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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 7, de 19/06/1996
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DIARIO DE SESIONES DE LAS
CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1996 VI Legislatura Núm. 7



PARA LA UNION EUROPEA



PRESIDENTE: DON PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 2



celebrada el miércoles, 19 de junio de 1996,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:



--Aprobación de la celebración de las comparecencias del Ministro de
Asuntos Exteriores. (Número de expediente: S. 572/000001.)



--Comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores, Excmo. Sr. don Abel
Matutes Juan, para informar sobre:



Líneas generales de la política europea de su Departamento. (Números de
expediente: S. 711/000034; C. D. 214/000015) (Página 14)



Previsiones y líneas generales a desarrollar en su Departamento. (Números
de expediente: S. 711/000035; C. D. 213/000038) (Página 14)



Evolución de los acontecimientos de la Unión Europea (UE) durante la
Presidencia de Italia antes del Consejo Europeo. (Números de expediente:
S. 711/000036; C. D. 213/000042) (Página 14)



--Aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa a la que
hace referencia la resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Números de expediente: S. 572/000001; C. D.

042/000004) (Página 37)



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--Aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa y los
Portavoces relativa a las decisiones sobre viajes o delegaciones ante
otros Parlamentos o instituciones comunitarias. (Números de expediente:
S. 572/000001; C. D. 042/000006) (Página 37)



Se abre la sesión a las once horas y cinco minutos.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES PARA INFORMAR
SOBRE:



--LINEAS GENERALES DE LA POLITICA EUROPEA DE SU DEPARTAMENTO. (S.

711/000034; C. D. 214/000015.)



--PREVISIONES Y LINEAS GENERALES A DESARROLLAR EN SU DEPARTAMENTO. (S.

711/000035; C. D. 213/000038.)



--EVOLUCION DE LOS ACONTECIMIENTOS DE LA UNION EUROPEA DURANTE LA
PRESIDENCIA DE ITALIA ANTES DEL CONSEJO EUROPEO. (S. 711/000035; C. D.

213/000042.)



El señor PRESIDENTE: Buenos días.

Celebramos hoy la primera sesión de trabajo de la Comisión Mixta para la
Unión Europea. Yo creo que la inauguramos bien, con la presencia del
señor Ministro de Asuntos Exteriores, cuya comparecencia ha sido
solicitada por él mismo y por algunos de los grupos de la Cámara.

El orden del día que se ha remitido a la Comisión, para hacer un
planteamiento correcto de los trabajos, nos permitiría plantear la
comparecencia distinguiendo entre dos temas de distinta naturaleza. En
primer lugar, los puntos uno, dos y tres, que prácticamente se refieren a
previsiones y líneas de actuación del Departamento en el momento actual
y, por lo tanto, es básicamente la concepción de la política sobre la
Unión Europea del nuevo Gobierno. En segundo lugar, los aspectos mucho
más concretos de la Presidencia europea, en este caso la italiana, ya que
como se va a celebrar una cumbre de inmediato, puede resultar interesante
conocer cuáles son los problemas que, desde el punto de vista del
Ministro, se pueden plantear y cuáles son las dificultades previsibles.

Además de ello hay algunos temas adicionales, que una vez que termine la
comparecencia del Ministro de Asuntos Exteriores podríamos discutir en la
Comisión y que se refieren a la delegación en favor de la Mesa de la
Resolución de la Presidencia de la Cámara de 2 de noviembre de 1983 y
aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa y los
Portavoces para viajes y otras comparecencias con parlamentos o
instituciones comunitarias.

Sin más preámbulo, agradezco al señor Ministro la iniciativa de estar en
esta Comisión. Le ofrecemos nuestra colaboración y estoy convencido de
que por su parte también se va a producir.

Tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Muchas gracias,
señor Presidente.




Señorías, comparezco ante esta Comisión Mixta por primera vez como
Ministro de Asuntos Exteriores. Antes de comenzar a exponer esta
política, les diré que se me plantea el problema de que tratar de dividir
en dos los debates sobre las líneas generales del Departamento y el
análisis de la Presidencia me llevaría a hacer una exposición de hora y
media. Por lo tanto, si a ustedes les parece bien, intentaré
concentrarlos en una, puesto que, al final, lo que enriquece la
comparecencia es el debate, y así procuraré no sobrepasar mucho más de
media hora mi intervención, para respetar el principio de que las
intervenciones hasta media hora mueven los espíritus y a partir de media
hora lo que hacen es mover los traseros de los asientos. Es por esa razón
por la que les propongo este método de trabajo.

Quiero empezar haciendo una brevísima reflexión sobre la importancia que
concedo al trabajo de esta Comisión. Como ya dije en mi comparecencia
ante la Comisión de Exteriores el pasado día 30 del Congreso, porque ayer
estuve aquí, en la del Senado, el Gobierno está convencido de la
necesidad del respaldo parlamentario para desarrollar una política de
Estado en las relaciones exteriores y muy en particular en su política
europea.

Por lo tanto, el método de exposición, si a ustedes les parece bien, va a
ser, en primer lugar, darles una referencia necesariamente breve sobre la
marcha de los trabajos de la Conferencia Intergubernamental para la
reforma de los tratados y después entraremos en cuestiones económicas y
sociales, en la seguridad interior de la Unión y la acción exterior,
tanto por lo que se refiere a las relaciones exteriores de la Unión como
a las llevadas a cabo en el marco de la política exterior y de seguridad
común.

Empezando por la Conferencia Intergubernamental, que comenzó oficialmente
en Turín el pasado 29 de marzo, quiero resumir brevemente los aspectos
fundamentales de nuestra posición negociadora. Partimos de una posición
consolidada en el seno de esta Comisión Mixta que refleja justamente ese
consenso nacional sobre los temas relativos a la Unión Europea, al que me
refería, y creo que sigo respondiendo a este consenso al numerar las
prioridades de España en dicha conferencia. Primera, incrementar la
eficacia



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de la Unión en la defensa de los intereses de sus ciudadanos; segunda,
mejorar el funcionamiento de las instituciones de la Unión, y tercera,
mejorar la capacidad de la acción exterior e interior de la Unión.

Para España la defensa de los ciudadanos y de los intereses de los
ciudadanos europeos se centra, fundamentalmente, en mejorarla en dos
campos esenciales: la seguridad interior y la lucha contra el desempleo.

La criminalidad organizada hoy no reconoce fronteras. Eso es
particularmente grave cuando esta criminalidad pretende poner en cuestión
al sistema de valores básicos que compartimos los Estados miembros. El
terrorismo es, en este sentido, una forma de criminalidad especialmente
odiosa en un Estado democrático y de derecho donde la libertad de opinión
y de opción política están garantizadas. Por tanto, es inaceptable que la
categoría de delito político se siga utilizando para impedir la puesta a
disposición judicial de terroristas que se refugian en otro Estado de la
Unión. Sobre este asunto hablaremos más tarde cuando tratemos del tercer
pilar. No quiero, sin embargo, dejar de incluirlo en esa primera línea de
nuestras prioridades de la política europea y en el marco de los derechos
de los ciudadanos de la Unión.

Otro aspecto fundamental, como les decía, es la creación de empleo. Es
evidente que ésta es y seguirá siendo fundamentalmente una
responsabilidad de los Estados miembros y de los agentes económicos. Sin
embargo, también es indudable que la Unión aporta un valor añadido en la
lucha contra el desempleo: aumenta la competitividad y el crecimiento de
las economías nacionales por la vía de la creación del gran mercado
interior, fomenta el crecimiento estable a través del rigor que supone la
marcha hacia la Unión Monetaria y desarrolla políticas sectoriales que
tienen efectos directos sobre el mercado de trabajo. Por lo tanto, aún
nos queda mucho por hacer. El Gobierno español quiere que el Tratado
incluya un título sobre el empleo que permita al Consejo Europeo
establecer estrategias de coordinación de las políticas nacionales en
este campo.

He hablado antes también de la mejora del funcionamiento de las
instituciones. Ese es un tema que sus señorías conocen bien, pues se
presenta como una de las cuestiones más controvertidas en la mesa de
negociación. Partimos del principio de que es necesario mantener los
actuales equilibrios entre las instituciones y entre los Estados
miembros. Estos equilibrios es obvio que no podrían mantenerse con meras
extrapolaciones aritméticas en función de los nuevos Estados miembros y
sus poblaciones.

El Gobierno español, por tanto, es partidario de que se lleven a cabo las
adaptaciones necesarias que garanticen la legitimidad y la eficacia de
las instituciones de la Unión, así como su equilibrio. Estos equilibrios
entre los Estados miembros exigen, por tanto, abordar la reponderación de
los votos en el Consejo. Es un imperativo derivado de la legitimidad del
proceso de toma de decisiones, que ya se hizo patente con motivo de la
última ampliación. Y ésa es una cuestión clave que necesariamente hemos
de zanjar en el marco de la Conferencia Intergubernamental.

La tercera prioridad que se fija el Gobierno español es la mejora de la
capacidad de la acción exterior de la Unión. Queremos que la Unión se
dote de una unidad que le permita mejorar su capacidad de análisis y
planificación en la política exterior. También nos parece necesario el
paso a la mayoría cualificada en las medidas de aplicación de dicha
política; es decir, una vez tomadas las decisiones básicas, las líneas
fundamentales de acción en política exterior o, si se quiere, las
decisiones de puesta en marcha de aplicación de esas líneas
fundamentales, tema que afecta tan directamente a la soberanía de los
Estados, pues requiere necesariamente la unanimidad, debe ser aceptada la
forma de la mayoría absoluta. Dentro de ese capítulo es fundamental tener
en cuenta el aspecto de la seguridad y la defensa. La transformación que
está teniendo lugar en el seno de la OTAN hace aún más evidente la
necesidad de establecer en la Unión una estructura institucional que
refleje la identidad europea en materia de seguridad y defensa. Y, aunque
sabemos las dificultades que para algunos Estados miembros ello supone,
nuestra posición de partida en la Conferencia es la de la gradual
integración de la Unión Europea occidental en la propia Unión Europea.

Pasamos a otro tema absolutamente fundamental. Quiero recalcar que España
es contraria a la incorporación en el Tratado de cláusulas generales de
flexibilidad o de círculos concéntricos o como quiera llamárseles, tal
como pretenden algunos Estados miembros. Para el Gobierno, las eventuales
cooperaciones reforzadas que puedan derivarse de la Conferencia
Intergubernamental sólo son admisibles en temas ya especificados,
concretos, con la aprobación de todos los Estados miembros --sigue
rigiendo el principio de la unanimidad--, fijando sobre todo, de manera
precisa, el ámbito de esas cooperaciones reforzadas y todas las reglas de
procedimiento, y todo ello aprobado por unanimidad. Sólo realizando esa
especificación clara --como se ha hecho en el tema de la Unión Monetaria,
en el propio tema Schengen-- es aceptable para nosotros. De esta forma el
Gobierno podría negociar una cooperación reforzada en materia de defensa
o en temas específicos relacionados con el tercer pilar, que también son
fundamentales para nosotros.

No quiero dejar de hablar, por último, de la posición del Gobierno en
relación con las regiones ultraperiféricas de los Estados miembros de la
Unión. Entendemos que el régimen especial que se deriva de la situación
particular de estas regiones debe quedar ya consolidado de un modo
permanente en ese Tratado. Y para ello, el Gobierno presentará una
propuesta que contemple la introducción de un artículo y un protocolo que
establezca ese carácter permanente para las regiones ultraperiféricas.

De esta agenda europea, que es el escenario de referencia para España y
para el resto de los miembros de la Unión, destaca el paso a la tercera
fase de la Unión Económica y Monetaria. Nos encontramos ante uno de los
hechos centrales en este proceso de construcción europea, pero no es sólo
eso. De lo que estamos hablando es de la capacidad de nuestro país de
consolidar una economía sana que mantenga esos equilibrios básicos, por
lo tanto, que sea capaz de mantener estable un crecimiento permanente y
de crear empleo. Por tanto, el cumplimiento de los criterios de
convergencia en los plazos fijados en el Tratado



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de Maastricht es un objetivo nacional cuya consecución está orientando ya
toda la acción del Gobierno.

Además de la Conferencia Intergubernamental y de la tercera fase de la
Unión Económica y Monetaria, nos espera el desafío de la ampliación de la
Unión Europea a los países de Europa central y oriental y a Malta y
Chipre. Como sus señorías saben, la ampliación de la Unión a estos países
es un proyecto plenamente asumido por España, que tiene una enorme
trascendencia tanto para la prosperidad como para la estabilidad de todo
el continente y para llevarla a cabo el Gobierno defenderá la
consolidación de las estructuras y de las políticas de la Unión, que han
sido las claves de su éxito. Por tanto, seremos activos defensores del
acervo actual y de las mejoras que en el marco de la Conferencia
Intergubernamental tienen que llevarse a cabo para garantizar la
capacidad de la Unión actual para integrar a esos nuevos Estados
miembros.

Por ello, entendemos que la Unión debe contar con recursos suficientes
para hacer frente a tan ambicioso programa. Este será el núcleo de
nuestra argumentación cuando se renegocie el sistema de recursos propios
y las perspectivas financieras para el año 2000 y siguientes. Quienes
pretendan ampliar la Unión sin reforzar sus recursos propios, o no se
toman en serio la Unión y su acervo o no se toman en serio la ampliación.

Esta será, sin duda, una operación difícil, máxime teniendo en cuenta la
necesidad de compaginar el rigor presupuestario con la extensión de la
Unión a países con un desarrollo muy inferior al de la media de la Unión.

No obstante, creo que la Unión tiene mecanismos capaces de modular y
proceder a esa integración sin destruir ese acervo que con tanto esfuerzo
se ha forjado durante tantos años.

No puede faltar en el análisis una mención a nuestras prioridades en el
campo de la política exterior y de seguridad común. Empezando por Europa
central y oriental y la ex Yugoslavia, debo decir que seguimos con gran
atención la aplicación de los acuerdos de paz para la ex Yugoslavia.

Somos conscientes de que el desarrollo político de la Unión pasa por la
paz y la estabilidad en todo el continente, y muy en especial en una
región tan castigada por la guerra, como Los Balcanes.

Hablemos de las dificultades, tanto militares como muy especialmente de
carácter civil, que aún quedan por superarse para lograr una paz justa y
duradera, que estamos apoyando como socios activos y directamente
involucrados en la búsqueda de esta solución. Apoyamos las últimas
iniciativas internacionales que pretenden poner en marcha el proceso de
paz delineado en Dayton, y en concreto los resultados del encuentro que
tuvo lugar la semana pasada en Florencia, en el marco de la Conferencia
de Seguimiento.

Nuestro interés se hace especialmente relevante en el ámbito de la
Administración Europea de Mostar donde, aparte de estar contribuyendo con
nuestras Fuerzas Armadas al mantenimiento del cese el fuego, se está
dando todo el apoyo posible al Administrador de la Unión, nuestro
compatriota don Ricardo Pérez Casado. Su gestión está suscitando el
sincero reconocimiento de los socios de la Unión y ha dado sus primeros
frutos al haber logrado sacar adelante el calendario electoral para
Mostar.

El desarrollo de relaciones privilegiadas entre la Unión Europea y Rusia
es uno de los objetivos principales en nuestras relaciones exteriores. No
exageramos la trascendencia que el diálogo y la cooperación con Rusia
tiene para la paz y la estabilidad futuras en nuestro continente. Diálogo
y cooperación tienen, si cabe, más importancia en estos momentos, con un
proceso electoral inconcluso, que esperamos, en todo caso, confirme la
consolidación del proceso de democratización y de reforma política y
económica en curso.

España va a seguir potenciando el proceso de preadhesión a la Unión de
los países asociados de Europa central y oriental, así como de Malta y
Chipre, si se quiere seguir intensificando el diálogo estructurado en
esos países, para que armonicen sus políticas --no sólo las interiores,
sino también las exteriores-- con las de los países miembros de la Unión
y vayamos implantando una cultura comunitaria que va a facilitar después
las inevitablemente complejas conversaciones y negociaciones de adhesión.

En relación con el Mediterráneo, siendo como es, en primer lugar,
prioridad las relaciones de la Unión con los países del norte de Africa,
quiero mencionar, desde esta Presidencia, la aprobación del dictamen del
Acuerdo de Asociación con Marruecos por parte del Parlamento Europeo el
pasado día 5. Queda ahora únicamente el trámite de las ratificaciones de
los Estados miembros para su entrada en vigor definitiva y completa.

También en el ámbito mediterráneo cabe destacar la aprobación del mandato
de negociación de ese mismo Acuerdo con Argelia, y quedan aún pendientes
los de Egipto, Jordania y Líbano, cuya negociación no ha podido
culminarse. Asimismo, estamos a la espera de la propuesta, por parte de
la Comisión ejecutiva, de un mandato para negociar un acuerdo con Siria y
de la definición del contenido de un posible mandato para un acuerdo de
cooperación con los territorios palestinos.

Como sus señorías sabrán, probablemente existan dificultades para la
puesta en marcha de esa nueva política mediterránea de la Unión al estar
bloqueado el Reglamento financiero Meda, que es el instrumento necesario
para desarrollarse. Tras intensos debates sobre la cláusula de puesta en
práctica de la suspensión del Reglamento por violación de derechos
humanos, Grecia ha bloqueado el expediente por razones políticas,
derivadas del contencioso que mantiene con Turquía sobre los islotes del
Egeo y, como consecuencia de ello, ya se está produciendo el peligro y
riesgo cierto de que la Comisión no pueda comprometer los fondos
asignados para este año 1996, perdiéndose con ello la reserva establecida
por el Parlamento Europeo de 200 millones de ecus.

De las relaciones de la Unión Europea con Iberoamérica, quiero destacar
avances sustanciales en las relaciones con Méjico y Chile. Con el primer
país, el Consejo alcanzó, el pasado 13 de mayo, un acuerdo político sobre
el mandato de un nuevo acuerdo con Méjico. La aprobación formal de dicho
Acuerdo --el dato político ya está logrado-- está aún bloqueada por el
Reino Unido, por las razones que sus señorías conocen. Con Chile, la
negociación del nuevo acuerdo marco de negociación concluyó el



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pasado 25 de abril, y esperamos que en el marco del Consejo Europeo de
Florencia pueda tener lugar, tal como está previsto, la firma solemne de
dicho acuerdo con la presencia del Presidente Frei, de Chile.

Un punto importante en las relaciones con Iberoamérica es, sin duda, el
que se refiere a Cuba. La Comisión decidió, a la vista de la actitud de
las autoridades cubanas y de la falta de evolución en la Isla, no
presentar por el momento un proyecto de directrices de negociación de un
acuerdo de cooperación con dicho país.

Otro punto que quiero destacar es el que se refiere a la situación por la
que atraviesa el proceso de paz en Oriente Medio, que ha seguido en los
últimos meses una trayectoria marcada por grandes altibajos, seguidos con
atención y preocupación desde la Unión Europea y, desde luego, desde el
Gobierno español. Los acontecimientos de los últimos meses y días han
terminado de colocar el proceso de paz en uno de sus puntos más bajos
desde el inicio de la Conferencia de Madrid, el 31 de octubre de 1991. Es
cierto que ha habido algunos acontecimientos positivos, como la Cumbre de
«Sharm-El Sheij», el pasado 13 de marzo, donde se demostró la solidaridad
internacional con un Israel víctima del terrorismo, o la decidida
intervención franco-norteamericana y de la Unión Europea para lograr un
alto el fuego en el Líbano.

Todos ellos son acontecimientos que permiten mantener la esperanza, y yo
espero que las perspectivas que ofrece el proceso de paz sean objeto de
análisis durante el próximo Consejo Europeo, y deseamos también --ésa es
la postura del Gobierno español-- que sean objeto del correspondiente
comunicado.

Quedo abierto a tratar cualesquiera otros temas que sus señorías deseen.

He llegado a la media hora de intervención y, por lo tanto, preferiría
cerrarla aquí, repitiendo lo que les dije al principio, y es que concedo
una gran importancia al trabajo de esta Comisión Mixta en el seguimiento
de los trabajos de la Conferencia Intergubernamental y de toda la gestión
de lo que ocurre en la Unión Europea. Asumo, personalmente, el compromiso
de comparecer cuantas veces ustedes crean oportuno, con el convencimiento
de que el apoyo de este Parlamento es un factor decisivo para el
reforzamiento de la posición española en el seno de la Unión.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Dado que la petición de comparecencia ha sido realizada por parte del
Grupo Socialista, iniciaríamos las intervenciones por este Grupo y
seguiríamos por orden de mayor a menor, dejando al Grupo Popular para la
última intervención.

Si les parece bien este procedimiento, tendría la palabra el portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista, don Antonio Costa.




El señor COSTA COSTA: Simplemente intervengo para una cuestión previa.

En la intervención del señor Matutes me ha parecido que había elementos
de la política general europea y elementos de la cumbre de Florencia.

Antes de iniciar mi intervención, quisiera conocer si habrá una
intervención posterior específica respecto a la Cumbre de Florencia.




El señor PRESIDENTE: Si he entendido bien, el señor Ministro ha propuesto
en la parte inicial de su intervención que iba a hacer un planteamiento
conjunto para los dos temas a que ha hecho referencia, pero eso no es
óbice para que los portavoces puedan separar en su intervención ambos
aspectos.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señor Presidente.

Aclarada esta cuestión de forma, voy a hacer mi primera intervención
respecto a la política general del Gobierno español en la Unión Europea.

Es evidente que esta política general en este período que enfrentamos
tiene una serie de elementos claramente identificables que van a estar
dentro de la actuación y dentro de las decisiones, por lo tanto, del
Gobierno y que para ello cuenta ya con un documento creo que inestimable,
porque tiene el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios y, sobre
todo, no cuenta con ninguna oposición en el Parlamento, lo que, en mi
opinión, es más relevante.

Pero me gustaría señalar algunos de los temas que identifican esta acción
del Gobierno. Sin duda, la Conferencia Intergubernamental, que tiene por
objeto el reformar el funcionamiento de las instituciones europeas para
poder acoger a los países del centro y este de Europa, Chipre y Malta,
tiene que llegar en condiciones a la Unión Monetaria Europea en la
primavera de 1998. Sin duda alguna, va a tener que redefinir todos los
elementos de seguridad europea y va a tener que dotar a la política
exterior y de seguridad común de instrumentos más eficaces de los que ha
tenido hasta ahora.

Y, en el entorno de estas cuestiones, sin duda, hay otras muy importantes
que el Ministro ha apuntado, como es la negociación de los recursos
propios de 1999 a 2005, o el hecho de la financiación de la propia
ampliación.

Creo que no es el momento de ir aclarando cuál es la posición que se va a
adoptar sobre cada una de esas cuestiones, pero sí que sería interesante
para el trabajo del Parlamento y de esta Comisión el que específicamente
se nos aclararan algunos elementos que pueden dar lugar a la confusión
sobre estas políticas y sobre la posición española ante las mismas.

En la Conferencia Intergubernamental, podríamos decir sin miedo a
equivocarnos que, desde el documento realizado bajo la supervisión o la
coordinación del señor Westendorp, se ha avanzado muy poco. Es opinión
generalizada que, bajo la Presidencia italiana, no se han realizado
avances sustanciales en lo que se refiere a la propia Conferencia
Intergubernamental, así como respecto a adoptar posturas que den lugar a
esas reformas institucionales que tienen un calendario previsible para
terminar a mitad del año 1997.

Sin embargo, con el cambio del Gobierno español sí se han producido
algunos elementos que podrían dar lugar a alguna confusión. A nuestro
Grupo le gustaría conocer si



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de las relaciones privilegiadas que se han establecido con Francia se
puede producir algún cambio de orientación en las reformas
institucionales y, particularmente, en lo referente a una tercera Cámara
o a un cambio de papel en el Parlamento Europeo, dentro de las
instituciones europeas.

En segundo lugar, me gustaría conocer cuáles son las prioridades
españolas para la Conferencia Intergubernamental --que pueden haber sido
ya apuntadas por el señor Ministro, pero que quiero escuchar con
concreción--, si hay un informe etapa, tal como parece estar previsto en
la Presidencia irlandesa, así como si esas prioridades van en la línea de
que la ampliación no se haga a costa de los fondos estructurales o de la
política agrícola común, tal como vienen defendiendo algunos países de
nuestro entorno y con los que tenemos magníficas relaciones en otros
sentidos; es decir, si se defenderá con fuerza la necesidad de que los
recursos propios de la Unión sean suficientes y se amplíen lo suficiente
para dar lugar a esa ampliación y si se va a defender que ésta no sea
financiada por quienes son receptores netos de los programas europeos de
solidaridad.

Respecto a la Unión Económica y Monetaria, que es el segundo elemento
--diría que el más importante ahora mismo para nuestro país--,
coincidimos con el Gobierno en que ésta debe ser la prioridad política en
esta Legislatura. Así lo ha definido el Gobierno a través de la
comparecencia de investidura del señor Aznar en el Congreso de los
Diputados, así lo vienen definiendo los Ministros de ese Gobierno, pero
encontramos decisiones contradictorias con esa posición prioritaria que
no vamos a dejar de señalar.

Después de unos inicios titubeantes, que dieron lugar a una cierta
confusión, sobre si España abandonaba el objetivo de estar en la Unión
Monetaria en la primavera de 1998, hemos asistido a una rectificación
que, sin duda, ha beneficiado a nuestro país y al objetivo de estar en la
Unión Monetaria. Pero no es menos cierto --y me gustaría conocer la
opinión del señor Ministro de Asuntos Exteriores-- que las decisiones que
ha adoptado el Gobierno en estos escasos cuarenta días en que ha asumido
la responsabilidad de gobernar nuestro país son claramente
contradictorias con estos objetivos. Es decir, cuando se hace un recorte
presupuestario, o una congelación de gasto presupuestario, o existe una
no disposición de gasto presupuestario de 200.000 millones de pesetas y a
los quince días se recortan los ingresos en el erario público por
cantidades que pueden superar claramente este recorte, no parece que esto
vaya a dar seguridad de cumplir el objetivo de déficit público, que es
uno de los elementos más importantes para estar en la Unión Monetaria en
1998.

También queremos saber si después de esos inicios titubeantes --lo único
que queremos nosotros es que se dé seguridad, que se den señales claras
de que queremos estar ahí, porque España, nuestro país, se juega cosas
importantes para el futuro-- se va a aceptar que se vinculen al
cumplimiento de los objetivos de convergencia los fondos estructurales de
la Unión, tal como están proponiendo algunos países en la Cumbre de
Florencia. Queremos conocer cuál es la postura del Gobierno de España
respecto al pacto de estabilidad propuesto por el Ministro de Finanzas
alemán, si existe una coincidencia con esos planteamientos y si esto
puede afectar a la política de nuestro Gobierno en los próximos años.

En cualquier caso, creo que éstas son preguntas para las que vamos a
tener una respuesta más contundente, más clara y mejor en la presentación
de los Presupuestos Generales del Estado para 1997. Pero sería bueno que
conociéramos si, siendo ésta una de las prioridades, quizá la prioridad
por excelencia del Gobierno, las decisiones que se toman al amparo de
dicha prioridad están en consonancia con la misma. Y quisiéramos saber
por qué se tiene que eliminar ahora la necesidad de permanecer durante
dos años en el mecanismo de cambio. ¿Se hace este cambio porque es
conveniente, porque es racional? ¿Por qué ahora? ¿O se está haciendo una
concesión al Reino Unido al amparo de la crisis denominada de las «vacas
locas»? ¿Estamos haciendo concesiones ante una política europea de uso
doméstico que está realizando el Reino Unido? Y, si es así, ¿es la
postura de España la más conveniente para nuestro país? ¿Estamos
acertando en nuestra posición en la defensa de los intereses españoles en
toda la crisis de las «vacas locas»? ¿Estamos haciendo aquello que hemos
pregonado en el interior de nuestro país o estamos cediendo
injustificadamente ante un elemento pernicioso para la salud pública por
cuestiones básicamente políticas, incluso de política doméstica, de
política interior, que realiza el Gobierno británico?
Finalmente, en ese aspecto, pedimos coherencia al Gobierno en las
declaraciones y en las decisiones. Que se explique claramente a los
ciudadanos cuáles son los costes de las medidas que se adoptan y si éstas
están en consonancia con este objetivo de estar en la Unión Monetaria en
la primavera de 1998 y que nosotros, insisto, deseamos y queremos.

En el pilar de Justicia e Interior, que me parece relevante para nuestro
país por los conflictos que se han suscitado y respecto de los que ha
dicho el Ministro en su intervención que eran innegociables, quisiéramos
saber en qué situación está el convenio de Europol y si es razonable que
sea un convenio a 14 y que excluya a uno. Es decir, que se aplique la
posibilidad de recurrir al Tribunal de Justicia Europeo a 14 y quede uno
excluido. Y si vamos a conseguir el convenio de extradición, que es lo
que daría lugar a una política racional sobre bandas armadas y
malhechores.

Y por lo que hace a la política exterior y de seguridad común de la Unión
Europea, hay tres elementos que deberían ser aclarados. En general, el
Ministro ha hecho una descripción geográfica de las áreas y de los
problemas que tiene la Unión Europea en política exterior y de seguridad
común, con la que, como no puede ser de otra manera, nosotros coincidimos
porque abarca los aspectos de dicha política en general. Pero hay una
posición que parece haber cambiado y yo quiero conocerla directamente del
Ministro responsable. Es verdad que la Unión Europea no aprobó un
convenio con Cuba por la situación interna de este país y porque el mismo
se negó a hacer determinadas reformas que la Unión Europea exigía para la
firma de este convenio. Pero, ¿ha cambiado la posición española en el
seno de la Unión Europea respecto a Cuba? ¿Se mantiene la posición



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que venía manteniendo nuestro país respecto a la necesidad de colaborar,
de firmar convenios que den lugar a que Cuba pueda hacer el tránsito
hacia una democracia, como es nuestro deseo, con la ayuda y la
colaboración de los países más desarrollados y, concretamente, de la
Unión Europea?
Pasando ya a la segunda cuestión, ¿cuáles son las acciones que tiene
previsto realizar el Gobierno para desbloquear lo que es uno de los
instrumentos fundamentales de la política española, también en la Unión
Europea, como es el desbloqueo del Plan Meda? Porque, efectivamente, está
bloqueado; pero ésta es una de las áreas que tenemos definida como de
gran interés no sólo económico, sino de gran interés para la seguridad y
la estabilidad en el conjunto del Mediterráneo, y necesitamos que se
desbloquee el instrumento que da lugar a que esta política de seguridad y
de estabilidad, esa política de buena vecindad, se pueda llevar a cabo.

Quiero saber si en la Cumbre de Florencia o en momentos posteriores está
previsto el desbloqueo del citado Plan que daría lugar a la realización
de esas políticas.

También se ha producido lo que yo denominaría un hecho relevante: el
encuentro de la OTAN en Berlín. Y, al amparo de este encuentro, me da la
impresión de que ha habido declaraciones poco claras y que pueden inducir
a la confusión del Gobierno en materia de seguridad. El Ministro nos ha
dicho que hay que avanzar hacia el desarrollo de una seguridad propia en
la Unión Europea, a través del reforzamiento de la Unión Europea
Occidental. Parece que esta decisión, que compartimos, no es tan unánime
en su propio Grupo, en donde se plantea que el instrumento de seguridad
europeo tenga elementos muy notables del Tratado del Atlántico Norte, es
decir, de la OTAN.

Yo creo que en esta primera comparecencia para aclarar cuáles son los
elementos políticos de España en la Unión Europea y en la política
Europea, falta un apartado en el que su Grupo fue especialmente
beligerante, al que el Ministro no ha hecho una sola referencia, y que yo
comprendo. Y lo comprendo desde la posición de un Grupo que ha dado apoyo
al Gobierno y que ha vivido las dificultades de hacer frente a la
demagogia permanente de sus portavoces sectoriales en temas como las OCM
del vino, la OCM de frutas y hortalizas; en temas como la Política
Agrícola Común; en temas como la Política Común de Pesca, en donde hemos
asistido a declaraciones que perjudicaban claramente las posiciones
españolas en la Unión Europea, que ahora vemos cómo se están cambiando a
marchas aceleradas cuando se tiene la responsabilidad de gobernar sin que
se haga un solo «mea culpa».

De la inteligencia del Ministro, al que conozco muy bien por su
procedencia y por vecindad, y de su generosidad, espero un reconocimiento
a alguno de los pecados que su Grupo ha amparado en los últimos tiempos.

Yo no le pido ahora concreción de unos temas que vamos a debatir en el
seno de la Comisión con otros responsables políticos, pero sí que, al
estar éstos bajo su dirección, bajo su responsabilidad en los Consejos
europeos, nos diga si van a mantener las posturas adoptadas, en algunos
casos por unanimidad del Parlamento, y, sobre todo, si van a poder
mantener las posturas de su propio Grupo en alguna de esas políticas.

Ya para terminar, quisiera hacer una referencia a algo que se da por
sentado y por seguro en la política europea y en la política exterior, y
es la necesidad de un consenso político sobre estas áreas.

El consenso no nace espontáneamente en ninguno de los ámbitos de la
actividad humana; el consenso debe ser trabajado y alimentado todos los
días, y nuestro Grupo quiere este consenso, lo ha querido en el Gobierno
y ha trabajado para que exista, y lo queremos desde la oposición
responsable y constructiva que pretendemos realizar, pero para llegar a
este consenso es necesario que exista la máxima transparencia y la máxima
información. Por tanto, exigimos transparencia a su Departamento e
información sobre lo que está pasando en las políticas de la Unión
Europea, para que este consenso pueda dar los frutos necesarios para el
bien del conjunto de los ciudadanos españoles. Creo que podemos
contribuir notablemente a esas políticas porque tenemos experiencia de
Gobierno en nuestros escaños y tenemos experiencia en esas políticas. Por
tanto, somos capaces y estamos en condiciones de comprender mejor las
necesidades de una política española en la Unión Europea, y la vamos a
aplicar con rigor, pero les vamos a exigir a ustedes que tengan esa
transparencia, que hagan uso del máximo de información para los grupos
parlamentarios y que permanentemente existan estos dos elementos dentro
de las relaciones entre Gobierno y oposición.

Quiero señalar un elemento, que es la necesidad de los informes, que
señala la ley que regula esta Comisión, sobre las iniciativas de la
Comisión. Hasta ahora hemos recibido muy pocos; los que hemos recibido no
los entendemos, les falta los elementos principales para poder ser
comprendidos y controlados por esta Comisión, que es la descripción de la
iniciativa, la posición del Gobierno y cómo afectan a nuestro país estos
elementos.

Nada más. Sólo me queda esperar sus respuestas.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Costa.

A continuación tiene la palabra la portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, doña Rosa Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Gracias, señor Presidente.

Señor Ministro, en opinión de nuestro grupo parlamentario, como no podía
ser de otra manera, en su exposición ha venido prácticamente a plantear
lo que ya expusiera en su comparecencia en la Comisión de Asuntos
Exteriores, el 30 de mayo de 1996, en el Congreso de los Diputados.

Desde el punto de vista de nuestro Grupo, esta comparecencia debiera
servir básicamente para adentrarnos en algunas cuestiones en relación a
la Conferencia Intergubernamental. A tal efecto, nosotros vamos a
plantear una serie de cuestiones e interrogantes al señor Ministro para
que, a través de esas respuestas, podamos conocer la posición que va a
mantener el Gobierno español en torno a algunas cuestiones fundamentales.




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En ese sentido, nos gustaría iniciar nuestra intervención en cierta forma
como la ha concluido el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, que
me ha precedido en el uso de la palabra, y es diciendo que el señor
Ministro iniciaba su intervención planteando que el Gobierno necesita el
respaldo del Parlamento. El respaldo del Parlamento, señor Ministro, sólo
se puede conseguir, en mejor y mayor medida, si hay una actitud por parte
del Gobierno de permanente información al Parlamento, tanto anterior como
posterior a las cumbres y a toda una serie de reuniones que se van a dar
en el marco de la Unión, si se fortalece realmente la posibilidad de
participación del Parlamento y si se basa la acción política del Gobierno
en el diálogo, también permanente, con todos y cada uno de los grupos
parlamentarios que conformamos el espectro en el Congreso y en el Senado.

En ese sentido, nosotros hemos venido demandando permanentemente que no
sólo hubiera información al Parlamento después de la celebración de las
cumbres, sino que hubiera también información previa, de manera que
pudiéramos concitar de forma colectiva algunos niveles de consenso que
permitieran trasladar al Gobierno posiciones del Parlamento, y no sólo
exclusivamente del Gobierno o del Grupo que lo sustenta.

En este sentido, nuestro grupo parlamentario está abierto permanentemente
de forma constructiva al diálogo, desde nuestras posiciones, desde
nuestras convicciones y desde nuestro compromiso contraído con la
sociedad a través de nuestro programa electoral. Señalamos aquí nuestra
disposición a ese diálogo, a esa colaboración y a ese aportar para
concitar el máximo consenso, y, por consiguiente, así queda manifestado y
suficientemente claro.

Les decía que vamos a plantear algunas cuestiones que nos parecen
fundamentales en estos momentos para que puedan quedar aclaradas en esta
comparecencia en el marco de esta Comisión Mixta. Se está trabajando
desde hace ya tres meses en el marco de la Conferencia Intergubernamental
encargada de revisar el Tratado de la Unión Europea, y después de tres
meses desde el inicio de esos trabajos queríamos conocer cuáles están
siendo los principales temas conflictivos que se están abordando y, en
torno a esos temas fundamentales, cuál es la posición que está
manteniendo el Gobierno español. Sabemos que hay temas especialmente
importantes, especialmente conflictivos porque hay una falta de consenso
en el marco de la Unión, y a ese efecto nosotros queremos que el Gobierno
nos diga cuáles son esos temas y cuál va a ser la posición del Gobierno
español al respecto.

También queremos saber si el señor Ministro coincide con las opiniones
vertidas por varios participantes en la Conferencia Intergubernamental en
el sentido de que ésta se encuentra prácticamente paralizada, sin haber
abordado un temario mínimamente sustancial hasta estos momentos, después
de tres meses de trabajo. Quisiera saber qué diagnóstico, por tanto, hace
el señor Ministro de lo que está aconteciendo en el marco de la
Conferencia Intergubernamental y si de verdad comparte o no esas
opiniones que se han vertido por varios de los participantes en la propia
Conferencia.

Igualmente quisiéramos conocer si el Ejecutivo sería favorable a una
continuación de los debates de la Conferencia Intergubernamental a 14, en
el caso de que el Reino Unido mantuviera su actitud de bloqueo a causa
del «conflicto de las vacas locas». Nos parece que es fundamental que en
esta comparecencia el señor Ministro aclare al respecto cuál es la
posición del Ejecutivo.

También nos gustaría conocer por parte del señor Ministro si hay alguna
previsión del Gobierno de España en relación a la finalización de la
Conferencia y, por tanto, si hay alguna planificación y previsión para el
correspondiente debate parlamentario sobre su resultado.

Sobre todo, nuestro grupo parlamentario --y lo hemos venido manifestando
públicamente en el marco del Congreso de los Diputados-- reiteramos una
vez más nuestra pregunta sobre si el Ejecutivo sería o no favorable a la
convocatoria de referéndum simultáneos y vinculantes en todos los países
de la Unión para la ratificación de los resultados de la Conferencia
Intergubernamental, y, en su caso, si sería al menos favorable a la
convocatoria de dicha consulta en nuestro país, en España; es decir, si
el Gobierno español está dispuesto a dar la voz, la palabra, la
posibilidad de decisión, a través de referéndum, a nuestro pueblo para
que se pronuncie sobre los resultados de la Conferencia
Intergubernamental.

Nos parece también importante que el Gobierno aclare si considera que se
debe arbitrar un acuerdo intergubernamental que permita al propio
Parlamento Europeo emitir al menos su dictamen conforme sobre las
conclusiones de la Conferencia Intergubernamental. Ha habido alguna
aproximación al respecto, pero el propio Parlamento Europeo ha
manifestado su insuficiencia y nosotros quisiéramos saber si el Gobierno
de España considera no sólo que se debe arbitrar ese acuerdo, sino que
está dispuesto a auspiciarlo en los foros respectivos. También nos parece
clave que en su comparecencia quede claro en el marco de esta Comisión la
frecuencia con que piensa el Gobierno informar a la Ponencia que se va a
crear en esta Comisión Mixta por mandato del Parlamento a propósito de
las discusiones de la Conferencia Intergubernamental, y en qué medida se
van a tener en cuenta las opiniones de cada uno de los miembros de esa
Ponencia a la hora de que el Gobierno español tome posiciones en el seno
de la Conferencia.

Esto nos parece fundamental. Ha habido una proposición no de ley aprobada
por el Parlamento español que conlleva la constitución de una Ponencia,
en el marco de esta Comisión Mixta, para el seguimiento de los trabajos
de la Conferencia. Pues bien, ya que el señor Ministro decía inicialmente
en su exposición que el Gobierno necesita del respaldo del Parlamento,
qué mejor espacio que esa Ponencia de seguimiento de la Conferencia
Intergubernamental si el Gobierno adopta aquí y ahora el compromiso firme
y expreso de proporcionar una información continuada a dicha Ponencia
permitiendo que se puedan conformar en ella posiciones comunes en torno a
cuestiones que el Gobierno español traslade al propio marco de la
Conferencia. Repito que nos parece fundamental ya que ello constituiría
un elemento de participación de los grupos parlamentarios así como un
lugar de diálogo y de búsqueda de consenso en el marco parlamentario.




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Nos gustaría también plantear dos cuestiones que desde Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya consideramos básicas. Desearíamos que el
Ministro nos dijera cuáles son los planteamientos actuales del Gobierno
en relación con la incorporación de España a la tercera fase de la Unión
Económica y Monetaria. Queremos que se exprese en ese sentido con
absoluta claridad y nitidez. También querríamos conocer la opinión del
Ejecutivo en relación con la reforma de la política europea de seguridad
en el marco de la Conferencia, así como las decisiones tomadas por el
Consejo Atlántico de Berlín.

Estas son dos cuestiones que nos parecen básicas y fundamentales en estos
momentos y respecto de las cuales consideramos que el señor Ministro
debería ampliar su exposición, ser mucho más concreto y definir los
planteamientos actuales a este respecto por parte del Gobierno español.

Pero hay otra cuestión que quiere indicar nuestro Grupo al Presidente de
esta Comisión, y es que vamos a hacer una única intervención de tipo
global.

En relación con esto, y adentrándonos en lo que pudiera ser el contenido
que está previsto para la Cumbre de Florencia, nos gustaría que el señor
Ministro nos planteara aquí la opinión del Ejecutivo en relación con el
pacto de confianza sobre el empleo propuesto por el Presidente Santer,
así como las grandes orientaciones económicas de los países de la Unión,
es decir, cómo van a incidir directamente en ese pacto de confianza sobre
el empleo propuesto. Quisiéramos conocer la posición y la opinión del
Ejecutivo al respecto ya que nos parece fundamental el tema del empleo en
el marco de la Unión en estos momentos. También queremos saber las
perspectivas que hay para la celebración de elecciones en
Bosnia-Herzegovina y el mantenimiento de la IFOR el 1.º de enero.

Asimismo quisiéramos que se refiriera a las relaciones de la Unión
Europea con Rusia tras las elecciones presidenciales. Desearíamos conocer
si se va a mantener la política de apoyo personalizado sin exigencias
reales de desarrollo democrático.

El desarrollo de los acuerdos de la Conferencia Euromediterránea de
Barcelona nos parece algo fundamental. Hoy podemos constatar que esos
acuerdos están básicamente paralizados, desde nuestro punto de vista, a
causa de la desorientación de la Presidencia semestral italiana y también
a causa del bloqueo del reglamento del programa MEDA.

Nos parece importante impulsar el desarrollo de estos acuerdos, al igual
que nos parece fundamental conocer los planes de la Unión Europea para
Oriente Próximo tras el cambio de Gobierno en Israel.

Desde nuestro punto de vista, y en términos bilaterales, convendría
iniciar ya estos trabajos poniendo sobre la mesa determinados temas que
consideramos fundamentales, a algunos de los cuales ha hecho mención el
señor Ministro. Por ejemplo, en cuanto al acuerdo de cooperación Unión
Europea-Cuba, ¿el Gobierno español va a seguir intentando contribuir a
dar continuidad a las conversaciones que se estaban manteniendo? Este
tema nos parece básico y fundamental.

En el ámbito de relaciones bilaterales también nos parece básico el tema
del Sáhara Occidental, las posibilidades que existen de que haya una
posición común de la Unión Europea para retomar el camino de preparación
del referéndum de autodeterminación tras la decisión del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas.

Pero también hay otro tema en el ámbito bilateral que nos parece
conveniente poner sobre la mesa en esta intervención, la situación de
Turquía y la opinión en el marco de la Unión Europea sobre la posible
entrada de los fundamentalistas en el Gobierno cuando en diciembre su no
entrada originó un argumento por parte del Consejo precisamente a favor
de la ratificación de la Unión Aduanera.

Nos parece que éstos son temas de ámbito bilateral a los que también
debería hacer referencia el señor Ministro en su intervención posterior.

Hay dos últimos temas a los que también queremos referirnos que generan
preocupación a nuestro Grupo Parlamentario ya que los consideramos
fundamentales. Uno de ellos es el de la seguridad. Se ha celebrado en
Berlín el Consejo Atlántico de asuntos generales de la Unión Europea, que
ha tenido lugar para preparar la Cumbre de Florencia, y la verdad es que
se ha reconocido por algunos asistentes al mismo que la OTAN se
adelantaba a la Conferencia Intergubernamental encargada de revisar el
Tratado de Maastricht a la hora de definir el marco futuro de la
seguridad europea imponiendo de hecho un modelo determinado de seguridad
a la propia Unión Europea.

Nuestra preocupación es importante por lo ocurrido en Berlín toda vez que
nosotros consideramos que Europa necesita un nuevo marco de seguridad
adecuado a las necesidades de la posguerra fría, aunque también es cierto
que creemos que el grado que podemos alcanzar definiendo ese nuevo marco
de seguridad está directamente ligado a la autonomía y a la independencia
con que en el marco de la Unión Europea se pueda trabajar para decidir y
definir nuestro propio marco de seguridad.

Si, por el contrario, lo que se va dando hasta ahora --y parece una
realidad-- es que la OTAN va a marcar y a determinar la seguridad
europea, estaremos perdiendo europeidad y renunciando a un objetivo
fundamental, tener nuestro propio modelo de seguridad en el marco
europeo. En este sentido, parece que la OTAN ha tomado la delantera
empezando a vaciar de contenido futuro a la Unión Europea en este campo y
dejando a la Conferencia Intergubernamental en un plano puramente
testimonial, lo que nos preocupa sobremanera, todo ello ligado,
lógicamente, a la posición expresada por el Gobierno español a este
respecto. Quisiéramos saber cuál es la posición del Ejecutivo en relación
con esto porque, o se logra una identidad de seguridad y de defensa
verdaderamente europea, o se deja simplemente en manos de la OTAN y, por
tanto, en manos de Estados Unidos la gestión de una cuestión tan
importante como es la de la seguridad.

Concluimos nuestra intervención planteándole algo que también ha
mencionado el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. En materia de
justicia e interior, nos gustaría conocer la situación del Convenio
Europol y del Convenio de Extradición, que nos parece clave y fundamental



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en un elemento básico en el marco de la Unión Europea, cual es la
justicia e interior.

Esperamos que el señor Ministro pueda responder a estas cuestiones que,
en estos momentos, nos parecen fundamentales y que son las que
posibilitarán conocer cuáles son las intenciones, la política y la
propuesta que el Gobierno español va a plantear en toda una serie de
cuestiones fundamentales para los intereses generales de nuestro país en
el propio marco de la Unión Europea.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Aguilar.

En nombre del Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió, tiene
la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Muchas gracias, señor Presidente.

La satisfacción que da el intervenir en comisiones como ésta es
básicamente que uno repetiría el 80 o el 90 por ciento de las
intervenciones de mis compañeros del Grupo Parlamentario Socialista y del
Grupo de Izquierda Unida.

Por tanto, me voy a permitir una intervención sustancialmente breve, pero
querría dejar clara constancia de que ello se debe, sencillamente, a que
no tengo ningún afán de dedicarme a reiterar sucesivamente hasta qué
punto estoy de acuerdo en buena medida y en gran parte con las preguntas
planteadas por el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y por la
portavoz de Izquierda Unida; y no sólo por el hecho mismo de plantearles,
sino en gran cantidad de los puntos suscitados por el enfoque que en sí
mismas llevaban detrás. Por tanto, el silencio en mi intervención
respecto de ciertos temas no es desinterés, sino simple economía
parlamentaria.

Voy a tratar brevemente algunos puntos o plantear simplemente algunas
cuestiones. En primer lugar --tengo que reiterar algunas de las preguntas
que se han formulado--, tendría gran interés en que el señor Ministro de
Asuntos Exteriores concretara exactamente cuál es la línea del Gobierno
de cara a la Conferencia Intergubernamental. Sabemos algo, pero quizá
podría ser un poco más preciso de lo que ha sido el señor Ministro en su
intervención.

Me parece muy concreta la pregunta formulada por la portavoz de Izquierda
Unida de hasta qué punto se estaría dispuesto a continuar un debate a 14
en caso de que el Reino Unido persistiera en su actitud obstruccionista.

En segundo lugar, otro tema que también nos parece importante y que el
señor Ministro ya ha manifestado que le va a dar gran importancia --lo ha
hecho en diferentes foros-- es toda esa insistencia en lo que hace
referencia a la seguridad interior y, por tanto, a la cooperación
policial y judicial de cara a la seguridad interior. Este es un aspecto
al que da gran importancia mi Grupo, no sólo, evidentemente, en lo que
hace referencia al refuerzo en la eficacia de la lucha contra el
terrorismo, al que, por supuesto, el Grupo Parlamentario Catalán de
Convergència i Unió presta su más absoluto y radical apoyo, sino también
en algo que quizá le afecta --entiéndase bien esta expresión-- más
directamente, como es la criminalidad internacional organizada.

Evidentemente que nos afecta el terrorismo en España, como a todos los
españoles, pero en Cataluña y, en concreto, en toda la costa Mediterránea
es un problema creciente la implantación de los restos mafiosos de toda
Europa y los centros dirigentes de la criminalidad organizada europea y,
por tanto, consideramos que es muy importante cualquier paso que se dé
para la mejora de la cooperación policial internacional y para la
estructuración, de una vez por todas, de una auténtica Europol
verdaderamente eficaz y, complementariamente con ello, la mejora de la
cooperación judicial. De ahí nuestro interés en saber la situación del
Convenio en materia de extradición.

Querría reiterar algo que ya comentamos en el momento de la comparecencia
del señor Ministro en la Comisión de Asuntos Exteriores, como es la
importancia que le damos a que realmente la Conferencia Euromediterránea
de Barcelona no se quede en una sucesión de discursos brillantes y en
unas entusiastas felicitaciones mutuas por parte de todos los asistentes.

Personalmente tuve ocasión, hace poco más de un mes, de asistir a una
reunión de partidos políticos mediterráneos y europeos en Túnez,
organizada por el Partido mayoritario en ese país, y pude comprobar de
primera mano la inmensa expectación, absolutamente desproporcionada con
la que se da en Europa --no ya en nuestro país, sino en Europa en
general--, que había levantado la Conferencia Mediterránea. A esa reunión
asistieron políticos muy representativos, a título político --por tanto,
no en función de su cargo--, de todos los países del Magreb y, en
general, de todos los países mediterráneos. Querría dejar constancia aquí
de las expectativas que levantó la Conferencia de Barcelona y que
quedarían absolutamente frustradas si todas sus conclusiones quedaran
simplemente guardadas en un cajón, como una prueba de un intento que en
su momento se inició y que nunca llegará a mejor puerto.

Querría saber --es una pregunta concreta que no ha sido planteada hasta
ahora--, desde el punto de vista --si me permite-- orgánico, funcional,
cómo está previsto el funcionamiento de este agregado en la
representación permanente de las Comunidades Autónomas. Evidentemente,
tengo conocimiento de que ya se ha celebrado una reunión de los
representantes de las Comunidades Autónomas respecto a temas europeos, y
me ha sorprendido --y en la sorpresa no hay punto de crítica; es simple
expresión de sorpresa-- que fuera convocada y, por tanto, actuará en este
aspecto como anfitrión el Ministerio de Administraciones Públicas y,
concretamente, la Secretaría de Estado de Administraciones Territoriales.

Yo quisiera saber con más detalle, desde el punto de vista funcional y
orgánico, cómo se va a repartir este tema entre el Ministerio de
Administraciones Públicas y el de Asuntos Exteriores y, concretamente, la
Secretaría de Estado de Política Exterior y de la Unión Europea.

Respecto a la política exterior de la Unión Europea, sólo querría
mencionar brevemente --porque todavía está caliente el debate celebrado
ayer en el Pleno del Congreso de los Diputados-- el tema de Cuba, por una
cuestión. Ayer, la proposición no de Ley que la mayoría de la Cámara votó
--en este caso instando al Gobierno a oponerse



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a la Ley Helms-Burton en todos los foros competentes-- dejaba muy claro
que eso debía hacerse en el seno de la Unión Europea. Sin embargo, eso no
puede ser --estamos seguros de que no será-- una vía para eludir la
presión que se debe hacer, porque, sencillamente --lo sabe el señor
Ministro mejor que ninguno de nosotros--, dentro de la Unión Europea es
la posición española la que marca realmente cuál es la posición de la
Unión respecto de Cuba y, por tanto, no podemos esperar que sea
Luxemburgo --por llevar el asunto a la ironía-- quien manifieste su
oposición a la Ley Helms-Burton, si no es España quien encabeza esa
oposición.

Respecto de la política exterior global de la Unión Europea --por tanto,
no exclusivamente bilateral española-- respecto de Rusia, tendría gran
interés en que el señor Ministro precisara un poco más la información que
pueda tener, sobre todo a la luz de las últimas elecciones. Yo he tenido
la fortuna de asistir, junto con otros representantes de grupos
parlamentarios, a las elecciones de Rusia y mi opinión personal --creo
que también la de mi Grupo, aunque no he podido consensuarla-- es que la
Unión Europea en estas elecciones y, en general en sus relaciones con
Rusia, está apostando excesivamente a una sola carta, aun a costa de
sacrificar principios democráticos bastante elementales. Ya se ha
demostrado en experiencias anteriores que, a veces, eso puede tener
resultados contradictorios con los que se pretenden.

Por último, me ha llamado la atención --no quisiera ser crítico; quizá
tenía sus razones-- que en la intervención del señor Ministro no se haya
hecho ninguna referencia a la política en materia agrícola. Es cierto que
este tema tiene un seguimiento muy próximo desde el ámbito sectorial y,
por tanto, desde la Comisión correspondiente, pero nos parece que es un
tema que también debe tratarse en el seno de la Comisión Mixta de la
Unión Europea. Simplemente, sin entrar en el detalle de esta cuestión,
querría destacar nuestro interés y nuestra insistencia en el seguimiento
de la reforma de la Organización Común de Mercado de frutas y hortalizas,
y de su articulación con respecto al problema de la avellana que, como
probablemente sabe el señor Ministro, y si no lo sabe le dejo constancia
ahora porque creo que es bastante sintomático, gran cantidad de
ayuntamientos catalanes han propuesto mociones respecto de la
modificación de la OCM de frutas y hortalizas, y el Parlamento de
Cataluña, por unanimidad, también aprobó una moción respecto a la
modificación de la OCM de frutas y hortalizas. Le digo esto porque creo
que es un índice de hasta qué punto, no sólo todas las fuerzas políticas
catalanas, sino todas las fuerzas sociales y económicas, y me atrevería a
decir que ya la opinión pública catalana, incluso aquella que no sabía
nunca ni tenía la más remota idea de lo que era la Organización Común de
Mercado de frutas y hortalizas, en este momento está muy pendiente del
proceso de reforma de la OCM y de la solución que se le pueda dar a la
crisis de la avellana, por utilizar una expresión periodística.

Terminaría mi intervención con algo que ha sido mencionado también por
los dos portavoces que han intervenido con anterioridad y creo que es
importante subrayar, y es esa petición de máxima transparencia o máxima
información por parte del Gobierno a esta Comisión y a los representantes
de los grupos parlamentarios aquí presentes. Sin información,
evidentemente, es difícil opinar, es difícil fijar posición. Por tanto,
la mejor forma de que esta Comisión y, por tanto, el Parlamento todo él
pueda implicarse en todo lo que es política europea --no diría sólo la
reforma, sino mucho más globalmente todo lo que es la política europea--
sólo podrá hacerse si recibimos una información concreta y con la
suficiente anticipación por parte del Gobierno.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Guardans.

A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario de
Senadores Nacionalistas Vascos, señor Gangoiti.




El señor GANGOITI LLAGUNO: Muchas gracias, señor Presidente.

En primer lugar, y dado que es la primera reunión de esta Comisión Mixta,
deseo felicitar a don Abel Matutes por su nombramiento como Ministro de
Asuntos Exteriores.

Desde nuestro Grupo Parlamentario creemos que es uno de los mayores
aciertos de este Gobierno. Quienes hemos estado en el Parlamento Europeo
durante las dos legislaturas en las que él fue Comisario, pudimos
comprobar su gran capacidad, su gran actividad y prestigio en Europa y
también la defensa de los intereses de nuestro Estado. Por lo tanto, creo
que es un nombramiento en el que se ha acertado plenamente por ser un
gran conocedor de la dinámica comunitaria, y le deseamos la mejor suerte.

En primer lugar, de las cuestiones que ha planteado, querría que nos
explicara algo más sobre lo que ha hablado de que España apuesta por que
la Unión lleve a cabo una política de empleo que, aunque seguirá siendo
durante mucho tiempo competencia de los Estados, también debe ser
comunitaria. En definitiva, me gustaría que nos hiciera una exposición
más amplia ya que tanto si vemos el informe sobre las perspectivas
económicas de este año de la Comisión como el reciente informe que ha
aprobado el Parlamento Europeo al respecto, coinciden en que el paro es
la bestia negra, no sólo de nuestra economía, que en nuestro caso todavía
es mucho más fuerte, sino de toda la economía europea. Si cogemos los
datos de desempleo de la Unión de hace diez años, de 1986, y los datos de
desempleo de la Unión hoy, veremos que prácticamente el porcentaje de
parados es el mismo, con lo cual llegaremos a la conclusión de que en la
economía europea, en las fases expansivas, hay un crecimiento económico
pero que es incapaz de generar nuevos puestos de trabajo.

En segundo lugar, respecto a la ampliación, deseo decirle que nosotros
coincidimos plenamente con el Ministro en que los recursos propios
financieros de la Unión en 1999 es necesario que se aumenten, máxime
teniendo en cuenta las perspectivas de ampliación de la Unión. Nosotros
apostamos por una ampliación de la Unión, pero creemos



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que esa ampliación no debe restar solidaridad a la actual Unión Europea y
a las ayudas que se dan a los Estados menos avanzados de la actual Unión.

En este sentido, querría preguntar al señor Comisario --porque ha habido
algunas noticias en los periódicos al respecto-- sobre el hecho de que
los países más poderosos, en especial Alemania y Francia, serían
partidarios, en el caso de la ampliación, de que no se produjera un
incremento de los fondos estructurales, sino de que éstos se repartieran.

Al final, sería utilizar los fondos estructurales como un chicle. Yo me
temo que eso también podrían intentar llevarlo a cabo de acuerdo con el
Fondo de Cohesión. Pienso que eso es inaceptable, que rompe la
solidaridad interna de la Unión, e incluso quisiera recordar que cuando
se produce la adhesión griega se crea por aquel entonces un mecanismo,
que yo creo que eran los programas integrados mediterráneos para Grecia,
que fue un mecanismo específico para este país y que, a pesar de nuestra
posterior adhesión y de la de Portugal, no se llevó a cabo en ningún
momento ninguna restricción de aquellos programas que se habían creado
para Grecia. Por lo tanto, existe ya un precedente. Yo creo que el fondo
de Cohesión es intocable y los fondos estructurales, en su proporción
actual, también lo son. En todo caso, sería necesario un incremento de
esos fondos estructurales para poder ayudar a los otros Estados.

En tercer lugar, querría pedir al señor Ministro que nos explicara muy
brevemente cuáles son, desde su punto de vista, las perspectivas, tanto
de nuestra economía como, globalmente, de Europa, respecto a que se pueda
acceder al euro en 1999; si al final va a haber un núcleo amplio de
Estados que puedan acceder o, por el contrario, se va a ir a un núcleo
reducido, a lo que a veces se ha llamado el núcleo duro. Nosotros
pensamos que un núcleo duro sería realmente desestabilizador, porque,
para empezar, no tendría el respaldo de un montón de monedas y, en
segundo lugar, podría ser un elemento de división dentro de la propia
Europa. Nosotros preferimos un núcleo fuerte, es decir, amplio de
Estados, que no un núcleo duro, por hablar única y exclusivamente de los
Estados que se encuentran en la zona marco.

Al hilo también del asunto de la moneda, me gustaría saber si en estos
momentos la Comisión y el Consejo están estudiando posibilidades para
aquellos Estados que no acceden al euro. Todavía en el mes de diciembre
pasado, y en el plazo tan sólo de diez días, tanto el señor Lanfalussy
como el Gobernador del Banco de España, don Luis Angel Rojo, coincidían
en que había que buscar algunas fórmulas para aquellos Estados que no
entrasen en el euro, porque, en principio, se temía que los mercados
financieros podrían ser implacables con aquellas monedas que no entrasen
en el euro.

Por último, y antes de acabar mi intervención, quisiera mencionar unas
declaraciones que hizo al poco tiempo de ser nombrado Ministro en las que
usted decía, y creo que con toda la razón del mundo, que España tenía que
tener una buena relación con Bonn y con París en el marco de la Unión
Europea. En este sentido, que nosotros compartimos, pensamos que, en el
marco de la actual Unión Europea, y si es posible llegar a ese acuerdo
que usted dice, se podría ejercer un liderazgo en el sur de Europa. Me
gustaría saber si usted cree que el Estado español puede realmente
ejercer ese liderazgo en el sur de Europa, con toda la importancia
política que supondría y, en su caso, qué medidas políticas piensa llevar
a cabo, tanto con Bonn como con París, a ese respecto.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, Senador Gangoiti.

A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo de Coalición
Canaria, don Luis Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias, señor Presidente.

Me sumo también a esta Comisión Mixta de la Unión Europea reiterando mis
palabras en la anterior comparecencia en el Congreso en la Comisión de
Asuntos Exteriores a don Abel Matutes y deseándole la mejor gestión en
pro de los intereses de España en la política exterior.

Paso seguidamente, señor Presidente, a expresar al señor Matutes, en
primer lugar, el apoyo en la línea de política exterior que ha trazado, y
dentro del marco europeo y los otros colaterales que ha tocado, el
respaldo que va a tener por parte de Coalición Canaria. Creemos que es un
problema de una labor y un compromiso de solidaridad de Estado, de la
misma manera que con el anterior Gobierno Coalición Canaria también
mantuvo esta línea de apoyo, porque entendemos que una buena política
exterior española, sumando los aspectos de intereses legítimos internos
que tenemos en los distintos sectores las Comunidades Autónomas, y en
este caso la de Canarias, es un bien para todos.

Le voy a trasladar, señor Matutes, unas cuestiones fundamentales que me
llaman a la preocupación y quisiera que fueran recogidas por usted en
esta línea de apoyos mutuos, para que las traslade y defienda en las
instancias superiores.

En primer lugar, el problema de la identidad europea de defensa. Señor
Ministro, estamos de acuerdo en que la Unión Europea debe dotarse de una
institución, de un organismo que refleje, bajo una soberanía plena
europea, esta identidad. No cabe que la Unión Europea tenga una política
agraria común, tenga un mercado interior común, tenga una moneda común, y
si busca también una política exterior común no tenga una política
exterior de defensa, aunque esté, por supuesto y como apoyamos, dirigida
bajo los parámetros de fuerzas de paz e intervención en todos esos
conflictos locales periféricos, incluso en la propia periferia europea de
países que, no formando parte de la Unión Europea, sí son parte de
Europa, nos mueven a actuar allí para intervenir con las fuerzas de
pacificación.

Por tanto, señor Ministro, creo que ha llegado el momento de quitarnos
complejos y si la UEO tiene que ser ese instrumento, el germen del mismo,
descuélguese ya de una vez por siempre la UEO del Consejo de Europa, no
se le tenga ahí como una especie de percha colgante, inútil, para debates
puramente académicos y utilícese con todas las consecuencias, porque ya
el germen está sentado.




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Paso seguidamente, señor Ministro, a exponerle mis preocupaciones también
en el tema Mediterráneo y en el tema Atlántico, relacionado,
fundamentalmente, con Marruecos y todo el aspecto pesquero que tanta
importancia tiene para Canarias.

Como sabe el señor Ministro, el Parlamento Europeo acaba de dictaminar el
día 5 sobre el acuerdo de asociación. Mi pregunta es si el Gobierno
español tiene alguna previsión de la presentación para la ratificación
parlamentaria, porque este acuerdo de asociación tiene que ser ratificado
por los Parlamentos de los países miembros y, desde luego, el ambiente
con que puede llegar, al menos para este portavoz canario que le habla,
este acuerdo de asociación con Marruecos, tras las recientes
declaraciones de un alto cargo marroquí diciendo que después de 1999
cuando termina el acuerdo de pesca no va a haber más licencias ni más
posibilidades de pescar para la flota española en los caladeros
marroquíes y canarios saharianos, nos ha llamado la atención y nos ha
llenado de preocupación, señor Ministro. Cada Grupo fijará su posición en
el momento de la ratificación parlamentaria para su entrada en vigor
definitiva y completa, respecto a este acuerdo de asociación.

Sí le quisiera insistir, dentro de esta misma línea con respecto a
acuerdos de pesca, señor Ministro, en no abandonar el tema de Mauritania,
ya que a finales del mes de julio termina el vigente acuerdo pesquero con
Mauritania. Esto es de una gran importancia para la flota pesquera
española, pero, sobre todo, para la que opera desde los puertos canarios,
y nos gustaría que el señor Ministro o sus colaboradores, en
colaboración, por supuesto, con el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación, llevara adelante esta gestión. Pero, dado que incluso en la
representación orgánica del segmento de pesca en este Ministerio hay
diplomáticos, creo que la labor de entendimiento con su Departamento será
eficaz y oportuna.

Otra preocupación que le traslado, señor Ministro, es el tema de las OCM
de frutas y hortalizas y del aceite de oliva.

En cuanto a la política del aceite de oliva, ratifico la que veníamos
apoyando del Gobierno anterior; el criterio que nosotros creemos que debe
prevalecer sobre el italiano: las subvenciones por el aceite producido y
la subvención al consumo. Los precios que tiene en este momento para el
consumidor el aceite de oliva en España son verdaderamente alarmantes y
preocupantes por los desvíos que puede producir sobre semillas vegetales.

Aquí estamos en contradicción con Italia; me da la sensación de que la
presidencia italiana, para que usted se lo pueda recriminar a su colega
italiano, ha sido de boicoteo en esta línea, porque el que mantiene una
postura distinta a la distribución de las subvenciones es Italia
precisamente. Me da la sensación de que ha aprovechado la presidencia
italiana para meternos un boicot.

Sobre el tema de frutas y hortalizas, señor Ministro, las noticias que
tengo es que va a ir en la agenda de la próxima reunión en la cumbre de
los días 24 y 25 en Florencia, y aquí hay que reprocharle otra cosa a la
Presidencia italiana, hay que dar un suspenso a la Presidencia italiana.

Porque lo que se dejó atado prácticamente en la conferencia de Madrid, en
la que quedó únicamente pendiente del dictamen del Parlamento europeo,
resulta que los italianos lo han complicado, abren el debate, no lo
disciplinan, se vuelven a plantear las cuestiones técnicas. Le recrimino
a la Presidencia italiana una deficiencia y un fallo que hace que se
vuelva a alargar el tema de la OCM de frutas y hortalizas donde los
sectores productivos, sobre todo meridionales de la península y de
Canarias, se encuentran ante un déficit y un reto verdaderamente muy
preocupante, porque si, además de que no tenemos la OCM de frutas y
hortalizas, encima vamos a tener que ratificar pronto el acuerdo de
asociación con Marruecos, apaga y vámonos, señor Ministro, en las
producciones, por ejemplo, del tomate.

Señor Ministro, nos preocupa también, y la incógnita es el tema de las
relaciones trasatlánticas --voy a tocar el primer caso para separarlas de
las de los Estados Unidos--, el tema de Mercosur. Los Ministros de la
Unión Europea, el pasado día 10, hace escasamente 9 días, no llegamos ya
ni a las dos semanas, han empezado el primer encuentro ministerial en
Luxemburgo, y el día 11 pasado han tenido la primera reunión de la
Comisión Mixta Unión Europea-Mercosur. Mucha vigilancia ahí, señor
Ministro, le pedimos. En el sector de producción de productos
agroalimentarios, de frutas, de hortalizas, además de lo que tenemos con
Marruecos y de los boicoteos internos y externos norteamericanos, nos
alarma que nos encontremos con unos compromisos de tener que absorber
aquí productos a un coste social bajísimo, competitivo por tanto con
nuestros productos agrícolas y que no hacen nada más que llamarnos a la
preocupación.

Señor Ministro, en las relaciones trasatlánticas con los Estados Unidos
queremos pedirle --y contará con nuestro apoyo-- una línea de firmeza.

Indudablemente la cumbre de Madrid centró muy bien el marco en que debían
desarrollarse la agenda trasatlántica y el plan de acción conjunto, y me
da la sensación de que la Presidencia italiana no ha estado a la altura
de las circunstancias y se ha dejado influir muchísimo. Prueba de ello es
el boicot que tenemos, por no hablar de la presión de los Estados Unidos,
solidaria con Alemania en el tema tan preocupante para Canarias de tratar
de modificar los contingentes de la OCM del plátano. Mucha firmeza ahí,
señor Ministro.

Nos tendrá a todas las fuerzas políticas canarias --y así se lo ha
expresado el Parlamento de Canarias y el Gobierno Autónomo-- codo con
codo para evitar esta presión, pero desde luego, como en la política
comercial de la Unión Europea es necesario reconocer el tremendo boicot
que están haciendo los Estados Unidos a políticas económicas comerciales,
como el caso de las telecomunicaciones o el transporte marítimo, que no
acaba de despegar, nos hubiera gustado que la Presidencia italiana
hubiera dejado las cosas, al menos, como las dejó la Presidencia española
en Madrid en diciembre del año pasado.

Este fracaso habrá que imputárselo tanto a la Presidencia italiana, por
las razones que hayan sido --no digo que hayan sido intencionadas en este
caso, dada la dinámica que Italia ha vivido de elecciones y de cambio de
Gobierno en los seis meses de su Presidencia-- como a Estados Unidos. Por
tanto, en el capítulo de las relaciones trasatlánticas,



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en las relaciones de Europa con Estados Unidos rogamos se les ponga a los
negociadores norteamericanos encima de la mesa nuestra queja europea por
el boicot que están haciendo en este área de transporte marítimo, de
telecomunicaciones, de la OCM del plátano, etcétera, y que esto pueda
ayudar al grupo de alto nivel que se ha designado para hacer el estudio
de las relaciones trasatlánticas. Estamos a favor de ellas y creo que es
importante que haya una armonía, pero con un peso específico de la
autoestima europea. Yo sé que usted lo va a llevar adelante, señor
Ministro, porque le he escuchado estos juicios de valor, para que no
quede solamente en un informe a los líderes en la primera reunión y en un
discurso de entelequia.

Dicho esto, señor Ministro, no me queda nada más que ratificar mi
satisfacción por haber oído la referencia que ha hecho en las primeras
palabras de su intervención al tema de las regiones ultraperiféricas con
el fin de conseguir para Canarias, junto con las otras que señala el
Tratado de Maastricht, el protocolo y el artículo que usted ha señalado a
los efectos de consolidar el Estatuto permanente de Canarias en el seno
de la Unión Europea.

Por las noticias que nos ha facilitado el señor Presidente de la
Comunidad Autónoma de Canarias, que son públicas, en la entrevista que
tuvo tanto con usted como con el Comisario, señor Marín, parece que los
augurios de que figure este tema en el orden del día de la conferencia de
Florencia son malos. Comprendemos el boicot británico, pero es
inadmisible que cuestiones como ésta sean apartadas. Yo le quiero aquí
mostrar la tremenda preocupación de que no figure el tratamiento del
estatuto permanente para las regiones ultraperiféricas en la que está por
parte de España Canarias en la Agenda europea y que hay que buscar una
manera de solventar y resolver ese problema.

Por todo lo demás, señor Ministro, ratificarle nuestro apoyo y
colaboración.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Para finalizar esta primera ronda, tiene la palabra el portavoz del Grupo
Parlamentario Popular, señor Martínez Casañ.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Muchas gracias, señor Presidente.

Yo quiero agradecer al señor Ministro su primera comparecencia en la
Comisión Mixta para la Unión Europea y muy especialmente tras un mes
escaso en el Gobierno y en el estado de viajes en que se encuentra, ya
que mañana creo que parte para Florencia.

Señor Ministro, la Comisión Mixta siempre ha prestado apoyo parlamentario
a la política de Estado del Gobierno en defensa de los intereses de
España y, como es lógico, continuará prestándolo. Por ello, es sumamente
importante una estrecha colaboración entre el Gobierno y la Comisión
Mixta, entre el Parlamento y el Gobierno.

Efectivamente, como el señor Ministro ha dicho, para defender nuestros
intereses, España debe participar activamente en el diseño de las
respuestas de la Unión Europea a los nuevos desafíos. El señor Matutes
sabe muy bien, porque vive el tema desde hace muchos años, que en los
desafíos, que entonces eran comunitarios y ahora son de la Unión Europea,
hacen falta grandes dosis de imaginación, de negociación, de
flexibilidad, pero también, cuando llega el momento oportuno, de firmeza;
firmeza que en muchas ocasiones hemos echado en falta en las
negociaciones y que creo que en este momento estamos dispuestos a asumir.

El dictamen de la Comisión Mixta para la Unión Europea en relación con el
informe elaborado por la ponencia sobre consecuencias para España de la
ampliación de la Unión Europea y reformas institucionales establecía el
año pasado, al final de la anterior legislatura, las líneas maestras que
este Parlamento, de forma consensuada, decidió que debían seguirse en la
actuación del Gobierno en las instancias europeas. Y veo con gran
satisfacción que en todos y cada uno de los puntos del discurso del señor
Ministro se siguen, y no solamente se siguen sino que se mejoran, las
indicaciones del dictamen de dicha Comisión.

El señor Ministro ha mencionado el segundo objetivo de la Conferencia
intergubernamental, según el dictamen, que es la ampliación de la
capacidad de acción exterior de la Unión Europea para convertir a ésta en
un sujeto de la comunidad internacional que contribuya decisivamente a la
defensa de la democracia, de los derechos humanos, a la seguridad y a la
paz en el mundo. Yo quería hacer una pequeña puntualización, en la que
seguro que el señor Ministro está de acuerdo conmigo, en el sentido de
que para que se amplíe de verdad la capacidad de acción exterior en la
Unión Europea, habrá que conjugar más y más, de forma paulatina y
constante la dimensión política y la dimensión económica de la Unión
Europea para que esta Unión, que es un gigante económico, deje de tener
los pies de barro cuando actúa en el campo político.

Las prioridades que ha mencionado el señor Ministro en la política
exterior de la Unión son prioridades también consensuadas en esta
Comisión y en este Parlamento, Congreso y Senado.

Me gustaría hacerle algunas preguntas respecto al Mediterráneo, cuestión
en la que quiero hacer una pequeña puntualización en este momento, ya que
a estas alturas del debate creo que se han mezclado completamente los
temas de la primera y segunda comparecencia. No solamente se ha hablado
de las líneas generales de la actuación del Gobierno en política europea,
sino que, a tenor de las preguntas que mis compañeros de otros grupos
parlamentarios han hecho, también se ha entrado en el tema de los
progresos o de las actuaciones de la Presidencia italiana, por lo cual,
también yo voy a mezclar mis observaciones respecto a ambos temas.

Respecto al Mediterráneo, que es un aspecto muy importante de la política
exterior de la Unión y, en concreto, de la política exterior de España
como país miembro de la misma, creo recordar que la paralización del
programa MEDA es consecuencia de un contencioso entre Turquía y Grecia
sobre unos islotes del Mar Egeo. A nosotros nos gustaría saber en qué
estado se encuentra esa negociación para que efectivamente se puedan
desbloquear los fondos que ha mencionado el Ministro y puedan continuar
en marcha



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las políticas comunitarias en el Mediterráneo, de modo que no se pierdan
esos cientos de millones de ecus que estaban disponibles para 1996.

En este mismo tema del Mediterráneo y siguiendo la intervención de mi
compañero el señor Guardans, me gustaría que el Ministro comentase algo
sobre el Comité de seguimiento de la Conferencia de Barcelona, que creo
recordar que se ha reunido también durante la Presidencia italiana y cuyo
seguimiento ésta consideró como prioritario.

En cuanto a la paz en la ex Yugoslavia, yo querría que me informase
acerca de cuál va a ser la política del Gobierno español dentro de la
política europea respecto al mantenimiento de la paz, a la monetarización
de las elecciones en la República de Bosnia y a la importante labor que
las Fuerzas Armadas españolas encuadradas en IFOR están realizando en la
zona, así como, de la espléndida labor que el Administrador de la Unión
Europea en la región de Mostar, el señor Pérez Casado, valenciano como
yo, está realizando en aquel lugar.

En lo que se refiere a la aproximación de la Unión Europea a los
ciudadanos, que el señor Ministro ha mencionado como segundo objetivo de
la Conferencia intergubernamental y de la política del Gobierno en
Europa, yo también me uno al interés de los compañeros que me han
precedido en el uso de la palabra sobre lo que ha sucedido o va a suceder
con el pacto de confianza para el empleo. Todos sabemos que los Estados
miembros rechazaron hace unos meses la utilización de los excedentes de
la línea agrícola para financiar las grandes redes y la investigación.

Todos conocemos también la postura que el Presidente del Gobierno de
España, señor Aznar, tiene respecto a la no aceptación de la vinculación
de los fondos estructurales a la creación de empleo. ¿Qué piensa el señor
Matutes que va a pasar con la comunicación aprobada por la Comisión el
pasado día 5 de junio y que previsiblemente se discutirá en el Consejo de
Florencia?
Respecto a la seguridad, creo que la seguridad interior y exterior, las
fronteras interiores y exteriores de la Unión, y la seguridad ciudadana
van a ser dos de los grandes temas que se discutirán en la Conferencia
intergubernamental en Florencia. En este sentido, quiero felicitar al
señor Ministro, como representante del Gobierno, por los grandes avances
que ha hecho nuestro país en el establecimiento de una relación especial
con nuestro vecino francés para la lucha contra el terrorismo y el crimen
organizado. Creo que es un paso importantísimo que debíamos haber dado
hace muchos años, pero nunca es tarde si la dicha llega y será un buen
punto de partida. También será tremendamente importante que consigamos
desbloquear la oficina europea de policía, de Europool, que debe jugar un
papel tan importante en la coordinación de las políticas de seguridad
interior.

Quiero referirme especialmente a una cuestión a la que el señor Ministro
ha aludido como objetivo de la Conferencia intergubernamental y que se
refiere a los esfuerzos que va a hacer el Gobierno español para
introducir en el Tratado un artículo y un protocolo que establezca el
carácter permanente de las regiones ultraperiféricas, como ha mencionado
el señor Mardones, en concreto, de Canarias, y que también se mencionaba
en el dictamen de la Comisión Mixta. Creo que es un tema muy importante y
comprendo que haya reticencias por parte de algunos Estados europeos.

Comprendo que la negociación será difícil, pero quiero que sepa el señor
Ministro que cuenta con el apoyo de este grupo parlamentario y creo que
con el de la Comisión Mixta y el Parlamento en general para la
negociación de este punto que es de suma importancia para España y para
la cohesión económica y social de la Unión Europea.

Señor Ministro, nosotros opinamos con usted que la próxima ampliación,
proyecto asumido por España, es de enorme trascendencia para la
estabilidad y prosperidad de nuestro continente, pero, como usted bien ha
dicho, como podían barajarse varias formas de llevarla a cabo, celebramos
el compromiso del señor Ministro, en nombre del Gobierno, de llevarla a
buen término mediante la consolidación de las estructuras y de las
políticas de la Unión que han sido las claves de su éxito. Esto significa
que debe haber un mantenimiento de las políticas estructurales, de las
políticas de solidaridad, de las políticas de cohesión, un marco
institucional único y un sistema de recursos suficientes. Y, si me
permite el señor Matutes, yo, de ahora en adelante, voy a hacer mía su
frase, que me ha llamado mucho la atención porque creo que define
bastante bien lo que tiene que ser nuestra posición a este respecto,
cuando ha dicho: Quienes pretenden ampliar la Unión sin reforzar sus
recursos propios o no se toman en serio la ampliación o no se toman en
serio el acervo. Y yo creo que es el acervo comunitario lo que ha hecho
que la Unión Europea, entonces Comunidad Europea, haya progresado hasta
donde se encuentra en este momento y que es lo que la hace atractiva y
deseable para pertenecer a ella a los países que están fuera en este
momento.

Por ello, el nuevo sistema de recursos deberá contemplar no solamente lo
que necesita la Unión en este momento para continuar funcionando, sino
también lo que debe necesitar en un momento posterior para que funcione
de la misma manera con los nuevos Estados miembros, y el nuevo sistema
financiero deberá tener en consideración la prosperidad relativa de los
países, la suficiencia de medios en el establecimiento de nuevas
políticas comunitarias y el mantenimiento de las políticas de
solidaridad.

Respecto a la Unión Económica y Monetaria, yo y mi Grupo Parlamentario
pensamos, como el señor Ministro, que de lo que se trata en estos
momentos, más allá de lo que sea o de lo que no sea, es de la capacidad
de nuestro país de consolidar una economía sana que asegure un
crecimiento sostenible y la creación de empleo, que es el requisito
básico para el mantenimiento de las políticas sociales, que es lo que
todos deseamos.

En este sentido, me gustaría saber cuáles son las líneas generales que se
decidieron en el Ecofin de Verona respecto al diseño de un nuevo esquema
del sistema monetario europeo y las relaciones entre los países «in and
out», los países que estén dentro de la tercera fase de la Unión
Económica y Monetaria y la Moneda común y los que no lleguen a estar en
el primer pelotón, que espero que no sea el caso de España, pero que es
interesante y conveniente saber cuál será la relación.




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No me voy a extender mucho más, pero sí querría mencionar sobre la
Presidencia italiana --que creo que es la opinión de todos los aquí
presentes-- que ha sido de tránsito por razones diversas, no todas ellas
resultado de la pericia o no de la Presidencia. Yo creo que la
Presidencia italiana, en realidad, no ha tenido mucho que ver, sino que,
en concreto, la falta de capacidad de decisión, por razones ajenas a la
Presidencia italiana, ha impedido sacar adelante muchos de los temas
comunitarios. Quizá lo único remarcable en esta Presidencia italiana haya
sido el inicio de los trabajos de la Conferencia Intergubernamental en
Turín y la firma de algún acuerdo importante, como puede ser el de
Eslovenia.

Digamos también, a título de anécdota, que algo que en este momento se
considera como un suceso desdichado durante la Presidencia italiana, cual
es el tema de las vacas locas, quizá nos haya servido para ver hasta qué
punto es importante encontrar en la Conferencia Intergubernamental un
sistema de decisión que no impida la buena marcha de las instituciones y
de la Unión Europea. El tema de las vacas locas no es solamente un tema
inglés, sino que pone de manifiesto que se necesitan soluciones prontas y
también una cierta solidaridad con los demás Estados miembros, aunque los
asuntos nacionales no vayan en todo momento como debieran. No se debe
utilizar la Unión Europea como excusa, como se ha venido utilizando
durante muchos años por muchos países, para solucionar problemas que se
solucionan, sobre todo y en primer lugar, dentro de las fronteras
nacionales.

Quiero también mencionar que muchos de los temas que se le han preguntado
en esta primera comparecencia, señor Ministro, han sido negociados por
presidencias y gobiernos anteriores, por lo cual yo comprenderé que sus
respuestas a algunas de estas preguntas no sean las que usted podría
darme, por ejemplo, sobre temas como la buena marcha y la firma del
Tratado de Asociación con Marruecos, que yo considero que es un logro muy
importante para España y para la Unión Europea y sé hasta qué punto es un
tema conocido por usted, en el que usted se ha implicado y que usted ha
fomentado hasta el último momento. Quizá, sin sus buenas relaciones con
los dirigentes marroquíes, este tema no hubiese sido posible. Por ello le
felicito.

Respecto al tema de Iberoamérica, tan querido por nosotros, quiero
puntualizar, siguiendo lo dicho por el señor Guardans, que a mí no me
extraña la decisión adoptada por la Unión Europea, al contrario de lo que
sucede con otros grupos políticos; y no me extraña a mí como no le
extraña tampoco a la mayoría de los Diputados aquí presentes. Como ha
mencionado el señor Guardans, ayer se aprobó en la Cámara una proposición
no de ley sobre el tema cubano, en la que todos reconocemos que el
Gobierno cubano no ha hecho lo que tiene que hacer para la evolución de
las libertades en Cuba y el establecimiento de un sistema democrático en
la isla, y es por ello por lo que nosotros, queriendo, como queremos, lo
mejor para el pueblo cubano --y cuando digo el pueblo cubano digo los
ciudadanos de Cuba, la gente de Cuba--, entendemos perfectamente lo que
ha sucedido en la Unión. Y entendiendo lo que ha sucedido en la Unión,
haremos todo lo posible y deseamos que se desbloquee este punto oscuro
que impide que la Unión Europea continúe colaborando o pueda unir sus
esfuerzos para la evolución de la situación política y del régimen de las
libertades.

Espero que otros temas importantes para España y para la Unión Europea, e
importantes para usted porque los conoce y ha trabajado en ellos desde
siempre, como es el Acuerdo político, económico y comercial entre la
Unión Europea y sus Estados miembros y Méjico y el Acuerdo de Cooperación
entre la Unión Europea y Chile, tan importante en estos momentos en los
que Chile pasa a ser miembro asociado de Mercosur, se puede afirmar,
efectivamente, en el Consejo de Florencia, si es posible y, si no, a la
mayor brevedad.

Y respecto al tema de Canadá, me gustaría preguntarle cuál es el estado
de las negociaciones sobre el plan de acción y la declaración conjunta,
que tan importante será para las futuras relaciones entre la Unión
Europea y Canadá y, sobre todo, para los intereses de España con ese
país, como el tema de la pesquería, que todos recordamos en estos
momentos.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Gracias, señor
Presidente.

Señorías, me aconsejaba el Presidente que no me alargara mucho porque
habrá después otro turno de réplica. Yo voy a intentar ser breve, pero al
propio tiempo contestar a sus cuestiones, que es mi obligación.

Yo agradezco al portavoz socialista, señor Costa, su tono constructivo y
quiero repetir una afirmación que quisiera que fuera una constante a lo
largo de mi permanencia en esta responsabilidad; ya lo dije en la
Comisión de Exteriores, en el Congreso y en el Senado, y lo repito ahora:
pretendemos, pretendo edificar sobre lo ya construido, y como muy bien
decía el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Martínez Casañ,
disponemos de un dictamen de esa Comisión Mixta, que yo comparto
plenamente, que fue aprobado por unanimidad y que, por tanto, facilita
esa tarea de consenso en lo que ha sido, y espero que siga siendo --y
quiero ratificar lo que ha dicho el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular--, un comportamiento ejemplar en ese tema de Estado a lo largo de
los últimos doce años, prescindiendo de discrepancias concretas y
puntuales. Quiero que lo siga siendo, y por mi parte ya les contesto a
todos, en una petición unánime, ofreciéndoles no sólo transparencia e
información, sino la máxima apertura de espíritu para tener en cuenta sus
sugerencias. Y por ello mismo, es muy importante que huyamos de
ejercicios de hipocresía o de tartufismo, que son explicables porque hay
que marcar diferencias y matices entre los grupos, pero, si es posible,
nunca afectando a un interés esencial o deformando una realidad cuando
ésa nos afecta seriamente.

Es verdad que la Conferencia Intergubernamental ha avanzado poco --eso
mismo lo dije yo anteayer en la conferencia de prensa después del
cónclave en Roma--, pero



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esto no debe alarmarnos. La Conferencia se ha abierto hace menos de tres
meses y en ese primer período las reuniones han consistido, pura y
simplemente, en la exposición por parte de los Estados miembros de lo que
eran sus prioridades. Cada Estado miembro ha marcado su terreno, ha
dejado claro cuáles eran sus prioridades para aviso de navegantes, y
ahora es cuando tiene que empezar la fase de debate, cruzando propuestas,
y después vendrá la fase de negociación. Por lo tanto, que nadie se
alarme porque se hayan producido pocos progresos porque en este tipo de
conferencias --tenemos la experiencia de Maastricht y de todas las
anteriores-- nada se acuerda hasta que todo o casi todo se ha acordado,
porque ésa es una regla elemental en toda negociación. En definitiva, no
nos pongamos nerviosos ni consideremos que eso es un drama porque no lo
es, sino que obedece a la propia mecánica, a la lógica de la situación.

Ya se está hablando de otra conferencia informal de Jefes de Estado y de
Gobierno para septiembre u octubre, y eso no es más que un síntoma del
deseo que tienen los Estados miembros de acelerar las últimas fases de
esta Conferencia que, a priori, debería terminar, como ustedes saben, en
marzo.

En cuanto a las relaciones con Francia, no ha habido ningún cambio de
orientación que haga referencia a la Unión Europea. Ha habido un deseo
manifestado por ambos cancilleres, y después ratificado por los dos
mandatarios, el señor Chirac y el señor Aznar, de reforzar la cooperación
y, de momento, ese reforzamiento se está notando en un tema fundamental,
como es la cooperación antiterrorista. Creo que todos nos debemos
felicitar por ello y no empezar a levantar sospechas que no tienen
absolutamente ningún fundamento. Por ello mismo, las prioridades
españolas son las mismas que había y, desde luego, yo le ratifico al
señor Costa, y a todos los demás portavoces que se han interesado, que la
ampliación no se hará en absoluto a costa de los fondos estructurales ni
de la PAC. Lo he dicho en mi primera exposición y el señor Martínez Casañ
ha recordado una frase que es bastante ejemplar: el que quiera hacer la
ampliación sin suficiencia de fondos, o no se toma en serio la ampliación
o no se toma en serio el acervo comunitario y, por lo tanto, las
políticas de cohesión, que son parte esencial de ese acervo comunitario.

En el objetivo de la Unión Económica y Monetaria no ha habido ningún
titubeo ni, pese a que algunos se han esforzado en buscarlas, ninguna
contradicción, absolutamente ninguna. En una ya famosa entrevista en la
prensa dije claramente que este Gobierno se iba a esforzar en cumplir las
condiciones de convergencia, los famosos cuatro criterios, y se me
preguntó al final: ¿Y qué ocurre si con ese año y medio de que se dispone
no se ha logrado estar en los cuatro márgenes? Y se hace una especulación
muy lógica --que yo creo que todas sus señorías comparten y que alguno de
mis predecesores la ha compartido públicamente--: si en un año hemos sido
capaces de hacer un esfuerzo que ha situado el tren sobre los raíles y
estamos avanzando en la buena dirección, el problema menor es si nos
faltan dos o tres semanas, y si en un supuesto hipotético hubiera que
parar el reloj dos o tres semanas, por eso no se hundiría el mundo. Yo
creo que ésa es una declaración que cualquier persona sensata puede
suscribir: si se acierta en lo principal, eso es lo fundamental. Pero
después esa simple hipótesis especulativa se tomó como pretexto para
decir: es que eso quiere decir que España no piensa cumplir. No, eso no
es lo que quiere decir; quiere decir lo que dice: que estamos empeñados y
comprometidos en esa tarea y, desde luego, las políticas adoptadas en ese
sentido son totalmente coherentes con el cumplimiento de los objetivos.

Y, seamos serios, después de 13 años en los que se han desaprovechado
coyunturas magníficas y esos criterios en vez de converger han divergido,
el que al mes y medio ya nos estén metiendo prisas cuando tenemos un año
y medio para resolverlo, me parece que es o falta de información o un
ejercicio ciertamente poco riguroso. Por lo tanto, vamos hacia este
objetivo, somos conscientes de lo que se juega España y las políticas
adoptadas son coherentes con este objetivo.

Y el que en un momento determinado se decida gravar unos determinados
actos, simétricamente a como lo hacen nuestros socios europeos, no es
sino otro modo justamente de converger en las políticas económicas,
porque al final ésas son las consecuencias: si tú discriminas respecto de
tus socios ciertas operaciones de capital en un marco de libertades como
en el que estamos, estos capitales se van a otro sitio; o los dejas
totalmente bloqueados en los mercados, y entonces no tienen ninguna
movilidad ni ninguna rentabilidad, o simplemente se van, y entonces
tenemos que financiar el déficit público con capitales extranjeros, con
unas primas de riesgo mucho mayores que si pudiéramos financiarlo con
ahorro español. Ya que estamos en un club de señores que manejan estas
cosas con cierta competencia --y ahí están los resultados--, vamos a
intentar acercarnos a ellos, y sólo a través de políticas que son
similares podemos lograr estos objetivos. Y puesto que las mismas tienen
un desgaste en algún momento, lo que hay que hacer es aplaudir a quien
asume la responsabilidad y tiene el valor de afrontar este desgaste
frente a determinadas actitudes corporativas.

Concesiones al Reino Unido: ninguna, ni se van a hacer. Yo mismo he
ratificado claramente en varias ocasiones a mi colega británico, Malcolm
Rifkind, que en estos momentos el principal problema que tenemos nosotros
como españoles es, justamente, esa amenaza de veto por parte británica,
porque nosotros vamos a tomar las decisiones en relación con el plan de
erradicación de «vacas locas» en función de criterios técnicos y
científicos; no vamos a aplicar ningún criterio político, por más
comprensión que se pida. La comprensión se traducirá en que no estamos en
contra de que utilicen también fondos comunitarios para ayudarles a
resolver ese problema, pero no van a hacernos tomar una decisión que
pudiera poner en peligro la salud de los consumidores españoles o,
simplemente, la salud de la cabaña española.

¿Qué va a ocurrir? No lo sabemos. Es público y notorio --hoy sale en los
medios de comunicación-- que el lunes pasado la Comisión y los Estados
miembros endurecimos nuestra posición frente al Reino Unido diciendo: no,
ese plan que ustedes presentan técnicamente puede ser viable como marco,
pero aquí hay que sacrificar más vacas, aquí



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no es posible hablar de que no pueden exportar a los países de la
Comunidad y sí pueden exportar a terceros países. Ellos dicen: Y si esos
terceros países quiere comprar, ¿por qué negarles el derecho a comprar?
Porque no nos parece ético de momento plantearlo en estos términos. Hay
que sacrificar más ganado y aquí no podemos hablar de fechas, aquí hay
que hablar de condiciones y, sobre todo, la condición esencial es que el
comité científico multidisciplinar que se está creando hoy, que los
comités veterinarios, que los demás comités técnicos y científicos den en
cada momento su opinión favorable a cualquier fase de este plan. A partir
de aquí, y si ustedes no siguen hablando de bloqueo, se podrá examinar
después el coste, se podrá examinar para el futuro un posible calendario,
pero hoy no podemos hablar más que de un marco que tiene que estar
únicamente condicionado por razones técnicas y de salud, ninguna otra
consideración. Eso es duro para el Reino Unido, a priori no lo descarto,
veremos lo que ocurre porque la propuesta de la Comisión, repito, ha sido
mucho más dura de lo que incluso podía parecer por la reunión del lunes
en Roma, y si, además, el Reino Unido continúa en una actitud flexible en
relación con su amenaza de veto de bloqueo de otras decisiones, es
posible que haya un marco, que no un calendario, un plan a priori
aprobado para la erradicación. Yo no quiero ser ni pesimista ni
optimista, pero les aseguro que la delegación española, presidida por el
Presidente del Gobierno, será firme en ese concepto y esperemos que eso
no lleve al bloqueo a la Conferencia. Repito que yo he visto una actitud
británica mucho más abierta, mucho más responsable y, por lo tanto, vamos
a ver lo que ocurre.

En cuanto al tercer pilar --estoy contestando el primer guión del
portavoz, señor Costa, pero la mayoría de estos temas, igual que el de
«las vacas locas», ha sido expuesta por todos y a todos me refiero--, es
un tema fundamental que España está consiguiendo que se convierta en la
máxima prioridad. Todos somos conscientes de que edificar una política
exterior y de seguridad común va a costar tiempo; ésa es una expresión
radical de lo que es la soberanía de un país. Hemos de empezar porque las
«guidelines» --las grandes decisiones-- se tomen por unanimidad y que,
después, en la ejecución de esas líneas generales se vaya aceptando, como
norma, la mayoría cualificada, pero todo esto empezará siendo un
ejercicio intergubernamental --como conoce muy bien el Presidente de la
Comisión-- y acabará probablemente comunitarizándose. Llevará años. No
tiene ningún sentido, en cambio, que lleve tantos años la creación de un
espacio judicial único. Ese es un tema absolutamente fundamental y que en
los próximos años dominará el debate político como ese tema que hoy es
único y prioritario por lo dramático, que es el empleo. El otro estará
poco más o menos equiparado. ¿Por qué? Basta ver las tendencias. Hoy las
organizaciones criminales organizadas se mueven con unos medios
financieros y técnicos inmensos. El dinero circula a la velocidad de la
luz, al igual que los faxes. Ya se están produciendo en algunos países,
connivencias entre organizaciones criminales organizadas y grupos
terroristas, y un ejemplo claro es Colombia. Esa es una amenaza cada día
mayor para todos y, mientras tanto, nosotros, exagerando, andamos todavía
con policías con un pito y una gorra. La única forma de combatir ese
problema, que cada día será mayor y que nos puede afectar
grandísimamente, es a base de dotar más medios a nuestras Fuerzas y
mediante la cooperación internacional. Y ésa es una prioridad que está
poniendo España sobre la mesa. Tiene mucho sentido que, si hay un mercado
único en lo económico, haya también un espacio único en lo judicial, en
lo civil, en lo mercantil y en lo penal. Por ahí tienen que avanzar y
avanzan nuestras posiciones. Nosotros queremos que haya un convenio de
extradición, donde no exista un derecho de asilo político en el seno de
unos países que cumplen unos estándares altísimos; queremos que baste que
el solicitante de la extradición lo pida y que no tenga que ser la
conjunción del país extraditante y del país extraditado, por así decirlo;
que baste el requerimiento de uno de los dos o, si no, que el otro
compense, si se exige la concurrencia de los dos, y que la pertenencia
clara y explícita y la colaboración con banda armada pueda ser un hecho
suficiente. Lo mismo por lo que respecta a la lucha contra el
narcotráfico y contra todas las formas de criminalidad organizada, que
cada día serán mayor amenaza. En el campo policial es evidente que el
Convenio Europol es un gran paso adelante.

Sobre si es razonable hacerlo a 14, es evidente que es más razonable
hacerlo a 15, pero si hay uno que no acepta la jurisdicción del Tribunal
Superior de Justicia de Luxemburgo y podemos hacerlo a 14, lo vamos a
hacer a 14. Mejor es hacerlo a 14 que dejar de hacerlo.

Un tema importante que a todos ha afectado es el de Cuba. ¿Es que ha
cambiado la posición española en el seno de la Unión Europea? No, en
absoluto. En el seno de la Unión Europea la posición española se
mantiene. Donde hemos introducido matices, que es donde no había una
perfecta coherencia, es en la posición española en su relación bilateral
con Cuba; ahí sí hemos introducido algunos matices. Repito que no era
coherente. Nosotros hemos apoyado siempre la posición de la Comisión, que
establece que la cooperación y los acuerdos de cooperación, a instancia
del Vicepresidente Marín y mía, son acuerdos de cooperación de tercera
generación que introducen el respeto a las libertades democráticas y a
los derechos humanos. Y se hizo una excepción con Cuba, precisamente por
lo próxima que está y para que ayudara a poner en marcha este proceso de
reformas, y así como a todos los demás países se les exige que esas
libertades estén plenamente consolidadas y reconocidas, en el caso de
Cuba sólo se le pedía que iniciara un proceso de reforma, algunas
amnistías políticas, y enseguida con el acuerdo de cooperación con la
Unión Europea se les ayudaría para ir completando esas reformas con el
tiempo; o sea, se les daba incluso un voto de confianza y era suficiente
con que iniciara unas mínimas reformas, a las que el régimen se negó. Por
eso, a propuesta del propio Vicepresidente Marín --que no es sospechoso
en este sentido de prejuicios ideológicos-- la Comisión dio por imposible
ese acuerdo de cooperación. ¿Entonces, cuál es la posición de España?
Exactamente la misma. Sobre el tema del comercio, nosotros hemos
condenado y estaremos siempre en contra de cualquier tipo de embargo al
comercio



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con Cuba; libre comercio, ése es un tema de particulares; libre
inversión, ése es otro tema de particulares; continuaremos prestando
ayuda humanitaria para que la población cubana no pague en ningún caso
las consecuencias de esa situación de bloqueo político en Cuba. En cuanto
a la cooperación, seremos selectivos. Queremos que haya cooperación, pero
queremos financiar proyectos de cooperación que sirvan para iniciar
aperturas y reformas. En estos momentos es un hecho público y notorio que
en Cuba los duros se han impuesto en los últimos tiempos. Hay que
enfocarlo positivamente. Hay que intentar que haya diálogo, pero en la
cooperación hay que ser selectivo, y ése es el único matiz que
introducimos: que queremos que la cooperación sirva para que en Cuba se
inicien reformas conducentes a un mayor respeto por las libertades y por
los derechos humanos.

En cuanto al desbloqueo del Plan Meda, ¿qué ha hecho el Gobierno español
en un tema que ha preocupado a todos y que me preocupa muy especialmente?
Cuando la Presidencia italiana constató la imposibilidad de llegar a un
acuerdo por el bloqueo, pura y simplemente dijo que lo pasaban al próximo
Consejo de Ministros de Asuntos Generales del mes de julio, y quien les
habla se opuso y exigió que se llevara al Consejo Europeo a ver si a
nivel de Jefes de Estado y de Gobierno se puede poner más presión
política para desbloquearlo. Soy consciente de que es absolutamente
cierto lo que dicen ustedes, es que esto pone en peligro la credibilidad
de la Conferencia de Barcelona, es que pone en peligro la credibilidad de
la propia Unión Europea, porque es que aquí hay una relación bilateral.

Por ejemplo, en el caso de Turquía, el reglamento financiero, las ayudas
financieras son la contrapartida que la Unión Europea está obligada
contractualmente a ofrecer a cambio de la Unión Aduanera. En los demás
países, en general, son concesiones unilaterales, pero es evidente que es
la credibilidad de la propia Unión Europea no sólo por lo que pueda
afectar a Argelia, bien necesitada, o Marruecos, sino por lo que puede
incluso afectar al proceso de paz de Oriente Medio en un momento crítico,
donde el Líbano necesita este dinero para acometer su reconstrucción,
donde Jordania y Egipto necesitan urgentemente ese dinero para tener más
aplacada a una población que sufre gravísimas deficiencias. Si la Unión
Europea no puede cumplir sus compromisos, está claro que está siendo ella
en sí misma objeto de falta de credibilidad y que, además, no está
precisamente haciendo una aportación positiva a un proceso de paz que
está en un momento ciertamente difícil.

Respecto a Grecia, el Gobierno griego me ha hecho saber que tienen el
Congreso del Pasoc --Partido Socialista griego-- el 26 o el 27 de junio,
y ése es un tema grave para ellos y están en una situación muy difícil
para desbloquear nada antes de esa fecha. Esa es la situación y yo mismo
no soy optimista respecto de lo que se puede hacer, pero el respeto a las
reglas es fundamental en una Comunidad de Derecho, como la nuestra, y
aquí la regla es que se exige la unanimidad.

En cuanto al cuadro de la OTAN en Berlín, creo que las declaraciones han
sido muy claras, con todos los respetos, y, además, implícitamente así lo
han venido a decir el señor Costa y la propia portavoz de Izquierda
Unida.

Hubo un discurso de nuestro Rey la última semana del Gobierno anterior en
funciones, que me fue consultado, y que contaba con todo el apoyo; era la
propia posición del Gobierno anterior. No dijo claramente qué era lo que
pensaba en aquel momento --porque, como Rey, no era más que el portavoz
de una posición del Gobierno, aunque, repito, no era sólo la posición del
Gobierno--, y decía que, después de la distensión entre el Este y el
Oeste, la OTAN afronta unos nuevos retos, la situación es muy distinta y,
por tanto, tiene que hablarse de una nueva OTAN y de una nueva
estructura.

El primer elemento es que estamos hablando de una nueva OTAN; veremos en
qué queda esa reforma. Si después de la reforma la identidad europea sale
reforzada, el papel que se le asigna a España está en proporción con el
papel que España tiene que jugar y puede afrontar a esa organización, en
definitiva, si cuando todo eso se haya visto, consideramos que es bueno
para los intereses generales de España y los españoles el incorporarnos,
entonces lo decidiremos y es posible que nos incorporemos.

Esa es la posición que este Ministro dejó muy clara en Berlín, y sigue
siendo la posición del Gobierno, aunque ése no sea un tema estrictamente
comunitario, puesto que he dicho que, además, la OTAN hace su reforma sin
esperar a la Conferencia Intergubernamental. La OTAN es una organización
de defensa y de seguridad independiente, y entiendo que no tiene por qué
esperar al resultado de la Conferencia Intergubernamental. Cuestión
distinta es que en esa reforma los Estados miembros de la OTAN, que,
además, son miembros de la Unión Europea no tengan en cuenta la evolución
que va a seguir la Unión Europea, donde soy muy partidario de esa
progresiva incorporación de la Unión Europea occidental dentro de la
Unión Europea y de ir reforzando ese pilar europeo dentro de la Alianza
Trasantlántica. Pero hasta cierto punto tiene su lógica que, ante unas
circunstancias tan cambiantes en el mundo y, sobre todo, en el Este de
Europa, la OTAN acometa con prontitud su reforma para adaptarse a esos
nuevos tiempos y para que sea otra OTAN.

En cuanto a las OCM, es cierto que son muy importantes y que el tema de
las frutas y hortalizas está en la agenda, pero este Gobierno sólo lleva
un mes y medio, y en el Consejo Europeo no se renegocia un tema, esté
negociado por un Gobierno anterior, o por el mismo Gobierno. Quizá este
tema se desbloquee. Yo también tengo preocupación por alguno de esos
aspectos, como la tengo por la OCM del vino, que sigue estancada, y por
la del aceite de oliva. Pero en estos momentos les pido un margen de
confianza. Vamos a ver si conseguimos mejorarlas, para que atiendan mejor
a lo que son intereses compartidos por todos.

Ya he contestado a las cuestiones que se han planteado sobre la
Conferencia Intergubernamental, el problema de las «vacas locas», Cuba y
la OTAN, y quedan varios temas pendientes.

En cuanto al pacto por el empleo, éste es un tema en el que, como es
lógico, todos tenemos un gran interés. Comparto



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las afirmaciones del portavoz del Grupo de Senadores Nacionalistas
Vascos, señor Gangoiti, en el sentido de que en Europa estamos resultando
incapaces de generar empleo. Eso es muy grave. Si ustedes leen «The Wall
Street Journal» de hoy, que se dedica monográficamente a este tema, verán
que destaca con alarma el peligro que tiene Europa de pasar a ser una
región casi del tercer mundo en pocos años. Y la comparación que hace es
tremenda, dramática: los Estados Unidos en los últimos veinte años han
creado 35 millones de nuevos empleos; en Europa, hemos creado cinco
millones de nuevos empleos.

Efectivamente, la dinámica a la que se refería el señor Gangoiti es
exactamente la que se produce. Cuando estamos en un período de gran
crecimiento económico, nuestra tasa de paro se estabiliza; si nos
encontramos en un período de mayor moderación en el crecimiento, o en un
período recesivo, automáticamente bajamos otro peldaño. Pero cuando
vuelve la buena coyuntura, nos quedamos estabilizados, por lo que estamos
descendiendo peldaño tras peldaño, y a lo máximo que aspiramos es a
mantener la tasa de paro paralizada. Creo que todo ello nos debería hacer
reflexionar también aquí, sin ninguna clase de tartufismo, acerca de si
nos damos cuenta del gran coste que ello comporta, no sólo en términos
económicos, por la falta de renovación de nuestro tejido productivo, sino
del coste social y político que supone para todos nosotros, porque
estamos discriminando a generaciones enteras, a las que estamos haciendo
objeto de la peor de las discriminaciones, la que existe entre quien
tiene un puesto de trabajo y aquel a quien se le niega esa oportunidad,
en función de unos supuestos derechos que no se extienden ni a la
relación entre marido y mujer, ni a otros muchos. Por tanto, creo que
debemos enfocar este tema con la mente abierta y siendo conscientes del
gran reto que tenemos. Hay políticas para ello, pero también tienen su
coste. Hemos de saber si no valdrá la pena en algún momento pagar una
parte de ese precio para, al menos, disminuir la gravedad social, a largo
plazo, del problema.

Hay muchos temas conflictivos en la Conferencia Intergubernamental. El
que más me preocupa es el relativo a la cláusula general de flexibilidad,
tema de la Unión Monetaria, de las relaciones entre monedas «in» y
monedas «out». Existe el peligro, además, de que por esa vía, y dictando
normas sólo para los «in», para los que estén en ese núcleo --dudo de que
por eso sea tan importante que sea un núcleo ampliado--, se acabara
afectando incluso el acervo comunitario hasta la propia unidad del
mercado interior. Porque si, por una parte, se habla de que cuando a un
país el mercado a lo mejor lo devalúa, después sus exportaciones pueden
tener que estar sujetas a gravámenes adicionales, o se habla de que los
países que no han devaluado tendrán derecho a aplicar unas ayudas
estatales «ad hoc» para su propia agricultura, se está atentando a la
propia unidad de mercado. Por tanto, ése es un tema que nos preocupa
muchísimo y por eso exigimos que no haya cláusulas de flexibilidad sin
que las reglas de juego estén perfectamente determinadas desde el
principio.

En cuanto a la reforma institucional, al número de miembros de la
Comisión, ésta no puede funcionar cuando seamos 25 países con 33
miembros, porque entonces no sería un cuerpo ejecutivo, sino un
Parlamento. Los equilibrios actuales deben mantenerse. Por tanto, habrá
que tratar de la ponderación de voto en el Consejo, de cómo se van a
redistribuir los puestos y de cuántos Diputados habrá por país, porque el
Parlamento Europeo no puede seguir creciendo indefinidamente. También,
habrá que estudiar qué pasa con la política exterior, con las reglas de
la unanimidad, las reglas de la mayoría cualificada, tercer pilar al que
ya me he referido.

Con relación al referéndum, no lo veo necesario, ni la Constitución lo
exige. Señorías, estamos aquí cobrando un sueldo para hacer nuestro
trabajo en temas tan complejos como el relativo a la Unión Económica y
Monetaria y tantos otros. Realmente, tenemos que cumplir con el trabajo
que nos asigna la Constitución, como es que estudiemos bien los temas y
luego votemos en conciencia y consecuencia.

Respecto de los planes del Gobierno para la paz en Oriente Medio,
naturalmente, los planes consisten en que no haya un silencio de la Unión
Europea frente a este tema. Hay unos países que son partidarios, en una
situación difícil como la que se vive, de que la Unión Europea no haga un
comunicado en Florencia sobre este tema. Eso sería un gran error, sería
automarginarse de un proceso en el que ha costado muchísimo entrar. Creo,
pues, que tendría que hacer un comunicado y que tiene que repetir las
bases que ya se repitieron en la Conferencia de Venecia al respecto.

Con relación a las elecciones en Rusia, ciertamente, nos preocupan a
todos. Pero vamos a ser coherentes y respetuosos con lo que los
ciudadanos rusos decidan libremente. Naturalmente, todos somos
conscientes de que en Rusia se ha iniciado un proceso doloroso y difícil
de reformas políticas y económicas, de que este proceso no está ni
muchísimo menos terminado y que tiene que continuar. Esperemos que
continúe en todo caso.

Ese agregado en el Reper, ¿cómo va a funcionar? Va a funcionar
coordinando previamente las posiciones de las Comunidades Autónomas a las
que representa, y ahí es donde juega su papel el Ministerio de
Comunidades Autónomas, y después ejercerá su función en la representación
permanente. Por lo tanto, ya es una función de carácter diplomático y
tengo entendido que se han puesto de acuerdo las distintas Comunidades
Autónomas para designar a un diplomático para esa función. Son las
últimas noticias que tengo, no confirmadas oficialmente, lo que
demostraría que estamos por el buen camino, porque tendrían un buen
profesional y está claro que estaría garantizado el sentido del Estado,
del que yo no he tenido en ningún momento ninguna duda.

En cuanto a los programas integrados mediterráneos, podría ser una
solución, pero no olvidemos que era una fórmula un poco dirigista y que
quizá convendría que no estuviéramos más condicionados de lo que lo están
los Estados de la cohesión. Ya ha habido algún intento en el plan de
empleo de condicionar la utilización de los fondos estructurales a que
estas inversiones creen empleo. Es obvio que toda inversión genera empleo
a corto o largo plazo, pero si acepta España esa condición --que no la
acepta--



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de la que se está hablando en la Comisión, lo que hacemos es recortar el
margen de maniobra a la hora de abordar inversiones con esos fondos
estructurales. Por lo mismo, los programas integrales mediterráneos
pueden ser una fórmula más a concretar, pero de lo que se trata aquí es
de que haya suficiencia de recursos. Los Estados tienen que tener la
mayor libertad posible, a los efectos de destinar esos fondos a
inversiones, a los fines para los que han sido creados, pero intentando
dar un margen de flexibilidad que permita obtener un multiplicador de
eficacia adecuado de esa inversión.

Las buenas relaciones con Bonn y París son una gran prioridad, porque en
torno a ese eje se ha venido construyendo desde siempre la Unión Europea.

Ello no tiene que ir en perjuicio de otras buenas relaciones, muy
especialmente con Italia. Yo creo que hay que reforzar el flanco sur de
Europa. Esa ha sido una constante del Gobierno español desde la entrada
en la Unión Europea y ésa seguirá siendo una constante nuestra, de este
Gobierno. Es obvio que la identidad europea de defensa, como decía el
señor Mardones, tiene que hacerse a través del pilar europeo «ad hoc».

Como está a punto de expirar el Tratado de la UEO, nuestra posición es la
de ir integrando progresivamente esa organización, que, hoy por hoy, no
es más que un pequeño núcleo, un proyecto, pero irla integrando en la
Unión Europea y que, con posterioridad, vaya siendo ese pilar europeo de
la OTAN, prescindiendo de que a lo mejor sea adelantado en sus reformas.

Yo creo que esa reforma va en la buena línea. Precisamente esa identidad
europea la destacaba muy bien el Ministro francés diciendo que de lo que
se trata aquí --ante esas nuevas funciones de mantenimiento de la paz,
funciones de carácter humanitario-- es de que --teniendo la estructura
mando único, porque una estructura con doble mando son dos estructuras, y
sobre todo en temas de defensa no funciona-- esas fuerzas no estén
separadas, pero que sí sean separables, para que en un momento dado se
puede desglosar una parte de ellas y atender una misión humanitaria o de
restablecimiento de la paz. Ese es el camino por el que parece ser que va
a ir la OTAN en el futuro.

En relación con el acuerdo Mercosur, tenga la seguridad de que tendremos
mucho cuidado. Ya se ha celebrado un consejo de cooperación con los
cancilleres de esos países del acuerdo marco, que es el único que está
firmado. Ahora hemos de avanzar hacia la segunda fase, el libre cambio,
que requerirá años, y un estudio de impacto de todos aquellos productos
sensibles, a los efectos de que, al final, no hagamos un pan como una
torta ni nuestros amigos de Mercosur ni nosotros. Por lo tanto, esa
liberalización progresiva de comercio se hará siempre sobre la base de
estos estudios previos de impacto.

En cuanto al estatuto ultraperiférico, no va a tratarse específicamente
en Florencia, porque es un tema de la Conferencia Intergubernamental. Ya
está en la Conferencia Intergubernamental y yo confío en poderlo sacar.

Me parece que sólo me queda, de las distintas materias que hemos tocado,
lo referente a ex Yugoslavia y Canadá. La actuación de las Fuerzas
Armadas ha sido ejemplar, como está siendo ejemplar la actuación
española, en general, desde hace varios años en Yugoslavia. Nuestro
administrador en Mostar, al que estamos respaldando plenamente, está
ganando prestigio. Hemos conseguido que se mantuviera su propuesta de que
las elecciones tengan lugar el 15 de junio, que constituirán un test
fundamental para las elecciones generales que van a tener lugar en todos
los territorios en septiembre.

¿Que es arriesgado celebrar estas elecciones en septiembre?
Absolutamente. Pero, probablemente, cualquier otra solución es peor y
hemos de coger la menos mala, porque el gran problema se planteará cuando
termine el mandato el 20 de diciembre, el «post y for», porque yo tengo
serias dudas de que en esos momentos se pueda dejar sola a la población,
ya que todavía quedan pendientes muchos conflictos civiles cuya
resolución requiere más tiempo. Pero éste no es el momento de iniciar el
debate sobre el «post y for», porque antes tienen lugar las elecciones
americanas, que yo creo que están condicionando este proceso. Vamos a
seguir reflexionando en el marco de la Unión Europea. Vamos a ver qué
tipo de mecanismos se pueden dejar allí en marcha para garantizar el cese
del fuego y recemos para que la cosa salga bien.

Finalmente, me parece que queda el tema de Canadá, a demanda del portavoz
popular. Nuestra posición aquí ha sido dura, de veto a la declaración
trasatlántica de Canadá y al plan de acción de la Unión Europea. Mi
posición es lógica, clara y fácil de explicar. Los canadienses
negociaron, firmaron un acuerdo de pesca con la Unión Europea en 1992. La
Unión Europea lo ratificó, Canadá no y se saca la famosa ley de
protección de su costa, que introduce principios de extraterritorialidad,
e incumple, por lo tanto, los acuerdos que tiene con nosotros. Si una
persona es un banquero y va alguien a pedirle un crédito o una ampliación
de crédito, le tiene que decir sí, pero que primero tiene que renovar o
incorporar a ese nuevo crédito el impagado anterior. Lo que pretende aquí
Canadá es que nos olvidemos de los créditos impagados y que abramos un
nuevo crédito mayor. Yo a eso me opongo.

Les hemos hecho una serie de peticiones y ha hecho una declaración de
apertura de los puertos canadienses a barcos españoles. El Ministro
canadiense, a quien expuse nuestra posición en Berlín, el pasado día 3,
se puso al corriente de cuál era nuestra posición y los ha abierto de
forma unilateral, pero no nos basta, ya que tiene que haber una
declaración en el seno de la declaración trasatlántica que les vincule
políticamente a esa apertura, porque del mismo modo que hoy dicen que
abren, dentro de tres meses pueden volver a cerrar. Ellos, que condenan
la Ley Helms-Burton como nosotros, se niegan a introducir la condena del
principio de extraterritorialidad de las leyes. Esa condena tiene que
extenderse a cualquier ley extraterritorial. Como la suya es la
extraterritorial porque va más allá de las 200 millas, parece que está
negociando en estos momentos que no se aplique en ningún caso a los
barcos pesqueros comunitarios.

Queremos dejar pendiente el contencioso que tenemos ante el Tribunal
Internacional de Justicia de La Haya y una serie de temas concretos. La
verdad es que en estos días, gracias a la postura firme que hemos
adoptado --sin aceptar



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presiones de ningún tipo, que las ha habido, porque, como ustedes
comprenderán, todo el mundo quiere que de esa cumbre se saquen
resultados--, yo no descarto que en la negociación que se está
produciendo a última hora pudiera llegarse a un arreglo mínimo, hasta un
cierto punto a un buen arreglo, en cuyo caso España levantaría el veto y
se podría firmar, por lo tanto, el plan de acción de la declaración
trasatlántica, sólo desde una postura de defensa clara y firme de los
intereses de los pesqueros españoles y de los españoles en general.

Muchas gracias, señorías.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Si algún grupo quiere intervenir, yo le pediría que lo hiciera con mucha
brevedad, porque ya son las dos menos veinte y disponemos de poco tiempo.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señor Presidente.

Voy a ser muy breve, para consumir un turno de réplica, antes de pasar al
segundo punto del orden del día.

En general, yo quiero agradecer las respuestas del señor Matutes a las
cuestiones planteadas. Creo que han sido informativas, como es de esperar
del Ministro de Asuntos Exteriores. Sin embargo, no podemos compartir
algunas de ellas del todo. Hay algunos matices que quiero puntualizar.

Empezaré por el tema de la Unión Económica y Monetaria. Usted insiste que
sus declaraciones sobre parar el reloj, que se aplican a otras
negociaciones en la Unión Europea, son aplicables a la Unión Económica y
Monetaria. Pero si está fijado claramente que la Unión Monetaria debe
cumplir unas condiciones, no entiendo qué sentido tiene parar el reloj.

Decir esto induce a confusión. Induce a confusión respecto de la posición
española porque si se tiene que parar el reloj, cómo se va a tener que
parar el reloj dos o tres semanas. ¿Qué pasa, que no se cumplen las
condiciones o que no se aceptan los plazos? En ningún caso sería una
parada de reloj, entiendo yo. Por lo tanto, persisten elementos de
confusión que el Ministro intenta explicar, pero que la opinión pública
no entiende y las personas que están en la política europea tampoco.

Hablemos también de la coherencia de las decisiones adoptadas por el
Gobierno respecto de la Unión Económica y Monetaria. Pregunto: ¿Algunas
de las liberalizaciones que se han producido respecto de las operaciones
de capital pueden suponer para España una mayor dependencia de la
financiación de la deuda pública del exterior? ¿Puede significar esto? En
cualquier caso, ¿no es cierto que esas medidas que se han tomado, que a
lo mejor en otro momento coyuntural y con su filosofía política --que
nosotros no compartimos-- pueden ser comprensibles, tienen un coste
importante para los ingresos en el erario público que no se compensa en
ningún lugar? Simplemente hay un coste que no se dice de dónde se va a
pagar. Pero, en cualquier caso, este debate lo tendremos mañana por la
mañana en el Congreso de los Diputados --será un debate de totalidad de
esos decretos leyes-- y lo vamos a tener con posterioridad cuando veamos
las consecuencias presupuestarias en el debate de presupuestos para 1997.

Yo insisto en que es necesario un mayor compromiso y una mayor firmeza si
éste, de verdad, es el objetivo prioritario de la política económica del
Gobierno. Lo que marca las pautas, por lo tanto, de la política económica
es estar en la Unión Monetaria, cumplir los criterios establecidos en el
Tratado de Maastricht.

No voy a entrar en otros temas porque coincido con usted en el
tratamiento de los mismos. No obstante, sí tocaré la cuestión de la
política exterior y de seguridad común y, en concreto, el área
mediterránea, área de máximo interés no sólo de la política europea, sino
también de la política española. Si se produce un bloqueo del instrumento
fundamental para llevar a cabo las medidas de apoyo a esta política es
que España también está fracasando en su objetivo de hacer que la Unión
Europea comparta una política de paz, estabilidad y seguridad en el
Mediterráneo. Y es cierto que tenemos unos mecanismos de funcionamiento,
pero no es menos cierto que se está fracasando en este aspecto.

No he entendido su disertación respecto del empleo, y si le he entendido
no la comparto, porque la disertación es muy bonita, pero su Gobierno en
esta cuestión no parece que aclare mucho cuáles son sus orientaciones
respecto de las reformas del mercado laboral o de reformas estructurales
que afecten al empleo. No lo ha hecho. Lo hace en discursos, pero cuando
llega la hora de decidir cómo se aplican esos discursos se queda en el
vacío. Quizá, después de oírle a usted y de ponernos como ejemplo las
economías de los países emergentes es mejor que se quede en eso, en
intenciones y en discursos, porque no creo que para nosotros, para
Europa, en general, puedan ser un modelo de creación de empleo los países
emergentes ni las condiciones en que este empleo se crea en estos países.

Claro que eso es opinable y defendible, naturalmente, desde diferentes
presupuestos.

Permítame ser irónico respecto de si hacen concesiones con el Reino
Unido. En el tono más desenfadado posible le diré que parece que estamos
agradeciendo a Inglaterra con nuestra posición sobre las vacas locas el
apoyo incondicional --entre comillas-- que nos prestó cuando tuvimos el
problema del fletán negro que aún colea. ¿Estamos haciendo esto? ¿Es
verdad que estamos dispuestos a que se apruebe una OCM de frutas y
hortalizas sin que se cumplan las condiciones que ha exigido el
Parlamento del Estado y a compensarlo con una mayor cuota lechera? ¿Cree
usted que eso es bueno para nuestro país? ¿Es ésta la seriedad, el rigor
político de su Grupo parlamentario, que ha llenado «Diarios de Sesiones»
de estas Cámaras clamando para que se defendiera lo que es fundamental
para nuestra agricultura --allí donde es más competitiva, en el sector de
frutas y hortalizas--, una OCM que estuviera adecuada a nuestras
necesidades? ¿Se está consiguiendo que se establezcan plazos mayores para
que se creen y se puedan redimensionar las asociaciones de productores
agrarios? ¿Se está consiguiendo que se defiendan los productos
sectoriales --como decía algún portavoz-- tales como la avellana,



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el albaricoque o el melocotón en esta OCM de frutas y hortalizas? Esos
son temas que nos tendrán que preocupar. Nos tendría que preocupar que en
la OCM del vino no se haya avanzado absolutamente nada desde la
Presidencia española cuando era una necesidad, según su Grupo,
prioritaria o que no se haya avanzado nada en el tema del aceite de
oliva. Y nos debería preocupar que, de repente, les haya entrado amnesia
en materia de pesca en elementos que eran considerados también vitales,
como las volantas, cuestión que no está ni siquiera en el orden del día
del Consejo de Florencia, o que no se haya avanzado en un elemento tan
importante para nosotros como es el acuerdo pesquero de la Unión Europea
con Namibia.

Ya no pueden decir que estos elementos son competencia del Grupo
Parlamentario Socialista. No, el Grupo Parlamentario Socialista mientras
estuvo en los consejos cumplió los compromisos establecidos por estas
Cámaras. Y, por cierto, en materia de seguridad interior y exterior, tema
clave según ustedes, yo les quiero felicitar. Les quiero felicitar porque
han gestionado perfectamente aquello que el Gobierno socialista acordó en
su momento. Desde luego, han establecido una política mediática
importantísima en acuerdos que ya estaban realizados con el Gobierno
francés. Hablo, por ejemplo, de las comisarías fronterizas, acuerdo
adoptado antes de su llegada al Gobierno, o acuerdos de colaboración con
Francia, también logrados antes de su llegada al gobierno. En cambio, y
curiosamente, omiten totalmente qué ha pasado con las relaciones
bilaterales con Bélgica o qué ha pasado con la propuesta de suspensión
que hizo el Consejo de Ministros respecto del Tratado de Schengen con
Bélgica. Ahora todo se queda en unas relaciones bilaterales que no
sabemos en qué se concretan, pero Bélgica negó la extradición de dos
terroristas sobre los que ustedes están haciendo una campaña política
importante en torno a todos esos elementos de seguridad interior y
exterior, olvidándose, evidentemente, de aquello que molesta a esta
política y que no entra dentro de sus planes mediáticos. Es necesario
también recordar que esos problemas subsisten y que no se están tratando
con la energía necesaria o, al menos, con la energía que nosotros
desearíamos ver.

Nos gustaría que dentro de esta política de transparencia, que, sin duda,
realizará, tal y como ha prometido el Ministro hoy aquí, nos hiciera
llegar todos los pasos de la Conferencia Intergubernamental. Es cierto
que la Conferencia Intergubernamental no ha avanzado sustancialmente y
nosotros esperábamos que avanzara mucho más de lo que lo ha hecho --todo
sea dicho--; ni tampoco esperamos que concluya en el próximo semestre.

Hay condicionantes políticos que hacen necesario que algunos de los
países importantes para la construcción europea vayan decantando sus
posiciones, y nosotros estamos por hacer posible que se llegue a un
acuerdo conveniente y sólido para el futuro de la Unión Europea. Pero
también es verdad que la información es imprescindible para saber hacia
dónde se va avanzando, hacia dónde se va caminando, y si ya hay 30 fichas
de la Secretaría General del Consejo, que son básicamente propuestas,
borradores de lo que podrían integrar diferentes aspectos del Tratado de
la Unión, sería importante que el Parlamento dispusiera de ellas
--nosotros agradeceríamos que nos las hiciera llegar--, y desearíamos que
durante la Presidencia irlandesa se llegase a algo más que a
declaraciones de intenciones generales de los Estados miembros y se
empezara a negociar el contenido de los artículos que deben hacer posible
el funcionamiento de esta Unión Europea a 27 o a 30 miembros a finales de
este siglo o a principios del siguiente. Nos alegra tremendamente saber
que ustedes van a mantener con firmeza que la ampliación no se hará a
costa del acervo comunitario, particularmente de los fondos
estructurales, de los fondos de cohesión o de la política agrícola común,
y que exigirán que, si es necesario para financiar la ampliación, se
sustente sobre la ampliación de los fondos propios de la Unión Europea y
no sobre la solidaridad interna de la propia Unión, no sobre el acervo
comunitario en vigor en estos momentos.

Hay otros elementos que me gustaría tratar, pero es verdad que muchos de
ellos se sobreponen con el Consejo de Florencia, que va a explicarnos a
continuación y que va a tener también su debate en el Pleno del Congreso
de los Diputados. Por lo tanto, voy a dejarlos, no sin antes decir que el
hecho de que no hable de ellos no significa que esté de acuerdo con
alguna de las cuestiones o que no nos preocupe que algunas de las
cuestiones que van al Consejo de Florencia no hayan avanzado lo
suficiente.

Para finalizar, yo diría que ustedes no han sido afortunados en la Unión
Europea. No han sido afortunados en su debut, y seguramente eso no tiene
tanto que ver con su actuación como con las circunstancias. Y no han sido
afortunados porque estamos ante una Unión Europea que puede estar
bloqueada por la crisis de las vacas británicas, por un problema de
política interior británico que, por lo tanto, puede hacer pocas cosas o
llegar a pocos acuerdos en el Consejo de Florencia --desde luego,
difícilmente acuerdos que afecten directamente a los ciudadanos--, y
estamos ante un Consejo que, si no desbloquea los fondos MEDA, va a
afectar a una de las que han sido las políticas prioritarias para nuestro
país: la política mediterránea. Por lo tanto, no se puede decir hoy aquí,
con rigor, que su entrada en los Consejos Europeos sea una entrada
afortunada. Insisto en que no ha sido sólo como consecuencia de su labor
en estos Consejos, sino también de las circunstancias, pero a veces
también se ha echado a faltar una mayor decisión, una mayor firmeza ante
elementos como el de «las vacas locas» y el apoyo que se ha dado, con una
cierta facilidad, al Gobierno británico, que no se ha distinguido en el
pasado --como he dicho antes-- por apoyar los intereses comunitarios,
especialmente cuando afectaban a nuestro país.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro portavoz desea intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Martínez
Casañ.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Voy a ser muy breve. Yo no pensaba molestar a
los miembros de la Comisión con una intervención que considero
innecesaria, porque el



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señor Ministro ha respondido, incluso en exceso, a las preguntas que le
hemos hecho, pero como el señor Costa ha hecho referencia a mi Grupo
Parlamentario, voy a hacer algunas precisiones.

Vuelvo a repetir lo que, a título de comentario, decía en mi primera
intervención, y es que difícilmente se puede pretender que el Ministro
conteste sobre asuntos que no forman parte de su gestión, asuntos que
forman parte de la gestión de trece años del Gobierno socialista y que el
señor Costa debe conocer tan bien como yo. Por ejemplo, la reforma de las
frutas y hortalizas, entre otras, que no fueron culminadas en la anterior
legislatura; la OCM del vino, que está bloqueada desde 1994 y que la
Cumbre de Madrid no consiguió sacar adelante; la OCM del aceite de oliva,
ídem, de ídem, de ídem, y tantos otros asuntos.

Seamos serios en esta Comisión porque, si no somos serios en esta
Comisión, difícilmente podremos sacar los trabajos adelante. Pido un
mínimo de seriedad y pido también al señor Costa que reconduzca sus
peticiones de una segunda intervención del señor Ministro, porque creo
que la mayor parte de los temas los ha contestado y, desde luego, algún
portavoz --y yo mismo-- estamos completamente satisfechos.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Gracias, señor
Presidente.

Intentaré también ser breve.

En relación con la Unión Económica y Monetaria, le agradecería al señor
Costa que no me hiciera decir lo que no he dicho. Yo no insisto en modo
alguno en parar el reloj. Quien sí lo dijo fue mi predecesor, el señor
Westendorp, en una intervención que califico también de razonable porque
estaba en la línea de la especulación a la que yo me he referido --menos
especulativa--, pero también de especulación. Por lo tanto, ya le he
dicho que, como esa especulación se sacó de contexto y se puso como frase
principal, yo mismo retiré lo de parar el reloj, lo rectifiqué y dije que
lo que estábamos era comprometidos en el cumplimiento de los objetivos en
las fechas previstas. Quede claro que ésa es la posición del Gobierno
--que la he reiterado esta mañana y la reitero ahora mismo--. He
explicado por qué se había producido ese malentendido. Desearía que no dé
lugar a otros malentendidos, que pueden dar lugar después a nuevas
especulaciones que no favorecen los intereses generales de España, y en
estas cosas conviene ser cuidadosos.

En cuanto al coste de esta nueva tributación del Impuesto sobre el
Capital --estoy hablando de memoria y por lo tanto no oficialmente--, sí
recuerdo que, como consecuencia de la inmovilización a la que quedaban
obligados estos fondos, la recaudación que se obtenía por este concepto
en el contexto de la recaudación global era mínimo, estaba en torno a los
50.000 millones, creo recordar. No quisiera hacerme fuerte --esto será
objeto de una discusión mañana--, pero sí recuerdo que se consideró que
el incremento de recaudación que tendría lugar como consecuencia del
incremento en la movilidad y la mejora de las perspectivas económicas, el
incremento de actividad subsiguiente podía compensar sobradamente esa
pérdida en ese pequeño margen de recaudación al que me he referido.

Dice el señor Costa que no ha entendido la disertación sobre el empleo.

Me permitirá que yo también le conteste con ironía: no me extraña que no
la haya entendido. Lo que sí quiero decirle es que, en ningún caso, me he
referido para nada a países emergentes; para nada. Simplemente he
mencionado un artículo de «The Wall Street Journal» de hoy, donde hacía
una comparación entre los Estados Unidos --que no es un país emergente--
y Europa. Si cree que esta comparación y sus resultados no son motivos
para que hagamos una reflexión --y no he pasado de aquí, simplemente una
reflexión sin prejuicios--, me parece, señor Costa, que entonces usted no
es bastante sensible a la prioridad que tiene que ser para todos nosotros
la cuestión de la generación de empleo.

Con respecto a Inglaterra, la política de este Gobierno no es ni la de
devolver favores ni la de devolver agravios. Llevamos la política seria
que toma las decisiones en función de los términos en que están
planteados los problemas, dejándonos de hacer amigos o enemigos
coyunturales porque, a la larga, ésa no es una política exterior seria.

En cuanto a las OCMs, poco tengo que decir, sino suscribir cuanto ha
dicho el portavoz Popular. Me introduce usted una nueva pregunta: ¿Por
qué no se ha referido usted, señor Ministro --me dice--, a la suspensión
de la cooperación judicial con Bélgica que acordó el Gobierno anterior?
¿Qué ha pasado? Si usted me hubiera formulado esta pregunta antes, se la
habría contestado antes, y es que un Consejo de Ministros reciente ha
acordado la renovación de la suspensión en cuestión.

Por otra parte, no está previsto el que la Conferencia Intergubernamental
finalice en seis meses, sino al año desde su constitución, es decir, en
marzo del año próximo. En relación con MEDA, es una cuestión que
lamentamos todos y creo que yo mismo ya le he dicho cuánto he hecho para
conseguir que esto pueda ser aprobado en el Consejo de Florencia. Lo
lamentaré si finalmente ello no es posible. Hasta ahora he hecho
gestiones y le he dicho cuáles podía hacer. Usted simplemente lo lamenta,
casi me achaca la responsabilidad, pero no ofrece ningún remedio, o, por
lo menos, no lo ha expuesto aquí. Y, desde luego, quiero constatar que da
poco margen de tiempo a este Gobierno para juzgar su actuación. Un mes y
medio, frente a trece años de nuestro predecesor, me parece poco margen
de tiempo para juzgar esa acción. Oyéndole, me entra un cierto optimismo
y pienso que, tal vez, el señor Costa arregle desde la oposición los
problemas que no se arreglaron antes. En todo caso, esa oferta de
transparencia, de cooperación y de consenso, obviamente, sigue en pie y
espero que sea aprovechada.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias. (El señor Costa Costa pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Costa.




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El señor COSTA COSTA: Señor Presidente, por una alusión del portavoz del
Grupo Popular.

Simplemente, quería decirle que nuestro papel aquí está claramente
delimitado por los electores y los pactos posteriores. Ustedes están en
el Gobierno y nosotros en la oposición. A lo mejor, ustedes han creído
que les han puesto en el Gobierno para que hagan una mejor oposición al
Grupo Socialista. Pero entiendo que no es eso; que, simplemente, les han
puesto ahí para que gobiernen y hagan aquello que han defendido ante los
ciudadanos españoles reiteradamente, porque ustedes no han nacido hace
cuarenta días como partido político. Han venido defendiendo unas tesis y
unas políticas que ahora tienen que aplicar y eso es lo que les exijo y,
por tanto, en mi papel, les voy a continuar exigiendo, a su pesar.




El señor PRESIDENTE: Si me permiten, vamos a despedir al señor Ministro
e, inmediatamente, continuamos la reunión de la Comisión, puesto que aún
faltan un par de puntos del día adicionales. (Pausa.)



--APROBACION, EN SU CASO, DE LA DELEGACION EN FAVOR DE LA MESA A LA QUE
HACE REFERENCIA LA RESOLUCION DE LA PRESIDENCIA DE LA CAMARA, DE 2 DE
NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACION CON EL ARTICULO 44 DEL REGLAMENTO DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (S. 572/000001, C. D. 042/000004.)



El señor PRESIDENTE: Continuamos con los dos puntos adicionales que
tenemos en el orden del día.

El punto siguiente es el relativo a la aprobación, en su caso, de la
delegación en favor de la Mesa a la que hace referencia la resolución de
la Presidencia de la Cámara, de 2 de noviembre de 1983, en relación con
el artículo 44 del Reglamento del Congreso de los Diputados.

Fundamentalmente, lo que pretendemos con ello es una delegación para que
la Mesa pueda tomar una serie de decisiones, básicamente, comparecencias,
sin tener que reunir a la propia Comisión.

Por tanto, si no hay problema, daremos este punto por aprobado. (Pausa.)



--APROBACION, EN SU CASO, DE LA DELEGACION EN FAVOR DE LA MESA Y LOS
PORTAVOCES RELATIVA A LAS DECISIONES SOBRE VIAJES O DELEGACIONES ANTE
OTROS PARLAMENTOS O INSTITUCIONES COMUNITARIAS. (S. 572/000001, C. D.

042/000006.)



El señor PRESIDENTE: El siguiente y último punto del orden del día es el
relativo a la aprobación, en su caso, de la delegación a favor de la Mesa
y los portavoces relativa a las decisiones sobre viajes.

Este tema se suscitó en la primera reunión como consecuencia del viaje
previsto para el próximo fin de semana. Se planteó a la Presidencia del
Congreso de los Diputados la posibilidad de que se ampliase la
delegación, que, habitualmente, según me habían dicho, era de hasta
cuatro personas --el máximo de otras delegaciones es de seis--. En estos
momentos, la respuesta que nos ha dado la Presidencia es que sólo pueden
ser tres personas. Esto plantea un problema de una cierta complejidad
porque, en teoría, hay dos fórmulas posibles: una, con presencia de la
Presidencia; la otra, sin su presencia.

En mi opinión, la presencia de la Presidencia debe ser casi inexcusable
y, por tanto, entre las otras dos personas más sólo tendrían posibilidad
de estar representados los dos grupos mayoritarios de la Comisión, lo
cual suscitaría problemas prácticos importantes.

En consecuencia, creo que hay que hablar con la Presidencia del Congreso
y plantearle que ésta no es una fórmula que resuelve los problemas, que
complica la cuestión respecto a la fórmula previamente existente y que
pensamos que la situación anterior es el mínimo aceptable.

El señor Martínez Casañ tiene la palabra.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Señor Presidente, opino como usted y creo que no
sólo es interesante, sino conveniente que la Presidencia asista a los
viajes de la Comisión, fuera de cupo.

Quiero apuntar la posibilidad de que, como se ha hecho en otras ocasiones
cuando ha habido tal limitación de miembros, la Presidencia pueda
representar al Grupo al que pertenece.

Pero apoyo la posición de la Presidencia en el sentido de que es
interesante y conveniente el hecho de que el Presidente de la Comisión
participe en los viajes de la misma, fuera de cupo.




El señor PRESIDENTE: Esa fórmula resuelve, en teoría, parcialmente el
problema, pero creo que crea otro y es hacer jugar a la Presidencia un
doble papel de Presidencia y de responsable de un grupo, doble papel que
no me parece correcto por razones institucionales y ése es el motivo por
el que creo que no es una buena fórmula.

Tiene la palabra el Senador Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Muchas gracias, señor Presidente.

Efectivamente, estoy de acuerdo en que el señor Presidente no debe asumir
el papel de portavoz del Grupo al que representa, porque sería un
precedente muy peligroso para todas las delegaciones parlamentarias y
porque no es así en ninguna de las delegaciones parlamentarias al
exterior.

Lo que sí creo es que se debe estudiar con más detalle el porqué de esa
reducción, puesto que, efectivamente, si todas las demás delegaciones son
hasta de un máximo de seis personas --tengo la sensación, no
absolutamente acreditada, de que no están muy lejos de ese máximo de seis
la mayoría de las delegaciones--, no sé muy bien por qué para ésta no es
así. Efectivamente, sería perjudicial reducirla a tres.




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Si hubiera que reducirla a tres personas, en este momento no me pronuncio
sobre la fórmula que ha propuesto el señor Presidente sobre que actúen
sólo los dos grupos mayoritarios porque creo que ésa, evidentemente, no
sería una solución aceptada por nuestro Grupo.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra el
Senador Costa.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señor Presidente.

Simplemente, intervengo para apoyar la fórmula que ha propuesto la
Presidencia y es que se haga llegar a la Mesa del Congreso de los
Diputados la conveniencia de que exista una delegación un poco más
amplia, básicamente, la que acordó Mesa y portavoces en la anterior
reunión.

Desde luego, estoy de acuerdo con el criterio del propio Presidente sobre
que es inconveniente que la Presidencia asuma una doble función. No fue
así en la pasada Legislatura tampoco y creo que no sería conveniente que
se hiciera ahora.




El señor PRESIDENTE: Como creo que es difícil que en estos momentos
podamos avanzar algo más sobre este tema, mañana los portavoces podremos
tener un contacto a las nueve de la mañana y definir cuál es la posición
final para este próximo fin de semana.

¿Alguna cuestión más? (Pausa.)
Señorías, el Letrado me plantea que el problema que he suscitado es
distinto del planteado en el orden del día, que es la posibilidad de que
se delegue también para este tipo de viajes en la Mesa y portavoces. Por
lo tanto, si a ustedes les parece bien, aceptaríamos ese principio y
mañana tendríamos un contacto a primera hora para resolver este problema.

(Asentimiento.)
Muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Eran las catorce horas y diez minutos.