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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 85, de 17/02/1998
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DIARIO DE SESIONES DE LAS



CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1998 VI Legislatura Núm. 85



DE LOS DERECHOS DE LA MUJER



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.a MARIA ISABEL
SAN BALDOMERO OCHOA



Sesión núm. 15



celebrada el martes, 17 de febrero de 1998,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del Ministro del Interior, Excmo. Sr. don Jaime Mayor
Oreja, a petición del Grupo Socialista del Congreso, para informar sobre
los compromisos asumidos en relación al III Plan de Igualdad de
Oportunidades entre Mujeres y Hombres (1997-2000), así como de las
actuaciones que se van a acometer durante el año 1997 y de la cuantía
económica y partidas presupuestarias consignadas para tal fin en los
Presupuestos Generales del Estado (Número de expedientes: S. 711/000095,
C. D. 213/000272).




Se abre la sesión a las doce horas y diez minutos.




La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías; buenos días, señor Ministro.

Se abre la sesión.

En primer lugar, ruego a la señora Letrada que compruebe la asistencia de
los miembros de la Comisión.




Por la señora Letrada se procede a la comprobación de las señoras y los
señores Senadores presentes y representados.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Las señoras portavoces tienen el Acta de la sesión anterior, y esta
Presidencia quiere saber si hay algún inconveniente



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respecto a la misma o si puede ser aprobada. (Pausa.) Queda aprobada.

Muchas gracias.

Señor Ministro del Interior, el Grupo Parlamentario Socialista ha
solicitado una serie de comparecencias en esta Comisión Mixta de los
Derechos de la Mujer, petición que yo creo que comparten todos los
portavoces y todos los miembros de la Comisión, y en el caso particular
de su presencia hoy aquí quiero dejar constancia del interés que siempre
se ha demostrado en la Comisión y en las reuniones de Mesa y Portavoces
en que nos acompañara para explicarnos la política de su Departamento
respecto al Tercer Plan de Igualdad.

Señor Ministro, hoy querría hacerme eco --y no dudo de que será así-- de
todas las mujeres y hombres que conformamos esta Comisión en el sentido
de que cuente con nuestro apoyo. La pacificación de Euskadi es un
problema que todos y todas compartimos con usted y quiero dejar
constancia de ello en el «Diario de Sesiones».

Su comparecencia hoy aquí, aparte de para informar sobre este Plan de
Igualdad, señor Ministro, es porque las mujeres de España en este momento
tenemos un terrorismo doméstico, tenemos un problema y compete a su
Ministerio darnos algunas soluciones con su acción de Gobierno. Por eso,
señor Ministro, hemos pedido que hoy comparta con nosotros esta Comisión
y nos comente cuál es su política.

Su señoría tiene la palabra.

Muchas gracias.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Mayor Oreja): Muchas gracias, señora
Presidenta.

Señorías, es para mí una satisfacción comparecer por primera vez en esta
Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer para debatir un asunto que nos
preocupa a todos de una forma singular y significativa. Quiero por ello
agradecer la iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista en la que se
solicitaba mi comparecencia para informar sobre el III Plan de Igualdad
de Oportunidades entre Mujeres y Hombres en lo que se refiere al
Ministerio de Interior.

Como ustedes saben, el III Plan de Igualdad asume los compromisos
adquiridos por la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial de
las Mujeres en Pekín y las orientaciones contenidas en el IV Programa de
Acción Comunitaria. El pilar de todas estas plataformas, conferencias y
programas es el mismo: seguir avanzando en un principio de igualdad en lo
que significa promoción y participación de las mujeres en todas las
esferas de la vida social y en todos los ámbitos de decisión.

Voy a tratar de limitarme --como no podía ser de otra forma-- a hablar de
las cuestiones que afectan al Ministerio del Interior en este esfuerzo en
el que, no lo duden, estamos todos, que son, en el área de salud lo que
se refiere a la lucha contra la droga, las propuestas sobre drogas y,
estrictamente en el área de la violencia, las competencias que me
corresponde desarrollar.

En el área de salud en lo que significan propuestas sobre drogas, el
esfuerzo que se hace es el resultado de varias reuniones de carácter
técnico que se han celebrado entre el Instituto de la Mujer, que ha
estado siempre presente orientando la actividad del Ministerio en esta
cuestión, y la Delegación del Gobierno sobre el Plan Nacional sobre
Drogas. La finalidad es potenciar la colaboración con el Instituto de la
Mujer para poner en marcha programas de prevención del consumo,
impulsando medidas dirigidas a la mujer a fin de evitar daños añadidos a
dicho consumo.

¿Cuáles son las actuaciones del Ministerio del Interior en este tema? La
edición de una guía «Mujer y drogas» que se ha distribuido entre las
poblaciones que el propio Instituto ha considerado conveniente, en
ámbitos institucionales, asociativos, en el Plan Nacional sobre Drogas y
en el conjunto de los centros de atención a drogodependientes.

En lo que se refiere a lo que son programas de atención a
drogodependientes quiero insistir en que la proporción de mujeres
atendidas ha sido del 15 por ciento sobre el total de las 52.890 personas
atendidas, y supone, y estoy hablando de datos de 1996, que hay un
conjunto de más de 8.000 mujeres que han recibido atención específica por
problemas relacionados con consumo de drogas en el conjunto de centros de
tratamientos del Plan Nacional sobre Drogas. También está previsto en
fechas muy próximas la firma de un convenio de colaboración entre el
Instituto de la Mujer y el Plan Nacional sobre Drogas para el seguimiento
de actuaciones y programas conjuntos a realizar. Este ha sido el primer
ámbito sobre el que quería hacer unas breves reflexiones.

Pasaré a lo que significa el ámbito de Instituciones Penitenciarias.

En Instituciones Penitenciarias nos encontramos con uno de los retos
principales en los próximos años para abordar unas líneas esenciales en
la actuación respecto de la mujer en este sector. Pondré de manifiesto
las siguientes cuestiones que se van a alejar de la abstracción y que van
a ir a datos concretos y reales.

En primer lugar, he de decir que durante el último año se han abierto
nuevas unidades de mujeres en los centros de Huelva, Granada y Topas.

También se va a realizar en este mismo año una experiencia en el centro
de Aranjuez con la puesta en marcha de módulos familiares en los que van
a poder convivir los padres recluidos con sus hijos menores de tres años.

Quiero recordar que en estos momentos en esta situación hay 48 parejas
españolas que tienen hijos, y esta experiencia de Aranjuez va a suponer
una novedad significativa y relevante en este esfuerzo de mejora de
calidad de vida de mujeres y de familias, en este caso recluidas.

Se ha suscrito también una adenda a lo que es el convenio entre
Instituciones Penitenciarias y el Instituto de la Mujer sobre programas
de formación dirigidos a internas y funcionarias, especialmente para la
prevención del sida y para la formación en cuanto a determinados hábitos
de higiene. Los centros penitenciarios en los que se han desarrollado
estos programas son Madrid-mujeres, Sevilla, Alcalá 2, Málaga, Avila y
Puerto 2. En la primera fase se impartió un curso a profesionales de los
centros penitenciarios y organizaciones de voluntariado. La segunda fase
consiste en cursos dirigidos a internos impartidos por profesionales.




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Asimismo, en este ámbito de Instituciones Penitenciarias, se ha creado un
grupo de trabajo con el Consejo del Poder Judicial a instancias de una de
sus vocales, la Juez Carmena, el Director de Instituciones Penitenciarias
ha formalizado un grupo de trabajo que tiene el objeto de estudiar la
violencia doméstica y las agresiones a mujeres y de explorar tratamientos
específicos en el medio penitenciario que tiendan a recuperar a este tipo
de agresores.

Ese grupo de trabajo se ha formalizado, se ha puesto en marcha, y en ese
sentido quiero insistir en que no basta sólo con el trabajo del
Ministerio del Interior, sino que es indispensable que la cultura de la
suma y del acuerdo entre distintas instancias y distintos poderes aborde
conjuntamente esta cuestión.

Quiero reiterar que se están incentivando las fórmulas de cumplimiento en
régimen abierto y en pisos que están gestionados por organizaciones no
gubernamentales --y nunca me cansaré de agradecer el esfuerzo que en este
terreno realizan-- en el caso de mujeres que tienen cargas familiares o
que tienen hijos a su cargo, de manera que no se proyecte el carácter
personal de la pena en el ámbito familiar.

Destacaría también que se está haciendo un esfuerzo para igualar las
opciones laborales de las trabajadoras y de las funcionarias en la
Administración penitenciaria con sus compañeros varones, ampliando los
puestos de trabajo que se puedan realizar indistintamente. Yo creo que lo
que fue hace años una separación rígida, funcionarios para cárceles de
hombres y funcionarias para cárceles de mujeres, vulneraba un principio
de igualdad, y aunque esta práctica se está fracturando desde hace ya
tiempo, es evidente que hace falta un esfuerzo y un impulso para que, en
la medida de lo posible, el mayor número de puestos de trabajo se puedan
realizar indistintamente por hombres y por mujeres, y es una tarea
todavía pendiente que, en nuestro opinión, debe ser impulsada no sólo por
el Ministerio del Interior, sino más directamente por la Dirección de
Instituciones Penitenciarias.

Por último, me voy a referir al área en la que voy a intervenir con más
amplitud, que es estrictamente el área de la violencia.

Si algún departamento tiene inquietud por que en estos momentos haya una
impresión de mayor alarma es el Ministerio de Interior, que desea que si
eso se produce provoque alarma. En ese terreno, el hecho de que haya
aflorado este año lo que podría ser una práctica más o menos escondida,
quizá sea una carga más para el Ministerio de Interior, pero es la única
fórmula para resolver a fondo un problema que no podemos aceptar que sea
secular, recurrente y permanente en la sociedad española. El hecho de que
un niño o una madre puedan ser golpeados por un marido no sólo
escandaliza a las mujeres, nos escandaliza absolutamente a todos, y en
ese terreno creo que es bueno que afloren con toda su intensidad y con
toda su gravedad estos comportamientos irracionales que merecen el
desprecio absoluto del conjunto de la sociedad.

A nosotros no nos basta con denunciarlo. No nos basta con escandalizarnos
con estas actitudes. Hace falta que el Ministerio de Interior dé
respuestas concretas. De ahí que haga falta que la mentalización y la
organización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad caminen en esa
dirección.

Me da igual hacer comparaciones con cifras anteriores, si quieren luego
hacemos algunas comparaciones, pero en el año 1997 hay más de 16.000
denuncias. En lo que tenemos que pensar es si todas las denuncias
reflejan hechos de esta naturaleza o si estamos hablando de un porcentaje
pequeño de la realidad que tenemos en este ámbito.

El informe presentado de la Conferencia sectorial extraordinaria
monográfica sobre la violencia contra las mujeres, celebrada el 26 de
noviembre, apunta en esa dirección. Por eso, de la misma manera que en
aquella Conferencia se abordó una reflexión con las 17 Comunidades y con
tres Ministerios, Justicia, Sanidad y Educación y Cultura, hace falta que
este camino sea, sin duda ninguna, continuado.

La erradicación de la violencia contra la mujer no es solamente un
problema de las administraciones implicadas, tampoco es un problema que
afecta a los profesionales, sino que exige perseverancia y concienciación
por parte de todos para afrontar una cuestión de esta naturaleza. Esto no
se puede agotar en tres titulares de medios de comunicación. Tenemos que
ser conscientes de que la tenacidad en la concienciación, en la denuncia
y en la persecución de este tipo de delitos es uno de los termómetros más
importantes de fortaleza moral de cualquier sociedad y, evidentemente, de
la española.

Pues bien, el tercer plan de igualdad marcaba al Ministerio de Interior
tres actuaciones bajo un gran objetivo. El gran objetivo era promover
medidas integradas para prevenir y eliminar la violencia contra las
mujeres. De cara a cumplir ese objetivo se habían puesto en marcha tres
actuaciones: en primer lugar, potenciar la creación de servicios
dirigidos a mujeres víctimas de la violencia, en segundo lugar,
introducir en los procesos de formación de personal de Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado módulos específicos para una mejor atención y
asistencia a mujeres víctimas de la violencia y, en tercer lugar, dar un
impulso a las comisarías y servicios de la Guardia Civil en lo que se
refiere a las unidades específicas de atención a mujeres víctimas de
agresiones sexuales o de malos tratos integradas --insisto-- en este caso
principalmente por mujeres.

¿Cuáles han sido las actuaciones del Ministerio de Interior para cumplir
estas tres medidas? He de decir que con carácter general, para las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Secretaría de Estado de
Seguridad y el Instituto de la Mujer, que, vuelvo a insistir, es quien
debe dirigir la actuación de todos los departamentos en esta cuestión,
firmaron el 10 de abril de 1997 un convenio para la incorporación de las
mujeres en igualdad de oportunidades en las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. Este convenio pretende fomentar la presencia y
promoción de las mujeres en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
promoviendo la sensibilización social de cara a la aportación de las
mujeres en las tareas de la seguridad ciudadana.

Me parece que es absolutamente esencial que aumenten las plantillas y las
proporciones de mujeres en las Fuerzas



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y Cuerpos de Seguridad del Estado, por razones obvias. Además, es
indispensable que este impulso, que esta concienciación se produzca por
parte del conjunto de las instituciones y de la sociedad. Estaremos
abiertos a toda iniciativa y sugerencia que se haga en cualquiera de las
dos Cámaras, Congreso o Senado, para potenciar esta nueva cultura de
participación de la mujer.

Los objetivos de la Dirección General de la Policía se concretaron en dos
líneas específicas de actuación: en primer lugar, la potenciación de los
servicios de atención a las mujeres víctimas de la violencia, y, en
segundo lugar, la inclusión de materias en los planes de formación de los
distintos centros docentes dependientes de la Dirección General de
Policía, cuyos contenidos respondan a criterios y finalidades previstos
en el tercer plan.

Repasemos lo que son los servicios de atención a las mujeres víctimas de
la violencia. La creación de servicios específicos, de servicios de
asistencia a la mujer, continúa siendo hoy una de las prioridades de la
policía. Los SAMU, que son los servicios de atención a la mujer, venían
funcionando en Madrid, Barcelona, Santander, Valencia, Alicante, Málaga,
Sevilla, Granada, Las Palmas, Avila, La Coruña, Mallorca, Oviedo,
Zaragoza, Toledo, y se ha incorporado recientemente Murcia. Y a lo largo
de 1998 está prevista la creación de dichas unidades en Cádiz Tenerife,
Valladolid, Córdoba, Almería, Tarragona, Gerona, Vigo, Albacete, Ciudad
Real, Cuenca y Guadalajara.

Nos sigue pareciendo que este servicio de atención a la mujer puede dar
lugar a que, además, se potencie un servicio de asistencia familiar, que
puede ser un proyecto que englobe más preocupaciones que las que cubren
lo que estrictamente denominamos los SAMU, los servicios de asistencia a
la mujer, y que se transformen en un servicio de ayuda a las unidades
familiares. En cualquier caso, esto es un proyecto. Lo importante y lo
urgente en estos momentos es que en 1998 cumplamos estricta y
rigurosamente, y que lo mismo que hemos hecho en Murcia en el año 1997 lo
hagamos con todas las provincias que acabo de enunciar, pues esto puede
significar la existencia de este nuevo servicio policial en muchos
lugares de la geografía española.

En lo que se refiere a las actuaciones policiales quiero decir que hay un
conjunto de instrucciones y de circulares en donde se fijan los criterios
concretos de actuación para los funcionarios policiales que reciban
denuncias en las que las mujeres sean víctimas de delitos y faltas
tipificados en el Código Penal. Entre estos criterios de actuación caben
destacar los siguientes: en primer lugar, evitar actuaciones que disuadan
a las mujeres de presentar denuncia. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado deben saber que sus actuaciones deben ir encaminadas a hacer
lo imposible para que las mujeres presenten la denuncia. Deben evitar las
tentaciones que se producen en esas circunstancias de disuasión. No son
elementos neutrales. Deben ser elementos activos para que esas denuncias
se produzcan. En ese sentido, estamos haciendo un esfuerzo para mejorar
los criterios concretos de actuación en esa dirección.

En segundo lugar, informar siempre a los denunciantes de la existencia de
un servicio policial de atención a la mujer, precisamente para evitar la
disuasión que en un momento determinado puedan tener las mujeres que
sufren estas situaciones.

En tercer lugar, avanzar en lo que significa un trato humano, personal y
adecuado a la naturaleza y a la gravedad del delito denunciado. En cuarto
lugar, que podamos mejorar en la adopción urgente de medidas operativas
oportunas que el caso requiera, y, en quinto lugar, posibilitar siempre a
los denunciantes el ejercicio eficaz de sus derechos. Esto es lo que
puedo decir, en el ámbito del servicio policial, del Cuerpo Nacional de
Policía a lo largo de este año 1998 y, evidentemente, de 1997, una vez
que se aprobó este tercer plan.

En cuanto al segundo apartado del Cuerpo Nacional de Policía, el de la
formación, quiero insistir en que se ofrece un tratamiento integral a los
cursos de formación referidos a atención y asistencia a mujeres víctimas
de la violencia. En el curso de 1997 y en el ámbito de la formación
permanente descentralizada el número de cursos programados ha sido el
siguiente: ha habido 20 cursos de oficinas de denuncias y atención al
ciudadano, impartidos exactamente del uno de abril al 31 de diciembre del
ejercicio 1997, dirigidos a la escala básica del Cuerpo Nacional de
Policía. Fueron dos horas por curso dedicadas a la problemática
planteada. Luego ha habido otros ocho cursos para jefes de turno de
oficinas de denuncias y atención al ciudadano dirigidos a subinspectores
del Cuerpo. Tres horas por curso dedicadas a este problema.

Hay que resaltar que en los programas de estudios del curso 1997-98 se ha
incrementado el total de sesiones dedicadas específicamente al tema de la
violencia contra las mujeres.

Por otro lado, y también dentro del ámbito de la formación, quiero poner
de manifiesto que se han organizado unas jornadas sobre violencia
doméstica que se van a impartir en Madrid los próximos días 23 a 25 de
febrero y que se dirigen esta vez a los mandos superiores de la Guardia
Civil, Policía y, además, a los fiscales. Su finalidad es una apertura a
la reflexión, concienciar a los mandos --en este caso, de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad-- y completar lo que han podido significar los
programas relativos a cursos a los que antes me he referido, en la
necesidad de luchar contra los ataques y abusos sexuales y los malos
tratos a la mujer.

Antes de pasar a referirme a las acciones que han caracterizado a la
Guardia Civil, debe reseñarse que el Secretario de Estado de Seguridad,
con fecha 10 de abril, ha dictado la Instrucción 6/1997 sobre la atención
e información --como antes ha señalado-- a las víctimas de determinados
delitos de las gestiones e investigaciones realizadas para su
esclarecimiento, instrucción que en su punto 4 se refiere especialmente a
las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual,
advirtiendo sobre la necesidades de informar a las mismas de que pueden
acogerse a la asistencia, ayudas y beneficios previstos en la Ley de 11
de diciembre de 1995, reguladora de ayudas y asistencia a las víctimas de
delitos violentos y contra la libertad sexual. En



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dicha Instrucción también se recoge la obligatoriedad de hacer entrega en
las dependencias policiales de un acta de instrucción de sus derechos,
cuyo modelo ha sido, además, objeto de aprobación por la Comisión
Nacional de la Policía Judicial.

Señorías, no hace falta que diga que estamos dispuestos a aceptar todas
las sugerencia en ese terreno, en el sentido de que la mujer que haya
sufrido una actuación de esa naturaleza pueda indicar lo que todavía hoy
pueden constituir lagunas en el comportamiento y en la actitud de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Estamos abiertos al desarrollo
y la ampliación de todas las circulares que se quiera, así como a aceptar
todas las sugerencias que se nos hagan en el ámbito de la formación para
saber los campos en los que hay que formar en mayor medida a las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado. Evidentemente, lejos de irritar o
molestar a los responsables del Ministerio, eso nos agradaría, ya que
creo que nos encontramos ante una preocupación que nos emociona y
preocupa absolutamente a todos.

Paso ahora a referirme a la Dirección General de la Guardia Civil. Como
saben, desde 1995 la Guardia Civil dispone en todas las unidades
orgánicas de policía judicial de cada una de las comandancias de una
mujer guardia civil especialista en la atención e investigación de
delitos contra la mujer. Insisto en que estoy hablando desde 1995. Este
personal femenino recibe la preparación propia de la especialidad de
policía judicial, es decir, el curso básico y superior de la Policía
Judicial. Además, recibe una preparación específica impartida mediante un
cursillo que organiza la Jefatura del Servicio de la Policía Judicial, en
el que intervienen miembros del Instituto de la Mujer, del Ministerio
Fiscal y de la judicatura.

Desde 1995, el Servicio de la Policía Judicial viene desarrollando un
programa específico que tiene cuatro fases delimitadas en el tiempo. La
primera, que ya ha concluido, en la que se incluía --como antes he
dicho-- una mujer especialista en esa materia y convenientemente
preparada en todas las unidades orgánicas de la policía judicial que
corresponden a cada una de las comandancias de la Guardia Civil.

La segunda fase, que se encuentra en proceso de ejecución, trata de
reforzar con otro especialista las unidades orgánicas de la policía
judicial más conflictivas --15 comandancias--, y se va a desarrollar
durante 1998, aparte de lo que ha podido significar el final de 1997.

La tercera fase concluye con la dotación de una tercera mujer
especialista también para las unidades orgánicas de la policía judicial
más conflictivas, y está previsto que se ejecute entre 1998 y 1999.

La cuarta fase, que se desarrollará en paralelo con la tercera durante
1999, tiene por objeto la actualización de los conocimientos de todos los
especialistas en todas y cada una de las comandancias de la Guardia
Civil.

Como desarrollo del convenio-marco entre la Secretaría de Estado de
Seguridad y el Instituto de la Mujer, la Dirección General de la Guardia
Civil ha impulsado y concluido un protocolo específico en 1997. Con dicho
protocolo se pretende establecer un programa de sensibilización social
sobre la aportación de las mujeres a la seguridad ciudadana. A tal
efecto, en abril de 1997 tuvo lugar en Sevilla un seminario en
colaboración con el Instituto de la Mujer sobre la participación en este
ámbito.

Sin embargo, conscientes del incremento de este viejo --que no nuevo--
delito, pero que en estos momentos tiene una significativa nueva alarma
social, la Dirección General de la Guardia Civil, en la misma línea de
especialización, a la que antes me he referido, de los servicios de
asistencia a la mujer del Cuerpo General de la Policía, además de las
cuatro fases previstas en la policía judicial desde 1995, ha decidido dar
un impulso definitivo a esta iniciativa a través de la potenciación de
los equipos mujer-menor, EMUME, cuyo objetivo es atender a las mujeres
víctimas de malos tratos y agresiones sexuales fuera del entorno
familiar, y sobre trata de blancas. Guardias civiles femeninos atenderán
desde el primer momento a las denunciantes y serán las encargadas de
orientar a la víctima hacia instituciones específicas de atención a la
mujer, así como a una posterior investigación policial.

Para llevar a cabo este dispositivo especial, la Guardia Civil potenciará
la especialización de los agentes de la institución a quienes afecta más
de cerca esta problemática. Estos equipos, ubicados en las comandancias
de la Guardia Civil, estarán compuestos en la mayoría de los casos por
esos dos guardias civiles femeninos y por tres agentes en las provincias
más conflictivas como son Alicante, Barcelona, Valencia, Madrid,
Baleares, Tarragona, Las Palmas, Sevilla, Málaga, Murcia, Castellón,
Almería, Granada y La Coruña. La Jefatura del Servicio de la Policía
Judicial de la Guardia Civil es la encargada de impartir los cursos de
especialización que se realizan periódicamente a estos efectos.

Igualmente, en colaboración con el Instituto de la Mujer se editará
diverso material informativo en el que se ofrecerán recomendaciones a
personal de Cuerpo para las actuaciones ante este tipo de problemas.

Asimismo, y por lo que se refiere a la Guardia Civil, está prevista la
firma del protocolo específico para 1998. Y como desarrollo del mismo, se
están organizando para los días 26 y 27 de marzo una jornadas en La
Coruña sobre la violencia contra la mujer. Como digo, esta vez sólo
destinadas a la Guardia Civil.

Por otro lado, quiero insistir en una preocupación a la que antes he
hecho referencia. Para aumentar el número de mujeres aspirantes en las
convocatorias de acceso al Cuerpo y potenciar el empleo de las mujeres en
este terreno, por parte de esta Institución se pretende iniciar una
campaña de mentalización, algo que nos parece esencial para que en el
ámbito rural haya más mujeres en tantos y tantos lugares de la geografía
española en los que hay cuarteles y dependencias de la Guardia Civil.

Para solventar un problema recurrente, es decir, la dificultad de algunas
pruebas físicas, que están diseñadas en mayor medida para varones que
para mujeres, la Subdirección General de Personal está impulsando una
modificación de la orden ministerial correspondiente en el sentido de
reducir la severidad de algunas de esas pruebas. Me parece que eso es
algo de sentido común porque, si no, estaríamos



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impidiendo a muchas mujeres la posibilidad de acceder a todas esas
funcione y misiones a las que antes me he referido, lo que no tendría
sentido alguno.

Por otro lado --y hago una brevísima referencia--, se están facilitando
los datos de la página «web» de la Guardia Civil en Internet a las
diversas organizaciones encargadas de la protección de la mujer para que
a través de Internet podamos mantener un diálogo especial, singularizado
y preferente sobre estas materias con ese tipo de organizaciones. Y
aunque se trata de una cuestión colateral, he de señalar que se acaba de
firmar un acuerdo de cooperación entre el Ministerio del Interior y el
Instituto de la Juventud en materia de formación y documentación para
prevención de riesgos de la juventud.

Por último, quiero decir que no solamente es el ámbito del Cuerpo
Nacional y de la Guardia Civil el objeto de la preocupación del
Ministerio de Interior. Dentro de ese marco que relaciona a los
ayuntamientos con el Ministerio de Interior, en el marco que firmamos los
representantes de la FEM y en el Ministerio de Interior, quiero poner de
manifiesto que se han puesto en marcha tres cursos de policías locales
para que también éstos comiencen en ese esfuerzo de cuidado, de
prioridad, de intensificación, de especialización una especial
aproximación a estas cuestiones. No nos circunscribimos solamente a la
Guardia Civil y al Cuerpo Nacional, sino que también estamos abiertos a
que dentro del convenio marco con la FEM podamos arbitrar mecanismos y
fórmulas para que los policías locales se incorporen más activamente a
esta problemática.

Señorías, esto viene a significar la respuesta, que seguro que tendrá
limitaciones pero que, al menos, es una respuesta real de medidas
concretas, que desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se han tomado en
cumplimiento de estos compromisos de este III Plan.

Muchas gracias, señorías.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

El Grupo Parlamentario Socialista ha sido el que ha pedido su
comparecencia, por lo que la Senadora Navarro, que es su portavoz, tiene
la palabra.




La señora NAVARRO GARZON: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, en primer lugar quiero mostrarle mi agradecimiento por su
comparecencia en esta Comisión de los Derechos de la Mujer de cara, sobre
todo, a ir erradicando un problema que a pesar de ser actualidad
informativa, como usted ha dicho antes, en estos momentos no es nuevo
como es la violencia hacia las mujeres, la violencia de género y la que
se ceba sobre todo en los propios domicilios conyugales.

Si atendemos sólo al número de víctimas, que es de 79 en el último año
según los datos del propio Ministerio del Interior, este tipo de delitos
supera el número de víctimas producido por el terrorismo de ETA, por lo
que creo que desde el Ministerio que representa se deberían poner en
marcha las mismas diligencias y los mismos mecanismos de prevención y de
lucha para acabar con esta lacra social, que hace que miles de mujeres de
nuestro país estén viviendo con el miedo y la amenaza que supone tener a
un enemigo --yo diría entre comillas, pero a veces no entre comillas--
dentro de la propia casa. Las cifras de los expertos dicen que 20 de cada
100 mujeres son maltratadas alguna vez en su relación de pareja, cifras
que deben hacer reflexionar a los poderes públicos y al Gobierno para
estudiar actuaciones urgentes y acertadas.

Es preocupación del Grupo Parlamentario Socialista, que creo que es
compartida en este caso por todos los grupos, el hecho de que después de
este «boom» informativo en los medios de comunicación, que ha provocado
que estos hechos creen una cierta alarma social, sin embargo, no se sigan
potenciando medidas tendentes a la erradicación del problema y la cifra
de mujeres muertas por su marido o pareja formen parte de las frías
estadísticas anuales como las víctimas de accidentes de tráfico, frente a
las cuales parece imposible hacer nada para evitarlo. Nada más lejos de
los propósitos del Grupo Parlamentario Socialista, que seguirá en el
empeño de que se ponga en marcha medidas eficaces que conduzcan a una
verdadera erradicación del problema.

En el III Plan de Igualdad de Oportunidades, como usted ha citado, se
recogía entre las medidas a adoptar por el Ministerio de Interior
introducir en los procesos de formación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado módulos específicos para una mejor atención y
asistencia a las víctimas de la violencia, medidas que, por otra parte,
no suponen novedad alguna, sino que completan y siguen la línea que ya
estaba iniciada anteriormente por el Gobierno socialista.

La Dirección General de la Guardia Civil realizó, de acuerdo con el II
Plan de Igualdad, diversas actuaciones en este sentido, entre ellas
asistencia por parte de Guardias Civiles, que prestaban servicio en las
diferentes Comunidades Autónomas, a diversos seminarios organizados por
el Instituto de la Mujer durante 1993 para recibir formación en materia
de delitos contra la mujer y formación de personal femenino del Cuerpo a
través de jornadas específicas.

También desde la Dirección General de la Policía durante los años 1994 y
1995 se mantuvo una intensa colaboración con el Ministerio de Asuntos
Sociales a través del Instituto de la Mujer, con la participación de
funcionarios en los seminarios organizados en materia de delitos
específicos contra la mujer. En materia de formación se introdujeron,
asimismo, cursos generales y monográficos en la escala básica y ejecutiva
del Cuerpo y en todos los cursos de promoción interna. No es una medida
nueva. Como ve, señor Ministro, a mí lo que me gustaría es que me
concretara más los hechos, cómo va a plasmar el Ministerio esta medida
con respecto a lo ya iniciado y si tiene alguna medida que suponga una
novedad en este aspecto.

Entendimos, y en consonancia actuamos cuando gobernamos, la importancia
de la formación y de la sensibilización de las Fuerzas de Seguridad del
estado si queremos que las mujeres víctimas reciban el tratamiento
adecuado y no el que, lamentablemente, y por fortuna cada vez menos,
reciben precisamente cuando van a presentar una denuncia,



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y ello es debido no sólo a la falta de formación, sino también de
sensibilización hacia el problema. Porque, como ocurre con el colectivo
judicial, el colectivo policial no está exento de las actitudes sexistas
que existen en toda la sociedad sobre la violencia hacia las mujeres en
general. Y sólo va a producirse un tratamiento adecuado, señor Ministro,
si, además, en esa formación participan activamente las asociaciones que
trabajan con mujeres maltratadas y si se editan guías de recursos y de
seguimiento ante el problema de los malos tratos y las agresiones
sexuales.

Es fundamental y urgente cambiar la actitud del policía ante la víctima y
hacer publicidad de esas guías de recurso y seguimiento para que las
asesoren adecuadamente. Le recuerdo, señor Ministro, la iniciativa que el
Grupo Parlamentario Socialista presentó la semana pasada en el Congreso
de los Diputados para que desde el Ministerio de Interior se envíe una
circular a las Fuerzas de Seguridad del Estado recogiendo todas las
directrices a tener en cuenta en el trato cotidiano con la mujer víctima
de malos tratos.

Hace varias semanas, en esta nube de declaraciones que ha habido por
parte del Gobierno sobre este problema, se dijo algo así como que el
Gobierno va a prever la existencia de mujeres policía en todas las
comisarías para atender a las mujeres víctimas de estos delitos. Yo no sé
cuáles serán las previsiones del Ministerio cuando desde el Gobierno se
hacen estas declaraciones, pero, según mis datos, sólo aproximadamente un
10 por ciento del Cuerpo de Policía son mujeres y sería inconstitucional
hacer una convocatoria sólo para mujeres por razones de sexo. No me
parece que sea sensato hacer esas declaraciones, porque en esta profesión
como en cualquier otra sólo el hecho de ser mujer no garantiza la
atención más adecuada a las víctimas. Lo que garantiza una atención
adecuada es una formación específica y una sensibilidad acorde. Por eso
le exigimos, señor Ministro, personal formado y sensibilizado en este
tipo de delito.

En relación con el impulso que iba a dar en las comisarías y servicios de
la Guardia Civil a las unidades específicas de atención a mujeres
víctimas de agresiones sexuales o malos tratos, tengo que decirle que el
Gobierno va lento en esta tarea y se ha tomado poco en serio este tipo de
servicios de atención a la mujer. El propio Sindicato Unificado de la
Policía ha denunciado el incumplimiento de una circular de 1992 del
Subdirector Operativo de la Dirección General de la Policía, en la que se
contempla la creación del servicio de atención a las mujeres, los
servicios llamados SAM, que está encuadrado dentro de las respectivas
brigadas de policía judicial.

A la pregunta de la Diputada Popular, Ana María Torme Pardo, sobre las
previsiones del Ministerio en relación con el desarrollo de los llamados
servicios de atención a la mujer, usted mismo le respondió el pasado 29
de octubre en el Congreso de los Diputados que de manera inmediata y en
el plazo de tres meses se implantaría este servicio en Cádiz, Santa Cruz
de Tenerife, Valladolid, Murcia y Vigo. Ya han pasado casi cuatro meses y
a mí me consta, como usted acaba de decir en este momento, que el único
que se ha abierto es el de Murcia, quedando así establecido este servicio
sólo en 16 ciudades españolas. Es algo a lo que ya estamos acostumbrados
en los anuncios del Gobierno, que no sólo no cumple lo que dice sino que,
además, lo anuncian tres ministros en cada momento como si de una novedad
se tratara, porque le recuerdo que las mismas oficinas fueron también
anunciadas por el Ministro señor Arenas tras el Consejo de Ministros del
16 de enero como parte del llamado plan de choque que el Gobierno nos
estaba presentando, yo diría, un poco por entregas. Nos anuncian una
serie de medidas y nos vuelven a anunciar otras para el mes de marzo.

Señor Ministro, en muchas ocasiones el abandono social de la víctima a su
suerte tras el delito, la falta de apoyo psicológico, la misma
intervención en el proceso, las presiones a las que se ve sometida, la
necesidad de revivir el delito a través del juicio oral, los riesgos que
esto supone para ella producen efectos tan dolorosos para la víctima como
los que directamente se derivan del delito. Esto, señor Ministro, fue lo
que motivó la Ley, de 11 de diciembre de 1995, reguladora de ayudas y
asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad
sexual, que aprobó el Gobierno socialista, y lo que motivó la creación de
esas oficinas de asistencia a las víctimas en las sedes de los Juzgados,
Tribunales y Fiscalías. Me parece lamentable que a estas alturas no se
hayan puesto en marcha estas oficinas a pesar de que desde el Grupo
Socialista se le ha venido exigiendo en reiteradas ocasiones; la última
vez fue esta misma portavoz la que le recordó la puesta en marcha de
estas oficinas a la Ministra de Justicia en su comparecencia del 21 de
octubre en esta misma Comisión.

Continúo, señor Ministro, porque hay más cosas que, desde nuestro punto
de vista y siempre con el ánimo de aportar ideas, se podrían hacer para
mejorar la atención a las víctimas y evitar la sensación de impunidad de
los agresores o maltratadores: se puede mejorar mucho la calidad de las
investigaciones y la búsqueda de pruebas en todos los delitos que afectan
a las mujeres. Al igual que en un delito contra la propiedad se investiga
y se buscan testigos, sería fundamental que en este tipo de delitos
también se investigara y se interrogara a testigos; incluso, como mera
referencia se podría interrogar a los propios vecinos. Porque tengo que
decir que suele ser normal que en los delitos contra las mujeres no se
busquen pruebas, y las tomas de las pruebas deberían ser urgentes, y en
el caso de las agresiones sexuales incluso habría que recoger siempre la
ropa de las víctimas y practicar un reconocimiento inmediato por parte
del forense, que no suele hacerse de manera inmediata. En los casos en
los que no procede la detención del agresor y sí procede citarle sería
conveniente demorar la comparecencia del agresor porque, de lo contrario,
puede suponer más violencia; sería conveniente que la propia policía
presentara una diligencia al juez explicando por qué razón es aconsejable
que se demore esa situación.

Respecto a la protección de las víctimas, señor Ministro, tengo que
recordarle que es obligación del Ministerio y un deber de los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado procurar los medios para proteger a las
mujeres. Por ello, no estaría de más realizar alguna instrucción, como la
que ya se realizó tras la creación de los servicios de atención a la
mujer en el año 1986 y que, por cierto, parece que



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han desaparecido de los cuarteles y las comisarías para que los agentes
acompañaran y protegieran a las víctimas a su domicilio conyugal cuando
tuvieran que coger algunas de sus pertenencias personales en los casos en
que se ven obligadas a huir de sus respectivos domicilios.

La protección es un derecho constitucional y a nadie se nos escapa el
sentido de desprotección de las mujeres que son víctimas de la violencia,
y las Fuerzas de Seguridad del Estado deben ofrecer esa seguridad que
necesitan las mujeres que así lo soliciten.

Hablando de seguridad, yo le pido también, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista, protección policial en las casas de acogida con
una doble finalidad: por un lado, proteger a las mujeres, a sus hijos y a
las propias trabajadoras de esos centros y, por otro lado, que esa
protección también refuerce la seguridad psicológica de las propias
mujeres que se encuentran en los centros.

Le pediría también, señor Ministro, si está entre sus objetivos mejorar
la atención a las mujeres víctimas de la violencia, que desde el propio
Ministerio se firmaran protocolos de actuación con centros sanitarios,
jueces, forenses, fiscales, asociaciones de víctimas, servicios sociales,
institutos de toxicología y otras instituciones que intervienen en estos
procesos, con el fin no sólo de coordinar y mejorar las actuaciones, sino
de evitar que las víctimas tengan que responder en una situación tan
precaria emocionalmente a las mismas preguntas una y otra vez.

El Grupo Parlamentario Socialista le pide, asimismo, señor Ministro, que
estudie la posibilidad de poder llevar a cabo una equiparación entre las
víctimas del terrorismo llamado político y las del llamado terrorismo
familiar a los efectos de su indemnización con cargo al Estado. En un
Estado de Derecho, señor Ministro, no debe haber discriminación a la hora
de considerar a las víctimas de cualquier tipo de violencia. La violencia
de género provoca la muerte de sus víctimas en proporción de seis a uno
con respecto a las víctimas del llamado terrorismo político. Lo que
atribuye la nota de terrorismo a los actos de violencia no es la
ideología que los inspira sino el terror que causan, y las mujeres
maltratadas españolas no están menos aterrorizadas por la suerte que
afrontan respecto a cualquier otro ciudadano del Estado que sufre la
violencia de sesgo político. La homologación que se postula no puede ser
más justa y coherente. Debe admitirse que a las víctimas de delitos
violentos se les dé el mismo tratamiento, ya que obrar de otra manera
sería injusto.

También me gustaría referirme a las estadísticas que se utilizan
actualmente a partir de las denuncias de violencia para pedirle que, de
una vez, sean perfeccionadas para que puedan ser más útiles en los
estudios e investigaciones posteriores.

Por último, señor Ministro, no me gustaría pasar por alto en mi
intervención la creación de una comisión interministerial, que se recoge
en el III Plan de Igualdad, par que se estudie de forma integrada el
tráfico de seres humanos y la explotación de la prostitución para adoptar
medidas coordinadas. Le sugiero, señor Ministro, que esta comisión sea lo
más interdisciplinar posible, y debería funcionar con criterios abiertos
para que pudieran estar implicados profesionales y representantes del
movimiento asociativo específico, en este caso del movimiento asociativo
de mujeres.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, Senadora Navarro.

Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra la Senadora Costa
Serra.




La señora COSTA SERRA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Quiero dar las gracias también al señor Ministro por esta su primera
comparecencia en la Comisión de los Derechos de la Mujer.

Desde luego, sobre los distintos tipos de terrorismo --ya se ha
mencionado antes-- que su Ministerio tiene que afrontar no pretendemos
hacer ningún «ranking» de importancia entre ellos porque consideramos que
todos son igualmente detestables y, por ello, todos deben ser tratados en
pie de igualdad a la hora de buscar soluciones.

Para ser breve intentaré referirme esquemáticamente a los puntos que me
gustaría destacar de los que usted nos ha expuesto aquí en relación con
el III Plan de Igualdad.

Uno de los temas que creo que es muy importante, como usted ha
mencionado, es el de la mujer y las drogas, pero creo que hay que
resaltar que no se habla muchas veces de una de las sustancias que quizá
más afectan si no directamente a la mujer, sí indirectamente, me refiero
alcohol. No hay que olvidar que muchos de los malos tratos de este
terrorismo familiar que viven las mujeres vienen provocados en muchísimas
ocasiones por estas dependencias que suelen sufrir los maridos o
compañeros. Por lo tanto, se tendría que estudiar el problema no sólo
desde el punto de vista del consumo de sustancias por parte de la mujer,
sino que también habría que tener en cuenta cómo afecta al entorno
familiar este consumo.

Otro de los temas que me gustaría destacar, como usted ha hecho, es que
dentro de las instituciones penitenciarias existen centros en los que se
pretende que se reagrupe a las parejas o a los cónyuges para que puedan
seguir teniendo un contacto con los menores, con sus hijos. Sin embargo,
también se debería tener en cuenta otra medida muy importante, porque
estaremos todos de acuerdo en que los centros penitenciarios no son,
desde luego, el mejor lugar para que se desenvuelva y se desarrolle una
familia, ni mucho menos los menores. Hay una serie de medidas que muchas
veces se solicita y desgraciadamente se deniega por parte de
Instituciones Penitenciarias, y, entre ellas, me refiero a los
cumplimientos de forma consecutiva de las penas cuando tienen que cumplir
penas ambos cónyuges, o los progenitores, o simplemente una pareja,
porque sobre todo en casos en que las penas no son muy elevadas no tiene
sentido alguno que se haga cumplir forzosamente a la pareja esa pena
porque repercute de forma muy negativa en la familia y, en última
instancia, por supuesto, en la mujer.

Pasando muy brevemente al tema concreto de la violencia familiar o
doméstica, en cuanto a los servicios de atención



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a la mujer --los denominados SAM-- quería resaltar que me preocupa el
comentario que se ha hecho de que estos servicios puedan terminar siendo
unos servicios de atención familiar. Creo que tenemos que tener muy claro
lo que es un servicio de atención a la mujer, cuál es la problemática
específica de las mujeres y cuál es la problemática específica de la
familia que afecta también, por supuesto, a hombres y mujeres. Creo que
tendríamos que tener cuidado en no desvirtuar lo que son estos centros de
atención y tener muy claro que sigue habiendo, desgraciadamente, una
problemática de la mujer y que desde este punto de vista tienen que ser
tratados.

Por otra parte, también quería comentar que cuando una mujer acude a
presentar una denuncia a cualquier comisaría o a un cuartel de la Guardia
Civil es importantísimo la formación que han tenido estos profesionales,
porque muchas veces los consejos que podemos dar personas que no somos
entendidas en el tema con toda buena fe pueden ser contraproducentes.

Ha mencionado usted que se tiene que tender, por parte de estos
profesionales, a incentivar a estas mujeres para que presenten denuncia.

No pongo en duda, por supuesto, que es importantísimo que las mujeres
denuncien, pero hay que tener en cuenta que lo primero que necesita una
mujer cuando se ha decidido a poner una denuncia es asistencia incluso
psicológica, porque hay expertos en la materia que afirman que la mujer
lo que tiene que hacer, dentro de las posibilidades y de lo que la
frialdad le permita en esos momentos, es preparar la estrategia de cómo
se va a hacer esto, porque normalmente cuando una mujer acude a poner una
denuncia no es la primera vez que sufre todo este calvario o estos malos
tratos. Por supuesto que es conveniente interponer una denuncia, pero lo
más importante es una asistencia psicológica en la que la mujer se sienta
apoyada sobre la decisión que va a tomar. No es fácil para una mujer --es
mucho más fácil dar todos estos consejos--, porque la dependencia
psicológica que tiene la víctima respecto a su agresor no se corta en una
noche o en un día con una denuncia. Por lo tanto, es muy importante
preparar esta estrategia de cómo va a cortar la mujer esta relación de
dependencia con su compañero o con su marido. Cuando hablo de asistencia
psicológica también me refiero a la asistencia médica en los casos
evidentes en los que ha habido lesiones importantes. No pongo en duda que
en todas las comisarías y en los puestos de la guardia civil como primera
medida se debe dar una asistencia médica a las mujeres que acuden a estos
centros.

Por último, y para no alargarme más, en cuanto al plan de choque --se ha
hablado aquí-- que está preparando el Gobierno en contra de la violencia
familiar, se tendría que tener en cuenta, a pesar de que es un tema que
está todos los días en los medios de comunicación, que éste no es un
problema nuevo, como aquí ya se ha dicho. En consecuencia, el que se
quieran llevar adelante medidas eficaces y rápidas no nos debe llevar a
la precipitación. Entiendo que debería haber una colaboración estrecha
--supongo que se está haciendo así-- entre su Ministerio y el Ministerio
de Justicia, porque ambos tienen mucho que decir y que hacer, hasta tal
punto que la precipitación no nos lleve a reformas que yo no quiero decir
que sean innecesarias, pero que, por lo menos, tengamos el tiempo
suficiente para estudiar cuáles son las medidas que entendemos pueden
ayudar a solucionar o a paliar estos problemas, y que en cualquier plan
de choque se tenga en cuenta a los sectores implicados, a las
asociaciones, al Consejo General del Poder Judicial, fiscales, jueces,
etcétera.

Por último, no me cabe la menor duda de que para atajar el problema se
tiene que hacer desde todos los puntos de vista, no sólo el penal, que
desde luego es importantísimo en los casos más graves, aunque debe ser
siempre la última medida, sino también el Derecho civil, ya que en
materia familiar tiene mucho que ver, porque tenemos una asignatura
pendiente, que es la reforma de la Ley de separación y divorcio --que no
me cansaré de repetir--, ya que gran parte de la violencia que se produce
contra las mujeres viene provocada por parte de ex compañeros o ex
cónyuges.

Una vez más quiero agradecer su presencia en esta Comisión y poner a su
disposición todo el trabajo que se pueda hacer desde aquí, así como la
colaboración, por supuesto, del Grupo Parlamentario Mixto.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, Senadora Costa.

Por el Grupo de Convergència i Unió, tiene la palabra la señora Solsona i
Piñol.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Gracias, señora Presidenta.

Gracias, señor Ministro, por su comparecencia ante la Comisión Mixta de
los Derechos de la Mujer. Siempre es de agradecer que un Ministro del
Gobierno comparezca ante esta Comisión demostrando así su interés por la
justa y legítima aspiración de eliminar los obstáculos que impiden la
plena incorporación y participación de la mujer en la vida económica,
política y social. En su caso, señor Ministro, es más de agradecer,
puesto que las tareas inherentes a su cargo y Ministerio tienen su
atención acaparada en un problema delicado, cruel, inhumano, brutal y
doloroso, que afecta hoy día a todo el Estado español, como es el del
terrorismo. Vaya nuestro agradecimiento, pues, por su preocupación y
entrega en resolver esta lacra social de nuestra sociedad, que es el
terrorismo, y nuestro agradecimiento por dedicar unos minutos de su
precioso tiempo a los problemas que afectan a esta Comisión, porque en
ella, señor Ministro, queremos hablar y solucionar otro tipo de
terrorismo, tan cruel como el primero, y que produce aún más víctimas.

Como ya debe su señoría suponer, nos referimos al terrorismo doméstico.

Valoramos, señor Ministro, el esfuerzo de su Departamento en el tema de
la droga, de las instituciones penitenciarias, los programas de
formación, etcétera. Nos parece positiva la incorporación de la mujer a
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como parte del proceso de
normalización de su presencia y participación en todos los ámbitos
sociales, económicos, políticos, culturales y profesionales,



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pero como usted, queremos centrarnos hoy en el tema de la violencia.

La necesidad de una atención específica a la mujer por parte de la
policía es el tema más acuciante a tratar, dada la escalada de violencia
doméstica y la alarma social que ha producido. Los malos tratos y las
agresiones sexuales que padecen las mujeres constituyen un atentado
contra la libertad más íntima de la persona, tanto en el plano físico
como en el psicológico. La violencia contra la mujer arranca del concepto
de desigualdad entre hombres y mujeres, de la subsistencia del patrón de
autoridad y dominio del hombre sobre la mujer y de la inseguridad de él
para mantener su papel, que refuerza a través del uso de la violencia
como demostración de fuerza y de poder.

Continúan existiendo prejuicios culturales según los cuales no se
entiende como delito este tipo de relación entre los cónyuges, y se
considera que todo aquello que sucede dentro del hogar es asunto privado.

Muchas víctimas no se atreven a denunciar, y cuando lo hacen declaran
sentir humillante tanto el delito como el tratamiento recibido en el
momento de la denuncia. A menudo, delante de una agresión, y sobre todo
de un abuso sexual, se tiende a examinar más la conducta de la víctima
que la del agresor, ya que se entra en consideraciones como lugar, hora,
tipo de ropa que utilizaba, etcétera. Este tipo de interrogatorios no
tienen nada que ver con los derechos inalienables y el respeto debido a
la mujer. El momento de la denuncia y la actitud en que ésta se recibe es
fundamental para la mujer. Hay que pensar que la policía será muchas
veces el primer organismo a que acudirá la mujer que ha sido víctima de
un delito, y el sentimiento de ser acogida y protegida estará en función
de la profesionalidad y la calidad humana de las personas que le
atienden. La asistencia policial, además de la tramitación de la
denuncia, ha de incluir la información a las mujeres de sus derechos y de
los recursos disponibles desde los servicios sociales que tratan la
problemática, así como la derivación al centro hospitalario para que la
mujer obtenga un certificado médico de lesiones.

Señor Ministro, le instamos a continuar y a intensificar la formación
específica de los cuerpos policiales para la atención de las mujeres
victimizadas, una formación que permita adquirir la suficiente
sensibilidad profesional ante tales casos, y a realizar los estudios y
avances que sean necesarios para extender los servicios de atención a las
mujeres (SAM) que existen a su disposición, recibir las denuncias y
derivarlas a los organismos que sean convenientes para su atención y
seguridad. Se trata, en definitiva, de que las mujeres se sientan
escuchadas, protegidas y apoyadas y que encuentren en la policía no sólo
un papel sancionador del delito, sino también un espacio en el que poder
confiar. Este es el nuevo papel que nuestra sociedad destina a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es necesario que éstos
aparezcan no sólo como una institución para proteger el orden
democrático, sino también como un agente social que potencie la seguridad
y la tolerancia, como un agente integrador que colabore a transformar la
estructura social y, sobre todo, a romper las situaciones de desigualdad
social. Su misión como garante de los derechos, las libertades, la
seguridad y la convivencia de los ciudadanos le caracteriza como un
servicio público que debe de ejercer dos tipos de funciones: uno
estrictamente procesal y otro de tipo socio-asistencial.

Por ello, señor Ministro, le agradeceríamos que su interés fuera también
por este lado, a fin de eliminar este otro terrorismo que hemos dado en
llamar terrorismo doméstico.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Solsona.

La señora Sabanés interviene hoy por primera vez en nombre del Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida. Le damos la bienvenida hoy como
portavoz en esta Comisión y le recordamos que hay un acuerdo de Mesa y
Portavoces que fija el límite de tiempo en diez minutos, pero su señoría
hoy se estrena, por tanto, tiene la palabra.




La señora SABANES NADAL: Muchas gracias, señora Presidenta.

Estoy segura de que no voy a utilizar el límite de los diez minutos
fijado por el acuerdo de Mesa y Portavoces.

Agradezco la presencia del señor Ministro en esta Comisión.

En primer lugar, y por ordenar un poco la intervención o los intereses
que mi Grupo, quería preguntar hoy al señor Ministro si mantenemos la
misma situación de crecimiento del sida, que es mayor en el caso de la
mujer, y si seguimos manteniendo también esa mala relación, que
tradicionalmente tenemos en nuestro país y que nos diferencia de Europa,
entre el consumo de drogas y los procesos de sida. Quisiéramos saber si
esto también se da en la mujer --que seguramente será así-- o si, de
alguna manera, mejoramos la relación entre consumo de drogas e infección
por sida, y qué actuaciones se llevan a cabo, fundamentalmente desde
instituciones penitenciarias y desde el propio Plan Nacional contra la
Droga, para intentar invertir esta situación y que si no somos capaces de
mejorar en el consumo de drogas, por lo menos sí sepamos disociar los
aspectos sanitarios que significarían una mejor situación.

Por otra parte, también querría tratar la incidencia del consumo de
drogas en la violencia familiar y, especialmente, del alcoholismo. Ante
una nueva situación del problema --que no es nuevo, pero sí se está
tratando de diagnosticar y situar de otra manera-- sería interesante que
en el Plan Nacional contra la Droga, sobre el que tenemos mucho interés
por la vinculación y las medidas preventivas del alcoholismo en la
juventud, tuviéramos la sensibilidad de incorporar los estudios
pertinentes de la incidencia del consumo de drogas y, especialmente, del
consumo de alcohol en el ámbito de la violencia específica familiar.

En este aspecto de la violencia doméstica o familiar es cierto que se
produce una alarma social, fundamentalmente por el impacto que han tenido
los últimos casos en los medios de comunicación y que ha permitido que
aflore el problema. Nuestro Grupo lo plantearía desde la óptica de que
una situación que ha sido tradicional, en este momento cobra una nueva
dimensión, una nueva consideración que debe llevar, consecuentemente, a
un diagnóstico



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más ajustado a la realidad de este problema. Debemos tener en cuenta que
es un problema que se ha mantenido en el tiempo pero que está pasando de
la consideración de un problema reducido al ámbito privado a un problema
que tiene carácter de alarma social, de delito social y de conflicto
social.

Por tanto, nuestro Grupo está interesado en conocer los procedimientos
que están enfocados a un diagnóstico completo de la situación, tanto de
lo que es conocido por los procedimientos estadísticos habituales como lo
que queda oculto; es decir, cómo se va a intervenir desde el Ministerio
para diagnosticar, de forma que se pueda establecer, en base a una
situación real, la proyección que nos permita conocer la verdadera
dimensión de este problema. Yo entiendo que con los trámites y con las
situaciones que se están dando, y debido al tránsito que estamos haciendo
desde lo privado a una consideración de delito social, no conocemos la
verdadera dimensión y la verdadera situación de este asunto. Por tanto,
sobre la base de los datos estadísticos y las actuaciones que se están
llevando a cabo, sobre las diversas agresiones y su tipología, yo quería
saber qué elementos maneja el Ministerio y cuál es la verdadera situación
del problema.

Nos ha hablado también de la última instrucción del Secretario de Estado
en cuanto a los elementos prioritarios de atención, información y del
acta de derechos de las víctimas con la directriz de no incidir, todo lo
contrario, en la disuasión sobre la denuncia. Me gustaría que nos
aclarara mejor las medidas preventivas inmediatas que se deducen de esas
últimas instrucciones y qué actuaciones existen específicamente cuando se
trata de situaciones de violencia asociadas que implican el núcleo
familiar, es decir, las mujeres y los niños o las niñas.

Creemos que nos encontramos en una situación de violencia que es
estructurada. De alguna manera se puede estudiar y diagnosticar el
problema no sólo en base a lo que estamos explicando del Ministerio del
Interior, sino que se puede y se debe estructurar basándonos en datos de
los servicios sociales, en datos sobre zonas de exclusión y pobreza, en
datos que conocemos de consumo de drogas y de alcoholismo. Por tanto,
entendemos que se podrían y deberían prever situaciones potenciales de
riesgo y estructurar las diferentes actuaciones prioritariamente en zonas
donde, de alguna manera, se puede actuar en el ámbito de la prevención.

Para nosotros la prevención no sólo consiste en que ante una mujer que ha
sufrido ese problema se actúe desde el ámbito de la primera atención de
la Policía con determinadas directrices de información o de atención,
sino que tiene que alcanzar a conocer de antemano cómo está la situación
estadísticamente, cuáles son las zonas y las situaciones de alto riesgo,
sin dejar de tener en cuenta, evidentemente, que puede ser una situación
genérica. Nosotros debemos intentar caminar en esa dirección como lo
hacemos en otros problemas, por ejemplo, en el fenómeno de las drogas no
limitamos a un solo ámbito nuestra actuación, sino que tenemos que
coordinar, como se ha dicho en alguna intervención, las diferentes
actuaciones para que la prevención no sea sólo desde el momento en que ya
se ha conocido la agresión, sino un concepto amplio que hay que aplicar a
todo el conjunto de diagnóstico de este problema.

También tenemos interés en conocer los delitos de violencia grave sin
resolver y, sobre todo, en incorporar finalmente en todo el ámbito de la
prevención un elemento asociado al consumo de drogas y a las situaciones
de alto nivel de riesgo familiar o que afectan, fundamentalmente, a la
mujer.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sabanés.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su representante, la
señora Sainz García.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, en primer lugar, en nombre del Grupo Parlamentario
Popular, quiero darle la bienvenida y manifestar nuestra satisfacción por
su comparecencia hoy aquí en la Comisión Mixta de los Derechos de la
Mujer, que adquiere carácter histórico porque es la primera vez que en
ella comparece el Ministro del Interior, no porque no se hubiese
solicitado antes, sino porque pertinazmente el anterior Gobierno impidió
que en ella compareciesen otros Ministros, salvo el responsable del
Instituto de la Mujer. Su presencia en esta Comisión sienta, por tanto,
un precedente de gran interés y, sin duda, habla, como además ha dejado
en evidencia su comparecencia, de la entrega de su Ministerio, y de usted
como máximo responsable, a una causa tan justa como es el trabajar por la
igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer.

Nuestro Grupo comparte con usted que la inquietud entre la mujer y el
hombre es un principio básico de democracia. Y para promover la igualdad
en la práctica, sabemos que el Gobierno elaboró un tercer plan, en el que
se contemplan acciones específicas que tienen importante efecto impulsor,
en especial, al articular aquella acciones en todos los Ministerios y, en
concreto, el de usted, convencidos de que la igualdad de oportunidades
tiene que estar presente de una forma claramente transversal en todas las
políticas y acciones del Gobierno. Sabemos que en muchas áreas de las
políticas y programas gubernamentales están consolidándose esfuerzos
importantes para promover la igualdad de oportunidades, lo cual,
naturalmente, no excluye que existan políticas de acción positiva, porque
ambos enfoques son claramente complementarios y deben aplicarse
conjuntamente.

En este sentido, nuestro Grupo valora las acciones positivas que usted ha
enunciado en su exposición. El principio de integración de igualdad de
oportunidades debe tener en cuenta los posibles efectos de todas la
políticas sobre la situación de las mujeres, cuestión sobre la que hemos
comprobado también cómo las acciones de su Ministerio se basan en un
sólido análisis de la situación de los dos sexos en los distintos ámbitos
de la vida, que usted, en definitiva, tiene que proteger desde su
Ministerio.

Lamentablemente, las acciones del Ministerio tienen que ir dirigidas a
los aspectos conflictivos que existen en la



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sociedad, así como a colaborar en la solución de los problemas y,
precisamente, las mujeres aparecen en algunos de ellos como
protagonistas, como es el grave problema de la violencia doméstica, de
triste actualidad y que ha quedado de manifiesto a través de la
intervención de todas las portavoces, así como en la suya, por supuesto.

Los objetivos de colaboración con el Instituto de la Mujer son de gran
interés para las mujeres más débiles, como aquellas que se encuentran
inmersas en el desgraciado mundo de la droga, sobre el que usted ha hecho
una importante referencia. Por ello, pensamos que es de gran interés
social la colaboración en todos los programas de prevención y consumo,
así como la edición, que usted también ha referido, de esta guía sobre
mujer y drogas, porque, sin duda, la información es un paso importante.

Y nuestro Grupo tiene, desde luego, especial preocupación por las mujeres
reclusas. Le pedimos que siga trabajando en la ampliación de esas medidas
sociales de rehabilitación y coincidimos con usted en que en esta
cuestión estamos ante un reto importante. Hemos escuchado con
satisfacción la información sobre la apertura de nuevos centros para
mujeres, así como la experiencia en Aranjuez de los módulos familiares,
con el objetivo de mejorar su calidad de vida. La verdad es que es
triste, si bien es una experiencia positiva, que podamos hablar hoy en
esta Comisión no sólo de módulos para mujeres, sino también de módulos
familiares. Por ello, señor Ministro, nuestro Grupo tendría interés en
que esta Comisión Mixta pudiera visitar algunos módulos de la mujer y,
más concretamente, este módulo familiar, para lo que pedimos también
todas las facilidades que se nos puedan ofrecer desde su Ministerio.

Por lo que se refiere a este grupo de población, nos gustaría que en un
futuro pudiera evaluar la rebaja de cinco a tres años en la edad de los
niños que están con sus madres en las cárceles, porque hemos escuchado
opiniones de todo tipo, desde quienes coinciden en que, efectivamente, es
importante rebajar la edad del niño en la cárcel, hasta quienes
consideran que al salir de la cárcel a los tres años a veces llegan a
ambientes vulnerables, donde no se les estaría ayudando de la mejor
manera a su desarrollo integral. Por tanto, creemos que sería un trabajo
importante que se pudiera realizar también desde su Ministerio. Al mismo
tiempo, le pedimos que continúe en la línea de proporcionar cursos de
formación y empleo a aquellas mujeres que, incluso de forma reiterada,
llegan a la cárcel, sin olvidarnos tampoco del aspecto sanitario.

Lamentablemente, en el área de violencia, preocupación que hemos
compartido con usted todas las portavoces, nos satisface que el Ministro
del Interior, a través de sus representantes, haya participado, junto con
el Instituto de la Mujer, en la conferencia sectorial monográfica sobre
la violencia contra las mujeres, celebrada el 26 de noviembre pasado.

Sabemos de la presencia del Ministerio también en la conferencia
interministerial y coincidimos con usted en que esta cuestión es una
auténtica lacra social, que requiere el esfuerzo de todo el cuerpo social
y nos parece muy importante que usted valore este problema como un
obstáculo hacia la igualdad.

En la misma línea, resaltamos las respuestas dadas a las actuaciones que
se contemplan en el tercer plan, concretamente, desde el convenio con el
Instituto para fomentar la presencia y promoción de las mujeres en las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque, sin duda, es ésta una
de las áreas en donde está poco representada y en donde tiene sentido que
se anuncien esas medidas positivas, como usted hoy nos ha señalado.

El que el Ministerio del Interior incremente en doce los servicios de
atención a la mujer en las comisarías es algo que nos parece fundamental
y, sinceramente, evidencia la voluntad del Gobierno de ayuda y apoyo a
las mujeres víctimas de la violencia. Son medidas eficaces que se han
reclamado durante mucho tiempo y que el Gobierno y su Ministerio no sólo
están potenciando, sino claramente multiplicando. La complejidad y
delicadeza de la materia requiere un personal con unas características y
preparación determinadas, de la que en muchas ocasiones adolecen muchos
funcionarios, no sólo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
sino también los abogados, médicos, etcétera. Por tanto, repito, esos
esfuerzos que ahora se están intensificando en esa línea de formación y
preparación son fundamentales.

Los grupos de apoyo a mujeres maltratadas nos recuerdan que hasta hace
poco a las mujeres que acudían a la Policía o a la Guardia Civil a
denunciar, más que ayudarlas, se las trataba de disuadir, o se les
aconsejaba que arreglaran sus problemas por otra vía. Por eso, ni que
decir tiene que recibimos con muchísimo interés sus palabras sobre que
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen que ser elementos
activos ante las denuncias que se puedan presentar.

Lógicamente, nos sigue interesando muchísimo que usted comparta el
objetivo, no sólo de seguir ahondando en la formación, sino de
sensibilizar también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en
la necesidad de ir incrementando la presencia de las mujeres en dichos
Cuerpos. Reciba todo nuestro apoyo para las acertadas acciones dirigidas
a aumentar el conocimiento, las actitudes y los recursos entre los
profesionales, aplicables tanto a los que ingresan como a los que ya
están trabajando, así como a los que ocupan posiciones de mandos
superiores de la Guardia Civil y la Policía.

La misma actitud debemos manifestar en relación con la Dirección de la
Guardia Civil. Es importante la presencia de mujeres en la Guardia Civil
especialistas en la atención e investigación de delitos contra las
mujeres, al igual que la especialización y preparación del resto de sus
miembros, por lo que, sin duda, siendo siempre las medidas de este tipo
mejorables, creemos, sinceramente, que se está trabajando decididamente
en la dirección adecuada.

Nuestro Grupo ha escuchado con gran interés la medida de acción positiva
que la Subdirección General de Personal quiere impulsar, modificando lo
relativo a las pruebas físicas establecidas. En este sentido, nuestro
Grupo anuncia que presentará una proposición no de Ley en línea con lo
que usted acaba de señalar, para tratar también de impulsar y dirigir las
esfuerzos en la misma dirección.




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Termino, señor Ministro, señora Presidenta, señalando que cuenta con todo
el reconocimiento y apoyo del Grupo Parlamentario Popular en el
desarrollo de la política que, en aplicación del principio de igualdad,
decididamente está realizando su señoría desde el Ministerio del
Interior, demostrando, sin lugar a dudas, una sensibilidad hacia temas de
gran interés --en primer lugar, social-- y que, como usted decía, tienen
el objetivo de fortalecer moralmente a una sociedad que, de verdad,
quiere ser cada vez más justa y más igual.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sainz García.

Para contestar a las señoras portavoces, tiene la palabra el señor
Ministro del Interior.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Mayor Oreja): Señorías, en primer lugar,
quiero agradecer las intervenciones de todas y cada una de las
portavoces, pues, sin ninguna duda, han hecho sugerencias inteligentes
que el Ministerio del Interior debe tomar muy en cuenta. Y me van a
permitir que antes de contestarles haga una reflexión de fondo respecto
de esta cuestión.

Yo creo que lo que en estos momentos está en juego en este tema es saber
si somos capaces de trasladar una problemática individualizada, familiar,
que está en el ámbito de la tragedia personal o familiar, a lo que es un
problema público. La democracia, que es un régimen de opinión, hace que
algunas cuestiones pasen de la dimensión privada o familiar a la
dimensión pública. Y selecciona. Esencialmente, la democracia es un
elemento que selecciona cuáles son los problemas que tiene una sociedad,
y a los que los poderes públicos deben dar respuesta de una manera
sistemática y constante, y aquellos otros que se producen de una manera
casual y que, insisto, inciden sobre el ámbito personal y familiar.

Tenemos la oportunidad de que esta cuestión, que es una realidad que
sabemos que existe en la sociedad española desde hace mucho tiempo, sea
un problema más de la seguridad pública que exija no solamente dar
respuestas particulares cuando se producen hechos particulares, sino que
haga necesaria una estrategia, una globalidad en la respuesta. Y es una
oportunidad que no deberíamos perder, porque, en la medida en que lo
hagamos bien, este problema irá retrocediendo. Si somos perseverantes y
tenaces --y ésa es la gran batalla en esta cuestión-- haremos que no sea
motivo de un titular, de un seguimiento informativo de una tragedia que
se produce en un momento determinado, sino que se transformará en el
tratamiento sistemático de un problema público al que la democracia ha
dado esa categoría y que ha hecho que lo compartamos todos los poderes
públicos. Esa es la gran cuestión. Todo lo que sea hacerlo
inteligentemente, sin precipitación --como decía una Senadora hace unos
momentos--, sin necesidad de abrir todas las líneas del mundo, sabiendo
que es un problema que existe desde hace muchos años y en el que lo que
hace falta es saber marcar prioridades, grandes líneas de actuación, de
forma y manera que podamos hacer un control sistemático de lo que se está
haciendo, pero sin que nos perdamos en el todo para no hacer nada,
indicará que estamos sabiendo resolver correctamente esta gran cuestión.

Una segunda observación, un tanto general y sin ánimo de polémica alguna
--porque voy a marcar una diferencia respecto de todas las
intervenciones, también respecto de alguna de mi Grupo o de la Presidenta
de la Comisión, y no lo digo para debatir con ustedes, sino para tratar
de convencerlas y, en caso contrario, que ustedes sigan aplicando los
términos que quieran--, es que creo que es bueno que a los terroristas y
a los grupos terroristas les llamemos terroristas. A las otras cosas les
vamos a llamar de otra forma, sin que ello signifique rebajar un ápice el
dramatismo que se produce. Probablemente unos traficantes de droga
provocan el mayor terror posible en una familia o en una ciudad, pero son
traficantes de droga. A los terroristas, es decir, a los que matan por
matar, a ellos solos, vamos a seguir llamándoles terroristas, porque, si
no, estaríamos introduciendo conceptos de terrorismo doméstico, familiar,
de la droga o, incluso, económico y estaríamos desvirtuando algo que hoy,
en mi opinión, es importante, aunque sólo sea una cuestión terminológica,
que es saber respetar el concepto de «terrorista» para quien hoy en
España es terrorista. Repito, sin quitar un ápice de gravedad y
trascendencia a los efectos tremendos con que se realizan otras
actuaciones en otros ámbitos.

Sobre ese mismo concepto --y basándome en lo que decía la portavoz
socialista al final de su intervención--, hoy no solamente hay cobertura
material para las víctimas del terrorismo, sino que la jurisprudencia
marca que las víctimas de grupos organizados son las que tienen derecho
al resarcimiento material. ¿Por qué? Porque se supone que cuando un grupo
se organiza, bien por objetivos políticos, y les llamamos terroristas,
bien porque haya demostrado claramente una capacidad de organizarse
dentro del Estado, significa que hay una responsabilidad de déficit del
Estado por no haber podido evitar una organización de estas
características. Y esas personas o esas víctimas son objeto de
resarcimiento material. Ahora bien, si además introducimos otro
planteamiento, que sería el resarcimiento a todas las víctimas,
evidentemente, estaríamos ante la imposibilidad de afrontar una situación
que, en mi opinión, englobaría tantas posibilidades que cualquier persona
víctima de cualquier delito podría ser objeto de un resarcimiento por
parte del Estado.

Deberíamos ser capaces de acotar y de seguir trabajando en todo lo que
significa respuestas a grupos organizados, terroristas o no; pero creo
que hay terreno más que suficiente para que el resarcimiento del Estado
tenga un importante y significativo trecho por recorrer, y, en esa misma
filosofía, no podríamos aplicarlo a cualquier tipo de delito,
refiriéndome en este caso al terreno material.

Voy a darles unos datos para que no entremos en lo que podría entenderse
como una deformación de la realidad, sin quitarle ninguna importancia. En
el año 1996 hubo 165 víctimas femeninas. En el año 1997, 151 víctimas. En
el año 1996 hubo 97 víctimas, siendo el autor de la muerte del cónyuge
--y en el año 1997 hubo 91--, y 27 casos en



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los que la autora de la muerte fue la cónyuge. Y en 1997 hay 23. Esos son
los datos, señorías, simplemente a efectos de referencia de lo que ha
significado la comparación del año 1996 respecto de 1997.

Me parece bien todo lo que se hizo en los años 1994 y 1995, pero le
aseguro que lo importante es saber lo que se hizo bien en 1994 y 1995 y
seguir haciéndolo. Yo no voy a competir con lo que se hizo bien en esos
años; lo que creo que es que en 1998 tenemos que hacer las cosas todavía
mejor. Y no se trata de que haya muchas y nuevas iniciativas, sino de que
seamos capaces de perseverar en las que se han emprendido. En mi opinión,
los problemas de la democracia española han estado siempre más en el
déficit de perseverancia que en la exigencia de hacer grandes inventos y
grandes novedades en nuevas medidas. Tenemos que ser perseverantes en las
cosas que se han apuntado, unas en 1995 y algunas otras ahora. Le puedo
asegurar que hay de todo menos encogimiento de hombros por parte del
Gobierno, y creo que así se ha puesto de manifiesto con la enumeración de
medidas que se han adoptado en 1997, no las que se van a adoptar en 1998.

Por lo que se refiere a la circular de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, está a su disposición, y su filosofía --estamos abiertos a
hacer más circulares-- es que un policía en esas condiciones --lo decía
muy bien la Senadora del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de
Convergència i Unió hace unos momentos-- además de ser un agente de la
autoridad, tiene que ser una persona. Eso es lo más importante. Y para
eso hace falta un esfuerzo del policía y también que sepamos reconocer,
agradecer y apreciar, cuando se producen circunstancias de esa
naturaleza, la actuación policial. Probablemente, muchas veces hay una
falta de estímulo, y ésa puede ser la gran batalla, no un problema de
medios, sino el ánimo, el incentivo, saber lo importante que es que en
ese momento el policía sea una persona. Porque los psicólogos serán muy
importantes, y los equipos psicológicos y médicos que se puedan montar,
pero la presencia de una persona con uniforme en los primeros minutos es
para mí lo más eficaz, lo que va a permitir más denuncias y lo que nos va
a permitir a todos afrontar mejor esta situación. Le aseguro que esa
circular está en esa dirección, y la tarea no es sencilla porque en
España hay 120.000 miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Para hacer una labor de concienciación, para dar idea de la trascendencia
de lo que puede significar el contacto con otra persona que tiene una
tragedia, que en ese momento ha sufrido un delito, hace falta tiempo y
hace falta mejorar, y que sepamos reconocerlo cuando se produzcan
circunstancias positivas y decir: que bien se ha actuado de esta forma y
de esta manera. Le aseguro que, en mi opinión, esa circular, que está a
su disposición, va en esa dirección.

A los cursos de formación se ha invitado a asociaciones de mujeres
maltratadas. ¿Qué todavía hay que invitar a más? Pues lo haremos. Y
también ha habido portavoces a los que se les ha invitado para participar
en esas labores de formación.

Tomo nota de lo que ha manifestado respecto de los centros de acogida. Lo
que quiero añadir sobre esto es que los medios para proteger a las
mujeres también tienen su limitación. Estamos hablando de 16.000
denuncias desde el año 1997. Es evidente que hoy el volumen y la
dimensión del problema hace que sea muy difícil llevar a cabo medidas
globales y generales de protección. Creo que si avanzamos en la
especialización de las unidades policiales, si avanzamos en lo que
significa la formación de más respuestas humanas por parte de los
miembros del Cuerpo Nacional --no digo que no las haya, digo que todavía
hay que perfeccionar esa relación--, si aumentamos el nivel de presencia
de la mujer, si vamos a tres o cuatro retos, a tres o cuatro líneas,
iremos en la dirección correcta porque no vamos a resolver un problema de
muchos años, pero sí a afrontar con claridad lo que son prioridades
posibles, objetivos concretos alcanzables en los próximos años, y todos
ellos en la buena dirección. Vamos a ordenar un proceso difícil por el
volumen de agresiones que pueden producirse debido a esos hábitos que
puede haber en algunas familias y por lo que todavía significa una falta
de concienciación pública de lo que debe ser un tratamiento simultáneo de
muchos poderes en esa dirección. Pero vamos a ordenar las cosas sin caer
ni en la precipitación ni en la multiplicidad exagerada de objetivos que,
al final, hacen que nos desanimemos y, en consecuencia, no alcancemos las
metas deseadas.

En cuanto a la cuestión de la estadística, debo decirle que es verdad.

Hay un programa estadístico para recogida de datos sobre denuncias de
delitos. Es cierto que en estos momentos no hay una incorporación de
policías autonómicos, y en estos momentos espero que, en las próximas
semanas, se puedan incluir los datos que tengan estadísticas nacionales,
que hoy todavía no se ha conseguido. En este terreno espero que suceda lo
mismo con los Mossos d'Esquadra. Antes también me había formulado una
pregunta otra diputada sobre esto, y tomo nota.

En lo que se refiere a la comisión interministerial, le informo de que lo
trasladaré a la responsable del Instituto de la Mujer por si en el
terreno de la trata de blancas pudiésemos abordar de una manera
significativa una comisión de estas características. Ya he dicho antes
que yo actuaré en ese sentido disciplinadamente, de acuerdo con lo que
marque el Instituto de la Mujer sobre esta cuestión. Además, en este
asunto, mi Departamento es uno más, no el único, que trata este tema.

La Senadora Pilar Costa me planteaba una cuestión que sin duda es
significativa. Reconozco que no me lo habían explicitado con claridad, y
tomo buena nota de ella. Se trata del cumplimiento consecutivo de
condenas de los cónyuges, de modo y manera que no puedan ingresar en
prisión de forma simultánea. No sé dar una respuesta en estos momentos.

Lo que sí le digo es que lo vamos a estudiar. Sí quiero decirle que, a 31
de enero de 1998, en los centros penitenciarios españoles hay 151 niños
en compañía de sus madres. Lo digo para que tengamos una idea de lo que
estamos hablando. En el año 1994 había 221, hoy hay 151. Quiero decir
también que, como ya sabe usted, hay madres internas que están
clasificadas en tercer grado, es decir, que tienen régimen abierto, de
tal modo que los que viven en pisos o viviendas unifamiliares fuera



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de los centros penitenciarios y que, además, están gestionados por ONG,
por organizaciones no gubernamentales, acogen el 12 por ciento del total
de los niños. Estas unidades funcionan hoy en cuatro lugares: una en
Madrid, otra en Sevilla y dos en Valencia. Vuelvo a insistir en la labor
desarrollada por las organizaciones no gubernamentales. En estos momentos
ésa es la dimensión real del problema, y lo que le quiero decir es que
hoy nos encontramos con que hay que dar solución exactamente a 151 niños
que viven en compañía de sus madres. Insisto: en lo que significan ya las
cuarenta y ocho parejas a las que antes me he referido, voy a preguntar y
voy a saber con exactitud el porqué de que ese cumplimiento consecutivo
al que usted hacía referencia no se pueda poner en práctica. Lo voy a
estudiar y, en el momento en que podamos, le daré una respuesta.

Esté usted tranquila: lo que yo he hablado del SAFA, del Servicio
Familiar, no ha sido para tratar de eliminar el SAM. Muchas veces de lo
que se trata es de saber que, en ocasiones, el tratamiento policial en
este terreno debe ser abordado de una manera que también se tenga en
cuenta esa violencia sobre el menor. En muchos casos, la violencia
también se reproduce en ese mismo lugar contra el menor, con lo cual el
que haya un tipo de tratamiento simultáneo, policial, de lo que puede
significar el tratamiento y el cuidado del menor respecto de lo que es la
mujer que en esos momentos sufre malos tratos encaja, pero en cualquier
caso le diré que, en estos momentos, la prioridad que le he marcado es la
constitución del SAM en las provincias correspondientes. Y a mí me
gustaría que en esos tres meses, además del de Murcia, hubiésemos abierto
otro, no tenga usted ninguna duda, pero también tenemos que trabajar
sobre la inmigración y sobre el reforzamiento de la policía de proximidad
y sobre tantas y tantas cuestiones, y en este terreno, evidentemente,
también hay sus limitaciones. Pero en el año 1998, el compromiso es que
esos SAM se pongan en marcha.

Luego hay un proyecto de reflexión sobre lo que puede ser, además, un
servicio familiar que englobe, no solamente la protección de la mujer,
sino también lo que significa el mal trato al menor, porque normalmente
el origen es el mismo y en este terreno suele coincidir.

Estoy absolutamente de acuerdo con usted cuando se refería a las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es algo más que saber interponer
una denuncia, como decía la Diputada de Convergència i Unió. Esa
asistencia psicológica es, sobre todo --ya lo he dicho--, el tratamiento
humano, y coincido absolutamente con lo que usted decía al final de que
no haya precipitaciones, porque es evidente que no conducen a ninguna
parte.

Respecto de la intervención de la representante de Convergència i Unió,
ya he hecho esa observación inicial; si la acepta, bien, y si no, siga
usted si cree que es más convincente y más contundente con su argumento
del terrorismo doméstico. En lo demás le diré que estoy absolutamente de
acuerdo con su intervención. Como ha puesto de manifiesto, no solamente
hay un papel sancionador; es una persona que se acerca a otra que ha
sufrido una especial tragedia en un momento determinado. No tengo ninguna
observación que hacer ni ninguna matización que introducir respecto a su
intervención.

Respecto a la intervención de la portavoz de Izquierda Unida, lo primero
que quiero decirle es que el tema de la droga es tan importante que está
pendiente la firma de un convenio de colaboración entre el Instituto de
la Mujer y el Plan Nacional sobre la Droga, que se están llevando a cabo
en estos momentos, que lo he anunciado ahora mismo. Lo que sí deseo
comunicarle es que el Director de Instituciones Penitenciarias está a su
disposición para que pueda conocer de forma más directa el contenido
formal de este convenio.

Para que tengamos una cierta idea de sobre qué estamos hablando
exactamente, sí quiero decirle --antes le he hablado de relación con
niños-- que debemos situarnos un poco, porque algunas veces no sabemos la
situación de las mujeres en prisión. El número de mujeres reclusas en los
últimos diez años se ha incrementado mucho más rápidamente que el de
varones. Entre el año 1980 y el año 1994, el número de mujeres en prisión
se ha multiplicado por ocho, y ha pasado de 487 a 3.997, y en enero de
1998 la cifra asciende a 3.639. Se ha hablado de una cifra de 40.000
reclusos, pero el nivel, el aumento y el crecimiento que se ha producido
en estos años es ciertamente espectacular en las mujeres, especialmente
en todo lo que significan delitos contra la salud pública, que viene a
significar que 55 de cada 100 mujeres que ingresan en prisión entran por
este tipo de delito.

Antes me he referido a las prisiones que tienen módulos de madres y a lo
que pueden significar estas experiencias novedosas que estamos teniendo
en lo que ya son módulos familiares, para entendernos, y sobre los que
también he hablado antes.

Le repito que seguimos abiertos a todos los esfuerzos que podamos hacer,
no solamente en cuanto al sida sino en cuanto a todo lo que signifique un
esfuerzo continuo para mejorar la situación de la población reclusa
femenina, en lo que significa potenciación de actividades laborales,
ocupacionales y educativas.

Le vuelvo a hacer la misma reflexión. Cuando se plantean las medidas
preventivas inmediatas hay tantas cosas que hacer para atajar la
violencia en este sentido que lo que tenemos que hacer en el Ministerio
de Interior es, al menos, determinar unas pocas y claras, que al menos
veamos objetivos concretos, porque no podemos introducirnos en la
prevención para no hacer nada. Nos tenemos que introducir en la
posibilidad de hacer cosas, incluso hacer programas con posibilidad de
cuantificar resultados. Pero, al margen de que estoy absolutamente de
acuerdo en que eso sería lo más importante, en el Ministerio de Interior
tenemos que saber que hay un tiempo determinado para hacer las cosas, y
que tenemos que trabajar en la buena dirección y con prioridades claras.

Por último, quiero decirle a la representante del Grupo parlamentario
Popular que sí creo que tiene que haber una cierta discriminación
positiva, como usted ha dicho. Yo creo que si es esencial la presencia de
mujeres en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tendremos que
saber, sin alterar o modificar la ley, encontrar esas fórmulas.




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Es una necesidad de la sociedad española, no solamente para afrontar este
tema, sino para otras muchas cuestiones, que podamos animar y favorecer
esta incorporación.

Me parece muy bien esa iniciativa parlamentaria. Me parece que será
objeto de diálogo entre todos los partidos para ver si podemos encontrar
fórmulas que consoliden y confirmen todavía más la posibilidad de hacerlo
dentro del estricto marco de la ley. Ni que decir tiene que la solicitud
que usted ha hecho de acercamiento a estas instituciones ya está
aprobada. Nosotros estamos absolutamente abiertos a que el Parlamento se
acerque a las cárceles españolas. Queremos dar ejemplo a todos los
españoles porque creemos que las cárceles son una realidad que no hay que
esconder ni tapar, sino que hay que aproximarse a ellas. Por eso, me
parece muy bien que sean los grupos parlamentarios los que se aproximen a
las prisiones.

Muchas gracias. (La señora Arnáiz de las Revillas García pide la
palabra.)



La señora PRESIDENTA: Gracias.

Tiene la palabra la señora Arnáiz.




La señora ARNAIZ DE LAS REVILLAS GARCIA: Gracias, señora Presidenta.

Acogiéndome a las normas y a los usos de las Comisiones del Senado,
solicito de la Presidencia que conceda el turno de preguntas directas y
concretas que habitualmente se da después de una comparecencia de un
Ministro.




La señora PRESIDENTA: Señora Arnáiz, yo creo que, antes de nada, debo
preguntar a las señoras portavoces si quieren intervenir, aunque por las
indicaciones que me están haciendo veo que no quieren intervenir. Así me
lo han hecho saber todos los grupos parlamentarios. Este turno que se
abre, según el Reglamento del Senado, es exclusivamente para hacer
preguntas al compareciente. No es para dar criterios ni opiniones ni para
ser portavoces. Es exclusivamente para hacer preguntas al compareciente.

¿Alguna Senadora o Diputada quiere intervenir? (Pausa.)
Señor Ministro, muchísimas gracias por su intervención. La señora Arnáiz
de las Revillas tiene la palabra.




La señora ARNAIZ DE LAS REVILLAS GARCIA: Muchas gracias, señora
Presidenta.

Señor Ministro, usted se ha referido a unas jornadas que se celebraron en
abril de 1997 en las cuales participamos algunas de las mujeres
pertenecientes a la Comisión Mixta Congreso-Senado. Yo tuve la
oportunidad de ser ponente en esas jornadas que se celebraron en Sevilla,
jornadas que fueron, por otra parte, muy interesantes. También participó
alguna otra Diputada en esas jornadas. El tema era la Mujer en la Guardia
Civil. En esas jornadas participaron personas de distintas procedencias.

Pero los actos oficiales de inauguración y clausura pertenecían
exclusivamente al Partido Popular. Estaban la Alcaldesa de Sevilla, el
Delegado del Gobierno central en Andalucía, y un montón de personas,
excepto de la administración autonómica. No estaba invitada la Consejera
de Gobernación ni el Presidente de la Diputación Provincial ni el
Presidente de la Junta de Andalucía. No invitaron absolutamente a nadie.

Tampoco estaba la policía autonómica andaluza. Sí estaba la Ertzaintza,
la Policía Autonómica Vasca, la Policía Autonómica Galega e, incluso,
representantes...




La señora PRESIDENTA: Señora Arnáiz, ¿esto es su pregunta o es una
exposición?



La señora ARNAIZ DE LAS REVILLAS GARCIA: No. Estoy diciéndole al señor
Ministro que yo hice una pregunta escrita al Gobierno sobre por qué se
discriminaba o se excluía a toda la administración autonómica andaluza y
a la policía autonómica andaluza. El Gobierno me contestó, a través del
representante del Ministerio de Trabajo, que eso había sido
responsabilidad de la Guardia Civil, que era quien había organizado estas
jornadas.

Como usted ha dado cuenta en su gestión de esas jornadas, quiero saber si
tiene notificación de eso que se hizo y de la protesta que esta Senadora
por Sevilla manifestó al Gobierno.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, Senadora Arnaiz.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Mayor Oreja): No tengo constancia de las
personas que se invitan a un seminario, en este caso organizado por la
Guardía Civil. Creo que la Guardia Civil --y al decir esto estoy seguro
de que interpreto bien el sentir de la Guardia Civil-- no tiene interés
en invitar a unos diputados de un signo y a otros no. Supongo que
estarían invitadas un conjunto de autoridades representando a sus
instituciones. Si hubo problemas con el envío de las invitaciones, estoy
seguro de que la Guardia Civil no volverá a tenerlos en otras
circunstancias. Yo en estos momentos desconozco absolutamente el tema.

Reconozco que es la primera vez que me llega esta cuestión. No me ha
llegado nunca a la mesa del despacho.

Quiero recordarle que no hay policía autonómica ni en Galicia ni en
Sevilla. Hay adscripciones de unidades del Cuerpo Nacional, pero no hay
policía autonómica. Sólo hay policía autonómica en el País Vasco y en
Cataluña. No obstante, no sé si fue un problema de descortesía o de
déficit de invitaciones, pero le aseguro que --y creo que interpreto
correctamente el sentir de la Guardia Civil-- hoy no hay voluntad de
excluir a nadie en la sociedad española.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

La Senadora Navarro ha venido hasta la Mesa para decirme que quiere
intervenir un momento.

Tiene su señoría la palabra.




La señora NAVARRO GARZON: Muchas gracias, señora Presidenta.

Quiero intervenir sólo para concretar una cosa. Somos conscientes, señor
Ministro, de que es complicado tomar medidas. Pero no compartimos que se
anuncie a bombo y



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platillo que se van a tomar medidas y que el Gobierno ponga unos plazos
que no se cumplen. Somos conscientes de que, por ejemplo, crear el
servicio de Murcia ha costado trabajo, pero no compartimos, aun siendo
conscientes de que es complicado, que se pongan unos plazos de tres meses
y que a los tres meses se vuelva a dar el mismo plazo.

Me van a permitir que les diga una cosa porque yo creo que se reproduce
cada vez que tenemos Comisión. La portavoz del Partido Popular, cada vez
que hay una comparecencia de un Ministro, nos dice que es histórica. En
el Gobierno socialista teníamos una Ministra feminista que conocía todas
las actuaciones encaminadas a la igualdad de todos los ministerios y ella
misma podía hablarnos de las actuaciones de esos diferentes ministerios.

No repitamos Comisión tras Comisión lo de la comparecencia histórica.

Sólo quería decir eso.




La señora PRESIDENTA: Gracias, Senadora Navarro. Acaba de abrir usted un
debate porque la Diputada del Grupo Parlamentario Popular quiere
responderle. De todas maneras, Senadora Navarro --y lo digo para todas
las portavoces--, el Reglamento de esta Cámara dice que las preguntas,
las indicaciones, las sugerencias y el control se deben hacer siempre al
compareciente y no a las o los parlamentarios que son miembros de esta
Comisión.

Tiene la palabra la señora Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Muy brevemente y sin ánimos de entrar en debate quiero recordarle, con
toda cordialidad, a la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista que el
Grupo Parlamentario Popular en la anterior Legislatura estaba cansado de
pedir la comparecencia de ministros responsables de distintas áreas, y
que el Grupo Parlamentario Socialista, que apoyaba el Gobierno, se negó a
que compareciesen.

Supongo que no pretenderá usted decir que la Ministra socialista era más
lista que los ministros actuales. (Una señora Senadora: ¡Más feminista!)
Decía usted que conocía perfectamente los temas. Yo creo que es muy
importante --esto va en línea con lo que se recoge en el IV programa de
acción europea y, lo que es más importante, en nuestro III programa-- que
la política de igualdad esté presente en todas las acciones que se
emprendan en todos los ministerios. Y nadie mejor que su responsable, que
lo es desde luego también ante el Parlamento, para exponernos las
políticas de acción que en el área de la igualdad de oportunidades se
vienen impulsando.

Esto hoy se puede hacer. Para nosotros es una satisfacción. Esta
comparecencia es, por lo tanto, un hecho histórico que aunque usted no
quiera admitirlo y le duela es diferente. Ahora sí pueden venir los
ministros a esta Comisión Mixta para la Igualdad de los Derechos de la
Mujer. Nuestro Grupo le felicita, le da la bienvenida y le dice que su
comparecencia ha marcado un precedente.

Por último, quiero señalar que todos nosotros quisiéramos que las
previsiones se cumpliesen lo más pronto posible. No obstante, quiero
recordarles que durante muchos años el Grupo Parlamentario Socialista
anunció la puesta en marcha de muchos servicios de atención a la mujer y,
desgraciadamente, tiene que ser el Gobierno del Partido Popular el que
anuncie la creación de 14. (Rumores.--La señora Navarro Garzón pide la
palabra.)



La señora PRESIDENTA: Gracias, Senadora Sainz.

Tiene la palabra el señor Ministro. (Rumores.)
Por favor, señorías, el señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Mayor Oreja): Muchas gracias, señora
Presidenta.

Quería hacer simplemente una apreciación final. Tuve que contestar en el
Congreso de los Diputados a una pregunta del Grupo Parlamentario Popular
y manifesté, antes de hacerlo en los medios de comunicación, la inquietud
y la preocupación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y
anuncié, precisamente, la potenciación de los servicios SAM. No hice
ninguna declaración a ningún medio de comunicación. Di simplemente la
respuesta en el Congreso. Creo que eso no es actuar a bombo y platillo.

Me parece que es un enjuiciamiento desproporcionado el decir que se ha
estado anunciando por todas partes, cuando se trata simplemente de
responder en el Congreso de los Diputados a una pregunta.

Señoría, creo que en ese terreno tenemos que saber hacer un esfuerzo de
concienciación, no de propaganda, y tenemos que saber marcar la
diferencia entre lo que es la concienciación y lo que es la propaganda.

Creo que es bueno que el Gobierno hable de estos temas, al igual que es
bueno que anuncie los servicios. Es bueno que diga que va a impulsar una
actuación en este terreno porque en ese anuncio hay una concienciación de
que existe un problema público. Precisamente le he dicho antes que el
reto que hoy tenemos sobre esta cuestión es si hacemos público este
problema o si lo dejamos en el ámbito particular y privado. Ese es el
reto que tiene hoy la democracia española: si este problema lo hacemos
razonablemente público, objeto de los poderes públicos, objeto del debate
público, objeto de la preocupación pública, o si lo dejamos debajo. Otra
cosa es que, si a finales de 1998 no he organizado ningún otro SAM, es
evidente que tendré que venir aquí para decirles a sus señorías por qué
no he hecho esos SAM. Esa es su misión: pedirme que venga aquí si se da
ese caso, pero mía no el anunciarlo; en todo caso mi misión es cumplir
con eso. De todos modos, creo que es bueno que el Gobierno hable de
medidas de esta naturaleza, pero no para hacer propaganda, sino para
concienciar de un problema hoy existente en la sociedad española.

Por eso mismo, insisto y reitero que, al margen de los debates que
podamos mantener, les aseguro que lo importante es que ya desde este
momento tomo buena nota de las sugerencias que sus señorías me han hecho,
algunas de ellas verdaderamente novedosas para mí.

Quiero agradecer la participación de todos ustedes en este debate.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Ministro.

Hoy, señor Ministro, se ha utilizado una expresión que esta Presidenta va
a erradicar del vocabulario de esta Comisión:



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terrorismo doméstico. Y voy a incorporar, tanto por su sugerencia como
por las veces que su señoría ha insistido en ello, las siguientes
palabras: perseverancia, concienciación y tenacidad.

No sé exactamente si los miembros de esta Comisión querrán asumir la
eliminación de esa primera expresión a que me acabo de referir --yo,
desde luego, sí la asumo--, pero sí estoy segura de que esas otras tres
palabras que acabo de mencionar se traducirán en lo siguiente: en un
esfuerzo perseverante y tenaz de concienciación que siempre contará con
todos los miembros de esta Comisión.

Gracias, señor Ministro. Gracias, señorías.

Ruego a las señoras y señores portavoces y miembros de la Mesa que
permanezcan un momento en la sala.

Se levanta la sesión.




Eran las catorce horas y cinco minutos.