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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 280, de 28/06/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 280



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NOTA INFORMATIVA: En la edición impresa de este Diario, sus páginas
aparecieron, por error, numeradas desde la 4881 a la 4908. Tal error
ha sido corregido en la presente edición electrónica.

(Vease 'DS. Congreso de los Diputados' Comisiones, núm. 285)
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DEFENSA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ROGELIO BAÓN RAMÍREZ



Sesión núm. 14



celebrada el jueves, 28 de junio de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor subsecretario de Defensa (Torre de Silva y
López de Letona), para informar sobre:



- La política retributiva del personal militar de las Fuerzas
Armadas. A petición propia. (Número de expediente 212/000565.) . . .

(Página 8482)



- El cumplimiento del proceso de profesionalización y modernización
de las Fuerzas Armadas en el año 2000 y de los objetivos para el año
2001. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de
expediente 213/000399.) . . . (Página 8482)



- La situación y evolución del Ejército profesional en todas sus
variantes. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida. (Número de expediente 213/000400.) . . . (Página 8482)



Página 8482




Preguntas:



- Del señor Moragues Gomila (Grupo Parlamentario Socialista), sobre
calendario previsto para la publicación de las normas reglamentarias
de regulación de los consejos asesores, para la elección de sus
miembros y para su constitución. (Número de expediente 181/000774.) .

. . (Página 8504)



- Del mismo señor diputado, sobre criterios generales que se van a
aplicar en la determinación reglamentaria de la composición y
procedimiento de elección de los consejos asesores de personal de los
Ejércitos y de los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas. (Número de
expediente 181/000775.) . . . (Página 8504)



- Consecuencias que ha tenido la afirmación del Defensor del Pueblo
correspondiente al año 1999 en la que denuncia que en determinados
destinos del Ejército '... se pone de manifiesto una concepción de la
autoridad y de la disciplina que no considera como límite absoluto el
respeto a la ley y a los derechos de los ciudadanos'. (Número de
expediente 181/000776.) . . . (Página 8506)



- Consideración por la Subsecretaría de Defensa de la recomendación
del Defensor del Pueblo de tomar medidas para que se corrijan los
ejercicios irregulares en la aplicación de la potestad disciplinaria.

(Número de expediente 181/000777.) . . . (Página 8506)



- Del mismo señor diputado, sobre medidas disciplinarias para
restablecer del ejercicio del Estado de derecho que debe ser
defendido también por los altos cargos de la Administración militar.

(Número de expediente 181/000754.) . . . (Página 8507)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.

En primer lugar, y creo con ello interpretar el sentimiento de toda
la Comisión, quiero expresar nuestro rechazo a los atentados que se
han producido últimamente, sobre todo en el día de hoy, que han
tenido como objetivo, como víctima, un general que trabaja en la
Intervención, precisamente en el área de la Subsecretaría. Antes de
venir aquí he oído que está fuera de peligro, y pedimos por que se
restablezca lo antes posible al igual que el civil afectado. La
condena que hacemos de la política terrorista que siguen estos
bárbaros es obvia y quería que constase en el 'Diario de Sesiones'
esta expresión de sentimiento y de simpatía por el general Oreja
Pedraza que, repito, según las últimas noticias que he tenido, está
fuera de peligro.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE DEFENSA (TORRE DE SILVA Y
LÓPEZ DE LETONA), PARA INFORMAR SOBRE:



- LA POLÍTICA RETRIBUTIVA DEL PERSONAL MILITAR DE LAS FUERZAS
ARMADAS. A PETICIÓN PROPIA. (Número de expediente 212/000565.)
- EL CUMPLIMIENTO DE PROCESO DE PROFESIONALIZACIÓN Y MODERNIZACIÓN DE
LAS FUERZAS ARMADAS EN EL AÑO 2000 Y DE LOS OBJETIVOS PARA EL AÑO
2001. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de
expediente 213/000399.)



- LA SITUACIÓN Y EVOLUCIÓN DEL EJÉRCITO PROFESIONAL EN TODAS SUS
VARIANTES. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE IZQUIERDA UNIDA.

(Número de expediente 213/000400.)



El señor PRESIDENTE: El método a seguir para las comparecencias de
hoy es la agrupación en una misma intervención. Va a intervenir el
subsecretario del Ministerio de Defensa a petición propia y a
petición de otros grupos. Se ha pactado ya con los portavoces
intervinientes que va a haber una única intervención, con una unidad
temática conexa, aunque forzada. Con esto ahorraremos tiempo y no se
deteriorará en absoluto el debate, el planteamiento dialéctico del
asunto, porque son expertos en temas parlamentarios tanto el
subsecretario como los diputados que van a intervenir, con la
excepción de que van a ser portavoces únicos los demás grupos y sólo
el Partido Popular desglosará la comparecencia en dos temas. Luego
hay otro trámite, que es el de preguntas y, como es un acto
parlamentario individual, no habrá agrupación sino que los diputados
que



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hayan formulado las preguntas tendrán una respuesta individualizada
por el subsecretario.

Tiene la palabra don Víctor Torre de Silva.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
Con carácter previo, me gustaría unirme a las palabras que ha
pronunciado el presidente en relación a la repulsa por el atentado
terrorista de esta mañana.

En primer lugar, quería agradecer a la Comisión de Defensa del
Congreso de los Diputados haber incluido en el orden del día de la
presente sesión la comparecencia solicitada por el Gobierno, que me
dispongo a cumplimentar.




La política retributiva del Ministerio de Defensa se enmarca, como es
sabido, en la política de personal. Por ello, resulta de
extraordinaria importancia atender al contexto en el que se produce.

Toda política de personal ha de proyectarse en el medio y en el largo
plazo. Me referiré brevemente a los más recientes antecedentes sin
los cuales no resulta fácil comprender la situación actual.

La Ley 20/1984, de 15 de junio, de retribuciones del personal
militar, establecía un nuevo régimen retributivo en analogía con los
criterios que en ese momento regían para la Administración general
del Estado. Precisamente en su artículo 6 se regulaba la homologación
con los funcionarios civiles. Tal principio de homologación no llegó
a hacerse efectivo al publicarse poco después la Ley 30/1984, de 2 de
agosto, de medidas para la reforma de la Función pública, que
instituyó un nuevo régimen retributivo para dicho personal. Sin
embargo, la analogía con la Función pública civil siguió inspirando
la política retributiva del departamento. Así, la disposición final
vigésima novena de la Ley 37/1988, de 28 de diciembre, de
Presupuestos Generales del Estado para 1989, autorizaba al Gobierno a
adecuar el sistema retributivo de las Fuerzas Armadas al de los
funcionarios civiles incluidos en el ámbito de aplicación de la Ley
30/1984. Esto se llevó a efecto por el Real Decreto 359/1989, de 7 de
abril.

La Ley 17/1989, de 19 de julio, reguladora del régimen del personal
militar profesional, constituyó un elemento clave en la política de
personal del Ministerio de Defensa. Esta ley, en su disposición final
tercera, establecía que el Gobierno procedería a adecuar el sistema
retributivo de los miembros de las Fuerzas Armadas al de los citados
funcionarios, adaptándolo a la estructura jerarquizada de las mismas,
las peculiaridades de la carrera militar y las singularidades de los
cometidos que tienen asignados.

Por otro lado, la Ley 31/1990, de Presupuestos Generales del Estado
para 1991, introdujo una modificación retributiva que afectaba a los
coroneles y a los capitanes de navío en situación de reserva a
petición propia.

En desarrollo de estas normas legales se aprobó el Real Decreto 1494/
1991, de 11 de octubre, que a su vez aprobaba el reglamento general
de retribuciones de las
Fuerzas Armadas. Como no podía ser de otra forma, este reglamento
general, recientemente derogado, seguía manteniendo la adecuación del
sistema retributivo del personal militar al del funcionariado civil.

Desde su publicación oficial, el reglamento general de retribuciones
de 1991 experimentó diversas modificaciones como consecuencia de
varias normas con rango de ley que fueron promulgándose desde
entonces y que sería prolijo detallar.

De esta brevísima referencia a los precedentes me gustaría subrayar
un principio básico: las retribuciones del personal militar se han de
adecuar a las del funcionariado civil. Este principio se recogió en
la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de régimen del personal de las Fuerzas
Armadas, y resulta de extraordinaria importancia para explicar el
nuevo reglamento de retribuciones del personal de las Fuerzas
Armadas, aprobado recientemente por el Real Decreto 662/2001, de 22
de junio. En particular, la Ley 17/1999, de 18 de mayo, autoriza al
Gobierno a adecuar el sistema retributivo de los miembros de las
Fuerzas Armadas al de los funcionarios civiles de la Administración
del Estado incluidos en el ámbito de aplicación de la Ley 30/1984,
adaptándolo a su estructura jerarquizada, a las peculiaridades de la
carrera militar y a la singularidad de los cometidos asignados. Así
pues, la nueva norma reglamentaria que regirá las retribuciones del
personal militar supone una continuidad con el principio básico del
reglamento anterior y de la legislación de los últimos años en la
materia.

Cabe preguntarse cómo se articula esta adecuación a las retribuciones
del personal funcionario civil. La adecuación es doble, tanto desde
el punto de vista formal como desde el punto de vista material. El
punto de vista formal se refiere a la estructura de las retribuciones
militares. Las retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas,
establecidas en el nuevo reglamento, se estructuran en retribuciones
básicas y retribuciones complementarias, igual que en el aprobado por
Real Decreto 1494/1991, de 11 de octubre. Las retribuciones básicas,
asociadas al grupo de clasificación a que se encuentra adscrito el
militar, están constituidas por el sueldo, los trienios y las pagas
extraordinarias. Éstas no han sufrido variación conceptual con
arreglo a las actualmente en vigor y su estructura es idéntica a la
del funcionariado civil. Las retribuciones complementarias son de dos
tipos: de carácter general y de carácter particular. Las
retribuciones complementarias de carácter general estarán
constituidas por el complemento de empleo y el componente general del
complemento específico. Ambos conceptos estarán ligados al empleo que
se ostente. El primero, el complemento de empleo, con una graduación
jerárquica creciente, sustituye al actual complemento de destino que
también rige para los funcionarios civiles. El componente general del
complemento específico posee una tendencia creciente según se recorre
la jerarquía, pero con muy importantes



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excepciones. Las retribuciones complementarias de carácter particular
estarán constituidas por el componente singular del complemento
específico, el complemento de dedicación especial y la gratificación
por servicios extraordinarios. Se adaptan al complemento específico,
al complemento de productividad y a la gratificación por servicios
extraordinarios de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de medidas para la
reforma de la Función pública. El componente singular del complemento
específico retribuirá las especiales condiciones en que la unidad de
destino desarrolle su actividad, así como, dentro de la misma, las
particulares condiciones de responsabilidad, preparación técnica,
peligrosidad o penosidad. Tendrá carácter permanente para un
determinado destino. El Consejo de Ministros habrá de aprobar una
relación inicial de destinos a los que se asigne este complemento.

Por su parte, el complemento de dedicación especial retribuirá el
especial rendimiento, la actividad extraordinaria o iniciativa con
que se desempeñe un destino. El ministro de Defensa determinará los
criterios y porcentajes de su asignación. Por último, la
gratificación por servicios extraordinarios tendrá carácter
excepcional y en ningún caso podrá ser fija en su cuantía ni
periódica en su devengo. No experimenta variación con respecto al
régimen del reglamento de 1991.

Como pueden comprobar SS.SS., desde el punto de vista formal se
prosigue la adecuación del régimen retributivo de las Fuerzas Armadas
al del personal funcionario civil. Esta adecuación ha ido más allá en
el nuevo reglamento de retribuciones, abarcando el aspecto material.

La referencia para ello ha sido el acuerdo Administración- sindicatos
de 1 de junio de 1998, sobre ordenación de retribuciones. Este
acuerdo supuso una modificación al alza de los niveles mínimos de
complemento de destino asignados a cada grupo de clasificación, de
forma que el nivel 22 es el mínimo del grupo A, el nivel 18 el mínimo
del grupo B, el nivel 16 el mínimo del grupo C y el nivel 12 el
mínimo del grupo D. En consecuencia, se han variado los niveles para
adaptarlos a lo recogido en este acuerdo, teniendo en cuenta que los
oficiales están clasificados en el grupo A, con la excepción de los
alféreces; los suboficiales y los alféreces, en el grupo B; la tropa
y marinería con una relación de servicios de carácter permanente en
el grupo C y, por último, la tropa y marinería con una relación de
servicios de carácter temporal está clasificada en el grupo D. Por
otra parte, en este acuerdo se garantizaban unos ingresos mínimos
para cada grupo de clasificación que han sido tenidos muy en cuenta
en el nuevo reglamento; más adelante me detendré en ello.

Hasta este momento, he tratado de explicar un principio vertebrador
del nuevo reglamento de retribuciones. Querría ahora pasar a otros
cuatro, de no menor importancia, a los que ya hice alusión en mi
comparecencia del pasado 11 de octubre de 2000.

En primer lugar, el reglamento de retribuciones recientemente
aprobado es el primero que se elabora desde la perspectiva de unas
Fuerzas Armadas íntegramente profesionales. Como es sabido, el
reglamento de 1991 partía de un modelo distinto, de unas Fuerzas
Armadas mixtas; con el nuevo reglamento se ha buscado coadyuvar a la
consecución de los efectivos necesarios para alcanzar los objetivos
de personal fijados, tanto en el dictamen de la Comisión mixta no
permanente Congreso de los Diputados-Senado para establecer la
fórmulas y los plazos para alcanzar la plena profesionalización de
las Fuerzas Armadas como en la citada Ley de régimen del personal de
las Fuerzas Armadas. El citado dictamen, aprobado por el Pleno del
Congreso el 28 de mayo de 1998 y por el Pleno del Senado el 15 de
junio del mismo año, ya establecía en su apartado 3.2.d) que deben
tenerse en cuenta toda clase de incentivos, además del elemento
puramente vocacional, para garantizar que se cumplen los objetivos
del reclutamiento. Pues bien, un incentivo evidente es una oferta
económica más competitiva que la que hasta hoy se ofrecía, lo que
exige una aportación de recursos económicos suficiente y sostenida en
el tiempo. La fuerte competencia laboral debido a la buena situación
económica y la tendencia de las cifras de paro, unido a una evolución
demográfica, con un número de jóvenes cada vez menor en edad de
incorporarse a las Fuerzas Armadas, son un argumento de primer orden
para aprobar una mejora retributiva que haga más atractiva la carrera
de las armas para nuestros jóvenes.

En segundo lugar, la política retributiva respecto delpersonal de
tropa y marinería profesional, con una relación de servicios
temporal, y respecto de los militares de complemento ha de tener muy
presente la temporalidad de su vínculo. Por ello, es preciso
incentivar aquellas renovaciones de compromiso que sean convenientes
desde el punto de vista operativo y desde la mejor asignación de
recursos. Resulta esencial que estos profesionales permanezcan en las
Fuerzas Armadas un número crítico de años. Ahora bien, si una
excesiva rotación del personal tiene serios inconvenientes desde el
punto de vista de la política de personal y hasta de la operatividad
de las Fuerzas Armadas, una excesiva permanencia también puede
generar problemas. Por ello, es preciso no incentivar las últimas
renovaciones de compromiso, pues podrían interpretarse como un
mensaje equivocado de que la Administración militar desea la
permanencia en las Fuerzas Armadas de quienes tal vez pronto habrán
de dejarlas. Sobre cómo podemos articular esto volveré cuando trate
de las modificaciones retributivas introducidas que afectan a la
tropa y marinería.

En tercer lugar, el sistema de oferta de plazas en vigor se basa
prioritariamente en la voluntariedad del destino. Una consecuencia
inmediata es que, como en cualquier área de actividad profesional,
hay puestos muy solicitados y otros que no lo son tanto. De manera



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no sorprendente, los puestos en los que las condiciones del servicio
son más exigentes o arriesgadas o aquellos que se encuentran en
lugares aislados o alejados de los núcleos de población presentan
menos aspirantes. Ahora bien, con frecuencia estos puestos son
capitales para la defensa. Esto exige establecer incentivos
económicos en tales destinos. Como SS.SS. habrán deducido, el
componente singular del complemento específico va encaminado a esta
finalidad.

Como cuarto elemento fundamental de esta política retributiva, es
preciso tener en cuenta que en muchos casos la carrera profesional
del soldado o marinero pasa por su promoción interna a las escalas de
suboficiales. Con carácter general hoy sólo se puede acceder a ellas
desde la tropa y marinería profesional. Por ello, si queremos retener
a los mejores, habrá que ofrecerles unas retribuciones atractivas que
les animen a afrontar la preparación necesaria, los procesos
selectivos y los años de formación en las academias militares.

Establecidos los cinco aspectos claves de la política retributiva en
su modelo de Fuerzas Armadas profesionales, veamos ahora los datos
más relevantes del texto recientemente aprobado. El coste total de
los incrementos previstos es de más de 25.000 millones de pesetas,
desglosado en los siguientes conceptos y cantidades, siempre
aproximadas. Incremento de las retribuciones mínimas, 9.700 millones
de pesetas; complementos específicos en su componente singular, 7.500
millones de pesetas; complementos de dedicación especial, 5.000
millones de pesetas; incentivos a la permanencia, 3.300 millones de
pesetas. De esta cifra total, superior a los 25.000 millones de
pesetas, más del 80 por ciento se dedica a la tropa y marinería y a
los suboficiales. Se comprueba, por tanto, cuantitativamente la
orientación fundamental del nuevo reglamento hacia la
profesionalización de las Fuerzas Armadas. Esta concentración en los
empleos inferiores de los ejércitos supone necesariamente que un gran
número de militares no verán modificadas sus retribuciones pese a la
aplicación del nuevo reglamento. En particular, las mejoras
introducidas afectan a un máximo de unas 80.000 personas y a un
colectivo total de unas 152.000, incluyendo la reserva. Es decir,
afectará al alza a algo más del 50 por ciento de los efectivos de las
Fuerzas Armadas, precisamente el colectivo que hoy recibe salarios
menores.

En cuanto a los aproximadamente 9.700 millones de pesetas que se
dedican a las retribuciones mínimas, tienen por objeto equiparar las
retribuciones militares con los ingresos mínimos de los funcionarios
civiles antes señalados. Sólo afectarán a los primeros empleos de las
escalas de suboficiales y a la tropa y marinería. La aplicación a los
suboficiales de la medida de retribuciones mínimas se ha conseguido
incrementando 175.932 pesetas las retribuciones anuales de los
sargentos, sargentos primeros y brigadas, lo que va a afectar a un
total de más de 26.000 suboficiales. Todos los suboficiales de este
modo se ven completamente equiparados
en sus mínimos a los funcionarios civiles. En cuanto a la tropa y
marinería, la equiparación con los mínimos de los funcionarios
civiles ha sido amplia, pero no universal. En particular, los
soldados y cabos permanentes y los soldados de primer y segundo año
seguirán percibiendo haberes por debajo de los mínimos de la Función
pública civil. Ello no significa que no vayan a mejorar sus
retribuciones. Los soldados permanentes mejoran 223.812 pesetas y los
cabos permanentes 185.268 pesetas, siempre en términos anuales. Los
soldados y marineros de primer y segundo año, por su parte, podrán
mejorar por la vía de los complementos específicos, componente
singular, y de dedicación especial, siempre en función del destino
que ocupen. Una equiparación completa de la tropa y marinería con los
mínimos de los funcionarios civiles tendría diversos problemas tanto
técnicos como de coste. La mejora concreta de la tropa y marinería en
concepto de incremento de retribuciones mínimas resulta compleja. Con
carácter general, indicaré a SS.SS. que en cada uno de los tres
empleos de tropa no permanente, soldado, cabo y cabo primero, las
retribuciones mínimas se igualan. Ello supone mejoras, por ejemplo,
de 286.692 pesetas anuales brutas para cabos primeros de tercer y
cuarto año. En antigüedades superiores a los nueve años las
retribuciones mínimas bajarán en el futuro para aquellos que
sucesivamente vayan cumpliendo esa antigüedad. Los actuales soldados,
cabos y cabos primeros de más de nueve años tendrán un complemento
personal transitorio que garantice sus retribuciones. Esta menor
retribución a quienes en el futuro cumplan nueve años de servicio no
es sino la supresión de una mejora retributiva que existía hasta hoy.

Se ha considerado esta mejora inconveniente desde el punto de vista
del tiempo de permanencia deseado en las Fuerzas Armadas.

Aprovecho este momento de la exposición para aclarar por qué los
soldados de primer y segundo año sólo mejoran sus haberes en función
del destino que ocupen por los complementos asignados. Como es
sabido, los soldados y marineros reciben en sus primeros dos años de
servicio una intensa formación de gran valor en la vida civil. Esta
formación supone ya una cierta forma de retribución no por poco
cuantificada menos importante. Además, resulta de todo punto
necesario prever una carrera profesional también en lo retributivo.

De no darse esta carrera, menguan considerablemente los estímulos
a la permanencia, tan necesaria para el modelo actual de Fuerzas
Armadas profesionales. Por ello se ha preferido dedicar los recursos
económicos a primar un tiempo de servicio mayor o bien destinos de
especial responsabilidad, preparación técnica, penosidad o
peligrosidad. Como dije, el nuevo reglamento contempla unos 7.500
millones de pesetas para mejoras en el complemento específico y en
particular en su componente singular. Esto resulta de gran
importancia para la operatividad de las Fuerzas Armadas, pues
permitirá retribuir mejor puestos de mayor exigencia, como la



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tripulación de los submarinos, la legión o los paracaidistas. En la
actualidad, un porcentaje muy pequeño de la tropa y marinería recibe
este complemento, en torno al 3 por ciento. Según los estudios que
está realizando el Ministerio, con la nueva asignación se podría
alcanzar un porcentaje entre el 40 y el 70 por ciento de la tropa y
marinería profesional. En cuanto al componente de dedicación
especial, la mejora de unos 5.000 millones de pesetas representa una
herramienta retributiva muy relevante. Como es sabido, la dedicación
especial permite una gran flexibilidad y puede ser asignada allá
donde resulta más necesario un apoyo económico. En función de las
circunstancias permite, por ejemplo, mejorar las retribuciones de
quienes están sujetos a una actividad extraordinaria, sea por razones
transitorias o permanentes.

Como última partida que sufre una mejora, cabe referirse al incentivo
por permanencia. Este incentivo está contemplado en el reglamento
pero se remite a una orden ministerial para su regulación. Se trata
de un elemento nuevo para el que se ha previsto una cantidad de unos
3.300 millones de pesetas. Constituye un medio adicional para lograr
la continuidad de los militares profesionales con una relación de
servicios temporal durante el número de años que exija el
planeamiento de la Defensa. Se estimulará así la permanencia en los
ejércitos durante no menos de cuatro años, eliminando la excesiva
rotación del personal.

Señor presidente, señorías, he de concluir, y me gustaría hacerlo
destacando la importancia que el nuevo reglamento de retribuciones
del personal de las Fuerzas Armadas tiene para el futuro. En un
contexto de rigor en el gasto público, exigido por nuestros
compromisos internacionales, el reglamento supone un esfuerzo
considerable para las arcas públicas. Sólo me queda solicitar de SS.

SS., que al analizar los Presupuestos Generales del Estado para el
año 2002, sean comprensivos con las necesidades de las Fuerzas
Armadas y refrenden con su voto las dotaciones imprescindibles para
llevar el reglamento a buen puerto.




Termino así la primera de las comparecencias.




El señor PRESIDENTE: Puede seguir, sin solución de continuidad.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
Señor presidente, responderé ahora a dos comparecencias que giran en
torno a la situación y evolución de las Fuerzas Armadas
profesionales: La del Grupo Socialista, presentada el pasado 25 de
abril, versa sobre el cumplimiento del proceso de profesionalización
y modernización de las Fuerzas Armadas en el año 2000 y objetivos
para el año 2001; este informe fue presentado a la Cámara el pasado
10 de abril, en cumplimiento del dictamen de la Comisión Mixta que
estudió la plena profesionalización de las
Fuerzas Armadas. La iniciativa del Grupo de Izquierda Unida, que de
algún modo coincide con la anterior también en el tiempo, fue
presentada el pasado 27 de abril, y trata de la situación y evolución
del Ejército profesional. Para no cansar a la Comisión, no
reproduciré el informe referido, que conocen SS.SS., y describe con
precisión el estado de nuestras Fuerzas Armadas en cuanto a personal
y a infraestructuras y material a 1 de enero del año 2001.

Considero que puede ser de mayor interés para la Cámara el análisis
de la evolución en estos casi seis meses del año, así como algunas
perspectivas para el resto del año. Me centraré en los aspectos de
profesionalización, por ser de competencia de esta Subsecretaría, sin
embargo, con mucho gusto atenderé las preguntas que me puedan dirigir
en cuanto al proceso de modernización.

Como recordarán, el primer punto a que hacía referencia el informe
eran los cuatros de mando. La Ley 17/1999, de 18 de mayo, de régimen
del personal de las Fuerzas Armadas, establecía un máximo de 48.000
en su artículo 18. En su disposición transitoria segunda daba un
tiempo máximo para llegar a esta cifra, el 30 de junio del año 2014.

La reducción, sin embargo, está siendo mucho más rápida. Los 48.409
cuadros de mando a 1 de enero de este año se habían reducido a 48.046
a primeros de este mes. La cifra, sin embargo, puede subir
ligeramente durante los próximos meses.

En cuanto a la tropa y marinería profesional parece necesaria una
reflexión. Los elementos cuantitativos son importantes, pero lo es
más la visión global del proceso. En estos momentos, con más de
78.200 efectivos, podemos afirmar que la columna vertebral de
nuestras Fuerzas Armadas está íntegramente profesionalizada. A menos
de cuatro años del inicio de la plena profesionalización se puede
asegurar que la mayor parte del objetivo ha sido alcanzado. Nuestro
país puede mirar con confianza el licenciamiento de los últimos
soldados y marineros de reemplazo. Cuando el próximo mes de diciembre
retorne a la vida civil el último de los aproximadamente 10.600
soldados y marineros de reemplazo actuales, la defensa de España
seguirá garantizada.

Una segunda reflexión se impone. El esfuerzo cuantitativo está siendo
considerable. En el año 2000 se incorporaron a las Fuerzas Armadas
22.812 jóvenes, se superó así el máximo de incorporaciones producido
el año 1999. Este esfuerzo parece difícil de ser rebasado año tras
año. Una vez logrado un umbral importante en el cumplimiento del
objetivo, el impulso por captar nuevos soldados y marineros se ha de
cohonestar con la necesaria permanencia de cuantos integran ya
nuestras Fuerzas Armadas. Ello, además, sin mengua de las exigencias
de calidad en la selección. Las circunstancias permiten un
crecimiento sostenido pero más firme que beneficie a la consolidación
definitiva del modelo. Por lo demás, como es sabido, la Ley 17/1999
no unía el



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fin del servicio militar a la plena profesionalización. Para la
consecución de la cifra máxima, según la disposición transitoria
segunda, se debía atender a los créditos presupuestarios en un
horizonte que acababa con el año 2002.

En cuanto al fin del servicio militar, en la disposición transitoria
decimoctava de la ley citada se autorizaba al Gobierno para que, en
función del proceso de profesionalización de los ejércitos, pudiese
acortar el período transitorio informando al Congreso de los
Diputados. El presidente del Gobierno en su discurso ante el Pleno
del Congreso de los Diputados en la sesión de investidura, el 25 de
abril de 2000, dijo que el objetivo del programa del Gobierno era
adelantar el fin del servicio militar obligatorio al próximo año.

Por su parte, el ministro de Defensa en su comparecencia ante esta
Comisión, el 19 de octubre de 2000, para informar sobre el proceso de
profesionalización y modernización de las Fuerzas Armadas, concretó
ese compromiso político al decir que el servicio militar obligatorio
finalizará el 31 de diciembre de 2001. Esto es precisamente lo que el
Gobierno llevó a cabo mediante la aprobación del Real Decreto 247/
2001, de 9 de marzo, con comunicación al Parlamento, por el que se
adelantaba la fecha de suspensión del servicio militar obligatorio al
31 de diciembre de este año. Esta decisión tiene la mayor
importancia, puesto que supone la implantación total del modelo
plenamente profesional a un ritmo tal que en dos años y medio se va a
pasar de un ejército en que el número de soldados y marineros de
reemplazo superaba al de los profesionales a otro modelo en el que el
soldado de reemplazo será una figura histórica.

Las vicisitudes de los últimos soldados y marineros de reemplazo
partieron de la última asignación de destinos o sorteos que se
celebró el día 8 de noviembre de 2000. Los jóvenes de este reemplazo
se distribuyeron en tres incorporaciones en los meses de enero,
febrero y marzo de 2001. Históricamente, como es sabido, se venían
realizando seis incorporaciones para la Armada y cuatro para los
ejércitos de Tierra y Aire. Por este procedimiento se permitió a los
jóvenes alistados la posibilidad de elección entre los tres meses
citados, a la vez que todos ellos cumplen los nueve establecidos para
el servicio militar obligatorio. De acuerdo con el reglamento de
reclutamiento, se efectuó una oferta de 19.997 plazas, distribuidas
entre los tres ejércitos, y se remitió a todos los jóvenes del
reemplazo la documentación correspondiente para los que desearan
acogerse a esta oferta reglamentaria. El resultado de estas
incorporaciones alcanzó la cifra de 11.229 soldados y marineros. El
Ministerio de Defensa hizo una amplia oferta entre los soldados y
marineros de reemplazo para que pudieran acceder a las Fuerzas
Armadas profesionales con un compromiso de un año de duración; 2.624
solicitaron ingresar como profesionales en las dos primera
convocatorias del año.

En cuanto a la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas, la nueva
Ley de régimen de personal de las Fuerzas Armadas no establece
limitaciones a la provisión de destinos, algunos estarán sujetos a
ciertas condiciones de edad o sicofísicas, pero nunca en razón del
sexo. La totalidad de las plazas, por tanto, están abiertas a la
mujer sin ninguna exclusión. La tendencia creciente de incorporación
de la mujer ha seguido aumentando en el año 2001, pasando de los
7.985 efectivos que se recogían en el informe, a 8.950, siempre en
tropa y marinería profesional. Es de esperar que esta tendencia
continúe, pues el porcentaje de mujeres presentadas a las últimas
convocatorias de plazas alcanza ya el 25 por ciento, lo que hace
suponer que su participación en el total de efectivos seguirá
creciendo en los próximos años.

Por lo que respecta a los cursos de formación, en el informe anual se
enumeraba la amplia oferta del Ministerio de Defensa tanto en
promoción profesional cuanto en enseñanza civil. Se indicaba que unos
16.800 alumnos recibían algún curso de estas características. En el
presente año 2001 la cifra aumentará ligeramente hasta el entorno de
18.000 personas. He mencionado la renovación de compromisos en las
Fuerzas Armadas de los soldados y marineros profesionales, en el
informe anual se indicaba que del 84 por ciento de renovaciones de
compromiso en el año 1999 se había pasado al 78 por ciento en el año
2000. Esta cifra ha continuado descendiendo en el año 2001 hasta
alrededor de un 72 por ciento. Confiamos en que el índice de
renovaciones de compromiso mejore en los próximos meses. El
reglamento de retribuciones que acabo de exponer sin duda será una
ayuda considerable.

Por último, querría referirme a la tropa y marinería profesional con
una relación de servicios permanente. Como SS.SS. conocen, esta
fórmula tiene una gran aceptación y resulta de gran interés para las
Fuerzas Armadas. No obstante, siempre será un porcentaje minoritario
el que acceda a esta condición. Las exigencias físicas de un gran
número de puestos así lo imponen. En el año 2000 se publicaron 950
plazas para profesionales permanentes y el año 2001 se ampliará hasta
unas 1.400.

Señor presidente, el proceso de profesionalización constituye un reto
apasionante en este principio de siglo. Las Fuerzas Armadas de hoy
están experimentando una transformación sin precedentes. La
incorporación de la mujer, el fin del servicio militar obligatorio,
la plena profesionalización de nuestros ejércitos, la modernización
del material, la proyección internacional de nuestras Fuerzas
Armadas, la nueva estructura organizativa y de gestión suponen
cambios más profundos tal vez que los producidos en largos períodos
históricos. Estoy seguro de que con el impulso de SS.SS. sabremos
entre todos culminar con éxito cuanto hemos emprendido.




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El señor PRESIDENTE: A continuación, los grupos peticionarios de
estas dos comparecencias agrupadas en torno a la profesionalización y
modernización de las Fuerzas Armadas, cuyo informe fue remitido a
todos los diputados el 17 de abril por esta Presidencia, van a hacer
uso de la palabra, invirtiendo el orden porque el señor Alcaraz tiene
otras actividades parlamentarias. En cualquier caso, su intervención
se puede referir, y deseo que se refiera, a los dos asuntos que
constituyen la comparecencia.

El señor Alcaraz, de Izquierda Unida, tiene la palabra.




El señor ALCARAZ MASATS: Quiero dar las gracias al señor Moragues por
su amabilidad no siempre bien ponderada.

Bienvenido, señor subsecretario de Defensa, a esta casa que usted tan
bien conoce.

Voy a ser extremadamente breve. En principio, quiero decirle que
desde luego hacen milagros sin afectar al déficit cero, me refiero al
tema de las retribuciones reglamentarias, y nos pide usted un
esfuerzo de cara a los próximos Presupuestos Generales del Estado
para el año 2002; esfuerzo que sería comprensible si lo aisláramos
del resto de los esfuerzos que tenemos que hacer. Por ejemplo, vengo
refiriéndome a algo que también afecta a defensa en alguna medida, al
sueldo -porque ni son funcionarios ni militares- que percibe la
Guardia Civil en estos momentos. Vengo reclamando constantemente un
esfuerzo del señor Rato, esfuerzo que no consigo determinar. Ustedes
nos piden un esfuerzo en este camino, lo que ocurre es que el cómputo
global del esfuerzo que se nos exige en defensa, es excesivamente
grande. De cara al año 2003, el esfuerzo puede suponer que superemos
el 2 por ciento del producto interno bruto, con lo cual las cosas se
ponen más difíciles, aunque es cierto que en el caso de las
retribuciones del personal nosotros somos muchísimo más sensibles
respecto al tema de la modernización de las Fuerzas Armadas.

Concretamente, hoy viene una información de las cuatro famosas
fragatas lanzamisiles F-100, que nos van a costar 280.000 millones de
pesetas, y aparecen insertas en el paraguas antimisiles del señor
Bush, en situación de operaciones de teatro de corto y medio alcance.

Me gustaría que esto se aclarara suficientemente, porque parece que
ayer mismo tuvieron una conversación con delegados del Pentágono,
delegados de los Estados Unidos en todo caso, y estamos
constantemente en este tema entre el arrebato y la contención. No
sabemos si esto es verdad, hasta dónde es verdad y si realmente se
van a utilizar en estas operaciones. Le planteo estas cuestiones, ya
que usted amablemente ha dicho que puede contestar a algunas
preguntas, que leeré de manera rigurosa en el 'Diario de Sesiones'.

Con respecto al modelo de ejército y lo que afecta fundamentalmente a
las clases de tropa y marinería
profesional, nosotros, como usted sabe, partimos de la base de que el
modelo de ejército que ustedes han diseñado con respecto a todas las
vertientes no es adecuado a la realidad española, a lo que necesita
este país. Ustedes elaboran el libro blanco que es un trasunto exacto
de lo que supone la nueva OTAN y los nuevos diseños y perspectivas
que marca la OTAN reformada en Washington no hace mucho, y a partir
de ahí empiezan a plantear las necesidades de defensa, que vienen
transmitidas desde otras necesidades. Lo hemos dicho siempre con
respecto a los gastos en general, a los gastos de material, a la
modernización y a la propia dimensión del ejército profesional.

Nosotros venimos manteniendo -y parece que hasta cierto punto la
realidad nos da la razón- que el modelo de ejército que ustedes han
diseñado está sobredimensionado no sólo con respecto a las
necesidades de este país, sino con respecto a los condicionamientos
subjetivos y objetivos de este país para formar parte de ese
ejército: de un lado, 48.000 mandos militares y, de otro lado, unos
120.000 soldados y marineros. Nos parece un ejército
sobredimensionado. Además, la relación que existe es de dos soldados
y medio por mando militar.

Pero en estos momentos no voy a hablar de crisis del modelo, sino de
los problemas serios que hay en el modelo, muchos de ellos todavía
simbólicos, por ejemplo, que ustedes contraten varios centenares de
hijos de emigrantes y cuando vienen aquí algunos de ellos no
encuentran el sitio que buscaban dentro del ejército profesional. Y
no sólo los hijos de los emigrantes, sino que mucha gente, nacionales
que viven aquí, tampoco encuentran el sitio que habían percibido a
través de la propaganda o que responda a sus expectativas. Yo quiero
aludir brevísimamente a una serie de motivos que creo que están en la
base de este desencuentro que a nosotros nos lleva a plantear, como
lo planteamos ayer en las resoluciones consecuencia del debate del
estado de la Nación, la necesidad de reducir el tamaño de ese modelo
que ustedes han diseñado. Creo que -y lo veremos aquí en esta misma
Comisión o en el Pleno-, a corto o medio plazo, se va a producir el
redimensionamiento del modelo de ejército profesional, de las Fuerzas
Armadas profesionales.

Cuando un joven o una joven llega y traspasa el umbral para
incorporarse al nuevo ejército lo hace con más necesidad de futuro
que con vocación. Cuando iniciamos el debate en este y en otros
ámbitos se nos dice que la vocación es absolutamente necesaria, como
si la vocación fuese el instrumento fundamental para tapar una serie
de insuficiencias que se están produciendo. En la actualidad, dada la
situación española y europea, la vocación no existe como en otros
momentos, como una especie de llamada interior que siente uno. No, la
situación está más atemperada. Es mucho más laica y, naturalmente,
tiene que estar dinamizada por cuestiones materiales muy concretas.

Cuando el joven o la joven traspasa el umbral se encuentra con que no
le



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ofrecen un contrato, por ejemplo, le ofrecen un compromiso; un
compromiso para formar parte de la tropa y marinería profesional que
no tiene nada que ver con los contratos de la vida civil y con las
condiciones concretas que recogen los contratos de la vida civil, que
son contratos entre el patrón y el trabajador por el que el
trabajador aporta su trabajo y el patrón aporta el salario y las
condiciones de preparación. Pero en este caso no estamos en esta
situación. El joven o a la joven no están protegidos por el Estatuto
de los Trabajadores ni por el convenio colectivo de su empresa. Y no
sólo no están protegidos por esto, sino que la inmensa mayoría firma
a ciegas, porque si no tendrían que leerse más de 200 páginas que
abarcan cinco legislaciones para enterarse de algo en prosa jurídico
política y técnica de primera magnitud que la inmensa mayoría no
entendería. Por tanto, en general, se suele firmar a ciegas. Tan a
ciegas que el texto del compromiso no recoge, por ejemplo, la jornada
laboral que ha de cumplir el soldado; no recoge ninguna
especificación que puede recoger cualquier convenio colectivo; no
recoge ni se detalla para nada el derecho al periodo vacacional; no
se menciona qué tipo de actividad va a desarrollar el soldado y no se
aclara la situación laboral en la que el soldado se encontrará tras
la finalización del contrato. Muchos de ellos, al final, buscan cómo
salir de ahí, cómo salir de esa situación cuando llegan al cuartel o
a la instalación correspondiente y no encuentran lo que buscaban.

En un momento determinado, una serie de soldados deciden romper ese
compromiso y aparece el segundo problema: cómo se rompe, en qué
circunstancias concretas y cuáles son las consecuencias. En esa
situación concreta se les dice que sólo pueden acogerse al supuesto
legal de circunstancias extraordinarias, sin mayor especificación,
sin mayor concreción. Aparece el segundo y grave problema de esta
situación. Como usted sabe, no se han creado los denominados consejos
asesores de personal (no se han reglamentado, no están formados) y en
todo caso al soldado o la soldado le corresponde como única salida
dirigirse a la Oficina del Defensor del Soldado, que funciona como
puede, en función del volumen y de los recursos que tiene.

Estos son los dos problemas con que se encuentran el joven o la joven
en un momento determinado. No saben cómo llevar a cabo la ruptura de
ese compromiso. Este pequeño trauma aparece cuando una de las
expectativas fundamentales que tenían, que son los cursos de
formación que se anuncian en la publicidad, no la encuentran, no
aparece como una opción real, no pueden acceder a esos cursos o bien
porque no funcionan a fondo o porque no existen. A partir de ahí,
aparecen duplicadas y triplicadas las guardias previstas y los
servicios a cumplir, e incluso sobrepasan los límites que señalan las
propias Reales Ordenanzas y nos encontramos ante otro de los
problemas serios que tiene el joven o la joven.

No le quiero angustiar más, aunque supongo que usted está sereno y
tranquilo, usted es optimista, y si no, ahora vendrá el señor Atencia
en su apoyo, no se preocupe, pero existe un tercer problema. El
problema final del joven o la joven es que se puede encontrar ante la
obligación de resarcir al Estado, ya que el principio de formación
tiene esta contraprestación. Lo que aprende el aspirante a soldado
vale un dinero que hay que devolver en caso de que se rompa el
compromiso al incumplir el plazo previsto. El problema es que tampoco
existe una legislación que regule en qué consisten los
resarcimientos. Como tampoco existen (ya hemos debatido aquí este
tema y, por tanto, no me voy a alargar en absoluto) las prestaciones
sanitarias al soldado profesional de tropa o marinería. Ya lo hemos
visto incluso en el caso concreto, un tanto dramático, del síndrome
de los Balcanes. El Grupo Socialista y el Grupo de Izquierda Unida
hemos presentado proposiciones no de ley de cara a intentar
solucionar esta situación que aún no se ha resuelto. Se aprobó, al
final, una proposición no de ley del Grupo Parlamentario Popular y,
señor subsecretario, si te he visto no me acuerdo, porque sigue en el
tintero, en la misma situación que estaba cuando el Grupo Socialista
y el Grupo de Izquierda Unida defendimos las correspondientes
proposiciones no de ley.

Termino en este punto por donde empecé a la hora de hablar del
ejército profesional y de su dimensión. A nuestro juicio, hay que
acomodar esa dimensión a la realidad de este país, la realidad
subjetiva y la realidad objetiva, así como a las necesidades de
defensa reales de este país. Perdone esta reflexión un poco breve,
pero su respuesta para nosotros es muy importante.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moragues, en nombre
del Grupo Socialista, también peticionario de la solicitud de
comparecencia del señor subsecretario.




El señor MORAGUES GOMILA: Permítanme que mis primeras palabras sean
para sumarnos a la condena del atentado que ha sufrido Madrid esta
mañana, como muy bien ha señalado tanto el presidente como el
subsecretario. Quiero expresar nuestra solidaridad con las víctimas,
pedir por su pronto restablecimiento y expresar nuestro apoyo moral a
las Fuerzas Armadas y muy especialmente al que parece que era el
objetivo primordial o prioritario de este atentado, el general Justo
Oreja Pedraza, que al parecer ha sufrido heridas de carácter menos
grave, y a quien expresamos nuestros deseos de rápido
restablecimiento.

Dicho esto, señor presidente, en relación con la cuestión de las
retribuciones, querría expresar algunos interrogantes, también
algunas discrepancias con el modelo para acabar con alguna
preocupación. He de decir desde el primer momento que el Grupo
Socialista cree muy positivo el reglamento de retribuciones aprobado.




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Nuestro acuerdo general es importante. Pensamos que era un
instrumento muy interesante previsto por la ley y, a nuestro
entender, imprescindible para que la profesionalización tuviera más
posibilidades de éxito. Sin embargo, como he dicho anteriormente,
quiero plantear algunos interrogantes y algunas discrepancias, pocas,
pero creo que importantes.

En primer lugar, querría decir que nos hubiera gustado más que este
reglamento de retribuciones hubiese podido ser discutido, al menos
así lo había pedido nuestro grupo antes de la aprobación del real
decreto. En la comparecencia del subsecretario con motivo de los
presupuestos de este año creo que fue la primera vez que este
portavoz que les habla requirió la posibilidad de contactos entre la
Subsecretaría y la Cámara para intentar aproximar posturas o, al
menos, poder expresar nuestros puntos de vista sobre una cuestión
que, como he dicho anteriormente, nos parecía capital.

Desgraciadamente, ha sido imposible y no entendemos muy bien por qué,
puesto que el reglamento, que estaba ya formalmente elaborado en
septiembre del año 2000, fue publicado por algunos medios de
comunicación y los grupos de esta Cámara no hemos tenido ocasión de
tener más información hasta que ha aparecido publicado en el Boletín
Oficial del Estado. No nos parece, señor subsecretario, que esto sea
dar respuesta a las preocupaciones que al menos este grupo tiene y,
por tanto, se lo quiero expresar al principio de mi intervención.

Decía que, en general, tenemos una visión coincidente con el modelo
del reglamento de retribuciones que ha presentado la Subsecretaría.

Sin embargo, hay un interrogante especial que le voy a plantear para
ver si nos lo puede aclarar ¿Por qué razón el reglamento que era
imprescindible, que fue anunciado, como bien ha recordado, en junio
del año 2000 en la primera comparecencia del ministro, sobre el que
todos los grupos de la Cámara coincidimos en que es un elemento
fundamental para la llegada a buen fin del proceso de
profesionalización, ha tardado tanto tiempo en poderse presentar y
aprobar? Han transcurrido catorce meses desde la entrada de este
Gobierno hasta la aprobación del mismo y nos parece excesivo tiempo
cuando todos coincidíamos en que era una pieza primordial para lograr
los objetivos de la profesionalización ¿Cuál ha sido el problema,
señor subsecretario? No me refiero al técnico. Ya he dicho que los
medios de comunicación publicaron la propuesta y hemos visto que no
se equivocaron nada cuando hemos contrastado lo publicado con lo
aprobado en el real decreto, el viernes de la semana pasada. No fue
una elucubración de los medios de comunicación. Supongo que fue una
filtración de la Subsecretaría, del Ministerio, porque la publicación
es fetén, como dirían los castizos. (El señor Atencia Robledo: Del
PSOE.) Si se compara, la única diferencia que ha habido es la del
aumento porcentual de los presupuestos. Por tanto, la tardanza no es
un problema técnico y supongo que los problemas habrán sido más
bien de carácter económico. Quisiera, señor subsecretario, que nos
hablara de por qué ha habido tanta demora en la aprobación del
reglamento.

Nuestro grupo entiende que los ejes fundamentales del reglamento son
correctos. Por tanto, la política de equiparación salarial con la
Administración civil del Estado, que ha sido el documento que ha
inspirado esta equiparación salarial, nos parece absolutamente
correcta y compartimos estos criterios. La estructura salarial que ha
consagrado el real decreto es un ejercicio de racionalidad y es muy
acertada también, como ha tenido ocasión de explicar el señor
subsecretario. La introducción de este complemento específico
singular que va a primar algunos desempeños de destinos de especial
peligrosidad, dedicación, fatiga o como quieran llamarlas, nos parece
acertada, porque todo el mundo se ha dado cuenta de los problemas que
ha habido para poder cubrir algunos destinos que sólo era posible
hacer a partir del reconocimiento de que no todos los destinos -me
estoy refiriendo fundamentalmente a destinos de tropa y marinería
profesional- se podían pagar o retribuir de la misma forma porque sus
dedicaciones son de distinta escala.

Una lectura detenida del real decreto nos ha hecho observar con
cierta sorpresa que los aspectos novedosos de la nueva estructura
retributiva no se definen en el real decreto, sino que se contempla
una demora hasta que el ministro establezca los criterios de
asignación. Así, sobre el complemento específico singular, del que he
dicho que es muy aceptable, a nuestro entender, faltan los criterios
de asignación; en el complemento de dedicación especial, que no nos
parece muy allá, y al que me voy a referir un poco más tarde, también
faltan los criterios de asignación que debe establecer el Ministerio;
el nuevo incentivo por años de servicio, es decir, por la
permanencia, del que ha hablado tanto el subsecretario, también se
encuentra pendiente de determinar las condiciones. Podían haber hecho
un esfuerzo un poco mayor. Hemos estado catorce meses y no hubiera
pasado nada si hubiéramos estado catorce meses y dos días, para que
estos tres conceptos, que nos parecen los más novedosos en la
estructura salarial, también se hubieran establecido por este real
decreto. Aquí se nos plantea una cuestión, si faltan los criterios de
asignación ¿de qué manera se van a aplicar? Porque si el real decreto
dice que algunos conceptos se van a aplicar a partir de muy pocas
semanas, algunos a partir del primero de abril, las retribuciones
básicas, porque las complementarias van en septiembre y, las otras,
al final, en enero del 2001, tampoco es que se hayan dado mucho plazo
para definir los criterios. Hubiese sido más conveniente que la nueva
incorporación de criterios se hubiera hecho de una atacada, a través
de la aprobación del real decreto.

Voy a comentar muy rápidamente las dos o tres cosas en las cuales no
estamos de acuerdo. No son novedosas, porque ya hemos tenido ocasión
de expresarlas en



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algunas de las sesiones. El Grupo Socialista no está de acuerdo en
que no se haya subido el sueldo de los soldados profesionales de
tropa y marinería de primero y segundo año. El gran problema que
tiene en estos momentos alcanzar las cifras de profesionalización de
los ejércitos, no el único, pero para mí uno de los principales, es
la baja remuneración de los soldados. No entendemos que en un nuevo
escenario como el que ha planteado el nuevo reglamento no se haya
podido tocar la subida de sueldos de los soldados y de los marineros
de primero y segundo año. Es un error, porque han primado la
permanencia por encima de la necesidad de subir el sueldo. Me parece
bien que en algunos destinos la permanencia sea un valor a proteger
y, por tanto, también a remunerar, pero no nos parece que éste sea el
principal problema que tienen las Fuerzas Armadas. El principal
problema que tienen las Fuerzas Armadas es la falta de demanda por
parte de los jóvenes para alistarse. Que tienen muchas cuestiones a
resolver, sí señor subsecretario, queda mucho por resolver, pero una
cuestión fundamental es, no digo yo homologar los sueldos con la vida
civil, pero sí hacer más atractiva la vertiente monetaria del
compromiso de nuestros jóvenes con las Fuerzas Armadas. Es un error
que tendremos que rectificar próximamente. A lo mejor es un error no
deseado por ustedes, sino impuesto por Hacienda, lo que es posible
con la política de contención del gasto establecida, pero es un error
que va a pagar la defensa de este país en los próximos años.

Asimismo, estamos en desacuerdo con que toda la política de aumento
de retribución haya sido centrada en las primas de permanencia. El
modelo profesional de los ejércitos tiene que facilitar mucho la
entrada de jóvenes y, por tanto, es necesario pagar, pero también
tiene que facilitar la salida de los mismos, para no crear problemas,
como usted ha apuntado muy bien, porque las permanencias muy largas
en el ejército al final crean un problema, que muchos se quieren
quedar, cuando éste no es el modelo. El modelo tiene que rotar mucho,
tienen que entrar muchos y se tienen que ir cuando toque, al final de
su contrato, salvaguardando en algunos destinos especiales la
permanencia de manera distinta porque, como bien ha dicho, algunos
destinos requieren una preparación, una formación previa que no se
puede tirar por la borda a la primera de cambio. Por tanto, nos
parece bien que en algunos casos este objetivo de permanencia sea
perseguido, pero no creemos que la política retributiva deba basarse
en esta cuestión, sino en la anterior.

Para acabar con este asunto, quiero plantearle una preocupación que
tiene el Grupo Socialista, que se refiere al impacto que va a tener
en los presupuestos el aumento de los gastos de personal. Como nos
referimos permanentemente a las conclusiones de la Comisión Mixta
Congreso-Senado sobre profesionalización, hay que decir que una de
dichas conclusiones fue que los gastos en defensa tenían que tender
al 50/50, a corto
plazo, y al 40/60 a medio plazo, es decir, 40 por ciento personal y
60 material. La verdad es que en el año 2001 estamos casi en el 59
por ciento en personal y en el 41 por ciento en modernización de
material, y después de este aumento, de 25.000 millones, como usted
ha apuntado, nos colocamos ya en el 60 por ciento en gastos de
personal, por lo que nos separamos cada vez más de las conclusiones
de la Comisión Mixta Congreso-Senado. ¿De qué manera la
Subsecretaría, el Ministerio, piensa atemperar esos porcentajes? Ya
sé que es una cuestión de porcentajes muy fácil de atemperar si
aumentan los gastos del otro porcentaje, pero quiero oír decir al
subsecretario si, efectivamente, las previsiones presupuestarias que
hay para el próximo año conllevan que se van a aumentar los gastos de
defensa en cuestión de material o de modernización.

Para terminar, señor subsecretario, quiero decirle que tampoco el
complemento de dedicación especial o de productividad es un concepto
retributivo que nos guste demasiado. Yo acepto que en esta estructura
salarial el complemento de productividad es algo que instauró el
Gobierno socialista, pero creo que el análisis de los años en que
esto ha sido utilizado no nos hace ser muy optimistas en cuanto a la
necesidad del mantenimiento de este complemento, porque, como todo el
mundo sabe muy bien, en la Administración primar la productividad
suele terminar en un reparto equitativo de este complemento entre
todos los funcionarios. Se trata de las famosas bufandas de la
Administración civil del Estado, y creemos que en las Fuerzas Armadas
este importe podía ir a aumentar el complemento específico singular,
que nos parece una buena idea, y podrá definir, retributivamente
hablando, los destinos de especial dedicación o de especial
penosidad.

Termino, señor presidente, con el tema de las retribuciones, y hago
una breve incursión por el informe de profesionalización que, también
con brevedad, nos ha planteado el señor subsecretario. Digo que voy a
ser breve porque el señor subsecretario, muy hábilmente, nos ha
obviado el núcleo duro, por decirlo así, de la profesionalización del
año 2000, que, sin calificarla de fracaso, que creo que sería
exagerado, no ha cumplido ninguno de los objetivos que no sólo la
Comisión Mixta Congreso-Senado había señalado, sino ni siquiera los
objetivos menos optimistas que se había marcado el propio Ministerio.

Creo que esto debe plantearse de esta forma tan dura, porque la
realidad es así, a no ser que el Ministerio -y he oído ya alguna
expresión que puede ser tildada de esta manera- ya esté
replanteándose su tradicional política, en cuanto que ya no interesa
tanto la parte cuantitativa sino la visión general, ya que ha hablado
de los objetivos generales. Y desde el Grupo Socialista señalamos que
ya no nos interesa tanto hablar de números como de calidad. La
cantidad ha pasado a un segundo lugar y, por encima de ello, debe
primar la calidad, y creo que es la primera vez que oigo de una
manera tan clara, como lo ha dicho el subsecretario,



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expresar un cambio de postura en la política tradicional de estos
últimos años en el Ministerio. Me parece correcto, pero esto requiere
aceptar de antemano que los objetivos fijados por la
profesionalización del año 2000 han sido -repito, sin calificarlos de
fracaso, porque no es el caso- mal resueltos durante dicho año.

Si fuera posible, señor subsecretario, me gustaría que nos
profundizara un poco en los resultados de las convocatorias que ha
habido ya el año 2001, para ver si de alguna manera se rectifican los
déficit del año 2000, que previsiblemente van a aumentar durante el
año 2001, porque todos pensamos que las cifras previstas para el año
2001 es del todo imposible alcanzarlas a lo largo de este año, pero
tal vez algunos datos pudieran hacernos cambiar de opinión y ser un
poco más optimistas. Creo que ésta es una cuestión fundamental.

La otra cuestión fundamental, que también quiero tocar aquí, es cuál
es el resultado que hemos obtenido de todas las modificaciones de
reglamento que hemos hecho para facilitar el ingreso de más marineros
y más tropa profesional en los ejércitos, y la verdad es que tampoco
nos podemos sentir excesivamente satisfechos.




La rebaja de todos los requisitos que marcaba la normativa en un
primer momento, de titulación, de cocientes intelectuales, de rebaja
de la edad, de admisiones de concurrentes que han obtenido
puntuaciones de 0,50 en una escala de 10, etcétera, a nuestro
entender, conforma una realidad preocupante en cuanto al nivel de las
Fuerzas Armadas, que creo que debería preocuparnos a todos; no sólo
al Ministerio sino a todos los miembros de esta Comisión, a todos los
que estamos preocupados por la defensa de nuestro país, porque
podemos cambiar de modelo, podemos equivocarnos todos, pero cuando
somos conscientes de que hay un problema no podemos meter la cabeza
debajo del ala, tenemos que afrontar los problemas, y éste que le
señalo es un problema, señor subsecretario. El nivel alcanzado de la
tropa profesional, para facilitar el acceso de más personal a las
Fuerzas Armadas, contempla un panorama que no es, en absoluto,
optimista, sino muy al contrario, teniendo en cuenta además que de
este personal se tienen que nutrir las escalas básicas de los
ejércitos. Por tanto, si ya teníamos dificultades cuando el acceso
podía hacerse desde la calle, con gente mejor preparada, seguramente,
ahora partimos de una realidad que, comparada con la anterior, es
peor. No necesariamente esto quiere decir que los que accedan a las
escalas básicas sean peores que los de antes, pero sí que el punto de
partida es de peor calidad que el que teníamos hasta este momento.

La cuestión última que voy a plantear en relación al informe de
profesionalización es la que de manera tangencial ha tocado mi
compañero de Izquierda Unida, don Felipe Alcaraz, y hace referencia a
la preocupación que todos tenemos, incluido nuestro grupo, respecto a
ciertas informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre
el gran número de soldados, que tienen en estos momentos compromisos
con las Fuerzas Armadas, que han dicho que se quieren ir. Algunas
cifras señalan que son 4.000 personas las que han expresado sus
deseos de dejar el compromiso con las Fuerzas Armadas.

Por la cara que ha puesto el señor subsecretario me doy cuenta de que
no habrá visto esas informaciones, pero yo se las puedo hacer llegar.

Algunos medios de comunicación hablaban de 2.000 personas y otros de
4.000, lo que me parece una cifra preocupante, si es cierta. No sé
que ha detectado el subsecretario con los servicios de inspección que
tiene montados, a nivel de Subsecretaría, en los distintos
acuartelamientos para saber si esto es cierto o no, porque de ser
cierto es muy preocupante, y no sólo porque haya 4.000 personas que
se quieran ir, sino porque si se quieren ir y los ejércitos no los
dejan marchar, como es tradicional, no nos estamos haciendo ningún
favor, porque éstos son agentes contrarios, gratuitos además, a la
buena fama que necesitan las Fuerzas Armadas para completar sus
cifras. Si las cosas están así, uno entiende, por ejemplo, estas
campañas de incorporación de hijos de emigrantes que ha montado
últimamente el Ministerio en Argentina y Uruguay, donde incluso ha
habido algún problema de carácter internacional que ha llegado a los
medios de comunicación. Me gustaría que el subsecretario tuviera
ocasión de aclararnos si estas operaciones de captación, en Argentina
y Uruguay fundamentalmente, habían tenido el beneplácito de los
países donde se han operado estas campañas, porque, como todo el
mundo sabe, hay algún problema con la justicia, alguna demanda
interpuesta contra los mandos militares, incluso contra el
presidente. Ya sé que son exageraciones, pero querría saber si estas
operaciones de captación en el extranjero han tenido el beneplácito o
no de las autoridades de cada uno de estos países.

Para acabar, decir que no puede suceder que recién incorporados estos
hijos de la emigración a las Fuerzas Armadas ya haya bajas. Si
tenemos que hacer algunas cosas de estas, si es imprescindible hacer
estas cosas, debemos ser más primorosos en su ejecución y saber que
cuando incorporamos a gente de la emigración, lo que tiene un efecto
mediático muy importante, debemos estar muy seguros de que lo que
hacemos lo hacemos bien, no sea cosa que la propaganda que esto
conlleva sea peor que los beneficios supuestos que la operación nos
pueda reportar.




El señor PRESIDENTE: A continuación, van a expresar su postura los
demás grupos parlamentarios de menor a mayor, de tal manera que
cerrará el debate el Grupo Popular.

Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra don
Luis Mardones.




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El señor MARDONES SEVILLA: Le doy la bienvenida al señor
subsecretario de Defensa. También quiero dejar constancia en nombre
de mi grupo ante el señor subsecretario como responsable del personal
militar después del señor ministro, de la condolencia y repulsa de mi
grupo por el atentado sufrido esta mañana por un destacado miembro de
las Fuerzas Armadas; solidaridad y apoyo, siempre en fila cerrada, en
defensa de la paz, de la vida de las personas y en solidaridad
inexcusable en estos momentos con todo el estamento militar español,
lo que yo llamo la gran familia española de los militares.

Dada la bienvenida, señor subsecretario, voy a pasar a hacer un
análisis de la primera parte de su exposición, relativa a las
retribuciones en este nuevo reglamento aprobado. Mi grupo quiere ser
consecuente con el apoyo que dio a la Ley de 1999, del régimen
profesional del personal de las Fuerzas Armadas, y consecuentemente
con ello vamos a apoyar, dentro del criterio que tiene el señor
ministro de Defensa, don Federico Trillo y su departamento, todas las
instancias que lleven a una calidad total de nuestras Fuerzas
Armadas. Yo quiero recordar, porque soy veterano en esta Comisión,
que cuando se discutió el pacto que llevó al modelo mixto de 50/50
profesional y conscriptos obligatorios, en un gran debate en la
Cámara en el año 1991, los altos mandos militares que pasaron por
nuestra Comisión dijeron claramente que un ejército profesional era
caro. Cuando los grupos parlamentarios plantearon la plena
profesionalización al cien por cien, se rechazó por el Gobierno a la
sazón, porque implicaba unos costes mucho más elevados que los del
ejército mixto. Después ha cambiado este tema, pero yo sigo pensando
-y me mantengo porque no es una idea peyorativa, sino la realidad-
que un ejército profesional es caro y un ejército profesional bueno
debe ser caro, no hay otra correlación. Si una sociedad civil quiere
tener buenas empresas, buenos funcionarios, buenos equipos
deportivos, eso conlleva un coste y depende de la categoría en la que
se quiera estar. Por tanto, la estructuración del reglamento me
parece que es correcta. Mi grupo lo va a apoyar cuando debatamos en
los próximos meses, después del verano, en los Presupuestos Generales
del Estado, del correspondiente al Ministerio de Defensa para el año
2002. Señor subsecretario, ustedes van a contar con nuestra ayuda,
pero van a tener que hacer encaje de bolillos para hacer posibles
esas retribuciones con los criterios a los que se ve obligado el
Gobierno dentro del marco de la Unión Europea; criterios de
convergencia y déficit cero del presupuesto público. Se van a tener
que aceptar responsabilidades administrativas si queremos tener unas
Fuerzas Armadas suficiente y prudentemente remuneradas, con los
esquemas a los que nos obligan los compromisos internacionales, tanto
de las directivas de defensa nacional como los compromisos con
organizaciones internacionales de operaciones fuera del territorio
español.




Me da la sensación de que en su exposición late un problema de fondo,
y es la falta de dinero. Se va a suplir este año con unos 6.000
millones, cuya procedencia no estaba en los presupuestos que
debatimos el año pasado para el Ministerio de Defensa y se han
aprobado para este año. Yo no sé si esos 6.000 millones, en el
análisis que he hecho de los presupuestos vigentes de Defensa,
proceden del diferencial de las transferencias que ha hecho Hacienda
en la previsión de que el 31 de diciembre iba a haber 85.000 soldados
de tropa y marinería. Al no haber habido nada más que 75.000, ese
déficit de hombres de 10.000 puede permitir disponer de una bolsa de
6.000 millones, con otros ajustes de partidas internas en los
presupuestos que haya hecho el Ministerio de Defensa. Aquí le
quisiera pedir al señor subsecretario que se remitan a esta Comisión
los datos de los movimientos presupuestarios internos que se han
hecho, porque el presupuesto no lo aprueba un administrador de
cualquier ministerio, lo aprueba este Parlamento. Aprobamos un
presupuesto y queremos saber si ha habido transferencias del capítulo
6 al capítulo 1 o del capítulo 3 al capítulo 1 o de qué fondos
distintos de las transferencias de Hacienda se pueden haber hecho
para poder poner los datos en claro en el presupuesto estructural que
aprobamos aquí el año pasado.

El señor subsecretario se ha referido a la cuestión de la
homologación con los funcionarios civiles y ha invocado acuerdos con
los sindicatos de la Administración civil. No hay sindicatos en las
Fuerzas Armadas porque lo prohiben las leyes vigentes, desde las
reales ordenanzas hasta la Constitución, si hacemos una lectura
estricta, pero si se han tenido en cuenta los criterios sindicales,
resulta que los soldados de tropa y marinería y cabos primeros
profesionales temporales, según he entendido, cobrarán como los
funcionarios del grupo D, es decir, los niveles 2, 4, 6, 8, 10, 12 y
14, en función de la antigüedad y el grado con los funcionarios
equivalentes -esto parece un poco revuelto y vamos a ver si se puede
poner orden-, pero los funcionarios equivalentes, señor
subsecretario, tienen como mínimo el nivel 12 y como máximo el 18.

Con esos criterios, según mis cálculos, el soldado profesional de
tropa y marinería debería percibir retribuciones del nivel 12 y el
cabo primero del 18 y no del 12 y del 14, como me sale de los datos
que usted ha dado y que conocemos por determinadas informaciones que
desde que se ha aprobado el reglamento se conocen. Nosotros
quisiéramos que en los próximos presupuestos esto quedara
perfectamente delimitado, se aceptara en los presupuestos el coste
que va a tener la tropa y la marinería en los efectivos a cierre
final. A mí me parece correcto que el Ministerio mandara a Hacienda
la nota de que iba a tener 85.000, aunque no tuvo nada más que
75.000. Si eso es así, por lo menos ha servido para disponer de parte
de la bolsa de los 6.000 millones que han anunciado para este año.




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Lo que paso a decirle ahora, señor subsecretario, es que un ejército
bueno y caro, serenado y pacificado en cuanto a las reivindicaciones
de retribuciones, es un ejército que tiene dos grandes binomios, y ya
lo vimos en las fuerzas profesionales, cuando hablábamos de 48.000
miembros de oficiales a generales y almirantes. Y me voy a preocupar
de este capítulo, porque un ejército profesional no es solamente un
ejército bien pagado de tropa y marinería y cabos primeros. Un
ejército profesional tiene que comprender a los que están en la
milicia y no solamente como una actividad profesional, sino como una
actividad vocacional. En tropa y marinería es una oferta laboral,
competitiva dentro del mercado laboral, y un señor que no encuentra
trabajo en no sé que sector económico civil y tiene una oferta y
tiene unas condiciones físicas que le aceptan los médicos militares
se mete en el ejército profesional. Usted ha dado un dato importante
de cuando la decisión es económica y no vocacional. Usted ha dicho, y
esa es la realidad y la sabemos, que hay plazas y destinos que no
quiere el soldado profesional porque no están dentro de ciudades,
están en zonas de penosidad, en zonas alejadas, etcétera. Usted ha
dicho muy bien -y yo lo apoyo- que a veces son puestos estratégicos y
claves para la defensa nacional, en situaciones fronterizas y
conflictivas, puestos de máximo riesgo para las condiciones de vida,
y eso hay que primarlo, porque el oficial profesional lo suple con la
profesión pero al que viene buscando un empleo le tienen sin cuidado
los puntos vulnerables y neurálgicos de la defensa nacional. Eso hay
que garantizarlo con los incentivos personales, pero el incentivo es
equiparable al que tenemos que darle al oficial que está también en
ese destino. Por tanto, el nuevo reglamento tendrá que considerar que
si al soldado profesional de tropa y marinería y cabos primeros
temporales se les señalan complementos específicos singulares o
complementos de dedicación especial o de peligrosidad, también se
tendrán que señalar -téngalo en cuenta, se lo pido, señor
subsecretario- para la oficialidad que está en esos destinos. Porque
la peligrosidad del destino no se debe a que uno sea soldado
profesional, cabo, teniente, capitán o comandante o teniente coronel,
sino que la peligrosidad la da precisamente el lugar donde se está
ejerciendo la profesión en defensa de España, de los intereses
legítimos de la Patria o de los compromisos internacionales que tiene
nuestro país. Por lo tanto, me voy a preocupar del componente
profesional vocacional, como yo lo llamo, de la oficialidad.

Según los datos de que yo dispongo y que usted en parte ha expuesto,
señor subsecretario, de los 25.000 ó 26.000 millones previstos a
partir del año que viene, cuando tengamos consolidados los
Presupuestos Generales del Estado, si esto es aprobado finalmente por
el Congreso y previamente por el Ministerio de Hacienda, entiendo que
4.500 millones se destinan a mejorar los sueldos de oficiales, desde
el empleo de teniente a general o almirante.

Habrá que aplicarles un reglamento de acuerdo también con los
destinos -pienso o sugiero-, como se hace con tropa y marinería,
sobre todo respecto a los complementos que entrañan una especial
dificultad, penosidad o peligrosidad. Pero, por lo que veo, este año
toda la oficialidad, de teniente para arriba, se queda sin más
aumento que el que se autorizó en términos generales a todos los
funcionarios del Estado en cuanto al índice de precios al consumo, el
IPC, que es la subida que han tenido todas las personas en nómina de
centros oficiales, incluidos, por supuesto, diputados y senadores.

Hay otra cosa que también me preocupa, señor subsecretario, y es que
deduzco que el nuevo reglamento para la oficialidad, jefes,
oficiales, generales, mantiene el sueldo base. El sueldo base de
todos los empleos de oficial está actualmente en 2.256.604 pesetas
brutas, y si hay un aumento de retribuciones, esto es algo que hay
que considerar con gran delicadeza porque estamos hablando de 85.000,
75.000 ó 102.000 puestos de tropa, marinería y cabos a los que hay
que formar porque llegan con un desconocimiento total de la técnica y
de la formación militar, y es la oficialidad de las unidades la que
tiene que enseñarles a ser buenos soldados profesionales, como exige
nuestra Constitución y como exige el criterio de la política del
Gobierno, de este Parlamento y de los compromisos internacionales.

Porque no se puede destinar a la defensa nacional ni a los
compromisos internacionales a una tropa y marinería carente de un
mínimo de calidad de formación profesional, y esa se la dan sus jefes
y oficiales, por lo que ese segmento tiene que ser también
considerado en las retribuciones. Y ¿qué ocurre? Que si a estos
profesionales se les fija y se les mantiene el sueldo base en
2.256.604 pesetas, esto es determinante -y creo que puede ser una
preocupación igual que la que sentimos los que, aunque estemos en
excedencia, somos funcionarios de cuerpos civiles del Estado- del
importe de la pensión al pasar al retiro. Por tanto, le hago la
advertencia al señor subsecretario de que tendrá el apoyo de mi grupo
parlamentario para que esta condición se reconozca y se mejore,
porque si se mantiene fija para oficiales y, de ahí para arriba,
desde tenientes a generales y almirantes, resulta que les tiene que
preocupar como padres de familia y como ente de una unidad económica
que se les van acabando los años de servicio activo y que van a pasar
a la situación de reserva y después de retiro y que la pensión que
van a recibir estos militares profesionales de teniente para arriba
hasta almirante y general es la que define el concepto sobre el que
se calcula el importe de la pensión al pasar al retiro. Y esto
tenemos que dejárselo resuelto, porque no se trata de tener solamente
buenos soldados y cabos, que lo deseo, sino también de tener una
oficialidad satisfecha profesionalmente en el servicio que hace.

Yo le pediría al señor subsecretario que respecto a lo que se ha
dicho sobre criterios de regulación y de asignaciónde los distintos
complementos, se tenga en



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cuenta no solamente a tropa y marinería, sino también a la
oficialidad. ¿Por qué digo esto? Porque nuestra oficialidad está
prestando en estos momentos un inestimable servicio de calidad
profesional en los organismos internacionales militares y se comparan
en la homologación de sueldos con los compañeros de otras naciones
que están también prestando servicio en los cuarteles generales de la
OTAN, del Eurocuerpo, etcétera. Es decir, yo quiero, como diputado
español, que nuestros oficiales y militares de carrera españoles no
tengan ningún agravio comparativo cuando presten servicios en destino
de la OTAN y de organismos internacionales militares de defensa en
cuarteles generales de España o fuera de España ni vean un desnivel
en sueldos y retribuciones. Porque de estos temas habla cada persona
que ejerce una profesión, y por eso le pediría, señor subsecretario,
que esto se tenga en cuenta por un principio de dignidad nacional de
nuestros oficiales, jefes, generales y almirantes que están en estos
destinos prestando una colaboración que todos sabemos que es elogiada
y que nos da un prestigio nacional e internacional. Pues que ese
prestigio tenga una traducción económica, porque no se vive solamente
de medallas, que a veces ni siquiera están pensionadas.

Le manifiesto nuevamente -y termino con esto, señor presidente-
nuestro apoyo en esta situación de dificultad económica, reconociendo
que un Ejército profesional cuesta dinero y que el compromiso
político, el gubernamental y el profesional nos lleva a anunciarle
que cuando el Ministerio de Defensa traiga su proyecto de
presupuestos a las comisiones tanto de Defensa como de Presupuestos,
mi grupo estará en la línea de defensa de este compromiso que hemos
adquirido. Nosotros no damos nuestro voto para una profesionalización
sin repercusiones económicas por la responsabilidad que esto
conlleva, porque la dignidad y la eficacia de nuestro Ejército no
está solamente en tener unos sistemas de armas que pueden parecer
caros -no hemos discutido lo que cuesta el componente de tanques
Leopard, de la fragata F-100, del Eurofighter 2000 ni de
helicópteros, etcétera, porque deseamos para nuestras Fuerzas Armadas
la mejor dotación de armas-, sino también en que el sobre mensual
esté al mismo nivel. En esta línea tiene el señor subsecretario el
compromiso de apoyo presupuestario para este problema de fondo, pues
hay carencia de dinero para satisfacer los compromisos. Tiene nuestro
voto por anticipado en una línea en la que también pedimos que haya
información para que sepamos de dónde salen los fondos, cómo se
obtienen y cómo se distribuyen con un criterio de justicia
retributiva.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Maldonado.

El señor MALDONADO GILI: En nombre del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), yo quiero, señor subsecretario, darle la
bienvenida y agradecer su comparecencia. También me uno al resto de
los grupos parlamentarios que han expresado su rechazo al atentado de
hoy. En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió),
queremos dejar patente nuestro rechazo al atentado que ha tenido
lugar hoy en Madrid, nuestro deseo de que el general Justo Oreja y
los demás heridos se recuperen rápidamente y nuestra solidaridad a
sus familias, y manifestamos que deseamos el final del terrorismo,
esta lacra social que está impregnando nuestra sociedad, y el paso
a la paz y al diálogo, tan necesario en nuestra sociedad.

Señor subsecretario, mi grupo, el Grupo Parlamentario Catalán, de
salida quiere dejar claro que valora positivamente el esfuerzo que el
Ministerio está haciendo para adecuar las retribuciones del personal
militar. Su intervención para informar sobre la política retributiva
del personal militar de las Fuerzas Armadas ha sido extensa, lo cual
le agradezco, pero para mí ha sido insuficiente. Aquí tenemos un
mosaico o rompecabezas en el que ustedes han puesto la mayoría de las
piezas, visualizándose ya la foto, pero todavía faltan algunas. Por
tanto, lo que voy a hacer va a ser circunscribirme al punto primero
del orden del día, relativo a la política retributiva del personal
militar de las Fuerzas Armadas.

Lo ha dicho ya el portavoz de Izquierda Unida, el señor Llamazares.

Hay que ver a los miembros de las Fuerzas Armadas cada vez más como
personal laboral, como trabajadores, mucho más en los tiempos que
corren, básicamente un momento en el que la modernidad pide una
adecuación de todas las estructuras e instituciones. Y nosotros
creemos que el ejército también tiene que adecuarse a la situación
actual, ya no sólo por la modernidad, sino porque estamos avanzando
hacia un ejército totalmente profesionalizado y ello requiere un
marco legal en el cual se encuadre también el aspecto retributivo, ya
que hasta ahora dicho aspecto afectaba a una parte de los miembros y
a partir de ahora afectará a todos los que formen parte de este
ejército. Si hace años era necesario adecuar este marco, actualmente,
con la total profesionalización, es del todo necesario.

Como decía antes, nos encontramos ante un mosaico al que le faltan
algunas piezas. Usted ha dicho que esta nueva política retributiva va
a afectar a poco más de un 50 por ciento del personal. Si no me
equivoco, de un total de 152.000 personas afectará a alrededor de
80.000. Ha manifestado también que sólo lo van a notar los colectivos
que cobren menos; por tanto, los sueldos más bajos. Esto en sí es
justo desde el punto de vista de la coherencia social, pero, si los
que cobran más, las capas superiores -el señor Mardones ha hecho una
amplia exposición relacionada con estos colectivos que quizás no van
a notar nada o apenas nada esta nueva política retributiva-, tuvieran
unos sueldos adecuados a la sociedad actual, no dejaría de ser un
tanto injusto.




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Nosotros creemos que la decisión de que se vaya de abajo hacia arriba
-lo ha dicho el portavoz socialista- es básicamente por falta de
dinero, por un problema presupuestario y, por tanto, si se ha de
empezar por algún sitio, quizás sea más lógico adecuar a aquellos que
cobran mucho menos para después ir paulatinamente hacia los que
cobran un poco menos. Entiendo que para el Ministerio sea difícil
esta nueva política salarial, ya que, cuando todos los grupos
políticos presentes en el Congreso recabamos del Gobierno políticas
sociales que luchen contra la pobreza y la marginalidad, a la hora de
distribuir un presupuesto es difícil que el Ministerio de Defensa
pueda llevarse mucha tajada. Me imagino el toma y daca del ministro
en el Consejo de Ministros para intentar llevarse el gato al agua,
desde el punto de vista de la aportación dineraria, para que esta
política retributiva pueda ser más equitativa de lo que es. Está bien
que se empiece por los colectivos que cobran menos; lo que pasa es
que nosotros, mirándolo quizás como trabajadores desde el punto de
vista empresarial, al compararlos con funcionarios civiles vemos que
el marco total del ejército tampoco está muy equilibrado desde la
parte media hacia arriba. Asimismo, encontramos poco justo -esto lo
ha manifestado algún portavoz anteriormente- que a los soldados y
marineros de primer y segundo año no se les suba el sueldo en base a
un criterio de permanencia. Si no se establecen unas bases para que
la gente se sienta inicialmente bien retribuida, no vamos a conseguir
que nadie se adscriba y que luego permanezca durante más tiempo.

Usted ha dicho una cosa que desde el punto de vista empresarial es
cierta, pero que desde el punto de vista del ejército, de las Fuerzas
Armadas, es más difícil que se pueda valorar positivamente. Ha
manifestado que algunos de los colectivos no cobrarán más: soldados y
cabos permanentes, y que van a estar por debajo de las retribuciones
de los funcionarios civiles, y también ha dicho que a los soldados y
marineros de primer y segundo año no se les subiría el sueldo. Y ha
afirmado que se cambia formación por sueldo. Esto en el mundo
empresarial se da mucho, gente que está en empresas y se les da
cursillos de formación, de nivel superior, etcétera, algo que les
ayuda mucho para su proyección profesional en la misma empresa o en
el mundo laboral en general, pero estamos hablando de gente que está
bien retribuida en sus empresas. Si lo que se hace aquí es que a los
miembros de las Fuerzas Armadas, al personal militar, se les cambia
formación por sueldo cuando el sueldo ya es muy bajo, el incentivo no
es demasiado positivo ni demasiado justo. Lo sería si el nivel
retributivo fuera superior.

Así pues, ¿qué nos parece todo esto? Nos parece que la voluntad que
tiene el Ministerio de crear un marco nuevo es buena, puesto que es
de cajón si se quiere tener un ejército cien por cien profesional,
aparte de que la situación anterior no se podía mantener. Asimismo,
nos parece que el déficit debe ser básicamente no por voluntad
política, sino por problemas presupuestarios. Ya he dicho antes que
todos los partidos pedimos cada vez más que la sociedad del bienestar
pase por un apoyo a la política social de ayuda a la pobreza, a la
marginación, etcétera, debiendo el Gobierno priorizar muchas veces
aspectos sociales. La Guardia Civil, por ejemplo, tiene unos sueldos
ínfimos e irrisorios y resulta que la policía autonómica de algunas
comunidades autónomas, como la de Cataluña, tiene unos sueldos muy
dignos. Comparativamente, la Guardia Civil los tiene muy bajos. Pues
bien, yo entiendo que a ustedes todo esto les sea difícil de encajar.

Sería bueno, no sé si una auditoría o un estudio, pero haría falta
que, en estas lagunas de su intensa y positiva explicación, para
estos colectivos que pueden quedar a un ritmo de recuperación
económica baja, que no puedan seguir el ritmo de la otra parte del
ejército, se introdujeran elementos de corrección que permitieran
que, desde un punto de vista laboral, comparativamente con
funcionarios civiles o con trabajadores de la sociedad en general, no
quedaran muy atrasados. Esto es lo que hará, y quizá ya lo hace, que
sea difícil que la gente quiera formar parte del nuevo ejército
profesional, porque si no hay un atractivo -y en este caso el sueldo
del ejército profesional es el básico-, es difícil que por muchas
políticas de comunicación, publicitarias, explicativas y pedagógicas,
la gente quiera finalmente formar parte de un ejército en el cual su
retribución no es la del nivel que tienen otros sectores de la
sociedad.

Nuestro grupo valora positivamente la iniciativa, su explicación y la
política hacia dónde va el Ministerio, pero cree que hay unas lagunas
que deberían de ser corregidas, y esta corrección pasa por rectificar
algunas ofertas salariales que vislumbramos en esta nueva política
retributiva que ustedes están planificando.




El señor PRESIDENTE: Seguidamente, por el Grupo Popular intervienen,
primero, el señor Atencia y, a continuación, don Miguel Campoy.

Tiene la palabra el señor Atencia.




El señor ATENCIA ROBLEDO: Señor presidente, señorías, señor
subsecretario, de nuevo, y coincidiendo con lo que han dicho los
anteriores portavoces, darle la bienvenida a esta sesión de la
Comisión de Defensa, que es ya su tercera comparecencia en esta casa
que, como han destacado algunos portavoces, tan bien conoce.

También unirme a las palabras del presidente de la Comisión, que han
ratificado el resto de portavoces de los grupos, para decir que en
nombre del Grupo Popular no sólo condenamos y manifestamos nuestra
repulsa respecto al atentado de esta mañana contra el general Justo
Oreja Pedraza, sino manifestar nuestra propia solidaridad con el
resto de víctimas que se han visto afectadas y con el conjunto de las
Fuerzas Armadas,que era el objetivo del atentado, sin ningún tipo de



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razón, de los terroristas. Deseamos el restablecimiento de las
víctimas y, sobre todo, como ha dicho algún portavoz, que se produzca
el final del terrorismo y el final de los terroristas. A nosotros nos
corresponde seguir con nuestro trabajo. Afortunadamente hoy han
fallado y lo que hay que desear es que no haya un mañana con una
situación igual. En todo caso, creo que tenemos que estar en la línea
que ha quedado perfectamente clara en el debate sobre el estado de la
Nación de unidad de los demócratas para afrontar este asunto desde el
punto de vista del Estado de Derecho y de la absoluta asunción de
nuestras responsabilidades.

En cuanto a la comparecencia, la vamos a estructurar al revés que el
resto de las intervenciones. En el Grupo Popular vamos a ir de la
cuestión general del proceso de profesionalización, del nuevo modelo
de Fuerzas Armadas, del informe que consta en esta Cámara desde el
pasado mes de abril y de la intervención que ha hecho el
subsecretario, para después hacer hincapié especialmente -y lo hará
mi compañero Miguel Campoy- en la política retributiva del Ministerio
de Defensa en relación con las Fuerzas Armadas, fundamentalmente con
los soldados y marineros profesionales y, concretamente, con el
reglamento de retribuciones aprobado el pasado viernes.

En primer lugar, desde el Grupo Popular felicitamos al Gobierno y al
Ministerio de Defensa por la elaboración y la presentación del
informe, informe que especialmente agradecemos porque el de este año
es completo y muy detallado con respecto al del año 200 y, en
definitiva, aunque sea una obligación por parte del Gobierno
presentarlo, el que se haya presentado cumplidamente y con ese nivel
de detalle es algo que creo que debemos destacar todos los grupos. En
cualquier caso, el Grupo Parlamentario Popular lo destaca, porque es
muy útil para nuestras propias responsabilidades parlamentarias y
para el conocimiento de la marcha de algo que a todos nos preocupa
tanto, como es el proceso de implantación del nuevo modelo de Fuerzas
Armadas y, concretamente, los aspectos de profesionalización
y modernización del armamento, del material y de todo el equipamiento.

Como ya se ha dicho por el subsecretario, el proceso de
profesionalización parte del dictamen de la Comisión Mixta Congreso-
Senado. La Ley 17/1999 articulaen un texto legal lo que significa
este proceso de implantación de un nuevo modelo de Fuerzas Armadas,
que no es un mero paso de un ejército mixto a un ejército
profesional, sino que tiene un trasfondo mucho más importante, como
ya se ha destacado -yo creo que coincidiremos en ello la inmensa
mayoría de los grupos de esta Cámara-, que tiene mucho que ver con el
propio escenario en el que estamos, con la asunción de nuevas
responsabilidades por parte de España en la política de seguridad y
defensa y nuestro papel en la escena internacional, y que tiene que
ver con la propia coherencia de nuestra actuación en el escenario en
el
que nos estamos moviendo, en el escenario aliado, tanto europeo como
euroatlántico fundamentalmente.

El informe presentado en la Cámara detalla perfectamente todos los
pasos dados durante el pasado año 2000 en lo que significa la
implantación del nuevo modelo y, especialmente, lo que ha significado
la evolución del proceso tanto en cuadro de mandos como en personal
de tropa y marinería.

Me gustaría referirme fundamentalmente a los detalles que ha
presentado el subsecretario en relación con la evolución del proceso
de profesionalización en este año 2001, y me gustaría destacar que,
igual que ya lo hacía el informe escrito que tenemos en nuestro
poder, la evolución del proceso en relación con los cuadros de mando
va muy bien, porque si tenemos un objetivo de cuadros de mando para
el 2014 y en este momento estamos en 48.046, a final del año pasado
estábamos más arriba, y lógicamente se incrementará a partir del mes
de julio como consecuencia de las nuevas incorporaciones de
profesionales en el ámbito de la oficialidad será que vamos bien,
vamos por delante, y estoy completamente convencido de que el
objetivo se alcanzará antes de ese plazo.

En la segunda parte, que se refiere al desarrollo del proceso en
cuanto al personal de tropa y marinería, es evidente que se está
produciendo un avance paulatino y, sobre todo, como ha destacado hoy
el subsecretario en su intervención y lo había dicho también
públicamente, la columna vertebral de las Fuerzas Armadas son
plenamente profesionales. Yo creo que eso es lo más importante de lo
que ha ocurrido en los últimos años. El dato que hoy ha reiterado el
subsecretario en relación con que en dos años se ha pasado a tener
una mayoría de soldados de tropa y marinería, que eran soldados de
reemplazo, es decir, obligatorios, de la antigua mili, y que ahora la
mili pase a la historia, creo que significa un cambio de una
importancia que no podemos simplemente pasar por ella y verlo como
algo normal. Es algo que era absolutamente impensable hace cinco
años, y por eso es lógico que desde el Grupo Parlamentario Popular,
al ser autores de la propuesta inicial que con la colaboración de los
demás ha hecho posible esta reforma nos sintamos especialmente
orgullosos de que, con el consenso de todos, se haya podido trabajar
en su momento en la Comisión Mixta Congreso- Senado para la
profesionalización y modernización de las Fuerzas Armadas, y que
además se haya podido llevar a cabo en este año 2001 aquel compromiso
electoral del Partido Popular, posterior propuesta y compromiso en la
investidura del presidente Aznar y finalmente anunciado en el mes de
julio del 2000 por el ministro de Defensa en su primera comparecencia
ante esta Comisión, y, posteriormente, en el mes de octubre, cuando
se debatió el informe correspondiente a 1999 sobre la
profesionalización, que es cuando se confirmó la voluntad del
Gobierno, de anticipar en un año el fin del servicio militar
obligatorio, lo que finalmente,



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como todas SS.SS. conocen y el subsecretario Torres de Silva acaba de
manifestar, el pasado 9 de marzo se instrumentó en el decreto que
ponía fin definitivo a la mili. Me parece que es algo que debe
destacarse especialmente. Dentro de lo que supone el personal
profesional de tropa y marinería, es un dato significativo que en
estos momentos tengamos 79.000 efectivos, aproximadamente y que el
número de incorporaciones en el año 2000 sea el máximo en toda la
historia del proceso. Además, el propio subsecretario con toda
claridad ha dicho que en los próximos años no se mantendrán esos
datos, pero que habrá que incidir en otras medidas. Por eso me parece
que lo importante y lo fundamental es que deben combinarse los
objetivos de incorporación y de permanencia en las Fuerzas Armadas,
como ya ha manifestado reiteradamente el Gobierno.

El fin del servicio militar, que va a tener lugar a partir del 31 de
diciembre de este año, no va unido a alcanzar el objetivo de la plena
profesionalización, sino que fundamentalmente es un objetivo que
tiene que verse plasmado en el tiempo.

Como decía el presidente del Gobierno en su intervención hace
cuarenta y ocho horas en esta Cámara, el Gobierno se comprometió a
poner fin al servicio militar obligatorio, se ha adelantado un año,
como ya he manifestado antes, es una reforma con futuro y responde a
los intereses generales de España y a las nuevas necesidades que
tiene la defensa nacional. El presidente del Gobierno remarcó que
esta reforma, que había tenido un amplio debate en sede parlamentaria
y también un amplísimo respaldo y consenso tanto social como del
conjunto de las fuerzas de este país, abría un proceso de reforma,
que como tal no está exenta de dificultades. Desde el Grupo Popular,
como no podía ser de otra forma, coincidimos con el presidente del
Gobierno cuando dice que avanza a un ritmo razonable.

En el informe que todos tenemos en nuestro poder, y en la
intervención del subsecretario en el día de hoy, se incide en la
necesidad de avanzar en lo que significan las dificultades que un
proceso de esta complejidad tiene. En el propio informe se hace
referencia a los problemas existentes en el proceso. No voy a incidir
sobre ellos porque ya sobradamente se ha debatido en otras ocasiones
y el propio subsecretario así lo ha señalado, simplemente quiero
decir que entre todos tenemos que trabajar en esa línea. Ayer el
Grupo Parlamentario Popular puso su granito de arena cuando en las
propuestas de resolución que presentó como consecuencia del debate
del estado de la Nación, que finalmente fueron aprobadas por el
Pleno, se incidía en aspectos tan elementales como continuar los
esfuerzos en la adecuación de los acuartelamientos e instalaciones y
dependencias militares al nuevo modelo de Fuerzas Armadas; la mejora
de la calidad de vida de la tropa y marinería profesional; el impulso
a las políticas de concierto con empresas públicas y privadas con
vistas a la firma de convenios de colaboración entre éstas y el
Ministerio de Defensa para facilitar la reincorporación al mundo
laboral del personal de tropa y marinería que esté de forma temporal
en nuestras Fuerzas Armadas, así como otro tipo de medidas que se
refieren a cursos de formación ocupacional en las Fuerzas Armadas,
que tengan que ver con las propias actividades de la vida civil,
campañas divulgativas, etcétera.

Hay un aspecto que, en último lugar, me gustaría también destacar
entre las propuestas que se aprobaron, relativo a seguir favoreciendo
la permanencia del personal femenino en las Fuerzas Armadas,
fundamentalmente referido al personal de tropa y marinería, mediante
articulación de medidas de igualdad real de oportunidades con
política de discriminación positiva en las Fuerzas Armadas. Un dato
llamativo es que en el informe del año 2000 se destaca que el número
de incorporaciones a las Fuerzas Armadas en todos los sentidos, pero
especialmente en tropa y marinería, permanentemente aumenta en lo que
se refiere al personal militar femenino. Especialmente el dato que ha
dado el subsecretario del 25 por ciento de incorporaciones recientes
demuestra que evidentemente se han tomado todas las medidas para que
la igualdad de oportunidades sea real.

Desde el punto de vista de lo que significa la propia evolución del
proceso, compartimos con el Gobierno y con el subsecretario lo que ha
señalado en relación a que en este momento lo importante y lo
fundamental es que el modelo se consolide. Hay que optar por la
calidad frente a la cantidad en lo que significa la incorporación
y la permanencia en nuestras Fuerzas Armadas del personal de tropa y
marinería. En este sentido me parece que se está trabajando
correctamente y se están alcanzando los objetivos necesarios para
garantizar, como así ocurre en estos momentos, que España esté bien
defendida, que es lo que nos debe preocupar. Quería felicitar al
Gobierno, en la persona del subsecretario, y al Ministerio de Defensa
por la puesta en marcha y el desarrollo de este proceso tan complejo,
pero tan importante, en el que la sociedad española tanto interés ha
puesto para su realización.

Antes de ceder la palabra a mi compañero Miguel Campoy, quisiera
hacer un par de comentarios respecto a algunas intervenciones que se
han producido, sin reabrir el debate. Siento que no esté el señor
Alcaraz aquí. Ha hecho una intervención general sobre el modelo de
Fuerzas Armadas y ha referido sus conocidas opiniones respecto a su
tamaño. Ayer, precisamente en las propuestas de resolución del debate
sobre el estado de la Nación, el grupo parlamentario del señor
Alcaraz, presentó una propuesta diciendo que las Fuerzas Armadas
deben tener 80.000 efectivos en términos absolutos. Una cosa es el
esfuerzo que se ha hecho de reducción de las Fuerzas Armadas (se han
puesto unos objetivos en una ley que hemos pactado entre la inmensa
mayoría de los miembros de esta Cámara), pero pasar a 80.000



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efectivos es más propio de una frivolidad y una mera improvisación.

Al margen de esa historia vuelvo a decir en voz alta, como hice la
semana pasada en la comparecencia del secretario general de Política
de Defensa, que me da la impresión de que el señor Alcaraz y su grupo
están anclados en el siglo pasado, el XX, no sabía si en el primero,
segundo o tercer cuarto. La realidad es que en el día de hoy
claramente he llegado a la conclusión de que no están anclados ahí,
sino que están en el siglo anterior, que es el XIX. Allá ellos con su
papel, pero me parece que a la hora de abordar los temas unos
hablamos de una realidad y de un mundo y otros están fuera de esa
realidad. Por ello me parece que es difícil entenderse porque son
planos que no coinciden.

Respecto a la intervención del portavoz de la oposición útil señor
Moragues, con el mayor respeto quisiera decirle, en cuanto a lo que
ha señalado sobre coincidencia de que el reparto de los gastos de
material y de personal en los presupuestos sea del 50 por ciento, que
ese es un objetivo que a todos nos gustaría poner en marcha. El
proceso tiene también sus propias dificultades y señala estos
objetivos. Bien es verdad que en el Ministerio de Defensa no aparecen
todas las cantidades correspondientes a lo que significa el esfuerzo
sobre adquisición de material, como S.S. conoce, pero en todo caso me
gustaría que pudiéramos trabajar todos juntos por conseguir este
objetivo y que las opiniones que cada grupo podamos mantener en el
seno de esta Comisión sean coherentes con la política general en
materia económica y presupuestaria que todos tenemos que defender. El
Grupo Popular lo agradece, y sin duda también el Gobierno, porque son
posiciones que se mantienen en esta Comisión con toda la lealtad, que
podrán ir abriéndose camino en el conjunto de la sociedad con el
respaldo de una fuerza tan importante como es el Grupo Socialista.

Quiero recordar al señor Moragues que la columna vertebral de las
Fuerzas Armadas está plenamente profesionalizada y que sus propias,
prudentes y leves críticas -no voy a decir que eran pellizquitos de
monja porque ni siquiera llegaban a ese carácter- vienen a demostrar
que el proceso, con todas sus complejidades, va bien. Es natural,
ustedes están en la oposición y tienen que señalar alguna cuestión.

Pero usted siempre es un señor galante, correcto y no hay ningún
problema.

Voy a hacer un comentario respecto a la incorporación de jóvenes
españoles que no residen en nuestro país. Sin duda el subsecretario
podrá dar más datos, pero se trata de una política que el Ministerio
de Defensa ha llevado a cabo y que es especialmente querida por
nuestro grupo, porque las nuevas generaciones del Partido Popular han
trasladado a los miembros de esta Comisión, y a mí como portavoz, la
voluntad de impulsar medidas y políticas, como está llevando a cabo
el Gobierno, que permitan que esos españoles que no residen en
nuestro territorio puedan incorporarse a sus
Fuerzas Armadas, ahora que son plenamente profesionales. Creo
sinceramente que el proceso va bien y que es normal y natural que
algunas personas que vienen a un territorio en el que no residen,
cuando se incorporan a las Fuerzas Armadas, como cualquier persona
que está en esa edad, puedan tener sus dudas sobre si estar aquí o en
otro lugar. Me parece que eso no hay que exagerarlo, y menos los que
conscientemente entendemos que el proceso es importante, que va bien
y que requiere que no salgamos de la mera anécdota. El 3 por ciento
sin duda es una anécdota ínfima que no tiene ninguna repercusión,
porque si se pone en el conjunto de lo que significan las personas
que abandonan las Fuerzas Armadas es un porcentaje pequeño. Me parece
que esa política, aunque sea pequeña en su número, es muy
significativa. Es bueno que un gobierno la impulse porque significa
la presencia y la vinculación con España de españoles que no residen
en nuestro país y que permite que a través de su incorporación al
ejército profesional puedan hacerlo. Me parece, por tanto, que es una
medida muy acertada y quiero aprovechar la intervención del señor
Moragues para felicitar al ministro de Defensa y en este caso al
subsecretario por su puesta en marcha.

Sin más, no queriendo ocupar más tiempo, con la venia del presidente
le cederé la palabra, que no los trastos, a mi compañero Miguel
Campoy para que aborde otras cuestiones.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don Miguel Campoy.




El señor CAMPOY SUÁREZ: Gracias, querido portavoz por lo que me cedes
y por lo que me dejas de ceder.

Quiero agradecer la presencia del señor subsecretario por la
prontitud con la que ha venido a comparecer ante esta Comisión para
explicar el reglamento de retribuciones que acaba de ver la luz.La
valoración que hace el Grupo Parlamentario Popular con respecto a
este reglamente es sumamente positiva y cabría resumirla -esa tríada
que caracteriza al Gobierno del Partido Popular- de coherencia,
consecuencia en lo que tiene de eficacia, y de responsabilidad en lo
que significa de compromiso y, por tanto, de su cumplimiento.

Responde, por una parte, a la prescripción legal del artículo 152 de
la Ley 17/1999, toda vez que queda obsoleto el reglamento del año
1991; tiene por objeto la adaptación a los funcionarios civiles de la
Administración del Estado y a esa homologación casi al cien por cien.

Por lo tanto, hay que valorar el salto tremendo para casi su
equiparación completa. Además, para mayor argumentación en cuanto a
su legitimación, toma como referencia el acuerdo Gobierno-sindicatos
del año 1998. Por todo ello, desde el punto de vista del sistema
normativo, el calificativo es de impecable. Representa también un
salto hacia la plenitud de la aplicación de la Ley 17/1999, piedra
angular de todo lo



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que se refiere al personal de las Fuerzas Armadas, y desde este punto
de vista también tiene una valoración positiva.

En cuanto al contenido, lo que podíamos llamar sus consecuencias
económicas, reflejado en estos 26.000 millones de pesetas, hay que
reconocer el esfuerzo que ha realizado el Gobierno, en concreto los
Ministerios de Hacienda y Defensa, especialmente la Subsecretaría,
para alcanzar esta cifra que es importante, porque da una prioridad a
ese proceso actual de transformación centrado en lo que tiene que ser
la base de unas Fuerzas Armadas modernas y profesionales. Por lo
tanto, valoramos positivamente que afecte al 80 por ciento de la
tropa de marinería y a los primeros escalafones de suboficiales. Este
reglamento permite obtener un instrumento flexible que posibilita la
incentivación de aquellos destinos que requieren un mayor esfuerzo,
aquellos destinos más duros, pasando a beneficiar desde un 3 por
ciento hasta un 70 por ciento. Todo ello se hace sin alterar las
retribuciones mínimas de los oficiales. En este sentido quería decir
al señor Mardones, de Coalición Canaria, que este reglamento de
retribuciones también beneficia a los oficiales, puesto que destina
4.500 millones por la vía de complementariedad y que incentiva, por
otra parte, la permanencia. Lo que hace es consolidar todavía más la
estabilidad profesional, que es también uno de los objetivos que
busca.

Al principio he dicho que este reglamento es fruto de la coherencia y
la consecuencia. Usted, señor subsecretario, ya anunció en esta
Comisión, en una comparecencia anterior en el pasado mes de
diciembre, que en los presupuestos de este año había una previsión de
6.000 millones de pesetas con el fin de dar cumplimiento a ese
compromiso que tenía el Gobierno, el Ministerio de Defensa y la
Subsecretaría de sacar a la luz en el primer semestre de este año el
reglamento de retribuciones, compromiso cumplido a la vista de los
hechos.

Por encima de todo ello, hay un fin último de este reglamento, que no
es otro que la plena profesionalización. Estamos ya en un proceso de
cinco años, que es irreversible. Sería bueno, tomando como referencia
aquellos países cercanos que han tenido un proceso similar, conocer
qué precio les ha supuesto, qué obstáculos han tenido y qué recorrido
han realizado para ver lo extremadamente positivo de este proceso
irreversible. Este reglamento no hace sino dar un sello de
autenticidad a esta plena profesionalización. Por tanto, señor
presidente, este grupo parlamentario que me honro en representar
considera que este reglamento es una garantía de tener una Fuerzas
Armadas modernas, que están compuestas por personas bien preparadas y
motivadas, que es, en definitiva, la garantía del óptimo cumplimiento
de las misiones constitucionales y las que podríamos calificar de
carácter internacional, lo que nos lleva a concluir que España está a
la altura de los socios y aliados en materia de seguridad y defensa.

El señor PRESIDENTE: Hemos terminado los turnos de los grupos y a
continuación intervendrá el señor subsecretario. Quiero dejar claro
que no hay oportunidad de réplica porque no lo permite el reglamento.

Si acaso alguna aclaración, pero será excepcional y sólo corresponde
al presidente permitirlo o no.

Tiene la palabra el señor Torres Silva.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torres de Silva y López de
Letona): Señor presidente, trataré de ir respondiendo a las preguntas
y cuestiones que han ido suscitando los diversos grupos.

Quiero destacar la sensibilidad de Izquierda Unida respecto a los
gastos de personal del Ministerio de Defensa, que decía que era mayor
que la cantidad destinada a otro tipo de gastos del mismo Ministerio.

Como subsecretario de Defensa agradezco profundamente esta
sensibilidad.

Preguntaba sobre las fragatas F-100 y sobre ciertas informaciones
periodísticas aparecidas estos días en la prensa. No conozco con
precisión las informaciones periodísticas y, por lo tanto, no voy a
responder a ellas en sentido literal. Solamente diré que estas
fragatas F-100 llevan incorporadas las más modernas tecnologías y
nadie puede dudar de que serán utilizadas exclusivamente en beneficio
de la defensa y la seguridad de España y de sus intereses.

El señor Alcaraz, posteriormente, se ha referido al
sobredimensionamiento de las Fuerzas Armadas. A su juicio era preciso
un redimensionamiento, entendiendo como una reducción del número
total de efectivos. A este respecto sólo cabe resaltar que la
dimensión de las Fuerzas Armadas es una decisión de esta Cámara. Esta
Cámara mediante las sucesivas leyes de presupuestos y mediante la Ley
17/1999, de 18 mayo, aprobada con una amplia mayoría, es la que
determinó cuáles eran las dimensiones de las Fuerzas Armadas y, por
tanto, el Ministerio de Defensa y el Gobierno deben acatar aquellas
decisiones que se adopten en el seno de la Cámara.

Por lo demás, a juzgar por el resultado de la votación de alguna
propuesta de resolución presentada por Izquierda Unida, parece que no
hay un respaldo inmediato en este momento a una reducción drástica
como la planteada en el día de ayer. A continuación el portavoz del
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida hacía referencia a un asunto
que también posteriormente ha sido mencionado por el portavoz del
Grupo Socialista en relación a los emigrantes, hijos de ciudadanos
españoles que vienen de Argentina y Uruguay principalmente para
incorporarse a nuestras Fuerzas Armadas. Decía el señor Alcaraz que
algunos no encuentran sitio. Quizá conviene destacar que de los 236
primeros españoles que han acudido al territorio nacional para
incorporarse a las Fuerzas Armadas profesionales solamente se han
producido ocho bajas, lo cual supone alrededor de un 3 por ciento del
total. Este porcentaje es muy



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inferior al número de bajas que se producen entre los españoles que
siempre han residido en España. El porcentaje total de bajas que se
suele registrar en los dos primeros meses está en torno al 12 por
ciento, de manera que se puede decir que, hoy por hoy, la respuesta
de estos españoles de fuera de nuestras fronteras a la entrada en las
Fuerzas Armadas está siendo excelente.

El señor Alcaraz se ha referido también a diversas cuestiones en
relación con las condiciones laborales de la tropa y marinería
profesional. Explicaba que no se les ofrece un contrato, que no están
protegidos por el Estatuto de los Trabajadores ni por convenios
colectivos y que no tienen una regulación de la jornada, del derecho
a vacaciones ni de la actividad. A esto cabe decir que la inmensa
mayoría del personal al servicio del Estado no tiene contrato, no es
personal laboral, sino que presta sus servicios en una relación
administrativa peculiar, sea el funcionariado o sean otras relaciones
administrativas que existen en el ámbito de los servidores del
Estado. Por tanto, en este caso no hay un tratamiento peor que el de
los militares de tropa y marinería por el hecho de no tener un
contrato. Por lo demás, la inexistencia de un contrato jurídicamente
no implica que no haya una regulación -que la hay y muy detallada- de
los permisos, del régimen de jornada o del régimen de actividad. Esto
está perfectamente regulado y es ampliamente conocido por la tropa y
marinería desde el momento de su incorporación.

En relación con los consejos asesores de personal, como quiera que
después hay alguna pregunta, obvio la respuesta.

Decía el señor Alcaraz algo en lo que también ha incidido el portavoz
del Grupo Socialista, que es contradictorio con su preocupación por
los hijos de emigrantes que vienen de Iberoamérica para incorporarse
a nuestras Fuerzas Armadas. Por una parte, le preocupaba el ritmo de
abandono de estas personas, a lo que ya he respondido, y por otra
parte, le preocupaba la imposibilidad de salir de las Fuerzas
Armadas. Si realmente la salida de las Fuerzas Armadas por parte de
aquellos solicitantes de compromiso que se incorporan fuera
imposible, no se plantearía esta cuestión respecto de las personas
que vienen de más allá de nuestras fronteras. El Ministerio de
Defensa no desea tener descontento a su servicio entre la tropa y
marinería profesional, y por ello hay amplísimas posibilidades de
resolver el compromiso, sea antes de firmarlo, durante los dos meses
de formación inicial, en los cuales con toda libertad, en contacto
con la vida militar, pueden decidir no firmar el compromiso, sea
posteriormente, una vez cumplidos algunos trámites, ya que hay
posibilidades amplias y generosas, dentro de la seriedad del
cumplimiento de los compromisos, para que los que así lo soliciten
puedan abandonar las Fuerzas Armadas. En este sentido -y aprovecho
para responder a una cuestión que ha planteado después el señor
Moragues-, la información sobre estas 2.000 ó 4.000 personas que
están deseando abandonar las Fuerzas Armadas, y que no pueden
hacerlo, puede haber aparecido en algún medio de comunicación, pero
el Ministerio ignora por completo los fundamentos de esta
información. No hay noticia de un número ni siquiera significativo de
personas que quieran abandonar las Fuerzas Armadas y que no puedan
hacerlo por exigencias del compromiso que han firmado.

El portavoz de Izquierda Unida se ha referido a algunas cuestiones
como el llamado síndrome de los Balcanes. Sobre esto ha habido una
amplia información a la Cámara por parte del ministro de Defensa,
últimamente en el Senado y anteriormente ante esta Comisión. La
proposición no de ley del Grupo Popular que fue aprobada será
ejecutada en sus plazos, con arreglo a lo dispuesto en la misma. De
eso puede tener seguridad, señor Alcaraz.

Paso a responder a las preguntas del Grupo Socialista. En primer
lugar, quiero mostrar mi agradecimiento y mi satisfacción por el
acuerdo de base sobre el nuevo reglamento de retribuciones, que no
impide que haya discrepancias posteriormente. El Grupo Socialista
cree muy positivo el reglamento de retribuciones, y me ha parecido
entender que había un acuerdo general sobre él, tanto sobre la
estructura salarial, como en el complemento específico singular. Este
acuerdo de base es agradecido por parte de este subsecretario.

Considero que es una satisfacción que se pueda llegar a este tipo de
acuerdos.

Es cierto que el acuerdo es post facto, ya que no hay un acuerdo
inicial sobre el reglamento de retribuciones antes de su aprobación,
no hay una discusión formal antes de la aprobación de este real
decreto. En todo caso, este real decreto que aprueba el reglamento de
retribuciones es una norma del Gobierno y, constitucionalmente,
corresponde a éste su aprobación, de acuerdo además con la Ley 17/
1999, de manera que desde el punto de vista del cumplimiento de la
ley es impecable que no haya esta negociación previa a la aprobación.

Lo que sí ha existido, y el Grupo Socialista es consciente de ello,
ha sido una amplísima información, siempre que ha sido solicitada por
el Grupo Socialista e incluso más allá, sobre el reglamento de
retribuciones. Desde luego, por parte del Ministerio de Defensa sólo
cabe reiterar esta voluntad de colaborar, desde un punto de vista de
suministro de información, con todos los grupos de la Cámara,
precisamente para que haya un mejor seguimiento de las políticas del
Ministerio de Defensa. No ha habido filtración alguna a los medios de
comunicación desde la Subsecretaría. Si ha aparecido alguna noticia
en los medios de comunicación, ha sido poco descriptiva de lo que
finalmente ha resultado el reglamento de retribuciones, cuya parte
más importante, como todo el mundo sabe, es la cuantitativa.

El señor Moragues pregunta por qué ha existido esta demora en la
aprobación del real decreto, cuál ha sido el problema. No ha existido
demora en la aprobación



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de este real decreto. El Gobierno lo ha aprobado en el momento
oportuno, a mediados de este año 2001, haciendo honor a los
compromisos previamente adquiridos, incluso ante esta Comisión de
Defensa, y antes de la finalización del servicio militar obligatorio.

De manera que el momento temporal de la aprobación del real decreto
es el correcto.

A continuación, el señor Moragues se ha referido a la remisión por
parte del reglamento de retribuciones a órdenes ministeriales para la
fijación de algunos aspectos retributivos. La no incorporación de
estos desarrollos en el reglamento de retribuciones tiene importantes
efectos positivos desde un punto de vista técnico. Lo ordinario es
que los grupos normativos empiecen en la ley, en este caso la Ley 17/
1999, continúen en las normas con rango de real decreto y se
desarrollen finalmente por órdenes ministeriales. Este esquema
general para todos los grupos normativos ha sido el que se ha
empleado en materia retributiva. Además, el incorporar en el real
decreto el contenido de las futuras órdenes ministeriales arrojaría
una rigidez notable en el supuesto de que el Gobierno quisiera
introducir alguna modificación sobre estas reglamentaciones. Por eso
se ha entendido que era más correcto hacer esta especie de
escalonamiento en cuanto al rango de las normas legales
y reglamentarias. El señor Moragues tenía la preocupación de que
faltaran estas normas reglamentarias cuando los complementos
específicos singulares, dedicación especial o incentivos fueran
efectivos el próximo mes de octubre. Tenga la confianza, señor
Moragues, de que no faltarán.

El portavoz del Grupo Socialista se ha referido también a los
militares profesionales de tropa y marinería de primer y segundo año.

Esto ha sido también objeto de comentario por parte de don Luis
Mardones, portavoz del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria.

Quizá lo primero que hay que resaltar es que las retribuciones de los
militares profesionales de tropa y marinería de primer y segundo año
suben en muchos casos. Lo que ocurre es que esta subida retributiva
no es universal ni les equipara a los funcionarios civiles, pero es
una subida importante por vía de complementos específicos singulares
y dedicaciones especiales, que queremos que suba desde el 3 por
ciento anterior a un porcentaje de entre el 40 y el 70 por ciento.

Por tanto, gran parte de estos soldados de primer y segundo año, tal
vez la mayoría, verán incrementados sus haberes.

El nuevo reglamento prima notablemente la renovación de compromisos.

Esta renovación de compromisos tiene una extremada importancia desde
el punto de vista de la operatividad, porque un militar profesional
que, por ejemplo, abandone al término de su primer compromiso resulta
menos útil a las Fuerzas Armadas que aquél otro que tiene una mayor
experiencia, que ha participado en mayor número de ejercicios y que
maneja con más soltura el ámbito de sus responsabilidades.

Por tanto, desde un punto de vista operativo la extensión de la
permanencia en las Fuerzas Armadas es interesante. La renovación de
compromisos también supone un notable ahorro de recursos económicos.

El Ministerio de Defensa emplea en la captación y en la formación
inicial militar de la tropa y marinería unos recursos económicos
importantísimos. Por tanto, también desde un punto de vista de ahorro
de recursos es preferible que los militares, tropa y marinería,
renueven sus compromisos en un número de años determinados, y no
sustituirlos por soldados de nuevo ingreso que hay que captar y
formar desde el principio. Desde un punto de vista de formación
también es interesante el mayor número de compromisos, porque la
formación que se pretende dar por parte de Fuerzas Armadas, no sólo
la militar sino la que sea homologable con las titulaciones civiles,
probablemente no se puede dar en dos o tres años sino que exige una
mayor permanencia en filas. Por esta vía la mayor permanencia en
filas permite dar una mejor formación a los militares profesionales
de tropa y marinería. Este es un tercer argumento que beneficia la
renovación de compromiso. En cuarto lugar, el hecho de que haya unas
renovaciones de compromisos en número suficiente permite mejorar la
reincorporación a la vida civil de los soldados y marineros
profesionales. Es obvio que cuanto menor sea el número de soldados y
marineros profesionales que cada año se ponen en el mercado de
trabajo, al finalizar sus compromisos con el Ministerio de Defensa,
más posibilidades habrá de que éstos tengan una colocación vía el
propio Ministerio de Defensa con los acuerdos que tiene establecidos
con distintas asociaciones de empresarios. Por tanto, la
reincorporación a la vida civil se facilita también notablemente
cuando hay una mayor renovación de compromisos. Por último, esta
mayor renovación de compromisos supone una mejora de la carrera
profesional de la tropa y marinería que hace que se adecue de algún
modo a las carreras profesionales que existen en otros ámbitos de la
sociedad española. Por tanto, es cierto que este reglamento insiste
bastante en la renovación de compromisos pero tiene sólidos motivos
para hacerlo.

En cuanto a la dedicación especial, el Grupo Socialista se preocupaba
de que hubiera un reparto excesivamente homogéneo dentro del personal
militar,como decía que ocurría en la Administración civil. Pues bien,
hoy en día no hay tal reparto homogéneo dentro del Ministerio de
Defensa. Confiemos en que estos recursos adicionales tampoco se
repartan de una manera homogénea, entendiendo por homogéneo que no
primen las dedicaciones extraordinarias. El Ministerio velará en este
punto para que así sea.

Me alegra mucho observar una coincidencia básica de planteamientos en
algo tan importante como es el equilibrio entre el número y la
calidad. En esto hay una coincidencia clara entre lo expuesto por el
portavoz del grupo parlamentario mayoritario, el señor Atencia, lo



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expuesto por el portavoz del Grupo Socialista y lo que yo he expuesto
en mis palabras iniciales. Se ha visto que el énfasis excesivo en la
cantidad puede tener unos efectos menos favorables que si se hace el
debido énfasis en la calidad y en la selección. Hay, pues, una
coincidencia de planteamientos sobre esta cuestión.

Me preguntaba S.S. sobre los resultados de las primeras convocatorias
del año 2001 y le puedo decir, según los datos que tengo aquí, que
hay 12.657 solicitudes entre la primera y la segunda convocatoria y
como consecuencia 5.799 alumnos. Como saben, el martes pasado se
inició el plazo para la tercera de las convocatorias, de manera que
todavía es temprano para dar más cifras. Me preguntaba también sobre
el resultado de las modificaciones que se habían introducido para
facilitar el ingreso en las Fuerzas Armadas. El informe presentado
por el Gobierno hace referencia precisa al resultado de estas
modificaciones. Por ejemplo, en las pruebas físicas el informe indica
que las bajas en el año 2000 fueron del 2,91 por ciento en vez del
5,87 del año anterior; también las cifras de la mejora de los
aspirantes y el nivel de estudios y la edad en el año 2000. En cambio
no indica las bajas en el cuadro médico de exclusiones, que hace
referencia solamente al 15,71 por ciento de bajas por reconocimiento
médico en el año 2000. Es indicativo que en las primeras
convocatorias de este año las bajas por reconocimiento médico han
pasado de ese 15,71 del año 2000 a un 14,90 por ciento. Con esto creo
que he respondido básicamente a las principales cuestiones del Grupo
Socialista.

En cuanto a la intervención del portavoz de Coalición Canaria, señor
Mardones, agradezco su apoyo al reglamento de retribuciones y su
compromiso de apoyo a los Presupuestos Generales del Estado en cuanto
incluyan las partidas presupuestarias para hacerlo plenamente eficaz
a partir del 1 de enero de 2002. Se refería el señor Mardones a los
6.000 millones de pesetas que en este ejercicio presupuestario están
incluidos para hacer frente al reglamento de retribuciones. Esto
estaba así desde el principio. En mi comparecencia ante la Cámara
para explicar los Presupuestos Generales del Estado del año 2001, el
11 de octubre del año 2000, ya me referí a estos 6.000 millones de
pesetas que se previeron desde un primer momento para el reglamento
de retribuciones y que consiguientemente se van a gastar en esta
finalidad. Esto no es el resultado de una especie de movimiento
presupuestario extraño, sino que así estaba previsto y explicado. En
cuanto a los soldados, cabos y cabos primeros, los no permanentes
pertenecen al grupo D y los niveles correspondientes a los
complementos respectivos es 12 para los soldados de más de dos años,
14 para los cabos y 16 para los cabos primeros.

Ha hecho referencia el señor Mardones a la decisión económica y no
vocacional. En mi opinión personal, cuando un joven decide
incorporarse a las Fuerzas Armadas profesionales siempre tiene una
vocación de servicio. Puede tener una vocación militar más o menos
acentuada, pero siempre está presente una vocación de servicio que se
ha de ayudar con las debidas medidas desde un punto de vista
material.

El señor Mardones ha hablado bastante de los oficiales y es correcto
lo que ha indicado de que de este paquete global se prevén en torno a
4.500 millones de los más de 25.000 millones para los oficiales. Esta
cantidad de 4.500 millones de pesetas, que es el incremento total de
complementos para los oficiales, serán efectivos en la parte del año
que corresponde a partir del 1 de octubre. Y aprovecho para explicar
la entrada en vigor de las retribuciones, que se han distribuido en
dos paquetes básicamente: las retribuciones mínimas y las
complementarias. Las retribuciones mínimas entran en vigor en dos
fases, al 50 por ciento el 1 de julio y el 50 por ciento restante el
1 de enero de 2002. Todas las demás retribuciones complementarias
entrarán plenamente en vigor el 1 de octubre para pagar los meses de
octubre noviembre y diciembre. Por tanto, es una entrada en vigor en
tres fases y plena el 1 de enero. Estos 4.500 millones, en la parte
que corresponde a tres meses, se empezarán a distribuir a partir del
mes de octubre.

Comparto la importancia capital de los oficiales en las Fuerzas
Armadas, importancia que no es posible exagerar. En las Fuerzas
Armadas reposan sus tres clases fundamentales, tropa, suboficiales y
oficiales, y las tres tienen una contribución esencial al presente y
al futuro de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, se ha estimado que la
primera prioridad del Ministerio era una mejora de los escalones más
bajos, con ocasión de la profesionalización, y así se ha hecho.

Las retribuciones del personal extranjero, con carácter general, por
el hecho de estar en el extranjero no varían, pero sepa el señor
Mardones que han sido y serán muy superiores a las retribuciones que
se pagan a este mismo personal con destinos en territorio nacional,
de manera que esa diferencia se ha atendido. La comparación siempre
es algo complicado porque en el seno de organizaciones
internacionales, en el ámbito de la defensa, es forzoso que trabajen
físicamente juntos oficiales de distintas nacionalidades cuyos
sistemas retributivos son muy diversos. Aunque los oficiales
españoles y el resto del personal español destinado en el extranjero
tengan una mejora retributiva, la hayan tenido siempre y la conserven
respecto al personal destinado en España, no podemos aspirar a pagar
a nuestros militares en esos puestos como el mejor de los Estados
aliados. Esta cuestión está fuera de las posibilidades del Ministerio
de Defensa.

En relación con la intervención del señor Maldonado, portavoz del
Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), de nuevo le doy mi
agradecimiento y muestro mi satisfacción por la valoración positiva
global que hace del reglamento. También me satisface esta ponderación
que hace de la voluntad del marco nuevo del Ministerio de Defensa.




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El señor Maldonado ha empleado una metáfora de un rompecabezas, decía
que se visualiza la imagen del rompecabezas pero faltan piezas.

Siguiendo su símil, se puede decir que no sólo se visualiza sino que
realmente no faltan piezas. En el rompecabezas retributivo no faltan
piezas. Sería deseable, desde un punto de vista de política personal,
que el rompecabezas fuese más grande, que incluyese más imágenes,
pero las que se ven están completas.

Coincido con su ponderación de que sean los haberes más bajos
aquellos que tienen la mayor parte de la mejora, y de nuevo se
refería a los soldados y marineros del primer y segundo año que ya he
expresado. El señor Maldonado ha hecho referencia a la parte
retributiva que representa la formación. Indicaba que esto se da en
el mundo empresarial. Coincido con el señor Maldonado y me gustaría
apuntar que con el mundo empresarial, desde un punto de vista de
política de captación, tiene que competir el Ministerio de Defensa
para atraer en un número suficiente a los mejores jóvenes hacia las
Fuerzas Armadas; por tanto, que esto se haga en el mundo empresarial
también afecta al Ministerio de Defensa.

Por último, me referiré a las intervenciones de los portavoces del
Grupo Parlamentario Popular. Agradezco las palabras de apoyo del
portavoz don Manuel Atencia y del portavoz adjunto don Miguel Campoy,
así como la valoración positiva que con carácter general se hace
tanto del proceso de profesionalización como del reglamento de
retribuciones. Coincido con el señor Atencia en que en ocasiones los
árboles no dejan ver el bosque y, en este momento, inmersos en el
proceso de profesionalización, nos falta la perspectiva para ponderar
y contemplar con su debida importancia los cambios trascendentales,
impensables hace algunos años, que el señor Atencia decía que se
están produciendo.




Me he referido a la coincidencia con el Grupo Socialista sobre la
combinación entre incorporación y permanencia, la combinación entre
calidad y cantidad y la importancia de que el modelo se consolide.

Quería manifestar el agradecimiento de la Subsecretaría de Defensa
por la preocupación que ha manifestado el Grupo Parlamentario Popular
con ocasión del reciente debate sobre el estado de la Nación con
respecto a la política general, porque dicho grupo es autor de un
buen número de resoluciones que finalmente han sido aprobadas. Esta
preocupación manifestada por la evolución del modelo y reflejada en
las resoluciones sólo puede ser motivo de agradecimiento por parte
del Ministerio de Defensa.

En cuanto a la intervención de don Miguel Campoy, valoro
positivamente todas las alabanzas que ha hecho de la norma aprobada
y, en general, de la política retributiva del reglamento y del
conjunto de recursos que han acompañado al reglamento de
retribuciones.




Con esto he contestado a las preguntas de los distintos portavoces.




PREGUNTAS:



- DEL SEÑOR MORAGUES GOMILA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE CALENDARIO PREVISTO PARA LA PUBLICACIÓN DE LAS NORMAS
REGLAMENTARIAS DE REGULACIÓN DE LOS CONSEJOS ASESORES, PARA LA
ELECCIÓN DE SUS MIEMBROS Y PARA SU CONSTITUCIÓN. (Número de
expediente 181/000774.)



- DEL SEÑOR MORAGUES GOMILA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE CRITERIOS GENERALES QUE SE VAN A APLICAR EN LA DETERMINACIÓN
REGLAMENTARIA DE LA COMPOSICIÓN Y PROCEDIMIENTO DE ELECCIÓN DE LOS
CONSEJOS ASESORES DE PERSONAL DE LOS EJÉRCITOS Y DE LOS CUERPOS
COMUNES DE LAS FUERZAS ARMADAS. (Número de expediente 181/000775.)



El señor PRESIDENTE: Finalizado este trámite de las comparecencias,
según el orden del día, entramos en el punto IV, con el que se inicia
la contestación a preguntas orales. Con la benevolencia y amabilidad
del señor Moragues, como es el único preguntante, se permite esta
Presidencia ordenar estos puntos del orden del día también de forma
agrupada. Son cinco preguntas que podrán ser respondidas por el señor
subsecretario en tres intervenciones. De la misma manera esta
Presidencia será condescendiente en el uso de tiempos, si bien es
verdad que no dejo de invocar que no sea excesivo aunque sólo sea
para no fatigar demasiado a nuestros compañeros los taquígrafos y
estenotipistas.

Para la formulación de las preguntas que figuran con los números 4 y
5 en el orden del día, tiene la palabra el señor Moragues.




El señor MORAGUES GOMILA: Señor presidente, no tiene que preocuparse
demasiado en cuanto a la utilización del tiempo porque todos nos
queremos marchar, también el que les habla.

Las dos primeras preguntas tienen una misma motivación y es conocer
por el diputado inquiriente cuál es el calendario previsto por el
Ministerio para la publicación de las normas reglamentarias de
regulación de los consejos asesores y cuáles van a ser los criterios
generales que se van a aplicar en la determinación reglamentaria de
la composición y el procedimiento de elección correspondiente.

Naturalmente, la motivación de estas preguntas, señor subsecretario,
es expresar nuestra preocupación por el calendario. Esta es una
previsión que tiene la Ley 16/1999 que, a nuestro entender,



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es una de las importantes novedades que introduce la nueva Ley 17/
1999, de la cual nunca más se ha sabido nada. Hubo un acuerdo
importante entre los grupos parlamentarios mayoritarios -es cierto
que algún otro grupo manifestó siempre su disconformidad con el
planteamiento que hace la ley- y nuestro grupo parlamentario pactó el
espíritu de estas cuestiones porque entendía que la ley debía dar una
salida a las mismas. Me estoy refiriendo no sólo al consejo de
asesores sino al paquete que en la ley existe, que son consejos
asesores, inspecciones de acuartelamientos y los derechos de petición
y de queja, para nosotros fundamentales porque debíamos dar respuesta
a esas inquietudes de asociaciones militares no en activo pero que
están permanentemente en la opinión publica. Este es un modelo por el
que apostábamos conjuntamente con el Ministerio, pero desde el primer
momento dijimos que era una cuestión que debería resolverse con
prontitud porque si no los acontecimientos iban a superar las
propuestas que planteaba la ley. A nuestro entender esto ya ha
sucedido. Creemos que la no aplicación de estos conceptos novedosos
de la ley ha hecho que el planteamiento del consejo de asesores ya
esté superado. Nuestro grupo está trabajando en la posibilidad de que
se superen estas previsiones legales porque entendemos que no han
querido dar respuesta a unas exigencias del colectivo militar en
cuanto a las cuestiones profesionales planteadas en el día a día en
las Fuerzas Armadas.




El señor PRESIDENTE: Para responder a las preguntas del representante
del Grupo Socialista, tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
En relación con los consejos asesores de personal, es cierto que el
artículo 151 de la Ley 17/1999, de 18 de mayo, del régimen de
personal de las Fuerzas Armadas, establece estos órganos colegiados y
les da una regulación básica. Es cierto también que la Ley 17/1999 no
fija un plazo determinado para este desarrollo reglamentario, a
diferencia de lo que hace con otros, pero el Ministerio de Defensa
valora muy positivamente esta previsión legal y está dispuesto a dar
cumplimiento a este desarrollo reglamentario.




Antes de dar una indicación temporal, me gustaría decir que a juicio
del Ministerio de Defensa no es un planteamiento superado el de los
consejos asesores. Los consejos asesores de personal tienen vigencia,
tienen actualidad y, como cualquier otra disposición que se adopte en
materia de política de personal, su eficacia se verá a medio y largo
plazo. Desde esta convicción de que el planteamiento no está
superado, el Ministerio de Defensa lleva muchos meses trabajando en
esto. Confiamos en que a finales del año 2001 o muy a principios del
año 2002 esté aprobada la norma reglamentaria que desarrolle el
artículo 151 de la Ley 17/1999.

En cuanto a los criterios generales, me permitirá que no sea muy
explícito porque quizás es prematuro. Simplemente diré que se ha
prestado particular atención al derecho comparado, a lo que ocurre en
los países de nuestro entorno en materia de consejos asesores de
personal, que probablemente el señor Moragues conoce y tiene mucho
interés al analizar el modelo español. La propia figura del consejo
asesor de personal es una figura importada, no es una originalidad
española, y por tanto es capital conocer, sopesar los modelos en el
ámbito de los países de nuestro entorno y eso es lo que está haciendo
el Ministerio de Defensa.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moragues.




El señor MORAGUES GOMILA: Discrepo con el señor subsecretario en el
sentido de que la ley sí fija un plazo. Es cierto que estamos dentro
del plazo, pero la ley dice que en tres años tiene que estar hecho el
desarrollo normativo. De todos modos, yo no hablaba tanto del plazo
como de algunos conceptos y este es novedoso y muy importante por las
consecuencias que tiene en las asociaciones militares. Por lo menos
con el anterior equipo ministerial había un acuerdo de base muy
importante: que este modelo de los consejos asesores debía servir
para canalizar las inquietudes del personal de las Fuerzas Armadas en
relación con sus cuestiones profesionales, que es un campo en el que
están trabajando las asociaciones militares existentes y quieren
vehicular sus pretensiones. Decíamos, de acuerdo con el equipo
ministerial anterior, que se debía dar salida a esta cuestión y el
derecho comparado fue muy utilizado en la discusión de la ley para
ver qué modelos existían, cuál era la mejor solución, etcétera, y a
nosotros nos parecía bien; de hecho, nos sigue pareciendo bien la
idea. ¿Qué nos parece mal de la cuestión? La poca voluntad que ha
tenido la Subsecretaría o el Ministerio en general en tirar para
adelante en una cuestión que para nosotros es fundamental, porque si
no es seguro que vamos a tener problemas más adelante. Esta es
nuestra preocupación: que estas determinaciones reglamentarias
o normativas tenían que tener una consecuencia inmediata, nada de
eficacia a medio o largo plazo; debían tener una eficacia inmediata:
paralizar las reclamaciones, las reivindicaciones que hacían desde
fuera de las Fuerzas Armadas asociaciones militares.




¿Qué pensamos en estos momentos? Que cuando hayan terminado de hacer
el estudio de derecho comparado, que hace tiempo que está en marcha,
los consejos asesores funcionen. Siempre tendrán una función asesora
a realizar dentro de las Fuerzas Armadas, pero, a diferencia de lo
que ha expresado el señor subsecretario, nosotros pensamos que en
este momento la principal virtualidad que tenían estas previsiones
normativas ha sido superada. Nuestro grupo parlamentario ya está



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en esa posición y trabajando en una proposición de regulación de
derechos y deberes de los militares profesionales, que naturalmente
se referirá a las cuestiones relacionadas con los derechos de
asociación de los militares. Esto es algo que este portavoz ya ha
dicho dos veces en esta Comisión. Dimos un plazo suficientemente
generoso -estamos hablando de dos años desde la promulgación de la
ley- para que el Ministerio hiciera efectivas estas previsiones
legales y no lo ha hecho. Otra preocupación que tenemos es la
referida a las cuestiones de contenido, a las que el señor
subsecretario se ha referido mínimamente por la resistencia que
mantienen las estructuras del Ministerio de Defensa a la aprobación
de los consejos asesores de la Guardia Civil. En esta Cámara todo el
mundo sabe que desde febrero de este año hay un proyecto terminado de
funcionamiento de los consejos asesores de la Guardia Civil y que
está paralizado por el Ministerio de Defensa. Ante esta experiencia,
nosotros queremos expresar preocupación. Si la Dirección General de
la Guardia Civil ha hecho un proyecto, que, por las noticias que
tenemos, entendemos correcto, no vemos las razones que tiene el
Ministerio de Defensa para paralizar esta cuestión, si no son las
resistencias que ejercen algunas estructuras del Ministerio a aplicar
este modelo a las Fuerzas Armadas. De esta preocupación vienen estas
preguntas.

Termino, pero he querido dejar sentadas las discrepancias que el
Grupo Parlamentario Socialista mantiene en esta ocasión con el
Ministerio de Defensa.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor subsecretario, por un
tiempo prudencial.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
Me satisface la referencia al acuerdo de base que existía con el
anterior equipo ministerial y, en la medida en que ese acuerdo no
incluía un elemento cronológico preciso, se puede entender que el
Ministerio de Defensa se atiene a ese acuerdo de base que usted ha
mencionado. Esperamos que también ustedes, el Grupo Parlamentario
Socialista, hagan honor a ese acuerdo de base. En cualquier caso,
compartimos que los consejos asesores de personal son una cuestión
fundamental y precisamente por eso nos ha parecido necesario
abordarlos con rigor y calidad técnica, que es lo que ocupa al
Ministerio de Defensa desde hace muchos meses. Niego con toda
rotundidad que haya poca voluntad por parte del Ministerio de Defensa
para sacar adelante este proyecto de real decreto. Igualmente debo
contradecir su afirmación de que exista una paralización del proyecto
relativo a la Guardia Civil, que en este momento sigue su curso
dentro del Ministerio de Defensa sin ningún tipo de obstáculo ni
cortapisa.

- DEL SEÑOR MORAGUES GOMILA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE CONSECUENCIAS QUE HA TENIDO LA AFIRMACIÓN DEL DEFENSOR DEL
PUEBLO CORRESPONDIENTE AL AÑO 1999 EN LA QUE DENUNCIA QUE EN
DETERMINADOS DESTINOS DEL EJÉRCITO '...SE PONE DE MANIFIESTO UNA
CONCEPCIÓN DE LA AUTORIDAD Y DE LA DISCIPLINA QUE NO CONSIDERA COMO
LÍMITE ABSOLUTO EL RESPETO A LA LEY Y A LOS DERECHOS DE LOS
CIUDADANOS'. (Número de expediente 181/000776.)



- DEL SEÑOR MORAGUES GOMILA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE CONSIDERACIÓN POR LA SUBSECRETARÍA DE DEFENSA DE LA
RECOMENDACIÓN DEL DEFENSOR DEL PUEBLO DE TOMAR MEDIDAS PARA QUE SE
CORRIJAN LOS EJERCICIOS IRREGULARES EN LA APLICACIÓN DE LA POTESTAD
DISCIPLINARIA. (Número de expediente 181/000777.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moragues para formular
las preguntas que figuran con los números 6 y 7 del orden del día.




El señor MORAGUES GOMILA: Estas dos preguntas tienen su justificación
en el informe que el Defensor del Pueblo remite cada año a la Cámara,
en este caso concreto hacen referencia al informe del año 1999,
último que ha tenido entrada en la Cámara. La verdad es que el
informe, a pesar de algunas cuestiones, deja bastante bien parada a
la Administración militar, sobre todo si comparamos con algunos otros
departamentos. Es decir, que en general la Administración militar, de
la que el señor subsecretario es un alto responsable, sale bien
parada, pero ha habido un par de cuestiones que me han llamado la
atención, sobre todo por la contundencia de las afirmaciones que el
Defensor del Pueblo ha incluido en su informe y que hacen referencia
al ejercicio de la autoridad y de la disciplina en las Fuerzas
Armadas. Por tanto, las preguntas hacen referencia a esto.

La primera pregunta es sobre las consecuencias que ha tenido en el
Ministerio de Defensa la afirmación del Defensor del Pueblo que dice
que el informe pone de manifiesto una concepción de la autoridad y de
la disciplina que no considera como límite absoluto el respeto a la
ley y a los derechos de los ciudadanos, lo que a juicio de esta
institución exigiría una actuación decidida por parte del Ministerio
de Defensa que tuviese como objetivo la desaparición de prácticas
disciplinarias como la descrita. Es cierto que hace referencia a un
caso concreto y por tanto no quiero hacer de esto una ley general.

Pero la contundencia de que en algunos sitios, en este caso concreto
en la Escuela de Logística del Ejército,



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alguien que ejerce el mando, la autoridad, puede tener la concepción
que refleja el informe del Defensor del Pueblo, a este diputado que
les habla le ha preocupado.

Querría saber qué consecuencias ha tenido que en el informe del
Defensor del Pueblo aparezcan frases como las que le acabo de leer y
qué consecuencias han tenido las recomendaciones -en este caso en el
apartado de recomendaciones del informe del Defensor del Pueblo-
directamente dirigidas a la Subsecretaría del Ministerio, para que
valorase la oportunidad de adoptar las medidas necesarias para evitar
que, en el ejercicio de la potestad sancionadora, se vulneren los
derechos de los inculpados. Es cierto que, leyendo este informe, se
ve que la Subsecretaría no comparte el criterio de la institución del
Defensor del Pueblo; no obstante, esta nota de contradicción que
dirigió la Subsecretaría a la oficina del Defensor del Pueblo, éste
termina el párrafo diciendo: No obstante, la Administración militar
no se pronuncia ahora sobre la aceptación de la recomendación
formulada, por lo que se ha considerado necesario solicitar un nuevo
informe al respecto.

No sabemos cómo ha terminado esta historia. Y es lo que le pido, qué
consecuencias ha tenido este caso de aceptar o no la recomendación
que hacía directamente a la Subsecretaría del informe del Defensor
del Pueblo.




El señor PRESIDENTE: Para contestar, tiene la palabra el señor
subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
Como sabe, las palabras del Defensor del Pueblo en su informe
correspondiente al año 1999, como ha dicho el señor Moragues, hacían
referencia a un caso concreto. En cualquier caso, el Ministerio de
Defensa tiene plenamente aceptada y compartida la recomendación del
órgano constitucional del Defensor del Pueblo de que hay que adoptar
todas las medidas que sean precisas para evitar vulneraciones a los
derechos reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico de quienes se
encuentran sometidos a procedimientos disciplinarios. En cuanto a que
ha de observarse plena juridicidad y plena legalidad de la situación
de quienes se encuentran sometidos a expedientes disciplinarios, este
Ministerio de Defensa comparte la recomendación del Defensor del
Pueblo.

Por lo demás, en materia de régimen disciplinario militar, se ha
producido una innovación importante por una ley aprobada en esta
Cámara, la Ley orgánica 8/1998, de 2 de diciembre, de régimen
disciplinario. Esto ha permitido que, a la luz de la nueva ley, se
profundizase en esta necesidad de explicar los límites que el derecho
disciplinario tenía a todos los mandos de las Fuerzas Armadas. En
particular, ha dado lugar a que se hayan cursado instrucciones por
distintos mandos militares al personal subordinado para que el
ejercicio de la potestad disciplinaria se ejercite de manera regular
y con pleno respeto a los derechos de las personas que están
sometidas a estos
procedimientos. Se ha provocado una difusión importante del contenido
de la recomendación y de la nueva ley, de ambas cosas, en diversas
circunstancias, mediante conferencias a distintos niveles y, en las
unidades militares, por parte del personal del cuerpo jurídico
militar destinado a las asesorías jurídicas de los mandos regionales.

Además, se han organizado diversos cursos monográficos, con
periodicidad variable, que se han publicado en el Boletín Oficial de
Defensa y al que han concurrido numerosas personas, específicamente
referidos al derecho disciplinario militar. Por último, el Ministerio
de Defensa vela también por que los procedimientos judiciales que
existen por abuso de autoridad sean realmente con pleno respeto a la
independencia del Poder Judicial, pero sean realmente efectivos y las
personas que están condenadas como autores de delitos de abuso de
autoridad tengan el castigo previsto en las leyes.




- DEL SEÑOR MORAGUES GOMILA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE MEDIDAS DISCIPLINARIAS PARA RESTABLECER EL EJERCICIO DEL ESTADO
DE DERECHO QUE DEBE SER DEFENDIDO TAMBIÉN POR LOS ALTOS CARGOS DE LA
ADMINISTRACIÓN MILITAR. (Número de expediente 181/000754.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos seguidamente a la última pregunta, que
figura con el número 8 del orden del día, que también formula el
señor Moragues. Tiene S.S. la palabra.




El señor MORAGUES GOMILA: Señor presidente, esta pregunta realmente
tenía relación con otra que la Mesa no ha incluido en el orden del
día y seguramente esta pregunta sin la anterior que presentó el
diputado que les habla tendrá muy poco sentido, porque es
naturalmente consecuencia de una anterior que, como digo, no ha sido
incluida en el orden del día. Hace referencia a unas opiniones
expresadas por el comandante general de Melilla, en el último acto de
jura de bandera, sobre el ejercicio del derecho a la objeción de
conciencia. Como seguramente recordarán ustedes, tachó prácticamente
de traidores a la patria a todos los jóvenes que, ejerciendo el
derecho constitucional de objetar, preferían objetar, aunque fuera
por conveniencia en algunos casos, que presentarse a filas, según
decimos normalmente. Estas expresiones, que a mí me chocaron por la
contundencia y que pudieron ser debidas a un calentón, si me permiten
la expresión, de un soldado que veía con preocupación el final del
servicio militar obligatorio y sobre todo la respuesta que el final
de esta institución estaba teniendo entre los jóvenes de este país y
que yo comprendo, se produjeron en las mismas fechas en que un
delegado territorial de Defensa, creo que de la provincia de Gerona,
hizo unas afirmaciones, unas declaraciones, un pequeño comentario



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sobre el papel de la mujer en las Fuerzas Armadas, y fue cesado
fulminantemente. La disparidad de tratamiento entre un comentario
hecho no sé si por un coronel en la reserva de Gerona y el que hacía
un comandante general sobre el ejercicio del derecho de la objeción
por parte de los jóvenes españoles, parecía suficiente motivo para
que nuestro grupo se preocupara de qué pensaba hacer, si es que
pensaba hacer alguna cosa; sobre las opiniones -esta parte de la
pregunta no se la puedo hacer porque no ha sido incluida en el orden
del día- así como pedirle si pensaba tomar algún tipo de medida
disciplinaria. Estos son los antecedentes de la pregunta y espero con
interés su respuesta, señor subsecretario.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
El señor Moragues ha enlazado esta pregunta con otra que formuló
igualmente pero que no está incluida en el orden del día de esta
Comisión. Me gustaría enlazar esta pregunta con la anterior, que sí
está incluida en el orden del día de la Comisión a la que acabo de
responder y que hacía referencia a las garantías de los sujetos a
procedimientos disciplinarios.

Quizás la primera garantía de cualquier persona sujeta a un
procedimiento disciplinario es el principio de tipicidad, que
solamente se les sancione por los hechos que están previstos y
penados como tales en las leyes disciplinarias. Contesto a la
pregunta que está en el orden del día que el Ministerio de Defensa no
ha entendido que la conducta a que se refiere S.S. pueda ser
integrada en ninguno de los tipos previstos en la Ley orgánica de
régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas y por tanto no se ha
iniciado ningún procedimiento para sancionar al oficial general que
ha sido mencionado por usted.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguna aclaración, respuesta o réplica?



El señor MORAGUES GOMILA: Sí. La verdad es que yo tampoco quiero
entrar en las cuestiones de procedimiento disciplinario, obviamente,
pero me preocupa que el Ministerio entienda que expresiones públicas
de altos oficiales del ejército que van en contra de las previsiones
constitucionales no son objeto de ningún tipo de medida
disciplinaria, cuando yo he puesto un ejemplo de medidas
disciplinarias rapídisimas, tomadas por este equipo ministerial, por
cuestiones tan importantes
o menos. En este caso, por tanto, el Grupo Parlamentario
Socialista no comparte las valoraciones que hace el señor
subsecretario de las motivaciones por las cuales se pueden tomar o no
medidas disciplinarias. Esto está absolutamente regulado por el
código disciplinario militar, como se ha recordado hace un momento,
aprobado en esta Cámara hace un poco más de dos años. Ahí figura muy
claro que en actos oficiales, naturalmente, vestidos de militar, no
se pueden hacer estas declaraciones sin que haya ningún tipo de
reacciones por parte de los responsables políticos de este
Ministerio.

Y me entristece, señor subsecretario, que usted piense que estas
manifestaciones no lo requieren. Yo no estoy presumiendo que se le
tenga que abrir cuestión disciplinaria ni que se le tenga que
castigar, pero por lo menos reconvenir. Estas manifestaciones
llenaron de pesadumbre a muchos jóvenes españoles que habían optado
por la objeción de conciencia, que es un derecho constitucional, como
ha dicho, que muchos jóvenes españoles han realizado también con
mucha dedicación y haciendo un buen servicio a la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Señor subsecretario, ¿quiere intervenir?



El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA (Torre de Silva y López de Letona):
Con toda brevedad, señor presidente, para indicar que las
afirmaciones que son objeto de esta pregunta no supusieron en ningún
caso un juicio peyorativo respecto de la Constitución. Esto se ha de
tener siempre presente porque, de otra manera, se hubiera procedido
disciplinariamente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor subsecretario, por su
esfuerzo, por atender esta maratoniana comparecencia. De todas
maneras, sabe que aquí es muy bien recibido y se debe sentir cómodo
porque, en cualquier caso, vuelve a su casa, ya que ésta ha sido su
casa durante una legislatura.

Gracias también a SS.SS., por su asistencia y por el trabajo que han
desarrollado. Previsiblemente, ésta será la última sesión hasta
septiembre. Por eso, aparte de expresarles mi gratitud, me cabe
desearles unas buenas vacaciones, aunque el mes de julio también es
laboral a los efectos de trabajar en comisiones y en grupos. Muchas
gracias a todos.

Se levanta la sesión.




Era la una y quince minutos de la tarde.