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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 405, de 18/12/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 405



ASUNTOS EXTERIORES



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA



Sesión núm. 23



celebrada el martes, 18 de diciembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores
(Nadal Segala) para informar sobre:



- El apoyo de España a la transición democrática de Guinea
Ecuatorial. A solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió). (Número de expediente 212/000839.). . . . (Página 13196)



- La aplicación del Plan marco Asia-Pacífico 2000-2002. (Número de
expediente 212/000844.) . . . (Página 13205)



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Se abre la sesión a las nueve y cuarenta minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES
(NADAL SEGALA) PARA INFORMAR SOBRE:



- EL APOYO DE ESPAÑA A LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA DE GUINEA
ECUATORIAL. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA
I UNIÓ). (Número de expediente 212/000839.)



La señora VICEPRESIDENTA (García Arias): Buenos días. Podemos
comenzar la reunión. Le damos la bienvenida como siempre al
secretario de Estado de Asuntos Exteriores, que comparece para
informar sobre el apoyo de España a la transición democrática de
Guinea Ecuatorial, a solicitud del Grupo Parlamentario Catalán.

Después informará sobre la aplicación del Plan marco Asia-Pacífico
2000-2002.

Tiene usted la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Muy buenos días. Siempre es un placer estar en la sede parlamentaria
y comparecer ante todos ustedes, en este caso para informarles sobre
dos cuestiones: la primera, sobre el apoyo de España a la transición
democrática de Guinea Ecuatorial y, la segunda, para hacer una
valoración del primer año de aplicación del Plan marco Asia-Pacífico
2000-2002. Empiezo, por lo tanto, con la cuestión sobre el apoyo de
España a la transición democrática de Guinea Ecuatorial.

Como es bien sabido de SS.SS., el Gobierno ha venido siguiendo muy de
cerca la reciente evolución de Guinea Ecuatorial y, en paralelo, ha
desplegado un considerable esfuerzo diplomático para promover la
democracia y los derechos humanos en ese país, considerado de interés
estratégico para la política exterior en el África subsahariana. La
promoción de la democracia y de los derechos humanos se ha convertido
por derecho propio en uno de los grandes ejes, en uno de los ejes
centrales de la política de cooperación española con Guinea
Ecuatorial. A pesar de que el descubrimiento y la explotación de
ricos yacimientos de petróleo y de gas guineanos han venido a alterar
la tradicional relación de dependencia exterior de Guinea Ecuatorial,
el compromiso del Gobierno español con la promoción de la democracia
y de los derechos humano no ha hecho si no acrecentarse. Guinea
Ecuatorial es hoy, en efecto, el cuarto productor de petróleo en el
África subsahariana. Su renta per cápita se ha multiplicado por cinco
en los últimos cuatro años, pasando aproximadamente de 270 dólares en
el año 1998 a 1.400 en el año 2001. De este modo, Guinea Ecuatorial
ha abandonado el grupo de los países menos desarrollados y se ha
integrado en los de economía en desarrollo de renta media. Sin
embargo, persisten muchos y muy graves problemas políticos,
económicos y sociales que, de no solucionarse, podrían impedir muy
probablemente el desarrollo integral y sostenido de Guinea
Ecuatorial.

Este país ha dejado de depender financieramente para su desarrollo de
la ayuda externa y se ha reducido, por tanto, de un modo
significativo el margen de maniobra y de influencia de los países
donantes. Gracias a las rentas del petróleo y del gas el Gobierno de
Guinea Ecuatorial ha empezado a desarrollar una actividad
internacional relativamente intensa a la que no ha sido ajena el
Gobierno español. En este contexto, el Gobierno español entiende que
puede y debe jugar un papel relevante para que la nueva situación
económica produzca los resultados políticos y sociales deseados, y
así se lo ha ido transmitiendo el presidente Aznar al presidente
Obiang a lo largo de sus últimos encuentros en Nueva York en
septiembre del año 2000, coincidiendo con la Cumbre del Milenio, y
más recientemente en Madrid en marzo y octubre de este año. En estas
entrevistas se ha puesto de manifiesto la voluntad de ambos Gobiernos
de fortalecer la relación bilateral desde el compromiso irrevocable
de España de promover el desarrollo integral y sostenido de Guinea
Ecuatorial, fijándose objetivos concretos en un clima de mutua
confianza y plena transparencia. Al servicio de este objetivo, el
Gobierno consideró indispensable relanzar las relaciones bilaterales
con Guinea Ecuatorial desde una nueva perspectiva, dejando atrás la
desconfianza y el paternalismo propios de las relaciones fundadas en
la dependencia y estableciendo en su lugar canales permanentes de
comunicación. El relanzamiento de las relaciones bilaterales se
fundamenta en la libre voluntad de ambos gobiernos de cooperar en
beneficio mutuo, promoviendo la cultura común y los valores
democráticos y de derechos humanos que dicha cultura lleva
indisolublemente aparejados. A lo largo de los dos últimos años el
Gobierno ha mantenido un diálogo fluido, crítico pero constructivo,
con el Gobierno de Guinea Ecuatorial en materia de democracia y de
derechos humanos. En este período se han intensificado los contactos
bilaterales a alto nivel, multiplicándose las visitas de
representantes de ambos gobiernos. En estos encuentros el Gobierno
español ha puesto siempre de manifiesto su disponibilidad para
colaborar con el Gobierno guineano en el nuevo contexto de la
relación bilateral. Las conversaciones han puesto de manifiesto que
existen tres objetivos fundamentales compartidos por los dos
gobiernos: primero, mejorar la plena inserción de Guinea Ecuatorial
en el entorno internacional; segundo, fortalecer el marco
institucional como instrumento fundamental para reforzar la seguridad
jurídica y garantizar el respeto de los derechos humanos, avanzando
en el proceso democrático; y, el tercero, contribuir a que las rentas
del petróleo sirvan realmente para la modernización del país y
lleguen al conjunto de la



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ciudadanía, mejorando su nivel de bienestar y de renta. El Gobierno
español está decidido a prestar la asistencia necesaria a Guinea
Ecuatorial para el logro de estos objetivos.

Empiezo relatando lo que se refiere al primer objetivo que es el de
inserción de Guinea Ecuatorial en el entorno internacional. En este
sentido y respecto a la plena inserción de Guinea en el entorno
internacional, el Gobierno considera que Malabo debe, por una parte,
asumir todo el acervo jurídico de Naciones Unidas en materia de
derechos humanos y, por otra, continuar impulsando el proceso de
normalización política del país. El Gobierno español ha instado al de
Guinea Ecuatorial a ratificar todos los tratados internacionales en
materia de derechos humanos en los que aún no es parte, someterse a
los mecanismo de supervisión que la comunidad establece y facilitar
la labor del representante especial para Guinea Ecuatorial de la
Comisión de Derechos Humanos en Naciones Unidas, el señor Gustavo
Gallón, de nacionalidad colombiana. En respuesta el Gobierno guineano
ha manifestado ya su disposición a ratificar la Convención contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y el
Acuerdo internacional sobre la eliminación de todas las formas
discriminación racial. Ha activado asimismo el centro de derechos
humanos de Malabo y acaba de recibir la visita del representante
especial para Guinea Ecuatorial de la Comisión de Derechos Humanos,
el señor Gallón, quien ha manifestado su satisfacción por la actitud
abierta y dialogante de sus interlocutores y ha reconocido que, a
pesar de la persistencia de serias deficiencias, se aprecian ciertas
mejoras en materia penitenciaria y en el ámbito de la libertad de
expresión. Asimismo, el Gobierno español continúa sensibilizando al
Gobierno guineano para que impulse el proceso democratizador,
centrándose en la necesidad de mejorar la situación de los partidos
políticos. En este ámbito, me permito llamar la atención de SS.SS.

sobre la existencia de hechos que denotan una evolución positiva
y que se pueden interpretar como una prueba de la voluntad del Gobierno
guineano de ir impulsando todo este proceso. Entre estos hechos
positivos cabría destacar los siguientes: la reciente firma en
septiembre de este año por parte de todos los partidos, tanto los que
están en el Gobierno como en la oposición, de la segunda revisión del
Pacto nacional firmado en el año 1993 entre el Gobierno y los
partidos políticos legalizados en Guinea Ecuatorial; la cesión del
palacio de congresos de Bata y la financiación ofrecida por el
Gobierno guineano al partido CPDS (Convergencia para la Democracia
Social), uno de los principales partidos de la oposición para la
celebración de su congreso nacional en febrero de este año; el
otorgamiento de una subvención del Gobierno para las actividades de
los partidos políticos guineanos; el compromiso manifestado por el
Gobierno guineano a todas las fuerzas políticas del país de estudiar
la legalización de nuevos partidos
políticos y respetar la legalidad en los procesos electorales; la
disposición del presidente Obiang a permitir el retorno de los
líderes políticos de la oposición exiliados; y el indulto concedido
en el diciembre del año 2000 por el presidente Obiang a personas
pertenecientes a la etnia bubi, condenadas por los sucesos del 21 de
enero del año 1998. El Gobierno valora positivamente estos gestos
pero no por ello es menos consciente de la fragilidad de los avances
del proceso democratizador en Guinea. El Gobierno quiere reiterar una
vez desde esta tribuna su disposición a prestar toda la asistencia
técnica que el Gobierno de Guinea Ecuatorial pueda reclamar para
ayudarle a superar las deficiencias observadas en el proceso
democratizador en curso.

La finalidad del segundo objetivo compartido, del segundo objetivo
propuesto es fortalecer el marco institucional como instrumento
fundamental para reforzar la seguridad jurídica y garantizar el
respeto de los derechos humanos avanzando en el proceso democrático.

Este es un objetivo esencial si desea consolidar e incrementar las
mejoras realizadas y lograr que estas sean irreversibles. En este
sentido, el Plan de cooperación bilateral 2000-2002 establece una
serie de programas dirigidos a reforzar el Estado de derecho y la
seguridad jurídica, elementos esenciales de un Estado democrático,
destacando dentro de este plan el capítulo de fortalecimiento
institucional al que se dedica el 5 por ciento de nuestra cooperación
y que está centrado fundamentalmente en aquellos ámbitos que tienen
un mayor impacto sobre el proceso democratizador y la promoción
y protección efectiva de los derechos humanos. Los aspectos más
importantes de este programa son los siguientes: un programa de apoyo
a la Administración de justicia dirigido a reforzar la independencia
del Poder Judicial mediante la formación de jueces, magistrados
y funcionarios así como la consolidación de instituciones de promoción
de los derechos humanos; un programa de apoyo al Ministerio de
Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer centrado en la protección y
promoción de la mujer y orientado a la erradicación de la violencia
doméstica; y, finalmente, un programa de apoyo a la Cámara de
Representantes del Pueblo, que tiene como objetivo fortalecer su
papel como Poder Legislativo y órgano fiscalizador del Ejecutivo en
materia presupuestaria, entendiendo que el estricto control de las
finanzas públicas constituye el fundamento de la extensión a la
población de los beneficios del petróleo.

Quiero aprovechar esta ocasión para recordar precisamente en esta
sede el importante papel que puede jugar el Parlamento español,
nuestro Parlamento en el proceso de normalización democrática,
animando a SS.SS. a que programen visitas parlamentarias que sin duda
pueden contribuir a un mejor conocimiento de la realidad guineana en
España y viceversa. No conviene, sin embargo, señorías, olvidar el
ámbito multilateral en el que el Gobierno apoya, por una parte, el
programa



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nacional de gobernabilidad, propuesto por la Naciones Unidas y
aprobado por el Gobierno guineano en octubre del año 2000, y en el
que también estamos respaldando el proyecto de la Unión Europea de
apoyo a los derechos humanos, la democratización y el Estado de
derecho propuesto por la Comisión Europea para el período 2002-2005.

Este proyecto, que tiene una dotación presupuestaria de 3 millones de
euros, tiene como objetivo general la promoción y la protección de
los derechos humanos y como objetivos específicos la consolidación
del Estado de derecho y la democratización en Guinea Ecuatorial. Sus
principales acciones irán dirigidas a asegurar la publicación regular
de un boletín oficial del Estado y a apoyar los trabajos de la
comisión de codificación; la elaboración y difusión de una guía de
derechos y deberes del ciudadano; el fortalecimiento de la formación
jurídica de los parlamentarios en diferentes ámbitos, incluidos el
derecho humanitario y los sistemas de protección de los derechos
humanos; la mejora de la formación de políticos, jueces, magistrados,
funcionarios penitenciarios y abogados en materia de derechos humanos
y un programa de apoyo a la sociedad civil dirigido a la creación y
promoción de las ONG. Junto a estos dos objetivos que he mencionado,
mejor inserción de Guinea Ecuatorial en el entorno internacional y
fortalecimiento del marco institucional, en conjunción con el
Gobierno guineano hemos identificado un tercer objetivo fundamental
que es la extensión de las riquezas del petróleo a la población y a
la economía local, cuya importancia no escapará a SS.SS. El Gobierno
guineano parece haber comprendido el desafío que supone el petróleo
como nueva fuente de prosperidad, pero también en caso de mala
gestión de posibles tensiones sociales debidas a las nuevas
desigualdades económicas y a la emigración no controlada que lleva
aparejadas. El Gobierno español está dispuesto a seguir ofreciendo la
asistencia técnica y el apoyo en los foros internacionales que el
Gobierno guineano pueda solicitarle en la consecución de este tercer
y fundamental objetivo.

Finalmente, deseo señalar a SS.SS. que el Gobierno continúa su apoyo
al sistema educativo y sanitario de Guinea Ecuatorial como eje
fundamental de nuestra acción de cooperación y presupuesto para el
desarrollo social básico guineano. El Gobierno, señorías, ha adaptado
su política con Guinea Ecuatorial a la nueva situación del país,
impulsando de forma decidida la transición democrática y los derechos
humanos con la convicción de que paulatinamente dará resultados y
contribuirá a cimentar una relación más estable, basada en el respeto
mutuo como corresponde a dos naciones con tan profundos vínculos
históricos, lingüísticos y culturales. En el marco de la renovada
política exterior de España en Guinea Ecuatorial es deseo del
Gobierno poder seguir trabajando con SS.SS. por la plena
normalización política y el desarrollo socioeconómico sostenible del
pueblo guineano.

La señora VICEPRESIDENTA (García Arias): El señor Guardans tiene
ahora la palabra. A continuación, si hay algún grupo que quiera
intervenir, le ruego que lo señale para darle su turno.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Muchas gracias señor secretario de Estado
por su información.

La petición de comparecencia del secretario de Estado para informar
del grado de apoyo de España a la transición democrática en Guinea
Ecuatorial tenía un primer objetivo, antes que nada, que es mantener
a Guinea Ecuatorial en la agenda; algo tan sencillo como eso. Lo
primero mantenerlo en la agenda. Corremos el riesgo todos, no sólo su
ministerio, sino también esta Comisión y las comisiones de Asuntos
Exteriores de los parlamentos de media Europa, de que nuestra agenda
política la marque el Herald Tribune y la CNN en el ámbito de las
relaciones exteriores; todo aquello a lo que el Herald Tribune y la
CNN ha decidido dejar de prestar atención parece que ha dejado de ser
importante. Como nosotros entendemos que no es así y muy
especialmente respecto del papel de España en Guinea Ecuatorial, el
primer sentido de esta comparecencia es transmitir al ministerio que
seguimos considerando exactamente igual que antes del 11 de
septiembre a Guinea Ecuatorial como un importante objetivo de la
política exterior española, que seguimos y seguiremos de cerca la
actuación de España ahí, que nos interesa exactamente igual que antes
del 11 de septiembre. No consideraríamos justificado por ninguna
razón que los acontecimientos de ese día ofrecieran cierto cambio de
enfoque respecto a la situación en el mundo. Por la misma razón se
está haciendo desaparecer de la primera línea temas como la situación
en Colombia y otras cuestiones y, concretamente, África es uno de los
primeros que ha desaparecido de la agenda. Por tanto (La señora
presidenta ocupa la Presidencia.), ese es uno de los primeros
compromisos de este grupo: intentar seguir manteniendo a África en su
conjunto y muy específicamente Guinea Ecuatorial por el especial
papel y responsabilidad que tiene el Gobierno español, la política
exterior española en la agenda política exterior de este Gobierno y
de este Parlamento. En segundo lugar, ciertamente, la intención es
recibir información. No es o no pretendía ser ésta una de esas
comparecencias en las que es el grupo que pide la comparecencia quien
viene a explicarle cosas al Gobierno. No, nosotros queríamos
escuchar; de lo que he escuchado no salgo convencido, señor
secretario de Estado.

Usted ha hablado dos veces, al principio y al final de su
intervención -eso es un ejercicio de realismo, porque efectivamente
coincide con lo que estamos percibiendo y con lo que a nosotros se
nos explica por parte de grupos de la oposición, interior y exterior,
de Guinea- de que la política exterior española respecto de Guinea se
está adaptando a la nueva situación del país. Lo ha dicho usted
literalmente -he tomado nota dos



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veces-: se ha adaptado a la nueva situación del país. La percepción
que tiene mi grupo es que lo que tiene de nuevo la situación del país
es un dato, que usted ha dado y sobre el cual ha incidido: un gran
incremento del PIB y de las reservas petrolíferas y gasísticas. Esa
es la nueva situación del país. Por tanto, la política exterior
española se está rehaciendo no en función de un incremento de la
situación de los derechos humanos en Guinea, no en función de una
evolución, de una apertura del régimen de Guinea, no en función de un
mayor acercamiento al Estado de derecho o del respeto a la oposición,
sino estrictamente en la medida en que Guinea es más rica de lo que
era; por tanto, menospreciar a Guinea, despreciar a Guinea o
aplicarle principios que se están aplicando en otros lugares o que se
venían aplicando, hoy puede ser política y económicamente mucho más
costoso de lo que era hace años. El dictador rico es dictador, pero
lo es menos. Ese es el problema de la política exterior que afecta no
sólo a España, sino a muchos países. España está aplicando con Guinea
eso: el dictador rico es un poco menos dictador por el hecho de que
es rico. Eso no nos convence, señor secretario de Estado. Nada de
toda su intervención desmiente lo que acabo de decir. Cuando usted ha
intentado explicar los teóricos avances en Guinea en el ámbito de la
democratización, del Estado de derecho, de la transición hacia la
democracia, etcétera, prácticamente la mayoría son promesas de
futuro, como es la ratificación de los convenios de la ONU en materia
de tortura, que han prometido que lo ratificarán pero hoy por hoy no
la han hecho y por tanto se sigue torturando. Independientemente de
que lo ratificara o no, habría que ver la realidad, porque lo que nos
consta es que sigue habiendo tortura; por supuesto que sigue habiendo
tortura y que sigue habiendo represión en Guinea.

Luego ha hablado usted -además también aquí lo he entrecomillado- de
la revisión del pacto nacional entre el Gobierno y los partidos
legalizados. El pequeño detalle es el de legalizados, porque son
partidos legalizados los que el Gobierno guineano ha decidido que son
partidos con los cuales él considera oportuno tener relaciones. Mi
grupo es partidario no del puro fundamentalismo dogmático. Nunca
hemos estado en las relaciones con ningún país, y pongo por ejemplo
Cuba, con aquellos que pretenden o que ignoran la realidad de las
relaciones internacionales o que ignoran algo que nosotros hemos
defendido, que es que el crecimiento económico y el mejor bienestar
económico de los ciudadanos de un país puede acabar redundando en la
transición democrática. Ese principio que hemos aplicado en otros
Estados también estamos dispuestos a aplicarlo en Guinea Ecuatorial
(lo hemos aplicado en Cuba), pero pedimos del Gobierno español que
tampoco ande con dobles raseros, porque una cosa es que haya una
política realista -hasta ahí estamos todos de acuerdo- que es posible
incluso. Hasta ahí puedo
aceptar como principio que la nueva realidad económica de Guinea
exija una revisión de cuál es la situación, eso no lo niego; hasta
ese punto de realismo le acepto. De ahí a dar un cambio casi de 180
grados, estético, en lo exterior, pasar a tratar de hecho al dictador
guineano como un huésped más, por ejemplo, en el Congreso de la
Lengua Castellana mientras que al dictador cubano, por poner un
ejemplo...; las comparaciones son odiosas, pero algo valen. Algo valen
porque en la política exterior las relaciones personales cuentan
mucho. Al dictador cubano se le sigue considerando como a un paria a
todos lo efectos, mientras que al dictador guineano se le trata como
a uno más, se le acepta como a uno más y eso es injusto y además
ofende. Ofende a todos aquellos que desde nuestro país -porque así lo
ha aceptado España generosamente dándoles asilo- llevan años
defendiendo e impulsando la transición a la democracia en Guinea;
todos aquellos que están esforzándose aquí por intentar que haya una
transición pacífica y democrática en Guinea. Ellos se encuentran hoy
(sé que no le gustará escucharlo, pero las percepciones son libres)
abandonados por el Gobierno español; se encuentran con que el
Gobierno español les está empezando a dar la espalda y que en aras de
una real politik el Gobierno español está faltando a los principios
que había mantenido hasta ahora, transigiendo o aceptando cualquier
cosa con tal de no perturbar al nuevo dictador rico de Guinea
Ecuatorial. Eso es peligroso, es peligroso en el ámbito de los
principios y es peligroso incluso en el de la auténtica realidad de
nuestras relaciones con Guinea, porque no parece que ninguna de las
cosas que usted ha puesto sobre la mesa esté aportando de hecho una
auténtica evolución hacia la transición. No nos consta, no nos consta
ni por información que recibimos de grupos de la oposición ni por
información que recibimos de algunas ONG que llevaban muchos años
trabajando allí, que tuvieron que abandonar el país hace apenas un
año por las dificultades que les ponía el régimen de Guinea para
desarrollar su actividad (le puedo citar muy específicamente Médicos
Sin Fronteras) y por tantos otros que tienen más objetividad y que,
efectivamente, no alteran su posición política ni sus principios sólo
en función de si sube o no sube uno o dos puntos el PIB respecto del
año anterior. Por tanto, la petición de comparecencia de este grupo
no era tanto dedicarse a hacerle preguntas, sino escuchar para ver
cuál era el grado de compromiso de España, y salimos un poco
decepcionados. Dicho de otra forma, salimos con la confirmación de lo
que se nos venía anunciando, pero no queríamos darle crédito oficial
hasta haberlo escuchado del Gobierno, y es que hay efectivamente un
cambio en la política exterior española hacia Guinea, que se está
rebajando el nivel de exigencia, pero que no va más allá de grandes
frases como pedirle que esté dispuesto a ratificar los convenios,
cuando la propia Comisión de Derechos Humanos de la ONU ha vuelto a
condenar a Guinea hace cuatro días. Pese a esto el solo



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hecho de que se permita que pueda visitar Guinea el enviado español
ya nos parece un avance espectacular.

Yo insisto. No pido que se eche al régimen de Guinea a las tinieblas
exteriores ni muchísimo menos. Es bueno que la relación sea de tipo
constructivo, que se reconozca la realidad económica, que haya un
compromiso. En todo eso estamos absolutamente de acuerdo. No somos
partidarios de quedarnos esperando que aquello sea una democracia
transparente, pura, limpia y con pleno respeto de los derechos
humanos para empezar a hablar, pero nos parece peligroso,
tremendamente peligroso la percepción que tiene toda la oposición de
Guinea de España, las ONG europeas y españolas que tienen relación
con Guinea, porque el Gobierno de España ha cambiado radicalmente su
posición respecto de Guinea, ha disminuido su grado de exigencia
sencillamente porque es un país más rico de lo que era. Le
corresponde a ustedes deshacer esa imagen, pero eso no se hace sólo
con algunas declaraciones de principios que, hasta lo que nosotros
sabemos, no se corresponden con la realidad.




La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean fijar su posición? (Pausa.)
Por el Grupo de Izquierda Unida tiene la palabra el señor Centella.




El señor CENTELLA GÓMEZ: Intervendré muy brevemente, señora
presidenta, para sumarme a la decepción que ya ha manifestado el
portavoz de Convergència i Unió en sus explicaciones y para señalar
que partimos de una presión diferente. Usted ha hablado de una
transición hacia la democracia y nosotros creemos que esa transición
no existe. Hablar de que en Guinea hay en estos momentos una
transición puede sonar incluso a equipararla con la que en su día
hubo en nuestro país y es diferente. Para nosotros la situación en
Guinea en estos momentos es de ausencia de democracia, y en función
de eso tenemos que actuar. Si no, si entendemos que lo que hay es una
transición que puede terminar en una democracia mediante este camino,
nuestra postura sería diferente. Habría que tener, como usted ha
dicho, un diálogo constructivo, incrementar relaciones... Nosotros
creemos que no; hay que influir para que se cambie la dinámica y de
verdad se inicie una transición que no es la que hay en estos
momentos.

Usted no ha ofrecido más que buenas intenciones, aunque también ha
dicho algo que yo no entiendo. No creo que los gobiernos anteriores
hayan actuado con desconfianza precisamente con Guinea. El problema
no es que hubiera desconfianza, sino que había y hay una realidad; no
es que desconfiemos. Es que tenemos certeza de lo que ha ocurrido y
ocurre en Guinea y, por lo tanto, no hay que plantear una perspectiva
que abandone esas relaciones. Hay que seguir desconfiando porque, yo
lo ha dicho el portavoz de Convergència, aunque
incluso Guinea firmase algún convenio, hay datos objetivos para
que con el actual sistema tengamos desconfianza, pero no porque
seamos colonialistas, como usted ha dicho; es porque hay elementos
objetivos para tener esa desconfianza porque se han dado torturas, se
han dado persecuciones políticas y sigue habiendo actuaciones muy
lejanas de cualquier situación ni siquiera predemocrática.

Cuando lean su intervención (probablemente la leerán los grupos
políticos que en España vienen luchando por la democracia en Guinea
disfrutando de nuestro asilo y de las relaciones que existen y que
deben seguir existiendo como pertenecientes a una misma cultura) se
van a decepcionar. Se van a decepcionar porque usted ha bajado mucho
el tono, y yo espero que en su próxima intervención concrete mucho
más el apoyo que nuestro país va a seguir dando no a la transición,
sino para que en Guinea finalmente haya un sistema democrático.

Eso era lo que nosotros queríamos plantear. Como decía el señor
Guardans es una buena iniciativa el que se ponga en la agenda y que
todos adquiramos el compromiso de no olvidarlo. No es el único
ejemplo en el mundo, pero es verdad que Guinea solamente podrá ser
una democracia en la medida que desde el resto del mundo se presione,
porque a nosotros nos consta que no hay ninguna voluntad por los
actuales gobernantes de ir hacia la democracia; solamente irán si se
les fuerza. Otra duda. Usted habla de multiplicar por cinco la renta
per cápita. Hablar así de Guinea puede sonar incluso algo sarcástico
por aquello de la distribución de la riqueza y de los beneficios del
petróleo en manos de quien están y de quien, si no se remedia, van a
seguir estando. Por lo tanto, sería bueno que, si nuestra presión no
ha sido la real, usted matizase mucho más el apoyo de nuestro país a
los grupos que en Guinea, jugándose el pellejo -no es ninguna
metáfora- luchan por la democracia y aquellos que también desde
nuestro país apoyan esa lucha por la democracia.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Socialista tiene la palabra el
señor Marín.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Señor secretario de Estado le señalaré
brevemente las reflexiones de nuestro grupo parlamentario acerca de
la presentación que usted ha hecho de esta nueva estrategia que
ustedes han puesto en marcha y que la cifraban en este programa de
apoyo a la transición. En principio, tal y como usted lo ha
presentado, este programa en sus líneas generales nos parece correcto
porque aparentemente establece una dosificación correcta entre la
vigilancia necesaria en este país en materia de derechos humanos, que
tiene objetivos que calificaría de nobles (reforzamiento de la
democracia, reforzamiento del Estado de derecho) y las distintas
acciones que están en marcha, y el elemento diferenciador respecto a
otras situaciones



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de mayor tensión, menor tensión, que las ha habido con este país a lo
largo de los últimos años en la política exterior española y es el
objetivo, también noble, de la extensión de los beneficios de la
renta del petróleo al pueblo guineano. Así presentado le digo que
este programa de apoyo a la transición democrática en sus líneas
generales nos parece correcto, sin embargo, yo quisiera también
advertirle que, viendo un poco lo que es la realidad, el Gobierno
corre el riesgo de establecer un desequilibrio hacia lo que usted
calificaba como nueva realidad. Esa nueva realidad es que en este
momento en Guinea Ecuatorial hay un nuevo dato esencial que no es
otro que la renta del petróleo, que hay que manejarla con suma
cautela. Hablando con la oposición (todos hablamos con la oposición,
pero sería bueno también que desde el ministerio se hablara más con
la oposición, se lo señalo), la renta del petróleo ha permitido a un
país tremendamente pobre aumentar la renta per cápita. Como usted ha
dicho, este país ha salido de los últimos de la cola para situarse
(con las enormes reservas que tienen y lo que está suponiendo la
renta del petróleo y lo que va a suponer en los años venideros) en la
rampa de lanzamiento de una economía que puede insertarse en el
comercio internacional, en la economía internacional y salir de la
miseria y del atraso que había conocido anteriormente. Esto
naturalmente lleva, y es muy pertinente, a una consideración
elemental: no se puede presentar la renta del petróleo como un
aumento que se ha producido en la renta per cápita, porque el reparto
interno de ese aumento en términos del PIB sigue exactamente igual
que estaba antes. El problema no es que Guinea que antes no tenía
nada ahora tiene un tesoro que es oro negro, sino cómo se reparte ese
oro negro entre todos sus ciudadanos. Me permitirá que le diga sin
ningún ánimo de crear problemas que hoy por hoy esta es una
asignatura pendiente donde la carga de la prueba la tiene, si puedo
expresarme de esta manera, el régimen guineano. Recientemente he
tenido la oportunidad, de reunirme con bastantes participantes de
partidos políticos democráticos legalizados, que están en España
intentando formarse en todas las técnicas municipales, porque se
quieren presentar como concejales y alcaldes, etcétera, etcétera;
ellos manifiestan que la situación en términos de reparto de los
beneficios del oro negro no se está produciendo, como probablemente
debería ser, para aumentar el grado de desarrollo de un pueblo que ha
sufrido enormemente en términos de pobreza y de miseria.

Así pues, era bastante pertinente lo que le ha señalado el señor
Guardans. El Gobierno corre el riesgo de hacer una operación de
desequilibrio, practicar una real politik y dentro de este programa
-insisto que me parece correcto- poco a poco que se vaya imponiendo
esta nueva realidad. Finalmente, podemos entrar en la amargura
histórica, que es muy propio de nuestro país, porque aquello lo
abandonó Hispanoil en tiempo de la colonia. Ella fue la que primero
hizo la medición de
todas las cuadrículas de producción del petróleo, y nos podría
empezar un cierto grado de melancolía diciendo: Ya que se está
produciendo esto y aparentemente son franceses y norteamericanos los
que están guiando el desarrollo petrolífero de la zona, en este
momento vamos a intentar una aproximación de carácter político al
sistema guineano para que no se nos escape, teniendo en cuenta que
España también tiene intereses importantes en esta materia, según el
tercer punto de la materia que usted señalaba; España tiene que estar
en la renta del petróleo. España está en la renta del petróleo como
objetivo fundamental. Espero que no sea así. Simplemente le estoy
advirtiendo. No digo que usted lo haya dicho, pero habría que evitar
dar esa sensación. No se altere. Es la sensación que se está dando,
se lo digo claramente. Lo que le ha dicho el señor Guardans, lo que
le ha dicho el señor Centella y lo que le digo yo es que al menos la
percepción que se tiene es que se está imponiendo un cambio de
política donde se presenta el paquete de derechos humanos, el paquete
de reforzamiento del Estado de derecho -repito-, la sensación que se
está dando no aquí, en el Congreso, sino ante mucha gente que sigue
estos problemas, es que se está frente a una reconsideración de la
política hacia Guinea Ecuatorial, teniendo como dato fundamental la
renta del petróleo. Como las sensaciones o los efectos de
presentación o de imagen se producen como se producen, si usted los
niega tajantemente, nos quedaremos todos tan tranquilos, pero esa es
la sensación que se da no aquí, en España, fuera de España. Si usted
habla con gentes interesadas en toda la zona del golfo de Guinea,
tanto en Gabón como en Camerún, como en Nigeria, le harán este mismo
discurso: vuelve España porque le interesa el tema petrolífero; es la
lectura que se da, pero si usted nos dice tajantemente que esto no es
así, nos quedaremos todos tranquilos.

La percepción que se tiene del otro lado, cuando se habla desde el
lado del sistema guineano, obviamente es la que usted ha dicho,
porque es elemental: Yo ya no necesito en absoluto ayuda
internacional, porque soy self-sufficient; es decir, con la renta del
petróleo yo ya no necesito o voy a ser muy poco sensible a partir de
ahora a cualquier tipo de presión internacional. Eso lo entendemos
todos, señor secretario de Estado, pero estando las cosas así sería
enormemente útil que el Gobierno se señalara tajantemente que no hay
tal posición de desequilibrio. ¿Por qué esto sería bueno? Porque la
situación interna no es tan clara. El proceso de democratización
(siempre hay que ser pragmático y posibilista; viendo de dónde
venimos, dónde estamos actualmente y lo que puede ocurrir en las
próximas elecciones municipales, aunque qué duda cabe que se ha
progresado) no es suficiente y hay que estar atentos, vigilantes. La
oposición, por ejemplo, se queja amargamente de que un elemento
(ellos lo explicitan por lo que tiene de simbólico, aunque tampoco va
a desequilibrar el continente africano) como la programación de



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Radio Exterior, que tenía un programa específico para Guinea
Ecuatorial, ahora haya desaparecido, al parecer porque molestaba, y
se ha encuadrado en una nueva programación que ha hecho el nuevo
director general de España en el mundo, donde el tema de Guinea
Ecuatorial se trata de la misma manera que el programa de ajuste
estructural de Bolivia o el interés de España por extender el
Instituto Cervantes en Filipinas. Esto ha pasado, es así, es obvio,
es evidente. Le podría traer a usted las cassettes de radio, yo el
otro día las oí porque me las puso de manifiesto la oposición.

En consecuencia, hay una serie de indicios, hay una serie de datos
que al menos están manifestando una forma de presentar el expediente
(entre comillas; no es un expediente) donde se estaría en una fase de
querer reorientar las nuevas relaciones de otra manera, desde una
visión que se podría justificar incluso como más realista y que
tendería a considerar el factor petróleo como determinante. Si usted
nos dice que esto no es así, que tajantemente no va a ser así, que el
Gobierno no va a descuidar todo el programa que usted ha señalado,
importante, de reforzamiento del marco institucional, habrá que
permitir que este país se vaya incorporando a la economía
internacional y darle toda la asistencia técnica y al mismo tiempo
haciendo la aproximación al dato petróleo; si se le explica
suficientemente a este país que nos alegramos mucho de este aumento
considerable en términos de PIB nacional, pero que eso se tiene que
repartir correctamente, y además las próximas elecciones municipales
se hacen con avances sustanciales, como usted ha dicho, en materia de
derechos humanos, y el informe del relator especial cambia de
naturaleza y pone de manifiesto que, gracias a este programa que está
haciendo el Gobierno, se están dando pasos sustanciales para
conseguir que se mejore la transición democrática, señor secretario
de Estado, no nos quedará sino aplaudirles.

Lo que he pretendido en la intervención es confirmar que existe esta
percepción y usted sabe que ésta entra en el reino de las
percepciones y la única forma de terminar con ellas es ser muy
tajante en las declaraciones pero también en los hechos.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Ricomá.




El señor RICOMÁ DE CASTELLARNAU: Doy la bienvenida al señor
secretario de Estado y le agradezco su presencia para informarnos
sobre el proceso de democratización en Guinea Ecuatorial, cuestión
que, si bien es cierto no es novedosa en esta Comisión, siempre
merece nuestro interés y nuestra atención por el peso de los vínculos
que el transcurso de la historia ha venido forjando entre España y
este país africano y también por los cambios que, derivados por el
importante progreso económico que ha experimentado Guinea
Ecuatorial, han definido una situación en este país diferente a
la que existía años atrás.

Entrando en materia, cabe destacar, primero, los criterios de
objetividad y rigor con que el señor Nadal ha centrado su
intervención, siempre en coherencia con la política exterior que
desde hace ya muchos años nuestro país viene manifestando hacia
Guinea Ecuatorial, establecida por la exigencia que conlleva
compartir aspectos históricos y culturales, por la preocupación
derivada de una situación interna todavía fuera de las pautas de
normalidad democrática deseables, por la reflexión sobre un diálogo
bilateral con presencia de claroscuros y por la responsabilidad sobre
un nivel de cooperación situado en la franja alta de prioridades
españolas. Ciertamente son muchas las esperanzas depositadas en la
consolidación de un sistema democrático que facilite el progreso a
todo nivel en la sociedad guineana. Han sido varias las pruebas que
siguiendo el proceso establecido nos han venido indicando el grado de
avances o de retrocesos que experimentaba dicho país. Las más
determinantes, en el aspecto negativo, sin duda son las que van
asociadas a los procesos electorales que vivió el país en los años
1999 y 2000, que lamentablemente no arrojaron unos resultados
cualitativos en normalidad democrática y, en el lado positivo, la
potencialidad que sin duda abre esta posibilidad económica, fruto del
descubrimiento y explotación de recursos energéticos. Luces en forma
de esperanzas y de expectativas y sombras a manera de lagunas
importantes en el desarrollo del proceso democratizador. En cualquier
caso, circunstancias ambas a las que, como ha indicado el señor
Nadal, se debe adaptar la acción española en Guinea según su nueva
realidad en línea de apoyar y reforzar dicha situación para obtener
lo que son objetivos de base, centrados en la normalización
democrática y el respeto a los derechos humanos.

Hemos de partir del principio de que la mejor ayuda que se puede
ofrecer al pueblo guineano es la de velar por el funcionamiento
democrático de su país y por el cumplimiento de los derechos humanos;
es la de recordar a sus dirigentes la necesidad del pluralismo como
fórmula de encuentro. En este sentido, nos ha complacido escuchar del
señor secretario de Estado esta nueva perspectiva de diálogo
bilateral que ha permitido a nuestro Gobierno sensibilizar al de
Malabo de la necesidad de impulsar el proceso democratizador, de
incorporarse a la familia internacional que suscribe y firma los
tratados en materia de derechos humanos, así como nos satisface
también entender la lista de resultados positivos que este nuevo
marco ha creado, traducidos en un cambio de tendencia que nos permite
al menos albergar dosis de optimismo. Esta nueva situación, este
nuevo marco de diálogo al que ha hecho referencia el secretario de
Estado debe ser capaz de recorrer el dial de nuestras relaciones
bilaterales para encontrar nuevas áreas de interés común, que junto
con las que haexpuesto como objetivos, como los tres objetivos bási
cos



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de la acción exterior española en Guinea: la mejora en la plena
inserción de Guinea en el entorno internacional, el fortalecimiento
del marco institucional y la extensión de la riqueza a la población y
economías locales, deben permitir mantener siempre puentes tendidos
para, por un lado, acabar de superar aquellas dificultades que las
especiales circunstancias en las que se han venido desarrollando
nuestras relaciones, nuestra colaboración bilateral nos presentan y,
por el otro, para que sirvan para trasladar los items de aperturismo,
democratización, pluralismo y respeto a los derechos humanos, que
mediante la intensidad en la transmisión y la fuerza de su propio
significado acaben instaurándose en el ser de Guinea. Ese diálogo
debe ampliarse con la acción que en la misma línea viene
desarrollando tanto Naciones Unidas como la Unión Europea,
capitaneada por el programa nacional de gobernabilidad y el de apoyo
a los derechos humanos, la democratización y el Estado de derecho.

Desde el Grupo Parlamentario Popular vemos clara la voluntad y la
acción del Gobierno en ayudar a Guinea en su proceso de
democratización, manifestada en una acción coherente a los largo de
los años y, como debe ser, ajustada a las circunstancias prioritarias
en cada momento, intentando que el pueblo guineano llegara en los
procesos electorales de 1999 y de 2000 con los mayores niveles de
madurez democrática y, actualmente, colaborando para que se pueda
optimizar su progreso económico en beneficio de los criterios de
pluralidad, democracia y respeto a los derechos humanos. Progreso
económico (yo creo que el señor Nadal lo ha dejado muy claro) no es
el objetivo o el indicador del cambio, como así se ha expresado por
parte de otros grupos parlamentarios, de la política exterior de
España en ese país, sino que ha evidenciado que lo considera como un
instrumento idóneo para trasladar los principios que definen a un
Estado como Estado democrático en una coyuntura que sin duda debe
facilitar la asunción de dichos principios. Los dictadores, como bien
ha comentado el señor Guardans, ricos o pobres siguen siendo
dictadores. La sociedad en una situación de estabilidad o, si más no,
de expectativas interesantes económicas quieren, valoran y exigen que
se cree el marco social que permita el asentimiento de dicha
estabilidad o el cumplimiento de dichas expectativas. Esto es lo que
está sucediendo actualmente en Guinea y esto es a lo que el Gobierno
no puede renunciar para trasladar con más fuerza su acción de
siempre, su política de siempre en beneficio de la normalidad
democrática en Guinea.

El acierto de toda acción exterior es la combinación de una línea
coherente sustentada en la defensa de los principios que rigen para
todo Estado democrático y, a la vez, que sepa adaptarse a las
situaciones que pueden suponer cambios internos en la sociedad, en
los ciudadanos de cualquier país. El Gobierno en su acción exterior
con Guinea está desarrollando con toda coherencia
el cumplimiento de estos tres principios. Está manteniendo una línea
política coherente con la que se viene llevando desde hace muchos
años, desde diferentes gobiernos de distintos colores en este país,
con la bandera de respeto a los derechos humanos, de normalidad
democrática y de pluralidad perfectamente enarbolada y, a la vez,
aprovechando aquello que emana del propio pueblo hacia donde se
dirige la acción exterior para que todos estos mensajes y esfuerzos
vayan calando con muchísima más fuerza e intensidad para así llegar
de la manera más rápida posible a lo que sin duda todos coincidimos
que es no tan sólo interesante, sino necesario para cualquier país.

En este sentido, a nosotros sólo nos queda animar a que el Gobierno
continúe en esta línea y transmitirle al señor secretario de Estado
el apoyo del Grupo Parlamentario Popular a estos esfuerzos y la
tranquilidad por parte de nuestro grupo de ver que aquel Gobierno que
sustentamos y cuya acción política defendemos son las coherentes, las
idóneas y las que mejor pueden servir para colaborar a obtener este
objetivo común que es ver una Guinea Ecuatorial en una situación
plena de normalidad democrática, con la seguridad, como así lo
demuestran los antecedentes, de que seguiremos hablando de Guinea.

Nunca se ha olvidado esta cuestión en esta Comisión. En todas las
legislaturas ha habido iniciativas variadas sobre esta cuestión; por
tanto y porque la actualidad lo requiere, las va a seguir habiendo en
el futuro, como sin duda el Gobierno ha trasladado, y hoy mismo el
señor Nadal lo ha reiterado, el deseo de que la Cámara participe de
forma intensa en lo que son percepciones directas a través del
conocimiento in situ de la realidad, en este caso de Guinea. Esto
demuestra claramente, primero, que se cuenta con el Parlamento y,
segundo, que el Parlamento no ha estado ni estará huérfano de un tema
que requiere atención como es el caso de Guinea Ecuatorial.




La señora PRESIDENTA: Para responder las intervenciones de los grupos
parlamentarios tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
En primer lugar, gracias a todos los grupos que han intervenido por
sus aportaciones a las cuales voy a tratar de contestar. La verdad es
que uno siente un cierto sentimiento de frustración, puesto que
parece como si las intervenciones de algunos grupos estuviesen hechas
de antemano y sin haber escuchado con atención lo que ha sido mi
exposición inicial, porque creo que he sido bastante claro a la hora
de ceñirme a los aspectos del proceso de transición hacia la
democracia y de refuerzo del Estado de derecho en que efectivamente
está inmerso Guinea, con grandes déficit, con grandes asignaturas
pendientes, pero que entre todos estamos tratando de impulsar desde
los organismos internacionales, sean Naciones Unidas o Unión Europea,
y por supuesto desde la



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acción bilateral. Por tanto me parece incuestionable que hay un
proceso de transición en marcha, a pesar de las dudas que pueda
tener, por ejemplo, el representante de Izquierda Unida. De lo que se
trata es de cómo entre todos lo empujamos. Ahí creo que ha habido por
parte de algunos grupos un ejercicio, no sé si deliberado o no, de
cierto confusionismo o de, a partir de cosas que yo no he dicho y que
voy a puntualizar debidamente, intentar extraer unas conclusiones que
no se ciñen para nada ni al contenido ni al espíritu de mi
intervención.




Se empieza reivindicando la necesidad de que en estos momentos,
después del 11 de septiembre, el África subsahariana y Guinea en
particular no dejen de estar en la agenda internacional y eso lo
compartimos absolutamente, pero, a la vez, se reconoce que hay una
nueva estrategia del Gobierno en dirección a Guinea, es decir, que
por un lado parece que nos estamos olvidando o que corremos el riesgo
de olvidarnos y por otro estamos reconociendo que, efectivamente, hay
una estrategia por parte del Gobierno. El Gobierno no se olvida de
Guinea ni antes ni después del 11 de septiembre y Guinea y el África
subsahariana están en su agenda porque el Gobierno está convencido de
que los problemas y las carencias, tanto de Guinea como del conjunto
del África subsahariana, reclaman soluciones antes y después del 11
de septiembre.

En esa estrategia, diría yo, de crear cierta confusión también se
intuye o se sugiere que hay un cierto desinterés del Gobierno hacia
las cuestiones de democratización o de derechos humanos o que se
anteponen intereses ajenos a ésos, como pueden ser los económicos, a
lo que es la política, como digo, de reforzamiento del Estado de
derecho y de los derechos humanos. Eso no es así y desde aquí lo debo
negar tajantemente y no puedo aceptar algunas de las cosas que se han
lanzado con anterioridad, porque en mi primera intervención he dejado
claro que en la política del Gobierno, de éste y de los anteriores
-por tanto no quiero atribuirme un mérito exclusivo- el vector
derechos humanos, el vector democratizador es uno de los ejes
alrededor de los cuales se articula la política exterior del
Gobierno. No sólo ha sido un discurso, sino que lo hemos demostrado
a través de hechos, y, de hecho, en esta propia sede parlamentaria yo
he comparecido por primera vez y a petición propia para informar de
los resultados y de las acciones que España emprendió, por ejemplo,
en la última Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. Esa fue una
comparecencia que todos los grupos calificaron de útil y que venía a
demostrar el compromiso del Gobierno hacia estas cuestiones; un
compromiso que siempre es perceptible, donde siempre hay que hacer
más, pero compromiso al fin y al cabo. Por eso no puedo admitir que
se introduzcan dudas, que se sugiera una cierta desconfianza o que se
ligue en el caso concreto de Guinea Ecuatorial la estrategia del
Gobierno a la nueva realidad económica de este país.

Debo negarlo y no puedo aceptarlo, ya que he intentado dejar muy
claro en mi intervención que la trayectoria del Gobierno en el ámbito
de los derechos humanos demuestra que es una política que no está
vinculada a otras, ya sean económicas o de otro tipo.

Es cierto que yo he dicho que la nueva estrategia del Gobierno en
relación con Guinea Ecuatorial estaba ligada a una nueva situación.

Claro que lo he dicho, pero es que esa nueva situación tiene dos
grandes ejes y a los dos me he referido. Primero, hay una voluntad
manifiesta y explícita por parte del Gobierno de Guinea Ecuatorial de
entablar un diálogo a fondo con el Gobierno de España y con otras
instituciones españolas, por ejemplo los partidos políticos, sobre
tres campos de actuación, tres objetivos compartidos muy concretos,
que son el de la democratización interna, el de la incardinación de
Guinea en la comunidad internacional y el de asegurar que el reparto
de las rentas del petróleo llega a todo el mundo. Ese es un hecho
nuevo que debemos considerar, porque la estrategia de España hacia
Guinea será distinta en función de la actitud que pueda tener el
Gobierno guineano o de su disposición a hablar de ciertas cosas y de
otras no. En este caso nos encontramos con que, ya digo, por primer
vez, hay una voluntad de hablar de estos temas, una voluntad que
responderá a los factores domésticos de Guinea que sean, pero que
nosotros recogemos no de forma cándida sino condicionándola a que
haya efectivamente resultados y a que haya una visibilidad en cada
uno de estos campos. Este es el primer factor a la hora de hablar de
nueva situación en Guinea. El segundo es que, efectivamente, hay una
nueva situación económica, y cuando he hablado de nueva situación
económica no la he vinculado en ningún momento a que ofrezca nuevas
oportunidades empresariales para las empresas españolas, que también
puede ser, pero aquí hemos venido a hablar hoy de política. Creo que
esa nueva situación económica, al margen de las nuevas posibilidades
empresariales que pueda ofrecer, que no vamos a negar, condiciona
también la estrategia política que España pueda tener en relación a
Guinea. Por lo tanto una situación económica nueva condiciona la
estrategia política, por muchas razones: primera, porque, como he
dicho, en la medida que ha habido un aumento de los recursos del
Estado guineano, eso limita nuestra capacidad de condicionar, de
influir o, si se quiere, de presionar. Ese es un hecho cierto, lo ha
reconocido el señor Marín, y yo creo que sobre eso estamos todos de
acuerdo. En segundo lugar, condiciona nuestra estrategia porque los
aumentos de renta, como se ha dicho y yo he manifestado también, no
suponen automáticamente una mejora de la distribución de los recursos
entre todos los guineanos. Por lo tanto, uno de los objetivos de esa
nueva estrategia es trabajar para que, efectivamente, el aumento de
recursos vaya al conjunto de la población y evitar que dentro de unos
años Guinea se haya transformado en un caso parecido al de Venezuela,



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al de Nigeria o al de Argelia, donde los beneficios de las rentas del
petróleo han ido al final a pocos grupos de la población. El aumento
del nivel de renta y el cambio en la situación económica también
condicionan nuestra estrategia de cooperación, claro que sí, porque
en la medida en la que el Estado guineano dispone de más recursos,
eso hace, por ejemplo, que España, teniendo una presencia importante
en sectores como la educación o la sanidad, pueda dedicar recursos,
como he dicho, a reforzar los mecanismos institucionales o
asistencias técnicas diversas. Es decir, el aumento de recursos por
parte del Estado guineano hace que puedan dedicarse a la sanidad o a
la educación, que hasta ahora eran campos muy cubiertos por España.

España va a seguir cubriendo esos campos, pero hay un cierto margen
para dedicar recursos a otras actividades más perentorias como pueden
ser, como digo, las asistencias técnicas o el reforzamiento de las
instituciones. El mensaje básico es que la nueva situación derivada
de la actitud del Gobierno guineano y de la situación económica
condiciona políticamente la estrategia que España pueda tener en
relación a Guinea. Creo que esto debe deshacer posibles malentendidos
o posibles imágenes que puedan formarse.

Yo he insistido a lo largo de mi intervención en las cuestiones
relativas a los derechos humanos y en la profundización en el proceso
de democratización y creo que aunque en un estado inicial, se están
consiguiendo ciertos resultados. Dicen: es que han dicho que iban a
firmar la Convención de Naciones Unidas contra la tortura pero
todavía no la han firmado. De momento tenemos una declaración
política de que se va a firmar. Vamos a presionar para que se firme,
pero el primer paso está dado. Por ejemplo, es muy importante la
visita del representante especial de la Comisión de Derechos Humanos
de Naciones Unidas, una visita que hasta ahora no se ha producido y
que está directamente ligada a esta estrategia que hemos diseñado
junto con el Gobierno de Guinea. Por lo tanto creo que poco a poco va
habiendo resultados. Somos muy conscientes de las carencias y de los
déficit que hay de partida y creo que, como se ha sugerido, el
diálogo con la oposición es muy importante,y ese diálogo, señorías,
existe, con los grupos de la oposición en Guinea y aquí en España y,
de hecho, no sólo es un diálogo que mantenga el ministerio, sino que
estamos animando a todos los partidos del arco parlamentario a que
mantengan no sólo un diálogo con los partidos guineanos, sino que
eventualmente puedan ponerse en marcha iniciativas que contribuyan a
reforzar ese proceso de transición y de democratización en Guinea.

No me voy a extender más. Espero haber sido suficientemente claro y
sólo quiero reiterar de forma explícita el compromiso del Gobierno
con el proceso democratizador de Guinea, con el impulso de ese
proceso y con una política de defensa de los derechos humanos en ese
país.

- LA APLICACIÓN DEL PLAN MARCO ASIAPACÍFICO 2000-2002. A PETICIÓN DEL
GOBIERNO. (Número de expediente 212/000844.)



La señora PRESIDENTA: El segundo punto del orden del día es la
comparecencia a petición propia por parte del Gobierno y
concretamente del secretario de Estado de Asuntos Exteriores para
informar sobre la aplicación del Plan marco Asia-Pacífico 2000-2002.

Para su presentación tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Supongo que les han repartido un documento donde se hace un repaso
exhaustivo de lo que ha sido la ejecución del plan marco a lo largo
de este año. Como SS.SS. saben, el Plan marco Asia-Pacífico señalaba
en su introducción la contradicción existente entre la importancia de
la región de Asia-Pacífico y la mínima presencia de España en la
zona. Continuaba diciendo el plan que AsiaPacífico, y cito
literalmente, viene constituyéndose desde hace ya algunos lustros en
uno de los polos geográficos más dinámicos del planeta, donde
coexisten, no sin tensiones, enormes problemas y también grandes
expectativas. Aunque los lamentables sucesos del 11 de septiembre
tienen una clara connotación mundial, ha sido en la región asiática,
y concretamente en Afganistán, donde se está librando de forma más
evidente la lucha internacional contra el terrorismo. Este conflicto,
que ocupa las primeras páginas de todos los periódicos y encabeza los
informativos de los telediarios, ha obligado al mundo de forma brutal
a tomar conciencia de que la región asiática, a pesar de lo remota
que pueda parecer desde el punto de vista geográfico, puede y de
hecho está teniendo una influencia decisiva en su vida cotidiana.

Resulta, pues, especialmente apropiada esta oportunidad para
reflexionar conjuntamente sobre una zona de tanta importancia y
actualidad.

Hace poco más de una año, presenté el Plan marco Asia-Pacífico 2000-
2002 a esta Comisión de Asuntos Exteriores y he solicitado ahora esta
comparecencia porque resulta necesario y conveniente presentar
balance respecto a su grado de cumplimiento, el acierto de su diseño
y la eficacia de los instrumentos y acciones en él contemplados.

Aunque el período analizado en este ejercicio de evaluación abarca de
junio de 2000 hasta noviembre de 2001, el informe que ha sido
entregado a SS.SS. hace referencia también a las iniciativas
y acciones previstas hasta junio de 2002. Como su SS.SS. recordarán el
plan está compuesto por cinco capítulos fundamentales: los objetivos
perseguidos, primero; una relación de instrumentos y acciones para
conseguirlos, segundo y tercero; un análisis más pormenorizado de lo
anterior en el marco de los planes país, el cuarto; y, finalmente, en
quinto lugar, un mecanismo de seguimiento en el que se inscribe esta
comparecencia.




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La metodología seguida en este ejercicio de evaluación ha consistido,
en primer lugar, en hacer una comparación entre lo previsto y lo
realizado, tanto respecto a los objetivos como a los instrumentos y
acciones y finalmente a los planes país. En segundo lugar, se ha
procurado que las evaluaciones realizadas respondan al doble objetivo
de, por una parte, valorar lo más asépticamente posible si realmente
se ha producido un incremento o una tendencia en este sentido en
nuestras relaciones con los países de la región Asia-Pacífico en los
distintos campos; por otra, intentar calibrar el grado de eficacia de
los distintos instrumentos y acciones originalmente diseñados y
previstos en el plan.

Empiezo, por tanto, haciendo una repaso de los objetivos. El plan
marco establece cuatro grandes grupos objetivos: políticos,
económicos, comerciales y turísticos, de cooperación para el
desarrollo y culturales. Los cuatro persiguen una meta común, cual es
incrementar progresiva y sensiblemente nuestra presencia y proyección
en esta región del mundo. Empezado por los objetivos políticos, hay
un primer subobjetivo que es la profundización de las relaciones
políticas bilaterales y multilaterales. Dado que el objetivo
principal perseguido por el plan es incrementar cualitativa y
cuantitativamente nuestra presencia en Asia-Pacífico, es evidente que
la forma más directa de hacerlo es incrementar el número y nivel de
viajes y visitas en ambas direcciones. En los cuadros 1 y 2 del
informe, que corresponden a las páginas 5 y 6, aparecen las cifras
correspondientes a los objetivos anunciados originalmente, a los
viajes y visitas efectivamente realizados y las referidas a las
previsiones hasta junio de 2002. Yo creo que el grado de cumplimiento
de este objetivo ha sido satisfactorio, especialmente en lo que
concierne a los desplazamientos españoles a Asia, que se han
prácticamente triplicado respecto a años anteriores. Esto refleja,
por una parte, el claro compromiso político asumido por el Gobierno
de dar prioridad a esta región y, por otra, la creciente receptividad
y sensibilización respecto a las necesidades de compensar nuestro, yo
llamaría, déficit asiático por parte de las diferentes instituciones,
departamentos y organismos. En este contexto quisiera agradecer muy
sinceramente la contribución del Congreso y del Senado, de SS.SS. en
particular y muy especialmente de esta Comisión de Asuntos
Exteriores, tanto por lo viajes que ha realizado como por las
atenciones que ha prestado a las delegaciones parlamentarias
asiáticas que han visitado nuestro país, así como, finalmente, por su
participación en diversos actos y eventos organizados en el marco del
plan marco Asia-Pacífico. Cabe mencionar también como ejemplos de
este compromiso español de intensificar nuestra presencia en la zona
el establecimiento de relaciones diplomáticas con Corea del Norte el
pasado 7 de febrero. Si inicialmente se debe inscribir esta decisión
en el contexto de la petición que formula el presidente de Corea del
Sur a nuestro presidente, orientada a favorecer
y apoyar el proceso de distensión y reconciliación de la
península coreana, esta ha permitido por primera vez iniciar un
proceso de diálogo político bilateral. En efecto, tuve ocasión de
visitar Pyongyang el pasado mes de mayo y ha tenido lugar
recientemente la visita del viceministro de Asuntos Exteriores
norcoreano a Madrid. En esta ocasión, durante mi visita a Pyongyang,
subrayé la importancia que concedíamos tanto la Unión Europea como
España a la necesidad de reanudar el proceso de diálogo intercoreano,
así como las preocupaciones que teníamos en materia de no
proliferación y respeto de los derechos humanos. Evidentemente, todos
estos temas, junto con la importancia que reviste asegurar la
cooperación inequívoca de Corea del Norte en la coalición
internacional contra el terrorismo, han formado parte de la agenda de
nuestras recientes conversaciones en Madrid.

En el terreno multilateral, la asistencia del presidente del Gobierno
a la cumbre de ASEM en Seúl, en octubre de 2000, permitió no sólo los
contactos directos con la mayor parte de los jefes de Estado y de
Gobierno de la zona, sino también la obtención de una apoyo unánime
a la importante iniciativa española de celebrar una conferencia
ministerial sobre flujos migratorios AsiaEuropa. Esta conferencia,
que tendrá lugar en Lanzarote a principios del próximo mes de abril,
es tal vez la iniciativa más relevante salida de la cumbre, tanto en
lo que concierne al nivel en el que se celebra como a la temática que
contempla. Por otra parte, se inscribe en el llamado tercer pilar
como un tema transnacional de extraordinaria relevancia y actualidad,
que es asimismo el sector con mayor potencial para reforzar la
cooperación entre Asia y Europa.

En este mismo marco del encuentro Asia-Europa se inscribe la reunión
de ministros de Asuntos Exteriores que tendrá lugar en Madrid a
principios de junio próximo. Se trata de una reunión de especial
interés en la medida en que deberá no sólo preparar la cumbre de
septiembre en Copenhague, sino también adoptar el nuevo modelo de
funcionamiento que fue propuesto por el ministro Piqué en la anterior
reunión ministerial de Pekín en el mes de mayo. A los seis años de su
creación, pensamos que el proceso ASEM necesita ser revisado para
garantizar que se puedan cumplir los objetivos para los cuales fue
creado; es decir, asegurar un foro informal de diálogo, privilegiado
y franco, que permita los contactos directos entre jefes de Estado y
de Gobierno de ambas regiones. La realidad es que a lo largo de los
últimos años la tendencia a la excesiva burocratización y a
planteamientos formalistas había desvirtuado la esencia original de
esa reunión. Las propuestas españolas, que cuentan con el apoyo de la
comisión, de los demás Estados miembros y de buena parte de los
países asiáticos, pretenden, como he indicado antes, recuperar el
diseño original.

Merece también la pena destacar que España ha realizadoun importante
esfuerzo financiero en el marco



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de la Fundación Asia-Europa, que actualmente dirige nuestro
compatriota el embajador Delfín Colomé, y eso se ha reflejado en que
en los últimos meses se han venido realizando diversos seminarios en
colaboración con esa fundación, entre los que destaca el curso sobre
Asia que se organizó en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
en Santander el pasado mes de septiembre.




Otro de los objetivos del plan era el refuerzo de nuestras relaciones
en materia de defensa e industria militar. En este contexto, el
Ministerio de Defensa ha elaborado un plan para la potenciación de
las relaciones en este ámbito, que esperamos permita reforzar
significativamente nuestras relaciones con los países de la zona. A
futuro pretendemos incorporar los resultados de estas actuaciones del
Ministerio de Defensa en el ejercicio de evaluación del plan marco
Asia-Pacífico.

Sí debe mencionarse, no obstante, que no se han materializado todas
las visitas previstas de representantes o gobernantes asiáticos a
nuestro país. Esto ha sido todavía consecuencia, seguramente, de la
crisis asiática del año 1997, que redujo notablemente las
posibilidades de que tuvieran lugar esos viajes. Quisiera resaltar
dos visitas de especial importancia, en primer lugar, la del primer
ministro de Vietnam el pasado mes de octubre, que permitió
profundizar y consolidar las magníficas relaciones ya existentes
entre nuestros dos países, y como botón de muestra puedo señalar que
hemos recibido con agrado la noticia del propio primer ministro de
proceder inmediatamente a la apertura de su embajada en Madrid. En
segundo lugar, la visita del vicepresidente de China reciente, el
señor Hu Jintao, hace apenas unas semanas. El vicepresidente Hu está
considerado como el probable sucesor del presidente Jiang Zemin y
representa una satisfacción el hecho de que haya incluido a España en
su primera gira europea, durante la cual ha visitado Londres, París y
Berlín. Subrayo que representa una satisfacción en la medida en que
debe considerarse como el reconocimiento por parte de China del
intenso esfuerzo para el fortalecimiento de nuestras relaciones que
estamos desplegando a todos los niveles en ese país.

Un segundo subobjetivo político que se marcaba el plan era el
contribuir activamente al mantenimiento de la estabilidad y la paz en
la región. Es evidente que la crisis afgana representa una prioridad
política fundamental para toda la comunidad internacional y un reto
de primera magnitud en lo que a estabilidad y a paz en la región se
refiere. En este desafío confluyen las cuatro vertientes del
problema: las operaciones militares, la ayuda humanitaria dentro y
fuera del país, la búsqueda de una nuevo régimen político mínimamente
estable y ampliamente representativo y la masiva operación de
reconstrucción de un país que lleva más de veinte años de guerra.

Todas ellas requieren un mayor protagonismo de España tanto a nivel
bilateral como cuando asumamos la presidencia de la Unión. En este
contexto
quisiera resaltar el importante esfuerzo que hemos hecho en materia
de ayuda humanitaria destinada a paliar el acuciante problema de los
refugiados afganos. España ha aportado aproximadamente 880 millones
de pesetas y ha anunciado, por otro lado, su intención de contribuir
con 110 millones de dólares, aproximadamente 22.000 millones de
pesetas, a un fondo fiduciario para la reconstrucción de Afganistán.

Hago mención de estos temas en el contexto de nuestros esfuerzos para
contribuir al mantenimiento de la seguridad y de la paz en la región
por considerar que rebasan el marco de la cooperación al desarrollo.

España ha apoyado la prórroga del mandato de la misión de Naciones
Unidas en Timor Oriental y ha asumido sus compromisos en este
terreno, que consisten en la presencia de una dotación de veinte
guardias civiles en el territorio. A raíz de la adopción del plan
AsiaPacífico, se ha asegurado el seguimiento del Foro regional
asiático y se ha incluido en las conversaciones políticas bilaterales
con distintos países de la zona la problemática de estabilidad y paz
en la región. Asimismo se ha aumentado sensiblemente nuestra
participación en diversas misiones de observación electoral en Timor
Oriental, en Bangladesh, en Sri Lanka, entre otras.

Un tercer subobjetivo político era el logro de un mejor respeto y
protección de los derechos humanos. La intensificación de contactos y
visitas con los principales países de la región ha permitido a España
incorporar de forma más continuada y profunda la problemática de los
derechos humanos a su diálogo político. Estos temas fueron tratados
tanto por el presidente del Gobierno como por el ministro de Asuntos
Exteriores y este secretario de Estado con las autoridades chinas.

Asimismo tanto el ministro como yo hemos tenido ocasión de insistir
sobre nuestras preocupaciones en este campo con nuestras contrapartes
indonesias, norcoreanas, vietnamitas, camboyanas y laosianas, entres
otras. Por otro lado, no puedo menos que mencionar el reciente
desplazamiento a Timor Oriental de una persona conocida de este
Congreso que es el diputado Gabriel Cisneros. El motivo de su viaje,
en el que estuvo acompañado por un letrado de las Cortes, fue
compartir la valiosa experiencia española en el terreno de los
procesos de democratización con las autoridades de Timor Oriental,
territorio que, como saben SS.SS., accederá a la independencia el
próximo 20 de mayo del año 2002.

Finalmente, es necesario mencionar que la crisis afgana y el proceso
de reconstrucción política, junto con el espectacular y muy positivo
giro que ha dado Pakistán tras los incidentes del 11 de septiembre,
obliga a España, especialmente en su condición de presidencia de la
Unión, a prestar especial atención a la recuperación de los derechos
humanos olvidados en los últimos años: educación, reincorporación de
la mujer a



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la sociedad y atención a la infancia, junto con los que conlleva una
vuelta al sendero democrático.

En mi anterior intervención ante esta Comisión el pasado 23 de mayo
para informar del 57.º período de sesiones de la Comisión de Derechos
Humanos ya di seguridades a SS.SS. sobre la voluntad de este Gobierno
y en particular del Ministerio de Asuntos Exteriores de seguir
fortaleciendo el papel de España en la promoción de defensa de la
universalidad de los derechos humanos tanto en la Comisión de
Derechos Humanos como en los demás foros internacionales competentes
en la materia. En tal línea anuncie entonces la intención de crear en
el seno de nuestras embajadas la figura del encargado de Derechos
Humanos con la misión de mantener contactos regulares con las
instituciones del país de acreditación, coordinarse con las embajadas
de otros países, especialmente con las de la Unión Europea, así como
redactar los informes oportunos y realizar las gestiones que se
estimen necesarias. Igualmente se ha previsto la organización de
cursos sobre derechos humanos en la Escuela Diplomática para los
funcionarios que van saliendo al exterior.

Un cuarto subobjetivo político hacía referencia a los flujos
migratorios y a la protección de españoles. Ya he hecho mención antes
a la conferencia ministerial sobre flujos migratorios que se
celebrará en Lanzarote y que permitirá sin duda avanzar en la tan
necesaria cooperación entre ambas regiones en esta materia. En el
marco del plan Asia se debe señalar que a lo largo del último año y
medio se ha procedido a negociar aquellos acuerdos en esta materia
que se consideraban necesarios para una mejor defensa y protección de
nuestros ciudadanos en la zona. Destacan las negociaciones del
convenio de personas condenadas con la India y con Australia, así
como los tratados de extradición y de cumplimiento de condenas con
Pakistán. Son procesos complejos y tediosos que se han visto, no
obstante, revigorizados gracias al notable incremento de contactos
con estos países en los últimos meses. Asimismo estamos negociando
con Australia un acuerdo que en la jerga de este ámbito se llama de
working holidays, que abre las posibilidades a que jóvenes
australianos y españoles puedan trabajar durante cortos períodos de
tiempo, normalmente en vacaciones, en España y Australia
respectivamente.




El segundo objetivo del plan se refería a los temas económicos,
comerciales y turísticos. No resulta fácil, dado el relativo escaso
tiempo transcurrido desde que se pone en marcha el plan, valorar o
analizar globalmente los datos de intercambios comerciales y de
inversiones para poder contrastar el grado de cumplimiento de los
objetivos postulados inicialmente. Por esta razón este balance se ha
limitado a analizar y a evaluar el grado de cumplimiento de las
acciones e iniciativas previstas en el contexto más individualizado
de los planes país. Esto forma parte del capítulo cuatro del
documento que ha sido entregado a sus señorías. No
obstante, se pueden hacer algunas consideraciones horizontales. En
primer lugar, se ha producido, salvo alguna excepción notable con
Indonesia o de manera muy distinta con Japón, una cierta mejora de la
situación económica y financiera en los países de la región. En este
contexto, poco a poco está desapareciendo la llamada crisis asiática
y esto apuntaba hacia una mejora de la recuperación económica de la
zona, que se ha visto claramente afectada por los recientes
acontecimientos del 11 de septiembre. Ello ha traído como
consecuencia un cierto fortalecimiento de lo procesos multilaterales
en el marco de ASEM, de ASEAN, de APEC, etcétera. El creciente
seguimiento y participación de España en estos foros permite analizar
con mucha mayor profundidad la situación geopolítica y socioeconómica
de la región en su conjunto. Ha quedado claramente demostrada la
utilidad que tienen los viajes de alto nivel que incluyen
delegaciones de empresarios. Hubo un viaje del presidente del
Gobierno a China y Filipinas en junio de 2000, este secretario de
Estado viajó a Indonesia en enero de 2001 y el ministro de Asuntos
Exteriores al centro y oeste de China en mayo de 2001. Hay que
destacar la existencia de grandes eventos feriales. Se celebró
ExpoHabitat en Shanghai, ExpoIndia en Nueva Delhi y ha habido
distintos foros de inversión en China, Filipinas e Indonesia, que
contaron con la presencia de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias,
del vicepresidente segundo del Gobierno y del secretario de Estado de
Comercio. Por su parte, la red de acuerdos económicos bilaterales de
España con Asia y Pacífico resulta razonable. No obstante, habrá que
ir adaptándose al previsible incremento de relaciones, procediendo a
negociar aquellos acuerdos de mayor interés entre los que destaca el
de doble imposición con Singapur.

El tercer objetivo se refería a la cooperación al desarrollo. Con
carácter general conviene destacar que los recursos destinados, y
esta es una estimación, por la Agencia Española a la Cooperación a la
región de AsiaPacífico para el ejercicio 2001 alcanzan los 3.300
millones de pesetas, lo que constituye un incremento sustancial
respecto a los 2.000 millones de pesetas destinados a la zona el
pasado año. Como SS.SS. conocen, la cooperación para el desarrollo
que lleva a cabo España en la región de Asia y Pacífico sigue las
directrices del Plan director de la cooperación 2001-2004, que
establece prioridades geográficas y sectoriales. Dentro del
presupuesto que corresponde a Asia y Pacífico se establecen tres
países prioritarios que son, como es conocido, Filipinas, China y
Vietnam, que reciben 1.250, 450 y 340 millones de pesetas
respectivamente. Filipinas se beneficia adicionalmente de un programa
de microcréditos. En el informe se desarrolla con mayor detalle los
sectores donde están integrados los proyectos en cada uno de estos
países. Por lo demás, se establecen una serie de acciones
horizontales, esencialmente



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programas de formación y asistencias técnicas, así como becas,
lectorados, etcétera.

Un cuarto objetivo se refería a la difusión cultural, a los aspectos
culturales y ahí había un primer punto que era la difusión de la
cultura española. Hay que decir que se está llevando a cabo un
esfuerzo considerable aunque todavía insuficiente para mejorar la
acción cultural española en la región de Asia-Pacífico. Aunque en
conjunto las cantidades dedicadas a estos fines son modestas, ello no
obsta para que estemos trabajando en el diseño de un programa de
actuaciones culturales ambicioso bajo una óptica regional que permita
un mejor aprovechamiento y cuyo objetivo último es, como es lógico,
contribuir a una mayor difusión de nuestra cultura en esa región. Por
otro lado, un segundo punto en el ámbito cultural que marcaba el plan
es la difusión de la enseñanza y del aprendizaje de la lengua
española. El plan tenía prevista una mayor presencia del Instituto
Cervantes en la zona de Asia. Esto se ha logrado en buena medida con
la apertura de un aula Cervantes en Hanoi, el preacuerdo alcanzado
por el director del Instituto Cervantes en su reciente viaje a China
con la escuela de idiomas extranjeros de Pekín, que permitirá una
rápida instalación de un centro Cervantes de cierta envergadura en
esa ciudad, y el desbloqueo del proceso de constitución de un aula o
un centro Cervantes en Tokio. Por otra parte está avanzado el proceso
de instalación de un aula Cervantes en Indonesia. Asimismo, en los
próximos meses el Instituto Cervantes va a estudiar la posibilidad de
estar presente en Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur y
también Corea. Si a lo interior se une la red de lectorados
financiados por la AECI, que se plantea una redistribución de sus
ubicaciones en el mundo para fortalecer el despliegue de lectorados
en Asia-Pacífico, no cabe duda de que el balance de cumplimiento de
estos objetivos resulta en general satisfactorio.

Un tercer subobjetivo en el ámbito cultural es la promoción de un
mejor conocimiento intercultural. Como podrán ver SS.SS. en el
informe, en este punto se desarrollan con cierto detalle tres
aspectos que me limito a reseñar, en primer lugar, los esfuerzos que
se están llevando a cabo para potenciar los estudios asiáticos en las
universidades españolas, tanto a nivel de la organización de
seminarios y mesas redondas como a través de propuestas concretas al
Consejo de Universidades para el establecimiento de una licenciatura
de segundo ciclo. En segundo lugar, hay que mencionar el desarrollo
de una política de becas orientada tanto a la venida a España de
estudiantes asiáticos como a la creación de expertos españoles sobre
la región a través de becas que permitan la realización de estudios
en esos países. En este sentido, espero que muy próximamente
estaremos en disposición de anunciar un ambicioso programa de becas
que dé respuesta a esta necesidad de formar españoles especialistas
en Asia.

Finalmente, en este ámbito quiero hacer mención de la creación de la
Casa de Asia en Barcelona como centro de difusión e impulso de la
temática asiática en sus distintas dimensiones. La Casa de Asia es un
proyecto emblemático y una referencia imprescindible para los fines
del plan Asia-Pacífico por su carácter de proyecto de formación
multidisciplinar. El precedente de la Casa de América en Madrid
revela el potencial dinamizador y de concertación de esfuerzos que
encierra un proyecto con respaldo público, pero abierto a la sociedad
en su conjunto. La asunción de responsabilidades en la casa por los
órganos municipales y autonómicos asegura el apoyo y el aval de la
ciudad sede y del Gobierno autonómico al buen desarrollo del mismo.

La participación del cuerpo diplomático acreditado en las tareas de
programación es otro requisito a tener en cuenta. Un programa de
política de Estado como el plan Asia-Pacífico creo que ganará
notablemente en visibilidad y credibilidad con un centro como la Casa
de Asia , que resulta imprescindible para homologarnos con los países
de nuestro entorno.

Concluyo diciendo que aunque ya he adelantado algunas de las
conclusiones a lo largo de esta intervención y que la mayor parte de
la información figura con más detalle en el informe que les he
entregado, sí querría, antes de entrar en el análisis de los
instrumentos y acciones, recopilar brevemente las principales
conclusiones. En primer lugar, los objetivos políticos previstos en
el plan creo que han sido cumplidos de forma en general satisfactoria
y en algunos aspectos concretos han superado incluso lo previsto. Lo
anterior resulta especialmente notorio en lo que a viajes y visitas
españolas a Asia-Pacífico se refiere. Ahora bien, la multiplicación
de contactos favorece una mayor presencia y proyección de España en
la región y un mejor conocimiento de la misma, pero, paralelamente,
exige una mayor capacidad de actuación y un incremento de los
recursos disponibles. En efecto, el establecimiento de nuevos
diálogos políticos o el periódico refuerzo de los mismos suscita
determinadas expectativas en los países asiáticos de una mayor
cooperación o asistencia o incluso de una mayor presencia cultural o
artística. Una mayor presencia política española en Asia, directa o
indirecta, es decir, dentro del marco de la Unión Europea, es ya una
realidad. La creación de la Dirección General para Asia y Pacífico ha
permitido un mejor conocimiento y seguimiento de las cuestiones
asiáticas, y el compromiso asumido por el gobierno de impulsar
nuestras relaciones con esta región en todos los órdenes ha tenido
especial relevancia en el orden político. España ha asumido como
parte de su diálogo político la problemática de los derechos humanos
con China, Corea de Norte e Indonesia, entre otros. Ha optado por
participar directamente en procesos de observación electoral en
países tan remotos como Timor Oriental o Bangladesh. Ha intervenido
en la problemática intercoreana



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y ha tomado un papel de cierta relevancia en el marco de ASEM.

En el terreno económico, comercial y turístico se está realizando un
notable esfuerzo de promoción en los principales países y mercados de
la región. Aunque no resulta posible evaluar los resultados, sí
resulta esperanzador el hecho de que en el primer semestre de este
año hayan mejorado sensiblemente nuestras exportaciones a China.

Dentro de las limitaciones presupuestarias y de las prioridades
geográficas lógicas, se ha diseñado un programa coherente de
cooperación concentrado en tres países, a los cuales ya he hecho
mención. Asimismo, se han diseñado determinadas acciones horizontales
que permiten, aunque sea modestamente, atender a las peticiones de
cooperación de otros países de la región. No obstante, es evidente
que las posibilidades de cooperación con Asia se multiplican a medida
que se van asegurando los objetivos de proyección y presencia
perseguidos por el plan marco y esto nos lleva necesariamente a hacer
una reflexión para el futuro respecto de los medios necesarios para
poder responder a lo que no es otra cosa que las propias exigencias
del plan marco.

En el terreno cultural queda patente que se abre uno de los campos
más prometedores para reforzar nuestras relaciones y asegurar un
mejor conocimiento de lo español en Asia y de lo asiático en España.

Tal y como estaba previsto en el propio plan, en este último año y
medio se ha actuado en esta doble dirección: dar a conocer a España,
pero también divulgar lo asiático en nuestro país. Aunque es un
proceso complejo y sujeto en parte a restricciones presupuestarias,
algunos logros y algunas realizaciones, como por ejemplo la
mencionada Casa de Asia y la progresiva apertura de centros y aulas
Cervantes en la zona, creo que representan un cumplimiento efectivo
de los objetivos previstos. Asimismo, el Ministerio de Asuntos
Exteriores ha realizado un considerable esfuerzo para potenciar la
enseñanza de estudios asiáticos en nuestro país. Se han celebrado
numerosas mesas redondas que, tras una primera fase de identificación
de centros y expertos españoles sobre Asia, han elaborado un estudio
sobre oferta y demanda de estudios asiáticos en España con la
participación de empresas, universidades y administración. La
necesidad de poder disponer de un número suficiente de expertos
españoles sobre Asia es imperativa para nuestra sociedad y, por lo
tanto, un objetivo prioritario para todos nosotros.

En cuanto a la crisis de Afganistán, nuestro país, en plena sintonía
con sus socios europeos, desde el inicio del conflicto ha venido
apoyando firmemente el proceso de acción y de reflexión internacional
en curso para colaborar con el pueblo afgano en el diseño y
aplicación de un nuevo orden político, social y económico en el país
basado en la voluntad generalizada de los afganos, en el respaldo
permanente de las Naciones Unidas,
así como en el compromiso de los países vecinos para que en el futuro
esta región asiática disponga de un marco viable para la convivencia
y el progreso. El proceso constituyente de Afganistán deberá ser
acompañado por un amplio programa de rehabilitación económica
y social del país al que España está contribuyendo desde un primer
momento para aliviar no sólo la crisis humanitaria en este país sino
también en las fronteras que lo bordean. Creo que en este contexto de
involucración de España en Afganistán y en Asia central en general es
importante mencionar el próximo despliegue de una fuerza
multinacional en Kabul para la protección del nuevo Gobierno afgano,
en la cual habrá una participación muy importante por parte de
España.

Paso rápidamente, y voy acabando señorías, al apartado de
instrumentos y acciones. El informe entregado incluye un análisis de
los instrumentos y acciones diseñados y previstos en el plan marco.

No quiero entrar en detalles, ya que he hecho referencia de los
instrumentos y acciones principales a lo largo de mi exposición,
aunque estos fueron diseñados para cumplir los distintos objetivos
previstos en el plan. En general se puede concluir que la mayor parte
de los instrumentos y acciones previstos ha resultado útil para
lograr el cumplimiento de los objetivos. El plan marco Asia-Pacífico
es un plan ambicioso que ha buscado desde el primer momento intentar
abarcar el máximo número de países y el mayor número de acciones e
iniciativas. Este enfoque ha permitido contrastar la eficacia de los
distintos instrumentos y acciones en condiciones diferentes. Valga
como ejemplo el diferente diseño que hemos dado al foro España-Japón
o al foro España-China. En el primer caso acabamos de celebrar la
quinta edición en Salamanca. La participación ha sido política,
parlamentaria, empresarial y académica. En el caso de China estamos
procediendo a crear este foro y creo que es un claro éxito el hecho
de que una persona tan prestigiosa y tan respetada en China como es
don Juan Antonio Samaranch haya aceptado presidir la parte española
de dicho foro. Por parte china se ha nombrado a un vicepresidente de
la Asamblea política consultiva, el señor Hu Quili, que fue uno de
los principales actores del drama de Tiananmen; muy próximo a Zhao
Zyang, fue el único miembro del comité permanente del Politburó que
le apoyó en su oposición a la intervención militar en mayo de 1989.

La intención es que este foro, además de con sus presidentes, se vea
complementado con la participación de personalidades relevantes de
ambos países en todos los campos.

Para finalizar, quisiera señalar que a falta de seis meses para su
conclusión, el grado de cumplimiento de esta primera parte del plan
resulta, como ya he dicho, en general satisfactoria tanto respecto de
los objetivos como respecto al diseño eficaz y a los instrumentos y
acciones originalmente diseñados para lograrlos. Ha tenido además un
valor adicional especialmente afortunado, que ha sido el convertirse
en marco de referencia



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y soporte conceptual para aunar los esfuerzos que desde distintos
sectores y procedencias se han venido realizando, al objeto de
superar nuestra escasa presencia en una región tan importante para
nuestros intereses presentes y muy especialmente futuros, y es que el
plan creo que ha cobrado en cierta medida identidad propia y se ha
convertido en una referencia conceptual fácilmente asumible por la
sociedad española en su conjunto. Si esto es así, no es tanto porque
el plan haya sido extraordinariamente brillante, sino porque lo que
ha sido es extraordinariamente oportuno. Se ha hecho eco de una
necesidad real de nuestra sociedad y creo que esa es una de las
razones que explica parte de su éxito y de la buena acogida que ha
tenido. No quiere decir que con este esfuerzo se haya resuelto
nuestra falta de presencia y proyección en la zona, y aquí quiero ser
muy claro. Estamos en la primera parte de un plan, que es de largo
plazo y que va a requerir de perseverancia y de continuidad. Creo que
después de un año de aplicación hemos sentado las bases para poder
poco a poco y de forma continuada ir cubriendo esos déficit que yo me
atrevería a llamar clamorosos de presencia política, económica,
cultural y de cooperación en una zona que ya antes del 11 de
septiembre era importante, pero que creo que después del 11 de
septiembre cobra todavía más importancia en la agenda internacional.




La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Convergència i Unió tiene la palabra el señor
Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Señor secretario de Estado, la gran
ventaja de que haya dos comparecencias en la misma mañana es que a lo
mejor en una tiene usted menos apoyo y en cambio en la otra se lo
lleva usted todo y, por tanto, desde el punto de vista de la
satisfacción personal y política, le puede acabar compensando. Eso es
lo que le va a ocurrir en este caso. A diferencia de la anterior,
donde podemos haber tenido nuestras reservas, en lo que supone la
ejecución del plan Asia -que uno a veces no tiene claro si es sólo
plan Asia-Pacífico o plan Asia en su conjunto, porque según el
documento que se utilice, a veces es AsiaPacífico, pero Afganistán no
es exactamente Asia-Pacífico y como acabamos hablando de Afganistán y
de Pakistán, entran ya en una definición de Asia-Pacífico un poco
estirada-, en su momento sabe que le dimos nuestro pleno apoyo
político, porque nos parecía, primero, que respondía a una necesidad
objetiva e indiscutible dada la carencia casi absoluta de relaciones
económicas, culturales y políticas de España con esa parte del mundo
y, por tanto, la necesidad del plan estaba clara; el planteamiento
que se tenía de dicho plan también nos pareció oportuno a la espera
de ver cómo se ejecutaba y de que aquello no fuera un brindis al sol,
pero la realidad es que tenía un punto de ambición bastante
realista porque, al fin y al cabo, iba detallando bastante bien
cosas, todas ellas interesantes si efectivamente se llevaban a cabo.

Hoy comparece usted para dar cuenta de cómo se está ejecutando y el
balance, como se desprende no sólo de sus palabras sino de la
documentación que nos han hecho llegar, es absolutamente positivo.

Por recoger lo que señalaba usted al final de su intervención, decir
que es positivo no significa que ya estemos en una situación de
perfectas relaciones con todos esos países, de plena comunicación, de
pleno conocimiento mutuo y de un nivel de inversiones como el que
querríamos tener, pero sabemos que tampoco es eso lo que está
diciendo el Gobierno ni lo que aspiraba a tener en este momento. A lo
que aspiraba el Gobierno es a tener más de lo que se tenía y a
cumplir objetivos realistas en su momento asumidos y eso,
efectivamente, se está haciendo, y en política entiendo que lo
importante es que uno cumpla los objetivos que se ha fijado.

De forma muy breve, yo le agradezco la información. Le ruego que haga
llegar a quien corresponda mi felicitación por el documento, porque
cuando las cosas se hacen mal se dice y, a veces, cuando se hacen
bien nos lo callamos. El documento que nos han hecho llegar es
riguroso, es completo, está bien hecho y habrá que estudiarlo con
mucho detalle. De forma anecdótica y sin ironía querría decir en voz
alta que he descubierto que a Vietnam no podemos exportar azulejos de
40 centímetros -hasta ese nivel de detalle hemos llegado- o que
tenemos problemas para el tránsito aéreo con Hong Kong. O sea, que
hay detalles informativos que son muy de agradecer, porque en otros
casos los hemos echado de menos. Cuando las cosas se han hecho bien,
insisto, siempre hay personas con nombres y apellidos detrás y al
menos en nombre de este portavoz le agradeceré que se les haga llegar
la felicitación por el trabajo realizado en el seguimiento de esa
información.

Sabe bien que este portavoz junto con la presidenta y otra diputada
de esta Comisión formó parte de una de las actividades que aparecen
en ese informe, un interesante y muy enriquecedor viaje a la
República Popular China durante el mes de julio, que tuvo muchísimo
interés tanto por lo que escuchamos como por lo que entre todos
intentamos transmitir a nuestros interlocutores desde el punto de
vista de las relaciones con España, de protección de derechos humanos
y de aportaciones en distintos ámbitos. Nosotros mismos hemos podido
ver de cerca en un caso concreto la ejecución de lo que es el plan
Asia.

Finalmente, quería manifestar nuestra confianza en lo que tiene que
ser el desarrollo de ese nuevo proyecto que es la Casa de Asia en
Barcelona, no sólo porque esté en Barcelona, aunque ciertamente, como
bien ha dicho el secretario de Estado, no es sólo una cuestión
geográfica; es que la Casa de Asia va a tener un apoyo económico y
político del Estado, pero también unapoyo económico de las
principales instituciones catalanas,



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fundamentalmente ayuntamiento y Gobierno catalán. Por tanto, eso
supone un grado de compromiso que me consta que será estable y
duradero de todas las partes implicadas y en el que los protagonistas
de esta iniciativa tienen puesta mucha confianza. Vamos a ver
exactamente cómo se desarrolla, porque no basta con poner el
cascarón, si se me permite, tener un edificio precioso, que conozco
bien, y tener una serie de medios, sino que hay que ver realmente
cómo se desarrolla, pero en este momento quería reiterar en nombre mi
grupo la confianza en que ese nuevo instrumento dé cierta estabilidad
a las relaciones con Asia en el ámbito educativo, por ejemplo,
cultural, social y que también en relación con los agentes económicos
pueda llegar a tener resultados.

Me paro aquí. No hay especiales preguntas que formular. Las que
hubiera sobre la ejecución de tal o cual cuestión creo que están bien
resueltas y confirmo que el Gobierno y su secretario de Estado siguen
teniendo nuestro pleno apoyo en lo que es el desarrollo del plan
y esperamos que dentro no sé si de diez meses o un año pueda usted
volver a comparecer y explicarnos exactamente otra fase más de la
evolución y del cumplimiento.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Socialista tiene la palabra su
portavoz el señor Marín.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Quisiera empezar diciéndole, señor
secretario de Estado, que al menos usted tiene el mérito de haber
puesto en marcha un programa que efectivamente faltaba dentro de la
política exterior española y ese es un mérito que, créame, no le
vamos a negar nunca, porque es claro, y así se lo dijimos cuando lo
presentó, que nuestra política exterior con relación a ese enorme
conjunto que es Asia en términos generales se caracterizaba por la
falta de medios, de directrices y de objetivos. Hoy usted nos ha
distribuido un documento, que lógicamente nos comprometemos a leerlo
en detalle y que eventualmente puede dar lugar a iniciativas
parlamentarias por nuestra parte, ya lo veremos, pero en cualquier
caso le agradezco el esfuerzo que han hecho usted y sus
colaboradores.

Dicho esto, resulta en este momento difícil reaccionar respecto al
contenido del informe, pero ya le digo que nos comprometemos a
estudiarlo con interés. Quisiera señalar al menos tres cosas, porque,
claro, todos tenemos nuestras particulares pasiones. Al haber hecho
una lectura rápida, usted se imagina qué es lo que le voy a decir, no
es ningún secreto. Las conclusiones dan valor a este documento,
porque es raro ver documentos de la Administración donde se
incorporen los problemas. En las conclusiones relativas a la materia
de cooperación -es lo que he subrayado inmediatamente- se dice
literalmente: Así pues y con la excepción de los tres países
prioritarios (se refiere a Filipinas, China y Vietnam) va a ser
difícil atender a la demanda de peticiones
que sin duda resultarán de una intensificación de los
contactos políticos que ya se están realizando. Asimismo una mayor
presencia en los foros multilaterales asiáticos incita a éstos a
plantear proyectos para su copatrocinio que en las condiciones
actuales resulta imposible atender. De estas conclusiones que ustedes
señalan en su informe voy a la parte relativa a los recursos humanos,
que creo que se puede vincular, y ustedes dicen: Aunque resultaría
necesario reforzar la red de recursos humanos en esta región, la
realidad es que la falta de disponibilidad tanto presupuestaria como
de personal ha impedido el poder cumplirlo en su totalidad. Asimismo
la coyuntura actual, troika-presidencia, ha impedido proceder a una
reasignación de efectivos, problemática... en fin, usted lo conoce.

Esto pone de manifiesto no la crítica, sino la consideración inicial
que ya hicimos en su tiempo cuando el Gobierno presentó este
programa, es decir, los objetivos no los vamos a contestar porque son
defendibles. La visión de estrategia que se tiene de por qué tenemos
que involucrarnos en el debate asiático, entre comillas, tampoco la
vamos a contestare porque es razonable y es obvia, pero ustedes
mismos reconocen lo que ya señalamos en su momento y es que un diseño
estratégico se compone de una definición de objetivos, pero si para
ese señalamiento de objetivos se carece de recursos en términos
financieros, materiales y humanos, dicho diseño adolece de un
problema -y espero que reciba esta vez el consejo como un elemento de
cooperación oposiciónGobierno-, muy difícil de manejar en política,
que es la frustración que se suele producir cuando lanzado un gran
diseño o lanzados grandes objetivos, no sigue la infantería y ustedes
reconocen paladinamente en su propio informe que la infantería en
gran parte no está siguiendo, porque, por no entrar en
pormenorizaciones en este momento -tendremos oportunidad de
estudiarlo-, a mí no me importa repetir las enmiendas que hicimos
este año en el presupuesto, pero sería doloroso por su parte
constatar cómo estas autoridades que tenemos, que suelen ser así
todas y yo lo he dicho en esta Comisión, en la parte financiera del
Estado son bastante poco sensibles luego respecto a valorar los
objetivos y diseños estratégicos. Esta es una desgracia que pasa con
este Gobierno y que suele darse con todos los gobiernos. De qué forma
debemos intentar salir de esta desgracia es algo que nos tendremos
que plantear en el futuro, porque creo que este es un capítulo de la
política exterior española que merece ser desarrollado.

La última consideración se la hago respecto a un problema que sí he
tenido oportunidad de ver, por darle una nota espero que simpática a
esta intervención, que es la obsesión por la imagen y la imagen
marca. Ustedes han exagerado excesivamente -usted menos, más el
ministro-, en el sentido de que España tiene que dar una nueva imagen
de país como si España fuese un país de botarates, de peinetas, de
abanicos, de torerosaceitunos. No, España es un país que ya está
suficientemente



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bien considerado en el plano internacional como para tener que estar
obsesionado por la imagen marca o la imagen país como ustedes
señalan. En cualquier caso, sí le hago llegar respetuosamente el
siguiente pedido, como dicen en Latinoamérica. Hace poco estuve en un
viaje, no le digo el país, pero créame que no le miento, y me quedé
absolutamente perplejo de lo que supone la proyección de imagen país
o imagen marca de España. Era Televisión Internacional, me puse muy
contento, le di a la tele y, claro, el programa estelar de ese día,
me acuerdo perfectamente, era Más bonita que ninguna de Rocío Dúrcal.

Es verdad, me quedé perplejo al ver cómo falta un esfuerzo para dar
otra imagen. Nadie discute que somos un país moderno, competitivo,
insertados en la globalización. Lo que ocurre es que vinculo que si
no hay suficientes recursos humanos y ustedes mismos reconocen que
los medios son más bien modestos, esto puede generar frustración. Es
obvio que si se ha lanzado un plan estratégico de esta naturaleza, la
contraparte quiera ir a más, pero si al cabo de poco tiempo empieza a
decírsele: No, estamos con el cinturón de las necesidades
presupuestarias, lo lamentamos, esto al final, créame señor Nadal,
genera una cosa que es muy difícil rebobinar en política, que es el
sentimiento de frustración. Ello hace que un esfuerzo que merece la
pena que sea apoyado, pues termine en el capítulo de las buenas
intenciones. No hay nada peor que cuando uno empieza a ser
considerado como una persona bienintencionada. Es lo peor que te
puede ocurrir. Eso es la realidad. Luego, de alguna manera habrá que
decirles a nuestras autoridades responsables en materia de imagen que
la imagen exterior necesita una reconsideración absolutamente
fundamental en lo que afortunadamente hoy gracias al sistema
satelital empieza a verse por todas partes. Hay algunas
programaciones... Se lo digo de verdad, a mí me pasó en la habitación
del hotel, no tenía nada que hacer, era un domingo por la tarde, me
quedé allí tumbado y, bueno, el programa era, como le digo, Rocío
Dúrcal y Más bonita que ninguna; y sinceramente, el accidente de esta
joven artista española, contra la que no tengo nada, estrellándose en
una vespa con el que iba a ser su futuro novio, no creo que nos
ayude.

De verdad se lo digo. El ministro de Asuntos Exteriores debería
llamar a capítulo a los responsables de la imagen exterior,
discretamente, no hay por qué hacer ruido, y decirles: Señores, esto
no responde en absoluto a este diseño estratégico. Crea usted que
esta crítica que le estoy haciendo no se da en la Comisión de
cultura, o de televisión, no sé cómo se llama ahora, me disculpo. No
se da porque hay una cerrazón tremenda por parte de las autoridades
que, al menos en lo público, hacen este tipo de imagen, pero sí
deberían ustedes tomar nota y decir: Ya vale, hay que reconsiderar
esto, porque en España se hacen cosas de mucho más nivel, que eviten
este tipo de situaciones.

La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Arístegui.




El señor ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Realmente le quiero agradecer la
información. No voy a decir que estoy sorprendido. No lo estoy,
conozco el grado de seriedad y de rigor que les caracteriza a su
equipo y a usted y pocas veces habrá tenido un responsable político
la oportunidad de iniciar desde cero un programa que va a dejar
huella y que, como dicen en la carrera diplomática, va a quedar en su
hoja de servicios, señor secretario de Estado.

Es evidente la importancia de la región en materia económica y que su
crecimiento ha sido extraordinario en los últimos veinte años; eso es
evidente, lo ha subrayado usted. Los diferentes informes económicos
que hay en el mundo nos revelan que no sólo ya era una cuestión casi
anecdótica de los cuatro dragones y de su impulso económico, sino
que, además, el natural acceso de esos países a las tecnologías, a
las nuevas tecnologías, a las industrias relacionadas a las nuevas
tecnologías han hecho que se produzca una explosión económica en
aquella región con crecimientos del PIB realmente notables, en
algunos países de casi dos dígitos; en otros lugares ha habido una
reducción notable del desempleo. Sin embargo, hoy en la prensa
internacional aparecen las cifras del desempleo en China, que son
realmente extraordinarias, con 120 millones, al parecer, de
desempleados. Sin embargo la prosperidad que ha alcanzado buena parte
de la población china demuestra en qué situación económica nos
encontramos. El desarrollo del turismo tanto de occidente hacia allí
como del propio turismo de asiáticos y de la región del Asia-Pacífico
hacia occidente se ha multiplicado notablemente. Se ha producido un
fenómeno curioso que nos explicaba el otro día el ministro de cierto
país de la región que era exportador neto de alimentos. Decía que
habían tenido que modificar sus estructuras económicas porque buena
parte de los países de aquella región habían alcanzado una cierta
autosuficiencia alimentaria, lo que había propiciado el aumento de la
mejora de condiciones de vida de sus poblaciones, pero, sobre todo,
había propiciado la aparición de nuevas industrias en los países que
antes tenían que dedicarse a la exportación de alimentos.

La importancia económica de la región usted nos la daba en los
documentos que nos han presentado hoy: 50 por ciento de la población
mundial, 25 por ciento del PIB. La verdad es que la presencia de
nuestro país en aquella región distaba mucho de ser la adecuada a
nuestro tamaño y peso en la escena internacional. En el ámbito
político es evidente que la importancia creciente entre occidente,
Europa en particular, con aquella región del mundo ha ido creciendo
en los últimos años. Nosotros éramos un poco ajenos a esta tendencia,
todo sea dicho. Además, ya lo vaticinó Henry Kisinger cuando hace ya
más de veinte años dijo que en el futuro, no



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muy lejano, el eje del peso político y económico se acabaría
desplazando del Atlántico al Pacífico. Esto ha ocurrido ya en gran
medida. Esperemos que los acontecimientos del 11 de septiembre no
hayan redefinido esas prioridades, aunque nosotros nos tenemos que
también, y hay que felicitarse por ello porque no quiere decir que
eso vaya en detrimento de este incremento de relaciones con Asia-
Pacífico. Sin embargo, es evidente que la relación transatlántica ha
salido fortalecida después del 11 de septiembre. En todo caso hay que
subrayar y felicitarse por el creciente protagonismo en la escena
internacional, económica y estratégica de países extraordinariamente
importantes como Japón o como China, que ha mencionado usted, pero,
desde luego, la incorporación de Japón a sus responsabilidades
internacionales es una excelente noticia. Para occidente, una de las
más importantes democracias del mundo, una de las principales
potencias económicas está asumiendo sus responsabilidades en la
escena internacional y esto es una noticia de extraordinaria
magnitud.

La mejora de relaciones con algunos actores de esta zona por parte de
Europa y de occidente, pero también de España, ha aumentado de forma
exponencial. Ha mencionado usted los objetivos políticos que han
venido realmente a coronar los esfuerzos que ha llevado a cabo el
Ministerio de Asuntos Exteriores, usted mismo y su equipo y, además,
habría que mencionar alguno de los países con los que ustedes han
incrementado notablemente esas relaciones. Ha dicho usted China, ha
dicho usted obviamente Japón, el sudeste asiático, también Filipinas,
pero hay que recordar también el notabilísimo incremento de los
contactos políticos que se han producido con Australia en el último
semestre, por ejemplo. Hay un protagonismo creciente de España que se
va a ver subrayado, sin duda, durante nuestra próxima presidencia de
la Unión Europea. También lo ha mencionado usted y nosotros no
podemos estar más de acuerdo. Podremos aprovechar este impulso, este
nuevo protagonismo español en la próxima presidencia de la Unión
Europea para impulsar también nuestras relaciones en la zona.

Le quiero felicitar especialmente por la mención que ha hecho usted
también a la cuestión de los derechos humanos. Eso significa que no
solamente su equipo y usted están haciendo una real politic basada en
objetivos económicos absolutamente necesarios y legítimos, sino que
además hay en el fondo de sus consideraciones también un interés
claramente dirigido a mejorar las condiciones y los derechos humanos
de las poblaciones de aquella zona. Es muy importante tener en cuenta
la vital importancia estratégica que tiene esa zona para todos
nosotros. El 11 de septiembre, lo ha dicho usted, lo ha dicho la
prensa internacional, nos lo ha recordado trágica, pero es que,
además, la estabilidad en la región figura entre las clarísimas
prioridades de las potencias más importantes del mundo. Nosotros
también, poco a poco, vamos incorporando esa importancia
o ese peso estratégico que debe tener la región a nuestras
consideraciones y a nuestro diseño estratégico general. Como usted
decía también se trata de una de las zonas más pobladas del mundo,
donde, por cierto, algunos de los países de la región han sufrido una
inestabilidad endémica y ahora empiezan a ver la luz al final del
túnel.

También conocemos los endémicos problemas de flujos migratorios,
muchos de ellos causados por problemas estructurales y económicos,
pero también por crisis profundas sociales, políticas y económicas en
muchos de los países de la región -guerras, confrontaciones, guerras
civiles- que han causado movimientos migratorios que han generado
tensiones y dificultades en la región y que gracias a su creciente
desarrollo económico y al apoyo de los países más importantes del
mundo van superando poco a poco estas circunstancias. Obviamente, el
plan Asia-Pacífico que su departamento ha diseñado espero que
contribuirá también a clarificar estos aspectos.

Desde el punto de vista español es evidente que los aspectos que
usted ha desgranado demuestran la importancia que en nuestras
relaciones internacionales hemos otorgado a la mejora, al incremento
de nuestras relaciones en el ámbito político, económico, comercial,
cultural, estratégico o cooperación al desarrollo. Realmente ha sido
un prolífico y detallado análisis e informe el que usted nos ha
traído esta mañana aquí. No correspondía nuestra presencia en la
región con el peso económico que nosotros tenemos en el mundo, siendo
uno de los primeros diez países del mundo por tamaño de la economía,
por peso e intereses con la creciente importancia de la región. Era
una asignatura pendiente de nuestra política. Cierto es que quizá
hasta ahora no se habían dado las condiciones objetivas para que
nuestro Gobierno pudiese hacer esos esfuerzos. En todo caso, sí es la
primera vez que en la democracia española se presta esa especial
atención a la región de AsiaPacífico. Es evidente que ese esfuerzo va
a acabar desembocando en la intensificación de nuestra presencia,
como usted mismo nos ha señalado y de nuestras relaciones en el
ámbito bilateral e incluso en el multilateral como he tenido ocasión
de leer tanto en el plan marco como el documento de seguimiento.

Además, quiero decirle que tenemos una gran satisfacción, porque se
trata de un plan que ha tratado de hacer una racionalización de la
política exterior. Una racionalización de la política exterior que ha
tratado de encauzar, impulsar y canalizar nuestros esfuerzos y eso
supone una encomiable novedad en la política exterior y en la
política general de muchos países europeos. Pocas veces se ha
superado en política exterior, podríamos decir, los tópicos, las
leyendas, las buenas palabras. Aquí hemos visto hechos concretos y
además hemos visto su seguimiento. También, y aquí yo quisiera
sumarme a lo que han dicho otros portavoces, es evidenteque no
estamos a la altura de la absoluta necesidad,



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de la absoluta virtud, pero también es cierto que no podemos pasar
del cero al infinito. Teníamos una situación práctica de falta
absoluta de presencia en la región tanto a nivel económico como
político. No se puede pretender en apenas un año pasar de la ausencia
a ser un factor absolutamente influyente en la región. Por lo tanto,
es necesario fomentar el conocimiento mutuo. El conocimiento mutuo
por medio de la información, se ha dicho también en esta sesión de la
Comisión de Asuntos Exteriores. El esfuerzo cultural que estamos
haciendo nosotros ahí, los esfuerzos del Instituto Cervantes al que
usted ha hecho referencia, y también nos parece una novedad muy digna
de destacar, y además conozco su empeño personal en esto, la de crear
un cuerpo creciente de personas en España que tengan un mayor interés
por lo que ocurre en aquella región. Se trata de que exista un
creciente número de especialistas y eso sólo se puede hacer con el
esfuerzo económico que supongan unas becas para enviar a españoles a
aquella zona del mundo, es decir becas inversas, una cosa inusual en
la cooperación al desarrollo, pero nunca más que hoy se podrá ver y
se verá en el futuro el beneficio extraordinario que eso va a generar
en las relaciones bilaterales y multilaterales entre España y la
región de Asia-Pacífico.

El camino para lograr todo esto, obviamente, es el diseño de un plan
equilibrado, realista y que adecua los medios a los fines. Es
evidente que no tenemos todos los medios que querríamos tener a
nuestro alcance. La insuficiencia sabemos que es crónica, sin
embargo, se ha hecho una utilización racional de los medios que
tenemos a nuestro alcance. Hay que buscar, por lo tanto, las
sinergias. No se puede pensar que las relaciones exteriores son una
cuestión exclusiva de los poderes públicos, de la Administración y
mucho menos tan sólo del Ministerio de Asuntos Exteriores; por tanto,
la cooperación con empresas, la cooperación y la implicación de la
sociedad civil o de fundaciones de importancia y la cooperación con
el mundo académico. En este sentido, es evidente que hay muchísimas
universidades en la región que tienen auténtica sed de cultura y de
realidad española. Muchas de ellas están dispuestas a suplir las
carencias económicas y materiales que nosotros podemos tener para
ampliar nuestra presencia académica en ese mundo; muchas de ellas
están dispuestas a ceder locales, personal y material así como
impulso y apoyo financiero a aulas Cervantes o centros asociados si
el Cervantes tiene a bien crearlos por aquella región. Por lo tanto,
en el ámbito también de buscar sinergias debemos buscar igualmente
las complementariedades con Estados, con países de la región. No
podemos entrar en una región absolutamente solos. No tenemos el peso
ni el tamaño necesario para acabar convirtiéndonos en un actor
absolutamente prioritario y de peso decisivo en la región. Por ello
en la mente de ustedes y en la mente de todos está la posibilidad de
coordinar nuestras acciones con países cuyas democracias
ya asentadas y consolidadas en la región, quizá como Australia,
como Nueva Zelanda o como Japón, lo que podría significar ciertamente
un ahorro en el esfuerzo, buscar complementariedades, evitar la
competencia innecesaria y quizá tener unos resultados muchos más
espectaculares a más corto plazo.

Para ir concluyendo, quisiera ya felicitarle sinceramente por el
esfuerzo del Ministerio de Asuntos Exteriores, el de su equipo y el
suyo propio por lo que ha supuesto la creación, el diseño de este
plan y su seguimiento. Es evidente que también me tengo que sumar a
la felicitación de otros portavoces por la puesta en marcha de la
Casa Asia. El acuerdo que ustedes han suscrito con el Ayuntamiento de
Barcelona y con la Generalitat de Catalunya supone una novedad no
sólo porque hemos ampliado el ámbito de nuestros intereses
estratégicos en política exterior sino porque, además, hemos roto el
secular centralismo desde el punto de vista de análisis y de
ejecución de nuestra política exterior y me parece una excelente
noticia que la Casa de Asia haya sido fundada en Barcelona.

Ha desgranado usted con rigor, realmente con carácter exhaustivo y
prolijo todos los detalles e informes que podían ser de interés para
nuestro grupo y le queremos plantear nuestra felicitación y nuestro
agradecimiento.




La señora PRESIDENTA: El señor secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Agradezco las intervenciones de todos los grupos por las aportaciones
que han hecho al debate en un tono positivo y constructivo.




Desde el principio la estrategia del Gobierno en relación a Asia y,
en general, en relación a la política exterior parte de la conciencia
de que son muchos los actores que tienen un papel relevante a jugar y
que, por lo tanto, de lo que se trata es de sumar y de hacer las
cosas de la forma más efectiva posible. En este sentido, el
Parlamento sin duda tiene un papel que jugar y yo animo a SS.SS. a
que sigan participando y viajando a Asia porque creo que ese es un
flanco muy importante y que puede, dentro de esa estrategia global,
rendir resultados interesantes. Tomo nota también de la sugerencia
que hacía el señor Arístegui en relación a una mayor coordinación con
los países de la zona, particularmente con aquellos que puedan ser
más afines desde el punto de vista cultural, como puede ser Australia
o Nueva Zelanda.

Por lo demás, quizá hacer algún comentario sobre algunas cosas que se
han dicho y que han estado subyaciendo en distintas intervenciones en
relación al debate objetivo, recursos, etcétera. Ahí, lo hemos dicho
siempre, nos gustaría tener más recursos. Eso está claro ylos
recursos de que disponemos, casi diría que por definición,



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son insuficientes. Nos gustaría tener más. Ahora, dicho esto, a la
hora de plantear una estrategia es conceptualmente sano y necesario
que los planes vayan por delante de los recursos. Dicho de otra
forma, a la hora de hacer evaluaciones es seguramente hasta bueno, me
atrevería a decir, que queden cosas por hacer. Es bueno que podamos
decir que hemos cumplido un 80 por ciento o un 70 por ciento y que
nos quedan cosas por hacer, porque eso indica que el plan realmente
es una guía, que el plan tiene un efecto tirón. Si me permite el
símil el señor Marín, quizá un poco simplista pero creo que
ilustrativo y un poco distendido, es como cuando uno tiene invitados
en casa, les da de cenar y la comida se acaba toda; uno tiene la
sospecha de que ahí han faltado iniciativas, ha faltado comida en
este caso. Yo creo que es lo mismo. Aun a riesgo de que se nos tache
de que hay cosas que anunciamos y que no somos capaces de acabar
haciendo en el momento en el que habíamos dicho que las íbamos a
hacer, es bueno que tengamos un objetivo que sitúe el listón
razonablemente por encima de aquello que sabemos que va a ser más o
menos fácil de cumplir. Entiendo muy bien lo que dice el señor Marín
en relación a las frustraciones. Es decir, aquí el riesgo es que al
final lo que no cumplamos sea tanto que se cree un sentimiento de
frustración que es peligroso y contraproducente y que después es muy
difícil de echar atrás. Sin embargo, en la línea que ya he apuntado
varias veces en esta Comisión, creo que sólo si tenemos un discurso
ambicioso, sólo si planteamos iniciativas importantes y las
explicamos, sólo de esta forma aparecerán los recursos y, por lo
tanto, la idea ésta de que los planes o las ideas tienen que ir por
delante de los recursos políticamente es necesaria y, al final, es la
que nos puede rendir resultados prácticos.

En relación a la imagen país, la imagen marca que ha mencionado
también el señor Marín, yo ahí tengo un punto de acuerdo y otro de
discrepancia. Discrepancia es la importancia de este tema. Creo que
es un tema capital y en el que tenemos enormes déficit en el sentido
de que es cierto, como usted sugería, que en algunas zonas del mundo
tenemos una imagen que corresponde con la realidad objetiva del país,
fundamentalmente, por ejemplo, en Europa o quizá en Iberoamérica,
aunque allí tenemos otros problemas de imagen, pero creo que es
cierto que en muchas zonas del mundo todavía somos percibidos a
menudo como el país que éramos hace veinticinco años. Es decir que de
alguna forma a
nivel interno las cosas han ido tan rápido que creo que hay decalaje
entre la realidad objetiva interna y la imagen que proyectamos.

Debemos hacer un esfuerzo para trabajar en el ámbito de la imagen
país, que es un ámbito que concierne al Gobierno, por supuesto, pero
también atañe al conjunto de la sociedad, a las empresas, al mundo de
la cultura, al mundo académico, al mundo de los medios de
comunicación, a todos. Veo que no le acaba de gustar Rocío Dúrcal
como artista. (El señor Marín González: No, si me gusta, pero no
ahí.). Entiendo su preocupación y le diré que soy plenamente
consciente de que, por decirlo de forma suave, la imagen que da
Televisión Española Internacional de España es manifiestamente
mejorable. Debo decirle que hemos hablado con los directivos de
Televisión Española, y ellos son conscientes. Hay problemas, como
siempre, de recursos puesto que estamos hablando de una cuestión
donde al final se trata los derechos de emisión de los contenidos,
que a veces se pueden emitir en unos sitios y en otros no. Lo que
quiero decir es que somos conscientes del problema, que estamos
encima de él y que espero que pronto podamos encontrar algún tipo de
solución satisfactoria.

Por lo demás, agradezco de nuevo todas las intervenciones. Les digo
que por supuesto vamos a seguir trabajando en el plan y en mejorar la
presencia y la proyección de España en Asia y, de nuevo, reclamar su
ayuda porque este es un plan que quiere incorporar a todo el mundo.




La señora PRESIDENTA: Agradecemos muy sinceramente al señor
secretario de Estado su presencia esta mañana, con las interesantes
intervenciones que se han mantenido en esta sesión.

Señorías, antes de levantar la sesión quiero recordar, sobre todo a
los portavoces, que a las trece horas del día de hoy nos visita una
delegación noruega, por lo que ruego a SS.SS. se acerquen hacia la
sala Lázaro Dou. Muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Eran las once y cincuenta y cinco minutos de la mañana.




Nota.-El presente «Diario de Sesiones», de la Comisión de Asuntos
Exteriores del martes, 18 de diciembre de 2001, no guarda relación
cronológica habitual, con el fin de no retrasar la publicación de los
«Diarios de Sesiones» ya elaborados.