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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 145, de 07/02/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 145



SANIDAD Y CONSUMO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELICIANO BLÁZQUEZ SÁNCHEZ



Sesión núm. 8



celebrada el miércoles, 7 de febrero de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora ministra de Sanidad y Consumo (Villalobos
Talero) para informar sobre:



- La política de su Ministerio con respecto a la enfermedad de las
vacas locas. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista. (Número
de expediente 213/000234) . . . (Página 4150)



- Las medidas de control sanitario que va a adoptar el Gobierno tras
la aparición de un brote de la encefalopatía espongiforme bovina.

Asolicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/
000236) . . . (Página 4150)



- Dar explicaciones sobre las declaraciones que realizó el día 8 de
enero de 2001, cuando recomendó a las amas de casa (sic) que para
hacer el caldo no utilizaran huesos de vaca, sino de cerdo. A
solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/
000285) . . . (Página 4150)



- Explicar la política de su Departamento con respecto a la
enfermedad de las vacas locas. A petición propia. (Número de
expediente 214/000046) . . . (Página 4150)



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Se abre la sesión a las diez y treinta minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días. Damos comienzo a la
reunión de la Comisión de Sanidad y Consumo con el orden del día que
todas SS.SS. conocen. Los cuatro puntos del orden del día se refieren
a la comparecencia de la excelentísima señora ministra de Sanidad y
Consumo, solicitada por el Grupo Parlamentario Socialista, por el
Grupo Mixto -dos comparecencias-, y a petición propia de la señora
ministra. Doy la bienvenida a la señora ministra y le concedo la
palabra por el tiempo que considere prudencial.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Buenos
días a todas las señorías.




Comparezco para informar sobre las actuaciones del Ministerio que
represento con respecto a la enfermedad de la encefalopatía
espongiforme bovina. Con independencia de lo mucho que se ha escrito
y hablado a lo largo de los últimos días sobre este problema, voy a
informar a SS.SS. de la situación en la que nos encontramos y de lo
que desde el Ministerio de Sanidad y Consumo se ha venido haciendo.

Como todo el mundo sabe, estamos ante una grave crisis, ante una
enfermedad animal, pero transmisible al hombre, una enfermedad sobre
la que existen muchos interrogantes científicos aún no resueltos.

Estamos, además, ante una crisis de dimensión europea, ya que afecta
de momento a doce de los quince países de la Unión. Eso obliga a una
actuación de todos los Estados miembros, bajo la coordinación de los
organismos comunitarios. El proceso de globalización en el que nos
desenvolvemos y la práctica desaparición de las fronteras hace de
este problema un asunto de dimensión internacional. No puede servir
de consuelo decir o pensar que su origen es británico. Hoy es una
crisis europea que afecta también a España. Ante esta crisis, el
objetivo básico al que se han dirigido todas nuestras actuaciones ha
sido la seguridad alimentaria de los consumidores y la protección de
la salud de todos los españoles. Nuestras actuaciones se han basado
en la doctrina científica disponible y en el factor clave de
cualquier acción en materia de salud pública: el principio de
precaución.

Como breve introducción quiero recordarles que la encefalopatía
espongiforme bovina o enfermedad de las vacas locas apareció en 1986
en Gran Bretaña. Su origen: la alimentación de los vacunos con
piensos elaborados con harinas de origen animal. Es decir, en la
alimentación de un animal herbívoro se introduce una alimentación con
base carnívora y en algunos casos con material proveniente de
animales enfermos. Las autoridades británicas, tras constatar este
origen en el año 1988, prohibieron el uso en su territorio de estas
harinas para los piensos derivados y dedicados al ganado
bovino. Sin embargo, permitieron la exportación de esos piensos,
hecho que se convirtió en clave en la extensión de la enfermedad. La
Unión Europea en 1994, mediante la Decisión 381, de 27 de junio,
prohibió la utilización de esas harinas en la alimentación de los
rumiantes en todos los países de la Unión Europea. Recuerden este
dato, señorías, desde hace más de seis años y medio es ilegal la
alimentación de la cabaña bovina con harinas de origen animal.

Así las cosas, se pensó que el asunto estaba resuelto. Si el origen
de la enfermedad estaba en la inadecuada alimentación, eliminada ésta
de la dieta del vacuno, cabía pensar con cierta lógica que se ponía
fin al problema. Pero la prohibición sólo afecta al ganado vacuno
y no a otras especies animales como el porcino, el ovino o el caprino.

Es decir, se podría seguir produciendo y comercializando piensos con
origen de harina animal. En 1996 aparecieron en el Reino Unido diez
casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos, cuyas
características no se correspondían con la definición clásica de esta
enfermedad. De esta forma quedó diagnosticada por primera vez la
nueva variante de la enfermedad. La enfermedad clásica de
Creutzfeldt- Jakob es una patología poco frecuente, se presenta en la
edad adulta, generalmente después de los 50 años, y lleva al
fallecimiento del paciente en menos de dos años. Se manifiesta por
una serie de síntomas variables, entre los cuales los más
característicos son una demencia progresiva, movimientos musculares
involuntarios y descoordinados; en otras palabras, los pacientes
presentan pérdida de memoria, dificultades de concentración, pérdida
del lenguaje, del cálculo, pérdida de la visión, lentitud del
movimiento, debilidad muscular, trastornos del equilibrio y
somnolencia progresiva que puede evolucionar hasta el coma. La
enfermedad se diagnostica por estos síntomas, por la rapidez de la
progresión, por la presencia de unas alteraciones características del
electroencefalograma y por la presencia anormal de una proteína que
aparece en el líquido cefalorraquídeo. El diagnóstico definitivo se
realiza después de la muerte, por autopsia.

La variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob aparecida en el
Reino Unido tiene una serie de connotaciones singulares con respecto
a su forma clásica, lo que permite su diagnóstico clínico
diferencial. Se manifiesta en edad más temprana, alrededor de los 29
años, frente a los 65 años de media de la enfermedad clásica.

Presenta un período de incubación más corto, de cinco a seis años, y
un conjunto de manifestaciones clínicas principalmente caracterizadas
por los trastornos psiquiátricos tempranos: depresión, ansiedad,
apatía, ideas delirantes, etcétera. Igualmente los hallazgos en el
electroencefalograma son diferentes. De hecho, los pacientes con la
nueva variante pueden incluso presentar un electroencefalograma
normal y el diagnóstico definitivo, igual que en el caso anterior, se
realiza por autopsia. De la nueva variante de Creutzfeldt-Jakob se



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han descrito 92 casos en el Reino Unido, 3 en Francia y 1 en Irlanda.

En España disponemos desde 1995 de un grupo de trabajo para la
vigilancia de las encefalopatías espongiformes transmisibles,
dependiente del Instituto de Salud Carlos III, y en el que participan
activamente todas las comunidades autónomas. Este grupo de trabajo
analiza y controla todos los casos declarados, sin que hasta el
momento se haya diagnosticado ninguno de la variante de la enfermedad
de Creutzfeldt-Jakob.

Ante la aparición de encefalopatía espongiforme bovina, la Unión
Europea ha venido dictando desde 1989 una serie de normas encaminadas
a la protección de los consumidores frente al agente de la EEB,
decisiones que van desde la prohibición del consumo de harinas
cárnicas -de las que ya hemos hablado-, en un principio sólo para
bovinos y después, a partir de enero, para el conjunto de todas las
cabañas animales ante la evidencia de cierto grado de incumplimiento
de la primera prohibición, hasta la definición de materiales
específicos de riesgo, que se han ido ampliando a raíz del progresivo
conocimiento científico de la enfermedad, para terminar de momento
con una serie de directrices aprobadas el 29 de enero, entre las que
cabría destacar la prohibición de la producción de carnes separadas
mecánicamente de todo tipo de huesos de rumiantes de todas las
edades, la obligatoriedad de diversas medidas para el tratamiento de
las grasas y la retirada del espinazo de la cadena alimentaria.

En España, además de las normas europeas, se han ido adoptando
medidas específicas de prevención a raíz de la aparición de la nueva
variante de CreutzfeldtJakob en humanos en otros países y en los
casos de EE en bovinos. En un repaso de las medidas adoptadas en
España debemos remontarnos al 4 de julio y al 9 de octubre de 1996,
fechas en las que se dictaron sendas resoluciones de protección ante
esta enfermedad por parte de la Dirección General de Salud Pública.

En estas dos resoluciones se prohiben cautelarmente los encéfalos,
médulas espinales, ojos, timos, amígdalas, bazos e intestinos de
bovinos y los productos que puedan contenerlos procedentes de
Francia, Irlanda, Portugal y Suiza. Además, a los bovinos que
procedentes de estos países se sacrifiquen en España se les tienen
que retirar en mataderos estos órganos y tejidos para destruirlos
posteriormente. Más tarde, se publica la orden del Ministerio de
Sanidad y Consumo, de 24 de septiembre de 1998, por la que se adoptan
medidas cautelares en las importaciones de productos bovinos
procedentes de Portugal, dado el incremento de casos que se producían
en este país. Esta medida fue dictada dos meses después por la
Comisión Europea, mediante la Decisión 98/653, de 18 de noviembre.

Paralelamente el Comité director científico de la Unión Europea
emitió un dictamen sobre el dictado de materiales específicos de
riesgo el 9 de diciembre de 1997 y lo ratificó en su reunión de los
días 26 y 27 de marzo de 1998.

En este contexto el Ministerio de Sanidad y Consumo dictó la orden de
10 de mayo de 1999, que prohibía la introducción en el territorio
nacional de los siguientes tejidos y productos: intestinos de
animales bovinos, ovinos o caprinos de cualquier edad, bazos de
ovinos y caprinos de cualquier edad, cráneos, incluyendo el encéfalo
-sesos-, ojos y duramadre, amígdalas, médula espinal y columna
vertebral con los ganglios de la raíz dorsal de bovinos, ovinos y
caprinos de más de 12 meses, procedentes del Reino Unido, Irlanda,
Portugal, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Suiza
y Liechtenstein. El 22 de julio de 1999 se publicó una orden del
Ministerio de Sanidad y Consumo adoptando medidas complementarias a
las previstas en la orden de 10 de mayo. El 24 de noviembre del año
2000 se dicta el Real Decreto por el que se regula la destrucción de
los materiales específicos de riesgo y se establece la eliminación de
determinados órganos y tejidos de los animales de la especie bovina,
ovina y caprina. El Real Decreto de 22 de diciembre del año 2000,
establece y regula el Programa integral coordinado de vigilancia y
control de las encefalopatías espongiformes transmisibles de los
animales. Por último, la orden de 12 de enero de 2001, elaborada en
coordinación con las comunidades autónomas, que viene a desarrollar
el real decreto antes mencionado.

Señorías, me he limitado a plantear las normas aprobadas desde el
Ministerio de Sanidad y Consumo. Todas SS.SS. conocen por las
comparecencias en la Comisión de Agricultura las demás que
completarían el rosario de normas llevadas a cabo por el Gobierno
desde el Ministerio de Agricultura, desde el Ministerio de Sanidad y
desde la Presidencia. Estas normas del Ministerio de Sanidad y
Consumo a las que me he referido están orientadas a la consecución de
un objetivo prioritario: garantizar a la población la seguridad
alimentaria; seguridad alimentaria basada en la adopción de las
medidas de prevención necesarias, en constante coordinación y
cooperación con las comunidades autónomas.




Como todos recordarán, señorías, las competencias en salud pública
fueron transferidas al conjunto de las comunidades autónomas en el ya
lejano periodo de 1979 a 1985. En este sentido, conviene recordar
que, según el artículo 148.1.7.a de la Constitución española, la
agriculltura y la ganadería son competencia de las comunidades
autónomas. Además, en materia de salud pública corresponde a las
comunidades autónomas el control sanitario de la producción,
almacenamiento, transporte, manipulación y venta de alimentos,
bebidas y productos relacionados directa o indirectamente con la
alimentación humana; los programas sanitarios tendentes a la
protección y promoción de la salud; las acciones sanitarias
permanentes en materia de enfermedades transmisibles y no
transmisibles, antropo-zoonosis y educación sanitaria; el estudio,
vigilancia y análisis epidemiológico de los procesos que inciden



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positiva y negativamente en la salud humana, debiendo comunicar al
Ministerio de Sanidad y Consumo los datos estadísticos, así como
cuantas situaciones epidémicas puedan detectarse.

El Ministerio de Sanidad y Consumo, en materia de salud pública,
tiene como funciones la legislación básica y la coordinación,
quedando la gestión en manos de las comunidades autónomas. Las
consejerías autonómicas de Sanidad o Agricultura cuentan con plena
autonomía para el ejercicio de sus competencias y para el desarrollo
de las normas básicas.

Señorías, a los ciudadanos les interesa realmente poco, cuando se
producen situaciones como ésta, la cuestión competencial, demandan
información y actuaciones, no debates sobre a quién corresponde hacer
cualquier cosa. Pero estamos en el Parlamento, en la Cámara de
representación política, la que controla la actuación del Gobierno, y
aquí resulta imprescindible recordar la responsabilidad y las
competencias de cada una de las administraciones públicas. Por
ejemplo, conviene dejar claro que la obligación de vigilar la
aplicación de la directiva comunitaria que prohibe la alimentación
del ganado bovino desde el año 1994 corresponde a las comunidades
autónomas. Al Gobierno de España le corresponde coordinar las
actuaciones de las administraciones autonómicas ante una situación
como la que se está viviendo hoy.

Como parte de este Gobierno, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha
cumplido y está cumpliendo con esta labor, coordinando y dictando las
normas que ya han sido citadas, y lo ha hecho desde el primer
momento. El pasado 17 de noviembre, cinco días antes de la aparición
del primer caso de vacas locas en España, se produjo ya una reunión
entre los representantes de las comunidades autónomas y los
ministerios de Sanidad, junto con especialistas en sanidad animal,
para estudiar el mapa de distribución territorial de los test prión.

Desde ese día y hasta la fecha, se han celebrado las siguientes
reuniones y sesiones de trabajo.

Día 23 de noviembre: reunión de la Comisión de Salud Pública, en
sesión de carácter extraordinario y urgente, para tratar de forma
monográfica la situación en relación con la EEB. En la misma, se
aprobó por unanimidad una serie de acuerdos, de los que puedo
destacar los siguientes puntos: Instar al Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación a que desarrolle, con la máxima urgencia, una
disposición que garantice la más eficaz y homogénea realización de la
certificación sobre el origen de los animales y su adecuación para el
sacrificio; en caso contrario, sería desarrollado por las autoridades
sanitarias, tanto del Ministerio como de las comunidades autónomas,
para conseguir máximas garantías de origen sobre los animales
destinados al sacrificio; que las medidas de salud pública que se
están aplicando por estas autoridades sanitarias son las adecuadas,
según la doctrina científica existente hasta el momento sobre esta
enfermedad; por la
Comisión de Salud Pública se harán las oportunas propuestas al
programa de epidemiovigilancia de las EEB transmisibles de los
animales; se mantendrá la máxima coordinación, con distribución y
difusión de cuanta información se disponga a todas las partes
implicadas. Este es el acuerdo que aprueban por unanimidad las
comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad. También el día 23
de noviembre: reunión con el Consejo de Consumidores y Usuarios,
donde se analiza la situación y se proponen medidas en el ámbito de
la información a los consumidores, elaboración de directivas,
circulares informativas, etcétera. Día 27 de noviembre: reunión de la
Comisión Interministerial de Seguridad Alimentaria. Día 30 de
noviembre: Comisión de coordinación y cooperación en salud
alimentaria para analizar el programa integral coordinado de
vigilancia y control de la encefalopatía espongiforme transmisible de
los animales para el año 2001, aprobada posteriormente como Real
Decreto 2454/2000, de 22 de diciembre. Día 30 de noviembre: reunión
de los consejeros de Sanidad del Ministerio de Sanidad y Consumo con
la ministra y responsables de salud pública para intercambio de la
información sobre las medidas tomadas hasta ese momento.

Día 1 de diciembre: reunión de la ministra de Sanidad y Consumo con
comisario europeo David Byrne, dirigida a armonizar medidas de la
Unión Europea sobre la EEB. Día 4 de diciembre: Comisión de Salud
Pública en la que se analiza el contenido del certificado previo a la
retirada de explotación y medidas para el sacrificio separado de
reses para su destrucción. Esa misma comisión también preparó el
Consejo de Ministros de la Unión Europea de Agricultura, con la
participación de la directora general de Salud Pública de este
Ministerio, donde se acuerda el conjunto de medidas básicas para
hacer frente a la crisis de vacas locas, prohibición de piensos,
etcétera. También ese mismo día 4 se reunió la comisión ejecutiva de
la Comisión Interministerial de Seguridad Alimentaria. Día 5 de
diciembre: Consejo de Consumidores y Usuarios; información sobre las
decisiones tomadas en el seno del Consejo de Ministros de Agircultura
de la Unión Europea y análisis de los casos aparecidos en España. Día
13 de diciembre: comisión ejecutiva de la Comisión Interministerial
de Seguridad Alimentaria. Día 14 de diciembre: Consejo de Ministros
de Salud de la Unión Europea, donde se analiza, desde la perspectiva
sanitaria, las repercusiones de la EEB y se eleva la propuesta
planteada por esta ministra respecto a la necesidad de contar con la
opinión y participación de los responsables de salud pública en la
toma de decisiones que afectan a este problema y que se deciden en el
Consejo de Ministros de Agricultura. Día 15 de diciembre: el Consejo
de Ministros aprueba, a propuesta del Ministerio de Sanidad y
Consumo, el proyecto de ley de creación de la agencia española de
seguridad alimentaria, en trámite parlamentario en este momento.




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Día 19 de diciembre: Consejo de Consumidores y Usuarios, donde se
analiza la situación de este momento y se presenta el proyecto de ley
de la agencia de seguridad alimentaria; comisión ejecutiva de la
Comisión Interministerial de Seguridad Alimentaria. Día 22 de
diciembre: el Consejo de Ministros aprueba el Real Decreto 2434/2000,
donde se regula el programa integral coordinado de vigilancia y
control de la EEB.

Día 4 de enero de 2001: Comisión de Salud Pública del Consejo
Interterritorial; análisis de la situación y puesta al día de las
decisiones tomadas por cada una de las comunidades autónomas. Día 5
de enero: reunión de la Comisión Interministerial de seguridad
alimentaria; reunión de la Comisión de coordinación y cooperación de
salud alimentaria. Día 8 de enero: constitución del grupo de expertos
científicos técnicos de apoyo al Ministerio de Sanidad. Día 9 de
enero: reunión conjunta de consejeros de Sanidad y Agricultura de las
comunidades autónomas con los ministerios de Agricultura y Sanidad
para analizar la situación y, a propuesta de los consejeros de
agricultura, analizar el certificado previo a la salida de las reses
de las explotaciones ganaderas. Día 10 de enero: reunión conjunta de
directores generales de Salud Pública y de Agricultura de las
diferentes comunidades autónomas para dar una nueva redacción al
certificado antes mencionado, por mandato de la reunión celebrada el
día anterior; Consejo de Consumidores y Usuarios para informar sobre
las medidas adoptadas y distribución de información sobre el consumo
de carnes a través de un folleto. Día 12 de enero: Comisión de Salud
Pública; análisis de la situación y petición de una mejor
coordinación, intercambio de información de datos entre las
diferentes comunidades autónomas; reunión del Comité científico
creado el día 8 de enero. Día 16 de enero: Consejo de Consumidores
y Usuarios, donde se plantea la necesidad de establecer un plan sobre
seguridad alimentaria en colaboración con el Instituto Nacional de
Consumo y la Asociación de Consumidores. Día 17 de enero:
constitución del Comité especial de coordinación del Gobierno
presidido por el vicepresidente primero. Día 18 de enero: reunión del
Comité científico y ese mismo día reunión de la Dirección General de
Salud Pública con los representantes del sector cárnico para analizar
la retirada de la columna vertebral. Día 19 de enero: reunión de la
Comisión de coordinación y cooperación de salud alimentaria en la que
se analiza la retirada de la columna vertebral de los animales
bovinos, ovinos y caprinos de más de 12 meses; se entrega a las
comunidades autónomas el protocolo de supervisión de la correcta
retirada de los MER en mataderos. Día 22 de enero: Comisión técnica
para el seguimiento de la EEB, análisis de los supuestos de excepción
en enterramientos y análisis de la página web. Día 23 de enero:
Comité veterinario permanente de la Unión Europea; decisión sobre la
columna vertebral de los rumiantes, preparatoria del Consejo de
Ministros de Agricultura de la Unión Europea de los
días 29 y 30. Día 24 de enero: reunión del Comité de coordinación del
Gobierno. Día 25 de enero: reunión del Consejo de Consumidores y
Usuarios para la firma del protocolo de colaboración entre el
Ministerio de Sanidad y Consumo y las asociaciones de consumidores
y usuarios sobre seguridad alimentaria. Día 26 de enero: participación
de la Dirección General de Salud Pública en la reunión de directores
veterinarios de la Unión Europea, donde se analizan nuevos test y
ampliación de materiales de riesgo. Día 29 de enero: reunión en el
Ministerio de Ciencia y Tecnología para analizar los programas de
investigación sobre EEB. Días 29 y 30 de enero: asistencia del
subsecretario y de la directora general de Salud Pública al Consejo
de Ministros de Agricultura de la Unión Europea en el que se acordó
la eliminación de la columna vertebral de los bovinos. Día 30 de
enero: reunión del Comité científico. Día 31 de enero, Comité
especial de coordinación del Gobierno. Ese mismo día, reunión en el
Ministerio de Agricultura de los consejeros de sanidad y agricultura
de las comunidades autónomas para analizar la decisión tomada los
días 29 y 30 en la Unión Europea, donde se acordó la eliminación del
espinazo en sala de despiece y se deja a la autonomía de las
comunidades autónomas el procedimiento a seguir en caso de
enterramiento. Ese mismo día, reunión de la Comisión de coordinación
y cooperación de salud alimentaria, análisis de la situación en
relación con el certificado, y se reitera a las comunidades autónomas
competentes la información solicitada. Día 1 de febrero: Comisión de
Salud Pública, donde se analizan los sistemas de información sobre la
retirada de la columna. Día 5 de febrero: reunión del Consejo de
Consumidores para informar sobre los acuerdos del Consejo de
Ministros de Agricultura de la Unión Europea y de la reunión conjunta
de Sanidad y Agricultura. Día 6 de febrero: reunión con los
representantes de los detallistas de carne en el seno de la Dirección
General de Salud Pública.

Señorías, ante un problema de esta naturaleza y para disponer del
adecuado asesoramiento científico sobre esta materia se crea el
Comité científico específico con las siguientes características cuya
primera reunión se celebra el 8 de enero: en primer lugar,
composición multidisciplinar -está formado por dos neurólogos, dos
patólogos, dos veterinarios, dos investigadores básicos, un
hematólogo y un farmacólogo, todos ellos de reconocido prestigio-;
pluralidad, procedencia diversa -proceden de la universidad, de la
clínica, de la Administración central y de la autonómica-;
independencia para la evaluación del riesgo de la manera más objetiva
y real y, en consecuencia, la lejanía de la gestión del mismo riesgo;
líneas de trabajo prioritarias: estudio y valoración de la situación
actual de todos y cada uno de los campos implicados y al mismo tiempo
propuestas de intervención. Su primera reunión, como he dicho antes,
se celebra el 8 de enero, y desde entonces se han celebrado cuatro
reuniones más,



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al tiempo que permanentemente están conectados a través de la red.

En la última reunión mantenida con los consejeros de Agricultura y
Sanidad de las diferentes comunidades autónomas el Ministerio de
Sanidad y Consumo puso a su disposición este Comité científico. Como
antes he mencionado, la información es un elemento esencial en
cualquier situación problemática, y en particular cuando ésta se
refiere a asuntos que afectan al consumo. En este sentido, el
Ministerio de Sanidad y Consumo ha mantenido numerosas reuniones con
el Consejo de Organizaciones de Consumidores y Usuarios para
facilitar a través de ellas una información fluida y cercana a los
ciudadanos. Para articular esta acción de información y de atención a
los consumidores se ha suscrito un acuerdo marco sobre seguridad
alimentaria, y en todo momento hemos mantenido estrecha relación con
el Consejo para tenerle al día de cuantas vicisitudes y aspectos de
interés se han podido causar en torno a los problemas derivados de
estas encefalopatías.

En este orden de cosas, de acuerdo con las organizaciones de
consumidores, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha realizado una
campaña informativa con dos actuaciones principales: primero, una
doble página en los dominicales de los periódicos de mayor
circulación nacional el pasado 31 de diciembre -la difusión en
lectores alcanzó los 18 millones de personas-; segundo, distribución
de un díptico de información sobre carne de consumo, con cerca de un
millón de ejemplares enviados para su distribución a los siguientes
organismos e instituciones: Federación Española de Municipios y
Provincias, a la que se le ha entregado un total de 599.800 para su
reparto entre todos los municipios; Cámaras oficiales de comercio,
industria y navegación, centros comerciales y asociaciones de
vendedores de productos cárnicos, Federación de mercados, mercados
centrales de carnes, Instituto Nacional de Consumo y la Dirección
General de Protección Civil.

Señorías, con todas estas actuaciones el Ministerio de Sanidad y
Consumo ha pretendido un único fin: impedir que lo que hoy es un
asunto de sanidad veterinaria, de sanidad animal, pueda convertirse
en una cuestión de sanidad humana. El principio de prevención, que ya
he citado y que siempre es necesario, aquí es imprescindible porque
la enfermedad, como he señalado antes, es irreversible, es decir, es
mortal. En aplicación de este principio, como afirman los expertos,
es básico -y leo textualmente- «ir más allá de lo estrictamente
necesario en relación con las medidas destinadas a luchar contra el
mal de las vacas locas y asegurar la salud humana y la del sector
vacuno español. En esta materia» -continúan los expertos- «hay
numerosas lagunas científicas que obligan a extremar las medidas
preventivas».

Hay quien dice que podemos estar exagerando, magnificando un problema
cuyos riesgos reales para la
salud humana son mínimos. Se habla del número de vacas que han tenido
que ser sacrificadas en el Reino Unido en relación con el número de
ciudadanos que han muerto por esta enfermedad -92, quiero recordar;
180.000 casos de vacas locas en el Reino Unido-. Alguien puede pensar
que la relación es muy pequeña, alguien puede pensar incluso que en
Francia, con 300 casos de vacas locas y tres muertos, sigue siendo un
riesgo mínimo. Es cierto, señorías, puede haber y hay, de hecho, y
así lo dicen los científicos, un riesgo mínimo de que la enfermedad
pase a los humanos, pero deben entender que un responsable, una
autoridad sanitaria, no puede admitir estos razonamientos, porque
tenemos la obligación de propiciar el mayor grado de prevención, es
decir, el mayor grado de precaución.

Nos encontramos ante un problema complejo, donde influyen multitud de
intereses, legítimos en su mayoría, pero que en cualquier caso tienen
que quedar supeditados al derecho a la protección de la salud de
todos los españoles, porque esta es la cuestión: ¿qué interés debe
prevalecer? Creo, que todos debemos estar de acuerdo en hacer
prevalecer el interés general del derecho a la salud por encima de
cualquier otro, insisto, por muy legítimo que sea.

Señorías, soy consciente de la dificultad que conlleva la aplicación
de determinadas medidas, como el almacenamiento y destrucción de
harinas, la retirada de restos de los materiales específicos de
riesgo, el cambio de métodos de trabajo en determinados sectores -por
ejemplo, la forma de cortar la carne y cómo retirar el espinazo- y
previsiblemente la lógica modificación de hábitos de consumo. Como he
dicho antes, nos enfrentamos a una situación grave, seria y que no
será corta en el tiempo. Debemos afrontar problemas difíciles, desde
los logísticos -piensen en lo que representa el almacenamiento,
transporte y destrucción de harinas- hasta los económicos. Todo esto
demanda un intenso nivel de colaboración y coordinación de todas las
administraciones implicadas -la Unión Europea, el Gobierno, las
comunidades autónomas- y de todos los sectores implicados -ganaderos,
mataderos, distribución y consumidores- Esta necesaria coordinación
ha aconsejado, dentro de la propia área de responsabilidad del
Gobierno, la creación de una comisión interministerial que comprende
a los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, Sanidad y
Consumo y Medio Ambiente, bajo la supervisión directa del
vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia.




Cierto es que la mayor parte del problema recae sobre las consejerías
de Agricultura de las distintas comunidades autónomas y del
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, pero pueden tener la
seguridad, señorías, de que para el Ministerio de Sanidad y Consumo y
para esta ministra esta es una cuestión prioritaria, como lo es,
estoy convencida, para todos los consejeros de Sanidad del conjunto
de comunidades



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autónomas, y lo sé porque así lo han expresado a lo largo de todas
las reuniones que hemos tenido en este tiempo. Vamos a mantener un
trabajo y una actuación constantes, con el fin de hacer efectivo el
derecho a la protección de la salud, que nuestra Constitución
consagra, como saben ustedes, para todos los españoles. Algo hemos
aprendido como consecuencia de esta crisis: la necesidad de contar
con instrumentos más eficaces para la gestión integral de la
seguridad alimentaria. Por eso hemos acelerado la remisión a esta
Cámara del proyecto de ley de creación de la agencia española de
seguridad alimentaria. Esperamos contar con las propuestas de todos
los grupos parlamentarios que, estoy convencida, contribuirán a
enriquecer y mejorar ese proyecto.

Termino, señorías. Insisto en que estamos ante un problema grave,
complejo, con ramificaciones diversas que afectan a un buen número de
sectores económicos y que representa un peligro potencial para la
salud de los consumidores. Las soluciones ni son fáciles ni tienen un
efecto inmediato, lo importante es que las medidas vayan en la
dirección acertada. Para el Ministerio de Sanidad y Consumo el
objetivo es claro y es que lo que hoy constituye una crisis de
sanidad veterinaria, insisto, de sanidad veterinaria, no se convierta
a su vez en una crisis para la sanidad humana. Con este objetivo este
Gobierno ha estado trabajando y lo seguirá haciendo en el futuro
inmediato, poniendo siempre el interés de los consumidores por encima
de cualquier otro. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Arola.




El señor AROLA BLANQUET: Bienvenida nuevamente, señora ministra, a
esta Comisión.

Señora ministra, si sus actuaciones públicas, como ministra del
Gobierno de España, hubieran sido las de hoy, o su actitud,
posiblemente yo no tendría que decirle ahora bastantes de las cosas
que le voy a exponer. Ciñiéndome a algunas de las cosas que usted nos
ha señalado, tengo la sensación de que la existencia de las
comunidades autónomas y sus competencias no pueden ser una especie de
escenario en el que uno se refugia para hurtar sus propias
responsabilidades. Leernos su agenda no nos parece lo más atractivo
que uno puede oír, pero por lo menos da la sensación de que ha habido
un cierto trabajo, ya anunciado por otra parte por el señor Mingo en
una reunión parlamentaria; buena parte de lo que usted nos ha dicho
ya lo conocíamos y está recogido en el «Diario de Sesiones». Pero
desde el punto de vista del análisis político, que es el que yo tengo
que hacer, señora ministra, creer en las casualidades cada día se
hace más complicado. Cuando usted hoy comparece a petición propia,
uno no puede olvidar que, por ejemplo, tiene usted pendiente alguna
otra comparecencia pedida por usted con
urgencia y que todavía no se ha celebrado, y ha habido ocasiones para
ello; que tampoco quiso atender nuestra solicitud de comparecencia el
día 22 de noviembre de 2000, y lo podía haber hecho; que no prosperó
la solicitud de comparecencia que formulamos ya en el año 2001. Por
tanto, porque no creemos en las casualidades, pensamos que estamos
ante una operación de marketing político, de lifting político de una
ministra cuya actuación pública ha sido muy cuestionada, hasta el
punto que usted sabe que nuestro grupo ha pedido su reprobación. Me
parece que, si unimos todo, uno se reafirma en no creer en
determinadas casualidades; por tanto, no creemos que su comparecencia
de hoy se limite sólo a la existencia real de un problema, como usted
ha definido, de sanidad animal y un hipotético problema de salud
humana, y una cierta situación grave e importante, a nuestro modo de
ver, de alarma social. Yo quiero reiterarle que un ministro o una
ministra no debe crear alarma social, y usted lo ha hecho. Usted,
cuando todavía no formaba parte del escenario del problema, se metió
dentro de él, y si en un primer momento yo creo que los usuarios del
sistema sanitario pudieron reaccionar con una cierta sorpresa ante
algunas de sus declaraciones, ahora no es muy exagerado decir que
usted ha asustado a casi todos los ciudadanos y ciudadanas de este
país y que en ocasiones sus declaraciones han producido un cierto
sonrojo. Yo le podría decir, sobre todo si le leo ahora los recortes
de prensa, que nosotros conocíamos de la soledad del corredor de
fondo, de la soledad del portero ante el penalti, pero que ahora
hemos descubierto la soledad de la ministra de Sanidad, a la que en
un momento determinado parece que no ha defendido nadie. Fíjese, al
ministro Matas, por ejemplo, se le pide que hable; al ministro, señor
Cañete, que trague -como tiene la boca permanentemente llena de
trozos de carne- y a usted se le pide que se calle. Son tres
peticiones absolutamente sorprendentes en la historia política
reciente de este país. A usted se le pide que se calle; a usted se le
pedía que se callara. Y, claro, a uno le sorprende que una crisis de
este tipo tenga como protagonistas fundamentales a dos personas que
han sido eurodiputados. Cuando uno lee las declaraciones del señor
Cañete afirmando que aquí no pasaba nada, cabría preguntarle, si bien
la cortesía parlamentaria obliga a no interpelar a una persona que no
está presente, cuál ha sido su dedicación a este tema.

El problema de las vacas locas, señora ministra, nos sitúa ante tres
crisis. La propia de las vacas locas, en la que sus gobiernos han
tenido en Europa una actitud de mareo de la perdiz y han adoptado en
el pasado decisiones equivocadas que son suficientemente conocidas;
una crisis de información creada por el recurso fácil a la
frivolidad, de la que yo creo que usted ha hecho gala en determinadas
ocasiones, utilizando una aparente información científica para
trasladarla de forma confusa, dijéramos que en forma de receta de
cocina, y no le



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sorprenderá a usted que se lo recuerde, y finalmente una crisis por
la disparatada gestión de la crisis de lasvacas locas. La salud
pública, la de los ciudadanos, está en peligro por las malas
soluciones que se han dado, pero también por la falta de solvencia
que en un momento determinado pueden tener los responsables políticos
a la hora de gestionar los problemas, en este caso los problemas de
salud de los ciudadanos.

Nosotros pedimos, y ustedes lo recordarán, la creación de una
comisión interministerial al más alto nivel, presidida por el
vicepresidente primero del Gobierno, y lo que ha sido para nosotros
una sorpresa absoluta es que usted, como ministra, no esté presente
en esa comisión. El más alto nivel, como nosotros lo entendemos, no
le alcanza a usted. Es sorprendente. También sabe que hemos
presentado otras propuestas: la constitución de un comité científico
nacional, la creación de un centro nacional de información, la
realización de campañas informativas. El señor Mingo nos lo dijo,
después ya ha aparecido el folleto, como usted ha recordado. Porque
la pregunta fundamental que hoy se están haciendo los ciudadanos y
las ciudadanas en este país es qué se puede comer y qué no se debe
comer. Y el problema es que la información confusa todavía no ha sido
solucionada al día de hoy. Yo creo que la responsabilidad política de
esa confusión en la información reside básicamente en usted y en las
actitudes públicas que ha tomado, no en las de la agenda. Es decir,
en lo virtual, señora ministra, curiosamente en la comunicación, es
donde usted más ha fallado desde el punto de vista de la responsable
política que tiene que transmitir seguridad a la ciudadanía. Sabe
usted también que nuestro grupo ha pedido que los ministros afectados
comparezcan cada dos meses ante esta Comisión, aparte de la creación
de una comisión de seguimiento que se extinguiría con la propia
legislatura, que vaya evaluando progresivamente lo que ustedes puedan
realizar. Le querría preguntar si usted puede adoptar ese compromiso
de venir periódicamente a esta Comisión, al objeto de informarnos de
cómo se va desarrollando este tema. Porque es evidente, y comparto su
afirmación, que el objeto de sus comparecencias, el objeto de esta
Comisión es establecer todas las medidas posibles que impidan que
pase a la cadena humana el problema que en estos momentos tenemos en
la cadena animal. Ahí es donde usted es la responsable de poner a
funcionar el sistema de atención sanitaria español, primero con la
prevención y después, si la prevención fallara, adoptando una serie
de medidas y recursos que puedan ser necesarios para atender este
problema. No puede ser, señora ministra, que el documento realizado
por el Insalud en 1997 no haya sido recordado en estos momentos. No
puede ser que todavía hoy no existan dentro de las comunidades
autónomas servicios de anatomía patológica de referencia, al menos
que nosotros conozcamos. No puede ser que en estos momentos no esté
establecido de forma clara el sistema de diagnóstico
de la enfermedad y, en su caso, el diagnóstico diferencial de la
nueva variante de la enfermedad Creutzfeldt- Jakob y las medidas que
hay que adoptar al respecto. La infectabilidad, señora ministra, no
sólo afecta a las reses, sino también a las personas. No voy a hacer
una intervención alarmista, pero es evidente que el sistema sanitario
se tiene que dotar de medidas específicas para esta enfermedad. Ello
requiere recursos económicos y partidas presupuestarias que tendremos
que aprobar para poder luchar contra esta enfermedad. No quiero
quedarme, señora ministra, en el puro nivel de la crítica a las
actuaciones, fundamentalmente las públicas, que usted ha tenido hasta
la fecha. Quiero reiterarle la disposición del Grupo Parlamentario
Socialista para colaborar con políticas efectivas de prevención de la
salud, de respuestas concretas válidas a los problemas que tienen los
ciudadanos, porque el derecho a vivir sanos es un reconocimiento que
todos compartimos. Por tanto, señora ministra, cuente no sólo con
nuestra crítica, sino con el apoyo de las medidas políticas que se
deben tomar al respecto, para luchar contra esta enfermedad en la
que, como usted ha dicho, hay interpretaciones científicas, algunas
dispares, que en general vienen a concluir que todavía no lo sabemos
todo. Tenemos que adoptar una actitud de permanente vigilancia y
estudio sobre lo que va a ocurrir. Al hilo de la actualidad, también
le tengo que preguntar qué medidas van a proponer como Ministerio de
Sanidad a las comunidades autónomas en el marco competencial sobre lo
que hoy aparece en los periódicos (la actualidad es rabiosa en todo,
pero en los temas de salud bastante más.) Por ejemplo, qué medidas
vamos a adoptar en farmaco-vigilancia. Cómo se van a ir trasladando a
los usuarios, con qué rapidez y con qué claridad, sin crearles alarma
social, pero dotándoles de la información necesaria para que ellos
también sean agentes de defensa y protección de su propia salud.

Porque en los últimos días hemos oído hablar de los derivados de las
grasas de determinados productos de consumo muy habitual, no
necesariamente consumo alimentario, señora ministra, que son factores
de riesgo que se están estableciendo.

Atendiendo a la señal que me hace el señor presidente, quisiera
acabar recordándole dos cosas, señora ministra. Usted ha adoptado una
actitud equivocada ante este problema, desde el punto de vista
político y de la comunicación. Usted ha provocado una importante
alarma social. Dimitir no es cosa sólo de ministros y ministras
alemanas. El Ministerio tiene que adoptar medidas; nosotros las hemos
planteado ante esta Cámara en forma de una proposición no de ley, y,
aprovechando su presencia, quisiera recordarle, a usted y a toda la
Cámara, no sólo su existencia sino su contenido; algunos puntos los
ha citado usted, ya que estoy seguro de que los tiene. Dirigiéndome
no sólo a usted sino al resto de la Comisión, que posiblemente
también los tengan,proponemos crear el programa de seguimiento y



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prevención de la transmisión a seres humanos, que es lo que todos
perseguimos, cuyo objetivo sería la vigilancia y prevención; informar
a la opinión pública de forma clara y sostenida en el tiempo, porque
va a haber noticias sobre modificaciones de la información
científica; hacer el seguimiento de esos conocimientos científicos,
hacerlos llegar de forma comprensible a los ciudadanos; incluir las
diversas enfermedades de declaración obligatoria, aunque pueda
parecerles dudoso a muchos de los científicos que están trabajando.

Lo mismo se dijo del sida en su día y fue una comunidad autónoma la
primera que reconoció su declaración obligatoria. Solicitamos la
constitución de un comité científico, de la comisión permanente de
seguimiento en el Consejo Interterritorial, de la red de servicios de
referencia, de los servicios de anatomía patológica y de las
actuaciones de apoyo que están descritas.

Resumiendo, señora ministra, hasta hoy usted ha hecho una mala
gestión de la crisis, desde el punto de vista político y de la
comunicación, y ha introducido alarma social. Usted sabrá cuáles son
las responsabilidades políticas y mi grupo se las va a pedir. Sabemos
cuál puede ser el resultado, en términos parlamentarios, de esa
exigencia de responsabilidad, pero sabemos también cuáles son los
resultados de la responsabilidad social y ciudadana de sus
declaraciones. Hasta aquí la crítica, pero también nuestro deseo de
afrontar juntos este problema desde la responsabilidad. Nosotros no
vamos a contribuir a generar alarma social. Queremos que se
solucionen los problemas, señora ministra. Hasta hoy usted
políticamente mal; la agenda la repasaremos y la efectividad de las
medidas la seguiremos. Tenga en cuenta que un parlamento también
realiza labores de consejo, favor y ayuda, si me permite decirlo así,
a aquellos que gobiernan, ya que también forma parte de nuestro
trabajo. Cuente con nuestras iniciativas y con nuestra crítica. Pero,
señora ministra, no le voy a pedir que se calle, lo que le voy a
pedir es que sea prudente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la
palabra el señor Aymerich.




El señor AYMERICH CANO: Señora ministra, bienvenida otra vez a esta
Comisión. Antes de comenzar lo que va a ser en puridad mi
intervención, quiero mostrarle la solidaridad de este diputado y la
solidaridad del Bloque Nacionalista Galego, porque muchas de las
críticas que le han hecho, incluso desde su partido, desde nuestro
punto de vista tienen un cierto tono machista. La ineficacia no tiene
género, y sin ningún tipo de actitud, ni tono, ni retintín machista
hoy tengo yo la responsabilidad de confrontarla con lo que son sus
obligaciones y con lo que han sido sus incumplimientos o una gestión
desde nuestro punto de vista totalmente ineficaz. Esa ineficacia no
se resuelve al estilo de Manuel Fraga, es decir, con una listado
abrumador de citas, de trabajos, una agenda llena de actividades
maratonianas, que sólo sirve para encubrir la ineficacia y la
ineptitud más absoluta. Lo que la gente sabe, lo que esta Cámara
percibe, es que se podrían haber hecho muchas más cosas, que se
podría haber actuado de otra manera; y eso no lo resuelve una agenda,
por llena que esté, o una enumeración de actividades por poco aliento
que le dejen a usted al leerlas.

Ha dicho usted que este es un problema que excede el ámbito del
Estado español por arriba y por abajo: esto es competencia de las
comunidades autónomas, esto otro de la Unión Europea, e incluso ha
llegado a aludir a la globalización. Lo que sucede es que su Gobierno
y usted tienen responsabilidades muy claras desde antes de que se
declarase el primer caso de enfermedad espongiforme bovina en
Galicia, el 23 de noviembre de 2000. Primero, porque ustedes ya
sabían que existían casos y, segundo, porque la representación
española ante la Unión Europea actuó de forma totalmente
obstruccionista -no es culpa suya, hay que achacárselo sobre todo al
señor ministro Arias Cañete, y así fue denunciado recientemente por
la Comisión de la Unión Europea- para el cumplimiento de las medidas
adoptadas por la propia Unión y para la adopción de otras nuevas. Una
vez que la crisis estalla, el marasmo gubernamental llega a su
clímax: corrección de un decreto a las tres semanas escasas de
publicado el ministro Montoro hablando de una tasa de la carne y no
voy a recordar aquí sus declaraciones porque son suficientemente
conocidas y, desde luego, muy desafortunadas. Lo que existe, en
definitiva, es una descoordinación ministerial absoluta: el
Ministerio de Medio Ambiente, desaparecido, el Ministerio de
Alimentación reconoce su incapacidad -todavía ayer se hablaba en la
prensa gallega de que se está arrojando a los vertederos materiales
específicos de riesgo ante la incapacidad de los alcaldes para
evitarlo- y su Ministerio y usted misma creando alarma entre la
ciudadanía sobre la base de dudosos informes y de dudosos -también
hay que decirlo- conocimientos científicos. En cuanto al principio de
precaución, efectivamente vivimos en una sociedad de riesgo, ya se ha
dicho; una sociedad de riesgo que ustedes extienden a muchos
sectores: riesgo en cuanto al puesto de trabajo, riesgo en cuanto a
la percepción de determinadas rentas o de determinadas prestaciones
sociales y, ahora, riesgo por lo que se come. Usted ha dicho que el
principio de precaución debe ser la guía fundamental y la máxima que
debe señalar la actuación gubernamental frente a este problema; pero
en su actuación el principio de precaución cede frente a otros
intereses. Cede frente a intereses como los personales del señor
Bonilla, y parece que también frente a los del señor Cañete, que no
son los del sector ni los de los consumidores -habla usted de
multitud de intereses, y efectivamente los hay-, y cede también por
su peso político que es bastante escaso;hoy comparece usted sola, no
tiene ningún tutor, no



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está el señor Rajoy para darle patadas por debajo de la mesa si habla
de más. (Rumores.) Lo que su Ministerio debe patrocinar cede siempre
ante intereses que otros ministerios deben defender por la
especialidad de su competencia. Además, quieren ustedes enfrentar a
consumidores con productores. Ha dicho usted: lo principal es el
interés del consumidor. Estamos de acuerdo; pero, ¿es que eso es
incompatible con la defensa de los intereses del sector? Desde
nuestro punto de vista, en absoluto.

Viene usted aquí hoy con un vago borrador de un real decreto de
regulación de la agencia alimentaria, cuando el proyecto de ley ni
siquiera ha sido discutido en la Cámara; un borrador al que sólo le
faltan borrones. Habla, por ejemplo, de servicios correspondientes
del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. ¿Cuáles son esos
servicios que se van a integrar en la agencia alimentaria? (Rumores.)
Sí, sí; en la disposición adicional primera apartado segundo se habla
de ello. Es una fórmula bastante poco precisa para incluirla, aunque
sea un borrador, en un real decreto regulador de la agencia
alimentaria. Se citan concretamente los servicios que se van a
integrar en la agencia -Instituto de Salud Pública Carlos III-, pero
no se especifican cuáles serán los correspondientes al Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación. Ese borrador a mí me lo dieron
ayer. Ya se ha dicho que la actuación de su Ministerio es
desafortunada. Revise su política informativa y, si tiene un asesor
en esta materia, haga como hizo con el señor Rivera: invítelo a
marcharse. En su lugar, debe aparecer una política de información
transparente, una política de compartir con los consumidores las
incertidumbres existentes, lo que no quiere decir trasladarles
desazón o inseguridad; se trata de decirles simplemente: no conocemos
todos los riesgos que puede conllevar esto pero, en cualquier caso,
vamos a conjurarlos actuando en consecuencia. En el plan inicial de
actuación de esa agencia de seguridad alimentaria, su Ministerio
transcribe un párrafo del Libro Blanco de seguridad alimentaria de la
Unión Europea que yo le invito a recordar; el contraste con lo que ha
sido la actuación de su Ministerio es realmente evidente. Se dice:
bajo la triple consideración de la evaluación, gestión y comunicación
de estos riesgos, la herramienta más adecuada para promover los
mayores niveles de protección de la salud de los consumidores...

necesidad de fundamentar la gestión de los riesgos por las
autoridades competentes en evaluaciones científicas generadas desde
la excelencia y la independencia... así como la transparencia que debe
presidir todas estas actuaciones con una consideración integral de la
cadena alimentaria desde la producción primaria... todo lo que se
refiere a la inocuidad de los productos alimenticios basada en el
análisis de riesgos. No sé si eso es lo que ha hecho su Ministerio,
pero me da la impresión de que no.

El Bloque Nacionalista Galego echa de menos en su intervención de hoy
que haga usted referencia a un problema que existe, aunque no lo
conocemos en su totalidad y no sabemos si el riesgo es mayor o menor:
la posibilidad de transmisión de la enfermedad entre humanos. No se
ha referido usted a ello; no ha hablado del riesgo que pueden tener
ciertos preparados realizados a partir de la sangre, no ha aludido a
este tipo de problemas que son objeto de debate en otros países de la
Unión Europea. No sé si su Ministerio tiene algo previsto para
prevenir que estos riesgos se conviertan en un problema real de
sanidad humana. Podría ser error u omisión mía -a lo mejor me he
perdido mientras usted leía la agenda-, pero me parece que no ha
hecho usted referencia alguna a este tipo de cuestiones. En
conclusión, le ofrezco colaboración del Bloque Nacionalista Galego,
si la quiere, pero le indico el camino: no existe sólo la vía alemana
de la dimisión, sino también la vía gallega de la dimisión forzada o
de la destitución, que es la que el señor Fraga ha adoptado con su
consejero de Agricultura, señor Castro Gago, por cierto, el mismo día
en que el Bloque Nacionalista Galego presentaba su moción de censura.

Son dos caminos, usted puede elegir uno; el otro tendría que venir
forzado por quien parece que considera únicamente estos problemas
como cositas. El caso es que también usted lo considera una cosita
sin ningún peso.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra la
señora Julios.




La señora JULIOS REYES: Yo también quiero agradecer la presencia de
la señora ministra ante esta Comisión.

Estamos tratando hoy un problema de gran trascendencia para la salud
pública por su propia importancia y por su impacto, que no alcanza
sólo a los consumidores y a la población de este país, sino a toda la
Unión Europea y su población. Como bien se ha dicho, los problemas de
salud pública y los de seguridad alimentaria no tienen fronteras,
pero esto no debe dispersar responsabilidades; más aún, la no
existencia de fronteras en los problemas de salud pública y de
seguridad alimentaria debe reforzar la delimitación de
responsabilidades de las diferentes administraciones, tanto de lo que
es la Administración europea como de la española y dentro de ella
también de las administraciones autonómicas. El impacto, el riesgo de
este problema en la salud pública, como han expresado los propios
científicos -usted también lo ha dicho, señora ministra, en la
comparecencia de hoy-, en lo que se refiere a la salud humana, es
mínimo hoy por hoy. Evidentemente, hay que situar el problema dentro
del contexto de los principales problemas de salud pública de la
población, ya que, efectivamente, hoy por hoy debemos saber todos



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que existen riesgos evidentes para la población, que no por ser
históricos o más conocidos desde un punto de vista científico son más
controlados, y me refiero a los que son principales causas de
enfermedad y muerte en general, como el cáncer, los accidentes
cardiovasculares, accidentes de tráfico o enfermedades como la
demencia, el alzheimer, etcétera. Lo cierto -y de ahí la importancia
de lo que se está tratando hoy en esta Comisión, y la importancia que
todos estamos recalcando del papel del Ministerio de Sanidad ante
este problema- es que estamos ante un problema de gran impacto y
trascendencia. Es evidente que estamos ante una situación de riesgo.

Sin generar alarma, todos mantenemos la misma postura de
responsabilidad; sin generar alarma todos estamos afrontando una
situación de riesgo, de peligro potencial, como usted ha dicho, para
la salud de los consumidores, ante lo que es necesario que se adopten
medidas con la suficiente celeridad y coordinación. Esto es
responsabilidad de todas las administraciones sanitarias, europeas y
españolas -y cuando digo sanitarias me refiero no sólo al ámbito de
la salud animal o de la salud desde el punto de vista alimentario,
sino a la salud de las personas-, y es importante que se asuma por
ambas administraciones, así como fundamentalmente en el gabinete de
crisis del Ministerio de Sanidad, la relevancia que deben tener en la
prevención para evitar incertidumbres e inseguridad por este problema
a los consumidores, a la población en general. Cada día vemos
aparecer en la prensa nuevas noticias; ahora tenemos el problema de
la transmisión vía sanguínea, etcétera, y eso requiere, señora
ministra, desde nuestro punto de vista, que el Ministerio de Sanidad
asuma un papel protagonista en cuanto a la celeridad en la toma de
decisiones, puesto que estamos hablando de la gestión de un riesgo
para lo que, como sabemos -y siguiendo el principio de precaución-,
es prioritario, y estamos de acuerdo, evitar incertidumbres e
inseguridad. Pero la gestión de un riesgo implica también tomar
decisiones, tomarlas en tiempo y en forma; en forma, en cuanto a que
deben tener el máximo rigor a la luz de los conocimientos científicos
y técnicos de que se disponga en cada momento. Pero el riesgo también
debe ser gestionado desde un punto de vista político; hay que ir
tomando decisiones políticas basadas en los principios de precaución
y deben tomarse con previsión, de forma no arbitraria y
proporcionada. Cuando se estima un riesgo que se evidencia, las
decisiones políticas deben estar un paso por delante, más cuando
existen desgraciadamente todavía lagunas científicas, y anticiparse
siempre a los peligros y riesgos evidenciados con mayor o menor
significación desde el punto de vista de la investigación
epidemiológica. Cuando digo que las decisiones deben tomarse en
tiempo, es porque hay algunas que para que sean eficientes deben
adoptarse hoy y no mañana. En la medida en que aparezcan informes
dentro de la Comisión Europea, dentro de la Administración
española, que evidencien algún tipo de riesgo hacia la
población, las decisiones, como decía antes, no pueden esperar y
desde nuestro punto de vista no se pueden ir tomando por goteo, me
refiero a la postura que a este respecto España debe adoptar en la
Comisión Europea. Ir tomando medidas por goteo en períodos
relativamente cortos de tiempo genera, entre otras cosas, inseguridad
para los consumidores, para la población y también para el propio
sector económico, que está afectado por este problema.

Aunque muchas de las medidas no son sólo responsabilidad del
Ministerio de Sanidad sino de otros ministerios, es importante -por
lo que se refiere a la salud de las personas- potenciar y reforzar la
coordinación entre las administraciones, y ahí es importantísimo el
papel del Ministerio de Sanidad. Hay que mantener una coordinación, a
nivel transversal, entre las diversas administraciones y el
Ministerio, pero también entre éstas y las comunidades autónomas; son
éstas las que sufren fundamentalmente los problemas -me refiero a las
comunidades autónomas-, y las medidas que debe ir tomando el
Ministerio no se deben llevar a cabo sin el debido consenso, ya que
también forma parte de la gestión de una crisis. Las peculiaridades,
por ejemplo, de la comercialización de la carne en cada comunidad
autónoma son muy diferentes, y eso implica que la trasposición de las
directivas europeas -voy terminando, señor presidente-, que sí que
son responsabilidad del Ministerio de Sanidad o de otros ministerios
del Estado, debe hacerse con el previo consenso y conocimiento mutuo
de las realidades de cada comunidad autónoma. Es importante -y voy
terminando- que en el gabinete de crisis se empiecen a debatir temas
que, como digo, no son sólo competencia del Ministerio de Sanidad,
pero que sí pueden ayudar a resolver este problema en cuanto a las
ayudas al sector. En última instancia estas ayudas, en lo que se
refiere a mejorar la situación en el impuesto de actividades
económicas, en el IRPF, etcétera, hay que valorarlas viendo el
ejemplo de lo que ha ocurrido en el Reino Unido donde las ayudas
dadas a los ganaderos para el sacrificio de los animales de más de 30
meses no eran suficientes y posteriormente se tuvo que corregir. Esas
cosas hay que valorarlas porque favorecen que haya un mayor control
sobre este problema. Insisto en que es importante en la evaluación de
la crisis la transparencia en la información, por supuesto a las
administraciones autonómicas, pero también al ciudadano. Hay medidas
que hay que seguir potenciando y desarrollando en su cumplimiento,
aunque ya sean normas, como el etiquetado de identificación de las
carnes, porque eso ayuda al consumidor a la hora de tomar decisiones
y de saber el origen de las carnes que consume.

Termino, señor presidente, diciendo que en nuestro grupo creemos que
debe reforzarse todo lo que se refiere a la coordinación de las
administraciones y, comodecía, ante la gestión de una crisis por un
factor de riesgo



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como del que estamos hablando, que es potencialmente peligroso para
la salud humana, las medidas, y en este caso no sólo de otros
ministerios sino también del Ministerio de Sanidad, deben estar por
delante de los acontecimientos y adelantarse a cualquier posibilidad
de riesgo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la
palabra la señora Uría.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: Bienvenida, señora ministra, a esta
Comisión y gracias por sus explicaciones que, desde la perspectiva
del grupo al que pertenezco, no han sido todo lo satisfactorias que
debieran. En todo caso, no es momento de echarse culpas, sino de
poner soluciones y ser prudentes.

Usted ha venido a la Comisión como una modosa colegiala y conociendo
que tiene usted el genio vivo, lo que llaman su temperamento, uno
llega a pensar que en este silencio al que se ha visto obligada o
forzada en los últimos tiempos quizá haya más trastienda de lo que
habíamos llegado a intuir. Cuando desde los países de la Unión
Europea se está instando a todos los poderes públicos a la
integración y a la participación de todos en la búsqueda de
soluciones y a recuperar la confianza de los consumidores, aquí hemos
tenido recetas y luego silencio; incluso en los momentos de silencio,
las pocas apariciones públicas que ha tenido a veces eran con risas o
sonrisas que se nos antojaron extemporáneas y podían sugerir un
cierto grado de frivolidad, porque si a algo son extraordinariamente
sensibles las modernas y acomodadas sociedades europeas como la
nuestra es a todo lo que concierne a la salud, y creemos que hay
alarma en la ciudadanía. A su compañero de gabinete en soportar las
desgracias de esta crisis, le han aflorado problemas o cuestiones no
muy bonitas, aunque le concedo de momento el beneficio de la duda,
pero a usted como responsable de la sanidad le correspondía haber
introducido en el gabinete los elementos de sosiego de los que hemos
estado ayunos. Estamos hablando de vacas locas, pero a los que
estamos volviendo locos es a los ciudadanos en general. Como suele
decirse están volviendo loca a María Santísima y, si uno repasa la
prensa, la información dista mucho de ser exacta y no por culpa de
los profesionales de la información, que están haciendo gala
exquisita de cuidado y atención para no abrir más fuegos o encender
más luces que las necesarias.

Señora ministra, hay otro aspecto de esta cuestión, que lo han
señalado alguno de quienes me han precedido en el uso de la palabra,
que me llega a emocionar. En caso de grave riesgo o catástrofe son
ustedes fieles defensores del Estado autonómico, en otros momentos
no. El centralismo tiende a ser la solución para casi todo o
encuentra títulos competenciales donde no los hay. Pero cuando hay
algo dañino, riesgo o peligro de catástrofe las comunidades autónomas
son las que tienen
competencia para todo. No es mi formación política de adscripción
nacionalista la que rechaza estas cuestiones, pero usted conoce
perfectamente que si una comunidad, no digo que otras no, ha estado a
la altura de las circunstancias ha sido la comunidad vasca, tanto en
materia sanitaria como agrícola. De hecho, a su compañero de
gabinete, el ministro de Agricultura, se le escapó decir que en el
País Vasco se estaban haciendo muy bien las cosas. Conoce usted que
se analizan más reses, que se analizan desde los 24 meses y que se
han hecho importantes inversiones en equipamiento y también -repito-
se están haciendo esfuerzos mayores en materia sanitaria que en otras
cuestiones. Me sorprende otra cosa. Se ha traído a esta Comisión la
referencia al proyecto de ley de creación de la agencia española de
seguridad alimentaria, pero no por usted. Parece que hablamos de
cuestiones distintas o que el proyecto de ley que procede del
Gobierno no hubiese sido gestado en el Ministerio de Sanidad y
hubiese tenido una ruta distinta. La creación de la agencia debe
tener algo que ver, y ojalá hubiera sido creada antes, en relación
con la situación producida. El entorno político en el que surge el
proyecto de ley de creación de la agencia de seguridad alimentaria es
el Libro Blanco sobre seguridad alimentaria, que se aprobó a
principios del año 2000 en la Comisión de las Comunidades Europeas
y pretende una política efectiva de seguridad en esta materia desde un
doble pilar: una práctica fundamental de determinación y supervisión
del riesgo para la salud de los consumidores y medidas reguladoras
eficaces para gestionar los riesgos con el establecimiento
y funcionamiento de sistemas de control que puedan garantizar esta
finalidad que se pretende. Nada de eso se ha hecho de momento, a
pesar de que existe una resolución del Congreso de los Diputados
aprobada en junio del 1999, con ocasión del debate sobre el estado de
la Nación en el que se instaba al Gobierno a que ya se constituyese
esta agencia. Ha transcurrido un año largo para cuando ha sido
presentado el proyecto de ley. Quería referirme a las competencias o
no. Repito, en la comunidad autónoma vasca sabemos que las tenemos y
las ejercitamos gustosos, pero la delimitación en materia de sanidad
-usted lo conoce perfectamente- tiene las partes de competencia
también que le corresponden al Estado. Desde muy pronto el Tribunal
Constitucional fijó jurisprudencia al respecto sobre decretos que
habían sido dictados por el Gobierno vasco: registro sanitario de
alimentos y sobre coordinación y planificación sanitaria. Existen
preceptos constitucionales como el 43 y el 51 que no les permiten
escaquearse. Las obligaciones que en ellos se plasman incumben a
todos los poderes públicos. De igual manera que el 149.1.1 habla de
igualdad en el ejercicio de derechos y cumplimiento de deberes (y les
gusta citarlo con mucha frecuencia), el 139.2 debe ser traído a
colación en este momento. Corresponde al Estado en materiade sanidad
interior las bases, la coordinación general



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y la alta inspección, y a las comunidades autónomas el desarrollo
legislativo y la ejecución. El alcance de esta coordinación general
ha sido citado o establecido por el Tribunal Constitucional con
claridad meridiana. Asimismo, en el título de protección y defensa de
los consumidores les queda algo. Las comunidades autónomas, en
general, lo han asumido, pero con carácter asimétrico, no con el
mismo nivel. Hay comunidades con un mayor nivel de competencia
asumido en esta materia. Además existen materias sectoriales respecto
de cada una de las materias que se reconducen muchas veces a títulos
estatales, es decir, tampoco aquí es posible el escaqueo absoluto.

Usted ha citado el problema en el ámbito europeo e incluso en el
universal, por no hablar ya de la consabida actitud que hay desde
este Gobierno para excluir a cualquier otro agente público en las
relaciones que se pueda tener con la Unión Europea. No entramos ahí
las comunidades autónomas porque no nos dejan. Lo haríamos gustosos,
ya nos gustaría estar en las sedes europeas en las que se toman
decisiones que afecten a competencias asumidas por las comunidades
autónomas.

Ha dedicado usted parte de su intervención a lo que desde el Gobierno
se había hecho en esta materia. Su agenda, como ha dicho el
representante del Grupo Socialista, ha resultado impresionante, pero
debo manifestarle que me ha inquietado sobremanera porque nada de lo
que ha manifestado parecía hecho desde la tranquilidad de la
normalidad. Todo eran reuniones maratonianas, respuestas a
situaciones creadas ya en situaciones de extraordinaria y urgente
necesidad, como suele decirse en expresión jurídicamente acuñada, y
parece que nada desde la normalidad del funcionamiento corriente de
las instituciones, que es lo que a los ciudadanos nos gustaría
percibir como suficiente y bastante para hacer frente a situaciones
de riesgo creadas. Conoce, además, la señora ministra, que desde el
Gobierno vasco su consejero rehusó acudir a una de estas reuniones,
creo que la última, y le daba cumplidas razones de por qué; no porque
rehuyésemos asumir ni negociar ni ayudar al resto de las
administraciones, sino porque el Consejo Interterritorial que está
previsto por sectores, se estaba convirtiendo, al reunir juntos a
consejeros de Agricultura y de Sanidad, en un órgano de casi 50
personas que resultaba impracticable para tomar decisiones sanitarias
importantes. Resultaría más efectivo que se reunieran los consejeros
de sanidad como corresponde, así lo prevé la Interterritorial, con la
ministra correspondiente y los de agricultura con el suyo. La
coordinación entre Sanidad y Agricultura debiera hacerse dentro del
ámbito de cada comunidad autónoma, que es lo que se está haciendo en
el País Vasco, y de momento, felizmente. Parecería, además, que estas
reuniones convocadas...




El señor PRESIDENTE: Señora Uría, le ruego vaya concluyendo.

La señora URÍA ETXEBARRÍA: Le ruego al señor presidente una cierta
generosidad en la utilización del tiempo, pues todavía me queda
hacerle a la señora ministra algunas preguntas.

Decía que dichas reuniones parecen una cierta cortina de humo para
tapar incapacidades o actuaciones que no habían sido tomadas; un
cierto gusto por la excepción. No hay reuniones ordinarias del
Consejo Interterritorial. En esta legislatura creo que sólo ha habido
una debidamente convocada, por las listas de espera o por el problema
de las vacas locas. Incluso después de existir las reuniones, acerca
de las normas a las que usted se ha referido, por ejemplo, el famoso
decreto de diciembre, ya se les comentó que estaba elaborado y no
hubo deliberación ni participación de las comunidades autónomas en su
confección. Me ha hecho particular gracia y me he sonreído
abiertamente cuando ha aludido a la orden elaborada en colaboración
con las comunidades autónomas. La orden no es explicación del
decreto, es un recorte clarísimo del mismo y, desde luego, no estuvo
de acuerdo la comunidad autónoma vasca que, por cierto, ha vuelto a
regular el certificado veterinario para su propio ámbito de
aplicación.

Por las prisas del señor presidente voy a hacerle una serie de
preguntas. El comisario de Salud de la Unión Europea ha declarado que
España se había resistido a ser considerada como país en el que podía
haber factores de riesgo y que se había retrasado extraordinariamente
en la elaboración de los listados de materias que podían considerarse
de riesgo. Por ello se han introducido en el mercado determinados
materiales, como ocurre, por ejemplo, con los productos cárnicos,
que, de haberse actuado con mayor prisa y haber aceptado ser
considerado país de riesgo en el mes de abril, quizá no hubiera
ocurrido que ahora se tuviese aprensión respecto de salchichas,
embutidos o tantos otros materiales.

Ha hecho usted especial hincapié en la directiva europea del año
1994, en cuanto a la prohibición de cierto tipo de piensos. Si está
en vigor desde el año 1994, y como parece obvio no se ha cumplido,
¿dónde están las actas de la inspección? ¿Quién inspeccionaba esto?
Usted ha dicho que las comunidades autónomas y no tengo yo la
absoluta certeza de que sea así. ¿Se han molestado desde el
Ministerio en buscar las actas del control? ¿Dónde están los
resultados, si es que estas inspecciones se han llevado a cabo
durante estos seis años? ¿Cuánto tiempo se va a tardar también en
desleucocitar la sangre? Se habla de que existe el riesgo -de momento
felizmente sólo un riesgo teórico-, que sería fácilmente evitable si,
desde el Ministerio, se adopta esta sencilla decisión que la
comunidad científica dice que bastaría para evitar este riesgo. Otra
pregunta es ¿cuándo se va a introducir el registro de la nueva
variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob? En la comunidad
autónoma vasca existe ya catalogada desde el año 1993 y existe además
un centro también de referencia



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para las autopsias. En los últimos años se ha hecho el cien por cien
de las autopsias de las personas que han fallecido con sospecha de
padecer esa enfermedad. Creemos que en el Estado, en el territorio
común, no es esta la misma situación.

El célebre profesor Badiola en estos días habla del riesgo de los
enterramientos de animales. ¿Van a hacerse cargo de esta prohibición?
¿Van a dar instrucciones claras al respecto? En esta materia la
confusión en las distintas comunidades autónomas y, sobre todo, el
miedo entre los ciudadanos es absolutamente tremendo. Por último,
quiero hacerle una pregunta sobre comunicación de riesgos, en los que
creemos que no se ha demostrado especial pericia, y le pongo un
ejemplo caliente. Ayer a las ocho de la tarde desde su Ministerio un
alto cargo que no citaré llamaba al consejero de Sanidad vasco,
supongo que también a los consejeros de las demás comunidades
autónomas, recomendando por teléfono -hoy se haría por correo- la
retirada de un determinado producto que, por cierto, no está entre
los ordenados por la Unión Europea. Otra vez estamos con frivolidad y
mal hacer, y ni siquiera se había hablado de esta cuestión, señora
ministra, en la última reunión que hubo del Consejo interterritorial.

Señora ministra, son datos ciertos. No he dicho qué producto es para
no sembrar yo también la alarma.

Como reflexión final, señora ministra, diré que nos hubiera gustado
por parte del Ministerio la asunción de algunas responsabilidades y
menos ligereza en la transmisión de la información.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida, tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Únicamente intervengo para agradecer la
comparecencia de la señora ministra, aunque tardía, y para cederle la
palabra a mi compañero Paco Frutos, que es quien se encarga de este
tema en mi grupo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: Usted ha dicho -de verdad nos ha informado de
la realidad que conocíamos-que en el año 1994 se prohiben las harinas
que contienen un porcentaje de materia animal, grasas, etcétera.

¿Cómo es que todavía aparecen harinas de esta clase en nuestro país?
Ya sé que luego no se prohiben para cerdos, gansos, etcétera. Hay una
primera cuestión que yo le planteo en forma de pregunta, que da la
impresión de que empieza a inquietar a los investigadores, también a
los del Carlos III, sobre este tema. ¿Qué posibilidad hay a estas
alturas de transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina a las
ovejas, no en forma de scrapie, que esto es una enfermedad ancestral
de las oveja, sino como una nueva variante que podría introducir
elementos más peligrosos todavía de cara al futuro y sin alarma? Este
es un problema de control de la inspección, de investigación y de la
puesta en marcha de una serie de medidas; es algo que empieza a
preocupar ya, porque luego la variante transmitida a las ovejas sería
mucho más mortífera que lo que puede ser la EEB.

A las comunidades autónomas les corresponde controlar la aplicación
de las normas sobre harinas y al Ministerio coordinar. De acuerdo.

Usted nos ha anunciado que se han hecho mil reuniones. A mí me
gustaría conocer de estas mil reuniones, de cien o de setenta, las
actas de las mismas con el contenido explícito de los acuerdos, y
para poder verificar en sede parlamentaria si esto se cumple para que
haya un control político de cómo se están cumpliendo los acuerdos a
los que se llega a los distintos niveles. No se preocupe, señora
ministra, si tenemos más trabajo de lo normal y si tenemos que
implicarnos en cuestiones en las cuales somos prácticamente neófitos.

Nosotros estudiaremos, vendremos aquí con la responsabilidad política
en un caso de estas características.

Nosotros propusimos ya en el debate presupuestario la agencia de
seguridad alimentaria. Digo esto para valorar y contrastar nuestra
posición como formación política minoritaria, pero responsable en el
momento de intentar valorar eso. En aquel momento se dijo que esto no
era necesario y al cabo de un mes se decide que la agencia de
seguridad alimentaria es necesaria y se pone en marcha, de lo cual me
alegro; pero esto se tenía que haber visto, porque mucho antes había
señales de alarma muy fuertes en nuestro país.

He hablado de que en 1994 hay una decisión de la Unión Europea, pero
también debo decir que hay una falta de decisión que raya en la
irresponsabilidad penal por parte de la Unión Europea y por parte del
Gobierno de Gran Bretaña en el momento en que uno y otro no ponen en
marcha toda una serie de medidas que exigían el conocimiento de lo
que estaba ocurriendo, en primer lugar, en Gran Bretaña y luego en la
Unión Europea cuando el Comité de veterinarios se reúne en 1990
y empieza a detectar cosas importantes, que no ponen en conocimiento de
la opinión público en general, para que tome las medidas adecuadas,
porque esto podría alarmar el mercado y hundirlo. Pero es que en
1997- 1998 la ministra Loyola de Palacio sabía que estaban entrando
harinas que en Gran Bretaña habían sido prohibidas ya desde hacía
tiempo y que la Unión Europea había prohibido desde 1994 y nos
consta, confírmelo usted, desmiéntalo, que intentó protestar y se la
hizo callar. Como no nos gustaría que se volviera a repetir un caso
de estos con ningún ministro (a mí no me gusta matar al mensajero,
aunque utilice en algunas ocasiones el tambor, en vez de la alta
tecnología, sino que lo que me vale es el mensaje que se recibe, y
que en todo caso que cada uno rinda responsabilidades de cómo hace su
trabajo, etcétera, y usted también señora



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ministra), querríamos conocer si en estos momentos se puede estar
actuando desde el Gobierno de la misma manera, acallando elementos
que están ya en el conocimiento de algunos de estos comités o
comisiones, que deberían vehicularse hacia el conjunto de la opinión
pública de forma no alarmista pero, al mismo tiempo, de forma
coherente para que la gente tome en consideración una información
real sobre medidas eficaces inmediatas.

Se dice en general en las tertulias radiofónicas que los científicos
no saben nada, como una coartada para justificar que las medidas que
se toman son las que se pueden, pero esto de que los científicos no
saben nada no me lo creo. Los científicos saben bastante. Los
científicos del Carlos III tienen un montón de informes sobre
bastantes aspectos de lo que estamos analizando en relación con los
animales y con la posible transmisión a las personas. Hay bastante
material científico para poner en marcha todas las medidas necesarias
de prevención y de control. Por ello nosotros planteamos que, además
de un comité político integrado por el vicepresidente del Gobierno y
los ministros, entre los cuales naturalmente tendría que estar el
Ministerio de Sanidad, debería ampliarse hasta donde fuera posible
con un comité científico, el que funciona en el Carlos III, y otras
personas. No lo voy a hacer ahora por prudencia, pero puedo facilitar
al Gobierno nombres de personas que saben mucho de todo esto y que no
tienen una visión sesgada, oportunista o demagógica, sino
fundamentalmente científica, con un conocimiento riguroso, que no
quieren crear alarma, pero que, al mismo tiempo, no quieren esconder
ninguna de las informaciones que tienen.

Debo decirle, señora ministra, que se puede hablar de epidemia o de
potencial epidemia cuando una enfermedad ha alcanzado el umbral de
significación estadística. Y la nueva variante de la encefalopatía
espongiforme bovina ha alcanzado ya una significación estadística, y
la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob ha alcanzado
ya la significación estadística. Por tanto, es un elemento a tener en
cuenta como si se tratase de una epidemia para el futuro. Uno de los
grandes peligros que se empiezan a ver es que puede haber personas
que estén incubando la enfermedad, que pasan por los hospitales y que
no sabemos nada de lo que ocurre posteriormente.

Nosotros no sólo criticamos, hacemos preguntas concretas. En enero de
1998 el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida formula la pregunta:
¿Cuál es la relación de hospitales públicos y privados en los que se
utilizaron los lotes de Amerscan Pulmonate II contaminados con
albúmina de un paciente que desarrolló la enfermedad de Creutzfeldt-
Jacob? La respuesta que el Parlamento da en su momento es la relación
de hospitales donde se utilizaron estos lotes en concreto. Por eso el
12 de diciembre nosotros presentamos una proposición no de ley para
intentar profundizar en todas
estas cuestiones, para prevenir, y en esto, señora ministra,
coincidimos con usted y la vamos a apoyar, porque se trata de
prevenir, aunque no haya ningún caso todavía declarado. Nosotros ya
planteamos que es necesario ponerse en marcha.

Además, pensamos que una epidemia exige un mando único. Es como las
guerras. Una guerra con seis mandos generales es una guerra pérdida
para el ejército que lo lleva a cabo. Voy a retirar los términos
bélicos para que no sean malinterpretados. Esta batalla contra la
epidemia exige un mando único y la coordinación con todos los
componentes, con las comunidades autónomas, a fondo, total, pero con
las responsabilidades que competen en este caso al Ministerio de
Sanidad, a todos los ministerios y al Gobierno central. Debe haber
una coordinación en todo, pero, al mismo tiempo, debe existir un
mando único en el que estén presentes todas las partes. Seguramente
alguna de estas partes podrá hacer una aportación importante en el
supuesto de que haya avanzado en el desarrollo de medidas preventivas
y de control de la enfermedad. Por tanto, puede hacer una aportación
especial, pero que no debe quedarse solamente para una de las partes,
sino debe entrar en el conocimiento de todas ellas.

En definitiva, a partir de los conocimientos que están sobre la mesa,
y de los que ustedes disponen, es necesario poner en marcha una serie
de medidas en el terreno sanitario para prevenir la posibilidad de
que haya habido ya una transmisión de una cierta entidad a la cadena
humana. Para ello es necesario seguir con lo que se están haciendo.

Por ejemplo, en Gran Bretaña se están poniendo en marcha las
necropsias, pero hay muchos hospitales que no están preparados para
ello, no tienen capacidad para hacerlos; tienen una infraestructura
mínima y, seguramente, se está trabajando con medidas de protección
absolutamente escasas para las personas que trabajan en este tema. No
digo en el caso de los mataderos o en el caso de los veterinarios o
en la forma de adormecer y luego matar a los animales, que es un
machaque del cerebro que luego puede traspasar a todo el cuerpo del
animal. En el caso humano, es necesario poner en marcha una serie de
medidas inmediatamente.




Los británicos -y corríjame usted, si me he equivocado en la cifra o
en la cita- están destinando en estos momentos 67.000 millones de
pesetas en la esterilización de los materiales que se usan en los
hospitales, en los casos donde haya sospecha de que puede haber un
desarrollo de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-
Jacob. Por tanto, no hay que escudarse en que las competencias de las
comunidades autónomas impiden tal o cual decisión. Se trata de
coordinar para dirigir el proceso, pero coordinar atendiendo a todas
las propuestas que puedan venir de quienes tienen una experiencia,
que en algunos casos puede ser incluso muy rica.




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Termino, señor presidente. Es necesario que haya ya un registro con
declaración obligatoria, además de las necropsias; servicios
completos de control e investigación, nuevos métodos de aturdimiento
y sacrificio de los animales (en lo que compete esta tarde lo
plantearemos en el debate que se producirá en el Pleno) y protección
de todas las personas con riesgo.

Señora ministra, esto que hoy ha planteado aquí como un trabajo serio
y riguroso desde su Ministerio, le emplazaría desde mi grupo
parlamentario a que lo continuase manteniendo permanentemente en esta
Comisión y en el Pleno y, al mismo tiempo, que aporte todo lo que sea
necesario para que en el conjunto de las acciones que se pongan en
marcha podamos intervenir todos los grupos y aportar lo que
consideremos necesario en cada momento.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA I BEN: Señora ministra, en nombre del Grupo Catalán
(Convergència i Unió) le doy la bienvenida a esta Comisión.

A estas alturas, cuando prácticamente todos los grupos, salvo el
nuestro y el que sustenta al Gobierno, han hecho ya sus
consideraciones y manifestaciones, pocas cosas nuevas puedo añadir a
lo que se ha dicho. Nuestro grupo comparte en buena medida varias de
las observaciones que han hecho otros portavoces que me han precedido
en el uso de la palabra. Muy especialmente valoramos la última
intervención, la del señor Frutos, porque pensamos que tiene un valor
añadido, y lo digo con toda sinceridad. Más allá de la crítica, usted
ha hecho aquí una serie de propuestas en nombre de su grupo que
nosotros valoramos como sensatas, adecuadas, prudentes y casi todas
necesarias. Como están hechas en tono que apreciamos como muy
ponderado y constructivo, quisiéramos, sin enmendarle la plana en
absoluto ni usurparle su mérito, dejar constancia de que valoramos lo
que ha dicho y nos sumamos a estas peticiones muy concretas que ha
hecho el señor Frutos. Pensamos que sería muy conveniente que se
implementasen desde su Ministerio, teniendo en cuenta que
implementarlas quiere decir dotarlas de partida presupuestaria para
que esto sea posible.

A todo lo que se ha dicho, simplemente quiero añadir una reflexión.

¿Qué comemos en realidad? Esto parecen estarse preguntando 300
millones de europeos, bombardeados periódicamente con espeluznantes
relatos de encefalopatías espongiformes bovinas, pestes porcinas,
carnes con antibióticos y clembuterol, pescado con mercurio, verduras
con coliformes o pollos alimentados con dioxinas. Con estas palabras
que he citado textutualmente comenzaba un interesante artículo,
publicado este domingo en un suplemento dominical de un diario de
difusión nacional. Seguía: ¿Paranoia
colectiva o inquietante realidad? El impacto de estos escándalos
sobre la confianza del consumidor resulta devastador. Comer parece
haberse convertido en una peligrosa aventura.

Reitero que estas manifestaciones estaban publicadas en un suplemento
dominical de un diario de amplia difusión. Las he citado textualmente
porque creo que reflejan con bastante claridad una sensación
instalada en la opinión pública. En general, la gente desconfía de lo
que come y, lo que es tan grave como desconfiar de lo que come, la
gente desconfía de los políticos, que tenemos la obligación de
informar; la gente desconfía de las administraciones, de si están
diciendo la verdad, de si están haciendo todo lo que pueden o de si
hacen lo que dicen.

Esta situación, este desasosiego, puede ser una epidemia mayor que la
que podría causar la propia enfermedad. Así no vamos bien, no podemos
seguir. Es más, de seguir por este camino, además de las
consecuencias no deseables que podrían derivarse, que hoy por hoy no
lo son, para la salud de los consumidores, se están derivando ya unas
consecuencias también importantes y que tenemos que valorar. Hay todo
un sector afectado que está viviendo momentos muy difíciles y, a
pequeña escala, por decirlo de manera coloquial, a nivel de
carnicería de barrio están teniendo ya serias dificultades en
conseguir que les cuadren las cuentas. Cuando un gobierno tiene
competencias y ministerios distintos, es importante que los
conflictos de intereses se resuelvan de tal manera que se intente
perjudicar lo menos posible y dar soluciones, tal como se espera.

Pienso que esta consideración que expongo también es grave porque
redunda en la necesidad de encontrar la manera de, por una parte, dar
garantías de que se está haciendo todo lo que se debe hacer y, al
mismo tiempo, conseguir que la calma esté donde debe estar y que la
tranquilidad de los consumidores y usuarios vuelva a ser la norma de
cualquier señora o señor -para no ser machista ni feminista- que haga
la cesta de la compra.

No puede continuar lo que está pasando. Me decía ayer un tendero de
mi ciudad, de una carnicería de Girona, de donde yo soy, que hay días
que lo que recauda de caja llega a ser una cuarta parte de lo que se
hacía de manera habitual, a pesar de que tiene el mostrador lleno de
folletos, los que ha editado la Generalitat de Cataluña y los que ha
hecho llegar el propio Ministerio, y de que se esfuerza en transmitir
que precisamente ahora los controles funcionan más que nunca. Sin
embargo, la gente desconfía y creo que estamos ante un problema
político grave. Alguna cosa estamos haciendo mal -y fíjese bien que
digo estamos- o no lo suficientemente bien. Insisto en que no
interprete esto como una crítica hacia el Ministerio porque lo digo
en plural, estamos, pues es un problema de todos desde el momento en
que, como muy bien ha recordado, las comunidades autónomas tenemos
competencias en



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materia de consumo y además -valiente sería yo si negara esto- somos
muy celosas de las mismas.

Anivel europeo, y lo recordaba también el señor Frutos, lo que ha
pasado es de juzgado de guardia, lo digo con toda sinceridad. Mucha
gente se pregunta qué habría pasado si lo ocurrido, en vez de ser en
Inglaterra, hubiese pasado en otro país que ha tenido que ganarse el
pedigrí a pulso -y me parece que todo el mundo me entiende-;
seguramente, se habría producido un drama. Es muy preocupante que, en
un momento en que todos nos llenamos la boca por las ventajas de ser
Comunidad Europea, hayamos demostrado una incapacidad total -y lo
digo con rotundidad, señora ministra- de ser Comunidad Europea real
en algo tan importante como es la seguridad alimentaria. Estamos
contentos con el euro, ya somos europeos pero, en cosas tan básicas
como la salud de las personas, a los que tenemos competencias -y a
repartir a quien toca- se debe poner una nota que no llega al
aprobado.

La Comisión Europea tampoco ha conseguido transmitir tranquilidad ni
seguridad. Las declaraciones que estos días se están siguiendo a
través de los medios de comunicación son contradictorias. Señora
ministra, y lo digo en su favor, se le ha criticado mucho por el
comentario casero que hizo, por decirlo de alguna manera; para ser
sincera, no lo voy a defender porque, más allá de la razón que
pudiese tener, cuando habla es la ministra y debe saber que cualquier
cosa que diga tiene lecturas y repercusiones muy serias. Yendo al
grano de lo que quiero decir, lo que dijo lo han dicho luego en
Europa con otras palabras, y poca gente se ha molestado en
recordarlo. Yo lo recuerdo porque pienso que es algo a su favor y,
como antes ha dicho alguien que usted se había quedado muy sola, si
es por eso, que no venga de aquí la soledad. Reitero que
probablemente usted no fue prudente en su manifestación, pero que no
fuese prudente -y opino que no lo fue- no quiere decir que no tuviera
algo de razón, porque otros lo dijeron más tarde. Esta sensación de
que cada país diga algo distinto hace daño, señora ministra, hay que
evitar que cada semana podamos tener noticias científicas o más o
menos contrastadas que puedan ser contradictorias.

Consideramos, y así lo valoramos desde el Gobierno de Cataluña, que
el Ministerio de Sanidad ha hecho cosas bien en este proceso, e
incluso ha tomado iniciativas que se han adelantado a directivas
europeas, no vamos a negarlo. De todas maneras, señora ministra, todo
tiene sus pros y sus contras. Algunas cosas de las que el Ministerio
ha recomendado o directivas que ha marcado, que las comunidades deben
implementar luego en función de las competencias que tenemos, tienen
un déficit importante -siempre estoy hablando de lo mismo, pero no
puedo evitarlo-, un déficit presupuestario. ¿Cómo soportamos las
comunidades con competencias dar cumplimiento a todas las normas
necesarias -insisto en la idea- que dimanan de las circunstancias que
vivimos?
En este campo, su colega ministro de Agricultura ha conseguido
arrancar de quien debe más presupuesto de financiación para a su vez
transmitirlo a las comunidades. Las consejerías de sanidad que
tenemos competencias en consumo tenemos que asumir unos retos que
tienen un coste elevado, y hoy por hoy la financiación para asumirlos
no llega. En Cataluña, por ejemplo, el departamento de Sanidad creó
el pasado mes de enero el programa de vigilancia y control sanitario,
de control de las enfermedades que pueden ser transmitidas por los
animales, al que se le estima un coste para el año 2001 de 300
millones de pesetas. Este coste hoy por hoy va a cargo totalmente,
sin mayor dotación presupuestaria, de los presupuestos de la
Generalitat de Cataluña. Si a esto le añadimos que siempre nos
estamos quejando, y con razón, de que no tenemos la financiación bien
resuelta, eche usted las cuentas.

Para concluir, porque el presidente me va marcando las pautas, señora
ministra, ustedes, el Gobierno, han presentado un proyecto de ley -lo
decían también otros portavoces-, el de creación de la agencia
española de seguridad alimentaria, que nosotros valoramos
positivamente, yo se lo reconozco. Es verdad también que otros grupos
parlamentarios lo habían solicitado anteriormente, pero bien está que
el Gobierno lo proponga. Quiero reconocer públicamente, por tanto,
que lo valoramos positivamente, pero también quiero anunciar -ya se
debe saber-, por si alguna de SS.SS. no lo sabe, que mi grupo ha
solicitado que se amplíe el plazo de enmiendas, porque lo que no
querríamos precisamente es que, dada la importancia del proyecto y
dada la presión mediática a la que está sometido, la precipitación
nos hiciera incurrir en algún tema que luego lamentásemos. Muy en
concreto ya le anuncio, señora ministra -y estoy segura, por decirlo
de alguna manera, de que vamos a encontrar la manera de modularlo-,
que la agencia española de seguridad alimentaria debe ser muy
cuidadosa y muy celosa de asegurarse de que en los órganos de
gobierno estén muy bien representadas las comunidades autónomas que
tenemos competencias en consumo y en sanidad.

Tenga en cuenta además -también lo ha dicho la portavoz del Partido
Nacionalista Vasco, la señora Uría- que nosotros también consideramos
que es necesario, y cada vez se evidencia más, que las comunidades
estemos representadas en los órganos de decisión europeos, porque
¿cómo vamos a trasladar las problemáticas que tenemos en nuestro
territorio si no podemos decirlas donde deben discutirse estas cosas?
¿Sabe lo que representa en Cataluña el conjunto del sector cárnico?
Un 35 por ciento. Imagínese si tenemos un problema grave.

Concluyo, señora ministra. Como siempre, va a tener el apoyo de
nuestro grupo parlamentario para colaborar, para construir y para
aportar lo que nosotros buenamente hayamos considerado que puede ser
valioso para el conjunto de las comunidades y ponerlo



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a su disposición. Esperamos también su ayuda, y sobre todo esperamos
que usted tenga conciencia, y la transmita a quien procede, de que la
situación en la que estamos -se lo han recordado también muchos
portavoces- requiere, además de tomar medidas y de hacer reuniones,
una firme voluntad de atajar el problema con recursos, y recursos
quiere decir financiación.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Mingo.




El señor MINGO ZAPATERO: Señora ministra, sean mis primeras palabras
para darle la bienvenida una vez más a esta Comisión de Sanidad y
Consumo.

Debatimos hoy una vez más el tema de la encefalopatía espongiforme
bovina, y tenemos la suerte de contar con la comparecencia de la
ministra, como SS.SS. ya conocían desde el mes de diciembre. En esta
misma Comisión ya se anunció que la ministra de Sanidad, a petición
de distintos grupos parlamentarios y a petición propia, acudiría con
normalidad a la primera Comisión de Sanidad y Consumo que se
celebrara en el actual período de sesiones. Siguiendo ese acuerdo de
la Mesa y de los portavoces y de toda la Comisión, y a petición
propia, la ministra ha venido hoy a dar cuenta de cuantas iniciativas
y trabajos se han desarrollado en el Ministerio de Sanidad y Consumo
a lo largo de estos meses.

Señora ministra, mi más cálida felicitación por su intervención. Creo
que, frente a injustas acusaciones de irresponsabilidad, de mirar a
otro lado, de no dedicar tiempo y esfuerzo en el ejercicio de su
responsabilidad, hoy ha demostrado, con una agenda estupenda, cuál es
el tiempo y la atención que dedica usted y todo su equipo a la
problemática de la encefalopatía espongiforme bovina. Ha analizado en
su intervención cuáles son los criterios científicos de la
enfermedad, tanto en la vertiente animal como en la vertiente humana,
ha valorado cuáles son las distintas actuaciones realizadas por su
Ministerio en tres ámbitos, aquellos en los que el Ministerio tiene
competencias.

Usted, como ministra de Sanidad del Reino de España, representa a
nuestro país en la Comunidad Económica Europea, y allí dos
iniciativas de la ministra de Sanidad española han tenido eco y han
sido recogidas en el Consejo Europeo: de una parte, la reunión
conjunta de los ministros de Agricultura y de Sanidad, en aquellos
aspectos que afectan a las competencias de ambos Ministerios, para
estudiar, discutir y elaborar criterios en común. Eso ha sido
aprobado por la Comunidad Económica Europea partiendo de una
propuesta de la ministra de Sanidad española. El segundo acuerdo en
la Unión Europea ha sido el visto bueno a otra propuesta de la
ministra de Sanidad española, que ha sido retirar el esqueleto óseo
que protege al material de riesgo importante, que es la médula
espinal, para retirarlo
del consumo humano, también a propuesta, ya adelantada, de la
ministra de Sanidad española.

En su desempeño como máxima responsable del Ministerio de Sanidad,
desde el día 22 de noviembre, cuando aparece el primer caso de
encefalopatía espongiforme bovina en España, el Ministerio de Sanidad
reúne a las dos partes que tienen competencias en relación con esta
enfermedad; de una parte, con las comunidades autónomas, y se
discute, dependiendo de quién sea el grupo político, la oportunidad y
el momento para destacar cuáles son las competencias de las
comunidades autónomas. Nuestro grupo parlamentario defiende en todo
momento cuál es la responsabilidad de las comunidades autónomas en
sus materias delegadas. Respetamos, como es natural, los estatutos de
autonomía, y la ministra también, y por eso reúne a quienes tienen
responsabilidad. Esas reuniones, como ha dicho la ministra, se han
venido celebrando y se continuarán celebrando, como es natural, con
periodicidad, con frecuencia, con intensidad y con orden del día.

En cuanto a la información, para evitar cualquier tipo de crítica
sobre la alteración del estado de ánimo, la serenidad o la confianza
de los consumidores, al día siguiente la ministra reúne al Consejo de
consumidores y usuarios y se planifica conjuntamente cuál es la labor
de información. También se planifican, como ha mencionado la
ministra, cuáles son las iniciativas, a propuesta conjunta que deben
tener todos los ciudadanos, tanto desde el punto de vista del
Ministerio como desde el punto de vista de las comunidades autónomas,
que también lo han ejercido, y ejemplo de ello ha dado la portavoz de
Convergència i Unió. Señora ministra, mi felicitación. Mi
felicitación acompañada de la confianza del Grupo Parlamentario
Popular en lo que entendemos que es una magnífica acción de Gobierno;
esa acción de Gobierno que está regulada, interrelacionada
y rigurosamente coordinada en todos los ministerios que tienen
competencias en el tratamiento de este problema, que es
multifactorial.

Quiero insistir en alguna consideración técnica. Magnífica la
elección del equipo científico multidisciplinar porque afecta a
cuantas especialidades médicas tienen que ver y especial preferencia
al hematólogo, porque todavía se plantean dudas serias sobre si la
sangre, en sus elementos formes o en el suero, es un vehículo
contaminador; hay numerosas dudas al respecto, pero, en este momento,
el conocimiento científico dice que la sangre hoy no es mecanismo de
contagio. Siguiendo el criterio que han instaurado los distintos
grupos políticos, yo hago un llamamiento a la prudencia y a la
serenidad. Es verdad que estamos ante una enfermedad grave que afecta
a la cabaña ganadera europea y que ha afectado a la especie humana,
pero debemos añadir que es difícil el contagio o, si me permiten, que
no es fácil el contagio a la especie humana, que se necesita una
especial predilección porque lossaltos interespecies de las
enfermedades con la misma



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manifestación anatomopatológica y con la misma manifestación clínica
no son frecuentes. Es verdad que hay huésped intermedio, pero en este
caso no lo hay. Se requieren, repito, especiales circunstancias y,
desde luego, una predisposición que algunos científicos consideran
genética y bastante bien identificada. Es verdad que el hábito del
consumo alimentario en España ha contribuido extraordinariamente como
medida de prevención en tanto en cuanto los conocimientos científicos
nos dicen que la enfermedad del ganado vacuno solamente es capaz de
contaminar superados los 20 meses. Es verdad que, afortunadamente, se
han incrementado por parte de las comunidades autónomas, por parte de
los países europeos, por parte del Gobierno de la nación cuantas
medidas han sido consideradas adecuadas por los comités científicos
para lograr el gran objetivo del Gobierno que ha expuesto
perfectamente la ministra, que es que la enfermedad no pase la
barrera de la cadena alimentaria y no haya contaminación de los
humanos. En esa línea está trabajando el Gobierno, en esa línea tiene
el apoyo del Grupo Popular y una vez más, señora ministra, muchas
felicidades.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora ministra para dar
contestación a las distintas intervenciones.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Quiero
comenzar agradeciendo la intervención de los portavoces de los
diferentes grupos y lamentando que la portavoz habitual del Grupo
Socialista, la señora Valentín, no esté con nosotros debido, parece
ser, a una lumbalgia que le tiene unos días en cama. Ruego al Grupo
Socialista que le transmita mi apoyo para que se ponga rápidamente
bien porque la echo mucho de menos en esta Comisión en el día de hoy.

Si no les parece mal, empezaré mi intervención -quiero que se
interpreten mis palabras en el seno del Parlamento nacional- en la
línea de las intervenciones y reflexiones que los diferentes
portavoces de los grupos políticos han hecho esta mañana. Despejaré,
en primer lugar, lo que, desde mi punto de vista, ha sido la parte
más superficial de los ataques que en todo este tiempo el Grupo
Socialista me ha dirigido. Ha sido el único eje fundamental de su
ataque a la ineficiencia de la señora ministra de Sanidad. Esos
ataques han ido dirigidos a unas declaraciones en unos medios de
comunicación de la ministra. Ha sido lo único que le ha preocupado
hasta hoy al Partido Socialista de lo que el Ministerio de Sanidad y
Consumo ha hecho sobre este problema que nos ocupa. La primera
-quiero recordar- hablaba de un consejo a las amas de casa sobre el
consumo de carnes garantizadas. Yo decía a las amas de casa que
desconfiaran de las gangas en las carnes, que fuesen a
establecimientos garantizados y controlados desde el punto de vista
de la salud de las carnes que
se les podía vender. El Partido Socialista, lo convirtió en que las
gangas eran que todo el mundo tenía que comer solomillo. Desde luego,
señorías, yo, para hacer un cocido, como todas las amas de casa, no
utilizo solomillo. Ganga no respecto al precio, ganga respecto a
dónde se compra.

Señorías del Grupo Socialista, yo hubiera esperado de ustedes que
hubieran dicho que la señora ministra hablaba de obviedades,
simplonas además. Lo hubiera entendido y lo hubiera aceptado porque
si están prohibidas las matanzas irregulares no puede haber carne que
no esté controlada; obviedad de las declaraciones de la señora
ministra. Pero no, el Partido Socialista responde: Ministra
irresponsable que no sabe de lo que habla. Yo podría ahora
preguntarle al Grupo Socialista qué pasa después de las
intervenciones del Seprona. Ustedes saben que el Seprona ha
descubierto matanzas clandestinas que aparecen hace más de un mes en
los medios de comunicación, que, por cierto, los llaman mataderos
clandestinos porque es la forma coloquial que aparece hasta en los
propios medios de comunicación, mataderos clandestinos (matanzas
artesanales, irregulares..., llámenlo como quieran), donde hasta había
crotales falsos y sellos de mataderos oficiales para engañar a los
ciudadanos. Esto es lo que pasaba en este país (El señor Blanco
García: ¡y pasa!) y, como dice un compañero diputado suyo, sigue
pasando. Ilustres diputados y destacados dirigentes de su partido,
del Partido Socialista, a pesar de aparecer desde hace más de un mes
notas de prensa que demuestran las acciones del Seprona, Guardia
Civil, siguen diciendo que la ministra de Sanidad está loca por
hablar de los mataderos clandestinos. Sí, señorías, sí. Por
desgracia, este hecho no es insólito. Lo que yo estaba planteando en
esa intervención muy amplia ante los medios de comunicación era
decirle a los consumidores que consuman carnes con garantía con total
normalidad y tranquilidad, pero ustedes sacan una palabra que les va
bien para su estrategia global, de la que después hablaremos. En las
últimas actuaciones del Seprona se hablaba de estos mataderos
clandestinos. Hay informes anteriores del Seprona del año 2000, donde
también se hablaba de importantísimas irregularidades en el campo del
que estamos hablando en este momento; informes anteriores al último
realizado por el Seprona en esa acción de vigilancia y control. Yo
entendí, y sigo entendiendo, que mi obligación era decir lo que dije,
insisto, como responsable sanitaria, como autoridad sanitaria.

Afirmando a pesar de que fuera una obviedad. Todos tenemos en la
memoria, señor diputado, lo que significan estas obviedades.

Recordamos, a parte del sida al que S.S. se ha referido, cuestiones
de hace veinte años cuando se pusieron a la venta en este país unos
aceites desnaturalizados de colza, que no eran para el consumo humano
y que estaban prohibidos. Estoy convencida de que las
administraciones responsables en aquel momento hicieron lo



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que pudieron, pero estaba en la calle. Se vendieron en los pueblos y
ciudades de España. Posiblemente los ayuntamientos, cuando se
enteraron, hicieron lo que pudieron, pero estaba en la calle. Muchas
amas de casa, pensando que estaban comprando una ganga de aceite de
oliva, se encontraron con una tragedia. Miles de muertos, familias
enteras afectadas. ¿Por qué? Por una ganga, por una obviedad. Estaba
prohibido, pero estaba en la calle. Desde mi responsabilidad
sanitaria, me considero en la obligación de advertir a los
ciudadanos. Cuidado con lo que pueda parecer un producto barato, un
producto fuera de los círculos de control por los veterinarios de las
diferentes comunidades autónomas. Por cierto, algún día este país
debería hacerle un homenaje al Seprona de la Guardia Civil. Los
consumidores deberíamos hacérselo por la cantidad de vidas que está
salvando, que posiblemente no lo sabremos nunca. Y lo están haciendo
hoy como lo han hecho a lo largo de estos últimos años.

Ustedes saben como yo -insisto en que estoy en sede parlamentaria-
que en España existe la costumbre inveterada de la matanza en los
pueblos. La mayoría de las matanzas tienen controles sanitarios de
los veterinarios de las diferentes comunidades autónomas en las
comarcas correspondientes. Pero también saben como yo, señores del
Grupo Socialista, que hay otras matanzas en que no existen esos
controles. En las últimas denuncias del Seprona aparecen muchas y
variadas matanzas en pueblos donde no ha habido un control sanitario.

Insisto, la mayoría lo tienen, pero algunas no. Ante esta realidad
que es obvia para todo el mundo, ¿qué hago? ¿La cayo? ¿La oculto?
¿Miro para otro lado, que es lo que ustedes hacen? ¿Me mantengo al
margen del problema, siendo la mayor autoridad sanitaria de este
país? ¿O le digo a las amas de casa que tengan precaución, que no se
olviden de que lo que se compra fuera de los circuitos certificados,
analizados y con comprobaciones de que son buenos para el consumo,
son negativos a medio y largo plazo? No sé cuál es su posición. La
mía está muy clara: avisar.

Dicen ustedes que estas advertencias son alarmistas e infundadas.

Como responsable de la salud de los españoles, para mí no son ni
irresponsables ni alarmistas. Pero vamos a la segunda de las
declaraciones que también ha sido considerada alarmista, no sólo por
las manifestaciones que han hecho los diferentes dirigentes,
diputados y diputadas del Partido Socialista, sobre todo, sino hoy
mismo por usted como representante y portavoz de su grupo.

Durante este tiempo me han llamado absolutamente de todo. Inútil,
incompetente, frívola, inconsciente, Arguiñano, desconocedora de lo
que hablo..., un racimo de cosas absolutamente increíble. Esa ha sido
su línea, como está siendo en todo, no sólo en esto. En cualquier
cosa, da igual de lo que se hable. Siempre la misma retahíla de
insultos y de descalificaciones personales. Resulta que el comité
director, como ha reconocido
la señora Riera, dice, en la reunión celebrada del 12 al 17 de
enero, que hay que quitar el espinazo. ¡Resulta que era verdad! Y
dice una diputada compañera suya: ¡Es adivina la señora ministra! No,
yo no tengo nada de adivina y, además, no creo mucho en ellos. Todos
tenemos la obligación, sobre todo los que estamos aquí, de saber la
verdad de lo que está pasando. Y todos los miembros del Grupo
Parlamentario Socialista tenían la obligación de saber que el
espinazo estaba ya prohibido en tres países de la Unión Europea, allí
donde se habían producido casos. En primer lugar, en el Reino Unido y
en Portugal, que es donde más casos se producen. En segundo lugar, en
Francia por una orden del Ministerio de Agricultura francés que dice
que se retire. Pero, ¡ojo! mientras en Portugal y en el Reino Unido
es una directiva comunitaria y los declaran MER en estos países, en
Francia es una medida de precaución que toma la ministra de
Agricultura. No lo declara MER, pero dice que se retire de las
carnicerías, lo cual crea una situación inestable. Si quieren que
hablemos de alarma, hablamos de la alarma también en Francia. Vamos a
hablar de todas las alarmas. Sale el señor presidente de la República
francesa diciendo que hay que retirar las harinas, y a la vez sale su
compañero de grupo, el señor Jospin, diciendo: ¡Qué salvaje! Pero
ocho días después, el señor Jospin las prohíbe. A ver dónde están las
alarmas en cada país de un problema que todos tenemos encima de la
mesa.

Siguiendo con esta cuestión, en el año 1997 hay una reunión del
comité científico de la Unión Europea en la que dicen que en aquellos
países donde ya hay casos de vacas locas es recomendable retirar el
espinazo. Y lo confirma en 1998. Estoy convencida, porque sé de la
capacidad de los miembros del Partido Socialista, de que ustedes
conocían estos datos. Tienen que conocerlos necesariamente porque
tienen acceso a ellos y, si no, se molestan en entrar en Internet y
se los encontrarán. No era adivinación, era conocimiento, que les
supongo también a ustedes. Si tenían conocimiento ¿cuál es la actitud
del Partido Socialista? (La señora Amador Millán: ¡De desolación!.-
Risas.)
En una intervención para amas de casa, con preguntas concretas de
amas de casa, con un tema concreto sobre los huesos, con esta
información que yo tenía -y ustedes también, ellas no tenían porqué
tenerla ni los periodistas tampoco, pero ustedes sí porque es su
obligación como la mía-, ¿qué hago? Podía haber actuado de la forma
que ha insinuado la señora Riera de ser políticamente correcta y
decir: como está en el mercado, utilícenlo. Soy honesta y les digo a
las amas de casa que me preguntan la verdad de lo que pienso, por lo
que estoy luchando, la precaución que es necesaria que se imponga
también en España: la retirada del espinazo, y así lo planteo. Ahora
resulta que se aprueba por la Unión Europea. Usted puede decir: ¡Qué
satisfecha se siente la ministra! No. Me alegro como autoridad
sanitaria porqueera una pretensión del Ministerio de Sanidad y Con
sumo



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del Reino de España porque había ya muchos países implicados en esta
cuestión. En 1999, unilateralmente, el Ministerio de Sanidad y
Consumo, todas las medidas para los animales de los países que ya
tenían declarado el problema de las vacas locas. Dirigentes
importantes de su partido me dicen que lo mejor que puede hacer la
ministra de sanidad es callarse. Por lo visto, ustedes prefieren que
yo mire para otro lado, que engañe a la gente, que sea políticamente
correcta. En esto último incluso le puedo dar la razón. Tal vez un
ministro siempre tiene que ser políticamente correcto. Yo he
intentado ser lo más honesta posible. Si quiere le leo el texto
exacto de mi intervención en un programa de 45 minutos dedicado a
decirles a los ciudadanos, para amas de casa: señores consuman carne
con total tranquilidad si la compran en los sitios habituales. Me
dicen que me calle. No sé muy bien qué defienden ustedes, sobre todo
aquí, en la Comisión de Sanidad y Consumo, donde tenemos que defender
la seguridad de los ciudadanos. No sé si defienden intereses
económicos o privados; desde luego, los intereses de los consumidores
no. Se lo digo claramente. Ustedes me han convertido en el muñeco del
pimpampum, y pretenden seguir haciéndolo. Por mucho que griten, yo
seguiré defendiendo lo que considero que es la razón, y parece que
por ahora la voy teniendo. Ustedes siguen pensando que es divertido,
diviértanse. El secretario general de su partido, el señor Rodríguez,
en su circunscripción de León, rodeado de vacas, hace comentarios que
a él le pueden parecer muy graciosos, no lo sé, pero yo creo que no
lo son. Les voy a leer textualmente lo que dijo el señor Rodríguez,
secretario general de su partido: «Yo puedo asegurar que como y que
tomo caldos, hechos, lógicamente, con hueso de carne en nuestro
país». Hueso de carne en nuestro país, yo deduje que sería hueso de
una ternera que estuviera en nuestro país, pues no se entiende muy
bien lo que dice el señor Rodríguez. En una intervención de esta
naturaleza se convierten ese tipo de errores y yo, desde luego, no se
los voy a echar en cara. Sigue diciendo: «Sólo dejaría de tomar un
caldo, el caldo hecho por Celia Villalobos». Perfecto. (Risas.)
Posiblemente se habrá reído muchísimo, pero como haya muchos
ciudadanos que le hagan caso al señor Rodríguez, van aviados. ¡Que le
pidan después reclamaciones al señor Rodríguez! ¿Qué hacía el señor
Rodríguez diciendo eso donde lo estaba diciendo? ¡A ver si nos
enteramos de qué hacen el Partido Socialista Obrero Español y sus
dirigentes políticos! Me gustaría saberlo. (El señor Blanco García:
Nos va a reñir!- Risas.)



El señor PRESIDENTE: Señor Blanco.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Yo
entiendo que en sanidad necesitamos aplicar algo fundamental, que es
el principio de precaución, y usted lo ha dicho muy bien. El principio
de precaución en salud pública, no es que lo digan los
expertos, se lo digo con total cariño...(Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, les ruego silencio, por favor.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Yo
siendo que le moleste tanto al Partido Socialista recordarle lo que
han dicho, a mí no me molesta que me recuerden mis palabras.

El principio de precaución está contemplado en sentencias del
Tribunal Supremo (El señor Blanco García: ¡Ese no vale!), donde dice
claramente cuál es la aplicación del citado principio en las
cuestiones a las que nos estamos refiriendo en este momento. El
Tribunal Supremo, en dos sentencias de la Sala IV del año 1999 y en
otras dos del año 2000, dice taxativamente que cuando subsiste una
incertidumbre respecto de la existencia y de la importancia de los
riesgos para la salud de las personas, las instituciones pueden
adoptar medidas de protección, sin tener que esperar a que la
realidad y la gravedad de los riesgos estén plenamente demostrados.

Pero es que a la hora de condenar - condenan, y en la mayoría de los
casos se trata de ganaderos por el uso del clembuterol- dice que en
salud pública la precaución llega a tal extremo que hay que aplicar
el principio del riesgo abstracto. Es decir, el Tribunal Supremo de
nuestro país dice hasta qué nivel es necesario tomar precauciones en
el ámbito de la salud pública. Debo recordarles a SS.SS. que los
responsables de salud pública no solamente tenemos responsabilidades
morales en el sentido de decir la verdad y de proteger a los
ciudadanos, sino que además tenemos responsabilidades políticas, las
que se consideren políticamente adecuadas y penales. Hay que tener
muy en cuenta este hecho cuando los consejeros de Sanidad de las
diferentes comunidades autónomas o el Ministerio de Sanidad tienen
que ir más allá de lo que científicamente se podría considerar como
probable. En el momento en que hay una duda hay que actuar.

Por otra parte -no lo traigo aquí como argumento de autoridad sino
como algo que se refiere a la alarma social creada por la señora
ministra-, lo que yo dije ya estaba en la calle; no en los informes
científicos a los que he hecho referencia anteriormente sino en la
calle, es decir, en los medios de comunicación. Yo que me he leído
todo lo que han publicado y está en las páginas web de los diferentes
medios de comunicación, he comprobado que todos los medios de
comunicación españoles han hecho un enorme trabajo a favor de la
salud pública. Como no quiero que parezca que utilizo unos y no
utilizo otros, voy a seguir el criterio de mayor difusión. La revista
de mayor difusión en España, que podrá tener los contenidos que tenga
pero que la leen millones de amas de casa, hace un informe el 4 de
diciembre -bastante serio por cierto- habla de lostejidos de riesgo y
dice que están prohibidos. A la hora



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de la compra, recomienda a las amas de casa, a las que va dirigida la
revista: huesos, solemos utilizarlos para el caldo, pero también
contienen tejido linfoide; use hueso de cerdo y jamón. Es una
recomendación, no está prohibido, sólo recomienda.

En la prensa diaria, en el periódico de mayor difusión de este país,
aparece lo siguiente en una página que publica el 25 de noviembre:
Huesos para el caldo, su médula -tuétano- contiene tejido linfoide.

El prión, caso de haberlo, no se destruye con la cocción. El
consumidor aprensivo puede preferir hacer sus caldos con huesos de
cerdo y de jamón. El mismo periódico, en una magnífica página animada
incluida en su página web desde noviembre, dice en cuanto a los
tejidos de mayor riesgo que los huesos de espinazo usados para caldo
y cocidos son infectivos, que el consumo de la chuleta tiene peligro
por el hueso y por los ganglios y que los huesos de caña usados para
caldo y para el cocido pueden tener infectividad baja.

Yo no he creado ninguna alarma, está ya en la opinión pública.

Ustedes siguen diciendo: La señora ministra, aparte de ser inútil y
no saber hacer un caldo... Por cierto, ahí sí que le tengo que dar la
razón al señor portavoz del Bloque Nacionalista Galego, tal vez con
un ligero tinte machista: no sé hacer caldo, soy mala ama de casa,
marujona, etcétera, pero insisto en que no me han ofendido.

Decía que, en los medios de comunicación, en diciembre, bastante
antes de que hiciera yo mis declaraciones, hay otras del sector y del
Ministerio de Agricultura que dicen que el descenso en los mataderos
ha sido del 70 por ciento y el del consumo del 50 por ciento. Además,
El País, el lunes, 15 de enero, publica una encuesta hecha a nivel
europeo sobre la percepción de este problema por el consumidor. Dice
que en España sólo el 15 por ciento no tiene problemas ni dudas sobre
el consumo; el resto tiene dudas muy importantes. La encuesta se hizo
bastante antes de que hiciera yo mis declaraciones. Por tanto,
alarma, ninguna; todo lo contrario, señores del Grupo Socialista.

Me dicen -y lo ha repetido aquí alguna ilustre diputada con
conocimientos sobre la sanidad- que si yo lo sabía, debía haberlo
prohibido. Unilateralmente; ya se había tomado el acuerdo de que las
decisiones serían conjuntas en toda la Unión Europea, y faltaban
pocos días.

Un ejemplo de salud pública. ¿Les suena -a cualquier diputado del
Grupo Socialista- «las autoridades sanitarias advierten de que fumar
perjudica seriamente la salud»? ¿Les suena: «Las autoridades
sanitarias advierten de que fumar provoca cáncer, bronquitis crónica
y otras enfermedades pulmonares»? Está en todas las cajetillas de
tabaco y hay millones españoles que fuman tabaco. Yo he comparecido
aquí, la mayoría de las veces a petición del grupo de la señora
Riera, para hablar de cómo evitar que los españoles consuman tabaco.

No está prohibido; sin embargo, como responsables
de salud pública tenemos la obligación de advertirlo, como
hice con el hueso. (Rumores.) Otro ejemplo: el Ministerio tiene en
este momento una campaña para decir a los jóvenes que consuman
verduras y frutas y que coman menos chucherías. ¿Están prohibidas las
chucherías? No, pero es mi obligación como responsable de la salud
pública.

Señores del Grupo Socialista, creo sinceramente que su actitud ha
sido alarmista por mucho que lo quiera arreglar hoy su representante.

Dicen que el Grupo Socialista no quiere crear alarma, la señora
ministra la crea toda; el Gobierno es malísimo, lo ha hecho todo muy
mal y crea alarma. ¿Cómo interpreta usted esto? Me refiero a la rueda
de prensa del señor Caldera, su portavoz, donde dice: No hay
garantías de que no vaya a llegar a las personas. Caldera denuncia
que no se retira el material de riesgo. ¿A esto cómo le llaman
ustedes? ¿Alarma social o echar una mano? Posiblemente ustedes pueden
echarle la culpa al Gobierno de la parte que le corresponda, pero
alarma puede crear todo el mundo y ustedes están colaborando de forma
importante, están echando permanentemente chinitas al camino y a las
ruedas para que no funcione, como hacen con todo. Aquí no se trata de
elegir, se trata de hacerlo así y todo va mal: que se habla de vacas
locas, la culpa es del Gobierno; que se habla de submarinos, la culpa
es del Gobierno; que se habla de lo que se hable, da igual, hasta de
que llueve, la culpa es del Gobierno. (Rumores.) Perfecto. A mí lo
que me gustaría saber es lo que defienden en este caso del que
hablamos: la salud de los ciudadanos o los intereses del PSOE. ¿Qué
defienden, la salud de los ciudadanos o los votos del Partido
Socialista? ¿Qué defienden ustedes aquí? Me gustaría saberlo porque
sinceramente no lo sé.

Dice S.S. que quieren colaborar, que quieren pasar de ser parte del
problema a convertirse en parte de la solución ¡Ojalá fuera así! Me
alegraría muchísimo de que así fuera, señor portavoz del Grupo
Socialista. Hasta ahora no ha sido así, han aplicado el mismo
principio: sembrar cizaña, poner dudas encima de la mesa, intentar
por todos los medios que la alarma fuera mayor. No les importaba lo
que pudiera afectar a los ciudadanos, como han planteado aquí otros
portavoces, lo que les importaba era dañar al Gobierno como una única
medida de todas sus actuaciones políticas. Da igual de lo que se
hable, hay que dañar al Gobierno. Se pude dañar al Gobierno en otras
cuestiones, pero en salud pública no, sobre todo cuando ni siquiera
se han molestado en preguntar qué se está haciendo.

Usted habla de que no hemos comparecido. No quiero alargarme
demasiado, pero, señor portavoz del Grupo Socialista, aquí han pasado
cosas bastante curiosas. Su portavoz, la señora Valentín, dijo que yo
no quería comparecer en la Comisión porque estaba en un programa de
televisión. La coordinación del GrupoSocialista entre Congreso y
Senado no debe ser muy



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buena, porque estaba contestando a una interpelación sobre anorexia y
bulimia que me estaba haciendo su portavoz en el Senado. Por tanto,
ni programa de televisión ni nada, estaba atendiendo a otra
responsabilidad en la Cámara Alta. Estoy dispuesta a comparecer
siempre que se quiera. Efectivamente pedí una comparecencia sobre
listas de espera, pero teníamos que acabar el año para poder analizar
los datos del año 2000. En la próxima reunión de la Comisión de
Sanidad voy a venir a hablar de listas de espera, por supuesto que
sí, pero cuando tenga los datos del año, si no es muy difícil
y complicado.

Si la posición del Partido Socialista a partir de ahora -y usted es
el portavoz de este partido en este momento, posiblemente, como hay
tantas contradicciones internas, mañana dirá lo contrario la
siguiente portavoz, pero da igual- es dejar de ser parte del problema
y convertirse en parte de la solución, estaré encantada de poner a su
disposición todos los instrumentos del Ministerio de Sanidad y
Consumo para que ustedes tengan acceso a toda la información,
lógicamente -lo digo para todos los grupos políticos- también al
comité científico. Si ustedes quieren una reunión con el comité
científico, estaría encantada de podérsela proporcionar, porque en
ese comité se analizan todas las cuestiones de las que usted ha
hablado.

Voy a pasar a responder rápidamente a otros portavoces. Al
representante del Bloque Nacionalista Galego debo decirle que en esas
reuniones se han tomado muchas decisiones y que hemos tenido
reuniones previas. En cuanto a las responsabilidades, no es el
momento de entrar en ello. Vamos a tener tiempo suficiente para
delimitar las responsabilidades de cada cual, de todos lo sectores
que están implicados en este problema, que insisto -y lo he dicho al
principio- en que es grave y complicado, por eso tenemos que estar
todos bastante coordinados para que esto pueda funcionar. Entiendo
sus críticas al presidente de la Xunta de Galicia porque usted es del
Bloque Nacionalista Galego. Quizá los gallegos no le entiendan, pero
parece que usted las mantiene en el ámbito de otro partido que
pretende legítimamente gobernar Galicia. Parece que los gallegos han
decidido por ahora lo contrario, que siga don Manuel Fraga; tan mal
no lo debe estar haciendo.

En cuanto a las cuestiones que usted ha planteado sobre la agencia de
seguridad alimentaria, si me lo permiten los portavoces que han
entrado en esta cuestión, quiero decirle que el período de enmiendas
se ha ampliado hasta el día 20, efectivamente, a petición del Grupo
Catalán, pero que mi oferta es consensuar con todos los grupos
políticos una agencia de seguridad alimentaria que garantice lo que
su propio nombre dice: la seguridad alimentaria. Estaré encantada de
sentarme con todos los grupos políticos para negociar enmiendas
y modificar el texto, para que salga el mejor texto posible y pueda
permanecer en el tiempo y no sea una agencia que en un momento
determinado pueda sufrir transformaciones
importantes, para que gobierne quien gobierne en España
sea permanente y pueda garantizar esa seguridad, con los mismos
conceptos que han vertido aquí los portavoces, en lo que se refiere a
independencia de la Administración, comités científicos, etcétera.

Señores representantes de los grupos políticos, estoy abierta a
cualquier diálogo, a buscar entre todos la mejor agencia de seguridad
alimentaria.

Hay algo que tengo que compartir con la señora portavoz del PNV.

Ellos han dicho desde el principio que tienen todas las competencias
y que, por tanto, las están ejerciendo. Es cierto, ahí no tengo nada
que añadir, porque creo que están haciendo lo que es su obligación.

¿Bien o mal? Señora portavoz, no lo sé, porque como no comentan
ustedes nada ni pasan la información es muy difícil saber si lo están
haciendo bien. No cuentan nada. Respecto a la ausencia de sus
consejeros, debo decirles que yo lo entendí en tanto en cuanto tenían
las competencias transferidas, pero si me permite que se lo diga,
desde el principio de solidaridad no lo entendía, porque si desde su
punto de vista lo están haciendo tan bien, hubiera sido bueno que
hubiera compartido con nosotros estas experiencias para ayudar a
otras comunidades autónomas. Esas reuniones no son del Consejo
interterritorial del Sistema Nacional de Salud, son reuniones de
consejeros y Ministerio. El Consejo interterritorial tiene una
estructura constituida de acuerdo con unas normas determinadas y no
tiene nada que ver con estas reuniones; a estas reuniones -si las
quiere llamar así- llámelas informales, pero se realizan cada vez que
es necesario entre los dos ministerios, como se realizó al día
siguiente entre Agricultura y Medio Ambiente y están al margen del
Consejo interterritorial y de la normativa aplicable a este Consejo.

Quiero recordarle que este año tiene ya señaladas las cuatro fechas,
para que haya una reunión al trimestre, cosa que no ha pasado jamás
desde la creación del Consejo interterritorial del Sistema Nacional
de Salud, para que todos los consejeros puedan anotar en sus agendas
el día en que se va a producir. La primera reunión va a ser el 24 de
marzo, sábado. Hemos decidido entre todos que sea sábado para que
todos los consejeros puedan asistir, porque todos tienen compromisos
importantes en sus diferentes comunidades autónomas. No creo que el
consejero haya estado excesivamente acertado en la justificación. Con
que hubiera dicho que son sus competencias y las ejerce, a mí me
hubiera valido. La justificación del Consejo interterritorial,
sinceramente, señora portavoz, no viene al caso.

La sangre, el registro de referencia, etcétera. Desde el año 1993 se
hace en toda España, señora portavoz, y desde el año 1995 el registro
está centralizado. Hay un centro de referencia para las necropsias
que pudiesen tener algún tipo de duda para los neuropatólogos. ¿Cuál
es? Alcorcón. Por cierto, su responsable está en este momento en el
comité científico, es el profesor Rábano,como ustedes saben. Es algo
que se ha hecho en el



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conjunto de comunidades autónomas. Lo que es bien cierto es que en
algunas comunidades autónomas está planteada y en otras no. Usted
sabe que hubo una reunión de la Comisión Nacional de hematología en
la que algunas comunidades autónomas decidieron que no se hiciera;
sin embargo, el comité científico, que lógicamente está trabajando en
esto, señor Frutos, lo recomienda y, por el principio de precaución y
de una mejor calidad en la sangre, lo estamos planteando en todo el
Sistema Nacional de Salud, basados en esos parámetros que el comité
científico nos hace llegar.

Enterramientos. En esa reunión -a la que no asistió su consejero- los
consejeros pidieron que les dejáramos a ellos, en función de sus
competencias, decidir cómo se hacían esos enterramientos, y como son
competentes así lo entendimos. El Gobierno tendrá que decir cuál es
la excepcionalidad, pero cómo llevarla a cabo es una labor que
compete en exclusiva a las comunidades autónomas, y así lo hicieron
saber todos, tanto los consejeros de Sanidad como de Agricultura.

Al señor Frutos me gustaría decirle que comparto la mayoría de su
análisis. Habiendo planteado otras cuestiones que pueden
interpretarse, de forma torticera, como de alarma social, entiendo
que, como yo, lo está haciendo usted en sede parlamentaria, sin
intención alguna de alarmar a nadie ni de crear nuevas interrogantes
en un problema en el que los científicos tienen dudas razonables, muy
importantes. Usted dice que los científicos saben mucho, que hay
científicos muy buenos. Yo creo que saben lo que saben, pero no lo
saben todo, y todos los grupos de científicos que están investigando
tienen dudas importantísimas, no aquí sino en todos los países. Debo
decirle, para su alegría, que esos científicos del Carlos III también
han sido incluidos en el Comité científico, que son los que marcan
las pautas por las que el Ministerio de Sanidad tiene que trabajar y,
a raíz de sus decisiones, nosotros tomamos las medidas adecuadas.

Señora Riera, agradezco su apoyo. Sé que todo esto genera
desconfianza en los políticos y en el mercado, pero usted sabe como
yo que la sensibilidad del ciudadano ante el consumo, ante la salud,
provoca un equilibrio profundamente débil y muy difícil. Por tanto,
es un problema de tiempo, de medidas acertadas, de tranquilidad, de
sentido común, hasta que consigamos entre todos que los ciudadanos
vuelvan a tener confianza en lo que comen, no sólo en este caso, sino
en el conjunto. Siempre hablamos de dinero, lo que ocurre es que
todas las medidas que se han tomado hasta ahora correspondían al
Ministerio de Agricultura, por tanto, era éste el que, aunque no
tuviera nuevos presupuestos, tenía estrujar sus propios presupuestos,
como así hemos hecho en el Ministerio de Sanidad para las campañas de
información: estrujar nuestros propios presupuestos.




Por último, doy las gracias al representante del Grupo Popular porque
algún portavoz ha dicho que la
señora ministra se tenía que sentir sola porque no está el señor
Rajoy con él. No he visto ninguna comparecencia donde un señor
ministro tenga que estar acompañado de otro señor ministro, aunque
sea para protegerle. Agradezco su apoyo, que siempre he tenido y he
sentido, apoyo que he sentido de mi partido, de mi grupo
parlamentario, tanto en el Congreso como en el Senado, así como del
Gobierno. Y si algunos, para interpretar ese apoyo, necesitan hacer
fotos de familia, la ministra de Sanidad y Consumo sabe perfectamente
que cuenta con el apoyo de su partido. Muchas gracias, señor
representante del Grupo Popular. (Varios señores diputados piden la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Sus Señorías saben que no hay un segundo turno
en este tipo de comparecencias. Por alusiones o para alguna
aclaración muy puntual, esta Presidencia no tiene inconveniente en
dar la palabra por un minuto a cada uno, porque ya hay cuatro
solicitudes de palabra.

Señor Arola, le ruego brevedad.




El señor AROLA BLANQUET: Lo intentaré.

Señora ministra, en primer lugar, no confunda una lumbalgia, a la que
usted ha aludido, con una contradicción, es de muy feo estilo. En
segundo lugar, que yo sepa, en el Reglamento lo que no existe es el
turno de bronca a la oposición; lo que existe, estoy seguro, es el
turno de control. Las afirmaciones que usted ha hecho y su tono,
desde luego con lo que no se corresponden en absoluto es con el tono
que ha empleado la totalidad, le apoyemos o no, de los representantes
de los distintos grupos parlamentarios. Cuando usted dice que ha
querido aclarar las cosas lo que ha conseguido es, por ejemplo, una
huelga de carniceros hoy en Barcelona. Cuando usted dice que nosotros
hemos creado la alarma social se debe estar mirando en el espejo,
porque ha sido usted, y es opinión generalizada, la que ha provocado
esta alarma social que hoy no quiere reconocer.

Señora ministra, a todo ministro hay que pedirle tres cosas:
credibilidad, responsabilidad y competencia. En opinión del Grupo
Socialista, no de este diputado que en este momento le habla, este
tono en el que usted contesta y la actitud que tiene contribuyen a
perder credibilidad, responsabilidad y competencia. Además de las
tertulias, utilice el BOE, por favor, y no mal utilice las
informaciones que pueda usted tener.

Termino diciendo, señor presidente, que uno tiene la sensación de que
cuando viene a construir -ahí está nuestra proposición no de ley,
nuestras peticiones de comparecencia de usted y todo lo que está
recogido no solo en mis intervenciones sino en las del conjunto del
Grupo Socialista- aportar un importante elemento de -se lo he dicho
antes- favor, apoyo y ayuda al Gobierno ante un problema serio. Sin
embargo, si sigue contestando de la manera en que lo hace, desde el
punto de vista político, con sus cuasideclaraciones en esta



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misma sala hoy sobre dañar al Gobierno, al final, por decirlo de una
forma más distendida, si usted prefiere, uno saldrá con la convicción
de que hay algunas autoridades sanitarias que sí perjudican
gravemente la salud de los ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Señor Frutos, tiene la palabra.




El señor FRUTOS GRAS: Señora ministra, ha perdido una buena ocasión
de conectar con el grupo mayoritario de la Cámara, que debo reconocer
que ha hecho una intervención medida y moderada, moderada pero con
propuestas que son las que en su momento también hizo el Partido
Socialista, a las cuales se sumó este grupo, en parte con enmiendas
que aceptó mediante una serie de propuestas que se hicieron en la
moción continuación de interpelación y que no pudo presentar
directamente Izquierda Unida porque no tenía cupo.

Ha perdido una buena ocasión. ¿Por qué? Usted es peleona. Se lo
reconozco, pero el regate corto no va muy lejos. Sirve para un
momento coyuntural, para un enfrentamiento, pero luego no sirve para
abordar con una perspectiva de trabajo serio y riguroso y desde el
entendimiento de todos los grupos, hasta donde sea posible, en la
solución del problema. La responsabilidad de un ministro o de una
ministra es bastante superior incluso a la de Rodríguez Zapatero en
León, y la polémica con éste debe ser una polémica política
diferente, dialéctica, dura, fuerte, lo que quiera, no se me caen los
anillos por eso, pero este era otro tipo de polémica. Usted no debía
venir con un cierto resentimiento, que creo se ha reflejado, por lo
que ha ocurrido. Debería venir, como ministra de un Gobierno, con
propuestas concretas, ver lo que hacía la oposición y, además,
recoger -lo que me ha parecido muy importante- el talante del señor
Arola en el momento de hacer una serie de propuestas de carácter
político. Lo lamento. Me sabe mal que no haya aprovechado esta
ocasión para intentar coincidir en algo, con lo cual a lo mejor
podemos tener muchas diferencias en el momento de analizar el
problema, de defender intereses políticos y de todo tipo, incluso
económicos. Debería haber un sentimiento común y una voluntad común
por llegar a unos determinados acuerdos que permitieran en poco
tiempo atajar la enfermedad de las vacas locas e impedir para el
futuro que haya una transmisión importante a la cadena humana. Esto
no se ha conseguido por su intervención hoy, señora ministra. Lo
siento, pero debo decirlo así.




El señor PRESIDENTE: Señora Uría, tiene la palabra.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: Señora ministra, no me haga trampas. La
nota que le remitió el consejero de Sanidad vasca se refiere a su
querencia por la necesidad de la coordinación interinstitucional y su
disposición
para ello. De lo que quiere huir es de reuniones
multitudinarias donde es posible estar cinco horas sin un calendario
previo establecido sin que ninguno de los consejeros tuviese noticia
de que era previsible que la columna vertebral pudiera ser declarada
material específico de riesgo. Al salir, usted hizo las famosas
declaraciones del caldito. Todos los consejeros, por lo que han
comentado unos con otros, se sintieron molestos porque si ya era
previsible esta declaración de la Unión Europea, la lealtad con los
consejeros de las comunidades autónomas debiera haber llevado a que
se les comunicase esta posibilidad. Repito, él le hace hasta tres
veces oferta de colaboración y, sobre todo, del respeto por el
funcionamiento del entramado institucional en el Estado, por supuesto
cada uno desde el ejercicio de sus competencias.

Al ejercicio de las competencias me quiero referir también cuando
usted sigue insistiendo en los mataderos clandestinos y en la venta
de productos baratos, entre comillas. Ahí es donde a todos los
poderes públicos les es exigible que normen con la prohibición de
estas actividades y, después a las policías de cada área sectorial el
reprimir estas conductas. Es tarea de los poderes públicos.

En el ámbito vasco por lo menos están reguladas las matanzas
domésticas y está regulado todo lo que hace referencia al marcado de
las carnes que salen de los mataderos. Todo lo que sea fuera de ahí
debe reprimirse, debe perseguirse y debe multarse. Creo que esa es la
actitud correcta.

En cuanto a su soledad o no, me gustaría que quedase claro: mi grupo
no atribuye ni a usted ni a su equipo falta de trabajo o de interés
en esta materia, ¡faltaría más! Me consta que son tremendamente
trabajadores, y le atribuyo con creces ambas cosas. He hablado de que
me parecía poco eficaz y falto de acierto. Por esa vía de la eficacia
y del acierto va a encontrar siempre para que colabore al Grupo
Vasco, por supuesto, y estoy segura de que también al consejero que
pertenece a mi propia formación política.




El señor PRESIDENTE: Señor Aymerich.




El señor AYMERICH CANO: Señora ministra, debería haber comparecido
con alguien, porque ha vuelto a meter la pata. El señor Mingo intentó
quitar hierro diciendo que hay una ineficacia pequeña, etcétera,
y usted compara el problema de las vacas locas con una tragedia que
causó millares de muertos, como la de la colza. ¿Eso no es crear
alarma social, señora ministra? Es crear alarma social. Va usted en
una actitud de buen salvaje, que no sabe mucho pero que es honesta,
debe ser por eso que también acaba de cesar a su jefa de
comunicación. Dice que no preocupo, que preocupa. Resulta que la
encuesta elaborada por su Gobierno, por el Centro de Investigaciones
Sociológicas, dice otracosa, también contraria a la que usted acaba
de decir.




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Recomendación de no fumar comparada con la recomendación de no usar
huesos. Debe ser por eso por lo que el señor Montoro pretende poner
para la carne un impuesto especial, no una tasa sobre la carne, como
la que hay para el tabaco. Si usted recomienda que no se utilicen
huesos, tendrá que decir qué tipo de huesos, de qué animales,
ternera, vaca, además de no sé cuántos meses. Ese es el principio de
precaución. Si hay problema, hay peligro, hay duda, prohíba usted que
se utilicen. Ahora, no permita que elementos que materiales
susceptibles de constituir un riesgo para la salud humana, se
comercialicen y puedan entrar en la cadena alimentaria humana. Otra
marca de la casa es que no contestó usted a muchas cuestiones que no
sólo yo sino otros portavoces le han formulado. Tampoco ha dicho nada
sobre el contagio de la enfermedad entre humanos.

Respecto a la agencia de seguridad alimentaria le hablé no del
proyecto de ley sino del borrador del real decreto, que por cierto
tenerlo ya elaborado supone como mínimo una falta de delicadeza hacia
la Cámara, porque la Cámara tendrá que tramitar el proyecto de ley,
veremos cómo se aprueba y después, una vez aprobada esa ley, será
cuando se pueda elaborar un real decreto de desarrollo, no que antes
aparezca un borrador de real decreto de desarrollo de la ley que
regula la agencia de la seguridad alimentaria. Pero esto es, como
digo, marca de la casa y una muestra más de la improvisación que está
tiñiendo toda la actuación del Gobierno y la suya en especial sobre
esta cuestión.




El señor PRESIDENTE: Cuando quiera, puede contestar la señora
ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): He
estado muchos años en esta Cámara, desde el año 1986, y debo confesar
que empiezo a no entender nada.

Señor Frutos, en su papel de padre amantísimo, le diré que yo no le
echado ninguna bronca al Grupo Socialista ni he hablado en tono
imperante al Grupo Socialista. Le he contestado al Grupo Socialista
sobre las aseveraciones que ha hecho aquí hoy respecto a cuáles son
los males que la ministra de Sanidad ha aportado a la situación del
debate sobre las vacas locas. Creo que tengo mínimamente ese derecho,
insisto, en sede parlamentaria. Por lo tanto, ni quiero crear alarma
ni nada que se le parezca. Todo lo contrario, señor Frutos, quiero
contribuir a lo que entiendo que es mi responsabilidad, mi única
responsabilidad: que un problema de sanidad animal no se convierta en
un problema de sanidad humana. Eso en lo que se refiere al ejercicio
de mi responsabilidad y de mi competencia, al mismo tiempo que he de
garantizar a los ciudadanos que lo que comen está en las condiciones
adecuadas con las garantías suficientes, y en eso estamos todos.

Después, el Partido Socialista o quien sea puede interpretar si mis
declaraciones son más simpáticas o menos simpáticas,
más agradables o menos agradables. Eso forma parte de cuál es mi
obligación.

He intentado con una enorme honestidad explicarme ante ustedes, que
supongo que es lo que ha dicho el portavoz del Grupo Socialista,
señor Arola, sobre la posición del Grupo y del Partido Socialista. No
es esa mi intención, señor Frutos, señor Arola, en ningún momento. Es
como si yo dijera en esta Comisión, que normalmente hay una portavoz
del PSOE que me echa broncas todos los días. Entiendo que es su forma
de hablar. A mí me preocupa el contenido de lo que dice, no cómo lo
dice, porque posiblemente sea una mujer apasionada, un poco
impulsiva. Parece que esto es malo y es pecado. A mí lo que me
preocupa es lo que dice ella, no cómo lo dice. Parece que a usted lo
único que le preocupa es cómo se dicen las cosas, no lo que se dice.

Si usted se ha sentido abroncado, discúlpeme. Si analiza mi contenido
verá que no hay ningún motivo para que usted se sienta abroncado,
porque entonces yo tendría que sentirme, como me he sentido,
profundamente abroncada, maltratada por el Partido Socialista a lo
largo de estos últimos meses. Me han llamado con todo tipo de
adjetivos descalificativos. Eso forma parte de lo que ustedes han
hecho y no es malo recordárselo. A lo mejor ahora no les gusta a
ustedes que se lo recuerde. Yo simplemente se lo he recordado. Todo
lo que he analizado de lo que ustedes han ido diciendo sobre mi
actuación y mi intervención en esta crisis, desde el principio, como
ministra de Sanidad siempre está centrado en lo mismo. No han hablado
ustedes de otra cosa. Por eso no puedo hablar de otra cosa porque
ustedes solo han hablado de estas dos cosas ¿Me estoy justificando?
Posiblemente. Pero no vengo en plan revanchista. Eso no forma parte
de lo que entiendo es mi responsabilidad ni siquiera de mi propia
forma de ser, ni de resentimiento, que es la palabra que ha utilizado
el señor Frutos. (El señor Frutos Gras: No he utilizado esa palabra.)
No tengo resentimientos contra nada, ni contra nadie. Se lo puedo
garantizar, señor Frutos, primero porque es un sentimiento al que le
dedico poco tiempo, ya que te ocupa demasiado inútilmente y, segundo,
porque no hay motivos para tener resentimiento frente a nadie. Por
tanto, no tengo ningún tipo de resentimiento. Pero en sede
parlamentaria contesto al Grupo Socialista a lo que ha dicho sobre mi
actuación, y es que la parte real que hemos efectuado le parece
oportuna, puesto que no ha hecho ningún comentario sobre mi primera
intervención, que ha reflejado lo que hemos realizado desde el
Ministerio de Sanidad y Consumo. Por tanto, parece que está bastante
de acuerdo con lo que hemos hecho.

Perdóneme, señor Arola, no sé en que tono y con qué palabras hablarle
para que ni usted ni el Partido Socialista, al que usted representa,
se consideren ofendidos. Usted puede ofender, puede utilizar el
ámbito y las contradicciones que quiera pero, por favor, al Partido
Socialista no se le puede atacar en ningún caso. Usted



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hace la demostración más clara de lo que he dicho a lo largo de mi
intervención. He echado de menos a la señora Valentín, que, por
desgracia, padece neuralgia, y he dicho que ojalá se ponga bien lo
antes posible, lo cual es un deber de cortesía hacia ella, con la que
debato habitualmente estas cuestiones, y usted dice que la comparo
con una contradicción. (El señor Arola Blanquet: Léaselo.) Será con
la permanente contradicción que tienen ustedes. Porque ustedes me
dicen: ¡Cállese, señora ministra! ¿Por qué se calla la ministra? ¿Por
qué habla la ministra? Es una permanente contradicción con tal de
sacar algo positivo para el Partido Socialista. Esta es la realidad y
si no les gusta, cámbienla. Esta es la realidad. ¿A ustedes no les
gusta? A mí menos. Pero es la que es. La contradicción total es que
usted acaba de decir que yo soy culpable de que haya una huelga de
carniceros en Barcelona. (El señor Arola Blanquet: Léaselo bien.)
Usted acaba de decir que yo soy responsable de que haya una huelga de
carniceros en Cataluña. ¡Lo que me faltaba por oír esta mañana! No sé
de qué más cosas soy culpable. Que yo recuerde, no he dado harina a
nadie. Señor Arola, no. Yo sé que este problema, como he dicho, es
grave y causa efectos en carniceros, mataderos, ganaderos,
distribuidores. Claro que sí y sé que son problemas complicados, como
he dicho en mi primera intervención. Por eso creo que tenemos que
resolverlos entre todos: administraciones y sectores, también con
ustedes. Si la actitud de su partido y de su grupo es la que usted
dice hoy aquí, también le he dicho que me alegro, y si ustedes
quieren dejar de ser parte del problema y formar parte de la solución
del mismo, estaré encantada. Le he puesto a su disposición el
Ministerio, el Comité científico y todo porque creo que si todos
tenemos más información, todos iremos por el mejor camino posible. Si
esa es la actitud, a partir de hoy, insisto, del Partido Socialista,
bienvenido sea. Le garantizo, señor Arola, que estaré dispuesta a
hablar con usted y con sus representantes todas las veces que haga
falta, así como los funcionarios del Ministerio, los directores
generales, los subsecretarios, toda la estructura ministerial,
también el Comité científico, porque creo que es bueno que tengan
reuniones con ustedes, al margen de los propios miembros del
Ministerio, porque todos son independientes y de gran prestigio. Por
lo tanto, si quieren tener conversaciones con ellos, como las tienen
sus compañeros de las comunidades autónomas que gobiernan en varias
de ellas, por supuesto que están a su disposición si esa es la
actitud real del Partido Socialista. Bienvenidos sean, pero
-perdóneme- hasta este momento no ha sido así. Su intervención la ha
podido hacer en un tono moderado en las formas, pero muy dura en el
fondo. Usted se ha referido la mayor parte del tiempo a mis
intervenciones públicas. Permítame, cuando menos, que dé
explicaciones aquí, en el Parlamento.

Yo no le pediría ningún favor, usted ha dicho favor o apoyo al
Gobierno; no. Eso forma parte de nuestra
capacidad de solidaridad y de preocuparnos por las cosas de Estado.

Los favores creo que están en otro ámbito.

Señor Frutos, no creo haber perdido ninguna ocasión. Las
comparecencias están para dar explicaciones, para que ustedes
pregunten y para que los medios de comunicación las interpreten como
lo consideren oportuno en razón de su libertad. La oportunidad de
conectar con el Partido Socialista es una cuestión de dos, no es
cuestión de una sola comparecencia; es algo más. Es una actitud, son
unas propuestas. Yo estoy dispuesta a analizar en profundidad no sólo
las propuestas del Partido Socialista, reflejadas en esta proposición
no de ley; estoy dispuesta a discutirla con la señora Valentín, que
es quien la firma y que supongo que en unos días se incorporará a su
trabajo parlamentario. Así lo espero. Muchas de ellas ya sabe que
están en marcha y podemos añadir más. Encantada. No tengo ningún
problema, ni reserva mental de ningún tipo en apoyar iniciativas de
otros grupos políticos si son buenas para solucionar un problema. Si
ustedes están dispuestos a que entre todos busquemos una propuesta
acertada, enriquecida con los criterios y las aportaciones de todos,
encantada, señor Arola. En esto y en todo. En la primera intervención
que tuve aquí ya hice una oferta de colaboración al Partido
Socialista y a todos los grupos. Y la sigo manteniendo, aunque lo que
reciba sean ofensas y no manos tendidas. Usted las pone y las tiende.

Espero que esa mano que yo le tendí desde el principio, insisto,
pueda funcionar permanentemente.

Yo no he comparado -es la utilización torticera de las palabras- las
vacas locas con la colza. No puedo hacerlo. Yo comprendo que tenga
elecciones próximamente y quiera salir en los periódicos de Galicia,
pero, por favor, no me malinterprete ni utilice mal mis palabras
porque yo no lo he hecho con usted. He dicho claramente lo que es una
situación real en este país, que me gustaría que no saliera del
ámbito en el que estamos, Parlamento nacional, pero que existió.

¿Cómo voy a comparar la colza con este tema? Ningún tema de crisis
alimentaria y de consumo es comparable; todos son diferentes, aunque
tengan puntos de contacto. No he dicho eso en absoluto, como tampoco
he dicho que el tabaco sea comparable. He hablado del principio de
precaución y de la obligación que tenemos en salud pública, a veces,
de aconsejar que no se utilicen productos que sí están permitidos y
están en el mercado pero que no son buenos para la salud. En ese
sentido lo he utilizado, y no se me malinterprete, que no lo he hecho
con otra intención. He procurado reflexionar con ustedes sobre
cuestiones que están en la realidad de este país. Si ustedes quieren
que este Parlamento sea una urna de cristal, allá ustedes; yo no.

Tengo la obligación de saber cuál es la realidad en la calle, la
realidad del consumidor, las preocupaciones del ama de casa, los
miedos de la población y, con ustedes, buscar las soluciones. Si es
así, encantada. Estaré dispuesta a



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poner todo el esfuerzo personal de la ministra y todo el esfuerzo y
el trabajo del Ministerio de Sanidad y de todo lo que eso conlleva.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora ministra.

Señorías, antes de levantar la sesión, quiero recordar a los señores
portavoces que conviene que procedan a proponer los representantes
que han de formar
parte de la ponencia encargada de informar el proyecto de ley por el
que se crea la agencia de seguridad alimentaria. Les rogaría que a la
mayor brevedad posible lo trasladen a la Mesa de la Comisión.

Se levanta la sesión.




Era la una y cuarenta minutos de la tarde.