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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 30, de 14/06/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 30



EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE



PRESIDENCIA DELEXCMO. SR. D. EUGENIO NASARRE GOICOECHEA



Sesión núm. 2



celebrada el miércoles, 14 de junio de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Aprobación de la delegación a favor de la Mesa, a laque hace
referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Número de expediente 042/000002) ...

(Página 478)



Comparecencia de la señora ministra de Educación, Cultura y Deporte
(Del Castillo Vera) para informar sobre:
-Las líneas generales de la política de su Departamento. A petición
propia. (Número de expediente 214/000001)... (Página 479)



-Las líneas generales de la política de su Departamento. A solicitud
del Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente 213/000020)
... (Página 479)



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Objetivos de su Departamento en la VII legislatura. A solicitud del
Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000031) ...

(Página 479)



-Prioridades y políticas que piensa impulsar en relación a las
materias vinculadas a dicha Comisión durante la VII legislatura. A
solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
(Número de expediente 213/000047) ... (Página 479)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




- APROBACIÓN, DE LA DELEGACIÓN EN FAVOR DE LA MESA A LA QUE HACE
REFERENCIA LA RESOLUCIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA, DE 2 DE
NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 44 DEL REGLAMENTO DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (número de expediente 042/000002)



El señor PRESIDENTE: Señorías, iniciamos la verdadera primera sesión
de trabajo en esta legislatura de la Comisión de Educación, Cultura y
Deporte dando la bienvenida más cordial a la ministra de Educación,
Cultura y Deporte.




El orden del día de hoy se compone de cuatro puntos. El primero es la
aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa en
relación con el artículo 44 del Reglamento del Congreso de los
Diputados y luego hay tres solicitudes de comparecencia de la
ministra de Educación, Cultura y Deporte; la primera a petición
propia, la segunda a petición del Grupo Parlamentario Socialista y la
tercera a petición del Grupo Parlamentario Mixto. Al tratarse de
idéntico objeto, quedan acumuladas.

Pasamos, pues, a tratar el primer punto del orden del día que, como
he dicho anteriormente, es la aprobación en favor de la Mesa a la que
hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados que, como saben SS.SS., se refiere a las
solicitudes de comparecencias.

La propuesta que formula esta Presidencia es un acuerdo de delegación
en los siguientes términos: 1) De conformidad con lo establecido en
la Resolución de la Presidencia del Congreso, de 2 de noviembre de
1983, se delegan en la Mesa de la Comisión las facultades a que se
refiere el artículo 44 del Reglamento del Congreso. 2) El rechazo de
solicitudes de comparecencia exigirá el acuerdo unánime de los
miembros de la
Mesa, quedando avocada por la Comisión la decisión en caso contrario.

¿Algún grupo parlamentario quiere tomar la palabra sobre este asunto?
¿Suscita algún reparo u oposición esta propuesta?
Tiene la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: ¿No sería preferible que la posibilidad de
rechazo de las comparecencias fuese por unanimidad de la Mesa y de
los portavoces? Porque rechazar una comparecencia es una cosa muy
seria.




El señor PRESIDENTE: Entiendo que la propuesta aprobada por la Mesa
del Congreso, que nos traslada a esta Presidencia, es en los términos
que he señalado; por tanto, ésta es la propuesta que formula la
Presidencia.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Si me permite, señor presidente, esta
Comisión es soberana en este tema. Es una simple propuesta entre
varias que formula la Presidencia del Congreso; este portavoz lo es
también en otras Comisiones y le consta que las soluciones son
distintas en cada Comisión en función de la situación. Por tanto, no
estamos atados por ningún tipo de propuesta previa.




El señor PRESIDENTE: Por eso yo he dicho que es la propuesta de esta
Presidencia. En todo caso, al existir algún reparo u oposición, la
someto a votación.

Votación de la propuesta, formulada en los términos expresados por
esta Presidencia.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 24;
en contra, cuatro; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobada la propuesta formulada.




COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE
(DEL CASTILLO VERA) PARA INFORMAR SOBRE:
- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A PETICIÓN



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PROPIA. (Número de expediente 214/000001)
- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/000020)
- OBJETIVOS DE SU DEPARTAMENTO EN LA VII LEGISLATURA. A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000031)
PRIORIDADES Y POLÍTICAS QUE PIENSA IMPULSAR EN RELACCIÓN A LAS
MATERIAS VINCULADAS A DICHA COMISIÓN DURANTE LA VII LEGISLATURA A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I UNIÓ).

(Número de expediente 213/000047)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a desarrollar los puntos 2, 3 y 4 del
día que, como he dicho anteriormente, han sido acumulados.

La señora ministra de Educación, Cultura y Deporte tiene la palabra.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señor presidente, señoras y señores diputados, en mi primera
comparecencia ante esta Comisión quiero expresarles mi firme decisión
de mantener una sincera voluntad de cooperación y transparencia en
las relaciones con todos y cada uno de ustedes, convencida de que
compartimos una serie de objetivos y fines en los que el equipo
ministerial que dirijo, pueden estar seguras SS.SS., no escatimará
esfuerzos. Asimismo, quiero dejar constancia de que mi respeto por
esta Cámara ha hecho que esperara hasta hoy para desarrollar las
líneas políticas generales de actuación del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, precisamente porque es mi deber y responsabilidad
hacerlo en sede parlamentaria y no en ningún otro foro.

Quisiera destacar que la unidad de acción de la Administración del
Estado en el campo de la educación, la cultura y el deporte se ha
visto reforzada por la decisión del Gobierno de incorporar este
último a la denominación oficial del departamento. Por primera vez,
el deporte obtiene el reconocimiento institucional que lo sitúa a un
nivel similar al de la educación y la cultura como aspecto esencial
de la formación integral del ciudadano. Este reconocimiento muestra a
un tiempo la pujanza del deporte español y el prestigio que la
sociedad española concede a la actividad deportiva como elemento
imprescindible de su educación y también de su ocio.

Por otro lado, la finalización del traspaso de las funciones
y servicios en el ámbito de la educación primaria y secundaria implica
una reestructuración del Ministerio que permita la adaptación a su
nuevo papel
y haga posible una mejor utilización de los recursos disponibles. En
la reorganización del departamento se ha tenido en cuenta la asunción
de competencias en materia de investigación científica y desarrollo
tecnológico de la anterior Secretaría de Estado de Educación,
Universidades, Investigación y Desarrollo por el nuevo Ministerio de
Ciencia y Tecnología. De acuerdo con estos criterios, con fecha 12 de
mayo de este año, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 691/
2000, por el que se establece la estructura orgánica básica del nuevo
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Sin embargo, la
reestructuración no finaliza en esta norma, sino que se completará
con una reorganización a diferentes niveles en un real decreto de
próxima publicación que a un tiempo racionalizará la estructura
básica del departamento y potenciará las funciones relacionadas con
la coordinación y cooperación con las comunidades autónomas, lo que
exigirá un mayor protagonismo de la conferencia sectorial de
Educación, el ejercicio también de la alta inspección en materia de
educación y el desarrollo de la cooperación internacional a través de
los programas europeos y de nuestra presencia en foros e
instituciones internacionales.




Deseo que la gestión del Ministerio parta de aquellas tres cualidades
que, según Weber, y que yo suscribo plenamente, deben acompañar a un
político, como son pasión, sentido de la responsabilidad y mesura. De
ahí que los objetivos esenciales que han de orientar la actuación del
Ministerio en el campo de la educación se basarán en un decidido
compromiso, en primer lugar, por mejorar la calidad y estructura de
nuestro sistema educativo, a la vez que vertebraremos la educación en
el ámbito del Estado e impulsaremos la coordinación de la actuación
de las comunidades autónomas y de sus administraciones educativas. La
vitalidad y creatividad, por otra parte, de nuestra cultura responde
hoy al clima de entendimiento establecido con todos los sectores
implicados en la actividad cultural, con los que continuaré la
política de diálogo que ha venido practicando el Partido Popular
desde su llegada al Gobierno. Este buen momento de la cultura
española es resultado de la superación de viejos tópicos y de la
confianza que la sociedad ha adquirido en sí misma. En este sentido,
insistiré en las medidas que faciliten el acceso de los ciudadanos a
la cultura, unidas a la promoción y el apoyo a sus iniciativas.

Asimismo, insistiré en la proyección de la cultura española fuera de
nuestras fronteras, especialmente en Iberoamérica, en la calidad,
imaginación y rigor científico de nuestra política de promoción de
las Bellas Artes, todo ello sobre la base de la protección,
conservación y enriquecimiento de nuestro patrimonio histórico-
artístico.

Permítanme ahora SS.SS. que pase ya a las áreas específicas que
constituyen este Ministerio. En primer lugar, hablaré de la
educación. Señorías, en la sociedad española se han conseguido
importantes avances en la



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educación ligados estrechamente al bienestar y al progreso del que
hoy disfrutamos. Hemos alcanzado la escolarización total y gratuita
en la etapa obligatoria y prácticamente plena en los niveles no
obligatorios. Los niños españoles de tres años en el curso 1993-1994
tenían un índice de escolarización del 51,8 por ciento y en el curso
1999-2000 del 83,5 por ciento. Esperamos llegar al cien por cien en
el curso 2000-2001. Igualmente en bachillerato se alcanzan niveles de
escolarización del 83 por ciento. También ha habido un aumento de la
dotación de profesorado, así como en el número de centros, lo que
contribuye a disminuir la ratio alumno- profesor y alumno-unidad.

Siete millones de alumnos que se educan en 21.500 centros atendidos
por 517.000 profesores hacen que todos podamos felicitarnos por la
expansión cuantitativa de la educación en España.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte afronta una nueva etapa
sin precedentes en la historia de la educación española. Tras la
culminación del proceso de transferencias en materia educativa,
nuestro ámbito competencial es ahora muy diferente. Por esta razón,
el Ministerio modificará su estructura para adaptarse a sus nuevas
funciones: primero, liderar la cooperación entre las distintas
comunidades autónomas; segundo, coordinar las actuaciones de las
diferentes administraciones, lo que permitirá la vertebración del
sistema educativo y tercero, promover el diálogo con todas las
administraciones, instituciones y agentes sociales con la finalidad
de establecer las normas de carácter básico necesarias para nuestro
sistema educativo. Esta nueva función deberá desarrollarse dentro del
marco normativo y competencial al que me voy a referir a
continuación.

Por circunstancias diversas, en España se han ido sucediendo
diferentes ordenaciones del sistema educativo. El último y actual,
como todas SS.SS. conocen, fue el propuesto por la Ley de Ordenación
General del Sistema Educativo, de 1990. A pesar de los esfuerzos
realizados en el período de implantación de la Logse, ya se han
observado una serie de desajustes que es necesario ir corrigiendo.

Para abordar aspectos que están afectando a la calidad de la
educación, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte deberá
realizar cambios en la normativa de carácter básico. En este proceso
pretendo contar con la colaboración de todos y no les quepa duda de
que el Ministerio seguirá la línea de diálogo que viene
caracterizando al Gobierno. De las modificaciones que se pretenden
realizar no podrán, sin embargo, concluir SS.SS. que el Gobierno
quiere cambiar en su totalidad las leyes orgánicas que ordenan
actualmente el sistema educativo, sino aquellos aspectos que, según
se ha observado en los últimos años, no están funcionando bien o para
poder desarrollar acciones que supondrán una mejora en nuestro
sistema educativo. En este sentido, el Gobierno enviará al Congreso
en la primera parte de la legislatura un proyecto de
ley orgánica para la mejora de la calidad de la educación, que
afectará parcialmente a la legislación vigente, y modificará los
decretos de contenidos mínimos de los distintos niveles educativos:
educación infantil, educación primaria, educación secundaria y
bachillerato, así como los que regulan las cargas horarias. Las tres
leyes orgánicas afectadas son la Lode, la Logse y la Lopeg. Esto no
es ni será incompatible con que, mediante las correspondientes normas
de rango inferior, se pueda proporcionar la solución y mejora de
cuestiones urgentes para atender demandas de la sociedad y de la
comunidadeducativa. A lo largo del próximo período de sesiones el
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte presentará las
modificaciones que den respuesta a estos compromisos.

Para llevar a cabo el programa educativo del Gobierno es necesario
mejorar los contenidos del sistema educativo. En educación infantil,
durante los próximos cuatro años nos proponemos culminar la
progresiva gratuidad de la enseñanza en la etapa de tres a seis años,
pero además hay que mejorar la enseñanza de idiomas extranjeros con
los nuevos métodos y las recomendaciones del Consejo de Europa para
el año 2001. Aunque el estudio de un idioma extranjero en este nivel
cuenta con una amplia demanda entre las familias, antes de
generalizar el aprendizaje de una lengua extranjera en educación
infantil se asegurará su implantación en el primer ciclo de primaria
en todos los centros. Para respetar las características del alumnado,
así como el carácter globalizador que deben tener los aprendizajes en
este nivel educativo, la enseñanza de la lengua extranjera en el
primer ciclo de la educación primaria deberá ir encaminada a mejorar
los aspectos comunicativos de la lengua nueva que se aprende, que es
una dimensión esencial, a mi entender, para que esa lengua extranjera
que se aprende tenga un valor instrumental posteriormente.

Otro aspecto fundamental es la mejora de las áreas instrumentales, de
modo especial las matemáticas y la lengua, cuya carga horaria sitúa a
España en una posición muy inferior a la media europea, en el noveno
lugar exactamente sobre once países europeos analizados, según el
banco de datos que constituye la red Eurydice. Parece necesario, por
tanto, revisar estas enseñanzas, dada su importancia para la
formación de la persona y la adquisición de otros conocimientos en
niveles educativos posteriores.

Durante estos últimos años el Ministerio ha promovido actuaciones y
programas para fomentar el hábito de la lectura y continuaremos en
esta línea. En el segundo ciclo de educación infantil se favorecerá
la iniciación a la lectura, que debería estar consolidada a los seis
años, dada la alta escolarización infantil. De igual modo hay que
educar en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Para ello se introducirán unas primeras nociones del uso de
ordenador, de modo gradual y flexible, a partir del segundo ciclo



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de la educación primaria y dentro de los contenidos correspondientes
al área de conocimiento del medio natural, social y cultural. Al
llegar al tercer ciclo, el alumno deberá manejar algún programa
sencillo de tratamiento de textos y también iniciarse en el uso de
Internet. Para todo esto se impulsarán las necesarias actividades de
formación inicial y continua de los maestros que se encarguen de
estas enseñanzas.

Señorías, la educación secundaria obligatoria es una etapa educativa
básica por su situación intermedia entre la educación primaria y la
secundaria postobligatoria, por su duración -de los doce a los
dieciséis años-, coincidiendo con el complejo proceso de madurez de
los adolescentes, por su carácter obligatorio y por su triple
finalidad: acceso al bachillerato, a la formación profesional de
grado medio o como preparación para la vida laboral. Pero la
educación secundaria obligatoria ha planteado numerosos problemas,
como saben SS.SS.: una elevada tasa de fracaso escolar no atribuible
a la falta de recursos -más del 25 por ciento de los alumnos no
obtiene el título de graduado en educación secundaria-; una
preparación insuficiente para acceder a estudios posteriores;
problemas de convivencia y disciplina, que se agravan con la
existencia de alumnos que abandonan el sistema educativo, y
dificultades de carácter pedagógico, ya que el profesorado debe
atender a la diversidad desde la comprensividad y desde la
integración.

La preocupación de este Ministerio está centrada en que los alumnos
estén perfectamente formados en el núcleo básico de sus estudios,
para lo cual habrá que reconsiderar tanto los contenidos de las
materias como su distribución horaria. Para ello nos proponemos,
primero, reforzar las materias troncales e impulsar una mayor
racionalización en la oferta de materias optativas. Segundo, conceder
mayor importancia a las materias de carácter instrumental, como son
la lengua, las matemáticas y también las lenguas extranjeras.

Tercero, definir un nuevo contexto que contemple el estudio de las
ciencias y de las humanidades como medio para lograr una auténtica
formación integral de los alumnos, aplicando las conclusiones del
dictamen que la comisión de humanidades elaboró en 1998, y además
desarrollar la educación en los valores, especialmente en los valores
éticos y cívicos, necesarios para la convivencia en una sociedad
democrática. Cuarto, desarrollar las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación y reorientar el área de tecnología,
mejorando además los estudios de informática. Quinto, modificar el
segundo ciclo de la educación secundaria, para lo que se estudia la
posibilidad de establecer distintas vías formativas que atiendan
realmente a la diversidad de intereses, motivaciones y capacidades de
los alumnos. Sexto, introducir modificaciones en el actual sistema de
promoción con materias pendientes y reforzar los sistemas de
evaluación, de tal modo que el título de graduado en educación
secundaria tenga la consideración
social que merece al garantizar una formación acorde con los
objetivos de esta etapa. Séptimo, los alumnos que no alcancen los
objetivos de la educación secundaria obligatoria deberán recibir una
formación que o bien facilite su inserción laboral o bien su
permanencia en el sistema educativo. En esta línea el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte promoverá acciones de cooperación entre
las diferentes administraciones y los agentes sociales para mejorar y
ampliar la oferta de los programas de iniciación profesional.

Señorías, con el bachillerato se plantea la mejora del currículo, con
el fin de preparar a los alumnos para los estudios superiores,
incluidos los ciclos formativos de grado superior. Es preciso dar un
tratamiento adecuado a las ciencias y reforzar la presencia de las
humanidades en el bachillerato, de modo especial la historia, la
filosofía y las lenguas clásicas, el latín y el griego, siguiendo las
sugerencias del dictamen sobre la enseñanza de las humanidades en la
educación secundaria, tanto obligatoria como postobligatoria.

Las enseñanzas artísticas merecen una mención propia. En la
actualidad se caracterizan por su reciente implantación. La función
que compete al Estado es la de coordinar la implantación del grado
superior en las distintas comunidades autónomas. Como propuesta de la
normativa básica para perfeccionar la ordenación de estas enseñanzas,
se va a presentar un proyecto de ley de centros superiores de
enseñanzas artísticas.

En otro orden de cosas, la construcción de un sistema de formación
profesional moderno que asegure el necesario nivel de calidad se
convierte en la clave para lograr la vinculación entre el sistema
educativo y el sistema productivo, una vinculación que propicie el
acceso al empleo de nuestros jóvenes y mejore las cualificaciones de
los trabajadores. Como he dicho anteriormente, la formación
profesional está experimentando cambios positivos y se puede asegurar
que la percepción de la sociedad ante estas enseñanzas va cambiando
en estos últimos años de forma significativa, y va cambiando hacia un
mayor y mejor reconocimiento. Esto ha sucedido porque la utilidad y
eficacia de la nueva formación profesional es un hecho que se va
constatando progresivamente en la sociedad al producirse mayores
cuotas de acceso al empleo de las recientes promociones de alumnos
que se han venido formando en las nuevas titulaciones, siendo así que
la demanda social para estas enseñanzas se ha triplicado en los
últimos años de forma generalizada y en todo el territorio nacional.

Disponemos de un amplio catálogo de títulos profesionales que ya
alcanza la cifra de 136 titulaciones diferentes y que abarca a la
práctica totalidad de los sectores productivos, introduciendo de esta
forma una gran flexibilidad y adaptación de los titulados al mundo de
la producción y, por tanto, al mundo del trabajo y del empleo.

Con estas buenas e interesantes perspectivas, en estemomento es
necesario dar el impulso definitivo que



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consolide a la formación profesional en el lugar decisivo
y estratégico que requiere una sociedad del conocimiento, como,
afortunadamente, podemos afirmar que es la nuestra. Para ello, y dada
la importancia de las actuaciones que deben realizarse en el futuro
sobre la ley profesional -que, como ya he dicho, afectan de forma
directa a dos objetivos prioritarios del Gobierno de la nación, como
son el empleo y la productividad y competitividad-, es necesario como
primera medida la elaboración de una ley de formación profesional que
regule de forma integral todos los aspectos que afectan al sistema,
abordándolos de forma conjunta y coherente mediante un tratamiento
sistemático que una norma con rango de ley puede asegurar. En esta
ley se establecerán las bases que permitan hacer efectiva la
integración de los tres subsistemas de la formación profesional, es
decir, conciliar la formación profesional específica, la ocupacional
y la continua, como está concebido en el programa nacional de la
formación profesional. Asimismo, se proveerán los mecanismos
necesarios para establecer un sistema de cualificaciones
profesionales, introduciendo la flexibilización imprescindible para
lograr que sea ágil y que sea también eficaz. Se establecerán
fórmulas para la vinculación entre la oferta formativa y los planes
de acción para el empleo, con el fin de conseguir la mayor eficacia
en la distribución de los recursos y los resultados y en la
cualificación de los jóvenes y contribuir de esta manera al objetivo
del pleno empleo que se ha marcado este Gobierno.

Paralelamente promoveremos un plan nacional de cooperación entre las
empresas y los centros formativos, con la finalidad de que los
alumnos puedan realizar un período de formación en los centros de
trabajo con garantías de calidad. Para ello se analizarán los
posibles incentivos necesarios que consoliden esta importantísima
acción de formación que, a su vez, facilitará la inserción laboral de
nuestros jóvenes. Seguir avanzando en la modernización de la
formación profesional hasta conseguir que sea una oferta educativa de
prestigio para la sociedad requiere un continuo esfuerzo de
innovación y cooperación entre todas las administraciones, que se
promoverá desde este Ministerio.

Y ahora, señorías, me voy a referir a la función docente. La
competencia profesional del profesorado -parece incuestionable que
así sea- es indispensable para incrementar la calidad del sistema
educativo. Es voluntad decidida del Ministerio de Educación
contribuir a la dignificación y al desempeño de la función docente y
para ello creará el instituto superior de formación del profesorado.

Este instituto deberá nacer con una decidida vocación de formación
permanente de alto nivel, de alto nivel científico, de alto nivel
didáctico, y también abierto a Europa y a foros internacionales. En
colaboración con las comunidades autónomas, desarrollará una
formación de alta especialización y será un foro de debate y de
reflexión, donde se impulsarán proyectos que sirvan de motivación
para la actividad
profesional de los docentes, tales como el estatuto de la
función pública docente y la homologación de los criterios de
baremación y certificación de las actividades de formación e
investigación docente.El instituto superior de formación contribuirá
a la vertebración del sistema educativo, impulsando la adopción de
criterios homogéneos de baremación y estableciendo una certificación
homologada y reconocida por las distintas comunidades en cuanto a la
actividad de formación permanente y a otros méritos adquiridos por
los docentes. El instituto superior de formación desarrollará un
programa de perfeccionamiento para la función directiva, en la que se
profundizará y reflexionará sobre las competencias necesarias para
reforzar el desempeño de la función directiva en los centros
educativos. Para el profesorado el desempeño de sus funciones
profesionales contempla una realidad compleja y cambiante. Por ello
requiere una atención constante que refuerce y respalde su
participación en los órganos de representación en la vida del centro.

Desde el Ministerio se promoverán todas aquellas acciones que sirvan
de motivación y estímulo para el profesorado.

En otro orden de cosas, señorías, la inspección educativa, que ha
sufrido importantes transformaciones en los últimos tiempos, es una
pieza clave para mejorar el sistema educativo. Para ello es necesario
redefinir las funciones que debe desarrollar la inspección para dar
respuesta a la realidad educativa enmarcada en el contexto europeo. A
tal efecto, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte promoverá
las medidas necesarias para establecer los procedimientos de acceso
al cuerpo de inspección educativa, considerando las especialidades
necesarias para realizar el asesoramiento didáctico en las diferentes
áreas y disciplinas del sistema educativo. También introducirá
sistemas de mejora en la función inspectora y favorecerá su formación
y actualización permanente. Otro elemento relevante en la mejora de
la calidad de la educación y la formación es la figura del director
de la institución educativa. El Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte se propone reforzar la función directiva y realizar los
cambios normativos necesarios para mejorar los procesos de selección
del equipo directivo de los centros, adaptándolos a las nuevas
exigencias y teniendo en cuenta la experiencia de países europeos de
nuestro entorno.

Por lo que se refiere a la política de becas, el Ministerio ha
mejorado de modo notable el sistema de becas y ayudas, tanto para los
alumnos de niveles anteriores a la universidad como para los alumnos
universitarios. Hemos destinado más de 100.000 millones a este
capítulo y en estos tres últimos años el Ministerio ha incrementado
por encima de un 20 por ciento el presupuesto de este programa. El
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte está haciendo pública en
este mes de junio su oferta del programa nacional de becas para el
próximo curso académico 2000-2001. Se trata de un programadirigido a
facilitar el ejercicio del derecho a la educación



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a los alumnos de todos los niveles del sistema educativo, desde la
educación infantil a la enseñanza universitaria, sin olvidar que los
alumnos con necesidades educativas especiales son objeto de atención
muy destacada. Se trata, por tanto, de una amplia oferta que pone a
disposición de casi ocho millones de familias españolas un abanico de
modalidades de ayudas que cubren desde los gastos de matrícula a los
gastos de transporte diario al centro docente o los gastos que
originan aquellos alumnos que cursan sus estudios universitarios en
una comunidad autónoma distinta a la de su domicilio. Quiero destacar
especialmente el gran impulso que experimenta el programa de ayudas
para la adquisición de libros de texto y material escolar dirigido
a los alumnos de los niveles obligatorios de la enseñanza, que se puso
en marcha en el curso 1997- 1998 con 200.000 ayudas y que se elevan a
625.000 para el próximo curso escolar. Además de revisar la actual
normativa sobre becas y ayudas, será preciso mejorar los mecanismos
de redistribución, estableciendo un sistema de baremos que determine
con exactitud la franja de familias que pueden acogerse a ellas,
estableciendo controles que eviten posibles disfunciones y
determinando, en fin, sistemas de asesoría que permitan obtener
adecuada información a las familias que más la necesitan.

Permítanme, señorías, que me refiera ahora a uno de los fenómenos
nuevos que se están viviendo con gran intensidad en muchas de
nuestras aulas, la presencia de niños inmigrantes y de diferentes
etnias. La educación tiene como objetivos básicos para los
estudiantes durante su etapa de escolarización la formación integral
como personas que conviven en la sociedad y también su formación en
cuanto a la adquisición de las capacidades básicas que les permitan
su inserción futura en el mercado laboral y profesional. A la hora de
abordar los planteamientos con los que actualmente los centros
educativos está tratando, lo que se ha venido en llamar la sociedad
multicultural, es útil conocer cuál es el marco general de la
situación. Según los últimos datos, en el sistema educativo español,
en el curso 1999-2000 están escolarizados más de 30.000 alumnos
inmigrantes, repartidos entre las distintas comunidades autónomas,
pero lo más importante es que este número se ha alcanzado en muy
pocos años y que la tendencia es creciente. Aunque la caracterización
de la sociedad multicultural es más amplia de lo que supone el
tratamiento de los fenómenos migratorios, sí es necesario conocer su
repercusión en el ámbito escolar. Escasez de recursos, pobreza,
movilidad e incluso itinerancia y limitada solvencia en lengua
española son características de los niños inmigrantes, son
características habituales. Estas características de la población
escolar requieren un alto grado de atención a su situación educativa
y social. Puesto que la educación debe garantizar a todos los niños
la igualdad de oportunidades para poder alcanzar buenos resultados,
¿qué medidas pueden
evitar que estos alumnos engrosen las estadísticas del fracaso
escolar y permitan a los centros abordar esta compleja situación de
forma adecuada? En mi opinión, habría que plantearse las soluciones
desde diversos ámbitos simultáneamente. En primer lugar, creando en
los centros un clima escolar que favorezca el estudio y la
convivencia. En segundo lugar, hay que reflexionar sobre si la
estructura organizativa de los centros es la que en cada caso permite
atender las diferencias. Ante esta realidad, en los centros y en las
aulas se debe favorecer la flexibilidad, unida a la responsabilidad.

El agrupamiento de alumnos, tanto dentro como fuera del aula, debe
contemplar todas las soluciones que posibiliten el desarrollo de
entornos de aprendizaje favorables para todos los alumnos. La misma
respuesta organizativapuede ser válida para unas determinadas
condiciones y resultar un rotundo fracaso en otras. En tercer lugar,
las soluciones deben proceder del propio sistema educativo no sólo en
cuanto a los agrupamientos flexibles, sino también en cuanto a la
organización de los propios contenidos. En muchos casos surgen
contenidos nuevos, como es el de la enseñanza del español para
extranjeros, con didácticas de aprendizaje distintas de las que
desarrollan los profesores en las parcelas correspondientes al área
de lengua.

En las diferentes etapas del sistema educativo están previstos
algunos mecanismos para atender a los alumnos en una situación de
diversidad, como es la opcionalidad, las adaptaciones curriculares o
la diversificación curricular, pero las investigaciones que se han
producido en países que escolarizan altos porcentajes de niños
inmigrantes muestran la necesidad de un tratamiento más específico,
mediante refuerzos y programas especializados, antes incluso de que
estos niños puedan beneficiarse de las posibilidades de nuestro
sistema educativo. Estos grupos de niños llegan a la escuela con
edades muy distintas, pero compartiendo en buena medida las mismas
carencias, a menudo con escasa o nula escolarización formal reglada
previa. Esto significa que, en ocasiones, tienen limitadas
capacidades de expresión y comprensión oral y escrita en su propia
lengua materna.

Nos hallamos -estoy convencida de ello- ante uno de los temas que va
a ser referencia obligada en la educación y el debate educativo. El
impacto y la repercusión de las nuevas poblaciones de emigrantes
sobre los servicios públicos de los países de acogida hace que las
administraciones deban conocer la profundidad de este fenómeno y
poner en marcha actuaciones de prevención para que este impacto no
sea negativo. Por ello, adoptaremos las siguientes medidas. Proponer
la creación de una comisión interministerial entre los Ministerios de
Educación, Cultura y Deporte, Trabajo y Asuntos Sociales y la recién
creada Delegación del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración,
de tal manera que podamos avanzar en el conocimiento, análisis y
prospectivadel futuro de la inmigración a partir de los datos



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previstos para España en los próximos años, con objeto de promover la
adecuación de los servicios educativos y las previsiones necesarias
para la escolarización de estos niños en las mejores condiciones
posibles. En segundo lugar, impulsaremos, desde el propio Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte y junto a las comunidades autónomas,
el desarrollo de un plan estatal que contenga un conjunto de
propuestas que favorezcan la escolarización y atención específica
educativa a estos niños. Y, finalmente, favorecer el desarrollo de
programas específicos de formación del profesorado que sirvan para
una mayor cualificación de los docentes mediante el conocimiento de
diferentes experiencias didácticas, el tratamiento específico a
alumnos procedentes de familias inmigrantes y el conocimiento del
conjunto de recursos metodológicos y didácticos que ayuden a los
profesores a desempeñar mejor su función profesional. Con ello,
adquiero el compromiso de evitar que la exclusión social comience en
la educación. La escuela es y será siempre integradora. Todos los
alumnos deben tener siempre nuevas oportunidades para no ser
arrojados fuera del sistema. A este objetivo debemos dedicar toda
nuestra atención y toda nuestra sensibilidad.

En una nueva dimensión distinta de la anterior, diré que si queremos
evitar una nueva forma de marginación social, la alfabetización
tecnológica en los centros educativos también tiene que ser un
compromiso prioritario de este Gobierno, compromiso consecuente con
los adquiridos en la última Presidencia europea. El pasado mes de
diciembre, el presidente del Gobierno presentó a la sociedad la
iniciativa estratégica del Gobierno para el desarrollo de la sociedad
de la información, texto en el que se recoge un importante conjunto
de actuaciones en educación, que nos proponemos desarrollar en
colaboración con todas las administraciones. La incorporación de la
educación a la sociedad de la información es, desde luego, una meta
irrenunciable porque desde la educación y la formación se puede y
debe contribuir a que España participe plenamente, como país moderno,
en la nueva sociedad del conocimiento. Para hacer frente a estas
propuestas, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte creará el
centro nacional de información y comunicación educativa, que será una
unidad con un objetivo claro: incorporar nuestro sistema educativo a
la sociedad de la información y la comunicación. Y lo desarrollará
mediante las siguientes líneas de trabajo: la creación de un portal
educativo, como soporte a la formación en red, que proporcione una
plataforma de colaboración y relación entre profesores, alumnos y
ciudadanos; el desarrollo de un canal temático de televisión
educativa convergente con Internet; la colaboración con la Comisión
Europea para la construcción, en dos años, de una plataforma
tecnológica que posibilite la interconexión de todas las redes
educativas europeas, así como su extensión a los programas de
cooperación con los
ministerios de Educación iberoamericanos y, finalmente, el acceso de
los profesores a la formación no presencial a través de Internet, así
como la elaboración de materiales que mejoren y faciliten a los
alumnos su aprendizaje. Asimismo, utilizando las metodologías propias
de la tecnología informática, el Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte desarrollará un sistema de formación a distancia para las
diferentes etapas y niveles del sistema educativo.

Señorías, una dimensión importante de la educación -es
incuestionable-es la lectura. Enseñar a leer no significa sólo
enseñar códigos a nuestros alumnos, sino capacitarles para
informarse, localizar datos específicos, aprender y, desde luego,
disfrutar. El dominio de ese aprendizaje produce cambios esenciales
en el desarrollo social y lingüístico de las personas. Según los
estudios del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación sobre los
resultados de los alumnos en relación con la lectura, los porcentajes
medios de comprensión lectora en los alumnos no son todavía
satisfactorios. Para conseguir mejores resultados se deben integrar
todos los componentes implicados en el desarrollo de una política de
lectura coherente y que coordine los esfuerzos procedentes de
diversos ámbitos: administraciones educativas, familias, profesores,
escuelas, bibliotecas, editores, medios de comunicación,
organizaciones sin ánimo de lucro, asociaciones de padres, etcétera.

Para ello, me propongo impulsar un programa nacional de fomento de la
lectura que contemple las siguientes actuaciones: impulsar campañas
de promoción de la lectura y ofrecer al profesorado programas de
especialización; contribuir a la disminución del fracaso escolar por
medio de la estimulación de la comprensión lectora desde edades
tempranas, y fomentar en las etapas de la educación infantil y
primaria actividades específicas de animación a la lectura, así como
los tiempos horarios necesarios para el uso de la biblioteca escolar
como lugar indispensable para el aprendizaje y, en mi opinión,
también para el encuentro.

Quisiera referirme a continuación al impulso decidido que desde el
Ministerio va a recibir la evaluación en esta legislatura. La
evaluación de los sistemas educativos sirve para objetivar el debate
educativo y situar la discusión en torno a indicadores aceptados en
la práctica internacional. Se trata, en todo caso, de un propósito de
no fácil consecución, pero al que no se puede renunciar a riesgo de
convertir el debate sobre la calidad en un fuego cruzado de demandas
con poco sentido. Sólo con los resultados científicamente
incuestionables - hasta donde lo son- de unas evaluaciones bien
hechas puede afrontarse seriamente un debate sobre la calidad.

En la nueva etapa que ahora comienza al Instituto Nacional de Calidad
y Evaluación le correspondería afianzarse como una institución de
evaluación y prospectiva al servicio de los intereses comunes de
todas las administraciones educativas, sin perjuicio del liderazgo
institucional propio del Ministerio de Educación,



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Cultura y Deporte, como consecuencia de las competencias de ámbito
estatal que la ley le atribuye. Para ello solicitaré al consejo
rector del INCE las siguientes actuaciones. En primer lugar, la
elaboración de un plan de evaluaciones cíclicas de los diversos
niveles y etapas educativas. En segundo lugar, la consolidación de un
sistema estatal de indicadores de la educación en el que se contengan
indicadores de resultados y de procesos educativos. Sin los estudios
de evaluación cíclica del sistema educativo difícilmente existe la
posibilidad de acometer con rigor científico la elaboración del
sistema estatal de indicadores. El desarrollo del sistema estatal
estará vinculado a los sistemas de indicadores elaborados por
organismos internacionales como son la OCDE y la Unesco. El
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, además, desarrollará
programas de formación de especialistas en evaluación como medio para
fomentar la cooperación entre las administraciones educativas en el
marco del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación.

Quisiera referirme ahora a lo que va a ser una voluntad decidida en
el desarrollo de la política educativa durante esta legislatura: la
búsqueda del diálogo y la búsqueda del acuerdo. A partir de este año
2000 la comunidad educativa demanda un funcionamiento distinto del
Ministerio de Educación para que se pueda contribuir a mantener la
cohesión social y la vertebración del sistema educativo. Para ello
nos proponemos reforzar y reafirmar la función de la conferencia
sectorial como espacio de debate y acuerdos mediante las siguientes
actuaciones. En primer lugar, hacer efectivos sus dictámenes como es
el caso de las humanidades o las enseñanzas artísticas, introduciendo
cambios en la normativa legal para mejorar las enseñanzas de tipo
humanístico y artístico. En segundo lugar, llevar a la conferencia
sectorial las grandes cuestiones que afectan a la vida educativa para
garantizar un avance social homogéneo en nuestro país y evitar,
señorías, la desvertebración en 17 sistemas educativos distintos.

Para ello me propongo convocar la conferencia en la primera semana de
julio. En tercer lugar, adecuar su funcionamiento a la nueva realidad
en la que todas las comunidades autónomas tienen transferidas sus
competencias mediante la aplicación aún no realizada del Reglamento
que fue aprobado en su día por unanimidad. En cuarto lugar, hacer que
la conferencia sectorial no sólo actúe cuando se convoque en sesiones
plenarias, sino que tenga un apoyo continuo. Con este objetivo, he
propuesto la creación de una unidad administrativa con recursos y
presupuesto propio en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
para que sirva de apoyo, impulse y haga un seguimiento de sus
acuerdos y comisiones de estudio.

Señorías, quiero entrar ahora en el ámbito universitario. El sistema
universitario -como todas SS.SS. saben- ha tenido un extraordinario
crecimiento en todas sus magnitudes: universidades, centros,
titulaciones,
profesores, alumnos, presupuesto e instalaciones. Un crecimiento
que no ha sido sincronizado, pero que ha dado una respuesta rápida al
extraordinario aumento de la demanda de estudios superiores. El
propio crecimiento, desajustado, de las variables mencionadas ha
afectado significativamente a la calidad y ha supuesto un alejamiento
entre la universidad y las necesidades de la sociedad. A todo esto
hay que añadir la necesidad de un fuerte impulso para que el sistema
se integre plenamente en el espacio europeo de enseñanza superior.

Este es un acertado futuro para nuestra enseñanza, aún más, se trata
de un horizonte impuesto por el proceso de convergencia europea
refrendado en la declaración de Bolonia, de junio de 1999. La
respuesta a esta situación no puede ser otra que la apuesta firme y
decidida por un conjunto de medidas destinadas a potenciar
sustancialmente la calidad y la eficiencia del sistema universitario.




Si en el pasado fue necesario atender al crecimiento cuantitativo,
ahora estamos obligados a hacer una apuesta definitiva por la
calidad. O el sistema universitario ofrece una respuesta de calidad a
la sociedad española o se verá seriamente amenazado el futuro de
nuestra sociedad, de la calidad de vida de los ciudadanos y del
bienestar colectivo. En este sentido, los objetivos de mi
departamento en materia universitaria son los siguientes: la mejora
de la calidad de la enseñanza universitaria, el fomento de la
movilidad tanto de los estudiantes como del profesorado, la inserción
de España en el espacio universitario europeo y el respaldo a la
acción de todos los elementos y actores del sistema educativo a
través del Ministerio.

Como anunció el presidente del Gobierno en el debate de investidura,
el instrumento normativo básico para el desarrollo de la política
universitaria será la nueva ley de universidades, cuyo proyecto será
enviado por el Gobierno al Congreso de los Diputados en la primera
parte de esta legislatura. El objetivo prioritario será dotar al
sistema universitario de la cohesión necesaria con el fin de aumentar
su competitividad tanto a nivel nacional como en el ámbito europeo e
internacional. Para el desarrollo de esta política, señorías, es
esencial el diálogo. Puedo asegurarles también en este caso que haré
todo lo que esté en mi mano para lograr el acuerdo de todos los
grupos sociales y políticos por una sociedad mejor.

En primer lugar, vamos a afrontar el reto de mejorar la calidad,
actuando en tres niveles distintos: la calidad del sistema, la
calidad docente y la calidad de gestión, mediante convenios con las
comunidades autónomas profundizando en los mecanismos de evaluación y
su seguimiento. Así se pretende establecer un sistema contrastado de
indicadores que permita el conocimiento por parte de la sociedad de
la prestación del servicio público y el establecimiento de factores
competitivos para la financiación pública. Pretendemos activarmedidas
encaminadas al fomento de la excelencia y



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actuaciones que permitan conocer y combatir las causas del abandono y
los retrasos en las carreras. Por su peso en la demanda de estudios
universitarios, actualizaremos la normativa sobre el establecimiento
de centros de enseñanza superior que imparten estudios conforme
a sistemas educativos extranjeros con el fin de que el ciudadano
disponga de una mejor información al respecto. Pero un sistema de
calidad requiere también un contacto directo de los alumnos con su
entorno inmediato. Por eso durante esta legislatura se pondrá en
marcha un programa para incrementar y mejorar las prácticas
educativas de los universitarios.

Otra dimensión esencial de nuestro proyecto es alcanzar una alta
calidad docente. Con ese fin dentro de la reforma de la normativa
universitaria mencionada, se establecerá un nuevo sistema de
selección y acceso del profesorado. Se implantará un sistema más
universalista para reducir los altos niveles de endogamia
y garantizar a la sociedad la selección de los candidatos más
preparados. Igualmente mejoraremos el procedimiento de incentivación
de la calidad docente, investigadora y de gestión con los sistemas de
quinquenios y sexenios para los profesores.

Siguiendo la línea iniciada por el anterior Gobierno, impulsaremos el
plan de estabilidad del profesorado y se delimitará el ejercicio de
funciones académicas por parte de los profesores asociados. Estoy
convencida de que sólo con buenos profesores y con alta motivación
tendremos una enseñanza universitaria de calidad. La selección del
profesorado, su formación y promoción, constituyen, pues, cuestiones
estratégicas de primer orden y un elemento esencial de la formación
del profesorado es la investigación. En este sentido, quiero aludir a
la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología. El hecho de que
se hayan dividido las competencias en investigación no significa que
mi departamento abandone el impulso, apoyo y respaldo a la actividad
investigadora universitaria. Es más, los dos ministerios estamos
llevando a cabo una estrecha colaboración en la convicción absoluta
de que la investigación es esencial para una enseñanza universitaria
de calidad.

Junto a la calidad del sistema y del profesorado, nuestra universidad
requiere también mejoras en la gestión; mejoras que se centran
fundamentalmente en la financiación y el gobierno del sistema
universitario. Respecto a la primera, el Ministerio prepara un
estudio del actual sistema de financiación de las universidades para
adaptarlo a las necesidades actuales de la sociedad española. Las
mejoras en la financiación tendrán que venir acompañadas de
compromisos en la gestión económica y no económica de las
universidades. En cuanto al gobierno de las universidades, resulta
necesario revisar en profundidad su estructura y órganos de gobierno,
es decir el consejo social, el claustro universitario, la junta de
gobierno y los sistemas de elección de autoridades académicas. La
nueva regulación de las universidades adaptará los sistemas vigentes
para
incrementar el dinamismo, eficacia y transparencia en la gestión de
las universidades.

Otra cuestión fundamental es impulsar y favorecer la movilidad, que
en España había perdido vigor. Se han dado ya pasos para fomentarla,
como los dos Reales Decretos, números 704/1999 y 69/2000, del
distrito abierto ya iniciado y que se completará en el curso 2002-
2003. Por esto, antes del próximo 31 de julio, estableceremos el
procedimiento, plazos y demás previsiones para la adjudicación de
plazas en el mencionado distrito abierto. El distrito abierto
necesita la garantía de ayudas económicas apropiadas, como parece
evidente. Durante esta legislatura, aumentarán las becas
universitarias inter comunidades, becas destinadas a favorecer la
movilidad de estudiantes de una universidad de una comunidad autónoma
a otra universidad de otra comunidad autónoma. Asimismo, impulsaremos
las becas Séneca de movilidad para que los estudiantes puedan cursar
estudios parciales en universidades distintas de aquella en la que
realizan habitualmente sus estudios. La política de becas irá
acompañada de un incremento de los préstamos a muy bajo interés, pero
la movilidad debe ser también un instrumento de incremento de la
calidad del tercer ciclo. En este sentido, potenciaremos ayudas a los
doctorandos para que puedan cursar estudios fuera de su universidad
habitual.

Desde la perspectiva académica, se impulsarán las actuaciones
necesarias para garantizar mayor flexibilidad y permeabilidad en el
acceso a los segundos ciclos. El sistema debe favorecer, con las
adecuadas pasarelas, el flujo de estudiantes hacia titulaciones
acordes a su vocación después -es importante subrayar que es después-
de iniciados sus estudios universitarios. Todo lo dicho anteriormente
facilitará no sólo la movilidad de los estudiantes sino también su
integración profesional y laboral en el marco de la Unión Europea. En
el contexto de la declaración de Bolonia, el Gobierno pretende
impulsar y liderar reformas necesarias para avanzar en la
armonización universitaria en orden a la consecución de un espacio
europeo de la enseñanza superior, de acuerdo con los principios
establecidos en la citada declaración.

Ante la presidencia española de la Unión Europea en el primer
semestre del 2002, como SS. SS. saben, España se propone avanzar
decididamente en este proceso de armonización. Sus líneas maestras
serán incluidas en la nueva ley de universidades. Otro de nuestros
objetivos es la consolidación social de la enseñanza universitaria.

Sus señorías estarán de acuerdo conmigo en que el sistema educativo
necesita contar con el respaldo, estímulo e impulso de toda la
sociedad. Por eso, en esta legislatura, el Ministerio que dirijo
respaldará la acción de todos los integrantes del sistema
universitario y promoverá el prestigio social de los mismos. Es
evidente que el sistema universitario ha crecido rápidamente con el
consiguiente aumento de su heterogeneidad. Frente a esta situación,
el Consejo de Universidades,



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al que mi departamento concede la máxima importancia, puede y debe
jugar un importante papel de cohesión respetando las competencias de
las comunidades autónomas. En este punto proclamo un compromiso de
diálogo permanente para reflexionar conjuntamente sobre las
necesidades y soluciones a los problemas de nuestro sistema
universitario.

Por otro lado, quiero destacar la particular importancia que la
Universidad Nacional de Educación a Distancia tiene en la estrategia
educativa de este Ministerio, al ser la única universidad presente en
todo el territorio del Estado -con excepción hecha de la Menéndez
Pelayo, que es una universidad singular y a la que ahora me referiré
obviamente-, que hace un uso sistemático de las nuevas tecnologías y
por eso es un agente activo de este proceso de innovación. El
Ministerio velará por que cuente con una poderosa red telemática y
poder ofrecer enseñanzas regladas, así como educación permanente y
cursos plenamente virtualizados. Por su destacada presencia en
Iberoamérica, el Ministerio va a potenciar esta universidad como
elemento esencial de colaboración universitaria y de formación
profesional. En definitiva, la importancia de la UNED la acredita un
dato cuantitativamente llamativo, yo diría que muy llamativo: tiene
190.000 alumnos en enseñanzas regladas y actividades de educación
permanente. Su relevancia se acentúa porque forma a sectores sociales
a los que este Gobierno manifiesta su compromiso, personas que
compatibilizan el trabajo profesional con el estudio, que viven en
núcleos urbanos apartados de centros educativos, que quieren mejorar
su formación, funcionarios y trabajadores desplazados ocasionalmente,
etcétera. Sin embargo, la UNED viene arrastrando desde siempre
importantes carencias de medios y recursos. Sus consecuencias se
agudizan por el alto coste de las nuevas tecnologías de la
comunicación, esenciales hoy en la prestación de un servicio
educativo de la máxima calidad. De ahí que quiera manifestar mi
compromiso con la mejora sustancial de la financiación de esta
universidad a lo largo de la presente legislatura, con el fin de
afrontar y consolidar nuevos objetivos.

Respecto a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el
Ministerio se esforzará por mantener, y aún superar, las altas
ambiciones culturales que le impulsan desde su nacimiento; designará
a su patronato para que colabore en el mantenimiento de los altos
niveles de calidad; será esencial que siga desempeñando su papel
integrador como punto de encuentro de universitarios de todo el
mundo.

Por lo que se refiere a las reales academias, quiero destacar la
importante labor de estudio que desarrollan y su papel en el
mantenimiento y promoción de nuestro acervo cultural, tanto en el
plano nacional como en el internacional. Conscientes de este trabajo,
desde el Ministerio se ha venido apoyando la labor de estas
instituciones. Buena muestra es el ambicioso proyecto de
informatización de las bibliotecas de las reales academias, de ámbito
nacional, que está en un punto ya muy avanzado. En esta legislatura,
se potenciará el desarrollo del proyecto de informatización mediante
su extensión a todas las reales academias, tanto provinciales como
autonómicas. A esto hay que unir la creación de una base de datos con
la informatización de sus fondos bibliográficos. Señoras y señores
diputados, como foro para el desarrollo de la política educativa
universitaria, el ministerio dispone también en este caso de la
conferencia sectorial de educación. En los próximos cuatro años, esta
conferencia, como ya he mencionado, será un instrumento de trabajo,
de diálogo y de búsqueda de acuerdo para el desarrollo de todas las
políticas educativas.




Señorías, les acabo de exponer las líneas maestras de la política
universitaria de este departamento. Vuelvo a insistir en que para
conseguir estos objetivos, que son generales y a todos nos
conciernen, les expreso mi total disposición al diálogo y les
solicito su colaboración para mejorar entre todos el objetivo que
sinceramente creo que tenemos todos en esta materia universitaria,
que no es otro que el de la calidad de nuestro sistema universitario.

Me voy a referir ahora al ámbito de la cultura. Señor presidente,
señorías, corresponde sobre todo a los ciudadanos, a los artistas y a
los críticos enjuiciar cuál es la condición, si saludable o no, del
mundo de la cultura en el momento presente. Pero en lo que concierne
a la gestión de los cauces de la cultura en nuestro país y a su
presencia coordinada fuera de nuestras fronteras, quiero decir que
los objetivos y resultados de la legislatura anterior constituyen un
buen punto de partida para lo que nos proponemos en esta legislatura.

Para empezar, porque los trabajos de la pasada legislatura han tenido
lugar en un clima de libertad y de diálogo sin exclusiones, un clima
que naturalmente deseo que se prolongue. Además, porque partimos de
un estado de cosas muy positivo: el presupuesto del año 2000,
considerablemente superior al de los años anteriores, va a mantenerse
en las previsiones para el año 2001.

Como comprenderán, quiero emplear la parte de mi comparecencia
dedicada a las competencias de la Secretaría de Estado de Cultura en
hacer partícipes a SS.SS. de nuestro proyecto en esta materia. Voy a
ocuparme a continuación someramente del estilo y de las líneas
generales de este proyecto. Sobre el papel, nuestro país tiene en su
pasado histórico y también en la lengua y la cultura plural del
presente el principal activo de su identidad y de su posición en el
mundo. Esa es una de las razones por las que el Gobierno ha expresado
reiteradamente su deseo de que la atención a la cultura sea una de
sus prioridades. Dicho de otro modo, el Gobierno desea, como en el
caso de la educación, que la atención a la cultura pase de ser una
cuestión de Gobierno, sometida a calendarios de legislatura, a la
política pequeña y al vaivén de las circunstancias, a ser



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una cuestión de Estado. Ese es el motivo por el que hace cuatro años
se constituyó la Comisión delegada del Gobierno para asuntos
culturales. Desde ella se ha hecho un esfuerzo de coordinación de la
política cultural que ahora se trata de mejorar e intensificar. En
sus reuniones se establecieron una serie de prioridades y se
identificaron unos objetivos a medio y largo plazo, precisamente para
combatir y desactivar la falta de planificación, el compromiso a
corto plazo, los comportamientos reactivos y las inercias
circunstanciales y adquiridas; en una palabra, el diletantismo
generalizado en la política cultural.

He hablado antes de nuestra cultura plural, pasada y presente, como
uno de los principales activos de España, pero no quisiera que eso se
entendiese como un elemento puramente táctico, puramente
instrumental, porque esa convicción tiene un trasfondo cuya
importancia es difícil de exagerar. Don José Ortega solía decir que
un país y un pueblo son una especie de plebiscito continuamente
renovado. Y desde las tesis de Castoriadis sobre la sociedad como un
todo que imaginamos todos, casi cualquiera sabe que una sociedad es
una sociedad en la medida en que consigue imaginarse con éxito lo que
es. Por todo ello, el estilo que el Ministerio desea imprimir a la
política cultural de los próximos años se asienta en mi convicción de
que la identidad de España depende de su memoria y de su imaginación,
de lo que hemos sido y recordamos, y de lo que queremos ser e
imaginamos. Con todo, señorías, nuestro país no ha cambiado tanto en
los últimos tres meses, de modo que no parece serio que yo les
sorprenda hoy con un derroche de imaginación y un proyecto de
inesperada originalidad; veremos si hay tiempo para ello. Hoy estoy
casi segura de que eso no concitaría su entusiasmo sino más bien su
justificada desconfianza.

La política cultural de los próximos cuatro años va a estar presidida
por la inversión en lo que se han llamado instituciones culturales de
cabecera, por el esfuerzo coordinado en el interior y por la
proyección de la cultura española en el exterior. Para ello me
propongo buscar muy seriamente la necesaria coordinación con los
ministerios, las comunidades autónomas, las entidades locales y los
organismos e instituciones competentes en cada caso. Como
comprenderán, el horizonte último de esas líneas generales es poner
al alcance de la sociedad no sólo aquello que tiene un verdadero
valor cultural y guardamos en nuestra memoria, sino también lo
valioso que está creándose en el presente, porque la sociedad es la
verdadera protagonista de la creación y de la recepción de la
cultura.

Dicho esto, me van a permitir que les enumere las líneas y objetivos
básicos de las áreas de competencia en el campo cultural. En lo que
respecta a las bellas artes, se trata sobre todo de consolidar la
acción planificada y continuada de conservación del patrimonio y los
bienes culturales. Esta acción se ha concretado hasta ahora, como
saben, en el Plan nacional de catedrales,
entre otros. Junto a ello, la política integral de museos se
dirige a adaptar estas instituciones a las demandas del público de
hoy y a las necesidades actuales de exhibición, investigación
científica y difusión de nuestro legado histórico. Una tercera línea
de actuación la conforman las políticas de apoyo y promoción del arte
contemporáneo, que incluirán algunas medidas fiscales, a decidir en
diálogo con los sectores implicados, y de protección del patrimonio
histórico, que está realizándose en colaboración con las comunidades
autónomas. En este punto se están estudiando posibles reformas
legislativas, muy en particular las referentes al mecenazgo y a las
fundaciones. Por otra parte, no hay que olvidar las medidas
encaminadas a reconocer en sus justos términos el legítimo derecho de
los autores a la propiedad de sus obras, garantizado por la
Constitución.

Por lo que respecta al libro, los archivos y las bibliotecas, vamos a
continuar con nuestra política de promoción de la lectura y del
fomento, también en el extranjero, de las letras españolas. Además de
la necesidad de aclarar la normativa sobre el depósito legal, no hay
que olvidar las posibles reformas de leyes que afectan al libro y han
quedado obsoletas, que habrá que afrontar en un diálogo que ya ha
comenzado de una manera muy positiva con el sector, tanto de
editores, como de libreros, como de distribuidores. Es un debate
iniciado con estos sectores, que no ha quedado cortocircuitado ni
agotado por las modificaciones que se puedan producir en el asunto
del precio de los libros de texto. Me imagino que tendremos ocasión
de comentarlo en el debate.

Respecto a las bibliotecas, la cooperación entre las instituciones se
ha concretado en el Plan de impulso de las bibliotecas españolas
2000-2003, en colaboración -al igual que la confección del catálogo
colectivo del patrimonio bibliográfico español- con las comunidades
autónomas. Para los archivos estatales hay ya una serie de medidas en
marcha que proseguiremos. Cabe citar, por ejemplo, el Plan de
construcción y conservación de edificios y equipamientos, el de
informatización de fondos y el de formación permanente de los
archiveros, junto a la organización del sistema archivístico español
y el impulso a la conservación de archivos privados. En el ámbito
internacional, destaca en este año la organización del XV congreso
internacional de archivos, en Sevilla, del que esperamos un impulso
aún mayor para nuestra tarea. Especial atención merece la cooperación
y la comunicación cultural, verdadero eje entre la cooperación,
dentro de nuestras fronteras, y la necesaria proyección en el
exterior, en especial en Iberoamérica, la Unión Europea y los Estados
Unidos. Además de la cooperación con las comunidades autónomas y las
entidades locales, nos hemos propuesto un trabajo articulado y
coordinado para identificar los objetivos de la presencia cultural
española en elmundo, trabajo del que quiero que se derive un plan de



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coordinación entre la Dirección General de Cooperación y Comunicación
Cultural, el Ministerio de Asuntos Exteriores y todas las
instituciones y organismos competentes.

En el mundo de la cinematografía y las artes audiovisuales, nuestra
política discurre por la aprobación de una nueva ley de fomento y
promoción del cine, de la que -como SS.SS. saben probablemente- ya
hay un anteproyecto de ley muy avanzado. Este anteproyecto ha sido
producto del diálogo y del acuerdo con los diversos sectores
implicados e incidirá, a nuestro entender, en el fomento de la
creación y la producción españolas y en su promoción internacional.

Respecto de la conservación del patrimonio audiovisual español quiero
destacar el final ya próximo de las obras de restauración del
edificio que albergará la nueva filmoteca española y también la
próxima convocatoria del concurso para el nuevo centro de
conservación y restauración de la filmoteca española en la Ciudad de
la Imagen.




Dentro de las pautas de actuación en las artes escénicas y la música,
destaca la mejora de infraestructuras teatrales y el establecimiento
de los cánones de seguridad en los espectáculos públicos con sus
correspondientes inversiones. Además tenemos previsto continuar
impulsando una serie de actuaciones para la promoción de la música y
la danza, algunas de ellas relacionadas con el fomento de esas artes
entre los más jóvenes, y para la difusión también internacional del
teatro que serán planificadas y necesariamente articuladas con las
instituciones autonómicas españolas y los países y los organismos
internacionales.

En la Biblioteca Nacional, después de la adecuación del edificio del
paseo de Recoletos, el Real Patronato ha aprobado un Plan de acción
2000-2005, que vamos a desarrollar en los próximos cinco años y que
contempla un plan estratégico de adquisiciones y la puesta al día de
la tecnología de sus servicios.

Termino este somero repaso a las líneas generales de la política
cultural del Ministerio con una referencia a dos de estas
instituciones culturales de cabecera, el Museo del Prado y el Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Como puede resultar evidente, la
gran prioridad de la dirección, la gerencia y el patronato del Museo
del Prado es su ampliación; una vez aprobado por el jurado el
proyecto de ampliación Rafael Moneo, no cabe nada más que empezar con
la ejecución y el desarrollo de la obra. Durante las obras de
ampliación del Museo y las del Casón del Buen Retiro, la colección de
pintura del siglo XIX se instalará en el edificio del antiguo Museo
Español de Arte Contemporáneo. Además, una vez firmado el convenio
pertinente entre el Ministerio y Caja Madrid, comenzará la
rehabilitación del palacio de los Águila, en Ávila, futura sede del
centro de estudios del Museo del Prado. La vida del Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía en los próximos cuatro años va a estar
presidida por su necesaria
ampliación. Resuelto ya el concurso de ideas, su metamorfosis va a
acompasarse con el trabajo de los planes museográfico y museológico
que unificará en el espacio la colección permanente, reordenándola, y
que deslindará de forma eficaz, sin separarlas, la función museística
del Reina Sofía de su actividad como centro de arte. Esta prioridad,
cuyo resultado a largo plazo significará una presencia más intensa
del Museo en el circuito internacional, irá acompañada de una
adecuada política de adquisiciones, del mantenimiento del programa de
exposiciones temporales y del reforzamiento de la línea pedagógica y
de investigación del Centro de Arte.

Señor presidente, señorías, como he dicho al principio, estoy a su
disposición en la segunda parte de esta comparecencia para responder
a sus preguntas en esta materia y en otras, responder a sus
preguntas, resolver sus dudas y salir a ser posible airosa de sus
críticas. Termino ya la escueta enumeración de las líneas generales
que nos hemos propuesto en política cultural, porque pretender ser
más exhaustiva no se compadecería ni con el tiempo que me he marcado
ni con su paciencia ni con el más mínimo sentido de la realidad. Así
que sólo expondré una cosa, muy brevemente también.

Escritores y artistas, bibliotecarios, libreros y archiveros,
guionistas, directores, productores, actores de cine y teatro,
profesionales de la música y la danza, y no en último lugar los
ciudadanos constituyen, señorías, el público interesado, sin olvidar
a los ciudadanos, público que también queremos interesar, y todos
ellos son los que forman el conjunto de hombres y mujeres por cuyo
trabajo y para cuyo goce y formación trabajamos, y son precisamente
ellos, especialmente los creadores, quienes tienen una percepción más
sensible de este hecho, de que en la vida de la creación no da tiempo
a hacer todo lo que da tiempo a pensar, y no da tiempo a pensar todo
lo que somos capaces de imaginar, todo lo que somos capaces de
proyectar. Prefiero arriesgarme a las críticas -ya veremos-que
empezar embarcándome irresponsablemente en una política cultural de
relumbrón, en una especie de consagración de la primavera, de los
compromisos, del corto plazo poco serio y de eventos de cartón
piedra. Con eso conseguiría lo contrario de lo que pretendo: entender
la política cultural no tanto como una forma más de la política, lo
que evidentemente también es, sino más bien como una forma específica
de cultura.

Señorías, ni parálisis ni espasmos, en la gestión pública de la
cultura nos encontramos a medias entre la preservación de la memoria
y el impulso a la imaginación. No creo que me equivoque si digo algo
que cualquier escritor y cualquier artista saben mucho mejor que
todos nosotros, que en ese espacio a medias entre lo que recordamos y
lo que imaginamos se encuentra el trabajo, la tarea, a veces inmensa.

En este trabajo quiero que descansen nuestros proyectos porque
dependemos y dependen de ellos. Con ese trabajo al que me



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comprometo deseamos articular la función pública cultural que tiene
sus parámetros propios, con el mundo en el que tiene lugar la
creación de la cultura, su transmisión y, por supuesto y obviamente
también, el goce de su recepción.

Finalmente, me voy a dirigir con la brevedad que exige y ha exigido
cada una de las otras áreas, al mundo del deporte, al ámbito
deportivo que, como SS.SS. saben, ha sido incluido por primera vez en
la denominación de un ministerio. Llego al Ministerio, señorías, en
un año olímpico, la esperanza e ilusión de millones de españoles se
volcará en Sydney, y en la expedición española de más de quinientas
personas que tiene el objetivo de mantener al menos el nivel de
resultados deportivos que se merece el deporte español. Para hacer
posible estas expectativas ha sido necesario un importante esfuerzo
financiero y organizativo por parte del Estado. El Ministerio ha
aportado 27.400 millones de pesetas a los programas de alta
competición de las federaciones olímpicas durante los últimos cuatro
años y ha renovado el programa ADO, destinando 6.940 millones de
pesetas. Quiero señalar con estos datos que ahora se termina un
ciclo, el iniciado en Barcelona en 1992, que tan buenos resultados ha
dado al deporte español. De cara al futuro, como no podía ser menos,
el olimpismo constituirá una de las principales líneas de trabajo.

Para ello, el CSD, RTVE y el Comité Olímpico Español han diseñado el
nuevo programa ADO, del cual informaré con mayor detalle en el
próximo período de sesiones. Este nuevo programa se ha diseñado de
acuerdo con unos criterios más exigentes y una mayor dotación
económica. Esto nos permitirá afrontar con mayores garantías de éxito
los próximos juegos olímpicos de Atenas. Intentaremos además que de
nuevo se celebren en España unos juegos olímpicos; por eso quiero
mencionar expresamente el apoyo que el Gobierno desea brindar a la
candidatura olímpica Sevilla 2008, pues esta ciudad ha venido
demostrando una magnífica capacidad organizativa en todos los eventos
internacionales que allí se han celebrado. También desde el
Ministerio, con una aportación de 160 millones de pesetas, hemos
prestado y seguiremos prestando especial apoyo a la presencia de
nuestros representantes paralímpicos que han obtenido extraordinarios
resultados en todas las competiciones internacionales.

Al margen del importante acontecimiento deportivo que suponen los
juegos olímpicos, deseo profundizar en esta legislatura en los
principios básicos de actuación que han regido hasta ahora la
política deportiva del Gobierno, una política caracterizada por la
voluntad de colaboración con todas las administraciones,
instituciones y entidades que conforman el mundo del deporte en
España, de acuerdo con el marco competencial configurado por nuestra
Constitución. Para impulsar tal voluntad de cooperación crearemos un
instrumento estable e institucionalizado permanente entre la
Administración del Estado y las comunidades autónomas,
que abarque a los distintos grupos de trabajo, comisiones
existentes o aquellas que pudieran ser de nueva creación.

Al hablar del deporte hemos de centrarnos en la figura del deportista
y en las condiciones específicas que el deporte de alto nivel impone.

Me refiero al máximo grado de exigencia a edades muy tempranas que el
deporte exige, que suele traducirse en una formación académica
normalmente incompleta y una vida profesional muy corta. Esto hace
que al final de su carrera el deportista necesite una especial ayuda
para su inserción en el mercado laboral. Con este propósito,
señorías, estamos impulsando iniciativas que permitirán que nuestros
jóvenes atletas compaginen su formación académica escolar y
universitaria con los exigentes horarios de su entrenamiento
deportivo. Una vez terminada su vida profesional, debemos contemplar
su inserción en el mundo laboral con programas de formación
específicos. Como una medida complementaria se está poniendo en
funcionamiento un plan de pensiones para deportistas, aprobado por el
Ministerio de Economía y Hacienda que, a través de una mutualidad, se
adapte a sus condiciones laborales particulares.

En esta parte de mi intervención relativa al deporte de alto nivel,
quiero mencionar también el apoyo que desde el Ministerio se va a
prestar para potenciar al máximo la preparación y presencia del
deporte femenino en el ámbito español, un ámbito que viene
registrando en los últimos años una curva ascendente de resultados.

Pero por lo que he venido observando, sobre todo más recientemente,
el deporte femenino, a pesar de los éxitos internacionales
extraordinarios que está consiguiendo en muchas especialidades como
balonmano, jockey y otras, no está teniendo toda la atención que
debiera para explotar al máximo sus posibilidades. Existen
deficiencias singulares sobre las que habría que intervenir.

Por otra parte, la práctica deportiva está íntimamente relacionada
con la existencia de instalaciones deportivas. El Gobierno impulsará
el desarrollo planificado y normalizado de las mismas, con la
participación de las comunidades autónomas y las administraciones
locales, a través de la creación y dotación de centros de
tecnificación deportiva y de alto rendimiento, de infraestructuras
deportivas adecuadas para acoger en España grandes eventos deportivos
de carácter internacional.

El Ministerio que represento fomentará el desarrollo del deporte
escolar y universitario y se asegurará de que cualquier joven, en
especial aquellos que desde el punto de vista deportivo hayan
destacado en los centros escolares, municipios, comunidades autónomas
y universidades, tengan acceso a programas deportivos de calidad. A
mí me parece que el deporte escolar, y esto es un inciso, tiene una
importancia extraordinaria. Tengo la impresión de que las
competiciones deportivas escolares a nivel nacional tienen muy poca
visibilidad y no han logrado anclarse como eventos deportivos



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importantes, por lo menos a los que yo creo que tenían en otra época.

Estoy pensando en mi infancia y en mi adolescencia. Hay que ver el
estado de la cuestión y dar un impulso notable a esa dimensión,
porque tiene múltiples beneficios.

En lo que se refiere al deporte no quisiera obviar en esta
intervención una dimensión que es menos amable en el deporte, pero en
la que el Ministerio debe asumir un compromiso firme y decidido. Me
refiero a la lucha contra le dopaje, que en los últimos años ha
conocido una renovada actualidad a raíz de los escándalos. Nuestro
país cuenta con un sistema coherente y estructurado en esta materia
que se aplica a través de la Comisión Nacional Antidopaje. Estamos
dispuestos, en colaboración con nuestros socios europeos y con
quienes pertenecen al mundo deportivo, a mejorar la aplicación de
este sistema. Debemos coordinar nuestra actividad con la de los
países de nuestro entorno, muy especialmente con la Agencia Mundial
Antidopaje.

En la última década hemos podido observar la aparición de factores
que han influido poderosamente en las estructuras deportivas
tradicionales, factores que tienen una extraordinaria dimensión
económica que nadie debe ignorar. En este sentido, deseo abordar un
estudio en profundidad del actual marco jurídico del deporte.

Debemos, además, buscar la forma de coordinación con nuestros socios
en los diferentes foros internacionales, concretamente en la Unión
Europea, el Consejo de Europa y el Consejo Iberoamericano de
Deportes.

Para terminar, señorías, quisiera que toda la política del Ministerio
refleje mi decidido compromiso a impulsar el diálogo y la búsqueda de
acuerdos, no exento todo ello del sentido de la responsabilidad que
tiene que tener la responsable de este Ministerio y el equipo que lo
rige, con los distinto sectores educativos, culturales, deportivos y,
por supuesto, políticos, todo ello dentro de un estrecho marco de
colaboración con las comunidades autónomas en la que el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte tiene que continuar siendo un
importante, y diría que decisivo, factor de cohesión social y de
cohesión nacional. El programa que acabo de exponerles surge de la
convicción de que las tres responsabilidades de este Ministerio no
son compartimentos estanco. Todas contribuyen a elevar la formación
del ciudadano, y es una satisfacción, sobre todo cuando este
Ministerio cumple un siglo. Este año 2000 se celebra el centenario de
la fundación del Ministerio. Se celebrará adecuadamente y como merece
a lo largo del último trimestre del año 2000. Como decía, es una
satisfacción que cuando este Ministerio cumple un siglo esas tres
dimensiones estén todas reunidas en él y además aparezcan las tres en
el título del Ministerio. Me refería antes a la fundación de un
Ministerio ya centenario. Habría que decir que aquel significativo
impulso a la educación y a la cultura en nuestro país, que no
considero privativo de ningún grupo político y de ninguna ideología,
es ya una realidad consolidada y
compartida por todos los españoles que creemos en la convivencia
democrática y en la libertad.




El señor PRESIDENTE: Pregunto a los portavoces de los grupos
parlamentarios si desean una brevísima interrupción para reordenar
sus datos; si no continuamos inmediatamente. (Pausa.) ¿La señora
ministra desea que se interrumpa la sesión unos minutos?



La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Si pudiera tener dos minutos para recuperar el aliento, se lo
agradecería. Si no es posible, continuamos.




El señor PRESIDENTE: Interrumpimos tres minutos. (Pausa)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión.

El primer grupo parlamentario peticionario de comparecencia de la
señora ministra es el Grupo Parlamentario Socialista. Tiene la
palabra su portavoz.




El señor MAYORAL CORTÉS: En primer lugar, tengo que dar la bienvenida
a la señora ministra en su primera comparecencia ante esta Comisión y
decirle que había una cierta expectación respecto a esta
comparecencia puesto que a lo largo del tiempo que lleva como
ministra había tenido pocos pronunciamientos públicos, no solamente
sobre cuestiones de la política, de la definición del programa que
piensa desarrollar, sino, también, en relación a su pronunciamiento
respecto a ciertos problemas de carácter cotidiano que preocupan a la
sociedad española y sobre los que hemos desconocido su posición.

Bienvenida, señora ministra, y espero que esta comparecencia sirva
también -y en cierta medida lo puede lograr- para despejar ciertas
incertidumbres sobre el esquema de prioridades que tiene en su
Ministerio que, por decirlo de alguna manera, es trilateral:
Educación, Cultura y Deporte, y donde usted tiene que manifestar
realmente dónde piensa poner más énfasis. Ha comentado algo que es
digno de alabar, y es que piensa hacer una interconexión y una
compenetración entre los distintos segmentos que configuran su
departamento. Sin embargo, tengo que decirle que en el mes y medio
que lleva de ministra le hemos visto poner un particular énfasis en
cuestiones de carácter cultural. Sus apariciones han estado referidas
fundamentalmente al ámbito cultural y no exactamente al educativo.

Por todo esto, y junto con la expectación provocada, tenemos una
cierta preocupación por unos silencios y pasividades en problemas
educativos cotidianos. Tres meses y medio después de su nombramiento,
apenas ha tomado posición respecto a acontecimientos concretos que se
han producido en el ámbito educativo.

Señora ministra, en nosotros va a encontrar una oposición sin
prejuicios. Valoraremos las iniciativas del



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Gobierno en el ámbito y a la altura que se merezcan, y sabemos que el
sistema educativo necesita mejoras. Gobierne quien gobierne y
cualquiera que fuera la actuación de ese gobierno o del anterior,
estamos ante un organismo vivo, que es el sistema educativo, que
evidentemente requiere reformas; la cuestión está en la orientación
de estas reformas y el énfasis sobre los elementos de orientación
prioritaria que se quiera dar a las mismas.

Ha hablado S.S. de diálogo y no de consenso. Me da igual, creo que ha
querido expresar una actitud abierta para la valoración conjunta de
las propuestas, de las grandes iniciativas que piensa traer aquí.

Señora ministra, es usted la tercera ministra de Educación desde que
gobierna el Partido Popular. La duración media de los ministros de
Educación se ha establecido en dos años, espero que el mandato de S.

S. sea más prolongado. Piense que lo que pueda hacer lo va a tener
que hacer fundamentalmente en los dos primeros años, y así lo ha
manifestado usted. Desde mi grupo le anunciamos que estamos
dispuestos a compartir aquellas tareas de carácter constructivo para
la mejora del sistema educativo, pero también quiero decirle que nos
opondremos con firmeza a todo retroceso de las conquistas sociales en
la educación, porque la educación también es un ámbito de conquistas
sociales, de la democratización del sistema educativo en los diversos
planos en que se puede contemplar, y en las libertades, que también
se han logrado en el ámbito del sistema educativo. Nos opondremos a
la dualización del sistema educativo, en calidad y en oportunidades,
a la ruptura del equilibrio entre el sector público y privado y a la
degradación del servicio público de educación.

En relación a su exposición, señora ministra, en primer lugar quiero
hacerle unos comentarios iniciales y luego sobre los aspectos
concretos que S.S. ha abundado referidos a un espacio tan dilatado
como es el que ocupa su ámbito de gestión, a veces de manera genérica
y otras con ciertas concreciones, que es preciso valorar. Anuncia
unas modificaciones de orden legal que son importantísimas. Ha
hablado de una ley orgánica que reforme la Lode, la Logse y la Lopeg,
y aquí no hemos oído el término consenso. Su señoría tendrá que
explicar, en primer lugar, cuál es el contenido y el alcance que
pretende dar a esas reformas y, en segundo lugar, cómo las quiere
realizar, porque una de las cosas que no necesita el sistema
educativo es el zarandeo gratuito, reformar de una manera desordenada
y sin consensos. La comunidad escolar existe, es una configuración de
ámbito nacional, aunque también escolar, pero existe y tiene sus
agentes, y estamos también los parlamentarios como representantes del
pueblo, que creo que tenemos mucho que decir y que opinar. Queda bajo
su responsabilidad el ámbito de diálogo y de consenso que quiere
establecer a estas reformas tan importantes.

Ha hablado de reforma de leyes, de programas, de centros nacionales;
sobre alguno de ellos lo ha hecho
acertadamente, se lo tengo que reconocer. Ya veremos el contenido
práctico, pero hay elementos en los que posiblemente estaremos de
acuerdo. En función a los contenidos de esas leyes, programas y
centros, que S.S. obviamente no ha podido detallar aquí esta mañana,
haremos nuestro pronunciamiento particular. No voy a descalificar su
discurso, que trata de abordar todos los temas; sin embargo, tiene
elementos de vacío, de inconcreción y, en algunos casos, por ejemplo
en el ámbito universitario, creo que S.S. se ha sentido realmente
cómoda y a gusto y nos ha expuesto unas líneas de política bastante
precisas sobre lo que pretende hacer en ese terreno.

Señora ministra, usted también tiene un año olímpico y espero que
como atleta sea capaz de vencer en el maratón.

En lo que se refiere al próximo centenario que piensa celebrar del
Ministerio de Educación y Ciencia, me parece muy bien, pero recuerde
a uno de los ministros, el primero o segundo de Educación y Ciencia,
que fue un liberal, el conde de Romanones, que luego le citaré
a propósito de una cuestión que le quiero plantear.

Le voy a hablar de una cuestión de la que no ha dicho nada y que es
muy importante y muy delicada; una cuestión que yo pensaba eludir en
esta primera comparecencia pero que ciertos hechos conocidos, ciertos
rumores, ciertos conciliábulos en los ámbitos de pasillos oficiales y
también eclesiásticos me han llevado a hacer este planteamiento que
yo, como digo, no quisiera haber hecho en esta primera comparecencia,
señora ministra. Usted particularmente no ha dicho nada sobre esta
cuestión. Ha hablado de la enseñanza en valores como una de las
cuestiones a resolver, y en ello estamos de acuerdo. La educación en
valores es una cuestión a plantear, posiblemente la primera cuestión
a plantear porque hay muchos problemas en la enseñanza. Pero creo que
nuestra sociedad también está requerida de un tratamiento en esta
cuestión que le voy a plantear, y voy a hacerlo porque nos ha
alarmado el pronunciamiento reciente de monseñor Asenjo, secretario
general y portavoz de la Conferencia Epicospal española, quien en una
reciente entrevista habló de la pretensión de la Conferencia
Episcopal de reformar la materia alternativa a la religión y que sea
realidad - decía-durante el presente año; es más -dice en estas
declaraciones-confío en que el Gobierno lo legisle este mes, antes de
las vacaciones.Las vacaciones están muy próximas, este mes está
finalizando y dentro de unos días hay Consejo de Ministros. No nos
gustaría encontrarnos con una sorpresa. Usted ha aludido al sentido
de la responsabilidad. Creo que el sentido de la responsabilidad
implica tratar esta cuestión en profundidad, oyendo a más partes, a
todas las partes de la comunidad escolar, oyendo a los grupos
políticos. Monseñor Asenjo reconoce que los obispos vieron con agrado
que el Partido Popular llevase en su programa la reforma de la
alternativa a la asignatura de religión,



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y después han desarrollado contactos con el Gobierno de los que, por
supuesto, no tenemos ningún conocimiento. La asignatura -dice
monseñor Asenjo- sería obligatoria y evaluable; habría dos opciones,
la aconfesional y la confesional, con una temática común de formación
en valores, cultura y religión. Este sistema del que habla monseñor
Asenjo en sus declaraciones es plenamente coincidente, señora
ministra, con sus recientes declaraciones al diario El Mundo, donde
decía: A mí me parece que tiene que haber una educación en valores
que se puede canalizar bien a través de la enseñanza de la religión,
bien a través de otra enseñanza que no sea la religión; no se pueden
crear dos grupos, el que da clase de religión y el que está con
tiempo libre. Estas declaraciones coinciden con el esquema del
decreto que tenía preparado el señor Rajoy y también con el borrador
de decreto que oficiosamente circula por ahí y que es conocido.

Señora ministra, se trata de una cuestión grave, delicada. El último
trimestre del año 1999 el Gobierno fue objeto de un aluvión de
críticas cuando se conoció el proyecto de decreto del señor Rajoy. Se
habló de decreto reaccionario, retrógrado, inconstitucional y otras
muchas cosas y el señor Rajoy optó por dejarlo para la próxima
legislatura. Pero ya estamos en la próxima legislatura, estamos
finalizando el curso y vienen las vacaciones. Señora ministra, este
punto reabre un debate que debiera estar cerrado. Desde el año 1979
estamos discutiendo esta cuestión y parece que no está cerrada. Rompe
un consenso difícilmente alcanzado sobre una solución al mismo que
está avalada por sentencias del Tribunal Supremo e introduce un
factor extraño, yo diría neoconfesionalista, toda vez que encomienda
a la Iglesia la formación de los alumnos en valores constitucionales,
los que se refieren al artículo 1 de la Constitución española:
libertad, justicia, igualdad y pluralismo político. Eso está en el
proyecto de decreto, en el preámbulo del borrador conocido. Tanto
desde una perspectiva religiosa como no religiosa parece que se
pueden admitir versiones de estos valores comunes constitucionales.

Yo le pregunto, señora ministra, ¿cómo puede el Estado encomendar a
la Iglesia que explique los valores constitucionales -que son de
carácter aconfesional- y la fundamentación de sus instituciones la
realice la formación cívica de sus alumnos a través de esta
enseñanza? De esta propuesta surgen preguntas: ¿Serán los profesores
de religión los encargados de enseñar los valores constitucionales?
¿Quién los va a elegir? ¿Qué cualificación tendrán? ¿Gozarán de
libertad de docencia? ¿Quién elaborará y aprobará los textos de
materiales didácticos de los valores constitucionales que se enseñen
en la versión llamada confesional? Nadie discute la enseñanza de la
religión. De mis palabras nadie puede deducir semejante
planteamiento. Aceptamos que la religión se enseñe en la escuela,
pero la obligatoriedad alternativa que se establece para otras
personas y la evaluación que se
determina como consecuencia de la impartición de la materia
alternativa debe hacerle recordar el contenido de la sentencia del
Tribunal Supremo de 31 de enero de 1997, en la que se rechaza. Se
trata de una solución inconstitucional y ya advertimos que no será
aceptada por gran parte de la sociedad. Obviamente promoveremos la
impugnación ante el Tribunal Constitucional, que debe revisar cuál es
el origen final que causa este penoso conflicto, este permanente
planteamiento ya resuelto en democracias avanzadas. Recordemos cómo
se ha solventado esta cuestión en los Estados Unidos de América,
Inglaterra, Francia e Italia, y olvidémosnos de una vez por todas de
Bélgica, país con el que tenemos pocas coincidencias. Se están
atribuyendo a la enseñanza de la religión finalidades que por su
propia naturaleza no tiene y, al mismo tiempo, se está apropiando de
unos objetivos educativos que para su plena efectividad pedagógica
deben ser realizados desde la perspectiva de la integración y de la
convivencia de los escolares en las mismas aulas y no de su
separación.

Para finalizar, como dije, le voy a recordar a un político liberal,
el conde de Romanones, que en su libro Notas de una vida dice: Fue
aquella determinación suya, la del decreto de libertad de cátedra,
bien acogida por la opinión liberal, y también tuvo buena acogida la
declaración de no ser obligatoria la enseñanza de la religión en los
institutos. Recuerde que en este momento no tenemos enseñanza
obligatoria, pero aquí está la obligatoriedad de la alternativa. Me
gustaría que tuviera tiempo para ver cómo termina el párrafo el conde
de Romanones. La página es muy sustanciosa pero no la quiero terminar
para no herir la susceptibilidad de nadie; en cualquier caso, S.S. la
tiene a su disposición.

Otra cuestión que quiero tratar y a la que ya se ha referido usted es
la problemática de la educación secundaria obligatoria. Este es el
núcleo de la cuestión de la reforma educativa y de las reformas que
ustedes intentan realizar. Desde mi punto de vista, esto parte del
contenido del discurso neoliberal en relación con la calidad en la
educación, basado fundamentalmente en la educación no como inversión
sino como gasto. Se basa en la introducción del elemento de
competitividad interna dentro del propio sistema educativo, la
contención del gasto público y la consideración de las familias como
clientes en un mercado en el cual el Estado mientras menos intervenga
es mejor. Este discurso está llevando a que aparezcan determinados
efectos porque se está realizando de manera sutil, como decía el
presidente del Gobierno: la lluvia fina. Aquí también hay lluvia
fina. Ya llevamos cuatro años de lluvia fina y están apareciendo los
recortes en la financiación de la enseñanza, el deterioro del
servicio público de la enseñanza, la ruptura del equilibrio entre
pública y privada en beneficio de la segunda y el ensanchamiento de
las posibilidades de la enseñanza privada. Nosotros no tenemos nada
en contra de la enseñanza privada como iniciativa; es más,
consideramos que debe estar muy



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integrada como parte del propio servicio público a través de los
centros concertados, pero tampoco queremos, como le decía
anteriormente, que se rompan equilibrios que ya teníamos logrados.

Pues bien, la aplicación de este discurso que le acabo de mencionar,
que es real, permanente y cotidiano, sobre todo en comunidades
autónomas gobernadas por ustedes y en la anterior gestión del
Gobierno; la aplicación, como digo, a una reforma progresista como la
que en este momento todavía se considera en curso está generando un
profundo malestar porque es una gran contradicción, un malestar
difuso, y muchos sectores no acaban de entender qué es lo que está
pasando en la escuela, aunque las líneas maestras de la dialéctica
evidentemente son claras. Hay muchos debates, búsqueda de salidas y
vemos cómo una política progresista verificada en términos de
carencia de recursos finalmente es peor que una política
conservadora. Este es el problema que está padeciendo el sistema
educativo en lo que se refiere a esta cuestión. Esta contradicción
tiene como exponente principal lo que está ocurriendo en la educación
secundaria obligatoria. Existen problemas de escolarización porque se
sigue impartiendo aún el primer ciclo de la ESO en centros de
primaria. Ha habido estudios del INCE que dicen que los chicos de
catorce y dieciséis años manifiestan un rendimiento preocupante.

También es preocupante -dice el INCE- la correlación existente entre
el nivel socioeducativo y los resultados escolares. El Consejo
Escolar del Estado apunta una cuestión que todavía profundiza más en
este tema, y es que el factor socioeducativo está determinado,
obviamente, por el factor económico, por la capacidad de la familia.

El informe del INCE -dice el Consejo Escolar del- debiera hacer
reflexionar, pero no con el objetivo único de cuestionar a priori la
reforma -que es donde finalmente están aterrizando muchas cuestiones,
y menciono lo que dice el Consejo Escolar del Estado-, como
interesadamente se ha hecho incluso desde altas responsabilidades
ministeriales. Existen problemas para la atención a la diversidad en
la educación secundaria obligatoria. Es -como también dice el Consejo
Escolar del Estado- el talón de Aquiles de la reforma educativa y por
ello muestra -dice el Consejo Escolar del Estado- su preocupación
-que compartimos nosotros- por la falta de medios humanos, económicos
y didácticos para atender a la diversidad. Estamos corriendo -dice el
Consejo Escolar del Estado- serios riesgos de redualización del
sistema educativo. Bajo la apariencia de enseñanza comprensiva se
oculta la realidad de centros selectivos, tanto en el sector público
como en el privado, que van eligiendo a los alumnos a lo largo del
proceso educativo en el acceso, frente a otros que tienen que
atender, a veces sin medios, a todo tipo de alumnos. Se han producido
recortes en plantillas y se ha manifestado que son necesarios
recursos para dotar a
los centros de más acción tutorial, de orientadores, trabajadores
sociales, etcétera.

Antes decía S.S. que nada tiene que ver el problema del fracaso con
la financiación. Yo le quiero enseñar una noticia de prensa,
concretamente del diario ABC hoy mismo, que dice: Las comunidades que
gastan más en educación reducen su fracaso escolar. Esto lo dice el
ABC, no lo dice el diario de la república, y creo que es una
auténtica verdad. Existen problemas y, ante este cúmulo de
dificultades, es preciso buscar la salida, no la coartada para
justificar una reforma o una contrarreforma de la Logse y
particularmente de la educación secundaria obligatoria. Pero
observamos que en vez de abordar esta financiación requerida y con la
adopción de medidas de avance gradual hacia la comprensividad, en vez
de explorar nuevos caminos -algo ha dicho S.S. y posiblemente en
alguna de las soluciones estemos de acuerdo, pero no ha rematado la
cuestión- se pone en discusión y en debate el propio objetivo.

Estamos de acuerdo en que hay dificultades en el camino, pero no
renunciemos al objetivo hacia donde el camino trazado debe conducir.

En este sentido, de esta sensación de una especie de necesidad de
realizar una reforma quizá no suficientemente meditada surge lo que
yo podía llamar la vía valenciana de la reforma de la educación
secundaria obligatoria. Es una vía que se ha anunciado en medios de
comunicación con grandes alardes. La verdad es que todavía no
conocemos -hay que decirlo-más cosas que los pronunciamientos en
medios de comunicación de los responsables de la Comunidad
Valenciana, pero los propósitos que se anuncian son alarmantes. Es
evidente que el Partido Popular quiere reformar la educación
secundaria obligatoria y la Logse -lo ha dicho Rajoy, lo ha dicho S.

S. y lo ha dicho Aznar-, pero el Partido Popular en Valencia trata de
hacer una reforma unilateral -lo denunció el portavoz de su grupo
parlamentario, señor Guerra Zunzunegui- con una intromisión que a mi
juicio ronda las competencias que tiene su propio departamento, que
es el órgano competente para el establecimiento de las enseñanzas
mínimas y los contenidos curriculares básicos, que no solamente se
refieren a contenidos de materia sino a métodos, sistemas de
evaluación y acceso de unos niveles educativos a otros y de unas
etapas educativas a otras. A mi juicio hay un intento de soslayar -y
se ha dicho en los medios de comunicación- la legislación vigente. Su
señoría no ha dicho nada sobre este particular, no hemos conocido su
pronunciamiento público y hoy tampoco hemos visto que haya despejado
la incógnita que pende sobre el hecho de si hay comunidades autónomas
que tienen algún tipo de aval, alguna capacidad de autonomía más allá
de la que la ley establece para avanzar en reformas de carácter
unilateral.

Las reformas que anunciaron en Valencia afectan a la promoción de los
alumnos, a su evaluación, a su escolarización y a la posibilidad de
que los alumnos



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fueran sacados del sistema educativo a los quince años. Esto sería
grave, porque sacar a los alumnos a los quince años, derivarlos hacia
la formación ocupacional encubierta a través de garantía social, es
la violación de un derecho y de la conquista social que es la
educación hasta los dieciséis años. Nosotros pensamos (y en eso
esperamos encontrarla en el camino o colaborar con usted en ese
camino, porque usted es quien lleva el protagonismo y quien debe
plantear las soluciones y requerir la colaboración y la opinión de
los grupos parlamentarios) que hay que buscar las vías para que la
educación secundaria obligatoria se lleve a cabo en condiciones
adecuadas para lograr los objetivos previstos para todos, porque el
principio fundamental es lograr el éxito de todos. Yo sé que esto
para ciertas mentalidades, habituadas a una concepción posiblemente
neoliberal y competitiva de la vida, quizá sea un objetivo al que
merece la pena incluso renunciar porque hay que atender más a la
realidad que a los ideales, pero a este ideal no podemos renunciar,
al ideal del éxito de todos, y procurar las vías y caminos para el
éxito de todos a través de la diversificación, como le decía, y de
ciertas líneas que apuntaba S.S. en sus planteamientos. Para esto hay
que plantear en esa ley que anunciaba S.S. -y nosotros le animamos a
que lo haga- reducir progresivamente la ratio alumnos por aula en
primaria y secundaria, el incremento de las plantillas para lograr
una atención individualizada, el apoyo a los centros para que puedan
establecer distintos itinerarios formativos -particularmente en el
último curso de la ESO- y la obligatoriedad de que todos los centros
sostenidos con fondos públicos escolaricen de forma equilibrada a los
alumnos con mayores problemas de riesgo en lo que se refiere a su
vida escolar. En cuanto a la ley, que nosotros ya anunciamos,
esperamos hallar algún punto de encuentro con S.S. en la que pretende
traer aquí.

Las humanidades es un tema al que S.S. tiene una particular afición.

Nosotros también. No renunciamos a una cuestión que es importante
porque en el ámbito de las humanidades se decide mucho respecto a lo
que es el modelo humano con el que debemos contar, y los socialistas
tenemos una larga tradición en la medida en que nos enraizamos con
ideas, tradiciones, culturas y filosofías que han dado una batalla
permanentemente en la defensa del humanismo y de las humanidades.

Respecto a la reforma de las humanidades, la aplicación del informe a
que se ha referido S.S. me parece que es un buen punto de encuentro.

Requeriría posiblemente una sesión monográfica, una aproximación en
el diálogo entre nosotros, para ver de qué manera podemos avanzar en
una línea que dote de una solución racional a este problema. En este
sentido nos puede encontrar en el camino, señora ministra.

Puestos en el ámbito de la colaboración, nos gustaría plantearle una
idea. Su señoría ha hablado de crear una serie de centros o
institutos en distintas áreas de su actuación. Nosotros le
plantearíamos uno para ver si
somos capaces de que en el futuro, cuando se planteen estos debates
relativos a las competencias ministeriales en materias de enseñanzas
básicas o mínimas, no se produzca el desorden que habitualmente se
produce respecto a quién tiene la responsabilidad y cómo se colabora
en la elaboración de esas nuevas directrices ministeriales, porque es
verdad que las comunidades autónomas tienen que ser parte, pero el
Estado no puede eludir sus responsabilidades en este terreno. En este
sentido nosotros le brindamos una idea y es la creación de un
instituto para la actualización de las enseñanzas mínimas con el fin
de adecuarlas a las nuevas exigencias escolares, con participación de
representantes de las comunidades autónomas para buscar el consenso
y para garantizar su aplicación por parte de las comunidades autónomas
partícipes en ese trabajo que hay que realizar. Por tanto, en la
filosofía del fondo estaremos de acuerdo, pero aquí le brindamos,
repito, esta otra idea.

Ha mencionado el tema de los inmigrantes, pero hay un problema que se
refiere a la escolarización de los gitanos, de las minorías étnicas y
de los alumnos con necesidades educativas especiales. En el debate
social hoy día se ha suscitado el problema de la admisión de alumnos
en los centros públicamente financiados. Ya le decía que el Consejo
Escolar del Estado reconocía, como toda la sociedad, que existe un
desequilibrio profundo en este terreno. Yo diría que el origen de
esta cuestión está en un paso desacertado que dio en la pasada
legislatura el Partido Popular al reformar el decreto de admisión de
alumnos, en el que, so capa de la libertad de elección de los padres,
nos hemos encontrado con que tienen más libertad de elección los
centros que los padres. Le rogaría, señora ministra, que
loreconsiderase porque es una realidad. No le voy a dar datos. Su
señoría ha mencionado los datos de inmigrantes a escala del Estado y
ha dicho que hay en total algo así como 30.000. Modestamente trataría
de rectificarle porque el informe del Consejo Escolar del Estado del
año 1997-1998 ya reconoce la existencia de 28.000 inmigrantes en el
antiguo territorio MEC, lo que quiere decir que a escala del Estado
tiene que haber muchos más. En relación con la escolarización de los
alumnos gitanos tenemos la misma preocupación. El Consejo Escolar del
Estado señala a S.S. una pista que yo le recomendaría que siguiera.

Dice que con respecto al curso pasado se ha incrementado el
desequilibrio en el reparto de alumnos inmigrantes y gitanos entre
los diferentes tipos de centros. Frente al 90,3 por ciento del curso
1996-1997 en centros públicos se ha pasado al 91,3 por ciento; en los
concertados el Consejo Escolar del Estado dice que hay solamente
escolarizados un 9,7 por ciento que ha pasado a un 8,7 por ciento.

Estos porcentajes no se corresponden con los ámbitos de
escolarización global que deben existir y ponen en evidencia -y es
una preocupación que yo le quiero trasladar porque va apareciendo
recurrentemente en muchas cuestiones- la dualización



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creciente del sistema educativo entre un sector público basado
fundamentalmente en una escolarización para los problemas más graves
de la sociedad y otros centros que se permiten la posibilidad de
elegir. Nosotros coincidimos con ese programa porque tenemos una idea
similar. Su señoría ha mencionado que quiere poner en marcha un
programa de carácter estatal para la escolarización. Yo le pediría
que fuera para inmigrantes, para minorías y para aquellos alumnos con
mayores riesgos de exclusión social, aunque no sean inmigrantes ni
miembros de minorías, porque también se da este supuesto, y le
animaría a que utilizara el artículo 67 de la Logse en el que se
establece todo el conjunto de mecanismos de educación compensatoria.




El señor PRESIDENTE: Lleva hablando media hora. Vaya abreviando.




El señor MAYORAL CORTÉS: Parecía que llevaba cinco minutos. (Risas.)
Voy a procurar acortar todo lo posible, señor presidente; voy a hacer
un gran esfuerzo.

En relación con los costos de los libros de texto, nosotros
defendemos la vía de la progresividad de la gratuidad de los libros
de texto y también la permanencia de un acuerdo que fue y es base de
un equilibrio en este momento en el sector editorial, del libro y de
los libreros, como es el del precio fijo. Piénseselo bien, señora
ministra, porque creo que a cambio de producir una liberalización
cuyo resultado es hipotético se puede cargar un sector de pequeños y
medianos empresarios como es el de los libreros.

Habla de una ley de formación profesional. Me parece que manifiesta
el deseo de coger el toro por los cuernos, pero cuidado con esta
cuestión porque lo que ha dicho S.S. en la generalidad del discurso
suena bien pero carece de contenido. En relación con esta cuestión le
propondría que monográficamente se discutiera. Estamos de acuerdo en
la creación de un sistema integrado, pero ¿cómo se hace? Nosotros
tenemos ideas particulares que podríamos plantear a la señor ministra
y, desde luego, queremos avanzar en esa línea de mayor integración e
implicación de las empresas.

En el tema de la universidad, donde S.S. se ha explayado ampliamente,
hay elementos positivos dignos de valoración, pero yo le quisiera
decir una cosa. Hay un informe hecho por la Conferencia de Rectores,
el informe Universidad 2000, que es un referente importante donde hay
cuestiones con las que podemos o no estar de acuerdo pero es un punto
de partida, una especie de libro blanco de la educación universitaria
generado de manera espontánea, al margen obviamente de las
directrices ministeriales, que tiene elementos valiosísimos y donde
todos podemos encontrar líneas de referencia para resolver el
problema de la financiación. Como sabe S.S., tenemos una financiación
universitaria, que está por debajo de la media europea en gasto
universitario;
en Europa es un 1,6 por ciento del PIB, en España apenas el 1
por ciento del PIB. Por otra parte tenemos la reforma de la
universidad que usted ha señalado. Esta cuestión nosotros la dejamos
congelada hasta conocer el contenido y el alcance de las tantas
reformas como ha planteado aquí. Posiblemente compartamos ciertas
preocupaciones, lo que no sé es si vamos a compartir ciertas
soluciones porque, por otra parte, es una cuestión de debate de la
comunidad univesitaria. Usted la conoce mejor que yo, así como el
alcance de su capacidad crítica y alternativa una vez que libera su
capacidad de debate. En este sentido creo que habrá que escuchar
muchas voces.

Nos preocupa el tema de las becas. Su señoría ha mencionado esta
cuestión, ha dicho que quiere hacer una política de mayor inversión,
pero lo único que conocemos de la política del Partido Popular es que
es una política de reducción, siendo la situación del Estado español
en este terreno inferior a la media europea y a la de la OCDE. En lo
que se refiere a los alumnos que estudian con beca, España tiene el
17 por ciento, la Unión Europea el 40 por ciento, y en cuanto al
presupuesto público universitario dedicado a becas la media española
es del 10 por ciento y la de la OCDE es del 21 por ciento, quiere
decir que estamos a la mitad.

Señora ministra, voy aterrizando en las otras cuestiones que son de
enorme interés y que nosotros también queremos vincular a la mejora
de la calidad de la educación en España. Evidentemente existe en
cualquier país una correlación entre el nivel cultural y el nivel
educativo. Es una batalla que se debe dar conjuntamente. En eso
estamos de acuerdo con SS.SS. pero existen muchos problemas que
resolver. Su señoría se ha dotado de un equipo brillante -del cual
naturalmente es la cúspide, obviamente tendrá excelentes expectativas
respecto a sus resultados- que tiene que abordar una política muy
distinta a la desarrollada hasta la fecha. A ver si es verdad, porque
algunas de las críticas que hemos entendido de S.S. parece que por
elevación pasaban los cuatro últimos años y se dirigían a los años
anteriores a los últimos cuatro años. De diletatismo, de
improvisación, qué vamos a decir también de estos últimos cuatro mal
llamados años, como dijo aquel.

La política cultural del Partido Popular también ha manifestado una
cierta grisura a lo largo de estos años: una reducción
presupuestaria, un escaparate personal del presidente del Gobierno,
un uso propagandístico también de la actuación pública en materia de
cultura. Todo sistema político, señora ministra, tiene la tentación
de utilizar la cultura como escaparate y la impresión que nosotros
tenemos después de estos últimos cuatro años de gobierno del Partido
Popular es que ustedes han caído también en esa tentación. Hay temas
realmente preocupantes. Su señoría ha hablado de una serie de
cuestiones y ha mencionado una ley del cine. Es preocupante la
situación del patrimonio, pero ya noes cuestión de seguir diciendo
que estamos muy preocupados



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por el patrimonio, es cuestión de tomar medidas. Ha aludido S.S. a la
coordinación con las comunidades autónomas. Yo le brindo una idea,
señora ministra. Cree usted una conferencia sectorial en materia de
cultura para conseguir esa colaboración permanente con las
comunidades autónomas y dótela de firmeza. Me ha gustado mucho, se lo
digo sinceramente, porque he dedicado algún tiempo de mi vida al
estudio de estos problemas. Dotar a una conferencia sectorial de un
órgano permanente es afianzarla. Yo le alabo esa iniciativa porque la
única manera de que la conferencia sectorial no sea una rueda de
prensa o un puro seminario donde se adopten acuerdos difusos que
nadie sabe si tiene que aplicar o no es hacer un seguimiento y tener
un organismo permanente, incluso hasta algunos dijeron en su día que
lo mejor sería que tuviera un edificio propio para que la conferencia
sectorial tuviera su sede y se visualizara cuál es el carácter que le
da nuestro derecho constitucional a las conferencias sectoriales.

No ha aludido casi nada a temas como la educación musical, que es un
problema no resuelto, un problema que viene arrastrando. Hay
problemas conocidos en la Orquesta Nacional de España, en la de
Televisión Española y en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La
inauguración del Teatro Real no ha respondido a las expectativas que
se crearon. No ha dicho usted nada del Teatro Real, que es una de las
piezas de cabecera. Insisto también en el escaso impulso que ha
habido a las industrias culturales. En el ámbito de cultura me
preocupa la ruptura del equilibrio dentro de la industria editorial y
de los libreros. Nosotros creemos que hay que hacer un particular
énfasis, señora ministra, en la promoción del libro y la lectura. Su
señoría se ha explayado y ha dicho algunas cosas en las que estamos
de acuerdo, pero necesita una serie de requerimientos de carácter
financiero que no hemos escuchado en su intervención. También ha
hablado de la defensa de los jóvenes creadores y, finalmente, del
proyecto de la ley del cine que venía arrastrándose de la pasada
legislatura, que S.S. quiere traer aquí y que ya tendremos ocasión de
debatir.




El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo.




El señor MAYORAL CORTÉS: Finalmente, en relación con la política del
deporte del Partido Popular he creído entender que se centra muy
mucho en la dimensión olímpica y en el deporte profesional. Está
bien. No es que nosotros lo rechacemos, me parece una idea acertada,
sobre todo si queremos que España siga siendo sede de eventos
olímpicos que nos vendrán muy bien dar una imagen del país cara al
exterior. Le voy a formular tres preguntas con relación a este tema
-y con esto termino, señor Nasarre-: ¿Cómo piensa abordar S.S. la
universalización de la práctica deportiva para poner al alcance de
todos los ciudadanos, desde una perspectiva del principio de igualdad
de oportunidades,
dicha práctica deportiva? ¿Van a existir planes para construir
instalaciones deportivas realizados conjuntamente con comunidades
autónomas y municipios, como ya existieron y que siguen siendo
necesarios? ¿Cómo va a impulsar el deporte en la escuela y en la
universidad, que debe ser impulsado? Yo que he sido consejero de
Educación y Deporte y he compartido humildemente mis
responsabilidades en estos ámbitos, le puedo decir que la
movilización juvenil, la dimensión preventiva, la dimensión educativa
que tiene la generalización del deporte y la organización de
competiciones deportivas es extraordinaria y profunda en el ámbito
educativo. Pues bien, aquí hay un problema que es dotar de más
instalaciones deportivas a los centros escolares y a las
universidades. Hay muchos centros escolares que no las tienen.

También sería interesante que las instalaciones deportivas ubicadas
en los centros educativos y universitarios estuvieran al servicio de
todo el barrio, porque el centro educativo debe ser una parte de la
comunidad local en cada sitio. Por lo que se refiere al deporte
federado, le pediría que tenga en cuenta en la organización de estos
acontecimientos olímpicos a las federaciones, pues aparte del apoyo
al deporte de alto nivel, el deporte federado debe ser protagonista
en estos eventos.

En conclusión, señora ministra, tiene S.S. por delante una tarea
inmensa. Tome la iniciativa, nosotros nunca le criticaremos por ello;
otra cosa será el contenido de las iniciativas que tome. Lidere el
sistema educativo español, que es la misión que le corresponde en la
nueva etapa que usted ha descrito del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, pero lidérelo con mesura, con flexibilidad, con
participación. Si piensa reformar el ámbito del Consejo Escolar del
Estado, por favor, considere que es un órgano vivo que está
realizando actividades y misiones muy importantes y que la reforma
debiera ir más bien en la línea de la potenciación. El sistema
educativo español es una pieza fundamental en todos los órdenes para
el progreso de nuestra sociedad, pero es un sistema muy delicado, es
el mayor de nuestros servicios públicos, necesita cuidados y mejora,
necesita dedicación, pero no necesita la política panglossiana, que
yo creo que le dedicó el señor Rajoy, ni la política temeraria que le
dedicó la señora Aguirre. Usted tiene la ocasión de ser ministra de
Educación y le pido que en el ámbito liberal, puesto que usted se ha
pronunciado como tal, no se olvide de Romanones en esa faceta.

Obviamente le pido que no se olvide de otras muchas cosas, pero ser
un buen liberal, aunque en etapa de caciquismo como era aquella,
desde el punto de vista de las ideas de tolerancia y del
establecimiento de una educación en términos de separación de
poderes, aconfesional y respetando los poderes y prerrogativas del
Estado y de la sociedad, creo que es un reto que tiene S.S. Sería un
mal comienzo -y vuelvo al inicio de mi intervención-, que S.S. se
estrenara con un conflicto tan grave como el que pudiera



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implicar la perpetración de un decreto que no es querido por gran
parte de la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: La señora ministra tiene la oportunidad de
contestar directamente o acumular las intervenciones y contestar al
final.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Voy a contestar.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Sin presidente, aunque sin duda será la
señora ministra la que decida, me permito sugerir que conteste
conjuntamente a todos los portavoces, que es lo que se suele hacer en
estas comparecencias; es lo habitual.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): A mí me parecía más personalizada la otra opción.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Simplemente quería darle el contexto de lo
que se suele hacer, pero la señora ministra decidirá.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): De acuerdo, entonces me someto a la costumbre.




El señor PRESIDENTE: Tengo que decir que la ministra tiene la
facultad y el derecho de hablar cuando quiera. Por tanto, esta
Presidencia no puede negar el uso de la palabra y si la ministra
considera oportuno que debe intervenir lo hará. Efectivamente, el uso
normal en estas comparecencias es que se acumula la intervención de
la ministra para mayor agilidad y por razón de tiempo, pero es una
facultad que tiene el derecho de utilizar la señora ministra. Por
tanto, es a ella a quien le corresponde decidir si quiere hacer uso
del derecho que le asiste.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): La ministra no quiere contravenir la costumbre en sede
parlamentaria, con lo cual me voy a someter a ella. Adelante con las
otras intervenciones. (La señora Rumí Ibáñez: Hay costumbres que a
veces no son las mejores.)



El señor PRESIDENTE: Zanjada la cuestión, el siguiente grupo
solicitante de la comparecencia de la ministra es el Grupo
Parlamentario Mixto. Su portavoz tiene la palabra.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Empezaré por reconocer que, a pesar de la
discrepancia, es reconfortante que las primeras informaciones por lo
menos genéricas sobre la política del Ministerio de Educación se
hagan en sede parlamentaria y no en los medios de
comunicación con antelación a esta comparecencia. Digo esto porque
estamos habituados a una devaluación del debate parlamentario
precisamente por estas modas mediáticas que no benefician nada el
contraste de pareceres y el respeto por el pluralismo político.

Dicho esto, señora ministra, voy a empezar por decirle que su
discurso, aunque templado, oculta una visión del Estado español que
desde el punto de vista del Bloque Nacionalista Galego hace tabla
rasa del carácter plurilingüe del Estado y del carácter
pluricultural, a no ser que se entienda el carácter pluricultural
como una especie de variedad folklórica. Usted sabe que tiene un
Ministerio muy sensible ante esta cuestión, no solamente por una
realidad objetiva que afecta al sistema educativo y a la visión
cultural del Estado español sino también por el marco competencial,
que es ambiguo, híbrido y que dentro de ciertos límites puede ofertar
distintas soluciones. La que usted nos está proponiendo,
subrepticiamente, pensamos que significa un retroceso desde el punto
de vista de un Estado descentralizado en materia educativa, donde hay
comunidades autónomas que tienen competencias propias y las ejercen
especialmente aquéllas que tienen una diversidad cultural,
lingüística y una diferencia de carácter socio-económico. Es evidente
que estas comunidades autónomas no son las responsables de que haya
17 comunidades autónomas. Por lo tanto, sería también muy responsable
el Ministerio de Educación si intentase hacer tabla rasa de esas
diferencias que afectan, vuelvo a repetir, a la cultura y a la
educación, a través de reformas de leyes orgánicas que pensamos que
van a incidir negativamente en esta visión plural y competencial que
el Estado español, por lo menos en germen, tiene con respecto a
comunidades autónomas como Galicia, Cataluña o Euskadi, de forma
específica y prioritaria.

Una vez dicho esto, quiero advertirle que es difícil hablar en el
Estado español de una escolarización total gratuita en la enseñanza
obligatoria. Hay temas pendientes, muy importantes, que me parece que
debían merecer una atención prioritaria por parte del Ministerio de
Educación. En primer lugar, el tema de los libros de texto. Los
libros de texto son exclusivamente un gran negocio editorial, que
además se intenta reducir a grandes editoriales. Creemos que el ir
por una línea de liberalización de los precios de los libros de texto
no va a solucionar el problema de la ciudadanía y de las familias,
solamente va a beneficiar a las grandes áreas comerciales. Lo lógico
sería ir por una línea, templada pero progresiva, de gratuidad de los
libros de texto, a través de fórmulas muy distintas que, por cierto,
fueron estudiadas por una subcomisión al efecto ya en la legislatura
pasada. Pensamos que la gratuidad de los libros de texto no solamente
no iba a dañar el pluralismo de carácter docente y de carácter
metodológico, sino que lo iba a poner en su justo límite y, sobre
todo, sería un correctivo muy importante para que se redujesen los



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tamaños y los contenidos de los libros, que son a todas luces
desorbitados. Es inhumano, es antipedagógico y es anticientífico ver
a nuestros niños de seis a once años cargados de mochilas, con unos
libros que parecen, francamente, para licenciados universitarios. Si
los niños tuvieran una conciencia clara de lo que contienen esos
libros, serían licenciados en cualquier tipo de materia, lo cual
indica que es negocio y no pedagogía.

En segundo lugar, cuando se habla de los ciclos obligatorios, yo creo
que una cosa son las demandas sociales derivadas de espejismos y otra
las demandas sociales derivadas de aspiraciones legítimas. Es
aspiración legítima tener un libro de texto gratuito, es aspiración
legítima tener unos comedores gratuitos y un transporte gratuito. Yo
creo que la difusión de la enseñanza en una lengua extranjera (que,
hablemos claro, es el inglés) en la enseñanza infantil es una
atrocidad, en las condiciones generales del sistema educativo y en
las condiciones generales de la mayoría de los niños en el Estado
español. Yo creo que sería mucho mejor que se reforzasen los hábitos
de lectura y que se consiguiese que los niños leyesen medianamente
bien a los seis años, que dominasen con cierta eficacia la lengua
propia y, en todo caso, las lenguas que están en su contexto social,
darles una estabilidad importante en esta materia y, después, en la
educación primaria se podrían enseñar las lenguas extranjeras, que
sería (vuelvo a repetir, no andemos con ambigüedades) el inglés.

Sin embargo, considero que sería muy importante que en el último año
de la enseñanza infantil se les habituase a una educación no sólo de
lectura. Pensamos que sería bueno que también estuviera presente la
actividad artística, entendida como canto, como educación musical,
con una dosis que no existe en absoluto. Y esto nos lleva al
planteamiento de la preparación del profesorado, señora ministra. Una
de las mejores cosas que podía hacer el Ministerio sería abordar por
lo menos el estudio de la homologación del nivel de titulación de
todos los cuerpos del profesorado, desde la educación infantil hasta
el bachillerato, lógicamente, con las diferencias de carácter
especialista que tienen que tener. En ese sentido, le reclamamos que
estudien con detenimiento la conversión de los títulos de maestro en
títulos de licenciado, que sería una buena homologación con el
entorno europeo y acabaría con muchos problemas burocráticos y con
muchas dificultades competitivas que se están dando, hoy en día
precisamente, en todo lo que se llama la enseñanza secundaria
obligatoria. Además, pensamos que la formación se debe hacer en
función del trabajo que uno desempeña. El hecho de que la formación
del profesorado se haya convertido en una especie de papeles
burocráticos para acceder a los sexenios creo que ha hecho retroceder
sensiblemente la calidad de la enseñanza, porque el profesorado está
más preocupado por asistir a cursillos (la mayor parte de ellos no
tienen interés alguno desde el punto de vista docente o de la
preparación científica)
que por desempeñar su labor de una manera más viva, más entusiasta y
más próxima a las finalidades que tiene que perseguir. Por eso,
cuando usted habla de un instituto superior de formación de
profesorado, yo creo que van ustedes por el camino de reforzar la
estatalización, pero no la vitalidad de la formación del profesorado,
es decir, la burocracia y no la proximidad de la enseñanza al medio
social. Usted tiene que comprender que en un sistema educativo en el
que ustedes toleraron (y además acertadamente) la vía de que las
oposiciones se hagan por marco autonómico, sería un dislate auténtico
que la institución suprema de la formación de profesorado tuviese un
carácter central. Otra cosa es que los institutos de formación del
profesorado tuvieran una coordinación estatal o haya una serie de
normas genéricas, que nosotros no vamos a discutir, pero realmente
esto nos huele más a uniformidad que a servicio a la sociedad en la
que tenemos que desempeñar nuestras funciones.

Enlazo lo anterior con un tema respecto al que yo quería ser
especialmente sensible, que es el relativo al decreto de humanidades
y a la preocupación porque nuestros jóvenes salgan mejor formados en
esta materia. Usted sabe que la preocupación por la enseñanza de la
literatura o de la historia de la filosofía, en concreto, no es
reciente. Lo que pasa es que esta preocupación se manifestó en el
momento en que el capitalismo en el Estado español se desarrolló de
forma notoria, que fue sobre todo a partir del año 1968, de la Ley
general de educación, y en la década de los setenta. Usted recordará
los textos de Lázaro Carreter a favor de la enseñanza de la
literatura cuando solamente se hacía hincapié en la enseñanza de la
lengua. En aquel momento ni siquiera se hablaba de la diversidad
lingüística del Estado español; por supuesto, usted tampoco habló. La
lengua y las matemáticas, sí; pero ¿qué lengua o cuántas lenguas de
las que hablan en una sociedad? Tendremos que ponernos de acuerdo en
eso. Yo creo que reducir el ámbito de esas materias sería, vuelvo a
repetir, un error de carácter social y un error de carácter político.

Respecto del decreto de humanidades solamente le voy a hacer una
advertencia. Si ustedes van a tomar como fundamento los estudios que
está haciendo la Real Academia de la Historia, por ejemplo, sobre los
libros de texto, sólo le voy a dar un dato. Es alarmante que pongan
como ejemplo la Comunidad Autónoma de Galicia. Si el estudio de la
historia se caracteriza por algo en la Comunidad Autónoma de Galicia,
es por hacer tabla rasa de todo lo que tiene que ver con el país
y seguimos estudiando una historia de la Reconquista, de los reyes
godos, incluso con tópicos que a estas alturas habría que desterrar
de la enseñanza. Si los niños desconocen algo, es precisamente el
reino suevo. Curiosamente, la Real Academia de la Historia está
preocupada porque a los niños, en un libro de historia, se les habla
del reino suevo, cuando reconocen su existencia



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y tienen estudios sobre ello los señores más reaccionarios del Estado
español, incluso señores confesionales y vaticanistas. Si la
preocupación es que los niños desconozcan el reino suevo y conozcan
los reyes godos, yo le vuelvo a repetir que vamos por muy mal camino.

Eso está publicado, y me da igual quien sea la autoridad académica o
histórica que lo diga. Habrá que pedirles ponderación, porque le
advierto que en la Comunidad Autónoma de Galicia los libros de
historia, y todos los libros, pasan por un control administrativo que
llega a los siguientes extremos. Devolver un libro porque aparece un
dibujo, nada menos que de Castelau, con un marinero con una taza de
vino. Dicen: ¿No sería conveniente retirar este gráfico que puede
inducir a los niños a la bebida? Y de ahí para arriba. Por favor, que
no se distorsione la situación real de la enseñanza de las
humanidades con intencionalidades políticas de carácter manifiesto. Y
no le voy a hablar de las opiniones lingüísticas, porque a mí me
parecen deplorables. Que a estas alturas, la Real Academia Española
intente reconducir la legislación democrática que nos hemos dado, de
forma unánime, en un terreno tan sumamente raquítico como el de los
topónimos, me indica no solamente un espíritu imperial, sino una
formación científica que está obnubilada por la ideología política.

Le voy a poner un ejemplo. Yo no puedo aceptar científicamente que
una autoridad le diga a una comunidad autónoma o al poder político
que hay que llamarle Sangenjo a una villa de Galicia; no lo puedo
aceptar porque es una atrocidad desde todo punto de vista. En todo
caso, que se atrevan, que la traduzcan con plenitud y que le llamen
San Ginés. Ahora, cuando está esto en boca de autoridades académicas
del Estado español, yo digo que los que están obnubilados por la
política y la ideología son ellos, no los que hicieron unas leyes muy
pacatas, muy poco pretenciosas y de sumo respeto por la diversidad
cultural y lingüística a niveles antropológicos, no a niveles de uso
social y de los derechos de estos idiomas a ser iguales que el
español, que ya es decir.

Voy a la política universitaria. Su política universitaria, señora
ministra, está llena de buenas intenciones, pero yo le quería dar
algunas indicaciones. Sé que es un tema difícil, en el que se va a
encontrar con una torre con fuerza y donde van a ser más proclives a
aceptar los planteamientos de los que tienen el control de una
institución excesivamente endogámica, como reconoce todo el mundo,
pero cuando ustedes hagan esta ley universitaria tengan en cuenta que
hay mucha concurrencia de procesos de selección del profesorado, y a
ver si pueden acabar por lo menos con la excesiva preeminencia de la
endogamia, que es alarmante. No se toleran en muchísimas materias
metodologías que no sean las puramente oficiales, y así después se da
el caso de catedráticos y señores de la universidad que dicen cosas
excesivamente alarmantes, incluso desde el punto de vista del sentido
común.

Los colectivos están en condiciones laborales muy precarias, como
asociados, múltiples figuras de contratados a tiempo parcial, como
visitantes, como conferenciantes. Yo creo que habría que ponderar
tanta discrecionalidad y sobre todo tengan en cuenta que estabilidad
no es antagónico con ser competitivo y con estar bien preparado. Yo
creo que muchas veces la inestabilidad lleva a la gente al deterioro,
igual que hay mucha gente que no discute que tiene derecho a su
puesto de trabajo, sería bueno que con la política universitaria
y docente en general se hiciese lo mismo.

Asimismo habría que dar transparencia al acceso a la carrera docente
y buscar una fórmula de promoción académica y profesional que no
consistiese en una mera cuestión burocrática. Hay que tener en cuenta
al personal investigador. Hay que acabar con la situación en que se
encuentra un personal muy cualificado, que está viviendo con bolsas
de 40.000, 60.000 y 100.000 pesetas, al que encima se le somete a la
declaración de la renta, y lograr que estas personas que están
viviendo con estas bolsas, primero, mejoren su situación y, después,
puedan ser captadas de nuevo por el Estado español, por las
administraciones públicas o por nuestras universidades, una vez que
fueron, por ejemplo, a hacer cursos en universidad extranjeras de
mucho prestigio. Es una pena la cantidad de gente que se está
perdiendo en la emigración al extranjero, cuando nosotros gastamos
bastante dinero en su preparación.

También sería bueno que las bolsas y las ayudas al estudio, no fueran
por la vía de convertirse en un nicho de mercado para el sector
financiero. Habría que dedicar más fondos públicos a becas y ayudas
al estudio, gestionadas íntegramente por las comunidades autónomas,
y habría que dar créditos de carácter público, o por lo menos avalados
por el Estado, que no hubiese que devolverlos hasta que uno estuviese
integrado en el proceso productivo o en el trabajo, con un salario.

Esta sería una posición que habría que estudiar y, por supuesto,
habría que aumentar la financiación de la enseñanza en el Estado
español en general y en la universidad en particular.

Quiero recordarle que la investigación debe realizarse de forma
descentralizada. Hoy si miramos adónde se destina el dinero de la
investigación universitaria, vemos que está excesivamente concentrado
en Madrid, Barcelona y Valencia. Usted habla de que la UNED debe de
ser un buque insignia porque es una universidad de amplia presencia,
incluso en Iberoamérica. Yo creo que esto no debería estar reñido con
una mejor adaptación a las comunidades autónomas, incluso por una
cuestión de recursos, una cuestión de medios y una cuestión de
servicio público.

Acabo, señora ministra, diciéndole lo siguiente. Estamos caminando
hacia un sistema cada vez más desigual, más variopinto, y sería bueno
reforzar los mecanismos de homologación, pero no en el sentido
territorial o en el sentido de contenidos, sino de calidades



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y de servicio público al que todos tuviéramos acceso con un mínimo de
garantías. En ese aspecto, no tenga la tentación de convertir los dos
últimos años de la enseñanza secundaria obligatoria, en una fuente de
desigualdades aún mayores. Yo creo que hay que intentar mantener por
todos los medios a todos los muchachos y muchachas con una titulación
única, intentar que por lo menos salga la mayoría con titulación, y
que si no se logra eso, porque hay casos muy difíciles, que vayan a
integrarse en la vida laboral, y para ello habrá que poner poner
medios como si fuese un deber de la propia Administración y de la
propia sociedad, y que solamente en el terreno de lo anormal o de lo
puramente delictivo se vaya al amparo de carácter social o de otro
tipo. También hay que posibilitar el acceso a esa enseñanza
profesional, que nunca debió desaparecer, a los 14 y a los 15 años,
integrarse de otra manera en el ciclo de la enseñanza secundaria
obligatoria.

Tenga en cuenta también para el futuro que si hace una nueva ley de
cinematografía, habrá que impulsar con protección el audiovisual
peninsular, y que en ese audiovisual están contenidas también las
intenciones de la industria audiovisual gallega, catalana, vasca y de
otras comunidades de expresarse en sus lenguas, que tienen un grave
problema en el actual proceso de globalización.




Acabo con un ejemplo. No dude que el esquema que muchas veces se
emplea en el Estado español de considerar el español el idioma único
es el mismo esquema que emplea el inglés respecto del castellano,
exactamente el mismo. Pero en el caso del Estado español, empeorado
porque los resortes de los idiomas que no son el castellano no se
pueden comparar con los del castellano ni dentro del Estado ni a
nivel internacional. Yo creo que eso sí se podría ponderar y moderar
el ansia y las preocupaciones de todo punto infundadas de llegar a
una homogeneización del sistema educativo que, vuelvo a repetir, yo
veo en sombras pero bastante diseñado en su alocución de hoy. Espero
que, cuando menos, su moderación valga para atemperarlo.




El señor PRESIDENTE: El resto de los grupos parlamentarios tienen la
posibilidad de intervenir, si así manifiestan su deseo. (El señor
Guardans i Cambó pide la palabra.) Tiene la palabra.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Para una cuestión de orden.

Señor presidente, ¿qué orden está siguiendo en esas intervenciones?



El señor PRESIDENTE: Perdón, pensé que la solicitudes de
comparecencia acaban con la del Grupo Mixto, pero, efectivamente,
Convergència i Unió también la ha solicitado. Le ruego que me excuse,
señor Guardans.

El señor GUARDANS I CAMBÓ: Entiendo que si no la tuviera, se
aplicaría también la regla de mayor a menor.

Gracias, señor presidente, y sea bienvenida, señora ministra, a esta
Comisión. Yo sólo quería decir que antes no pretendía, en absoluto,
limitar su uso de la palabra, sino sugerirle que no interviniera ocho
veces, que es lo que le hubiera correspondido si se hubiera dedicado
a contestar a cada portavoz, imagino que con detalle, sino dos veces,
sencillamente. Pero, por supuesto, nada más lejos de mi intención que
limitarle a usted el uso de la palabra en esta Comisión.

Ha comenzado usted diciendo al hablar de educación que empieza una
nueva etapa, y eso tiene un enorme calado; en esta nueva etapa
estamos ante un Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, donde las
competencias de educación están absolutamente transferidas. Por
tanto, aunque queda algún tipo de funciones, sin duda, y algunas de
ellas ya las ha comentado, lo primero que querría decirle es que no
es necesario que se sienta en la obligación de llenar el Ministerio
más allá de lo necesario. Yo no estoy diciendo que el Ministerio de
Educación no tenga en este momento algunas competencias, el
Ministerio de Educación, pero hay un dicho absolutamente conocido en
el mundo administrativo, y es que todo órgano administrativo tiene
que justificar su propia existencia y, por tanto, crear actividad
para generar su propia existencia. Eso en el Estado de las autonomías
ha ocurrido en el pasado y sería una desgracia para todos que
ocurriera hoy con el actual Ministerio de Educación. Tendría muy poco
sentido que, una vez que las competencias en materia de educación se
han transferido a todas las comunidades autónomas, el Ministerio de
Educación no sólo no se redujera, sino que incluso creciera, porque
algunas de las cuestiones que ha puesto usted sobre la mesa, que creo
que son propuestas interesantes, parecen, por lo menos en lectura
entrelíneas, que son creación sucesiva de distintos órganos
administrativos en distintos frentes. Quizá alguno está justificado,
quizá lo están todos; no le hago una impugnación a la totalidad, le
hago sencillamente una reflexión a este respecto.

En esa misma línea, también querría dejarle claro que desde nuestro
punto de vista, y entiendo que desde el punto de vista de la
Constitución, esa nueva etapa en la que estamos y en la que usted
toma posesión como ministra de Educación, no es una etapa de
descentralización. No es que estemos ante una simple
descentralización de un poder administrativo. Estamos ante el
ejercicio de competencias políticas por parte de organismos
políticos, con una legitimidad política y soberana ante sus
respectivos parlamentos. Y ese detalle es muy importante, porque
cuando le hemos oído a lo largo de la intervención repetidas palabras
en la línea de vertebración, homogeneización, homologaciones y otros
sinónimos, que sin duda tampoco niego que puedan llegar a darse y que
puedan llegar a ser necesarias en un Estado con 17 autonomías,



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eso debe hacerse dejando claro que no estamos ni ante un primus inter
pares, ni ante un sistema en el que lo que haya habido sea una simple
delegación de funciones a unos órganos administrativos inferiores que
tengan que ser coordinados. Yo aquí estoy recordando elementos muy
básicos, pero es importante tenerlos claros. Hablo muy concretamente
del caso catalán, pero estoy seguro de que eso se aplica a las demás
comunidades autónomas. Cada una de las comunidades autónomas, porque
la Constitución así lo ha querido, respetando el marco básico, que es
el que a usted le corresponde en algunos casos aprobar, y en otros
proponer y después este Parlamento aprobar, cada uno de esos
ejecutivos autonómicos, respondiendo ante sus parlamentos,
desarrollarán auténticas políticas educativas, genuinas políticas
educativas. Por tanto, la política supone tener la facultad real de
tomar decisiones sobre un marco jurídico concreto que en parte es
común y en parte es distinto, pero son, insisto, auténticas políticas
educativas y no mera descentralización de funciones. En este marco,
por ejemplo, desde Cataluña se aplica la Logse como se aplica, y a lo
mejor es aplicada de una forma distinta a como se está aplicando en
otros lugares, mejor o peor, pero en todo caso en Cataluña se está
desarrollando una determinada política educativa que toma como marco,
evidentemente, la Logse tal cual está.

Usted ha hablado de desajustes y ha anunciado - cosa que no es una
sorpresa- la posibilidad real de ir a una reforma de la Logse. Si eso
se plantea en términos de ajuste de esos desajustes, no nos
opondremos, no lo vamos a sacralizar; no hemos sacralizado la
Constitución, menos aún vamos a sacralizar la Logse. Por tanto, como
toda ley, es mejorable y su propia aplicación puede haber puesto de
relieve la necesidad de modificar algunos de sus puntos. Lo que no
compartiríamos y a lo que nosotros no daríamos nuestro apoyo es a
algo que fuera más allá de la corrección de eventuales desajustes
y que pretendiera reabrir el debate en profundidad, replantear el
modelo sobre el cual se viene trabajando y se ha montado el sistema
educativo desde la aprobación de la Logse, que muy recientemente se
ha terminado de desarrollar, y que, por llamar a las cosas por su
nombre, desapareciera el espíritu de esa ley, que desapareciera el
sentido absolutamente integrador, social, de equidad auténtica, de
auténtico combate contra la exclusión, que es lo que, a nuestro modo
de ver, está en el origen y en la razón de ser de la Logse. No
entraríamos en ningún tipo de discusión sobre esa cuestión, porque
nos parece que es un punto claro, es un avance que se ha logrado y
sobre el cual no estaríamos dispuestos a retroceder. Eso incluye, por
ejemplo, nuestra negativa a cualquier tipo de selección prematura, de
diversificación prematura en función del puro éxito, de suprimir o de
reducir la edad en la cual la escolarización es obligatoria. Toda esa
línea que nos parece nuclear en lo que es el espíritu de la Logse, no
la podríamos compartir. No somos partidarios de nada que
rompa la auténtica igualdad de oportunidades que la Logse ha
intentado establecer, aunque, sin duda, en la práctica y en sus
manifestaciones concretas es perfectamente posible que se puedan
corregir algunos elementos. Por ejemplo, en el ámbito estrictamente
curricular usted ha planteado algunos; unos estarán a nivel de Logse,
otros probablemente a nivel estrictamente de decreto, pero todo se
enmarca dentro de las propuestas de reforma que usted misma ha
planteado. Por ejemplo, nosotros compartimos esa inquietud por el
refuerzo del elemento tecnológico. Nos parece perfectamente correcto
una actualización de los tiempos y eso es probable que tenga que
traducirse en determinadas modificaciones concretas.

Por lo que se refiere al tema de las humanidades, ha dejado pasar de
lado la posibilidad real de que ustedes lleven a cabo una
modificación curricular en el ámbito de las humanidades. Es algo que
nos parece en principio posible, aceptable y que a lo mejor incluso
compartimos. De hecho, lo primero que querría decir es que he
recibido con satisfacción las referencias por parte de la señora
ministra al dictamen que en su momento se aprobó, porque parecía -y
así de hecho ha sido interpretado por mucha gente- que si el Partido
Popular se estaba apartando del dictamen y no había implementado ese
dictamen, es porque sencillamente no compartía el contenido del mismo
y las conclusiones a las que el dictamen llegó. Hoy nos dice la
señora ministra que la reforma eventual del contenido curricular en
el ámbito de las humanidades se basará en ese dictamen. Pues
bienvenido sea ese planteamiento. En el concepto mismo de reforzar la
noción de las humanidades nos tendrá de su lado, no nos tendrá
enfrente, con dos matices. En primer lugar, la noción misma de
humanidades. Salgamos un poco del marco de la escolástica medieval en
el que las humanidades son una noción tremendamente reducida. Hoy
también son humanidades la sociología, la psicología, la economía y
llega a ser humanidades, lo dice el propio dictamen de expertos, la
tecnología. Por tanto, no ciñamos esa idea de que lo que hay que
hacer es reformar las humanidades sólo en una noción que, insisto,
está un poco anclada en marcos de pensamiento de la escolástica
medieval. A partir de ahí, también somos partidarios de reforzar
aquello que la escolástica entendía como humanidades, por supuesto,
no caricaturizo. Pero no nos quedemos exactamente en eso.

En segundo lugar, le citaría, desde el punto de vista más netamente
político, las palabras de un artículo de Javier Tusell en La
Vanguardia, tratando de este tema no hace mucho: Hoy el PP, con
mayoría absoluta, puede tener la tentación de imponer lo que no pudo
conseguir que se aceptara en el pasado, mientras que los
nacionalistas pueden optar por encerrarse en un victimismo que haga
crecer en espiral las tensiones. Las dos actitudes serían muy
peligrosas y contraproducentes, aunque puedan parecer ambas rentables
a corto



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plazo. Yo le puedo decir que en lo que respecta a la parte de los
nacionalistas en esta frase, eso nunca ha sido así y no va a ser así.

Nosotros no vamos a jugar con victimismos ni con rentabilidades
electorales a corto plazo sobre este tema; querríamos y esperamos que
ustedes tampoco. Lo que no queremos -y lo decimos y lo diremos muy
claro en todo momento- es que por la vía de un refuerzo del
conocimiento de las humanidades, que compartimos, se nos acabe
imponiendo una visión deformada, esa sí homogeneizadora, homogénea
donde no hay homogeneidad, unificada, y por tanto pobre, de nuestro
pasado común. Es obvio que tenemos un pasado común, pero ese pasado
común es mucho más rico, más completo, más plural y más diverso y con
muchísimas más variantes históricas en el pasado inmediato y en el
pasado más remoto, que lo que muchas veces se nos ha querido enseñar.

Abiertos, globalizados, universales, cosmopolitas, pero desde nuestra
propia historia y desde nuestra propia identidad. Desde esa
perspectiva creo que nos podremos llegar a entender.

La señora ministra ha planteado el tema de la inmigración en el
ámbito educativo y hasta qué punto eso es un problema, problema
entendido como un asunto que merece una atención particular, no con
el carácter negativo de la expresión, y eso es algo que nosotros
compartimos absolutamente. No querría crearle un conflicto a la
señora ministra, pero todas y cada unas de sus palabras en el fondo
son un desmentido a una decisión de su propio Gobierno muy reciente,
como es la integración de la Delegación del Gobierno para la
Inmigración en el Ministerio del Interior. Usted misma, con su propia
intervención, línea por línea, palabra por palabra, está
desmintiendo, está poniendo claramente en evidencia el error que
supone que la Delegación del Gobierno para la Inmigración se integre
en el Ministerio del Interior, porque usted misma está reconociendo
que la inmigración no es un problema policial, no es un problema de
orden público, es ante todo un asunto social que exige respuestas en
muchos ámbitos y el primero en aquel en el que usted misma es
responsable, como es la educación. Entiendo, y de su propia
intervención se deduce, que usted lo intentará paliar -como lo
intentarán otros ministerios que han visto arrancada esa parte de su
competencia por una visión excesivamente policial de este asunto, sin
parangón en el resto de los Estados europeos modernos- con la
creación de una Comisión interministerial. Vamos a ver esa Comisión
interministerial, que en el fondo acabará cumpliendo las funciones
que, si esa delegación hubiera sido auténticamente interministerial
y con una visión más abierta, hubiera cumplido por sí sola. En todo
caso, confiamos en la actividad que pueda tener esa Comisión
interministerial y desde este momento le ofrecemos nuestra más
absoluta colaboración en este tema.

Conoce nuestra sensibilidad en el problema de la inmigración.

Respecto a las cifras de escolarización de
inmigrantes, que ha dado, de las que he tomado nota, sabe S.S. que la
proyección es mucho más espectacular en territorio catalán y que, no
sólo por razones de solidaridad con terceros sino estrictamente
políticas, es un tema de primerísimo orden en Cataluña. Tan es así
que en Cataluña, en el ámbito educativo se han tomado ya determinadas
decisiones y medidas políticas muy concretas que S.S. tendrá
oportunidad de conocer más de cerca, que en algunos casos se han
adelantado a otras que pueden tomarse desde el Ministerio para que
puedan ser progresivamente adoptadas por otras comunidades. Me estoy
refiriendo a la relación entre concierto y obligación de aceptar
inmigrantes y, por tanto, a la imposibilidad de que existan, allí
donde sea así y donde haya una población que lo justifique, porque si
no hay población que lo justifique no, el concierto queda
condicionado y la financiación pública, por pequeña que sea, queda a
merced de la participación de los inmigrantes y a la aceptación de un
determinado cupo de inmigrantes o de población escolar de atenciones
especiales. Es una medida concreta impulsada en Cataluña, con el
apoyo y el consenso del conjunto de la comunidad escolar. Habrá otras
muchas, sin duda, que usted conoce que se podrán elaborar.

Ha hecho referencia S.S. muy de pasada a un asunto en el que querría
abundar: la relación entre la educación y la formación, en su sentido
más amplio, y empleo. Debe ser consciente -seguro que lo es, pero en
una intervención tan amplia en la que tiene que tocar todos los
temas, no ha tenido la ocasión de ceñirse a ese ámbito- de que desde
su Ministerio puede usted contribuir mucho a la creación de empleo y
a la estrechísima vinculación que existe entre formación y políticas
de empleo. Quiero subrayar -lo menciono por si alguien con el
aterrizaje reciente se le ha escapado- que la Presidencia portuguesa
de la Unión Europea ha querido vincular este tema para la próxima
cumbre de Feira, en relación con la anterior cumbre de Lisboa, en la
que se diseñaron una serie de planes a diez años en el marco de la
sociedad de la información. La Presidencia portuguesa pretende
impulsar muy claramente la implicación de todos los ministros de
Educación en el seguimiento de los objetivos de Luxemburgo para la
creación de empleo en Europa. No se trata de hacer ahora una política
europea de educación, sigue siendo una política estatal, pero es
claro que puede haber una mayor relación. En concreto, hay una serie
de propuestas sobre la mesa para su aprobación en este Consejo
Europeo de Feira. No creo que el Gobierno español ponga algún
inconveniente, antes al contrario, a lo mejor asumimos el coliderazgo
de ese planteamiento.

En el ámbito de las universidades he escuchado con gran interés sus
palabras y en muchas de ellas, sobre todo las que hacen referencia a
una posible reforma de la Ley de Reforma Universitaria o a la
elaboración de una nueva ley universitaria, habrá que estar a las
propuestas concretas. A priori, podemos compartir alguno



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de los objetivos que ha mencionado, veremos si luego compartimos las
soluciones que dé a esos problemas. Alguna nos parece muy ambiciosa
y, como bien decía el portavoz socialista, la propia comunidad
universitaria también tendrá mucho que decir al respecto. Habrá que
ver en qué términos eso es consensuable, no sólo con fuerzas
políticas sino con la propia comunidad universitaria.




Las referencias que ha hecho a la declaración de Bolonia, y al
impulso que se quiere dar desde España al espacio europeo
universitario nos parecen correctas. Se ha referido -y esto
sencillamente es foot note, nota a pié de página- a que la UNED es la
única universidad que tiene su actuación en todo el territorio del
Estado. La universidad ouberta de Cataluña, en la medida en que es
una universidad virtual, exactamente igual que la UNED, también tiene
su posibilidad y los alumnos de Extremadura pueden matricularse
perfectamente en las mismas condiciones en citada universidad. Además
de la Menéndez Pelayo y la UNED, por lo menos habría que incluir a la
universidad Ouverta de Cataluña, que también tiene su ámbito en todo
el territorio del Estado o en el mundo.

Ha hecho referencia en dos ocasiones a algo que nos preocupa y
queríamos subrayar que esperamos que se resuelva bien. Nosotros hemos
apoyado la creación de ese nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Nos parece una decisión acertada y oportuna, la concentración en un
solo Ministerio de las actuaciones en el ámbito de la investigación
que se daban en distintos ambitos administrativos, incluyendo algo
que era casi una protuberancia -si se me permite la expresión- en la
propia Presidencia del Gobierno que ya no tenía sentido, y era una
especie de subministerio sin lógica alguna.

Nos da un cierto miedo -y nos alegra que lo haya puesto sobre la mesa
como un objetivo- la necesaria coordinación que tiene que existir en
el ámbito de la educación superior entre su Ministerio y aquél.

Vuelvo al comentario que hacía antes: todo órgano administrativo,
y más aún todo ente político, es muy celoso de sus propias
competencias, y habríamos hecho un pan como unas tortas si al final
el resultado de esto fuera, en lugar de potenciar la investigación, a
base de dividir entre dos ministerios o que cada uno fuera más o
menos celoso con lo que a él le corresponde, acabar perjudicando la
investigación estrictamente universitaria, que es donde tiene que
haber solapamientos que podrían corregirse con la habitual
coordinación, es decir, ni duplicidades ni que nadie acabe sentado
entre dos sillas.

Pasando al ámbito de la cultura, señora ministra, tengo que decirle
que me ha sorprendido mucho la falta de toda referencia al carácter
plural y diverso de lo que es la cultura en España. No voy a entrar
en él porque no es un debate político, es un debate estrictamente
intelectual y académico, no en el sentido de barroco o bizantino sino
de profundo. El debate entre identidad,
lengua, cultura, literatura (hasta qué punto son palabras no
sinónimas, que no se pueden incluir una en la otra: identidad no es
cultura; la cultura no es sólo identidad; lengua y literatura es lo
mismo; literatura es cultura; donde hay una literatura hay una
cultura) es un debate académico en el cual la política debería tener
poco que decir. Ninguno de esos términos puede reducirse al otro.

Hasta ahí estamos de acuerdo, pero también lo estamos con que un
escritor chileno recibió el premio Cervantes, no un escritor francés,
y que Mario Vargas Llosa no va a recibe el premio Goncourt. Estamos
de acuerdo también en que hay una claro elemento de vinculación entre
cultura y lengua, con los matices que cada uno quiera introducir y
que sin duda, insisto, en el ámbito intelectual hasta nos podríamos
poner de acuerdo. Pero quien niegue eso está negando la pura realidad
y la pura obviedad.

Nosotros no ridiculizamos (y el otro día en una intervención de este
mismo portavoz ante el ministro de Asuntos Exteriores, cuando hablaba
de la proyección exterior de la cultura española, algunas palabras de
este portavoz fueron quizá malinterpretadas) la existencia de la
cultura española. No se me ocurriría decir que no existe una cosa que
se puede llamar cultura española; lo que sí decimos es que no es la
única cultura que hay en España y quien niegue eso está negando la
pura realidad. Lo más curioso es que aquellos que precisamente hablan
de un objetivo político que nosotros compartimos y apoyamos, aquellos
que también sentimos esa cultura -llamémosla como sea- como propia,
en un objetivo que compartimos como es la entrada en Estados Unidos,
en el mercado cultural norteamericano, el aprovechar el activo que
tiene España a través de la lengua castellana de considerar que eso
es su cultura; aquellos que están haciendo ese discurso y que
consideran como parte de su propia identidad a los escritores que en
castellano escriben en Estados Unidos, después rechazan que cuando
dentro de España existen identidades vinculadas a otras lenguas ahí
alguien pueda proclamar que hay una identidad distinta. Esa
contradicción flagrante, que también ha comentado el portavoz del
Grupo Mixto, es la que nosotros impugnamos. Una de dos: o usted,
fruto de su intervención, no considera que las culturas, insisto, con
todos los matices entre cultura y lengua -estoy hablando sólo de
lengua- no son sólo lengua, que las culturas que no se expresan en
castellano no forman parte de la actividad de su Ministerio, lo cual
sería una afirmación política de enorme interés para tomar nota y en
su caso enjuiciar, o bien identifica la cultura manifestada en otras
lenguas distintas del castellano como una simple manifestación más de
eso que usted ha llamado cultura española y está metiendo en el mismo
saco a Juan Maragall, a Juan Marsé, a Vargas Llosa, a Carlos Fuentes
y a Borges, lo que me parece también un enorme error, porque por esa
misma razón podría meter la cultura portuguesa y lo que usted
quisiera; o bien está delimitando los ámbitos



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culturales sólo en función de fronteras políticas, porque si va a
vincular la existencia de culturas distintas en función de la
realidad de culturas políticas, a partir de ahí entra usted en un
debate difícilmente sostenible en términos intelectuales. La cultura
es la cultura y el hecho de que exista o no exista frontera política,
física o administrativa entre los territorios entre los que esas
culturas tienen su lugar, es una cuestión absolutamente distinta.

Intente usted, señora ministra, ser la ministra de todos y de todas
las culturas que hay en España y no sólo de esa cultura en la que
usted se ha centrado o exclusivamente de hecho.

Dicho esto, y termino, señor presidente, nosotros somos partidarios
de una política cultural que potencie las infraestructuras culturales
a las que usted se ha referido y otras que le ha planteado el Grupo
Socialista, en las que no voy a entrar, algunas cuestiones concretas
que hacen referencia estricta a la cultura, unas en el ámbito de todo
el Estado y otras localizadas en otros lugares, como, por ejemplo,
Cataluña. También somos partidarios y le damos una enorme importancia
en el marco de sus competencias, de su capacidad de impulso sobre
todo, a la potenciación de las industrias culturales. Creemos que eso
es enormemente importante en la sociedad de la información o del
conocimiento, para ser más exactos, que es un término mucho más
amplio que el de sociedad de la información. Su Ministerio tiene un
enorme papel en la potenciación de la creación de empresas culturales
y en facilitar su crecimiento y su competitividad en el plano
internacional, empresas pequeñas, medianas, culturales y de todo
tipo. Por eso hemos recibido con satisfacción -ya lo sabíamos- la
idea de que se va a impulsar una nueva ley del cine. Esperemos que
sea algo más que un simple marco jurídico distinto y que sea
auténticamente un nuevo impulso a la industria cinematográfica de
nuestro país. También está la posibilidad de que se pueda aprobar de
una vez por todas una ley de mecenazgo. Sabe usted, señora ministra,
que mi grupo ha presentado ya en esta Cámara una ley de mecenazgo, la
cual, evidentemente, sólo saldrá adelante con el apoyo del grupo
mayoritario. No pretendemos apuntarnos el tanto de su elaboración.

Somos partidarios de que esa ley se enriquezca o se modifique en los
extremos que sean necesarios, pero eso sí, lo único que pedimos -casi
me atrevería a decir exigimos- es que apruebe una ley de mecenazgo,
que la sociedad civil pueda implicarse mucho más en la potenciación
de la cultura y que eso se traduzca en una aportación económica, en
términos de crédito fiscal por parte del Ministerio de Economía,
muchísimo más generosa de lo que es ahora, donde las cifras son
absolutamente ridículas y vergonzantes. Cuando se compara lo que los
Presupuestos Generales del Estado tienen previsto como crédito
fiscal, es decir, como menor ingreso de impuestos, se pone esa cifra
en una mano y en la otra la prevista en función de cualquiera de los
centenarios, aniversarios o promociones estrictamente
coyunturales (que nos parece muy bien, pero al fin y al cabo tienen
una duración temporal y poco dejarán en el conjunto de la cultura
española, de la cultura catalana o de cualquiera de las demás
culturas que hay en España), cuando se comparan los miles de millones
que hay en un lado y los centenares, -que no llegan- de millones que
hay previstos que en virtud de la Ley de mecenazgo se van a dejar de
percibir, se observa que es algo absolutamente ridículo.

Le damos la mayor importancia a esta cuestión, así como también se la
damos al impulso que desde su Ministerio se pueda dar, solapado con
otros asuntos pero desde una perspectiva estrictamente cultural, a
las nuevas tecnologías, a esa dimensión de sociedad del conocimiento
y a un tema que usted ha comentado de pasada, como son los derechos
de autor, los problemas que se derivan de los derechos de autor en el
marco de la nueva sociedad de la información y de Internet. No ha
comentado usted la posibilidad de una revisión de la Ley de Propiedad
Intelectual y no sé si está en sus objetivos. Por lo menos está claro
que, con o sin revisión de la ley habrá que ver si es necesario o no,
los derechos de autor y no hablo de ese conflicto que nos tiene a
todos enquistados en un sector muy concreto sino, en general, de la
protección de los derechos de autor en el mundo de las nuevas
tecnologías, de las copias piratas, de Internet, de la nueva
industria discográfica, etcétera tienen un problema real que afecta a
distintos colectivos, al conjunto de intereses económicos muy
concretos, pero también a la supervivencia en muchos casos de un
sector que tendrá que ser reordenado en función de la nueva situación
a favor de todos.

Termino ya haciendo propias y dándole la vuelta a sus palabras.

También nosotros ofrecemos nuestra más absoluta disposición al
diálogo, pero dicho diálogo tiene que ir en las dos direcciones por
parte de este grupo, en el ámbito educativo, en el cultural y en el
deportivo, en el cual por falta de tiempo tampoco me he detenido
mucho más. Cuenta usted con nuestra buena disposición y nuestro pleno
apoyo. No sólo le damos cien días, sino mucho tiempo. Tiene el verano
por delante, pero contamos con que, evidentemente, eso vaya en las
dos direcciones.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo de Coalición Canaria, tiene
la palabra la señora Julios.




La señora JULIOS REYES: En primer lugar, quisiera agradecer a la
señora ministra la exposición que ha realizado sobre las grandes
líneas políticas y estratégicas de su Ministerio, así como también
quiero manifestar en nombre del Grupo de Coalición Canaria nuestra
disposición a colaborar en todo aquello que suponga fortalecer y
favorecer el desarrollo de uno de los pilares fundamentales del
Estado del bienestar, como es la educación. Vamos a colaborar en
todos aquellos trabajos que impliquen no sólo su mantenimiento, sino
el



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incremento del servicio educativo público, la mejora continua de la
calidad, entendiendo dentro de ello no sólo los centros
exclusivamente públicos, sino también los concertados, la mejora de
la eficacia del sistema educativo en su conjunto y la necesidad de
que apostemos por una modernización de la capacidad de gestión de los
recursos públicos educativos.

Voy a reseñar brevemente, dentro de las tres áreas importantes del
Ministerio, algunos aspectos que consideramos de interés en esta
legislatura. En cuanto a educación y financiación, quisiera resaltar
el esfuerzo que ha hecho en este caso concreto la comunidad autónoma
en el desarrollo del sistema educativo público por muchas
circunstancias, siendo probablemente la más relevante el que las
transferencias de 1984 se hicieron con muchas deficiencias
financieras, partiendo de la realidad educativa que existía entonces,
deficiencias en el sistema educativo que se refieren tanto a las
coberturas escolares como a infraesctructura y a otra serie de
elementos. La comunidad autónoma, además de las aportaciones
presupuestarias, se vio obligada a hacer un esfuerzo financiero para
la implantación de la Logse. Quiero resaltar las dificultades que
conlleva en el territorio insular el garantizar la equidad y el
acceso a los servicios educativos. En las islas tenemos desigualdades
de crecimientos poblacionales importantes, en unos casos por
diferentes fenómenos naturales de población propios de la natalidad:
islas que tienen una pirámide muy envejecida frente a otras que
conservan todavía una pirámide con una base muy ancha, y en otros
porque se añaden fenómenos migratorios que distorsionan y
desequilibran bastante el territorio, no sólo en cuanto a las aulas
escolares, sino incluso a la propia diversidad cultural. Consideramos
importante la responsabilidad del Estado en los aspectos financieros
del sistema educativo y hacemos una reseña a la necesidad de revisar
la financiación educativa en la Comunidad Autónoma canaria. La
responsabilidad financiera del Estado debe entenderse como la
necesaria colaboración en la compensación de las desigualdades y de
la diversidad cultural. Es conveniente analizar el coste de los
puestos escolares, tanto en la enseñanza pública como en la enseñanza
concertada, y que todo ello se pudiera empezar a valorar para que
tuviera un reflejo en los próximos presupuestos del año 2001.

La señora ministra se ha referido a la mejora de la calidad. Tenemos
que ser conscientes de que avanzar en la mejora de la calidad va a
significar la necesidad de un apoyo financiero por parte del Estado,
así como la adopción de medidas fiscales en relación con la
incorporación de la iniciativa privada al desarrollo de la educación.

Es necesario -y así está recogido en el acuerdo de colaboración
política suscrito entre su partido y Coalición Canaria- apostar por
la calidad del sistema educativo, por el apoyo a las iniciativas
legislativas, financieras y fiscales que contribuyan al reforzamiento
de la formación profesional, a las tecnologías
de la información y la comunicación en el aula, así como la
enseñanza de una lengua extranjera desde los tres años. A nadie se le
escapa que todo ello implica importantes inversiones en
infraestructura, en recursos materiales, en formación del profesorado
y, en última instancia, en la necesidad de incrementar los
presupuestos relativos a educación. Estamos de acuerdo en la
necesidad de potenciar la conferencia sectorial, pero entendiendo
que, hoy por hoy, vertebrar el sistema educativo en el Estado español
-en un contexto de descentralización de la gestión a todas las
comunidades autónomas donde ya existen competencias legislativas
relativas al desarrollo de la legislación básica- pasa, por llevar a
cabo políticas de participación, diálogo y consenso con las
comunidades autónomas para el desarrollo de esas competencias que hoy
por hoy tiene el Estado.

Para terminar con el apartado referente a la educación, quisiera
hacer una mención a la necesidad de potenciar políticas de atención a
alumnos con necesidades especiales. Se ha valorado extensamente el
fenómeno de la emigración en las aulas y nos parece interesante
desarrollar esas propuestas, pero quisiera hacer una reseña especial
a aquellos niños que requieren, por su compleja problemática, una
atención educativa y sociosanitaria específica. Para que esta
educación sea eficaz ha de darse en un contexto de coordinación e
integración de las prestaciones y de los servicios educativos,
sanitarios y sociales. Nos estamos refiriendo a niños que por su
problemática social -no me refiero específicamente a la emigración-,
por su salud, necesitan un tratamiento especial y creemos que estas
desigualdades no deben significar un obstáculo para la educación. Hay
aspectos legislativos y normativos específicos que se deberían
desarrollar para garantizar un acceso integral a las prestaciones del
sistema educativo y sociosanitario, valorando los costes y su
repercusión, tanto en el sistema educativo como en el sociosanitario.




En cuanto a los aspectos normativos que son necesarios para
profundizar en la modernización del sistema educativo, confiamos en
que las palabras de la señora ministra se mantengan con fuerza en
esta legislatura en lo que se refiere al consenso en esta
legislatura, no sólo con las fuerzas políticas representadas en este
arco parlamentario y en esta Comisión, sino también con las
comunidades autónomas. Quiero destacar la importancia del consenso en
las reformas de la Logse con el fin de lograr un desarrollo
progresista de la ley actual. Nos preocupa mucho cómo se va a abordar
la reforma de la ESO y, particularmente, lo relacionado con la
objeción escolar. Es necesario reforzar estrategias preventivas,
tanto para este problema como para el fracaso escolar y la mejora del
rendimiento en las aulas. Para que las reformas sean realmente
preventivas deben centrarseen la educación infantil y en la educación
primaria.




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Respecto a la gestión, es importante, desde nuestro punto de vista,
que involucremos al profesorado como protagonista de todo el proceso
de mejora de la calidad y de la competencia del profesorado. Una
asignatura que quedó pendiente en la legislatura anterior fue el
definir el papel de los directores de centros. Creemos que son pieza
y motor relevante para el desarrollo de un sistema de
corresponsabilidad, para que se desarrollen métodos de trabajo por
objetivos, adaptados a las necesidades y a la realidad de cada
entorno escolar, a nivel local y a la evaluación objetiva de la
calidad. Es necesaria esta figura para motivar la participación de
los profesionales y reforzar la autonomía de la gestión en la
corresponsabilidad de los profesionales en el desarrollo de la
modernización de nuestro sistema educativo. Además de modificar la
Lopeg, es importante elaborar un marco jurídico de la función docente
que regule los diferentes aspectos de la función moderna del recurso
humano del profesorado. Es necesario establecer normas que fomenten
la negociación como fórmula para resolver los conflictos en el sector
educativo, dando prioridad al derecho individual a la educación.

En cuanto a formación profesional, es prioritario desarrollar un
marco normativo para que las empresas colaboren decididamente en el
desarrollo de los módulos de formación en centros de trabajo. Todos
estamos de acuerdo en el importante papel de la universidad en
nuestra sociedad, en el desarrollo de aspectos científicos
y culturales. Entendemos que es la institución responsable de que en la
sociedad se incorporen profesionales con cualificación y compromiso.

En cuanto a los comentarios que ha hecho la señora ministra en
referencia al distrito único, es importante caminar en esta línea,
pero deben darse a la par dos requisitos. Uno, desarrollar
paralelamente políticas compensatorias, becas que contemplen
adecuadamente el hecho insular. Y dos, hacer una apuesta decidida
-antes de que se ponga en marcha el distrito abierto- por la
eficiencia, para que mejoren las posibilidades de competitividad del
sistema educativo en las diversas comunidades autónomas y, por tanto
también, de las universidades. Respecto a la financiación de la
universidad, es importante buscar condiciones que permitan una
estabilidad y un desarrollo estratégico de las mismas, así como hacer
compatible la autonomía universitaria con el control de los recursos
públicos.

Por lo que se refiere a la reforma de la Ley de Reforma
Universitaria, creemos que el gobierno universitario debe reforzarse,
pero asumiendo la responsabilidad no sólo ante la comunidad
universitaria, sino también ante la sociedad a la que sirve la
universidad. Entendemos que es un elemento clave para lograr la
consolidación social de nuestra enseñanza universitaria, de su
prestigio en la sociedad y la valoración internacional. Apostamos por
valorar el incremento de las retribuciones
del profesorado en todo el Estado y equipar éstas a las
comunidades autónomas.

En cuanto a Cultura, sólo voy a hacer dos menciones. Una, la
necesidad de modificar la Ley de Fundaciones y Mecenazgo, de forma
que realmente haya una mayor implicación de la iniciativa privada y
de los sectores sociales en la apuesta por la cultura y por el
deporte. Ya ha sido planteada una iniciativa en este sentido por otro
grupo parlamentario y creemos que hay que aprovecharla para iniciar
este debate. Otra, reclamar una mayor atención e implicación del
Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales en el Festival de
Música de Canarias, que hoy por hoy es uno de los más importantes
festivales de música de invierno en Europa. Para terminar, con
relación al deporte, quiero decir que es necesario apoyar, en
colaboración con la propia Comunidad Autónoma de Canarias, el
desarrollo y la mejora de las infraestructuras del deporte, sobre
todo de alto nivel, y desarrollar protocolos para poder colaborar en
el apoyo de los deportistas de alto nivel canarios, que son cada vez
más. Quiero mencionar algo a lo que ya se refirió mi compañero de
Coalición Canaria en la legislatura pasada, en la primera
comparecencia realizada hace cuatro años, pero que tenemos la
necesidad de recordar: que en el artículo 4.3 de la Ley del Deporte,
la Ley 10/1990, se dice textualmente que han de atenderse con
carácter obligatorio los desplazamientos de equipos y deportistas de
las Islas Canarias y Baleares, así como de Ceuta y Melilla, para la
participación en competiciones de carácter nacional. En mi comunidad
autónoma y en los territorios que he mencionado esto no se ha
desarrollado con amplitud y es necesario que se haga si queremos
potenciar el deporte en estos territorios del Estado español.

Finalizo reiterando de forma expresa nuestro espíritu de
colaboración, con el fin de avanzar en un sistema educativo que
favorezca no sólo la enseñanza, sino también la cultura y el deporte;
que avancemos con bases sólidas, armónicas y con respeto a las
diferentes particularidades autónomicas, así como a la diversidad
cultural e histórica que existe en el territorio español.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) no
quiere intervenir nadie.

Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Gracias, señora ministra, por su
comparecencia. Voy a empezar mi intervención del mismo modo que lo
hice ayer en la comparecencia de la ministra de Sanidad, señora
Villalobos, y le diré, en primer lugar, que estoy plenamente
satisfecha de que sea una mujer quien rige los destinos de la
educación y la cultura en este país. Evidentemente, y sin restarle
méritos personales a la ministra, esto es producto del esfuerzo
continuado, del esfuerzo sostenidoen el tiempo que hemos venido
manteniendo las



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mujeres en este país y éste es un motivo de alegría. Por esta razón,
y por una segunda que creo que es la base de las demás, esta portavoz
le desea lo mejor en esta nueva andadura. Me gustaría que lo hiciera
bien porque sería bueno para el conjunto de los ciudadanos españoles
y porque dejaría en buen lugar a las mujeres.

Partiendo de esa buena voluntad y de ese deseo sincero de que
responda a estos anhelos que tenemos las mujeres independientemente
del partido en el que militemos, tengo que decirle, señora ministra,
aunque no quiero ser yo quien le amargue a usted el día, que mi tono
va a ser amable, pero estoy ciertamente perpleja. Ha hecho usted un
discurso largo en el que nos manifiesta buena voluntad política, nos
anuncia algunas reformas legislativas importantes y nos habla de
todas las responsabilidades de su Ministerio, pero aquí hay una
cuestión clara, que en la base de todo esto está el presupuesto y
para el Gobierno del señor Aznar la educación y la cultura valen
644.279 millones de un total de 19 billones 762.000 millones de
pesetas; es decir, sólo 3,3 por ciento del total del gasto y apenas
el 0,6 por ciento sobre el PIB. Obviamente, estoy hablando del
territorio MEC más la cultura y el deporte. Con estas cifras de base,
todo lo demás me parece muy bonito, pero dudo que usted pueda hacer
algo que no sea continuismo puro y duro de una línea que, de hecho,
viene limitando la igualdad de oportunidades en la formación en los
tres niveles educativos, con una apuesta cada vez más clara y
decidida por trasladar las obligaciones a la enseñanza privada, que,
año tras año, ve cómo se incrementan sus transferencias sin que estén
ligadas, en absoluto, a las condiciones y calidad educativa: número
de alumnos por aula, sueldo y horario de profesores, control
democrático, etcétera. Este deterioro al que está sometido la
enseñanza pública está basado fundamentalmente en la reducción de
recursos a los centros, en la limitación en la financiación de la
Logse tanto en los centros de educación secundaria como en la
adaptación de los centros de EGB a la educación infantil y Primaria
actual y en el fracaso escolar.

Usted nos anuncia, y para mí es un motivo de alegría, que va a traer
al Parlamento una ley de calidad educativa. Lo celebro porque está en
el programa de Izquierda Unida y lo he defendido con mucho ardor en
la campaña, pero aquí falta una pata: no habla usted de una ley de
financiación vinculada a esa ley de calidad educativa. Me gustaría
que me explicara cómo piensa financiar eso.

Por parte del Partido Popular ha habido anuncios respecto a la
gratuidad de la enseñanza, anuncios que han sido reiteradamente
incumplidos. Usted nos hablaba en su discurso de que tiene
conocimiento de algunas actividades de los editorialistas, de los
libreros. Me supongo que también tendrá conocimiento, señora
ministra, de que el 29 de febrero de este año se ha firmado un
acuerdo por la Ceapa, el Partido Socialista, Izquierda Unida,
Comisiones Obreras, UGT, el sindicato
de estudiantes STE, la UCE, la OCU y la CAVE en defensa de la
gratuidad del material didáctico y curricular en todos los niveles de
la enseñanza obligatoria. Además, esta plataforma plantea hacerlo
extensivo a los centros concertados. En esa línea yo pregunto qué hay
de la gratuidad de los libros de texto. ¿Van a seguir ustedes
prometiendo y prometiendo? ¿Para cuándo? ¿Para cuándo la enseñanza
gratuita de verdad? Yo, señora ministra, le prometo que voy a hacer
un seguimiento muy riguroso en esta legislatura para que usted no se
vea obligada a pasar por el bochorno de volver a prometer en el 2004
lo que ya han prometido en 1996 y en 2000, que es precisamente la
gratuidad de la enseñanza en toda su extensión.

Potenciar las humanidades no es, desde nuestro punto de vista,
confrontar a las comunidades históricas con lecturas más o menos
parciales de nuestra historia como pueblo español, de nuestra
historia común, sino dar peso a las letras en una sociedad tan
tecnificada, dar una visión global de la formación de las ciudadas y
ciudadanos demócratas, a la vez que bien capacitados para afrontar
técnicamente el futuro que se nos avecina. Pero la gran asignatura
pendiente, señora ministra, en la reforma de la enseñanza secundaria
y universitaria es la formación profesional y la formación permanente
de los ciudadanos y ciudadanas, para que la educación sea un
instrumento formativo vinculado a la realidad social y a la realidad
productiva del país. Y me parece que el Partido Popular no entra en
esto. Me da la sensación de que van ustedes a continuar en la
dinámica de preparación de elites, en vez de utilizar este
instrumento para preparar mejor al conjunto de la sociedad, que es,
en definitiva, la que va a ir abriendo camino hacia el futuro.

Son muchas las tareas que tiene usted que concretar en una gestión
necesariamente cooperativa con las distintas administraciones
competentes en materia educativa, y necesita, señora ministra, de la
imprescindible compensación para corregir los desequilibrios con que
los españoles y españolas reciben la educación. Me gustaría
preguntarle si ha previsto la creación de un fondo de compensación
interterritorial para paliar las desigualdades con que las diversas
comunidades autónomas han recibido las competencias en materia
educativa. No me ha quedado suficientemente claro en su intervención,
no he visto concreción en la orientación y recursos que va usted a
destinar a la formación permanente del profesorado, a la educación
especial, a las enseñanzas artísticas, a la educación en el exterior,
a la compensatoria, a la permanente y a las nuevas tecnologías
aplicadas a la educación.

Dentro de la cultura habla usted del deporte, pero me ha dejado muy
sorprendida porque lo hace con una visión absolutamente
reduccionista. El deporte no es una cuestión de competiciones, el
deporte es mucho más, y le quiero recordar las cifras, aunque
parezcanmuy tozudas. Deporte en edad escolar y en las universidades



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-y esto dice mucho de la política cultural, porque el deporte forma
parte de la cultura del Partido Popular-: en universidades tenemos
278 millones de pesetas; en federaciones, agrupaciones deportivas y
promoción deportiva, 332 millones; para las federaciones deportivas y
el Comité Olímpico, 10.000 millones de pesetas, y para corporaciones
locales, en instalaciones deportivas, 1.700 millones. Y así podríamos
seguir hasta el infinito, poniendo cantidad de ejemplos, pero vamos a
poner sólo uno, el broche final: Consejo Superior de Deportes, 18.000
millones de pesetas. Y para todo el deporte escolar e instalaciones,
incluida la universidad, señora ministra, únicamente 2.600 millones
de pesetas. Francamente, yo no sé qué apuesta deportiva nos puede
proponer que no sea la de sujetos pasivos que nos sentemos ante la
televisión -que, de paso, promociona-, porque con estas cifras
estamos muy alejados del fomento y apoyo a la práctica deportiva
generalizada, que creo que es el objetivo a conseguir desde el
Ministerio.

La verdad es que su propuesta cultural -si bien es cierto que su
primera comparecencia ha sido muy exhaustiva y yo se lo agradezco
profundamente-me parece muy reduccionista y peca, al igual que en el
tema del deporte, del mismo error. Habla usted todo el tiempo de
cultura y la homologa con los artistas permanentemente, pero olvida
algo fundamental: que la cultura ha de ser popular. Y para que sea
popular, además de descentralizada, debe ser participativa, y eso
exige que su Ministerio trabaje sobre estos ejes fundamentales que
son la descentralización y la participación. Los ciudadanos normales
también son creativos, la cultura no es sólo cuestión de elites. Esto
también me parecía conveniente matizárselo, aunque supongo que
únicamente habrá sido producto de lo exhaustivo de su intervención
y de que todo no se puede decir el mismo día y en el mismo momento. No
obstante, me parece bueno recordarle que nosotros aspiramos
históricamente a que la cultura se base fundamentalmente en esta
perspectiva de contemplar al conjunto de los ciudadanos. Lo contrario
nos puede conducir a lo que nos ha conducido siempre, a tener una
concepción de la cultura que tiene más que ver con el folclore que
con lo que es la cultura en sí misma. Por tanto, a pesar de que nos
parece reduccionista su visión de la cultura, consideramos que para
dinamizarla es preciso entender que es la capacidad de libertad de
los pueblos y que hay que fomentar su capacidad de expresión y de
comunicación.




Francamente, cuando estoy fuera de España soy muy patriota, pero aquí
tengo la obligación de dejarle a usted claras las cosas que me
preocupan. Y una de las cosas que me preocupa es que, en estos
últimos años, los únicos éxitos culturales que ha habido en este país
con una proyección más allá de nuestras fronteras son los éxitos
cinematográficos y teatrales, y generalmente están vinculados a la
iniciativa privada. El resto, por
desgracia, queda bastante limitado. La promoción y la cooperación
cultural y, de otro lado, la política sobre el libro y las
publicaciones, sin ser despreciables, podemos decir que prácticamente
no existen. Sobre todo, quería señalarle la lentitud en la eficacia
de las políticas de conservación y restauración de bienes
patrimoniales y culturales, si la comparamos con el nivel de
eficiencia de países vecinos como Italia o Francia. ¿Y qué vamos a
decir de la política de archivos, de bibliotecas, de museos,?
Sinceramente, no llega ni a la categoría de asignatura.

Señora ministra, tiene usted una importantísima tarea en esta
legislatura. Espero que sea capaz de combinar bien, con soltura, esas
dos cualidades con las que usted ha querido adornar a un buen
político, la pasión y la mesura. Ojalá sea capaz de conseguirlo y
lleve usted al Consejo de Ministros la idea de que la mejor inversión
de futuro que puede hacer un país está precisamente en este
Ministerio, en la educación y en la cultura. Y todo ello, no lo
olvide, en plena cooperación con las comunidades autónomas y los
ayuntamientos, los gobierne quien los gobierne, el partido que sea.

Yo la invitaría a rebelarse frente al papel de Ministerio María al
que ha estado sometido este Ministerio. En esa rebeldía, en ese
camino de rebelión, en ese camino de hacer de este Ministerio un
ministerio protagonista, contará usted con la lealtad y con el apoyo
absoluto de la fuerza política a la que esta portavoz representa.

Para terminar, quisiera hacerle algunas preguntas. Dado que la UNED,
como usted bien sabe, tiene competencias transferidas por la
disposición adicional segunda de la LRU en enseñanza no presencial y
se está produciendo un fenómeno que usted no ignora, que es el de las
nuevas tecnologías, que también están planteando problemas con la
UNED, le pregunto a usted cómo pretende paliar la competencia que
está surgiendo, a la luz de las nuevas tecnologías, con el resto de
las universidades públicas y privadas. En segundo lugar, cómo y
cuándo, en qué plazos se plantea usted la reforma universitaria. Creo
que hay dos puntos de vista en el Partido Popular sobre este tema,
que yo he ido divisando a través de los medios de comunicación. ¿Va a
ir usted a una propuesta de mínimos o va a ir usted a un criterio de
Estado donde la planificación y la coordinación de los recursos sean
ejes vertebradores y fundamentales de la reforma? ¿Piensa usted
prestar la atención necesaria, sobre todo en formación profesional, a
los módulos superiores, donde la carencia de plazas en las diferentes
familias es tremenda? ¿Cómo prevé usted financiar la extensión de la
formación profesional? ¿Va usted a aumentar el número de becas y la
cuantía de las mismas en todos los niveles educativos, especialmente
en la Universidad, tal como se acordó por unanimidad en la Cámara;
con el acuerdo de todos los grupos políticos, si no recuerdo mal; en
noviembre del año 1999? ¿Comparte usted, señora ministra, las
manifestaciones del secretario general del



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Consejo de Universidades, que recientemente apostaba por subir las
tasas universitarias para el curso 2000- 2001? ¿Va usted a tomar
medidas tendentes a acabar con los guetos educativos producto de la
negativa de los centros concertados a aceptar niños y niñas de
integración en los mismos? Porque no nos ha hablado usted de este
problema. Le preocupa, pero no nos ha dicho usted nada sobre qué va a
hacer con los colegios concertados. Creo que será usted plenamente
consciente de que en este momento la enseñanza pública soporta
mayoritariamente la integración. Hay comunidades autónomas, como la
que yo represento y por la que tengo el honor de ser diputada, que es
Madrid, donde los guetos educativos están empezando a ser un germen
de conflictos gravísimos. Le cito a usted el barrio de Lavapiés,
donde mi grupo político viene denunciando este tema desde hace ocho
años, por desgracia, sin éxito, y donde estamos empezando ya a tener
problemas muy graves de convivencia democrática.




El señor PRESIDENTE: Por favor, vaya concluyendo, señora diputada.




La señora CASTRO FONSECA: Voy terminando, pero agradecería al señor
presidente que fuera un poquito más generoso con esta portavoz, que
es la que menos tiempo ha invertido, porque me he minutado.

De todas maneras, termino. Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por último, tiene la palabra el portavoz del
Grupo Parlamentario Popular.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Voy a ser breve, porque comprendo que a
estas horas y después de la exposición de la ministra, aquí se ha
dicho ya prácticamente todo.

En primer lugar, señora ministra, reciba la bienvenida del Grupo
Popular en su primera comparecencia. Tengo que decir que me
congratulo de que la señora ministra haya expuesto en sede
parlamentaria el proyecto del Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte para esta legislatura, porque he leído algunas
manifestaciones acerca de que durante un mes la señora ministra no
había hecho declaraciones. En la legislatura anterior era a la
inversa, cuando los ministros hacían declaraciones, se decía que
éstas debían hacerse en sede parlamentaria. Por eso nos congratulamos
enormemente de que en sede parlamentaria, y en una comparecencia
larga como la de hoy, la señora ministra nos haya expuesto todo el
programa del Ministerio para esta legislatura.

También quiero decir, señor presidente, que si don Álvaro Figueroa
estuviese en esta Comisión -ya que estuvo incluso en las Cortes de la
República- apoyaría que los padres pudieran elegir el centro al que
quieren llevar a sus hijos y si quieren que estudien religión o no.

Digo esto sólo como un apunte, ya que se ha citado a don Álvaro
Figueroa.

Se ha dicho aquí que ha habido pocos pronunciamientos y ciertas
incertidumbres. Si realmente algo ha tenido la exposición de la
ministra han sido temas muy concretos. Además, quiero decir, para que
quede constancia en el 'Diario de Sesiones', que la enseñanza en
España es gratuita de seis a dieciséis años, y no con este Gobierno,
sino que ya lo era anteriormente. Por cierto, para que no quede esa
cifra de 648.000 millones que ha citado alguna de SS.SS. y para que
conste en el 'Diario de Sesiones', es verdad que a medida que se van
transfiriendo las competencias el presupuesto de Educación va
disminuyendo. Sin embargo, proporcionalmente, con el Gobierno del
señor Aznar en los últimos cuatro años se han producido las subidas
más importantes, si se calculan restándoles la inflación. Hace diez
años hubo algunas subidas más importantes, pero con una inflación del
7 o del 8 por ciento. Digo esto no con ánimo de discutir, sino
únicamente para que conste en el 'Diario de Sesiones'.

Señora ministra, nos congratulamos de que quiera alcanzar el objetivo
de la calidad y de que nos anuncie un proyecto de ley orgánica de
modificación de la Logse. Creo que ninguna ley es perfecta, ni
absolutamente imperfecta. La Logse y la LODE han tenido una serie de
puntos muy positivos, y lo tengo que decir, pero desde la aprobación
de la Logse, en 1990, han pasado diez años. Estamos en un nuevo
siglo, y ahora en educación no ocurre como en la época de don Álvaro
Figueroa, que pasaban treinta o cuarenta años y apenas había grandes
modificaciones. En estos momentos hay grandes modificaciones. Los
informes del INCE revelan que hay un fracaso escolar, por eso tenemos
que acercarnos a los problemas, y si para resolverlos hay que hacer
algunas modificaciones, será necesario realizarlas.

La educación infantil entre tres y seis años no es aún obligatoria.

La señora ministra ha dado la cifra del 83 por ciento, y nos
alegramos de que se vaya a llegar a la totalidad en esta legislatura.

De esta manera, aunque no lo diga la Logse, todos nuestros chicos
entre tres y dieciséis años estarán escolarizados. También es
indudable que nuestros escolares tienen problemas en matemáticas. Eso
está ahí. De once países somos el noveno por la cola. Ahí tenemos un
problema que hay que resolver. Lo mismo ocurre con la lengua. He
entendido a la ministra que tenemos que reforzar las troncales y
tenemos que revisar muchas de las optativas; sin duda hay que
hacerlo.

A nuestro grupo le congratula que algunos representantes del PSOE y
de Convergència i Unió hayan indicado que hay que afrontar el tema de
las humanidades. Por supuesto, hay que afrontarlo con diálogo, en la
conferencia sectorial, y hay que afrontarlo no tomándolo como si un
gobierno quisiera que la historia de España se aprendiera de una
manera o de otra, se trata de que la historia de España se estudie en
su conjunto; historia que además, en estos momentos en que somos
parte de



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Europa, es la historia de Europa. Quiero citar aquí grandes
personalidades del campo de la Educación, no de nuestro ámbito, sino
del ámbito de la izquierda, que se han manifestado a favor de revisar
el tema de las humanidades. De ahí que si llegamos a un acuerdo, con
diálogo y con concertación, como ha dicho la señora ministra,
habremos dado un paso necesario, que además están pidiendo en estos
momentos los alumnos y los enseñantes, cualquiera que sea su
ideología.

Por lo que respecta a la formación profesional -perdón que vaya
saltándome temas, porque me hubiera gustado referirme también al
bachillerato-, es una de las cuestiones de mayor preocupación. Además
de dignificar la formación profesional, tenemos que ponerla a la
altura de las circunstancias. Por ejemplo, en Alemania, la formación
profesional tiene el 50 por ciento de horas lectivas y el 50 por
ciento de prácticas en empresas. De ahí que el anuncio que ha hecho
la señora ministra de una ley de formación profesional congratule
a nuestro grupo. En el tema de la formación profesional todos tenemos
que hacer un esfuerzo, porque -y voy a repetir algo que está muy
dicho y muy manido- el 70 por ciento de los alumnos que salen de la
formación profesional de grado superior y de la de grado medio se
coloca en seis meses. Esto es lo que está pidiendo nuestra sociedad
en estos momentos, no solamente la sociedad española, sino también la
europea. Para ello, indudablemente tenemos que prestigiarla, y el
anuncio de una ley de formación profesional nos congratula
enormemente.

Asimismo se ha referido a la función docente y ha anunciado la
creación de un instituto superior de formación del profesorado. En
este tema no sólo estamos totalmente de acuerdo, sino que le damos
tanta importancia que fue una de las cuestiones que se incluía en el
programa del Partido Popular que obtuvo la mayoría de los votos del
pueblo español en las elecciones.

En cuanto a becas y ayudas, creo que se ha hecho un esfuerzo. La
cifra de 100.000 millones en becas es un hito en nuestra historia,
aunque todavía tenemos que llegar más allá. Además hay que tener en
cuenta que en legislaturas anteriores, cuando todavía la enseñanza no
era obligatoria entre quince y dieciséis años, había becarios de esas
edades, que no existen ya en el último presupuesto. Es indudable que,
aunque sea en el ámbito universitario, tenemos que promover becas
para la movilidad. Si estamos apoyando un distrito abierto, si
estamos promoviendo la movilidad de los estudiantes, no solamente
entre diferentes comunidades, sino dentro de la misma comunidad, por
ejemplo un estudiante de Jaén que quiere ir a la universidad de
Cádiz, es indudable que tenemos que aumentar este tipo de becas. En
esa línea, señora ministra, tendrá nuestro apoyo y estamos seguros
que el apoyo de todo el Gobierno.

El tema de emigrantes efectivamente se ha citado aquí, pero yo creo
que, por las manifestaciones de los diferentes parlamentarios, es un
problema que preocupa
a todos y en donde indudablemente, señora ministra, apoyaremos las
soluciones que se vayan dando. No estoy de acuerdo, aunque no es tema
de educación, en que la delegación nueva que se ha creado dependa o
no del Ministerio del Interior. Me parece muy buena idea que haya una
comisión interministerial, como ha anunciado la ministra, en donde
esté Interior, Educación y Trabajo, puesto que hay problemas que
afectan a todos.

En lo que respecta al anuncio de un centro nacional de información
educativa es indudable que, junto a las lenguas extranjeras, todo el
tema informático, las nuevas tecnologías, es algo que nuestros chicos
y chicas deben ir aprendiendo, es la alfabetización informática que
decimos.

Pasemos a la universidad. La señora ministra nos anuncia una nueva
ley de universidades. Yo creo que algunas de las señorías que están
aquí estuvieron en unas interesantes jornadas que tuvimos en
Santander, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y era
algo en lo que estaban de acuerdo no solamente los grupos políticos
sino también sindicatos y la mayoría de los rectores que, en
representación de la CRUE, estaban allí. Hay que modificar no
solamente el título V sino el conjunto, no porque haya sido mala, que
yo creo que la Ley de Reforma Universitaria ha tenido partes muy
positivas, sino porque es indudable que se ha quedado obsoleta y hay
que modificarla. Por tanto, tendrá todo nuestro apoyo, señora
ministra, en una nueva ley universitaria que, por supuesto, como bien
ha dicho, habrá que dialogar y concertar al máximo posible.

En lo que respecta a la UNED quiero decir que los aumentos de
presupuestos de estos años han sido importantes, el último ejercicio
un 10 por ciento, y apoyamos todo lo que se refiere a la UNED y
fundamentalmente su presupuesto, si es que para el 2001 se puede
hacer un esfuerzo.

En cuanto a cultura, tres grandes líneas en las cuales estamos de
acuerdo: proyección exterior, colaboración y cohesión interior, y
política de Estado. Yo creo que esto es importante, es cuestión de
Estado, creo que no debemos romper algo que en legislaturas con
gobiernos socialistas y en la legislatura anterior, con gobierno
popular, ha tenido unos objetivos y unas conclusiones muy positivas.

En cultura se ha doblado el presupuesto, porque había una cifra muy
importante que era finalista para el Museo Thyssen, pero cuando
terminó lo del Museo Thyssen, el Gobierno Aznar indicó que se sumara
como presupuesto no finalista, por tanto, hemos doblado el
presupuesto en cultura. Los esfuerzos que se han hecho en el plan de
catedrales (Museo del Prado, Reina Sofía, Thyssen, etcétera) son muy
importantes, y esperamos, y estamos seguros de ello, que los grupos
de la Cámara, fundamentalmente el primer grupo de la oposición,
seguirán en la línea de queesta es una cuestión de Estado.




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En política de cine nos anuncia una ley del cine cuyo borrador estaba
ya en la mesa, pero quiero decir que realmente la política de cine ha
tenido éxito, que no quiero achacarlo al Gobierno Aznar, sino porque
las películas españolas han conseguido una calidad, y el número de
personas que va al cine casi se ha doblado en estos últimos cuatro
años, igual que en el teatro y en la música. Nos ha anunciado también
que está estudiando ya el tema del mecenazgo y fundaciones, cosa que
consideramos absolutamente necesaria, porque nuestro país en relación
con los países de la Unión está retrasado en todas las ayudas de
carácter fiscal, etcétera.

En lo que respecta al deporte, claro que en estos ejercicios ha
habido que hacer un esfuerzo presupuestario destinado al deporte de
alta competitividad, porque tenemos las olimpiadas ahí y es indudable
que fomentado el deporte de elite también se fomenta la práctica del
deporte. Yo quiero recordar aquí el número de chicos y chicas
españoles que juegan al tenis a partir de Santana; es decir, que una
de las maneras de popularizar el deporte es que España tenga éxito en
competiciones como las que va a haber próximamente. Señora ministra,
nos congratulamos de que apoye y haga todo lo posible por el tema de
Sevilla en el 2008. Yo creo que en el deporte tampoco en estos años
ha habido grandes divergencias con los grupos de la oposición, puesto
que la situación española en deporte es positiva, lo era ya en estos
cuatro años, y esperemos que dé unos resultados exitosos. En cuanto
al deporte escolar se ha hecho un esfuerzo y es indudable que
estaremos siempre en la línea de apoyarlo.

Finalmente, señor presidente, señora ministra, señores portavoces,
quiero terminar con algo que se ha indicado aquí. Para el Partido
Popular, para este grupo, para el presidente Aznar y para la ministra
la educación es la inversión más positiva que se puede hacer para el
futuro. Nunca hemos dicho que eso había que considerarlo un gasto.

Además hay que tener en cuenta -lo tenemos en el programa nuestro, lo
hemos defendido y lo seguiremos defendiendo-que la igualdad de
oportunidades en gran medida, yo diría que en un porcentaje muy alto,
proviene de una educación similar y de calidad para todos los chicos
y chicas españoles.




El señor PRESIDENTE: La señora ministra tiene la palabra para
responder.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Lo primero que quiero es agradecerles a todos ustedes sus
intervenciones que, en mi percepción, todas ellas han estado,
obviamente, llenas de consideraciones, críticas en algunos casos,
reticentes en otros, pero en muchos de ellos he encontrado el apoyo
básico que esperaba encontrar para asumir esta tarea que es de una
enorme complejidad dada la dimensión que tiene este Ministerio. Yo he
tomado notas de la parte más sustantiva de
sus intervenciones. Queda registrada palabra a palabra cada una de
ellas gracias al eficacísimo servicio con el que contamos y, por
tanto, serán leídas con detenimiento y consideradas en todos sus
aspectos. Tengan ustedes la seguridad de que así lo voy a hacer.

Tengo que hacer obligatoriamente una selección, porque si no les
retengo aquí a ustedes hasta muy tarde, y yo además continúo con la
sesión de control de esta tarde en la que tengo cuatro preguntas. Es
una selección en la que en mi percepción son las cosas que quizá sean
fundamentales, en la suya quizá me deje algunas de las fundamentales.

Ruego que me excusen si así es. Vamos a tener la oportunidad de
encontrarnos en este ámbito, o en otros de tamaño más reducido, o
incluso más amplio, en diversas ocasiones, por lo menos a lo largo de
los dos próximos años y algunos meses, si cumplo la media que decía
el representante del Grupo Parlamentario Socialista. (Risas) Espero
llegar por lo menos a esa media y, por tanto, vamos a tener muchas
oportunidades.

También quería decirle a S.S. que llevo un mes y medio no tres meses
y medio. Ha sido un lapsus, pero ha dicho tres meses y medio, y si he
estado en más actos de cultura que de educación no es que me haya
pronunciado más sobre temas de cultura durante este período hasta que
he venido aquí, sino que, como usted sabe, actos vinculados a la
cultura hay muchísimos y lo que no podía era decir: no voy a ninguno
acto de cultura hasta que no vaya a la comparecencia en el Congreso.

Intentaré destacar en mis respuestas las cuestiones más
significativas Le prometo que leeré el final de la reflexión escrita
de Romanones. Quiero decirle también que los ideales no son
incompatibles con el liberalismo, al contrario; la posición
ideológica a groso modo, lo que determina cómo llegar a ellos, no que
ideales en una u otra ideología, y, es por supuesto, quienes profesan
una ideología liberal tienen ideales, y muy fuertes.

Se pueden hacer consideraciones diversas sobre mi intervención, que
puede ser criticada o acusada de muchas cosas (con las que yo
probablemente no estaría de acuerdo), pero hay una de la que me
parece que no se la puede acusar: que haya intentado esconder la
cabeza con un recurso de naturaleza retórica. En la medida que lo
permite una comparecencia de esta naturaleza, he dedicado tiempo no
sólo al tema universitario, en el que el representante del Grupo
Parlamentario Socialista aludía a que me encontraba más fluida; de
hecho, le he dedicado mucho menos que a la enseñanza que se cursa
antes de llegar a la universidad. La complejidad que tiene la
enseñanza hasta el momento que se accede a la universidad es de tal
naturaleza, tan variada y tan fundamental que ha requerido, en
términos de páginas, la mitad de mi intervención. No ha habido mayor
interés por lo universitario, cuya importancia, por otra parte, es de
primerísimo orden también.




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En cuanto a las propuestas y anuncios que he hecho hoy, quiero
decirles, para precisar fechas, que antes de que finalice el próximo
mes de diciembre presentaré en el Consejo de Ministros el real
decreto sobre humanidades tomando como base el dictamen que se hizo
en su día. Antes de que eso suceda, el tema será tratado en la
conferencia sectorial; no será ninguna sorpresa, será tratado
previamente con los responsables educativos de las administraciones
autonómicas.

Mi propósito en cuanto al proyecto de ley orgánica para la calidad de
la enseñanza, que vendría a modificar algunos puntos de la normativa
vigente en sus tres leyes principales, es que pueda ser presentado en
la primera mitad de la legislatura. Tienen que entender que debo
ampliar el margen de tiempo porque hay que hacer una propuesta,
dialogar sobre ella, encontrar ámbitos de colaboración y llegar a
todos los acuerdos posibles.

Se me ha dicho que no he mencionado la palabra consenso. Seguro que
la he mencionado en alguna ocasión pero, en todo caso, por honestidad
intelectual y además por responsabilidad política me parece que hay
cosas que no puedo tratar con frivolidad, y no digo que quien utiliza
la palabra consenso lo haga con frivolidad, estoy hablando desde mi
propia perspectiva. La actitud de una persona que tiene encomendada
una gestión como la que tengo yo ahora mismo debe ser de diálogo, de
apertura y de colaboración; pero, al final, no se debe perder el
sentido de la responsabilidad, que es para lo que estamos aquí. Si
sólo se llegara a una solución cuando las cosas se hacen con el
acuerdo de todos, no haría falta que los ciudadanos eligieran cada
cuatro años a unos representantes políticos. Hay que hacer el máximo
esfuerzo y, a la vez, hay que tener sentido de la responsabilidad
política y no esconder la cabeza debajo del ala.

He dicho que la ley de universidades y la ley para la formación
profesional se prepararían durante la primera mitad de la
legislatura. Pueden ustedes darse cuenta de que la primera mitad de
legislatura que nos queda a mí y al equipo ministerial es muy densa
de contenido, muy fuerte (ya veremos la segunda) pero nos parece que
es un deber y una responsabilidad que tenemos que asumir.

Las modificaciones que se proponen no constituyen una revisión de la
actual ordenación del sistema educativo -lo he dicho en mi
intervención-, sino que pretenden abordar aquellos aspectos que se ha
constatado que tienen deficiencias en su funcionamiento. Esto no
significa que sean aspectos de poco calado o marginales, son
cuestiones de fondo, pero me parece se abordan mejor si, en conjunto,
se convierten en una ley con ese objetivo.

El representante de Convèrgencia i Unió decía: si la ley o las
modificaciones implican que se toquen los principios de igualdad de
oportunidades, de integración y de exclusión social, no estaremos de
acuerdo.

Señoría, yo creo que de lo que se trata de hacer que los principios
sean algo más que principios, y si no dan una respuesta satisfactoria
en su desarrollo precisamente a la igualdad de oportunidades y al
problema de la integración y de la expulsión -más allá de la
exclusión- del sistema, entonces hay que revisarlos con el objetivo
de que no sean sólo principios declarativos, sino que se conviertan
en una realidad. Ese y no otro es el objetivo. Hay que ver cómo están
funcionando y buscar soluciones más allá de la utilización de los
principios como antídoto de unas enfermedades que no se abordan en
sus manifestaciones. Con toda humildad y sin dogmatismo, creo que
esto es lo que se debe hacer.

En algunas intervenciones se ha hablado de falta de concreción en
asuntos como la formación profesional. La concreción es imposible; en
unos casos porque lo impide el formato de esta intervención y, en
otros, porque, si hubiera venido (lo cual hubiera sido imposible en
un mes y medio) con una serie de concreciones, ustedes me habrían
dicho con razón: pero bueno, usted viene a proponernos colaboración y
acuerdos y, al final, nos da todo hecho de principio a fin. He
enumerado las grandes líneas, en algunos casos he descendido a
bastante detalle en cuanto al diagnóstico -no en cuanto a la
solución- y a los aspectos que me parece que hay que reformar, y creo
que he cubierto todo en mi intervención y con intensidad, aunque
probablemente en algunos casos lo podría haber hecho mejor.

En cuanto a la financiación de todas estas actuaciones que hay que
acometer para resolver estos problemas, cuando llegue el momento de
ofrecer las fórmulas concretas, habrá que hablar de cuánto cuesta, si
se puede o no se puede cubrir con el presupuesto que hay y en qué
medida hará falta un refuerzo presupuestario o no, pero antes hay que
conocer muy bien el contenido porque si no es un poco prematuro
hablar de esto. Pero tras una reflexión general, creo que hay que
desconfiar de eso que algunas veces es cierto pero que, en bastantes
ocasiones, es un tópico: el incremento de dinero soluciona los
problemas. Ni en la vida personal, ni en la vida profesional, ni en
la vida colectiva el incremento de dinero es igual, sin discusión, a
la solución de los problemas, de tal manera que, en algunos casos,
hará falta un refuerzo de la financiación y en otros, a lo mejor,
hará falta una redistribución y una mejor gestión, porque tampoco hay
que olvidar estos aspectos ya que, al final, el dinero es el dinero
del presupuesto, pero el dinero del presupuesto es el dinero de todos
los españoles. No olvidemos que esto es así.

Hay otros temas que nos llevarían a un largo debate y vamos a tener
ocasión de hacerlo, como decía al principio de mi intervención, como
puede ser el de la gratuidad de los libros de texto, etcétera. Yo no
creo que hubiera nadie en esta sala que dijera que los libros de
texto no fueran gratuitos. Desde luego, yo no diría que no. El
problema es que hay que financiarlo. Si hiciéramos una encuesta,
aparte de los acuerdos que ha mencionado



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la representante de Izquierda Unida, y preguntáramos si se está de
acuerdo en que los libros de texto sean gratuitos, seguro que el 97
por ciento de los encuestados dirían que sí, que fueran gratuitos,
como tantas otras cosas. El problema es que además tienen que ser
gratuitas otras muchas cosas y en el Ministerio de Educación el tema
de los libros de texto forma parte de un conjunto de materias que el
Gobierno tiene que abordar y a las que tiene que dar financiación. No
olvidemos que, al fin y al cabo, este Ministerio, como todos, forma
parte de un Gobierno, cualesquiera que sean los partidos políticos
que estén en el poder; eso es algo que no hay que perder de vista.

En cuanto al tema del carácter plural y de las culturas en España, yo
creo que en mi intervención he empleado numerosas veces la palabra
plural y que ha quedado bien patente. Ahí está el texto, en el
'Diario de Sesiones' y lo podemos revisar. En esa perspectiva
insistente y quizá muy reiterativa que yo he utilizado de acuerdos,
colaboración y diálogo con las comunidades autónomas está implícito
cuál es la voluntad del ministerio en ese sentido. Por otro lado, no
olvide el representante de Convergència i Unió que, por ejemplo, el
Ministerio de Cultura desarrolla muchas acciones en colaboración con
la Generalitat y con la Consejería de Cultura en las que, al igual
que con otras comunidades, existen partidas que salen del presupuesto
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Para acabar, a mí me gustaría añadir una cuestión por la que en
cierta medida he empezado, he reiterado en alguna ocasión a lo largo
del discurso y que está conectada con la intervención, también en
este caso, del representante de Convergència i Unió.

Con todos mis respetos, usted ha hecho una lectura del papel de las
comunidades autónomas, sobre todo en materia de educación (cuando
hablábamos de la vertebración del sistema, etcétera), derivada de
nuestra norma constitucional, y le tengo que decir que ha hecho la
primera o la segunda parte de la lectura, pero falta la otra. Es
verdad que nuestra Constitución nos dota de un sistema político que
no es una descentralización administrativa sin más, sino que hay un
reparto de competencias, hay una organización del Estado en la que
efectivamente las comunidades autónomas tienen competencias
políticas, tienen toda la legitimidad que por supuesto le da nuestra
carta constitucional y que desarrollan, también políticas educativas;
pero, además, nuestro sistema constitucional mantiene un Gobierno de
la nación y un Parlamento de la nación que tienen también legitimidad
política y es necesaria la vertebración también en los niveles
educativos. Por supuesto, en el respeto de las competencias de las
comunidades autónomas, a mi entender y a entender del Gobierno, es
necesaria la vertebración y la cohesión
del sistema educativo en sus aspectos esenciales, porque a mí me
parece que a nadie beneficiaría la creación de 17 sistemas educativos
en España. Esto hay que subrayarlo, y al Ministerio de Educación
compete esa función, una vez que se han hecho las transferencias en
materia educativa, tanto universitaria como no universitaria, salvo
en los casos excepcionales que hemos señalado en un ámbito y en otro.

Con esto quiero concluir mi intervención. Tengo que decirles que me
voy con la satisfacción de haber encontrado en todos ustedes, desde
sus propias posiciones, una actitud de partida muy favorable a que
los problemas que plantea la educación en nuestro sistema educativo,
tanto en uno como en otro nivel, y los problemas que tenemos también
en el ámbito cultural y deportivo se afronten. Yo no sé si me hago la
ilusión o no, pero creo que tenemos un camino conjunto por andar
durante estos al menos dos primeros años (o dos años y tres meses,
para cumplir la media), y aun siendo consciente de que puede estar
lleno de dificultades -al fin y al cabo el Parlamento es la expresión
de la pluralidad política de la sociedad española-, creo que vamos
a tener muchos puntos de encuentro y les agradezco mucho a todos
ustedes sus intervenciones.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra.

La experiencia de esta larguísima sesión me indica que la generosidad
con que he concedido los tiempos a los señores portavoces nos debe
servir de experiencia para que quizá en el futuro concordemos un tipo
de debate algo más ágil que el de hoy, pero creo que hoy tenía
sentido que SS.SS. pudieran exponer sus puntos de vista en el
arranque de una legislatura que, por las tareas que la señora
ministra nos ha indicado, será fructífera. Muchas gracias por su
paciencia. (La señora Castro Fonseca pide la palabra.) Señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Señor presidente, simplemente quería decir
que resulta absolutamente innecesaria la precisión que ha hecho el
portavoz del Grupo Popular sobre mi intervención acerca de la
inversión de la Administración central en materia de educación,
cultura y deporte porque yo misma, señor portavoz, he dejado bien
claro que me refería al territorio MEC, es decir, que tengo bien
claro que el cinco por ciento que falta lo ponen las comunidades
autónomas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a todos. Se levanta la sesión.




Eran las dos y cuarenta y cinco minutos de la tarde.