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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 83, de 24/10/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 83



COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS LÓPEZ-MEDEL BÁSCONES



Sesión núm. 4



celebrada el martes, 24 de octubre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Elección de vacantes. Mesa de la Comisión. (Número de expediente 041/
000020.) . . . (Página 2246)



Comparecencia del señor secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica (Cortés Martín) para informar
sobre:



- La política de cooperación al desarrollo en el segundo semestre de
2000. A petición propia. (Número de expediente 212/000277.) . . .

(Página 2247)



- El desarrollo pendiente de la Ley 23/1998, de 7 de julio, de
cooperación internacional para el desarrollo y, en especial, el de su
instrumento, el Plan director y su marco presupuestario. A solicitud
del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 212/
000034.) . . . (Página 2247)



Página 2246




- Criterios priorizados por el Gobierno en la modificación del marco
regulador del Consejo de Cooperación y las previsiones que tiene el
Gobierno en relación a la puesta en marcha de los convenios-marco de
colaboración con las organizaciones no gubernamentales que
desarrollan una actividad en el ámbito de la cooperación al
desarrollo. A solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió). (Número de expediente 212/000089.) . . . (Página 2247)



- Funcionamiento de los órganos consultivos y de coordinación
previstos en la Ley 23/1998, en especial el Consejo de Cooperación al
Desarrollo, así como previsiones sobre la reforma de su composición,
competencias, organización y funciones. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 212/000095.) . . .

(Página 2247)



- La reforma en la composición y funciones del Consejo de
Cooperación, de la elaboración del plan director y de su marco
presupuestario. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente 213/000167.) . . . (Página 2247)



Preguntas:



- Del señor Izquierdo Juárez (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre previsiones del Gobierno en relación a la reforma de
las bases que rigen las convocatorias de subvenciones a ONGs. (Número
de expediente 181/000187.) . . . (Página 2247)



Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




- ELECCIÓN DE VACANTES. MESA DE LA COMISIÓN (Número de expediente
041/000020.)



El señor VICEPRESIDENTE (López-Medel Bascones): Buenos días,
señorías. Se abre la sesión.

Como vicepresidente primero y presidente en funciones de esta
Comisión, me corresponde dirigir el orden del día fijado en la
reunión de Mesa y portavoces celebrada hace escasamente diez días.

Como es conocido por todos, en la actualidad existe la vacante de la
figura del presidente y se derivarán otras a resultas de la elección
del nuevo presidente.

Vamos a proceder al cumplimiento del primer punto del orden del día,
que es precisamente la elección de la vacante del presidente. Los
grupos han presentado sustituciones que creo que son conocidas por
esta Mesa.

Vamos a proceder al llamamiento nominativo de las señorías que forman
parte de esta Comisión, como digo, para elegir, en primer lugar, al
presidente. Con posterioridad, como he anunciado, se procederá a
cubrir otras vacantes que puedan existir como consecuencia de esta
elección.

Por el secretario de la Mesa se va a proceder al llamamiento de SS.

SS. para que depositen su voto. (Por el señor secretario se procede
al llamamiento de los miembros de la Comisión, que van depositando
sus papeletas en la urna.)
Realizada la votación y verificado el escrutrinio, dijo



El señor VICEPRESIDENTE (López-Medel Bascones): Señorías, aunque no
es fácil ni cómodo ni agradable el papel que le corresponde a uno
mismo no ya de nominarse sino de confirmar el resultado, quiero
decirles que de los 24 votos escrutados todos me han correspondido a
mí, con lo cual, y antes de seguir dando cumplimiento al primer punto
del orden del día, quisiera agradecer a todos ustedes la confianza
que han depositado en mí para ser presidente de esa Comisión. Aesa
confianza y a ese voto les aseguro que responderé o intentaré con
todas mis fuerzas responder con absoluta dedicación, disponibilidad e
imparcialidad para que cuando acabe la legislatura puedan ustedes
sentirse satisfechos de la votación que han realizado ahora.

Además de este agradecimiento, permítanme manifestarles con mucha
brevedad, pero no quiero dejar pasar la ocasión, el grandísimo honor
que para mí supone esa responsabilidad. De la manera más sincera del
mundo les podría decir que muy pocos cargos me podían hacer más
ilusión que ostentar la Presidencia de esta Comisión, porque, a la
carga política que indudablemente tiene, en este caso creo que le
puede -al menos a mí me sucede así- la carga humana y humanitaria de
los contenidos que aquí se debaten. Y desde la pequeña experiencia
que he podido tener como responsable de los servicios sociales y
persona implicada en los mismos en mi ciudad de Santander, quiero
resaltar



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el valor y el compromiso que supone con todo el principio fundamental
que guía esta materia, que incluso más que la solidaridad para mí es
el valor de la justicia, al cual, desde un punto de vista
profesional, he intentado servir en otro tipo de actividades.

Reiterando mi agradecimiento más sincero a todos ustedes, vamos a
seguir, como anunciaba, dando cumplimiento al primer punto del orden
del día, que es la elección de las demás vacantes. A resultas de la
elección de mí mismo como presidente de la Comisión, es evidente que
se produce la vacante del vicepresidente primero. Por ello, se va a
proceder de nuevo al llamamiento de todas SS.SS. para que puedan
emitir el correspondiente voto. La señora secretaria segunda va
a efectuar el llamamiento de SS. SS. para la elección del cargo de
vicepresidente primero. (Por la señora secretaria se procede al
llamamiento de los miembros de la Comisión, que van depositando sus
papeletas en la urna.)



Realizada la votación y verificado el escrutinio, dijo



El señor PRESIDENTE: Señorías, por unanimidad queda elegido
vicepresidente primero de esta Comisión don Hipólito Fariñas Sobrino.

A resultas de esa elección, se produce la vacante del secretario
primero de la Mesa, con lo cual se va a proceder de nuevo al
llamamiento de todos ustedes. Disculpen esta reiteración, pero es la
forma de hacerlo. Se va a proceder al sucesivo llamamiento de todos
ustedes para la elección del cargo de secretario primero de la
Comisión. (Por la señora secretaria se procede al llamamiento de los
miembros de la Comisión, que van depositando sus papeletas en la
urna.)



Realizada la votación y verificado el escrutinio, dijo



El señor PRESIDENTE: Igualmente, por unanimidad, se ha procedido a la
elección de Carmen Quintanilla Barba como secretaria primera de esta
Mesa, a la cual damos la bienvenida y rogamos que asuma la posición
que le corresponde al cargo elegido.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN
INTERNACIONALY PARA IBEROAMÉRICA(CORTÉS MARTÍN) PARA INFORMAR SOBRE:



- LA POLÍTICA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO EN EL SEGUNDO SEMESTRE DE
2000. APETICIÓN PROPIA. (Número de expediente 212/000277.)
- EL DESARROLLO PENDIENTE DE LA LEY 23/1998, DE 7 DE JULIO, DE
COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO Y, EN ESPECIAL, EL DE SU
PRINCIPAL INSTRUMENTO, EL PLAN DIRECTOR Y SU MARCO PRESUPUESTARIO. A
SOLICITUD DELGRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA( Número de expediente
212/000034.)



- CRITERIOS PRIORIZADOS POR EL GOBIERNO EN LA MODIFICACIÓN DEL MARCO
REGULADOR DEL CONSEJO DE COOPERACIÓN Y LAS PREVISIONES QUE TIENE EL
GOBIERNO EN RELACIÓN A LA PUESTA EN MARCHA DE LOS CONVENIOS- MARCO DE
COLABORACIÓN CON LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES QUE
DESARROLLAN UNA ACTIVIDAD EN EL ÁMBITO DE LA COOPERACIÓN AL
DESARROLLO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA
I UNIÓ). (Número de expediente 212/000089.)



- FUNCIONAMIENTO DE LOS ÓRGANOS CONSULTIVOS Y DE COORDINACIÓN
PREVISTOS EN LA LEY 23/1998, EN ESPECIAL EL CONSEJO DE COOPERACIÓN AL
DESARROLLO, ASÍ COMO PREVISIONES SOBRE LA REFORMA DE SU COMPOSICIÓN,
COMPETENCIAS, ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 212/000095.)



- LA REFORMA EN LA COMPOSICIÓN Y FUNCIONES DEL CONSEJO DE
COOPERACIÓN, DE LA ELABORACIÓN DEL PLAN DIRECTOR Y DE SU MARCO
PRESUPUESTARIO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.

(Número de expediente 213/000167.)



PREGUNTAS:



- DEL SEÑOR IZQUIERDO JUÁREZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO, SOBRE PREVISIONES DEL GOBIERNO CON RELACIÓN A LA REFORMA DE
LAS BASES QUE RIGEN LAS CONVOCATORIAS DE SUBVENCIONES AONGS. (Número
de expediente 181/000187.)



El señor PRESIDENTE: Una vez cubiertas las vacantes y cumplimentado
el primer punto del orden del día, continuamos con el segundo, que es
la comparecencia del secretario de Estado. Se van a tramitar de
manera conjunta así se acordó en la reunión de Mesa y



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portavoces, la comparecencia, a petición propia, del secretario de
Estado para explicar la política de cooperación al desarrollo en el
segundo semestre del año 2000 y otras comparecencias que figuran en
el orden del día, a instancias de diversos grupos, fundamentalmente
del Grupo Socialista y del Grupo Parlamentario Catalán, además de una
pregunta del diputado del Grupo Popular, Pablo Izquierdo. Las
comparecencias del secretario de Estado se tramitarán, como he dicho,
conjuntamente. Después de la intervención del secretario de Estado,
se procederá a dar la palabra a los grupos solicitantes de la
comparecencia, de menor a mayor, empezando por el Grupo Catalán y
después por el Grupo Socialista, para después dar la palabra a los
demás grupos que quieran intervenir. Por tanto, tiene la palabra el
señor secretario de Estado para la cooperación.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y
PARA IBEROAMÉRICA (Cortés Martín): Señor presidente, quiero empezar
expresando mi felicitación al nuevo presidente de la Comisión, señor
López-Medel, así como a los demás miembros de la Mesa elegidos, el
señor Hipólito Fariñas y doña Carmen Quintanilla. Quiero recordar y
agradecer también en esta nueva comparecencia ante la Comisión de
Cooperación, la Presidencia de don Pedro Antonio Martín Marín. Ruego
al presidente que le transmita nuestro recuerdo y nuestra gratitud
por el trabajo que ha desempeñado en esta Comisión.

Tal y como ha fijado la Presidencia, de acuerdo con los portavoces de
la Comisión, en esta primera intervención hablaré de todas las
cuestiones que se han planteado en las distintas peticiones de
comparecencias, tanto la que formulé a petición propia como las que
han formulado los grupos Socialista y Catalán (Convergència i Unió),
y en la pregunta de don Pablo Izquierdo, que básicamente coinciden en
lo mismo, es decir, en el funcionamiento de los órganos consultivos
y de coordinación, haciendo especial hincapié en el Consejo de
Cooperación al Desarrollo, el plan director y la puesta en marcha de
los convenios marco de colaboración o las bases que van a regir las
convocatorias para las organizaciones no gubernamentales.

La Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica está llevando a cabo en este segundo semestre del año
una serie de actuaciones para mejorar la estructura y la eficacia de
la cooperación española, cumpliendo así el mandato de desarrollar la
Ley 23/1998 de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ley que
fue aprobada con el acuerdo de todos los grupos parlamentarios de la
Cámara y que es el marco en el que, en el futuro, se va a mover toda
la política de cooperación española. Las actuaciones que está
llevando a cabo la Secretaría de Estado básicamente son: la
elaboración del proyecto de presupuestos de la Secretaría de Estado
que tuve ocasión de presentar
ante SS.SS. este mismo mes; la elaboración del borrador del plan
director que se está tramitando y que traerá como consecuencia
también la elaboración del plan anual, que a ver si es posible que
pueda estar concluido este año, de tal manera que cuando entre en
vigor el presupuesto del año 2001 tengamos no sólo el plan director
sino el plan anual. Asimismo, durante este semestre se han
constituido los órganos consultivos y de coordinación de la
cooperación para el desarrollo, todos ellos previstos en la Ley de
Cooperación Internacional para el Desarrollo. Se ha constituido ya la
Comisión interministerial de Cooperación, que ha tenido una primera
reunión y debe tener otra próximamente. Se ha constituido también el
Consejo de Cooperación al Desarrollo y es inmediata la constitución
de la Comisión interterritorial de Cooperación para el Desarrollo. En
este mismo proceso de desarrollo normativo de la Ley de cooperación,
se ha iniciado ya la tramitación de la reforma de la Agencia Española
de Cooperación Internacional por mandato de la propia ley y se está
hablando con los más directamente interesados de los programas marco
plurianuales de cooperación, con las organizaciones no
gubernamentales. Tanto el programa anual como estos programas marco
plurianuales de cooperación no podrán ponerse en marcha hasta que no
esté aprobado el plan director, es decir, se harán en la medida en
que el plan director marque con claridad las prioridades
territoriales, las prioridades sectoriales de la cooperación
española.

Respecto del proyecto de presupuestos creo, señor presidente, que no
tiene mucho sentido reiterar aquí el debate que ya tuvimos el día 11
de octubre, debate que fue altamente fructífero, con los portavoces
de los grupos parlamentarios aquí representados. Sí puedo decir, por
enmarcar esta intervención, que el total de los recursos
presupuestarios dedicados a programas de ayuda oficial al desarrollo
en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2001 es de
251.755 millones de pesetas. Esta cifra se debe situar en el
compromiso anunciado por el ministro de Asuntos Exteriores y que yo
mismo reiteré en esta Comisión. Para el período correspondiente a la
legislatura 2001-2004, sincrónico con el de vigencia del plan
director de cooperación, el Gobierno tiene previsto incrementar
gradualmente la ayuda oficial al desarrollo hasta alcanzar la cifra
en torno a los 300.000 millones de pesetas y todo esto en el marco
del equilibrio presupuestario, es decir, con déficit cero fijado por
el Gobierno para los Presupuestos Generales del Estado, circunstancia
que conviene resaltar, como bien puede apreciar alguien tan experto
en el manejo de los presupuestos públicos como es el diputado y
paisano mío señor Rodríguez Bolaños. Es bueno que exista un déficit
cero. Cuando hay un déficit cero en los presupuestos -y ese es el
marco en el que nos tenemos que mover- y se incrementa una partida,
todavía el esfuerzo es mucho mayor pues eso significa que hay que
disminuir otras, y no hay otra posibilidad



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de hacerlo cuando el crecimiento que está teniendo la partida de
ayuda oficial al desarrollo es superior a la media del crecimiento de
los Presupuestos Generales del Estado. En concreto, el presupuesto de
la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para el
Desarrollo para el año 2001 asciende, como ya he tenido oportunidad
de señalar, a 57.209 millones 866.000 pesetas, lo que supone un
incremento respecto del año 2000 de un 7,028 por ciento; implica un
aumento muy por encima de la media de Presupuestos Generales del
Estado para el año 2001. De esta cantidad, 51.228 millones 410.000
pesetas se dedicarán a cooperación al desarrollo. Salvo que SS.SS.

consideren lo contrario, por mi parte doy por informada a la Comisión
con el debate que tuvimos en la anterior comparecencia respecto de
los presupuestos, aunque es evidente que podemos luego volver sobre
estos datos, estas cifras y estas valoraciones.

En cuanto a los órganos consultivos y de coordinación para la
cooperación al desarrollo, el Consejo de Cooperación al Desarrollo,
regulado por Decreto 21/2000, de 14 de enero, se ha reunido en sesión
constitutiva el pasado 18 de octubre. Con anterioridad, y para ir
cumpliendo los trámites, se han nombrado por el ministro de Asuntos
exteriores a los ocho expertos que deben de formar parte del Consejo,
después de una reunión que han tenido los representantes de las
organizaciones no gubernamentales de desarrollo y agentes sociales de
cooperación. En la sesión constitutiva de este Consejo figuraba el
debate del plan director, así como el desarrollo legislativo de la
Ley de cooperación que implica el nuevo texto de real decreto sobre
el propio Consejo y el nuevo estatuto de la Agencia Española de
Cooperación al que luego me referiré.

Por lo que se refiere a la reforma del Consejo de Cooperación,
básicamente se trata de modificar la composición de este órgano
consultivo y de participación en la definición de la política de
cooperación internacional para el desarrollo, tal como lo define la
ley, para dar a la Administración, de acuerdo con esa naturaleza que
lo define, una participación mayor. Creemos que la propia ley
prescribe que debería haber una presencia mayor de la Administración.

Como bien conocen SS.SS., en la actual composición del Consejo, de
los 21 miembros, sólo el secretario de Estado que les habla es
miembro de ese consejo y el resto no son de la Administración, cuando
es cierto que el artículo 22 de la ley dice que en el Consejo de
Cooperación al Desarrollo, además de la Administración, participarán
los agentes sociales expertos. Parece evidente que debe estar la
Administración representada. En las conversaciones que hemos tenido
con los representantes de las organizaciones no gubernamentales y de
las instancias sociales que están representadas en el Consejo, todos
ellos estaban de acuerdo. En esos términos y dentro de lo que viene
siendo una política no sólo de máxima transparencia, sino de máxima
participación y colaboración de todos,
incluida también, por supuesto, la Cámara, en el desarrollo normativo
de esta ley -que se hizo con el acuerdo de todos y que debemos
procurar que siga existiendo el máximo acuerdo en torno a ella-, se
hizo circular un primer borrador de decreto regulador del Consejo de
Cooperación al Desarrollo. Este decreto recibió una serie de
indicaciones y la mayor parte de estas observaciones habían sido
atendidas en un segundo texto que se remitió. Puedo informar a la
Comisión con enorme satisfacción que en la reunión del Consejo de
Cooperación al Desarrollo el texto, tal y como ha quedado, ha sido
informado favorablemente por unanimidad después de las modificaciones
que se han introducido. Básicamente las modificaciones consistían en
que disminuyeran los miembros. La primera propuesta que se hizo fue
de 44 miembros y ahora el número disminuye a 25, por tanto, se reduce
la representación de los miembros de la Administración. En un primer
borrador se pretendía que estuviesen representados todos los
ministerios que tienen algo que ver con la cooperación, de tal manera
que pudiesen escuchar las opiniones de los agentes de cooperación y,
al mismo tiempo, coordinar sus políticas, pero consideraron que era
mejor que hubiese una composición más equilibrada, con lo cual se ha
reducido el número de miembros de la Administración. También se ha
reducido el número de expertos; querían que fuesen 25 porque se
pensaba que ello permitiría unas reuniones más manejables, a juicio
de los propios miembros de la coordinadora de organizaciones no
gubernamentales. Es más, cuando alguien en representación de los
expertos dijo que era preferible que fuesen 8, fue el portavoz de la
coordinadora de organizaciones no gubernamentales quien defendió que
fuesen 4 los expertos.

Otra de las cuestiones que se habían planteado por parte de alguno de
los vocales del Consejo fue que el número obligatorio de reuniones
fuese superior al que se planteaba en el borrador, donde se decía que
era preceptiva una reunión al año y luego tantas cuantas fueran
necesarias. Al final alguien propuso que fuesen tres y los
representantes de las organizaciones sindicales dijeron que era mejor
que fuesen dos obligatorias y luego tantas cuantas fuesen necesarias.

De hecho, la voluntad de la presidencia es reunir con mucha
frecuencia al Consejo porque queremos que la política de cooperación
cuente con la mayor participación y compromiso de todos aquellos que
tienen que intervenir en ella. Antes de fin de año está previsto que
haya tres reuniones del Consejo de Cooperación. El texto, que fue
dictaminado favorablemente por unanimidad, insisto, de todos los
miembros del Consejo, fija que sean dos las reuniones que se celebren
al año y después todas las que la presidencia y los miembros del
Consejo consideren que pueden ser convenientes para la buena marcha
y la actividad del Consejo.

Creo que uno de los expertos anunció que iba a plantear, como voto
particular, que tenía que haber más



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expertos que 4, si bien nos dio garantías a todos los miembros del
Consejo de que ésta no era un posición, en absoluto, interesada por
su parte, cosa que nadie puso en duda, dado el prestigio, la entrega
y la dedicación que acompañan a este vocal del Consejo. Esta fue la
única observación, al margen de alguna otra petición sobre cuestiones
de redacción en lo que se refiere a la expresión de género, sobre lo
que se decidió remitirse a autoridades lingüísticas superiores,
entendiendo que el Consejo podía saber sobre cuestiones de
cooperación, pero en materia de redacción lingüística doctores tenía
la Santa Madre Iglesia.

La tramitación del decreto de la nueva regulación del Consejo de
Cooperación se ha iniciado ya y ha pasado por la Secretaría General
Técnica. Como bien conocen SS.SS., esta tramitación es procelosa y
tiene que pasar por diferentes instancias: Ministerio de
Administraciones Públicas, Ministerio de Haciendo, incluso Consejo de
Estado, en la medida en que es desarrollo legislativo de la ley.

Razonablemente podrá haber entrado en vigor antes de fin de año, pero
el texto ya está básicamente acordado. Es verdad que puede haber
alguna observación, tanto de los distintos ministerios como de la
propia Comisión de Subsecretarios o del Consejo de Ministros, pero
creemos que el texto que fue informado unánime y favorablemente por
el Consejo de Cooperación será el que ahora está casi acordado. Si
alguna de SS.SS. desea tener el texto en su versión definitiva, a
través de la Presidencia, con mucho gusto, se lo podremos facilitar.

La Comisión interterritorial de cooperación para el desarrollo,
regulada por otro real decreto de la misma fecha, 14 de enero de
2000, no se ha constituido todavía y se reunirá el próximo 6 de
noviembre. La elaboración del plan director, que será una de las
cuestiones centrales de la reunión de la Comisión interterritorial,
como bien conocen SS.SS., sobre todo los que participaron en la
elaboración de la Ley de cooperación, exige una serie de trámites y
de informes, tanto de la Comisión interministerial, como de la
interterritorial, como del Consejo de Cooperación y luego la
subsiguiente tramitación ya puramente gubernativa: Comisión de
Subsecretarios, informe de la Comisión delegada del Gobierno para
Asuntos Económicos y Consejo de Ministros. Lo único que claramente
prescribe la ley es que tiene que ser la Comisión interministerial la
que, a través del ministro de Asuntos Exteriores, presente el
proyecto de plan director al Consejo de Ministros. Quiere esto decir,
por tanto, que la Comisión interministerial, que ya se ha reunido,
tendrá que ser también la última que se reúna inmediatamente antes de
que el texto del proyecto vaya al Consejo de Ministros.

En la Comisión interterritorial se pretende reforzar la coherencia y
la complementariedad entre las actividades de cooperación de todas
las administraciones públicas como expresión de ese compromiso
solidario de la sociedad española y que desde luego no puede ser
solo de la Administración del Estado, sino que tiene que ser de todas
las administraciones, y de hecho todas las administraciones dedican
algún esfuerzo a la cooperación, esfuerzo que, sin duda, les supone
una renuncia a actividades alternativas que podían desarrollar en su
ámbito de responsabilidad. Pero a nosotros nos gustaría no solo que
fuese a más y que tuviese un crecimiento y una participación más
significativa en sus respectivos presupuestos, sino también que
hubiese una coordinación, una complementariedad y una coherencia lo
mayor posible en esta cooperación descentralizada. Insisto en que la
Comisión interministerial se reunirá el 6 de noviembre presidida por
el ministro de Asuntos Exteriores y en el orden del día se incluirá
el dictamen del plan director, así como la información sobre el
desarrollo normativo de la Ley de cooperación, aunque no sea
preceptivo en este caso, y el debate general sobre los criterios de
la política de cooperación descentralizada, según los principios que
marca la Ley de cooperación y lo que fija luego el plan director,
debe informar la política de cooperación de toda España, de todas sus
administraciones. Por tanto, las administraciones autonómicas, las
administraciones locales, las universidades y tantas otras instancias
que realizan cooperación tienen señalado su marco en lo que prescribe
tanto la Ley de Cooperación como el plan director de la cooperación
española.

Como ya tuvimos ocasión de debatir en la anterior comparecencia, como
bien recordará el señor Pérez Casado, esto es lo que se está haciendo
en todas partes, incluso cuando se planteó por parte del
representante, entonces, de Convergència i Unió que debía haber unos
cambios sobre la atención al África subsahariana, vimos que esto no
era muy diferente de lo que estaba haciendo la Generalidad de
Cataluña en las instituciones que se dedican a la cooperación y ayuda
al desarrollo.

La Comisión interministerial ya he dicho que se reunió el día 22 de
septiembre, realizó un primer examen del plan director y tendrá que
volver a reunirse al final de este proceso, esperamos que sea posible
en torno a la segunda semana de noviembre, de tal manera que ya pueda
elevar el proyecto del plan director al Consejo de Ministros.

El primer borrador del plan director fue entregado a todos aquellos
que tienen algo que ver con la política de cooperación; se hizo
llegar a través de la Presidencia a los miembros de la Comisión; así
como a las organizaciones no gubernamentales, a los agentes sociales,
etcétera.

Ha habido, por tanto, distintas versiones. De la primera versión, que
es la de 25 de julio, que conocen SS.SS., ha habido tres versiones
sucesivas en las que se han ido incorporando todas las aportaciones
que se han ido recibiendo. He dejado sobre la mesa varios ejemplares
de la versión del 18 de octubre, que es la que se repartió en la
reunión del Consejo de Cooperación, donde podrán ver que están en
negrita y en cursiva todas las



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aportaciones que han ido planteando distintas instancias. En
concreto, la Coordinadora de organizaciones no gubernamentales para
el desarrollo presentó setenta y tantas observaciones, y la mayor
parte de ellas han sido incorporadas. Pero importa mucho saber que
esta no es la versión definitiva, no es la versión que el Gobierno,
que tiene por ley que informar a la Comisión de Cooperación del
Congreso de los Diputados, entregará, sino que es un borrador nuevo,
una nueva aproximación, con todas las incorporaciones que, como verán
en el borrador, están unas en cursiva y otras en negrita. Es el único
procedimiento que se nos ocurría y que se planteó y fue acordado en
el Consejo de Cooperación y en muchas reuniones previas por separado
y conjuntamente con la coordinadora de organizaciones no
gubernamentales, con los representantes de las organizaciones
sindicales, con representantes de las organizaciones patronales, con
representantes de las asociaciones de derechos humanos. Teniendo en
cuenta, además, que son tres los consejos que tienen que informar y
participar en esta elaboración y que luego todavía lo tiene que hacer
el Consejo de Ministros, por lo que cualquier ministerio podrá
aportar opiniones, la única posibilidad que se nos ocurría de que
este proceso tuviese algo de racionalidad y que al mismo tiempo se
supiese cuál era la posición de cada uno de los vocales de los
distintos consejos era que hiciesen llegar observaciones por escrito
y que, cuando se fuesen haciendo sucesivas versiones, se fuese
recogiendo el origen de cada aportación, de tal manera que de lo que
resulte al final se pueda saber tanto su origen como que si hubiera
algún punto del plan que a alguien, en función de aquellos a quienes
representa, no le gustara o que viera que faltaba siempre pueda
decir: nosotros planteamos esto, pero no ha sido recogido.

Es evidente que este es un plan del que el único responsable es el
Consejo de Ministros, el Gobierno, por ley, sin perjuicio de que el
iter o la tramitación y la elaboración del plan requieran todas estas
consultas, pero, tal y como comprometió el ministro de Asuntos
Exteriores y yo mismo en nuestra primera comparecencia ante esta
Comisión, queremos que el proceso sea de la máxima transparencia, de
la máxima participación y consideramos que es un gran valor para la
cooperación española que no sólo se mantenga, sino que se refuerce el
acuerdo básico que se logró en torno a la Ley de Cooperación y que
debe guiar lo que es por definición una política de Estado, como es
la política exterior, de la que es parte la política de cooperación.

Junto con el plan director, entre las actuaciones que está llevando a
cabo la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica en este semestre está el nuevo estatuto de la Agencia
Española de Cooperación Internacional. A fecha de hoy existe un
borrador de real decreto que aprobará el nuevo estatuto, que no
producirá incremento de órganos administrativos, sino una mejor
redistribución de los mismos,
conjugando criterios geográficos y sectoriales, que son las dos
cuestiones que siempre deben plantearse a la hora de hacer una
política de cooperación coherente. Podría optarse por distintas
fórmulas: que hubiese unidades administrativas que se ocupasen de la
cooperación en materia sanitaria, en materia educativa, en materia
medioambiental, o que sean unidades administrativas que se ocupen de
áreas geográficas, de Iberoamérica en su conjunto, de América del
Sur, de Centroamérica, de África o de zonas de África. Se ha
procurado conjugar en este decreto ambas posiciones, y al mismo
tiempo que va a haber unas direcciones territoriales, por así
decirlo, va a haber también unas unidades sectoriales que dependerán
de manera más directa de la Secretaría General de la Agencia.

La Secretaría General de la Agencia queda política y
administrativamente reforzada en esta estructura. Esto se hace
también en coherencia con la nueva organización del Ministerio de
Asuntos Exteriores con tres secretarías de Estado que tienen un
secretario de Estado, un secretario general y distintos directores
generales, unos horizontales, por así decirlo, y otros territoriales.

En el caso de la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, habrá una Dirección General, la de
Política Exterior para Iberoamérica, que dependerá directamente del
secretario de Estado, y tres direcciones generales, que dependerán
del secretario de Estado a través del secretario general de la
Agencia, que serán las dos territoriales de la Agencia, es decir,
Iberoamérica y el resto del mundo de cooperación, por decirlo
simplificadamente, y la Dirección General de Relaciones Culturales y
Científicas, que se incorporará a la Agencia, con lo cual el
secretario general de la Agencia Española de Cooperación
Internacional tendrá la consideración de secretario general de la
Secretaría de Estado, como las otras dos secretarías, la de Asuntos
Europeos y la de Política Exterior.

La Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas se
integrará en la Agencia por una cuestión de sinergias, en definitiva,
de eficacia. Un porcentaje altísimo, creo que incluso de más del 80
por ciento, de la actividad cultural en el exterior que realiza el
Ministerio de Asuntos Exteriores tiene que ver con el área de
actuación de la Agencia; básicamente es Iberoamérica, son los centros
culturales iberoamericanos, las becas y los lectorados con países
iberoamericanos, países africanos, países asiáticos. Es verdad que
hay un porcentaje también de becas con países desarrollados, pero son
becas de intercambios, de reciprocidad entre los países, y luego hay
alguna institución básicamente en países desarrollados -estoy
pensando en la Academia Española de Roma- que tenemos la intención de
abrir también a becarios iberoamericanos. De esta manera, serían más
del 80 por ciento de las actividades culturales que en España se
hacen en áreas de cooperación e incluso algunas actividades que
claramente están en



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países desarrollados quedarían abiertas, algo que se ha planteado
desde la pasada legislatura.

Creo que es muy positivo que en todo momento se haya contado con un
acuerdo muy compartido tanto en esta Comisión como -permítame, señor
presidente, que acuda a la añoranza y recuerde también mi anterior
vida- en la Comisión de Cultura, donde también había el acuerdo
básico de que teníamos que dar el salto de la cultura en español y
que centros como la Academia de Roma o el Instituto Cervantes debían
estar abiertos no sólo a los autores y artistas españoles que se
expresan en todas las lenguas de España, sino también a artistas,
autores, compositores o músicos de los países de nuestra comunidad
cultural.

Esta es la razón por la que la Dirección General de Relaciones
Culturales y Científicas se incorporará a la Agencia, lo cual además
producirá sinergias y mayor eficacia y paliará parcialmente las
necesidades que tiene la Agencia de mayores dotaciones de personal.

Creo que esto dice mucho a favor de la Agencia y de quienes en ella
trabajan. La Agencia Española de Cooperación Internacional ha
multiplicado por seis o por siete, en los últimos años, su actividad,
su gestión presupuestaria, y sin embargo el personal que tiene la
Agencia ha crecido muy poco. Esto dice mucho en favor de la capacidad
de trabajo y de organización que tiene la Agencia porque, como es
bien sabido, estamos en una fase de restricciones en cuanto a las
posibilidades de aumentar el personal -también de aumentar los
presupuestos tanto como quisiéramos- y por lo tanto son datos que nos
vienen dados, tanto respecto a la relación de puestos de trabajo como
a la cantidad que SS.SS., las Cortes Generales, asignan a quienes
tenemos que ejecutarlos según los presupuestos de cada año. Pero el
hecho de que ahora vaya a haber un único negociado, aunque no sé qué
nivel administrativo tendrá, que se ocupe de becas en vez de estar
repartidas entre la Dirección General de Culturales, la Dirección
General del Instituto de Cooperación Iberoamericana, que haya una
sola para gestionar lectorados, etcétera, permitirá que los efectivos
que hay, enormemente eficaces y que realizan un gran esfuerzo, pero
sin duda escasos, puedan tener un uso más racional, que es otra de
las ventajas que pensamos que se podrá conseguir con esta
incorporación de la Dirección General a la Agencia. De igual modo, la
Oficina de planificación y evaluación, que ahora depende directamente
del secretario de Estado, pasará a depender funcionalmente de la
Agencia Española de Cooperación Internacional y por tanto reforzará
no sólo la vigilancia ex post o el análisis y evaluación también ex
post sino lo que es el estudio, la preparación, la planificación de
las actividades que tenga que desarrollar la Agencia en el terreno
estricto de la cooperación.

También habrá una reorganización interna de los órganos de la Agencia
en las unidades directamente dependientes del secretario general para
que todo lo
que tiene que ver con cooperación multilateral, cooperación con las
organizaciones no gubernamentales, etcétera, tenga una identificación
más racional de las responsabilidades que tiene cada quién. Pensamos
que la Agencia puede tener una mayor eficacia en su funcionamiento,
insisto, y no me cansaré de hacer el elogio y rendir homenaje al
trabajo que ésta hace. Ahora lo puedo decir más alto porque como yo
llevo muy poco tiempo lo que funcione bien no se debe a méritos míos;
a medida que vaya pasando el tiempo iré rebajando estos elogios, no
vayan a pensar SS.SS. que estoy haciendo el papel que debería hacer
mi abuela.

También me han pedido información sobre los programas marco
plurianuales de cooperación con las organizaciones no
gubernamentales. En este punto puedo entrar en pocas concreciones,
pero sí en lo que creemos que debe ser este planteamiento
complementario del actual. Las subvenciones a organizaciones no
gubernamentales en el proyecto de presupuestos que se ha remitido a
la Cámara para 2001 se elevan a 9.392 millones de pesetas, lo cual
implica un aumento respecto del presupuesto del año anterior del 5,22
por ciento. A esta cantidad se añadirán los porcentajes
correspondientes al IRPF para fines sociales que, sin que podamos en
estos momentos dar una cifra exacta, parece razonable pensar que
oscilarán en torno a los 4.000 millones de pesetas. Es decir, que la
cifra previsible para el año que viene estará en torno a los 13.500
millones de pesetas, lo que supone continuar la línea ascendente
iniciada hace algunos años.

Creemos que la experiencia tanto de la Administración, a través de la
Agencia, como de las propias organizaciones no gubernamentales a lo
largo de estos años permite introducir algunas modificaciones en este
tipo de colaboración entre la Administración y las organizaciones no
gubernamentales, en compañía del procedimiento tradicional, es decir,
el de los proyectos concretos previamente identificados,
convocatorias anuales, y que podamos tener también unos instrumentos
que permitan mayor previsibilidad y mayor planificación tanto para
las organizaciones no gubernamentales y para la Administración
española como para los países receptores de esta ayuda.

De una manera orientativa, la cuantía media de la última convocatoria
ordinaria de 2000 de estos proyectos concretos se sitúa en torno a 56
millones de pesetas por proyecto con la financiación de 162
actuaciones para su puesta en marcha en 35 países y correspondientes
a 69 organizaciones. En otras convocatorias ha sido un poco más pero
creo que esta cifra es significativa del estado en que nos
encontramos.

Este modelo propicia una dispersión tanto territorial como sectorial
y de actores. Ha venido acompañado de un aumento presupuestario en
torno al 7 por ciento anual y creemos que eso nos permite el diseño
de un nuevo sistema de financiación que suponga una mayor
concentración en todos los ámbitos y permita conseguir



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una mayor eficacia en la gestión de los recursos en la lucha contra
la pobreza y en las otras acciones transversales que debe perseguir
la cooperación española, a la vez que se potencia la
complementariedad entre la cooperación bilateral oficial y la
ejecutada a través de las organizaciones no gubernamentales.

Como bien pueden comprender SS.SS., para que pueda salir este nuevo
sistema complementario o sustitutorio parcial del actual es un
prerrequisito el que esté aprobado el plan director. Sólo cuando
tengamos el plan director, cuando sea éste el que marque claramente
las prioridades, las líneas de preferencia sectorial y territorial de
la cooperación española, será posible llegar a estas nuevas figuras.

Ya se está hablando con las organizaciones no gubernamentales de los
convenios marco, que sería un acuerdo entre la Agencia de Cooperación
y la ONG para el desarrollo y para la ejecución de intervenciones
plurianuales y donde la complementariedad con la cooperación
bilateral directa sea determinante. Se suscribiría un convenio marco
con aquellas organizaciones no gubernamentales de una capacidad y un
prestigio acreditados en el campo de la cooperación, estableciéndose
una serie de criterios objetivos para su elección que podrían ser un
abanico muy diverso, tanto una experiencia acreditada como la gestión
de la financiación pública de años anteriores, la capacidad para
captar recursos privados, la implantación social, la existencia de
una estrategia de cooperación al desarrollo a largo plazo, los países
del área en que actúa que permita una coordinación regional,
etcétera; todo esto lo tendremos que ir fijando, pero, una vez que
tengamos los criterios del plan director.

Sin que esto suponga, señor presidente, que vaya a ser así, de los
estudios que tenemos se desprende que las cuantías para financiarlo,
en este caso, con un horizonte razonable de los convenios marco de
cuatro años -podría ser de tres en algunos casos, según la capacidad-
ascenderían a una cantidad entre los 400, 500 ó 600 millones-año.

Insisto en que habría que ver cuántas son las organizaciones que
están en condiciones de acceder a este tipo de convenios y cuáles son
los criterios que nos marca el plan director, que aunque es un
documento que ya está muy avanzado sigue siendo un documento abierto.

Es evidente que el seguimiento de las intervenciones y el libramiento
de fondos anual se realizará a través de los planes operativos
anuales.

Junto con estos convenios marco también estábamos pensando que
hubiera programas marco que tendrían como finalidad financiar
intervenciones de alcance medio seleccionadas por su contenido
sectorial o territorial a organizaciones no gubernamentales con una
capacidad de gestión media pero con una fuerte implantación social
que garantice la complementariedad de la cooperación bilateral
directa.

Igualmente, la selección de dichas organizaciones no gubernamentales
de ayuda al desarrollo se realizará teniendo en cuenta los mismos
criterios objetivos para
los convenios marco pero reduciendo el nivel de exigencia, puesto que
estamos hablando de unas organizaciones que, si a las primeras
podríamos calificarlas de grandes por su capacidad de gestión, estas
se podrían calificar de medias, pero (sin que quiera en esta
instancia ir más allá de facilitarles con toda claridad cuál es el
estado de los estudios) sabiendo que son estudios que tendremos que
acordar con todas las partes y que esta propuesta vaya al Consejo de
Cooperación al Desarrollo, como me comprometí allí; aunque no es
preceptivo que vaya, el Gobierno quiere tener la opinión y el
dictamen del Consejo de Cooperación. Esto lo queremos hacer siempre y
cuando haya acuerdo. Si estábamos hablando antes de cuatro años y de
entre 400, 500 ó 600 millones de pesetas, aquí estaríamos hablando de
un horizonte de dos o tres años, según los casos, y de unas cuantías
anuales entre 150, 200 ó 300 millones, según los casos, con el mismo
tipo de seguimiento y de libramiento de los fondos.

Junto con el convenio marco y el programa, se mantendrá el sistema de
financiación a proyectos concretos en las dos convocatorias, tanto en
la general, como en la del impuesto de la renta sobre las personas
físicas, si bien la convocatoria general no será de nueve mil y pico
millones, sino de la cantidad que no haya sido acordada en estos
programas o convenios marco. Y todo lo que tiene que ver con el
impuesto sobre la renta de las personas físicas será abierto para
organizaciones no necesariamente más pequeñas, pero razonablemente
serán aquellas que no han optado a estas otras dos fórmulas que
pueden ser organizaciones grandes pero que no les interesa o no se
consideran en condiciones de adquirir compromisos plurianuales para
la gestión de sus actividades.

En este punto quiero, señor presidente, repetir algo de lo que hablé
en la comparecencia en la Comisión de Presupuestos, a instancias del
señor Pérez Casado, porque tiene que ver tanto con el presupuesto, y
eso ya lo planteé allí, como con estas actuaciones a medio y largo
plazo que consideramos que son orientaciones básicas que debe tener
el plan director.

Creemos firmemente, y nos alegramos de que sea una opinión de las que
cuenta con el apoyo básico de la Cámara y de los órganos colegiados
con los que hemos consultado hasta ahora, que uno de los elementos
claves del desarrollo de los países que están en vías de desarrollo
tiene que ver con la consolidación institucional, con el
reforzamiento de la institucionalidad en estos países y que, junto
con los programas que se vienen haciendo desde hace mucho tiempo en
materia de poder judicial, administración, control del gasto público,
fiscalidad, reforzamiento de los poderes locales, ayuda a la
elaboración de catastros en bastantes sitios, seguridad ciudadana con
la cooperación de la Policía, de la Guardia Civil, servicios públicos
básicos de suministros de aguas, ayuda a los parlamentos en algunos
casos, etcétera, pensamos que España está en condiciones



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de dar un paso más. Todos los países con los que hemos tenido
contacto - y lo dicen todos los que tienen más experiencia en esto,
yo llevo poco tiempo- consideran que España puede ayudar de una
manera muy importante y valoran mucho el reforzamiento del régimen
democrático, de la institucionalidad de estos países con la ayuda de
los partidos políticos y de los sindicatos españoles.

Aquí reitero el ejemplo que planteé en mi anterior comparecencia en
la Comisión de Presupuestos. Creo que lo que hicieron con España
fundaciones alemanas, suecas, norteamericanas, con partidos y con
sindicatos en el momento en que nosotros empezábamos la transición
democrática, e incluso antes de que se empezase formalmente la
transición con el acceso al trono del Rey, del que se van a cumplir
ahora los 25 años, la ayuda que recibimos los políticos de entonces
-yo mismo me presentaba como un beneficiario de la ayuda de
fundaciones alemanas, en ese momento de las juventudes liberales en
mi caso, y otros en otras instancias- resultó de una enorme utilidad
para que la transición española tuviese el éxito que ha tenido,
ayudando a España para consolidar un sistema de partidos, una
experiencia de unos políticos la que no tenían por razones obvias, ya
que no había habido oportunidad de practicar la política
institucionalmente, sino de una forma clandestina o marginal.

Creemos que España está ahora en condiciones de colaborar con
partidos políticos, con organizaciones sindicales, sobre todo
iberoamericanas, que nos lo han pedido. Creemos que en este marco de
ayuda y de cooperación debemos reforzar la institucionalidad de estos
países, junto con el Consejo General del Poder Judicial y otras
instancias administrativas, el Instituto de Estudios Fiscales, el
Instituto Nacional de Administraciones Públicas, los partidos y las
organizaciones sindicales directamente o a través de organizaciones,
ya sean fundaciones, organizaciones no gubernamentales que están
directa y abiertamente vinculadas, porque esto se debe hacer, como
todo lo que se hace en esta Comisión, con una total transparencia y
sobre la base de que estamos convencidos de que estamos haciendo algo
que merece la pena hacer. Para facilitar esta posibilidad tendrá que
producirse una adaptación presupuestaria.

Creo que en estos nuevos instrumentos de actuación, ya sean los
convenios marco o los programas en una primera etapa, podríamos
incluir también a las organizaciones vinculadas directamente a
partidos políticos y organizaciones sindicales, lo cual permitirá una
actuación a medio y largo plazo con una previsibilidad en las
actuaciones , sin tener que estar cada año a la espera de si los
proyectos que se han presentando durante el año han tenido una
calificación suficientemente elevada como para ser elegidos, porque
hay muchos proyectos que, a lo mejor, son los mismos, o continuación
de los mismos, que un año son elegidos y al año siguiente no, lo cual
no significa que sean peores, sino que se han
presentado otros que, por ser mejores, han obtenido una mejor
puntuación, y como de lo que se trata es de poder asignar los
recursos que hay, que siempre son muy inferiores a las peticiones que
se formulan -las peticiones son en torno a cinco-uno sobre lo que
hay- creemos que estas actuaciones que tienen especial importancia
deben enmarcarse dentro de estos nuevos instrumentos, de tal manera
que haya previsibilidad para la actuación de las organizaciones de
los agentes, así como de los países receptores de esa ayuda que, si
ya saben que en determinada región de tal país va a haber una
actuación a medio plazo de construcción de equis centros educativos
en la propia planificación del país, evitaremos duplicaciones o
buscaremos complementariedad con lo que estén haciendo allí.

Señor presidente, eran muchas las peticiones de comparecencia y no sé
si he sido suficientemente ordenado. Sí he pretendido responder, en
la medida de mis posibilidades, a las cuatro cuestiones sobre las que
se me había preguntado. Quiero concluir diciendo que hace unas
semanas el ministro de Asuntos Exteriores señalaba, contestando a una
pregunta formulada por el señor Pérez Casado en el Pleno de la
Cámara, la consideración que para el Ministerio de Asuntos Exteriores
tiene la política de cooperación, como un elemento central del plan
estratégico de la política exterior de España, cuya propuesta inicial
ha sido ya presentada en el Consejo de Política Exterior.

Señor presidente, señorías, de mi exposición espero que se deduzca
que la política de cooperación es un elemento fundamental de la
acción exterior de España, precisamente porque así lo entiende la
sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias al señor secretario de Estado no
sólo por su comparecencia sino también por su intervención, que en
algunos de sus puntos revelaba no sólo la añoranza por la vida pasada
-me parece que eran los términos literales utilizados por él-, por la
época dedicada a la Secretaría de Estado de Cultura, sino también la
añoranza -por lo menos yo he podido percibirla-, la valoración, el
recuerdo y el aprecio por la institución parlamentaria, donde creemos
que la cooperación para el desarrollo es fundamental junto a la
acción del Ejecutivo.

Como se anunció anteriormente, tendrán el uso de la palabra, en
primer lugar los grupos parlamentarios Catalán y Socialista, que
habían solicitado la comparecencia, para referirse en una sola
intervención no sólo a los puntos respecto de los cuales se demandaba
la comparecencia, sino también, en general, a cualquier valoración
que pueda haber suscitado la intervención del secretario de Estado.

Con posterioridad se concederá el uso de la palabra a los demás
grupos presentes que así lo deseen, a la cual, lógicamente, en el
momento en que se formule la intervención del Grupo Popular, se acu
mulará



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la pregunta pendiente con la comparecencia prevista.

Por tanto, tiene la palabra el señor Campuzano, en nombre del Grupo
Parlamentario Catalán.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Gracias, señor secretario de Estado,
por el contenido de su intervención porque sobre aquellas cuestiones
que nuestro grupo parlamentario así lo había solicitado hemos
encontrado una respuesta interesante y positiva que, además, nos ha
permitido avanzar sobre otras cuestiones que son objeto de
preocupación de esta Comisión y, por supuesto, de nuestro grupo.

En primer lugar, el secretario de Estado ha hecho referencia al
momento de elaboración del plan director que es el principal
instrumento de planificación de la política de cooperación al
desarrollo y objeto de multitud de debates en el seno de esta
Comisión tanto en la pasada legislatura, como en la presente. Nuestro
grupo tuvo conocimiento del contenido del plan a través de ese primer
borrador que recibimos hace un par de meses y es evidente que ahora
tendremos que estudiarnos con un poco de detenimiento el último
borrador, del 18 de octubre, al que hoy hemos tenido acceso. Es
importante este nivel de diálogo -y nos consta a través de diversos
conductos que se está dando- con los principales agentes implicados
en la cooperación, y entendemos positivo que el Gobierno haya
apostado por mantener esta vía de diálogo abierto con la sociedad
civil. Una de las principales virtudes que la política de cooperación
al desarrollo debe tener en España, y creo que, aunque con algunos
altibajos, ésa ha sido siempre la voluntad de la Administración en la
última etapa, era la de mantener ese consenso con la propia sociedad
civil.

Hemos de decir que el borrador que se nos hizo llegar este verano nos
parecía insuficiente, desde la perspectiva de los objetivos de fondo
e incluso -si me lo permite el señor secretario de Estado-
insuficiente desde la perspectiva de la literatura que acompañaba el
contenido del borrador. Nos parecía que se alejaba de esa gran
prioridad que la Ley de cooperación al desarrollo definía como el
objeto principal de nuestra política en este ámbito, que no era otra
que la erradicación de la pobreza. Nos parecía que el documento se
alejaba de ese objetivo, pero nos consta que con el diálogo que se ha
sostenido con la sociedad civil organizada se ha avanzado en esa
definición. Ya veremos cuál es el texto que queda.

Sin embargo, es evidente que en esta legislatura el conjunto de la
sociedad española, y de manera muy principal el Gobierno del Estado,
deben dar respuesta a los grandes retos que en materia de cooperación
internacional hoy se plantea el conjunto de la comunidad
internacional: el objetivo de la reducción de la pobreza al 50 por
ciento del conjunto de personas que viven en situación de extrema
pobreza antes del 2015, definido
en la cumbre de Copenhague, el objetivo de universalizar, también
para el año 2015, la enseñanza primaria en todos los países,
conclusión y objetivo marcado en Beijing, Jontien y Copenhague;
también el objetivo de alcanzar la plena igualdad entre hombres y
mujeres, garantizando el pleno acceso entre los géneros a la
enseñanza primaria y a la secundaria antes del 2005, objetivo de El
Cairo y de Copenhague; la reducción de la mortalidad de recién
nacidos y niños, también para el 2015, objetivo de El Cairo; reducir
la mortalidad materna en un 75 por ciento, objetivo de El Cairo y de
Beijing; potenciar los servicios de ayuda reproductiva antes del
2015, y proteger el medio ambiente, como grandes objetivos no ya de
la sociedad española sino del conjunto de la comunidad internacional.

El debate que en esta Cámara nos deberemos plantear, cuando tengamos
que dictaminar el plan director, es si el mismo responde a estos
objetivos, no ya, repito, de la sociedad española sino del conjunto
de la comunidad internacional.

También tendríamos que analizar las cifras. Me ha parecido ver que se
adjunta un cuadro a este borrador, en el que se efectúa una
cuantificación de las previsiones del plan director. La sensación, de
entrada, es que en un momento de crecimiento económico, en un momento
en el que somos capaces de prever un crecimiento importante de
nuestro PIB, deberíamos ser más generosos en este compromiso con esos
grandes objetivos, insisto, de la comunidad internacional.

A nosotros nos sabía a poco el borrador de plan director y tendremos
que esperar al análisis que hagamos de este nuevo documento. En este
sentido, sería importante que hoy el secretario de Estado pudiese
situar en el tiempo cuál es su previsión de llegada del plan director
al seno de esta Comisión, si va a tener entrada en lo que nos queda
de período parlamentario, de aquí al 31 de diciembre, o si nos
iríamos a febrero. A nosotros nos parece que por su trascendencia
sería importante que esta Cámara lo aprobase en el actual período de
sesiones. Cuando el Gobierno efectúe su último proceso de consultas,
la Cámara, en última instancia, también deberá plasmar sus opiniones
y sus criterios sobre esta materia, y será entonces cuando los grupos
parlamentarios y el propio Gobierno deberemos terminar de profundizar
en su discusión.

Segunda cuestión, modificación del Consejo de Cooperación. Nos parece
positivo que se haya reconducido la pretensión inicial del Gobierno
en relación al funcionamiento del Consejo, y nos alegra saber que en
el último Consejo se dictaminó de manera favorable esa propuesta de
reforma del reglamento, pero, si le he de ser sincero, se me escapan
los motivos últimos por los cuales el Gobierno ha planteado esta
reforma. De hecho, el reglamento que teníamos llevaba muy pocos meses
en vigencia, aún no sabíamos si había mostrado sus insuficiencias y
respondía también a un proceso de diálogo del anterior equipo de la
Secretaría de Estado,



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pero también es legítimo que el nuevo secretario de Estado quiera
plantear una nueva política en esta materia.

A nosotros nos preocupaba la dimensión del Consejo, por excesiva, y
por esa, seguramente exagerada, presencia de la Administración.

Veremos finalmente cómo queda el texto cuando se publique en el
Boletín Oficial del Estado. Esperamos que responda a los compromisos
existentes en esta materia con los sectores especialmente interesados
en la puesta en marcha del Consejo de Cooperación, que no son otros
que las propias organizaciones sociales. Nos parece bueno que se haya
sentado el precedente de que los instrumentos previstos en la Ley de
cooperación se continúen desarrollando bajo esa lógica del consenso.

Nos preocupaba que el Gobierno hubiese optado por imponer su visión
de esta materia sin haber contado con la opinión de la propia
sociedad, que es básica en este ámbito.

En cuanto a los convenios-marco, nos parece positivo, interesante y
muy necesario introducir esa temporalidad a largo plazo, ese
compromiso financiero de la Administración en relación con los
proyectos y con los programas que presentan las organizaciones no
gubernamentales, para permitir que las ONG, seguramente con mayor
capacidad de actuación, puedan ver garantizadas sus intervenciones,
sus aportaciones de recursos de una manera sostenida en el tiempo, en
la búsqueda de una mayor eficacia. Es evidente que el sistema que ha
funcionado hasta ahora no permitía actuaciones importantes,
actuaciones que pudiesen influir de verdad en esos objetivos que nos
marcamos en este ámbito. Seguiremos muy atentamente cómo se arbitra,
en concreto, el desarrollo de estos convenios-marco. Nos gustaría que
el Gobierno fuese capaz de permitir que de este tipo de instrumentos
de planificación, de coordinación, de intervención efectiva en los
países en vías de desarrollo se pudiesen beneficiar las
organizaciones no gubernamentales más serias. Estaremos muy alerta
para evitar que éste se pueda convertir en un espacio donde una
excesiva discrecionalidad de la Administración no garantice una toma
de decisiones muy, muy objetiva. Creemos que esta es una demanda de
las organizaciones no gubernamentales más potentes de todo el Estado
y, por tanto, es absolutamente necesaria. No nos gustaría que en este
espacio la Administración pudiese actuar con una excesiva
discrecionalidad. Lógicamente, entendemos que el momento oportuno
para plantear esta iniciativa será cuando tengamos el plan director,
porque es evidente que esta actuación debe encajar con las grandes
prioridades sectoriales y territoriales que define el mismo.

La última parte de la intervención del secretario de Estado nos
parece especialmente interesante y seguiremos muy atentamente su
concreción. Es evidente que en ese objetivo de facilitar la extensión
de la democracia, de las libertades y del respeto a los derechos
humanos en cualquier parte del mundo va a encontrar el apoyo de
nuestro grupo parlamentario. Nos parece que
ésta puede ser una aportación positiva de los grupos políticos, a
través de sus fundaciones, en este ámbito.

Por nuestra parte, nada más. Esperamos, como le decía al principio de
mi intervención, que en este período de sesiones podamos abordar, ya
de manera formal, el trámite previsto en la Ley de cooperación
internacional al desarrollo, y que es preceptivo, que es el dictamen
de esta Comisión sobre el plan director. Yo creo que es ahí donde el
Parlamento tendrá que pronunciarse en términos políticos sobre la
propuesta del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: A continuación, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista, tiene la palabra don Ricard Pérez Casado.




El señor PÉREZ CASADO: En primer lugar, como miembro de esta
Comisión, y nuevo, quiero dar la enhorabuena al presidente, al tiempo
que recordamos la breve estancia de Martín Marín, al que le
trasladamos nuestra gratitud. Damos también las gracias al secretario
de Estado porque una de las peticiones de mi grupo, y mía propia, era
la asiduidad en la comparecencia y, afortunadamente, por ahora nos
vemos casi todas las semanas, lo cual es motivo de gozo, como
parlamentario, porque significa una relación fluida y una forma de
recibir una información que siempre nos resulta útil.

Dicho esto, tengo que hacer dos observaciones previas. Una es que
parece que todo se mueve, lo cual es motivo de satisfacción, menos
las cifras y los recursos. Me explico. Sólo he echado una mirada al
documento que nos han entregado ahora y veo que en el horizonte del
año 2004 estaríamos, en total, en los 306.000 millones de pesetas y,
si mis informaciones respecto del PIB y su previsible crecimiento no
fallan, volveríamos a estar en el entorno del 0,23 y el 0,26, según
lo veamos con más o menos optimismo, lo cual no deja de alarmarme.

Digo esto como simple observación que no viene a cuento en el día de
hoy porque, como decía el portavoz del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), señor Campuzano, a partir de ahora, tendremos
que estudiar con detenimiento todas estas propuestas y seguirlas con
precisión. Aun siendo una cifra importante, que incluye conceptos muy
diversos sobre lo que es la ayuda oficial al desarrollo, nos sigue
situando en un horizonte insuficiente respecto a un país que no sólo
empieza a ser solidario, sino que tiene capacidad para serlo, lo ha
demostrado y lo está demostrando como sociedad -se refería a ello el
secretaria de Estado en otra comparecencia, no recuerdo si en la
última- porque ésta es ya una sociedad madura, solidaria y, por lo
tanto, con capacidad de generar iniciativas y de comprender que
asignar recursos a esas iniciativas es positivo. Positivo en términos
de solidaridad y, si se quiere, también en términos de interés. Y no
es la primera vez que mi grupo lo dice. Seguimos pensando que en
relación con la propuesta de acuerdo sobre la



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inmigración, la cooperación internacional es un componente que puede
ayudar muchísimo a paliar las causas y los orígenes de esas
migraciones y que, por tanto, esa política activa de codesarrollo
puede ser un elemento importante.

Nos alegra especialmente -como decía el señor Campuzano y ha
remarcado el secretario de Estado- ese talante negociador y de
consenso en los órganos previstos por la propia Ley de cooperación
del año 1998. Después de la alarma que nos produjo el proyecto de
modificación del Consejo de Cooperación, nos alegra especialmente que
se haya reconducido en términos de aceptación por parte de la
sociedad, porque (igual que lo hemos entendido en términos políticos
y nos hemos ofrecido a ello) todos somos cooperantes. En ese sentido,
nos alegramos de manera singular.

Algunos temas que aparecían en el borrador del plan director de
julio-agosto de este año hicieron saltar nuestras alarmas y no
sabemos si en el texto que hoy se nos ha entregado caerán esas
alarmas, pero nos sigue preocupando la coordinación y el liderazgo de
la cooperación internacional. Por mandato de la ley corresponde al
Ministerio de Asuntos Exteriores y queremos que quede manifiestamente
claro para que no existan distorsiones. Siendo como es un elemento
central de la política exterior de España -y así lo reconoció el
ministro de Asuntos Exteriores en su comparecencia ante la Comisión
de Exteriores-, qué duda cabe que si además, por mandato de la ley,
hay que ubicar la cooperación en el Ministerio de Asuntos Exteriores,
el secretario de Estado y el ministro tendrán todo nuestro apoyo para
que sea así y se cumplan los objetivos de la cooperación
internacional en el marco de la política exterior de España.

Otro elemento que sigue inquietándonos y respecto del que esperamos
tener respuesta en el documento que se nos ha entregado hoy -y que,
sin duda alguna, será objeto de discusión dentro de esta Comisión
cuando tenga que dictaminar el plan director de la cooperación
internacional- es la deuda externa. En este sentido, ya se han
presentado iniciativas, tanto por parte de nuestro grupo como de
otro, sobre creación de una subcomisión que permita abordar en su
conjunto la problemática de la deuda externa como otro elemento o
palanca de contribución al desarrollo de los países más pobres. No
entramos todavía en este momento en la discusión de si condonación
pura y simple, reconversión, etcétera, pero entendemos que es una
pieza que debe incardinarse siempre en la política de cooperación
internacional de nuestro país. No nos bastará la simple referencia
a organismos multilaterales como el Club de París. El Gobierno de
España y este Parlamento, por su puesto en ese marco de crecimiento
del PIB, de capacidad solidaria de nuestra sociedad, tiene elementos
suficientes para establecer políticas bilaterales que cumplan el
doble interés geográfico y estratégico que el plan de
asuntos exteriores o de relaciones internacionales de España ya
contempla. Ahí seguiremos.

Ha expresado algunos puntos que nos resultan muy sugerentes, por qué
no decirlo, al margen de la opinión crítica sobre la cuantía,
etcétera, que ya debatiremos. Con respecto a la reunión en un punto
de la acción cultural exterior de España, el inciso que ha hecho nos
parece muy importante, y sospecho que a otros grupos también, en
cuanto a las lenguas diversas de España en su proyección exterior.

Qué duda cabe que nos complace porque ésa es la imagen de una España
plural, una España nueva y una España que contribuye de manera activa
al enriquecimiento de los conciudadanos de allende nuestras
fronteras, pero que reconoce también la singularidad del Estado que
entre todos hemos construido a partir de la Constitución de 1978.

En ese sentido, no sólo con una actitud de afabilidad, porque siempre
la tenemos, sino de agrado, diré que podemos contribuir a la
estabilización, al buen Gobierno, al conocimiento y funcionamiento de
las instituciones democráticas y lo entiendo así como miembro de un
partido político, como militante de dicho partido político y,
secretario de Estado, también como antiguo usuario de fundaciones
alemanas o suecas para la formación política, en años bastante
alejados de 1975, es decir, por los años sesenta. Nosotros podemos
ser de suma utilidad -como España, como Estado español, como gentes
que hemos sido capaces del tránsito de una dictadura a una
democracia, en nuestro ámbito político y cultural e histórico- en
otros lugares que están tratando de pasar de situaciones
autoritarias, de dictaduras, de violencia incluso, a situaciones de
democracia, de buen gobierno, de funcionamiento institucional
democrático. Ahí, sin duda, como ha dicho el portavoz de Convergència
i Unió, también nos tendrá detrás.

A la espera de este conocimiento más detallado del borrador del plan
director de cooperación internacional, con la reserva lógica,
apuntamos que prima facie el horizonte presupuestario ya previsto nos
parece insuficiente para lograr nuestra cuota de cobertura -no voy a
reiterar las palabras del señor Campuzano- de estos objetivos
internacionales que España ha adoptado en 1995, 1999, 1998, etcétera.

Esa senda en un momento de crecimiento económico dentro del marco de
previsiones que el Gobierno ha hecho, debería ser más ligera, con
mayor capacidad de respuesta y, sobre todo, unido a lo que he citado
de la inmigración.

Concluiría diciendo que nos felicitamos por recuperar el ritmo y la
asiduidad de la presencia del Gobierno en esta Comisión y nos
reservamos la opinión acerca de este documento que hoy se nos
entrega. Sin embargo, le pregunto cuál es el calendario que podemos
tener. Comprendemos que haya habido un cambio de Gobierno, un cambio
de equipo, incluso la situación de nuestra Comisión sin presidente
efectivo hasta hoy ha supuesto un bache que se puede recuperar a
partir de este momento. El trabajo de nuestro grupo va a ser



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intenso para contribuir a lo que creemos es un objetivo común y
compartido por todos los miembros de esta Cámara.




El señor PRESIDENTE: Al haberse acumulado al debate la iniciativa que
había presentado el Grupo Popular sobre la convocatoria de
subvenciones, a continuación tiene la palabra don Pablo Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: El Grupo Popular agradece la presencia del
secretario de Estado, una vez más, en la Comisión de Cooperación.

Felicitamos a los nuevos miembros de la Mesa y exactamente igual que
ya se ha hecho, pedimos a la Presidencia que traslade a don Pedro
Antonio Martín Marín nuestra felicitación por el trabajo
desarrollado.

Dicho esto, agradezco las palabras introductorias del presidente
respecto a la acumulación de la iniciativa, puesto que así lo
decidimos en la reunión de Mesa y portavoces para ordenar el debate,
para que fuera global y, además, para acomodar las distintas
iniciativas presentadas y que están pendientes de tramitar, que, como
saben SS.SS., son numerosas.

El señor secretario de Estado ha hecho un repaso bastante amplio a lo
que se está haciendo actualmente y lo que se ha hecho por parte de su
departamento. Queremos señalar como importantes sus palabras
reiteradas en la pasada comparecencia del secretario de Estado en la
Comisión de Asuntos Exteriores. Ante las afirmaciones de otros grupos
parlamentarios sobre los componentes de los Presupuestos Generales
del Estado, queremos señalar que el debate sobre las cifras es
recurrente. Desde hace tiempo la cooperación española está en ese
debate, pero también en el de la calidad. Por eso hicimos la Ley de
cooperación, para que no se debatiera sólo de cifras. Con esto no
queremos restar importancia a las críticas, pero son críticas
recurrentes. Siempre decimos lo mismo y lo vamos a volver a repetir:
estaríamos más cerca del 0,7, objetivo que todos compartimos, si se
hubiera hecho un esfuerzo más significativo durante años. No
obstante, esto no quiere ser crítica al pasado, aunque es un
planteamiento de responsabilidad que todos hacemos.

El horizonte de los 300.000 millones de pesetas en esta legislatura
se basa, entiende nuestro grupo, sobre el 0,30 por ciento de los 100
billones de producto interior bruto previsto. Finalmente, habrá que
calcular el PIB sobre el crecimiento del producto interior bruto
conseguido, pero no es un horizonte imposible y a esto quería
referirme. Hay horizontes perfectamente posibles y los hay
imposibles, puesto que no olvidamos que el esfuerzo que hace España
para la cooperación al desarrollo, el esfuerzo de solidaridad nace de
los españoles. Esto es algo que tenemos que compatibilizar, como ha
dicho muy bien el secretario de Estado, y compartimos plenamente su
criterio y el del Gobierno. En los Presupuestos Generales del Estado
hay un incremento
del 7,8 por ciento para la Secretaría de Estado. Es un dato que
demuestra con claridad y con cifras - aunque se puede pedir más- el
interés y la prioridad que este Gobierno da a la cooperación
internacional para el desarrollo; interés y prioridad que queda
demostrada con cifras pero también con hechos. En los debates anuales
sobre el estado de la Nación, desde la pasada legislatura en que
tuvimos la responsabilidad de Gobierno se incorporan políticas de
cooperación. El presidente del Gobierno en su discurso de investidura
hizo referencia a compromisos sobre el particular y esto es algo que
se hace desde el convencimiento de que el desarrollo de estas
políticas es una de las prioridades para España y una de las
prioridades de nuestra política exterior, según han reconocido todos
los portavoces.

Por eso nosotros no entendemos que se haya introducido una nueva
política frente a noticias preocupantes sobre borradores de
documentos que el Gobierno maneja. Aprobamos la Ley de cooperación,
que tiene muchas virtudes, pero también tiene algunos defectos -y ahí
están las actas de la ponencia, y no es opinión solamente de nuestro
grupo, sino de otros muchos grupos-, y algunos de estos defectos que
la ley tiene son precisamente defectos desde un punto de vista y
virtudes desde otro; por ejemplo, que es excesivamente garantista en
cuanto a los procedimientos administrativos y órganos de gestión que
crea para nuestra cooperación. Esto tiene unas dificultades, sobre
todo para la Administración, para el Ejecutivo y tiene unas virtudes,
evidentemente, pero es que estaba así en el primer borrador del
proyecto de ley que el Gobierno del Partido Popular remitió a la
Cámara: la creación del Consejo, la creación de la Comisión
interterritorial, la creación de la Comisión interministerial. Todo
eso genera una serie de filtros basados en un planteamiento político
que todos compartimos, que es el del diálogo para alcanzar el
consenso, los acuerdos necesarios para hacer políticas acertadas, en
este caso políticas de Estado. Les puedo asegurar, señorías, que no
estábamos nada nerviosos cuando hemos tenido en nuestro poder los
diferentes documentos y borradores sobre el Consejo de cooperación
o sobre el plan director, porque sabíamos que tenía que pasar por los
órganos pertinentes donde se produce el diálogo y la participación,
según dice la ley, como es el Consejo de Cooperación o como será la
Comisión interterritorial. Sin embargo, sí había algo que determinaba
la reforma del Consejo de Cooperación, que era una presencia más
cualificada de la Administración. Quiero traer a esta Comisión las
reiteradas advertencias de los grupos parlamentarios sobre el
particular y también de la propia coordinadora de organizaciones no
gubernamentales que reiteradamente reclamaba al Gobierno una
presencia más cualificada de la propia Administración del Estado.

Creo que si se alcanza un punto de equilibrio será bueno para todos.

El plan director de la cooperación española, el plancuatrienal, es un
documento de extraordinaria importancia,



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pero no puede convertirse, señorías, en un documento que remede la
Ley de cooperación. No es una nueva Ley de cooperación. La Ley de
cooperación establece los principios básicos y generales por los que
se rigen las políticas de cooperación para todas las Administraciones
públicas y crea los instrumentos para desarrollar esas políticas. El
plan director es el desarrollo legislativo de esa ley y, por tanto,
constitucionalmente de alguna manera le corresponde al Ejecutivo
desarrollar esas políticas; por ejemplo, la política exterior es una
previsión del artículo 97 de la Constitución. La ley va más allá y da
participación y cabida a numerosos agentes y actores de las
administraciones y de la propia sociedad, incluso el Parlamento, ya
que según esa previsión constitucional no tendríamos capacidad más
que para instar al Ejecutivo a hacer políticas de cooperación o
política exterior pero no para diseñar. Sin embargo, tuvo una
extraordinaria importancia le decisión de que al final de todo ese
proceso largo, incluso proceloso, de filtros y de estudio, los
documentos que el Ejecutivo ha preparado inicialmente tengan que
pasar por las Cortes Generales para su debate. Esperamos -lo decimos
con toda sinceridad- que el proceso nos lo hagan muy fácil y que
llegue al Parlamento para que pueda ser aprobado con el mayor apoyo
parlamentario posible.

Coincido con el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en que es
importante que determinados aspectos queden reflejados en ese plan
director de la cooperación española, como es la situación -no
hablemos de problema- de la inmigración y la necesidad de que
nuestras políticas de cooperación al desarrollo trabajen en ese
sentido; quizá no sea una prioridad concreta de la Ley de
cooperación, porque se establecen las prioridades de carácter
general, pero sí es una necesidad coyuntural que en un plan director
y en un plan anual puede tener cabida perfectamente. Nosotros
apoyamos con mucho gusto y con mucha ilusión esa sugerencia del
portavoz del Grupo Parlamentario Socialista.

Pensamos también, señor secretario de Estado, que la Agencia de
Cooperación necesita, efectivamente, una reforma para adecuarla a la
ley y para que efectivamente sea lo que usted muy bien ha dicho, ese
órgano autónomo de impulso y gestión de las políticas de cooperación.

No emplearé la frase tan dicha en estas ocasiones, como no puede ser
de otra manera, pero es que nos parece muy acertada la distribución
general orgánica que se plantea y que el Gobierno nos ha explicado al
inicio de esta comparecencia.

El objeto de la pregunta específica del Grupo Popular era pedir al
Gobierno su opinión sobre los futuros convenios marco o la reforma de
las bases. No pensamos que sea poco importante pasar del debate de la
cantidad a un debate también serio sobre la calidad de nuestra
cooperación: de ahí se dedujeron importantes consecuencias, entre
otras, y lo recordarán muy bien SS.SS., la necesidad de los convenios
plurianuales,
combatir, desde diferentes ópticas y desde diferentes posiciones, la
dispersión de la cooperación española, mejor dicho, de la cooperación
en general, porque la española es una parte de la cooperación
internacional de la ayuda al desarrollo, que tiene los mismos
problemas. Francia, Suecia, el Reino Unido o Bélgica hacen una
cooperación sectorial y geográficamente dispersa. Además, existen
muchísimo actores que hacen cooperación para el desarrollo. Nosotros
tampoco creemos que la uniformidad o la unificación sean sinónimos de
eficacia, pero todo esto tiene sus parámetros razonables.

Un proceso de reforma, como se anunció en pasadas comparecencias,
tanto del secretario de Estado como del ministro de Asuntos
Exteriores, de las bases que rigen las convocatorias para
organizaciones no gubernamentales nos parece interesante, sobre todo
con el objetivo de la concentración de recursos y de esfuerzos. Esto
va a obligar, sin lugar a dudas, porque está en el espíritu de la Ley
de cooperación, tal como el propio sector demanda -dicho de otra
manera, las coordinadoras de organizaciones no gubernamentales,
expertos y pasados dictámenes de pasados consejos de cooperación lo
demandan- a que en el propio sector de la cooperación española se
tenga que dar también un proceso de concentración, de
complementariedad de la cooperación bilateral oficial con la
cooperación española, pero también de complementariedad con otras
organizaciones sociales. Pensamos que si la Administración, con el
acuerdo de todos, debe establecer criterios objetivos, como ha dicho
el portavoz del Grupo Catalán, señor Campuzano; nosotros añadiríamos
más, señor secretario de Estado, criterios objetivos verificables, en
la medida de lo posible, verificables. Los que conocemos un poco,
aunque no desde hace muchos años, este mundo, sabemos que del
criterio objetivo al subjetivo hay posiciones intermedias y en este
caso lo correcto es la verificación.

Nos parece muy bien la idea que por segunda vez expone el secretario
de Estado: la concentración del esfuerzo. Nos parece bien incluso por
higiene democrática, por pura transparencia, porque los que tenemos
militancia política y los que creemos que los partidos políticos son
una parte importante del sistema y portadores, como no puede ser de
otra forma, de valores como la democracia, derechos humanos y
libertad en muchos sitios del mundo, pensamos que debe existir esa
concentración de esfuerzos y de recursos para la cooperación
institucional en la que participen los partidos políticos y sus
fundaciones, los sindicatos y otros agentes y sus propias
fundaciones. Nosotros estamos completamente de acuerdo, puesto que
además se evitaría lo que ya he dicho, determinadas dosis de falta de
transparencia, y también, incluso desde la planificación a medio
plazo, podríamos colaborar desde diferentes posiciones ideológicas,
pero con una misma intención de estabilidad democrática, de apoyo a
transiciones políticas, de vigilancias del respeto a los derechos



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humanos y las libertades de los ciudadanos. Todos los partidos
políticos podríamos colaborar, como de hecho se hace, de manera muy
importante, sobre todo, como ha dicho el secretario de Estado, en
Iberoamérica. Nosotros le damos un voto y nos parece muy bien la idea
expresada.

Termino, señor presidente y señorías, haciendo una reflexión -he
hecho muchas sobre la calidad de la cooperación- sobre el debate
recurrente de la cantidad, porque veo que en el borrador del plan
director que se nos presenta se establece un crecimiento para algunos
quizá insuficiente, pero sí proporcional entre lo que es el esfuerzo
de las administraciones españolas. Se ha hecho referencia -que
nosotros compartimos- a esa configuración del Estado que los
españoles nos hemos dado plural, descentralizada, rica en culturas y
en expresiones. Así debe ser, plural y diversa, la cooperación
española. Nosotros también pensamos eso y en este caso también debe
ser plural e igualmente comprometido el esfuerzo cuantitativo de las
administraciones públicas. Un país como el nuestro, en el que las
administraciones territoriales -al margen de la Administración
central- manejan ya aproximadamente el 50 por ciento del gasto
público, tienen que hacer ese esfuerzo del 0,7. En esos presupuestos
indicativos del plan director que se nos presentan, veo con gran
satisfación el esfuerzo que se pide a las administraciones
territoriales y es un esfuerzo significativo. Seguro, señor
secretario de Estado, que será un debate recurrente, interesante
cuando convoque a la Comisión Interterritorial de Cooperación, órgano
al que nosotros damos la máximo importancia.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y
PARA IBEROAMÉRICA (Cortés Martín): Quiero agradecer a todos los
portavoces sus palabras y felicitarme por el amplísimo acuerdo que
hay. Ese acuerdo básico es uno de los grandes activos de la
cooperación española y de la política exterior de España que se ha
formulado expresamente sobre la estructura y la organización de la
Agencia, sobre la coordinación de los servicios culturales, sobre los
acuerdos marco, sobre la necesidad de reforzar la cooperación en el
terreno de la institucionalidad a través de los partidos y de los
sindicatos en cooperación con nuestras áreas preferentes de
actuación, y muy singularmente con Iberoamérica, en este permanente
diálogo y en la búsqueda permanente del acuerdo. Creo que es un
activo que debemos esforzarnos por preservar. Al final, es evidente,
alguien tiene que tomar decisiones, pero cuanto más acordadas, cuanto
más respaldadas estén estas decisiones, mucha más estabilidad tendrán
y será mucho mejor no sólo para lo que es la acción, a la que se
refería el señor
Pérez Casado, del Ministerio de Asuntos Exteriores en el conjunto de
la Administración española, sino para lo que es la posición de España
en la comunidad internacional. Saber a que se compromete España o lo
que anuncia España que va a hacer es algo que va a tener estabilidad
en sus líneas, aunque luego pueda tener algunas modificaciones en las
cifras o en determinadas políticas, que siempre son más fáciles de
anunciar cuando se está en la oposición que de ejecutar cuando se
llega al Gobierno. Pero sobre eso la experiencia política española ya
la tenemos en los dos lados, y por tanto tampoco nos pilla aquí muy
de sorpresa a nadie.

Respecto a la intervención del señor Campuzano, que al igual que los
demás portavoces ha considerado muy positivo el nivel de diálogo,
calificaba de insuficiente el primer borrador en cuanto a los
objetivos de fondo y sobre la literatura, incluso decía que no se
hablaba de la erradicación de la pobreza. Es verdad que no se
mencionaba expresamente por una sencilla razón, porque se entendía
que era una cosa obvia. Es decir, un plan director de cooperación
debe ir a la erradicación de la pobreza, cuando se nos dijo esto, se
puso y santas pascuas. Si se tiene que poner siete veces, se pone,
pero no cabe otra posibilidad, no hay una cooperación al desarrollo
más que para erradicar la pobreza, no puede tener otra finalidad.

Algunos pensábamos como en una escuela española literaria, que vale
más quintaesencias que fárragos; otros dicen que lo que abunda no
daña. Vamos a lo que abunda no daña. Faltaba literatura, pues el
actual texto ha duplicado ya el número de páginas. El otro día a los
representantes de la coordinadora de organizaciones no
gubernamentales les sugería, si querían que en vez de 50 páginas
tuviese alguna más, poner como apéndice la riqueza de las naciones,
de Adam Smith, ya que era uno de los elementos que mejor podía guiar
a todos los países para ver cómo deben desarrollarse. La primera
traducción de Adam Smith se hizo en Valladolid, como bien recordará
el diputado señor Rodríguez Bolaños, podíamos incluirlo como apéndice
y así tener un elemento más que sirva para la ayuda al desarrollo. No
creo que estas cosas se deban medir a peso, pero en cualquier caso
esto sigue abierto y todas las cuestiones que se considere deben
figurar, figurarán porque intentamos buscar este máximo acuerdo.

España ha suscrito todos los compromisos de las reuniones en El
Cairo, en Copenhague, en Pekín, horizontes del 2005, del 2015; pero
aquí hay una cuestión muy importante, y es saber que el logro de esos
objetivos no depende sólo de las democracias occidentales, sino que
depende muy principalmente de los países que tienen esas poblaciones
a las que discriminan, a las que maltratan, a las que niegan la
libertad, a las que torturan de manera atroz en muchos casos. Siempre
hay quien piensa que se puede hacer más en educación, en sanidad, en
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, pero son otras las
sociedades que discriminan



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de manera atroz a la mujer, que niegan el voto a todos, que
encarcelan, cuando no cosas peores, a aquellos que se expresan
libremente y de manera que no gusta al sátrapa local. Sólo faltaba
que vayamos a cargar sobre nuestra conciencia las responsabilidades
que son de otros. Nosotros vamos a ayudar en la medida de nuestras
posibilidades, pero vamos a saber también quiénes tienen las
responsabilidades. Lo digo porque estoy seguro de que a SS.SS, al
igual que me ocurre a mí, nos importa mucho nuestra conciencia, y uno
que ya tiene dificultades para dormir, no quiere tenerlas añadidas
pensando que lo que les está pasando a algunas personas en Sudán es
culpa mía o que tengo una cuota parte de culpa de lo que pasa en
Sudán. No. Tienen unos señores que son unos dictadores, unos
regímenes indecentes, unos torturadores atroces y unos corruptos que
debían estar sometidos a la justicia internacional. Por tanto, vamos
a acotar las responsabilidades.

Digo esto porque en la última reunión ministerial del PNUD se planteó
que el PNUD era una organización muy buena porque era neutral
políticamente, y entendían por neutral políticamente que no exigían
para la ayuda al desarrollo ninguna condición de democracia, de
respeto a los derechos humanos, de respeto a la igualdad de
oportunidades a la mujer, etcétera. No sólo eso, sino que en
representación de España el secretario general de la Agencia Española
de Cooperación Internacional tuvo una brillante y vibrante
intervención en defensa del valor universal de los derechos humanos,
el valor universal de la democracia que sólo se puede entender de una
manera, el valor universal de la dignidad humana y esto no era sólo
una exigencia ética sino un prerrequisito del desarrollo que era lo
que nos reunía a todos allí. Desgraciadamente, fue secundada por muy
pocas intervenciones, incluso hubo intervenciones de algunos países
con dictaduras indecentes que se atrevieron a criticar la brillante y
vibrante intervención del secretario general de la Agencia Española
de Cooperación Internacional en defensa de los principios que nos
obliga a defender nuestra Constitución y nuestra Ley de cooperación.

No podemos aceptar que lo que queremos para nosotros no lo queramos
para otros porque ese sería por nuestra parte el más indecente de los
racismos, si pensásemos que como nosotros somos ya de una
civilización superior, tenemos un nivel económico más desarrollado,
tenemos una cultura más antigua, incluso a lo mejor alguien podría
pensar que tenemos otro color de piel, para nosotros está bien eso de
que tengamos elecciones regulares, jueces independientes, opinión
pública libre, responsabilidad de las autoridades públicas, etcétera,
pero no para otros que son de otra clase. Eso mismo se planteó en la
última asamblea ministerial del PNUD.

Quiero insistir en que para el lograr el objetivo del año 2015
respecto a la erradicación de los niveles de pobreza máxima, nosotros
vamos a tener que ayudar, pero le aseguro que en aquellos países en
los que unos
y otros se dediquen a cortarse manos o pies, no se van a desarrollar
-ni usted ni yo cortamos manos o pies- y en aquellos países en los
que haya un dictador que impida la existencia de una oposición que
pueda ser alternativa de Gobierno y que pueda denunciar las cosas que
hace mal ese Gobierno, no van a lograr ese objetivo ni en el 2015 ni
en el 2035. Le aseguro que ni usted ni yo tenemos la culpa de ello,
salvo que esté usted planteando la intervención. Si eso se está
planteando, entonces sí. Ahora bien, a aquellos países que tienen un
régimen democrático, que tienen un comportamiento decente, que las
autoridades públicas tienen responsabilidad y que piden colaboración,
les estamos ayudando. Probablemente les podemos ayudar más, no sólo
con la ayuda oficial al desarrollo sino facilitando el comercio
internacional, por ejemplo; es otra de las forma en que podemos
ayudarles. Les podemos ayudar más orientando y animando inversiones
en esos países que crean riqueza, que crean puestos de trabajo, que
crean experiencia en estas personas; pero estos objetivos son
objetivos de la comunidad internacional, donde cada uno tendremos que
hacer algo y algunos mucho, pero no podemos pensar que sólo es
responsabilidad de las democracias decentes occidentales, que tenemos
que responder ante nuestros ciudadanos, que tenemos que responder
ante el Parlamento, que tenemos que responder ante la justicia, que
tenemos que responder ante nuestros propios mecanismos de control y
nuestras opiniones públicas, y encima vamos a estar flagelándonos
porque hay unos sátrapas que se dedican a atropellar a sus
poblaciones y dicen que exigirles allí democracia es imponerles una
cultura que no es la propia; cuando precisamente democracia significa
libertad para elegir, para que elijan cómo quieren ser gobernados,
para que elijan cómo quieren ser, para que elijan qué cultura quieren
tener. Democracia es elección; dictadura es imposición. Exigir
democracia no es hacer ninguna imposición y la democracia no es solo
un requisito ético (desde luego lo es para nosotros por nuestros
propios textos y estoy convencido que por las convicciones profundas
de todos los que estamos en esta Comisión), sino que es también un
requisito previo del desarrollo. No hay un caso de país que haya
conseguido el desarrollo que no tenga democracia. Habrá países que
puedan tener una renta per cápita alta, es una cosa muy distinta del
desarrollo; habrá países que puedan tener unos ingresos petrolíferos
y una escasa población y entonces les toca mucha renta, pero eso no
es desarrollo. El desarrollo es un nivel educativo, un nivel
sanitario, respeto a los derechos de la mujer, respeto a la libertad
de expresión, una libertad científica, una libertad académica y una
libertad de opinión. Querenos ese desarrollo humano y lo hemos
plasmado en textos tan importantes como éste o en el preámbulo de
nuestra Constitución. Por tanto, es evidente que España hará honor a
los compromisos que ha adquirido en todas estas cumbres, pero demos a
Dios lo que es de Dios, al



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César lo que es del César, y a cada uno su responsabilidad. No
vayamos a asumir responsabilidades que no nos tocan, insisto, porque
ya nos puede plantear un problema de conciencia que yo no querría
cargar sobre mí, bastante tengo ya con intentar ejecutar de la manera
más eficaz y proba posible los recursos que signan SS.SS. a la
Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica, como para que encima tenga la culpa de las atrocidades
que puede hacer cualquier canalla en algún sitio del mundo donde está
masacrando a sus conciudadanos.

La pregunta concreta que formulaba el señor Campuzano era sobre
cuándo llegará el plan director. De ir las cosas como se ha dicho que
van a ir (porque yo, que no participé en la elaboración de dicha ley,
reconozco que tiene muchas virtudes, pero que es una complicación, no
les quepa duda a SS.SS.), el calendario previsto, después de lo que
ya se ha realizado y que ya conocen, el día 6 se reunirá la Comisión
interterritorial e informará sobre el plan (esperemos que baste con
esa reunión), el día 13 se volverá a reunir el Consejo de
cooperación. En la reunión del Consejo del día 18, se aceptó por
todos los consejeros que ese día se dictaminaba el plan, bien es
verdad que antes habían planteado que querían tener cuatro reuniones.

Nosotros dijimos que bien, y lo único que quedó claro es que, por
parte del Gobierno, no se iba a restar una sola oportunidad de tener
más debates, más discusiones y más diálogo, lo que se quisiera, pero
sabiendo que podíamos estar dieciocho meses discutiendo, porque al
final, el plan (y estoy seguro que no habrá dudas en la Comisión pero
lo repito para que quede claro) lo aprueba el Gobierno y el Gobierno
informa a esta Comisión, pero lo tiene que aprobar el Gobierno a
propuesta de la Comisión interministerial. O sea, que la penúltima
instancia es la Comisión interministerial. La intención del Gobierno
es que el plan esté aprobado,si la Comisión interministerial se puede
reunir el mismo día 13 después de la reunión del Consejo de
cooperación, a continuación tiene que pasar a la Comisión delegada
del Gobierno de asuntos económicos, porque tiene un contenido
económico importante, posteriormente pasa a la Comisión de
subsecretarios y finalmente al Consejo de Ministros. Razonablemente
esto se podría hacer en dos o tres semanas, si estamos hablando del
13 de noviembre podríamos pensar que en la primera semana de
diciembre -que es complicada porque se celebra la Constitución y la
Inmaculada- podríamos tener en esos días el plan director aprobado.

Por tanto, en el mes de diciembre podríamos también tener informado
por el Consejo de cooperación el plan anual porque esto depende solo
del Consejo, y el decreto sobre estos acuerdos-marco y programas, que
no es preceptivo que lo informe, pero el Gobierno quiere que lo
informe porque pretende que en todo momento las decisiones relevantes
en materia de cooperación se tomen con el mayor acuerdo y con la
mayor participación posible. Si eso fuese así, a la entrada
en vigor del presupuesto del año 2001 ya tendríamos no solo el
plan director sino también el plan anual y la posibilidad de que la
convocatoria del año 2001 sobre los acuerdos marco, se hiciesen
plurianuales en la parte que decidamos que segregar de los 9.300
millones de convocatoria general. Es el calendario deseable. Insisto,
si el Consejo de cooperación se desdijese de lo que dijo la reunión
del día 18 y acordasen que quieren tener más debates, que quieren
tener otra comisión, que quieren contrastar con derecho comparado,
por el Gobierno no va a quedar que haya todo el diálogo que tenga que
haber. Vamos a buscar el acuerdo, no vamos a renunciar a posiciones
que consideremos fundamentales, hasta ahora no ha habido ninguna,
pero podría surgir si alguien dijese que la Organización Mundial del
Comercio es la encarnación del mal sin mezcla de bien alguno,
probablemente ahí discreparíamos y entonces no llegaríamos al
acuerdo, pero en la medida que esto no se plantee y se diga
simplemente que los de la Organización Mundial del Comercio no son
tan buenos como piensa el Gobierno, lo señalamos, pero decimos que
forma parte de nuestro marco de actuación. En ese sentido no habrá
problemas, y yo tengo plena confianza no sólo en la palabra sino
también en la voluntad de todos los miembros del Consejo de
cooperación de que el plan esté listo cuanto antes y de que toda la
política de cooperación participe de este acuerdo básico que he visto
confirmado hoy plenamente en esta Comisión.

Respecto a las razones de la modificación del Consejo de Cooperación,
el diputado don Pablo Izquierdo se lo ha aclarado y yo también había
apuntado algo al principio. En la composición actual, la hoy vigente,
hay 21 miembros; de la Administración sólo está el secretario de
Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica y hay
otros 20 que son de las distintas organizaciones. Las propias
organizaciones no gubernamentales decían que querían que en ese
Consejo estuviesen también los representantes de Comercio, de
Hacienda y de Educación, para que las políticas de cooperación en
estas áreas contasen con la debida interlocución. Nosotros creíamos
también que eso era positivo, insisto, tan lo pensábamos que el
borrador de decreto que ya se ha introducido en la tramitación
administrativa ordinaria ha sido dictaminado por unanimidad de los
miembros del Consejo, habiendo introducido algunas modificaciones.

Sobre por qué había tanta representación de la Administración tengo
que decirle que se debe a que en la medida que nos habían dicho que
querían que estuviese la Administración, incluimos a todos los
ministerios que tenían algo que hacer en cooperación. ¿Qué ahora se
prefiere que sean menos? Pues que sean menos. Era irrelevante que la
Administración tuviese mayoría o minoría, porque en ese Consejo no se
va a votar, sus opiniones no son vinculantes y por tanto lo que vale,
si quieren expresaralguna opinión, son votos particulares que tienen
la



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validez, el prestigio y el respaldo moral de quien los emite. No se
trata de ganar votaciones, pero nos pareció que era más operativo un
Consejo de 25 miembros que uno de 44. Por tanto, insisto que en estas
cuestiones siempre va a haber acuerdo.

Respecto a los convenios marco, nos ha dicho que le parecen muy
positivos y pide que se beneficien sólo las organizaciones más
serias. Esto es evidente, lo haremos así, y respecto a que no haya
discrecionalidad, vamos a procurar que no la haya. Yo me he extendido
en decir que se buscarán criterios objetivos, incluso he apuntado
algunos que pueden serlo, y me parece muy importante la matización
complementaria del diputado señor Izquierdo de que además sean
objetivos verificables y contrastables. No queremos tener en ese
momento ni después problemas de que se nos acuse de discrecionalidad
o de amiguismo. Simplemente hay que tener unos criterios objetivos, y
es evidente que si se pretende una actuación a medio y largo plazo,
tendrá que ser con organizaciones que tengan una estructura
suficiente que pueda hacer frente a esto, y a ser posible que la haya
acreditado en ejercicios anteriores. Esto probablemente se podía
haber hecho antes, pero creo sencillamente que es el momento de
hacerlo porque ya hay experiencia. España es un país muy reciente en
la cooperación y todos tenemos menos experiencia que otros países que
llevan más tiempo cooperando, sencillamente porque hace poco que
nuestro país ha tenido suficiente nivel de renta como para poder ser
generosos con otros. Efectivamente, confirmo la opinión que dí
anteriormente de que hay que esperar al plan director para poder
desarrollar esta cuestión; por esta razón pedimos al Consejo de
Cooperación que hicieran el esfuerzo de estudiarlo más rápidamente
para que pudiésemos tenerlo dictaminado por ellos a principio de
noviembre y disponer así de estos acuerdos cuando entre en vigor el
presupuesto. Me refería anteriormente al acuerdo reflejado en todas
las intervenciones sobre que los partidos y los sindicatos sean
también un elemento de la cooperación al desarrollo, por entender que
el fortalecimiento de la democracia y de la institucionalidad es no
sólo una exigencia ética, sino también un prerrequisito del
desarrollo.

El señor Pérez Casado, con su formación humanística mediterránea, nos
dice que parece que todo se mueve menos las cifras -pero lo que decía
sonaba a Galileo a la contra, que sin embargo se movía- y que en el
horizonte del 2004 son 330.000 millones. Eso es exactamente lo que
hemos dicho el ministro y yo mismo en tantas ocasiones cuantas hemos
tenido de venir aquí. A S.S. le gusta hablar de porcentajes, y habrá
visto cómo al señor Campuzano y a mí no nos gusta nada ni hemos
hablado en ningún momento de porcentajes. Al señor Izquierdo le gusta
hablar, y como es de letras quiere demostrar que él también sabe de
números, pero habrá podido observar que el señor Campuzano y yo mismo
jamás hablamos de porcentajes porque hablamos del esfuerzo que hacen
los españoles, y el esfuerzo que hacen los españoles con
los 250.000 millones que este año se van a dedicar a la ayuda oficial
al desarrollo. Se puede medir en porcentaje, si le gusta al señor
Pérez Casado, pero yo prefiero que los españoles se enteren y se
sientan muy satisfechos de su generosidad, y no sólo de lo que no se
computa aquí, que no se computa porque han dicho unos señores del CAD
que no se compute, pero se podía haber dicho que se computase, lo que
son aportaciones privadas, que son cantidades muy importantes. Por
ejemplo, somos el tercer país donante de Unicef, y en momentos
especiales, como pudo ser el caso del Mitch, fuimos el país más
generoso del orbe a la hora de ayudar a esos países, o en
cuestaciones como la que hemos tenido ayer del Domund los españoles
aportan miles de millones para ayudar a quienes lo necesitan.

Hablando sólo de la ayuda oficial al desarrollo del Estado, hay que
decir que se puede medir de muchas maneras. Una de ellas es, por
ejemplo, que con 250.000 millones de pesetas a la ayuda oficial al
desarrollo se podrían construir 1.315 colegios de infantil o de
primaria, que tienen un costo entre 180/200 millones de pesetas; o se
podrían hacer 555 institutos colegios de formación profesional, que
tienen un coste de 400 ó 500 millones; o se podrían hacer 208
hospitales, siendo el hospital tipo, por ejemplo, el nuevo que se
hace en Puerta de Hierro con un coste entre 1.100/1.200 millones de
pesetas. Creo que estos datos pueden ser indicativos del esfuerzo que
estamos haciendo todos los españoles, unos con los impuestos, otros,
con las donaciones particulares que cada uno hace porque es socio de
una organización no gubernamental, porque ha decidido adoptar un niño
en algún lugar, porque hace una cuestación en su parroquia, por lo
que quiera; pero sólo la ayuda oficial al desarrollo del Estado
supone este coste/oportunidad. Creo que es muy bueno que se conozca
la generosidad de los españoles y que, como decía antes, con un
presupuesto equilibrado, con un presupuesto de déficit cero, decir
que tiene que haber más dinero para ayuda oficial al desarrollo
significa que hay que detraerlo de otra partida. Es evidente que la
Cámara aprueba el presupuesto, y si SS.SS. asignaran mucho más dinero
para que la Secretaria de Estado para la Cooperación Internacional
pudiese actuar, seríamos capaces de emplearlo y emplearlo bien, pero
para nosotros el presupuesto es el dato que nos da el Ministerio de
Hacienda, que se ha portado excepcionalmente bien con la Secretaría
de Estado para la Cooperación Internacional y para el desarrollo.

Quiero reconocer públicamente la sensibilidad que ha tenido con la
ayuda al desarrollo, porque la variación en la cotización del dólar
ha supuesto un grave quebranto en las necesidades ordinarias del
Ministerio de Asuntos Exteriores, y sin embargo ha subido por encima
de la media la ayuda al desarrollo en la Secretaría de Estado de la
que tengo el honor de estar al frente en estos momentos. Me sumo al
criterio del señor Campuzano de no referirme a porcentajes, porque
creo que no es relevante, sino que es muy importante decir lo mismo
que han dicho muchos amigos del señor Campuzano



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en Cataluña cuando han sido criticados porque les decían que el
índice catalán es sólo del 0,024, y sin embargo han hecho el enorme
esfuerzo de incrementar su presupuesto de cooperación el 43 por
ciento. Me parece mucho más relevante que se sepa el esfuerzo que se
hace -que supone un coste/oportunidad y renunciar a otras cosas- y
considerarlo más importante que andar en una cuestión de porcentajes.

Por eso, insisto, nunca me lo habrán oído comentar, y ya garantizo,
para que no sea una cosa reiterativa, que no me lo oirán en el tiempo
que esté por aquí, pero sí importa que se sepa y reconozca el
esfuerzo que estamos haciendo los españoles en la ayuda al
desarrollo.

Nos alegra especialmente, igual que al señor Pérez Casado, que se
aprecie ese talante negociador y de consenso, con la pequeña espinita
de que el señor Pérez Casado diga que le había alarmado o que
saltaban las alarmas por las cosas que le decía. Creía que tenía un
poco más de confianza en mí; seguro que a medida que vayamos teniendo
más comparecencias se fiará mucho más de mi palabra. Dije que todo lo
íbamos a hacer con diálogo y en busca del acuerdo. No ponemos el
consenso como valor absoluto, vamos a buscar el acuerdo; pero si no
lo hubiese evidentemente alguien tendrá que tomar alguna decisión
porque si no la exigencia previa del consenso sería paralizante.

Hasta ahora lo hemos logrado en todo momento y va a ser nuestra
constante actitud.

Finalmente, aunque ya lo he dicho al principio, quiero resaltar,
porque me satisface especialmente y además porque en buena medida
obedece a muchas conversaciones previas entre su partido, el mío y
otros partidos de la Cámara porque es algo que viene muy de lejos que
le resulta sugerente que la acción cultural de España en el exterior
quede unificada -es algo de lo que habíamos hablado muchas veces- y
que a la hora de presentar al exterior la realidad española hay que
hacerlo tal como es, plural en todas sus pluralidades, también la
lingüística. A la hora de hablar y de presentar en el exterior no
sólo la cultura española sino la cultura en español de toda la
comunidad iberoamericana estamos hablando de una pluralidad
lingüística todavía más amplia. Ayer mismo presidí un jurado que
entregó por unanimidad el premio Bartolomé de las Casas al profesor
Miguel León Portilla, que ha dedicado lo mejor de su vida al estudio
de lenguas indígenas desde el punto de vista del reconocimiento de la
labor que se hizo allí donde la lengua se consideraba algo
instrumental, nunca algo totémico o reverente y en torno a lo que no
se creaba ningún fundamentalismo. Hay multitud de documentos de
misioneros españoles, de administradores españoles, de jueces
españoles, que hacían sus documentos en las lenguas indígenas
precisamente para que a los que hablaban esa lengua les pudiese
llegar la doctrina que querían transmitirles o se pudiesen defender
cuando pretendían el amparo de sus derechos ante los oidores o ante
el rey y lo hacían en su lengua nativa. Esto es lo que ha estudiado
el profesor León Portilla y por tanto es un punto más de ese acuerdo
básico que no viene de ahora sino de muy atrás y que tiene que
prolongarse en el futuro. También lo que ha planteado en la Comisión
respecto de la necesidad del acuerdo para contribuir al buen Gobierno
no sólo en lo que es el tránsito de una dictadura a una democracia,
como nos ayudaron a los españoles en torno al año 1975.

Evidentemente, yo no pude ser usuario antes de ese año porque, aunque
no muchos, sí tengo algunos años menos que el señor Pérez Casado; en
cualquier caso, en ese momento yo no estaba todavía en edad de
recibir este tipo de ayudas.

Por supuesto, agradezco al señor Izquierdo las explicaciones
complementarias que ha hecho de mi intervención, sin duda por su
mayor experiencia en estas materias en las que yo no soy sino un
eventual y él ya es un profesional.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado por
su intervención, que además de implicar la añoranza siempre
permanente por el mundo de la cultura, también conlleva la añoranza
por la pasión dialéctica parlamentaria que todos agradecemos. Además
del siempre inevitable recuerdo a Valladolid puesto que se han hecho
dos referencias al señor Rodríguez Bolaños, al que agradezco que no
haya pedido el turno por alusiones. Sí resulta inevitable y si alguno
de los portavoces aquí presentes lo desea, podría tener un brevísimo
turno de intervención. (Pausa.)
Señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Efectivamente, señor presidente, la
apasionada defensa de sus criterios por parte del señor Cortés motiva
esta petición de palabra -que va a ser muy breve- en varios aspectos.

El primero se refiere a que esta Comisión va a tener que dictaminar
el plan director y los grupos políticos tendríamos que ponernos de
acuerdo acerca de lo que entendemos que es ese dictamen y cómo lo
vamos a efectuar. Sobre esta cuestión creo que deberíamos hacer un
esfuerzo para que el trámite del dictamen sea capaz de llenar de
contenido un acto que por estar en la Ley de cooperación tiene una
relevancia política sustancial. El Gobierno y el Grupo Parlamentario
Popular deberían ser generosos con las posiciones que mantengamos el
conjunto de los grupos parlamentarios de la oposición porque es un
acto político sustancial.

El segundo es que en relación al contenido del borrador de los meses
de julio y agosto nadie le ha planteado -ni creo que lo hiciesen las
ONG- más literatura ni más cantidad de papeles, ni es simplemente
cuestión de añadir párrafos nuevos más o menos inconexos al texto del
plan director. Lo que le planteábamos los grupos -y creo que también
los grupos sociales- es la obviedad que por ser tan obvia necesitaba
de una presencia central en la filosofía del plan director: la
erradicación de la pobreza. Por tanto no es una cuestión de más papel
sinoseguramente de ser capaces de explicitar que el objetivo



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último de esa política es la erradicación de la pobreza que parecía
diluirse en el borrador de julio/agosto. El señor secretario de
Estado ha planteado -es donde ha puesto más pasión en su reflexión-
la exigencia de democracia, de derechos humanos, de libertad. Creo
que en esta materia nadie, ni en esta Cámara ni en la sociedad
española, está por la neutralidad ni por un relativismo mal
entendido; pero, como sabe el señor secretario de Estado, estamos
ante un tema complejo, y aunque no creo que éste sea el trámite, es
evidente que existen responsabilidades muy importantes de España y
del conjunto de los países europeos y de los países occidentales en
la mala distribución de la riqueza en el mundo y en la existencia de
sátrapas. Durante muchos años la existencia de sátrapas ha sido
consentida y promocionada por las honorables democracias de
occidente. Eso también tiene que formar parte, no de nuestro complejo
pero sí de nuestra responsabilidad. No decirlo es ingenuo o es querer
engañarnos a nosotros mismos. Por tanto, señor Cortés, nos gustaría
mucho que en esta legislatura el Gobierno, no el secretario de Estado
de Cooperación Internacional sino el Gobierno, en su política
exterior tuviese en el norte de su divisa los derechos humanos. Le
aseguro que tomamos muy cumplida nota de sus afirmaciones hoy en esta
mañana de octubre. Tendremos oportunidades de seguir si en relación
con importantes vulneraciones de derechos humanos, ese compromiso
vibrante que hoy ha expresado efectivamente se concreta. No dude de
que nuestro grupo parlamentario siempre le apoyará en esa defensa de
los derechos humanos en cualquier parte del mundo. No se preocupe
porque hoy no hemos querido entrar en referencias de porcentajes,
pero vamos a tener que hacerlo, entre otras cosas porque también hay
que valorar los temas en función de los porcentajes. Lo haremos
cuando hayamos podido analizar a fondo su propuesta. Sabe usted que
es un compromiso de su partido político haber asumido en el famoso
pacto por la solidaridad porcentajes específicos; es un compromiso
del Grupo Parlamentario Popular y por tanto entiendo que todavía es
un compromiso del actual Gobierno. Si me lo permite, le haré una
única recomendación: no tengamos la tentación de trasladar a esta
Cámara debates que corresponden a otras Cámaras. La política de
cooperación al desarrollo que impulsa el Gobierno de mi país, el
Gobierno de Cataluña, donde debe ser objeto de análisis y de
valoración, es en el Parlamento de Cataluña. Como comprendera, a mí
me puede parecer insuficiente el conjunto de recursos que el Gobierno
catalán dedica a la cooperación al desarrollo, pero no forma parte
del debate que tengamos usted y yo en esta Comisión. Tenemos otros
ámbitos: un debate público organizado por la coordinadora, un debate
del Grupo Parlamentario Popular con el Grupo Parlamentario de
Convergència en el Parlamento de Cataluña. Ahí sí, pero no creo que
sea en la Comisión de Cooperación al Desarrollo donde haya que
plantear estas cuestiones. Por tanto, recomendaría al secretario de
Estado que no plantease este tipo de referencias porque, si no, todos
podríamos buscar actuaciones de los respectivos
grupos políticos donde ejercen responsabilidades en otros ámbitos
territoriales, que nos desviarían de lo que es la función de esta
Comisión, que es impulsar y controlar la acción del Estado en esta
materia.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Pérez Casado, por el
Grupo Socialista, y le ruego también que sea lo más breve posible.




El señor PÉREZ CASADO: Seré muy breve, señor presidente.

Tenía la convicción de que el señor Campuzano sí hablaría de números
y de porcentajes, pero no hoy. Entiendo que seguiremos hablando de
ello, precisamente por la última referencia que hacía el señor
Campuzano. Si hay un compromiso en una senda establecida, lo único
que yo he subrayado es, prima facie, que no veo la continuidad desde
el 0,5, que se alcanzó en algún momento, al 0,23 ó 0,26, pero no voy
a enfatizar sobre este tema.

Me ha encantado la vehemencia, porque ésta procura argumentos para el
que está enfrente. Les voy a recordar algo con mucha tranquilidad que
sucedió en los años cincuenta en España. En los años cincuenta en
España estaba la dictadura y hubo un plan Marshall para recuperación
de la economía y de la sociedad europea, del que España fue excluida
en razón de su régimen. Lo traigo a colación porque un personaje poco
conocido, poco biografiado en España, pero sumamente importante para
la vida política, cultural de nuestro país, Juan Negrín López,
escribió un artículo célebre en The New York Times, en 1956,
reclamando que se incluyera a España en el plan Marshall para evitar
el sufrimiento de su pueblo, a pesar de la atroz dictadura a que
estaba sometido. Eso como referencia histórica a algo que nos sucedió
cuando éramos receptores potenciales; lo fuimos sólo de una manera
vicaria, en la medida que los acuerdos hispano-norteamericanos de
1953 procuraron alguna ayuda a cambio de la instalación de bases
militares en nuestro país. Pero ahora, no sé si por confusión
-quisiera que no fuera así- de lo que es cooperación internacional de
España, quizá, se están firmando acuerdos muy recientemente con
países que precisamente no se caracterizan por tener un régimen de
respeto a los derechos humanos, a la igualdad de género, etcétera.

Quiero recordar, por ejemplo, si son Irán o China un modelo o un
espejo de virtudes. Sin duda alguna, y eso tuvimos oportunidad en
otro momento de debatirlo, la cooperación internacional tiene
componentes empresariales, estrategia económica absolutamente
razonables, y dije, y vuelvo decir, que mi grupo no lo objetará, pero
que, no obstante, seamos conscientes de que también en algunos
momentos podemos estar desviándonos de lo que es una buena intención,
y así lo he entendido yo, en la expresión del secretario de Estado.

Finalmente quiero decir que, como antiguo administrador de una gran
ciudad, también tuve que dudar muchas veces en los costes de
oportunidad , ya que me



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decían: qué haces realizando promoción cultural de la ciudad de
Valencia en una muestra de cine del Mediterráneo, o de encuentros de
escritores donde vino Tahar Ben Jelloun, por ejemplo, después premio
Goncourt, cuando todavía hay déficits en nuestros barrios. En un
momento de mayor crecimiento, de mayor capacidad de ejercicio de esa
solidaridad, es lógico que desde la oposición con toda tranquilidad
digamos que parece poco, que hay que hacer mayor esfuerzo. ¿Por qué
se lo decimos al Gobierno? Porque somos conscientes de que esta
sociedad es solidaria, que hace un gran esfuerzo individual
y colectivamente organizado en sociedad civil. Sin duda alguna, éste es
el ámbito de control de la acción de gobierno y es a lo que nos
referimos, señor secretario de Estado, plenamente conscientes del
enorme esfuerzo que hace esta sociedad en el ámbito de la solidaridad
internacional, y esperemos que siga sucediendo así.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, también con la mayor brevedad,
el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Los tres grupos parlamentarios que estamos
aquí nos hemos referido al famoso pacto de solidaridad que se
firmaron en 1993. Si mal no recuerdo, entonces nuestro grupo
parlamentario estaba en la oposición y fue firmado con algunos
condicionantes. En cualquier caso, recuerdo a SS.SS., no porque fuera
papel mojado, sino porque ese pacto de solidaridad establecía una
serie de horizontes temporales para alcanzar el 0,35 por ciento,
luego el 0,7 que no fue aprobado por la propia asamblea del 0,7. Fue
denunciado. Esto no nos exime a ninguno del compromiso de alcanzar el
0,7 como pacto social, pero no refiriéndonos a aquel documento que
firmamos los grupos parlamentarios, porque ninguno tenemos un
compromiso firmado, ya que fue un documento que fue denunciado por la
propia plataforma de organizaciones no gubernamentales. Quiero decir
esto como aclaración, señor presidente.

También quiero manifestar nuestro acuerdo vehemente con los
planteamientos de defensa del mundo de los derechos humanos, de las
libertades y la democracia y hacer una reflexión -no me extenderé
mucho porque, si no, no acabaríamos nunca- de que algo tiene que
cambiar en el sistema de Naciones Unidas para que esto mejore.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra el señor
secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y
PARA IBEROAMÉRICA (Cortés Martín): A falta de mejor opinión, diré que
el artículo 16 de la Ley de cooperación dice: Apropuesta del ministro
de Asuntos Exteriores el Gobierno aprueba el plan director y el plan
anual. El artículo 15, en su párrafo 3, dice: A tal efecto el
Gobierno remitirá al Congreso de los Diputados, posteriormente a su
aprobación -el plan ya está aprobado-,
el plan director plurianual a que se refiere el artículo 8 para su
debate y dictamen. Esto es a lo que me refería. El plan está en vigor
una vez que lo ha aprobado el Consejo de Ministros. Si fuese de otra
manera no tendría nada que objetar. Lo único es que, a lo mejor, nos
retrasaría el calendario para que pudiesen entrar en vigor. Por eso
quería dejar esto aclarado. Entendíamos que, después de aprobarlo el
Consejo de Ministros, el plan director estaba en vigor una vez que se
ha publicado en el Boletín Oficial, sin perjuicio de que esta
Comisión tiene que ser informada y tendrá que debatirlo y
dictaminarlo, pero ya está en vigor. Por tanto, tiene que
dictaminarlo sobre la base de una valoración, no sobre la base de
introducir enmiendas. La razón por la que se repartió a todas SS.SS.

en el mes de julio la información, y se les vuelve a facilitar ahora,
es porque si alguien quiere hacer llegar alguna observación o
consideración que crean que se debe incluir o excluir, la
recibiríamos con sumo gusto y la tendríamos en cuenta porque estará
llena de razón, pero queríamos dejar claro cuál es el proceso de
aprobación del plan director.

Respecto de lo de más literatura, es algo que dijo usted. Por eso le
decía que como también nos habían dicho otros que hacía falta más
literatura, yo dije que, por mí, no había ningún inconveniente, toda
la que quieran, aunque habíamos pensado que era mejor un plan más
reducido que se leyese mejor. Ahora bien, si tiene que haber más
literatura, pues más literatura, y si tiene que haber menos, pues
menos.

Lo de la obviedad ya está porque en cuanto nos dijeron que tenía que
estar lo pusimos. Insisto en que probablemente era un error que
pensamos que era obvio y por eso no se había puesto.

Respecto de la responsabilidad sobre la existencia de sátrapas quiero
decir que sí que me preocupa, pero personalmente, no históricamente.

Sé que la humanidad ha cometido muchos errores muchas veces, pero no
vamos a estar ahora haciéndonos responsables de que pasasen a
cuchillo a los pobrecillos que estaban en Numancia, al mismo tiempo
que nos considerábamos sucesores de los romanos y de su civilización.

La responsabilidad es algo que es individual y que alguien la tiene
que tener.

A lo que me estaba refiriendo -y lo decía a raíz del recordatorio que
hacia S.S. y que asumía plenamente- es a que todas estas conferencias
en las que se asumen compromisos para el 2015, para el 2005, sobre la
mujer, sobre la educación, sobre la erradicación de la pobreza máxima
etcétera, todo esto, no puede ser algo que se cargue sólo sobre la
responsabilidad y la conciencia de occidente. A eso es a lo que me
refería. Y si en el año 2015 -Dios no lo quiera- hay países donde la
mujer sigue discriminada cabe pensar que tal vez no se deba a que
usted y yo no hayamos hecho todo lo que está en nuestras manos, sino
a que, quizá, allí hay alguien que piensa que la mujer tiene que
estar discriminada, por las razones que sea. No nos carguemos sólo a
nosotros la responsabilidad.




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Tendríamos mucho que hablar sobre la responsabilidad histórica -y
tampoco creo que nosotros tengamos esa responsabilidad-, pero yo
hablo sobre la presente, en el sentido de que España comparte esos
objetivos y va a hacer lo que esté en su mano, a través de la
Secretaría y de la Agencia y con lo que las Cortes Generales tengan a
bien poner a nuestra disposición, para ejecutar y llevar a cabo estos
programas. Pero sepamos que estos objetivos necesitan no sólo del
concurso de todos, sino de que haya una mayor responsabilidad en
aquéllos que si dejasen que en sus países hubiese elecciones, hubiese
prensa libre, hubiese sindicatos, no se discriminase a la mujer,
etcétera, conseguirían ese desarrollo, sin perjuicio de que es verdad
que con muchos de esos de países se mantienen relaciones
diplomáticas, comerciales, de ayuda humanitaria e incluso de otro
tipo. Tengamos por lo menos los referentes claros y si hacemos alguna
cosa que se desvía sepamos que nos estamos desviando y no pensemos
que estamos colaborando con gentes que son modelos a seguir, sino que
tienen la principal responsabilidad, ellos y ahora. Lo que se refiere
a la historia ha de tener otros jueces, y no creo que sea este el
momento de su debate.

Finalmente, señor Campuzano, sobre la cooperación descentralizada.

Siento que lo haya entendido como que planteaba una injerencia en lo
que no era competencia de esta Comisión. Muy al contrario, lo decía
como un elogio. Constataba el hecho de que S.S. no se había referido
a porcentaje alguno, lo que me parece enormemente positivo, así como
que se hable del esfuerzo que hacen los españoles. Me parece que es
muy negativo para la propia imagen de España hablar de porcentajes,
sobre todo porque como empiezan por cero siempre parece que es muy
poco, pero eso, que es muy poco, supone todas estas otras
oportunidades. Y planteaba como ejemplo que me parecería injusto que
se criticase a la Generalidad de Cataluña -como se ha hecho, ha
salido en los periódicos- porque sólo dedican un porcentaje del 0,024
a esto, cuando han hecho el enorme esfuerzo de que este año haya
crecido la cifra un 43 por ciento. Lo planteaba como elogio porque,
dado que estoy reconociendo el esfuerzo que ha hecho el Ministerio de
Hacienda al conseguir que el presupuesto de esta Secretaría haya
crecido un 7,2 por ciento, imagínese lo que elogio que crezca un 43
por ciento.

Sin embargo, me parecería muy negativo que nos fijásemos en el
0,024 por ciento, porque esto haría creer que la Generalidad de
Cataluña es muy poco generosa a la hora de plasmar estas cosas,
cuando este acuerdo obliga a todos.

Paso a una cuestión que sí me preocupa: si aquí se puede tratar de
este tema. Quiero decir que aquí sí se puede tratar. En el artículo
20 de la Ley de Cooperación se habla de la cooperación para el
desarrollo de las comunidades autónomas y entidades locales, y su
párrafo segundo dice que la acción de dichas entidades en la
cooperación para el desarrollo se basa en los principios de autonomía
presupuestaria y autorresponsabilidad en su desarrollo y ejecución,
debiendo respetar las líneas generales y directrices básicas
establecidas por el Congreso de los Diputados. Es decir, en esta
Comisión y en esta casa se puede hablar de eso, sabiendo que la
responsabilidad es de las comunidades autónomas o de los
ayuntamientos.

Además esta ley -que S.S. aprobó, yo no, más que a través de mis
representantes, porque no estaba en el Congreso de los Diputados- no
sólo nos autoriza, sino que nos ordena que tratemos también de la
cooperación que hacen las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Y no sólo eso, dice que las comunidades autónomas y los ayuntamientos
deberán respetar las líneas generales y directrices básicas
establecidas por el Congreso de los Diputados. Mueva usted la cabeza
todo lo que quiera, pero lea la ley como está, que usted la redactó.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias por su intervención, señor
secretario de Estado.

En cualquier caso, con el permiso del señor Izquierdo por el uso de
la frase: como no podía ser de otra manera, esta Presidencia
trasladará, tanto en nombre propio como en nombre de la Comisión,
siguiendo sus directrices, a don Pedro Antonio Martín Marín su
recuerdo y agradecimiento especial.

Además de reiterar la gratitud por la confianza y el voto a los
nuevos miembros de la Comisión y agradeciendo de nuevo la presencia
del señor secretario de Estado para la Cooperación, se levanta la
sesión.




Eran las doce y veinticinco minutos del mediodía.