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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 24, de 31/10/1996
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1996 VI Legislatura Núm. 24



PARA LA UNION EUROPEA



PRESIDENTE: DON PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 6



celebrada el jueves, 31 de octubre de 1996,
en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia de la señora Ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación
(De Palacio del Valle-Lersundi) para que, de conformidad con lo previsto
en el artículo 1 de la Ley 8/1994, informe sobre los Consejos de
Agricultura y Pesca celebrados durante la Presidencia italiana y
perspectivas de la Presidencia irlandesa de la Unión Europea (UE) en
estos Departamentos. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente 213/000043.)



Se abre la sesión a las cinco y diez minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Vamos a iniciar la comparecencia de
la Ministra de Agricultura en esta Comisión Mixta de la Unión Europea.

En primer lugar, querría agradecerle la deferencia de estar con nosotros
en una tarde especial como ésta, previa al puente de los tres días,
desearle la bienvenida y todo lo mejor en un ministerio complicado y en
un momento especialmente difícil como es el actual.

Dicho esto, le cedería la palabra para que nos hiciera la presentación
referente a los consejos celebrados durante la Presidencia italiana y las
perspectivas de la Presidencia irlandesa en la Unión Europea.




La señora MINISTRA DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (De Palacio del
Valle-Lersundi):



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Yo también agradezco el interés de todas SS. SS. en estar esta tarde
precisamente para hablar de la Unión Europea y concretamente de los
aspectos que competen a la agricultura, aunque también podemos hablar de
la pesca.

Tengo que decir que el examen desglosado de los consejos de ministros de
Agricultura a los que he asistido como titular de este departamento a
partir del pasado mes de mayo, justifica la petición que me ha sido
formulada para comparecer ante los miembros de la Comisión Mixta, a los
que les puedo aportar una exposición general, no tan detallada como he
hecho en algunos casos, concretamente ante la Comisión de Agricultura,
pero que puede dar una idea de conjunto de cuál es la situación y cuáles
son las grandes líneas que yo veo en el ámbito de la Unión Europea y
concretamente del Consejo de Agricultura, de cara al futuro, sin
perjuicio de que si alguna de SS. SS. tiene interés en que entremos con
más detalle en alguno de los aspectos concretos a los que me voy a
referir, con mucho gusto estoy dispuesta a hacerlo.

Hecha esta aclaración, y aunque, como digo, podemos entrar en otros
aspectos concretos, creo que lo mejor es hacer un resumen sobre las
cuestiones que, en mi opinión, han sido las más importantes debatidas en
los consejos de ministros agrícolas durante estos últimos cinco meses y
que en realidad se pueden reducir a tres: sector del vacuno, reglamento
de OCM de frutas y hortalizas y su aprobación e inicios de la discusión
sobre la OCM del aceite de oliva, tres grandes cuestiones todas ellas
para la economía española y sobre las cuales voy a intentar hacer un
resumen, sin perjuicio, insisto, de que si hay asuntos concretos, como
puede ser el paquete de precios o algún aspecto colateral que pueda
interesar a SS. SS., con mucho gusto me detendré en ellos.

La crisis de las «vacas locas», que gravitaba sobre las naciones
comunitarias desde hace años, en tanto en cuanto aparece en Gran Bretaña
a partir del año 1986, estalla en la pasada primavera de manera brutal
cuando se reconoce por primera vez, a través de un artículo científico,
la sospecha --hoy, como saben sus señorías, desde hace pocos días todavía
más confirmada científicamente-- de que la encefalopatía espongiforme
bovina podía ser transmitida a los consumidores humanos de carne, lo que
ha provocado una legítima alarma general en todos los países de la Unión
Europea cuyas fronteras están oficialmente abiertas en total libertad al
tráfico intracomunitario de productos agrarios. La alarma y la
consiguiente reducción de la demanda de productos cárnicos en todos los
países miembros provocó una grave crisis del sector que todavía en la
reunión cerrada ayer del Consejo de Ministros de Agricultura ha retenido
la atención, los trabajos, las decisiones y los acuerdos de dicho Consejo
de Agricultura.

Hay que señalar que, por fortuna para España, como muy bien saben todas
SS. SS., la terrible enfermedad del vacuno no ha tenido ningún brote en
nuestro país, que, por esta poderosa razón, ha debido multiplicar sus
medidas de protección, con estrecha vigilancia sobre la importación de
piensos animales procedentes de terceros países con situación de riesgo
(no tratándose sólo de Gran Bretaña, sino de Portugal, de Francia y de
Suiza, donde, como saben SS. SS. hay una orden acordada hace un par de
meses), pienso que podrían ser posibles transmisores del agente
responsable de la epizootia, para permitirnos ofrecer en las actuales
circunstancias un cuadro sanitario totalmente satisfactorio de nuestra
cabaña de vacuno. Asimismo, por parte del Ministerio de Sanidad ha sido
promulgada hace escasas semanas una orden según la cual lo que se hace es
prohibir la importación de cierto tipo de tejidos y de materiales
provenientes de ganado no sólo vacuno, sino también ovino y caprino
provenientes de países con riesgo. En todos los consejos a los que hemos
asistido, la delegación española ha mantenido una firme actitud en
defensa de lo que es clave, la protección al máximo de la salud de los
ciudadanos. Por lo tanto, hemos solicitado reiteradamente el
mantenimiento del embargo total sobre las importaciones de vacuno
originario de Gran Bretaña.

A esta reclamación general, que es la que existe en este momento, se ha
hecho una única excepción, y es la tolerancia a la posible exportación de
tres subproductos que, a solicitud de la Comisión Europea y de algunos
otros países comunitarios, y en función de los informes científicos de
los distintos comités de expertos en la materia, no presentan ningún
riesgo, debidamente tratados, para la salud humana. Salvo esta excepción,
basada, insisto, en los informes científicos, la postura española es y ha
sido tajante en el mantenimiento del embargo, y no sólo en el
mantenimiento del embargo, sino en el cumplimiento, por parte de Gran
Bretaña, del plan de sacrificios acordado en la Cumbre de Florencia y
presentado y debatido en el seno del Comité científico veterinario.

En este último punto creo útil informar a SS. SS. que, por parte de la
Comisión Europea y, en particular, de la Dirección General de
Agricultura, en distintos momentos se han hecho intentos para suavizar en
lo posible las reglas del embargo, lo cual, de alguna manera, ha sido
indudablemente frenado, después de que en el ámbito del Parlamento
Europeo se haya abierto, como todas SS. SS. tienen conocimiento, una
comisión de investigación sobre todo este asunto, comisión de
investigación en relación con la que estoy segura que SS. SS hacen un
seguimiento cumplido de las cuestiones que allí se están planteando y que
se han revelado a través de algunos periódicos. Así, hemos podido saber
que algunos miembros de la Comisión, en su momento, según parece,
intentaron minimizar lo que era el problema de la crisis de la
encefalopatía espongiforme bovina en Gran Bretaña. Por fortuna, en
cualquier caso, en este momento las condiciones de seguridad en el ámbito
de la Unión son las adecuadas y, en el ámbito español, se han
complementado con las órdenes a las que he hecho referencia antes, tanto
por parte del Ministerio de Sanidad como por parte del Ministerio de
Agricultura.

Les recuerdo a SS. SS. que España, dentro de la clasificación establecida
en la Unión Europea entre países de alto riesgo, países de escasa
incidencia y países indemnes, está incluida en esta última categoría ante
las amenazas de la encefalopatía espongiforme, y desde el Gobierno
estamos en perfecta coordinación con las otras administraciones
implicadas, especialmente con las administraciones de las comunidades
autónomas, para mantener una vigilancia extrema no sólo con el fin de
evitar la entrada de cualquier



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posible animal con riesgo procedente de algún otro país, sino además para
tener la constancia continuada de que somos un país totalmente exento.

Una vez señalada cuál es la situación de la crisis del vacuno originada
por la alarma creada por la encefalopatía espongiforme bovina en el
ámbito de los consumidores, que, señorías, lo que ha hecho ha sido
agravar una cierta crisis del vacuno que de una manera suave pero
continuada se venía manifestando en los últimos tiempos en los hábitos de
consumo comunitarios --quizá, según los análisis que hay al respecto,
obedeciendo a razones desde un envejecimiento mayor de la población a
unos cambios de hábitos en el consumo, más orientados a dietas más
ligeras--, la realidad es que a raíz de la situación brutal que se
produce precisamente a partir del mes de abril o mayo, en el seno de la
Comunidad se han tomado diversas medidas para aliviar la crisis. Y, así,
hemos pasado diversas fases entre las propuestas iniciales de la Comisión
y las reclamaciones de diversos países, donde nuestra delegación ha
procurado defender los intereses españoles amenazados, en nuestra
opinión, por la posible reducción de fondos asignados a la sección
Garantía del Feoga y, concretamente, destinados a la ayuda a los cultivos
herbáceos, para conseguir ahorros presupuestarios que serían desviados a
la ayuda directa para sostener el sector del vacuno.

En ese sentido, debo manifestar a SS. SS. que tanto en el consejo agrario
del mes de septiembre como en el concluyó ayer por la noche la delegación
española se ha negado a que el apoyo al sector del vacuno sea financiado
con cargo a una reducción de los fondos destinados al sector de los
grandes cultivos, de los cultivos herbáceos. Nosotros hemos defendido,
hay que decir que no hemos sido los únicos sino que hemos coincidido con
distintas delegaciones, que los márgenes que se producen en los
presupuestos agrícolas de la Comisión son más que sobrados para hacer
frente a unos suplementos de gastos destinados precisamente a llevar
adelante las medidas de apoyo al sector del vacuno.

En ese sentido, señorías, aunque en distintas ocasiones he informado con
mayor detenimiento al Congreso en comparecencias en el Pleno o a
iniciativa de SS. SS. respondiendo a preguntas orales y también en el
seno de la Comisión de Agricultura, quiero señalar que en el Consejo de
Ministros de Agricultura de fecha 22, 23 y 24 se adoptaron unas ayudas a
los productores de vacuno que supusieron una inyección de fondos para el
sector español en torno a los 10.000 millones de pesetas y que ayer en el
Consejo de Agricultura se adoptaron unas medidas a medio plazo, así como
el acuerdo de desarrollar otras a medio plazo en orden a reestructurar el
sector del vacuno europeo.

Respecto a las medidas acordadas ayer en el seno del consejo tengo que
decir que España obtuvo unos resultados que yo creo fueron muy positivos
para sus demandas, ya que allí, en el ámbito del consejo, se aprobaron,
entre otras, las siguientes medidas. Se aprobó, por un lado, el recorte
de las cuotas de primas de derechos de subvención a los terneros macho,
reduciendo para el conjunto comunitario el número de primas en torno al
15 por ciento; en algunos países esta reducción ha sido de cerca del 40
por ciento, por ejemplo Alemania, ya que lo que se ha hecho ha sido
recortar todas las primas no utilizadas por distintos países y, además,
reducir el número de primas utilizadas o solicitadas en el año 1995 en un
5 por ciento. En una situación en que se produce ese recorte generalizado
de derechos de prima para todos los países, excepción hecha de otro país
como Portugal, así como Austria y Gran Bretaña, que se han quedado igual
que estaban, ya que habían solicitado muchas más primas en el año 1995 de
las que tenían asignadas, España ha conseguido no sólo quedarse como
estaba sino aumentar en un 9,7 su número de primas, pasando de 551.000 a
603.000 derechos de prima, es decir, ha obtenido 50.000 derechos de prima
más de los que tenía, y no sólo ha obtenido ese aumento muy sustancial,
sino que además ha obtenido una declaración según la cual el consejo se
compromete --y así reza el acuerdo-- a examinar la situación de España
--no dice España, dice de aquellos países que tienen un número de primas
inferior a las demandadas y, además, un número de animales con derecho a
prima inferior a la media comunitaria; es España el único país que reúne
todos esos requisitos--, examinar esa situación a lo largo del año 1997
y, además, en las conclusiones se habla de que el aumento, el mayor
número de primas a asignar a España tendrá efecto desde primero de enero
del año 1997, es decir, que ese segundo aumento será efectivo, esperamos
que se produzca ya a partir del año 1997. Ese es uno de los primeros
acuerdos que yo creo que benefician enormemente a España.

Como segundo acuerdo, se ha suprimido el segundo tramo de prima, que en
España era prácticamente no utilizado, salvo por los toros de lidia, y,
como muy bien saben SS. SS., había una corriente en Bruselas y en varios
países dispuestos a suprimir que por los toros de lidia se pudiera cobrar
una segunda prima. Se ha suprimido ese segundo tramo y lo que se ha hecho
ha sido aumentar las primas actuales en un 15 por ciento, se ha aumentado
la prima por extensificación creando una segunda prima de extensificación
máxima que a España le beneficia claramente en un aspecto de su sector de
vacuno, yo creo que con unas condiciones más importantes en todos los
sentidos como es el vacuno de dehesa, toda la zona de Andalucía, de
Extremadura, de Salamanca, de algunas zonas de Castilla-La Mancha, lo que
es el vacuno de dehesa con una prima de 52 ecus por cabeza. Hay otra
serie de acuerdos concretos que no voy a enumerar, aunque si SS. SS.

quieren podemos entrar en ellos. Hay además un fondo de 500 millones de
ecus que se distribuye entre los distintos países con una clave de
reparto semejante a la del mes de julio sólo que un poco más para España
en tanto que tenemos 50.000 derechos de prima más, que aumenta un poco
más nuestra cuota. Esos son los últimos acuerdos cerrados ayer y que
vienen a sumarse a los cerrados en el mes de julio. El ministerio está
terminando de hacer los cálculos, pero los acuerdos de ayer van a suponer
en torno a unos 10.000 millones de pesetas más para el sector vacuno.

Aunque ya lo saben SS. SS. --y es una cuestión de tipo general, no es
exactamente competencia de esta Comisión, pero sí quiero decirlo--,
quiero señalarles que en los mercados españoles el sector del vacuno se
está empezando a



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recuperar y comenzamos a tener unos precios que dejan de ser unos precios
casi a pérdidas o a pérdidas, como ha sucedido a lo largo de los meses
anteriores.

El segundo gran tema de estos cinco meses de trabajo del Consejo de
Ministros de Agricultura ha sido la aprobación del Reglamento destinado a
ordenar la OCM de frutas y hortalizas, OCM que esperaba su reorganización
desde la reforma de la política agrícola común en 1992 y que se ha
resentido, y lo digo así, como todos los cultivos mediterráneos del
indudable olvido con que los países productores de cosechas continentales
han tratado este tipo de productos. Elaborados todos o casi todos los
reglamentos que afectaban a los fundamentales sectores de la agricultura
continental, cereales, herbáceos, vacuno, el paquete mediterráneo ha sido
progresivamente pospuesto para discutirlo, señorías, en condiciones
desfavorables cuando la Unión Europea hace sus cuentas y las cuentas
salen cada día con más dificultad.

En esta cuestión concreta el proceso puede dividirse en dos fases dentro
de los trabajos del Consejo de Ministros de Agricultura, ya que en la
primera reunión del consejo donde la Comisión pretende aprobar su
proyecto de reglamento, que es durante el mes de junio --proyecto de
reglamento, en opinión de la delegación española, totalmente inaceptable
para los intereses españoles--, nuestra delegación consigue, junto con
Portugal, configurar una minoría de bloqueo suficiente al incorporar a
Francia en la negativa a aceptar este reglamento y al conseguir además el
respaldo de Alemania, que rechaza el marco fijado por la Comisión para
así conseguir retrasar este asunto durante un mes y seguir las presiones
que permitieron a lo largo del mes de julio un texto modificado
sustancialmente y que recogía gran parte de las reclamaciones de los
países interesados.

Me permito insistir sobre la importancia que tuvo el rechazo de la
primera propuesta de la Comisión, porque a nuestra propuesta se unió,
como he dicho hace un momento, Alemania, que evidentemente no se veía
afectada en nada por el destino que se diese a la OCM de frutas y
hortalizas, que, obviamente, no son productos germanos, pero que se une a
nuestro bloque porque consideraba con razón que resultaba inaudito
aprobar un reglamento para ordenar un mercado específico cuando todos los
países productores consideraban inadecuada e injusta la ordenación
propuesta. Hay que señalar que ése es un buen ejemplo que, en nuestra
opinión, debe de regir en la forma de construir Europea, pero
lamentablemente no se suele encontrar a menudo este tipo de
solidaridades.

En el consejo de julio se aprueba por fin el reglamento de la
organización común de mercado de frutas y hortalizas con indudables
mejoras sobre la propuesta inicial y se obtienen una serie de beneficios
en relación a los puntos de partida que podrán comprobar SS. SS. en el
folleto que les he facilitado. Si quieren, podemos entrar en ello, pero
por simplificar, máxime cuando con algunas de SS. SS. hemos debatido a
fondo y en detalle todas estas cuestiones en el seno de la Comisión de
Agricultura, les daré en esta Comisión Mixta para la Unión Europea una
visión global.

En primer lugar, el acuerdo final consigue, primero, suprimir la
cofinanciación nacional que contemplaba la propuesta inicial; segundo,
romper la ficha presupuestaria y conseguir, y hay que decirlo, en un
momento de grandes dificultades presupuestarias, desde doscientos hasta
trescientos y pico millones de ecus más para esta OCM a partir de 1997
hasta 1999.

En lo que es uno de los elementos simbólicos que contenía esta
organización común de mercado, como era el famoso anejo 2, es decir, la
lista de productos que se beneficiaban de un precio de retirada, que era
una lista que se había elaborado antes del ingreso de España en el
Mercado Común, se consigue abrir esa lista e incorporar dos nuevos
productos típicamente mediterráneos, el melón y la sandía. Además de
abrir esa lista y aunque no se incorpora en el anejo por razones que como
explicaba el otro día tienen que ver con las limitaciones impuestas por
la nueva Organización Mundial del Comercio, se consigue un apoyo
específico para un producto sensible como es el espárrago de
transformación en España. Se consigue, además, que triunfen los criterios
españoles respecto a un fondo operativo, que es la clave de esta reforma
de frutas y hortalizas, flexible, que sea un instrumento al servicio de
la mejora de la competitividad de nuestro sector hortofrutícola. Además
de esa mayor flexibilidad, se consigue aumentar el techo de
cofinanciación de la Unión Europea a ese fondo. No obstante, el marco de
esta organización común de mercado, a pesar de todas las mejoras logradas
e incorporadas y de las posibilidades que abre para nuestros productores
del sector hortofrutícola, supone que al sector hortofrutícola se le dé
un tratamiento radicalmente distinto del que se le da a otro tipo de
productos. Al sector hortofrutícola, señorías, se le exige ser
competitivo. A otras producciones europeas no se les pide eso, sino que
se las subvenciona sin más, y esto hay que saber que es un elemento
radicalmente distinto y que se puede entender, porque lo es, que es una
discriminación, que es una diferencia respecto a otro tipo de
producciones. El sector hortofrutícola, insisto, se le exige ser
competitivo y se le da como apoyo y ayuda la posibilidad de disponer de
unos fondos operativos, y concretamente para dieciséis productos
concretos, que son los que están en el anejo 2, se aporta además la
posibilidad de retirar hasta un 10 por ciento de la producción con un
precio de retirada estipulado. El resto de la producción, para regular
mercados, podrá utilizar ese fondo cofinanciado, además de para retirar
productos del mercado para acciones de promoción, de modernización, de
comercialización, en síntesis, señorías, de mejora de su capacidad de
competir en el mercado. Al hilo de esto --y aunque al final de mi
intervención me referiré a ello también-- tengo que decir que no es tanto
el problema de la organización común de mercado en sí, como el problema
de la rebaja, de la pérdida de preferencia comunitaria que se está
produciendo en este sector como consecuencia de la firma reiterada de
distintos acuerdos preferenciales y de libre comercio con terceros
países, de la cuenca mediterránea o de lugares más lejanos del planeta,
pero que se está produciendo en este momento y que SS. SS. tienen que
conocer.

La tercera gran cuestión a la que me he referido dentro de los temas que
han marcado los grandes ejes de los debates comunitarios a lo largo de
este tiempo, al margen,



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por supuesto, como digo de cuestiones más concretas, como puede ser el
paquete de precios, que también tiene importancia, como la tienen al hilo
de este tema cuestiones que han sido planteadas por parte de la
delegación española, como ha sido, por ejemplo, el plan de
reestructuración del viñedo, fundamentalmente para la región
castellano-manchega, aunque no exclusivamente para la misma, al margen de
todo esto es en mi opinión la OCM del aceite de oliva, cuyo primer debate
oficial en el seno del Consejo de Ministros se ha producido exactamente
en el día de ayer y del que quiero y puedo ofrecer a SS. SS. las
siguientes informaciones.

Como saben SS. SS. cumplidamente, la actual titular de este departamento
ha asistido a los debates del consejo desde el mes de mayo, lo cual
quiere decir que llegué cuando ya hacía tiempo que España pertenecía a la
Unión Europea, primero a la Comunidad Económica Europea, y ya se habían
establecido las grandes reglas de la política agrícola comunitaria,
además de los márgenes, del terreno de juego y de la situación de los
productos españoles en el seno de esa política comunitaria. Por tanto,
quiero decir que mi gestión comienza condicionada, como es normal, por la
gestión de mis antecesores, que objetivamente hablando creo, por decirlo
suavemente, que era sensiblemente mejorable, y desde luego, dentro de esa
gestión, no puedo por menos que hacer referencia a alguna mejora que se
produjo claramente --y no puedo por menos que decirlo públicamente, y no
me duelen prendas al hacerlo-- por parte del Presidente de esta Comisión
cuando fue titular del departamento, que indudablemente tuvo que hacer
frente a algunos problemas como el de la cuota láctea, no sólo mal
negociada en su día, sino peor gestionada después.

Quiero decir que los grandes reglamentos de organizaciones comunes de
mercado, de los productos más significativos de nuestra producción
agraria habían sido aprobados a lo largo de este período de tiempo, a lo
largo de los últimos años, mientras que los reglamentos y las
modificaciones respecto a aquellos productos más sensibles para España se
habían quedado en una idea, en un cajón o sencillamente pendientes.

Asuntos fundamentales, como las frutas y hortalizas a las que me he
referido, el vino, que fue, gracias a Dios, bloqueado por la intervención
de la delegación española, y el aceite de oliva, que recuerdo a SS. SS.

que la Comisión estaba obligada a haber presentado un documento sobre el
funcionamiento de la actual organización común de mercado, antes de
concluir el año 1995, documento que no sólo no se ha presentado, sino que
ahora, gracias al debate de ayer se va a poder conseguir.

El sector lácteo, al que he hecho referencia, a pesar de las gestiones
que hizo en su momento el actual Presidente de la Comisión, que
indudablemente consiguió mejoras, sigue planteando enormes dificultades,
por no decir que tiene una situación claramente discriminatoria para
España; lo mismo sucede con el sector de los cereales, que está también
en una situación claramente discriminatoria para España; o como el
vacuno, a pesar de que ayer consiguiera 50.000 derechos más para España,
por no hablar de algunos otros que podría enumerar.

Además, ha quedado para el final la reforma de los productos
mediterráneos, que son los productos específicos y esenciales para
nuestro país. A lo largo de todos estos años se podían haber hecho
gestiones para haber acelerado y haber llevado en paralelo lo que eran
las modificaciones de organizaciones comunes de mercado relativas a
productos continentales con las modificaciones de las organizaciones
comunes de mercado de productos mediterráneos, buscando una elaboración,
una discusión y la consiguiente aprobación más equilibrada de lo que se
está produciendo.

A partir de la plataforma de negociación que recibo de mis predecesores
en el cargo y que, como digo, por fortuna habían conseguido parar junto
con otra serie de países la reglamentación vitivinícola, nos encontramos
con una clara postura de muchos países miembros situados al norte del
territorio comunitario, algunos de ellos recién incorporados, ignorantes
de historias anteriores, que están dispuestos a reducir los presupuestos
en el terreno agrícola y a que esos recortes, esos sacrificios y esos
ahorros se produzcan fundamentalmente a costa de los productos
mediterráneos, una vez que todos ellos tienen garantizadas ayudas
suficientes para proteger producciones continentales, que les afectan a
todos ellos, lo cual no quiere decir que España también se beneficie de
ese tipo de organizaciones comunes de mercado por el tamaño de nuestro
país y las condiciones varias de nuestro clima y de nuestras
producciones.

Pero el auténtico problema, tal y como lo he percibido en estos meses,
reside en la actitud, como he referido, repartida entre numerosas
representaciones, de no atender con adecuado equilibrio lo que son
condiciones relativas a productos continentales y a productos
mediterráneos, como si una especie de barrera invisible quedase
establecida entre países con agriculturas norteñas y países cuyas
agriculturas tienen carácter meridional.

Al principio de mi intervención, y refiriéndome al debate de la OCM de
frutas y hortalizas, he hecho una expresa mención de un país del norte
que, sin embargo, tiene una sensibilidad que va mucho más allá de lo que
son sus propios intereses, y he citado concretamente a Alemania. Me
gustaría que el ejemplo de Alemania estuviera totalmente generalizado en
la Comunidad, pero tengo que señalar a SS. SS. que lamentablemente no es
así.

Vemos, además, cómo de cara a las negociaciones con terceros países,
principalmente de la cuenca mediterránea, pero también africanos,
sudamericanos o del oriente más o menos lejano, se defiende por parte de
los países del norte con uñas y dientes el que no haya concesiones en
terrenos que a ellos les pueden afectar, o que si esas concesiones
existen sean limitadas y contingentadas --estoy hablando de concesiones
en el sector del vacuno o de los cereales-- y cómo, sin embargo, la
generosidad es total cuando se habla de producciones mediterráneas. Es
curioso ver cómo algún país que tiene una producción que, en principio,
pudiera considerarse casi mediterránea, aunque lo consigue gracias a la
tecnología, como es Holanda y las flores, defiende limitar al máximo las
concesiones en este terreno a cualquier país tercero. Sin embargo --no lo
digo por Holanda, sino en general--, encuentran enorme comprensión



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para hacer concesiones, por ejemplo, a países como Egipto en el terreno
de los cítricos.

Por desgracia, como hemos explicado anteriormente, existe una cierta
fractura de la unidad comunitaria, fractura que se ha manifestado
claramente en el debate de la frutas y hortalizas, sometido a un sistema
de garantías mínimas dentro de las doctrinas de apoyo conocidas en
Europa. Para conseguir romper la ficha presupuestaria de las frutas y
hortalizas y, en un primer año, levantar el tope en 240 millones de ecus
y, en el tercer año, en torno a los 340, hubo que hacer un esfuerzo
titánico, conseguir el apoyo de los países mediterráneos, luchar a brazo
partido. El mismo día que estábamos cerrando eso aparecían cientos y
cientos de millones de ecus para dar un apoyo al sector del vacuno. Esto
es así. Esto es algo que lamentablemente tengo que señalar en esta
Comisión, a la que creo interesan las grandes líneas fundamentalmente.

Hoy el aceite de oliva no está amenazado por una reducción de las ayudas,
señorías, por cuanto cualquier modificación de la OCM ya tiene el acuerdo
previo de que sea neutra desde el punto de vista financiero. Sin embargo,
tengo que decir a SS. SS. que el sistema que en principio había propuesto
el comisario de haberse llevado a cabo su discusión y haberse aprobado,
hubiera conducido inevitablemente a la degeneración del olivar y a la
reducción sustancial de una producción en la cual Europa se encuentra
como principal productor mundial, entre el 75 y el 80 por ciento de la
producción, y sobre la cual parece que algunos estén interesados en
favorecer otras grasas alternativas.

Queda en este momento, señorías, el que ayer se consiguió, en un debate
en el Consejo, que el comisario reconsiderara su voluntad firmemente
manifestada de manera reiterada, de presentar un documento que ya tiene
totalmente cerrado para que fuera debatido directamente en el Consejo de
Ministros de Agricultura, tras el preceptivo informe parlamentario del
Parlamento Europeo.

Ayer se acordó, a petición de España y de Portugal, con el respaldo
expreso no sólo de los otros tres países productores, Francia, Italia y
Grecia, sino también de países como Alemania, Austria, Bélgica, Holanda o
Irlanda, y el apoyo tácito unánime del resto de los países, que antes de
la presentación de una modificación de la OCM del aceite de oliva, la
Comisión presente un documento de reflexión, en el que se contemplen las
distintas opciones posibles para reformar la actual OCM del aceite de
oliva, con un análisis de las consecuencias y los efectos de las
distintas opciones; documento de reflexión que debe ser remitido tanto al
Parlamento como al Consejo de Ministros.

Tengo que decir a SS. SS. que la razón aducida por parte del comisario
para manifestar una urgencia como la que de repente ha manifestado y una
decisión tan rotunda de modificar la actual OCM del aceite de oliva, fue
el Tribunal de Cuentas, el control de cuentas europeo. Lo que esta
delegación planteó es que si alguien tiene interés en que las cuentas en
el aceite de oliva estén claras, si algún país tiene interés, ese país se
llama España. Teniendo en cuenta cómo es la organización común de mercado
del aceite de oliva, donde hay una cantidad máxima asignada de subvención
y apoyo a la producción, si hace alguien unos números que no son los
adecuados los hace a costa de un tercero que ve reducidas sus cantidades,
a las cuales legítimamente tiene derecho.

Si hay una cosa que está clara, es que España no es en ningún caso --si
es que hay algún país que así lo hace-- el país que no da los números
adecuados sino que, al contrario, por una serie de circunstancias que se
pueden explicar, en el aceite de oliva, tiene unas cuentas muy claras que
están a disposición de los servicios de la Comisión y de todo aquel que
quiera contrastarlas.

Lo conveniente para España, teniendo en cuenta los próximos calendarios
que tenemos sobre la mesa, sería que esta reforma de la OCM del aceite
estuviera culminada antes de que finalice el año 1997. Como muy bien
saben SS. SS., los plazos no sólo dependen de un país, habrá que ver cómo
se desarrolla el debate, pero entiendo que el interés de España sería
cerrar este asunto durante la presidencia de Luxemburgo, que se producirá
en el segundo semestre del año 1997.

Me he referido antes a otro producto que, como muy bien saben SS. SS.,
está bloqueado, como es la reforma de la OCM del vino, cuyas dimensiones
comerciales constituyen uno de los grandes elementos de la agroeconomía
española, pero las condiciones climáticas, los hechos de los últimos años
han dado un mentís profundo a la inicial voluntad de la Comisión de
reducir, recortar y debilitar la producción mediterránea del vino;
producción que, lo mismo que ocurre con los otros productos, ya se ve
suficientemente amenazada por los acuerdos con terceros países.

En el terreno de la pesca, sólo dos pinceladas. Aparte de algún acuerdo
muy concreto, el asunto importante suscitado en los dos consejos a los
que he asistido ha sido la presentación del POP-4, del programa
operacional plurianual para los próximos años, donde lo que hay
fundamentalmente es una propuesta de reducción del nivel de capturas de
la flota comunitaria. Y lo que hay detrás, no en ese POP, no en las
discusiones del Consejo, pero sí en los pasillos, es la voluntad de
algunos países de recortar los fondos destinados a los acuerdos de pesca
con terceros países, por lo tanto, de reducir las posibilidades de llevar
a cabo acuerdos con terceros países que garanticen nuevos caladeros o los
caladeros actualmente existentes para la flota comunitaria.

Como conclusión, SS. SS. habrán comprobado algo que supongo que saben, y
es que las cuestiones no están especialmente fáciles para nuestro país en
el seno de la Unión Europea en la agricultura, no sólo por las
condiciones aceptadas en su momento en cuanto a los grandes asuntos, a
las organizaciones comunes de mercado, fundamentalmente en el terreno de
las cuotas que nos han sido asignadas, sino porque existe,
lamentablemente, un claro desequilibrio hacia el norte del centro de
gravedad comunitario, que produce una cierta pérdida de sensibilidad y de
peso de los problemas referidos a los temas mediterráneos.

En este sentido, podemos decir que el compromiso adoptado en el famoso
Consejo jumbo, donde se establecía el riguroso paralelismo en las
condiciones, donde quedaron reglamentadas las OCM de todos los productos
agrarios a partir de la reforma de la política agrícola común, no



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está siendo totalmente respetado y cada vez es más difícil hacer que así
sea, sobre todo cuando hablamos de productos mediterráneos.

Señorías, he querido trasladar a los componentes de esta Comisión las
inquietudes que provoca, de manera inevitable, el comportamiento de una
Dirección General de Agricultura comunitaria francamente obsesionada por
ahorrar y, lamentablemente a menudo, demasiado tentada de que esos
ahorros se consigan a costa de producciones que nos competen y nos
interesan a españoles, portugueses, italianos, griegos y franceses, es
decir, a la agricultura mediterránea, para solucionar al máximo los
problemas presupuestarios de las producciones continentales.

Es una situación preocupante que supone, de alguna manera, cortar la
agricultura europea en dos mitades; que exige unir fuerzas y establecer
alianzas con los otros países mediterráneos afectados, labor en la cual
estoy firmemente empeñada porque creo que es la única manera de conseguir
resultados; que exige también el apoyo de todas las fuerzas políticas
españolas dispuestas a defender los legítimos intereses de España, que
sólo pretende obtener para sus producciones agrarias idénticas
condiciones, idénticos apoyos, idénticos respaldos que los que reciben
las producciones del resto de los países de la Unión.

Señor Presidente, con estas reflexiones concluyo. Como he dicho, aunque
no me he extendido en los detalles de lo que han sido los consejos, tengo
pormenorizados uno por uno y con muchísimo gusto daré las explicaciones
que cualquiera de SS. SS. tenga a bien solicitar.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir?
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra la señora Leiva.




La señora LEIVA DIEZ: Señora ministra, muchas gracias por su exposición
de los contenidos de los diferentes consejos de ministros que se han
celebrado en la Unión Europea, en los cuales usted ha participado como
titular del Ministerio de Agricultura del Gobierno español. Como usted se
ha centrado en una serie de temas más interesantes, yo voy a llevar
también el mismo esquema de exposición y, a continuación, haré alusión a
otros tres, de entre los cuales destaco el paquete de precios.

Respecto a la encefalopatía espongiforme bovina, conocida en términos
generales como el mal de las «vacas locas», al Grupo Socialista le
sorprende cómo la delegación española cambió de opinión, consecuentemente
cambió de voto, en el levantamiento del embargo del sebo, semen y
gelatinas, exclusivamente. Nos gustaría que nos dijera a qué se debió
este cambio de voto.

Asimismo, nos gustaría saber por qué siendo un problema sanitario del
Reino Unido única y exclusivamente ha intervenido la Comunidad y por qué
ha implicado al resto de los países con las lógicas consecuencias que
está teniendo --usted misma las ha dicho en esta Comisión-- en otros
sectores ajenos al sector bovino. Le recordamos que España tuvo el
problema de la peste porcina africana y, desde luego, la Unión Europea no
nos resolvió nada. Sin embargo, parece que todos los países, todos los
productores, todos los agricultores tienen que resolver este problema
que, como usted muy bien ha dicho, ha sido ocasionado y está centrado
prácticamente en un país de la Unión Europea.

La crisis de las «vacas locas» se está solucionando con ayudas al sector
que, como usted nos ha dicho, se han aprobado en los sucesivos consejos
de la Unión Europea. También le queremos preguntar por qué apoyó con su
voto el que Francia pudiera dar ayudas complementarias a sus ganaderos
para compensar las caídas de las rentas cuando no estaba previsto que se
concedieran para los ganaderos españoles. ¿Cuál es el motivo de su
comportamiento en ese momento? Esperemos que no se vean mermadas las
ayudas directas de la sección garantía del Feoga para sostener el sector
vacuno. Usted nos lo ha dicho aquí --se habló de ello ayer o anteayer, en
el último Consejo de Ministros-- y tendrán nuestro apoyo para que así sea
en el futuro.

Nos ha dicho también que ha habido un aumento del derecho de primas en
50.000. Usted sabe que en este momento prácticamente el 30 por ciento del
censo de vacuno español tiene derecho a prima y sabe también, aunque
parezca importante esta cantidad, que es un porcentaje casi ridículo para
lo que se necesita en España. No se ría, porque lo sabe su señoría.

Apenas ha hablado del paquete de precios, en el que estaba contemplado
esto. No se adoptó ningún incremento porque se iba a hablar de él en la
reforma del sector. Parece ser que entonces había mejores expectativas.

Algo es algo y le felicito por ello, pero espero que en el futuro
continúe ese incremento de derecho de primas asignadas para los terneros
españoles.

Voy a pasar a hablar de la OCM de frutas y hortalizas. Efectivamente,
usted estuvo trabajando con esa minoría de bloqueo, pero la reforma se
vota bajo su responsabilidad, bajo su responsabilidad se aprueba y bajo
su responsabilidad tiene mejoras sobre propuestas iniciales de la
Comisión. Pero es la primera vez que, junto con el problema de la «vacas
locas», se renacionaliza la política agrícola común y los países tienen
que asumir fondos que hasta ese momento solamente le correspondían a la
Unión Europea.

Efectivamente, entran el melón y la sandía a propuesta de Grecia, no de
España, pero se quedan fuera otros muchos productos que España proponía.

El Grupo Socialista califica de negativa esta reforma para los intereses
del sector de frutas y hortalizas aprobada por el Consejo de Ministros de
la Unión Europea con el voto de España, con su voto, señora Ministra.

Usted cambió su comportamiento sin ninguna explicación ni contrapartida.

Tengo aquí recortes de prensa que así lo manifiestan, pero no se los voy
a enseñar. Usted recordará que, efectivamente, usted era mucho más
optimista dos o tres días antes de aprobar la reforma que al día
siguiente de haberla aprobado.

Entre otros elementos de crítica --le voy a decir por qué, para que no
quede en el aire nuestro descontento--, queremos destacar que se ha
dejado sin indemnización de retirada a productos tan importantes, por los
que usted había apostado fuertemente, como la fresa, el pimiento, el
calabacín, la lechuga, la cebolla y, sin embargo, aceptó la inclusión del
melón y la sandía con una indemnización ridícula



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de 6,6 pesetas/kilogramo. Se ha dejado sin ayuda la transformación al
albaricoque y a las ciruelas pasas distintas de las Dente y ha aceptado
--y por ello le felicito-- una ayuda aunque insuficiente del espárrago.

Le felicito porque es claramente insuficiente la ayuda que se ha
concedido a este producto como el espárrago porque apenas garantiza la
subsistencia, solamente es para tres años y para 9.000 hectáreas en toda
la Unión Europea.

Ha aceptado una reforma con unos fondos operativos que, como máximo,
pueden alcanzar el 4 por ciento de la facturación de cada organización de
productores de frutas y hortalizas. Pero sabe SS. SS. que tiene topes y,
a la hora de la verdad, se nos puede situar entre 2 y 2,5 por ciento, lo
cual constituye una cifra raquítica para los objetivos que persiguen las
organizaciones de productores de frutas y hortalizas y el sector en
general.

Se ha admitido que estos fondos operativos puedan tener ayudas de
operaciones facultativas, lo que representa un potencial discriminatorio
en favor de los Estados miembros con mayor capacidad financiera. Una vez
más, estamos propiciando que los países de más riqueza tengan mayores
posibilidades para ese eventual reembolso por el Feoga-orientación. Esto
va a perjudicar claramente a España y lo veremos en el futuro cuando
llevemos aplicando la reforma una serie de años.

También tuvimos una ayuda para las avellanas. Le felicito por ello,
porque es un logro positivo. Efectivamente es una ayuda, aunque, como el
melón y la sandía, consideramos que es ridícula para el sector. Es
negativa porque ha marginado la reivindicación de productos de carácter
social tan importante en algunas comarcas como el ajo o el champiñón,
que, por lo visto, ha quedado para mejor ocasión, y por haber aceptado
una limitación del 30 por ciento a la cuantía del fondo operativo que
puede destinarse a la retirada, impidiendo además su aplicación, como así
se pedía por parte de la mesa para la defensa de las frutas y las
hortalizas españolas, para complementar el precio pagado por la
industria.

En definitiva, como ve, se trata, en nuestra opinión, de una mala reforma
para el sector de frutas y hortalizas. Y no es lo malo eso, sino que con
las expectativas que usted había creado, para nosotros puede ser un mal
precedente para futuras reformas de productos mediterráneos como el
aceite de oliva o el vino. Señora Ministra, tendrá nuestro apoyo en la
puesta a punto de los reglamentos que habrá que diseñar para que las
organizaciones de productores vean aplicar esta reforma y consigan el
máximo de beneficios y, al final, tengamos un sector competitivo
eficiente y desarrollado.

Otra cuestión en la que ha hecho hincapié después de esta reforma del
sector de frutas y hortalizas, ha sido un lamento respecto a esos
acuerdos preferenciales y de libre comercio. Señora Ministra, ustedes
decían a los electores cuando estaban en la oposición que iban a arreglar
esto. Están en el Gobierno, cuando se firme algún tratado pueden
modificarlo. Yo creo que hay que ser serios y consecuentes y no hacer
políticas de lamento, sino gobernar día a día que consiste en resolver
los problemas que se están presentando.

A continuación ha hablado usted del paquete de precios. Aquí queremos
destacar que no se incrementaron en ese momento las primas de vacuno para
España. Usted podía haber conseguido, por lo menos, esa contrapartida a
otras cesiones que se hicieron en la crisis de las «vacas locas». Además,
no se han conseguido programas de abandono de viñedos con
reestructuración para nuestros viñedos afectados por la sequía. Ha habido
un compromiso de 400.000 hectáreas de leguminosas grano para España,
conseguido hace más de dos años, y se ha quedado en 400.000 hectáreas
para toda la Unión Europea. Hay una deficiencia clara para el desarrollo
de este sector. Y por lo que hemos visto en las actas, se han abandonado
las reivindicaciones del incremento de cuota de azúcar y también de cuota
láctea, señora Ministra.

A continuación, se ha referido S. S. al aceite de oliva. Hoy hemos
recibido todos con agrado una buena noticia que espero, como le decía
anteriormente, no quede sólo en buenas intenciones, como ocurrió con
otras reformas. ¿Se nos han vendido buenas perspectivas? ¿El Grupo
Socialista le apoyará? Esperamos que de ese documento de reflexión, que
será remitido al Parlamento y al Consejo de Ministros, se nos dé
participación en esta Comisión Mixta de la Unión Europea. Sabemos que el
Comisario de Agricultura de la Unión Europea ha propuesto ese documento
previo para reformar la organización común de mercado de aceite de oliva,
que perjudica mucho a la reforma vigente. Perjudica también de forma muy
grave a los intereses de España en este sector. Y con perspectivas de
futuro, creemos que pone en fuerte riesgo el crecimiento y el dinamismo
del sector agrario.

La OCM de aceite de oliva en este momento tiene 30 años de vigencia, como
sabemos, y las reformas realizadas son de las más completas y mejor
diseñadas de todos los sectores agrarios y de todos los productos
mediterráneos. La OCM ha tenido unos efectos positivos en estos últimos
años, pero en este momento nos encontramos ante una reforma que modifica
sustancialmente en su fondo la existente no sólo en aspectos
organizativos o de control de fraude, como se está intentando vender en
Bruselas, y que se está haciendo de espaldas a España, primer país
productor. No ha existido ese documento de reflexión y a partir de ahora,
esperamos tenerlo. Perjudica gravemente los intereses de España, no
solamente en términos económicos, sino también en aspectos sociales y
medioambientales.

La OCM vigente se basa en tres pilares fundamentales. En primer lugar, la
ayuda directa al agricultor por producción real; en segundo lugar, los
sistemas de intervención, y, en tercer lugar, la ayuda al consumo. La
reforma propuesta pretende la supresión de la ayuda a la producción,
cambiándola por una ayuda al árbol o fija; la supresión de la
intervención; y la supresión de la ayuda al consumo. A nadie se le oculta
que los efectos de esta reforma no resuelven ninguno de los objetivos a
que responde su necesidad y cambia radicalmente la filosofía de la PAC
porque contingenta la ayuda por países, va en contra de la filosofía de
la organización común de mercado en el sentido de equilibrar la renta de
los agricultores y favorece el abandono de cultivos, frenando el
dinamismo, el desarrollo del sector, así como sus perspectivas de futuro.




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Con la eliminación de la intervención se pone en peligro el principal
fundamento de la OCM: mantener las rentas de los agricultores. Provocará,
por lo tanto, un mercado sin regulación al albur de los intereses de
operadores que controlan este mercado. Todas las iniciativas del Grupo
Parlamentario Socialista en este Parlamento y en esta Comisión Mixta de
la Unión Europea van a definir un posicionamiento nítido, claro y
contundente sobre la pretendida reforma de la OCM: paralizar la reforma
en los términos en los que se está planteando y abrir un proceso previo
de reflexión, reforzando la posición política del Gobierno de la nación
de cara a las negociaciones --difíciles, sin duda-- a mantener en la
Unión Europea. Al defender el documento consensuado por todo el sector de
aceite de oliva, que quedó recogido en la proposición no de ley que
debatió este Parlamento y que ha presentado en el Congreso, nos
sorprendió que el Grupo Popular no la apoyara en la Comisión. El Gobierno
de la nación cuenta con nuestro apoyo, pero no para cerrarlo bajo la
presidencia de Luxemburgo, como usted nos ha dicho. Si usted necesita más
tiempo, señora Ministra, tómeselo, pero saque adelante una reforma acorde
con los intereses del sector olivarero español.

Si usted llega a otro tipo de acuerdos o de posiciones, no dude en
consultar al Parlamento. Nosotros le apoyaremos en todo lo que beneficie
al sector, pero nos tendrá enfrente cuando no saque las conclusiones más
ventajosas. Porque, señora Ministra, ya está bien de repetir, como ha
hecho en varias ocasiones: En este momento me lo encuentro y no tengo
posibilidad de modificar. Usted es la responsable, tendrá nuestro apoyo
--vuelvo a reiterar-- y esperamos que el sector del aceite de oliva se
vea refrendado por las buenas intenciones de este Parlamento y del
sector.

Me gustaría que en la segunda intervención nos dijera cuál es la posición
del Gobierno con respecto a la reforma del aceite de oliva, porque
todavía no se ha pronunciado en esta Comisión. Nos ha dicho que defiende
el posicionamiento del sector, pero no ha dicho cuál es la posición que
mantiene en este tema el Gobierno.

Nos ha hablado también del POP-4. Tendrá nuestro apoyo también para
incrementar el nivel de capturas de la flota comunitaria. No le quiero
hablar de la gallineta. Espero que no ocurra lo mismo con todas las
especies. Repito que contará S. S. con nuestro apoyo a la hora de las
negociaciones del POP-4.

Está transmitiéndonos una obsesión de la Unión Europea por el ahorro. Nos
lo ha dicho en su exposición. Ya es hora --y le apoyaremos también desde
esta Comisión-- de que alguien con poder e imaginación se pueda
replantear las ayudas de la PAC a estos cultivos y, a veces, su injusta
redistribución. Podemos intentar poner topes, si es necesario, pero que
no se vean siempre perjudicados los pequeños y medianos agricultores y
ganaderos profesionales que intentan vivir con las rentas de su
explotación familiar agraria.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra la señora Solsona.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Señora ministra, señorías, mis primeras
palabras son para agradecer a la señora ministra su comparecencia ante la
Comisión Mixta para la Unión Europea, como ya hizo en otras ocasiones
ante la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Congreso.

Reconocemos que la OCM de frutas y hortalizas ha conseguido indudables
mejoras. Era una antigua reivindicación de todos los grupos
parlamentarios. Aunque nuestro grupo ya ha manifestado que el acuerdo nos
parece mejorable, lo reconocemos como altamente positivo. Desde el punto
de vista global, pone en manos del sector una serie de posibilidades
importantes que hay que saber aprovechar.

En el caso concreto de los frutos secos, aunque la aportación de la Unión
Europea es muy pequeña y es sólo para tres años, lo cierto es que es la
primera vez que se ha conseguido algo positivo en este tema.

Quiero hacer una breve referencia, señora ministra, a un sector que cada
día tiene más importancia en algunas zonas muy concretas de nuestro país:
el sector de la floricultura y la planta ornamental. Nos parece muy
positivo el incremento de la dotación presupuestaria hasta 15 millones de
ecus. Este sector en alza proporciona empleo a un gran número de
personas, lo cual es siempre positivo.

Aprovechando su comparecencia deseo, en nombre de mi Grupo, exponerle
nuestra satisfacción y a la vez preocupación por la negociación de las
nuevas disposiciones dictadas por la Unión Europea respecto al mercado
del aceite de oliva, por su repercusión en este país y en particular en
la agricultura catalana. Se suprime la ayuda a la producción y al consumo
y se establece una ayuda al árbol. Estos nuevos criterios anunciados,
basados en el número de olivos en sustitución de la producción de
aceitunas, nos preocupan en gran manera. Porque la introducción de esta
modalidad de la cultura de la subvención en este sector agrícola de gran
dinamismo, conllevaría, sin duda, efectos perjudiciales socioeconómicos,
pérdida de la competitividad cualitativa en cuanto a la producción y de
la actividad industrial relacionada con el producto aceitunero. Y lo que
tiene mayor importancia es que la degradación del cultivo de los olivares
coadyuvaría a la gradual desertización de zonas rurales prácticamente de
monocultivo, ya sufridores en excesos de los vaivenes climatológicos.

Coincidimos en defender la ayuda a la producción y al consumo, que
permite un mayor control y la mejora de la calidad, prohibiendo las
mezclas. Entendemos que la ayuda al árbol supondría el fin, en gran
medida, del cultivo y de la calidad del producto. Por ello aseguramos
nuestro decidido apoyo en cuantas medidas tome el Gobierno del Estado
español para contrarrestar los criterios de referencia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Madero.




El señor MADERO JARABO: Señora ministra, quiero que mis primeras
palabras, al igual que han sido las de mis compañeros, sean de bienvenida
a esta Comisión



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Mixta de la Unión Europea en la que comparece por primera vez desde que
ocupa la cartera del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En segundo lugar, intervendré de forma bastante breve, puesto que algunos
de los temas que S. S. nos ha expuesto ya lo han sido reiteradamente por
la señora Ministra en esta Cámara, me consta que también en el Senado, y,
además, han sido debatidos en diferentes iniciativas que los grupos hemos
presentado. Una vez más y de manera casi exhaustiva, la señora Ministra
nos informa sobre temas de especial relevancia y que afectan de manera
importante a la agricultura, a la ganadería, a la pesca y a la
alimentación españolas en la vertiente europea y en nuestra relación con
la Unión Europea.

Con relación al tema tratado por S. S., la encefalopatía espongiforme, el
Grupo Popular en esta Comisión no tiene más que ratificar y tomar buena
nota, una vez más, de la correcta actuación por parte de las autoridades
españolas, puesto que lo fundamental --lo ha recalcado la señora Ministra
y creo que todos estamos de acuerdo, aunque así no se manifieste-- es
salvaguardar la salud, y en ese sentido, aunque haya habido tolerancia en
cuanto a la importación de subproductos no nocivos para la salud humana,
el resto está debidamente salvaguardado. Las autoridades europeas nos
tienen calificados como país indemne, la colaboración con las comunidades
autónomas, que tienen mucho que ver en cuanto a la salvaguarda de la
salubridad, de la alimentación, está siendo absolutamente impecable. Hay
que tomar nota de la buena noticia que nos ha dado de que el mercado
español de vacuno se está recuperando, por lo que creemos que se debe
empezar a pensar que la recuperación de la crisis ha empezado.

Quisiera señalar, señora Ministra, señor Presidente, que es
importantísimo para nuestro grupo, y creo que para todo el sector agrario
español, la oposición frontal que el Gobierno español, y la señora
Ministra en su nombre, han hecho a la hipotética reducción de los pagos
compensatorios o medidas de acompañamiento en el sector de herbáceos. Eso
que en el campo llaman las subvenciones, en el sector de los herbáceos,
por algunos agoreros, ha sido repetidamente y de manera machacona
reiterado el hecho de que se iban a reducir, por debilidad de los
gobiernos, se supone que también del español, y que las ayudas al sector
vacuno para compensar la crisis llamada de las «vacas locas», de la
encefalopatía espongiforme, iban a ser a costa de esas subvenciones, de
esos pagos compensatorios del sector de herbáceos. No sabemos si se
producirá o no, todavía no se sabe nada. Lo cierto es que la postura del
Gobierno español es la que el campo español, los agricultores y los
ganaderos, pide y exige; entienden y apoyan totalmente a la señora
Ministra. Oposición frontal a esta postura, que, como tantas otras,
gozará de las simpatías de los del norte. Ya veremos cómo salimos de
ésta, pero lo cierto es que su postura, señora Ministra, nos parece la
correcta y nos parece que es defender los intereses españoles apostar por
unas ayudas a otro sector que no vayan en detrimento del sector de
herbáceos.

En ese sentido, S. S. no hace sino cumplir, una vez más, las instancias
que se envían desde las iniciativas parlamentarias. Y recientemente, hace
bien pocas fechas, el Ministerio de Agricultura ha aprobado por
unanimidad una iniciativa de este Congreso de los Diputados, en el
sentido de que no se reduzcan las subvenciones en general, pagos y
medidas de acompañamiento del sector de herbáceos, para salvaguardar
ciertos intereses del sector de vacuno.

La OCM de frutas y hortalizas está ya debatida hasta la saciedad en esta
Cámara, y también en el Senado, por lo que realmente tampoco se puede
añadir nada nuevo a lo que S. S. nos ha informado, aunque queda el poso
de preocupación de que se ha encontrado S. S. no ya con ciertas líneas
que predeterminan la actuación en el Consejo de Ministros de los actuales
ministros que componen el consejo sino que, además, empiezan a florecer,
a aparecer, tendencias a acuerdos preferenciales con terceros países que
pudieran distorsionar la realidad de los países mediterráneos. Me
referiré más adelante, no obstante, a este tema de la OCM de frutas y
hortalizas de una manera bastante sucinta pero también bastante
clarificadora, puesto que el Grupo Popular quiere dejar bien firme y bien
clara su postura, reiteradamente expuesta pero que, una vez más, habrá
que destacar.

Nos informa la señora Ministra de dos hechos que, desde el punto de vista
español, son absolutamente fundamentales y que tuvieron lugar en el
Consejo de Ministros de ayer, 30 de octubre de 1996. Que se haya
conseguido un aumento de un 10 por ciento en el sector del vacuno en
cuanto a los derechos de prima para terneros machos es esencial, es
absolutamente primordial y aunque alguien diga que es ridículo o que es
pequeño, cuando a los demás se les reduce, si a nosotros se nos aumenta
creo que el hecho es altamente positivo y los ganaderos lo celebrarán
debidamente y que lo valorarán como la medida se merece, porque 10.000
millones de pesetas no es ningún grano de anís.

En muchas negociaciones, cuando se va a Bruselas, a Luxemburgo o a donde
corresponda, estamos acostumbrados a que se vaya a perder y a venir con
la cesta a medias, y en este caso no sólo no se ha vaciado la cesta, sino
que consolidamos lo que teníamos y la señora Ministra, el Gobierno
español, consigue 10.000 millones de pesetas más, lo que creo que es
motivo de satisfacción para todos, aunque a veces no se diga.

En el caso del aceite de oliva, la OCM discurría por unos parámetros, por
unas directrices, que eran altamente perjudiciales para España. Todo el
sector se ha movilizado, todo el sector ha apoyado al Gobierno y todo el
sector, hoy, está altamente satisfecho por lo que se ha logrado en el
Consejo de ayer, por lo que la señora Ministra, por lo que el Gobierno
español, ha logrado en el Consejo de ayer, con el valor añadido de que ha
sido un logro con el apoyo unánime de todos los ministros de la Unión
Europea, lo cual no es fácil de lograr. Creo que tal evento debe
apuntarse en el haber de la señora Ministra.

Tanto en el caso de los derechos de prima del vacuno como en el del
aceite de oliva, no sólo prestamos nuestro apoyo total, sino que, después
de las palabras que aquí hemos oído respecto a la OCM de frutas y
hortalizas, querríamos hacer algunas puntualizaciones.




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Señora Ministra, en el Grupo Popular estamos ya hartos de oír palabras de
apoyo, pero ver que al mismo tiempo que se enseña la zanahoria se da el
palo. Malamente se puede apoyar cuando se dice que una reforma es
negativa, sin más; que es mala, sin más; que es ridículo, sin más, lo que
se ha obtenido respecto a los derechos de prima.

En este sentido, y no es una alusión señor Solbes, sino una evocación
cariñosa y amistosa, lo que, como S. S., tienen experiencia de cómo se
negocia y con qué dificultad, deben saber que cuando se presta el apoyo
se debe prestar de verdad, sin más. Tampoco se puede pedir que se venga a
decir a esta Comisión qué es lo que se va a decir en un futuro Consejo de
Ministros, porque es lo mismo que si se dice a un jugador que vaya a
jugar pero que previamente enseñe las cartas.

Entendemos que esas partidas son difíciles, que esas negociaciones, como
saben los que como S. S. han participado, no son nada fáciles de llevar y
entendemos que cuando se presta el apoyo no debe ser un apoyo ciego, debe
ser un apoyo con crítica interna, pero no exigir al negociador que venga
a enseñar sus bazas negociadoras y encima decir que le estamos apoyando.

Malamente se la puede apoyar --me voy a referir concretamente a la OCM de
frutas y hortalizas y voy a fijar claramente la posición de mi grupo una
vez más-- cuando se la define negativa y mala. Tenemos un cuadro
absolutamente aséptico, del Ministerio, donde, en tres columnas, se nos
señala cómo estaba la situación hace años; como estaba la situación hace
meses, liderada por el Gobierno español, pero siendo entonces la
Administración de distinto signo (el ministro se llamaba Atienza y el
Gobierno que estaba en el poder era del Partido Socialista) y cuál ha
sido la solución adoptada. Ya hemos repasado hasta la saciedad las
mejoras que se han conseguido sobre un documento prácticamente cerrado. A
pesar de que estaba casi cerrado, al final, el Gobierno español, la
señora Ministra, doña Loyola de Palacio, consiguió algunas mejoras.

Pues bien, ¿cómo se puede decir que esta OCM es mala cuando la anterior,
que era un poco peor, era definida como buena y como modélica por el
secretario general de Agricultura, a bombo y platillo, en declaraciones
públicas? Yo entiendo que aquí hay una contradicción, que una vez más
tenemos que señalar.

Por el contrario, y no me extenderé más, si el Gobierno pide apoyo en
estas negociaciones, señora Ministra, los Senadores y Diputados del Grupo
Popular de esta Comisión se lo da sin reservas; los Senadores y Diputados
de esta Comisión del Grupo Popular le ofrecen todo su apoyo, incluido
este Diputado de Cuenca, aunque parece ser que el ajo y el champiñón han
quedado muy mal, precisamente dos cultivos de mi tierra y de los cuales
vive casi toda mi tierra. Pues no ha quedado tan mal cuando tenemos la
felicitación expresa, oral y escrita, de todas las organizaciones
profesionales agrarias. Sólo piden una cosa, señora Ministra, y S. S. es
celosa como lo fue el Gobierno anterior, que se ofrezca la cláusula de
salvaguardia cuando convenga. Sólo eso y poco más pide el sector, porque
es competitivo y necesita de pocas ayudas más. Se lo dice alguien que
vive en una tierra en la que, a su vez, viven del ajo y del champiñón.

No quiero incidir más en algunos de los temas puntuales que se han
contemplado. Le damos nuestra más cordial felicitación, señora Ministra,
en nombre de los Diputados y Senadores del Grupo Popular de esta Comisión
de la Unión Europea. Nos tiene a su disposición para cualquier
aclaración, para cualquier apoyo y también para todas las exigencias
críticas. Y sabe S. S. que somos críticos a la hora de pedir.

Y para que no se convierta esto en un mitin y darle al botafumeiro, sí
quisiera abordar, señora Ministra, dos cuestiones. Nos preocupa lo que ha
apuntado respecto a los acuerdos preferenciales con terceros países, la
lucha entre los países del Norte y los del Sur, y lo defino como lucha
porque ya es descarado lo que se está planteando en la Unión Europea.

Creemos que contamos con el apoyo y con la decidida apuesta del Gobierno
español y de la Ministra. Dentro de la OCM del aceite de oliva, no
queremos que exponga sus cartas de negociación, que sea en los tiempos
que correspondan; sólo el que está negociando sabe el tiempo en el que
tiene que negociar y los plazos más convenientes de la negociación,
contando con la presidencia de turno, etcétera; sólo él sabe cuándo es el
momento más adecuado para intentar cerrar esa negociación. Le exponemos
las dudas de que no sólo sean todas las ayudas para la producción. Casi
todas deben ir a la producción, al consumo y a la comercialización, pero
también, y quizá por la vía de las ayudas agroambientales, a la cantidad
de olivares marginales que existen en España y que hoy suponen el
sustento de zonas, si no marginales, sí bastante empobrecidas.

La reiteramos, señora Ministra, el apoyo de nuestro grupo, la deseamos
todos los éxitos y que siga liderando los intereses del campo español
como lo está haciendo hasta ahora.




El señor PRESIDENTE: A pesar de sus amables provocaciones, señor Madero,
no sacará de mí una palabra sobre estos temas.

Tiene la palabra la señora Ministra.




La señora MINISTRA DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (De Palacio del
Valle-Lersundi): Señora Leiva, le puedo contestar 20 veces. Creo que es
la cuarta vez que usted concretamente, aunque hay compañeros suyos que
también han coincidido con S. S. en la misma pregunta. ¿Cambio de opinión
en el asunto del vacuno, del sebo, del semen y la gelatina? Ninguno.

España, en el Comité Científico Veterinario, vinculó su voto a que el
Reino Unido presentara un programa de erradicación de la enfermedad.

Punto. Cuando el Reino Unido presenta el programa de erradicación de la
enfermedad, España, que había dicho que vinculaba su voto a ello, cambia
el voto, porque era la condición. Como sabe muy bien, hay condiciones que
cambian una situación porque además está vinculado. Nosotros dijimos:
daremos el voto de apoyo, y así lo habíamos acordado, no con Gran
Bretaña, sino con la propia Comisión y con otros países. Mientras no
estuviera sobre la mesa el plan de erradicación de la encefalopatía
espongiforme bovina en Gran Bretaña no íbamos



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a dar luz verde, porque considerábamos que no era serio, por mucho que
los informes científicos decían que esos tres productos no revestían
ningún riesgo para la salud humana. Debidamente tratados, insisto.

Debidamente tratados. No eran los tres productos en sí, sino que nuestra
negativa era para forzar al Reino Unido a que presentara un plan de
erradicación de la enfermedad, cuestión a la cual en un primer momento se
niega el Reino Unido. Se utiliza como un elemento de presión para forzar
que el Reino Unido presente un documento con un plan de erradicación.

También tengo que decir una cosa a S. S., aunque se lo he repetido
reiteradamente. El voto de España no cambió nada, porque quien autoriza
la comercialización de estos tres productos no es el voto del Consejo de
Ministros, que no lo autoriza. El voto de España no dirimía nada, no era
decisivo para nada. Quien autoriza la comercialización de estos tres
productos es la propia Comisión mediante un acuerdo. Y tengo que decirle
más a S. S., que como para que no revistan riesgos estos tres productos
tienen que estar sometidos a unos tratamientos especiales, se ha exigido
que hubiera una constancia y un control absoluto de que se estaban
llevando a cabo esos tratamientos. Según las noticias que tengo, todavía
estamos en algo básico, que es controlar que se llevan a cabo esos
tratamientos. Como no están puestos a punto todos los sistemas, a fecha
de hoy me da la impresión de que prácticamente este comercio no existe,
salvo en muy contadas ocasiones, porque no hay fábricas que reúnan los
requisitos solicitados y exigidos para llevar a cabo los tratamientos
que, según los comités científicos y los expertos, garantizan que no
revisten ningún riesgo este tipo de sustancias.

Me lo puede preguntar diez veces más. Yo, como soy muy consciente y muy
respetuosa de lo que es el ámbito parlamentario, se lo voy a contestar
diez, veinte, las veces que quiera, pero no la voy a poder aportar datos
diferentes de los que la he dado, porque ésa es la verdad. Sencillamente.

No hay nada más.

Me pregunta sobre algo que ya lo ha hecho varias veces, la peste porcina.

Ya lo sé. Yo lo que la diría es que mal negociaron ustedes la peste
porcina, que no consiguieron mayores ayudas de la Unión. ¿Por qué no
hicieron ustedes entonces como ha hecho Gran Bretaña ahora? Eso es lo que
la digo yo. ¿Qué quiere que la diga? Que lo hicieron muy mal. Me dice que
conseguir 50.000 primas más en ayudas nacionales es un porcentaje
ridículo, que es una cifra ridícula. Yo nunca he oído decir que un diez
por ciento sea una cifra ridícula en nada, ni en un interés, ni en una
votación. En nada. Un diez por ciento es un porcentaje muy relevante.

Respecto al máximo de las peticiones, es más de la tercera parte. Es un
porcentaje muy relevante. Y la voy a decir más. España venía exigiéndolo
desde 1992 y no lo había conseguido. ¿Si era tan ridículo, cómo es que no
se consiguió?
Me dice que en frutas y hortalizas es un desastre de OCM. Menos mal que
no estaba el señor Romero. ¿Considera que fue una gloria la negociación
que hizo el señor Romero, que nos puso una cuota láctea absolutamente
ridícula? ¿El señor Romero, que negocia unos rendimientos en cereales que
son los más bajos de toda la Unión? ¿El señor Romero, que negocia una
cuota de producción de azúcar más baja que la propia que consume el
sector español? Cuando dice S. S. esas cosas hay que ser un poco
consciente y un poco responsable, porque me da risa cuando habla de mala
negociación. Yo la puedo hacer una larga lista. Si considera que 50.000
(para ser más exacta, 52.000, que es el 9,7 por ciento, pero para hablar
en cifras globales, 50.000) es un porcentaje ridículo (he anotado la
palabra (sic), ha dicho ridículo) tiene una idea un poco rara de lo que
son los porcentajes. Decir que aumentar un diez por ciento el global de
las primas que tiene España es ridículo demuestra que tiene una teoría un
poco rara. Si, del total de las primas, además decimos que es más del 30
por ciento del desiderata que planteaba España, tiene una idea bastante
curiosa de lo que es ridículo.

Las ayudas nacionales de Francia. No es que le den ayudas nacionales a
Francia. Todos los países podían dar ayudas nacionales. Los países que
han dado ayudas nacionales han sido Luxemburgo y Francia. España no ha
dado ayudas nacionales, porque no tenía capacidad presupuestaria para
hacerlo, entre otras cosas por los presupuestos que había en España,
obviamente recibidos gracias a la magnífica gestión de los múltiples
gobiernos socialistas, que nos han colocado en un nivel de endeudamiento
nunca visto y producido de manera acelerada en los últimos años. Es la
realidad; nada más puedo decir que ésa es la realidad. Si hacen cierto
tipo de comentarios, les tengo que recordar cierto tipo de cosas. Y,
señorías, no han nacido SS. SS. ayer, y SS. SS. son las que han soportado
a los gobiernos anteriores, que son los responsables de que nos
encontremos con falta de cuota en vacuno, con falta de cuota en el sector
lácteo, con falta de rendimientos asignados a España en cereal, con falta
de cuota en azúcar y con una situación francamente difícil para la
agricultura española.

Esa es la realidad y, a partir de ahí, dice: frutas y hortalizas se
renacionalizan. No, señor; no se renacionalizan. La cofinanciación es
comunitaria. Pero, es más, el señor Atienza cantaba las ventajas y las
virtudes de que hubiera una cofinanciación nacional, cuestión a la cual
esta Ministra se negó y consiguió, además, cambiar la propuesta inicial
de la Comisión, que, entre otras cosas, como señalé en algún momento,
obedecía en gran medida a las inspiraciones del Gobierno español de
entonces.

Señoría, yo puedo entrar otra vez al detalle de lo que han sido las
frutas y hortalizas; le he dado unos cuantos datos a esta Comisión por la
sencilla razón de que entiendo que es útil, a efectos de saber lo que se
ha conseguido en la negociación y, sobre todo, saber algo que he dicho
muy claro, que a las frutas y hortalizas se exige algo que no se exige a
otro tipo de cultivos, que es ser competitivo, y que el riesgo que yo veo
es fundamentalmente el problema de los países terceros. Y, hablando de
los países terceros, S. S. sí que tiene una gran labor que hacer, y es
convencer a su correligionario señor Marín de que no se dedique a
impulsar con el entusiasmo desaforado con que lo hace la firma de
tratados preferenciales y de libre comercio con países terceros, dando
siempre concesiones en el terreno de las frutas y hortalizas; que de vez
en cuando ponga también



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las vacas, el cereal, etcétera, si nos ponemos ha hacer concesiones. No
es que yo tenga mayor interés en hacer concesiones en este terreno, pero
estoy segura de que, como los países del Norte se opondrán, nunca se
aprobarán. Esa es la única cuestión que quería decirle.

Las 400.000 hectáreas de leguminosas. Sí, efectivamente, el Gobierno
anterior llevaba luchando por ello durante dos años y no lo consiguió, y
lo ha conseguido el actual Gobierno. También tengo que decir en honor a
la verdad, porque a mí no me gusta decir cosas diferentes de las que son,
que las 400.000 hectáreas de leguminosas, que se consiguieron en el
paquete de precios, que creo que es una cifra muy importante, en gran
medida ha sido recoger la cosecha de unas negociaciones llevadas a cabo
por el Gobierno anterior. Esa es la verdad. ¿Le parecen insuficientes? Es
que era lo que había pedido España, no había pedido más; había pedido eso
para el conjunto de la Unión.

Resulta que, según las actas, esta Ministra no ha vuelto a plantear en el
debate de precios el problema de la cuota láctea y del azúcar. Señoría,
yo no sé qué actas ha leído S. S., yo le digo lo que yo dije, y lo que
dije es que España tenía una insuficiencia en cuanto a su cuota láctea,
que necesitaba un millón de toneladas más, porque, además, en el paquete
de precios se habla de la reforma del sector lácteo. Y España lo vuelve a
plantear, como lo he planteado sistemáticamente en todos los debates. Y,
en cuanto al azúcar, dije que necesitábamos mayor cuota y que,
concretamente, están las 600.000 toneladas correspondientes a Canarias y
que, desde luego, España pretende aumentar el número de toneladas. Bien
es verdad que la Comunidad no pretende negarse a ello, pero estamos en
ello, pretende conseguir un aumento de la cuota de azúcar, precisamente
basándose en el momento en que Canarias se incorpora al sistema común de
la Comunidad. Ya le digo que no sé qué actas son las que lee S. S., pero
sí le puedo decir lo que yo he dicho en el ámbito del debate del paquete
de precios en el Consejo de Ministros, y no sólo en ese debate, sino en
otra serie de ellos.

En cuanto al documento de reflexión del aceite de oliva --y respondo
también a lo dicho por la representante del Grupo de Convergència i Unió
y por el representante del Grupo Popular--, he de decir que, obviamente,
el documento que tenía preparado el Comisario lo considerábamos muy
negativo para los intereses del olivar español; que la primera noticia de
ese documento la tengo a las pocas semanas de llegar al Ministerio; que a
partir de ahí empieza a hacer una labor que primero dirijo, como me
parece lo más razonable, al propio Comisario, con el cual tengo una
reunión de dos horas largas nada más que para hablar del olivar español,
de lo que supone el olivar en España; como ha dicho muy bien la
representante de Convergència i Unió, un monocultivo en algunas zonas de
España, con un componente social elevadísimo, con un componente
agroambiental de primer orden, que en algunas zonas supone la masa
vegetal con difíciles alternativas y, además, su desaparición podría
tener unas consecuencias de erosión importantísimas; con una situación en
zonas como es Andalucía, zonas con un alto nivel de paro, de absoluto
monocultivo en zonas muy extensas, la provincia de Jaén, gran parte de la
provincia de Córdoba, gran parte de la provincia de Sevilla. Todo eso se
lo expongo al Comisario. Compruebo que con escaso éxito, ésa es la
verdad, escasísimo éxito. Mientras tanto, en los meses de junio y julio,
porque yo creo, a pesar de todo, en el valor de convencer a la gente y en
el valor de la palabra, por eso creo tanto en el Parlamento, porque creo
que, a pesar de todo, se puede convencer a la gente, como decía, inicio
una labor con mis colegas dándoles traslado de la importancia que reviste
el olivar, el aceite de oliva para España, por razones no sólo
económicas, sino sociales, regionales, culturales, medioambientales. Esa
labor con todos mis colegas se complementa con acciones del propio
Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha participado intensamente en todo
este asunto porque, mientras tanto, veíamos que la determinación del
Comisario Fischler era absoluta, incluso con una intervención del propio
Presidente del Gobierno con el Presidente de la Comisión Europea, señor
Santer, hablando de la importancia que el aceite de oliva tiene para
España; intervención del Presidente del Gobierno que consigue, por de
pronto, parar la aprobación del documento del señor Fischler en el ámbito
del colegio de comisarios y dar margen a culminar todas las gestiones con
todos y cada uno de mis colegas, de los catorce países, al objeto de
plantear en el seno del propio Consejo la petición al comisario de
remitir un documento de reflexión previo al documento de modificación de
la OCM de aceite de oliva. Esto ha sido una labor larga, paciente,
complicada, donde ha habido que hablar uno por uno, varias veces, porque
no es precisamente fácil de entender para un finlandés lo que representa
el aceite de oliva para España, y quien dice un finlandés puedo hablar de
mi colega sueca, de la ministra sueca o de cualquiera de los otros
colegas. La realidad es que ayer se ha conseguido que por parte del
Comisario se acepte presentar un documento de reflexión, que ya les
garantizo a SS. SS. que tan pronto me llegue remitiré a esta Comisión y a
la Comisión de Agricultura. Y es obvio que en ese documento de reflexión
entre otras cosas la Comisión va a plantear lo que eran los criterios
inspiradores del documento cerrado que querían aprobar. Eso es obvio.

Pero también lo es que el mandato que tienen es no sólo poner eso, sino
contemplar un abanico de posibilidades, y, además, sobre ese documento de
reflexión, tanto el Parlamento europeo como el propio Consejo de
Ministros opinaremos, aportaremos datos y cuestiones.

Y aprovecho para decir algo que no he manifestado antes, porque ya lo he
dicho en otras ocasiones, pero creo claramente, señorías, que hay
cuestiones que son esenciales y otras que no lo son tanto. Esencial para
el cultivo del olivar es que no se puede desvincular la ayuda de la
producción, porque en el momento en que se desvincule la ayuda de lo que
es la producción, si se da una subvención a la pereza, como se decía ayer
en cierto periódico, lamentablemente todos sabemos lo que puede pasar; si
podado o no podado, recogido o no recogido, cultivado o no, el
propietario recibe la misma cantidad, lamentablemente nos podemos
encontrar con que muchos olivares sean abandonados y al cabo de un tiempo
se estropeen. Eso es básico, ligar el apoyo al olivar a la producción.




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Segundo elemento básico también, indudablemente: que haya un precio de
intervención, por razones de lo que es el aceite de oliva, que es un
producto vecero, pero que a la vez tiene unas características que
permiten que sea almacenado y mantenido con sus mismas características y
propiedades durante mucho tiempo, un año, dos, tres años, lo cual permite
regular en el tiempo la oferta de aceite a lo que es la demanda. Como
producto vecero, hay años de grandes cosechas y otros de escasas cosechas
y la intervención permite efectuar una regulación del mercado sobre
períodos superiores a un año. Segundo elemento que considero esencial.

Primero, que la ayuda esté ligada a la producción; lo que pasa es que
digo muy claramente --y mido muy bien mis palabras-- ligada a la
producción. Segundo, que haya un precio de intervención, de forma que
permita una intervención de la producción para regularlo sobre períodos
superiores a un año. Tercero, prohibición de las mezclas. En estos tres
elementos coincidimos los cinco países productores europeos.

A partir de aquí, hay cuestiones que son criterios, opiniones, principios
y demandas de la mesa del olivar y que hace suyos esta Ministra, como
son: el apoyo al consumo, además en cifras mayores que las que hay en
este momento, porque entendemos que permite la comercialización, la
mejora de la calidad y el control del aceite; suprimir el sistema actual
de ayudas a tanto alzado a los productores de menos de 500 kilos, que, en
nuestra opinión, supone un elemento de difícil control y fuente,
posiblemente, de cierto tipo de distorsiones.

Tengo que decir a SS. SS. que lo mismo que respecto de los tres elementos
primeros, que considero esenciales, hay una coincidencia en los cinco
países productores, en los otros dos elementos no hay una coincidencia en
todos los países productores. Además, hay posibles soluciones
suplementarias que no tienen por qué ser contradictorias con las tres
primeras y que a lo mejor son terrenos que no se han explorado y que se
pueden contemplar. Ahí es donde está el ámbito y el margen de la
negociación. España lo que exige son esos tres elementos. Como digo, nos
gustaría incorporar y mantener la ayuda al consumo, no sólo como está
ahora, sino en unos niveles mayores y suprimir los pequeños productores.

Les digo que eso es lo que opina España, lo que opina Portugal, pero
Grecia es totalmente contraria a este criterio. Italia es contraria
radicalmente, por ejemplo, a la ayuda al consumo.

Quiero decir que ahí se abre el juego de la negociación donde vamos a ver
cómo se van produciendo los hechos, sin excluir que haya propuestas
suplementarias que, conservando los tres elementos esenciales, puedan
considerarse interesantes y se puedan negociar.

Lo que tengo que manifestar también a SS. SS. es que en todo este asunto,
que considero de la máxima trascendencia, espero que en España sigamos
siendo capaces de mantener una postura unitaria. He dado las gracias
públicamente a todas las administraciones, a todos los sectores por la
postura unánime que hemos mantenido a lo largo de estos tiempos. Alguna
comunidad autónoma --concretamente, Baleares-- entendía que le iba mucho
mejor, por ejemplo, la postura de la ayuda al árbol y se sometió al
criterio de la mayoría, para no romper la unanimidad en un acto de
solidaridad entre comunidades autónomas que creo que le honra a dicha
comunidad. Eso se acordó en el seno de una sectorial de agricultura.

Esto, por supuesto, pretendo llevarlo adelante con el máximo respaldo,
manteniendo informada al máximo a la sectorial de agricultura, porque en
agricultura las comunidades autónomas tienen prácticamente todas las
competencias --desde luego en el terreno de la ejecución las tienen
todas-- y lo que hay en el Ministerio de Agricultura es fundamentalmente
una labor de coordinación y de defensa de intereses de España en
Bruselas. Pretendo llevarlo de acuerdo con las comunidades autónomas, así
como con los sectores implicados. Es un asunto clave, dentro de la
agricultura española. Y pretendo también --y espero contar con el apoyo
de SS. SS.-- plantearles cuál es la situación en cada momento y
mantenerles puntualmente informados al máximo y de manera sistemática.

Tengo que decir, como mencionaba antes, que lo que se consiguió ayer, en
gran medida, se debe a la gestión magnífica de los embajadores de España
en los catorce países restantes de la Unión, que han colaborado con este
Ministerio, dando traslado de una carta personal dirigida a todos y cada
uno de los ministros de agricultura explicando personalmente la
importancia del olivar para España, convenciendo al ministro
correspondiente de la importancia del olivar para España y, por tanto,
colaborando con esta ministra a convencer a los países europeos, fueran o
no cultivadores de aceite, productores de aceite, de la importancia de
llevar a cabo una discusión que permita a los países productores dar
nuestra opinión antes de que la Comisión aporte una solución cerrada, que
es rechazada por todos los países productores, dicho sea entre
paréntesis. Tienen que saber SS. SS. que Italia también se oponía al
proyecto que planteaba el Comisario como reforma de la OCM del aceite.

En cuanto a la señora Solsona, le doy las gracias. Que las frutas y
hortalizas es mejorable. Estoy convencida. Lo dije cuando la presenté.

Creo que se mejoró muchísimo, como ha dicho ella, pero todavía había
cosas, y antes se refería la señora Leiva a las fresas. Lo dije muy
claramente, me hubiera gustado poder incorporar las fresas. Tengo que
decir que, contrariamente a lo que ha sido dicho, no es desde luego
Grecia quien incorpora los melones en esa OCM, pero es igual. Es
mejorable, ya lo sé. Como ejemplo, digo las fresas, pero me hubiera
gustado incorporar no sólo las fresas o la lista que llevaba España, que
eran seis productos más, hubiera dicho que quedaban todavía veinte,
treinta, cuarenta, el bróculi, el repollo, etcétera, porque es que las
frutas y hortalizas son un mundo. En la lista sólo había catorce
productos y ahora hay dieciséis. La alternativa hubiera sido una OCM
radicalmente distinta a la que estaba planteada; hubiera sido, por
ejemplo, haber dado un precio de garantía a todos los productos, pero ése
hubiera sido un criterio radicalmente distinto al que estaba allí
planteado.

Como he explicado --y no me voy a extender--, la OCM la encontré cuajada,
lo que se pudo hacer fueron mejoras, que yo entiendo sustanciales, pero
me la encontré



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cuajada. En los frutos secos, se consiguió meter esta ayuda
suplementaria. Me hubiera gustado que hubiera sido mayor, lo sé, y que
además no hubiera estado tasada tres años --tendremos una batalla para
prolongarla-- pero también he hablado con el sector de frutos secos y les
he dicho muy claro que hay cosas que no se entienden; no se entiende que
tengan más precio las avellanas turcas que las nuestras. Ahí hay algo que
falla. En este momento, tiene más precio en el mercado la avellana turca
que la española.

En el sector de frutos secos español, por ejemplo, en el terreno de las
almendras se ha hecho un esfuerzo de modernización y de cambio varietal
muy importante y que creo que está consiguiendo unos resultados muy
buenos; en el terreno de las avellanas, en algunos casos, tendría que
hacer un esfuerzo, pienso yo, en ese sentido.

En la floricultura, tiene toda la razón S. S. Hay una mayor cantidad en
el paquete de precios, 15 millones. Hay que impulsar este cultivo y
además tenemos que, lo mismo que en frutas y hortalizas, es uno de los
cultivos que se ven más afectados por la firma de tratados con terceros
países, fundamentalmente del área mediterránea, aunque no sólo
mediterránea, sino sudamericana e incluso africana.

Para concluir, quiero dar las gracias a mi compañero el Diputado señor
Madero. La encefalopatía espongiforme bovina se considera por parte del
Gobierno con un criterio de máxima garantía por cuanto al final se trata
de un problema de salud. Vamos a oponernos a que se recorten los apoyos a
los herbáceos. En cuanto a la cláusula de salvaguarda, hemos pedido --de
hecho, la Comisión está trabajando en ello-- un mayor desarrollo
reglamentario para poder aplicarla con mayor facilidad.

Quiero matizar una cuestión. Yo no entiendo que haya todavía una lucha
Norte-Sur en el seno de la Unión. He dicho que se abre una dualidad, que
se abre una grieta. Empieza a producirse un desentendimiento de los
países del Norte respecto de los problemas de los países del Sur, y a
veces se ve la tentación de hacer economías a costa de los del Sur para
garantizar ciertas políticas que preocupan más a los países del Norte,
que son muchos más que los del Sur.

Después de la última ampliación, señorías --y con esto concluyo--,
tenemos que tener muy claro que hemos pasado de ser cinco países
mediterráneos y siete que no lo son sobre 12 países a ser 15 países y,
por tanto, cinco países mediterráneos frente a 10. Es algo lamentable en
ese sentido, en otros sentidos, gracias a Dios. Esto obliga, en un
momento dado, a concertar al máximo lo que son las políticas en asuntos
concretos con los otros países mediterráneos. Sin embargo, es enormemente
positivo, porque la ampliación de la Unión es una prueba de su éxito. Es
vocación de la Unión el ampliarse, que sea una Unión Europea en su
sentido más amplio, es decir, donde tengan cabida todos los países
europeos, aunque --tenemos que tenerlo muy claro-- eso creará
dificultades para algunos países como los mediterráneos que tenemos unas
condiciones especiales, específicas, concretas, distintas,
indudablemente, de las de otros países.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Leiva.




La señora LEIVA DIEZ: Voy a intervenir de forma muy breve.

Ha dicho que es la cuarta vez que contesta al Grupo Socialista.

Utilizamos los instrumentos que permite el Parlamento y usted es bastante
más conocedora que yo de todos los procedimientos y sabe que es posible
que tenga que contestar a iniciativas hechas con anterioridad y en
diferentes foros prácticamente a los mismos contenidos. Creo recordar que
ésta es la primera vez que asiste a esta Comisión Mixta de la Unión
Europea, y me preocupa el discurso de la segunda parte de su
intervención. Nos preocupa porque parece un discurso de oposición. Usted
lleva cinco meses en el Gobierno. Esos gestos y promesas que usted ha
hecho ante la Unión Europea tienen que trasladarse después al Gobierno, a
la política que el Gobierno español tiene que hacer día a día ante la
Unión Europea.

Nunca --se lo digo por alusiones que ha hecho a Gobiernos anteriores--
ser Ministro de Agricultura ha sido camino de rosas para ningún ministro.

Nunca. Dice el refranero español, en dos versiones --y las dos se pueden
aplicar a usted--, que después vendrá quien bueno te hará o quien malo te
hará. Esas son las dos versiones conocidas por el pueblo español. Ojalá
sea alabada su gestión, señora ministra. Desde luego, el Grupo Socialista
no va a estar con el palo y la zanahoria. Va a tener el Grupo Socialista
en la defensa de los intereses del sector agrario, del sector ganadero y
de la industria agroalimentaria española. Nosotros no les vamos a llamar
a ustedes pedigüeños porque traigan un 10 por ciento de primas o un
porcentaje mayor de subvenciones. No les vamos a llamar pedigüeños, todo
lo contrario. Lo que le digo es que queda mucho por hacer, y así es día a
día, nunca conseguimos la perfección, y así ocurre en este caso también.

Tengo que decirle al Grupo Popular y a usted como representante del
Partido Popular y como miembro del Gobierno que bienvenidos a la
responsabilidad y a la conversión europea. Nos preocupa ese modelo dual
que usted nos ha querido vender de la Unión Europea en esta segunda
intervención. Desde luego, el Grupo Socialista tiene clara vocación
europeísta. Efectivamente, primero fue la Europa de los Cinco, después ha
sido la Europa de los Doce y después la Europa de los Quince, y en el
futuro será la Europa de alguno más, pero tenemos que trazar un modelo
europeo sabiendo qué queremos hacer. Eso es lo que nos preocupa en este
momento, que no sabemos si el Gobierno español, con su representante de
Agricultura compareciendo ante la Comisión Mixta de la Unión Europea,
tiene muy claro el modelo de Unión Europea que quiere, el que va a apoyar
y en el cual quiere participar. Porque nos estaba recordando que venía
aquí como acusica del comisario, acusica de sus colegas del Norte, que
están primando sus agriculturas continentales frente a las agriculturas
mediterráneas. Señora ministra, nosotros queremos una agricultura que
beneficie a todos los intereses, que beneficie a todos los países, a
todos los sectores que integran en este momento la Unión Europea, pero
negociando, cosa harto difícil, como usted está comprobando ya.

El ambiente que usted nos está comunicando que prima en la Unión Europea
mucho nos tememos que sea el ambiente



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que probablemente alguno quiere transmitir. Nosotros no queremos
transmitir ese ambiente y creemos que es bueno negociar con todas las
instituciones europeas, para que todas defiendan los intereses integrales
del Estado español, en el colegio de comisarios, en el consejo, con los
Gobiernos respectivos, con todos. Y no vamos a ser nosotros, como
oposición, quien vaya a contarle al comisario una pequeña maldad que ha
dicho la Ministra de Agricultura. Yo, desde luego, no voy a actuar como
correa de transmisión y, por tanto, lo que usted me ha pedido que haga no
lo voy a hacer. Le corresponde a usted como ministra, si no está de
acuerdo con esos acuerdos preferenciales que se han firmado, proponerlo,
y desde luego debe ser el Estado español quien proponga ese cambio en la
negociación.

Es la primera vez, como he dicho, que usted comparece ante la Comisión
Mixta de la Unión Europea. Había un apartado para hablar del futuro, de
cómo iba a orientar el futuro de los Consejos de Ministros de la Unión
Europea, y sólo nos ha hablado del aceite de oliva, de que espera que se
apruebe durante la Presidencia de Luxemburgo. Yo la he felicitado por el
logro que usted dice que ha conseguido, aunque creo que no es un logro,
es un aplazamiento. El problema no nos llega hoy, pero es un
aplazamiento. Vamos a ver ese documento de reflexión y luego veremos qué
obtenemos para el futuro de España, para el futuro de este sector del
aceite de oliva.

No voy a decirle nada más. Le reitero que tendrá el apoyo de este Grupo
Parlamentario Socialista del Congreso y del Senado en esta Comisión Mixta
para defender los intereses del sector agrícola, ganadero, pesquero, de
la industria agroalimentaria española ante la Unión Europea.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Madero.




El señor MADERO JARABO: Acepto la matización que la señora ministra ha
hecho a mis palabras de que no es una lucha Norte-Sur la que pudiera
producirse en el futuro en el seno de la Unión Europea. Acepto su
corrección de que podría ser un conato de desequilibrio según los
intereses de los que se trate en cada negociación. En ese sentido,
esperamos que la razón de la justicia y la fuerza que nos dan los hechos
diferenciales de los países mediterráneos respecto de los del Norte nos
lleven a éxitos como los que hasta ahora en buena medida se están
consiguiendo.

Señor Presidente, creo que nadie discute la vocación europea de ninguno
de los grupos de esta Cámara ni del Senado. Entendemos que la vocación
europeísta es de todos y nadie tiene ni el patrimonio absoluto ni el
monopolio. No puedo aceptar, como ha dicho la anterior interviniente, que
seamos bienvenidos a la conversión europea porque mi grupo ya estaba
convencido de lo que era Europa. No voy a presumir aquí de ser más
europeísta que De Gasperi, Schuman o Adenauer, pero, desde luego, el
Grupo Popular del Congreso, el Grupo Popular del Senado y el Partido
Popular son europeístas desde siempre y nuestra vocación es europea
porque entendemos que es el único y el mejor sitio para defender los
intereses de nuestro país. Quizá lo que ocurra (esto sí se aprecia,
señora ministra, y así lo quiero manifestar) es que se aprecia un nuevo
estilo, unas nuevas capacidades y, además, un liderazgo que hasta ahora
veíamos que, al menos en el aspecto agrícola, no se producía. Había esa
carencia.

Algunos incluso decían con sorna no hace tantos meses que si se imaginaba
España que el señor Aznar podría estar sentado en el Consejo de Jefes de
Estado y de Gobierno. Ahora no solamente nos lo imaginamos sino que los
estamos viendo, con logros importantes. No solamente nos imaginamos que
otros ministros puedan estar sentados sino que lo estamos viendo de una
manera palpable, obteniendo éxitos que deseamos que se ratifiquen en el
futuro.




El señor PRESIDENTE: La señora Ministra tiene la palabra.




La señora MINISTRA DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (De Palacio del
Valle-Lersundi): Ya voy teniendo algún añito y, obviamente, camino de
rosas la vida no suele ser. Ahora bien, hay quien utiliza para recorrer
ese camino el tren y otros que utilizamos el avión cuando hay urgencias
que reclaman nuestra presencia. Con esto no le quiero decir nada más que
eso. Pero a la hora de negociar, claro que estamos negociando, y en cinco
meses hemos conseguido cosas que llevaban cuatro y cinco años encalladas.

Qué quiere que le diga, señoría.

Lo que encuentro ridículo es que S. S. diga que es ridículo aumentar en
un 10 por ciento el número de primas que tiene asignada España para el
sector del vacuno, del ternero macho, y pasar de 550.000 a 603.000, sobre
todo en un momento en que al resto de los países de la Unión se les ha
rebajado su cuota o como mucho se les ha dejado igual. Lo que encuentro
ridículo es que se diga que eso es ridículo. Sencillamente.

En cuanto a las maldades, no es ninguna maldad lo que le he dicho a S. S.

Se lo he dicho al señor Marín. Es no conocerme pensar que aquí digo una
cosa que no digo a la cara a la persona en cuestión. Sencillamente. Se lo
he dicho al señor Marín y el señor Marín me ha dicho que no entiendo, que
es que hay que dar todas las facilidades a los países terceros aunque se
perjudiquen los agricultores españoles porque lo que pasa es que en la
ayuda al desarrollo España tiene otro tipo de recursos. Eso es lo que me
ha dicho el señor Marín, ya que me lo pregunta. Eso es lo que tendría que
ir a decir el señor Marín, por ejemplo, a Almería o al Levante español o
a Andalucía. Ya vería el éxito que iba a tener el señor Marín. Eso es lo
que me dijo el señor Marín. Yo no lo había dicho, pero ya que me lo
pregunta, se lo digo.

No son maldades, lo que le estoy pidiendo es su apoyo porque pienso que
S. S., por razones de su vinculación política, a lo mejor tiene una mayor
capacidad de convencer al señor Marín de la que yo pueda tener. No es una
maldad. Es tan sencillo como eso. Por supuesto que se lo he dicho al
señor Marín. Lo primero que le dije. Tuve una entrevista con él
precisamente para plantearle la preocupación enorme que sentía por la
incidencia que tiene sobre la agricultura española, fundamentalmente la
de frutas y hortalizas



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y la floricultura, la firma reiterada y en cadena de una serie de
acuerdos preferenciales y de tratados de libre comercio con países
terceros, fundamentalmente del área mediterránea, del área africana y del
área sudamericana. Se lo dije, repito, el primer día. Para mí es una
preocupación enorme y los representantes españoles se están batiendo al
máximo en estos momentos para intentar evitar que se cierren ese tipo de
acuerdos. Esa es la realidad, pero en alguno de esos acuerdos no rigen
las unanimidades sino que, sencillamente, rigen las mayorías, y en este
momento estamos en serias dificultades porque, insisto, señoría, a los
países del Norte que en Europa entren 100.000, 200.000, 1.000.000 de
toneladas, por ejemplo, de tomate transformado o de cítricos o de uvas de
mesa les importa poco. Les importa poco siempre y cuando que entre carne,
que es lo que les preocupa, esté limitado. Es tan sencillo como eso. De
eso es de lo que le estoy hablando. Eso, insisto, no son maldades, es un
hecho y una preocupación que tiene esta ministro. Y no sólo la tengo yo,
la tiene el Gobierno español en su conjunto.

El Gobierno español ha conseguido el otro día que haya un compromiso de
la Comisión para elaborar un documento de análisis global de la
incidencia en los productos sensibles (en este caso el Gobierno español
podrá plantear los de frutas y hortalizas y floricultura) de la firma del
conjunto de los tratados preferenciales con terceros países, cuestión que
nunca se había pedido con anterioridad. Eso lo ha conseguido el Gobierno
español precisamente por la preocupación que tenemos.

Por último, señoría, termino con el asunto Europa. Lo que tiene claro
este Gobierno es que la política internacional es defender los intereses
de España. No es una cuestión de relaciones públicas, es un problema de
intereses de los hombres y de las mujeres de España, de los sectores
implicados, de los agricultores, de los industriales de los distintos
sectores productivos españoles y de España en su conjunto. Eso es hacer
política exterior, además de otra serie de cuestiones. Ese elemento
básico de la defensa de los intereses españoles no se puede olvidar jamás
ni puede ser postergado.

No sé si S. S. se ha convertido en europeísta, pero le voy a decir que el
Partido Popular tiene en su haber el que la persona que firma la carta de
solicitud de incorporación de España al Mercado Común, cuando la
democracia se recupera venturosamente en España, es el señor don
Marcelino Oreja, que yo sepa miembro del Partido Popular, a la sazón
Ministro de Asuntos Exteriores. En cuanto a conversiones, ya le digo que
no sé cuáles son las de S. S., pero en la vocación europea del Partido
Popular --desde luego, de esta ministro que les habla-- no hay nada más
que una larga tradición.

En cuanto al futuro de Europa, he dicho que, venturosamente, la Unión
Europea cuenta ahora con quince países que la integran, y dicho que la
vocación de la Unión Europea (porque Europa somos todos, no solamente los
quince) es no limitarse a los quince países actuales sino, de verdad,
ampliarse a lo que es la realidad de Europa. Lo he dicho muy claro. Pero
también le quiero decir que Europa no se puede construir en contra de las
distintas naciones que la componen y de los intereses de los distintos
países que la componen. Eso yo lo tengo muy claro y el Gobierno lo tiene
también muy claro. Con eso le quiero decir que no tengo duda S. S. de que
los intereses de España se van a defender al máximo y que, desde luego,
espero conseguir lo mejor para el sector agrario, para el sector
pesquero, para el sector agroalimentario español, que es mi
responsabilidad, en los que modestamente estamos consiguiendo desbloquear
cuestiones que esperaban no meses, sino años, y en un período que, como
ha señalado S. S. es muy breve, porque son nada más que cinco meses.




El señor PRESIDENTE: Señor Costa, tiene la palabra.




El señor COSTA COSTA: Intervengo por una cuestión de orden y para hacer
un ruego, señor Presidente.

La cuestión de orden es saber, después de lo que ha dicho la señora
ministra, si España va a denunciar ante el consejo europeo
correspondiente el plan Meda, que es el que da cobertura a todos los
acuerdos y con cuyo impulso casi principal se aprobó.

En segundo lugar, un ruego. Quiero pedirle a la señora Ministra que no
nos cuente las conversaciones personales, que eso ya ha dado algún que
otro quebradero de cabeza al Gobierno cuando se han visto publicadas en
algún diario. Me parece impropio de un ministro del Gobierno español
venir aquí con este nivel de debate.




El señor PRESIDENTE: Señora Ministra.




La señora MINISTRA DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION (De Palacio del
Valle-Lersundi): Efectivamente, yo he notado en varias ocasiones
inadecuado, en un ámbito como el parlamentario, el nivel de debate que ha
sido planteado por alguna de las personas que han intervenido a lo largo
de esta tarde. Pero no sólo hoy; lamentablemente es algo que vengo
detectando desde hace ya bastante tiempo no sólo en esta Comisión sino en
otras Comisiones, incluso en el Pleno del Congreso de los Diputados. En
fin, qué le vamos a hacer, es una cuestión que se intenta sobrellevar lo
mejor posible.

En cuanto a las conversaciones personales, no se trata de una
conversación personal sino formal en la que yo le estaba planteando como
ministra del Gobierno mi preocupación por un sector que para mí es vital.

Evidentemente, el plan Meda no dice exactamente las concesiones que hay
que hacer. El plan Meda lo que establece claramente es una voluntad de
apoyo al desarrollo de una región concreta, pero el desarrollo de la
región concreta no puede hacerse a costa de la ruina de regiones
españolas. Es lo único que yo he dicho y que, desde luego, mantengo.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Ministra.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y veinticinco minutos de la tarde.