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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 29, de 18/11/1996
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS



Año 1996 VI Legislatura Núm. 29



PARA EL ESTUDIO DEL PROBLEMA



DE LAS DROGAS



PRESIDENTE: DON JUAN MORENO MASA



Sesión núm. 4



celebrada el lunes, 18 de noviembre de 1996,



en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas (Robles Orozco), para informar acerca de la encuesta domiciliaria
correspondiente al año 1995. (Número de expediente Congreso 212/000389 y
número de expediente Senado 713/000081) (Página 448)



Proposiciones no de ley:



--Relativa a la adopción urgente de medidas preventivas y rehabilitadoras
ante el consumo de alcohol y drogas entre menores. Presentada por el
Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente Congreso161/000151 y
número de expediente Senado 663/000004) (Página 462)



--Sobre utilización de los bienes decomisados a los narcotraficantes como
centros de asistencia y de reinserción para drogodependientes. Presentada
por el Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente Congreso
161/000183 y número de expediente Senado 663/000006) (Página 467)



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Se abre la sesión a las doce y cinco minutos del mediodía.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL
SOBRE DROGAS (ROBLES OROZCO), PARA INFORMAR ACERCA DE LA ENCUESTA
DOMICILIARIA CORRESPONDIENTE AL AÑO 1995. (Número de expediente del
Congreso 212/000389 y número de expediente del Senado 713/000081.)



El señor PRESIDENTE: Buenos días. Iniciamos la sesión.

En primer lugar, figura en el orden del día la comparecencia de don
Gonzalo Robles Orozco, Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas, para informar acerca de la encuesta domiciliaria.

Le damos la bienvenida, como es habitual, y le concedemos el uso de la
palabra.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Buenos días, señorías.

He pedido comparecer en la Comisión Mixta Congreso-Senado porque, como
saben, tengo un compromiso como Delegado del Gobierno y también como
Diputado que he sido de esta Comisión, en la que he trabajado durante
unos cuantos años, de tener informada puntualmente a esta Comisión de
todos aquellos estudios que pueden ser de interés para que la misma pueda
realizar su trabajo, puesto que va a ser de interés para todos.

La Delegación, en función de estos informes, que son una secuencia de
documentaciones y de aportaciones sucesivas, va dibujando lo que es la
radiografía en este momento del problema de la drogodependencia en España
y, de acuerdo con esta situación, toma sus decisiones.

Esta es una encuesta domiciliaria que se suma a la secuencia que se venía
realizando en la Delegación y que, junto con la encuesta escolar y otra
serie de informaciones que ha manejado bien la Delegación o bien
fundaciones que trabajan en el contexto del plan nacional, aporta en este
momento un estado de la situación, lo que nos va a facilitar comprender a
todos por dónde deben de ir, a nuestro juicio, los programas en los
próximos años.

La encuesta domiciliaria, de la que ahora les voy a dar cuenta, tenía dos
objetivos fundamentales: unos generales y otros específicos. Los
objetivos generales de esta encuesta, que, como digo, no se trata de un
solo estudio, sino de una secuencia de estudios que aportan información,
son elaborar unos indicadores sólidos para la detección de las
prevalencias, de los usos de las distintas sustancias, las
características subyacentes y los factores que están asociados a este
hecho. Estos indicadores han de tener una consistencia suficiente para
poder medir y evaluar las situaciones a largo plazo, en un período de
tiempo razonable, explicando por lo tanto la evolución. Por consiguiente,
como les digo, no se trata sólo de ver la foto fija, sino las tendencias
y las evoluciones que han sucedido y que previsiblemente van a suceder en
función de lo que el estudio nos indica.

El análisis de los resultados obtenidos ha de aspirar, por lo tanto, a
crear un modelo de interpretación de la realidad, con capacidad de
predecir y permitir orientar la intervención en la forma más adecuada.

Meditamos que esto tenga una continuidad en el tiempo y que nos permita
comparar resultados con nuestros precedentes más inmediatos y con lo que
probablemente va a suceder con la encuesta escolar en el próximo año
1997.

Los objetivos específicos que persigue este estudio sobre opiniones,
actitudes y demandas concretas serían saber el consumo de sustancias
consideradas como más problemáticas, el grado de dificultad para obtener
estas sustancias ilícitas, en qué medidas las drogas son un problema para
el barrio, en qué frecuencia se dan en los barrios y en los pueblos
españoles las situaciones subjetivas de riesgo y la importancia que da la
población española a determinadas actuaciones ante las drogas.

Sobre el uso de drogas ilegales (el hachís, la marihuana, el crack, la
cocaína, de síntesis, anfetaminas o speed, alucinógenos, heroína y otros
opiáceos) se ha preguntado sobre la frecuencia, sobre los perfiles de los
usuarios, sobre los accidentes y también sobre conductas sexuales en los
últimos doce meses. De esto no les informaré en este trámite, puesto que
esa información está en proceso de explotación, pero sí consta en la
documentación que les hemos dejado en el casillero.

Sobre el consumo del alcohol, se trata de saber la actitud de la
población en cuanto a los últimos doce meses, su frecuencia, el tipo de
consumo, la cantidad, las bebidas alcohólicas que se toman como más
frecuentes y el perfil y los riesgos asociados a los diferentes
consumidores, así como el consumo de psicofármacos, el uso de
tranquilizantes, los hipnóticos, la edad de inicio en el consumo y los
perfiles de los consumidores. Lo mismo puede decirse respecto al tabaco,
fumadores ocasionales y fumadores diarios, y la edad del inicio del
consumo.

Como ven, son objetivos de carácter general, en cuanto a un modelo que
pretende definir tendencias y predecir situaciones, y específicos en
cuanto al conocimiento de las sustancias, los riesgos asociados, los
perfiles de los consumidores, los inicios y las patologías asociadas a
cada uno de estos consumos.

Antes de hablar de los resultados, les quería comentar la metodología que
ha seguido la encuesta. Está realizada en un conjunto de personas de
ambos sexos de más de quince años y residentes en todo el territorio
español. La muestra ha sido de más de 10.000 unidades,
probabilísticamente estratificada por conglomerados, ha sido una
selección aleatoria en cada una de las diferentes etapas. Se ha
estratificado por comunidad autónoma, por estrato de población y por
edad. Se ha hecho una selección aleatoria en 414 municipios y en 703
secciones censales. Ha sido una selección de edificios y de viviendas, de
forma aleatoria, a partir del callejero del censo último del año 1995. Se
hizo entrevista personal en cada una de las situaciones y, en el caso de
personas que manifestaban algún tipo de adicción, se les suministraba un
cuestionario en sobre cerrado y, por



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supuesto, siempre confidencial y anónimo. Es decir, que ha sido
contestado en todos y cada uno de los casos. Esta encuesta ha sido
realizada para el Plan Nacional sobre Drogas por el equipo de
investigación sociológica Edis.

Sin más, voy a pasar a darles lo que son los principales resultados de la
encuesta domiciliaria. Para un 23,7 por ciento de los ciudadanos, las
drogas son algo muy importante y el 49,7 por ciento de los ciudadanos
piensa que es algo bastante importante, lo que hace un total del 73,4 por
ciento de los ciudadanos que sienten preocupación seria, notable, hacia
el problema de las drogas. Esto significa claramente que hay un amplio
consenso en la sociedad española, como digo, un 73,4 por ciento, de
preocupación hacia el problema de las drogodependencias.

En cuanto a las sustancias, situaciones, patrones, que consideran los
españoles como más preocupantes, son los siguientes: el consumo habitual
de heroína, el consumo habitual de cocaína --se las estoy dando de forma
ordenada--, el consumo habitual de éxtasis consumir heroína alguna vez,
el consumo habitual de hachís/marihuana, consumir cocaína alguna vez,
tomar cinco o seis copas/cañas al día y consumir tranquilizantes
habitualmente. La pregunta que se hacía a los entrevistados graduaba de
uno a cuatro la preocupación de los españoles. En toda esta secuencia de
situaciones de peligro que les he leído, la preocupación de los españoles
está por encima del 3,36 por ciento, va desde el 3,36 por ciento al 3,92
por ciento. Es decir, el grado de preocupación de los españoles por todas
y cada una de estas situaciones es muy alto.

En lo que se refiere a la demanda de actuaciones, cabe destacar lo
siguiente. Respecto a la legalización de las drogas, no concede ninguna
importancia el 54,2 por ciento respecto al hachís o la marihuana y no
concede ninguna importancia a esta medida el 62,5 por ciento referido al
conjunto de las drogas. Solamente apoya la posible legalización de las
drogas el 20 por ciento de la población respecto al hachís y la marihuana
y el 15 por ciento de la población respecto del conjunto de todas las
drogas. Hay que hacer notar también que solamente el 16 por ciento de la
población no tiene opinión a este respecto. Primero, hay un grado
importante de toma de posición y, segundo, hay un grado muy importante de
rechazo hacia la posible legalización del conjunto de las drogas,
incluidos el hachís y la marihuana.

En cuanto a las acciones a las que se atribuye mayor importancia a la
hora de hacer frente al problema de las drogas, los ciudadanos se
expresan de la siguiente forma. Para el 92,3 por ciento de los
ciudadanos, es la educación en las escuelas la medida más importante para
hacer frente al problema de las drogas; para el 83,8 por ciento de los
ciudadanos, sería el control policial y de aduanas, es decir, la presión
de los cuerpos de seguridad, en definitiva, del Estado, frente a los
narcotraficantes; para el 83,5 por ciento de los ciudadanos, serían las
campañas de publicidad preventivas sobre el riesgo de drogas; y para el
80,3 por ciento de los ciudadanos, el tratamiento voluntario de los
consumidores de drogas.

Estas son las cuatro medidas que han resaltado los ciudadanos, de una
forma absolutamente inequívoca y en un porcentaje que, como ven, siempre
está por encima del 80 por ciento; las cuatro medidas que harían el
paquete de actuaciones que demandan los ciudadanos. Es decir, educación,
campañas de prevención, tratamiento a los drogodependientes y el peso de
la ley, la acción de los cuerpos de seguridad del Estado.

Las drogas de síntesis lideran una realidad dominante en este momento. La
asociación con otras drogas, como los alucinógenos y las anfetaminas, es
decir el conjunto de todo lo que se puede considerar drogas de síntesis,
aparece como una nueva situación dominante y claramente consolidada.

Respecto a las drogas de síntesis que, como digo, forman esta nueva
realidad, hay que dejar constancia de que demuestran un claro
policonsumo, por lo que confiere una enorme peligrosidad a esta nueva
situación de fuerte aparición del consumo de las drogas de síntesis. Como
verán SS. SS., en las preguntas, se separó el éxtasis con otro conjunto
de drogas de síntesis de las anfetaminas y el speed y, además, los
alucinógenos. El conjunto de las drogas de síntesis aparece con una
fuerza importante. De la última encuesta que hemos manejado, cuando antes
decían haberlo probado alguna vez el 2,2 por ciento de la población,
ahora es el 5,4 por ciento de la población; cuando antes decían que lo
usaban de forma habitual el 0,2 por ciento, ahora es el 0,8 por ciento.

Por tanto, hay un aumento importante en el consumo de drogas de síntesis
y en la continuidad.

Quiero hacer notar que, junto a este aumento importante, hay que resaltar
el alto índice de continuidad: el 62 por ciento demuestra un alto índice
de continuidad, pero es aún mucho más preocupante que, cuando la edad de
inicio de este consumo es los quince años, hay un cien por cien de
continuidad. Solamente se da este índice de comparación con otra
sustancia extraordinariamente conocida, para desgracia de la sociedad
española, que es el caso de la heroína. El mismo índice de continuidad,
tanto en el conjunto de los usuarios como en los que inician el consumo a
los quince años, se da en el caso del éxtasis y drogas de síntesis y en
el caso de la heroína. Por tanto, altísimo índice de continuidad en los
consumidores de drogas de síntesis.

Las edades de inicio de estas drogas se sitúan entre los diecinueve y
veinte años, principalmente los de diecinueve a veinticuatro años, y algo
menos ya en los de veinticinco a treinta y nueve años. En estos grupos de
edad y en las grandes ciudades --éste es un dato a resaltar-- los
porcentajes del consumo alguna vez se sitúan en el 6 y el 8 por ciento,
es decir, hay un mayor aumento en el grupo de personas que residen en
núcleos urbanos, en grandes ciudades. Este grupo de drogas, por su
creciente extensión y por la falta de conciencia sobre su peligrosidad,
constituye, con el alcohol y la cocaína, el mayor desafío en los próximos
años y ante el que habrá que realizar, junto con el consumo abusivo del
alcohol entre los jóvenes, una acción más decidida, especialmente en el
campo de la prevención.

El alcohol es tradicionalmente una sustancia de un consumo amplio, con un
63,8 por ciento que lo han tomado en los últimos doce meses, aunque su
uso diario o casi diario sea menor que el del tabaco, con un 18,4 por
ciento. Los hombres son los que más beben alcohol a diario o casi a



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diario. Y es el grupo comprendido entre 40 a 54 años los bebedores
diarios de alcohol, mientras que por el contrario son los jóvenes
entre 19 y 24 años los que lo hacen los fines de semana, entre uno y tres
días, con un 36 y un 24 por ciento, respectivamente; es decir, hay dos
modelos de consumo de alcohol claramente diferenciados. El consumo
habitual de alcohol se produce entre las personas mayores de 40 años,
mientras que el consumo frecuente de alcohol, entendiéndolo entre uno y
tres días a la semana, se realiza fundamentalmente en los jóvenes entre
19 y 25 años.

Hay que destacar que, junto con una disminución paulatina, pero mantenida
en el tiempo, del consumo general de alcohol, disminuye el consumo de
alcohol en la población y aumenta, por el contrario, en los jóvenes, como
he dicho hace un momento, en los períodos de consumo de fin de semana. El
grupo de jóvenes es quien requiere una acción preventiva especial, dado
que es un grupo vulnerable por este tipo de consumos abusivos.

El cannabis sigue siendo la droga más consumida después del tabaco y del
alcohol, que son drogas legales. Dice haberlo probado alguna vez el 11,3
por ciento y dice consumirlo de forma habitual el 1,7 por ciento. Hay que
destacar también aquí que en los parámetros de comparación con otros
estudios se ha pasado de un 16,3 por ciento que lo había probado alguna
vez, a un 11,3 por ciento, es decir, hay una disminución en las personas
que han consumido o han probado alguna vez cannabis, aunque hago notar
que sigue siendo, como he dicho, la droga más consumida de todas, pero
hay una clara disminución. Y en aquellas personas que manifiestan también
ser consumidores habituales se ha pasado de un 2,5 por ciento a un 1,7
por ciento. Aun siendo, como digo, la droga que todavía es de mayor
consumo, también ha habido una disminución importante en el consumo
habitual de cannabis. El uso en la continuidad de esta droga es del 52
por ciento, que es alta, aunque todavía está a distancia de las que he
mencionado anteriormente: drogas de síntesis o heroína. Por lo que se
refiere a la edad de inicio de esta droga, los datos son los siguientes.

Los principales usuarios fueron el grupo entre los 15 y los 18 años, con
un 10,8 por ciento; los de 19 a 24, con un 16 por ciento; y los de 25 a
39, con un 9 por ciento. La edad media del inicio del consumo de cannabis
son los 18-21 años.

En cuanto a la heroína, ha experimentado, según todos los estudios y
según refleja también este último estudio, un notable retroceso en los
últimos años, pero sigue siendo una droga de una enorme importancia
epidemiológica. Manifestaban haberla probado el 0,8 por ciento y siguen
manifestándolo el 0,8 por ciento, lo que significa que existe una
prevalencia importante, aunque una menor incidencia, como luego se verá.

Los consumidores habituales se sitúan en el 0,1 por ciento. Aunque la
evolución es muy favorable, no hay que descartar, por la gravedad y por
la importancia de esta sustancia, un posible rebrote, por lo que
entendemos que no es aconsejable bajar la guardia ante esta sustancia.

Como digo, el consumo de heroína ha sufrido un notable retroceso.

Los principales consumidores de heroína en los últimos 12 meses han sido
claramente los hombres frente a las mujeres. La edad media de iniciación
en el uso de la heroína son los 20,09 años, y es la droga cuyos
consumidores son mucho más politoxicómanos. Un dato enormemente positivo
en el caso de la heroína es el cambio en las vías de consumo, que la
encuesta consolida. hemos venido observando, por los diferentes
resultados que se obtenían incluso de los centros de tratamiento, que hay
unos cambios claros en los hábitos. La encuesta lo confirma, de forma que
ya es la inhalada y la esnifada el uso más frecuente y ha descendido la
inyectada a menos de uno por cada diez casos.

La cocaína. Evidentemente, como saben ustedes, por la extensión de su
consumo, es otra de las drogas importantes en nuestro país. Un 2,9 por
ciento de la población la ha usado alguna vez. En comparación con los
anteriores, quiero destacar que manifestaban haberla probado alguna vez
el 4,3 por ciento. Ahora manifiestan haberla probado alguna vez el 2,9
por ciento. En el caso concreto de los consumidores habituales,
manifestaban serlo el 0,5 por ciento y manifiestan serlo el 0,3 por
ciento. La variación es hacia la baja, pero es poco significativa, a
nuestro juicio. Por tanto, significa que hay menos personas que
manifiestan haberla probado alguna vez, pero se mantienen aproximadamente
en términos similares los consumidores habituales de cocaína. El índice
de continuidad de esta droga es también del 52,5 por ciento. Por tanto,
es un índice alto, pero notablemente inferior en el caso de la heroína y
de las drogas de síntesis. La cocaína fue consumida principalmente por
hombres, un 2,2 por ciento, frente a un 0,8 por ciento de mujeres. La
edad media del inicio en el consumo de la cocaína es de 21-29 años.

El tabaco es una de las drogas cuyo consumo ha estado tradicionalmente
más extendido. Un 50 por ciento de la población ha fumado en alguna
ocasión. Actualmente fuma un 36,1 por ciento, de los que el 30 por ciento
lo hacen a diario y el 5 por ciento fuma ocasionalmente. Su índice de
continuidad en el consumo es el más alto de todos. El 75,6 por ciento de
los que han fumado alguna vez lo hacen en los últimos 12 meses y el 99,5
por ciento de éstos sigue haciéndolo en el último mes. Los porcentajes
más altos de fumadores diarios se dan entre los hombres con un 39,3 por
ciento, frente a un 22,1 por ciento de mujeres. Por edades se inicia el
hábito entre los 15 y los 18 años. Por el contrario, el hábito de fumar
diariamente se inicia a los 18,74 años. Es decir, se inicia el hábito
entre los 15 y 18, pero se consolida a los 18,74 años.

El consumo de los psicofármacos está también extendiéndose. En los
últimos 12 meses manifiesta haberlo probado el 12,5 por ciento de la
población, frente a un 8 por ciento que había tomado hipnóticos. La edad
media del inicio del uso de los tranquilizantes es los 43 años y para los
hipnóticos, los 47 años. Claramente los inhalantes, el crack y otros
opiáceos son drogas muy residuales, habiéndolos consumido sólo alguna vez
porcentajes del 0,7, 0,3 y 0,2 por ciento, respectivamente.

En lo que se refiere al policonsumo, y destacando cada una de las drogas
principales que están asociadas al resto de los consumidores, los datos
son los siguientes. De todo el conjunto de consumidores de drogas de
síntesis, un 78,4



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fumaba tabaco; un 65,7 bebe alcohol; un 82,6 toma cannabis; un 57,1 lo
hace con la cocaína; un 46,3 con anfetaminas; un 41,3, alucinógenos. Es
decir, el policonsumo asociado a las drogas de síntesis es
extraordinariamente alto.

El 51,7 por ciento de las personas que beben alcohol fuman tabaco, un 10
por ciento usa cannabis y un 2,7 por ciento usa cocaína. De los usuarios
del cannabis, el 79,3 por ciento fuma también tabaco, un 70,8 por ciento
bebe alcohol, un 21,5 toma cocaína, un 14,6 drogas de síntesis y un 12
por ciento anfetaminas. También existe un policonsumo importante.

Entre los usuarios de heroína, además del tabaco y del alcohol, cabe
señalar que el 81 por ciento de usuarios de heroína usó también el
cannabis; el 75,7 por ciento la cocaína; el 57 por ciento las drogas de
síntesis; el 29 por ciento los tranquilizantes; el 44 por ciento los
alucinógenos y el 46 por ciento las anfetaminas.

En cuanto a la cocaína, se dan los siguientes parámetros: el 78 por
ciento de los consumidores de cocaína usaron tabaco; el 67 por ciento
alcohol; el 82 por ciento cannabis y el 38,6 por ciento drogas de
síntesis.

En cuanto al tabaco, el 52,8 por ciento de los fumadores diarios bebe
alcohol y un 12,5 por ciento toma cannabis.

Según este índice, la heroína es la droga más politoxicómana, pero
seguida claramente de cerca por las drogas de síntesis y por la cocaína.

En un estamento intermedio se situaría después el policonsumo en los
casos del cannabis, los hipnóticos, los tranquilizantes y en un bajo
nivel estarían, en consecuencia, cuando se trata de drogas principales,
el tabaco y el alcohol.

En cuanto a la facilidad para acceder a las sustancias, los resultados
son los siguientes. En una horquilla que va entre el 25 y el 28 por
ciento de los ciudadanos, les resultaría fácil encontrar heroína,
cocaína, LSD o éxtasis, y a un 36 por ciento de la población le
resultaría fácil encontrar marihuana, lo que indica claramente una
presencia social alta de las drogas y, por tanto, significa que es
importante profundizar, en la medida en que lo demandan los ciudadanos,
en la reducción de la oferta.

A nuestro juicio, éstos son los resultados más importantes que se deducen
del cuestionario y del análisis del mismo. Hay unas conclusiones
generales, que serían las siguientes: aumenta claramente el rechazo hacia
las drogas en la población española. Junto a ello, aumenta también la
comprensión del problema y, al mismo tiempo, se acepta al
drogodependiente como enfermo y se demandan tratamientos, en un altísimo
porcentaje, junto con una política clara de rechazo a la legalización y,
en un 83,8 por ciento, la población pide una represión más decidida en el
tráfico de drogas. Se dan dos situaciones que pueden parecer, en
principio, contradictorias, pero que yo creo son complementarias: por una
parte, crece el rechazo hacia el fenómeno de las drogas y aumenta la
aceptación y comprensión del fenómeno hacia el drogodependiente como
enfermo. Hay petición de más esfuerzo en la línea policial y legal y, al
mismo tiempo, mayor esfuerzo también en cuanto al tratamiento de los
drogodependientes. Como he resaltado en la lista de las cuatro medidas
más demandadas, es la prevención la que claramente figura como la opción
preferida de los españoles, entendido por un paquete de medidas, que son:
la prevención en la escuela, sobre todo en las zonas de riesgo;
prevención en campañas publicitarias y aparece el fenómeno de las
políticas alternativas al uso de drogas, o lo que es lo mismo, el
concepto de los valores positivos y las conductas alternativas, como
digo, al uso de drogas.

Según he explicado en los resultados de las diferentes sustancias, se
consolida claramente un modelo juvenil dominante de consumo de drogas,
que se vertebra en torno a las drogas de síntesis y que se asocia
fuertemente al consumo de otras drogas, es decir, al policonsumo. En esta
constelación de policonsumo, está el consumo abusivo de alcohol, que
aparece con un protagonismo importante, dándose al mismo tiempo una
reducción de las pautas generales de consumo y un aumento del consumo del
alcohol entre ese colectivo especialmente de adolescentes y jóvenes
consumidores de fin de semana.

Hay que señalar que, si bien las drogas de síntesis lideran el
policonsumo, la cocaína y el cannabis son otros dos productos con
prevalencias muy amplias. El alcohol y el tabaco han sido las dos drogas
cuyo uso tradicionalmente está más extendido en nuestro país y, por
tanto, siguen siendo uno de los retos que plantea la encuesta.

Por lo que se refiere a la heroína, que durante una década ha sido una de
las cuestiones que ha tenido más atención por parte de la población
española, también hay importantes novedades, como he explicado. Hay una
clara tendencia a la disminución y, ya consolidado, un cambio en los
patrones de su consumo. La irrupción de las drogas químicas vinculadas a
un estilo de vida y de ocio de fin de semana; el alcohol, con cambios de
patrones en su consumo; la presencia del cannabis como droga
predominante; la heroína como la droga más dañina en el entorno social y
familiar; la prevalencia de la cocaína en su uso, aunque con una mucho
menor problemática, y los tranquilizantes e hipnóticos fundamentalmente
en las mujeres y personas adultas.

A mi juicio, éstos son los resultados y las conclusiones más importantes
de la encuesta, que lo que hace es consolidar estudios anteriores que
apuntaban esta tendencia; también consolidar algunas impresiones
intuitivas o que se habían recogido por otras fuentes de otra naturaleza.

Esta encuesta, con las anteriores, más con los datos que nos aportan
diferentes sistemas, como el propio sistema de la Delegación, el Seit, o
los patrones de las diferentes comunidades autónomas, integran unas
fuentes de información que fijan en este momento la situación. La
situación, de alguna manera, viene a avalar lo que la Comisión Mixta
precisamente refleja en su informe, que aporta un aval a su contenido y a
la mayoría de los programas de las comunidades autónomas, ayuntamientos y
de la propia Delegación nacional; es decir, una apuesta decidida en el
ámbito de la prevención; unos cambios claros de patrones de consumos. Hay
unos nuevos patrones de consumo en la sociedad española fuertemente
consolidados que van a desarrollarse en esta dirección en los próximos
años, todo lo cual no puede significar una menor atención hacia otras
drogas que, aunque aparecen con tendencias a la disminución, siguen



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siendo las que mayor daño ocasionan a la sociedad española.

Estos son los resultados que quería transmitirles, por lo que quedo a su
disposición para lo que crean conveniente.




El señor PRESIDENTE: ¿Señores que deseen intervenir? (Pausa.)
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular, señor Pérez Corgos.




El señor PEREZ CORGOS: Señor Presidente, en primer lugar, quiero que mis
primeras palabras sean de agradecimiento, en nombre del Grupo Popular, al
señor Robles, por su comparecencia; no sólo por la comparecencia sino
también por el respeto y el cumplimiento de ese compromiso que ha
adquirido, lo que demuestra su sensibilidad política hacia esta Comisión.

Como ha dicho el compareciente, la encuesta domiciliaria sobre el uso de
drogas nos da una serie de datos relevantes sobre la realidad actual del
problema de la droga, pero también y, a mi juicio, lo más importante,
unos elementos de prospectiva que nos van a permitir caminar dando pasos
seguros en este tema.

De los resultados que nos ha expuesto, apreciamos que se consolida el
informe de la Comisión Mixta y, sobre todo, se consolida también el
programa diseñado por la Delegación nacional. El hecho de que el 73,4 por
ciento de la población española manifieste tener preocupación seria sobre
el problema de la droga, viene también a ratificarnos en la idea de que
el problema de la droga, junto con el paro y el terrorismo, son los
problemas más graves que tiene en estos momentos la sociedad española.

Son destacables, a mi juicio, las medidas solicitadas por la sociedad,
medidas en las que, como nos acaba de decir el delegado, se aprecia el
aumento del rechazo hacia la droga; aumenta también la comprensión hacia
el problema de los drogodependientes, pero no a la droga en sí y la
demanda fundamental es preventiva, una demanda de educación en las
escuelas al objeto de promover la formación de la conciencia pública
sobre los riesgos de las drogas, mediante una serie de campañas
publicitarias de implicación de los medios de comunicación de las
instituciones privadas, medidas que afortunadamente ya se están llevando
a cabo.

Añadiría que la implicación de la sociedad ha de ser total en este
sentido, y que esa labor de concienciación, esa labor de educación en las
escuelas ha de ser impulsada en otros ámbitos, fundamentalmente en la
familia.

Enhorabuena, señor delegado y en nombre del Grupo Popular, muchísimas
gracias.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Robles.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Quiero agradecer sus palabras y decirle que, por lo que se
refiere a la encuesta, nos debemos quedar básicamente, a mi juicio, con
una primera idea, y es la de que existen nuevos patrones de consumo, que
esos patrones de consumo nos van a obligar a tomar decisiones en esa
dirección --decisiones que estaban apuntadas en el informe de la comisión
mixta--, que se consolida la prevención y que junto, a eso, aumenta una
cultura de rechazo a las drogas que es enormemente positiva para el
conjunto de la sociedad española.

Estoy a disposición de todos ustedes para poder ampliar cualquier otra
información.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor portavoz del Partido
Socialista.




El señor GRANADO MARTINEZ: Gracias al señor delegado por sus
explicaciones que coinciden básicamente con el contenido de la encuesta.

Me gustaría empezar por decir que esta encuesta fue encargada por el
anterior equipo ministerial, con intención de complementar los datos que
surgían sobre el consumo de drogas en España, fundamentalmente a través
del SEIT, sistema estatal de información sobre toxicomanías. En este
sentido la encuesta supone una aportación metodológica muy importante
porque permite tomar referencias, de las que carecía hasta el momento el
SEIT, sobre la evolución del fenómeno del consumo de drogas en la
sociedad española. Esta es la primera encuesta. Por eso, me gustaría
llamar la atención al señor delegado sobre las comparaciones que ha
deslizado a lo largo de su intervención, con encuestas realizadas con
otra metodología por el Centro de Investigaciones Sociológicas.

Las diferentes metodologías, a veces, someten a un sesgo los resultados
de la muestra y a lo mejor nos estamos encontrando con que realizar
comparaciones de dos encuestas diferentes, que aunque realizan el mismo
tipo de preguntas no son exactamente las mismas, porque algo ha variado
el cuestionario, y la metodología de encuesta es diferente (en este caso
se ha dirigido a los domicilios, la encuesta anterior tuvo una distinta
metodología de muestreo) pueden someter a cierto grado de incertidumbre
la evolución. Probablemente cuando tengamos cuatro o cinco encuestas de
esta naturaleza podremos establecer, con carácter mucho más preciso, la
prevalencia y la evolución de los datos del fenómeno que nos ocupa.

No obstante, la encuesta sirve para poner en su sitio algunas
afirmaciones realizadas de manera, a mi juicio, bastante irresponsable,
sobre la evolución del fenómeno en la sociedad española en los últimos
años. La encuesta pone de manifiesto que, aunque se contemplen los datos
aisladamente, bien por sustancias, bien de manera integrada, el consumo
de drogas de la sociedad española es un consumo que no está
incrementándose. Yo creo que esto se debería poner de manifiesto porque
es una buena noticia para la sociedad española; es decir, a partir del
año 1990, según los datos con que contamos en esta encuesta, el consumo
de drogas en la sociedad española por cohortes de edad manifieste
tendencia a la disminución, es algo importante que la sociedad española
merece conocer, porque demuestra que las continuas actuaciones,
desarrolladas por la colaboración de las diferentes administraciones
públicas y de los diferentes gobiernos en contra del consumo de drogas en



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nuestro país, está teniendo un éxito que no minimiza los fracasos, sobre
todo teniendo en cuenta que estamos hablando de un problema cuyos
fracasos son dramáticos porque se refieren a personas y cada persona es
irrepetible. En ese sentido, cualquier nuevo consumidor que fallezca o
entre en procesos de dependencia es un nuevo fracaso que tiene que hacer
merecer nuestra consideración, pero el volumen global del problema está
disminuyendo.

A mí me gustaría que sacáramos una primera conclusión y es que en los
últimos años las administraciones públicas, gobernadas por distintos
partidos políticos y desde diferentes puntos de vista han sido capaces de
ponerse de acuerdo y de reaccionar eficazmente frente al problema y que
el problema empieza a remitir. Por tanto, carecen de sentido las
apelaciones constantemente agoreras que se hacen desde algunos foros, y
que se han hecho en el pasado desde algunos grupos políticos, de hablar
del consumo de drogas como un fenómeno en permanente crecimiento y en
permanente amenaza de destrucción de nuestra sociedad.

La encuesta confirma, por otro lado, cosas que ya sabíamos y que, una vez
conocidos los resultados de la misma, sabemos con más certeza: Que las
drogas ilegales son consumidas preferentemente por hombres, más que por
mujeres; que los psicofármacos, en general, son consumidos
preferentemente por mujeres, respecto de hombres; que hay drogas en las
cuales el avance de la edad supone el incremento de factores de riesgo;
que hay drogas que son consumidas más por los adultos que por los
jóvenes. Esto debería decirse porque hay cierta tendencia, y el señor
delegado también lo ha dicho en su intervención, a considerar que el
problema de las drogas es un problema estricta o predominantemente
juvenil. Pues bien, la encuesta nos demuestra que hay drogas, incluso
ilegales, como la cocaína, que su consumo se inicia, con más frecuencia,
entre mayores de 20 ó 25 años, que entre menores de esa edad.

Tampoco cabe decir que el problema de las drogas sea un problema
estrictamente vinculado a lo que son las cohortes de edad de la juventud
y, sin embargo, hay drogas en las cuales el avance de la edad supone una
disminución del riesgo. Por ejemplo, la heroína o el cannabis demuestran
muy claramente que, conforme van avanzando en edad los presumibles o
presuntos consumidores, es más difícil que se inicien en el consumo.

¿Qué nos pone de manifiesto en datos, sustancia por sustancia, lo
practicado por la encuesta? Pues, en primer lugar, que los datos sobre el
alcohol también manifiestan cierta esperanza. Se incrementa el número de
abstemios de manera muy considerable sobre encuestas realizadas con
anterioridad, aunque es cierto que hay un número excesivo de bebedores de
15 a 18 años que, según los datos de la encuesta, son los que se
emborrachan más habitualmente; es decir, existe una pauta de consumo,
como bien ha indicado el delegado, diferente a lo que era el consumo
social tradicional en la sociedad española. Hay un grupo de bebedores
excesivos que beben para emborracharse y, además, son personas de muy
baja edad, personas que tienen menos de 18 años. Esto es muy preocupante.

La encuesta sobre salud en la escuela, realizada por la delegación del
Gobierno en la anterior etapa, ya ponía de manifiesto que el alcohol, con
el tabaco, era el principal problema de drogas con que nos encontramos en
las escuelas, y ahí deberíamos orientar nuestros esfuerzos, porque la
encuesta pone de manifiesto que de las drogas ilegales, con la salvedad
del cannabis, la presencia en el entorno de las escuelas, en el entorno
de la escolaridad obligatoria de los menores de 18 años, es una presencia
muy escasa; es una presencia que se mide entre el 0,1 y 0,2 por ciento
del número de escolares. La droga que existe en las escuelas españolas y
la droga con que se inician en el consumo los escolares españoles es
fundamentalmente el alcohol, el tabaco y, en cierta medida, el cannabis
con cierta tendencia a la disminución. Ahí tendríamos que orientar
nuestros trabajos.

En cuanto al tabaco ya hay muchos españoles que han dejado de fumar. Este
es otro buen dato de la encuesta. Aquí pensábamos que el tabaco, la
toxicomanía española por excelencia, porque éste fue el lugar de
incorporación a Europa al consumo del tabaco, está empezando a remitir.

Hay personas que, cada vez, fuman menos y hay muchas personas que han
dejado de fumar, lo cual es una buena noticia para la sociedad española.

También es una buena noticia la disminución que se aprecia en la encuesta
muy claramente del consumo de cannabis o de heroína.

El delegado ha hecho hincapié en una cuestión que, a mi juicio, parte de
cierta exageración sobre el consumo de las drogas sintéticas, de las
drogas sintetizadas en laboratorios y ha dicho que son drogas que
plantean un grave problema de continuidad, que son drogas que manifiestan
un incremento del consumo, etcétera.

Estos datos son ciertos, pero también es cierto que el número de
consumidores habituales, tanto de anfetaminas, como de alucinógenos, como
de otras drogas de síntesis, lo que se ha llamado aquí el éxtasis que, en
el fondo es una anfetamina más, y otro tipo de drogas, sigue siendo muy
bajo. Estamos en entornos del 0,1 al 0,3 por ciento de personas que han
consumido éxtasis, alucinógenos o anfetaminas en el último mes o en la
última semana, sobre todo si tenemos en cuenta que la encuesta confirma
algo que también sabíamos, y es que existe un elevado nivel de
politoxicomanía entre los consumidores habituales de drogas en la
sociedad española. Es decir, la persona que consume habitualmente una
droga ilegal, normalmente consume varias; el consumidor habitual de
drogas ilegales es una persona que no se limita a una única sustancia, su
patrón más habitual es consumir varios tipos de drogas. En este sentido,
los incrementos del consumo de drogas de síntesis que aparecen en la
encuesta también pueden estar motivados por el incremento de consumidores
de otras drogas. Si tenemos el 0,4 por ciento de personas que consumen
más o menos habitualmente heroína, y la mitad nos dicen que consumen
drogas de síntesis, hay ya un 0,2 por ciento de los consumidores de
drogas de síntesis que son heroinómanos. ¿Qué quiero señalar con esto?
Que a juicio de nuestro grupo debería hacerse hincapié en el problema de
la politoxicomanía, en el problema del consumo asociado de varias
sustancias; el consumo de alcohol y en menor medida de tabaco, con drogas
ilegales y de diferentes drogas ilegales entre sí. No sería bueno
articular un nuevo discurso



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político sobre el problema de las drogas de síntesis, porque con ser éste
un factor preocupante, sobre todo por la extensión de las redes de
distribución, que es lo más preocupante de estas sustancias, el consumo
habitual de estas sustancias está limitado a un grupo cada vez más
reducido de consumidores habituales de todo tipo de drogas.

Nos gustaría que no sacáramos como conclusión de esta encuesta, porque
sería un exceso en la interpretación de la misma, que el fenómeno más
preocupante que tiene la sociedad española en 1996 es el incremento de
las drogas de síntesis. El fenómeno más preocupante que tiene la sociedad
española en 1996 es, y sigue siendo, la politoxicomanía de drogas
ilegales combinadas y, desde luego, el consumo de alcohol que, en mi
opinión, es excesivo en el grupo de edades de 15 a 18 años, que sí es
realmente preocupante porque afecta a muchas decenas de miles de jóvenes,
y no a grupos marginales.

A nuestro juicio, también, existe cierto riesgo de exageración en lo que
son las conclusiones de la encuesta. Esta encuesta nos demuestra en sí
misma que la percepción que tiene la sociedad española del problema de
las drogas no es exactamente similar a la realidad de las drogas en sí.

Hay muchos más españoles que denotan problemas de drogas en abstracto y
cuando se le refieren preguntas en concreto no saben qué ejemplos poner.

Personas que dicen que la presencia de drogas en su barrio es muy
importante y luego cuando les preguntas si han visto toxicómanos,
jeringuillas o si han visto consumo de drogas dicen que no. Ahí hay
cierta asociación del imaginario social con la percepción de las drogas,
que se realiza a través de los medios de comunicación, que por su propia
naturaleza es una percepción amplificada. En este sentido, no sería bueno
extraer consecuencias de este imaginario social, sino de la realidad
social que nos denota la encuesta.

No obstante, la encuesta viene de alguna manera a dar la razón a los que
ya cuando se puso en marcha la Ley de Seguridad Ciudadana defendimos que
era conveniente disminuir la presencia pública de las drogas en nuestra
sociedad y que, sin incriminar a los consumidores de drogas, era
necesario que el conjunto de la población no tuviera una presencia diaria
del consumo de drogas en nuestras calles, en nuestras plazas públicas en
el entorno de los centros escolares. Sigue siendo necesario trabajar por
la disminución de la presencia social de las drogas pero partiendo de la
base de que muchas veces existe una realidad y existe un imaginario
social que la traduce a veces exagerándola.

También nos parece interesante profundizar sobre algunas de las
conclusiones que saca el señor delegado de las respuestas del
cuestionario. En el cuestionario se planteaba a las personas que lo
contestaban su opinión favorable o desfavorable sobre los programas de
educación sobre drogas en los centros escolares. La gente se manifiesta
abrumadoramente a favor, como no podía ser menos, a pesar de que las
drogas que hay en las escuelas, como demuestra la encuesta, muchas veces
no son esas drogas que más preocupación causan. A lo mejor, el problema
de las drogas en las escuelas es fundamentalmente de alcohol y tabaco, y
sin embargo la gente se preocupa por la heroína y la cocaína, que no se
consumen preferentemente en el entorno escolar.

De ahí a sacar la conclusión que se realiza en el documento y en las
expresiones del señor delegado, de que es necesario asociar la idea de
que educar sobre las drogas en las escuelas es educar sobre el riesgo de
las drogas, nos parece un sesgo que no es aceptable. Supone identificar
la prevención sobre las drogas a explicar lo malas que son las drogas y
cuando estamos hablando de realizar prevención sobre drogas en la
adolescencia, que es una fase del crecimiento humano en donde lo que hace
la persona es precisamente afirmar su propia realidad y su propio
criterio contra los criterios de las autoridades que hasta ahora le
venían tutelando (los padres, los sacerdotes, los profesores, etcétera),
explicar lo malas que son las drogas, puede tener efectos de rebote. El
señor delegado sabe perfectamente, porque sobre esta cuestión ya hemos
discutido él y yo en alguna ocasión, que no soy de los que creen que
hacer prevención sobre las drogas sea decir a los chavales de 14, 15, 16
y 17 años lo malas que son las drogas. Hay que fomentar el criterio del
adolescentes sobre las drogas, hay que informarles sobre los riesgos de
las drogas, porque esto es evidente, pero hay que hacerlo de manera
integrada, sobre todo poniéndole en valor otro tipo de conductas
alternativas al consumo de drogas. Este es el fondo de la cuestión.

Educar sobre las drogas, no es sólo educar sobre el riesgo de las drogas,
sino educar sobre el propio criterio. En este sentido, soy de los que
defienden que no es tan necesario hacer programas específicos de
prevención de drogas en las escuelas, como hacer una educación para la
salud integral en las escuelas y, sobre todo, fomentar conductas
alternativas al consumo de drogas. Soy de los que piensan que muchas
veces hacer polideportivos o planificar buenas actividades extraescolares
es mucho más preventivo que dar charlas de policías en los centros
escolares que, por desgracia, en nuestro país se sigue haciendo con
cierta frecuencia en algunas comunidades autónomas. Lo que pasa es que
cuando disminuye el presupuesto del Ministerio de Educación, cuando
disminuyen los programas compensatorios o disminuyen los programas para
actividades extraescolares, a lo mejor nos vamos a conformar con hacer
programas más limitados de coste más reducido en los que expliquemos a la
gente lo malas que son las drogas, aunque todos estemos convencidos de
que ese tipo de programas son menos eficaces.

De la misma manera, apreciamos que puede existir cierto riesgo en seguir
profundizando en la demanda de la población de mayor rigor de nuestro
sistema penal sobre los consumidores de drogas. Está bien que la gente
explicite una demanda de mayor eficacia de la actuación policial y la
actuación legislativa contra el tráfico de drogas --esto es necesario y
todos los grupos que estamos en esta Cámara lo compartimos--, pero esto
no debería suponer, en ningún caso, incriminar, penalizar el consumo de
drogas y reprimir penalmente a los consumidores de drogas. Cuando se
interpreta una demanda social en ese sentido, corremos el riesgo de hacer
de una demanda más superficial, una política de base que no contemple la
necesidad de tratar integralmente el problema.

El problema no es que tengamos una legislación permisiva, el problema
pura y simplemente es que tenemos



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una legislación que es muy difícilmente aplicable en una conducta
voluntaria. Estamos hablando de un delito en el que la víctima es
cómplice del delincuente, el consumidor es cómplice del traficante, y
esto añade dificultades objetivas de actuación en esta materia, no sólo
en España, sino en cualquier país democrático. Por tanto, no hay por qué
someter a mayor rigor penal a los consumidores; lo que hay que hacer es
seguir incrementando la eficacia policial. En este sentido, algunas
propuestas a que se apuntan de manera un tanto superficial los que han
contestado el cuestionario, como es el tratamiento obligatorio de los
consumidores, son cuestiones que merezcan alguna reflexión. No es posible
tratar obligatoriamente a personas en las que el tratamiento persigue la
recuperación de la independencia personal. En este sentido, obligar a
alguien a que recupere la independencia es manifiestamente incongruente.

Hay cierto grado de voluntariedad que nunca debe suprimirse en el
tratamiento. Esto serían reflexiones de matiz menor.

En conclusión, la encuesta da un aliento de esperanza a la sociedad
española, le demuestra que las políticas sobre drogas emprendidas por los
diferentes poderes públicos han sido políticas eficaces. Sin disminuir ni
un ápice la gravedad del problema, demuestra que la sociedad española ha
sabido afrontarlo. El problema no va creciendo, el problema es menor. Hay
segmentos del problema que crecen, como puede ser el de las drogas de
diseño, pero a nosotros nos parece menos preocupante eso que otros
segmentos del problema en que se ha hecho menos hincapié. En todo caso,
el conocimiento de nuevas encuestas y el conocimiento de series más
amplias nos permitirán saber si esto que son impresiones se confirma con
la realidad y podemos establecer prevalencias claras que nos permiten
decir a la sociedad española que, al lado de la importancia del problema,
éste está bien tratado y creemos que podemos solucionarlo en un futuro.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Robles Orozco.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Muchas gracias al portavoz socialista por la extensa reflexión
que me va a permitir hacer unas cuantas puntualizaciones, porque él ha
extraído unas conclusiones que en ningún caso he expuesto y creo que
tampoco están en la encuesta, es decir, son sus propias conclusiones,
pero, en todo caso, tampoco están tan lejanas del conjunto de lo que dice
la encuesta ni probablemente del conjunto de lo que todos opinamos, pero
que conviene matizar.

De todas formas, empezando por la última parte de su intervención,
quisiera aprovechar para decir que si han ido ustedes viendo (porque
hemos intentado apoyarlo visualmente para que al mismo que daba esta
farragosa lista de datos y porcentajes hubiera algo) en un cartel que
habrá aparecido muy rápidamente pone: las drogas cambian. Creo que
básicamente nos tenemos que quedar --y he insistido mucho en esta idea--
con los nuevos patrones de consumo: las drogas cambian.

Por tanto, antes que hablar de que las drogas disminuyen en su conjunto,
hablaría de que las drogas cambian y ahora vamos a matizar en qué
dirección cambian y cuál es la situación. Así pues efectivamente las
drogas cambian, hay nuevos patrones de consumo y existe una disminución,
afortunadamente, en algunas de las sustancias, pero también es verdad que
existe un aumento en otras, nuevos fenómenos que aparecen.

A este delegado no le gustaría y probablemente no gustaría a la sociedad
española en su conjunto, que por tomarnos las cosas con cierto relajo o
con poca importancia --entre comillas-- le pasase a una nueva generación
lo que le sucedió a otra respecto a la heroína o a otras sustancias. Por
tanto, minimizar el riesgo que tienen en este momento determinados
fenómenos es, a mi juicio, bastante peligroso, sobre todo porque
recuerdo, señor Granado, que siendo yo portavoz de la oposición en alguna
ocasión pregunté a los anteriores responsables también sobre la
incidencia de alguna de estas sustancias y en tono absolutamente confiado
y tranquilo restaron importancia a una tendencia que hoy claramente se
consolida. Pero no sólo se consolida por esta encuesta, sino por algunas
otras encuestas que vienen a apoyar a ésta y sobre todo también porque
junto con las encuestas tenemos los datos de los decomisos y no le puedo
ocultar a usted que estos datos desde el año 1990 --a los que
precisamente usted ha hecho referencia--, en el caso de las drogas de
síntesis han ido en espectacular aumento, tan espectacular que las cifras
eran en torno a las 20.000, 12.000, 13.000 dosis, llegando en 1995 a
setecientas y pico mil dosis incautadas. Por tanto, todas las tendencias,
tanto de la oferta como en este momento de la demanda, apuntan a que el
fenómeno de las drogas de síntesis es un fenómeno creciente, preocupante
y consolidado y cuando usted hace referencia al policonsumo tiene usted
razón, pero no tiene que olvidar que he mencionado, y lo he graduado,
cuáles son los grupos de policonsumos más asociados, el primero es la
heroína, pero el segundo es el de las drogas de síntesis, por encima de
las demás y no será, desde luego, este delegado el que le quite
importancia a esa tendencia que hoy claramente aparece en la sociedad, ni
el que diga que simplemente las drogas de síntesis producen taquicardia,
porque desgraciadamente en nuestro país han producido y están produciendo
algo más que taquicardia. No me gustaría, insisto, que a esta nueva
generación le suceda, respecto a las drogas de síntesis o el abuso del
alcohol en los adolescentes --porque estoy absolutamente de acuerdo con
usted en que es uno de los temas prioritarios--, lo que le ocurrió a otra
generación respecto, por ejemplo, de la heroína o de la cocaína.

Efectivamente, las drogas cambian, hay nuevos patrones de consumo y,
precisamente, es ésta la información más importante de toda esta
encuesta. No se trata de innovar --y le tengo que dar la razón--, se
trata de consolidar situaciones. Tenemos una tendencia de estudios y de
encuestas que integramos con otras muchas cosas, la diferencia, de alguna
manera, es que ahora no solamente nos conformamos con tener el sistema
propio de la delegación, el SEIT y además las encuestas, sino que además
recurrimos a otras fuentes de información que el Estado tiene, que hemos



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de integrar y, por tanto, me parece absurdo que teniendo el Estado o
incluso aquellas otras fundaciones que están en el entorno de lo que
puede ser el Plan nacional estos datos no los integremos y en ese sentido
tengo que discrepar con usted, señor Granado, no solamente porque
existiera una encuesta anterior importante del CIS que sirve para
evaluar, sino también porque de este mismo grupo hay otras encuestas muy
recientes que sirven para comparar y que han sido presentadas hace muy
poco tiempo.

Junto con eso, además tenemos la propia encuesta escolar de la
delegación; junto con esto tenemos los datos del observatorio europeo; y
junto co eso tenemos otras fuentes de integración que nos ayudan a
consolidar tendencias. He explicado claramente que no es un dato en sí
mismo si no se observa como una tendencia general y, por tanto, me parece
una contradicción por su parte que usted quiera rebajar la trascendencia
de lo que he podido decir porque no tenemos elementos de reflexión y que
haga usted afirmaciones categóricas como que desde el año 1990 hay una
clara disminución. Supongo que lo tendrá usted que estar comparando con
algo; por tanto, si valen para usted los datos de comparación supongo que
valdrán para todos los demás. Por otra parte, discrepo, no es desde el
año 1990 cuando se observa claramente esas tendencias de disminución,
¡ojalá!, es bastante más tarde en tiempo muy cercano a nosotros y en
algunas sustancias.

La encuesta demuestra algo que veníamos observando afortunadamente, que
hay una clara disminución en el consumo de heroína, que hay disminución
en el consumo de hachís y marihuana; que hay una estabilización en el
consumo de cocaína; que hay unos cambios en el consumo del alcohol; es
verdad que disminuye la totalidad del alcohol que se consume, pero
aumenta, por el contrario, el consumo de fin de semana en el grupo de
jóvenes o adolescentes. Ya comprendo que el concepto de juventud es
amplio y complicado muchas veces de definir, pero claramente, señor
Granado, la encuesta demuestra que son los jóvenes, entiendo a éstos por
los más adolescentes y los jóvenes adultos o maduros, los que tienen
claramente una situación de consumos altos y ésa es una evidencia. Es
verdad también que junto con eso, por ejemplo, el alcohol digamos
habitual, forma parte de ese otro colectivo de personas mayores de
cuarenta años; es verdad que los alucinógenos forman parte del colectivo
de mujeres mayores de 43 años, pero básicamente esas otras drogas son un
problema claramente juvenil.

En el tema concreto de las drogas de síntesis hay un dato que he querido
resaltar mucho, y es que son las drogas de síntesis y es la heroína
precisamente las drogas que presentan mayor índice de continuidad, un
dato a tener en cuenta. En las otras sustancias los índices de
continuidad están por encima del 52 por ciento, pero hay un dato que
quiero volver a repetir porque tiene una importancia, a mi juicio
trascendental, y es que en el caso de las drogas de síntesis, como
sucedió en el caso de la heroína, cuando el inicio se produce a los 15
años el índice de continuidad es del cien por cien; por tanto, es un
dato, a mi juicio, muy importante y que no tenemos que desechar. No
significa que la edad de inicio sean los 15 años, dice que cuando se
inicia a los 15 años el índice de continuidad es del cien por cien.

Estamos, de alguna manera, definiendo objetivos y estamos definiendo
nuestros esfuerzos y nuestras prioridades y está claro que en ese
colectivo de personas de 15 años hay que hacer un esfuerzo importante;
como hay que hacer un esfuerzo importante en todo el colectivo de
personas entre 19 y 25 años, que son objetivamente el grupo en este
momento (y puede que a lo mejor sea un concepto el de la juventud entre
19 y 24 años que a usted le parezca excesivo, pero a mí me siguen
pareciendo jóvenes) en el que claramente está concentrado el mayor
consumo, por ejemplo, de sustancias de síntesis. Por tanto, es
importante.

En cuanto al grupo de consumidores en general de drogas de síntesis,
permítame le diga que la encuesta segmenta por diferentes grupos, pero el
conjunto de los consumidores habituales es el 0,8 por ciento; por tanto,
ha pasado del 0,2 al 0,8 y, en todo caso, es una tendencia creciente;
esto hay que tenerlo en cuenta, porque está por encima de otras
sustancias. Así pues, dando coherencia a sus palabras y a las mías, eso
es lo que tenemos que ver, cuál es la tendencia, y hemos dicho que en
heroína es el descenso, en el hachís es el descenso, pero, por el
contrario, la tendencia en las drogas de síntesis es a aumentar. Nos
estamos quedando con tendencias. Las encuestas, como otra serie de
estudios, nos marcan, fundamentalmente, tendencias y eso, a mi juicio, es
lo que en este momento tenemos que valorar de forma muy importante.

De todas formas, le digo que he expuesto algunas cosas que no son
conclusiones cerradas, que van a ser un mandato para que la delegación
del Gobierno actúe en esa dirección. He leído resultados, y esto
significa cosas que opinan los ciudadanos y cómo perciben ellos los
problemas.

Comparto con usted claramente que los ciudadanos tienen una preocupación
subjetiva mucho más alta de la que luego objetivamente manifiestan y que,
por tanto, el problema subjetivamente hablando es mayor que el problema
objetivamente hablando, pero no es una conclusión que saco, es una cosa
que dice la encuesta y, por tanto, de ahí no derivo más que una
explicación y les doy a ustedes los datos. No vamos de ahí a inferir
ningún tipo de resultado en ninguna dirección.

También les he dicho a ustedes que el 83,5 por ciento piden rigor
importante en la lucha contra la droga, lo que no significa, en ningún
caso, que esté en la mente de la delegación del Gobierno ni del Gobierno
hacer una legislación en el ámbito de la mayor penalización, como usted
ha apuntado, ni cosa que se le parezca. Lo he explicado con absoluta
claridad cada vez que he comparecido en esta Comisión, doy mucha
importancia al consenso alcanzado entre las fuerzas políticas para hacer
frente al problema de las drogodependencias y al margen de que a mí me
gustasen más o menos determinadas situaciones en la legislación española,
creo que es más positivo el acuerdo alcanzado en los años de debate
político en esta Cámara que volver a reabrir debates que en este momento
no aportarían, a mi juicio, nada positivo.




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Por tanto, no hay nada en esa dirección, simplemente recogemos lo que
dice la encuesta; el 83,5 por ciento opina de esa manera y piensa que
sería conveniente. Otra cosa muy distinta es la legislación en el ámbito
de la lucha contra el narcotráfico y contra el blanqueo de capitales.

Ahí, evidentemente, sí creo que hay una voluntad del Gobierno y de todos
los grupos políticos --y saben que antes de hacer ninguna iniciativa lo
he consultado con los portavoces--, de profundizar en la misma dirección
que ya se vio en la comisión mixta. Es necesario profundizar en un
paquete de medidas de modernización de la ley para que los cuerpos de
seguridad puedan ser más eficaces o para que de alguna manera se pueda
trabajar en situaciones de homologación con los países vecinos, pero en
ningún caso en otra dirección.

Por tanto, no es conveniente sacar una conclusión que no está dicha. Está
simplemente enunciada una serie de valoraciones y peticiones que hacen
los ciudadanos, como en el caso concreto de la prevención. Yo creo que
claramente hay una apuesta decidida en cuanto a demanda. Los ciudadanos
demandan políticas de prevención en la escuela, en las campañas de
opinión pública, etcétera, y perciben unos riesgos. Ellos piden. Ahora
nos toca a nosotros, lógicamente, presentar esas ofertas de prevención.

Las ofertas de prevención las hemos definido todos: es una prevención en
familia, es una prevención en la escuela, es una prevención en los medios
de comunicación; es decir, campañas. Por supuesto, hay una parte de
información de riesgos, pero también hay una parte de información de
valores. Es decir, hay un concepto de la educación para la salud sobre el
que, una vez más --usted recordará--, hubo discrepancias, pero que al
final --insisto-- es más importante mantener el acuerdo que volver a
plantear las diferencias. Por tanto, la educación para la salud se
desarrollará como está prevista en la Logse, lo que no implica que se
puedan diseñar modelos concretos para reforzar situaciones de riesgo. Y
en ese sentido le tengo que decir que, curiosamente, mañana mismo se va a
firmar un convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura, el
Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Interior, la Delegación del
Gobierno, precisamente para desarrollar la educación para la salud en ese
concepto general que marca la Logse, pero también con modelos específicos
de actuación en aquellas zonas donde se demandan más actuaciones
concretas. Muchas veces hemos hablado de la utilización de los centros en
horario no lectivo, de la utilización de todos los recursos que tiene la
comunidad, de las actividades extraescolares, de la necesidad de que se
impliquen las ONG también en el centro. Todo esto se va a aplicar.

Por tanto, los ciudadanos demandan en la encuesta y los responsables
tenemos ahora que traducirlo en lo que creemos que es lo mejor. En todo
caso, el grupo de medidas en el ámbito de la prevención es muy clara,
como lo es también el rechazo hacia el fenómeno de las drogas --aumenta
la conciencia de rechazo hacia las drogas, aumenta la petición por parte
de los ciudadanos de medidas contundentes frente al narcotráfico-- y de
alguna manera consolida una forma de trabajo. También aumenta, como he
dicho antes, un tema muy importante que es la aceptación del
drogodependiente como enfermo; por tanto, también eso consolida una forma
de dar respuesta a través de los sistemas asistenciales.

En todo caso, quiero decirles una vez más que la encuesta es una suma de
datos que se integran de diferentes fuentes y que marcan tendencias. Nos
dice claramente la encuesta que las drogas cambian, que existen nuevos
patrones de consumo, que efectivamente existe una puerta abierta
importante a la esperanza en cuanto a las drogas tradicionales o clásicas
que hemos vivido con más patetismo en los últimos años en la sociedad
española, siendo, a mi juicio, una irresponsabilidad bajar la guardia
frente a esas mismas drogas y ante los nuevos fenómenos que pueden
aparecer y que ya están claramente consolidados. Luego nos dan unas
pautas de demandas ciudadanas que yo creo que es sensato tener en cuenta
y responder en esa medida. Pero creo también que tenemos que sentirnos
orgullosos de que, al fin y al cabo, efectivamente en la línea de lo que
uste dice, el consenso de todas las administraciones, de todos los grupos
políticos, el trabajo de la Comisión Mixta no está tan alejado --y creo
que iba en la dirección adecuada-- de lo que en este momento nos demanda
la encuesta. Por tanto, una vez más tengo que decir que si fuéramos
capaces --y esperemos así serlo-- de desarrollar el informe de la
Comisión Mixta, que termina en diciembre de 1996, en el fondo está
bastante recogido lo que ya nos están demandando los ciudadanos
precisamente en encuestas como éstas u otras que han ido apareciendo
durante estos días y que van a aparecer. También le quiero confirmar que
es voluntad de la delegación mantener esta tendencia. Va a haber en el
año 1997 una encuesta escolar --estará terminándose el trabajo de campo a
final de año y, por tanto, a efectos reales será una encuesta para el año
1997-- y habrá otra encuesta de población también en el año 1997 de la
propia delegación, lo que nos va a permitir analizar con una secuencia
muy alta lo que está pasando permanentemente en el ámbito de las
drogodependencias.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Senador, pero muy
brevemente.




El señor GRANADO MARTINEZ: Intervengo simplemente para agradecer al
delegado la contestación. Algunos de los matices me tranquilizan, en
particular respecto a la intención de la delegación de seguir consesuando
la política de drogas que mantenía el anterior equipo ministerial. Nos ha
parecido siempre que ese consenso era un valor de primera magnitud.

Quisiera puntualizar muy brevemente dos o tres cuestiones.

En primer lugar, señor delegado, integrar los datos no es lo mismo que
compararlos. Se lo digo porque cuando se integran datos obtenidos con
metodologías distintas uno puede sacar conclusiones falsas. Yo creo que
podemos hablar de tendencias --y está muy bien expresada esta cuestión--
sin comparar datos de manera muy fehaciente, como usted había hecho en su
intervención, porque dos encuestas diferentes o la misma encuesta
practicada con dos metodologías distintas nos podría llevar a error si
simplemente



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comparamos los datos pensando que disminuye o aumenta una determinada
magnitud.

En segundo lugar, la cuestión de las sustancias. Vamos a ver si somos
capaces de entendernos. Señor delegado, yo no he intentado aquí decirle
que haya que bajar la guardia con el éxtasis o con los productos
sintéticos. Estoy convencido de que ésa va a ser una realidad emergente,
sobre todo por la facilidad de producción de estas sustancias. Es decir,
cualquier persona --y por desgracia tenemos ejemplos claros-- es capaz de
fabricar drogas con un laboratorio casi de formación profesional. Lo que
yo he intentado es expresarle una opinión, y es que no tenemos que hacer
demasiado hincapié en las sustancias. Usted me dice, por ejemplo --y lo
ha repetido dos o tres veces en su exposición--, que lo más preocupante
es que la continuidad en el consumo de sustancias es la misma para la
heroína que para las drogas de síntesis. Cuando alguien empieza a
consumir heroína o drogas de síntesis a los 15 años manifiesta la misma
continuidad. Señor delegado, es posible que estemos hablando de la misma
persona. Cuando los datos de la encuesta nos indican que la mitad de los
consumidores habituales de heroína consumen drogas de síntesis y que la
mitad de los consumidores de drogas de síntesis consumen de manera
asociada otras sustancias no estamos hablando de personas diferentes,
estamos hablando de una misma persona que empieza a consumir a la vez
diferentes sustancias.

¿Tiene sentido que organicemos un discurso político sobre una determinada
sustancia? Este es un problema que ya hemos vivido antes. A mediados de
los años ochenta hubo una generación de informaciones periodísticas
sobre, por ejemplo, el crack, y diez años después nos hemos enterado de
que en España el crack es irrelevante; lo era entonces y lo es ahora.

Ahora podemos organizar un discurso muy ampliado sobre las drogas de
síntesis. Lo relevante no es la sustancia, señor delegado; lo relevante
es un determinado patrón de consumo. ¿Que las drogas cambian? Pues claro
que sí. Cambian ahora, cambiaban hace diez años y cambiarán dentro de
diez años, precisamente porque son una multiplicidad de sustancias y una
multiplicidad de patrones de uso, porque cada consumidor consume
diferentes drogas si es un consumidor habitual y en muchos casos estamos
hablando de personas diferentes que tienen también patrones culturales
diferentes. No es lo mismo la sociedad española del año 96 que la de los
años setenta; no tienen nada que ver. Cambia la sociedad, cambian las
personas, cambian las sustancias, cambian los patrones de consumo. ¿Tiene
sentido que volvamos a hacer un discurso focalizado en la sustancia?
Podemos correr el riesgo de que dentro de dos años repunte la heroína o
la cocaína. Yo creo que hay que dirigirnos más bien hacia el tipo de
personas que consumen de manera combinada diferentes sustancias y que hoy
pueden consumir una sustancia, como son las anfetaminas, y mañana pueden
consumir otras. Es lo que yo quería indicarle. Es decir, que no nos
concentremos tanto en la sustancia sino en el consumidor y en la manera
de consumir los drogas. Además, cuando hablamos de anfetaminas o
productos sintéticos nos referimos a productos que fueron en su día
fabricados esencialmente por laboratorios farmacéuticos. España era el
primer país de Europa consumidor de anfetaminas ya en la década de los
setenta y, además, aquí se vendían sin receta, señor delegado. Ahora
estamos hablando de las anfetaminas como si fuera un producto diabólico
producido en laboratorios, y lo es, cuando hasta hace 15 años en este
país uno podía consumir anfetaminas simplemente para consumir un producto
contra el mareo o contra la obesidad. Con esto acabó el Prosereme, el
programa de selección y revisión de medicamenteos, y ahora esa producción
de fármacos se ha trasladado al mercado negro y nos aflora en la sociedad
el consumo de drogas desde el mercado negro cuando antes se hacía en el
mercado blanco. Por eso quería relativizar un poco las conclusiones que
podrían llevarnos otra vez a hacer hincapié sobre la sustancia en vez de
sobre el tipo de consumo.

Cuando estamos hablando de educación para la salud, yo sigo insistiendo
en que tenemos que referirnos fundamentalmente a la promoción de
conductas alternativas. A los catorce, a los quince o a los dieciséis
años el riesgo no es un factor negativo, no es un valor que se vea
negativamente. El riesgo es algo inherente a la persona. El adolescente
se hace mayor entrando en conductas de riesgo, haciendo cosas que antes
no hacía, haciendo cosas que están limitadas a los adultos. A mí no me
gusta que se hable tanto de riesgo cuando se habla de educación para la
salud. Yo soy de los que piensan que la educación para la salud se hace
mucho mejor promoviendo conductas alternativas que explicando a la gente
lo malas que son las drogas, y hay que explicar a la gente lo que son las
drogas. Hay que explicar lo que son las drogas en términos económicos, en
términos personales, en términos fisiognómicos, etcétera. Pero me
disgustaría que volviéramos al sesgo que tenía la política de prevención
sobre drogas de los años setenta en nuestro país, en sesgo que no sirvió
para nada, que era explicar a la gente lo malísimas que eran las drogas.

Al final, escuchando determinadas conferencias, uno tenía la sensación de
que, a lo mejor, se estaba incentivando perversamente el consumo en vez
de formar a la gente para que tuviera un recto criterio, un criterio
propio sobre el que pudieran desarrollar diferentes conductas. Eso se
puede hacer mucho mejor con más medios y, por eso, señor delegado, tiene
que entender que manifestemos nuestra enorme preocupación por la
disminución de los programas escolares de educación compensatoria, de los
programas escolares de actividades extraescolares que desarrollaba el
Ministerio de Educación y que el año que viene va a tener que desarrollar
con poco más de la mitad de su presupuesto. Está bien firmar convenios,
pero hubiera sido mucho más útil que esos convenios se hubieran podido
soportar con partidas presupuestarias crecientes en vez de con partidas
presupuestarias decrecientes.

Para terminar, señor delegado, sepa --imagino que lo conoce-- que su
apelación al consenso siempre va a ser bien recibida por este grupo
parlamentario. Nosotros, al margen de polémicas menores, siempre vamos a
estar de acuerdo en que la colaboración de las fuerzas políticas y la
colaboración de las diferentes administraciones es la manera más eficaz
de afrontar el problema.




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El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor delegado.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): También sin ánimo de entrar en polémica, señor Senador, le diré
que yo creo que lo que pasó en los años setenta no tiene nada que ver con
si se informaba o no de sustancias. Probablemente lo que ocurría en los
años setenta era que había una quiebra en la sociedad española y había
diferentes concepciones a la hora de entender el fenómeno de la droga y,
posiblemente, una mayor aceptación por parte de algunos colectivos del
fenómeno de las drogas. Afortunadamente, hoy estamos muy distantes de los
años setenta, pero, como digo, el fracaso no fue precisamente por
informar o no sobre determinadas sustancias, sino por la concepción, a mi
juicio equivocada, que determinados grupos sociales podían tener sobre el
problema de las drogas. Yo creo que hoy la sociedad en general, no sólo
la española, está vacunada y conoce bien los riesgos y los efectos y,
afortunadamente, podemos enfocar el problema de forma distinta.

Estamos de acuerdo, en cuanto a la prevención, en el concepto de los
valores. Sin lugar a dudas, la prevención, como usted la enfoca, va a ser
una prevención general sobre los riesgos, sobre los valores, sobre las
actitudes, es decir, integrando todos esos conceptos. La educación para
la salud es eso, la educación en valores es eso, pero no podemos dejar de
hablar también de sustancias, señor Granado, porque las sustancias forman
parte del problema. Cuando en España se introduce, con un marketing
supuesto, el problema de las drogas de síntesis y se dice que se consumen
con agua y que son inocuas, y se plantean como sustancias no
perjudiciales cuando se demuestra que son sustancias enormemente
perjudiciales para la salud, que además no se consumen con agua sino con
alcohol, y que su consumo va en aumento, tenemos que hablar de la
sustancia, porque no solamente estamos hablando de esos adolescentes de
quince años que usted ha mencionado, sino que, como hemos visto en la
encuesta, el grupo que hoy también consume drogas de síntesis es ese
grupo de entre 19 y 24 años, que tienen que saber qué están consumiendo.

Cuando no sólo en España sino en el conjunto de todos los países
occidentales se enciende la alarma sobre este tema es por algo.

Yo siento discrepar, pero estamos muy lejos de lo que supuso el posible
riesgo del crack. Nunca jamás hubo unos alijos importantes de crack en
nuestro país y sí los hay de drogas de síntesis; no hubo un fenómeno
generalizado en los países de nuestro entorno y no había intención por
parte de determinados grupos --eso, de alguna manera, también se sabe--
de comercializar estas drogas, entre ellas las famosas ecodrogas, de las
que también estamos teniendo noticias en nuestro país y que, como usted
recordará, en países tan permisivos --entre comillas-- como Holanda las
han puesto en niveles de preocupación similar al de la heroína, y eso
que, como digo, en Holanda hay una tolerancia tradicional, por ejemplo,
con el hachis y la marihuana. Tenemos que estar atentos ante esa
evolución e informar del fenómeno de las drogas sintéticas, de las
ecodrogas, es decir, todo lo que intenta bordear la legalidad y entrar en
determinados mercados en los que hasta ahora no entraban otras
sustancias. Por tanto --insisto--, como no ha habido una información
excesiva sobre esas sustancias, en un momento determinado es conveniente
hablar de ellas de forma que esa información sirva como apoyo al resto de
la política de prevención, que estamos de acuerdo en que es un concepto
más amplio, es un concepto de prevención en valores, en alternativas, en
ocio, etcétera. Junto a esa educación para la salud habrá modelos de
apoyo. El convenio que se va a firmar, señor Granado, va a sumar recursos
de diferentes centros directivos, precisamente para poder mantener todos
los programas de garantía social y poder solucionar una cosa que no en
ésta, pero en otras encuestas sí sale claramente: el vínculo del fracaso
escolar con un problema importante de consumo de drogas. Vamos a intentar
solucionar índices altos que hay en este país, que supongo que no se
habrán generado en el período de seis meses, sino que tendrán alguna raíz
más profunda, vamos a intentar solucionar, hacer frente a ese problema
serio del fracaso escolar que muchas veces tiene relación con los
problemas de consumo de drogas.

Creo que estamos de acuerdo en lo fundamental. En todo caso, insisto, en
que esto es un estudio que da información, que da datos, que marca
tendencias y que nos va a permitir a todos acercarnos mejor al problema.




El señor PRESIDENTE: La portavoz de Izquierda Unida, si quiere
intervenir, tiene la palabra.




La señora SABANES NADAL: Quiero simplemente saludar la presentación de la
encuesta como una aportación de método positiva y buen elemento de
análisis. No obstante, nuestro grupo no ha tenido tiempo, no ha podido
estudiar y valorar exhaustivamente los contenidos de la encuesta y, por
tanto, formular conclusiones que pudiéramos aportar en este momento y en
este debate. Además, entendemos que en el seno de la Comisión tendremos
tiempo suficiente para ver en profundidad los resultados y las acciones
que se pudieran derivar de los mismos. Por tanto, nosotros no vamos a
hacer uso de nuestro tiempo para formular valoraciones en profundidad,
sino que, como ya hemos dicho, agradecemos la presentación al señor
Robles.

Sí queremos comentar algo surgido no tanto de lo que nosotros hemos
podido ver, sino de lo que se estaba hablando en este momento en relación
con las campañas de prevención y los convenios firmados con el MEC. A
nosotros, con independencia del diseño preventivo global, que
compartimos, nos gustaría que se pusiera especial atención en hacer
análisis más selectivos a personas fundamentalmente niños y niñas, en las
que se concentran circunstancias adversas de convivencia y determinados
elementos, lo que hace que irremediablemente esas personas estén abocadas
a determinadas situaciones. Como esto ya es un problema real, nosotros
entendemos que en ese contexto ese análisis debería ser un elemento
prioritario. Creemos, no para crear alarma, que el tratamiento selectivo
de determinados niños y niñas en los que concurren estas circunstancias
debería ser un elemento de trabajo prioritario.




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El señor PRESIDENTE. Tiene la palabra el señor delegado.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Agradezco sus palabras, señora Sabanés. Quiero decirle que lo
que estamos contemplando en el desarrollo de esos modelos es precisamente
esos proyectos específicos para atender a esas situaciones especiales que
se producen de fracasos escolares, de problemas familiares, etcétera, que
a nuestro juicio requieren un apoyo especial. Hay modelos que valen para
el conjunto de la población y hay modelos que necesitan un apoyo.

Nosotros, a través de esos mecanismos, vamos a apoyar ese tipo de
programas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor portavoz de Convergència i
Unió.




El señor CARDONA I VILA: Quiero agradecer la comparecencia del señor
Robles y la presentación de esta encuesta, que cualquier día veremos
publicada en todos los medios de comunicación. Creo que aquí está la
urgencia de presentarla de la forma en que se ha querido presentar a la
Comisión. Estoy convencido de que en un futuro será fructífera y
provechosa para los estudios y el informe definitivo que esta Comisión
hará en el momento que corresponda.

Dicho esto, quiero señalar que la concienciación sobre este problema es
grande, tanto en las administraciones públicas como en la población en
general, en la sociedad, y, por tanto, es un tema que preocupa, pero,
como después explicaremos, tampoco debe preocupar más de lo necesario.

En cuanto a las encuestas quería hacer una serie de reflexiones. Todas
las encuestas son difíciles y no sólo por las diferentes interpretaciones
que se dan --y aquí hemos tenido una buena muestra-- sobre unos datos en
concreto, sino por las dificultades en recabar esos mismos datos. En
temas tan especiales como lo que estamos tratando se pone de manifiesto
no diría la falta de sinceridad, sino la gran subjetividad de las
personas. Temas como éste pueden ser para algunas personas tabú. La
contestación a este tipo de encuestas se da más por sensaciones. Muchas
veces la opinión sobre el problema está mediatizada e influenciada por
los medios y no por la experiencia propia. Y esa propia experiencia
muchas veces también está expresada por el reparo de decir públicamente
si se ha consumido o no, si se ha estado o no en contacto, si se conoce
una droga o no se conoce y por el poco conocimiento que hay de qué
sustancias son aditivas o no lo son. Cuánta gente manifiesta, en una
encuesta domiciliaria a voleo, que el alcohol, en una cultura
mediterránea, es una droga. Tenemos que hacérselo entender, porque no lo
entienden.

Dicho esto, lo que sí es más cuantificable objetivamente es el daño
ocasionado por el consumo habitual de drogas. Podríamos decir que una
cosa son los cuadros sobre dosis --ojo con la aparatosidad de los
mismos-- y otra las consecuencias para la salud, si bien con muchas
dificultades porque no todas las hepatopatías o enfermedades neurológicas
tienen antecedentes etílicos ni el cáncer de pulmón y las enfermedades
pulmonares los tienen por el efecto del tabaco. Por tanto, difícilmente
se puede decir que se consume más o se consume menos. Lo que sí está
claro es que se está produciendo una evolución en el consumo de drogas y
en el uso y abuso del alcohol. Un ejemplo claro está en las previsiones
que hacíamos en el informe, si no recuerdo mal, de 1989 ó 1991. Se decía
que la tendencia iba hacia un descenso del consumo de la heroína y hacia
un aumento de la cocaína. Ha debido de fallar algo, posiblemente
nosotros, porque hay muchas circunstancias que se ocultan y que inciden
en el problema, y todo eso dificulta mucho las interpretaciones que se
puedan hacer.

Por otro lado, yo quisiera hacer otra reflexión en el sentido siguiente:
Hay que huir de dramatismos. El mensaje que debemos enviar a la sociedad
no debe ser negativo o no todo lo negativo que pudiera ser considerado
como perjudicial, aunque tampoco debemos quitarle la importancia que
merece. Por tanto, todos tendríamos que ser capaces de expresarlo con la
mayor objetividad, porque hoy en día, desgraciadamente --y es una
reflexión personal--, nuestra juventud tiene que optar por una dicotomía,
bien por unos grandes valores humanos y morales, bien por caer en esta
pendiente. Por tanto, todo lo que podemos decir, para que después salga
publicado en los medios de comunicación, es que tenemos que tener mucha
cautela, mucha prudencia en la exposición. Yo no soy quién para dar
consejos a la delegación en cuanto que soy un miembro más de la Comisión,
pero el sentir de nuestro grupo es que a pesar del consumo, y sobre todo
de los cambios de patrones en los consumos, hay dos cosas, por encima de
si ha aumentado o disminuido el uso, que merecen una atención especial
por parte de las administraciones y, por tanto, de esta Comisión, en
tanto que miembros de una comisión delegada de las Cortes Generales para
que demos nuestros informes. Uno es el problema de las drogas sintéticas,
en el que hay un serie de circunstancias en las que no voy a entrar. Los
fines de semana representan el otro problema, pero no sólo de
drogodependencia sino social, con implicaciones de todo tipo que me
parece que todos entendemos. La juventud, en general, confío en que tiene
grandes cualidades morales que no debemos menospreciar y dejar de
resaltar en este momento. Respecto al policonsumo, es difícil que empiece
el consumo por más de dos sustancias. Se usan sustancias que potencian
sus efectos para conseguir diversas sensaciones. Como decíamos en el
informe, la salida tiene que ir encaminada a estimular la participación
en proyectos colectivos alternativos y desarrollando una sociedad más
abierta y participativa.

Y finalmente quiero hacer unas reflexiones concretas a la encuesta. En el
apartado 6 queremos resaltar las diferentes percepciones, influidas por
las sensibilidades generacionales --y creo que es ésta la expresión
exacta--, por el hecho de haber usado o no alguna droga en alguna
ocasión. Es un ejemplo palpable de la evolución que han tenido y que hay
que tener presente en las campañas de prevención, en las actuaciones
preventivas.

En cuanto a la facilidad o dificultad de obtención, es decir, a la
presencia pública de estas sustancias, se dice



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textualmente en la encuesta --y eso sí que es preocupante porque ya no es
una valoración del delegado o que cada uno pueda sacar, sino que es
concreto; por eso digo que es textual-- que la reducción es un factor
clave en la acción de disminuir la demanda. Hay que tratar de disminuir
la oferta. Esto está claro. Esta relación es tan directa que nos lleva a
una sugerencia clarísima, y es que hay que aumentar las medidas
represivas, que aunque no nos negamos a ellas, sí dudamos de que sean
todo lo efectivas que podrían ser. Esa conclusión es una expresión hacia
cierto punto tendenciosa, sobre todo si se la entiende como yo la he
entendido, porque dice textualmente la reducción es un factor clave en la
acción de disminuir la demanda.

En cuanto a la percepción del problema, quisiera recordarles que en una
encuesta que tiene un valor relativo --antes hacíamos referencia a
ello--, antes de las elecciones al Parlament de Cataluña, en noviembre de
1995, esta cuestión de las drogas era uno de los problemas menos
acuciantes que tenía la sociedad catalana. Había otros que estaban por
encima, lo cual no quiere decir que debemos bajar la guardia, ni
muchísimos menos.

Y finalmente quiero aportar una experiencia personal. Tantas cuantas
veces he hablado con profesionales farmacéuticos, participando en
coloquios, charlas, etcétera, de la necesidad o la conveniencia de
tratamientos con metadona o con sustancias aditivas, siempre ha habido
una respuesta de cautela, de miedo o de precaución.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor delegado.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Gracias, señor Cardona, por su aportación.

Respecto a sus consideraciones, le diré que, quizá se me ha olvidado
hacer referencia a que, en la ficha técnica de la encuesta, el sistema
utilizado aporta un índice de fiabilidad del 95,5 por ciento y que se ha
medido la sinceridad de las respuestas, que arroja un índice del 94,5 por
ciento. Tanto la fiabilidad como la sinceridad están en porcentajes
altos. Creo que efectivamente hay que ir modificando el discurso
--llevamos tiempo haciéndolo todos-- en sentido positivo. La propia
encuesta aporta un sentido positivo a esta modificación del discurso que
estamos haciendo. Ese mismo cambio sobre el que estamos reflexionando es
un cambio en términos positivos. Hay una disminución de los grandes
riesgos que ha vivido la sociedad española, traducidos fundamentalmente
en la disminución de determinadas sustancias que han causado un problema
importante para la salud colectiva, como el consumo de heroína por vía
parenteral; claramente hay una mejora en ese terreno, en el ámbito de la
salud pública, del VIH, del sida. También hay un dato positivo que usted
apuntaba: no se ha producido esa explosión en el consumo de la cocaína
que se predecía en otros informes, sin que parece que más bien se ha
estabilizado, lo cual, como digo, hay que recogerlo en términos
positivos.

Se ha desdramatizado el mensaje social, hay una más y mejor aceptación
del drogodependiente como enfermo y un creciente rechazo hacia las
drogas. Todos son datos positivos. La sociedad española tiene un concepto
claro de rechazo hacia las drogas, acepta al drogodependiente como
enfermo, ha disminuido el problema de la heroína, ha cambiado las pautas
de consumo, no ha habido la explosión que se esperaba del consumo de
cocaína, disminuye también el consumo de hachís, pero es verdad que,
junto con eso, hay nuevos patrones, que es la aparición de ese modelo de
droga de ocio, de fin de semana, que, matizado en los términos en que
usted lo hace, no afecta al conjunto de la población juvenil, sino a un
grupo muy determinado de jóvenes, pero lo suficientemente numeroso como
para que represente un problema que hay que abordar desde el ámbito de la
prevención, de la asistencia, etcétera.

Comparto que la juventud española tiene excelentes y amplios valores
morales, que precisamente ese rechazo hacia las drogas lo han integrado
también los jóvenes, lo que sucede es que quizá haya que abordar mejor
determinadas cuestiones, aunque tengamos que hablar alguna vez de
sustancias porque muchas veces --y usted ponía el dedo en la llaga-- no
hay percepción de que determinadas sustancias sean de verdad drogas y,
cuando a una persona se le pregunta sobre el rechazo a las drogas, puede
estar contestando con un no a las drogas y, al mismo tiempo, ser
consumidor de determinadas sustancias. Puede ser la paradoja del alcohol,
pero incluso de las drogas de síntesis porque, insisto, entraron en
nuestro país y en el conjunto del mundo occidental como sustancia inocua,
sustancia natural, ecodroga, etcétera.

Ha avanzado claramente en la juventud española el rechazo a las drogas,
pero persisten necesidades importantes. Me he acordado de traer un
recorte que puede ahondar en lo que antes decía. Contestando también a
las anteriores preocupaciones, la OMS acaba de tener una reunión estos
días y ha citado en Ginebra a un grupo de especialistas de catorce países
precisamente para superar la laguna de conocimientos y el obstáculo que
eso supone en el ámbito de la prevención y el tratamiento. Alerta sobre
el consumo de las sustancias de síntesis y dice que, en la mayoría de los
casos, está superando ya al problema de la heroína y de la cocaína. Es
decir, coinciden todas las fuentes de información que podemos integrar en
esa dirección.

Terminando con las afirmaciones del señor Cardona, le diré que no todas
las aportaciones que aparecen en la encuesta van a traducirse
inmediatamente en medidas impulsivas. El hecho de que la sociedad
española demande unas medidas legislativas claras no significa que mañana
nos planteemos cambiar radicalmente toda la legislación. Pensamos, que en
el ámbito del narcotráfico, hay mucho que mejorar todavía. Se hará un
gran esfuerzo, pero evidentemente esto necesita una reflexión y una
variación.

En todo caso, lo que queda demostrado en la encuesta es que la concepción
subjetiva del problema es muy superior a la que objetivamente aportan
luego las propias



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contestaciones de los encuestados. Existe una preocupación subjetiva que
muchas veces no se corresponde con la situación real del barrio o de los
drogodependientes, pero eso también forma parte del esfuerzo que tenemos
que hacer todos en la política de prevención, de trabajo con las familias
y en todos los ámbitos de la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Damos por finalizada la comparecencia del señor
Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre la Droga, le damos las
gracias por su esfuerzo y sus explicaciones y procedemos a despedirle.

Antes de pasar al punto siguiente, si me lo permiten, suspendemos la
sesión dos minutos.

¿Señor Cardona?



El señor CARDONA I VILA: Había hablado anteriormente con el Presidente
sobre si habría ocasión de que algunos miembros de la Comisión pudieran
intervenir.




El señor PRESIDENTE: Yo no tengo nada que objetar, pero llevamos dos
horas debatiendo el tema y creo que está suficientemente explicado,
aunque si alguien tiene especial interés no voy a ser yo quien le impida
intervenir. Lo que sí pediría es que fuera telegráfico.

Tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA I BEN: Voy a ser muy breve, señor Presidente.

Pido disculpas porque me he tenido que incorporar tarde a la reunión. Le
estaba preguntando a mi compañero si alguien había comentado la relación
directa que se puede extraer de las conclusiones de la encuesta; que
ninguna toxicología de las aquí analizadas está libre de ir relacionada
con el tabaquismo. Dicho de otra manera, todos los toxicómanos dicen que
fuman. Por tanto, si invertimos la tendencia, quizá llegaríamos a la
conclusión de que si explicamos los riesgos del tabaco sería una manera
muy fácil de prevenir las enfermedades propias del tabaquismo y, además,
evitar que esto sea la puerta que se utiliza muchas veces para entrar en
toxicomanías que son mucho más peligrosas y complicadas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor delegado.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS (Robles
Orozco): Como verá S. S., en la encuesta se da mucha importancia al
tabaco, porque tiene mucha incidencia. Por quedarnos con un dato
positivo, hay una marcada tendencia hacia la disminución del consumo del
tabaco. Esa tendencia es positiva y hay que valorarlo en esos términos.

Eso es fruto de una política de salud pública mantenida en el tiempo.

Creo que hay que valorar y mantener esa línea y, en la medida en que la
Delegación pueda hacerlo, lo apoyaremos aunque trasciende con mucho el
ámbito de la Delegación.




El señor PRESIDENTE: Señor delegado, le reiteramos las gracias y le
volvemos a despedir.

Se suspende la sesión cinco minutos.




Se reanuda la sesión.




PROPOSICIONES NO DE LEY:



--RELATIVA A LA ADOPCION URGENTE DE MEDIDAS PREVENTIVAS Y REHABILITADORAS
ANTE EL CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS ENTRE MENORES. PRESENTADA POR EL
GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente Congreso 161/000151 y
número de expediente Senado 663/000004.)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión.

Pasamos al punto segundo del orden del día: Proposición no de ley
presentada por el Grupo Popular en el Congreso, relativa a la adopción
urgente de medidas preventivas y rehabilitadoras ante el consumo de
alcohol y drogas entre menores.

Tiene la palabra la portavoz del Grupo Popular, doña Carmen Pardo.




La señora PARDO RAGA: No sé si procede, antes de empezar a debatir esta
proposición no de ley, anunciar que ha sido presentada una enmienda al
amparo de lo dispuesto en el artículo 194. Entre los objetivos del plan
contra la droga, donde dice «la creación de centros», debe figurar «la
creación de programas». La justificación es corregir un error
mecanográfico advertido en la redacción original.

Teniendo en cuenta las transferencias a las comunidades autónomas, quiero
advertir también --lo diré en la exposición de motivos cuando se debata--
que el encabezamiento de la proposición no de ley quedaría redactado así:
«El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que, respetando las
competencias de las comunidades autónomas, se proceda cuanto antes a...»
Creo que todos los grupos estarán informados, si no, pasaré a la Mesa
estas enmiendas para su conocimiento.

En la encuesta que rápidamente nos acaba de dar el Delegado del Plan
Nacional sobre Drogas, y por lo que se refiere al alcohol, que era lo que
interesaba a nuestra proposición no de ley, se observa que los bebedores
entre los 15 y los 18 años están superando a cualquier otra edad. Incluso
el incremento ha sido espectacular, desgraciadamente. Por eso creo que es
oportuno debatir esta proposición no de ley.

Quisiera manifestar que las medidas que contempla ya han sido objeto de
abundante tratamiento parlamentario durante las últimas legislaturas,
destacando especialmente las iniciativas del Grupo Popular. Por
coherencia, al llegar al Gobierno el propio grupo que lo sustenta es
autor de esta iniciativa parlamentaria para instar al Gobierno a que se
pase a la acción, subrayando por una vez la necesidad de que las medidas
a desarrollar



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sean adoptadas en colaboración con las comunidades autónomas.

Tanto el objetivo como los medios para su consecución que conforman esta
proposición no de ley han sido, pues, objeto de un antiguo y prolijo
tratamiento parlamentario, ya sea en el marco de los debates sobre
consumo de droga y alcohol en general o singularmente referido a la
incidencia de ese consumo entre la juventud.

Ante este denso panorama, dada la hora, sería farragoso y reiterativo
hacer referencia a las posiciones plasmadas, así como muy cansado para
SS. SS. que conocen muy bien este tema. Pero sí convendría destacar que
esta proposición no de ley constituye un exponente de la ambigüedad y
pervivencia del consumo de alcohol y drogas entre menores.

Quisiera resaltar que el espíritu que acompaña a esta proposición no de
ley que hoy debatimos es la necesidad básica de la actitud de padres y
educadores, en papeles activos y ejemplificadores, sobre todo por el
ámbito en que quiere figurar, que es, como ustedes saben, en el ámbito
del menor. Por eso, quisiera señalar hoy aquí que en la pasada
legislatura fue el Grupo Popular el que se destacó por el número de
iniciativas formuladas sobre el tema, ya sea desde una perspectiva
general del problema o, también, específicamente sobre el menor.

Por otra parte, no dudo de que el resto de los grupos parlamentarios
puedan votar favorablemente, puesto que en las propuestas del informe,
aprobado por la Comisión Mixta para el estudio del problema de la droga,
del 22 de noviembre de 1995 --hace prácticamente un año--, se habla de
prevención, en el número 2, y también sobre medidas asistenciales y de
reinserción, en el número 3. Contienen planteamientos coincidentes con
esta proposición no de ley, especialmente en lo relativo a la educación
para la salud, de la Logse, y a la participación del profesorado y
asociaciones de padres, sobre todo porque estamos, como decía
reiterativamente, hablando del menor.

Si he dicho antes que hemos presentado bastantes iniciativas, cabría
preguntar por qué volvemos a traer a esta Cámara esta iniciativa. En
primer lugar, por tener un compromiso firme con el programa electoral del
Partido Popular, en el que nos comprometíamos a realizar programas de
rehabilitación específicos para menores alcohólicos y drogodependientes.

En segundo lugar, porque en la lucha contra la droga, desde el Partido
Popular, se quiere impulsar una política educativa de prevención
destinada a la formación de los jóvenes, en una cultura de la salud que
fomente la crítica hacia el consumo de estupefacientes y la solidaridad
con los toxicómanos, para los que se promoverán programas de asistencia
que diagnostiquen y deriven a los enfermos hacia las formas de
tratamiento que precisen, relacionándolos con un proceso gradual de
reinserción social.

Por otra parte, también existe el compromiso del Presidente Aznar, que en
su discurso de investidura, del 3 de mayo de 1996, decía: El Gobierno
impulsará las medidas de prevención y rehabilitación, estimulando,
especialmente entre los jóvenes, una efectiva cultura de rechazo hacia la
droga. Tenemos también la comparecencia del Ministro de Trabajo, el 19 de
junio de 1996, en la que decía: Se impulsarán campañas decididamente
preventivas, para fomentar el rechazo de la droga, y se desarrollarán
programas de rehabilitación y ayuda a los drogodependientes.

Especialmente, en materia de drogodependencias continuaremos las
políticas de protección eficaz de los menores frente al consumo de estas
drogas. Por último, también quiero señalar, señorías, la comparecencia
del Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el 27 de
junio, en la que decía: El tema de información y prevención de las drogas
de síntesis y la prevención del abuso del alcohol entre adolescentes van
a constituir uno de los pilares del trabajo del plan nacional. Por eso,
entendemos que, desde el punto de vista de salud pública, el problema de
lucha contra el alcoholismo, especialmente en cuanto afecta a los
menores, requiere un tratamiento diferenciado del alcoholismo de adultos.

Por tanto, implicaría la utilización de recursos diferentes, mensajes y
actuaciones dirigidas a grupos de población cuya especificidad merece ser
considerada independientemente.

Quisiera también resaltar las medidas que el Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales está poniendo en marcha. Todos ustedes saben que, para
la realización de programas de cooperación y voluntariado sociales con
cargo a la asignación tributaria del IRPF, recogida en la orden de 23 de
enero de 1993, dentro del grupo para jóvenes, se contemplan los programas
de prevención y educación para la salud, dirigidos a promover entre la
juventud hábitos de vida saludables y a prevenir, entre otros, los
riesgos derivados del consumo de alcohol y otras drogodependencias, a
través de servicios y actividades de información, formación, difusión y
sensibilización, articulados a través de las estructuras del movimiento
asociativo juvenil y centros de salud específicamente dirigido a jóvenes
y adolescentes. Igualmente, dentro de esta convocatoria, se subvencionan
programas de apoyo al mantenimiento de los recursos asistenciales y de
reinserción, con el objetivo de consolidar la red de servicios de
atención a drogodependientes.

Asimismo, en la convocatoria de subvenciones sometidas al régimen
general, recogida en la Orden de 25 de enero de 1996, entre los programas
subvencionados por el Instituto de la Juventud, se concede prioridad,
entre otros, a los orientados a promover entre la juventud los hábitos de
vida saludable y prevenir los riesgos contra la salud, incluyendo
actividades de prevención de alcoholismo y drogodependencias, así como de
fomento de educación para la salud.

También quiero anunciar que desde la Dirección General de Acción Social
del Menor y Familia, en colaboración con esas administraciones, se está
impulsando la elaboración de un plan de acción para la infancia, desde el
año 1996 al 2000, que sirva de instrumento de información, homogeneidad
de criterios y objetivos y evaluación de programas y medidas entre los
sectores responsables de las distintas políticas que tienen incidencia
directa en el bienestar de la infancia y de los jóvenes.

Todas las actuaciones que se realicen para atajar el gravísimo problema
de la droga entre adolescentes y jóvenes deben enmarcarse entre las
directrices del Plan Nacional sobre Drogas.




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Quisiera destacar aquí uno de los modelos más generalizables, como el del
programa de prevención de drogodependencias, que el Ministerio de
Educación y Cultura desarrolla junto con la Comunidad Autónoma y el
Ayuntamiento de Madrid. Todos ustedes conocen la calidad y eficacia de
este programa, siendo reconocido por su atención y eficiencia.

El grupo Popular cree que cualquier esfuerzo, campaña o programa dirigido
a prevenir el consumo de drogas y alcohol por los menores contará con la
aprobación de todos los grupos parlamentarios, ya que no es una cuestión
de ideología, sino de impulsar medidas para que los beneficiarios, en
este caso, los menores, salgan favorecidos y puedan desengancharse de
este problema tan terrible para ellos y para sus familias que tienen que
padecerlo. Deseo destacar que esta proposición no de ley del Grupo
Popular coincide básicamente con la política que piensa llevar a cabo el
Gobierno en esta materia.

En consecuencia, con todo lo expuesto, yo quisiera que esta proposición
no de ley tuviera las siguientes rectificaciones, si SS. SS. pasan a
considerarlo. Diría: «El Congreso de los Diputados, respetando las
competencias de las comunidades autónomas, insta al Gobierno para que se
proceda cuanto antes a: 1.º Intensificar las campañas tendentes a
sensibilizar al ciudadano, especialmente a menores y jóvenes, sobre el
grave peligro que supone el consumo de alcohol y toda clase de drogas.

2.º En los programas de educación para la salud, dar prioridad a aquellos
dirigidos a la prevención del consumo de bebidas alcohólicas y drogas.

Los padres y familiares deben integrarse en estos programas preventivos
que incluirán pautas de comportamiento para con los menores que presenten
problemas de adicción. 3.º Promover las conductas alternativas al consumo
de alcohol y droga entre los escolares, sean recreativas, deportivas o
formativas. 4.º Aumentar los convenios de cooperación con las comunidades
autónomas y ayuntamientos para la implantación de programas de prevención
de consumos nocivos. 5.º Incrementar el apoyo a las organizaciones no
gubernamentales que trabajen acreditativamente en el campo de la
prevención y rehabilitación, en coordinación con las comunidades
autónomas y corporaciones locales. 6.º Incluir entre los objetivos del
Plan Nacional contra la Droga la creación de programas de rehabilitación
específicos para menores, en los que se pueda abordar una curación y
rehabilitación precoz y sean compatibles con el seguimiento de programas
de educación compensatorio o formación profesional.»
Por todo lo expuesto, señorías, espero el voto favorable a esta
proposición no de ley.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que quieran intervenir?
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Socialista.




El señor DE LA ENCINA ORTEGA: Intervengo, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista, para fijar nuestra posición con respecto a la
proposición no de ley que se ha formulado ante esta Comisión por el Grupo
Parlamentario Popular. El Grupo Popular nos presenta una proposición no
de ley para instar al Gobierno a que proceda cuanto antes a llevar a cabo
una serie de actuaciones destinadas a continuar impulsando la línea de
actuación que los poderes públicos han venido realizando en el campo de
la drogadicción desde hace muchos años y que han marcado sin lugar a
dudas una política de Estado, integrando distintos proyectos políticos y
alcanzando una serie de mínimos comunes, en definitiva un alto grado de
consenso.

Estamos plenamente de acuerdo en que no podemos bajar la guardia en el
tema preventivo, en la necesidad de reducir la tolerancia social hacia
las drogas, y para ello la mejor manera es educar, pues es ahí donde se
encuentra la base de la prevención, centrando más las estrategias y los
esfuerzos en lo personal y en lo social, y, cómo no, estamos de acuerdo
también en la necesidad de desarrollar más profundamente los programas de
rehabilitación específicos para menores, por cierto de máxima actualidad.

Es ahí donde el Grupo Parlamentario Socialista tenía previsto manifestar
su negativa a apoyar la proposición no de ley, en la que se hablaba,
antes de la modificación que se nos ha presentado esta mañana --aunque,
parece ser, registrada el viernes--, de centros de rehabilitación
específicos para menores. Yo no sé si habrá sido por el temor a no tener
el suficiente apoyo en esta Comisión para sacar esa proposición no de ley
o, como ha dicho la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, por error
mecanográfico. En todo caso, ciertamente los errores mecanográficos no
han sido uno, sino hasta cuatro, y más cierto aún es el hecho de que la
exposición de motivos para nada se corresponde con lo que se insta al
Gobierno, porque en ella se habla muy claramente de que esos centros no
tendrían carácter punitivo, etcétera. No obstante, nosotros nos alegramos
de esa rectificación, aunque --permítanme la broma-- bien dice esa frase
de que parece ser que solamente cuando ustedes rectifican, aciertan.

En este sentido, la enmienda que se ha introducido por el Grupo
Parlamentario Popular nos hace apoyar una proposición no de ley que, no
obstante, pensamos que es más un brindis al sol que otra cosa, pues todas
esas actuaciones que se vienen desarrollando, como ustedes saben, desde
hace muchos años, son más una declaración de intenciones que, como S. S.

ha dicho anteriormente, instar al Gobierno a que haga algo. Además nos
extraña el hecho de que usted misma diga que tanto el Presidente Aznar en
su programa de investidura --fue un compromiso que adquirió-- como el
Ministro de Trabajo en una reciente comparecencia han dicho que apoyarían
una serie de proyectos y programas que se vienen desarrollando desde hace
mucho tiempo. Nosotros les decimos que por favor hablen menos y pongan en
marcha ya, si es que los tienen, programas nuevos, pero nunca en todo
caso nos traigan a esta Comisión algo que parece ser que vienen como a
inventar la pólvora, algo que se plantea en esta Comisión para que se
inste al Gobierno como algo novedoso.

Por ello entendemos que esta proposición no de ley, más que como una
necesidad de que se inste al Gobierno a hacer algo, viene a reafirmar lo
evidente, que es continuar con lo que el Gobierno socialista, durante los
últimos años,



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con el apoyo de todos los demás grupos parlamentarios, ha venido haciendo
en este campo, que ciertamente nos ha unido a todos porque afecta a toda
la sociedad.

No obstante en aras de ese consenso y aunque la proposición no aporta
nada nuevo, vamos a apoyarla, porque en definitiva queremos seguir
compartiendo esa solución de continuidad en cuestiones que no son
novedosas, pero que siempre está bien recordarlas a la sociedad.

Esperamos, no obstante, que ustedes no saquen partido propagandístico de
esta proposición no de ley, porque entenderíamos que sería una actuación
desleal con un tema que es muy serio. Si me permite, le diré que lo
correcto hubiera sido, por decoro parlamentario, haber retirado la
proposición no de ley, puesto que su exposición de motivos no se
corresponde para nada con lo que en ella se insta.

Por cierto, también habría que modificar el encabezamiento ya que dice:
El Congreso de los Diputados..., y debería decir: La Comisión Mixta para
el estudio del problema de la droga, con el respeto a las comunidades
autónomas...

Por decoro parlamentario el Partido Popular debería de haber retirado
esta proposición no de ley. No obstante, según ha quedado redactada
finalmente, nosotros la aceptamos. Pero creemos que deben tomar buena
nota de que, a veces, es más conveniente trasladar a los demás grupos la
realidad, que no venirnos con cuentos de errores mecanográficos o de
cualquier otro tipo.

En todo caso, nos alegramos de que ratifiquen, por una parte, algo que se
viene haciendo y, por otra, que rectifiquen, en cuanto a la proposición
no de ley inicial. En base a ello el Grupo Parlamentario Socialista
apoyará esta proposición no de ley.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.




La señora SABANES NADAL: En primer lugar, nuestro grupo quería manifestar
que iniciativas de carácter genérico y fundamentalmente de exposición de
principios pueden ser siempre interesantes.

En todo caso, nuestro grupo considera que la concreción de las
iniciativas se deben visualizar en los presupuesto y en los recursos que
se les asigna, además de en los proyectos, programas, etcétera.

Nuestro grupo considera también que la actual situación económica ha
dejado poco margen para la incorporación de programas y proyectos
novedosos que se puedan tratar en profundidad, en los que se adquieran
compromisos reales, concretamente en lo que afecta al tema de menores que
es de una enorme importancia.

Queríamos alertar, aunque ya se viene diciendo, sobre los índices de
malestar y precariedad en los que se encuentran en la actualidad algunos
sectores importantes de menores, ya que éstos deberían tener en
educación, servicios sociales y sanidad, una protección incuestionable y
garantizada por parte de los poderes públicos. Los menores, que luego
serán adolescentes y jóvenes deben de tener, a nuestro entender,
asegurada totalmente la protección y el bienestar en términos generales.

Creemos que actuaciones como las que se nos proponen en la proposición no
de ley deben de tender a corregir, con acciones específicas, situaciones
de carácter complementario que, en un modelo de sociedad equilibrada y
desarrollada, deberían tener un carácter de excepcionalidad.

Por tanto, nuestro grupo va a apoyar la iniciativa, porque entendemos, en
estos términos, que se trata de corregir situaciones que deberían de
tener carácter excepcional, que vamos a concretar en los recursos y en
los medios para que la infancia, la juventud y la adolescencia tengan
asegurados los niveles de protección y bienestar, que es nuestra
obligación, porque, no faltaría más que, a través de acciones
excepcionales, tratáramos de garantizar lo que es evidentemente un
derecho y una obligación, por parte de todos los poderes públicos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el Portavoz del Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió).




El señor CARDONA I VILA: Yendo directamente al fondo de la cuestión tengo
que decir que no compartimos el mensaje alarmante que se recoge en la
exposición de motivos, concretamente cuando se refiere a la escalada
ascendente del número de adolescentes alcohólicos y toxicómanos; y cuando
dice, al final: siendo cada vez menos excepcionales los menores
drogadictos iniciados en el consumo con edades inferiores a los diez
años. ¿Por qué? Porque las estadísticas que se presentan para justificar
la iniciativa se refieren a una muestra de drogodependientes en
tratamiento y no describen, de forma alguna, la situación del conjunto de
la juventud, del conjunto de los adolescentes españoles, en relación al
consumo de drogas.

Por otra parte, esto da una visión sesgada, catastrofista, como decíamos
antes, que nada ayuda a un enfoque realista que la problemática y su
solución necesitan, es decir, unos discursos y unos mensajes más en
positivo.

El hecho de que el consumo de la mayor parte de las drogas se haya
iniciado actualmente, pero también desde hace ya bastante tiempo, en la
adolescencia, justifica sobradamente cualquier iniciativa orientada al
desarrollo de programas preventivos. Ahora bien, estos programas de
prevención en su gran medida, y en función de la distribución de
competencias de educación para la salud, que no deja de ser educación,
servicios sociales o sanidad, son competencias traspasadas a las
comunidades autónomas.

De otra parte, nuestra opinión, ya se ha dicho antes, es totalmente
contraria, y ya lo hemos expuesto en el seno de esta propia Comisión en
un debate con el actual delegado del Gobierno y el entonces portavoz de
nuestro grupo, a la creación de centros específicos para los menores
drogodependientes, porque tal como se contempla en el punto sexto de la
composición, nosotros entendemos que la existencia que este tipo de
centros supone una importante estigmatización de la población atendida,
que repercutiría en los mismos jóvenes, y tendría además más efectos
indeseables que beneficiosos. Es decir, sería peor el remedio que la
enfermedad.




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Entendemos que los problemas derivados del consumo de drogas en menores,
para aportar una solución, fruto de la experiencia que tenemos, han de
ser atendidos en centros de tratamiento de las drogodependencias y en
equipamientos ordinarios para la atención de adolescentes en situaciones
de riesgo social. Este es nuestro punto de vista.

Como se han subsanado las dos cuestiones que a nosotros nos preocupaban,
en cuyo caso hubiéramos votado en contra, y se respetan las competencias
de las comunidades autónomas, que es concordante con nuestro concepto del
Estado de las autonomías y, por tanto, fruto de esta nueva redacción,
cada comunidad autónoma podrá resolver, en función de las competencias
transferidas, el problema de los menores drogodependientes y alcohólicos,
no en centros sino en programas, nuestro voto será favorable.




El señor PRESIDENTE: En su consecuencia, y si esta Presidencia no ha
entendido mal, lo que se somete a consideración de la Comisión sería la
propuesta, con la modificación que se ha hecho con la enmienda de
sustituir la palabra centros por la palabra programas; la enmienda que se
ha hecho in voce, donde se modifican algunos de los contenidos de los
cinco apartados; la puntualización que ha hecho muy certeramente el
portavoz del Grupo Socialista, donde no se hable del Congreso de los
Diputados, sino de la Comisión Mixta del Congreso y Senado; y yo
añadiría, para que no hubiera dislate entre la exposición de motivos y el
texto, que por los servicios de la Cámara se acomodara la exposición de
motivos al texto de lo que vamos a aprobar.

El señor Martinón tiene la palabra.




El señor MARTINON CEJAS: La exposición de motivos no se vota, sino el
conjunto.




El señor PRESIDENTE: Parece un contrasentido que personas tan mayores
como nosotros vayamos a aprobar programas y hablemos aquí en dos párrafos
de centros. Eso me parece un dislate de un calibre tremendo. Entonces,
como los servicios de la Cámara son muy amables, y don Fernando me dice
que se encarga él de hacerlo, con el permiso de SS. SS., yo pediría que
se acomode, y acomodar significa cambiar lo de centros por programas, más
o menos.

Ustedes también han cometido el error, y lo veremos a continuación, de
decir Congreso de los Diputados, donde debería haber dicho Comisión Mixta
de Congreso y Senado.

Creo que me he explicado con claridad.




El señor MARTINON CEJAS: Sobre todo lo de los mayores yo creo que ha
quedado muy claro, señor Presidente. (Risas.)
Simplemente, permítame que le insista, porque no es baladí, ya en otra
Comisión ha habido alguna dificultad y algún problema con este asunto. Lo
que se vota es la proposición no de ley. Si la exposición de motivos la
quieren modificar, pueden hacer con ella lo que quieran, porque no se va
a publicar en ningún sitio, quiero decir. Lo que se publica y, por tanto,
lo que aquí votamos y lo que la Comisión dice, es el texto que se
denomina proposición no de ley.




El señor PRESIDENTE: Señor Martinón, yo creo recordar que el Reglamento
dice que cualquier proposición no de ley necesariamente ha de conllevar
una exposición de motivos, de tal manera que no se puede excluir la misma
del contexto. Entonces, lo que me parece lógico es que tenga cierta
relación la exposición de motivos con el contexto. Es una especie de
discusión bizantina.

Vamos a votar el texto. Acomodemos la exposición de motivos, y yo pido,
confianza en don Fernando, que es nuestro letrado, que acomode esa
exposición de motivos al texto, sencillamente si es que estamos de
acuerdo en que lo que tiene entidad es el texto, que al menos tenga
coordinación una cosa con la otra, y me parece que no hace falta votación
sino que hay unanimidad. ¿Estamos todos de acuerdo, o no? (Asentimiento.)
Entonces, por unanimidad se aprueba la propuesta de la Presidencia.




El señor CARDONA I VILA: ¿Quedan fuera del texto los tres párrafos
referentes a centros?



El señor PRESIDENTE: Sí, señor Cardona.

Tiene la palabra el señor De la Encina.




El señor DE LA ENCINA ORTEGA: Sería deseable que antes de terminar la
Comisión supiéramos cómo va a quedar el texto de la exposición de
motivos, porque aun retirando la palabra centros en el párrafo cuarto del
folio segundo, queda una cuestión que es muy difícil de salvar, como es
el carácter punitivo, reincidencia, etcétera. Ya he dicho anteriormente
que por decoro parlamentario el Grupo Popular debería de haber retirado
la proposición no de ley, porque ha intentado que en esta Comisión se
vote una enmienda con seis puntos, de los cuales uno era la base de la
exposición de motivos y lo ha ratificado porque no ha tenido el apoyo de
los demás grupos parlamentarios. Nos ha querido hacer ver que había un
error mecanográfico.




El señor PRESIDENTE: No me gustaría, señor De la Encina, que reabriera el
debate, y está haciendo imputaciones de las que el otro grupo
parlamentario, que es el mío, tendría que defenderse. La cuestión es
mucho más sencilla, si no queremos complicar las cosas.

La exposición de motivos, creo recordar, y el señor letrado me corregirá
si no estoy en lo cierto, es necesaria en una proposición no de ley.

Reduzcámosla a la mínima expresión, dejándola con el primer párrafo si el
resto de los párrafos tanto dolor les produce a algunos. Ponemos
sencillamente lo siguiente: Entre las cuestiones que más preocupan a la
población, destacan los peligros del consumo del alcohol y drogas entre
los menores que, cada vez con más frecuencia, conducen a éstos a
situaciones graves de morbilidad e incluso a la muerte. Y a partir de ahí
entramos en el texto, por cumplir el trámite de que haya una exposición
de motivos.




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El señor CARDONA I VILA: Hay tres párrafos más.




El señor PRESIDENTE: Pues, se añaden los tres párrafos que diga el señor
Senador.

La propuesta que he hecho es muy sencilla. Yo he preguntado y no se me ha
contestado en contra, si otorgamos un voto de confianza a los servicios
técnicos de la Cámara para que acomoden la exposición de motivos al
texto.

Tiene la palabra el señor De la Encina.




El señor DE LA ENCINA ORTEGA: Siempre que quede, como acaba de decir S.

S., con el primer párrafo, y punto. Porque lo demás tiene que
desaparecer.




El señor PRESIDENTE: Pues, el primer párrafo y punto.

Tiene la palabra la señora Pardo.




La señora PARDO RAGA: Después de la exposición de motivos, sobre la que
obviamente no me he manifestado, aunque era consciente de la postura del
Grupo Socialista, sí quiero matizarle que no ha sido un temor a que no se
llevara a cabo la proposición no de ley, ha sido al contemplar que el
Plan Nacional de la Droga no puede crear centros, sino programas. De ahí
que tenga que rectificar el texto. Igual que la intervención con las
comunidades autónomas, con lo cual no hay ninguna vergüenza parlamentaria
en tener que rectificar.




El señor PRESIDENTE: Huelga la polémica. ¿Estamos todos de acuerdo y se
aprueba por unanimidad? (Asentimiento.)



--SOBRE UTILIZACION DE LOS BIENES DECOMISADOS A LOS NARCOTRAFICANTES COMO
CENTROS DE ASISTENCIA Y DE REINSERCION PARA DROGODEPENDIENTES. PRESENTADA
POR EL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 161/000183 y
número de expediente Senado 663/000006.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al último punto del orden del día.

Proposición no de ley, presentada por el Grupo Parlamentario Socialista
del Congreso sobre utilización de los bienes decomisados a los
narcotraficantes como centros de asistencia y de reinserción para los
drogodependientes.

Tiene la palabra el portavoz del Grupo proponente.




El señor GAGO LOPEZ: Como ha dicho muy bien el señor Presidente, y antes
de entrar en la exposición de esta proposición no de ley, ya que estamos
en una mañana de errores, también existe uno en esta proposición.

Concretamente la que usted mencionaba. Cuando dice que el Congreso de los
Diputados insta, habrá que poner que la Comisión Mixta para el estudio
del problema de las drogas insta. De esa manera quedará solucionado este
tema.

Entrando en el fondo del debate, intervengo por primera vez en esta
Comisión para defender la proposición no de ley presentada por el Grupo
Parlamentario Socialista sobre utilización de los bienes decomisados a
los narcotraficantes como centros de asistencia y de reinserción para
drogodependientes. Esta proposición no de ley tiene su amparo en la letra
y el espíritu de la Ley 36/1995, de 11 de diciembre, sobre creación de un
fondo procedente de los bienes decomisados por tráfico de drogas y otros
delitos relacionados. En efecto, la aprobación de la mencionada ley, a
finales de la anterior legislatura, supuso un avance importante en la
creación de instrumentos legislativos que posibiliten la persecución y
represión de los citados delitos, al permitir dotar a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y otras altas instituciones de los medios
necesarios para el desarrollo de su loable y necesaria función, a través
del sistema de adjudicación al Estado, en virtud de sentencia firme, de
bienes, efectos e instrumentos que sean objeto de comiso en las causas
por narcotráfico. Pero al mismo tiempo, la ley permite abrir una luz de
esperanza fundada para aquellas personas que sufren el grave problema de
la drogodependencia y que por falta de medios adecuados reciben un
tratamiento que, aun siendo necesario, no resulta, a la vista de las
estadísticas, completamente suficiente. Las unidades de día y los
servicios de prevención y atención a drogodependientes que se han puesto
en funcionamiento en aquellas comunidades autónomas y municipios más
castigados por esta lacra social, coordinados a través de los planes
estatal y autonómico sobre droga, se encuentra con una ingente tarea a
realizar y, en ocasiones, una falta de medios adecuados para los
tratamientos necesarios a tal efecto, supliendo los profesionales esta
carencia con dedicación y esfuerzo personal que aun siendo reconocida y
plausible, no alcanza los resultados que serían deseables en lo que
respecta a los programas de prevención de las toxicomanías, asistencia e
inserción social y laboral de los drogodependientes.

Es necesario potenciar los programas a los que acabo de hacer mención,
porque la atención y asistencia a drogodependientes nunca estará
concluida sin su imprescindible reinserción social y laboral que les
permita integrarse en la sociedad en igualdad de condiciones con los
demás miembros de la misma. Si ya resulta tarea complicada para los
jóvenes acceder a su primer empleo por la competitividad existente, en
unos casos, y la exigencia de experiencia previa, en otros, lo es más
para aquellos que con su esfuerzo personal y la ayuda de los
profesionales han conseguido vencer su drogodependencia, por lo que su
reinserción social y laboral exige programas específicos de preparación y
formación que precisan infraestructuras habilitadas para ello, en donde
puedan desarrollar iniciativas de educación y formación social y laboral,
tales como cursos de formación, talleres ocupacionales, escuelas taller,
etcétera. Es evidente, pues, que la potenciación de estos programas de
prevención de las toxicomanías, asistencia e inserción social y laboral
de los drogodependientes, exige un esfuerzo en la dotación de más medios,
sobre todo en el apartado de las infraestructuras; esfuerzo que, por
razones económicas, es difícil que puedan acometer las distintas
administraciones



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implicadas y mucho menos las organizaciones no gubernamentales y
entidades privadas sin ánimo de lucro.

Es necesario, pues, aprovechar la oportunidad legal que nos ofrece la ley
del fondo, para la consecución de la infraestructura precisa para el
desarrollo y potenciación de los programas tantas veces repetidos, que
permitan poner en marcha o mejorar las condiciones de servicio de centros
de información y orientación sobre drogodependencias, unidades de día,
comunidades terapéuticas, escuelas taller, centros de formación
ocupacional, etcétera, mediante la utilización de bienes inmuebles,
adecuados para tal fin, procedentes de comiso en las causas de
narcotráfico que hayan sido o sean en el futuro adjudicados al Estado en
virtud de sentencia firme y su asignación posterior, de acuerdo con los
planes autonómicos sobre drogas, a las comunidades autónomas, entidades
locales u organizaciones no gubernamentales que lo soliciten, o mediante
la enajenación de los que no lo sean, obteniendo así fondos que afectar a
los citados programas.

Para ello se hace también imprescindible aprobar el reglamento de
desarrollo de la mencionada ley, conforme a lo previsto en su disposición
final segunda, lo que permitirá establecer los procedimientos adecuados
para resolver todo lo concerniente al destino, adjudicación y asignación
de los inmuebles.

No quiero terminar sin hacer mención del informe sobre el problema de la
droga, aprobado por la Comisión Mixta para el estudio del problema de la
droga en la anterior legislatura, que en su apartado tercero recoge
propuestas y, dentro de las referidas a las medidas asistenciales y de
reinserción, conceptos como los siguientes:
El horizonte básico de una adecuada política asistencial y rehabilitadora
ha de estar orientado a un cambio profundo en la representación social de
las personas con problemas de drogodependencia, procurando, como única
vía real de resocialización, desterrar la imagen marginal y criminal de
los drogodependientes.

Otro párrafo: En lo que se refiere a los recursos de intervención en el
proceso de atención parece conveniente ampliar y diversificar la red de
centros de desintoxicación, centros de días y comunidades terapéuticas.

Otro más: Debido al importante número de menores consumidores se
desarrollarán programas específicos de rehabilitación y de reinserción de
menores drogodependientes.

El último: Por ello es imprescindible continuar potenciando convenios de
colaboración del Inem con la delegación del Plan Nacional sobre Drogas,
de forma que las actuaciones en el terreno profesional se orienten
adecuadamente para la inserción laboral de las personas
drogodependientes.

Pues bien, para permitir el desarrollo de los programas de prevención de
toxicomanías, asistencia e inserción social y laboral de los
drogodependientes, para utilizar el instrumento legal que supone la ley
del fondo en la consecución de estos objetivos y para dar cumplimiento en
parte a las propuestas que se recogen en el informe aprobado por
unanimidad ademas en su día por la Comisión Mixta para el estudio del
problema de la droga, pedimos su voto favorable a la aprobación de la
proposición no de ley objeto de este debate.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Partido Popular.

(Pausa.) La señora CAVA DE LLANO I CARRIO: Tenía entendido, señor
Presidente, que era de menor a mayor, pero no tengo ningún inconveniente
en intervenir.




El señor PRESIDENTE: Toda la mañana lo hemos hecho de mayor a menor y así
lo haremos ahora.




La señora CAVA DE LLANO I CARRIO: No tengo ningún inconveniente.

La proposición no de ley que ha presentado el Grupo Parlamentario
Socialista tiene un doble objetivo: el primero es instar --ya se ha
corregido en este acto-- a la Comisión Mixta para que, al objeto de su
utilización como centros de asistencia de reinserción de personas
drogodependientes, proceda a determinar la idoneidad --hago expreso
hincapié en la palabra idoneidad-- de los bienes inmuebles que hayan sido
decomisados y adjudicados por sentencia firme al Estado y que resulten
adecuados para dicha finalidad, y un segundo punto que es el que dice que
en el plazo más breve posible se apruebe el reglamento de desarrollo de
la mencionada ley estableciendo los procedimientos adecuados en cuanto a
su destino y adjudicación.

De la justificación que utiliza el grupo proponente para la presentación
de esta proposición no de ley parece ser que se quiere dar una
importancia especial al hecho de que los bienes inmuebles que hayan sido
adjudicados al Estado, en virtud de las sentencias firmes o que lo sean
en el futuro, se destinen, tal y como se dice en la exposición de motivos
de la proposición no de ley, a la instalación, ampliación o reubicación
de dispositivos dedicados a la prevención, asistencia e inserción social
y laboral de drogodependientes, sobre todo en aquellas áreas geográficas
de las cuales exista mayor número de personas drogodependientes o que
padezcan enfermedades derivadas del uso de droga y de acuerdo con los
planes autonómicos sobre drogas, etcétera.

Todo esto nos parece muy bien, señorías. Lo que pasa es que eso me parece
--y es una apreciación personal-- querer convertir la regla en excepción.

Me explico. El artículo 4.º de la ley del fondo, que se aprobó al final
de la pasada legislatura, en el mes de diciembre, cuando establece cuál
es el destino de los bienes y efectos decomisados en su punto 1 dice: Los
bienes y efectos decomisados serán liquidados o enajenados de acuerdo con
lo establecido en la legislación vigente y su producto se ingresará en el
fondo. Y en el punto 2 de ese mismo artículo 4.º se dice: En casos
determinados y de forma motivada --ahí viene la excepción, la regla es el
párrafo 1-- los bienes inmuebles se podrán destinar a la instalación,
ampliación o reubicación de dispositivos dedicados a la prevención,
asistencia, inserción social, etcétera. Este artículo ha sido copiado en
la exposición de motivos.




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Con esto quiero decir que se regula bien en el artículo 4.º cuál es el
destino. Es una ley muy reciente, me parece un absurdo, dentro de mi
comprensión sobre lo que se ha querido hacer, cambiar lo que es regla en
excepción o convertir la excepción en la regla, que es lo mismo. De todas
formas, estamos de acuerdo, en principio, en que esto sea así y si he
hecho mención al principio de la intervención, cuando he leído el punto
primero de lo solicitado por el grupo proponente, a cuando se solicita
determinar la idoneidad de esos bienes, es porque yo convierto en
excepción lo que ustedes han hecho en este caso en regla. Será la mesa de
adjudicaciones la que verá si es idóneo o no convertir ese bien inmueble
en algo que sirva como dispositivo para utilización en casos de
drogodependencias.

Si hacemos esta matización no es porque no estemos de acuerdo con el
fondo, pero ya que tanto se ha querido precisar esta mañana por parte de
otros grupos intervinientes, creo que también lo debemos hacer así.

Incluso recuerdo, como anécdota, que un destacado miembro que intervino
en los trabajos de ponencia de la ley del fondo, cuando se establecieron
los fines a los que debía dedicarse, dijo: Hombre, mucho cuidado con
esto, porque esto significa tanto como poder tener que utilizar, por
ejemplo, el Pazo de Oubiña para una cosa de éstas, y nos parece excesivo.

Insisto, esos criterios para determinar si es idóneo o no que un bien
inmueble se destine a los fines que persigue la proposición no de ley
serán competencia de la Mesa y del Consejo de Ministros cuando se le
eleven los criterios que la Mesa determine; pero no es una decisión que
en este caso se pueda tomar de una forma tan drástica como parece querer
la proposición no de ley.

En cuanto al segundo punto de la proposición no de ley, en el que se
solicita que en el plazo más breve posible se apruebe el reglamento de
desarrollo, estableciendo los procedimientos adecuados en cuanto a su
destino y adjudicación, quiero decir que nuestro voto será favorable,
porque decir que es favorable es tanto como refrendar lo que se ha venido
haciendo. Me explico. Si bien es cierto que esa mesa famosa de
coordinación y de adjudicaciones ya se reunió hace 15 ó 20 días para
establecer los criterios, también es cierto que el reglamento que aquí se
insta que se apruebe, ese reglamento al que se hace mención también en la
disposición final segunda (creo recordar), está en este momento en fase
de informe por parte del Consejo General del Poder Judicial, porque
también es bueno que se diga que en la disposición final segunda se
especificaba: En el plazo de tres meses el Gobierno aprobará el
reglamento de la mesa de coordinación y de adjudicaciones. La ley se
aprobó en el mes de diciembre, pasaron tres meses, se tenía que haber
aprobado el reglamento en el mes de marzo, no se hizo; cuando el Partido
Popular asumió las labores de Gobierno se encontró con que no había
absolutamente nada hecho ni redactado y se puso en disposición de
hacerlo, de dar cumplimiento a la ley. En consecuencia, insisto en que
ese reglamento está en estos momentos en fase de informe por parte del
Consejo General del Poder Judicial, pasará, en cuanto haya terminado este
trámite, al Consejo de Estado, para ser posteriormente remitido al
Consejo de Ministros.

En consecuencia, nosotros vamos a votar de forma favorable, dado el
consenso que siempre hemos dicho que tiene que reinar en esta Comisión,
del que hoy no se ha hecho precisamente gala; pero votar «sí» significa,
ni más ni menos, votar lo que se ha hecho por parte del Gobierno,
concretamente en la Delegación del Plan Nacional contra la Droga, de dar
cumplimiento a una ley que data de un Gobierno anterior, que no lo hizo
en su momento y que nosotros, efectivamente, lo vamos a hacer.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.




La señora SABANES NADAL: Simplemente para manifestar nuestro apoyo a la
proposición no de ley presentada por el Grupo Socialista, por la propia
motivación que se hace en el texto de la proposición. Porque entendemos,
además, que la población española, según los datos que nos han facilitado
esta misma mañana, apoya decididamente, por un lado, la represión del
tráfico y, por otro lado, el fomento de valores positivos y alternativas
con participación de la sociedad civil.

En este contexto entendemos que la proposición no de ley introduce ambos
elementos de forma precisa y positiva y, por tanto, simplemente
manifestamos nuestro apoyo.




El señor PRESIDENTE: El portavoz del Grupo Catalán (Convergència i Unió)
tiene la palabra.




El señor CARDONA I VILA: Para terminar, muy brevemente, le diré que creo
que sí habrá unanimidad en las dos proposiciones no de ley. Ya verá cómo
habrá unanimidad; otra cosa es que los criterios sean los mismos.

Como ya se dice en la exposición de motivos, está pendiente la aprobación
de un real decreto que ha de desarrollar reglamentariamente la
utilización de los fondos procedentes de los bienes decomisados por
tráfico de drogas y, además, tenemos entendido que el Ministerio del
Interior ha elaborado el anteproyecto o un borrador del real decreto que
actualmente es objeto de estudio.

Creemos que la posibilidad de disponer de recursos, tanto si se trata de
bienes inmuebles como de fondos decomisados destinados a la prevención,
al tratamiento, a la integración social de los drogodependientes, resulta
extraordinariamente positiva, especialmente en el marco en que nos
encontramos actualmente de contención presupuestaria.

Será necesario --está contemplado en el artículo de la ley, pero no está
de más que lo recalquemos, por lo menos por nuestra parte-- que garantice
también la participación de las comunidades autónomas en la distribución
y gestión de estos recursos.




El señor PRESIDENTE: Señor portavoz del Grupo Socialista. Lo que sí le
pediría es brevedad, si es posible.




El señor GAGO LOPEZ: Muy brevemente, señor Presidente.

Intervengo, primero, para intentar corregir y así sea más inteligible el
tema de la parte dispositiva. Donde dice: La



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Comisión mixta para el estudio del problema de las drogas insta al
Gobierno para que, en aplicación de la ley 36/1995, de 11 de diciembre,
de creación de un fondo procedente de los bienes decomisados por tráfico
de drogas y otros delitos relacionados... --coma-- al objeto de su
utilización como centros de asistencia y reinserción de personas
drogodependientes... --dos puntos--. Entonces, empezaría: «Primero,
proceda a determinar la idoneidad de los bienes inmuebles...» que creo
que ya no deja lugar a dudas respecto a lo que se alegaba en la
intervención del Grupo Popular.

Evidentemente, tanto en esta parte dispositiva como en la motivación, se
dice claramente siempre que esa idoneidad no la estamos aprobando ahora,
sino que será la propia Mesa o el Gobierno quien lo determinará en cada
caso y, por otro lado, también se habla siempre claramente de la
motivación, que debe ser de acuerdo con los planes autonómicos sobre
drogas y el plan estatal sobre drogas.

Efectivamente, la ley de creación del fondo se aprobó en diciembre. Creo
recordar que hubo una convocatoria electoral casi inmediata, porque las
elecciones fueron casi a continuación. Sí existe borrador del reglamento
al que hacía mención en la disposición segunda de la ley. Por otro lado,
quiero decir que también es pobre excusa la de las faltas de los demás.

Aquí estamos para hacer cosas y no para recordar las de los demás.

Muchas gracias por el apoyo de todos los grupos.




El señor PRESIDENTE: Señora portavoz del Partido Popular,
rapidísimamente.




La señora CAVA DE LLANO Y CARRIO: Por nuestra parte no hay inconveniente
alguno en las modificaciones que ha propuesto, pero quiero hacer mención
a que la convocatoria de elecciones en ningún modo debe paralizar una
acción de gobierno.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguien más quiere intervenir? (Pausa.)
Entonces, con las modificaciones, puntualizaciones, aclaraciones que ha
hecho el portavoz del Partido Socialista, ¿se aprueba por unanimidad?
(Asentimiento.) Se aprueba.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y cincuenta minutos de la tarde.