Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 13, de 01/10/1996
PDF





DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1996 VI Legislatura Núm. 13



DE LOS DERECHOS DE LA MUJER



PRESIDENTA: DOÑA MARIA ISABEL SAN BALDOMERO OCHOA



Sesión núm. 2



celebrada el martes, 1 de octubre de 1996,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:



--Comparecencia, a petición propia y del Grupo Parlamentario Socialista,
del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Excmo. Sr. don Javier Arenas
Bocanegra, para informar sobre la política de su Departamento y, en
especial, sobre la línea programática de actuación del Ministerio en
cuanto atañe al ámbito de competencias de dicha Comisión. (Números de
expediente S. 711/000037; C. D. 213/000052) (Página 162)



--Elección de Secretario Segundo de la Mesa de la Comisión. (Números de
expediente S. 571/000001; C. D. 041/000031) (Página 178)



Página 162




Se abre la sesión a las doce horas y veinte minutos.




La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías, se abre la sesión.

En primer lugar, pido disculpas por el retraso del señor Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, que algunos de nosotros también hemos sufrido
por culpa del tráfico.

Ruego a la señora Letrada que compruebe la asistencia de los señores
Parlamentarios.




Por la señora Letrada se procede a la comprobación de las señoras y de
los señores Parlamentarios presentes y representados.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

El orden del día, como todas sus señorías conocen, consta de dos partes:
la primera es la comparecencia del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
a petición propia y a petición del Grupo Parlamentario Socialista, y la
segunda es la elección del Secretario Segundo de la Mesa de esta
Comisión.




--COMPARECENCIA, A PETICION PROPIA Y DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
DEL MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES PARA INFORMAR SOBRE LA
POLITICA DE SU DEPARTAMENTO Y, EN ESPECIAL, SOBRE LA LINEA PROGRAMATICA
DE ACTUACION DEL MINISTERIO EN CUANTO ATAÑE AL AMBITO DE SU COMPETENCIA
DE DICHA COMISION (S. 711/000037.) (C. D. 213/000052.)



La señora PRESIDENTA: Damos la bienvenida al señor Ministro.

Esta Presidenta, y creo que todas las personas que componemos esta
Comisión, señor Ministro, esperamos muchísimo de todo lo que pueda hacer
usted y este Gobierno en favor de la mujer; estamos esperando su
comparecencia que deseamos que nos deje a todos satisfechos.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Antes de empezar mi intervención, quiero pedir disculpas a la señora
Presidenta, a las señoras Senadoras y señores Senadores, a las señoras
Diputadas y señores Diputados por haber llegado un poco tarde, pero la
verdad es que ha habido un colapso importante en el centro de Madrid, y
eso ha motivado nuestro retraso.

En segundo lugar, quiero pedir especiales excusas a las señoras y señores
Diputados porque recientemente comparecí en el Congreso de los Diputados
por una interpelación presentada por el Grupo Parlamentario Socialista;
interpelación que, con brillantez, defendió la señora Alberdi. Mi
intervención de hoy no puede resultar de gran innovación con respecto a
lo que dije en el Congreso de los Diputados. Pido, pues, especiales
disculpas por la reiteración de argumentos que puedan oír las señoras y
señores Diputados.

En primer lugar, quiero, como es lógico, manifestar ante la Comisión que
para mí es un gran orgullo y un honor comparecer por primera vez ante la
Comisión Mixta Congreso-Senado de los Derechos de la Mujer, y quiero
garantizarles a sus señorías todo el compromiso, el interés, la
preocupación y también la ocupación en lo que significa esta competencia
dentro de nuestro Ministerio.

Se ha discutido --y me parece que hay razón para mantener esa posición
aunque no se comparta-- si la unificación de los antiguos Ministerios de
Trabajo y Seguridad Social y Ministerio de Asuntos Sociales en el
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales iba a significar merma en
algunas de las políticas que residían en los antiguos Ministerios. Creo
que estamos en condiciones de afirmar que, aunque se haya producido esa
fusión de los Ministerios, las políticas se mantienen, lo que también
vengo a reafirmar en mi comparecencia de hoy.

Quiero empezar diciendo que en la democracia española en ocasiones se han
alcanzado niveles de consenso sobre temas fundamentales, y que, sin duda,
uno de estos temas fundamentales en los que ha habido unos niveles altos
de consenso ha sido la política de igualdad de oportunidades entre el
hombre y la mujer. Quiero decir que ése va a ser el talante que va a
presidir toda la política de nuestro Departamento: intentar que las
políticas de igualdad de oportunidades sigan siendo elementos
fundamentales de consenso entre las fuerzas políticas y las fuerzas
sociales.

A pesar de que pueda existir un amplísimo acuerdo teórico respecto a las
metas a conseguir, es indudable que todavía persisten serias dificultades
para alcanzarlas en la práctica. Creo que la senda elegida tanto en
nuestro país como en los diversos foros internacionales es esencialmente
la adecuada y que lo que tenemos que hacer ahora es dejar que los hechos
sucedan a las palabras. En este sentido quiero expresarles, por lo que
significa para esta igualdad de oportunidades, la satisfacción que tengo
en cuanto a la mejora de las pensiones de viudedad y orfandad, en lo que
pueda significar para esta política de igualdad de oportunidades, en el
reciente preacuerdo alcanzado con los sindicatos.

También quiero decirles que el Gobierno --estaba hablando de política de
hechos-- tiene en preparación un proyecto de ley que asegurará el pago de
las pensiones alimenticias fijadas en sentencias judiciales; tema en el
que podremos profundizar en las próximas semanas y que siempre ha sido
objeto de preocupación por parte de sus señorías y reivindicación
prácticamente de todos los grupos parlamentarios.

El Gobierno considera que la lucha por la igualdad de oportunidades ha de
constituir, como lo es el empleo, el objetivo prioritario de todos los
Gobiernos de la Unión Europea. Con sinceridad, creo que igualdad de
oportunidades, políticas de igualdad hombre-mujer y empleo, al final son
exactamente lo mismo. Por ello, para cumplir los compromisos adquiridos
por España en la Convención de Naciones Unidas de eliminación de todas
las formas de discriminación



Página 163




contra la mujer, en la IV Conferencia de Pekín o en el IV Plan
Comunitario para la igualdad de oportunidades entre hombre y mujer,
aprobado por el Consejo de Ministros de la Unión Europea, el Gobierno
considera los siguiente: Primero, que es imprescindible reforzar los
mecanismos de coordinación con los distintos departamentos ministeriales,
ya que es vital una mayor integración de las políticas de igualdad de
oportunidades desarrolladas por los diferentes Ministerios. Creo que
tenemos que abordar estas políticas desde un punto de vista integral en
lo que significa la suma de los esfuerzos sectoriales; la llamada
política de «mainstreaming» es un eje fundamental del tipo de actuaciones
que el Gobierno quiere realizar en el campo de los derechos de la mujer.

Existe en la actualidad un instrumento, que consideramos tiene una enorme
potencialidad en la consecución de este fin y ese instrumento es el
Consejo Rector de la Mujer. Estamos elaborando en este momento un estudio
que pudiera suponer un proyecto de reforma del Consejo Rector para
dotarlo de medios y garantizar su eficacia en un órgano que creemos que
en el pasado estaba bien concebido, pero que se puede utilizar mejor.

En segundo lugar, en esta línea y en el marco de los objetivos del IV
Programa comunitario, es prioridad del Gobierno intensificar la
cooperación a nivel autonómico y local para rentabilizar al máximo en
favor de las mujeres todos los estudios, actuaciones y programas que se
desarrollan en cada territorio. En ese sentido, el pasado 16 de
septiembre, la Comisión de Organismos de igualdad de las distintas
administraciones públicas acordó la creación con las Comunidades
Autónomas de una Comisión de seguimiento de los acuerdos y compromisos
alcanzados en la Conferencia de Pekín. Señorías, no basta con adherirse
al deber ser, creo que es necesario vigilar y evaluar permanentemente el
grado de transformación del ser que tenemos en el deber ser que
pretendemos.

A finales del mes de octubre está prevista la celebración de la II
Conferencia Sectorial de Mujeres. En ella, este Ministro reiterará a las
Comunidades Autónomas lo que ya manifestaba en la Conferencia de Asuntos
Sociales que, como saben, celebramos el pasado 23 de julio: la
conveniencia de igualar el rango administrativo de las unidades
responsables de las políticas de mujer.

Tercero, asimismo uno de los ejes básicos de actuación va a consistir en
el apoyo al movimiento asociativo de mujeres y a las organizaciones no
gubernamentales que trabajan en favor de la igualdad de oportunidades
entre sexos; un apoyo basado en los principios de eficacia en la gestión
y de cumplimiento de las responsabilidades adquiridas y nunca en
criterios ideológicos o de tendencias partidistas.

Para desarrollar todos los compromisos adquiridos a nivel internacional y
articular su cumplimiento con los diferentes departamentos ministeriales,
Comunidades Autónomas y organizaciones no gubernamentales, el Gobierno ha
considerado fundamental mantener el funcionamiento del Instituto de la
Mujer como organismo autónomo, así como mantener su dotación
presupuestaria, ya que el programa del Instituto de la Mujer no se verá
afectado por las restricciones presupuestarias previstas para 1997.

El Instituto de la Mujer ha comenzado a trabajar en la elaboración del
III Plan de Igualdad de Oportunidades para las mujeres, cuya aprobación
está prevista para marzo de 1997, una vez debatido con las Comunidades
Autónomas, organizaciones no gubernamentales y representaciones
sindicales, y paralelamente se están intensificando, como decía hace
pocas fechas en el Congreso de los Diputados, los esfuerzos para evaluar
el impacto del II Plan de Oportunidades y las necesidades pendientes. En
concreto, la evaluación del II Plan se está llevando a cabo a través de
tres trabajos diferentes, pero complementarios: Primero, estudio de la
implementación. Tiene la finalidad de evaluar el grado de cumplimiento
del Plan, cómo se pusieron en marcha las actuaciones previstas y qué
actividades se llevaron a cabo para su ejecución.

Segundo, evaluación cualitativa. Con ella se pretende analizar la
valoración que de la ejecución del II Plan hacen las personas que están
implicadas en él, tanto desde la administración como desde los grupos de
mujeres afectadas por el mismo.

Tercero, evaluación cuantitativa. Se pretende medir los efectos de la
puesta en marcha del II Plan en campos como calidad de vida, actitudes,
estereotipos, valores y usos del tiempo. Este trabajo aún no está
ultimado, esperamos tener las conclusiones definitivas a finales de este
año y, en cualquier caso, en la próxima comparecencia de la Directora
General del Instituto de la Mujer, que tendrá lugar próximamente, será un
momento adecuado para avanzarles a sus señorías más detalles de la
evaluación del II Plan.

En cuanto a la elaboración del III Plan de Igualdad de Oportunidades,
tendrá como pilares básicos los compromisos adquiridos en el IV programa
de acción comunitaria, la Plataforma de acción aprobada en la Conferencia
de Pekín y otras medidas adoptadas a nivel internacional.

Si bien el III Plan está en fase de elaboración, pueden adelantarse sus
siete objetivos prioritarios. Primero, mejorar el acceso de las mujeres
al empleo y eliminar la segregación de los empleos según el sexo; éste es
el objetivo fundamental del Gobierno en materia de igualdad hombre-mujer
y para ello se han emprendido ya acciones positivas tendentes a conseguir
este fin, tales como: a) realización de programas para ampliar las
opciones profesionales para las mujeres jóvenes y las adultas; dentro de
estos programas se encuentra, como saben, el denominado NOVA, cuyo
objetivo es la incorporación de las participantes al mercado. Se trata de
acciones formativas destinadas a mujeres que constituyen importantes
bolsas de desempleo y que con una especialización apropiada podrían
incorporarse a nuevas ocupaciones.

b)Establecimiento de incentivos para las empresas que las estimulen a
invertir más en la aplicación de políticas de igualdad de oportunidades;
así el Programa Optima para la igualdad de oportunidades de las empresas
está dirigido a impulsar planes de acción positiva, partiendo de la
necesidad de valorar a todo el personal con independencia de su sexo,
como fórmula para alcanzar mayor competitividad, innovar y afrontar retos
futuros y a convertir a las empresas y organizaciones colaboradoras en
modelos a imitar.




Página 164




c)Hemos puesto en marcha medidas para conseguir la igualdad de
remuneración entre hombre y mujer basadas en el principio de igual
salario para trabajos de igual valor. Merece destacarse, en este sentido,
el Programa de difusión de la legislación nacional y comunitaria en
igualdad hombre-mujer con referencia específica al principio igual
salario para trabajos de igual valor, que se enmarca en el Plan de Acción
del IV Programa Comunitario de Igualdad.

d)Vamos a realizar, en colaboración con el Instituto Nacional de Empleo,
un programa de formación de formadores para introducir la óptica de
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres entre aquellos que se
ocupan de formar a los trabajadores en búsqueda de empleo.

e)El fomento del autoempleo --y esta mañana me he referido en el Consejo
del INFES al mismo-- en la relación mujer trabajo es, en mi opinión, uno
de los mejores medios para que la sociedad saque partido de la enorme
potencialidad que en el mundo de las ideas y de la gestión tienen las
mujeres; por eso, ofreceremos formación y asesoramiento técnico a las
mujeres que deseen crear una empresa o ya cuenten con una empresa propia.

Los gabinetes de asesoramiento, desarrollados a través de convenios con
el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación y los
cursos dirigidos a mujeres emprendedoras realizados con la colaboración
de la Escuela de Organización Industrial, en mi opinión, son un buen
ejemplo.

f)Como es de todos sabido, la información en el tema mujer-empleo
representa una baza fundamental. Por ello, además de las medidas ya
aludidas, se va a realizar en este trimestre la campaña de comunicación
sobre mujer y empleo. Esta campaña tiene por objeto sensibilizar y
motivar, por una parte, a las mujeres y, por otra, al mundo empresarial
hacia el empleo y tiene como objetivo realizar una triple función:
informar, formar y asesorar, y en ella se recogen todos los programas a
que me he referido anteriormente.

Un lugar preferente en nuestros objetivos tendrán los programas
destinados a conocer y buscar cauces de igualdad para mujeres con
discapacidad que con demasiada frecuencia sufren sus minusvalías de forma
mucho más acentuada debido a su condición femenina. Lo expuesto hace
referencia a ese gran pilar en relación con el III Plan de Igualdad de
Oportunidades.

Segundo, elaborar programas para mejorar la situación económica y social
de las mujeres con necesidades especiales, como son las emigrantes, las
residentes en zonas rurales, las que han sido objeto de actos violentos y
las que están al frente de los hogares. En este sentido, quiero decirles
que para mí es muy importante el desarrollo, de la manera más intensa
posible, del Programa Comunitario Red Now, Apoyo a las Iniciativas de
Mujeres Rurales, y creo que tenemos que intensificar todo el esfuerzo en
relación con la mujer rural de cara al futuro para favorecer en la
profesionalización, el empleo y la iniciativa empresarial también entre
estas mujeres e incrementar sobre todo, si es posible, su capacitación
técnica y profesional.

Tercero, aplicar y desarrollar la legislación igualitaria, tanto nacional
como comunitaria, para conseguir el respeto de los derechos legales de
las mujeres será especialmente objeto de tratamiento en el diseño del III
Plan de Igualdad de Oportunidades.

Cuarto, la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial de la Mujer
consideró como prioritario el establecimiento de medidas estratégicas
para eliminar la situación de clara discriminación de la mujer en temas
tales como pobreza, educación, salud, violencia, conflictos armados,
economía, poder y toma de decisiones --de los que recientemente nos hemos
ocupado en el Consejo de Ministros Comunitario--, derechos humanos,
medios de comunicación, medio ambiente y derechos humanos de los niños.

Todos estos temas se consideran prioritarios y, por ello, vamos a
fomentar la investigación de las situaciones existentes y a establecer
las medidas necesarias para lograr el objetivo de la desaparición de la
desigualdad por razón de sexo. En esta línea vamos a incrementar la
elaboración de estadísticas e indicadores que permitan evaluar la
situación real mediante la creación de un observatorio integral de los
problemas de las mujeres. En particular, y por lo que se refiere a la
cuestión del medio ambiente, ya se han iniciado los primeros contactos
con el Ministerio de Medio Ambiente para establecer mecanismos que
faciliten y potencien el acceso de las mujeres a la información y
educación medioambiental, promoviendo la aplicación de sus conocimientos
aplicables a esta materia y fomentando su participación en la gestación y
ejecución de los programas relativos al medio ambiente.

Quinto, desarrollar medidas para que la enseñanza y formación que se
imparte esté exenta de cualquier distorsión en función del sexo, también
será uno de los elementos a contemplar y a desarrollar en el próximo Plan
de Igualdad de Oportunidades.

Sexto, incrementar las medidas preventivas de enfermedades que afectan
especialmente al colectivo femenino y a enfermedades relativas a la salud
sexual y reproductiva.

Séptimo, por último, para integrar las políticas de igualdad en el ámbito
internacional está previsto reforzar, como decía en el Congreso de los
Diputados, la línea de cooperación mujeres y desarrollo con los países de
América latina y el Magreb; ampliar el apoyo e intercambio con oficinas
gubernamentales de la mujer, organizaciones de mujeres, organizaciones
internacionales intergubernamentales y redes internacionales, y aplicar
la resolución de la Unión Europea sobre la incorporación de la
perspectiva de género en las políticas y programas de cooperación al
desarrollo. Básicamente, señorías, lo expuesto integrará las grandes
líneas que apuntamos para su difusión serena de cara al siguiente Plan de
Igualdad de Oportunidades.

Quiero terminar esta intervención reiterando el deseo por parte del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de que se mantenga el máximo
consenso posible, independientemente de la sana discusión que podamos
tener en la aplicación concreta de las medidas, reconociendo que en los
últimos años se ha avanzado mucho en relación con las políticas de
igualdad entre hombre y mujer, pero también planteando de cara al futuro
que hace falta que sigamos avanzando con toda intensidad. Por eso, desde
este momento ofrezco toda la colaboración del Ministerio, todo el



Página 165




deseo de estudiar sus sugerencias e iniciativas con la mayor de las
consideraciones y deseando expresamente que se mantenga el consenso en
esta materia porque me parece que de esa forma avanzamos con mayor
rapidez y con mayor intensidad.

Muchas gracias, señora Presidenta, y reitero mis disculpas por haber
llegado tarde esta mañana.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

Se abre un turno de portavoces. Ya que ha sido el Grupo Socialista el que
ha pedido la comparecencia del Ministro, tiene la palabra la señora
Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, en primer lugar, quiero agradecerle su comparecencia y la
idea inicial a la que se ha referido en cuanto a que garantiza, como
miembro del Gobierno, el cumplimiento de los compromisos asumidos por
España tanto en la Plataforma de la IV Conferencia Mundial, celebrada en
Pekín el año pasado, como en los tratados que España ha suscrito, como la
Convención de eliminación de todas las formas de discriminación, que
tiene unos contenidos específicos en cuanto a medidas de acción positiva
y a organismos de igualdad de oportunidades, y también el compromiso,
como no podía ser de otra forma, dada la pertenencia de España a la Unión
Europea, de desarrollar en España, en el marco del IV Plan de Igualdad,
aprobado, bajo Presidencia española, en diciembre de 1995, políticas que
lleven a cabo, en la práctica, esos objetivos que se marca el IV Plan.

También el hecho de referirse --ya lo hizo el otro día la Secretaria
General de Asuntos Sociales y usted hoy lo ratifica y también lo hizo
inicialmente al comparecer en la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales--
a que la unión del Ministerio de Asuntos Sociales y el Ministerio de
Trabajo no va a significar merma de las políticas que en cada uno en su
momento se desarrollaban en la anterior legislatura nos parece también
positivo. Luego, veremos en la práctica si de verdad esto se produce.

Nos había preocupado en algunos momentos la falta de presencia
internacional al máximo nivel. También el otro día usted, al contestar a
la interpelación, explicó que no era ése el significado que podía darse a
la ausencia de esa presencia al máximo nivel de toma de decisiones y, por
lo tanto, esperamos que nuestra presencia, tanto en Europa como en los
foros internacionales, que ha sido muy activa en todos los temas que
afectan a la mujer, siga siéndolo en el futuro próximo en ese tema.

Usted se ha referido también al necesario o aconsejable consenso para
pasar de la teoría a los hechos. Eso hemos hecho siempre desde la
responsabilidad del Gobierno. No hemos hecho otra cosa que la puesta en
práctica de lo que en teoría se defendía, y que ha sido el desarrollo de
los dos planes de igualdad que hasta ahora han tenido lugar en España: el
de 1988 y el de 1993. Hoy, el segundo ya está terminado y, en una primera
visión, ya está analizada su implementación, su puesta en práctica.

Usted, aunque lo ha dicho luego más adelante, se ha referido a que van a
hacer, además de ese grado de cumplimiento en cuanto a la puesta en
práctica, dos evaluaciones: una cualitativa y otra cuantitativa. La
cualitativa se refiere a cuántas personas han podido beneficiarse de este
II Plan de Igualdad de Oportunidades, y la cuantitativa a cómo ha
repercutido en la calidad de vida de las personas, de las mujeres, de los
valores, de los usos, del tiempo, etcétera. Me parece muy positivo que
pueda venir la Directora General y tengamos así esa evaluación
cualitativa y cuantitativa, algo que ya iniciamos en la evaluación que
dejamos hecha en el anterior Gobierno. Ya hablábamos algo de ambas
evaluaciones, pero puede ser muy bueno que se profundice un poco más.

Se ha referido a dos medidas, una es el preacuerdo sobre pensiones de
viudedad, una reclamación muy sentida y muy demandada. La otra es la
relativa al fondo de pensiones alimenticias, y nos congratulamos de que
sea así, porque precisamente el Grupo Parlamentario Socialista presentó
el proyecto de ley sobre dichas pensiones alimenticias, que no apoyó el
Grupo Parlamentario Popular. Este dijo en el Congreso de los Diputados
que no lo hacía, pero que en el mes de septiembre presentaría el proyecto
correspondiente al fondo de pensiones alimenticias para supuestos de
impago en caso de separación o divorcio. Nos parece positivo que esto, al
fin, pueda hacerse realidad.

También ha hecho mención a los mecanismos de coordinación. Es bueno que
la Conferencia Sectorial de Temas para la Mujer, que ya ha tenido una
primera edición, sea el lugar de evaluación de las políticas que se
lleven a cabo desde todas las Comunidades Autónomas y que pueda haber un
igual rango administrativo, con lo cual se está partiendo de que debe
haber una dirección general, un instituto de la mujer o como se lo quiera
denominar, en todas las Comunidades Autónomas. Me parece que esto es un
paso adelante, porque no ha sido así en el pasado. De hecho, esa
Conferencia Sectorial puede jugar esa función de cooperación y de enlace
de los trabajos que se lleven a cabo desde las distintas Comunidades
Autónomas.

También nos ha dicho que se va a mantener el Instituto de la Mujer y su
presupuesto. Todos sabemos que este presupuesto, desde hace muchos años,
no es alto, y es bueno que se mantengan. Son 2.000 millones de pesetas
que pueden dar mucho juego, porque las políticas de realización de
programas están en las Comunidades Autónomas. Por tanto, la labor y la
función de cooperación, de desarrollo de políticas, de trabajos
internacionales, de presencia en Europa, que realiza el Instituto de la
Mujer puede llevarlos muy bien a cabo con ese presupuesto que, si bien es
pequeño, bien utilizado puede ofrecer muchas posibilidades.

En cuanto al apoyo a las ONG, nos parece que es algo clave. En España se
ha pasado por unas etapas en las que no había tradición en cuanto a
asociacionismo. Con la democracia y con el desarrollo del Instituto de la
Mujer y de sus posibilidades de participación, ha sido necesario fomentar
ésta, y una forma de hacerlo es dar apoyo a aquellas que organizan
asociaciones, y dárselo no sólo desde el punto de vista económico, a
través del 0,5, a través de las subvenciones, sino también del apoyo
desde el punto de



Página 166




vista administrativo o logístico, ayudarlas en cuanto al conocimiento de
los programas que hay, de la forma de ponerlos en práctica o de
solicitarlos, e incluso y sobre todo, cuando se trata de programas
europeos que tienen muchas dificultades objetivas para su concesión y
puesta en marcha.

El Ministro se ha referido a que ya se está trabajando en la puesta en
marcha del III Plan de acción para la igualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres, de acuerdo con el IV Plan Comunitario, aprobado en
Presidencia Española. A mí me parece que el desarrollo en España del III
Plan dentro del marco del IV Plan Comunitario para la Igualdad de
oportunidades es una cuestión clave en la que nos jugamos el poder llevar
a cabo las políticas de la mujer y su avance de aquí al año 2000.

Qué duda cabe de que este IV Plan Comunitario es mucho más ambicioso que
los anteriores, puesto que ha presentado las actuaciones que deben
desarrollarse sobre una realidad muy distinta de la que vive la mayoría
de las mujeres del mundo. Por desgracia --y así lo vimos en Pekín-- la
situación de las mujeres en el mundo es de desigualdad y de atropello, en
ocasiones verdaderamente lamentable. Los quince países europeos somos una
isla en el mundo, somos un lugar privilegiado en cuanto a la igualdad de
oportunidades, y ese IV Plan va sobre esa realidad, porque en otros
países, por desgracia, todavía están hablando de derechos humanos o del
derecho a la salud sexual y reproductiva o del derecho a la educación,
cuando aquí estamos hablando de una educación no sexista, de avanzar más
en la salud sexual y reproductiva o en los valores y en la igualdad de
oportunidades.

Yo le pido, señor Ministro, que ese III Plan que se va a desarrollar en
España se haga con la mayor participación de todos los colectivos --me
consta que se está trabajando con las ONG-- y que sea lo suficientemente
práctico como para que no se retroceda en los logros que se han
conseguido a lo largo de estos años.

Un instrumento que no ha mencionado pero que puede ser de una enorme
utilidad, y al que alude el IV Plan Comunitario, es el Comité Consultivo
de la Comisión. España ha ostentado últimamente su Presidencia, ha tenido
un papel importante, y la participación en dicho comité consultivo va
rotando y puede trabajar activamente con la Comisión para muchos asuntos
que luego vienen desde la Unión Europea y que, por tanto, tenemos la
obligación de desarrollar mediante normas internas.

También hay algo que no ha mencionado pero que me parece que es clave, y
es el papel de los interlocutores sociales. Está muy ligado al empleo,
con todos los objetivos sobre los que se ha hablado. En esta cuestión de
los interlocutores sociales echamos en falta un verdadero compromiso de
integración de la igualdad en el diálogo social, y esto se ha detectado
también en Europa. Por un lado, existe una carencia de presencia
suficiente de mujeres en los órganos de decisión de los sindicatos --esto
ocurre en España, pero también en Europa--, y creo que hay que intentar
mejorar esto y que haya una presencia mucho más activa de la mujer,
porque redundará en una mejor posición en cuanto a las medidas en asuntos
de empleo.

El otro objetivo al que se ha referido, el fomento de la igualdad en una
economía cambiante, alude a toda la igualdad de oportunidades en relación
con el empleo, las conclusiones de las cumbres de Essen, de Cannes y
Madrid, y tiene que ver con la mejora del acceso al empleo, las medidas
de Optima y NOVA a las que se ha referido el Ministro, la igualdad de
remuneración, intentar que se difunda el programa de igual salario para
trabajo de igual valor que, aunque nosotros ya lo tengamos porque nos
hemos anticipado en muchas cosas a Europa, es bueno que se conozca, ya
que todavía sigue habiendo una remuneración desigual por trabajo de igual
valor.

En cuanto al autoempleo, todo lo que es la posibilidad emprendedora de
las mujeres, aparece en el objetivo 2 del IV Plan Comunitario como uno de
los temas estrella, junto con el trabajo a tiempo parcial, el fomento del
empresariado femenino, la creación de empresas locales, el apoyo a las
PYME, el apoyo a los instrumentos financieros, etcétera. Además, todo
esto, que está muy ligado con el papel y el trabajo de la mujer en el
ámbito rural, tiene unas posibilidades extraordinarias. Ultimamente, casi
un 30 por ciento de los nuevos empleos que han surgido en Europa los han
generado las mujeres a través del autoempleo y de las pequeñas empresas
que van creando. En determinadas ocasiones esta creación de empresas
quizá resulte más fácil para las mujeres que el acceso a otro tipo de
empleos.

En cuanto al trabajo a tiempo parcial, debo decir que es un asunto
difícil en el momento actual. La concepción sobre dicho trabajo a tiempo
parcial ha ido cambiando a partir del Libro Blanco de Delors sobre
crecimiento, competitividad y empleo, cuando aparece como un tipo de
contrato estrella para el futuro. También aparece en el IV Plan, pero
queremos que ese contrato a tiempo parcial --y eso está claramente
determinado en el IV Plan-- no tenga por qué implicar precariedad y que,
además, sea para hombres y mujeres, que no sea algo utilizado
exclusivamente por éstas. Cuando hablamos en estos últimos tiempos del
reparto del tiempo de trabajo, de la nueva formulación del trabajo --ha
habido recientemente una resolución del Parlamento Europeo, en la que ha
sido ponente Rocard, que ha concluido con el apoyo de todos los grupos y
en el que se habla de ese reparto del tiempo de trabajo, de esa nueva
reformulación--, se alude normalmente a que es bueno para las mujeres con
cargas familiares, e incluso se dice así textualmente. Lo que nosotras
queremos y creemos que es bueno para la igualdad de oportunidades, y así
se lo decimos al Ministro para que se incluya en el IV Plan, es que no
sólo se refiera a las mujeres con cargas familiares. Ese reparto, esa
nueva concepción del trabajo, tiene que tener lugar en una nueva
sociedad, para que hombres y mujeres participen y se responsabilicen del
trabajo del ámbito doméstico, de los hijos, de la atención a los mayores,
como una responsabilidad que puede darse en ese nuevo y mayor tiempo de
ocio que se va a tener, pero que ha de ser para hombres y mujeres. Eso
está muy claro en el objetivo 2 del IV Plan, muy ligado al objetivo 3,
que es la conciliación del trabajo y la vida familiar de hombres y de
mujeres. Incluso se alude de una forma directa a la reorganización y
reformulación --dice-- del tiempo de trabajo. Esto tiene



Página 167




que ver también con la Directiva de Permisos Parentales. Afortunadamente,
en España lo tenemos ya incorporado a nuestra legislación. Hay muchos
países europeos que se oponen, concretamente el Reino Unido. No termina
de salir la Directiva de Permisos Parentales. Ahora a través del
protocolo social, a partir de Maastricht, ya podrá salir, con la
oposición del Reino Unido. Pero, en lugar de permisos parentales, se le
dará el nombre de Directiva de Conciliación de la Vida Profesional y la
Vida Familiar. Este tema es clave y va ligado a otro que sería bueno que
se articulara en este IV Plan. El Ministro no se ha referido a este tema.

Es un tema difícil que está también en la plataforma de Pekín. Hablo del
fomento de la individualización de derechos.

Hay que dar una respuesta a la igualdad de trato en materia de Seguridad
Social que desarrolle la neutralidad de los sistemas fiscales y su
impacto sobre la autonomía de las mujeres. Hasta ahora, en una sociedad
organizada en la que el cabeza de familia, normalmente el hombre, era el
que tenía el trabajo fuera del hogar todo giraba, los sistemas de
Seguridad Social, los sistemas fiscales, en función de esa estructura.

Por tanto, se requieren cambios estructurales, cambios que afecten
también a la Seguridad Social y a la neutralidad de los sistemas
fiscales.

Son objetivos muy ambiciosos que están en el IV Plan. El horizonte del IV
Plan es de aquí al 2000. Por tanto, tenemos suficiente tiempo en España,
en esta legislatura, para desarrollarlo o, al menos, para ponerlo en
marcha. Este es uno de los temas más difíciles que, quizás, requiera
mayores reformas.

Al fomento de la participación equilibrada de hombres y de mujeres en la
toma de decisiones se ha referido el Ministro como uno de los temas que
deben de formar parte de ese III Plan, tema al que nosotras damos una
importancia estratégica fundamental. Recientemente --así lo dijo el otro
día el Ministro-- se ha aprobado, el pasado 23, la recomendación del
Consejo de Trabajo y Asuntos Sociales de Europa sobre participación
equilibrada de hombres y de mujeres en la toma de decisiones. Aquí hemos
de establecer una buena estrategia y, sobre todo, yo le diría que se
revitalizara algo que dejamos en funcionamiento en la anterior
legislatura, que era una Comisión Especial Ministerio de Asuntos
Sociales-Ministerio de Administraciones Públicas. Hoy tendrá que ser
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y Ministerio de Administraciones
Públicas. Esa Comisión tenía por objeto llevar a cabo el cumplimiento de
la participación de mujeres en puestos de responsabilidad en la
Administración. Nosotros hacíamos una evaluación cada seis meses que se
presentaba en Consejo de Ministros --todo eso está en el trabajo ya
realizado-- y que iba dando cuenta del avance de mujeres en la
participación de puestos de responsabilidad, no sólo de ministras o de
secretarias de Estado, que es más visible, sino también de directoras
generales, de subdirectoras y de aquellas que participen en comités
consultivos. Por ejemplo, en el CES, en el Consejo Económico y Social,
había una sola mujer entre los expertos y ahora mismo no hay ninguna. Se
van ocupando espacios y no deberíamos permitir que se perdieran para
poder ir hacia la participación equilibrada que todos queremos. Todos
queremos que no exista un porcentaje, que no tiene por qué ser
matemático, totalmente desequilibrado, mayoritario de hombres y, a veces,
testimonial, en cuanto a las mujeres.

En el IV Plan Comunitario se contempla la realización del ejercicio de
los derechos, que debemos incluir en el de España. El Ministro se ha
referido a esto cuando ha hablado de mujeres con dificultades, de mujeres
sometidas a violencia, explotación, incluyendo el tráfico para la
explotación sexual, de las inmigrantes, de las mujeres refugiadas y de su
estatuto específico --cuestión que incluimos en el Plan de Integración de
los Inmigrantes--, y del acoso sexual en el trabajo. La Comisión ha
anunciado que va a hacer una propuesta vinculante sobre acoso sexual en
el trabajo y que también va a trabajar activamente en los intercambios
sobre empleo ilegal, tráfico y otras formas de explotación. Todo lo que
podamos hacer al respecto para sensibilizar, dar información e
intercambiar buenas prácticas, será de gran efectividad.

Por último, el plan se refiere a algo fundamental a la hora de abordar un
plan integral de igualdad, en este caso, de oportunidades entre hombres y
mujeres, que es la aplicación, el seguimiento y la evaluación. El propio
plan comunitario prevé una evaluación en 1998. El Ministro nos ha dicho
que tendremos el plan en el primer trimestre en 1997. Sería bueno que
hiciéramos la primera evaluación en coordinación con la Comisión Europea,
que va a hacer su primera evaluación a finales de 1998, y que luego la
hiciéramos al final del ciclo, ya en el 2001.

Termino mi intervención, señor Ministro, reiterándole, desde luego, que
la voluntad de nuestro Grupo es la de trabajar en todo lo que podamos de
forma consensuada. Pero habrá algunos temas, que por cierto no ha
mencionado, aunque ha nombrado algunas medidas de acción positiva, en los
que discrepemos. Ya ha habido discrepancias en el pasado y no sé si las
habrá en el futuro. ¡Ojalá que no las hubiera! Nosotros defendemos, en
cuanto a las acciones positivas, medidas que defienden la mayoría de los
países europeos, salvo alguna excepción, que pienso que también pueden
defenderse desde un Gobierno como el de ustedes.

Usted ha hablado de la salud sexual y reproductiva, usando la
terminología de la Plataforma de Pekín. En esta Plataforma se presta
también atención a las mujeres que han realizado abortos ilegales e,
incluso, la no penalización. Ya hicimos una pregunta oral en el Pleno del
Congreso de los Diputados y también presentamos una proposición al inicio
de la legislatura. Hoy les reitero que en las conclusiones de esa
plataforma de acción, que España firmó, también se menciona que no se
castigue con pena de cárcel, que no se establezcan sanciones punitivas
--dice textualmente la plataforma de acción-- a las mujeres que realicen
abortos, aunque éstos sean ilegales.

Partimos de que hay países que tienen abortos ilegales y otros países que
los han liberalizado. Pero, incluso, aquellos que tienen penalizados
determinados tipos de aborto, dicen que no se penalice con cárcel a la
mujer que aborte. Es decir, hay una humanización en el tratamiento de la
mujer que se encuentra en circunstancias de este tipo y esa humanización
ha llevado a países de todo signo político a pedir



Página 168




que no haya pena de cárcel para esas mujeres. Eso me parece importante
recalcarlo.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alberdi.

Le correspondería el turno de portavoces a Coalición Canaria, pero veo
que en este momento no tiene aquí ningún representante. Pasamos,
entonces, al Grupo Parlamentario Mixto.

Tiene la palabra la señora Costa.




La señora COSTA SERRA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, bienvenido a esta su primera intervención en la Comisión
Mixta de los Derechos de la Mujer. En primer lugar, intentaré no reiterar
lo dicho ya en el turno llevado a cabo por la portavoz del Partido
Socialista, la Diputada Cristina Alberdi, aunque debo decir que comparto
plenamente la exposición realizada por ella.

Ya se ha dicho aquí que la fusión de lo que antes eran el Ministerio de
Asuntos Sociales y el Ministerio de Trabajo en su actual Ministerio no
tiene por qué suponer una reducción o una falta de esfuerzo de uno de los
dos ministerios en detrimento del otro. Por supuesto, le tenemos que
otorgar el beneficio de la duda. Ya veremos en la práctica y con los
hechos cómo se va desarrollando esta tarea fusionada en un solo
ministerio.

Me gustaría conocer, señor Ministro, las iniciativas que ha llevado a
cabo su Ministerio en estos cuatro meses que han transcurrido desde que
ustedes empezaron a gobernar. Y es que, aunque estoy convencida de que en
un discurso teórico todas y todos los que estamos aquí presentes podemos
estar de acuerdo en la mayoría de objetivos a alcanzar, por ejemplo, en
que la igualdad jurídica de la mujer se convierta en igualdad de hecho,
etcétera, estas actuaciones las tenemos que ver en la práctica. Por eso,
me gustaría que concretara un poquito más, tanto las actuaciones llevadas
a cabo por su Ministerio en estos meses de Gobierno --repito--, como las
que piensa realizar más adelante.

Usted ha hecho referencia a uno de los problemas que afecta
mayoritariamente a las mujeres, el de las pensiones alimenticias
impagadas en casos de separación, divorcio o nulidad, y la señora Alberdi
también se ha referido a que la proposición que se presentó en el
Congreso a este respecto fue rechazada con el voto en contra del Grupo
Popular, si bien es cierto, como usted ha adelantado, que se va a
presentar un proyecto de ley en este sentido.

Me gustaría que el señor Ministro concretara algo más el sistema de
garantías que se va a establecer para aquellas personas --en su mayoría
mujeres-- que ven frustrados sus ingresos en materia de pensiones cuando
tienen a su cargo hijos menores habidos en el matrimonio.

En la parte final de su intervención la señora Alberdi también se ha
referido a que los abortos, aunque se hayan cometido en supuestos de
ilegalidad, no supongan pena de cárcel a las mujeres a quienes
voluntariamente se les han practicado.

Aunque considero que éste es un punto muy importante, hay que ir más
allá, es decir, no solamente debemos intentar que el aborto deje de estar
penalizado, conseguir simplemente que la pena de cárcel pase a ser de
otro tipo, sino que lo óptimo sería lograr que la interrupción voluntaria
del embarazo se despenalice en todos los supuestos.

En cuanto a otro de los puntos que ha tocado el señor Ministro en
referencia a la mujer y el empleo, no es nada novedoso el que la tasa de
paro femenino supera en muchísimo la tasa de paro masculino, como tampoco
lo es que muchos empresarios continúan en la actualidad despidiendo a
mujeres por el simple hecho de estar embarazadas, punto importante a
tener en cuenta. Y al hilo de esto diré que hace unos días se ha hecho
pública la baja tasa de natalidad que existe en nuestro país, hecho en el
que no deben ser olvidadas las dificultades con que nos encontramos las
mujeres, no sólo a la hora de incorporarnos al trabajo, sino también a la
hora de seguirlo manteniendo por el simple hecho de haber decidido tener
un hijo.

También se ha referido el señor Ministro al Plan de igualdad de
remuneración. Este también es un punto en el que se tendrá que seguir
avanzando muchísimo.

Y pondré un ejemplo concreto a este respecto. En la Comunidad Autónoma de
que provengo, las Islas Baleares, donde el sector turístico es
mayoritario y prioritario, existe todavía una gran discriminación en lo
que a los salarios de hombres y mujeres se refiere en dicho sector, pero
no solamente en el salario propiamente dicho, sino asimismo en las
condiciones laborales a que las mujeres se ven sometidas. Por tanto, creo
que la mayoría coincidiremos en que se siguen necesitando muchas medidas
para mejorar el acceso de la mujer al trabajo, en su formación y
especialización.

Siguiendo con el mundo laboral, creo que hay otro hecho que se sigue
dando en la actualidad y que constatamos a diario incluso en las Cortes
Generales. Me refiero a que siguen existiendo «de facto» profesiones
femeninas, es decir, profesiones desempeñadas por una mayoría de mujeres,
del mismo modo que hay otras que en su mayoría son desempeñadas por
hombres. Y no hace falta ir muy lejos para afirmar esto ya que en estas
mismas Cortes Generales el Cuerpo de Taquígrafos está formado por una
mayoría de mujeres. (Rumores.) Es posible que lo que acabo de decir sea
inexacto, pero quizá se deba a mi corta experiencia en las Cámaras.

Quiero decir que al menos todas las personas que yo he visto de este
Cuerpo eran mujeres. Con ello he querido referir simplemente una anécdota
dentro de la feminización de ciertas profesiones.

Pues bien, probablemente uno de los temas fundamentales para erradicar
este sexismo esté en la cuestión educativa. Todavía en los libros, juegos
y programas infantiles seguimos viendo cómo existe un «role» para las
niñas y otro para los niños y cómo los héroes de esos programas
infantiles se siguen ateniendo a determinados modelos sexistas. Si
actualmente se está hablando de cómo la violencia en programas infantiles
está afectando o influyendo en el comportamiento posterior de los niños y
de las niñas, lo que también es cierto es que influye en ello ese reparto
de papeles que se da a los niños y a las niñas en dichos programas.




Página 169




Ultimamente se está hablando también de que hay que potenciar de nuevo la
familia. A nadie debe asustar que se vuelva a hablar de la familia,
aunque entiendo que hay que dar un cambio sustantivo al concepto de
familia. Desde mi punto de vista, tenemos que dejar de hablar de la
familia como una institución conservadora actualizando ese concepto, y
digo actualizar puesto que cada vez nos encontramos más con familias
compuestas por parejas del mismo sexo, por homosexuales.

Y quiero referirme específicamente a la homosexualidad ya que en este
campo las mujeres, una vez más, sufrimos una mayor discriminación. Repito
que es cierto que en este tema existe una discriminación tanto para los
hombres como para las mujeres, pero considero que está más acentuada en
relación con estas últimas.

Por eso, señor Ministro, abogo por un nuevo impulso de la familia pero,
eso sí, con una actualización del concepto de la misma.

Por último, me gustaría saber, señor Ministro, su opinión en lo que se
refiere a las acciones de discriminación positiva en relación con la
mujer.

Para terminar mi intervención, desearía ofrecer al señor Ministro la
colaboración del Grupo Mixto para todo aquello que suponga un avance en
la igualdad de hombres y mujeres.

Gracias, señor Ministro.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Costa.

Corresponde ahora el turno de palabra al Grupo de Senadores Nacionalistas
Vascos, aunque creo que en este momento no hay ningún representante de
dicho Grupo en la Comisión.

Concedemos, pues, la palabra a la señora Almeida, del Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida.




La señora ALMEIDA CASTRO: Señora Presidenta, creo que tiene que
intervenir antes la representante de Convergència i Unió.




La señora PRESIDENTA: Señora Almeida, discúlpenos. Es que estamos
desarrollando esta Comisión como tenemos por costumbre hacerlo en el
Senado. En primer lugar debería intervenir el Grupo de Izquierda Unida y
a continuación el de Convergència i Unió, pero tratándose de dos señoras
Diputadas, no hay problema alguno. (Pausa.)
Concedemos, pues, la palabra a la señora Solsona.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, señorías, ante todo quiero agradecer al señor Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales su comparecencia hoy ante esta Comisión para
explicar las líneas que desde el Gobierno van a seguirse en materia de
política para la igualdad de oportunidades para las mujeres.

Desde el Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió hemos
defendido siempre, y continuaremos defendiendo, que la política para la
igualdad de oportunidades ha de basarse, como ya se ha dicho en esta
sala, en el consenso político y en la colaboración social.

Sentada esta premisa, que retomaré después, quisiera hacer referencia a
un hecho que, aunque conocido, es bueno no olvidar.

El avance en la situación de las mujeres ha constituido uno de los
cambios más significativos experimentados por las sociedades occidentales
en las últimas décadas, pero éste es un proceso abierto y en continua
evolución que va creando nuevas situaciones y, por tanto, nuevas
necesidades.

Es, asimismo, un proceso que no es seguido al mismo ritmo por todas las
mujeres, puesto que existen factores que hacen persistir las
desigualdades dentro de un mismo colectivo. Es necesario por ello
continuar con políticas que favorezcan la igualdad de oportunidades para
estos colectivos específicos.

Estamos de acuerdo en que hay que impulsar políticas que integren a las
mujeres inmigrantes y favorezcan el pleno cumplimiento de sus derechos;
políticas de igualdad de oportunidades para las mujeres que padezcan
algún tipo de discapacidad o se encuentren sometidas a situaciones de
especial dificultad. Estamos de acuerdo en que se impulsen estas
políticas y, además, cabe recordar que este tipo de acciones están
comprendidas en la Plataforma de Acción sobre las Mujeres, aprobada en la
IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas.

Creo que todos los grupos políticos están de acuerdo en que hay que dar
cumplimiento a lo que se consensuó y aprobó en Pekín, al igual que hay
que aplicar lo aprobado en el IV Programa de Acción Comunitario para la
Igualdad de Oportunidades, que se ha citado ya varias veces en esta sala.

Insisto en que estamos de acuerdo en que hay que llevar a cabo una
política para la igualdad de oportunidades que favorezca a los colectivos
especialmente perjudicados. Sin embargo, ello no es contradictorio ni
excluyente con que también se lleven a cabo acciones de impulso del
cambio estructural, también contemplado en la Plataforma de Acción de
Pekín y en el Programa de Acción Comunitario.

Es preciso impulsar políticas de igualdad de oportunidades en el mercado
laboral, puesto que éste es uno de los ámbitos en los que se hallan
algunos de los mayores obstáculos para el cambio estructural, me refiero
a la desigualdad de salarios, a la segregación profesional de las mujeres
y la consecuente infravalorización de las profesiones feminizadas y a la
compatibilización del binomio producción/reproducción y a la desigualdad
de oportunidades en la promoción laboral, por poner sólo algunos
ejemplos.

Una atención especial merecen las actuaciones encaminadas a propiciar la
participación directa y activa de las mujeres en la dirección del cambio
estructural; es decir, las acciones dirigidas a propiciar el incremento
de la participación de las mujeres en los lugares de toma de decisiones
políticas, económicas, culturales y sociales.

Para conseguir estos objetivos es preciso apostar fuerte por la
sensibilización social que ha de propiciar el cambio de actitudes que
derive en un cambio de las actuales estructuras discriminatorias. Estas
acciones han de llevarse a



Página 170




cabo de manera global y el instrumento adecuado --la experiencia lo ha
demostrado y la comunidad internacional ratificado-- son los planes
interministeriales para la igualdad de oportunidades, al que ya ha
aludido el señor Ministro; planes que, además, han de respetar plenamente
las competencias de las Comunidades Autónomas que tienen competencia en
la materia y que por ello ya aplican sus propios planes de acuerdo a la
realidad social concreta de su territorio. Aquí quisiera retomar uno de
los conceptos con los que he iniciado mi intervención: la igualdad de
oportunidades sólo será real a partir de la colaboración, colaboración
entre hombres y mujeres, entre opciones políticas, entre Comunidades
Autónomas y entre Estados. Pero la colaboración no está reñida, más bien
al contrario, con la subsidiariedad y el respeto a la distribución
competencial.

Como ya ha manifestado nuestro grupo político ante esta misma Comisión en
otras ocasiones, es preciso replantear tres cuestiones en política para
la igualdad en lo que a la subsidiariedad y distribución competencial se
refiere. Estas son: participación y representación directa de las
Comunidades Autónomas en las estructuras y en los programas que se creen
a nivel estatal e internacional; replanteamiento del sistema de
subvenciones con cargo al 0,5 del IRPF y revisión del funcionamiento del
plan concertado.

Como también hemos defendido ante esta misma Comisión, en épocas de
crisis económicas la aplicación de este principio de subsidiariedad
supone una maximización de los recursos, puesto que se evita la
duplicidad de actuaciones.

Para finalizar, señor Ministro, señorías, quisiera insistir en que para
ser efectiva una política para la igualdad se necesita, como ya he dicho
antes, de la colaboración y muy especialmente de la implicación y
compromiso que se deriva del consenso, puesto que sin esta implicación
directa asumida y convencida difícil será acabar con la discriminación
sistemática y avanzar hacia el cambio estructural que favorece a las
mujeres, pero también --y ello no hay que olvidarlo-- a la sociedad en su
conjunto.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Solsona.

Tiene la palabra la señora Almeida.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, no por tardío ha sido usted menos esperado para que nos
contara en esta Comisión cuáles son las posiciones que va a adoptar en
los temas de la mujer.

Me gustaría decirle, ante esa afirmación que ha hecho de lo bien que se
ha visto, que en el fondo no ha perjudicado la fusión entre Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, que las mujeres teníamos una mala costumbre,
y por eso no le sentimos muy ministro nuestro. Si usted se llamara
«Ministro de Trabajo a tiempo parcial» o «Ministro de Trabajo y de Paro»,
nos sentiríamos mejor representadas (Risas.), porque las mujeres también
tenemos mucho que ver con una situación no muy real, y el hecho de
englobarnos en Asuntos Sociales tenía una cobertura importante, porque a
veces dependíamos más de las situaciones sociales que de las de
protagonismo de la sociedad. No sé si eso es bueno o malo --a lo mejor si
lo unimos nos creemos más modernas--, pero solucionando la realidad, a lo
mejor usted no sería tan ministro nuestro. No lo digo yo --ni lo hago con
desprecio--, sino que las últimas conclusiones de la EPA nos dicen cuál
es nuestra situación: el 80 por ciento de los contratos a tiempo parcial
es de mujeres, frente al 20 por ciento de hombres en el último trimestre
de 1995 y, respecto al paro, por sexo y grupos las mujeres representamos
el 30,42 frente al 17,95 de los hombres. Si hablamos de la tasa de
actividad, también tenemos una actividad de trabajo muy avanzada --porque
hemos avanzado mucho en los últimos años--, pero es la más baja de
Europa: en torno al 35 por ciento, con lo cual la relación Ministro de
Trabajo-mujeres nos plantea una lucha para que de verdad sea usted
representante de nuestra situación real en la sociedad.

Me preocupa especialmente que cuando hablamos de compromisos europeos e
internacionales todo se vea facilísimo: usted habla de la eliminación de
todas las formas de discriminación, del IV Plan de la Comunidad, de la
Conferencia de Pekín, etcétera, y le tenemos que aplaudir: qué bien
suena, no parece del PP (Risas.) --con el máximo respeto--, en el sentido
de que hay muchas diferencias en los temas de la mujer, y en la teoría no
hay diferencias, pero en la práctica hay muchas cosas pendientes y, sobre
todo, como derivación tiene que haber una voluntad política que yo me la
voy a creer. Además, esté quien esté en el Gobierno --mientras no pueda
estar yo para poderlo realizar--, voy a seguir luchando para conseguir
cosas para el conjunto de las mujeres. No va a haber una época de
abstención según quien esté en el Gobierno, sino una etapa de presión
para que no sólo no nos paremos sino que sigamos avanzando que, a lo
mejor, es difícil.

Por eso --y se lo dije el otro día con motivo de su comparecencia-- la
música y la letra internacional suena bien, pero cuando trasladamos esto
a nuestro país creo que tenemos que tener más claras las ideas: las
mismas medidas que valen en Europa no nos sirven aquí si tenemos el
retraso de mucho tiempo, lo que exige tener que actuar de una forma ante
el atraso y de otra para seguir avanzando; es decir, un camino para
remediar la injusticia que tenemos y otro para evitar que se repita en el
futuro.

Por lo tanto, son medidas de actuación que tenemos que tener bien claras
para poder solucionar los temas de las mujeres. Eso no me parece que vaya
a ser fácil en este país, ni por los sonidos que vienen, ni por los
presupuestos ni por algunas acciones que ya están puestas en marcha.

Además, me preocupa que se pretenda conservar y dar sentido a cosas que a
las mujeres no nos han servido más que para estar sometidas y oprimidas,
pues muchas veces ese sentido de conservación no significa un avance en
la calidad de vida de las mujeres.

Hemos discutido muchas veces el contrato a tiempo parcial. El 80 por
ciento de las mujeres tienen un contrato a tiempo parcial, y eso
significa la renuncia a nuestra propia valoración profesional como
mujeres, porque sólo el



Página 171




4,4 por ciento de ese 80 por ciento son mujeres que voluntariamente lo
desean. En Europa no ocurre lo mismo, las mujeres han conseguido
contratos a tiempo parcial al final de su vida laboral, cuando ya han
conseguido una serie de derechos y eligen tiempo y calidad, aparte de las
nuevas modalidades contractuales que se puedan dar en determinadas
situaciones. En España, solamente el 4,4 por ciento de las mujeres eligen
este tipo de contrato, al resto de ellas es el único que se les oferta
por su condición de mujer, lo cual influye en el salario, en la
capacitación profesional, en los ascensos, en las tareas de
responsabilidad y en una cosa más difícil de la que estamos hablando
mucho ahora, que es en su capacidad para en un futuro obtener pensiones
contributivas en función de sus cotizaciones, porque no va a ser rentable
trabajar cuatro horas durante 15 años cuando sólo se van a computar las
horas trabajadas en lugar de los años y cuando resulta imposible
conseguir ese puesto. Por lo tanto, o adoptamos medidas o seguiremos
siendo mujeres de protección social más que mujeres con derechos. Y
cuando manifestamos la necesidad de adoptar medidas, no veo que haya
mucho interés. El otro día el Grupo Socialista presentó una iniciativa
sobre la excedencia por maternidad o paternidad y la hemos apoyado,
porque nosotros cuando se presentan propuestas positivas, las hemos
apoyado, ya sean del Grupo Parlamentario Popular o del Grupo
Parlamentario Socialista. En cualquier caso, pedimos que la excedencia
por maternidad o paternidad sea considerada a efectos de cotización a la
Seguridad Social, pero se ha echado abajo porque para esas cosas no hay
dinero y mientras no tengamos una consideración distinta de lo que ha
sido el atraso, no estaremos haciendo nada. Por tanto, la teoría es muy
bonita, pero tenemos que empezar a hablar de la práctica en nuestro país
y de cómo salimos de esta situación.

Es verdad que nosotros estamos por el empleo, pero por un empleo que sea
de verdad un empleo de realización de las mujeres. Por eso, cuando hoy se
ha referido a lo que se habló en el acuerdo con los sindicatos de un tema
tan problemático para las mujeres, como es, por ejemplo, la maternidad;
pocas mujeres debían estar discutiendo con usted para llegar a este
acuerdo porque la referencia que se hace a la maternidad es como un
problema demográfico; las mujeres tenemos que tener hijos porque así
habrá menos problemas económicos en la Seguridad Social. Señor Ministro,
la maternidad demográfica es un problema de los hombres; la maternidad de
las mujeres es un problema de decisión, de libertad, de realización, de
compatibilidad de nuestro desarrollo profesional con nuestro desarrollo
laboral; eso es la maternidad para nosotras y no un problema de si le
interesa, como antes interesaba al señor Guerra o al otro, que nosotros
tengamos niños porque la tasa es muy bajita. Niños hay en todo el mundo,
sobran niños en el mundo, donde no sobran es en Europa. Podemos traerlos
de otro mundo, ya se sabe que nuestras pensiones las van a pagar los
inmigrantes que vengan a nuestro país si sabemos combinar ese tipo de
convivencia. Que nos quieran animar por un problema demográfico y no por
un problema de consideración social es una política equivocada, en el
acuerdo con los sindicatos y en cualquier política que se haga sobre esas
bases. Digamos de verdad que la maternidad tiene que compatibilizarse con
la libertad y no hagamos tasas o políticas de natalidad, que usted sabe
que se están haciendo: señora, váyase a casa que le doy un año de
vacaciones y así se queda usted tan contenta. Ya hemos estado en las
casas, están incluso sin ser pagadas, incluso, sin nada hemos estado
teniendo a los niños, pero ahora no estamos dispuestas a renunciar.

Por tanto, las políticas, no la teoría, tienen que ser muy importantes en
este tema y difícilmente se va a compatibilizar si no es obligatorio que
hombres y mujeres cojan la excedencia por maternidad. Hoy las excedencias
para el cuidado de hijos no las cogen ni siquiera un uno por ciento --y
digo un uno por ciento para que no se crean que discrimino a algunos que
les tenemos que poner en alcohol cuando lo piden-- de los hombres frente
a las mujeres. ¿Por qué? Es una consecuencia lógica, porque las mujeres
están peor pagadas, las guarderías son muy caras o no existen: ¡pues,
hija mía, en vez de pagar tanto, quédate tú en casa, como una reina, y yo
que gano más, sigo!
Es una especie de pescadilla que se muerde la cola donde tenemos que
empezar a actuar. ¿Por dónde empezamos? Por ejemplo, se puede empezar por
cambiar el modelo social, el modelo del protagonismo en la sociedad en el
que los hombres no sean los que tengan que alimentar la familia, sino que
hombre y mujer tengamos un proyecto compartido. ¿Y eso cómo se hace?
Educando desde abajo. ¿Quién va a educar? ¿Los profesores que están
deseando salir corriendo del instituto para ir al supermercado o a
recoger al niño y que ni siquiera tienen un modelo personal de
convivencia? Se hace teniendo políticas de coeducación y hoy la
financiación de la educación no va por esta línea. En los CEP se han
quitado todas las asesoras de coeducación, es lo primero que se ha
suprimido. Por tanto, ya empezamos mal, el hecho de quitar las asesoras
significa que no vamos a poder cambiar el modelo de convivencia.

Por ello, queremos participar en ese tipo de políticas, en políticas que
estén pegadas al suelo y no en políticas encaminadas sólo al desarrollo
de programas que se hacen con mucho esfuerzo en la Comunidad Europea
pero, luego, nos encontramos con que España es diferente, aunque hemos
avanzado, todavía, desgraciadamente, somos diferentes en muchas cosas. En
esa diferencia, que no es positiva sino negativa, tenemos que actuar con
medidas de acción positiva. Y perdone que le diga que desconfío un poco
de las medidas de acción positiva, porque ha habido mucha crítica en
otros momentos y cuando se han planteado políticas de acción positiva
--como ya dije en otra de sus comparecencias, pero lo repito aquí ya que
hay Senadoras que no lo pudieron oír y, además, así se pueden ampliar los
razonamientos--, como sucedió cuando salió la sentencia del Tribunal
Europeo, la única persona que se levantó a defender esa sentencia, frente
al núcleo europeo, fue una mujer del Partido Popular, y de España, en
nombre del Grupo Popular europeo, porque se argumentaba que esas
discriminaciones no eran admisibles.

Si nosotros no sabemos distinguir lo que son acciones positivas, que no
significan discriminar a favor de las mujeres, sino, al revés, solucionar
la discriminación que



Página 172




teníamos antes --y, por eso, actuamos--, no vamos a solucionar muchas
cosas. Aplicar la igualdad a los que no somos iguales porque la ley nos
hizo diferentes y nos quitó derechos es dejarnos condenadas, en este
caso, a la desigualdad. Por eso, me gustaría mucho más saber qué va a
haber en el plan de igualdad español. Vamos a ver las políticas y, sobre
todo, la concreción de las mismas. Hemos empezado mal con no aprobar la
excedencia, con el impago de pensiones, es decir, las leyes que hemos
presentado los grupos de la oposición. Por cierto, es curioso, porque
cuando se está en el Gobierno se cambia. Cuando estuvo en el Gobierno el
Partido Socialista, ¡anda que no le planteamos el impago de alimentos! No
lo hemos aprobado nunca desde el primer plan de igualdad. El Partido
Popular cuando estaba en la oposición todos los años trataba el impago de
alimentos; CIU, todos los años hablaba del impago de alimentos. Ahora,
presentamos estas cuestiones el otro día, ya que el PSOE no estaba en el
Gobierno y, de repente, aparecen Convergència i Unió y el PSOE y dicen
que nada de impago de alimentos. Entonces, yo me pregunto, ¿cuándo nos
tocará una acción en la que estemos todos de acuerdo? Parece que ya va a
llegar, vamos a verlo y a discutirlo y yo me alegraré porque, de verdad,
hemos tenido la sensación de que todas nuestras iniciativas se perdían,
incluso en el tema del aborto.

A mí no me gustaría que hiciéramos del aborto una cuestión ideológica
entre la derecha y la izquierda; me gustaría que hiciéramos una acción de
regulación unitaria con la Comunidad Europea. Aquí todo el mundo quiere
tener un acuerdo para el terrorismo, un acuerdo para un Código Penal
común, pero en el tema del aborto nosotras tenemos que ser diferentes. No
me conformo ni con lo que ha pedido Cristina Alberdi, aunque lo entiendo.

Cristina Alberdi ha dicho que no se condene a las mujeres. Eso es lo que
se ha aprobado para los países en donde el aborto es ilegal, que, por lo
menos, a las mujeres no se las condene para no aumentar su pena. Si lo
aprobamos aquí, ¿qué pasaría? ¿Que a las mujeres no las vamos a condenar
y a los médicos sí? Por lo tanto, los médicos dirán: ¡anda, yo no voy a
hacer ningún aborto, porque me van a meter un palo! Váyase usted,
hágaselo otra vez con la aguja de hacer punto, o si no, váyase usted a
Londres a hacerse el aborto! Porque en Europa, también nosotros somos
diferentes.

Por eso, yo pido a las mujeres del Grupo Parlamentario Popular, que, de
verdad, hagamos una legislación que permita que se regule la libertad de
la mujer para decidir en las primeras semanas de embarazo sin tener que
decir que está fatal su salud psíquica, que, además, es utilizado hoy en
los juicios de divorcio por muchos maridos que dicen: mi mujer está fatal
de salud psíquica porque abortó por esta causa. Sabemos que estamos
poniendo tapaderas por no reconocer la capacidad y la responsabilidad de
la mujer para decidir, les estamos haciendo un flaco servicio, nos lo ha
dicho el Parlamento Europeo. Yo espero que logremos salir de ese
enfrentamiento para hacer algo que, de verdad, regule un derecho que se
tiene y que no puede estar limitado por interpretaciones subjetivas, por
objeciones de conciencia o por no garantizar en la sanidad pública una
prestación de salud que necesita cualquier mujer. Por eso, todavía
tenemos deficiencias.

Cuando hablamos del cambio de modelo social, me preocupa una cuestión.

Por ejemplo, hace unos días estuve reunida en Murcia con personas de
Izquierda Unida, conlas mujeres de las Comunidades y se aludía a que allí
la Dirección de la Mujer se denomina de Protección Social y de Familia.

Respecto a esto de la familia y las mujeres, es verdad que algunas
estamos en familia, algunas varias veces en familia, algunas en familias
diversas, otras en familias de separados, de divorciados, de ajustados o
del mismo sexo. Una gran batalla en Pekín fue no eliminar ninguna
posibilidad de familia. Otra cosa es lo que ha sucedido en Valencia --y
lo digo con respeto--. Está bien el que se concedan 20.000 pesetas a las
mujeres que tengan a su cargo personas necesitadas, ancianos, etcétera,
que, a lo mejor, les viene muy bien, pero no sólo ha de ser así para las
mujeres, sino también para algunos hombres. Sobre todo se dice que no
puede tener ni una peseta suya. Eso sí --fíjese usted en lo que dice--,
puede tener una renta de capital de 500.000 pesetas y entonces se tiene
derecho a percibir la ayuda. Pero si se tiene una miaja, aunque sea por
un herido de la guerra e ingresa 20.000 pesetas, esa mujer no tiene
derecho a que le echen ni una mano.

¿Qué estamos haciendo de la mujer? ¿Otra vez nos van a pagar por ser
enfermeras? ¿Otra vez nos van a pagar por lo que deben ser sentimientos
compartidos en una familia y no significar la supeditación de un trabajo?
Me gusta que las cosas las veamos desde el punto de vista de que de
verdad estamos estableciendo otro tipo de relaciones, un modelo social
distinto, cuyo origen está en la misma educación, aunque para esto tienen
que existir nuevos procesos de coeducación, buena formación para el
trabajo, formación de los profesores, y por ahí no han ido las cosas por
ahora.

Le doy el voto de confianza, ¡cómo no se lo voy a dar! Mi voto ya sabe
que no lo tiene, pero el de confianza, sí --aunque le manifestaré
igualmente ni crítica--, porque me parece que lo más importante en esta
cuestión es defender los derechos del colectivo de mujeres y de hombres,
porque unas relaciones de igualdad son unas mejores relaciones para los
hombres y para las mujeres, y, por tanto, hacer ese tipo de sociedad es
el fin que esperamos. No se trata tanto de hablar de la teoría, sino de
trabajar en la práctica, para mejorar, por ejemplo, el acuerdo social
donde para nada se tiene en cuenta la precariedad de las mujeres en los
contratos de trabajo, en la forma de trabajar, en la formación
profesional, si bien no ocurre así en lo referente a la educación, porque
cuando las mujeres entramos por méritos, como ocurre en la
Administración, copamos los más alto cargos que se pueden obtener por
elección. Cuando entra el dedo, no entramos ninguna, porque ese dedo es
tremendamente masculino. Insisto, por tanto, en que cuando se trata de
méritos propios, en la Administración estamos superando, por oposiciones,
etcétera, muchísimas situaciones. Sin embargo, por lo que se refiere a la
contratación en la empresa privada, las mujeres somos discriminadas, por
muy alto cargo e instrucción que tengamos. Así, resulta que ocupamos
hasta el 70 por ciento en



Página 173




cargos de responsabilidad con menor salario, fuera ya de los convenios,
que se tienen que respetar siempre.

Esas cosas son las que de verdad nos preocupan. Pero para eso hay que
hacer campaña, tener voluntad política para cambiar ese modelo, tener
voluntad política de hacer una sociedad compartida; voluntad política y
dinero para propiciarlo, dinero para no dejar en manos de las agencias
privadas y de colocación y en la libertad de mercado el que se contraten
a hombres o a mujeres, porque mientras no haya cambiado el modelo social,
frente a una mujer con posibilidades de ser madre, de tener que atender a
sus responsabilidades como trabajadora y como madre, a sus
responsabilidades empresariales y a sus responsabilidades maternales,
desde luego, el empresario se va a seguir pronunciando --por ahora,
porque cada vez más se van dando cuenta de que compatibilizamos más, y
así estamos de hechas polvo-- a favor de la elección de un hombre. Antes
las políticas de no discriminación se podían llevar a cabo a través del
INEM. Hoy, con las oficinas privada, estamos sufriendo una recarga en la
contratación de las mujeres, lo que nos está situando en peores
condiciones.

Son éstos, pues, los temas que deseo manifestar. No estamos hoy aquí para
hacer resoluciones, sino para mostrarle preocupaciones. Después de usted,
señor Ministro, supongo que vendrán otras mujeres --del Instituto de la
Mujer, de Asuntos Sociales-- y les seguiremos mostrando esta misma
capacidad de orientación. Durante toda la legislatura --dure lo que dure,
porque aquí ya no sabemos nunca nada, aunque, en principio, son cuatro
años-- y hasta el año 2000, si siguen ustedes --todo el mundo habla del
2000 como el gran milenio: las mujeres al 2000, las estrategias de
Nairobi hasta el 2000, las de China hasta el 2000--, se requerirá un gran
esfuerzo y, por ello, un gran consenso también; consenso que, además,
necesitará de una amplia participación. Por eso, no sería malo que esos
consejos no se quedaran sólo a nivel institucional o de administración,
sino que entráramos de verdad en la diversidad ideológica que formamos el
conjunto de las mujeres y mostrásemos esa capacidad de hacer que los
compromisos de Pekín no son sólo papeles. Son leyes que tienen que
promulgar los Gobiernos para que obliguen en sus naciones. Allí nos han
dado las ideas, aquí las tenemos que hacer realidad. Y realidad son las
leyes. Por tanto, no estaría mal que se lograra un consejo de seguimiento
--que ya existe-- con mayor participación, porque creo que eso es lo que
más enriquecería e integraría el modelo.

Para eso nos ofertamos y esperamos que con esta primera comparecencia se
lleve una idea de por dónde estamos las mujeres. Creo que ya la tenía,
porque no ha estado usted en otro mundo; sobre todo ha estado en
Andalucía, donde le han dado ideas y oportunidades para enterarse. Pero
creo que es bueno también que sepa que aquí estamos un montón de mujeres
preocupadas porque las mujeres españolas no seamos diferentes en lo malo,
sino diferentes, en todo caso, en lo que a nosotros nos gusta serlo, y
que, en absoluto, exista una diferencia de igualdad de oportunidades o de
derecho.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

Tiene la palabra la señora Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, como han hecho otros portavoces, le doy, en primer lugar,
en nombre del Grupo Popular, la bienvenida a la Comisión Mixta de los
Derechos de la Mujer.

De igual manera, quiero también agradecerle la explicación que hoy, de
nuevo, para las que somos Diputadas, ha hecho de la política de igualdad,
que para nuestro Grupo, en coincidencia con el Gobierno, es de gran
importancia. Naturalmente, quiero manifestar que, no sólo compartimos la
filosofía que sobre este tema ha expuesto en las últimas comparecencias,
sino que estamos de acuerdo con las argumentaciones esgrimidas al
respecto.

Me van a permitir que resalte también nuestra satisfacción porque hoy
hemos oído propuestas concretas, acciones claramente positivas, temas de
extraordinaria importancia que venían demandando muchas mujeres y que
ustedes han llevado a cabo en algunos meses. Me refiero, ya en concreto y
adelantando, al tema de las pensiones de orfandad, hoy extendidas por la
acción del Gobierno, o la elevación de las pensiones de viudedad más
bajas.

Y en esta línea, quiero también señalarle, porque ha habido referencias
al respecto y queremos que quede clara cuál es la posición del Grupo
Popular, que a nuestro Grupo le parece, en cambio, positiva la unión del
Ministerio de Asuntos Sociales y el de Trabajo. Por otra parte, creo que
en algún momento al Grupo Socialista también le pareció oportuno, porque,
de hecho, también encargó informes y estuvo a punto de realizar esa unión
de los dos Ministerios, si bien la proximidad de unas elecciones hace
años impidió que posteriormente se llevase a cabo. Por tanto, digo que a
nuestro Grupo le parece importante, ya no sólo porque todas las mujeres
somos trabajadores, sino porque en esta línea las mujeres más que nadie
--y así ha quedado puesto de manifiesto en la exposición de todos los
grupos y también en la del nuestro-- evidenciamos que era necesario un
cambio importante sobre determinados temas y, en primer lugar, sobre el
tema laboral de las mujeres. El hecho de que ahora esté coordinada la
política de igualdad con el Ministerio de Trabajo hace que nuestro Grupo
le sienta más Ministro, no por el hecho de que usted sea Ministro y no
haya una mujer ministra, sino por la circunstancia de que, desde su
ocupación doble de Ministro de Trabajo y de Asuntos Sociales, puede tener
mucha más sensibilidad y las políticas puedan estar coordinadas e
integradas en esa política general del Gobierno que usted ha manifestado
que va a tener muy presente el problema del paro. Porque bien conocemos
--y aquí se han puesto de manifiesto-- las cifras del paro, si bien
también habría que señalar que en ellas nos ha colocado un Gobierno que
estuvo gobernando durante trece años, y duplicamos, desgraciadamente, la
media europea. Por ello, nos complace escuchar desde el Grupo Popular que
el empleo será prioritario en su política y, desde luego, compartimos la
importancia que



Página 174




una política de igualdad tiene en cuanto a todo lo relativo al empleo
femenino, donde las discriminaciones son, como usted ha señalado en la
comparecencia del Congreso de los Diputados y como en esta Cámara se ha
puesto también de manifiesto por usted y por parte de otros portavoces,
de todo tipo, desde las referentes a segregación por empleos, hasta las
relativas a la desigualdad salarial, etcétera, cuestión en la que también
han coincidido la portavoz del Grupo Socialista, la de Izquierda Unida y
la de Convergència i Unió.

Pero le tendría que hablar --con todo el cariño que sabe que, además, le
tengo a la portavoz de Izquierda Unida y sabiendo que ella no estuvo
presente, aunque estará reflejado en el «Diario de Sesiones» y lo podrá
comprobar-- del trabajo y del esfuerzo que le costó a esta Diputada el
convencer al portavoz de Izquierda Unida y a algún otro portavoz para que
se pudiera establecer como prioritario el que en los programas de
inspección laboral figurara como objetivo el seguimiento y en el análisis
de la desigualdad salarial. Usted puede hablar con su Grupo y llegará al
convencimiento de que es absolutamente cierto lo que le estoy diciendo.

Por eso, efectivamente, muchas veces es necesario el que estas
reflexiones que se hacen desde esta Comisión sean también trasladadas a
los portavoces de otras materias de los mismos grupos, a fin de que pueda
haber una cierta coordinación.

A nuestro Grupo le ha alegrado escuchar cuáles van a ser los siete
objetivos previstos en el III Programa del Plan de Igualdad y a este
respecto debemos recordar que los pilares en los que se va a sustentar se
corresponden con el compromiso electoral del Partido Popular, el IV
Programa Europeo y la Plataforma de Acción de Pekín.

Señor Ministro, usted nos ha hecho una minuciosa exposición de
actuaciones en temas no abordados hasta la fecha con el interés que la
situación de los mismos demandaba --estoy pensando en las mujeres
discapacitadas, a las que usted ha hecho referencia hoy de nuevo--, de la
misma manera que queremos resaltar la coherencia del Gobierno al proponer
acciones concretas dirigidas a las mujeres más débiles, y expresamente me
refiero a una acción importante como es la creación inmediata del fondo
de garantía --por cierto, reiteradamente incumplido hasta la fecha--. Es
importante que el Gobierno pase de las intenciones, de las palabras no
llevadas a cabo reiteradamente en unos años a acciones concretas que
demuestran que es realmente solidario con las mujeres que están en peores
circunstancias --por lo tanto, más débiles, por lo tanto, más
vulnerables--. Yo creo que todos los grupos políticos coincidirán conmigo
en que, dadas las dificultades presupuestarias por las que atravesamos en
este momento, el que se haya decidido sacar adelante la creación del
fondo de garantía de pensiones, o las otras medidas que he enunciado
relativas a las pensiones de orfandad y de viudedad, es testimonio de un
espíritu de acción decidida para ayudar a las mujeres más débiles; al
igual que es importante escuchar que las acciones dirigidas a las mujeres
rurales --a las que usted hizo una referencia más minuciosa en la
comparecencia del Congreso-- serán prioritarias, y es que, señor
Ministro, creo que tiene que ser así porque en esta Cámara, y
concretamente en esta misma sala, hemos escuchado no hace mucho a
representantes de las asociaciones de mujeres rurales reclamando una
serie de acciones positivas por parte de un Gobierno, que todavía no
habían sido atendidas.

Por último, quiero señalar que, a juicio de nuestro Grupo, han quedado
perfectamente diseñados los objetivos del Gobierno y que, desde la base
de las declaraciones que usted ha hecho, se perfila una política
coordinada europea --por lo tanto, una política moderna--, como
evidencia, entre otras acciones, el hecho de la aplicación del
«mainstreaming», pues, como ha dicho usted, será voluntad del Gobierno
esa política de aplicar, en definitiva, el principio de igualdad en todos
los programas y en todas las acciones del Gobierno.

Nuestro Grupo valora también positivamente la oferta que usted ha hecho
de consenso político en este tema de igualdad, que es un objetivo de
todos y en el que nuestro Grupo siempre estimuló al Gobierno anterior
para que sus actuaciones fueran realistas y decididas. Considero que los
objetivos son suficientemente importantes como para que todos pongamos de
nuestra parte una base de acuerdo --de alguna forma hecha manifiesta
también por los distintos grupos políticos-- que permita profundizar y
avanzar en las muchas acciones que, como se ha evidenciado, quedan
todavía por hacer y que es necesario realizar, porque el recordatorio que
han hecho algunas de las portavoces --entre ellas la portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista-- pone de manifiesto, efectivamente, que si hay
muchas acciones por hacer es porque mucho ha quedado por hacer y, por lo
tanto, el esfuerzo compartido de todos ayudará a ese avance.

Con la mayor cortesía, querría decirle a la portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, que ha hecho mucho hincapié en la preocupación
por el aborto, que si ése era un tema tan prioritario, tuvieron 13 años
para resolverlo. Este es un asunto suficientemente debatido y es conocida
la posición del Grupo Parlamentario Popular, por lo tanto, dejemos
aquellos temas en los que puede haber algunas diferencias y abordemos
nuestro trabajo, centrémonos en lo que son objetivos compartidos y
acciones claramente apoyadas por todos los grupos. Por otro lado, y como
ha dicho muy claramente la portavoz de Izquierda Unida, esto va a
beneficiar a toda la sociedad, por lo que confiamos en que esa política
de colaboración sea para todos un objetivo compartido con el Gobierno;
colaboración también con las Comunidades Autónomas --imprescindible y
necesaria porque, como se ha dicho muy bien, ya tienen competencias
claramente asumidas-- y colaboración y ayuda al movimiento asociativo que
ustedes ya han empezado decididamente y es voluntad del Gobierno
continuar con ello, para lo que, desde luego, nuestro Grupo le estimula.

No me resta más que decirle, señor Ministro, que cuenta con todo el apoyo
del Grupo Parlamentario Popular en este objetivo compartido de conseguir
un país más moderno, más justo y más solidario porque sólo así será un
país en el que esa igualdad que hoy es simplemente legal pueda llegar a
ser una igualdad real, una realidad que nosotros confiamos en que pueda
ser alcanzada porque estoy



Página 175




segura de que ésa es la voluntad política del Gobierno y, desde luego,
porque nuestro Grupo confía en su eficacia.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sainz.

El señor Ministro tiene la palabra para contestar a los portavoces de los
distintos grupos.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Quiero empezar mis palabras dando las gracias a todas las portavoces que
han hecho uso de la palabra por el contenido de sus intervenciones y
también por sus sugerencias por lo que significan de deseo de que las
cosas vayan bien, e incluso en algún caso de voto de confianza. Señora
Almeida, confío en que la próxima vez que venga sea también esperado pero
no tardío y que siempre se planteen ustedes mi presencia aquí con cierta
esperanza, que proviene también de la espera. En cualquier caso, señora
Presidenta, me gustaría contestar a cada una de las intervenciones en los
aspectos que considero más relevantes.

El otro día, en el Congreso de los Diputados, se despejaron algunas
incógnitas de algún grupo parlamentario y hoy vuelvo a reiterarlas ante
esta Comisión. La primera incógnita que se despejaba era el compromiso
internacional del actual Gobierno, y el compromiso internacional del
actual Gobierno con lo que significa la Convención de Naciones Unidas,
con lo que significa la Conferencia de Pekín y con lo que también
significa el IV Programa de Acción Comunitaria no solamente porque sea un
compromiso de otro Gobierno de España, sino porque es un compromiso que
proviene de la convicción. No aceptamos esos compromisos en virtud de que
se consideren una herencia de Estado de otros gobiernos, sino que estamos
convencidos de que son perfectamente asumibles para nuestro Gobierno en
todos los planos las líneas que a nivel europeo, a nivel comunitario y a
nivel mundial se vienen diseñando en materia de igualdad de
oportunidades. A mí me parece --y coincido en parte con lo que ha dicho
la señora Almeida, o al menos me ha parecido interpretarlo así-- que esas
líneas son básicas y aceptables, pero donde tenemos que hacer más
insistencia es en la aplicación de las mismas, y aquí diré que en la
aplicación de esas líneas nunca se van a producir mimetismos, nunca se va
a producir absoluta homogeneidad porque las circunstancias de los países
son absolutamente distintas, luego tendremos que poner el acento en
aquellas líneas que más nos preocupen en España. Asimismo, vuelvo a decir
que cada vez que hable del Plan de Igualdad en torno a los problemas de
las desigualdades de la mujer siempre lo haré con la referencia del
empleo, que me parece una cuestión básica, y del conjunto de la igualdad
de oportunidades en la sociedad, que afecta a hombres y a mujeres.

La segunda cuestión que me parece importante es que yo no considero
ninguna merma que tengamos Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Es
evidente que iré aprendiendo mucho en estas comparecencias --a mí me
parece que un político aprende siempre en cualquier comparecencia, sea en
esta Comisión de los Derechos de la Mujer o en cualquier comparecencia
parlamentaria--, pero no me parece en absoluto ninguna merma que tengamos
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, sino que, incluso, creo que
puede haber ingredientes positivos: sabemos que el empleo es la primera
preocupación de España y de Europa y sabemos que en España existe una
discriminación clarísima en lo referente a la mujer y el empleo;
probablemente podamos sacarle rentabilidad a que la política de empleo
que se haga en España, la política de Seguridad Social --a la que también
hacía referencia la señora Alberdi en su intervención--, tenga siempre
muy presente las inquietudes de la mujer por la comunicación de las dos
áreas.

Efectivamente, hay algunas presencias internacionales que no se han
producido por parte del Ministro. Es verdad que tengo que atender ahora
al foro de los Ministros de Trabajo y al foro de los Ministros de Asuntos
Sociales, pero me parece que la representación de la Secretaria General
de Asuntos Sociales o de la Directora General del Instituto de la Mujer
son suficientemente sólidas como para que no haya ninguna merma en la
participación española --que, por cierto, en los últimos años ha tenido
mucho protagonismo en los foros internacionales--. En confianza, también
les digo que como tenemos que reducir algunos gastos dentro de todos los
Ministerios y en el nuestro también, en el capítulo de viajes va a haber
una reducción importante de gastos, pero no porque al final no haya una
presencia cualitativa importante, sino porque creo que se ha gastado
mucho en ese capítulo.

Coincido con la señora Alberdi en que tenemos que hacer una evaluación
cuanto antes del II Plan y que tenemos que combinarla con las posibles
evaluaciones del Plan Comunitario --ha hecho referencia a esa conexión
dentro de su intervención--. También he hablado del mantenimiento de los
apoyos a las asociaciones de mujeres y de las organizaciones no
gubernamentales. Me parece que las primeras decisiones que hemos tomado
en materia de subvenciones confirman que no estoy hablando de palabras,
sino que estoy hablando de hechos. Nadie ha planteado ningún tipo de
acusación al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en lo que se
refiere a la aplicación de las subvenciones, no ha habido ninguna
acusación por parte de nadie; habremos podido equivocarnos o no nos
habremos equivocado, pero, en cualquier caso, garantizo que siempre va a
haber profesionalidad y que lo que se va a requerir en esas ayudas va a
ser el cumplimiento de los fines para los que se pide la subvención y que
esos fondos públicos se gasten adecuadamente conforme a lo que establece
la ley.

Coincido en la importancia del Comité consultivo y creo que sería
deseable que se incremente mucho más el papel de los interlocutores
sociales en el III Plan de Igualdad de Oportunidades. Por cierto, tengo
que reconocerle a la señora Almeida, que ha hecho una referencia parcial
en su intervención a una cláusula que se establece en el preacuerdo sobre
el sistema de pensiones --y expreso mi satisfacción con lo que significa
la mejora en las pensiones de viudedad y de orfandad--, que, en mi
opinión, la redacción que se hace de este apartado no es excesivamente



Página 176




afortunada. Le diré, en confianza, que hubo mucha insistencia sindical en
torno a este tema, tanto los sindicatos como el Gobierno están
preocupados de cómo afecta el envejecimiento de nuestra población al
sistema de Seguridad Social. Creo que se podría haber buscado una
redacción mucho más afortunada, y si estamos a tiempo todavía de mejorar
esta redacción, que no lo sé, porque depende de dos partes, le garantizo
que esta misma tarde empezaré a intentarlo.

Estoy absolutamente de acuerdo con otros temas que ha planteado la señora
Alberdi en su intervención, como el autoempleo. Como sabe la señora
Alberdi, dentro del Departamento existe una Dirección General: Instituto
Nacional de Fomento en la economía social. Dentro de ese Instituto esta
mañana he presidido el Consejo a primera hora y he pedido ya que se
desarrolle un programa específico de autoempleo vinculado con la mujer,
porque usted ha dicho --y lo comparto al cien por cien-- que una de las
cosas que tenemos que mejorar notablemente es el trabajo de la mujer en
el ámbito rural. Ahí es donde, en mi opinión, se producen las mayores
discriminaciones, las mayores dificultades de acceso a la formación y a
la educación, así como una discriminación en cuanto a la mentalidad mucho
más acusada que en los ámbitos urbanos. Creo que una forma de resolver
ese problema es fomentando y apoyando la economía social en los ámbitos
urbanos y en muchas tierras de España. Señora Almeida, en mi Andalucía
querida también hay en estos momentos una serie de municipios que están
saliendo adelante en su economía y que están incorporando a muchas
mujeres al mundo del trabajo y de la empresa a través de la economía
social.

Señora Alberdi, estoy de acuerdo en lo que ha planteado sobre permisos
parentales y en que intentemos hacer un esfuerzo en lo que significa el
fomento de la individualización de derechos, que creo que es uno de los
temas sobre los que tenemos que profundizar en el III plan. En este caso,
cuando ha hablado de Seguridad Social, también al ser una responsabilidad
del Departamento nos podemos permitir quizá una mayor sintonía.

Respecto al Consejo Económico y Social --su señoría también ha hablado de
ese asunto--, lo que hace falta es la participación de muchísimas más
mujeres. Usted sabe que en el Consejo Económico y Social hay una
participación muy importante de los empleadores, de los empresarios, y
hay una participación muy importante de los trabajadores. No limite el
problema --usted y yo lo sabemos-- a que antes hubiera una mujer entre
los seis expertos del Gobierno y ahora no hay ninguna. Efectivamente
hubiera sido bueno que hubiera no una mujer, sino dos o tres, pero sí le
pido que cuando piense en lo que significa la presencia de la mujer en el
Consejo Económico y Social se lo plantee con mayor amplitud porque es una
presencia muy reducida; no solamente en lo que son expertos del Gobierno,
sino en el conjunto de las representaciones que allí se dan.

Quiero agradecer el tono de la intervención de la portavoz del Grupo
Parlamentario Mixto y me pide ya a estas alturas una concreción de lo que
hemos hecho estos últimos cuatro meses. Creo que lo he explicado en mi
intervención y estamos trabajando con toda intensidad. Hemos tenido que
abordar la elaboración de los presupuestos con muy poco tiempo. Como sabe
su señoría, los presupuestos se empiezan a elaborar a principios del año
y hemos empezado a prepararlos en el mes de mayo. Les confirmo, como he
dicho anteriormente, que el presupuesto del Instituto de la Mujer para
1997 será de 2.164 millones, si así lo consideran las Cortes Generales en
su aprobación definitiva, ésa ha sido la propuesta del Gobierno. El
Ministerio de Trabajo ha intentado que se incrementara mucho más esta
partida, pero les quiero expresar mi satisfacción porque hemos conseguido
mantener el presupuesto del Instituto en una línea de reducción
prácticamente de todos los gastos.

Como ha dicho también la señora Alberdi, y tiene mucha experiencia en
eso, la mayoría de los medios que se destinan a las políticas de igualdad
no provienen del Estado, porque el marco competencial está situado ya
prácticamente en las Comunidades Autónomas, pero, en el contexto del Plan
de igualdad de oportunidades que estamos preparando, creo que habría que
abordar el incremento de esos medios con la mejor coordinación de las
Comunidades Autónomas y también de los ayuntamientos.

La portavoz de Convèrgencia i Unió, señora Solsona, ha hablado de una
serie de temas que me parecen muy interesantes del consenso, de la
preocupación compartida que también tenemos con respecto a las mujeres
inmigrantes, a la que he hecho referencia en mi intervención. Y ha
hablado también de tres asuntos básicos: en primer lugar, mayor
participación de las Comunidades Autónomas, creo que eso tiene que
articularse, y ya he anticipado que vamos a celebrar la conferencia
sectorial en los próximos días.

En segundo lugar, una reconsideración del sistema de subvenciones. Su
señoría sabe que ése es un asunto muy controvertido, es ya un asunto
histórico, lo que sí le digo es que este año --y lo puede comprobar en el
ámbito de su Comunidad Autónoma-- ha habido una mayor participación de
las Comunidades Autónomas que años anteriores y se viene teniendo muy en
cuenta, en algunos casos con carácter preceptivo y vinculante, el informe
de la propia Comunidad Autónoma antes de otorgar la subvención.

En tercer lugar, ha planteado la posibilidad de revisar el Plan
concertado y le tengo que decir que, efectivamente, en este momento ya
estamos procediendo, internamente dentro del Departamento, a revisar el
Plan Concertado, sin perjuicio de que lo hablaremos en la Conferencia
sectorial.

En cuanto a decisiones concretas, hemos hablado de la Ley de Pensiones
Alimenticias, y de la extensión de las suspensiones de contrato para
permisos de maternidad en casos de adopción, que me parece una medida muy
importante, que ya va incorporada en la Ley de Acompañamiento de los
Presupuestos Generales del Estado. Pero cuando hablo de este conjunto de
medidas la verdad es que no lo hago con satisfacción, sino para decirle
que estamos en marcha, que tenemos mucho más que hacer y que hay muchas
sugerencias que han planteado ustedes en esta comparecencia que a mí me
parece que tenemos que tenerlas en cuenta.

Se ha hablado también de la discriminación laboral. Ahí tenemos el asunto
clave y fundamental: igualdad de



Página 177




trabajo, igualdad de salario, y un asunto que se ha suscitado en torno a
las mujeres embarazadas y su relación laboral. Precisamente el otro día,
en el ámbito del Consejo de Ministros de la Unión Europea de Asuntos
Sociales, discutimos medidas importantes, una a la que se ha referido la
señora Alberdi, la participación equilibrada; otra medida importante
sobre la aplicación de fondos de igualdad en relación con los fondos
estructurales, y también discutimos en aquel momento si la norma que
tenemos en España en la Ley de Procedimiento Laboral, y que hace
referencia a la inversión de la carga de la prueba, se podía extender a
toda Europa. Desgraciadamente algunos países se opusieron y no prosperó
ese acuerdo, pero sí quiero señalar que es muy importante que en nuestro
país, ante una presunción de discriminación laboral por razones de sexo,
exista la inversión de la carga de la prueba y sea el empresario el que
tenga que demostrar que no se ha producido esa situación.

Me parece un fenómeno muy positivo, un fenómeno de avance, pero les tengo
que reconocer que se siguen produciendo despidos por esa naturaleza y que
eso no me causa satisfacción, aunque tengamos esa norma legal. Se siguen
produciendo despidos de esa naturaleza, aunque, como saben, los despidos
por esas razones en España son despidos nulos.

Han abierto un debate que yo considero de fondo, muy importante, sobre la
contratación a tiempo parcial y, efectivamente, creo que ésa es una
preocupación que hay en toda la sociedad española.

En nuestra sociedad perviven todavía dos problemas muy graves, el primero
de ellos es que el crecimiento económico no supone automáticamente
creación de empleo, y el segundo problema que tenemos toda la sociedad es
la precariedad en el trabajo. Coincido con la señora Almeida, los datos
que dan son los que son, desgraciadamente en España no solamente estamos
en porcentajes sobre la media comunitaria de población femenina, sino
también en población juvenil, en personas que sufren discapacidades o en
mayores de 45 años nuestras tasas de paro son muy elevadas en relación
con la media comunitaria.

Por eso le digo que ese problema tenemos que analizarlo en relación con
la mujer, que lo sufre especialmente, pero también coincidiremos que lo
padece el conjunto de la sociedad y, en particular, los grupos a los que
yo me he referido. Creo que sería un desacierto hablar del contrato a
tiempo parcial exclusivamente dirigido a las mujeres en lo que significa
fomento. Lo que hay que hacer es eliminar la discriminación previa de las
mujeres en lo que supone su mayor presencia en la contratación a tiempo
parcial. Esa es la línea que tenemos que seguir.

Se ha planteado también de manera colateral por parte de la señora
Alberdi el asunto relativo al reparto del tiempo de trabajo. Creo que ése
es uno de los grandes debates que nos espera en la frontera del siglo
XXI, pero a mí me parece que España tiene una asignatura anterior, y es
que salgamos de las tasas de paro que tenemos. El problema no se puede
abordar con la resignación de decir: no se puede crear más empleo y, en
consecuencia, vamos a ver cómo se reparte el que tenemos. Me parece que
nos queda la asignatura pendiente en el marco comunitario de que también
seamos europeos en lo que significan las medidas, los ratios de empleo en
nuestra tierra, de tasa de actividad, de tasa de ocupación, etcétera.

Se ha hablado también de la política de familia, y quiero
tranquilizarles, por si tenían algún tipo de inquietud, y decirles que yo
no comparto que una Dirección General sea la Dirección General de Familia
y Mujer; no lo comparto; también tengo que ser extremadamente respetuoso
con las Comunidades Autónomas, y lo tengo que ser jurídicamente y lo soy
también políticamente. Pero, no compartiéndolo, sí les quiero
tranquilizar diciendo que en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
no mezclamos en absoluto la política de familia con la política de mujer,
que son dos políticas distintas.

Alguien ha dicho que no se haga política de familia como institución
tradicional. Quiero decir que me parece que hay que hacer política de
familia como institución clave en la sociedad --sin entrar en el debate
ideológico de lo tradicional, lo trasnochado--, y sí quiero decir, y lo
leerán ustedes en los presupuestos, que este año se ha incrementado el
apoyo a las políticas de familia, pero no confundiéndolas con las de la
mujer.

Todos los días hablamos de Europa, de Maastricht, de los objetivos de
convergencia, pero al final tenemos que terminar siendo europeos en una
convergencia real, y si atendemos a lo que son los gastos en relación PIB
en las políticas que se conocen como «políticas de gasto social», España
no está en la convergencia real en algunas políticas, y tampoco lo está
en política de familia. Mi objetivo es que también seamos europeos en
política de familia, pero no confundiendo las políticas de familia con lo
que significan las políticas de igualdad de oportunidades en relación con
la mujer.

Quiero tranquilizarlas en lo que significa el control del INEM en las
contrataciones. Es verdad que hay agencias privadas de colocación, que
también se ha producido un cambio muy importante en el empleo a través de
las empresas de trabajo temporal, pero les quiero decir que estamos
preparando una reglamentación de mucho mayor control de esas agencias
privadas, y que, junto con el diálogo social y con los sindicatos vamos a
mejorar mucho su eficacia.

Yo no quiero abrir debates en la primera comparecencia, porque creo que
nosotros debemos madurar nuestros proyectos, pero sí quiero agradecerles
a todas ustedes su intervención, muy especialmente la confianza plena que
recibo por parte de la portavoz del Grupo Parlamentario Popular y
garantizarles que por nuestra parte no va a haber una actitud de
controversia. Hay asuntos que ideológicamente nos separan, es lógico,
pero creo que la senda común es más amplia en lo que significa la acción
de futuro que los asuntos que ideológicamente nos separan. Yo voy a
intentar desde la acción del Gobierno, que nunca voy a confundir con la
acción de partido, ofrecerles a ustedes a diario la senda común del
camino, respetando el debate ideológico que puedan tener entre los
distintos grupos parlamentarios.

Muchas gracias, señora Presidenta.




Página 178




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

Hoy ha podido escuchar y recoger todas las inquietudes y propuestas que
le han hecho los distintos grupos parlamentarios.

Esta es su casa y tiene las puertas abiertas para que acuda tantas veces
como quiera.

Le damos las gracias en nombre de todos los grupos políticos, de todas
las personas que componemos la Comisión, y le deseamos una buena acción
del Gobierno para que todas las mujeres podamos conseguir esa plena
igualdad.

Muchas gracias, señor Ministro. (Pausa.)



--ELECCION DEL SECRETARIO SEGUNDO DE LA MESA DE LA COMISION. (S.

571/000001.) (C. D. 041/000031.)



La señora PRESIDENTA: Señoras y señores parlamentarios, entramos en el
segundo punto del orden del día: elección del Secretario Segundo de la
Mesa de la Comisión.

La Diputada Carmen Pardo ha pedido su renuncia y se ha recibido en la
Mesa la propuesta por parte del Grupo Parlamentario Popular para que doña
Visitación Pérez Vega sea la Secretaria Segunda de la Mesa.

¿Hay alguna otra propuesta por parte de algún grupo parlamentario?
(Pausa.)
¿La aprobamos por asentimiento? (Pausa.)
Muchas gracias.

Damos la bienvenida a la señora Pérez Vega como Diputada y Secretaria
Segunda de la Mesa, damos las gracias al señor Ministro, y se levanta la
sesión, advirtiendo que lo más probable es que el próximo día 21
comparezca ante esta Comisión la Directora del Instituto de la Mujer.

Muchas gracias.




Eran las catorce horas y cinco minutos.