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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 258, de 07/06/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 258



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NOTA INFORMATIVA: En la edición impresa de este Diario, sus páginas
aparecieron, por error, numeradas desde la 4165 a la 4192. Tal error
ha sido corregido en la presente edición electrónica.

(Vease 'DS. Congreso de los Diputados' Comisiones, núm. 285)
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ECONOMÍA Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. SANTIAGO LANZUELA MARINA



Sesión núm. 23



celebrada el jueves, 7 de junio de 2001



Página



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia cuatrimestral del señor secretario de Estado de
Hacienda (Giménez-Reyna Rodríguez) para informar sobre las materias
relativas al sistema tributario, previa remisión del informe
correspondiente. (Número de expediente 212/000540.) . . . (Página 7766)



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Se abre la sesión a las cinco de la tarde.




El señor PRESIDENTE: El único punto del orden del día de la Comisión
de Economía y Hacienda para hoy es la celebración de la comparecencia
cuatrimestral del secretario de Estado de Hacienda, para informar
sobre las materias relativas al sistema tributario, previa remisión
del informe correspondiente.

Bienvenido señor secretario de Estado. Tiene usted la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Giménez-Reyna Rodríguez):
Buenas tardes, señorías. Aprovecho este primer tramo de mi
intervención para agradecer la oportunidad de comparecer en esta mi
segunda vez ante la Comisión y tener la oportunidad de informarles de
las principales actuaciones llevadas a cabo en la Secretaría de
Estado de Hacienda en los cuatro primeros meses del presente año.

Con el afán de sistematizar mi exposición y que puedan saber mejor su
contenido de antemano, dedicaré una primera parte a comentar el
contexto económico, que sin duda es importante para enmarcar la
referencia tributaria que a continuación explicaré; expondré los
datos de la recaudación tributaria en los cuatro primeros meses del
año y los datos de las actuaciones de la Administración tributaria en
cuanto a las diversas facetas que se cubren con la misma; dedicaré un
apartado adicional a los proyectos e iniciativas en las que estamos
ahora mismo trabajando en la Secretaría de Estado de Hacienda y
terminaré con una referencia breve, pero ilustrativa, de los trabajos
que estamos desempeñando en el seno de los foros internacionales en
los que España forma parte, esencialmente la Unión Europea, en donde
se debaten iniciativas que afectan a la política fiscal de los
Estados miembros y, por tanto, a nosotros también muy directamente.

Quisiera empezar mi intervención refiriéndome al contexto económico
en el que España actualmente se enmarca. En este momento estamos en
un contexto económico internacional distinto, algo más complejo al
que se previó inicialmente al tiempo de elaborar los Presupuestos
Generales del Estado para el año 2001. Ello viene motivado porque la
situación económica internacional, en particular la de Estados
Unidos, no es tan buena como la prevista hace un año. Como no podía
ser de otra manera, esto ha tenido su reflejo en las economías de los
países integrantes de la Unión Europea, entre ellos España, que han
visto cómo los organismos internacionales y sus propios gobiernos han
tenido que revisar las previsiones de crecimiento económico y las
diferentes magnitudes de cada uno de ellos. En el caso de España,
debido a la suave desaceleración que se está experimentando en
nuestra economía y que tiene su reflejo en la moderación que muestran
las principales variables económicas internas.

El Gobierno ha revisado las previsiones de crecimiento del PIB para
este año del 3,6 por ciento, estimado en septiembre del año pasado, a
un 3,2 por ciento, que sigue siendo, en mi opinión, una tasa más que
razonable. Podemos afirmar, por tanto, casi con total seguridad, que
nuestro país sigue creciendo a buen ritmo, por encima de la media de
la Unión Europea, lo que supone continuar avanzando en el proceso de
convergencia real con nuestros socios europeos. Ello se traduce en
creación de empleo y riqueza, gracias a los esfuerzos realizados en
consolidación presupuestaria, liberalización de los mercados de
bienes y servicios y modernización de nuestra legislación laboral. De
esta forma nuestra economía dispone actualmente de un margen de
maniobra suficiente ante este nuevo entorno internacional.

En relación con la situación actual, la economía española registra
una fase de moderación de su demanda interna, que afecta tanto a la
inversión en bienes de equipo como al consumo privado, aunque debemos
señalar que el consumo de los hogares españoles ha recuperado parte
de su dinamismo respecto a lo ocurrido en el segundo semestre del año
pasado, siendo debido, en nuestra opinión, a la positiva evolución
del empleo y de la renta, motivada por la revisión de las pensiones y
salarios, por la desviación al alza que sin duda tuvo nuestro IPC el
año pasado. De todas formas, este repunte debe considerarse
transitorio, teniendo en cuenta la situación financiera de la
familia, especialmente en lo que se refiere al ahorro, debido al
fuerte incremento de la inversión en vivienda en los últimos años.

Aun así, se espera un crecimiento elevado de la demanda interna en
torno al 3,3 por ciento.

Por su parte, la evolución del sector exterior viene marcada por una
previsible desaceleración del comercio internacional, si bien debido
a la elevada concentración de nuestras exportaciones -el 70 por
ciento de nuestros envíos son al área del euro, ahí se espera un
crecimiento más sostenido-, por lo que los efectos sobre la economía
española se van a ver limitados. De esta forma, el menor crecimiento
de las exportaciones españolas se verá acompañado de una
ralentización de las importaciones motivadas por la moderación, como
apuntaba, de la demanda interna. En ese escenario, la aportación del
sector exterior a la economía española podrá ser de menos 0,1 por
ciento del producto interior bruto en lugar del menos 0,4 por ciento
del inicialmente previsto. En definitiva, por intentar resumir esta
primera reflexión, podría señalar que la economía española camina
hacia un patrón de crecimiento más equilibrado y sostenible en el
medio plazo, con una mejora del sector exterior que va a compensar la
ligera ralentización de nuestra demanda interna.

En cuanto al sector del trabajo, la tasa de paro se situará, en media
anual, en el 12,7 por ciento, con una creación de 325.000 nuevos
empleos, cifra inferior al empleo creado en años anteriores, como
consecuencia



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de ese nuevo cuadro macroeconómico, aunque sigue siendo muy superior
al empleo creado en el resto de los países de la Unión. No quisiera
dejar pasar esta oportunidad y recordar el dato de paro registrado en
el mes de mayo, publicado esta misma semana, que refleja una tasa de
paro del 8,7 por ciento, la más baja desde 1979. Por otra parte, el
dato de afiliados a la Seguridad Social, 15.600.000 personas,
constituye un récord histórico de afiliación a nuestra Seguridad
Social.

Finalmente, en este apartado introductorio me gustaría mencionar que
la situación descrita en nada debe afectar a la consecución del
equilibrio presupuestario, que es el mejor instrumento de apoyo a la
estabilidad macroeconómica, y ello debido fundamentalmente a que
nuestro presupuesto, el del año 2001, tiene la holgura suficiente al
haber sido elaborado en su momento bajo la premisa de la precaución y
de la prudencia. Debido a ello, el compromiso del déficit cero se
cumplirá a final de año. El dato del billón de superávit registrado
en las cuentas del Estado durante el primer cuatrimestre no hace otra
cosa sino corroborar esta afirmación.




Respecto a los datos económicos más recientes, el último informe de
coyuntura económica del Banco de España establece un crecimiento del
producto interior bruto durante el primer trimestre del año del 3,5
por ciento en términos reales, cifra tres décimas inferior al
crecimiento registrado durante el último trimestre del año 2000. Esta
cifra viene a confirmar lo comentado anteriormente respecto a la
coyuntura económica en la que estamos inmersos, si bien hay que
señalar que, contemplado en relación al actual marco económico
europeo y del resto del mundo, debemos considerar como un dato
positivo, ya que muestra que nuestra economía sigue manteniendo un
constante ritmo de crecimiento en los primeros del año. Ese nuevo
entorno económico que acabo de describir tiene su reflejo, como
enseguida explicaré, en la cifra de recaudación líquida del Estado,
si bien durante el primer cuatrimestre alcanzamos tasas de
crecimiento muy considerables sobre el excepcional crecimiento de lo
recaudado en lo que podía ser la referencia en los cuatro primeros
meses del año 2000.

Podemos afirmar, además, que el presupuesto se está cumpliendo con
holgura, que estamos en un grado de ejecución del 38,2 por ciento en
el primer cuatrimestre, si bien la estacionalidad de determinados
ingresos puede provocar un mayor ajuste respecto del presupuesto en
el futuro. No obstante, si atendemos a las previsiones, podríamos
decir que esperamos un cambio de tendencia en el segundo semestre del
año y ello por varios motivos. En primer lugar, se espera la
recuperación de la economía americana, apoyada en el descenso de los
tipos de interés, la reforma impositiva que se va a acometer y las
ganancias de productividad que se esperan lograr gracias a la
incorporación de nuevas tecnologías. En segundo lugar, en la zona
euro, y tal como señalaba esta misma semana el presidente del
Eurogrupo, confiamos
en un mejor comportamiento económico, debido tanto a los impulsos
fiscales y de control del gasto previstos en la principal economía
como a la reducción del precio del petróleo y de los tipos de interés
que se avecinan. En tercer lugar, en España el comportamiento del
sector exterior va a ser más favorable, esperando una contribución
neta a final de año positiva y, por último, el equilibrio
presupuestario, que también debe ayudar decisivamente en este cambio
de tendencia.

Antes de pasar a explicarles el desglose por figuras tributarias de
los recursos obtenidos por el Estado en el primer cuatrimestre, me
gustaría señalar el hecho de que para que la economía española siga
en expansión en los próximos años y continuemos avanzando en
convergencia real, en renta y en empleo respecto a la media europea
debemos seguir una estrategia basada en dos aspectos: por un lado, la
consolidación del nuevo escenario de estabilidad presupuestaria, en
el que debe jugar un papel fundamental y básico la nueva ley de
estabilidad presupuestaria que actualmente se debate en la Cámara y,
por otro, la profundización en el proceso de liberalización, de
privatización y de aumento de la competencia en los mercados de
bienes y servicios. Con ello pasaría a la segunda parte de mi
intervención, que se refiere a la explicación de los ingresos del año
2001, desglosándolos por conceptos en la manera más detallada que sea
posible.

Partiendo de que nos estamos refiriendo siempre a un período breve,
el primer cuatrimestre, que lleva a análisis siempre parciales y
provisionales, tengo que decir que la recaudación líquida del Estado
ha ascendido en el cuatrimestre a 7 billones 17.200 millones de
pesetas, con una tasa de variación del 5,7 por ciento sobre lo
recaudado en el mismo período del año anterior, es decir, unos
376.000 millones de pesetas más que lo se recaudó en el primer
cuatrimestre el año pasado. Este crecimiento se ve influido por tres
factores relevantes: el crecimiento de las retenciones de trabajo, el
dinamismo de la actividad portadora y algunas circunstancias
especiales que han condicionado, en alguna medida, el pago
fraccionado del impuesto sobre sociedades de este primer
cuatrimestre.

En cuanto al grado de ejecución, nos encontramos en un porcentaje que
puede considerarse muy positivo. Durante los cuatro primeros meses
del año la recaudación tributaria líquida del Estado ha supuesto el
38,2 por ciento sobre lo presupuestado para el conjunto del año y,
como decía, sin embargo hay que advertir que hay factores de
estacionalidad que pueden determinar el que haya una variación de
estos porcentajes a lo largo del año.

Como decía, tres factores han influido en esa recaudación del primer
cuatrimestre: por una parte, los mayores ingresos por retenciones del
trabajo y del capital, derivados también de la cuota diferencial neta
en el impuesto sobre sociedades y en el IVA y, por otra,menores
ingresos por retenciones sobre ganancias derivadas



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de fondos de inversión y privatizaciones y, por otro lado, como
factor negativo también, por mayores devoluciones.

En cuanto a la evolución del ratio imposición directa/ imposición
indirecta al finalizar el primer cuatrimestre, diré que los impuestos
directos han obtenido una recaudación de 3 billones 215.000 millones
de pesetas, casi 220.000 millones más que en el mismo período del año
anterior, lo que supone un crecimiento del 7,3 por ciento sobre el
año 2000. Por su parte, los indirectos recaudan 3 billones 739.000
millones y, por tanto, crecen más moderadamente -un 4,3 por ciento-
que los directos. Todo esto supone un incremento de recaudación de
154.000 millones con respecto al año 2000.

Si atendemos al grado de ejecución, los impuestos directos alcanzan
el 36,1 por ciento del presupuesto de ingresos del año, mientras que
los indirectos están en el 41 por ciento de las previsiones de
ingreso. Por tanto, podemos decir que el comportamiento de la
recaudación durante estos primeros cuatro meses ha sido positivo,
sobre todo teniendo en cuenta el contexto económico en el que nos
encontramos, marcado por esa ligera revisión a la baja de las
principales variables macroeconómicas. Se ha conseguido un
crecimiento de la recaudación de casi un 6 por ciento, lo que supuso
ingresar 375.000 millones de pesetas más que en el mismo período del
año 2000.

Ahora paso a explicar la evolución de la recaudación en cada uno de
los principales conceptos: renta, sociedades, valor añadido e
impuestos especiales, que son los cuatro pilares principales de
nuestro presupuesto de ingresos. Empezaré por el impuesto sobre la
renta de las personas físicas. Me referiré directamente, si les
parece, a los porcentajes de incremento. Las cifras están contenidas
en el informe que se les ha remitido, lo que quizá haga más fácil el
seguimiento de la exposición. En todo caso, los datos se pueden
contrastar. Durante el primer cuatrimestre, el aumento de la
recaudación en el impuesto sobre la renta ha sido del 10,6 por ciento
-siempre hablo sobre lo recaudado en el mismo período del año
anterior-; el grado de ejecución supone el 46,4 por ciento para el
total del año. Las retenciones del trabajo han sido superiores al
mismo período del año anterior en un 14,2 por ciento. Su ritmo de
crecimiento de ha elevado fuertemente respecto al año 2000, como lo
demuestra el 11,8 por ciento de crecimiento de la masa salarial en el
primer trimestre del año, imputable en un 4,8 al crecimiento del
empleo y en un 6,7 al incremento del salario medio anual. Hay un dato
significativo que afecta a las retenciones del capital. Durante este
período, estas retenciones han registrado por primera vez una tasa
positiva desde 1996 y ello viene motivado por el importante
crecimiento de las retenciones sobre intereses bancarios, impulsado
por el atractivo de depósitos de alta rentabilidad y el trasvase de
dinero desde fondos de inversión por el poco atractivo comportamiento
de la Bolsa durante los
primeros meses de este año y, por otra parte, por la reducción del
tipo de retención en dividendo y en seguros de vida.

Otra partida que es conveniente analizar son los descensos
experimentados en la recaudación por retenciones en arrendamientos y
fondos de inversión. En cuanto a los arrendamientos, su evolución
demuestra una bajada del 6,8 por ciento respecto al mismo período del
año 2000. Igual ocurre con respecto a las retenciones sobre fondos,
que disminuyen como consecuencia de la rebaja del nivel de ganancias
sometidas a dicha retención en virtud de la modificación establecida
en el Real Decreto-ley 3/2000, en el sentido de disminuir el tipo de
retención del 20 al 18 y el período de permanencia de dos a un año.

En el ámbito de la imposición directa me tengo que referir también al
impuesto sobre sociedades. La recaudación durante el primer
cuatrimestre ha tenido un incremento del 3,8 por ciento respecto al
mismo período del año anterior. Igual que en el caso de las rentas de
las personas físicas, las retenciones del capital y las retenciones
sobre fondos y arrendamientos muestran un comportamiento positivo y
negativo, respectivamente, por las razones que acabo de explicar y
que no reiteraré.




En cuanto a los pagos fraccionados del impuesto sobre sociedades, los
que proceden de la actividad empresarial, profesional y artística
experimentan una desaceleración en este primer cuatrimestre y ello
por varios factores: de una parte, la moderación del beneficio
empresarial, que, no obstante, se mantiene vigoroso, especialmente en
las pymes, que tienen un crecimiento en el pago fraccionado en el
cuatrimestre de un 29 por ciento; de otra parte, la existencia de
circunstancias atípicas que han condicionado el pago fraccionado de
las grandes empresas y también ha influido, por qué no decirlo, el
impacto de las medidas de apoyo a la internacionalización y
modernización de la empresa contenidas en el Real Decreto-ley 3/2000.

Hay también otros factores que no podemos desconocer. De una parte,
están los beneficios extraordinarios por privatizaciones obtenidos en
el año 2000, con los que este año no contamos, que representaban un
1,8 por ciento del primer pago a cuenta de aquel año. De otra parte,
están las dotaciones para fondos de pensiones externos impulsadas por
el Real Decreto 1588/1999, por el que se aprueba el reglamento sobre
instrumentación de los compromisos por pensiones de las empresas con
trabajadores y beneficiarios. En la medida en que estas dotaciones
son fiscalmente deducibles, se produce un efecto negativo sobre las
empresas. De otra parte, hay que citar las pérdidas bursátiles, en
sintonía con la caída del 13 por ciento que se produce en la
principal Bolsa de nuestro mercado, la de Madrid. Y por último, el
aumento de los costes salariales de las empresas, la razón salarios/
ventas, que aproxima los costes laborales unitarios, aumenta en el
primer



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trimestre del año 2001, reduciendo el crecimiento del resultado bruto
de explotación, cuya evolución constituye el principal determinante
del beneficio de las empresas.

Me referiré a continuación a la imposición indirecta, y en primer
lugar, al principal impuesto del sistema en esa área del capítulo de
ingresos; el impuesto sobre el valor añadido. Durante el primer
cuatrimestre de este año la recaudación ha aumentado un 5,8 por
ciento, más de lo que creció en el mismo período del año anterior,
situándose el grado de ejecución para este año en un 45,9 por ciento.

El menor crecimiento respecto del período correspondiente del año
2000 se debe fundamentalmente a mayores devoluciones, que crecen a
una elevada tasa anual del 31 por ciento, que cabe imputar, de un
lado, al dinamismo de la actividad exportadora y, de otro, al elevado
volumen de las devoluciones solicitadas al final del año 2000.

Desagregando esta cifra general del impuesto, me referiré al IVA
importación, que crece en 67.000 millones sobre el mismo período del
año anterior, lo que supone un crecimiento del 12,9 por ciento,
inferior al del ejercicio anterior debido a la variación del precio
del crudo y a la cotización del dólar. Y en operaciones interiores el
IVA presenta una desaceleración en el crecimiento de la recaudación,
alcanzando una tasa en el cuatrimestre del 4,1 por ciento. Ese
crecimiento se justifica por las mayores exportaciones, la moderación
en el consumo y la reducción en el tipo efectivo de tributación,
resultado del desplazamiento del gasto de la familia hacia bienes y
servicios con tipos inferiores, como pueden ser la alimentación o la
vivienda.

Finalmente, me referiré a los impuestos especiales. La recaudación
durante el cuatrimestre representa una cifra de 871.900 millones de
pesetas, permaneciendo prácticamente estable en relación con la
registrada el año anterior, un decrecimiento del 0,4 por ciento. En
esta evolución influyen circunstancias como las siguientes: de un
lado, disminución del tipo efectivo de gasolinas y gasóleos respecto
del ejercicio anterior, debido al desplazamiento del consumo de
gasolina hacia gasóleo por parte de las familias españolas y, por
otro, el impuesto sobre labor del tabaco no crece con respecto a lo
que ocurrió el año pasado porque no se han producido episodios de
acaparamiento que se produjeron en los primeros meses del año 2000
ante el anuncio de subidas de precio. Por tanto, la situación es
contenida en el ámbito de los impuestos especiales, pero hay dos
factores positivos que deben señalarse: de una parte, la recuperación
que en los últimos meses está experimentando la matriculación de
vehículos en relación con lo que acontecía al final del año pasado
(durante los cinco primeros meses del año se han matriculado ya más
turismos que en el mismo período del año anterior) y, de otra parte,
en el mes de mayo se produce un crecimiento largamente esperado del
3,4 por
ciento de recaudación en el impuesto especial sobre hidrocarburos.

En conclusión -y resumo todo lo dicho a propósito de ingresos-, la
coyuntura de los públicos en el primer cuatrimestre del año se
caracteriza por un crecimiento del 5,7 por ciento, en un entorno
macroeconómico no tan favorable como el que teníamos en meses
anteriores, lo que supone ingresar casi 400.000 millones más que en
el primer cuatrimestre del año pasado y una reducción del
desequilibrio existente al comienzo del año 2000 en la evolución
recaudatoria de impuestos directos e indirectos. Mientras que en el
primer cuatrimestre del año 2000 los indirectos crecían vigorosamente
y los directos permanecían prácticamente estables, en este año los
directos crecen un 7,3 por ciento y los indirectos un 4,3 por ciento.

Antes de terminar con los ingresos, hay un capítulo, que les expondré
con la máxima brevedad, que es el que afecta a las devoluciones, que
es el lado negativo de la recaudación.

Pues bien, en cuanto a la evolución de las devoluciones, magnitud que
tiene una enorme importancia en nuestra hacienda dado que es un
mecanismo incorporado a numerosas figuras, las que se han gestionado
por la Agencia Tributaria en estos primeros cuatro meses han
ascendido a casi 900.000 millones, es decir casi 110.000 millones más
que en el mismo periodo del año pasado, destacando los importantes
aumentos registrados en renta y valor añadido. En renta, las
devoluciones durante los cuatro primeros meses del año ascienden a
73.000 millones de pesetas, lo que supone un aumento del 17,9 por
ciento. Esto viene determinado en gran medida por el incremento de
devoluciones de la campaña actualmente en curso. En cuanto al valor
añadido, las devoluciones han ascendido a 500.000 millones, con un
crecimiento superior al 30 por ciento respecto de la realizada en
igual periodo del año anterior. Ese crecimiento es debido a dos
factores, por una parte, el comportamiento de las exportaciones, que
motiva que el IVA a devolver a los exportadores haya aumentado en
75.000 millones, y por otro, la mayor celeridad que estamos aplicando
en el programa de devoluciones de campaña, que se inició este año con
prontitud, en el mes de marzo del presente ejercicio.

Me referiré a continuación a los datos de gestión y de control
tributario, que constituyen una actividad fundamental en el trabajo
de la Agencia Tributaria. Las actuaciones ordinarias de gestión
tributaria, es decir las autoliquidaciones y declaraciones que
presentan los contribuyentes, han superado en estos primeros cuatro
meses los 16 millones de documentos. Respecto a la colaboración con
el contribuyente, la asistencia y mejora de las retenciones sigue
siendo en este año un objetivo básico de la Agencia, puesto que
consideramos que para promover y facilitar el cumplimiento de las
obligaciones fiscales por los ciudadanos es fundamental que se les
facilite una información puntual e inmediata sobre su situación
individual, así como que dispongan



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de la asistencia y ayuda necesaria para la confección de sus
declaraciones tributarias. Trataré, por tanto, separadamente cada una
de las actividades que desempeña la Agencia. La primera, como digo,
es la informativa.

Durante los cuatro primeros meses, el número de cartas enviadas a los
contribuyentes asciende a algo más de 17 millones; en cuanto a las
publicaciones informativas, han alcanzado casi los siete millones de
ejemplares. El número de manuales distribuido ha sido de 611.600,
algo inferior al registrado en el mismo periodo del año anterior, que
fue el primer año de implantación del nuevo impuesto sobre la renta.

En cuanto a las actuaciones de información, tenemos un espectacular
incremento en ciertos servicios. Los telefónicos automatizados
aumentan un 330 por ciento, hasta 813.000 llamadas; las visitas a la
página web de la Agencia crecen un 230 por ciento, aumentando en casi
cuatro millones, y las consultas al programa Informa, que como saben
contiene los criterios de la Administración tributaria respecto a las
diversas cuestiones que se puedan plantear, alcanza un número de
consultas superior al millón y medio, de las que 325.000 han sido a
través de Internet.

Después de informar al contribuyente, lo que corresponde por parte de
la Administración es ayudarle y asistirle para que lo que ya conoce
pueda servirle para cumplir con sus obligaciones en el periodo
voluntario. En este campo, nos encontramos con una oferta
diversificada que intenta personalizar la ayuda que recibe cada
contribuyente a sus necesidades y que, como pueden comprobar en el
informe que se ha remitido a SS.SS., aumenta considerablemente en
estos primeros cuatro meses, aunque debo señalar que algunos de los
datos que expondré tienen siempre carácter de provisionales, puesto
que aún no ha finalizado la campaña del impuesto sobre la renta. La
utilización de los programas de ayuda aumenta de manera considerable,
como se observa en el porcentaje de declaración efectuada con ese
tipo de programas sobre el total de las presentadas. Baste con citar,
por ejemplo, las declaraciones de retenciones del trabajo personal
efectuadas con programas de ayuda, que han pasado de 461.000 en los
cuatro primeros meses del año 2000, un 26 por ciento del total de las
presentadas, a 1,3 millones este año, un 70 por ciento de las
declaraciones presentadas. También hay que señalar que este año unos
118.000 contribuyentes han empezado a utilizar el programa de ayuda
de devolución rápida, el Prode.

Finalmente hay otro servicio que está teniendo gran aceptación entre
los ciudadanos: el de petición de datos fiscales, que implica una
mayor comodidad para el contribuyente al evitarle las molestias que
acarrean las actuaciones de comprobación y verificación, garantizando
además para nosotros, para la Agencia, un mayor acierto en la
confección de las declaraciones aportadas por los contribuyentes. Se
trata de un servicio, con carácter previo a la presentación por el
contribuyente
de su declaración de la renta, que aumenta significativamente, siendo
el porcentaje de incremento en estos cuatro primeros meses del año
del 55 por ciento, aumento que debe valorarse en un contexto de
reducción en el número de declaraciones que se presentan gracias a la
reforma del impuesto sobre la renta.

Con motivo de este punto que estoy comentando, quisiera aprovechar la
ocasión para exponer los últimos resultados de la campaña de renta
actual, que creemos está consolidando las virtudes del nuevo impuesto
en cuanto a sencillez, equidad y eficiencia. A día de hoy, los datos
de que disponemos muestran la potenciación de los servicios de ayuda
y asistencia a los contribuyentes, una mayor rapidez en el abono de
las devoluciones y un importante éxito en el uso de Internet para la
presentación de declaraciones, y son los siguientes. Desde que
comenzó la campaña se han presentado 3.240.152 declaraciones, de las
que 3.133.948, un 97 por ciento, han sido efectuadas con el programa
Padre. Y del total de las mismas 228.423 son a ingresar, en torno al
8 por ciento de las declaraciones presentadas.

En cuanto a las devoluciones, que tienen un amplio sentido en el
ámbito del impuesto sobre la renta, este año las mismas se han
comenzado a partir de la segunda quincena del mes de mayo, mucho
antes que el año pasado, lo que ha dado lugar a que se hayan
efectuado ya 1.832.234 devoluciones, cerca de un 60 por ciento más,
por un importe de 153.207 millones de pesetas, estando previsto que a
finales de junio se alcance la cifra de cuatro millones de
devoluciones por un importe de 496.000 millones de pesetas, un
significativo avance con respecto al año pasado.

Respecto a los servicios de asistencia y ayuda, a los que damos una
importancia extraordinaria, otro año más la Agencia Tributaria los ha
puesto a disposición del contribuyente. A 7 de junio, la Agencia
lleva atendidas 2.100.000 citas -hablo en números redondos-, un 15
por ciento más que el año anterior, y ha confeccionado casi 1.900.000
declaraciones, un 23 por ciento más que el año pasado. Otro servicio,
como el de cita, previo al de petición de datos fiscales, también ha
experimentado un notable crecimiento. El número de citas concertadas
crece un 15 por ciento y el servicio de petición de datos un 27 por
ciento. Es importante el éxito que está teniendo la presentación de
declaraciones a través de Internet. Sin duda influye en ello el gran
ahorro de costes que comporta tanto para el contribuyente, en
términos de comodidad y de agilidad en el plazo de la devolución,
como para la Administración tributaria, pues permite liberar recursos
que pueden ser destinados a la lucha contra el fraude o a la mejor
atención al contribuyente. A fecha de hoy, se han presentado 272.162
declaraciones por Internet, lo que multiplica por más de cinco las
presentadas durante el mismo período el año anterior. Llamo la
atención de SS.SS. sobre el hecho que se trata de una cifra que crece
de forma extraordinaria, siendo por otra parte sustancialmente



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distinta a la de países de nuestro entorno. El último dato de que
dispongo, en Francia, es que el año pasado se presentaron unas 14.000
declaraciones por Internet, es decir, menos del 10 por ciento de las
que se presentaron en España.

Todo ello ha debido contribuir al premio que una consultora
internacional de reconocido prestigio ha concedido a nuestra Agencia
Tributaria en cuanto a un certamen a propósito de las
administraciones mejor preparadas en el ámbito del uso de las nuevas
tecnologías. La Agencia Estatal de la Administración Tributaria de
España ha sido calificada como la primera administración fiscal del
mundo en la prestación de servicios electrónicos.

Pues bien, una vez expuestos los datos disponibles sobre la marcha de
la campaña de la renta, quisiera concluir solamente con una reflexión
con respecto a un asunto de enorme importancia, que es la agilización
de las devoluciones tributarias.

En relación con el plazo de devolución, el dato definitivo
correspondiente a renta y valor añadido, exportadores, no lo podremos
tener hasta finales de año, pero debemos señalar que tal y como
figura en nuestro plan de objetivos para el año 2001, la
Administración tributaria mantiene el compromiso de situarlo en 30
días; intentaremos, incluso, agilizarlo en la medida de lo posible.

De todo ello podría decir que la actividad a desarrollar en este
ámbito de información y asistencia al contribuyente denota los buenos
resultados que hasta este momento ha obtenido nuestra Administración
tributaria. Ello supone que el contribuyente recibe esta prestación
de ayuda al cumplimiento de las obligaciones y la recibe y la usa
como lo demuestran algunas de las cifras que acabo de exponer. Sin
embargo, desgraciadamente, existen contribuyentes que a pesar de
todas esas facilidades optan por el incumplimiento, y es por ello por
lo que paso a continuación a exponerles los resultados de las
actividades en materia de control tributario, dicho en términos muy
genéricos, para comprender las distintas actividades de lucha contra
el fraude o de aseguramiento en el pago de la deuda tributaria.

Quisiera destacar que aquí tenemos un personal de enorme capacidad y
de enorme dedicación en la Agencia Estatal de Administración
Tributaria, que está contribuyendo con su dedicación a los magníficos
resultados que hoy podemos presentar ante SS.SS.

Pues bien, el control de la Agencia se realiza en dos ámbitos: por
una parte, en vigilar, comprobar y detectar comportamientos erróneos
o indebidos de los contribuyentes, con el fin de que declaren y lo
hagan bien. Y, por otra parte, que aquellos que no han pagado las
deudas que tienen a su cargo las satisfagan y lo hagan, sea en
período voluntario, sea en período ejecutivo.

En lo que se refiere a las tareas de control, hay tres grandes áreas
de la Agencia que intervienen en ello, tres departamentos: el de
Inspección Financiera y Tributaria,
el de Adunas e Impuestos Especiales, ambas que realizan
actuaciones de carácter más selectivo, dedicado a los contribuyentes
más próximos a la elusión o el fraude fiscal, y el departamento de
Gestión Tributaria, que efectúa controles de carácter más genérico,
más extensivo, que afectan, por tanto, a mayor número de
contribuyentes.

Analizando la deuda instruida, es decir, la que incluye actas, de
expedientes sancionadores y delitos fiscales en otros expedientes,
con minoración de devoluciones y bases negativas a compensar, el
resultado en los cuatro primeros meses del año, es decir, el fraude
fiscal descubierto ha alcanzado 674.153 millones de pesetas, un
incremento del 60 por ciento sobre la deuda instruida en el mismo
período del año anterior. Los tres departamentos citados aumentan sus
cifras, destacando el incremento registrado singularmente en el
departamento de Aduanas e Impuestos Especiales. Con brevedad, daré la
cifra de cada uno de ellos. En Inspección Financiera y Tributaria se
han instruido deudas por un importe de 264.000 millones, en números
redondos, con un incremento del 18 por ciento, lo que tiene su origen
fundamentalmente en el incremento registrado en cuanto a minoración
de compensaciones por parte de los contribuyentes que así lo
esgrimían.

En el ámbito de aduanas e impuestos especiales, hay un incremento del
195 por cien, alcanzando los 269.000 millones de pesetas. Este
aumento es debido a la mejora en la lucha contra el tráfico de
estupefacientes y contra el contrabando. Se incluyen dos operaciones
de captura de cocaína en barcos valoradas en 110.000 millones de
pesetas.

Y en el tercer área, el de gestión tributaria, se alcanza la cifra de
140.000 millones de pesetas, lo que supone un aumento del 29 por
ciento. Dentro de esta área, destaca el buen comportamiento de las
liquidaciones efectuadas por las unidades al revisar las
autoliquidaciones presentadas por los contribuyentes, que aumenta un
13,3 por ciento, y sobre todo la minoración de devoluciones y cuotas
a compensar, que aumenta un 57 por ciento.

En cuanto a garantizar una eficaz recaudación de las deudas que
existen a cargo de los contribuyentes, la cifra recuperada en los
cuatro primeros meses del año ha ascendido a 124.000 millones de
pesetas, con un incremento de casi el 11 por cien sobre lo recuperado
en el año anterior en el mismo período. Añadiendo un dato
complementario: las actuaciones de embargo con traba, unos
instrumentos básicos de la Agencia en la gestión cobratoria, han sido
275.000 en este cuatrimestre, en línea con las efectuadas con el año
anterior. Por tanto, los datos que se presentan de control de las
actividades de la Agencia en el primer cuatrimestre demuestran una
eficiente tarea en línea con los objetivos que nos marca el programa
que tiene aprobado laAgencia Tributaria.




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A continuación, me referiré al ámbito de la política tributaria de la
Secretaría de Estado. Trataré con la brevedad obligada actuaciones en
materia de adaptación al euro que tanto comprometen a la Secretaría
de Estado de Hacienda, tanto al principal proyecto normativo en el
que estamos trabajando como a ciertas actuaciones que debe conocer la
Comisión a propósito de fiscalidad en las islas Canarias, Ceuta y
Melilla. En primer lugar, me referiré al euro, al proceso de
adaptación y a las resoluciones que se están dictando a propósito de
él. En la Secretaría de Estado de Hacienda las tareas de adaptación
se encuentran en una fase muy avanzada de ejecución. Hay dos ámbitos:
uno, el normativo y, otro, el de gestión. En el ámbito normativo
-como saben SS.SS.- hay una cuestión fundamental a tratar y es que
las cifras que figuran en las leyes no siempre facilitan esa
conversión. Es cierto que las últimas, como las ya dictadas durante
el año 2000, están expresadas en pesetas y en euros; sin embargo, las
antiguas solamente están expresadas en pesetas. No existe una
obligación normativa de conversión para expresar las cifras en euros,
puesto que operan las reglas de denominación automática a la
conclusión del período transitorio. Sin embargo, al objeto de
facilitar el cumplimiento de sus obligaciones a los contribuyentes y
las tareas de las administraciones tributarias españolas (estatal,
autonómica y local), la Secretaría de Estado de Hacienda ha
considerado conveniente que la Dirección General de Tributos dicte
una resolución, publicando la conversión a euros de aquellas cifras
tributarias cuya transformación pueda suponer algún tipo de duda o
complejidad a la hora de hacer la conversión. Ello posibilitará que
las empresas de administración que quieran presentar sus nóminas,
incluso durante este propio año, en el tramo final del ejercicio en
pesetas y en euros puedan aplicar las tarifas que se contienen en las
leyes reguladoras de cada uno de los tributos, aplicando ya en euros
para facilitar la introducción de la nueva moneda a partir del año
que viene. Esa es la resolución de 27 de abril de 2001 a la que les
remito para su conocimiento, que convierte a euros las diferentes
tarifas de una serie de figuras tributarias que omito por brevedad.

Por otra parte, en pocas fechas deberíamos dictar otra resolución que
convierta a euros las tarifas del impuesto sobre actividades
económicas y de las tasas estatales en cuanto requieren también esa
facilidad para aquellos que deban adaptarse a la aplicación del euro.

Finalmente, en cuanto a la oportunidad de redondear cifras en euros,
existe la necesidad sentida por muchos de que haya ciertas cifras de
aplicación generalizada y reiterada de los contribuyentes, como es la
cifra máxima de aportación a planes de pensiones o límites de
deducción en viviendas de 1.200.000 a 1.500.000 pesetas
respectivamente. En este punto la Secretaría de Estado cree que en
esta etapa debe primar sobre todo el principio de equivalencia en la
transformación de cantidades de pesetas a euros. En posteriores
ejercicios
veremos adoptar la cifra, buscando la más adecuada para ese
conocimiento en cuanto a su aplicación generalizada, en lugar de
hacerlo por el procedimiento tan sumario como en el que nos
encontramos en este período interino. Pero al lado de las cuestiones
normativas hay otras de gestión que quisiera señalar mínimamente. En
el ámbito de la gestión tributaria las adaptaciones también se
encuentran en un avanzado estado de desarrollo, ya que desde el
inicio del período transitorio se han ido publicando y editando en
euros los modelos de declaración y de ingreso de los diferentes
tributos, así como las declaraciones de carácter informativo. Hemos
de destacar la labor de información y asistencia que estamos
prestando a comunidades autónomas y corporaciones locales que, a lo
largo de todo el proceso de introducción al euro, en el ámbito
tributario han realizado y siguen realizando diversos órganos de la
Secretaría de Estado de Hacienda.

Pasando ya a otro ámbito, me referiré al principal proyecto normativo
en el que estamos trabajando para dejar algunas de las improntas que
guiarán la redacción de ese proyecto de la nueva Ley general
tributaria, que -como SS.SS. conocen- son iniciativas legislativas
que pretenden una revisión profunda del texto vigente, que data de
1963, con el objeto de actualizar y perfeccionar el régimen básico
tributario aplicable a todas las administraciones de nuestro país,
con pleno respeto a la autonomía de comunidades autónomas y
corporaciones locales. No puedo entrar, por supuesto, en el contenido
del proyecto, pero quisiera mencionar a SS.SS. las cuatro razones
principales que obligan a esa reforma. De una parte está la
incorporación de la abundante jurisprudencia del Tribunal
Constitucional en materia financiera y tributaria en los últimos
años; de otra, la consolidación que ha experimentado una serie de
figuras tributarias que existen en nuestro país, con los fundamentos
nuevos que tiene la actuación administrativa, con grandes
diferencias, es obvio, en la actuación administrativa que se
contemplaba en una ley de 1963. Además existe una tercera razón, la
necesidad de incluir referencias a las especialidades de la
tributación aduanera que está totalmente ausente de la Ley general
tributaria actual. Finalmente, tenemos que recoger en la nueva ley
general tributaria la importancia del uso de las nuevas tecnologías
en la actuación de nuestra Administración fiscal, lo que constituye
un auténtico reto para todo un camino de no retorno, al que debemos
adaptar nuestra legislación principal.

Como SS.SS. conocen, por una resolución de la Secretaría de Estado de
Hacienda, de 15 de junio del año pasado, se constituyó una comisión
de expertos para el estudio y propuestas de medidas de reforma de la
Ley general tributaria. Dicha comisión estudió la situación actual de
nuestro sistema tributario y formuló una serie de propuestas que
fueron recogidas en un informe preliminar, cuya versión definitiva
está a punto de ver la luz. En su versión preliminar ese informe,



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repito, fue sometido al conocimiento y observación de comunidades
autónomas, corporaciones locales, sectores de actividad,
instituciones, profesionales, colegios, cámaras y demás entidades de
prestigio, al que han formulado sugerencias y observaciones. De
resultas de las mismas, la comisión ha redactado ya la versión
definitiva del informe, que será editado próximamente y que debe ser
de utilidad para la redacción del proyecto de ley que finalmente el
Gobierno decida remitir a las Cortes Generales para su tramitación.

También quisiera apuntar alguna referencia a dos ámbitos de nuestra
fiscalidad que han merecido la atención en este primer cuatrimestre.

En primer lugar está la Comunidad Autónoma de Canarias; tendría que
referirme a dos cuestiones de enorme importancia en el ámbito
canario. En cuanto al aspecto normativo quisiera destacar cómo
estamos colaborando con el Gobierno de Canarias para crear la nueva
figura que debe sustituir al llamado arbitrio sobre la producción
interior en Canarias. Sería sustituido por el arbitrio sobre la
importación y la entrega de mercancías, conocida por el acrónimo
AIEM. La norma legal final estará afectada por los términos de la
preceptiva autorización comunitaria, pero después de las
conversaciones mantenidas y de las que estamos teniendo con la
Comisión Europea hemos notificado ya las modificaciones adoptadas con
un grado alto de acuerdo, para poder asegurarnos su rápida
tramitación y que esta nueva figura pueda entrar en vigor el 1 de
enero de 2002, lo que tiene enorme importancia en el Archipiélago.

Al lado de este aspecto quisiera comentar algo respecto a una
institución nueva, la zona especial canaria, la ZEC. Ahí subrayaría
tres ideas. ¿Qué ha supuesto la ZEC? Puedo decir que en el poco
tiempo que lleva funcionando tiene una evolución muy favorable. En
menos de un año desde su creación hay cerca de 700 empleos
comprometidos y una inversión prevista de 8.500 millones de pesetas.

Recientemente, el Consejo de Ministros de 25 de mayo ha delimitado
las áreas restringidas donde se podrán instalar las empresas
dedicadas a la fabricación y comercialización de bienes y productos.

Queda solamente la isla de Lanzarote, que deberá ser delimitada en
cuanto se reciba la propuesta del Gobierno de Canarias. Otra idea en
cuanto a la ZEC me lleva a comentar las actuaciones de defensa que
estamos llevando a cabo en el ámbito internacional, para que no se
confunda este régimen especial con un régimen de competencia fiscal
perniciosa. En el Ecofin de este martes, de anteayer, se presentó el
informe del grupo del código de conducta sobre fiscalidad de las
empresas, que ha hecho una evaluación totalmente favorable a la zona
especial canaria, no considerándola en contradicción con el código de
conducta fiscal de las empresas. Otro frente es el de la OCDE, el
foro de competencia fiscal perjudicial, donde todavía no se ha
producido la evaluación que deberá hacerse sobre la zona especial
canaria. Finalmente, seguimos haciendo
gestiones con Méjico y Venezuela, países que calificaron a la ZEC
como un paraíso fiscal, con los que intentaremos llegar a un
resultado tan exitoso como el obtenido el año pasado con Argentina
para que cambiara su primitiva y negativa calificación. También en
Canarias debería destacar cómo uno de los instrumentos principales
del REF, del régimen económico y fiscal, la llamada reserva para
inversiones en Canarias, ha merecido una atención especial en este
primer cuatrimestre. Después de la constitución de una comisión de
expertos para el análisis de los problemas de aplicación de dicha
reserva, la Dirección General de Tributos ha dictado unas consultas
vinculantes, a petición de las entidades representativas del
empresariado del Archipiélago, resolviendo las principales cuestiones
de interpretación que se producen a propósito de la aplicación de
esta reserva para inversiones en Canarias que, repito, constituyen un
elemento primordial al servicio del desarrollo regional del
Archipiélago.

Una última referencia, más breve todavía, en cuanto a las ciudades
autónomas de Ceuta y Melilla. Quisiera informar a SS. SS. de que
recientemente miembros del Ministerio de Hacienda han mantenido
reuniones con representantes de ambas ciudades. En esas reuniones los
representantes de las ciudades solicitaron tanto la cesión de
tributos estatales como la participación en el llamado Fondo de
compensación interterritorial, así como avanzar en el conjunto de
incentivos fiscales que se corresponden con su régimen económico y
fiscal, siempre dentro del respeto a las normas de la Unión Europea.

Unas y otras cuestiones serán objeto de estudio por parte del
Ministerio de Hacienda.

Hay una última referencia dentro de este ámbito de política
tributaria, de política fiscal general: la política fiscal
territorial. Quisiera mencionar los contactos que estamos teniendo
con las comunidades autónomas y con los distintos partidos políticos
para cerrar un nuevo acuerdo para abordar la nueva financiación de
las comunidades autónomas; como saben, el quinquenio cumple su
vigencia en este mismo año. Podría decir que existe un alto grado de
posibilidades de acuerdo en cuanto a los principios de estabilidad,
generalidad, autonomía, suficiencia y solidaridad que debe presidir
el nuevo modelo. Parece que hay también acuerdo en avanzar en la
corresponsabilidad fiscal, siempre bajo el principio de coordinación,
y procurar la integración de todos los servicios que debe financiar
el modelo. Confiamos en avanzar en esa negociación y alcanzar un
acuerdo definitivo en el seno del Consejo de Política Fiscal y
Financiera. También respecto a la financiación local hemos iniciado
contactos con la Federación Española de Municipios y Provincias con
objeto de poder abordar en breve lo que debe ser el proyecto de
reforma de la Ley de haciendas locales que, como saben SS. SS., data
de 1998.

Quisiera comentar la actividad de otros centros de la Secretaría de
Estado de Hacienda. Así, en la Dirección



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General del Catastro en los primeros meses del año se han detectado
avances importantes en cuanto a la aplicación del plan de calidad y
el plan de objetivos, que son herramientas principales que rigen la
actividad de este centro directivo de la Secretaría de Estado de
Hacienda. En cuanto al plan de calidad, basado en la aplicación de
los principios de gestión de la calidad total, destaca especialmente
la incorporación de los compromisos recogidos en la carta de servicio
del Catastro. En aplicación de la misma, se vienen desarrollando
diversas iniciativas dirigidas a mejorar la atención a los ciudadanos
y la emisión de certificaciones en esa línea de mejora continua que
rige este tipo de iniciativas. Por otra parte, estamos mejorando la
accesibilidad a la información catastral en Internet. Hemos
incorporado la página web del Catastro, el atlas digital del Catastro
y otras utilidades de consulta y asistencia a los ciudadanos; entre
ellas, destacaría la puesta en funcionamiento del módulo Padeca -un
remedo en el ámbito del Catastro del programa Padre-, programa de
ayuda para cumplimentar las declaraciones catastrales. En cuanto a la
política de divulgación de la actividad desarrollada por esa
dirección general y de mejora en las relaciones con los
contribuyentes que acuden a las gerencias territoriales, estamos
procediendo a la edición de un conjunto de folletos informativos
mediante los que pretendemos acercar el conocimiento de actividad
catastral a todos los ciudadanos.

En cuanto a la actividad gestora, hay que destacar que en el primer
cuatrimestre del año se han alcanzado las mejores cifras de
tramitación de declaraciones de las que tenemos constancia hasta la
fecha, se han superado 910.000 expedientes gestionados. Gracias a
esta actividad, se han incorporado a las bases de datos del Catastro
en el periodo enero-abril casi 220.000 unidades urbanas y se han
inscrito cambios de titularidad, la mayoría por compraventa, de casi
750.000 inmuebles. Ambas cifras constituyen también un récord de
resultados. Vinculado a actividad gestora también se han alcanzado
cifras significativas derivadas de la aplicación del modelo de
colaboración con notarios y registradores de la propiedad, gracias al
cual los ciudadanos ya no tienen que comunicar al Catastro las
transmisiones de inmuebles de fincas urbanas cuando éstas se recogen
en escritura pública y se inscriben en el Registro de la Propiedad,
ya que estos profesionales remiten directamente esta información al
Catastro. En el primer cuatrimestre se recibió información detallada
de más de 290.000 transmisiones por este procedimiento.

Hay otro órgano de la Secretaría de Estado de Hacienda que debo
citar, el Instituto de Estudios Fiscales, que durante los cuatro
primeros meses del año ha continuado su labor de investigación, de
estudio y de asesoramiento en la actividad financiera sector público,
así como la formación de personal del Ministerio de Hacienda y el
desarrollo de relaciones de coordinación y cooperación con otros
centros e instituciones, tanto
nacionales como internacionales. Quisiera destacar -al menos por su
inmediatez- los resultados magníficos que se han obtenido en la
celebración del Seminario internacional sobre fiscalidad del medio
ambiente y desarrollo energético, que se ha celebrado los pasados
días 22 y 23 de mayo, en colaboración con el Ministerio de Medio
Ambiente y el Club español de la energía. En ese seminario se ha
debatido la amplia y compleja realidad del sector medioambiental y
energético y el papel del sector público en su ordenación.

Finalmente, para cumplir con este capítulo, me referiré al Consejo
para la defensa del contribuyente. Se ha producido recientemente una
serie de cambios en su composición al haber transcurrido, como
establece el real decreto que lo regula, el plazo de cuatro años de
vigencia de los nombramientos. El pasado 20 de abril el Consejo para
la defensa del contribuyente acordó (publicado en el BOE el 4 de
mayo), por una parte, promover a nuevo presidente del mismo al
catedrático doctor don José Juan Ferreiro y, por otra, proceder a la
renovación de una parte de los vocales del Consejo. El Consejo para
la defensa del contribuyente inicia una nueva andadura bajo la
presidencia del profesor Ferreiro.

El último capítulo de mi intervención se refiere a las actuaciones a
nivel internacional. En primer lugar, me tengo que referir a los
trabajos en el seno de la Unión Europea. Los trabajos relativos al
denominado paquete fiscal siguen su curso. El martes pasado, como
conocerán SS.SS., se celebró la reunión del Ecofin con una agenda
cargada de asuntos fiscales, de los que quisiera dejar constancia en
esta comparecencia. El primero de los puntos y el más importante
desde nuestra perspectiva es el llamado paquete fiscal, que
comprende, como bien saben, tres elementos: la directiva sobre
fiscalidad del ahorro, la directiva que pretende eliminar las
retenciones sobre los pagos por intereses y cánones entre empresas
vinculadas establecidas en distintos Estados miembros de la Unión y
el código de conducta sobre fiscalidad de las empresas. Pues bien, la
eficacia jurídica de todo el paquete depende de que se consigan
resultados satisfactorios, respecto a la directiva de ahorro, en las
negociaciones que se llevan a cabo tanto con los territorios
dependientes de los Estados miembros como en las negociaciones con
terceros países. Concretamente, Suiza, Andorra, Mónaco, San Marino,
Lichtenstein y Estados Unidos deberían alcanzar un acuerdo con la
Unión para aplicar una de las dos posibilidades que se establecen en
la directiva, es decir, un régimen de retención en la fuente o un
sistema de intercambio de información, aunque sólo sea
transitoriamente. Por lo que se refiere a los territorios asociados y
dependientes de los Estados miembros el único régimen a aplicar debe
ser el de intercambio de información. Para el proceso de
negociaciones con los terceros Estados se ha previsto un período de
dos años (hay el compromiso de aprobar la directiva antes del 31 de
diciembre del año 2002 y, si se aprueba la directiva de ahorro,
debería ser aprobado



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todo el paquete fiscal), pero quedan sin duda flecos técnicos por
solucionar -dicho sea en términos coloquiales- en cuanto a la
directiva de ahorro. Entre ellos está: cómo se lleva a cabo el
intercambio de información entre los distintos Estados; cómo
proseguimos los trabajos sobre el código de conducta; cómo se
modificarán las medidas que se califiquen como perniciosas o si se
van a derogar, pura y simplemente (que es otra de las soluciones que
se manejan); y también cómo abordamos el estudio de las nuevas
medidas presuntamente perjudiciales que se han introducido en el seno
de los Estados miembros. Por tanto, no se les ocultará a SS.SS. la
importancia que tiene para nosotros el éxito de todo este paquete
fiscal y el destacado papel que nos deberá corresponder cuando el
Consejo esté bajo nuestra Presidencia en el primer semestre del año
próximo.

En cuanto a la directiva del ahorro (está previsto que esté en vigor
a partir del 1 de enero del año 2003), supondrá que habrá un período
transitorio en el que tres Estados miembros -Bélgica, Luxemburgo y
Austria- podrán mantener la retención de la fuente que tienen
actualmente; transcurrido ese plazo solamente existirá ya la
aplicación del sistema de intercambio de información. Los contactos
exploratorios que se están teniendo con los Estados terceros fueron
objeto de informe en el Ecofin del martes y los ministros
coincidieron en que se ha progresado en la implementación de esos
principios que pretende instaurar la directiva. En la actualidad
todos los Estados miembros se han mostrado constructivos a propósito
de la perspectiva de esa negociación. Hay alguna reticencia en cuanto
a algunos Estados. Por ejemplo, Suiza se manifiesta contrario al
principio de intercambio de información, mientras que Estados Unidos
lo prefiere frente al sistema de retención. A la vista de esos
contactos y las posibilidades de negociación, el Ecofin ha aprobado
que se continúe en todos esos trabajos y que se concrete un mandato
de negociación formal con esos terceros países.

En cuanto al código de conducta sobre fiscalidad de las empresas,
como saben SS.SS., rindió su informe en el año 1999, examinando 271
medidas de las que declaraban condenables 66; ellas tres eran
españolas, las que afectaban a los centros de coordinación del País
Vasco y de Navarra y al régimen especial del impuesto sobre
sociedades para investigación y exploración de hidrocarburos. Desde
entonces se han ido examinando otras medidas que se han introducido
en los Estados miembros, como es el caso de la zona especial canaria
que, como ha expuesto S.S., ha pasado el examen del grupo del código
de conducta y así ha sido reportado al Ecofin de este martes. Estamos
trabajando, por tanto, con un objetivo muy ambicioso de remediar la
competencia perjudicial en el seno de la Unión Europea.

Otro asunto de la máxima actualidad e importancia para nuestro país
es el debate de la propuesta de directiva sobre fiscalidad de la
energía, que es uno de los grandes expedientes que actualmente está
en manos del
Consejo. De todos es conocida la posición que mantiene nuestro país
contraria a la elevación de los tipos impositivos sobre los productos
energéticos y también los deseos de muchos Estados miembros que han
llevado a cabo reformas fiscales de orientación medioambiental para
armonizar al alza los tipos de cada uno de los impuestos especiales.

Nuestra posición contraria tiene diversas razones que la sustentan:
en primer lugar, la poca consistencia del argumento de que la
armonización es necesaria por razones de mercado interior. Conviene
aclarar que para aquellos productos con impuestos ya armonizados el
mercado interior funciona correctamente, viene existiendo desde 1993
y ha demostrado su virtualidad perfectamente. Pero para nuevos
ámbitos en que se ha aplicado un impuesto armonizado, electricidad y
gas natural principalmente, no existe un auténtico mercado interior
todavía. Por tanto, primero habrá que crear ese mercado interior, por
lo que algunos países que lo tienen cerrado y sumamente protegido
tendrían que abrirlo a los demás. Deben liberalizarse los mercados
energéticos, tal como hemos hecho en España. Una vez que exista ese
verdadero mercado interior, si hay distorsiones, se procedería a
abordar la armonización de los impuestos en mayor nivel de lo que
actualmente estaba. Pero, por otra parte, España ha llamado la
atención sobre la poca coherencia de algunos países que demandaban
una armonización en estos impuestos al recordar cómo recientemente se
experimentó una fuerte subida del precio del petróleo y fueron
precisamente ellos los primeros en prever reducciones sectoriales de
los impuestos.

Al lado de las razones de mercado interior se invocan otras, las
razones medioambientales. También consideramos inadecuado avanzar por
la vía de obligar a subir los tipos impositivos a aquellos Estados
miembros que los tenemos más bajos y que somos los que menos hemos
contribuido al efecto invernadero; por tanto, la posición de España
es clara y la única que cabe mantener en este momento. El Gobierno
debe velar, en primer lugar, por el ámbito internacional. Hemos
accedido a avanzar en el debate por la vía de armonizar las
estructuras, pero no nos planteamos una misión de lo que sería un
aumento de los tipos impositivos armonizados. En ello, como se ha
constatado en el Ecofin del martes, contamos con el apoyo de otros
Estados miembros.




Finalmente me quisiera referir a los trabajos todavía sin concluir de
comercio electrónico, tanto en lo que se refiere a la Unión Europea
(donde hay un país, el Reino Unido, que se ha desmarcado a última
hora de la solución de compromiso a la que habíamos llegado) como en
lo que se refiere al ámbito de la OCDE, donde se avanza en los
trabajos sobre el impacto de comercio electrónico, tanto en la
fiscalidad directa como en la indirecta. En este ámbito internacional
tendría que destacar las negociaciones que llevamos a cabo para
conseguir convenios para evitar la doble imposición con



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otros países. Durante los primeros cuatro meses de este año hemos
continuado las negociaciones con Venezuela, Chile, Argelia, Egipto,
Turquía, Lituania, Letonia y Estonia. Esperamos que antes de
finalizar este año puedan concluir las negociaciones en la mayoría de
estos países. El caso de Chile merece especial atención con motivo de
la visita del presidente Lagos. En ese marco incentivaríamos las
inversiones bilaterales de ambos países, reduciríamos la presión
fiscal sobre esas inversiones y dotaríamos de mayor seguridad fiscal
a las inversiones de uno y otro Estado en el otro.

En el proceso de internacionalización en el que estamos inmersos hay
que destacar las labores de asistencia técnica y cooperación con
terceros países. En primer lugar, el CIAT (Centro Interamericano de
Administraciones Tributarias) celebró en este mes de abril en Chile
la reunión anual número 35, a la que tuve el honor de asistir
representando a nuestro país, que se incorporó como miembro de pleno
derecho de la organización y donde tuve la oportunidad de firmar un
nuevo convenio de cooperación con dicho centro. Ello supone reforzar
nuestra influencia y nuestra presencia en las administraciones
tributarias de la región a través de y en colaboración con el llamado
CIAT. Por otra parte, estamos estudiando cómo utilizar nuestra
pertenencia a la OCDE en beneficio de nuestros intereses en esa zona
americana. El segundo ámbito de cooperación es el de los países
candidatos a la Unión Europea, todos ellos embarcados en procesos de
reestructuración y adaptación de sus sistemas fiscales. Estamos
participando en múltiples foros y en misiones bilaterales de
asistencia técnica y estamos recibiendo numerosas visitas
y delegaciones de esos países. Participamos activamente en la IOTA
(Organización Intraeuropea de Administraciones Tributarias), creada
para canalizar los contactos en asistencia a estos países en el
ámbito fiscal. Sobre estos países destacaría nuestra cooperación con
Rumanía. Finalmente, en cuanto a preparación de la Presidencia del
Consejo de la Unión Europea que nos corresponde en el primer
semestre, los trabajos están avanzando y deberán alcanzar su
culminación en el segundo semestre de este año, preparándonos para el
comienzo del año que viene.

Señorías, a lo largo de esta exposición -que he intentando que fuera
extensa en su contenido y breve en su duración, aunque el tiempo es
implacable- he intentado suministrar la información necesaria para
que conozcan la gestión de la secretaría de Estado durante el primer
cuatrimestre en los distintos centros directivos que comprende.

Agradezco a SS.SS. la oportunidad que me han brindado para comparecer
aquí y quedo a su disposición para cualquier observación, comentario
o propuesta que quieran hacer.




El señor PRESIDENTE: Turno de portavoces. En primer lugar, tiene la
palabra, por el Grupo Parlamentario Socialista, el señor Fernández
Marugán.

El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Los secretarios de Estado de Hacienda y
de Presupuestos acuden a esta Cámara bien a la Comisión de Economía o
bien a la Comisión de Presupuestos en tres momentos distintos. Acuden
al inicio del año económico a explicar la marcha del inicio del
gasto; acuden para clarificar las directrices de política económica
que se incorporan al proyecto de los presupuestos y para explicar el
grado de realización del ingreso y el gasto a final del ejercicio. La
trascendencia política de las dos últimas comparecencias es un poco
superior a la de la comparecencia que estamos realizando en este
momento, lo que me permite hacer un examen relativamente más sosegado
al menos del ingreso. En la canícula madrileña ya, en una tarde un
jueves, con poca expectación política y menos mediática, podríamos
reflexionar sobre algunos de los eventos que vienen sucediendo. Yo me
voy a aprovechar deliberadamente -no lo oculto- del propio esquema
que ha hecho el señor secretario de Estado de Hacienda. Él ha hablado
de diagnóstico de la situación económica y ha situado una parte
importante de su intervención en el análisis de los detalles de cómo
ha ido la recaudación cuando ya van transcurridos bastantes meses del
ejercicio del año 2001. Hay elementos que no pueden ser nada más que
de coincidencia y otros que necesariamente tienen que ser de
diferenciación respecto de la interpretación de algunos sucesos que
están ocurriendo en España. Es verdad que el ritmo de la actividad
económica continúa desacelerándose a lo largo de los últimos meses,
pero no es menos cierto que la propia intensidad de este proceso es
más reducida en el primer trimestre del año 2001 que lo fue en
algunos meses del ejercicio anterior. Él ha empezado haciendo una
interpretación y yo quisiera hacer algunas observaciones. El año 2000
fue un año en virtud del cual la traslación que se produjo de la
renta de la sociedad española al exterior, derivada fundamentalmente
de la elevación de los precios de los crudos del petróleo, fue muy
intensa, como consecuencia de la traslación de renta de la economía
española a la economía de los que nos venden los productos
petrolíferos -yo no sé quiénes son, pero algunos serán-, nosotros
experimentamos un elemento diferencial que alguien ha evaluado por
encima del billón de pesetas. Ese fue un factor que actuó sobre la
renta de los hogares -por decirlo en terminología de la contabilidad
nacional- sobre la renta disponible de las familias españolas; no fue
el único, pero fue el más intenso. Hubo otro segundo factor que
también actuó, que fue la elevación de los tipos de interés de las
operaciones de activo del sistema financiero y, en este caso, de las
operaciones de pasivo de las familias españolas. Ellas contemplaron
durante el 2000 y los primeros meses del año 2001 esta evolución con
bastante resistencia. El comportamiento no obedece a los esquemas
convencionales de los economistas, ya que estos nos hubieran situado
en las expectativas relacionales. Pues no hubo un comportamiento



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muy relacional por parte de las familias y de las empresas españolas,
porque ambas se resistieron a esta pérdida de renta disponible y,
como consecuencia, financiaron la adquisición de bienes de uso
duradero con endeudamiento -esto ha sido puesto de relieve por usted
en la tarde de hoy-, esto supuso mínimos históricos de una cierta
importancia porque por primera vez en mucho tiempo las familias
españolas dejaron de prestar su excedente a las administraciones
públicas y a las empresas y pasaron a estar beneficiadas por las
decisiones económicas que las administraciones y las empresas
efectuaban. Cualquiera que vea los perfiles de funcionamiento del
consumo final, los que publica la Administración y los que publica el
Banco de España, se dará cuenta de que la caída es muy vertiginosa en
el segundo semestre del año 2000 y está más morigerada en el primer
trimestre del año 2001. El alfa en un caso es bastante diferente al
beta y, desde luego, nos situamos en unas circunstancias un poco
diferentes a las que estábamos anteriormente.

En el año 2001 la intensidad de estos fenómenos es completamente
diferente y, como consecuencia de ello, el ritmo de avance de la
economía española es más moderado que el que tuvo en periodos
anteriores. Pero aquí se produce un fenómeno que es curioso a efectos
de análisis. Si uno compara lo que está sucediendo con el último
dato, ya sea trimestral o cuatrimestral, del año 2001 con la media
del año 2000 o lo compara con idéntico periodo del año 2000,
comprobará que la situación es de una brusca caída. Si, en lugar de
hacer ese análisis estadístico, compara el último dato del año 2001 y
el segundo semestre del año 2000, verá que es un comportamiento
relativamente moderado. En realidad, ¿qué quiere decir? Que hemos
pasado -parece ser- de estar creciendo en torno al 4, al 4,2 por
ciento de una manera relativamente desequilibrada a estar creciendo
en torno al 3 por ciento, y dicen desde el Gobierno de una manera
equilibrada. Es un fenómeno que nosotros tenemos que ser capaces
-insisto-, en el sosiego de esta tarde veraniega, de analizar con
cierta tranquilidad. Si uno admite los extremos de la comparación y
usa la jerga tremenda que emplean los economistas en las últimas
semanas, yo tendría que decir que el deterioro de la situación
económica de España en el primer trimestre del 2000 se ha detenido, y
tendría que pasar a utilizar algunas de las expresiones de la
terminología que emplea en el último informe el Banco de España -creo
que tiene fecha de abril o mayo-, que viene a decir que la senda, el
perfil de la desaceleración de la demanda nacional, siendo
persistente, se produce actualmente mediante un deslizamiento
bastante más suave. Me cuesta mucho utilizar este lenguaje, que es
profundamente eufemístico, pero seguramente es cierto y es el
lenguaje que en este momento emplean quienes se dedican
profesionalmente a esta noble actividad. Por tanto, admitamos los
términos del análisis. La economía española, al margen de la
literatura más o menos
sofisticada, crece a un ritmo -según dicen algunos- relativamente
razonable; en cualquier caso va más suave que al ritmo al que crecía
hace un año y un poco menos desacelerada.

En ese contexto, el Gobierno ha corregido el cuadro macroeconómico
para el año 2001 y lo ha hecho con unas perspectivas de crecimiento
más reducidas que las explicitadas en esta misma Cámara, ya fuera en
Comisión o en Pleno, cuando presentó el presupuesto para el año 2001.

Nosotros tomamos nota de esta situación, pero también de algunos
elementos que nos parecen relativamente peculiares. El Gobierno
reduce la previsión de crecimiento para el año 2001, pero tengo la
sensación de que la seguridad de sus propias estimaciones es muy poco
consistente, y voy a explicar por qué. El Gobierno solamente hace
explícito el cuadro del año 2001, cuando en meses anteriores a la
hora de presentar el Plan de estabilidad y crecimiento de la economía
española para el período 2000-2004 se refiere al año 2001 y a
períodos siguientes, prácticamente abarca la marcha de toda la
legislatura. ¿Por qué no ha querido definir el Gobierno la previsión
de los próximos ejercicios? Porque es consciente de que va a tener
que corregir las previsiones a la baja y prefiere explicitar lo que
va a ocurrir en este ejercicio del año 2001 y en los del 2002, 2003 y
2004, cuando considere que la economía ha tocado suelo; según sus
previsiones en este momento no ha tocado suelo. En honor a la
realidad, tengo que decir que la situación está un tanto desenclavada
y preñada de incertidumbre, porque lamentablemente ya no vamos a
crecer al 3,6, que es lo que discutimos con usted, con doña Elvira y
con el señor Folgado cuando trajeron los presupuestos del año 2001.

Ahora dicen que vamos a crecer al 3,2. No lo voy a discutir; soy un
economista que sabe explicar bien lo que ha ocurrido, pero que, como
casi todos los economistas, sabe adivinar mal lo que va a
proyectarse. Hay economistas -los académicos del Ceprede de Alcalá de
Henares o del instituto Flores de Lemus de Getafe- que dicen que
vamos a crecer al 2,8 y otros que dicen que vamos a crecer al 2,9. Yo
tomo nota de esa situación -soy un político- y sólo digo que, si
ocurriera eso, lamentablemente, empezaríamos a estar próximos a la
tasa de tendencia de la economía española. A quienes hemos
contemplado con satisfacción profesional, ciudadana y política el
desenvolvimiento de la actividad económica a lo largo de los últimos
años, el que el bucle del año 1995 se esté cerrando cerca de la tasa
histórica de crecimiento nos produce una sana preocupación, que
queremos trasmitir con tranquilidad al Gobierno de España. Es posible
que empecemos a estar en tasas de crecimiento moderadas, y deberíamos
ser capaces de admitir este hecho y pensar qué tenemos que hacer para
seguir cerrando la diferencia que seguimos manteniendo con el nivel
de vida, con el nivel de convergencia, con el nivel de crecimiento de
otras naciones europeas.




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Dicho esto, los clásicos del pensamiento económico siempre han
defendido que había una elevada conexión entre el nivel de actividad
y el nivel de recaudación. Siempre. Y a eso le llamaban elasticidad o
flexibilidad, pero era una de las bondades del sistema tributario que
me parece muy importante. En ese contexto, tengo que decir que al
acercarme a su exposición, que a mí me ha satisfecho, y a la
documentación que nos ha proporcionado, que permite establecer este
debate, por lo que no tengo nada que decir respecto de la misma, me
encuentro con un hecho un tanto singular, que es que por primera vez
en este bucle de recuperación de la economía española entre 1995 y
2000 las diferentes figuras tributarias tienen una lógica de
funcionamiento distinta, y me gustaría acercarme a esa lógica de
funcionamiento metodológicamente y también políticamente. Porque yo
creo que hay algo que es verdad: si existen menos ventas interiores y
si, por otra parte, las importaciones igualmente caen, es razonable
pensar que nos encontramos con una minoración de la demanda interna,
y si nos encontramos con una minoración de la demanda interna, lo
razonable es pensar que el IVA caiga. Pero eso tiene algunos
problemas que no son tan mecánicos y que ocurren en la economía de
cualquier país. Por ejemplo, en la economía española ha ocurrido y
está ocurriendo que esta tendencia a la desaceleración - forma
moderada y eufemística de llamar a la recesión convencional- suele
tener un lag en el mercado de trabajo. Aquí ocurre, y usted lo ha
dicho. Ese lag en el mercado de trabajo se caracteriza
fundamentalmente por que hay algunos retrasos, y esos retrasos se
dejan ver en una distinta evolución del empleo, de la masa salarial,
de la recaudación de los impuestos que gravan el trabajo y también de
sus tipos impositivos. A eso usted se ha referido y a eso yo me voy a
referir próximamente. En cualquier caso, expresábamos una idea, sobre
la cual volveré más adelante, y es que la masa salarial se ha
singularizado en los últimos meses al alza, aunque la evolución del
IPRF, como consecuencia de actuaciones discrecionales tomadas por el
Gobierno de España a lo largo de los años anteriores, establece para
el año 2001 una pauta de comportamiento distinta de la que estableció
para el año 1999 y para el año 2000. En cualquier caso, créame que de
todas las figuras tributarias, la que me produce más preocupación
intelectual y más interés político es la evolución en los últimos
años del impuesto sobre sociedades. Es una enorme novedad política lo
que ha ocurrido entre 1995 y 2000. Y es una enorme novedad política
que, de alguna manera, ha reflejado algo que mi grupo no quiere dejar
de reconocer, que quiere valorar en lo que tiene de importancia, que
es que el impuesto sobre sociedades ha reflejado la buena marcha del
clima de los negocios en España en el último quinquenio. La ha
reflejado en términos de beneficios empresariales y en términos de
recaudación de una figura que ya alcanza un volumen de recaudación
superior a los tres billones
de pesetas. Por tanto, es un hecho singular que está ahí, que me
parece importante y que si se confirma está muy bien. Pero si no se
confirma, unos y otros, por encima de la rivalidad política,
deberíamos ser capaces de ver cómo evolucionan los acontecimientos en
el próximo futuro.

Por último, no es menos cierto que si hacemos el repaso de los
impuestos -IVA, sociedades, renta-, nos queda el cuarto grupo de los
importantes, que son los impuestos especiales, que aliviados de los
componentes de precio habrá que ver si mantienen o no el nivel de
recaudación, cosa que me parece relativamente importante. En
cualquier caso, el de 2001 es un ejercicio más normal que el de 1999,
más normal que el de 2000, con menos novedades impositivas -quizás
por eso sea más normal-, con menos acción discrecional por parte del
Gobierno, con un tipo de crecimiento menos desequilibrado que el de
ejercicios anteriores y por tanto es un ejercicio económico que
permite observar mejor que los dos anteriores las potencialidades del
sistema tributario español. Eso nos debe servir o al menos a mí me
sirve. Puedo estar equivocado, pero si me sirve quiero ver a partir
de ahí cómo marchan los acontecimientos recaudatorios.

Ha utilizado usted unos datos -yo no tengo otros- que me parecen
correctos, que están en la literatura económica y que han salido a la
opinión pública. La recaudación del IVA creció el 5,8 por ciento en
términos netos, el 9,1 por ciento en términos brutos, y hay una
diferenciación de lo que puede ser IVA importaciones del IVA
operaciones interiores. Esto, en términos de coyuntura, es
importante. ¿Por qué? Porque la desaceleración que se produce en IVA
es muy importante en importaciones y tiene que ver con esa menor
pulsación de la demanda nacional. Y la precipitación de la caída es
significativa. No voy a utilizar datos porque me aburren los números
(Risas.) -no me importa que aparezca en el 'Diario de Sesiones'-; ya
que me molesta mucho bajar y luego subir. Las ideas se pueden decir
sin tantas cuantificaciones y seguir valiendo. El IVA importaciones
ha caído a lo largo de los últimos meses y se ha mantenido gracias a
que el IVA operaciones interiores ha tenido un comportamiento más
estable. En cualquier caso, olvidémonos de los dos grandes
componentes del IVA, dejemos a un lado el IVA vinculado al comercio
exterior y el IVA más vinculado a la demanda interna. Tanto ustedes
como nosotros, la sociedad española, se encuentra con una evolución
de la imposición sobre el consumo que ya está muy alejada de aquellos
incrementos espectaculares que se producían en 1998, en 1999 y en
2000. Eso es un hecho, y es un hecho que debemos ser capaces de
asimilar, de contemplar: ya no estamos ni en el 18, ni en el 16, ni
en el 15, estamos en el 5,8, en el 6 por ciento; estamos pegados al
crecimiento nominal de la economía española. Primer elemento que
quiero recordarle en este momento en esa idea de que estamos en un
ejercicio más normal, más habitual, más vulgar,



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más ordinario, pero más clarificador de la potencia de un sistema
tributario. En segundo lugar: ¿Y el IRPF? ¡Hombre!, el IRPF refleja
dos hechos muy singulares: la evolución del trabajo y la evolución de
los rendimientos del capital. En la evolución del trabajo nos hemos
encontrado en los últimos meses con que la negociación colectiva, que
es la que determina el incremento del salario, está más o menos en el
3,5 por ciento. Le voy a decir una cosa que he manifestado muchas
veces en la Cámara y fuera de ella -lo digo para bien de los
sindicatos españoles- y es que en España nunca ha habido salariazo,
sino un sentido prudente de la negociación colectiva, correspondiendo
la virtud de esa situación a los agentes sociales. Pero no es menos
cierto que en los últimos meses se ha producido un fenómeno que yo
quiero poner de relieve, que es que tampoco se tiene confianza en las
previsiones del Gobierno. El Gobierno hizo una previsión de inflación
para el año 2000 del 2 por ciento, previsión que sólo Dios sabe dónde
terminó y al margen de la cual se han situado los agentes sociales.

Por tanto, no hay salariazo, pero tampoco confianza. Alguna vez
tendríamos que hacer el esfuerzo de establecer cierta convergencia
entre unas cosas y otras, puesto que es bueno que la economía
española no tenga los elementos de incertidumbre que ha tenido en
materia de precios a lo largo de los últimos años. Pues bien, como
consecuencia de todo esto, no solamente tiene lugar un incremento de
los salarios, sino que en los últimos meses nos hemos encontrado con
una serie de revisiones salariales con las que dicen los que
entienden de estas cosas que los salarios se elevan prácticamente en
0,5 puntos. Es lo que dicen los analistas económicos -no voy a entrar
en cómo se calculan estos datos- y lo acepto, pero resulta que hay
revisiones en materia de salarios y revisiones en materia de
prestaciones, y en materia de prestaciones las revisiones son más
importantes en lo que atañe a la cuantía de la revisión que en lo que
atañe al número de beneficiarios, lo cual constata algo a lo que
aludiré más adelante. Por tanto, hay negociaciones colectivas con
poca confianza en las previsiones de inflación, hay revisiones
sistemáticas de las previsiones de inflación que afectan a los
asalariados y a aquellos elementos pasivos que tienen el derecho
reconocido de experimentar un incremento y hay un fenómeno que forma
parte de la literatura moderna, que es que los efectos en materia de
progresividad en frío se dejan sentir de una manera notable. Los
precios están creciendo al 4 por ciento y no han dejado de hacerlo en
ese porcentaje en lo que va de ejercicio. Crecieron al final del
ejercicio anterior al 4 por ciento, no siendo menos cierto que la
tarifa se ha ajustado al 2 por ciento, por lo que no encontramos una
deflación que compense lo suficiente ni en materia de tarifa del IRPF
ni en reconocimiento de la cuantía de los mínimos vitales. Así pues,
aquí hay un fenómeno que deberíamos ser capaces de analizar y que yo
trataré de hacerlo más adelante.

Por una parte, existe un incremento de los salarios y de las
prestaciones y, por otra, hay un incremento del empleo en el
ejercicio del año 2001 más moderado que en el del 2000, por lo que
deberíamos hacer todo lo posible para que esa resistencia se dejara
de sentir y ser capaces de crear empleo a lo largo de los próximos
meses. En cualquier caso, la masa salarial del IRPF crece como dice
el informe que usted nos ha presentado y también las retenciones de
esta figura tributaria. Por lo tanto, a mí me parece que aquí se
empieza a producir un fenómeno acerca del cual deberíamos ser capaces
de reflexionar con cierta tranquilidad. Hay más precios, más
prestaciones y algo menos de empleo que en ejercicios anteriores y,
como consecuencia de esta evolución, hay más masa salarial, más
retenciones y un tipo impositivo que se aplica a la renta de trabajo
más elevado que en ejercicios anteriores. Esto en cuanto al
desenvolvimiento de la renta del trabajo. ¿Qué pasa con la renta del
capital? Pues que en relación con la misma hay algunos elementos que
merecen una cierta reflexión, elementos que son cualitativos. Las
familias y las empresas españolas vienen demostrando una capacidad y
un dinamismo extraordinario a lo largo de los últimos meses, tanto en
operaciones de activo como en operaciones de pasivo. Ese dinamismo va
acompañado de una gran versatilidad. Y me explico. Hay cambios de
posiciones continuos, una volatilidad muy considerable y como
consecuencia de esos cambios de posiciones y de esa volatilidad nos
encontramos con que las rentas de capital suben, pero el incremento
de las rentas del capital en el IRPF está bastante correlacionado con
la pérdida del efecto riqueza. ¿Qué quiere decir esto? Una cosa muy
clara: que después de unos años de perder dinero en Bolsa, la gente
deja de comprar en Bolsa y se va a otros productos, donde cree que
mantiene su rentabilidad. Usted, yo y todos los que estamos aquí nos
podemos fijar en la marcha de los depósitos, de una parte importante
de los productos del sistema financiero, decir que tenemos más
elementos de rentas de capital, pero, seamos sinceros, la situación
patrimonial de algunas personas es relativamente más complicada en
los últimos meses de lo que lo fue anteriormente.




En cualquier caso, constato un hecho y es que como consecuencia de la
evolución del empleo, de las retribuciones, de las prestaciones -dejo
al margen las pérdidas que se han producido como consecuencia del
efecto riqueza-, la renta disponible de las familias españolas ha
evolucionado razonablemente bien en el año 1999 y en el año 2000, que
se hubiera traducido en un comportamiento distinto si no hubiera
habido una reforma fiscal de las características de la que ha habido
en 1999. Le tengo que decir que le agradezco mucho que no nos haya
dicho en esta oportunidad que está próxima la remisión a esta
Comisión o al Congreso de los Diputados de un análisis de los efectos
de la reforma fiscal del año 1999; se lo tengo que agradecer enor
memente,



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porque lo dijo en la comparecencia de presupuestos, lo dijo en la
última comparecencia, pero no llega nunca. Como no lo ha dicho ahora,
lo considero como una gentileza. En cualquier caso, ese es un
problema que, al margen de los avatares de la política concreta,
tiene algún interés político y profesional. Y tiene algún interés
político y profesional porque supuso una enorme inyección de recursos
en la economía española. Esa enorme inyección de recursos, que no
cualifico, simplemente constato, en la economía española se
distribuyó de una manera distinta entre diferentes grupos sociales.

De alguna manera, los aumentos de la renta disponible a mí me causan
curiosidad política y curiosidad intelectual. A mí me gustaría saber
alguna vez cómo esa inyección que, pelillos a la mar -no sé si son
750.000, 800.000 ó 650.000-, una estructura de decilos, para que nos
permita analizar quién se benefició más y quién se benefició menos.

He hablado del IVA, he hablado del IRPF y voy a hablar de sociedades.

Sinceramente, le decía antes que creo que es la figura sobre la cual
merece la pena reflexionar más en este momento. Quizás aquí no lo
hayamos hecho, lo pude hacer con otros compañeros diputados de otros
grupos parlamentarios en la Comisión de Presupuestos cuando se
discutió el presupuesto del año 2000, pero la evolución del impuesto
sobre sociedades ha sido muy notable en los últimos ejercicios. Yo
creo que en la notabilidad de esa situación hay una coincidencia
universal y de la cual todos debemos sentirnos satisfechos; notable
para todos los sujetos pasivos del mismo, pese a que ahí hay un
colectivo abigarrado. Usted ha dicho, y con razón, que hay un
colectivo de pequeñas y medianas empresas que trabajan
fundamentalmente para el mercado nacional, pero no es menos cierto
que también existe un número importante de grandes grupos españoles
que ya se desenvuelven venturosamente en el ámbito de la
globalización económica. Por lo tanto, a mí me parece que sería bueno
ver cómo han ido las cosas para unos y para otros.

Acerquémonos a la cuenta de explotación del ejercicio 2000, que se
liquida en el año 2001, y también del ejercicio 2001 contra el cual
se abonan algunos pagos en este momento. ¿Cuáles son los rasgos
fundamentales de la cuenta de explotación de una empresa española?
Los rasgos fundamentales son: el alza de los gastos financieros, la
elevación del coste de las materias primas y el incremento de los
costes laborales por unidad de producto. Esos son unos datos con los
que no cuesta trabajo estar de acuerdo. Si yo incluyera aquí
cantidades, podríamos discutir de cantidades, pero como yo no quiero
discutir de cantidades, sino de ideas, por eso no pongo cantidades.

Pero estaremos de acuerdo con que los costes de las empresas
españolas se elevan al alza como consecuencia de que los gastos
financieros aumentan, como consecuencia de que el coste de muchas
materias primas se ha incrementado y como consecuencia de que la
negociación colectiva ha pulsado
al alza. Si esos elementos de incremento del input se confrontan
con elementos que están en la salida del balance -porque las ventas,
según dice el IVA, son un poco peores- nos encontramos con que la
cuenta de explotación es menos rutilante, globalmente menos
rutilante. Es cierto que hay sectores que parece que fabrican dinero.

Hay sectores muy rutilantes, y hay sectores menos rutilantes, y a los
que son muy rutilantes les sacan en los periódicos. Está bien, pero
globalmente, si hubiese una empresa España, los costes de los input
se han elevado y las salidas se han reducido y la cuenta de
explotación ha ido un poquito peor. Y si la cuenta de explotación ha
ido un poquito peor en un impuesto proporcional, merece la pena
pensar cómo marcha el impuesto sobre sociedades. Me apoyo en ello por
una razón muy sencilla, porque hace meses la Central de Balances del
Banco de España nos alertó de algunas cosas y nos dijo que por
primera vez en siete años los costes financieros estaban
modificándose por dos hechos. En primer lugar, porque habían subido
los tipos de interés y, en segundo lugar, porque habían subido las
operaciones de endeudamiento. Eso me llevó a mí, le llevó a mucha
gente, aunque no es muy frecuente encontrar este análisis en la
literatura española, a plantearse qué estaba pasando. Esa
versatilidad de activo y de pasivo del comportamiento de las familias
y sobre todo de las empresas españolas estaba dando origen a un
fenómeno curioso y es que las adquisiciones de activo que hacían
algunos grupos empresariales españoles en el exterior en lugar de
financiarse con recursos propios se financiaban con endeudamiento,
con endeudamiento en el mercado internacional. Qué duda cabe que
cuando uno se endeuda tiene que saber, tiene que ser consciente de
que tiene que pagar el precio de esa deuda a lo largo del tiempo. Por
tanto, el impuesto sobre sociedades, si somos muy populistas lo
vendemos como pymes, no voy a decirlo como lo diría un ciudadano
normal, estupendo, pero el impuesto sobre sociedades, si nos
acercamos al comportamiento de los grandes grupos de empresas -¡
ojo!-, la empresa española está asumiendo riesgos de financiación que
va a tener que retribuir razonablemente en el mercado internacional
en los próximos años y eso se va a reflejar en la cuenta de
explotación y en la regulación de sociedades. No le voy a hablar
mucho más de este hecho, simplemente he de constatar que los pagos
fraccionados, a los cuales ustedes aludían anteriormente y que
figuran en la información que nos ha suministrado, son negativos. Me
gustaría que se contemplara dónde, cómo y qué circunstancias han
llevado a esa situación.

Vuelvo, para terminar, a algunas categorías de las que manejé al
principio. El Gobierno dijo que el PIB crecería en el año 2001 al
3,6, el Gobierno dijo que el deflactor del PIB en el año 2001 sería
el 2,3 y, por tanto, el crecimiento del producto nominal en el año
2001 iba a ser el 5,9 por ciento, para el manejo de lainformación que
podemos transar usted y yo esta tarde



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aquí, al 6 por ciento. Eso lo dijo para el presupuesto del año 2001,
pero después cambiaron las previsiones y el Gobierno dijo que lo que
iba a ser el 3,6 sería el 3,2, y dijo que lo que iba a ser el 2,3
sería el 3,5. En este ejercicio nos encontramos en un escenario
distinto al que habíamos previsto, con menos crecimiento y con más
inflación, y con un PIB monetario que ya no era del 6 sino del 6,7.

Cuando el Gobierno presentó en esta Cámara la revisión del Programa
de estabilidad no hizo un análisis de los escenarios presupuestarios,
ni en los ingresos ni en los gastos. Ese es un hecho curioso, que lo
he constatado, lo he discutido y lo he publicado. Hemos pasado de un
PIB nominal del 6 a un PIB nominal del 6,7. Y si uno fuera un
ciudadano de la calle se preguntaría, ¿es que estamos mejor en el año
2001 que en el año 2000? Pero usted y yo, y el Gobierno de España y
el principal partido de la oposición de España tendríamos que decir
que no. El escenario del año 2001, sin ser un escenario malo, ni
dramático, en términos de previsiones, es peor que el que había
establecido el Gobierno de España al principio del ejercicio. Hay una
diferencia del 0,7, en un PIB de 100 billones, pero, pelillos a la
mar (Risas.). Pero el escenario no es peor y puede ser buenísimo para
la Hacienda pública. No es peor, no es bueno para los ciudadanos y,
¿es bueno para la Hacienda pública? ¿Cómo es posible que sea bueno
para la Hacienda pública una combinación que tiene menos crecimiento
y más inflación? Me pregunto, ahora que ya han pasado 160 días desde
la entrada en vigor de este presupuesto, ¿no deberían ustedes hacer
un esfuerzo para clarificar algunas cosas? Le voy a pedir algunas
clarificaciones.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández Marugán, por favor, vaya
terminando.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Termino, porque voy a puntualizar las
clarificaciones que me preocupan.

Por encima y por debajo de la evolución, de la actividad y del IVA
tengo una cierta curiosidad por saber cómo evoluciona el IVA por
sectores. Tengo una enorme preocupación por la marcha de la industria
española. Tenemos una economía con un extraordinario predicamento de
los servicios, y no es malo, eso aplana los ciclos y acolcha las
oscilaciones, pero a mí me interesa saber cómo van los sectores
industriales y sobre todo los manufactureros. Primer tema.

Segundo. Me gustaría saber qué pasa con algunos compromisos legales
establecidos en esta Cámara y en la ley en materia de espectro
radioeléctrico, de los cuales tuvimos la oportunidad de hablar cuando
compareció usted en el debate de presentación de los presupuestos.

Tercero, ¿qué le voy a decir de la inflación? La inflación es como
esa canción que cantan los jóvenes: ¡Cuesta tanto olvidarla! La
inflación cuesta mucho
olvidarla, está establecida en el 4 por ciento y los incrementos
salariales, más o menos, están en el 2 para uno y en el 3,5 para
otro. De verdad, ustedes no deflactaron. ¿Y qué efectos económicos y
recaudatorios se derivan de la no deflación de la tarifa en este
ejercicio?
Por último, no es bueno que andemos sin previsiones, por muy bien que
vayan las cosas, no es bueno. El Gobierno, que mandó un proyecto de
rectificación de sus previsiones, pocos meses después de haber
mandado las originales, lo cifró en los grandes agregados económicos,
pero nada dijo de cómo iban a evolucionar los ingresos, no digo ya
las figuras impositivas más significativas, esas cuatro, y nada dijo
de los gastos. Es bueno que haya certidumbre en el comportamiento de
los agentes privados y públicos.

Estando ahora a medio ejercicio, ¿siguen creyendo en algunos de los
elementos que configuraron el presupuesto de ingresos y gastos al
principio del ejercicio? Intelectualmente, me costaría mucho decir
que se puede conseguir lo mismo creciendo al 3 que creciendo al 3,6.

Eso no estaba en los libros que yo estudié de Hacienda pública, no sé
si está en los de ahora.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Padrol.




El señor PADROL I MUNTÉ: En primer lugar, quisiera agradecer la
presencia del secretario de Estado de Hacienda en esta Comisión para
efectuar una amplia exposición sobre las distintas materias que
afectan a su departamento. Voy a tratar diversas cuestiones que ha
planteado el secretario de Estado en su intervención y seré breve en
el tratamiento de las mismas. Respecto al primero de los bloques que
ha afrontado, la valoración del panorama general de la situación
económica española, simplemente coincido en líneas generales con lo
expuesto. Evidentemente, con un crecimiento previsto para el PIB
claramente por encima del 3 por ciento para este año, con una
situación del desempleo en España que permite afirmar que estamos
como no se ha estado en veinte años de la más reciente historia,
resulta evidente que es una buena situación. ¿Existe algún nubarrón?
Es también discutible, ha salido anteriormente, es el de la
inflación, máxime con una traslación de la inflación habida a las
revisiones salariales en los distintos convenios y también influida
por otras circunstancias como son la estructura de liberalización de
determinados sectores de la actividad económica española, pero esta
circunstancia particular no impide advertir lo que contundentemente
se manifiesta, que la salud de la economía española es francamente
buena y positiva.

Respecto al segundo de los bloques que ha analizado el secretario de
Estado de Hacienda, el de la recaudación líquida, querría incidir en
una serie de cuestiones. En primer lugar, celebro positivamente el
primero de los tres factores que han incidido en el alza del 5,7 por



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ciento de la recaudación líquida con carácter general, que es la
magnífica evolución de las retenciones sobre rendimiento del trabajo
personal y lo que esto pone de manifiesto sobre la salud de nuestro
mercado laboral durante este primer cuatrimestre. En cuanto a
diversas figuras impositivas y su evolución en la recaudación
líquida, antes de ello quisiera decir que también constatamos con
satisfacción que se haya producido un incremento mayor en el capítulo
I que en el capítulo II, en los impuestos directos que en los
impuestos indirectos, dado que, como todos los aquí presentes
sabemos, en los primeros se produce una tributación por una persona,
bien sea física o jurídica, y no en virtud de un acto aislado o en la
consideración de la persona, del contribuyente, como ocurre con el
IVA o los impuestos especiales. Esta valoración positiva del
incremento del 7,3 por ciento en la evolución de la recaudación
líquida en el capítulo I respecto del 4,3 por ciento en el capítulo
II es todavía más satisfactoria si constatamos una vez más el enorme
peso relativo que tiene hoy en día el IRPF respecto del total del
capítulo I en su consideración de pilar de la progresividad del
sistema tributario. Por tanto, valoración positiva de la evolución de
los impuestos directos respecto de los indirectos.

En cuestiones concretas de los distintos impuestos, la evolución de
la recaudación líquida del IRPF, en el primer cuatrimestre de un año,
viene influida por la evolución de los coletazos de la campaña de
1999 y la intensidad o, en su caso, el arranque de la campaña de
devoluciones de renta del año 2000. He visto que hay un incremento
del 17,9 por ciento de devoluciones realizadas en el primer
cuatrimestre del año 2001 respecto del año anterior, la campaña de
1999, y he leído en el informe que se debe a causas imputables a los
contribuyentes. Me ha llamado la atención porque se generó un cierto
debate con la reforma ocasionada en virtud de la Ley 40/1998 y su
aplicación práctica en cuanto a la gestión tributaria, sobre si esta
velocidad en las devoluciones iba a mermar la calidad del control que
realizan los órganos de gestión tributaria. Al deberse este
incremento del 17,9 por ciento a causas imputables a los
contribuyentes, yo interpreto que no se ha producido merma del
control inmediato al proceder a las devoluciones, pese a haberse
incrementado la velocidad en satisfacer a los particulares en su
legítimo derecho de crédito frente a la Hacienda pública. Esa es la
interpretación que hago de estos datos. Me gustaría saber si es la
correcta y si el secretario de Estado de Hacienda la comparte.

Por lo que se refiere al impuesto sobre sociedades, hay una cifra que
me ha llamado la atención. La evolución de la cifra es lógica con la
evolución de la actividad económica general, y este incremento del
5,4 por ciento una vez neteados los efectos de los ingresos
procedentes de las privatizaciones es previsible viendo cuál es la
evolución de la actividad económica española; sigue siendo una
evolución positiva. Pero me ha llamado
mucho la atención -y es un buen indicador- el hecho de que los
pagos a cuenta de las pymes hayan crecido en este primer cuatrimestre
un 29 por ciento, es una cifra realmente digna de comentario.

Respecto al tercero de los apartados que ha abordado el secretario de
Estado de Hacienda en su exposición, el de la gestión de cumplimiento
voluntario, tal como se relaciona en el informe del servicio de
auditoría interna de la Agencia Tributaria, la verdad es que también
es una buena noticia el que las relaciones de los particulares con la
Administración tributaria, cada vez más, se encaucen en virtud de
medios de relación que permiten optimizar sus costes y disminuir la
llamada presión fiscal indirecta. He anotado unas cifras porque me
han llamado poderosamente la atención, más allá del incremento de
gestión telefónica. Por ejemplo, que el 97 por ciento de las
declaraciones presentadas lo hayan sido en virtud del sistema Padre
es una buena noticia y el incremento de la utilización de Internet
también es una buena noticia. No me causa ningún asombro la
diferencia de la utilización de estos medios respecto de la
Administración tributaria francesa, porque creo que existen muchos
años de diferencia en la modernización de uno y otro sistema
tributario en su vertiente práctica.

En cuanto al control, me detendré muy poco tiempo. La valoración es
positiva. Hay alguna partida que luce con signo negativo, como puede
ser el delito fiscal en el ámbito de la inspección financiera y
tributaria. Pero, si sabido es que particularmente le doy muy poca
relevancia a las referencias cuantitativas en los resultados de
control en el ámbito de las actuaciones de los tres departamentos que
desempeñan funciones de este tenor en la Agencia Tributaria, mucho
menos le doy importancia a la relevancia de las referencias
cuantitativas en el ámbito del delito fiscal. Son evoluciones
anecdóticas, máxime si se producen en el ámbito cuatrimestral. El
balance no puede ser sino positivo.

En relación con la financiación autonómica, sabido es que hay una
serie de conversaciones iniciadas, en las que participa de forma muy
directa Convergència i Unió; sabido es también que existe una
valoración positiva en este estado de las negociaciones, y no puede
ser de otra forma. El constatar que existe un amplio grado de
consenso en cuanto a que la estructura del presupuesto de ingresos de
las comunidades autónomas tiene que dejar de depender, en casi un 60
por ciento, de transferencias del Estado y tiene que incrementarse,
por tanto, la corresponsabilidad fiscal es una buena valoración del
estado actual de las conversaciones. En cualquier caso, la valoración
definitiva deberá hacerse sobre el modelo concreto, que creo que
todos deseamos que tenga el más amplio grado de consenso posible
porque afecta, de una forma muy clara, a una pieza muy importante de
la articulación territorial del Estado español -de España, en
resumidas cuentas- como esla financiación autonómica.




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El secretario de Estado de Hacienda ha anunciado ya un inicio de
conversaciones con la representación de los municipios españoles
respecto de la evolución de la financiación local. Si en su turno de
respuesta pudiera aportar alguna información adicional sobre cómo
están estos inicios de las conversaciones sobre reforma de la
financiación de la Administración local, este portavoz se lo
agradecería.

En cuanto a la armonización fiscal en el ámbito de la Unión Europea,
me gustaría conocer cuál es su previsión respecto a que el paquete
fiscal se pueda aprobar en la fecha de referencia, antes del 31 de
diciembre de 2002. Me gustaría saber si el secretario de Estado de
Hacienda es optimista o no lo es. La verdad es que es muy importante
y es complejo, sobre todo con las reticencias de algunos Estados
miembros a perder parte de su marco jurídico respecto del ahorro o de
la confidencialidad de los titulares de productos de ahorro en sus
jurisdicciones fiscales. Me gustaría que hiciera una valoración
específica y conocer su grado de optimismo respecto de que este
paquete fiscal pueda ser aprobado antes de la fecha de referencia.

Para acabar -no quisiera extenderme más-, me congratulo, y es un
pronunciamiento personal, por que se haya nombrado presidente del
Consejo para la defensa del contribuyente al catedrático don José
Juan Ferreiro, al que conozco ampliamente y que fue mi profesor en la
universidad de Barcelona. Creo que es un excelente y acertado
nombramiento para el desempeño de las tareas que le han sido
encomendadas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra el señor Azpiazu.




El señor AZPIAZU URIARTE: Buenas tardes. Agradezco al señor
secretario de Estado su presencia aquí hoy y sus explicaciones, así
como al señor Marugán sus reflexiones y análisis, se lo digo
sinceramente, porque para mí son enriquecedores. Me va a resultar
complicado decir algo que no se haya dicho ya, intentaré resumir y
apuntar alguna cuestión que no se ha comentado.

Con relación a las previsiones macroeconómicas que se han ido
modificando mes a mes a lo largo de los últimos meses, y teniendo en
cuenta que el Estado ha situado actualmente el producto interior
bruto en un crecimiento del 3,2 por ciento, quisiera ser también
optimista, pero hay organismos, institutos que dan un crecimiento más
bajo para el producto interior bruto de la economía española para el
año 2000 y, si tenemos en cuenta estas previsiones, el escenario para
los próximos meses puede ser relativamente peor que el que ahora se
puede vislumbrar por parte del Gobierno en base a los datos.

Ha hablado de la demanda interna, de la demanda externa, de lo que no
ha hablado -y esto me parece importante- es del consumo público o la
inversión
pública, que es la parte del negocio propio de la Administración. Me
imagino que el consumo público irá creciendo muy poco porque los
salarios no han subido más del 1 por ciento. Pero, ¿qué pasa con la
inversión pública? Sé que un cuatrimestre es muy poco tiempo cuando
se habla de inversión pública y que los procesos de inversión llevan
sus períodos de maduración, etcétera, pero me gustaría saber cómo va
la inversión y, sobre todo, cuáles son las perspectivas de la
inversión pública para el conjunto del año 2001 Quisiera criticar
amablemente eso que usted ha dicho de que han hecho los presupuestos
con precaución y que por eso esta ralentización de la actividad
económica no va a afectar a la recaudación, a la estabilidad, al
déficit público, etcétera. Quisiera que hicieran los presupuestos con
cierta credibilidad, en el sentido de que nos dijeran en la Cámara lo
que realmente piensan de las previsiones de ingresos y gastos, no que
tengan unas previsiones y luego nos las rebajen para tener su margen
de maniobra. Sé que para la gestión es cómodo, pero me parece que
debieran operar de otra manera, dando las cifras que realmente
piensan que se van a producir, aunque sea difícil, como todos
sabemos, hacer previsiones con antelación, en un entorno cambiante y
cuando no se sabe qué va a pasar en Europa o en Estados Unidos,
etcétera.

Hay datos a los que no me quiero referir porque ya los han analizado
sobradamente. He creído entender que la masa salarial ha subido un
11,8 por ciento, de ahí que la renta haya crecido un 10,6, y creo que
ha imputado un 4 por ciento a un aumento del empleo y un 6,7 por
ciento a un incremento salarial anual. Parece ser, a tenor de lo que
ha dicho el señor Marugán, que los salarios están creciendo a un 3,5
por ciento; entonces, esta cifra del 6,7 por ciento me parece un
tanto sorprendente, pero simplemente lo digo para ratificarlo, sin
más.

Con respecto al control tributario, he leído en su informe esta
mañana que la finalidad del control es mejorar el comportamiento de
los contribuyentes. A lo mejor usted no puede decir otra cosa, pero
creo que es más razonable pillar a los sinvergüenzas o al menos a los
que defraudan. El control tiene que ir contra aquel que comete un
delito, no creo que se trate de ayudar a mejorar el comportamiento.

Es una forma de decirlo, simplemente es una anécdota. Me parece que
usted debería tener una intervención aquí para comentar cuáles son
los planes que tiene el Gobierno en relación a la lucha contra el
fraude. Nos ha dado un montón de información en relación a las
actuaciones de la inspección y de la gestión tributaria, pero me
gustaría saber cuál es el plan que tienen contra el fraude, cuáles
son los objetivos, cuáles son los instrumentos, cuáles son las
evaluaciones que están haciendo en relación a este tema del fraude.

He mirado las cifras que ha dado aquí en relación a la recaudación
total, no conozco las del País Vasco, aunque antes sí, pero no sé si
lo que se está



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recaudando por este sistema es mucho, poco, más o menos; en
definitiva, no sé si la lucha contra el fraude está siendo más o
menos efectiva y me gustaría que en el futuro nos pudiera dar datos e
información a este respecto.




Otra cuestión -que yo creo que está en su informe, pero que no ha
comentado- es la deuda tributaria. A mí me gustaría saber cuál es la
deuda tributaria existente actualmente. Usted ha comentado que en el
año 2001, en el período de enero a abril, se ha recuperado deuda por
valor de 124.837 millones; no sé si lo ha comentado, pero aparece en
su informe. Quisiera saber cuál es la deuda que tienen los
contribuyentes en relación con la deuda total, cuánto es voluntaria,
cuánto es ejecutiva, aplazada, no aplazada. Me gustaría tener un
análisis de esta variable económica y también cuáles son las
provisiones que ha hecho Hacienda en relación con la deuda, si está
todo provisionado o no y qué riesgos tiene Hacienda por los
incumplimientos que puedan derivarse de los contribuyentes.

No me voy a extender más, porque yo creo que se ha hablado ya de casi
todo. No tengo nada más relevante que decir.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra su portavoz, señor Martínez- Pujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Bienvenido, señor secretario de
Estado, a esta comparecencia cuatrimestral. Ha presentado un informe
que ha sido recibido en tiempo y que usted nos ha explicado junto con
un capítulo que ha llamado política tributaria. Yo esperaba hablar
esta tarde del tipo único, y no me refiero a ninguna persona en
concreto sino al tipo del IRPF que han anunciado desde el Grupo
Socialista, pero no se ha suscitado el debate esta tarde sobre el
IRPF. Quiero hacer algunas matizaciones en torno al informe que hemos
recibido. En primer lugar, sobre la recaudación. Tanto usted como el
señor Fernández Marugán y los representantes de los distintos grupos
políticos han hablado de la desaceleración económica internacional
y de las previsiones de crecimiento del 3,2 frente a una previsión
inicial del 3,6. Es verdad que estamos en una situación económica
internacional de una cierta desaceleración, que se ha trasladado a
España y que el Gobierno ha corregido las previsiones de crecimiento,
pero también es verdad que esas previsiones de crecimiento, por lo
que vemos en los datos, no están influyendo en el nivel de
recaudación. Según los datos que han sido suministrados hasta el
primer cuatrimestre, la recaudación ya ha obtenido el 38,2 por ciento
de todo el conjunto del año. El comportamiento es altamente positivo,
independientemente de la estacionalidad de alguno de los datos, pero
el comportamiento es muy positivo y pone de manifiesto que al final
del ejercicio se puede llegar a cumplir bien el capítulo de los
ingresos, lo cual va a permitir cumplir bien otro capítulo al que
hacía referencia el señor Azpiazu, que es el del gasto. Ya tendremos
ocasión de examinar la evolución de los gastos en la comparecencia
que está prevista para el próximo martes de la secretaria de Estado
de Presupuestos y gasto público. Hoy nos corresponde examinar los
ingresos y parece que los ingresos se van a cumplir. Esa es una
noticia buena y pone de manifiesto que la capacidad de
presupuestación de este Gobierno es buena, porque si hubiéramos
atendido a algunas enmiendas que nos planteaba la oposición de
aumentar los ingresos en un billón de pesetas porque a lo mejor la
economía evolucionaba de otra manera, pues hoy estaríamos sin haber
cumplido el nivel de ingresos y estaríamos sin dar cobertura a las
necesidades de gasto, salvo que entráramos en una espiral de déficit
público.

Creo que es muy positivo el cumplimiento de los ingresos y es muy
positivo también el comportamiento por cada una de las figuras. Creo
que es muy bueno el dato -y es un aliciente para seguir trabajando en
el futuro- de que las retenciones por rentas del trabajo hayan
aumentado. Esto quiere decir que el empleo se está comportando
razonablemente bien, independientemente de los aumentos salariales,
que las previsiones se están cumpliendo y el empleo está funcionando
bien.Los datos de ingresos en los últimos ejercicios ponen de
manifiesto que se está produciendo un mejor cumplimiento de las
obligaciones tributarias. Si uno analiza las cifras no sólo de este
primer cuatrimestre, sino las cifras de evolución de los últimos
años, observa que hay un mejor cumplimiento de las obligaciones
tributarias, que las retenciones están aumentando con mayor vigor de
lo que crece el empleo en la EPA, que el impuesto sobre el valor
añadido ha obtenido mejor recaudación en los últimos años que el
incremento del PIB, independientemente de la elasticidad que tenga
ese impuesto respecto al PIB, pero está creciendo con mayor vigor; es
decir, hay un comportamiento voluntario de las obligaciones
tributarias que es positivo. Yo creo que eso también hay que
reconocérselo a la Agencia. Usted hablaba de los servicios a los
contribuyentes, del departamento de atención al contribuyente, de las
facilidades para que hagan declaraciones con nuevas tecnologías, de
los nuevos servicios que se están incorporando en la Agencia. Creo
que son muy positivos y hay que valorarlos así, además de que tienen
un reflejo directo -y eso es lo importante- en el cumplimiento de las
obligaciones tributarias. Cuando se observan estos datos -el señor
Fernández Marugán hablaba de la potencialidad del sistema tributario-
se ve que tenemos un sistema tributario más moderno, que es el que
hemos construido desde 1996, un sistema tributario en el que hemos
hecho reformas, reformas que han dotado a nuestro sistema tributario
de mejores instrumentos para el cumplimiento de sus objetivos. Las
reformas que se han ido haciendo a lo largo de estosaños (las
reformas de la fiscalidad del ahorro, las reformas



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en la fiscalidad de las pymes, las reformas en el impuesto sobre la
renta de las personas físicas, la ley de derechos y garantías del
contribuyente) han ayudado a que tengamos un sistema tributario con
mayor potencialidad, que se comporta mejor, que se adapta mejor a las
situaciones económicas y que es más flexible. Eso también es positivo
y hay que reconocer que eso se debe a las reformas que se han hecho
del sistema tributario, que hay que valorar -desde mi grupo lo
hacemos así- muy positivamente.

El secretario de Estado hacía una valoración diciendo que las
devoluciones eran el lado negativo de los ingresos, pero se podría
decir que es el lado positivo de los contribuyentes, y el que se esté
agilizando el período de devolución es también -y así hay que
reconocerlo- positivo porque se está dando un mejor servicio a los
contribuyentes, además de que se está trabajando en una línea
adecuada.

Lucha contra el fraude. Ya hablaba antes de que hay un mayor
cumplimiento de las obligaciones tributarias, que se observa en todos
los informes, en los últimos informes. Cuando se analiza el informe
de este cuatrimestre, el informe del anterior cuatrimestre y los
sucesivos informes y hace un desarrollo de lo que ha ido sucediendo,
se observa que la lucha contra el fraude va bien. Preguntaba el señor
Aizpiazu que cómo se puede valorar la eficiencia en la lucha contra
el fraude. Evidentemente es difícil, porque no tenemos la cifra de
fraude real, pero el comportamiento de los ingresos denota que se ha
mejorado en la lucha contra el fraude porque hay un mayor
cumplimiento de las obligaciones tributarias. Además, este informe,
aunque no lo especifica con absoluta claridad, también refleja que se
están cumpliendo los objetivos que se fijaron para la Agencia y que
se presentaron en esta Cámara; se están cumpliendo bien los objetivos
que se fijaron para la Agencia. En ese sentido, y el señor Padrol
hacía referencia a ello, los objetivos no pueden ser sólo
cuantificables, sino que tenemos que introducir elementos de calidad.

De todos modos, cuando se viene a comparecer a este Parlamento, al
final, a los sucesivos secretarios de Estado que han pasado por esta
tribuna se les pregunta cuál es el número de deuda instruida, de
deuda liquidada y de delitos fiscales, y eso va objetivamente bien.

Decía el secretario de Estado que la Agencia contaba con un personal
de enorme capacidad, con un personal que está haciendo un enorme
esfuerzo. Mi grupo parlamentario siempre ha dicho que la Agencia
Estatal de Administración Tributaria tiene unos profesionales de
enorme capacidad técnica y que están haciendo un esfuerzo notable y
eso está siendo reconocido a nivel internacional y, lo que es más
importante, también a nivel interno, por parte de los contribuyentes,
como se pone de manifiesto. Eso creo que es más importante; quizá
puedan ser más llamativos los reconocimientos internacionales, pero
el reconocimiento de los contribuyentes
es más importante y se pone de manifiesto en las encuestas
que se han podido realizar.

También ha hablado el secretario de Estado de política tributaria, de
los proyectos. Es muy importante todo lo que nos ha adelantado sobre
la Ley general tributaria. Creo que ésa es una revisión muy oportuna,
una revisión que tiene que ayudar a mejorar el marco fiscal español.

Mi grupo entiende, y creo que usted así lo ha hecho constar, que, a
lo mejor, ése puede ser un buen momento para incorporar la Ley de
derechos y garantías del contribuyente a la nueva Ley general
tributaria; por lo menos, se puede analizar si sería bueno
incorporarla, igual que adaptar -creo que también usted ha hecho
referencia a eso- todos los procedimientos tributarios, en la medida
de lo posible, a la Ley de procedimiento administrativo. Nosotros
creemos que, además de esta ley y de lo que nos ha contado del euro,
hay que seguir haciendo reformas tributarias. Mi grupo entiende que
uno de los elementos básicos para que España haya crecido, haya
creado empleo y haya mejorado el bienestar de los ciudadanos en los
últimos años ha sido la reforma y modernización del sistema
tributario. En esa línea hay que continuar. En junio del año pasado
modificamos la tributación del ahorro y se mejoró la tributación de
las pymes. Así está en el programa electoral de mi grupo político y
entendemos que hay que seguir en esa dirección: con reformas fiscales
para las pymes, con reformas fiscales en el IRPF, reformas fiscales
que no abandonen el principio de progresividad, que es
constitucional, y los criterios de mejorar la tributación de
familias, asalariados, pensionistas o discapacitados, estableciendo
un tipo único para todo el mundo, independientemente de sus
condiciones personales.




Las reformas fiscales tienen que responder a tres criterios. Primero,
estar en consonancia con lo que debe ser una política económica
global. La política tributaria tiene que ser un instrumento de la
política económica que ayude al crecimiento, al empleo y al
bienestar. Segundo, la política tributaria tiene que repartir con
equidad la carga y, en ese sentido, es importante que en el IRPF se
conserve el principio de progresividad, pero también algunas
políticas que hay actualmente de apoyo a las familias, de apoyo a
discapacitados, de apoyo a la vivienda, de apoyo a los planes y
fondos de pensiones y, además, donde se haga tributar más a quien más
tiene aunque rebajemos la presión a todos; pero no sólo a los que más
tienen, sino también a los ciudadanos de rentas más bajas. En tercer
lugar, la política tributaria tiene que ayudar a conseguir el
equilibrio del presupuesto, sin dañar el gasto social y el proceso de
modernización de España, y por tanto tiene que ser suficiente. En ese
sentido, en los últimos años se ha hecho muy bien y hay que seguir en
esa dirección. Eso es lo que yo espero y lo que mi grupo va a apoyar
parael futuro.




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El señor PRESIDENTE: Para contestar a los distintos portavoces, tiene
la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Giménez-Reyna Rodríguez):
Intentaré atender los comentarios, sugerencias y observaciones que
han hecho SS.SS. por el orden en que han intervenido.




En primer lugar me voy a referir a la intervención del señor
Fernández Marugán. Es difícil hacer una argumentación tan completa
como la que él ha hecho, sobre todo para alguien que no tiene la
condición de economista. Me encuentro en franca desventaja, sobre
todo ante un discurso tan trabado como el que ha hecho; no podría ni
tampoco me atrevería yo a llevarle a un discurso de ese tenor, quizá
porque no esté a la altura de mis capacidades. Pero sí quisiera
referirme a alguno de sus comentarios.

Desde luego, comparto plenamente el impacto del shock del petróleo
que tuvimos el año pasado. La cifra que S.S. ha dado es la que hemos
manejado todos, en torno al 1 por ciento del PIB, que fue una
transferencia de renta que hicimos el año pasado, lo cual tuvo un
impacto indudable en nuestras finanzas. Ha hecho un comentario a
propósito de la situación económica en el sentido de que estamos en
recesión, y yo creo que hasta llegar a la recesión quedan todavía
muchos grados. Por eufemística que parezca la expresión del Banco de
España de deslizamiento suave, estamos hablando de una institución
que tiene la máxima credibilidad. Yo creo que estamos en un cambio de
circunstancias y de moderación y demás; moderación que, por otra
parte, le viene bien a la economía española. Según enseñan todos los
especialistas, es bueno que podamos moderar el ritmo de crecimiento
que estaban teniendo ciertas magnitudes, porque no es bueno un
crecimiento tan fuerte, tan acelerado, durante excesivos y dilatados
períodos de tiempo. Desde ese punto de vista, creemos que es buena
esa moderación, que todo el mundo pueda recomponer la situación, que
cada uno pueda hacerse cargo de su role en la economía española y que
también los agentes puedan responder a los requerimientos que en cada
momento hace el mercado. No hay que extenderse en muchos comentarios,
pues todos tenemos alguna referencia de algún sector importante donde
se han producido situaciones dramáticas de ausencia de personas
cualificadas para atender una obra determinada o de los productos
necesarios para llevar a cabo una actividad, un proyecto, etcétera, y
eso no es bueno para la economía. Desde ese punto de vista, el
Gobierno contempló la situación de moderación en que entrábamos a
partir de este año y la ha reflejado en sus revisiones al programa de
estabilidad, que, por cierto, no solamente contempla el año
corriente, sino también los dos sucesivos. Y les recuerdo que en él
está previsto este año equilibrio presupuestario y en los dos años
sucesivos superávit del 0,2 por ciento del PIB. No estoy en
condiciones de darles el resto de las magnitudes, pero sí tengo muy
claro cuáles son nuestros objetivos, en la parte que me concierne,
para los dos ejercicios venideros: no solamente equilibrio, sino
además superávit del 0,2 por ciento del PIB. ¿Por qué se ha producido
esa corrección del cuadro y no se ha producido en toda su extensión?
El mismo programa de estabilidad contempla unos coeficientes de
sensibilidad que permiten asegurar que ante determinadas variaciones
no todo el cuadro macro debe ser revisado. Desde ese punto de vista,
y no solamente con el criterio de precaución o prudencia -y aprovecho
para traer a colación la mención del señor Azpiazu-, el presupuesto
siempre se hace con un criterio de prudencia en el ingreso y de
máximo rigor en el gasto. Así es como deben hacerse los presupuestos,
y tenemos la experiencia del año pasado. Por ejemplo, que las
magnitudes que ha empleado el señor Fernández Marugán, la inflación
superó la que estaba inicialmente prevista y no impidió que se
pudiera cumplir con el resto de los objetivos del año respecto a
crecimiento; se cumplió el programa de gastos sociales en sus
principales facetas: sanidad, pensiones, educación, y se mantuvieron
los programas de inversión que el Gobierno tenía presupuestados. Con
esa experiencia que tenemos del año pasado y conociendo cuáles son
nuestros índices de sensibilidad, como afirmaba en mi intervención y
ratifico ahora, estamos en condiciones de alcanzar el cumplimiento
del objetivo de déficit cero para el presente ejercicio.

Una serie de comentarios me han resultado muy sugerentes a propósito
del funcionamiento de las magnitudes tributarias en los cinco años
que van de 1995 a 2000 para poder analizar la potencialidad de
nuestro sistema tributario. Es realmente toda una invitación a la
reflexión, tomo buena nota de ello, porque es un ejercicio que
debería hacerse. En todo caso, lo que agradezco es su afirmación
cuando dice que la renta disponible ha evolucionado razonablemente en
los últimos años. Esa es una buena conclusión porque son datos
objetivos que al menos nos permiten compartir esas verdades objetivas
a pesar de la discrepancia que pueda haber en la instrumentación de
una política económica o fiscal diferente. Aprovecho para darle
alguna explicación sobre la referencia del informe de renta. A mí no
me gusta anunciar las cosas dos veces y, puesto que está a punto de
salir, reiterar hoy en la Cámara que está a punto de salir el informe
hubiera parecido impertinente por mi parte. Doy por recibido su
mensaje y le anuncio que está próximo. Permítame esta intervención
solamente a propósito de su provocación (El señor Fernández Marugán:
Le creo.) No es sólo que me crea, sino que le pido disculpas porque
estamos a punto de sacarlo, lo que ocurre es que tenemos un problema
de desfase y, por el funcionamiento propio de los servicios, todavía
no tenemos el análisis completo de los



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datos de la declaración de 1999; una vez que dispongamos del análisis
completo, practicaremos la liquidación a todos los agentes
implicados: comunidades autónomas, corporaciones locales, Iglesia
católica, en virtud de los pactos suscritos con el Estado, ONG y
demás. Nuestra voluntad es hacerlo con celeridad, pero nunca antes
del mes de junio, para poder tener todos los datos disponibles. El
proceso de grabación tiene una incidencia dilatada y eso es lo que
nos demora. La ausencia de mención por mi parte ha sido
exclusivamente por la razón que le he comentado.

Usted pregunta por la corrección de los datos, qué pasa con los
escenarios presupuestarios y por qué no se revisan. Por supuesto que
hemos hecho el análisis a propósito de las nuevas magnitudes que
introduce el Gobierno en la revisión del programa de estabilidad,
pero creemos que esas variaciones encajan perfectamente con nuestras
previsiones de recaudación para este año. En cuanto a si puede ser
bueno para la Hacienda pública, le diré que una situación de
inflación para la Hacienda pública no es buena en ningún caso. Lejos
de lo que algunos sostienen, que la inflación nos proporciona mayores
ingresos, sabe bien S.S. que las cargas derivadas de un proceso
inflacionario elevado son mucho más gravosas que los resultados
positivos que se puedan obtener de unos presuntos mayores ingresos
tributarios. De manera que estamos en línea para poder atender con
nuestras previsiones presupuestarias el compromiso de déficit cero de
este año. La experiencia del primer cuatrimestre, que no es mucho
pero que es una parte del año, nos permite reafirmarnos en esa tesis
y pensamos llegar a final de año en condiciones de responder ante el
Parlamento sobre el compromiso que hemos contraído de no gastar más
de lo que la sociedad pone en nuestras manos. A propósito de sus
últimos comentarios, tomo nota de cómo evoluciona el IVA por
sectores. Veré la forma de poder facilitarle la información, asimismo
se lo haré saber al presidente por si fuera de interés para el resto
de la Cámara.

Y paso al segundo de los compromisos legales dado que ha hecho una
cita expresa de la tasa sobre el espacio radioeléctrico. Para este
año hay una previsión de recaudación de esta tasa del dominio
radioeléctrico de 160.000 millones de pesetas. El sector, al
considerar elevadas las cifras consignadas para este año, ha
reaccionado interponiendo recursos ante el Tribunal Económico-
Administrativo Central, salvo una compañía que lo hizo en reposición
ante el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Por su parte, el Gobierno
mantiene contactos con los sectores para estudiar la situación. No
quiere renunciar al cobro de esos ingresos que tanto suponen para la
consecución del objetivo del equilibrio presupuestario y está
estudiando la situación del sector, las implicaciones de la tasa del
dominio radioeléctrico, para ver las posibilidades de actuación a
propósito de las futuras previsiones presupuestarias que deban
hacerse. Se mantiene un contacto fluido con las compañías del sector
y yo confío en que pronto podamos llegar a un acuerdo.

En cuanto a la inflación, algo que nadie puede olvidar, ésta afecta
negativamente al comportamiento del presupuesto, como bien se ha
dicho. Lo que no acepto es el comentario que se ha hecho de las
previsiones presupuestarias a propósito de la inflación. Es cierto
que la tarifa de renta no se ha deflactado ni tampoco las distintas
magnitudes que intervienen en el proceso liquidatorio, pero no es
menos cierto que las tablas de incremento de ganancias patrimoniales
se han corregido, tanto en el impuesto sobre la renta como en el
impuesto sobre sociedades, uno con un índice distinto del otro,
puesto que uno abarca el sector industrial y otro el sector general
de la economía. Y quiero sacar a colación también que los impuestos
especiales llevan tres años congelados. Pues bien, creemos que esta
actitud discriminatoria ante las distintas figuras que componen el
sistema tributario español es la adecuada en un momento de inflación
tan elevada como la que tenemos ahora. Eso es -yo no soy economista-
lo que indican los manuales de Hacienda pública que debe hacerse ante
una situación de inflación. Por tanto, creemos que no se trata de un
desprecio hacia los efectos inflacionarios, sino una actitud
beligerante y decidida frente a cada uno de los componentes de gasto
que inciden en el capítulo de ingresos de los Presupuestos Generales
del Estado.

Finalmente, en cuanto a las previsiones de ingresos y gastos, se ha
dicho que no es bueno seguir sin previsiones y tengo que decir que
nosotros tenemos previsiones de ingresos y gastos. Estamos
capacitados para cumplir nuestro objetivo, por más que diga que cómo
se puede conseguir crecer el 3 o el 3,6 teniendo una inflación al
2,4. Los presupuestos se configuran muy pronto, como S.S. sabe bien,
en el mes de septiembre del año anterior, pero tenemos la experencia
del año pasado y entonces cumplimos con nuestros compromisos
presupuestarios, a pesar de las variaciones que se produjeron en
determinadas magnitudes, una para bien, el incremento de la tasa de
crecimiento, y otra para mal, la tasa de inflación. Así pues, este
año estamos en condiciones de poder cumplir con los compromisos que
tenemos con la sociedad española y que SS.SS. tuvieron a bien aprobar
en la Ley de Presupuestos Generalesdel Estado.

Paso ahora a referirme a la intervención del señor Padrol. Le
agradezco los comentarios que ha hecho sobre la situación en la que
nos encontramos y comparto asimismo la existencia de un nubarrón en
relación con la tasa de inflación que tenemos y contra la que estamos
luchando, intentando recuperar la senda que nos marca el Banco
Central Europeo. Igualmente le agradezco sus congratulaciones con
respecto a ciertas expectativas. En cuanto a su afirmación sobre la
probidad en el procedimiento que se actúa, no tengo más



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remedio que incidir para ratificarlo a propósito de las devoluciones.

Sin duda alguna, el proceso de devoluciones mantiene todo el rigor de
la exigencia para que se produzca con arreglo a derecho. No hay
absolutamente ninguna merma en el proceso de calidad para llevar a
cabo tales devoluciones. Lo que sí ha habido han sido factores que
han influido en las mismas, así como un deseo por parte de la Agencia
Tributaria de acelerar el proceso de devoluciones y de cumplir el
objetivo de los plazos establecidos para las mismas, puesto que somos
de la opinión de que el dinero del contribuyente donde mejor está es,
cuanto antes, en su bolsillo.

En lo que respecta a los programas de ayuda, el más generalizado en
su empleo es el llamado programa Padre, el que ayuda a la declaración
del impuesto sobre la renta, que ha alcanzado esa cuota que S.S. ha
comentado del 97 por ciento. Este es un dato verdaderamente
destacable porque indica que estamos trabajando con una herramienta
adecuada, que además el contribuyente valora en todo lo que
significa. Yo creo que se puede decir que todos los contribuyentes lo
emplean.

Yo comparto que nuestra comparación con la Administración francesa es
difícil de hacer, sobre todo cuando tenemos unos niveles tan
diferentes de dotación. Aquella es una Administración que, con menos
exigencias desde el punto de vista de la gestión tributaria, tiene
más del doble de personal que la Administración española. Así y todo,
el informe Lépine de la Administración francesa destaca la capacidad
y eficiencia de la gestión que lleva a cabo nuestra Agencia
Tributaria.

Me ha pedido que comente la financiación autonómica y local. Pues
bien, en cuanto a la financiación autonómica, tenemos conversaciones
muy avanzadas con los partidos con los que mantenemos coalición en
esta presente legislatura, Convergència i Unió y Coalición Canaria.

Particularmente las que tenemos con el partido que representa S.S.

están muy adelantadas y permiten augurar que estamos en la buena
línea para alcanzar un buen acuerdo. Igual habría que decir de
Coalición Canaria. En cuanto a nuestras conversaciones con el Partido
Socialista Obrero Español, han sido sobre grandes principios, pero
permiten esbozar el futuro sistema de financiación de las comunidades
autónomas e intuir que tenemos grandes posibilidades de alcanzar el
acuerdo. Cuestión diferente es la fase que tenemos prevista para este
mismo mes, en la que tenemos que empezar a poner negro sobre blanco
los detalles del nuevo modelo y en la que esperamos poder seguir
contando con la opinión favorable del principal partido de la
oposición para alcanzar un acuerdo que creemos que debe afectar a
todas las comunidades autónomas. En el encuentro que tuvimos
compartimos que no es bueno un sistema de financiación para 15
comunidades que hoy no afecta a tres y que el día de mañana puede que
no afecte a otras tres, con lo cual haríamos un sistema para 15
comunidades que solamente
aplicarían nueve. Es una forma de proceder en el desarrollo de
nuestro Estado autonómico que no parece la más adecuada para partidos
que tienen la vocación de gobernar, como son los dos a los que me
acabo de referir.

En cuanto al ámbito local, preguntaba S.S. cómo están las cosas.

Hemos iniciado la negociación con el doble objetivo de poner sobre la
mesa asuntos de enorme trascendencia para la organización de la
Hacienda española y hacerlo con la mayor antelación posible. Somos
conscientes de que el año 2003 es un año electoral y todos los
partidos presentes en la principal institución que aglutina la
representación de las provincias y los municipios españoles, la FEMP,
son partidarios de que nos desliguemos al máximo posible de la
contaminación del clima electoral que sin duda llegará a mediados del
año próximo. Eso nos lleva a anticipar los trabajos, a pesar de que
el sistema de financiación concluye a finales del año que viene. A
tal efecto, ha habido reuniones al máximo nivel de la presidencia de
la FEMP con los ministros de Hacienda y de Administraciones Públicas,
de la Secretaría de Estado de Hacienda y del secretario de Estado de
Administración Territorial con la presidencia de la Comisión de
Hacienda y la vicepresidencia de la Comisión de Hacienda de la FEMP.

Hemos convenido la constitución de un grupo de trabajo en el seno del
Instituto de Estudios Fiscales, para que de aquí a fin de año redacte
un informe sobre los puntos que deben modificarse de la actual Ley
reguladora de las haciendas locales. A partir de ese informe -creo
que es una buena forma de trabajar teniendo en cuenta la opinión de
los expertos-, podremos elaborar un proyecto de ley de consuno con la
representación de los municipios y provincias españolas, un proyecto
que sea de la plena satisfacción de este sector para nosotros tan
importante de la Hacienda pública española.

Su último comentario, además de la felicitación por la elección por
el Consejo de defensa del contribuyente del profesor Ferreiro, que yo
agradezco, alude a la aprobación del paquete fiscal. Como bien ha
dicho, el problema fundamental radica en la directiva de ahorro. El
código de conducta ya lleva funcionando varios años, nos queda el
punto final del desmantelamiento de las medidas que se consideran
contrarias al código, pero en lo que a nosotros respecta vamos a
cumplir perfectamente el desmantelamiento de esas medidas y esperamos
que los demás lo hagan. El punto principal, puesto que la directiva
de intereses y cánones no preocupa excesivamente dado el logro de
discusión que ya hemos alcanzado, es la directiva de ahorro. Ahí es
donde comparto la inquietud de S.S., que es probablemente el punto
más difícil que tenemos por delante.

Me pregunta si soy optimista o pesimista. Yo soy por naturaleza
optimista, y lo digo porque las conversaciones se iniciaron hace ya
tiempo. Con Suiza particularmente se iniciaron durante la presidencia
austríaca, enel segundo semestre de 1998, y hubo receptivida -no



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quiero decir conformidad- por parte de las autoridades suizas en el
sentido de que había que llegar a alguna solución. No es menos cierto
que en las últimas conversaciones Suiza ha sacado a colación que
deben incorporarse no solamente estos países que yo he mencionado,
los cinco vecinos de la Unión, más Estados Unidos, más Japón, sino
también algunos otros países del lejano oriente, que tienen mucha
importancia en los mercados financieros y que deben estar presentes
en las negociaciones que aborde la Unión Europea. También abona a
favor de mi optimismo la idea de que la Unión tiene sus mecanismos
para poder ayudar a una postura de connivencia de esos países con la
Unión Europea. Nadie puede pretender que una directiva de la Unión se
aplique en un Estado que no es miembro, pero sí que encuentre una
respuesta favorable de apoyo, coadyuvante a un logro último, que es
procurar que las rentas tributen en el país donde residen aquellos
que las sostienen.

Siendo respetuosos, porque no podrá ser de otra manera, con el
secreto bancario de esos países que lo tienen, como los que acabo de
citar, los cinco vecinos de la Unión Europea, en el interior de la
Unión hay un acuerdo unánime de que eso tendrá que terminar no más
tardar al final de esta década. Respetando ese secreto bancario se
pueden encontrar soluciones para disuadir a aquellos capitales que
pretenden refugiarse en unos climas fiscales más benignos que los que
les corresponde en sus respectivos países de residencia. Por tanto,
yo soy optimista y confío en que podamos alcanzar el acuerdo antes de
la fecha prevista de final del año próximo.

Me refiero, a continuación, a la intervención del señor Azpiazu.

Comenta, en primer lugar, que a propósito del incremento del producto
interior bruto previsto para este año del 3,2 por ciento, después de
la última corrección, hay quien pone menos. He de decir también que
hay quien pone más y, por tanto, la previsión que ha hecho el
Gobierno es razonable en atención a los informes recibidos de todos
los especialistas y de las grandes organizaciones internacionales,
como el Fondo Monetario Internacional y otros, que nos llevan
a considerar la cifra señalada como prudente. Creo que ni es la máxima
que ponían otras instituciones ni es la que algunas a la baja
pretenden señalar; es una cifra, la del 3,2, que se puede cumplir
sobradamente en el presente año.

Tomo buena nota de su referencia al consumo público y a la inversión
como dato a explicar y comentar. Está en su plena razón de
solicitarlo, pero le pido disculpas teniendo en cuenta el reparto del
trabajo que tenemos en la casa. Esto es función propia de mi colega
la secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos Públicos, que con
más propiedad y con más información podrá atender sobradamente a su
solicitud de información. Yo así se lo haré saber para que esté
preparada en
la intervención que tenga ante esta Comisión la semana próxima.

En relación con su referencia a los presupuestos, no con precaución,
sino con credibilidad la comparto plenamente. Los presupuestos que
hemos presentado gozan, además, de ese criterio de prudencia que
hemos de tener en cuanto al ingreso y de rigor en el gasto para gozar
de credibilidad; así lo explica la aprobación que la Cámara le presta
y que avalan, por otra parte, los datos que llevamos ya conseguidos
en el primer cuatrimestre del presente año.

Me ratifico en los datos que le he dado sobre el incremento de masa
salarial. Son los datos que obtenemos de las estadísticas tributarias
y, por tanto, no tengo nada que añadir; son datos que resultan de la
propia información que facilitan nuestros contribuyentes, por más
sorprendente que le pueda parecer.

A continuación, hay una intervención sobre el fraude fiscal. Le
remito al Plan general de control tributario que la Agencia establece
para cada año y que para este ejercicio está aprobado por resolución
de 20 de diciembre del año pasado y publicada en el Boletín de 5 de
enero de este año. Ahí se incluyen las directrices generales del Plan
general de control tributario, se definen las áreas de riesgo fiscal,
donde hay un control de determinados sectores selectivamente
determinados, porque se cree que ahí puede haber algún componente
específico de riesgo en materia de fraude, la comprobación del IVA
tanto con respecto a devoluciones como operaciones de comercio
exterior que siempre tienen alguna incidencia singular con la
experiencia adquirida de tiempos atrás.

Por otra parte, como un renglón singular está la investigación del
comportamiento de operaciones mercantiles en sectores de nueva
economía, que también han demostrado alguna vitalidad en este
terreno, así como de actividades y operaciones que pueden
considerarse ocultas, porque se trata de nuevos sectores que emergen
en la economía o de nuevas formas de fraude que la sociedad alumbra y
a cuyo paso tenemos que salir. Obviamente, las transacciones con
paraísos fiscales constituyen otro de los capítulos que tiene
preferencia en este Plan general de control tributario, así como la
utilización de las normas que establecen beneficios fiscales y que
comportan resultados no queridos.

Además de estas áreas de riesgo hay planes especiales parciales para
los tres sectores que le he comentado: aduanas, impuestos especiales,
y gestión tributaria, así como para el área de recaudación en cuanto
a la recuperación de deuda a la que también se ha referido. Asimismo,
hay una norma respecto a cómo se integran todos estos planes para
conseguir el resultado final del control tributario, utilizando esta
mención de control tributario de una manera absolutamente ajurídica,
porque no figura en ningún texto legal. Nosotros siempre manejamos
los términos consabidos de gestión, inspección y recaudación, dentro
de la inspección, investigación



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y comprobación, pero control nos parece que es una palabra más amplia
que permite englobar toda aquella actuación que pretende -como bien
dice S.S.- no sólo perseguir al que declara mal, sino descubrir al
que no declara o al que lo hace de manera parcial o indebida. Ambas
son tareas que, por ingratas que puedan resultar, competen a la
Agencia y las intenta desarrollar con arreglo a ese cuadro que les
acabo de comentar y que lo tiene publicado en el Boletín de 5 de
enero de este año.

Termino mi intervención, señor presidente, atendiendo a los
comentarios, sugerencias, propuestas y preguntas que ha hecho el
señor Martínez-Pujalte. No puedo por menos que insistir en el
criterio que apuntaba al comienzo de mi segunda intervención, a
propósito de la desaceleración internacional en que nos encontramos,
y señalar nuestro augurio, fundado en datos ciertos, de que no debe
incidir en la recaudación prevista para este ejercicio. La
presupuestación tiene una técnica con una larga experiencia en
nuestro país y creemos que estamos en línea para poder atender esos
requerimientos que la Cámara ordenó al Gobierno a propósito de los
ingresos y los gastos a realizar durante el ejercicio.

Debo destacar el buen cumplimiento de las obligaciones tributarias
por parte de los contribuyentes, aunque probablemente influye que se
lo hayamos puesto más fácil. Pero no es menos cierto que el
contribuyente tiene una mejor disposición ante el cumplimiento de los
deberes tributarios. No hay más que leer las estadísticas para ver
que cada vez es menos celebrado el fraude o la elusión que en otros
tiempos algunos contribuyentes tenían a gala. Hoy empieza a ser un
factor reprobado por la sociedad española el de aquellos personajes
que se vanaglorian de no atender el cumplimiento de sus obligaciones
tributarias. Sin duda en eso influye que los nuevos impuestos, las
reformas que se han producido en los últimos años, llegan a la
consecución de una exigencia que los hacendistas consideran que debe
tener el impuesto -habrá otras muy técnicas-, la de que sea
socialmente aceptable. Creo que los impuestos que tenemos ahora mismo
son socialmente más aceptables que los de otros tiempos. Tributar
a un tipo máximo del 48 por ciento en renta es socialmente más
aceptable que hacerlo al 56; tributar al 18 por ciento el tipo mínimo
es socialmente más aceptable que tributar al 20 por ciento para las
rentas más bajas que existen en nuestro país. Por eso creemos que
tenemos un mejor cumplimiento y que tenemos que mantener nuestro
programa de lucha contra el fraude, que está en la línea que he
comentado anteriormente y que está publicado en el Boletín Oficial
del Estado.

Agradezco en nombre del personal que trabaja en la Agencia, que me
honro en presidir, su comentario elogioso. Creo que lo merecen. Los
funcionarios que tenemos son un ejemplo de abnegación, de trabajo, en
un modelo nuevo de administración que existe en nuestro
país, el de trabajar mediante objetivos, con los riesgos que ello
comporta desde el punto de vista profesional y desde el punto de
vista económico, que todo influye en el trabajo que entre todos
llevamos a cabo.

Su comentario sobre la Ley general tributaria no puede ser sino
afirmativo. Naturalmente, la Ley general tributaria, como así lo
anunciaba la exposición de motivos de la Ley de derechos y garantías
del contribuyente, Ley 1/1998, se verterá íntegramente en la nueva
Ley. Se puede hacer bien como un título independiente, bien a lo
largo del articulado. Siguiendo la recomendación que han dado los
expertos en la comisión, me inclinaría más por que cada aspecto
relativo a la protección del contribuyente derivado de dicho estatuto
se haga en el capítulo que corresponda, el de gestión en gestión, el
de inspección en inspección, el de recaudación en recaudación, que
cada uno tenga su pronunciamiento en el lugar sistemáticamente más
adecuado de la Ley general tributaria. Sin duda, el estatuto del
contribuyente debe quedar incorporado para cumplir una promesa que
nosotros mismos hicimos se redactó dicho estatuto.

A propósito de procedimientos, hay un asentimiento generalizado de la
comisión de expertos de que debemos avanzar en la aproximación al
tronco común de los procedimientos administrativos españoles. Todos
compartimos que lo tributario es singular, especial con respecto al
resto de la Administración pública, pero no tanto como para estar tan
alejado como hoy lo está del tronco común de la Ley 30/1992, la Ley
de régimen jurídico de administraciones públicas y del procedimiento
administrativo común. Creemos que hay una serie de aspectos, sobre
todo los más garantistas, los que afectan al procedimiento
sancionador, a la protección de los derechos del ciudadano en el
ejercicio de sus derechos en las administraciones públicas, y no
deberíamos apartarnos sustancialmente de lo que se contiene en esa
Ley 30/1992 en muchos pasajes de contenido básico, en cuanto que
desarrollan directamente lo previsto en el artículo 149.1 de la
Constitución. Desde ese punto de vista, creemos que el proyecto de
ley debería inspirarse en esa recomendación que se deriva de la
comisión de expertos, que ha informado el futuro de la regulación
general tributaria en nuestro país.

Termino con su mención de la reforma. Comparto plenamente que las
reformas tienen que estar de acuerdo con la política económica. Los
impuestos, como bien sabemos todos, además de ser instrumento para
recaudar ingresos, son instrumento al servicio de la política
económica, y esto cada día se demuestra más. Por supuesto, las
reformas tienen que ir dirigidas al reparto más equitativo de la
carga. Creo que esta ha sido una constante en todos los proyectos que
hemos llevado a cabo, y desde luego queremos que las reformas no
comprometan, que coadyuven al cumplimiento del equilibrio
presupuestario de nuestras cuentas públicas.




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Eso nos lleva, como venimos haciendo los últimos años, a conseguir
esa rebaja del déficit; ya tenemos el último dato, el del año pasado,
el 0,3 y este año lo cifraremos en el cero por ciento y lo haremos
sin detrimento de las políticas sociales, sin detrimento del proceso
de inversión que debe llevar a la modernización de nuestro país. En
esa línea es en la que estamos, así como en conseguir una imposición
personal que garantice la equidad en el reparto de las cargas
derivadas del tributo. Ahí aparece el principio de justicia material,
que en el impuesto sobre la renta es el principio de progresividad,
la protección de la familia, de los discapacitados,
la renta del trabajo general y la de aquellos que tienen quizá
las cargas más pesadas en el momento último de la vida de nuestros
conciudadanos, los pensionistas. En esa línea es en la que queremos
trabajar y sin duda estarán esas ideas en la reforma del impuesto
sobre la renta de las personas físicas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y cincuenta y cinco minutos de la tarde.