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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 746, de 22/09/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 746



ECONOMÍA, COMERCIO Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FERNANDO FERNÁNDEZ MARCOS DE TROCÓNIZ



Sesión núm. 76



celebrada el miércoles, 22 de septiembre de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora secretaria de Estado de Comercio, Turismo y
de la Pequeña y Mediana Empresa (Pisonero Ruiz) para informar sobre:



- Las materias propias de su competencia, previa remisión del informe
correspondiente. Comparecencia cuatrimestral. (Número de expediente
212/002131) ... (Página 21940)



- Opinión del Gobierno respecto de las últimas transformaciones del
sector de la distribución comercial en Europa y su incidencia en España.

A solicitud del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
(Número de expediente 212/002103) ... (Página 21940)



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Se abre la sesión a las diez y veinte minutos de la mañana.




COMPARECENCIADE LA SEÑORA SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y
DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (PISONERO RUIZ) PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS MATERIAS PROPIAS DE SU COMPETENCIA, PREVIA REMISIÓN DEL INFORME
CORRESPONDIENTE. COMPARECENCIA CUATRIMESTRAL. (Número de expediente
212/002131)



- OPINIÓN DEL GOBIERNO RESPECTO DE LAS ÚLTIMAS TRANSFORMACIONES DEL
SECTOR DE LA DISTRIBUCIÓN COMERCIAL EN EUROPA Y SU INCIDENCIA EN
ESPAÑA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I
UNIÓ) (Número de expediente 212/002103)



El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.

Vamos a comenzar esta sesión de la Comisión de Economía, Comercio y
Hacienda relativa a dos comparecencias de la señora secretaria de
Estado de Comercio, Turismo y Pequeña y Mediana Empresa, una, la
comparecencia cuatrimestral acordada por esta Comisión previa
remisión del informe correspondiente, a efectos de informar sobre las
materias propias de la competencia de esta Secretaría de Estado, de
acuerdo con la proposición no de ley aprobada en su día por esta
Comisión, así como para informar sobre la opinión del Gobierno
respecto de las últimas transformaciones del sector de la
distribución comercial en Europa y su incidencia en España, formulada
por el Grupo Catalán. Han sido excluidas del orden del día elaborado
y enviado en un principio dos comparecencias de la señora secretaria
de Estado de Comercio, Turismo y de la Pequeña y Mediana Empresa en
función de que se referían a materias propias de turimo, que, como
SS.SS. saben, corresponde examinarlas a la Comisión de Industria,
Turismo y Energía. Si bien, y como ya es habitual en el típico error
de calificación de la Mesa de la Cámara, son enviadas a esta Comisión
y no a la Comisión correspondiente.

Asimismo, en relación con la segunda de las comparecencias a que me
he referido antes, relativa a la opinión del Gobierno respecto de las
últimas transformaciones del sector de la distribución comercial en
Europea y su incidencia en España, solicitada por el Grupo Catalán,
fue examinada una comparecencia similar en el día de ayer formulada,
ésta sí, al señor secretario de Estado de Economía, en la medida en
que la Dirección General de Política Económica y Defensa de la
Competencia corresponde a tal Secretaría de Estado y no a la
Secretaría de Estado de Comercio. Sin perjuicio de ello, también
celebraremos esta comparecencia en el día de hoy, pero les quiero
advertir que posiblemente seamos reiterativos en lo que se refiere
tanto a la exposición como a los comentarios y a las posiciones que
se puedan realizar en relación con este punto.

Sin más, y si les parece bien a ustedes, procederemos a acumular
ambas comparecencias. Seguiremos el orden
habitual de intervención en este tipo de debates. Tiene la palabra la
señora secretaria de Estado de Comercio, Turismo y de la Pequeña y
Mediana Empresa, señora Pisonero.




La señora SECRETARIADE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): Señoras y señores diputados,
comparezco ante esta Comisión de Economía, Comercio y Hacienda para
informar, en primer lugar, sobre la evolución de nuestro sector
exterior. Conforme se establece en la propia solicitud de esta
comparecencia cuatrimestral, se remitió el pasado día 17 -no sé si
llegaría muy a tiempo, pero intentamos hacer el esfuerzo- el informe
correspondiente que recoge los últimos datos disponibles de comercio
exterior, turismo e inversiones extranjeras, así como una detallada
relación de las actividades desarrolladas por el departamento en el
área de comercio exterior. En segundo lugar, y atendiendo las
peticiones realizadas por algunas de SS.SS. en comparecencias
anteriores, haré una breve exposición de las principales actividades
en los otros ámbitos de la Secretaría de Estado y en particular
empezaré por la distribución comercial, atendiendo con ello la
comparecencia específica solicitada por el Grupo de Convergència i
Unió, aunque comentaremos cuestiones, al hilo de la distribución
comercial como la política de pymes y las referencias que estimen
conveniente sobre turismo, sin perjuicio, como ha dicho el señor
presidente de la Comisión, de que esta materia será objeto de una
comparecencia específica en la Comisión, que es la Comisión de
Industria.

Intentaré comentar con extensión, y por eso me he traído la cartera
completa, la evolución del sector exterior en el primer semestre; en
segundo lugar, la situación de la distribución comercial; y, en
tercer lugar, algunas referencias a la situación de las pequeñas y
medianas empresas.

Por lo que se refiere a la primera parte de mi intervención, la
relativa a la evolución del sector exterior, me gustaría empezar,
enlazando con la intervención de ayer de mi colega del Ministerio, el
señor Montoro, con una breve descripción del contexto económico
necesaria para evaluar cuál ha sido el comportamiento del sector
exterior en este primer semestre. La economía española en 1999 se
encuentra en su tercer año consecutivo de fuerte crecimiento, por
encima del 3,5 por ciento, basado en una sólida estabilidad y que
está propiciando un proceso de intensa creación de empleo que ya
supera largamente el millón de nuevos puestos de trabajo. Esta
evolución tan positiva se ha producido en un año de fuerte crisis
internacional. Recordarán SS.SS. la comparecencia de hace un año en
la que tuvimos ocasión de comentar los principales aspectos de esta
crisis. Recordarán que en el verano de 1998 se agudizó la crisis
financiera iniciada en el sudeste asiático por la crisis en Rusia y
la crisis en Japón, que está instalada en la recesión y el efecto
contagio en otras economías emergentes, especialmente en
Latinoamérica. Con todo ello, el comercio mundial se vio seriamente
afectado en el componente real por contracción de los flujos
comerciales. Recuerden que de un crecimiento previsto del 3,5 por
ciento real en 1998 y 1999 se está llegando a un final de año y
principios del actual de práctico estancamiento.

Decía contracción o afectación del comercio mundial en el componente
real, pero también en el componente de



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precios, que ahora se está invirtiendo pero que a lo largo de este
año pasado supuso una clara caída de precios en productos energéticos
y materias primas. Baste decir lo que ha manifestado la propia
organización mundial de comercio en el sentido de que el último
trimestre de 1998 es el peor del crecimiento internacional desde
1982. Todo ello llevó a una revisión de las previsiones del
crecimiento mundial, recogiendo una especial atonía de la economía
europea, que, como saben, es nuestro principal cliente comercial.

Esta debilidad de la demanda externa afectó a la economía española a
través de unas menores posibilidades de exportar. Adiferencia de
otras economías europeas con un crecimiento económico muy débil,
España mantiene en todo este período de crisis una pujante demanda
interna que alimenta un crecimiento constante de las importaciones,
especialmente en bienes de inversión. Por lo tanto, unas
exportaciones que encuentran una menor demanda en el exterior, junto
con unas importaciones que siguen creciendo a un ritmo fuerte porque
la economía española tenía un fuerte crecimiento de la demanda
interna. El resultado es un empeoramiento del déficit comercial, que,
como decía, ha supuesto una revisión de las previsiones de
crecimiento mundial. La economía española se ha mantenido en la
previsión que se hizo hace un año sin embargo, el resto de economías,
especialmente la europea, tienen una revisión que al final del
período ha quedado un punto por debajo. El resultado es que la
economía española ha consolidado un crecimiento sólido, superior al
3,5 por ciento, muy por encima de la media europea, con una
aportación más intensa de la demanda interna que de la externa, pero
un patrón de crecimiento que se está reequilibrando, como veremos,
a finales del primer semestre, en el sentido de que ya hay una mejor
aportación exterior que la que teníamos a principios de este año.

Podemos afirmar, por tanto, que la economía española está superando
el bache de la crisis, con un corportamiento del sector exterior más
sólido del que cabría prever inicialmente que nos permite recuperar
la previsión inicial de crecimiento de 1999, que revisé este año con
ustedes en la comparecencia de marzo.

Los datos para el conjunto del primer semestre de 1999 son los
siguientes. Las exportaciones se han elevado en el primer semestre a
8,4 billones de pesetas, lo que representa un crecimiento del 0,3 por
ciento, que, por caída de precios de nuestra exportación, es decir,
una moderación clara de nuestros exportadores en materia de precios
que podríamos situar en torno a una bajada de precios del menos 2,5
por ciento, se convierten en un crecimiento en términos reales de 3
por ciento. Más de dos puntos por encima del comercio mundial que,
como he comentado, estaba en el cero o como mucho en el 1 por ciento
en el primer semestre de este año. En el ámbito de las importaciones,
registramos una cifra de 10,7 billones de pesetas, que representan un
crecimiento del 8,6 por ciento, que en términos reales, por un efecto
de menores precios, se convierten en el 13,2 por ciento. La
resultante, es un déficit próximo a los 2,3 billones de pesetas, lo
que representa un aumento del 56,2 por ciento respecto al primer
semestre de 1998. La tasa de cobertura por este crecimiento,
claramente diferencial y más intenso en importaciones, se ha reducido
hasta situarse en el 78,7 por ciento, claramente por debajo del 85,2
de 1998.

A la vista de estos datos, de los que tienen detalle en el informe
remitido y que comentaremos en algunas de sus cuestiones, podemos
afirmar lo siguiente. Nuestro sector exportador ha recuperado, e
incluso superado, el nivel de exportación previo a la crisis, ha
ganado cuota de mercado, ha sido competitivo con una moderación clara
en los precios de la exportación, y algo que me parece muy relevante
por novedoso: nuestro sector expotador ha sido más pujante que
sectores de otros países europeos nada desdeñables, como es el caso
de Francia, donde la exportación ha caído un 2,3 por ciento; de
Italia, donde ha caído un 2,1 por ciento, o del Reino Unido, con una
caída del 5,1 por ciento. Estamos hablando de un comportamiento
exportador similar al de Alemania, con el mismo crecimiento
prácticamente, a pesar de que nosotros teníamos una fuerte demanda
interna que ellos no tenían. Podemos afirmar, por tanto, que la
exportación ya no es una actividad residual para las empresas
españolas; recuerden que en otras épocas del ciclo con una demanda
interna muy intensa, tanto si la demanda externa era débil como si
no, las empresas se ocupaban del mercado interior y dejaban de
exportar; en esta ocasión, eso no se ha producido.

Hecha esta primera afirmación general sobre la cifra global, que es
la suma de todas, pasamos al detalle que evalúa cuál ha sido la
distribución entre sectores y mercados de esto que decimos que ha
supuesto la superación del bache incluso mejor que nuestros colegas
europeos. Si analizamos la exportación por sectores, comprobamos que
la recuperación de los niveles previos a la crisis se produce en casi
todos ellos; en algunos, de manera significativa mientras que en
otros se ha producido una caída respecto de dicho nivel previo. El
sector del automóvil, con un 6,9 por ciento de crecimiento, ha sido
el más pujante en todo este período. Destaca la venta de automóviles
y motos con un crecimiento del 16,6 por ciento, frente a la de
componentes de automóvil que crece un 7 por ciento. Otro sector
claramente sólido es el de bienes de equipo, que creció 1,6 por
ciento -cifras nominales-. El material de transporte todavía registra
una pequeña caída, pero otros subsectores, como equipos de oficina,
telecomunicación y maquinaria industrial, presentan crecimientos
superiores. Como anticipaba, hay dos sectores que aún no han
recuperado el nivel previo -el tercero sería el de productos
energéticos, que está todavía en la evolución del mercado previa a
las subidas recientes-: la exportación agroalimentaria registra una
caída del 3,2 por ciento y el sector de ventas de manufacturas se
sitúa en menos 0,5 y en menos 6,3 el de consumo duradero. En
conjunto, nos estamos situando en el nivel previo a la crisis, con
una mayor aportación de los sectores de automóviles y bienes de
equipo y retraso de otros, como el de la alimentación y bienes de
consumo.

Con el análisis por mercados constatamos los impactos que se
produjeron al principio de la crisis. Había dos elementos directos de
actuación en el sector exterior español: el mercado asiático, el que
sufría la crisis, y la debilidad que se estaba produciendo en
clientes importantes nuestros, como la Unión Europea, por la atonía
del comercio mundial. Los países de Asia, que fueron los primeros en
sufrir la crisis hace dieciocho meses, son también los primeros en
salir de la recesión económica; algunos de ellos, como Corea, con
expectativas de elevado crecimiento para



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este año. Nuestras exportaciones a esta área se han incrementado en
un 2,2 por ciento en lo que va de año; hemos superado el nivel previo
a la crisis tanto en el sudeste asiático, con un incremento del 2,4,
como en Japón, donde registramos tasas de crecimiento del 22,6 por
ciento a pesar de la atonía de su demanda interna.

Otro gran apartado es la Unión Europea. La recuperación ha sido lenta
y desigual en esas economías, pero podemos afirmar que ya en el mes
de junio todos los países registraban tasas positivas en el
crecimiento de nuestras exportaciones. Este dato me parece
especialmente relevante puesto que no se trata de uno, dos o tres
países, sino de toda un área prioritaria para nosotros que consolida
de manera generalizada tasas positivas de crecimiento.

En cuanto a Estados Unidos, otro gran mercado que representa en torno
al 4 por ciento de nuestras exportaciones, la exportación registra
una caída del 2,9 por ciento en lo que va de año. Este hecho me
permite hablar del segundo efecto que comentábamos inicialmente.

Decíamos que había un efecto directo en aquellos mercados que tienen
una menor demanda para nuestras exportaciones y un segundo efecto
inducido que se produce por la mayor competencia a que tenemos que
hacer frente con países que han sufrido devaluaciones y que, por
tanto, tienen una mayor competitividad a corto plazo. Esto se ha
producido en países concretos como Estados Unidos, de modo que,
aunque hayamos tenido ganancias en ellos en términos de euros, las
ganancias de los otros países son mayores por efecto de las
devaluaciones y ello perjudica nuestras exportaciones a Estados
Unidos; lo mismo les ocurre a la mayor parte de los países europeos.

Los últimos en llegar a la crisis la están sufriendo actualmente, es
el caso de América latina para nosotros. Se ha registrado una caída
de nuestra exportación a América latina del 14,5 por ciento como
consecuencia de la recesión que afecta a algunas de las principales
economías de la región. La recesión es especialmente intensa en
Argentina, donde tenemos una caída de las ventas del 27 por ciento;
sin embargo, en países con crecimiento consolidado como México, las
ventas crecen el 3,5 por ciento.

Hemos dicho entonces que, por sectores, se está generalizando la
recuperación del nivel previo, con mayor pujanza en unos que en
otros; por mercados, se ha producido cierto reequilibrio temporal,
caso de Estados Unidos, y estamos recuperando los mercados en los que
ya estábamos asentados, como Asia y la Unión Europea. Por tanto,
vamos consolidando cada una de las patas de nuestro comercio
exterior.

El otro lado de la moneda son las importaciones, que registran un
aumento constante derivado de una fuerte demanda interna. Ello da
como resultado un crecimiento para el primer trimestre del 8,6 -13,2
en términos reales-. Hay que señalar que en junio se empezó a
detectar el repunte o cambio de tendencia de los precios energéticos;
en el mes de junio, los precios energéticos crecieron en torno al 23
por ciento.

El aumento de las importaciones analizado por sectores nos indica que
el mayor empuje está vinculado a sectores que demandan una fuerte
compra de bienes de equipo -19,3 por ciento de crecimiento-, y de
automóviles -28,6 por cierto-. Se trata de sectores de fuerte inversión,
que en el año 1999 se sitúa en torno al 9 por ciento; muy
superior, por tanto, a la que se registra en otros sectores con
crecimientos mucho más moderados, como bienes de consumo; 5,9 por
ciento en manufacturas y 2,4 por ciento en consumo duradero.

Hay un aumento intenso y constante de las importaciones debido al
crecimiento diferencial, que en el caso de España se constata con un
fuerte aumento de la demanda interna que no se produce en otros
países. Por otro lado, las exportaciones están repuntado claramente
y, por tanto, aunque tengamos todavía un déficit comercial mayor que
el año pasado, estamos acortando distancias.

Completar el análisis del sector exterior requiere hablar de la otra
pata, cada vez más estable y sólida: la balanza de servicios. Dentro
de la balanza de servicios, nuestro superávit turístico se consolida
en niveles superiores al 4 por ciento del PIB para todo el año; en el
primer semestre se sitúa en el 2,3 por ciento del PIB, exactamente la
cifra de déficit comercial que registramos para ese período. Hay una
diferencia muy pequeña pero nos estamos situando en 1,8-1,9 billones
de pesetas en el primer semestre. Quería señalar en este análisis del
sector exterior que hay un déficit comercial, con las características
que he mencionado, y un superávit turístico que claramente se
consolida y que da una estabilidad muy importante a nuestra balanza
de pagos. El resultado, teniendo en cuenta que la partida de
transferencias se mantiene estable y que la balanza de rentas
continúa mejorando -lo que refleja, por otra parte, como es lógico,
el proceso inversor de nuestras empresas en el exterior-, el
resultado es que aun en esta situación de crisis tenemos un superávit
de balanza por cuenta corriente, que es, como saben, el saldo por el
que se mide nuestra capacidad de financiación y que para el semestre
se sitúa en 70.000 millones de pesetas.

Dicho eso, hay que constatar también como un síntoma claro de
maduración de nuestro sector exterior que en este período de mayor
incertidumbre o de crisis internacional, para ser sinceros, el
proceso inversor español se ha mantenido y podemos seguir constatando
que ese esfuerzo es importante, según los datos del Banco de España,
con el que, como saben, tenemos diferencias metodológicas en cuanto a
lo que es la imputación del pago, que es lo que hace el Banco de
España, y la imputación del expediente que se está realizando, que es
lo que hacemos a través de la Dirección General de Política Comercial
e Inversiones Exteriores. En todo caso, aunque se hable de cifras
astronómicas, en el primer semestre, con la depuración
correspondiente, que en los próximos días estaremos en condiciones de
dar porque, como saben, se ha adaptado el real decreto de inversiones
extranjeras y estamos en esa adaptación informática, se está
consolidando ese carácter inversor en el exterior de las empresas
españolas como una estrategia de largo plazo que no está vinculada a
las coyunturas económicas.

Hecho este repaso, estamos ante una situación de superación de un
bache con una clara tendencia de aumento de nuestras exportaciones,
hasta el punto de que en el primer semestre ya hemos recuperado el
nivel previo a la crisis, lo cual nos hace tener unas perspectivas
muy positivas para el conjunto del año. Se espera un crecimiento de
la exportacióncon una tasa superior a la registrada en el primer



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semestre, porque nuestros principales mercados están creciendo,
especialmente la Unión Europea, como he mencionado. Este crecimiento
se tiende a generalizar y, por tanto, hace que ese 72/73 por ciento
de nuestro mercado vaya aportando una mayor demanda y que la economía
mundial empiece a crecer y en especial las áreas emergentes, con lo
cual vamos consolidando las previsiones para el segundo semestre que,
por otra parte, como saben, se comparan con un segundo semestre de
1998 que recogió el mayor impacto de la crisis. Asimismo, la otra
partida que da estabilidad a nuestra balanza de pagos está
confirmando unas previsiones, como es la que me estoy refiriendo del
sector turístico, que sin duda nos permitirá al final mantenernos en
una situación cercana al equilibrio externo. Estaremos hablando de un
saldo de la cuenta corriente y de capital que se mueve en torno al
0,5 y que para el conjunto se situará en menos 0,5, por lo tanto
prácticamente el equilibrio. Esto contrasta por otra parte con
períodos de fuerte crecimiento de la demanda interna, como ocurrió en
el período 1989- 92, en los que teníamos una necesidad de
financiación de nada menos que del 3 por ciento. Por tanto, podemos
empezar a decir que ya el sector exterior está dejando de ser el
factor de estrangulamiento del crecimiento y que estamos consiguiendo
reequilibrar esa aportación que, como digo, para 1999 será mejor de
la prevista inicialmente y que se situará en torno al 1,4 por ciento.

Esas previsiones, como es lógico, están contrastadas y apoyadas por
la encuesta de coyuntura de la exportación, que sigue avanzando en la
percepción de que la crisis se va debilitando y, en definitiva, que
estamos superando ese período de mayor afectación de la crisis a
nuestros exportadores. Con los primeros datos a falta de que se
complete el estudio, el nivel de actividad exportadora sólo se
considera bajo hoy por la exclusión en un 10 por ciento; es decir, el
90 por ciento de nuestros exportadores considera que la actividad
exportadora está en un nivel medio alto. Otro dato que me parece
relevante es que las perspectivas que tienen nuestros exportadores
para los 12 meses son claramente mejores en un 76 por ciento. Eso nos
confirma que se va consolidando la base de un sector exportador que
en este año ha sido capaz de afrontar una crisis internacional,
ganando cuota de mercado y con un comportameinto mejor que el de
colegas europeos con los que antes teníamos un cierto complejo. A
falta de que luego vayamos analizando aspectos concretos, esto sería
lo que tendría que decir en principio sobre la evolución del sector
exterior en el primer semestre.

En segundo lugar, como ya he anticipado, voy a centrar mi
intervención en el sector de la distribución comercial, haciendo
especial hincapié, como no podía ser de otra manera, en la
información solicitada por el Grupo de Convergència i Unió en una
comparecencia al efecto. En su petitum requería información sobre la
evolución de la distribución comercial en Europa y su incidencia en
España; aunque haya solicitado eso, también hablaré de Continente
y Pryca. (Risas.)
Al igual que hemos comentado en el caso del sector exterior, se ha
distribuido un informe sobre la distribución comercial en España, que
es el último que tenemos disponible y que se refiere al año 1998, que
recoge, como en años anteriores, los principales cambios del sector.

Se concluye
en el informe que las tendencias que se han venido apuntando en
años anteriores se consolidan, y a ellas me referiré más tarde.

El sector de la distribución es hoy uno de los más dinámicos en una
economía moderna. La Unión Europea, en los últimos meses, ha sido
escenario de múltiples movimientos de compras y alianzas
empresariales, tras la llegada a Alemania y al Reino Unido del líder
mundial en el sector, la firma norteamericana Wal-Mart. La
distribución en Europa sigue caracterizada por estructuras
detallistas desiguales, según se consideren los países del norte o
los países del sur, como pasa en casi todos los debates en la Unión
Europea. En los países del norte hay un mayor grado de concentración
y en los países del sur seguimos desarrollando nuevas fórmulas y
formatos, y podríamos hablar de un debate entre lo que es una
homogeneización y la diversidad que se establece en el sur de Europa.

La estrategia de los grupos internacionales sigue una estructura
detallistahomogénea, con el objeto de situarse en un mercado cada vez
más global. Por tanto, intentan establecer estructuras muy similares
por cuestiones de coste y eficacia. En ese sentido, los grupos
franceses y alemanes se han mostrado los más activos en los últimos
años, con una fuerte expansión dentro y fuera de sus países que les
ha llevado a ocupar las primeras posiciones del ranking europeo.

Ahora bien, la presencia del líder mundial, el mencionado WalMart,
con la compra de dos cadenas alemanas y la británica Asda, ha
supuesto un nuevo salto cualitativo en esa búsqueda de posiciones en
el mercado mundial de la distribución. El anuncio de la fusión de los
grupos franceses de distribución Carrefour y Promodés será, sin duda,
un paso hacia la consolidación de lo que sería el grupo resultante no
sólo en Europa, evidentemente, que sería el líder europeo, sino en
todo el mundo, al crear lo que en términos absolutos sería la segunda
empresa minorista del mundo. Como es lógico, esta operación ha
provocado numerosas reacciones en los países donde el grupo es líder,
concretamente en cinco, que sera España, que es lo que nos interesa,
Bélgica, Francia, Italia y Turquía.

Visto el panorama, acelerados los procesos de alianzas, como está
ocurriendo en otros sectores económicos al ampliarse las fronteras,
al haber un mundo más global, lo que nos interesa analizar ahora,
como es lógico, es lo que está ocurriendo en España. El grado de
concentración de la distribución en España se sitúa en un 25,2 por
ciento; ha ido aumentando cada año, si bien hay que decir que se
sitúa aún muy por debajo de las cifras de otros países europeos.

Suecia, que lógicamente estaría en el mundo de los países del norte,
con nada menos que el 95,1 por ciento de su mercado alimentario, está
entre los tres primeros distribuidores; un grado de concentración
claramente elevado en un país del norte, como es Suecia, de
estructuras más homogéneas, como hemos dicho. Si vamos bajando
tenemos a Dinamarca con un 63,8, Bélgica con un 58,4 y Austria con un
56,4 por ciento.

Por tanto, en el ámbito europeo, España se sitúa en un nivel de
creciente concentración, pero en el nivel más bajo en relación con
sus competidores europeos. Para encontrar el siguiente país europeo
superior a España en grado de concentración nos tenemos que ir a Gran
Bretaña, con un45,3 por ciento.




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Dicho esto, está claro que la evolución de ese proceso ha sido más o
menos equilibrada; ha aumentado la concentración, y el hecho de que
se anuncie una fusión de las matrices francesas Promodés-Carrefour
hace que nos fijemos en lo que va a suponer eso en el mercado español
con las dos filiales que son Continente y Pryca, que creo que era el
objeto real de la solicitud de comparecencia. Es una broma.

Con ese proceso se va a producir un salto cualitativo porque dos
grandes empresas que iban ganando cuota de mercado anuncian su fusión
y se presenta ab initio como una operación de concentración, por
tanto competencia de una defensa adecuada del desarrollo de la
competencia en ese sector de la distribución. En todo caso, un
análisis serio requiere el estudio detallado de lo que está
ocurriendo en nuestro mercado, no en cifras globales sino con las
cifras donde se produce, en los ámbitos locales, por tanto en
aquellas localidades donde se ofrece el servicio de la distribución
y teniendo en cuenta la presencia de otras empresas españolas que están
manteniendo e incluso incrementando sus posiciones e iniciando
procesos de internacionalización, a los que yo animo en mi doble
condición. Está claro que estamos en una foto que se está moviendo y
lo que se anuncia es que en la foto va a haber un impulso de dos
empresas que ya se situaban como líderes en el mercado español. Así
planteada -y es lo que comentó ayer el señor don Cristóbal Montoro
por la parte que le toca, que es mucha-, la operación entra
claramente en el ámbito de defensa de la competencia. Hay que hacer
una breve reflexión en el sentido de que la defensa de la competencia
es una pieza clave para eliminar monopolios, pero también como
garantía de que no se generan otros nuevos, que sería el caso que
estamos comentando. En primer lugar, la operación que se ha anunciado
no se ha realizado y en el ámbito europeo va a ser, por las
condiciones y características del grupo, competencia de la Comisión
Europea, pero tiene una repercusión importante en el mercado español
-y eso es lo que hemos anticipado- no por la cifra global que he
comentado del 25,2 por ciento, sino por el necesario análisis
regional y local, que es donde realmente funciona la competencia.

En ese sentido, el Gobierno, nada más conocer el anuncio de la
fusión, puso en marcha determinadas acciones. La primera, la que
estoy comentando de poner en marcha los mecanismos necesarios para
ejercer una defensa efectiva de la competencia en el sector de la
distribución, solicitando con carácter urgente a todas las
direcciones territoriales de comercio, dependientes de mi secretaría
de Estado, un informe exhaustivo del previsible impacto de la fusión
a nivel regional y al máximo detalle del nivel local. Conocido el
procedimiento comunitario, lo que se ha anunciado es que, aunque esa
operación sea de ámbito competencial europeo, nos acogemos -creo
recordar- al artículo 9 del Reglamento comunitario, por el cual el
Gobierno español ya ha manifestado su intención de reclamar la
investigación para el mercado español, dado el especial impacto en
nuestro país. Por tanto, la pieza fundamental de la operación que
estamos analizando es la defensa de la competencia y actuar al máximo
de nuestras posibilidades para hacerla a los niveles que debemos
hacerla en el mercado español, es decir hasta el detalle local máximo
al que seamos
capaces de llegar. En segundo lugar, una vez iniciada la acción
concreta necesaria para esa operación y en línea con lo que venimos
haciendo o en coherencia con la política económica desarrollada, en
particular la política sectorial, me puse personalmente en contacto
con los principales agentes implicados. Aparte de esa primera ronda
de contactos, lo que hicimos fue convocar con carácter urgente un
plenario del Observatorio de la distribución comercial que
monográficamente se ocupara de debatir esta cuestión, vuelvo a
repetir, en previsión de lo que pueda ser una fusión efectiva de
ambos grupos y en anticipación de lo que puedan ser las
recomendaciones en función del estudio que hagamos desde la defensa
de la competencia. El pasado 14 de septiembre se produjo esa sesión
del Observatorio de la distribución comercial, que luego comentaré,
en la que todos los agentes implicados expresaron sus opiniones; no
estamos hablando sólo de la distribución stricto sensu, es decir de
los comerciantes, sino de los proveedores y también de los
consumidores, de expertos en la materia y por supuesto de las
comunidades autónomas.

Voy a resumir con la máxima objetividad las opiniones que allí se
vertieron, que no todas han tenido eco en la prensa. En primer lugar,
los consumidores consideraron prioritaria la defensa de la
competencia para evitar las posibles situaciones de dominio por lo
que ello pueda repercutir en materia de precios y calidad. La mayor
garantía de que el consumidor va a tener un abastecimiento eficaz de
bienes y servicios en la mejor relación calidad/precio es que se haga
una defensa estricta de la competencia. En segundo lugar, los
representantes del pequeño comercio constataron que se estaba
consiguiendo el desarrollo de una estructura de distribución
comercial equilibrada. Digamos que ha habido un crecimiento para
todos, que luego comentaré brevemente, en el que se han producido
equilibrios, sobre todo porque estamos hablando ya de distintos
segmentos de mercado. Les parece que, en principio, ese equilibrio no
se vería afectado por la fusión, pero sí mostraron su preocupación
por la situación de los proveedores. En cuanto a los proveedores, su
representante subrayó lo que consideraba como seguro agravamiento de
los problemas ya existentes en aplazamientos de pago y ventas sin
pérdida. Aprovecho la ocasión para urgir la modificación de la Ley de
comercio, que nos tiene entretenidos durante el último año. Por
último, las comunidades autónomas, especialmente el director general
de Comercio Interior catalán, mostraron su inquietud por lo que pueda
ocurrir en algunas localidades donde la concentración puede ser
excesiva. Efectivamente, hubo un reparto equilibrado de determinadas
licencias que ahora se rompe al producirse ese anuncio de fusión, por
lo que nos podemos encontrar con que en determinadas comunidades, de
todos conocidas, se produce claramente una concentración. Se
ofrecieron para completar al máximo detalle la información promovida
por el Gobierno central, que ya sabían que estaba en curso. Esa es la
intención que ya se manifestó desde el principio. Aprovecho para
agradecer por anticipado el esfuerzo de colaboración, que estoy
segura de que se acabará produciendo por parte de las comunidades
autónomas, para completar esa información que, como decíamos, es
interés de todos que sea lo más detalladaposible para defender la
competencia donde se produce.




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Me gustaría hacer una breve reflexión en este punto sobre la
situación del sector tras la transformación experimentada en los
últimos años. Como recordarán SS.SS., la Ley de ordenación del
comercio minorista, finalmente aprobada en enero de 1996 no sin pocas
dificultades -hay muchas personas que lo sufrieron en sus carnes-,
introdujo un cierto orden al dotar de un marco de estabilidad al
sector, tras años de una evolución que claramente hay que calificar
de crispada -ha habido calificativos mucho más duros-, que se basaba
en un enfrentamiento sistemático entre el pequeño comercio
tradicional y las entonces emergentes grandes superficies; aunque ya
hubo algún supermercado en 1973, entre los años 1985 y 1992 hubo una
evolución que no creó demasiados problemas, pero a partir de 1992,
cuando empieza la crisis que afectó duramente a la economía española,
entre 1992 y 1996, en que finalmente se aprueba una ley, hubo una
crispación terrible entre el pequeño comercio tradicional y la gran
superficie. La Ley de ordenación del comercio minorista es un marco
legal que, aunque se consensuó con muchas dificultades, estaba
constituido por unas reglas básicas que servirían de referente para
poner orden en una situación en la que se constató que era importante
impulsar una modernización y establecer un cierto orden. Esas reglas
básicas, decía, servirían de referente en una materia cuya
competencia exclusiva -hay que recordarlo desde el principio- reside
en las comunidades autónomas. Por tanto, se intentó poner un cierto
orden en lo que algunos calificaban de jungla. En un sector tan
cercano al ciudadano es especialmente importante el papel de los
ayuntamientos porque en el ámbito local es donde presta sus servicios
el comercio, en concreto, en el abastecimiento de zonas rurales, en
la vertebración de las ciudades, en la recuperación de los centros
históricos y en una oferta turística atractiva y de calidad, que es
muy relevante en nuestro país. Por tanto, hay que encajar los tres
niveles de administración donde la Administración central actuaba
como árbitro con una competencia exclusiva en las comunidades
autónomas, pero sin olvidar la relevancia de la Administración local
y cuando nos enfrentamos a una operación de concentración, porque es
en ese ámbito donde se produce y en el que debemos analizar el
mercado.

Todos estos eran los retos que se debían asumir en 1996 cuando se
dijo que esta ley iba a permitir poner un poco de orden para que
nuestro comercio, que entonces era pequeño frente a grande, se
modernizara y fuera capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias.

Era un reto muy importante, un sector muy estratégico para la
economía española y un sector que para afrontar esos retos partía de
una situación de clara crispación. Pues bien, hoy la situación es muy
distinta. En los últimos años hemos asistido a una transformación
impulsada por los cambios que impone constantemente el consumidor,
que siempre debe ser la referencia básica de la distribución
comercial, porque es el cliente, en un mercado además de creciente
competencia. Las conclusiones del informe que se les ha repartido,
relativas a 1998, reflejan cuál es el dinamismo de este sector
transcurridos tres años y medio, prácticamente cuatro. Las compras y
alianzas llevadas a cabo en los últimos ejercicios revelan la
especial importancia de las estrategias adoptadas por numerosas
empresas dentro de la distribución, con el fin de
afianzar su posición en un mercado cada vez más concentrado. Hemos
visto los movimientos que se están produciendo. Los principales
grupos de alimentación están diversificando sus formatos como
estrategia hacia fórmulas de mayor aceptación para los consumidores.

Las superficies especializadas bricolaje, juguetes, deportes,
etcétera, se imponen en la estructura comercial española, aun sin
haber alcanzado todavía los niveles de crecimiento que se están
produciendo en los países del entorno. Las tiendas de franquicia se
están comportando como un sector muy dinámico. Han instalado en una
primera fase las redes. Tenemos un nuevo margen para seguir
creciendo. Igualmente, se destacan modalidades de ventas especiales
en las que se está dando un auge muy especial, como es el caso del
comercio electrónico, que está revolucionando la distribución, y las
tiendas de conveniencia, afortunadamente para algunas usuarias.

Esta fotografía del sector refleja la consolidación de unas
tendencias claras de modernización basada en la diversidad frente a
otros modelos. Es un modelo muy español, muy mediterráneo, para
avanzar y modernizarnos utilizando todas las fórmulas a nuestro
alcance. Se puede afirmar que en los últimos años hemos pasado de la
dicotomía grandes-pequeños a lo que se llama técnicamente el
polimorfismo comercial, que es una amplia diversidad de formatos
comerciales. Se ha roto esa dicotomía de hace tan sólo tres años y
medio, en la que sólo había grandes frente a pequeños, y estamos
hablando de una diversidad clara de formatos comerciales que han
enriquecido la distribución comercial y han permitido que los
ciudadanos españoles tengan muchas más opciones de comprar a unos
precios muy aceptables, sobre todo con la calidad que se ofrece a
cambio. El pequeño comercio no ha sido ajeno a esta transformación;
es más, ha contribuido de manera determinante a este cambio. Voy a
explicar por qué. Cuando en 1996 se planteó este reto tan enorme de
un sector totalmente enfrentado, con unas reglas básicas, con
competencias en comunidades autónomas, con ayuntamientos a los que no
se les hacía caso y sin hablarse con el resto de la cadena, se optó
por hacer una política comercial. Frente a la imposición desde arriba
de planteamientos teóricos se optó por un sistema de diálogo
permanente, tan necesario como ausente hasta entonces. La política
del comercio interior se ha desarrollado a través del diálogo
permanente con los agentes implicados, los que integran directamente
la distribución comercial en un sentido estricto, que no es el que
comparto, de pequeños-grandes en 1996 y ahora tenemos pequeños,
medianos, más grandes, menos grandes, pero también -que es como debe
considerarse la distribución comercial- los proveedores y los
consumidores, que son los destinatarios finales del sistema de la
distribución.

Todas las administraciones están involucradas en el sector y, por
tanto, es algo más que un foro de debate, es un diálogo permanente
que se convoca cuando hay problemas concretos. El Observatorio de
distribución comercial ha sufrido una transformación radical y hoy es
un auténtico punto de encuentro del sector, de las asociaciones y de
las administraciones, donde analizamos los problemas del sector
y buscamos soluciones. Hoy el Observatorio de la distribución comercial
es un organismo vivo que ha reaccionado



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rápidamente ante los acontecimientos, no sólo el que acabo de
mencionar específicamente, la fusión anunciada, sino en comisiones
que se van constituyendo una vez que se conocen los hechos, como
puede ser la que está en marcha sobre el comercio electrónico o como
lo fue en su momento la que estudió el problema de las dioxinas.

Contactamos con ellos, vimos los problemas de abastecimiento que
había y aportamos el importante apoyo de la distribución comercial al
Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas. Esta política de
comercio interior basada en el diálogo se ha desarrollado en
colaboración con las comunidades autónomas, para lo que están la
conferencia sectorial y la mesa de directores generales; diálogo,
participación y colaboración de todos, sin exclusión, para definir el
modelo de modernización que se nos había impuesto como necesario en
1996. Han sido los agentes públicos y privados de la distribución,
entendida en un sentido amplio, los que han ido definiendo lo que
necesitaba el sector. Hay que recordar cómo estábamos en 1996 y cómo
estamos hoy. La modernización es una realidad gracias al esfuerzo de
la estructura empresarial, especialmente del comercio tradicional,
que ha emprendido el camino de adaptación a las demandas del
consumidor en un marco de libre competencia. Por esa razón, el
adecuado funcionamiento de la competencia es una prioridad del
Gobierno y seguirá siéndolo porque es la garantía, como lo ha sido
para el pequeño comercio, de que todos pueden acceder a nuevas
oportunidades de negocio que se van generando en el mercado y que van
a permitir responder más adecuadamente a las demandas de distribución
de los ciudadanos, que los clientes. Por consiguiente, es una
política de comercio interior que es, en primer lugar, de diálogo y
de contacto con el sector y, en segundo lugar, una opción de futuro
frente a la anterior.

La modernización de este sector, como la del conjunto de la economía,
plantea que hay nuevas oportunidades que se van generando con una
mayor competencia. Convencidos de la bondad y el esfuerzo de las
empresas cara al futuro. Tenemos que apoyar opciones de futuro frente
a opciones como las que se estaban realizando de desaparición
protegida. Es un cambio claramente radical en el planteamiento de
modernización de un sector tan dinámico y fundamental, no es sólo en
el resto de los países sino también en España. Por tanto, diálogo y
opción de futuro para la distribución comercial, pero buscando que la
adecuación y la modernización se hagan desde la realidad, conociendo
los problemas y buscando las soluciones, no desde un planteamiento
teórico de qué es lo que se puede reformar o no, sino de saber lo que
necesitan realmente las empresas. En esta opción de diálogo, de
convencimiento del futuro de las empresas, el Gobierno puso en marcha
una política que antes no existía más que en debates teóricos de
pequeña y mediana empresa; una política específica que tiene dos
partes fundamentales que a veces se olvidan, una de de las cuales
engloba políticas dirigidas específicamente a dotar de condiciones
adecuadas y favorecedoras de la actividad empresarial para un amplio
conjunto de empresas, que es lo que conocemos como política de
pequeña y mediana empresa stricto sensu, y algo que es mucho más
importante, que la definición de las actuaciones de política
económica se hacen teniendo en cuenta dónde deben aplicarse, y
en un 95 por ciento se aplican en pequeñas y medianas empresas. Esto
ha determinado que la política económica que se viene aplicando
siempre tenga un contraste en la realidad de las empresas españolas,
que es el cauce que tenemos al estar incluidos en el Ministerio de
Economía y Hacienda impulsando políticas en las que, para mejorar ese
marco favorable para la actividad empresarial, lo que estamos
diciendo es que, en primer lugar, el Estado se ocupe de lo suyo, no
interfiera con cuentas desajustadas y procure que los empresarios en
lugar de tener que preocuparse por los tipos de cambio, por los tipos
de interés o por un sistema fiscal especialmente gravoso para pagar
gastos crecientes, se ocupe de sus materias, fundamentalmente de la
competitividad. Hacemos políticas específicas, pero una vez que hemos
limpiado toda aquella maraña de asuntos ajenos a la actividad de la
empresa y que son competencia del Estado.

Es una política de empresa que no es exclusivamente la de la pequeña
y mediana empresa, que también es comercial, turística y de muchos
ámbitos, sino una política de empresa que ha definido de manera
determinante la política económica que se viene desarrollando en este
país. De ahí que en una política económica rigurosa y de reforma de
sectores hayamos generado nuevas oportunidades de negocio -entre
otras cosas porque ahora son rentables, con unos tipos de interés a
largo plazo por debajo del 5 por ciento o con unos impuestos que se
han rebajado y, lejos de lo que se pensaba, han salido las cuentas-,
unas condiciones favorables para toda la economía, haciendo rentables
oportunidades que hace tres años no lo eran y aplicando una política
específica para que esas empresas vean que hay un marco para ellas,
no que este es un mundo en el que hay que buscarse la vida. La
competencia son reglas frente a la ausencia de las mismas. Hay que
buscar el cumplimiento de las reglas, hacer una defensa adecuada de
la competencia y tener unas referencias claras para saber dónde se
pueden producir las oportunidades de negocio, actuando para las
empresas que por su pequeña dimensión están en posición de
desventaja. En esa política de apoyo a las pymes lo que hemos buscado
es analizar todos los aspectos que afectan a la empresa, centrándonos
en el ámbito microeconómico que informa la política macroeconómica.

Por eso se ha actuado desde el primer momento, desde 1996, en una
reforma adecuada del sistema fiscal, sabiendo que eso es lo que iba a
dinamizar, como así ha ocurrido, la creación de empleo, superando ya
claramente el millón de puestos de trabajo, por no adelantar el
resultado que haya al final de año. En un solo año el número de
retenedores nuevos para la Hacienda, es decir pymes que han empezado
a contratar gente, es de 60.000. El empleo lo han creado las pequeñas
y medianas empresas. Se hizo una reforma fiscal que empezaba por
mejorar esas condiciones. El convencimiento de que eso iba a
dinamizar la actividad es lo que dos años después nos ha permitido
hacer la reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas.

El ámbito fiscal, el laboral y el financiero son tres partes básicas
que eran una preocupación en origen, con un conjunto de medidas que
ustedes conocen pero que luego con mucho gusto repasaré. Habría que
impulsar la adecuada cobertura en dos ámbitos fundamentales para las
empresas de pequeña dimensión, en la información y en la formación, a
través



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de programas que no sólo van al mercado nacional sino también al
internacional, como es la fórmula del PIPE 2000, que es más conocida.

Hay que hacer un seguimiento y definir lo que puede ser un proyecto
de futuro y no un proyecto en el que no creemos.

La política de pequeña y mediana empresa tiene una nueva concreción
en el ámbito de la distribución comercial, cambiando radicalmente de
planteamiento en ese convencimiento de la responsabilidad, de la
autonomía y del futuro de las pequeñas empresas, pasando de la
subvención directa a pequeños comercios a una situación en la que
reforzamos las líneas que van a tener en el futuro. Estas líneas son
la cooperación empresarial, el asociacionismo y la integración del
comercio en su territorio, a través de una colaboración con la
comunidad autónoma pero que tiene que ir más allá y llegar hasta los
municipios, que al final son los que tienen que garantizar un
comercio de proximidad, desarrollar el tejido urbano, recuperar sus
centros históricos y ofrecer una calidad turística que apoyamos no
sólo con este programa de comercio interior, no sólo con la política
de pymes, sino con una política turística que integra permanentemente
a los municipios en sus comunidades y en la política turística del
Estado.

Las cosas han cambiado mucho y eso se reflejó en el Observatorio de
la distribución comercial. La política de comercio interior
desarrollada en España en los últimos tres años ha sido definida e
impulsada por el propio sector, mediante el diálogo y el debate, que
es como se deben hacer las cosas, sabiendo que lo que beneficia a
unos puede perjudicar a otros. Eso es lo que estamos analizando en
particular cuando se pide la modificación de la Ley de comercio. Para
esto se necesita un debate largo, se puede criticar, y lo que antes
podía suponer una mejora acaba siendo una mejora coyuntural y un
perjuicio mayor para otras partes del circuito. En todo caso se
constata -y creo que todos estamos de acuerdo- que hay que impulsar
un necesario proceso de acortamiento de los hoy excesivos plazos de
pago y tenemos que mejorar algunas cuestiones sin interrumpir algo
tan propio del mercado como es el comercio, sin dañar las relaciones
mercantiles. El Código Mercantil, que es más viejo que todos
nosotros, dice que las relaciones son acuerdos entre partes. Podemos
tomar opciones en las que rompamos los principios básicos del
mercado, pero valorando los costes que tiene, sabiendo que cuando
tomamos determinadas medidas en favor de los proveedores estamos
favoreciendo a todos y no sólo a los que decimos que queremos
favorecer, partiendo de la base de que hay que hacer un esfuerzo
buscando fórmulas que no dañen, que nos permitan acortar los plazos
de pago y nos den más elementos para valorar lo que son sin duda
prácticas de venta sin pérdida. Como se ha hecho en otros ámbitos,
esto lo estamos haciendo desde el diálogo para fomentar que lo que da
resultado es un funcionamiento adecuado del mercado. Lo hicimos con
las tarjetas de pago que, aunque tenga sus críticas y sus
inconvenientes, ha supuesto una ruptura de una situación anterior. Si
yo digera que garantizo un mercado exclusivamente para unos pocos
quedaría muy bien pero estaría mintiendo, porque nadie puede
asegurar, en un mundo como el actual, que las cosas están
garantizadas para el resto y que encima no hacemos daño a los demás.

En definitiva, la situación de la distribución comercial hoy es muy
distinta de la que teníamos en 1996, y a veces habría que recordarla
porque si hay algún sector que claramente estaba crispado, enfrentado
y que no veía un futuro para su desarrollo era el de la distribución
comercial. Hoy, el pequeño comercio ha dejado de ser el tradicional
para convertirse en el alimento y en la base de la transformación de
lo que actualmente es la distribución comercial en España, que se
caracteriza por una diversidad muy lejana de lo que era la dicotomía
del pequeño comercio de la esquina y la gran superficie. España no es
así hoy y, desde luego, la preocupación que tiene hoy ese pequeño
comercio es que sigamos mejorando las condiciones, cosa que estamos
haciendo; estamos analizando las condiciones financieras, las
condiciones fiscales. La preocupación del pequeño comercio puede ser
porque toda la cadena esté en pleno funcionamiento, pero no porque
estén pensando en la amenaza que constituía haber tomado otra opción
en 1996.

He dado un repaso a la distribución comercial en estos años, a
determinadas actuaciones que hemos realizado en este semestre, tanto
en el ámbito del comercio, del sector exterior en su conjunto -tanto
comercio como turismo- y hay una previsión positiva en relación con
el crecimiento y, por tanto, de mayor estabilidad en el desarrollo.

He hecho también, al final, una referencia a la distribución
comercial y la transformación operada; desde luego, esto no se parece
en nada a lo existente en 1996 y, al hilo de esto, he hablado del
concepto y la aplicación real de una política de pequeña y mediana
empresa que ha dado resultados, tantos como para que hoy estemos
diciendo que en tres o cuatro años hemos creado en torno a un millón
y medio de puestos de trabajo.

Sin más, me dispongo a contestar a sus amables preguntas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Pisonero.




En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra la señora Leiva
Díez.




La señora LEIVA DÍEZ: Señora secretaria de Estado, descanse; ahora va
a poder descansar tranquilamente y nos cansaremos los demás. Bien
venida a esta comparecencia, que será su última intervención
-excluyendo el debate de los presupuestos- ante la proximidad del
calendario electoral.




Le tengo que decir que he notado una gran diferencia en esta última
comparecencia: usted ha venido un poco cañera. No sé si obedece
órdenes; comprendo que, como estamos al final de la legislatura, hay
que dar caña al anterior Gobierno socialista. Yo creo que esta
comparecencia no puede dejar de tener un contenido de fin de curso,
pero le voy a decir una cosa: estamos en la convocatoria de
septiembre. En estos largos tres años y medio -a nosotros se nos han
hecho muy largos- nos hemos dirigido al Gobierno, unas veces en la
persona de su antecesor y otras en su persona y hemos expuesto
nuestras dudas, nuestras inquietudes, nuestras sugerencias para
mejorar nuestro comercio. Siempre, siempre hemos recibido muy buenas
palabras de la Secretaría de Estado, especialmente en su caso, y su
talante ha sido siempre amable, se lo quiero decir, pero los



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datos de esta última comparecencia siguen llegando tarde -esto no se
soluciona-, aunque llegan diversificados en su información, esto se
lo tenemos que reconocer. De todos modos, repito, los datos de
comercio interior los hemos tenido en nuestro poder a la hora de
comenzar la Comisión, no antes; usted los habrá mandado antes, pero a
los diputados no se nos había remitido antes ni a los portavoces. Por
tanto, difícilmente los podíamos estudiar y difícilmente podíamos
tener información de qué estaba haciendo el Gobierno y, en concreto,
su Secretaría. En consecuencia, no puedo añadir mucho más, salvo eso,
que, por primera vez, usted ha estado cañera con el Gobierno
socialista.

Pero yo le quiero decir que no ha habido una política comercial; a
pesar de todo, no ha habido una política comercial. ¿Que las cosas en
1996 eran diferentes que en el año 1999? Evidentemente. Nosotros
teníamos tres años menos, eso para empezar, y el comercio también
tenía tres años menos, que han sido tres años de absoluta revolución,
sobre todo con el sector de la distribución comercial y la aparición
de nuevos comercios en el mercado. Y la respuesta del Gobierno a
estos distintos avatares es que ha tenido tres años más, pero no ha
hecho absolutamente nada, no ha hecho otra cosa que doblegar sus
cifras a las distintas variables económicas que incidían sobre
nuestra economía del modo más presentable que ha podido. Así, en su
último informe del semestre se incluyen acciones del mes de julio,
tanto normativas como viajes u otros temas de la Secretaría de
Estado, pero no se menciona, por ejemplo, que en el primer semestre
la balanza por cuenta corriente ha sido deficitaria; por primera vez
en mucho tiempo el turismo no ha bastado para suplir el déficit
comercial y la balanza por cuenta corriente se ha cerrado con 400.000
millones de déficit, porque el Gobierno, como decía, se ha limitado a
poner la mejor cara ante los acontecimientos y ha batido todos los
récord de anuncios de iniciativas, de planes, de cumbres, de
observatorios, y yo le voy a decir que la mayoría de estas teóricas
iniciativas, que usted nos está diciendo que han cambiado mucho
respecto a 1996, a juzgar por lo que nos cuentan los sectores -y
tenemos bastante relación con ellos-, no han pasado de las páginas de
la prensa o, en algún caso, de los talleres del Boletín Oficial del
Estado, pero nada más.

Mire, siendo éste uno de los períodos expansivos de la economía
internacional más favorable para España, hemos conseguido una ratio
de crecimiento por debajo de la conseguida en otros ciclos en
condiciones más desfavorables para la economía española, bastante más
desfavorables, y esto es porque la falta de una política comercial
adecuada ha limitado nuestro crecimiento en un punto más del PIB, lo
que supondría una pérdida de tres puntos hasta hoy, aún considerando
la recesión internacional, que es evidente que hay que considerarla.

Nuestro modelo de país de la Unión Europea está más cerca de Irlanda
que de Portugal o de Grecia y, en este momento, Irlanda lleva varios
años creciendo a un 8 por ciento. Nosotros pensamos que ése hubiera
sido mejor nuestro techo y no Portugal o Grecia, que están con
índices más similares a España. No sólo no hemos aprovechado un buen
momento, las condiciones económicas mundiales, para reducir nuestra
diferencia, sino que estamos perdiendo competitividad lentamente,
desde luego frente al núcleo de la Unión Monetaria, y
vamos a hablar comparándonos con Francia y con Alemania, que son
nuestros principales clientes, porque no sirve comparar nuestros
datos de competitividad con la Unión Europea a Quince o la OCDE,
donde nuestra media es más favorable, porque entonces van a jugar
variables cambiarias que no afectan a nuestros intercambios con los
países de la Unión Monetaria, especialmente Francia y Alemania, ya
que tenemos la misma moneda.

Por tanto, los datos relevantes están en relación con la unión
monetaria, donde se desarrolla el 60 por ciento de nuestro comercio.

En la unión monetaria estamos perdiendo competitividad a un 1,4 por
ciento anual, según los datos que usted nos ha facilitado, de julio.

No lo decimos sólo nosotros, en este momento los sectores económicos
lo están diciendo en todos los medios de comunicación, en la prensa
salmón o en alguna otra prensa en la parte económica. Lo dice, por
ejemplo, la Asociación Española de la Banca, que no es sospechosa de
ser socialista; esta asociación acaba de decir que el diferencial de
inflación con la zona del euro amenaza la competitividad de la
economía española. Ésta ha sido la tendencia desde 1996. Pero no
creemos que eso fuera preocupante si no fuera por su escasa decisión
para hacer algo en este terreno, lo que nos preocupa es que nuestro
futuro se está consumiendo en este presente: hay una falta de
planificación, deslocalización de inversiones en el exterior, falta
de adecuación de la empresa española ante la unión monetaria, venta
de bienes del Estado, y todo ello en una coyuntura tremendamente
favorable, pero, a poco que cambiara la coyuntura, en un entorno de
moneda única, nos recortaría extraordinariamente las actuaciones
futuras. Por todo esto, el Grupo Socialista le anuncia que la falta
de disposición a actuar hoy la vamos a pagar mañana.

La formación de capital interior se ha contraído, en parte por el
aumento de la demanda interior y en parte por la deslocalización de
inversiones. Eso es grave, porque nuestra economía no es como otras
que usted ha descrito, fuertes, como la estadounidense, y no tenemos
una moneda propia fuerte ni un mercado protegido ni una tecnología
punta. El comercio exterior debía haber sido la prueba del nueve del
dinamismo de nuestra economía y no ha hecho sino seguir su inercia
anterior y este año sí podemos decir que la única alegría ha sido la
ralentización del descenso de las exportaciones en junio, que
esperemos que continúe a lo largo del año. Sin embargo, las
importaciones siguen creciendo a un ritmo excesivo. Desde 1997, cada
año aumenta el déficit por saldo comercial y, a junio de 1999, la
tendencia se mantiene en los datos provisionales; sin embargo, las
importaciones siguen creciendo a un ritmo excesivo. Las exportaciones
crecen muy poco y se computa sobre una base deprimida, en tanto que
las importaciones crecen mucho y sobre una base ya un poco crecida.

Por lo tanto, entre la misma fecha de 1998 y la de hoy con los datos,
junio de 1999, se mantiene ese crecimiento del 50 por ciento y eso no
es imputable solamente a la expansión de la demanda interior.

Simplemente se puede afirmar, y usted lo ha indicado en los datos que
ha dado, que estamos perdiendo competitividad y que estamos
exportando menos y eso va calando en el tamiz de los datos globales.

Nuevamente será el turismo el que amortigüe nuestra balanza de pagos,
pero el turismo no puede salvar la insuficiente



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competitividad de la empresa española ante una moneda única. Contar
con unas infraestructuras modernas y suficientes es un elemento
esencial para la competitividad de una zona turística. En el caso de
destinos vacacionales como Baleares, Canarias o las costas
peninsulares, la puesta al día de sus infraestructuras es
absolutamente primordial para mantener su valor como producto
turístico líder en el contexto europeo, como lo somos en este
momento. Algunas de nuestras zonas turísticas, tanto peninsulares
como insulares, han sido pioneras del turismo vacacional, teniendo un
desarrollo rápido sobre modelos que se encuentran ya deteriorados y
que actualmente pierden vigencia por el cambio de los gustos de la
demanda, habiendo estadísticas oficiales en las que ya se está
empezando a intuir. A esta situación le debemos añadir el hecho de
que la comercialización de nuestro producto turístico empieza a estar
en manos mayoritariamente de los turoperadores; por lo tanto, hay que
mantener una estrecha colaboración. Nuestro margen de influencia como
destino atractivo se sustenta en la calidad de infraestructuras de
nuestras zonas turísticas y en el valor añadido que supone contar con
ofertas de diversos segmentos de mercado: deporte, naturaleza,
cultura, patrimonio, vino, lengua, balnearios u otro tipo de
destinos.

El plan marco de competitividad, y a eso iba, del turismo español, el
Plan Futures, fue diseñado y puesto en marcha por el Gobierno en
1992, contando desde su inicio con el respaldo de las comunidades
autónomas y de todos los operadores e integrantes del sector
turístico español. El primer Plan Futures, que abarcó desde 1992
hasta 1995, supuso una notable mejoría de la competitividad del
turismo español mediante líneas de ayuda dirigidas a empresas e
instituciones turísticas para la mejora de la calidad, el desarrollo
de nuevos productos, formación o nuevas tecnologías. El segundo Plan
Futures, de 1995 a 1999 y por lo tanto actualmente en vigor, se basó
en el éxito obtenido por la primera iniciativa para consolidarse e
introducir nuevas líneas de financiación, especialmente en materia de
mejora de oferta, Futures destinos, en inversión y desarrollo, en
cooperación con terceros países e internacionalización y está dando
sus frutos. Se contemplaba el apoyo a la internacionalización por
medio de una cooperación con el ICEX, las cámaras de comercio o las
comunidades autónomas, y usted nos vendía esta línea en los
periódicos a primeros de septiembre diciendo que era algo fundamental
para trabajar en el futuro en la línea de turismo de su Secretaría de
Estado. Pues bien, nosotros creemos que, una vez que se ha
establecido el acuerdo con posibilidades presupuestarias y líneas de
apoyo financiero a proyectos empresariales, lo que hay que hacer es
poner en marcha el plan que actualmente existe. Ustedes están
trabajando en este momento en un nuevo Plan Futures, pero claro, para
que no tenga reminiscencias pasadas, hay que denominarlo de otra
manera y se va a pasar a llamar Plan integral de la calidad del
turismo español. No nos lo ha dicho, pero lo conocemos a través de
los medios de comunicación. Aunque mantiene la mayor parte de las
líneas anteriores de actuación, el nuevo plan constará de siete
áreas, según nos ha indicado, pero no las voy a describir porque me
parece que son excesivas. Sin embargo, sí que le diré que contempla
el impulso a la internacionalización de las empresas turísticas
españolas a través del apoyo a Turespaña. ¿Por qué se empeñan en
cambiar el nombre a programas ya consolidados? ¿Nos lo quiere decir?
Tenemos los datos del mejor mes del período, datos de importaciones y
exportaciones, y ese mes ha sido junio. El sector del automóvil
exportó 380.000 millones de pesetas, pero importó 375.000 millones;
los bienes de equipo exportaron 391.000 millones de pesetas e
importaron 572.000 millones y los semifacturados exportaron 318.000
millones de pesetas frente a importaciones por valor de 420.000
millones, por no hablar del sector agroalimentario; el balance sobre
sectores de alto valor añadido es muy negativo.

Antes del verano, con la autorización de su Secretaría de Estado y el
entusiasmado beneplácito del ministro de Economía y Hacienda, se
comenzó a montar una cumbre para la internacionalización de la
empresa. En el mes de agosto le pedimos información sobre ello y a
fecha de hoy todavía no hemos recibido nada. La verdad es que, si
juzgamos por la información que ustedes nos proporcionan en las
preguntas escritas, no se ha perdido nada, por la baja calidad e
información de las mismas. Ahora, yo estoy segura de que usted no lee
lo que nos envía su equipo, porque, si lo leyera, no dejaría que lo
enviaran así. Es lo mismo que leer un programa o cualquier otro
aspecto en los medios de comunicación; cuando queremos entrar en
programas concretos y saber de actuaciones concretas, nunca se
especifica nada por parte de su Secretaría de Estado.

Volviendo a la cumbre, tras un lanzamiento al más alto nivel, con la
anunciada intervención del señor Rato y del señor Aznar o la
invitación que se le había hecho al señor Prodi, resulta que se acaba
de desconvocar por coincidir con la inauguración del Liceo de
Barcelona. Esto nos hace pensar que o bien se trataba de un acto
electoral para las elecciones catalanas, que no era oportuno ante la
citada inauguración, o que el Gobierno tiene una pasión melómana
insospechada. Ambas cosas no son censurables, a no ser que estemos
hablando de la internacionalización de la empresa española, y la
reflexión sobre la internacionalización de la empresa quizá se vaya a
perder en un área del Liceo, no lo sé.

Hay dos ejes básicos para la internacionalización de la empresa
española: uno es la acción sobre las pymes y otro el tratamiento de
las inversiones españolas. No cabe duda de que estamos en un momento
clave para la internacionalización de la empresa española y, en vez
de apostar porque la internacionalización sea un complemento de la
actividad de la empresa en España, permitiendo mejorar nuestra
balanza comercial, consolidando la empresa y, sobre todo, procurando
como mínimo el mantenimiento o la generación de empleo a través de
una mejora de la productividad en España, ustedes están apoyando la
internacionalización de las empresas en un 90 por ciento normalmente
ya internacionalizadas y, además, con cotizaciones en las principales
bolsas mundiales. La tasa media de retorno neto para la economía
española por cada 100 pesetas de ahorro o ayuda de los diferentes
instrumentos de apoyo de la Administración española a la PYME, de
todos los que están en este momento en vigor, para una inversión
productiva en el exterior y a un plazo medio de 10 años estaría cerca
de las 500 pesetas. La tasa media de retorno de las inversiones de
Endesa o Telefónica, por poner un ejemplo, para las mismas



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100 pesetas no alcanzaría ni las 50 pesetas. Y dudo además que todas
lleguen a España desde los paraísos fiscales donde tienen su sede
estas inversiones.

No nos cuente que las grandes inversiones están arrastrando
inversiones colaterales de empresas españolas, ni bienes de equipo
que se compran en el exterior con cargo a la financiación o a los
fondos que se han puesto en marcha o, a lo más, alguna empresa de
montajes o de servicios con escaso o nulo retorno para la empresa
matriz española. Por cada peseta que la Administración entrega como
ayuda bajo la fórmula de subvención, capital-riesgo o garantías para
las pymes en su ayuda a la internacionalización, la gran empresa
recibe como mínimo 20, es decir, ustedes entienden el apoyo a la
internacionalización no como una ayuda para que la empresa española
pueda ser más competitiva, sino como una mejora en la mayoría de los
casos de los beneficios de las empresas multinacionales, normalmente
no dedicadas al sector productivo, sino a la prestación de servicios.

Es decir, para ustedes el concepto de internacionalización va ligado
al de tarifas hacia los ciudadanos de terceros países, es deciresto
es, a mercados cautivos. Así, el programa ICEX-ICO, que es el más
representativo, supone para el Estado una cifra que no superará este
año más de 400 millones de pesetas en subvenciones a los tipos de
interés y sin ningún riesgo para el Estado, ya que el mismo lo
soportan las duras garantías que los beneficiarios tienen que ofrecer
a los bancos intermediarios, mientras que por otro lado se derrocha
el dinero de los contribuyentes asumiendo el Estado riesgos y
financiación por importe de miles de millones de pesetas para grandes
proyectos en el exterior con escaso o bajo nivel de garantías, y eso
sin contar con las aportaciones de los más de 600.000 millones de
pesetas que los contribuyentes españoles han hecho al Fondo Monetario
Internacional para paliar la crisis brasileña, coincidiendo con las
últimas inversiones de Telefónica en ese país.

Hablando de instituciones financieras, en su informe del semestre
usted no ha hecho referencia alguna a las negociaciones del AMI.

Recordamos a ustedes cómo se empecinaron en una negociación imposible
que, como les anunciamos, fue un fracaso. Este tema lo han ido
diluyendo, pero ya está tan diluido que no sabemos si se tratará en
la Organización Mundial del Comercio o en alguna otra agenda, si
tiene otro marco de negociación. No sé si saben ustedes algo y nos lo
podían anticipar. También a través de los programas de Proinvex, de
ICO, se han asignado más de 118.000 millones de pesetas. Por cierto,
como un inciso informativo: ¿la dimisión o cese del director del ICO,
señor Becquer, el pasado mes de junio, tuvo algo que ver con la
gestión de Proinvex Este es un programa hecho a la medida de las
grandes empresas, involucrando al Estado español como accionista en
licitaciones internacionales fundamentalmente de infraestructuras y
servicios, lo cual tiene gracia, porque si en España el Gobierno
considera que no tiene que estar presente en el capital de la empresa
y, por tanto, está privatizando las participaciones públicas en las
empresas, especialmente en los sectores de infraestructuras y
servicios públicos, en cambio, viene a ser accionista en este tipo de
empresas en Brasil, Chile y Argentina, y el Estado español podría ser
de esta manera accionista de la primera cárcel privada que se está
licitando en América latina. Lo está
oyendo bien. El Estado español carcelero en Sudamérica. Tranquila,
que creemos que no es Chile. Podemos hablar de los fantasmagóricos
FIEX que usted ha heredado que, desde su aprobación y dotación en
1997 no han instrumentado una sola operación. Capítulo aparte merece
la gestión del FIEX, tanto desde el Estado como de su gestora, y la
premura del tiempo en este momento me va a impedir entrar en detalles
que dejaré para la comparecencia de presupuestos, porque hay materia
para ello. Podíamos decir que de los 20.000 millones disponibles del
FIEX, su hermano pobre el Fondpyme, lanzado asímismo con la misma
fecha a bombo y platillo, y como la solución a la
internacionalización de las pymes, sólo tiene 500 millones; es decir,
el 1 por ciento de las empresas de este país tienen a su disposición
40 veces más que todo el resto del empresariado español. Repito, el 1
por ciento de las empresas tienen a su disposición 40 veces más que
todo el resto del empresariado español. Creo que esto a usted le
debería de avergonzar, porque ese 1 por ciento es el sector que tiene
mejor acceso a los mercados financieros nacionales e internacionales,
en tanto en cuanto que usted es, además y sobre todo, secretaria de
Estado de la Pequeña y Mediana Empresa.

Hablando de la PYME, ¿son ustedes conscientes de que prácticamente el
70 por ciento de nuestras ventas al exterior están volcadas hacia la
Unión Europea, lo cual quiere decir que más de 100.000 empresas, en
su mayoría pymes, debían estar pensando en términos de mercado único
y moneda única? Lo que nos ha ofertado usted a lo largo de estos tres
años y medio ha sido el programa PIPE 2000, 2.000 empresas para el
año 2000, que malamente puede llegar al 2 ó 3 por ciento del total de
estas empresas. Esto no es suficiente. Ustedes han perdido los tres
últimos años y no han propiciado una política que permitiera la plena
integración de nuestro tejido empresarial de la PYME al complejo y
competitivo mercado interior, con lo cual tenemos un sector
empresarial desamparado, sin información y con escasa estructura de
apoyo. Por tanto, creemos sinceramente que ustedes han abandonado a
su destino a las pequeñas y medianas empresas.

En lo que tradicionalmente hemos venido llamando comercio interior
hay una extraña similitud con la situación del comercio exterior,
porque aquí también hay dos grandes debates sobre la actuación del
Gobierno: el tratamiento que da a las pymes y el apoyo indirecto, a
través de dejar hacer o de dejación de sus funciones de gobierno, y
el apoyo a las grandes empresas.

En asuntos de distribución comercial hay algunos de trascendental
importancia para el sector de la distribución comercial, sobre los
que la Secretaría de Estado y el Gobierno ni siquiera nos habían
hecho mención en ese informe -menos mal que ha aparecido a última
hora el otro que tendré ocasión de valorar porque no tenido tiempo
más que de guardarlo aquí debajo, porque no nos caben más papeles
arriba-, en los que se han ignorado las preocupaciones y las demandas
de los representantes y asociaciones de la distribución.

Yo creo que ustedes han actuado y han convocado a los estamentos o
instrumentos que tienen a través de su Secretaría ante una política
de hechos consumados, y estoy hablando de la fusión Promodés y
Carrefour. Acerca del modelo de distribución comercial que se tiene
que consolidar



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en nuestro país con un adecuado equilibrio entre el pequeño comercio
de proximidad, que es integrador de nuestras ciudades y pueblos y,
además, generador de intenso empleo, y las grandes superficies de
distribución, aparte de que hay otras fórmulas de comercio, como son
el comercio electrónico, que cada vez está más en auge, porque tiene
más usuarios, y ese polimorfismo comercial que ha descrito usted y
que no voy a volver a repetir, tenemos que velar por ese código de
buenas prácticas comerciales cuyo impulso usted proclama en cada
comparecencia, pero que no verá la luz en esta legislatura. Mucho
tienen que correr o no verá la luz en esta legislatura, a pesar de
nuestras reiteradas demandas, proposiciones no de ley del Grupo
Socialista, y no es eso sólo, sino el absoluto clamor del sector.

Nos ha contado mucho de lo que están aglutinando ahora los sectores,
de que ustedes dialogan y entonces deciden, porque hay muchos
intereses en el mundo del comercio. Efectivamente, tanto es así que
costó mucho -y yo no soy de las que estaba entonces aquí en el
Parlamento- aglutinar, debatir y llevar una ley de comercio
consensuada, pero lo séconozco porque entonces estaba de responsable
en una comunidad autónoma. Conozco el esfuerzo que se hizo por parte
de todos, y eso mismo es lo que el Grupo Socialista le está pidiendo
a ustedes en este momento. La adaptación de la actual Ley de comercio
de forma razonable, tal y como nosotros decíamos en una proposición
no de ley, pero que estamos dispuestos a negociar, tuvo para ustedes
la más absoluta ignorancia, a pesar del consenso alcanzado con otros
grupos. Los problemas de la venta a pérdidas, de los plazos de pago
-España es en este momento el país de la Unión Europea que más tarda
en pagar a sus proveedores- siguen generando situaciones muy
injustas, no sólo para los fabricantes sino incluso para los
titulares de pequeños comercios.

El plan de modernización del comercio interior, que usted también ha
enumerado, que se estableció en colaboración con las comunidades
autónomas y, no podía ser menos, con los ayuntamiento, porque es una
parte importante para definir lo que es el comercio en todo el Estado
español, que aprobó el anterior Gobierno, se ha quedado en niveles
ridículos en cuanto a su dotación económica, lo que le hace
absolutamente ineficaz para cumplir los objetivos para los que nació
en 1995, que era apoyar la modernización del pequeño comercio para
que pudiera afrontar los nuevos retos que surgían de un sector cada
vez más competitivo, como se ha visto al cabo de los años, y con
grandes superficies de distribución en una posición de dominio.

Hoy la situación es muy distinta al año 1995 y 1996, cuando nace la
ley, por eso se necesita mucho más esfuerzo por parte de todas las
administraciones públicas afectadas. De hecho se ha recortado la
asignación de fondos para el plan. Esto lo dijimos en el último
debate de presupuestos, hubo enmiendas. No se nos aprobaron. Año tras
año ha habido enmiendas y este año, 1999, el presupuesto asignado fue
de 1.491 millones de pesetas, cuando en las previsiones del plan -y
que se lo estudien sus colaboradores- era para el mismo año de 4.000
millones de pesetas, y en este momento tenemos en presupuesto 1.491
millones de pesetas. Y, lo que es más grave, con el dinero que
ustedes han presupuestado del plan -cantidad ridícula, como estamos
viendo-, es imposible rescatar los fondos europeos
para cofinanciar la iniciativa PYME comunitaria. Por tanto, desde
aquí le hago una pregunta: Ante una situación que entendemos
escandalosa, ¿qué cifra de fondos europeos vinculados a la iniciativa
PYME comunitaria se ha perdido para España y el sector al no poder
hacer frente con los recursos existentes en el plan de modernización
a la cofinanciación española?
Respecto a los problemas del grado de concentración comercial
minorista que se está produciendo en nuestro país, especialmente en
las actividades del gran consumo, ustedes no sólo no han planteado
ninguna iniciativa, sino que ni tan siquiera han manifestado su
opinión como autoridades comerciales. Al menos al Grupo Socialista no
se lo han manifestado, ni en este Parlamento tampoco. Sobre este
asunto, que entendemos de máxima actualidad y del que va a depender
en buena medida el futuro equilibrado del sector comercial, no quiero
extenderme, ya que solicita la comparecencia específica CIU, y como
ayer también tuvimos una intervención con el señor Montoro, me remito
al «Diario de Sesiones» de ayer, si le parece al presidente.

Por tanto, la grave preocupación por el proceso de concentración
comercial existente en nuestro país no parece suponer reacción alguna
por parte de la Secretaría. Simplemente, en los dos últimos años las
cinco mayores compañías: Promodés, Pryca, Hipercor, Eroski y Alcampo,
llegan a copar el 40 por ciento del total del mercado de la
alimentación no perecedera. Esto nos hace al Grupo Socialista traer
iniciativas a esta Cámara, pero recientemente, este verano, la fusión
de Promodés, que supone Continente, Dia, Simago, Puntocash, con
Carrefour, fundamentalmente los Pryca, han disparado ya todas las
alarmas sociales posibles. El gigantesco tamaño para España de la
sociedad resultante en el ámbito europeo -en otros países del norte
no lo es, pero en España desde luego es una cifra muy elevada- ha
generado el temor y el recelo en todo el sector. El grupo aglutina el
22,4 del mercado español de grandes superficies, y en total el 25 por
ciento, si tenemos en cuenta supermercados. Por ello, tanto las
asociaciones empresariales y pequeños comerciantes, que generan la
mayoría de los dos millones de empleos en el sector, como los
consumidores, agricultores, sector cooperativas y toda la industria
agroalimentaria española y asociaciones empresariales de todos ellos,
vienen reclamando alguna reacción del Gobierno que garantice los
equilibrios en el sector y que la posición de absoluto dominio del
mercado no genere automáticamente el resultante del abuso, como
inevitablemente va a suceder si no se hace una política activa desde
este Gobierno; aunque tengan la competencia las comunidades
autónomas, tiene que servir como una política de cohesión y de unión
para plantear un plan integral dentro del comercio español.

El Grupo Socialista ya advirtió de esta situación en su momento, y
presentó al Congreso de los Diputados una proposición no de ley, que
entró en esta Cámara el 11 de septiembre del año 1998, que instaba al
Gobierno -y lo digo de forma muy breve- a que adoptase las medidas
legislativas y administrativas necesarias para garantizar la libre
competencia en la distribución comercial ante el proceso de creciente
concentración que se viene llevando a cabo y, además, que arbitrase
las medidas legislativas y administrativas para impedir posibles
prácticas abusivas respecto a los fabricantes por parte de las
grandes empresas



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de distribución comercial. Estamos hablando, señora Pisonero, en esta
situación ya de porcentajes de metros cuadrados comerciales en
autoservicio que superan el 30 por ciento de media en el territorio
nacional y en algunos casos el 40 por ciento; situación importante
concretamente en tres comunidades autónomas, que son Andalucía,
Madrid y Cataluña. Esto nos lleva a un camino, no deseado por nadie
sensato, de desertización comercial del centro de ciudades y de
niveles de poder de gestión respecto a los fabricantes y proveedores
de forma alarmante. Es decir, a un indicio de posición de dominio,
según dicen los expertos.

Usted hasta ahora sobre este asunto calla, porque su política quizá
neoliberal no valore los efectos perversos de esta desregulación, que
yo le voy a enumerar: cierre de pequeños establecimientos, que son,
por otra parte, intensos en empleo; pérdida de la capacidad de
elección de los consumidores, por la reducción de referencias y
marcas, y empobrecimiento de la oferta de productos (no son ya los
consumidores finales los electores del mercado, sino que serán los
grandes distribuidores quienes decidan por ellos o sobre ellos);
pérdida de eficacia del sistema de distribución por la posición de
dominio sobre descuentos forzados y mayores márgenes. Nos
atreveríamos a decir que algunas de las repercusiones mayores, por
cierto, son aún poco previsibles, por la velocidad vertiginosa que
lleva en estas áreas todo el movimiento que se está produciendo en la
distribución comercial mundial.

El Grupo Socialista ha pedido, por tanto, la comparecencia también
del presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia, y al margen
de ello, el sector necesita saber si ustedes tienen una opinión o
carecen de ella sobre cuál es el umbral de concentración en un país
como España, con miles de pequeños comercios, y el tratamiento de
otros tipos de comercios actuales, que están ya posicionándose
a disposición de los consumidores, a partir del cual se generen
situaciones de poder dominante que se traducirían en abuso de poder y
en restricciones a la competencia. No nos consta ninguna información
ni de sus servicios administrativos ni del propio observatorio de la
distribución comercial sobre la dimensión territorial del problema.

Cuando se reunió en septiembre, lo único que hemos visto han sido
notas de prensa bastante divergentes, y ayer mismo el señor Montoro
nos dijo que estaba muy preocupado. Nosotros, desde luego, no le
pedimos al Gobierno, de ninguna manera, actuaciones al margen de la
ley, le pedimos que marque las reglas del juego con la ley. Por
tanto, su política de ocultar la cabeza debajo del ala o de intentar
contarnos de repente los cambios que se han producido desde el año
1996 de una forma forzada, va a tener consecuencias graves sobre el
empleo y sobre el tejido comercial español. Sí que he notado yo un
cambio radical en usted, en la exposición sobre comercio interior,
quizá fuera un balance electoral. Nos alegramos, desde luego, de que
dialoguen con los sectores, y de paso nos alegramos también de que
hagan caso a la oposición, con todas las iniciativas en este tema que
le hemos planteado a lo largo de esta legislatura.

Por otro lado, este grupo parlamentario ha recibido también una carta
que, aunque no tiene ya nada que ver con la distribución, por su
importancia quiero comentar aquí. La Federación Española de
Hostelería y Restauración nos
envía una carta a nuestro grupo parlamentario y nos invita a una
reunión de representantes autorizados de los distintos grupos
parlamentarios con el objeto de que se definan de una vez por todas
las posturas respecto al tema de la recepción de emisiones libres de
televisión y radio. Nosotros, que venimos siguiendo este problema en
un intento de encontrarle solución, pensamos que este tema se
soluciona en este Parlamento, y no en un foro distinto al del
Gobierno. Luego este es el marco -y no aquel- más adecuado para
encarar el problema. En este sentido, y después de la contestación
que se le dio en el Senado por el ministro de Cultura en esos mismos
días confesando la necesidad, desde su punto de vista, de una
solución serena, razonable y sensata, queremos preguntarle a usted
qué medidas se han tomado o se están tomando para acometer dicha
solución al problema, mucho más cuando estamos oyendo, y todavía no
lo sabemos, que esta federación ha propuesto al Gobierno que sea la
próxima ley de presupuestos el vehículo que dé solución a este
problema. Yo no lo sé, usted me dirá cómo está este tema.

Y hablando también del fútbol y la hostelería (este tema ha tenido
bastantes iniciativas en esta legislatura), después de iniciativas
parlamentarias en el Pleno, hay una pregunta escrita, con fecha 15 de
marzo de 1999, sobre las negociaciones realizadas por el Gobierno en
los plazos previstos en esa proposición no de ley que se aprobó el 15
de diciembre del año 1998 por todos los grupos parlamentarios,
a propuesta del Grupo Parlamentario Socialista, para solucionar el
problema que generan las retransmisiones deportivas los sábados a las
21.30 en el sector de la hostelería, a la que se me contestó que el
Gobierno había mantenido diversos contactos y reuniones con
representantes del comercio y la hostelería, manteniéndose hasta el
momento las posiciones respectivas de cada una de las partes
implicadas. En este sentido me gustaría que me aclarara cuáles fueron
esas reuniones, con quiénes las mantuvieron y en qué fechas, ya que
le hemos reiterado la pregunta y no tenemos todavía ninguna
respuestas, y aquella contestación causó bastante sorpresa en todas
las asociaciones más representativas de los sectores aludidos. Me
gustaría saber, en caso de que sigan manteniendo las posiciones
respectivas de cada parte, qué medidas piensa tomar el Gobierno para
desbloquear dicha situación que tanto está perjudicando al sector, a
su facturación global y, por tanto, a la pérdida de empleos que en el
mismo se contratan, cumpliendo de paso, aunque sea tarde, los plazos
de esa proposición no de ley que aprobamos todos en diciembre, va a
hacer casi ya un año. Éste es el caso que el Gobierno hace de las
iniciativas que se aprueban por unanimidad en este Parlamento.

A la vista de todo lo expuesto, entendemos, y voy concluyendo, que la
política comercial del Gobierno está interrelacionada con la
actividad de las grandes empresas y de los grandes grupos
empresariales. Las nuevas normas sobre competencia han venido a
aumentar la discrecionalidad del Gobierno en detrimento del Tribunal
de la Competencia y en beneficio de los grandes grupos. Las medidas
liberalizadoras de nuestra economía no han supuesto una reducción de
tarifas o precios para el consumidor sino todo lo contrario. Desde
que ustedes liberalizaron el sector energético los precios de los
combustibles han subido. En la energía eléctrica



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no se ha incrementado el precio pero se ha creado un recargo especial
que ha servido para financiar las inversiones de los grupos
eléctricos en el exterior. En Telefónica los precios para el
consumidor no han bajado pero el servicio ha empeorado. En algún caso
la liberalización ha bajado los precios pero en todos ha servido para
generar recursos para la inversión exterior. Se podría decir que
parece que el Gobierno ha confundido la política comercial con el
comercio de la política en ese entramado de relaciones, amistades o
intereses, que ha sido un error porque en buena medida ha afectado la
independencia del Gobierno en su capacidad de actuar y desarrollar
una política comercial para España.

En resumen, se ha impuesto el comercio de la política y eso ha dañado
la política comercial española. Creemos que ha sido un modelo
equivocado que ha causado serias distorsiones en el tratamiento de
una política coherente hacia las pymes en beneficio de las grandes
empresas y no del conjunto de la población. Por todo ello, señora
secretaria de Estado, señora Pisonero -le iba a decir amiga
Pisonero-, el Gobierno no ha superado esta convocatoria parlamentaria
de septiembre.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Seré más breve, para tranquilidad de la
Comisión, que la señora Leiva.

Yo quiero agradecer a la señora secretaria de Estado el conjunto de
sus explicaciones, tanto las que hacen referencia a lo que es la
comparecencia cuatrimestral como las que pretenden dar respuesta, y
que de hecho la han dado hasta cierto punto, a lo que era nuestra
petición de comparecencia. Por lo visto, le ha hecho alguna gracia,
el hecho de que formularamos la petición de comparecencia en términos
más amplios que decir venga usted aquí y díganos que piensa de la
fusión de Pryca y Continente, porque, efectivamente, no es que
hubiera una especie de objeto real y objeto ficticio y el objeto
ficticio sea el que aparece en el orden del día es que el objeto real
es el que aparece en el orden del día porque la fusión de Pryca y
Continente tiene un marco muchísimo más amplio, como usted misma, en
su exposición, ha puesto de relieve.

Estamos ante una serie de movimientos en el marco de la distribución
en toda Europa, entre los que se encuadra el aterrizaje en Europa, no
percibido por los consumidores españoles pero sí por las empresas,
por ejemplo, de Walmart y en ese marco es en el que se sitúa la
fusión de Pryca y Continente. Por tanto, nos parece que tenía todo el
interés enmarcarlo así, como también nos parece -y respondo con ello
a algunos comentarios hechos de manera informal por otros portavoces-
que convenía que esta comparecencia se celebrara hoy, con
independencia de que ayer el señor Montoro también haya tratado este
tema. Mi grupo considera que sus competencias y las del señor Montoro
son radicalmente distintas, cada uno las tiene en su frente,
y cometería un gravísimo error -que entiendo no se va a cometer, de sus
palabras lo deduzco- la secretaria de Estado de Comercio, Turismo y
Pymes si creyera que con que el señor Montoro se ocupe de la fusión
de Pryca y Continente ya ha quedado arreglado el asunto. Usted tiene
su
propio ámbito de responsabilidad y el señor Montoro el suyo,
importante, a corto plazo más importante quizá, como es el
procedimiento concreto en el ámbito del derecho de la competencia.

Hay ahí una aplicación estrictamente procedimental, si se quiere, que
le compete a él en la medida en que está bajo su responsabilidad la
Dirección General de Política de la Competencia, pero si estamos -y
tomo su propia palabra- ante un movimiento de la foto de la
distribución, una profundísima alteración de la foto de la
distribución, el problema ha pasado a ser suyo como máximo
responsable en la Administración General del Estado y en el Gobierno
como secretaria de Estado de lo que es la distribución en España. Por
tanto, no sólo considero que no es reiterativa la comparecencia de
hoy con respecto a la de ayer sino que creo absolutamente
indispensable que usted venga aquí y nos lo explique un poco más, o
que por lo menos reciba de esta Cámara, y en concreto de este grupo
parlamentario en este momento, un toque de atención, no entendida
como negativa esa expresión sino en el sentido más literal de la
misma, es decir, le compete a usted seguir este asunto con
independencia de la mayor o menor legitimidad que pueda tener esa
fusión, cuando se produzca, desde el punto de vista del derecho de la
competencia. Con absoluta independencia de eso, lo que es evidente es
que si finalmente se produce porque así haya sido autorizada, le
habrán cambiado a usted el marco de su área de responsabilidad.




Como es obvio, mi grupo parlamentario, como no puede ser de otra
manera, proclama su absoluto respeto por la libertad de empresa. Creo
que hay ocasiones en las que es importante decir esto porque si no
parece que estamos aquí intentando interferir en lo que es
simplemente un acuerdo entre dos agentes privados. Yo querría dejar
bien claro esto, aunque resulte una perogrullada puesto en boca de mi
grupo pero creo que no está de más en este caso decirlo, que tenemos
un absoluto respeto por la libertad de empresa y un absoluto respeto
por un fenómeno que es consecuencia de la globalización como es el de
las fusiones empresariales. Sería propio de una cortedad de miras por
nuestra parte limitarnos a ver las cosas sólo desde las consecuencias
que puedan tener en un mercado concreto, olvidándonos de lo que
supone el mercado europeo, el papel de Wal-Mart, insisto, en el
conjunto de Europa y, por tanto, la legitimidad de las empresas de
intentar reaccionar de una forma u otra e ir hacia fusiones cada vez
mayores. Eso es así y, por tanto, como primer principio, lo queremos
dejar claro.

Sin embargo, ello no es en absoluto obstáculo a la hora de tomar nota
de las consecuencias que una determinada fusión puede producir, en
primer lugar, como decía anteriormente, desde el punto de vista del
derecho de la competencia, y eso sí se correspondería más con la
comparecencia de ayer. El secretario de Estado ya habló ayer sobre
ese tema, explicó cuál va a ser la posición del Gobierno español, que
nosotros compartimos claramente, reclamando para el Gobierno español
la posibilidad de investigar este tema y, por tanto, entendiendo que
esta fusión, en el caso de que sea finalmente autorizada, afecta
directísimamente al mercado español, y no sólo al mercado español en
su conjunto -ése es uno de los temas, como puede entender bien la
secretaria de



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Estado, en el que nosotros somos más sensibles- sino a determinadas
zonas en las que las consecuencias son muy graves.

En el informe que anteayer presentó la Generalitat de Cataluña sobre
esta cuestión se pone el ejemplo de la ciudad de Manresa, donde
estamos hablando de un dominio del 70 por ciento. Un dominio de un 70
por ciento en una ciudad que tiene su importancia es algo que no
puede pasar desapercibido y que exige una cierta reacción,
probablemente no tanto a nivel de toda la Unión Europea, donde las
cuotas serán inferiores, sino a nivel del Gobierno español y, en su
caso, en la medida de sus competencias, que lamentablemente son
limitadas, a nivel de la Generalitat de Cataluña. Por tanto, ahí hay
una responsabilidad, de la que usted es partícipe como parte de ese
Gobierno, en lo que es el derecho de la competencia, y ahí yo creo
que su papel concreto consistirá en facilitar la información sobre la
cual tendrá que tomar las decisiones. Eso es lo que le corresponde
a usted. Las decisiones le corresponde tomarlas al Tribunal de Defensa
de la Competencia o, en su caso, a los organismos de defensa de la
competencia, pero la información y la valoración conforme a la cual
se toman esas decisiones depende de usted y no de ellos. Es usted
quien, como proveedora de esa información, tiene la responsabilidad
de informar correctamente, evidentemente aprovechando la información
que le facilitan las comunidades autónomas -en este caso hablo de la
de Cataluña, que ya tiene su información elaborada-, pero es de usted
de quien depende que esa información se corresponda con la realidad y
que pasemos de los grandes números y de las grandes estadísticas a la
realidad concreta del territorio y de cada una de las porciones del
territorio. Por tanto, ya tiene usted, desde hoy, una responsabilidad
concreta en la que ir trabajando. Ya ha comentado -he tomado buena
nota de ello- la instrucción dada a todas las direcciones
territoriales de comercio de que faciliten información exhaustiva
sobre las consecuencias de la fusión Pryca-Continente. La palabra
exhaustiva me parece que no puede ser más expresiva, por tanto,
esperamos el detalle de esa información.

Pongo esto como ejemplo de cómo su responsabilidad, indirectamente,
también afectará gravemente a las consecuencias, porque hablar de
cómo afecta o no a la competencia depende, evidentemente, de qué
mercado estamos hablando, de qué cuota, de qué es dominio, de qué es
concentración y de qué porcentaje se entiende o no por concentración.

Es un problema político y jurídico abierto, pero, en todo caso, tiene
usted ahí una clara parcela de responsabilidad.




Además, tiene otra -que ha comentado de paso y sobre la que quiero
incidir- que, como bien ha dicho, fue en parte planteada y sustentada
por un representante de la Generalitat de Cataluña en el observatorio
de la distribución comercial. Se trata de las consecuencias que tiene
la foto de lo que es la situación del comercio en España en el caso
de que se apruebe finalmente esa fusión. La foto cambia totalmente y
pasará a haber una empresa que no sólo tiene una determinada cuota,
importante, sino que lo que de ahí se deriva es una posición de
dominio no sólo de cara a los consumidores sino también de cara a los
proveedores. Yahí entramos, de nuevo, directamente en el ámbito de
sus competencias, no en las de la Secretaría de Estado de Economía
sino estrictamente, como es obvio, en la Secretaría de Estado
de Comercio en la medida en que tiene, en su caso, la potestad de
iniciativa y de reforma legislativa, y cuando menos -y es el plano en
el que yo hoy me querría mover- de seguimiento y de detección de
problemas.

El paso siguiente es el planteamiento de reformas legislativas, pero
el paso actual más claro es que no le pasen por delante los
problemas, que los pueda usted detectar debidamente. Los ha comentado
de pasada, pero yo querría subrayar muy particularmente dos. En
primer lugar, lo que hace referencia a ese juego al que están
acostumbrados los proveedores de las facturas rectificadas, que, en
el fondo, están intentando legalizar a posteriori ventas a pérdida.

Ése es un tipo de práctica que usted conoce -supongo- y que puede
pasar a ser un problema de mucha más gravedad a partir de este
momento.

En segundo lugar, hay algo que también ha sido comentado de pasada y
que también ha reiterado la portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista , que es el tema de los aplazamientos de pago. Lo que ya
hoy es un problema, la distancia que nos separa de la media europea
respecto a los plazos de pago, es algo que puede ser tremendamente
más grave si, finalmente, esa fusión queda aprobada.

Usted decía: modificaríamos gravemente el Código de comercio -usted
lo ha llamado Código mercantil-. Entiendo que no, aunque ahora no
estoy haciendo propuestas concretas y formales de iniciativas
legislativas, que en su momento se tendrán que plantear, pero lo que
está claro es que esto exige una solución y que cuantos más pasos
demos de cara al consenso entre todas las partes implicadas en este
punto, mejor para todos, dejando claro -y ya ve que en el fondo sólo
estoy haciendo de altavoz de algunas de sus palabras- que aquí no
estamos intentando beneficiar a tal o cual empresa proveedora, lo que
no sólo sería un mal mensaje, sería un mensaje falso, sino que
indirectamente estamos beneficiando a los consumidores y al conjunto
del sector de la distribución, cuando nos planteamos seriamente
limitar los abusos sobre los proveedores. Los proveedores, en el
fondo, no son más que unos suministradores de productos al consumidor
a través de la gran superficie.

No sé si ha tenido usted ocasión de leerlos pero hay textos
publicados por el fundador de Wall-Mart, que no en vano duplica la
facturación del conjunto de Pryca y Continente, donde describe su
propia empresa de distribución como exactamente eso. Se define a sí
mismo, a su propia empresa, como a alguien que hace de simple
intermediador entre proveedores y consumidores. Y no es una mala
definición de lo que es, hoy por hoy, la distribución comercial. Pues
bien, esos proveedores también necesitan protección, porque así es
como la recibirán finalmente los consumidores.

Yo no querría detallar más ni plantear en este momento una lista
concreta de reivindicaciones. Sí reclamo del Gobierno que salga de
una, cuando menos aparente, situación de neutralidad. El Gobierno no
es neutral en este tema. Una cosa es que la legislación, la
Constitución incluso y el propio derecho comunitario, en su conjunto,
puedan permitir y puedan llegar a hacer perfectamente válida y lícita
esta fusión y otra cosa es que el Gobierno sea neutral.

El Gobierno puede y debe no ser neutral en el sentidode que los
intereses que están en juego, la distorsión grave



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que se produce en el conjunto del mercado y del sector de la
distribución en determinados territorios, la distorsión que supone
para determinadas empresas, para el consumidor, para el pequeño
comercio, como es obvio, la ruptura que pueda suponer del equilibrio
logrado hasta este momento, tienen que llevar al Gobierno a no ser
neutral. Insisto, dentro de la legislación, dentro de la Constitución
y, si finalmente las autoridades competentes, entre las que creo que
debe estar también el Gobierno español, deciden que, conforme a las
reglas del derecho a la competencia esta fusión es admisible, lo que
habrá que hacer será tomar medidas que complementen, que maticen, la
situación del mercado a la luz de una nueva situación, como es la
aparición de ese nuevo agente.

Por tanto, yo echo de menos una mayor implicación por su parte
-permítame que personalice en este caso-, como secretaria de Estado,
y del Gobierno en su conjunto en este tema. No es neutral, no es una
especie de árbitro que esté por encima del bien y del mal. Usted
tiene que implicarse en este tema y manifestar lo que ayer definía el
señor Montoro como preocupación. Esto ya es algo, pero creo que
tenemos derecho a esperar algo más de su Secretaría de Estado, un
pronunciamiento más claro de que efectivamente son conscientes de lo
que se nos viene encima, valga la expresión. Esto en cuanto a lo que
se refiere a esa parte de su comparecencia.

Yo haría un par de comentarios más sobre otros temas, que nada tienen
que ver con éste, al menos no directamente, pero que es evidente que
se encuadran en el objeto de su comparecencia cuatrimestral.

En primer lugar, querría sencillamente comentar algo en el ámbito del
comercio electrónico porque no ha tenido ocasión -quizá no ha tenido
tiempo- de hacer ninguna referencia al respecto y me gustaría, si es
posible, que en la réplica a esta intervención se pronunciara usted
sobre ese tema. Mi grupo manifiesta su satisfacción por la aprobación
de este decreto-ley sobre la firma digital, que va a tener serias
consecuencias en el impulso del comercio electrónico, aunque todavía
precise un plazo largo para su implementación efectiva, en la medida
en que las empresas de certificación han de ponerse en
funcionamiento, pero, por seguir con la expresión de antes, no somos
neutrales ante el comercio electrónico como algo que constatamos que
crece como si fuera una seta sino que es algo que pretendemos
impulsar en la medida de nuestras posibilidades. Por tanto, también
querríamos que desde la Secretaría de Estado de Comercio se impulse y
se pronuncie como un elemento que puede ser muy dinámico para el
conjunto del comercio en España, interior e internacional, porque en
el ámbito del comercio electrónico va a ser muy difícil distinguir,
incluso a efectos estadísticos, entre lo que es comercio interior y
comercio exterior, pero es algo que puede tener una gran utilidad
para el desarrollo y el estímulo comercial de las pequeñas y medianas
empresas. Desde esta perspectiva querríamos conocerlo un poco más de
cerca. Si no fuera por problemas de calendario, quizá hubiera sido
oportuno tener una comparecencia exclusiva sobre este tema, pero,
dado que eso va a ser un poco complicado, querríamos saber hasta qué
punto este tema forma parte si no de las prioridades sí de las
inquietudes que tiene sobre la mesa la secretaria de Estado.

Por otro lado, en el tema de las tarjetas de crédito no querría dejar
pasar la ocasión de esta comparecencia para hacerme portavoz -supongo
que no único, los demás grupos políticos también pueden hacerse
portavoces, aquí no hay exclusividad, pero en todo caso este grupo sí
quiere hacerse portavoz- de la queja generalizada por parte del
sector del comercio respecto del incumplimiento flagrante del acuerdo
al que se llegó en su momento en materia de comisiones de las
tarjetas de créditos. Es unánime -y he querido asegurarme antes de
pronunciarme en estos términos- el absoluto descontento por parte de
quienes suscribieron ese acuerdo en representación del comercio y de
quienes se sentían ahí representados. Por tanto, no hablo sólo de los
representantes sino directamente de los representado. Es unánime la
falta de satisfacción, la queja, acerca del incumplimiento de ese
acuerdo por parte de las entidades financieras, con un juego de
dilaciones, y en este momento todavía estamos ante comisiones mucho
más altas que lo que en ese momento se pactó como límite. Ésa es la
realidad, lo demás será literatura o correspondencia. También tengo
copia de alguna correspondencia entre su Secretaría de Estado y las
partes implicadas en este litigio. Evidentemente, esto no es algo que
usted pueda arreglar con una orden ministerial, eso también lo sé,
pero desde su posición y en la medida en que actuó -si se quiere-
como marco de esa negociación, forma parte de su responsabilidad
intentar que ese acuerdo llegue a su cumplimiento y no se convierta
en un papel mojado, que fue firmado en el marco de la Secretaría de
Estado de Comercio y que, finalmente, puede quedar como una
declaración de intenciones, provocando un descontento incluso mucho
peor que el que existía antes de que ese acuerdo llegara a ser
firmado.




Finalmente, quiero hacer un último comentario que va dirigido más a
la Comisión en su conjunto que a usted misma. Lamentamos la
disfunción que tenemos constantemente en esta Comisión respecto del
turismo. Sigo sin saber -lo he planteado ya en otras Comisiones- a
quién corresponde exactamente plantear la unificación del turismo en
esta misma Comisión. Me parece absurdo que cuando aquí hablamos del
sector exterior y de las importaciones tengamos que hacer una especie
de ficción y decir que no nos toca hablar del turismo, con
independencia de la influencia enorme que ha tenido, compensando las
limitaciones que puede haber tenido el crecimiento en otro sector.

Insisto en que sería oportuno que el turismo volviera a esta Comisión
o que todo se vaya a Industria; no sé cuál de las fórmulas será la
mejor, pero al menos una de las dos. No tiene sentido que lo que en
el Ejecutivo es una sola competencia, absolutamente entremezclada, en
el Legislativo sea examinado en dos Comisiones distintas, porque no
es que lleve a la reiteración, es que lleva a la omisión. Si llevara
a la reiteración, sería en beneficio de los ciudadanos, pero la
experiencia demuestra -y me remito al «Diario de Sesiones» y a su
propia agenda, porque usted sabrá cuántas veces ha comparecido ante
la Comisión de Industria- que a lo que lleva es a la omisión y al
absoluto descuido del sector del turismo en España, en términos
parlamentarios.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria,
tiene la palabra el señor Gómez, don Jesús.




El señor GÓMEZ RODRÍGUEZ: Mi intervención va a ser breve.

En primer lugar, quiero agradecer la comparecencia de doña Elena
Pisonero Ruiz, secretaria de Estado de Comercio, Turismo y Pymes y
agradecerle la documentación que nos ha suministrado, sobre todo este
dossier de la distribución comercial en España, bastante completo, y
tras cuya lectura me permito pedirle que felicite a la Dirección
General de Comercio Interior.

En materia de comercio se podría hablar de muchos temas que no voy a
reiterar. Nos preocupa el tema del comercio electrónico, todavía en
pañales, pero sobre todo el aspecto del medicamento, porque es un
producto que está controlado, en los precios y en los márgenes, por
la Administración Central. También coincido con el portavoz de
Convergència i Unió en la necesidad de profundizar en esa contienda
que ha surgido con el dinero de plástico y el comercio.

En líneas generales, Coalición Canaria se congratula de que el
superávit turístico haya sido de tal magnitud que haya cubierto el
déficit comercial y, encima, haya un superávit por cuenta corriente.

La felicitamos por sus medidas y por sus gestiones en esta época en
la que la economía española -como ayer decía también el secretario de
Estado- está en una ola ascendente y boyante.

Me voy a referir a cuestiones que afectan exclusivamente a mi
archipiélago, a Canarias. Como usted sabe muy bien, estas siete
islas, siete mercados, carecen de materias primas y de recursos
energéticos, circunstancias que hacen que el sector turístico, el
sector agrícola y el subsector comercio sean los pilares básicos de
nuestra economía. Curiosamente, los sectores más importantes para la
vida de Canarias están bajo su competencia.

No voy a hablar de turismo. Teníamos preparados temas sobre este
sector, pero los vamos a dejar para la Comisión de Industria. Espero
que se resuelva el tema competencial para saber dónde tenemos que
hablar de turismo. Canarias, con sus diez millones de visitantes, su
ocupación permanente y su oferta turística, se congratula de
participar en el superávit turístico. Pues bien, nosotros tenemos,
como otras comunidades, muchos problemas, pero yo iba a concretar -lo
dejo para la Comisión de Industria- el que ha originado el Real
Decreto sobre los certificados de residencia en las Islas Baleares,
Ceuta, Melilla y Canarias, para las bonificaciones y subvenciones. Es
un real decreto engorroso en su cumplimiento, que olvida que ya
tenemos muy cerca el billete informático. Creo que la vigencia de
este decreto se debería contemplar en relación a los avances
tecnológicos.

Aparte de ese tema, que trataremos en la Comisión de Industria, está
la cuestión de la mal llamada ecotasa -porque no es una tasa- como
una posible vía para que el sector privado se comprometa, por una
vez, en las inversiones turísticas, hasta ahora tradicionalmente a
cargo del sector público. Quizás sea una solución, pero -repito- se
verá en su momento.

Otro tema que nos preocupa y que nos ha llegado a través de las
relaciones con el sector de la hostelería es el de los sistemas
audiovisuales y los problemas que existen con los partidos de fútbol,
por el daño que hacen a la restauración los días que se celebran.

En relación a Canarias, en materia comercial, tenemos que referirnos
al plátano. Yo me lleno de orgullo cuando llego a un restaurante o a
un centro comercial en la Península y leo: Aquí se venden solamente
plátanos de Canarias. Eso me hace sentirme más español, porque veo
que hay una solidaridad procedente del sector comercial y del
ciudadano. Hay que insistir en el acercamiento entre España y Estados
Unidos en el conflicto del plátano. Aunque hemos obtenido una
victoria al ser derrotado el informe de Leon Brittan -el comisario
saliente de Comercio- sobre las opciones para modificar el sistema de
importación del plátano, pensamos que el hecho de que se haya
rechazado el sistema de tarifa only no es una victoria, es un paso
hacia delante, pero creemos que hace falta que el Gobierno español
siga en esa actitud de defensa de algo que es importantísimo en la
agricultura canaria.

El tomate también tiene mucho tomate. Tenemos la cuestión de la
desleal competencia de Marruecos -vamos a llamarlo así-, que hace lo
posible por defender su economía, pero que se olvida de que existen
unas reglas de juego, y, al hacerlo, perjudica al tomate canario por
coincidir en la estacionalidad, lo que nos está obligando, igual que
se está haciendo en el sur de la Península, a buscar nuevos mercados,
quizás hasta el norteamericano.

Pedimos que se apoyen todas estas gestiones y que se solicite la
modificación de la organización común de mercado de frutas y
hortalizas, porque los productores consideran insuficiente el
porcentaje del 2,5 por ciento estipulado por la Unión Europea para la
mejora de las estructuras agrarias. Usted dirá: Eso es agricultura.

Pero da la casualidad de que la agricultura es de exportación más que
de consumo interno.

España, Francia y Portugal son partidarias -ya lo sabemos- de
modificar las mismas, pero volvemos a solicitar -por su prestigio-
que su departamento haga toda la presión posible para solucionar esta
cuestión. Es como el hacha que tenemos cuando se acaban las zafras
-se refiere a la pesca-; ya sé que el ministro de Agricultura está
trabajando eficazmente en la consecución de una solución, pero vuelvo
a decir que agricultura y pesca son temas que aunque no son comercio
sí originan un comercio importantísimo -perdón por la redundancia-,
de importancia no solamente en la balanza de comercio sino en las
tarifas portuarias, en los sectores de comercio interno, en
cuestiones generales de la economía de Canarias.

No puedo terminar sin hablar de las cuestiones que se refieren a la
zona ZEC, la zona especial de Canarias. En esa cuestión -y no es que
quiera dar coba al Gobierno- confío plenamente en las manifestaciones
hechas por el ministro señor Rato de que él mismo, con el respaldo y
apoyo del presidente del Gobierno, va a influir todo lo posible en
Helsinki para que se resuelva de una vez para siempre el tema de la
zona ZEC. Vuelvo al principio: Canarias vive de las exportaciones, y
el turismo es una exportación in situ, pero la zona ZEC es la
justicia, lo que pudiera ser compensación a la desaparición que hubo
en



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su día del régimen de puerto franco. Por ello, todos los grupos
políticos que hay en Canarias -y también sabemos que tenemos el apoyo
del Gobierno español- queremos que se resuelva de una vez para
siempre la cuestión de la zona ZEC.

En cuanto a la cuestión -y con esto finalizo- de la gran
concentración que se va observando de las grandes superficies, con
presencia de grupos internacionales, aquí se ha expuesto con toda
clase de detalles que ello afecta no solamente al consumidor, sino
también al tejido productivo por la fijación del precio, las
condiciones del precio para el proveedor y también las condiciones
para el propio ciudadano.

Abogamos por la pronta puesta en vigor de ese código de buena
conducta, reconociendo que estamos bajo un signo económico de
liberalización y globalización. No podemos impedir el progreso y lo
que es un fenómeno mundial, pero nos preocupa muchísimo la
desaparición del comercio minorista. Esta es una cuestión que surge
en todo el territorio del Estado español y en las islas Canarias,
donde repito que cada isla es un mercado. En ese orden de cosas
rogaría que por su situación, por su infraestructura física -son
siete islas-, las medidas que adopte su departamento en materia de
comercio no las extrapole como si fuera territorio peninsular, sino
que se tengan en cuenta siempre -como se está haciendo- las
características de insularidad que le reconoce la propia
Constitución, así como que en esta materia de la que ya ha informado
el Gobierno de Canarias, sobre los efectos de esta posible
concentración de grandes superficies, de grandes empresas, y también
en un escalón inferior que se estudie la cuestión de ampliar las
competencias de la comunidad autónoma. Canarias tiene 15
competencias, no tantas como Cantabria que tiene 31 competencias ya
transferidas y en este orden de cosas, que se tengan en cuenta las
características, infraestructuras y estructuras que tiene el
archipiélago canario.

Reitero el agradecimiento y también la felicitación.




El señor PRESIDENTE: Suspendemos la sesión unos breves momentos.

(Pausa.)
Reanudamos la sesión. A continuación tiene la palabra por parte del
Grupo Popular el señor Gómez, don Javier, que, como ustedes saben,
pertenece a la segunda gran saga familiar de esta Comisión, los
Martínez y los Gómez. Tiene usted la palabra.




El señor GÓMEZ DARMENDRAIL: En primer lugar, quisiera dar la
bienvenida, en nombre del Grupo Popular, a la secretaria de Estado y
felicitarla por los buenos resultados que a nivel general se están
obteniendo en todas las áreas que de ella dependen.

En materia de comercio exterior creemos que las noticias que la
secretaria de Estado nos ha venido a dar son buenas y, sobre todo,
tremendamente esperanzadoras. Tras un difícil inicio del año, en este
segundo tercio parece que se ha iniciado una clara recuperación.

Efectivamente, la crisis financiera internacional causó un gran
impacto en Latinoamérica y Asia con sus devaluaciones y la caída de
la demanda contribuyó también a agravar la crisis en Japón. Todo ello
obligó, como todo el mundo conoce, a la revisión
de las previsiones del crecimiento mundial hasta tal punto que la
OMC, por ejemplo, reconoció que las tasas de crecimiento real del
comercio mundial ya eran nulas o negativas. Bien es cierto que con la
crisis afortunadamente superada tanto el Fondo Monetario
Internacional como el Banco Mundial han revisado al alza las
previsiones de crecimiento de la economía mundial para 1999, pero
¿qué pasaba mientras en España? En España afrontábamos la crisis
financiera internacional manteniendo, como ha dicho la secretaria de
Estado, el crecimiento del PIB por encima del 3,5 y previsiblemente
terminaremos el año cumpliendo el objetivo del 3,8 previsto -quizá
alguna décima menos-, muy por encima de la media europea. Es la
primera vez en nuestra historia que hemos pasado una crisis económica
mundial sin perjudicar nuestro crecimiento económico. Las otras
crisis mundiales fueron enormemente perjudiciales, hasta el punto de
desmembrar nuestro crecimiento económico, desordenarlo en altísimas
inflaciones, promover destrucción masiva de empleo y pérdidas de
confianza que ahora no se dan. Yalgo tendrá que ver el Gobierno en
ello, digo yo; algo tendrá que ver en el crecimiento de la demanda
interna; algo tendrá que ver en el mantenimiento de una tasa de
inflación benigna; algo tendrá que ver en el proceso de reducción del
déficit público y algo tendrá que ver en la credibilidad de la actual
política económica, por cierto, distinta a otras épocas, cuando algún
ministro del PSOE dijo: «La inflación, con que me la crea yo, basta»,
una curiosa tesis filosófico-político-económicomarxista, sector
Groucho, de la que desde luego les damos el copyright a ustedes para
siempre-, pero desde luego hoy el ministro tiene una credibilidad muy
distinta de la que se tenía antes. También hay que felicitar al
sector, que sigue teniendo un comportamiento muy competitivo y que
continúa ganando cuota de mercado en el mundo.

En cuanto a la evolución general del comercio exterior en el primer
semestre de 1999, hace bien la secretaria de Estado en medir el
comportamiento de la exportación en relación con el crecimiento del
comercio mundial. Si en 1998 nuestra exportación había superado en
más de 3 puntos el crecimiento del comercio mundial, el hecho de que
el primer semestre de 1999 lo hayamos superado en 2 puntos parece
notable, sobre todo si tenemos en cuenta que la mitad del semestre
estuvo afectado por la crisis. Y este hecho es especialmente
remarcable si tenemos en cuenta que las economías de los países
tradicionalmente destinatarios de nuestras exportaciones están
empezando a salir de la recesión.

Señorías, en el Grupo Parlamentario Popular estamos de acuerdo con la
secretaria de Estado en la valoración general que ha hecho del sector
exterior. Efectivamente, el sector exterior español se ha comportado
mejor que el de la mayoría de los grandes países europeos; el sector
exterior español se ha comportado mejor que en otros períodos
caracterizados también por una fase alcista del ciclo económico, como
el período 1989-1992, y no está de más recordar aquí, para evitar
tentaciones demagógicas de algún portavoz -no me refiero a usted,
señora Leiva-, que en el período 1989-1992 se generó una necesidad de
financiación exterior superior al 3 por ciento del PIB, como acaba de
reconocer la secretaria de Estado, mientras que hoy nos



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encontramos en una situación casi de equilibrio de la balanza de
pagos.

Señorías, el Grupo Parlamentario Popular cree que el sector exterior
goza de más estabilidad y solidez que en períodos anteriores. Creemos
también que ha sabido superar la crisis internacional creciendo por
encima de la Unión Europea y a la vez ganar cuota de mercado y
mantener su competitividad en los mercados mundiales. Por ello,
señora Pisonero, entendemos que el Gobierno debe estar satisfecho de
los resultados, y nosotros nos congratulamos de ello.

En esta comparecencia, que, más que multidisciplinar, parece
enciclopédica, se ha hablado no sólo de comercio exterior, sino
también de pymes y de comercio interior. La señora Leiva ha dicho que
el Gobierno ha abandonado a las pymes. Yo no voy a decir nada;
solamente le aconsejo que repase la intervención de la secretaria de
Estado y comprobará cuál ha sido la intervención del Gobierno en los
ámbitos fiscal, laboral y financiero y los resultados que de ella se
derivan, y una vez que lo haya repasado que saque sus propias
conclusiones, que en modo alguno son las que usted ha expresado aquí.

En cuanto a comercio interior, también la portavoz del Grupo
Socialista ha dicho que no ha habido política comercial y que no se
cree que ha habido cambios. Ya la secretaria de Estado ha hablado del
diálogo permanente con los agentes implicados, de colaboración con
las comunidades autónomas, de participación del sector y también ha
dicho que nos encontramos hoy en una situación muy distinta de la de
1996, cuando había una gran crispación y el sector no veía futuro.

Pero si quiere un botón de muestra del cambio en comercio interior,
hablemos del observatorio de la distribución comercial. Ustedes
plantearon un observatorio que, como se les hizo ver, era sólo de
nombre. Ya les advertimos nosotros de su falta de representatividad,
dado que estaba constituido por un grupo, más o menos, de
intelectuales y teóricos desvinculados del mundo del comercio. Eran
catedráticos y profesores de universidad; en fin, si hubieran tenido
guitarras, habrían formado una tuna, mala, pero una tuna y desde
luego no un Observatorio de la distribución comercial. Además, nos
consta que sólo se reunieron una vez y no disponemos de documentación
aprobada sobre dicha presunta reunión. (La señora Leiva Díez pide la
palabra.) Luego me podrá responder, señora Leiva, y podremos hablar
de la tuna y del observatorio. Se ha creado un observatorio que sólo
conserva del anterior su denominación y que constituye un canal de
participación de y con las comunidades autónomas y un punto de
encuentro de todos los implicados en el sector. Se ha trabajado de
una manera maratoniana: 102 reuniones de comisiones, 12 reuniones de
pleno y más de 237 expertos participantes con una indudable riqueza
de aportaciones, un trabajo riguroso que establece una colaboración
encomiable de todos los asistentes. El observatorio se ha convertido
en una referencia obligada para toda la distribución española y aun
Europea. Através de un conocimiento real de la situación se han
detectado todos los problemas que ustedes habían dejado pendientes y
se está en vía de solucionarlos con el máximo consenso posible entre
las administraciones y los operadores. En consecuencia, se ha creado
un órgano operativo que se está trasladando por el rigor de su
funcionamiento a
otros ámbitos de las distintas administraciones en base a una
indudable y contrastada eficacia. Se demuestra que el conocimiento en
tiempo real de la verdadera situación a través de un debate a veces
duro, pero siempre constructivo, de todos los implicados es la mejor
premisa para alcanzar soluciones a proponer a quien corresponda y
medidas eficaces. El observatorio ha desarrollado una cultura de
trabajo común en un clima de diálogo con los agentes e instituciones
implicadas, que está ofreciendo como resultado una verdadera
renovación en el discurso de distribución comercial mucho más acorde
con el momento histórico en el que se está desenvolviendo su
actividad. Señora Leiva, nada más lejos de la realidad que la
pretendida inactividad de nuestro Gobierno en materia de comercio
interior. La realizada por la anterior Administración no resiste la
más remota comparación con la actual en cantidad y mucho menos en
calidad.

Señorías, señor presidente, finalmente voy a pasar al asunto
Continente-Pryca. El anuncio que tuvo lugar el pasado 30 de agosto
acerca de la fusión de los grupos franceses Carrefour-Promodés ha
causado un alto nivel de inquietud no sólo en el sector de la
distribución, al que afecta esta operación, sino también en
autoridades, consumidores, proveedores y en el resto de sectores
sociales a los que las actividades de estos gigantes afectan y, como
no, también en los diferentes grupos parlamentarios, como se ha visto
en esta sesión. Pero dejando a un lado la conveniencia o no de que la
mencionada operación se lleve a cabo, debemos sentirnos ciertamente
satisfechos por varias razones. Luego mostraré alguna inquietud a la
secretaria de Estado, pero digo que debemos estar satisfechos por dos
razones: en primer lugar, por la destacable madurez con que la
sociedad española y, en especial, las empresas que de alguna manera
se han visto afectadas por la noticia han reaccionado. Desde un
primer momento, cada uno de los agentes que conforman nuestra
economía ha dado a conocer su opinión y han buscado la forma que han
creído más conveniente para proteger sus intereses. Así, los
sindicatos han puesto de manifiesto su interés por el mantenimiento
de todos los puestos de trabajo que ambas empresas tienen en España;
los consumidores han puesto de manifiesto a través de sus
asociaciones sus inquietudes acerca de la influencia futura en el
precio de los bienes que compran en estos establecimientos; las
cadenas de supermercados han creado una asociación que sirva de
plataforma para competir en las mejores condiciones con los
hipermercados, principal fuente de ingresos de estas dos
multinacionales, y los proveedores han aprovechado para recordarnos
el espinoso asunto de los aplazamientos de pago. Por su parte, las
dos empresas afectadas han manifestado su intención de respetar los
empleos existentes y la necesidad de unirse para enfrentarse al
actual líder mundial de este sector, una conocida cadena americana.

En resumen, todos han opinado y han actuado libremente, como debe ser
en un mercado donde la libre competencia garantice los derechos de
los consumidores.

La segunda razón por la que debemos estar satisfechos es por el
comportamiento de la Administración central en esta materia. Mientras
que algunas entidades públicas han puesto de manifiesto su posición
de forma precipitada, nuestro Gobierno ha esperado a tener
conocimiento detallado



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de todo lo que afecta a la operación. Desde un primer momento ha sido
consciente de que la operación era de ámbito comunitario y que era la
Comisión Europea la que debía ejercer las primeras acciones. Sin
embargo, la Administración ha iniciado desde el mismo día 30 de
agosto la recopilación de toda la información necesaria, de forma que
en el momento en que así lo marque la legislación comunitaria estemos
preparados para tomar la parte activa que nos corresponde.

Nuestro Gobierno, dada la repercusión que el caso tiene en algunos de
nuestros mercados locales, tiene la intención de solicitar, de
acuerdo con el artículo 9º del reglamento de la CEE, la remisión del
caso a nuestras autoridades, pero antes debe pasar por los trámites
pertinentes. Mientras tanto, no parece coherente que la
Administración haga juicio de valor alguno. Conviene recordar que así
se ha hecho en el caso de la compra de la empresa Cruz Campo por la
multinacional Heineken y que ha sido este Gobierno el primero que se
ha planteado este tipo de actuaciones.

El Grupo Popular cree que se está obrando correctamente y que el
Gobierno debe mantener la línea de actuación seguida hasta ahora,
pero también -ya se lo dije antes, y con esto termino- quisiera
manifestar, en nombre de mi grupo, alguna inquietud por tres
colectivos que pueden verse afectados por el proceso de fusión. En
primer lugar, pedimos al Gobierno, a la secretaria de Estado, que
vigilen para que se cumplan las reglas del juego, con el fin de que
no afecte a los empleados de esas dos empresas en sus puestos de
trabajo. En segundo lugar, el Gobierno debe poner todo su empeño en
que los consumidores salgan beneficiados, por lo que habrá de vigilar
para que la incidencia en materia de precios no sea negativa para
ellos. Y en tercer lugar, hay que evitar cualquier posibilidad de
impacto negativo en los productores y proveedores, ya suficientemente
castigados en materia de aplazamientos de pago.

Estamos terminando la legislatura y quizá no sea el momento idóneo
para decirlo, pero ya le participo, señora Pisonero, que nuestro
grupo parlamentario vería con buenos ojos que se reabriera el debate
en todo lo concerniente a la venta, a las pérdidas y a los
aplazamientos de pago de las grandes superficies.




El señor PRESIDENTE: A continuación, para responder a las cuestiones,
interpelaciones y posiciones formuladas, tiene la palabra la señora
secretaria de Estado, doña Ana Pisonero.




La señora SECRETARIADE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): No creo que haya cambiado el tono,
sino a lo mejor la contundencia con que he manifestado algunos
argumentos, que por otra parte venían escritos en el mismo tono en su
intervención, como he podido comprobar, incluso desoyendo los
comentarios que había hecho yo previamente. En cualquier caso, yo
creo que esto es la sal de la vida, y especialmente la sal de este
Congreso, que afortunadamente actúa de caja de resonancia de los
problemas de nuestro país.

Dicho eso, quiero disculparme si ha percibido algún ataque, que no
era mi intención en absoluto, sino provocar
un debate sin duda necesario cuando no se tiene el conocimiento
exhaustivo hasta de los efectos colaterales de las cuestiones, como
es el caso de Continente y Pryca, y pasaré a contestar a las
preguntas que he ido tomando a lo largo de sus intervenciones.

Voy a empezar contestando a la señora Leyva, mi querida amiga Ana, y
discúlpenme por el tono, es mi sentido del humor, que no supone, en
absoluto, tomarme a broma nada, sino intentar tener una discusión
intensa pero cordial, como creo que deben caracterizase los debates,
al menos en las comisiones. Hemos intentado acelerar la distribución
de documentos, y lamento mucho que no le haya llegado con el tiempo
necesario para analizarlo, pero no hay un ánimo por nuestra parte de
ocultarlo, sino de ir completando la documentación, como usted misma
ha reconocido.

Alo largo de su intervención ha manifestado, por decirlo de alguna
manera, que considera que las cosas van bien por generación
espontánea y que la coyuntura es la que ha marcado una determinada
dirección, cosa que se cae por su propio peso en la medida en que
resulta que España ha sido una isla favorecida por la coyuntura y que
el resto de países -no me voy lejos, sino a Francia y Alemania- han
tenido un crecimiento del 0,5 por ciento en el mismo período. Yo creo
que eso es suficiente argumento como para decirle que no se puede
considerar que las cosas salen solas o espontáneamente ni decir que
no hay ninguna acción de gobierno detrás de determinadas
circunstancias cuando existe un comportamiento diferencial por
modelos de crecimiento distintos que se enfrentan, en el caso que le
acabo de comentar de Francia o Alemania frente a España, y no me voy
a una isla del Tercer Mundo.

En sus preguntas ha ido alternando el tema de comercio interior con
el de comercio exterior, aparte de otras cuestiones. Lamento
muchísimo que considere que anunciar iniciativas o convocar foros son
mero maquillaje. Yo soy una firme partidaria del diálogo y del
debate, y creo que la convocatoria de foros es una política
fundamental para que se debatan las cuestiones y se miren a la cara,
como lo estoy haciendo ahora en el Congreso, que es la máxima
representación del pueblo español. Efectivamente las iniciativas no
son sólo el papel, a veces son declaraciones importantes o
posiciones, sobre todo en materias en las que no se tiene competencia
directa, y sin duda los foros son una pieza fundamental para que los
propios interesados manifiesten sus intereses y no nos dejemos llevar
a veces por lo que nos dicen los asesores que representan a quienes a
lo mejor no queremos defender. Tenemos que ver la realidad abriendo
debates, y esa es una pieza que a veces ustedes desperdician pero que
al Gobierno español actual le parece fundamental, porque hemos visto
los efectos que han tenido las políticas de diseño cuando se han
hecho muy alejadas de la realidad y para, eso sí, presentar unas
cifras que luego se desmontaban en la práctica.

Hecha esa primera afirmación, que es claramente una diferenciación de
planteamientos o una separación de modelos alternativos, que esa es
la gracia de que haya una elección por una opción o por otra, vamos a
entrar a las cuestiones principales, y en un tono ciertamente irónico
pero sin acritud no excluya que los banqueros sean del PSOE. No tengo
por qué dar por sentado que la AEB es de un determinado partido,
¡Dios me libre!



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Ha hecho una serie de afirmaciones genéricas, sin dar operaciones
concretas, sin dar detalles, cuestión que siempre es peligrosa.

Afirmar que el apoyo a la internacionalización se hace a las grandes
empresas y no a las pequeñas y medianas empresas no puede estar más
alejado de la realidad en lo que es la aplicación de las políticas
concretas, por lo menos de mi departamento; otra cosa es que sean las
propias empresas las que puedan hacer más publicidad de sus
operaciones, pero ya le digo que hoy por lo menos - no pasaba hace
tanto tiempo lo contrario- el apoyo a la internacionalización se
produce y se centra claramente en el entramado empresarial de las
pequeñas y medianas empresas, no le quepa la menor duda; baste con
mirar la traslación de las operaciones concretas. Si mira operaciones
del FAD, desde luego en sectores en los que no están las empresas que
usted ha mencionado porque, como usted sabrá, el Fondo de Ayuda al
Desarrollo es para sectores que nada tienen que ver con los servicios
y con las multinacionales que usted dice que se benefician de
nuestros instrumentos, en el FAD no está ninguna de ellas, eso se lo
puedo afirmar con toda rotundidad. En segundo lugar, la prioridad de
este Gobierno -y no era así de definido en el anterior- es que las
operaciones se van a apoyar teniendo en cuenta varios criterios, por
supuesto partiendo de la solvencia de las empresas, el rigor y la
transparencia, pero teniendo comosiendo un criterio positivo de
valoración que lleven a un mayor número de empresas y en particular
pequeñas y medianas empresas. Eso hoy es así, por tanto, ante dos
operaciones iguales se promueve aquella que sea capaz de llevar
consigo -es todo lo contrario de lo que usted afirma- al mayor número
de pequeñas y medianas empresas. Preferimos a una empresa que lleve a
30 a una que lleve a 20. Esa es una realidad que se está llevando a
cabo con una mayor base exportadora en nuestro país, que está
alimentando y enriqueciendo nuestras pequeñas y medianas empresas. A
usted le parecerá insuficiente, a mí también me lo parece, que nos
hayamos planteado como objetivo el tener dos mil nuevas pequeñas y
medianas empresas exportadoras, pero antes no había ni siquiera un
planteamiento de internacionalización de la pequeña y mediana
empresa. En cualquier caso, lo importante es que vayamos ampliando
nuestra base exportadora pero sobre un proyecto consolidado; no se
trata de poner el apellido de exportación, sino de hacer un programa
como es el PIPE 2000, que abarca un período de dos años, que parte de
la identificación del proyecto, el asesoramiento y el apoyo en su
salida hacia el exterior, por tanto, un programa bastante serio y
consolidado que nos va a permitir alcanzar el objetivo un año antes
de lo previsto. Es decir, antes del 2000, que era el plazo previsto.

Cuando acabemos el 2000 tendremos 2.000 nuevas. En el verano de 1999
tenemos ya 1.600. Por tanto, hemos tenido que renovar el programa,
como usted ya sabrá, en uno de esos anuncios que parecen demagógicos
del PIPE 2000, cuando hicimos una jornada planteando todas la
ventajas y todos los éxitos conseguidos, pero no más allá de eso para
empezar a trabajar y con propuestas concretas en lo que debe ser el
PIPE a partir ya del 2000, porque ya hemos agotado un año antes el
programa previsto. En ese nuevo programa ampliamos a nuevos sectores,
en particular los servicios, mejoramos la metodología y, en
definitiva, seguimos trabajando en un esquema que ha permitido
no sólo el que haya empresas que hace tres años no exportaban
y que ahora exportan, sino que lo hagan de una manera estable, seria
y con todos los criterios propios de empresas competitivas. Al menos
hemos conseguido que unas 2.000 pequeñas y medianas empresas que
antes no sabían de la cosa internacional hoy sepan y tengan
estructuras y una formación que se ha facilitado a través del
programa, lo que considero de suma importancia. Efectivamente, es
insuficiente y hay que seguir trabajando, y como en todo, las
políticas que se hacen de cara a la empresa no se pueden hacer de una
manera parcial ni se puede consignar parcialmente, sino en el
contexto de otras muchas medidas que hagan que al final el resultado
sea efectivo y no quede cojo, como podría suceder con planteamientos
mucho más parciales de enfoque de la política de empresa.

Por tanto, no hay apoyo a multinacionales, y le vuelvo a recordar,
igual que lo hice en la comparecencia anterior, que el apoyo que se
hizo al Fondo Monetario Internacional no ha salido de los
contribuyentes españoles, sino de un mecanismo financiero por el cual
los 700.000 millones que usted menciona se encuentran en las reservas
del Estado español; lo que se hace es consignar derechos especiales
de giro que permiten equilibrar balanzas de pago externas, pero nunca
-y eso lo niego rotundamente- ha sido una partida que haya salido de
los contribuyentes españoles. Lo quiero aclarar porque,
efectivamente, lo contrario sería grave, pero no es así.

Por otro lado, en cuanto a que las importaciones tienen un
crecimiento excesivo, si consideramos como excesivo un determinado
porcentaje podríamos considerar que todo lo que supere el 6 por
ciento es excesivo. Para poder hacer una valoración de excesivo hay
que tener denominadores o referencias de lo que estamos poniendo
sobre la mesa para poder compararlo. Evidentemente, era excesiva una
importación cuando estábamos teniendo una demanda de consumo que no
éramos capaces de satisfacer en España, como ha ocurrido en muchas
épocas de nuestra economía, cosa que no ocurre en la actualidad.

Efectivamente, se produce una importación muy importante de
automóviles y bienes de equipo; son, por tanto, inversiones, en un
crecimiento de la inversión interna por encima del 9 por ciento.

Aunque la producción en su conjunto ha aumentado claramente, como lo
refleja el crecimiento del PIB en torno a un 3,5 por ciento, no es
suficiente para modernizar nuestra economía, pero estamos importando
para modernizar la economía y no para gastos corrientes, que
supondría lo que supuso en otras épocas: un estrangulamiento del
crecimiento, porque estaríamos gastando corriente en lugar de
inversión, cosa que es equiparable a lo que se hace en el
presupuesto. Una característica típica y fundamental de una economía
moderna desarrollada es lo que se llama intercambios en el mismo
sector entre países. El que se haya aumentado la exportación de una
manera más fuerte en automóviles y bienes de equipo y que como
contrapartida haya habido una mayor importación es la característica
propia de economías abiertas y desarrolladas, porque se intercambian
componentes, hay empresas que están en los dos países, teniendo la
consecuencia lógica de que vendemos menos de lo que importamos porque
estamos invirtiendo más que los otros países que no tienen demanda
interna. Es una consecuenciade un crecimiento diferencial pero basado
demás



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en la inversión. Por tanto, es un crecimiento mucho más sano y sólido
del que podría caracterizar épocas anteriores, en las que claramente
no existía ese comportamiento dinámico y que, lejos de lo que ha
puesto en mi boca, han ganado cuota de mercado cuando el mercado se
estaba cayendo, y esa definición es la que, de una manera mucho más
clara y sencilla, quiere decir que nuestros sectores exportadores han
sido más competitivos que otros.

El AMI suscitó un debate muy intenso en el seno de la OCDE, que fue
donde se planteó la denominación, ahora ésta ha cambiado -no sólo
cambiamos en España los nombres- por iniciativa francesa, en parte
apoyada por España, y se decidió que tal y como estaba planteado ese
acuerdo multilateral de inversiones era imposible llegar a ningún
tipo de acuerdo y que, en cualquier caso, en un proceso de
globalización, el foro adecuado de debate era la Organización Mundial
de Comercio. Ese cambio de planteamiento fue el que llevó a su cambio
de nombre y ahora se llama el MMI -para que acabemos de marearnos-,
que es el marco multilateral de inversiones y que se establece en uno
de los nuevos debates planteado en la Organización Mundial del
Comercio como es la relación entre comercio e inversión, que nosotros
mismos estamos detectando que tiene una frontera difusa en la medida
en que ya no hablamos de una separación ni mucho menos nítida entre
lo que es exportación y lo que son inversiones. Hay inversiones o hay
proyectos de exportación, como, por ejemplo, las nuevas operaciones
de BOT, etcétera, en las que se está produciendo un proceso de
inversión importante que, en el momento que se transfiere al Estado
destinatario, se convertiría en una exportación. En definitiva, hay
inversiones en establecimientos en el exterior que acaban generando
nuevas exportaciones. Por lo tanto, es un proceso claramente
interrelacionado. Podríamos decir que el AMI ha muerto y que ha
nacido el marco multilateral de inversiones como un tema clave en la
agenda de la OMC. Ese será el foro en el que efectivamente se
seguirán debatiendo estas cuestiones, así como otros grandes temas
que son el comercio y el medioambiente, fundamentalmente comercio,
condiciones laborales, etcétera.

Después de referirme a los temas de comercio exterior, pasaré a
comentar el planteamiento de la distribución comercial en la que
todos nos podemos sentir aludidos. No era mi intención. Yo he dicho
claramente desde el principio que había una situación que no era la
época anterior de dejar hacer. Ahí sí se produjo una tensión
importante ante una evolución que era vertiginosa y, al final, entre
todos - que es lo que interesa-, se llegó a un marco consensuado de
reglas básicas en las que se establecía de una manera forzada, pero
necesaria, un arbitraje en una cuestión para poner orden en la
situación. Ese fue el espíritu de la Ley de ordenación del comercio
interior, publicada en 1996 y que efectivamente contemplaba la
situación de crispación, de evolución desordenada e intentaba poner
un poco de orden y establecer un seguimiento del proceso que tuviera
como pieza fundamental la modernización del entonces pequeño comercio
y así poder adaptarnos a esta nueva realidad. Fue un esfuerzo
ímprobo, no exento de dificultades, hubo heridos en todos los bandos,
porque realmente se planteó en términos de práctica guerra
dialéctica. Fue un logro reconocido por todo el sector y todos
nosotros para ponernos
a trabajar. Por ello yo he puesto de manifiesto que se podían
abordar distintos modelos. Hemos planteado el modelo del diálogo con
los sectores, le vuelvo a repetir que no lo desprecie porque es
sumamente importante dialogar con los sectores, conocer sus problemas
y -algo que me parece fundamental- entre todos debemos buscar las
soluciones donde al final se tienen que aplicar. No intentemos buscar
soluciones que sobre el papel pueden quedar muy bonitas pero que
hacen más daño que beneficio. Eso es lo que yo he dicho, creo que lo
que se debe hacer cuando se es responsable de una materia es plantear
las cuestiones con toda seriedad y sinceridad, como son. Por tanto,
no intentemos diseñar medidas que van a tener un impacto mediático
muy bonito cuando se está obviando -y vuelvo a repetirlo- analizar no
sólo los efectos directos de la medida, sino los efectos colaterales
e indirectos -que los tiene y muchos- sobre el propio pequeño
comercio, que es lo que a mí me parece fundamental que tengamos sobre
la mesa, efectos que, si quieren, muy brevemente vamos a comentar al
hilo de las medidas que están en el aire del debate.

Hemos hecho un repaso completo y el portavoz del Grupo Popular lo ha
mencionado. Cuando se tiende a hacer políticas encasilladas, que
pueden quedar muy bonitas porque se asignan unas determinadas cifras,
se comparan con el año anterior, etcétera, se pierde la visión total
de cómo funcionan los sectores. No podemos hacer una política
exclusiva, aislada, de compartimento estanco para un sector de la
distribución comercial y hacer políticas contradictorias en lo que es
todo el ámbito de funcionamiento económico de mercados, de política
de empresa que se haga en otros ámbitos, porque nos equivocaríamos.

Eso ha pasado en otras épocas y no digo la anterior ni la otra.

Cuando se hace un planteamiento totalmente estanco lo que se produce
al final es una incoherencia en los planteamientos y una pérdida
absoluta de recursos. De ahí que haya insistido en la coherencia,
porque esa es la fuerza y la efectividad de las políticas: que entre
todos los responsables de determinadas materias seamos capaces de
conseguir una política dirigida a un colectivo más amplio -y no tan
pequeño como el que mencionaba la señora Leiva-, que es el de
nuestras pequeñas y medianas empresas. A usted le parece que no
existe una política de comercio interior cuando la política
fundamental de apoyo al tejido empresarial, fundamentalmente pequeñas
y medianas empresas, ha sido por lo menos intenso, no sólo en el
número de medidas, sino en abarcar y en definir el marco en el que
desarrollan su actividad las pequeñas y medianas empresas. No es
cuestión de repetir o reiterar cada una de las medidas que se han ido
implementando, pues creo que son conocidas por SS.SS. -hemos
facilitado algún documento en ese sentido- desde el inicio de lo que
era la política de pequeña y mediana empresa. Eso es política de
comercio interior, como lo es una política adecuada de competencia.

Estoy totalmente de acuerdo con el señor Guardans en que si en algo
tiene que ser discriminatoria es en función de los sectores que
analiza y en función de los mercados porque tienen sus propias
características. Desde luego es responsabilidad de los responsables
sectoriales, valga la redundancia, informar adecuadamente de esas
características, en este caso estratégicas, y de las condiciones en
las que nuevamente, comobien decía, va a ser clave la definición del
mercado en



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cómo se acabe estableciendo el grado de concentración o no y otra
serie de aspectos cualitativos, que serán los que se tengan en cuenta
para atender las conclusiones y recomendaciones que se hagan del
informe. Pero, evidentemente -y ese era el sentido de mi exposición
inicial-, primero hay que conocer la realidad, tener toda la
información y yo, aun siendo responsable de comercio interior, no he
querido dar ninguna cifra, cosa que han hecho otros miembros de la
Comisión, aventurando sumas en un sentido o en otro, porque eso
distorsionaría y crearía confusión. Por eso, desde el primer momento
lo primero que se ha hecho es buscar la información más detallada.

Vuelvo a repetir mi agradecimiento de colaboración, como siempre ha
sido, el tono de relaciones con las comunidades autónomas y en
particular de la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Por lo tanto, primero es necesario conocer la realidad, las raíces de
los problemas y no intentar maquillarlos. Creo que sería un error
intentar decir que este problema se zanja introduciendo dos medidas
en una ley que por otra parte hemos puesto todo, que es muy
complicado que se lleve a la práctica y de ahí que planteáramos el
código de buenas prácticas, que no está muerto ni vivo ni de ninguna
manera. El código de buenas prácticas, que creo que ya estaba
planteado en la comparecencia del mes de marzo, estaba acordado por
el sector y aun habiendo aceptado que esa era una buena vía para
seguir avanzando y solucionar los problemas, les entró una especie de
prisa a algunos grupos y se dijo que mejor era corregirlo
directamente en la ley, cuando la constatación de que era muy
complicado encontrar fórmulas adecuadas de modificación de la ley fue
-vuelvo a repetir- lo que por consenso de esta Casa y del
Observatorio de la distribución comercial, que también informa a esta
Casa en sus conclusiones, que en este período están escritas, nos
llevaban a ir por la vía del código de buenas prácticas en lugar de
por una modificación legal. Se presentó el código de buenas
prácticas, pero se dijo que había que modificar la ley, con lo cual
se contradijo el consenso anterior, pero el código de buenas
prácticas está planteado. Se tapó porque era más efectista plantear
una modificación legal en su momento, sin discutir que en el objetivo
que perseguían uno y otra todos estamos de acuerdo, cosa que quiero
señalar desde el principio. Hay un consenso claro, así se reflejó,
repito, en el Observatorio de la distribución comercial, de ahí
informado a esta Cámara y los grupos estaban de acuerdo en que había
que avanzar en una serie de materias, aunque la dificultad constatada
en unos y en otros era encontrar la fórmula adecuada para resolver
esos problemas, que son los que voy a pasar a comentar brevemente.

Como bien ha dicho el señor Guardans, tenemos que partir de los
principios básicos, que desde luego son principios básicos de
planteamiento de determinadas formaciones políticas, pero que ante
todo son evidencias de cuál es el funcionamiento actual de los
mercados. En primer lugar, está la libertad de empresa, por supuesto,
y la libertad de empresa nos lleva no por el Código Mercantil sino
por lo que es la principal regla mercantil o del comercio, que es el
acuerdo entre las partes, lo que desde luego lleva a que tengamos una
valoración jurídica de en qué medida con una ley de comercio interior
-por mucha ley que sea- estamos quebrando principios básicos del
ordenamiento jurídico,
en concreto de este país. Esa era la valoración, que desde luego
hay que analizar, y podemos efectivamente introducir algunas
modificaciones en el planteamiento del cumplimiento de la ley,
redundantes con lo que ya establece la ley. La ley actual -si no
recuerdo mal- dice que se pagará a la entrega del producto. Ese es el
primer punto del artículo de la ley: se pagará contra el producto que
se presente; según le entrego la mercancía usted me paga, a no ser
que se llegue a un acuerdo entre partes y ahí ya es el mundo mundial.

El evitar que eso se produzca obligaría a llevar sistemáticamente a
los tribunales a todo aquél que no cumpla con lo que se establece en
la ley. Si quieren que debatamos, vamos a debatir. Se dice: Se pagará
a la entrega del producto, salvo acuerdo entre partes. Si no,
transcurridos 30 días se tendrá que dar a cambio un efecto cambiario,
valga la redundancia. Y a partir de los 120 días existe la
posibilidad de avalar el pago por parte del comprador en este caso.

Eso es lo que establece la ley y el hecho es que se incumple porque
existe un acuerdo de partes y ahí entra, de manera determinante, el
que no pueda haber por ninguna de las partes una posición de dominio
tal como para imponer a la otra ese pago establecido en la ley.

Todos estamos de acuerdo en que hay que establecer una señal -y en
ese sentido estamos trabajando- para proceder a marcar una referencia
clara de que los plazos actuales son excesivos -son superiores a lo
que está ocurriendo en otros países europeos, aparte de que en España
seamos más morosos que en la mayor parte de los países europeos y ha
sido así toda la vida- y hay que dar una señal clara. En el trabajo
en el que estamos por supuesto veo posible, dada la máxima
colaboración que han manifestado todos los grupos parlamentarios, que
seamos capaces de buscar la fórmula adecuada para introducir esa
señal, pero me gustaría que fuera efectiva. Podemos poner mañana en
la ley que se pagará a los 60 días y se quedarían contentos.

Habríamos quedado bien, es lo que piden, pero no iba a funcionar, y
lo saben ustedes perfectamente, porque con eso se produce el hecho de
que si a un señor le tiene que pagar a 60 días le diría: Le voy pagar
menos. Y el tercer paso sería el decir: Si usted no me cobra menos,
no contrato con usted. Estamos queriendo entorpecer el funcionamiento
en el que las empresas pueden conseguir contratar con grandes
superficies, con pequeñas, con medianas. Lo que he querido manifestar
desde el principio es que debemos tener cuidado, manifestando con
toda rotundidad mi inquietud por el funcionamiento que se está
produciendo. Desde luego lo que estamos haciendo es trabajar para
solucionar problemas, no para ocultarlos. Ya está establecido en la
ley, se pueden hacer denuncias y, efectivamente, tenemos una
situación en la que unos tienen una posición más fuerte frente a
otros, pero me parece que es de suma importancia que tengamos en
cuenta que si estamos estableciendo rigideces en todas las puertas lo
que resultará es que, en esas condiciones, no comprarán ni a un solo
proveedor y, desde luego, eso no es lo que quiero como defensa de mis
proveedores. Por otra parte, hay que manifestar que éstos,
prácticamente en un 80 por ciento, son grandes proveedores y que en
su mayor parte, por no decir el 80 por ciento que he mencionado, son
extranjeros. Yo no quiero perjudicar a unos ni beneficiar a otros en
exclusiva, sino establecerunas reglas adecuadas de funcionamiento.




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En cuanto a nuestros agricultores (a los que se ha mencionado y que
están en nuestro orden del día, como lo están todas las empresas y
todos los emprendedores españoles, por su vinculación internacional,
pero también por su propio funcionamiento como empresas), totalmente
de acuerdo; estamos trabajando con ellos y se ha llegado ya a un
acuerdo por el cual Mercasa -es decir, toda la red de distribución
española- está, hoy por hoy, distribuyendo el 80 por ciento de los
bienes perecederos de España. Alos mercas van los grandes
proveedores, pero fundamentalmente los pequeños proveedores
españoles, y ahí es donde van tanto grandes superficies como pequeños
comercios. Esa es la garantía de que se ofrece una adecuada red de
distribución, que ha mejorado sustancialmente en estos años. Lo que
yo intentaría transmitir es que hay que actuar en muchos puntos y esa
es nuestra preocupación, que nos lleva, antes de hacer determinadas
declaraciones precipitadas, a analizar la realidad y a trabajar en lo
que son los efectos colaterales. Sería bonito decir: me voy a ocupar
del pequeño comercio, haga lo que haga, y si les pasa a otros algo no
es mi problema. Pero sí que lo es, porque esa es la coherencia de
este Gobierno en materia de política económica. Por lo tanto, en
absoluto estoy huyendo del debate, estoy en pleno debate, lo que pasa
es que cuido mucho las declaraciones o las valoraciones que se hacen
sobre las operaciones porque los efectos son o pueden ser muy
importantes, no sólo para los que están enfrente, sino para todos los
ciudadanos, por supuesto, que en última instancia somos consumidores.

No he leído la descripción de lo que Wal-Mart considera distribución,
pero es la que he hecho desde el principio al considerar que es un
sector estratégico porque nada menos que conecta al sector productivo
con los ciudadanos. Por delimitar el asunto diré que es un problema
que ya existe y que se ha constatado. Ha habido muchos estudios
y podemos decir que incluso las propuestas presentadas en su momento
por el Grupo Socialista emanaron prácticamente de la redacción que
hizo el Observatorio de la distribución comercial, que nos llevaba al
convencimiento de que había que hacer algo en esos temas, pero lo que
no estaba tan claro es que ésas fueran las soluciones adecuadas, por
los efectos colaterales que antes he mencionado muy por encima. No
vayamos a decir que tomamos determinadas medidas para apoyar a los
proveedores, cuando la suma de esas medidas va a hacer que muchos
dejen de contratar con otras distribuidoras, precisamente los
pequeños, porque los grandes proveedores seguro que colocan sus
productos.




En este mes de septiembre estamos trabajando para buscar una medida
adecuada y eficaz que, de entrada, marque una referencia de que los
plazos actuales son excesivos. Eso puede llevarnos, desde luego, a
plantear la modificación de la ley, aunque no en la redacción que
pueda haber en determinados momentos. Como ha dicho la portavoz
socialista, creo que es cuestión de que lo negociemos, pero no en el
sentido de te doy esto por lo otro, sino en el de buscar ese punto de
equilibrio que nos permita establecer una referencia clara de que los
plazos actuales son excesivos y que hay que recortarlos, incluyendo
la modificación de la ley en ese sentido, es decir, que no peguemos
el salto de 30 a 120; creo que puede ir por ahí el asunto.




En segundo lugar, algunos negarán en público la práctica de ventas en
pérdida, pero se está produciendo a través del juego de las facturas
rectificativas. Si hablamos de cómo impedirlo, está prohibido hacerlo
por ley y cualquiera que vea que le están obligando a vender en
pérdidas debe denunciarlo ante los servicios de Defensa de la
Competencia porque se está incumpliendo la ley. luego no lo pueden
argumentar, porque volvemos a lo de siempre: dificultan negociaciones
de proveedores con grandes superficies. Es decir, denunciamos, pero
no llevamos a la práctica la denuncia, con lo cual estamos
dificultando que se solucione en la práctica. Eso hay que recordarlo
porque a veces se olvida, la ley prohibe hacer ventas en pérdida ¿Por
qué se producen? Porque hay negociaciones entre partes. Volvemos otra
vez al mismo mecanismo. No obstante, vamos a trabajar en una
modificación para avanzar en el juego de la facturación. Esa es la
vía. Está prohibido por la ley la venta en pérdidas pero si quieren
lo ponemos tres veces más en todos los artículos.

Hay otras cuestiones que se han planteado, como el caso de la
dependencia económica que también ha salido en algunos de los
debates. Ese tipo de comportamientos está contemplado en la Ley de la
competencia desleal y lo que hay que hacer es denunciar para que
hagamos lo que se pretendía en el código de buenas prácticas, de
manera que todo el sector se comprometiera con esto. El que no lo
haga estará tachado de que no cumple un código que se asume en el
sector. Si quieren que lo introduzcamos en la ley, lo hacemos, pero
lo que me gustaría -manifiesto mi posición con toda claridad- es que
no hagamos viajes en balde, no en balde, sino con coste, y que
hagamos modificaciones que van a funcionar. Si no lo hemos podido
hacer hasta ahora es porque la dificultad es muy grande y si nos
vamos a contentar con plasmar determinados preceptos en la ley no
seré yo quien lo impida, pero hay que tener cuidado con esos
preceptos porque como responsable de ese ámbito lo que me interesa es
solucionar problemas y no introducir medidas que sé que tienen unos
efectos indirectos que las anulan. En eso van a tener, como siempre
he manifestado y he intentado demostrar, a veces con fortuna otras
no, toda mi colaboración y trabajo, ya que le dedico mucho tiempo,
porque merece la pena, evidentemente.

Por completar el ámbito, expreso mi preocupación, pero más mi
ocupación en el asunto, en trabajar, en partir de la realidad, en
conocer la información verdadera y en avanzar cifras en las que se
pueda determinar cuál es el grado de concentración. Existe un
parámetro general para determinar que en un mercado hay
concentración, pero como bien decía el señor Guardans la labor de
todos es decir que este es un mercado especial y que a lo mejor la
concentración se consigue en un umbral inferior y que ese umbral es
determinante según en qué ámbitos locales. No debemos hacer una
valoración macro de grandes cifras, sino que, como hemos venido
haciendo siempre, tenemos que conseguir la cifra macro por la suma de
todos los componentes. Debemos ir a los componentes para analizar al
final el resultado.

Respecto a otras materias de comercio interior, no he tenido ningún
interés en hacer un discurso electoral, no estoy en estas cuestiones,
pero sí en hacer un repaso de las políticas y su eficacia. Lo que se
ha conseguido es que dada



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la libre competencia, el instrumento que impulsamos y coordinamos en
dos departamentos de la misma casa, se establecerá la posiblidad de
nuevos negocios que surgen porque las condiciones que se han ido
creando, y no han salido espontánemente porque no salían en otras
épocas, se efectúen en un ámbito de mayor competencia y la
combinación de ambas dará como resultado oportunidades de negocio,
oportunidades de negocio que en la política de comercio interior han
ido muy marcadas por definir lo que son los cauces por donde pueden
discurrir. Eso se ha traducido en que efectivamente se puede
considerar que el plan de modernización del pequeño comercio es
menor, y vuelvo a repetirle que hay que meterlo con otras muchas
políticas que van al mismo objetivo; antes podían ir en
compartimentos estancos, hoy son vasos comunicantes y esa es la
fuerza de que al final una política sume muchas cosas para tener un
concepto, como usted bien decía, integral de los problemas y no
parcial cuando se hace una política al margen de otras. Por tanto, el
plan de modernización, en sus 1.400, 1.500, 1.600 millones, es la
política de pymes y es el apoyo que se dé a través de políticas
integrales de turismo y de colaboración con los ayuntamientos. Por
tanto, es mucho más que eso.

Decía que como se puede intervenir en el ámbito del comercio, aparte
de crear las condiciones adecuadas, crear ese marco, crear políticas
en todas las condiciones que afectan a la pequeña y mediana empresa,
era diciendo: Estamos en una dicotomía de grandes pequeños en la que
usted como pequeño comercio se circunscribe a un determinado tipo de
comercio que más que tradicional se encuentra en una cierta
parálisis. Hay que decirle: Hay mucho futuro en este sector;
confiamos en que usted va a ser capaz de transformarse. Item más, lo
que decimos es: Existen todas estas posibilidades. Esos son todos los
estudios, todos los grupos de trabajo que se han venido desarrollando
nuevamente con los que sabían de las cuestiones, que en cualquier
caso son los que tienen que ejecutarlas, y con expertos
internacionales, trabajando en lo que son todas las líneas posibles
de evolución, desde los centros comerciales al gerente de centros
urbanos, hasta toda una serie de fórmulas y de formatos comerciales
que al final son los que han alimentado con su transformación las
pequeñas y medianas empresas que antes eran -vuelvo a repetir-
pequeño comercio y que hoy son otra cosa. Utilizo mucho lo de «cosa»
porque es muy gráfico, pero se trata nada menos que de un tejido
dinámico de personas que emprenden negocios y que mejoran sus
equipos, en definitiva, su calidad.

Esto venía a cuento de lo del comercio electrónico en el que
efectivamente -perdone, señora Leiva, que vaya saltando pero así
intento ordenar un poquito el debate-, en el que se ha avanzado con
lo que es, señor Guardans, el decreto- ley de firma digital. Nosotros
veníamos trabajando, teníamos una documentación preliminar y lo que
hemos hecho ha sido constituir, a través de un observatorio de
distribución comercial, donde se hizo ese planteamiento, un grupo de
trabajo. Al final la realidad nos supera y va mucho más deprisa, pero
intentamos acelerarlo y estoy totalmente de acuerdo con lo que ha
planteado don Jesús, que acaba de salir de la sala; pero es un ámbito
en el que además hay muchas vinculaciones. Nuevamente digo que no lo
podemos
hacer con un planteamiento de comercio interior sino con un
planteamiento muy amplio en el que tendríamos que colaborar con otros
departamentos, como el que ha mencionado de sanidad.

Tarjetas de pago. En tarjetas de pago nuevamente es necesario
recordar, y tiene mucha relación con lo anterior, la génesis de los
asuntos. Creo que el informe del Tribunal de Defensa de la
Competencia sobre esa cuestión se ha remitido, me han dicho que en
esta semana estaba. En cualquier caso, digamos que -brevemente hago
el repaso- el planteamiento fue el siguiente. Se consideraba que las
tasas de descuento aplicadas al pequeño comercio eran abusivas, esa
fue la palabra utilizada. Efectivamente, todos constatamos (en ese
esfuerzo de ir trabajando en todas las condiciones, en este caso
concreto en las condiciones financieras de nuestro pequeño comercio y
por extensión de todas las pequeñas y medianas empresas que tengan
una relación financiera a través de ese medio de pago) que había que
hacer un esfuerzo. Nuevamente se pensó en el foro que es el Congreso
de los Diputados, el Parlamento en su conjunto, porque siempre se
tiene el recurso de una modificación legal. Estamos otra vez en el
mismo debate en el que evidentemente se podría establecer por decreto
que los bancos pusieran una tasa máxima de descuento del 2 por ciento
-para ser más que los europeos, porque la media está en el 2,5-,
introducir una intervención, un precio regulado dando marcha atrás en
lo que es el funcionamiento de un sistema tan eficiente como el
financiero, para establecer precios fijos cuando se marcan por el
funcionamiento del mercado. Todos estuvimos de acuerdo. Lo hemos
debatido. Por otra parte, en el informe que hice hace más de un año
decía que existía una dispersión de tasas, una situación complicada y
discriminatoria para los pequeños comercios y que había que hacer
algo. Consideramos que la modificación legal nuevamente no era la
adecuada porque íbamos a introducir una ineficacia, una ineficiencia
en el sistema, una rigidez en el adecuado funcionamiento del mercado
financiero y que parecía interesante buscar nuevas fórmulas. Estamos
en el mismo problema que en el anterior. Aquí lo que se hizo fue dar
un toque de atención y decir que hay que cambiar la situación. ¿Por
qué? Porque si el problema se plantea porque un individuo se siente
como David frente a Goliat, tiene todas las de perder en una
negociación. Eso se puede establecer por decreto. Usted no puede
perjudicar a un individuo y como máximo le paga tal precio. Eso se
descartó porque se consideró que era contrario al funcionamiento del
mercado y dijimos: vamos a buscar la fórmula, que era decir ya que
usted está aislado y negocia aisladamente, establecemos un arbitraje.

Usted ya no va a estar solo y para eso -en plan chulo- tiene a la
secretaria de Estado ya su ámbito, que es la Secretaría deEstado de
Comercio. Lo que hicimos fue decir: Bueno aunque usted normalmente va
de prepotente, en el sentido de una capacidad de negociación tremenda
como la que pueden tener los bancos, -luego veremos que no es todo el
problema-, que este señor no está solo, sino que tiene una defensa
directa y clara de un Gobierno, con el respaldo del Parlamento, de
que esta situación debe cambiarse. Evidentemente, hay que cambiar la
situación en los elementos que sean respetuosos con el funcionamiento
del mercado y laeficiencia de un sistema -que, por otra parte, es de
los más



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eficientes de Europa- y decirle: No se pase y no abuse de su posición
frente al pequeño comercio. Por lo tanto, actuamos y en el mercado a
este señor, de entrada, le decimos que tiene que ajustar sus costes
para ofrecer un mejor servicio al pequeño comercio. Analizamos su
estructura de costes y al final, en la forma que era coherente con el
funcionamiento del mercado, se estableció que la pieza fundamental
era la tasa de intercambio, tasa de intercambio que es la que
establecen los sistemas de tarjetas para hacer una compensación de
los pagos entre los distintos sistemas, y eso es lo que repercuten al
banco, que es el que ofrece el producto. Por consiguiente, fuimos a
atajar el problema en su origen, no obligando al banco -en el fondo
es el intermediario, que también hicimos algo-, sino afectando a los
costes, al problema en su origen, que era el sistema de tarjetas de
pago. Ahí sí que dijimos: Tienen que hacer un esfuerzo por rebajar
sus costes. Ese es el compromiso. La tasa de intercambio la tiene que
ir reduciendo usted paulatinamente. Mejore su eficiencia, pero no
repercuta ese mayor coste al pequeño comercio. Se consiguió un
acuerdo en el sentido de coste del producto, con una reducción
acordada, y ese acuerdo se está cumpliendo -analicemos el problema en
su totalidad-, y ese acuerdo por reducir la tasa de intercambio, que
es el coste fundamental de la tasa de descuento, pero no es la tasa
de descuento, alimentemos que se traslade lo más rápido posible a la
tasa de descuento que al final establece el banco. Se ha hablado con
los bancos. Llegan las quejas. Se ha conseguido reducir las rebajas,
afortunadamente, tengo determinados amigos en el pequeño comercio que
las han bajado y, por lo tanto, no me deprimo tanto. En cualquier
caso, lo que hay que hacer es alimentar el mercado. ¿Cómo vamos a
alimentar el mercado y mejorar las condiciones? Diciéndole a los
pequeños comerciantes que tienen el respaldo y que lo estamos
vigilando. Hemos pedido el informe al Tribunal de Defensa de la
Competencia, que si no lo han recibido, lo más seguro es que lo
tengan en sus cotilleos. Me han comentado que lo habían remitido. El
viernes lo habían remitido.




El señor PRESIDENTE: Señora secretaria de Estado, voy a aclarar la
situación en relación al informe del Tribunal de Defensa de la
Competencia. El plazo para remitir el informe venció el pasado 15 de
septiembre, pero por el Tribunal de Defensa de la Competencia se
solicitó de esta Comisión una prórroga del plazo hasta el 15 de
octubre y le fue entregado en el día de ayer.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): Le dijimos que se mandara lo antes
posible.

En cualquier caso, quiero decir, y además por respeto al
funcionamiento del mercado, que nos informamos mucho, en este caso
por el servicio de Defensa de la Competencia, de no promover un
acuerdo que luego iba a ser rebatido en términos de defensa de la
competencia. Pero es más, se solicitó el informe del Tribunal de
Defensa de la Competencia para que analizara la situación y
esperaremos sus conclusiones, que nos van a permitir seguir el
asunto. Pero decía que, intentando remover el problema en una pieza
fundamental de su origen, que es el coste a través de la tasa
de intercambio, lo que dijimos es: promovamos una negociación.

A muchos de los que han protestado les puse un ejemplo muy sencillo y
me sorprendió la cara que pusieron. Les decía: Usted recordará que en
un año y pico bajaron los tipos de interés en torno a cuatro o cinco
puntos. Era una medida que se estaba buscando y se tomaron medidas
para que hubiera una reducción de los tipos de interés, ya que el
coste de las hipotecas de la vivienda eran excesivas. Además, el
Gobierno dijo: Vamos a promover que haya una reducción de las
hipotecas mejorando las condiciones para que usted pueda cambiar la
hipoteca. Yo le preguntaba a un pequeño comerciante si, después del
acuerdo, había ido el banco a su casa a decirle que le iba a bajar la
tasa de descuento. No era así y por eso protestaba. Pero le
preguntaba si cuando bajaron los tipos de interés y le facilitaron el
cambio de la hipoteca fue el banco a su casa a decirle que le bajaba
la hipoteca y contestaba: No, claro, tuve que ir yo. Pues hagan lo
mismo. La gente no debe esperar en su casa a que le negocien las
cuestiones. Los españoles, en cuanto supieron que bajaban los tipos
de interés y que se podía cambiar la hipoteca se movilizaron
masivamente para renovar si hipoteca. Yo, como en casa del herrero
cuchillo de palo, estoy en alquiler, pero el resto de gente se
movilizó y fue de banco en banco hasta que consiguieron rebajar
sustancialmente el coste de su hipoteca. Los bancos hicieron
anuncios, pero no fueron a casa de cada uno de los ciudadanos que han
visto bajar su hipoteca a decirles que les iban a bajar la hipoteca.

No seamos ingenuos. Lo que hay que hacer es negociar, porque las
condiciones están establecidas; los bancos tienen repercutida una
menor tasa de intercambio y hay que negociar que les bajen la tasa de
descuento. No hay que esperar en casa la bajada. En el acuerdo había
dos partes; movamos a unos pero estimulemos a otros para que
negocien, y eso es lo que se está haciendo.

No quiero dejar sin tocar, aparte de las cuestiones específicas de
Canarias, a las que contestaré con muchísimo gusto, el tema del
turismo. Por mi parte, aunque hay muchas cuestiones que tratar y no
hay tiempo suficiente para hablar de todas ellas, he intentado
contestar preguntas de turismo, aunque tiene usted razón en que no he
ido a la Comisión de Industria del Congreso; sí he estado en el
Senado, haciendo una amplia exposición sobre la política turística en
España. En cualquier caso -así lo he pedido-, intentaré encajar, a
pesar de la tramitación de los presupuestos, que bloquea mucho el
trabajo de esta casa, esa comparecencia sobre turismo en la Comisión
de Industria. Habrá que buscar, y lo hemos debatido, el cambio de las
comisiones, pero, en cualquier caso, el modificarlo es una
competencia de esta casa.

En materia de turismo -hemos tenido ocasión de comentarlo más veces-
se ha dicho que, efectivamente, el plan Futures, de 1992, fue muy
eficaz, no sólo por los resultados concretos sino por la
estructuración necesaria de una política que, como pasa en otros
ámbitos de esta Secretaría de Estado, compete a las comunidades
autónomas. La fuerza que tenía el plan Futures, y que reconozco ahora
como lo he reconocido en otras ocasiones, era el ser instrumento
integrador y de dinamización de esa necesaria traslación de
principios básicos en la política turística hasta el ayuntamiento; el
haber servido para que hubiera esa participación,



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esa implicación o corresponsabilidad en lo que es el necesario
impulso de una política turística y, además, de calidad. Siempre nos
llenamos la boca con la palabra calidad, pero es que efectivamente es
fundamental y se está trabajando mucho en ello. Le puedo decir, como
en otras cuestiones, que no todo se ha empezado en 1996 y que se está
trabajando en ello. Otra cosa es que en muchas materias, comercio
exterior y pymes, haya habido una reorientación, por coherencia con
el resto de políticas, que hace que la política económica dé
resultados, porque a veces cuando se actúa muy eficientemente en
algunos ámbitos en otros es totalmente contradictorio, el resultado
es claramente negativo. Por eso he dicho que ha habido un cambio en
otros ámbitos. Ytambién se ha avanzado en turismo con un eje, que no
se ha aplicado en otros campos, como es la colaboración institucional
y la corresponsabilidad en materia de inversión e infraestructuras,
tan necesarias para el turismo. Si hay una política horizontal
integradora es el turismo, especialmente en España por la importancia
que tiene.

Efectivamente, el Picte es una plasmación que vamos a llevar a la
conferencia sectorial la primera semana de octubre. Hemos venido
trabajando con las comunidades autónomas, con las que hemos tenido
reuniones a lo largo del año y más intensamente en el verano -incluso
para hablar de la ecotasa- en un nuevo planteamiento más directamente
enfocado a la calidad, en programas que le pueden sonar aunque no son
ni mucho menos los mismos, para hacer un esfuerzo de criterios
básicos en materia de calidad. Puedo anticipar que todas las
comunidades autónomas están totalmente de acuerdo, sin hacer ninguna
distinción porque no la hay. Hay un instrumento como les digo, el
Picte, que comenzaremos a aplicar a partir del 2000, una vez
finalizado el actual plan marco de competitividad. Se plasma en unos
planes parecidos a los de excelencia y dinamización turística, pero
con una clave prioritaria de calidad, sobre todo medioambiental.

Estamos hablando de productos turísticos en un esfuerzo por aglutinar
y ordenar todos los desarrollos que se están produciendo en un
territorio competencia de la comunidad autónoma. Pero en ese papel
que tenemos de madrina o árbitro de las competencias que ejercen las
comunidades autónomas es necesario que arbitremos un cierto orden,
una cierta homogeneización, porque esa será la mejor manera de
trasladar una marca de calidad turística española y reforzar con ello
una política de promoción que sume y no reste, como sucede cuando no
se hace ese planteamiento uniforme.

Estas son las piezas que tienen que ver con lo que se venía
desarrollando, pero hay otros programas que explicaré con gusto y en
extensión en la Comisión de Industria al hablar de la
internacionalización. Ya se habló en su momento de apoyo al ICEX o a
las actividades de promoción, pero no estamos hablando de eso sino,
como se ha comentado por parte de varios portavoces que han tenido el
uso de la palabra, en concreto don Jesús Gómez, de considerar al
turismo como una exportación de servicios in situ. Es exportación de
servicios clarísimamente. Pero hay un componente que no se ha
impulsado y en el que hemos estado trabajando más intensamente en
este último año, es considerar que el sector turístico es un sector
exportador e inversor como los demás, no in situ. No sé si me
explico.

Es decir, aunque la señora Leiva haya comentado que el sector
turístico ¡encima es para servicios!, los servicios son
importantísimos y cada vez más en una economía moderna. Eso lo
estamos trabajando en el ICEX, ampliando todo el apoyo de promoción a
las ingenierías, todo el apoyo intelectual, haciendo hasta música
exportable. Estamos trabajando por aglutinar todo ese ámbito de
servicios de máxima calidad, de valor añadido: cien por cien. En esos
sectores ocupará el primer lugar el turismo como un sector que tiene
que exportar y que tiene que invertir como el líder mundial que va
siendo y consolidándose cada año. Por tanto, en lo que estamos
trabajando, la línea de indicadores turísticos, hablar de ese sector
es hacerlo de una cosa muy seria y es lo que a la gente le suena como
algo que queda muy mono, las cuentas satélites de turismo. Estas
cuentas, que estamos haciendo los españoles para toda la Organización
Mundial de Turismo, quieren decir que estamos trabajando para dar
argumentos suficientes como para hablar de que cuando generan una
actividad del 11 por ciento y dan empleo a un millón y pico de
personas, estamos haciendo un esfuerzo total para que en la
contabilidad nacional, igual que ocurrió con la construcción en su
momento hablemos de agricultura, de industria y nó solo de servicios,
sino de turismo y otros servicios, porque el turismo es una partida
fundamental de la contabilidad nacional. Aunque es un trabajo muy
callado y esforzado, hasta ese punto estamos trabajando para que
seamos capaces de aglutinar en ese enfoque de política coherente
integral, las políticas de infraestructuras, de puertos, de
aeropuertos, de medio ambiente, de agricultura, que es lo que hacemos
en la Comisión interministerial, pero démosle fuerza. En eso estamos
trabajando para que, al final, ese sector que tiene una rúbrica en la
contabilidad nacional, además de ser exportador de servicios, sea
exportador de bienes de inversiones, generando un turismo y una marca
de calidad que está siendo líder y lo va a seguir siendo si
conseguimos ese esfuerzo en otros países. Por tanto, habrá un plan
específico como sector fundamental, que es a lo que yo me refería
cuando hablaba de internacionalización, no de promoción turística.

Como digo, son materias para hablar largo y tendido, como lo es la
política de formación. Paradores va a abrir en breve un centro de
formación para trabajar en la línea de lo que son los oficios y que
tengamos servicios de calidad; que cuando la gente se queje de que
hay muchas carencias se tenga una formación desde el pequeño al más
alto en la escala. Desde luego, para mí todos son iguales. No se
crean que nos ocupamos sólo de hacer masters en turismo sino que nos
ocupamos del verdadero entramado, que son los ciudadanos, que en el
turismo ofrecen un servicio a muchas personas y que sea un servicio
de calidad. Por tanto, internacionalización, formación e indicadores
son programas que antes no estaban.

Para seguir contestando todas las preguntas que me han planteado, que
me parecen sumamente estimulantes, voy a hablar de Canarias. Siempre
lo dejamos para el final, pero, como bien sabe S.S., ocupa una parte
muy importante de nuestra actividad. Como ha mencionado, creo que la
sensibilidad por el concepto insular la tenemos y la compartimos,
aparte de las buenas relaciones institucionales con la Comunidad
Autónoma de Canarias, que no es igual con Baleares. No se puede
generalizar ni valen las mismas



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cosas en el ámbito peninsular que en el ámbito insular. Prueba de
ello es la defensa clara de la ZEC en Europa a través de un trabajo
muy intenso de la secretaría de Estado de Hacienda, que está haciendo
ese esfuerzo por darle cuerpo y contenido a lo que se consiguió
arrancar en su día, hace unos años, de carácter ultraperiférico de
Canarias y un régimen especial que no se limita a la ZEC sino a una
serie de disposiciones en el ámbito de la distribución, como usted
bien conoce, el REA, que con sus dificultades y sus problemas nos
permite un abastecimiento a las islas que tiene en consideración las
limitaciones en materias propias y los costes que necesariamente se
trasladan en materia de transporte para ofrecer un mismo servicio a
un ciudadano español residente en Canarias o en la Península. Por lo
tanto, son dos piezas fundamentales en las que vamos a seguir
trabajando, aparte de los temas que comentaré a continuación.




Respecto a la ecotasa -aprovecho para expresar nuestra posición, como
he hecho en otras ocasiones-, la implicación del sector privado de
las inversiones se está produciendo. Los incentivos regionales para
muchas operaciones, infraestructuras y obras que han sido presentadas
por empresas privadas han supuesto, si no me falla la memoria,
180.000 millones el año pasado. Por lo tanto, la política turística
no es sólo lo que gasta la Dirección General de Turismo; la
implicación es clara. Estamos trabajando en la formulación de la
propuesta concreta que nos ha planteado el Gobierno balear. La
ecotasa, tal y como está planteada en principio, no es la implicación
del sector privado en las inversiones, sino el pago por un extranjero
de obras que tienen que hacer los españoles. Así planteado supone una
discriminación y estamos trabajando para profundizar en unas
inversiones medioambientales que en el plan de turismo sostenible,
firmado el año pasado entre el Ministerio de Economía y el Ministerio
de Medio Ambiente, suponen 60.000 millones en infraestructuras de
medio ambiente orientadas al turismo. Pero hay que hacer otras muchas
cosas. Tenemos que hablar de un plan serio para afrontar un turismo
de calidad en el que una clave importantísima para España,
especialmente para las islas, es el medio ambiente, y eso es lo que
he dicho que ya se ha transformado en los planes de excelencia
dinamización que empezarán a aplicarse a partir del año que viene.

Pero, por supuesto, no podemos soluciconar el problema del medio
ambiente poniendo una ecotasa a un extranjero que entra en la
frontera; no puede ser la solución a todos nuestros problemas. Es una
propuesta que hay que analizar, pero con eso no podemos considerar
que areglamos todos los males porque, entre otras cosas, creamos
otros y pueden decir que por qué discriminamos a un extranjero frene
a un español, cuando todos somos europeos -el 80 por ciento de
nuestro turismo es europeo-, y otras muchas cuestiones. Por tanto,
analicemos y trabajemos en los instrumentos adecuados para conseguir
los objetivos en los que todos estamos de acuerdo.

Respecto al plátano, considero que en las negociaciones se consigan
victorias hasta que no se han firmado. Creo que se ha dado un paso
adelante que lo que se encargó al comisario saliente, señor Brittan,
fuera un informe y no una comunicación. Ésta fue la primera batalla
para que no hubiera una votación decisoria sino un simple informe en
el que, además, los que habíamos venido trabajando desde hace más de
un año -porque esto no sale por generación expontánea- con los
posibles aliados en un problema como el del plátano que es eterno en
el que sólo España dijo que no estaba de acuerdo con que el conflicto
con Estados Unidos se solucionara solamente con un cambio de arancel
que por otra parte, no iba a aceptar Estados Unidos porque el nuestro
podria ser prohibitivo, ya que la Unión Europeapodría establecer un
arancel de 200 por cien, en cuyo caso Estados Unidos podría decir que
lo que quería era entrar sin aranceles. Hemos estado trabajando sobre
ello y, cuando se sancionó a la Unión Europea, España fue la que en
el plazo de una semana, presentó una propuesta para solucionar el
problema porque entendiamos que era fundamentalmente nuestro problema
y acto seguido lo llevó al ánimo de otros socios que también podría
ser su mismo problema. Así, hemos conseguido que tanto Francia, como
Portugal y Reino Unido se unieran a la posición española, lo que ha
constituido una minorìa de bloqueo que está apoyada por Dinamarca,
aunque sea neeutral ya que sabe que nosotros tenemos el acuerdo de
cuidar nuestras islas, las Canarias, y ellos tienen las islas Feroes.

En ese sentido tendríamos la minoría de bloqueo de estos cuatro,
incluyendo a España, más Dinamarca, y estamos intentando que Grecia e
Italia vayan en la misma dirección. Al mismo tiempo estamos teniendo
un acercamiento más que nada para que podamos hablar de una solución
posible, vía contingentes, que es la que España -porque aí le
interesa a Canarias- quiere defender. Por tanto estamos trabajando en
la defensa de un mecanismo de solución a través de los contingentes
es en lo que estamos trabajando. La semana que viene, salvo un breve
paréntesis de un viaje que tengo que hacer a un país conflictivo, iré
al Consejo informal de ministros de Comercio para hablar de esta
materia al nuevo comisario Lamy. Sabemos que hay una predisposición
favorable por parte del nuevo comisario a que nosotros tengamos una
parte activa y qe vayamos por la vía de los contingentes. Esto es lo
único que puedo adelantar. Las batallas comerciales son siempre muy
complicadas. Nos costará, pero la cuestión es seguir y estar
constantmente dando en el mismo clavo todos. Por eso hemos pedido a
nuestro ministro de Agricultura que en el proximo Consejo de
Agricultura, que se celebra el lunes y en el que previsiblemente
saldrá esta cuestión, tenga sobre la mesa todos los elementos sobre
los que estamos trabajando en contaco muy estrecho cocn el Gobierno
de Canarias y, por supuesto, con los productores canarios de plátano.

El tomate es un tema que siempre sale con Marruecos, y al que
Canarias adora por razones lógicas Éste es un tema complicado, pero
intentamos no ceder en materias que son tan sensibles e importantes
para Canarias. En cualquier caso, hay que buscar nuevos mercados, que
es en lo que estamos intentando trabajando. La modificación de la OCM
de frutas y hortalizas tiene su complejidad y está en el ámbito del
Ministerio de Agricultura con el que tenemos una estrecha relación
para trabajar en todas estas materias que tienen una salida positiva
muy importante en el comercico exterior. Por tanto, le reitero
nuestro compromiso con Canarias, que es el compromiso que tiene todos
los españoles y nosotros, con nuestra actuación, estamos intentando
hacer las cosas lo mejor posible.




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Hay un asunto escabroso y complicado que no quiero eludir, que es el
de la televisión y la restauración. No voy a enseñar mi agenda pero
mantenemos continuos contactos, no con la periodicidad con que me
gustaría porque son muchos los sectores pero hacemos lo que podemos.

A lo largo de este año hemos hablado en muchas ocasiones con la
Federación de bares y restaurantes, conociendo la dificultad, que
nunca le he ocultado al sector y en particular a su presidente, de
introducir otra vez una imposición de no hacer determinada actividad
cuando el mercado así lo permite. Otra cosa es que fueramos a
determinar el bloqueo de una franja horaria pensando que va a inducir
al consumidor a que vaya al restaurante en lugar de ver el fútbol en
casa. Siempre será una opción que adopte cada uno. Por otra parte, ha
habido otros sectores del comercio que se han visto beneficiados por
la existencia del fútbol y yo también tengo que defender a todos los
que se dedican a esa actividad; hay muchos servicios que antes no
existían y que están proliferando para atender a lo que es una opción
personal de ir a cenar fuera o cenar en casa y ver la televisión.

Hecho este planteamiento que usted considera neoliberal radical, hay
que buscar un adecuado funcionamiento en la práctica. La propia
federación reconoce en otros ámbitos que sigue aumentado la afluencia
a los restaurantes, cosa que constatamos cada vez que intentamos
cenar el sábado y no encontramos sitio dónde hacerlo. Hay tal
cantidad de programas de fútbol, -y no a todos los españoles nos
interesa el fútbol- que tendríamos que decir: los españoles tienen
que dormir los sábados por la noche. Vamos a regular hasta el límite
y decir: usted tiene que dormir por la noche y no puede estar viendo
doscientos partidos de fútbol a la semana cuando se están emitiendo
dos mil. Yo ya he perdido la cuenta de la cantidad de partidos de
fútbol que se emiten. Por otra parte, en esa franja horaria hay que
pagar para verlos, lo cual es una opción del ciudadano. Nosotros lo
que transmitimos, y así lo hemos manifestado, es que para el pequeño
comercio se establece una limitación puesto que hay una oferta
alternativa clara y definida. Los horarios se tienen que ajustar, -y
eso se ha ido haciendo-, de manera que en la franja conflictiva se
están emitiendo partidos por los que hay que pagar para ver. El pay
per view es una limitación que supone un coste para el que quiera
ejercer una opción alternativa: una le cuesta la factura y otra no,
pero es una opción distinta. El hecho de que se hayan cerrado bares y
restaurantes no es por el fútbol sino porque han proliferado los
servicios a domicilio. No tiene más que ver su buzón con la cantidad
de ofertas que hay de distintas empresas, muchas españolas, aunque
bajen en Bolsa ayer, que han generado otra actividad. Siempre pasa,
que cuando hay más competencia hay mas movimientos. Los señores de
los bares y restaurantes saben que estamos trabajando para que su
calidad y su oferta mejoren y les hemos mejorado las condiciones. La
facturación que están teniendo va en la línea de un saneamiento y no
de un decrecimiento de la actividad de bares y restaurantes, aparte
de que se haya conseguido, -cosa que a veces no se dice- que en esa
franja horaria haya que pagar para ver el fútbol.

La cumbre de internacionalización; -no quiero eludir ningún tema-. Se
ha considerado que era importante al hilo de la revisión de una serie
de proyectos que están en
marcha y que se han ido constatando en política de comercio exterior.

Me gustaría que hiciéramos una sesión de trabajo en términos de
política de internacionalización, en un ámbito económico general.

Siempre habíamos hablado de jornadas de trabajo y luego, cuando se ha
planteado cómo se llaman, se les ha querido poner un nombre más
grandilocuente y ha trascendido cumbre. El 7 de octubre, que es
cuando estaba programada -y estas son cosas que hay que encajar en la
agenda-, era la inauguración del Liceo; a mí me encantaría ir, y no
por melomanía, pero no voy a poder. Esa es la realidad y los que
tienen que inaugurar el Liceo sabrán por qué lo han puesto el 7 de
octubre y no en otra fecha. En cualquier caso, no tiene más conexión
que la coincidencia en la fecha y hemos estimado que, dado que muchos
de los ponentes -consideramos que tenían que ser las propias empresas
las que comentaran sus inquietudes y problemas- eran financiadores de
la Fundación del Liceo, no podían estar en dos sitios a la vez; no
sólo se trataba, por supuesto, de los miembros del Gobierno que
quieran asistir. Ese ha sido el motivo; ningún otro indirecto u
oscuro. Estamos encajando las agendas, que es complicado, y esperamos
poder realizarlo lo antes posible. Me temo que tendrá que ser en
noviembre, no ha habido intención de hacerlo antes o después del
ningún día 17, de verdad. Lo importante es ir contrastando las
medidas que se han ido adoptando, el grado en que podemos mejorarlas
y las nuevas políticas que hagamos. Una vez configurado el marco, las
condiciones macroeconómicas y de política comercial, se trata de ir
trabajando en instrumentos financieros fundamentalmente. Se trata de
plantear un salto cualitativo para tener una política comercial -que
ya existe- diferenciada en función de los mercados a los que nos
dirigimos; de ahí que se hablara de un enfoque de áreas geográficas
planteado para la cumbre.

Espero que se pueda realizar lo antes posible pero me temo que, dados
los horarios, el debate de totalidad de presupuestos y un montón de
cosas más, no se podrá celebrar hasta noviembre. Confío en que no se
alargue mucho, que podamos avanzar en lo que necesitan nuestras
empresas para seguir internacionalizándose y que todos ustedes tengan
ocasión de participar. Aunque inviertan fuera y parezca que se llevan
el dinero, ello acaba repercutiendo en muchas más exportaciones y,
entre otras cosas, alimentando nuestra balanza de rentas, que está
mejorando claramente, como he dicho antes.

Respecto a la línea de ICO-pymes. Estamos trabajando en medidas
financieras. Hemos reforzado el carácter de objetivo de pequeñas y
medianas empresas, estableciendo un límite para que efectivamente
fueran pequeñas y medianas empresas, pero en ningún caso se ha podido
aplicar a grandes proyectos ni a mejorar esa traslación que usted
comenta de coste para las empresas en el sistema de garantías. Hemos
estado trabajando todo este año para reforzar un elemento que
requiere otra vuelta de tuerca en la mejora de costes financieros,
dentro del sistema de garantía recíproca y de apoyo para reducir ese
riesgo por ser de menor tamaño, igual que hemos hecho en otros
ámbitos de las pequeñas empresas.

El FIEX fantasmagórico por lo menos ya empieza a arrancar, no sin
dificultades, como ustedes saben. Desde el primer momento hemos
intentado acelerarlo. Han salido



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los decretos, se han acabo los reglamentos y puedo decir que ya hay
una cartera de diez operaciones que está a punto de aprobarse.

Esperamos que sea dinámico y se agilice lo más posible, en eso
estamos totalmente de acuerdo.

Creo que he contestado a todo, salvo que ustedes me demanden otras
cuestiones, y espero que S.S. me levante el suspenso.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Leiva.




La señora LEIVA DÍEZ: Con la nueva selectividad, esta convocatoria a
veces es para subir nota; todo es relativo. (Risas) España no es una
isla. En los tres años y medio el Gobierno, del PP no ha utilizado
adecuadamente los instrumentos de política comercial para obtener un
mayor crecimiento o para adaptar la empresa española a la moneda
única. Quiero repetirlo porque con la réplica que le he escuchado muy
atentamente me mantengo en la misma idea que tenía al principio.

La competitividad española, con los datos que le he dado, que tampoco
me rebate, se está deteriorando lentamente desde 1997. Además, otro
dato que es inevitable es que la balanza por cuenta corriente en el
primer semestre, con el gran aumento de los ingresos por turismo, por
primera vez no ha podido ser compensado y por tanto presenta un
desequilibrio bastante importante. Y puede quedar todavía la lucha
entre lo que usted dice y lo que mi grupo le ha indicado sobre si el
Gobierno del Partido Popular ha favorecido o no a las grandes
empresas y a los grupos de intereses económicos en detrimento de las
pymes. Nosotros creemos que es importante lo que estamos diciendo
porque se ha apoyado en inversiones exteriores a estas grandes
empresas -y no vuelvo a enumerar cuáles-, y en absoluto quiero
menospreciar que sean o no empresas de servicios, pero está claro que
suelen ser empresas recientemente privatizadas en la aportación del
capital público por parte del Gobierno español. Nos parece que estos
apoyos se han manifestado en perjuicio del consumidor español y de
las pymes en ambos casos.

También creemos que estos apoyos han condicionado la política
comercial exterior que ha tenido que hacer el Gobierno, por tanto, me
mantengo en decir que se ha llevado a cabo una décima parte de las
iniciativas y fondos aprobados en los presupuestos. También queremos
repetir esa cifra a que hemos aludido en nuestra anterior
intervención, y es que el uno por ciento de las empresas españolas ha
recibido apoyos 40 veces superiores a los que reciben el 99 por
ciento de las empresas restantes, y ahí están los datos. El PIPE 2000
nos parece importante pero insuficiente, y en esto veo que he
coincidido con usted en su intervención.

Y por ser muy breve, hablando de todo el área de comercio interior,
quiero decir que hay muchos temas pendientes pero desde luego ningún
problema solucionado. Tema SGAE tema fútbol y tarjetas de crédito,
todo el mundo descontento todavía. En cuanto a la modificación de la
Ley de Comercio yo creo que no hay que tener miedo. El tema de los
pagos aplazados y la venta a pérdidas necesita una solución
inmediata. En el tema del comercio electrónico queda mucho por hacer,
es un tema que acaba de
aparecer pero tiene mucho futuro, así como otras formas comerciales
que también hay que ir regulando porque este tema va a más. Por
tanto, hay que trabajar en el código de nuevas prácticas comerciales.

Y coincide conmigo, aunque me lo quiera vender de otra manera, en que
hay un atasco en la ejecución de los planes de modernización del
comercio.

Me alegro de la valoración que ha hecho del Plan Futures. No quiero
ser muy extensa en mi intervención pero sí quiero decir que en el
tercer plan que actualmente está en preparación y que se denomina
plan integral de calidad del turismo español comparto cada una de las
medidas que ahí se están diseñando. También creo que sería bueno que
este plan fuera consensuado no solamente en los foros de la
Conferencia Sectorial y en los observatorios sino también con los
grupos políticos de esta Cámara, y yo, en estos momentos, voy a
hablar por el mío, el grupo político que ahora está en la oposición,
el Grupo Socialista. Desde luego todo nuestro apoyo a las empresas
generadoras de servicios, a las de turismo y a otras empresas de
servicios, a todas.

Lo único que quiero decir, en resumen, por todas las observaciones
que hemos hecho, es que ustedes, en todo, dejan operar al mercado. Me
da la razón. En todo dejan operar al mercado repito. Todo, ha
terminado diciendo, es un problema complejo, un problema integral, y
yo creo que el Gobierno está para gobernar; para legislar y hacer
cumplir la legislación. Es muy grave. Yo tengo aquí muchas notas que
he tomado y en algún caso ha reconocido incumplimientos flagrantes de
la legislación vigente y el Gobierno está para algo más que para
tener preocupaciones o reconocer incumplimientos de la legislación
vigente, también está para actuar en consecuencia. Espero que en la
próxima comparecencia cuatrimestral sea un representante socialista
el que ocupe su sitio para que esté tranquilo, entre otros, y pueda
tener una intervención a gusto el señor Gómez Darmendrail.

Nada más, señora secretaria de Estado. Le agradezco su comparecencia
y aunque es la última cuatrimestral tendremos oportunidad de seguir
hablando de todos estos temas en el debate de la ley de Presupuestos
del año 2000.




El señor PRESIDENTE: Señora Pisonero, tiene la palabra.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): He intentado contestar a todas las
cuestiones, pero ha habido alguna que no tenía en el esquema.

Usted ha comentado en su primera intervención, y lo ha reiterado
ahora, que el saldo de turismo no cubre el de comercio. Aunque hemos
estado aunando y mejorando la información del sector exterior, el que
elabora la balanza de pagos es el Banco de España. Con los datos del
Banco de España al mes de junio, en el déficit comercial -como sabe
S.S.- incluimos los costes de transporte, lo que se llaman los bienes
a precio CIF y no a coste FOB. Esa diferencia el Banco de España la
ajusta en las partidas correspondientes y lo que resulta es que el
déficit comercial asciende a 1,88 o 1,87 en el primer semestre del
año y el superávit turístico es de 1,9 por tanto, el superávit
turístico



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ha compensado el déficit comercial, y considerando, como usted ha
hecho, en una defensa de las empresas de servicios, que el sector
turístico es un sector muy serio, un sector que contribuye a ser una
actividad fundamental de nuestra economía al que hay que darle la
dignidad y el reconocimiento necesario y, por supuesto, que
constituya no sólo una pieza de la actividad fundamental para el
empleo y para la integración de todo nuestro territorio, sino también
en nuestra balanza de pagos, representando una partida estable y que
entre todos estamos consiguiendo que además sea cada vez más estable
y con una creciente desestacionalización. Todo ello referido al tema
de balanza de pagos.

El apoyo a grandes empresas, que usted ha reiterado, yo le puedo
afirmar que no es así en la política comercial que venimos aplicando
y no es así en los instrumentos que se están ejecutando en el ámbito
de la Secretaría de Estado de Comercio. Usted ha dicho, con una carga
efectivista, que los 700.000 millones de pesetas de los
contribuyentes se han dedicado a sanear una empresa concreta en
Brasil, y ya le he dicho que eso no es así, aparte de un debate que
se plantea y que yo quiero dejar para el final sobre el mercado.

En relación con la Sociedad General de Autores diré que esta es una
cuestión complicada en la que el Gobierno ha estado actuando, ha
actuado en las instancias en que puede hacerlo, salvo que usted esté
de acuerdo en modificar la Ley de Propiedad Intelectual, con lo cual
nos tomamos un café cuanto usted quiera y busquemos una solución. Si
usted está de acuerdo con el resto de los grupos, modifiquemos la ley
y acabamos con el problema. Pero donde hemos trabajado, repito, ha
sido en las instancias comunitarias en los tribunales para poder
solventar esta cuestión, en la que hay cinco sentencias a favor y
cinco en contra en el caso del conflicto de Egeda, que está muy
vinculado al de la SGAE, porque al final de lo que se trata es de
considerar o no acto de comunicación pública que en los equipos de
televisión, radio, etcétera, de los bares, restaurantes u hoteles se
reproduzca un determinado producto intelectual, por calificarlo de
una manera mercantilista, que se reproduzca una obra intelectual. Ese
es el debate que ya le digo que o lo cancelamos de raíz o lo que está
dando lugar es a interpretaciones que son diversas, que son
complicadas, pero que en cualquier caso parten de un problema de
indefinición jurídica que, le repito, si existe un consenso en la
modificación lo arreglamos y punto.

En tarjetas de crédito ya lo hemos comentado. En comercio electrónico
ya lo he comentado y somos los primeros interesados en movilizar lo
que es de nuevo la información y lo que ha sido en la política de
comercio interior establecer cauces para afrontar en las mejores
condiciones nuevas oportunidades de negocio para nuestras empresas y
para que se haga con las necesarias garantías que sin duda hay que
buscarlas en el adecuado abastecimiento al consumidor teniendo un
tratamiento específico para productos que pueden ser especialmente
sensibles.

El código de buenas prácticas he vuelto a repetir que no estaba
atascado, lo que han hecho ha sido taparlo diciendo que es más
importante la modificación de la ley a que el propio sector se
comprometa a cumplir, con una serie de reglas que son las que siempre
han imperado en el comercio y que no impiden el hecho de que se
incumplan. Vuelvo
a repetir que son ilegales. El que se considere que le están
aplicando una conducta que está claramente en la ley que es ilegal
puede denunciarlas, lo que no quita para que tomemos otras medidas,
por supuesto que no.

Sobre la ejecución de fondos europeos, efectivamente se ha formulado
una pregunta. Tanto en el plan de modernización de comercio interior
como en el de pymes especialmente, estamos en un grado de ejecución
que espero que aumente hasta final de año, ahora ya superior al 90
por ciento.

En cuanto al Picte no sé si usted es miembro de la Comisión de
Industria, pero dadas las movidas estaré encantada de poder debatirlo
con usted en esa Comisión de Industria. Y estaría encantada de que
reiterara algo que me parece fundamental, ese planteamiento
consensuado de política turística de calidad para nuestro país. Es
necesario un esfuerzo, tenemos que dar un salto cualitativo -estamos
haciéndolo, yo lo he reiterado- para aprovechar todo lo conseguido y
poder continuar ofreciendo un turismo sólido durante muchos años.

Remato con la explicación de un plantemiento que ha expuesto bastante
político. Me voy a permitir comentarlo, pero lo voy a hacer desde un
punto de vista técnico. Recuerdo un caso concreto en el que intervine
para un tema de turismo sostenible. A veces se dice que son medidas
huecas, pero hay un plan concreto y se explican las medidas.

Efectivamente, si hiciéramos un enfoque económico, en el caso de
medio ambiente -y ocurre en otras cuestiones que hemos barajado- se
habla del medio ambiente como de una externalidad negativa, en
relación con el cual las decisiones políticas se pueden encaminar a
solucionar el tema por varias vías. Las soluciones políticas
consisten en la opción por la que se dice que ese coste que sufragan
todos los ciudadanos pero que produce uno, ese uno pague por los
demás; es el principio de que el que contamina paga. Se establece un
impuesto a ese señor, con lo cual lo que se ha hecho es trasladar el
coste al que lo produce.

Creo que no querrá decir que no está de acuerdo con que el mercado es
el principio básico del funcionamiento de las economías; en otros
países que defendían lo contrario ya no se lo creen. Con esto, quiero
decir que hay que ir a principios básicos. Digamos que el mercado es
un mecanismo de asignación de recursos. Hoy por hoy, decimos que el
mercado es el mejor mecanismo de asignación de recursos que existe en
la práctica. Esto no quiere decir en absoluto que el mercado los
asigne perfectamente, de ahí que existan esos fallos llamados en la
teoría economíca las externalidades que he mencionado y otras muchas
cuestiones que hacen que se exija una intervención de una autoridad
concreta, pero nuevamente hay varias vías.

En el caso de las tarjetas de crédito existía una vía, la de
legislar, infligiendo un coste elevadísimo al sistema y sin garantías
de que eso repercutiera en una menor tasa de descuento para los
pequeños comerciantes. Optamos por otra vía, la de la negociación,
por la cual se fuerza la solución sin legislar. Está claro que había
que establecer unas reglas para el mercado que por sí solo no
funciona adecuadamente. Precisamente porque el mercado no funciona
adecuadamente es por lo que hay que establecer determinadas medidas.

En lo que podemos diferir es en cómo se solucionanesos problemas.




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Hay opciones por las cuales, como uno no se fía del mercado porque no
funciona adecuadamente, el sector público asigna los recursos. Usted
está en una posición y yo estoy en otra. Cuando decimos que, a la
hora de solucionar un problema, se puede imponer desde arriba una
determinada solución o se buscan las soluciones, que es el
planteamiento que yo defiendo, en contacto con el sector, procurando
soluciones eficaces y que no se tienen que traducir necesariamente en
una modificación legislativa. Son opciones que, al final conducen a
la misma solución. Es toda una teoría económica que, al final,
plasmado en curvas con pendientes en un lado o en otro, vienen a
decir que se establezca un impuesto, es decir que lo gestione
directamente el sector público, o que se busque una negociación entre
los agentes privados para que se ajusten los comportamientos que el
mercado no es capaz de solucionar por sí solo. Es precisamente lo
contrario. Eso ha ocurrido en tarjetas de crédito y eso es lo que
queríamos hacer a través del código de buenas prácticas. Estoy de
acuerdo en que no es suficiente. Soy cabezota, pero no hasta el punto
de equivocarme en lo que debe ser una toma de posición, que ya he
hecho en esta comparecencia.

He avanzado lo que recogíamos en el código de buenas prácticas, pero
habrá que dar unas señales concretas. Por otra parte, repito, lo que
se recogía en el código de buenas prácticas era algo que ya está
recogido en la ley, pero que en algunos casos no se cumple. Por eso
digo: denúnciense los comportamientos contrarios, no sólo ante los
juzgados que tienen competencia en el ámbito mercantil, sino ante el
Tribunal de Defensa de la Competencia cuando se considere que se está
vulnerando la ley. Hágase. Es lo mismo que decíamos antes, hay que
protestar y, por supuesto, el papel del Gobierno es hacerse eco de
las protestas y no permanecer al margen de las circunstancias. Eso es
lo que hacemos en esos foros permanentes de debate que tenemos, en
los que hemos discutido durante mucho tiempo con los proveedores,
a los que tenemos que intentar cuidar, pero sin
aceptar soluciones desde su punto de vista, que son parciales, ya que
no son capaces de percibir que existen unos efectos colaterales que
les acaban perjudicando. Lo he intentado explicar diciendo que si le
cerramos todas las puertas, lo que va a conseguir al final es que el
distribuidor diga, libremente, que con ese señor no contrata, con lo
cual hemos llegado a la reducción al absurdo.

Vuelvo a resumir. Esos problemas estaban detectados y se estaba
trabajando en su solución. Se ha elaborado un código de conducta que
marcaba cuáles eran las líneas que tiene que respetar un distribuidor
serio, en España, aunque ya están recogidas en la ley. Pero el
comerciante debe comprometerse a no pasarse de plazo con los
proveedores, a no hacer ventas en pérdidas y a respetar las reglas de
un buen comerciante. Llegado el momento, habrá que dar una señal
clara -creo que existe el consenso necesario para que lo hagamos-,
pero la que sea más efectiva en aplazamientos de pago. Es importante,
insisto, marcar una señal, que se recogerá en la ley. Lo que haremos
es repetir que la ley establece que esto tiene que ir en esa
dirección, pero disponiendo luego otras medidas que no la hagan
ineficaz, por ejemplo, clarificando en las ventas en pérdidas lo que
se debe recoger en las facturas o los plazos y las formas en que
éstas deben hacerse.

Por tanto, creo que estamos de acuerdo. Hemos mantenido un debate
bastante interesante, en el que se han clarificado posiciones y
planteamientos. Esa es la riqueza de nuestro país, que cuenta con un
sistema en el que podemos dialogar, debatir, compartir y, al final,
enriquecer las soluciones, que es lo que interesa a nuestros
ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.




Se levanta la sesión.