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DS. Senado, Comisiones, núm. 234, de 17/02/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



SENADO



Año 1998 VI Legislatura
Comisiones. Núm. 234



COMISION DE SANIDAD Y ASUNTOS SOCIALES



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSE LUIS SAINZ GARCIA



celebrada el martes, 17 de febrero de 1998



ORDEN DEL DIA:



--Comparecencia del Secretario General de Asistencia Sanitaria y
Presidente del INSALUD, Ilmo. Sr. D. Alberto Núñez Feijoo, a solicitud de
los Grupos Parlamentarios Popular y Socialista, para exponer el Plan
Estratégico del INSALUD (Núm. exp. 713/000513 y 713/000514).




--Dictaminar la Proposición de ley de ampliación del concepto de familia
numerosa (Núm. exp. 624/000011).




Se abre la sesión a las once horas y diez minutos.




El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión.

Ruego al señor Letrado que compruebe la asistencia de los señores
Senadores.




Por el señor Letrado se procede a la comprobación de las señoras y de los
señores Senadores presentes y representados.




El señor PRESIDENTE: Señorías, entramos en el punto primero del orden del
día: Lectura y aprobación, si procede, del acta de la sesión anterior,
celebrada los pasados días.

¿Alguna observación al Acta? (Pausa.) Queda aprobada.




--COMPARECENCIA DEL SECRETARIO GENERAL DE ASISTENCIA SANITARIA Y
PRESIDENTE DEL INSALUD, A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR
Y SOCIALISTA, PARA EXPONER EL PLAN ESTRATEGICO DEL INSALUD (713/000513 y
713/000514).




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El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene lugar la sesión informativa,
con la presencia del excelentísimo señor don Alberto Núñez Feijoo,
Secretario General de Asistencia Sanitaria y Presidente del INSALUD, a
solicitud de los Grupos Parlamentarios Popular y Socialista.

Como todos ustedes conocen, los sistemas sanitarios están experimentando
en todos los países una profunda renovación institucional, existiendo un
consenso generalizado en torno a la necesidad de introducir cambios en su
concepción y diseño.

El INSALUD, como primer servicio de salud del Estado, al tener la
responsabilidad de las asistencias sanitarias de un 78 por ciento de la
población protegida, ha procedido a la realización de un plan estratégico
donde se ha reanalizado la situación de partida y se han diseñado las
estrategias más adecuadas para mejorar la organización y gestión de los
servicios sanitarios.

Por ello, señor Núñez Feijoo, le agradezco su asistencia, ya que me
consta lo apretado de su agenda, y que ha tenido que cancelar las
diferentes sesiones que tenía para estar hoy con nosotros.

Le puedo decir, don Alberto, que ésta es una comisión de consenso, ésta
es su casa, y todos valoramos lo que ha hecho y lo que va a hacer.

Al mismo tiempo, quiero darle las gracias por el contenido de la
comparecencia, ya que la información de hoy es trascendental para la
sanidad en España en este mismo momento.

El señor Núñez Feijoo tiene la palabra.




El señor SECRETARIO GENERAL DE ASISTENCIA SANITARIA Y PRESIDENTE DEL
INSALUD (Núñez Feijoo): Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, he de comenzar agradeciendo la sensibilidad que muestran
ustedes por conocer qué es lo que creemos que debemos hacer para mantener
nuestro Sistema Nacional del Salud, concretamente para mantener el primer
servicio de salud del Estado, desde el punto de vista cuantitativo, que
es el INSALUD. La sensibilidad que ustedes muestran, insisto, siempre es
reconfortable para los que nos dedicamos a la organización y gestión de
la sanidad pública de nuestro país.

Intentaré hacer una síntesis, lógicamente, de las estrategias que
pretendemos se lleven a cabo en los próximos cuatro años en los servicios
sanitarios que gestiona el INSALUD.

A modo de introducción, permítanme decirles lo que, en nuestra opinión,
constituían los cuatro grandes retos con que se enfrentaba el Gobierno
tras el cambio de alternancia política en mayo de 1996.

En primer lugar, entendemos que el Gobierno se enfrentaba con la
necesidad de establecer un marco legal, seguro, estable y homogéneo para
el Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de garantizar algo en lo
que todos estamos de acuerdo, que es la autonomía real de gestión a los
centros sanitarios, introducida e iniciada ya por las Comunidades
Autónomas.

El segundo gran reto, sin duda, era que el Parlamento estableciese un
debate abierto y en profundidad, por primera vez desde la Democracia en
nuestro país en el seno parlamentario, donde se recogiesen las
conclusiones y recomendaciones para la reforma y la viabilidad del
sistema sanitario.

El tercer reto constituía la necesidad de aprobación de un sistema de
financiación para los próximos cuatro años; considerando que el vigente
vencía el 31 de diciembre de 1997, era necesario establecer un sistema de
financiación que garantizase la suficiencia financiera para los próximos
cuatro años en el Sistema Nacional de Salud.

Por último, el cuarto reto, ya enmarcado exclusivamente en el ámbito de
las competencias de la Administración General del Estado, lo constituía
un plan de prioridades, un plan estratégico para los servicios sanitarios
que conforman el INSALUD, como servicio de salud que depende
exclusivamente de la Administración General del Estado.

Respecto al primer reto, un nuevo escenario legal para todo el Sistema
Nacional de Salud tiene lugar con la Ley 15/1997, de 17 de junio, sobre
habilitación de nuevas fórmulas de gestión del INSALUD. Esta Ley goza de
amplio respaldo parlamentario; todos los Grupos parlamentarios que
gestionan la sanidad en los distintos servicios de salud de las
Comunidades Autónomas tuvieron a bien votar esta Ley y establecer un
mecanismo homogéneo, estable y fiable que aportase seguridad jurídica
para todos los gestores sanitarios en nuestro país.

El segundo reto, que no era otro que el pronunciamiento del Parlamento en
relación con la reforma y modernización del sistema sanitario en orden a
garantizar la viabilidad futura, también tiene luz verde en el Pleno del
Congreso de los Diputados, celebrado el 21 de diciembre de 1997, en el
que por mayoría se aprueban este tipo de recomendaciones, insisto, para
la reforma del Sistema Nacional de Salud y para garantizar su viabilidad
futura.

En cuanto al tercer reto, sobre el sistema de financiación de las
Comunidades Autónomas, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, en su
reunión de noviembre de 1997, logra que todos los servicios de salud del
Estado, todas las Comunidades Autónomas que gestionan asistencia
sanitaria en el Estado se pusieran de acuerdo para establecer un
mecanismo de financiación para los próximos cuatro años, consiguiendo
inyectar 381.000 millones de pesetas más que el presupuesto de 1997 ó
213.000 millones más sobre la prórroga del anterior modelo. Por lo tanto,
constituye una inyección financiera y garantiza la viabilidad del
sistema.

Por último, el cuarto reto lo constituía un Plan Estratégico del INSALUD.

Como ustedes saben, un plan estratégico no es más que un ejercicio de
ordenación de prioridades. Por tanto, ha de ser observado como un hecho
natural que se justifica en sí mismo.

En la primera transparencia tienen ustedes lo que es hoy el INSALUD y,
como ella indica, sigue siendo el primer servicio de salud del Estado. Se
trata de un servicio de salud que da cobertura a algo más de 14 millones
de ciudadanos, que supone el 38,18 por ciento de la población de



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nuestro país, que cuenta con 82 hospitales propios, con más de 37.000
camas, con 95 centros de especialidades, casi 1.000 centros de salud, más
de 1.000 equipos de atención primaria, que en él trabajan más de 133.000
sanitarios y que cuenta con una red de centros concertados con más de
20.000 camas.

El presupuesto del INSALUD también da origen a la propia estructura y
dimensión del organismo. Se trata de un organismo que tiene un
presupuesto para 1998 de algo más de un billón 400.000 millones de
pesetas o, lo que es lo mismo, el 4,7 por ciento del total de los
Presupuestos Generales del Estado. Por tanto, parecía razonable que el
INSALUD fuera partícipe activo en los movimientos de reforma y
modernización que se están llevando en nuestro país y en Europa. En
consecuencia, era obligado fijar objetivos, concretar medidas necesarias
para la mejora que consigan la mayor rentabilidad social de los recursos
sanitarios públicos con que cuenta este organismo.

El Plan Estratégico es iniciado en agosto de 1996, a los tres meses de
tomar posesión los responsables sanitarios después de la alternancia
política, y concluye en abril de 1997. A pesar de que concluye en abril
de 1997, éste no es presentado hasta hace unas semanas, concretamente en
enero de 1998, y esto es así porque también parecía necesario que el
INSALUD fuese respetuoso al máximo con la Subcomisión parlamentaria, con
el Parlamento, al objeto de esperar sus conclusiones y recomendaciones, y
sólo después de conocer las conclusiones y recomendaciones de la
Subcomisión parlamentaria hacer la presentación pública de dicho trabajo.

Así se hizo y, como decía, el Pleno del Congreso aprueba sus conclusiones
el 21 de diciembre y el INSALUD presenta su Plan Estratégico el 23 de
enero siguiente.

La estructura de dicho Plan cuenta con cuatro partes diferenciadas. En
primer lugar, se hace un análisis de la situación --parece razonable no
adoptar ninguna medida, no establecer ningún escenario sin hacer un
diagnóstico de la situación pormenorizado en cada una de las áreas que
toca este servicio sanitario--. Conocido el análisis de situación, se
establecen los escenarios para el desarrollo de las líneas de
modernización, para el desarrollo de las líneas estratégicas. Concretado
este escenario, ya se explicitan las líneas estratégicas que han de
desarrollar, líneas estratégicas que, como podemos ver a continuación, se
recogen en 11 grandes grupos. Y, por último, se añaden a esta publicación
anexos donde se contiene documentación e información importante.

En el primer anexo --se puede ver en la siguiente transparencia-- se
concreta el proceso de homologación de los centros sanitarios. Tratamos
de concretar, explicitar y dar seguridad a cuál es el mecanismo que
pueden utilizar los centros sanitarios para ir otorgándose personalidad
jurídica propia, personificación jurídica conforme a la Ley aprobada en
las Cámaras. También contiene información sobre las reformas sanitarias
en Europa, sobre los movimientos de reforma iniciados en las Comunidades
Autónomas; contiene íntegramente el texto del acuerdo de la Subcomisión
parlamentaria al objeto de que todos los gestores de este sistema
conozcan y hagan suyas las recomendaciones del Parlamento; y, por último,
contiene, como es razonable, una relación de personas que han participado
en dicha elaboración. Han sido 120 expertos y profesionales del sistema
sanitario, tanto del INSALUD como de las Comunidades Autónomas y tanto
gestores actuales del INSALUD como gestores anteriores del INSALUD; nos
parecía que para esto era preciso hacer las consultas necesarias con
todos los que han tenido que ver con el INSALUD, con los que tienen que
ver actualmente y también con los que están gestionando los servicios de
salud de las Comunidades Autónomas.

Si les parece, podemos comenzar con la primera parte del Plan, que es el
diagnóstico de la situación, en donde se estudian los puntos fuertes y
los puntos débiles que nos hemos encontrado cuando hemos hecho dicho
diagnóstico.

En materia de organización hemos visto que uno de los puntos fuertes, sin
duda, es que ya contábamos a 31 de diciembre de 1996 --que es la fecha en
la que se cierra el análisis de situación-- con un Real Decreto-Ley, el
10/1996, que da lugar después, mediante su tramitación como ley, a la Ley
15/1997; es decir, contábamos ya con un texto que sustentase las
posibilidades de otorgamiento y personificación jurídica pública a los
centros sanitarios.

Como puntos débiles, hemos de destacar que el INSALUD todavía se
configura como una entidad gestora de la Seguridad Social. Así como los
servicios de salud de las siete Comunidades Autónomas que gestionan
sanidad son organismos autónomos de carácter administrativo o entes de
derecho público sujetos a derecho privado, en el ámbito del INSALUD sigue
siendo una entidad gestora de la Seguridad Social, con lo que esto
conlleva de rigideces en su gestión. Falta una delimitación importante
entre los responsables del INSALUD, entre los que, digamos, establecen
qué es necesario que hagan los centros cada año --es decir, los que
concretan la compra-- y los que proveen la asistencia, es decir, los
centros sanitarios tanto de atención primaria como de especializada. Hay
una cierta descoordinación entre la planificación sanitaria del INSALUD y
de las Comunidades Autónomas. Por una parte, como ustedes saben, las
Comunidades Autónomas sin gestión en servicios sanitarios tienen
competencias en materia de planificación y, sin embargo, es el INSALUD el
que tiene las competencias en materia de gestión de los servicios
sanitarios, y a veces se producen solapamientos que es necesario mejorar.

Y, por último, hemos visto que falta una estructura organizativa del
INSALUD a nivel de Comunidad Autónoma; es decir, el INSALUD son 10
Comunidades Autónomas junto con Ceuta y Melilla y son esas Comunidades
Autónomas las que en el futuro recibirán las competencias en materia
sanitaria; por lo tanto, parece razonable que el INSALUD tenga una
organización autonómica.

En materia de participación he de decirles que no hemos encontrado ningún
punto fuerte; sí hemos encontrado puntos débiles. Creemos que hay una
escasa representatividad del ciudadano y de los profesionales en todo lo
que se refiere a la participación en los sectores sanitarios.

En cuanto al modelo de compra, hemos visto que los anteriores gestores
habían hecho bien estableciendo e incorporando a la cultura organizativa
el contrato-programa.




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El contrato-programa partió de un buen diseño inicial, contribuyó a dotar
de una mayor transparencia a la financiación, en definitiva fue una buena
herramienta de trabajo. Sin embargo, como puntos débiles observamos que
este contrato-programa no se firmaba entre partes independientes, sino
que simplemente era un decálogo de objetivos porque carece de un sistema
real de facturación; los hospitales no concretan realmente los procesos
que hacen y no tienen un presupuesto en función de los procesos y de los
pacientes que atienden.

Otro punto débil es que el INSALUD ha aplicado, respecto a los
proveedores externos, una interpretación restrictiva de los principios de
subsidiariedad y complementariedad previstos por la Ley General de
Sanidad. Así, los conciertos se siguen realizando de forma centralizada,
no han promovido la publicidad y la libre concurrencia y se basan en
sistemas de pago en estancias y no procesos, como es razonable que así
sea.

La atención primaria ha mejorado sustancialmente en nuestro país, hay una
buena cartera de servicios y ha mejorado la accesibilidad. Sin embargo,
como puntos débiles, creemos que la atención primaria no ha dado
respuesta a la atención domiciliaria, no ha sido capaz de coordinarse con
la atención especializada y no ha conseguido una mayor vinculación de los
facultativos con sus centros. También como punto débil, consideramos que
la libertad de la elección del usuario tiene muchas limitaciones y no
existen incentivos económicos para el centro o el médico que resulta más
elegido por parte de los pacientes. Y, por último, un grave problema en
la atención primaria en nuestro país es el porcentaje de gasto
farmacéutico. En el INSALUD el 22 por ciento de todo el presupuesto
sanitario se dedica exclusivamente a abonar la factura farmacéutica;
cuando en el resto de los países de Europa los entornos de gasto
farmacéutico se mueven entre el 15 y el 18 por ciento, aquí tenemos 7 ó 5
puntos más que los entornos europeos.

Respecto a la atención especializada, también se han producido avances en
los últimos años, avances significativos, en cuanto a herramientas de
gestión, tanto en lo que se refiere a los sistemas de información como a
la casuística como a la contabilidad analítica. Sin embargo, persisten
problemas muy graves: falta una autonomía de gestión de los centros, los
centros no tienen capacidad para vincular a su personal con los objetivos
de su organización, las listas de espera en atención especializada son un
problema muy grave que deslegitima al sistema y la libertad de elección
del usuario está limitada a la elección de especialista dentro de su área
de referencia, no existiendo posibilidad de elegir centro hospitalario.

En materia de urgencias y emergencias consideramos que el diseño que
tenía el INSALUD en este aspecto es bueno y, así, las centrales de
coordinación o 061 son un buen sistema. Pero el punto débil es que,
siendo un buen sistema, de las 10 Comunidades Autónomas que tiene el
INSALUD junto con Ceuta y Melilla solamente dos cuentan con esta central
de coordinación 061.

En cuanto a la atención sociosanitaria, tampoco hemos encontrado puntos
fuertes en nuestra organización y sí puntos débiles. Hay una ubicación
inadecuada de los pacientes sociosanitarios ocupando camas de agudos en
buena parte de nuestros hospitales, no hay una definición clara de las
competencias entre la atención sanitaria y la sociosanitaria de las
distintas Administraciones Públicas y se ha detectado un escaso
desarrollo de la coordinación dirigida a la atención sociosanitaria.

En relación con los recursos humanos, los puntos débiles que hemos
detectado pasan, sin duda, por reconocer que existe una alta capacitación
y cualificación profesional de nuestro personal médico y enfermería
--creemos que la enfermería en nuestro país se puede comparar con ventaja
con cualquier enfermería europea, al igual que la capacitación de los
profesionales médicos--. No obstante, existe un sistema de selección
rígido, centralizado, complejo y no hay un desarrollo efectivo de
políticas de incentivación.

En materia de desarrollo directivo tampoco hemos encontrado ningún punto
fuerte y sí muchos puntos débiles. La política de personal directivo del
INSALUD no ha estado suficientemente definida, ha faltado una concreción
de los perfiles profesionales de los puestos directivos, así como los
criterios para el acceso a los mismos, y las retribuciones de estos
directivos tienen un pequeño componente variable.

Sobre acreditación y calidad también se han producido mejoras continuas
de calidad científico-técnica, manteniendo un alto nivel, sin duda. Pero
como puntos débiles, el INSALUD no ha desarrollado auditorías internas
dirigidas a los propios centros y a los centros concertados, no han
existido mecanismos de acreditación en términos de calidad y la calidad
no se ha visto como un concepto de gestión integral de la organización
pública que es el INSALUD.

Respecto a sistemas de información, es verdad que en los últimos años han
intentado mejorarse, pero tenemos unos sistemas de información
francamente deficientes que nos han de preocupar al máximo, y esto porque
falta un desarrollo corporativo de la información en nuestro INSALUD. Hay
un desarrollo exclusivamente fragmentario, falta homogeneidad en los
sistemas de información, no existe un sistema global corporativo de la
red que una todos los centros de atención primaria y especializada de
nuestra estructura, la dotación de tecnología informática es antigua, no
se ha actualizado, no existen criterios uniformes en los planes de
informatización, y les proporciono algún dato: el 50 por cien de los
hospitales carece de cableado informático. Esto significa que el 50 por
cien de los hospitales no puede tener ningún tipo de herramienta
informática integral, y hemos visto que el Ministerio de Sanidad era el
Ministerio con menor ratio de gasto informático sobre el gasto total que
tenía. La media, en relación con el gasto total de cada ministerio en
inversión informática, es el 1,6 frente al Ministerio de Sanidad, que la
tenía en el 0,3.

Hasta aquí el diagnóstico de la situación, hasta aquí los puntos fuertes
que debemos mantener en el futuro y que debemos potenciar, y las
debilidades que hemos observado en el sistema con las cuales hemos de
trabajar al objeto de mejorarlas.




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Una vez conocido este diagnóstico, hemos establecido cuáles son los
principios del escenario en el que nos hemos de mover, cuáles son los
principios en los que hemos de plantear la modernización de los servicios
sanitarios.

El primer principio es el que se refiere a la creación de un sistema de
competencia regulada. ¿Qué se entiende por sistema de competencia
regulada? En nuestra opinión, existen tres razones que impiden claramente
la configuración de la provisión sanitaria bajo los principios de libre
mercado. Creemos que la provisión sanitaria no se puede hacer de acuerdo,
exclusivamente, con los principios de libre mercado por tres razones. En
primer lugar, por las peculiaridades propias del bien sobre el que
estamos trabajando, que no es otro que el bien salud. En segundo lugar,
por la propia evolución histórica de nuestro sistema sanitario. Cuando se
crea por primera vez en nuestro país el seguro obligatorio de enfermedad
en 1942, se adopta la decisión de incluir dentro del sector público la
provisión de los servicios sanitarios. Y, en tercer lugar, y como
consecuencia de esto, por la naturaleza mayoritariamente pública de
nuestros centros. Más del 90 por cien de los hospitales en nuestro país
pertenecen al sector público y su titularidad corresponde a la
Administración Pública, ya sea central, ya sea autonómica, ya sea local.

Si bien no creemos en un mercado de competencia libre, esto no quiere
decir que no sea imprescindible aligerar la fuerte regulación
administrativa que encorseta el sistema, al objeto de sustituir la
conceptualización de centro sanitario igual a oficina administrativa, que
no lo es, y sí centro sanitario igual a un organismo público proveedor de
servicios sanitarios. Estos centros públicos proveedores de servicios
sanitarios han de competir dentro de un sistema, insisto, de competencia
regulada, donde no se compita por conseguir mayor gasto o mayor ahorro, y
sí por la calidad, por hacer más actividad y por rentabilizar mejor los
recursos sanitarios públicos.

El segundo escenario es el del horizonte transferencial. Tenemos que ser
conscientes de que los servicios que gestionamos están abocados a ser
transferidos a las Comunidades Autónomas y hemos de trabajar con este
horizonte. El INSALUD ha de tener siempre presente que gestiona servicios
abocados a ser entregados a sus propietarios legítimos, que son las
Comunidades Autónomas.

El tercer escenario es el de la coordinación y homogeneización del
sistema. Todos estamos de acuerdo en que el sistema tiene cuatro agentes
distintos: el financiador, el comprador de servicios, los centros
proveedores, es decir, los hospitales y los centros de salud, y los
usuarios. Por lo tanto, hemos de garantizar que este sistema sea
homogéneo y que esté coordinado, y para esto hemos de asumir, desde los
servicios centrales del INSALUD, una serie de funciones.

En primer lugar, respecto a la función corporativa, a los servicios
centrales les corresponden las competencias en materia de planificación
estratégica, es decir, cuáles son las líneas de planificación que va a
tener toda la red; establecer la política de calidad total, es decir, las
orientaciones que deben seguir los centros sanitarios en un proceso
evaluable de mejora continua; y también las políticas en materia de
acreditación, de homologación y de sistemas de información,
En segundo lugar, en materia de compra les corresponde garantizar que la
compra de los servicios sanitarios en todos los territorios del INSALUD
responda a los siguientes principios: equidad en el acceso --en todos los
territorios la población ha de tener equidad en el acceso a las
prestaciones sanitarias--, asegurar la cobertura de las prestaciones del
sistema en el territorio, garantizar al máximo la libre elección de los
usuarios y la calidad en la prestación. Por eso, deben diseñar el
contrato de gestión que han de utilizar todos los hospitales y todos los
centros de salud. Asimismo, les corresponde coordinar la provisión. Si
partimos de que el nuevo escenario es un escenario de competencia
regulada dentro del sector público, si partimos de que los centros irán
teniendo paulatinamente personalidad jurídica propia, es necesario que
tengan políticas comunes en materia de recursos humanos, en materia de
política de directivos, en materia de renovación y adecuación de centros
de alta tecnología, de inversiones, en materia de control y seguimiento
presupuestario, en definitiva, políticas comunes para mantener la
uniformidad de red.

Otro de los escenarios es el de la asignación de responsabilidades. Es un
organismo, insisto, complejo, donde hay multiplicidad de agentes y es
necesario concretar la responsabilidad de cada uno. Los agentes de compra
son, sin duda, las direcciones territoriales y las direcciones
provinciales del INSALUD. La compra se ha de articular, en primer lugar,
entre los servicios centrales y las direcciones territoriales. Existirá
una dirección territorial por cada Comunidad Autónoma además de la que
existirá en Ceuta y Melilla. Por lo tanto, los servicios centrales
pactarán con cada dirección territorial --en Valladolid para Castilla y
León, o en Zaragoza para Aragón, o en Toledo para Castilla-La Mancha, o
en Badajoz para Extremadura, y así sucesivamente-- el presupuesto que le
corresponde a cada Comunidad Autónoma en función del sistema de
financiación que esté aprobado para cada momento. Las direcciones
territoriales transmitirán a las direcciones provinciales el presupuesto
en función de los centros de atención especializada y de primaria que
tengan en cada provincia, y los directores provinciales pactarán con los
hospitales y con las gerencias de atención primaria el contrato de
gestión para cada año y concretarán la actividad y el presupuesto por
centro de atención especializada o de primaria.

Hemos de hablar también de los proveedores, que no son más que los
centros públicos que dan asistencia sanitaria, ya sean de atención
primaria o atención especializada. Estos proveedores necesitan autonomía
para poder actuar en este escenario de competencia regulada y esta
autonomía se dará a través de un proceso de homologación transparente,
claro, seguro y que se concreta como anexo en el plan estratégico.

El último gran marco se refiere a los contratos de gestión asistencial.

Ya he concretado qué es lo que han de hacer los centros. Hemos dicho qué
van a hacer los servicios centrales, qué van a hacer las direcciones
territoriales, qué van a hacer las direcciones provinciales, y ahora
vamos a



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decir qué van a hacer los centros de atención primaria y especializada.

Estos centros estarán unidos con las direcciones provinciales mediante
los contratos de gestión --antes denominados contratos-programa--, y en
atención primaria hemos de pasar de un modelo de presupuestación
histórico a un modelo de presupuestación basado en el número de
habitantes que atiende ese centro de atención primaria --por lo tanto,
modelo capitativo-- y en el grado de desarrollo de la cartera de
servicios que tiene ese centro. Los centros que tengan atención
domiciliaria tendrán un presupuesto mayor y los centros que tengan
mayores servicios tendrán, lógicamente, un mayor respaldo financiero. En
atención especializada también hemos de abandonar el presupuestos
histórico para ir buscando un presupuesto que respete la estructura del
centro. Sabemos que hay hospitales que por sus deficiencias
arquitectónicas y físicas no pueden competir con otros hospitales, donde
el bloque quirúrgico y los servicios centrales están estructurados y
centralizados; por lo tanto, debemos tener en cuenta la estructura del
centro, pero también lo que hace cada centro, es decir, la tarifa por
producto y los indicadores de calidad.

Una vez diseñado el escenario donde nos movemos y conocido el diagnóstico
de la situación, pasamos, si les parece, a concretar ya de una forma
explícita las líneas estratégicas en las que nos obligamos a trabajar.

Las líneas estratégicas se concretan en once, y responden al objeto
social de esta aseguradora pública, que no es otro que dar asistencia
sanitaria. Por lo tanto, son líneas estratégicas conocidas por todos: la
atención primaria, la especializada, las urgencias, la atención
sociosanitaria, recursos humanos, el desarrollo directivo, los
proveedores externos, la garantía de calidad, los sistemas de información
y la prestación farmacéutica.

Cada una de estas líneas estratégicas tiene una serie de acciones, que en
total suman 47. Estas acciones tendrán un plan específico para el
desarrollo e implementación en el tiempo, así como un responsable que se
dedique a su desarrollo. Por lo tanto, se trata de once líneas
estratégicas y 47 actuaciones específicas. Algunas de ellas, como veremos
a continuación, ya las hemos ido incluyendo en el contrato de gestión de
los centros en 1997 y en el que estamos pactando para 1998.

Empezaremos por la primera línea, que es la que hace referencia al
escenario transferencial. En esta línea estratégica existen dos líneas de
actuación. La primera de ellas es la creación de las direcciones
territoriales. Estimamos --vuelvo a insistir-- que el INSALUD es la suma
de diez servicios de salud --porque son diez las Comunidades Autónomas
que gestiona, junto con Ceuta y Melilla--. Por lo tanto habrá una
dirección territorial en cada una de estas Comunidades Autónomas al
objeto de coordinar todos los servicios del organismo en ese ámbito
territorial.

La segunda línea es la que se refiere a los agentes de compra. Serán las
direcciones territoriales y provinciales las que se encargarán de
establecer los pactos y los contratos de gestión con los centros
asistenciales y de primaria de su ámbito provincial o territorial. Hasta
la fecha, cuando se pactaban con los distintos hospitales los contratos
de gestión de cada año, eran llamados al INSALUD por orden alfabético; es
decir, Zaragoza y Zamora venían juntos y la Comunidad Autónoma de Aragón
no tiene nada que ver con la de Castilla y León para pactar los contratos
de gestión como se venía haciendo hasta la fecha. En este momento, como
es natural, los centros vienen agrupados por Comunidades Autónomas, por
Direcciones Territoriales.

En materia de atención primaria, hemos de llegar al convencimiento de que
es la puerta de entrada al sistema y, por lo tanto, ha de despejar al
máximo posible los problemas y las deficiencias sanitarias en las que se
vean abocados los ciudadanos y no trasladar miméticamente los problemas a
los hospitales. De ahí la necesidad de ampliar la capacidad resolutiva en
la atención primaria.

Las líneas que pretendemos implementar son seis. La primera es
profundizar en la autonomía de los equipos de atención primaria. Estamos
convencidos de que debemos dar la autonomía de gestión a los equipos de
atención primaria. No solamente es necesario pactar un contrato de
gestión con la Gerencia de primaria, sino que ésta está obligada a
concretar los contratos de gestión con cada unidad o con cada equipo de
atención primaria, y estos contratos han de incluir presupuestos ligados
al número de usuarios que atiende cada equipo, presupuestos ligados a la
cartera de servicios que da cada centro de salud, presupuestos
indicativos de farmacia y otros consumos, e indicadores de la calidad en
la prestación.

La segunda es flexibilizar y optimizar el horario de trabajo de cada
médico. Hemos de concretar tiempos mínimos de consulta por paciente,
tiempos máximos de espera para entrar en consulta, así como posibilitar a
los usuarios una mayor accesibilidad en horario de mañana y tarde,
abriendo cada vez más consultas por la tarde en función de las
necesidades que planteen cuando acudan a los centros de salud.

La tercera es el ajuste en los modelos retributivos de los facultativos.

Estimamos que deben estar retribuidos cada vez más no solamente por su
calidad de facultativos, sino también en función del número de pacientes
que atienden. Por ello es necesario buscar un porcentaje de las
retribuciones teniendo en cuenta los pacientes que atienden y otro ligado
a incentivos relacionados con la cartera de servicios y con los
cumplimientos presupuestarios a los que me he referido anteriormente.

La cuarta se refiere al papel de la enfermería en la atención primaria.

Consideramos que la enfermería ha de tener un peso asistencial cada vez
más cualitativo; ha de reafirmar su protagonismo en la atención
domiciliaria y en la coordinación de los dispositivos sociosanitarios; es
decir, confiar más en la enfermería para solucionar los problemas
asistenciales para los que está formada y menos para resolver los
problemas burocráticos.

La quinta está en relación con los equipos de atención primaria como
compradores de ciertos servicios. Sin duda, el otorgamiento de
personalidad jurídica a los equipos de atención primaria posibilita la
implicación directa en la gestión de los recursos que consumen estos
equipos y que derivan a la atención especializada. Si confiamos en los
médicos de atención primaria, ellos se sentirán más estimulados para
aumentar su capacidad resolutiva y más



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comprometidos con la sanidad pública. Por ello, a los equipos que lo
soliciten les daremos capacidad para gestionar y monotorizar los consumos
en materia de pruebas de radiología, pruebas analíticas y de laboratorio
y en consultas externas de especialistas; es decir, vamos a dar a los
equipos más responsabilidad en las pruebas analíticas y en las
radiologías que pidan a los hospitales. Consistirá exclusivamente en
darles información de las pruebas que están pidiendo e información
comparada con la que solicitan otros equipos de atención primaria de ese
área o de áreas similares.

La última línea de atención primaria es la que se refiere a las
sociedades médicas o cooperativas de profesionales. Creemos que en un
sistema de autonomía el último eslabón puede ser el otorgamiento de
personalidad jurídica a esos equipos de atención primaria. Consideramos
que los equipos de atención primaria más comprometidos con la Sanidad
estarán en disposición de solicitar voluntariamente el otorgamiento de
personalidad jurídica al objeto de tener un mayor protagonismo en el
manejo de los recursos y en las decisiones que afectan a ese ámbito.

En el supuesto, insisto, de que hubiera algún tipo de excedente generado
en la gestión de esos equipos, necesariamente había que dedicarlo, en
primer lugar, a mayor equipamiento del centro de sanitario; en segundo
lugar, a mayor formación continuada de los miembros del equipo; en tercer
lugar, para comodidades adicionales de los centros; y sólo en último
lugar --insisto--, para una mayor incentivación económica de los
profesionales. Debo hacer hincapié en que es un planteamiento optativo
por parte de los equipos de atención primaria constituirse en estas
cooperativas a las que me he referido.

En materia de atención especializada nos hemos planteado diez líneas de
actuación. La primera es la que hace referencia a las nuevas fórmulas de
gestión en hospitales: en primer lugar, la dotación de personalidad
jurídica a los centros, conforme a la Ley 15/1997; en segundo lugar, la
elaboración de un plan estratégico en cada hospital. No podemos otorgar
personalidad jurídica pública a un centro sin que haga un análisis de la
situación del propio hospital y sin que elabore su propio plan
estratégico que, como ustedes saben, en estos momentos todos los
hospitales del INSALUD están comprometidos a elaborar.

Otra línea se refiere a la orientación de los hospitales hacia el
paciente. Debemos considerar al paciente como eje vertebrador de toda la
actuación en materia de hospitales. Hemos de buscar la coordinación de
pruebas especiales, la elaboración de un plan de acogida de pacientes
hospitalizados, la mejora de los aspectos hoteleros de los hospitales, la
mejora de la información, el impulso de las modalidades sin ingreso y la
atención domiciliaria en coordinación con la atención primaria.

Otra de las líneas es el nuevo contrato de gestión que sustituye a los
contratos-programa; contrato de gestión que se ha de basar, como
decíamos, en la estructura del centro, en las tarifas en función de las
herramientas que se fijen y en los indicadores de calidad de cada centro.

Otro aspecto es potenciar la participación de los profesionales en las
decisiones hospitalarias. Se pretende que el contrato de gestión del
centro sea la suma de los contratos de gestión con cada servicio
hospitalario. En estos contratos con cada servicio se han de concretar la
cartera de servicios del propio servicio hospitalario, los objetivos de
actividad, los objetivos de gasto, los objetivos de lista de espera y
demora media, la actividad docente, los indicadores de calidad, los
incentivos ligados al cumplimiento del contrato; en definitiva, los
compromisos del servicio con ese hospital y con la ciudadanía para cada
ejercicio. Asimismo, se han de potenciar los sistemas de información a la
atención especializada, como veremos más detalladamente en la exposición
siguiente.

Otra de las líneas --sin duda fundamental para los usuarios y que
repercute directamente en la asistencia-- son las actuaciones permanentes
sobre las listas de espera. Hemos dicho que no creíamos en los planes de
choque, ni en actuaciones concretas y puntuales, y que los compromisos
han de ser permanentes al objeto de minorar los tiempos de demora máxima
y los tiempos de demora media en acceder a los servicios sanitarios. Con
ese fin, hemos de concretar los criterios uniformes para la inclusión en
las listas de espera, hemos de incentivar la capacidad resolutiva en la
atención primaria, intentando que se haga cirugía menor --como se ha
empezado a realizar en 1997, año en el que se han hecho más de 5.000
pequeñas intervenciones en los centros de salud--; vamos a garantizar a
los usuarios tiempos máximos de espera. Insisto, somos una aseguradora
pública y, como tal, los que pagan la póliza deben tener claro cuáles son
los tiempos máximos en que estamos dispuestos a intervenirles y, en su
defecto, a remitirles a otro centro público concertado.

Otro de nuestros compromisos es la creación de consejos de gobierno en
los hospitales con gestión directa. Una vez elaborado el Plan Estratégico
de cada hospital hemos de buscar una fórmula de integración de la
sociedad civil dentro de la participación y del gobierno de los
hospitales.

Por último, hay que cambiar el Reglamento 521, de Estructura y
Organización. Estimamos que ha de ser modificado, manteniendo una
estructura más amplia y en un nuevo marco, al objeto de que cada hospital
pueda, en ese marco nuevo, establecer su propia organización interna.

En cuanto a recursos humanos, sin duda, es necesario un análisis de las
necesidades reales de la plantilla, de las necesidades reales de las
especialidades en cada hospital y también de las necesidades en materia
de inversión, tanto de obra nueva como de reposición, y de tecnología.

Por tanto, los hospitales han de hacer planificaciones a corto y medio
plazo para tener siempre actualizada su plantilla y sus recursos de
inversión y tecnológicos.

Pasamos a la urgencia y a la emergencia. Con estas tres líneas nos
proponemos dotar a las diez Comunidades Autónomas del INSALUD de un
centro coordinador de urgencias y emergencias 061. Es manifiestamente
insuficiente y nada equitativo que sólo Madrid y Baleares tengan este
sistema, en relación con las otras ocho Comunidades Autónomas junto con
las ciudades de Ceuta y Melilla.

En materia de atención sociosanitaria hay dos líneas. Hemos de apostar
claramente por la coordinación de los servicios sanitarios y de los
servicios sociales para que la



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atención primaria sea la protagonista en la coordinación sociosanitaria.

Deben ser los centros de salud, la enfermería y el personal facultativo
los que estén más directamente relacionados con las personas ingresadas
en residencias o en centros sociosanitarios.

La sexta línea la constituyen los recursos humanos, y aquí proponemos
seis actuaciones: en primer lugar, buscar una mayor vinculación directa
del personal al centro --sin que esto signifique que el personal pierda
alguna relación con el Sistema Nacional de Salud-- y no una relación
exclusiva del personal al sistema. Conseguir una descentralización de la
selección del personal, de manera que los centros sanitarios tengan más
competencias de decisión, sin que esto signifique caer en ninguna
endogamia de selección interna del propio personal. Desarrollar una
carrera profesional por centro en armonía con la que se desarrolle por el
Sistema Nacional de Salud. Reforzar el papel central del profesional en
la organización. Potenciar y protocolizar los incentivos en las
retribuciones, hemos de ganar credibilidad en el reparto de la
incentivación. Y facilitar a aquellos profesionales que quieran pasarse a
los hospitales nuevos que nazcan con personificación jurídica pública la
excedencia especial en activo, como ya se les facilitó en la Ley de
Presupuestos del pasado año.

En materia de desarrollo directivo --séptima línea de actuación-- hemos
de buscar una definición mayor de los tipos de directivos que precisan
las instituciones, definiendo las funciones principales y los perfiles
básicos para cada puesto. Hemos de comprometernos en la acreditación del
directivo para acreditarle previamente y reconocer sus capacidades y
actitudes directivas. Hay que establecer una política de incentivos
presidida por la responsabilidad y los riesgos del puesto de trabajo, así
como la creación de un sistema de evaluación para los directivos que son
clave en la organización y gestión de los servicios. Y, por último,
debemos implementar una política de formación permanente del personal
directivo que trabaje en nuestras instituciones.

La octava línea se refiere a los proveedores externos. Creemos que este
sector se dirige a potenciar su participación en el sector público sin
alterar la equidad básica del sistema y sin que esta incorporación
suponga un menoscabo para el sector sanitario público, sino todo lo
contrario, un estímulo para la eficiencia. Por lo tanto, es necesaria la
creación de una comisión de información donde mantengamos nuestra
información transparente, con las más de 20.000 camas que el INSALUD
tiene concertadas, al objeto de que se diga exactamente qué inversiones
va a hacer el sistema público en un territorio y avisar a los proveedores
externos de que no hagan esa inversión porque ya la ha decidido hacer
previamente el sector público. Se trata de una comisión abierta donde el
INSALUD diga lo que cree que se debe hacer con el fin de mantener el
equilibrio entre las partes.

Creemos que los proveedores externos se deben incluir en el sistema de
competencia regulada. Consideramos que estas clínicas concertadas han de
tener también en el futuro un contrato de gestión, de la misma forma que
lo tienen los centros públicos, para saber qué han de hacer durante ese
año y, sobre todo, con el fin de saber que el sector público cuenta con
el apoyo de una clínica para mejorar sus ratios, su infraestructura y sus
resultados, y ello de forma estable y permanente y no a través de picos o
de programas de choque a los que me referí anteriormente.

Asimismo, se deben externalizar aquellos servicios para los cuales el
sector sanitario no está preparado. Nuestro objeto social, insisto, es la
asistencia sanitaria, por lo que hay servicios en los que la iniciativa
privada está mejor preparada para darlos, como son los de seguridad, los
de mantenimiento, los de «catering», es decir, todos aquellos servicios
que no afecten directamente al objeto social de nuestra organización, que
es la asistencia sanitaria. Por último, se pueden buscar alianzas
puntuales para prestaciones sanitarias en determinados territorios o en
determinados momentos en los cuales el sector público no haría una
inversión justificada desde el punto de vista social si actuase en ese
territorio.

La novena línea es sobre las garantías de calidad. Aquí creemos que
debemos apostar muy claramente por la calidad de nuestros servicios
sanitarios al objeto de mantener su legitimación social. Así, hemos de
aprobar y difundir la carta de derechos de los pacientes. Ha de quedar
claro y por escrito cuáles son los derechos que tiene un paciente, ante
quién puede acudir para hacer valer esos derechos y cuáles son los
mecanismos que un paciente puede iniciar para defender sus intereses.

Se debe establecer también un sistema de calidad total en los centros.

Hasta ahora nos hemos fijado exclusivamente en la calidad
científico-técnica y nos parece que hemos de buscar una calidad integral
de la organización. Tenemos que conseguir que el paciente, cuando llegue
a un hospital, no solamente tenga la seguridad de que será bien atendido,
sino que también será bien acogido, que tendrá unas relaciones de
información permanentes con los facultativos y el personal sanitario que
le atiende, que tendrá una mejoría en sus aspectos hoteleros y en sus
aspectos familiares desde el punto de vista de los acompañantes.

En definitiva, como organización que somos, hemos de conseguir una
calidad integral y, como es natural, hemos de potenciar la calidad
científico-técnica. Tenemos que auditar a los hospitales en términos de
calidad; buscar qué hospitales son los que mejor hacen las cosas, los que
tienen menor índice de infecciones, menores índices de mortalidad,
menores reclamaciones; en definitiva, qué hospitales y qué servicios son
los que mejor están valorados por los auditores y por los usuarios.

Por último, en sistemas de información se ha de crear una unidad central.

No es razonable lo que ocurrió en mayo de 1996, cuando el INSALUD no
sabía las listas de espera que tenían sus centros porque no había un
sistema central de información que fuera fiable y porque esta lista de
espera era cautiva de la gerencia de cada hospital. Hemos de
transparentar esa información y saber perfectamente cuáles son las listas
de espera desde enero hasta diciembre. También debemos crear un sistema
de información integrado al objeto de buscar sistemas aplicativos
homogéneos, máquinas susceptibles de utilización indistinta por los
hospitales, red corporativa única, etcétera.




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La última línea es la que se refiere a la prestación farmacéutica, tan de
moda en estos días. La prestación farmacéutica en el Plan estratégico se
plantea en dos líneas de actuación: en la apuesta por la mejora continua
de calidad en la prestación farmacéutica y en el uso racional de los
medicamentos. Para esto estamos dispuestos a seguir elaborando, como se
venía haciendo desde hace algún tiempo, guías farmacoterapéuticas,
boletines de medicamentos, etcétera. Hemos de incidir en algo que no se
hacía y que debemos hacer con más intensidad, como es pactar los
protocolos terapéuticos, pactar los medicamentos que se han de utilizar
para cada patología, informar al facultativo de lo que dispensa a través
de la receta y conocer el consumo de los usuarios como herramienta para
el propio usuario y para el propio facultativo que dispensa y que receta
los fármacos a cada uno de los usuarios que acuden a su consulta.

En materia de control de gasto farmacéutico, apostamos por presupuestos
indicativos por médico y por presupuestos indicativos por equipo de
atención primaria. Insisto en que esto nada tiene que ver con la libertad
de prescripción y sí mucho que ver con el compromiso y con el
mantenimiento del sistema sanitario de nuestro país. Lo único que se
pretende es pactar con los facultativos ese presupuesto indicativo por
facultativo y por equipo. Y también, un vez que se ha dado el paso
imprescindible en nuestro país de acometer los cambios legislativos
necesarios para poder hablar de medicamentos genéricos y de precios de
referencia, trasladar a la organización el compromiso de la dispensación
de medicamentos genéricos y de ir argumentando y concretando estos
precios de referencia.

Hasta aquí el Plan estratégico recogido en el libro azul del INSALUD.

Después de la elaboración de este Plan estratégico en el que, insisto,
han participado más de 120 expertos, el paso siguiente, sin duda, es el
de solicitar formalmente a los agentes y a los interlocutores sociales
sus opiniones y sus propuestas. Y estamos pidiendo que lo revisen, que se
analice y que se reflexione, y, sobre todo, que, con sus aportaciones,
con sus críticas y sus alegaciones, nos ayuden a todos a acertar. Y
acertar será, sin duda, adoptar las decisiones necesarias para garantizar
el mantenimiento de nuestro sistema de salud durante los próximos
cincuenta años.

Y si esto es el Plan estratégico y las líneas de actuación, a
continuación, aun sabiendo que estoy abusando de su paciencia, me voy a
permitir concretarles no solamente el qué debemos de hacer, no solamente
el cómo debemos de hacerlo, sino también cuándo estamos dispuestos a
desarrollar todas las cuestiones a las que me acabo de referir. Y así,
aunque no forma parte del Plan estratégico, lógicamente, vamos a
concretar cuáles son los objetivos, cuáles son las acciones que vamos a
acometer en los próximos cuatro años. Intentaré hacerlo muy brevemente,
para no abusar de su confianza.

En materia de nuevas fórmulas de gestión y en materia legislativa y
organizativa nos proponemos lo siguiente: En 1998 presentaremos el
reglamento que desarrolla la Ley 15/1997; presentaremos un nuevo Real
Decreto de estructura y organización de hospitales que sustituya al 521 y
propiciaremos un proceso de transformación hacia la autonomía real de
gestión. Vamos --y ya tenemos propuestas-- a invitar a los hospitales a
que constituyan agrupaciones de servicios --lo que se denomina institutos
clínicos-- al objeto de que las áreas de corazón, radiología,
traumatológicas, de laboratorios y de servicios centrales se agrupen
entre sí para dar una mayor eficiencia en la gestión de los servicios.

Igualmente, vamos a proponer separar la investigación de la asistencia a
través de la constitución de fundaciones de investigación, que concreten
bien cuál es el presupuesto y cuáles los recursos que detrae el hospital
para la investigación, distinguiéndolo de los recursos de la asistencia.

También en 1998 --como decía-- se elaborará un Plan estratégico por cada
uno de los hospitales. Entre 1999 y el 2001 nos obligamos a que todos los
hospitales en construcción --siempre que no se trate exclusivamente de
traslados de edificios-- se abran con personificación jurídica pública.

Por tanto, además de Alcorcón y Manacor, a aquellos hospitales que
estamos construyendo en estos momentos también se les otorgará
personificación jurídica pública. Por último, entre 1998 y el año 2001
intentaremos que paulatinamente --sin prisas-- vayan pasando a
personificación jurídica los centros con gestión tradicional, es decir,
aquellos centros creados hace tiempo y que siguen comportándose como
centros sin personificación jurídica.

En materia de tecnologías de la información, desde luego, creo que
nuestros compromisos son ambiciosos. En el presente año implantaremos una
red corporativa de comunicaciones que una toda la atención primaria,
hospitales y direcciones provinciales, una red corporativa propia del
INSALUD, donde haya comunicación vía correo electrónico, servicios de
transmisión de información, videoconferencias y donde el sector sanitario
pueda hacer transmisión de imágenes de calidad diagnóstica o
telemedicina; eso sí, permitiendo que en el momento de la transferencia
se desgaje esa red corporativa y se entregue a cada una de las
Comunidades Autónomas su propia red informática.

Entre 1998 y el 2001 vamos a informatizar el cien por cien de los
hospitales, es decir, los 82 hospitales que tenemos, lo que significa
informatizar la gestión de pacientes, es decir, la admisión, la lista de
espera, las urgencias, los archivos de historias clínicas y las consultas
externas, informatizar los recursos humanos, es decir, la gestión de
personal, de turnos y de nóminas, informatizar la gestión económica, los
suministros, las compras, la contabilidad general y presupuestaria, la
facturación y el mantenimiento e inventarios, e informatizar el área
departamental: la radiología, los quirófanos, la anatomía patológica,
farmacia, biopsis, etcétera. Asimismo, durante estos cuatro años vamos a
informatizar también el 50 por ciento de los más de mil centros de salud
con los que cuenta el organismo, informatización que tendrá en cuenta la
cita previa, los archivos de historias clínicas, la prescripción
farmacéutica, el control de la incapacidad temporal y la gestión de
consultas.

En materia de atención primaria, también los compromisos se concretan en
anualidades. En 1998 se cubrirá el cien por cien del territorio con la
cobertura de puntos de



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atención continuada, es decir, aquellos centros de salud que permanecen
abiertos las 24 horas del día, al objeto de que cualquier ciudadano pueda
acudir durante cualquier hora a dicho centro de salud más próximo a su
domicilio cuando tenga un problema banal y no sea imprescindible la
atención en urgencia hospitalaria.

Entre 1998 y el 2000 nos comprometemos a finalizar el modelo de atención
primaria. El cien por cien del territorio estará cubierto por equipos de
atención primaria y entre 1998 y el 2001 seguiremos con nuestros
planteamientos de incremento a la cartera de servicios en atención
primaria, pediatría de área, atención domiciliaria, cuidados paliativos y
cirugía menor en los centros de salud.

En atención especializada, los compromisos con los usuarios también
intentan concretarse. En primer lugar, vamos a seguir disminuyendo los
tiempos quirúrgicos. En 1998, tenemos unos compromisos más ambiciosos,
lógicamente, que los que ya ha conseguido la red en los dos años
anteriores. Así, la demora máxima, que estaba en 1996, como ustedes
saben, en dos y tres años en algunos territorios, llegará a seis meses en
todo el territorio del INSALUD. Y la demora media, que estaba en siete
meses, ha de bajar a 80 días, la cual en estos momentos la tenemos en 98
días, es decir, en tres meses y 8 días, y en diciembre de 1998 ha de ser
de 80 días. Asimismo, a final de la Legislatura hemos de colocarla en 60
días. Si somos capaces de que el sector sanitario público del INSALUD
responda al reto de bajar de siete a dos meses en tres años y medio o
cuatro años, la verdad es que habremos hecho un buen servicio por el
mantenimiento del sistema sanitario en nuestro país.

También entre 1998 y 1999 vamos a extender a todo el territorio del
INSALUD lo que denominamos el seguro sueco, o, lo que es lo mismo, el
seguro en determinadas patologías garantizando tiempos máximos de espera.

Pero también --y ustedes se han hecho eco de ello en muchas ocasiones--
hay compromisos con las consultas externas y las pruebas diagnósticas.

Una vez que se ha intentado controlar --y controlado-- la lista de espera
quirúrgica, es necesario hacer apuestas por la consulta externa y la
prueba diagnóstica. Y así, en 1998, nos comprometemos a la disminución de
la demora máxima en consultas externas a cuatro meses, a reducir en un 25
por ciento los tiempos de demora media y a garantizar demoras máximas de
tres meses en pruebas diagnósticas, TACs y resonancias, pruebas de
extraordinaria complejidad, respecto de las que vamos a actuar en una
experiencia piloto en dos Comunidades Autónomas y en un área de Madrid,
al objeto, si somos capaces de cumplir este compromiso, de ir
extendiéndolo paulatinamente durante el resto de la Legislatura a las
Comunidades Autónomas.

Igualmente, vamos a potenciar las alternativas a la hospitalización. En
cirugía mayor ambulatoria, se incrementará en un 20 por ciento. En
intervenciones en 1998 se incluirán seis nuevos procedimientos, con lo
que serán ya 25. En cuidados paliativos, en 1998 habrá diez nuevas
unidades de cuidados paliativos, pacientes oncológicos y seis para
pacientes de sida. Además, en hospitales de día se potenciará su
actividad en tratamientos oncológicos, sida, psiquiatría y geriatría,
creando diez nuevos centros.

Vamos a implantar planes de calidad asistencial en cada área de salud.

Asimismo, vamos a proseguir en algo que esta Comisión conoce muy bien,
que es el plan integral de atención a la mujer, con atención preferente a
la prevención del cáncer ginecológico, mama, endometrio y cérvix, al
embarazo, ofertando la analgesia epidural en el 40 por ciento en los
partos en 1998 y extendiéndola progresivamente en los siguientes
ejercicios.

En materia socio-sanitaria, en 1998 nos hemos comprometido a elaborar una
guía de recursos socio-sanitarios en el cien por cien de las áreas de
salud, en la que se tenga en cuenta los recursos que tienen las
administraciones públicas autonómicas, las administraciones locales y el
propio INSALUD, y entre 1998 y el 2000, a intentar pactar con las
Comunidades Autónomas acciones conjuntas para poner en funcionamiento
esos centros socio-sanitarios, a través, insisto, de compromisos con las
Comunidades Autónomas, las corporaciones locales y las competencias
transferidas del IMSERSO.

En materia de urgencias y emergencias, el compromiso es clave. Entre 1998
y 1999, hemos de dotar a todas las Comunidades Autónomas con una central
de coordinación 061 y con un dispositivo de urgencias y emergencias como
el que tienen Madrid y Baleares.

En materia de recursos humanos, apostamos claramente por la estabilidad
laboral del personal. El 24 de diciembre de 1996 salieron a oferta
pública de empleo 5.200 plazas de personal no sanitario y en 1998, tras
nueve años sin convocatoria pública para personal facultativo de
hospitales, saldrá la convocatoria de las plazas vacantes del personal
interno, que, como ustedes saben, afectan al 27 por ciento de la
plantilla y supone más de 4.000 plazas de este personal.

Vamos --y así lo hemos pactado en la mesa sectorial-- a posibilitar la
voluntariedad del complemento específico, voluntariedad que conlleva
disciplinar al máximo y dignificar este complemento, de tal suerte que
voluntariamente se opte a él, pero que se exija desde la administración
el cumplimiento riguroso de dicho complemento. Igualmente, ordenar el
acceso y la provisión de los puestos de jefes de servicio y de sección.

Hay más de 930 puestos ocupados provisionalmente por jefes de servicio y
de sección y desde 1995 no se ha hecho ningún nombramiento definitivo de
estos puestos en nuestro territorio. Vamos a hacer nombramientos de
cuatro años, susceptibles de evaluación, conforme al pacto de la mesa
sectorial.

Y por último, posibilitar el ejercicio real del derecho a la exención de
guardias para mayores de 55 años, que es un derecho que acaban de asumir
todos los facultativos en su patrimonio en el sentido de que cualquiera
de ellos podrá solicitar la exención de guardias cuando llegue a esa
edad.

Es en materia de infraestructuras, junto con los tiempos de espera, donde
tenemos uno de los índices más claros y más nítidos para comprobar o no
el compromiso de una Administración con su sector sanitario, porque una
de las formas de desmantelar el sistema sanitario es abandonar la
actualización de las inversiones y tener los centros con presupuestos de
inversiones como en los últimos seis años, donde se puede observar que el
presupuesto ha estado congelado,



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si no ha disminuido como en 1994, de forma notoria. Así, las inversiones
se concretan de la siguiente forma.

Entre 1998 y el año 2000 cerraremos el cien por cien de los centros de
salud pendientes en todo nuestro territorio para acabar la implantación
del modelo de equipo de atención primaria.

Entre 1998 y el año 2000 acometeremos obras en el 74 por ciento de los
hospitales. No serán pequeñas obras, sino que serán grandes planes
directores o grandes reformas: de los 82 hospitales, acometeremos obras
de reforma en 61 de ellos. Y construiremos cinco nuevos hospitales: el
Hospital de Calahorra, en La Rioja, cuyas obras han empezado hace unos
meses; el Hospital de Ciudad Real, que está en licitación; el Hospital de
Valladolid, el Hospital de Fuenlabrada y el Hospital de Ceuta.

Esto supone que en los próximos cuatro años, incluido 1998, habrá una
inversión de un cuarto de billón de pesetas en infraestructuras; por lo
tanto, el presupuesto de 1998 ha crecido un 40 por ciento. Insisto en que
en la serie de los últimos seis años el presupuesto del INSALUD tuvo un
crecimiento cero, se movía en el entorno de los 38.000 millones de
pesetas, pasando este año a 54.000 millones.

Otro de los objetivos se refiere al presupuesto y pago de proveedores. No
podemos volver a caer en una deuda que ha atenazado al sistema durante
muchos años. No podemos volver a caer en reflotamientos y afloramientos
de deuda que han sobrepasado más de un billón de pesetas en los últimos
años. Por lo tanto, nuestro primer compromiso es con el presupuesto para
intentar ajustarnos al sistema de financiación que entre todos nos hemos
dado en noviembre de 1997.

Pero también debemos tener compromisos con los proveedores. Vamos a pagar
mejor. A pesar de que el INSALUD es un servicio de salud que está muy por
encima de la media en términos de pago de otros servicios de salud,
proponemos pagar mejor a través de tres herramientas. Anticipos de caja
fija, es decir, la posibilidad de que los hospitales paguen directamente
pequeñas facturas en el centro. Por primera vez, hemos establecido como
objetivo en un contrato de gestión minorar los tiempos de tramitación de
facturas; por lo tanto, los hospitales tienen la obligación de minorar
los tiempos de demora en los pagos. Insisto en que éste es un criterio de
calidad que hemos incluido en 1998.

En materia de farmacia, en 1998 dispondremos del conocimiento del consumo
farmacéutico por usuario. Se lo vamos a entregar al facultativo para su
conocimiento, y también al usuario en los casos en los que fuere
necesario. Hemos de fomentar la prescripción de genéricos. Y también
tenemos un compromiso con el Sistema de Seguridad Social en cuanto a las
prestaciones en Incapacidad Temporal. Es decir, el compromiso de revisar
en el menor tiempo posible a aquellas personas que se encuentren con un
problema de salud que conlleve una incapacitación temporal.

En materia de satisfacción y participación de los usuarios, en 1998 hemos
de articular la incorporación de los representantes de consumidores y
usuarios a los órganos de participación. Hemos de crear consejos de
gobierno en los centros de nuevos modelos de gestión, buscar servicios de
información telefónica que operen durante las 24 horas del día y elaborar
encuestas anuales, no sólo entre los profesionales sino entre los
usuarios para valorar el estado de opinión sobre la sanidad pública.

Por último, el proceso de transferencias. En 1998 aprobaremos y crearemos
las Direcciones Territoriales en cada Comunidad Autónoma. También en 1998
propondremos a las Comunidades Autónomas firmar convenios de colaboración
entre las Consejerías de Sanidad y los responsables del Insalud para
concretar las actuaciones en cada territorio con el presupuesto
autonómico o con el presupuesto de la Administración General del Estado.

Y en el año 2000 y 2001, comenzar a preparar las transferencias efectivas
a las Comunidades Autónomas.

Este, señorías, es el Plan estratégico del INSALUD, así como la necesaria
complementariedad del mismo con los objetivos en un espacio de tiempo
delimitado y lo más corto posible.

Insisto en que estamos en un proceso de recibir las alegaciones que
fueren necesarias, de recibir los enriquecimientos que sea menester al
objeto de mejorar entre todos la sanidad pública de nuestro país, y
reiterar que éste es el compromiso que pretendemos concretar por escrito
al objeto de su conocimiento general y de formar opinión por parte de
todos los actores y, cómo no, de esta Comisión de esta Alta Cámara.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Damos las gracias al señor Secretario General, Núñez
Feijoo, por su magnífica intervención.

A continuación, abrimos un turno de portavoces en orden de menor a mayor
según el número de miembros de los grupos parlamentarios.

¿Grupo Parlamentario Mixto? (Pausa.)
¿Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas Vascos? (Pausa.)
¿Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i Unió?
(Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el Senador
Zamorano.




El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Agradecemos la presencia del Presidente del INSALUD y resaltados la
prontitud de su comparecencia, en menos de seis días, tal vez por los
acontecimientos actuales que está teniendo lugar en el Ministerio de
Sanidad y Consumo. Pero debo recordarle que hace un año también se
solicitó su comparecencia para explicar el pago de la productividad en el
año 1996, comparecencia que he tenido que retirar hoy porque después de
un año no parecía muy actual mantenerla. Le ruego que aquello que en el
pasado y que el futuro de las actuaciones y relaciones con esta Cámara se
corresponda con lo que ha sucedido esta semana y no con lo pasado el año
anterior.

Nos presenta usted un Plan estratégico en el cual lo primero que vemos es
que ha tenido un procedo de elaboración --al menos en lo que hace
referencia al conocimiento público-- bastante oscuro. Acaba usted de
decir que ya tenía



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más o menos establecidos los criterios generales en el año 1997, pero que
esperaba a que terminasen los trabajos de la Subcomisión. Ya se
incorporaba en la propia Ley de Presupuestos Generales del Estado, cuando
entró aquí a debate --o, al menos, la justificación que se daba para
algunas medidas que se incluían era dicho Plan Estratégico--; pero
aprobamos esos presupuestos sin conocer una línea y es ahora cuando lo
estamos haciendo por primera vez.

Entrando en el análisis de dicho Plan, lo primero que nos encontramos es
la parafernalia de su presentación y de su contenido. Parece un Plan muy
pensado en lo que pueden ser actos de propaganda o de autobombo por parte
del Gobierno; pero luego, cuando escarbamos en él, nos encontramos con
ausencias muy importantes, y con que los riesgos que puede correr el
sistema son muy graves. Además, plantea serias dudas tanto en cuanto a su
elaboración como en cuanto a sus intenciones, aunque respecto de estas
últimas, nuestro Grupo, como explicaré más adelante, no tiene ninguna
duda.

El Plan utiliza una juerga --perdón, una jerga-- tecnocrática que, en mi
opinión, trata de ocultar la realidad de lo que con él se pretende, y
creo que utiliza un criterio bastante tendencioso en cuanto al análisis.

La mitad del Plan está dedicado al análisis de la situación, y cuando su
señoría lo leía a mí me recordaba a un viejo profesor de Estadística que
me decía que tuviera cuidado porque muchas veces los políticos utilizaban
las estadísticas como los borrachos a las farolas, más para apoyarse que
para iluminarse en el camino a seguir. A mí me parece que en el análisis
de la situación que se ha hecho con este plan estratégico tiene ese
sentido, más para apoyarse en la decisión que ya se tenía tomada, en la
decisión que el Partido Popular quiere hacer para con la sanidad
española, que para iluminar cuáles eran los problemas de nuestro sistema
nacional de salud e intentar arreglarlo, y ésa es mi opinión sobre lo que
hace este Plan estratégico en el análisis de la situación, la cual --como
digo-- es bastante tendenciosa para unos objetivos ya definidos, y no
para esclarecer cuál es la realidad.

En mi opinión existen cinco puntos. Aunque no puedo estar seguro, creo
que el Presidente no me dejaría emplear el mismo tiempo, por lo que tengo
que hacer un resumen respecto a su contenido y a lo que aquí se ha dicho.

En mi opinión, el Plan tiene cinco puntos que están estrechamente
relacionados y que suponen una profunda preocupación para mi Grupo.

En primer lugar, la introducción del concepto de competencia reglada, que
debe ir más allá incluso de lo establecido, si tenemos en cuenta las
declaraciones del señor Rato ayer la privatización de servicios que
contempla, la falta de transparencia y el aumento del control político
que se va a producir sobre los centros sanitarios, y el desarrollo de una
política meramente economicista de incentivos, que va a generar una gran
incertidumbre entre los profesionales y una fuerte deseconomía en lo que
es el INSALUD, y todo esto en un contexto en el que mi opinión es la de
la poca credibilidad de este Ministerio. Poca credibilidad por las
actuaciones que ha estado realizando en el último año y poca
credibilidad, incluso, por las explicaciones de las actuaciones que aquí
se nos han presentado. Se nos ha dicho, por ejemplo, que se iban a poner
los servicios 061 en un plazo de dos años en todas las provincias. Eso
nos lo dijo el Ministro hace dieciocho meses, en el Pleno de la Cámara,
refiriéndose a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, en respuesta
a una pregunta de una Senadora del Grupo Parlamentario Popular, y en
Castilla-La Mancha no se ha instalado ni uno.

Hablan de un conjunto de inversiones --lo digo para demostrar la poca
credibilidad que tiene-- en las que tendrán que modificar la Ley de
Presupuestos aquí aprobada, porque con el nuevo modelo ustedes han
dedicado más dinero a los conciertos con la iniciativa privada que a
inversiones. Es más, me ha citado hasta al Hospital de Ceuta. Yo le
recuerdo que la enmienda para la construcción de ese hospital fue
rechazada con los votos del Partido Popular en el debate de Presupuestos.

A lo mejor --y en ese caso tendría más credibilidad-- presentan una
modificación a la Ley de Presupuestos para contemplar esas inversiones
que ha anunciado, pero la realidad del debate presupuestario aquí es la
que le estoy indicando.

Todo esto nos presenta una escasa credibilidad en cuanto a las
actuaciones y en cuanto a las intenciones, porque cuando me hablan de
este modelo sueco para listas de espera, la impresión que tengo al final
es que el INSALUD se va a hacer el sueco con respecto a las listas de
espera y va a pasarlas a la iniciativa privada.

Pero entrando en las cuestiones básicas que más preocupan a mi Grupo
sobre el contenido de este Plan, debo decir que establece un concepto de
competencia reglada, según como queramos verlo, en los dos casos me da
igual. Es un concepto antiguo ya superado. Creo que no se han tenido en
cuenta las experiencias de otros sitios. Al final, la competencia siempre
conduce a una cosa: lo que no funciona, se cierra. A lo mejor, lo único
que va a pretender el establecimiento de sistemas de competencia de este
tipo es llegar a una insostenibilidad de parte del sistema que justifique
su posterior privatización. Este concepto está bastante superado. Ya se
habla más del concepto de cooperación, que de la competencia, porque, al
final, esa competencia va a dar lugar a un incremento de las
desigualdades y del gasto sanitario.

En una segunda línea, el Gobierno hace una interpretación, en mi opinión
abusiva e ilegítima, de lo que es la ley 15/1997. Curiosamente, usted ha
manifestado antes que el Decreto que tenían a 31 de diciembre de 1996 les
servía ya como un punto fuerte para la elaboración del Plan estratégico.

Yo le recuerdo que ese decreto fue totalmente modificado, y que cuando se
transformó en ley fue ya con posterioridad a la fecha que usted ha dado
para la finalización de los estudios. Es decir, que a 31 de diciembre,
eso era decreto-ley, la Ley que se aprobó aquí lo fue en el año 1997, y
ni siquiera se mantuvo el título del Decreto-ley, con lo cual
difícilmente podía ser un instrumento de trabajo a 31 de diciembre. A mí
me parece más una justificación final al punto fuerte que una
constatación de la realidad.

Como he dicho, en mi opinión ustedes hacen una interpretación ilegítima y
abusiva de esta Ley, posibilitando



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una privatización de la sanidad pública, como es el caso que nos hemos
encontrado, con la aplicación del hospital de Alcira, en la cual se
entrega a la gestión privada, al seguro privado, un área de salud.

Ustedes proponen la creación de sociedades médicas para darles la gestión
de la atención primaria, con un importante componente de compra. Se trata
de convertir a los médicos de los equipos de atención primaria en
empresarios privados, y al hacer esta propuesta no tienen ustedes en
cuenta cuál ha sido la experiencia británica. Hoy leía en la prensa unas
declaraciones o unas presuntas declaraciones del señor Aznar sobre el
informe del señor Blair. Yo creo que alguien no ha traducido bien al
señor Aznar el informe del señor Blair respecto a las necesidades de
modificación del sistema británico, porque una de las causas que han sido
modificadas es precisamente lo que ustedes pretenden instaurar.

Las sociedades médicas que ustedes pretenden crear privatizarán los
servicios y socializarán los riesgos, aumentarán los gastos
administrativos del sistema, provocarán desigualdades en zonas de salud y
producirán ineficiencia en las relaciones con la atención especializada.

Y ésta no es ninguna predicción agorera: es algo que se ha visto en
aquellos sitios donde se ha estado poniendo en práctica.

Otra vía que se contempla es la posibilidad de externalizar al sector
privado la función principal del INSALUD, que es la asistencia sanitaria.

Cuando habla de los proveedores externos, me habla de la superación de
los conceptos de subsidiariedad y de complementariedad. La superación de
esos conceptos significa que vamos a dejar esos conceptos fuera. Quitamos
la complementariedad y quitamos la subsidiariedad. Lo metemos en el
ámbito de la competencia. Yo quiero recordar aquello de que todo lo que
pasa de lo público a lo privado fortalece lo privado y debilita lo
público, y esto es lo que va a pasar aquí cuando, además, tomados como
agentes independientes, establecen una competencia dentro con proveedores
externos que, al final, va a ser primada más, según sus propios
mecanismos de incentivo, en función del pequeño ahorro que se pueda tener
en una de esas sociedades médicas que en el concepto global del Sistema.

Se incentiva más ese ahorro con una sociedad privada o con otra sociedad
médica que la utilización de recursos dentro del sistema. Al final, vamos
a dar la vuelta a la teoría comercial de la laguna de pérdidas en un mar
de ganancias, y ustedes van a posibilitar una laguna de ganancias en un
mar de pérdidas de todo el INSALUD. Ese es el mecanismo al cual nos puede
conducir este planteamiento de competencia reglada, de independencia
entre sociedades privadas, junto con sociedades cooperativas.

Por lo que hace referencia a la nueva forma de gestión de los hospitales,
quiero manifestar que, en nuestra opinión, se plantea una mayor
dependencia política y una mayor opacidad en la gestión de los recursos
públicos.

La traducción que hace el Plan estratégico de la autonomía de gestión, en
la página 60, es la siguiente: El Presidente de los órganos de gobierno
será la persona designada por el Presidente del INSALUD. Y luego continúa
la segunda parte: correspondiendo al Presidente del órgano de gobierno la
propuesta de nombramiento de los vocales. Falta por saber si van a
corresponder al tercio familiar o a otro tercio, pero desde luego, esto
se llamaba antes democracia orgánica: el Presidente nombra su propio
consejo de administración. Esto no va a dar nada más que una mayor
opacidad y una mayor dependencia política de los órganos de los
hospitales de lo que es el Ministerio. Las nuevas formas de gestión en
manos del Gobierno no aumentarán la participación sino una disciplina en
los intereses políticos partidarios. No va a aumentar la eficiencia sino
la privatización. Por ello, es necesario reducir ese intento de control
que se quiere provocar llegando a una mayor transparencia en lo que se
refiere a la gestión de la sanidad pública.

Usted ha dicho que uno de los objetivos para 1998 será la puesta en
funcionamiento del reglamento de la Ley 15/1997. ¡Pues ya era hora! Ha
pasado casi un año y todavía no se ha desarrollado ese reglamento.

Además, cuando resulta que se quiere establecer como uno de los
principales mecanismos el desarrollo de esa Ley, y para evitar por otra
parte hacer interpretaciones torticeras como las que se estaban haciendo
en el Hospital de Alcira o en otros sitios, creo que ya es hora de que se
ponga en marcha de una vez este reglamento. Ya hemos esperado casi un
año, pues confiemos en que no haya que esperar un año más para que se
empiece a desarrollar.




El señor PRESIDENTE: Señor Zamorano, le ruego vaya concluyendo.




El señor ZAMORANO VAZQUEZ: No he consumido ni un 20 por ciento del
tiempo.




El señor PRESIDENTE: Señor Zamorano, en este momento lleva usted
consumidos 15 minutos.




El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Señor Presidente, con cinco minutos más
termino ya, tiempo, por cierto, que es mucho menos que los 65 minutos que
se han consumido.

Otro de los temas que me preocupa es el de las retribuciones. Como he
dicho antes, ligar meramente retribuciones a objetivos económicos, con
independencia de la posibilidad de gestión de los centros, va a dar lugar
a ineficiencias en el Sistema.

Pero no voy a entrar ahora en esa vía, aunque sí voy a entrar, por
ejemplo, en un tema que puede ser bastante preocupante, sobre todo por
las últimas decisiones que ha adoptado este Ministerio en relación con
temas de farmacia. Por ejemplo, se incentiva con un 25 por ciento el
sueldo de los médicos de atención primaria en función del ahorro
farmacéutico. ¿Qué es lo que pasa? ¿Es que se les va a incentivar en
función del número de recetas blancas que firmen? Creo que deberían
existir otros mecanismos para la incentivación, que no éstos que pueden
ir en contra de los intereses de los ciudadanos.

En resumen, en opinión del Partido Socialista este Plan estratégico
apuesta claramente por la competencia y el mercado; por la privatización
de la sanidad pública; por el



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sometimiento de los centros sanitarios al poder público. Además, reduce
la transparencia de gestión en los centros y establece incentivos
perversos. Producirá desigualdades, aumentará el gasto, disminuirá la
eficiencia del Sistema y generará incertidumbres entre los profesionales.

En resumen, lo que el Gobierno nos ha presentado aquí hoy es el Plan
estratégico para la privatización del INSALUD.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zamorano.

Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Bellido.




El señor BELLIDO MUÑOZ: Muchas gracias, señor Presidente. Gracias
también, señor Presidente ejecutivo del INSALUD, por la prontitud en
responder a esta llamada del Senado. Desde luego, en nada tiene que ver
el número de comparecencias de miembros del actual Gobierno y del propio
INSALUD ante las distintas Comisiones del Senado y ante el Pleno, con las
escasas comparecencias de anteriores miembros de los distintos
Ministerios de Sanidad de los Gobiernos socialistas.

En nombre de mi Grupo Parlamentario he de decir que no puedo negar la
satisfacción que a todos nos produce disponer de un elemento de gestión
tan válido como el que el señor Núñez Feijoo nos ha presentado. (Por
cierto, y expresándolo en una jerga clara, creo que al portavoz
socialista le ha traicionado su subconsciente tal vez por el recuerdo de
antiguas juergas en anteriores Ministerios de Sanidad y de las que tantos
vasos y platos rotos nos encontramos en mayo de 1996.) Y al referirme a
esa satisfacción de poder disponer de un elemento de gestión válido,
quiero reflejar también lo que eso significa en unos momentos como éstos,
en los que las estructuras sanitarias deben modificarse sustancialmente y
de tal forma que puedan hacer frente, con la mayor eficacia, a los
principios de equidad, de universalidad y de solidaridad que el Sistema
Nacional de Salud debe brindar a todos los españoles. Y sentimos también
satisfacción por la propia concreción del Presidente ejecutivo del
INSALUD, y por la seguridad que nos brinda el conocimiento de las
materias que se recoge en este libro azul, editado por dicho organismo,
de cara a poder alcanzar los objetivos trazados.

Tras el nuevo acuerdo de financiación sanitaria, asumido también por el
Partido Socialista junto a otras fuerzas políticas allá donde tienen
competencia en la gestión de este sector, tras el acuerdo por amplia
mayoría de la Subcomisión sobre la reforma del Sistema sanitario a que se
ha hecho referencia, y también tras el acuerdo prácticamente unánime
sobre los nuevos modelos de gestión en el Sistema Nacional de Salud,
entendemos desde el Grupo Parlamentario Popular que era fundamental poder
contar con una norma organizativa en el INSALUD que, como bien ha dicho
el señor Núñez Feijoo, pretende ser un ejercicio de ordenación de
prioridades observado como un hecho natural que se justifica en sí mismo
por la propia dimensión y estructura del INSALUD y por la propia
naturaleza e importancia estratégica de los servicios que brinda a los
ciudadanos.

Y no sólo lo entendemos así, sino que, como ha quedado claramente
explicitado aquí, desde el día 9 de agosto de 1996, fecha del inicio de
elaboración de dicho Plan estratégico, así se valoró también desde el
Ministerio de Sanidad y desde el propio INSALUD, previendo esta necesidad
y haciéndolo con la antelación suficiente para iniciar su aplicación
conjuntamente con el inicio de la aplicación del nuevo modelo de
financiación sanitaria que, como bien sabemos, ha representado para el
INSALUD un incremento en su capacidad financiera de 128.000 millones de
pesetas sobre el escenario de 1997, lo que viene a representar alrededor
del 9,4 por ciento de incremento, y un montante total destinado a
inversiones de alrededor de 54.000 millones de pesetas para este año, la
gran mayoría de ellas dirigidas a equilibrar las zonas con mayores
desigualdades.

Y aquí hago un inciso, porque si ha puesto un punto de duda el portavoz
del Grupo Parlamentario Socialista en cuanto a la valía y capacidad de
ejecución de este Plan estratégico --lo ha hecho en referencia a las
inversiones en el Hospital de Ceuta--, he de decir que, o bien no se ha
leído el documento, o bien incluso no ha estado del todo atento a lo
explicitado por el Presidente ejecutivo del INSALUD. Y es que, está
claro, y así se recoge en el documento, que el inicio de la construcción
de dos nuevos hospitales en Valladolid y en Ceuta se hace para el período
1999-2001, con lo cual, en modo alguno tenía por qué estar recogido en
los Presupuestos Generales del Estado para 1998.

Todo ello en conjunto indicaba, como digo, la necesidad de este Plan
estratégico, respecto del que valoramos positivamente el que haya podido
contar con un amplio equipo de profesionales y técnicos en materias de
sanidad que ha trabajado a lo largo de casi un año en el análisis de la
situación del INSALUD, en el de las líneas estratégicas y en el
desarrollo del propio Plan para culminarlo introduciendo las
recomendaciones nacidas de la Subcomisión parlamentaria para la Reforma
de la Sanidad Pública. Un Plan estratégico que, ya desde su
estructuración hay que valorar positivamente por cuanto que aborda la
problemática del INSALUD, entendemos que sin ambigüedades de ningún tipo,
y sin rehuir, tanto las problemáticas ahora existentes, como las
distintas medidas a adoptar.

Entendemos que el análisis y diagnóstico de la situación del INSALUD
representan un serio ejercicio de valoración sobre el que fundamentar las
estrategias a desarrollar, así como las medidas concretas a poner en
juego en este nuevo escenario del cuatrienio 1998-2001. Un ejercicio que
ha abordado la totalidad de los aspectos y sectores que conforman la
estructura del INSALUD: desde la propia estructura organizativa a los
sistemas de información, pasando por la participación del usuario, los
modelos de compra de servicios, la atención primaria especializada y de
urgencia-emergencia sanitaria, la atención sociosanitaria --que está
necesitada de actuaciones coordinadas--, los recursos humanos, el
desarrollo directivo o la acreditación y calidad como concepto de gestión
integral de las organizaciones o empresas sanitarias.




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Todo ello unido a la definición de los escenarios en que han de
producirse los cambios propuestos, habla muy a las claras de la
perspectiva de futuro desde la que se afronta el Plan estratégico, tanto
sobre la base de los restos que nos ofrecen los nuevos modelos de
gestión, como en lo referente al horizonte de transferencias, que deberá
dirigirse hacia una progresiva descentralización, contando para ello con
las herramientas suficientes para que las transferencias se realicen de
forma ordenada.

Dentro de este capítulo, desde nuestro Grupo hemos de destacar la
coordinación y homogeneización que del Sistema se pretende a través de
las funciones corporativas, la coordinación de compra o la coordinación
en la provisión, en el marco de un sistema de competencia regulada
asignando distintas responsabilidades a los agentes de compra y centros
proveedores, a la vez que estableciendo mecanismos de incentivación a
través de los contratos de gestión asistencial en atención primaria y en
atención especializada.

En todo caso, se trata de un Plan estratégico, como antes reconocía, cuya
estructuración no se pierde en vaguedades y que afronta de un modo
definitorio una serie de líneas de actuación que consoliden el modelo,
sin dejar de lado aquellas mejoras que a corto plazo se requieran.

Cuarenta y siete líneas, como bien ha comentado el Presidente ejecutivo
del Insalud, que definen todo un marco estructural en el que este Grupo
entiende que tendrá cabida todo un diseño perfectamente planificado de
actuaciones del sistema público de salud en el territorio sanitario aún
no transferido.

No podemos dejar de destacar la actuación prevista en atención primaria
con nivel básico del sistema sanitario. Entendemos que con la propuestas
planteadas en el Plan estratégico, se persigue avanzar decididamente en
la modernización de ese nivel llegando mucho más lejos al profundizar en
la autonomía de los equipos de primaria, flexibilizando y optimizando el
horario de trabajo de cada médico, llevando a cabo ajustes en el modelo
retributivo de los facultativos de forma que éste se convierta en un
elemento incentivador, replanteándose el papel del personal de enfermería
hacia las demandas socio-sanitarias de la sociedad, e incluso abriendo la
puerta a la creación de sociedades médicas que están logrando excelentes
resultados en el Reino Unido.

De igual forma, las distintas líneas de actuación a seguir en asistencia
especializada marcan el camino de una nueva orientación de los hospitales
hacia el paciente, pero sin perder de vista a los profesionales de todo
tipo que en ellos trabajan y a la propia sociedad que exige, desde los
nuevos modelos de gestión, un mejor uso de los recursos que pone a
disposición del sistema público de salud.

La urgencia y emergencia son objeto también de medidas coordinadoras que
logren la máxima rentabilidad de medios con la mayor cobertura posible, a
fin de atender con la inmediatez necesaria a los usuarios del sistema.

Un capítulo que nuestro Grupo considera de capital importancia dada la
incidencia cada vez más frecuente que socialmente ofrece, es el de la
atención socio-sanitaria. Consideramos como prioritario el hecho de
priorizar en los equipos de atención primaria la atención domiciliaria de
enfermos geriátricos, crónicos avanzados o paliativos, manteniendo una
estrecha colaboración con los servicios sociales, a fin de obtener el
máximo beneficio posible de los recursos estatales.

Igualmente, el Grupo Popular entiende que tras el abandono de años hacia
el personal sanitario, resulta cuando menos ilusionante conocer las seis
líneas de actuación dirigidas desde el INSALUD hacia el principal activo
que posee, buscando no sólo flexibilizar sus relaciones sino el mayor
protagonismo de dicho personal en el propio sistema.

Por último, valoramos muy positivamente la existencia de cuatro grandes
capítulos en este Plan estratégico que pretenden beneficiar claramente la
eficiencia y calidad de la asistencia sanitaria profesionalizando y
tecnificando la función directiva, potenciando la participación de los
proveedores externos sin alterar la equidad básica del sistema, abordando
una política de calidad desde la perspectiva de la calidad total, y
desarrollando los sistemas de información claves para la planificación,
compra, gestión, toma de decisiones y evaluación de los servicios.

Todas estas líneas de actuación están unidas a una última, a la que
también se ha referido el señor Núñez Feijoo, dirigida a la contención
del crecimiento del gasto farmacéutico desde medidas estructurales de
todo tipo, junto a otras que puedan adoptarse como la anunciada por el
Ministro de Sanidad en cuanto a la exclusión de una serie de medicamentos
de la financiación pública, medida ésta como cualquier otra que desde el
Ministerio de Sanidad se pueda adoptar referida a este tema. Aprovecho la
oportunidad para apoyarla incondicionalmente por los beneficios que para
el Sistema Nacional de Salud y, por tanto, para todos los ciudadanos sin
exclusión van a derivarse de la misma, tanto desde el Grupo Parlamentario
Popular como desde este portavoz, ante informaciones sesgadas y lejanas a
la verdad y a la objetividad que han aparecido en algún medio de
comunicación en sentido contrario.

Por tanto, y con ello termino, señor Presidente, es un completo capítulo
de actuaciones que incluso ha definido en el tiempo de ejecución el señor
Núñez Feijoo, que marcan un hito importante en la historia de la sanidad
pública española y que este Grupo confía plenamente sirvan para dar
respuestas positivas a las demandas de usuarios y profesionales del
sistema, así como a toda una sociedad que dirige hacia la sanidad pública
cuatro billones de pesetas anualmente.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Bellido.

Para contestar, tiene la palabra el señor Núñez Feijoo.




EL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE ASISTENCIA SANITARIA Y PRESIDENTE DEL
INSALUD (Núñez Feijoo): Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, señor Zamorano, siento que no haya tenido la oportunidad de
explicarle a usted el pago de la productividad de 1996, pero se lo voy a
explicar en dos frases. Ustedes habían pactado pagarle exclusivamente a
una categoría



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de profesionales basados en unos ahorros que, evidentemente, sabían que
no se iban a producir. Por tanto, habían hecho ustedes un pacto de
imposible cumplimiento para pagar exclusivamente, insisto, a una
categoría de profesionales y nosotros hemos pagado a todos los
profesionales del sector sanitario, tanto a la categoría que ustedes
tenían previsto pagar como a todo el resto del personal que trabaja en el
sector sanitario en 1996. Esto supuso un incremento salarial en toda la
red de 5.000 millones de pesetas en complemento variable. Esta es la
respuesta muy sucinta a esa, parece ser, pregunta que usted no ha tenido
la posibilidad de que le fuese contestada de forma directa.

Entrando en las cuestiones que afectan a su interpretación del Plan
estratégico, lo primero que nos dicen es que ha habido un procedimiento
oscuro en cuanto a la elaboración y presentación del Plan y que con
ocasión de la aprobación del presupuesto ni siquiera ustedes tuvieron
ocasión de conocerlo.

Desde 1978, momento en el que se crea el INSALUD como reparto del INP o
como exclusión del INP en tres Organismos Autónomos, no había hecho
ningún Plan estratégico, pero desde 1982 a 1996, el INSALUD volvió a no
hacer ningún Plan estratégico. Ninguno. Es posible que durante 14 años
hubiese motivos y tiempo para hacer un plan, también es verdad que
siempre el hacer un plan estratégico condiciona y posiciona a una
administración en lo que quiere hacer en el sector sanitario. Por eso,
cuando menos es sorprendente que diga usted que desde que se inició el
Plan estratégico no ha tenido la posibilidad de conocerlo.

Por otra parte, respecto a la presentación del Plan, si se hace antes de
que acabe sus trabajos la Comisión Parlamentaria, me imagino su
respuesta, y su respuesta hubiera sido, como la de algunos de sus
compañeros: una falta de respeto al Parlamento, que estaba debatiendo
sobre la reforma y consolidación del sistema.

Por tanto, señoría, hubo mucho tiempo para hacer planes estratégicos,
había que respetar al Parlamento y lo hemos hecho. Si no en 14 años, sí
lo hemos hecho en algo más de 14 meses y respetando, a la vez, el mandato
parlamentario y las discusiones y debates parlamentarios.

Le preocupa a usted la parafernalia en la presentación. Me atrevería a
decir que lo que le preocupa es que lo hayamos presentado, porque ello
significa que se acabó la parafernalia en las imputaciones absolutamente
tendenciosas que se han recibido sobre la gestión sanitaria del INSALUD
en estos últimos años. Se acabó ya la posibilidad de decir lo que no
vamos a hacer y de imputar actuaciones u omisiones que van siempre en la
misma línea con la que ha acabado su frase y su intervención: la
privatización, señor Zamorano, de qué, de quién y cuándo.

Si es capaz usted, en la lectura de este Plan estratégico, de sacar una
conclusión así, le propongo, señor Zamorano, que se lo vuelva a leer y a
hacerlo reposadamente. También le propongo que vuelva a consultar las
reacciones que tuvieron lugar después de la presentación del Plan
estratégico, reacciones de altos cargos del Ministerio anterior, desde el
más alto cargo hacia las direcciones generales y compruebe usted lo que
han dicho los responsables del anterior Ministerio de Sanidad, del
inmediatamente anterior y de los anteriores durante esos 14 años en
relación con el Plan estratégico. Verá usted, señor Zamorano, como se
queda solo en cuanto a la percepción de este Plan. Es evidente que usted
no ha sido capaz de contrarrestar ninguna de las actuaciones que en él se
concretan. Usted ha hecho un discurso globalizador, un discurso que
incluso confunde la competencia regulada con lo que usted denomina
competencia reglada, que poco o nada tiene que ver, y un discurso que no
me esperaba por fácil, me esperaba uno más propio con las intervenciones
que en otras ocasiones hemos tenido ocasión de disfrutar.

El que usted diga que el seguro sueco es como hacerse el sueco sobre las
listas de espera, si me lo permite y sin faltar, como es natural, a la
cortesía parlamentaria, viniendo de usted hablar de listas de espera
desde su posición, sólo se le podría ocurrir a un sueco.

Señorías, los datos están ahí; nadie discute en nuestro país que se han
disminuido las listas de espera quirúrgicas, y por el contrario todo el
mundo coincide en que uno de los problemas que tenía la sanidad en mayo
de 1996 era el de unas listas de espera que se ocultaban, al objeto de no
dar información sobre el contenido y alcance de dichas listas.

Usted también ha dicho que no le gusta esto de la competencia y que
prefiere hablar de la cooperación, citando al señor Blair. Señoría, hemos
tenido la ocasión de estar con los redactores del Libro Blanco del señor
Blair, y fue una pena que usted no pudiese asistir a esa reunión, porque
así no hablaría de oído. El señor Blair en su Libro Blanco no solamente
opta por mantener la compra de los servicios en atención primaria, sino
que además dice que los médicos se han de agrupar en cooperativas. Fíjese
bien lo que dice el señor Blair en su Libro Blanco: justamente lo
contrario de lo que usted está diciendo; habla textualmente de
cooperativas en materia de atención primaria.

Dice usted también que el Real Decreto-ley 10/1996 ha sido modificado
total y absolutamente por la Ley 15. El Real Decreto-ley 10/1996 ha
permitido crear las fundaciones públicas y la Ley 15 permite crear
fundaciones públicas, y lo que es más importante, darle amparo a las
actuaciones que han hecho las Comunidades Autónomas, entre otras la única
Comunidad Autónoma gobernada por el partido al que usted pertenece,
creando empresas públicas, fundaciones y otro tipo de actuaciones con
personificación jurídica.

Le preocupan a usted las sociedades médicas porque considera que pueden
dar lugar, como siempre, a ese calificativo que se utiliza cuando no se
puede decir otra cosa: la privatización. Yo le recomiendo que se lea
usted los borradores del Plan estratégico del Servicio de Salud andaluz,
donde ya no optan por cooperativas en atención primaria, sino que están
optando --según lo que leemos-- por cooperativas en los servicios de los
hospitales, señoría. A usted le preocupan las cooperativas de los equipos
de atención primaria cuando sus correligionarios están proponiendo hacer
cooperativas en los servicios de cada uno de los hospitales. Francamente,
señoría, creo que debemos de matizar los lenguajes.

A usted también le preocupa la política de conciertos. Ese es otro de los
planteamientos que algunas veces ustedes



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esgrimen, cuando no hacen un discurso brillante: la privatización y los
conciertos. Sería muy sencillo contestar a esto, pero yo no le voy a dar
datos que usted conoce por otra parte. Usted sabe que los conciertos no
han subido; que se han incrementado como consecuencia de que se han
posicionado los presupuestos de los hospitales públicos de Alcorcón y
Manacor en estos capítulos de conciertos, y se tramitan a través de esa
partida presupuestaria. Pero a usted lo que debería preocuparle es la
transparencia, la publicidad y la concurrencia en los conciertos, porque
sabe usted, igual que yo, que el Consejo de Ministros ha tenido que
convalidar más de cinco mil actuaciones anteriores a mayo de 1996. Eso es
lo que debería preocuparle.

Le preocupa también la politización de los órganos de gobierno de los
hospitales. Yo creo que debería de preocuparle a usted más el hecho de
que durante todo este tiempo no haya habido ni un solo órgano de gobierno
en los hospitales. Mayor politización que la ausencia de todo órgano de
participación, imposible. Si el gerente y su equipo directivo son los
únicos que tienen algo que decir en el hospital, imagínese usted la
participación que existe. Lo único que se quiere decir en ese Plan es que
el presidente del órgano de gobierno ha de ser nominado por el
responsable del Insalud, y los vocales del órgano tienen que ser
representantes del sector público, como ocurre en cualquier
administración pública y en cualquier consejo de administración de
empresa pública, ¿o es que los consejeros de las empresas públicas del
Estado no son nombrados por la autoridad pública, señoría? ¿Es que no los
nombra quien tiene la titularidad de la empresa; quien responde al
accionariado? ¿O es que los nombra la iniciativa privada? No conozco
precedente al respecto.

Habla usted igualmente de la incentivación en el ahorro farmacéutico y de
si estamos o no intentando que los facultativos hagan recetas blancas. Me
da usted una oportunidad y, si me lo permite, la voy a aprovechar. Sobre
esta cuestión se han dicho muchas cosas, pero le digo sinceramente lo
siguiente: no jueguen con el tema sanitario; sean más serios con sus
planteamientos sanitarios, porque si ustedes, igual que nosotros,
persiguen el mantenimiento del sistema sanitario público, están perdiendo
una ocasión de oro para hablar seriamente del tema sanitario y del tema
farmacéutico. La creación de la receta blanca ha quedado de manifiesto
que es una decisión del Gobierno Socialista de 1994, y usted lo sabe,
señoría. Pero no es conveniente dar esta información de que ahora se crea
la receta blanca, cuando es falso; de que ahora se excluye el Clamoxyl,
el Nolotil y la Buscapina, cuando es falso; de que ahora se excluyen
grupos terapéuticos completos y antes no. Ustedes en 1993 excluyeron
grupos terapéuticos completos: todos loa antigripales, todos los
antisépticos generales, todos los antiflatulentos, todos los colagogos y
coleréticos, todos los protectores hepáticos y todos los
descongestionantes nasales; es decir, ustedes han suprimido todo esto en
1993, además de medicamentos tan conocidos como el Aerored, el Astenolit,
el Habitane, la Couldina, el Bisolvón Compositum, pero no debe intentar
decir que la decisión de 1993 es igual a la de 1998 porque es posible que
no seamos capaces de hacer ver a los usuarios que no es así, aunque usted
debe de saberlo por lo siguiente: desde 1982 a 1993, ¿cuáles son las
políticas farmacéuticas que ustedes han adoptado? ¿Qué decisiones habían
adoptado ustedes en esos once años en materia de real decreto de
márgenes? ¿Qué decisiones habían adoptado en materia de oficinas de
farmacia? ¿Qué decisiones habían adoptado en materia de distribuidores?
¿Qué decisiones habían adoptado en materia de medicamentos genéricos?
¿Qué decisiones habían adoptado en materia de precios de referencia?
¿Cuál ha sido su política farmacéutica? Y, además, están hablando de
recorte de prestaciones en 1998 por el ahorro que se genera con la
financiación selectiva. Señorías, en 1994 ustedes detrajeron del sistema
sanitario 150.000 millones de pesetas como consecuencia, entre otras
cosas, del ahorro que iba a producir esa medida. Justamente el recorte en
la prestación se produce en 1994 y ahora lo único que se produce es una
inversión en sanidad, una inversión en inversiones, una inversión en
listas de espera, y una inversión en todos esos planteamientos, cosa que
ustedes, señoría, no han hecho.

Por tanto, si seguimos no tomándonos en serio la sanidad le puedo
asegurar que vamos a tener problemas y que ustedes, insisto, que
argumentan ser defensores del sistema sanitario, tendrán problemas sin
duda por esta falta de rigor y de planteamiento.

El Nolotil, señoría, está en el lenguaje de los españoles igual que el
río Tajo. Esto es lo que he oído en una comparecencia de un ilustre
dirigente de su partido. Ese ilustre dirigente acababa de confundir el
río Tajo con un afluente, y es que el Nolotil sigue en el lenguaje de
nuestro país, y el único que no lo sigue es el Nolotil Mucolítico,
señoría; un afluente del río Tajo. Además, ustedes y nosotros nos hemos
puesto de acuerdo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para
conseguir que, de los 381.000 millones de pesetas que íbamos a invertir
en sanidad, 60.000 se consiguiesen a través de la financiación selectiva,
concretamente 65.000, y ustedes lo han firmado; y el acta de la Comisión
está para que ustedes la revisen. El Ministerio lo único que ha hecho ha
sido, en lugar de 65.000 millones de pesetas, conseguir 30.000 millones
de pesetas de retorno de la industria farmacéutica y trasladar a los
usuarios la necesidad de que ellos ayuden a aportar el resto de esta
financiación para otro gasto en sanidad, no para el recorte de déficit
público.

Señoría, ¿sabe usted el número de especialidades que han entrado en el
registro en 1997? Más de 450 nuevas especialidades han entrado en el
registro en 1997 y ahora se está hablando de la exclusión de 865. Incluso
--hasta el número de especialidades que han excluido en 1993 lo falsean:
fueron 925 y no otros números que aparecen en otros medios de
comunicación.

En definitiva, señoría, créame, si no hablamos más seriamente de esto, si
no apostamos por el mantenimiento de nuestros servicios sanitarios, si
tiramos la piedra contra el propio sistema, no vamos a mantener la
viabilidad financiera del sistema. Ustedes lo saben.

Y, por último, le voy a dar un solo dato: En 1997 lo que nos hemos
gastado en una única patología y lo que nos hemos gastado en la farmacia
de esa única patología, que han



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sido los antirretrovirales del sida, ha sido superior a toda la exclusión
de la lista de fármacos que está en este momento sometida a alegaciones;
en una única patología y en unos únicos productos farmacéuticos para una
única patología. ¿Esto es apostar por la sanidad pública? Cubrir los
antirretrovirales del sida para una enfermedad degenerativa que lleva a
la muerte del paciente, ¿eso es apostar por la sanidad pública? ¿O es
apostar de la forma en la que ustedes lo hacen negando lo que han hecho y
tergiversando en este momento lo que se está intentando hacer y, en
definitiva, además, diciendo que esta medida es igual a otra? Pero es que
ni siquiera ustedes asumen que la otra medida se ha adoptado y que la
otra medida, insisto, excluye a grupos terapéuticos enteros y
medicamentos de tanta trascendencia y de tanta relevancia como los que
aquí se contienen.

Señoría, siento de verdad su visión del Plan Estratégico, le invito a que
haga una reflexión más interna del Plan Estratégico, le invito a que haga
usted con los responsables sanitarios de su Partido --con los anteriores
precedentes y con los más remotos-- una comparación de lo que pretende
este Plan Estratégico con, por ejemplo, el único servicio de salud en el
que ustedes están gestionando. Si hay alguna cuestión que aquí se
contiene que atenta contra las decisiones que ustedes han adoptado en el
pasado o que atenta contra las decisiones que están adoptando ustedes en
el presente, dígasela y si no, insisto, no haremos ningún favor a la
sanidad de nuestro país.

Y es muy duro, señoría --porque los datos están ahí--, ver que las
inversiones en el INSALUD desde 1992 han sido 38.000 millones de pesetas
y en 1994 --momento en el que ustedes adoptan la decisión de la
financiación selectiva-- las rebajan a 30.000. Eso es hurtar financiación
al sistema, señoría, eso es recortar el gasto sanitario en este país y lo
hemos de dejar muy claro. E insisto en que es muy duro ver cómo ahora hay
54.000 millones en capítulo 6. Es muy duro asumir la responsabilidad
durante nueve años de no hacer ninguna oferta pública de empleo a los
facultativos en nuestro país. Es muy duro tener a más de 4.000 personas
en una situación de inestabilidad laboral. Es muy duro tener el 50 por
ciento de los hospitales sin cableado informático. Es muy duro no haber
invertido absolutamente nada en informatización. Es muy duro tener
descapitalizada la red. ¿Y sabe cuál es la única respuesta que se le
puede dar a los ciudadanos? No se preocupen ustedes, que cuando no hay
dinero para eso está la lista de espera, que es la que regula la entrada
al sistema; no se preocupen ustedes, que cuando no hay dinero para eso
está la prótesis de cadera del ciudadano extremeño o del ciudadano de
Castilla-La Mancha que está esperando, o para eso está el implante, o
para eso está la lente intraocular de nuestros mayores que están
esperando y a los que ahora se les está diciendo que el Nolotil, el
Clamoxil, están saliendo de la financiación, cuando ustedes y nosotros
sabemos que es falso. No construyan su debate en ambigüedades porque con
la sanidad no se puede jugar, ya que si se juega verán ustedes a lo que
se van a enfrentar.

Permítame, señoría, este tono duro de mis palabras, pero realmente los
que creemos en el sistema sanitario público de nuestro país no vamos a
aceptar en ninguna tribuna imputaciones de privatización o imputaciones
de falta de compromiso con el sistema sanitario público en nuestro país.

Aceptaremos equivocaciones, aceptaremos que se pueda hacer mejor,
aceptaremos que podemos no acertar en un planteamiento, pero, desde
luego, lo que no acepto --y usted no lo aceptaría tampoco-- es que se me
impute desde ningún grupo parlamentario falta de sensibilidad social,
respeto hacia nuestros mayores y respeto hacia el sistema sanitario que
entre todos --entre todos, insisto-- nos hemos venido dando desde 1942.

Señor Bellido, yo le agradezco sinceramente su aportación, le agradezco
sinceramente su apoyo y sepa usted que para nosotros es un honor poder
concretar en esta Cámara y en cualquier otro sitio lo que vamos a hacer
con la sanidad, es un honor poder tenerlo escrito y poder enseñarlo,
insisto, es un honor contar con un grupo parlamentario como con el que
contamos en el Senado.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Núñez.

Se abre turno individual para aquellos Senadores que desean formular
alguna cuestión al compareciente (El señor Zamorano Vázquez pide la
palabra.)
Señor Zamorano, le tengo que decir que esta Presidencia le va a dar dos
minutos, dada la hora y las condiciones que tenemos, para que formule las
alegaciones que tenga que hacer.

El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Señor Presidente, me parece que dos minutos,
después de una intervención o un mitin de hora y media, es demasiado poco
como para poder esclarecer aquí nuestro planteamiento, porque, desde
luego, aquí se ha faltado a la verdad y se ha dado una interpretación
torticera y ocultado la auténtica intención por parte del INSALUD. Le
ruego un tratamiento no tan justo pero similar...




El señor PRESIDENTE: Señor Zamorano, esta Presidencia le da a usted dos
minutos para su intervención y está en su derecho de hacerlo.

Tiene la palabra, señor Zamorano.




El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Señor Presidente, entendiendo que esto es una
actuación parcial, aparte del compareciente y en contra de la posibilidad
de hablar de este Grupo, no acepto esa palabra, renuncio a ella.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zamorano.

No habiendo más asuntos que tratar en esta comparecencia, se suspende la
sesión por un cuarto de hora. (Pausa.)



--DICTAMINAR LA PROPOSICION DE LEY DE AMPLIACION DEL CONCEPTO DE FAMILIA
NUMEROSA (624/000011).




El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Dictamen relativo a la proposición de ley de ampliación del concepto de
familia numerosa. La ordenación del debate



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consistirá en un turno a favor en defensa de las enmiendas, un turno en
contra --que podrá agruparse al finalizar la defensa de las enmiendas--,
un turno de portavoces y votación. Se votarán, en primer lugar, las
enmiendas de cada autor, salvo que se solicite en algún caso votación
separada; en segundo lugar, la votación de la proposición de ley, con las
enmiendas incorporadas, y concluirá con la exposición de motivos.

Una vez dictaminada la proposición de ley, esta Presidencia preguntará a
la Comisión si designa a alguno de sus miembros para efectuar la
presentación del dictamen ante el Pleno de la Cámara.

Se han presentado tres enmiendas; la primera, del Grupo Parlamentario
Socialista; la segunda, del Grupo Parlamentario Mixto, y, la tercera, del
Grupo Parlamentario Popular.

Por parte del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el Senador
Zamorano.




El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Señor Presidente, voy a defender la enmienda
que el Grupo Parlamentario Socialista ha presentado a la proposición de
ley remitida por el Congreso relativa a la ampliación del concepto de
familia numerosa.

Consideramos muy importante esta iniciativa en relación a las diversas
políticas de discriminación positiva en favor de las personas con
minusvalías o discapacitadas, aunque consideramos que las de carácter
fiscal no son las únicas que deberían ponerse en marcha.

La iniciativa de modificación de la Ley de 1971 y de la Ley de Medidas
Fiscales y Administrativas y de Orden Social de 1994, que ampliaba el
concepto de familia numerosa de cuatro a tres hijos, nos parecía
insuficiente. Por ello planteamos una enmienda al articulado remitido por
el Congreso en el sentido de ampliar el concepto de familia numerosa a
aquellas familias con dos hijos si uno de ellos es minusválido y
discapacitado, así como a las familias con un hijo si ambos cónyuges
fueran minusválidos. En cierto modo, nuestra enmienda viene a coincidir
con la primera parte de la que ha sido presentada por el Grupo
Parlamentario Popular y el Grupo Parlamentario Mixto.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zamorano.

¿Turno en contra? (Pausa.)
Para la defensa de la enmienda número 2, tiene la palabra el Senador don
Victoriano Ríos Pérez.




El señor RIOS PEREZ: Gracias, señor Presidente.

El texto remitido por el Congreso de los Diputados dice: «Será también
familia numerosa aquella que teniendo dos hijos, al menos uno de ellos
sufriera alguna deficiencia o minusvalía o incapacidad para el trabajo.»
En primer lugar, la disyunción «o» implica una situación de gran amplitud
que produce una inseguridad clara. Por lo tanto, en nuestra enmienda
pretendemos modificar la expresión «alguna deficiencia» por «la condición
de minusválido», término perfectamente definido en la normativa actual.

En segundo lugar, en cuanto a los beneficios por familia numerosa, si se
ha rebajado el número de hijos de tres a dos cuando alguno de ellos
tuviera alguna deficiencia, también debería entenderse cuando ésta
afectara a alguno de sus padres, en tanto en cuanto ambas situaciones
plantean los mismos problemas económicos. Todo ello constituye un avance
social importante que vale la pena dar, máxime cuando se ha aprobado la
creación de una Ponencia en la Subcomisión del Congreso en la que se
contempla esta situación.

Por lo tanto, nuestra enmienda dice: «Tendrá, asimismo, la consideración
de familia numerosa aquella que teniendo dos hijos, al menos uno de ellos
tuviera la condición de minusválido. Igual tratamiento se dará a aquellas
familias que con dos hijos uno de los padres fuera también minusválido o
pensionista con incapacidad laboral absoluta.»
Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, Senador Ríos.

¿Turno en contra? (Pausa.)
Para la defensa de la enmienda número 3, del Grupo Parlamentario Popular,
tiene la palabra el señor Martín Iglesias.




El señor MARTIN IGLESIAS: Gracias, señor Presidente.

En primer lugar, me gustaría hacer referencia a que la Ley del año 1994
modifica la Ley de 1971 en el sentido de que las familias con tres hijos,
siempre que uno de ellos tuviera la condición de minusválido o
incapacitado para el trabajo, tendría la condición de familia numerosa.

Dicho esto, quiero contestar a las dos enmiendas, tanto a la presentada
por el Senador Zamorano, en representación del Grupo Parlamentario
Socialista, como a la de don Victoriano Ríos, del Grupo Parlamentario
Mixto. Ambas contemplan nuevos supuestos, abriendo posibilidades de
protección a la familia que, a juicio de nuestro grupo, se enmarcan más
en protecciones de tipo social que en el concepto de lo que podría llegar
a considerarse como familia numerosa. De la misma manera, nosotros
podríamos preguntarnos por qué se contemplan esos supuestos y no se
contemplan, por ejemplo, las familias monoparenterales con dos hijos. En
definitiva, esto podría dar lugar a hacernos un sinfín de reflexiones
sobre la enmienda que aquí se nos presenta, respecto al concepto de
familia numerosa, y nos parece muchísimo más acertado dejarlas para el
momento en el que el Gobierno presente el nuevo proyecto de ley que está
elaborando y del que ya se ha hablado.

Por consiguiente, nosotros vamos a votar, en principio, en contra de
estas enmiendas.

También quiero decir que el Grupo Parlamentario Popular presenta la
enmienda número 3, de modificación del punto 1, párrafo segundo, en el
sentido siguiente: «Será también familia numerosa aquella que teniendo
dos hijos, al menos uno de ellos sea minusválido o incapacitado para el
trabajo.»



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Martín Iglesias.




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Se abre un turno de portavoces, empezando por el Grupo Parlamentario
Mixto. (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS PEREZ: Gracias, señor Presidente.

En este turno del Grupo Parlamentario Mixto, insisto en los
planteamientos que he expuesto en la presentación de la enmienda de
Coalición Canaria y también quiero recordar que en ciertas cuestiones
algunas Comunidades Autónomas han avanzado, por lo que sería una
incongruencia que el Gobierno del Estado se inhibiera.

En segundo lugar, tengo que decir que me parece un retroceso importante
en los derechos de la familia numerosa la posibilidad de que las familias
monoparentales que sólo tienen dos o tres hijos no obtengan los
beneficios fiscales. Probablemente sea difícil de dilucidar si esta ley
debe llamarse «de familias numerosas» o deba utilizarse otro nombre que
no lleve la palabra «numerosa».

Coalición Canaria va a votar a favor de las tres enmiendas porque son
claramente congruentes.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ríos.

Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i Unió,
tiene la palabra el Senador Cardona.




El señor CARDONA I VILA: Muchas gracias, señor Presidente. Voy a
intervenir muy brevemente para exponer y fijar nuestra posición.

Lo primero que quiero hacer es una llamada al consenso de todos los
grupos, puesto que no debemos olvidar que esta proposición de ley se
solapó en cierta forma con el informe de la Subcomisión sobre Estudios de
la Familia, producto de tres años de trabajo y, por tanto, de una cierta
trayectoria, y que en el trámite del Congreso de los Diputados se solapó
totalmente, marcando el trámite del Senado. Cuando se aprobó esta ley en
el Congreso, estaba aprobado el informe de la Subcomisión en la Comisión
de Política Social y Empleo, pero no se había aprobado aún en el Pleno.

De ahí que parecía lógico que una vez aprobado el informe de la
Subcomisión del Estatuto para la Familia, se utilizara el trámite
adecuado, es decir, bien vía proposición de ley o bien vía proyecto de
ley, como se ha anunciado por el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular, en el sentido de hacer una ley específica que modificara en todo
su contexto la Ley de Protección de la Familia Numerosa, que es de 1971 y
que ha sido modificada, en cierta forma, en una disposición adicional de
una Ley de Presupuestos y en una Ley de Acompañamiento que sustituyó a
aquel farragoso número de disposiciones adicionales de los Presupuestos
consiguientes. En la Ley se especifica que se llama de acompañamiento.

Lo que ha sucedido después del trámite del Senado es que se ha abierto un
abanico de posibilidades para ver quién pide más cosas. ¿Quién no se
apunta a conseguir más cosas para esas familias más desfavorecidas? Sobre
todo teniendo en cuenta lo que se aprobó por consenso en la Subcomisión,
en el apartado 9 del capítulo VI, Políticas familiares, punto 3, de
política integral de apoyo a la familia, que dice textualmente: Debe
revisarse la Ley de Familias Numerosas para adecuarla a la realidad
social ampliando su contenido y haciendo extensivos sus beneficios a las
familias con dos hijos si uno es discapacitado, y a las familias
constituidas por el o la cabeza de familia y su cónyuge cuando ambos
fueran minusválidos y tuvieran un hijo.

Por tanto, de las tres enmiendas que se han presentado aquí, la número 3,
del Grupo Parlamentario Popular, establece la condición de tener dos
hijos, uno minusválido o incapacitado para el trabajo, y la número 1, del
Grupo Parlamentario Socialista, va un poco más allá con el requisito de
dos hijos pero con alguna deficiencia, minusvalía o incapacidad para el
trabajo de uno de los hijos, incluyendo también a familias con un solo
hijo si ambos cónyuges son minusválidos. Además, el Senador Ríos presenta
otra enmienda, que nos parece muy legítima, que contempla el caso de dos
hijos, si uno es minusválido, y también el caso de familias con dos hijos
si uno de los padres es minusválido, pensionista o tiene incapacidad
laboral absoluta.

Por lo tanto, parece que o se deja todo para una ley específica de
protección a la familia, de acuerdo con el informe de la Subcomisión, o
se empieza a poner parches. Nosotros no hemos presentado ninguna
enmienda, en coherencia con lo que apuntaba hace un momento el portavoz
del Grupo Parlamentario Popular, pero la incoherencia del Grupo
Parlamentario Popular es manifiesta cuando plantea una enmienda más.

En definitiva, nuestro Grupo se va a abstener en este trámite en la
votación de las enmiendas, que es lo único que tenemos que votar
obligatoriamente, haciendo una especie de reserva de voto en el sentido
de lo que decía al principio de mi intervención: intentemos llegar a un
consenso para modificar lo que nos parezca modificable, cuando lo más
lógico hubiera sido utilizar otra vía de trámite parlamentario si el
proyecto o la proposición de ley consensuada por los Grupos hubiera
estado de acuerdo con el informe de la Subcomisión.

En consecuencia, creo que al menos he intentado justificar nuestra
posición de abstenernos en la votación de las tres enmiendas, cuando
sería muy fácil apuntarse a la que va a prosperar y abstenerse en las
demás. Nos abstenemos en todas, precisamente en coherencia con lo que
acabo de manifestar, sabiendo que en la semana que queda de hoy al Pleno
podemos intentar buscar el consenso de todos los Grupos, porque en temas
como éste nos parece lo más adecuado.

Y para que no se pueda decir que no hemos votado en contra ni nos hemos
apuntado a lo que va a salir, nos abstenemos, sobre todo para que tenga
el significado de reserva de voto para entonces, haciendo votos también
--valga la redundancia-- para que entre todos alcancemos un texto
consensuado.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, Senador Cardona.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el Senador
Zamorano.




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El señor ZAMORANO VAZQUEZ: Gracias, señor Presidente.

Recogiendo el espíritu de las palabras del Senador Cardona y entendiendo
que existe la posibilidad de llegar a un texto consensuado al Pleno, el
Grupo Parlamentario Socialista va a votar su enmienda y se va a abstener
en el resto, siempre que esto pueda servir para llegar a un acuerdo con
vistas al Pleno.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zamorano.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Martín
Iglesias.




El señor MARTIN IGLESIAS: Gracias, señor Presidente.

Yo quería decir a los portavoces del Grupo Parlamentario Socialista y del
Partido de Coalición Canaria que introducir un concepto diferente de
familia numerosa puede ser, por ejemplo, contemplar el caso de una mujer
que tenga la carga de dos hijos nada más, y puede ser también un concepto
diferente introducir el caso de una familia con un hijo sólo cuando los
padres sean minusválidos. El portavoz del Grupo Parlamentario Catalán en
el Senado de Convergència i Unió ha expuesto muy bien la cuestión, pero
yo pregunto si el asunto que se está planteando es el tipo de ayuda. En
principio, creo que todos estamos de acuerdo en que, por supuesto, las
ayudas se deben prestar a las familias monoparentales, que tienen unas
circunstancias diferentes de las otras, pero también a las familias con
minusvalías. Por tanto, si hablamos de ayudas, estamos hablando de unos
servicios y unas atenciones sociales que es imprescindible dar a quienes
lo necesiten, y lo mismo sucede cuando se dice: «igual tratamiento se
dará a...».

Por consiguiente, el Grupo Parlamentario Popular va a votar en contra de
las enmiendas presentadas por ambos grupos parlamentarios.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Senador.

Pasamos a la votación.

En primer lugar, enmienda número 1, del Grupo Parlamentario Socialista.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, ocho;
en contra, 12; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.

Se procede a la votación de la enmienda número 2, de don Victoriano Ríos
Pérez, del Grupo Parlamentario Mixto.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, uno; en
contra, 12; abstenciones, ocho.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.

Se procede a la votación de la enmienda número 3, del Grupo Parlamentario
Popular.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, 13;
abstenciones, ocho.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobada.

Se procede a la votación conjunta de todo el proyecto.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, 14;
abstenciones, ocho.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobada esta proposición de ley.

Una vez dictaminada, vamos a designar el señor Senador que efectuará la
presentación del Dictamen ante el Pleno de la Cámara. (Pausa.)
Queda designado don Pedro Martín Iglesias para hacer su presentación en
el Pleno.

Y no habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.




Eran las trece horas y cuarenta y cinco minutos.