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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 29, de 13/06/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 29



SANIDAD Y CONSUMO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELICIANO BLÁZQUEZ SÁNCHEZ



Sesión núm. 2



celebrada el martes, 13 de junio de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Ratificación de la celebración de las comparecencias acordadas por la
Mesa y los portavoces de la Comisión en su reunión de 30 de mayo de
2000.




Aprobación de la delegación a favor de la Mesa a la que hace
referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 el Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Número de expediente 042/000002).




Comparecencia de la señora ministra de Sanidad y Consumo (Villalobos
Talero) para informar sobre:



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A petición
propia. (Número de expediente 214/000013.) . . . (Página 444)



Página 444




- Las líneas generales de la política de su Departamento. A solicitud
del grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/
000026.) . . . (Página 444)



- Objetivos de su Departamento en la VII Legislatura. A solicitud del
Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000039.) . . .

(Página 444)



- Prioridades y políticas que piensa impulsar en relación a las
materias vinculadas a dicha Comisión durante la VII Legislatura. A
solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).

(Número de expediente 213/000053.) . . . (Página 444)



Se abre la sesión a las diez de la mañana.




RATIFICACIÓN DE LA CELEBRACIÓN DE LAS COMPARECENCIAS ACORDADAS POR LA
MESA Y LOS PORTAVOCES DE LA COMISIÓN EN SU REUNIÓN DE 30 DE MAYO DE
2000.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días a todos.

Damos comienzo a la primera sesión de la Comisión de Sanidad y
Consumo y, como primer punto, quiero someter a la consideración de
SS.SS. la ratificación de las comparecencias acordadas por la Mesa y
portavoces de la Comisión en la reunión que mantuvimos el 30 de mayo
pasado. Es preceptivo que la Comisión en pleno ratifique este orden
del día y, como verán a continuación, someteremos también a su
aprobación y acuerdo el segundo punto. ¿Estamos de acuerdo?
(Asentimiento.)



APROBACIÓN, EN SU CASO, DE LA DELEGACIÓN EN FAVOR DE LA MESA, A LA
QUE HACE REFERENCIA LA RESOLUCIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA, DE
2 DE NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 44 DEL REGLAMENTO
DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (Número de expediente 042/000002.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al segundo punto del orden del día,
aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa, a la
que hace referencia la resolución de la Presidencia de la Cámara, de
2 de noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento
del Congreso de los Diputados. En la misma reunión del 30 de mayo, la
Mesa y los portavoces acordamos que esta delegación, destinada a que
la Mesa pueda aceptar la celebración de comparecencias sin necesidad
de convocar la Comisión, incluyese la salvedad de que, si no había
unanimidad entre sus miembros, el acuerdo quedase avocado por la
Comisión.

En estos términos, ¿autoriza la Comisión la delegación en favor de la
Mesa para acordar dicha celebración? (Asentimiento.)



COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (VILLALOBOS
TALERO) PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A PETICIÓN
PROPIA. (Número de expediente 214/000013.)



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/
000026.)



- OBJETIVOS DE SU DEPARTAMENTO EN LA VII LEGISLATURA. A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000039.)



- PRIORIDADES Y POLÍTICAS QUE PIENSA IMPULSAR EN RELACIÓN CON LAS
MATERIAS VINCULADAS A DICHA COMISIÓN DURANTE LA VII LEGISLATURA. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I UNIÓ.)
(Número de expediente 213/000053.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al tercer punto del orden del día,
celebración de comparecencias.

En primer lugar, quiero dar la bienvenida a la excelentísima señora
ministra de Sanidad y Consumo en su primera comparecencia ante esta
Comisión, deseándole que transcurra, como ha sido norma habitual
aquí, por cauces de diálogo, normalidad, consenso y generosidad en
los tiempos por parte de los miembros de la Mesa. Tenemos el acuerdo
tácito de ser generosos hoy hasta un límite dentro de los cauces de
la normalidad y, puesto que intervendrán todos los grupos, quisiera
pedirles que no abusen de esa generosidad y que se sometan a



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unos tiempos razonables contando con dicha flexibilidad.




Sin más, doy la palabra a la ministra de Sanidad y Consumo. Cuando
quiera, señora ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero):
Muchísimas gracias, señor presidente.

Señorías, en esta mi primera comparecencia ante la Comisión de
Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, quiero en primer
lugar y tras transmitirles mis saludos ponerme a su entera
disposición. Quiero que vean en esta frase no una expresión retórica
propia del caso sino la formulación exacta de un sentimiento
profundo. Soy diputada desde el año 1986 y estoy orgullosa de que
esta sea ya la quinta legislatura en que mis conciudadanos hayan
querido situarme en esta institución, representación máxima de la
soberanía nacional. He sido durante casi diez años diputada del
principal grupo de la oposición y durante los últimos cuatro diputada
del principal grupo parlamentario que apoya al Gobierno. Ahora, mi
condición de ministra no me hace olvidar ni por un momento mi
condición de diputada. Creo conocer bien las reglas del juego. Estoy
aquí compareciendo ante ustedes como miembro del Ejecutivo, porque
esa es mi obligación. El papel de control del Gobierno es una de las
esencias de esta casa en razón de la soberanía que representa. Es una
función que he exigido y practicado cuando estaba en la oposición
y no tengo la menor duda de que voy a hacer cuanto esté en mi mano para
que todos y cada uno de ustedes puedan desarrollarla con la mayor
eficacia.

Les decía que estoy compareciendo ante ustedes porque es mi
obligación, pero créanme cuando les digo que es una grata obligación.

De alguna forma, esta es mi casa, este es mi trabajo y esta es mi
vocación, de tal manera que por encima de las lógicas e incluso
necesarias discrepancias que puedan surgir entre nosotros, les pido
que vean en mí una compañera más que circunstancialmente tiene,
además, otro papel que desarrollar. Por tanto, quiero manifestarles
mi más sincero deseo de que esta legislatura sea un período de amplia
colaboración con todos y con cada uno de ustedes. Vaya por delante no
sólo mi incondicional disposición sino la de todos los altos cargos
de mi departamento a comparecer ante esta Comisión cuantas veces sea
necesario si ustedes lo estiman oportuno.

Señorías, sé que el orden habitual y lógico en una comparecencia de
este tipo es la exposición en una primera parte de los objetivos
prioritarios y metas que se propone abordar el departamento, para
pasar en una fase posterior a exponer las formas y los modos, los
métodos por los que se dispone a alcanzarlas. Permítanme en este caso
trastocar el orden de los factores y comenzar por el método. Quiero
así establecer lo que para mí representa una clara prioridad. En este
sector, en las actuales circunstancias, tanto o más importante
que el qué hacer es el cómo han de hacerse las cosas. Creo que la
salud de los españoles es una tarea de todos, que a todos nos
preocupa y nos concierne, que a todos nos atañe, y creo también que
en lo básico y en lo fundamental estamos de acuerdo: cómo hacer
posible que todos los españoles puedan ejercitar de forma real y en
las mejores condiciones su derecho a la protección de la salud,
reconocido como uno de los derechos fundamentales en nuestra
Constitución. Pienso que la protección de la salud de los españoles
debe estar por encima de los enfrentamientos partidarios, de los
triunfalismos autocomplacientes o de la demagogia. Soy consciente de
que este es un sector complejo, donde conviven distintos intereses
que incluso a veces pueden aparecer como contradictorios; pero hay un
interés al que todos los demás tienen que estar supeditados: el
interés del ciudadano que, sea cual sea su condición, debe tener
garantizada una asistencia sanitaria asequible y de calidad. Poniendo
este objetivo como norte y guía de nuestras actuaciones debemos
buscar las fórmulas más adecuadas para consolidar y hacer más eficaz
el sistema y no conozco mejor método que la implicación de todos
mediante el análisis conjunto, el debate, la negociación y la
búsqueda de acuerdos. Esa es la fórmula que me propongo impulsar
desde mi departamento.

Al Gobierno de España le apoya una sólida mayoría parlamentaria, pero
la legitimidad que eso le otorga no le confiere más dosis de razón.

Las reformas más duraderas y por ende más eficaces son aquellas que
han alcanzado en su elaboración y desarrollo un alto grado de
consenso. Por eso he anunciado ya -y lo planteo hoy aquí de forma
explícita- mi intención de impulsar un pacto de la sanidad. En los 45
días que llevo en el cargo he tenido la ocasión de plantear este tema
a los portavoces parlamentarios de los distintos grupos, a los
consejeros de Sanidad de todas las comunidades autónomas, a los
representantes de los colegios profesionales, a los de los sindicatos
y a las organizaciones empresariales del sector, y en principio la
respuesta ha sido profundamente positiva.

Esta legislatura tiene unas circunstancias muy distintas de las que
condicionaron la anterior. Creo que debemos y tenemos la obligación
de aprovecharlo, nos lo exigen unas nuevas realidades que avanzan de
forma inexorable. La evolución demográfica en España hace que el
número de españoles que por razones de edad demandan una mayor
asistencia sanitaria sea cada vez más alto. Un solo dato: en los
últimos diez años, el número de españoles con 65 años y más ha
aumentado en 1.350.000, que representa un 25 por ciento de
crecimiento. O buscamos entre todos las fórmulas para adaptar el
sistema a estas nuevas realidades o entrará en crisis.

La finalización del período de vigencia del actual sistema de
financiación de la sanidad pública el año próximo y el proceso de
transferencia de competencias



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en la gestión sanitaria a las comunidades autónomas que aún no lo
tienen refuerzan la necesidad de ese pacto. Quiero que se me entienda
bien. Lo que debe buscar ese pacto no es la sustitución o el derribo
del Sistema Nacional de Salud sino su adaptación, su mejora y su
consolidación. Tras más de veinte años de vida democrática y con
catorce años de vigencia de la Ley General de Sanidad, creo que todos
nos hemos descargado de prejuicios apriorísticos; por eso las
circunstancias son hoy más propicias para el entendimiento. A la
búsqueda del mismo les convoco y les invito.

Señorías, España va a afrontar en los próximos años del siglo un reto
histórico, situándose en los niveles de riqueza y bienestar social de
los países más avanzados de Europa. Esto nos va a exigir un gran
esfuerzo solidario, porque tanto en términos de renta per cápita como
en tasas de ocupación o desempleo, inversiones en investigación y
desarrollo o incorporación masiva de la mujer a la vida social y
laboral, por poner sólo unos ejemplos, todavía son amplias las
distancias que nos separan de esos países; las hemos acortado en los
últimos años, pero todavía son amplias. Sin embargo, en materia de
salud nuestra posición es perfectamente homologable, cuando no mejor,
que la de otros países punteros de la Unión Europea. No es cuestión
de cansarles con una serie de indicadores que ustedes conocen tan
bien como yo; quizás, por reciente, proceda citar el informe de la
Organización Mundial de la Salud, que sitúa a España como quinto país
del mundo con mayor esperanza de vida sana, precedida de Europa sólo
por Francia y Suecia. Es evidente que la salud de la población está
influida por factores que poco tienen que ver con la actividad
sanitaria: los hábitos alimentarios, la famosa dieta mediterránea, el
clima, el estilo de vida o el grado de cohesión familiar y social,
etcétera. Esa es una suerte que nos viene dada y que, en lo que está
en nuestras manos, debemos preservar. Pero sin una asistencia
sanitaria generalizada y eficaz, por muchos factores socioambientales
favorables que tuviéramos, sería imposible haber alcanzado esas
posiciones de privilegio en comparación con el resto de los países
del mundo. España dispone de un buen nivel de equipamiento, de unos
magníficos equipos profesionales y de una asignación de recursos
públicos que aunque no del todo suficiente, permite disfrutar a los
españoles de una asistencia sanitaria de calidad. Por tanto, en
materia de salud no tenemos que acortar distancias con los países más
avanzados, pero sí que mejorar posiciones día a día en los niveles de
calidad asistencial. Si los españoles viven más, nuestro objetivo
debe ser que el sistema les ayude a vivir mejor.

Sus señorías estarán de acuerdo conmigo en que tenemos un sistema de
salud que necesita ciertas mejoras que, sin afectar a sus bases
fundamentales definidas en la Ley General de Sanidad, permitan
avanzar en ciertos aspectos de organización, de gestión, de calidad,
de cooperación territorial y de garantías a los ciudadanos
en la provisión de los servicios; un Sistema Nacional de
Salud que responda con eficacia y calidad a las demandas y
necesidades; un Sistema Nacional de Salud en el que nuestros
profesionales, como principal activo y motor de la asistencia
sanitaria, recuperen el papel fundamental que les corresponde,
recuperen la ilusión por la labor que, llena de vocación y entrega,
realizan, y, para ello hemos de ser capaces de poner a su alcance
todos los instrumentos necesarios para que se sientan motivados; un
Sistema Nacional de Salud en el que el Ministerio de Sanidad y
Consumo desarrolle de una forma efectiva la función de coordinación
que le corresponde para garantizar la cooperación de todos.

Nos queda camino por recorrer, quedan aún pendientes algunas metas
para consolidar y modernizar el Sistema Nacional de Salud, pero estoy
convencida de que haciendo del diálogo político y social una práctica
habitual se conseguirá la cooperación activa de todos cuantos tenemos
responsabilidad o estamos vinculados al mundo de la sanidad y de que,
merced a dicha cooperación, podremos alcanzar dos grandes objetivos
en esta legislatura: lograr un sistema de servicios de salud
cohesionado y solidario, en el que no existan fallas o carencias que
posibiliten situaciones de exclusión o discriminación en algo tan
sensible como la salud de las personas, y avanzar en el proceso de
transferencias a las comunidades autónomas.

Como SS.SS. saben, las comunidades autónomas del territorio
gestionado actualmente por el Insalud han modificado ya sus estatutos
de autonomía estando, por tanto, en condiciones de recibir las
competencias correspondientes a la gestión de la asistencia
sanitaria. Por ello vamos a impulsar de manera decidida la
culminación del proceso de descentralización mediante una negociación
con cada una de las administraciones autonómicas que permita alcanzar
el acuerdo de traspaso que deberá ser necesariamente ratificado en el
seno de las comisiones mixtas de transferencias. Aunque nuestra
voluntad en este sentido está absolutamente decidida, nadie puede
desconocer que el traspaso de los servicios hoy a cargo del Insalud
es complejo, por el importante volumen de recursos económicos que
implican estas transferencias sanitarias y que suponen más de un
billón seiscientos mil millones de pesetas; porque a partir de los
numerosos documentos técnicos que se manejan es imprescindible el
diálogo y el consenso con los representantes autonómicos para
materializar cuantos aspectos comportan la transferencia, y porque el
proceso transferencial deberá ser negociado considerando el marco del
sistema de financiación que se adopte para el próximo cuatrienio, ya
que el actual, 1998-2001, se encuentra en su recta final. En este
sentido, puedo adelantar a SS.SS. que vamos a iniciar los trabajos
pertinentes a tal efecto.

En todo caso, queremos alcanzar la suficiencia financiera del sistema
teniendo en cuenta la prioridadque necesariamente tiene la salud y la
necesidad de asegurar



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la cohesión y la solidaridad interterritorial. Tendremos que pedir la
corresponsabilidad de las administraciones autonómicas en el
cumplimiento de la disciplina presupuestaria, sin perjuicio de que,
en base a las competencias que establecen los estatutos de autonomía,
los posibles ahorros conseguidos por mejoras en la gestión puedan
destinarse a cubrir otras necesidades sanitarias. Estas y otras
cualesquiera orientaciones en materia de financiación sanitaria
queremos que estén acompañadas de un constante y directo diálogo con
las administraciones autonómicas.

Señorías, la culminación del proceso de descentralización del sistema
sanitario va a configurar un nuevo marco en el que la cooperación y
la coordinación territorial requiere un reforzamiento del papel del
Consejo interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Por ello
pretendo potenciar este órgano como foro permanente de comunicación e
información de todos los servicios de salud de las comunidades
autónomas. Una prueba de nuestro propósito son los acuerdos
alcanzados en el seno de dicho Consejo interterritorial el pasado 6
de junio, donde se llegó a un consenso de los representantes de todas
las comunidades autónomas. En este acuerdo, sobre las listas de
espera, el Consejo interterritorial de Salud expresó con rotundidad
la necesidad de promover e instrumentar la colaboración entre las
administraciones sanitarias para conseguir la máxima rentabilidad
social de los recursos públicos; asumir compromisos para analizar la
organización de la actividad quirúrgica en todos los hospitales del
Sistema Nacional de Salud para adoptar en su caso las acciones
necesarias para incrementar la actividad, entre otras medidas,
mediante el fomento de la cirugía mayor ambulatoria, la mejora de los
rendimientos en jornada de mañana y la apertura de quirófanos por la
tarde, y asimismo se acordó constituir un grupo de trabajo formado
por expertos que elaborarán las propuestas técnicas para la
implantación, consolidación y seguimiento de los criterios de
actuaciones contenidas en dicho acuerdo; la necesidad de garantizar
una mejora de la efectividad con un uso adecuado de los recursos,
fundamentada en la medicina basada en la evidencia y orientada a
garantizar la equidad en el acceso a las prestaciones en el ámbito
del Sistema Nacional de Salud, aconsejando que se establezcan
criterios explícitos de indicación clínica, de inclusión y
priorización en las listas de espera, abordando a medio plazo las
relativas a consultas y medios diagnósticos; la participación de las
sociedades científicas para establecer criterios clínicos de
indicación e inclusión en lista de espera para definir los criterios
de priorización clínica para una misma patología y entre patologías
diferentes y para proponer tiempos máximos de espera por patologías;
analizar los factores que intervienen en la génesis de las listas de
espera y realizar propuestas de mejoras organizativas que contribuyan
a esa resolución; a ser posible, la libre elección de hospital,
comenzando
por intervenciones relacionadas con procesos de alta complejidad y
prioridad clínica.

Yo quiero agradecer -y acabo de terminar de leer el texto exacto del
acuerdo conseguido el 6 de junio por las comunidades autónomas en el
seno del Consejo- la actitud absolutamente dialogante de todos los
consejeros, con una postura de búsqueda de soluciones conjuntas para
un problema que es de todos. Creo que este acuerdo es un paso muy
importante y al mismo tiempo una muestra de que es posible consensuar
todas las acciones relacionadas con la promoción de la salud. Esta va
a ser mi intención durante estos cuatro años.

También guarda relación en cuanto les estoy señalando la reciente
creación de la Dirección General de Planificación Sanitaria. Es este
un instrumento de primer orden para la permanente modernización y
eficacia en la gestión del Sistema Nacional de Salud y para que se
tengan en cuenta con la necesaria antelación realidades emergentes
que van a condicionar nuestro futuro sanitario. Entre ellas querría
destacar el envejecimiento de la población; la aparición de nuevos
factores epidemiológicos; el avance de las nuevas tecnologías y de la
investigación científica; la movilidad geográfica; el proceso de
armonización de derechos en el seno de la Unión Europea; las nuevas
formas de organización social y familiar como consecuencia de la
mayor presencia de la mujer en la vida activa; el papel de las
personas que tienen algún tipo de discapacidad o minusvalía o el
fenómeno de la inmigración.

Por lo que se refiere a la atención sociosanitaria vamos a propiciar
la constitución de un foro en el que se cuente no sólo con la
colaboración de otros departamentos ministeriales, sino también y de
modo especial con las comunidades autónomas y con la Federación
Española de Municipios y Provincias. El fenómeno de la soledad, las
familias monoparentales, la atención hacia las personas mayores en su
propio hogar, la cooperación con quienes tienen en su familia
personas que padecen alguna discapacidad física o psíquica, el
Alzheimer y otras formas de demencia senil son otros tantos campos de
actuación en este terreno que van a exigir dedicación e imaginación.

Habrá que buscar fórmulas organizativas en las que humanización,
nuevas tecnologías, gestión adecuada de centros e instalaciones,
preparación de nuevas profesiones y dimensionamiento de los costes
serán otros tantos retos y otras tantas realidades y conquistas
sociales.

Dentro de este apartado quiero hacer una especial referencia a las
actuaciones previstas en el campo de atención a la mujer. Como SS.SS.

conocen bien, las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los
hombres. Sin embargo, estos años de más vienen a menudo condicionados
por enfermedades crónicas y degenerativas, pérdida de autonomía y
discapacidad. Por eso los problemas sanitarios que afectan a las
mujeres deben ser objeto de particular atención, especialmente las
enfermedades coronarias, el cáncer ginecológico,



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la menopausia y la depresión. Por ello vamos a impulsar los programas
preventivos, el diagnóstico precoz y el tratamiento frente a estas
enfermedades y patologías. Otro de los problemas de mayor incidencia
en la mujer, en este caso de la mujer joven, son la anorexia y la
bulimia. Para hacer frente a estos importantísimos problemas
sanitarios y sociales, además de las acciones ya en marcha, se van a
desarrollar programas de detección precoz y atención a los trastornos
de la conducta alimentaria a través de protocolos de actuación
conjunta en los niveles primarios y especializados de la atención
sanitaria. Vamos a intensificar la labor de los farmacéuticos en las
oficinas de farmacia extremando el control en la dispensación de
anorexígenos, laxantes, diuréticos y productos dietéticos. De otra
parte y por lo que respecta a los malos tratos, vamos a seguir
colaborando con otros departamentos ministeriales, comunidades
autónomas y demás agentes sociales en el establecimiento de líneas de
trabajo y en el desarrollo de protocolos para la atención
sociosanitaria de la mujer, de los ancianos y de los niños víctimas
de este terrible problema que toda la sociedad repudia.

Otro aspecto de especial interés lo constituye la donación y el
trasplante de órganos. Las actuaciones que se están siguiendo en
estos momentos por la Organización Nacional de Trasplantes están
produciendo magníficos resultados. Por lo tanto, en términos
generales, las iniciativas para el futuro no pueden ser otras sino
continuar el esfuerzo para incrementar las donaciones de órganos.

En el ámbito del Insalud, durante el período que resta hasta la
culminación del proceso de transferencias, se extenderá la fórmula de
gestión a los equipos de atención primaria ampliando el número de
centros de salud con horarios de mañana y tarde. Se ampliarán las
dotaciones de unidades de apoyo en los centros de salud, en
fisioterapia, salud buco-dental y pediatría en las zonas rurales con
bajo nivel de población infantil. Se potenciará la cirugía menor
ambulatoria, la atención domiciliaria con equipo de soporte, en
especial para enfermos crónicos, desarrollándose el programa de
cuidados paliativos. Se seguirá mejorando la atención especializada,
potenciando la coordinación con la atención primaria para lo que se
aprovecharán las posibilidades de las nuevas tecnologías de la
información y comunicación como las videoconferencias y la
transmisión de imágenes y datos electrónicos. Se seguirán impulsando
las alternativas a la hospitalización clásica como son los centros y
hospitales de día y la cirugía mayor ambulatoria. Se ampliarán en
horario de tarde las actividades en consulta, pruebas diagnósticas e
intervenciones quirúrgicas. Estableceremos el sistema de ventanilla
única y planes de acogida para los pacientes en hospitales. Se
extenderán los servicios del 061 a todas las comunidades autónomas.

En atención hospitalaria vamos a hacer un esfuerzo por mejorar todos
los hospitales de la red, especialmente en lo referente a la
efectividad de los mismos, la mejora de los procesos, la
corresponsabilidad de los profesionales sanitarios, los desarrollos
tecnológicos adecuados y en todo lo relacionado con las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación. En este sentido,
estamos negociando un acuerdo con el Ministerio de Ciencia y
Tecnología para desarrollar todos estos procesos. Seguiremos
invirtiendo en los recursos asignados para avanzar en la corrección
de los desequilibrios territoriales y, al mismo tiempo, se mantendrá
al día el equipamiento tecnológico. Seguiremos mejorando la equidad
del sistema acortando los tiempos para intervenciones quirúrgicas,
consultas y pruebas diagnósticas.

Como les señalaba al inicio, quiero que la calidad sea la seña de
identidad del sistema y para ello la Dirección General de
Planificación Sanitaria, el Consejo interterritorial y el Instituto
de Salud Carlos III van a dedicar tiempo y recursos para una nueva
puesta a punto del conjunto de prestaciones y servicios del Sistema
Nacional de Salud. Vamos a estar muy atentos a las experiencias
internacionales y a las que se han generado en nuestro propio país y
vamos a intentar estandarizar indicadores que todos podamos compartir
para que los ciudadanos se sientan cada vez más identificados y más
satisfechos con nuestro Sistema Nacional de Salud. Tenemos un sistema
que, pese a determinadas dificultades e imperfecciones, cuenta con
una de las más altas valoraciones por parte de la Organización
Mundial de la Salud.

En cuanto a la organización de centros y hospitales, vamos a impulsar
la introducción de nuevas formas de gestión, desde criterios de
flexibilidad y huyendo de cualquier dogmatismo organizativo. Lo más
importante deben ser los resultados, en términos de equidad, calidad
y eficiente gestión de los servicios, criterios que estarán, en todo
caso, presentes a la hora de implantar las mejores soluciones. Soy
sensible a la valoración de los logros que se hayan podido conseguir
en los distintos ámbitos territoriales y a poner encima de la mesa
también nuestras propias experiencias para, entre todos, buscar las
fórmulas que mejor se adecuen a cada caso.

Dada la importancia de la investigación como motor del desarrollo y
del bienestar social, se seguirán mejorando los medios y la dotación
del Instituto de Salud Carlos III, y dentro de él, de la Escuela
Nacional de Sanidad para reforzar su labor como órgano de apoyo
científico-técnico del Sistema Nacional de Salud. Para ello, entre
otras medidas, se va a poner a pleno rendimiento el Centro Nacional
de Investigaciones Oncológicas y se va a continuar con la labor
realizada para la constitución del Instituto de Investigaciones
Cardiovasculares. Prestaremos la atención debida a la medicina
molecular, otra de las posibles revoluciones silenciosas de nuestro
tiempo. La genética molecular cambiará en las próximas dos décadas la
forma que tenemos de entender y practicar la medicina, la predicción



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de la enfermedad, nuevas posibilidades diagnósticas y nuevas
alternativas terapéuticas; por ello impulsaremos la investigación
básica y aplicada en este campo estableciendo un estricto control en
el uso de protocolos clínicos.

El Ministerio de Sanidad se propone conceder una especial prioridad a
la implantación de las tecnologías de la información y comunicación
con objeto de conseguir un funcionamiento interno más eficiente y
mejorar la relación con los beneficiarios de los servicios de salud.

En especial, el Ministerio de Sanidad colaborará estrechamente con el
Ministerio de Ciencia y Tecnología en las actividades siguientes: el
desarrollo de proyectos de tecnología e innovación en materia de
telemedicina, con el fin de mejorar el acceso a los recursos
sanitarios en todos los puntos del territorio, y de teleasistencia,
que permita la asistencia sanitaria a domicilio de los enfermos
crónicos y de las personas mayores; el desarrollo de sistemas de
información destinados a la mejora de la gestión en las áreas de
salud, que permitan el almacenamiento y acceso, en forma electrónica,
de los historiales clínicos y que faciliten la asignación de recursos
de asistencia sanitaria y de diagnóstico; el desarrollo de
aplicaciones que faciliten la explotación de una potente red nacional
de salud pública en la que la información de carácter epidemiológico
de técnicas sanitarias sobre tratamientos avanzados, etcétera, esté a
disposición, de una forma sencilla, de todos los organismos y
profesionales relacionados con la salud en España; se desarrollarán
sistemas de gestión del conocimiento, motores de búsqueda, sistema de
expertos, que optimicen el acceso a la información; el desarrollo
y la puesta en marcha de la receta médica electrónica, como herramienta
de gestión de las prescripciones y del consumo farmacéutico. En todas
estas actividades resulta clave la colaboración con las consejerías
de Sanidad de las comunidades autónomas y con los diferentes
organismos que componen el Sistema Nacional de Salud. Los resultados
obtenidos de este conjunto de actividades de desarrollo constituirán
las base para un ambicioso conjunto de objetivos de implantación de
la sociedad de la información en la sanidad española. También está la
puesta en marcha del Intranet en todas las áreas de salud española, a
las que se podrán conectar todos los agentes implicados, incluidos
los profesionales de la sanidad. En estas redes se integrarán las
historias clínicas, la gestión interna de los servicios sanitarios y
la intercomunicación entre unidades y profesionales. Otras
actividades serán la implantación del sistema de tramitación e
información de Internet en cada área de salud, para que haciendo uso
del mismo los ciudadanos puedan concertar citas, recibir información
sanitaria, etcétera; la puesta en marcha de una red nacional de salud
pública que interconecte el Instituto de Salud Carlos III, el
Instituto Nacional de Epidemiología y otros organismos dependientes
del Ministerio de Sanidad con los correspondientes organismos de las
comunidades autónomas, con objeto de realizar seguimientos
epidemiológicos e intercambiar información de interés para la sanidad
y la salud pública. Queremos que todos los ciudadanos españoles, con
independencia de la comunidad autónoma en la que residan o en la que
se encuentren, tengan una forma de identificación propia de los
tiempos en que vivimos, y ello porque en el siglo XXI, en la sociedad
de la información, parece más que necesario disponer de una tarjeta
de identificación compartida con las comunidades autónomas y con el
conjunto del sistema de protección social de España que sirva como
llave de entrada a los sistemas de información.




Otro de los temas que a todos los que tenemos responsabilidades en la
sanidad nos preocupa es el gasto público farmacéutico. En España
continúa siendo una de las variables que más presionan sobre el gasto
sanitario total, provocando tasas de crecimiento superiores a las
variaciones del producto interior bruto nominal. Tenemos que
marcarnos como objetivo frenar el crecimiento del gasto sanitario sin
poner en riesgo la calidad de la asistencia. Soy consciente de que
este objetivo no es fácil de conseguir, ya que debe estar en sintonía
con el necesario estímulo a la investigación e innovación
farmacéutica y con el desarrollo y consolidación de este sector
productivo en nuestro país. No obstante, seguiremos trabajando por la
racionalización en el uso del medicamento, con una política en la que
la prestación por este concepto siga siendo de la máxima calidad,
pero de forma que se atemperen sensiblemente los incrementos de
costes que, dentro del gasto sanitario, representa el gasto
farmacéutico. Sabemos que para la racionalización del gasto
farmacéutico no basta con medidas en la distribución o en la
dispensación; habrá que contemplar también otras cuestiones, como la
promoción publicitaria o la extensión de la política de genéricos.

Para esta última, el desarrollo del sistema de precios de referencia
será una herramienta fundamental. Nos proponemos mantener un diálogo
continuo y fluido con las industrias farmacéuticas, los almacenes de
distribución y las oficinas de farmacia con el fin de propiciar un
marco estable que garantice, junto con la moderación del crecimiento
del gasto farmacéutico, los legítimos intereses de los sectores
afectados. Por supuesto, un diálogo de esta naturaleza también se
desarrollará con los médicos, factores esenciales en la
racionalización del gasto farmacéutico. Sin una decidida colaboración
de los mismos en esta materia nada será posible.

Señorías, uno de los aspectos fundamentales del Sistema Nacional de
Salud son los recursos humanos. Ellos son nuestro principal activo y
el elemento estratégico fundamental para el buen funcionamiento de la
sanidad. Tenemos más de 50 colectivos diferentes, cada uno con sus
características y peculiaridades propias de la labor y función que
realizan. Por ello y por razón del tiempo de que dispongo, voy a
exponer únicamente lo



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que me parece más destacable según las líneas previstas. Vamos a
impulsar la ordenación de las profesiones sanitarias y la elaboración
y aprobación de un marco común en el que se establezcan las
condiciones del ejercicio profesional en el Sistema Nacional de
Salud. Tenemos que profundizar en un nuevo modelo de relaciones
profesionales mediante un proceso de negociación con todos los
agentes y sectores, bajo unas directrices claras que tendrían, entre
otros, los siguientes objetivos operativos: mejorar el régimen de
dedicación, promover los incentivos a la actividad, a la formación
y a la calidad; en definitiva, queremos impulsar la política de
recursos humanos dentro del sistema haciendo uso de la motivación de
los profesionales y de la voluntad permanente de cualificación y
formación, notas constantes en todas nuestras actuaciones.

En el ámbito de la formación especializada, el prestigioso
y prestigiado sistema MIR, nuestras actuaciones van a ir dirigidas en
cuatro frentes fundamentales. En primer lugar, dedicación intensa a
los problemas que hoy existen de desajustes entre la formación pre y
posgraduados, que se ha traducido en bolsas de paro y frustraciones
profesionales. A tal fin, la colaboración con el mundo universitario
y con el Ministerio de Educación, así como con las autoridades
competentes de las comunidades autónomas, será una herramienta
indispensable. Entre todos deberemos realizar un ejercicio de
responsabilidad a la hora de ordenar el ingreso en las profesiones
sanitarias; asimismo, deberemos realizar los esfuerzos precisos para
facilitar la formación posgrado, cumpliendo las normas comunitarias y
haciéndolo con sensibilidad para tratar de evitar dificultades a la
hora de tener oportunidades reales de empleo; por ello estamos
dispuestos a hablar con todos los colectivos interesados. En segundo
lugar, es imprescindible que los contenidos de las especialidades,
así como las formas y los programas de la formación continuada, se
adecuen a las necesidades de los nuevos tiempos. Para ello habrá que
trabajar en común con el Consejo Nacional de Especialidades Médicas y
con las comisiones nacionales correspondientes. En tercer lugar,
perfeccionaremos el proceso de evaluación de la formación
especializada, resaltando el papel que en la misma deben jugar las
comisiones de docencia y los tutores, potenciando las auditorías
docentes de centros hospitalarios y servicios, así como la evaluación
externa.

Señorías, en la nueva estructura con la que se ha dotado el
Ministerio de Sanidad y Consumo, con la creación de la Dirección
General de Salud Pública y Consumo se ha plasmado de manera formal la
necesidad de hacer frente a los nuevos riesgos que están apareciendo
a través del consumo en el ámbito de la salud. Por ejemplo, la
seguridad alimentaria es una demanda legítima de los consumidores. El
consumidor no admite, como es lógico, que un hecho tan natural, una
necesidad tan vital como es alimentarse entrañe más riesgos
que cualquier otra actividad de su vida diaria, y rechaza igualmente
cualquier tipo de fraude. La seguridad en el consumo de alimentos
tiene que gestionarse como una prioridad absoluta para el ciudadano
consumidor, que además debe tener la constancia y seguridad de que se
trabaja para él. Queremos adelantarnos en el cumplimiento de nuestros
compromisos comunitarios con la creación de una agencia de seguridad
alimentaria y lo queremos hacer en colaboración con todos los
sectores interesados y en sintonía con las líneas que orientarán la
futura agencia europea de la seguridad alimentaria. La promoción y
protección de la salud de los españoles puede mejorarse controlando
los factores ambientales que determinan la salud. En este sentido,
además de mantener, perfeccionar y completar los sistemas de
información epidemiológica existentes, se potenciará la red nacional
de vigilancia, inspección y control de productos químicos y se
impulsará el sistema de intercambio rápido de información entre ese
departamento y las consejerías de Sanidad de las comunidades
autónomas, a fin de lograr los niveles de eficacia, rapidez y
agilidad imprescindibles.

Vamos a impulsar de manera decidida y en coordinación con las
comunidades autónomas y organismos internacionales la lucha contra
las enfermedades infecciosas, favoreciendo el desarrollo de
iniciativas como los tratamientos directamente observados para la
tuberculosis o el desarrollo de nuevas vacunas. Asimismo considero de
gran importancia desarrollar programas y acciones que contribuyan a
una educación y cultura que faciliten la prevención de las
enfermedades y que potencien usos y hábitos favorables a la salud. Se
impulsarán las actividades de promoción de la salud y de prevención
de los factores de riesgo, con especial atención a la disminución del
consumo de tabaco y alcohol, sobre todo en el sector de los jóvenes,
mediante campañas informativas, potenciando la educación para la
salud e incorporando a nuestro ordenamiento jurídico las directivas
comunitarias que regulan estas materias. Seremos decididos en
actuaciones de carácter preventivo en las siguientes áreas
prioritarias: cardiovascular, cáncer, enfermedades de transmisión
sexual, accidentes de tráfico y enfermedades profesionales. Una
acción de singular importancia será, dentro de este ámbito, la
defensa y promoción de la salud laboral y ambiental. Para ello
potenciaremos la estructura del Ministerio de Sanidad y Consumo y
colaboraremos activamente con las organizaciones sindicales y
empresariales y con las autoridades laborales y autonómicas para
luchar contra los accidentes de trabajo y sus secuelas para la salud,
así como contra cualquier manifestación de las enfermedades
profesionales.

El Instituto de Salud Carlos III y el Instituto de Medicina
y Seguridad en el Trabajo tendrán que aunar sus proyectos para ser más
útiles en esta tarea. Soy consciente de que la falta del médico de
trabajo y la insuficiente dotación de estos profesionales y de la
enfermería



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especializada en este terreno nos va a obligar a buscar soluciones
con la mayor urgencia en cooperación con el Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales.

Señorías, no quiero omitir una referencia al problema del sida.

Afortunadamente, las medidas de prevención adoptadas están dando
resultados satisfactorios. Aun siendo conscientes de que el sida
continúa como un gran problema de salud pública, hemos de reconocer
que el esfuerzo realizado en nuestro país en materia de prevención ha
permitido una inversión en la tendencia en la aparición de nuevos
casos. Así, en el año 1994 se registraron 7.267 casos nuevos y fue el
año de mayor incidencia; en 1998 el número se redujo a 3.521 casos
y el pasado año el número de casos no llegó a 3.000. Vamos a insistir
en los programas de prevención de la transmisión y reducción de
riesgos asociados al uso de drogas por vía intravenosa y vamos a
elaborar un nuevo plan de movilización multisectorial para el período
2001-2005 que será consensuado también con las diferentes
administraciones y agentes sociales que están trabajando en esta
área.

Para mí, señorías, los temas de consumo tienen una gran importancia.

Ya señalé en mi toma de posesión que consideraba el segundo apellido
del Ministerio del mismo rango y trascendencia que el primero. En una
sociedad globalizada, en la que progresivamente van desapareciendo
las fronteras, en la que el comercio de bienes y servicios ha
adquirido una dimensión supranacional, garantizar los derechos de los
consumidores constituye una acción política de primer orden. Dicho de
otra forma, no es posible tener una economía sana y competitiva sin
un consumidor exigente, bien informado y que conoce y hace valer sus
derechos. Señorías, consumidores lo somos todos. Por ello, nos
proponemos incrementar el nivel de protección de los consumidores,
reforzar el sistema de derechos y garantías de los usuarios de bienes
y servicios y, en definitiva, conseguir una mayor participación y
protagonismo de los ciudadanos. Todo ello, como es lógico, en el
marco de lo establecido en la Unión Europea y en el propio reparto de
competencias entre los diferentes niveles de la Administración
española. En consecuencia, quiero impulsar en primer lugar el papel
del Instituto Nacional de Consumo como órgano de apoyo a las
comunidades autónomas, ayuntamientos y organizaciones de consumidores
y usuarios. En segundo lugar, colaborar en el desarrollo de las
medidas y líneas de trabajo ya previstas y aprobadas entre el Estado
y las administraciones autonómicas en el Plan estratégico de
protección al consumidor para el período 1998-2001, actualizado
recientemente con el Plan de acción sobre política de los
consumidores 1999-2000 adoptado por la Comisión Europea.

Señorías, como resumen a lo señalado en esta comparecencia, la
política sanitaria y de consumo del departamento podría resumirse en
las siguientes líneas de trabajo y objetivos: La negociación de un
pacto por
la sanidad que venga a hacer posible la cooperación activa de todos a
la hora de resolver los problemas que tiene planteados el Sistema
Nacional de Salud; culminar el proceso de transferencias; hacer de la
planificación sanitaria un instrumento de primer orden para la
permanente modernización y eficacia en la gestión del Sistema
Nacional de Salud; la negociación de un acuerdo económico para seguir
consolidando una financiación suficiente y razonable del Sistema
Nacional de Salud; el impulso a la política de recursos humanos
dentro del Sistema, haciendo de la motivación de los profesionales y
de la voluntad permanente de formación y cualificación una norma
constante en todas nuestras actuaciones; contener el crecimiento del
gasto farmacéutico y potenciar los programas de uso racional del
medicamento.

Hay, pues, una agenda densa para trabajar juntos durante estos cuatro
años. Trabajar juntos dialogando en el Congreso de los Diputados.

Trabajar juntos con las comunidades autónomas, en especial en el seno
del Consejo interterritorial. Trabajar juntos con los interlocutores
sociales y en general con los distintos representantes de la sanidad
y de los consumidores y usuarios. Trabajar juntos para mejorar el
Estado del bienestar y la protección social de los ciudadanos. El
diálogo que ofrecemos es un diálogo abierto, un diálogo que no tiene
más límites que el bienestar de los ciudadanos y el cumplimiento de
los mandatos constitucionales.




Señorías, agradezco la atención que me han dedicado y a partir de
este momento quedo a su disposición para cuantas preguntas o
aclaraciones quieran plantearme.

Muchas gracias, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra. Como saben SS.

SS., el Reglamento contempla un receso por un tiempo prudencial para
que los distintos portavoces organicen sus datos y sus fichas para el
debate posterior. Así pues, si les parece, vamos a interrumpir la
Comisión por un tiempo de cinco minutos.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE: Señorías, les ruego ocupen sus escaños.

Como saben SS.SS., por el orden del día que obra en su poder, esta
comparecencia de la señora ministra tiene lugar a petición propia y a
solicitud del Grupo Parlamentario Socialista, del Grupo Parlamentario
Mixto y del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió.)



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Según la costumbre y de acuerdo con el Reglamento, tiene la palabra
en primer lugar la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
señora Valentín.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Señor presidente, señora ministra, en
nombre de mi grupo parlamentario, PSOE-progresistas, le doy la
bienvenida a esta Comisión y le agradezco su exposición.

Respecto a su oferta de diálogo, quiero que sepa que mi grupo está
dispuesto a trabajar por todo aquello que signifique mejorar y
perfeccionar el modelo sanitario público, pero no sólo para alcanzar
una mayor productividad, rentabilidad o efectividad -resultados
importantes para legitimar socialmente los servicios públicos- sino,
sobre todo, porque quiere contribuir a que el mundo del futuro sea
más igual, la sociedad más habitable y las relaciones entre las
personas más amables, constructivas y solidarias. Pero la experiencia
de los últimos cuatro años nos hace mantener grandes reservas en
cuanto a la oferta de pacto que ha hecho usted aquí esta mañana. En
1996, tras la toma de posesión del Gobierno del Partido Popular, se
constituyó en el Congreso de los Diputados la subcomisión para
mejorar y consolidar el Sistema Nacional de Salud. En el momento en
que ésta empezaba a trabajar, el Gobierno empezó a dictar decretos
sobre aspectos fundamentales del Sistema Nacional de Salud sin
esperar a las resoluciones de dicha subcomisión. Por tanto, desde mi
grupo le pedimos que demuestre con hechos la declaración de buenas
intenciones que usted ha manifestado aquí esta mañana.

Quiero empezar mi intervención sentando una premisa. Señora ministra,
mi grupo no comparte el análisis que restringe la problemática de los
sistemas sanitarios en los países desarrollados, y concretamente en
la Unión Europea, al crecimiento de los costes. Las lecturas
exclusivamente monetaristas, abanderadas por los detractores de lo
público, están abriendo incertidumbres y riesgos para el ejercicio de
los derechos sociales. En mi opinión, y sin menospreciar la
importancia del desfase entre unos recursos limitados y unas demandas
infinitas, estamos obligados a mirar más lejos, buscando alternativas
más allá del corto plazo que nos permitan una buena situación de
partida para el próximo milenio, sobre todo y ante todo por los
millones de ciudadanos españoles que tienen como única cobertura
sanitaria la pública.

Hay que aceptar la importancia que tiene hacer bien las cosas, buscar
una mayor eficacia o conseguir la máxima efectividad de la
organización sanitaria para que los ciudadanos, únicos destinatarios
de las políticas públicas, puedan sentirse seguros ante la protección
de su salud, la prevención de la enfermedad o una asistencia
sanitaria adecuada en caso de que fuera necesario. Es tan importante
ofrecer alternativas a las nuevas necesidades como tener conciencia
de que hay que preservar lo que está bien hecho. No podemos permitirnos
que por querer innovar acabemos restando solidez a los
principios del Sistema Nacional de Salud: la cobertura universal, la
financiación pública suficiente a través de impuestos, el
aseguramiento público y único, la gestión pública, el carácter
integral y la provisión mayoritariamente pública.

Sentado este principio, me gustaría, con respecto a la financiación
sanitaria, hacer también alguna alusión sobre cuestiones más
concretas. Tanto la Constitución como la Ley General de Sanidad
establecen que en todo el territorio nacional se ha de poder acceder
a las prestaciones sanitarias en condiciones de igualdad efectiva,
que los poderes públicos tienen que orientar sus políticas de gasto
sanitario para corregir las desigualdades sanitarias y garantizar la
igualdad de acceso a los servicios y que la asignación de recursos
financieros tiene que tener en cuenta no solamente la población
asistida, sino las inversiones sanitarias a realizar para corregir
las desigualdades territoriales. Este mandato de la Ley General de
Sanidad no se respetó en el modelo de financiación del año 1997. Los
fondos adicionales se repartieron de una forma absolutamente
arbitraria e injusta. El Fondo de asistencia hospitalaria, dotado con
48.000 millones de pesetas, se distribuyó de forma que una sola
comunidad autónoma recibió más de 23.000 millones, casi un 50 por
ciento, y al Insaludgestión directa, con diez comunidades, entre
ellas Madrid, le correspondió la insignificante cantidad de 5.500
millones. Si este fondo compensaba la asistencia a desplazados y la
docencia, ¿nos puede explicar la señora ministra, ya que no lo
conseguimos de su antecesor, los enfermos desplazados que atiende
cada comunidad autónoma y qué justifica esta distribución? ¿Nos puede
explicar, en cuanto a la docencia, la diferencia para establecer esta
financiación? Señora ministra, no me responda que sólo el 2 por
ciento de la financiación total se distribuye sobre la base de fondos
adicionales y el resto se hace en función de la población protegida,
porque cada décima, según el presupuesto de 1998, ascendía a 3.800
millones de pesetas.

También se contemplaba como incremento de los fondos de financiación
los que provenían o los que se iban a conseguir del ahorro
farmacéutico, 65.000 millones, y del control de la incapacidad
temporal, 40.000 millones. Con el ahorro farmacéutico, según nos
relataba su antecesor, el señor Romay Beccaría, iban a construir
ustedes centros de salud, hospitales, iban a adquirir alta
tecnología; pero se rompió el cántaro como en el cuento de La lechera
y ese dinero virtual no se ha visto nunca. Pero quizá usted, señora
ministra, nos pueda dar información de cuántos miles de millones de
pesetas de ahorro se han producido en la factura farmacéutica y en
qué mejoras ha revertido.

El acuerdo de financiación de 1997 además supone un menor esfuerzo en
términos porcentuales sobre el producto interior bruto que el de
1994. El incrementomedio de 1992 a 1996 fue del 4,83 por ciento sobre
el



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PIB y el de 1996 a 1999 ha supuesto un 4,6 por ciento. Señora
ministra, dado que el modelo de financiación agota su vigencia en el
año 2001, queremos saber las líneas básicas del modelo para el
período siguiente por parte del Ministerio de Sanidad. ¿Conoce ya el
déficit real del Sistema Nacional de Salud, tanto Insalud-gestión
directa como el de las comunidades autónomas transferidas? ¿Qué
incrementos de recursos se prevén? ¿Con qué criterios se va a hacer
la distribución? Queremos subrayar que en momentos de bonanza
económica nuestro país, en relación con la riqueza que genera, puede
destinar más dinero a la sanidad. En la Unión Europea el gasto
sanitario público en relación con el PIB asciende al 6,6 por ciento y
en España se sitúa en el 5,6 por ciento. Estamos un punto por debajo
de la media de la Unión Europea y tenemos margen de crecimiento. El
Gobierno de la nación está obligado a establecer un presupuesto
suficiente para que todos los españoles puedan beneficiarse de una
atención a la salud de calidad.

Con respecto a las transferencias, que me da la sensación de que ha
pasado usted muy de puntillas sobre este tema, en el año 1996 el
anterior ministro anunció en su comparecencia en esta misma Comisión
que durante aquella legislatura, o como mucho al comienzo de ésta, se
terminaría el proceso transferencial a las diez comunidades autónomas
que todavía están pendientes. En octubre de 1999 el secretario de
Estado de Administraciones Públicas, ante la Comisión General de
Autonomías del Senado, manifestó que se iban a constituir
inmediatamente las ponencias técnicas para iniciar el traspaso. Hasta
este momento, a pesar de la petición formal de algunas comunidades
autónomas desde hace más de dos años, no ha habido respuesta alguna
por parte de su Gobierno. En la comparecencia que hace unos días tuvo
el ministro de Administraciones Públicas en la Comisión del Congreso
dio plazos concretos para transferir competencias pendientes:
políticas activas de empleo y justicia. Sin embargo, con respecto al
Insalud, volvió a repetir la misma cantinela: la dificultad del
proceso transferencial y que se llevarían a cabo a lo largo de la
legislatura, aunque quedarían algunos flecos pendientes para la
siguiente.

Señora ministra, nos suena la letra y nos suena la música. Ya está
bien de demorar sin justificar la asunción de competencias sanitarias
por las comunidades autónomas que han demostrado sobradamente su
madurez y su mayoría de edad. Desde 1994 que se transfirió a
Canarias, el proceso está totalmente paralizado. El Insalud es un
gestor provisional e interino y no puede seguir decidiendo las
prioridades asistenciales y la organización de los servicios de las
distintas comunidades autónomas. Señora ministra, ponga plazo para
iniciar el proceso de negociación y contemple el traspaso en el
modelo de financiación que comenzará su vigencia a partir del 1 de
enero de 2002. Los gobiernos de las comunidades autónomas tienen que
participar
con voz y con voto en todas aquellas decisiones que afectan a los
grandes temas sanitarios. No quieren seguir estando representadas ni
por el Ministerio de Sanidad ni por el Ministerio de Economía.

Transfiera ya, señora ministra, y déjese de jugar con experimentos de
gestión impuestos y no aceptados por los gobiernos autónomos, que en
breve serán los responsables de organizar la gestión de sus propios
servicios sanitarios.

Con respecto a la política farmacéutica, nos gustaría conocer más
concretamente cuáles van a ser las líneas de actuación de su
departamento, tanto desde la vertiente del gasto como desde la
distribución y dispensación. A pesar de las medidas de ahorro
introducidas por su antecesor, el incremento del gasto en recetas
desde 1995 a 1999 se acerca casi al 50 por ciento. Al recetazo de
1998, que significó la exclusión de la financiación pública de 835
medicamentos seguros, eficaces y con utilidad terapéutica, según
manifestaciones del anterior ministro, se unió la modificación de la
Ley del Medicamento para dejar precio libre a los fármacos excluidos
de la financiación pública y con la posibilidad de recetarse por los
médicos del sistema, con lo que se carga el peso de esta medida
exclusivamente al bolsillo de los ciudadanos. Cuando el Partido
Popular estaba en la oposición se comprometió a reintegrar a la
financiación pública hasta las jeringuillas, según decía Fernández
Miranda. El propio Presidente del Gobierno cuando estaba en la
oposición y en relación con el decreto de financiación selectiva
decía que no es de recibo que haya pensionistas sin medicinas
gratuitas. A pesar de estas medidas, señora ministra, la factura
sigue incrementándose, con lo que el gasto farmacéutico en los
Presupuestos Generales del Estado de 2000 supone más del 22 por
ciento del total del gasto del Insalud; es la partida, junto con los
conciertos, que más crece anualmente desde el punto de vista
presupuestario.

Planifiquen las actuaciones en política farmacéutica teniendo como
objetivo central al ciudadano y no pongan parches que están generando
mucha tensión en el sistema. Hagan posible que se pueda recetar por
principios activos; desarrolle los precios de referencia; adecuen las
dosis a los tratamientos; revisen el valor terapéutico de los
medicamentos disponibles para adaptarlos a los avances científicos,
pero no retiren con criterios exclusivamente económicos de la
financiación pública medicamentos necesarios; informen a los
profesionales sobre la utilidad y eficacia de los distintos productos
farmacéuticos; mantengan diálogo permanente con los agentes del
sector y lleven sobre todo una política de educación para la salud,
incidiendo en aquellos colectivos más vulnerables para que hagan un
uso racional del medicamento.Por último, quisiéramos conocer su
criterio sobre las recomendaciones del Tribunal de la Competencia y
del Fondo Monetario Internacional, que aconseja a España una mayor
liberalizacióncon respecto a las oficinas de farmacia.




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En relación con los servicios sanitarios, señora ministra, cada vez
hay una mayor demanda social de recursos, que escapan exclusivamente
a la asistencia sanitaria, para personas que necesitan más cuidados
que curación, que necesitan soluciones a problemas científicamente
imposibles de resolver como son los enfermos terminales crónicos,
demencias seniles, entre ellas el Alzheimer, y para personas que
tienen necesidades no derivadas de una patología, sino de un hecho
fisiológico natural como es el hacerse viejo. Una sociedad que quiere
ser solidaria tiene que buscar el bienestar solidariamente, aportando
el equilibrio entre la acción directa y el apoyo a las familias.

Hasta este momento las demandas sociosanitarias han sido cubiertas
fundamentalmente por los hospitales de agudos y sobre todo por las
familias, sobre las que recae directamente el peso de estos cuidados,
y dentro de éstas en las mujeres, con el papel de cuidadoras que
tradicionalmente se nos ha adjudicado. Al Grupo Socialista le
gustaría que detallara más las actuaciones que con respecto a este
tema piensa llevar a cabo el Ministerio de Sanidad junto con otros
departamentos competentes en la materia.

Y si nos preocupa lo sociosanitario, no menor preocupación nos
produce la situación de los enfermos mentales, respecto a los cuales
no he escuchado ninguna alusión en su intervención. Es absolutamente
imprescindible un plan nacional de salud mental, que ya propuso el
Grupo Socialista en la pasada legislatura y que fue rechazado por el
Grupo Parlamentario del Partido Popular, para coordinar las
actuaciones, los servicios que se ponen a disposición de este tipo de
enfermos y sobre todo para que el Insalud, hasta que transfiera la
gestión de la asistencia sanitaria, ponga en marcha los mecanismos
suficientes para que estos enfermos reciban una asistencia sanitaria
adecuada a su problema. Y les rogaría que se tomen en serio este tema
para que desde los dispositivos del Insalud, con profesionales en
número suficiente, a través de las unidades de agudos, hospitales de
día, tanto infantiles como juveniles, se pueda prestar esta atención
necesaria que la dignidad de estas personas merece. Se necesitan
medios suficientes y coordinación con las demás administraciones, al
menos hasta que se transfiera la gestión de la asistencia sanitaria,
y a nivel nacional la coordinación de ese plan nacional.

Anorexia y bulimia. Señora ministra, no son suficientes, para tratar
estas enfermedades que afectan cada vez a gente más joven, soluciones
como las que están ustedes poniendo en marcha, que consisten en
colocar cuatro camas en la unidad de agudos de un hospital, sino que
se necesitan profesionales especializados, alguna unidad específica
en cada comunidad autónoma e ingreso en las plantas de pediatría o de
medicina interna. Al menos éstas son algunas de las alternativas que
los especialistas en la materia están
proponiendo, todo ello acompañado de políticas preventivas
necesarias.

Con respecto a la política de personal, nos gustaría saber cuándo
tiene su departamento previsto definir el marco de relaciones
laborales del personal, cuándo se va a aprobar el estatuto marco,
cuándo se va a desarrollar la carrera profesional de enfermería y qué
solución va a adoptar el Insalud con respecto a la oferta pública de
empleo, que está paralizada desde 1997 y tiene a miles de personas en
el aire, sin saber dónde podrán acabar.

Con respecto a la salud pública, señora ministra, ante todo quiero
poner de manifiesto la falta de autoridad sanitaria y la ausencia de
coordinación de las políticas de salud que el Ministerio de Sanidad
ha demostrado en los últimos cuatro años el papel subsidiario del
Ministerio como autoridad sanitaria en las políticas relacionadas con
el tabaco, o ante el incremento de accidentes laborales o de tráfico,
o ante la alarma social que se generó en 1987 como consecuencia de
los casos de meningitis, o con respecto al problema planteado de la
nueva vacuna de la meningitis sin la coordinación necesaria por parte
del Ministerio, ponen de manifiesto la necesidad de un liderazgo
social en sanidad.

Señora ministra, al Grupo Parlamentario Socialista le gustaría saber
algo más sobre el anuncio que el ministro de Agricultura hizo ante la
Comisión correspondiente hace escasos días, y al que usted también
hacía alusión, acerca de la creación de la Agencia nacional de
seguridad de los alimentos. ¿Qué funciones va a tener? ¿De qué
Ministerio va a depender, de Sanidad, de Agricultura? Señora
ministra, nuestro grupo piensa que si todo lo relacionado con la
calidad y seguridad de los alimentos depende del Ministerio de
Sanidad, hay unos perdedores seguros que son los ciudadanos como
consumidores.

Con respecto al plan estratégico.




El señor PRESIDENTE: Señora Valentín, le ruego que vaya resumiendo.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Señor presidente, le rogaría que fuera
flexible, porque es la primera comparecencia de la ministra y el poco
tiempo concedido hace que no podamos abordar todas aquellas
cuestiones que nos preocupan, no como grupo, sino por los ciudadanos
a los que estamos representando.




El señor PRESIDENTE: Señora Valentín, estoy totalmente de acuerdo,
pero el Reglamento contempla diez minutos de tiempo por intervención,
usted ha consumido exactamente en este momento 20 minutos. La
generosidad del presidente creo que está demostrada. Lo único que le
pido ahora es que vaya resumiendo. Dentro de poco tiempo le tendré
que decir que termine.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Termino inmediatamente.




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¿El plan estratégico del Insalud sigue en vigor? No se ha hecho
ninguna mención. ¿Qué pasa con la ley del año 1997 sobre nuevas
formas de gestión, aprobada con un amplio consenso? ¿En qué situación
se encuentra el Centro Nacional de Investigación Oncológica,? qué
presupuesto tiene, cómo se financia, qué resultados está obteniendo?
Con respecto a las listas de espera, señora ministra, los ciudadanos
tenemos derecho a saber el número de personas que están en lista de
espera quirúrgica por patologías, por consultas en cuanto a
especialistas y para pruebas diagnósticas, así como el tiempo máximo
de demora que tienen que esperar para acceder a cualquier tipo de
servicios. Pero, antes de poner soluciones al problema, hay que
conocer la realidad en que nos movemos y en este momento no se
conocen, al menos por parte de la portavoz del Grupo Socialista, los
medios con los que se va a poner en marcha el plan de choque
anunciado por parte de la señora ministra ni el momento, puesto que
hoy 13 de junio era el día anunciado para la puesta en marcha.

Termino haciendo una breve referencia a la consolidación de los
servicios públicos de consumo, a la potenciación del sistema
arbitral, a los programas de información para que la moneda única no
sea un instrumento de desequilibrio social, a la transparencia en el
mercado para protección de los consumidores y a la mayor
participación ciudadana.

Señora ministra, son muchos los temas, como ve, que nos preocupan
porque afectan directamente a los ciudadanos, y quiero que sepa que
en todo aquello que suponga mejorar sin destruir lo conseguido nos
puede encontrar en el camino del diálogo, pero si los pasos que se
dan se dirigen a minimizar el Sistema Nacional de Salud, en defensa y
protección de los millones de ciudadanos españoles que dependen, como
decía antes, exclusivamente de los sistemas sanitarios, nos tendrá en
contra.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA I BEN: Señor ministra, en nombre de mi grupo
parlamentario quiero darle nuestra más cordial bienvenida en esta
primera comparecencia que efectúa como nueva ministra en la Comisión
de Sanidad.

Voy a intentar ceñirme al guión que la señora ministra ha seguido en
su intervención, porque nos parece que quizá una buena manera de
manifestar la voluntad de diálogo es, más que venir con un discurso
prefijado, basarse en lo que usted ha dicho en ésta su primera
comparecencia. Por lo tanto, me va a perdonar que quizá la
intervención no sea muy florida, aunque procuraré que sea sobre los
aspectos puntuales que usted ha señalado.

Para empezar, usted ha dicho que viene con una buena disposición para
con todos y, de alguna manera, ha recordado su condición de ex
diputada como prueba del valor y aprecio que usted tiene por la
Cámara. Pues bien, ministra, muchísimas gracias, porque nosotros
estamos convencidos de que dirige usted uno de los ministerios más
importantes que puede tener cualquier gobierno, un ministerio que
atañe -más que ninguno quizá y de manera muy primordial- directamente
a las personas, que afecta en un momento de la vida a cualquiera de
los ciudadanos de este país y que, por lo tanto, requiere de una
sensibilidad muy especial, porque todo el mundo es usuario de la
sanidad en un momento de su vida y todo el mundo opina también sobre
sanidad. Difícilmente hay algún ministerio donde tenga usted tantos
expertos voluntarios dispuestos a opinar de cómo deberían hacerse las
cosas.

Nos ha dicho en su intervención que más que hablar de métodos o de lo
que sería bueno hacer, usted quería incidir en el cómo, y yo lo he
señalado literalmente. Señora ministra, con toda sinceridad, pienso
que su intervención, si de algo ha adolecido -que, por otra parte, ha
sido una intervención completa, larga, extensa, en la que ha tratado
muchos puntos- es precisamente de que ha hablado usted poco del cómo.

Es fácil estar de acuerdo con muchas cosas de las que ha dicho, por
no decir que prácticamente con todas, por lo menos esta es la manera
de pensar de mi grupo parlamentario, pero veo tantas buenas
intenciones en el discurso que usted ha hecho que nos preguntamos
cómo va a poder llevarlo a cabo, con qué medios va a contar para
implementar todo lo que ha dicho.

Ha hablado de consenso para la sanidad. Quiero entender que estamos
hablando de un símil con lo que fue en su día el Pacto de Toledo.

Estamos hablando de que todos los grupos parlamentarios seamos
capaces, por encima de las lógicas discrepancias políticas que
tenemos, de poner en común aquello que nos une; pienso que nos une lo
esencial; es decir, todos, sin exclusión, apostamos por una sistema
público de sanidad que consolide lo que entre todos se ha conseguido
hasta hoy y que, como decía ahora mismo la portavoz socialista,
tengamos muy presente que para muchas personas de este país el
sistema sanitario público es el único sistema que tienen a su
disposición y, por lo tanto, es primordial. Todos apostamos por este
modelo. Sabe, señora ministra, que cuando nosotros hablamos de
sistema sanitario público estamos hablando de un sistema que se
financia públicamente. Esto es lo que le define como sistema público
y creemos que es necesario introducir en este sistema fórmulas de
gestión innovadoras que, como decía también la señora ministra en su
intervención, se adapten y se adecuen a las necesidades de cada uno.

Con esto el Grupo Parlamentario Catalán quiere decir también, como ya
hemos manifestado, que lo que en una comunidad puede ser idóneo o se
puede adecuar a sus necesidades o características no es extrapolable



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miméticamente a otra comunidad que tenga una historia, una cultura,
unas infraestructuras y una tradición distintas. Pero siempre sin
perder de vista el norte, siempre sin perder de vista este objetivo
para cuya consecución todos queremos trabajar y aunar esfuerzos, que
es la consolidación del sistema sanitario público. Insisto en este
tema porque a nosotros nos parece que es la condición sine qua non
para que este pacto por la sanidad se lleve a cabo, porque podemos
discrepar en las fórmulas, en el cómo, que usted decía, implementar y
mejorar el sistema, pero si sabemos qué es lo que le define y lo que
todos queremos mantener y mejorar, no tendría que ser tan difícil ni,
por supuesto, imposible llegar a este acuerdo. Es más, mi grupo cree
que la única manera posible de trabajar bien en interés de todos los
españoles en el sistema sanitario es que seamos capaces de llegar a
este pacto. De no ser así, es una materia tan sensible, tan
complicada, que fácilmente pueden caer el Gobierno y la oposición de
turno en un partidismo exacerbado, incontrolado, en pedir a veces lo
imposible o en no pactar aquello que es posible.

Señora ministra, nosotros queremos animarla muy sinceramente y darle
nuestro apoyo para que haga todo lo posible para que el pacto se
implemente. Va a tener usted nuestra colaboración, no lo dude, vamos
a poner a su disposición nuestra corta o gran experiencia, depende de
cómo quiera usted valorarla. Cataluña fue de las primeras comunidades
que tuvo transferidas las competencias de sanidad y, para bien o para
mal -nosotros pensamos que básicamente ha sido para bien-, tenemos
experiencia de las dificultades y problemas que ello ha representado
y pensamos que, como decía usted, nuestra experiencia tiene que
servir y puede servir a otras comunidades que no están en esta
situación. Pero centrémonos en esto, en los traspasos.

Señora ministra, en la pasada legislatura, en los acuerdos de la
subcomisión de Sanidad (que, como usted sabe, contaron con el voto
favorable del Grupo de Convergència i Unió) uno de los puntos que,
como usted sabe, nadie discutía, ni siquiera los grupos que al final
no se sumaron al consenso, era la necesidad y la conveniencia de que
las diez comunidades que aún no tienen transferidas las competencias
de sanidad las tuviesen ya. Quiero recordarle, señora ministra, que
el anterior presidente del Insalud, el señor Núñez Feijóo, en una de
sus últimas declaraciones públicas en dicho cargo dijo -creo que
textualmente-: En esta nueva legislatura -por lo tanto, en la actual-
uno de los principales objetivos que nos fijemos tiene que ser
transferir las competencias del Insalud. Yo no le voy a ocultar por
qué cree mi grupo que este tema es tan importante, y es que nosotros
pensamos que si no lo solucionamos de una vez por todas, nunca
sabremos en realidad cuáles son las necesidades financieras del
sistema. No le voy a hablar hoy, ministra, de las necesidades que
tiene Cataluña de mayor financiación de la
sanidad. Nos parece que hoy este no es el foro para hacerlo y
queremos huir de que se plantee el socorrido argumento de que los
grupos que muestran una buena predisposición a apoyar al Gobierno
sólo van a intentar buscar mayor financiación para ellos, sin
ocuparse de los demás. Nada más lejos de la realidad, señora
ministra. Nosotros estamos convencidos de que el Sistema Nacional de
Salud necesita de mayor aporte financiero, y lo necesita en general,
en su conjunto. Se ha dicho aquí en la Comisión, lo ha dicho usted
misma, que el pacto de financiación se puso en vigor en 1997 y
finaliza en el año 2001, por lo que tendremos que encontrar un nuevo
marco estable para la financiación del sistema. Nosotros pensamos que
en este foro será donde encontraremos, como comunidad que tiene
transferidas las competencias de sanidad, el marco adecuado y la
financiación suficiente y necesaria para poder desarrollar nuestras
competencias en materia de sanidad mucho mejor de lo que lo hemos
podido hacer hasta ahora. No quiero responsabilizar ni a usted ni a
su Gobierno de las necesidades que aún tenemos; son frutos de la
historia, y no es ahora el momento de mirar excesivamente hacia
atrás. La realidad es la que es, pero, insisto, nosotros queremos
hablar de las necesidades del sistema en el conjunto del territorio
español. Nos parece que es la única forma de ubicar las necesidades
de una manera solidaria, de una manera justa, de una manera no
discriminatoria entre comunidades y de una manera en la que se
visualice claramente que el objetivo de las comunidades que tenemos
las competencias transferidas no es que nosotros vayamos bien y los
demás mal, sino que todos juntos vayamos bien, vayamos mejor, y que
entre todos consolidemos el Sistema Nacional de Salud como uno de los
mejores sistemas sanitarios de las sociedades europeas de nuestro
entorno. Insisto, pues, señora ministra, no vamos a poder hilar de
manera fina si no tenemos las competencias transferidas a todas las
comunidades.

Hay una pregunta que flota en el ambiente y que tampoco pretendo,
señora ministra, que me conteste usted hoy, pero, sin duda, tendrá
que ser una pregunta que más adelante tenga respuesta por parte del
Ministerio y que se ponga encima de la mesa: ¿cuál es el déficit real
del sistema sanitario? Hay que cifrarlo y tenemos que hacer esfuerzos
entre todos para ayudarla a usted, señora ministra, y saber de qué
estamos hablando, porque si no sabemos cuál es el déficit, mal
sabremos lo que hay que poner y por tanto mal podremos implementar
todo ese catálogo de buenas intenciones que usted manifestaba y que
nosotros compartimos.

Ha dicho usted, señora ministra, que quería que el Ministerio de
Sanidad fuese el Ministerio de todos y para todos. Dómino, señora
ministra. Completamente de acuerdo. Pensamos que uno de los déficit
del actual sistema es que muchas veces, y no me interprete mal ya que
se lo digo desde la complicidad, el ministro de Sanidad parece el
ministro de Sanidad del Insalud, y no



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debería ser así; tiene que ser el ministro de Sanidad de todos. Hay
que reforzar el papel del Consejo Interterritorial de Salud, tal y
como decía el informe de la subcomisión; hay que dar mucha
importancia al Consejo Interterritorial de Salud porque es allí donde
todos los consejeros aportan sus experiencias, aportan sus
conclusiones. Por tanto, si tenemos un consejo reforzado que responda
a las nuevas necesidades, tendremos un Ministerio de Sanidad y una
ministra de Sanidad en este caso que será la ministra de todos, no
sólo la ministra del Insalud.

Nos parece bien la nueva estructura que usted ha dado al Ministerio y
la importancia que ha querido dar a la Dirección General de
Planificación de Asistencia Sanitaria, que, como usted misma ha
dicho, tiene que estudiar problemáticas que son consustanciales al
sistema. Vivimos mucho en España, las mujeres aún más, y como también
usted ha dicho los años de vida no sólo tienen que aumentar en
cantidad, sino también en calidad. Sabe usted que en Cataluña pusimos
un eslogan de moda, que era aquello de no sólo dar vida a los años
sino calidad de vida a esos años. Por ahí van los tiros. Tenemos que
procurar, señora ministra, que las nuevas necesidades que sin duda
van a ir aparejadas a la pirámide de edad, que esas enfermedades que
antes eran letales y que hoy día, afortunadamente, hemos convertido
en crónicas, vean respuesta en el Sistema Nacional de Salud. Voy a
intentar ir resumiendo porque veo que el presidente me dice que no me
alargue demasiado.

Ha aludido usted a cosas que me parecen muy importantes y que quiero
reseñar. Ha dicho que tengamos muy presente y que explotemos las
posibilidades de las nuevas tecnologías. Completamente de acuerdo,
señora ministra. La telemedicina, la receta médica electrónica, la
tarjeta sanitaria para todos (sabe usted que en Cataluña la tenemos y
que pensamos que es de aquellas cosas extrapolables), que tiene que
ser muy útil; además es inconcebible que no utilicemos en medicina
las posibilidades que nos dan todos estos nuevos recursos. Ha hablado
usted de Internet, de Intranet. Totalmente de acuerdo, señora
ministra, pero todo esto también va a significar mucho dinero.

Déjeme hacer una observación puntual a un capítulo que también usted
ha marcado de manera especial, la farmacia y la contención del gasto
farmacéutico. Señora ministra, dentro de este pacto, que sería
aconsejable y deseamos que se lleve a cabo; es importante que
afrontemos la política farmacéutica no como una política de parches,
sino con reformas estructurales, con ideas claras y con políticas que
no sólo contemplen la farmacia sino también la industria
farmacéutica. No nos parece aconsejable ni para el Sistema Nacional
de Salud ni para los sectores directamente implicados (las oficinas
de farmacia, la industria farmacéutica) que, para decirlo de una
manera clara, sencilla y llana, cada vez que falte dinero al sistema
se nos ocurra bajar márgenes a las farmacias o a la industria. Por
este camino
no podemos seguir, señora ministra, porque, de ser así,
evidenciaríamos incapacidad para afrontar las reformas, que sin duda
hacen falta en este sector, pero de forma mucho más estructural, no
coyuntural, no como un parche. También, señora ministra, voy a
hacerle una observación sustancial. Durante toda la legislatura
pasada hemos tenido un sentimiento que no consideramos conveniente.

Con excesiva frecuencia el Ministerio de Sanidad parece depender del
Ministerio de Economía. Le aseguro que no es corporativismo porque yo
sea la portavoz de sanidad y quiera que su Ministerio tenga la
relevancia que le corresponde, es que no nos parece correcto que la
sanidad dependa del Ministerio de Economía. En todo caso, como
ministra de Sanidad tendrá que hablar con el ministro de Economía,
llegar a acuerdos y reivindicar -para ello pienso que va a contar con
el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios- que al Sistema
Nacional de Salud le hace falta una inyección importante de dinero.

Que las políticas del Ministerio vengan muy influenciadas porque el
ministro de Economía tiene de repente que ajustar parámetros son
sensaciones, a veces evidencias, que se dieron durante la legislatura
pasada; nos parece que tenemos que adoptar otros caminos. Es
necesario reforzar su Ministerio, como decíamos, que sea el
Ministerio de todos, de las comunidades autónomas que ahora tenemos
materia de sanidad con competencias y de las comunidades del Insalud,
para que se les transfiera rápidamente; que no dependa usted de lo
que el ministro de Economía le deje hacer, sino que su Ministerio
tenga unas pautas de trabajo y a partir de ahora pida al Ministerio
de Economía el dinero que necesite. También ha hablado usted de
políticas de consumo. No voy a extenderme en ello.




El señor PRESIDENTE: Señora Riera, le ruego vaya concluyendo.




La señora RIERA I BEN: Termino, señor presidente.

Evidentemente, es uno de los temas que inquietan a la población. Ha
habido muy recientemente, creo que fue ayer, una noticia que decía
que íbamos a tener muchos problemas con los alimentos que comemos
porque están saturados de antibióticos. Estas noticias generan alarma
social. Tenemos que demostrar que en esta materia de consumo somos
serios y, como muy bien ha dicho usted, señora ministra, no se puede
imaginar en una economía globalizada que nuestro país no sea
competitivo en un tema tan sensible para la población.




Para finalizar, señora ministra, y que el presidente no me llame la
atención, voy a sintetizarle lo que he dicho. Apostamos con
rotundidad por ese pacto del que habla; cuente usted con nuestro
apoyo. Le rogamos que trabaje con mucha profundidad para poder
establecer cuál es el déficit real del Sistema Nacional de Salud y
que, a partir de aquí, seamos capaces de poner todos



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los recursos necesarios para que esta carta de buenas intenciones que
usted ha manifestado y que nosotros compartimos sea una realidad que
pueda convertir el Sistema Nacional de Salud del Estado español en el
mejor sistema de nuestro entorno. Es la mejor manera de demostrar que
España quiere y debe ser un país solidario con aquellas personas más
necesitadas y que garantiza que la salud es el primer bien social,
junto con la educación, y al que no queremos renunciar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la
palabra el señor Aymerich.




El señor AYMERICH CANO: En nombre del Bloque Nacionalista Galego,
representamos a un país que ya tiene realizadas las transferencias en
materia sanitaria, que fueron mal negociadas en el año 1989. Como
acaba de decir la señora Riera, también estamos dispuestos
a compartir experiencias, pero experiencias muy negativas. Es decir,
tenemos ya la experiencia de lo que supuso privatizar el sistema del
Servicio Galego de Saude por el anterior ministro de Sanidad y, como
somos una fuerza solidaria y esperamos que durante esta legislatura
se lleve a cabo la transferencia del servicio de salud en las
diferentes comunidades autónomas, quisiéramos manifestar cuáles son
los pros, pocos, y los contras, muchos, de este sistema. No queremos
dar consejos a los demás acerca de cómo deben gestionar su sistema de
salud, por lo que no me voy a extender en este punto. Tan solo quiero
decir que vamos a seguir muy atentamente la gestión de la señora
ministra y que vamos a reaccionar ante cualquier tentación, vía
cooperación, colaboración o planes mal llamados nacionales,
estatales, de limitar la capacidad de Galicia y de las demás
comunidades autónomas para que elaboren su propia política sanitaria,
aunque, lógicamente, no estemos de acuerdo con la que se está
realizando en este momento en Galicia.

Me voy a referir a la financiación y lo voy a hacer porque en el
actual sistema de financiación sanitaria no se contemplan criterios
que en el caso de mi país son fundamentales: dispersión y
envejecimiento poblacional. Apartir de los 35 años todos los estudios
coinciden en que el gasto sanitario crece de forma continuada, que a
partir de los 65 se acelera este crecimiento y que a partir de los 75
se multiplica por más de seis. En la medida en que las pirámides
poblacionales de las comunidades autónomas no son iguales, este
sistema que no contempla de forma suficiente el criterio del
envejecimiento poblacional desde luego no es un sistema de
financiación neutral, así como tampoco lo es el que no contempla la
dispersión de la población, la dispersión geográfica, mayores
necesidades de infraestructuras sanitarias y un mayor coste de los
servicios.

Listas de espera. No queremos hacer demagogia con respecto a este
tema, es decir, la gente demanda un servicio de salud de calidad y en
ocasiones esto obliga
a que existan listas de espera, pero deben ser unas listas de espera
razonables. Nosotros queremos conocer las causas reales del problema,
y para ayudar a su conocimiento, le voy a dar algunos datos. En
relación con el funcionamiento de los quirófanos por las tardes,
tengo que decirle que actualmente ya funcionan quirófanos por las
tardes bajo el régimen llamado de peonadas, esto es, los médicos, el
personal sanitario que ya ha trabajado por la mañana vuelve a hacerlo
por la tarde cobrando por acto quirúrgico realizado. Quizás esto
explique el hecho de que por la mañana la productividad del mismo
quirófano y del mismo personal sea mucho menor que la de por la
tarde. No sé si se refería a esto cuando ha hablado de motivación del
personal sanitario. Al mismo tiempo, hay médicos licenciados en paro
y se restringen las plazas para el sistema MIR, aumentándose de esta
forma, con el llamado régimen de peonadas, indeseable desde nuestro
punto de vista, la retribución del personal sanitario. Anuestro
entender -no sé si es la opinión de la señora ministra-, hay que
repartir el trabajo y aumentar la calidad del servicio, porque ¿cómo
puede ser que haya personal sanitario que trabaje 13 horas diarias
operando -muchas veces se trata de operaciones de gran riesgo y
complicadas- con este sistema? Esto, evidentemente, requiere un
esfuerzo presupuestario que el Gobierno puede realizar, pero que no
está en disposición de hacerlo. Hay otro elemento que desde nuestro
punto de vista también incide en la existencia de las listas de
espera, porque éstas se pueden crear o de alguna manera provocar. Si
el personal sanitario sabe que va a cobrar más, si hay listas de
espera y si éstas se reducen trabajando por las tardes mediante el
sistema de peonadas, es lógico que no tengan mucho interés en
reducirlas. Parece algo evidente. Asimismo, la existencia de las
listas de espera beneficia al sector sanitario privado, que en
Galicia, frente a lo que sucede en Cataluña, no es demasiado grande,
pero que con la política sanitaria que se está siguiendo aumenta a
gran velocidad. Si las listas de espera disminuyesen también se
reduciría la demanda de sanidad privada, porque, aspectos hoteleros
aparte, la gente sigue confiando más en la sanidad pública, que es a
la que acude cuando tiene un problema realmente grave. ¿Piensa
avanzar, señora ministra, en la exigencia de la dedicación exclusiva
del personal sanitario y en la aclaración -dijo que se va a
comprometer- del marco legal de la incompatibilidad entre el
ejercicio de una profesión sanitaria en la red pública y el ejercicio
de la misma profesión sanitaria en la red privada? Esta es una vía
por la que había que transitar, pero cuando habla de motivación del
personal sanitario se debe estar refiriendo a otra cosa completamente
distinta. La actuación anterior de los asesores que nombró tampoco
indica que haya mucha disposición a ir por este camino.

Sobre el gasto farmacéutico, el Bloque Nacionalista Galego se opuso a
la reducción de las prestaciones farmacéuticas



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aprobadas por su antecesor, que, por cierto, fuera asesor de
Farmaindustria, y querríamos saber qué piensa a este respecto; es
decir, si piensa fomentar la utilización de medicamentos genéricos,
si piensa revisar el medicamentazo del año 1997, si piensa incluir
entre las prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud
fármacos que puedan recetar los médicos o si piensa seguir por la
línea de su antecesor.

Un tema del que no ha hablado y que también es responsabilidad o por
lo menos debía de ser del interés, si no de la competencia directa de
este Ministerio, es qué sucede con todo lo que afecta a los derechos
y a la salud reproductiva de las mujeres. Se van a debatir pronto en
esta Cámara varias proposiciones de ley relativas a la modificación
de la legislación sobre el aborto. No sé si tiene algo que decir
sobre este aspecto desde el Ministerio de Sanidad y, si no apoya la
modificación de esta legislación, querríamos saber si piensa
garantizar al menos el ejercicio en la red sanitaria pública del
derecho a abortar, dentro de los estrechos márgenes establecidos en
la legislación vigente, y si piensa regular la objeción de conciencia
del personal sanitario.

Otro tema que no sé si es de su competencia, aunque debería interesar
a ese Ministerio, es la salud de la población reclusa. Hay un gran
déficit en este sentido, hay malas prácticas del personal que se
ocupa de estos temas en instituciones penitencias. ¿Tiene algo que
decir a este respecto, tiene algún plan específico para mejorar las
necesidades de salud de la población reclusa? Nos interesaría que se
pronunciase. ¿Piensa reaccionar de alguna manera frente a la medicina
defensiva? A nosotros se nos ocurre, por ejemplo, que se podrían
acometer las reformas legales precisas para aclarar los supuestos de
responsabilidad sanitaria. No es algo novedoso, se hizo ya en materia
de edificación con la Ley de Ordenación de la Edificación
estableciendo claramente las responsabilidades de cada uno de los
agentes en el proceso constructivo, y podría también establecerse
legalmente cuál es la responsabilidad y cuáles son los limites de
cada uno de los agentes que intervienen en un proceso sanitario.

Finalmente, en materia de consumo y seguridad alimentaria, tiene
mucho por hacer en estos cuatro años, o menos, dependiendo de lo que
haga o de cómo le parezca lo que haga al señor presidente del
Gobierno. Respecto a los productos transgénicos y a la biotecnología,
no dijo absolutamente nada en su intervención. Desde el Bloque
Nacionalista Galego -y pensamos que esto debería ser competencia del
Ministerio de Sanidad- vamos a defender que se prohíba el cultivo de
productos genéticamente modificados para fines alimentarios, tanto
humanos como animales, en aras del principio de precaución -es una
exigencia mínima-, porque en definitiva indirectamente lo que se
utiliza para piensos llega a la cadena alimentaria, llega a los
humanos, mientras no se establezca de forma clara cuáles son las
consecuencias que este tipo de productos tienen sobre la salud
humana. Hoy sale publicado en la prensa un informe de la Organización
Mundial de la Salud alertando sobre la resistencia a los
antibióticos. Esta utilización de productos transgénicos (y que los
consumidores tienen derecho a conocer en qué medida se utilizan en
los productos que consumen) seguramente tiene algo que ver con esta
resistencia a los antibióticos. Por eso, mientras esta moratoria y
esta prohibición de cultivos no se establezca -y creo que aquí podía
el Gobierno español ejercer también de adelantado de la Unión
Europea, como indebidamente, para nosotros, ejerce en otros
aspectos-, como exigencia mínima pensamos que los consumidores tienen
derecho a saber, a través de un etiquetado claro, si un producto
contiene, y en qué medida, productos u organismos genéticamente
modificados. Echamos de menos, por ejemplo, que se ratifique por
parte del Gobierno español el protocolo firmado por la Unión Europea
el 29 de enero de este año. No sé si tiene algo que decir a este
respecto.

Estas son -y perdone por el carácter telegráfico de mi intervención-
algunas medidas que el Bloque Nacionalista Galego va a defender en
materia sanitaria y en materia de consumo y a partir de las cuales
pensamos que es posible el acuerdo, aunque también debemos reconocer
con la misma sinceridad, porque creo que la franqueza y la sinceridad
son la base en las respectivas posiciones para cualquier acuerdo,
para cualquier diálogo, que los nombramientos y las declaraciones
-entre ellas las de hoy- realizados por usted para nosotros no
anuncian nada bueno en este sentido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida, tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Señora ministra, señorías, en primer lugar,
en nombre del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida quiero
darle la bienvenida, agradecerle la comparecencia y personalmente
y como portavoz del grupo decirle que para mí es un motivo de
satisfacción que la salud y el consumo de este país estén en manos de
una mujer y que, sin ánimo de restarle méritos personales, señora
Villalobos, me tiene usted que permitir que diga en este foro que
esto es un éxito y un logro de la lucha continuada y sostenida que
hemos venido manteniendo las mujeres en este país.

Dicho esto, puede usted imaginar que mi mayor deseo sería que usted
lo hiciera bien, porque pienso que las mujeres tenemos pocas
oportunidades de demostrar que somos capaces de gestionar con
eficacia. Por tanto, vaya por delante ese deseo personal de que usted
lo haga bien en la gestión. No obstante, déjeme que le diga que lo
primero que me sugiere su discurso generalista -permítame la
informalidad- es preguntarle qué piensa de esto el señor Rato, porque
usted no nos ha



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hablado nada más que de literatura, no nos ha hablado de
financiación, de calendarios ni de plazos. Por tanto, yo, desde la
modesta posición que ocupo en esta Comisión, quiero, desde el ánimo
de una oposición leal y constructiva, hacerle un pequeño diagnóstico
del estado de salud -valga la redundancia- del Sistema Nacional de
Salud de este país.

Creo yo, señora ministra, que conoce usted perfectamente que a estas
alturas, y después de catorce años de haberse aprobado la Ley General
de Sanidad, seguimos careciendo de un plan integrado de salud, es
decir, hay una verdadera ausencia de políticas de salud, no se han
incorporado actividades básicas, como la prevención de la enfermedad
o la promoción de la salud. El gasto sanitario, señora ministra -voy
a ir muy deprisa para no contrariar al presidente-, en España, como
usted sabe, en el año 1997 era de 1.168 dólares por habitante, frente
a la media europea que se situaba en 1.743 dólares por habitante y
año. El gasto sanitario público, como usted bien sabe, está dos
puntos por debajo de la media europea; el gasto farmacéutico es
infinitamente superior a la media europea, precios muy altos por
receta, escaso desarrollo de genéricos, etcétera. En cuanto al
desarrollo autonómico, como bien sabe usted, sólo siete comunidades
autónomas tienen transferidos los servicios sanitarios. No hay
integración de redes sanitarias municipales o provinciales, que
siguen funcionando a su aire, infrautilizadas, con un verdadero
derroche de recursos sanitarios, tanto materiales como humanos. Los
mecanismos de financiación autonómica son imperfectos, existe una
diferencia en torno al 10 por ciento entre la financiación capitativa
de comunidades como Cataluña y Andalucía, por poner un ejemplo. El
Consejo Interterritorial tiene un déficit de funcionamiento
clarísimo. Hay una evidente lentitud en la reforma de la atención
primaria de salud, persiste el modelo asistencial de cupo, que es del
siglo pasado; hay una escasa actividad preventiva; hay una falta de
atención continuada; no se ha abordado la reforma hospitalaria, que
es el mayor activo sanitario que tiene el Sistema Nacional de Salud,
que está claramente obsoleto; no hay red de hospitales públicos, el
número de camas hospitalarias es de los menores de la Unión Europea,
4,3 camas hospitalarias por cada mil habitantes en España frente a
las 7,3 camas hospitalarias por mil habitantes en la Unión Europea.

Qué le voy a decir a usted de la relación que debería existir entre
la atención primaria y la especializada; hay una absoluta falta de
coordinación.

Respecto al personal sanitario, del que usted ha hablado, siendo
España el segundo país en número de médicos por mil habitantes, tiene
sin embargo una dotación de personal sanitario insuficiente,
fundamentalmente de enfermería donde estamos también dos puntos por
debajo de la media europea. La formación pregrado sigue siendo
asistencialista y hospitalaria, señora ministra, y esto es muy
preocupante; no hay formación
en salud pública, epidemiología o atención primaria. Los
colegios profesionales defienden intereses corporativos, impidiendo
el desarrollo de organizaciones científico-profesionales. La política
de personal es inadecuada. El Sistema Nacional de Salud, como usted
sabrá, es el principal empleador de profesionales sanitarios en
nuestro país. Hay una elevado gasto en el capítulo 1, desmesurado en
comparación con el de los capítulos 2 y 4, que se refieren a gastos
corrientes e inversiones. El estatuto marco es preciso ya; su
necesidad se viene planteando desde antes de la aprobación de la Ley
General de Sanidad y, quince años después, seguimos esperando a que
sea una realidad.

Existe un incumplimiento clarísimo de la dedicación exclusiva en los
hospitales. La carrera profesional está estancada y hay falta de
formación continuada y de especialización en el personal sanitario.

También hay una grave ausencia de mecanismos de participación real
del personal sanitario. Esta ausencia es asimismo trasladable a los
mecanismos de participación ciudadana. Las normas de participación
ciudadana aprobadas dentro del marco legislativo en uso no funcionan;
no hay compromiso ciudadano con el Sistema Nacional de Salud.

Ante esta situación, el Partido Popular, a lo largo de estos cuatro
años, ha intentado una política directa de privatización del sistema
sanitario poniendo en circulación ideas como la instauración de tasas
por utilización de servicios, por consumo de medicamentos o
limitación de prestaciones públicas. Ante el rechazo de la opinión
pública, estas medidas fueron rápidamente sustituidas por otras de
aplicación paulatina que, siendo privatizadoras, se amparaban en la
necesidad de mejora del servicio bajo conceptos como eficacia,
autonomía de gestión, incentivación y competitividad. Utilizando el
principio legitimador de la máxima eficacia, retomaron la idea de las
nuevas formas de gestión por la que se pretende poner a los centros
sanitarios públicos al amparo del derecho privado.

Desde la concepción de la salud que defiende el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida, es evidente que en estas medidas hay una
doble intencionalidad y persiguen sin duda fragmentar el sistema
público de salud debilitando y sustituyendo el principio de la
responsabilidad del Estado de garantizar la mejor y más justa
atención sanitaria por el principio empresarial de la obtención de
beneficios económicos.

Se han ido tomando otras medidas menos escandalosas que, en
definitiva, pretenden inequívocamente fortalecer el sistema sanitario
privado en detrimento del público: ayudas fiscales a empresas que
concierten seguros sanitarios privados, financiación pública al
sistema de mutuas patronales, capacidad de los médicos de las mutuas
para desautorizar las bajas que extienden los médicos del sistema
público, potenciación de los conciertos con entidades privadas,
etcétera. Si a esto seañade que, al mismo tiempo, se pone en riesgo o
se



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deteriora el sistema público recortando prestaciones de forma
explícita -reducción de la lista de medicamentos financiados por la
Seguridad Social- o de forma indirecta -obligando u orientando a los
médicos hacia la reducción de análisis, radiografías, consultas a
especialistas, etcétera-, parece evidente que ha habido una clara
intención del Partido Popular de convertir la atención de salud en un
feudo donde la especulación y el lucro privado puedan campar a sus
anchas.

Señora ministra, es pronto para hablar de pactos, pero agradecemos su
oferta de diálogo. En modo alguno podemos comprometernos en pactos
cuando esta es la política aplicada por el equipo de Gobierno del que
usted forma parte y en la intervención que ha hecho hoy aquí a mí no
me ha despejado las dudas. Por eso hago unas preguntas brevemente.

Dada la realidad del sistema sanitario español, con los datos que le
he aportado en mi intervención, ¿qué previsiones presupuestarias
tiene el Gobierno para equipararnos con la media europea? ¿Qué
medidas piensan poner en marcha para un uso más racional de los
medicamentos y en qué plazos? Señora ministra, ¿va usted a aumentar
el presupuesto para potenciar las unidades de dolor ya existentes en
los hospitales, crear nuevas unidades de dolor y extenderlas a
domicilio? Con relación a las transferencias, ¿cuándo tiene previsto
su Gobierno completarlas? Por favor, comprométase usted en plazos.

¿Tiene previstos mecanismos para igualar los recursos y el gasto
sanitario entre las distintas comunidades autónomas?
Como usted sabe, recientemente hemos estado debatiendo en los medios
de comunicación y en el Parlamento la evidente necesidad de coordinar
los recursos y planificar las actividades que den respuesta eficaz a
las necesidades de los servicios sanitarios que demandan los
ciudadanos. Ante esta situación, el Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida pregunta, ¿tiene previsto el Gobierno de la nación la
elaboración de un plan integrado de salud en el que se contemplen las
necesidades actuales y futuras, así como los recursos necesarios para
solventarlas? En esta línea, y para no repetirme, reitero la pregunta
del portavoz que me ha precedido en el uso de la palabra respecto al
aborto y a la población reclusa, asunto que ha aparecido estos días
en los medios de comunicación, puesto que en algunas cárceles
madrileñas los reclusos españoles padecen problemas más propios del
Tercer Mundo que de un país desarrollado como el nuestro.

Respecto a la participación, ¿qué medidas tiene previsto poner en
marcha el Gobierno para garantizar mecanismos de participación
eficaces en el ámbito de la zona básica de salud, en el área de salud
y en los servicios de salud de las comunidades? Por lo que se refiere
al consumo, he estado fuera de España en un trabajo parlamentario y a
mi regreso he visto que ha llegado a un acuerdo con las comunidades
autónomas para facilitar la movilidad territorial de los enfermos de
riesgo
vital en lista de espera quirúrgica. Me alegro de que haya hecho caso
de las sugerencias de esta parlamentaria que así se lo ha venido
pidiendo al presidente del Gobierno y a usted a través de los medios
de comunicación. En segundo lugar, usted anuncia aquí que van a poner
en marcha una de las prioridades del programa electoral de Izquierda
Unida, cual es la creación de la agencia alimentaria. Desde las
adversas condiciones de oposición que tenemos en esta Cámara, es una
agradable sorpresa ver que ustedes toman nota de nuestras demandas.

Pero siendo importantísima esta propuesta, a mí me gustaría decirle
que falta concreción en su respuesta y que hace falta saber de quién
va a depender la agencia alimentaria, porque tiene que estar ubicada
en el Ministerio de Sanidad y Consumo, ésa es la garantía, lo que
implica la necesidad de coordinar las responsabilidades que tendrán
otros compañeros o compañeras suyos. Evidentemente necesitamos saber
cuáles son los objetivos de esta agencia alimentaria que usted
anuncia, dónde va a estar ubicada y en qué plazos vamos a poder
contar con ella los españoles.

Como usted conoce sobradamente -y para terminar-, Izquierda Unida
entiende que asegurar la salud para todos en condiciones de igualdad
ha de ser un objetivo prioritario de un Estado social, democrático y
de derecho; que garantizar el derecho constitucional a la salud es
otro de los objetivos prioritarios que debe tener cualquier gobierno
democrático de esta nación. Desde el convencimiento pleno de que
corresponde a la Administración del Estado amparar y estimular el
desarrollo saludable de los ciudadanos, creemos que solamente
instituciones públicas gratuitas, accesibles, suficientes y eficaces
pueden garantizar tal derecho y esta aspiración sólo puede
organizarse a través de la instauración del modelo administrativo y
de recursos asistenciales que nosotros hemos venido a llamar servicio
nacional de salud, entendido como un instrumento de la Administración
del Estado con capacidad y vocación para intervenir en la protección
de la salud y en la prevención de la enfermedad, que cuenta con un
dispositivo sanitario producto de la integración y armonización de
las distintas redes sanitarias públicas, convenientemente ampliadas,
que alcanza un nivel de prestación universal, suficiente y eficaz,
actuando de una forma gratuita en el momento de uso para toda la
población, a través de su financiación a partir de los Presupuestos
Generales del Estado, y en el que la descentralización administrativa
y de recursos, junto con la participación de la población, son
elementos fundamentales.




Señora ministra, tenga usted la plena seguridad de que si en este
camino nos encontramos tendrá el apoyo del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida, desde el más profundo convencimiento de
que en un Estado democrático, social y de derecho la sanidad privada
ha de ser siempre subsidiaria de la pública. En ese camino tendrá
usted una firme aliada en esta Cámara.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra la señora Uría.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: Señora ministra, quiero agradecerle, en
nombre del Grupo Vasco, como han hecho quienes me han precedido en el
uso de la palabra, su presencia en esta Cámara para explicarnos las
líneas generales de actuación de su Ministerio, a la vez que le doy
la bienvenida. Le hemos tomado la palabra en cuanto a su disposición
al diálogo y se lo agradecemos enormemente, en tiempos en los que la
señora ministra no ignora que no se lleva el diálogo ni con mi grupo
ni con la formación política a la que pertenezco.

Señora ministra, estos debates -la primera comparecencia de un
ministro en una Comisión-, suelen tener un carácter de política
general referida al área de su Ministerio, pero en su discurso he
visto más líneas de una reforma de gestión que política y prioridades
de la sanidad española. Las grandes decisiones políticas han estado
ausentes en su discurso, aunque creo que hay una razón para ello: le
ha tocado a usted hacerse cargo de su Ministerio en un momento de
alarma social tremenda generada por la aparición de los casos de las
listas alarmantes para la población. Cierto es que no surgen
exactamente en el terreno Insalud pero sí se generalizan, y hay aquí
un problema social evidentemente importante que quizá le ha vetado la
auténtica explicación de la acción política de fondo de su
Ministerio. Porque política, desde nuestra perspectiva, no es sólo
gestión, aunque también lo sea.

Me permitirá S. S. que también discrepe del planteamiento de la
generalización de los males que aquejan al sistema. Toda sanidad es
perfectible pero, puesto que también estamos en tiempos en los que se
lleva manifestar que desde el Gobierno vasco todo lo hecho por el PNV
se ha hecho mal o solamente para la mitad de la población, me permito
manifestarle -y la señora ministra lo conoce- que nos sentimos
orgullosos de la sanidad conseguida y que gestionamos. Creo que en
Euskadi tenemos una buena sanidad y estimo que esta idea la comparte
mucha gente. Nuestro sistema sanitario es bueno por sus resultados
medidos en ganancias de salud para la población, según opinión
satisfactoria de los usuarios, que es importante, y porque, comparado
con otros, resulta claramente favorecido. Ahora bien, en el ámbito
vasco el debate sanitario es y ha sido permanente. Se debe afrontar
como objetivo el identificar las necesidades de salud, proponer los
recursos para hacerlas frente y, necesariamente, establecer
prioridades. Por ello, se requiere serenidad, información y
participación de profesionales ciudadanos y ciudadanas. Repito que
este asunto importante socialmente de las listas a usted no le ha
beneficiado para abordar cuál va a ser su política con serenidad y
con este debate previo que necesariamente debe hacerse.

Es de todos conocido que en el ámbito vasco se produjo, primero, el
informe Osasuna Zainduz, que se
debatió durante mucho tiempo, para después dar lugar a la Ley de
ordenación sanitaria vasca. Señora ministra, a la hora de afrontar la
presentación de su programa en esta Cámara se ha visto obligada a
huir, en alguna medida, de lo que suele ser el esquema general de
todos los ministros: programa electoral presentado por el propio
partido y el discurso de investidura del presidente del Gobierno.

Teniendo en cuenta la alarma suscitada por el conocimiento de los
retrasos en las listas de espera, la realidad a la que responde el
programa y el discurso de investidura del presidente resultaban
excesivamente optimistas con el panorama que se va descubriendo que
realmente existe en la sanidad y que, repito, no quiero hacer
catastrofismo, pero es manifiestamente mejorable. No quiero dejar de
manifestarle que han estado ausentes en su discurso dos factores que
a mí me parecen importantísimos y que inciden en las líneas de su
departamento. Uno de ellos es la aprobación, en la legislatura
pasada, del informe de la subcomisión, a la que ya se han referido
otros portavoces, para avanzar en la consolidación del Sistema
Nacional de Salud mediante el estudio de las medidas necesarias para
garantizar un marco financiero estable y modernizar el sistema
sanitario, manteniendo los principios de universalidad y equidad en
el acceso. Los acuerdos a los que se llegó, a comienzos de 1998,
apoyados por el grupo al que pertenezco, no tuvieron luego plasmación
en lo que quedaba de legislatura, antes al contrario, señora
ministra, hubo desconocimiento y políticas contrarias por parte de
quien ostentó anteriormente la responsabilidad en el Ministerio de
Sanidad. El segundo factor que incide, y al que se ha referido usted,
es que durante la legislatura pasada se produjo la elevación del
techo de las comunidades autónomas que habían accedido por el
artículo 143 y que han asumido las competencias en materia de sanidad
diez, con lo cual están pendientes estas transferencias, lo que
altera sustancialmente el mapa sanitario español durante la
legislatura en la que usted va a ostentar las responsabilidades del
Ministerio.

Preocupada por estas cuestiones, hace dos o tres semanas le
preguntaba en el Pleno, respecto a la consolidación y modernización
del Sistema Nacional de Salud, si entraba en sus propósitos hacer
algún retoque del modelo básico vigente que pueda alterar
sustancialmente la diversidad y riqueza de las actuales políticas
sanitarias. Me refería a que los acuerdos de la subcomisión,
aprobados luego por el Pleno de esta Cámara, no se habían plasmado en
nada y que, sin embargo, habíamos asistido a cuestiones tales como
que de repente la Ley de acompañamiento, del año 1998, hiciese
transferencias a las comunidades autónomas en materia de
autorizaciones para prestaciones ortopédicas, por ejemplo, al margen
del sistema establecido. No desdeñamos ninguna competencia, pero en
el sistema constitucionalmente querido las competencias se pactan en
la Comisión mixta de transferencias y luego se convierten



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en reales decretos. Igualmente, nos parecía que el Consejo
interterritorial está siendo utilizado como instrumento
homogeneizador. Usted me contestó que no tenía en mente otra idea que
el respeto al sistema básico establecido, que a mí me parece
perfecto, y yo señora ministra, en principio la creo, pero también le
manifiesto que para avanzar en la consolidación del Sistema Nacional
de Salud hay que tener en cuenta, además de la concepción global de
la sanidad española, las peculiaridades propias de las comunidades
autónomas.

El modelo sanitario -por esto le digo que me ha parecido poco
política su intervención- no constituye aquí ni en ningún lado una
concepción económica, técnica o social autónoma. Es, por el
contrario, el fiel reflejo de la riqueza del país, del modelo de
sociedad y del subsiguiente concepto de salud, conceptos ambos
totalmente ideológicos. En la realidad social que es la Unión
Europea, donde todas las políticas macroeconómicas están coordinadas
o debieran estarlo, las diferencias entre las ideas de progreso y las
que no lo son radican en el propugnado grado de desarrollo de la
protección social y en la intensidad de la redistribución de la renta
por parte de los poderes públicos. A nadie puede escapársele que la
sanidad pública conforma en buena parte el núcleo duro de ambas
políticas. Es esencial, desde nuestra perspectiva, la defensa de un
modelo sanitario público. En la corrección de los desequilibrios y en
las deficiencias que el actual sistema presenta no deben tenerse en
cuenta como único referente las razones de naturaleza económica, que
parece que están primando de manera muy fuerte en la presentación de
la señora ministra y en las intervenciones de algunos portavoces,
sino también el proyecto social que se pretende construir. En las
democracias la política está por encima de la economía, aunque bien
es cierto que el margen de maniobra se está estrechando
progresivamente. Hay factores que atacan al sistema, problemas que
afectan negativamente al futuro de las prestaciones sanitarias y
usted se ha referido al envejecimiento de la población: vidas más
largas, sociedades más envejecidas, la aparición de nuevas
tecnologías, de diagnóstico y de tratamiento, nuevos y más costosos
fármacos, etcétera. Todo ello debe tenerse en cuenta, pero teniendo
presente que las finanzas públicas deben regirse con criterios de la
mayor disciplina y rigor económico.




Señora ministra, repito que he echado en falta en su intervención un
debate político que me parece necesario abordar en esta legislatura,
se lo traslado puesto que a la Administración del Estado le
corresponde fijar lo básico del sistema . Es el debate entre catálogo
de prestaciones y Estado de bienestar, absolutamente necesario. Lo
digo desde la legitimidad -no se entienda que estoy propugnando
ningún recorte en el catálogo de prestaciones- que me da afirmar que
en el ámbito vasco, puesto que las prestaciones básicas son mínimas,
ya entra dentro de las prestaciones sanitarias
obligatorias la salud bucodental infantil y también está totalmente
integrada la atención psiquiátrica. Puesto que no va a ser posible el
todo para todos, por lo menos, todo el mundo tiende a pensar que las
motivaciones económicas son importantes, decir qué es un modelo de
Estado de bienestar y qué catálogo estamos dispuestos a dar, nos
parece que es el debate básico que debiera haber abordado la señora
ministra en ésta su primera comparecencia, teniendo además en cuenta
que en nuestro sistema, cuando hablamos de bienestar social, rige la
progresividad -es decir, se ayuda más a los que menos tienen-
mientras que en materia de sanidad rige la absoluta igualdad, lo que
en algunos casos puede llevarnos a la absoluta injusticia. Repito, lo
básico en el sistema establecido ha de definirlo el Estado y éste
sería un buen debate que debiera haber abordado la señora ministra en
ésta su primera intervención.




Se ha aludido por distintos portavoces a los sistemas de gestión.

Conoce la señora ministra que en el caso vasco hemos optado por los
entes públicos de derecho privado, por lo tanto hay una gestión más
profesionalizada pero por y dentro de lo que es Administración
institucional del Estado. Lo menciono a los efectos que se consideren
oportunos. Igualmente ha aludido al factor humano y, efectivamente,
esto sí que está sin arreglar. El estatuto marco siempre resulta non
nato, pero tengo que añadir que en algunas comunidades autónomas la
situación está algo más saneada. Cuando recibimos las transferencias,
nos encontramos con que teníamos algunas comunidades un auténtico
copaje de personal -funcionarios, laborales, estatutarios-, pero -la
catalana y la nuestra en concreto- hemos efectuado ofertas públicas
de empleo que nos permiten tener una situación ciertamente más
saneada desde el punto de vista del personal que la que se tiene en
el terreno Insalud, donde no se ha hecho nada. El procedimiento de
provisión y selección del año 1991 fue declarado inconstitucional y
lo mismo ocurre con ese intento de regulación que se hizo en la Ley
de acompañamiento del año 1998, en la cual sólo se quería valorar
como mérito la prestación de servicios dentro del propio Insalud, lo
cual es claramente inconstitucional y está generando un número de
recursos importantísimos. Señor presidente, atiendo a su
requerimiento mímico y concluiré enseguida. Únicamente le hago
mención, señora ministra, a que en el momento en que se debata el
estatuto marco mi grupo, como siempre, hará valer lo que creemos que
son derechos históricos. Si se trata de actualizar el artículo
149.1.18, al igual que en el caso de Navarra, al ser una ley
delimitadora de competencias, el Tribunal Constitucional permite
perfectamente que se produzca una actualización de derechos
históricos en ella. Los haremos valer, como lo hicimos con los
intentos de la legislatura pasada.

Quiero hacer una referencia pequeña, con el permiso del presidente,
al Consejo interterritorial. Se hablaba



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ya de él en el programa electoral del propio Partido Popular. El Real
Decreto 809/2000 ha elevado de rango a su órgano, la secretaría
permanente del Consejo interterritorial, que ha pasado de ser
subdirección a dirección. Conoce la señora ministra la suspicacia con
la que, en principio, este tipo de órganos son mirados por los
nacionalistas, entendiendo que pueden tener una perspectiva
homogeneizadora, pero le damos el margen de confianza de que el
órgano va a ser tal y como se configura y verbalmente la señora
ministra nos avanzó en la primera reunión informal que tuvimos en el
Ministerio. El Consejo interterritorial tiene una situación muy
peculiar puesto que sólo forman parte de él en este momento siete
comunidades autónomas que tienen niveles competenciales muy
diferentes y desde tiempo muy diverso. No desperdicie el material
acumulado en ellos. Yo le daría un consejo: que lo aproveche como
marco de participación de las comunidades autónomas en el diseño de
medidas. Nos parece que sería de enorme utilidad, pero sin saltarse
el Estado de derecho constitucionalmente querido en el diseño
sanitario que permite la diversidad de las políticas sanitarias. Un
último consejo que es reiteración de cuanto he indicado: los
problemas en la sanidad no son sólo de gestión o de dinero. Las
soluciones técnicas. Debemos huir del mito del buen gestor -eso que
siente usted: cuantos más empresarios, mejor en su gobierno- porque
la definición de lo que se dé ha de ser política. Ha llegado usted al
Ministerio con un talante reconocido de persona progresista. Aporte
ese talante que se le reconoce a la concepción política del Estado de
bienestar, que es además definición constitucional, y ahí encontrará
siempre al Partido Nacionalista Vasco.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria,
tiene la palabra la señora Julios Reyes.




La señora JULIOS REYES: En primer lugar, señora ministra, mi grupo,
Coalición Canaria, quiere sumarse a la felicitación por su
nombramiento, agradeciéndole la exposición realizada en su primera
comparecencia y le deseamos la mejor de las suertes en la labor al
frente del departamento.




Nosotros valoramos positivamente la voluntad de diálogo que ha
expresado en su intervención, la necesidad de acercamiento a los
ciudadanos y a los profesionales y, sobre todo, la necesidad de
situar a la sanidad por encima de planteamientos partidistas o
demagógicos. La búsqueda del consenso es importante porque es la
mejor forma de garantizarnos una estabilidad de nuestro sistema
sanitario y de permitir que éste evolucione con armonía, pero dando
respuestas a las nuevas necesidades demográficas y epidemiológicas
que estamos sufriendo. Esa será la mejor garantía para que el sistema
sanitario se consolide.

Nos parecen también importantes las manifestaciones que ha hecho
sobre la potenciación del Consejo interterritorial. Entendemos que la
coordinación entre las administraciones central y autonómica no es
solo positiva, sino también imprescindible para optimizar los
recursos. Para garantizar un nivel de homogeneidad en las
prestaciones, dentro del Servicio Nacional de Salud, no nos parecería
prudente que evolucionáramos en las comunidades autónomas ofreciendo
diversos catálogos de prestaciones dentro del territorio del Estado.

En línea con nuestros compromisos, con Europa, debemos homogeneizar
los derechos de los ciudadanos en lo que se refiere a prestaciones
sanitarias.

La posición de Coalición Canaria será la de apoyar aquellas medidas
que favorezcan el desarrollo de nuestro sistema sanitario, algunas de
las cuales usted ha diseñado. La sanidad y la educación son los
principales pilares del Estado del bienestar y apoyaremos aquellas
medidas que favorezcan el mantenimiento de nuestros servicios
sanitarios, su incremento, su mejora continua de la calidad y una
mayor eficacia. Asimismo, es conveniente avanzar en la modernización
administrativa y en una mayor capacidad para gestionar los recursos
públicos. Nosotros apoyaremos las medidas que se desarrollen en este
sentido, siempre y cuando las entendamos desde la misma perspectiva,
es decir, que se puedan llevar a cabo sin poner en peligro los
principios fundamentales del sistema público sanitario, no sólo en
cuanto a financiación sino también a universalidad, calidad y
equidad.

Por la brevedad que nos ha solicitado el señor presidente, voy a
reseñar en mi intervención algunas reflexiones sobre dos aspectos que
consideramos importantes en relación con las competencias y
responsabilidades del Ministerio y, por lo tanto, del Gobierno,
además de resaltar el papel del Ministerio como coordinador del
Sistema Nacional de Salud. Las reflexiones son dos: primera, la
responsabilidad del Ministerio en la financiación del Sistema
Nacional de Salud y, segunda, de desarrollo de la potestad
legislativa para modernizar aspectos del Sistema Nacional de Salud y,
el que, hoy por hoy, está centralizado y forma parte de la
legislación básica. Hay que recordar que estamos avanzando -todos
estamos de acuerdo- hacia un modelo descentralizado de la gestión y
que lo que justificará la existencia del Ministerio como autoridad
sanitaria no es en sí el Insalud, por el lógico proceso de
transferencias, ni tampoco la gestión directa de las prestaciones de
los servicios que corresponden a las comunidades autónomas.

En cuanto a los aspectos de financiación, como ya resaltó la señora
ministra, en los presupuestos del año 2002 deberían estar ya
reflejados los acuerdos que tenemos que empezar a negociar al inicio
de esta legislatura. Anuestro entender, deberían plasmarse en el año
2002 unos presupuestos con una financiación que sea real, suficiente,
equitativa y solidaria. Aunque ya nos



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ha comunicado que se va a comenzar la negociación , nos gustaría
conocer cuales son, los criterios que se van a utilizar y apuntar la
necesidad de empezar a concretar un cronograma para dicha
negociación. Como es lógico, nosotros estamos de acuerdo, con los
principios de solidaridad interterritorial, pero es necesario poner
encima de la mesa aquellas variables y circunstancias que son
particularidades de cada uno de los territorios del Estado español.

Coalición Canaria valora muy positivamente las transferencias que se
realizaron en Canarias en 1994, que han significado un hito histórico
para la mejora de la calidad en la sanidad, así como el hecho de que
estas se realizaran de una forma aceptable en el escenario financiero
que existía en aquel entonces y también - hay que decirlo- por el
esfuerzo que ha hecho nuestra comunidad autónoma para ir avanzando en
infraestructuras y en la mejora de la extensión del modelo de
atención primaria, del que partíamos en una situación muy precaria.

Esto nos ha permitido salir de un retraso histórico en el que se
mantenía la sanidad en Canarias y nos ha posibilitado ir colocándonos
a un nivel semejante al de las comunidades más desarrolladas en el
Estado español. Pero ahora tenemos un reto, que es el de consolidar
este modelo. Lo tenemos nosotros y lo tienen, por supuesto, el resto
de las comunidades autónomas. Tenemos que hacer un esfuerzo por
mejorarlo y dotarlo para que sea capaz de evolucionar adaptándose
a las nuevas necesidades.

Nosotros proponemos como grandes criterios respecto a la
financiación, como ya se ha apuntado también por otros grupos, la
necesidad de avanzar en converger en el porcentaje del PIB que dedica
el Estado al gasto público en sanidad. Tenemos un déficit financiero
en las comunidades autónomas del Estado español. Permítaseme hacer un
paréntesis sobre algunas particularidades de Canarias, pero estimamos
necesario empezar a valorar aspectos que hoy por hoy producen un
déficit importante en nuestra comunidad autónoma y que se refieren al
hecho insular, englobando en él no sólo el concepto de la lejanía del
territorio continental, sino también la fragmentación en siete
territorios insulares. Lo comento porque dificulta de forma
importante la igualdad de acceso a los servicios y a las prestaciones
y, por lo tanto, la equidad en el sistema.

Quiero resaltar también otro asunto que afecta no sólo a Canarias
sino también a otras comunidades autónomas, que es la necesidad de
poner en la mesa de negociaciones el coste que implica la prestación
de servicios no sólo a la población de derecho, sino también a la
población de hecho. En nuestra comunidad autónoma, y también en
otras, hay una diferencia muy grande con respecto a la población
residente, que tiene todos los derechos y a la que todas las
comunidades prestamos asistencia sin tener en cuenta su lugar de
residencia. Es también una particularidad que nos afecta a nosotros y
a otras comunidades la población turística
flotante. En Canarias somos un millón y pico de habitantes, pero
tenemos unos doce millones de población turística anual, de los
cuales unos nueve son población europea, subsidiaria de atención a
través de los convenios internacionales por el E-111, que se utiliza
cada vez más por la población turística que nos visita y que muchas
veces no lo hace ya por períodos coyunturales, sino por períodos
largos de estancia. Es muchas veces una población mayor que cada vez
utiliza más los servicios, las pruebas complementarias y el gasto
farmacéutico inclusive en patologías crónicas. Hoy por hoy, apostamos
por que eso se tiene que valorar porque, insistimos, hay que conocer
el déficit para poder afrontar un coste y una financiación adecuada y
distribuir y repercutir los costes de la asistencia a esta población
desplazada en el territorio español y en Europa, que repercute de
forma desigual en las comunidades autónomas del Estado español.

El otro gran aspecto que quisiera plantear lo englobo dentro de las
tareas pendientes en lo que se refiere a aspectos legislativos.




El señor PRESIDENTE: Le ruego vaya concluyendo, señora Julios.




La señora JULIOS REYES: Son muchas, pero sólo voy a mencionar dos que
me parecen importantes. Una, el estatuto jurídico del personal del
servicio nacional de salud. Desde nuestro punto de vista, el gran
reto que tenemos en la sanidad y el gran motor de su modernización es
que contemos con una política de personal fuerte, segura y moderna
que permita una mejor gestión de los recursos sanitarios. El recurso
más valioso de nuestro Sistema Nacional de Salud son los
profesionales, que han participado de forma activa en el hecho de que
hoy contemos con un servicio nacional de salud de la calidad que
todos reconocemos y que los organismos internacionales también
reconocen.

El otro aspecto, que brevemente voy a comentar, es el gasto
farmacéutico. En el año 1997, el Gobierno de Canarias diseñó un
avance legislativo que posteriormente, aunque no exactamente igual,
propuso el Ministerio con relación al real decreto de precios de
referencia. Ese avance que intentábamos hacer ante el vacío que
existía y que existe en esta materia por parte de la propia
legislación estatal fue recurrido y actualmente está en los
tribunales. Hago este comentario con la única intención de manifestar
que si no se llenan estos vacíos, desarrollando aspectos normativos
que permitan a las comunidades autónomas gestionar con mayor
eficiencia un recurso como es el uso racional de la prestación del
medicamento, nos encontraremos en contradicción al contar con mayores
déficit en esta prestación y no tener herramientas de gestión al
alcance de nuestra legislación.

Una última referencia, y con ello concluyo, relativa a la necesidad
de adecuar la oferta y la demanda formativa



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de profesionales sanitarios en nuestro territorio. Entendemos que no
está resuelto la homologación de los colectivos médicos de atención
primaria, fundamentalmente los graduados antes de 1995. Ha de
resolverse el problema de los estudiantes de medicina, que no pueden
acceder a trabajar en el servicio público de atención primaria, lo
que supone que por ejemplo en Canarias, en el período de vacaciones,
no encontremos sustitutos para ofrecer una prestación de calidad,
cuando por otro lado, existen médicos en paro que no podemos
contratar al no estar homologada su titulación. Un comentario también
relativo al resto de las especialidades. Estamos de acuerdo con la
vía MIR, pero hay que reformar el actual sistema de cupos, irracional
para ciertas especialidades. En nuestra comunidad autónoma, en
determinadas islas, estamos financiado plazas de ciertas
especialidades que sistemáticamente no quedan cubiertas dentro de la
vía MIR, lo que está generando gravísimos problemas para la
prestación de esos servicios.

Concluyo ya. Ratificamos nuestro apoyo, señora ministra, en la medida
en que avancemos en la línea de desarrollo de nuestro servicio
nacional de salud, tal como lo hemos planteado. Resaltamos que el
actual Sistema Nacional de Salud es producto de una conquista de
todos, de nuestros ciudadanos. Ofrecemos un abanico importante de
prestaciones, existe un buen hacer por parte de nuestros
profesionales y una importante calidad, que por supuesto hay que
mejorar pero, indiscutiblemente, todos debemos sentirnos orgullosos
de nuestro Sistema Nacional de Salud para tener fuerzas para
defenderlo y mejorar su gestión.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Mingo.




El señor MINGO ZAPATERO: Señora ministra de Sanidad y Consumo,
señorías, quiero que mis primeras palabras en representación del
Grupo Parlamentario Popular, como han hecho otros grupos, sean de
cordial bienvenida a la ministra de Sanidad y Consumo. En segundo
lugar, señora ministra, mi más cordial felicitación por su espléndida
apuesta política por la sanidad pública. Ha hecho usted una
intervención amplia, prolija, marcando las pautas más importantes a
desarrollar en esta VII Legislatura en los próximos cuatro años, y lo
ha hecho, como no podía ser de otra manera, en virtud del contrato
que el Partido Popular ofreció a los ciudadanos españoles en las
pasadas elecciones: el programa del Gobierno del Partido Popular; y
también, como es natural, siguiendo las pautas marcadas por el
presidente del Gobierno en su discurso de investidura.

Quiero resaltar de su intervención el gran pacto por la salud que ha
ofrecido a todos los grupos parlamentarios; un pacto que pretende,
como es natural, ampliar las prestaciones de servicios y dotar de
mejor salud a todos los españoles, porque no solamente hablamos de
sanidad, sino que hablamos de consumo y de salud, de ese amplio
concepto de salud que ha estado inmerso constantemente en su
intervención. Resalta usted algo que ha sido destacado también por
otros portavoces, de manera diferente, en relación al qué y al cómo.

Ha insistido usted, a mi juicio con magnífico criterio, en el cómo.

¿Por qué? Porque cuando se hace una oferta de pacto es importante
definir no tanto el qué, que lo es y en el que la mayor parte de los
grupos políticos que han intervenido previamente van a estar de
acuerdo, sino el cómo, que muchas veces es difícil de asumir. Ha
hecho usted una apuesta radical, marcadamente definida y no es otra
que la cooperación. Y lo ha hecho aquí, en esta Cámara, en los 30 ó
40 días que lleva usted como ministra, poniéndose en relación con
todos los interlocutores del sector sanitario. Lo ha hecho en el
propio organigrama que ha encajado en el Ministerio de Sanidad y
Consumo, un organigrama que marca perfectamente la línea a seguir en
estos cuatro años y que da categoría superior al Consejo
interterritorial, a la alta inspección del Estado, al sistema de
acreditación de centros, es decir, al órgano vital de lo que debe ser
la cooperación y la colaboración entre todas las comunidades
autónomas en relación con el Ministerio. Así, el secretario general
que antes era de Asistencia Sanitaria ahora lo es de Gestión y
Cooperación Sanitaria. Este es un matiz importante que quiero
destacar y que planea sobre todo lo que es el cómo de ese gran pacto
de salud que ha ofrecido la ministra de Sanidad y Consumo a todos los
grupos políticos. Lo hace con voluntad de puertas abiertas, invitando
a todos los grupos parlamentarios al Ministerio para detallarles
cuáles son el modelo y el criterio de ese pacto,con un fin claro y
rotundo: la cohesión en todo el territorio nacional para garantizar
la mejor salud a todos los ciudadanos, afrontando los problemas
directamente, no rehuyéndolos, y acordando en el Consejo
interterritorial, que es el marco adecuado, las políticas que van a
afectar a todo el territorio nacional, porque, cuando preguntamos
para qué todo el mundo está de acuerdo: para garantizar la salud,
para garantizar la equidad, para garantizar el aseguramiento, para
garantizar el Sistema Nacional de Salud del que todos estamos
orgullosos y que todos queremos que mejore. ¿Cuáles son las pautas
que ha marcado la ministra y que han sido recogidas por los distintos
grupos políticos? La financiación. Todo el mundo está de acuerdo en
que son necesarios más recursos para la financiación; ya se
incrementaron en la legislatura pasada, y es propuesta de la ministra
incidir ante el Ministerio de Hacienda para recabar más. ¿Para qué?
Para seguir creando nuevos hospitales, para seguir creando nuevos
centros de salud, para completar el sistema de atención primaria,
para completar todo el proceso informativo, para garantizar una
asistencia de calidad basada en la evidencia a todos los ciudadanos,
para que haya una corresponsabilidad y una cohesión y para seguir
mejorando,



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como es natural, el sistema de financiación per cápita. Creo que en
esto estamos de acuerdo la mayor parte de los grupos políticos, como
también estamos de acuerdo en que hay que culminar el proceso
transferencial. La ministra ha hecho una exposición clara y rotunda
en el sentido, de completar y culminar el proceso de transferencias
que está ya marcado en un modelo descentralizado por la Ley General
de Sanidad.

La ministra ha hecho también referencia a las fórmulas de gestión y
ha abierto un nuevo capítulo de diálogo en este aspecto. Ha dicho que
contempla las nuevas fórmulas de gestión y lo hace sin criterios
apriorísticos, basados en el diálogo e implantando dichas fórmulas de
gestión de acuerdo con las comunidades autónomas y con las
características de cada centro y de cada comunidad autónoma, sólo
marcadas por una mejora de la integración en la atención primaria y
en la atención especializada con el fin de lograr una autonomía de
los centros para que se implante definitivamente la gestión clínica
y para que haya una medicina basada, repito, en la evidencia con la
incorporación de las mejores técnicas modernas en beneficio de lo que
tiene que ser el objetivo de cualquier centro hospitalario, que no
debe ser otra cosa que ofrecer los mejores servicios a los ciudadanos
y que el control de calidad de los mismos sólo sea la opinión del
paciente cuando salga del hospital y diga si le han tratado bien o
mal.

Asimismo la ministra ha hecho hincapié en el papel que los
profesionales tienen que desarrollar en el Sistema Nacional de Salud
y ha hecho apuestas concretas en relación con la formación
continuada, con el desarrollo del sistema MIR, con la valoración de
las plazas de pregrado y de posgrado, con un esfuerzo importante para
concluir con la interinidad, y con el desarrollo de lo que debe ser
un estatuto marco y una carrera profesional. La mayor parte de los
grupos políticos también estamos de acuerdo con esto y, por lo tanto,
sería una faceta más del gran pacto para la salud que ha ofrecido la
ministra.

Creo igualmente que la mayor parte de los grupos políticos están de
acuerdo en que hay que controlar el crecimiento del gasto de los
medicamentos. La señora ministra ya ha incidido en ello y se ha
reunido con representantes de las farmacias, de los colegios de
farmacéuticos y de Farmaindustria en estos primeros 40 días de su
gestión buscando, como es natural, una política de genéricos, una
política de precios de referencia y, desde luego, una política de
farmacia que sea asumible por todas las comunidades autónomas.

Otro capítulo que quiero resaltar muy brevemente es la incidencia que
la ministra de Sanidad y Consumo ha hecho en su intervención en la
salud pública, con especial referencia a los marginados y a la mujer,
una política de prevención que alargue la vida y que trate
adecuadamente, no ya sólo desde un punto de vista asistencial sino
preventivo, las distintas enfermedades,
como pueden ser las oncológicas, las degenerativas cerebrales o bien
la osteoporosis.

Ha insistido también, como lo hizo el presidente del Gobierno en el
discurso de investidura ,en la importancia, que la investigación
tiene en esta sociedad actual de la información. Tenemos que
continuar -la ministra así lo ha dicho- con ese incremento de los
recursos para fomentar toda la telemedicina y toda la informatización
de los distintos centros hospitalarios y de los centros de salud para
garantizar eso que todos conocemos que es fundamental, que es una
integración adecuada de la atención primaria y de la atención
especializada.




En aras de la brevedad, señor presidente, creo que la ministra de
Sanidad y Consumo ha insistido fundamentalmente en otro aspecto, que
no es el menor, que es el consumo. Ha hecho una apuesta por
incentivar la actuación del Ministerio en el consumo a través del
Instituto Nacional de Consumo y de todo lo que se refiere al capítulo
de los consumidores.

Para finalizar, señor presidente, haré una brevísima mención en
relación con las listas de espera. El Partido Popular ha manifestado
públicamente en bastantes ocasiones que las listas de espera no son
consustanciales con un sistema público de sanidad. Queremos hoy
ratificar este asunto. En la pasada legislatura se hizo un gran
esfuerzo para disminuir las listas de espera. Disminuimos los índices
de demora media en cantidades verdaderamente importantes y que son
recogidas por todos los grupos políticos. Ahora, el Consejo
interterritorial ha estudiado un nuevo modelo de tratamiento de
dichas listas de espera con el objetivo de reducirlas y de concluir,
en la medida de lo posible, no solamente las listas de espera
quirúrgicas sino también todas aquellas que afectan a otros medios
terapéuticos y, sobre todo, a los procedimientos diagnósticos. A mí
me gustaría, señora ministra, que usted nos diera, si fuera posible,
cuáles son las cifras que tenemos en el momento actual y cuál es la
política que el Consejo interterritorial ha dictaminado para los
próximos meses.

Con la seguridad de que el Grupo Parlamentario Popular va a asumir
ese gran reto de un gran consenso para la salud y con la esperanza de
que todos los grupos políticos colaboren con el Ministerio y con el
propio Grupo Parlamentario Popular, finalizo diciendo que estoy
convencido de que ese será el mejor éxito para todos los ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Finalizado el turno de intervención de los
distintos grupos parlamentarios, tiene la palabra la señora ministra
para dar contestación a dichos grupos.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): En
primer lugar, quiero expresar el agradecimiento por la bienvenida que
me han formulado



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en esta nuestra Comisión. Ello no era necesario porque soy diputada
de este Parlamento hace muchos años y para mí ha sido muy emocionante
volver hoy aquí, aunque a este lado de la mesa o de la colina. Repito
que ha sido para mí muy emocionante. Llevo muchos años trabajando de
portavoz de Política Social y a veces de Sanidad y creo que es un
trabajo importante y fundamental en un sistema democrático: el
control y la exigencia. Si a lo largo de esta pequeña intervención
piensan que he obviado algún tema, no lo interpreten así, sino que
todavía estoy un poco desengrasada de mi cultura parlamentaria. Si
algún asunto queda en el aire sin contestar, tengan por seguro que lo
haré por escrito o en próximas comparecencias.

Gracias por entender que el ser ministra, señora portavoz del Grupo
de Izquierda Unida, es debido a la lucha de la mujer. Yo lo comparto.

Soy la tercera mujer que es ministra. Aquí tenemos presente a la
anterior y la otra se nos pierde en la noche de los tiempos, pero fue
y sigue siendo una gran ministra de Sanidad en nuestro país. Ojalá
haya más. Yo también quiero trasladar a su grupo político la
satisfacción de ver que hay muchas mujeres portavozas, podríamos
decir, aunque sea una incorrección, de Sanidad. Eso quiere decir que
entre todas, con la ayuda de algún hombre, seremos capaces de
resolver lo que nos trae aquí.

Como he comentado en mi primera intervención, han pasado catorce años
desde la aprobación de la Ley de Sanidad, donde tal vez los
posicionamientos estaban más radicalmente enfrentados -y hablo de
todos-, lo que ha conllevado, por un proceso lógico del tiempo y de
la gestión sanitaria por las comunidades autónomas, que nos hayamos
ido acercando todos a una posición de buen entendimiento.

Quiero recordar, porque lo viví en este Parlamento no hace demasiados
años, el Pacto de Toledo. La señora portavoz del Grupo Catalán
(Convergència i Unió) sabe que surgió de una proposición no de ley su
grupo, que asumimos todos, incluido el Gobierno, en aquel momento del
Partido Socialista (la señora López i Chamosa: Fundamentalmente), que
negociamos desde el buen entendimiento, en la línea trazada por el
propio Ministerio de Trabajo para buscar soluciones buenas para
todos, soluciones a cuestiones que en un momento determinado de la
política habían dado lugar a enfrentamientos, pero en aquel entonces
la fruta estaba madura para conseguir lo que significó para todos el
Pacto de Toledo. El Pacto de Toledo tuvo un proceso largo -insisto,
yo participé en la primera parte- y lo hicimos desde el entendimiento
y desde la lealtad para buscar entre todos soluciones a problemas
reales. Por la experiencia que tuve en el Pacto de Toledo, tengo que
decir que mi actitud en este momento es la misma que tuvieron en
aquel momento el Gobierno del Partido Socialista y los propios grupos
políticos representados en esta Cámara -insisto, yo era portavoz del
Partido Popular- para buscar soluciones, para que las
pensiones no fueran armas arrojadizas, para garantizar a los
pensionistas un sistema de revalorización automática y para buscar
soluciones a la Seguridad Social, a una parte del sistema de
protección social, porque lo que nos ocupa hoy también forma parte
del sistema de protección social, aunque con fuentes de financiación
diferenciadas.

Yo creo que entre todos podemos buscar esas soluciones y yo he
escuchado con mucha atención la intervención de la portavoz del Grupo
Socialista, la señora Valentín, así como las del resto de los
componentes de esta Comisión, y en lo básico estamos de acuerdo,
porque en ningún momento en mi intervención ni en mi forma de
entender la sanidad he hablado de privatizar. Es algo que en este
momento no se le ocurre a nadie. Esa arma arrojadiza de privatizar o
no, que no la ha utilizado la señora Valentín en ningún momento, no
puede ser interpretada como punto de desencuentro.

La señora Valentín, como algún otro portavoz, ha hablado de modelo
economicista y de que no comparezca aquí el señor Rato. Tal vez sería
bueno que hiciéramos comparecer aquí en un momento determinado al
señor Rato, y en ese caso yo me pongo ahí con ustedes. Es normal, es
el ministro de Economía, aunque tal vez nos equivocáramos y
tuviéramos que llamar al ministro de Hacienda, que es el que reparte
los dineros públicos en el presupuesto general del conjunto de las
diferentes acciones que se llevan a cabo a través de los diversos
ministerios. Lo que sí es cierto es que todos los estudiosos de la
planificación sanitaria y del modelo de solución de los problemas del
Sistema Nacional de Salud cada vez más hablan de algo que es
inevitable, de dinero. Por consiguiente, si los españoles hemos
decidido, y yo creo que es lo que hay que hacer, que la financiación
del Sistema Nacional de Salud sea vía impuestos y no vía cuotas -fue
una vieja batalla que mantuvimos durante un tiempo en este
Parlamento; era bueno separar las fuentes de financiación, era
negativo que los trabajadores pagaran por dos veces la sanidad, por
cuotas y por impuestos-, yo creo que la separación en la anterior
legislatura de las fuentes de financiación es básica para que podamos
seguir avanzando en lo que creo que es común en todas las
intervenciones, que es la solución de aquellos problemas que todavía
tiene el Sistema Nacional de Salud. La separación de las fuentes de
financiación ha sido importante y en ese camino tenemos que seguir
andando.

Como bien decía también el portavoz del Grupo Popular, al que
agradezco su apoyo, es cierto que esta ministra va a pedir más dinero
para la sanidad. Creo que es mi obligación transmitir al resto de los
componentes del Gobierno y sobre todo al ministro de Hacienda las
necesidades de un Sistema Nacional de Salud acorde con la situación
actual de la población y sobre todo lo que para mí es fundamental -lo
comparto absolutamente con la señora Valentín y creo que también
subyacía en la intervención de casi todos ustedes-



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es el ciudadano. Creo que lo he intentado dejar muy claro en mi
primera intervención. Es importante que el sistema esté al servicio
de los ciudadanos y que estos se sientan bien atendidos por el
sistema. Lógicamente, hay que introducir los profundos cambios que
está sufriendo la sociedad española, como el resto de las sociedades
occidentales: nuevas tecnologías, nuevas enfermedades, envejecimiento
de la población, etcétera. Tenemos que estar preparados con tiempo
para esas nuevas realidades y para las nuevas exigencias de los
ciudadanos; cuanto mejor sea el sistema, más exigente será el
ciudadano, y eso es bueno. Por ese camino va el pacto sanitario del
que hablo.

Señora diputada representante del Grupo Vasco, señora Uría, yo no
puedo hablar hoy de cuáles son los catálogos de prestaciones en el
entorno de la política social porque pretendo que eso constituya el
pacto sanitario. Si vengo aquí diciendo cuáles son las normas, sobre
qué tenemos que hablar y qué tenemos que decir en el pacto sanitario,
¿dónde está la libertad? ¿Dónde las aportaciones del conjunto de los
grupos políticos para configurar el pacto? Si es posible ponerlo en
marcha, habrá un catálogo de temas a discutir, que será ampliado por
las aportaciones de los portavoces de los grupos políticos. Ahora
bien -insisto-, si yo digo: se habla de esto, con estos ritmos y en
estos tiempos, difícilmente podría entenderse que el talante es
negociador y que se trata de buscar soluciones entre todos; estaría
imponiendo los temas de los que vayamos a hablar.

Hablando de sanidad, hay un segundo aspecto fundamental para mí: el
Consejo interterritorial. Contestando a la pregunta que han planteado
también algunas de SS.SS de cuándo se va a culminar el proceso de
transferencias, les diré que lo más rápidamente posible. Estaría bien
que pudiéramos tenerlo terminado antes del nuevo pacto de
financiación, pero no soy yo solamente la que tiene que poner las
condiciones. En las conversaciones que hemos iniciado ya con las
comunidades autónomas estamos analizando las condiciones de las
transferencias. El mandato del presidente del Gobierno y mi propósito
es que estén culminadas antes de que finalice la legislatura, pero
por el otro lado tiene que haber voluntad real de aceptarlas. (La
señora Valentín Navarro: Sí que la hay.) La señora Valentín me
apostilla porque, seguramente, como consejera que ha sido de una
comunidad autónoma, sabrá la opinión de esa comunidad, pero yo tengo
la obligación de hablar de todas. En cualquier caso, señora Valentín,
estamos hablando con el consejero de Sanidad de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha para que su comunidad sea de las
primeras, si no la primera; lo mismo que Extremadura, que también ha
demostrado voluntad real de recibir las transferencias, y las demás,
incluida la comunidad de Madrid, Asturias... todas, pero tiene que
darse ese punto de encuentro entre la comunidad autónoma y el
Ministerio para que el empeño llegue a convertirse en realidad en el
menor plazo
posible, solamente porque el hecho de gestionar nos sitúa en la
realidad, más allá de los deseos; es que hablamos de un mandato
constitucional y debo y quiero llevarlo a cabo.

Creo que con esto he respondido a la pregunta sobre transferencias.

En cuanto al diálogo social, no me gustaría dejar de aclarar a algún
grupo político que ha hecho un análisis negativo del pacto que casi
siempre hay dos formas de ver la vida: con un mínimo de optimismo y
con una enorme carga de pesimismo. De ninguna intervención de los
señores portavoces ni de la mía propia puede desprenderse para los
medios de comunicación que el modelo de Sistema Nacional de Salud que
nos hemos dado los españoles es negativo; creo que es profundamente
positivo y eficaz. Normalmente las noticias que se dan y los análisis
que se hacen aquí son sobre las cuestiones que todavía no se han
resuelto, pero sería profundamente injusto con el sistema si
dijéramos que no es el mejor sistema; es que lo es, y pocos países
tienen un mejor sistema sanitario que este. Tal vez me lleva a esto
mi excesivo optimismo de ver siempre la botella medio llena y nunca
medio vacía, pero yo le diría a la portavoz del Grupo de Izquierda
Unida que intente ver también la parte positiva. En ese pacto de
sanidad que yo planteo se hablará precisamente de las cuestiones que
a ella todavía le preocupan y muchas de ellas nos siguen preocupando
a todos, aunque algunos no tengamos ese concepto tan absolutamente
cerrado y dogmático de determinadas cuestiones. Yo no acuso a la
señora portavoz de dogmática, Dios me libre, sino que la llamaría a
la reflexión para buscar entre todos soluciones a modelos de gestión,
ya que, de hecho, comunidades autónomas que lo tienen transferido,
desde su absoluta autonomía, desde su absoluta decisión de acabar -y
estoy convencida de ello- con el problema, han tomado caminos
diferentes, pero que si se analizan en profundidad se ve que vienen a
ser más o menos los mismos; si analizamos tranquila y serenamente los
caminos de nuevas formas de gestión acordados en la comunidad
autónoma andaluza, en la canaria, en la vasca, en la catalana, en la
valenciana, salvo algunos temas muy concretos, veremos que todos
ellos se aproximan de forma importante y estoy convencida de que
todos van en la búsqueda de solucionar los problemas reales de los
ciudadanos a la hora de conseguir una mejor asistencia sanitaria y
una mejor solución de los problemas que se les plantean.

Se nos presentan problemas, como he dicho antes, cambiantes. Qué duda
cabe de que los temas relacionados con el genoma humano van a cambiar
la dinámica del análisis de las enfermedades y de la medicina.

Tendremos que estar preparados para la utilización de los sistemas
informáticos y ya hay una apuesta decidida por parte del Gobierno, a
través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, con el que ya hemos
iniciado las conversaciones y estamos poniendo en marcha proyectos



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para, diría, unir las inversiones que tanto el Ministerio de Sanidad,
las comunidades autónomas, el Ministerio de Ciencia y Tecnología
estamos haciendo en la investigación sanitaria. Creo que en ese tema,
igual que en todos los que estoy hablando, el Consejo
interterritorial de Salud debe ser un punto de encuentro fundamental.

Efectivamente, como bien decía la representante del Grupo Vasco, hay
comunidades que llevan más tiempo -Cataluña también lleva más tiempo-
en la gestión del sistema sanitario y que lógicamente tienen
acumulada más experiencia. Creo que el Consejo interterritorial es un
buen espacio para poder intercambiar y hablar de esas experiencias,
para intercambiar esas experiencias para que algunos que todavía no
tienen las transferencias no cometan los mismos errores que otros
puedan haber cometido. Desde luego, el que exista la Dirección
General del Consejo Interterritorial no tiene ninguna otra misión que
estar al servicio de dicho Consejo interterritorial y, por tanto, del
conjunto de comunidades autónomas, con competencias transferidas y no
transferidas, como punto de encuentro, de búsqueda de documentación,
para todo aquello que cada consejero y cada comunidad considere en un
momento determinado. En mi primera comparecencia ante el Consejo hice
llegar a los consejeros el mensaje de que esa no era una Dirección
General del Ministerio al servicio de la ministra ni de ningún alto
cargo, sino al servicio del conjunto de las comunidades autónomas y
como tal lo hemos concebido.

Ha sido voluntad de esta ministra no dedicar excesivo tiempo al
Insalud. Yo no soy la ministra del Insalud, también del Insalud, pero
no del Insalud. En ese sentido, espero que en las siguientes
comparecencias de otros altos cargos de este Ministerio, de los
cuales depende realmente la gestión del Insalud, puedan ustedes
profundizar en las medidas concretas que se vayan a llevar a cabo en
el propio Insalud en el tiempo que nos queda de gestionarlas.

Es cierto que se me han olvidado algunos temas. Se ha hablado aquí de
salud mental. Como saben de acuerdo con las comunidades autónomas y
de acuerdo con las políticas sociales, que cada vez inciden más en
las políticas de salud mental, estamos intentando buscar soluciones
iguales para todos y que podamos ser capaces de resolver los
problemas teniendo en cuenta que la salud mental ya no solamente es
una competencia del Ministerio de Sanidad, sino que, como muchas
otras competencias del mismo -y me refiero también a las socio-
sanitarias-, están ubicadas no solamente en otros ministerios sino
también en otras consejerías, en aquellas comunidades autónomas que
tienen transferida la sanidad, que son todavía pocas, pero el
conjunto de políticas sociales sí están transferidas a las
comunidades autónomas. Tendremos que buscar de nuevo en el seno del
Consejo interterritorial esa complicidad, que ya he visto expresada
en los medios de comunicación de consejeros de alguna comunidad
autónoma,
como de la andaluza y, entre todos, Ministerio de Trabajo, Ministerio
de Sanidad, Consejería de Bienestar Social, Consejería de Sanidad,
Consejo interterritorial de la Salud, debemos buscar soluciones que
son ya necesarias -y estoy de acuerdo con la señora Valentín- poner
en marcha, como es la atención sociosanitaria. Estoy convencida de
que seremos capaces de conseguir estos acuerdos que se tienen que
convertir en saber qué financiación van a poner las comunidades
autónomas, qué financiación vamos a poner los ministerios y qué
aportación, contando con los municipios. Quiero decir que tengo una
cierta experiencia en la atención sociosanitaria por mis cinco años
como alcaldesa de Málaga y dan unos resultados fantásticos. Hemos
sido capaces de poner en marcha proyectos innovadores que han dado un
magnífico resultado y son perfectamente transferibles a otros
ayuntamientos. Creo que vía la FEMP seremos capaces de aunar esas
experiencias dispersas de algunos ayuntamientos para convertirlo en
un marco global que haga posible que la financiación que aportamos
cada uno sea más rentable socialmente hablando.

Se ha hablado también del estatuto marco. Debo decir que es un
proyecto que hasta ahora no ha dado a luz, es como un parto enorme,
porque llevamos 14 años hablando del estatuto marco. Alguna vez he
hablado del mismo, así como ministros anteriores. Pienso que si hasta
ahora no se ha traído ha sido por las enormes dificultades que
conlleva. Hemos mantenido ya conversaciones con los sindicatos.

Creemos que es necesario un diálogo fluido, sin reservas mentales,
con los sindicatos para resolver el estatuto marco, teniendo en
cuenta las competencias de las comunidades autónomas, que en ningún
caso pretendemos invadir. No traslade usted a esta Comisión problemas
que corresponden a políticas que, aunque nos preocupan a todos, no se
refieren al modelo de sanidad.

Esperamos ser capaces de resolver los problemas del estatuto marco y,
si es necesario -y me gustaría que este tema fuese parte de ese
diálogo sanitario-, saber hasta dónde y cómo llevarlo, porque es
complicado traer aquí un estatuto marco. Imagínense ustedes que yo me
subo al caballo blanco, cosa que no hago nunca, decido traerlo y se
aprueba. Si las comunidades autónomas no lo van a aplicar, porque
tienen otros modelos diferentes y tienen derecho a hacerlo,
difícilmente podremos aplicar ese estatuto marco en su totalidad. Por
sentido común, por el sentido que he dado a mi vida política de
diálogo, de consenso, y porque sería malo para el conjunto de los
trabajadores del sistema, creo necesario que se plantee este tema en
ese pacto sanitario.

También se ha hablado del gasto farmacéutico. Señorías, eso es algo
que a todos nos atañe y a todos nos preocupa, porque en España el
gasto sanitario sigue siendo excesivo en relación con otros países de
la Unión Europea en porcentajes del PIB. En este



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momento el gasto total farmacéutico, no el público, en relación con
porcentajes del PIB de países de la Unión Europea, es el siguiente:
España está en 1,5; Austria está en 1,2; Alemania en 1,3; Finlandia
en 1,1; Francia en 1,7; Holanda en 0,9; Italia en 1,5. Cuando nos
trasladamos al gasto público, es decir, lo que nos gastamos dentro de
los Presupuestos Generales del Estado, los porcentajes son los
siguientes: Alemania está en un 0,9; Bélgica en un 0,6; Dinamarca en
un 0,4; Finlandia en un 0,5; Francia en 1 y España en 1,1, del PIB.

Creo que este porcentaje es mayor, porque esto son fuentes de
prorrateo OCDE 1999, pero cuando analizamos los datos reales de gasto
farmacéutico estamos en torno al 25 por ciento del total que
dedicamos a la sanidad: de los cinco billones, un billón trescientos
mil millones se dedican a gasto sanitario. Esto significa que
seguimos gastando excesivo dinero en productos farmacéuticos. Yo creo
que se han hecho esfuerzos importantes en estos años. De hecho, el
incremento del gasto en el período 1986-1995 fue del 14,6 acumulativo
y en el período 1996-1999 del 8,6. ¿Podemos estar satisfechos? No,
tenemos que seguir trabajando en la búsqueda de soluciones para el
control del gasto farmacéutico. Aquí tenemos que ser profundamente
claros. Yo pretendo que las medidas coyunturales sean las menos
posibles.

Me gustaría poner en marcha el pacto sanitario lo antes posible.

Algún portavoz me pide, la señora Riera entre otras, que no tome
demasiadas medidas mientras esté hablando de pacto sanitario. Hay
veces que lo mejor es enemigo de lo bueno. Si no conseguimos que el
pacto sanitario se ponga en marcha rápidamente posiblemente usted
misma, señora Riera, y si no otros portavoces y con razón, me
acusarían de no saber tomar medidas, de inacción. Tendríamos que
buscar el equilibrio entre tomar medidas concretas que no afecten al
modelo sanitario y que hagan posible ese pacto sanitario del que
estamos hablando. Pero deberá entender la señora Riera que seguimos
gastando mucho en medicina, y que tenemos que introducir mejoras.

¿Que me gustaría que todas esas mejoras en el gasto farmacéutico se
tomaran en el seno del Consejo interterritorial? Sí, porque esto no
afecta solamente a la ministra de Sanidad. Es muy fácil decir a la
ministra de Sanidad que no sabe controlar el gasto farmacéutico. A mí
me gustaría que hubiese la posibilidad de preguntar a los consejeros
de Andalucía, Cataluña, País Vasco, Canarias. ¿Por qué? Porque todos
estamos inmersos en el mismo problema. Precisamente el Insalud,
gestión de este Ministerio, y el de Andalucía son los que mejor
estamos controlando el gasto farmacéutico, según datos a los que
podemos tener acceso, que en este tema concreto son casi todos, por
no decir todos. Siendo un problema de todos, a mí me gustaría dejarlo
en un problema de todos y, por lo tanto, que entre todos en el
Consejo interterritorial seamos capaces de buscar esas soluciones, y
las encontraremos si no lo utilizamos
como arma arrojadiza política, por lo menos en el seno del Consejo.

El Parlamento tiene su papel, los portavoces parlamentarios y los
grupos políticos tienen su papel, que deben cumplir porque es la
exigencia que marca la propia Constitución y el propio hecho de la
democracia, que es el control del Ejecutivo, entre otras cosas. Pero
déjenme que en el seno del Consejo interterritorial aparque y
aparquemos todos nuestras vinculaciones a cada uno de los partidos
políticos que nos han llevado a gestionar, o bien a una comunidad
autónoma o bien en este caso al Ejecutivo nacional para buscar puntos
de encuentro. Ha sido mi deseo desde el principio. Creo que en la
primera reunión -y debo agradecer a cada uno de los consejeros el
esfuerzo que han hecho, transferidos y no transferidos- las
aportaciones realizadas por los consejeros de las comunidades
autónomas no transferidas fue enorme y no tenían competencias
directas. Por lo tanto me gustaría ese ejercicio de buena voluntad,
ese ejercicio de búsqueda de soluciones entre todos que en el Consejo
hemos conseguido que se pronuncie y que se establezca, y voy a hacer
todos los esfuerzos posibles porque así sea. Ese camino emprendido lo
vamos a seguir con mayor o menor éxito, eso depende de muchos, pero
yo lo voy a intentar por todos los medios y estoy convencida de que
los consejeros de sanidad lo van a intentar también.

Por consiguiente, pretendo que en el ámbito del Consejo no entre la
política, y me refiero a la política partidaria. Aquí y en los
parlamentos autonómicos es la esencia del sistema democrático. Por lo
tanto, sería absurdo pedir que no se produjeran los lógicos
enfrentamientos, las lógicas críticas de los partidos políticos. Pero
en el seno del Consejo hemos buscado un camino de encuentro, y cuando
menos desearía que pudiéramos seguir trabajando en él. Desde luego el
gasto farmacéutico es uno de los problemas que tendremos que discutir
en ese Consejo, buscando consenso. Estoy convencida, como lo fue en
el primero, de que los consejeros de sanidad de las comunidades
autónomas no transferidas harán una aportación fundamental, la
hicieron ya porque, entre otras cosas, hay grandes expertos
sanitarios en esas consejerías y aportaron medidas importantes que se
recogieron en el documento final.

Se habla de la financiación. Ya hemos planteado la voluntad política
de este Ministerio de contribuir a la búsqueda de esas soluciones
para transmitirlas al resto de los miembros del Gobierno, sobre todo
al Ministerio de Hacienda, por cuanto yo invito también a los
diferentes partidos políticos que tienen competencias transferidas
que hagan el mismo ejercicio, y también al consejero de Sanidad con
la consejera o consejero de Economía y Hacienda en su difícil labor
para conseguir mayores fondos para políticas relacionadas con el
Ministerio de Sanidad, porque tendremos que plantear -y de hecho ya
lo estamos haciendo en el Ministerio- para la negociación del modelo
de financiación si



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algún presidente de las comunidades autónomas tiene que estar
incluido en el marco general de la negociación o si todavía la
financiación debe ser finalista y condicionada. Hay debate sobre esa
cuestión, que será una de las que también tendremos que resolver.

También se tendrá que resolver en el seno de las propias comunidades
autónomas porque creo que habrá diferentes criterios.

Yo quiero dar unos datos sobre la evolución de la financiación
estatal de la asistencia sanitaria, teniendo en cuenta que la
financiación siempre se ha hecho en torno al PIB y no en torno al
IPC. Lo digo porque alguien puede entender que por ahí hemos ido. Por
ejemplo, partiendo de un presupuesto base 100, en el año 1995 la
evolución de la financiación en términos de precios/IPC 1999 hubiera
sido 110,8 puntos; en términos de PIB ha sido 125,1 puntos. Por lo
tanto, creo que el esfuerzo se ha acumulado a lo largo de todos estos
años, y no me estoy refiriendo solamente a los últimos cuatro años, y
creo que tendremos que seguir profundizando en una mayor asignación
financiera de la sanidad. Insisto, han sido importantes no sólo a lo
largo de estos años, sino desde el año 1993, sobre cuyos datos he
trabajado en este momento. Por lo tanto, seguiremos trabajando con la
colaboración de todos. Tampoco quiero transmitir la sensación de que
desde que la Ley de sanidad es aprobada no se han hecho esfuerzos. Se
han hecho esfuerzos e importantes y seguiremos en ese mismo camino.

Respecto a preguntas más concretas que los señores diputados han
formulado a lo largo de esta comparecencia, y pidiendo disculpas si
alguna no he contestado porque posiblemente no la recuerde en este
momento o no tenga los datos en la mano, pero serán contestadas,
quiero decir que utilizar el número de camas como permanente
referencia de la mala sanidad que tenemos los españoles es una
mecánica que tampoco se usa demasiado en los sistemas más avanzados.

Además, si usted compara los datos relativos a las camas
hospitalarias con los del resto de los países de la Unión Europea -
me estoy refiriendo a la portavoz del Grupo de Izquierda Unida-,
usted verá que en el número de camas totales España tiene un papel
regular, pero cuando pasamos a camas hospitalarias -es decir, agudos
o crónicos-, las necesidades mayores en otros países de la Unión
están dirigidas más a camas de larga estancia que a las de agudos.

Por lo tanto, con el planteamiento de los socios sanitarios que hemos
hecho aquí entre todos creo que podemos empezar a resolver ese
problema.

Aparte le voy a dar un dato respecto al número de camas. Con la
medicina ambulatoria, con los hospitales de día, etcétera,se está
resolviendo un problema que era endémico en el pasado. La propia
dinámica no sólo de los sistemas de gestión sino de los avances
tecnológicos y sanitarios no hacen necesario como base fundamental
del análisis de un buen sistema sanitario sólo y exclusivamente el
número de camas. Le voy a dar un
dato. Por ejemplo, el señor Blair solamente en la ciudad de Londres
va a destruir en cinco años 5.000 camas no porque quiera bajar el
sistema, sino porque no le son ya necesarias. Por lo tanto, no
convirtamos el sistema en el santo y el santo en la peana, es decir,
busquemos soluciones al Sistema nacional de Salud, siendo capaces
todos de abandonar algunos prejuicios, en tanto juicios previos que
la propia dinámica de la realidad nos está adelantando.

Señora Valentín, fíjese si me importa el ciudadano -siguiendo los
criterios del señor Blair- que coincido con él cuando decía que hay
que poner la calidad en el corazón del Sistema Nacional de Salud. Eso
es lo que yo pretendo: la calidad para el servicio al ciudadano, la
mejor calidad posible. En ese sentido van todas las medidas en
políticas de motivación del personal sanitario.

Antes hablábamos del gasto farmacéutico, pero no olvidemos que el
gasto farmacéutico lo prescriben los médicos. Por lo tanto, tenemos
que adoptar medidas de convencimiento al conjunto de los que
prescriben para un mayor uso del genérico, para una mejor adecuación
a la hora de recetar medicinas, porque la única solución del sistema
y de la atención primaria no es recetar medicinas. Nosotros
planteamos un análisis del sistema asistencial primario para buscar
soluciones que resuelvan el problema de la sensación que en algún
momento pueda tener algún paciente de una mala asistencia. No se
sustituye una mala asistencia con un excesivo uso del medicamento.

Quiero terminar mi intervención refiriéndome a una pregunta que han
formulado la señor Valentín y el portavoz del Grupo Popular, me
refiero al plan de choque. Es cierto, señora Valentín, que aprobamos
un plan de choque, efectivamente la puesta en marcha se anunció para
el día de hoy. Se ha puesto en marcha ese plan de choque territorio
Insalud. Teniendo en cuenta que hay otras comunidades autónomas que
ya han presentado sus planes de choque, como es la comunidad andaluza
y la comunidad catalana, sin embargo nosotros nos hemos limitado al
territorio Insalud. El objetivo de este plan es que a 30 de
septiembre del año 2000 la demora máxima para intervenciones en
cirugía cardiovascular sea de sesenta días; el plazo ha comenzado
hoy. La fase inicial para las actuaciones tendentes a incrementar la
actividad finaliza el 30 de septiembre y la fase de mantenimiento
posterior tiene como finalidad mantener la demora máxima en los
sesenta días.

Respecto a las actuaciones previstas en las listas de espera ya
existentes, como usted sabe algunos hospitales -los hospitales de La
Paz y la Princesa- no tenían cama de reanimación y se está en ello
para solventarlo; se va a asignar más jornada quirúrgica en horario
de mañana; la programación de intervenciones en época estival -que
como ustedes saben los rendimientos bajan por las vacaciones- vamos a
incrementarla y vamos a ser muy cuidadosos con el uso del quirófano



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por las tardes para que las mal llamadas peonadas no signifiquen una
mala gestión del horario de mañana sino todo lo contrario. Los
horarios de mañana se van a controlar para que no suceda algo que
ocurre pocas veces, lo que usted llama la desviación de enfermos a la
tarde, para cobrar por, lo que usted mal llama, peonadas. Los
gerentes y jefes de servicio ya tienen las órdenes adecuadas para el
control de esa situación.

Se va a poner en marcha la programación de los 13 hospitales del
sistema. El ciudadano que quiera esperar más de dos meses, tendrá que
aceptar por escrito que quiere esperar más de dos meses porque tiene
más confianza en el servicio de su hospital de referencia, pero
tendrá que determinar por escrito que lo acepta y, en caso contrario,
se desviará a un servicio de un hospital del sistema público y como
último recurso irá a un centro concertado. en este sentido con el
nuevo proyecto las previsiones que tenemos son de 417 intervenciones
más en el sistema público y planeamos la derivación a hospitales
concertados de 172 procesos.

La financiación de las listas de espera se hará con el presupuesto
ordinario del Insalud y constará de 181.652.0000 pesetas, destinadas
a gastos de personal; 293.300.000 pesetas se emplearán en gastos de
material y el coste de las derivaciones será de 252 millones de
pesetas.

Como verán, estará en torno a 600 millones de pesetas el importe
total del plan de choque que, como he dicho, irá con los presupuestos
ordinarios del Insalud porque, entre otras cosas, en el Consejo
interterritorial acordamos que los planes de choque de la lista de
espera los asumirá cada sistema de salud con cargo a sus presupuestos
ordinarios. Diferente es lo que a final de año se deduzca de la
comisión de expertos que hemos creado en el seno del Consejo que,
lógicamente, formaría parte del nuevo modelo de financiación 2002-
2005.

Se me han podido quedar algunas cosas sin contestar, por lo que pido
disculpas a los intervinientes, pero creo que en líneas generales he
contestado a todas las preguntas planteadas. Agradezco su
intervención y la actitud de diálogo de la mayoría de los grupos que
componen esta Cámara y me pongo a su disposición garantizándoles que
no será posible la negociación y el consenso si no tienen como
preámbulo la lealtad absoluta. Por lo tanto, ofrezco a esta Cámara
lealtad y transparencia en la negociación para conseguir los
objetivos que a todos los que componemos esta Comisión nos mueven,
que son una mejor sanidad para todos, una garantía de
universalización y de calidad en el sistema público de sanidad y
conseguir que los ciudadanos se sientan cada vez más contentos de
nuestra forma de gestionar la sanidad.

Muchísimas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra. (La señora
Valentín Navarro pide la palabra.)
Señora Valentín, ¿para qué me solicita la palabra?



La señora VALENTÍN NAVARRO: Señor presidente si me permite, quisiera
comentar dos cuestiones de forma telegráfica. Me parece que, por la
hora que es, se puede todavía hacer alguna reflexión, repito,
telegráfica.




El señor PRESIDENTE: La señora Valentín sabe que no existe turno de
réplica en estas comparecencias. No obstante, si es telegráfica y
concreta alguna pregunta, como esta Presidencia estima y comparte lo
que ha dicho la señora ministra respecto a que quizá no haya
contestado puntualmente a algo, aunque cree por otro lado que ha sido
amplia su contestación a todos los grupos sobre los temas importantes
que se han planteado en sus intervenciones, le doy tres minutos para
alguna puntualización concreta que quiera hacer a la señora ministra,
contando la señora Valentín con que habrá datos que posiblemente la
señora ministra no tenga y no le pueda dar en este momento, por lo
que, como ha dicho, ha ofrecido su colaboración en mandarlos por
escrito o facilitarlos en futuras comparecencias.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Gracias, señor presidente.

En primer lugar, señora ministra, ha sido tan emocionante para usted
volver a esta Cámara y le merece tanto respeto el Parlamento, que en
esta era de los planes frenéticos de choque del Partido Popular ha
preferido usted dar los datos sobre el plan de choque de listas de
espera de cirugía cardíaca, exclusivamente, a los medios de
comunicación antes que explicárnoslos a los representantes de los
ciudadanos, precisamente aprovechando el receso que ningún grupo
político ha pedido y que se ha producido después de su intervención.

En segundo lugar, quería comentar que ha pasado muy de puntillas
sobre los temas importantes de la sanidad de este país y que entiendo
que respecto a las preguntas concretas que se le han planteado pueda
no tener los datos aquí, pero me gustaría relatarlas telegráficamente
para que en algún momento podamos tener su respuesta: Financiación,
incremento de recursos y criterios de reparto. Transferencias, plazo.

Política farmacéutica, medidas concretas y qué piensa de la
liberalización de las oficinas de farmacia. Plan nacional de salud
mental. Personal, marco de relaciones, carrera profesional, sistema
de retribuciones y oferta pública de empleo de 1997. Salud pública.

Agencia Nacional de Seguros de la Alimentación (funciones y
dependencia). Centro Nacional de Investigación Oncológica. Plan
estratégico del Insalud. Listas de espera generales, señora ministra,
no nos ciñamos a la punta del iceberg que son las listas de espera de
cirugía cardíaca. Creo que los ciudadanos españoles tenemos derecho a
saber en qué situación nos encontramos a la hora de esperar cualquier
tipo de acceso al servicio sanitario.




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Por último, con respecto al pacto, señora ministra, lo plantea usted
con idéntica finalidad que se planteó la subcomisión en el año 1996.

¿No sirven las conclusiones de aquella subcomisión del año 1996? El
modelo lo tenemos definido. La gestión tiene que llevarla a cabo cada
comunidad autónoma porque tienen que transferir inmediatamente la
gestión de los servicios sanitarios, con lo cual sería importante que
usted, como ministra, cumpla con aquellas competencias, como son
personal, política farmacéutica, alta inspección, prestaciones,
financiación, y por supuesto de autoridad sanitaria y de coordinación
para garantizar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos ante
los servicios sanitarios. (El señor Mingo Zapatero pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Mingo.




El señor MINGO ZAPATERO: Señor presidente, simplemente para aclarar
un asunto. Es cortesía parlamentaria que después de la intervención
del ministro compareciente haya cinco minutos para que los portavoces
de los distintos grupos puedan clasificar y ordenar su debate. Si el
señor presidente no lo hubiera hecho el Grupo Parlamentario Popular
habría pedido esos cinco minutos de cortesía. (El señor Aymerich Cano
pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Aymerich.




El señor AYMERICH CANO: Señor presidente, haciendo uso del turno
telegráfico de réplica, que supongo que tendremos todos los grupos,
sólo quería poner de manifiesto unas cuestiones que la señora
ministra no respondió. Le pregunté sobre la política que el
Ministerio va a realizar acerca de la salud y los derechos
reproductores de las mujeres; si va a garantizar el Ministerio,
puesto que cae dentro del ámbito de sus competencias, dentro de los
estrechos marcos en que se reconoce en la legislación vigente, el
derecho de las mujeres a abortar dentro del sistema sanitario
público, con la regulación de la objeción de conciencia, legítima
también, del personal sanitario. Le pregunté acerca de la
exclusividad y de la incompatibilidad del personal sanitario que
ejerce en la red pública, si va a poder o no ejercer en la red
privada. Tampoco contestó a esto, y no creo que sea una cuestión de
datos, es una cuestión de voluntad política, o de línea política que
se pretende seguir por parte del Ministerio. Creo que estoy en mi
derecho de hacerle estas preguntas puesto que está aquí para dar
cuentas y para que la controlemos, en el sentido parlamentario del
término. (La señora ministra de Sanidad y Consumo, Villalobos Talero:
Menos mal.-Risas.)
Le pregunté también acerca de los criterios de dispersión poblacional
y de envejecimiento de la población, que como justifiqué en mi
intervención primera
perjudican el actual sistema de financiación de mi país, de Galicia.

(La señora Castro Fonseca pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Señora ministra, muy brevemente, para
decirle que me da la sensación de que ha habido un desencuentro entre
usted y yo que no está fundamentado en mi discurso sino en sus
prejuicios personales. Yo, como española, valoro muchísimo el
Servicio Nacional de Salud, producto de conquistas históricas de más
de 100 años de lucha de la clase trabajadora; lo único que he querido
dejar claro en este foro es que vamos a defender este Servicio
Nacional de Salud con uñas y dientes. Si usted está en ese camino,
estaremos juntas; si usted, por el contrario, persiste en las
políticas de los últimos cuatro años del Partido Popular, tendrá una
firme contrincante en esta portavoz de Izquierda Unida.




El señor PRESIDENTE: Cuando quiera puede contestar la señora
ministra, rogándole la misma brevedad que al resto de los
comparecientes.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): La
emoción no me nubla el entendimiento, ni muchísimo menos.

Señora Valentín, en primer lugar me gustaría que usted entendiera que
yo podré ser culpable, si usted lo quiere poner en esos términos tan
amables, de las listas de espera del Insalud, pero desde luego de las
que tiene su compañero Vallejo, no; de esas, no. Por tanto, es muy
difícil que yo le pueda dar a usted listas de espera globalizadas
para que los españoles sepamos de qué hablamos cuando el señor
Vallejo no me las da. Es muy complicado. Además, no se las da tampoco
al Parlamento de Andalucía. Creo que hace unos días las dio por
hospital a los medios de comunicación precisamente. Hay cuestiones,
señora Valentín, que debemos situar en el ámbito de lo que debe ser,
del deber ser. En ese sentido, cada comunidad autónoma -por eso se ha
creado ese grupo de expertos- tiene diferentes formas de ver las
listas de espera y de cuantificarlas. Lo que pretendemos en el
Consejo Interterritorial es buscar una única fórmula precisamente
para conseguir lo que hasta ahora no se ha hecho, que los españoles
sepan de verdad, en términos homogéneos, qué listas de espera
tenemos. Ese es el camino en el que voy a seguir trabajando; me
encantaría encontrarme con usted en él pero, si no, lo seguiré sola.

Hace S.S. algunas preguntas añadidas a su primera intervención,
porque del oncológico ni siquiera había hablado (La señora Valentín
Navarro: Mire la intervención.) Bien, me parece importante que
también usted esté preocupada por un tema en el que he dicho
claramente que vamos a seguir avanzando. Respecto



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de la oferta pública de empleo, usted sabe que hay sentencias de
diferentes tribunales en sentidos contradictorios. Estamos intentando
resolver un problema y lo haremos en consenso con los sindicatos, que
son los que en este momento está lógicamente más preocupados por la
solución final de estas ofertas públicas de empleo, de difícil
solución en este instante.

Creo que he contestado a bastantes de las preguntas que me ha
formulado, pero tal vez tenga usted un concepto diferente de lo que
debe hacer una ministra. Permita que mientras yo lo sea actúe de la
forma que entiendo debo hacerlo. Si yo le dijera a usted exactamente
cómo se va a hacer la financiación, los consejeros y los presidentes
de las comunidades autónomas y usted misma me dirían: ¿Y usted quién
es para decir lo que se va a hacer? Si estoy diciendo que quiero
ubicar en el marco del Consejo Interterritorial la negociación con
las comunidades autónomas en su conjunto, malo sería que la señora
ministra de Sanidad y Consumo dijese no las reglas del juego, que las
conocemos todos, sino a qué jugamos: si me traigo las cartas del mus
o jugamos a la canasta. Yo no juego a ninguna de las dos cosas, pero
creo que utilizan fórmulas diferentes. Por lo tanto, sería malo que
yo le dijera que la financiación es ésta y con estos términos y esto
es lo que hay: café con leche para todos y el que quiere lo toma y el
que
no, lo deja. Ese puede ser un estilo de gobernar, ustedes lo han
practicado durante muchos años. Yo no lo voy a practicar, señora
Valentín, porque creo que no es bueno en este momento y no lo voy a
hacer. Quiero hacerlo desde el consenso y así es como voy a actuar a
lo largo de este tiempo. (La señora Valentín Navarro: Transmítalo. )
Señora portavoz del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, le pido
disculpas si ha entendido en algún momento que yo pusiera en duda su
confianza en el sistema Si usted ha podido entender que hay un
desencuentro, le garantizo que, aunque lógicamente en algunas
cuestiones nos separemos porque pertenecemos a grupos políticos
diferentes, en la defensa del modelo y en muchas otras nos vamos a
encontrar (de forma que ni siquiera creo que se pueda producir ese
mínimo desencuentro) para buscar soluciones entre todos.

Agradezco las palabras de cada uno de ustedes. Muchas gracias, señor
presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra.

Terminados los asuntos del orden del día, se levanta la sesión.




Era la una y cuarenta y cinco minutos de la tarde.