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BOCG. Senado, serie III B, núm. 11-a, de 21/07/1997
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BOLETIN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES

SENADO

VI LEGISLATURA

Serie III B: 21 de julio de 1997 Núm. 11 (a)

PROPOSICIONES DE LEY (Cong. Diputados, Serie B, núm. 40

DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS Núm. exp. 122/000028)

PROPOSICION DE LEY

624/000007 De reforma de la Ley de Enjuiciamaiento Civil en materia de

ejecución.


TEXTO REMITIDO POR EL CONGRESO

DE LOS DIPUTADOS

624/000007

PRESIDENCIA DEL SENADO

Con fecha 21 de julio de 1997, ha tenido entrada en esta Cámara el texto

aprobado por la Comisión de Justicia e Interior del Congreso de los

Diputados, con competencia legislativa plena, relativo a la Proposición

de Ley de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de

ejecución.


Al amparo del artículo 104 del Reglamento del Senado, se ordena la

remisión de esta Proposición de Ley a la Comisión de Justicia.


En virtud de lo establecido en el artículo 107.1 del Reglamento del

Senado, y siendo de aplicación lo previsto en su artículo 106.2, se

comunica que el plazo para la presentación de enmiendas terminará el

próximo día 12 de septiembre, viernes.


De otra parte, y en cumplimiento del artículo 191 del Reglamento del

Senado, se ordena la publicación del texto de la mencionada Proposición

de Ley, encontrándose la restante documentación a disposición de los

señores Senadores en la Secretaría General de la Cámara.


Palacio del Senado, 21 de julio de 1997.--El Presidente del Senado, Juan

Ignacio Barrero Valverde.--

La Secretaria primera del Senado, María Cruz Rodríguez Saldaña.


PROPOSICION DE LEY DE REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO CIVIL EN

MATERIA DE EJECUCION

EXPOSICION DE MOTIVOS

El principio de tutela judicial efectiva recogido en nuestra Constitución

requiere, para su plena realización, no sólo la posibilidad de ejercer el

derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, sino también el derecho a

que la resolución judicial que ha de culminar el procedimiento sea

realmente efectiva. En este sentido, es necesario poner todos los medios

para lograr la plena efectividad de tal declaración.


Concretamente, es preciso que el ordenamiento jurídico facilite la

posibilidad de que el acreedor, que ha obtenido una sentencia estimatoria

que puede ser cumplida




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mediante el embargo de bienes del deudor, pueda recuperar realmente y de

forma efectiva aquello que se le debe, con independencia de la cuantía de

lo reclamado.


Lamentablemente, la experiencia viene demostrando que con cierta

frecuencia las resoluciones de condena susceptibles de ejecución

pecuniaria quedan prácticamente incumplidas al hacerse sumamente compleja

la localización de bienes del deudor sobre los que trabar el

correspondiente embargo. En particular, así ocurre en muchos supuestos en

los que la carga del acreedor de intentar localizar bienes del deudor

adquiere un coste desproporcionado en relación con la cuantía de la

cantidad reclamada.


Ello puede conducir, y de hecho así se ha constatado, a generar entre los

ciudadanos, y en particular entre los operadores económicos, la impresión

de que las reclamaciones judiciales son inefectivas, y que la

responsabilidad prevista en el artículo 1911 del Código Civil no es

realmente tal, cuando se trata de deudas de cuantía mediana o pequeña y

el deudor no tiene una solvencia pública y acreditada. Todo ello

constituye en sí mismo un contrasentido, por cuanto es precisamente quien

no tiene una estructura patrimonial importante, o bienes raíces

conocidos, quien más fácilmente puede incurrir en supuestos de morosidad

mediana o pequeña, considerando que quedarán impunes. El perjuicio que de

ahí se deriva, en particular para la pequeña y mediana empresa, es

evidente.


La presente Ley intenta, a través de dos tipos de medidas, corregir la

situación descrita: por un lado, impone al Juzgador, siempre que así lo

solicite el acreedor ejecutante, la obligación -y no la simple facultad-

de poner todos los medios para localizar bienes del patrimonio del deudor

ejecutado. Y, por otro lado, señala el papel que en tal función pueden y

deben desempeñar las Administraciones tributarias y de la Seguridad

Social.


Asimismo, esta reforma viene a recoger lo que la Jurisprudencia ha

entendido repetidamente, al generalizar para toda clase de embargos lo

que aparentemente la Ley sólo preveía para la mejora de los mismos.


Sin duda, cabría sostener que esta reforma puntual de procedimiento

debería enmarcarse en una revisión más amplia de la Ley de Enjuiciamiento

Civil, repetidamente reclamada. Sin embargo, por tratarse de una

modificación que, aún teniendo gran alcance práctico, no altera

substancialmente el actual sistema, ni introduce discordancias en el

mismo, razones de oportunidad justifican esta modificación parcial, sin

perjuicio de su inclusión en una reforma global posterior de las leyes

procesales.


ARTICULO UNICO

1.El artículo 1454 de la Ley de Enjuiciamiento Civil quedará redactado en

los términos siguientes:


«El acreedor podrá concurrir a los embargos y designar los bienes del

deudor que hayan de trabarse.


También podrá hacer la designación del depositario bajo su

responsabilidad. Esta designación no podrá concederse al deudor.


En el mismo acto de nombrarse depositario deberá procederse a la remoción

de los bienes a favor del así nombrado si así lo hubiere solicitado el

acreedor/ejecutante, en el escrito de demanda.


A petición del acreedor, y en el supuesto de que el ejecutado no

designare bienes o derechos suficientes sobre los que hacer la traba, el

Juzgado acordará dirigirse a todo tipo de Registros públicos, organismos

públicos y entidades financieras, a fin de que faciliten la relación de

bienes o derechos del deudor de que tengan constancia. En particular, si

así se solicitare, el Juzgado recabará tal información de la

correspondiente autoridad tributaria o de la Seguridad Social.


En todo caso deberá atenderse al orden establecido en el artículo 1447.»

2.El párrafo tercero del artículo 1455 de la Ley de Enjuiciamiento Civil

queda sin contenido.


DISPOSICION FINAL

La presente Ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el

«Boletín Oficial del Estado».