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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 26, de 06/06/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 26



MEDIO AMBIENTE



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. DOÑA BERNARDA BARRIOS CURBELO



Sesión núm. 2



celebrada el martes, 6 de junio de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Ratificación de la celebración a las comparecencias acordadas por la
Mesa de la Comisión en su reunión de 24 de mayo de 2000 . . .

(Página 328)



Aprobación, en su caso, de la delegación a favor de la Mesa, a la que
hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Número de expediente 042/000002.) . . .

(Página 328)



Comparecencia del señor ministro de Medio Ambiente (Matías i Palou)
para informar sobre:



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A petición
propia. (Número de expediente 214/000011.) . . . (Página 329)



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A solicitud
del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/
000027.) . . . (Página 329)



Página 328




-Las líneas fundamentales de actuación de su Departamento en la VII
Legislatura, con especial referencia a Galicia. A solicitud del Grupo
Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000033.) . . .

(Página 329)



-Prioridades y políticas que piensa impulsar en relación a las
materias vinculadas a dicha Comisión durante la VII Legislatura. A
solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).

(Número de expediente 213/000055.) . . . (Página 329)



Se abre la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la mañana.




La señora PRESIDENTA: Buenos días señoras y señores diputados.

Vaya nuestra cordial enhorabuena y nuestra cordial felicitación y
bienvenida al ministro de Medio Ambiente, que hoy se encuentra con
nosotros, precisamente al día siguiente de celebrarse el día mundial
del medio ambiente.




RATIFICACIÓN DE LA CELEBRACIÓN DE LAS COMPARECENCIAS ACORDADAS POR LA
MESA DE LA COMISIÓN EN SU REUNIÓN DE 24 DE MAYO DE 2000.




La señora PRESIDENTA: Antes de entrar en la secuencia de lo que es la
comparecencia del señor ministro, si les parece bien a los señores
comisionados podríamos ratificar la celebración de las comparecencias
que se han solicitado para la intervención del mismo, ya que no había
delegación en la Mesa al respecto.




¿Están de acuerdo SS. SS.? (Asentimiento.)
Queda ratificada dicha celebración.




- APROBACIÓN, EN SU CASO, DE LA DELEGACIÓN A FAVOR DE LA MESA, A LA
QUE HACE REFERENCIA LA RESOLUCIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA, DE
2 DE NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 44 DEL REGLAMENTO
DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (NÚMERO DE EXPEDIENTE 042/000002.)



La señora PRESIDENTA: Pasamos al punto primero del orden del día, que
consiste en aprobar, por delegación de los comisionados a favor de la
Mesa, las facultades que el artículo 44 atribuye a las comisiones
para la petición de documentos a la Administración y para las
comparecencias de los altos cargos de la Administración
de funcionarios y, si les parece, pasamos también a
ratificar dicha delegación.




La señora MARÓN BELTRÁN: Entendemos la ratificación a que hace
mención la Presidencia cuando no existan discrepancias en la Mesa. Si
no hubiera unanimidad, el Grupo Socialista reclama que el debate sea
en el Pleno de la Comisión.




La señora PRESIDENTA: Cuando la portavoz del grupo Socialista habla
de unanimidad se refiere a la aprobación o al rechazo, porque ya
existe un precedente de la anterior legislatura en esta Comisión de
Medio Ambiente, por el cual se delegaba en la Mesa y se exigía
unanimidad para el rechazo, en su caso, de la petición de
comparecencia. ¿Se refiere a eso?



La señora MARÓN BELTRÁN: Sí, señora presidenta.




La señora PRESIDENTA: Como existe el precedente no creo que haya
inconveniente alguno y, en tal caso aprobamos la delegación en la
Mesa, salvo que no se produzca unanimidad para el rechazo de las
peticiones de comparecencia, que las debatiríamos en Comisión, tal
como se acuerda por la resolución de la Presidencia del año 1983,
para dotar de mayor agilidad y eficacia el funcionamiento.

¿Ratificamos la delegación? (Asentimiento.)
Queda ratificada.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE MEDIO AMBIENTE (MATAS I PALOU)
PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A PETICIÓN
PROPIA. (Número de expediente 214/000011.)



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. ASOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.(Número de expediente 213/000027.)



Página 329




- LAS LÍNEAS FUNDAMENTALES DE ACTUACIÓN DE SU DEPARTAMENTO EN LA VII
LEGISLATURA, CON ESPECIAL REFERENCIA A GALICIA. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000033.)



- PRIORIDADES Y POLÍTICAS QUE PIENSA IMPULSAR EN RELACIÓN A LAS
MATERIAS VINCULADAS A DICHA COMISIÓN DURANTE LA VII LEGISLATURA. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I UNIÓ).

(Número de expediente 213/000055.)



La señora PRESIDENTA: Pasamos a la celebración de la comparecencia
del señor ministro, puntos 2, 3, 4 y 5 del orden del día, puesto que
el señor ministro ha pedido dicha comparecencia y también la han
solicitado el Grupo Socialista, el Grupo Mixto -con especial
referencia a Galicia- y el Grupo de Convergència i Unió.

Creemos que la secuencia debe ser la siguiente: El señor ministro
hará una exposición de las líneas generales de política de su
departamento. Posteriormente intervendrán, en orden a la petición de
comparecencia, los grupos Socialista, Mixto y Convergència i Unió. Si
el señor ministro lo considera oportuno, responderá a las
exposiciones de los portavoces que han pedido estas comparecencias, y
si no continuarán los portavoces de los grupos parlamentarios, de
menor a mayor. Posteriormente el señor ministro intervendrá de forma
global, pudiendo tener todos los intervinientes alrededor de 15 ó 20
minutos. Tras la respuesta del señor ministro, si quisieran
intervenir de nuevo para cualquier aclaración, no habría
inconveniente en la réplica, cerrando posteriormente el señor
ministro. ¿Les parece? (Asentimiento.)
Entonces podemos comenzar.

Señor ministro, le damos de nuevo la bienvenida y esperamos su
exposición.




El señor MINISTRO DE MEDIO AMBIENTE (Matas i Palou): Señorías,
comparezco ante ustedes, como ha anunciado la presidenta, agrupando
nuestra petición y las de varios grupos parlamentarios, para explicar
las líneas maestras de lo que quisiera llevar a cabo al frente de
este Ministerio.

Al inicio de esta intervención quiero hacer dos reconocimientos
previos, si ustedes me permiten; dos reconocimientos que a mi juicio
son imprescindibles: En primer lugar al personal del Ministerio, en
el que he visto en este tiempo una excelente cualificación, una
excelente disponibilidad para llevar adelante los retos a que nos
enfrentamos. En segundo lugar, quiero reconocer el gran trabajo que
desarrolló mi antecesora en el cargo, la ministra Isabel Tocino, la
cual tiene el indudable
mérito de haber creado un nuevo ministerio, con las tremendas
complicaciones que ello conlleva, y a la vez dejar encarrilada una
gestión que a mi modo de ver tiene un balance brillante.

La visión central de lo que quiero llevar a cabo como ministro, es
poner a España al día en materia medioambiental. ¿Qué quiero decir
con esto de poner al día? España ha vivido durante los últimos años
muy pendiente del objetivo de mejorar su calidad de vida, de generar
riqueza, de permitir que todos los españoles pudieran vivir en
nuestro país dignamente y en paz. Todos hemos vivido muy atentos a
disfrutar de la libertad y hemos luchado por tener y ejercer la
democracia. Nuestras prioridades de las últimas décadas han tenido
que ver con la reducción del paro, el reequilibrio social y la
modernización del país. Por supuesto, comparto todos estos objetivos
que han ido cumpliendo las últimas generaciones en grandes líneas y
estoy seguro que son el eje central de todos los partidos políticos
de esta Cámara; pero mientras nosotros luchábamos por la libertad o
por un puesto de trabajo, en otros países donde estos valores estaban
garantizados la preocupación era la contaminación ambiental o la
conservación de los bosques, por citar dos problemas concretos que
forman parte de una sensibilidad medioambiental mucho más amplia.

En términos generales hoy, España está bastante más cerca de Europa
en potencial económico, en calidad de vida, en servicios sociales y,
por supuesto, en libertades y en democratización de su sistema
político. Sin embargo, con una gran lógica histórica, en sensibilidad
ambiental estamos muy lejos de los países más avanzados, y no pienso
en el Ministerio, en las empresas, ni en nadie en concreto, sino en
la sociedad en su conjunto. Todos estamos más lejanos; cada uno de
nosotros es mucho menos consciente que los ciudadanos de los países
más avanzados, de lo que realmente nos jugamos y somos menos
conscientes porque lógicamente hemos vivido unas preocupaciones
diferentes, unas prioridades distintas y, en definitiva, unos retos
diferentes. Pero hoy, en esta década España va comenzando a ser
consciente de sus problemas ambientales. Nosotros tenemos un nivel de
contaminación atmosférica que no es tan alto como el de otros países,
pero que crece de forma importante; cada día es más palpable la
escasez de agua; vemos que nuestros ríos tienen importantes niveles
de contaminación, hemos dañado nuestros acuíferos, incluso alguna
gran ciudad tiene riesgos de abastecimiento, alguna cuenca industrial
padece serios efectos derivados de la contaminación, y eso, señorías,
nos tiene que concienciar a todos, debe hacer que nuestra sociedad
acelere su sensibilización; el planeta nos tiene que interesar más a
todos. Éste es mi reto principal: hacer que España sea consciente de
que tenemos que construir una economía que sin duda nos dé bienestar,
pero que sea compatible con preservar el planeta;tenemos que ser
capaces de alcanzar un crecimiento



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sostenible. Mi primera preocupación es que los españoles sientan que
estamos dañando el planeta. En mi opinión y si se me permite, más
importantes que reducir la tasa de CO2, por ejemplo, es lograr que
los ciudadanos, la gente, los jóvenes tengan conciencia clara de que
el planeta es frágil, de que nosotros, cada uno de nosotros
individualmente somos corresponsables de esa degradación, y que, en
consecuencia, corregir esa acción depende de nosotros. Esto es a mi
entender lo más importante, lo más trascendental, porque si la
sociedad es sensible los políticos seremos sensibles, pero si la
sociedad no es sensible a los políticos nos es permitido ser
ambiguos.

Este reto, por supuesto, desborda completamente al Ministerio y a mí
mismo. Lo podemos conseguir si todos los partidos nos apoyan, si los
medios de comunicación contribuyen a explicar de qué hablamos, qué
importancia tiene dejar a nuestros hijos un planeta habitable. En
este sentido y en esta línea quiero convocar foros donde los agentes
sociales, los representantes de los ciudadanos, quienes realmente
tienen algo que decir en medio ambiente, debatan con el Ministerio
unos horizontes a medio plazo para nuestro país en los grandes temas,
como pueden ser los residuos, la desertización, la diversidad
biológica, la contaminación atmosférica, vertidos, etcétera. Quiero
que se fijen esos marcos, porque todos tenemos que saber que España
ha de asumir un compromiso consigo misma para proteger el entorno,
para garantizar el futuro. No siempre ha de ser una Administración
supranacional, no siempre ha de ser Bruselas -habitualmente más
avanzada- quien nos guíe; nosotros debemos tener nuestras propias
metas, unas vías para lograr estos objetivos y marcarnos unas líneas.

Por supuesto, esto no quiere decir de ninguna manera que estemos
pretendiendo no seguir las directivas europeas; quiere decir que
nosotros debemos dejar de ir a remolque, siempre detrás, posiblemente
muchas veces debamos anticiparnos. Cuando hayamos logrado fijar unos
horizontes de común acuerdo, habremos de negociar cómo llegaremos
allí. Puede ser que no todos nos pongamos de acuerdo, puede ser que
no todos propongamos las mismas velocidades, las mismas intensidades
ni la misma tensión, pero está claro que tendremos un objetivo global
que nos marcamos nosotros mismos y que nos compromete a todos, nos
compromete como Gobierno, pero también como empresarios, como
ciudadanos, como usuarios y como consumidores.

Creo que la gestión de residuos es un área que puede servir de
ejemplo de cómo entiendo que hemos de llevar a cabo nuestra política.

Se fijan objetivos, las administraciones hemos de poner los medios,
hemos de concienciar, pero es la sociedad, son los ciudadanos, son
las empresas los que al final asumen su responsabilidad concreta, y
sólo si realmente existe esta asunción de responsabilidades, si hay
una verdadera implicación social podremos lograr estos objetivos;
yo creo que si los medios están, si las cosas se explican, si se
facilita el cumplimiento de las medidas, la sociedad entiende y
participa.

No quisiera dejar de mencionar que en este punto concreto de la
protección del entorno, personalmente creo que es infinitamente más
eficaz aquella medida que sale adelante porque el usuario, el
industrial, el empresario o el consumidor creen en ella que aquella
que se cumple única y exclusivamente para evitar sanciones. Aquí
quiero incidir de forma un poco amplia sobre la necesidad de diálogo
del Ministerio con la sociedad. He dicho que la mayor parte de los
problemas ambientales que vivimos son responsabilidad de todos, de la
Administración más que de los administrados sin duda, pero todos
tenemos nuestra parte de responsabilidad. Por eso creo que debemos
hacer del diálogo un eje fundamental para saber qué piensa y qué
siente la sociedad sobre la protección del entorno, y en ese panorama
quiero reconocer el papel de los colectivos ecologistas, de las ONG
que se dedican a este tema. Posiblemente en la larga historia de
relaciones de las administraciones con los ecologistas ha habido
muchas ocasiones en que la tensión desbordó a los propios
protagonistas, pero más allá de estos incidentes y de los agravios
acumulados quiero destacar que los ecologistas están jugando un papel
insustituible como conciencia social, como vigilantes, como
guardianes de unos mínimos exigibles, y ese papel es valioso e
importante porque tiene el efecto de ir arrastrando poco a poco a la
sociedad y también a los políticos hacia posiciones más sensibles. Su
trabajo seguramente es más fácil en sociedades que, como decía antes,
tienen una conciencia social más acusada, pero por el contrario su
necesidad es superior aquí, porque el reto que tenemos es encontrar
la línea, ciertamente muy fina, que haga compatible el bienestar
económico y el progreso con el respeto del entorno, y eso casi
siempre es dinero, eso casi siempre son costes, y los costes se
tienen que asumir por la sociedad, pero es importante que esta
conclusión se obtenga del diálogo, de la comprensión de los
beneficios ambientales que tienen esos costes. Por ello, creo que
Medio Ambiente tiene que ser un Ministerio transparente, donde el
diálogo permita que todos conozcan los intereses de todos, porque la
protección del medio ambiente afecta a intereses y eso lo hemos de
saber, y esos intereses hay que tenerlos en cuenta y analizarlos.

Ayer, justamente ayer el Día mundial del medio ambiente, el
catedrático Francisco Díaz Pineda, a quien entregué en nombre del
Ministerio un premio a su larga trayectoria en pro de la naturaleza,
me pedía públicamente que el Ministerio de Medio Ambiente no fuera un
ministerio sectorial. Efectivamente, SS.SS. deberán poder exigirme a
mí, ministro de Medio Ambiente, no sólo que el Ministerio que dirijo
actúe de acuerdo con criterios medioambientales sensibles, sino que
el Gobierno del que formo parte actúe con estas pautas deconducta,
porque sería un absurdo que sólo lo que hace



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nuestro Ministerio sea proteccionista. Éste no sólo es un reto mío
sino que es un reto de todo el Gobierno. Además, por supuesto, es un
reto de toda la sociedad.

En este sentido, mi desafío también es que el Gobierno en su conjunto
vaya introduciendo pautas sensibles, pautas coherentes con un
equilibrio territorial y ambiental sostenible. Ni más ni menos
tenemos que compaginar la necesidad de dar un nuevo paso para
acercarnos a Europa con la introducción de criterios que respeten el
medio. Esto no es sencillo, pero es un objetivo que además está, como
ustedes conocen muy bien, en el nuevo Tratado de la Unión, en su
artículo 130, donde precisamente se sostiene ese carácter transversal
de este Ministerio y de sus políticas.

Globalmente este es mi proyecto, es nuestro proyecto, que se
desarrollará y aplicará en cada una de las grandes áreas en que se
dividen nuestras responsabilidades. Ustedes conocen probablemente con
exactitud cuál es la estructura del Ministerio. Pues bien, mi
prioridad no se corresponde exactamente con la estructura que
tenemos, sino que se corresponde con un concepto más integral del
medio ambiente que incluya la protección, la gestión de las aguas,
las costas, la gestión de los residuos, bosques, biodiversidad, la
del aire y la del clima.

Sin que sea un objetivo final del Ministerio, pero sí instrumental y
muy importante, quiero anunciar que la innovación, la aplicación de
las nuevas tecnologías, la modernización, serán ejes fundamentales de
nuestro trabajo, una renovación tecnológica que nos tiene que
permitir en general una mejora de los procesos, de la atención al
ciudadano, de los conocimientos de nuestras infraestructuras, del
control de nuestros sistemas. Pienso, por ejemplo, en una rápida
modernización de todo el sistema de concesión de autorizaciones en
materia hidráulica que permita a los usuarios una accesibilidad
superior y más eficaz a la Administración.

Y yendo ya a los temas principales, empezaremos por el agua. España
es un país donde el recurso hídrico está desigualmente distribuido.

Esta desigualdad es territorial -hay zonas con más lluvias y zonas
con menos- y también temporal, tenemos en general un régimen
pluviométrico que en verano es muy seco y llega a ser incluso
demasiado lluvioso en invierno. Tan desigualmente está repartida el
agua en España, que en el supuesto de que hoy no existiera ninguna
presa o embalse sólo se podría atender adecuadamente la necesidad de
suministro de agua del 8 por ciento de la población. Por este motivo,
evidentemente, España es uno de los países donde más se ha
desarrollado la política hidráulica, con más intensidad desde
comienzos de este siglo, una política hidráulica que se ha
identificado sistemáticamente con una política de presas, de obras,
de cemento que canalice el agua hacia donde queremos, y yo considero
que España hoy no puede actuar como a principios de siglo, no puede
actuar pensando única y exclusivamente en las obras. Hoy se necesita
una política global del agua, en la que sin duda una de las patas
sean las obras hidráulicas, pero que tiene también poderosos pies en
el ahorro, en la gestión, en la depuración, en la calidad de las
aguas, en la reutilización, en la modernización de las instalaciones
y en la educación y sensibilización ambiental para evitar el
despilfarro.

El Ministerio ha llevado a cabo una gran política en materia de
depuración de aguas, política que puso en marcha el ministro Borrell
y que continuó la ministra Tocino, una política de depuración que yo
pienso mantener con el objetivo de lograr a medio plazo que ni una
gota de agua se vierta al mar o a los ríos sin depurar. También
defiendo la utilización de aguas depuradas. Es verdad que el coste
resulta extremadamente elevado, pero priorizando las zonas
deficitarias en agua debemos impulsar esta política. En España
lamentablemente no se depura el agua para reutilizarla, sino que se
reutiliza el agua porque se depura. Sin duda, hubiera sido mejor que
la conciencia social nos hubiera llevado a lo primero, pero ya me
bastaría con que toda el agua que se depure se reutilice, porque eso
es asegurar el futuro.

Deseo profundizar en la regeneración de cuencas, de cauces, de ríos.

Hay infinidad de casos en España en que nadie recuerda el color de
sus ríos, pero quiero citar como especialmente insoportable el caso
del Segura en algunos puntos. Quiero que durante esta legislatura
podamos llegar a ver de nuevo aguas transparentes en nuestros ríos.

El pasado viernes precisamente, el Consejo de Ministros aprobó un
real decreto en este sentido, fijando objetivos de calidad por los
que se limita el vertido de hasta 28 sustancias contaminantes y que
modifica además el reglamento del dominio público hidráulico en este
sentido. Igualmente es urgente el desarrollo, dentro de lo que ha de
ser una verdadera política hídrica, de la Ley de Aguas que se aprobó
definitivamente hace unos meses; desarrollo reglamentario que ha de
implicar una ampliación de la participación de los usuarios en las
decisiones que se tienen que tomar desde las confederaciones
hidrográficas en todos los aspectos. Dentro de estas medidas está,
sin ninguna duda, el objetivo prioritario de elaboración y
presentación del Plan hidrológico nacional. Antes de entrar en una
visión de qué será el plan, quiero dejar claro que el agua es un
recurso escaso y que incluso con una política de más y más trasvases
y más y más embalses, nunca llegaríamos a obtener agua para poder
permitir un consumo ilimitado. El agua es limitada y hemos de pensar
que nuestra economía tiene que aprender a crecer con incrementos
ordenados y limitados de consumo de agua. Hay ejemplos de países que
han aprendido esto, seguramente por necesidad, y nos demuestran que
es posible ser mucho más riguroso con este recurso. Aquí nuevamente
la concienciación social, la educación juega un papel fundamental que
yo impulsaré decididamente. Creo que nuestra sociedad hoy puede
plantearse



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el Plan hidrológico dentro de un marco que cumpla genéricamente estas
cinco características. Por un lado, aportar los recursos y las obras
que permitan eliminar los déficit estructurales, lo que equivale a
una verdadera solidaridad interterritorial. En segundo lugar,
garantizar que esos recursos que se aportan no sólo serán suficientes
en cantidad, sino en calidad. En tercer lugar, introducir los
factores correctores que permitan optimizar la gestión haciéndola más
eficiente, el ahorro y la máxima reutilización del agua. En cuarto
lugar, hemos de concienciar a la sociedad de que el volumen total de
agua que consumimos tiene un límite y que en el futuro, hecha una
distribución más justa, hecha la regulación de los caudales que
tenemos que hacer, hemos de pensar que el crecimiento ha de hacerse
en base a un consumo no creciente de agua. Finalmente, estamos ante
una política económica y social de primera magnitud, que tiene que
contribuir al desarrollo sostenible que permita una adecuada
ordenación y equilibrio del territorio español.

Como saben SS.SS., España tiene en vigor unos planes de gestión del
agua para cada cuenca. Ahora bien, hay ciertas cuencas que tienen
excedentes, mientras que algunas otras zonas de España tienen déficit
estructurales. Estamos ante una realidad, unas regiones vierten sus
aguas al mar y otras carecen de suministro. Es cierto también que
zonas de algunas cuencas excedentarias carecen de agua, y carecen de
agua porque históricamente no se han venido haciendo las
infraestructuras necesarias para aprovechar esos recursos que sí
existen. También es cierto que en muchos lugares donde falta agua hay
despilfarro y hay mala gestión. Ahora bien, cuando hablamos de
excedentes en una cuenca me estoy refiriendo a excedentes; excedentes
significa una vez atendidas las demandas no satisfechas en esa
cuenca, reservando el agua para la hipótesis más el más elevada de
crecimiento jamás manejada, y dejando garantizados los caudales
ecológicos de los respectivos ríos. Me permitiré repetirlo, el Plan
hidrológico sólo considera excedente el agua que sobra después de
atender los consumos existentes, los consumos potenciales hoy no
atendidos, reservando el agua para un crecimiento de consumo máximo y
garantizando los mínimos ecológicos de las respectivas zonas. Es
absolutamente trascendental para este Ministerio que los excedentes
sean reconocidos universalmente como tales y no discutidos;
naturalmente, con pleno respeto al medio ambiente.

Desde el punto de vista de los receptores -y esto también es
prioritario-, el agua ha de ser destinada exclusivamente a satisfacer
la demanda inatendida, tanto en abastecimiento urbano e industrial,
como de regadío. El Plan hidrológico que presentaremos al Consejo
Nacional del Agua este próximo verano, analiza los recursos y plantea
por un lado las soluciones de regulación que necesitan algunas
cuencas, y por otro un mecanismo de trasvase de agua de zonas con
excedentes
estructurales a zonas con déficit estructurales. Ese mecanismo
de trasvase, que evidentemente será de norte a sur principalmente,
está concebido para atender las necesidades adicionales de consumo
humano y los déficit existentes. El Plan hidrológico será objeto de
una amplia negociación y diálogo, especialmente con las autonomías y
con los usuarios, pero hoy también puedo anunciarles aquí a SS.SS., a
los portavoces políticos de esta Comisión, mi voluntad de contar con
su participación en este proyecto, para que los partidos que
representan nos aporten sus visiones al respecto. En paralelo al
plan, estamos trabajando ya desde el Ministerio en resolver graves
problemas de abastecimiento de agua a núcleos urbanos concretos, a
través de un plan de abastecimiento de ciudades.

Una segunda línea de protección del medio ambiente que tenemos que
desarrollar es la de protección y fomento del hábitat de nuestra
biodiversidad; esto es la lucha contra la desertificación, la
reforestación y la protección del territorio y en general de sus
especies. En esta línea, vamos a desarrollar totalmente dos
estrategias emblemáticas. Por un lado la estrategia forestal, y por
otro la estrategia para la conservación y uso sostenible de la
diversidad biológica. Ambos documentos son piezas fundamentales de
este Ministerio, cuentan con el apoyo social y se han de desarrollar
a través del Plan forestal, que incluirá con posterioridad una nueva
Ley de montes que sustituya a la vigente del año 1957, y que será en
conjunto una fortísima inyección económica para potenciar el bosque
español, para evitar la deforestación y para un mejor uso sostenible
de la explotación de nuestros bosques. En materia de diversidad
mantendremos las grandes líneas actuales planteadas por el Ministerio
dentro de esta estrategia global de la biodiversidad, de forma que
podamos integrar plenamente a España en lo que es la Red Natura 2000.

En este punto quiero introducir un énfasis especial en la lucha
contra la desertificación. En unos años tenemos el compromiso de
haber girado nuestra tendencia actual, especialmente en el sureste
español, de perder masa forestal y cubierta vegetal. Nuestra acción
en este tema está combinada con la acción hidráulica. Esperamos poder
concluir pronto nuestro plan de acción y garantizar una sólida lucha
contra la erosión y la restauración de zonas especialmente afectadas.

Estamos hablando de una actuación conjunta del Ministerio, que
también va a ser un eje esencial en nuestra actuación conjunta y
global de todas las áreas del Ministerio, y estamos hablando de
inversiones importantísimas, que van a superar en los próximos años
los 300.000 millones de pesetas.

España tiene hoy un patrimonio ambiental inigualable en sus parques
nacionales. Este patrimonio mantiene un nivel ambiental envidiable y
quiero decir que, en general, nuestros parques nacionales son un
potencial impresionante para el futuro y que debemos conservaresa
riqueza con una gestión ejemplar. También me



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comprometo a ampliar el número total de parques en España, de acuerdo
con las autonomías, a la vez que profundizaremos en el modelo de
gestión compartida con las mismas que se inició en la pasada
legislatura, creo que con brillante éxito. He de decir que tal vez
por haber contado con ellos desde siempre a veces no valoramos
suficientemente nuestra red de parques. Sin embargo, sin que exista
esta concienciación profunda, nuestro compromiso está en garantizar
el futuro de estos parques y en que los ciudadanos puedan encontrar
en ellos una reserva fundamental de nuestra biodiversidad, tema del
que hablaré más adelante.

Dentro del conjunto de nuestro territorio hay una franja de gran
valor ambiental y atractivo económico, que son las costas, en las que
el Ministerio, sin duda, mantendrá su protección y su ordenación con
diálogo pero siempre dentro del marco legal existente. Tenemos hoy
deslindado el 70 por ciento de todas las costas y haremos que esta
franja tan frágil de nuestro territorio mantenga su configuración y
apunte a un futuro más garantizado. La gestión de nuestro litoral
tiene que mantener y profundizar en la supervisión y el control de
las actuaciones sobre el dominio marítimo-terrestre, recuperación de
playas o entornos urbanos, y también protección del medio marino. En
este mismo apartado tenemos el reto de profundizar en el desarrollo
de la Ley de envases y residuos de envases, así como en la
elaboración de normas específicas para residuos especiales como
aceites industriales, vehículos fuera de uso, etcétera. El Gobierno,
como ustedes saben, está concentrando un gran esfuerzo económico para
que en esta legislatura los municipios y las autonomías puedan
cumplir con el plan de residuos urbanos que aprobó el Consejo de
Ministros el año pasado y que es un avance en la modernización de la
gestión de los residuos en este país. Lógicamente, mantendremos ese
esfuerzo y desarrollaremos la legislación que aún falta en materia de
residuos, especialmente los casos más peligrosos. En este tema, si me
permiten, quiero manifestar, sin ningún tipo de ambigüedad, el
compromiso del Ministerio y de este ministro de intensificar al
máximo el reciclaje de residuos. Nuestro objetivo es, sin duda, que
el porcentaje de basuras que se recicle sea el más alto posible. Este
eje de nuestra política es irrenunciable, pero también pasa por la
lógica gestión de las partes no reciclables de estos residuos.

Tengo una gran preocupación -y esta es la tercera línea- por la
protección del entorno desde el punto de vista de las emisiones
contaminantes. España es un país que está viviendo desde hace unas
décadas un crecimiento industrial, económico y del transporte muy
espectacular. En términos de contaminación atmosférica, precisamente
por esa mejora de nuestra economía, somos de los que más hemos
crecido. Sin embargo, estamos aún lejos del nivel de contaminación
que generan países más desarrollados. Los dos datos son ciertos:
hemos aumentado mucho nuestra emisión de gases
y a la vez estamos muy por debajo de los países que más contaminan.

Mi planteamiento es que España necesita fijarse un horizonte, ya
veremos a cuánto tiempo, pero necesita fijarse una meta, y una vez
fijada, establecer los mecanismos legales, económicos y sociales
necesarios para reconducir la evolución de nuestra contaminación.

Quiero decirlo claramente, es un acto de irresponsabilidad pretender
convivir con la destrucción del planteta desde la pasividad. Pienso,
además, que si España lograra -que, por supuesto, hoy es una
hipótesis bienintencionada- una reducción sustancial de la emisión de
gases contaminantes, el efecto sobre el planeta sería nulo si no se
produce una acción conjunta de todos los países emisores, con
especial incidencia en los más grandes, en los más contaminantes y en
los más ricos. Por ello el papel de España en los foros
internacionales tiene que ser y será más exigente. Pienso que no
estamos ante la elección entre una política sensible y otra
desarrollista. Yo creo que únicamente hay una opción y es la de la
sensibilidad, que es la toma de medidas. Lo contrario, a mi juicio,
es totalmente descabellado. Yo sé, y ustedes también, que España está
aplicando políticas racionales y bastante eficaces de modernización
de las instalaciones industriales. Sabemos que estamos trabajando con
buenos resultados contra la emisión de gases metano en los
vertederos, pero nuestro reto hoy es el transporte, donde las
emisiones de gases no sólo crecen, sino que lo hacen más velozmente
que en el resto de Europa. Es comprensible -quiero destacarlo- porque
nuestra sociedad estaba muy por detrás de los países punteros, pero
también quiero destacar que hemos de incorporar políticas rigurosas
que nos permitan reconducir este proceso y esta tendencia. En este
sentido, espero en breve poder aportar proyectos sustanciales, que
sean dialogados con los agentes y que nos aseguren el cumplimiento de
los objetivos del protocolo de Kioto.

En el tema del clima, quiero ofrecer a la sociedad el compromiso del
ministro de Medio Ambiente de que el Instituto Nacional de
Meteorología será un servicio público que primará la calidad y la
eficacia. El último gran bloque ambiental que considero una prioridad
es el de la bioseguridad. En estos momentos la humanidad se encuentra
ante el desafío que supone la biotecnología. Podemos hoy alterar los
alimentos, los productos y la riqueza natural y lo podemos hacer para
mejorar las expectativas y la calidad de vida, pero también para
mejorar la competitividad y la economía. El tema no es fácil ni
sencillo. Yo no me atrevería a rechazar de plano cualquier cambio. En
cualquier caso, quiero transmitir la necesidad absolutamente clara y
prioritaria de que la prudencia presida nuestra conducta. El Gobierno
de España ha actuado hasta hoy con la mayor cautela en estos temas
y pretendemos mantener esta línea. Hoy España es un país firmante del
protocolo de bioseguridad de Nairobi, que se cerró el pasado día 24
de mayo y que fue una de mis primeras decisiones al frente del
Ministerio.




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Señorías, creo que en asuntos tan delicados hay que tener una escala
de valores clarísima, y la tenemos. Lo más importante y lo
innegociable son las garantías para la población en todos los
productos que puedan tener variaciones genéticas. Lo segundo en
importancia es el control absoluto de lo que se hace en este terreno
para aplicar estrictamente las medidas de garantía que tenemos en
vigor, básicamente transparencia, un etiquetado que ofrezca toda la
información, y, en tercer lugar, las consideraciones económicas.

Quiero finalizar esta presentación con dos cuestiones en las que
también deseo hacer especial hincapié: primero, la formación, la
educación ambiental. Los ciudadanos españoles han de conocer qué nos
jugamos en cada decisión ambiental. Deben saber qué diferencia hay
entre tirar la basura como se ha hecho tradicionalmente o procesarla
mediante el reciclado. Deben saber responsablemente qué efectos tiene
el uso del coche para plantearse un uso más responsable. Deben saber
de qué agua disponemos y que no hay mecanismos para ampliar
ilimitadamente su disponibilidad. Todo eso lo lograremos acudiendo a
la educación y a la formación ambiental, terreno en el que estamos
avanzando, pero en el que tenemos que avanzar muchísimo más.

Quiero iniciar una tendencia del Ministerio a la introducción de la
información como norma fundamental. Si hemos de formar al ciudadano,
le hemos informar. El Ministerio se compromete a ampliar en los
próximos años los sistemas de información a través de las nuevas
tecnologías o a través de los métodos tradicionales. En esta misma
línea de transparencia, defenderemos y aplicaremos todos los
mecanismos de ecoetiquetas, de calificaciones, etcétera, que otorguen
organismos públicos o privados con las suficientes garantías. Se
trata básicamente de que los ciudadanos escojan estando bien
informados y de que unas etiquetas expedidas por entidades
acreditadas les informen de las garantías y características del
producto o servicio afectado. En 1995 sólo una empresa española tenía
la certificación ISO-14000; en estos momentos se aproximan a las 400
empresas, lo que indica que estamos ante una tendencia que
indudablemente hemos de fomentar.

En ese proceso de educación, de lograr que sea la sociedad la que
asuma la bandera de la protección del medio ambiente, vamos a aprobar
y presentar una ley de responsabilidad civil sobre riesgos
ambientales. Se trata simplemente de que los ciudadanos y las
empresas sepan que se han de hacer responsables de los daños que
genera un evento de este tipo. En estos momentos, el Ministerio
elabora un borrador que tendremos que presentar y aplicar a la vez
que finalicen los trabajos que se están realizando en paralelo en la
Unión Europea.

El último apéndice en el que quería hacer énfasis es el del papel de
España como cooperador con su entorno. El Ministerio de Medio
Ambiente tiene el firme propósito de incrementar y potenciar la
cooperación
con los países vecinos menos desarrollados en materias que sean de
interés ambiental general. Creo que esconderse de las oportunidades
para resolver problemas que son suyos pero también nuestros sería
absurdo y sería una tontería. En este sentido, nuestro horizonte está
en los países con los que España ha tenido lazos históricos
y culturales y en los países ribereños del Mediterráneo, que me
preocupan especialmente, ya que con ellos compartimos muchas cosas.

No sólo hemos de querer cuidar nuestra casa sino también nuestro
planeta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro, por tan clara y
sistemática intervención.

Pasamos ahora a las intervenciones de los portavoces de los grupos
solicitantes de la comparecencia. Tanto la portavoz del Grupo
Socialista como los portavoces de Convergència y Unió y del Grupo
Mixto han adelantado a esta Presidencia que se distribuirán el tiempo
con otro portavoz. Rogándoles que se atengan a los 15 ó 20 minutos
que habíamos establecido, tiene la palabra, por el Grupo Socialista,
la señora Marón.




La señora MARÓN BELTRÁN: Quiero aprovechar esta primera comparecencia
del señor ministro de Medio Ambiente para felicitarle por su
nombramiento y desearle suerte y éxito al frente del Ministerio. Si
eso es así, repercutirá en la calidad de vida de todos los ciudadanos
de nuestro país.

Desde luego, señor ministro, es un honor pero también una gran
responsabilidad iniciar el siglo XXI como ministro de Medio Ambiente.

Es cierto que tiene ante sí grandes problemas -algunos los ha
enumerado- que tiene que resolver, pero también lo es que tiene
grandes retos que conquistar, ambición que debe tener al iniciar esta
legislatura. La situación es tan seria, señor ministro, que le queda
poco tiempo para la reflexión. El agotamiento de los recursos
naturales es tan grande que es hora de tomar decisiones y de actuar;
es hora de que actúen usted y su Gobierno, el Gobierno del señor
Aznar, que es quien tiene la responsabilidad, y a usted, como
ministro, es a quien habrá que juzgar, ya no sólo por su gestión,
sino también por sus omisiones.

Creo haber mantenido en nombre de mi grupo la debida cortesía
parlamentaria y haberle dejado asentarse en su nueva responsabilidad.

Realmente debe ordenar la casa, imagino que un tanto revuelta; hacer
nombramientos, que confío sean duraderos y eficaces; examinar
detenidamente la herencia recibida, que usted califica de brillante y
yo de nefasta, y perdone si la palabra es un poco fuerte. Hoy debía
marcar sus líneas de actuación, como acaba de hacer. A mí me ha
parecido un interesante discurso filosófico, un discurso de
intenciones, pero sin entrar en profundidad. Supongo que en la
segunda parte tendrá oportunidad de hacerlo y, si no, en otros
encuentros parlamentarios. Pero, señor ministro, una cosa es hablar
de cortesía y otra darle un cheque en blanco y, por lo que ha
expuesto, entiendo



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que habrá discrepancias, tanto en el diagnóstico como en los
objetivos.

Desde luego, me hubiera gustado escuchar de usted un mayor compromiso
y una mayor priorización en tiempos, en presupuestos y en objetivos
respecto al medio ambiente. Es una cuestión que tampoco parece estar
entre las prioridades del presidente del Gobierno, ya que en su
debate de investidura ha citado sin gran convicción lo relativo al
medio ambiente, haciendo referencia al Plan forestal y el Plan
hidrológico nacional, pero, como digo, sin gran convencimiento. Lo
más grave es que la pasada legislatura no ha enriquecido para nada la
política ambiental de nuestro país y han sido, en la práctica, cuatro
años perdidos. Es cierto que se han aprobado algunas leyes -ha hecho
referencia a una en materia de residuos-, pero la mayoría de los
asuntos anunciados como prioridad por la anterior ministra en su
primera comparecencia han quedado sin resolver y me temo que algunos
de los que hoy ha citado usted vuelvan a correr la misma suerte, por
ejemplo, la ley de responsabilidad a la que ha hecho mención
últimamente. Por tanto, sin ánimo de agobiarle por lo que no fue su
responsabilidad directa, aunque sí de su partido y de su Gobierno y
que ya tiene que asumir, tengo que decirle que si pretende mantener
una mínima credibilidad, debe ir muy deprisa; si no corre el riesgo
de ir por la misma pendiente que su antecesora, lo que no sería bueno
para nuestro país ni para la política ambiental de nuestro planeta.

Usted ha citado varios temas a lo que yo también me voy a referir. Ha
citado lo relativo al cambio climático como una de sus prioridades,
pero no ha hablado para nada de la ratificación del protocolo de
Kioto. No ha dicho cómo va a cumplir los objetivos y resulta que
estamos superando las emisiones previstas para el año 2010. ¿Qué pasa
con la estrategia nacional de cambio climático, de la que se ha
presentado un borrador en esta Cámara, de la que no hemos vuelto a
saber absolutamente nada y en la que curiosamente destacaba el
aumento de potencia y alargamiento de vida de las energías nucleares?
A mí me gustaría, ministro, que nos diera su opinión sobre las
centrales nucleares. Hoy escuchábamos la noticia del cierre de la
central de Chernobil. ¿Qué va a pasar a corto y medio plazo con las
centrales nucleares de España? ¿Cuál será su política en esta línea?
¿Cómo va a conseguir los objetivos que tenemos previstos? ¿Cuáles son
sus criterios sobre las energías renovables, la energía eólica o la
energía solar? ¿Cuáles son sus prioridades?
Usted hablaba de la preocupación de algunos lugares, de la
contaminación de los vehículos, de los vertederos, pero en mi
comunidad, Galicia, tenemos dos centrales térmicas y a partir del
verano vamos a tener una nueva incineradora de 600.000 toneladas.

Evidentemente, son tres focos importantes de contaminación
atmosférica que no afectan sólo a Galicia sino a todo el país, con
efectos transfronterizos, por lo que me gustaría
saber cuál va a ser su política en estos temas. Usted hacía
mención a que la economía fuera compatible con preservar el planeta.

Tendrá que demostrarnos cómo va a hacer posible esa compatibilización
en las políticas que va a llevar a cabo.

Ha citado la política forestal y la biodiversidad como una de sus
prioridades. Anuncia el Plan forestal, que evidentemente es un
compromiso derivado de la estrategia forestal a que obliga la Unión
Europea, y la ley forestal, pero ya fue anunciada por la anterior
ministra. El Grupo Parlamentario Socialista ya presentó una
proposición de ley en este Parlamento que ha sido rechazada. Hace un
mes la hemos vuelto a presentar y esperamos su apoyo, ministro.

Empiece a demostrar el talante dialogante del que empieza a hablar.

Yo confío en usted, en ese talante y en esa buena disposición, pero
evidentemente tiene que darnos alguna credibilidad. Por cierto, se ha
creado el Consejo Nacional de Bosques en febrero del año 2000. ¿Por
qué razón queda fuera una gran superficie que no son montes
arbolados, más de un 50 por ciento? ¿Ha definido ya la constitución
de este organismo? ¿Está empezando a funcionar? Hay muchísimas
preguntas que ya sé que no son de esta comparecencia, -solicitaremos
otras-, pero no puede hacer sólo un discurso global. Por ejemplo, en
el tema de la desertificación, al que usted hacía mención, le
pregunto si se va a cumplir el compromiso de presentar para el día 10
de junio, tal como había prometido la ministra Tocino en Murcia, el
programa contra la desertificación. ¿Se va a presentar ese día como
estaba anunciado? Y hablando de bosques y de reforestación, ¿qué pasa
con los fondos? Pregunte en su Ministerio; revise el tema de los
fondos. Se han perdido 20.000 millones de pesetas de fondos europeos
por no haber proyectos en estos temas. Es un compromiso del
Ministerio de Medio Ambiente que los fondos europeos se prioricen
y se divulguen. Recientemente, a finales de abril o principios de mayo,
hubo una convocatoria de fondos europeos priorizada para residuos y
ha sido curiosamente el Ministerio de Hacienda quien lo ha comunicado
a los ayuntamientos, pero el Ministerio de Medio Ambiente, que tiene
ese compromiso, ni lo ha divulgado ni ha enviado ninguna comunicación
a las entidades locales. Creo que usted debe ser sensible en esta
cuestión para que no se pierda esa financiación. Por tanto, díganos
cuándo se presentará la ley forestal. Y le voy a formular otra
pregunta, por curiosidad. Señor ministro, usted ha hecho una
afirmación en su tierra, Baleares. Decía que, con relación a los
parques naturales, era partidario de que solamente fueran en terreno
público. Yo le pregunto: ¿es que los espacios naturales que no estén
en terreno público los vamos a trasplantar? ¿Cómo vamos a arreglar
esto? Sin ser un tema de debate, por favor explíquemelo, porque tengo
muchísima curiosidad por saberlo.

Otro tema importante al que ha hecho usted menciónson los residuos.

Algo se ha hecho ya en la legislatura



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pasada. Falta la ley básica de residuos, así como los residuos
peligrosos, y hay varias directivas europeas, a las que usted ha
hecho mención, sin trasponer. Se ha presentado el Plan nacional de
residuos cuando las Cortes estaban disueltas. Le anuncio hoy,
ministro, que mañana pediré su comparecencia para que nos explique el
Plan de residuos, porque algo tendrá que decirnos del mismo. Por
cortesía no se lo he pedido antes, pero me gustaría que nos explicara
cómo se va a financiar y cómo se va a desarrollar. Hay muchos de
problemas pendientes en el tema de residuos que es necesario definir.

También quisiera saber si va a seguir apostando por la incineración
de manera clara o si va a permitir, dentro de las políticas de
temporalización, que responsablemente son necesarias, optar por el
reciclaje y el compostaje. Señor ministro, no se engañe con el
reciclaje. Mientras en España haya incineradoras, lo que estas
necesitan es material para quemar. No nos engañemos. No se va a
reciclar, eso es un maquillaje. Habrá que impulsar políticas de
reciclaje y compostaje para que las incineradoras vayan en declive.

Esa es la política que tendrán que marcar desde su Ministerio. Y
tendrá que hacerlo ya porque, aunque usted dice en su discurso que la
sensibilidad vendrá de abajo arriba, que serán los ciudadanos y las
empresas quienes tienen que crear ese clima. No nos engañemos: las
autoridades públicas y los poderes públicos tenemos que impulsar,
financiar, programar y discutir todas esas políticas con los
ciudadanos. Ahí tendrá nuestro diálogo, nuestro talante y nuestra
voluntad; pero no se olvide ministro de que nosotros tanto en las
administraciones locales o del Estado como en las comunidades
autónomas es donde tenemos que marcar esas políticas.

Ha hablado usted de la ley de responsabilidad civil, que fue un
compromiso adquirido a raíz del desastre de Doñana -hay otros muchos
heredados de Doñana y ya volveremos a ese tema monográficamente-,
pero, ¿se ha elaborado el prometido inventario de las balsas mineras?
Como yo no lo conozco, si es así nos gustaría que lo comentara.

Tampoco ha hecho mención a la ley del ruido, promesa del Partido
Popular del año 1996, ni a la ley de control y evaluación ambiental,
y ya tenemos la trasposición de las directivas pendientes, lo mismo
que la trasposición de la prevención y control integrado de la
contaminación, cuyo plazo finalizó el 30 de octubre de 1999. En
definitiva ministro, quedan muchas asignaturas pendientes.

Una cuestión que voy a tocar brevemente es la ejecución
presupuestaria. Hoy, que tiene un equipo nuevo, marque una ejecución
presupuestaria eficiente. Si es un Ministerio que tiene poco dinero y
encima lo ejecuta mal, con una media del 37 o el 40 por ciento que ha
venido ejecutándose en la pasada legislatura, no puede calificarse de
brillante, entre otras cosas por esta gestión de su antecesora. No ha
hablado para nada de los impuestos ecológicos y nos parece
interesante que toque el tema. Me alegro y me congratulo de que su
política sea de participación ciudadana, pero que se articule de
verdad, que no sea solamente un discurso de buenas intenciones que no
se plasme con el Consejo Asesor de Medio Ambiente funcionando y el
diálogo con las comunidades autónomas.

Finalizo, ministro, para ceder la palabra a mi compañero Víctor
Morlán, viceportavoz de la Comisión, que hablará del tema de aguas,
pero quiero recordarle que en el tema de saneamiento, aunque es su
competencia, una asignatura pendiente en Galicia, mi comunidad
autónoma. Se está hablando estos días de la calidad de las aguas. La
Unión Europea denunciaba este tema precisamente por deficiencia en el
saneamiento. Tenemos el saneamiento y las depuradoras de La Coruña,
Ferrol, Orense y Lugo declaradas de interés general desde el año 1997
y sin presupuestar o con presupuestos insignificantes. Esa es su gran
responsabilidad en este momento. En los presupuestos del año 2001
debe existir un compromiso con esta comunidad autónoma para el
saneamiento y depuración, para la construcción de los edares de estas
ciudades que he mencionado.

Ministro, los socialistas consideramos el medio ambiente como un
compromiso solidario y de calidad de vida que se articule, como usted
decía, con políticas transversales, pero hay que hacerlo de una
manera práctica y no teórica. Espero que en este tema no se escude,
como su antecesora, en la falta de competencias de su Ministerio: que
están todas transferidas a las comunidades autónomas, a los
ayuntamientos. Entonces, ¿para qué el Ministerio de Medio Ambiente?
Le animo a que la política estatal sea de impulso legislativo, donde
hay mucho campo, pero también que cumpla un imprescindible papel
coordinador y armonizador de esas políticas transversales que
permitan un cambio radical de comportamientos, en lo que usted parece
coincidir. Ha cambiado su equipo y le deseo estabilidad, talante,
impulso político y conceptos claros a la hora de actuar. Le invito a
que asuma este ambicioso reto como una cuestión de interés nacional.

El medio ambiente tiene que ser un compromiso de interés nacional en
el que todos estemos comprometidos: con proyectos, con presupuestos y
adelantándose si es posible -usted lo ha citado- a las directivas
europeas, no vayamos a remolque. Para ello tiene que haber un cambio
de 180 grados en los comportamientos que hemos vivido hasta ahora,
puesto que hay procesos de infracción contra España por la no
trasposición de directivas. Recupere el papel que le corresponde en
los foros internacionales. No ha asistido a la cumbre de Malmoe y
hubiera sido interesante que estuviera allí donde se marcaban las
prioridades del siglo XXI, donde las ciudades van a tener un papel
fundamental y van a ser las protagonistas de los próximos diez años.

Para poder realizar ese papel hay que dotar de medios a las políticas
de sostenibilidad que se impulsen desde las ciudades y que van a ser
claves para actuar localmente en esa premisa de influir globalmente,
y para ello es clave



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que tenga usted una concienciación de su papel. De ahí que sea
necesario el impulso de las agendas locales como la Agenda 21 de Río,
pero de una manera decidida para que tengan su protagonismo, ya que
son las que tienen una inmediatez más próxima a los ciudadanos.

Tenga la seguridad de que si esa es su actitud, ese es su talante,
ese es su diálogo y tiene un impulso político, contará con el apoyo
del Grupo Socialista, pero, le repito, no como un cheque en blanco
sino como un ejercicio de responsabilidad, porque de lo que estamos
hablando es de un rigor en el control de su gestión, y presentaremos
todas aquellas alternativas políticas que consideremos necesarias
para que nos ofrezca ese diálogo, que también nosotros le brindamos.




La señora PRESIDENTA: Quiero recordarle al segundo interviniente del
Grupo Socialista que su compañera en el ejercicio de la palabra ha
agotado más de 15 minutos. Por tanto, quiero pedirle -como además él
ya sabe hacer- que utilice el tiempo adecuadamente para que el resto
de los intervinientes puedan hacerlo con tranquilidad.




El señor MORLÁN GRACIA: Bienvenido, señor ministro, a esta Comisión y
enhorabuena por su nombramiento.




Quisiera hacer algunos comentarios a sus dos reflexiones iniciales.

En principio, me parece muy bien que usted tenga un reconocimiento
especial hacia los funcionarios del Ministerio, porque en la anterior
legislatura su predecesora tuvo la habilidad de tener enfrentados
a 33 de los 35 ingenieros que estaban trabajando en la Secretaría de
Estado de Aguas. En segundo lugar, le tengo que decir que el trabajo
de la señora Tocino no ha sido el que usted ha planteado. Le voy a
dar cuatro o cinco datos para entrar de manera más clara en lo que ha
de ser el futuro de la gestión del agua en España.

La señora Tocino planteó aquí una nueva cultura del agua, que, a
nuestro juicio, se ha traducido en la existencia de un mercado del
agua; un mercado del agua que, a la vista de declaraciones como las
de la consejera de Agricultura de Valencia en las últimas fechas, es
un mercado libre, es un mercado entre quien tiene el agua y quien la
quiere comprar, como si fuera cualquier producto natural que
existiera en nuestros mercados, y eso, desde nuestro punto de vista,
es absolutamente inaceptable.




En segundo lugar, usted ha adoptado el compromiso de presentar el
Plan hidrológico nacional este verano al Consejo Nacional del Agua.

Espero y deseo que lo respete, porque uno de los compromisos tanto de
nuestro programa electoral como del suyo fue que el Plan hidrológico
nacional sería una de las primeras materias que pondríamos encima de
la mesa para intentar planificar cuál iba a ser la gestión del agua
en España, y en la anterior legislatura tanto su predecesora como el
propio presidente del Gobierno incumplieron ese compromiso
de manera reiterada. Por eso deseo que usted lo cumpla, porque
creo que es una fórmula de clarificación que interesa al conjunto de
la sociedad.

En tercer lugar, me imagino que usted sabrá que hay unas sociedades
de agua en alguna de las cuencas, en todas no, puesto que faltan en
la del Tajo y en la del Norte. La creación de esas sociedades de agua
fue una fórmula para agilizar la inversión pública, pero no han
funcionado. Que a eso se le dé el parabién de un reconocimiento nos
parece que no es la fórmula más acertada. Mantener 250.000 millones
de pesetas secuestrados en inversión pública para evitar que se
produzca esa inversión pública nos parece una fórmula no adecuada
para la gestión del agua en España. Estas sociedades del agua lo que
han traido consigo a sido una marginación de las confederaciones
hidrográficas, que no deja de ser los órganos fundamentales de la
gestión de las cuencas hidrográficas, los órganos que han funcionado,
aunque hay que reformarlos y hay que dar más participación a los
colectivos sensibilizados con la gestión del agua, hay que dar más
participación a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas y eso
no se hizo en la anterior legislatura. Las comunidades autónomas
tienen que estar tan implicadas en la gestión de las confederaciones
que no deben considerarlas nunca como organismos ajenos a la propia
comunidad autónoma y eso ha pasado. Por ello, cuando usted ha
planteado que iba a llevar a cabo fórmulas de consenso, de acuerdo y
de mayor participación de las comunidades autónomas yo deseo que así
sea, que lo consiga y que hable con las comunidades autónomas con la
finalidad de que esta simbiosis entre comunidad autónoma y
Administración central se produzca en un órgano de gestión como es la
confederación que, sin lugar a dudas, es la que marca las pautas del
funcionamiento y del desarrollo de la gestión del agua en cada cuenca
hidrográfica.

La señora ministra anterior planteó un Libro Blanco del agua famoso,
con un compromiso muy claro de traernos sus conclusiones, pero, señor
ministro, sus conclusiones no las conocemos. Si usted pone encima de
la mesa todos estos datos, podrá comprobar por qué somos tan críticos
con la gestión de su predecesora y, desde luego, nada solidarios con
el reconocimiento de su gestión. Usted ha llegado ahora al Ministerio
con una voluntad encomiable que ha puesto encima de la mesa de buscar
fórmulas de acuerdo y de consenso con grupos ecologistas, con
partidos políticos, con regantes, con todos aquellos sectores que
están sensibilizados con la gestión del agua. Nos parece bien que lo
haga usted así y no le quepa ninguna duda de que nosotros estaremos
en la tesis de buscar elementos de diálogo y de acuerdo y no de
confrontación en esta materia. Lo que sucede es que para llegar a eso
hace falta que en algunas de las cosas que usted no ha planteado,
pero que están, en la gestión del agua, se den las solucionesmás
adecuadas y más correctas.




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Usted ha dicho que el agua es un recurso escaso y desigualmente
distribuido y en eso estamos de acuerdo, pero hay un elemento
importante en la gestión del agua que es el régimen concesional, que
es donde empiezan a surgir los problemas. ¿Por qué? Porque si alguna
virtualidad tuvo el Libro Blanco del agua fue poner encima de la mesa
que en este país existían 500.000 aprovechamientos, de los que de
125.000 se sabían nombres y apellidos, caudales concedidos y duración
de la concesión; de otros 125.000 había datos dudosos y de los
250.000 restantes no se sabía absolutamente nada, salvo que eran unos
simples pozos que existían en cada una de las cuencas o en los
acuíferos. Una adecuada y correcta gestión del agua, señor ministro,
presupone conocer dónde esta el agua, quién la tiene y qué derechos
tiene, no exactamente, porque el conocimiento de los metros o
hectómetros cúbicos de agua que hay en este país es muy complicado,
pero sí en función de las series estimativas que ha habido a lo largo
de los últimos años.

En estos momentos en muchas cuencas, en la mía, en la del Ebro, por
ejemplo, existe un número importantísimo de expedientes de concesión
que no están resueltos y ya se empiezan a hablar de miles. Si usted
quiere afrontar la gestión del agua y únicamente utiliza como
instrumento el Plan hidrológico nacional, en alguno de cuyos aspectos
que ha puesto sobre la mesa, podemos coincidir, y además plantea que
el Plan nacional de saneamiento y depuración es un instrumento que
hay que seguir desarrollando y en el que hay que corregir lo que no
se ha corregido en estos últimos cuatro años, como, por ejemplo, las
actuaciones en el río Segura, imputables al Gobierno, del que usted
no formaba parte pero a cuya cabeza estaba el mismo presidente que
ahora, como puede observar, existen muchas lagunas, y éstas sin agua,
en las que la gestión del Gobierno ha sido negativa. Pero no son sólo
esos instrumentos los que hay que poner encima de la mesa. Hay que
partir un poco del cero y poner en conocimiento de todo el mundo qué
volumen de agua tenemos en España y cuáles son los usos que ha de
tener esa agua. A nosotros nos asaltan una serie de dudas en su
planteamiento, señor ministro.




La señora PRESIDENTA: Perdón, señor Morlán, exponga sus dudas de
manera breve.




El señor MORLÁN GRACIA: Las voy a enumerar muy brevemente, señora
presidenta. Espero que el señor ministro procure satisfacer mi
curiosidad, si es posible, ahora o, si no, en futuras comparecencias.

Señor ministro, ¿para usted el agua es un recurso natural
o económico? Ésa es una duda elemental para ver cuál es la gestión del
agua en España, sobre todo en función de la introducción del mercado
del agua. ¿Piensa usted que las sociedades de agua deben seguir
funcionando tal y como están en este momento o hay que introducir
algún tipo de modificación? Por ejemplo, ¿se va a transferir a
la Comunidad Autónoma de Andalucía la gestión de la cuenca del Sur?
De acuerdo con el Estatuto de Castilla y León, que es una ley con
rango orgánico, esa comunidad tiene reconocida la encomienda de la
gestión de la cuenca del Duero, que hasta ahora se le ha negado.

Nosotros planteamos que se le conceda esa gestión, ¿usted lo piensa
hacer? ¿Qué medidas piensa adoptar para normalizar el régimen
concesional en España? ¿Piensa seguir usted con el método alemán de
contratación de la obra pública, que se inició en un momento y
después parece que ha tenido diversos altos y bajos? Todavía no
sabemos cuál va a ser la postura definitiva del Gobierno. Haciendo
referencia a mi propia comunidad, ¿usted qué piensa del pacto del
agua de Aragón? Allí tenemos embalses y regulaciones que están
pendientes y existen bastantes problemas, unos tienen que ver con
circunstancias de carácter social y territorial y otros tienen que
ver con un tema que me imagino que el nuevo secretario de Estado del
agua conocerá muy bien, que es el de los fondos de cohesión. ¿Cómo
van a distribuir los fondos de cohesión? Por ejemplo, ¿qué sucede con
el abastecimiento de aguas a Zaragoza, qué sucede con el
recrecimiento de Yesa? Es decir, ¿de qué manera van ustedes a
gestionar los fondos de cohesión para que atiendan a sus auténticas
finalidades? ¿Piensa usted que la directiva-marco en política de agua
va a introducir alguna variación sustancial en la configuración de
los planes de cuenca? ¿Cree usted que esta directiva-marco no supone,
de hecho, una innovación importante en la gestión del agua en España,
desde el momento en que introduce factores que hasta ahora no estaban
contemplados, no sólo la unidad de cuenca, que al fin y al cabo es la
copia de lo que sucede en España, sino el precio del agua, el coste
del agua? ¿Qué va a suceder con los costes ambientales? ¿Cómo piensa
plantear el control de los caudales ecológicos dentro de cada una de
nuestras cuencas? Cuando se habla de saneamiento y depuración
y cuando se habla de fondos de cohesión, ¿cree usted, señor ministro,
por ejemplo, que el colector de Guadalajara puede ser uno de los
afectados por los fondos de cohesión, o no debe serlo?
Señor ministro, son temas que habrá que ir perfilando poco a poco a
lo largo de esta legislatura porque, sin lugar a dudas, van a dibujar
lo que tiene que ser la política del agua, que yo creo que no está
solamente centrada en la presentación del Plan hidrológico nacional,
que es necesario, sino en continuar con un plan nacional de
saneamiento y depuración o con un plan de costas, al que ustedes en
su programa electoral atribuían 140.000 millones de pesetas. En
principio, parece que se ha destinado solamente a Canarias y a
Baleares. ¿Qué piensan hacer con el resto de las costas? Creo que son
temas que usted, señor ministro, debería aclarar de una forma más
específica.

Por último, señora presidenta, y con esto acabo definitivamente,se lo
digo en serio... (Risas.)



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La señora PRESIDENTA: Me alegro, señor Morlán.




El señor MORLÁN GRACIA: Señor ministro, ¿usted cree que el mercado
del agua que ha recogido la reforma de la Ley de aguas que ustedes
plantearon ha funcionado, está funcionando? ¿Piensa usted que no
habría que modificarlo o, por el contrario, y según sus propias
palabras, piensa que se va desarrollar la Ley de aguas? ¿En qué
sentido va a ir ese desarrollo, en una profundización mayor del
mercado del agua? Si más libre no puede ser. Yo creo que ustedes
deberían hacer una reflexión muy seria sobre la gestión del agua.

Señor ministro, yo le animo a que esa voluntad que usted tiene de
entendimiento con otros grupos políticos se ponga de manifiesto de
forma clara y nítida, para que la gestión del agua sea un programa en
el que todos podamos participar y aportar nuestras ideas y nuestras
reflexiones, que creo que son importantes para el conjunto de la
sociedad.




La señora PRESIDENTA: Intervendrá ahora el portavoz del Grupo
Parlamentario Mixto, señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Evidentemente, escuchar del señor
ministro de Medio Ambiente que se va a intentar hacer una política
transversal puede llevar al optimismo, aunque también seamos
conscientes de la dificultad de su aplicación. No cabe duda de que el
Ministerio de Medio Ambiente se utiliza muchas veces como coartada de
carácter propagandístico, pero su eficacia a la hora de condicionar
la política del Gobierno es más que nula, especialmente en lo que se
refiere a las actuaciones del Ministerio de Fomento, con todos los
organismos que de él dependen, o del Ministerio de Defensa, por no
hablar de las muchísimas empresas de carácter público que había hasta
ahora, y que alguna aún queda, que no se caracterizan precisamente
por cumplir las mínimas normas medioambientales. En segundo lugar,
también es de agradecer que se haya enunciado el deseo de tener metas
propias, como Estado español, al margen y no en contradicción con las
normas de Bruselas, porque efectivamente existe un opinión pública en
el Estado español que acredita las bondades de esa Europa ideal y,
siempre que hay un conflicto interno en el Estado español por una
cuestión medioambiental, se recurre a las instancias de Bruselas para
ver si se dirimen en un modelo positivo para el medio ambiente. Todos
sabemos que las diferencias entre los Estados de la Unión Europea a
este respecto son abismales, igual que en el resto de los aspectos de
la vida, el económico o el social. Por eso, sería muy interesante
que, al margen del marco genérico que establecen las directivas
europeas, los gobiernos del Estado español, el central y los
autonómicos, tuviesen que cumplir unas directrices no
contradictorias, pero sí clarificadas en cuanto al matiz y a la
diferencia de sus propias realidades.




En tercer lugar, hay algo que el señor ministro no dijo, pero sí
sería de desear, y es que se estableciese una clarificación
competencial, simplificando de quién depende el control y la gestión
de muchas realidades que están afectadas por medidas medioambientales
no siempre positivas, y donde muchas veces el factor decisivo es el
organismo menos medioambiental de todos, incluso el más prepotente o
el que tiene más capacidad económica o más poder político. Por
ejemplo, en las rías gallegas es alarmante la actuación de las
autoridades portuarias. Las autoridades portuarias siempre tienen
razón, pueden hacer rellenos, pueden hacer paseos marítimos con
fondos Feder que significan una agresión al medio ambiente brutal, y
no hay ninguna autoridad de la comunidad autónoma, ni menos de la
Administración local, que pueda paralizar ese tipo de proyectos con
grave afectación de la riqueza marisquera y, desde luego, con grave
deterioro de lo que es el dominio público marítimo-terrestre.

Dichas estas tres cuestiones generales, paso a hacer alguna
interpretación, algún análisis o alguna propuesta en relación con los
temas que usted ha tratado. En relación con el tema del agua, señor
ministro, y no desde una perspectiva localista, yo quiero informarle
de que en la anterior legislatura se gastaron prácticamente 300.000
millones de pesetas en estaciones depuradoras de aguas residuales. A
la Comunidad Autónoma de Galicia no fue ni un céntimo, a pesar de que
estaban declaradas como estaciones depuradoras de aguas residuales la
de Ferrol, la de A Coruña, la de Ourense y la de Lugo. Usted tiene
que pensar que estas reivindicaciones, aparte de tener la
caracterización de obras de interés general, se refieren a
actuaciones en medios que dependen exclusivamente de la
Administración y de la competencia del Estado. Desgraciadamente, éste
es el modelo que tenemos en Galicia. Usted sabe que la Confederación
Hidrográfica del Miño no se ha transferido pretextando el carácter de
ríos compartidos y, por lo tanto, las actuaciones del Estado son
perentorias, necesarias y obligadas. En el caso de Ferrol, usted sabe
que es una ciudad condicionada especialmente por el Ministerio de
Defensa y por actuaciones industriales de empresas que son propiedad
del Estado, por ejemplo, Bazán o Astano. Pues bien, esta ría hoy está
en un peligro gravísimo, a pesar de que está proporcionando medios
para vivir a 1.000 familias, lo que en una situación crítica como es
la industrial que padece la comarca no es de desdeñar, y podía dar de
comer a mucha más gente si sus aguas estuvieran depuradas. ¿Pues sabe
usted cuando se nos coloca el horizonte para la construcción de la
estación depuradora de aguas residuales? En el año 2006. Va a ser la
última ciudad del Estado con más de 50.000 habitantes que verá
depuradas sus aguas residuales, una ciudad departamental, lo que es
inexplicable, desde todo punto de vista, sin el Estado español y las
actuaciones que hizo históricamente allí.




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En relación con el Plan hidrológico nacional, yo puedo compartir
desde un punto de vista teórico esa tesis de que al que le sobran los
recursos debe estar en disposición de compartirlos, pero todo eso
previo al establecimiento de algunas cláusulas, que yo creo que son
elementales: la primera de ellas es la adecuación de las cuencas
hidrográficas a la realidad territorial, a la realidad competencial y
a la realidad social. Yo creo que sería de desear que el Gobierno
pensase por lo menos si la cuenca hidrográfica del Miño, que es un
río que no comparte con nadie, a excepción de con Portugal en la
frontera, no debería tener un grado de participación de la comunidad
autónoma y en concreto de gestión o cogestión mayor. En todo caso,
señor ministro, lo que no es de recibo es que los gallegos de
Ourense, de Lugo o de Pontevedra tengan que ir precisamente a Oviedo
a solucionar sus problemas. Que yo sepa, ni el Miño ni el Sil están
en Oviedo y no se puede comparar la cuenca hidrográfica de este río
con la del Nalón o de otro río cualquiera de la cornisa Cantábrica,
pero no se puede comparar ni en dimensión ni en caudal ni en el
régimen pluviométrico que existe, que yo creo que sería muy
importante que lo considerasen. Al igual que el Guadiana y el
Guadalquivir tienen su cuenca propia, yo creo que sería muy
importante hacer algo similar con la del Miño y el Sil. Además, hay
que tener en cuenta las capacidades potenciales de estos ríos, aunque
están muy estragados por los embalses, tremendamente condicionados.

Usted, que sabe que la actuación llevada a cabo en estas cuencas fue
brutal en los años sesenta y setenta y que están destinados a
producción de energía eléctrica, debe saber también que la
potencialidad de comarcas como el Val de Lemos, por ejemplo, o como A
Terra da Limia, o como A Terra Cha, están condicionadas por la
posibilidad de unos regadíos en condiciones, y es la única solución
que tienen, la riqueza agropecuaria o agraria, incluso para
incardinar a la población joven en la tierra.

Por último, hay incluso en Galicia y en estas zonas muchas ciudades
que si pasan dos meses sin llover no tienen capacidad de
abastecimiento de aguas, por lo que usted dijo, por no estar
preparadas las infraestructuras debidamente. Por lo tanto, antes de
hacer cualquier tipo de propuesta de trasvase, yo creo que hay que
tener en consideración todos estos elementos, y como normalmente, a
Galicia se la ve siempre como una nebulosa abstracta del Cantábrico,
sería muy importante que se tuvieran en consideración estos factores
que yo le acabo de enunciar.

Respecto a la estrategia forestal, usted anuncia una ley forestal que
sería muy importante que tuviese en cuenta lo siguiente. Debido, en
este caso, a los diseños de la Unión Europea, en perfecto acuerdo con
el Estado español, sabe que en Galicia está retrocediendo
alarmantemente la presencia de población agraria y disminuyendo
además la población en conjunto de todo el país. Pues bien, el
abandono de la agricultura y las tierras
agrarias llevó, como usted sabe, a un plan de reforestación de
estas tierras incluso a través de especies no autóctonas, de tal
manera que Galicia hoy es el mayor eucaliptal de Europa. Debido a que
hay una plaga tremenda, que no han cortado, y que comienzan a notar
los daños excesivos y no controlables, se empieza a plantear la
sustitución por el pino tradicional, afortunadamente, pero no es por
un diseño de política sino por los peligros que conlleva, incluso po
el tipo de plagas, que, afortunadamente, vuelvo a repetir, no pueden
controlar. Pero está claro que esta estrategia forestal se hizo en
función de intereses económicos: primero, porque Galicia no podía
producir en el sector agrario ni en el sector lácteo; y, segundo,
para poner toda la masa forestal en función de las celulosas. Habría
que tener en cuenta que la ley forestal, por lo menos, fuese
mínimamente equilibrada en este aspecto así como la realidad social
de cada territorio del Estado español. Usted sabe que en Galicia, a
pesar de todo, más del 17 por ciento de la población vive de la
agricultura y del campo, y no se puede hacer una ley genérica que no
tenga en cuenta estas diferencias e incluso el sistema de propiedad
de la tierra. Aún existen muchos montes en mano común.




La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez, le ruego que acabe.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Acabo ya con dos observaciones. La
primera es que le agradecería que se fijase en el mapa del Estado
español y observará que, a pesar de la riqueza en biodiversidad, en
Galicia no existe ningún parque de los llamados nacionales. La
segunda, que tenga en cuenta también la necesidad de que el Gobierno
haga una ordenación mínima del tratamiento de los residuos. Debe
saber que el Plan Sogama de Galicia fue modificado progresivamente,
aunque no suficientemente, por la presión social, que veía que no
tenía un tanto por ciento de reciclado, ni siquiera de mínimos, y se
fue reduciendo la incineración progresivamente, aunque aún no está al
nivel que sería de desear.

Acabo diciéndole que, si bien es cierto que es saludable que el
Instituto Nacional de Meteorología siga siendo un servicio público,
yo creo que la centralización produce efectos muy nefastos. La manera
de procesar todos los datos que vienen vía satélite de forma
centralizada produce que los anuncios meteorológicos sobre Galicia,
de estar acertados, se produzcan siempre con retrasos (Risas.), nunca
se hacen en el momento que se están produciendo, en caso de ser
ciertos, lo cual llevó incluso al señor Fraga, que no es sospechoso
de separatismo, a decir que había que hacer algún modelo propio
porque era un auténtico dislate.

Acabo definitivamente diciéndole que sería muy de desear que la
política de apariencias a la que se es tanproclive fuera sustituida
por una política de eficacia y



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de realidad. En este aspecto, aunque es cierto que los ciudadanos nos
tenemos que educar, creo que las responsabilidades mayores con de la
Administración, sobre todo en el control y en la solución de
problemas evidentes. Sin un modelo al que imitar, es difícil que lo
hagamos individualmente, y mucho menos en una sociedad como está.




La señora PRESIDENTA: Vamos a suspender las intervenciones de los
señores portavoces por diez minutos.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




La señora PRESIDENTA: Reanudamos la comparecencia del señor ministro.

Tiene la palabra, muy brevemente, puesto que su compañero ha
consumido gran parte del tiempo que le correspondía, el señor Saura,
del Grupo Mixto.




El señor SAURA LAPORTA: Señor ministro, quiero felicitarle por su
nombramiento y desearle éxitos. En mi intervención voy a hacerle
pocas preguntas concretas, porque pienso que ésta no es la
comparecencia adecuada para que nos conteste a todas las preguntas
que han quedado pendientes. Pero sí quiero que retenga que
posiblemente las preguntas que se han formulado, y otras muchas que
se pueden formular, son producto de la gran insatisfacción que ha
dejado en los grupos de la oposición, en los grupos ecologistas y en
la sociedad la política de su antecesora. No compartimos que haya
sido una gestión brillante. Le honra a usted, piense lo que piense,
que lo diga, pero hoy hay muchas preguntas sobre los incumplimientos
de la señora Tocino.

Quiero dividir mi intervención en dos bloques. Uno, sobre
consideraciones de carácter general, al hilo del inicio de su
intervención en relación con la situación global del medio ambiente.

Y, dos, para matizar, concretar o complementar algunas cosas que ha
dicho y otras que no ha dicho.

En relación al primer aspecto, usted decía: es importante que los
ciudadanos españoles piensen en términos planetarios. Estoy
absolutamente de acuerdo, pero creo que es importante decir aquí hoy,
y que lo diga el ministro de Medio Ambiente, que en el foro mundial
de ministros de Medio Ambiente, que se ha celebrado hace muy pocos
días, el diagnóstico ha sido clarísimo; el diagnóstico de los
ministros ha sido el reconocimiento de los fracasos de las políticas
medioambientales para frenar el deterioro que se diagnosticó en Río
de Janeiro. Y en Suecia se han dicho más cosas: que hay una gran
disfunción entre lo que se dice y lo que se hace, y que los grandes
problemas de Río se han agravado. Este es el diagnóstico que han
hecho no grupos
ecologistas, no las ONG, sino los ministros de más de cien países en
Suecia. De la declaración y de los debates de Malmoe se deduce una
cuestión importante que usted ha señalado: el tema medioambiental es
un tema de cambio cultural, estoy de acuerdo con ello, y además algo
que me ha parecido excelente: la política medioambiental no es una
política sectorial. Y estoy de acuerdo, pero hasta hoy, en el Estado
español, en estos cuatro años, ha sido una política sectorial, y
cuando desde el Ministerio se pretendieron impulsar determinadas
políticas, eso no fue posible. Es importante retener la necesidad de
cambio cultural que decía, la necesidad de concienciación de los
ciudadanos, pero también la necesidad de que la política de
sostenibilidad -término que me gusta más que medioambiental- se
incardine en el centro de la política del Gobierno.

Dicho esto, en el Estado español en estos cuatro años, ¿qué ha
pasado? Mi sensación es que se han perdido cuatro años ¿Por qué? Por
tres razones. En primer lugar, porque no ha habido, a pesar de que
hemos tenido un Ministerio de Medio Ambiente, ningún cambio
cualitativo desde el punto de vista de pensar y actuar con una
sostenibilidad. Claro que se han hecho cosas, faltaría más, pero no
se ha producido en cuatro años un cambio cualitativo desde la acción
y desde el pensamiento del Gobierno en relación a la sostenibilidad.

En segundo lugar, han sido cuatro años perdidos porque la ministra de
Medio Ambiente ha logrado ponerse enfrente prácticamente a todas las
organizaciones ecologistas; por tanto, creo que es positivo que usted
diga hoy públicamente que quiere reiniciar un diálogo. En tercer
lugar, porque prácticamente todos los grandes temas que estaban
pendientes en 1996 hoy siguen pendientes. Solamente hace falta leer
la intervención de la ministra Tocino el 30 de mayo de 1996, hoy hace
un año y seis días, en esta misma Comisión diciendo cuáles eran sus
prioridades. La primera gran prioridad, el primer gran reto era la
presentación en un breve plazo del Plan hidrológico nacional. Así,
uno puede ir leyendo el discurso de la ministra Tocino y ver que los
grandes temas siguen pendientes. ¿Quiere decir esto que no se ha
hecho nada? No, se han hecho cosas, pero, insisto, quedan grandes
temas pendientes y, sobre todo, no se ha producido este cambio de
pensamiento y de sensibilidad.

El segundo bloque son matizaciones a algunas cuestiones con las que
no estoy de acuerdo y sobre las que usted no ha dicho nada. En el
tema del Plan hidrológico, la definición que usted ha hecho de
cuencas excedentes hay que verla en la práctica y, a pesar de que
también la ministra Tocino dijo que se habían acabado las obras
hidráulicas y las infraestructuras como principal elemento para hacer
frente a la política hidráulica, hasta ahora ha sido así, por tanto,
espero que en su caso la coherencia entre lo que nos ha dicho aquí
hoy y lo que haga sea mayor.

Me ha preocupado cuando usted ha hablado de los compromisos de Kioto.

Señor ministro, España no



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tiene un plan para hacer frente al cambio climático, y hoy usted creo
que nos ha hecho una pequeña trampita. Nos dice: no tenemos los
niveles de contaminación de Europa, a pesar de que estamos aumentando
mucho, y es necesario que España tenga metas propias. Pero, señor
ministro, sí que las tenemos. En los compromisos de Kioto, los países
de la Unión Europea aceptaron una disminución del 8 por ciento de la
contaminación, y en el caso español, un incremento del 15 por ciento
en el año 2010. ¿Sabe cuánto hemos incrementado ya? Más del 20 por
ciento. Teníamos que incrementar como máximo el 15 por ciento hasta
2010 y en 1999 hemos aumentado el 20 por ciento. Nos hemos adelantado
en esto diez años, rebasando los límites que adquirimos; por tanto,
me sorprende que usted diga que nos hemos de fijar metas. Las metas
las tenemos fijadas pero las hemos incumplido. ¿Qué quiere decir eso?
Eso enlaza con la política sectorial porque, señor ministro, por
mucha voluntad que usted tenga, sin un cambio en la política
energética y de transportes del Estado español no podrá hacer cumplir
los compromisos de Kioto. ¿Por qué se contamina más? Por la política
de transporte (y el Gobierno español, hoy por hoy, desde el
Ministerio de Infraestructuras, lo que hace es una política de
fomento del transporte privado) y por una política energética, porque
el Gobierno en la anterior legislatura, por problemas con el
Ministerio de Economía y Hacienda, no sacó adelante el plan de
fomento de energías renovables. En este caso concreto queda clarísimo
que la política no es sectorial, que hemos inclumplido los
compromisos que teníamos y que se necesitan cambios, no sólo desde
Medio Ambiente, sino desde otras políticas, especialmente energética
y de transportes.

He de decir, simplemente lo menciono porque tengo muy poco tiempo,
que nosotros, como Iniciativa per Catalunya-Els Verds, planteamos
hace ya dos años una denuncia a la Unión Europea que dio motivo a un
expediente de infracción en los temas de impacto ambiental, que el
Plan nacional de residuos, con el que en parte fuimos críticos, no se
está instrumentando; que, como aquí se ha dicho, falta una normativa
no sólo sobre la calidad del aire sino sobre la contaminación
acústica -y que no le pido que me responda a todo esto porque
entiendo que hoy no puede, simplemente se lo pongo encima de la
mesa-; o que en el tema de la estrategia de biodiversidad la ministra
Tocino presentó, no sé si en marzo o en abril de 1999, un plan que ni
se ha aprobado en Consejo de Ministros y que después de quince meses
prácticamente todos los plazos que se establecían en esa estrategia
se han sobrepasado. En 1999 se debía modificar la Ley de conservación
de la naturaleza, se debía haber elaborado el programa nacional de
investigación, etcétera.

Quería hacer tres comentarios para acabar este bloque. Es importante
que nos diga hoy si desde el Gobierno español hay alguna intención de
abordar los temas de fiscalidad ecológica. No le estoy diciendo que
en seis meses decidamos una fiscalidad ecológica, sí que
digo aquí hoy que el Gobierno español es el Gobierno más reticente y
está bloqueando en la Unión Europea que se avance de forma conjunta
en los temas de fiscalidad ecológica. La pregunta es: ¿están
dispuestos ustedes a aceptar una subcomisión en esta Comisión que
empiece a estudiar estos temas? No digo que se aplique pasado mañana.

Respecto al tema de transgénicos, nos ha dicho: prudencia. Yo le
digo: prudencia elevada a la enésima potencia, señor ministro, porque
prudencia no ha sido la política de su Gobierno. En cuatro años el
Estado español se ha convertido en el primer país productor de maíz
transgénico y en el primer país importador de productos transgénicos.

Dígase usted mismo: prudencia; no nos lo diga a nosotros porque ya
estamos de acuerdo en que tiene que haber prudencia.

Por último está el tema de la energía. Es necesario el cierre de las
nucleares en los plazos que sea preciso pero, sobre todo, el fomento
de las energías renovables, por muchas cuestiones, fundamentalmente
por la contaminación decidida en Kioto. Señor ministro, no le voy a
hacer preguntas concretas, quiero que interiorice lo que está pasando
en el mundo, el incumplimiento entre compromisos y acción de
gobierno. Su Ministerio necesita de mucha autoridad política para
poder incidir en otros ministerios porque, si no, los grandes
compromisos usted no los va a poder cumplir, y ahí nos va a tener al
conjunto de los partidos políticos y a la oposición.

Quiero acabar con una única pregunta concreta, que le formulo con el
mayor énfasis. He estado unos días en Mallorca y he visto un debate
en relación al Parque de Sierra Tramontana, donde el Partido Popular
ha presentado hace quince días una proposición no de ley en la que
insta a que el Gobierno declare parque natural zonas de propiedad
pública. Cuando vi esto me quedé muy sorprendido, pero me he quedado
mucho más sorprendido cuando se le atribuyen a usted -no sé si lo ha
dicho o no- manifestaciones como ésta: Creemos que cabe un parque
natural en la sierra pero exclusivo para propiedades de titularidad
pública, con una buena y amplia red de caminos cuidados. Mi pregunta
es: la política de espacios naturales protegidos, ¿la piensa aplicar
usted exclusivamente en zonas públicas -a mi entender, esto sería una
barbaridad-, o simplemente es una cuestión concreta de las islas que
usted no va a generalizar?



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Martí por un tiempo
de siete minutos.




El señor MARTÍ I GALBIS: Señor ministro, le agradecemos su primera
comparecencia ante esta Comisión, también a instancia del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), y le damos la bienvenida
a la misma En primer lugar, y antes de iniciar mi intervención,
querría felicitarle por su nombramiento a título personal



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y también en nombre de mis compañeros del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), así como desearle toda clase de éxitos y
aciertos al frente del Ministerio de Medio Ambiente en beneficio de
todos nosotros, de nuestra sociedad y especialmente en beneficio de
las futuras generaciones.

Ayer celebramos, tal y como ha puesto de manifiesto anteriormente el
señor ministro, el Día Internacional del Medio Ambiente. Un año más
creemos que se ha evidenciado la creciente sensibilización social
ante la necesidad de preservar el entorno y el medio natural. La
coincidencia de dicha celebración con la comparecencia del señor
ministro tendría que haber situado al medio ambiente en el centro de
la atención informativo, -creemos nosotros- por su importancia
intrínseca, aunque lamentablemente otras noticias han eclipsado y han
vuelto a monopolizar la atención política y ciudadana. En general,
los medios de comunicación no se han caracterizado por dar al Día
Internacional del Medio Ambiente la relevancia que merecía y creemos
que de ello debe quedar constancia en el día de hoy.

En otro orden de cosas, no podemos perder de vista que la ciudadanía
expresa a menudo de diversas formas su descontento y su
distanciamiento con la política y con los políticos, porque hemos
dedicado atención a temas que no afectan directamente, a veces, a los
intereses de los ciudadanos y, en cambio, dedicamos demasiado poca
atención a dar solución a problemas reales de la sociedad. Esta
autocrítica tenemos que hacerla todos nosotros. En ese sentido no me
cabe duda de que las amenazas sobre el medio ambiente afectan por
igual y de manera muy directa a todos nuestros conciudadanos, sin
distinción de nacionalidad, origen, ideología, creencia o estrato
social.

La anterior legislatura coincidió con la primera andadura del
Ministerio del Medio Ambiente, aunque, como nuevo diputado en esta
VII Legislatura y, por tanto, sin conocimiento directo del desarrollo
de la anterior, me atrevo a afirmar que no son pocos -como han dicho
antes algunos diputados- los objetivos y los compromisos del anterior
Gobierno en el ámbito del medio ambiente que quedaron lamentablemente
en el tintero. Por suerte, tampoco fue una legislatura desaprovechada
en lo que se refiere a la acción gubernamental, aunque la gestión de
su Ministerio quedara empañada por una poco justificada inactividad
ante catástrofes como la de Aznalcóllar.

El señor ministro ha realizado una exposición creemos que correcta en
términos generales. No puedo dejar de constatar que se mantienen
algunos interrogantes y algunas dudas en relación a determinados
proyectos, como el del traído y llevado Plan hidrológico nacional, al
que se referirá posteriormente mi compañero del grupo parlamentario
don Salvador Sedó. En la línea de actuación del Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió) en las anteriores legislaturas, desde
ahora mismo le ofrezco la leal colaboración de
nuestro grupo; una colaboración, no obstante, que ejerceremos desde
la coherencia con los compromisos políticos y programáticos
adquiridos ante la ciudadanía de Cataluña el pasado 12 de marzo y
desde posiciones de crítica constructiva, como no puede ser de otra
manera, en una formación política como la nuestra, con
responsabilidades de gobierno en la Generalitat de Cataluña y que se
ha caracterizado, desde siempre, por su ponderación y por su
capacidad de diálogo y de contribuir al mismo desde posiciones
positivas.

Hasta el momento de su intervención, señor ministro, nuestro grupo
parlamentario conocía los propósitos de su partido en el ámbito de
medio ambiente para esta VII Legislatura en base al programa
electoral del Partido Popular -que, por cierto, es un programa de muy
buenas intenciones, aunque difícilmente ejecutable en una sola
legislatura- y a las referencias medioambientales contenidas en el
discurso de investidura del presidente, señor Aznar. Un discurso que
contenía -creo recordar- solamente dos referencias, una era la
presentación del Plan hidrológico y otra la aprobación antes de fin
de año del Plan forestal.

Paso a continuación a referirme a algunos de los aspectos que el
señor ministro ha citado en su intervención, así como a las
prioridades políticas para nuestro grupo parlamentario en esta
legislatura que acaba de comenzar. En primer lugar, quiero pedirle -y
con ello nos encontrará a su lado- que defienda su programa
departamental y sus prioridades políticas allá donde deba hacerlo con
un especial empeño, es decir, ante la misma Presidencia del Gobierno,
y muy especialmente ante el ministro de Economía que es el que, al
final, va a hacer posible o no una verdadera política medioambiental.

En segundo lugar, le pedimos que vaya más allá de las buenas
intenciones -que agradecemos- utilizadas en su intervención, en lo
que se refiere a la búsqueda del consenso y esperamos que dé pasos
para conseguirlo desde posiciones de generosidad. Dicho esto, creo
que debe pasarse, cuanto antes, de las palabras a los hechos, sin
prisas pero sin pausas. Y, en tercer lugar, en esta breve
introducción quisiéramos pedirle también al señor ministro una
especial predisposición al diálogo con las entidades y asociaciones
ecologistas. Creemos que sería lamentable que se reprodujeran
situaciones como las vividas en la anterior legislatura entre las que
debe recordarse la ruptura del diálogo con estas organizaciones y su
consiguiente salida del Consejo Asesor del Medio Ambiente. En este
sentido valoramos como muy positiva la recuperación del diálogo con
las organizaciones ecologistas, que tuvo lugar el pasado 30 de mayo,
y confiamos en que, entre todos, seamos capaces de avanzar en el
contenido del decálogo que estas entidades presentaron al señor
ministro la semana pasada.

Estoy convencido de que el medio ambiente será en los próximos años
una de las prioridades políticas y sociales no sólo en nuestro país,
sino también en todo



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el mundo. El equilibrio entre crecimiento económico y consumo, por
una parte, y sostenibilidad, por la otra, marcará, sin duda, la
agenda política de los próximos años. Por ello, creemos que el
Ministerio de Medio Ambiente tendrá en esta legislatura y en las
siguientes la responsabilidad de conseguir que las políticas
medioambientales trasciendan -como han dicho antes otros diputados-
los límites de su acción ministerial e impregnen y se proyecten, en
general, sobre el conjunto de la acción política del Gobierno.

También aquí, señor ministro, nos va a tener a su lado. Y si en algún
aspecto cobra actualidad y virtualidad la palabra globalización es
precisamente en el medio ambiente. En este sentido, apostamos por que
el Estado español sea abanderado de los planteamientos contenidos en
la legislación ecológica europea vigente y de la que pueda aprobarse
en el futuro al amparo del desarrollo del sexto programa de acción
medioambiental que está elaborando la Dirección General del Medio
Ambiente de la Comisión. Por ello, señor ministro, le emplazamos a
hacer efectiva la trasposición de las directivas comunitarias,
especialmente la Directiva sobre control y prevención integrados de
la contaminación, pendiente desde el mes de octubre del año pasado;
también la Directiva sobre medidas contra la contaminación
atmosférica, causada por emisiones de vehículos a motor; también la
Directiva relativa al control de los riesgos inherentes a accidentes
graves en que intervengan sustancias peligrosas y la Directiva sobre
evaluación y gestión de la calidad del área ambiente. En ese sentido,
señor ministro, le preguntamos qué planes tiene el Ministerio para
hacer efectiva la trasposición de estas directivas, especialmente las
que ya han caducado, en relación a su incorporación en la normativa
interna, y cómo cree que las comunidades autónomas pueden participar
más activamente en este proceso.

En este mismo ambito le emplazamos a acelerar la aprobación de la
estrategia española frente al cambio climático que se deriva del
protocolo de Kioto y a contribuir de esta manera a limitar las
emisiones de gases que provocan el llamado efecto invernadero. Su
antecesora en el cargo presentó al respecto un primer documento que
establecía las medidas a adoptar para el cumplimiento de los
compromisos. Me reitero en la anterior previsión hecha por otros
diputados sobre el estado actual de la cuestión. El Gobierno español
en esta cuestión se ha opuesto hasta la fecha a la propuesta de una
ecotasa que, según la Unión Europea, debería gravar las emisiones de
CO2. ¿Cuál va a ser, señor ministro, la posición que seguirá el
Gobierno a partir de ahora en relación a este tema? Esperamos que no
todo quede en la anunciada sensibilización social.

En su intervención ha abordado cuestiones de gran calado político,
prioridades ministeriales, compromisos y objetivos que podemos
compartir en gran medida los diferentes grupos parlamentarios. Y
pongo como ejemplo el mismo Plan hidrológico, poner al día el país
a nivel medioambiental, crear foros de debate con las partes
implicadas en los temas medioambientales, la protección y el fomento
de la biodiversidad, el reciclaje de residuos, etcétera. Pero
permítame, señor ministro, que aborde de manera sintética y resumida
las prioridades que nuestro grupo parlamentario tiene planteadas para
esta legislatura.

En primer lugar desde el punto vista autonómico y para una formación
nacionalista como es Convergència i Unió, es del todo imprescindible
que se avance y se profundice en un modelo en que las comunidades
autónomas sean la administración ordinaria en temas ambientales. Este
tema lo planteamos hace cuatro años en la comparecencia del anterior
titular del Ministerio, como decía el señor Saura hace cuatro años y
seis días, lo hemos seguido defendiendo durante la anterior
legislatura y lo vamos a continuar reiterando durante la presente. Un
ejemplo lo tenemos en el traspaso, más que lógico y aconsejable -si
existe voluntad política- respecto a la declaración de impacto, de
todas las infraestructuras que se llevan a cabo en Cataluña. En todo
caso, la mejora de la coordinación del Gobierno y del Ministerio de
Medio Ambiente con las comunidades autónomas, aun siendo necesaria y
positiva no debe confundirse con conceptos como el de armonización o
recuperación de competencias por parte de la Administración general
del Estado y mucho menos aún con la duplicación de recursos,
servicios o estructuras.

Un segundo aspecto muy relacionado con el que acabo de citar, desde
el punto de vista de autonomía política y de observancia del
principio de subsidiariedad, es la participación de los responsables
de las comunidades autónomas en la representación oficial española
ante las distintas instancias de la Unión Europea, así como
incentivar la puesta en marcha de mecanismos de consulta previa a la
adopción de la posición oficial española en los temas que afectan a
su competencia. Es evidente, pues, el interés del Gobierno de
Cataluña y del resto de comunidades autónomas en participar en las
delegaciones oficiales españolas, que a su vez participan en las
conferencias de las partes en los grandes convenios internacionales
en los foros europeos, etcétera, como por ejemplo el Convenio
internacional sobre el cambio climático, el Convenio internacional
para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y el
Convenio Arus, sobre el acceso a la información ambiental. En ese
sentido, señor ministro, nos gustaría saber qué estrategia va usted a
seguir en estos temas.




La señora PRESIDENTA: Señor Martí, he de recordarle que lleva usted
doce minutos en el uso de la palabra y que necesitamos que termine.




El señor MARTÍ I GALBIS: Voy acabando, señora presidenta.

Con relación a los temas que nuestro grupo parlamentario prioriza,
quisiera, antes de ceder la palabra al



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señor Sedó, conocer los planes de su Ministerio para la presente
legislatura en los siguientes aspectos. En primer lugar, en lo que se
refiere a la promoción de la gestión medioambiental en el sector
empresarial, por ejemplo a través de la divulgación de sistemas de
gestión ambiental (las certificaciones ecológicas y ecoetiquetas
a las que se ha referido el señor ministro), el apoyo del desarrollo de
tecnologías verdes, etcétera. En segundo lugar, con relación al
régimen de responsabilidad civil medioambiental, celebro que el señor
ministro haya avanzado la próxima presentación de una ley de
responsabilidad civil que, de alguna manera, obligue a suscribir
algún tipo de seguros de daños al medio ambiente. En tercer lugar, la
concreción de medidas y actuaciones específicas derivadas del Libro
Blanco de educación medioambiental, elaborado en la anterior
legislatura, desde el respeto por las competencias de las comunidades
autónomas. Y en cuarto lugar, lo relativo a la valoración de aspectos
verdes en la contratación pública. Creemos que sería importante que
todos los ministerios incorporasen esos aspectos en sus respectivos
concursos públicos.

Por último, señor ministro, quisiéramos conocer qué actuaciones
impulsará para evitar la inactividad de las confederaciones
hidrográficas ante determinadas conductas de las compañías
hidroeléctricas, que creemos que por un excesivo afán de lucro e
incumpliendo la ley de aguas provocan que los cauces de los ríos
queden sin caudal en tramos de varios kilómetros, con el consiguiente
daño ecológico, a veces irreversible.

Antes de ceder la palabra a mi compañero señor Sedó, termino como he
comenzado, y si me permite la señora presidenta, con unas breves
palabras en el idioma materno que nos es común con el señor ministro:
moltes felicitats, molta sort i molts èxits en la seva gestió.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Sedó, a quien ruego
que utilice, si es posible, un máximo de tres minutos en su
intervención.




El señor SEDÓ I MARSAL: Señora presidenta, tres minutos me parece que
es una tasa muy corta, pero procuraré ser breve.

Señor ministro, yo voy a intervenir básicamente en lo relativo al
Plan hidrológico pero, como portavoz de mi grupo en el tema de
infraestructuras, tengo una observación que hacer. Se dice,
conocemos, sabemos, que las declaraciones de impacto ambiental que
tienen que salir de su Ministerio para el tema de infraestructuras
son muy lentas. Yo le pediría que lo revise. Ello no quiere decir que
pedirle que no sean tan lentas vaya en contra de la calidad, en
ningún modo, pero parece ser que hay quien se resiente de ello, en
concreto, en estos momentos, las obras del tren de alta velocidad de
Madrid-Zaragoza-Barcelona-frontera francesa.

A continuación me ceñiré exclusivamente al Plan hidrológico nacional.

Usted nos ha definido, en líneas
generales, la política global del agua, después ha entrado en el Plan
hidrológico, marcando los esquemas de la política general y cinco
objetivos del mismo. En líneas generales, estamos de acuerdo. Usted
ha dado una definición del ámbito donde moverse en unos esquemas de
generalidades. Nos ha dicho que hay zonas excedentarias que carecen
de agua en algunos momentos. Esto pasa en algunas zonas de Cataluña.

Incluso hay algunas zonas que están consideradas como excedentarias a
nivel global, pero hay momentos en los que aparecen fuertes déficits,
e incluso desde hace unos años en algunas de ellas, desde Cataluña,
se pone en marcha un Plan de emergencia para evitar la pérdida de
caudales ecológicos. También ha dicho que hay que mantener esos
mínimos ecológicos. Nos parece muy bien. Nos define lo que el Plan
hidrológico debe considerar como excedentes y pone de manifiesto dos
frases un poco categóricas. Usted cree que los excedentes no deben
ser discutidos porque hemos tenido que llegar a un consenso
anteriormente. Esto va en la línea que desde hace años nuestro grupo
está poniendo de manifiesto. El Plan hidrológico tiene que ser el
resultado de un debate con consenso y sereno. También ha hablado
usted de las demandas satisfechas. En realidad, lo óptimo del Plan
hidrológico sería que los excedentes no fuesen discutidos y que las
demandas fuesen satisfechas.

Lo que sí me preocupa, dentro del Plan hidrológico, es el calendario.

Yo llevo muchos años en esta Cámara hablando de este tema y viendo
incumplimientos que ya vienen del inicio de los años noventa, porque
se dice que el Plan hidrológico va a llegar a la Cámara y no llega,
pero yo he de decir que incluso los equipos de los ministerios
anteriores han ido trabajando y se ha ido aprovechando toda la
documentación que había.

Como he dicho muchas veces en esta Cámara y en otros foros, el
momento ideal es esta legislatura. Esta legislatura es la adecuada
para aprobar el Plan hidrológico. También digo que el consenso y el
diálogo es básico, palabras que usted también ha remarcado. Pero yo
aquí quisiera entrar en el diálogo previo. A mí no me preocupa el
plazo inmediato, del que hablaré un poco luego. Usted dice que
hablarán con comunidades autónomas, con organismos, con entidades. En
este punto, yo quisiera preguntar y la Comisión del Congreso,
¿cuándo? Porque sepa usted, señor ministro, que el Libro Blanco del
agua no ha sido discutido en esta Cámara en un debate final; lo ha
sido en mociones, pero ni siquiera fue presentado a esta Cámara. Fue
presentado en el Senado, pero el Congreso, que es donde
verdaderamente hemos estado trabajando sobre el agua, no ha visto el
Libro Blanco del agua. Creo que esto no puede ser.

Usted también nos habla de convocar foros para trabajar. Quizá se
podría crear en esta Cámara un foro especial, una subcomisión, o bien
que se convocasen libremente en el Ministerio algunas reuniones de
trabajo con los miembros de la Comisión porque los portavoces



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deberíamos conocer lo que se está elaborando del Plan hidrológico
nacional. Porque yo ahora le pregunto, señor ministro ¿qué Plan
hidrológico nacional va a presentar usted al Consejo General del Agua
este verano? ¿Quién conoce el resumen de cosas que han devenido en
este Plan que se tenía que haber presentado en el año 1998 ó a
finales de 1999, por no hablar de 1993, que también se decía que ya
estaba prácticamente hecho? Últimamente se hablaba de 1998 ó 1999 y
hace poco se decía que el próximo mes. A mí no me interesa que usted
presente el Plan hidrológico el próximo mes o que lo tengamos que
discutir en septiembre. Tenga en cuenta que, una vez presentado
oficialmente el Plan hidrológico, el debate en esta Cámara dura tres
meses y, si lo van a presentar enseguida, para finales del 2000 dicho
Plan podría estar aprobado, pero ¿con qué consenso? ¿Lo piensan
aprobar ustedes con su mayoría absoluta? Me parece que se
equivocarían muy mucho. Es preferible que usted no tenga prisa, sino
que elabore un calendario y que lo cumpla, que tiempo hay. Pausa,
eficacia, serenidad y consenso. En ello nos encontrará, señor
ministro. Si en estos momentos usted presenta al Consejo General del
Agua el Plan hidrológico, ¿qué camino seguirá después dicho plan? Sé
que ya se han realizado muchos debates con comunidades autónomas, con
organismos, con entidades ecologistas y, en general, con diversos
grupos de la sociedad y que se ha trabajado y avanzado durante todos
estos años, pero si ustedes presentan en verano el Plan hidrológico
al Consejo General del Agua y ese Plan se trae después aquí como
proyecto, resulta que se podrán pedir prórrogas para que el debate no
se lleve a cabo en la Cámara, pero, si tenemos que plantear nuestras
dudas a través de enmiendas, el consenso va a ser difícil. Sería
interesante que antes se elaborase un anteproyecto relacionado con el
Plan hidrológico con el afán, como decía, de llegar a un gran
consenso de forma serena.

Señor ministro, confío en que el Plan hidrológico salga adelante
durante esta legislatura y no me preocupa lo de su presentación este
verano al Consejo General del Agua, sino el hecho de que a lo largo
de la legislatura, dentro de un par de años, podamos aprobarlo y
tener un Plan hidrológico para todos.




La señora PRESIDENTA: Una vez concluida la intervención de los
portavoces que solicitaron la comparecencia del señor ministro de
Medio Ambiente, continuamos con la del resto de los portavoces,
comenzando por don Paulino Rivero Baute, portavoz del Grupo de
Coalición Canaria.




El señor RIVERO BAUTE: Bienvenido, señor ministro. En primer lugar,
quiero felicitarle por esta nueva responsabilidad que va a tener que
desempeñar durante esta legislatura, así como desearle, como no puede
ser de otra manera, mucha suerte en esta difícil tarea que va a tener
que realizar.

En esta su primera intervención ante la Comisión de Medio Ambiente
del Congreso ha demostrado tener una gran sensibilidad en materia
medioambiental y en todo lo relacionado con las distintas facetas de
su Ministerio y yo sinceramente creo que tiene dicha sensibilidad.

Sin embargo, para ver con qué política medioambiental vamos a contar
durante estos cuatro años, tendremos que despejar una incógnita a lo
largo de los próximos meses para ver claramente si se trata de una
sensibilidad especial del ministro, que a mí me consta que es así, o
si se trata de una sensibilidad especial del Gobierno en su conjunto,
porque poco se puede hacer desde un Ministerio de Medio Ambiente si
los objetivos no son compartidos por el resto del Ejecutivo, como
veremos en algunas cuestiones que luego pondré como ejemplo. Por lo
tanto, el peso que va a tener el Ministerio de Medio Ambiente en este
Gobierno creo que es un tema fundamental.

Nosotros no compartimos lengua, como comparte usted con el portavoz
de Convergència i Unió, pero sí otra cosa, que es el hecho de ser
isleños. Hablar de temas medioambientales en una isla marca y
probablemente en algunas cosas tendremos una visión completamente
diferente de la que tienen los que viven en el continente, en la
península, porque la isla es un territorio limitado y frágil, porque
en la isla el desarrollo demográfico y las grandes infraestructuras
producen un gran impacto, porque tenemos que cuidar las carreteras,
que son impactantes, pudiendo producir los coches gravísimos
problemas de deterioro medioambiental; porque el problema del agua es
distinto, porque los problemas de la gestión de los residuos en una
isla también se complican, porque la presión sobre el territorio, la
presión sobre las costas, es distinta a las del territorio
peninsular, porque además en las islas tenemos que conciliar el
equilibrio de políticas medioambientales con actuaciones que nos
permitan mantener la principal industria que es el turismo, me estoy
refiriendo a Baleares y a Canarias. Concretamente, en Canarias el 85
por ciento depende del turismo y tenemos que garantizar desarrollo
con este equilibrio medioambiental que nos permita tener una economía
sostenida. Por tanto, esa sensibilidad del ministro a mí no me
extraña y comprendemos, compartimos y apoyamos claramente su
filosofía general.

Para vivir este nuevo tiempo que usted anuncia, una vez superados
distintos problemas de la sociedad española, como el asentamiento de
la democracia, hacer frente al paro, el reequilibrio social, tenemos
que trabajar en políticas medioambientales. En ese sentido, quería
saber si el Ministerio va a seguir siendo una maría, como ha sido
hasta ahora, o realmente va a ser un ministerio importante, un
ministerio que sea el instrumento para llevar a cabo una política
global del Gobierno. Ha faltado de todo a lo largo de todos estos
años de democracia en España con respecto a las políticas
medioambientales y probablemente los mayores problemas



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se derivan de que no hemos tenido una Planificación en el medio y
largo plazo. Y de esta falta de Planificación se derivan las
actuaciones del día a día, actuaciones urgentes todas ellas que nos
han llevado a cometer errores que luego son difícilmente
recuperables. Por ejemplo, estamos acostumbrados a que, por distintas
razones, por compromisos políticos básicamente, primero, aparezca una
obra cuyo dinero está incluido en los Presupuestos Generales del
Estado, segundo, se hace el proyecto y, tercero, hacemos el estudio
de impacto medioambiental. Como la presión política es la que ha
llevado a que exista la obra en los Presupuestos Generales del
Estado, normalmente -y eso lo sabemos quienes conocemos el
funcionamiento interno de las administraciones- los estudios de
impacto ambiental se adaptan al proyecto realizado y, por tanto,
estamos haciendo una chapuza a la que estamos acostumbrados. Me
gustaría conocer el criterio del ministro con respecto a una
cuestión. ¿No parece más razonable que, por ejemplo, hablando de
grandes infraestructuras, primero, se hagan los estudios de impacto
ambiental y, segundo, los proyectos se adapten a esos criterios
básicos de estudio de impacto medioambiental, puesto que ya en los
países más avanzados, que usted buscaba como referencia, de la Europa
comunitaria se suele actuar así? ¿No sería conveniente cambiar la
legislación para dotarnos de unas normas a fin de que, primero,
tengamos claramente estudiado qué impacto producen las
infraestructuras en el medio ambiente antes de redactar el proyecto y
antes de avanzar más?
En una política medioambiental hace falta un papel protagonista del
Ministerio de Medio Ambiente, hace falta consenso y hace falta
diálogo. Por eso es muy importante esa predisposición al diálogo que
ha mostrado el ministro con las distintas organizaciones ecologistas,
pero para que una política medioambiental sea sólida, fuerte y tenga
éxito es necesario entusiasmar al resto de las administraciones, es
necesario entusiasmar a las comunidades autónomas, a las
diputaciones, a los cabildos y a los ayuntamientos. En este momento
el papel que juegan los ayuntamientos en los temas de impacto
medioambiental es decisivo. O bien logramos implicar seriamente a los
ayuntamientos, a las diputaciones y cabildos y a las comunidades
autónomas en un gran pacto, en un gran acuerdo, en un gran consenso
para llevar a cabo una política medioambiental o estaremos siempre
teorizando. Si no están convencidos quienes tienen en las manos la
posibilidad del instrumento de gestión, si no están en una misma
dinámica es muy difícil llevar a cabo esas políticas,
independientemente de la necesaria complementariedad de la
concienciación, de la sensibilidad del conjunto de la población y yo
diría desde la intensificación de esta materia desde la propia
escuela.

Me gustaría conocer el criterio del señor ministro acerca de algunas
cuestiones. Algunas islas en estos
momentos están superpobladas. Se consideran de las islas más pobladas
del mundo. Tienen cuatro veces, por ejemplo, la densidad de población
de la Unión Europea, y siguen creciendo de una forma espectacular. No
es que el envejecimiento de la población española o la falta de
natalidad esté afectando a las islas, porque en estos momentos sigue
aumentando y, además, en cantidades importantísimas. Concretamente,
el archipiélago canario tiene 1.600.000 habitantes y vienen llegando
anualmente en los últimos cinco años del orden de 40.000 ó 50.000
personas más. Por tanto, más gente, más equipamientos, más
carreteras, más contaminación, menos agua, menos suelo rústico. ¿Qué
cree el ministro que se debe hacer? ¿No cree que, de seguir así, se
podría poner en riesgo en el futuro la principal fuente de riqueza,
la única fuente de riqueza, que en estos momentos tienen las islas,
que es el turismo? Si estamos machacando el paisaje, deteriorando el
medio ambiente en unos momentos en que el turismo mundial, el turismo
de calidad, se mueve en torno a esos parámetros, a menos calidad
medioambiental, habrá un frenazo del turismo y probablemente
dificultades para territorios de esta naturaleza. ¿Qué criterio tiene
el ministro respecto a esto?



¿Dado el gran impacto que producen las carreteras en las islas, en
ese territorio limitado, es partidario el ministro de Medio Ambiente
de impulsar sistemas de transporte alternativo en las islas que están
más pobladas y donde actualmente los coches están generando graves
problemas? ¿Comparte el señor ministro el criterio de que existe una
gran descoordinación en las actuaciones en el litoral por la
confluencia de varias administraciones con competencias? ¿Es
partidario de delegar la competencia de costas a las comunidades
autónomas, utilizando la vía del artículo 150.1 de la Constitución.

¿Comparte el criterio sobre la descoordinación en las actuaciones en
el litoral, o el Ministerio estaría en disposición de estudiar la
posibilidad de poner en marcha órganos de gestión, consorcios donde
podrían participar el Estado y las comunidades autónomas a fin de
coordinar esas actuaciones?
Me gustaría además conocer el criterio del señor ministro en otro
aspecto. Partiendo de la base de que compartimos plenamente los
criterios de protección de nuestro litoral ¿no cree que la Ley de
Costas se debe de adaptar, en algunos casos especiales, a la
singularidad de territorios muy específicos como son las islas? Una
faceta en la que podríamos entrar luego, si tenemos tiempo, es que
las islas marcan, son diferentes. ¿Es partidario de adaptar algunos
criterios de la Ley de Costas a las islas?
Otra cuestión. La contaminación del mar es un gravísimo problema,
mayor en las islas, sobre todo en las que viven del turismo. ¿Usted
sabe, señor ministro, que en las Islas Canarias a doce millas de
distancia de cada una de ellas estamos en aguas internacionales, y el



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Gobierno español no tiene la posibilidad de controlar los vertidos?
¿Sabe que en el archipiélago canario solamente entre la isla de
Tenerife y la isla de La Gomera la distancia es menor a las doce
millas y en medio del resto de las islas estamos en aguas
internacionales, por lo que se puede ejecutar vertidos en esas aguas
porque no son de jurisdicción española? ¿No cree que el Gobierno de
España debe impulsar una ley para que las aguas entre las islas sean
de jurisdicción española, como ha hecho el Gobierno portugués para
Azores, Madeira o como sucede con las islas Feroes?
En su intervención, ha hecho una referencia a los parques nacionales
y hablaba de profundizar en el modelo de gestión. ¿Qué criterio tiene
sobre la utilización por las comunidades autónomas de la disposición
adicional quinta de la ley, que dice que aquellas comunidades
autónomas que tengan más de dos parques nacionales podrán llevar a
cabo convenios de colaboración con el Gobierno para utilizar fórmulas
de gestión de los parques? Se hace referencia concretamente al
consorcio, a aquellas comunidades autónomas que tengan más de dos
parques nacionales.

Por último, señor ministro, me gustaría conocer su criterio acerca de
la decisión tomada en algunas comunidades autónomas de poner en
marcha una ecotasa turística.

Muchas gracias y mucha suerte.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rivero.

Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV-EAJ), tiene la palabra el señor
Ochoa de Eribe.




El señor OCHOA DE ERIBE ELORZA: Señor ministro, en primer lugar, como
no puede ser de otra forma, quiero expresarle mis felicitaciones por
su nombramiento, con la esperanza de que la exposición que usted ha
hecho signifique un golpe de timón, un esperado cambio en ese
Ministerio, que -discrepando con usted-, a juicio del Grupo Vasco en
el Congreso, ha sido absolutamente desacertada en los últimos cuatro
años.

Usted y yo compartimos una característica, no sé si para bien o para
mal: somos nuevos en esta plaza. Por tanto, no voy a hacer demasiada
historia del pasado. Hay algunas cuestiones de inversiones pendientes
dentro del País Vasco que me gustaría que se actualizasen, pero
confío -en ese clima de diálogo que usted ha puesto sobre la mesa y
que yo recojo- en que lleguemos a acuerdos para que esas inversiones
que están paradas, desde hace cuatro o seis años en algunos casos,
lleguen a feliz término. Pero insisto, no quiero hacer un cúmulo de
agravios, poniendo sobre la mesa esos cuatro años pasados, que no han
sido buenos, y me voy a centrar en lo que podemos hacer de ahora en
adelante, que, concediéndole desde luego el beneficio de la
credibilidad inicial que me merece como ministro, esperamos que sean
fructíferos.

El Grupo Vasco cree que las políticas medioambientales no tienen
limitación geográfica o política, y está absolutamente de acuerdo con
lo que usted ha dicho sobre que al final hay que globalizar esas
políticas. Por tanto, aunque la comunidad autónoma en la que reside
el grupo al que represento tiene competencias propias en montes, en
parques naturales, en aguas, en vertidos y en residuos, no vamos a
renunciar, ni por solidaridad ni por interés, a participar en los
debates de todos los temas que aquí se planteen. Ahí nos encontrará
siempre en nuestro afán de colaborar lealmente, y también de
discrepar y de alzar la voz cuando no estemos de acuerdo en sus
planteamientos o en los de su Ministerio.

Permítame que pase revista a lo que usted ha expuesto ante esta
Comisión. Creo que filosóficamente nadie puede diverger de su
planteamiento. Es un planteamiento lógico, lícito, preocupado,
concienciado con la situación actual, que, como usted ha explicado,
es consecuencia de ese primum vivere que nos ha obligado a todos a
elevar la tasa económica de este país, olvidando a veces precisamente
lo que íbamos dejando atrás, esos problemas de contaminación aérea,
contaminación de suelos, contaminación de aguas, y esa
corresponsabilidad ciudadana quizás olvidada. En ese sentido,
coincidimos con esa concienciación que usted quiere establecer, y
apuntaríamos que los que ya peinamos canas quizás somos más duros de
roer que las nuevas generaciones, y a quien hay que concienciar
especialmente es a esa juventud, más aún de lo que está, porque son
los que a su vez están aleccionando a los mayores y obligándonos a
corregir nuestras conductas desordenadas a veces en el campo
medioambiental.

La necesidad de diálogo de la Administración con los ciudadanos que
usted ha expuesto va a ser una novedad, porque el anterior Ministerio
ha estado en guerra de guerrillas con esos ciudadanos y sus
representantes, yendo siempre a la gresca con los grupos ecologistas,
que son -usted lo ha dicho- el Pepito Grillo de nuestra conciencia y,
por tanto, un elemento indispensable en esta sociedad, si quiere
mejorar sus hábitos no demasiado buenos en este campo medioambiental.

Pero ese diálogo no tiene que ser un diálogo de sordos -solamente oír
para luego aplicar una mayoría-, tiene que ser oír y consensuar,
independientemente a veces del número de votos que tenga determinado
grupo. Todos podemos aportar algo en este campo; nos va mucho a todos
y al mundo futuro que dejemos a nuestros hijos en lo que hoy hagamos.

Por tanto, no podemos hacer un ejercicio puramente político, sino un
ejercicio de responsabilidad ciudadana porque a todos nos vendrá muy
bien y todos lo necesitaremos. Es evidente que eso supone unos
costos, usted lo ha mencionado, pero también es una fuente de
creación de puestos de trabajo, como todos conocemos, y a la larga
mejora la competitividad de las empresas a través de sus patentes de
calidad de proceso y pueden aumentar su incidencia en el mercado
crecientemente concienciado.




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Me ha llamado la atención que usted haya hablado de cambiar la
estructura de su departamento, y me alegraría que así fuese y pasase
a ser algo más horizontal, como usted ha explicado. Sin embargo
-también lo ha dicho el representante del grupo canario- me gustaría
que esto fuese una apuesta global del Gobierno, porque difícilmente
podremos alcanzar objetivos si no se siguen esas pautas por otros
ministerios, dictadas por el Ministerio de Medio Ambiente y
consensuadas con los representantes de los ciudadanos. Estoy pensando
en Agricultura, en Transportes, en Infraestructuras, en Fomento,
etcétera. Este es el reto más importante que tenemos. Si los
ministerios van a vivir de espaldas, si la política de inversión en
infraestructuras de un ministerio no es consensuada con quien tiene
que vigilar por el impacto ambiental y territorial, si las
concesiones de agua se hacen, a veces, pasando por encima de
Planificaciones de cuencas, si se potencia desaforadamente los
transportes contaminantes, no lograremos nada y hay que hacer
apuestas relevantes en ese sentido, ya que este es el país con menos
transporte por ferrocarril de toda Europa. Somos un país que
contamina con su transporte normalmente. Conozco por la zona de la
que procedo que el 90 por ciento de las mercancías que llegan por
ferrocarril a Hendaya se trasvasa a camiones en la propia Hendaya.

Solamente el 10 por ciento de las mercancías que llegan por
ferrocarril a la frontera, por lo menos en ejercicios pasados, siguió
por ferrocarril. Hay que hacer un esfuerzo y tienen que implicarse
Fomento y Transportes.

En Agricultura, y abordo el agua, discrepo de sus planteamientos
porque -permítame la expresión coloquial- no podemos estar
discutiendo de la salsa y quemando la perdiz, porque el 68 por ciento
del agua se lo lleva el regadío y el 14 la refrigeración de las
centrales nucleares. Solamente el 18 por ciento del agua que se
consume en el Estado español es consumo humano neto. Por tanto, no
podemos centrarnos en estar ahorrando exclusivamente -no digo que hay
que dejar de hacerlo- ese 18 por ciento y dando por sentado que ese
68 por ciento es fijo.

Fue evidente nuestra desilusión cuando en el pasado Pleno del
Congreso fue retirada una proposición no de ley presentada por el
Grupo Socialista, ya que se descartó también la idea de que el Plan
nacional de regadíos se presentase conjuntamente con el Plan
hidrológico nacional. Se supone que dejamos al margen -insisto- un 68
por ciento del consumo nacional. Señor ministro, mientras la demanda
europea es del orden de los 662 metros cúbicos año-persona, en España
estamos rebasando en estos momentos los 900 metros cúbicos persona-
año. Tenemos la ventaja de que sólo hay un país que nos gana, alguien
peor organizado que nosotros, Italia con 1.000 metros cúbicos
persona-año. Es un triste récord, señor ministro, que hay que
resolver. No podemos dar por sentado la utilización de nuestros
sistemas de irrigación por cubrimiento de la tierra
con agua, que datan de la época de los árabes, si no son anteriores,
cuando las técnicas de regadío gota a gota, etcétera, suponen un
ahorro. Dese cuenta que, según los cálculos de consumo humano que
tenemos en la península, ahorrando un diez por ciento del consumo
agrario, tendríamos solucionado el consumo humano en un horizonte que
podría acercarse a los cuarenta años. Por tanto, esto es
importantísimo y es a lo que tenemos que tender básicamente.

En cuanto a la política de depuración de aguas, es evidente que es
una competencia que inicialmente reside en los ayuntamientos, pero
lógicamente el Ministerio está ayudando a que éstos resuelvan sus
problemas, económicos a veces o de planificación zonal en otras, y
que sus Planes pueden suponer una mejora, como usted ha dicho, para
que todos nuestros ríos tengan aguas cristalinas. Pero se ha olvidado
de algo, se ha olvidado de las costas, de los estuarios de nuestros
ríos, que son el mayor depósito de material contaminante cercano a
las poblaciones, y ahí está otra vez su horizontalidad en el Gobierno
ignorando qué se hace con ese material que se mueve cuando los
puertos dragan esos canales de acceso o sus dársenas. ¿Adónde va?
¿Cuál es el destino de esos materiales pesados? ¿Se debe permitir
depositarlos en el mar abriendo la gabarra a una distancia
prudencial? Entendemos que es muy interesante que se trate este tema.




La señora PRESIDENTA: Señor Ochoa, le ruego que, si puede, acabe su
intervención brevemente, ya que lleva doce minutos.




El señor OCHOA DE ERIBE ELORZA: Termino; no se preocupe, señora
presidenta. Gracias.

Tenemos la necesidad, como se ha dicho por otros portavoces -no voy a
insistir- del diseño, del consenso del Plan hidrológico nacional,
pero preguntaría cómo entiende el señor ministro que puede
planificarse el Plan nacional de regadíos y cómo puede ponerse en
contacto con ese Plan hidrológico nacional, dadas las cifras que he
puesto sobre la mesa. El tema de los excedentes genera que si damos
por fijo unos consumos en una zona, efectivamente hay que trasvasar
aguas de otras zonas. Pero mi grupo entiende que los trasvases son
una solución traumática; debe darse prioridad a los estudios y a las
políticas de ahorro antes de hablar de trasvases en zonas donde se da
por sentada una necesidad que no está demostrada en absoluto, a
nuestro juicio.

Como no tengo más tiempo, iré formulando las preguntas en otras
circunstancias. Simplemente, quiero desearle suerte en su difícil
cometido ante un Ministerio de la importancia que tiene el suyo en
este siglo que comienza.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la portavoz del Grupo de
Izquierda Unida, señora Urán.




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La señora URÁN GONZÁLEZ: Señor ministro, bienvenido a la Comisión de
Medio Ambiente, bienvenida que doy en nombre del Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida, y enhorabuena por su nombramiento. Esperamos que
su trabajo al frente del Ministerio de Medio Ambiente sea realmente
brillante y podamos compartir muchas más de las actuaciones que
compartimos en la legislatura pasada con su predecesora.

Tengo que sumarme al resto de los grupos, usted nos ha puesto a todos
los grupos de la oposición de acuerdo, en resaltar que precisamente
estos cuatro años pasados no han sido brillantes en la gestión del
Ministerio de Medio Ambiente en materia medioambiental; hemos perdido
esos cuatro años. Además de apuntarnos como Estado al fracaso de las
políticas medioambientales, el Estado español tiene un plus, porque
ya nos sumamos a las políticas medioambientales con retraso y nos
hemos permitido el lujo de desperdiciar cuatro años que eran muy
importantes. Si en algo este grupo parlamentario está de acuerdo con
la globalización es precisamente con que el medio ambiente es global.

Señoría, compartimos con usted el que un Estado, un solo país ponga
en marcha medidas medioambientales no va a beneficiar la situacion
medioambiental, repito, si solamente él las pone en marcha, pero
desde luego frente a otros países le va a dar la credibilidad
necesaria para poder imponer o, al menos, defender determinadas
posiciones en los foros internacionales. Eso precisamente es lo que
hemos demandado en muchas ocasiones al Gobierno del Partido Popular
durante la legislatura pasada desde el Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida, como también -nos alegramos de que ya el ministro de
Medio Ambiente coincida en esto con nosotros- que nuestro Estado debe
marcarse metas propias que sean complementarias con las que marque la
Unión Europea y que nos permitan avanzar, precisamente por nuestro
retraso, mucho más rápidamente en las medidas medioambientales que
debemos adoptar y que tendríamos que estar tomando ya. Por tanto, me
sumo a la pregunta de para cuándo se va a hacer por nuestro Estado la
ratificación del protocolo de Kioto. Esto nos sitúa ya en unas
condiciones bastante desastrosas, puesto que, en lugar de reducir o
limitarnos al aumento de emisiones permitido en el convenio de la
Unión Europea, como ya han hecho referencia otros portavoces que me
han precedido en el uso de la palabra, en 1999 ya las rebasamos, lo
que nos obliga a tener que tomar medidas quizá mucho más drásticas
que si hubiéramos empezado a adoptarlas hace ya algún tiempo o
hubiéramos desarrollado otro tipo de políticas que hubieran impedido
ese aumento tan abusivo de las emisiones de gases de efecto
invernadero, lo que no nos permite cumplir los niveles de emisión
admitidos en el protocolo de Kioto.

Además, señoría, queremos que nos comente qué es lo que va a pasar
con el borrador del programa que presentó la ministra de Medio
Ambiente en cuanto a las
medidas que se tenían que llevar a cabo sobre los Planes para la
ratificación o el control de las emisiones que marcaba el protocolo
de Kioto, borrador del que desde su presentación no se ha vuelto a
tener noticias ni conocemos en qué estado se encuentra en estos
momentos, con independencia de que podamos compartir en mayor o menor
medida lo que en él se planteaba.

Aparte de que en su intervención solamente ha hecho declaraciones de
intenciones y no se ha comprometido nada más que en dos aspectos -y
tampoco ha sido un compromiso con fechas fijas-, tanto en el Plan
hidrológico nacional como en la ley de calidad del aire o de la
contaminación, nosotros tendríamos interés en que nos dijera
exactamente cuándo se van a terminar de trasponer las directivas que
ya se tenían que haber traspuesto en cuanto a contaminación del aire,
a la recogida de pilas usadas y a determinadas directivas europeas a
las que se ha hecho alusión, que se llevan con un retraso bastante
considerable, no sólo para evitar la posible penalización de la Unión
Europea, sino también para modernizar nuestro país en materia
medioambiental.

Hay una de ellas que nos parece que es muy importante, y es la
trasposición de la directiva en la Ley de evaluación de impacto
ambiental. En nuestro país se están realizando muchas obras de
infraestructura que están valorándose medioambientalmente por una ley
que, según nuestro criterio, está obsoleta en estos momentos y que en
realidad puede estar acarreando graves desequilibrios
medioambientales y problemas añadidos. Le pondré ejemplos. En mi
tierra, en Valencia, en estos momentos se está discutiendo un estudio
del proyecto de cierre de la V-30 que hace desaparecer una parte
importantísima de la Huerta valenciana. El estudio de impacto
ambiental dice que es factible ese proyecto, pero en realidad no se
tienen en cuenta otros valores, como son los económicos, los
culturales e incluso los propios medioambientales, además en una zona
que la propia Unesco declara de carácter singular, porque es de las
seis que quedan en Europa como zona de huerta específica y con unas
determinadas características. Esa es la política que va a llevar el
Ministerio con su carácter transversal, que compartimos, con otros
ministerios y que además incide en las emisiones que usted mismo en
su intervención planteaba en el tema del transporte, igual que nos
decía que había que reconducir el proceso y la tendencia. Es una
batalla que va a tener usted que mantener con el Ministerio de Medio
Ambiente, porque todos somos conscientes de que el uso del vehículo
particular está produciendo grandes emisiones de gases contaminantes,
pero desde luego, si las políticas de desarrollo de infraestructuras
no se cambian, difícilmente vamos a poder disminuirlas, porque se
sigue alentando, según las pautas que se marcan desde el Ministerio
de Fomento, una política de transporte individual y no colectivo, por
tanto, gran contaminante; se están generando graves problemas
medioambientales con esas infraestructuras.




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Me gustaría saber, señor ministro si, además de la trasposición de la
directiva, en un breve plazo de tiempo -ya fue compromiso incumplido
del anterior departamento-, se va a tener en cuenta el impacto global
que generan las infraestructuras de todo el Estado en el entorno y en
el medio ambiente. Si hemos concluido que el medio ambiente no tiene
fronteras y que cualquier actuación afecta a todo el entorno, nos
gustaría saber si va a ser también política de su Ministerio el hacer
un análisis de cuál es el impacto global que generan las obras de
infraestructura que se acometen en nuestro país, algo que nos parece
muy interesante precisamente porque estas políticas de
infraestructuras y las evaluaciones de impacto ambiental están
ligadas a las estrategias sobre biodiversidad. En nuestro país se
están haciendo obras de infraestructura que afectan a espacios
naturales que están dentro de la red Natura 2000 y se está
permitiendo que se lleven a cabo, incluso con informes de impacto
negativos a los que al final el Consejo de Ministros ha dado luz
verde. Por tanto, nos gustaría saber, señor ministro, si su
declaración de intenciones sobre mejorar las expectativas y poner en
marcha la estrategia sobre biodiversidad que estuvieron ustedes
negociando con las organizaciones ecologistas, y que en buena medida
éstas comparten, la van a poner de verdad en marcha, no solamente en
lo que está reflejado en la estrategia sobre biodiversidad - que ya,
según decía antes el portavoz de Iniciativa per Catalunya, lleva un
retraso considerable en su aplicación, incluso en los objetivos que
se habían marcado para 1999-, sino si además van a tenerlo ustedes en
cuenta en esa política transversal de incidencia en las políticas que
desarrollan otros ministerios y que bajo nuestro punto de vista poco
están teniendo en cuenta el entorno a la hora de aplicarlas.

Señoría, nosotros quisiéramos, de verdad, no ser escépticos como
grupo parlamentario a la hora de valorar su intervención, pero
tenemos cuatro años de experiencia y las declaraciones de buenas
intenciones después no han tenido nada que ver con la práctica.

Cuando usted hablaba acerca de la política de biodiversidad de la
necesidad de dar un impulso impresionante a la lucha contra la
desertización, las estrategias forestales y la necesidad del plan
forestal, que además viene impuesto por la Unión Europea, y de una
nueva ley de montes, nosotros nos tenemos que sentir escépticos
porque eso mismo dijo la ministra de Medio Ambiente hace cuatro años.

Del estudio y debate de los Presupuestos Generales del Estado vemos
que los Planes de lucha contra la desertización y la erosión han
sufrido recortes paulatinos año tras año; si a eso le sumamos que ya
de por sí el Ministerio tiene escasos recursos económicos y también
una escasa ejecución, nos parece muy bien lo que usted nos ha dicho
pero, desde luego, somos escépticos a la hora de creernos que de
verdad esto se va a llevar a la práctica de una manera clara y
decidida.




Señoría, hay temas que a nosotros nos resultan muy preocupantes y de
los que usted hablaba en su intervención, y uno de ellos es el Plan
nacional de residuos, que se aprobó en enero de este año. Usted decía
que iba a abogar por la reutilización o el reciclaje de las materias
orgánicas y por el Plan nacional de residuos que fomentara
fundamentalmente el reciclaje. Tengo que decir, señoría, que según
hemos leído en el acuerdo del Consejo de Ministros, si pretende hacer
hincapié en el reciclaje, va a tener que cambiar el Plan nacional de
residuos, porque la orientación de ese plan no está enfocada
directamente al reciclaje ni a la reutilización, sino
fundamentalmente hacia la incineración de residuos. Como han dicho
otros portavoces que me han precedido en el uso de la palabra, para
muchas empresas es más fácil incinerar que reciclar. Si además se les
dan los recursos para poder incinerar y no se les dan recursos para
poder reciclar, seguiremos incinerando, con lo que eso supone de
contaminación, pero no reciclando, además del desperdicio de muchas
materias que se podrían estar reutilizando.

Ha hablado de la necesidad de ampliar la red de parques nacionales y
que la gestión compartida ha sido con brillantez. A este grupo
parlamentario le va a encontrar siempre de acuerdo en ampliar la red
de parques nacionales para que podamos disfrutar de esa red mucho más
amplia. Lo que no podemos compartir es que exista esa brillantez en
la gestión, entre otras cosas porque tenemos ejemplos que también le
podemos poner al respecto. En la pasada legislatura se creó por ley
el Parque Nacional de Picos de Europa, y a estas alturas todavía no
se ha nombrado el director conservador, ni siquiera se han elaborado
los Planes de ordenación de recursos. Nos gustaría que dijera para
cuándo se van a plantear estos temas respecto al Parque Nacional de
los Picos de Europa. Es más, en las comunidades autónomas afectadas,
y por representantes de su partido, se está planteando la necesidad
de reducir los límites del Parque Nacional de Picos de Europa, y
también de reducir las actuaciones de protección, sobre todo en
materia de caza y pesca. ¿Es esa la política que va a compartir el
Ministerio de Medio Ambiente o va a mantener una política clara y
decidida respecto a la protección de los espacios naturales y sobre
todo a los parques nacionales y a la ampliación de esta red?
Otra política que nos preocupa, a la que usted se ha referido de
pasada por decirlo de una manera coloquial, es la política de costas.

Decía usted que dentro del marco legal existente se ha producido ya
el deslinde de hasta el 70 por ciento del dominio marítimo terrestre
y que su gestión se va a plantear desde la recuperación de las
playas, los entornos urbanos y desde una protección y ordenación,
cosa que nosotros compartimos. Desearíamos que nos dijera de una
manera clara y decidida, si su política va a seguir estando en la
línea de impedir la construcción de nuevos puertos deportivos que
tanto afectan después a la situación de las playas y que generan



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problemas, no sólo medioambientales y de contaminación del medio
marino, sino de desaparición de zonas de litoral bastante
importantes. Somos conscientes de que existe una presión urbanística
importante en las zonas de litoral, pero queremos que nos diga con
toda claridad si el Ministerio de Medio Ambiente va a mantener lo que
hasta ahora ha sido su política de no permitir una construcción
masiva de puertos deportivos, que tanto perjudican a la zona del
litoral.




La señora PRESIDENTA: Señora Urán, le ruego concluya.




La señora URÁN GONZÁLEZ: Voy a intentar ser lo más breve posible,
señoría.

Hay otras actuaciones en costas que también nos preocupan y quiero
preguntarle específicamente sobre una de ellas. En 1991 se aprobó la
regeneración de la bahía de Portman en la provincia de Murcia, y
desde esa fecha se han estado perdiendo fondos europeos y se pueden
terminar de perder los que se tienen. Desde 1994 existe un proyecto
con impacto medioambiental favorable. Nos gustaría saber cuánto
tiempo más van a seguir esperando los 18 millones de toneladas de
material contaminado por minerales y por ácidos corrosivos que están
instalados en la bahía de Portman y cuánto tiempo más nos va a
permitir la Unión Europea estar poniendo dinero encima de la mesa y
que sólo la incompetencia del Gobierno español impida la regeneración
de esa bahía. Es una pregunta que, si es posible, me gustaría, que
nos contestara de manera clara y lo más puntual posible.

Para terminar señora presidenta, me gustaría referirme a dos
cuestiones que me quedan pendientes. El señor ministro en su
intervención nos hablaba de bioseguridad y de creación de la ley que
va a permitir que se puedan establecer estas medidas de bioseguridad;
nos hablaba de prudencia, de mejorar las expectativas de vida y de la
modernidad. Señor ministro, compartimos la necesidad de mejorar las
expectativas y la calidad de vida, pero desde luego nosotros pedimos
precisamente para proteger la calidad de vida y sobre todo -algo que
usted no ha dicho- el medio ambiente, no solamente prudencia con los
productos manipulados genéticamente, sino el principio de precaución;
principio de precaución que en nuestro país no se ha tenido en
cuenta. Como ya se ha comentado anteriormente, y por tanto no voy a
hacer incidencia en ello, nuestro país se ha convertido en este caso
en un país puntero de la Unión Europea en un tema tan delicado, tan
controvertido y en el que tan pocas garantías en materia de calidad y
de sanidad nos da todavía y mucho menos en contaminación
mediaombiental. Nuestro país no ha sido prudente, sino todo lo
contrario, cada vez que se ha exigido la aplicación del principio de
precaución, no se ha tenido en cuenta y desde luego podemos decir que
en esto sí que somos uno de los primeros países de la Unión Europea.

Para terminar, señora presidenta, no puedo dejar de hacer alusión a
la política de agua. Tiene que perdonarme la señora presidenta, pero
como sólo intervengo yo tengo que hablar de todos los temas que
importan en estos momentos a la sociedad, y desde luego a este grupo
parlamentario. El señor ministro ha dicho que la política en materia
hidráulica estaría fundamentalmente en una política global del agua,
incluyendo lo que se podría llamar un tratamiento integral de las
aguas, la depuración, la reutilización y el ahorro; pero después,
cuando ha hablado del Plan hidrológico nacional (desconocemos cuál va
a ser el sentido, pero desde luego podemos concluir que a lo mejor es
lo que el señor ministro expresaba en su intervención), quizá yo lo
he entendido mal, pero el señor ministro hablaba de aportar recursos
y las obras necesarias, como factor de prioridad cantidad de agua y
calidad, y después hablaba de la optimización de la gestión, del
ahorro, de la reutilización y sobre todo de la concienciación. Tal
vez, señor ministro podamos estar de acuerdo en todos los temas, pero
quizás no de una manera prioritaria tal cual. Para el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida el Plan hidrológico nacional
tiene que hablar fundamentalmente de ahorro de agua, porque el agua,
como usted bien decía, es un bien limitado y no lo podemos tener a
nuestro gusto; tenemos que gestionar la demanda, no simplemente
aumentar los consumos, para poder abastecer todas las necesidades de
la población, y para eso, además del Plan hidrológico nacional se
necesitan Planes. Pero además, señorías, se necesita no solamente el
Plan hidrológico nacional, sino que en los Planes de depuración las
EDAR que se están construyendo tengan unas características
determinadas. Usted mismo decía que se reutiliza muy poca agua en
nuestro país, pero para que se puedan reutilizar las depuradoras
tienen que construirse precisamente con ese objetivo, no simplemente
verter sin contaminar, sino que además se pueda reutilizar el agua, y
para eso hay que dar garantías fundamentalmente a los agricultores de
que el agua está bien depurada y no va a contaminar sus tierras.

Desde luego, nosotros venimos criticando que los objetivos de los
Planes de depuración de aguas no están teniendo en cuenta
precisamente esa reutilización. Se están construyendo grandes
depuradoras, con independencia del retraso que llevamos en la
aplicación de los Planes de depuración, se están invirtiendo grandes
cantidades de dinero, pero con esa inversión no se han fijado como
objetivo que se pueda reutilizar, sino hacer grandes depuradoras para
los previsibles aumentos de consumo de agua y los aumentos, por ende,
de los residuos de las aguas residuales, pero no se está teniendo en
cuenta precisamente un ciclo integral que nos permita una depuración
y una reutilización de esas aguas. Por tanto, señoría, si de verdad
usted está de acuerdo en esa reutilización, tendrán que cambiar la
construcción de las depuradoras, para hacerlas de manera diferente y
poder garantizar el que el agua se pueda reutilizar.




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Me ha alegrado oírle al señor ministro el ejemplo que ha puesto sobre
el caso del río Segura, muy sensible para la zona de la que provengo
como diputada. Esperamos que si hay esa sensibilización las
iniciativas que se han presentado en esta Cámara para dar solución
a la situación del río Segura se vean respaldadas por la mayoría del
Congreso y que además se puedan llevar a cabo por parte del
Ministerio.

Termino, señor ministro, deseándole que tenga de verdad éxitos. Este
grupo parlamentario está dispuesto a dialogar y está dispuesto a
llegar a acuerdos con ustedes, si es posible; pero el diálogo, señor
ministro, es consenso, ceder entre ambas partes, no imposiciones.

Desde luego, nuestro grupo parlamentario no va a dar un cheque en
blanco al Gobierno en materia medioambiental, no solamente porque hay
muchas cosas que no compartimos sino porque la experiencia de los
últimos cuatro años nos ha dejado bastante claro que no podemos
coincidir en muchos apartados. Aun así estamos dispuestos al diálogo
y esperamos que se pueda cambiar la línea de actuación que hasta
ahora se ha llevado a cabo y desde luego en este camino nos
encontrará dispuestos a colaborar.

Nada más. Muchas gracias, señora presidenta.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la portavoz del Grupo Popular,
señora De Lara.




La señora DE LARA CARBÓ: Quiero iniciar mi intervención dando la
bienvenida a esta Comisión al ministro de Medio Ambiente y
deseándole, como han hecho el resto de los portavoces, los mejores
éxitos al frente de su Ministerio.

Agradezco la exposición y al iniciar mi intervención voy a destacar
dos aspectos de su discurso que en opinión del Grupo Parlamentario
Popular son especialmente importantes. El primero de ellos es la
filosofía y el talante con que afronta su responsabilidad al frente
de la política de medio ambiente del Gobierno. Este aspecto creo que
hay que destacarlo puesto que se trata de un ministro nuevo en un
Gobierno nuevo, pero no olvidemos que se trata de un Gobierno del
Partido Popular presidido por José María Aznar, es decir de un
partido y con un presidente que desde su programa hizo realidad el
Ministerio de Medio Ambiente, por lo que la sensibilidad
medioambiental del Ejecutivo está reconocida por los hechos.

El segundo aspecto destacable de la comparecencia es que nos ha
permitido conocer, desde los límites lógicos y obligados de este tipo
de iniciativas parlamentarias, las grandes líneas de acción que se
propone llevar a cabo el Ministerio de Medio Ambiente. Creo,
señorías, que el objetivo son las grandes líneas de acción. No
creemos, por ejemplo, que hoy sea destacable un aspecto puntual como
la conducción de Guadalajara, que ha planteado algún señor portavoz.

Ya sé, y ha quedado patente en la intervención de los portavoces que
me han precedido en el uso de la palabra, que en el terreno
parlamentario normalmente la oferta es inferior a la demanda; a la
oposición siempre la parecen abultadas las carencias de lo dicho por
el Gobierno e insuficientes sus afirmaciones. Es legítimo que a la
oposición le parezcan insuficientes las promesas, incluso las
acciones del Gobierno, pero lo cierto es que el discurso del
Gobierno, el discurso del ministro se marca con los tempos y los
ritmos del Gobierno y del ministro, que naturalmente no suelen
coincidir con los de la oposición. Tiempo habrá en esta Comisión y en
el Pleno de la Cámara de ir profundizando en todo lo dicho hoy por el
ministro y en lo que puede haber quedado sin decir. Tampoco creemos
que sea momento de hablar del mal llamado mercado del agua, que no es
tal, de las confederaciones hidrográficas, de las medidas concretas
para el cambio climático; creo que son aspectos que, como se ha dicho
aquí por otros portavoces, tendremos que ir viendo en la Comisión y
en el Pleno de la Cámara.

No voy a hacer un repaso puntual de todo lo que ha dicho el ministro
en su intervención, pero sí quiero destacar algunos aspectos que me
parecen extraordinariamente importantes. Por un lado, el reto que ha
Planteado para que todos los ciudadanos españoles sean conscientes de
la necesidad de un desarrollo sostenible. Que éste, el desarrollo
sostenible, deje de ser un término que Planteamos y debatimos en esta
Comisión, en determinados foros, para convertirse en algo esencial
que asumen todos los ciudadanos. En este marco, los foros anunciados
para que los agentes sociales debatan con el Ministerio sobre los
grandes problemas ambientales que hay que resolver y con el objetivo
de fijar horizontes de común acuerdo, creo que son esenciales.

Por otro lado, nuestro grupo parlamentario cree altamente positivo
hacer del diálogo un eje fundamental, como ha anunciado el ministro,
ya que efectivamente en los temas medioambientales todos -repito
todos, ciudadanos, empresarios, consumidores- debemos ser quienes
asumamos nuestras responsabilidades desde el convencimiento de su
necesidad. Sin la colaboración de todos, como se ha dicho aquí, nada
podrá hacerse.

En tercer lugar, creo que es enormemente esperanzador el desafío
asumido por el ministro para que el Gobierno en su conjunto vaya
introduciendo pautas sensibles y coherentes con un equilibrio
territorial y ambiental sostenible.

Nuestro grupo parlamentario está de acuerdo con lo expuesto en
política de aguas. Mucho se avanzó en la pasada legislatura, como
tuve oportunidad de exponer hace escasos días en el Pleno de la
Cámara con ocasión del debate de dos proposiciones no de ley sobre el
Plan hidrológico nacional. Negar todo lo hecho en este terreno es
negar la evidencia. Pero hay que seguir avanzando en el Plan nacional
de saneamiento y depuración, en el desarrollo de la Ley de Aguas, en
las medidas que fomenten el ahorro en el consumo y en la prevención
de las sequías, en la modernización de las instalaciones,



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en la reutilización, en la desalación y en la explotación conjunta de
las aguas superficiales y subterráneas.

Es una buena noticia e imagino que así lo considerarán los señores
portavoces que me han precedido, el anuncio hecho por el ministro de
que el Plan hidrológico nacional será presentado al Consejo Nacional
del Agua antes de que finalice el próximo verano, y es una buena
noticia que se cuente con la colaboración de todos los grupos
parlamentarios. Espero, señorías, que esa oferta de diálogo, esa mano
tendida del Ministerio de Medio Ambiente no se desaproveche.

Todos somos conscientes de que hay ciertas cuencas excedentarias,
mientras que otras tienen déficit estructural. Todos somos
conscientes de que se precisan por un lado soluciones de regulación a
algunas cuencas, y por otro un trasvase de agua de zonas con
excedentes estructurales a zonas con déficit. Creo, señorías, más
bien quiero creer que todos somos solidarios. Tenemos ahora una
oportunidad histórica para desde el diálogo y el esfuerzo de todos, y
dejando a un lado las demagogias y los oportunismos políticos,
conseguir que se apruebe, con el mayor grado de consenso posible, el
tan necesario Plan hidrológico nacional.

Sin ánimo de ser exhaustiva, quiero destacar también el anunciado
Plan nacional forestal; Plan nacional forestal al que ya se refirió
el presidente del Gobierno en el discurso de investidura, que con una
inversión aproximada de 350.000 millones de pesetas supondrá la mayor
inversión de la historia de España en materia forestal para la
gestión sostenible de todos los espacios forestales, el mantenimiento
de la biodiversidad, la defensa de los montes contra la erosión, la
lucha contra la desertización, las plagas y los incendios forestales,
todo ello, señorías, en colaboración con las comunidades autónomas.

El Grupo Popular espera que la nueva ley de montes, que ha anunciado
el ministro de Medio Ambiente, dote de un marco jurídico a las nuevas
funciones ecológicas y sociales que los ciudadanos demandan de los
bosques. En este ámbito, el desarrollo de la estrategia forestal y de
la estrategia para la contratación y uso sostenible de la
biodiversidad son esenciales, así como profundizar en el nuevo modelo
de gestión de los parques nacionales y completar y desarrollar la Red
Natura 2000.

Nuestro grupo parlamentario cree, señor ministro, que son importantes
las medidas que se tomen para combatir el cambio climático, para
reducir los gases que producen el efecto invernadero, y creo que el
Ministerio de Medio Ambiente debe convertirse en el impulsor de esas
medidas, a través de la Comisión Nacional del Clima, sin olvidar que
son muchos los ministerios y muchos los sectores que están implicados
en ello, especialmente el sector energético y el sector transporte,
aunque en éste, como en muchos aspectos de la política medioambiental
no podemos ni debemos olvidar que las competencias de gestión están
transferidas
a las comunidades autónomas y que la labor del Ministerio en
estos aspectos es la de impulsar y coordinar.

Estamos de acuerdo en la necesidad de poner en marcha y con la
financiación adecuada para poder desarrollar el Plan nacional de
residuos urbanos aprobado recientemente, y demandado tanto por el
Grupo Popular como por el resto de los grupos parlamentarios durante
la pasada legislatura. Creemos que no tenía sentido haber aprobado
anteriormente el Plan nacional de residuos sin contar con
financiación, porque los municipios y las comunidades autónomas
requieren financiación para poderlo poner en marcha.

Apoyamos las cautelas sobre el tema de bioseguridad y la necesidad de
la ley que nos ha anunciado de responsabilidad civil en materia de
medio ambiente. Apoyamos este impulso que quiere dar la educación
ambiental en los aspectos de formación, información y sensibilización
y la cooperación que nos ha anunciado con los países menos
desarrollados en materia medioambiental.




Nuestro grupo parlamentario, señorías, también cree que es importante
el apoyo que se pueda dar desde el Ministerio de Medio Ambiente a las
pequeñas y medianas empresas mediante programas de incentivos y
ayudas para que adopten sistemas de gestión medioambiental, sean más
competitivas y contribuyan a mejorar nuestro entorno. Todo ello,
señorías, creemos que con el esfuerzo, con la ayuda de todos y con la
colaboración del Ministerio de Medio Ambiente puede ser posible.

Antes de terminar, señorías, tengo la obligación de rebatir aquí
algunos conceptos falsos que se han vertido, y que como portavoz de
medio ambiente del Partido Popular debo rebatir. En primer lugar, se
ha dicho aquí que en la anterior legislatura la ministra de Medio
Ambiente presentó un programa en el cual proponía alargar la vida de
las centrales nucleares. La portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista que lo ha dicho sabe que esto es completamente falso. En
la anterior legislatura se presentó un listado de medidas que habían
elaborado los técnicos de todas las posibles medidas que existían
para combatir el cambio climático, para disminuir las emisiones de CO
2. En este listado elaborado por los técnicos una de las medidas que
se incluía era alargar la vida de las centrales nucleares, pero era
un listado de posibles medidas, ningún programa, por supuesto, del
Ministerio de Medio Ambiente. El Ministerio de Medio Ambiente y el
resto de los ministerios que están en la Comisión Nacional del Clima
deberán elegir o adaptar de todo este listado de medidas las que
crean convenientes. En segundo lugar, también quería rebatir el hecho
de que la ejecución presupuestaria durante la pasada legislatura fue
del 30 por ciento. Completamente falso, señorías. La ejecución
presupuestaria, que se mide en el mes de enero del añosiguiente fue
superior al 90 por ciento en cada uno de



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los años. También quiero rebatir el hecho que se ha planteado aquí de
reciclaje o incineración. No estamos de acuerdo. El reciclaje, ya nos
ha anunciado el señor ministro se va a potenciar, pero para lo que no
puede reciclarse el rechazo tiene dos opciones: vertedero o
incineración. Tiempo habrá de discutir cuál prefieren, cuál
consideran ustedes que es el método menos contaminante, pero nunca
plantear la alternativa reciclaje o incineración, porque esa
alternativa no es cierta.

A la afirmación del señor Morlán de que las sociedades estatales de
agua no están funcionando, también tengo que decir que es falso.

Están funcionando, están haciendo obra y la ventaja de estas
sociedades, señor Morlán, es que han movilizado los recursos
privados. Parece que usted no quiere movilizar los recursos privados;
nosotros sí creemos que es importante. En cuanto a que las
confederaciones han quedado ajenas a los mismos, debo recordarle a
usted que el presidente de cada confederación es el presidente de la
sociedad estatal respectiva. También es falsa la afirmación de que
existe un mercado de agua. No existe un mercado de agua, señor
Morlán, lo que existe es flexibilización del régimen concesional
(Rumores) y en la propia ley existen cautelas para que no exista este
mercado de agua. (Un señor diputado: Estamos abriendo debate.)
Termino ya, señorías, simplemente trato de rebatir unas falsedades.

Respecto a algunas afirmaciones que se han dicho de que estamos ahora
exactamente igual que en el año 1996...




La señora PRESIDENTA: Señora De Lara, le ruego, por favor que no abra
debate y no se modifique la exposición que hasta ahora ha existido.




La señora DE LARA CARBÓ: Termino. Simplemente quiero decir que no
estamos igual que el año 1996 porque se han aprobado una serie de
leyes, la Ley de Envases, la Ley de Residuos, el Plan nacional de
residuos, la estrategia de la biodiversidad, la estrategia forestal,
la Ley de Aguas y un largo etcétera que no podría resumir en un
momento.

Al portavoz del Partido Nacionalista Vasco -y termino, señorías-
quiero decirle solamente que el hecho de ser nuevo, como ha indicado,
no debe impedirle conocer lo que él ha certificado como nefasta
política medioambiental. En la pasada legislatura contó siempre -y
digo siempre, señorías- con el apoyo de su grupo parlamentario. En
todas y cada una de las votaciones que ha habido, siempre se ha
contado con el apoyo del Grupo Parlamentario del Partido Nacionalista
Vasco. Por consiguiente, creo que este grupo parlamentario no debía
considerar que esta política fuera tan nefasta.

Finalizo con un ofrecimiento de colaboración al señor ministro
(Risas.), como no puede ser de otra forma, del Grupo Parlamentario
Popular para llevar a buen término los objetivos que nos ha
planteado.(Un señor diputado: ¡Vaya colaboración!)
La señora PRESIDENTA: Señor ministro, como usted habrá visto, los
diputados componentes de esta Comisión no sólo están preparados en
todas las materias que son objeto de su Ministerio, sino que además
están muy preocupados por todas las áreas que corresponden. Le doy la
palabra para que responda a las muchísimas intervenciones y aspectos
que le han planteado.




El señor MINISTRO DE MEDIO AMBIENTE (Matas i Palou): Señorías, en
primer lugar quiero agradecerles el talante de sus intervenciones,
pidiendo disculpas de antemano porque yo creo que será prácticamente
imposible poder pasar revista a todas las cuestiones que se han
planteado, sobre todo en el grado de detalle que se han realizado.

Como muchos de ustedes han dicho a lo largo de esta mañana, estoy
seguro que tendremos ocasiones de poder profundizar en los mismos.

En primer lugar realizaré contestaciones genéricas que se van
repitiendo de portavoz en portavoz; por tanto no las volveré a
repetir.

Respecto a la aportación de la señora Marón, del Partido Socialista
Obrero Español, quiero decirle una cuestión que me parece importante.

Ella dice que el Plan hidrológico nacional y el Plan forestal fueron
objeto del discurso de investidura del presidente pero que lo realizó
sin convicción. Invito a la señora Marón, sobre todo conociendo el
aval que presenta el presidente del Gobierno, a respetar la fuerza de
los hechos. A los hechos nos atendremos y si algo caracteriza a
nuestro presidente del Gobierno en cualquier caso es esa convicción y
su cumplimiento.

En cuanto a la ley de responsabilidad, quiero repetirles que esta ley
se está elaborando por parte del Ministerio conjuntamente con una
directiva que se está confeccionando en el seno de la Unión Europea,
en la que naturalmente también participa España como Gobierno.

Nuestra intención es presentar este texto articulado en un proceso
paralelo, anticipándonos en cierto modo a lo que va a ser la
directiva europea, pero un proceso conjunto y al mismo tiempo; es
decir, vamos a intentar aprovechar los trabajos que se están
realizando tanto en el seno de la Unión Europea como en el propio
Ministerio de Medio Ambiente para presentar conjuntamente esta ley de
responsabilidad.

Respecto al cambio climático en general y con referencia a todos los
portavoces y a la ratificación del Protocolo de Kioto, quiero decir a
SS.SS. que este protocolo está suscrito ad referendum por el Gobierno
español y está pendiente simplemente de ratificación, de que se
produzca un proceso de armonización entre la mayoría de los Estados
que lo firmaron. Simplemente es una cuestión instrumental y creo que
no tiene que afectar a lo esencial de ese protocolo que ha sido
asumido por el Gobierno español, por tanto España - insisto- dentro
de la estrategia general y del compromiso



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generalizado de la mayoría de Estados miembros. En estos momentos
creo que la divergencia de procedimiento más clara existe entre la
posición colectiva de la Unión Europea que yo creo no tenemos que
abandonar y la posición colectiva de los países que encabeza
probablemente Estados Unidos. Creo que lo importante que debo
resaltar en esta comparecencia es la propuesta que he hecho hoy aquí,
en esta Comisión, y que hacemos desde el Ministerio: vamos a abrir un
debate y un proceso de análisis con todos los interlocutores y
agentes sociales y políticos que tengan algo que aportar respecto a
la estrategia del cambio climático en España. Creemos que,
efectivamente, es imprescindible que España no sólo se atenga a la
simplificación por importante que sea que puede suponer el propio
dato de contaminación establecido en el propio protocolo, sino que el
debate tiene que ser mucho más amplio y más profundo. Es
imprescindible que seamos capaces de definir el modelo, que seamos
capaces de ponernos de acuerdo en el modelo, y una vez que seamos
capaces de ponernos de acuerdo en el modelo espero que seamos capaces
de aplicar las políticas al menos en un sentido correcto. Las
políticas que apliquemos irán destinadas a cumplir ese modelo que
hayamos podido consensuar entre todos. Ahí se engloba todo: lo que
tiene que ser la política con centrales nucleares, la política con
las energías renovables, con las energías eólicas, con las energías
solares, etcétera. Estamos hablando, insisto, de un proyecto muy
ambicioso, probablemente uno de los mayores y más grandes retos que
tendrá este Ministerio y por supuesto el Gobierno de España a lo
largo de esta legislatura.

Respecto al Plan nacional de residuos quiero volver a incidir en que
me parece que el proceso que se ha utilizado en su elaboración puede
resultar modélico. Estamos hablando de un proceso que ha perseguido
ese consenso y esa participación de las autoridades implicadas en la
gestión de un Plan tan trascendente como este y que, por supuesto,
tiene que priorizar el reciclaje dentro de la política que lleven
adelante las diferentes administraciones con responsabilidad
competencial en este proceso. Tiene que potenciar el reciclaje y no
potenciar la incineración. No estoy de acuerdo, en absoluto, en que
en este momento lo que estamos potenciando es una demanda de
incineración que, en definitiva, va a crear su propia oferta. Creo
que no es un análisis adecuado y creo que no es el camino. Lo que
está claro es que el Plan de residuos tiene que dar una salida a los
residuos que no sean susceptibles de ser reciclados; está claro que
el camino es muy largo y que estamos empezando, pero creo que el
objetivo debe ser el reciclaje y también creo, naturalmente, que se
debe dar una salida a los residuos que no sean susceptibles de haber
pasado por este reciclaje.

Quisiera ser capaz de aplicar una dosis de pragmatismo, si ustedes me
lo permiten, en esta comparecencia y en nuestra política en general.

No sé si fue anunciada
o no, lo importante, lo que espera el ciudadano y de lo que
nosotros tenemos que ser capaces es de llevar hacia adelante y poner
en marcha ese Plan forestal al que nos hemos comprometido y que es
tan importante precisamente para evitar esa deforestación y, sobre
todo, para cumplir este proyecto integral de recuperación de cuencas
al que he hecho referencia en mi exposición y que va a llevar
acompañada, inmediatamente después de haber sido capaces de elaborar,
conjuntamente con las comunidades autónomas y los municipios
afectados, ese Plan nacional forestal y presentar ante este
Parlamento una nueva ley de montes que, como he dicho, tiene que
poner al día una legislación que hoy se ha quedado anticuada y que
tiene que basarse en los principios modernos no sólo de
reforestación, sino también de utilización sostenible de nuestros
montes.

Yo les puedo garantizar que por instinto de supervivencia vamos a
utilizar todo lo que esté en nuestra mano para no perder ni una sola
peseta. Naturalmente vamos a utilizar cuanto esté en nuestra mano y
toda nuestra capacidad de persuasión y negociación para que las
políticas de medio ambiente no dejen de desarrollarse por falta de
una adecuada financiación. Uno tiene cierta experiencia en estas
cuestiones y, francamente, me parece ridículo el hecho de que se
cuestione quién comunica los fondos de cohesión; no tiene la más
mínima importancia. Lógicamente siempre los ha hecho Hacienda, que es
lo importante para un ministro de Medio Ambiente. No estamos hablando
de política transversal, no estamos hablando de un Ministerio con
capacidad de actuación transversal; lo importante es decidir a qué se
destinan esos fondos. Eso es lo importante. Y ¿quién va a decidir a
qué se destinan estos fondos? Reglamentariamente, el Ministerio de
Medio Ambiente. Por eso, hoy hay una propuesta de priorización del
destino de este tipo de fondos. El que luego sea Hacienda quien los
gestione y los comunique a mí me da absolutamente igual, me parece
irrelevante.

El inventario de bolsas mineras me dicen que lo hace el Instituto
Geominero, que no pertenece a este Ministerio. Es algo que me dicen y
que yo desconocía. Me apuntan que, efectivamente, ése es un trabajo
que está elaborando el Instituto Tecnológico y Geominero de España,
que pertenecía al Ministerio pero al que ahora, por la
reestructuración que ustedes conocen, ya no pertenece.

En cuanto a la ejecución presupuestaria, irnos al pasado no nos
conduciría a nada, pero nuestros datos no coinciden con los suyos. De
todos modos, usted no se preocupe, que nosotros nos vamos a preocupar
de nuestra ejecución presupuestaria.

Respecto a la fiscalidad, que es un asunto trascendente, le diré -y
conozco un poco esta materia por propia deformación profesional- que
en el mundo del medio ambiente la fiscalidad es importante, pero no
es el único procedimiento y no es un procedimiento esencial
y primordial. El proceso de armonización que hoy



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se está intentando aplicar en la Unión Europea es un proceso que nos
perjudica. La armonización por arriba perjudica al Estado español. Es
decir, lo que no podemos hacer es vincular el destino, la finalidad
de un impuesto, de un tributo, con la propia fuente del tributo o del
impuesto. Podremos discutir el tributo o el impuesto,
independientemente de su finalidad, porque son dos problemas
distintos que habrá que analizar con propiedad y probablemente de
forma separada, pero no tiene por qué condicionar una discusión a la
otra. Cuando hablemos de fiscalidad hablaremos de la fiscalidad todo
lo que ustedes quieran, y cuando hablemos de necesidad de
financiación en políticas de medio ambiente, hablaremos de necesidad
de financiación en políticas de medio ambiente y, hoy por hoy, la
armonización que se está proponiendo en el seno de la Unión Europea
es una armonización injusta que perjudica los intereses del Estado
español y que, por tanto, nosotros no vamos a defender.

Alguien me ha preguntado qué opino de las ecotasas. Pues algo
parecido. Es decir, discutir un impuesto por su destino y no por su
origen es una discusión que puede conducir a error, a un
posicionamiento erróneo. Si discutimos las ecotasas o las supuestas
llamadas ecotasas -porque no son ecotasas más que por su finalidad-,
estaríamos cayendo en un error procedimental, en un error que en
Hacienda Pública sería de primer curso. Discutamos las figuras
tributarias, pero no relacionemos, no vinculemos la viabilidad de
esas figuras tributarias con un problema, que existe, de financiación
de políticas medioambientales.

El medio ambiente es una cuestión internacional. Estoy totalmente de
acuerdo, señora Marón. Me va a encontrar usted absolutamente
predispuesto, porque, para mí, ésa es la afirmación más importante de
todas las que usted ha hecho aquí. Estoy absolutamente de acuerdo y
espero que nos podamos encontrar en ese camino; su predisposición y
su talante creo que así lo avalan y me parece fundamental que seamos
capaces de, entre todos, intentar asumir nuestra cuota de
responsabilidad en defender esas políticas en las que todos creemos,
que todos compartimos y que son de interés nacional.

También quiero hacer referencia a una cuestión que se ha Planteado
aquí, creo que por el señor Saura: el tema de Baleares. Me alegro de
que estuviera usted en Mallorca y espero que disfrutara de su
estancia allí. Tengo que decir, si ustedes me permiten, que esta es
una cuestión publicitaria, y yo tampoco soy demasiado partidario de
entrar en este tipo de discusiones, que sólo consiguen abrir debates
estériles y quizá llenar algún titular de periódico. Esta es una
afirmación que yo realizo -lo he dicho en infinidad de ocasiones-
como presidente del Partido Popular en Baleares. Naturalmente, es
difícil desligar la persona del presidente del Partido Popular de la
persona del ministro de Medio Ambiente, pero en cualquier caso, y
para simplificar,
creo que Baleares requiere esta conducta, pero que generalizar esta
política, como suele pasar, sería injusto. Hay que estudiar cada caso
y hay que ver las circunstancias que convergen en cada caso y cada
proceso, qué tipo de derechos se pueden conculcar, cuál es el futuro
de sostenibilidad de un parque, como aquellos a los que usted hacía
referencia, de la sierra Tramontana, por ejemplo, que no durante 25
años, sino durante miles de años los agricultores han mantenido con
el estado de protección y de preservación medioambiental que hoy
tiene ese parque; es decir, que no es algo que se haya descubierto
hace 20 años. En este contexto, insisto, creo que las
generalizaciones son absurdas y que habrá que estudiar cada tema en
profundidad y en detalle.

Estoy de acuerdo con el señor Morlán en que las confederaciones
hidrográficas tienen que contar con una mayor participación de los
ayuntamientos y las comunidades autónomas. Creo que es algo en lo que
debemos profundizar, y además creo que está en la legislación
aprobada recientemente, que está previsto en lo que hace referencia a
los ayuntamientos, y es probable que tengamos que mejorar también los
sistemas de coordinación con las comunidades autónomas. Precisamente
al hilo de esta observación, y con respecto a lo que hacía referencia
en cuanto a la cuenca del Duero y a alguna otra cuenca, nosotros
estamos dispuestos -y vamos a hacerlo- a estudiar fórmulas de
colaboración con las comunidades autónomas y con los ayuntamientos,
fórmulas de coordinación. No estamos cerrados en absoluto a dialogar
y a evaluar esas posibilidades. Precisamente, y en el contexto
necesario de la política de consenso del Plan hidrológico nacional,
mañana mismo tendré ocasión de visitar al presidente de la
Generalitat valenciana, al presidente de la Junta de Andalucía y al
presidente de la Generalitat catalana y creo que además el próximo
lunes al presidente de Aragón, Navarra y no sé si La Rioja. Este es
el proceso en el que estamos en este momento, insisto, en el de
escuchar las opiniones de las comunidades autónomas, intentar recabar
sus aportaciones y también, por qué no, de estudiar procesos de
mejora de esta coordinación.

Le voy a pedir algo, señor Morlán. Como usted ha dicho que no está de
acuerdo con algunas cuestiones que yo he planteado aquí sobre el Plan
hidrológico nacional, quiero saber cuáles son esas cuestiones. No se
lo pido hoy, pero le invitaré a que me diga personalmente cuáles son
sus criterios y sus aportaciones, porque creo sinceramente que esta
es una de las cuestiones a las que hacía referencia su compañera al
decir que es una cuestión de Estado, de estrategia nacional, y por
ello no me voy a escapar, ni muchísimo menos, sino, al contrario, voy
a entrar al trapo en esta cuestión, quiero escuchar sus aportaciones,
quiero saber en qué puntos no está de acuerdo y por qué. Lo que sí
les quiero decir, en términos generales, es que en la elaboración del
Plan hidrológico nacional va a haber un trabajo científico



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que creo que va a tener tal rigor y tal exactitud que no va a
permitir discusiones aleatorias. Es decir, cuando hablemos de
caudales, cuando hablemos de régimen concesional, cuando hablemos de
cuestiones que tengan un planteamiento técnico deberemos aportar ese
planteamiento técnico, sin entrar en discusiones que podrían ser
absolutamente estériles. El trabajo que hoy se está realizando y que
ya está realizado, un trabajo hecho por funcionarios, por organismos
de la Administración pública, sin consultorías externas, lo digo con
orgullo, creo que es excelente y creo que tiene que ser la base de
una discusión científica. Luego haremos discusiones políticas de lo
que ustedes quieran, pero las técnicas, no; creo que las técnicas
tienen que ser la base esencial que nos permita tomar esas decisiones
políticas. ¿Recurso natural, o recurso económico? Esto sí que es una
trampa. No podemos centrar la discusión en esta dicotomía, bajo
ningún concepto. Es mucho más amplio el proceso, es muchísimo más
amplio, y es muchísimo más importante lo que estamos discutiendo.

El tema de las sociedades del agua será discutible, aunque no estoy
de acuerdo. El proyecto alemán me parece que es un proyecto que hoy
no se está utilizando, a lo mejor para desgracia mía, no lo sé; es un
tema que no he estudiado todavía en profundidad, pero parece que hoy
ya no existe esa práctica de contratación como práctica habitual de
la Administración. Y, naturalmente, el pacto del agua de Aragón es un
pacto esencial para este Ministerio. Es un pacto esencial en todas
sus vertientes y será un pacto esencial para definir lo que va a ser
el futuro de este Plan hidrológico nacional, y naturalmente que vamos
a realizar toda la buena administración de que seamos capaces para
llevar adelante los proyectos que sean necesarios con los fondos que
sean necesarios, también con los fondos de cohesión.

La directiva marco tiene una incidencia relativa en la modificación
de los Planes de cuenca. ¿Por qué? Porque se está discutiendo. El
próximo día 22 se va a discutir en el consejo esa directiva marco; es
una discusión que está viva, que no está decidida en absoluto.

Además, en estos momentos no está inclinada hacia ninguno de los
contendientes de esa directiva marco. Por tanto, lo primero que se
tiene que producir es una discusión en Europa y vamos a ver cómo
acaba la directiva marco; a lo peor no hay directiva marco, es algo
que puede suceder, con lo cual ésa es la condición que hoy tenemos.

Naturalmente quiero insistir en el planteamiento programático que
hacemos de la protección y de la regeneración de las costas, de los
Planes de actuación de costas, que serán esenciales.

También quiero redundar en el hecho de que la Ley de Aguas -este es
un hecho esencial- establece intercambios concesionales de agua. Yo
creo que es importante utilizar la terminología adecuada para no
llamarnos a engaño. La Ley de Aguas, hoy, establece la
posibilidad, que no es mala sino fantástica y me parece un gran
acierto y un gran avance, de esos intercambios concesionales.

Efectivamente, comparto con el señor Martín la preocupación porque la
concienciación social del Día del Medio Ambiente sólo sea de un día.

Nosotros decimos que una flor no fa estiu. Pues lo mismo: un día sólo
no basta para concienciar a toda la sociedad. Consenso y diálogo
serán ejes prioritarios de nuestra actuación.

Respecto a la trasposición de directivas, que es un tema genérico que
ha salido a lo largo de esta mañana, ya hemos iniciado los contactos
con las comunidades autónomas. La secretaria general de Medio
Ambiente y el secretario general técnico del Ministerio se reunieron,
convocaron a los directores generales afectados, y en estos momentos
existe un proceso de consenso con las comunidades autónomas para la
elaboración del anexo II de la directiva de la Evaluación de impacto
ambiental. Próximamente nos reuniremos a nivel de conferencia
sectorial de Medio Ambiente con los consejeros afectados y vamos a
aplicar, de la forma más rápida posible, la trasposición de las
directivas vencidas. Naturalmente, seguiremos trabajando en las
otras. En cuanto a la directiva del Control de la calidad ambiental,
en estos momentos la problemática estriba en una divergencia respecto
del consenso que perseguimos, sobre todo con los afectados, con las
comunidades autónomas y, dentro de la conferencia sectorial, con lo
que son competencias municipales y competencias autonómicas. He
recogido ya, incluso por parte del Gobierno de la Generalitat de
Catalunya, la necesidad de esos mecanismos de información o consulta
previa. No sé cómo los vamos a instrumentar, pero sobre todo en
determinadas cuestiones me parece que es una reivindicación
absolutamente legítima. Por interés propio, al menos que exista ese
canal de información, porque hay cuestiones en las que las
autoridades de las comunidades autónomas tienen un conocimiento mayor
que la propia Administración, por muchas razones.

Contestando a sus preguntas concretas, como ha dicho muy bien la
portavoz del Grupo Parlamentario Popular, la aprobación de la gestión
medioambiental a través de las pequeñas y medianas empresas y a
través del sector industrial, como he expresado, con ese tipo de
etiquetas y de ayudas para propiciar que los industriales y los
empresarios puedan entrar en la gestión global medioambiental de la
actividad industrial o empresarial es esencial. El tema de la
responsabilidad civil ya lo he explicado. También me parece muy
interesante su aportación, que no va a caer en saco roto, respecto a
los aspectos verdes de la contratación administrativa y en otros
temas en los que, sin duda, la Administración tiene que ser faro,
luz, y tiene que dar ejemplo.

Respecto a las evaluaciones de impacto ambiental y su lentitud, se
trata de un proceso que efectivamente



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hay que revisar a medio plazo; es un proceso mejorable, y no pasa
nada, se tiene que decir de esta manera. Si partiéramos de la
elaboración de un presupuesto de base cero en nuestro Ministerio, una
de las cuestiones replanteables probablemente sería la organización
administrativa de la metodología en la elaboración de los informes de
impacto ambiental. Pero me parece mucho más importante el Plan
hidrológico nacional. El proceso es claro, se trata de reconocer
dónde hace falta esa regulación, dónde se tiene que hacer esa
regulación que vaya a garantizar esos caudales ecológicos que son
esenciales. Ustedes ya habrán tenido conocimiento de que en la cuenca
del Ebro, por ejemplo, ya se han puesto en marcha caudales
ecológicos. Esa regulación nos va a permitir garantizar esos caudales
ecológicos que, en muchos sitios de España, si no fuera por la propia
regulación, probablemente no serían garantizables. A partir de ahí,
técnicamente se trata de decidir las cuencas que puedan ser
excedentarias.

Calendario. El informe preceptivo es del Consejo Nacional del Agua y
yo insisto en que durante este verano se va a entregar. El informe,
como todos ustedes saben muy bien, es preceptivo, pero no vinculante,
y es preceptivo para que en su momento el Consejo de Ministros y el
Gobierno de España puedan aprobar el proyecto de ley. Una diferencia
esencial entre el Plan nacional de regadíos y el Plan hidrológico
probablemente sea ésta y de ahí que el grado de vinculación sea
distinto, al igual que su tramitación. Es una ley que tiene que
entrar en este Parlamento, a pesar de que, insisto, la tramitación
del Plan se pueda llevar a cabo posteriormente de la forma en que se
decida por las partes que tengan responsabilidad en ella.

Plan hidrológico. Sin ninguna duda, me gustaría que el Plan
hidrológico que se va a presentar este verano recogiese las
aportaciones de los grupos políticos representados en esta Comisión.

Yo les he anunciado hoy aquí -se lo he dicho al señor Morlán- que voy
a pedirles sus aportaciones y sus puntos de vista, pero que éste va a
tener que ser un proceso interactivo, es decir, los partidos que
están aquí representados también están representados directa o
indirectamente en el Consejo y estarán representados en muchas
comunidades autónomas. Mañana vamos a seguir con un proceso de
visitas a todos los presidentes de comunidades autónomas, que van a
marcar unas pautas que nos van a condicionar a nosotros y a ustedes
también, naturalmente, como no podía ser de otra manera. Y quiero
decir que sería absurdo que en un tema de tanta importancia como éste
nos perdiéramos en el procedimiento, por lo que vamos a intentar no
hacerlo. En cualquier caso, creo que sería esencial que todos
pusiéramos de nuestra parte para que, efectivamente, esa capacidad de
interlocución se produjera, puesto que finalmente el debate se va a
desarrollar en este Parlamento, en el Congreso de los Diputados y
será imprescindible. El tema me parece fundamental.

Voy acabando, señora presidenta. Perdone, pero es que resulta
complicado, ya que se trata de muchas cuestiones. El señor Saura ha
dicho cosas muy interesantes. Efectivamente, no es la política
sectorial fracaso de otras políticas. Yo creo que lo importante es
que seamos capaces de avanzar, porque nos van a pasar cuentas, a mí
el primero, pero a usted también, por esa capacidad que tengamos de
avance a lo largo de estos años. Es posible que usted y yo no nos
pongamos de acuerdo en el grado de avance, pero lo importante es
avanzar y, sobre todo, hacerlo en la dirección correcta, definiendo
claramente el modelo, los problemas, y después que seamos capaces de
avanzar en las soluciones de una forma correcta, quizá no con la
intensidad deseada, pero sí de una forma correcta.

En cuanto a la sostenibilidad, coincido con usted en que es el factor
condicionante esencial de la política de un Gobierno y estoy
convencido de que también lo es del Gobierno español. Vamos a
elaborar ese Plan para hacer frente al cambio climático. Ése es el
debate y la política que necesitamos y vamos a ver de qué manera
y qué líneas de actuación seguimos para conseguirlo.

Insisto en que en el tema de los transgénicos, en el que puedo
discrepar con usted, control y transparencia son los ejes
fundamentales de la actuación del Gobierno en una materia tan
importante.

Perdone, señor Rodríguez, que me haya saltado el orden. Le quiero
agradecer que diga que el Gobierno español se ha gastado 300.000
millones en depuradoras en estos cuatro años aunque sea para criticar
que no se han gastado en Galicia, pero se han invertido, lo cual es
muy importante. Yo creo que tendremos ocasión de entrar en el
detalle. Yo tengo datos que probablemente no coincidan con los suyos
respecto a las inversiones en depuración de aguas, tanto en la
depuradora de Lugo como de Orense, etcétera, y en otros proyectos de
inversión que afectan a la comunidad autónoma de Galicia. Lo
importante es el criterio general, y el criterio general de nuestra
política es que a medio plazo, insisto, sea capaz de fijarse el
objetivo de que no se vierta ni una sola gota de agua que no esté
depurada al mar, a los ríos. Luego podremos entrar en los niveles de
depuración, como decía la diputada de Izquierda Unida, con respecto a
la reutilización. Naturalmente que vamos a tener que entrar en
procesos secundarios y ojalá pudiéramos estar hablando de procesos
terciarios. Con procesos primarios es complicado meterse en temas de
reutilización. En cualquier caso, los procesos primarios son
reconvertibles en procesos secundarios. Para reutilizar primero hay
que depurar, aunque yo haya criticado el orden de los factores en mi
intervención. Lo importante, insisto, es que nuestro objetivo global
como Ministerio es conseguir esa depuración de aguas, que es
fundamental y esencial. Además, esa depuración de aguas tendrá que ir
ligada después con la recuperación de las cubiertas vegetales y de
las cuencas.




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Debo corregirle porque usted habla de la cuenca Miño. Miño-Sil sí es
una cuenca y está en varias comunidades autónomas. Esta es la ley.

Podemos entrar en un proceso de debate con respecto a si la
legislación vigente establece de una forma correcta o no cuáles son
las competencias que deben corresponder a la Administración central
cuando las cuencas pasen por más de una comunidad autónoma. Esa es
una discusión que podemos tener cuando usted quiera, aunque
probablemente hoy no sea el día. Lo que está claro es que la realidad
es ésa: Miño-Sil pasa por dos comunidades autónomas, por lo cual es
una cuenca intercomunitaria y no intracomunitaria. A partir de ahí,