejorar nuestra política en relación con Iberoamérica.

Sabe S.S. que las cifras de inversión española y de compromiso
español allí son muy importantes, desde el punto de vista
estratégico. En el último año, incluso, del orden de dos billones y
medio de pesetas se invirtieron en Iberoamérica, y en un momento en
que había descendido esa inversión. También sabe que España ha hecho
un esfuerzo de cooperación muy importante en dos países, Brasil y
Argentina, con crisis financiera. El único país del mundo que ha
hecho una aportación para ayudar financieramente -y me alegro mucho
de haberlo hecho- a Argentina ha sido el nuestro, en el marco de los
programas del Fondo Monetario Internacional. Tenemos que seguir
cuidando, como es natural, esas circunstancias y esas posibilidades
en relación con el futuro inmediato, así como intentar superar todos
aquellos obstáculos, muchos de ellos provenientes de la crisis de
Oriente Medio, que hacen que la política mediterránea no sea tan
intensa como fuera deseable.

Por último, señor Trias, quiero decirle que estoy convencido de que
tendremos muchas dificultades que superar, pero que la celebración de
El Quijote no representará ninguna dificultad entre nosotros.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Trias.




El señor TRIAS I VIDAL DE LLOBATERA: Señora presidenta, señoras y
señores diputados, señor presidente, en primer lugar, quiero
agradecer sinceramente el tono de su discurso de esta mañana -he
dicho esta mañana que me había parecido un discurso positivo-
y también quiero agradecer el tono de su réplica.

Soy de los convencidos de que estamos en un momento importante, en un
momento en que, como les decía en mi intervención, España puede dar
un salto



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hacia adelante importante, y esto exige tomar decisiones sin pérdida
de tiempo. Sinceramente, en aspectos económicos y sociales creo que
se pueden reflejar muchas coincidencias, por lo que se puede
conseguir una muy buena colaboración.

Le señalaré un conjunto de aspectos en los que creo que se debe
incidir. Empezaré por el tema de la inmigración, y no porque sea un
problema. Entiendo que todo el mundo va explicando que es un problema
y sería ridículo decir que no va a generar problemas, que no es un
problema, pero la inmigración es el resultado de un éxito, es como si
se dice que la longevidad de las personas es otro problema. Esto es
el resultado de un éxito, es el resultado de que el país funciona, de
que crece económicamente, de que crece la riqueza, por lo que es
evidente que hay un factor de necesidad de toda España de mano de
obra, de personas que vengan a trabajar. Por consiguiente, vamos a
tener una inmigración importante, cuya gracia está en ver cómo
hacemos que se integre, que se cohesione dentro de nuestra sociedad.

Y esto no se arregla explicando todo el día que es un problema,
aunque lo pueda ser, sino buscando fórmulas de colaboración, de
entendimiento de las administraciones, poniendo recursos y
estableciendo un diálogo intenso entre todos los grupos políticos.

Normalmente se ponen de acuerdo ustedes dos y yo les digo: pónganse
de acuerdo, porque en este tema de la inmigración es muy importante
que nos pongamos todos de acuerdo. A veces estamos discutiendo por un
aspecto puntual de la ley, como son los derechos de asociación y
reunión, pero yo sinceramente no veo que nadie pueda impedir que se
asocien y que se reúnan, y creo que es hora de que busquemos de qué
manera nos entendemos. Evidentemente el reglamento puede ser una muy
buena herramienta, puede ser un modo de buscar la manera de
entendernos, pero sinceramente creo, y lo debo recalcar una vez más,
que el tema de la inmigración afecta de una manera muy especial a las
comunidades autónomas y a las ciudades, y hemos de buscar la manera
de hacer programas, de dirigir recursos a estos lugares donde hay una
incidencia y donde se podrían crear fenómenos de exclusión y de
marginación, que creo que todos hemos de estar de acuerdo en no
tolerar de ninguna de las maneras.

Yo le decía que necesitamos ser competitivos en lo económico, pero
insistía mucho en que tenemos que ser competitivos en lo social. En
un mundo en el que se habla continuamente de la globalización y de la
competitividad y en el que a veces da la sensación de que se pueden
perder identidades y puntos de anclaje, creo que lo que se debe hacer
es fomentar una política social fuerte, una política dirigida a las
personas. Estoy de acuerdo en que la política social no está separada
de la económica -se ha demostrado durante estos últimos años-, pero
debemos dar el mensaje claro de que la globalización no quiere decir
dejar de hacer política social, la globalización puede ser incluso
una buena ocasión, una herramienta para evitar la exclusión y
fomentar la cohesión y la equidad. (El señor vicepresidente, Camps
Ortiz, ocupa la Presidencia.)
Hay un conjunto de temas a los que no me he referido de una manera
directa en mi intervención y en los que me gustaría incidir ahora de
forma especial. Se trata de cuestiones a las que ha aludido aquí el
representante del Grupo Socialista. Una cuestión básica es la
enseñanza, usted lo ha dicho. Hay una afirmación que no me gusta
hacer, que la enseñanza está en una situación de deterioro. Creo que
no es cierto. La enseñanza pasa por dificultades; dificultades que
son fruto de un éxito colectivo, la aplicación de la Logse, una ley
que ha hecho una apuesta importantísima por la equidad; otra cosa es
si después tenemos recursos económicos suficientes para impulsarla
hasta donde debe llegar. Debemos explicar claramente que en nuestro
país se ha llevado a cabo este proceso de equidad de manera
importante. Es verdad que debemos hacer una apuesta cada día más por
la calidad, por la formación ocupacional reglada y continua y
seguramente necesitamos una nueva ley de formación profesional y una
nueva ley universitaria. No voy a discutir de ninguna de las maneras
la oportunidad de ninguna de estas leyes. Creo que es evidente que se
necesitan y hay que abordarlas desde el máximo consenso político y
académico, porque se necesitan ambos. Además, se necesita algo sobre
lo que me gustaría alertar y en lo que estoy seguro de que llegaremos
a acuerdos, el máximo respeto a las competencias de las comunidades
autónomas y a algo que es mucho más complicado todavía, que es la
autonomía universitaria.

Las universidades están ante uno de los retos más importantes que
hayan tenido nunca, probablemente el más importante. De una situación
de apuesta por la cantidad, las universidades pasan y pasarán
indefectiblemente a una apuesta por la calidad, aunque sólo sea por
motivos demográficos, y pasarán asimismo a una apuesta por la
competencia entre las distintas universidades. Hay que aprovechar
este fenómeno y tenemos que dar a las universidades la posibilidad de
hacerlo. De una manera no dirigista debemos darles herramientas para
que, desde su autonomía universitaria, puedan competir y llevar a
cabo los cambios importantes que creo que se han de producir en el
seno de las mismas.

Cuando hablamos de que un país tiene que ser competitivo hay un
factor del que normalmente nos olvidamos y del que no se habla. Un
país necesita una cosa básica para lograrlo, que la Administración
pública sea competitiva. Creo que en España tenemos una
Administración bastante buena, no me cansaba de decirlo cuando estaba
en la Generalitat; la oposición nos criticaba siempre y yo decía:
tenemos una Administración buena. Es verdad que no nos podemos
contentar con eso. Las cosas evolucionan y la Administración ha de
ser capaz de hacer un cambio espectacular. España ha llevado a cabo
un cambio administrativo muy importante, que es un proceso de
descentralización que uno puede explicar por el mundo. Yo a veces
comento que es un proceso de descentralización, pero me gustaría
explicar que es un



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proceso mucho más de autogobierno que de descentralización, pero la
verdad es que nos podemos pasear por el mundo explicando la
descentralización administrativa que se ha producido en el Estado
español, explicándola con tranquilidad y diciendo que es un buen
proceso. Ahora bien, los nuevos tiempos requieren cambios evidentes
en esta Administración. Hay lagunas importantes y algunas con visos
de corregirse -por esto se ha hecho el pacto de la justicia-. Es
decir, tenemos zonas de la Administración que no son competitivas y
que exigen un cambio importante en cuanto a cómo ha de funcionar en
aspectos culturales, pero además en otros aspectos como son que un
país necesita que su Administración sea la primera que crea y que
crea de verdad en las nuevas tecnologías. Nosotros hemos de dar un
salto importante a nivel de nuestra Administración en estas nuevas
tecnologías.

La Administración en nuestro país da servicios de primer orden como
la sanidad o en el terreno del bienestar social y esto exige explicar
claramente, como usted decía, cuáles son los costes de estos
servicios, cómo se dan estos servicios, explicar de una manera clara
a los ciudadanos cuáles son sus derechos y cuáles son sus deberes. El
ciudadano es el cliente, pero es un cliente que tiene derechos y
deberes, y hemos de dejar claro cómo se han de hacer y cómo se han de
gestionar estos servicios, con unas diferencias precisas entre quien
financia y quien provee los mismos, y creo que inevitablemente hemos
de hacer un planteamiento transparente hacia la equidad, hacia la
eficiencia y hacia la eficacia imponiendo modelos de mayor
flexibilidad, que no quiere decir con menor control o con menos
sistemas de evaluación. Sinceramente creo que en este apartado
habríamos de dar un salto importante. Usted ligaba este tema a la
financiación y a los planteamientos que se han de hacer desde las
comunidades autónomas a los ciudadanos, y estoy de acuerdo. Es decir,
cuando uno tiene financiación ha de quedar muy claro qué es lo que
está pagando la ciudadanía, qué servicios se le dan, y se le ha de
rendir cuentas de una manera clara. Hemos de tener en cuenta que
estos servicios son curiosos y especiales, porque acabaremos
traspasando la sanidad a todos y usted sabe lo que va a pasar. El
sueldo de los estatutarios los marca el Gobierno y esta Cámara; el
registro de los medicamentos estará centralizado y el precio de los
medicamentos también; cuáles son las prestaciones obligatorias será
una decisión que no tomarán las comunidades autónomas y decidir cuál
es la participación que las personas tienen en el pago de estas
prestaciones tampoco lo van a decidir las comunidades autónomas. Por
esto creo que se necesita esta colaboración y esta cooperación entre
todas las comunidades autónomas y el Gobierno y lo que deseo es que
sinceramente haya una ley de cooperación. Cuando era conseller de
Sanidad e iba al Consejo interterritorial, del que tengo un buen
recuerdo, normalmente me hablaban de homogeneizar y yo que soy
pediatra y sé lo que son los potitos decía: a mí me
gusta más que se vean los componentes que hay en este alimento. Creo
que no hemos de ir a un planteamiento homogeneizador sino de
colaboración y de cooperación entre las distintas comunidades
autónomas.

Finalmente hay un tema que creo que es muy importante, como usted
señalaba. Superar los retos futuros implicará una movilización muy
considerable de recursos en todos los ámbitos. Es verdad que no todo
lo han de aportar las arcas públicas, y en el tema de investigación
es muy claro; una parte las aportaciones ha de venir de la sociedad
civil -en la investigación y en tantos otros temas-. Por eso creo que
es muy necesario que haya una ley de mecenazgo potente que incentive
y busque la complicidad de los ciudadanos con entidades, con
asociaciones y con proyectos. Para vertebrar el país necesitamos
infraestructuras, en según que cosas, pero lo más importante es la
sociedad civil. Esto se hace buscando estas complicidades y la verdad
es que le aseguro que en este país a veces se buscan con estos
sistemas que son más prosaicos, por ejemplo, con la ley de mecenazgo,
con ventajas fiscales que propician en muchas ocasiones que una
persona dé unas cantidades y se sienta atada a un proyecto, a una
entidad o a cualquier tipo de fundación. Creo que es especialmente
importante buscar este tipo de complicidades para vertebrar la
sociedad.

Es verdad, como usted decía, que nosotros tenemos visiones distintas
en algunas cosas, sobre todo en cuanto a planteamientos o a nuestra
visión de la pluralidad, de la plurinacionalidad, como a mí me gusta
decir, pluriculturalidad y plurilingüismo del Estado. Usted
probablemente lo diría de forma diferente. Nosotros decimos que
nuestra visión cabe dentro del marco constitucional y estatutario que
hay actualmente. No nos hemos movido de esta posición y continuaremos
insistiendo en ella. Lo que sí necesitamos es más capacidad de
decisión, ser menos dependientes. Creo que este tema es importante y
exige una cierta sensibilidad, un cierto reconocimiento de que en
nuestra Constitución hay una diferenciación entre nacionalidades y
comunidades autónomas. Esto es básico, porque cuando oigo que dicen
que se va a reformar el Senado, ponernos a hacerlo para no dar una
solución definitiva a esta diferencia de sensibilidad pienso que no
nos serviría para nada. Soy de los que creo y reconozco que la
evolución del autogobierno ha sido muy importante. No decirlo sería
un error histórico. Ha habido una evolución de autogobierno
extraordinaria; otra cosa es que se busquen unas fórmulas para
continuar avanzando y nosotros pretendemos hacerlo desde la lealtad,
dentro de la Constitución y del Estatuto, pero también ciertamente
desde unos planteamientos claros que creemos que son irrenunciables.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Trias.

Señor presidente.




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El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora
presidenta.

Comparto la mayoría de los aspectos a los que se ha referido S.S. en
relación con la inmigración, que es fruto, evidentemente, de la buena
marcha y de la prosperidad de nuestro país. Simplemente vuelvo a
insistir en que es muy importante establecer un marco legal de
diferencia muy claro. Señorías, ni desde nuestros compromisos
europeos ni desde un punto de vista lógico se puede pretender la
misma equivalencia de derechos para la inmigración legal que para la
inmigración ilegal. Eso no existe en ningún sitio. Por tanto, tenemos
que ser capaces de dar una respuesta adecuada en este terreno. Desde
luego, está el compromiso por parte del Gobierno del fomento de la
legalidad, con todas las dificultades que tengamos que superar. La
lucha del Gobierno contra aquellos elementos y aquellas
organizaciones que se dedican al tráfico ilegal de personas es
verdaderamente determinante y clara. En ningún país de Europa, y por
tanto tampoco en España, podemos pasar por alto a las mafias de
traficantes ilegales, que trabajan con enorme eficacia en algunas
ocasiones y que desde luego tienen un poder de control sobre algunos
aspectos sociales y económicos en algunos países verdaderamente
preocupante e importante.

Señoría, me alegro de que compartamos objetivos y retos en relación
con lo que significa la reforma de la enseñanza y es verdad, como S.

S. dice, que no estamos ya en tiempos de viejos debates; no estamos
afortunadamente en tiempos de debates sobre escolarización en nuestro
país ni tampoco, como he dicho antes, de debates de lo público y de
lo privado. La cuestión está en si tenemos un sistema educativo de
calidad suficiente o no; la cuestión está en si tenemos un sistema de
formación profesional que sirva para cualificar a las personas para
que puedan llegar más fácilmente al puesto de trabajo o no y en si
ese sistema de formación profesional está más cercano a la empresa,
esa es la cuestión. En la enseñanza secundaria la cuestión es si
podemos hacer del esfuerzo y de la evaluación de los alumnos uno de
los elementos que determinen la progresión en la escuela. A mí eso me
parece extraordinariamente importante y sin duda es una de las causas
de los problemas que tenemos en este momento. Antes daba una cifra,
señoría, que cuando la vi, no tengo que ocultarlo, me produjo
preocupación, y es que hay un 64 por ciento de institutos en los
cuales no hay candidatos a ser director. Eso se produce porque se dan
unas determinadas circunstancias en los centros que antes no se
daban, lo cual no tiene nada que ver con que no se haya hecho un
esfuerzo importantísimo de escolarización o de inversión en
institutos, que se ha hecho; significa que hay cuestiones que no
están funcionando y esas cuestiones son las que hay que revisar. Me
parece que hay elementos en los que podemos estar de acuerdo sobre la
base de la cualificación del alumno, de la necesidad de esforzarse
para conseguirla, de la necesidad de que la progresión esté sujeta a
una evaluación determinada
y que al terminar los estudios eso pueda evaluarse; prueba de
evaluación que existe en todos los países de Europa menos en España.

Que exista en todos y no aquí no es un argumento por sí sólo
suficiente; significa que lo que no es razonable es no tener un
elemento final de evaluación de si el alumno está preparado o no.

Por lo que se refiere a la universidad, señoría, también es verdad
que se ha hecho un grandísimo esfuerzo. Tenemos más de 64
universidades, tenemos un millón y medio de universitarios. Hay
previsiones que dicen que en el año 2010 habrá solamente un millón de
universitarios. Ya veremos si se cumplen o no esas previsiones
demográficas. El tema está en si mantenemos unos niveles de calidad
de enseñanza universitaria suficientes y adecuados a lo que
significan las exigencias de un país como la España de hoy, y ese es
el criterio que hay planteado. Ha habido varios intentos de ley de
reforma universitaria. Anteriores gobiernos plantearon dos reformas
universitarias que no cuajaron porque fueron disueltas las Cámaras y
no hubo lugar a ellas. Ahora podemos trabajar y lo vamos a hacer
buscando el mayor acuerdo posible para establecer un ámbito de mejora
de calidad también en nuestras universidades. Sin embargo, yo no
participo del discurso de que decir esto sea tocar lo que es la
autonomía universitaria. Yo respeto plenamente la autonomía
universitaria, pero quiero saber también, en relación con la
universidad, dónde va la cantidad de recursos que todos los
ciudadanos españoles pagan con sus impuestos. Hay cosas que no me
gustan, señoría, como son los problemas que se producen de endogamia
en el mundo universitario, que es absolutamente reconocida y que no
es positiva para el desarrollo de la universidad, ni siquiera para
jóvenes profesores. Ahora mismo, sin ir más lejos, tenemos un
problema bastante serio, que es el retorno a España de investigadores
del exterior, que no pueden volver en gran medida por esa cuestión
endogámica de plazas universitarias. Eso no es razonable por encima
de lo que significan unos criterios de evaluación y de calidad del
profesorado, que tienen que ser mucho más determinantes e importantes
en relación con el futuro de la universidad.

Me va a permitir S.S. una pequeña corrección de matiz y es que
evidentemente podemos ir por el mundo explicando bien no una
descentralización administrativa, sino el mayor cambio político que
ha habido en España probablemente en los últimos 20 años, que es
pasar de un Estado centralizado a un Estado muy descentralizado y es
además el reconocimiento constitucional de la base plural de nuestro
país. Ahora hay que darles un sentido en el proceso lógico de
desarrollo de nuestro sistema y también en el mundo de hoy, señorías.


Hace pocas fechas se fusionaban las cuatro bolsas españolas. ¿Eso qué
es, señorías, ser más dependiente o no? Yo creo que es una respuesta
positiva a lo que es el mundo de hoy. Dentro de seis meses tendremos
la misma moneda que los alemanes, que los franceses y que otros
países europeos. ¿Eso qué es? Pues es una



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respuesta de integración europea. Yo lo que pido es que planteemos
las cosas de esa manera, desde el punto de vista de la lógica, porque
no estamos ante una cuestión de reconocimiento de pluralidad o de
identidades; estamos ante una cuestión de desarrollo lógico desde el
punto de vista de cooperación y desde el punto de vista funcional e
institucional de todas esas cuestiones. Eso implica cooperación en la
tarea de asistencia social como por ejemplo el cuidado de la salud de
las personas, que tiene que tener un componente esencial de
prestación básica en todo el territorio nacional e implica también
que en todos los ámbitos de investigación podamos encontrar elementos
de modernización importantes. He anunciado esta mañana el envío
rápido a la Cámara de la ley de fundaciones y de la ley del mecenazgo
y que se establecerán también unas condiciones de fiscalidad para que
se puedan hacer unas aportaciones importantes desde el punto de vista
de lo que preocupaba a su señoría. En todo caso, señoría, le
agradezco una vez más su cooperación y colaboración y espero que en
los próximos meses podamos seguir trabajando en este espíritu
constructivo.

Gracias, señora presidenta. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

En nombre del Grupo Federal de Izquierda Unida tiene la palabra el
señor Llamazares.




El señor LLAMAZARES TRIGO: Señora presidenta, señorías, no sé si
utilizar una cita de El Quijote, porque se ha empezado ya con esa
materia, o acudir a una más cercana, de autoridad, con relación a la
huida de los diputados ante la intervención de los grupos
minoritarios. Utilizaré una cita de Camino, guía espiritual de
algunos de ustedes, que sugería a los poderosos que se ocultaran, no
que huyeran. Hagan también apostolado en el Parlamento, aunque
escuchar nuestros argumentos sea a veces una cruz para ustedes.

Señor Aznar, el emperador, como en el cuento de Andersen, está
desnudo e incapacitado para reconocer su lamentable estado, porque a
pesar de los buenos augurios con que comenzó esta legislatura, los
problemas se le han acumulado encima de la mesa con la misma prisa
con la que ha movido sus soluciones. La fina seda centrista con la
que pretendía usted recubrir su legislatura se ha convertido en un
transparente cristal que muestra a las claras su política
conservadora y todos sus errores de gestión. Llega usted a este
debate con nuevas incertidumbres abiertas en el cambio de ciclo
económico, con un pobre balance de gestión en materia social, con un
ejercicio impropio de sumisión ante los Estados Unidos y después de
una importante derrota de su proyecto centralista y autoritario en el
País Vasco. Señor presidente, ha sido usted incapaz de liderar la
solución a los problemas del país y ha sustituido sus incapacidades
de liderazgo por un ejercicio de imposición y de autoritarismo. Su
balance se resume
en un gobierno bajo mínimos, con dos ministros quemados, un
ministro sacrificado en el altar de un proyecto de confrontación
política fracasada en el País Vasco y dos ministros más a los que el
aliento de la justicia persigue, y, lo peor, los problemas de la
mayoría de la ciudadanía acumulándose en una sala donde usted no
quiere entrar ni mirar y la cuestión sucesoria pendiente y creando
problemas. (Rumores.)
En este país, en España, señor presidente, y gracias a su gestión
conservadora, están creciendo los contrastes sociales. Junto a los
ricos edificios de la Castellana madrileña está el campamento de los
trabajadores de Sintel. En un mismo espacio conviven las luces del
ciclo económico expansivo y las sombras de su gestión, que ha tomado
a la mayoría como rehenes de unos pocos intereses. La resistencia y
la dignidad están formadas también por la inteligencia de jóvenes
investigadores en la incertidumbre; por los agricultores y pescadores
sin alternativas sostenibles; por los consumidores amenazados en su
salud; por una comunidad educativa ignorada en sus aspiraciones y en
sus demandas -y ahora yo creo que, a veces, con sus manifestaciones,
claramente vilipendiada-; por los trabajadores precarios, cuyos
proyectos de vida pueden medirse en horas; por la juventud sin un
futuro cierto donde mirarse. Aquí están también en esta intervención
las preocupaciones de los ecologistas, que comprueban la sumisa
condescendencia de su Gobierno con los intereses de las grandes
empresas; están también las mujeres, que siguen sin entender que su
condición o género las haga desiguales y objeto de la violencia
gratuita. Estos son, señoría, los campamentos que usted no se atreve
a visitar y que prefiere ver desde la lejanía, probablemente porque
sus propuestas sólo contentan a intereses económicos y sociales
claramente minoritarios. Por eso, señoría, ha retrasado usted este
debate, llevándolo tan lejos de los problemas y tan cerca del tórrido
verano, tan lejos de la realidad y del fracaso de Euskadi y tan cerca
de los Estados Unidos. ¿Dónde queda ahora su voluntad de regeneración
política y de reforzamiento del control parlamentario de la labor de
Gobierno? ¿Dónde quedan ahora esas promesas? El emperador ha
demostrado tener una palabra en la oposición y otra bien distinta en
el Gobierno. Luis García Montero, poeta que usted y yo conocemos,
ponía en boca de mi compatriota Jovellanos unas palabras
desencatadas: Porque sé que los sueños se corrompen, he dejado los
sueños. Pero a pesar de usted y de su política, el poema continuaba:
Pero cierro los ojos y el mar sigue moviéndose y con él mi deseo.

Señor presidente, no creemos que haya sido una buena idea huir de los
problemas y refugiarse en la política exterior en búsqueda de apoyo y
comprensión. La gente, señor Aznar, se va a terminar preguntando si
le ha pasado a usted algo, si es que considera que el país no le
quiere o que quizás nuestra cotidianeidad le aburre. Nosotros les
contestamos que no, que no debenpensar que se ha convertido usted en
uno de esos seño-



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res feudales que guerreaba fuera de sus fronteras para encubrir los
fracasos interiores. Sin embargo, no podemos decir que su política
exterior resulte digna de elogio, y no lo es porque no parece que se
haya cumplido su principal bandera, la bandera nacionalista española,
la defensa de los intereses españoles en el exterior. No sirve que
nos traiga aquí sólo la cuenta de resultados de las empresas
multinacionales, a las que muchas veces tan diligentemente
representa. Hay que mencionar entre sus responsabilidades políticas
la indolencia con la que su Administración ha tratado el conflicto
pesquero con Marruecos; la escasa habilidad en la discusión de los
fondos europeos, donde ha hecho que parezca mendicidad nuestro
derecho a una construcción europea integradora y solidaria. En la
gestión de la crisis agroalimentaria nos llama la atención su
oportunidad perdida, la oportunidad para haber hecho posible un
debate en profundidad sobre otro modelo agrícola ecológicamente
sostenible. Por otra parte, su dogmática visión de los procesos de
liberalización nos está pasando ya factura en Europa. Usted nos ha
dejado con el pie cambiado en la política energética y en la política
de comunicaciones en Europa.

La conclusión, señor Aznar, es que nuestros intereses, es decir, los
intereses de la mayoría, no están mejor defendidos por usted. Ha sido
usted fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Jugó a Gulliver
en Lilliput y se encontró con que estaba en el país de los gigantes.

Para una buena parte de los jóvenes sensibles y solidarios de este
país lo que está ocurriendo tiene que ver también con su decisión de
convertirse en el aliado más fiel de los Estados Unidos. Es una
opción legítima, aunque ya le anticipamos que tendrá que pelearse
para ello con Blair, con Berlusconi y probablemente va a encontrarse
con overbooking. Pero si el modo en que quiere abordar esta relación
viene explicado por la imagen de su ministro de Exteriores, arrobado
de sumisión ante el todopoderoso emperador, entonces quizá, más que
de alianza, debiéramos hablar de vasallaje, y eso sí que es
inaceptable. Se asocia usted, señor Aznar, con el presidente del
pasillo de la muerte, con la potencia indiferente al destino
medioambiental del planeta, con la Administración protagonista de un
modelo de mundialización desigual y empobrecedor, con el Gobierno
responsable de un período de inestabilidad internacional y del
crecimiento, de nuevo, de la carrera de armamentos. Lo hace usted
plegándose a ese modelo político y social tan alejado del modelo
europeo y sin el menor atisbo de crítica. Francamente, señor Aznar,
no pensamos que llegaría tan lejos.

En lo que hace a su proyecto de construcción europea, parece dirigido
a hacer de la Unión sólo un gran mercado, donde la política quede
subordinada a los intereses de la oferta y la demanda y a la
estrategia de su amigo americano. La democracia y la solidaridad, en
su modelo de construcción europea, resultan un estorbo innecesario,
por eso su rechazo al debate sobre
el federalismo y por eso su fracaso en la defensa de las políticas de
cohesión.

En fin, señor presidente, su visión de la política exterior es la de
una agencia comercial de los intereses económicos de las
multinacionales españolas, especialmente en América Latina. En ese
modelo, en América Latina los derechos humanos y la promoción de la
justicia no son para usted ni siquiera un adorno recomendable. Y lo
peor es que las consecuencias nos hacen daño a todos. Nos sonrojamos
con la situación de Iberia y de España en estos momentos en
Argentina, porque es difícil definir qué es una cosa y otra por su
política. Esa sumisión a intereses económicos y al imperio incapacita
nuestra política exterior para tener un papel protagonista en América
Latina -no es verdad que mayor participación económica signifique
mayor autoridad cultural o autoridad política- y también en Oriente
Medio, y explica el abandono y el silencio de su Administración en
temas tan sangrantes como el futuro del Sahara. Yo le emplazo, señor
presidente, ante una situación tan delicada, a que nos diga qué
compromisos va a adquirir el Gobierno español con respecto al futuro
del Sahara. Tiene usted también una gran responsabilidad.




Creemos que la resistencia frente a este modelo globalizador y la
búsqueda de alternativas democráticas es una exigencia política y
moral para la izquierda. No participamos de ningún acto violento en
ningún grado, pero usted está criminalizando la protesta y ese es un
nuevo ejercicio de autoritarismo absolutamente innecesario; le
recuerdo, señoría, el debate de Göteborg. ¿Este es su modelo de
democracia y de participación en el ámbito internacional, señor
Aznar? ¿Reprimir las protestas, censurar las voces críticas,
criminalizar la diferencia, subir a provocadores a furgones
policiales? No sé, pero esta música nos suena del pasado. Se busca
usted siempre algún enemigo. Se buscó el enemigo nacionalista, luego
el enemigo inmigrante y ahora parece ser que el enemigo son los que
se movilizan frente a la globalización, en su gran mayoría pacíficos
y con los cuales nos identificamos.

Nosotros creemos imprescindible abogar por un nuevo modelo de
relaciones internacionales. El compromiso de Kioto es el mínimo
exigible en materia de medio ambiente y la tasa Tobin u otro
mecanismo de carácter financiero es el umbral mínimo a partir del
cual embridar el caballo desbocado de este modelo de globalización.

En nuestra opinión, el alma de este compromiso debe ser, y es, la
construcción política de Europa; el resultado debe ser un proceso
ampliamente participativo que nos conduzca a un nuevo puerto en el
que la construcción política gobierne a la construcción económica y
no al revés, y donde la agenda sea fruto de la voluntad democrática
de la mayoría y no ajena a la mayoría. Le proponemos, señor
presidente, abrir en Europa este proceso constituyente que la
ciudadanía reclama. El momento final de este proceso no puede ser
otro que la opinión ciudadana mediante un referén-



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dum en toda la Unión Europea, como se hizo en su momento en algo tan
querido para ustedes como son los Estados Unidos.

Por último, creemos que nuestro acercamiento a Europa sea completo y
en todos los ámbitos. Le proponemos, señor Aznar, que traiga a esta
Cámara un plan de convergencia social que cubra, en un período de
diez años, los siete puntos que se han incrementado en diferencia de
producto interior bruto que nos separan por su política para ser
europeos; también para ser europeos en la educación, en la salud, en
las escuelas infantiles, en los derechos de la mujer y en las
prestaciones sociales. Europa debe ser la esperanza de nuestra
ciudadanía y debe abandonar usted ese estilo hosco en el marco de la
Unión Europea. Como decía Azaña, la política es confianza en el
esfuerzo y optimismo, y no hay política para hombres ni de hombres
desengañados.

Señor presidente, pese a su triunfalismo de Disneylandia, el de esta
mañana, podríamos decir que la economía ha mostrado una tozuda
tendencia a comportarse de manera cíclica. Aquí, en nuestro país,
mucha gente siente que ustedes han malgastado una oportunidad, una
oportunidad quizá irrepetible, porque es verdad que crecemos y que
creamos empleo, pero la cuestión es, para los poderes públicos, cómo
se crea empleo y con qué calidad; la cuestión es cómo se distribuye
el crecimiento. Esa es la responsabilidad de los poderes públicos
cuando todos crecen en el ámbito donde nosotros nos movemos y algunos
mucho más. El suyo ha sido un modelo económico frágil e injusto. Pese
a las cifras de crecimiento, no ha conseguido usted superar las
tendencias de nuestro sistema económico: seguimos con déficit
comercial en alza, con inflación en alza vinculada a beneficios
empresariales; con gran precariedad del mercado laboral, que se
incrementa en relación con la Unión Europea, con altas tasas de
siniestralidad laboral no explicables únicamente por el crecimiento
económico, con deterioro ambiental, con desequilibrios territoriales
y con el crecimiento de la exclusión y la pobreza severas. Es verdad
que crecemos, es verdad que creamos empleo, pero es verdad también
que hay otra parte del espejo que seguramente le resulta menos
satisfactoria. Su obsesión por privatizar y liberalizar para entrar
adecuadamente en la globalización no ha dado los resultados
anunciados para los ciudadanos, aunque sí seguramente para una
minoría y para ustedes mismos, los miembros del Gobierno. La
liberalización no se ha traducido en un comportamiento virtuoso de
los precios: de ocho sectores afectados por sus liberalizaciones, tan
sólo dos, en la evolución de los precios, han sido mejores que en la
zona euro. Explíquenoslo, señor Aznar. Sin embargo, los beneficios de
la enajenación de billones de pesetas de propiedad pública han ido a
parar a manos de oligopolios privados amigos que incrementan de forma
importante sus beneficios y que están escasamente comprometidos con
el bienestar de nuestro país. Parte de la operación le ha servido
también para consolidar un poder económico y comunicacional
cercano a su partido desconocido en regímenes democráticos.

Además, su política de reducción de salarios y de lo público como vía
para asegurar competitividad de las empresas y reducción de la
inflación ha fracasado. De nuevo se ha demostrado que son los
abultados beneficios, que doblan a los del año pasado en algunos
sectores empresariales, los responsables de la inflación, y sin
embargo ustedes persisten en su afán por hacer de España el país de
la competitividad del todo a cien.

Señor presidente, su desidia respecto a las potencialidades
modernizadoras de nuestra economía se ha vivido tristemente, en
especial, en materia de I+D, donde usted tanto hincapié ha hecho en
el día de hoy. Con ustedes, en primer lugar, nuestro país está a la
cola de la investigación en Europa; con ustedes, es la investigación
que tiene el mayor nivel de dependencia exterior; con ustedes, es la
mayor proporción de gasto de esa investigación en compras militares,
que no en investigación militar. Es decir, camuflan ustedes las
cifras en materia de investigación, y lo real es que la investigación
disminuye en nuestro país. Con estos planteamientos y esta realidad,
el objetivo del déficit acaba siendo incompatible con el avance en
materia de equipamientos y en materia social en nuestro país. Si
sumamos a esto su política fiscal regresiva, empiezan a no cuadrar
las cuentas.

En resumen, la política económica de su Gobierno no está dirigida al
crecimiento sostenible de nuestra economía, por mucho que presenten
planes de estrategia sostenible: no promueve el empleo estable, no da
prioridad a la investigación ni a la inversión, no favorece la
competencia en beneficio de los consumidores y no hace más equitativa
la distribución de la renta y la riqueza. Es este el periodo de
crecimiento que le ha servido a usted para acumular poder económico,
político y mediático en pocas manos, no para construir una sociedad
más equilibrada y más justa.

Una de las consecuencias de este modelo, sin lugar a dudas la más
grave, es la corrupción política, que es ya una realidad en su
Gobierno, señor Aznar. Lo del señor Piqué es sólo la punta del
iceberg, es el resultado de la confusión entre intereses privados y
bienes públicos, de su modelo de liberalización basado en
privatizaciones de las que se benefician directamente sus amigos y
del intento, cuando las cosas se ponen feas, de instrumentalizar a la
justicia en su provecho a través del fiscal general del Estado. Señor
Aznar, ¿en qué legitimidad basa que amigos y correligionarios suyos y
de su partido sigan aún al frente de las grandes empresas públicas
privatizadas? ¿Cuál es la legitimidad en que se basan? ¿Con arreglo a
qué legalidad toma usted decisiones políticas en estos sectores en el
Consejo de Ministros, donde sus amigos y correligionarios tienen
enormes intereses? ¿Con qué legitimidad este sector empresarial afín
al partido en el Gobierno ha copado los medios de comunicación
imitando a su amigo Berlusconi?¿Por qué elige, señor Aznar, a sus
ministros a



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sabiendas de que unos tienen intereses en el sector y otros están
siendo procesados? Me remito -lo discutiremos si usted quiere- al
debate de Maura sobre la responsabilidad política. ¿Con qué derecho,
por último, utiliza a la Fiscalía General del Estado para parar los
golpes?
En definitiva, señor Aznar, ¿cómo entender sus recientes amenazas y
el chantaje expreso a la oposición invitándonos al silencio so pena
de airear el pasado y parar la manivela de los indultos? ¿Con qué
autoridad utiliza usted el indulto como si fuera una justicia
graciable del soberano absoluto? En lo que a nosotros respecta,
y parafraseando a Quevedo, no hemos de callar por más que con el dedo
silencio avisen o amenacen miedo. Nosotros creemos que es
imprescindible intervenir con urgencia en este asunto. El Partido
Popular no es una fuerza bendecida por el Altísimo para no tener
casos de corrupción. Los mecanismos frente a la corrupción son
mecanismos legales e institucionales, no la convicción individual o
colectiva del Partido Popular. Proponemos, pues, a esta Cámara que se
garantice la completa autonomía del fiscal general del Estado y las
formas de promoción autónoma a la Sala Segunda del Tribunal Supremo,
donde se juzgan los casos de corrupción. Proponemos que el Gobierno
español firme ya la Convención penal sobre la corrupción y que apoye
de verdad a la Fiscalía anticorrupción. Proponemos también que se
refuerce la Ley de incompatibilidades, o cuando menos que se cumpla,
y el aforamiento para impedir que ex ministros y ex cargos públicos
adquieran con sospechosa celeridad cargos en consejos de
administración de empresas vinculadas directa o indirectamente a su
actividad institucional, como ha ocurrido con ministros del Gobierno
anterior, y que discutamos y aprobemos aquí un código ético del cargo
público que nos permita acordar las reglas de juego cuando pasan
cosas como las que hoy vivimos en el caso del señor Piqué o del señor
Matas.

Llamamos a su responsabilidad, señor Aznar. Aquí está en juego algo
más que una cuestión de imagen: la confianza de la ciudadanía en
nuestra democracia se construye a partir de cosas como éstas. Tenga
coraje y cese inmediatamente a sus ministros de Asuntos Exteriores
y de Medio Ambiente como muestra de su voluntad de regeneración de la
vida pública en España; pero, al menos, no hurte usted a esta Cámara
una explicación en relación con las responsabilidades políticas que
usted pedía a gobiernos anteriores.

Señorías, las esperanzas que depositamos en la creación del
Ministerio de Medio Ambiente se han trocado en decepción. Han
convertido ustedes a este Ministerio en la punta de lanza de los
intereses de las constructoras y de las compañías eléctricas y, para
facilitar la labor, han puesto ustedes a los zorros a cuidar las
gallinas. El 60 por ciento del Ministerio es obra hidráulica. Es el
Ministerio del hormigón y de los intereses energéticos e hidráulicos,
el paraíso de los altos cargos incompatibles en nuestro país.

En lo que se refiere al cambio climático, el Gobierno español no
puede ocultar una práctica: la de adquirir compromisos para
incumplirlos sistemáticamente. Así, el compromiso de reducción que
supone Kioto, bastante modesto, se ha traducido en no ratificar el
protocolo, en alcanzar ya el 27 por ciento de emisiones cuando estaba
previsto el 15 por ciento para el 2010, en un riguroso ocultamiento
de la información y en una inexistente voluntad política a la hora de
promover la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero.

Pero el símbolo antiecológico por antonomasia de su política y de su
Gobierno ha sido el Plan hidrológico nacional, aprobado pese a la
importante movilización y rechazo social. Se trata de un plan
obsoleto que continúa la sinrazón de la economía de obra a la medida
de las constructoras y dificulta llegar a otro modelo, el de la nueva
cultura del agua y la economía del agua como bien escaso. No se
percibe en su modelo avance alguno en materia de gestión de la
demanda, del ahorro y de la eficiencia, que podrían lograr cinco
veces más en volumen adicional de lo que ustedes pretenden con el
trasvase. Un plan que, como en otros temas, antepone los beneficios
de unos pocos a los intereses de la mayoría y que se ha hecho a
espaldas de los principales sectores, de los técnicos y de los
afectados, tanto a nivel sectorial como territorial. Le proponemos,
señor Aznar, que retire el Plan hidrológico nacional. Que presente un
plan de accción...(Rumores.) Que lo retire, señoría. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.




El señor LLAMAZARES TRIGO: Que presente un plan de acción contra el
cambio climático y que abra usted el debate sobre nuestro modelo
energético y sus perspectivas. Para dejar claro ante la ciudadanía
que no está usted atado a los intereses de las eléctricas, le
proponemos que cierre, en el momento en que terminen su vida útil,
las centrales de Zorita y de Garoña, centrales ya envejecidas y muy
peligrosas.

Señorías, en fechas recientes... (Un señor diputado pronuncia palabras
que no se perciben.) Sí, sí, el agua es necesaria, al margen del Plan
hidrológico. En fechas recientes y coincidentes, el jefe de la
patronal madrileña y la OCDE han defendido opiniones en materia
social, mejor dicho antisocial, que no hace tanto nos hubieran
generado a todos vergüenza y rechazo. Para el señor Fernández Tapias,
los muertos en accidentes laborales son el resultado de la actividad
económica, siendo la única manera de acabar con los mismos que cese
dicha actividad. Es un comentario en nuestra opinión indecente, que
demuestra la irresponsabilidad cívica y económica de una parte,
esperamos que minoritaria, del empresariado respecto a los problemas
de la ciudadanía. Sin embargo, no hemos oído de ustedes declaraciones
de ningún tipo, ni de sus ministros ni del presidente del Gobierno,
con respecto a esta cruel con-



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ferencia. Pero, sobre todo, señor Aznar, no hemos visto sensibilidad
con las propuestas sindicales ni medidas de inspección para detener
esta trágica sangría humana de cinco muertos diarios. Y no vale con
que venga aquí a decirnos que ha pedido, que le han dado un informe o
que está a la espera de que los agentes sociales le propongan las
medidas. Todos sabemos que los agentes sociales esperan sus medidas y
sus compromisos con las medidas propuestas en el informe.

La segunda declaración fue la realizada por la OCDE a propósito del
sistema de pensiones. En este caso, tenemos que reconocerles la
deferencia al recordar que nuestro sistema no es precisamente
generoso en comparación con otros países europeos. Aún nos quedan
cuatro puntos del PIB para llegar a la media europea en materia de
pensiones. Sin embargo, hemos creído notar en sus declaraciones, pero
sobre todo en sus intervenciones en la Unión Europea, que ustedes
siguen defendiendo un modelo de prestaciones contributivas
relacionado con toda la vida laboral que pretende mayores cotas de
flexibilización del mercado de trabajo, más que la contrarreforma
laboral, que ha profundizado el subempleo en nuestro país,
pretendiendo también un nuevo proceso de recorte en el subsidio de
desempleo. En lo que han sido ustedes unos alumnos aventajados de los
sectores conservadores es en el gasto social, porque es un gasto
social mínimo y cada vez más retrasado y más alejado con respecto a
la Unión Europea. En 1995, la diferencia en gasto social, señor
Aznar, era de 6,4 puntos. En 1999-2000, la diferencia en gasto social
supera los 7,3 puntos. Y esto ocurre tanto en atención sanitaria, en
pensiones, en ayuda a la familia, como en protección al desempleo y
en vivienda social. Le emplazo, señor Aznar, a que niegue estos
datos, contrastados en el marco de la Unión Europea.

Eso explica algunas cosas que seguramente no van a salir en este
debate, como es el incremento de sus queridas listas de espera.

Quienes más sufren todo esto: el desempleo, la precariedad, los bajos
salarios, la carencia de servicios públicos de su Gobierno son los
jóvenes y, en especial, las mujeres. A pesar de sus rimbombantes
planes de igualdad, ellas, las mujeres, no tienen nada que
agradecerles.

La vida, señorías, ha demostrado que los intereses privados no son
públicas virtudes. Así que parece obligado tomar medidas públicas que
impliquen obligaciones de reinvertir grandes beneficios que aseguren
la relación entre beneficios y estabilidad laboral, que ofrezcan un
horizonte de certidumbre a nuestro sistema de bienestar social.

También queremos retomar el debate sobre la reducción de la jornada
laboral, que sabemos que no les gusta, pero es un mecanismo creador
de empleo y redistribuidor de la riqueza. Pensamos que la política
fiscal debe seguir sirviendo a su cometido redistributivo y generador
de recursos para políticas sociales que nos acerquen a la Unión
Europea.

Señorías, la izquierda no puede situarse en su terreno conservador;
no podemos renunciar a que quien más
tenga pague más, sea cual sea la fuente de sus ingresos. No podemos
admitir ninguna nueva excusa cuyo fin no es otro que recortar nuestro
escaso gasto social.

Pasemos a otra cuestión, que les gustará más. (Rumores.) Ya hace tres
meses de las elecciones de Euskadi, cuando su mayoría absoluta
fracasó en su cruzada o reconquista del País Vasco. En Euskadi ha
fracasado su política, su proyecto basado en la confrontación social
y política y en la criminalización de los adversarios. Ha fracasado,
señor Aznar, su obsesión para sacar del mapa y expulsar hacia la
marginación a las opciones que no comparten su ideario sobre cómo
debe articularse España.

Nuestro país, aunque no lo crea, es plural y complejo. Lo es en lo
social, en lo político, en lo cultural, en lo nacional y hasta en lo
lingüístico, a pesar de los empeños de su ministra de Educación por
volver a la lógica de la lengua nacional y de los dialectos. Ni
siquiera el bable es un dialecto, señoría.

Señor presidente, la ciudadanía, le ha dicho a usted que pese a su
vocación autoritaria no puede reducir por decreto la complejidad
política. Su interpretación centralizadora del Estado y su
reduccionismo policial en la lucha del Estado de derecho frente al
terrorismo han fracasado. La ciudadanía percibe con alivio que todos
los demócratas han sacado lecciones de lo ocurrido en el País Vasco.

Todos menos usted. Y le hace mal a este país que el presidente de su
Gobierno demuestre tantas dificultades para entender las cosas más
obvias. Por nuestra parte, creemos que la idea principal, el mejor
legado de esta consulta, es que la inmensa mayoría de los vascos ha
dicho que no quiere a ETA, que no quiere una organización terrorista
que interprete sus designios y sus anhelos.

Un segundo legado de estas elecciones es el de la solidaridad con las
víctimas. El dolor no es, sin embargo, patrimonio de nadie, ni debe
ser nunca más utilizado para confrontar una parte de la sociedad con
la otra. Una idea más tiene que ver con el respeto a la pluralidad de
la sociedad vasca. Todos, nacionalistas, no nacionalistas y
federalistas debemos tener cabida en la sociedad vasca y en la
sociedad española. Como decía Rosa Luxemburgo, la libertad es la
libertad de los que piensan de forma diferente.

Por otra parte, señor Aznar, nadie tiene el patrimonio de la
Constitución ni de su interpretación. Eso quiere decir, por ejemplo,
que es legítimo y pertinente el debate sobre la articulación de
nuestro Estado y que en relación con esta cuestión pueden defenderse,
de manera democrática, todas las opciones, absolutamente todas. Lo
que no vale, so pretexto de los limites constitucionales, es
retroceder en el proceso autonómico. Tampoco valen medidas de rancio
centralismo, como sus leyes de estabilidad o de cooperación, en
reedición de la Loapa; no vale el sectarismo de bloquear las
transferencias al País Vasco o el concierto. Pero, sobre todo, algo
que no vale es que no vale todo en política. Durante las elecciones
en Euskadi convirtieron ustedes a las



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instituciones y a los medios de radiodifusión en patrimonio propio,
no en vano están ustedes bajo el patrocinio de Cánovas del Castillo.

A nuestro juicio, el mensaje más comprometido y de mayor alcance es
el que se refiere al diálogo. Nuestra conclusión y nuestra
invitación, señor presidente, es que las elecciones en Euskadi han
abierto un nuevo escenario. Le emplazamos a que no se encastille en
el pasado, a que presente un plan de paz para Euskadi. La exigencia y
las medidas para que ETA deje de matar van a seguir siendo nuestra
prioridad, pero desde la política se pueden hacer más cosas para que
la democracia sea realmente la alternativa a la violencia. Nosotros
reiteramos nuestra propuesta de consolidar la unidad de las fuerzas
democráticas alrededor de una nueva mesa en este Parlamento y en el
conjunto del País Vasco. Nuestra propuesta será el diálogo de las
fuerzas políticas y las instituciones frente al terrorismo y por la
paz, mediante la aplicación sin atajos -repito, sin atajos- del
Estado de derecho, desde la legalidad existente y sin otro límite que
la voluntad democrática de los ciudadanos.

Señorías, extraño es el día en el que no se nos encoge el alma
comprobando la desesperación de los seres humanos por alcanzar las
orillas del sueño europeo. La inmigración es uno de estos desafíos
que hubieran requerido de inteligencia y de capacidad de negociación
y consenso. Se trataba en este caso de cómo organizar un modelo de
convivencia que diera cuenta de una nueva realidad que nos va a
acompañar durante los próximos años. Por eso hubiera sido
imprescindible un amplio acuerdo que ayudara a disipar las
desconfianzas en parte de la población, que hiciera posible dotar a
las administraciones de recursos económicos e institucionales para
integrar esta nueva realidad y que, en definitiva, garantizara la
integración de la inmigración.Finalmente, usted, señor Aznar, se ha
decidido por el uso político de este tema. Ha convertido en problema
el fenómeno y ha alimentado el conflicto, mediante la ley más dura de
Europa. Señor Aznar, le emplazo a que niegue que su ley es la más
dura de Europa y que ha sido incapaz de abordar los problemas de los
inmigrantes. Por el contrario, ha tenido que utilizar la ley anterior
para solucionar los principales problemas que han creado ustedes
mismos.




La señora PRESIDENTA: Señor Llamazares, le ruego concluya, por favor.





El señor LLAMAZARES TRIGO: Termino, señora presidenta.

Por todo esto, señor Aznar, nos parece que usted no habita en el
lugar político que pregona, quizá porque no ha reflexionado en
profundidad sobre su pasado o porque la impunidad le ha dado la
mayoría absoluta y le ciega. La conclusión es que usted no es de
centro. Quizá algún día lo fue, puede incluso que en su fuero interno
siga conservando esa aspiración, pero su política y sus hechos le
desmienten, pues su política no es de
diálogo, sino de imposición. Usted no es de centro porque ha
abandonado el espíritu integrador y de consenso de la Constitución de
1978; usted no es de centro porque su política nos ha dejado en la
arena internacional, alejados del compromiso con los derechos humanos
y con la democracia; usted no es de centro porque defiende un modelo
de construcción europea que nos aleja de los mejores ideales
políticos que alentaron la integración; usted no es de centro, señor
presidente, porque no duda en hacer uso de las instituciones
democráticas y de los medios públicos de radiodifusión para llevar
adelante su estrategia política; usted no es de centro porque
pretende acallar la voz de la sociedad civil que no comulga con las
ruedas de molino de su modelo. Por eso, señor Aznar, nosotros
aspiramos y estamos comprometidos a que la desconfianza social y
política y la pérdida de credibilidad de su Gobierno se torne en
confianza, en credibilidad y en esperanza para un proyecto
alternativo, progresista, plural y solidario. En ese sentido, no
estamos de acuerdo con los pactos, porque desmovilizan a la izquierda
y no permiten el desarrollo del pluralismo democrático en nuestro
país. Por el contrario, se trata de tejer alianzas entre las
organizaciones y las fuerzas políticas, en primer lugar, de la
izquierda y con otras organizaciones que ya sencillamente no se fían
de usted, porque usted lleva a cabo -como decía antes- no un gobierno
de centro, sino un gobierno de derechas. No se trata, pues, señorías,
de simplemente denunciar que usted, que el emperador está desnudo, y
tampoco es nuestra tarea colaborar a vestirlo, haciendo con ello
jirones nuestros ropajes. Nuestro objetivo, el de Izquierda Unida, es
participar en su relevo democrático por un mejor Gobierno. Es la
hora, en nuestra opinión, de reconstruir una alternativa, la
alternativa de la izquierda.

Nada más. Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, señor Llamazares, quiero decirle que le he escuchado
también con la mayor atención y que por mi parte no pienso perder en
absoluto el tono que he mantenido a lo largo de este debate y con el
cual pienso terminar. Los discursos más o menos enfurecidos,
señorías, son problemas, tal vez, para quien los pronuncia y para
quien hace, sin duda, una manifestación tan expresa de alejamiento de
la realidad de las cosas como S.S. ha hecho aquí esta tarde.

Yo agradezco a S.S. que me explique lo que es una política de centro.


Sobre todo viniendo de su formación política, tomaré muy en cuenta
sus consideraciones y sus sugerencias, para ver si podemos consolidar
una política de centro, centrista, en nuestro país, de la que sin
duda usted, en sus planteamientos políticos y



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en sus expresiones políticas, es una de las personas más acreditadas
que la manifiestan y la practican cotidianamente, todos los días.

(Aplausos.) No le extrañará nada que, después de este comienzo, le
diga que no estoy de acuerdo con lo que S.S. ha dicho. No estoy de
acuerdo en nada con lo que S.S. ha dicho. Es más, señoría, tengo que
decirle que, después de escucharle, me preocuparía estar de acuerdo
en algo. Pero, en líneas generales, no estoy de acuerdo en nada,
señoría.

He de empezar diciéndole alguna cosa para aclarar algunos puntos
desde su inicio. Ha deslizado S.S. frases en relación con la
legitimidad, con la voluntad democrática mayoritaria, etcétera, y ha
dicho que con qué legitimidad se hacen algunas cosas. Su señoría
tiene toda la legitimidad del mundo, que es la legitimidad que le dan
los ciudadanos, para decir aquí estas cosas y las que le parezcan;
pero la misma legitimidad que tiene S.S. es la legitimidad que tiene
el Gobierno, que es la legitimidad estricta que dan los ciudadanos en
las urnas. El Gobierno responde a la legitimidad recibida de los
ciudadanos en las urnas. Pero se añade una cosa en la voluntad
mayoritaria que produce legitimidad y es que algunos ciudadanos,
mayoritariamente, dan legitimidad para formar Gobierno, y los mismos
ciudadanos no dan legitimidad para formar Gobierno, sino para tener
grupos parlamentarios muy respetables, como el suyo, pero que van
perdiendo cada vez más espacio político y más terreno en la vida
social y en la vida política española. (Aplausos.) Por tanto,
señoría, convengamos que esa voluntad democrática mayoritaria se
expresa en las urnas, tiene su reflejo en el Parlamento y tiene la
legitimidad que le dan los ciudadanos estrictamente, sin ningún otro
tipo de circunstancias.

Quiero decirle, por si S.S. tiene alguna duda, que no pienso cesar a
ningún ministro. No pienso cesar a ningún ministro. Su señoría me lo
ha planteado y yo le digo que no voy a cesar a ningún ministro. (Un
señor diputado: Ya hablaremos.) Ya hablaremos, efectivamente. Pero yo
le digo que no voy a cesar a ningún ministro y todavía tengo yo la
legitimidad para nombrar y cesar los ministros; a lo mejor algún día
la tiene usted, pero, mientras tanto, la tengo yo. (Aplausos.)
Ha hablado S.S. de cuestiones que hace años eran problemas acuciantes
de los españoles y que afortunadamente ya no lo son, como elementos
en relación con la corrupción. Yo le quiero decir que el elemento de
lucha contra la corrupción más importante es cumplir las normas y la
transparencia, señoría. Cumplir las normas es respetar también,
señorías, las reglas del Estado de derecho. Su señoría tiene toda la
legitimidad para pedir la dimisión de todos los ministros que quiera,
y del Gobierno entero, porque los ciudadanos le han dado esa
legitimidad, pero lo que me parece, señoría, que es un poco excesivo
es atribuir a ministros en ejercicio del Gobierno acciones o
situaciones que no corresponden a la realidad. No hay ningún ministro
imputado, ni inculpado, ni mucho menos procesado, en este Gobierno,
señoría. No lo hay. Y lo que no se puede hacer es intentar
prejuzgar resultados de actuaciones, como S.S. ha hecho, o mucho
más, condenar o exigir responsabilidades por hechos que no se han
producido en responsabilidades del Gobierno o en responsabilidades de
algunos ministros en concreto. (Aplausos.)
Señoría, quiero aclararle, desde el punto de vista de lo que
significa la legitimidad y la prerrogativa del Gobierno, algunas
ideas. El Gobierno ejerce la prerrogativa de indulto en los términos
legalmente establecidos en nuestras leyes y va a defender el
ejercicio de la prerrogativa de indulto para este y para cualquier
otro Gobierno, porque es la tradición histórica de la legislación
española en relación con los indultos. Otra cosa distinta es que a S.

S. le guste más o menos que se pueda producir un indulto, pero es muy
diferente de cuestionar lo que significa la prerrogativa del
ejercicio de gracia por parte del Gobierno.

Su señoría también tiene toda la legitimidad para hacer críticas en
otros ámbitos, pero sin duda me parece que se excede un poco cuando
hace un planteamiento como este, que va en favor de la transparencia:
o cierran ustedes las centrales nucleares en un plazo de tiempo o
están ustedes sirviendo a los intereses de las empresas eléctricas.

Señoría, esas cosas, con toda franqueza, hay que pensarlas dos veces
antes de decirlas. Porque se pueden defender todos los argumentos y
todas las ideas que se quiera, lo que no se puede hacer es exponer
ese tipo de argumentos que no se pueden mantener de pie normalmente
en un debate político democrático en esta Cámara. Y se lo digo
claramente. Yo no le digo a S.S. que, por defender una cosa
determinada, esté al servicio de un interés concreto. (Rumores.)
Perdónenme SS.SS., porque hay ejemplos. Su señoría apela muchas veces
en esta Cámara, y yo le he contestado a varias preguntas, con todo
derecho a los trabajadores de Sintel. Y ya le he explicado que este
Gobierno no ha tenido la mínima responsabilidad en la situación de la
empresa Sintel, ni en su venta, ni en su gestión, señorías.

(Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Ni en su venta, ni en
su gestión, señorías. El miércoles pasado contesté qué es lo que
estamos haciendo con esa empresa. A mí me parece bien que S.S. se
preocupe del futuro de los trabajadores de Sintel, y sin duda
nosotros también nos preocupamos de ese futuro, de los de Sintel y de
los de otras empresas, de los de Sintel y de los de otras
organizaciones. Porque no conviene olvidarse de ninguno, señorías.

Hay muchas empresas en las que a veces se pueden producir, por
distintas circunstancias, expedientes de regulación de empleo. Por
ejemplo, en su organización; también se han producido expedientes de
regulación de empleo. (Aplausos.-Rumores.) También se han producido,
señorías. También. Perdóneme, señoría, cuan-



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do se habla de lo que significan actitudes prácticamente de
persecución en el ejercicio de derechos, hay que decir que
naturalmente se pueden dar crisis en distintos ámbitos y en distintas
circunstancias. Y yo espero de S.S. -estoy seguro- la misma
preocupación en todos los ámbitos y en todas las cuestiones que se
puedan plantear en relación con el factor del empleo y los
expedientes de crisis en algunas empresas.

Por lo que se refiere a las privatizaciones, yo creo que la política
de privatizaciones ha sido un éxito, y quiero decirle, como cuestión
previa, que afortunadamente hay seis millones de ciudadanos españoles
que en este momento son accionistas de empresas privatizadas, que
además invierten de una manera muy activa en el exterior y significan
un elemento importante de modernización y de pujanza en la economía
española.

Dicho eso, le quiero decir que en el planteamiento que S.S. hace, en
el que no ha dejado títere con cabeza, hay un elemento relativo a que
nosotros aportamos incertidumbres a lo que S.S. llama el ciclo
económico. He explicado y quiero volver a explicar que, en el
contexto de desaceleración económica que vivimos, señoría, la
situación española es bastante positiva, desde el punto de vista de
crecimiento económico. Yo no sé si eso a usted le alegra o no le
alegra, le preocupa o no le preocupa. Yo no sé si S.S. piensa que la
agresión que este Gobierno autoritario y feudalista, y todo lo que
usted quiera, realiza a los trabajadores, a los jóvenes, a las
mujeres, a los profesionales, a los agricultores, a los pescadores, a
los ecologistas, nos impide pensar en otra cosa.

Sinceramente, lo único que puedo hacer es remitirme al lenguaje de
los hechos y a la realidad de las cosas. A mí me parece que, en un
contexto económico internacional, un crecimiento del 3,4 por ciento
en el primer trimestre del año 2000 es bastante razonable. Tener
16.800.000 cotizantes a la Seguridad Social es bastante positivo. Que
en un año de esta legislatura se hayan creado 400.000 nuevos empleos
es bastante positivo. Sin duda tenemos que estar, como he dicho
antes, a favor de reducir la temporalidad en los contratos y en el
empleo. Pero es que se está reduciendo, señoría. ¿Por qué se opone S.

S. a que se extiendan los contratos estables y haya más contratos
estables? Nosotros firmamos la legislatura pasada un acuerdo de
reforma laboral con las centrales sindicales y con los empresarios.

Firmamos un acuerdo la legislatura pasada de modernización y
racionalización del sistema de Seguridad Social con las centrales
sindicales. Hemos firmado un acuerdo de pensiones y de sistema de
protección social en esta legislatura con quienes han estado en
disposición de firmarlo, en concreto con los empresarios y con
Comisiones Obreras. Hemos atendido y profundizado la reforma laboral,
que ha producido unos resultados, como he dicho antes, de más de dos
millones de nuevos empleos creados en nuestro país. Quiero darle una
cifra: el 80 por ciento del crecimiento de España
tiene su traducción en creación de empleo. El 80 por ciento, señoría.


Evidentemente, todavía estamos en un proceso de creación de empleo,
con una perspectiva de 325.000 nuevos puestos de trabajo este año que
nos permite ser optimistas. Sabemos que tenemos que hacer muchos
esfuerzos, sobre todo ¿en dónde? Allí donde todavía hay bolsas de
desempleo de una manera más clara, como es el caso de las mujeres y
aún de los jóvenes. Justamente es lo que estamos haciendo. ¿Puede
decirme S.S. si le parece bien o mal que se exoneren cuotas de
Seguridad Social a las trabajadoras por maternidad? ¿Puede decirme si
le parece mal que se firme un acuerdo de pensiones donde se suban las
pensiones mínimas, se mejoren las pensiones de viudedad o se
reconozcan mejoras en las prestaciones para los autónomos? ¿Me puede
decir si le parece mal que la Seguridad Social española esté en
superávit en este momento? ¿O me puede decir si le parece mal que
todo el proceso de reformas esté produciendo unos resultados que, en
términos de bienestar, nos acercan a la media de los países europeos?
Señoría, cuando haga las cuentas, hágalas bien, aunque comprendo que
en su caso será muy difícil. Pero haga las cuentas bien. La única
prestación social, la única, que ha disminuido en España se la digo
en este momento, es el subsidio de desempleo. Y ha disminuido porque
hay más empleo. Y le digo más, espero que siga disminuyendo el
subsidio de desempleo porque se siga creando empleo. (Aplausos.)
Puede usted pedir otra política y decir que quiere aumentar la
política social y también el subsidio de desempleo, sobre la base de
que no se cree empleo en este país. Pues yo le digo que no estoy de
acuerdo con esa cuestión.

Dice S.S. que cada vez exportamos menos e importamos más y que el
déficit comercial aumenta. Está equivocado. Si se toma la molestia de
leerse los últimos datos oficiales, verá cómo estamos creciendo en la
exportación un 14 por ciento y en importación, un 11 por ciento. Eso
se está produciendo, entre otras cosas, porque el sector exterior
está tomando el relevo de la demanda interna como motor económico del
país. Una de las cosas que nos pueden preocupar es que, en estas
circunstancias económicas de debilitamiento económico internacional,
se produzcan, en los principales clientes de España, como es el caso
de Alemania, como es el caso de Francia, y, señoría, de los
principales clientes de España, como es el caso de los Estados
Unidos, unas crisis que puedan afectar a nuestras exportaciones y a
nuestro sector exterior. Espero que, en el próximo año, el sector
exterior tenga una aportación equilibrada, incluso positiva, a las
cuentas públicas en nuestro país y que eso nos permita seguir con una
actividad importante de saneamiento al respecto. Y deseamos que las
empresas españolas cada vez estén más internacionalizadas en todos
los sentidos, especialmente las pequeñas y medianas empresas. Porque
sería absurdo pensar que sólo van a tener capacidad de inversión
algunas empresas determinadas, por su tamaño. Hace unos años



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nos quejábamos de que no teníamos empresas para competir globalmente.


Ahora nos quejamos o algunos se quejan de que las tenemos. Pero,
evidentemente, con esas empresas y con las pequeñas y medianas
empresas, es con lo que hace falta seguir adelante en el proceso de
internacionalización, al que queremos dar un impulso muy especial.

Respecto a lo que significan las políticas fiscales, señoría, también
le invito a que repase los datos y diga si las rentas del trabajo en
el impuesto sobre la renta en nuestro país han aumentado su
tributación o la han disminuido. Por favor, dígamelo. Yo le quiero
decir que las rentas más favorecidas por la reducción de impuestos en
la anterior legislatura fueron las rentas de trabajo y que en este
momento hay millones de ciudadanos españoles que antes tenían que
pagar y presentar declaración y que ahora no lo hacen. Y que los
demás, las rentas más bajas, han visto reducidos sus impuestos en un
30 por ciento, como media. Por tanto, señoría, cuando haga esas
afirmaciones, tenga la bondad de demostrarlas claramente o, si no,
tenga un poco más de prudencia a la hora de hacerlas.

Me dice S.S. que a nosotros no nos cuadran las cuentas. Lo que le
digo con toda claridad es que no vamos a ensayar ninguna de sus
propuestas por si acaso se nos descuadran las cuentas. Eso ya se lo
garantizo. (Aplausos.) Me alegro mucho de que estemos reduciendo el
déficit, de que estemos reduciendo el endeudamiento y de que se esté
creando empleo y saneando la economía española y desde luego no vamos
a poner en marcha alguna de esas políticas que usted dice.

Ha hecho también referencia al medio ambiente, y me ha pedido que
retire el Plan hidrológico nacional. La respuesta es bien sencilla,
no lo voy a hacer, señoría. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) Además,
en términos de solidaridad, en términos de cohesión, en términos de
vertebración, algo que creo que a sus oídos pudieran ser palabras con
alguna sensibilidad, me extraña mucho que usted mantenga esa
posición. Salvo que me diga, efectivamente, que hay que ser
insensible ante las necesidades de un recurso como el agua, que
existe en determinadas zonas de España. Y salvo que S.S. me diga que
es capaz de mantener también discursos divergentes en distintas
partes de España. A mí me parece que el Plan hidrológico nacional es
una necesidad y creo que la mayoría del país comprende que es una
necesidad. Lo que hace falta, señoría, es lo que ha hecho el
Gobierno, tomar la decisión de ir adelante. Aquí hay grupos políticos
que desde el año 1989 llevan en sus programas el Plan hidrológico
nacional. Ahora bien, a la hora de hacerlo, ya es otra cuestión. No,
señoría, ya que usted habla de cumplimientos, se lleva y se hace, que
es lo que en este momento nosotros queremos plantear, desde el punto
de vista de la vertebración y de la solidaridad.

Y también, evidentemente, cuando planteamos una estrategia de
desarrollo sostenible. Nosotros firmamos Kioto y ratificaremos Kioto
con todos los demás países
de la Unión Europea. ¡Si es que lo acabamos de acordar en la cumbre
de Gotemburgo! ¡Si es que acabamos de estar en esta Cámara
discutiendo sobre esa cuestión en relación con el Protocolo de Kioto!
¿A qué viene en este momento decir que nosotros no somos partidarios
del Protocolo de Kioto? ¡Si es que estamos comprometidos con él! ¡Si
es que lo acabamos de decir en el marco de la Unión Europea! ¿Qué es
evidente que eso exige una determinada política? Claro que la exige.

A mí me gustaría saber, señoría, además de buscar los elementos de
lucha contra el cambio climático, cuáles son las propuestas de S.S. y
de su grupo en relación con las posibilidades de crecimiento y
desarrollo de un país.

Su Señoría pide que se cierren las centrales nucleares. Por cierto,
¿qué opina S.S., especialmente por su región de origen, del efecto
contaminante del carbón y de las emisiones de carbono? ¿Es partidario
de que se reduzcan o S.S. cree que es compatible, en muchos países,
el mantenimiento del crecimiento basado en la energía de carbón, el
desarrollo sostenible y el Protocolo de Kioto? ¿Cree S.S. que es
compatible? ¿O qué otro tipo de energías plantea al respecto, para
garantizar un crecimiento de las economías? Porque alguno habrá que
tener. Nosotros estamos haciendo alguna inversión en energías
alternativas; la energía eólica supone en este momento el 6 por
ciento en nuestro país, y somos el segundo país en desarrollo de
energía eólica. Pero, además de eso, señoría, habrá que plantear
otras alternativas. Por cierto, yo me alegro mucho de que nosotros
estemos comprometiendo inversiones, recursos y generación de puestos
de trabajo, en los planes de readaptación y modernización de las
cuencas mineras.

Ya le he hablado del acuerdo de pensiones y del acuerdo en cuanto al
gasto social. Ha hecho S.S. una referencia también a las elecciones
en el País Vasco. Me ha dicho que soy el único que no ha hecho un
análisis más allá de la aceptación de los resultados. Le voy a decir,
señoría, que los resultados son los que son, con toda la legitimidad
que han determinado los ciudadanos. ¿Qué me pide S.S. que cambie, la
vocación de construir una alternativa política en el País Vasco? No
la voy a cambiar; voy a seguir manteniendo la vocación de alternativa
política en el País Vasco. ¿Qué me pide S.S. que cambie, los
elementos básicos de defensa de las garantías y libertades de los
ciudadanos? No los voy a cambiar, señoría, los voy a seguir
manteniendo. Y seguiré perseverando para intentar el apoyo máximo de
los ciudadanos. A nosotros no nos encontrará S.S., ni encontrará
tampoco al Gobierno de España, dando vueltas por el pacto de Estella,
saliendo, entrando, pactando con unos, pactando con otros y
defendiendo lo indefendible; ahí no nos va a encontrar. (Aplausos.)
En toda la historia de nuestra democracia, que tiene evidentemente un
desarrollo del Estado de las autonomías y de descentralización
importante, estamos en el punto más elevado, en el más alto. Una de
las cosas sobre las que hemos debatido hoy es sobre la posibilidad de
transferir competencias muy importantes, como



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es la sanidad. Me sorprende muchísimo que, después de estos debates,
plantee S.S. que nosotros hacemos una política de restricción
autonómica o de centralización total. No le hablo ya de lo que ha
dicho de las cruzadas y demás cuestiones, que paso por alto.

Simplemente significa, señoría, ser lógico. Yo acabo de decir qué es
lo que tenemos pendiente en este momento: un sistema de financiación
autonómica, una revisión del concierto económico, unas transferencias
importantes y ajustar mejor los elementos de cooperación y de
funcionamiento de nuestro Estado. Salvo que S.S. explique en esta
Cámara -y yo le escucharé con mucho gusto- que, en un país con el
grado de descentralización en el gasto que tiene España, lo mejor es
no tener ningún elemento de coordinación; que no haya elementos de
coordinación administrativa, ni política, ni financiera, ni nada.

Creo que no es así. S.S. podrá decir que no hace falta cooperación.

Señoría, yo creo que sí hace falta esa cooperación y que sale de la
lógica del Estado de las autonomías. Me parece difícil mantener,
desde una posición sólida y lógica, que no es necesaria cierta
coordinación o que no estamos dispuestos a dar un impulso a la
financiación autonómica.

Por fin, señoría, por lo que se refiere a la política exterior -S.S.

ha hecho referencia a ella-, ya discutimos el otro día sobre los
elementos de su cualificación en cuanto a las relaciones de España
con los Estados Unidos. Espero y deseo que las relaciones de España
con los Estados Unidos sean unas relaciones estrechas, sean unas
relaciones de lealtad y sean unas relaciones de amistad, en todos los
ámbitos: en el político, en los culturales, científicos y económicos,
y por supuesto en los de defensa. Compartimos con los Estados Unidos
ámbitos fundamentales, como es el espacio de la Alianza Atlántica, y
ámbitos multilaterales, como son la Organización Mundial de Comercio,
por no decir de la Naciones Unidas, lo que significa que la
cooperación puede ser cada vez más importante en el futuro.

En cuanto al marco europeo, señoría, seguiremos apostando por un
proceso de integración europea que signifique que pueda haber más
Europa, más Europa integrada políticamente, más Europa integrada
económicamente y más Europa integrada socialmente. Por eso, algunos
propusimos la estrategia de Lisboa, que contiene una agenda social.

Pero por eso algunos procuramos mantener los elementos fundamentales
de crecimiento de la Unión Europea en el futuro. Y también, por
supuesto, la aportación de España a ese crecimiento en términos
positivos.

Creo, señoría, que con esto he hecho los comentarios que he podido a
ese discurso de su señoría. Yo lamento mucho no compartir
evidentemente la idea de que este es un Gobierno que está bajo
mínimos o que practica una política feudal. Me da la sensación de que
la mayor parte de los ciudadanos no está de acuerdo con ello, cree
que nosotros estamos acertados y cree que S.S. está equivocado.

Muchas gracias. (Aplausos.)
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Llamazares.




El señor LLAMAZARES TRIGO: Señor presidente, lo más preocupante de su
intervención ha sido su concepción de la democracia. Es lo más
preocupante. Porque está bien que usted considere que la oposición es
enfurecimiento. Seguramente no está muy acostumbrado. Pero otra cosa
bien distinta es ese discurso abstruso sobre la legitimidad de las
minorías y de las mayorías en el Parlamento. En este Parlamento,
nuestro grupo parlamentario, en Parlamentos democráticos, con su
número de diputados, tiene la misma legitimidad que su grupo
parlamentario, la misma, la misma legitimidad. (Aplausos.) No me
hable de legitimidades de grado, señoría. La legitimidad de grado de
su Gobierno es otra cosa, pero la legitimidad de mi grupo
parlamentario está muy clara, porque, entre otras cosas, el sistema
parlamentario no es el sistema de defensa de las mayorías. Ese sería
un sistema que no es parlamentario y no es democrático. Es el sistema
de defensa de las minorías. Y por eso nosotros tenemos representación
en esta Cámara y por eso podemos defender nuestras opiniones, porque
estamos en un régimen democrático, aunque usted a veces no lo
entienda muy bien.

Dice usted que mi grupo parlamentario no tiene derecho a caracterizar
su política como de centro o como de derechas. Lo que estoy diciendo,
señoría, es que usted puede haber querido ser de centro, puede haber
querido ser moderado, dialogante, puede haber querido el pacto y
también el acuerdo con la organización social en la sociedad, con las
organizaciones políticas, pero en esta legislatura usted está
demostrando todo lo contrario. Haga usted un repaso de los
principales temas de legislatura: modelo de Estado, actitud
impositiva por parte del Partido Popular, desconocimiento de la
pluralidad del Estado y exclusión de parte de las fuerzas políticas.

Ya hablaremos después de otras cosas. Hablemos también de la cuestión
de la inmigración: actitud impositiva del Partido Popular, que
finalmente consigue una Ley en la que echa al resto de los grupos
parlamentarios, que habían pactado anteriormente una ley consensuada.


Posición con respecto al Plan hidrológico nacional: imposición del
Partido Popular a una parte importante de esta Cámara, que representa
ni más ni menos, en término de votos, probablemente igual o más que
lo que representan ustedes en el conjunto del Estado español. Esa es
la realidad de su política impositiva. Sus contenidos, conservadores,
como he dicho antes, de confusión entre el Gobierno y el Estado y por
tanto con tics autoritarios. Vuelvo a repetir esas actitudes que
usted plantea en esta Cámara.

Señoría, hablemos de responsabilidad política. Me refería a Maura en
la primera intervención y usted ha venido a decir que, como no están
imputados sus ministros, no hay responsabilidad política. Usted ha
venido a reafirmar posiciones de gobiernos anteriores, que usted



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mismo criticaba cuando era oposición. Porque, parafraseándole
a usted, al margen de la responsabilidad judicial y del momento en que
esté esa responsabilidad judicial, existe una responsabilidad
política para los cargos públicos. Y recordándole a Maura, ya no
recordándole a usted, hay una responsabilidad in eligendo y otra
también en relación con la confianza del cargo público. Y cuando
usted eligió a los que hoy son ministros de Medio Ambiente y de
Asuntos Exteriores estaban ya en proceso, por haber supuestamente
cometido cuando menos irregularidades. Pues bien, quien toma esa
decisión de elegir como cargos públicos a personas que están en esas
condiciones tiene que asumir su responsabilidad política. Pero además
existe una responsabilidad que se llama in vigilando que ustedes
tampoco han aplicado, porque a lo largo del período de su Gobierno no
han vigilado al menos a esos cargos públicos sino que, al contrario,
han protegido a esos cargos públicos. Lo que estoy diciendo es que
usted además ha convertido esto en un tema eminentemente político
cuando ha utilizado al fiscal General del Estado. En el momento en
que ha intentado echar la zancadilla a la justicia ha convertido
usted esto no solamente en una cuestión de responsabilidad política
sino que la ha convertido en una cuestión de corrupción política en
la posición de su Gobierno que se prevale de la situación de Gobierno
para utilizar la justicia en su provecho y en el de los miembros del
Gobierno.

Señoría, ha dicho usted que esta cuestión tiene que ver con las
leyes. Yo le emplazo, señor presidente, a que me diga cómo han
cumplido sus cargos públicos la Ley de incompatibilidades. Yo le digo
que sus cargos públicos, no solamente en el Ministerio de Medio
Ambiente, en otros ministerios, no han cumplido la Ley de
incompatibilidades y existe al menos un ministro de su anterior
Gobierno que ha incumplido flagrantemente la Ley de
incompatibilidades. Ley y ética, incumplimiento legal y
responsabilidad política; vaya eso por delante.

En relación con los indultos, señor presidente, yo no he cuestionado
el derecho del indulto que tiene el Gobierno, no lo he cuestionado;
sí cuestiono, y mi grupo parlamentario también, la utilización
política del indulto, la utilización del indulto como el derecho de
gracia del Gobierno que elimina a la propia justicia. Eso sí lo he
criticado. Quiero criticar el hecho de que su Gobierno ha tomado en
esta materia decisiones que van más allá de la garantía que tiene el
Gobierno en materia de indultos.

No ha querido usted entrar en la política de privatizaciones. Parece
que el argumento fundamental es que ustedes tienen mayoría y que ha
habido mucha gente que ha comprado acciones de las empresas
privatizadas. Pero esta no era la cuestión. Yo le preguntaba, ¿usted
cree que es éticamente aceptable y legítimo que miembros de su
partido que han sido dirigentes de las empresas públicas ahora sean
dirigentes de las empresas privatizadas? ¿Cree que es legítimo? ¿Cree
que es legítimo
que su Gobierno tome decisiones sobre esas empresas privatizadas con
dirigentes de su partido como directivos de esas empresas públicas?
Yo no lo creo, señor Rato; creo que no es legítimo. Usted dirá que es
legal, ya lo veremos, pero creo que no es legítimo en su Gobierno y
que eso es, en mi opinión, un cáncer que finalmente tendrá
repercusiones en nuestro país.

En relación con la cuestión social y el empleo, señor Aznar, no voy a
entrar en sus referencias de mal gusto. He podido ser serio, he
podido hacer valoraciones duras sobre su Gobierno -no está
acostumbrado a ellas-, pero no he hecho ninguna mención de mal gusto,
usted sí ha hecho una mención de mal gusto. En todo caso, voy a
centrarme en lo que a mi grupo le interesa, además de en la exigencia
de responsabilidades políticas, en la política social. Usted no ha
negado ni uno de los argumentos que le hemos dado en materia de
política social. Ha dicho que crecemos, como los demás, que crecemos
más como otros países de nuestro nivel de desarrollo en el marco de
la Unión Europea, que creamos empleo, como los demás, que creamos más
empleo como otros países de nuestro nivel de desarrollo y de
subempleo de la Unión Europea, pero no me ha dicho cómo ha
distribuido usted el crecimiento. Alguna cosa sí me ha dicho en
cuanto a quién a resultado más beneficiado con el impuesto sobre la
renta de las personas físicas. No sabía que ustedes habían hecho una
reforma del impuesto para beneficiar a los trabajadores; no lo sabía.


Permítanme que no les crea y que además les diga que ustedes no han
trasladado a los grupos parlamentarios la información sobre tramos
que permita decir en estos momentos que los trabajadores de dos, de
cuatro millones de pesetas anuales han sido más beneficiados que los
que obtienen nueve, diez, doce millones de pesetas anuales en ese
impuesto sobre la renta. Yo se lo niego. Yo les digo que ustedes han
beneficiado fundamentalmente a las rentas más altas, tanto en el
impuesto sobre sociedades como en la reforma del impuesto sobre la
renta de las personas físicas. Cuando nos den toda la documentación
podremos contrastar la información pero, mientras tanto, aseveración
por aseveración, la nuestra es que en el tema de la renta no es así.

Pero si tenemos que ver otras cuestiones, señor Aznar, le he afirmado
que nosotros hemos incrementado nuestra diferencia en política social
con respecto al resto de la Unión Europea, que no hemos aprovechado
el momento de crecimiento económico para mejorar en política social
nuestra relación con la Unión, y le he dicho en todas las materias,
en política sanitaria, en educación pública, en política de vivienda,
en protección a la familia, en protección al desempleo, en todas esas
políticas nos hemos distanciado más con respecto a la media de la
Unión Europea. Si quiere datos, señor presidente, con muchísimo gusto
se los doy, no tengo ningún problema: gasto sanitario, 5,8 frente a 7
por ciento; listas de espera que han crecido; pensiones, 10 por
ciento frente a 14 por ciento; maternidad, 0,4 por



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ciento frente a 2,2 por ciento; prestaciones por desempleo, 0,15 por
ciento frente a 0,19 por ciento; en educación infantil no les digo
porque la situación es absolutamente clamorosa con respecto al resto
de la Unión Europea.

No ha querido entrar tampoco, señor Aznar, en una cuestión
importante. Solamente le voy a repetir lo que le dije antes: en
materia de extranjería, y me refiero en concreto a la CNN en Europa,
su política de inmigración es la más dura de la Unión Europea, y si
quiere datos, la más dura en participación política, la más dura en
situaciones irregulares, la más dura en permisos de residencia, la
más dura en permisos de estancia, la más dura en permisos de trabajo.


En todo eso su política es la más dura de la Unión Europea, al menos
por encima de la media en dureza de la Unión Europea.

Señoría, termino con una cuestión que a nosotros nos importa mucho,
así como al conjunto de la ciudadanía. Ha dicho usted que ha recibido
el mensaje de las elecciones vascas, pues bien, el mensaje es que los
hechos son los que son, que el resultado es el que es, y usted
sostenella y no enmendalla. Ese es el mensaje que han recibido
ustedes de las elecciones vascas. Nosotros pensamos que estas
elecciones vascas deberían suponer un punto de inflexión en la
política de unos y de otros. He visto de nuevo con tristeza que usted
vuelve a sacar del baúl de los recuerdos -creí que estaba sancionado
ya en las elecciones vascas- la cuestión de Lizarra. Sé que me dijo
en su momento que eso podía acabar con mi formación política; no ha
sido así. Pero yo no le voy a recordar a usted lo que hizo en el
período de tregua reuniéndose con ETA, de la misma manera que no le
acepto que usted utilice esos argumentos con respecto a Izquierda
Unida. Sí le voy a decir que este es un momento diferente, que se
empieza un nuevo camino y además con un retroceso importante de la
organización terrorista ETA en materia social y electoral, y que
usted tiene que mover ficha. Es verdad que tiene que moverla el
Gobierno vasco y que tienen que moverla las fuerzas políticas en el
País Vasco, pero usted también. Lo que usted no puede pedir es
diálogo y acuerdo en el País Vasco y negarnos el diálogo y el acuerdo
en el marco del Estado, eso no vale, señor presidente. No vale pedir
el diálogo y el acuerdo de todos en el País Vasco, los demócratas, y
decir que aquí el pacto antiterrorista está cerrado y aquí no hay
negociación ni diálogo con nadie. Eso es la ley del embudo, lo ancho
para mí y lo estrecho para los demás.

Señor presidente, yo esperaba que hubiera presentado ante esta
Cámara, ante una nueva situación política, un plan de paz. Esperaba
que no continuase usted pensando que el centralismo, que la visión
homogénea del Estado y que la concepción del Estado de derecho como
una concepción puramente policial fuera lo que orientara la política
de su Gobierno después de las elecciones vascas. Esperaba que hubiera
aprendido algo de la derrota vasca, veo que no es así y me preocupa.

Esperaba de su Gobierno, porque me parece imprescindible,
que hubiera liderado una posición frente al terrorismo pero
también a favor de la paz y, en ese sentido, le decimos que nosotros
estamos claramente comprometidos frente al terrorismo y a favor de la
paz. Le pediría de nuevo que no vuelva a las andadas sobre lo que han
sancionado ya los vascos, los vascos han sancionado su política y
nuestra política en el País Vasco. Pase usted la página y empiece a
hablar del futuro.

Nada más y muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señoría, convendría
al comienzo de esta intervención, también breve, aclarar algunas
cuestiones.

Yo le he reconocido a S.S. y a su grupo toda la legitimidad
parlamentaria, la legitimidad parlamentaria entera, la misma. La
única legitimidad la dan los ciudadanos en las urnas. Simplemente
quiero decir que los ciudadanos a unos les dan las mayorías y a otros
no, y no por eso la legitimidad es distinta, la legitimidad es la
misma. Y tiene S.S. todo el derecho de expresar y de explicar desde
su legitimidad las críticas o las circunstancias que le parezcan
oportunas. Es más, yo no le he dicho que no tiene usted derecho a
decir lo que es una política de centro, tiene usted todo el derecho,
otra cosa distinta es que yo me lo crea (Risas.) o que se lo crea
alguien, o que me parezca lógico. Pero, ¿quién ha discutido el
derecho? Yo le he dicho, señoría, que me sorprende que usted nos
explique en qué consiste una política de centro; entendería más que
me explicase en qué consiste una política de Izquierda Unida, más que
una de centro. Afortunadamente no coincide la política de Izquierda
Unida con una política de centro, es lo que quiero decir. Pero es que
no lo entiendo. Otra cosa distinta es que S.S. tenga el derecho de
hacerlo, que lo tiene absolutamente. (El señor Llamazares Trigo hace
gestos negativos.) Su señoría me dice que no y no sé por qué.

(Risas.-Aplausos.) Se queja de que le diga que no tiene el derecho,
le reconozco que tiene todo el derecho, como se lo he reconocido
antes, le digo que no me parece lógico y me dice que no. Francamente
no lo entiendo. (Aplausos.) Lo que sí le digo que me parece un
exceso, señoría, es decir que cuando el Gobierno propone una
modificación de la Ley de inmigración o una modificación del Plan
hidrológico nacional comete un acto impositivo o está en una actitud
impositiva. No, estamos en la actitud de cumplir nuestro programa
para el cual hemos sido democráticamente elegidos por los ciudadanos
con la misma legitimidad, señoría, que usted, salvo que me diga que
nos han elegido para hacer su programa, lo cual no es así.

(Aplausos.) Como no nos han elegido para hacer su programa, hacemos
el nuestro, del cual, naturalmente,respondemos.




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Señoría, como entiendo perfectamente los conceptos de responsabilidad
política y, de paso, también los conceptos de responsabilidad
política de don Antonio Maura, le vuelvo a reiterar la contestación.

Me habla S.S. de qué responsabilidad política voy a exigir a algunos
ministros. Le voy a decir que no voy a cesar a ningún ministro. Su
señoría tiene también todo el derecho a estar de acuerdo o a estar en
desacuerdo, pero le quiero decir, señoría, que estamos hablando en el
caso, por ejemplo, del ministro de Asuntos Exteriores, de la venta de
una empresa en el año 1991, en la cual la responsabilidad política de
este Gobierno, señoría, de este Gobierno, es un poco curiosa, y en la
que, señoría, no hay otra cuestión: si hay responsabilidades
políticas en ese asunto, del año 1991, que se determinen cuáles son
las responsabilidades políticas del año 1991 y luego el presidente
del Gobierno podrá cesar o cambiar a los ministros que le parezcan
oportunos, y así son las cuestiones. (Aplausos.-Protestas.-La señora
Blanco Terán: Pero, ¿a dónde vas?.-El señor Sevilla Segura pronuncia
palabras que no se perciben.)
Respecto al proceso de privatizaciones se ha establecido ...




La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Respecto al proceso
de privatizaciones, señoría, ya he explicado que creo que es un
proceso esencialmente positivo para la economía española y que ha
dado posibilidades a muchos accionistas. Se ha continuado con un
proceso de privatización y se ha culminado, señoría, que, desde el
punto de vista de lo que es la transparencia del proceso, ha sido
impecable, y si tiene usted algún elemento de demostración de que así
no ha sido, dígalo, por favor, o demuéstrelo, por favor, o
denúncielo, por favor. En caso contrario, yo creo que S.S. debería
ser un poco más prudente en esas expresiones.




Por lo que se refiere a la política social yo he dicho que el 80 por
ciento del crecimiento, señoría, ha ido a creación de empleo y he
dicho que no estamos incrementando nuestra diferencia en prestaciones
sociales con respecto a otros países europeos. No es verdad, estamos
disminuyendo el seguro de desempleo por el proceso de creación de
empleo en nuestro país. (El señor Llamazares Trigo hace gestos
negativos.)
No me diga que estamos reduciendo la sanidad, cuando los mismos
números están diciendo que hay más de un billón de pesetas desde el
año 1997 hasta ahora, y que la sanidad en España crece con arreglo al
PIB nominal, es decir, el crecimiento económico real del país más el
crecimiento de la inflación. Si conoce S.S. algún país en el que la
sanidad o la salud crezca más, a más ritmo que al PIB nominal, me lo
dice. El crecimiento de la sanidad en España al ritmo del PIB nominal
es un crecimiento extraordinariamente importante.

Ya sabemos que no tenemos el nivel de pensiones ni de renta
que tienen Alemania o Francia, señoría, de lo que estamos hablando es
si los acuerdos que hemos suscrito de pensiones con los
interlocutores sociales son útiles y si las pensiones están creciendo
en nuestro país a un ritmo, sin duda, muy importante, que ya le digo
que es el 5,5 anual.

Por último, le quiero decir, en relación con las elecciones del País
Vasco, que vamos a seguir haciendo el elemento fundamental de lo que
es nuestra responsabilidad política, señoría, que es, con la ayuda de
todos los demócratas, seguir plantando cara y acabar derrotando al
terrorismo. Lo haremos como lo hemos hecho siempre desde una posición
del Estado de derecho y ahí unos pondrán más esfuerzo que otros, pero
el Gobierno pondrá todo el esfuerzo y toda la responsabilidad que le
corresponde.

Gracias. (Aplausos.-El señor Llamazares Trigo pide la palabra.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Llamazares, reitero los argumentos que daba al principio de la
tarde al portavoz del Grupo Socialista. No ha habido nuevos
argumentos utilizados en el debate, señor Llamazares, y no se ha dado
una situación extraordinaria ni excepcional que argumente la
solicitud de palabra que me hace en este momento. Es un turno
excepcional y no es para concederlo a todos los intervinientes a lo
largo de la tarde.

Tiene un minuto, señor Llamazares.




El señor LLAMAZARES TRIGO: Sí, ha sido por una interpretación de un
gesto. Parece difícil criticar a su Gobierno, señor Aznar, no porque
no tenga cosas que criticar, sino porque usted cierra todas las
miradas. Nosotros no podemos criticarle porque nuestra posición de
izquierdas es abiertamente contradictoria con la suya, que no sé muy
bien cuál es. En segundo lugar no podemos interpretarle desde sus
propios compromisos, que han sido compromisos de centro, porque usted
nos veta interpretarle sus propios compromisos. La verdad es que pone
muy difícil la oposición. ¿Desde dónde hacemos la oposición, señor
presidente? Lo que estoy intentando decirle es que lo hacemos desde
la izquierda y en sus propios compromisos en el centro, que no ha
cumplido.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Le deseo mejor
acierto, señor Llamazares. (Risas.-Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Por el Grupo ParlamentarioVasco (EAJ-PNV),
señor Anasagasti.




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El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señora presidenta, señorías, este
debate está concebido para analizar lo hecho en un año, a la vez que
exponer qué se hará en el siguiente. Se hace en el Congreso de los
Diputados, que según la Constitución tiene la facultad de controlar
al Gobierno, no que el Gobierno controle a la oposición. Se hace tras
un año de su segundo mandato, con unas elecciones, las vascas,
celebradas el pasado 13 de mayo. No sé si en nombre de mi grupo
parlamentario sabré hacer frente a este análisis, habida cuenta que
represento al Grupo Vasco de una sociedad inmadura. A pesar de todo,
lo intentaré.

En primer lugar, será bueno analizar su capacidad para cumplir lo
prometido y lo acordado. Hace cinco años el Grupo Parlamentario Vasco
votó su investidura. Usted se comprometió a actualizar el concierto,
financiar la formación continua y devolver el patrimonio incautado
con motivo de la guerra. Hoy, en el mes de junio, el concierto está
sin renovar. Quizás ustedes pensaron que hubiera sido mejor negociar
estas cosas con ustedes mismos y sin respeto institucional lo han
paralizado de momento todo. En relación a la formación continua,
habida cuenta que ya no hay acuerdo PPPNV, se ha dejado de financiar,
dejando esta importante apuesta por la formación al descubierto en el
más puro estilo del toma y daca. Finalmente, en relación con la
devolución del patrimonio incautado con motivo de la guerra, se nos
sigue aplicando a nosotros y a todos los perdedores de la guerra del
36 el baremo de vencidos. Lo que fue una apuesta por la
reconciliación, aprobada por ley, se ha convertido en una afrenta a
los partidos a quienes la defensa de la legalidad republicana les
hizo perder sus casas, sus periódicos, sus propiedades. Pero, ¿de qué
vamos a quejarnos? Una transición basada en la impunidad y en las
loas continuas al perdón de los responsables de aquella tragedia ha
hecho que su grupo parlamentario, este año, una vez más, se haya
negado a condenar aquella sublevación y hoy es el día en el que
todavía en esta Cámara no se ha condenado aquel baño de sangre,
mientras a todas horas se pone como ejemplo una transición que no ha
sido capaz de reconocer que aquí hubo una dictadura de 40 años, cuyos
coletazos todavía vivimos, porque el único culpable del nacimiento de
ETA fue el régimen de Franco.

En segundo lugar decía usted, señor presidente, el 25 de abril del
año pasado, en su investidura, que el Parlamento debería continuar
siendo el centro de la vida política nacional. No lo ha sido. El
Parlamento ha sido este año una especie de foro de monólogos
superpuestos, al margen de los problemas de la sociedad. El Senado se
queja porque los proyectos de ley se aprueban sin cambiar una coma.

El Senado está totalmente paralizado como Cámara territorial desde
1998 y ahora ya ni es Cámara de segunda lectura; el Senado es un puro
rodillo, como el Congreso. Y es evidente que se desprecia un axioma
inherente al sistema democrático que no es otro que el respeto a las
minorías. La democracia otorga el Gobierno a las mayorías, pero le
exige el respeto a las
minorías; ese es su control de calidad. Y toda esta exhibición de
pactos cerrados fuera del Parlamento, extranjería, reformas
laborales, justicia, antiterrorismo, víctimas y demás no es
precisamente la viva imagen de una democracia respetuosa con la
pluralidad incluyente, sino más bien con el bipartidismo excluyente.

De seguir así, la pregunta se impone: ¿a dónde va este Parlamento?
Yo sé, señor presidente, que represento a parte de una sociedad
inmadura, pero si ser maduro es excluir de la Mesa del Congreso, del
Consejo de Radiotelevisión Española, del Tribunal de Cuentas, del
Consejo de Universidades, del acuerdo previo de las leyes al PNV, no
sé de qué madurez democrática habla usted, que este año ha roto todos
los equilibrios que hicieron posible la transición. Usted, señor
Aznar, se ha insularizado y en una democracia representativa la gente
no debería sentirse cada vez menos representada. Usted, además de un
planteamiento excluyente, adopta posturas cada vez más estridentes en
sus debates, comunicándose cada vez más con sus baluartes ideológicos
y electorales afines, profundizando cada vez más su carácter
impositivo.

Decía usted, señor Aznar, el 25 de abril, que el fenómeno de la
inmigración exige una política de Estado y que la desarrollaría con
el máximo acuerdo de las fuerzas políticas parlamentarias. Eso está
en el «Diario de Sesiones». Usted, señor Aznar, no ha cumplido,
porque todo ha sido un auténtico despropósito en esta ley y el
resultado es que ocho autonomías y varios partidos han planteado
recurso de inconstitucionalidad ante la ley. No se podrá sentir
satisfecho del incumplimiento de su promesa en la investidura del año
pasado. Una ley recurrida, aplicada mirando al techo y con acciones
tan increíbles como los viajes al Ecuador y la consagración de los
sin papeles.

En tercer lugar, usted dijo que deseaba alcanzar sus objetivos con un
proyecto político de centro reformista impulsado mediante el diálogo.


No entendemos que con ese criterio de hace un año de centro
reformista se condecore a Melitón Manzanas; no se reconozcan las
víctimas de los hechos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, siendo
Manuel Fraga ministro de la Gobernación; se tolere que el presidente
de honor del Partido Popular diga que el euskera es una lengua de
museo y que no sirve para la vida moderna; se permita a un delegado
del Gobierno que insulte al Gobierno vasco continuamente y a quienes
llevan nombres en euskera y no tenga un mínimo de respeto
institucional; se elija y permita que el Defensor del Pueblo se
dedique continuamente a insultar al nacionalismo democrático, y se
haga en plena campaña electoral, como en los mejores tiempos del
clientelismo de Romanones, una promesa de inversión de 800.000
millones de pesetas y se nos persiga como partido político
internacionalmente. No, señor Aznar, eso no es el centro progresista;
esa es la vieja derecha de siempre, que no ha aprendido nada ni ha
olvidado nada. Entendemos ahora por qué prefiere usted más a su
íntimo amigo Silvio Berlusconi que a un partido que fundó en 1947 la
Democracia Cristiana europea.




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En cuarto lugar, he de recordarle que usted siempre pone como marco
cerrado inamovible una Constitución que, por cierto, el antecedente
de su partido se negó a aprobar en su capítulo VIII. Para hablar de
la Constitución con autoridad moral, hay que cumplirla, y nos da la
impresión de que usted no ha asumido todavía que estamos en un Estado
plurinacional, pluricultural y plurilingüe, le guste o no le guste.

Aquí no vale eso del pensamiento único, la caja única, la matrícula
única, el modelo único, el idioma único. Si usted lee la
Constitución, comprobará que esto no es así, y sin embargo usted
simplemente tolera, a desgana, esta pluralidad pero no asume esa
Constitución que usted continuamente menciona. Y un dato, señor
presidente: han crecido en un 50 por ciento los conflictos de
competencias entre el Estado y las comunidades autónomas en el
Tribunal Constitucional. Usted, señor Aznar, no quiere una fórmula
que permita la presencia de un representante de las comunidades
autónomas en aquellas reuniones del Consejo de Ministros de la Unión
Europea en las que se traten asuntos en los cuales tengan competencia
exclusiva las comunidades autónomas. Usted se escuda en la
elaboración de informes para no hacer nada y en decir que es política
exterior lo que no es más que política doméstica. Usted no permite un
referéndum en el enclave de Treviño, cuando la Constitución ampara
esta iniciativa. Usted, con la Ley de estabilidad presupuestaria,
amenaza el sistema foral. Usted, con su mayoría, quiere imponer una
ley que en la práctica es una auténtica Loapa financiera. Usted, con
su recurso contra el decreto del uso del euskera en la Administración
de justicia, no está cumpliendo el espíritu y la letra de la
Constitución. Usted, señor Aznar, no puede bajo ningún concepto
utilizar la institución de la Corona para enviar mensajes
uniformizadores o que falten seriamente a la verdad histórica, como
lo ocurrido en la entrega del premio Cervantes.

En quinto lugar, además de Constitución, su fórmula mágica para
alargarlo todo incluye la palabra estatuto. La pregunta se impone:
¿qué estatuto? Porque no respeta la legalidad vigente quien no
respeta el estatuto ni las opciones de cambio y actualización que se
pueden formular desde el mismo. Usted, en el pacto de investidura de
1996, se comprometió a desarrollar el Estatuto de Gernika. No lo ha
tocado. Son cinco años más de una historia de un estatuto de 22, 22
años sin completar el Estatuto de Autonomía de Gernika, 22 años. Las
competencias no se transfieren porque así lo dispone la Ley orgánica
del estatuto, sino que se negocian en el sentido más comercial del
término cuando razones de política coyuntural así lo aconsejan. Poco
importa que con el voto del PP en 1955 en el Parlamento vasco se
definiera la lista de materias que quedaban por transferir, así como
los criterios de valoración para su transferencia. El mercadeo y el
interés político priman sobre cualquier otro criterio, y desde hace
dos años ni tan siquiera eso. Hemos vuelto a la época de don Manuel
Fraga y de Blas Piñar, los únicos que se negaron a votar
el Estatuto de Autonomía de Gernika por su singularidad. Estamos,
pues, en plena involución estatutaria, le guste a usted o no. Porque
esta especie de chalaneo constitucional y estatutario quiebra la
confianza del nacionalismo vasco en los poderes del Estado y reaviva
los recelos que ya en su día se manifestaron con ocasión de la
frustrante experiencia del proceso constituyente en 1978. Nosotros,
señor presidente, no somos periféricos de nada. Esa sigue siendo una
concepción centralista absurda y condescendiente que no admitimos.

Porque nosotros reivindicamos el estatuto, pero todo el estatuto,
incluida su disposición adicional, porque sabemos que es un lugar de
encuentro en un país plural, incluyente y con memoria histórica. Pero
usted, al utilizar todo con cálculo político de confrontación total
contra el nacionalismo, sin actitud ninguna ni disposición para
construir acuerdos que nada tienen que ver con la piedad histórica
sino con el respeto a la ley y la imaginación política, pone en
cuestión la necesaria adhesión a un estatuto que fue sobre todo una
apuesta por la convivencia desde la singularidad.

En sexto lugar, señor presidente, es preciso recordarle que el día de
su investidura anunció usted que el diálogo sería la pauta de
comportamiento de su Gobierno. Eso lo dijo usted hace un año. Dijo
usted exactamente: Las reformas basadas en acuerdos son más sólidas y
duraderas, queremos impulsar un espíritu de colaboración entre los
partidos políticos, entre los poderes del Estado, entre el Gobierno
de la nación, las comunidades autónomas y las corporaciones locales.

Señor Aznar, le tengo que decir que usted, por lo menos en nuestro
caso, no ha cumplido porque para dialogar hay que tener talante y
sobre todo entrenamiento y usted basa su acción en la interpretación
de sus silencios, en el cuaderno azul, en los enmarcamientos de
cejas, en aplicar fríamente su mayoría y en no hablar absolutamente
con nadie. Usted, señor Aznar, no ha dialogado sobre la formación
profesional, no dialoga en serio sobre la Ley universitaria, sobre la
reforma del decreto de humanidades, sobre la Ley penal juvenil, sobre
los presupuestos, sobre el Plan hidrológico nacional sin un plan de
regadíos previo, sobre la non nata Ley de cooperación autonómica. Su
falta de flexibilidad se acentúa y nada hace presagiar cambios. Los
cambios, señor Aznar, los espera usted siempre del adversario
político aunque el adversario al que usted ve como enemigo gane las
elecciones. Lo decía el recordado Ernest Lluch: En democracia no hay
enemigos, solamente hay adversarios. El reciente y clamoroso
resultado del 13 de mayo le ha dado a usted la oportunidad de
reconocer sus demasías y reconciliarse con potenciales ciudadanos
votantes suyos; pero sus reflexiones sólo le han llevado a insultar
la inteligencia de los que no le han dado la razón en las urnas. Una
inteligente forma de realizar campaña para los próximos comicios,
señor Aznar.

En séptimo lugar, usted dijo algo muy contundente en su investidura.

Fue esto, además, no solamente lo



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dijo usted hace un año, también lo ha dicho hoy por la mañana; dijo
usted hace un año y lo ha vuelto a repetir hoy: Quiero ser muy claro,
nuestro único enemigo es el terrorismo y su desafío permanente a los
derechos fundamentales y a las libertades individuales. Nuestro único
enemigo es el terrorismo. Desgraciadamente, tras la ruptura de la
tregua por parte de ETA se han producido 30 asesinatos: 16 en el
Estado español, uno en Navarra y 13 en la comunidad autónoma vasca; y
tras aquella pregunta que me hizo usted en la investidura el año
pasado, se han producido 26 (Rumores y protestas.) entre los que se
encuentran desgraciadamente magistrados, chóferes, cocineros,
obreros, guardias civiles, policías, militares, un ex ministro, un ex
gobernador, un presidente de patronal, un ertzaina, concejales; y
dentro de esta terrible lista, cinco personas afiliadas al Partido
Popular, tres al Partido Socialista Obrero Español y tres al
nacionalismo democrático. Es un dramático balance. Es un insoportable
balance. Es un asfixiante balance. Es un intolerable balance de un
año. Es, pues, toda la sociedad amenazada por una organización
criminal de 40 años que ejerce un terrorismo cruel, inhumano y sin
explicación. Pero más allá del sufrimiento que directamente causa,
pone también en serio peligro nuestra capacidad de razonar y no
podemos caer en eso porque sería su triunfo.

Señor presidente, ya lo hemos dicho en muchas oportunidades y le
hemos recordado este dato, que es importante: el PNV es una
organización de 106 años y en estos 106 años hemos actuado casi 70
sin que existiera una organización que tildándose de nacionalista
ejercitara la violencia. Al principio de respuesta al régimen; tras
la muerte del dictador, es una violencia y un terror asesino e
indiscriminado sin justificación alguna. Pero eso es ETA, eso no es
el nacionalismo democrático, eso es ETA. En la Constitución española,
esa Constitución que usted esgrime a todas horas, se dice en su
artículo 16 que se garantiza la libertad ideológica y que nadie podrá
ser obligado a declarar sobre su ideología. Sin embargo, usted
durante un año se ha dedicado con todos los medios a su alcance a
tratar de unir nacionalismo con violencia, no lo que dijo -que el
terrorismo era nuestro único enemigo- el año pasado. El 17 de marzo
nos decía que el PNV era un edificio aislado y en ruinas que algunos
pretendían que cayese sobre la sociedad. También que el PNV había
pegado el pelotazo de vivir a expensas del miedo. Los nacionalistas
viven del engaño y del cuento, nos decía usted. Pero lo peor ha sido
su intento durante año y medio de unir nacionalismo con violencia
afirmando que votar al PNV era alimentar a ETA. Su error fue de
principio a pesar de haber dicho en el debate de investidura que el
único enemigo era el terrorismo, como lo ha dicho hoy también. Trazó
una línea divisoria equivocada: nacionalistas, no nacionalistas,
antinacionalistas, sabiendo usted mejor que nadie que el PNV tiene
exactamente la misma ideología que tenía cuando le votó a usted en la
investidura de 1996 y la que ha tenido en estos 76 años
de actuación en este Congreso de los Diputados, condenando la
sublevación militar de Primo de Rivera, la de Franco, a ETA y al GAL;
siempre hemos condenado todas las violencias y todos los terrorismos.


Por eso no tenía usted derecho a plantear el debate de sal gruesa que
venía a equiparar en la práctica a los dirigentes del PNV con ETA,
utilizando además el burdo argumento de que quien comparte los fines
se convierte en cómplice de los medios, un planteamiento tan irreal y
tan antidemocrático en el fondo y en la forma, desconociendo de
manera pasmosa la realidad vasca no podía salir bien. Ustedes
movieron, efectivamente, al electorado. Votaron ocho de cada diez
vascos y no ganaron. Dijeron que el modelo era Araba y no ganaron. Se
apoyaron en la margen izquierda y no ganaron. Repitieron mil veces
una mentira creyendo que era una gran verdad y se la creyeron, pero
una mentira repetida un millón de veces sigue siendo una mentira. No
se puede quebrar, señor presidente, las reglas del juego con los
medios públicos de comunicación, que no han sido neutrales no han
sido objetivos no han sido respetuosos ni equilibrados. No se puede
manipular el CIS, no se puede manipular el proceso de formación de la
opinión pública de la forma en que se ha hecho en este último año. Al
grito de todo vale todo ha valido y sigue valiendo, porque usted
sigue argumentando que lo que unos quieren al contado otros lo buscan
a plazos. El president Pujol dijo algo importante, que durante este
año todo ha sido una cruzada antinacionalista, y usted se molestó
mucho. Yo le tengo que decir que el president Pujol tenía toda la
razón del mundo. Fue una cruzada antinacionalista, porque el
sentimiento antinacionalista que se ha fomentado en toda España es
real y esa herida seguirá abierta mucho tiempo si usted no se apea de
sus certezas, de sus dogmas y de un cierto resentimiento político.

Usted calculó que la derrota del PNV podía ser la antesala de la
liquidación de las aspiraciones nacionalistas en toda España y por
ello lanzó de forma antidemocrática una feroz campaña con todos los
medios a su alcance, que son muchos, siguiendo las trasnochadas
operaciones de contrainsurgencia. Usted creyó que podía loapizarlo
todo y enderezar de verdad el proceso autonómico siguiendo la línea
más primaria del discurso de Alianza Popular y de Fuerza Nueva; creyó
que con la bandera de la Unidad Nacional pasaría a trasladar el
modelo vasco a Cataluña y a Galicia, rompiendo los consensos básicos
de la transición, pero el resultado del 13 de mayo nos muestra que la
pretendida caída de los nacionalismos está más lejos que nunca de sus
pretensiones, y que si sigue usted con ese discurso, en el que no ha
aprendido nada ni ha olvidado nada, sin darse cuenta de que el
trabajo de un político no consiste en recrearse en la rigidez sino en
su capacidad de sumar y de conseguir resultados colectivos, va a
seguir con un enfrentamiento de incalculables consecuencias.

Señor Aznar, usted debería darse cuenta de que el desencuentro es
absolutamente estéril, ya que no conduce a nada que no sea más
desencuentro. La política



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no puede plantearse en términos de victoria o de derrota. Nadie va a
ganar esta batalla y lo único que puede lograrse es la ruptura de la
cohesión social. Se ha caído en el partidismo deplorable, en la
ideología insensatamente combativa, en la intolerancia. Con esta
polarización nos hemos convertido en una sociedad con una creciente
sordera, no escuchándonos realmente unos a otros. No sentimos la
humanidad de los demás, no apelamos a sus vulnerabilidades y a sus
aspiraciones. En vez de eso explotamos sistemáticamente nuestras
diferencias en nuestro propio provecho. Buscamos la debilidad de los
demás en nuestro propio beneficio, para mayor gloria de un partido
político, punto de vista, por el puro placer de la controversia o
para humillación de aquellos con los que no estamos de acuerdo. Es
hora, pues, de que usted abandone de una vez por todas la política de
la confrontación y la sustituya por una política asentada en valores
comunes profundamente enraízados en la sociedad; unos valores que se
han abandonado de forma suicida en los últimos meses, con una mezcla
de información incompleta y desinformación.

Señor presidente, como dice la Constitución, no se puede penalizar
una ideología como si ella llevara el gen de la violencia y el
asesinato porque no es verdad y porque en democracia cualquier idea
puede ser planteada legítimamente. Lo contrario es la fractura
social, y sin embargo es verdad que los amigos de la descalificación
gruesa saben que esto es muy rentable en las urnas. Por ello pensamos
que quien actúa así no merece el calificativo de político positivo ni
de ejercer la política para resolver conflictos, sino que se trata de
una estrategia con ánimo de no resolverlos.

Señor presidente, hace poco su ministro de Asuntos Exteriores
comparaba la lucha de ETA con los palestinos. Algo después usted
permanecía callado cuando el primer ministro ruso, Vladimir Putin,
decía junto a usted que la situación de Chechenia era como la de
Euskadi. También en febrero, el primer ministro Barak comparó a los
palestinos con ETA y hace dos semanas usted no matizaba al presidente
Bush, que quería acabar con el terrorismo poco menos que a base de
misiles. Usted, señor Aznar, sin embargo, ha ofrecido Madrid para que
se llegue a acuerdos sobre la situación de Colombia y en agosto del
año pasado le dijo a Arafat en Mallorca que reconocería al Estado de
Israel cuando se proclamara. De ahí que nos interesa conocer su
opinión sobre conflictos enquistados, porque usted es un experto,
porque al parecer tiene recetas para Oriente Medio, que ya sabemos
que nada tiene que ver con lo que ocurre por aquí; ya lo sabemos. Sin
embargo, usted le dijo una cosa importante a Arafat. Le dijo que es
absolutamente imprescindible que no se deje en manos de grupos
radicales ninguna iniciativa política que pueda perturbar el deseo de
paz y que España siempre ha apostado por el pueblo palestino y porque
logre sus justas reivindicaciones en su reconocimiento, que no puede
prologarse tomando como referencia la eternidad.

Usted, señor Aznar, estuvo en febrero en El Cairo y volvió a ofrecer
una segunda conferencia en Madrid al presidente Mubarak. Dijo usted:
el proceso de paz es ya largo, de 10 años, y no hay procesos eternos,
pero puede haber guerras mucho más largas. Por tanto, no nos
equivoquemos a la hora de fijar posiciones. Las guerras interminables
siempre son mucho peores que los procesos, por largos que sean. No
perdamos lo que tenemos. Si se ha estado muy cerca, no se contribuya
a estar más lejos y establézcanse elementos de confianza suficientes
para seguir con el proceso de paz, porque es bueno empezar a moverse
para que se pueda llegar a la paz cuando se cumpla el décimo
aniversario de aquella reunión.

Esto, señor Aznar, lo decía usted. Posteriormente usted estuvo con el
recién elegido Ariel Sharon y dejó claro que no se podía demonizar al
presidente electo porque no se puede trabajar sobre prejuicio, decía
usted. Hay que escuchar a la gente, dijo usted en Tel Aviv, y
prescindir de las ideas preconcebidas, no hacer películas de buenos y
de malos o de palomas y de halcones sin matices. Yo no soy partidario
de cerrar la puerta a nadie, decía usted, ni de juzgar por hechos
pasados sino de trabajar bajo el principio de paz por territorios;
daba usted incluso la fórmula. Y finalmente daba usted una
interesante receta: trabajar muy pegados al terreno, estudiar la
política interna del país en el que están y la situación regional
para ver qué se puede hacer.

Esto lo ha dicho usted, señor Aznar, en el mes de febrero y la semana
pasada aquí en rueda de prensa en Moncloa. Estamos en junio, pero los
principios, por ser generales, deberían valer para todos los
conflictos, porque son generales. Usted, señor presidente, sabe muy
bien que los puentes siempre se construyen sobre los ríos, nunca se
construyen sobre los océanos, y que para elegir entre una solución
perfecta que guste a todos y una solución imperfecta no se necesitan
líderes políticos. Los líderes políticos se necesitan para tomar
decisiones imperfectas que a la larga, quizás en la siguiente
generación solucionen los problemas. Ya sabemos que cada uno tiene
sus fórmulas y las hay para todos los gustos. Le voy a poner un
ejemplo que quizás le va a parecer a usted interesante. En 1918, un
vasco nacido en la localidad navarra de Echalar, activista del PNV y
escritor del diario Euskadi, que se llamaba Manuel Aznar Zubigaray,
reivindicaba tras la I Guerra Mundial el ejercicio del derecho de
autodeterminación al calor de las propuestas del presidente Wilson.

Ya sabemos que luego cambió, pero ya ve usted que esas cosas no son
de ahora, son de hace muchísimo tiempo. Por tanto, es bueno tomar
todas las reflexiones que se han hecho, incluso en el pasado.

Señora presidenta, voy terminando. Hace un año, señor Aznar, usted
habló en su investidura de Parlamento, usted habló de centrismo,
usted habló de diálogo, usted habló de terrorismo como único enemigo,
usted habló de Constitución y usted habló de estatuto.




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Un año después desde el Grupo Parlamentario Vasco (PNV) podemos decir
que usted no ha cumplido con lo anunciado. Este año usted ha impuesto
un monólogo cuando ahora más que nunca gobernar es dialogar y quien
niega el diálogo niega siempre la solución. Sin embargo, quienes
creemos que la política es el instrumento privilegiado de la
civilización humana para transformar la realidad pensamos que debemos
apostar con estatura moral y visión de futuro por el espíritu de
cambio de lenguaje y contenidos que animan a la sociedad que está por
encima de simplismos, para que se logre construir una propuesta que
se convierta en un planteamiento político integral de largo alcance,
una nueva pluralidad que articule los antagonismos y sobre todo para
que no enrarezcamos el ambiente de una sociedad que el pasado 13 de
mayo nos dio a todos una gran lección, pienso que a todos, desde
luego al PNV también le dio una gran lección. Sin duda no es la hora
de los maniqueísmos. El desarrollo democrático del país exige actitud
de concertación y de generación de consensos. Es perfectamente
compatible la generación de consensos, la firmeza, con la capacidad
de negociación y acentuando la tolerancia por encima de la
confrontación estéril, la actitud del consenso, sin confundir lo
coyuntural con lo perdurable, lo personal con lo transcendente.

Señor Aznar, estamos hartos de que una minoría totalitaria quiera
convertir Euskadi en un parque temático de terrorismo antropológico.

El hastío que produce la persistencia de la violencia, la percepción
cada vez más extendida de su carácter arbitrario e inhumano, el
agobio de la amenaza que convierte la vida en un estado de queda
perpetuo, confluyen en que sea muy difícil mantener una actitud
serena ante todos los valores que están en juego, pero ni en la lucha
contra el terrorismo podemos equivocarnos de enemigo. La inmensa
mayoría de la sociedad vasca se rebela contra los asesinatos
cometidos por ETA -la inmensa mayoría, no nos confundamos- contra
personas y contra colectivos, contra los concejales del Partido
Popular y contra los concejales del Partido Socialista, sobre todo
porque son contrarios, como somos aquí todos, a los postulados
totalitarios de una organización terrorista que conculca el más
elemental y básico de todos los derechos humanos, que es el derecho a
la vida. La inmensa mayoría se rebela contra la intolerancia que se
sirve de la utilización del miedo y de la agresión para imponer a los
demás sus proyectos políticos. Por eso en diciembre del año 2000, en
Gernika, el lehendakari Ibarretxe hizo una declaración pública de un
compromiso ético en defensa del derecho a la vida y de la libertad de
todas las personas. Recogía el clamor de una sociedad que anhela la
paz y quiere que se mantenga asentada en la libertad. Son principios
generales absolutamente claros, son buenos cimientos sobre los que
volver a construir un sólido edificio de encuentro. Son estos.

Primero, nuestro compromiso con la defensa del derecho a la vida y de
las libertades de todas las personas
como principios fundamentales de la convivencia social, y en
consecuencia nuestro rechazo a todo tipo de violencia y de
terrorismo. El respeto debido a los derechos inviolables de todos los
seres humanos, a su integridad física y moral y a su libertad de
expresión constituye la única base firme sobre la que asentar una
convivencia auténticamente humana y cualquier proyecto político
legítimo.

Segundo, nuestro compromiso de defender y garantizar el ejercicio de
los derechos y de las libertades de todos y cada uno de nuestros
conciudadanos y conciudadanas. Libertad para vivir sin la amenaza de
la coacción, de la persecución y del asesinato de forma que el
conjunto de los ciudadanos y ciudadanas, sin excepción, tengan
garantizados en nuestra sociedad el ejercicio de todos los derechos
humanos que les corresponden como personas. Libertad también para las
ideas, para todas las ideas, libertad de opción, libertad de
pensamiento y libertad para elegir, para decidir sin imposiciones
y sin chantajes; libertad para que todos los proyectos puedan ser
defendidos, y en su caso materializados, única y exclusivamente por
las vías políticas y democráticas.

Tercero, nuestro compromiso de solidaridad activa y de reconocimiento
ético, político, social y material a todas las personas que han
sufrido y sufren las consecuencias de la violencia, la intolerancia y
el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones.

Cuarto, nuestro compromiso para desarrollar, además de las medidas
legítimas de que dispone un Estado de derecho para defender la
libertad y la seguridad de las personas, cuantas iniciativas
contribuyan a crear las condiciones precisas para lograr el final
dialogado de la violencia, la normalización política y la
reconciliación en el seno de nuestra sociedad.

Quinto, nuestro compromiso con el diálogo y la no violencia, porque
la sociedad no pide a nadie que renuncie a sus ideas, solamente le
exige que las defienda única y exclusivamente a través de la política
y de la democracia.

Finalizo, señora presidenta. A los demócratas no tiene que asustarnos
la democracia. El 13 de mayo ocho de cada diez vascos fueron a votar.


Nos dijeron con sus votos que había que serenar el debate político y
reconstruir relaciones deterioradas. Nos dijeron también que romper
la cohesión y fomentar el desencuentro es estéril, no conduce a nada
que no sea más desencuentro, así como el que la política no puede
plantearse en términos bélicos de victoria o de derrota, y no me
refiero al terrorismo sino a las relaciones entre partidos políticos
democráticos como somos todos los que estamos en este hemiciclo.

Nadie va a ganar a la larga en esta batalla y todos tenemos en ella
mucho que perder si no actuamos de manera conjunta. Definitivamente
esto no se resuelve sin tolerancia, no en el sentido pasivo que decía
Voltaire de perdonarnos nuestras insensateces, esa castiza tolerancia
española que comentabaTomás y Valiente como acto de generosa
condescen-



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dencia de quienes están en posesión de la verdad, sino como apuesta
por el entendimiento, la comprensión mutua y la convivencia entre
hombres igualmente libres, porque solamente la libertad hace
verdaderamente la vida digna. La libertad es para ejercerla y la
democracia para vivirla. Ni libertad, ni democracia son artículos de
lujo para ser exhibidos en vitrina. La gente normal preferimos vivir
una democracia y una libertad abierta, con el riesgo creador del
debate que es el riesgo de la verdad y no una libertad y una
democracia silenciosas y atemorizadas. Aquella sociedad es compleja,
entreverada de sentimientos muy plurales de pertenencia, heredera de
múltiples tradiciones lingüísticas y culturales que se encuentran
profundamente arraigadas e interiorizadas en la ciudadanía. Esta
complejidad no es pasajera, sino que ha pasado a formar parte de la
estructura constitutiva de la sociedad vasca. La función de la
política es gestionarla, no tratar estérilmente de eliminarla, porque
nada de lo que nos está ocurriendo es inevitable. Todo ha sido
producto de decisiones humanas todas evitables. Un buen periodista de
manera lúcida marcaba un buen camino. Todo se pudo hacer de otra
manera y todo se puede hacer de otra manera a partir de hoy. ETA
puede dejar de matar, los partidos políticos pueden hacer girar el
dial de la confrontación hacia la cooperación. La sociedad puede
convertir la herida de la victimación en una llamada apremiante a la
reconciliación. Todo es posible. Mañana es un tiempo que no está
escrito. Mañana es, será hijo nuestro, no del destino. Nosotros, los
que hoy podemos todavía darnos la mano, respetarnos, cooperar en la
búsqueda de soluciones y disponernos a sufrir juntos compasivamente
lo que de momento no seamos capaces desgraciadamente todavía de
evitar; nosotros, los que podemos llamar a lo mejor de cada uno para
unirlo a lo mejor del otro, para crecer juntos en lugar de hacer
viajes al cementerio; nosotros, los que podemos honestamente
distinguir qué corresponde a la política, qué corresponde a la mera
humanidad y qué jerarquía deba ser establecida entre ambas, cuando
cada uno se coloque en esta actitud sin esperar a que antes lo haga
el otro, todo quizá empezará a ser distinto, porque la paz no la
construyen los doctrinarios sino los constantes y los audaces.

Por parte del Partido Nacionalista Vasco, del Grupo Parlamentario
Vasco, del Gobierno vasco, del nacionalismo vasco sepa usted, señor
presidente que no va a quedar.

Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anasagasti.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, señor Anasagasti, quisiera dividir en tres elementos mi
intervención en contestación a su discurso. Primero, permítame una
consideración estrictamente personal. Estoy bastante satisfecho y
bastante orgulloso de mi abuelo, al que usted se ha referido, que
nació en Echalar, hoy comunidad foral de Navarra, y también estoy
bastante orgulloso de mi padre, que por cierto usted no lo ha citado,
lo digo yo en la Cámara. Ustedes como un elemento presuntamente
ofensivo pensaban que era ofensivo decir que había sido bautizado en
una parroquia de Bilbao y en la misma pila en que fue bautizado el
señor Arana. A mí eso no me ofende absolutamente nada. Estoy muy
orgulloso de mi abuelo y de mi padre, pero no hablo de la familia de
nadie, señoría (Aplausos.), yo no hablo ni introduzco elementos en
relación con la familia de nadie, porque todo el mundo tiene derecho
a plantear sus cosas aunque no se esté de acuerdo con ellas, incluso
en el seno de una misma familia, y tiene derecho a corregir esas
opiniones y sus opiniones.

Antes de entrar en el fondo de la cuestión quisiera hacer un breve
comentario sobre algunas cuestiones que usted ha planteado. En primer
lugar, respecto a la restitución a los partidos. El Gobierno está
cumpliendo la ley de restitución de patrimonio a los partidos, está
cumpliendo escrupulosamente la ley, otra cosa es que su partido
aspire a más de lo que según la ley le corresponde o tengan ustedes
interés en recuperar cosas que desde el punto de vista de la
legalidad no les corresponden.




En segundo lugar, me sorprende que S.S. plantee como un elemento
negativo del enjuiciamiento del Gobierno la renegociación del
concierto económico. El concierto económico fue negociado, el
concierto económico ha adquirido un nivel de desarrollo
extraordinario, y eso se hizo en la legislatura anterior. Me
sorprende mucho que establezca como incumplimiento haber conseguido
el nivel de desarrollo más importante del concierto económico.

En tercer lugar, en su intervención, señor Anasagasti, no he
escuchado una sola palabra en relación con el concierto económico; no
ha pronunciado una sola palabra en relación con el concierto
económico. A mí me gustaría saber si la voluntad que tienen SS.SS.,
la voluntad que tiene su partido, la voluntad que tendrán en el
futuro inmediato las instituciones vascas son de renegociación del
concierto económico, porque ya le digo que la del Gobierno ha quedado
muy claramente manifestada, y nuestro compromiso también, pero tal
vez haya algunos ciudadanos ahora en el País Vasco, en el conjunto de
España que puedan sentir alguna preocupación por no haberle escuchado
a S.S. ninguna referencia a lo que es un elemento central de la
autonomía vasca, como es el concierto económico. Este Gobierno,
y como recordaba esta mañana, ha tenido una actitud absolutamente leal
en todo momento con el desarrollo del concierto, y además en los
momentos de más apuro para la vitalidad y viabilidad del concierto en
las instituciones europeas, ha sido la actuación del Gobierno,
apelando a la raíz constitucional del concierto, la que ha evitado
que la base del mismo sea puesto en cues-



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tión desde las instituciones europeas. Por eso ahora, señorías, hay
que recordar esto y hay que recordar que en una nueva negociación del
concierto hay que actuar con ese criterio de lealtad, hay que actuar
con ese criterio de responsabilidad institucional, y hay que saber
bien cuáles son los actores que participan en la definición de ese
marco estable, pilar de la autonomía vasca, que es el concierto y del
cual sorprendentemente S.S. se ha olvidado en su intervención esta
tarde.

Por otra parte he escuchado con cierta satisfacción, no se lo oculto,
porque tal vez eso supone algún elemento nuevo en su discurso
político, unas referencias de preocupación en relación con el Senado,
unas referencias de preocupación en relación con la política de
inmigración que no ha concretado, y también una referencia sobre la
conflictividad en el Tribunal Constitucional. El Gobierno ha
impugnado exactamente ocho normas de cuatro mil normas autonómicas, y
me parece que el nivel de conflictividad en este momento en el
desarrollo constitucional de España es bastante reducido. Por tanto,
el que eso se plantee desde el punto de vista de conflictividad en
los términos que usted ha mencionado ante la Cámara, sinceramente me
parece una inexactitud.

Señor Anasagasti, quiero decirle que no ha sido mi propósito ni mi
intención hacer un análisis de las elecciones en el País Vasco, eso
corresponde al debate entre las fuerzas políticas en el País Vasco y
al debate en el Parlamento vasco, que por cierto es la institución en
la que conviene hablar y dialogar, y que está institucional,
constitucional y estatutariamente establecida justamente para eso.

Quiero recordarle que puestos a convertir el Parlamento en centro de
actividad política, en los últimos tiempos la del Parlamento vasco no
es precisamente lo que más le debe impulsar a S.S a plantear el
Parlamento como centro de actividad política en lo que significa la
acción y la tarea de un gobierno. Pero quiero decirle que ese debate
es propio de las fuerzas políticas del País Vasco. Espero y deseo que
ese debate se produzca, como estoy seguro de que así será, en la
sesión de investidura del nuevo lehendakari el próximo mes de julio.

De estas elecciones, como de todas, todos debemos extraer
consecuencias y todos debemos extraer lecciones. Me preocupa que de
extraer esas consecuencias y esas lecciones se haga de manera
coherente, no con ningún calendario apresurado, no con prisas
forzadas, sino con mis convicciones políticas y con lo que significa
la búsqueda de un apoyo constante del electorado de un modo continuo
y permanente. Y quiero decirle, señoría, que no se equivoque. He
sacado conclusiones ¡cómo no voy a sacarlas! Le diré más, estoy
dispuesto a corregir todos los errores que haya podido cometer en la
política vasca, pero quiero decirle también que no estoy dispuesto a
corregir ni uno solo de los aciertos que hayamos cometido en relación
con lo que significa la política vasca. Para utilizar un lenguaje que
le es familiar a usted, le diré que no vamos a desactivar la
alternativa política en el País Vasco; no vamos a desactivar la
acción política del Gobierno como garantía de derechos y libertades
de los ciudadanos en el País Vasco; no vamos a desactivar nuestra
contribución democrática a la vida política y social del País Vasco;
y no vamos a desactivar ningún elemento de movilización ciudadana a
favor de la pluralidad, a favor de la libertad y a favor de la paz.

Sinceramente me parece lamentable que, por el contrario, S.S. haya
podido plantear como primera exigencia, después del resultado de las
elecciones, que esos grupos políticos como Gesto por la Paz o el Foro
de Ermua tengan que desactivarse porque sean grupos ilegalmente
financiados con fondos reservados o desde instancias del Gobierno; me
parece absolutamente equivocado e inaceptable. (Aplausos.)
Ha hecho S.S. una reflexión sobre la situación política después de
las elecciones en el País Vasco y se ha detenido a explicar las
razones por las cuales algunos no hemos ganado las elecciones. No
estoy seguro de que sea esa la pregunta que más interesa hoy a los
ciudadanos. La que más les interesa probablemente sea para qué han
ganado ustedes las elecciones. En ese sentido, no entiendo adónde
quiere llegar S.S. con los discursos políticos que ha hecho hacia
atrás esta tarde. Las elecciones se ganan procurando una coherencia
de discursos hacia delante, no se ganan hacia atrás. Ha hecho S.S. un
recordatorio de acciones durante los últimos meses como que eso
afecta a la credibilidad de algunas personas, a mi credibilidad como
presidente del Gobierno o como dirigente político, con lo cual no
estoy de acuerdo. Pero no tengo ningún inconveniente en hacer un
repaso de los últimos meses, porque yo no tengo un problema de
credibilidad ante los ciudadanos, ni antes ni después de las
elecciones, para decir: Les aseguro que ahora no voy a aceptar el
apoyo de los representantes del terror, que son los violentos que me
dieron el apoyo hace unos meses y yo lo acepté. Yo no tengo ningún
problema de credibilidad con los ciudadanos por ese motivo, porque
nosotros nunca hemos aceptado ninguna componenda con ningún grupo
terrorista; nunca hemos aceptado que se nos diga con quién sí o con
quién no debemos pactar. Siempre hemos criticado que se hayan
aceptado votos de representantes de terroristas o de terroristas
convictos y confesos para ser elegido lehendakari en una votación.

Además, señoría, no hemos firmado nunca pactos para excluir a nadie y
al mismo tiempo hablar de pluralidad. Cuando se habla de pluralidad
vasca y cuando se habla de pluralidad en España hay que saber que se
defiende con más o menos convicciones o desde puntos de vista
ideológicos distintos. Y hay personas que en defensa de esa
pluralidad, señorías, en estos bancos y en esos se juegan la vida
todos los días; en esos bancos y en estos se juegan la vida todos los
días. (Aplausos) Por tanto, no se plantee como confrontación ni se
hagan propuestas de desactivación a lo que significa un proyecto en
virtud del cual se pretende que ni un solo ciudadano vea amenazados
sus derechos o recortadas sus libertades. Seño-



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ría, yo nunca he reconocido ni voy a reconocer que para los
terroristas haya el más mínimo papel como actores políticos en una
negociación o en un diálogo; ni como actores políticos ni como
representantes de nada, ni que hablen o pretendan hablar en nombre de
nadie. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) Y cuando se plantea una
especie de nuevos puntos, que no son más que viejos puntos planteados
de otra manera, señoría, no nos propongan como nuevos elementos que
están por el momento, hasta la hora presente, sometidos a alguna duda
o a alguna espera.

La pregunta es ¿para qué han ganado y qué van a hacer con ese
triunfo? Señoría, yo quiero medir muy bien las apreciaciones que
puedo hacer, que le pueda hacer esta tarde y que pueda hacer en
sentido general con la política vasca. Y si usted entiende mis
palabras como un compás de espera o como un período de observación, o
como quiera en ese sentido, es posible que esté bien encaminado. He
oído que no va a haber colaboración con Herri Batasuna, ahora
solamente Batasuna; he oído que se está dispuesto a dar una respuesta
contundente al terror; también hemos oído que, por fin, se ha llegado
a la conclusión de que detrás del terrorismo callejero está la
organización terrorista que lo fomenta. Señoría, lo que yo espero es
que se extraigan las consecuencias de esto. Si esas afirmaciones
suponen una lucha contra el terror con todas sus consecuencias,
frontalmente, no habrá la más mínima dificultad entre nosotros; no la
habrá. No se apele, por tanto, sólo a una colaboración institucional,
a una cooperación política en términos globales. Yo le digo que si en
lo que es el principal problema del País Vasco, que es el terror, se
hace una política para acabar derrotando el terror, no tenga duda de
cuál será la acción ni del Gobierno ni de las fuerzas políticas
democráticas, como ha sido siempre, y en especial del Partido Popular
en ese caso.

Yo tengo la convicción de que hablando de paz, señor Anasagasti, si
el terrorismo se asocia a un proyecto político, si supone la ruptura
de las reglas del juego y la quiebra del orden democrático, no se
avanzará. Y le quiero decir que en mi opinión y en mi convicción el
terrorismo no es el síntoma de nada, es la enfermedad; el terrorismo
no es la expresión de ningún déficit democrático, es el déficit
democrático; el terrorismo no es la expresión de un supuesto
conflicto, es el conflicto. No venga ahora a buscar culpables.

Ustedes tienen ahora la oportunidad, refrendada democráticamente en
las urnas, de enfrentarse a ello con todas sus consecuencias. No
busque culpables donde no los hay; no busque mayores
responsabilidades que las que ustedes tienen que asumir; no busque
culpables, señoría, busque aliados democráticos para enfrentarse al
terror desde las instituciones con todas sus consecuencias.

Yo lo siento mucho si le molesta que a veces se recuerde el discurso
de los medios y de los fines. Sin embargo, le quiero decir una cosa,
señoría: ese discurso no lo hacemos ninguno de los que estamos aquí;
ese
discurso lo hacen algunos de sus compañeros. Hay que dejar bien claro
el juego al que se quiere jugar: o se está con la autonomía y en el
Estatuto o se está por la autodeterminación, la independencia y por
plantar cara al terror con todas sus consecuencias. Su señoría me
puede decir: Yo estoy por la autodeterminación o por la independencia
y, además, por plantar cara al terror. Si eso es así, tenga la bondad
de explicar cuál es la relación entre una cosa y otra; porque si no
somos nosotros los que tenemos que escuchar que para acabar con el
terror hay que aceptar la autodeterminación o que es la
autodeterminación la clave para acabar con el terror, y eso es una
falsedad inaceptable desde el punto de vista democrático. (Aplausos.)
Si tienen esa responsabilidad en este momento, ejérzanla.

Naturalmente tendrán el mayor respaldo institucional con todas sus
consecuencias.

Su señoría plantea qué hacen, cuáles son los esfuerzos de los demás.

No quiero extenderme mucho en esto. ¿Qué ponen los demás? Un
dirigente político aliado suyo -ha ganado con ustedes las elecciones
en coalición- acaba de exponer la síntesis democrática para el futuro
del País Vasco, la acaba de exponer públicamente; ustedes van a
formar Gobierno con él y van a sentarse con él. Consiste en la
soberanía y la territorialidad, consiste en el reconocimiento del
derecho de autodeterminación en un plazo de cuatro años, consiste en
la federación de Navarra y consiste, por supuesto, en edulcorar todo
eso con esa fórmula mágica de respetar la capacidad de decisión, como
si los ciudadanos vascos no llevasen ya tiempo expresándose en las
urnas en elecciones autonómicas, generales y municipales y no
estuviésemos respetando la capacidad de decisión democrática de los
ciudadanos vascos desde hace muchos años, como corresponde en una
democracia. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) ¿Es esa la síntesis
democrática, señoría? ¿Es ese el esfuerzo que se está dispuesto a
hacer? Cuando S.S. habla de diálogos políticos en esta Cámara, ya
hemos puesto a lo largo de este debate -que ya lleva para seis horas-
muchos ejemplos de diálogos políticos y muchos ejemplos de consenso.

Pero si S.S. imagina la participación del Gobierno en lo que llama un
diálogo político que consista simplemente en ceder ante las
pretensiones del terror se equivoca. Los diálogos institucionales
y los diálogos democráticos se mantienen en las instituciones y en una
actitud de respeto a las mismas, y eso no es criminalizar ninguna
ideología, como ha dicho, eso no es levantar ninguna cruzada contra
nadie. No somos nosotros los que hemos respaldado los fines de
algunos; no somos nosotros los que hablamos de un conflicto político,
ni podemos aceptar que nadie nos diga que estamos criminalizando a
alguien porque defiende ideas distintas a las nuestras, entre otras
cosas porque bastante tienen nuestros representantes en el País
Vasco, que son criminalizados, extorsionados y asesinados en cuanto
pueden por algunos terroristas en



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el País Vasco. (Aplausos.) Eso sí que es criminalización con todas
sus consecuencias.

Creo sinceramente que el futuro del País Vasco no puede depender de
lo que en cada momento prevalezca en lo que ustedes llaman las
distintas almas del Partido Nacionalista Vasco. Un día vale el
Estatuto, otro día no vale; un día nos vamos a Estella, otro día nos
venimos; otro día nos vamos por otras formulaciones políticas y, al
final de toda esa situación en la que no se acaba con el terror,
siempre pagan los mismos la cuenta y la factura. Si ustedes quieren
poner algo nuevo encima de la mesa después de las elecciones en el
País Vasco, pongan determinación para acabar con el terror, pongan
determinación para que los derechos, la libertad y la convivencia de
todos los ciudadanos sean respetados en el País Vasco y pongan
determinación para que vuelva la confianza a la tierra vasca. Le
aseguro que no le va a faltar ni el aliento ni el apoyo de las
instituciones, ni el aliento ni el apoyo del Gobierno; lo que sí le
digo es que la responsabilidad del Gobierno sabemos muy bien donde
está y ésa ni ha variado ni va a variar; esa responsabilidad de
garantía institucional será la que siga cumpliendo el Gobierno con
todas las consecuencias.

Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Anasagasti.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señora presidenta.

Señor presidente, tengo la sensación de que nosotros como grupo
parlamentario en lugar de venir a un hemiciclo de un Parlamento, que
es el templo de la palabra donde se utilizan argumentos para
convencer a los diputados o a los senadores, venimos a un frontón,
porque usted nos devuelve siempre todas las pelotas, y no sé si vamos
a tener que venir vestidos de pelotaris porque la sensación de uno es
que usted tiene un discurso hecho, lo repite machaconamente, pero no
nos ha aportado ninguna solución.Además le tengo que recordar una
cosa que es fundamental. Este es el Congreso de los Diputados de
España y si usted quiere hacer ese tipo de preguntas el señor Mayor
Oreja las podrá hacer al candidato a lehendakari el próximo 15 de
julio en el Parlamento vasco. Pero nosotros aquí hemos venido a
controlarle a usted, no a que usted nos controle a nosotros. Ese es
un dato que el año pasado utilizó y al que no tuve la posibilidad de
replicarle. Usted nos hizo una pregunta que la ha vuelto a repetir:
¿Qué hace falta para que ustedes entiendan que su estrategia ha
fracasado? Eso me dijo el año pasado y la pregunta se la devuelvo:
¿Qué hace falta para que usted entienda que su estrategia ha
fracasado? Usted -no quiero pecar de bilbaíno- no ha ganado las
elecciones; usted tiene 19 parlamentarios de 75; usted tiene todo el
derecho a plantear lo que crea conveniente y el señor Mayor Oreja
planteará todo este tipo de cosas. Mi pregunta es: ¿Qué va a
hacer usted? Porque usted tiene recetas para el Oriente Medio, para
Irlanda, para Colombia, para Guatemala, para El Salvador y dice que
el único problema existente en la actualidad es el terrorismo. No sé
si me ha escuchado en mi intervención. Nosotros siempre hemos sido
muy claros y muy categóricos con el terrorismo de ETA porque
indudablemente a quien convulsiona es a la sociedad vasca, a la
sociedad española, a la sociedad europea, y hace un daño terrible en
las relaciones políticas y humanas. Pero proyecta una imagen de lo
vasco absolutamente deplorable y también hay que reconocer que
continuamente está utilizando el discurso de la sospecha, que es
profundamente antidemocrático, sobre todo cuando usted no tiene
argumentos para otra cosa, y es lo que he venido a denunciar y quizá
no le ha gustado.

Pero también le tengo que decir que dialogar es hablar. ¿Usted con
quién habla? Desde luego no contesta preguntas del grupo
parlamentario. (El señor presidente del Gobierno: Con usted.) Sí, dos
veces ha hablado conmigo este año, se lo voy a recordar: Una cuando
vino el presidente argentino Fernando de La Rúa y me dijo: El que la
hace la paga -lo recordará- y otra el otro día cuando vino el
presidente de Chile y dijo usted: Aquí le presento a un vasco
equivocado. Esas son las dos únicas veces que ha hablado usted
conmigo en todo el año. De manera que no puedo decir que son muchas.

¿Con quién ha hablado? ¿Usted ha hablado con el lehendakari
Ibarrexte, que es representante de una institución, le guste o no? No
ha hablado con el lehendakari Ibarretxe. Le animo a que hable.

Dialogar en democracia es fundamental, va intrínseco con el propio
funcionamiento de la democracia, lo hemos dicho antes. Quien niega el
diálogo niega cualquier tipo de solución. Aquí el 23 de febrero se
dialogó para solucionar un problema. Fíjese lo que hizo la ministra
Mowlam de Irlanda del Norte: se fue a la cárcel a hablar con los
paramilitares. En Irlanda no hay asesinatos. La semana pasada hubo un
asesinato y sin embargo el proceso de paz, a trancas y barrancas, de
mala manera pero poco a poco se va asentando. ¿Por qué? Porque allí
está una persona como Tony Blair, no están Ariel Sharon ni Paisley;
están buscando soluciones. Creo que hay que buscar soluciones.

Usted siempre viene aquí, en primer lugar, poniendo bajo sospecha que
nosotros tenemos no sé qué acuerdo extraño con ETA. Efectivamente, se
lo ha recordado el señor Llamazares. Usted habló con ETA y salió
primero en Perú, en aquella visita cuyo anfitrión era el señor
Fujimori, y cuando vino aquí a Madrid en los escalones del Palacio de
la Moncloa dijo que estaba dispuesto a hablar con el Movimiento de
Liberación Nacional Vasco cuando ninguno de nosotros utilizamos ese
tipo de descripción. Por tanto, usted estaba dispuesto. Se negoció en
Argel y no creo que negociaran con hermanitas de la caridad sino que
fundamentalmente negociaban con una organización terrorista. Es
decir, puede haber muchas fórmulas. Usted ha sido muy categórico.




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Entiendo -y lo he dicho además- que el terrorismo convulsiona de una
manera terrible a toda la sociedad, pero vamos a buscar soluciones
entre todos. A pesar de que ha dicho que no ha sacado conclusiones y
que las conclusiones las dirán en la discusión parlamentaria en el
Parlamento Vasco, usted nos ha dicho dos cosas: en primer lugar, que
la sociedad vasca no estaba madura; en segundo lugar, que lo que unos
quieren a plazos otros lo quieren al contado. Nosotros somos un
partido -se lo vuelvo a recordar- que tiene muchos años, pero tenemos
un Estatuto de Autonomía que tiene una disposición adicional que si
me lo permite le voy a leer: La aceptación del régimen de autonomía
que se establece en el presente estatuto no implica renuncia del
pueblo vasco a los derechos que como tal le hubieran podido
corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de
acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico. Después de su
discurso habría que eliminar esta disposición adicional. Le puedo
leer el título preliminar del Estatuto vasco, donde habla incluso de
Navarra y no pasa absolutamente nada. En democracia se puede plantear
absolutamente todo, que yo sepa.

Usted me dice que yo utilicé la palabra nefanda desactivar.

Efectivamente, yo utilicé la palabra desactivar cuando hablábamos de
un desarme verbal. Generalmente uno no agrede verbalmente con objetos
contundentes. Usted agarra la palabra, me la lanza y me dice usted
qué que hay que desactivar. Yo no quiero desactivar nada. Lo único
que pretendo es que esas organizaciones pacifistas sean efectivamente
pacifistas y que sepan que el enemigo es el terrorismo, que es ETA,
no el nacionalismo democrático. Es lo único que nosotros pedimos.

Activen lo que les dé la gana, hagan y digan lo que crean
conveniente, pero por favor que no se equivoquen de enemigo.

Nosotros tenemos que recordarle que si se ha faltado al respeto a las
víctimas se ha faltado al respeto condecorando a Melitón Manzanas, se
lo vuelvo a repetir. Esa sí que es una falta de respeto y además muy
grave y muy importante. También le tenemos que decir que el Gobierno
vasco (lo que pasa es que esto no son noticias porque aquí no llegan,
solamente tiene que llegar lo malo y lo cogido de una manera
absolutamente desmesurada) con unos 700 millones ha atendido a 4.709
víctimas desde 1988. No está haciendo nada que no deba hacer. Nuestro
grupo parlamentario ha presentado una proposición de ley sobre las
víctimas porque consideramos que a 300 no se les está atendiendo como
merecen. Hay que recordarle que como consecuencia de una moción de
Izquierda Unida, hace dos años, aquí se discutió una interpelación
que dio origen a una moción con tres puntos: el primero era el
acercamiento de presos, el segundo las víctimas y el tercero un
cierto desarme verbal y que la confrontación ideológica entre
partidos políticos no sirviera para enrarecer todavía más el ambiente
político. Usted le hizo un encargo al vicepresidente Alvarez Cascos,
que se llevó un buen trabajo.

Nosotros incluso presentamos una enmienda sobre los secuestrados, que
no se había contemplado, se aprobó y las víctimas están siendo
resarcidas en lo poquito que se les puede resarcir, que es en lo
material, lo otro desgraciadamente no se lo pueden resarcir. Pero no
nos ponga tampoco bajo sospecha en este terreno. De todas maneras, me
gustaría abrir un cierto debate que el otro día un catedrático de la
Universidad Pompeu Fabra, el señor VicenÁ Navarro, suscitó. Está bien
hablar de víctimas, pero ¿desde qué año, desde 1968, desde aquí? Se
están muriendo generaciones que lucharon por la democracia en el
absoluto olvido y no está siendo ni planteada la posibilidad de un
resarcimiento no económico sino incluso moral, porque fueron
perdedores de una guerra. A la hora de hacer un análisis usted tenía
que tener eso muy en cuenta.

Usted se ha sentido ofendido por la alusión que he hecho sobre su
abuelo. Yo no pretendo, bajo ningún concepto, faltarle al respeto ni
a usted ni a su familia. Simplemente le recuerdo que estas cosas de
la autodeterminación de los planteamientos nacionalistas no son de
ahora. Hasta usted en su propia casa ha tenido ese ejemplo tan vivo.

Usted me dijo que había acertado cuando había rectificado, pero
incluso hizo ese planteamiento en 1918. Por tanto, no es nada nuevo.

Simplemente quiero recordarle sobre el concierto económico, en primer
lugar, que he hablado del concierto económico y lo he nombrado. Como
consecuencia del pacto de 1996 se actualizó el concierto económico,
pero hoy es el día en que no ha habido posibilidad de hincar el
diente a una renovación del concierto económico porque usted pensaba
que iba a negociar con personas de su propio partido y estaba en su
legítimo derecho. Usted ha metido en el congelador cualquier tipo de
negociación, como ha congelado cualquier tipo de negociación respecto
a las transferencias de la autonomía vasca. El año pasado hubo una
carta de la vicelehendakari al ministro Posada, le contestó que la
situación era muy difícil. Posteriormente no ha movido absolutamente
nada más que palabras: Estatuto y Constitución, Estatuto y
Constitución. Mire, vamos a lo concreto. En el mes de febrero le
escribió una carta y le dijo: Vamos a hablar de cuatro transferencias
muy concretas: prisiones, I+D, autopistas, el Inem. Todavía estamos
esperando. El señor Posada esta mañana se ha caído de la silla
(Risas.) y seguirá ahí, más tranquilo, porque no va con él este
asunto. Notamos que en este momento hay una involución autonómica
y usted trabaja de una manera muy activa en ella. Como decía Javier
Tusell en un artículo: Usted tiene hondas convicciones. Yo no le
quiero insultar, pero usted proviene del canovismo más depurado y
tiene una concepción de lo español tan cerrada que requiere en este
momento recuperar transferencias que con el tiempo han ido a las
comunidades autónomas.

Señor presidente, no me saque el tema del alma del PNV, que si tiene
dos almas, que unos dicen una cosa y otros dicen otra. Yo le hablo en
nombre de mi grupo



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parlamentario. Usted tiene que atenerse a mi discurso, pero si quiere
incurrir en otros discursos está usted en su legítimo derecho. Cuando
usted pregunta: ¿Para qué queremos gobernar? En primer lugar, si
quiere le mandamos el programa electoral y, en segundo lugar, escuche
al lehendakari Ibarretxe cuando el próximo 15 de julio en el
Parlamento vasco haga su propuesta, que presumiblemente será
aceptada. Pero mi pregunta es: ¿Qué va a hacer usted este año? ¿Va a
luchar contra la violencia de ETA? Estupendo. ¿Va a utilizar todos
los medios policiales? Estupendo. ¿Va a pedir colaboración
internacional? Estupendo. ¿Y el año que viene vamos a estar en la
misma situación? Es decir, lleva usted cinco años gobernando,
desgraciadamente es larguísima la lista de los asesinados por ETA,
casi ochocientos y pico, del año pasado a ahora 26 asesinatos
terribles. No sólo haga hincapié en el Partido Socialista y en el
Partido Popular, aunque yo también lo he reconocido. De los
asesinados en este año hay tres del nacionalismo democrático. No es
cuestión de empezar a lanzarnos aquí a quién asesina ETA. El fenómeno
es de tal envergadura y tal dimensión que tiene que ser rechazado por
toda la sociedad de una manera muy beligerante; en eso nos va a tener
usted y no nos ponga usted bajo sospecha.

Señor presidente, vuelvo al argumento del concierto económico.

Nosotros mañana vamos a presentar una iniciativa en las propuestas de
resolución, que espero que su grupo parlamentario la apoye, sobre la
negociación pronta y rápida del concierto económico. Tengo que
recordarle que en la situación prejudicial uno de los tantísimos
recursos que había planteado su Gobierno hizo que terminara casi en
el Tribunal de Luxemburgo, con lo que se puso en cuestión todo el
entramado del concierto económico a nivel europeo. Nosotros lo que
estamos pidiendo es que arbitre fórmulas de entendimiento antes de
llegar a la situación judicial, que haya un mínimo arbitraje. Y usted
de eso conoce mucho porque en su época en La Rioja trabajó en estos
asuntos del concierto económico y sabe que no es una cosa novedosa,
que viene de 1878 después de las pérdidas de guerras carlistas. Por
tanto, lo único que le solicitaba es que cuando se negocie, no se
negocie con un criterio de partido, sino con un criterio plural. El
concierto económico no es de Javier Arzallus, el concierto económico
está consagrado en la propia Constitución y en el propio Estatuto de
autonomía. Solamente le he pedido esa cuestión.

Yo, señor presidente, tengo la sensación de que usted no ha aprendido
nada después de los resultados del 13 de mayo. Tenemos la sensación,
y me va a perdonar un poco el símil, que es como una especie de
tortuga a la que le han dado la vuelta, que mueve sus extremidades
y no sabe cómo dar la vuelta a la situación y está esperando a que los
demás hagan cosas. Y usted no hace nada, ni un gesto, ningún gesto de
ninguna clase, ni un cierto desarme verbal, ni felicitó al
lehendakari la noche electoral. Y también está poniendo en cuestión
la
propia actividad política parlamentaria. Deje al mundo de Herri
Batasuna que poco a poco vaya acomodándose y que vaya con el tiempo
-ojala, porque esto incluso estaba contemplado en el Pacto de Ajuria
Enea- haciendo política en las instituciones. Es que si sigue con ese
argumento no vamos a poder ir a Anoeta ni a San Mamés, no nos va a
dejar usted ni ser socios del Atletic porque allí hay gente de Herri
Batasuna. Por favor, ponga las cosas en su dimensión. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, ruego guarden silencio.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Usted, indudablemente, tiene que pedir
que se condene la violencia, como lo pedimos nosotros. Pero lo que
tenemos que hacer es un trabajo entre todos, absolutamente entre
todos, con mucho diálogo, porque quien niega el diálogo niega la
solución.

Termino, señor presidente. Usted el año pasado me hizo una pregunta:
¿qué hace falta para que ustedes entiendan que su estrategia ha
fracasado? No ha debido fracasar cuando hemos ganado las elecciones,
y perdóneme el farol, porque durante un año usted nos ha quitado el
saludo, nos ha quitado la palabra, nos ha quitado los medios de
comunicación, nos ha machacado de una manera inmisericorde
(Protestas.) Sí, señor presidente, sí, y lo único que le pedimos es
que haga política, señor presidente, que dialogue. Ahora, nuestro
grupo va a dejar de intervenir, pero esto es un poco como el cuento
de La Cenicienta, estamos aquí y a las 12 de la noche dejaremos de
estarlo, es decir, los medios de comunicación públicos han sido
factores importantísimos en este último año de desinformación. El
señor Javier Arenas ha declarado en rueda de prensa permanentemente,
el señor Rato está cada dos por tres, usted también. Lo único que le
pedimos es que en una democracia plural se respete a las minorías y
nos deje también, no solamente en el día de hoy, poder explicar
nuestra pequeña parte de la verdad, que podamos explicar en unos
medios de comunicación públicos que más que nunca hoy la sociedad
vasca en su conjunto anhela de una manera determinante la paz y que
la paz no la pueden encontrar los nacionalistas solos y los no
nacionalistas solos, sino que tenemos que trabajar de una manera
conjunta entre todos.

Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anasagasti.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señoría, permítame
decir lo que hemos hablado en dos ocasiones recientemente, la última
con motivo de la visita del presidente Lagos, al que yo le dije que
usted era un vasco equivocado. Cuente la historia. Usted no dijo que
yo no tuviese razón cuando hice



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esa presentación. (La señora Conde Gutiérrez del Álamo: Es muy
educado.) Es muy educado y es muy cortés y los demás también,
efectivamente. El problema luego son las políticas que se practican
y, sin duda, si se responde adecuadamente a esas preguntas de fondo.

Nosotros nos hemos planteado hoy una pregunta también fundamental y
es para qué va a ser utilizado el triunfo que ustedes han tenido en
las últimas elecciones vascas. Créame, por consiguiente, señoría, que
no es una cuestión de táctica política ni es una cuestión de
oportunismo, sino una cuestión de convicción, y naturalmente lo que
no nos puede pedir S.S. es que desactivemos nuestras convicciones. Al
menos hay más de 325.000 electores en el País Vasco que son una buena
razón para que nosotros podamos seguir manteniendo nuestra
alternativa de Gobierno y ha habido 575.000 electores que han votado
por alternativas distintas, señoría. Y le quiero decir que yo le
felicito, como lo he hecho, por su victoria. Nosotros no hablamos
tanto de nuestra victoria con una mayoría un poco más holgada. Digo
un poco más holgada sólo, porque la diferencia que ha habido en estas
elecciones entre los partidos que planteaban una alternativa política
y el Partido Nacionalista Vasco y sus aliados ha sido de 25.000
votos, señoría, diferencia suficiente para que S.S. tenga un diputado
más, pero diferencia lo suficientemente escueta y escasa para que SS.

SS. administren con alguna prudencia y sin duda también con alguna
generosidad, como espero, el resultado electoral. Y hablando del
respeto a lo que significan minorías, ahí sí que hay unas minorías
democráticas que legítimamente aspiramos a que sean mayorías en el
futuro. En una sociedad normalizada y en una sociedad en paz como la
que queremos, a lo que aspiramos es a que esas alternativas
democráticas puedan dirigir el País Vasco.

Yo le he planteado, señoría, que hay un problema esencial en el País
Vasco previo a todo, y es el problema del terrorismo. Su señoría me
dice que está de acuerdo. Si eso es así, empecemos por eso, no
empecemos a hablar por desarmes verbales de los demás o por
desactivaciones de los demás, porque, como S.S. comprenderá, si
hablásemos de desarmes verbales, son aquellos a los que se exige el
desarme verbal los que menos razón tendrían para hacerlo, los que
menos razón tiene S.S. para decirles que se tienen que desactivar
o que se tienen que desarmar verbalmente, porque están defendiendo algo
tan razonable como el derecho a la vida, el derecho a la libertad, el
derecho a poder pasear por las calles o el derecho a poder expresarse
libremente. Están defendiendo algo de eso. Y cuando se habla de la
pluralidad y de responsabilidades de Gobierno, lo que hace falta es
garantizar esa pluralidad, señoría, no otra. Esa pluralidad es la que
hay que garantizar y esa pluralidad es la que no está garantizada en
este momento. Y por eso nosotros hacemos legítimamente la pregunta de
para qué va a ser utilizado ese triunfo electoral y, señoría, no me
diga en este momento que aquí no ha pasado nada, de lo que se hace
aquí nadie
tiene la más mínima responsabilidad y aquí no hay más horizonte que
el que usted estrictamente plantea.

Su partido estuvo en el pacto de Ajuria Enea, lo dejaron y fundaron y
crearon el pacto de Estella y ahora no sé lo que harán. Lo que
nosotros -cuando dicen qué van a hacer ustedes- les reclamamos es que
ustedes vuelvan a la coherencia institucional, a la coherencia de lo
que significa el respeto institucional y el ejercicio de las
responsabilidades institucionales con todas sus consecuencias, desde
el respeto a las reglas del juego, aislando completamente lo que
significa el mundo violento o el mundo del terror y plantándole cara
con todas sus consecuencias.

Me pregunta qué es lo que vamos a hacer. Señoría, exactamente lo que
estamos haciendo y para eso esperamos cada vez más respaldo
democrático de la sociedad vasca, más respaldo democrático de los
ciudadanos vascos. La pregunta es: ¿qué van a hacer ahora las
instituciones vascas? Ahora que ya sabemos que detrás de la violencia
callejera está, según ustedes, una organización terrorista, ¿qué es
lo que se va a hacer? ¿Qué se va a hacer para intentar que una buena
parte, al menos, de la oposición política en el País Vasco que tiene
que ir toda acompañada de seguridad pueda ejercer sus funciones con
márgenes más amplios de libertad? ¿Qué se va a hacer para poder
expresar las ideas sin ningún tipo de cortapisa o para que nadie
corra riesgos por el simple hecho de expresar sus ideas o para dar
clase tranquilamente en la universidad o para ir al trabajo? Esa es
la respuesta, señoría, para qué. Yo no le voy a negar, sería
absolutamente absurdo y ridículo, que su partido ha ganado las
elecciones, solamente faltaba que alguien negase eso. Otra cosa
distinta es que SS.SS. dicen que Estella estaba enterrado y al mismo
tiempo dicen que su estrategia ha sido ratificada. O una cosa o la
otra. Hoy la sociedad vasca, hoy la sociedad española en general y
hoy también -y yo se lo he dicho- el Gobierno espera atentamente las
conclusiones de un resultado electoral, y es para qué se va a
utilizar ese resultado en el futuro inmediato.

Yo le he propuesto a S.S., entre otras cosas, que en cuanto esté
constituido el nuevo Gobierno vasco se abran unas rápidas
negociaciones del concierto económico. Creo que S.S. no tiene más
remedio que reconocer que ese concierto económico se ha desarrollado
en los máximos términos posibles en los últimos años y quiero decirle
que, si no ha habido negociaciones del concierto antes, no ha sido
por falta de voluntad institucional del Gobierno de la nación, ha
sido porque quienes tenían que acudir a una reunión no acudieron
porque no quisieron o porque no les convenía. Ahora, lo que yo digo
es que, cuando se vuelva a plantear esa situación, se sea coherente
y, si se quiere una rápida renegociación del concierto, se esté
dispuesto al diálogo institucional derivado de lo que exige una
rápida renegociación del concierto, que ya sabe, señoría, que para mí
es un pilar importante de la autonomía del País Vasco y que hemos
defendido -y se lo vuelvo a recor-



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dar otra vez- muy claramente en la Unión Europea. Y eso ha sido no
como consecuencia de ningún recurso del Gobierno, sino como
consecuencia de acciones que se salían fuera del concierto económico
y de las normas aprobadas en la Unión Europea y, que se sepa,
señoría, lo que usted ha denominado antes, en una formulación que sin
duda yo no comparto, Euskadi, Navarra y el Estado español, eso, aun
en esa formulación suya, que yo llamo España, eso, forma parte de la
Unión Europea y tiene su máxima garantía, fíjese, precisamente en el
marco y en la raíz constitucional que le da la Constitución española
al concierto económico del País Vasco; por cierto, nacido en época de
don Antonio Cánovas del Castillo.

Por último, en relación con lo que significan algunos elementos de
transferencia, quiero decirle que una cosa es que pueda existir
dificultad en algunas transferencias y otra cosa distinta es que toda
la responsabilidad siempre recaiga en la misma parte. El Gobierno
vasco no tiene las políticas de empleo del Inem sencillamente porque
no ha querido tenerlas, señoría; porque no ha querido tenerlas. Y
esas transferencias no se pueden hacer en cualquier condición y
decir: me das siempre lo que yo te pido o simplemente existe un
proceso de detención de transferencias. Otras comunidades autónomas
han aprobado y aceptado esas transferencias en unas condiciones muy
positivas y que, sin duda, son refrendo de lo que significa su marco
estatutario e institucional.




Por último, señoría, hay algunos elementos de los cuales, como
comprenderá, no vamos a discutir. De todas las cosas que yo he
escuchado en relación con la política del Gobierno en el País Vasco
proveniente de sus filas, incluso en términos personales, la más leve
de todas es la que he oído esta tarde refiriéndose a los movimientos
de una tortuga. Eso me es igual. Antes se ha hablado de las tortugas
en relación con la Seguridad Social y yo voy a decir que vamos a
seguir con ese movimiento si cada vez hay más afiliados a la
Seguridad Social. No se preocupe, señoría, que en defensa de la
responsabilidad y la garantía del Gobierno nos moveremos como hemos
hecho siempre, con toda firmeza, y que nadie lo dude.

Muchas gracias. (Aplausos.- El señor Anasagasti Olabeaga pide la
palabra.)



La señora PRESIDENTA: Señor Anasagasti, un minuto.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señora presidenta, muy
amable por dejarme intervenir.

Efectivamente, señor presidente, yo creo que la mejor manera de
hacerse nacionalista es escucharle a usted, porque repito que usted
es un frontón. Le podía argumentar en este momento lo que decía la
fiscal antiterrorista francesa Irène Stoller sobre éxitos policiales,
pero no es el caso. Usted ha vuelto a sacar el gran fantasma,
porque tiene usted la costumbre de acuñar una palabra,
demonizarla y luego decir que es muy mala y no explicarla: hay cosas
muy buenas, Constitución, estatuto; en cambio Lizarra es muy malo.

Lizarra, como ha dicho el señor Llamazares, después de las elecciones
del 8 de mayo, tiene que ser superado, pero nosotros no vamos a
avergonzarnos de haber logrado durante quince meses que no hubiera un
solo muerto, y si hubiera querido el lehendakari Ibarretxe haber
seguido con aquel planteamiento, no hubiera habido elecciones
anticipadas, y en lugar de reconocerlo usted, está siempre poniendo
bajo sospecha aquel interés. ¿Y sabe usted por qué, señor presidente?
Fundamentalmente por una cosa, porque Lizarra, con todo lo malo que
es, dice una cosa fundamental: que el tema vasco es un conflicto
histórico de naturaleza política, y usted bajo ningún concepto quiere
admitir ese planteamiento. Lo ha dicho esta mañana y lo ha repetido
esta tarde: el tema vasco es solamente el terrorismo de ETA, y está
muy equivocado. El PNV tiene 106 años y seguirá existiendo cuando
desaparezca ETA.




La señora PRESIDENTA: Señor Anasagasti, muchas gracias.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Yo me alegraré mucho,
señoría, de que desaparezca la organización terrorista y que siga
existiendo el PNV, pero espero que nadie justifique, sobre pretexto
de un conflicto político, la identificación de fines con ninguna
organización terrorista.

Gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Gracias, señor presidente.

Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra el
señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Señora presidenta, señores diputados,
señor presidente del Gobierno, ha dicho usted en su discurso de esta
mañana, en su intervención del debate sobre el estado de la Nación,
que este debate era una oportunidad no sólo para hacer un balance de
gestión, que creo que ha hecho, sino también para trazar objetivos de
futuro. Sin embargo, desgraciadamente, yo creo que el debate de la
tarde no ha permitido hacer un planteamiento claro y preciso de
objetivos de futuro de este país. Me parece que una tarea fundamental
de un gobernante es tener un proyecto político concreto, fijar una
estrategia política clara y marcarse unos objetivos de futuro que
puedan movilizar e ilusionar a los ciudadanos. En esa línea, la
aportación de Coalición Canaria es intentar recoger algunos de los
diez puntos principales -y déjeme usted que yo haga las prioridades-
en el sentido de ver cuáles son o deberían ser los objetivos
fundamentales de este Gobierno, cuáles son las posicionesde Coalición
Canaria por las cuales apoya a este



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Gobierno y en qué medida estos objetivos se enmarcan en los objetivos
europeos. Porque creo que aunque usted ha prometido esta mañana un
debate sobre la Presidencia española en la Unión Europea, y sin duda
merece ese debate, el debate europeo y el debate español son lo
mismo. Intentar separarlos, aunque sólo sea por una cuestión de
metodología, es no darse cuenta, en mi opinión, de que los objetivos
de Europa en esta década son los objetivos de España y, con toda
humildad, el proyecto de los canarios es integrarse y articularse en
ese proyecto. Hay una gran oportunidad, la Presidencia española de la
Unión Europea en el primer semestre del año que viene con el euro en
circulación desde el primero de enero, y una segunda oportunidad es
la Conferencia Intergubernamental de 2004 y la revisión de la Agenda
europea y los fondos europeos de 2006. (El señor vicepresidente,
Camps Ortiz, ocupa la Presidencia.)
En ese cuadro, este país tiene diez grandes retos. En primer lugar,
el de la modernización económica y la sociedad de la información. Se
ha dicho que es necesario avanzar más y mejor en los procesos de la
integración europea y también de la sociedad de la información
marcados en la cumbre de Lisboa. Estamos de acuerdo. Eso, junto con
las reformas estructurales, es lo que va a modernizar la base
económica de este país. Hay tres sectores estratégicos fundamentales:
las telecomunicaciones, la energía y el transporte. Perdone que
insista en esos tres puntos, pero una comunidad alejada 1.000
kilómetros del continente tiene esos estrangulamientos a la hora de
su desarrollo: la energía, el transporte y las telecomunicaciones. En
una sociedad como la nuestra no sólo es imprescindible la
incorporación de los ciudadanos a la sociedad de la información y del
conocimiento, sino que es necesario que tengamos las redes necesarias
para conectarnos. Canarias tiene en este momento -y esperamos la
ayuda del Gobierno- un reto en el sentido de cablear no sólo el
Archipiélago, sino de conectar Canarias con el continente europeo a
través de nuevas redes de fibra óptica y nuevos canales de
comunicación.

En segundo lugar, el tema de la energía. Me parece que usted no lo ha
tratado, señor presidente, pero España está pasando por un problema
grave de desarrollo en el tema de la energía; un tema preocupante. Se
empieza a hablar del efecto de California. Saben ustedes que en el
nivel internacional se dice respecto del efecto California que uno de
los Estados más desarrollados del mundo ha tenido el drama de un
crecimiento de la demanda energética muy fuerte y no estaba preparado
para la producción energética en las centrales de ciclo combinado y
en la apuesta por el gas. España tiene un problema de proyecto
energético en estos próximos años. El Gobierno ha dicho que es
necesario que en tres o cuatro meses se elaboren las necesidades de
creación de centrales para los próximos tres o cuatro años y poder
tener un proyecto de energía en los diez próximos. El efecto
California, que se está acercando a nuestro
país como reconocen los dirigentes de las grandes empresas de
energía de España, ya se ha producido en Canarias y es un elemento
enormemente preocupante porque nosotros ya estamos teniendo apagones,
estamos teniendo problemas serios de abastecimiento y de producción
energética. No se hace la inversión que se ha previsto de 120.000
millones de pesetas para los próximos seis o siete años y necesitamos
que el Gobierno, a través de las iniciativas que han tomado el señor
Rato y el secretario de Estado, señor Folgado, se incorpore a eso que
llaman regiones extrapeninsulares, en este caso para el tema de la
energía, a ese proyecto de carácter energético.

Otro tema que quisiera señalar desde el punto de vista del desarrollo
económico es la poca atención del debate turístico en el seno del
Congreso de los Diputados, que ya he venido señalando otras veces.

Este país es la segunda potencia mundial del turismo. Tenemos un
problema de relación entre turismo y medio ambiente. Pues bien, los
canarios nos hemos adelantado haciendo una propuesta de moratoria,
una propuesta de control y la apuesta por la calidad en el
crecimiento turístico. Según los estudios internacionales, en este
momento se mueven en el mundo del orden de 480.000 millones de
dólares en el sector turístico, y en el año 2010 será un billón.

España debe tener una estrategia para la concentración oligopolista
que se está produciendo en los turoperadores, así como en la oferta
de calidad y precio que se hace en este país con el respeto
medioambiental. Me parece que es un elemento sobre el que debemos
reflexionar porque una gran parte de la riqueza del crecimiento de
este país la está dando el sector turístico.

A continuación me referiré a algo que los canarios consideramos muy
importante y es una parte esencial del proyecto de modernización de
España: el plan de infraestructuras. El señor Cascos ha presentado en
el Congreso de los Diputados el proyecto del plan de
infraestructuras, al que se van a destinar 17 billones de pesetas, en
gran parte o fundamentalmente procedentes de fondos estructurales de
la Unión Europea. Señor Aznar, nosotros hemos pedido al ministro de
Fomento que en el mes de octubre o en el de noviembre, al igual que
ha hecho en Galicia, donde va a haber elecciones pronto, presente el
plan de infraestructuras específico para Canarias, igual que lo tiene
para Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, etcétera.

Nosotros creemos que el programa de infraestructuras 2000-2007 se
cumplirá mejor si lo vamos regionalizando y lo controlamos para que
en ese período España pueda afrontar el gran reto de colocar a este
país en el nivel más alto del mundo en cuanto a la modernización de
sus infraestructuras. (La señora presidenta ocupa la Presidencia.)
Canarias tiene problemas muy específicos. Su convenio de carreteras,
por ejemplo, necesita ser renegociado para fijar prioridades,
habiendo alcanzado acuerdos al respecto con el Gobierno del señor
Aznar. Y ensegundo lugar, en cuanto a los planes directores de los



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aeropuertos, los cuales se van a aprobar este verano, necesitamos que
el Gobierno termine de entender que Canarias es muy importante en la
red aeroportuaria de España, un país que cuenta con 42 aeropuertos,
por los que pasan 140 millones de viajeros al año, de los cuales 30
millones corresponden a la red de Canarias, casi la cuarta parte. Así
pues, es necesaria una inversión para los aeropuertos de Madrid y
Barcelona, algo que nos parece imprescindible, pero a nosotros nos
hace falta que las nuevas pistas del aeropuerto de Gran Canaria y del
Reina Sofía se empiecen lo antes posible, de acuerdo con las
necesidades objetivas, y que la ampliación de los aeropuertos y de
las terminales de Lanzarote y Fuerteventura se hagan también.

Asimismo, necesitamos un plan de puertos. Canarias tiene dos puertos
que en los próximos años pueden llegar a formar parte de los 20
principales puertos de Europa. En el de Valencia, en el de Barcelona
y en el de A Coruña se están haciendo inversiones importantes,
inversiones que Tenerife y Gran Canaria necesitan también, estando
reflejadas en el programa de infraestructuras que ha presentado el
señor Cascos, pero no ha precisado el caso concreto de Canarias.

Igualmente, necesitamos la apuesta (toda España ha apostado, es una
opción muy importante, como lo está haciendo Europa) por los trenes
de alta velocidad: el de Barcelona, el de Valencia, el del Norte, el
de Lisboa, que está teniendo dificultades por las posibles
inversiones de Portugal, etcétera. Pues bien, Canarias no puede
quedarse a principios del siglo XXI fuera de la red de ferrocarriles.


Ya hemos aportado mucho durante el siglo pasado a la financiación de
Renfe sin pedir nada a cambio y ahora hemos pactado con el Ministerio
de Fomento los trenes de cercanías: el corredor Santa Cruz-sur de
Tenerife y el corredor Las Palmas-sur de Gran Canaria. Se trata de
una inversión aproximada de 300.000 millones de pesetas, también con
capital privado, y necesitamos un compromiso específico del Gobierno
en esa dirección.

El plan de infraestructuras, que es parte de la modernización del
país, la sociedad de la información, el proyecto de la energía, el
proyecto de las comunicaciones y de las telecomunicaciones son las
grandes apuestas para la modernización del país y necesitamos
compromisos específicos del Gobierno. Lo hemos pactado con él y ahora
hay que concretar el calendario y la financiación. Esperemos que en
el mes de octubre, señor Aznar, se cumpla ese compromiso con Canarias
y en Canarias.

Otra cosa por la que ha apostado este país es por la sociedad de
pleno empleo y celebro que esté presente el ministro de Trabajo, el
señor Aparicio. El señor presidente del Gobierno ha dicho aquí esta
mañana que en los últimos seis años se han creado del orden de más de
2.000.000 de empleos. Es un objetivo cumplido e importante. Hemos
pasado a cerca de 16 millones de personas que cotizan a la Seguridad
Social, no llegando a 8.000.000 de pensionistas, 7.500.000 sin las
pensiones no contributivas. Así pues, tenemos una relación
entre empleo y pensiones que empieza a equilibrarse y eso ayuda al
sistema de protección social. En Canarias hemos crecido en 150.000
empleos, por encima de la media española; sin embargo, nuestros
indicadores de paro bajan. Sube el paro y nuestros indicadores de
empleo no son suficientes, señor Aparicio. ¿Por qué? Porque no
tenemos la formación adecuada, viniendo inmigrantes de España, los
cuales son bien recibidos, que tienen una cualificación profesional
que a veces no tienen los canarios. Nosotros necesitamos ir también
en la sociedad del pleno empleo. Esa sociedad pasa por que en los
próximos años España cree otros dos millones de empleos. Con 18
millones de cotizantes a la Seguridad Social estaremos hablando ya de
la sociedad del pleno empleo. Eso será en 2006, 2007, 2010,
dependiendo de los ritmos de crecimiento, pero también de la política
de reforma laboral, de apostar seriamente por la estabilidad en el
puesto de trabajo, por la calidad en el empleo, por el trabajo a
tiempo parcial pero con carácter indefinido como forma de equilibrar
la vida familiar, que aquí se ha planteado también con fuerza esta
mañana.

El tema del empleo va ligado a la sostenibilidad de las pensiones. En
toda Europa hay un debate muy fuerte sobre la necesidad de que el
sistema de seguridad social europeo, que es una base principal de la
cohesión social, tenga sostenibilidad y garantías de futuro. No es
posible que las generaciones del futuro paguen lo que nosotros
estamos gastando hoy. Es necesario equilibrar. Por eso es fundamental
superar la relación dos a uno que tiene hoy España entre pensionistas
y trabajadores cotizantes de la Seguridad Social. Nosotros lo único
que queremos decir es que Canarias tiene una relación tres a uno y
que, por tanto, aporta a la caja única de la Seguridad Social muchos
recursos. Esa aportación debe de redistribuirse, desde el punto de
vista de la solidaridad, con programas de empleo. El plan integral de
empleo, señor Aparicio, espero que sea una consecución pronta de la
negociación que estamos haciendo, porque fue un éxito en los cinco
años anteriores, una aportación especial de Canarias a los programas
de empleo del Reino de España en la Unión Europea y una aportación
que queremos seguir haciendo en los próximos cinco o seis años para
ir a la sociedad del pleno empleo.

Hay un tema que a mí me parece que hemos debatido poco. Estamos
hablando -y el señor Aznar y el señor Zapatero lo han dicho hoy- de
que está a punto de cerrarse -en el mes de julio- el tema de la
financiación autonómica. Yo no me he enterado mucho de cuál es. Se
habla de suficiencia financiera, se habla de corresponsabilidad
fiscal, se habla de la necesidad de la solidaridad en los fondos de
nivelación, pero, señor Montoro, el problema es que el Estado tiene
unos 20 billones de ingresos y que según deduzco del modelo que
ustedes ofrecen de descentralización fiscal, en mi opinión, aunque
esa palabra a ustedes les asusta, nos lleva a un modelo de carácter
federal desde el punto de



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vista fiscal. Es un gran avance para ir cerrando el modelo de Estado.


Por los debates anteriores, parece que el modelo de Estado no se
termina nunca, pero nosotros tenemos una referencia, que es 2004.

Nosotros estamos en la Unión Europea y la integración y la unidad
política de Europa no pasa por que España no tenga un modelo de
Estado que tiene que discutir el papel de las regiones, de los
Estados nacionales y de la Unión Europea en la Conferencia
Intergubernamental de 2004. Yo creo que el modelo de financiación
autonómica está cerrando el modelo de Estado. Si efectivamente se va
a la cesión de impuestos, a la descentralización de impuestos y a la
corresponsabilidad fiscal, estamos hablando de un modelo
descentralizado, un modelo que reconoce la diversidad de España,
porque esta no debe ser discutida. Este país tiene un peligro que
después conduce a problemas muy graves y es que hay un debate entre
soberanismo, que yo no entiendo -nosotros somos nacionalistas
constitucionales-; un soberanismo hoy en el marco de la Unión
Europea, con el euro circulando en el mes de enero, ya no tiene
futuro, ese es un debate del pasado. El problema hoy de las
comunidades autónomas es que necesitamos más autogobierno en el marco
de la Unión Europea; necesitamos un modelo de financiación que nos dé
los recursos suficientes; necesitamos las competencias que podemos
ejercer y necesitamos, por tanto, que el debate no sea entre un
neocentralismo que retrocede ante el miedo al soberanismo, sino que
haya un punto medio, una tercera vía, que es la diversidad de España
que refleja la Constitución y que tiene, desde el punto de vista
fiscal, modelo federal. Desde el punto de vista de las competencias,
podemos tener las que las comunidades autónomas gestionan bien, como
son educación y sanidad, y a eso me voy a referir.

El presidente Aznar ha dicho esta mañana que este país necesita
urgentemente una reforma de la educación. Nosotros apostamos
claramente por eso. La mayoría de los profesores, enseñantes y
catedráticos de este país están clarísimamente a favor de esa
reforma. Este país, en los últimos 15 ó 20 años, hizo una gran
apuesta: la apuesta de la integración, la apuesta de que no hubiera
niños ni jóvenes sin puesto escolar o sin puesto en la universidad.

Este país ya tiene 50 universidades. Ha pasado de 800.000 estudiantes
universitarios a 1.500.000, que es la media proporcional más alta de
Europa. Hemos logrado la integración en el sistema, hemos resuelto el
problema de la cantidad, pero ahora hay un reto clave para que este
país progrese, que es el reto de la calidad. A corto plazo el sistema
educativo tiene que seguir integrando, pero, al mismo tiempo, tiene
que hacer reformas por la calidad. La escuela tiene que ser un lugar
donde haya una transmisión de conocimientos y de valores, como ha
dicho el presidente del Gobierno. Pero la universidad no puede
aislarse en nombre de una pretendida autonomía universitaria, que es
la autonomía de la enseñanza, la libertad de la enseñanza y la
autonomía de gestión. Sus instrumentos
de gestión están desfasados y la conexión universidadsociedad,
universidad-empresa, universidad-Administración pública no funciona
como lo hace en los países más avanzados del mundo. Ese reto hay que
lograrlo con la reforma universitaria y con la ley de formación
profesional, que integre los tres niveles y nos permita eso que los
canarios estamos demandando de forma muy clara, que no haya formación
continua, formación reglada y formación ocupacional, sino que estén
integrados y articulados en un proyecto en que la formación esté
ligada al mercado de trabajo, que es la manera de resolver los
problemas de empleo y de la sostenibilidad del sistema de protección
social del país.

Nosotros queremos hacer una referencia a un tema muy importante, que
es el de la justicia y la seguridad. Se ha dicho que se ha hecho un
pacto de la justicia. Bienvenido sea. Nosotros nos vamos a incorporar
a la comisión de seguimiento, pero la justicia en este país funciona
mal, tiene pocos recursos, es una justicia anticuada y vive sobre
modelos corporativos de hace más de un siglo. En la lucha contra la
criminalidad, la justicia y las fuerzas de seguridad del Estado son
dos instrumentos que se tienen que modernizar y para modernizarse es
necesario que se den cuenta de que muchas de las redes criminales de
tráfico de personas, de capitales, de drogas, de armas, etcétera, que
hay en Canarias, en la Costa del sol y en todas las zonas de España
están conectadas por Internet, esas sí que están en la sociedad de la
información, lo están a nivel internacional, y nosotros seguimos con
modelos policiales y con modelos judiciales anticuados. Es verdad que
en España pagan -como me decía el otro día un ministro- hasta las
multas de tráfico, son absolutamente legales, pero organizan las
tramas a nivel internacional. Por eso para nosotros es muy importante
la apuesta europea.

Señor Aznar, usted ha dicho que las grandes ciudades -y hemos tenido
un drama muy reciente en Madrid- son los centros de la delincuencia.

Nosotros tenemos el triste honor en Canarias de que junto a las
grandes ciudades las zonas turísticas son las que tienen índices de
delincuencia más altos. La media española es de 47 infracciones por
1.000 habitantes; la media canaria es de 84. Tenemos un problema de
delincuencia dramático en una sociedad en la que la lucha contra la
delincuencia y una buena justicia son servicios públicos y elementos
claves de la calidad de la vida. Señor Rajoy, yo celebro que sea
usted el ministro porque en el Ministerio del Interior se mezcla la
legítima lucha antiterrorista con la lucha de la seguridad y tal vez
es mejor el otro modelo de la Unión Europea donde esos temas se
diferencian. Nosotros tenemos un plan de seguridad de Canarias, pero
en dicho plan tenemos 1.200 agentes de las fuerzas de seguridad menos
que la media española y 6.000 ó 7.000 millones menos de inversión,
con los índices de delincuencia y de criminalidad más altos de la
media española. Ese problema lo tiene usted que resolver y está
pactado con nosotros. No se trata sólo de que haya 4.000 agentes
nuevos; es que sólo en Canarias



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hacen falta 1.500 y supongo que el resto de España no va a quedar
pendiente de la solidaridad de Canarias.

Yo reivindico aquí un proyecto para Canarias, pero un proyecto de
solidaridad y de respuesta para el conjunto de los problemas de
España. En la medida que el conjunto de los problemas de España,
articulado en la Unión Europea, vaya teniendo respuesta a sus retos,
nosotros los canarios vamos teniendo soluciones. Por eso le decía
antes que en el tema de financiación autonómica los canarios no nos
presentamos aquí como el problema, señor Montoro -no porque usted lo
diga-. Hemos pactado con usted y espero que en el modelo de
financiación usted haga honor a ese pacto -tenemos confianza en su
capacidad para ello- sobre el hecho diferencial canario, de ser una
comunidad autónoma que está a 1.000 kilómetros de Europa, a una hora
menos -aquí son las once menos cuarto pero allí son las diez menos
cuarto-, porque un segmento horario distinto marca una distancia, en
este caso de 1.000 kilómetros. Nuestros problemas son distintos y la
distancia tiene un enorme coste, que es nuestro diferencial fiscal.

El Reino de España pactó en 1850, a mitad del siglo XIX, el elemento
especial del régimen canario con la Ley de puertos francos; en 1899
lo ratificó; en 1972 se hizo nuestro régimen especial; la
Constitución lo incorporó y el Tratado de Amsterdam ha colocado ahora
las regiones ultraperiféricas. En el modelo de financiación,
nosotros, que hemos sido un modelo de cómo articular una comunidad
diferente y alejada en el conjunto del Estado español, en el conjunto
de la Unión Europea y en otros países europeos, tenemos el honor de
que nos dicen, cuando hay problemas en Escocia, Gales, Lombardía, en
el País Vasco, en Córcega, en Bretaña, que Canarias es un ejemplo no
de plantear conflictos sino soluciones. Por eso queremos que ustedes
hagan honor a nuestro pacto histórico con el Estado español en
nuestro régimen diferencial con suficiencia financiera y con recursos
suficientes para nuestro sistema público de educación, sanidad y de
empleo.

Por último, todo eso, señor Aznar, y termino, señora presidenta -muy
agradecido por el tiempo que usted me da-, creo que tiene un marco
claro en la Unión Europea. Los canarios, precisamente porque somos
los únicos que no estamos en el espacio geográfico europeo, tenemos
profundas convicciones europeístas. Construir Europa es la gran tarea
de los pueblos de Europa en este siglo que empieza y pasa por cumplir
los seis o siete grandes objetivos que se ha marcado Europa en esta
década. En Lisboa se planteó el tema de las reformas estructurales.

Nosotros hemos planteado aquí los temas de energía, de
telecomunicaciones, del transporte y de las infraestructuras, que son
los que dan la modernidad a este país. Europa se marcó como objetivo
la calidad en el empleo y la lucha por el pleno empleo. Nosotros
tenemos ese reto en los próximos seis o siete años, porque podemos
conseguirlo. Si repetimos el éxito de estos últimos cinco o seis años
y tenemos
el mismo impulso, la misma convicción y sabemos hacer la reforma
laboral y los pactos sociales con el diálogo social necesario, vamos
a alcanzar ese reto europeo. Nosotros los canarios aportamos nuestro
plan especial de empleo diferenciado. Durante la Presidencia española
de la Unión, en el Consejo Europeo de Barcelona, se tratarán los
temas de pensiones y de empleo, la integración y la lucha contra la
pobreza y la marginación social, porque Europa tiene que estar
cohesionada socialmente y la apuesta por la solidaridad tiene que ser
una parte importante. Pero Europa es la construcción de una unidad
política, en la que las comunidades y las regiones tienen un papel
que jugar. No es un encuentro de Estados nacionales. El filósofo y
pensador Habermas hablaba hace unos días de que es curioso que en
Europa se esté abriendo un debate entre soberanistas, que creen más
en el Estado nacional, y los federalistas, que creen más en las
instituciones europeas. Espero que si en España estamos haciendo esa
discusión entre soberanistas y autonomistas o federalistas, porque la
construcción de España es un modelo intermedio entre la autonomía y
el Estado federal, y creo que es un éxito, ese modelo lo integremos
en Europa y también apostemos por la unidad de Europa, porque eso es
lo coherente, instituciones europeas con la ampliación.

Europa ha apostado por el elemento diferencial de las regiones y ahí,
señor Aznar, usted tiene un compromiso con nosotros: el estatuto
especial de Canarias. Canarias es la única comunidad española, no
podía ser de otro modo, que tiene un reconocimiento en los tratados
de la Unión Europea (Tratado de Amsterdam, artículo 299, apartado 2,
que habla de regiones ultraperiféricas), porque Europa sabe que
estamos alejados. En la Presidencia belga es muy importante que no
sólo cerremos el Poseican, los fondos estructurales y regionales para
Canarias, sino que cerremos el tema de los aranceles, de las
exenciones arancelarias y la protección de las producciones canarias
a través del AIEM. Yo creo que ese reto, y usted dio una batalla muy
importante en el año 1997, lo tiene la Presidencia belga, porque si
no le queda colgado para la Presidencia española y espero que no sea
necesario que lleguemos a ese momento. Este es otro de los
compromisos que tiene el Gobierno de España con Canarias, es un
compromiso de la solidaridad de Canarias con el resto del Estado y
con el proyecto europeo.

El proyecto europeo en la conferencia de Goteborg ha hecho tres
apuestas con las que nosotros nos solidarizamos y que espero que sean
recogidas en la Presidencia española. Junto al desarrollo económico,
la cohesión social y el pleno empleo, está el problema
medioambiental, que es básico para el mundo. Llegamos tarde y si la
Administración americana no quiere ratificar la declaración de Kioto
y está pidiendo tiempo para ratificarla, Europa ha apostado en la
conferencia de Goteborg por dicha declaración, porque el mundoha
vivido -y ese es un tema muy importante que no



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podemos olvidar- los últimos diez años más calurosos desde que el
hombre está en la tierra. Es el problema del CO2 y es el problema de
las emisiones. Me ha parecido muy interesante la aportación del señor
Aznar de que hemos apostado por la energía eólica y somos el segundo
país de Europa en producción de esa energía blanda. La otra apuesta
de Europa es la conferencia de Johannesburgo por el desarrollo
sostenible y por el 0,7 por ciento de cooperación internacional.

España tiene que apostar por la cooperación internacional, no lo
hacemos suficientemente. Espero que en la Presidencia española haya
un compromiso, porque la globalización está suponiendo un desastre
para muchos países del Tercer Mundo; está suponiendo un desarrollo
económico a nivel mundial, pero la ONU en su último informe dice que
al menos cincuenta países del mundo han perdido riqueza, y decir
riqueza es decir una mentira: han aumentado su terrible pobreza en
los últimos años. El presidente Prodi, de la Unión Europea, acaba de
comprometerse a la condonación de la deuda con esos cincuenta países
y nosotros estamos de acuerdo en aumentar la cooperación
internacional, porque vivimos en un mundo de cooperación, y esta es
parte de la política de inmigración. En este país -se ha dicho esta
mañana- hay 1.000.000 de inmigrantes -había menos de 500.000 hace
apenas unos años-, es decir, no llega al 3 por ciento de la población
española; por eso somos uno de los países menos racistas de Europa,
porque en otros países de Europa hay el 8, el 9 y el 10 por ciento de
población inmigrante, porque eran más ricos que nosotros. Como ha
explicado hoy el señor Trias, es el producto de nuestro éxito que
vengan los pobres del mundo aquí. Hay que tener cooperación para
conseguir que no haya una avalancha y hay que legalizar a los
inmigrantes, y estoy de acuerdo, con un proceso de legalización
racional. Ya tenemos 1.000.000 de inmigrantes, pero en los próximos
seis o siete años vamos a pasar a 2.000.000, que son sólo el 5 por
ciento de la población española, un tope razonable, y poco a poco hay
que integrarlos, porque 500.000 de ellos están pagando la Seguridad
Social de nuestros pensionistas del futuro, y ese es un elemento de
solidaridad de ellos con nosotros. Es verdad que junto a eso vienen
las redes de delincuencia, y ya me he referido antes a la necesidad
de la lucha contra el crimen organizado, el tráfico de personas y el
tráfico de drogas, etcétera, que son los elementos de la
delincuencia. Europa apuesta por la paz, apuesta por la democracia,
por los derechos humanos, por el medio ambiente, por la cooperación
internacional; son las grandes apuestas europeas y es la aportación
de Europa al mundo. En la apuesta por la paz nosotros hemos hablado
de la necesidad de integrar, de fortalecer las instituciones
internacionales en las Naciones Unidas.

Por último, señor Aznar, Coalición Canaria cree que estos son los
retos del futuro. Cada uno de ellos tiene unos plazos y unos
objetivos y cada año hay que examinar al Gobierno sobre el
cumplimiento de esos retos,
pero no con un debate a ras de tierra, de vuelo corto, sino marcando
objetivos que den la modernidad y el progreso a este país. En ese
proyecto europeo que debe liderar España junto con otros países de la
Unión, en ese proyecto de España con el que nosotros nos sentimos
solidarios está el proyecto de Canarias. Los canarios hemos logrado
en los últimos años por primera vez en nuestra historia algo muy
importante, tener un proyecto propio, un proyecto autónomo, un
proyecto madurado por nuestra propia sociedad y unos objetivos que
movilizan a nuestros ciudadanos. Ese proyecto cabe dentro de España y
cabe en la construcción de Europa. Nosotros no planteamos ningún
problema de salirnos de la Constitución. Nos costó mucho trabajo
lograr y conquistar una Constitución democrática y vamos a dar la
batalla para que la misma sea el lugar de encuentro de todos los
pueblos de España.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.

Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora
presidenta.

Señorías, quiero agradecer singularmente la colaboración y el apoyo
del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria y en este caso la
intervención de su portavoz, señor Mauricio, apoyando, con sus
matices, los elementos esenciales de la política del Gobierno en un
planteamiento, como él ha dicho al comienzo de su intervención, no
sólo de balance de gestión sino de proyección de futuro. Valoro
positivamente la colaboración establecida desde 1996 con Coalición
Canaria. Creo que ha dado frutos importantes para la estabilidad
institucional, también para la política canaria y en general para la
política española. Deseo y espero que ese marco de relación no sólo
esté abierto al futuro, sino que sea suficientemente sólido,
cooperador y estrecho para que podamos seguir colaborando de una
manera expresa e intensa y podamos seguir abordando conjuntamente
cuestiones de progreso, de desarrollo y de prosperidad para el
archipiélago canario y para el conjunto de España. Reconozco la tarea
de Coalición Canaria, reconozco su aportación y expreso mi deseo de
que podamos seguir trabajando para ello en el futuro.

Ha planteado S.S. una serie de cuestiones sobre las que procuraré
hacer algunos comentarios y darle la información correspondiente,
desde el punto de vista de lo que significa un proyecto reformista
para nuestro país en el futuro inmediato. En mi intervención de esta
mañana he partido de una base esencial y es que en la primera
legislatura hemos podido avanzar de forma importante, hemos asentado
bases de desarrollo de oportunidades para el conjunto del país y
ahora tenemos a nuestro alcance unas oportunidades verdaderamente
importantes. Nuestro país tiene capacidad suficiente para plantearse
nuevas metas, nuevos objetivos y



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nuevas oportunidades de cara al futuro. Es una tarea que nos
corresponde hacer en esta legislatura con un programa de reformas
ambicioso, como decía S.S. Por eso hemos hablado, y quiero
recordarlo, de reformas de la justicia, de reformas educativas, de
reformas fiscales, de reformas y mejoras del funcionamiento de
nuestro mercado laboral, es decir, un conjunto continuado de reformas
que nos permitan incentivar los niveles de prosperidad en nuestro
país. Creo que estamos en condiciones de aprovechar esas nuevas
oportunidades debido a la estabilidad institucional y a la
prosperidad que ofrece en este momento nuestro país, pero debemos ser
consecuentes en no dar nada por ganado antes de tiempo, sino en saber
que esos objetivos reformadores y esa política reformista es esencial
a la hora de afrontar el futuro. Comparto con S.S. la visión de lo
que significa en este momento la necesidad de esa política reformista
en el contexto de nuestro país.

Ha hecho referencia S.S. a algunas cuestiones que le preocupan desde
lo que significa la posición de su grupo político y también la
posición de Canarias y su desarrollo. Decía yo esta mañana que desde
el punto de vista de la sociedad de la información estamos dando
pasos muy importantes. Se puede decir que partíamos de una base muy
baja, es verdad, pero la evolución de la misma está siendo
espectacular. Eso es consecuencia en gran medida de lo que significa
la política de liberalización de las telecomunicaciones y los marcos
de desarrollo en investigación e innovación. La liberalización de las
telecomunicaciones, como decía esta mañana, ha supuesto un desarrollo
espectacular de ese sector en nuestro país. Baste pensar que, por
ejemplo, cuando hablamos de telefonía móvil estamos hablando de un
nivel de penetración del 65 por ciento en el mercado. Esto quiere
decir que más de 25 millones de españoles disponen de un teléfono
móvil. Eso significa que en el último año han aumentado en más de
ocho millones los españoles que lo tienen, pero también significa que
en cinco años de liberalización hemos pasado de 900.000 a más de 25
millones de teléfonos móviles, que se oyen en todas partes, incluida
esta Cámara. Ese desarrollo espectacular va unido también al de
Internet, puesto que ya hay un porcentaje muy importante de familias
españolas, que suman más de siete millones, que son usuarios
habituales. Un dato nuevo es que el número de ordenadores que se
vende en España es superior al que se vende en Francia o en Italia.

No quiere esto decir que nuestro nivel de desarrollo en ese sentido
sea el mismo que el de Francia e Italia. Lo que digo es que hoy se
venden más ordenadores en España que en Francia o en Italia. También
está el acceso a la tarifa plana o lo que significa el desarrollo de
Internet en la escuela. Hoy el 94 por ciento de los centros de
secundaria está conectado a Internet, como lo está el 81 por ciento
de los centros de primaria y el 96 por ciento de los centros de
formación de profesores. Hoy más de 70.000 profesores, señoría,
disponen de una cuenta de correo electrónico. Ahora tenemos que
seguir desarrollando en los
planes de la sociedad de la información todas estas cuestiones, de
tal modo que, como he dicho hoy, podamos disponer de la ley de la
sociedad de la información y del correo electrónico, de la ley de
firma electrónica y sea absolutamente habitual que desde el punto de
vista del comercio o de otras acciones la sociedad de la información
nos lo facilite cada vez con más intensidad.

En cuanto a las reformas estructurales que S.S mencionaba, quisiera
hacer mención a un tema energético. Es evidente que en toda Europa el
debate energético se planteará cada vez con mayor intensidad, sin
duda porque la aplicación del desarrollo sostenible a las nuevas
políticas y el propio desarrollo de nuestros países exigen la
definición de una política energética. Le diré algo, señoría, que
Europa tiene una falta de definición de una política energética
común; no la tiene, no la ha definido y tiene un problema adicional,
que cada vez es más dependiente del exterior en materia de
abastecimiento energético. España, dentro del conjunto europeo, tiene
un problema singular, nuestras dificultades de interconexión,
respecto a las que le daré un dato. La interconexión eléctrica entre
España y Marruecos es mucho más potente al día de hoy que la
interconexión eléctrica entre Francia y España. Además de eso tenemos
problemas de interconexión de redes de gas. Por eso uno de los
debates que existe en este momento en el marco de la Unión Europea es
cómo se puede constituir el mercado único de la energía, que hay que
plantear desde una posición de liberalización, porque, si no, es muy
difícil que el mercado único pueda funcionar, como sabemos, con
reglas de competencia diferentes.

Lo que sí quiero decir, señoría, es que eso nada tiene que ver con el
problema de California. El problema que se ha planteado en California
es que existe un déficit real de potencia, en torno a 10.000
megavatios. Eso no ocurre en España, afortunadamente. La
liberalización ha dado lugar a la utilización de 5.600 megavatios
nuevos, más 2.400 que ya tienen la declaración de impacto ambiental
realizada y también la posibilidad de poner en marcha otros 22.000
para el futuro. En este momento no le puedo decir si existe algún
problema concreto. Lo que sí le puedo decir es que en España el
modelo es diferente. En California no ha habido un tema de
liberalización, sino una radical separación de la generación
y distribución y una falta de inversión en potencia instalada. Ese
problema, que como digo allí ha sido de escasez de oferta, no se
planteará en nuestro país.

Respecto a la política de infraestructuras, S.S. sabe muy bien que
los convenios suscritos tanto en materia de carreteras -200.000
millones en 14 años-, como en inversiones en infraestructuras
aeroportuarias -un total de 180.000 millones de pesetas del año 2000
a 2007, de los cuales este año se invertirán 13.000 millones para la
mejora de los aeropuertos en todas las islas del Archipiélago, así
como 172.000 millones de pesetas previstos para infraestructuras
portuarias- y las primeras conversaciones para las modalidades
ferroviarias que puedan plantearse en Canarias, todo ello determina,



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junto con las inversiones en costas -35.000 millones de pesetas en
siete años-, un volumen de inversión muy alto y un esfuerzo muy
importante que hay que seguir manteniendo.

He hablado ya de la política de telecomunicaciones y quiero decirle
que comparto plenamente la preocupación por la formación profesional
en relación con el empleo. Justamente es de lo que se trata: de que
la nueva ley de formación profesional nos permita tener la
posibilidad de hacerlo a través de una homologación, de no buscar
fórmulas tan diferentes y contrapuestas entre sí que den lugar a
jóvenes poco formados con dificultad para acceder a un puesto de
trabajo. Sabemos que el conocimiento, el elemento educativo y la
formación son los elementos básicos del empleo y de la sociedad del
futuro. Por eso, señoría, no es una casualidad, sino todo lo
contrario -algo muy consciente- que estemos haciendo un esfuerzo en
esos tres ámbitos: sociedad de la información, formación profesional
y reforma del sistema educativo en su conjunto, donde tenemos las
mayores posibilidades de desarrollo de nuestro país.

Esperamos y deseamos que la contribución a la marcha de la economía
española, desde el punto de vista de la creación de empleo, nos sirva
para seguir aumentando nuestro nivel de saneamiento de la Seguridad
Social en cuanto a la creación y fortalecimiento de los fondos de
reserva, etcétera. Ojalá llegásemos pronto a la cifra de tres
cotizantes por pensionista. De momento, hemos avanzado bastante,
estamos entre dos y tres cotizantes por pensionista, pero tenemos que
seguir manteniendo este ritmo de creación de empleo. Si nuestro
objetivo es el pleno empleo, tenemos que saber que todavía existen
bolsas de desempleo en nuestro país. Existen en este momento
elementos muy dinámicos de creación de empleo que hay que aprovechar
al máximo, pero no hay que descuidar en ningún caso lo que significa
esa tarea de aportación. Creo no equivocarme si le digo que tengo la
impresión de que en este mes de junio vamos a volver a batir un
récord histórico de cotizantes a la Seguridad Social, lo que denota
que el ritmo español de actividad económica sigue siendo
suficientemente expresivo de una economía saneada y en crecimiento.

Espero y deseo que las conversaciones que han abierto el Ministerio
de Hacienda y el Ministerio de Economía respecto a la financiación
autonómica nos permitan llegar a una conclusión positiva. Desde el
punto de vista del marco del régimen económico de Canarias, con sus
singularidades y especificidades, eso tiene que estar contemplado en
sus distintos aspectos y, por tanto, espero que no haya ningún
problema a la hora de formular las correspondientes pautas y marcos
de desarrollo acordados para la financiación autonómica. Lo más
relevante, desde mi punto de vista -insisto-, es que se aprecie el
valor que tiene la distribución territorial cada vez más intensa del
gasto en España, la necesidad de establecer elementos de estabilidad
y, al
mismo tiempo, la necesidad de establecer elementos de cooperación.

Dice S.S. que se suma a la Comisión de seguimiento del pacto por la
reforma de la justicia. Me alegro mucho de que así sea y esperamos
sus contribuciones a este pacto importante. Ha manifestado una
preocupación que comparto plenamente en relación con la seguridad. Al
igual que en la justicia, nosotros aprovechamos en la legislatura
pasada para hacer reformas importantes como aumentar el número de
fiscales y jueces o hacer la Ley de jurisdicción
Contenciosoadministrativa y, si la memoria no me falla, la Ley de
Enjuiciamiento Civil. En esta legislatura hemos elaborado un plan de
medidas de choque y, además, hemos hecho ahora el pacto de la
justicia; lo hemos empezado a desarrollar y deseamos que una de las
funciones básicas de lo que significa el funcionamiento del Estado de
derecho sea más eficaz y genere cada vez mayor credibilidad
y confianza en todos los ciudadanos españoles.

En relación con la seguridad, señoría, comparto su preocupación. S.S.


conoce muy bien que hay un plan específico de seguridad para
Canarias, plan que ha producido algunos resultados. No digo que haya
producido todos los resultados que desearíamos, simplemente afirmo
que desde 1996 al 2000, el número de delitos ha disminuido en 10.000
en las islas Canarias, el número de faltas más bien ha tendido a
mantenerse y el número total entre delitos y faltas ha descendido un
11,1 por ciento, 9.000 en términos absolutos. Tenemos que seguir en
ese terreno. Como recordaba hace un tiempo, hemos hecho un esfuerzo
ahora en materia de dotación de plantillas del cuerpo nacional de
Policía y de la Guardia Civil. Quiero decirle que es un esfuerzo muy
importante, porque se incrementan 5.500 nuevas plazas para la Policía
y la Guardia Civil. Desde el punto de vista presupuestario, desde el
punto de vista de la inversión, es un esfuerzo muy importante. Dirá
S.S. que necesitan más, probablemente necesitemos más y probablemente
podamos y debamos continuar haciendo ese esfuerzo, que no es sólo un
esfuerzo en dotación de medios, sino también de identificación muy
clara de dónde están los mayores niveles de riesgo en este momento,
desde el punto de vista de seguridad ciudadana, en nuestro país. Es
evidente que en determinados territorios, en razón de su
consideración turística -creo que Canarias puede recibir al año hasta
12 millones de visitantes-, desagraciadamente para determinadas
organizaciones puede ser especialmente atractivo en las grandes
ciudades. En todo caso, las nuevas formas de delincuencia que se
están planteando nos exigen una atención muy especial. Comparto esa
preocupación y espero y deseo que podamos mejorarla en el futuro
inmediato de una manera intensa.

Respecto a lo que significa el reconocimiento en el Tratado de
Amsterdam, S.S. ha dicho en su discurso que se ha reconocido en
Amsterdam el estatuto de regiones ultraperiféricas. Trabajamos para
que se reconociese en Amsterdam el estatuto de regiones ultraperi-



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féricas. Creo que eso está bien asentado, bien ahormado, me consta y
sé que existen unas conversaciones y negociaciones en torno a
determinados ámbitos que se refieren a la especificidad canaria. Ya
hemos hablado del Consejo de Gotemburgo y de las posibilidades de
desarrollo del artículo 299 y espero que todas estas cuestiones,
junto con la superación de algunos contenciosos comerciales que
también eran objeto de preocupación en las islas Canarias, se puedan
resolver claramente en los próximos meses. En unos casos podrá ser
antes de la Presidencia española y, en otros, haremos todo lo posible
para que tengan una resolución positiva. Hay cuestiones importantes a
las que S.S. se ha referido, como la relativa a los fondos, etcétera,
que en su momento tendrán que ser planteadas desde la especificidad
y singularidad de unas regiones que son ultraperiféricas.




Por lo que se refiere a objetivos de Presidencia española, podremos
convenir en algo que es más relevante de lo que al principio puede
parecer, que es intentar que sean debates y políticas de contenidos
concretos los que impulsen nuestra actuación. Sinceramente no creo en
la virtualidad de algún tipo de debates meramente nominales,
formales, sin contenido real, que se pueden hacer en este momento a
nivel europeo, no creo en eso. Creo en el impulso de la integración
europea desde el punto de vista de políticas concretas. La
explicación del término federal en materia europea es totalmente
distinta en cada país y a mí no me parece eso lo relevante. Lo
relevante, desde el punto de vista de lo que son las políticas
comunes, el mercado único, el desarrollo de la estrategia de Lisboa,
el espacio de libertad, seguridad y justicia y la defensa común, es
cómo podemos seguir impulsando el proceso de integración europeo. Eso
es de lo que se trata y espero que, en el marco del proceso de
ampliación, la Presidencia española -estoy seguro de que con su
colaboración- sea un elemento de desarrollo importante. También me
parece muy interesante que desde esa Presidencia, desde un punto de
vista medioambiental, tengamos que tomar decisiones respecto a la
redefinición de la estrategia de Lisboa con un contenido de
competitividad, con un contenido social y con un contenido ambiental
y, al mismo tiempo, tomemos la iniciativa para fijar una posición
común en la cumbre Río+10 y en la cumbre de Johannesburgo,
continuidad de la cumbre de Río. Me parece muy importante desde el
punto de vista de lo que significan las posiciones españolas y
europeas en cuanto al desarrollo sostenible. Seamos luego congruentes
y coherentes en lo que significa la aplicación de esas políticas, las
posibilidades de desarrollo económico y tecnológico de nuestro país y
nuestras necesidades de abastecimiento energético, de tal manera que
podamos impulsar nuestro crecimiento económico en los términos que
deseamos.

Creo que he procurado contestar a la mayor parte de las cuestiones
que usted ha planteado. Si me he dejado alguna, S.S. me lo dirá. En
todo caso, agradezco muy
especialmente, una vez más, la colaboración de su grupo
parlamentario.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Aznar.

Señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Gracias, señora presidenta.

Señorías, seré muy breve. Al resumen de la problemática Canaria -yo
agradezco al señor Aznar que se haya referido a ello de forma
precisa- sólo quiero darle una pequeña vuelta de tuerca, si me lo
permite, para que los compromisos se cumplan rigurosa y
escrupulosamente.




Primero, en el tema energético, usted comprenderá, señor Aznar -creo
que es fácil de entender-, que no es lo mismo un continente que unas
islas. Un ejemplo, el tema energético. Ustedes tienen energía
hidráulica, incluso energía nuclear, el carbón y una serie de cosas.

Nosotros sólo dependemos de unas centrales que ni siquiera son de
ciclo combinado. En Canarias sí hay efecto California. Lo ha dicho el
presidente de Endesa. Hay efecto California, hay un déficit de
potencia instalada con respecto a la demanda que tiene hoy. Hay
apagones. Ya se está pactando en las zonas turísticas la baja del uso
de la instalación eléctrica durante determinadas horas, incluso de la
refrigeración. Es un tema que nosotros no podemos soportar, no
podemos hacer mucho escándalo de eso porque tampoco se trata de
asustar a la gente y de que no vaya, pero en dos o tres años habrá
que hacer un gran pacto energético. He hablado de eso con el
vicepresidente Rato -espero que usted lo asuma- y con el secretario
de Estado, señor Folgado, que pasa por el decreto de las
extrapeninsulares y de las subvenciones a las tarifas para garantizar
una inversión que en el caso de Canarias son 120.000 millones. Sólo
tenemos esa potencia. Estamos apostando por el gas, porque es energía
limpia, y por la energía eólica. Pero en Canarias tenemos un problema
de falta de potencia instalada que todavía no es el problema de la
Península. Sólo hay dos partes con problemas, Melilla y Canarias. En
Melilla va a haber problemas este verano; no sé si me están oyendo a
esta hora, porque me parece que no tienen una hora menos y a lo mejor
están ya con problemas en esta zona de España.

Segundo tema, el plan de infraestructuras. Lo único que queremos es
la concreción, es decir, cada uno debe saber. Es el plan de 17
billones. Usted me dice que hay ciento y pico mil millones para los
aeropuertos, pero los planes directores de los aeropuertos se
terminan este verano. Nosotros hemos pactado con el señor Cascos
y con don Benigno Blanco, secretario de Estado, y creo sinceramente que
van a cumplir. Sólo lo estoy trasladando aquí para que presenten
nuestro plan de infraestructuras porque es un plan integral de
infraestructuras. Canarias no puede seguir negociando con AENA,



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con la antigua Renfe y con el Ministerio de Fomento en temas de
carreteras. Para nosotros el sistema de puertos es muy importante,
desde puertos menores, porque nuestras autopistas están en tierra y
en mar, ya que somos un archipiélago. Tener un plan de
infraestructuras moderno para el futuro, que necesita del orden de
600.000 millones hasta el año 2007, y es absolutamente necesario, es
un compromiso. Tendremos una reunión antes del 15 de julio, espero
que en octubre se confirme y, si el presidente Aznar puede, estaría
bien que lo firmara con el Gobierno de Canarias.

Con respecto a los temas del Plan integral de empleo -aprovecho que
está presente el señor Aparicio-, usted dice que ojalá en España haya
una relación de dos cotizantes por un pensionista, que es lo que
tienen en este momento, y que sería fantástico que se llegara a una
relación de tres a uno, que es lo nosotros tenemos. Nosotros tenemos
una población muy joven y muy pocos jubilados. Para que se hagan una
idea, tenemos 630.000 cotizantes de la Seguridad Social y 210.000
pensiones, justo una relación de tres a uno. Esto quiere decir que
nosotros hacemos una aportación a la caja única de la Seguridad
Social de más de 200.000 millones de pesetas, si se contabilizara
así, porque sé que es un sistema de solidaridad. Pero cuando se hable
de financiación sanitaria, no nos digan que el reparto de la
financiación se hace con población mayor de 65 años, porque entonces
perdemos dos veces, una de ellas en sanidad. Nosotros atendemos a los
doce millones de visitantes exteriores que tienen un enorme coste y
así tenemos un problema en Canarias en este momento, como en toda
España. A España le falta un billón de pesetas para llegar a un nivel
razonable, y eso que tiene una sanidad excelente para los recursos
públicos que se aplican, a través de un esfuerzo del sector. Nosotros
tenemos visitantes ingleses y alemanes en Canarias que están
encantados de la sanidad española. Debemos presumir de la sanidad,
aun sabiendo que España dedica a sanidad el 5 por ciento de su
producto interior bruto, que Inglaterra dedica el 7 por ciento,
Francia el 9 por ciento y Alemania el 10 por ciento. Subir un billón
de pesetas, el 6 por ciento del producto interior bruto, sería un
excelente esfuerzo dentro del proyecto de financiación autonómica y
nosotros queremos los recursos necesarios para tener un servicio
público tan imprescindible para los ciudadanos como es éste.

Hemos hablado de la financiación autonómica. Hemos pactado con el
señor Montoro, y estoy seguro de que él y el Gobierno de España
reconocen que Canarias tienen un régimen especial histórico, recogido
en la Constitución, de carácter diferencial, que lo marca su lejanía
y su insularidad, sistema que tiene que estar reconocido dentro del
régimen común que vamos a pactar. El señor Montoro me dice que sí y
nosotros estamos seguros de que va a ser así. Es interesante decirlo
públicamente porque mañana presentaremos una resolución al debate
sobre el estado de la Nación y
estoy seguro de que se aprobará por todos los grupos de la Cámara.

Por último, con respecto a nuestro proyecto en la Unión Europea,
apoyemos la Presidencia belga. Yo sólo le puedo decir que he hablado
recientemente con el señor Piqué. El señor Piqué prometió apretar un
poco. En los temas europeos hay tiempos de pressing y de relajación.

No puedes estar en el pressing todo el tiempo. El señor ministro de
Agricultura me dice que sí. En estos próximos seis meses toca
pressing. El otro día hablábamos con el secretario de Estado belga,
cuando se hacía cargo de la Presidencia belga, y le decíamos que
tocaba pressing canario. El Estatuto permanente -como lo llamamos
nosotros- de región ultraperiférica, y en febrero del año 2002, con
la Presidencia española, que llevarán ustedes los euros para pagar en
euros, vamos a hacer una conferencia en Canarias para la culminación
de la articulación de Canarias en el proyecto europeo, que también es
la articulación de Canarias en el proyecto del Estado español con la
financiación autonómica y la modernización de Canarias en el tema
energético y de telecomunicaciones.

Una última cuestión, ustedes han liberalizado las telecomunicaciones.


No sé si ustedes sabrán que nosotros somos la tercera factura de
España en telecomunicaciones. ¿Por qué? Por los turistas que tenemos,
por los diez millones de turistas y los doce millones de visitantes.

Pero estamos a punto de que se agote nuestro cable, hay que hacer
inversión porque nos estrangulan. Es el mismo caso que con la
energía, es un tema que en el resto de España no tiene problemas pero
en el que una región o comunidad diferenciada y alejada sí los tiene.


Perdone la insistencia, señor Aznar, pero esos seis o siete
compromisos que hemos firmado con todos los ministros del Gobierno y
con usted mismo, que es el proyecto del Partido Popular y Coalición
Canaria que suscribió el señor Arenas, que dice que sí, espero que se
cumplan -no sólo lo espero sino que estoy seguro de ello- como se
cumplieron los pactos anteriores y así funcionó perfectamente nuestra
colaboración anterior. Nosotros somos chiquititos, somos una
comunidad pequeña, alejada, pero creo que aportamos una importante
contribución al Gobierno del Estado.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, con toda brevedad.

Tomo nota de las cuestiones de oferta de energía en las islas
Canarias, pediré toda la información al respecto, lo estudiaré con
mucho gusto y no tengo el menor inconveniente en desplazarme allí
para verlo in situ. Si conseguimos terminar el debate en un tiempo
razona-



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ble, estoy dispuesto -no me cuesta ningún esfuerzo sino todo lo
contrario- a estudiar directamente sobre el terreno las dificultades
que puede haber en ese sentido.




En segundo lugar, antes me he olvidado citar una cifra a la que S.S.

se ha referido correspondiente a la ayuda oficial al desarrollo en
los Presupuestos Generales del Estado para el año 2000. Yo sé que le
preocupa este asunto a S.S. desde el punto de vista de la cooperación
española. La cifra que le voy a dar es sólo de ayuda oficial al
desarrollo. La política de cooperación española es más intensa y
tengo que decir que España aporta muchos recursos en políticas de
cooperación directa por vía de operaciones financieras a otros
países, también de cancelación de deuda, etcétera. Esa política de
ayuda oficial al desarrollo para el año 2001 es de 251.000 millones
de pesetas. Tenemos que tener presente los mecanismos de control de
la política de cooperación en nuestro país, que recientemente se ha
reorientado y reformado, en los cuales se han establecido unas
prioridades, pero gastamos una cantidad de recursos tan importante
que es necesario también medir muy bien la eficiencia y la calidad de
los recursos de los cuales disponemos.

Les invito a SS.SS. a que tengan las correspondientes reuniones con
el Ministerio de Fomento. En este momento le puedo informar a S.S. de
las cantidades previstas desde el punto de vista de infraestructuras
en las islas Canarias. Así, por ejemplo, para infraestructuras
portuarias hay previsto en ese período 171.000 millones de pesetas.

Me dice S.S. que hay que materializarlo lo antes posible. Haremos lo
que podamos. Afortunadamente podemos tener este plan porque contamos
con unos fondos europeos hasta el año 2007, pero todo el mundo sabe
que no se reciben todos los fondos europeos de golpe, que hay que ir
escalonándolos y estableciendo prioridades. Le puedo informar de las
inversiones previstas en el puerto de Las Palmas, de Arrecife, del
Rosario, de Santa Cruz, de La Palma, de La Gomera, de Los Cristianos,
de La Estaca, de La Granadilla, de Isora, es decir, están aquí y
suponen
unas cantidades muy importantes. También le puedo decir, si a S.S. le
interesa, lo que está previsto hacer en cada uno de los aeropuertos
de las islas Canarias: dónde se va a ampliar la plataforma de
estacionamiento, dónde se va a construir una nueva pista, o dónde se
va a reformar el edificio terminal. Al final, lo que importa es que
algo tan determinante para la competitividad de las islas Canarias y
para la industria principal como es el turismo estén en buena forma,
y para eso disponemos de esas posibilidades. Estoy seguro de que el
Ministerio de Fomento será sensible a ello.

En relación con lo que ha dicho S.S. sobre la liberalización de las
comunicaciones, es verdad que hay una liberalización completa, que ha
producido resultados. Estudiaremos si pueden existir algunas
dificultades en razón de la singularidad canaria. Sí le tengo que
decir que es un paso importante el que ha dado el Consejo de
Ministros el viernes pasado de empezar a considerar ya las llamadas
entre algunas islas como llamadas de tarifa local. Sé que son una
demanda antigua de la ciudadanía canaria y es muy positivo que se
haya podido resolver. Hemos empezado ya, entre algunas islas del
Archipiélago, a que sean consideradas tarifas locales y esperamos
extenderlo rápidamente a todo el Archipiélago.

Le reitero mi convicción de que en el marco de la Unión Europea todo
lo que significa el reconocimiento de la singularidad derivada del
carácter ultraperiférico va a ir por un camino positivo, no sin
dificultades ni sin hacer grandes esfuerzos, pero sí por un camino
positivo y espero y deseo que en los próximos meses tengamos ocasión
de seguir trabajando en ello.

Le reitero mi gratitud por su cooperación. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Se suspende la sesión, que se reanudará mañana a las nueve de la
mañana.




Eran las once y media de la noche.