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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 117, de 12/12/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 117



COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS LÓPEZ-MEDEL BASCONES



Sesión núm. 5



celebrada el martes, 12 de diciembre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario general de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, AECI (Gracia Aldaz), para informar sobre:



- Resultado de la convocatoria ordinaria de subvenciones a las ONGD,s
y previsiones sobre la convocatoria del Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas (IRPF), año 2000. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso. (Número de expediente 212/
000088.) . . (Página 3385)



- Objetivos, proyectos y recursos de la Agencia para el cumplimiento
de sus funciones. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente 212/000298.) . . . (Página 3385)



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Preguntas:



- De la señora Torme Pardo (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre información del Gobierno acerca de las actuaciones
de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en materia
de Género. (Número de expediente181/000180.) . . . (Página 3410)



- Del señor Zambrano Vázquez (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre información del Gobierno acerca de las actuaciones
de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en materia
de Sanidad. (Número de expediente 181/000181.) . . . (Página 3411)



- Del señor Arístegui y San Román (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre información del Gobierno acerca de las actuaciones
de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en los
Balcanes. (Número de expediente 181/000182.) . . . (Página 3412)



- De la señora Quintanilla Barba (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre información del Gobierno acerca de las actuaciones
de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) con
relación a los pueblos indígenas de Iberoamérica. (Número de
expediente 181/000183.) . . . (Página 3413)



- Del señor Cortázar Echeverría (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre información del Gobierno acerca de los programas de
cooperación en el marco de las Cumbres iberoamericanas. (Número de
expediente 181/000184.) . . . (Página 3414)



- Del señor Izquierdo Juárez (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso) sobre vinculación que realiza el Gobierno de las políticas
de inmigración y cooperación para el desarrollo. (Número de
expediente 181/000185.) . . . (Página 3415)



- De la señora Pajín Iraola (Grupo Parlamentario Socialista), sobre
constancia de la inclusión en los Presupuestos Generales del Estado
para el año 2001 del 4 por ciento de Ayuda Oficial al Desarrollo
(AOD) a los programas de población y salud reproductiva fijado en el
programa de acción resultante de la Conferencia de El Cairo de 1994.

(Número de expediente 181/000253.) . . . (Página 3416)



- De la señora Torrado Rey (Grupo Parlamentario Socialista), sobre
previsiones acerca del aumento del Fondo de Población de las Naciones
Unidas hasta equipararlo a las aportaciones de los demás países
donantes. (Número de expediente 181/000254.) . . . (Página 3416)



Solicitudes de creación de subcomisiones y ponencias:



- De una subcomisión, en el seno de la Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, para analizar la posibilidad de
reducción y condonación de la deuda externa de determinados países en
vías de desarrollo e impulsar las medidas necesarias para hacerlo
efectivo. Formulada por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió). (Número de expediente 158/000001.) . . . (Página 3419)



- De una subcomisión, en el seno de la Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, para el estudio de la abolición de
la deuda externa en los países en vías de desarrollo.

Formulada por el Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente
158/000013.) . . . (Página 3419)



- De una subcomisión, en el seno de la Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, sobre el tratamiento de la deuda
externa de los países en vías de desarrollo. Formulada por el Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 158/000015.) . . .

(Página 3419)



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Se abre la sesión a las nueve y cuarenta y cinco minutos de la
mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE
COOPERACIÓN INTERNACIONAL, AECI (GRACIA ALDAZ). PARA INFORMAR SOBRE:



- RESULTADO DE LA CONVOCATORIA ORDINARIA DE SUBVENCIONES A LAS ONGD,S
Y PREVISIONES SOBRE LA CONVOCATORIA DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE
LAS PERSONAS FÍSICAS (IRPF), AÑO 2000. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 212/
000088.)



- OBJETIVOS, PROYECTOS Y RECURSOS DE LAAGENCIAPARAELCUMPLIMIENTO DE
SUS FUNCIONES. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.

(Número de expediente 212/000298.)



El señor PRESIDENTE: Buenos días, señoras y señores diputados.

Comenzamos el orden del día con la comparecencia del secretario
general de la Agencia Española de Cooperación Internacional, al que
agradecemos su presencia aquí. Comparece ante esta Comisión a
solicitud de dos peticiones de comparecencia, una del Grupo
Parlamentario Popular y otra del Grupo Parlamentario Socialista, para
informar en el primer caso del resultado de la convocatoria ordinaria
de subvenciones a las ONG y previsiones sobre la convocatoria del
impuesto sobre la renta de las personas físicas para el año 2000 y,
por otro lado, para informar de los objetivos, proyectos y recursos
de la Agencia para el cumplimiento de sus funciones. Asimismo -como
saben también todos ustedes- el secretario general de la Agencia
contestará a diversas preguntas que figuran en el orden del día. Como
además existen otras iniciativas parlamentarias, con lo cual la
mañana se prevé, evidentemente, larga, ruego a los portavoces que
tengan en cuenta la extensión del orden del día. Posteriormente, me
referiré al tratamiento de las preguntas, al menos las que formula el
Grupo Parlamentario Socialista a petición de su portavoz en esta
Comisión hoy. En todo caso, comenzamos la sesión de nuevo dando la
bienvenida al secretario general de la Agencia para que responda a
las solicitudes de comparecencia que se habían formulado.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Señor presidente, miembros de la
Mesa, señorías, comparezco por primera vez ante esta Comisión para
dar cuenta de las dos preguntas que han sido realizadas para esta
comparecencia.

En primer lugar, me referiré a la resolución de la
convocatoria ordinaria de subvenciones de las ONG del año 2000 y
también estaba previsto cuál iba a ser el resultado de la
convocatoria del IRPF, que ya ha sido resuelto y ha sido publicado en
el Boletín Oficial del Estado. Por tanto, también podré informar a
esta Comisión del resultado de la convocatoria del IRPF.

En cuanto a la convocatoria ordinaria del año 2000, de subvenciones y
ayudas a las ONG para la realización de proyectos de cooperación al
desarrollo, hay que recordar que se regula por la orden de 17 de
julio de 1996, de bases generales para la concesión de subvenciones
a ONG, parcialmente modificada por la orden de 30 de julio de 1996. La
dotación presupuestaria para esta convocatoria era de 8.925 millones
de pesetas, lo que ha supuesto un aumento de 590 millones respecto a
la convocatoria ordinaria de 1999, es decir, un 7 por ciento. A esta
convocatoria se presentaron un total de 468 proyectos presentados por
143 ONG con un volumen solicitado de 22.126 millones de pesetas. Esta
cifra nos da ya una idea de la demanda existente en cofinanciación de
las ONG y las dificultades que siempre se tienen a la hora de
seleccionar los mejores proyectos por este mecanismo.

Como novedades importantes en esta convocatoria cabe resaltar el
diseño de las prioridades sectoriales y territoriales y la
incorporación como orientaciones básicas sobre las que debe
articularse cualquiera de las acciones de cooperación. Hay una mayor
precisión que se les ha dado en la convocatoria a las ONG. Estas
orientaciones básicas son las que ya aparecen posteriormente en el
plan director, como son la lucha contra la pobreza, la promoción de
la igualdad entre hombres y mujeres y la sostenibilidad
medioambiental. Igualmente, las prioridades sectoriales que se
contemplaban en esta convocatoria ordinaria corresponden a las
prioridades sectoriales del plan director.

De acuerdo con lo establecido en las bases generales y en la
resolución de 10 de febrero, se seleccionaron aquellos proyectos que
tenían mayor calidad técnica destacando los siguientes criterios de
valoración. Por una parte, la contraparte local ejecutora del
proyecto para tratar de que sean proyectos que tengan una vida y una
sostenibilidad posterior a la intervención de la cooperación
española, una claridad en el diseño e identificación de los
objetivos, los resultados y actividades que estaban previstos en la
propuesta de proyecto, la idoneidad del presupuesto para los
resultados que se trataban de obtener, la viabilidad social y
financiera, la visibilidad e impacto medioambiental y la
participación de los destinatarios de la ayuda a lo largo de todo el
desarrollo del proyecto. La comisión de valoración se reunió en el
mes de junio potenciando los procedimientos de coordinación entre las
embajadas, las oficinas técnicas de cooperación, las distintas
unidades de la Agencia con carácter territorial, es decir, las dos
direcciones generales de la Agencia, incluyendo también los puntos



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de vista de los otros miembros de la comisión de valoración; es
decir, las direcciones políticas del Ministerio de Asuntos
Exteriores, la Oficina de Planificación y Evaluación y la Dirección
General de Relaciones Económicas Internacionales.

Los principales resultados de esta convocatoria, para resumir, serían
los siguientes: el número de proyectos financiados se eleva a 162,
que corresponden a 69 ONG diversas, para su puesta en marcha en 35
países distintos. Esto significa una reducción respecto al número de
proyectos de la anterior convocatoria. Hemos pasado de 181, en el año
1999, a 162, y, sin embargo, hemos pasado a 69 ONG en este año y
hemos reducido el número de países de 48 en la convocatoria ordinaria
de 1999 a 35 en esta convocatoria.

El presupuesto medio por proyecto en esta convocatoria se ha situado
en 56 millones de pesetas, frente a los 46 millones del año 1999. La
distribución geográfica es la siguiente: en Iberomérica se han
cofinanciado proyectos por un valor de 4.585 millones de pesetas, es
decir, un 51,38 por ciento del presupuesto asignado a este concepto;
en África subsahariana 1.906 millones de pesetas, con un 21,87 por
ciento; países árabes y mediterráneos, 1.287 millones, con un 15 por
ciento; Europa central y oriental 579 millones de pesetas, con un 6
por ciento; Asia, 351 millones de pesetas con un 3,93 por ciento, y a
sensibilización y educación para el desarrollo en España se ha
dedicado la cantidad de 115 millones de pesetas, que significa un
1,29 por ciento.

En cuanto a los países que más recursos han recibido en esta
convocatoria ordinaria, en primer lugar, está Guinea Ecuatorial, con
787 millones de pesetas, con un 8,8 por ciento; en segundo lugar,
Mozambique, con 696 millones de pesetas, que representa un 7,8 por
ciento -en ese sentido hay que recordar la catástrofe sufrida por
Mozambique a principios de año y que ha hecho que fuera un país en el
que ha habido una afluencia de proyectos importante-; Bolivia, con
646 millones de pesetas y un 7,2 por ciento; Perú, 623 millones, con
un 6,9 por ciento; Honduras, 542 millones, con un 6 por ciento;
Nicaragua, 504 millones, con el 5,6 por ciento; territorios árabes,
469 millones; Marruecos, 423 millones; Guatemala, 386 millones y El
Salvador, 339 millones.

En cuanto a las ONG, las diez primeras ONG en recepción de fondos de
cofinanciación, han sido, en primer lugar, Intermón, con 531 millones
de pesetas; Médicos Mundi, 479 millones de pesetas; Fere, 470
millones de pesetas; Cruz Roja Española, 384 millones: Fe y Alegría,
361 millones; Ayuda en Acción, 316 millones; Jóvenes del Tercer
Mundo, 312 millones; Solidaridad Internacional, 312 millones;
Fundación Promoción Social de la Cultura, 302 millones, y Médicos del
Mundo, 302 millones.

En cuanto a los sectores, les podría señalar que en infraestructuras
sociales y servicios, que incluyen educación, salud, agua potable,
saneamiento, etcétera, se
han destinado 5.800 millones, es decir, un 65 por ciento; a los
sectores productivos se han destinado 1.372 millones, es decir, un
15,4 por ciento; para proyectos de carácter multisectorial o más
integral han sido 1.364 millones, con un 15 por ciento; en
infraestructura económica un 2,9 por ciento, con 255 millones de
pesetas, y, como decía antes, en sensibilización y educación para el
desarrollo, 115 millones, con el 1,3 por ciento.

Esto sería lo referente a la convocatoria ordinaria del año 2000.

Posteriormente, se resolvió la convocatoria del IRPF, con los fondos
del IRPF, que tuvo una financiación de 4.050 millones de pesetas,
representando un incremento presupuestario de 378 millones de pesetas
respecto a la convocatoria del año anterior, la del año 1999, es
decir, con un 10,7 por ciento de incremento respecto al año anterior.

El número de ONG que se presentaron a esta convocatoria ascendió a
120, con un total de 335 proyectos presentados y 53 países como
objeto de intervención. El volumen total de financiación solicitado
fue de 15.440 millones de pesetas. Esto viene a señalar una
dificultad añadida y mayor todavía en la convocatoria del IRPF,
porque había solicitadas cuatro pesetas de financiación por cada
peseta disponible en el presupuesto. Esta es una situación que cada
vez complica más el sistema actual de financiación de las ONG,
proyecto por proyecto.

Como resultado final de la convocatoria del IRPF del año 2000 se
subvencionaron 52 ONG, con un total de 87 proyectos aprobados, en 31
países.

Voy a continuar por el mismo orden. En cuanto a países receptores de
esta ayuda, el primer país ha sido Marruecos, con 379 millones y un
9,3 por ciento; en segundo lugar, Perú, con 319 millones; en tercer
lugar, Bolivia, con 314 millones; Filipinas, con 234 millones;
Angola, con 214 millones; El Salvador, 207 millones; territorios
árabes, 205 millones, y Colombia, 192 millones.

Por áreas geográficas, la distribución sería: Iberoamérica, 2.130
millones de pesetas, con un 52,6 por ciento de los recursos
asignados; África subsahariana, 537 millones, con un 13,26 por
ciento; países árabes y mediterráneos, 868 millones, con un 21,45 por
ciento; Europa central y oriental, 174 millones, con un 4,3 por
ciento, y Asia, 339 millones, con un 8,39 por ciento.

En cuanto a las ONG, las diez primeras han sido Fundación Promoción
Social de la Cultura, con 278 millones; Médicos del Mundo, 221
millones; Cear, 219 millones; Fe y Alegría, 187 millones; Intermón,
186 millones; Codespa, 168 millones; Ipade, 143 millones; Cruz Roja,
130 millones; Cipie, 130 millones; Cáritas, 119 millones y Cideal,
116 millones. En cualquier caso, todos estos resultados y datos están
a su disposición para poder comprobarlos.

Los resultados por sectores, básicamente, han sido, en educación, 770
millones de pesetas; en salud básica, 530 millones; en salud general,
251 millones; en servicios



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sociales y suministro de agua, 440 millones de pesetas. Esos serían
los elementos más relevantes.

Resumiendo y para tener una idea más general, en la convocatoria
ordinaria del año 2000 había, como recordaba, 8.925 millones, de los
cuales se han subvencionado 162 proyectos a 69 ONG. Y en el IRPF,
sobre 4.050 millones de pesetas, se han subvencionado 88 proyectos a
52 ONG. El total que se ha cofinanciado por la agencia ha sido
cercano a los 13.000 millones, 12.975 millones de pesetas
exactamente, y en cuanto a países podríamos señalar los cinco países
que más recursos han recibido en estas dos convocatorias del año. Han
sido Bolivia, con 960 millones de pesetas; Perú, con 942 millones;
Mozambique, 887; Marruecos, 802, y territorios árabes, 674 millones.

Esta resolución de las dos convocatorias de ONG, como resumen o
reflexión sobre el sistema, ha significado un esfuerzo por parte de
los responsables de la Agencia a la hora de valorar, con unos
criterios de objetividad, de transparencia, de equidad y sobre todo
de desarrollo, una cantidad importante de proyectos sometidos. Y hay
una dificultad añadida, como señalaba al principio, por la gran
cantidad de financiación solicitada, aunque hemos visto que han
aumentado los recursos para financiar.

Esto nos lleva a la conclusión, y ya le ha llevado al Gobierno, de
que es necesario modificar el sistema actual de financiación de las
ONG. Ese es el criterio que hemos empezado a estudiar, tanto con las
ONG como con los miembros del Consejo de Cooperación y con la
Comisión interministerial, de tal manera que busquemos un resultado
más ajustado, más previsible, con una mayor presencia en el tiempo y
que nos permita planificar mejor las actuaciones de cooperación al
desarrollo. Ese es el empeño en el que estamos en este momento, está
muy avanzada ya la nueva financiación, de tal manera que consigamos
un beneficio mayor para las ONG que presentan proyectos a estas
convocatorias, para que así exista una mayor previsibilidad en la
aprobación de los proyectos y, sobre todo, una continuidad en el
esfuerzo de desarrollo; que haya también una mejora en los sistemas
de asignación de los recursos por parte de la Administración; que
tengamos esa facilidad y, sobre todo, que tengamos capacidad de
planificar las políticas de desarrollo de acuerdo con el plan
director. Finalmente, y creo que lo más importante, que exista esa
previsibilidad y esa mejora de la expectativa de cooperación al
desarrollo por parte de los países beneficiarios, a quienes se
dedican estos fondos públicos que administra el Gobierno. Por tanto,
creemos que la reforma de las bases va a significar el año próximo
una mejora sustancial para todos los actores en el mecanismo de ONG y
una superación del sistema actual de financiación proyecto a
proyecto.

Con permiso de la presidencia, pasaría al segundo punto de la
comparecencia, objetivos, proyectos y recursos de la Agencia, a
solicitud del Grupo Socialista.

Se trata de una propuesta muy amplia, prácticamente un programa
de trabajo para la Agencia, uno de los empeños en los que estamos
trabajando con mayor interés en este momento en la secretaría de
Estado. Voy a exponer, en primer lugar, los objetivos y proyectos de
la Agencia para este año próximo y los recursos con los que contamos
para llevar a cabo estos objetivos y proyectos; recursos tanto
financieros, que se plasman en el presupuesto para el año próximo,
como humanos y materiales, que se plasmarán en una breve reseña que
haré al final sobre la reestructuración que tiene en marcha la
Agencia en este momento.

En cuanto a los objetivos y proyectos, hay que señalar que la
política de cooperación que ejecuta la Agencia, de acuerdo con el
mandato de la Ley de cooperación internacional para el desarrollo, se
enmarca en el Plan director 2001-2004, que prevé el artículo 8 de la
ley, que fue aprobado por el Consejo de Ministros del 24 de noviembre
y que será presentado ante el Congreso en breve por el secretario de
Estado.

Este plan director marca una serie de líneas en las que se plasman
todas las actividades que va a llevar a cabo la Agencia como uno de
los órganos principales en la ejecución y gestión de la política
española de ayuda al desarrollo, que voy a tratar de seguir para dar
un hilo conductor a esta comparecencia. El plan director aprobado por
el Consejo de Ministros prevé tres líneas horizontales y líneas
sectoriales y geográficas. Haré alguna referencia, de pasada, a
algunas de las preguntas que se han formulado por algunos de los
grupos, si bien posteriormente podré responder con más detenimiento a
todas ellas. Las tres líneas básicas con las que nos hemos dotado a
través del plan director son la lucha contra la pobreza, el enfoque
de géneros, es decir, la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres, y la sostenibilidad medioambiental.

La lucha contra la pobreza es, lógicamente, la razón de ser de la
política de ayuda oficial al desarrollo y el objetivo principal de la
Agencia durante los próximos ejercicios, especialmente el próximo
año. En cuanto a la lucha contra la pobreza, hay que entender la
pobreza, tal y como establecen el plan director y la normativa de
política de ayuda al desarrollo, en las nuevas orientaciones que ha
aprobado la Unión Europea, en las que ha intervenido de manera muy
activa la delegación española, no solamente como una falta de
ingresos y recursos económicos, sino que hay que incluir también la
noción de vulnerabilidad y factores como la imposibilidad de acceder
a una alimentación adecuada, a la educación y a la sanidad, a los
recursos naturales, al agua potable, a la tierra y al trabajo, al
crédito, a la información, a la participación política, a los
servicios y a las infraestructuras, es decir, un concepto mucho más
global de pobreza que la mera carencia de los recursos necesarios
inmediatos. Esto se plasma, sobre todo, en una necesidad de otorgar
oportunidades. Dentrodel Gobierno, y en la ejecución y en la práctica
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la Agencia Española de Cooperación Internacional, entendemos la lucha
contra la pobreza como uno de los elementos básicos de otorgar
oportunidades a aquellos que no las tienen en todos estos elementos
que hemos señalado. Por tanto, los trabajos y los proyectos que vamos
a llevar a cabo en las distintas áreas y zonas geográficas de interés
y prioritarias para la cooperación española van a estar enmarcados en
este principio de lucha contra la pobreza.

El segundo elemento del marco general de la política española de
cooperación va a ser el enfoque de género que lleva a cabo la
Agencia, un trabajo prolongado, realizado durante varios años, que
incluye una unidad de género dentro de la propia Agencia, una
perspectiva horizontal en todos nuestros programas y proyectos, que
no es el resultado de una casualidad ni de una actuación inmediata en
un momento determinado. Esta línea horizontal tiene que ser permeable
a todos los proyectos y actividades, de tal manera que también exista
esa igualdad de oportunidades entre los hombres y mujeres de los
países con los que trabajamos. Este enfoque de género no solamente va
a ser un área de trabajo sino uno de los elementos genéricos de
nuestra política de cooperación. Para ello, hemos desarrollado una
serie de iniciativas, tales como la realización de cursos, tanto en
España como en los centros de formación de la Agencia, de tal manera
que todos nuestros funcionarios, todo el personal y técnicos
especializados de la Agencia de cooperación en España y en el
extranjero tengan los conocimientos más adecuados para incorporar
este elemento en toda nuestra actuación. Esto también se extiende a
los miembros de los países en desarrollo con los que trabajamos en
esta materia. Quiero señalar que el tercer número de la revista de la
Agencia, Cooperación Española, que hacemos llegar también a SS. SS.,
está dedicado precisamente a la igualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres como una de las muestras del interés que tiene la
Agencia en esta materia.

El tercer elemento horizontal es la sostenibilidad medioambiental,
uno de los elementos que incluimos por la vía de los estudios de
impacto, de la participación en foros internacionales, de la
importancia que en definitiva tiene la sostenibilidad medioambiental
en cualquier proyecto de desarrollo aunque no esté específicamente
dentro de este sector.

En cuanto a los sectores específicos, querría detenerme en las
necesidades sociales básicas, donde incluimos desde la educación
básica, hasta la salud, saneamiento y agua potable, salud
reproductiva, elementos consustanciales a nuestra política de
desarrollo. ¿Cómo hacemos esto? Lo hacemos, y lo vamos a hacer en los
próximos meses y años, a través del mantenimiento de nuestros
compromisos con los países con los que trabajamos por la vía de las
comisiones mixtas. Esto significa que en todas las comisiones mixtas
con países en desarrollo tenemos un capítulo destinado a la
satisfacción
de las necesidades sociales básicas. Es allí donde incluimos,
por esta vía de diálogo, de negociación, de acuerdo entre las partes,
lo que son los programas y proyectos en estas materias. Permítanme
que señale, en materia de educación básica, los programas de
alfabetización básica de adultos que hemos acometido en Centroamérica
y República Dominicana y que vamos a ampliar a Paraguay en la
programación para el año que viene.

La salud es otro de los ámbitos básicos de nuestra política de ayuda
al desarrollo. Como muestra de este compromiso para el próximo
ejercicio presupuestario, podría señalarles la importancia que tiene
el sector de la salud en Guinea Ecuatorial, en Angola, en Mozambique
y en Bolivia, países en los que estamos acometiendo un profundo apoyo
a los sistemas básicos de salud. La salud reproductiva también es uno
de los criterios con los que trabajamos en materia de necesidades
sociales básicas. En este sentido llevamos a cabo actividades
directamente desde la Agencia, como la publicación de los informes
sobre salud reproductiva de Naciones Unidas, el seminario que hemos
apoyado en la propia Agencia y, fundamentalmente, una gran cantidad
de proyectos aprobados, muchos de ellos a través de ONG, que se
refieren a un aspecto amplio de la salud reproductiva, incluyendo el
derecho básico a la salud y la salud maternoinfantil, la prevención
de enfermedades infecciosas, etcétera.

La inversión en el ser humano, que sería el segundo sector importante
de actuación, es uno de los ámbitos en los que la cooperación
española y la Agencia tienen mayor experiencia. Se centra básicamente
en la educación, con el apoyo a los sistemas educativos que estamos
llevando a cabo en Guinea Ecuatorial, en Honduras y en países de
desarrollo intermedio como Colombia. La formación profesional es
también uno de los elementos básicos de inversión en el ser humano,
destinado a fomentar la puesta en práctica de las capacidades que
tienen los ciudadanos de los países con los que trabajamos. También
trabajamos en la formación universitaria, a través de distintos
programas con Marruecos -país con el que tenemos un ambicioso
programa de cooperación interuniversitaria-, el programa de
cooperación interuniversitaria con los países iberoamericanos, las
distintas actividades en el ámbito de la enseñanza superior con todas
las universidades españolas y, finalmente, el sistema de becas,
sistema que va a ser reforzado y apoyado. En el próximo ejercicio
presupuestario vamos a hacer un análisis para ver cómo podemos
mejorar el sistema de becas, el sistema de formación en España de los
profesionales de los países con los que estamos trabajando, muy
especialmente los países iberoamericanos, con los que compartimos
lengua, cultura y una serie de valores, pero también con países del
norte de Africa, países del este deEuropa y países en transición, que
también son de gran



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importancia y que reclaman que España sea un referente importante
para su desarrollo.

En tercer lugar señalaría las infraestructuras y el sector económico.

Es importante la labor que estamos iniciando con los distintos países
en desarrollo, con centros universitarios, con empresas españolas y
con la CEOE, como órgano aglutinador del sector empresarial, con el
objetivo de fomentar el sector privado en dichos países. Es decir, no
solamente se trata de satisfacer las necesidades sociales básicas y
de dar las herramientas de formación para el futuro, sino de crear
ese entorno económico favorable para la iniciativa privada, que
creemos que es básico para promover y para centrar esos elementos de
desarrollo autóctono posible que tienen cada uno de los países en
desarrollo. Por tanto, vamos a centrarnos por una parte en proyectos
tradicionales de fortalecimiento de las infraestructuras, de mejora
del sector agrario en algunos países, de apoyo a las pequeñas y
medianas empresas y de fortalecimiento de este sector económico, pero
también de una manera muy importante en el apoyo a las organizaciones
empresariales y a la capacidad empresarial propia de los países en
desarrollo. Aquí también podríamos señalar de forma importante el
objetivo del programa español de microcréditos, que ya lleva tres
años de ejercicio con éste que terminamos, y que estamos puliendo y
poniendo en marcha como uno de los programas en materia de
microcréditos más importantes en este momento en la comunidad
internacional. Estamos buscando dar a este programa una
diferenciación, un valor añadido respecto a otras iniciativas de
estas características. Ese valor añadido fundamental es facilitar el
acceso al sector formal de una gran parte de la economía de los
países en desarrollo. Este acceso a la bancarización, este acceso a
la capacidad propia de los emprendedores y de las personas que tienen
interés e iniciativa en los países en desarrollo es lo que queremos
fomentar con el programa de microcréditos, que se insertaría en buena
medida en este sector. Estamos tratando de superar la cooperación
asistencial, la cooperación que piensa más en la solución de un
problema inmediato, para fomentar la capacidad propia que tienen los
países para solucionar sus problemas.

En el siguiente sector específico de cooperación, el sector
medioambiental, me permito recordar la iniciativa Araucaria, que
sigue en marcha y que se está ampliando a distintos países. Vamos a
tratar de ponerla en marcha en Argentina y en Chile, en la zona
fronteriza, para preservación del medio ambiente y atención a
comunidades más desfavorecidas en esa zona de la cordillera sur entre
los dos países. También vamos a incluir a Nicaragua en esta
iniciativa. Los proyectos están funcionando de manera muy
satisfactoria, tanto en distintos países, como en España, con la
participación de los distintos actores: Ministerio de Medio Ambiente,
Ministerio de Economía, Ministerio de Asuntos Exteriores, ONG y el
sector privado medioambiental.

Queremos extender también esta iniciativa al área del
Mediterráneo. Hemos iniciado los estudios y los trabajos para buscar
unos intereses comunes entre los países de la ribera del
Mediterráneo, fundamentalmente en torno al aprovechamiento de los
recursos naturales y, básicamente, en torno al aprovechamiento del
agua. Esta será una de las líneas de trabajo que vamos a seguir a lo
largo de este año y que creo que va a tener una buena influencia
porque posiblemente uno de los elementos que más unen a los países
ribereños del Mediterráneo, en un momento complicado de proceso de
paz, de tensiones por migraciones, etcétera, es el manejo del agua
como un recurso insustituible para la vida.

Otros elementos que están presentes en toda nuestra política de
cooperación son el buen gobierno, la democracia y la prevención de
los conflictos. En ese terreno la apuesta del Gobierno -como señaló
el secretario de Estado en su comparecencia ante esta Comisión- es
inequívoca. La base del desarrollo, la base de la capacidad para
acceder a unas mejores condiciones de vida y a un mayor bienestar de
las sociedades pasa por la existencia de un buen gobierno, de unas
garantías democráticas y de un respeto a los derechos humanos; pasa
por la existencia de una responsabilidad, de una rendición de cuentas
por parte de los poderes públicos y de una transparencia. Todo ello
lo vamos a apoyar en proyectos bilaterales en los tres poderes
públicos. Por una parte, en cuanto al Poder Ejecutivo, vamos a
trabajar en las políticas públicas con la mejora de los sistemas de
presupuestación, de control del gasto, de aspectos fiscales,
etcétera. En cuanto al Poder Judicial, estamos trabajando con el
Consejo General del Poder Judicial y con el Ministerio de Justicia en
esta materia desde hace años en Iberoamérica, países del Este y
países del Magreb. También trabajamos en la mejora y el apoyo al
Parlamento, como hemos hecho en otras ocasiones, especialmente en el
caso de Guatemala, como SS.SS. seguramente conocerán. El buen
gobierno, la democracia y el respeto a los derechos humanos son
básicos para el desarrollo y para la prevención de los conflictos.

Por tanto, vamos a trabajar en el ámbito electoral, en la observación
electoral, en la participación con el Ministerio de Defensa en las
misiones de paz, en la participación con organismos internacionales,
etcétera, en la prevención de conflictos, como un elemento necesario
para la sostenibilidad y el desarrollo a medio y largo plazo.

En cuanto a las prioridades geográficas, quiero señalar que
Iberoamérica sigue siendo una de las prioridades geográficas de la
Agencia, y esto es lo que hemos establecido en el plan director
presupuestariamente, más del 50 por ciento de los recursos de la
Agencia van destinados a Iberoamérica. En relación con dos preguntas
que se han hecho sobre los indígenas y las cumbres iberoamericanas,
efectivamente, son dos elementos quenos preocupan y que estamos
desarrollando. Las cumbres



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iberoamericanas por la vía de la puesta en marcha por la Secretaría
de Cooperación Iberoamericana de los proyectos que ya están en curso
por encargo de la cumbre iberoamericana, pero además con los nuevos
encargos que debemos hacer a través de la Secretaría de Cooperación
Iberoamericana para dotarnos de una comunidad iberoamericana de
naciones que tenga intereses comunes en todos nuestros países. Los
pueblos indígenas son otro elemento importante también en nuestra
política de desarrollo, como se ha hecho en la estrategia para los
pueblos indígenas en Iberoamérica, basada fundamentalmente en el
criterio de apoyo a la participación política y social de estos
países, la mejora de las condiciones sociales de estos colectivos
indígenas y la participación también en los medios de comunicación
con la difusión de estos conocimientos y de estas capacidades de los
pueblos indígenas. En Iberoamérica todos los países son prioritarios.

Hay unos que son países de cooperación intensiva por sus
características de renta; hay países como Colombia que están en un
proceso de paz y que son de preferente atención por parte de la
Agencia; y hay países de grado intermedio a los que debemos apoyar y
seguir manteniendo nuestra cooperación porque, primero, y
complementaria a otras que no existen, que ya no dan dinero a estos
países iberoamericanos de renta intermedia, pero que con 2.000 ó
3.000 dólares de renta necesitan un apoyo de la cooperación
internacional y, por otro lado, porque estamos convencidos de que hay
una eficacia mayor en el empleo de los recursos para tener éxito en
la política de desarrollo, es decir, que sea el propio país dueño de
su destino y de su futuro gracias a un pequeño impulso externo.

Otras áreas importantes son el Magreb, Oriente Medio y todo el
Mediterráneo. Aquí quiero señalar la importancia de Marruecos en
nuestra política de cooperación al desarrollo e incluir nuestra
colaboración en los territorios palestinos, basada en este momento en
cooperación a través de ONG y en cooperación humanitaria en las
situaciones en las que ahora se encuentran. En África subsahariana
mantenemos los criterios del plan director, lo mismo que en Asia. En
Europa Oriental hemos hecho un esfuerzo importante y quiero señalar
que nos vamos a concentrar en los dos países básicos de nuestro
interés: Bosnia Herzegovina y Kosovo. Con la nueva situación en esta
región estamos hablando ya de la República Federal Yugoslava, que
esperamos que será un elemento de consenso, de solución de los
problemas, en vez de un elemento de distorsión y de disenso, como ha
sido hasta ahora. Por tanto, haremos un esfuerzo, como señaló el
ministro Piqué en su reciente visita a Yugoslavia, para apoyar la
democratización y la participación como factores de estabilidad en
esta región. Estas son las áreas geográficas por países.

Muy brevemente, porque me temo que les estoy quitando bastante tiempo
a SS.SS., haré una referencia a
los medios presupuestarios con los que vamos a hacer frente a esta
política, a estos objetivos, a estos proyectos de los que les he
hablado. El presupuesto total de la AECI comprende los programas 134.

A, cooperación para el desarrollo, 134.B, cooperación, promoción y
difusión cultural en el exterior, y 800.X, tranferencias entre
subsectores, y asciende a la suma de 40.519 millones de pesetas, lo
que supone un incremento del 4,11 por ciento respecto del presupuesto
inicial del presente ejercicio. Se trata de un presupuesto
perfectamente adecuado para dar cumplimiento a los objetivos de la
Ley de cooperación internacional para el desarrollo, que serían los
propios de la política española de ayuda al desarrollo. Este
presupuesto permite cumplir los compromisos internacionales
adquiridos por España en esta materia y dar satisfacción a la
creciente demanda por parte de la sociedad española de una política
de ayuda al desarrollo de calidad. Debo añadir que este presupuesto,
que responde casi íntegramente a las propuestas formuladas desde esta
Secretaría de Estado, ha sido posible conseguirlo gracias a la
especial sensibilidad que han mostrado las autoridades del Ministerio
de Hacienda hacia este sector de la Administración exterior del
Estado. Hay que recordar que estamos en un año complicado
presupuestariamente, con un objetivo de déficit cero que compartimos
y que nos parece muy importante para conseguir recursos en el futuro
y un crecimiento saneado de nuestra economía. Por tanto, el esfuerzo
por incrementar en un 4,11 por ciento el presupuesto de la Agencia ha
significado -repito- una especial sensibilidad por parte de la
Secretaría de Estado de Hacienda que queremos agradecer ante esta
Cámara.

Para hacer un análisis más detallado de las cifras del presupuesto
hay que señalar cómo los gastos de funcionamiento del organismo
-capítulo 1, gastos de personal, capítulo 2, gastos en bienes
corrientes y servicios- se mantienen prácticamente constantes desde
1997, suponiendo tan sólo un 12 por ciento del total, dando así
respuesta a la política de austeridad del Gobierno. Este 12 por
ciento se reduciría a un 8 por ciento si incluyéramos el capítulo de
microcréditos, que aunque por razones de técnica presupuestaria está
en el gabinete del secretario de Estado es gestionado desde la
Agencia. Esto hace que tengamos una ratio de costes administrativos
mucho más baja que la media de los organismos internacionales con los
que trabajamos. Esto quiere decir que de los 1.600 millones de
pesetas de incremento de presupuesto de la AECI para el año 2001 tan
sólo 100 millones se destinan a los gastos de personal y de bienes y
servicios y 1.500 millones se dedican a las actividades sustanciales
de la Agencia, muy especialmente a las transferencias corrientes y de
capital, capítulos ambos que alcanzan este año un total de 35.000
millones de pesetas.

Dentro del capítulo 4, transferencias corrientes, se incluyen los
créditos para una serie de actividades sustantivas



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de la Agencia, como son las subvenciones a organizaciones no
gubernamentales para el desarrollo la concesión de becas y la
financiación de escuelastaller y casas de oficio, además de la
financiación de múltiples proyectos de ayuda al desarrollo que son
canalizados y negociados bilateralmente con cada uno de los países.

En cuanto a las subvenciones para las ONG hemos pasado este año a un
presupuesto de 9.392 millones de pesetas a los que se añadirán los
procedentes del IRPF, que oscilarán en una cifra superior a los 4.000
millones de pesetas. Es decir, que se llegará a una cifra próxima a
los 13.500 millones de pesetas, continuando con la línea ascendente
que hemos iniciado hace unos años. Por lo que se refiere a becas y
ayudas de formación, el conjunto de los programas -convocatoria
general de estudiantes extranjeros, formación audiovisual, becas para
diplomáticos, programas de becas para españoles en países de
desarrollo, etcétera-, dispondrá de un crédito total de cerca de
4.000 millones de pesetas del que se beneficiarán más de 3.500
extranjeros el próximo año. En el capítulo de estas transferencias
corrientes merece destacar el incremento de presupuesto que va a
tener el programa de escuelas-taller y casas de oficio en
Iberoamérica, que pasa de 400 millones a 738 millones de pesetas, con
una aportación incluida del Inem de 500 millones de pesetas. Creo que
este es un programa importante que hace una formación profesional
activa de los jóvenes en los países en desarrollo, tiene unos efectos
sociales benéficos en una zona donde generalmente los jóvenes están
sin empleo o no tienen acceso a una formación fuera de la ordinaria y
que tienen la posibilidad de trabajar en la restauración y en la
conservación del patrimonio local cultural como un elemento de
autoafirmación, de interés, de responsabilidad por algo que es
patrimonio común de su sociedad. Las escuelas-taller en Iberoamérica
han estado ligadas desde su creación al programa de preservación del
patrimonio, que supone también una inversión importante en
restauración y en puesta en valor de edificios para usos públicos,
que pasará de un presupuesto inicial de 395 millones en el año 2000 a
678 millones en el año 2001. Además, se destinarán cerca de 10.800
millones de pesetas para la financiación de proyectos de ayuda
oficial al desarrollo, tanto de pago en España como de pago en el
exterior, que junto a los créditos para ayuda y seguridad
alimentaria, 1.913 millones de pesetas, y ayuda humanitaria, 978
millones, son las partidas más importantes del capítulo 4,
transferencias corrientes.

En el capítulo 7, transferencias de capital, además del ya mencionado
crédito para preservación del patrimonio, hay que destacar la partida
de unos 5.000 millones de pesetas destinada a la financiación de
proyectos de pago en España y en el exterior. Por último, aunque el
crédito presupuestario, como señalaba antes, no figura en los
presupuestos de la Agencia sino en el de la propia Secretaría de
Estado, el fondo para la concesión
de microcréditos está dotado este año con 10.000 millones de pesetas
que vamos a colocar con distintas entidades financieras de los países
en desarrollo con los que estamos trabajando, de tal manera que sean
un motor para el desarrollo dentro de este fomento de las
oportunidades y de la capacidad emprendedora y de incorporación al
sector formal de las economías de los países en desarrollo con los
que estamos trabajando. Estos serían los recursos económicos con los
que vamos a dotarnos.

Para llevar a cabo mejor nuestra tarea, también estamos acometiendo
una reestructuración de la Agencia de Cooperación Internacional, tal
y como lo ordena la Ley de cooperación internacional para el
desarrollo, a través de un real decreto de reorganización. Este real
decreto tiene como objetivo fundamental mejorar la distribución
interna de la Agencia Española de Cooperación Internacional;
clarificar una serie de competencia que tradicionalmente le han
venido siendo atribuidas en el ámbito cultural y de cooperación para
el desarrollo; y dotar a la Agencia también de unos elementos
horizontales de manera que se compense la asignación geográfica de la
propia Agencia con unos criterios horizontales. Esta modificación se
va a hacer incorporando una dirección general nueva a la Agencia, la
dirección general de relaciones culturales, que nos permitirá
amortiguar y clarificar las competencias en una materia cultural muy
importante para la propia trayectoria de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, dentro de un sector importante para la
cooperación española que incluiría tanto la cooperación cultural y la
puesta en valor de los activos culturales de los países en desarrollo
como el sector de becas y una ordenación de toda la oferta de las
mismas en España para la Agencia Española de Cooperación
Internacional y, por otro lado, la creación de una subdirección
general para programas horizontales que trabajará fundamentalmente en
el ámbito de las ONG, en el programa de microcréditos y de todos
aquellos programas que tengan un carácter horizontal dentro de la
propia Agencia. Además de esto, la Oficina de Planificación y
Evaluación va a pasar a depender funcionalmente de la Agencia, aunque
esté orgánicamente atribuida al secretario de Estado, como una manera
eficaz de incorporar las previsiones de la planificación contenidas
en el plan director a las políticas activas de la Agencia, para que
tengamos una oficina que nos permita elaborar estas políticas
sectoriales y estos planes estratégicos que también prevé la ley por
cada uno de los países, y que todo esto penetre de una manera natural
y continuada y retroalimente a las unidades ejecutivas geográficas.

Por tanto, tendríamos una Agencia con tres direcciones generales, una
para relaciones culturales y becas, otra para cooperación con
Iberoamérica, otra para cooperación con los países en desarrollo,
fundamentalmente en el Mediterráneo, Oriente Medio, África
subsahariana, Asia y Europa Oriental, con una oficina de planifica
ción



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y evaluación que tendría funciones de planificación y evaluación,
además de llevar a cabo las políticas sectoriales contenidas en el
plan, más una subdirección general encargada de los programas
horizontales que le daría también una mayor eficacia y un mayor
carácter transversal a muchas de las políticas que está llevando
a cabo la Agencia. Esta reestructuración se hace, además, teniendo en
cuenta una serie de mejoras en la gestión de la Agencia que estamos
acometiendo. En primer lugar, una mejora en los procedimientos con
una reorganización de todos los sistemas de gestión económica de la
Agencia que vamos a unificar para dar cuerpo a un solo sistema de
gestión económica que permitan tener unos datos más comprensibles y
agregados de toda la actividad de la Agencia, que permitan tener una
mejor planificación y seguimiento de las actividades que estamos
haciendo, y no tenerla parcelada por unidades sino mejor estructurada
desde el inicio en una sola unidad; una mejora en la formación,
aunque ya el año pasado fue el órgano que más recursos recibió del
MAP para formación interna por el programa de formación de recursos
humanos que hemos presentado y vamos a mantener tanto en la sede
central como en las oficinas técnicas de cooperación y en los centros
culturales, en lo que llamamos unidades de cooperación en el
exterior, porque consideramos que uno de los mejores activos que
tiene la Agencia son los recursos humanos que está formando y a los
que tenemos que dar oportunidades de progreso; y finalmente, una
mejora del sistema informático que vamos a reorganizar completamente
para que sea una herramienta ágil y activa para la gestión de la
política española de cooperación al desarrollo.

Estos son los objetivos, los proyectos, los recursos económicos con
los que contamos y los recursos materiales y organizativos con los
que nos estamos dotando. Con todo este conjunto de medios, de ideas y
de proyectos, la Agencia podrá llevar a cabo la política española de
cooperación al desarrollo, ya que es el órgano, como dice la ley, de
referencia de esta política en colaboración y en diálogo continuo con
los distintos agentes de la cooperación española, de forma que el
esfuerzo de todos los ciudadanos españoles se note y se plasme en
desarrollo.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor secretario general de la Agencia
Española de Cooperación Internacional, por su intervención
refundiendo las dos iniciativas presentadas por el Grupo Socialista y
el Grupo Popular sobre dos temas diferentes pero que han sido
tratados conjuntamente, tal y como se acordó y así figura en el orden
del día, en la última reunión de la Mesa y portavoces. Como se ha
señalado han sido dos grupos los que han solicitado la comparecencia
del secretario general de la Agencia, el Grupo Parlamentario
Socialista y el Grupo Popular. No obstante, sin perjuicio
de la intervención amplia en los términos que tengan a bien
formular sus respectivos portavoces, esta Presidencia quiere dar el
uso de la palabra previamente a los demás grupos que lo soliciten y
estén presentes en la Comisión. El único grupo presente, aparte de
los dos mencionados, que puede intervenir ahora es el Grupo
Parlamentario Catalán, por lo que si así lo desea el señor Campuzano
tiene la palabra.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Señor presidente, estoy un poco
sorprendido de no empezar por los grupos que han solicitado la
comparecencia, como ha sido norma hasta ahora en esta Comisión. La
práctica, al menos en las comisiones en las que yo he participado en
la pasada legislatura, que han sido unas cuantas, y a lo largo de
esta legislatura, es que sean los grupos, en este caso el Socialista
y el Popular, quienes empiecen el debate como grupos más interesados
en el contenido de la comparecencia. De todas formas, no hay problema
para plantear al responsable de la Agencia algunas cuestiones en
relación con las dos comparecencias que han planteado tanto el Grupo
Popular como el Grupo Socialista.

En relación con la primera comparecencia, en la que el Grupo Popular
pedía la valoración de la política de subvenciones por parte de la
Agencia a las ONG que participan en acciones de cooperación al
desarrollo, quiero constatar algunas cuestiones. Si hacemos un
análisis de cuál ha sido la evolución desde el año 1995 hasta el año
2000 de las subvenciones a las ONG, tanto en la convocatoria
ordinaria como en la convocatoria del IRPF es evidente una
concentración de recursos en una serie de ONG, doce de ellas casi
llegan al 50 por ciento del conjunto de los recursos y otras 25
llegan al 75 por ciento; es evidente que hay una concentración
importantísima de una parte de estos recursos a una serie de
organizaciones muy concretas. Al mismo tiempo observamos que en 10
países se acumula cerca del 60 por ciento del conjunto de los
recursos que a través de las ONG destinamos para la cooperación y
ayuda al desarrollo. Creo que estas cifras sirven un poco también
para relativizar cuando a veces hablamos de una excesiva dispersión
de la cooperación española. Está muy claro que en el terreno de las
ONG no se produce esta dispersión. Por un lado hay una concentración
en el 75 por ciento de subvenciones a 25 ONG y, por otro lado, la
concentración en 10 países indica una priorización, de hecho, de la
sociedad civil en países más necesitados o en países donde existe una
mayor vinculación del tipo que sea con España. Para conseguir en los
próximos años una buena gestión de la Administración y una buena
administración de los recursos concentrados en una serie de ONG se
obliga al Gobierno -y así se nos ha informado- a avanzar hacia una
gestión diferente de estos recursos que den mayor estabilidad en el
tiempo a esa previsión de la actuación financiera delEstado a través
de las ONG. Nos parece correcta la tendencia



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de estructurar vía convenios o conciertos la fórmula legal más
oportuna para garantizar esta estabilidad. Tan sólo quiero hacer una
reflexión al Gobierno y a los responsables de la Agencia. Va a ser
muy importante que estas nuevas fórmulas vengan precedidas de un
amplio acuerdo con la Coordinadora de las ONG al desarrollo, a poder
ser en el marco del Consejo de Cooperación, si como quería el
Gobierno en esa previsión de articulación en el medio plazo de fondos
públicos a las ONG no se contase con ese consenso. La segunda
consideración es sobre la voluntad de estabilidad, de ordenación y de
priorización. El hecho de que a lo largo de estos años se haya
consolidado un tejido social muy potente, a veces muy modesto pero
que expresa la pluralidad en relación con sus prioridades e intereses
en materia de cooperación, no debe mermarse en esa perspectiva de
mayor estabilidad. Hoy día tenemos concentradas en 25 ONG el 75 por
ciento de los recursos. El hecho de que el 25 por ciento de los
recursos se destinen a organizaciones no gubernamentales de menor
tamaño, quizás con planteamientos políticos o ideológicos menos
centrales en el conjunto de la sociedad o más cargados de cualquier
otra connotación, no nos debería preocupar. Estiremos bien ese 75 por
ciento de los recursos porque conocemos la pluralidad ideológica del
mundo de la cooperación en España. Lo que nos puede preocupar de esta
evolución, que no empezó en su administración sino en anteriores
etapas, es intentar configurar desde las subvenciones a las ONG el
mapa de la sociedad civil en materia de cooperación. A todos nos
interesa tener una sociedad civil más rica, más plural y más libre de
los intereses partidistas. Convergència i Unió se siente hoy muy
libre en relación con el conjunto de unas ONG que participan de las
convocatorias de la AECI y del IRPF. Sería bueno que la
Administración procurase mantener un sesgo no partidista en esta
materia.

En relación con la Agencia, siento no haber oído la última parte de
su intervención y no sé si habrá hablado de ella; al menos en la
primera parte no se ha situado mucho en las perspectivas del plan
director, que creo que será objeto de otros debates en esta Comisión.

Pendiente el dictamen del Congreso de los Diputados sobre el plan
director, le avanzo ya que nuestro grupo se siente decepcionado sobre
su contenido. Creo que hemos perdido una excelente oportunidad de
haber hecho un buen plan. En relación con la Agencia, después de los
contactos mantenidos con la Coordinadora y de las ONG para al
desarrollo y algunas informaciones que se nos han dado, nos preocupan
tres cuestiones. La primera, que la incorporación de la dirección
general de relaciones culturales y científicas implique priorizar la
actuación de la Agencia y aspectos que hasta ahora no han sido
prioritarios como los de cooperación cultural. Se nos escapa si en el
objetivo central que apuntaba el responsable de la Agencia, el de la
lucha contra la pobreza, la inclusión de esa dirección general no nos
aleja de ese objetivo, acompañado del hecho de que no hemos
consolidado ningún tipo de unidad especializada en ayuda humanitaria
y ayuda de emergencia. Este es uno de los déficit importantes de la
cooperación española desde un punto de vista estructural y operativo.

Al mismo tiempo, desaparece la subdirección general para Africa
subsahariana, precisamente la parte del mundo con más necesidad de
una actuación decidida del conjunto de las políticas de cooperación
al desarrollo en el mundo. Además, el Gobierno, presente en las
diversas cumbres internacionales, ha manifestado su especial
compromiso con el África subsahariana. Una de las pocas virtudes que
le van a quedar al plan director es esa visión global, horizontal,
del conjunto de actuaciones de la cooperación española, y no sabemos
si la Agencia va a responder a esa organización de la que se deriva
el propio plan director. Son cuestiones que nos preocupan y sobre las
que realizaremos un seguimiento a lo largo de los próximos meses.




El señor PRESIDENTE: Me permito aclarar que el funcionamiento de las
comisiones respecto a aquellos casos en los que, como éste, exista
una solicitud de comparecencia por varios los grupos es tan variado y
rico que no existe uniformidad para entenderlo. Tiene su razón de ser
lo que planteaba el señor Campuzano, pero también existen otras
comisiones en la cuales la práctica es así. En cualquier caso, la
decisión que se pueda adoptar respecto al futuro deseo que sea
acordada por unanimidad de la Mesa y portavoces, aun cuando creo que
tampoco es una cuestión de especial trascendencia, aunque -insisto-
existen algunas comisiones en las cuales la práctica es como lo
estamos haciendo ahora.

A continuación tiene la palabra la portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, señora Blanco, para dirigirse al secretario general de la
Agencia.




La señora BLANCO TERÁN: Señor secretario general, en primer lugar
quiero darle la bienvenida a esta Comisión. Hemos optado por unir
todas las preguntas del portavoz de esta Comisión, el señor Pérez
Casado, que lamentablemente está enfermo, y vamos a hacer una
intervención donde podamos repasar todas las cuestiones que preocupan
a nuestro grupo parlamentario, y que las anteriores comparecencias
del secretario de Estado no vinieron a aliviar, así como tampoco la
publicación del plan director.

Voy a empezar por una referencia al proyecto de real decreto, que
está por ratificar en el Parlamento, por el que se aprueba el
Estatuto de la Agencia y donde se incluye, dentro de la estructura de
la propia Agencia, la dirección general de relaciones culturales y
científicas del Ministerio de Asuntos Exteriores. Estamos de acuerdo
con el portavoz de Convergència i Unió en que nos preocupa
extremadamente esta derivación a la política cultural, porque si el
plan director no nos ha dejado



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claro que las prioridades que usted ha mantenido como, por ejemplo,
la lucha contra la pobreza, las cuestiones de género o el medio
ambiente, que mantienen de forma muy clara en el plan director pero
que presupuestariamente no se ve que sean las cuestiones prioritarias
de la Agencia, la inclusión de esta dirección general viene a
contribuir a nuestra preocupación, entre otras cosas porque se
incluye en un órgano ejecutivo de la cooperación española, tanto en
cuanto a las competencias de la Agencia, que debería estar volcada en
las políticas de desarrollo y en la lucha contra la pobreza, como en
cuanto a sus interacciones con otros organismos, como por ejemplo el
Instituto Cervantes, o incluso en su ámbito territorial, ya que la
política exterior, cultural y científica se realiza también en países
que no pueden considerarse receptores de la cooperación española. Por
tanto, su explicación nos parece insuficiente. Entendemos que usted
tenga que defender esta inclusión, pero no estamos muy seguros de que
esto sea beneficioso para un instrumento, como es la Agencia de
cooperación, fundamentalmente de ejecución de políticas de
cooperación al desarrollo y con los objetivos que vienen marcados en
el plan. Además, nos parece sorprendente que se vaya a una
integración de instrumentos y de direcciones generales en la Agencia
cuando los más importantes siguen en manos de otros departamentos
ministeriales -me referiré a ello más tarde-, y no tengo que decir
con claridad de qué departamentos hablo. Usted ha querido mostrar que
la sensibilidad del Ministerio de Hacienda hacia la Secretaría de
Estado de Cooperación ha sido importante. Nosotros no lo consideramos
así. La sensibilidad del Ministerio de Hacienda hacia sí mismo y las
formas de cooperación internacional que lleva a cabo son evidentes;
su sensibilidad hacia la Secretaría de Estado de Cooperación no lo es
tanto, señor secretario general.

Hablaré, en primer lugar, de un tema que no se ha tratado: la deuda
externa de los países más pobres o en vías de desarrollo. Enmarcar la
política de deuda externa en el ámbito de la cooperación al
desarrollo no sólo respondería a las recomendaciones del CAD -el
Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE-, que ante la evidencia de
que el endeudamiento externo constituye un grave obstáculo para el
desarrollo computa como ayuda oficial al desarrollo la reducción que
cada país realice de la deuda acumulada, sino que sería, además, la
aplicación y desarrollo adecuados de los artículos 11 y 28 de la Ley
de cooperación, que contienen referencias expresas al tratamiento y
condiciones de gestión de la deuda externa como instrumento de esta
política. Desde la atención que requieren las distintas
características político-institucionales de cada país endeudado,
sería necesario impulsar iniciativas de condonoción en unos casos y
conversión de deuda por inversión en otros, especialmente inversión
pública en desarrollo humano: educación primaria, igualdad de
géneros, sanidad básica, medio ambiente, es decir, los objetivos
prioritarios que teóricamente debería tener la Agencia de
Cooperación. Así garantizaríamos su coherencia con las políticas y
realidades concretas de los países objeto de la ayuda.

Usted sabe que mi grupo parlamentario ha solicitado la creación de
una subcomisión en el seno de esta Comisión para analizar la
posibilidad de reducción y condonación de la deuda externa de
determinados países en vías de desarrollo e impulsar las medidas
necesarias para hacerlas efectivas. Esta deuda se ha venido
gestionando, como en buena parte de los Estados occidentales, como
una cuestión eminentemente financiera y, por ello, la toma de
decisiones está en manos del Ministerio de Economía. Una parte de la
deuda es cobrable, los deudores pueden hacer frente a ella, en las
condiciones actuales o renegociándolas; otra es cobrable parcialmente
canjeando parte de la misma por inversión productiva, pero estos
casos no son nuestra preocupación. Nuestra preocupación se orienta
hacia aquellos países en que la deuda ha sido hasta ahora una
política de mínimos basada en los acuerdos multilaterales del Club de
París. La ausencia de un tratamiento bilateral ha dificultado la
puesta en marcha de una política propia de condonación y conversión,
articulada y coherente con el conjunto de la ayuda oficial al
desarrollo. Son escasas las operaciones de conversión de deuda por
inversión en desarrollo, vertiente de trabajo, en la que llevamos
retraso respecto a muchos otros Estados. Por eso dentro de mi
intervención, en la que se han unido varias preguntas y la solicitud
de creación de la subcomisión, quiero dejar claro que queremos la
creación de dicha subcomisión dentro de la Comisión de Cooperación
Internacional.




El señor PRESIDENTE: Si me permite un momento la portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, está usted anticipando el debate de un tema
específico e importante que está en el orden del día.




La señora BLANCO TERÁN: Sí, pero lo quería integrar dentro de la
comparecencia.




El señor PRESIDENTE: Está en su derecho, pero también ha de
comprender que las intervenciones del compareciente se refieren
básicamente a lo solicitado por los grupos Socialista y Popular, sin
introducir cuestiones nuevas.




La señora BLANCO TERÁN: No es una cuestión nueva. En esta Comisión
está planteada la creación de una subcomisión.




El señor PRESIDENTE: En efecto y posteriormente será objeto de debate
y votación. Lo decía, sobre todo, a efectos de aclaración del
compareciente.




La señora BLANCO TERÁN: Es difícil no mencionar esta cuestión en una
comparecencia que queremos



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que sea genérica y en la que hemos incluido todas las preguntas del
portavoz de la Comisión.




El señor PRESIDENTE: Puede continuar, señoría.




La señora BLANCO TERÁN: Voy a pasar a otro tema que nos preocupa
especialmente, la ayuda humanitaria y de emergencia, que se ha
convertido en un instrumento emblemático de la cooperación española.

Decimos emblemático porque las imágenes de los aviones de la Fuerzas
Armadas cargados con ayuda de emergencia y preparados para despegar
con destino a un territorio asolado por la guerra o el desastre se
han convertido en un motivo recurrente de los medios de comunicación.

Sin embargo, la ayuda de emergencia como instrumento de cooperación
española tiene grandes carencias. La primera de ellas es la escasez
de recursos. La contribución de España al esfuerzo humanitario global
representa el 0,57 por ciento de la ayuda humanitaria y de la
emergencia bilateral total de los miembros del CAD. En los dos
últimos años, la cooperación descentralizada y la no gubernamental
han aportado más recursos que la del Gobierno central. Entre 1995 y
1998, la ayuda de emergencia representó el 1,5 por ciento de la ayuda
oficial al desarrollo bilateral, muy lejos del 5 por ciento del CAD.

Para el año 2001 ni siquiera se han presupuestado 1.000 millones de
pesetas, a pesar de las enmiendas de nuestro grupo, que intentaban
ampliar significativamente la dotación. Esta escasez presupuestaria
tiene como consecuencia además que cuando se presentan estos
desastres se producen desviaciones presupuestarias importantes -de
hasta un 300 por ciento- en perjuicio de otros programas y proyectos
de la ayuda oficial al desarrollo e incluso de proyectos de las
organizaciones no gubernamentales. Un ejemplo: en 1999, durante la
guerra de Kosovo, el entonces vicepresidente Álvarez-Cascos reconoció
haber sugerido a los directivos de la Confederación Española de Cajas
de Ahorros que los fondos particulares fueran ingresados en la cuenta
abierta al efecto por la Agencia de Cooperación Internacional, a
pesar de que existían otras cuentas de organizaciones no
gubernamentales; ¡sorprendente! No existen criterios de actuación ni
planes de contingencia definidos de antemano, lo que condiciona la
efectividad de la respuesta ante catástrofes humanitarias y limita la
eficacia de la enorme capacidad de solidaridad demostrada por la
sociedad española. Además, esta ayuda de emergencia suele vincularse
con la compra de bienes y servicios españoles, y ello supone a menudo
costes más elevados y retrasos. Por último, la unidad de ayuda
humanitaria de la Agencia cuenta con muy poco personal técnico y no
tiene especialistas en el terreno, con lo cual demuestra que estas
políticas adolecen de ausencia de compromiso continuado, de visión
integrada del ciclo desastres-desarrollo y de integración de otros
instrumentos de actuación a medio y largo plazo. La respuesta
ante las catástrofes humanitarias suele consistir en un modelo
que se ha definido por los expertos como Hércules + FAD, que no suele
resolver ni colaborar demasiado en la solución de los problemas que
dieron lugar a la catástrofe.

Otros instrumentos de la cooperación española tampoco están faltos de
carencias significativas. Los compromisos del Gobierno y los del
Partido Popular no se mantienen luego en el presupuesto ni en el plan
director. España destinó a la ayuda oficial al desarrollo en 1999 un
0,23 por ciento de su producto nacional bruto, lo que supone la caída
de una centésima en el porcentaje respecto a 1998. Por primera vez en
muchos años, España se sitúa por debajo de la media de los donantes
del CAD, que es el 0,24 por ciento -como usted sabe-, y sigue muy
lejos de la media de los países de la Unión Europea, que es el 0,31
por ciento. Aunque ha intentado responder al hablar del plan
director, me gustaría saber qué objetivos a corto, medio y largo
plazo se ha fijado el Gobierno para cumplir el objetivo del 0,7 de
producto nacional bruto para ayuda oficial al desarrollo. ¿Han
renunciado expresamente a cumplirlo? Nos gustaría obtener una
contestación más clara que la que se ha dado sobre un papel que lo
sostiene todo y que está lleno de buenas intenciones.

La atención de la ayuda española a los países más pobres sigue
estando en el último lugar de los países del CAD: el 0,02 por ciento
en 1998, junto con Estados Unidos, por cierto. Este hecho requiere
una explicación más razonable que la que se suele dar. El secretario
de Estado mantuvo que estos países no son una prioridad para la
cooperación española. Además, la calidad de la ayuda española deja
bastante que desear. España tiene los mayores niveles de ayuda ligada
de toda la OCDE, más de un 70 por ciento; ayuda ligada que además de
escapar sustancialmente del control y la coordinación del principal
órgano ejecutivo de la cooperación española -la Agencia-, supone un
sobreprecio cercano al 25 por ciento para el total de la ayuda
oficial al desarrollo. Entre los primeros países receptores de los
principales instrumentos de ayuda ligada, los créditos FAD, se
encuentran por ejemplo China, Venezuela, Indonesia o Turquía. ¿Cuál
es la explicación de estos incomparables niveles de ayuda ligada en
la cooperación española? El presidente del Club de Roma, el español
Ricardo Díez Hochleitner, cuya actuación no es dudosa en absoluto lo
explicaba de este modo -leo textualmente-: La cooperación
internacional se limita a menudo a una colaboración bilateral marcada
por intereses comerciales desconectados de la exigible ética de los
negocios. La cooperación solidaria o global, partnership, tiene que
ser reconocida de nuevo como del mayor interés no sólo para los
países menos desarrollados sino también para los más ricos si no
quieren ver rota la cohesión social en y entre los pueblos hasta
peligrar loslogros alcanzados y la propia paz.




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España y la Agencia siguen apostando por una visión fundamentalmente
empresarial de la cooperación, cada vez menos vinculada con su
objetivo primario, que es la lucha contra la pobreza. El ejemplo de
esto es el propio plan de cooperación aprobado por el Gobierno. El
plan elude buena parte de la doctrina internacional emanada en este
campo de instancias y organismos de los que España forma parte. El
plan dice en su título que fundamenta la cooperación en los
beneficios que su acción supone para el crecimiento y estabilidad,
tanto de los mercados internacionales como de la economía española.

Se insiste a lo largo del preámbulo en la necesaria vinculación que
debe existir entre la ayuda y promoción de los intereses económicos y
estratégicos españoles, mientras se relega a un segundo plano el
propósito básico que debe inspirar esta ayuda relacionado con la
lucha contra la pobreza y el subdesarrollo en sus muy diversas
manifestaciones.

Conviene resaltar que es el combate contra la pobreza lo que
justifica el esfuerzo de solidaridad que la sociedad española realiza
a través de su política de ayuda, al tiempo que es ese mismo
propósito el que legitima que se otorguen recursos concesionales a
los países beneficiarios en condiciones más favorables que las que
está definiendo el mercado. Se olvidan ustedes del esfuerzo que la
comunidad internacional ha venido desplegando a lo largo de estos
últimos tres lustros para generar un marco de doctrina convenido
sobre la cooperación al desarrollo, un esfuerzo que ha tenido como
propósito liberar a la política de ayuda de su más estrecha
subordinación a los intereses bilaterales del donante para ponerla al
servicio de un objetivo compartido de promoción al desarrollo, que
encuentra su fundamento en una cierta concepción de ciudadanía, de
compromiso con los derechos que asisten a las personas, incluido el
derecho al desarrollo, desde el reconocimiento de la diversidad, pero
sin ninguna discriminación por razón de género, raza, religión o
frontera. En su propio preámbulo vinculan toda la ayuda oficial a la
actividad empresarial. Podría parecer bien combinar sobre el papel la
lucha contra la pobreza con incrementar la cooperación empresarial;
queda ideal, incluso sobre el papel, pero esto no es así. Sabemos que
el volumen sustancial del sector privado español en Iberoamérica,
área principal de nuestra cooperación, es muy importante; incluso
afirman ustedes en el plan director que la presencia del sector
privado español en las economías iberoamericanas ha sido un dato de
importancia a la hora de elaborar una estrategia de cooperación.

¿Considera realmente que las empresas privadas protegidas por ustedes
van a hacer el trabajo que tiene que hacer la Secretaría de Estado de
Cooperación y la Agencia Española de Cooperación Internacional? ¿Van
a sustituirles en su acción exterior? ¿De verdad cree que estas
empresas invierten en el ser humano, como ustedes afirman, como
objetivo primordial para aliviar la pobreza en un marco de desarrollo
sostenible?
¿Es un ejemplo de esta forma de cooperar el desastre del Bío Bío
en Chile, a manos de una empresa española? (El señor Izquierdo
Juárez: ¡Pero qué barbaridad!) Ustedes podrán decirnos que no tienen
por qué hacerse cargo de lo que hacen las empresas españolas en
Iberoamérica, pero sí que deben ser muy importantes estas empresas
para ustedes cuando así lo recogen en el plan director, en el
apartado de Iberoamérica.

Su obligación, señor secretario general, como responsable político de
la Agencia de Cooperación Internacional es respetar los objetivos de
la ayuda oficial al desarrollo, lo que usted mismo ha dicho: la lucha
contra la pobreza, la igualdad entre los géneros, el impacto
medioambiental y mantener, sostener e incrementar la democracia en
los países más pobres. Esos son los objetivos en los que ustedes y
nosotros podríamos ponernos de acuerdo, pero ustedes mismos en ese
plan director mantienen una línea, es verdad que ambigua, pero muy
clara, que demuestra que sus prioridades se encuentran en otro lugar.

El plan es absolutamente decepcionante, lo ha dicho también
Convergència i Unió y nosotros lo mantenemos. A partir del año 2002
se prevé un estancamiento de los recursos gestionados por ustedes.

Además, si ustedes apuestan por la cooperación que pueden realizar
los empresarios privados, al menos deberían activarse medidas que
vinculen los intereses empresariales a objetivos y principios propios
de la cooperación internacional o establecer algún código de conducta
de las empresas que actúan en este ámbito. La intensa presencia de la
actividad empresarial en los documentos y políticas de cooperación
emanadas de este Gobierno contrasta con la escasa atención al
cumplimiento de los objetivos sectoriales vinculados a los
compromisos españoles en el campo de la cooperación.

Hay algo que no cuadra en el escenario que usted nos ha pintado. Si
usted nos cuenta que esas son sus prioridades y no habla de la
cooperación empresarial, ya que la ha soslayado, sólo y sin haberse
detenido en ver lo que supone la cooperación bilateral reembolsable
y la no reembolsable, parece que la cooperación española invierte en la
lucha contra la pobreza, en la cooperación de género, es decir, la
promoción de igualdad entre hombres y mujeres, y en el medio ambiente
todo el presupuesto de la ayuda oficial al desarrollo. Si nos
creyéramos esto, no estaríamos diciendo lo que estamos diciendo. Voy
a darle algunas cifras. Para el año 2001 sólo superan los créditos
FAD por valor de 52.299 millones los programas-proyectos por valor de
68.822 millones. La cooperación descentralizada, que usted no
controla directamente y que llevan a cabo las comunidades autónomas y
los ayuntamientos, se prevé por valor de 38.301 millones, más de la
mitad de los programas-proyectos.

Yo no sé si a estas alturas, y se lo digo con todo el respeto que
usted me merece, no deberíamos llamar aesta Comisión al señor
ministro de Economía y al señor



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ministro de Hacienda, de donde proceden los créditos FAD, porque
quizá nos podrían aclarar un poco más toda esta política y entramado
político-financiero y de cooperación internacional que ustedes se
traen entre manos. ¿Qué están haciendo en realidad en las variables
de género y desarrollo? En el plan director le han dedicado dos
párrafos. Prácticamente se conforman con meter sin más la variable de
impacto en los proyectos y con eso terminan. Las cuestiones de género
no son lo mismo que las cuestiones de mujer, entre comillas.

Comprender las cuestiones de género significa comprender las
oportunidades, limitaciones y los efectos de los cambios en la medida
en que afectan tanto a hombres como mujeres. Es el Banco Mundial el
que en su último informe mantiene que la desigualdad de género va
aniquilando las perspectivas de desarrollo y reducción de la pobreza.

Beijing y Beijing + cinco han abierto vías para avanzar en este
sentido y ustedes no las han seguido; las ONG sí. No vemos, señor
secretario general, dónde están. En el plan director, de verdad,
dedican dos párrafos a algo que consideran ustedes, como nos ha
dicho, absolutamente prioritario.

Hubo una proposición no de ley que se votó en este Congreso y que
instó al Gobierno a declarar como objetivos prioritarios y urgentes
que el 20, el 8 y el 25 por ciento de la ayuda oficial al desarrollo
bilateral fueran dedicados respectivamente al desarrollo social
básico, la educación básica y la educación en general. La falta de
estrategias específicas motiva, por ejemplo, que España dedique sólo
un 10,1 por ciento de la ayuda oficial al desarrollo bilateral a
sectores sociales básicos, un 2,3 por ciento a educación básica y un
10,9 por ciento a educación, muy lejos de los objetivos que aprobó
esta Cámara: 20, 8 y 25 por ciento, respectivamente. Además, el 66
por ciento de los recursos de la ayuda oficial al desarrollo en
educación se dirigen a países de renta intermedia, frente a un 14,5
por ciento en el caso de los países de renta baja, y España sigue
constituyendo un paradigma de los países en los que la práctica de
ligar la ayuda marca una desviación de los recursos hacia la
educación superior. Usted ha hablado de ello, del programa de becas,
etcétera, que con la incorporación de la dirección general se
incrementará, supongo, en detrimento de la ayuda oficial al
desarrollo. En fin, usted ha hablado de presupuesto, pero lo que no
ha dicho es qué previsiones presupuestarias tiene el Gobierno para
cumplir esta citada proposición no de ley, en qué lugar quedan y con
qué estrategias y dotaciones presupuestarias se pretenden cumplir los
compromisos de España, que usted no ha mencionado, en las
conferencias de El Cairo, Beijing, Copenhague, etcétera.

Voy a hacer un brevísimo repaso por sus prioridades geográficas, que
serían las nuestras si fueran contempladas de una manera diferente.

Al Magreb dedican otros dos párrafos. Esta es la zona de donde
proviene la
mayor parte de nuestra inmigración irregular. El plan Greco, de
inserción e integración de inmigrantes, plantea el codesarrollo y lo
plantea su proyecto de ley de extranjería como una de las bases
fundamentales en la lucha contra la inmigración irregular, y dentro
de lo que sería un pacto global de Estado por la inmigración: ni una
sola mención a este tema. Es una zona donde necesitamos cooperación
intensiva, donde debemos ayudar a crear condiciones estructurales que
ayuden a su población a no jugarse la vida para llegar a nuestro
país. A esa zona le dedican exactamente 5.544 millones, entre
Marruecos, Mauritania, Túnez, Argelia y la población saharaui; no es
un montante importante para algo que parece un problema de Estado
como es la inmigración. Sin codesarrollo, la inmigración irregular
seguirá aumentando cada vez más. La palía, no la resuelve. El
codesarrollo es fundamental para tratar los temas de inmigración,
sobre todo la irregular. ¿Así vinculada a la acción exterior de
nuestro país se hace la política de Estado en cooperación al
desarrollo? No lo parece si además añadimos los créditos FAD que han
tenido que devolver Marruecos y Túnez, y los han devuelto.

La falta de tiempo, porque yo creo que se me está terminando, no sé
cuanto me queda…



El señor PRESIDENTE: El tiempo de que dispone S.S. sabe bien que está
en función del orden del día, no porque lo diga esta Presidencia.




La señora BLANCO TERÁN: No voy a entrar en la ayuda oficial al
desarrollo en Oriente Medio y a África subsahariana, cuya dirección
general ha desaparecido hacia Europa central y oriental. Podríamos
aplicar la misma crítica que hemos hecho a la clara falta de
equilibrio entre la ayuda oficial al desarrollo y la potenciación de
la presencia de la empresa privada española en esas regiones, con
excepción quizá de Europa central y oriental, presencia que tenía un
objetivo claro de mantenimiento del proceso de paz en los Balcanes y
así hay que reconocerlo. Me gustaría detenerme brevemente en un
aspecto muy importante de la cooperación española, que es la que se
realiza a través de los organismos multilaterales, que durante la
década que ahora finaliza ha supuesto entre un 25 y un 30 por ciento
de la ayuda española. Sin embargo, se ha caracterizado por la
ausencia de políticas y criterios para decidir y evaluar su destino.

Ustedes mismos lo reconocen en el plan director. Sería necesario
establecer estrategias globales de los diferentes departamentos que
participan en estos foros, estrategias de las que España carece.

Incluso en la Unión Europea llama la atención nuestra escasa
participación en los debates clave sobre los cambios en el sistema
europeo de ayudas, salvo para defender el mantenimiento de recursos
destinados a Iberoamérica. Esa es nuestra única presencia. Es
responsabilidad del Ministerio de Asuntos Exteriores coordinar la
dispersa



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actuación de los diferentes ministerios, que ha tenido como
consecuencia un resultado carente de objetivos claros y muy poco
eficaz. ¿Se está avanzando realmente en la integración de estos
instrumentos en la política de cooperación española? Nosotros creemos
que no. No hay suficiente presencia de personal técnico español en
estos organismos y no se controla adónde va destinada la ayuda con la
que cooperamos a los organismos multilaterales. Me gustaría señalar
finalmente que aun cuando la aportación de España a los organismos
financieros multilaterales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, etcétera, es
modesta, la presencia, como decía, del personal español es todavía
más modesta, más escasa y, por tanto, España se encuentra todavía
ausente de las decisiones que se toman a nivel internacional en la
ayuda oficial al desarrollo.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora portavoz del Grupo Socialista.

Le ruego que en nombre de todos los miembros de esta Comisión
manifieste al señor Ricard Pérez Casado el deseo de que pronto pueda
reincorporarse a sus actividades parlamentarias.

A continuación, doy el uso de la palabra al portavoz del Grupo
Popular, don Pablo Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Señorías, en primer lugar, quiero dar la
bienvenida al secretario general de la Agencia, que lo es ya desde la
legislatura pasada, agradecerle su intervención y decirle, si me lo
permite la Presidencia -no lo digo como crítica sino simplemente como
observación-, que en esta Comisión de Cooperación nació por voluntad
de toda la Cámara como una Comisión importante, fruto de la Ley de
cooperación, donde se establecía que el Parlamento es uno de los
órganos rectores de la cooperación española. En ese sentido, era de
una gran importancia la creación por ley de una Comisión de
Cooperación, donde no sólo se hacen debates generales siempre que nos
reunimos, sino que se hacen debates concretos para el impulso de
políticas concretas. Digo esto no como crítica, sino porque la última
intervención de nuestra querida amiga y compañera Delia Blanco podría
obligarnos a hacer una intervención de política general, de política
de cooperación y eso es realmente difícil; algunos argumentos, señor
presidente, a fuer de no ser correctos, son fundamentalmente
erróneos, sobre todo en el manejo de cifras y datos. Voy a intentar,
al hilo de mi intervención, hacer algunas aclaraciones.

Fundamentalmente se trata de dos iniciativas, una de las cuales
corresponde al Grupo Parlamentario Popular. Imagino que como la
señora Delia Blanco no ha hecho ninguna referencia a la misma, estará
perfectamente de acuerdo con la política del Gobierno en materia de
apoyo a la cooperación no gubernamental. No puede ser de otra manera
porque es una política de extraordinaria
importancia, que además ha recibido un gran impulso en los
últimos años. Desde el Partido Popular pensamos, señorías, que la
cooperación internacional, además de ser una política pública, que lo
es, es también una política de Estado y es una política de todos; por
eso intervienen las organizaciones sociales, por eso interviene la
sociedad, por eso intervinenen muchos actores en la cooperación, por
eso la cooperación no es competencia exclusiva sólo del Ministerio de
Asuntos Exteriores, sino también de los ministerios de Economía
y Hacienda, Trabajo, Medio Ambiente, de las comunidades autónomas, de
los ayuntamientos. Hay muchos actores en la política de cooperación.

La propia política exterior intenta ser -si me permiten el término-
omnicomprensiva en la defensa de los intereses de España en el
exterior, que no son otros, señorías -como quedó bien claro en los
debates de política general que en este Parlamento tuvimos en la
legislatura pasada sobre la cooperación internacional-, que la
defensa de las libertades y de los derechos humanos, la lucha contra
la pobreza, etcétera. No son meramente palabras, yo no quiero hacer
aquí un discurso; es comunmente aceptado el impulso que se ha dado en
los últimos años por mérito de todos los grupos políticos en esta
Cámara -y quiero recalcarlo-, pero qué duda cabe que
circunstancialmente, si se me permite expresarme de manera modesta e
incluso humilde, coincide con el Gobierno del Partido Popular. El
presidente Aznar, señorías, es el primer presidente en la democracia
española, en esta joven democracia, que en un debate sobre el estado
de la nación y ya en su discurso de investidura establece una serie
de compromisos sobre la proyección exterior de España, la defensa de
los derechos humanos y las libertades; que en un debate sobre el
estado de la nación, un debate de política general, introduce un
apartado específico para la cooperación internacional para el
desarrollo. Entonces, en 1997, se comprometió a aquella Ley de
cooperación que demandaba desde hacía muchísimos años la sociedad
española y que no había tenido acomodo ni acogida positiva en
gobiernos anteriores. Tenemos esa Ley de cooperación, que no es una
ley milagro, que no es la panacea de todo, pero que establece una
serie de directrices generales y de impulsos que se están viendo. Uno
de ellos, señorías, es el importante incremento que ha tenido en los
últimos años el apoyo por parte del Gobierno a las políticas de
cooperación no gubernamental.




El secretario general nos ha ofrecido los datos de este ejercicio,
del año 2000. Esta comparecencia, señorías, es casi una comparecencia
de oficio, solicitada por el Grupo Popular. Nosotros esperábamos que
la hubieran solicitado todos los grupos parlamentarios, porque desde
que existe esta Comisión parlamentaria éstos preguntan siempre por la
convocatoria ordinaria de subvenciones a las ONG y por la
convocatoria delIRPF, y preguntan con mucha legitimidad, porque es



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una preocupación de los grupos parlamentarios apoyar las iniciativas
sociales recibidas del conjunto de los ciudadanos. En este caso nos
hemos encontrado con que ningún grupo parlamentario preguntaba y, por
lo tanto, ha sido iniciativa nuestra que el Gobierno viniera a contar
qué es exactamente lo que ha hecho. Hay un dato importante y es que
hay casi 1.000 millones de pesetas más de incremento destinadas a
políticas que realizan las organizaciones no gubernamentales. Este es
un primer dato de extraordinaria importancia sobre el ejercicio
anterior, porque el incremento que se ha producido en los últimos
cinco años es absolutamente relevante y si miramos hacia atrás, hacia
la primera convocatoria ordinaria de subvenciones a organizaciones no
gubernamentales, el incremento ha sido prácticamente exponencial -no
podía ser de otra manera-. Esto, señorías -vamos a ser claros y
precisos-, es mérito del Gobierno junto con todos, porque en eso
estamos todos.

Se han hecho algunas observaciones sobre la concentración y de que
ello no sirva para diseñar el mapa de la cooperación no
gubernamental. Yo no sé si servirá o no, pero la concentración
geográfica y sectorial de la cooperación española es una necesidad
que no solamente nace por impulso del Gobierno sino incluso de la
propia sociedad. Son las organizaciones sociales las que nos exigen a
quienes tenemos la responsabilidad que seamos eficaces en los
recursos públicos que manejamos. Si ustedes quieren, señorías,
podemos hacer aquí el debate de la utopía, que con ser un debate
bonito y gustarnos a todos es un debate muchas veces muy poco
práctico. España tiene que concentrar sus esfuerzos junto con toda la
comunidad internacional en los países donde su cooperación pueda ser
más eficaz, donde podamos combatir más eficazmente la pobreza. ¿O es
que alguno piensa, acaso, que España con sus solos recursos puede
desarrollar un programa global de lucha contra la pobreza y de
cooperación internacional para el desarrollo en todo el mundo? Pues
no. Otros países deben complementar la cooperación española y España
debe hacer una cooperación orientada hacia aquellos sectores donde
puede ser más eficaz. La comunidad internacional así lo reconoce. El
último examen sobre la ayuda al desarrollo español, elaborado por el
CAD, el del año 1998, es sustancialmente diferente al de 1994, donde
se evaluó una cooperación todavía un poco más joven, pero que era
responsabilidad del gobiernos anteriores, y donde -permítame, señora
Blanco- el palo que recibimos todos, porque me gusta considerar que
esta es una política de todos, fue tremendo.

Entre otras cosas, ha citado usted la deuda externa -luego
hablaremos, yo solamente haré un paréntesis- y créame, señoría,
cuando le digo que si la deuda externa, que tiene una importancia
relativa en la posición que ocupa España en este tema, es un
problema, es un problema de años, sobre todo con una utilización
desmesurada, no coordinada y absolutamente economicista
y mercantilista del crédito FAD. (El señor vicepresidente, Fariñas
Sobrino, ocupa la Presidencia.) Señoría, eso no lo hemos hecho
nosotros. En cuanto a los empresarios españoles, en una publicación
de esta semana se dice que éstos observan un descenso en los créditos
FAD y un parón al estímulo exportador de este instrumento. ¿Qué nos
está usted diciendo? Le puedo mostrar aquí otro cuadro. No pensaba
referirme a esto, pero ya que usted ha hablado de la deuda externa,
de la ayuda humanitaria, absolutamente de todo, en dos comparecencias
que querían ser concretas, ahora me obliga, con el permiso del señor
secretario general, a darle algunos datos. En esta gráfica que les
muestro figura la evolución de la ayuda bilateral reembolsable y no
reembolsable de España desde 1989 a 1998. En la columna que está en
negro se ve la importancia del FAD en la bilateral y en la columna
que está en blanco se ve la importancia de la cooperación no
reembolsable, la donación. Observará S.S. que la columna en blanco
empieza a ser superior a la columna en negro justo cuando el Gobierno
de José María Aznar llega al poder. ¿Por qué, señoría? Muy sencillo,
porque en el año 1994 el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE
hizo un examen terrorífico de la cooperación española. Nos
correspondió, por voluntad de los ciudadanos, gobernar y cambiamos
completamente esa política que ustedes habían impulsado. Señoría,
ustedes aplicaban -y, permítame, no es hacer oposición a la
oposición, es hacer memoria- rabiosamente el crédito FAD; tanto es
así que si dotaban de 80.000 millones de pesetas en los Presupuestos
Generales del Estado una línea de crédito, la utilizaban en su
totalidad. Pues de aquellos polvos vienen estos lodos, porque una
parte importante de la deuda externa española es la derivada de la
deuda concesional por la aplicación del crédito FAD. Por lo tanto,
señoría, yo siempre digo y más en esta Comisión que la cooperación
española tiene algunos problemas. Es una cooperación joven, que se
está desarrollando y consolidando. Se puede hablar ya de una cierta
madurez en la cooperación española. Me gusta hablar de que los
problemas son de todos, no de un solo gobierno. Yo creo que la
tendencia es radicalmente distinta a la que usted ha expresado.

Incluso aquellos que podrían estar muy contentos por el sesgo que
usted le da a la cooperación española no lo están, sino que están
extraordinariamente preocupados. Por lo tanto, no creo que sus
observaciones sean muy correctas.

Ha hecho S.S. una mención general a los porcentajes. Usted sabe que
la batalla de los porcentajes es falsa, sobre todo cuando se plantea
ahora en el año 2000 para minimizar que la cooperación española se ha
multiplicado por dos en los últimos cuatro años, sí, porque cuando
nosotros accedimos al Gobierno la cooperación española alcanzaba
158.000 millones de pesetas y hoy estamos en los 240.000 millones de
pesetas y se prevé en el plan director alcanzar los 306.000 millones



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de pesetas en esta legislatura, con lo cual se habrá duplicado. Usted
me dice que hubo un descenso del porcentaje; muy bien, pero ha habido
un esfuerzo de todos los españoles en la ayuda al desarrollo
muchísimo más importante en esta época que en épocas pasadas. Ese es
el debate, señora Blanco, se lo digo con todo el cariño. Los
españoles hoy, a través de los Presupuestos Generales del Estado, son
más generosos que en el pasado, porque hay un Gobierno, si me lo
permite, más generoso también en sus políticas presupuestarias.

Multiplica por dos el esfuerzo de todas las españolas y de todos los
españoles, porque no hay que olvidar que estos recursos salen del
esfuerzo público; por lo tanto, son recursos que los españoles
aplican. Se ha multiplicado por dos la cooperación; en pocos años, se
han multiplicado por dos las dotaciones a organizaciones no
gubernamentales y en pocos años además se está haciendo un esfuerzo
importante de concentración sectorial y de concentración por sectores
de nuestra cooperación.




No podemos más que compartir sus aportaciones, señor secretario
general, y animarle a seguir por el camino indicado, porque usted ha
calificado los recursos de la Agencia como adecuados, y nosotros
pensamos que es verdad. Podrían ser mayores, por supuesto, nos
gustaría a todos que fueran mayores, pero son los que son, y nosotros
pensamos también que son adecuados. Además, el diseño estructural de
las políticas de la Agencia que usted dirige tienen una
extraordinaria coherencia. Nos ha alegrado escuchar el comentario que
ha hecho al principio de su intervención al dar las gracias al
Ministerio de Economía por su sensibilidad con la Agencia Española de
Cooperación, y nos alegra escucharlo porque es verdad. Sabemos que en
épocas anteriores, cuando no tenía el Partido Popular la
responsabilidad del Gobierno, por decisión legítima de los
ciudadanos, esto no era verdad, y de hecho las discrepancias
profundas entre aquellos dirigentes de la economía y de la hacienda
española y la política exterior hicieron imposible, por ejemplo, la
Ley de Cooperación y tantas cosas. Sin embargo, ahora hay más
coordinación. Repito con claridad que para nosotros las políticas de
cooperación para el desarrollo que se impulsan están contenidas en la
ley que promovimos y aprobamos entre todos. Por lo tanto, no nos
digan lo contrario de lo que hacemos. ¿Que se ha hablado del plan
director? Pues claro, porque es fruto de esa ley. ¿Que el secretario
general de la Agencia habla en su intervención de cómo se van a
desarrollar sus objetivos, sus funciones, sus proyectos en los
próximos años e introduce los elementos del plan director? Pues
claro, ya era hora, efectivamente, ya era hora de que hiciéramos una
política adecuada a sus recursos, pero además coherente y coordinada.

Yo no tengo más que reconocer las aportaciones de los grupos
parlamentarios, porque no todo es mérito nuestro -si se me permite
decirlo-; recuerdo el artículo 4 de la Ley de Cooperación,
en el que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
introdujo el principio de coherencia que todos aceptamos, principio
de extraordinaria importancia para la cooperación española y que
define muy claramente lo que se intenta hacer; después, se podrá
acertar más o menos.

Decía antes que se habían manejado datos erróneos, y esto es así
porque decir a estas alturas que la importancia que España da a su
política de cooperación en cuestiones de emergencia y ayuda
humanitaria es muy pequeña en función de las partidas presupuestarias
que se dedican a la cooperación bilateral, permítame que le diga,
señora Blanco, no que es mentir, pero sí que no es hablar con la
propiedad que yo creo que S.S. tiene. Porque precisamente por
decisión de los legítimos gobiernos de España, la cooperación
española en este sentido es fundamentalmente multilateral, a través
de organismos internacionales. Usted no ha comprobado la parte de la
cooperación multilateral que se destina a la ayuda humanitaria y de
emergencia, y ¿sabe por qué es, señoría? Porque la cooperación
española, la que se hace ahora y la que se hacía antes es menos
interesada que la cooperación que hacen otros países, es más
solidaria. Porque España necesitaba normalizar sus relaciones
internacionales y estar de manera activa y presente en los organismos
internacionales, por apoyar el proceso democrático español en sus
inicios, etcétera, por todo eso ha quedado al final una cultura de
participación en organizaciones internacionales, Naciones Unidas,
Organización de Estados Americanos, etcétera, de extraordinaria
importancia. España coopera en operaciones de mantenimiento de la paz
y prevención de conflictos en sitios donde no tiene intereses
bilaterales, y eso es muy importante. Si el Comité de Ayuda al
Desarrollo de la OCDE establece en su informe sobre la ayuda española
en el año 1998 que la contribución de España, por ejemplo, a la
estabilidad y la gobernabilidad en Centroamérica es de extraordinaria
importancia para el conjunto de la comunidad internacional, digámoslo
así. Hace muy poco hemos celebrado los 25 años de la coronación del
Rey, y el Rey decía en la entrevista que emitió Televisión Española
algo que a mí, como historiador, me gustó escuchar porque lo he
comprobado muchas veces, que es que España tiene muchas veces más
prestigio fuera que dentro y que España tiene un extraordinario
prestigio. Y eso, señoría, es mérito de todos. Déjeme que le diga y
le repita que la cooperación es española, o sea, de todos, del
Gobierno, de las administraciones públicas y de la sociedad civil.

Nuestra aportación con ocasión de la catástrofe de los huracanes en
Centroamérica fue extraordinaria, la de la sociedad y la de las
administraciones públicas, con fallos, con aspectos mejorables, qué
duda cabe, y debemos sentirnos orgullosos de ser lo que somos:
duplicamos el conjunto de la ayuda internacional, superamos con
creces la de Estados Unidos, y no



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me parece razonable establecer dudas sobre esas situaciones para
hacer una crítica legítima al Gobierno.

Podría seguir haciendo una intervención de carácter global y general
al hilo de las intervenciones de otros portavoces, pero creo que no
debo hacerlo. Creo que el secretario general ha realizado la
intervención que se le había pedido en esta comparecencia, y nosotros
estamos plenamente satisfechos de los datos que ha aportado. No
estamos en ningún caso preocupados por que la reorganización de la
Agencia Española de Cooperación vaya a suponer una vulneración bien
de los principios de la Ley de Cooperación o bien de los principios y
objetivos establecidos en el plan director; todo lo contrario. Repito
que la clave es pensar que España tiene que hacer la cooperación al
desarrollo donde puede ser más eficaz, y si hemos de fiarnos por los
datos de las dos convocatorias, la ordinaria y la del IRPF, sobre el
peso de las prioridades geográficas y sectoriales de la cooperación
española, no podemos más que determinar que se están cumpliendo
escrupulosamente los objetivos del plan director. ¿Por qué España
hace más cooperación con Iberoamérica? Pues por muchas razones, pero
una de ellas es parlamentaria. Existe un gran consenso parlamentario
sobre el tema, y siempre que nos reunimos los grupos parlamentarios y
hablamos de esto no tenemos ninguna duda sobre el particular ni sobre
establecer comparaciones odiosas respecto a por qué nos dirigimos más
a América Latina y, dentro de América Latina, a los países más
pobres, pero también al conjunto de países que están en grados de
desarrollo intermedio, como lo estuvo España hasta el año 1995.

Porque hasta el año 1995 España era considerada por el Comité de
Ayuda al Desarrollo de la OCDE como susceptible de recibir ayudas.

Hasta el año 1995 éramos un país con desarrollo medio. Seguimos
actuando en bolsas de pobreza en países como Argentina y Chile o
Venezuela. ¿Dónde están las críticas? Hay que ir al proyecto; de ahí
la importancia de esta Comisión y de establecer debates concretos
sobre cuestiones concretas, sobre proyectos concretos. Si se hace con
claridad, no pasa nada. Pero la razón fundamental es que la sociedad
civil y las organizaciones no gubernamentales impulsan a este
Gobierno y han impulsado a gobiernos anteriores a que la prioridad
geográfica más importante de nuestra cooperación sea Iberoamérica. Y
el esfuerzo que se está haciendo por compensar y aumentar la
cooperación española con África subsahariana, donde España no tiene
interés bilateral y por lo tanto no hay que buscar ninguna razón, es
también importante. Qué duda cabe de que probablemente la cooperación
bilateral tenga que crecer algo más, y en esa idea de que crezca se
está. Pero en el conjunto de la cooperación bilateral y multilateral,
África subsahariana no sale muy mal parada. ¿Cómo no compartir las
prioridades sectoriales transversales de la cooperación española y
las prioridades concretas, si España tiene eficacia en la última de
las prioridades señaladas, que es la del buen gobierno, preservar las
libertades y los derechos fundamentales y hacer más efectiva la
democracia y la pluralidad? Pues sigamos haciéndolo, pero no es la
parte más importante. La parte más importante, aun no estando tan
lejos como en años anteriores de los objetivos del 20-20, es el
desarrollo social básico.

No puedo compartir -y con esto voy a ir terminando, aunque haré
alguna observación general-, con independencia de casos concretos que
pueden ser criticables y cuya crítica podríamos incluso asumir y
compartir nosotros, el planteamiento que la portavoz del Grupo
Socialista ha hecho sobre la participación de las empresas en la
cooperación española. Señoría, se lo voy a decir con mucha claridad.

Nosotros pensamos, y muchos de ustedes también, que las empresas
españolas pueden ser portadoras de valores, de derechos humanos y de
libertades allá donde operen y que la globalización tiene que ser
fundamentalmente una oportunidad para la libertad y para la lucha
contra la pobreza y las desigualdades. En ese sentido, el papel que
puedan jugar las empresas españolas en el exterior es de
extraordinaria importancia y muy eficaz si son capaces de aplicar,
como lo son muchas, la gran mayoría, esas prioridades transversales
en su proyección. Porque la Ley de Cooperación no la hicimos los
diputados para la cooperación pública, sino para el conjunto de la
cooperación española, y esos valores tienen que ser observados
también por las empresas. Le vuelvo a reiterar el principio de
coherencia al que todos estamos obligados. La responsabilidad será de
cada cual en cada caso concreto.

En cuanto a los créditos FAD y la ayuda ligada, señoría, el hecho de
que en determinados proyectos y programas se ligue el proyecto a la
compra de bienes y servicios españoles no es incompatible con que el
proyecto pueda ser bueno, ya que no tiene que suponer siempre un
sobreprecio. Es peor las centrales que se establecen en el norte de
Europa para comprar bienes y servicios a países desarrollados por
parte de organizaciones no gubernamentales españolas. De esto también
podríamos hablar, pero no, en este sentido la cooperación española es
extraordinariamente ejemplar, igual mejorable, pero
extraordinariamente ejemplar y una cooperación además bastante poco
interesada, incluso quijotesca, a juicio de algunos observadores
internacionales. Y esto yo creo que es un valor y no un defecto de la
cooperación española, no lo confundamos. Que el esfuerzo público
pueda revertir en bienestar para eliminar bolsas de pobreza y de
exclusión y marginalidad que todavía tenemos en España y poder
compatibilizar esas políticas no creo que sea algo malo. (El señor
presidente ocupa la Presidencia.)
Compartimos, y termino, señor secretario general, el esfuerzo que el
Gobierno está haciendo para modificar las bases de la convocatoria de
las organizaciones no



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gubernamentales en los tres aspectos que ha anunciado: la creación de
los convenios marco, la creación del contrato-programa y el
mantenimiento de proyectos, los tres instrumentos de acuerdo con la
cooperación bilateral española. Es importante que todo tenga que ver;
es importante, como usted ha dicho, que funcionen bien las comisiones
mixtas y es importante que se haga un esfuerzo coordinado y
compartido en relación con la cooperación. Se han ensayado muchas
cosas: la cláusula democrática, las cláusulas medioambientales, las
cláusulas sociales y sabe muy bien doña Delia Blanco que desde el
sur, desde los países pobres, muchas veces no se entendía la
preocupación del norte en ese tipo de cláusulas condicionales, ya que
pensaban que impedían su propio desarrollo por determinadas
cuestiones. Nosotros sabemos muy bien dónde está el punto de
equilibrio, pero hay una condicionalidad todavía más importante, que
es la corresponsabilidad, la obligación que tenemos los países
donantes de hacer corresponsables a los países del sur en su propio
desarrollo, y por eso el secretario general ha mencionado globalmente
preguntas que vienen después y que tendrán un tratamiento más
concreto, como el tema de las cumbres. No podemos mostrar más que
satisfacción por el hecho de que la Secretaría esté en España y
porque pueda haber además una política de cooperación para el
desarrollo coordinada en Iberoamérica, que para mí es un término que
siempre engloba España, Portugal y los países de América Latina. Me
gusta hablar de América Latina cuando hablo sólo de ellos y de
Iberoamérica cuando hablo de España y Portugal junto con ellos. Una
cooperación iberoamericana en la región y además con voluntad de
proyectarse. Cada vez son más los países latinoamericanos que, a
pesar de sus problemas, incluso de desarrollo, destinan recursos para
cooperar con otros países de su propia región y esto es muy
importante.




Me quedan muchas cosas por decir, ya que la intervención ha sido muy
global. Felicito al secretario general de la Agencia por su
intervención, constato el incremento de recursos y lo adecuado de las
políticas que se están aplicando y animo, si se me permite, al resto
de los grupos parlamentarios para que en el futuro intenten, aunque
no sea el motivo de esta intervención, un debate más ordenado, más
eficaz y más concreto, puesto que así nos lo demandan los que nos
pagan, que son los contribuyentes. (La señora Blanco Terán pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿A qué efectos pide la palabra, señora portavoz
del Grupo Socialista?



La señora BLANCO TERÁN: Por alusiones.




El señor PRESIDENTE: Si me permite que le diga, señora Blanco, es
inevitable que en cualquier debate se hagan referencias por parte de
los grupos parlamentarios.

En todo caso, estando hoy presente aquí una persona que no es
miembro de esta Comisión, el secretario general de la Agencia
Española de Cooperación, lo que procede a continuación, después de
haber intervenido los dos grupos que han solicitado la comparecencia,
al igual que el otro grupo que está presente, es escuchar de nuevo la
intervención del secretario general de la Agencia para que conteste a
las materias objeto de la petición de esta comparecencia o a lo que
él estime pertinente. Luego intervendrán en un turno muy breve los
grupos que solicitaron la comparecencia y los que estén aquí
presentes a efectos de matizar o puntualizar.




La señora BLANCO TERÁN: Si me permite, señor presidente, solamente
quiero aclarar un par de cosas antes de que intervenga el
compareciente.




El señor PRESIDENTE: Señora portavoz del Grupo Socialista, preferiría
que obviara esas dos cosas, salvo que se trate verdaderamente de una
cuestión de orden.




La señora BLANCO TERÁN: Es que es una cuestión de orden, por ordenar
un poco el debate, si me lo permite.




El señor PRESIDENTE: El debate lo ordena la Mesa y la Presidencia.




La señora BLANCO TERÁN: Muy bien, pues entonces que conteste el señor
secretario general. El portavoz del Partido Popular se ha referido
directamente a mí en su intervención, con lo cual preferiría que
contestara el secretario general.




El señor PRESIDENTE: Tendrá oportunidad de manifestar lo que tenga a
bien en el turno que posteriormente se conceda.




La señora BLANCO TERÁN: Muy bien. Mejor que conteste el secretario
general.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario general de la
Agencia Española de Cooperación.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Señor presidente, señorías, en
primer lugar voy, a responder a la intervención del representante de
Convergència i Unió. Quiero agradecerle la apreciación que ha hecho
del esfuerzo que el Gobierno viene haciendo en la concentración en el
número de las ONG y de países a los que destinamos los fondos de
cofinanciación. Esto es importante, sobre todo a la hora de conseguir
una eficacia en el empleo de los recursos y una capacidad de incidir
en los procesos de desarrollo. Esto es lo quevamos a tratar de seguir
haciendo en el nuevo sistema



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que estamos diseñando, que es el resultado de un diálogo y de la
inclusión de las distintas observaciones de los diferentes grupos,
especialmente de las organizaciones no gubernamentales con las que
hemos trabajado. Ayer celebramos un Consejo de Cooperación con los
representantes del Consejo, en el que se incluyen un número
importante de organizaciones no gubernamentales, explicándoles cuál
era este objetivo y cuál es el nuevo mecanismo de financiación.

Posteriormente, cuando tengamos totalmente definido el texto de las
nuevas bases, antes de su aprobación se lo haremos llegar al Consejo
de Cooperación y a las organizaciones no gubernamentales. En
cualquier caso, esto nos va a permitir ordenar toda la oferta de
cooperación al desarrollo, tanto la nuestra como la de las ONG, y
estamos dispuestos a gestionar bien no solamente el 75 por ciento de
los recursos que podrían ir a esos sectores de cooperación, sino
todos los recursos que nos encomienda el presupuesto y que nos
encomienda el Parlamento. Por tanto, en todos los casos hacemos y
haremos un seguimiento exhaustivo de los programas y proyectos y
velaremos por que esto sea coherente con la política gubernamental
española de cooperación para el desarrollo.

En cuanto a los recursos destinados para este programa, he de señalar
que, a pesar de las dificultades, ha habido un incremento continuo de
los recursos para cofinanciación con las ONG, y así se reconoce en el
presupuesto del año 2001. Como una anécdota personal les diré que
cuando yo entré en el Ministerio de Asuntos Exteriores en el año 1985
me encomendaron la gestión del programa de ONG, me la encomendaron
porque era recién ingresado y porque el presupuesto era poco
importante, 36 millones de pesetas. Estamos hablando, señorías, de
13.500 millones de pesetas, eso significa un esfuerzo importantísimo
y yo agradezco la observación que hacía el representante de
Convergència i Unió.

En cuanto al plan director, no voy a entrar en el debate, puesto que
será objeto de una comparecencia del secretario de Estado,
simplemente les diré (y aprovecho para hacer alguna alusión a alguno
de los criterios que ha aducido la portavoz del Grupo Socialista) que
se refiere a la inclusión de la Dirección General de Relaciones
Culturales en la Agencia. Yo veo que SS.SS. han utilizado algunos
argumentos que ya nos había hecho llegar la coordinadora de ONG. Como
regla general, la coordinadora de ONG y las organizaciones no
gubernamentales son actores importantes en la política de ayuda al
desarrollo, pero no son los únicos ni diría yo lo más importantes,
hay muchos que tienen una importancia igual porque estamos hablando
de una tarea compleja, como es la del desarrollo. Por tanto, nadie se
va a ver reflejado al cien por cien en un texto legal, en un texto
programático o en una reforma administrativa. Nosotros, como
Gobierno, tenemos la responsabilidad de llevar a cabo esta política,
esta reestructuración
y de buscar una fórmula jurídica y una fórmula
administrativa que nos permita gestionar de la mejor manera posible
los recursos que nos encomiendan los ciudadanos.

En este sentido, había dos alternativas a clarificar en una Agencia
de Cooperación al Desarrollo exenta de los elementos culturales,
porque, efectivamente, la Agencia ha venido desempeñando y
desarrollando una importante labor de cooperación cultural en los
países objeto de su competencia y podíamos haber optado por sacar
esas competencias fuera de la Agencia. La otra alternativa era,
aprovechando esta oportunidad, darle un concepto más global y más
comprensivo a la Agencia y además aprovechar las economías de escala
al incorporar una Dirección general adicional en la Agencia. Para el
Gobierno es muy importante tratar de ejecutar la política de ayuda al
desarrollo con el menor coste administrativo posible. Todo el dinero
que se va en costes administrativos es un dinero que no llega a los
beneficiarios de la ayuda. Yo estoy convencido de que esto va a
permitir mejorar la gestión de la ayuda oficial al desarrollo,
reducir los costes con la incorporación de una dirección general y
con la fusión de una serie de órganos que estaban repetidos o que
podían tener una repetición dentro y fuera de la Agencia. No
solamente eso es importante, sino que las funciones de cooperación
cultural, incluyendo las becas, incluyendo la cooperación educativa,
es parte integral de cualquier política de ayuda al desarrollo y,
sobre todo, de un país con una capacidad cultural y educativa como el
nuestro. Uno de los activos de la política exterior española y de la
política de cooperación española es que trabajamos con muchos países
con los que compartimos lengua, cultura y valores, y eso es un valor
añadido para toda esta política. Por tanto, uno de los apartados
importantes del plan director que he mencionado para la política
española es la inversión en el ser humano. Esa inversión en el ser
humano se hace a través de la educación, de la formación profesional,
de la lengua y de la cultura comunes y a través de la puesta en valor
de los activos culturales. La cultura no es solamente un objeto de
arte, que es importante, una obra literaria o un lujo para los países
desarrollados, sino que forma parte de cualquier proceso de
desarrollo y no se le puede negar a ningún ciudadano con distintas
categorías, con distintas formas de acceso a la cultura, este acceso
a la misma. Además de ser una parte importante de cualquier proceso
de desarrollo, la cultura es una industria, es una forma también de
promocionar y de mejorar las condiciones económicas y sociales de los
países. Por tanto, tiene una cabida perfecta dentro de las tareas de
la cooperación al desarrollo, y así lo reconoce el plan director en
su aspecto de inversión en el ser humano. En definitiva, la
reestructuración de la Agencia busca estas economías de escala, busca
esta disminución de los costes administrativos y busca unacoherencia
con el fortalecimiento del órgano principal



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de la política española de cooperación al desarrollo en un sentido
amplio, no solamente en la cofinanciación de programas de
organizaciones no gubernamentales, que es muy importante, sino que
tenemos una misión más amplia y general en la política de desarrollo.

En cuanto a la intervención de la portavoz del Grupo Socialista, hay
dos temas que no son objeto de esta comparecencia, como son todas las
referencias al plan director y a la deuda externa. Pero no quiero
dejar de señalar dos aspectos antes de entrar en el objeto de la
comparecencia. En primer lugar, este plan director es adecuado para
las necesidades de la política de ayuda al desarrollo, la Agencia
-como ya he expuesto en mi intervención- lo ha tomado como un
instrumento necesario y válido para llevar a cabo esta política y nos
va a permitir por primera vez tener un marco general de referencia
tanto desde el punto de vista de las actividades que vamos a llevar a
cabo como desde el punto de vista presupuestario, pues ha supuesto un
esfuerzo de concertación, de consenso y de participación de múltiples
actores y agentes de la política de cooperación internacional a
través del Consejo de Cooperación al Desarrollo, a través de la
Comisión Interministerial y a través de la Comisión Interterritorial,
que yo creo que es un gran logro de este Gobierno en esta legislatura
que nace. En cualquier caso, el plan director será objeto de una
comparecencia del secretario de Estado, que con mayor autoridad y con
mayor criterio podrá darles más precisiones.

En cuanto al tratamiento de la deuda externa, simplemente he de
señalar que está recogido en el plan director, es un tratamiento
positivo y activo de la deuda externa. El propio plan director en sus
presupuestos prevé unas cantidades importantes en condonación de
deuda externa por valor de 19.000 millones en el año 2001, 22.000
millones en el año 2002, 20.000 millones en el año 2003 y 21.000
millones en el año 2004. Es una tarea compleja la deuda externa y el
Ministerio de Economía está llevando una labor de concertación con el
Ministerio de Asuntos Exteriores en toda esta materia muy importante,
y no podemos olvidar la importancia que tienen los foros
multilaterales. No puede ser objeto de una política de deuda externa
una condonación unilateral sin tener en cuenta los distintos foros
multilaterales, y allí están las dificultades y las necesidades de
insertar la política española de deuda externa en la política
multilateral.

Les voy a poner un ejemplo muy claro, ¿qué hacemos con la condonación
de la deuda a países centroamericanos? Nosotros podemos tomar una
decisión fácilmente: condonemos la deuda a los países
centroamericanos después del huracán Mitch. Pero la política de deuda
externa significa que tenemos que condonar no solamente nosotros,
sino que países como Guatemala, Costa Rica y El Salvador tiene que
condonar a Nicaragua y Honduras. Una política de condonación de deuda
de Nicaragua y Honduras por parte de tres países
que son menos pobres, pero igualmente pobres, significa una quiebra
de los sistemas financieros de estos países que siguen siendo países
en desarrollo. ¿Qué ocurre con el Banco Centroamericano de
integración económica, que tiene una deuda pendiente importante con
los países socios, con países centroamericanos? Sucede lo mismo, no
podemos decir que, porque nosotros hagamos una acción o demos un paso
adelante, ya está solucionado el problema de la deuda externa en
Centroamérica. Es un problema complejo y en ello está el Gobierno
insistiendo. En cuanto a la creación de subcomisiones, soy respetuoso
con la separación de poderes y, por tanto, entiendo que no es objeto
de mi comparecencia y que es una competencia de esta Cámara.

Contestando a la intervención de la portavoz del Grupo Socialista, le
diré que estamos haciendo una política coherente de ayuda al
desarrollo como no se ha hecho en ningún momento. Tenemos una Ley de
cooperación del año 1998, aprobada en la pasada legislatura con un
amplio grado de consenso, tenemos un plan director que -insisto- es
el resultado de un diálogo y de un consenso con una gran cantidad de
actores y con una responsabilidad final, que es la responsabilidad
del Gobierno que lo aprueba en Consejo de Ministros y que lo traerá a
esta Cámara. Estamos haciendo un esfuerzo por que todos y cada uno de
los instrumentos que forman parte de la ayuda al desarrollo se
inserten en un todo armónico y tengan una mayor eficacia en la
política exterior española, en la política de ayuda oficial al
desarrollo española. En ese sentido, no podemos ver aspectos
parciales, no es que nos interesemos sólo por las empresas y no por
las ONG, una política que sólo se interesara en los aspectos sociales
básicos no sería coherente; por eso nos hemos dotado de un plan
director y de un marco general.

En cuanto a la ayuda humanitaria y ayuda de emergencia, nosotros
tratamos de hacer las cosas con los instrumentos y con los mecanismos
que tenemos en la Agencia de Cooperación, pero es que yo soy
contrario a darle una mayor importancia a la ayuda humanitaria.

Aveces, por la presión de los medios de comunicación, estamos
tendiendo a una idea mucho más importante del desarrollo a través de
las emergencias por ese show mediático al que nos someten la CNN y
las cadenas de televisión que mediante a los retos del trabajo diario
que una gran cantidad de agentes, de cooperantes, de empresarios, de
técnicos españoles están realizando por mantener una política de
desarrollo y una ayuda al desarrollo oficial y coherente. Por lo
tanto, si lo que hacemos es cambiar y decir que hay que reaccionar
ante las catástrofes, vamos a hacer una mala labor. Tenemos que
trabajar en la eliminación de la vulnerabilidad de estos países,
tenemos que trabajar en el momento de las catástrofes, pero no debe
ser ése el centro de nuestra atención.




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Respecto a eso de que son unas políticas de Hércules y FAD, si usted
tiene la ocasión de ver lo que hemos hecho en Centroamérica dos años
después del huracán Mitch, verá que es realmente satisfactorio. Hemos
construido escuelas, hemos conseguido soluciones habitacionales para
más de 5.000 familias, hemos realizado una gran cantidad de apoyo
sanitario, tanto de emergencia como de postemergencia y hemos
reorganizado el sistema educativo en Honduras. Todo eso con fondos no
reembolsables, además de lo que ya fue el trabajo del Ministerio de
Defensa en la primera emergencia, con la construcción de caminos,
puentes y distribución de ayuda de emergencia, y además de lo que se
está previendo con créditos blandos, que son claves para la
reconstrucción de la infraestructura. Lo mismo le puedo decir en el
caso de Mozambique. España fue uno de los países más volcados ante la
emergencia de Mozambique. Yo volvía de allí en avión , vía París,
después de las inundaciones, y le puedo decir que en la prensa
francesa no había ni una sola referencia a las inundaciones en
Mozambique. Estaban sorprendidos de que España, un país teóricamente
alejado de Mozambique y menos importante en la política africana,
hubiera tenido una respuesta como la que tuvo, superior a 10 millones
de dólares en ayuda de emergencia y una política que continuamos
todos los días. Les estaba señalando que en la política de
cofinanciación con las ONG, Mozambique ha subido enormemente porque
estamos inmersos en la reestructuración. Todo es mejorable,
evidentemente, y eso es lo que estamos haciendo dentro de la Agencia.

En el gabinete del secretario general de la Agencia hay una unidad de
emergencia que está elaborando en este momento un código de actuación
en materia de emergencia, porque somos conscientes de la importancia
que tiene la ayuda humanitaria en la política de cooperación al
desarrollo. No ganamos nada con tener un gran departamento de ayuda
de emergencia esperando a ver si ocurre una emergencia. Sepan ustedes
que todos los recursos y todas las capacidades de la Administración
española, no solamente de la Agencia, están dispuestas a socorrer
a un país amigo, a un país hermano en un caso de catástrofe, como hemos
hecho en Centroamérica, como hemos hecho en Venezuela o como hemos
hecho en Mozambique.

En cuanto al incremento de la ayuda oficial al desarrollo, quiero
insistir en que hemos hecho un gran esfuerzo presupuestario. Estamos
hablando de más de 248.000 millones de pesetas y vamos a llegar a
cerca de 300.000 millones de pesetas en el ejercicio próximo. Como
expresó el secretario de Estado en su anterior comparecencia, esto es
un poco lo de la botella medio llena o medio vacía. Si lo que
queremos es deprimirnos diciendo que no vamos a llegar al 0,7 por
ciento, podemos utilizar este objetivo; si lo que queremos es decir
que la sociedad española, el Gobierno es consciente de las
necesidades de desarrollo y es solidario con las políticas
de desarrollo, estamos en el buen camino y estamos haciendo un
esfuerzo cada vez mayor en esta materia. Pero es que además, estamos
haciendo una cooperación de altísima calidad y me propongo, desde la
Agencia, hacer un programa de evaluaciones que permita mostrar la
eficacia de la ayuda, porque no se trata solamente de las cantidades;
a veces, nos dejamos engañar por ellas. Yo les voy a poner otro
ejemplo que he vivido de cerca. El Banco Mundial está metiendo más de
cinco millones de dólares en el programa de reforma de la justicia en
Bolivia. El Gobierno español, a través de la Agencia, está llevando a
cabo un programa en torno a 20 ó 30 millones de pesetas al año. ¿Qué
ocurre? Que una política adecuada, con el concurso del Poder
Judicial, con el concurso del Ministerio de Justicia, con el concurso
de las universidades españolas, con la capacidad que tenemos de
influir sobre Bolivia, sobre el sistema jurídico, con la autoridad
que tiene la política española por la transición y las reformas que
España ha vivido, es mucho más eficaz que los cinco millones de
dólares que está gastando el Banco Mundial. Nosotros hemos conseguido
en mucho menos tiempo que la reforma del sistema procesal penal se
haga de acuerdo con el sistema español y con las orientaciones
españolas; hemos conseguido que el Consejo de la Magistratura,
equivalente al Consejo General del Poder Judicial, se haya hecho de
acuerdo con las orientaciones que les hemos dado, y hemos conseguido
que pongan en marcha un sistema de carrera judicial objetivo, que es
básico para el desarrollo, para la seguridad de las inversiones, para
la seguridad de las personas, para el respeto de los derechos
humanos. Por lo tanto, muchas veces no es una cuestión de dinero,
sino de calidad de la cooperación española.

Por lo que se refiere a la visión empresarial de la cooperación,
quiero recordar que en mi intervención sí he dicho que la Agencia
tiene un especial interés en fomentar la cooperación empresarial, y
eso no es incompatible con la solución de las necesidades sociales
básicas, ni con la inversión en educación, ni la inversión en medio
ambiente. Pero sí que estamos convencidos de que la inversión en el
sector privado -que es como lo he denominado- es fundamental para un
desarrollo sostenible a largo plazo. No hay nada peor que hacer un
hospital, una escuela, preparar un proyecto de desarrollo agrícola en
una zona alejada y que luego no haya capacidades propias locales para
sacar esos productos al mercado, para financiar esas políticas
públicas de sanidad, educación, etcétera. Por lo tanto, un entorno de
iniciativa privada, un entorno de crecimiento económico es
fundamental en esos países, y eso no es incompatible ni en el
preámbulo del plan director, ni en la política española de
cooperación al desarrollo, ni en la actuación de la Agencia Española
de Cooperación Internacional, con otras políticas que son también
precisas (necesidades sociales básicas, educación,medio ambiente,
etcétera).




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En relación con los países menos avanzados y de renta baja, tenemos
una política que también explicó el secretario de Estado y que hemos
llevado a cabo en todos nuestros foros y con nuestras iniciativas.

Nosotros estamos convencidos de que debemos concentrar los esfuerzos
(y así nos lo ha dicho el Parlamento) en la Ley de cooperación
internacional para el desarrollo y llevar a cabo una política de
lucha contra la pobreza desde un punto de vista amplio, como he
señalado antes, que es el que recoge la Ley de cooperación, así como
el plan director y las orientaciones de la política comunitaria
aprobadas en el último Consejo de desarrollo que tuvo lugar en
Bruselas el pasado mes de noviembre. Esta lucha contra la pobreza hay
que llevarla a cabo allí donde esté la pobreza, no solamente en los
países de rentas más bajas. Porque, si vamos a esa categoría,
podríamos gastar todos los esfuerzos de la ayuda oficial al
desarrollo en Bangladesh y en dos o tres países del África
subsahariana, pero seríamos absolutamente ineficaces porque esos
recursos no tendrían la misma eficacia y, en definitiva, no
estaríamos contribuyendo a la lucha contra la pobreza. Hay países
como Nicaragua y Honduras que no están calificados como PMA porque
les sobran 100 dólares de renta per cápita para estar por debajo de
los 500, pero sería una frivolidad decir que como tienen 600 u 800
dólares de renta per cápita, ya no son objeto preferente, o incluso
países como Perú o Marruecos, que están entre los 1.000 y 1.500
dólares de renta per cápita, cuando nosotros tenemos 16.000 o los
holandeses tienen veintitantos mil. Ese es un concepto, que nosotros
defendemos en todos los foros, que no debe ir vinculado a la realidad
de los países sino a la realidad de las sociedades; la ayuda a las
sociedades menos avanzadas debe ser ayuda a las sociedades y no tanto
a los países menos avanzados.

En cuanto a las organizaciones multilaterales y a la participación,
hemos hecho un gran esfuerzo de presencia española en ellos y no
solamente presencia por presencia sino presencia para influir.

Tenemos que ofrecer en estos organismos multilaterales el punto de
vista español, así como la participación y la responsabilidad de la
creación de las políticas que llevan a cabo estos organismos
multilaterales. En el caso de la Unión Europea tengo la satisfacción
de comunicarles que, dentro del gabinete de la Agencia, existe una
unidad para relaciones con la Unión Europea, que trabaja y que está a
disposición de las ONG, de las empresas y de todos los sectores
españoles que participan en la política de relaciones con la Unión
Europea; pero no sólo eso, estamos trabajando -y prueba de ello es el
último Consejo de desarrollo- en la elaboración de las políticas
comunitarias. Si ustedes ven el texto de las orientaciones
comunitarias del último Consejo de desarrollo, el país que más
influencia obtuvo en la participación y en la elaboración de este
documento, además de la Presidencia que tenía la obligación de
impulsar
este documento, fue España, no solamente en el apoyo a los países de
América Latina, que es muy importante y al que no vamos a renunciar,
sino también en qué tipo y en qué concepto de desarrollo estamos
propugnando. Incluimos los aspectos que decía antes de lucha contra
la pobreza en las sociedades y no sólo en los países, así como el
principio de buen gobierno y de responsabilidad democrática y la
exigencia de transparencia en la gestión de los fondos de
cooperación. Por lo tanto, estamos en línea muy positiva y muy activa
de todas las políticas multilaterales.

Finalmente, en lo que es el personal en organismos multilaterales
estamos llevando a cabo una larga tarea (que ya se inició en épocas
anteriores, pero lo estamos continuando ampliamente) de inserción de
españoles en organismos internacionales a través de los programas de
jóvenes profesionales en la Unión Europea, que se inició en el año
1988, en el sistema de Naciones Unidas y en otros organismos
internacionales con los que trabajamos. Además de eso, somos el mayor
contribuyente, el país que más voluntarios aporta al sistema de
voluntarios de Naciones Unidas. Todo eso es una labor de paciencia,
de sembrar, de preparar profesionales, de conocer los organismos y de
ganarnos al final esos puestos y esa presencia en los países, no por
un afán nacional, solamente egoísta, sino porque estamos convencidos
de que España puede influir de una manera muy positiva en la voluntad
de los organismos internacionales. Creo que he respondido a las
preguntas del portavoz socialista.

En cuanto al portavoz del Grupo Popular, he de agradecerle su
comprensión y su apoyo en esta política y decirle que la política
exterior es igualmente compleja, que tiene una parte importante de
acción política en sí, pero que la cooperación para el desarrollo es
un elemento importantísimo y consustancial de la política exterior
española; que en ella insertamos todo nuestro objetivo, nuestro
deseo, y es donde nosotros creemos que debemos ser útiles a la
proyección de España en el exterior. Pero es así no solamente, como
decía antes, en el caso de los organismos internacionales por un
interés de España, que sí que existe y que es relevante, sino por una
convicción de que nosotros podemos marcar diferencias en muchas
políticas de desarrollo y que la aportación generosa y general de
España de todos sus profesionales, de sus organizaciones sociales, de
sus partidos políticos (me parece que es muy importante la presencia
de los partidos políticos en la conformación de sociedades
democráticas), del sector judicial, del Parlamento, toda esta
presencia de España, muy compleja en la que nosotros tenemos una
parte coordinadora importante, toda esa presencia de España es vital,
no sólo para los intereses de España, sino para los de los países en
desarrollo.




El señor PRESIDENTE: Esta Presidencia, como convendrán conmigo, ha
sido ampliamente generosa a



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la hora de facilitar las intervenciones en cuanto a tiempo, incluso
en cuanto a materias a los portavoces de los grupos parlamentarios
que han hecho uso de la palabra, pero hay que tener en cuenta el
orden del día recogido. Procederé, a continuación, a dar la palabra a
los que así lo deseen, con el ruego de que sera con la mayor brevedad
posible, y en lo que mostraré la máxima firmeza. Tenemos después once
preguntas orales, además de las solicitudes de creación de
subcomisiones, con lo cual ustedes mismos también son conscientes de
que esta Presidencia no pretende imponer nada sino simplemente
introducir un poco de mayor racionalidad, si es posible, en el
debate. En cualquier caso, repito, daré de la palabra a los
portavoces que así lo soliciten, pero reitero que sea con la máxima
brevedad de tiempo, porque en caso contrario esta Presidencia
utilizará la facultad de cortar sus intervenciones.

Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) , tiene la
palabra el señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Muy brevemente.




Cuatro comentarios. El primero, señor secretario general, es sobre el
hecho de que el que sean 13.000 millones de pesetas los que
destinemos a la cofinanciación de programas a través de las ONG
obliga al Gobierno a que las nuevas bases de la convocatoria sean muy
consensuadas, con uno de los principales actores de la política de
cooperación al desarrollo. Nos está preocupando algún estilo del
secretario de Estado en su relación con las ONG. Nos preocupa su
estilo con relación a las ONG, y hablaremos con él de esta cuestión.

Segundo comentario, nos parece que la incorporación de la dirección
general de temas culturales a la Agencia es un error. Vamos a hacer
una petición de comparecencia para analizar lo que se ha hecho en
cumplimiento de una proposición no de ley, que aprobó esta Comisión
en la pasada legislatura sobre las cuestiones de educación infantil.

Vamos a ver si orientamos de verdad esta vinculación en los aspectos
educativos a lo que es un mandato de las Naciones Unidas. Usted no ha
respondido a nuestra reflexión sobre la desaparición de la
subdirección para el África subsahariana, ni tampoco ha hecho ninguna
mención a los aspectos de ayuda humanitaria y emergencia en la
estructura de la propia Agencia, ni un apunte tan sólo en esa visión
global que usted reclama, pero no deja de ser extraño que en el plan
director ni en su intervención en ningún momento se haya hecho
referencia a los temas de inmigración, que nos parecerían
primordiales y esenciales en la política de cooperación española.

Dos últimos comentarios, señor presidente. En el tema de la deuda
externa, y al margen del debate que luego realizaremos con la
petición de la subcomisión, lo que le está reclamando la sociedad
española a esta Cámara, al Gobierno, es liderazgo, por ejemplo, para
afrontar posiciones en el seno de los organismos multilaterales,
en el seno de los bancos adscritos al sistema de Naciones
Unidas, al club de París, etcétera; quiere saber qué posiciones está
manteniendo el Gobierno español en relación a la situación del
Ecuador, uno de los principales países originarios de la emigración
que ha llenado las calles de esta ciudad. Ayer nos decían que, por
ejemplo, en menos de dos años hemos pasado de 5.000 ciudadanos
ecuatorianos a cerca de 50.000, tan sólo en la ciudad de Madrid. ¿Qué
ha hecho el Gobierno español en el seno de los organismos que
gestionan la deuda para activar una acción solidaria hacia esa deuda?
Esta Cámara lo desconoce.

Una última reflexión. Al margen del debate sobre las cifras globales,
es un error contraponer cantidad a calidad. Lo que la Cámara y la
sociedad reclama al Gobierno es la cantidad, el 0,7, y la calidad;
fantástico que el proyecto en Bolivia esté funcionando y nos
alegramos todos mucho, pero eso no quita para que exista un
compromiso político y jurídico asumido por España de llegar al 0,7, y
por desgracia nos quedamos muy lejos de la previsión del plan
director. Eso no es que sea frustrante, es lo que hay.




El señor PRESIDENTE : Tiene la palabra la portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, Blanco Terán.




La señora BLANCO TERÁN: Muy brevemente también.

Agradezco la contestación del secretario general, quien en último
caso es quien comparece aquí, y no el portavoz del Grupo Popular, que
me ha contestado sobradamente a mi intervención. Así que no voy a
demorarme más en esta cuestión que me ha parecido un poco
sorprendente.

En primer lugar, quería decir muy brevemente una cosa. El
funcionamiento de esta Comisión impide la mayor parte de las veces un
debate genérico y general en el que se puedan abordar las cuestiones
de cooperación internacional. Así que, a la vista del funcionamiento
de esta Comisión, mi grupo parlamentario decidió incluir todas las
preguntas en una sola comparecencia e intentar hacer un debate de
política general de cooperación al desarrollo. El funcionamiento en
el pasado y en el presente de esta Comisión ha impedido casi siempre
hacer estos debates. Nos hemos mantenido en preguntas y respuestas
concretas que no añaden absolutamente nada a la visión global que
debemos tener de la cooperación internacional al desarrollo en
nuestro país que, como decía bien el portavoz del Grupo Popular y el
secretario general, es una cuestión de todos y para todos. Se ha
aludido sobradamente a que no he mencionado a las organizaciones no
gubernamentales y su papel activo en la cooperación internacional, y
no lo he hecho de forma expresa por una razón, porque probablemente
es la cooperación de dichas organizaciones, que se establece también
a través de la Agencia, la quemejor cumple los objetivos prioritarios
de lo que debería



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ser la cooperación internacional al desarrollo, los sectores que el
secretario general ha expuesto aquí anteriormente y que el plan
director recoge. Como son las organizaciones no gubernamentales de
verdad las que llevan a cabo la lucha contra la pobreza, el
mainstreaming en cuestión de género, el impacto ambiental y el
incremento del desarrollo democrático de los países menos
desarrollados, es por lo que no lo he mencionado. Efectivamente todos
nos congratulamos de que ojalá no se mantenga criterios partidistas a
la hora de establecer lo que son las convocatorias y los resultados
de las mismas, de ambas, la ordinaria y la del IRPF, en las
organizaciones no gubernamentales. De todas formas, señor secretario
general, yo entiendo su buena voluntad y además usted conoce
profundamente la cooperación española y no desde hace poco tiempo
sino desde hace mucho. Tiene usted una larga trayectoria en
cooperación internacional, y su papel en este momento ha sido
defender lo que es el marco de la cooperación internacional.

Le agradezco su contestación. De cualquier forma, no nos deja de
inquietar lo que hemos expuesto con anterioridad y que ojalá en esta
Comisión podamos volver a debatir en profundidad con usted, o con el
secretario de Estado, o con el propio ministro de Asuntos Exteriores,
que en algún momento debiera comparecer ante esta Comisión, porque la
cooperación internacional forma parte de la acción exterior de
nuestro país.




El señor PRESIDENTE: Antes de dar la palabra al portavoz del Grupo
Popular quisiera recordar que el orden del día de esta Comisión fue
fijado por unanimidad de todos los presentes en la reunión de Mesa y
portavoces, en la cual estuvo el señor Pérez Casado por el Grupo
Socialista; ese orden es sumamente exhaustivo. Ya he dicho
anteriormente, a pesar de que las solicitudes de comparecencia tanto
del Grupo Popular como la del Grupo Socialista eran bastante
delimitadas, que esta Presidencia ha sido generosa no sólo en cuanto
al tiempo sino al contenido de lo que cada uno de los intervinientes
ha tenido a bien formular. Desde luego, hay asuntos que pueden estar
pendientes, pero ante cualquier otra solicitud de comparecencia
-usted ha hecho referencia al ministro de Asuntos Exteriores- o
debate, como el que indudablemente va a tener esta Cámara a propósito
del plan director, esta Presidencia está segura de que en esta
Comisión no se hurta ningún tipo de debate sino que se intenta
confrontar ideas para que, a partir de ahí, entre todos se logre
avanzar.

Rogándole también la mayor brevedad al portavoz del Grupo Popular,
cedo la palabra al señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Se agradece la condescendencia del señor
presidente por cederme la palabra.

Aquí se está confundiendo un debate de orden con uno de fondo. Yo
pensé que se estaba haciendo un
debate de fondo. En cualquier caso, me parece a mí que la
contestación del secretario general de la Agencia Española de
Cooperación ha sido bastante mejor que la mía. Yo no he pretendido
contestar, sino seguir la misma filosofía que ha empleado la portavoz
socialista, que ha sido omnicomprensiva de todo (para mí es
completamente nuevo) y en la que creo que radica el error. Pero la
voluntad unilateral del Grupo Parlamentario Socialista es unirlo todo
en dos comparecencias completamente distintas y con temas
completamente diferentes. Esta es su decisión, yo no la comparto ni
la dejo de compartir, me parece bien porque ustedes la toman; yo
solamente digo que es una Comisión, como se ha dicho, muy larga,
donde hay temas concretos, que todos tienen que ver. Yo entiendo que
la iniciativa de los grupos lo es para tratar en profundidad, en la
medida de lo posible, temas más concretos. Me ha dado la sensación de
que se quería hablar un poco de todo.

Contesto a algunos otros intervinientes, si se me permite contestar o
por lo menos hablar dentro de la libertad de expresión y de la
cortesía parlamentaria. Sobre la cuestión de la inmigración yo siento
mucho que el Grupo Parlamentario Socialista no haya introducido ese
tema en este orden del día; lo ha hecho el Grupo Parlamentario
Popular, y hay una pregunta concreta del Grupo Parlamentario Popular
al Gobierno, que encarga al secretario general de la Agencia su
contestación, sobre la vinculación de las políticas de inmigración y
de cooperación para el desarrollo. Por tanto, según el orden del día,
está procesalmente después; posteriormente podemos hablar de ello. El
tema de la deuda, como se ha dicho por unanimidad está en tres
iniciativas, ninguna de ellas del Grupo Parlamentario Socialista;
luego se puede hablar perfectamente y de manera extensa de esta
cuestión. Señor presidente, aquí da toda la sensación de que estamos
rozando las cuestiones de orden con las de fondo. Que el Grupo
Parlamentario Socialista haya tomado la iniciativa de retirar sus
preguntas o de unirlas a la comparecencia que han promovido me parece
muy bien, yo digo, uniendo estas palabras con las finales de mi
intervención (para que se me entienda que son completamente de
cortesía) que este tipo de iniciativas no facilitan mucho el debate
parlamentario ordenado, aunque es voluntad del Grupo Parlamentario
Socialista hacerlo. Nuestro grupo entiende que todas las preguntas
que su grupo tiene formuladas no las van a realizar. Nosotros como
grupo parlamentario tenemos una serie de preguntas, a las que se ha
referido de manera general el secretario general de la Agencia, que
están incluidas y que formularemos.

Señor presidente, dos cosas para terminar. No sé a qué se ha referido
el portavoz del Grupo de Convergència en cuanto al estilo del
secretario de Estado; ni siquiera me encuentro yo en la obligación de
defender a nadie, pero me da la sensación de que si el estilo es de
diálogo vamos a coincidir. Podrá haber desacuerdos, y falta de
acuerdo, si se me apura, pero el diálogo es el



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estilo de este Gobierno, del secretario de Estado, y en conjunto del
Grupo Parlamentario Popular. El diálogo no es un fin, señor
presidente, sino un medio para alcanzar o no acuerdos, pero el
diálogo es importante.

Una referencia final. Cantidad, calidad, y yo me quedo con las
palabras muy oportunas del secretario general de la Agencia cuando ha
hablado del impacto de la ayuda y el ejemplo que nos ha puesto sobre
lo importante que es un proyecto de veintipocos millones de pesetas
en Bolivia, creo que ha dicho, y lo ineficaz que puede ser un
proyecto de cuatro o cinco millones de dólares para el mismo tema en
Bolivia. Qué importante es entender esto para saber, corroborar y
afirmar con él que la cooperación española se está distinguiendo en
el ámbito internacional por ser de una gran calidad. Algún experto en
cooperación al desarrollo dijo en un foro, que fue parlamentario
porque se celebró en este Parlamento en la legislatura pasada -me
estoy refiriendo al profesor José Antonio Alonso-, en la siempre
polémica cuestión de los porcentajes y de las cantidades, que iba
siendo hora de que la comunidad internacional empezara a evaluar su
esfuerzo a favor del desarrollo y de la lucha contra la pobreza, en
su sentido más amplio, en todas sus manifestaciones, por el impacto
de lo que hace, no solamente por los recursos que se aportan; porque
la cantidad no lleva aparejada la eficacia, aunque qué duda cabe que
es importante, y más en un país de una cooperación bastante reciente.

Nosotros, con él y con el criterio del propio secretario general de
la Agencia, no le concedemos más importancia a una que a otra.

Pensamos que todo tiene importancia; el prestigio de la cooperación
española entre todos tenemos que mejorarlo pero también
salvaguardarlo.




El señor PRESIDENTE: Por último, y por lo que se refiere a lo que son
estrictamente las comparecencias, tiene la palabra el secretario
general de la Agencia.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (AECI) (Gracia Aldaz): Señor presidente, muy brevemente
voy a referirme a las observaciones del grupo parlamentario de CiU.

Efectivamente nos hemos comprometido a discutir con el Consejo de
cooperación y con la coordinadora de las ONG el texto de las bases de
la convocatoria nueva. Ese ha sido el estilo, el diálogo y la forma
de trabajar. También se ha referido al secretario de Estado, y yo no
creo que haya ningún responsable político que se haya reunido más
veces con las ONG, que a veces han de creer que es hasta pesado por
estar tantas horas discutiendo sobre los mismos temas; y no solamente
en reuniones de trabajo sino en un tono más distendido y más
agradable en almuerzos absolutamente informales, que nos han
permitido a unos y a otros expresar nuestros puntos de vista sin esa
rigidez y sin esa presión.

La emigración es objeto de una pregunta específica y por tanto la he
eludido en mis respuestas.

En cuanto a la lucha contra la pobreza, aprecio la fe que tiene la
portavoz socialista en las ONG. Yo las respeto, pero le puedo decir
que ningún país en el mundo, ninguno, se ha desarrollado gracias a la
ayuda de las ONG; eso es una hecho de la realidad. Los países se han
desarrollado por una conjunción de elementos y de factores que les
han permitido pasar de un estado a otro, o de una situación a otra.

Es muy importante la labor de las ONG, pero es altamente importante
la de los gobiernos en políticas públicas, en democracia, en derechos
humanos y en desarrollo. Es importantísima la labor del sector
privado, los flujos de inversión privada. Piense en el caso de
España; muy mal nos hubiera ido si no hubiéramos tenido esos recursos
externos. Es muy importante la apertura comercial, la capacidad y la
posibilidad de comercio; todo esto es importante en la política de
desarrollo. Las ONG hacen una labor yo creo que encomiable, unas
mejor y otras peor; estamos haciendo un seguimiento y mantenemos un
diálogo continuo con ellas, pero no podemos olvidar la labor que
lleva a cabo el Gobierno y los recursos que la Agencia destina a la
cooperación que llamamos oficial, que son altamente satisfactorios,
desde mi punto de vista.




El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias al secretario general de la
Agencia por su presencia hoy y por su exposición.

Antes de concluir con el secretario general, están pendientes las
preguntas. Conviene fijar cuáles subsisten, cuáles pueden
considerarse ya incluidas y cuáles puedan entenderse retiradas. A
esos efectos, tiene la palabra, en primer lugar, la portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista.




La señora BLANCO TERÁN: Hemos agrupado en mi intervención todas las
preguntas, excepto las que voy a enumerar: las que tienen número de
expediente 181/000253 y 181/000254, que se convierten en una sola
pregunta; mantenemos la número de expediente 158/000015, solicitando
de la creación de la subcomisión sobre deuda externa, y retiramos
para una comparecencia posterior la que tiene el número de expediente
181/000259.




El señor PRESIDENTE: Entonces, se mantienen únicamente las que
figuran en el orden del día con los números 9 y 10.




La señora BLANCO TERÁN: Efectivamente; más la creación de la
subcomisión.




El señor PRESIDENTE: Eso será objeto de un debate específico y
conjunto. ¿Por quién serán formuladas las preguntas?



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La señora BLANCO TERÁN: Por la diputada Clemencia Torrado.




El señor PRESIDENTE: Para ordenar la formulación de las preguntas,
tiene la palabra el señor Izquierdo, por el Grupo Parlamentario
Popular.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Tal y como figuran en el orden del día y
por su orden, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: En primer término, para formular las preguntas
números 9 y 10, del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra
doña Clemencia Torrado Rey.




La señora TORRADO REY: Buenos días, señor secretario general y
bienvenido a esta Comisión. (El señor Izquierdo Juárez pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Sí, señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Señor presidente, no creo que se haya
producido por acuerdo de Portavoces ni de la Mesa una modificación en
el orden del día. Por tanto, pido a la Presidencia que conserve el
orden de las preguntas, de modo que la siguiente -el punto 3 del
orden del día- es la de doña Ana Torme Pardo, sobre las políticas de
género.




El señor PRESIDENTE: De acuerdo, señor portavoz del Grupo Popular.

Pido disculpas al Grupo Socialista.




- DE LA SEÑORA TORME PARDO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO, SOBRE INFORMACIÓN DEL GOBIERNO SOBRE LAS ACTUACIONES DE LA
AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (AECI) EN MATERIA DE
GÉNERO. (Número de expediente 181/000180.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra para formular su pregunta, que
figura con el número 3 en el orden del día, doña Ana Torme Pardo.




La señora TORME PARDO: La política española de cooperación
internacional para el desarrollo se fundamenta en los principios de
defensa y promoción de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales, de la paz, la democracia y la participación ciudadana
en condiciones de igualdad para hombres y mujeres y, en general, en
la no discriminación por razón de sexo, raza, cultura, religión y en
el respeto a la diversidad. Por tanto, la defensa de la igualdad de
oportunidades o la no discriminación de la mujer constituye un
principio inspirador de la cooperación española al desarrollo;
y no sólo es un principio inspirador, sino que, además, es
una de las prioridades sectoriales y de esta manera se establece en
la Ley de cooperación. En el mismo sentido se ha pronunciado el
secretario general de la AECI en su anterior comparecencia y, así, ha
señalado que la actuación en materia de género no sólo es un área de
trabajo -una de esas prioridades sectoriales-, sino que también es un
principio vertebrador, Que es una línea horizontal de trabajo que ha
de integrarse en todos los programas y proyectos que se desarrollen.

Señor secretario general, en ese objetivo, que compartimos, de
desarrollar una política de cooperación que sea eficaz, una política
de cooperación que tenga cada vez mayor calidad, es imprescindible el
apoyo decidido a la igualdad de oportunidades para la mujer. Y no
sólo en cuanto al acceso al empleo, también en cuanto al acceso a la
formación y a la toma de decisiones en los distintos ámbitos de la
vida social y en el objetivo de luchar contra la pobreza.

Lamentablemente, hemos comprobado y seguimos comprobando que la
pobreza afecta de una manera muchísimo más incisiva a las mujeres y,
de hecho, podemos hablar de feminización de la pobreza. Ese apoyo
decidido que hay que dar lo está dando el Gobierno y su actuación lo
pone de manifiesto, aunque algunos grupos parlamentarios puedan
ponerlo en duda. En algunos de los datos que ha ofrecido en su
anterior comparecencia, hemos podido ver que ese apoyo es claro y
manifiesto.

No obstante, por la importancia que tiene para nosotros esta materia,
las actuaciones que se lleven a cabo para conseguir la igualdad de
oportunidades de la mujer en los países en vías de desarrollo,
quisiera que ampliara la información del Gobierno, que ya ha ofrecido
en parte, sobre las actuaciones de la Agencia Española de Cooperación
Internacional en materia de género; no sólo en lo que se refiere a
proyectos y recursos de la Agencia, sino también en cuanto a la
Unidad de Género a la que ha hecho referencia y que se ha constituido
en la Agencia Española de Cooperación.




El señor PRESIDENTE: El señor secretario general tiene la palabra.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Agradezco la pregunta porque creo
que es importante, como he señalado en la comparecencia anterior, el
papel de la política de igualdad de oportunidades para hombres y
mujeres. Así lo entiende la Ley de Cooperación y así lo entiende la
Agencia Española a través de la Unidad de Género que se creó en el
año 1997.

La Unidad de Género ha estado trabajando y trabaja en la
desagregación de los datos por sexos para recopilar la información
sobre todas las unidades, tanto en lasede central como en las
oficinas de cooperación. Esto



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nos ha permitido llevar a cabo una planificación de las actividades
en los ejercicios posteriores, de acuerdo con las doce áreas de
acción definidas en la cumbre de Pekín -pobreza, educación, salud,
violencia, conflictos armados, economía, poder y toma de decisiones,
mecanismos institucionales, derechos humanos, medios de comunicación,
medio ambiente y niñas-, e incorporar los mecanismos que permitan la
plena integración de la mujer en estas políticas de desarrollo.

En estos momentos estamos elaborando -y es uno de los mandatos de la
Ley y de desarrollo del plan director- una estrategia global que
incluya la situación en la política internacional y en los organismos
internacionales sobre esta materia y que nos dé unas guías y unas
pautas concretas de acción para los próximos cuatro años de vigencia
del plan director. Asimismo hemos incorporado el documento del CAD
-Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE- en cuanto a directrices y
guías de conceptos sobre la igualdad entre mujeres y hombres, que
está disponible en Internet, en la página web de la Agencia. Al cabo
de tres años de trabajo plasmado en distintos informes -hemos ido
elaborando informes anuales sobre esta materia- se evidencia una
ejecución presupuestaria en acciones en las que la mujer es
beneficiaria directa de más de 5.000 millones de pesetas anuales en
programas de cooperación multilateral, bilateral, becas, ayudas
a distintas convocatorias, proyectos cofinanciados con las ONG y otras
áreas de trabajo.

Simplemente querría añadir que éste es un trabajo, como señalaba al
principio, que no se debe ver solamente como acciones específicas.

Además, el enfoque no es sólo de mujer sino de igualdad de
oportunidades entre mujeres y hombres. Por tanto, tan importante es
la participación de los hombres como de las mujeres y tan importante
es la extensión de esta cultura de trabajo y de esta cultura en todos
los proyectos que llevamos a cabo. En esto contamos con la eficaz
colaboración del Instituto de la Mujer y con la eficaz colaboración
de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en esta
materia.




- DEL SEÑOR ZAMBRANO VÁZQUEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO, SOBRE INFORMACIÓN DEL GOBIERNO ACERCA DE LAS ACTUACIONES DE
LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (AECI) EN MATERIA DE
SANIDAD. (Número de expediente 181/000181.)



El señor PRESIDENTE: La siguiente pregunta del orden del día es la
que figura con el número 4, con número de expediente 181/000181, que
puede formular don Francisco Zambrano Vázquez.

El señor ZAMBRANO VÁZQUEZ: Señor secretario general, dentro de ese
eje vertebrador de las actuaciones de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, que, como usted ha señalado, es sin duda
la lucha contra la pobreza, coincido con usted en que la misma debe
entenderse no sólo y únicamente como la falta de ingresos y recursos
económicos sino incluyendo también en su definición la noción de
vulnerabilidad y factores tales como la imposibilidad de acceder a lo
que conocemos o denominamos necesidades sociales básicas, entre las
que, claro está, se encuentra la sanidad en toda su extensión, y más
concretamente el acceso a los servicios sanitarios. Con mucha más
razón sabiendo que todavía unos 700 millones de personas carecen
precisamente de acceso a los servicios de salud.

Por esto, y también por las características de los países a los que
dirige la Agencia su plan director de cooperación, con cifras
altísimas de mortandad tanto infantil como materna, con todavía
altísima incidencia de las enfermedades infecciosas, sobre todo las
que atañe a la salud reproductiva y a toda las de transmisión sexual,
me permito hacerle la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de actuaciones
lleva a cabo y tiene previstas la Agencia Española de Cooperación
Internacional en materia de sanidad?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Señoría, la salud es uno de los
elementos básicos del desarrollo y uno de los elementos que componen
el concepto de la satisfacción de necesidades sociales básicas que,
como he explicado, entra dentro de las líneas de actuación de la
política española de cooperación y especialmente de lo que es la
actuación de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Permítame que le diga que a este área hemos estado destinando más de
4.000 millones de pesetas del presupuesto de la Agencia anualmente en
los últimos años y que estas grandes cifras se distribuyen tanto en
Iberoamérica como en el resto de los países en los que tenemos una
política prioritaria de cooperación. En Iberoamérica esta
colaboración tiene ya una importante relación y un importante trabajo
desde el año 1984, como cuando comenzó el programa Contadora
sanitario, pero esta política se ha ido extendiendo de una manera
sustancial en los últimos años. Permítame que le ponga como ejemplo
de nuevo Bolivia, que entre este año y el año 2003 va a ejecutar un
programa intensivo de apoyo a la atención primaria de salud, familiar
y comunitaria, por un importe de cinco millones de dólares, y que
tiene una característica muy importante respecto a las otras
intervenciones que hemos hecho anteriormente. Este es un programa que



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se va a conciliar y que se va a complementar con el programa
financiero de créditos blandos, de tal manera que permita tener un
sistema de atención primaria de salud con esas características de
organización del sistema, de mejora de las postas de salud, de
formación de los recursos humanos. También se complementa con unos
hospitales y con un equipo hospitalario por la vía de los créditos
blandos que va a permitir en buena medida hacer visible al ciudadano
boliviano ese esfuerzo español en materia sanitaria, que va desde la
atención primaria hasta las atenciones de más alta complejidad. En
los países árabes y mediterráneos éste es un elemento importantísimo
y es una de las áreas prioritarias, en un caso como el de Marruecos,
y especialmente en los distintos hospitales de Tánger y Tetuán, en
los que estamos trabajando de una manera importante, siempre de
acuerdo con el Sistema Nacional de Salud, para evitar crear islotes
aislados de salud. Con relación al África subsahariana, qué les voy a
decir de los programas de atención primaria o de lucha contra el
paludismo, el sida y la amebiasis en Guinea Ecuatorial o los trabajos
en el Centro de Investigaciones y Enfermedades Tropicales de
Mozambique, que no solamente llevó a cabo esta labor en enfermedades
tropicales sino que fue el centro de referencia durante la catástrofe
de las inundaciones a principios de este año.

Esta colaboración en materia sanitaria quedaría corta sino
incluyéramos también los esfuerzos que España hace a través del
programa que la Agencia tiene establecido anualmente con la
Organización Panamericana de la Salud, al que destinamos más de 250
millones de pesetas al año con el Fondo Internacional de Naciones
Unidas para la Infancia, Unicef, con el Fondo de Naciones Unidas para
la Población, el Fenuap, y el trabajo con Naciones Unidas en materia
de sida, que suponen en conjunto una cantidad, en los dos últimos
años, de 1.400 millones de pesetas.

En definitiva, la labor en materia sanitaria es una labor importante,
en la que de nuevo contamos con el apoyo inestimable del Ministerio
de Sanidad y Consumo, con esa capacidad que España pone a disposición
de otros países con la colaboración de importantes organizaciones no
gubernamentales y con el esfuerzo financiero de la Agencia Española
de Cooperación Internacional, que tratamos de complementar con otros
esfuerzos.




- DEL SEÑOR DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR
EN EL CONGRESO, SOBRE INFORMACIÓN DEL GOBIERNO BOBRE LAS ACTUACIONES
DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (AECI) EN LOS
BALCANES. (NÚMERO DE EXPEDIENTE 181/000182.)
El señor PRESIDENTE: A continuación, don Gustavo de Arístegui formula
la pregunta número 5 del orden del día, que corresponde al número de
expediente 181/000182.

Tiene la palabra el señor de Arístegui.




El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Señor secretario general, estamos
hablando de una zona del mundo que, además de estar muy cerca del
corazón de Europa, por ser prácticamente el corazón de Europa, ha
adolecido de una secular inestabilidad, y estamos hablando también de
una región de Europa que no tiene problemas de pobreza por causa de
razones estructurales económicas. Nos estamos adentrando en el
problema de una región de Europa que, justamente por sus problemas
seculares de convivencia, su inestabilidad política y los sucesivos
conflictos que la han azotado, ha llegado a desarrollar, por decirlo
en los términos más irónicos posibles en esta Comisión, uno de los
problemas humanitarios más graves que se recuerdan en Europa desde la
Segunda Guerra Mundial.

En las situaciones límite que han vivido las poblaciones de los
Balcanes, los bosnios, los kosovares y otras minorías de esa zona,
han tenido la ayuda inestimable de las Fuerzas de mantenimiento de la
paz de diferentes países, entre ellos las españolas, que han actuado
de manera ejemplar. Por ello, y siendo muy breve, querría pedirle,
señor secretario general, que nos informase acerca de las actuaciones
que ha llevado a cabo, dirigido o coordinado, la Agencia de
Cooperación Internacional en la región de los Balcanes y muy
especialmente en la zona de Kosovo, puesto que allí es donde se ha
librado la enésima batalla de una larga guerra que dura ya muchos
siglos y qué tipo de coordinación y de complementariedad ha tenido
con los actores internacionales en el ámbito de la cooperación, así
como con las Fuerzas de mantenimiento de la paz, tanto españolas como
de otros países.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Efectivamente, esta es una de las
áreas de más reciente interés y de más reciente atención por parte de
la cooperación española, puesto que España, por razones geográficas y
por el desarrollo relativo que tenía esta región, no había tenido en
consideración la cooperación con la zona de los Balcanes. Y este es
uno de los ejemplos en los que se puede ver que el esfuerzo en
prevención de conflictos, el esfuerzo en democracia, el esfuerzo en
el respeto a los derechos humanos, el esfuerzo, en definitiva, en
gobernabilidad, es un esfuerzo que paga sus frutos y que da sus
resultados. La falta de ese esfuerzo, la falta de atención a estos
conflictos y problemas genera casos



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no de desarrollo sino de, si me permiten la palabra, desdesarrollo de
una situación en la que países que podrían tener un grado de
desarrollo aceptable, con una población educada, formada, con unas
condiciones europeas, situación geográfica, etcétera, se han visto
sumidos en las más bajas cotas del desarrollo y además con una
situación social explosiva.

España se comprometió, tanto, desde el año 1992 a través de las
distintas misiones de paz en el marco de Naciones Unidas como en las
misiones más recientes en el caso de Kosovo, bajo el amparo de la
OTAN, a tratar de contribuir en la pacificación y en la mejora de las
condiciones de esta región. En este sentido, BosniaHerzegovina es
considerado país prioritario de la cooperación, es la zona que más
directamente ha sufrido el conflicto y donde hemos financiado
proyectos por un valor superior a 3.600 millones de pesetas en los
últimos cuatro años. Este trabajo ha sido posible gracias al esfuerzo
conjunto de la Administración española, del Ministerio de Defensa, de
una manera muy importante, del Ministerio del Interior, con las
fuerzas policiales, y de las ONG y las distintas instituciones
españolas que han colaborado en una zona que nos podría parecer
alejada de nuestros intereses, pero que ha tenido un impacto muy
importante en la opinión pública, sobre todo a través del cerco de
Sarajevo y a través de la situación que vivió el país de Bosnia-
Herzegovina. Cual no ha sido mi sorpresa cuando en una reciente
visita a este país pude ver la altísima eficacia y la altísima
implicación de una gran cantidad de organizaciones no
gubernamentales, de sociedades, de instituciones españolas, en esta
región; el reconocimiento que estos ciudadanos de Bosnia-Herzegovina
tenían a la cooperación española, fundamentalmente a través de la
presencia de nuestro Ministerio de Defensa y de los soldados
españoles y la excelente colaboración que se manifestaba, tanto en la
parte política, a través de la Oficina del alto representante para
Bosnia-Herzegovina, la representación militar y la presencia militar
española e internacional, como elementos necesarios de colaboración
política militar con los esfuerzos de reconstrucción y atención
básica de este trabajo. Tuve ocasión de comprobarlo en una cena en la
que nuestro embajador reunió a todos estos españoles que estaban allí
y en donde se pudo poner de manifiesto ese esfuerzo solidario que la
sociedad española realiza cada vez que hay una crisis o cada vez que
hay una catástrofe. Se ha podido ver allí cómo la presencia de España
es importante, es reconocida y está jugando un papel importantísimo
en trabajos no solamente como la asistencia a los desprotegidos o a
las personas más afectadas por la guerra, sino también en proyectos
de desarrollo e infraestructuras, por ejemplo, el sector energético,
a través del IMG, el grupo internacional de reconstrucción, o como se
ha hecho a través de programas de reforma y de reestructuración del
Estado en la policía, en la justicia, en el sector de la
Administración
pública, y cómo en todo esto existía un interés general e importante
por la convivencia, por el ejemplo y por la capacidad que España
tiene en estos casos.

El otro punto de interés es Kosovo, que se vio sometida a la agresión
de Yugoslavia y que ha sido objeto de una ayuda española
importantísima en los últimos dos años. Se ha destinado una cifra
superior a 198 millones de euros, incluyendo la presencia de fuerzas
españolas en Kafor más todo el esfuerzo de reconstrucción después de
la guerra, esfuerzo que se continúa a través de organizaciones no
gubernamentales y a través de la presencia directa del Gobierno en
esta región. La Agencia ha financiado proyectos por valor de 2.500
millones de pesetas en Kosovo, de los cuales 1.400 millones se
dedicaron a convocatoria extraordinaria para proyectos de ONG.

Simplemente quiero confirmarle que estamos expectantes ante los
cambios políticos que se están desarrollando en la región; tenemos
esperanza en que estos cambios se traduzcan en una mayor estabilidad
y de hecho participamos en el Pacto de Estabilidad de los Balcanes,
coordinado por la Unión Europea, y estamos también ampliando nuestra
cooperación a Kosovo, a lo que es la República Federativa Yugoslava,
que va a ser, esperemos, un factor de unión, de estabilidad, de
cooperación, en vez de un factor de disensión y de desestabilización
en la región.FIN



- DE LA SEÑORA QUINTANILLA BARBA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN
EL CONGRESO, SOBRE INFORMACIÓN DEL GOBIERNO SOBRE LAS ACTUACIONES DE
LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (AECI) CON RELACIÓN
A LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE IBEROAMÉRICA. (Número de expediente 181/
000183.)



El señor PRESIDENTE: La siguiente pregunta es la número 6 del orden
del día, que corresponde al número de expediente 181/000183. Fue
presentada por doña Carmen Quintanilla Barba y va a ser formulada en
esta Comisión por doña Ana Guarinos López.

Tiene la palabra la diputada del Grupo Popular.




La señora GUARINOS LÓPEZ: Señor secretario, el pasado mes de
noviembre se ha celebrado la primera cumbre internacional de los
pueblos indígenas en la ciudad sagrada de Teotihuacán. Durante cinco
días, más de 500 representantes de los pueblos indios de América se
han dado cita en esta cumbre. Su objetivo era fortalecer las
relaciones entre los 45 millones de indios del continente a través de
un intercambio cultural. Más de 40 etnias de todos los países de
América se han reunido en esta cumbre con el propósito de decir al
mundo que los derechos de los indígenas son cercenados día a día.




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Por todo ello, señor secretario general, le voy a formular la
siguiente pregunta: ¿Cuáles han sido las actuaciones de la Agencia
Española de Cooperación Internacional con relación a los pueblos
indígenas de Iberoamérica?



El señor PRESIDENTE: El señor secretario general tiene la palabra.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Una de las labores que tuve la
ocasión de acometer en mi anterior puesto en la Agencia como director
general del ICI fue la elaboración de una estrategia para la
cooperación con los pueblos indígenas, que veíamos, por indicaciones
del Gobierno, que era uno de los elementos que nos faltaban en
nuestras relaciones con Iberoamérica, fundamentalmente la zona de
preferente atención y de importante presencia de poblaciones
indígenas. Y esta estrategia es el marco del que nos hemos dotado
para empezar a trabajar de una manera consistente, sin complejos, sin
rencores ni resabios, en nuestra relación con una parte importante de
la población de Iberoamérica.

Esta estrategia se basa en tres elementos que apuntaba de una manera
genérica en mi comparecencia. Uno de ellos es la importancia de la
participación de los pueblos indígenas en los foros nacionales e
internacionales de toda índole, porque nosotros entendemos que esta
participación es lo contrario al aislamiento, a la tugurización o a
la consideración de estas poblaciones como guetos y residuos
antropológicos, más que como poblaciones activas en su país. El
segundo eje básico es la promoción de programas y proyectos de
capacitación, formación y educación, prestando especial atención a la
educación bilingüe, a la formación de cuadros y líderes indígenas y a
la participación en medios de comunicación y nuevas tecnologías. Esto
lo hemos hecho en múltiples foros, pero permítanme que les señale el
esfuerzo continuado de la Agencia Española de Cooperación
Internacional en la participación de las comunidades indígenas en la
biodiversidad y la protección de los conocimientos tradicionales de
estos pueblos a través de la participación en el comité reflejado en
el artículo 8.J del convenio de biodiversidad biológica, en el que
han estado presentes las comunidades indígenas con el apoyo y el
esfuerzo del Gobierno español, porque coincidimos en considerar que
estos conocimientos tradicionales forman parte de la capacidad de
desarrollo que estas poblaciones tienen. Hemos trabajado en el
reconocimiento jurídico, tanto internacional como nacional, de los
derechos de los pueblos indígenas; hemos fomentado la presencia de
los pueblos indígenas en los medios de comunicación y su incidencia
en el desarrollo y hemos trabajado también en la colaboración no
bilateral sino a nivel regional iberoaméricano, a través de nuestra
participación en el
fondo para el desarrollo de los pueblos indígenas de América Latina y
el Caribe, creado en la segunda cumbre iberoamericana y al que España
ha aportado más de 650 millones de pesetas. Creo que esto es una
prueba del interés y del esfuerzo que la cooperación española pone a
favor de estas poblaciones, siempre en el entendimiento de que hay
que considerarlas como un elemento que contribuye a la capacidad de
desarrollo de las sociedades donde están, un elemento que la
enriquece y con el que hay que contar.

Volvemos a la participación social, a la participación política;
volvemos al buen gobierno y a la consideración de estas poblaciones
de pleno derecho, con derechos a la educación y a los servicios
sociales básicos, pero también con plena responsabilidad de
participación. Creemos que es el elemento que nos permite trabajar
y tener una interlocución yo diría que privilegiada, a través de los
distintos foros con las comunidades indígenas iberoamericanas y
también con los países, para ayudarles a ver estas poblaciones no
como un problema sino como parte de la solución de desarrollo.




- DEL SEÑOR CORTÁZAR ECHEVERRÍA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN
EL CONGRESO, SOBRE INFORMACIÓN DEL GOBIERNO SOBRE LOS PROGRAMAS DE
COOPERACIÓN EN EL MARCO DE LAS CUMBRES IBEROAMERICANAS. (Número de
expediente 181/000184.)



El señor PRESIDENTE: La siguiente pregunta es la que figura con el
número 7 en el orden del día y corresponde al número de expediente
181/000184; fue presentada por don Guillermo Cortázar y va a ser
formulada ante esta Comisión por don Pablo Izquierdo.

Tiene por tanto la palabra.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Señor presidente, con muchísima brevedad
-por la ausencia, por supuesto justificada, de don Guillermo
Gortázar-, y como quedaba enunciado en esa macrointervención global
tan extensa que hemos tenido, nosotros consideramos, y por eso
pedimos al Gobierno información, de extraordinaria importancia el que
la Secretaría permanente de las cumbres tenga su sede en Madrid y que
las cumbres iberoamericanas, que se celebran todos los años (una
iniciativa de reconocimiento internacional y de extraordinaria
importancia para España y para todo el continente iberoamericano),
intenten desarrollar un programa de cooperación interregional. En ese
sentido, señor secretario general, ¿qué información puede aportar
a la Cámara sobre los programas de cooperación en el marco de las
cumbres iberoamericanas?



El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Señorías,



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la verdad es que no quiero aburrirles con todas las cifras y datos de
los programas de cooperación iberoamericana que se han puesto en
marcha desde la primera cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, que
tuvo lugar en Guadalajara en el año 1991. Sí quiero manifestarles
algunas cuestiones. Una es que tenemos todavía un problema de
comunicar a la sociedad qué es lo que estamos haciendo en el ámbito
de las cumbres iberoamericanas, porque hay muchas expectativas que se
abrieron en la cumbre y es difícil hacer ver en esos foros tan
amplios y genéricos cuáles son los resultados concretos, pero existen
una serie de resultados tangibles que se traducen en más de 14
programas en marcha, con un amplio esfuerzo presupuestario tanto por
parte del Gobierno español como de los gobiernos que participan en la
Conferencia iberoamericana. De nuevo, un ejemplo: a los dos días de
la cumbre de Panamá tuve la oportunidad de inaugurar un acto del
programa de alfabetización básica de adultos en Nicaragua con el
ministro de Asuntos Exteriores; cuando éste vio la cantidad de
personas que participan en este programa de alfabetización de adultos
-más de 245.000 personas en Nicaragua- y cómo todas están pasando de
una situación de analfabetismo a otra de alfabetización que no sólo
les permite la alfabetización sino avanzar en sus expectativas
profesionales y personales, me dijo y repitió a los periodistas: Ayer
me preguntaban en Panamá qué hacemos, por qué nos reunimos los jefes
de Estado y de Gobierno, los cancilleres, en estas cumbres y hoy les
puedo dar la respuesta: esto es lo que hacemos. La verdad es que es
un trabajo enorme, que se mantiene y que es muy difícil de vender día
a día a la prensa, a los medios de comunicación y a las sociedades,
porque son programas que se iniciaron hace mucho tiempo, se pusieron
en marcha y requieren un esfuerzo continuado para seguir funcionando
pero que tienen unos resultados tan emocionantes o tan entrañables
como puede ser conseguir colaborar en la alfabetización de adultos en
países iberoamericanos. Ésta es una de las razones por las que se
constituyó la Secretaría de Cooperación Iberoamericana. Pensamos que
la Secretaría debe tener una doble función: por una parte, atraer
todas las iniciativas iberoamericanas de las sociedades españolas y
de los países iberoamericanos; pero, por otra, también debe tener una
labor de difusión, hacer presente a través de la personificación de
su secretario de Cooperación, del embajador Lozoya, de todas las
personas que participan en esta tarea, cuál es el esfuerzo de todos
los países en el ámbito iberoamericano y que, junto con los enormes
valores de concertación política, de discusión, de encuentro o de
foro político que tienen las cumbres iberoamericanas, tengan también
un reflejo en materia de cooperación. Esa es la tarea que los jefes
de Estado y de Gobierno han encargado a la Secretaría de Cooperación
Iberoamericana y esa es la tarea que esperamos que desarrolle en los
próximos años.

- DEL SEÑOR IZQUIERDO JUÁREZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE
VINCULACIÓN QUE REALIZA EL GOBIERNO DE LAS POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN
Y COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO. (Número de expediente 181/000185.)



El señor PRESIDENTE: La siguiente pregunta es la que figura con el
número 8 y corresponde a la 185, también formulada por don Pablo
Izquierdo Juárez.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Como quedó enunciado tanto en mi
intervención inicial como en la de otros portavoces, qué duda cabe
que la inmigración es una oportunidad para el desarrollo, y buena
prueba de ello es el caso de España. Eso enlaza con la idea del
secretario general, muy acertada, por cierto, de que la cooperación
es un conjunto de esfuerzos y es muy difícil determinar exactamente
qué factor influye más en su desarrollo. ¡Qué importancia tuvieron y
tienen en nuestro país tantos inmigrantes que, por necesidades
económicas y también en muchos casos por respirar libertad, tuvieron
que atravesar durante la dictadura nuestras fronteras y convivieron
durante muchos años con sus familias en una Europa desarrollada, en
una Europa en libertad, en una Europa en democracia! Yo soy de los
que piensan, señorías, que la vuelta de esos emigrantes a España
facilitó de manera extraordinaria el período de transición, la
Constitución española, la consolidación de las libertades y, en
definitiva, ese extraordinario desarrollo económico, humano y social
que España ha experimentado en los últimos 25 años.

La inmigración, qué duda cabe, es una oportunidad. No es exactamente
un problema, pudiendo convertirse los inmigrantes en agentes de
desarrollo en sus propios países. Su aspiración, por supuesto, es la
integración dentro del respeto a la diversidad cultural y a la
tolerancia de ideas y creencias, pero, más allá de la integración,
que desde luego nosotros compartimos, defendemos y propugnamos, está
el legítimo deseo de estas personas de volver a su país, a su tierra,
con recursos y además siendo portadoras de valores de democracia, de
libertad, de tolerancia y de desarrollo. En ese sentido, el Gobierno
aprobó recientemente el plan Greco, en el que se introduce la
vinculación de las políticas de inmigración y de cooperación para el
desarrollo.

Hay una idea que nosotros compartimos, que puede ser compleja de
poner en marcha pero que en su origen es acertada, y es que todos los
actores que tienen que ver con esta oportunidad de desarrollo que es
la inmigración tienen que intervenir para lograr la integración
y para intentar evitar que lo que es una oportunidad se convierta en un
problema. De esta manera, en ese plan queda diseñado un esfuerzo
conjunto de las diferentes administraciones públicas, siendo una
parte muy importante las políticas de codesarrollo. El origen de esta
idea es francés, tiene quien la apoya y tiene también



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sus detractores, ya que, en definitiva, regular estas políticas es
complicado. Ahora bien, yo me quedaría con la idea general y de fondo
de que la vuelta de estas personas a sus países de origen significa
un apoyo importante a las políticas de cooperación para el
desarrollo. De esa manera, estaríamos procurando un desarrollo
sostenible y compartido y, sobre todo, poniendo una pieza más, en mi
opinión importante, de ese principio de corresponsabilidad de todos,
donantes y perceptores, en el propio desarrollo de los países.

En este sentido, señor secretario general, sin más preámbulos, le
pregunto qué vinculación se hace de las políticas de inmigración y
cooperación al desarrollo hacia el futuro.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): La política española de
cooperación al desarrollo trata de fomentar el desarrollo en los
países con los que tenemos este tipo de relaciones. Por tanto, toda
la política de cooperación al desarrollo es un elemento que, en
alguna medida, contribuye a la ordenación o a la mejora de la
política migratoria, ya que ayuda, si tuviéramos éxito, a que las
poblaciones se asienten, dándoles oportunidades en su país de origen
para que no tengan que salir de él. Así pues, éste es uno de los
elementos generales de la política de cooperación al desarrollo, el
cual encaja perfectamente dentro de la política de una ordenación de
estas migraciones, haciendo de ellas algo positivo y un motivo de
oportunidad más que un problema en las relaciones entre nuestros
países y las poblaciones emigradas. En cualquier caso, hay que
relativizar todo esto y saber que hay unas limitaciones y que,
efectivamente, seguirá habiendo flujos migratorios.




Lo que nosotros estamos haciendo, de acuerdo con las orientaciones
del Gobierno, es colaborar, en el marco del grupo de trabajo del Plan
nacional de emigración, así como hemos colaborado, en relación con lo
que es la participación española en la Unión Europea después de la
cumbre de Tampere, en la elaboración de la política migratoria en el
seno de Lomé, algo que nos afecta de una manera importante por lo que
respecta a los aspectos migratorios, que ahora es la convención de
Cotonou.

Asimismo, estamos trabajando, fortalecemos y apoyamos las iniciativas
comunitarias de codesarrollo, sobre todo en la zona del norte de
África, el Magreb, Mauritania, etcétera, por la proximidad de
nuestras costas, tanto de Canarias como del sur de España. Pero es
que, además de eso, estamos trabajando de una manera importante y
consciente en los países que son emisores de cooperación: Marruecos,
Ecuador, Perú, algunos del
África subsahariana. En el caso de Marruecos, que es uno de los
países cuya emigración es más importante, ha sido el mayor receptor
de ayuda oficial al desarrollo en los últimos años y nuestra
cooperación en todos los aspectos ha puesto de manifiesto el interés
que España tiene en esta zona por lograr un desarrollo. Es más,
nuestra cooperación se concentra especialmente en la zona norte de
Marruecos, que es la más cercana a España y la que más influencia
tiene en la política migratoria entre España y Marruecos, con el
objeto positivo de ayudar con el desarrollo al arraigo de las
poblaciones.

En el caso de la República Dominicana, estamos trabajando de una
manera importante en proyectos generadores de empleo en la isla y lo
hacemos tanto en el sector rural como en el sector turístico, tanto
con la cooperación técnica española como a través de las inversiones
españolas, que son inversiones en el sector turístico que permiten
también un arraigo de la población, porque son inversiones intensivas
en mano de obra de población que va a trabajar allí.

Del mismo modo, estamos trabajando como creadores de oportunidades a
través del programa de microcrédito. Todavía no hemos podido cerrar
un acuerdo con Marruecos, lo hemos empezado a negociar; ése va a ser
uno de los elementos importantes; lo hemos hecho con Perú, con un
programa de más de 1.500 millones de pesetas, y ésas son las
políticas a medio y largo plazo que van a permitir, poco a poco, que
esta política de desarrollo vaya convenciendo, calando en las
sociedades y permitiendo que las personas que están en condiciones
más desaventajadas en estos países vayan encontrando oportunidades en
su país y, por consiguiente, vayan arraigando y teniendo una mayor
presencia en la economía del país. ¿De qué otra manera se puede
colaborar o se colabora? La formación de recursos humanos, con las
becas a capacitados profesionales, etcétera, es un elemento
importante, porque, cuando vuelven estas personas, en vez de ser una
fuga de cerebros, pueden desarrollar sus capacidades en su país y
pueden generar en él empleo y riqueza.




- DE LA SEÑORA PAJÍN IRAOLA (DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA),
SOBRE CONSTANCIA DE LA INCLUSIÓN EN LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL
ESTADO PARA EL AÑO 2001 DEL 4 POR CIENTO DE AYUDAOFICIALALDESARROLLO,
A LOS PROGRAMAS DE POBLACIÓN Y SALUD REPRODUCTIVA FIJADO EN EL
PROGRAMA DE ACCIÓN RESULTANTE DE LA CONFERENCIA DE EL CAIRO DE 1994.

(Número expediente: 181/000253.)



- DE LA SEÑORA TORRADO REY (DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA),



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SOBRE PREVISIONES ACERCA DEL AUMENTO DEL FONDO DE POBLACIÓN DE LAS
NACIONES UNIDAS HASTA EQUIPARARLO A LAS APORTACIONES DE LOS DEMÁS
PAÍSES DONANTES. (Número expediente: 181/000254.)



El señor PRESIDENTE: Por último, de acuerdo con lo manifestado por la
portavoz del Grupo Socialista, pasamos a las preguntas números 9 y 10
del orden del día, números 253 y 254 de expediente, para lo cual
tienen la palabra la señora Torrado Rey.




La señora TORRADO REY: Señor presidente, señor secretario general,
bienvenido a esta Comisión que, por la densidad de los temas que
estamos tratando hoy, se demuestra el interés que había en su
comparecencia. El mío y el de mi grupo están directamente
relacionados con las dos preguntas que le dirijo y que están basadas
en un hecho constatado: el de que las mujeres suelen ser las más
pobres entre los pobres.

Sabemos que estas mujeres tienen un papel vital en los países en
desarrollo. Si prestamos una especial atención a sus necesidades
básicas, productivas, sociales y reproductivas, serán un elemento
indispensable para la erradicación de la pobreza y la promoción de un
desarrollo sostenible.

En la confererencia de El Cairo se adopta un programa de acción de 20
años, de 1995 a 2015, en el cual se establece la necesidad de
movilizar recursos para cubrir adecuadamente los servicios básicos de
salud reproductiva. Por primera vez también, se contabilizó este
derecho: para el año 2000 era necesario destinar 17.000 millones de
dólares. Las dos terceras partes de esta cantidad corresponde a los
países en desarrollo y un tercio lo tienen que aportar los países
desarrollados. Estas estimaciones suponen que los países donantes
deben aportar el cuatro por ciento de la ayuda oficial al desarrollo
a programas de salud reproductiva.

España estuvo presente, participó activamente en esta conferencia y
fue uno de los 178 países que adoptaron de manera consensuada el
programa de acción resultante. Si bien éste no tiene una fuerza legal
vinculante, sí crea un marco de obligada referencia para futuras
acciones de España en materia de cooperación, lo mismo que lo son el
objetivo del 0,7 aprobado en octubre de 1970, en el plan de acción
del segundo decenio de las Naciones Unidas para el desarrollo, o la
iniciativa 20/20 aprobada en la cumbre de desarrollo social de
Copenhague de 1995, ambas recogidas también en el programa de acción
de El Cairo. Además, en 1999, en el foro internacional de La Haya
para la evaluación quinquenal del programa de El Cairo se subió el
listón del objetivo para dejarlo en el 5 por ciento de la ayuda y, a
falta de datos oficiales, que no los tenemos ni para el año 1999 ni
para el 2000, solamente contamos con los datos de 1998 y sabemos que
España sólo ha dedicado
el 0,37 de la ayuda oficial al desarrollo al cumplimiento de los
compromisos de El Cairo.

Por todo ello, señor secretario, quisiéramos que nos contestara a la
primera de nuestras preguntas, y es que si en los Presupuestos
Generales del Estado para el año 2001 se ha tenido en cuenta el
cumplimiento de este objetivo.

La segunda de mis preguntas es en relación con el Fondo de población
de las Naciones Unidas, al que España contribuye de manera voluntaria
desde 1994. El Fondo de población de las Naciones Unidas se creó en
1969 como el organismo más importante en esta materia, y es el
promotor de las conferencias internacionales sobre población
celebradas hasta la fecha; gestiona la cuarta parte de la asistencia
mundial de la población de los países en desarrollo y coopera con
ellos para mejorar los servicios de salud reproductiva y
planificación familiar, así como en la formulación de políticas de
población.

En los últimos años se ha avanzado en la calidad de vida de las
personas en los países en desarrollo, se ha desacelerado el
crecimiento demográfico, se ha reducido la mortalidad infantil y el
acceso a servicios de planificación familiar ha aumentado. Sin
embargo, algunos datos muestran que la aportación al fondo sigue
siendo insuficiente. Se estima que la mitad de los 175 millones de
embarazos que se producen en el mundo cada año no son deseados.

Anualmente se realizan 20 millones de abortos en malas condiciones;
de ellos, el 95 por ciento se realizan en países en desarrollo, lo
que supone la muerte de 200 mujeres cada día. La tasa de mortalidad
materna en los países en desarrollo es de 479 por cada 100.000
nacimientos, mientras que en los países industrializados es de 27
cada 100.000. La Organización Mundial de la Salud estima que 130
millones de mujeres y niñas han sido objeto de mutilación genital,
a consecuencia de la cual cada año miles de ellas pierden la vida y
otras muchas quedan afectadas física y emocionalmente.

El Gobierno español no ha mantenido en los últimos años una postura
especialmente favorable a aumentar las contribuciones a organismos de
Naciones Unidas al considerar que los niveles de gastos
administrativos eran excesivos, por lo que ha dado prioridad a la
ayuda bilateral. Así lo expresó el secretario general de la AECI,
Luis Espinosa, en su comparecencia ante la Comisión de Cooperación y
Ayuda al Desarrollo del Congreso de los Diputados el día 6 de mayo de
1997 al afirmar que las contribuciones al fondo tenían un gravísimo
problema: el coste de su gestión. Por ello, el Gobierno español se ha
mostrado más partidario de incrementar la aportación a programas de
población a través de la cooperación bilateral directa. Ese mismo
año, en octubre de 1997, el Congreso de los Diputados aprobó por
unanimidad de todos los grupos parlamentarios una proposición no de
ley en la que se instaba alGobierno español a incrementar la
aportación de España



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al fondo. Sin embargo, la cantidad destinada a estos fondos permanece
estancada en 60 millones de pesetas desde el año 1995, con la
incidencia de que, al abonarse en dólares, en realidad nuestra
aportación ha bajado de 490.685 dólares en 1995 a 431.270 en 1998.

Un atisbo de esperanza se nos abrió al escuchar al embajador
representante de España, Inocencio Arias, ante la sesión
extraordinaria de la Asamblea General de Naciones Unidas para revisar
el cumplimiento del plan de acción de la conferencia de El Cairo el
30 de junio de 1999. Leo parte de su discurso: Compartimos la
preocupación y la señal de alarma dada por la directora del Fondo
para la población sobre el descenso de los recursos básicos del fondo
y el impacto negativo que conllevará si dicho descenso no se corrige
en los diferentes programas nacionales que el fondo mantiene. Y
continuaba diciendo: Habida cuenta del impulso que esta sesión
especial ha dado al programa de acción de El Cairo y a la importancia
de los objetivos que nos hemos fijado, España considerará la
posibilidad de incrementar su contribución al fondo de población en
los próximos ejercicios. Nos encontramos en el puesto número 20 de
los 25 países contribuyentes al fondo.

Por ello, le formulo la siguiente pregunta: ¿Va a ser aumentado el
fondo de manera que sea equiparable a las aportaciones de los demás
países donantes?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL, AECI (Gracia Aldaz): Señoría, efectivamente, esta
cuestión de la salud reproductiva en el Fondo de Naciones Unidas para
las poblaciones hay que enmarcarla en el contexto de la política de
cooperación en materia de salud. Hay que recordar -como SS.SS.

conocerán bien- que se entienden por programas y proyectos de
población y salud reproductiva aquellas acciones que inciden de forma
individual o en su conjunto sobre alguno o todos de los siguientes
aspectos: política sobre población, gestión administrativa, atención
a la salud reproductiva, planificación familiar, lucha contra
enfermedades de transmisión sexual, incluido el sida, y la formación
de personal en la población y salud reproductiva. Esta es una de las
áreas -como he señalado antes- prioritarias de la cooperación
española. Ahora bien, querría llamar la atención de SS.SS., y
entiendo la preocupación por este tipo de problemas que son reales
-como ha señalado la portavoz del Grupo Socialista-, en el sentido de
que no podemos repartir ad infinitum la gran cantidad de sectores de
cooperación porque, al final, todo es prioritario y eso es contrario
al origen de la palabra prioritario y no sabemos a qué nos vamos a
dedicar. Esta parte, que la consideramos importante, la ponemos
dentro del contexto del gasto en salud, en buena parte, y, dentro
de ese contexto, es donde estamos llevando a cabo, a través de las
comisiones mixtas bilaterales, programas que contribuyen a los
programas de población y salud reproductiva. Lo estamos haciendo a
través de la financiación de organizaciones no gubernamentales con
proyectos importantísimos en distintos países, como Marruecos,
República Dominicana, etcétera, en materia de salud reproductiva y lo
estamos haciendo a través de organismos internacionales en la lucha
contra el sida, con Unicef, con la Organización Mundial de la Salud,
etcétera. Por tanto, existe un gasto importante de la Agencia y un
gasto importante de la ayuda oficial al desarrollo en programas de
salud reproductiva. Lo que ocurre es que, aunque se puede
discriminar, no podemos estar continuamente parcelando y tratando los
problemas de una manera específica o especial en cada caso.

Otra cosa es la contribución al Fondo de Naciones Unidas, al Fnuap.

Efectivamente, hemos incrementado la aportación porque, según los
datos que yo tengo, esta contribución voluntaria, que viene de los
fondos de contribuciones voluntarias a Naciones Unidas del Ministerio
de Asuntos Exteriores, este año ha significado una cantidad de 106
millones de pesetas. Lamentablemente, la fluctuación del dólar y del
euro nos afecta, pero habría que pedir un esfuerzo a los organismos
internacionales porque muchos de esos gastos no son en dólares y, por
tanto, tendríamos que buscar una contabilidad neutra en materia de
aportaciones. Nuestro producto interior bruto no varía, ni nuestra
aportación ni nuestros sueldos ni nuestra economía de acuerdo con el
dólar. Nosotros tenemos el mismo producto interior bruto,
lamentablemente, en este caso, pero gran parte del gasto de estos
organismos es en área no dólar y, por tanto, tampoco puede haber una
valoración diciendo: ustedes han perdido capacidad adquisitiva,
porque no en todos los casos es cierto. De todas formas, hemos
financiado dos plazas de jóvenes profesionales en el presupuesto de
2000-2001 en el Fnuap, como interés y participación en este fondo de
Naciones Unidas, y hemos financiado a principios de este año un
importante programa de salud reproductiva en Filipinas de manera
multilateral con el Fondo de Naciones Unidas para la población. Por
tanto, tenemos una importante participación en este fondo. Suscribo
que hay que buscar en la cooperación multilateral en general, no en
este organismo en concreto, aquellos valores añadidos y trabajamos de
una manera abierta y honesta con todos los organismos en este sentido
y tratamos de rebajarles también los costes administrativos que,
entiendo, es dinero que debemos hacer llegar a los beneficiarios y no
a los organismos, a la burocracia o a los costes administrativos.

Igual que aplicamos eso en nuestra administración interna queremos
que lo apliquen los distintos organismos internacionales y,
posiblemente, a eso se referiría la intervención de mi antecesor en
el cargo a la que se ha hecho referencia.




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En definitiva, estamos haciendo un importante esfuerzo en esta
materia, que lo insertamos dentro de la política de las necesidades
sociales básicas y de la salud, específicamente dentro de estas
necesidades sociales básicas, y seguiremos colaborando con el Fnuap.




El señor PRESIDENTE: Señora Torrado, brevemente.




La señora TORRADO REY: Simplemente quiero decir que creo que las
cantidades que se han barajado aquí son insignificantes y que los
esfuerzos de España se deben acelerar. En estos países, las mujeres
son las que realmente sufren las carencias de todos los servicios en
su edad fértil. No tienen anticonceptivos ni pueden acceder a la
educación que les puede llevar a utilizar esos anticonceptivos.

Además, cuando quedan embarazadas no tienen las infraestructuras ni
el personal adecuado para que las ayuden y, consecuentemente, su vida
transcurre en un constante peligro físico, debido a la falta de
atenciones. También hay muchos programas que se adscriben a salud
reproductiva y muchas veces son para los niños y no atienden
realmente a los problemas de la salud reproductiva. Debemos
enmarcarlos bien y por eso sigo pidiendo que se incremente la ayuda
al 5 por ciento y que el fondo también aumente su colaboración.




El señor PRESIDENTE: Reiteramos nuestro agradecimiento más efusivo al
secretario general de la Agencia por su presencia hoy aquí, abundante
en tiempo y contenido, y hacemos una brevísimo lapso para despedirle
y, a continuación, casi sin interrupción, procederemos al debate
conjunto de las últimas iniciativas1. (Pausa.)



SOLICITUDES DE CREACIÓN DE SUBCOMISIONES Y PONENCIAS:



- DE UNA SUBCOMISIÓN, EN EL SENO DE LA COMISIÓN DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO, PARA ANALIZAR LA POSIBILIDAD DE
REDUCCIÓN Y CONDONACIÓN DE LA DEUDA EXTERNA DE DETERMINADOS PAÍSES EN
VÍAS DE DESARROLLO E IMPULSAR LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA HACERLO
EFECTIVO. A PROPUESTADELGRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA
I UNIÓ.) (Número de expediente 158/000001.)



- DE UNA SUBCOMISIÓNS, EN EL SENO DE LA COMISIÓN DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO, PARA EL ESTUDIO DE LA ABOLICIÓN DE
LA



DEUDA EXTERNA EN LOS PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO. A PROPUESTA DEL
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 158/000013.)



- DE UNA SUBCOMISIÓN, EN EL SENO DE LA COMISIÓN DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO, SOBRE EL TRATAMIENTO DE LA DEUDA
EXTERNA DE LOS PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO. A PROPUESTA DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 158/000015.)



El señor PRESIDENTE: Continuamos con el orden del día.

Como ya se ha anunciado, se va a proceder al debate acumulado y a la
votación de tres solicitudes de creación de subcomisiones y
ponencias. Han presentado esas solicitudes el Grupo Mixto, el Grupo
Parlamentario Catalán y el Grupo Parlamentario Socialista.

Consiguientemente, de menor a mayor, tiene el uso de la palabra, en
primer lugar, el señor Saura, en nombre del Grupo Parlamentario
Mixto.




El señor SAURA LAPORTA: Señor presidente, en nombre de Iniciativa per
Catalunya-Els Verds he de confesar que incluso me ruboriza que la
iniciativa que presento aquí hoy sea simplemente la creación de una
subcomisión para abolir la deuda externa, porque hace ya muchísimos
años que todos los organismos internacionales nos han advertido de la
gravedad de la deuda externa sobre miles de millones de personas en
el mundo.

Tampoco sé si, finalmente, hoy el grupo mayoritario, como mínimo, va
a decidir que estudiemos esto, pero, insisto, hay no sólo una cierta
propuesta política sino una necesidad ética de que no sólo nos
llenemos la boca hablando de la necesidad de solidaridad y de
cooperación, sino de que algunos temas que son lacerantes y que de
alguna manera atentan a la dignidad humana sean abordados de forma
urgente en todos los parlamentos estatales y nacionales, en este caso
en el Congreso de los Diputados. Digo esto porque hace dos o tres
meses se vio una proposición no de ley de Iniciativa per Catalunya-
Els Verds en el Pleno del Congreso y se nos dijo que no se aprobaban
las medidas que proponíamos en aras a que se creara una comisión, y
tengo la sensación de que hoy también se nos va a decir que otro día
lo haremos.

Antes de presentar la iniciativa, quiero manifestar clarísimamente
que la situación de miles de millones de personas en el mundo que hoy
ven obstaculizada la dignidad de su vida por muchas razones, pero una
fundamental es la deuda externa, debería hacer que todos los grupos
políticos hoy, si no decidimos qué hacer, como mínimo, deberíamos
darnos un cierto periodo de



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tiempo para reflexionar sobre qué vamos a hacer. No creo que haya
ningún tipo de justificación ni de excusas para que hoy no nos
podamos poner de acuerdo para decir que vamos a hablar de esto.

Las razones que justifican la petición de una comisión son
sobradamente conocidas y documentadas. Más de mil millones de
personas en el mundo se ven sometidas a una situación de pobreza
extrema, la deuda externa se ha convertido en uno de los principales
obstáculos de esos países, que han de devolver los intereses y el
crédito principal en lugar de dedicar este dinero a las necesidades
sociales y, como dicen todos los informes, especialmente el informe
sobre el desarrollo humano del programa de las Naciones Unidas, la
desigualdad entre el norte y el sur se acrecienta de manera
escandalosa, con datos que todos ustedes seguro que conocen. Yo sólo
quiero dar un dato del último informe del programa de Naciones
Unidas: 200 personas en el mundo tienen más recursos que 3.000
millones de personas -creo que con este dato está dicho absolutamente
todo-, y desde hace tiempo la deuda externa de los países pobres
crece situándose en estos momentos por encima de los dos billones de
dólares.

Quiero destacar que las causas de la deuda de estos países no están
motivadas porque se hayan tomado iniciativas de desarrollo humano en
esos países, aunque algunas sí, sino fundamentalmente ha venido
motivada por otras razones que no son para dar respuesta a las
necesidades sociales, económicas o culturales de esos países. La
situación es tan grave que, ya en 1996 -ahora estamos en 2000-, el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial reconocieron la
imposibilidad de que determinados países, los que ellos llamaron
países pobres altamente endeudados, pudieran hacer frente a la
devolución de esta deuda. Hicieron un plan para intentar paliar la
deuda de estos países, un plan en buena parte fracasado, fracasado o
absolutamente insuficiente, por muchas razones, pocos países
elegidos, se ha producido un escaso alivio de la deuda, arbitrariedad
en las normas, es decir, un campo restringido en relación a la
sostenibilidad de la deuda.

Por tanto, las políticas de los organismos financieros
internacionales en relación a este tema hoy continúan siendo
absolutamente insuficientes. Creemos que hay que tomar medidas y, por
eso, presentamos esta iniciativa en España, que es un país que, como
saben, tiene reconocidos en estos momentos más de 4 billones de
pesetas de deuda. Una parte importantísima de esta deuda,
prácticamente el 60 por ciento, corresponde a deuda de esos países
con la banca privada española, pero hay una parte, en torno al 40 por
ciento, que corresponde a deuda comercial, fundamentalmente a través
de los créditos FAD. Es un tipo de deuda que gravita en buena parte
en países de América Latina, Nicaragua, República Dominicana, Cuba,
norte de África, Marruecos, Argelia o en el África subsahariana, como
Angola o Costa de Marfil. Merece la pena también
saber que, en estos momentos, España, según las últimas cifras
de las que dispongo, está cobrando, por decirlo así, entre 50.000 y
100.000 millones de pesetas de deuda cada año, mientras que la ayuda
oficial al desarrollo se sitúa realmente por debajo de los 175.000 ó
180.000 millones de pesetas. Es decir, en estos momentos el saldo
neto de la aportación de España a esos países es poco y escaso.

Quiero acabar diciendo que el tema que nos ocupa hoy aquí tiene una
gran sensibilidad social, ha sido motivo de campañas importantes de
organizaciones no gubernamentales y el día 12 de marzo fue motivo de
una consulta social que, posiblemente, se puede calificar como la más
importante efectuada en el Estado español desde la democracia. Más de
un millón de personas participaron ese día en el referéndum, por
decirlo así, que se celebró y más del 97 por ciento votaron que sí.

Señoras y señores diputados, hoy no estamos proponiendo que se anule
la deuda, que se reduzca progresivamente, que se vincule esta
anulación de la deuda a objetivos humanos y sociales. Lo que estamos
diciendo es que es hora de que empecemos a hablar y, si es posible,
a hacer algo en el Estado español.




El señor PRESIDENTE: A continuación, y para la defensa de su
iniciativa, tiene la palabra el señor Campuzano, en nombre del Grupo
Parlamentario Catalán.




El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Señorías, creo que los tres grupos
parlamentarios que esta mañana proponemos la creación de una
subcomisión para estudiar la política española en el ámbito de la
gestión de la deuda externa vamos a compartir el conjunto de
argumentos que se van a verter en los próximos minutos. La
intervención del señor Saura es plenamente compartida por mi grupo
parlamentario y, por tanto, las cifras que él ha citado, que son
cifras conocidas, no las voy a repetir. Creo que hoy todos
coincidimos (no sólo en esta Cámara los tres grupos que proponemos
esta iniciativa, sino otros grupos parlamentarios, amplios sectores
de nuestra sociedad y la mayor parte de las organizaciones
internacionales que trabajan en el ámbito de la cooperación y el
desarrollo en un sentido muy amplio) en que la gestión de la deuda
externa constituye ya un elemento central de cualquier política,
pública o privada, que pretenda incidir en el desarrollo de los
países más pobres. Este elemento central se deriva, lógicamente, del
peso que hoy tiene la deuda en muchos de estos países en relación con
sus propias posibilidades de desarrollo y crecimiento; afirmación
hecha no sólo por organizaciones no gubernamentales, sino por el
Banco Mundial y por el Fondo Monetario Internacional.

Como apuntaba el señor Saura, desde la perspectiva de esa
profundización en las diferencias entre países pobres y países ricos,
el actual proceso de globalizaciónno está dando una respuesta
suficientemente positiva.




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Además, en el contexto del Estado español, creo que el conjunto de
los grupos políticos hemos sido convulsionados en un sentido positivo
por dos iniciativas ciudadanas muy importantes, que han situado esta
cuestión en el primer orden del día del debate político: por un lado,
la campaña promovida, en el marco del Jubileo 2000, por
organizaciones vinculadas a la Iglesia católica, la campaña Deuda
eterna, deuda externa, que en su día recogió cerca de un millón de
firmas, que fueron trasladadas a este Parlamento antes de la
disolución de las Cámaras (un millón de ciudadanos que dieron su
apoyo a esta campaña de Manos Unidas, de Justicia y Paz, de Cáritas,
de Confer); por otro lado, como se ha recordado hace un momento, la
consulta ciudadana del pasado 12 de marzo, en la que también un
millón de personas participaron en aquella votación, de las que medio
millón eran ciudadanos de mi país, de Cataluña. Además, tanto la
campaña promovida por las organizaciones del Jubileo 2000 como la
consulta social que impulsó la red ciudadana, las dos iniciativas
incidían expresamente en la necesidad de que, en el seno de esta
Cámara, se crease una subcomisión parlamentaria para analizar la
gestión de la deuda externa. Los tres grupos que hoy proponemos esta
iniciativa nos hacemos eco de una petición explícita y concreta de
este largo millón de ciudadanos que, por dos veces consecutivas, nos
han demandado una actuación decidida en esta materia.

Como apuntaba el señor Saura, seguramente lo más modesto que esta
Cámara puede hacer en esta materia es entrar a discutir y a analizar
en profundidad esta cuestión. Señorías, nosotros entendemos que un
debate a fondo sobre la gestión de la deuda externa es bueno que lo
realicemos en un marco tranquilo, sosegado, que nos permita la
comparecencia de técnicos de la Administración, de representantes
españoles en los organismos multilaterales financieros, de personas
que llevan tiempo trabajando en este ámbito, etcétera, para que, sin
las prisas que comporta el debate de una proposición no de ley o una
moción en el Pleno, podamos abordar toda la complejidad de la gestión
de la deuda externa, partiendo ya de lo que me parece a mí que hoy es
una evidencia, y es que la deuda constituye un freno al desarrollo de
los países pobres.

Además, en el marco de esta subcomisión podríamos generar dos
elementos esenciales en esta política. En primer lugar, el consenso
al que todos hemos hecho referencia en las interpelaciones de hace un
rato sobre esta materia. Sería bueno que fuéramos capaces de elaborar
una política consensuada en materia de gestión de la deuda; sería
bueno para el Gobierno, pero también lo sería para el conjunto de la
sociedad. La subcomisión puede ser un buen ámbito para llegar a este
consenso. En segundo lugar, nos permitiría impulsar al Gobierno para
que tenga una política más decidida en el terreno de la condonación,
en el terreno de la reconversión y en el terreno de la conversión.

Existe el riesgo de que se nos diga esta mañana que el Gobierno ya
está haciendo cosas. No vamos a entrar en el debate de fondo, pero el
mínimo sentido común nos indica que el Gobierno, desde una acción
parlamentaria a través de la subcomisión, podría encontrar un mayor
impulso para tener más iniciativas, tanto en el seno de la comunidad
internacional como en lo que depende exclusivamente del Gobierno
español, en el terreno de la condonación de la deuda de origen
bilateral, la deuda AOD. Lo hacemos después de una reciente noticia
de la Gran Bretaña de que el Gobierno Blair ha aprobado cerca de
300.000 millones de pesetas de su AOD bilateral. Ha sido una decisión
valiente del Gobierno británico. Por tanto, hay quien está lejos de
nuestros planteamientos. Lo hacemos, en último término -como sabrá el
señor Saura-, en la exigencia de una visión ética de las relaciones
entre los pueblos. Nos parece que hoy esta Cámara debería dar
respuesta a esta exigencia ética que el conjunto de la ciudadanía nos
ha recordado de manera muy contundente en dos ocasiones en el último
año. No aprobar hoy la creación de esta subcomisión no dejaría de ser
un ejercicio de oscurantismo político y de menosprecio hacia una
amplia demanda ciudadana. Nos gustaría que el grupo mayoritario fuese
sensible a esta petición.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra, en defensa de su iniciativa, don Ceferino Díaz Díaz.




El señor DÍAZ DÍAZ: Señorías, en esta cuestión coincidimos con los
argumentos de los grupos que nos han precedido y con la opinión de la
mayoría de la sociedad. Nos gustaría que este tema, largamente
reclamado, pasase hoy a ser una realidad.

La deuda es un problema que nos preocupa, que preocupa a los
teóricos, que preocupa a los políticos y, sobre todo, que preocupa a
la sociedad. Hace tiempo que se admite que las ayudas al tercer mundo
no son un tema de caridad, sino que deben tener como finalidad el
fomento del desarrollo económico y social de esos países. Pues bien,
hasta ahora, a nivel general, no hay coherencia entre objetivos e
instrumentos, no hay coherencia entre la cuantía de la ayuda oficial
al desarrollo y el objetivo de desarrollo, ni hay coherencia entre
las políticas sobre la deuda y el objetivo de desarrollo. Hay
razones, además de la solidaridad humana, que los países acreedores
debemos considerar para tener una postura responsable sobre el
problema de la deuda. En primer lugar, hay una interdependencia
económica, comercial y medioambiental entre el norte y el sur; lo que
pasa en el sur no nos es ajeno. En segundo lugar, no se puede olvidar
la corresponsabilidad de los países del norte en el problema de la
deuda; el problema de la deuda fue en cierto modo un problema
exportado en la etapa de la crisis de los setenta. Y por último, los
países del norte tenemos una deuda con los países del tercer mundo,
entre otras cuestiones porque si los países desarrollados



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cumplieran con el 0,7 por ciento, hoy día no existiría el problema de
la deuda. La diferencia entre el 0,7 y la ayuda real es superior en
estos últimos años a las cifras de la deuda. En estos momentos las
cifras de la ayuda oficial al desarrollo que se canalizan desde el
mundo desarrollado al subdesarrollado son inferiores a los pagos de
intereses que hacen los subdesarrollados a los desarrollados.

Señorías, los países desarrollados debemos tomar medidas para evitar
la repetición del problema. Entre estas medidas está la apertura de
nuestros mercados a los productos de los países en vías de desarrollo
y también promover políticas de desarrollo en estos países, para lo
que es necesario no únicamente el cumplimiento de ciertas condiciones
macroeconómicas, cuestión en la que insistimos mucho en los últimos
años en el Fondo Monetario Internacional, sino también en inversiones
educativas, tecnológicas, en infraestructuras, así como programas
sociales de igualdad.

En la relación Norte-Sur debemos colocar el objetivo del desarrollo
como prioritario. Debemos tener presente que el desarrollo, además de
servir al tercer mundo, sirve a largo plazo también a los intereses
de los países acreedores. La estabilidad política y económica mundial
es un valor para todos nosotros. Los problemas medioambientales no
tienen frontera y las migraciones y la seguridad son problemas que
interesan también a los países desarrollados y solamente se resuelven
generalizando el desarrollo. Por ello, queremos que España juegue el
papel que le corresponde como país globalmente desarrollado. Si nos
centramos en España, la deuda a favor del Estado, menos de dos
billones de pesetas, tiene su origen, como ya se dijo aquí, en el
fomento desde la Administración pública de exportaciones llevadas a
cabo, en su mayoría, por empresas privadas. Esta deuda, como en buena
parte de los Estados occidentales, se viene gestionando como una
cuestión financiera y, por ello, la toma de decisiones está en manos
del Ministerio de Economía. De esta deuda, una parte es cobrable, los
deudores pueden hacer frente a la misma en las condiciones actuales o
renegociando las condiciones. Otra es cobrable parcialmente,
canjeando parte de la deuda por inversión productiva. Estos casos no
son de la preocupación de esta Comisión, sino que son temas de
economía y así deben seguir. En esta Comisión la deuda nos preocupa
como parte de la ayuda al desarrollo. No tiene sentido que el
tratamiento de la deuda con los países menos desarrollados se
desligue de las políticas de ayuda al desarrollo en estos países.

El tratamiento de la deuda ha venido siendo hasta ahora una política
de mínimos basada en los acuerdos multilaterales del Club de París.

En España no ha habido hasta ahora una política propia de condonación
y conversión de deuda articulada y coherente con el conjunto de la
ayuda oficial al desarrollo española. Por ello, son pocas las
operaciones de conversión de deuda en inversión en desarrollo,
vertiente en la que llevamos
retraso respecto a muchos países y creemos -coincidimos con las ONG y
con los grupos que acaban de expresarse y también con los teóricos
del desarrollo- que la política en materia de deuda externa con los
países en vías de desarrollo debe ser realizada en coherencia con el
resto de las políticas de cooperación para el desarrollo.

Desde la óptica de la ayuda oficial al desarrollo se debe fijar una
estrategia que, como decía también el portavoz de Convergència i
Unió, debe ser una política compartida; una política que contemple
acciones bilaterales de condonación de deuda externa en países con
una mayoría de población por debajo del umbral de la pobreza,
políticas que contemplen condonación parcial y conversión de deuda en
inversión en desarrollo en aquellas circunstancias en que sea posible
y, sobre todo, un programa amplio y estable de conversión de deuda en
inversión en desarrollo humano vinculado a los recursos liberados por
la reducción de la deuda, a la inversión en programas de lucha contra
la pobreza, política que pensamos que no puede ser de coyuntura, sino
que tiene que ser planificada. En estos casos la gestión de la deuda
externa debe ser un ejemplo de transparencia. Por ello, el Parlamento
debe participar en el estudio, seguimiento y fiscalización de esta
política y por este motivo propusimos la creación de esta Comisión.

La sociedad civil en España va por delante, nos lo exige, y por ello
traemos a esta Cámara nuestra petición, que coincide con las demandas
sociales y también con otras demandas importantes en esta Cámara.

La gestión de una parte de la deuda externa como ayuda al desarrollo
requiere recursos, por lo que hay que crear un fondo para llevar a
cabo el desendeudamiento como ayuda al desarrollo. Para terminar, el
Parlamento debe tener un papel central en la puesta en marcha de esta
política de la deuda y también en el seguimiento de este fondo, y
esto debe hacerse a través de la Comisión de cooperación y a través
de una comisión específica sobre el tratamiento de la deuda. No
hacerlo así, basándose en mayorías parlamentarias, pensamos que es
desatender una demanda social y hacer de un problema que debería ser
un problema compartido, un problema de partido, un problema
partidario, aunque nosotros pensamos que no es un tema para hacer
política partidaria sino que es un tema para hacer política de
Estado. Nuestra oferta y la oferta de los grupos que me han precedido
era hacer de éste un tema de Estado; si ustedes lo quieren convertir
en un tema de partido es su responsabilidad y en los debates
posteriores nos veremos.




El señor PRESIDENTE: Ruego a los portavoces de los grupos
parlamentarios que vayan preparando la comunicación a esta
Presidencia de las sustituciones a los efectos de las votaciones que
tendrán lugar cuando concluya todo el debate.




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¿Grupos que no hayan intervenido y que deseen fijar posición? Por el
Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra la señora
Julios Reyes.




La señora JULIOS REYES: Intervengo a efectos de manifestar brevemente
la posición de nuestro grupo, Coalición Canaria, con respecto a las
tres propuestas que se acaban de defender por los grupos
correspondientes. Deseamos expresar nuestro apoyo, en el sentido de
que consideramos no sólo oportuna sino necesaria la creación de la
subcomisión que ya han expuesto los grupos que me han precedido, que
se han extendido en esta materia y no me voy a repetir.

Hoy por hoy, es una responsabilidad no sólo política sino ética y
moral, hoy por hoy, es un compromiso que se nos exige a los grupos
políticos, a esta Cámara y por supuesto al Gobierno por gran parte de
la ciudadanía que así lo ha manifestado en numerosas ocasiones, por
las propias ONG, por lo que, como también se ha expuesto, quizá el
mejor foro que permita un debate sosegado, un debate planificado y
responsable a la hora de impulsar las políticas de cooperación,
ligándolo a la condonación de la deuda externa, sea a través de una
subcomisión en el seno de esta Comisión.

En estos momentos se están concluyendo los trabajos de otra
subcomisión, la del programa Greco, que tiene como misión el
desarrollo del programa integral ante la integración de la
emigración, y precisamente esta subcomisión y este programa le da
bastante peso a que la emigración sea una expresión de la necesidad
de un mayor apoyo por parte de los países desarrollados hacia los
países en vías de desarrollo por medio de medidas de codesarrollo, y
en este caso sería interesante ligar la consecución del desarrollo de
este programa, que si queremos que no sea virtual sino real debo ir
ligado a una política decidida en codesarrollo y hay que ligar de una
forma responsable estos aspectos a la condonación de la deuda
externa.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida,
tiene la palabra el señor Centella.




El señor CENTELLA GÓMEZ: Hace una semana se debatía en la Comisión de
Asuntos Exteriores de esta Cámara este mismo tema. Entonces, era
nuestro grupo el que planteaba la creación de una subcomisión y el
portavoz del Partido Popular empleaba argumentos técnicos como que no
era la Comisión adecuada para ese debate, y hacía ver que había
cierta disponibilidad por parte del Partido Popular para crear esta
subcomisión parlamentaria. Tan es así que el portavoz del PSOE llegó
a retirar su iniciativa creyendo que había conseguido convencer al
Partido Popular y que, una vez se tramitase adecuadamente en la
Comisión de Cooperación, esta subcomisión se crearía sin más
problemas. La verdad es que nos tememos que esto no
haya sido así y que, pasado ese tiempo, poco se haya avanzado, al
contrario, que se haya podido retroceder y no solamente hayan sido
los manifestantes los apaleados, sino que hoy suframos la votación en
contra los grupos políticos que defendemos la creación de esa
subcomisión.

Repito lo que se ha dicho aquí. Hasta ahora, cuando hemos discutido
con el Partido Popular sobre la deuda externa, hemos encontrado
siempre el argumento de que estamos ante un tema muy difícil, que
requiere estudio y que haya un tratamiento serio, y nosotros siempre
hemos contestado que eso nos parecían argumentos para no ir al fondo
y para no decir lo que pensaban, que era ni más ni menos que no están
de acuerdo con el planteamiento que se les hace, y que expresaban
esos argumentos simplemente para dilatar, para intentar aparentar
cierta comprensión, pero que en realidad la postura del Partido
Popular no es ni más ni menos que la de no comprender, cuando no
echar toda la culpa de la deuda externa a los pueblos que la sufren.

Hoy tenemos la ocasión de que se evidencie esa realidad, porque, como
se ha dicho aquí, lo que se plantea hoy, como lo que se planteaba en
la Comisión de Asuntos Exteriores, no es, como se podía plantear -y
estaríamos en nuestro derecho, porque aquí estamos convencidos-, que
el Gobierno español lidere el proceso de condonación de la deuda
externa, sino que creemos esa subcomisión para que se estudie, para
que se permita a las fuerzas sociales, a los técnicos y al propio
Gobierno que participen con las fuerzas políticas en avanzar una
postura consensuada en torno a este problema, que es un problema
serio, uno de los problemas que nos esperan en el próximo siglo con
mayor preocupación, porque todo lo contrario es ser hipócritas y
querer poner puertas al Estrecho, cuando en realidad el problema no
es el muro de vergüenza que creamos en el Estrecho, sino la deuda
externa, que impide que los países de origen sean capaces de dar una
mínima expectativa de vida a sus habitantes.

Creemos que hoy aquí sobran todos los argumentos, hoy aquí el Partido
Popular se tiene que retratar claramente, se tiene que poner en
disposición de estudiar el tema, o situarse donde aparentemente ha
estado siempre realmente, donde nosotros siempre hemos creído que ha
estado, que es en contra radicalmente de cualquier paso positivo que
se dé en relación con la condonación de la deuda externa. Por tanto,
repito, como sobran razones, como nosotros creemos que el marco de la
subcomisión sería un marco interesante de trabajo, en el cual
estaríamos dispuestos a participar con ánimo de consenso,
positivamente, pero sobre todo sería abrir este Parlamento a los
ciudadanos, que no vengan solamente de visita un 6 de diciembre, sino
que vengan a colaborar y a participar en temas importantes como
estos, como creemos que la iniciativa es importante, no queremos
terminar sin hacer un último esfuerzo para pedir al Partido Popular
que se sitúe donde



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debe, que no es ni más ni menos que con la inmensa mayoría del pueblo
español, con la inmensa mayoría del sentir ciudadano, con lo que
mandan la razón y el sentido común. Otra cosa, repito, sería dar la
espalda no solamente al más del millón de ciudadanos que han
participado tanto de la iniciativa de Jubileo 2000 como en el
referéndum sobre la deuda externa, sino a uno de los problemas más
importantes que tiene el futuro de este país.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene el uso de la palabra, por
el Grupo Parlamentario Popular, don Pablo Izquierdo Juárez.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Vienen tres iniciativas a la Comisión, las
tres distintas, en nuestra opinión; las tres tienen el mismo fondo,
pero tienen planteamientos y enunciados distintos, y además pretenden
cosas distintas: unos pretenden la abolición de la deuda externa, o
sea, su erradicación total; otros pretenden estudiar, analizar
posibilidades de reducción y de condonación, de reestructuración de
deuda, y otros pretenden simplemente estudiar el tema. Nosotros no
hemos oído, y lo digo con toda cortesía, a ningún portavoz entrar en
el fondo de la cuestión. Sé que estamos muy cansados, que ha sido una
Comisión muy larga, que estamos haciendo política, pero de la
política a la demagogia, a veces, no va nada. La estrategia política,
en cualquier caso, es perfectamente legítima. Entremos, señorías, en
el fondo de la cuestión. Yo les pediría a ustedes que hablaran de lo
que es la deuda externa y de las razones que hay para crear una
subcomisión. Recuerdo al portavoz de Izquierda Unida, cuando
participó en la Comisión de Asuntos Exteriores en la que se rechazó
una iniciativa suya, pedir la abolición total de la deuda externa, y
me consta que la posición de Izquierda Unida es ésa y no otra. Pues
bien, no sé para qué quiere Izquierda Unida una subcomisión de
estudio del problema de la deuda externa en el mundo y de la posición
de España en torno al problema de la deuda externa si lo que dice
públicamente es que se perdone totalmente la misma. Y yo, señoría,
tengo que decirle que no estoy de acuerdo. Y no estoy de acuerdo por
razones no sólo de oportunidad sino de justicia . Eso iría contra el
desarrollo de los más desfavorecidos, se lo digo con toda claridad y
se lo voy a explicar. Por tanto, entremos, señorías, en cuestiones de
fondo. Otros parecen tener determinado que la creación de la
subcomisión sería un instrumento muy importante de participación. ¿Y
qué estamos haciendo aquí más que dar cauce a la participación?
Estamos tramitando iniciativas que tienen su origen en la sociedad,
éstas y otras. Esto no se justifica con crear una subcomisión.

Tenemos que ser extraordinariamente responsables con el dinero de los
contribuyentes. ¿Por qué digo esto? Porque la cuestión de la deuda
externa está extraordinariamente bien
estudiada y en esta Cámara hay muchos antecedentes parlamentarios y
comparecencias. He oído decir a un portavoz que dejemos que la
economía haga y nosotros nos dediquemos a otra cosa. Se lo digo con
toda claridad. Léanse la Ley de Cooperación. La Comisión de
Cooperación Internacional para el Desarrollo del Congreso de los
Diputados es una Comisión multidisciplinar, como todas las demás,
donde comparecen de manera habitual responsables del Ministerio de
Economía, de Defensa y de otros ministerios. Y está pedida por alguna
de SS.SS. la comparecencia del secretario de Estado de Comercio,
probablemente para el próximo período de sesiones, para hablar de los
créditos FAD, que es uno de los instrumentos de la cooperación al
desarrollo. Por tanto, clarifiquémonos todos un poco.

Existen antecedentes parlamentarios sobre la cuestión, existe una
amplísima documentación, existe un análisis del problema de la deuda
externa desde diferentes ópticas, la financiera, la de las relaciones
internacionales de los países, la de la cooperación, etcétera. ¿La
deuda es uno de los principales problemas para el desarrollo de
algunos países? Sí, señorías. No puedo negar esto. Todos los países
afirman esta circunstancia. Entremos un poco en la cuestión y verán
SS.SS. que no tiene justificación crear una subcomisión para,
pretendidamente, solicitar del Gobierno una serie de medidas. Pues
bien, yo les digo: planteen ustedes las medidas, ya que conocen en
profundidad el tema de la deuda, de manera muy concreta. Son ustedes
responsables de sus propias iniciativas y de arrinconar, si quieren,
entre comillas, al Gobierno o a este grupo parlamentario con medidas
concretas sobre condonación de deuda externa. Un portavoz decía en su
intervención que tenemos el riesgo -como diciendo, la que nos va a
caer encima- de que nos cuenten que el Gobierno ya está haciendo.

Pues se lo vamos a contar, si me lo permiten, y vamos a comparar en
un proceso histórico qué se hacía y qué se hace. Naturalmente que lo
vamos a contar de manera muy breve. Por tanto, no es ningún riesgo
para esta Cámara ni para la sociedad española decir que el Gobierno
está haciendo cosas, porque es que las está haciendo. El Parlamento
tiene unos mecanismos de control del Ejecutivo para poder seguir,
incentivar o impulsar determinadas políticas sin la necesidad de
crear una subcomisión. A mí me decía un diputado del Grupo
Parlamentario Socialista en los pasillos el otro día, y no diré el
nombre, porque hay que respetar el anonimato: «Pablo, si nosotros lo
único que queremos es que se establezca un fondo» -y ahora lo ha
dicho el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista- «y un
calendario para que el Gobierno no se apunte los tantos de la
condonación de la deuda». (Rumores.)



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El señor PRESIDENTE: Por favor, señorías, guarden silencio.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Y yo le decía: si el Gobierno no se apunta
ningún tanto, querido diputado, nos lo apuntamos todos, porque cuando
se hace este tipo de políticas, y lo he dicho antes y lo vuelvo a
repetir, estamos haciendo todos estas políticas.

La deuda externa, cuya gestión tiene atribuida por ley el Ministerio
de Economía, se refiere, como todas SS.SS. saben, a las obligaciones
financieras del Estado con terceros países, y en el caso de España, y
lo ha dicho muy bien el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
tiene su origen en dos instrumentos: la deuda derivada del seguro de
crédito a la exportación (Cesce), que realiza por cuenta del Estado
esta compañía y que tiene su origen en la iniciativa privada, es lo
que se llama de manera general deuda comercial; y la deuda derivada
de los préstamos de la ayuda oficial al desarrollo, la deuda FAD.

El origen de la deuda externa se encuentra en las decisiones de los
Estados soberanos de acudir a la financiación exterior para realizar
las inversiones necesarias con las que asegurar su crecimiento por
dos motivos fundamentales, y esto parece muy obvio y muy evidente y
es importante que presten un poquito de atención porque estamos
entrando en el fondo de la cuestión: insuficiencia de financiación
doméstica o local al ser el ahorro interno inferior a las necesidades
de inversión y/o el coste inferior de la financiación exterior frente
a la financiación local. Esta es la razón del origen de la deuda. En
el caso de los países en desarrollo, el endeudamiento se produce
principalmente por el primer motivo, la economía no genera un ahorro
suficiente con el que financiar las inversiones, y de no existir la
posibilidad de acudir a la financiación en el exterior, estos países
no tendrían ninguna posibilidad, señorías, de realizar las
inversiones que promuevan su crecimiento. ¿La deuda comercial
garantizada puede o no puede ser reestructurada? Y estamos
adelantando contenidos de la pretendida subcomisión. No puede ser
reestructurada unilateralmente por España ni por ningún país, sino
que está sometida a los acuerdos de reestructuración que todos los
Estados acreedores firman por consenso con los países deudores en el
marco del Club de París, como se ha señalado. Cuando un país deudor,
debido a problemas de capacidad financiera, se encuentra en una
situación de riesgo inminente de impagos y ha negociado un programa
económico con el Fondo Monetario Internacional, acude al Club de
París solicitando la reestructuración de su deuda que le permita
cumplir con sus objetivos. El Club de París reestructura la deuda de
cada país según sus necesidades, y la negociación se hace
multilateralmente por dos razones principales: porque la
reestructuración o condonación de la deuda por una parte sólo, lo ha
dicho antes el secretario general en su intervención, no tiene más
efecto que liberar recursos para pagar a otros, y se convierte, señor
Centella, en meros apuntes contables que en nada benefician el
desarrollo. Lo hemos discutido muchas veces, normalmente la deuda la
sufren los pueblos, algunos pueblos de algunos países pobres
altamente endeudados, la originan los gobiernos y cuando se les
perdona se les perdona a los gobiernos, no a los pueblos. Por tanto,
no me pidan a mí, ni al Grupo Parlamentario Popular, ni a este
Gobierno, que provoquemos una campaña de condonación total de la
deuda porque no lo vamos a hacer, porque yo he visto construirse
muchos palacetes y muchos chalets en la Costa del Sol, por la cual
usted y yo somos diputados, con recursos probablemente de operaciones
de condonación de deuda externa de caciquillos de la región de los
Grandes Lagos. Por tanto, no pidan más, por favor, la condonación
total de la deuda externa, ni lo pidan ustedes, ni lo pida nadie, ni
lo pida la Iglesia católica, porque no estoy de acuerdo. Como tampoco
lo estoy con unos planteamientos globalmente estratégicos, que pueden
ser legítimos para algunos, de una campaña general pidiendo la
abolición de la deuda externa, porque va contra sus propios
objetivos, y crear una Comisión en este Parlamento que dé alas a una
campaña que es profundamente injusta con la pobreza y con los países
en vías de desarrollo es un ejercicio de irresponsabilidad. Además,
señorías, estamos entrando en el fondo, pero aquí se han dado datos
que no son reales. He oído que la deuda española es de cuatro
billones de pesetas. No, es de 1,86 billones de pesetas, según datos
oficiales.

Desde una perspectiva temporal, señorías, la posición acreedora de
España en el problema de la deuda es muy reciente y notoriamente
inferior a la que mantienen los principales países de nuestro entorno
económico. Hasta 1981 España fue considerada por el Banco Mundial
como país en vías de desarrollo medio y, por ende, susceptible de
recibir ayuda. Por otra parte, el CAD, el Comité de Ayuda al
Desarrollo de la OCDE, lo he dicho antes y lo repito ahora porque
tiene que ver, mantuvo a España como potencial receptor de ayuda al
desarrollo hasta 1995. A fecha 30 de septiembre de este año, la
posición acreedora de España frente al exterior asciende a dos
billones de pesetas aproximadamente. Del total de la deuda, sólo un
12 por ciento corresponde a deuda de países pobres altamente
endeudados. Les cuento de manera muy rápida cómo se distribuye la
cartera de deuda externa que tiene España por regiones, con datos, de
1998, que son los que tengo disponibles, pero que básicamente no han
variado, para que vean de qué países estamos hablando y para qué
países piden un estudio de abolición total o de reestructuración o
condonación condicionada de determinada deuda, por ejemplo la deuda
comercial de la que también estamos hablando. América



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Latina constituye la principal región deudora española con el 30 por
ciento de la deuda. Hablo de las dos deudas, la comercial y la
concesional. Dentro de América Latina, los países más endeudados,
señor Centella, podríamos pensar que son los más pobres. Pues no,
señoría. Son Méjico, Perú, Cuba y Argentina. ¿Qué nos proponen, que
condonemos la deuda externa a estos países de desarrollo avanzado?
(El señor Centella Gómez: A mí no me lo pregunte.) La segunda región
es el norte de África, no el África subsahariana, con el 24 por
ciento de la deuda externa española. En esta región, los países más
endeudados son Egipto, Turquía, Argelia y Marruecos. Les hago la
misma pregunta. En tercer lugar, se encuentra el África subsahariana,
con un 14 por ciento; en esta zona, el 42 por ciento de la deuda en
1998 se concentraba en Angola y Costa de Marfil. El resto se dispersa
en un número de países donde la deuda no supera los 5.000 millones de
pesetas. En cuarto lugar, Asia, con el 10 por ciento; la deuda,
China. Finalmente, Europa del este y Oriente Medio ocupan el quinto y
sexto lugar, con el 9 y el 4 por ciento respectivamente. ¿Qué puede
suponer una condonación total de la deuda externa? Puede provocar
efectos perversos sobre el país deudor, por supuesto sobre el país
acreedor porque son activos que de acuerdo con los criterios de
Eurostat contabilizan al déficit público. Le estoy hablando ahora,
señoría, de la deuda comercial, deuda que, si no cobramos todos los
españoles, se convierte en déficit público y provoca inmediatamente
unas necesidades de nuevo endeudamiento en el caso de la deuda FAD.

En el caso de la deuda comercial, el aumento del déficit público
provoca inmediatamente mayor presión fiscal, aumento de los tipos de
interés y, por lo tanto, menos bienestar en nuestro país. ¿De qué
estamos hablando? Estoy intentando entrar, señorías, en el fondo de
la cuestión, para ver si este tema está suficientemente cuidado para
que justifique que se cree o no una subcomisión.

Voy a ir terminando, señor presidente, porque daría para mucho, pero
me saltaré algunas observaciones que habría que hacer. (Rumores.) Se
ha dicho que España…( Rumores.) Voy a terminar, señorías, no se
preocupen. (Rumores.) Existe el riesgo de que nos cuenten aquí qué se
está haciendo. (El señor Díaz Díaz: Ha habido refuerzos.)



El señor PRESIDENTE: Por favor, señorías, guarden silencio.




El señor CLOTAS I CIERCO: Es que vamos a cámara lenta.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Se lo voy a decir con toda la rapidez que
sea posible. Hasta 1996, y no es algo que diga yo, sino que lo he
leído en un informe de una universidad española sobre el problema
de la deuda en el mundo, la Administración española consideró la
deuda externa exclusivamente como un problema financiero. La política
de gestión de deuda tenía como objetivo prioritario conseguir el
mayor número de recuperaciones posibles para la economía española,
dejando de lado aspectos tan importantes, que se han señalado aquí,
como los relacionados con la pobreza, el desarrollo humano y, sobre
todo, la protección del medio ambiente. Ustedes saben como yo que uno
de los aspectos fundamentales en el problema de la deuda externa es
la sobreexplotación de recursos naturales en los países altamente
endeudados. Ambos aspectos, el de la gestión financiera y el de
compaginar estas cuestiones, son perfectamente compatibles. Es más,
deben serlo desde una política y un ejercicio de responsabilidad. En
el año 1996 la Secretaría de Estado del Comercio, tan vilipendiada,
el Ministerio de Economía y Hacienda, tan vilipendiado en esta
Comisión, creó una unidad específica para gestionar de manera activa
la deuda, que es el otro tema que SS.SS. nos iban a pedir en esa
subcomisión, que se gestionara de manera activa la deuda, y que yo he
oído aquí. Pues esto se viene haciendo desde 1996. De esa manera se
han puesto en marcha una serie de programas de conversión de la deuda
en inversiones, deuda comercial en inversiones privadas, para el
desarrollo de infraestructuras muchas de ellas básicas en países del
tercer mundo, en países deudores, facilitando además una cosa que es
muy clara, un desarrollo compartido y, volvemos al mismo argumento,
la corresponsabilidad de los países en su propio desarrollo.




El señor PRESIDENTE: Le ruego, señor Izquierdo, que, por favor, vaya
concluyendo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Voy a ir terminando, señor presidente,
dando unos datos muy rápidos. (Rumores.)
Con el objetivo, tanto España como el resto de la comunidad
internacional, de encauzar el problema en el año 1996 se alcanzó la
iniciativa HIPC -según siglas en inglés-, y en el marco de esa
iniciativa se ofreció a los países que tenían ratios sostenibles de
deuda. Esta iniciativa -y lo digo telegráficamente- no alcanzó los
resultados esperados y, de hecho, únicamente cuatro países se
beneficiaron de esa iniciativa HIPC del año 1996: Bolivia, Guayana,
Mozambique y Uganda. La iniciativa fue sometida a debate para ampliar
su alcance. El resultado fue la Declaración de Colonia del G-7 en
julio de 1999, que dio origen a la llamada iniciativa HIPC reforzada
o HIPC II, en la que se introducían algunas mejoras importantes:
reducción del tiempo necesario para beneficiarse de la iniciativa
tras cumplir con una serie de criterios, un plan estratégico para la
reducción de la pobreza y la vinculación dela deuda con programas de
desarrollo.




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Señorías, España ha participado -y lo digo con toda claridad- de
manera muy activa en esta iniciativa, en la iniciativa HIPC
reforzada, a través de condonaciones bilaterales de deuda comercial.

El señor portavoz del Grupo Catalán ha hecho referencia a una
reciente iniciativa del señor Blair. El aporte español en los últimos
años a las condonaciones de deuda es notablemente superior a los
300.000 millones de pesetas.




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo, por favor, le ruego que vaya
concluyendo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Voy a terminar, señor presidente. Son tres
iniciativas. (Rumores.)
Condonación de deuda concesional en el marco del Club de París. Pero
hay algo más. (Rumores.) Un poco de respeto.




El señor PRESIDENTE: Por favor, señorías, guarden silencio, porque
así no habrá interrupciones que pueden dar lugar a que la sesión
concluya más tarde de lo debido, aunque ya llevamos cinco horas. Por
favor, escuchen al orador. Les ruego que guarden silencio y le pido
también al señor Izquierdo que continúe, pero por favor, le reitero,
y estoy seguro que por última vez, que concluya de una manera ya muy
rápida.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Voy a intentarlo, señor presidente.

Con carácter adicional a estos compromisos, que conocen ustedes por
los medios de comunicación, España realiza dos tipos de programas.

Nos pueden pedir que seamos más activos, que los hagamos más deprisa,
que seamos más ambiciosos, y eso puede ser recogido de manera muy
positiva, pero realizamos dos programas: conversión de deuda en
inversiones privadas, y en vigor hay actualmente tres programas en
Marruecos, Jordania y Bulgaria, y conversión de la deuda concesional,
de la deuda pública en inversiones para desarrollo. En este caso,
señor presidente, señorías, los programas de conversión se hacen en
el marco de programas bilaterales y hay en marcha siete programas:
con Costa Rica, para proyectos medioambientales -me interesa mucho
que lo sepan si no lo conocían-, con Perú para proyectos en el ámbito
de la lucha contra la droga, con Bolivia para proyectos de desarrollo
de infraestructuras y con Nicaragua, Honduras, El Salvador y la
República Dominicana, para proyectos vinculados a la reconstrucción
de esos países después de los huracanes.

Creo, señor presidente, que la deuda es un problema serio que afecta
a algunos países, que la posición de España es relativa y que es una
posición de liderazgo en el concierto internacional para resolver
este problema, para el cual no evitaré el calificativo de lacerante
en algunos casos pero sobre el que no se requiere estudio
y comprensión sino la aplicación de medidas urgentes, activas e
importantes, como está haciendo ya el
Gobierno español. (Varios señores diputados piden la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Voy a dar un turno a todos los grupos, pero, por
favor, insisto en que intervengan con la mayor brevedad.

Señor Saura, tiene la palabra y le ruego a usted y a los demás
intervinientes que no reabran un debate que podría dar lugar a
mayores polémicas.




El señor SAURA LAPORTA: Hoy no sólo España va bien, sino que la deuda
va bien, parece.

Quiero plantear tres cuestiones. Primera, si el grupo de la mayoría
tiene problemas para votar tres iniciativas distintas, retiro la mía
y que digan cuál quieren votar. Es decir, si el problema es que hay
tres distintas, que el señor portavoz del PP diga cuál prefiere y yo
retiraré la mía.

Segundo, si faltaban argumentos para crear la subcomisión, estoy
seguro de que, cuando el señor portavoz de la mayoría lea su
intervención, los encontrará todos en ella. En lo que ha dicho hay
argumentos para crear la subcomisión; otra cosa es que él haya sacado
sus conclusiones que, evidentemente, no son las nuestras.

Tercera y última cuestión. ¿Cuál es el problema? ¿Que el Gobierno
español ya hace todo lo posible? Seguro que no. No se puede rechazar
la creación de una subcomisión con el argumento de que algunos que
pedimos que se estudie esto lo que estamos pidiendo es pagar los
palacetes de la Costa del Sol; esto es inaceptable, absolutamente
inaceptable como argumento. (El señor Izquierdo Juárez: Yo te lo
enseño.) En algunas iniciativas que el Grupo Popular ha votado en
contra en el Pleno durante la pasada legislatura y en ésta -por
ejemplo, las iniciativas que planteábamos nosotros-, se decía que la
condonación de la deuda de los países pobres altamente endeudados -no
la de todos- siempre fuera sustituida siempre por acciones directas
de objetivos sociales. (El señor Izquierdo Juárez: Ya se hace.) Si se
hace, que nos lo expliquen y nos lo digan, pero que no se venga a
decir que, en definitiva, lo que estamos pidiendo es pagar el
palacete de la Costa del Sol, porque es un argumento indignante. No
creo que sea de recibo que el Grupo Popular diga que todo el mundo
está equivocado -las ONG, la Iglesia, un millón de personas- y que él
lo hace todo muy bien, lo tiene todo solucionado y no hay que hacer
nada más.

El problema de la deuda es hoy uno de los principales problemas del
mundo y lo que estamos ofreciendo es una instancia de consenso y de
impulso para el Gobierno, que buena falta le hace.




El señor PRESIDENTE: Señor Campuzano, intervenga también con la
máxima brevedad.




El señor CAMPUZANO I CANADES: Quiero plantear también tres cuestiones
y lamentar tanto la



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decisión del Grupo Popular como esta intervención del señor
Izquierdo. Una, recordar que algo debe de haber ocurrido desde el
pasado 12 de marzo, cuando en el seno de las Cortes Generales y en el
marco de la Comisión de Economía del Senado, a petición de
Convergència i Unió, se creó precisamente una subcomisión de estudio
de la política del Estado español sobre gestión de la deuda externa.

Hace siete, ocho o nueve meses, el Gobierno y el Grupo Popular
aceptaban la necesidad de estudiar a fondo esta cuestión. Es más,
cuando se planteó esta iniciativa en el seno de esta Comisión de
Cooperación al Desarrollo se pactó con el Grupo Popular, que entonces
no tenía la mayoría absoluta, trasladarla a la Comisión de Economía
del Congreso. Cuando vimos que allí era difícil trabajar por la
acumulación de subomisiones, la trasladamos al Senado de común
acuerdo. Es una pena que la mayoría absoluta les lleve a hacer este
ejercicio de prepotencia en cuanto a esta petición.

Segunda cuestión. La intervención de don Pablo Izquierdo justifica
plenamente la necesidad de la subcomisión. Sólo quiero recordarle que
el 17 por ciento de la deuda externa española está en los denominados
países pobres altamente endeudados. (El señor Izquierdo Juárez: El
12.) El 17 por ciento. Angola, Bolivia, Burkina-Faso, Camerún, Congo,
Costa de Márfil, Chad, Etiopía, Ghana, Guinea, etcétera. Esto sólo
justificaría el trabajo en esta cuestión.

Un último comentario. Creo que es un esperpento calificar de injusta
la campaña que promueven Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz y la
Confer. Estamos hablando de cuatro organizaciones sociales con un
prestigio absoluto en España y en el mundo y me parece un error
político que seamos insensibles a esta petición; error político que
sólo se puede entender desde el menosprecio a la sociedad civil. En
este sentido creo que hoy el Gobierno y el Grupo Popular se equivocan
radicalmente en esta sesión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Díaz Díaz con el mismo
ruego.




El señor DÍAZ DÍAZ: Muy brevemente.

En principio debo decir que había un acuerdo tácito para crear esta
subcomisión. Si los problemas internos del Gobierno no lo permiten es
otra historia, pero no le pase el muerto a la oposición, ha habido un
acuerdo tácito de crear esta subcomisión. En segundo lugar, no tiene
sentido -y por eso pedíamos esta subcomisión- desligar el tratamiento
de la deuda externa con los países subdesarrollados de la ayuda
oficial al desarrollo, no tiene sentido. En tercer lugar, ya somos
mayores y responsables. No consentimos que el Grupo Popular sea aquí
el único responsable, también somos mayores y somos responsables. Y,
por favor, lecciones de manual, no. Los manuales los hay carcas y
menos carcas -permítanme los adjetivos-, pero lecciones de
manual, no. Vinimos aquí a hablar de política y usted nos dio una
lección de manual carca.

Por último, he de decir que la existencia de una deuda externa con
los países subdesarrollados de un 7 por ciento debía justificar la
creación de esta subcomisión y, en todo caso -como no lo puede decir
ella lo voy a decir yo-, el Grupo Socialista en el futuro no va
a consentir que en esta Comisión se utilicen los turnos del Grupo
Parlamentario Popular para contestar a la oposición. El Grupo
Parlamentario Popular, sobre todo cuando es labor de control, no
puede utilizar su turno para contestar a la oposición, su turno es de
fijación de posición, no para hacer turnos de réplica a la oposición.

El que tiene que contestar a la oposición cuando hay Gobierno es el
Gobierno y el señor Izquierdo el día de hoy reiteradamente y otros
días es otra voz del Gobierno y él, lo siento mucho, no es Gobierno.

(Un señor diputado: Pero querría serlo.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Centella.




El señor CENTELLA GÓMEZ: Muy brevemente porque asumo las
intervenciones de los portavoces anteriores, y he de decir al señor
Izquierdo que después de escuchar su intervención uno comprende por
qué fueron apaleados los manifestantes en las puertas del Congreso.

(Rumores.) Realmente ha sido indignante su intervención, y lo digo
con todo el cariño que sabe que nos tenemos, porque acusar a
Izquierda Unida y a otros grupos de que pedimos la condonación de
toda la deuda externa a todos los países es hacer demagogia y él sabe
que la está haciendo porque eso no es verdad. Y, ya se ha dicho
antes, hacer alusión a los palacetes que se construyen en la Costa
del Sol -que de eso podríamos hablar en otras iniciativas que no
vienen a cuento en esta Comisión- la verdad es que es bastante
indignante.




Por último, dice que queremos crear una subcomisión para servir de
altavoz a una campaña injusta. Cabe pensar en cual es el objetivo.

¿Por qué se opone el Partido Popular? Porque cree que esa subcomisión
va a servir para difundir una campaña que no solamente no es injusta,
señor Izquierdo, sino que en estos momentos es uno de los elementos
de más justicia que hay en la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Por último, también con la máxima brevedad,
tiene la palabra el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: En la campaña que se hizo hace años
(porque no es de ahora, no es del último año, ni siquiera la
iniciativa la tuvo la plataforma Recade, en la que participé junto al
señor Centella, porque he asistido, siempre que me han invitado a
debatir y dialogar sobre esta cuestión, en nuestra circunscripción
y en el resto de España, pero que no es de ahora, que viene de toda la
legislatura pasada y que se



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inició por Caritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, con motivo del
jubileo) les puedo asegurar, señorías, el Grupo Popular ha
participado activamente y no considero la campaña injusta, lo que
considero injusto, señoría, es que usted saque la conclusión, como le
he oído decir no en su última intervención sino en la anterior y en
la Comisión de Asuntos Exteriores, de que hay que abolir totalmente
la deuda externa. Eso es lo que le digo yo que es completamente
injusto. Conozco muy bien los contenidos internos de la campaña y sé
muy bien que en determinados aspectos se pide la conversión de deuda
por desarrollo. Lo único que le digo, señoría, es que eso se está
haciendo. ¿Que se puede hacer mejor? Seguramente. ¿Que todo es
perfectible? Tiene usted toda la razón. A usted y al señor Saura les
parecerá indignante que yo me haya referido al palacete del señor
Mobutu en Marbella, pero es verdad, por muy indignante que le
parezca. Hay un periodista malagueño que tiene muy avanzada una
investigación sobre los efectos de la condonación de deuda al antiguo
Zaire en el enriquecimiento del señor Mobutu. Es lo único que he
dicho. Le parecerá a usted lacerante. A mí lo que me parece lacerante
e indignante es que eso se pueda permitir. Por tanto, queda expresada
con mucha claridad nuestra posición. ¿Por qué he puesto ese ejemplo?
A usted le parecerá indignante y le parecerá lacerante que en el
pasado se hayan utilizado los créditos FAD para la exportación de
minas antipersonales, por ejemplo, pero ha pasado. Nosotros no lo
hemos hecho, ni lo vamos a hacer. Le parecerá indignante que yo ponga
este ejemplo tan llamativo para la sociedad civil o para esta Cámara,
pero se ha hecho y lo ha hecho este país, pero nosotros, no. Eso es
simplemente lo que le quiero decir. No sé si esa será una actitud
carca, pero me parece que no, que más bien es todo lo contrario.

Vuelven a repetir -y voy a terminar, señor presidente- que lo del 12
por ciento, no. El 12 por ciento de los países pobres, altamente
endeudados, corresponde a la deuda externa española y sobre ese 12
por ciento se llevando a cabo importantes iniciativas. No digo yo,
señorías, que no se pueda hacer mejor; les estoy invitando a que se
mojen ustedes, a que hagan las propuestas concretas. Si el portavoz
de Izquierda Unida quiere que se le condone la deuda comercial a Cuba
o a China, dígalo con toda claridad, lo estudiaremos en esta Cámara y
daremos argumentos a favor y en contra. Le estoy diciendo que no se
puede utilizar a las personas. Tengo todos los respetos por el
movimiento Recade, todos los respetos y muchos amigos en ese
movimiento y no digo que estén actuando mal y de manera injusta,
actúan según su propio criterio y no me parece mal. Lo que digo es
que el mensaje final de abolición total de la deuda externa no es
justo, primero, porque España tiene una posición relativa en el
concierto internacional y, segundo, porque España está haciendo -y no
otros países- políticas extraordinariamente activas en la
medida en que ustedes podrían plantear o que podría plantear la
iniciativa Recade. Mucho menos me referiré a la campaña anterior, de
cuatro o cinco años atrás, de las organizaciones no gubernamentales,
que ya he citado.

Señor presidente, señorías -y lo digo con toda la cortesía, porque no
me parece que se hayan empleado calificativos de cortesía
parlamentaria-, hemos intentado -así quiero tranquilizar a SS.SS.-
dar argumentos de fondo no de forma, huir de la demagogia para
explicar por qué no estamos de acuerdo en la creación de una
subcomisión. Al debate profundo de los argumentos de fondo, desde la
responsabilidad que creo que tenemos todos, siempre estaremos
abiertos al diálogo para alcanzar posturas conjuntas. En lo que no
estaremos de acuerdo -y tenemos la mayoría para poder hacerlo- será
en servir a las estrategias parlamentarias, legítimas por cierto, de
otros grupos que quieren, entiendo yo, un tratamiento más eficaz de
la deuda, pero si es esto lo que quieren, que digan en qué sentido.

En este caso no quieren un tratamiento.

Con relación a los apaleados, le costó la dimisión, señor Centella,
al responsable de esa acción, que el propio ministro de Interior de
este país desaprobó. Estoy completamente de acuerdo con las
manifestaciones, en sus términos exactos, del ministro de Interior de
este país. Le diré una cosa. No me gustó nada ver en Niza a vándalos
proetarras que justifican el asesinato. (Rumores.) Voy a terminar. No
me gustó, y es una apreciación personal, nada ver en Niza y antes en
Colonia a vándalos proetarras, que justifican el asesinato y la
violencia en el País Vasco, junto a gente muy sincera que pide la
condonación de la deuda externa. No me gustó. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, concluido el debate se va a proceder a
la votación de las iniciativas.

De todos modos, entiendo, señor Saura, que su iniciativa se mantiene
a los efectos de votación.




El señor SAURA LAPORTA: Si el portavoz del Grupo Popular vota a favor
de alguna, continúo manteniendo mi oferta. Él no se ha manifestado en
ningún sentido.




El señor PRESIDENTE: En todo caso, la disposición sobre sus
iniciativas es de usted, no es de los otros grupos.




El señor SAURA LAPORTA: Eso lo sé perfectamente, gracias, señor
presidente, pero si se manifiesta en el sentido de que votaría alguna
porque hay tres, yo retiraría la mía.




El señor PRESIDENTE: El debate ya se ha suscitado y no quisiera dar
uso de la palabra ni al señor Izquierdo ni a ningún otro
interviniente. Por tanto, entiendo que se mantiene a efectos de
votación.




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Vamos a proceder a la votación¿Puede ser conjunta? (Asentimiento.)
Votación de las iniciativas parlamentarias de creación de
subcomisiones y ponencias, números 15, 16 y 17 del orden del día.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 17;
en contra, 21.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las iniciativas.




Señorías, agradeciendo su presencia durante cinco horas y a los
servicios de la Cámara su paciencia, se levanta la sesión.




Eran las dos y cuarenta minutos de la tarde.