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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 811, de 25/11/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 811



ECONOMÍA, COMERCIO Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FERNANDO FERNÁNDEZ DE TROCÓNIZ



Sesión núm. 82



celebrada el jueves, 25 de noviembre de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora secretaria de Estado de Comercio, Turismo
y de la Pequeña y Mediana Empresa (Pisonero Ruiz) para informar
sobre:



- La Ronda del Milenio que se iniciará en Seattle a principios del
próximo mes de diciembre, con carácter previo a la citada reunión.

Apetición propia. (Número de expediente 212/002428.) ... (Página 241287
)




- Cuál va a ser la posición española ante la cumbre de Seattle de la
Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio (OMC). A
petición del Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente
212/002440.) ... (Página 24128)



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Se abre la sesión a las cuatro y cuarenta y cinco minutos de la
tarde.




COMPARECENCIA DE LA SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (PISONERO RUIZ), PARA INFORMAR SOBRE:



- LA RONDA DEL MILENIO QUE SE INICIARÁ EN SEATTLE A PRINCIPIOS DEL
PRÓXIMO MES DE DICIEMBRE, CON CARÁCTER PREVIO A LA CITADA REUNIÓN. A
PETICIÓN PROPIA. (Número de expediente 212/002428.)



- CUÁL VA A SER LA POSICIÓN ESPAÑOLA ANTE LA CUMBRE DE SEATTLE DE LA
RONDA DEL MILENIO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO (OMC). A
PETICIÓN DEL GRUPO SOCIALISTA. (Número de expediente 212/002440.)



El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señoras y señores diputados.

Vamos a comenzar la sesión correspondiente al día de hoy de la
Comisión de Economía, Comercio y Hacienda, consistente en la
comparecencia de la señora secretaria de Estado de Comercio, Turismo
y de la Pequeña y Mediana Empresa, a los efectos de informar sobre la
Ronda del Milenio -que pretencioso, ¿no?-, que se iniciará en Seattle
a principios del próximo mes de diciembre, Estado de Washington, con
carácter previo a la citada reunión, a petición del propio Gobierno.

Si les parece a ustedes, vamos a acumular a esta comparecencia la
también solicitada por el Grupo Socialista, a los efectos de que la
misma autoridad explique cuál va a ser la posición española ante la
cumbre de Seattle sobre la Ronda del Milenio de la Organización
Mundial del Comercio (OMC).

También les digo a ustedes que las votaciones las celebraremos
después de las cinco de la tarde, en el supuesto de que hubiera lugar
a ellas. A efectos también de la ilustración de esta Presidencia, por
parte del Gobierno me imagino que intervendrá la señora secretaria de
Estado de Comercio, Turismo y Pequeña y Mediana Empresa.

Por parte del Grupo Socialista intervendrá la señora Pozuelo, si no
me equivoco.




La señora POZUELO MEÑO: Usted nunca se equivoca, presidente.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo de Coalición Canaria
intervendrá el señor Gómez (Pausa.). No está presente el señor Gómez.

Y por parte del Grupo Popular intervendrá el señor Milián, ¿no es
cierto?



El señor MILIÁN MESTRE: No.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Gamero? ¿El señor Albendea?
(Denegaciones.)
El señor GÓMEZ DARMENDRAIL: Ya sólo le queda uno, que me parece que
soy yo.




El señor PRESIDENTE: ¡Ah!, mi querido amigo, el señor Gómez
Darmendrail.

Sin más preámbulos en cuanto al procedimiento para esta sesión, si
les parece a ustedes intervendrá en primer lugar la señora secretaria
de Estado de Comercio y posteriormente lo harán los grupos
parlamentarios presentes, en el orden que es habitual también. De
forma y manera que tiene usted la palabra, señora Pisonero.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): Buenas tardes, señorías. Comparezco
nuevamente ante esta Comisión de Economía, en esta ocasión para
informar de los trabajos preparatorios sobre lo que en principio es,
eso sí que es cierto, la tercera conferencia ministerial de la
Organización Mundial del Comercio, donde se pretende, y así lo ha
defendido España dentro de lo que es la posición comunitaria, lanzar
una nueva ronda de negociaciones que, por estar al filo del año 2000,
se ha calificado -efectivamente, de manera un tanto pretenciosa- como
Ronda del Milenio.

Así que intentaré explicar, partiendo de lo que es la situación
actual, que ya anticipo que no es nada prometedora, lo que sí que es
una posición comunitaria, y en particular española dentro de esa
posición comunitaria, que aborda o que contempla en cualquier caso
todas las cuestiones que se han planteado en la posible negociación
y, en cualquier caso, en la agenda de lo que va a ser la conferencia
ministerial que se celebrará en Seattle a partir del fin de semana.

Haré una referencia a lo que es la Organización Mundial del Comercio,
porque es muy importante hacer unas breves reflexiones, por lo que ha
supuesto de expectativa la presencia en los medios de comunicación de
tema que habitualmente era difícil que suscitara interés por parte de
la sociedad en su conjunto.

En primer lugar, la OMC está jugando cada vez un papel más
importante, no sólo como el foro, que siempre lo ha sido cuando antes
era el GATT, para las negociaciones comerciales y la existencia de
una serie de acuerdos, que, como consecuencia, promovieran la
libertad de comercio, sino fundamentalmente porque como tal se ha
constituido en el organismo responsable de que este comercio
internacional se desarrolle en un marco de reglas transparentes y
estables. Por lo tanto, con la constitución de la OMC hace
escasamente cinco años, en virtud de la Declaración de Marraquech, se
cubrió un vacío, con cincuenta años de retraso, en el orden económico
internacional, que ya en su momento se previó, pero no se hizo. Sí
que se constituyeron el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, dejándose una esfera como era la del comercio sin tener
institución propia permanente que velara efectivamente por los
principios básicos. Eso es lo que se ha cubierto ahora con la
Organización Mundial del Comercio, que es especialmente relevante en
un momento en el que el proceso de globalización crea dudas, crea
incertidumbres en la sociedad. Digamos que esa intensificación de los
flujos comerciales hace que la existencia de esta institución sea
especialmente



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importante, vuelvo a repetir, tanto para promover lo que es la
libertad de liberalización del comercio, que está permitiendo el
desarrollo de todos los países, como porque exista un marco lo más
claro y transparente de reglas en las que pueda funcionar ese
comercio.

De ahí que las sociedades, nuestras sociedades estén viendo esta
Organización, que además tiene un potente mecanismo de solución de
diferencias y por lo tanto una capacidad de imponer a los países
sanciones o represalias, como un instrumento muy importante para
canalizar determinadas inquietudes sociales. Nuestra sociedad está
preocupada por la necesaria protección al consumidor, la seguridad
alimenticia, los distintos ámbitos de la agricultura, que no se
limitan exclusivamente al ámbito comercial, en lo que se ha dado en
llamar, especialmente en el ámbito europeo, la multifuncionalidad de
la agricultura, sino que abarca aspectos no directamente mercantiles
y, sin duda, todo lo que se ha dado en llamar la nueva agenda del
comercio internacional, que supone vincular el mero comercio, tráfico
o flujo de mercancías y servicios a cuestiones tan importantes como
la inversión, la competencia, el medio ambiente, las normas sociales
y el papel de las pequeñas y medianas empresas. Todo ello es lo que
en definitiva ha creado una gran expectativa y ha supuesto el gran
desafío de Seattle, como se ha titulado en algunos medios de
comunicación.

Ante esto, efectivamente, a lo que nos enfrentamos en esta
conferencia ministerial, que es el máximo órgano de decisión de la
Organización Mundial del Comercio, es a dar entrada o de alguna
manera dar una respuesta a todas estas inquietudes, sabiendo que de
lo que se partía era de un compromiso de negociar determinados
sectores y que en el ánimo de la Unión Europa, está dar respuesta a
lo que nos están demandando nuestras sociedades, dar una respuesta
que suponga un salto cualitativo en lo que es la liberalización del
comercio a través de la OMC, incorporando todas esas cuestiones que
he ido mencionando y que en definitiva debían plantearse al hilo del
lanzamiento de una ronda lo más global posible. Ésa fue la iniciativa
europea. Alo que hoy nos enfrentamos es a que no hemos sido capaces
de acordar la declaración ministerial, que es la que formaría ese
programa de trabajo, para trabajar en consonancia la próxima semana
de una manera eficaz y proponiendo por tanto un escenario optimista,
que hubiera sido no limitarnos al encargo hecho al finalizar la Ronda
Uruguay, que era negociar agricultura y servicios a partir del 2000,
sino hacer un planteamiento de ronda global, en el que fuéramos
capaces de implicar al mayor número de países en un salto cualitativo
de liberalización comercial y estudiando todas las cuestiones conexas
al comercio, lo que daría la respuesta a las inquietudes de la
sociedad.

Ante eso, como decía, existe todo un conjunto de temas sobre los que
hemos venido trabajando en España y desde España con el resto de
países de la Unión Europa para tener una posición común, en el
convencimiento de que en estos momentos de globalización Europa tenía
que recuperar su papel protagonista en el mundo y, en ese sentido,
ejercer una posición de liderazgo, en la medida en que además es la
primera potencia comercial del mundo. En ese papel de liderazgo,
Europa ofrece ese enfoque de salto cualitativo a través de una Ronda,
así llamada, del Milenio, en la que
fuéramos capaces, por un lado, de integrar en mayor medida a los
países en vías de desarrollo, especialmente a los menos adelantados,
y, por otro, ser capaces de movilizar el mayor número posible de
sectores y no exclusivamente los que venían incorporados en la
agenda, que eran agricultura y servicios.

Dicho esto, en segundo lugar, en la gestación de la posición
comunitaria, y de la española dentro de la comunitaria, hay que
partir, efectivamente, de que cuando España decidió su entrada en la
Comunidad hizo una cesión importante de soberanía, en la medida en
que los asuntos de política comercial entran a formar parte de una
política común, de la política que antes del Tratado de Maastricht
era el 113 y que ahora es el 133, por el cual las decisiones en
materia de política comercial, en mercancías, son competencia
comunitaria que se decide por mayoría cualificada. Eso exige una
labor de trabajo interno intenso, en el que vamos acomodando
posiciones en favor de una posición común, que sin duda da mucha más
fuerza que la suma de los países aisladamente. En ese sentido, España
hoy se enfrenta a una posición negociadora como Unión Europea y no
como un país aislado, como ocurrió en otras etapas. La dificultad,
efectivamente, es hacer valer los principios y los intereses propios,
siempre haciéndolos constar, pero al final en beneficio del interés
común, en este caso de la Unión Europea. Ello nos permite tener unos
ciertos márgenes, en la medida en que se negocian otras cuestiones en
las que la competencia no es exclusiva de la Comunidad e incluso no
es ni siquiera compartida, sino que es competencia de los Estados
miembros. Esto nos permite un funcionamiento interno habitual en lo
que es la política comercial, llegar a un funcionamiento de
compromiso único, lo que se conoce técnicamente como el single
undertaking, por el cual no acordamos nada si no está todo acordado.

En la medida en que metamos cuestiones que son de nuestra
competencia, somos capaces de negociar con otros países para incluir
nuestros intereses particulares. Por lo tanto, existe en alguna
medida esa posibilidad de veto, dado que cuando se negocian
cuestiones que abarcar o exceden de lo que es la competencia
exclusiva de la Unión Europea, la votación es por unanimidad.

Digo eso como una pieza previa de la dificultad que ello entraña, y
por supuesto hay que decirlo para agradecer a los equipos técnicos el
trabajo intenso realizado. Venimos trabajando en estos dos años para
que efectivamente fuéramos capaces en agricultura y servicios,
partiendo de que en agricultura siempre tenemos un interés más
defensivo, de apostar porque lo completemos con intereses ofensivos,
que también los tenemos, y hacer una negociación lo más amplia
posible en el sector servicios, donde la Unión Europea tiene muchos
intereses ofensivos o beneficios que conseguir. Decía antes que
queríamos, y ésa fue la definición de la posición comunitaria,
ampliarlo a productos industriales y ser capaces de fijar nuestra
posición ante los nuevos temas de la agenda del comercio
internacional. Todo ese trabajo laborioso que cada uno de los países,
en su propio ámbito y luego en reuniones internas, ha ido
transmitiendo, trasladando lo que eran los intereses de cada uno de
sus sectores, en contacto permanente con los sectores, con las
organizaciones empresariales y no gubernamentales, para las
cuestiones con ellas relacionadas, permitirá definir



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una posición que se defenderá dentro de la Unión Europea para tener
esa posición común, que finalmente se aprobó el 26 de octubre y que,
si bien entiendo, se han remitido a SS.SS. El Consejo de Ministros de
la Unión Europea, en este caso fue el de Pesca, aprobó esas
conclusiones, donde se recoge la posición comunitaria, que es la que
se va a defender en Seattle.

Dentro de esa posición España ha defendido, desde luego, el obtener
un margen de flexibilidad para que las concesiones que se hagan a los
países menos adelantados tengan en cuenta los productos para nosotros
más sensibles. Se ha defendido, y así se recogió en las conclusiones,
que dentro de lo que era incluir el sector de industriales, que en
términos comerciales se consideran productos no agrícolas, no
contempláramos la pesca como un sector más, sino que se especificara
que la pesca tenía sus particularidades, fundamentalmente la
necesidad de cumplir los convenios internacionales y de gestión
responsable de recursos, para así distinguirla del resto de sectores,
entre los que está el resto de sectores industriales.

En tercer lugar, lo que sí que se ha conseguido, y nos parecía de
suma importancia, es que esas conclusiones fueran muy detalladas, en
la medida en que con ello estamos dando unas directrices muy claras y
muy pautadas de cuál es el mandato que los Estados miembros damos a
la Comisión para que actúe en nuestro nombre en las negociaciones.

Así, de una manera muy esquemática, el planteamiento de la Comunidad
Europea, como decía, era el que seamos capaces de lanzar una ronda lo
más global posible, porque ello es la mejor garantía de que la
negociación resulte equilibrada. Si nos limitamos a sectores que sólo
interesan a unos cuantos, en la medida en que consigan sus intereses,
no estarán interesados en conceder a otros países que tengan
intereses en otros sectores, mientras que si somos capaces de hacerlo
global, habrá más países que se sientan comprometidos e interesados
en una liberalización global.

La Unión Europea defendió como un principio en sí mismo fundamental
el abordar la mayor transparencia hacia la sociedad civil, eso que he
venido comentando desde el principio de mi intervención de que es muy
importante que seamos capaces de transmitir y de dar respuesta con
ello a las inquietudes que tiene la sociedad ante el proceso de
globalización, porque no hay nada más nefasto que la falta de
información y de comunicación, ya que ello es la base del
desencuentro y de malas interpretaciones. Por lo tanto, un esfuerzo
de mayor transparencia, que luego mencionaré en propuestas concretas.

En definitiva, atender lo que es ese proceso de globalización, con
iniciativas concretas que propugnen las reglas multilaterales que
favorezcan el desarrollo sostenible, incorporando con ello o
pretendiendo con ello integrar de una manera más efectiva a los
países en vías de desarrollo, y especialmente a los países menos
adelantados. Por lo tanto, problemas de comercio específicamente y de
acceso al mercado, y la necesidad de que eso se haga, atendiendo a
las inquietudes de la sociedad, con una mayor explicación y con
iniciativas que apoyen ese desarrollo sostenible.

Así, en la posición comunitaria se contempla una postura clara en las
negociaciones de agricultura y servicios, que eran las que en
cualquier caso estaba previsto que se iban a
iniciar. Se propone una liberalización clara en el resto de sectores
no agrarios -para entendernos, industriales-, con la mención a la
pesca; la remoción y, por tanto, avanzar en la eliminación de los
obstáculos no arancelarios y el establecimiento de reglas
multilaterales en los ámbitos de inversiones; avanzar en la relación
con temas de competencia; avanzar en la facilitación del comercio,
que básicamente lo que pretende es facilitar la tramitación
comercial; lo cual beneficiará en primera instancia a las pequeñas y
medianas empresas. Se trata de seguir avanzando en la implicación del
medio ambiente en las cuestiones comerciales y en esas concesiones
prioritarias a los países menos adelantados. Ello se hace en ese
enfoque de ronda global, bajo el principio, como lo hacemos dentro de
la Unión Europea, de compromiso único. Es decir que de aquí nadie se
mueve hasta que todo el mundo haya visto sus temas y hayamos llegado
a un acuerdo sobre todos ellos.

He anticipado ya que España defendió, y así se ha hecho constar en
las conclusiones de la posición comunitaria, que liguemos las
concesiones que Europa tiene que hacer en agricultura y que vienen en
parte claramente establecidas en la reforma de la PAC que se derivó
de la Agenda 2000, a intereses ofensivos. Es preciso que Europa sea
capaz de seguir avanzando, que no tenga un planteamiento
exclusivamente de defensa de su agricultura, que también, sino que
busque nuevos mercados, en los que desde luego tiene posibilidades, y
por lo tanto exigiendo que a la vez que se abren las fronteras
europeas se abran las de otros países para productos agrícolas
europeos. Para ello es fundamental, y así lo ha hecho constar España,
que lo vinculemos a lo que es la adecuada protección de las
denominaciones de origen o indicaciones geográficas, según se utilice
el término, dado que los productos europeos son básicamente de
calidad o de mayor valor añadido. De hecho, cuando se empezaron las
negociaciones en Uruguay, era un tercio de la producción europea, el
que se destinaba a ese tramo en el que las indicaciones geográficas
son fundamentales y aora son dos tramos de la producción europea.

En lo relativo a la pesca, España no permitirá, y así se ha hecho
constar, que la pesca sea un sector más dentro de las negociaciones
industriales. Seremos lo más positivos posible en cuanto a la mejora
de acceso a mercados en el resto de sectores industriales y en
servicios, donde los intereses europeos, y los españoles en
particular, son más ofensivos que defensivos y avanzaremos, dentro de
esa constitución de reglas multilaterales, de una manera prioritaria
en materia de inversiones. Dado el papel adquirido y que se ha
intensificado en los últimos años de España como inversor extranjero,
hemos considerado que era prioritario, además es el trabajo que está
más avanzado, que existan esas reglas básicas multilaterales en
inversiones, que luego mencionaré muy brevemente. Asimismo, por
supuesto, apoyamos todos los esfuerzos, y así lo hemos hecho en
nuestra propia casa, de transparencia respecto a la sociedad civil,
con reuniones periódicas antes y durante la preparación de los
trabajos respectivos, tanto con las asociaciones empresariales de los
distintos sectores, como con las ONG, y esta información la
continuaremos durante la propia conferencia ministerial con los que
allí van a asistir, y por supuesto con



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posterioridad, para ver cuál es la agenda de trabajo que finalmente
hemos sido capaces de acordar.

Como he comentado, en la situación actual no tenemos una declaración
ministerial consensuada. Tenemos un primer borrador, que también se
ha repartido a SS.SS., que es el documento que presentó el director
general de la OMC, que debo decir que fue un planteamiento parcial,
porque estaba planteado con intereses particulares de determinados
países. Por eso no hemos llegado a un acuerdo. Y existe otro
documento, que es el que presentó el señor Mehumo, como presidente
del Consejo, para intentar modificar y llegar a mayores acuerdos. Y
existe lo que son, desde luego, la posición comunitaria y los
contactos que se han venido haciendo para conseguir una posición
consensuada o de alianzas con otros países, mediante los que logremos
hacer valer la posición comunitaria de ronda global.

El hecho es que nos enfrentamos a una agenda de trabajo la próxima
semana en la que, de los dos sectores en que teníamos obligado
compromiso de empezar la negociación, que son agricultura y
servicios, en servicios existe un claro consenso de avanzar en la
liberalización. No ha sido así en el caso de la agricultura, donde el
conflicto está totalmente abierto,básicamente en un enfrentamiento en
esa demonización habitual entre el grupo Cairns y Estados Unidos
frente a la Unión Europea y en un enfrentamiento también por parte de
los países en vías de desarrollo, que quieren, antes de que hablemos
de cualquier otra cosa o antes de que empecemos a negociar, reabrir
los acuerdos que ya existen. Desde luego, se contemplaba la necesidad
de hablar de la posible aplicación de los acuerdos, pero no estaba
previsto por parte de los países que hemos suscrito esos acuerdos que
se revisara el propio contenido de los acuerdos. No hemos sido
capaces, vuelvo a repetir, de tener esa mínima declaración
consensuada. Por ello, tenemos una declaración en materia de
servicios por la que, según las reglas establecidas, procede avanzar
en la liberalización comercial, y en eso se está ya trabajado.

En agricultura tenemos la situación totalmente abierta, y se han
creado grupos de trabajo para que a lo largo de la semana se vaya
avanzando en posibles declaraciones en los distintos ámbitos o
materias que están sobre la mesa. Si me permiten, aparte de que lo
completemos, por supuesto, con la colaboración de sus intervenciones,
voy a repasar las grandes cuestiones, empezando por la que
efectivamente es la más conflictiva, que es la agricultura.

Como acabo de decir, ésta ha sido, y por ello es la más
controvertida, una de las causas de que no se haya llegado a un
consenso para una declaración ministerial. Sin embargo, tenemos que
decir que a pesar de lo que siempre se acusa a la Unión Europea, la
Unión Europea se encuentra en una posición relativamente más
favorable a la que se situaba ante la Ronda Uruguay, al tener una
reforma de la PAC, como decía, acordada en el Consejo Europeo de
Berlín, que le da un cierto margen de maniobra y proporciona, sobre
todo, el consenso y el acuerdo de todos los Estados miembros en la
defensa de dicha reforma. Existe ese papel, que se ha trabajado, como
todas SS.SS. conocen, de una manera muy intensa. Por tanto, lo que de
hecho se recoge en las conclusiones del Consejo de la Unión Europea
para esta conferencia ministerial es la posición de la Unión
Europea, que está fundamentada en el paquete completo de la Agenda
2000 decidida en Berlín.

El acuerdo sobre la agricultura, uno de los más difíciles de lograr
en la Ronda Uruguay, establece un conjunto de reglas y compromisos de
liberalización del comercio en el que habrá que profundizar con
distintas fórmulas, pero cuya arquitectura ya está establecida en el
artículo 20, y reposa sobre tres pilares básicos, que son: acceso a
mercados, subvenciones a la exportación y ayuda interna. No obstante,
la negociación de agricultura ha de tener un carácter que excede el
acuerdo sobre una determinada rebaja arancelaria o un nivel de ayuda
interna o a la exportación, y es el que tengamos en cuenta
preocupaciones no comerciales y el ajuste de ciertas normas
contempladas en el acuerdo, como iré comentando, o porque guardan
relación con los tres pilares básicos que he comentado de negociación
de la agricultura.

Lo que es acceso a mercados sigue siendo sin duda uno de los aspectos
más importantes. Los aranceles agrarios promedian un 40 por ciento,
con algunos picos arancelarios, como se llama en términos técnicos,
de más del 300 por cien. Además, existen más de 1.300 contingentes
arancelarios, de acuerdo con las notificaciones existentes de la OMC.

La cuestión que habrá que negociar es la elección de la técnica para
mejorar el acceso al mercado, incluidos los contingentes arancelarios
que he mencionado. Las medidas aprobadas en Berlín permitirán en
cualquier caso una rebaja arancelaria de en torno a un 30 por ciento,
que debería concentrarse, como es lógico, y en eso se ha trabajado,
en los productos en los que tenemos mayor margen de protección, es
decir, en esos picos famosos que nos permitirán por tanto proceder a
una rebaja, manteniéndonos con un cierto margen. Evidentemente,
cuando hablamos de acceso al mercado en un marco de aranceles
rebajados, las empresas comerciales del Estado pasan a ser un
instrumento cuyo funcionamiento también debe ser objeto de
negociación. Europa está dispuesta a rebajar los aranceles, pero
quiere que protecciones equivalentes al arancel, como es el hecho de
que determinados países tengan empresas comerciales que copan todo el
mercado, también se sometan a discusión. En este sentido, España ha
mencionado que cuando hablemos de acceso al mercado y hablemos de
aranceles, hablemos también de la exigencia de protección de
indicaciones geográficas que he comentado previamente.

Segundo ámbito, el de subvenciones a la exportación. Desde luego la
existencia del grupo Cairns en los efectos distorsionantes de las
subvenciones a la exportación, hace que este grupo de países y
Estados Unidos reclamen la desaparición de las subvenciones a la
exportación en un plazo más o menos dilatado. Eso es ya luego parte
de la discusión, pero en principio lo que se dice es que se supriman.

Las medidas comunitarias ya aprobadas en Berlín suponen de hecho ese
escenario de reducción de los precios de intervención como la vía que
va a permitir la consecuencia, que son las subvenciones a la
exportación. Las restituciones a la exportación se han reducido
drásticamente y ya sólo suponen un 7 por ciento del presupuesto de la
Agenda 2000. Aquí también nuevamente los esfuerzos deberán hacerse en
los sectores en los que se dispone de mayor margen de maniobra, como
pueden ser ámbitos como el azúcar o los productos lácteos, que nos
permiten nuevamente acomodarnos,



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con el margen dado desde Berlín, a esa reducción de las subvenciones
a la exportación. Pero nuevamente aquí -Europa está dispuesta y así
lo ha hecho en su reforma de la PAC- tenemos que incluir en las
negociaciones otro tipo de formas de apoyo a la exportación que usan
otros países, y otros países que son nada menos que Estados Unidos,
con créditos a la exportación de productos agrarios y, por ejemplo,
ayudas alimentarias que, gratis, colocan excedentes de producción de
países como Estados Unidos. Por lo tanto, hablemos de todas las
cuestiones que efectivamente tienen relación.

Y en tercer lugar la ayuda interna. La ayuda interna ya vino marcada
desde luego en la ronda Uruguay, en la que se estableció la
calificación de las medidas de apoyo mediante una gráfica asignación
de colores. Las medidas que formaban parte de la llamada caja
naranja, que eran las que tenían efecto directo en la producción y en
el comercio, que drásticamente se tenían que reducir; ésa fue la
decisión. Y luego dos grupos de ayudas, las llamadas caja verde y
caja azul, que eran ayudas en el primer caso, en la caja verde ayudas
de pequeña cuantía, que son más indirectas y no tenían un impacto
decisivo en el comercio, como pueden ser todas las vinculadas a
investigación, a formación o promoción. La caja azul son todas
aquellas ayudas que están vinculadas a la delimitación de la
producción y que en Europa, con la PAC, con la nueva PAC cobran
especial importancia. Lógicamente, ésta es la que quieren atacar para
que desaparezca, y desde luego es donde nos atrincheraremos para
mantener el esquema, que es compatible con la reforma de la PAC,
porque en esa reforma de la PAC hemos mantenido el compromiso y hemos
avanzado en lo que sería la reducción de la famosa caja naranja en
este caso, que son las ayudas directas, aproximadamente en un 50 por
ciento, pero manteniendo y reforzando lo que es la caja azul, es
decir todas las ayudas dirigidas a limitar la producción, y la
verdes, que son todas las ayudas indirectas a los agricultores. Con
ello, desde luego, queremos introducir la inquietud de la sociedad
europea de considerar la agricultura algo más que un mero producto
comercializable, y es por tanto todo lo vinculado a la llamada
multifuncionalidad de la agricultura, pero también, sin duda, la
seguridad y calidad de los alimentos y la protección adecuada del
medio ambiente.

En ese sentido, es muy importante que se mantenga, y así lo
subrayamos y lo pedimos explícitamente, lo que son normas del
acuerdo, eso que les decía de necesidad de ajustar determinadas
normas del acuerdo, y tengamos especial atención sobre la necesidad
de asumir compromisos en términos de cláusula de PAC o de
salvaguardias especiales para la agricultura, que nos permitan
efectivamente un adecuado cumplimiento de los acuerdos. Ésa es la
situación en la agricultura, que claramente teniendo más intereses
defensivos que ofensivos, como españoles hemos subrayado que por
supuesto tenemos el compromiso sólido, refrendado en Berlín, de la
reforma de la PAC, pero seamos capaces también de obtener las máximas
ventajas posibles de mercados potenciales y que en la negociación
también digamos a los países que exigen esas reducciones arancelarias
que incorporen, porque así lo son las barreras arancelarias y no
arancelarias que tienen otros países en términos, como he mencionado,
de empresas
comerciales del Estado, créditos a la exportación, ayudas
alimentarias y, por supuesto, una adecuada protección de las
indicaciones geográficas o denominaciones de origen.

La negociación de acceso al mercado para los productos de la pesca
está planteada con los demás productos no agrícolas, que tendrán por
tanto un tratamiento global, negociaciones que abarcarían reducciones
arancelarias y no arancelarias, que es donde España, y así se ha
hecho constar en un párrafo de las conclusiones aprobadas por el
Consejo de la Unión Europea que en positivo, cualquier decisión sobre
liberalización del comercio en ámbito de pesca tendrá debidamente en
cuenta el cumplimiento de la Convención de Naciones Unidas sobre el
derecho del mar, los objetivos de los acuerdos internacionales sobre
conservación del medio ambiente y gestión de los recursos naturales
y los acuerdos pesqueros internacionales, dejando claro, por tanto, que
la pesca no puede considerarse como un producto industrial más que se
negocie como se negocian los productos industriales.

Siendo éstos los sectores, en servicios con una posición claramente
ofensiva, voy a intentar mencionarles las cuestiones, digamos, más
sensibles que se están presentando y sobre las que pueden plantearse
unas decisiones más o menos precipitadas.

En primer lugar, la existencia por parte de determinados países, y
por supuesto también de la propia Unión Europea aunque en términos
distintos, de vinculación de los derechos sociales del comercio. Ante
esto, digamos que existe un rechazo frontal, que podría desde luego
llevar al traste cualquier tipo de negociación de los países en vías
de desarrollo, eso puede tener cierto sentido; y lo que sí que existe
es, por contra o enfrente de eso, un interés en vincular el adecuado
cumplimiento de los derechos sociales y, por tanto, la protección de
esos derechos por parte de los países en vías de desarrollo, y
vincularlo a las relaciones comerciales.




La Unión Europea ha planteado una propuesta clara de crear un foro
permanente entre la Organización Mundial del Comercio y la OIT
(Organización Internacional del Trabajo), que es la responsable de
velar por el cumplimiento de los derechos sociales a través de
convenios que todos los países que los suscribimos estamos obligados
a su cumplimiento, es el que tiene la capacidad, y así se ha decidido
en la Unión Europea, de establecer estos criterios, y en la Unión
Europea estamos propugnando, a diferencia de lo que hace Estados
Unidos, que no lo hagamos a través de sanciones comerciales, sino a
través de mecanismos de incentivo que permitan favorecer, por tanto,
el comercio con aquellos países que cumplan los derechos sociales, y
no al contrario, como propugnan Estados Unidos, por lo que podría
llegarse a la paradoja de que si lo que se pretende es la mejora de
los países o que avancen en su desarrollo para que cumplan los
derechos sociales favoreciendo su crecimiento, se daría la paradoja
de que les sancionáramos comercialmente, con lo cual no podrían
exportar y por tanto no podrían crecer y no podrían cumplir los
derechos sociales.

En ese rechazo frontal de los países en vías de desarrollo a que se
les limite el comercio por condiciones sociales, digamos que Estados
Unidos es mucho más radical, y la Unión Europea propone una fórmula
en la que desde luego



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propiciemos y fomentemos el entendimiento entre los dos organismos, y
en definitiva sigamos avanzando en el adecuado cumplimiento de los
derechos sociales.

Inversión. Ya lo he anticipado, en las relaciones entre comercio e
inversión ya se creó el grupo de trabajo en Singapur, se ha ido
avanzando y esto ha cobrado especial importancia a raíz del fracaso,
que ya hemos tenido ocasión de comentar en esta Comisión, del Acuerdo
multilateral de inversiones en el seno de la OCDE, que efectivamente
supuso decir aquí ya no podemos hacer nada más, intentemos buscar un
marco multilateral de inversiones en la OMC. Esto tenía la ventaja
fundamental de un más amplio ámbito geográfico que representa la OMC
frente a la OCDE como es lógico, y que se establecieran unas claves
que ya están recogidas en acuerdos que tiene la propia OMC, como son
el TRIP y el propio GATS, el de servicios.

Entendemos que es fundamental, por coherencia además de
planteamiento, que ante este proceso de globalización tengamos las
mínimas reglas, es decir que exista un acuerdo mínimo sobre reglas
básicas que permitan la protección adecuada de las inversiones y que,
por lo que es la posición comunitaria en la que España ha insistido
especialmente, seamos al menos capaces de establecer unas reglas
mínimas en inversión directa; que establezcamos un mecanismo de
control Gobierno a Gobierno, sin que sean las empresas
multinacionales las que puedan coaccionar a los Gobiernos, en
definitiva que avancemos en un mínimo esquema de reglas básicas de
inversión.

Medio ambiente. En medio ambiente viene discutiendo ya el comité que
ya se creó al final de la ronda Uruguay sobre comercio y medio
ambiente, y hay que decir que los resultados son bastante modestos.

La Unión Europea desea, entre otros objetivos, que en la nueva ronda
se avance en lograr la compatibilidad con las normas OMC de las
medidas adoptadas en los acuerdos multilaterales y medioambientales.

Este tema es relevante, porque permitiría evitar el recurso a medidas
unilaterales por motivos de protección medioambiental. Asimismo,
permitiría desarrollar directrices y criterios de proporcionalidad
para evitar que las políticas medioambientales generen problemas
comerciales, como el que se ha derivado y recientemente ha salido ya,
de los organismos modificados genéticamente.

Por tanto, en medio ambiente hay que seguir avanzando. Está la
propuesta de la Unión Europea, que ha encargado un informe a la
Universidad de Manchester, para que seamos capaces de ir evaluando
constantemente los efectos medioambientales y vincularlos de manera
permanente a las consideraciones comerciales, sin que ello suponga
una barrera o en definitiva una distorsión al comercio.

Servicios audiovisuales, otra cuestión sumamente polémica, en la que
la posición comunitaria, como ya se ha venido observando, es defender
una mínima protección para lo que en su momento se llamó excepción
cultural, pero que se ha traducido en «diversidad cultural», que
permita efectivamente proteger adecuadamente lo que debe protegerse,
como es en este caso la propiedad intelectual audiovisual, de lo que
es el patrimonio histórico cultural, europeo en este caso. Así se ha
mantenido la posición comunitaria.

Por último, siendo éstas las cuestiones más polémicas, hacer una
referencia a las que con seguridad formarán parte
de la declaración ministerial en el intento del país anfitrión, en
este caso Estados Unidos, de conseguir al menos lo que se puede
denominar es el lanzamiento, por tanto de una ronda muy limitada como
dedicarnos al encargo de agricultura y servicios, con los problemas
que ello traiga, y adoptar una serie de decisiones. Eso para la Unión
Europea es un escenario desde luego pobre, no es catastrófico pero no
daría respuesta a las expectativas mencionadas, que sería lanzar una
ronda lo más global posible, cuyos elementos he intentado describir.

Ante esa posición, y en vísperas de la conferencia ministerial, lo
que se está moviendo ahora es que se adopten decisiones sobre
cuestiones en algunas de las cuales la Unión Europea está totalmente
de acuerdo, y otras a las que desde luego nos opondremos de
principio, aunque estamos en una posición de poder adoptar decisiones
o poder conseguir beneficios para Europa, y en particular para
España. Me explico.

Hay un acuerdo que ha propugnado la propia Unión Europea en ese
contexto de ronda global, que es otorgar el libre acceso a los
mercados de los países desarrollados esencialmente para todos los
productos procedentes de los países menos avanzados. Esto sería un
impulso para que efectivamente seamos capaces de integrar a los
países en vías de desarrollo. Es una propuesta europea; se ha
trabajado en ese concepto, en el que lo más importante es que existan
y se detallen determinados productos muy sensibles para la producción
comunitaria, que son cuatro, y frente al cual hay una posición de
ampliarlo al máximo. El debate, por tanto, se situará en que estando
totalmente convencidos de que hay que hacer ese esfuerzo, y ha sido
iniciativa comunitaria, defendamos aquellos productos que son
especialmente sensibles.

En segundo lugar, a instancia fundamentalmente de Estados Unidos,
acelerar la liberalización de determinados sectores, lo que se llama
iniciativa ATL, que procede de los países asiáticos con Estados
Unidos y que supondría un acelerón para llegar a la plena
liberalización total de los siguientes sectores: productos
forestales, pesca -que ya he mencionado-, juguetes, joyería,
químicos, equipo e instrumental médico, bienes y servicios
medioambientales, productos energéticos y luego un apartado que sería
en sí mismo un paquete, que serían las telecomunicaciones, en el
sentido de prolongar el acuerdo que se consiguió en Singapur, que fue
el ITAo el que está asociado a las industrias de la información. Ése
es un impulso en el que nosotros, la Unión Europea, se opone desde el
principio a acuerdos concretos sobre sectores, porque supondría, dado
que ésos sí que están identificados los beneficiarios, que el resto
de los países no pudieran ver reflejadas sus reivindicaciones. Por
otro lado, aparte de esa liberalización acelerada de determinados
sectores y prolongar la iniciativa aprobado de tecnologías de la
información, se va a prorrogar la suspensión arancelaria para el
comercio electrónico. También está sobre la mesa, y en eso estaríamos
de acuerdo siempre y cuando se establecieran unos principios básicos
de funcionamiento del comercio electrónico. Luego existen dos
iniciativas, aparte de la en la que estamos todos de acuerdo de
mejora de la transparencia y de la comunicación a la opinión pública
de la OMC que iría por dos vías, una desclasificar, para entendernos



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o que no fueran documentos restringidos determinados documentos que
ahora lo son en el seno de la OMC y se diera publicidad, y por otro
lado que hubiera la participación y diálogo más activo con la
sociedad civil a través de sus instituciones, siempre con carácter
consultivo, dado que afectan a decisiones que deben adoptar los
gobiernos. Ésa es una iniciativa en la que claramente estamos de
acuerdo y hay que impulsar.

Existe un acuerdo, en el que también vamos a avanzar, de
transparencia en la contratación pública. Por último, la revisión del
entendimiento de solución de diferencias, que por lo tanto es una
cuestión de funcionamiento interno de la OMC, en la que estamos por
supuesto dispuestos a avanzar para reforzar lo que constituye una
pieza básica de la institución, y que tenga capacidad para solucionar
conflictos entre países en cumplimiento de los acuerdos alcanzados.

Todo este planteamiento, intentando hacer un esquema de un mundo
bastante complejo, es el trabajo con que vamos a la conferencia
ministerial de Seattle de la semana que viene, en el que por tanto
habrá grupos de trabajo para defender la posición que muy
sucintamente he planteado a SS.SS. en este momento, y de esos grupos
de trabajo saldrá como proyecto de declaración ministerial, lo que en
todo caso se coordinará diariamente con el resto de países de la
Unión Europea en comités técnicos que se realizarán diariamente para
la adecuada coordinación de la materia común como es la negociación
comercial.

Ante las dudas o cuestiones que me quieran plantear, simplemente
decir que lo que en definitiva se hará la semana que viene es un
programa de trabajo para hacer nuevas negociaciones, conseguir
acuerdos de seguir avanzando en determinadas cuestiones, de lo que
por supuesto informaremos puntualmente a esta Cámara, para que
podamos efectivamente tener información detallada de lo que debemos
hacer en los próximos meses. Seattle puede ser o no el punto de
partida para iniciar la verdadera negociación. La semana que viene se
trata de ver qué cosas ponemos en marcha. Intentemos que
efectivamente se adapte lo más posible a lo que es la posición
comunitaria, que supone el consenso y el acuerdo de todos sus países,
de sus Estados miembros.

Nada más. Muchas gracias y me someto a sus preguntas.




El señor PRESIDENTE: Por Parte del Grupo Socialista, tiene la palabra
la señora Leiva.




La señora LEIVA DÍEZ: Buenas tardes, señora Pisonero.




El Grupo Socialista considera este tema como una cuestión de Estado.

Nos preocupa que no haya consenso a estas alturas en las materias que
están encima de la mesa y que esta falta de consenso la motive
fundamentalmente el sector agrario.

Se puede decir que es la primera vez que el comercio entra de lleno
en las grandes negociaciones mundiales, y además también podemos
decir que ninguna ronda anterior había sido seguida con la atención
que está siendo seguida ésta por la llamada sociedad civil, y que en
España hay especial preocupación. También tengo que decir,
lamentándolo mucho, que se ha secuestrado el debate en este
Parlamento.

Hoy prácticamente por primera vez comparece la secretaria de Estado,
comparece usted, y nos ha explicado cuál es la posición de la Unión
Europea. Nos ha avanzado lo que serán los grupos de trabajo; pero hay
que tener en cuenta que esto está ocurriendo prácticamente cinco días
antes de que empiece la Conferencia mundial de Seattle, que entre sus
objetivos está poner en marcha la llamada Ronda del Milenio. Usted ha
dicho que requiere especialmente un esfuerzo, o que ha requerido un
esfuerzo por parte del equipo negociador, que no sabemos cuál es, y
que requiere más información para la sociedad civil.

Pues yo creo que la sociedad civil (entre comillas), también
representante del pueblo español, está en esta Cámara, y esta Cámara
necesita o requiere, lo digo por lo menos para que a partir del día
30 cuando se desarrolle esta conferencia tengamos más información de
la que se nos está facilitando hasta la fecha por el Gobierno. Los
documentos que el Grupo Socialista ha manejado para esta
comparecencia los recibimos ayer en los despachos nviada por el
Ministerio de Economía; afortunadamente nos han pasado documentos
alguna ONG, de no ser así no tendríamos información de qué se estaba
preparando.

Hay una razón por la que el comercio ha cobrado tanta carga política,
y es el fenómeno de la globalización, que está en nuestra sociedad y
que cada vez más está calando en el ciudadano de a pie cada vez más,
porque todos se están dando cuenta de lo que supone la mundialización
de la información, la mundialización del conocimiento, de la
economía, del comercio y de los movimientos de capitales. Los efectos
beneficiosos y perversos de su acceso y utilización se hacen cada vez
más visibles. ¿Por qué? Porque la riqueza tiende a concentrarse en
menos manos y las desigualdades aumentan, tanto en el interior de
cada empresa de nuestros países, por no recordar aquí pelotazos
recientes como el de Telefónica, y sobre todo entre unos países y
otros.

El Gobierno de España nos lleva a este encuentro de conferencia
ministerial que dará lugar a la ronda, sin decirnos en el Congreso de
los Diputados, vuelvo a señalar qué quiere España para la
Organización Mundial del Comercio.

La exposición previa que usted nos ha hecho de qué es la Organización
Mundial del Comercio, lo hemos leído los diputados y todos los
ciudadanos de este país en todos los medios de comunicación salmón
durante estos últimos días. No ha habido ninguna aportación nueva a
este Parlamento, y el Gobierno tendrá algún criterio político además
de todo lo que usted nos ha explicado. ¿Cómo ha negociado los
intereses con los diferentes sectores afectados en España? Hemos
visto, o hemos querido adivinar por su intervención, que quiere que
sea algo más que agricultura y servicios; pero nos gustaría saber
cómo ha buscado el consenso de la posición que España ha llevado ante
la Unión Europea para que se defienda allí en esa negociación global.

¿Cómo ha negociado estos intereses con la Unión Europea y las
decisiones españolas que se han recogido por la Unión Europea, en las
propuestas de negociación?
El Grupo Socialista no tiene el documento de trabajo que usted ha
hablado de Unión Europea y sectores. Difícilmente, por tanto,
podremos apoyar o evaluar las consecuencias o las conclusiones de esa
reunión ministerial. Pero sí tenemos interrogantes importantes. No se
conoce cuál es la delegación española y si habrá presencia española
al



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margen de la delegación oficial, no sé si sabe algo de esto el
Ministerio de Economía. A estas alturas tampoco sabemos cuál va a ser
la agenda definitiva de la futura ronda, tampoco sabemos si lo conoce
el Ministerio o la Unión Europea o será lo que se aclare en los
próximos días durante la reunión de la conferencia. ¿Qué nivel y qué
enfoque van a tener las negociaciones de la Unión Europea? Nos ha
indicado que no se va a decidir nada si no está todo acordado
previamente. Esperemos que en esa línea vayan los resultados.

Entrando ya en los sectores concretos, luego volveré a hablar de la
filosofía global de la cumbre, respecto a la PAC y a la industria
agroalimentaria, en la PAC podemos denominar que en este momento y
respecto a otras cumbres pasadas ya tenemos el traje, antes no lo
teníamos. Tenemos en este momento los tres pilares, accesos a
mercados, subvenciones a la exportación y ayudas internas, frutos de
anteriores acuerdos. Yo diría que uno de los grandes fallos de la
Unión Europea durante las negociaciones de la ronda Uruguay fue la
pérdida de la batalla mediática, fue muy grave lo que pasó:
aparecimos ante la opinión pública como el gran escollo
proteccionista frente al objetivo general de la liberalización.

No voy a dar datos que los tengo abundantes; para tranquilizar a SS.

SS., no voy a dar más datos, pero sí quiere decir una cosa. El sector
agroalimentario español ha hecho esfuerzos importantes desde la
anterior ronda, y no puede decirse lo mismo de lo que ha pasado desde
entonces con otros países, como los países del grupo Cairns, como
Estados Unidos, como México, como países del Este. Esto hay que
tenerlo en cuenta en las negociaciones, hay que considerar quién
cumple lo que se acuerda y quién no. En esta ronda hay que superar
los planteamientos defensivos en muchos aspectos.

Queremos saber cuál es la posición española respecto a la fórmula de
reducción de apoyos homogéneos si va a ser a todos los sectores o se
va a priorizar; si tiene sentido someter en este momento a todos los
sectores a la misma reducción. Alo mejor usted no me lo puede
contestar y me lo tiene que contestar el ministro de Agricultura, soy
consciente, pero me imagino que el Gobierno tendrá un criterio de
todo esto.

Respecto al sector agrario, es importante el concepto de agricultura
multifuncional. Me alegro que se recupere ahora este epígrafe de
multifuncional, porque mi grupo, el Grupo Socialista lo ha dicho en
muchas ocasiones y nos congratula que en este momento se reconocen de
esta manera las diferentes funciones que el sector agrario desempeña
en el mantenimiento del medio rural español y europeo. Es importante
por tanto que se contemple, y no nos ha dicho nada, la modulación de
las ayudas como un paso en defensa de la agricultura familiar. Y
éste, el de la agricultura familiar, sí es un hecho diferencial de la
agricultura europea, porque el 80 por ciento de la agricultura en la
Unión Europea cumple ese papel de agricultura familiar, y ¡qué
casualidad! la mayoría de las ayudas, esas ayudas internas se las
está llevando el 20 por ciento restante.

Tenemos reciente, por tanto, el acuerdo de la última ronda, la
reforma de la Agenda 2000 para la producción alimentaria, y sin
embargo no hay ninguna valoración de esos acuerdos recientes de la
anterior ronda y de lo que ha
sido la reforma de la política agraria común, y nos dirigimos a la
siguiente ronda. Por tanto, aquí mi pregunta, ¿no cree que es
precipitado? ¿Ustedes como Gobierno han hecho alguna valoración de
las repercusiones en el sector agrario?
También hay otros aspectos a considerar, y es la incorporación de los
países del Este a la Unión Europea, que va a coincidir con la ronda,
y el proceso de todo el desarrollo de la recientemente aprobada
Agenda 2000. Todo eso va a coincidir.

Nuestras exportaciones agrarias suponen el 15,5 por ciento del total
exportado. No quiero hacer comentarios, sólo voy a decir eso; pero la
agricultura es mucho más que esa cifra, es mucho más desde el punto
de vista, como así se le considera, de agricultura multifuncional.

Recientemente hemos oído en foros que tienen que ver con el sector
agrario español, concretamente en el último Congreso de
cooperativismo agrario hemos oído que todo es negociable por todos, y
esto nos preocupa.

Respecto a la pesca, España es un potencial en esta materia. Usted es
consciente, me imagino, de todo lo que nos jugamos. Me gustaría saber
cómo ha planteado España a la Unión Europea el enfoque de estas
negociaciones. Los recursos son escasos, cada vez hay que tener más
en cuenta los criterios medioambientales y cada vez hay más países
queriendo explotar los nuevos caladeros. Además hay algo que me ha
alegrado oírle, y es que estamos hablando de la pesca y de que son
seres vivos, que no son productos industriales. Usted nos lo ha dicho
ya, pero quiero que se tenga en cuenta este concepto para la
supervivencia del concepto y del desarrollo de la pesca en España.

¿Qué va a plantear, por tanto, la Unión Europea para la ronda en esta
materia? ¿Qué va a pasar con la liberalización del comercio en
materia de pesca? ¿Qué efectos va a tener en España? ¿Tiene alguna
valoración el Gobierno respecto a esto?
Con relación a la propiedad intelectual, ¿qué planteamientos se van a
hacer para la defensa de las marcas? En las denominaciones de origen
y las indicaciones geográficas, Europa, a petición española, ya ha
sido pionera y en las anteriores rondas se ha ido ya contemplando.

Tenemos que seguir avanzando en todo esto, nos jugamos mucho. Con
todos los sectores importantes que hay en España, y concretamente ya
que es de mi tierra lo voy a decir, con el vino y las bebidas
espirituosas. ¿Qué va a pasar también con las patentes de productos
farmacéuticos?
Me gustaría hacer una reflexión como Grupo Socialista de algo que nos
preocupa, y concretamente es sobre la plaga de este siglo: el SIDA.

Si realmente todos los países fuéramos sensatos, probablemente
pudiéramos tener o dar acceso a África en la vacuna del SIDA; sólo
quiero hacer este comentario en este epígrafe de propiedad
intelectual. ¿Qué plantea España a la Unión Europea para la defensa
del área textil, el software y el futuro de las patentes genéticas?
Respecto a los servicios, no sabemos si el Gobierno español está de
acuerdo en liberalizar el mercado de este sector. ¿Va a haber algún
planteamiento respecto a la excepción cultural, como va a hacer
Francia, que sigue reclamando la protección de su mercado interno?
Usted nos ha explicado, pero no me ha quedado claro en su exposición,
y queremos decirle que la industria cinematográfica española y el
mundo de la cultura están pidiendo a gritos



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que se denomine como diversidad cultural, para contemplar la
excepción, para proteger la propiedad intelectual.

Los sectores prioritarios, como el turismo, las telecomunicaciones,
servicios de consultoría y medioambientales, de construcción, de
arquitectura e ingeniería y un importante desarrollo que tiene que
suponer el desplazamiento de mano de obra especializada en todos
estos sectores, es algo a tener en cuenta. Por tanto, ¿cómo se van a
enfocar estas negociaciones? Nos ha dicho que van a ser ofensivos,
pero no ha profundizado mucho más. Esto lo habíamos leído en los
medios, y me gustaría que nos dijera algo más, para poder evaluar los
resultados finales.

Sobre las medidas sanitarias, fitosanitarias y salud del consumidor,
en este momento se está convirtiendo en la mayor barrera comercial
mundial. Lo más importante, por tanto, es garantizar la sanidad en
animales y plantas para todos los consumidores, garantizando, creo
yo, una especie de medidas estándar internacionales, porque si no
creará muchas barreras comerciales, sobre todo en países más
desarrollados. ¿Qué opina el Gobierno español de todo esto? Tampoco
nos ha dicho nada. ¿Quién tendría que participar para elaborar esas
normas, esas medidas estándar? ¿Cómo se va a enfocar?
Respecto a política de competencia voy a ser muy breve. Estamos en
pleno trámite de la ley que en España regula esta materia, está en el
Senado. ¿Qué opinión tiene el Gobierno sobre el planteamiento que va
a hacer la Unión Europea en la próxima ronda? ¿Es prioritario este
tema para España?
Transparencia en la contratación pública; tema muy importante.

El tema de inversiones, comercio y finanzas y medio ambiente son
aspectos en los que el Grupo Socialista tiene especial interés en los
resultados y en qué aportaciones ha hecho a la Unión Europea el
Gobierno español. Ya hemos hablado del AMI, como ha dicho la
secretaria de Estado, y no vamos a volver a decirlo aquí, puesto que
lo ha dicho usted delante, esto me lo salto. ¿Cuántos países están
interesados en este momento en priorizar este tema?
Tratando los temas de la ronda de forma vertical, las naciones menos
desarrolladas del Sur se quejan; se quejan de que estas
liberalizaciones, conjuntamente con las telecomunicaciones y medio
ambiente van a beneficiar mucho más a los países ricos del Norte.

Datos de la Organización Mundial del Comercio indican que 48 Estados
representan sólo el 0,5 por ciento del comercio mundial, desconfían
de que la ronda pueda aportarles algo nuevo, y sin embargo pueda
agravar las diferencias económicas, culturales y sociales. Para el
Gobierno socialista el comercio no es un fin en sí mismo, sino un
instrumento importante al servicio de los ciudadanos, un instrumento
de cohesión entre los Estados. Por tanto, de esta conferencia
esperamos que salga la ronda del desarrollo y del progreso, esa
denominada además Ronda del Milenio. Miles de observadores están
pendientes de los medios de comunicación, e incluso se van a
desplazar in situ para seguir las negociaciones ONG, lobbies,
empresas de diferentes sectores, parlamentos regionales incluso
sindicatos y un largo etcétera.

Intermón y Solidaridad Internacional, y puesto que han sido las
únicas lo quiero hacer constar en el «Diario de Sesiones», han
presentado a los grupos parlamentarios sus
razones y argumentos para participar e influir en el futuro de las
negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio. De
hecho ambas participarán en la conferencia a través de sus
respectivas redes. Tengo que decir que mi grupo parlamentario, lo he
dicho antes y lo vuelvo a recalcar, se ha nutrido de su información,
y no de la del Gobierno; se ha nutrido de su información que les
estaba facilitando el Gobierno, pero aquí no ha llegado información
del Gobierno hasta esta semana. ¿Pero por qué no ha aceptado la
Administración española que dichas organizaciones formen parte de su
delegación oficial, como han hecho otros países europeos? Lo han
hecho, la Comisión Europea incluso ha incluido cuatro representantes
de ONG en su delegación oficial. En nuestro país, dicho
reconocimiento oficial de las ONG para el desarrollo en la
conferencia de Seattle venía además avalado por la resolución
parlamentaria que se aprobó por unanimidad en la Comisión de
Cooperación para el Desarrollo. Pedimos al Gobierno que se tenga en
cuenta al Congreso de los Diputados, tanto para mandar información
como para cumplir mandatos que emanan de esta Cámara.

En el debate se plantean determinados dilemas cuya resolución debe
enfocarse desde la coherencia de los objetivos de desarrollo
sostenible y de erradicación de la pobreza. Las negociaciones en el
seno de la Organización Mundial del Comercio han sido planteadas por
algunos analistas en términos que preocupan al Grupo Socialista. Se
planteaba como sacrificar la seguridad social o la supervivencia del
mundo rural, aceptar la carne con hormonas, los productos manipulados
genéticamente o la destrucción de los bosques, proteger la industria
audiovisual o los convenios de Lomé; sin embargo estas dicotomías no
deben plantearse realmente en dichos términos. Esto será malo para la
Unión Europea y para España. Significa que tenemos que profundizar en
la adopción de decisiones que supongan un enfoque coherente e
integrado, para que las oportunidades y los beneficios de la
mundialización se distribuyan más ampliamente -esto es una filosofía
socialista-, apoyando todas aquellas iniciativas que contribuyan a
reinventar un sistema más incluyente de Gobierno mundial en pro de la
humanidad y de la equidad. De ahí el interés de la participación de
las ONG de desarrollo en esta conferencia y el apoyo que desde
nuestro grupo reclamamos para incorporar al debate este tipo de
iniciativas, y que contribuyan a dichos objetivos.

En cuanto a la inclusión de derechos económicos y sociales, que usted
ha enumerado también, en los mecanismos de la Organización Mundial de
Comercio, queremos preguntarnos qué incidencia tienen los aspectos
sociales y medioambientales en este proceso de emergencia de un orden
económico mundial basado, por otra parte, en la primacía de los
mercados, y vigilado por instituciones internacionales, en el que a
partir de ahora la Organización Mundial de Comercio tendrá un lugar
preeminente.

Sabemos que para muchos analistas los aspectos sociales
y medioambientales no encuentran lugar en él. Usted nos ha dicho
incluso el peligro al desarrollar toda la parte medioambiental. Sin
embargo en la cumbre de Colonia y apoyada por el Gobierno español, se
aprobó una resolución que por su importancia quiero dejar constancia
en esta Cámara si me permite el presidente. Decía que el Consejo



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Europeo está firmemente a favor de que en la Tercera conferencia
ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que se celebrará
en Seattle a finales de 1999, se impulse una nueva ronda general de
negociaciones en el marco de la Organización Mundial del Comercio que
se inicie en el año 2000 y finalice dentro de un plazo de tres años;
unas negociaciones que abarquen un amplio abanico de temas, incluidas
las normas de trabajo, medio ambiente, desarrollo y transparencia,
que constituyen la base más apropiada para lograr resultados
sustanciales y equilibrados en provecho de todos los miembros de la
Organización Mundial del Comercio. Decía que teniendo en cuenta el
potencial de crecimiento que ofrece el comercio, el Consejo Europeo
considera indispensable una mayor integración de los países en
desarrollo en el comercio mundial, y por tanto está dispuesto a
ofrecer a los mismos un mejor acceso a los mercados.

Dicho esto y aprobado como le decía en la cumbre de Colonia, quiero
preguntarle: ¿Con qué grado de coherencia y concreción va a defender
la Unión Europea este tipo de propuestas? ¿Qué expectativas se
tienen? ¿Si va a trabajar para que este tipo de objetivos no sólo
sean bellas palabras aprobadas en cumbres, y qué posición se está
manteniendo después y qué se está haciendo para conseguir esos
objetivos por parte de los mismos países que firman en esas cumbres?
Hablando respecto a países en vías de desarrollo, y no podemos
profundizar mucho más en este debate respecto a los derechos
laborales o la aplicación de la cláusula social, podríamos
contraargumentar que a favor de la inclusión de los derechos sociales
podemos citar los diez argumentos debatidos en el Seminario sobre
globalización, inversión y normas de trabajo, organizado por la Ciosl
en Ginebra el pasado año y que han aprobado los representantes de
sindicatos, asociaciones y ONG sociales de todos los países del sur,
en favor de ligar los derechos laborales fundamentales con el
comercio internacional. Esto se puede ver ahora, porque es una
oportunidad de oro en esta cumbre que se puede iniciar.

Sólo lo voy a enumerar, porque es imposible profundizar en cada uno
de los diez, pero sí decirle que los países en desarrollo son los que
más saldrían ganando con el respeto de los derechos a los
trabajadores, que sería también una forma de fomentar la
productividad y de promover la negociación colectiva. En tercer
lugar, se reforzaría la soberanía nacional a través de una cláusula
de derechos del trabajador en el ámbito de la Organización Mundial de
Comercio. Se protegerían mejor los derechos de la mujer, en cuarto
lugar. Todos sabemos, y aquí me quiero extender debido a mi condición
de mujer y a la suya, que la expansión de las máquinas en las zonas
francas y las industrias del vestido, textil, calzado y manufacturas
diversas, se basan generalmente en mano de obra femenina a bajo
coste, y la no discriminación y el principio de igual remuneración
significarían la imposibilidad de que los países comercien basándose
en la explotación de las mujeres en el lugar de trabajo. Tenemos una
responsabilidad por que esto no ocurra así. Ayudaría también a hacer
frente al trabajo infantil en condiciones de riesgo. Sólo quiero
decir que hay por lo menos 15 millones de niños y niñas que trabajan
en sectores de explotación. Se complementarían las disposiciones de
la declaración de la OIT con medidas adoptadas en el
seno de la Organización Mundial del Comercio. La cooperación sugerida
entre la Organización Mundial del Comercio y la OIT mejoraría el
respeto de los derechos de los trabajadores. En octavo lugar, la
Organización Mundial del Comercio sí podría ocuparse de los derechos
de los trabajadores de manera transparente y equitativa. Se
reducirían las tensiones comerciales de forma constructiva, y la
Organización Mundial de Comercio es la alternativa al unilateralismo.

Eso es lo que acordaron los participantes en el Seminario
Internacional de Ginebra.

Existen otros muchos temas, pero es imposible abordar aquí todos
ellos. Yo ya quiero terminar y decir que en este momento la
legitimidad de estas organizaciones multilaterales, como la
Organización Mundial de Comercio, depende de la respuesta que vaya
dando a todos estos retos que hemos enumerado, y el reto para el
Gobierno socialista, perdón, para el Grupo Socialista, Gobierno
socialista a partir de marzo (Risas.-El señor Gómez Darmendrail: Pero
no has dicho el año.-El señor Gamero Mir: Qué chiste.) está en la
globalización para el desarrollo sostenible, mantenimiento de los
valores de nuestros pueblos, derechos fundamentales de los
trabajadores, carácter multilateral y multifuncional de la
agricultura y protección del medio ambiente, así como la seguridad de
los consumidores.




El señor PRESIDENTE: Acontinuación, por parte del Grupo Catalán de
Convergència i Unió, tiene la palabra el señor Guardans.




Es señor GUARDANS I CAMBÓ: Muchas gracias, señora Pisonero, por sus
explicaciones. Como usted sabe, los que estamos en determinados
grupos que tienen un tamaño reducido en esta Cámara, a veces llevamos
distintos sombreros, y yo estaba con un sombrero distinto en la
primera parte de su intervención, en otra Comisión, concretamente en
una subcomisión, y por eso me he perdido gran parte de la misma. Yo
le quiero pedir disculpas y, por tanto, aunque puedo intuir lo que es
el guión, puesto que supongo que los temas fundamentales que están
sobre la mesa son los que han sido comentados, realmente eso me va a
llevar a ser prudente, y, en cualquier caso, le pido excusas si
alguno de los comentarios que yo pueda hacer -interrogantes van a ser
pocos, más bien comentar algunas de las cuestiones que están sobre la
mesa-, es redundante con algo que ya haya podido ser tratado por
usted en su intervención anterior.

Lamentablemente aquí en España, y no sé muy bien por qué razón,
porque hay que pensar que ya estamos en un país bastante
desarrollado, al menos tanto como otros países de Europa, no deja de
ser un debate sobre un tema tremendamente esotérico. Este mismo
portavoz, como diversión o como hobby, durante los últimos dos días
ha hecho una encuesta, de la que no ha dejado constancia gráfica que
permita elevar tablas, entre otros diputados de distintos grupos
políticos, a los que se ha dedicado a preguntar qué es la OMC, qué
ocurre en Seattle y qué es la Ronda del Milenio. Las respuestas son
espantosas, sobre todo por ser este diputado quien lo pregunta y
dedicarse a los temas que se dedica. Sobre la OMC algunos contestaron
que era una organización mundial de alguna cosa y otros sabían que
era del comercio. De lo que pase en Seattle, nada; bastante es



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con que algunos sepan dónde está. Y ya lo de la Ronda del Milenio no
se sabe si es un tema deportivo o qué es exactamente lo que está
sobre la mesa. Si eso ocurre entre diputados españoles, que se supone
que leen el periódico con una cierta frecuencia y que tienen
resúmenes de prensa a su disposición, qué ocurrirá con la opinión
pública. Eso, por un lado, nos hace ser más humildes cuando hacemos
algunas afirmaciones diciendo: España entera se inquieta... Bueno,
España entera, lamentablemente, no se inquieta absolutamente de nada,
porque no sabe absolutamente nada de lo que va a ocurrir o podría
ocurrir en Seattle con determinados acuerdos.

Al mismo tiempo, bromas aparte, esto nos impone todos una
responsabilidad, pero a su departamento un poco más, entiendo, porque
algo más de responsabilidad ha de tener. Yo creo que el secretismo o
la falta de transparencia no conviene a nadie, y yo no digo que sea
buscada. No interprete mis palabras como que desde la Secretaría de
Estado de Comercio se pretende que cuantos menos actores o eventuales
beneficiados o perjudicados por las decisiones que se puedan tomar,
es decir, afectados, en todo caso, cuantos menos agentes económicos
conozcan, mejor. No vaya a ser que lleguemos en España a los niveles
de agitación en Internet y de agitación en los medios de comunicación
que hay en otros países de nuestro entorno. Espero que no sea así,
sería un grave error, porque a todos nos conviene que, efectivamente,
la llamada sociedad civil y la sociedad económica, si se permite la
expresión, participen mucho más activamente en todo esto y tengan un
conocimiento mucho más directo de toda esta cuestión. Por tanto esa
sería un poco la primera llamada, que al fin y al cabo coincide con
algunas de las conclusiones que fueron aprobadas por el propio
Consejo de Ministros de la Unión Europea como uno de los primeros
temas. Son temas que no son llevados a Seattle para que sean
aprobados allí; son temas que hay que imponerse como deberes en casa.

Hay que hacer llegar estos temas con transparencia a la sociedad;
como decía la portavoz socialista, por mi parte tómelo con un ánimo
tremendamente constructivo de verdad, señora secretaria de Estado, yo
creo que la transparencia tiene que empezar por esta Cámara. Da la
impresión a veces de que la irrupción de Internet acaba haciendo que
el Ejecutivo crea que al fin y al cabo los diputados tienen acceso a
los documentos, sus contactos tendrán, alguien les hará llegar las
cosas y, al final, realmente depende un poco del ingenio de cada
diputado, de cada portavoz, de los servicios de tal o cual grupo, de
los contactos mayores o menores que uno haya hecho en sus relaciones
internacionales, para que uno acabe consiguiendo la información. Eso
no es serio, en absoluto. Realmente, si pudiéramos hacer inventario
aquí, no lo vamos a hacer, de cuántos documentos ha recibido esta
Comisión en relación con la Ronda del Milenio, pues la cosa sería
bastante patética, porque realmente lo que hemos recibido son estos
últimos informes. Eso no significa que no tengamos otra información y
que no podamos leer los periódicos todos los días o que no podamos
leer algunas cosas publicadas en el propio boletín de la Secretaría
de Estado, el de información comercial española, pero algo más de
información creo que tenemos derecho a recibir para poderla estudiar
e incluso para ilustrarnos nosotros mismos.

Entrando un poco más en materia, mi grupo es de los que suscriben que
la globalización no puede llevar a una desaparición de la política.

Es una verdad de éstas evidentes, pero yo querría empezar con ella.

Mi grupo considera que la primacía de la política debe mantenerse. Lo
único que ocurre es que la globalización impone que la política se
haga a otro nivel, pero tiene que seguir siendo política. Eso lo
asumimos entre todos o lo que nos encontramos es que pretendemos
seguir haciendo política a un nivel que ya se ha convertido en local,
entendiendo por local en este contexto a España, y sin embargo el
comercio y las finanzas se llevan ya a un nivel universal o mundial.

Ese desfase debe ser corregido y por eso mi grupo es absolutamente
partidario de un reforzamiento claro y formal de la Organización
Mundial de Comercio y probablemente de la creación de nuevas
estructuras.

Yo no voy a hacer propia, aunque la podría compartir, pero sería
peligroso a estas alturas de la legislatura que yo haga propia
algunas de las recomendaciones específicas de la Declaración de París
de la Internacional Socialista, porque podría ser acusado de muchas
cosas, pero lo cierto es que en ese documento, por ejemplo, se hace
alguna propuesta que, independientemente de que forme parte del
documento de la Internacional Socialista, es muy cierto: la creación
de un Consejo de Seguridad paralelo, el nombre no vale nada, pero
vale sólo para demostrar de qué estamos hablando, y que realmente se
meta en los temas económicos.

Por tanto, no es un tema menor el que estamos aquí debatiendo, aunque
haya aquí más periodistas que diputados, es un tema de primer orden
en el que mi grupo, y entiendo que también la secretaria de Estado,
debe poner todo el empeño. Aquí es donde volvería a haber un punto de
crítica menor, y si la crítica no es real, entonces lo que nos falta
es información; por tanto, entonces, la crítica va por la falta de
información, pero por uno de los dos lados recibe usted, señora
secretaria de Estado, porque no tenemos conciencia de que España esté
teniendo un papel activo en estos temas, no tenemos ninguna
conciencia ni ninguna información de que España esté delante de la
manifestación. España la sigue y evidentemente tenemos la ventaja de
que formamos parte de una estructura que se llama el Consejo de
Ministros de la Unión Europea, la propia Unión Europea como tal, del
hecho de que exista Pascal Lamy en este caso y antes su predecesor en
la Comisión Europea, que son quienes realmente ponen sobre la mesa y
estudian las propuestas, esas propuestas las llevan al Consejo y se
aprueban, y en la medida en que en el Consejo se aprueban, España
tiene un proyecto, una propuesta y una política en este asunto.

Nosotros querríamos más y nos gustaría que España tuviera un papel,
si no en todos los frentes que está aquí abiertos, porque
evidentemente unos nos afectan más directamente que otros, sí en
muchos de ellos; nos gustaría que el Gobierno español estuviera al
frente de la manifestación y fuera quien está poniendo los papeles
sobre la mesa y que muchas veces lo hiciera con la complicidad de
esta Cámara y, a través de esta Cámara, con la complicidad de los
agentes económicos, empresariales, de las pymes, de los sindicatos,
de las ONG..., en lugar de ser un Gobierno que participa de reuniones y
que sí, vota en ellas, pero sin poner nada sobre la mesa. Insisto, si
eso no es así, si la respuesta



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que usted me da es que efectivamente hay todo un diseño de una gran
cantidad de propuestas y que el documento aprobado por el Consejo de
Ministros de la Unión Europea responde en muchas cosas a propuestas
españolas, entonces la crítica es mucho más dura por no dar la
información, porque significa que ustedes se lo guisan y se lo comen
absolutamente al margen de este Parlamento.

No voy a hablar sobre alguno de los temas concretos en los que estoy
interesado al no haber podido escuchar su intervención, me refiero
muy específicamente al tema agrícola. Podía haber formulado
preguntas, pero tengo miedo de hacerlo, con lo cual me leeré su
intervención en el «Diario de Sesiones». Sencillamente, quiero
suscribir que desde mi grupo compartimos totalmente lo que ya empieza
a ser doctrina común europea, como es, efectivamente, ese carácter
multifuncional de la agricultura, y está por ver que lo pase a ser en
términos de la propia OMC y que, por tanto, ese supuesto
macroproteccionismo europeo no se corresponda con la realidad, aunque
así lo parezca a efectos mediáticos, y que es algo mucho más
profundo, una opción política mucho más profunda, mucho más a largo
plazo, que afecta, evidentemente, muy directamente a España.

En el ámbito de las inversiones, deduzco de la intervención de la
portavoz socialista que ha hablado usted específicamente del acuerdo
multilateral de inversiones. Nosotros éramos y somos partidarios de
que muriera el AMI. En su momento pedimos una comparecencia expresa
para hablar del AMI; estamos encantados con que el AMI en la sede de
la OCDE muriera y fuera debidamente enterrado, y lo somos ahora de
que en la sede de la OMC se plantee, efectivamente, el hecho de que
se elabore un marco multilateral de inversiones, porque reglas claras
y fijas, sí, las queremos, pero una reglas en cuya elaboración
participen todos y que tengan un contenido en el cual hayan podido
intervenir -y sé que estoy trayendo a colación una redundancia-
aquellos a quienes les va a afectar. Por ejemplo, el hecho de que el
propio Consejo de Ministros de la Unión Europea reconozca o recoja
como uno de los principios que va a poner sobre la mesa el derecho de
regulación por parte de los Estados receptores de inversión es algo
que tiene tremenda importancia, como sabe la señora secretaria de
Estado. Es algo que, aunque tuviéramos una visión a corto plazo,
pequeña o pueblerina, podría parecer que va a en perjuicio de
inversores españoles, porque lógicamente nosotros en este caso, y por
fortuna, estamos hoy mucho más cerca de los inversores que de
aquellos que la reciben. Por supuesto, seguimos recibiendo
inversiones, pero en este contexto lo que nos interesa es el
incremento en la inversión exterior española. A pesar de eso, a todos
nos interesa que aquellos países que son destinatarios de inversión
extranjera no se sientan conquistados por la inversión extranjera, y
la única forma es que se consagre y que se mantenga ese principio que
es básico, ya recogido por las propias reglas de la Organización
Mundial de Comercio, pero que en Seattle debe volverse a confirmar,
si es que se consigue hablar de inversiones en Seattle o si es que se
consigue llegar a algo en Seattle y en la Ronda del Milenio que se
derive de ahí, que es ese derecho del país receptor a mantener una
cierta regulación sobre las inversiones en su territorio, así como
otro principio, que también puede parecer que va en perjuicio de las
empresas del primer mundo,
entre ellas las españolas, como es el principio de responsabilidad
del inversor. Nosotros somos muy partidarios de que se reconozca el
principio de responsabilidad del inversor y nos felicitamos de que en
este documento del Consejo de Ministros se admita y no sólo se
tolere, sino que sea parte de la propuesta europea. Querríamos que el
Gobierno español no lo acepte a trancas y barrancas, sino que
realmente asuma en términos políticos, casi diría éticos, el
principio de responsabilidad del inversor.

A un nivel distinto, esta misma mañana hemos aprobado la modificación
del Código Penal, que es derivación de un convenio de la OCDE, por el
cual se tipifica en España la corrupción a agentes económicos
exteriores. De eso estamos hablando, a un nivel distinto ahora, no ya
tanto de la corrupción de agentes económicos exteriores, sino de la
imposibilidad de realizar determinadas prácticas en este mundo
globalizado que nadie se atrevería a hacer en casa y que se cree con
derecho a hacer en países del Tercer Mundo, de las cuales a lo mejor
nosotros mismos podemos sufrir. Hemos sufrido recientemente, en el
sector del aire acondicionado, por ejemplo, con determinadas
desinversiones absolutamente irracionales, y hemos visto cómo eso nos
puede afectar y puede sublevar a una comarca entera en un tema que en
el conjunto de la economía española es muy pequeño. Es evidente que
una desinversión irracional o que simplemente se derive de
planificaciones mundiales puede desestabilizar completamente un país,
y no podría ser tolerable, aunque se derive de la libertad de
inversiones o de la libre circulación de capitales, que por otro lado
todos impulsamos.

Nos gustaría que el Gobierno siguiera muy de cerca en su momento,
cuando esto empiece a tomar forma, si finalmente la toma, el interés
que tenía Estados Unidos y que supongo que volverá a tener de
introducir, en lo que sea ese marco multilateral de inversiones,
determinadas sacralizaciones de los principios de la Ley Helms-
Burton. Eso estaba, como bien sabe la secretaria de Estado, en el
acuerdo multilateral de inversiones, había un capítulo entero que al
fin y al cabo pretendía multilateralizar los principios fundamentales
de la Ley Helms-Burton, lo cual era una salvajada, y perdón por la
expresión, pero era exactamente así como lo veía este portavoz, y es
un riesgo que sigue estando ahí. Evidentemente, tiene menos
posibilidades de recoger esos principios de esa forma, como lo
pretendía hacer en el AMI, en el contexto de la OMC, pero es un tema
que evidentemente nos afecta muy de cerca y que debería ser seguido,
en sentido de controlado.

Sobre el tema de competencia hay pocos comentarios. Las propuestas
del Consejo de Ministros de la Unión en esas conclusiones me parecen
audaces, porque no estoy muy seguro de que puedan llegar a ser
llevadas a cabo en los términos en los que se plantean, pero la
audacia siempre es buena y bienvenida sea.

La excepción cultural o la diversidad cultural, que es una
terminología que efectivamente es preferible, es algo que tampoco ha
formado parte hasta ahora de los intereses del Gobierno español, a la
cual tampoco se ha podido oponer frontalmente. Hay que señalar que
políticamente todo tiene su importancia. En el discurso del
presidente Chirac en esta Cámara, a la hora de seleccionar cuáles son
los temas que le preocupaban, y mire usted que hay temas de



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la relación bilateral entre Francia y España para hacer un discurso
de media hora por primera vez en la historia de este Parlamento por
parte del presidente de la República francesa, le dedica una parte
importante de ese discurso, un fragmento de primer orden en el
conjunto del mismo a la excepción cultural. Luego es evidente que,
cuando menos, eso le obliga y le exige al Gobierno español a seguir
la corriente al Gobierno francés en este punto, y a no oponerse.

Nosotros querríamos que no sólo no se opusiera, sino que fuera más
allá, con los matices que sean, que puede que los haya, pero
corrigiéndolos. No la quiero enfrentar con su superior en el
Ministerio, porque entiendo que es más bien una evolución de todo el
equipo conjuntamente, pero le podría sacar un «Diario de Sesiones» en
el que el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía dijo
expresamente «Yo no creo en la excepción cultural», en esta Comisión
de Economía, «Yo no creo en la excepción cultural, yo no defiendo la
excepción cultural». Afortunadamente, los tiempos han cambiado, ya
sea por las buenas relaciones franco-españolas, que llevan a matizar
un poco las cosas, ya sea por el crecimiento de la industria del cine
en España, que también es un dato objetivo y nada ridículo ni
anecdótico, porque, evidentemente, desde el momento en que la
industria del cine pasa a tener un componente importante en el sector
negocios y una proyección de futuro espectacular, parece que las
cosas se empiezan a mirar de otra manera. Por tanto, todo lo que sea
ponerse también aquí al frente de la manifestación -al frente será
difícil, porque el frente siempre lo tendrán quienes lo tienen- o
inmediatamente detrás de los que están al frente de la manifestación
en temas de la diversidad cultural, nosotros lo compartiremos
totalmente.

Una última observación sobre los temas que están en la agenda de
Seattle es la protección de los derechos laborales fundamentales en
los países en vías de desarrollo o subdesarrollados, más claramente.

También ahí nos felicitamos porque eso forme parte de la conclusiones
y, por tanto, del conjunto de propuestas que el Consejo de Ministros
de la Unión querría que se discutiera en Seattle, pero también ahí
querríamos ver un cierto pronunciamiento de España. En este caso no
se lo puedo justificar documentalmente, pero recientemente, en una
reunión internacional de parlamentarios, concretamente en la sede de
la Unión Interparlamentaria, a la que este portavoz tuvo ocasión de
asistir, expresamente, por lo que sea -y cuando el río suena agua
lleva-, hablando de estos temas, diputados de otros países, de países
en ese caso africanos y dos de países de América Latina, tenían
claramente la idea de que en Europa, si alguien se oponía a una
mezcla entre comercio y protección de los derechos laborales
fundamentales, era el Gobierno español. No me pregunte por qué ha
calado esa imagen, si es que no considera que haya razones para que
esa imagen cale, pero tal cual lo escuché, se lo digo, porque tuve
una intervención en este sentido y me dijeron que estaban encantados
con lo que yo les decía, siendo diputado español, pero tenían la idea
de que en España este tema de mezclar la protección de los derechos
laborales de los países en vías de desarrollo o subdesarrollados con
el comercio es algo a lo que siempre se ha opuesto el Gobierno
español. Creemos que eso no es así y en todo caso ya no puede seguir
siendo así, al formar parte España o haber suscrito
ese documento de conclusiones del Consejo, pero nosotros nos
felicitamos porque eso esté ahí. Nos felicitamos expresamente de esa
propuesta, tan fácil de llevar a cabo, con Seattle o sin Seattle,
porque eso es bastante sencillo de articular, que es un incremento de
la cooperación entre la Organización Mundial de Comercio y la OIT. No
precisa grandes resoluciones ni grandes debates; es cuestión de que
quienes dirigen o tienen capacidad de influencia en la OMC se decidan
a llevarlo a cabo y que, por tanto, haya una mayor fluidez de
información entre la OMC y la OIT, incluso en términos normativos, y
que se puedan cruzar.

Somos partidarios también, y me parece muy oportuno, de que el
planteamiento se haga en términos positivos. La sensación de que haya
que dedicarse a sancionar con restricciones comerciales a
determinados países en función del nivel de explotación laboral no
creemos que sea la fórmula más positiva y más constructiva. Hay otras
fórmulas positivas que tienen mucho más interés. Todo eso ha de ser
compatible con la firmeza en la defensa de estos principios, en los
que todos nos estamos jugando bastante.

Yo terminaría con eso y con lo que he empezado, es decir, pidiendo
transparencia, transparencia en la OMC y transparencia en la
Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y de la Pequeña y Mediana
Empresa en materia de la OMC. Empecemos con la trasparencia en casa.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Popular tiene la palabra el
señor Gómez Darmendrail.




El señor GÓMEZ DARMENDRAIL: Quiero dar la bienvenida en nombre del
Grupo Popular a la secretaria de Estado, señora Pisonero, y gracias
también por sus explicaciones.




Señorías, como se deduce de las palabras de la secretaria de Estado,
la conferencia de Seattle presenta, antes incluso de su nacimiento,
un intenso debate en torno a los asuntos que deben o no incluirse en
la agenda del día, cómo debe plantearse la ronda y cuál debe ser la
duración de la misma. Así, mientras unos países abogan por una
solución global, otros lo hacen por un planteamiento sectorial; al
mismo tiempo, otros se decantan por la revisión de acuerdos cerrados
en la anterior ronda, mientras que un numeroso grupo de Estados niega
esta posibilidad. Ante esta situación, ha sido interesante conocer la
opinión de la secretaria de Estado sobre cuál es el diseño que más
conviene a la Unión Europea, en la que se encuadra España, y sobre
las posibilidades que tiene de ser aceptado dentro de la Comunidad.




Señorías, la reunión que tendrán lugar en Seattle a fines de este mes
y principios del siguiente va a ser sin duda el principal foco de
atención de nuestro planeta en los próximos días, pese a lo que diga
el señor Guardans, que da la impresión que se junta con cualquiera.

(Risas.) Su celebración constituye un nuevo reto para todos los
Estados que van a estar presentes en ella, ya que el futuro de la
economía mundial va a venir condicionado en gran medida por los
resultados que de ella se deriven. Por esta razón, la presencia de la
secretaria de Estado en esta Comisión resulta sumamente interesante.

Es necesario que España tenga claros cuáles son losobjetivos que
debemos intentar alcanzar en este foro y las



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consecuencias que pueden derivarse de él. Así pues, dar a conocer
estos y todos los demás temas relacionados con la próxima reunión de
la OMC al Congreso de los Diputados es la mejor manera de satisfacer
esta necesidad. Por cierto, que por eso no he entendido la palabras
de la portavoz del Grupo Socialista, que dice que ha sido secuestrado
el debate en el Parlamento. Así se genera el debate, señorías, no
sólo en esta Cámara, también en todos los sectores sociales
afectados, que deben llevarnos a la cumbre en condiciones óptimas.

Tenemos que hablar de diversos sectores afectados, porque a pesar de
ser una cumbre sobre comercio mundial, sus consecuencias nos afectan
a todos. Sus objetivos, la globalización de la economía y la
prosperidad de todos los países sólo pueden alcanzarse si partidos
políticos, empresas, ONG, gobiernos y todos los ciudadanos se
conciencian de la necesidad de realizar un esfuerzo común.

Señorías, el nombre con el que esta reunión se ha dado a conocer al
público en general, la Ronda del Milenio, no sólo se ha puesto porque
le gustaba al señor Trocóniz, sino porque refleja perfectamente la
doble dimensión de esta conferencia. Por una parte, la reunión viene
a recoger las últimas tendencias de este milenio, con un mundo
comercialmente dividido en grupos heterogéneos que propugnan una
mayor o menor liberalización de los diferentes mercados, de acuerdo
con sus situaciones nacionales. Así, la conferencia se presenta a
priori como una intensa lucha de intereses que deben de converger en
la globalización y búsqueda de una mejor distribución de la riqueza.

Mientras Estados Unidos, los miembros del grupo Cairns y un gran
número de países subdesarrollados están especialmente interesados en
una mayor liberalización de la agricultura, la Unión Europea busca
lograr avances en temas de inversión, competencia, pesca y
transparencia en la contratación pública y servicios. Este último
tema parece fundamental para España, ya que hoy día nuestras empresas
están a la cabeza mundial en exportación de servicios. Ya en la ronda
de Uruguay se llegó a un acuerdo para la liberación progresiva de
este sector, mediante la imposición de una serie de cláusulas de
desmantelamiento o de eliminación de las medidas restrictivas
existentes en aquel momento. Sin embargo, estas se nos antojan hoy
día insuficientes. Nuestra presencia fuera de nuestras fronteras es
cada vez mayor en áreas tan importantes como el turismo, el
suministro de electricidad, las comunicaciones, y otras. Por esta
razón nos parece fundamental conocer de boca de la secretaria de
Estado cuáles son las principales barreras que en estos momentos se
están encontrando nuestras empresas de servicios, cómo han
evolucionado desde la denominada ronda de Uruguay y en qué medida la
Conferencia de Seattle va a ayudar a su eliminación, aunque ya ha
dado algunas pinceladas.




Por otra parte y continuando con la doble dimensión de la que
hablábamos, la ronda de Seattle debe de servir como base de lo que
debe ser el futuro comercio en el nuevo milenio. Se trata de una
oportunidad magnífica para lograr que los Estados más pobres alcancen
el tren del desarrollo de forma sostenida y no traumática, a la vez
que los Estados con una riqueza mayor incrementan su bienestar. Esta
es la razón por la que hoy día existe un gran interés en concienciar
a todos los sectores sociales de la necesidad de avanzar, no sólo en
temas puramente económicos, como
puedan ser los aranceles o las subvenciones a la industria, sino
también en aquellos aspectos comerciales que más afectan de forma
directa a la vida de las personas, como el trabajo o el medio
ambiente, y a los que tradicionalmente se les da un tratamiento
independiente del plano mercantil. Así, por ejemplo, desde la Unión
Europea se está intentando tratar en esta cumbre el vínculo existente
entre el comercio y las condiciones laborales de los diferentes
países. Nuestro país está especialmente interesado en ello y pudiera
ser que la implicación de la OMC en el debate sobre el comercio y los
derechos sociales resultara inevitable debido a la presión de la
opinión pública existente en los países desarrollados. Sin embargo,
su inclusión tendrá un coste comercial, los progresos serán lentos y
los resultados inciertos, dado que los mecanismos con que cuenta la
organización no son adecuados para resolver el problema, y la
secretaria de Estado lo ha explicado con toda claridad.

Señorías, para alcanzar los objetivos que antes mencionábamos es
necesario que estén representados la mayor parte de los países del
mundo y sobre todo aquellos que juegan un papel importante en el
contexto económico mundial. En la actualidad hay un total de 31
países en lista de espera para entrar en la OMC. La importancia de
algunos de ellos es mayúscula. Rusia, Arabia Saudí, Taiwan y China no
forman parte aún de este foro, lo que limita en cierta medida la
eficacia de sus decisiones. Recientemente hemos asistido a las
negociaciones mantenidas entre China y Estados Unidos para lograr el
acceso de aquella. Sin embargo, todavía está pendiente el beneplácito
de la Unión Europea, que a pesar del notable avance que supone el
acuerdo entre los dos gigantes antes mencionados, seguramente no
estará exento de problemas. La entrada de Rusia, dada la alta
inestabilidad en la que este país se encuentra, tanto desde el punto
de vista político como económico, parece más lejana. Sin embargo,
tarde o temprano llegará producirse la de ambos. Este hecho suscita
preocupaciones en algunos sectores, que creen que el acceso de estos
países puede llevar a la OMC a heredar, como ya ocurrió en ocasiones
anteriores, sus problemas internos, como pueden ser la falta de
transparencia en los contratos públicos, la falta de respeto por el
medio ambiente o una evidente falta de libre competencia en sus
mercados nacionales. Esta situación nos lleva a plantear a la
secretaria de Estado las siguientes cuestiones: ¿En qué medida los
efectos de la ronda pueden verse afectados por la no presencia de
estos Estados? ¿Cómo puede afectar la entrada de China a los acuerdos
que se alcancen, y en concreto a nuestro país?
Por otra parte, señorías, un aspecto especialmente importante y al
que no podemos dejar de referirnos es la necesidad de avanzar en
materia de competencia, y en concreto en lo que se refiere a la lucha
contra el dumping. Existen una serie de Estados, sobre todo del
bloque de los menos desarrollados, que son partidarios de revisar los
acuerdos antidumping vigentes actualmente, para dotarlos de una menor
rigurosidad. Otros bloques, entre los que se encuentra la Unión
Europea, son partidarios de avanzar hacia un marco más exigente o al
menos mantener el actual. Nuestro país, encuadrado dentro de este
último grupo de Estados, ha venido utilizando de forma regular la
legislación vigente. Sin embargo, también nuestras empresas han
sufrido con frecuencia denuncias de otros países de



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la OMC. A su vez, la UE ha puesto en marcha medidas antidumping
contra algunas industrias de fuera de sus límites, que afectan
fundamentalmente a los dos países a los que hacíamos mención, Rusia y
China. Parece, por tanto, necesario conocer la opinión de la
secretaria de Estado sobre la evolución que espera en este ámbito y
las medidas que más nos beneficiarían.

Concluyo, señor presidente, pero no podemos olvidar tampoco un
aspecto básico para la UE. Nos estamos refiriendo al mecanismo que
actualmente es utilizado en el seno de la organización para
solucionar los conflictos que aparecen entre Estados miembros. Desde
su creación, el órgano de solución de diferencias ha dictado una
serie de resoluciones que en su mayoría han perjudicado a la Unión
Europea, tanto en lo que se refiere al resultado de las mismas como
en lo que respecta a su aplicación, ya que en numerosas ocasiones los
países condenados se han valido de la propia mecánica de
funcionamiento del OSD para evitar resoluciones adversas. En lo que
afecta directamente a nuestro país, este órgano ha resuelto a favor
de Estados Unidos en el conflicto que la UE mantiene sobre el sector
del plátano, poniendo en peligro el futuro de nuestros productores.

Con respecto a este tema, creemos que sería interesante conocer
cuáles son, según el Gobierno, los principales fallos de este sistema
y qué condiciones debería reunir un posible nuevo OSD.

Y por último, ante la preocupación cada vez más creciente que este
mercado produce en nuestros ciudadanos y la importancia que en el
próximo siglo va a tener a nivel mundial, nos ha parecido interesante
conocer la opinión de la secretaria de Estado respecto a la
posibilidad de incluir el comercio electrónico como uno de los temas
a discutir en Seattle. También me gustaría que me diera, señora
secretaria de Estado, un breve apunte sobre el acuerdo de México y la
UE.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra la señora
secretaria de Estado.




La señora SECRETARIADE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): Muchas gracias por las
enriquecedoras intervenciones de los distintos portavoces, sobre las
que sin absoluto pecar de arrogancia, efectivamente, muchas de las
cuestiones que me ha planteado ya las había mencionado en mi
intervención. Yo sé lo que es tener varias gorras y todos intentamos
llegar a todos los ámbitos, hasta el punto de que esta es mi tercera
comparecencia esta semana, por lo cual me duele especialmente que me
acusen de falta de transparencia.

Por empezar por la portavoz socialista, yo creo que hay muchos temas
comunes y una gran coincidencia en el planteamiento, como no podía
ser de otra manera, en la medida en que la posición española, si bien
no se ha estado fraguando en el Parlamento, se ha hecho con lo que se
supone que representa el Parlamento, que es la sociedad civil, en un
contacto permanente y fluido con todos sus representantes, por
supuesto no sólo los que son objeto del núcleo de las negociaciones
en la OMC, que son las empresas, a través de las asociaciones
sectoriales, con las que por otra parte tenemos un mecanismo continuo
de relación, con reuniones
periódicas que nos permiten tener un informe actualizado de
cuál es la realidad de nuestros sectores, de la evolución de sus
exportaciones, las dificultades que tienen para exportar en
determinados mercados, para tener actualizada la información básica
que nos hace ir a las negociaciones que se producen a diario y que,
lógicamente, entenderán que no informemos de ellas en cuanto se
producen, porque entran en su mecánica diaria en una competencia que
este Parlamento decidió ceder a la Unión Europea, en una competencia
que es comunitaria. Por lo tanto, entran en un mecanismo de
establecer unos canales, que afortunadamente ya existen en España, de
contacto fluido y permanente con los sectores, que de esta manera
están acudiendo, en este caso concreto a los servicios de la
Secretaría de Estado y de la Secretaría General de Comercio Exterior,
para plantear las quejas sobre barreras no comerciales, en la defensa
adecuada de los acuerdos fijados por España, para que se hagan valer
y se hagan cumplir los acuerdos que España cumple rigurosamente.

Esa posición española, como decía, se ha establecido en reuniones
permanentes, la última de las cuales se ha celebrado esta mañana, y
ayer con las ONG, con las que también se ha trabajado, y también
hemos recibido las propuestas que mencionaba la señora Leiva, pero de
palabra, sobre cuestiones que usted ha mencionado y que efectivamente
nos las han transmitido. Por lo tanto, el Gobierno ha asumido la
obligación de intentar conseguir, porque es el Gobierno, en este caso
del Partido Popular, pero de todos los españoles, que se reflejen los
intereses y las necesidades que nos plantea esa sociedad civil, y en
particular las empresas, que son las que, en su caso, tendrían que
afrontar una reducción arancelaria o determinadas trabas, sin con
ello menospreciar el componente fundamental que tenemos como país
europeo, que lo somos y ya sin complejos, de defender como nuevos
elementos de la agenda, que hemos calificado como nueva agenda del
comercio internacional, cuestiones que no son meramente mercantiles,
comerciales o asociadas a cuestiones técnicas, como las que yo
mencioné en mi intervención, y que con amplia coincidencia, vuelvo a
repetir, han mencionado sus señorías.

Es una reflexión general que no quita para que yo les pida que no me
tachen, por favor, de arrogancia. El hecho es que vengo siempre que
me lo piden, intento acudir lo más posible y esta semana he estado
tres veces. Siempre intento venir y he mencionado la OMC todas las
veces que he podido, por lo que no se puede decir que hayamos hecho
una posición en un despacho, sino que lo hemos hecho en contacto
permanente, como lo hace este Gobierno, con la sociedad, cosa que
hemos institucionalizado en estos años.

Acepto la responsabilidad, que la tengo, y estoy totalmente de
acuerdo en la necesidad de proceder a esa comunicación e información
detallada. Lo que sí que lamento, y créame señor Guardans, es no
poder tener la ocasión de debatir estas cuestiones con la intensidad
que merecen por su importancia. Por lo tanto, cuando habla de esa
nueva arquitectura que ya no puede ser financiera internacional
exclusivamente, sino de una globalización, ha sacado temas que me
apasionan, aparte de que sean objeto de mi trabajo diario, esa es mi
suerte, que sin duda son de especial importancia. Y no se sienta
amenazado de que le acusen,no sé si de internacional o de socialista,
porque en eso



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todos tenemos principios comunes que no son monopolio de ninguno de
los grupos. Lo que sí que puede ser monopolio, y no se me moleste,
señora Leiva, es la creación de consejos paralelos y de instituciones
burocráticas, que a veces ya existen, y de lo que se trata es de
mejorar su eficacia. Esos son planteamientos muy determinados. Lo
digo con todo cariño. Dicho eso, por lo tanto, asumo la
responsabilidad y pido disculpas en lo que considero sumamente
importante, pero quiero hacer constar que esa posición no se ha hecho
en un despacho de técnicos, sino en un foro en el que los técnicos
han escuchado los intereses que tenemos que defender, que ese sí que
es nuestro trabajo y no el contrario.

La señora Leiva creo que hemos venía a plantearme cuestiones en las
que hemos tenido mucha coincidencia. Afortunadamente, creo que el
comercio, por la propia distribución de competencias que ha
mencionado, se constituye en una cuestión superior -de Estado la ha
calificado la portavoz socialista- y eso nos debe llevar a seguir
trabajando en todas las cuestiones pero, afortunadamente, en una
coincidencia que se deriva del hecho de haber trabajado con la
sociedad civil, como he dicho antes. Si no, seguramente hubiera sido
parcial, cosa que desde luego no hubiera sido mi deseo.

El criterio político ante la OMC, lo he mencionado al principio de mi
intervención y también lo ha comentado el señor Guardans, es el de
reforzar y consolidar una institución que es la garante de que
existan unas reglas multilaterales, que son la mejor vía para
establecer y enmarcar el proceso de globalización teniendo en cuenta,
por tanto, todos los aspectos que en ella inciden. El criterio
político de un país entre 135, desde luego, es hacer valer como pueda
sus intereses. Pero, obviamente, como país desarrollado e integrante
de la Unión Europea, e intentando defender una posición como tal, en
total coherencia con lo que usted me ha recordado, le he comentado
que la resolución sobre la ronda global fue aprobada en la Cumbre de
Colonia. Es exactamente el discurso que he hecho en mi primera
intervención de que la Unión Europea es consciente, y también España,
que gracias al esfuerzo de toda la sociedad española puede
considerarse como un país plenamente europeo y por lo tanto
desarrollado; tiene el máximo interés en que el comercio, como usted
bien decía, no es, ni nunca lo ha sido, un fin en sí mismo, sino un
instrumento para el crecimiento del desarrollo, dentro de lo que yo
siempre llamo, para que se entienda, el convencimiento de la teoría
de los vasos comunicantes. En los vasos comunicantes la distribución
se produce cuando se quita el tabique que separa un vaso de otro. Y
el comercio lo que permite, naturalmente si se está convencido de
ello, es la eliminación de barreras, lo que provoca que el agua
circule y se acabe equilibrando. Ésa es la teoría en la que
efectivamente el comercio no es un fin en sí mismo sino un
instrumento para que, liberalizándolo y permitiéndolo, como ése es el
apoyo y la posición clara política de la Unión Europea, seamos
capaces de proceder a esa distribución de la riqueza sobre bases
sólidas, que son las del propio crecimiento, permitiendo a los países
que están en vías de desarrollo acceder al mayor número de mercados.

Esa es la base más sólida frente a un planteamiento de considerarles
hermanos menores y subsidiarlos; este es el planteamiento real.

Existe el
convencimiento claro, como se ha demostrado en estos cincuenta años
últimos, de que (se ha conseguido a través de los acuerdos de Bretton
Woods en su momento un mínimo orden internacional), uniéndose,
dialogando a nivel global los países pueden promover un mayor
desarrollo, y en ello el comercio ha jugado un papel fundamental, con
unos ritmos de crecimiento que han determinado un aumento en el
desarrollo.

Efectivamente, como usted bien dice, y como también han comentado los
demás portavoces, es fundamental que existan las reglas. Cuando se
habla de que el mercado es la jungla, siempre digo que el mercado es
un conjunto de reglas que deben respetarse. Cuanto más transparente
sea el mercado, cuanta mayor información y más clarificación haya en
el marco en el que se desarrolla, más eficaz será en una distribución
eficaz de los recursos.

Por lo tanto, el planteamiento es, como digo, de defensa de una
institución que es fundamental, para la que tenemos que seguir
trabajando en esa nueva arquitectura mundial de globalización, en la
que efectivamente la política siempre tiene que estar presente y,
como bien decía el señor Guardans, quizá desarrollarse en otros
niveles. Eso nos obliga a un esfuerzo, que España ha hecho, en el
ámbito de la arquitectura financiera internacional, por supuesto, con
iniciativas de las que, por otra parte, se ha informado al
Parlamento, en este caso no por mi persona sino por otros compañeros
del Ministerio, jugándose sin duda un papel fundamental en ámbitos en
los que España ya tiene una relevancia, como es en el de
Iberoamérica, aunque no sólo. Pero sin duda ha cometido actuaciones
en las que no es que haya ido al frente de la manifestación, sino que
ha sido el que ha puesto el asunto sobre la mesa, también en las
materias de la OMC, que con mucho gusto comentaré al hilo de la
contestación que les voy a dar.

La señora Leiva me preguntaba por el papel de la Unión Europea. Como
he dicho en mi intervención, pero le reitero con mucho gusto, el
papel de la Unión Europea ha sido el de liderar este movimiento para
tener una ronda, efectivamente, lo más global posible. Porque
entendemos como europeos, (y España en particular así lo ha
refrendado), que cuanto más global sea más capaces seremos de que
haya un mayor número de países interesados en participar en este
proceso. Como decía el señor Gómez Darmendrail, cuantos más países
participen, más fuerte será la organización, y cuantos más países se
sientan comprometidos en ese proceso, más fuerza tendrá, sin duda, el
avance hacia la liberalización y un adecuado reparto de ese
desarrollo.

Ydigo que el papel de la Unión Europea ha sido fundamental. Estados
Unidos ha sido el anfitrión, pero no ha piado hasta el final, más que
a través de los editoriales. Lógicamente no es que la sociedad civil
esté interesada, sino que los lobbies americanos son especialmente
eficaces en transmitir sus intereses a través de la prensa, cosa que
en España no se da; se está produciendo, afortunadamente, en los
temas que como país europeo interesan, que, como han visto, son,
aparte de los específicos empresariales, los derechos sociales, la
diversidad cultural, medio ambiente y determinadas cuestiones, que
son las que están definiendo la posición europea. No me lo compare
con el interés, aparte de lo que según su encuesta me había
preguntado a la señora Leiva.




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Delegación oficial y delegación paralela. Le he contestado
implícitamente, aunque me lo ha preguntado más detalladamente. La
delegación oficial es la de los técnicos. Hay un jefe de la
delegación oficial, que es el vicepresidente del Gobierno, y un jefe
de delegación alterna, que no de alterne, que soy yo misma; estaré
como tal en la primera parte de la conferencia ministerial, y me
cruzaré con el señor vicepresidente el miércoles 1. Ese día se
incorporará, porque yo tengo que ir a la asamblea del BID, que se
celebra en Brasil; me acordaré de ustedes en las veinticuatro horas
de vuelo entre un sitio y otro. Aesa conferencia asisten los expertos
de esa secretaría (permítanme alguna broma para que distendamos un
poco el ambiente, con gran gusto del presidente, que sé que le
agradan estas cosas); estarán los técnicos en representación de los
distintos sectores: los que han estado haciendo todo el trabajo en el
ámbito de agricultura (están aquí presentes), los de los servicios
y los que llevan toda la relación institucional con la OMC, aparte, por
supuesto, del secretario general de Comercio Exterior, que como saben
es el representante en el Comité 133, que es el que -anticipaba- va a
tener reuniones diarias, (aparte de que yo esté presente) en el
Consejo de Asuntos Generales, que se celebrará el próximo lunes. Por
tanto, he dicho la agenda en parte y la delegación oficial.

Me preguntaba la señora Leiva por la representación paralela de la
sociedad civil. En cuanto tuve conocimiento de que se daba esa
posibilidad, y desde luego con el ánimo de ofrecer esa máxima
transparencia, comuniqué puntualmente por carta a cada uno de los
representantes con los que tenemos diálogo permanente la posibilidad
de asistir a Seattle y participar de ese debate abierto, en foros
paralelos, en los que desde luego pudieran sentirse partícipes en ese
esfuerzo de transparencia y de información. Les invité, ya digo,
informándoles por carta. Lamentablemente, al final constatamos que
los españoles somos más serios que otros ciudadanos y que otras
instituciones. La Unión Europea, la Comisión recomendó expresamente a
los países miembros que no llevaran en la delegación oficial a
ninguna ONG ni a asociaciones empresariales. ¿Qué ha pasado después?
Que al final, una vez transcurrido el plazo de inscripción, ha habido
dos países que sí que las incluyen en la delegación oficial, en
contra de la recomendación. Transcurrido el plazo la Comisión dijo
que a lo mejor no iba mal que fueran en la delegación oficial; quizá
hemos sido demasiado rigurosos. En todo caso ya digo que ha existido
esa comunicación previa de la posibilidad de hacerlo, y por supuesto
habrá una organización logística con esa delegación paralela, que va
a tener toda la información, aunque hemos establecido reuniones
periódicas en el propio hotel que está enfrente de la conferencia
ministerial. Y por lo tanto, no es subsanar un error, sino que hemos
sido cumplidores de una recomendación de la Comisión que luego ella
misma no ha acatado. Lo lamento, pero eso es lo que ha pasado. En
cualquier caso ha sido subsanado. De hecho no iban a participar en
los debates que se realizan por los miembros de la conferencia
ministerial, que son gobiernos, pero desde luego hemos establecido
los canales de comunicación; ya digo que una persona de la Secretaría
de Estado va a estar en contacto permanente con las asociaciones
empresariales y no gubernamentales en general, pero de desarrollo y
sociales (la UGT también va a ir), para informarles sobre lo que está
ocurriendo.

Sobre la agenda definitiva, por la que me preguntaba S.S., he
comentado la que es oficial de trabajo; ya digo que diariamente hay
un sesión con todos los países miembros de la Unión Europea. Lo único
que se ha establecido, dado que no hay una declaración ministerial
que hubiera dispuesto el orden, aparte de las sesiones protocolarias
-lo anticipaba-, es que se han creado cinco grupos de trabajo que
tendrán que informar dos veces al día al plenario. Que son: el
primero, agricultura, puesto que es una posición de partida que no se
ha consensuado; un segundo grupo, que es el de implementación, (lo ha
sacado a colación el portavoz del Grupo Popular) sobre los acuerdos
que ya existen, cómo se aplican, y que es donde se produjo el segundo
conflicto abierto, porque los países en vías de desarrollo entendían
que lo que había que revisar no era ya tanto la aplicación como el
acuerdo en sí mismo. El tercer grupo de trabajo van a ser los nuevos
temas de la agenda. El cuarto grupo sería acceso al mercado, en el
que se incluirían nuevos sectores, nueva revisión, nuevas
negociaciones. Y un quinto grupo, que sería el de reglas y asuntos
sistémicos (lo han llamado así), en el que incorporaríamos un
variopinto, bueno, mejor dicho, heterogéneo grupo de temas, entre los
que estarían otras cuestiones que no están incluidas o no están
consideradas como nuevos temas, y decisiones sobre la propia
organización, como las que ya hemos comentado de transparencia.

El principio de compromiso único es la base del planteamiento de la
Unión Europea, porque lo es así en su funcionamiento interno para
tomar decisiones, es decir, que todos hablemos de nuestros temas y
lleguemos a un compromiso en el que todos nos sintamos partícipes.

Ésa es la posición comunitaria ante la ronda, ante la conferencia
ministerial, entendiendo que es la mejor garantía de que todos los
que están, incluyendo los países en vías de desarrollo, que tenemos
especial interés que participen, se vean interesados.Usted ha dicho
que la impresión de los países en vías de desarrollo es que sólo los
ricos van a sacar ventajas. Efectivamente, eso es así si seguimos el
planteamiento de Estados Unidos, que es limitar las negociaciones a
los sectores que por otra parte a él le interesan. Por eso la Unión
Europea se ha opuesto a ese planteamiento, por eso no hemos llegado a
una declaración ministerial consensuada y por eso el señor Clinton
quiere invitar a los primeros ministros para meterles en una
encerrona. Pero precisamente la posición de la Unión Europea, y muy
especialmente española (nos ha servido para defender nuestros
intereses como país nuevo dentro de la Unión Europea) es el principio
de compromiso único, que permita que hablemos de todas las
cuestiones, de manera que, llegando a un compromiso de conjunto, yo
cedo una parte siempre que lo mío también esté en la agenda. Y eso es
lo que queremos que ocurra en una ronda, que sólo ocurrirá si es
global y metemos sectores que van a beneficiar a los países en vías
de desarrollo y no exclusivamente los que benefician a Estados
Unidos, que encima es el anfitrión. Yo creo que de momento me dejarán
entrar y la siguiente a lo mejor me consideran non grata; pero ésa es
la verdad. Las cosas hay que decirlas con claridad.




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Eso me lleva, ya entrando en las cuestiones concretas, a lo que S.S.

ha comentado al hilo de la PAC y que yo he intentado expresar al
principio. No puedo estar más de acuerdo con usted en que uno de los
fracasos de la Unión Europea en la ronda de Uruguay fue el perder la
batalla mediática, cuando los esfuerzos y desde luego el impulso
máximo provino precisamente de la Unión Europea; eso pasa a veces
cuando la Unión Europea va con un planteamiento de liderazgo, de dar
la cara, de defender posiciones que ya son conocidas. Desde luego
sería triste como europeos, y en eso tenemos que hacer todos el
esfuerzo, no ser capaces de vender el salto cualitativo, que se está
dando en la Unión Europea, en la agricultura europea y en la española
en particular, de avanzar en esa liberalización y de saber defender,
desde luego, lo que es un planteamiento que, como yo he expresado y
han refrendado SS.SS., va mucho más allá de un mero bien
comercializable y que es el concepto de multifuncionalidad y, por
supuesto, de consideraciones como las que ha comentado S.S. de
defensa de las ayudas que como europeos queremos tener para disponer
de esa agricultura que va mucho más allá del comercio.

En la parte del comercio hemos cumplido. Tenemos una reforma de la
PAC, que es una oferta que supone ese salto para la negociación que
se puede iniciar la semana que viene, porque ya están las propuestas
hechas en el paquete de Berlín. Y por lo tanto lo que tenemos que
defender-ya lo hemos manifestado-, España en particular, es la
agricultura que queremos en Europa, que es multifuncional y de
calidad. España ha hecho mención expresa de que es preciso, por un
lado, como he comentado al principio, defender los intereses
ofensivos, es decir, los mercados en los que tenemos mucho que hacer,
y para eso hay que exigir y vincular en esas negociaciones (ha sido
posición española, la primera de la manifestación) la adecuada
protección de las indicaciones geográficas. España sí es un ejemplo
de mejoría; por supuesto, La Rioja fue pionera, pero en muchas zonas
el incremento ha sido espectacular en estos años; eso es lo que desde
luego vamos a defender. Estoy totalmente de acuerdo con usted en que
no podemos perder esa batalla mediática. Y para eso -ya lo he
comentado-, tenemos que sacar no los colores, sino decir: España en
particular dentro de la Unión Europea ha cumplido rigurosamente los
acuerdos y hay otras países, que nos acusan, como países europeos, de
ser los grandes obstaculizadores del comercio de la agricultura, que
son tan proteccionistas o más que la Unión Europea. Eso es a lo que
me refería cuando hablaba de las empresas comerciales de Estado, y es
un caso flagrante, por ejemplo el de Canadá. Los créditos a la
exportación y a la ayuda alimentaria suponen una subvención clara a
la exportación en Estados Unidos; es a lo que me estaba refiriendo,
en definitiva, cuando decía que en países determinados no se tiene el
más mínimo respeto a las denominaciones de origen o a las
indicaciones geográficas, lo que supone un coste y un perjuicio
claro, que se traduce en una barrera comercial para los países que
así lo defendemos.

Por lo tanto, yo creo que en agricultura coincidíamos claramente en
esa defensa. Con ello también contesto al señor Guardans sobre la
multifuncionalidad, así como sobre otras muchas cuestiones que hemos
comentado. Podemos especificar todo lo que ustedes quieran, pero ya
digo que en un ámbito que, efectivamente, está muy trabajado, muy
desarrollado, porque se ha estudiado para la Agenda 2000. Ése es el
paquete que evidentemente la Unión Europea tiene que defender, porque
además tiene el consenso y todo el refrendo de los países miembros,
en donde están muy especificados los intereses y las dificultades de
cada uno de los países. Tenemos la posición, pero donde tendremos que
hacer el esfuerzo es en esa venta adecuada y en la defensa de la
agricultura europea, con un especial interés en las indicaciones
geográficas, que es una insistencia que así se ha recogido a
instancia del Gobierno español.

En el tema de la pesca, la señora Leiva ha refrendado que es así, así
lo hemos hecho valer. Sobre la pesca mantenemos una posición muy dura
y muy clara. Se incluyó la referencia prácticamente literal, que he
leído de las conclusiones del Consejo de la Unión Europea; es un
párrafo que es español, (así lo hicimos constar) y sin ninguna duda
llegamos a plantear la posibilidad de un veto en caso de que así no
se considere. Ésa es la posición de firmeza del Gobierno español.

En materia de servicios, debo decir que no lo he detallado porque
claramente para España, y para la Unión Europea en general, pero para
España en particular, todo pueden ser ventajas, porque nuestros
sectores están plenamente liberalizados, es decir, estamos totalmente
abiertos. Y por lo tanto, todo lo que se consiga de mejora de acceso
a mercados en materia de servicios es positivo.

Me preguntaba también la señora Leiva por las barreras
fitosanitarias. Está muy vinculado a lo que hemos estado hablando en
materia de agricultura y a que seamos capaces de incorporar las
inquietudes de la Unión Europea. Tenemos conflictos concretos, pero
entra dentro de lo que son las barreras no arancelarias, donde hay
una actividad muy intensa por parte de la Unión Europea para hacer
valer esos estándares, que sin duda a veces provocar que califiquen a
los europeos de excesivamente reglamentistas, y que ha sido uno de
los escollos que más ha costado salvar con México, por ejemplo; lo
contaré después. Ese trabajo lo está desarrollando el grupo dedicado
a barreras no arancelarias, para hacer valer esos estándares. Por
ejemplo, son el núcleo de la discusión en el conflicto de las
hormonas, por lo que nos han sancionado, pero hemos hecho valer la
precaución que se establece en el acuerdo, de que queremos que haya
un informe científico, porque deseamos la protección del consumidor y
las garantías adecuadas de seguridad alimentaria. Por lo tanto,
estamos en plena coincidencia.

Me preguntaba por la posición de España ante el tema de competencia,
y también lo ha mencionado el señor Guardans. La Unión Europea
insiste, quiere que efectivamente haya un marco de reglas
multilaterales que es francamente complicado conseguir. La Unión
Europea quiere empujar, porque es un tema que, entre otros, para
Estados Unidos no tiene ningún interés; es complicado, porque regula
no tanto conductas privadas, sino decisiones de gobiernos que están
haciendo muy difícil avanzar en esa situación. Aunque yo creo que sin
duda la posición de la Unión Europea, y la nuestra en particular, es
que todo lo que avancemos en reglas multilaterales es relevante en
esa construcción de un orden ante la globalización a la que
asistimos. Pero en la práctica el avance es muy complicado.




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Por eso la Unión Europea ha sido audaz al impulsarlo, pero sabiendo
que es muy complicado llegar a un acuerdo de mínimos, lo que sí que
es posible en el caso del acuerdo multilateral de inversiones.

Dicho acuerdo en el ámbito de la OCDE fue imposible sacarlo adelante,
entre otras cosas porque se intentaron implicar demasiadas cosas. La
excepción cultural precisamente fue la que llevó al traste al AMI en
la OCDE. Pero existen dos bloques, como pasa en todo, los que están
de acuerdo y los que están en contra. Entre los que están de acuerdo
desde luego está la Unión Europea, y España estuvo muy machacona,
porque entendemos que es fundamental contar con ese marco básico de
reglas multilaterales, centradas fundamentalmente en inversión
directa, como es el ejemplo que usted ha mencionado; y en contra
está, entre otros, Estados Unidos, por un lado, y, por otro, países
que consideran que eso puede suponer una injerencia o una
interferencia en sus políticas propias de desarrollo. En eso estamos.

Pero si somos capaces de definir unas claves básicas o un esqueleto
básico de reglas multilaterales, habremos dado un gran salto. No
tenga la menor duda (por varias razones, pero en cualquier caso por
convencimiento) de que si se pretende la sacralización de la ley
Helms-Burton, España, el Gobierno español, como he dicho en el caso
de la pesca, tendrá una enorme y clara firmeza.

Diversidad cultural. Estoy segura de que el vicepresidente segundo
del Gobierno, ante el cambio de planteamiento (aparte del
terminológico, detrás hay un cambio importante, pasando de la
excepción cultural a la diversidad cultural), sin haber hablado de
esta cuestión en particular con él, no estaría de acuerdo con una
excepción cultural, que supone una quiebra en la coherencia de
principios de libertad de comercio, y esté totalmente de acuerdo con
lo que es un planteamiento de diversidad cultural, que, por otra
parte, hace y cumple en su propio territorio nacional.

Por lo tanto, el esquema y el planteamiento es totalmente distinto,
Francia así lo ha entendido; cuando ha llevado a cabo esa protección
a rajatabla de todo lo protegible, ha ido a un planteamiento mucho
más positivo, que es el de diversidad cultural, que es totalmente
factible. Lo que es cierto, y así lo manifiesta también la Sociedad
General de Autores, con la que tengo buenas relaciones en algunas
áreas, en otras no tanto, es que, al mismo tiempo que defendamos el
concepto de diversidad cultural entendida como protección de un
determinado patrimonio cultural, en el que desde luego los resultados
han sido, debo decirlo, espectaculares, no tenemos que impedir el
desarrollo de determinadas coproducciones que para España son
fundamentales, como las de toda Iberoamérica, donde tenemos un enorme
mercado, en el que nuestros autores tienen mucho interés. Y eso como
lo debemos hacer es en ese ámbito de la diversidad cultural, buscando
el equilibrio que nos permita no tanto ese concepto de: esto no me lo
toquéis, sino de diversidad cultural que permita una protección
adecuada, al tiempo que abra las vías para que mercados, en
particular el de lo español, sean muy importantes para nuestros
autores, españoles y europeos, sin duda.

Por lo tanto, hay claramente un cambio de enfoque mucho más
compatible, más adecuado y coherente con la libertad de comercio,
sabiendo que son aspectos en los que desde luego España está
plenamente convencida de la protección
de su patrimonio, sin perder las oportunidades, que desde
luego son ya una realidad en el mercado, con el auge, que también ha
sido espectacular, de lo español más allá de nuestras fronteras.

Me han preguntado muchas cosas. Derechos sociales como el señor
Guardans ha sido muy directo, diré que España se opone a la
vinculación entre comercio y derechos sociales, y lo dicen los países
en vías de desarrollo, que son los que están deseando que así sea.

No, no, lo digo porque hay muchos países (me llega la información por
las reuniones que hay del departamento, en este caso del Ministerio
de Trabajo) de América, que nos han pedido, y están convencidos de
ello, exactamente lo que usted ha manifestado en la segunda parte de
su intervención.

España siempre ha defendido como posición española, y así lo ha
mencionado también el señor Gómez Darmendrail, que la Organización
Internacional del Trabajo es la institución especializada en velar,
(lo conoce, es su propia especificidad, es su razón de ser) por los
derechos sociales. Lo que siempre hemos propugnado es que el
especialista se dedique a esos temas; ahora, eso sí, en una
iniciativa, que no he mencionado pero que es fundamental para la
Unión Europea, de mayor coherencia e implicación entre las
instituciones. Nada llevaría al más absoluto...; son las típicas
medidas que dices: lo que quiero es promover el cumplimiento de los
derechos sociales, y la medida que claramente garantiza su máxima
ineficacia es encargar a un organismo que se dedique a liberalizar el
comercio y garantizar las reglas del comercio que sea el juez en el
cumplimiento de los derechos sociales. De ahí que, como usted bien ha
dicho, lo que se propugne, (es en lo que hemos trabajado también en
la Unión Europea para no ir a posturas que fueran ineficaces y por
otra parte incoherentes, radicales, imponiendo sanciones, exigiendo
el cumplimiento de determinadas normas sociales vinculadas a la
apertura comercial, que impedirían el desarrollo de esos países) sea
esa vinculación permanente como foro de trabajo en el que seamos
capaces, como usted bien decía (ésa es la defensa, precisamente la
posición española y la comunitaria), de excluir o de no ir por la vía
de las sanciones comerciales, sino por la vía de incentivos, como de
hecho están consagrados en un instrumento muy potente de la Unión
Europea, que es el sistema de preferencias generalizadas, que
pretende precisamente decir: abrimos nuestros mercados totalmente a
países en vías de desarrollo, que está vinculado a que se vayan
cumpliendo determinados condiciones sociales.

Es un esquema en sentido positivo, que es la verdadera ayuda. Si les
prohibimos exportar, garantizaremos que no serán capaces, no de
cumplir los derechos sociales, sino de no comer; eso es lo que
debemos evitar. Por ejemplo, Estados Unidos, en un planteamiento muy
beligerante, lo que dice es: sanciones comerciales. Quizá no está tan
convencido de promover los derechos sociales; baste recordar un
argumento que es muy importante que se sepa en esta Cámara. La
Organización Internacional del Trabajo es la que garantiza, la
especialista en derechos sociales; hay siete convenios que regulan
los derechos sociales fundamentales. España tiene suscritos los siete
y los cumple; Estados Unidos, sólo uno; el Reino Unido, dos o tres,
no se creanustedes que muchos más. Por lo tanto, promovámoslo en el



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foro que es capaz de controlar el cumplimiento de los derechos
laborales, es allí donde los países se tienen que comprometer
a cumplirlos, pero empezando por nosotros mismos. España tiene toda la
autoridad moral para decirlo, porque cumple los siete; vayamos por
esa vía. Eso es lo que hemos dicho, ésa es la posición del Gobierno
español.

Medio ambiente. Efectivamente, la Unión Europea impulsa decididamente
el que se avance en el medio ambiente; no he detallado mucho lo que
era la propuesta de la Unión Europea para seguir avanzando en lo que
es un nuevo concepto, de impulsar el desarrollo sostenible en todas
las decisiones la clave. Ése ha sido uno de los enfoques para,
efectivamente, como usted bien decía, canalizar las inquietudes de la
sociedad. Ha prestado una especial atención a las consecuencias
favorables al desarrollo sostenible. Con ese motivo, -lo he citado
muy de pasada- la Comisión ha iniciado un trabajo muy novedoso para
el análisis del impacto de las propuestas de liberalización de la
nueva ronda. Por eso, en el planteamiento que ha hecho del desarrollo
sostenible se tienen en cuenta los efectos tanto sobre el medio
ambiente como sobre el desarrollo. Con tal objeto ha encargado el
proyecto a la Universidad de Manchester y tiene la intención de que
dicho trabajo continúe durante toda la fase de negociación, para que
pueda servir de guía para elegir las iniciativas que más efecto
positivo tienen sobre el desarrollo sostenible, para tener
permanentemente informada a la opinión pública y a las organizaciones
interesadas.

Yo creo que ésa es una buena iniciativa que supone a la vez impulsar,
pero de manera efectiva, la implicación de las cuestiones
medioambientales en el comercio. Es decir, con ese foro permanente
que ha constituido la Comisión, vamos a adoptar las medidas que más
beneficien el desarrollo sostenible.

Vamos a intentar acelerar, ya va quedando menos.

De las preguntas de la señora Leiva tal vez alguna habrá quedado sin
respuesta, pero he intentado contestarle lo más posible.

Al señor Guardans le he contestado a casi todo, no sé si hay alguna
otra cuestión.

Voy a pasar a contestar al señor Gómez Darmendrail, que parece
mentira que sea amigo, porque me ha sacado aquí un montón de temas.

Esto no estaba preparado, Javier. Me han sorprendido las preguntas
que me has hecho.

Diálogo con los sectores, tema de futuro. Habiendo aceptado que vengo
siempre que puedo y que tengo mucho respeto al Parlamento, siempre
que puedo intento informarle puntualmente; es fundamental el contacto
permanente con la sociedad, y ésa es la base del diseño, por otra
parte, de todas nuestra políticas del Gobierno actual. Efectivamente,
siempre es importante tener este debate, que, ya digo, es el inicio
de lo que esperamos que sea una ronda de negociaciones, que en
nuestra evaluación, como es la de la Unión Europea, puede ser de tres
años; por tanto, tendremos ocasión de ir discutiendo todas las
cuestiones que se van suscitando y, si no, que se me reclame, como se
suele decir.

Ya he contestado lo que era la evolución del sector servicios, la
liberalización total; el crecimiento de todos los sectores en la
economía española relacionados con esos sectores ha sido
espectacular. La evaluación concreta,
siempre tendremos ocasión de hacerla, pero el impacto ha sido claro.

Como ha sucedido en España siempre que se ha acometido una apertura
comercial, el salto cualitativo ha sido muy importante, y buena
muestra de ello han sido los últimos veinticinco años; en el sector
servicios la evolución ha sido espectacular, y no hay más que ver
indicadores de los sectores básicos.

La clave, efectivamente, y ya lo he mencionado antes, es que los
países en vías de desarrollo sean capaces de incorporarse a este
fenómeno de la globalización. Ello exige actuar en las dos vías: en
la directa de mercado, con la liberalización del comercio,
permitiendo el mayor acceso posible, es la propuesta de la Unión
Europea; ése ha sido el enfoque para llevar una propuesta, que tiene
sus dificultades, y esperemos que avance, ofreciendo el libre acceso
en lo que se pone como sustancial para casi todos los productos. Hay
cuatro que son sensibles, en particular: el plátano, el arroz (el ron
era lo de los SPG, que ya se me ha olvidado..., pero lo miro, no te
preocupes; lo miro y ya está; es todo de agricultura), el azúcar y el
ajo. Eso es en lo que España en particular tiene sus reservas. Pero
en el resto de las cuestiones la oferta de la Unión Europea, de la de
que España es totalmente partidaria, es de permitir el acceso libre a
los países menos adelantados, que es, por otra parte, una
clasificación que tiene criterios objetivos, aunque lo que España
está defendiendo, porque creemos que es de justicia, es que se
proceda a una mayor graduación, o, mejor dicho, que se proceda a una
graduación, que ahora no existe, en los niveles de desarrollo, para
que no se produzcan casos como que Hong Kong se considere un país en
vías de desarrollo y saque los beneficios de países que son
claramente mucho más pobres.

Por lo tanto, ¿el que no participen así enlazo con su otra pregunta-
países como Rusia o China lo va a hacer menos fuerte? Bueno, lo va a
hacer menos fuerte, pero sería menos fuerte que en una organización
sólida, como lo es la Organización Mundial del Comercio, incluyéramos
países que no cumplen las reglas. Tenemos que hacer lo posible por
negociar, porque efectivamente se involucren en el comercio
internacional, pero no le quepa la menor duda de que si en esa
negociación no conseguimos que cumplan el mayor número de reglas
posibles, no lo conseguiremos después.

La revisión de los instrumentos de competencia se está planteando.

Los países en vías de desarrollo piden una suavización de los
mecanismos. Así se ha puesto de manifiesto y, como su S.S. ha dicho,
nos afectan también a nosotros cuando nos acusan; pero ese tipo de
instrumentos son, aparte de legítimos, muy necesarios para tener un
adecuado funcionamiento de los acuerdos. Por lo tanto, España en eso
ha sido un poco dura con la Unión Europea, que era partidaria de
dejarlo totalmente abierto. Es decir, nosotros no nos negamos a
discutirlo, pero no creemos que sea bueno dejarnos sin instrumentos
de defensa legítima de lo que es, por otra parte, el cumplimiento de
los acuerdos.

La solución de conflictos,que es lo que España ha defendido de una
manera clara y directa, es lo que pretende Estados Unidos al hilo de
las reformas que plantea, y es que se establezcan sanciones carrusel
-así se llaman-. Es decir, cuando no consiguen que se modifiquen de
acuerdo con lo que ellos quieren, cambian los productos sobre los que
se ha aplicado la sanción, con lo cual al final se acaban



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cargando la industria de todo el país. Desde luego, nuestra propuesta
es mejorar la eficacia en un planteamiento que ya venía marcado desde
la agenda de Ginebra, cuyo plazo de revisión se ha prorrogado. Y ahí
vamos a ser una parte muy activa, dado que España es de los países
que más cumplen los acuerdos. En el tema del plátano, fuimos
sancionados nuevamente por la Unión Europea, pero se ha llegado a una
propuesta de reglamento de una nueva OCM, en la que estamos
trabajando, aunque España ha manifestado que no estaba de acuerdo,
porque nunca se puso en duda ni nunca se sancionó que el sistema de
contingentes fuera incompatible con la OMC. Lo que ocurre es que
luego, a la hora de repartir los contingentes y las licencias, los
que están interesados en ello, que son las multinacionales
americanas, no están de acuerdo con el reparto. Al final, buscamos
una solución basada en el informe Cepter, que considera dos etapas,
una primera hasta el 2006, en la que se mantiene el sistema de
contingentes en los volúmenes actuales y de acuerdo con un sistema de
reparto de contingentes y de asignación de licencias que deberá
negociarse a través de la Comisión. Ahí es donde tenemos que estar
especialmente activos, como lo estamos. En una segunda etapa, a
partir del 2006, se aplicaría la solución de arancel, es decir, se
establecería un arancel, que también hay que negociar, en el que
España estará desde luego muy activa, para que, por otra parte, se
cumpla lo que está en los acuerdos, y es que siempre que se hace una
negociación comercial se tengan en cuenta y se guarden los intereses
de las producciones comunitarias, en este caso la canaria.

El comercio electrónico en la actualidad está en situación de
moratoria, es decir, no se aplica un arancel al comercio electrónico.

Y la Unión Europea está de acuerdo en que la petición de Estados
Unidos prospere, que es ampliar esa prórroga, es decir que no se
sigan aplicando aranceles, siempre y cuando se aceleren los trabajos
del grupo creado a tal efecto en Ginebra hace casi dos años, y que
establezcamos los principios básicos de ordenación, en el bien
entendido de que Estados Unidos no quiere que distingamos lo que es
el comercio electrónico como instrumento para el comercio, y por
tanto un servicio, y tiene su regulación, que es el GATS, de lo que
es el comercio, que es la mercancía que está detrás, que tiene su
regulación, que es el GATT, actual. Por tanto existen unas normas si
queremos establecer unos principios, que ése fue el objeto de la
creación del grupo específico de comercio electrónico, que es el que
pedimos que acelere sus trabajos y que, permitamos la prórroga si
tenemos unos principios básicos de ordenación, como entendemos
claramente desde España en la posición europea.

Por último la noticia que nos ha llegado de la conclusión de un
acuerdo entre la Unión Europea y México, que ha anunciado el
comisario Lamy, es el cumplimiento de un mandato dado por la
Comisión, y por tanto por los Estados miembros a la Comisión, para
que negociara un acuerdo de libre comercio, que fue iniciativa muy
especialmente del Gobierno español, no sólo por las especiales
relaciones, sino en el bien entendido de que el retraso que se
produjo por tener poco interés en el mercado mexicano llevó a una
desviación tremenda del comercio en favor de Estados Unidos, que nos
madrugó el acuerdo en el NAFTA, que viene a suponer esa recuperación
de un fallo histórico. En cualquier
caso, lo que tengo que decir es que la noticia que existe es la
de la conclusión de un acuerdo que se tiene que transmitir en un
proyecto, con especificación concreta, muy clara, de todos los
aspectos del acuerdo, que entraría en vigor en los plazos que se
estipulen y que será sometido a la aprobación, como es lógico, del
Consejo, y en el que tendremos ocasión de informar y detallar para
ver si efectivamente el mandato que se dió en su día, aparte de las
reuniones bilaterales que hemos tenido muy constantes, con el
Gobierno mexicano, se han llevado a cabo. Pero, en cualquier caso, la
valoración es muy positiva con un país con el que, por otra parte,
tenemos una relación bilateral muy intensa, que sin duda se verá
incrementada y favorecida con este acuerdo de libre comercio entre
los Estados mexicanos y la Unión Europea.

Creo que he contestado a todo. (El señor Guardans i Cambó pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: En la medida en que no ha dado lugar tampoco a
la intervención nueva por parte de los señores diputados, en la
medida en que no se generan réplicas ni polémicas... Señor Guardans,
dígame.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Más que una réplica, señor presidente, es
una puntualización a un comentario. ¿Me permite usted puntualizar?



El señor PRESIDENTE: Sí, sí, claro.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Una única puntualización, agradeciendo
todas las explicaciones que ha dado y que efectivamente ha respondido
con creces. Lo que pasa es que en cuanto al tema concreto de la
transparencia, y como al fin y al cabo afecta no sólo a esta
comparecencia sino a otras, desde el respeto y desde la simpatía,
haría una puntualización. La sociedad civil es muy importante y este
Parlamento es muy importante, pero este Parlamento no es la sociedad
civil. Y en este tema y en otros ya su predecesor, pero también
usted, por tanto la Secretaría de Estado como institución, a veces
tiende a confundir la transmisión de información a la sociedad civil,
a lo que ustedes llaman sociedad civil, con la transmisión de
información a este Parlamento. Y eso ocurre con relativa frecuencia
en muchos frentes que dependen de su departamento. Yse dan por
satisfechos enviando documentación a sindicatos, organizaciones
empresariales, instituciones de todo tipo. Y después, cuando aquí se
dice que no tenemos esa información, dicen: pero fíjense ustedes, si
se lo hemos enviado a todo el mundo. Atodo el mundo, menos a esta
Cámara. Y no es ni la primera ni la última vez en la que esta Cámara
tiene conocimiento de determinados documentos, o de actos, o de
decisiones de su departamento, pero muy particularmente de su
Secretaría de Estado, que efectivamente está muy relacionada con la
sociedad civil y económica, a través de esa sociedad civil y
económica, y no porque los haya recibido directamente.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, señoraLeiva.




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La señora LEIVA DÍEZ: También tenía yo tomadas esas notas, o sea, que
suscribo y no repito, además lo he dicho en mi introducción. Y añadir
otra cosa más: que el contacto con la sociedad civil no se ha
institucionalizado estos años. Eso es algo que tengo que decir,
porque me consta que en anteriores Gobiernos había contactos
permanentes con la sociedad civil. Pero una cosa es la sociedad civil
y otra el Parlamento, y que nadie se apropie la institucionalización
de unas relaciones permanentes con la sociedad civil.




El señor PRESIDENTE: Señora Pisonero, tiene la palabra.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): En relación con la intervención del
señor Guardans, he aceptado la parte de responsabilidad, que no puedo
nunca escudar en la falta de tiempo, aunque así sea. Estoy de acuerdo
que en estas materias, como está pasando en la Organización Mundial
del Comercio en todos los países, ha existido siempre o habitualmente
un secretismo que entre todos intentamos dinamitar, si me permite la
expresión. Yno puedo estar más de acuerdo. Lo único que intento, en
la responsabilidad que
tengo, desde luego personal en el cargo que ocupo, es intentar
movilizar esa información y esa transparencia de la que soy
totalmente partícipe y que comparto con usted.

En relación con la señora Leiva, aparte de repetir lo que le acabo de
decir al señor Guardans, quiero decirle que yo no he especificado a
qué años me refería, pero a lo mejor ha sido una susceptibilidad por
su parte. No he dicho que fuera a partir de 1996.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Pisonero, no sin antes
recordarle que usted no viene a esta Comisión cuando puede, sino
cuando lo decide el Parlamento.




Señoras y señoras diputados, como decía una vieja canción, mañana es
sábado. Se levanta la sesión.




Eran las siete y veinte minutos de la tarde.




Nota.-El presente «Diario de Sesiones», de la Comisión de Economía,
Comercio y Hacienda, del jueves, 25 de noviembre de 1999, no guarda
la relación cronológica habitual, con el fin de no retrasar la