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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 38, de 28/02/1997
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1997 VI Legislatura Núm. 38



PARA LA UNION EUROPEA



PRESIDENTE: DON PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 9



celebrada el viernes, 28 de febrero de 1997,
en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Secretario de Estado de Política Exterior y para
la Unión Europea (Ramón de Miguel y Egea) para informar sobre el programa
de la Presidencia holandesa y la CIG. (Número de expediente Congreso
212/000505 y número de expediente Senado 713/000127.)



Se abre la sesión a las once y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días. Comenzamos la sesión con la
comparecencia del Secretario de Estado de Política Exterior y para la
Unión Europea, para informar sobre el programa de la presidencia
holandesa y la Conferencia Intergubernamental.

El Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Gracias, Presidente.

Una vez más con gran agrado participo en esta reunión de la Comisión
Mixta. El tema de hoy es un tema inagotable. Podíamos haberlo fijado a
las 9 de la mañana del lunes y haber continuado toda la semana, porque el
programa de una presidencia es denso. De todas maneras, creo que la
Comisión Mixta ha tenido ya información por escrito del



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programa de la presidencia. Y no solamente del programa, sino de la
elaboración que nuestros funcionarios, tanto de la Secretaría de Estado
como de la representación permanente --que es una especie de extensión de
la Secretaría de Estado, pero en Bruselas--han hecho de todo el programa
que ha presentado la presidencia holandesa. Sin embargo, pienso que puedo
hacer una exposición a vuelo de pájaro, rápida, sobre los grandes temas
de la presidencia y, naturalmente, me pongo a disposición de la
Presidencia y de los miembros de la Comisión para responder todas las
preguntas que crean oportunas, así como sobre la CIG.

Es una presidencia que se ha definido muy poco sobre los grandes temas,
los grandes retos. Contrariamente a lo que podía esperarse de la
concreción habitual de los holandeses, quizá al ver la tarea ingente que
tenían por delante han preferido no manifestarse mucho y decir que se van
a ocupar de los grandes temas, sin concretar exactamente cuáles son los
objetivos que quieren lograr. Es evidente que el gran objetivo de la
presidencia es lograr un acuerdo en Amsterdam, tanto más cuando yo creo
que está fresco en la mente de todos nosotros el resbalón que tuvo esta
misma presidencia con ocasión del Tratado de Maastricht; se fijó el
objetivo de hacer un proyecto de tratado y al final hubo que hacer unas
rectificaciones porque si no aquel proyecto hubiera fracasado. Creo que
ellos tienen como objetivo llegar a un acuerdo en la cumbre de Amsterdam
sobre la Conferencia Intergubernamental y no quiere avanzar demasiado
sobre cómo se va a realizar ese acuerdo.

Los grandes temas son la conferencia, seguir elaborando todos los
fundamentos del paso a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria,
que en el fondo es la continuación de todo lo que se había hecho durante
la presidencia irlandesa sobre el pacto de estabilidad, las relaciones
entre las monedas de dentro y de fuera y el estatuto jurídico del euro.

Luego está de forma insoslayable la ampliación, que es la consecuencia
evidente casi obligada de la reforma de estos tratados. Por tanto, como
hay ya un mandato del Consejo Europeo de que las negociaciones de
ampliación empiecen seis meses después de finalizar la conferencia,
ninguna presidencia puede soslayar los temas de ampliación a partir de
este momento.

De estos grandes temas empezaré por la Unión Económica y Monetaria. Es
quizá el que tiene menor sustancia imaginativa, porque prácticamente toda
la urdimbre de lo que va a ser está ya concebida, está sobre la mesa, y
de lo que se trata es de seguir haciendo el trabajo del Ecofin, que es un
trabajo laborioso, pero en el que, desde el punto de vista político, hay
ya un gran pacto. Tiene que preparar para el consejo de Amsterdam una
serie de textos que formalicen los acuerdos políticos de Dublín, que
consisten en un proyecto de resolución sobre el nuevo mecanismo de tipos
de cambio, tienen que aprobarse los reglamentos de refuerzo de la
supervisión y coordinación de las situaciones presupuestarias y
agilización y aclaración de la aplicación del procedimiento de déficit
excesivo. Después, tendrán que formalizar la resolución sobre el pacto de
estabilidad y crecimiento y, naturalmente, tendrán que aprobarse los
reglamentos sobre el marco jurídico del euro.

A estas disposiciones se une el proyecto de acuerdo entre bancos
centrales que debe presentar el Instituto Monetario Europeo. Como la
Comisión conoce, en este tema España se encuentra relativamente
confortable, puesto que pudo tener esa posición de cierta flexibilidad
que España pedía y, al mismo tiempo, de rigor respecto al pacto de
estabilidad. Por tanto, como son, como quien dice, aprobaciones formales
de algo que ya está decidido a nivel político y lo único que hace falta
es precisar a nivel técnico, no se plantean grandes dificultades.

Entraré en el otro gran eje de la presidencia holandesa, que es la
ampliación. El Presidente Santer ya ha anunciado que, tan pronto como se
termine la Conferencia Intergubernamental, la Comisión va a poner encima
de la mesa sus tres paquetes de opiniones. Primero, una opinión
individualizada, país por país, lo que se llama en la jerga comunitaria
el avis, en la que no se excluye que la Comisión incluso clasifique
países más aptos y menos aptos para entrar en la fase inmediata a las
negociaciones. Va a producir otra opinión en cuanto al impacto de la
adhesión sobre las políticas comunitarias y otro avis, otro papel,
respecto al impacto de la adhesión sobre las perspectivas financieras y
sobre todo el sistema de financiación de la Comunidad. Si el calendario
sale, como todos creemos que puede salir, y si el Consejo Europeo cierra
la Conferencia Intergubernamental en Amsterdam --esto no lo ha dicho el
señor Santer en público, pero me lo ha dicho a mí en privado--, está todo
preparado para que en julio estén todos los avis encima de la mesa, con
lo cual creo que, a partir de ese momento y con la Conferencia
Intergubernamental aprobada y en ratificación, empezará el baile a partir
del verano, naturalmente con ese horizonte claro de que hay un mandato
del Consejo Europeo de que en seis meses empiecen las negociaciones de
ampliación con Chipre y Malta; Malta está fuera de juego, pero está
Chipre. Y, quien dice con Chipre, quizá se hable con otros países o quizá
con todos, como es opinión de algunos que pretenden que haya una especie
de pelotón de salida, en el que estén todos los candidatos a la adhesión,
y que luego el tema se vaya decantando. Como el Presidente sabe, éste es
un tema de profundo debate en la Unión, en la que hay divergencias
grandes, también entre los grandes socios; Alemania tiene una opinión
sobre eso y Francia tiene otra, y diversos países tienen cada uno la
suya.

Toda la cuestión de la ampliación se complica con la concatenación que se
está haciendo con la ampliación de la OTAN y con la presión de Turquía
para que el tema se ligue, como esta Comisión conoce. Parece que el gran
asunto político del semestre es la foto, quién va a estar en la foto de
Amsterdam, en el caso de que haya una foto de todos los países
candidatos. Esa idea de empezar con todos y luego ir decantando algunos
puede ser esa salida política que los miembros de la Unión Europea y los
de la Alianza Atlántica, porque la mayor parte de los países de la Unión
Europea y de la Alianza Atlántica están en el mismo sitio, tengan que
adoptar para evitar bloqueos.

Durante la presidencia holandesa se pretende empujar el diálogo
estructural que intensifique el intercambio de opiniones con todos los
países candidatos. El martes pasado



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ya hemos tenido una reunión de diálogo estructural con Eslovaquia y con
Bulgaria. Con Chipre, como bien conoce esta Comisión, el diálogo
estructural se eliminó precisamente por la exigencia germano-británica de
que este tipo de diálogo tiene que hacerse con las dos comunidades de la
isla de Chipre, es decir, no solamente con la comunidad del sur,
grecochipriota, sino con la turcochipriota. Esto ha producido de nuevo
una reacción airada por parte de Grecia y un ambiente de amenazas, de
bloqueos y de crisis respecto de la ampliación, pero en el programa de la
presidencia está claro que, además de estos diálogos que se han tenido
con estos países, Bulgaria y Eslovaquia, todos los demás van a ir pasando
por este procedimiento. Ya hay programado un montón de reuniones, que
tienen como objeto preparar a estos países para entrar ya en esa fase de
pre-negociación que se abrirá en el momento en que se termine la
Conferencia Intergubernamental.

Antes de pasar al tema de la Conferencia Intergubernamental, debería
hacer mención de una cosa de la que nadie habla. Porque ahora está de
moda hablar de la Conferencia Intergubernamental, de la ampliación, de la
Unión Económica y Monetaria, que son los grandes retos del futuro y
tenemos tendencia a olvidarnos de que estamos en un sistema de trabajo en
base al Tratado y, funcionando únicamente en base a lo que hay, no en
base a lo que viene, hay suficiente tajo como para que los quince países
de la Comunidad estuvieran continuamente entretenidos. Me quiero referir
a las políticas internas, que, como digo, tienen menos atractivo para ser
objeto de grandes titulares en la prensa todos los días, pero ése es el
quehacer del día a día de la Unión Europea y es particularmente
importante.

De estas políticas internas, quisiera hacer mención de lo que la
presidencia neerlandesa tiene ganas de hacer. El empleo se quiere que
siga siendo uno de los temas prioritarios para esta presidencia y tiene
la intención de presentar al consejo europeo de Amsterdam un informe
sobre todo el tema de la creación de empleo, que ha sido recurrente en
los últimos consejos europeos y que va a contar con aportaciones de los
consejos Ecofin y de asuntos sociales.

Precisamente respecto al Ecofin, con independencia de los preparativos
para la Unión Económica Monetaria, hay un acuerdo, al que se llegó el
pasado 16 de febrero, en relación a la actividad del BEI en terceros
países, con un aumento de los techos de préstamos en favor de los países
en vías de desarrollo de Iberoamérica y Asia y la fijación de un límite
de 2.310 ecus para la financiación de proyectos en el área mediterránea.

La presidencia holandesa ha destacado también que está dispuesta a entrar
en los temas de fiscalidad, anunciando el análisis de un régimen
definitivo para el IVA y avanzando en la propuesta de modificación para
el régimen fiscal aplicable a sociedades matrices y filiales y una
propuesta de directiva sobre fiscalidad de los carburantes, que creo que
ha sido ya destacada por los medios informativos y que ha levantado
algunas inquietudes. Esta directiva, además de elevar los tipos mínimos
actualmente aplicables, quiere extender su ámbito de aplicación a la
totalidad de los productos energéticos; por lo tanto, incluye el carbón,
el gas natural y la electricidad, no solamente los productos derivados
del petróleo. Esta es una propuesta que se inscribe en el famoso debate
de las emisiones de CO2 a la atmósfera. La posición española sobre este
tema es clásica, ha hecho escuela, es suficientemente conocida y yo creo
que va a ser mantenida en los mismos términos en que se mantuvo en su día
por el Presidente, cuando era Ministro en el Ecofin, y por el Ministro
Borrell, cuando era Ministro de Medio Ambiente.

En lo que respecta al mercado interior, la presidencia pretende llegar a
unas conclusiones sobre el futuro del mercado interior en el consejo de
Amsterdam, tomando como base una comunicación que fue presentada por la
Comisión el pasado mes de octubre y sobre la que estamos todos
trabajando; se llama Impacto y efectividad del mercado único. Estamos a
la espera de lo que el Comisario Monti presente en el Consejo de Mercado
Interior el próximo 13 de marzo, pero de lo que se trata es de garantizar
el cumplimiento de las disposiciones ya adoptadas, mantener la fuerza y
la dinámica del mercado interior para que no sea una cosa que se apague e
intentar aprobar las medidas pendientes que están todavía sin aprobar del
libro blanco de 1985.

La presidencia también ha mostrado gran interés en lo que llama la
simplificación de las normas del Mercado Unico, tarea en la que España
está totalmente de acuerdo.

Por lo que respecta a la agricultura, en este semestre toca la famosa
aprobación del paquete de precios para la campaña 1997-1998. Yo creo que
van a querer empezar el debate sobre las reformas y la construcción de la
organización común de mercado del aceite de oliva y del tabaco. De
momento, en relación al aceite de oliva hay una propuesta de la Comisión
muy conocida en la que se deja abierta la opción de primar la producción
o dar una ayuda al árbol. Quisiera decir de una manera abierta y sincera
que la corriente general en la Unión Europea se inclina por la ayuda al
árbol, tanto en los países nórdicos como en la mayor parte de los países
mediterráneos productores de aceite de oliva. Yo creo que esta Comisión
sobre todo, más que ninguna otra institución de este país, debe conocer
en este tema, en el cual España se juega mucho ya que somos los primeros
productores de aceite de oliva con un 33 por ciento de la producción
mundial, la regulación que se va a hacer. A pesar de que, por la presión
del Gobierno, la propuesta de la Comisión admite prácticamente en paridad
de equilibrio las dos opciones, ayuda a la producción y ayuda al árbol.

Debemos ser muy conscientes de que la tendencia general dentro del
Consejo se inclina por la ayuda al árbol y mucho me temo que España puede
quedarse en una posición totalmente minoritaria en un tema en el que se
vota por mayoría cualificada. Sobre esto tendremos ocasión de hablar,
porque es un tema que va a llamar la atención no sólo en la opinión
pública sino a todos los niveles políticos, por la trascendencia que el
cultivo del aceite de oliva tiene desde el punto de vista de producción
agraria y también de salarios y jornales y de medio ambiente en grandes
zonas de nuestro país.

El ministro de agricultura holandés ha anunciado asimismo que quiere
entrar en el tema del tabaco, tema difícil, en el que tenemos importantes
intereses en juego, porque España es productora de tabaco, y que además
entraña



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una contradicción profunda dentro de la Unión. Todos sabemos que, por una
parte, la Unión está gastando cantidades importantes para erradicar el
tabaquismo y al mismo tiempo está dedicando cantidades importantes para
fomentar el cultivo del tabaco. Esa contradicción no se le pasa a nadie,
es uno de los casos curiosos y contradicciones que tiene nuestra sociedad
y nos afecta de una manera muy importante, porque en algunas comunidades
autónomas españolas tenemos importantes producciones de tabaco, que
naturalmente viven de las subvenciones comunitarias.

El tema de las cuotas lácteas, que es otro tema caliente, la Comunidad
debe reconsiderarlo en el año 1999, como el Presidente seguramente
recordará, no muy felizmente, de su época como Ministro de Agricultura.

La tendencia general es el mantenimiento del sistema de cuotas, aunque
hay una serie de países, como España e Italia, que está pretendiendo un
incremento, con el fin de ajustar la producción a nuestro consumo. A
nadie se le oculta que todo este tema de las cuotas lácteas va a tener
una importancia capital en la reforma de las políticas comunes de cara a
la ampliación, puesto que, por si acaso no tuviéramos pocos problemas
aquí, el tema lácteo es uno de los temas importantes agrícolas de los
nuevos países adheridos a la Unión Europea.

En el tema pesca está encima de la mesa la aprobación del programa
orientativo plurianual, el llamado POP. Otro de los empeños que tiene la
presidencia holandesa es empujar esta reglamentación ya aprobada, pero no
aplicada todavía, de la prohibición total de las redes de enmalle a la
deriva, en la cual naturalmente España tiene un interés muy particular.

La idea es que la prohibición total entre en vigor a partir del 1 de
enero de 1998, pero ya hay tendencias para retrasarlo y, por lo tanto, la
presidencia holandesa está empujando con mucho interés para que esto se
realice.

En el Plan de orientación plurianual la delegación española tiene algún
problema, puesto que en programa anterior hemos alcanzado sin ningún
problema los límites de reducción de flota que se exigían en cada uno de
los programas mientras que otros países no lo han hecho. Por lo tanto, si
el nuevo POP trata de corregir lo que los anteriores no fueron capaces de
hacer, que se aplique un correctivo adicional a los que no lo hicieron,
pero no a nosotros, ya que nosotros hemos hecho el esfuerzo de corrección
de flota que estaba previsto en los POP anteriores.

Tiene especial relevancia para la presidencia holandesa, en el tema del
medio ambiente, la fijación de la posición de la Unión Europea para la
negociación de un protocolo que deberá ser aprobado durante la tercera
conferencia de las partes del convenio sobre el cambio climático, que es
el seguimiento de la Conferencia de Río, que va a tener lugar en Japón en
diciembre de 1997, y que establece los objetivos de reducción de
emisiones de anhídrido carbónico a la atmósfera a partir del año 2000. De
nuevo entramos aquí en ese debate que está a caballo entre el
medioambiente y la fiscalidad, debate que será difícil, ya que todos
conocemos que la presidencia holandesa tiene una posición muy radical.

También hay propuestas de directivas sobre calidad de los carburantes y
medidas contra la contaminación del aire por parte de las emisiones de
los vehículos a motor, un programa que se aprobó el año pasado; está
encima de la mesa y la presidencia holandesa tiene mucho interés en que
se vayan alcanzando los objetivos de reducción de azufre y de reducción
de partículas en todos los carburantes. Está sobre la mesa también, y con
intención de ser discutida durante esta etapa de la presidencia
holandesa, la directiva marco sobre aguas, que nos afecta de manera
especial, tanto más cuando en España lo que se plantea es la escasez del
recurso.

En energía, el objetivo más importante de la presidencia neerlandesa es
aprobar la directiva sobre la liberalización del mercado del gas. Esta
directiva es continuación de la del mercado interior de la electricidad,
que fue aprobada en el semestre pasado, y es particularmente importante,
porque no sólo continúa y remata la operación del mercado interior del
gas --todo el mundo conoce la intensa relación que tiene el gas y la
producción de electricidad--, sino que con ella se pretende cerrar el
ciclo de liberalización total en el mercado interior de la energía, que
era el gran desierto; no la energía derivada del petróleo, que está
totalmente liberalizada, pero sí la energía de producción de
electricidad, que es vital para el tejido industrial de la Unión Europea.

Esto tiene mucho mérito por cuanto todo el mundo conoce que los Países
Bajos, como grandes productores de gas y con una compañía estatal
importante del mismo, que tiene un gran papel en Europa en los
intercambios de gas, tenía una posición radicalmente contraria hasta hace
escasamente un año. En el año 1995, el gobierno de los Países Bajos decía
que era inconcebible un mercado liberalizado de gas en la Unión Europea y
ahora, en su presidencia, están plenamente comprometidos a llevar
adelante la liberalización del gas. Naturalmente esto tiene particular
importancia para España que fue la gran promotora del mercado interior de
la electricidad. Nadie debe olvidar que el acuerdo que se firmó bajo la
presidencia italiana se hizo sobre la propuesta de la delegación española
que presentó el ministro Eguiagaray; no se pudo rematar precisamente por
el famoso período de huelgas que tuvo lugar en noviembre de 1995 en París
y lo remató después la presidencia italiana. Por tanto, España se
encuentra en una postura confortable respecto al tema del mercado
interior del gas, tanto más cuando la liberalización en nuestro país ya
ha sido anunciada entre el primer paquete de medidas de este Gobierno.

Respecto al transporte, no hay nada particularmente importante que
señalar. Quizá lo más relevante es el ejercicio de los mandatos de
negociación para la conclusión de un acuerdo de transporte aéreo con los
Estados Unidos, así como todos los acuerdos de transporte con los países
del Este, del centro de Europa y con Suiza.

En telecomunicaciones, tampoco hay grandes propuestas sobre la mesa.

Acaba de aprobarse el gran acuerdo en el seno de la Organización Mundial
del Comercio, en Ginebra, sobre la liberalización del mercado de
telecomunicaciones y se ha fijado la fecha del 1 de enero de 1998.

Nosotros tenemos un plazo adicional para la liberalización de las
infraestructuras y de la telefonía y no hay ninguna propuesta nueva en
ese sentido más que desarrollar el gran paquete que ya fue aflorado en su
día.




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Sobre la investigación, la presidencia holandesa tiene la intención de
seguir los intercambios para definir el quinto programa marco de
investigación y desarrollo tecnológico, que abarcará el período
1999-2002. Ya hay documentos de trabajo de la Comisión sobre la mesa,
porque, aunque no se empezará a discutir hasta el año 1999, es un tema
que se tiene que tratar con mucha antelación, porque, a no ser que la
Conferencia Intergubernamental lo remedie --que podría remediarlo--, de
momento para todo el programa marco se requiere unanimidad y, por lo
tanto, el acuerdo para poner en marcha ese quinto programa marco requiere
mucho tiempo.

Ya he dicho anteriormente que en los asuntos comerciales era un objetivo
de la presidencia llegar a un acuerdo en telecomunicaciones en la
Organización Mundial de Comercio. Bajo esta Presidencia se ha celebrado
la primera conferencia ministerial de la Organización Mundial del
Comercio en Singapur y, por lo tanto, la presidencia holandesa, fiel a su
tradición de facilitar y liberalizar el comercio mundial, ha realizado un
importante trabajo hasta el día de hoy y pretende proseguir las
negociaciones de los servicios financieros que, en principio y si todo va
bien, deberían terminar en noviembre de este año.

No sé si me estoy extendiendo demasiado, pero me gustaría hacer una
referencia a las relaciones exteriores. La presidencia holandesa quiere
concluir la negociación de los acuerdos de asociación mediterráneos en
curso. Como sabe la Comisión, están todavía en negociación Egipto,
Jordania y Libia y habrá que empezar a pensar en iniciar negociaciones
con Argelia y con Siria. Como también conocerán SS. SS. por informaciones
de prensa, hace unos días se firmó un acuerdo de particular importancia;
aunque no tiene un volumen suficientemente significativo, políticamente
es muy importante. Se trata del acuerdo de cooperación con la autoridad
nacional palestina, con Arafat, que empieza a dar a este nuevo órgano una
cierta autonomía para tener un régimen de relación con la Unión Europea.

El proceso de Barcelona va a tener continuación en una conferencia
ministerial que se celebrará en Malta los días 14 y 15 de abril. La
presidencia holandesa está muy activa para lograr un seguimiento de este
tema del proceso de Barcelona. En principio había dificultades, porque
Túnez, que iba a ser el país sede de la conferencia, continuación de la
de Barcelona, fue objetado por Siria, que se opuso formalmente a que la
reunión se celebrara en cualquier país árabe y, por lo tanto, hubo un
momento de impasse, en el que los holandeses trabajaron con particular
ahínco para encontrar un nuevo candidato y se llegó a una posición de
compromiso para que la sede fuera Malta, que está a mitad de camino entre
Europa y los países árabes del norte del Mediterráneo.

También la presidencia holandesa tiene la intención de abordar con
interés el tema de las relaciones de la Unión con Turquía, que atraviesan
un momento delicado que todos conocemos. Se pretende hacer un consejo de
asociación que es, desde luego, en este momento una prioridad y la
presidencia holandesa pretende trabajar para encontrar acuerdos que
eliminen las dificultades técnicas que están apareciendo en el desarrollo
de la unión aduanera.

También ha tenido lugar durante la presidencia holandesa la reunión
ministerial entre los ministros de la Unión Europea y los ministros de
Asean, en Singapur, y entre los ministros de la Unión Europea y el
Consejo de Cooperación del Golfo, en Doha, Qatar.

El miércoles de esta semana ha tenido lugar un encuentro con los
ministros del grupo de San José y, sin embargo, no parece que en esta
presidencia pueda llegar a tener lugar la reunión con el grupo de Río,
que será seguramente más tarde.

También, naturalmente, la presidencia holandesa está empujando las
relaciones trasatlánticas, que en este momento no se encuentran en la
mejor situación debido al diferendo que existe en la Organización Mundial
del Comercio sobre la aplicación de la extraterritorialidad en las Leyes
Helms-Burton y D½Amato-Kennedy.

Naturalmente, se sigue la negociación con Suiza, la presidencia
neerlandesa quiere poner un paquete encima de la mesa, pero creo que
aunque ha habido avances en varios sectores, sobre todo la libre
circulación de personas, en la que Suiza ha mostrado una posición más
flexible y nosotros también, sigue habiendo grandes dificultades en el
sector del transporte, particularmente en los países limítrofes con
Suiza.

Por lo que respecta a Iberoamérica, con Méjico estamos a punto de
reiniciar negociaciones. La presidencia holandesa está empujando fuerte
para que este mandato de negociación con Méjico se pueda empezar a
ejercitar lo antes posible, porque estaban en un punto muerto en relación
con el procedimiento para llegar a la liberalización de los intercambios
y había una serie de problemas técnicos. Hay una conferencia ministerial
programada con los países de Mercosur. Antes había dicho que no recordaba
bien si la reunión con el grupo de Río podía tener lugar este semestre,
consulto mis notas y veo que sí va a tener lugar en abril próximo en
Nordwijk, y será una conferencia ministerial particularmente importante.

Con respecto a otros países se está trabajando en la formulación de la
negociación del nuevo Convenio de Lomé. Hay una conferencia de ministros
para tratar del futuro de la Convención de Lomé que está convocada el
próximo mes de abril y la presidencia holandesa está empujando con
particular ahínco el consumar una parte muy importante del famoso paquete
de Sudáfrica, fundamentalmente la entrada de Sudáfrica en la Convención
de Lomé con el estatus que llaman Lomé-minus, que quiere decir estar en
Lomé a todos los efectos menos a los comerciales.

Todos sabemos que en marzo de 1996, cuando se perfiló el mandato de las
negociaciones con Sudáfrica, se dijo que todo tenía que constituir un
paquete y finalmente Sudáfrica, con una habilidad envidiable, ha logrado
de la Unión Europea, primero, 500 millones de ecus, y después un préstamo
del BEI de 300 millones de ecus --pensemos que a toda América Latina le
dan 250 y Sudáfrica ha obtenido 300--; al mismo tiempo ha conseguido el
sistema generalizado de preferencias agrícola e industrial total; después
ha conseguido firmar un acuerdo de I+D, investigación y desarrollo, con
la Unión Europea y ahora pretende obtener, antes del 24 de abril, el
estatuto de Lomé y, sin



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embargo, todo el elenco de acuerdos comerciales, denominaciones de
origen, pesca, etcétera en los que Sudáfrica tiene que ceder algo, lo
único que ha obtenido la Unión Europea es un calendario de negociación.

En esas circunstancias la Comisión debe conocer que la delegación
española bloqueó el lunes pasado, en esta cadena de regalos que se
estaban haciendo a Sudáfrica, este último paso que es la entrada en Lomé,
lo cual ha producido la sorpresa y por cierto exasperación por parte de
nuestros socios, porque debe saber esta Comisión que catorce países
estaban a favor y uno en contra que era España. La verdad es que España
no está muy cómoda en esta posición de ser la única que se opone, pero
nos parece que realmente por muchos méritos que tenga el ayudar a
Sudáfrica, el planteamiento que se hizo del mandato de negociación no ha
sido respetado en absoluto. Pero todos sabemos que la presidencia
neerlandesa, por razones que a ninguno de los miembros de esta Comisión
se le ocultan, tiene un particular interés en dar a Sudáfrica todo lo que
desea.

Creo, para concluir, que podíamos dar una vuelta a lo que es la
conferencia intergubernamental. Es sabido que esta presidencia tiene el
propósito, como dije, de no errar el tiro, como pasó en su anterior
experiencia y, al mismo tiempo, de consumar un acuerdo en Amsterdam y es
evidente que los trabajos están empezando a centrarse ya de una manera
más clara sobre las grandes prioridades de la conferencia. Está claro que
la presidencia holandesa quiere obtener un gran pacto que ya todo el
mundo ve que se perfila en torno al tercer pilar, asuntos de justicia e
interior. Otro gran pacto institucional, que se refiere a todos los
arreglos que hay que hacer en comisión, consejo, parlamento y otras
instituciones y otro gran pacto esencial, aunque no lo parezca, en el
tema de la política exterior y seguridad común. Creo que en esos tres
grandes paquetes está la solución de esta conferencia intergubernamental.

Naturalmente que luego hay otras cosas. Deseo tranquilizar al Diputado
Luis Mardones, porque aunque en esos tres grandes pactos no está el
estatuto permanente de las regiones ultraperiféricas, también esperemos
que entre, aunque no figure en los grandes paquetes. Naturalmente eso no
es preocupación para nadie más que para nosotros, para los portugueses y
para los franceses a medias, pero, naturalmente, como todas las
delegaciones tienen pequeñas debilidades y de lo que se trata es de dar
gusto a todos, nosotros trataremos de que nos den gusto a nosotros en
este tema y a cambio daremos gusto a otros que tengan otros temas que
sean, como quien dice, menores para lo que es el gran paquete global de
la conferencia.

Respecto al tercer pilar la presidencia holandesa ya ha hecho propuestas
importantes para integrar Schengen en el tratado. Nosotros no hemos
manifestado ninguna objeción de principio a esta integración de Schengen,
pero hemos dejado bien claro que la integración de Schengen en el tratado
no se puede hacer al precio de diluir o devaluar el acervo de Schengen
que tanto trabajo nos ha costado construir y asimilar, porque ha habido
un esfuerzo muy importante por nuestra parte para asimilar dicho acervo.

Nosotros tememos que una comunitarización sin las suficientes garantías y
con el juego de las mayorías cualificadas termine echando tanta leche al
café que acabe siendo un biberón. Y la verdad es que no se trata de eso,
se trata de mantener la esencia de Schengen en toda su puridad, tal y
como se ha defendido aquí en este país y en todos los países; y está
claro que hoy en día la adhesión al acervo de Schengen está generalizada,
pero quedan dos países que no lo aceptarán jamás, que son el Reino Unido
y por relación, Irlanda.

Somos partidarios de esta iniciativa de la presidencia holandesa, siempre
y cuando el acervo se mantenga y siempre y cuando, como saben que es
posición recurrente siempre de la delegación española, se mantenga que
las fronteras exteriores terminan en la frontera de La Línea, es decir,
que Gibraltar, por razón de su nacionalidad, puesto que es una parte
integrante del Reino Unido y éste nunca ha aceptado la libre circulación
de personas, no puede estar en Schengen. Pero si alguien dijera, que
podrían decirnos, que el Reino Unido no lo acepta pero que lo acepta para
Gibraltar, entonces está bien claro que la frontera exterior está donde
está, por las razones que todos sabemos, porque además de las razones
propias al acervo de la libre circulación de personas hay otras del tipo
de la reclamación de soberanía, por lo cual nosotros nunca podremos
aceptar que la frontera que quede englobada como frontera o territorio
del Reino Unido sea un territorio que está sometido a reclamación y
reivindicación, como es el istmo de Gibraltar.

En el tema de la cooperación judicial, de momento las iniciativas que ha
puesto encima de la mesa la presidencia holandesa nos parecen bastante
tímidas, aunque creemos que eso es algo que puede tener un cierto
desarrollo. Todavía no se han manifestado de manera clara sobre la
cooperación policial. En cuanto al derecho de asilo hay un debate en
curso, que SS. SS. conocen, que ha sido originado por una actitud
realmente militante en contra del Alto Comisario de Naciones Unidas para
los Refugiados, que cree que se pone en peligro la esencia misma de la
Convención de Ginebra de 1951 sobre refugiados. A mí me parece legítimo
que cada uno tenga sus opiniones, y nosotros tenemos las nuestras; la
delegación español ha puesto encima de la mesa un memorándum con las
razones jurídicas, que me consta que ha sido distribuido, que creo que
está a disposición de SS. SS., que me parece que habla por sí mismo y
sobre el cual no me extenderé, porque si hubiera que hablar de este tema
confío que en el debate subsiguiente podremos tener tiempo de hacerlo.

Estoy tratando de pasar rápidamente sobre los temas, porque creo que
puede ser demasiado largo. En cuanto al tema institucional, no hay nada
nuevo. Sobre el tema de política exterior y seguridad común, el consenso
que estaba ya sobre la mesa en la conferencia, es decir, el avance en el
proceso de toma de decisiones, la admisión de la figura de la abstención
constructiva, la creación de una figura llamada mister PESC, o como se
quiera llamar, para representar a la Unión, que sea asesorada por una
especie de centro de análisis y previsión de la política exterior,
formada por diplomáticos de todos los Estados miembros, todo eso, siempre
coordinado por la presidencia, que sigue presidiendo el COPO, bajo el
mandato del Consejo de Ministros.




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Ese acervo común, esa especie de consenso que se ha formulado en torno a
eso sigue sobre la mesa y creo que no hay más que dos problemas: uno, qué
pasa con la dimensión de defensa, es decir, ¿se incluyen las
disposiciones del Tratado de la UEO en el Tratado de la Unión? Como SS.

SS. conocen, aquí el Consejo está dividido, hay unos países que están
totalmente de acuerdo, entre los que se encuentra España, y otros que no
quieren, en absoluto, oír hablar del tema. Me parece difícil que pueda
haber un acuerdo en ese sentido.

Con respecto al otro problema, que de momento no aflora, pero que saldrá,
se trata de que la mayoría cualificada se implante de una manera más
decidida, porque aquí estábamos hablando de unanimidad para las acciones
comunes y de mayoría cualificada para las decisiones de aplicación de las
acciones comunes. Creo intuir por parte de ciertos países grandes un
deseo de que se vaya de una manera más decidida a la mayoría cualificada.

Creo que la presidencia holandesa es favorable a esta posición. Es un
tema que avanzo, pero no está todavía en el debate porque no hay ninguna
propuesta. Me parece que dentro de ese famoso paquete del gran pacto
sobre los tres grandes temas, la cuestión del proceso de decisiones, que
naturalmente es lo que daría músculo, fuerza y agilidad a la política
exterior y de seguridad común, creo que es insoslayable.

Señor Presidente, le pido excusas por haber sido, quizá, demasiado
prolijo en esto, pero creo que cuando se trata del programa de una
presidencia no se pueden dejar de lado ciertos temas.

Naturalmente estoy a la disposición del señor Presidente y de SS. SS.

para aclarar cualquier cuestión.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado, por su
extensa y creo que detallada información.

A partir de aquí, pregunto qué grupos quieren intervenir. (Pausa.) Veo
que todos.

Por Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Saludo cordialmente la presencia aquí del
señor Secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea.

Quiero agradecerle la amplia información, dentro de que --como ha dicho
usted bien, señor Secretario de Estado-- podríamos estar aquí horas y
horas desgranando todo un programa de trabajo de esta presidencia, así
como los porqués de las posiciones, tanto holandesa como, por supuesto,
también la española.

Mi pregunta fundamental, casi la que estoy obligado a hacer, la ha
planteado ya el propio señor Secretario de Estado. Era únicamente volver
a reiterar y a pedir (como se hizo en el encuentro que mantuvieron el
lunes pasado el señor Presidente del Gobierno, don José María Aznar, con
el Presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias, con Manuel Hermoso,
porque éste le volvió a solicitar al Presidente del Gobierno lo mismo) la
máxima firmeza y reiteración de la representación española ante la Unión
Europea para llevar adelante --a ver si es posible dentro de la
presidencia holandesa-- el compromiso de que el estatuto permanente de
Canarias, este estatuto de las regiones ultraperiféricas, en razón del
acuerdo ya adoptado en Dublín y en la agenda de trabajo de conferencia
intergubernamental, se mantuviera, porque, como usted bien ha dicho, en
España tiene una intensidad política de compromiso, incluso de los
presidentes de gobierno de la nación y de la Comunidad Autónoma de
Canarias, que hemos recordado aquí, que en Portugal también tiene una
intensidad notable y que es de menor rango para Francia.

Tuvimos recientemente aquí, hace escasamente dos semanas, señor
Secretario de Estado, como usted sabe, la visita del Comisario Europeo
que lleva el tema de ACP, Africa, Caribe, Pacífico, el señor Piñeiro; en
la reunión que celebramos aquí, en el Congreso de los Diputados, yo le
planteé precisamente también la posición portuguesa sobre esta materia
que afecta, como es bien sabido, a sus regiones ultraperiféricas de
Madeira y Azores. El mostró un conocimiento perfecto sobre el tema de
instrucciones de su Gobierno para mantenerse en esa línea. Yo le dije que
se tratara de tener textos comunes con España. Ya tuvimos ocasión, en la
pasada comparecencia en esta Comisión del señor Secretario de Estado, en
el Senado, de ver las diferencias de planteamiento de texto que había
entre la posición española y la portuguesa. Esperemos que esto se pueda
llevar a cabo dentro de la presidencia holandesa y, en el peor de los
casos, como ya había algún augurio, durante la futura presidencia de
Luxemburgo, pero siempre a lo largo del año 1997.

Sería verdaderamente de escasa y perjudicial presentación política, señor
Secretario de Estado, que durante la presidencia holandesa, Holanda
estimule el mantenimiento y la intensificación de las ayudas con
Sudáfrica, en muchas de cuyas producciones, a veces, Canarias ha estado
metida, incluso en épocas pasadas de apartheid, o implicada, bien como
estación intermedia en política pesquera por los caladeros que allí
existían, bien en política de productos alimenticios, bien en la
presencia, a través de interposición de empresas británicas en Canarias,
de empresas sudafricanas en el área de las bebidas y de productos de
alimentación. Pero, desde luego, si Sudáfrica trata de alcanzar un mejor
estatus en el tema de Lomé, y quiere beneficiarse todavía más sobre los
300 millones de ecus que en este momento está disfrutando, y la
presidencia holandesa se olvida de lo que seguramente en su agenda es un
minúsculo tema, como es el de las regiones ultraperiféricas que afecta a
Canarias, me parece, señor Secretario de Estado, que desde Canarias y
desde Coalición Canaria --en nombre de quien hablo--, va a encontrar la
delegación española un apoyo firmísimo para mantener el voto de bloqueo
que ha hecho España, aunque nos quedemos solos frente a los otros 14
países. Esto hay que ponerlo encima de la mesa como evidencia. Si desde
el Tratado de Roma el tema de las preferencias a los países de la Unión
Europea ha impregnado todos sus artículos, y como se refleja después en
el Tratado de la Unión y en el Tratado de Maastricht, desde luego, no se
entendería que a un país miembro de la Unión Europea como España, con una
región ultraperiférica, la presidencia holandesa lo colocara en una
situación



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de menoscabo frente a lo que tiene muy difícil justificación, por mucho
que quiera explicarlo la presidencia holandesa, y que, como usted bien ha
dicho, se debe a razones obvias que todos comprendemos. Desde luego,
traer aquí vinculaciones históricas y sentimentales entre los holandeses
actuales y los boers de Sudáfrica parece que no viene muy a cuento, y la
factura de los 300 millones de ecus nos parece excesiva. Por tanto, señor
Secretario de Estado, nuestro apoyo a la firmeza española y, con todas
las consecuencias, continuar el bloqueo, como se está haciendo en este
momento, dentro de lo que usted ha recordado.

La Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación nos ha informado, en el
Pleno y en la Comisión de Agricultura correspondiente de esta Cámara,
respecto a la posición española de ayudar a la producción del aceite de
oliva y las dificultades que también tenemos en este campo del olivo
(como en el de Sudáfrica en relación con el estatuto especial de Lomé)
frente a la posición que está adoptando la mayoría de ayudar al árbol y
no ayudar a la producción. Aquí sí que nos encontramos, señor Secretario
de Estado, como usted bien sabe, con una firmeza por parte de todos esos
países para que se vote por mayoría cualificada cuando resulta que en
política exterior y de seguridad común no se está entrando en profundidad
en esa cuestión, y aunque la mayoría cualificada sea adoptada incluso
para las decisiones comunes en este proceso de decisiones, parece que
estos países, cuando les favorece, tienen muy claro que se pueda dar en
el proceso de decisiones sobre ayudas de este tipo a un sector agrario,
como el del olivar y el aceite de oliva en España.

Nosotros nos congratulamos, señor Secretario de Estado, de que en la
agenda figure, no sé con qué intereses lo querrá hacer Holanda, el tema
del tabaco, sobre todo en las producciones, ya que en determinadas
comunidades autónomas de España, como pueden ser la de Extremadura y la
de Canarias, sabe usted que ha habido problemas. El sector canario ha
protestado, porque ha habido países como Grecia que ha tratado de aplicar
al movimiento de labores de tabaco producidas desde las islas Canarias,
un estatus diferente al reconocido por las normativas de la Unión
Europea, lo cual ha motivado protestas del sector canario, porque no
estamos dispuestos a que Grecia se salte a la torera todas las normas y
trate de aplicar una fiscalidad a las labores canarias de tabaco que
vayan con destino a aquel país.

Señor Secretario de Estado, nos parece acertada la posición de la
representación española en el problema pesquero. Si alguien ha tenido
excesos por otro lado, desde luego, la flota pesquera española no tiene
por qué pagar las consecuencias de los reajustes de otros. Incluso el
Diputado que les habla se lo ha discutido directa y personalmente a la
comisaria Bonino, diciéndole que sus posturas nos parecían, a veces, muy
elementales y muy contrarias a nuestros legítimos intereses.

Por todo lo demás, quiero reiterarle, señor Secretario de Estado, nuestro
apoyo y nuestra satisfacción porque se esté en esta línea, y esperar que,
a lo largo de lo que queda de este semestre de presidencia holandesa, el
tema de las regiones ultraperiféricas y el del estatuto permanente de
Canarias puedan llegar a buen término.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la
palabra el señor Gangoiti.




El señor GANGOITI LLAGUNO: Señor Presidente, en primer lugar, quiero
felicitar al señor Secretario de Estado por una exposición tan sintética
y concreta sobre dos temas tan amplios como son el de la conferencia
intergubernamental y el programa de la presidencia holandesa.

Yo quisiera plantearle una serie de cuestiones. En primer término, y
referido al euro, el tema del tipo de cambio. Yo creo que es uno de los
temas más difíciles y más polémicos que se va a suscitar: el tipo de
cambio irrevocable de las monedas que entren en el euro con el euro.

Todos somos conscientes de cómo, en los años 1992 y 1993, los mercados
desataron unas auténticas tormentas monetarias sobre algunas de las
monedas. Nos preocupa cómo se va a tomar el tipo de cambio irrevocable,
porque existe el riesgo de que pudiese producirse una situación parecida
a la que cité entonces, o sea, a la que ocurrió en los años 1992 y 1993.

En este sentido, me gustaría saber si hay alguna decisión tomada al
respecto; si lo que se va a hacer es tomar la media de la cotización de
las monedas dos o tres años hacia atrás o qué tipo de decisión se va a
tomar para los tipos de cambio irrevocables, con objeto de evitar que los
mercados financieros no sean impecables con algunas de las monedas.

La segunda cuestión se refiere al tema de Turquía, del que ha hablado el
señor Secretario de Estado. Me gustaría que nos precisase cuál es la
postura de la Comisión en estos momentos respecto a Turquía y cuál es la
postura de los dos grandes Estados, Francia y Alemania, y también la
postura griega.

En el tercer tema, el del empleo, nosotros estamos completamente de
acuerdo en que se introduzca un apartado sobre el tema del empleo, que es
el gran drama que tenemos hoy en Europa, y que pienso que es uno de los
elementos que en la situación de desempleo que vive Europa está creando
también una situación de euroescepticismo en muchos ciudadanos de la
Unión. En este sentido, me gustaría saber si el documento que se va a
introducir sobre el empleo va en la línea del documento que presentó en
su momento el Presidente Santer, y que fue rechazado, o no tiene nada que
ver al respecto.

El cuarto punto es el tema de las volantas. El señor Secretario de Estado
ha hablado de que todos somos conscientes de que su desaparición tendría
que producirse el 1 de enero del próximo año. Me gustaría saber si él
piensa que la presidencia holandesa va a tener la capacidad política
suficiente para que esa fecha del 1 de enero de 1998 sea definitiva.

El quinto punto se refiere al tema Europol, cuál es la situación actual y
las perspectivas en el marco de la CIG sobre Europol.

Por último, dos temas que no ha tocado el señor Secretario de Estado,
pero sobre los que me gustaría hacer un breve comentario. Uno de ellos es
el Comité de Regiones.




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Como sabe el señor Secretario de Estado, nuestro grupo parlamentario no
cree prácticamente nada en el actual Comité de Regiones, porque mezclar
ayuntamientos con comunidades autónomas o con regiones que tienen unos
parlamentos propios y una capacidad legislativa, no nos parece correcto.

Pero lo que sí me gustaría saber es si, dentro de la reforma de la CIG,
en el Comité de Regiones se está trabajando en el camino de que las
regiones --no me refiero a los ayuntamientos-- puedan tener acceso o no a
interponer recursos ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Para acabar paso a dos cuestiones que quizá no son propias de la
presidencia holandesa ni de la CIG, pero que sí están unidas a la
ampliación.

Todos somos conscientes de que es necesario que se aprueben para el
quinquenio 2000-2005 las nuevas perspectivas financieras de la Unión y,
en consecuencia, el reparto de los fondos estructurales. Entonces, en
este sentido, yo le haría dos preguntas. En primer lugar, si se ha
avanzado algo en ese camino y si el planteamiento sobre reparto de fondos
estructurales se haría pensando en la Comunidad a quince o en la
Comunidad ampliada. En segundo lugar, sobre el Fondo de Cohesión, que
todos sabemos que, en principio, acaba en el año 1999. El Fondo de
Cohesión se creaba para los Estados menos desarrollados y se iban a
beneficiar de él hasta que no alcanzasen el 90 por ciento de la media del
producto interior bruto comunitario. En estos momentos el único de los
Estados que está aproximándose yo creo que es Irlanda. Entonces, en este
sentido, me gustaría saber qué se está moviendo por ahí, si es posible
una prórroga del Fondo de Cohesión una vez que éste acabe para los
Estados que no hayamos alcanzado ese 90 por ciento del PIB comunitario.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Yo querría también, evidentemente, empezar
agradeciendo al Secretario de Estado su presencia aquí y su
comparecencia, que, como él decía, es una macrocomparecencia y podría dar
de sí para estar comentando cada uno de los aspectos durante una semana,
como él ha dicho, y quizá durante más tiempo. Por lo tanto, quiero
agradecer el detalle de la información. También querría expresamente
agradecer la información que estamos recibiendo por escrito desde su
departamento. A mí me falta un punto de referencia personal respecto a
legislaturas anteriores puesto que yo no estaba entonces en esta Cámara.

Sí creo, por comentarios que he recibido de otros, que ha habido una
sustancial mejora. En todo caso, independientemente del elemento
comparativo respecto del pasado, el hecho es que la información que
estamos recibiendo --creo que lo compartirán los demás grupos, pero, en
todo caso, lo digo en nombre del mío-- es correcta. En concreto, la que
hemos recibido sobre la presidencia holandesa, con informes concretos de
cada departamento sobre cada una de las propuestas, es una información
exhuberante, si se me permite la expresión, y, por tanto, merece la pena
agradecerlo y dejar constancia de la valoración positiva que nos merece.

No puedo ni creo que sea posible entrar en todos los temas que ha
comentado el Secretario de Estado porque, lógicamente, nos llevaría a
comparecencias sucesivas de la misma duración. Sin embargo, antes de
comentar algunos puntos concretos y hacer algunas referencias, sí quería
hacer un comentario político a lo que es la presidencia holandesa y, en
general, a las relaciones con ella. Yo querría que se lo tomara el
Secretario de Estado en un sentido tremendamente positivo, no crítico. Es
un comentario al que le doy un valor constructivo que creo que es
importante, y es la necesidad de coordinación entre los departamentos.

En la comparecencia el Secretario de Estado ha dado una clara visión
--porque es la auténtica y es la real-- del perfecto entrelazado entre
todos los temas. El Secretario de Estado, sin solución de continuidad, ha
ido exponiendo aspectos que forman parte de la agenda de la presidencia
holandesa y que se superponen unos y otros --por un lado, está
agricultura, después está el gas, luego están las telecomunicaciones--;
unos a otros se necesitan, se compensan y forman parte de planteamientos
políticos globales que, conjuntamente, conforman lo que es la presidencia
holandesa. Nos parece de tremenda importancia que no se pierda a nivel de
todo el Ejecutivo esa visión global que se tiene lógicamente sólo desde
la Secretaría de Estado para la Unión Europea. Insisto en que este
comentario lo hago desde un punto de vista positivo y no querría que se
le diera la lectura crítica negativa hacia el pasado, pero sí de un
riesgo de llaneros solitarios, de un riesgo de gente con visión sólo de
su propio departamento, de un riesgo de luchas en Bruselas o de defensa
de intereses, sin valorar las repercusiones que tiene, la forma o el
fondo del hecho de defender determinados intereses en la Unión Europea,
sin tener en consideración la repercusión que eso pueda provocar en otros
intereses. Creo que el Secretario de Estado con su experiencia entiende
perfectamente lo que estoy intentando decir. Esta valoración política
previa me parecía importante dejarla clara.

A partir de ahí, evidentemente, sólo se habla de Unión Económica y
Monetaria, de conferencia intergubernamental, no se habla del día a día.

Es cierto. Se habla algo del día a día a nivel sectorial, y nosotros
también lo iremos siguiendo a nivel sectorial. Yo sólo querría hacer
alguna pregunta sobre algunos puntos concretos.

El primero, la simplificación del tratado. Lo ha comentado --me ha
parecido muy importante-- y además no en el marco propiamente de
conferencia intergubernamental sino en el marco de una meta concreta que
está sobre la mesa. Porque, efectivamente, entiendo que es así, es la
propia Comisión la que en cierto modo, al margen de la conferencia
intergubernamental, creó un grupo de trabajo para la simplificación del
tratado. Querría saber en qué momento estamos de los tratados, qué
posibilidades reales tiene, porque, efectivamente, trae consecuencias
para todo lo que es el desarrollo muy concretamente del mercado interior.

Simplificación no sólo de tratados sino de la normativa en general.




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Ha hecho una referencia el Secretario de Estado a las propuestas
concretas que hay sobre la armonización fiscal en el ámbito del IVA y del
Impuesto sobre sociedades, matrices y filiales. Le pediría un poco más
precisión, sobre todo respecto a las sociedades; si puede concretar un
poco el calendario y si puede hacer una valoración política más allá de
lo que es la simple información sobre las posibilidades de que eso salga
adelante y en qué términos, sin entrar en el detalle, que ya, en su caso,
provocaría quizá una sesión específica al respecto.

Yo le agradezco mucho al Secretario de Estado su sinceridad respecto de
la situación en la OCM del aceite de oliva. Es muy de agradecer que las
cosas se nos digan como son y que se nos explique la situación, y cuando
la situación es delicada se nos presente como delicada, porque es la
única manera de que la gente se vaya concienciando. Por tanto, sin entrar
en el fondo del asunto, porque no es ni el momento ni el lugar, sí quería
agradecer esa sinceridad y, evidentemente, animar a la posición española,
que nuestro grupo respalda porque le interesa. Es evidente que es notoria
la presencia de productores no sólo en Jaén, que es lo que se suele tener
en la cabeza, sino también en Cataluña para seguir defendiendo la
posición española hasta este momento, aun sabiendo que, efectivamente, no
apunta hacia una solución excesivamente favorable a nuestros intereses.

No voy a entrar, en cambio, a hacer especiales comentarios sobre la Unión
Económica y Monetaria. Compartiendo alguno de los comentarios que ha
hecho concretamente el portavoz del Grupo Nacionalista Vasco, hay poco
más que decir. En este momento ya no se trata de grandes valoraciones o
declaraciones, sino de un seguimiento real en detalle de esa normativa o
de esos reglamentos que quedan por elaborar y evidentemente de lo que es
el seguimiento del control del déficit en España y todo lo que de ahí se
deriva. Por tanto, es ahí donde nosotros centramos nuestro principal
empeño, muy concretamente en el seguimiento del control de los gastos
corrientes. Por tanto, eso es lo que creemos que es más importante para
reforzar nuestra posición de cara a la Unión Económica y Monetaria.

Respecto de lo que son otros temas que ha comentado el señor Secretario
de Estado, en cuanto a la Organización Mundial de Comercio y, en general,
del comercio exterior, ahí sí que haría un pequeño lamento de falta de
información. Yo comprendo que es un problema que deriva de la propia
forma de negociar en la Organización Mundial de Comercio y que estamos
llegando a una situación de que los unos por los otros la casa se queda
sin barrer, pero nosotros echamos un poco de menos más información por
parte de la Secretaría de Estado de Comercio, a quien le corresponde
esto, pero más aquí, en este seno. Porque desde el Ministerio de Economía
puede haber una perspectiva de que esto corresponde a Unión Europea en la
medida en que es la Comisión Europea quien negocia y, evidentemente,
desde el punto de vista de la Unión Europea y desde su Secretaría de
Estado es posible que este tema se considere evidentemente interior y,
por lo menos, detrás de otros. Por tanto, sin tener muy bien una
propuesta concreta sobre la mesa, sin saber muy bien cómo materializar
esta propuesta, yo sí le pediría al Secretario de Estado que de alguna
manera se estudiara la forma de que esta Cámara --y esta Comisión
concretamente en la medida que le afecta-- tuviera más información sobre
el detalle de las negociaciones en materia de Organización Mundial de
Comercio, porque creo que la información que tenemos es escasa y siempre
nos enteramos tarde y mal.

Por tanto, en este punto concreto contradiría lo que ha sido mi
comentario inicial, pero entiendo que ahí no es tanto por falta de
voluntad, sino de organización y coordinación con el otro departamento
implicado, que es economía y, concretamente, comercio exterior.

En cuanto a la situación de la Organización Mundial de Comercio, poco
tengo que decir. Se va confirmando que fue un error --algo dijimos en su
momento-- el haber planteado el ataque a la Ley Helms-Burton como un
problema comercial. Nosotros entendemos que eso fue un error, que el
conflicto con Estados Unidos por la Ley Helms-Burton nunca debió llevarse
a la Organización Mundial de Comercio; ése es un conflicto político de
extraterritorialidad de leyes y no un conflicto comercial y, desde ese
punto de vista, y sólo desde ese punto de vista, creemos que a Estados
Unidos no le falta razón para no compartir la competencia del panel de la
Organización Mundial de Comercio en este tema, lo que pasa es que hay que
ser consecuentes con lo hecho, pero, como digo, no nos parece que éste
sea un planteamiento comercial, sino político, y en ese ámbito debería
haber sido discutido. En cualquier caso, esperamos que eso no se
convierta en moneda de cambio con Estados Unidos respecto de otros
asuntos ni, mucho menos, que acabe provocando el bloqueo del
funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio, que, en otros
ámbitos, está demostrando su eficacia. La pregunta concreta que querría
hacer es la siguiente: ¿cuál es, en este momento, nuestro papel en las
negociaciones entre la Unión Europea y Méjico? ¿Hasta qué punto estamos
teniendo un papel de liderazgo? Quisiera que hiciera una cierta
valoración política, más allá de la información, sobre las perspectivas
de que se llegue a un acuerdo Unión Europea-Méjico bajo esta presidencia
o, por lo menos, de que las pautas de ese acuerdo queden suficientemente
aclaradas.

Respecto de la conferencia euromediterránea, Barcelona 2, o conferencia
de Malta --no sé de qué forma va a pasar a la historia esa conferencia--,
también le pediría una valoración política más allá de los datos --aunque
sea bueno que nos los facilite-- sobre el contenido o la existencia misma
de la conferencia. Me gustaría conocer qué papel va a tener el Reino de
España en este tema y hasta qué punto seguimos teniendo ese papel que
tuvimos en la organización de la primera conferencia euromediterránea.

Nos gustaría conocer qué prioridad tiene eso en la agenda de este
Gobierno y, por tanto, que nos hiciera una valoración sobre los
resultados que espera o que no espera de la conferencia euromediterránea.

En una de las intervenciones anteriores se ha hablado de Turquía. Me
gustaría conocer la opinión del Secretario de Estado sobre la situación
actual ante las tremendas presiones



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que se están recibiendo de los Estados Unidos, según informaciones
notorias, y sobre OTAN-Turquía. Ante la mezcla de todos estos temas,
quisiéramos conocer la posición española ante ese cambio que parece que
está habiendo por parte de los dos grandes países, Alemania y Francia,
respecto de Turquía. Por lo visto, sí ha habido un cambio y, sin embargo,
no consta que lo haya habido desde el punto de vista español.

Debo reconocer que para mí la información que ha dado de Sudáfrica ha
sido una novedad. No sé si es una negligencia mía, pero repito que me ha
sorprendido profundamente esa información que ha aportado sobre esos
regalos a Sudáfrica. A la espera de estudiar esto con más detalle, no
podemos más que dar nuestro apoyo en este momento a ese bloqueo a la
incorporación de Sudáfrica a un Lomé-minus porque, efectivamente,
Sudáfrica merece todo el apoyo por ser el único país con unos ciertos
visos de estabilidad en Africa, pero no a costa de cualquier otro
interés.

Sobre la Conferencia Intergubernamental, pocos comentarios, entre otras
cosas porque tenemos ahí la subcomisión, en la cual estamos recibiendo
una información muy detallada y, por tanto, el grueso de los comentarios
que pueda hacer mi grupo, que básicamente son recepción de información,
se basan en esa subcomisión. Sólo voy a comentar dos cosas muy concretas.

En primer lugar, quiero felicitarle por el hecho de habernos facilitado
con celeridad ese documento que ha presentado España y, en segundo lugar,
su propio contenido, que es la respuesta al tema del derecho de asilo y
el informe de Acnur. El documento, el memorándum --como se quiera
llamar--, que ha presentado España me parece un documento muy bien
elaborado y quería dejar constancia de ello, al margen de que, por
razones profesionales, tenga algún conocimiento sobre esos temas y lo
estudie con especial interés.

Sí quería dejar constancia aquí --aparte de tratar esto en su momento en
sede de la subcomisión-- de la posición de España --en la que no pretendo
que entre con detalle ahora-- en cuanto al incremento del papel del
Comité de las Regiones y a tratar ese tema en la Conferencia
Intergubernamental. Me consta que existe un documento, que, si mi
información no es incorrecta, está todavía en fase de borrador --creo que
todavía no está aprobado como tal--, que ha sido elaborado por la
conferencia de comunidades autónomas para asuntos relacionados con las
Comunidades Europeas y que difícilmente será aceptado en su integridad
por la Conferencia Intergubernamental, pero a nosotros nos parece de
tremendo interés y desde aquí animamos a la Secretaría de Estado, como
responsable final de esa negociación, a asumir en su integridad su
contenido, en la medida en que introduce propuestas muy interesantes para
reforzar el papel del Comité de las Regiones.

También querría pedirle --y con esto acabo-- una valoración sobre la
situación de la Conferencia Intergubernamental. Veo al Secretario de
Estado muy optimista sobre el calendario y cuando entra a detallar el
momento en que estamos en la Conferencia Intergubernamental resulta que,
de los tres puntos en los que ha dicho que era necesario un pacto, en dos
prácticamente estamos a cero. ¿Realmente está justificado el optimismo
sobre el calendario? ¿Qué comentarios le merece la situación actual de la
conferencia desde el punto de vista del calendario y qué repercusiones
que puede tener el aplazamiento del final de la conferencia sobre los
otros temas abiertos?



El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Señor Secretario de Estado, quiero, en primer
lugar, agradecerle la información que nos ha suministrado, que ha sido
amplia, como corresponde a una presidencia.

Quiero advertir que no voy a hacer una examen exhaustivo de todo lo que
nos ha dicho, sino que voy a ir a los asuntos de mayor interés para esta
Cámara, de mayor interés político en el momento actual. Sí quisiera hacer
una reflexión sobre las presidencias, porque da la sensación de que la
presidencia de un país funciona aisladamente del contexto de las
instituciones europeas y que no tiene nada que ver con la anterior,
cuando normalmente una presidencia es consecuencia de los trabajos de la
presidencia anterior y de los que van a tener que seguir realizándose
después. Así, la presidencia holandesa ha heredado la presidencia de
Irlanda, con algunos factores positivos y con cierto trabajo por
realizar, por ser realmente benévolo en mi apreciación.

Quisiera centrar mi intervención en los grandes temas de la Unión
Europea, en las cosas que ahora están pendientes y a las que entiendo que
la presidencia holandesa va a dedicar el máximo esfuerzo y de tiempo, lo
mismo que entiendo que nuestro Gobierno, en tanto que miembro de un país
activo en la construcción europea, también debe hacer un esfuerzo en esa
construcción. Aquí estamos para analizar si, dentro del programa de la
presidencia holandesa, están los temas que importan a nuestro país y cuál
debe ser nuestra actuación, nuestra actividad en el proceso de
construcción europea y de los temas europeos. Por tanto, me referiré
básicamente a la conferencia intergubernamental, a la Unión Monetaria
Europea, aunque sea brevemente, al proceso de ampliación, a las
perspectivas financieras, al empleo, y, de forma breve, a las políticas
sectoriales concretas.

Respecto a la Conferencia Intergubernamental (aunque tenemos una
subcomisión no debemos dejar de tratarlo en la Comisión, ante un elemento
tan importante como una presidencia que, además, viene a ocupar el
semestre final de esta negociación), lo que está ocurriendo en algunos
aspectos, me preocupa. La preocupación no es mía sino de mi grupo por
algunos de los temas que están ocurriendo. En primer lugar, voy a hacer
una valoración política, y es que me da la sensación de que en la
Conferencia Intergubernamental se ha vuelto a los peores tiempos. Es un
tema del que apenas se habla.

Respecto al documento del grupo de reflexión, se han producido incluso
algunas involuciones. Se ha clausurado o enclaustrado el debate exterior
--apenas hay debate-- y se han perdido los objetivos claros que, a
nuestro entender, tiene que resolver la Conferencia Intergubernamental.

Si



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ello fuera así habría motivos de preocupación. Yo quisiera no tener esos
motivos de preocupación, sino recibir algunas respuestas más alentadoras
que las que me produce la documentación y las opiniones a las que en
estos momentos mi grupo puede acceder, y que el camino sea más optimista
hacia el cierre de esta conferencia intergubernamental.

Si analizamos esos aspectos que me preocupan en particular, los centraría
en la ciudadanía europea, las reformas institucionales, la flexibilidad,
la mal llamada cooperación reforzada y el tema del empleo. En cuanto a la
ciudadanía o tercer pilar, España ha hecho una apuesta para la que ha
contado con el apoyo sólido y cerrado de todas las fuerzas políticas en
nuestro país a fin de conseguir que no exista la institución del asilo
dentro de la Unión Europea. Me consta que España sigue manteniendo una
postura firme y ha mandado un referéndum que avala su posición y que
plantea en términos jurídicos la necesidad de esa institución. Desde la
Cumbre de Dublín hasta hoy no sólo no hemos avanzado, sino que es obvio
que hemos retrocedido y que países con los que el Gobierno ha mantenido
una relación muy estrecha En los últimos meses, como Francia, parece que
están en contra de esa institución, de eliminar el asilo entre los países
de la Unión Europea. Sí nos sorprende que otros países que hicieron una
declaración conjunta que nosotros entendimos y el Gobierno explicitó
ampliamente como un apoyo expreso a la eliminación del asilo dentro de
los países de la Unión, ahora también nos sorprende encontrarnos con
países con los que se ha colaborado en otras materias y que vienen a
tener una posición reticente a que se introduzca este tema en el tratado.

Sin compartir los argumentos de Acnur o de Amnistía Internacional, porque
creo que muestran temores que no son razonables dentro de la Unión
Europea con unos países dotados de garantías de libertades y de derechos
humanos sobre los que no se puede dudar, España debería reforzar su
posición en esa materia, básicamente en elementos que están también en la
discusión de la Conferencia Intergubernamental, y presionar o apoyar más
decididamente la personalidad jurídica de la Unión, la justiciabilidad
ante el Tribunal de Luxemburgo del Convenio Europeo de Derechos Humanos o
la cláusula de supresión de derechos de un Estado miembro que deje de ser
democrático o incurra en graves violaciones de los derechos humanos, por
decir algunos. Debería apoyar con más determinación las cláusulas que se
refieren a no discriminaciones entre sexos o a la infancia en todo el
paquete de derechos que deberían incorporarse por derecho propio --aunque
sea redundante-- al tratado de la Unión Europea. Eso nos ayudaría a que
se entendiera mejor nuestra posición y a las asociaciones a las que mueve
sin duda la misma buena intención que a nosotros a pedir la supresión de
este derecho de asilo les haría estar mucho más al lado de esta posición
española y, además, eliminaría equiparaciones como las que se quieren
hacer con otras zonas de cooperación económica en otros ámbitos del
mundo.

La segunda cuestión se refiere a las reformas institucionales. Es verdad
que la presidencia holandesa está intentando cerrar la Conferencia
Intergubernamental durante su mandato. Pero hay un tema clave y
fundamental en la propia conferencia, para la ampliación de la Unión
Europea, que es uno de los objetivos compartidos por todos los países de
la Unión, como es el hecho de profundizar en la representación
democrática de las instituciones de la Unión y dar satisfacción a una más
eficaz toma de decisiones, sobre el que no se conoce el tratamiento que
se le está dando en estos momentos en el marco de la reforma del tratado
de la Unión. Es evidente que para España esto tiene consecuencias muy
importantes. Y las tiene también en políticas sectoriales.

Se refería el Secretario de Estado antes a temas medioambientales. Yo
intuyo que si la posición de algunos países miembros es que la toma de
decisiones en materia medioambiental pase a mayoría cualificada, España
se va a quedar en este aspecto en minoría. Eso será posible o no en
función de los sistemas de votos que se adopten para la toma de
decisiones institucionales que se establezcan en el nuevo tratado de la
Unión. Me da la sensación, seguramente equivocada, de que el grupo de
reflexión --en el que se apuntaban claramente una serie de políticas que
hubieran sido, sin duda, convenientes para nuestro país y para la Unión
Europea-- ha dejado este tema un poco al margen de los debates que se
están produciendo en la Conferencia Intergubernamental. Por tanto, una
preocupación grave es que no se estén abordando con rigor y con la
suficiente profundidad los cambios que permitan a una Unión ampliada
funcionar y que no la paralicen o la bloqueen en su funcionamiento
haciendo imposible su viabilidad en el futuro.

El tercer elemento es la ampliación. Ya nos ha contado con rigor el
Secretario de Estado lo que está ocurriendo, pero esto lo sabemos todos.

Lo que no se nos dice, y creo que es un elemento de interés, es cómo se
va a financiar la ampliación. Y más que cómo se va a financiar, lo que no
se nos explica claramente es qué posición mantiene nuestro Gobierno ante
la posibilidad de una ampliación sin unas reformas institucionales que
garanticen la eficacia en la toma de decisiones en el marco de la Unión
Europea y, además, que financieramente paguen los países más pobres de la
Unión Europea. Es decir, una financiación de la ampliación sustentada,
sobre todo, en una reforma de la política agrícola común, de la que ya
estamos viendo algunas consecuencias, y en la reforma de los fondos
estructurales. En una perspectiva de ampliación a los pecos y a Chipre y
Malta --Malta ha retirado su solicitud de incorporarse a la Unión
Europea--, situaría a seis regiones de nuestro país fuera de los fondos
estructurales sin que, paralelamente, los países más ricos de la Unión
aporten más fondos y sin que, aparentemente, se estén haciendo
movimientos claros y contundentes para exigir que, si eso ocurre, el
sistema de ingresos de la Unión Europea varíe hacia un sistema más
progresivo, donde el peso de la renta de los países miembros de la Unión
sea más determinante que el actual recurso IVA, que es regresivo y que
penaliza claramente a nuestro país al ser un país con un consumo intenso,
básicamente por la fuerza y por la capacidad de ingresos que tiene el
sector turístico, sin que se vinculen todos



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esos cambios a un cambio de sistema en los ingresos de la Unión Europea.

En materia de empleo, nuestro país mantiene una posición básicamente
correcta, pero nos da la impresión de que se podría ir un poco más allá.

Lo que se está discutiendo en estos momentos es introducir el empleo como
un elemento referencial en el propio tratado en base de los acuerdos del
Consejo celebrado en Essen. Creo que eso sería insuficiente. Vamos a ver
qué propone el informe Etapa y, en cualquier caso, qué hace Luxemburgo en
el análisis de diciembre sobre la evolución del empleo en la Unión
Europea, que sigue siendo sin duda el tema de mayor preocupación del
conjunto de los ciudadanos de la Unión.

Sobre la Unión Monetaria mostramos nuestra satisfacción porque se esté
andando el camino correcto, se estén elaborado los instrumentos, los
reglamentos, todo el anclaje técnico para hacer posible la Unión
Monetaria en los tiempos previstos, pero se nos oculta, o no se nos
explicita, la situación de nuestro país respecto a la Unión Monetaria y
lo que está pasando en el interior del país. La Unión Monetaria no es
sólo la instrumentación de las políticas imprescindibles y necesarias,
sino que a nosotros nos interesa conocer si hoy España está en mejor
posición respecto a su credibilidad que hace dos o tres meses para estar
o no en el primer momento de la Unión Monetaria. Vemos estos días que
algunos diarios económicos nos muestran las clasificaciones que hacen
importantes evaluadores económicos, donde hay una caída grave de la
credibilidad de España para estar desde el primer momento en la Unión
Monetaria. Tampoco se nos explica si aceptará España que, por cuestiones
políticas, se la incluya en el paquete, mal denominados pigs, de países
del sur de Europa, junto a otros países que a lo mejor no estarán y
nosotros no deseamos estar en sus mismas circunstancias. Lo que preocupa
a nuestra Comisión es saber si se está produciendo ese retroceso en la
credibilidad de España para estar en la Unión Monetaria desde primer
momento, que avalan algunos datos económicos presupuestarios, y si el
Gobierno piensa poner remedio a este descenso de credibilidad y, por
tanto, variar profundamente su política en esta materia.

En relación con los temas sectoriales, voy a hacer una consideración
menos diplomática que la de otros portavoces sobre el paquete de
agricultura y pesca. Me preocupa profundamente lo que está ocurriendo, me
preocupa la contradicción en que se encuentra el Gobierno sustentado por
el Grupo Popular. En esta Comisión hemos oído todo tipo de soflamas en
contra del anterior Gobierno por no defender correctamente los intereses
de nuestro país en materia sectorial en la Unión Europea; soflamas
absolutamente fuera de lugar, como se demuestra en estos momentos, y
profundamente equivocadas en su concepción y en la concepción que tienen
de la Unión Europea quienes las producían. Lo más preocupante no es que
las hicieran los portavoces del Grupo Popular ante los ministros de un
grupo que ostentaba el Gobierno, al que tenían que hacer oposición; lo
más grave de ese problema es que la última que hemos escuchado ha sido de
una ministra de su Gobierno, del Gobierno del señor Aznar, del Gobierno
cuya responsabilidad usted ostenta. En una comparecencia en diciembre, la
Ministra de Agricultura nos contó una versión sui generis: le recomiendo
que dedique cinco minutos de su tiempo, que sin duda es muy ocupado, a
leerla porque le puede sonrojar. Al menos, nos sonrojó a quienes estamos
trabajando en este tema en los últimos años y no estamos tan en el día a
día como usted.

Es imposible deslindar de esas actitudes los problemas que ahora tiene
nuestro país en algunas materias. ¿Cómo obviar que esa visión, tan
singular incluso dentro del Gobierno y del Grupo Popular --quiero creer
que es una visión singular--, sea la que, además, tiene una serie de
problemas en su ámbito de actuación, en sus materias, y que quienes en el
Gobierno están más próximos a esa posición son quienes tienen más
problemas a la hora de negociar los intereses de nuestro país en el
conjunto de la Unión Europea?
Nos ha hablado de la reforma del aceite de oliva. Le agradezco su
sinceridad y su claridad ante la exposición del problema, pero
evidentemente eso representa un problema social que alguien tiene la
responsabilidad de resolver mediante una actuación diplomática, una
actuación de relación bilateral con otros países, mediante una capacidad
negociadora y de diálogo, que ha faltado en los responsables de este
ámbito de actuación en la política europea. ¿Estamos, quizás, pagando
algún precio por actitudes políticas equivocadas de un miembro del
Gobierno? Si es así, sería muy grave para nuestro país, sobre todo porque
del aceite de oliva --lo ha dicho muy bien el Secretario de Estado y lo
comparto-- viven muchas personas y crearía un problema social grave. En
Jaén, en muchos pueblos de Andalucía, se vive de la oliva y, fuera de
eso, no hay alternativa. Sin duda, el Gobierno lo conoce, pero no es
suficiente, hay que actuar mediante el diálogo, mediante razonamientos,
con una visión de conjunto sobre los problemas de la Unión Europea y no
queriendo, siempre, obtener el cien por cien de la razón. A mí se me
ocurre una idea: si el Gobierno no tiene capacidad de variar el curso de
esa reforma que ha aprobado la Comisión, porque efectivamente es una
decisión que se puede tomar por mayoría, como bien sabían el Gobierno y
la ministra desde el principio, al menos que intente que no se apruebe
bajo unas presidencias que, desde luego, no van a estar tan
sensibilizadas por los intereses de países con otros problemas, con unas
producciones muy diferentes y que van en contra de sus propios intereses
agrícolas. En ese tema, en el del tabaco, en el de las cuotas lácteas, en
el de la pesca en el que estamos retrocediendo respecto a la anterior
posición de nuestro país, yo sugeriría al Secretario de Estado, en bien
de nuestro país, que tenga una charla amplia con su Ministra de
Agricultura y Pesca para que nuestro país pueda negociar mejor y de
manera más acorde con sus intereses y con los de la Unión Europea.

En cuanto al medio ambiente podría decir tres cuartas partes de lo mismo,
pero no lo voy a hacer, porque el problema del medio ambiente estará
mucho más centrado en la reforma del tratado y en si se cambia el sistema
de mayorías para determinadas decisiones. Como sé que el Secretario de
Estado conoce mucho mejor que yo cuál es el problema, no le voy a cansar
más con mi aclaración.




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Respecto a transporte y telecomunicaciones quiero hacerle un comentario.

Europa ha tomado ya grandes decisiones en materia de liberalización
básicamente y nuestro país también ha tomado algunas decisiones que yo no
sé si se podrían calificar de liberalizadoras. El hecho de que en base a
un proceso de liberalización se ponga todo tipo de problemas a empresas
que quieren operar en el marco que ha regulado la Unión Europea, no me
parece el mejor camino y espero que la Unión Europea desde su
responsabilidad pueda reconducir esa situación, porque, a mi entender, lo
que se está haciendo en nuestro país va en contra de la filosofía y del
espíritu de los acuerdos y directivas de la Unión Europea en materia de
liberalización de telecomunicaciones. En cualquier caso, como esto está
en otro ámbito, vamos a ver los resultados y vamos a juzgar la actuación
del Gobierno por sus resultados.

Poco hay que añadir en cuanto a política exterior y seguridad común.

Quiero agradecerle la información que nos ha facilitado. Esperemos que el
seguimiento de la conferencia de Barcelona dé un buen resultado. Creo que
es importante para los intereses de nuestro país que se mejore el diálogo
en las relaciones transatlánticas y que ello contribuya a solucionar
algunos problemas que tenemos con Estados Unidos, como es la aplicación
de la Ley Helms-Burton, que no parece que vaya por buen camino. En estos
momentos hay empresas españolas que están siendo ya gravemente
perjudicadas no tanto por Estados Unidos como por las listas que emiten
grupos cuyas posiciones nosotros en absoluto compartimos, y si usted mira
en los medios de comunicación en los últimos días verá algunas muestras
de todo ello. El que las asocien muy directamente o con vinculaciones muy
estrechas a la Administración norteamericana no ayuda a esas empresas en
su desarrollo económico ni en la relación de su trabajo.

Poco me resta añadir. Simplemente quiero decirle que el estatuto de
regiones ultraperiféricas para Canarias cuenta con nuestro apoyo. Yo no
sé si lo que le ha dicho el señor Mardones de bloquear el tratado por
este estatuto es objeto de discusión, pero estimo que no es éste el
momento adecuado para plantear esos temas no esos objetivos. Lo que sí es
verdad es que tenemos la impresión, por opiniones diversas que recibimos
en nuestro grupo, de que este tema tiene algunas dificultades importantes
por su cuantía y por lo que significa dentro de la Unión Europea. Si
España se empeña en sacarlo adelante probablemente lo pueda hacer en
interés de nuestro país, de Canarias, sin perjudicar el interés de la
Unión Europea.

Sólo me queda agradecer, una vez más, la explicación que nos ha dado y
esperar sus respuestas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Martínez Casañ.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Yo también quiero comenzar mi intervención
agradeciendo al Secretario de Estado su comparecencia en esta reunión de
la Comisión Mixta para la Unión Europea, así como su amplia exposición
que ha colmado las expectativas que teníamos cuando le convocamos para
que nos contase cómo se desarrollaba la presidencia holandesa.

Tras estas palabras, siento tener que empezar mi intervención contestando
al señor Costa, pero parece ser que lo suyo es la provocación. Lo siento
de verdad porque esa interpretación de descoordinación que aparentemente
ha realizado de las palabras muy bien calibradas y medidas del Secretario
de Estado es completamente falsa, ya que si de algo se caracteriza este
Gobierno es precisamente por la buena coordinación entre los distintos
gabinetes ministeriales. En segundo lugar, pone al Secretario de Estado
en un brete al tener que explicar cuál es la capacidad negociadora de
este Gobierno, ya que explicarlo en el tema del aceite de oliva el
Secretario de Estado tendría que incurrir en descalificaciones no
solamente del Gobierno anterior sino de ilustres miembros que han ocupado
la cartera de Agricultura y la Secretaría de Estado para la Unión
Europea, y evidentemente eso no sería agradable teniendo en cuenta quién
preside en estos momentos esta reunión. A mí me gustaría que el
Secretario de Estado obviase este trámite, porque hay cosas más
interesantes de las que hablar que incurrir en descalificaciones
personales de gente ilustre que se encuentra presente en estos momentos
en esta reunión.

Tal como ha dicho el Secretario de Estado, todas las cuestiones relativas
a la ampliación serán abordadas durante la reunión informal de los
ministros de Asuntos Exteriores, que tendrá lugar los días 15 y 16 de
marzo. Para España sigue siendo fundamental que se mantenga el calendario
previsto en el Consejo Europeo de Madrid de diciembre de 1995, que decía
que se iniciarán las negociaciones con los países candidatos una vez haya
concluido la conferencia intergubernamental. Esto me lleva a señalarle al
Secretario de Estado una duda que yo tengo respecto a los plazos. Yo creo
que es muy importante que en las distintas negociaciones que de ahora en
adelante van a ocupar al Gobierno español y el resto de gobiernos de la
Unión Europea haya una delimitación clara de cuáles son los temas a
tratar. A partir del mes de julio, el Presidente Santer va a poner encima
de la mesa los tres informes de la comisión (uno hace referencia al coste
financiero de la ampliación y, otro, al impacto de la adhesión sobre las
políticas comunitarias) y yo creo que no es conveniente mezclarlas. En
este sentido, sería interesante que el Secretario de Estado nos aclarase
cuáles van a ser los plazos de la negociación en los distintos temas que
nos ocupan. El señor Gangoiti ha hecho referencia a los fondos
estructurales y al fondo de cohesión. Es un tema muy importante,
evidentemente, ¿pero no le parece al Secretario de Estado que debemos ir
por partes y negociar primero la conferencia, después los países del
euro, después la ampliación y, por supuesto, las perspectivas
financieras? ¿Qué opinión tiene el Secretario de Estado de esta posible
mezcla de todos los elementos negociadores? ¿Es bueno o es malo? ¿No
habría que atenerse a un calendario y a una separación de las
negociaciones para que unas no vicien las otras y las bazas que tenemos
en unas, sobre todo en el Reino de España, no se encuentren con las bazas
que tenemos en otras y tengamos que hacer concesiones que en nada
benefician a la postura negociadora del Gobierno?



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El Secretario de Estado ha dicho que el acuerdo del Ecofin de 17 de
febrero en relación con la actividad del BEI en terceros países ha fijado
el límite para la financiación de proyectos en el área del Mediterráneo y
se establece un techo importante de dos mil y pico millones de mecus.

Esto me lleva a decir al Secretario de Estado que el acuerdo del Ecofin
del 17 de febrero sobre la financiación de proyectos en el área del
Mediterráneo va íntimamente unido, si queremos que la acción exterior de
la Unión sea eficaz, a todo el proceso de asociación con los distintos
países del Mediterráneo y al cumplimiento de los objetivos de la
conferencia de Barcelona. Pero no hay que olvidar que España tiene unos
intereses, que son los que son, y que, por una parte, hay que ver cuáles
son los intereses de España en el terreno agrícola y otros terrenos y,
por otra, las concesiones que se pueden hacer en cumplimiento de nuestros
compromisos en el marco de la conferencia de Barcelona y en el marco de
la cooperación con los países del Mediterráneo. En este sentido, me
gustaría preguntar al señor Secretario de Estado en qué medida puede
influir el contencioso que podamos tener con la república de Egipto en la
celebración de la próxima conferencia del Mediterráneo de Malta, en La
Valetta, y qué esperanzas tiene de que los intereses de España puedan ser
defendidos de manera que nuestro compromiso no vaya en detrimento de la
defensa de los intereses de los ciudadanos de España.

El Secretario de Estado ha dicho que quizá a partir del 1 de enero de
1998 consigamos por fin implementar las medidas propuestas por la
Comisión sobre la prohibición de redes de enmalle a la deriva. Yo creo
que esto es extremadamente importante para el sector pesquero español que
defiende, como todos sabemos, desde hace muchísimos años las artes
tradicionales de pesca y si efectivamente esto pudiese ser una realidad
todos nos felicitaríamos.

Respecto a las relaciones transatlánticas, me gustaría saber, si es
posible, cuáles serían las prioridades en el desarrollo del plan de
acción con los Estados Unidos.

Sobre Africa, me sumo a lo dicho por mis compañeros en el sentido de que
esta Comisión y este Parlamento no pueden más que apoyar la postura
negociadora de España en esta especie de defensa a ultranza de los
intereses propios de la presidencia holandesa en el tema de la inclusión
de Sudáfrica en el Convenio de Lomé. No hay que olvidar que a Sudáfrica
se le dio la posibilidad de un acuerdo de libre comercio con la Unión,
que Sudáfrica rechazó y que las concesiones hechas por la Unión Europea
han sido sustanciosas; creo --como ha dicho el señor Guardans-- que hay
que ayudar a Sudáfrica porque es quizá el mayor polo de estabilidad en el
Africa subsahariana, en el cono sur de Africa; por supuesto, hay que
apoyar también el proceso democrático en Sudáfrica, pero ello de ninguna
manera debe ir en detrimento de la defensa de los intereses españoles que
pienso que es la idea que ha llevado al Gobierno de España al bloqueo de
la pretensión sudafricana y de la prioridad de la presidencia holandesa
de integrarse en la estructura del Convenio de Lomé, sin respetar el
mandato que señalaba una obligación de tratar todos esos temas desde la
globalidad.

El señor Secretario de Estado ha mencionado la reunión en Qatar con los
países del Golfo y quisiera que, si puede, nos hiciera un comentario
específico sobre algún tema que pueda resultar de especial interés para
nuestro país.

Respecto del futuro de Schengen, me parece, señor Secretario de Estado
--y creo que todos coincidimos en ello--, que efectivamente en este tema
quizá el Gobierno de España debería presentar algunas iniciativas, porque
todos tenemos serias dudas sobre el funcionamiento y quizá sea éste el
momento de hacer una reflexión sobre el tema, tema que está abierto, e
introducir iniciativas que podrían ir en distintas direcciones; por
ejemplo, la cooperación en la droga, en la emigración, etcétera, el
sistema de presencias generalizadas, que es complicado, puesto que los
productos tienen unas referencias que, a medida que se avanza en la
Organización Mundial de Comercio, se quedan obsoletas y habría que
adecuarlas, aunque sabemos que todo es un asunto de compensaciones y, por
lo tanto, complicado. Sería interesante tratar el tema del partenariado y
redefinir el acuerdo para que se pudiera dar entrada a la sociedad civil
y no sólo a las empresas estatales y públicas.

Finalmente, en el tema de la financiación, me gustaría saber qué piensa
el Secretario de Estado sobre la posibilidad de inclusión del Fondo
Europeo al Desarrollo en el presupuesto comunitario. De Schengen yo creo
que prácticamente está todo dicho, es un asunto de la subcomisión de
seguimiento de la Conferencia intergubernamental; simplemente quiero
expresar nuestro apoyo a lo expuesto por el Secretario de Estado en el
sentido de que los Estados miembros que participan en la cooperación de
Schengen han hecho un enorme esfuerzo para que Schengen funcione y en
este sentido no sería bueno que la posible integración de Schengen en el
Tratado pudiese suponer un retroceso respecto a lo realizado en el
terreno de la cooperación. Nosotros sabemos que la participación en el
tercer pilar no funciona bien y por ello pensamos que quizá habría que
reflexionar sobre la conveniencia de comunitarizar o no. Esto es
importante. Si comunitarizar supone ir hacia atrás o no poder adoptar las
decisiones en los temas que nos interesan tal y como se está haciendo
ahora, creo que merece más la pena quedarnos como estamos que ir en una
dirección en la que no podemos prever cuáles serán los resultados.

Evidentemente el señor Secretario de Estado tiene la última palabra,
puesto que él conoce el tema y me gustaría saber cuál es su opinión.

De las políticas de asilo, querría saber qué piensa el Secretario de
Estado sobre la iniciativa de algunos países de la Unión, como Francia y
Alemania, en cuanto al reparto equitativo de cargas de los refugiados.

Simplificación del tratado. Ya lo ha preguntado el señor Guardans y yo
tengo mis dudas de que se pueda ir de forma efectiva a una simplificación
del Tratado o de los tratados. Me gustaría saber si el Secretario de
Estado piensa que esto es posible respetando los equilibrios
institucionales actuales o si bien supondría meterse en unas discusiones
que tendrían difícil salida y que no contribuirían en nada para avanzar
en el terreno de la construcción europea.

Tras las intervenciones de mis compañeros, esto es todo lo que quería
preguntar al señor Secretario de Estado.




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Quiero señalar que nos parece extraordinariamente importante el acuerdo
de asociación al que se ha llegado con la autoridad palestina en cuanto a
un régimen de cierta autonomía en sus relaciones con la Unión Europea;
creo que es un paso muy importante en el proceso de pacificación del
Oriente Medio.




El señor PRESIDENTE: El señor Secretario de Estado me había pedido que
terminásemos antes de las dos menos cuarto, porque tenía una comida, por
lo cual necesariamente su intervención tiene que ser posiblemente algo
más condensada de lo que hubiera sido deseable.

En todo caso, antes de cederle la palabra querría decir a Mesa y
portavoces que cuando terminemos la comparecencia tendremos que quedarnos
cinco minutos para hablar de algunos temas pendientes de la Comisión.

Dicho esto, el Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Quisiera aclarar que este almuerzo es un
almuerzo de trabajo con el Ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua y,
por tanto, no es ningún plato de gusto.

Voy a tratar de responder. Tengo algunos minutos para poder dar respuesta
cumplida a la mayor parte de los temas.

He tomado buena nota de la intervención del señor Mardones, de lo que nos
dice sobre los estatutos de las regiones periféricas y sobre la
importancia del tabaco para la Comunidad Autónoma de Canarias. Eso está
en la mente de todos y desde luego de la Ministra de Agricultura, que es
bien consciente y es la que tendrá que cuidar ese tema.

Yo he citado esa contradicción que existe en el mundo comunitario entre
unas ayudas al cultivo, por un lado, y otras ayudas a abandonar el
tabaquismo, por el otro, porque eso, desde luego, no es un caldo de
cultivo favorable a un debate claro. Naturalmente, la mayor parte de los
países padecen el problema del tabaquismo y el coste que eso tiene para
todos nuestros regímenes de seguridad social y para nuestras sociedades,
puesto que las gentes que fuman muy frecuentemente enferman, no todas
pero sí algunas, en suficiente porcentaje como para que sea una
preocupación de los ministros de Sanidad. Si no cultivan tabaco, tienen
una actitud radicalmente opuesta a que en el mismo presupuesto
comunitario se esté dando dinero a que se mantenga ese cultivo. Y eso
tiene un problema.

Con respecto a la pregunta del señor Gangoiti sobre los tipos de cambio,
tengo que decir que es un mecanismo que se está tratando dentro del
Ecofín, pero que será un acuerdo que se haga por fuera del Ecofín, porque
es un acuerdo político, es un acuerdo que va a ir a la conferencia
intergubernamental. Que cómo se está manejando eso, si se están haciendo
medias de los últimos años. Me imagino que esos doctores que tiene la
Santa Madre Iglesia en temas de finanzas, que son los ministros de
economía y finanzas y naturalmente los presidentes de los bancos
centrales, están tratando de ese tema con mucho detalle. Yo no estoy, con
toda franqueza, en lo último de esa información. Creo que hay aquí
personas dentro del Gobierno del Estado más autorizadas que yo para
hablar de ese tema, entre ellos, naturalmente, el Ministro de Economía y
Hacienda y el presidente del Banco Central, del Banco de España. No me
encuentro en posición de dar más detalles, porque verdaderamente ésta es
una negociación. Cada vez que salen estos temas miro a mi izquierda
porque ver al Presidente me conforta ya que sé que ha estado en esta
misma guerra y él sabe del secretismo del comité monetario. El mismo
cuando era Secretario de Estado ni siquiera sabía lo que se hablaba en el
comité monetario, porque ése es un tema que por su naturaleza es muy
confidencial y que luego lo supo cuando fue ministro de Hacienda. Todos
estos temas no están en documentos, están en negociación y lo que sí
puedo decir es que éste será un pacto político que entrará dentro de la
conferencia intergubernamental.

Turquía ha sido un tema que recurrentemente han tratado varios de los que
han intervenido. El problema, a nadie se le oculta, es grave. Turquía es
un gran país, es el primer país asociado a la Unión Europea, desde el año
1961, y es un país al cual se le ha dicho, en opinión de la Comisión, que
sus posibilidades de entrar eran prácticamente nulas, basados en una
razón que está ya absolutamente dejada detrás. El argumento de base en la
opinión sobre la adhesión de Turquía era que en aquel momento la
Comunidad a doce se había completado, que estaba cerrado el ciclo, que lo
que se iba a hacer era profundizar y que las adhesiones y las
ampliaciones estaban absolutamente fuera de toda órbita. A partir de ese
momento, ha habido una negociación de ampliación a cuatro, que luego se
ha sumado en una ampliación a tres y se está planteando una ampliación a
diez o doce más y los turcos dicen: ¿Qué es esto?
Esos problemas naturalmente necesitan un reconocimiento, porque el gran
problema es que, debido al bloqueo de Grecia, la Unión Europea no ha
podido desarrollar con Turquía ni siquiera un mínimo elemento de relación
normal. Turquía no es ni siquiera un país tercero del Mediterráneo como
los demás, ni siquiera un país tercero comunitario con una relación
privilegiada. Por tanto, hay que resolver ese problema, en primer lugar.

Por otra parte, Turquía, hay que decirlo todo, no ha tenido, ni mucho
menos, particular interés en resolver algunos temas que son vitales para
una relación fluida con la Unión Europea, tanto más para aspirar a ser
miembro, que es todo el tema del respeto a los derechos humanos, a los
valores democráticos y el pluralismo. Eso no se nos puede olvidar a nadie
y desde luego no se nos va a olvidar a los españoles, que sabemos muy
bien, mejor que nadie, que el club europeo no se pudo ni siquiera aspirar
hasta que no tuvimos aquí un régimen de libertades basado en una
constitución que es la que rige los destinos de nuestro país; hasta ese
momento ni siquiera pudimos sentarnos alrededor de la mesa a hablar con
la Unión Europea.

En ese sentido, España, que es muy favorable a Grecia, muy favorable a
que se normalicen las relaciones y muy favorable a que la Unión
desarrolle con Grecia una relación como mínimo normal, en condiciones
normales privilegiada, piensa que, si algún día reuniera los elementos,
se podría considerar si ello se puede extender a Turquía.




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Ahí hay un problema que se mezcla con Chipre. Se ha mencionado el tema de
Chipre aquí también y se ha dicho que son británicos y alemanes los que
han insistido en que sean las dos comunidades, la turco-chipriota y la
greco-chipriota, las que empiecen a partir de ahora a negociar y a
hablar, incluso en el diálogo estructurado con la Unión Europea. Yo debo
decir que esa posición es muy explícita por parte de Alemania y Francia.

Es una posición que ha recibido el apoyo de todas las delegaciones, salvo
la griega, y España está totalmente de acuerdo en que la adhesión de
Chipre tiene que ser de todas las comunidades de Chipre y que
precisamente tiene que servir de acicate para que ese problema que
existe, esa ruptura entre las dos comunidades, sea superada de una vez
por todas.

Naturalmente, hay un juego de reproches mutuos y los griegos acusan a los
turcos de mantener presión sobre la comunidad greco-chipriota para que no
se facilite la adhesión de Chipre. Los turcos reprochan a los griegos no
permitirles tener una relación normal con la Unión Europea y todo esto se
complica por el hecho de que Turquía, al ser miembro de pleno derecho de
la Alianza Atlántica, ha anunciado ya que no está en condiciones de poder
aprobar la ampliación de la Alianza si no recibe un signo claro con
respecto a su futuro dentro de la Unión Europea. Ese es el centro del
debate de hoy. Yo no puedo avanzar aquí más que los elementos del debate,
por desgracia, no tengo las soluciones. Lo que sí creo es que hay una
voluntad clara por parte de los gobiernos europeos de tener una cierta
firmeza en este tema, de exigir a Grecia flexibilidad, con objeto de
poder permitir a Turquía tener un futuro de relación con la Unión Europea
que le dé la suficiente seguridad como para que no vea, con la ampliación
de la Alianza o de la Unión Europea, todavía un elemento más que le aleja
de una relación que Turquía empezó con el primero de los tratados de
asociación que tuvo la Unión Europea en el año 1961, cuando los países
que ahora son candidatos a entrar en la Unión no solamente no existían
para la Unión, sino que la Unión no existía para ellos, porque todo el
mundo sabe que, dentro del bloque del Pacto de Varsovia, la Comunidad
Europea entonces ni siquiera era reconocida.

Creo que veremos desarrollos; hay unos contactos muy intensos a nivel
político. Está el grupo de los amigos de Turquía, que son cinco países,
grupo de los cuales España es miembro, que son los cinco países grandes
de la Unión, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España, que
trabajan muy activamente con Turquía para buscar una salida política que
permita a los turcos tener un horizonte, y al mismo tiempo recordar a los
turcos que no es solamente una cuestión de decir que hay que tener una
relación; hay que tener los elementos para que esa relación exista y, de
momento, el tema de los derechos humanos es extraordinariamente grave,
que preocupa, como todo el mundo sabe, mucho a los gobiernos
occidentales, sobre todo a los gobiernos de la Unión Europea y al
Parlamento Europeo, que ha tomado ya una posición muy clara al respecto.

Sobre el tema del empleo, del que se ha hablado, esto es más del
documento Santer, son más derivaciones. Con respecto a la Conferencia
Intergubernamental, diré que España propone la inserción en la
Conferencia Intergubernamental, en el Tratado, de un título dedicado al
empleo, un título que está a medio camino entre aquellos que quieren
condicionar todas las políticas comunitarias al empleo --por ejemplo, la
posición de los suecos-- y aquellos que ni siquiera quieren que se haga
una mención al empleo en el Tratado, como, por ejemplo, los británicos.

Creo que la posición española parte de la convicción de que la obligación
de crear empleo empieza por los estratos más bajos de decisión en la
sociedad, que es responsabilidad de municipios, de comunidades autónomas
y del Estado, pero que no hay que ignorar que la Unión Europea puede
aportar un valor añadido a la creación de empleo mediante la coordinación
de políticas, mediante la articulación de ese objetivo del empleo en
muchas de las decisiones. Hablábamos del aceite de oliva; me parece claro
que si estamos hablando de empleo, en un tema que es política común, como
es agricultura, una orientación fundamental de cualquier propuesta que la
Comisión deba hacer en un tema sectorial tan concreto como es el aceite
de oliva, no puede olvidar la dimensión que la regulación de una OCM
tiene para el empleo en una de las zonas con más alto desempleo de
Europa. De eso es de lo que se trata, de que esa dimensión del empleo
informe las políticas comunitarias para que no se cometan errores y no se
estén articulando propuestas que a lo mejor están en contradicción con
ese propósito, que la Comisión es la primera en anunciar en todos los
foros, que todo el mundo está anunciando en todos los foros, pero que
luego, a la hora de la aplicación de las políticas, no se tiene en
cuenta.

Con respecto a otro tema del que habló el señor Gangoiti, y que ha sido
también mencionado por el señor Martínez Casañ, que es el de las redes de
enmalle a la deriva, llámense trasmallos, llámense volantas, tengo que
decir que difiero del señor Martínez Casañ en el sentido de que sí son
artes tradicionales españolas, lo que pasa es que las artes
tradicionales, según se utilicen de una manera o de otra pueden ser
lesivas o no; pero que se sepa que aquí en España se ha pescado con
trasmallos y volantas durante tiempo inmemorial. Pero una cosa son
trasmallos y volantas artesanales y otra cosa es una red de enmalle a la
deriva de 60 millas plantada en mitad del Mediterráneo. Eso es otra cosa.

Creo que hay una determinación clara por parte de la Comisión Europea
--eso me consta-- y de la mayor parte del Consejo, para que la
prohibición se mantenga el día 1 de enero de 1998. Naturalmente, como en
todas las cosas, hay intereses creados y hay resistencia por parte de
algunos países, unos que han empezado últimamente a practicar este tipo
de arte por su eficacia, y otros que lo practican también
tradicionalmente, desde tiempo inmemorial, como es el caso de los países
nórdicos, que están pescando salmón en mitad del Atlántico con redes de
enmalle a lo mejor desde principios de siglo. Por tanto, ahí hay unos
problemas de intereses, que no todos afectan a pesquerías españolas. Hay
mucha red de enmalle en el Báltico, por ejemplo, lo que quiere decir que
hay resistencias. Pero me parece que la fecha de 1998 no está puesta en
cuestión y la Presidencia neerlandesa está firmemente decidida a que en
este debate se tome la decisión.




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Se ha hablado también --al hilo de lo que ha dicho el señor Gangoiti, y
lo ha mencionado el señor Guardans-- del comité de regiones. España ha
anunciado, y es pública su posición, que el comité de regiones sea
reforzado y se convierta en una institución, en un órgano.

Esta es una propuesta que está en la Conferencia. Sin embargo, creo que
no descubro nada a los señores Guardans y Gangoiti si les digo que en el
mundo europeo, salvo Alemania y Bélgica, no hay ningún otro país con un
compromiso más claro de descentralización y de cesión de poder a las
regiones que España y que, por tanto, en estos temas estos tres países
están relativamente solos. No digo solos por indiferencia, sino solos por
efecto contrario. Hay muchos países que son militantemente contrarios a
cualquier cesión en el tema del comité de regiones y que para hacer un
acuerdo en una Conferencia Intergubernamental hace falta un acuerdo
unánime; no se cambia una coma del Tratado sin la unanimidad de los
quince. A reserva de que podamos tener, como decía el señor Guardans, un
debate en otra ocasión más monográfico sobre este tema, que yo creo que
tiene interés, la posición española es claramente favorable a potenciar
el comité de regiones y a convertirlo en una institución de la Unión. Sin
embargo, tengo que decir, con respecto al recurso al Tribunal, que
tenemos algunas reservas, no porque no tengamos la convicción del papel
que deben jugar las regiones en Europa y de la fuerza que tienen las
regiones en nuestro Estado de las autonomías, sino por una interpretación
que nosotros tenemos --y que todo el mundo tiene-- del artículo 3 b del
Tratado, que define un sistema de atribución de competencias. El Tratado
de la Unión no es una constitución de un país, es una organización en la
que una serie de países atribuye a la Unión una serie de competencias,
aquéllas en las que pueda actuar en el terreno comunitario. Eso no hace
que tenga que haber una definición, como hay en los ordenamientos
nacionales. Creo que las declaraciones de Edimburgo y Birmingham, sobre
la subsidiariedad, dejan perfectamente claro ese tema y dice que la
distribución de competencias es un tema absolutamente interno, que
corresponde a las constituciones nacionales resolverlo. Por ello,
nosotros sabemos que hay algunas constituciones que lo están resolviendo,
como nosotros en la nuestra, mediante una descentralización y una cesión
de competencias, y hay otros países en cuya constitución no se admite en
absoluto esa posibilidad y, entre los quince, no todos somos iguales.

Con respecto a las perspectivas financieras, yo diría lo siguiente. Aquí
hay una cosa que es doctrina, que es la Agenda 2000. Esta Agenda 2000 a
mí me parece un gran logro de la presidencia española, y hay que
reconocer en sus justos términos la visión política de quien elaboró la
Agenda 2000, que fue la presidencia española. En primer lugar, hubo
aquella reunión informal de Formentor, que todos conocemos, y después, el
Consejo Europeo de Madrid tomó una decisión, que fue la de que la Unión
Europea, al tener que enfrentar todos los retos que tenía que encarar de
aquí a los primeros días del siglo próximo, que eran la conferencia
intergubernamental, la iniciación de las negociaciones de ampliación, la
reforma de las políticas comunes, las perspectivas financieras, la
tercera fase de la Unión Económica y Monetaria, en vez de mezclarse, se
vieran todos estos retos en una secuencia, de tal manera que se fuera,
escalón a escalón, de uno a otro, sin mezclarlos todos, porque el día que
se mezclen todos, se forma una especie de bloqueo recíproco, en el cual
no se llega a nada, porque si te condicionan los dineros a la conferencia
intergubernamental, nosotros condicionamos la conferencia
intergubernamental a los dineros y los dineros a la ampliación y la
ampliación a la reforma de las políticas comunes, y llega un momento en
el que estamos en una situación de bloqueo total. Por tanto, fieles a esa
filosofía de la Agenda 2000, que se acuñó aquí, en Madrid, en el Consejo
Europeo de diciembre de 1995, nosotros hemos mantenido siempre la puridad
de esa doctrina, y cada vez que nos han querido tocar lo de las
perspectivas financieras, les decimos que ni hablar. El señor Zalm,
Ministro de Economía y Finanzas de los Países Bajos, ha querido
introducir el debate presupuestario de la ampliación en este semestre, y
nosotros nos hemos opuesto formalmente.

En consecuencia, ¿se ha avanzado? Se está avanzando. Hay documentos de la
Comisión. Yo sé que hay gente que está reflexionando, pero lo que
nosotros no queremos que el debate salga al público ahora mismo, porque,
inmediatamente, yo sé que eso se utilizaría como arma para sacarnos
concesiones en otros campos, particularmente en la conferencia
intergubernamental, y se produciría un bloqueo. En ese sentido, yo quiero
tranquilizarles, especialmente a don Antonio Costa, ya que todos esos
rumores sobre si la adhesión se va a pagar con los fondos estructurales o
no se va a pagar, todo ello no son más que producto de especulaciones y
de debates. De momento, no hay nada sobre la mesa y, además, me parece
evidente, y creo que le debe parecer evidente a él que España no va a
tolerar que sean los fondos estructurales los que tengan que pagar la
factura de la adhesión. Por consiguiente, llegaremos a ese momento cuando
tengamos que llegar. Hay otros muchos recursos que pueden explicarse, el
mismo señor Costa lo decía al explicar que se puede hablar del quinto
recurso, y se puede hablar de hacer una reforma de todos los sistemas de
recursos propios para buscar otras financiaciones que no sean
precisamente jugar con los fondos estructurales.

Yo quisiera tranquilizar a don Ignacio Guardans, aunque sé que está muy
tranquilo, puesto que me ha hecho una llamada de atención a la
coordinación. Debo decirle que la coordinación es, precisamente, el
primer deber de la Secretaría de Estado cuya responsabilidad me ha sido
encomendada. Esa coordinación con todos los Departamentos ministeriales
se hace todos los días: en la representación permanente, donde están
presentes todos los consejeros que representan a todos los ministerios,
todos los días, juntamente con el representante permanente y el
representante permanente adjunto, hay una reunión de coordinación, en la
que se tratan todos los temas, se ven todos los papeles y se ven todos
los documentos. Desde esa representación permanente sale la información
sobre todos estos temas no solamente al Ministerio de Asuntos Exteriores,
sino que tenemos por norma enviar todo a todos los ministerios. Pero si
esto no bastara, en la Secretaría de Estado de la



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Unión Europea están representados todos los ministerios que tienen algo
que ver con la Unión Europea, a través de sus vocales asesores, que
reciben toda esa correspondencia, que también se encargan de transmitirla
a sus ministerios y que tienen reuniones permanentes de coordinación
entre nosotros y con nosotros, bajo la autoridad del Secretario de Estado
y del Secretario General. Si eso no fuera suficiente, un viernes sí y
otro no, este Secretario de Estado, personalmente y sin delegación,
porque lo hago siempre, presido lo que se llama la Comisión
Interministerial de Asuntos para la Unión Europea, en la que están
representados todos los subsecretarios y secretarios generales de todos
los departamentos ministeriales que tienen algo que ver con la Unión
Europea, incluida Presidencia del Gobierno, e incluso Ministerio de
Defensa cuando hay temas que les afectan, es decir, absolutamente todos.

Hay unos que son miembros natos y otros que se les convoca si hay un
tema, por ejemplo, de industria de armamento que, a veces, se plantea; un
viernes de cada dos, fijo, a veces incluso, una vez a la semana. Y si
esto no fuera suficiente, este Secretario de Estado es miembro de pleno
derecho de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que se reúne todos
los jueves, de 11,30 a 3 de la tarde, bajo la presidencia del
Vicepresidente Económico, señor Rato, en la cual de nuevo están alrededor
de la mesa todos los ministros económicos del Gobierno y, de nuevo, se
vuelven a tratar los temas comunitarios cuando es necesario. Al mismo
tiempo, también quiero recordar que en la Comisión de Secretarios de
Estado y Subsecretarios, que se reúne todos los miércoles, a las 9,30 de
la mañana, bajo la residencia del Vicepresidente, señor Alvarez-Cascos,
se vuelve a coordinar la posición comunitaria en todos y cada uno de los
decretos, proposiciones y leyes que el Gobierno aprueba en el Consejo de
Ministros y me consta que en el Consejo de Ministros el Ministro de
Asuntos Exteriores tampoco pierde ocasión de coordinar cualquier tema
comunitario. O sea, somos bien conscientes de que la cohesión es lo que
da la fuerza en las posiciones españolas ante la Unión. Creo que, a lo
largo de los años, y lo digo con satisfacción porque no es un logro de
este Gobierno, es un logro de todos los gobiernos, la imagen de marca de
España ha sido la buena cohesión y la buena coordinación que ha habido
entre todos los departamentos en los temas de la Unión, y eso da
muchísima fuerza a España en los foros comunitarios. Por tanto, yo no
digo que no se pueda filtrar algo a través de toda esa colección de
mallas entrecruzadas unas con otras, pero dudo de que haya alguna cosa
que se pierda en la coordinación gubernamental en este momento.

Con respecto a la simplificación del Tratado, diré que es más compleja de
lo que a primera vista parece, porque una simplificación supone una
refundición, y una refundición tiene un escollo fundamental que es el
Tratado Euratom. Creo que a buen entendedor pocas palabras bastan porque
no hay unanimidad, ni mucho menos, para el Tratado Euratom.

Con respecto al tema del aceite de oliva, que ha sido mencionado por
varios de los que han intervenido, no cabe duda de que es un tema
importante. Nosotros estamos naturalmente en total comunicación con el
equipo del Ministerio de Agricultura. Yo he querido simplemente señalar
que esta propuesta de la Comisión ha estado dando vueltas durante meses,
pero debo decir que la Ministra de Agricultura ha logrado por lo menos
que los dos sistemas de ayuda a la producción y ayuda al árbol hayan sido
colocados en la propuesta de la Comisión al mismo nivel, a pesar de que
hay una clara preferencia dentro de la Unión Europea por la ayuda al
árbol, y que cuando estaba prácticamente hecha se logró que se fuera para
atrás, se logró que la Comisión hiciera un documento de reflexión, se
logró que se rectificara la posición y, finalmente, hace dos semanas la
Comisión ha puesto encima de la mesa su documento, en el cual están estos
dos regímenes al mismo nivel. Bueno, no nos ceguemos. Aquí no es que no
se vaya a obtener nada. En cualquier caso, lo que sí es importante es que
la propuesta de la Comisión establece una organización común de mercado
para aceite de oliva con un sistema de protección; es decir, que en
cualquiera y en el peor de los casos habrá siempre un sistema de
protección para el aceite de oliva español. De lo que se trata es de
saber cuál es el que más nos conviene. A nosotros nos parece que el que
más nos conviene es el de la ayuda a la producción, pero es un tema que
tendrá que entrar a debate en el Consejo. Tendremos que hacer saber a
todos los niveles cuáles son las razones por las cuales creemos que a
España, que es el primer productor del mundo y que tiene el 33 por ciento
de la producción mundial de aceite de oliva, le parece más sensato la
ayuda a la producción, pero habrá que ver algunas otras dimensiones que
tiene este tipo de ayuda. Yo solamente apuntaré --y apunto nada más
porque no me corresponde y porque, además, ésta es la responsabilidad de
la Ministra de Agricultura y es un tema que tendremos que hablar en
profundidad-- que las ayudas a la producción pueden tener problemas
potenciales con la Organización Mundial de Comercio. Entonces, podríamos
encontrarnos con un escollo de ese tipo. En el mundo de la Unión Europea
hay que estar en todo y hay que estar dispuesto a hablar de todo y esta
Secretaría de Estado, como ha sido su actitud habitual en todos los
problemas comunitarios, está abierta a tratar de todos los temas en
profundidad, pero manteniendo siempre un objetivo final. El objetivo
final es que cualquiera que sea el método lo que hay que hacer es
proporcionar a nuestros productores la subvención y el apoyo suficiente
para que el cultivo del olivo y la producción del aceite de oliva siga
teniendo la fuerza y la importancia que siempre ha tenido en España por
las razones que todos conocemos: la importancia en el producto agrario
español, cómo afecta a grandes regiones por razones económicas y de
salarios y por razones incluso de medio ambiente, puesto que los olivares
ocupan una extensión muy importante de tierras que, de otra manera, no
tendrían una salida cultivable aceptable.

Por lo tanto, respecto a este tema lo único que quiero decir es que
constato simplemente que está sobre la mesa una propuesta que ha estado
en discusión durante meses, en la cual se han puesto a la misma altura
los dos sistemas de apoyo o a la producción o al árbol, y que en el
Consejo de Agricultura entramos en un debate del cual no puedo ocultar a
la Comisión Mixta que la opinión colectiva de la



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mayor parte de nuestros socios considera más positiva la ayuda al árbol
que la ayuda a la producción. Naturalmente, no se nos puede olvidar que
la mayor parte de nuestros socios en la Unión no tienen cultivo de olivos
y hablan quizá con otros criterios que no son los de aquellos que los
tienen, pero tampoco se nos olvide que hay algunos que los tienen, como,
por ejemplo, Grecia e Italia, que se han decantado claramente por la
ayuda al árbol. De ahí, a partir de ahora lo que tenemos que hacer es
empezar a trabajar dentro de las instancias del Consejo y elaborar bien
nuestra posición. Yo creo que conocimiento sobre el aceite de oliva en
este país no falta --hay expertos-- y vamos a empezar una andadura que
seguramente no terminará en este semestre ni en el próximo, porque irá
para largo, pero ya iremos viendo. También tomo nota de que será bueno
buscar una ocasión en la que haya una presidencia que tenga quizá una
actitud más favorable al aceite de oliva, pero el calendario que viene
por delante no me hace abrigar ninguna esperanza con respecto a eso,
sobre todo en los próximos semestres.

Con respecto a la OMC, puesto que yo lo he mencionado y se ha mencionado
aquí por el señor Guardans, yo estoy dispuesto a dar información sobre la
Organización Mundial de Comercio, pero, francamente, creo que no me
corresponde. Yo creo que hay una responsabilidad reconocida al Secretario
de Estado de Comercio, señor Fernández Norniella, que, por cierto, ha
estado presente en Singapur y en Ginebra en la primera semana de febrero
cuando se ha adoptado el acuerdo sobre las telecomunicaciones. Me consta
que vendría aquí con mucho gusto a dar todo tipo de información, o si
esta Comisión decidiera que viniera yo, yo le pediría a él que me
autorizara a hacerlo, y lo haré con mucho gusto. Lo que yo no quiero es
entrar en el terreno de sus competencias porque verdaderamente creo que
las buenas relaciones entre Comercio y Asuntos Exteriores en estos temas
pasan precisamente por el respeto mutuo de que cada uno hace una cosa.

Ellos hacen eso y lo hacen bien porque los acuerdos que han obtenido en
telecomunicaciones yo creo que son plenamente satisfactorios.

Con respecto a la conferencia intergubernamental --y con esto cerraré
porque creo que se me va acabando el tiempo--, al tercer pilar, las
propuestas están sobre la mesa. No quisiera yo que hubiera esa sensación
que decía el señor Costa quizá en desánimo, de que aquí no avanza nada.

Yo creo que se avanza mucho, y que quizá si se habla menos --esa
tendencia involutiva--, si está menos el debate en la calle es porque
precisamente en este momento se están empezando ya a hilvanar los grandes
acuerdos.

Yo creo que en el tema de Justicia e Interior ya ha habido grandes
avances con respecto a la propuesta del texto irlandés y cada día se
avanza más. El debate que hay sobre el derecho de asilo es precisamente
porque se está entrando verdaderamente en la articulación jurídica de
cómo se elimina el derecho de asilo del ordenamiento comunitario. Quizá
ésa no es la buena expresión: de cómo se elimina el derecho de los
ciudadanos comunitarios a solicitar asilo dentro de los países de la
Unión. Pero en el tema institucional es bien sabido que no se negocia más
que en los últimos días, quizá en los últimos minutos de la conferencia.

Yo creo que se parte de la base de que hay que moverse en el tema de
ponderación de votos, de que hay que moverse en el tema de la composición
de la Comisión y que tiene que haber unos equilibrios entre una cosa y
otra.

Con respecto a las mayorías cualificadas, yo creo que la mención de don
Antonio Costa es atinada. ¡Cuidado!, no vaya a ser que en estos acuerdos
en relación con las mayorías cualificadas tengamos que hacer más
concesiones de las que podemos. Y, efectivamente, sí, porque hay varios
países que están ligando la ponderación de votos a las mayorías
cualificadas.

Yo quisiera asegurarle al Diputado señor Costa que no vamos a ceder en lo
que respecta a las mayorías cualificadas en temas que consideremos
vitales, pero no tenemos por qué escandalizarnos si tenemos que revisar
algunos temas de mayorías cualificadas porque, además, nosotros tenemos
que imaginar una España que es otra de la del año 1986. La nueva España
ya es una España consolidada dentro la Unión, que está dentro del
circuito de los grandes y que está dentro de las grandes corrientes. De
la misma manera que a Francia le preocupan menos que a nosotros los temas
de mayorías cualificadas y de unanimidad porque sabe que no se hacen
cosas en contra suya, porque está en el club de los hacedores de los
grandes temas comunitarios, yo creo que España no puede ni debe renunciar
a estar en ese núcleo duro. De hecho, tenemos vocación de estar y estamos
de facto. Y cuando la Comunidad se amplíe mucho más hacia todos los
países del este europeo, no cabe duda de que estaremos. Por tanto, no
debemos tener tanto miedo y estar pensando que tenemos que mantener las
unanimidades porque van a hacer cosas contra nosotros, porque no es así.

A lo mejor nosotros estamos en el grupo de los que hacen cosas contra los
demás, que es lo que suele pasar cada vez que los países empiezan a tener
posiciones de fuerza dentro de la Unión. Entonces habrá que hacer una
reflexión política a la luz de los intereses que tenemos que preservar y
a la luz de la dimensión que queremos dar a España dentro de la Unión.

Con respecto a la Unión Económica y Monetaria, y ya que el Diputado señor
Costa ha preguntado cuál es la credibilidad que tiene España, yo puedo
decir que la Unión Económica y Monetaria no se hace con especulaciones y
debates, sino con el cumplimiento de los criterios de convergencia. A mí
me parece que la política de este Gobierno respecto a la economía no
solamente es clara en su objetivo final de cumplir con los criterios de
convergencia, sino que además es eficaz, y no lo digo yo, sino los
mercados. Por tanto, creo que todos, y el Gobierno el primero, lo mejor
que podemos hacer es evitar entrar en polémicas y en especulaciones, ya
que eso sólo lo hacen aquellos que están nerviosos sobre el resultado
final. Yo le puedo garantizar que si España está dentro de los criterios
de convergencia, y hay elementos más que razonables para pensar que
estará, no habrá debate, porque en los criterios de convergencia no hay
debate. Se está o no se está, y, si se está, no hay debate. El debate lo
tendrán aquellos que no estén en los criterios de convergencia; nosotros
no tenemos ningún interés en alimentar el debate ahora.




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La verdad es que hablar de las posibilidades que tiene uno u otro país de
estar dentro de la Unión Monetaria y de esos barómetros que salen en los
periódicos, está bien para alimentar el debate público, que, como el
asunto tiene mucho morbo, interesa, pero yo puede decirles que Francia
tiene el 70 por ciento en el último barómetro que he visto y España
estaba en el 65 por ciento. ¿Eso es un elemento? Pues no lo sé. Si lo ha
publicado un diario económico está bien, pero en la mente de muchos está
que no habrá Unión Económica y Monetaria sin Francia; por tanto, pensar
que está en un 70 por ciento es aventurar una cosa que en la realidad
política no pasará. Es decir, si Francia está a 30 puntos de ser miembro
de la Unión Económica y Monetaria, no habrá Unión Económica y Monetaria,
eso está claro. Por tanto, si nosotros estamos a cinco puntos de Francia,
tampoco estamos tan lejos.

Es decir, que todo esto son debates que están bien, que es bueno tener; a
mí incluso me parecen saludables, porque eso moviliza a toda la sociedad
en una meta importantísima de cooperación reforzada en la que España
entera está empeñada, ya que este Parlamento ratificó el Tratado de
Maastricht, que contenía ese elemento y, naturalmente, a este Gobierno
que no sólo ha puesto la determinación, sino las políticas para llegar,
pero no tenemos que dejarnos cegar por todo este tipo de vaivenes, porque
vaivenes habrá muchos. Lo importante es estar en los criterios de
convergencia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado.

Se levanta la sesión.




Eran las dos de la tarde.