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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 722, de 24/06/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 722



CONJUNTA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DEFENSA



PRESIDENCIA DE LOS EXCMOS. SRES. DON FRANCISCO JAVIER RUPÉREZ RUBIO
Y DON ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO Y LEDO



Sesión núm. 56



celebrada el jueves, 24 de junio de 1999



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia urgente de los señores ministros de Asuntos
Exteriores (Matutes Juan) y de Defensa (Serra Rexach), conjuntamente,
para informar sobre el acuerdo de paz en Kosovo y su aplicación.

Apetición propia. (Número de expediente 214/000127.) ... href='#(Página20592)'>(Página 20592)



- Comparecencia del señor ministro de Defensa (Serra Rexach), para
informar del mandato, composición, misiones, características y costes
de una fuerza española a desplegar en Kosovo al amparo de la reciente
Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. A petición
del Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente 213/001160.)
... (Página 20592)



- Comparecencia del señor ministro de Asuntos Exteriores (Matutes
Juan), para informar sobre los acuerdos y decisiones de la comunidad
internacional para la resolución de la crisis de Kosovo y sus
implicaciones para España. A petición del Grupo Socialista del
Congreso. (Número de expediente 213/001161.) ... href='#(Página20592)'>(Página 20592)



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- Comparecencia del señor ministro de Defensa (Serra Rexach), para
informar sobre la evolución de la guerra de Yugoslavia. A petición
del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número de
expediente 213/001137.) ... (Página 20592)



- Comparecencia del señor ministro de Asuntos Exteriores (Matutes
Juan), para informar sobre el reciente acuerdo de paz alcanzado para
Yugoslavia. A petición del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida. (Número de expediente 213/001157.) ... href='#(Página20592)'>(Página 20592)



Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES (Rupérez
Rubio): Señoras y señores diputados, buenas tardes.

Se abre esta sesión conjunta de las comisiones de Asuntos Exteriores
y de Defensa con la finalidad fundamental de tratar la comparecencia
de los señores ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa para
informar sobre la situación en Kosovo. Hay una petición del Gobierno
en ese sentido y, al mismo tiempo hay dos peticiones dirigidas tanto
al señor ministro de Asuntos Exteriores como al de Defensa, en las
dos comisiones correspondientes, que se verán también en esta sesión,
de las que son autores los grupos parlamentarios de Izquierda Unida y
Socialista y que consideraremos conjuntamente también en ese orden,
y luego naturalmente intervendrá el resto de los grupos parlamentarios
aquí presentes.

Sin más preámbulo doy la palabra al señor ministro de Asuntos
Exteriores, después de haberle dado la bienvenida, como se las doy al
señor ministro de Defensa.

Señor ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señor
presidente, señorías, en mis últimas comparecencias ante SS.SS. para
hablar de Kosovo obligatoriamente me he tenido que referir a
deportaciones, a la destrucción deliberada de un patrimonio secular y
a enfrentamientos armados con muchas víctimas. Por ello constituye
una gran satisfacción para mí presentarme ante las comisiones de
Asuntos Exteriores y de Defensa del Congreso de los Diputados para
relacionar Kosovo con otra palabra demasiado ausente durante mucho
tiempo: paz; una paz sin duda difícil que tendrá que superar todavía
muchos obstáculos, pero también llena de promesas y esperanzas.

Como saben, el Gobierno español ha defendido siempre la necesidad de
buscar una solución política a ese conflicto. Mantuve esa opinión en
las reuniones de la Unión Europea y de la OTAN y fui a Moscú para
defenderla, con mi colega Ivanov, que, por cierto, ha jugado un papel
destacado en el final de esta dolorosa crisis. En cualquier caso,
todo eso pertenece ya afortunadamente al pasado. Se ha ganado la
guerra, pero queda todavía pendiente de conseguir algo más difícil y
complicado: ganar la paz. A ello debemos dedicar desde ahora todas
nuestras energías. Si me lo permiten, quisiera articular mi
exposición en torno a
tres ejes principales. En primer lugar, los elementos de la paz
acordada, tal y como han sido recogidos en la resolución 1244 del
Consejo de Seguridad, en segundo lugar, las perspectivas de futuro y,
en tercer lugar, la participación española.

Respecto de la resolución 1244 de Naciones Unidas quiero destacar
tres aspectos. Primero la resolución recoge de forma explícita todas
y cada una de las condiciones impuestas en su día por la OTAN,
refrendadas por una gran parte de la comunidad internacional, al
Gobierno de Belgrado para llegar a un acuerdo: fin de la represión,
retirada de todas las fuerzas serbias, regreso de los refugiados
y desplazados, despliegue de una fuerza internacional que tenga a la
OTAN como núcleo principal y establecimiento de una administración
civil internacional. A ello se unen las previsiones sobre
desmilitarización del Ejército de Liberación de Kosovo, condición
indispensable, por otra parte, para una paz estable. Esta inclusión
de todas las condiciones previas me lleva a afirmar que se ha logrado
el acuerdo correcto. En segundo lugar, quiero expresar mi
satisfacción por la vuelta al Consejo de Seguridad de la cuestión de
Kosovo. Sólo la paralización de ese órgano de Naciones Unidas obligó
a llevar a cabo acciones necesarias que se han revelado correctas,
pero que hubiéramos preferido ver nacer y decidirse en el Consejo. En
tercer lugar, deseo de nuevo resaltar el papel de Rusia en la
gestación y aprobación de esta resolución. He señalado en diversas
ocasiones que Rusia tiene y tendrá un papel relevante que jugar en
los Balcanes. Su participación en el acuerdo es buena prueba de ello.

Finalmente, quiero mostrar mi satisfacción por el papel clave jugado
por el presidente Ahtisaari de Finlandia, futuro presidente del
Consejo Europeo, y estoy seguro de que SS.SS. compartirán conmigo una
felicitación al presidente de Finlandia.

Alcanzado el acuerdo, la situación actual es la siguiente. Se han
sentado las bases para la paz. El Consejo de Seguridad ha aprobado la
resolución 1244, se ha completado ya la retirada de las tropas
serbias y se han acordado con Rusia las modalidades de su
participación en la fuerza militar internacional, que está
completando su despliegue. Además, ha comenzado el proceso de
desmilitarización y desarme del ELK. A pesar de esos avances tenemos
que decir que todavía quedan ante nosotros retos muy importantes.

Deseo destacar especialmente tres. En primer lugar, hay que mantener
las niveles de ayuda humanitaria. La situación a la que hemos tenido
que hacer frente en Albania



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y en la antigua República yugoslava de Macedonia se traslada ahora en
gran medida al interior de Kosovo. Por ello es preciso continuar el
flujo de ayuda hasta que la situación se estabilice. En la medida en
que fuera necesario, habrá también que extender la ayuda humanitaria
a la república de Serbia, que, naturalmente, ha salido muy dañada de
este conflicto, y aunque está excluida del plan de reconstrucción de
los Balcanes, hasta tanto no se cumplan determinadas condiciones
políticas, de democratización, etcétera no así de la ayuda
humanitaria, que desde luego va a ser objetivo prioritario por parte
de la Agencia Española de Cooperación. Por otra parte, hay que
regular en la medida de lo posible la vuelta de los refugiados. Hacer
volver a sus hogares, protegidos por una fuerza internacional, al
millón de refugiados y desplazados ha sido nuestro principal
objetivo. Es el exponente definitivo de que ha fracasado la política
de limpieza étnica. Sin embargo, seguimos con atención las
advertencias de la señora Ogata sobre la necesidad de evitar un
regreso desordenado que puede tener consecuencias nefastas. Hay dos
grandes test para que finalmente podamos evaluar el éxito del plan
internacional de paz. El primero será el regreso masivo y completo de
todas las personas que habían sido deportadas. El segundo test para
evaluar el éxito de ese plan de paz será observar en qué medida se
evita un nuevo éxodo, en esta ocasión por parte de la población
serbia kosovar, puesto que no se trataba de sustituir una limpieza
étnica por otra, sino de lograr la convivencia entre las distintas
etnias. La tercera prioridad en estos momentos es la puesta en
funcionamiento de la administración civil internacional para Kosovo.

La resolución encarga al secretario general que designe un
representante especial para dirigir esa administración.Ya saben que
el Consejo de Asuntos Generales del pasado lunes expresó su deseo de
que un nacional de la Unión Europea sea designado para ese puesto y
al efecto facilitamos una terna de nombres al secretario general de
las Naciones Unidas, aunque todavía no hay ninguna decisión por parte
del mismo respecto de la persona que llevará a cabo toda esa labor.

Esa administración civil, Unmik, tiene tres tipos de funciones
principales. En primer lugar, llevar a cabo las tareasbásicas de
gobierno y administración de un territorio devastado, proponer
servicios básicos y velar por el orden público y la seguridad. En
segundo lugar, promover el establecimiento, hasta que se alcance un
arreglo político definitivo, de una autonomía sustancial teniendo muy
presente los acuerdos de Rambouillet. En tercer lugar, facilitar el
proceso político que conduzca ya a un estatus definitivo para el
futuro de Kosovo.

Durante los últimos días han tenido lugar intensas consultas con
Naciones Unidas para definir la distribución de competencias entre
las distintas organizaciones internacionales, y el resultado de esas
consultas ha sido distinguir cuatro grandes pilares de la
administración que se corresponderán con la labor y la
responsabilidad directa de otras tantas organizaciones. El Acnur, el
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, se hará
cargo de todas las cuestiones relativas a refugiados: regreso,
instalación y ayuda para los mismos. La OSCE se ocupará de la
organización y observación de las futuras elecciones y del
reforzamiento de la sociedad civil. El Consejo de Europa colaborará
con la OSCE también en esas materias. Naciones
Unidas, como tal, se ocupará directamente, con la colaboración de
los Estados que quieran hacerlo, de las labores de administración
propiamente dichas del territorio, así como de las funciones de
organización del régimen autonómico y negociación del futuro estatus;
en ese sentido, España está estudiando su contribución al contingente
de policía civil que participa en esa misión de las Naciones Unidas.

Finalmente, la Unión Europea va a liderar y financiar en gran parte
el proceso de reconstrucción de la infraestructura económica kosovar.

Para este fin se organizará una primera conferencia de donantes bajo
la dirección de la Comisión Europea del Banco Mundial, y por tanto
los fondos, para la reconstrucción de Kosovo procederán no sólo de la
Unión Europea, que aportará su mayor parte, sino de otros países
donantes e instituciones financieras internacionales.




El amplísimo espectro de funciones a desarrollar por la
administración civil, junto a las de la fuerza internacional militar
que les detallará el ministro de Defensa, da una idea de la
complejidad de la tarea. Quiero destacar dos dificultades
especialmente, primero, las asociadas a la recuperación de una
sociedad multiétnica en Kosovo; por otra parte, la dificultad
inherente a promover una sociedad democrática, limpiamente
democrática, en el marco de un Estado cuyo régimen es básicamente
autoritario, y eso está planteando ya el tipo de relaciones que
España, y de forma más general la Unión Europea, deberá, tener a
partir de ahora con el actual Gobierno de la República Federal de
Yugoslavia.

Quiero reiterar que el Gobierno concede una gran importancia a la
labor del Tribunal Penal Internacional para crímenes de guerra en la
antigua Yugoslavia. En los próximos días se firmará un nuevo acuerdo
de ejecución de sentencias con el Tribunal. Por otra parte, España
enviará a Kosovo un equipo de expertos forenses para colaborar en la
labor de reunir pruebas y evidencias en relación con los crímenes
cometidos.

Señorías, si algo hemos aprendido de Bosnia, es que las enormes
dificultades a las que nos vamos a enfrentar no pueden solventarse en
el marco restringido, y estrecho de un proceso de paz localizado.

Eso, por tanto, no lo podemos repetir en Kosovo. En mi primera
comparecencia ante SS.SS. tras las primeras intervenciones de la
OTAN, el pasado 6 de abril, expuse la necesidad de avanzar en un
proceso de solución global al conflicto de los Balcanes. Ese
sentimiento ha sido compartido por prácticamente todos los colegas
europeos y ha conducido a la iniciativa de la Unión conocida como
pacto de estabilidad. El pasado 10 de junio tuve ocasión de
participar en Colonia, en la aprobación del documento de base de ese
pacto, así como en su lanzamiento formal. Esto es complementario con
los trabajos que en estos momentos estamos llevando a cabo en la
Unión Europea para la adecuación a las nuevas circunstancias de ese
enfoque regional de los Balcanes occidentales y al proyecto de
definición de ese nuevo instrumento de estrategia común de la Unión
Europea hacia los Balcanes encargado ya el pasado mes de diciembre
por el Consejo Europeo de Viena. En estos momentos se prevé una
reunión de alto nivel del pacto de estabilidad, que probablemente se
celebrará en Sarajevo el próximo mes de julio.




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Para terminar, voy a decir unas breves palabras sobre la contribución
de España a este proceso. Como SS.SS. conocen, el Gobierno, con el
apoyo mayoritario de la Cámara ha actuado en esta crisis a varios
niveles: el diplomático, el militar, el económico y el humanitario.

En el futuro nos proponemos mantener y desarrollar estos esfuerzos:
En el terreno diplomático, participando activamente con la comunidad
internacional para asentar la estabilidad en la zona; en el militar,
en la línea que expondrá el ministro de Defensa; en el económico, con
la aportación de fondos para la reconstrucción de Kosovo y con
actuaciones tanto dentro del plan de estabilidad como en el ámbito
puramente bilateral; en el de asistencia, manteniendo el campo de
Hamallaj el tiempo que sea preciso y procediendo a la repatriación
voluntaria de los kosovares acogidos en España cuando se den las
circunstancias necesarias y siempre en coordinación y colaboración
con Acnur.

En suma, creo que podemos estar satisfechos por el papel desempeñado
por nuestro país en la crisis. Hemos estado presentes en los frentes
humanitario, político y militar en la medida entiendo que adecuada.

En el futuro vamos a mantener e incrementar en lo posible esta
presencia.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES El señor
ministro de Defensa tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Señorías, en los
siguientes minutos me propongo complementar la exposición del
ministro de Asuntos Exteriores en lo que se refiere a los aspectos
militares de la operación. Desde este punto de vista, me permitirán
que comience haciendo una reflexión que creo es oportuna.

Han terminado las operaciones militares, operaciones militares sobre
las que, como dije en la comparecencia el 19 de mayo, había el
convencimiento tanto en el Gobierno como en la Alianza Atlántica de
que con ellas se lograría la consecución de los objetivos programados
-los objetivos programados de carácter político fueron expuestos ante
estas comisiones el día 6 de octubre de 1998- y ha sido posible la
consecución de los acuerdos políticos. Quiero decir que quizá con
excesiva frecuencia se utiliza una visión maniquea de lo político y
lo militar. Creo que estas operaciones que han concluido ponen
paradigmáticamente de manifiesto que lo militar no es más que un
instrumento a veces desdichadamente imprescindible y necesario para
alcanzar objetivos políticos. Eso, repito, a mi juicio ha sido una de
las más importantes lecciones de estas operaciones.

Hoy, el Gobierno de la República Federativa de Yugoslavia ha retirado
la totalidad de las fuerzas militares, policiales y paramilitares de
la provincia de Kosovo de la forma y manera acordada por la Alianza
Atlántica. La limpieza étnica y las atrocidades contra los derechos y
la dignidad humanos llevados a cabo por las fuerzas de Milosevic han
cesado y los desplazados albanokosovares han comenzado el regreso a
sus pueblos y a sus casas, todo ello manteniendo la integridad
territorial de la República Federativa de Yugoslavia. Asimismo, la
capacidad militar y policial yugoslava ha quedado drásticamente
disminuida y una fuerza multinacional terrestre de seguridad liderada
por la Alianza Atlántica se está desplegando en Kosovo
para garantizar el acuerdo de paz obtenido, es decir, se está
cumpliendo la totalidad de las condiciones que la comunidad
internacional había exigido a Milosevic y este se había negado a
aceptar.

Señorías, este conflicto deberá ser objeto de estudio y de análisis
profundos durante mucho tiempo, pero hay algunos datos que a primera
vista resaltan las singularidades. Han sido unas operaciones
militares en las que no ha habido, en uno de los lados, ni una sola
baja en combate. Además -no existen precedentes- se ha conseguido
terminar sin necesidad de intervención de las fuerzas terrestres. Por
otra parte, aunque ya se ha debatido en estas comisiones, los daños
colaterales producidos, todos y cada uno siempre lamentables, en
comparación con cualquier conflicto anterior, han sido absolutamente
mínimos.

Otro dato importante es que desde el punto de vista de los europeos
ha empezado a producir consecuencias. Quizá la principal sea el
empuje que se ha dado, como ha explicado el ministro de Asuntos
Exteriores, al segundo pilar de la Unión Europea, en la cumbre de
Jefes de Estado y de Gobierno de Colonia, en la que quedó claramente
establecida la necesidad de trabajar en la consecución de una
política exterior y de seguridad común y de obtener las capacidades
militares imprescindibles y necesarias para hacerla posible. Quizás
dos factores tan heterogéneos como son la entrada en vigor de la
moneda única, el euro, y la llamativa y notable insuficiencia de
capacidades militares europeas puesta de relieve en estas
operaciones, han confluido para que se haya puesto de manifiesto -así
se recogió en el Pleno del Congreso la semana pasada con motivo del
debate en que intervino el presidente del Gobierno-, la necesidad
urgente de subvenir y de paliar esas debilidades o esas necesidades
europeas. Como ha dicho también el ministro de Exteriores, hay que
concentrarse ahora en ganar la paz, lo que quiere decir que nos
espera una ingente labor de reconstrucción, tanto de Kosovo como de
Montenegro, y si se cumplen las condiciones exigidas por la comunidad
internacional, también en la propia Serbia.

Para lograr estos objetivos, la Alianza Atlántica ha puesto en marcha
la llamada operación Joint Guardian, en virtud de la cual se está
procediendo al despliegue de una fuerza terrestre internacional de
seguridad denominada Kfor, Kosovo Force, que se está encargando de
poner en práctica el acuerdo de paz alcanzado. Esta operación ha sido
posible tras la firma de un acuerdo técnico-militar con las
autoridades militares yugoslavas en Kumanovo, Macedonia, y a su vez
la operación ha sido autorizada, como ha se ha dicho, por la
resolución 1244/99, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este
despliegue se está llevando a cabo de acuerdo con un plan que
establece cinco sectores asignados a Alemania, Estados Unidos,
Francia, Italia y Reino Unido. Los cuarteles generales de las cinco
brigadas, al mando de generales de cada una de estas naciones,
estarán ubicados en Prizren, el alemán; en Gnjilane, el de Estados
Unidos; Kosovska-Mitrovica, el de Francia; Pec, el italiano, y
Pristina, el del Reino Unido. El total de efectivos actuales
desplegados en Kosovo supera los 14.000 soldados. Es de señalar que
la retirada de las tropas serbias se ha realizado con antelación a lo
señalado en los planes previstos en el citado acuerdo técnico-militar
y puede darse ya por finalizada, a pesar de que se vio dificultada



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por razones de muy variada índole, desde congestiones de tráfico a
falta de combustible y también a algún conflicto con el UCK.

Una vez cerrado el acuerdo militar, suspendidos los bombardeos
aliados y con una resolución de Naciones Unidas que respalda la
presencia militar internacional, se produjo una irrupción inesperada
de una fuerza rusa en el teatro de operaciones, cuando el modelo de
participación y composición de las tropas aún no había sido definido.

Ello abrió, como conocen SS.SS., un nuevo frente de tensión en las
relaciones entre la Alianza y Rusia. En efecto, mientras las tropas
aliadas hacían sus preparativos, un contingente de tropas rusas
compuesto por 178 hombres, 10 blindados, cuatro piezas de artillería
autopropulsada y 35 vehículos de apoyo, tomó posiciones en el
aeropuerto de Pristina, consiguiendo un golpe de efecto tanto ante la
opinión pública mundial como muy principalmente ante la rusa,
intentando conseguir una posición de fuerza para negociar su
participación en la citada Kfor. Al parecer, la pretensión era la de
ocupar la parte norte de Kosovo, estableciendo un sector autónomo
bajo mando ruso y con la participación de unos 10.000 hombres.

La contrarréplica aliada que negoció en Moscú y Helsinki una
delegación de Estados Unidos se movió en dos niveles; un primer nivel
para llegar a un acuerdo para que el contingente ruso desplegado en
Pristina quedase congelado y pasase a formar parte de Kfor, según el
modelo utilizado en Bosnia, y un segundo nivel para retomar las
negociaciones bilaterales para, también según el modelo de Bosnia,
desarrollar acuerdos basándose en la no inclusión de la participación
rusa bajo mando directo de la Alianza pero sí de una nación
individual. El acuerdo se alcanzó el 18 de junio estimo que es muy
satisfactorio para todos y tiene como términos principales los cinco
siguientes. Será una misión única bajo mando del comandante de Kfor.

La dirección política de la operación recaerá en el Consejo
Atlántico, utilizándose el Consejo conjunto permanente como foro de
consulta para resolver cualquier problema relativo a la participación
rusa. El comandante de Kfor podrá ordenar a unidades de la OTAN a
actuar en aquellas áreas en las que se encuentren tropas rusas. Se
han delimitado las funciones de ellas, así como también de las
aliadas, que se han hecho cargo del aeropuerto de Pristina. Por
último, el control del espacio aéreo y de los movimientos de tierra
será único. Las tropas rusas se desplegarán en tres sectores, cuya
responsabilidad recae en Estados Unidos, Alemania y Francia, con un
máximo de 3.600 efectivos, que nunca podrán suponer más de cinco
batallones. A mi juicio, lo más importante de este acuerdo es la
reincorporación de Rusia a la línea general mantenida por la
comunidad internacional y, como consecuencia, el restablecimiento de
las relaciones suspendidas entre Rusia y la Alianza Atlántica.

Felizmente, se ha producido la activación de los mecanismos de
diálogo contemplados en el acta fundacional que habían interrumpido
su funcionamiento al inicio de los bombardeos.

El éxito de esta operación Joint Guardian, de la actuación de Kfor,
pasa indiscutiblemente, y así lo hemos hecho saber en Bruselas la
semana pasada tanto el ministro de Asuntos Exteriores como yo mismo,
por la necesidad de una escrupulosa imparcialidad con respecto a las
partes en
conflicto. Algunas acciones revanchistas de los últimos días a cargo
del UCK y la exigencia de cumplir lo dispuesto en la resolución de
Naciones Unidas ha conducido a la Alianza a elaborar un plan para la
desmilitarización de este grupo armado. Una vez conseguida esta
desmilitarización, para la que se fija un plazo no superior a 90
días, va a ser necesario el establecimiento de nuevas instituciones
kosovares y especialmente de nuevas estructuras policiales que
garanticen la continuidad y la permanencia del ambiente estable y
seguro, que, como les diré a continuación, constituye una de las
misiones de la Kfor.

Las misiones son muy numerosas. No les voy a hacer mención de todas,
porque son, como digo, muy variadas. Me limitaré a decir que los
cometidos militares principales son supervisar y asegurar el
cumplimiento, tanto del acuerdo técnico-militar como del acuerdo de
paz, utilizando si fuere necesario la fuerza armada. Esto incluye
verificar y, si es necesario, imponer la retirada de las fuerzas de
la República Federal de Yugoslavia y el regreso y presencia de las
fuerzas que posteriormente se acuerden; supervisar y, si fuera
necesario, imponer la desmilitarización de lo que se denominan las
otras fuerzas, entre otras, el UCK, y comprende también la
autorización y control de todos los movimientos militares en Kosovo,
incluyendo el control del espacio aéreo civil y militar. El segundo
cometido militar principal es establecer, como les decía, un ambiente
seguro para que las autoridades apropiadas puedan estar en
condiciones de cumplir sus cometidos y llevar a cabo operaciones de
seguridad pública y otras funciones no estrictamente militares. En
tercer lugar, desarrollar estructuras de cooperación cívico militar
apropiadas, coordinar, en cuarto lugar, con Acnur y otras
organizaciones, el regreso de refugiados y supervisar la señalización
y limpieza de campos de minas. Además, donde sea necesario para las
operaciones de Kfor, identificar, señalar y, cuando sea necesario,
limpiar los campos de minas, obstáculos y artificios sin explosionar.

Hay cometidos de apoyo principales, hasta que no puedan realizarlo
las organizaciones no gubernamentales, o las organizaciones
internacionales pertinentes, que coinciden con lo expuesto por el
ministro de Asuntos Exteriores. Dentro de los medios y capacidades
que tengan, deben ayudar al mantenimiento de la libertad de
movimientos en organizaciones internacionales en el cumplimiento de
sus funciones; apoyar al representante civil y a las agencias
internacionales en el cumplimiento de sus responsabilidades en
Kosovo; ayudar a crear las condiciones necesarias para que otras
organizaciones cumplan sus cometidos asociados al eventual acuerdo de
paz, incluyendo la celebración de elecciones libres; y por último, y
quizá lo más importante, asistir y apoyar al Tribunal Penal
Internacional que juzga los crímenes de la antigua Yugoslavia. Con
ello se da cumplimiento a la solicitud de Naciones Unidas de cooperar
con este tribunal. En este sentido se está analizando la mejor forma
de colaborar y hay ya unos proyectos de acuerdos de coordinación, que
están siendo considerados en estos momentos. Mientras se perfila este
marco de colaboración, el Consejo Atlántico ha autorizado la
inclusión de una regla de enfrentamiento, en concreto la L-31, por la
que se autoriza a Kfor a proceder a la detención de personas acusadas
por este tribunal con las que entre en contacto durante la ejecución
de los cometidos asignados. Como les



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decía, ahora esta fuerza militar internacional tiene que cumplir
estas misiones para garantizar el cumplimiento de los acuerdos y, en
definitiva, conseguir la totalidad de los propósitos que se habían
fijado de antemano por la comunidad internacional.

Por lo que se refiere a la participación española, el acuerdo, como
saben SS.SS., del Consejo de Ministros de 26 de febrero pasado,
autorizó la participación de tropas españolas con un máximo de 1.200
efectivos y por un período de un año, así como el empleo de los
medios navales y aéreos indispensables para dar apoyo logístico a
dichas tropas. Asimismo autorizó la ampliación del plazo concedido
por acuerdos del Consejo de 9 de octubre de 1998 para la
participación de medios del Ejército del Aire en las operaciones
aéreas en relación con esta crisis, hasta la finalización del período
señalado para las fuerzas terrestres. El día 9 de junio la Alianza
emitió la orden de activación del plan de operaciones de la referida
Joint Guardian, plan actualizado, y en respuesta a dicha orden del
día 9, dos días después, el 11 de junio, el jefe de Estado Mayor de
la Defensa envió al Saceur, al mando supremo aliado en Europa, la
disponibilidad de las fuerzas españolas que se integrarán en la Kfor,
formando parte de una brigada multinacional italiana, a la que antes
hemos hecho referencia, también con efectivos portugueses; brigada
que estará al mando de un general italiano y de la que el coronel
español es el segundo jefe.

Los elementos más importantes que forman este contingente son: un
batallón de infantería mecanizado de la brigada legionaria, con 660
legionarios y dotado de 90 BMR, blindados medios sobre ruedas; una
unidad de zapadores, sobre la base de la compañía de ingenieros
legionaria, con equipos de desactivación de explosivos Tedax, para
las finalidades de emisiones y artificios sin explosionar a que antes
me he referido; una unidad de operaciones especiales de la fuerza de
maniobra; una unidad de apoyo de mando; un equipo de control
aerotáctico del Ejército del Aire; un equipo de la Guardia Civil para
funciones de policía militar, 15 personas; un equipo de cooperación
cívicomilitar, también para las funciones de esta índole a las que me
he referido; y un elemento de apoyo logístico nacional y escalón
médico avanzado terrestre con 333 militares. De modo adicional se
integrarán, tanto en el cuartel general de Kfor como en el cuartel
general de la brigada multinacional italo-hispano-portuguesa, los
efectivos necesarios.

La incorporación del contingente se está realizando de acuerdo con el
siguiente programa: El pasado día 19 salió el destacamento avanzado,
compuesto por la comisión aposentadora y personal asignado al cuartel
general de la brigada, que fueron transportados, en dos aviones T-10,
del Ejército del Aire, a Skopje, desde donde se trasladaron a Pec. El
día 20 se inicio el embarque del grueso del contingente, los cuatro
buques de asalto anfibio del grupo Delta de la Armada, en los puertos
de Almería y Valencia, saliendo a la mar el día 22 con destino a
Tesalónica, donde está previsto que lleguen el próximo día 27. Hay
que decir que el buque Aragón el mismo día de salida tuvo que ser
destacado a la base naval de Cartagena para reparar una avería en el
sistema de propulsión, avería que ya está reparada , por lo que ha
salido de nuevo a la mar. El despliegue de las unidades en Kosovo en
la zona que se les ha asignado se
realizará entre los días 28 y 30 de junio. Por otro lado, hago
mención de que continúan, tanto las labores militares realizadas para
la traída de acogida de refugiados en España, como para la
construcción del campo de refugiados de Hamallaj, cuyo acto formal de
transferencia se realizó a Acnur el pasado día 16 y que ha permitido
que Cáritas y Cruz Roja española se hagan cargo de la gestión del
mismo. Tan sólo queda la culminación de la perforación de un pozo
para la obtención de agua potable y su canalización.




Como ultimo punto a tratar en mi exposición, señorías, voy a
informarles del final de la operación Allied Force, haciendo una
síntesis breve de la actuación de las Fuerzas Armadas españolas en
este conflicto. Como les he dicho, el día 10 de junio se suspendieron
los bombardeos, que se habían iniciado el 24 de marzo, aunque los
aviones continuaron realizando misiones de reconocimiento y
vigilancia de la retirada de tropas yugoslavas y de protección del
avance de las aliadas hasta el pasado día 20. En esta fecha, al
haberse completado la retirada de las fuerzas serbias, se dieron por
terminados los ataques aéreos y posteriormente se paso a la fase
cuarta de la operación, consistente en el redespliegue a sus bases de
origen de gran parte de los medios aéreos asignados a Saceur, 831
aviones basados en tierra y 81 basados en portaaviones. Del orden de
300 aviones aliados han regresado a sus bases, entre ellos dos F-18
españoles, que han llegado el pasado día 22 a Zaragoza. Estos F-18
participaron, desde el inicio de la fase 1, del 24 de marzo, tomando
parte ya en la primera oleada que se realizó ese día. Para nuestros
aviones se han programado 352 salidas, de las que han realizado 264,
con un total de 1.014 horas de vuelo. Además, se han realizado
labores de reabastecimiento en vuelo y labores de transporte. En
resumen, la eficacia general de los F-18 españoles ha sido
ligeramente superior al 80 por ciento, lo cual supone, a falta de
confirmación de cifras definitivas, una eficacia superior a la media
obtenida por la Alianza. Es decir, otra vez el Ejército del Aire ha
respondido al reto que suponía la participación en este conflicto con
la profesionalidad y eficacia que ya eran conocidas por su actuación
en anteriores operaciones, por lo que entenderán SS.SS. que me
permita utilizar este foro para expresarles nuestro agradecimiento y
felicitación por un trabajo bien hecho que prestigia a España.

Por otro lado, en el Adriático, las unidades navales españoles
integradas en Stanarforwed, que fueron sucesivamente las fragatas
Numancia, Victoria y Navarra, han realizado operaciones navales de
apoyo a la Allied Force, asumiendo sus comandantes las funciones de
jefes de la guerra antiaérea, coordinadores de guerra electrónica y
coordinadores con las autoridades italianas para el control de
refugiados, lo que demuestra la confianza de los mandos navales
aliados en los comandantes españoles. Han hecho en total 136 días de
mar. A partir del 25 de mayo, el Saceur decidió que Stanarforlant,
por la sobrecarga de trabajo, se incorporara a la operación naval de
apoyo y en esta agrupación está integrada la fragata Asturias que se
encuentra en aguas del Adriático desde dicha fecha. Por último, los
buques de aprovisionamiento Marqués de la Ensenada y Patiño han
realizado un total de 62 días de mar, proporcionando apoyo logístico
a los buques aliados en el Adriático; han transvasando más de 19.200
toneladas de



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combustible para buques y 603 de combustible para helicópteros en 99
maniobras de aprovisionamiento en la mar.

Esto, señorías, es el resumen de la finalización de las operaciones
Allied Force, de la participación española en las mismas, que creo
que han mantenido alto el pabellón nacional y han contribuido, junto
con los otros aliados, la consecución de los objetivos políticos que
nos propusimos al comienzo de las operaciones.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA (Muñoz-Alonso y Ledo):
Muchas gracias, señor ministro de Defensa.

Pasamos a las intervenciones de los grupos. (El señor Estrella
Pedrola pide la palabra.)
Señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Entiendo, como creo que ha dicho antes el
presidente Rupérez, que intervendrían primero los grupos que habíamos
solicitado la comparecencia del Gobierno. Mi grupo la solicitó antes
de que el propio Gobierno la solicitara.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Efectivamente, eso
vamos a hacer. Van a intervenir primero los grupos que han pedido las
comparecencias. Según los datos que tenemos, hay una primera
comparecencia solicitada por el Grupo de Izquierda Unida. Por tanto,
intervendrá primero el Grupo de Izquierda Unida, después el Grupo
Socialista, y después el resto de los grupos.

Las intervenciones de los grupos les recuerdo que son del orden de
los diez minutos, que por supuesto pueden distribuir entre los
portavoces de ambas Comisiones, si así lo desean.

Tiene, en primer lugar, la palabra el Grupo de Izquierda Unida, y en
concreto el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Le solicito, señor presidente, que controle la
intervención para que los dos portavoces de Izquierda Unida podamos
tener el tiempo necesario para poder articular nuestro discurso.

Decía el señor Matutes que hemos ganado la guerra. Yo le recordaría
que, en períodos de guerra, lo que es prolijo son los discursos
caracterizados por la falta de objetividad, por una falta de análisis
profundo, condenando cualquier tipo de disidencia, de crítica, como
le ha ocurrido en parte a nuestra formación política por criticar la
actitud de la OTAN en este conflicto. Por tanto, el resumen que yo
haría de esta guerra es que la hemos perdido todos, absolutamente
todos; la comunidad internacional. Porque tenemos que subrayar de
nuevo algo que ha sido una de las características de este conflicto,
que es que hemos dejado de lado la primacía del derecho. Curiosamente
los elementos que nosotros hemos subrayado como críticos para fijar
nuestra distancia sobre esta guerra contra Yugoslavia son los mismos
que la propia OTAN ha justificado para su intervención. Curiosamente,
la OTAN decía, para justificar su acción contra Yugoslavia, que era
para salvaguardar la democracia, los derechos humanos y la primacía
del derecho. Por estas mismas razones nosotros hemos estado contra
esta guerra. Ninguno de estos tres objetivos que servían
a la OTAN para justificar su ataque a Yugoslavia se ha cumplido, ni
la propia OTAN los ha cumplido. Al margen de su propio derecho, del
propio estatuto OTAN, de Naciones Unidas, ha provocado un mayor caos
respecto a lo que se pretendía preservar, que era la limpieza étnica,
los desplazamientos masivos de albanokosovares. Lógicamente, en
cualquier guerra siempre el líder de ese país sale fortalecido por lo
que se llama esa unidad nacional contra el invasor, a pesar de que
ese líder esté investido, como éste, de todos los adjetivos que
queramos añadir en cuanto a genocida, en cuanto a dictatorial, en
cuanto a vulnerador de derechos humanos básicos y fundamentales. Esas
son nuestras justificaciones para decir que hemos perdido todos la
guerra.

También la ha perdido la Unión Europea, que de nuevo ha hecho un
ridículo espantoso, teniendo que hacer un reiterado seguidismo de las
decisiones de los intereses norteamericanos. Ytambién ha perdido,
como decía antes, Naciones Unidas. Usted, señor Matutes, hablaba en
el año 1998 en Naciones Unidas sobre el papel que debe jugar Naciones
Unidas para salvaguardar la paz, la justicia internacional.

Evidentemente que usted ha olvidado lo que dijo en aquella ocasión y
ha dejado que Naciones Unidas esté hoy relegada a un papel mucho más
marginal que el que se pretendía alcanzar con las reformas iniciadas,
no todavía ejecutadas, pero que pretendían situar a Naciones Unidas
como ese elemento central, como ese tronco sobre el que pivotaría la
solución de los conflictos internacionales.

Nosotros pensamos que también ha perdido el futuro internacional.

¿Qué estabilidad va a haber en el futuro en el mundo con este tipo de
criterios? Cuando estábamos hablando de la primacía del derecho,
¿cuántas cuestiones hay que reformar para que actuaciones como estas
estén enmarcadas en el derecho? No sólo estábamos hablando de la
Carta de Naciones Unidas y de la propia OTAN, modificada en
Washington recientemente. Estamos hablando de nuestro país. ¿Habrá
que reformar también la propia Constitución? ¿Habrá que reformar
quizá también la resolución aprobada por unanimidad en el Congreso de
los Diputados, el Código Penal? Son un montón de elementos que a
nosotros no nos permitían estar ahí si queríamos estar dentro del
derecho, en eso que la OTAN llamaba la primacía del derecho.




Hemos estado intentado obtener del Gobierno una serie de
informaciones que consideramos fundamentales para poder hacer un
seguimiento de todo este conflicto. Nos hemos encontrado con que
información fundamental para nuestro posicionamiento no se nos ha
dado, a veces justificándola bajo el epígrafe de top secret. Nosotros
queríamos ver si realmente la OTAN estaba actuando, tal como eran sus
propias comunicaciones, contra la maquinaria de guerra yugoslava y le
hemos pedido información de cuál era el grado de eficacia alcanzado
por las acciones militares de la OTAN contra ese poderío militar
yugoslavo. La respuesta es que esa evaluación de daños de la OTAN
tiene la clasificación de Nato confidential y que, por tanto, no nos
la pueden suministrar.

Creo que es importante que ahora que ya estamos en una paz, y espero
que sea definitiva, de este proceso, reclamemos nuestro derecho a
saber toda la verdad sobre este conflicto, la verdad sobre las
causas, no sólo ya las que



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conocemos del hostigamiento de la limpieza étnica de Milosevic, sino
las causas colaterales, que han sido otras de las características de
esta guerra. Los daños colaterales que ha producido la guerra, no en
cuanto a lo que se aplicaba cuando había bombardeos, que eran las
propias víctimas civiles, sino esos daños colaterales que han puesto
la guerra para el equilibrio internacional.

Le comenté la seria preocupación que tenía nuestro grupo sobre la
posibilidad de reactivar una nueva guerra fría. Curiosamente ha
habido distintos altibajos a lo largo de esta guerra, que tenían una
cierta relación con las fluctuaciones, con las distintas crisis
políticas que se estaban produciendo en Rusia. Yo creo que sería
bueno conocer qué grado de relación ha existido entre el progreso, el
mantenimiento de la guerra o la finalización de la guerra, con
algunas de las decisiones y de las propuestas que Rusia ha ido
realizando a lo largo de este tiempo respecto a una que era
terriblemente importante y grave para la estabilidad internacional,
cual fue, en la parte final de la guerra, la declaración del
Parlamento ruso de que, si había una intervención terrestre, ellos
acudirían para combatirla. Quiero decir que hay un montón de
elementos que todavía hoy no están clarificados.

Quiero también resaltar el triste papel que España ha jugado en el
conflicto, con el presidente Aznar a la cabeza, un papel que nosotros
hemos calificado de halcón pero que, incluso días antes de la
finalización de la guerra, él seguía insistiendo en que ningún país
aliado debería valorar críticamente la posibilidad de una acción
terrestre en Yugoslavia. Es lamentable cómo España ha sido uno de los
países adalides del mantenimiento de la guerra, de la incentivación
de los ataques, y qué papel tan triste hemos jugado para consolidar
la paz. ¿Cómo se consigue que los aliados, la comunidad internacional
paralicen la guerra? ¿Cuáles son los requisitos? ¿En qué condiciones
se consigue un escenario proclive a la paz? Sólo cuando Estados
Unidos permite que esa paz se produzca. De la misma forma que son los
intereses de Estados Unidos quienes posibilitan que en Rambouillet no
haya un acuerdo. Usted dice que la resolución 1244 recoge todas las
exigencias de OTAN. Eso no es así. OTAN rebajó el nivel de exigencia,
para que pudiese haber una aceptación por parte tanto de Rusia como
de la propia Yugoslavia. Porque la resolución 1244 no es Rambouillet.

Si la resolución 1244 hubiese sido el elemento fundamental de la
negociación entre los serbios y los albanokosovares, desde luego la
guerra no se hubiese producido, pero ustedes necesitaban un acuerdo
de imposible aceptación por parte de Yugoslavia. Lo que pretendía de
alguna forma Rambouillet en aquellas famosas cláusulas secretas y
ahora conocidas, era convertir toda Yugoslavia en un protectorado.

Por tanto, nosotros lamentamos que hayamos perdido también esta
guerra, lamentamos que el futuro de la estabilidad internacional esté
asentado sobre los pilares que actualmente ustedes han justificado
con esta actuación. No nos digan que no había intereses económicos,
intereses políticos...




El señor PRESIDENTE: Señor Navas, termine, por favor.

El señor NAVAS AMORES: Un minuto, para terminar.

Había intereses de todo tipo para Estados Unidos. ¿Qué pensaríamos si
estos criterios se utilizasen en el futuro para conservar la paz,
para defender la democracia, para defender los derechos humanos, para
defender la legalidad internacional, si aplicásemos este criterio en
el conjunto de los países? ¿Qué pasaría si nosotros aplicásemos estos
criterios en Indonesia, en Arabia Saudí, Turquía, Marruecos, con los
saharauis, Colombia? En todos esos países existen circunstancias que
justificarían la aplicación de sus criterios y afortunadamente, digo
afortunadamente, ustedes no lo están aplicando. Porque entendemos que
hay vías políticas. Cuando ustedes dicen que la alternativa militar
es un instrumento de las medidas políticas, sólo puede ser ese
instrumento dentro del derecho. Y ustedes lo han aplicado fuera del
derecho. Hay que dar una alternativa a las vías políticas. Lo que no
sirve es entablar una negociación política con criterios de imposible
aceptación por la parte contraria. Por consiguiente, ustedes han
posibilitado que estallase la guerra y han posibilitado que estallase
la paz cuando ya habían cumplido sus objetivos. Se ha destruido una
parte importante de Yugoslavia, con un retraso de 30 años. Deben
ustedes asumir estos daños colaterales. España ha participado en la
destrucción de Yugoslavia y España debe participar en su
reconstrucción.

La ayuda humanitaria, por la que usted ha pasado tan alegremente por
encima, no puede ser la que ustedes están proponiendo hasta estos
momentos. José Juan Ortiz, director del programa del comité español
del fondo de Naciones Unidas para la infancia, Unicef, ha declarado
que el Gobierno español ha sido de los pocos que no ha respondido
a las cuatro convocatorias de recaudación que ellos han pedido. La
sociedad española es justamente la quinta, a nivel mundial, a la hora
de aportar lo que son fondos y recursos para esta organización. Y
sólo habían pedido 7.200 millones a la comunidad internacional.




El señor PRESIDENTE: Señor Navas, vaya concluyendo, por favor.




El señor NAVAS AMORES: Sí, señor presidente, ya concluyo.

Para Unicef, 7.200 millones de pesetas, para intentar solventar el
daño de los refugiados, del millón de refugiados, y está calculado
que un 60 por ciento de ese millón de refugiados son niños. Habían
pedido 7.200 millones y han podido recaudar la mitad. Ese es el valor
ético y moral de la comunidad internacional cuando se habla de la
actuación en Yugoslavia. ¿Cómo se puede caracterizar la actuación de
los aliados? No tienen autoridad moral cuando permiten que esto
ocurra con la ayuda humanitaria y cuando permiten que, en el contexto
internacional, estén conviviendo situaciones similares y que la
comunidad internacional de los aliados lo esté permitiendo, simple y
llanamente porque son aliados. Y usted ya sabe lo que opina Estados
Unidos de sus aliados, a pesar de que incumplan los criterios de
derechos humanos y democracia, etcétera. Mientras que sean mis
aliados, son buenos aliados, a pesar de que estén impregnados de
conductas deleznables, tales como las que se han imputado a
Milosevic.




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El señor PRESIDENTE: Señora Maestro.




La señora MAESTRO MARTÍN: Señores ministros, señorías, no quiero
comentar esa celebración de haber ganado la guerra, porque me parece
uno de los mayores sarcasmos que se pueden realizar. Sin embargo, sí
ha terminado una de las intervenciones militares más cobardes y más
sucias de la historia de la humanidad. Ustedes provocaron el
estallido de Yugoslavia, ustedes provocaron el desencadenamiento de
la guerra y deprisa y corriendo han traído de la mano al Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas y a una legalidad internacional
vulnerada. La historia se escribirá y la historia dirá que esta es la
guerra de agresión de Estados Unidos y la OTAN contra un país
soberano.

Solamente los datos que les voy a dar, señorías, hablan de qué tipo
de agresión se ha desencadenado. Siete días después de la aceptación
por parte del Gobierno yugoslavo de la propuesta de paz se produjeron
3.684 vuelos de la OTAN y 996 ataque contra objetivos de todo tipo,
incluidos los civiles. En 79 días de guerra una descomunal fuerza
económica, militar y tecnológica ha llevado a cabo sobre un pequeño
país en desarrollo 35.788 misiones de combate y apoyo. No se buscaban
soluciones políticas. El silencio cómplice del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas no va a permitir que se olvide, y voy a enumerar,
porque se lo merece, el bombardeo del tren de pasajeros de Grelica,
el convoy de refugiados albanokosovares de Yakovica a Pec, de los
barrios de Belgrado, de Nis, de Novisad, de la televisión servia, del
autobús en Luzane, del mercado y el hospital de Nis, de 18 sedes
diplomáticas, incluida la de la República Popular China, de centrales
eléctricas, de redes de agua potable, de hospitales, de puentes, de
ferrocarriles y de carreteras. Ustedes, que son tan aficionados a las
grandes palabras, ¿se puede llamar o no genocidio a la acción
deliberada para destruir el abastecimiento de recursos
imprescindibles a la población civil? ¿Se llama o no genocidio
o crimen contra la humanidad la utilización de bombas
internacionalmente prohibidas, como son la de uranio empobrecido, o
bombas de racimo, bombas sísmicas en áreas urbanas, bombas de grafito
que producen la destrucción de centrales eléctricas? Eso no, señores
ministros. La violación de los convenios de Ginebra, del derecho
internacional humanitario y de las prácticas y costumbres de la
guerra. ¿Es así como se protege a los albanokosovares y como se evita
su salida masiva; con 860.000 refugiados, según Acnur, después del
inicio de los bombardeos?
Evidentemente, señores ministros, ustedes han hipotecado de la mano
la soberanía y la dignidad de este país y la soberanía de la Unión
Europea. Ésta ha sido la guerra de Estados Unidos. Estados Unidos ha
aportado el 74 por ciento de los aviones de combate, el 97 por ciento
de los aviones de reabastecimiento y el 90 por ciento de las bombas
guiadas por láser, todas ellas norteamericanas. Pero ha llevado de la
mano a los supuestamente soberanos gobiernos de la Unión Europea para
que cumplieran su función, su función de negar cualquier posibilidad
de voz soberana e independiente de la Unión Europea, que ya se
presagiaba con algo que mi fuerza política no se cansará de repetir y
que es todo un símbolo, el hecho de que el jefe de la misión de
observación para Yugoslavia de la OSCE fuera un norteamericano,
William Graham Walker, el mismo que se encargó de la
financiación de la contra nicaragüense con dinero del narcotráfico y
que asistió impasible al asesinato de los jesuitas en El Salvador. Ha
sido la guerra de Estados Unidos, ha sido la guerra protagonizada por
las empresas fabricantes de armas, que han visto de manera alborozada
cómo subían sus cotizaciones en Bolsa, dinero que les ha permitido
pagar el banquete del 50 aniversario de la OTAN, celebrado en
Washington el 24 de abril. Estamos, señores ministros, ante una nueva
fase de la OTAN, la OTAN de un nuevo concepto estratégico y de una
iniciativa de capacidades defensivas, que es exactamente la
autoatribución del derecho de intervención a escala planetaria, eso
sí, sin guerra fría, sin enemigo real y transformada en una alianza
ofensiva que atacará en adelante sin ser atacada cuando sus intereses
así lo demanden y al margen de Naciones Unidas y el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas si no le es lo suficientemente dócil.

Eso sí, cocinando previamente máscaras de intervenciones
humanitarias, mediáticamente preparadas, concepto éste de injerencia
humanitaria o intervención humanitaria que nadie ha definido y que
las Naciones Unidas no han acordado. El pretexto era Rambouillet, el
incumplimiento de los acuerdos de Rambouillet.

Por pedagogía política, señores ministros, yo les pregunto si
ustedes, como miembros de un Gobierno de un país supuestamente
soberano, hubieran aceptado alguna vez la aplicación del apéndice B,
en su párrafo 8.o, que decía exactamente que el personal de la OTAN
así como sus vehículos, enseres, aviones y equipos podrán transitar
libremente y sin restricción de ninguna clase por la República
Federal de Yugoslavia y su espacio aéreo y sus agua territoriales.

¿Entienden ustedes que esto es una condición aceptable para un país
soberano?



El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señora
Maestro, vaya concluyendo.




La señora MAESTRO MARTÍN: Termino, señor presidente, y lo hago con
algunas preguntas.

Ustedes, que tan aficionados son a hablar de genocidio, han
conseguido solamente que el Tribunal Penal Internacional para la ex
Yugoslavia acusara al Gobierno de Yugoslavia de asesinato de 300 y
pico personas, 45 de ellas en Racak y 295 después de iniciada la
guerra. Por cierto, en este momento en el que la militarización
permite la llegada de mayor información, ¿han comprobado ustedes si
las fosas comunes están llenas de albanokosovares asesinados -por
colaboracionistas- por fuerzas de la UCK? ¿Saben ustedes que los
asesinatos de la UCK se están cometiendo, fundamentalmente, sobre
albanokosovares?
Señorías, el quebrantamiento del derecho internacional que se ha
producido hace que podamos afirmar, desde esta humilde fuerza
política, que los protagonistas del descrédito de Naciones Unidas
nunca restablecerán los principios que han pisoteado. La comunidad
internacional no son los países de la OTAN que representan al 15 por
ciento de la población mundial. Ami entender, aquí ha habido
intervenciones que llevan a la confusión y quiero señalar que la
resolución de Naciones Unidas hablaba de desmilitarización



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de la UCK, frente a desarme de la UCK. La sutil diferencia es de
calado. Desmilitarización se refiere a la expropiación de armamento
pesado mientras se conserva el armamento ligero.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señora
Maestro, vaya concluyendo.




La señora MAESTRO MARTÍN: Termino, señor presidente, en este momento.

Quiero decir que me siento orgullosa de pertenecer a un pueblo que en
su inmensa mayoría no ha sabido aceptar su propaganda de guerra. Si
el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia ha llevado a su
fiscal a dimitir después del deshonroso papel que le ha tocado jugar,
si el derecho internacional se restablece, ustedes, como
representantes de un Gobierno que ha llevado a la guerra a un país
soberano, tendrán que responder ante la historia. (El señor Robles
Fraga: Eso lo dijo Castro una vez.- Rumores.)



El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Yo les
pediría a todos que, en la medida de lo posible, se atengan a los
tiempos porque eso redunda en beneficio de todos. Es intención de las
presidencias, cuando nos vayamos acercando al final de la sesión,
contemplar la posibilidad de un derecho de réplica, pero será muy
difícil si el tiempo ha transcurrido de tal manera que se hace
materialmente imposible.

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra, en primer lugar, el señor
Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Intentaré hablar más rápido.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: O hablar
menos, que es otra fórmula.




El señor ESTRELLA PEDROLA: En cualquier caso, dedicaré unos segundos
a agradecer la presencia de los dos ministros y a señalar que esa
presencia y la información que se haya podido recibir (como, por
ejemplo, la información que recibieron del ministro de Asuntos
Exteriores, después de la reunión del Consejo Atlántico con el señor
Ahtisaari) es importante y forma parte de un proceso que para
nosotros es necesario, y eso hace quizá más importante este acto. Mi
grupo viene pidiendo al Gobierno, desde hace bastante tiempo, un
ejercicio doble, de cumplimiento de normas que están acordadas por la
Cámara y de responsabilidad, para que el Gobierno esté acompañado
ante decisiones importantes; decisiones que, como el propio Gobierno
ha señalado, pueden comportar riesgos para nuestras fuerzas. Por eso
presentamos una proposición no de ley que, deliberadamente, no
llegamos a activar porque constatamos que, al parecer, el grupo
mayoritario contaba también con el respaldo de sus socios para
bloquear esa iniciativa, y no era nuestra intención romper lo que
queremos que se construya en esta Cámara, que es el consenso ante
decisiones de esta trascendencia. Pero mantenemos nuestra
reivindicación y, por eso, creo que es importante que se
produzca este acto donde, por primera vez, en el día 15 de la
operación Joint Guardian -creo que estamos en el día 15, señor
ministro de Defensa-, el Gobierno va a tener la oportunidad de
consultar a los grupos parlamentarios y conocer nuestra opinión,
además de darnos información, gran parte de ella ya conocida con
anterioridad. La pregunta es: ¿Qué les ha impedido venir antes? ¿Por
qué no han podido ustedes venir antes de que salieran los barcos?
¿Por qué hace 15 días se anuncia la disposición de los ministros
a comparecer pero, al final, no comparecen, tenemos que solicitar la
comparecencia del Gobierno y al día siguiente de presentar mi grupo
la solicitud de comparecencia es cuando el secretario de Estado para
las Relaciones con las Cortes la anuncia? ¿Por qué hay que traerles
del ronzal para un acto como éste, donde se trata de formar una
posición común? Sinceramente, no lo entiendo. Había otra cuestión que
tenían que cumplir y la han cumplido hace un rato, dejando sobre la
mesa unos documentos. Era así de fácil. Lo podían haber hecho también
hace 15 días, no costaba ningún trabajo. En cualquier caso, este acto
es importante.

Hace dos semanas tuvimos ocasión de hacer un balance de lo que había
sido el conflicto de Kosovo y, en particular, de lo que había
representado para España. El portavoz de mi grupo, señor Martínez
Noval, resumía ese papel de España en tres palabras, que luego
desarrollaba y argumentaba, que eran: incapacidad, irresponsabilidad
e irrelevancia. Incapacidad para transmitir a la sociedad española
por qué estábamos ahí; irresponsabilidad, por querer estar
deliberadamente solo y no buscar el calor del Parlamento en
decisiones tan graves, e irrelevancia, que no voy a explicar porque
es de sobra conocido. (Rumores.)
El Grupo Socialista señaló en el Pleno de hace dos semanas que somos
claramente favorables y forma parte de nuestra tradición y de nuestra
posición el apoyar que España se comprometa activamente en la
reconstrucción de la paz en Kosovo después del conflicto. Un
conflicto que, aprovecho para decir, no ha sido la guerra que ha
ganado la OTAN, ha sido la guerra que han ganado los que fueron
deportados y expulsados de su tierra por el jefe de su Gobierno, por
el señor Milosevic, porque podría parecer que estos señores se
marchaban porque los estaban bombardeando los de la OTAN. No. Quienes
los estaban expulsando, con un plan sistemático de deportaciones,
eran precisamente las fuerzas dirigidas por el señor Milosevic, y eso
debe quedar claro. Como decía, en el Pleno de hace dos semanas
señalamos que el Gobierno tenía que comunicar y discutir con los
grupos parlamentarios todos los extremos de nuestra participación,
que no bastaba ni una referencia del ministro de Defensa -de pasada-
el día 19 de mayo -creo- o una referencia por parte del presidente
del Gobierno -de pasada también, con algún dato más- en el Pleno de
la Cámara para decir que ya tenemos toda la información. No, eso no
es la formación del consenso. Yo no sé si ese es el concepto que el
Gobierno tiene de la formación del consenso; nosotros, no, desde
luego. Yo no sé si el Gobierno, con esa deliberada manera de
apartarse...




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Pido
disculpas a la Comisión, pero acabo de recibir una llamada muy
urgente del presidente del



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Gobierno y le decía al ministro de Defensa que, mientras tanto,
tomara nota para responder en nombre del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Vamos a
interrumpir la sesión durante cinco minutos.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señoras y
señores diputados, se reanuda la sesión.

Señor Estrella, está usted en el uso de la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Decía que tendríamos que alcanzar una
formulación común de lo que entendemos por consenso en torno a estas
cuestiones tan trascendentes y por lo que entendemos también por
información, por consulta al Parlamento. El Gobierno, durante el
conflicto de Kosovo, ha confundido la aritmética con la política. Le
pido al Gobierno que no vuelva a caer en ese error. No ha habido
debate, no ha habido información de calidad durante el conflicto de
Kosovo, no debiera haberlo ahora.

En cualquier caso, en cuanto a los aspectos formales, quiero suscitar
una cuestión. Se plantea si tiene validez el acuerdo del 26 de
febrero al que ha hecho referencia el ministro. Yo no tengo nada que
cuestionar desde el punto de vista jurídico. Es un acuerdo que
establece la contribución de España a una fuerza con una denominación
determinada, hasta un límite determinado de soldados que no se
excede. De acuerdo. Pero, con la misma razón, un acuerdo del Consejo
de Ministros para hacer una carretera en Murcia al día siguiente
podría cambiarse por otro acuerdo para hacer otra carretera en otra
parte de Murcia porque ha habido unas inundaciones. Jurídicamente
puede valer, pero políticamente no vale. En primer lugar, porque este
acuerdo se toma sobre la base de una decisión del Consejo Atlántico
del 30 de enero para una fuerza de entre 20.000 y 30.000 hombres, en
una situación en la que se esperaba evitar el conflicto de Kosovo.

Evidentemente, la situación es completamente distinta. Ahora esa
fuerza se ha constituido en función de una nueva decisión del Consejo
Atlántico, que sin duda se ha producido -desmiéntame si me equivoco-
con una modificación del mandato, de los términos, de las
características, de la composición, incluso de las reglas de
enfrentamiento, sin duda, de esa fuerza. ¿Que no ha querido el
Gobierno adoptar una nueva decisión del Consejo? No sé por qué no lo
ha hecho, pero políticamente no estamos en la misma situación,
estamos en una situación después del conflicto, después de la guerra.

Por tanto, pretender que ya tendríamos que darnos por enterados con
un acuerdo del 26 de febrero en un momento distinto, políticamente no
es de recibo. Como no es de recibo que ello haya servido de argumento
al Gobierno para eludir la consulta a este Parlamento, el envío en su
momento de la documentación -que afortunadamente ha llegado hoy, ya
dijo el otro día el señor Almunia en el Pleno que no se iba a cumplir
hasta hoy la formalidad que se establecía en la
resolución de 1995-, y que no se haya buscado esa consulta que se
podía haber hecho antes.

En fin, creo que entramos y debemos entrar en una nueva fase. Si la
anterior, la del conflicto, ha estado caracterizada por la confusión,
por la inhibición del Gobierno, por la falta de una información clara
de compromisos claros, ésta debiera estar caracterizada por una
información de calidad y por una búsqueda deliberada del Gobierno del
respaldo parlamentario. Confieso que todos hemos disfrutado mucho con
las contradicciones de los miembros del Gobierno, con opiniones
personales de los ministros que se convertían, aparentamente, en
posiciones del Gobierno. Creo que eso ya se tiene que acabar. Le pido
al Gobierno que tenga una posición y que, si dan opiniones,
diferencien los ministros lo que es su opinión personal de lo que es
la opinión del Gobierno. Por ejemplo, cuando se nos dice: Yo he
apoyado -lo acaba de decir el señor ministro de Exteriores- desde
siempre una solución política y España ha apoyado una solución
política, ¿qué Gobierno de Europa no ha apoyado una solución
política, dígasenos? ¿Ha habido alguno que no haya apoyado una
solución política?
Cuando se habla del papel de España en este conflicto -y esto es lo
que me gustaría elaborar un poco-, ¿qué quiere decir el presidente
del Gobierno cuando dice en una de sus famosas frases preñadas de
ambigüedad: nuestras Fuerzas Armadas participan en la modalidad que
sin duda es la que corresponde a las responsabilidades de España en
este momento en el conflicto de Kosovo? ¿Cuál es el papel que
queremos que España tenga en la seguridad europea? ¿Cuál es el papel
que queremos que España tenga en la resolución del conflicto de
Kosovo? ¿Asumimos que por no participar en los órganos de decisión
política, como el G-7 o como el grupo de contacto, estamos condenados
a la irrelevancia? ¿Busca el Gobierno deliberadamente esa
irrelevancia, o por lo menos una menor relevancia, y el esfuerzo de
nuestra contribución es proporcional a ese nivel de relevancia, de
peso? ¿Es cierto que el presidente del Gobierno -si quieren no me
contesten a esto, se pueden amparar en el secreto del Consejo de
Ministros- no quería contribuir a la fuerza que se está desplegando o
que se va a desplegar en Kosovo? ¿Es cierto que había un rechazo, una
oposición, por razones eminentemente políticas, porque no habíamos
sido consultados? ¿Es cierto que ha habido propuestas para que
nuestra contribución, ahora en una fuerza bastante mayor que la que
se acordó en su momento, se incremente y que el presidente del
Gobierno u otros miembros del Gobierno no han querido que se
produjera ese incremento? Nos gustaría conocerlo. ¿Cómo va a afectar
la creación de esta fuerza al contingente español en Bosnia? ¿Cómo se
va a estructurar nuestro papel, la visibilidad del papel de España,
de quién va a depender? Va a depender de un general italiano y hay un
coronel español. Por cierto, señor ministro de Defensa, con todo mi
cariño, recuérdele usted que ya no existen para España minas
reglamentarias o no reglamentarias; le vi no hace mucho haciendo una
declaración en televisión diciendo que uno de los riesgos que hay son
las minas no reglamentarias. Yo sé a lo que se refiere, pero el
lenguaje también se debe actualizar a las decisiones que se toman en
este Parlamento.




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En cuanto a nuestra presencia, ¿el hecho de que se esté conformando
una especie de directorio europeo en el que no estamos -y no estar en
cualquier directorio es malo- es algo a lo que nos resignamos? Ayer
había cuatro ministros de Exteriores, los cuatro principales
contribuyentes, visitando la zona. ¿Forma parte de nuestra
resignación, del proyecto del Gobierno para el papel de España en
Europa? ¿Aceptamos esa irrelevancia hasta el extremo de que después
de lo que ocurrió en Moscú no se haya presentado ninguna protesta
ante el Gobierno ruso? Ya le dije, señor ministro, que nuestro grupo
apoyaría y respaldaría plenamente esa protesta, porque me parece
inaceptable el trato de que fue objeto el presidente del Gobierno
español en Moscú por parte del presidente Yeltsin. En definitiva,
señores ministros, todo esto es lo que ustedes nos tienen que contar,
cuál es el papel de España, su correlación con el esfuerzo, con la
contribución, cuánto nos va a costar esta contribución, cómo se va a
financiar.

No me extenderé mucho más. Los ministros añadían una reflexión sobre
el papel de Europa, y en el Grupo Socialista coincidimos plenamente.

Kosovo ha sido un detonante para acelerar un proceso de identidad
europea de seguridad y defensa, de convergencia entre la Unión
Europea Occidental y la Unión Europea, que estaba bloqueado. Eso va a
cambiar el papel de la Unión Europea progresivamente, porque no va a
haber grandes saltos, se hará progresivamente y va a ser un cambio
sustancial. Citaba el ministro de Exteriores cómo el representante de
un pequeño país, el presidente Ahtisaari, ha jugado un papel
determinante; no hace falta ser un gran país o hablar muy alto. Le
voy a dar una información que probablemente el ministro no conoce.

Hace un año el señor Primakov visitó Finlandia y planteó al señor
Ahtisaari la posibilidad de una mediación finlandesa. Yo recibí la
información y recibí una consulta por parte del señor Ahtisaari. El
señor Ahtisaari entonces era del criterio de no atender esa petición,
porque pensaba que eso iba a deslegitimar al grupo de contacto; grupo
de contacto que después quedó bloqueado, fue incapaz de cumplir sus
objetivos y al final, un año después, el señor Ahtisaari ha ejercido
la misión que entonces le pedían los rusos.

Esa es la historia; y yo no comparto -y voy acabando, señor
presidente- la visión de la historia reciente que tiene y que ha sido
expresada desde el Grupo de Izquierda Unida, a pesar de lo cual creo
que estamos ante un momento, ante una misión, con un mandato de
Naciones Unidas, con una contribución española determinada por el
Gobierno en ejercicio de sus competencias, y espero que el Gobierno
nos explique en este debate los argumentos y las razones de por qué
ese grado de contribución. A nosotros nos parecería importante que
esa decisión del Gobierno contara con un respaldo expreso de los
grupos parlamentarios. Estoy convencido de que, gracias a las
respuestas que vamos a recibir de los ministros al término de este
debate, vamos a estar en condiciones de expresar plenamente no sólo
nuestro apoyo a que España se comprometa, sino a la decisión concreta
del Gobierno; no sólo nuestro apoyo a las fuerzas, sino a la decisión
del Gobierno, porque en eso no somos en absoluto mezquinos. Pero
sería importante que estuviéramos en condiciones -y es una propuesta
que hacemos a los grupos parlamentarios-, en el Pleno del
próximo martes, antes de que nuestras fuerzas se desplieguen en
Kosovo, de adoptar una declaración institucional de la Cámara,
firmada por todos los grupos sin excepción, en la que se recogiese
nuestro compromiso con la paz en Kosovo, nuestro compromiso con la
fuerza española y con la misión en la que van a participar, que es
garantizar el retorno seguro de los refugiados, que es garantizar
también la integridad territorial de Yugoslavia, en unos términos,
repito, que fueran aceptables por todos los grupos. Esa es la
propuesta; una propuesta que implica -y con esto acabo, señor
presidente- nuestra petición, una vez más, de buscar nuevos canales,
nuevas fórmulas para los mecanismos de consulta e información al
Parlamento en una materia de esta trascendencia. Ha habido una oferta
por parte de mi grupo parlamentario, algunas reacciones hemos
recibido. Yo creo que ya va siendo el momento de que nos pongamos
a trabajar, grupos parlamentarios y Gobierno, para construir un marco
que profundice el actual de 1995.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moya.




El señor MOYA MILANÉS: Después de agradecer la presencia de los dos
ministros, quiero poner de manifiesto que el balance que el Grupo
Socialista hace sobre el final de este conflicto fue expresado la
pasada sesión plenaria por parte del portavoz del Grupo Socialista;
por tanto, tampoco tiene demasiado sentido volver a reiterar
nuevamente lo que a lo largo de muchos de estos meses hemos venido
reflejando y que, finalmente, en un balance mucho más global y mucho
más completo, se realizó la semana pasada.

Desde el punto de vista de la seguridad y la defensa, y como portavoz
de defensa, solamente haré énfasis en dos breves consideraciones como
balance final. La primera es que yo creo que una de las lecciones que
se pueden sacar de esta guerra es que la Alianza -creo que se puede
decir con bastante claridad- ha demostrado estar más cohesionada de
lo que muchos pensaban. Creo que la prueba ha sido dura, ha sido una
prueba de fuego bastante complicada, bastante difícil, y uno de los
puntos relevantes que precisamente ha ayudado a salir fortalecidos o
cohesionados de esta crisis, es que por parte de las autoridades
yugoslavas claramente se tenía la conciencia de que la Alianza era
superior desde el punto de vista militar, no había ninguna duda por
parte de Milosevic de que eso era así, pero probablemente el error de
Milosevic ha consistido en creer que siendo la Alianza más poderosa
podía ser más débil desde el punto de vista de la cohesión interna y
que no iba a resistir la prueba de fuerza de una temporada larga de
conflicto. Creo que ese ha sido uno de los elementos clave. La
cohesión entre los aliados, la permanencia en la unidad de criterio,
la continuidad en el tiempo de mantener ese mismo criterio y esa
misma determinación a la hora de actuar ha sido uno de los elementos
que ha puesto de manifiesto el papel de la Alianza, la fortaleza de
la Alianza y una de las lecciones que se pueden sacar de esta crisis.

La segunda es que creo que la Alianza y los europeos sacamos una
lección importante, y es uno de los bienes colaterales derivados de
esta crisis, que es precisamente la necesidad de que Europa
fortalezca e incremente su papel en materia de seguridad y defensa.

Hemos visto también en



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la cumbre de Colonia cómo se han puesto las bases para reforzar en el
futuro esta identidad europea de seguridad y defensa. Esta crisis ha
puesto de manifiesto mucho más que lo que ya se contiene en los
tratados de Maastricht o de Amsterdam: la necesidad de fortalecer la
identidad europea de defensa. Los hechos concretos y esta crisis han
revelado esas carencias y, desde el punto de vista de Europa,
significa también para el futuro un horizonte en el que se va a
incrementar su identidad de seguridad y defensa.

A la política informativa del Gobierno en relación con la crisis ya
se ha referido mi colega, el señor Estrella, por lo que no voy a
insistir en ello. Me referiré a un tema que hemos aludido en otras
ocasiones, en la comparecencia anterior y en el debate sobre el
estado de la Nación celebrado en el día de ayer, cual es el relativo
a la tardanza de las tropas españolas en desplegarse y en acudir.

Querría que el señor ministro de Defensa nos aclarara el calendario
de la presencia de las tropas españolas allí, porque todos tenemos la
constatación de que llegan cuando ya hay otras sobre el terreno;
cuando hay una necesidad imperiosa de que lleguen con tiempo; cuando
desde el 26 de febrero tiene tomada la decisión el Consejo de
Ministros de enviar 1.200 soldados y ha habido tiempo más que
suficiente para que esas tropas estuvieran preparadas; cuando el
final de los bombardeos se anuncia hace tres semanas, lo cual quiere
decir que ha habido tiempo más que suficiente para haberlas enviado
con anterioridad… Parece claro que la llegada de las tropas españolas
se produce en un momento en el que ya hay otras que están operando
sobre el terreno. Es verdad que hay otras que todavía están llegando
y van a seguir llegando en el tiempo. En cualquier caso, el Gobierno
ha venido anunciando -tengo aquí una colección de declaraciones del
Gobierno, que no voy a pormenorizar, en las que se menciona una y
otra vez este hecho- que las tropas están preparadas, incluso a veces
en número superior a los 1.200 que al final ha decidido enviar y que
en cualquier momento, en cuanto se dé la orden, tropas estarán allí,
pero vemos que la situación se demora.

En segundo lugar, en relación con la misión que las tropas españolas
van a realizar allí ya se ha expresado por parte del Gobierno en
otras ocasiones, y aquí también, que es una misión no exenta de
riesgos y que por la zona que se le ha asignado a las tropas
españolas, tendrán una función delicada y de protección tener una
importante presencia serbia, donde tendrán una misión claramente de
desmilitarización del ELK. Quería pedirle al ministro que nos
ilustrara más sobre el término desmilitarización del ELK, porque ha
habido bastante confusión o, por lo menos, una cierta diversidad de
interpretaciones. Se ha dicho que desmilitarizar no es lo mismo que
desmantelar ni desarmar. En esa barahúnda de calificativos, cuando se
habla de desmilitarizar, sería bueno precisar exactamente qué están
obligadas a realizar las tropas españolas con el ELK, porque vemos
que la Kfor firma un acuerdo con el ELK, que hay distintas zonas y
aparecen distintos comportamientos con respecto a la ELK por parte de
algunas fuerzas. Queríamos saber qué dicen exactamente las reglas que
las tropas españolas deben acatar en relación con la
desmilitarización del ELK.

En tercer lugar, nos gustaría que el ministro de Defensa nos
informara -es algo ya solicitamos hace algún tiempo
en el Pleno del Congreso de los Diputados- sobre la financiación de
las operaciones. En su momento preguntamos sobre las financiación de
la operaciones aéreas, cómo se iba a realizar, si era un crédito
extraordinario, si se estaba utilizando una partida que estaba
prevista para Bosnia, para una misión de Naciones Unidas, diferente
de esta operación, en qué situación nos encontramos ahora desde el
punto de vista presupuestario y cómo se va a financiar porque no es
bueno que exista opacidad en este terreno. Nos ha llegado alguna
noticia -nos gustaría contrastarla con la información que el Gobierno
nos pudiera dar- sobre algunos retrasos sustanciales en los pagos que
las tropas españolas están recibiendo del personal que interviene en
Bosnia -porque de las restantes no se puede hablar-, y a qué se
podría deber. Al estar realizando unas misiones especialmente
delicadas habría que ser extremadamente cuidadosos en este terreno
para evitar problemas. Finalmente, desde el punto de vista de la
rotación, nos gustaría conocer si el Gobierno ha configurado un plan
de rotación de fuerzas para el contingente español, una vez que el
cuerpo de la Legión en Bosnia realice sus funciones.

Quisiera terminar mostrando el reconocimiento del Grupo Socialista a
la labor que los militares españoles, las Fuerzas Armadas españolas
han realizado desde que se desplegaron durante todos estos meses y
las que se vienen realizando también en territorio de Bosnia-
Herzegovina, pero especialmente en Kosovo. Al mismo tiempo, queremos
mostrar nuestro apoyo y solidaridad con las fuerzas que están
destacadas ahora y que van a iniciar su misión en los próximos días
en Kosovo.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Por el Grupo de
Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Sean mis primeras palabras de
agradececimiento a los señores ministros de Asuntos Exteriores y de
Defensa por su comparecencia ante esta Comisión y por la información
que nos han dado en relación con Kosovo, de cuya finalización nos
congratulamos. Ha habido críticas libres y legítimas sobre una guerra
declarada y no declarada, así como felicitaciones por haberla ganado.

Yo me sitúo en una posición de mínimos para trasladadar nuestra
felicitación a las Fuerzas Armadas allí presentes, porque no la han
perdido. Estaría bueno que los países democráticos occidentales de la
Alianza Atlántica la hubiéramos perdido en una confrontación con un
régimen con las características reprobables y reprochables del señor
Milosevic. Sobre todo deseo congratularme por aquellos que gracias a
la intervención de esas Fuerzas Armadas de países democráticos
occidentales no han muerto en Kosovo, el pueblo que allí estaba
residiendo de ambos lados.

Comienzo por las intervenciones de los señores ministros, primero,
por la del señor Matutes, de Asuntos Exteriores. Participo de la
satisfacción y la inteligencia que el Gobierno ha puesto en las
palabras pronunciadas en todos los debates, en Pleno o en Comisión,
tratando siempre de buscar una solución diplomática a este conflicto.

Y nos congratulamos también de que el tema de Kosovo haya



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vuelto al seno del Consejo de Seguridad. Era necesario un principio
de legalidad y de legitimidad.

Siempre digo que no hay mal que por bien no venga. Lo he repetido en
varios debates que hemos tenido con los dos señores ministros en este
conflicto. Ha sido bueno también para que la Unión Europea
reconsiderase su posición. Tenemos un primer resultado positivo en la
cumbre de Colonia con el nombramiento del señor Solana como míster
Pesc, el responsable de la política exterior y de seguridad común de
la Unión Europea. Ha habido una toma de conciencia sobre la necesidad
de unas fuerzas de la Unión Europea. Siempre citamos fuerzas
combinadas y conjuntas, es decir, los instrumentos armados como
última ratio, pero también como necesidad de imponer la razón a quien
no ha admitido derechos humanos ni derecho nacional o internacional,
como el señor Milosevic.

Parece que empieza a haber un cauce en Europa para resolver los
asuntos europeos, porque Kosovo es Europa, Yugoslavia es Europa, no
está tan lejana como Irak, que lo sitúa la geografía política en el
Oriente Medio o Próximo -como se le quiera llamar-, o como el
conflicto de Cachemira. Es un asunto nuestro, en el patio trasero de
Europa, expresión que han utilizado algunos políticos, pero ahí está.

Esa fuerza de Europa es la que ha llevado el presidente de Finlandia
(no ha ido allí a título personal, como un neutralista más, sino como
un comisionado de la Unión Europea) a rendir cuentas en Colonia.

Quiero dejar estas cosas claras. Es necesario destacar aquí la
actuación del presidente Ahtisaari, a cuya felicitación -que nos
pedía el señor Matutes- yo me sumo porque ha representado a la Unión
Europea, no a los pacifistas o al pueblo finlandés, sino a la fuerza
moral y política que llevaba detrás de él como comisionado de los
presidentes de Gobierno o jefes de Estado de los países de la Unión
Europea. Esta vuelta al Consejo de Seguridad supone volver a los
principios de legalidad y legitimidad. Este conflicto ha servido para
que la OTAN y los países aliados hayan recibido críticas acertadas
desde el punto de vista del derecho internacional. Lo percibía en
palabras de representantes del Gobierno español, concretamente del
señor Matutes, en cuanto a que la base diplomática tenía que
residenciarse en las Naciones Unidas, exactamente en su Consejo de
Seguridad.

Tenemos que congratularnos también de que países que dentro del
Consejo de Seguridad podían haber hecho uso del veto, ante una
situación de irritación seria, como la República Popular China por el
ataque a su Embajada en Belgrado, han sido prudentes y se han
abstenido para evitar mecanismos de bloqueo? Tal fue el caso también
de la Unión Soviética en una primera fase y de los países
occidentales en la resolución del conflicto, en un hecho muy delicado
como fue el órdago de un destacamento ruso de meterse en Pristina sin
esperar la señal de salida, como se da en cualquier competición. Esta
situación se ha llevado con prudencia y mediante una solución
diplomática.

En estos momentos mi grupo participa de la decisión del Gobierno
español de mantener la ayuda humanitaria en los niveles que hemos
tenido: antes, en campamentos situados en Albania o Macedonia y ahora
en los campamentos que han sido trasladados al interior de Kosovo
porque allí va a haber necesidades de todo tipo, alimenticias,
sanitarias,
asistenciales, de seguridad, etcétera. Quiero sumarme a que
continúe el flujo de ayuda humanitaria en todos los órdenes a través
de la Agencia Española de Cooperación para saber que va a haber allí
unas fuerzas de Kfor, de la OTAN, y de los países occidentales que
van a dar una seguridad -aspecto importante señalado por el señor
ministro de Defensa- a quienes vayan a trabajar allí bien como ONG,
como Agencia Española de Cooperación, o como rama de las Naciones
Unidas que va a llevar la administración civil del territorio. Las
Fuerzas Armadas allí presentes deben dar no sólo seguridad jurídica,
sino también física, pues de otra forma se daría al traste con esta
acción. Estas fuerzas presentes en Kosovo han conseguido
introducirse, sin haber entrado en una operación militar que hubiera
conllevado la pérdida de vidas humanas (se decía que la infantería
tenía que ocupar el territorio dentro de la operación) y están ya en
el centro de Kosovo sin haber perdido un hombre en combate directo.

Es necesario resaltar el hecho de que el territorio se ha ocupado ya
con fuerzas de tierra sin haber recurrido a operaciones militares
costosas en vidas humanas. Quiero congratularme, señores ministros,
de que estas fuerzas han hecho ya imposible, desde que están allí
presentes, que se abran nuevas fosas comunes. Investíguese ahora
quiénes fueron los responsables de haber llenado de cadáveres, por
represalias, estas fosas comunes. La garantía de que mi grupo apoye
la presencia de estas fuerzas militares de Kfor en Kosovo es que
protejan un orden, a la población albanokosovar que regresa a sus
hogares, así como a la población serbia que tiene derecho a quedarse
porque vivía y residía allí sin esperar represalias de los que
vuelven, porque, inocentes o culpables los hay en cualquiera de los
bandos en todo conflicto armado y ahí está la historia para
evidenciarlo. Amparamos la presencia de estos 1.200 hombres porque ya
no se va a permitir que haya fusilamientos ni fosas comunes.

Congratulémonos de ese hecho.

Sólo me resta hacer unas preguntas al ministro de Asuntos Exteriores:
Ha dicho -y lo compartimos- que había que extender estas ayudas
humanitarias a la República de Serbia que ha resultado fuertemente
dañada. ¿Hay algún diseño de en qué puede consistir este esta ayuda?
¿Se ha estimado ya el coste financiero de esta operación? ¿Con qué
medios se va a realizar?
Ahora me dirijo al señor ministro de Defensa. Ya ha avanzado que se
han retirado dos F-18 que han vuelto a su base en Zaragoza. ¿Se prevé
el mantenimiento de un destacamento allí? Nuestro grupo estima que el
calendario de incorporación de los 1.200 hombres españoles,
fundamentalmente de la Brigada Legionaria, se ha hecho dentro de un
orden. Tampoco tenemos por qué correr como los rusos con el síndrome
de ocupar rápidamente el aeropuerto de Pristina. España está actuando
dentro de la cadena de mando de Kfor y cuando nos ha tocado ir
seguimos el calendario. Por otra parte, hay que tener en cuenta que
España no había tenido prudentemente fuerzas militares destacas en
Macedonia, como la tienen los americanos, británicos y alemanes que
ya estaban allí, estaban en Macedonia y que sólo han tenido que
recorrer 200 kilómetros, mientras que nosotros estábamos en Almería
esperando la orden de marcha partida. No hay ninguna crítica en este
tema, sino la prudencia del Gobierno, ya que las tropas no



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estaban acantonadas en Macedonia ni en Albania. En Albania sólo había
el campamento de refugiados que tuvimos ocasión de ver. Felicito a
las Fuerzas Armadas españolas que estaban en el campamento de
refugiados albanés por la eficacia en el montaje, pese a lo inhóspito
de la marisma que nos otorgaron los repartos internacionales.

Termino, señor presidente preguntando si las autoridades del
Ministerio de Defensa español nos pueden informar sobre la munición
que emplearon los F-18, si fue facilitada con cargo a la dotación de
las Fuerzas Armadas españolas o a la OTAN. Nos gustaría saber con
cargo a qué presupuestos irá el gasto correspondiente.

El segundo portavoz del Grupo Socialista ha hecho otra pregunta sobre
la rotación del destacamento español y sobre si hay alguna previsión.

Afortunadamente, se ha mandado una fuerza profesional voluntaria, la
Brigada Legionaria, que es a quien le corresponde estar en
situaciones de máximo riesgo hasta que se consigan todas las
operaciones de seguridad.

Nos alegramos del fin de este desdichado conflicto y de que haya
prevalecido el principio de autoridad por parte de los países
occidentales frente a quien ha conculcado derechos humanos, por mucha
legitimidad internacional que tenga su Estado. Mi grupo quiere dar
este testimonio en estas actuaciones.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Por el Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el
señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Muchas gracias, señor ministros por sus
explicaciones.

Como todos los grupos políticos, hemos de empezar nuestra
intervención felicitándonos por la situación en la que estamos hoy en
relación con las comparecencias anteriores, por la situación de paz
desde la que estamos hablando; nos felicitamos sin matices. Ha ganado
la paz. No sé si hemos ganado nosotros, pero ha ganado la paz, y eso
es lo que hay que administrar a partir de ahora.

La situación que empieza es tremendamente arriesgada, en términos de
vidas humanas también, incluso para nuestras fuerzas, para los
propios aliados. Son riesgos grandes no sólo en ese plano, en
términos de seguridad, que también, sino en términos sociales. Se
trata de montar una administración completa sobre un país destruido,
sin que se sepa muy bien con qué criterios ni con qué esquemas se va
a construir. En términos humanitarios, estrictamente también, puesto
que está regresando mucha gente. Los miles de personas que tanto nos
habían hecho sufrir a todos están regresando a una situación que es
bastante peor de la que estaban hace diez días en el campamento
dondeal fin y al cabo, había unas tiendas de campaña que más o menos
les protegían y unas cámaras de televisión que les filmaban si
pillaban un tifus , mientras que en sus refugios, en sus casas, están
con ratas, con enfermedades infecciosas, sin agua, sin luz, sin
cámaras de televisión cerca, sin la posibilidad de tenerles a todos
en un perímetro donde pueda llegar con relativa facilidad una
ambulancia o un médico de la Cruz Roja. Volviendo a la dispersión en
términos humanitarios, no me atrevo a llamar la situación la
catastrófica pero no es mucho mejor de lo que era hace una semana,
aunque, en términos sentimentales, evidentemente aquello sea su
terruño -si se me permite la expresión- y se encuentren anímicamente
mucho mejor de lo que estaban. Si se ven las cosas con objetividad,
es evidente que no lo están, con el agravante de que van
desapareciendo progresivamente del primer escenario de la opinión
pública, porque somos todos así: aquí, en Minnesota y en la
televisión de Tokio; es decir, van desapareciendo. Ya no tiene nada
espectacular tener un comercio hecho polvo, una casa de pueblo medio
destrozada, eso ya no llena telediarios, y, en la medida en que no
llena telediarios, no provoca donativos, no llena cuentas corrientes,
y todo se va a ir paralizando progresivamente si no se pone un
grandísimo esfuerzo por parte de las autoridades públicas, por un
lado, por mantener a la opinión pública sensibilizada -cosa que no va
a ser fácil, pero es responsabilidad de ustedes, y, junto con
ustedes, de los demás gobiernos- y, por otro lado, si eso no se
suple, con una ayuda de la cual hemos oído ya unos primeras cifras.

Yo no soy quién, ni tengo cerca a nadie para decir si esas cifras son
ajustadas o no, pero ya he tenido ocasión de leer algún informe donde
se dice que como primera aproximación a una ayuda de Kosovo está
bien, pero pretender que con eso se reconstruye un país es un cálculo
de lo más optimista.

El panorama es positivo en la medida en que estamos hablando de la no
guerra, pero no lo es porque no hemos concluido una situación
dramática que generaba la angustia en la que nos movíamos hasta
ahora. Hay un plan global, va a haber una conferencia de
pacificación, se va a solapar una administración civil incipiente con
una presencia militar que todavía va a durar mucho tiempo, y por
tanto hay todavía muchos interrogantes -no los voy a poner todos
sobre la mesa porque algunos son muy obvios- que despejar. De todo
tipo, también de orden internacional. Hablar de que está preservada
la integridad territorial de la República de Yugoslavia me parece
absolutamente utópico y propio del voluntarismo si se quiere,
sabiendo que si en algo no funciona el voluntarismo es en las
fronteras de los pueblos y en las integridades territoriales. El
voluntarismo nunca ha funcionado, y la historia de este siglo y la de
los siglos anteriores lo demuestra. La República Federal de
Yugoslavia se ha desintegrado y lo único que se trata es de intentar
administrar esa desintegración para que sea lo menos dolorosa
posible.

Podría ser que hubiera ganado la identidad europea de seguridad y
defensa. Al menos así se nos anuncia y algunas medidas han ido en esa
dirección. Los primeros síntomas no son muy optimistas porque encaja
en lo que no es propiamente seguridad y defensa pero sí identidad
común, por ejemplo -parece una anécdota pero creo que no lo es-, no
haber sido capaces de nombrar a un candidato común para la
administración civil de Kosovo. Ni siquiera ahí se ha podido lograr
un acuerdo y ha sido necesario presentar tres candidatos porque dos
Estados querían que sus nacionales llevaran la administración civil
de Kosovo. Por cierto, señor ministro de Exteriores, querría saber
cuál era nuestro candidato. De esa terna que se ha presentado al
secretario general de la ONU para asumir ese papel de macro
gobernador civil de Kosovo, querría saber cuál era la opción mejor o
la menos mala del Gobierno español.




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Quien realmente ha perdido es Naciones Unidas. En este momento
algunos tenemos derecho a perder la prudencia con la que hemos
actuado y nos hemos expresado durante todo este tiempo, donde
corríamos el riesgo de que determinados pronunciamientos fueran
manipulados por quienes todavía no sabían quién era el malo de esta
guerra, siguen ignorando quién era el que cavaba las fosas comunes
y quién era el que fusilaba con un tiro en la sien. No nos ha parecido
oportuno subrayar determinadas afirmaciones de Naciones Unidas que
podían sonar a deslegitimación de una operación armada absolutamente
indispensable, pero eso ha terminado y ahora hay que decir las cosas
con franqueza: Naciones Unidas ha saltado por los aires y ha quedado
absolutamente deslegitimada con este conflicto, pero no como
consecuencia de una operación de la OTAN. Yo discrepo radicalmente
incluso de quienes durante el conflicto pretendían utilizar a
Naciones Unidas como paraguas para criticar la acción de la OTAN. No
es la OTAN quien ha hecho saltar Naciones Unidas, es el propio
sistema nacido de la Segunda Guerra Mundial, rígido y absolutamente
insoportable a final del siglo XX el que ha hecho dinamitar toda la
estructura de poder de Naciones Unidas.

Las cosas sólo se arreglan cuando se empiezan a llamar por su nombre.

El rey va desnudo, como en la fábula. Digámoslo entre todos, ya está
bien de creer que porque el G-8, una serie de países que no tienen en
común más que su producto interior bruto, que no tiene otro criterio
de legitimidad que les aglutine que el volumen de su producto
interior bruto, de común acuerdo, pacta una serie de resoluciones y
se las impone a Naciones Unidas porque considera que tiene que
tranquilizar su conciencia jurídica y su opinión pública mal
informada, se nos pretenda vender a algunos que Naciones Unidas
renace de sus cenizas y que ya la tenemos a otra vez cabalgando. No
digo que esté muerta Naciones Unidas, porque no lo está
afortunadamente, pero está en coma profundo, y el Consejo de
Seguridad ha quedado profundísimamente tocado y malherido después de
este conflicto, no por culpa de la OTAN -no es esa mi tesis, ni lo
que aquí estoy intentando justificar-; no es la OTAN quien ha
provocado eso, es un sistema que está viciado desde su origen, que se
justificó al final del conflicto y entre todos tendrán que empezar a
plantearse qué es lo que hace falta para darle la vuelta a ese
sistema, porque si tenemos que esperar a otro conflicto mundial para
que se reequilibren las fuerzas entre quiénes tienen derecho a veto
y quiénes no lo tienen en el seno del Consejo de Seguridad, estamos
apañados. Es evidente que tendrá que ser por otra vía que no sea una
mera superación por la fuerza de unos sobre otros por la que
consigamos eso.

La situación es absurda en este momento. Está claro que acuerdos como
los del G-8, convirtiendo eso en una propuesta del Consejo de
Seguridad que en el caso de China porque no iba a contradecir lo que
Serbia ya había aceptado, y en el caso de Rusia porque le iba en ello
su financiación y la dependencia absoluta que tiene este país del
resto, y, en el caso del resto de miembros del Consejo de Seguridad
ya no digamos, pretender vendernos eso como que por fin ya tenemos
funcionando a Naciones Unidas y mostrar nuestra saisfacción por ello
es una hipocresía de la que algunos no vamos a participar.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Señor Guardans, vaya
terminando, por favor.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Voy terminando, señor presidente.

España va a contribuir económicamente al proceso de reconstrucción.

Se he la preguntado por parte de otros portavoces por las cifras, y
ahora contribuye con una aportación militar de tropas. Yo querría
saber -simplemente a título de curiosidad, tampoco tiene más
trascendencia, hay otras preguntas que sí la tienen- con qué criterio
se ha fijado la contribución española. No digo que no me parezca
bien. Me parece correcta la aportación humana española, el número de
efectivos que se aportan a esta operación, pero nos gustaría saber
con qué criterio se ha hecho, por qué son éstos y no más o menos;
sobre todo por qué no son más. Sé que se responderá con la clásica
frase de que es la adecuada al peso español, pero el peso español
podría admitir trescientos más o tres cientos menos. ¿Por qué son los
que son y no son más? No hay crítica en esta pregunta, señor
ministro, sino una simple petición de información. Sí hay un punto de
crítica, a la espera de una respuesta que lo justifique, donde la
crítica pueda quedar absolutamente diluida y retirada, en el retraso
en la intervención. Como bien decía el portavoz socialista, desde que
este conflicto empezó sabemos que, en lo que era una entrada -si no
recuerdo mal, la expresión que se utilizaba era la de en términos
amistosos-, las tropas españolas ya estaban empezándose a preparar;
al menos, eso era lo que se nos transmitía. Yo no planteo esto en
términos de orgullo nacional, de orgullo patrio, ni siquiera de
orgullo del Ejército español respecto de otros ejércitos y de ver
quién es el primero que pone la bandera, sino sencillamente porque
por cada minuto en el que en determinados barrios de la zona asignada
a Italia y España no hay fuerzas militares están ocurriendo delitos y
hay gente que necesita una protección que no está siendo prestada por
quienes tendrían que estar ahí prestándola, las tropas españolas, a
quienes nadie puede sustituir. Por tanto, en los términos de una
ayuda que tendrían que estar prestando ya desde antes de ayer y que
no la están prestando por alguna razón que se me escapa, reclamo una
explicación de por qué no han estado allí desde el primer momento en
que era físicamente posible -a nuestro modo de ver, insisto, a
reservas de una explicación que resulte coherente- o, por lo menos,
al mismo tiempo que las tropas italianas, que ya han tenido tiempo de
asistir a mucha gente, mientras que las tropas españolas todavía no
han podido hacerlo.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Vaya terminando, señor
Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Termino, señor presidente. Estoy cubriendo
el turno de dos portavoces, en Defensa y en Exteriores.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Ya lo tengo en cuenta.




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El señor GUARDANS I CAMBÓ: Si lo compatibiliza con el tiempo de
Izquierda Unida, me quedaría el doble de la intervención. Voy a ser
breve.

Quiero hacerle una pregunta también muy concreta, señor ministro.

¿Qué ocurre con las bombas de fragmentación, qué información nos
puede dar sobre eso? Ha habido ya cuatro muertos, dos militares y dos
civiles, cuando estaban manipulando los restos de bombas de
fragmentación de la OTAN. Según la explicación que se dio a la
opinión pública en su momento, eran bombas de fragmentación
teóricamente no antipersona sino anticarro. En la práctica Kosovo
está sembrado de bombas de fragmentación de la OTAN que están
empezando a causar víctimas. Esa es la explicación que ha salido, y
no en una televisión de tres al cuarto, sino en la CNN, la BBC, Sky
News y en el Herald Tribune. La propia BBC lamentaba la muerte de dos
soldados gurkas provocada por bombas de fragmentación de la OTAN. Esa
es la información de la que dispongo. Si usted la contradice aquí
estaré encantado, pero la información que transmite la BBC es ésa.

Por tanto, aparte de lamentar una vez más la falta de previsión de la
OTAN en este caso al lanzar e ir sembrando bombas de fragmentación en
Kosovo, aunque no fueran antipersona -queremos creer que no lo eran
porque están prohibidas y que eran anticarro- sabiendo que antes o
después iban a entrar tropas terrrestres, aunque fuera después de una
rendición, como así ha sido, nos gustaría saber cuál es la situación
y qué medios se van a poner para evitar, además de las minas que
pueda poner el ejército serbio (una de ellas se ha puesto entre los
rosales del jardín del embajador inglés, según se hacía público
ayer), las bombas de fragmentación de la OTAN, que es una cosa es
bastante más complicada.

Otra pregunta muy concreta, señor ministro. Usted ha hablado de un
grupo pequeño de la Guardia Civil con funciones de policía militar.

Tengo entendido que en el sector en el que van a estar desplegadas
las tropas españolas hay también carabinieri, si no me equivoco, con
algunas funciones más que las de policía militar. Querría saber si se
cuenta a corto, medio o largo plazo -puesto que esto va para largo,
según todos los indicios- con un posible despliegue -no sé si es esta
la expresión- de algunos efectivos más de la Guardia Civil con
funciones auténticamente de policía, algo particular por las propias
circunstancias pero no estrictamente militar.

Como última cuestión quiero felicitar a la OTAN y en este sentido
también a quienes hayan influido en esa decisión, entre los que se
cuenta sin duda el Gobierno de España, por la ampliación del mandato
de la Kfor al ponerse a disposición del Tribunal Penal Internacional
a todos los efectos, no sólo en el plano forense, sino también a la
hora de detener y colaborar en la detención de los criminales de
guerra, de los procesados por parte del Tribunal Penal Internacional
de La Haya. Esta es una decisión que nos parece absolutamente
acertada. Lo que ocurre es que en este momento pone más en evidencia
todavía la situación de Bosnia-Herzegovina. Por tanto, querría saber
si una vez que se ha dado este paso y se ha aceptado más o menos
tácitamente, es posible -jurídicamente es evidente que lo es y
políticamente entiendo que también- que se amplíe el mandado de la
Sfor exactamente en el mismo sentido y
podamos, de una vez por todas, empezar a detener por fuerzas de la
OTAN a criminales de guerra.

Termino ya -esta vez sí, señor presidente- como empezaba,
manifestando mi absoluta satisfacción por la situación en la que
estamos intentando que se comparta la angustia que provoca el gran
número de interrogantes que hay sobre la mesa, que afectan sin duda a
las vidas de muchos miles de personas, a lo que en este caso se suma
también no las vidas pero sí cierto sufrimiento de las tropas que se
van a ir desplegando, y, por tanto, pidiendo al Gobierno que
desarrolle más todavía esa facultad de pedagogía que sólo desde el
Ejecutivo se puede ejercitar, aunque, por supuesto, se puede hacer
también desde gobiernos autonómicos y locales, y se seguirá haciendo,
pero sólo desde el Gobierno de un Estado se puede mantener movilizado
a un pueblo, y el conjunto de la ciudadanía española tiene que saber
que este tema no se ha terminado, por mucho que la prensa no lo
apoye, no sabemos si lo apoyará, pero no podemos depender de los
editorialistas ni de los guionistas para saber si el pueblo español
seguirá o no pendiente de Kosovo. Esa decisión no depende de las
portadas de El País, ABC, La Vanguardia o El Correo Español, sino de
lo que decida el Consejo de Ministros y del empeño que ponga por
mantener esa llama viva.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Por el Grupo Popular,
tiene la palabra el señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Quiero en primer lugar agradecer la presencia
de los ministros, a los que hemos venido viendo con asiduidad y
prolijidad en los últimos meses, lo cual demuestra que el Gobierno ha
comparecido, comparece y que -utilizaré esa frase acuñada por el
señor Estrella- suministra información de calidad, completa y
exhaustiva. Nunca España había participado en este nivel de
compromiso en una acción de naturaleza parecida, aunque esta es una
acción novedosa distinta. Lo que es cierto es que nuestro país desde
el principio, desde las primeras decisiones que se fueron tomando por
parte de Naciones Unidas, por ejemplo la resolución 1199, o desde las
decisiones del Consejo Atlántico en Vilamoura en septiembre del año
pasado, nunca había participado y contribuido, por tanto, asumiendo
la parte de responsabilidad que nos tocaba en esa decisión colectiva,
decisión que además ha sido posible mantener unida y cohesionada, a
pesar de las dificultades, a pesar de la prensa, de la opinión
pública, a pesar de las dudas y de lo que es el ejercicio normal de
la democracia plural y abierta de los países miembros de la Alianza.

Esta es sin duda una acción sin precedentes en la que hemos
participado de una forma informada y consciente Ha sido también un
hecho sin precedentes, ya que en anteriores ocasiones, en la guerra
de Irak, no se dieron tantas informaciones, ni hubo tantas
comparecencias y hubo que esperar al fin de la guerra para que nos
explicaran con detalle qué habíamos hecho.

Esta comparecencia además demuestra otra cosa y es bueno decirlo aquí
porque no estamos para nacer de nuevo en todas las comisiones. Hay
que recordar lo que se dijo y las cosas que se escucharon. Primero,
esta comparecencia y la realidad misma demuestran que quien esperaba
a Naciones Unidas para actuar se equivocaba. Estaba sencillamente



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impidiendo que se tomaran las decisiones que hubo que tomar y que son
las que han producido la paz, el retorno de los refugiados y el
mantenimiento de los derechos humanos en Kosovo. Por tanto, aquellos
discursos sobre si la legalidad era el primer valor a defender, por
encima de cualquier otro, eran no solamente inútiles sino erróneos y
equivocados.

En segundo lugar -y el señor Estrella ha sido el que ha sacado este
tema- ha habido quien incluso se ha adentrado en caminos, no digo ya
equivocados, sino profundamente equivocados. El 6 de octubre de 1998,
el señor Estrella decía que esto era una operación de mantenimiento
de la paz en la que había que aplicar los acuerdos del Congreso del
año 1995 y en la que además, -y eso era nuevo porque hasta ahora
nadie había dicho semejante cosa en esta Cámara- era necesaria una
decisión previa del Parlamento. No sólo lo dijo en octubre de 1998,
sino que lo reiteró en una proposición de ley que él mismo ha
mencionado -si yo hubiera sido él no lo hubiera hecho-, en la que se
decía que cualquier decisión de esta naturaleza requería de una
consulta y decisión previa del Parlamento. En fin, creo que esa es
también una de las cosas que se ha demostrado que no está en el
sistema español ni es la base en la que podemos construir un
consenso, que sí existe, mayoritario, no unánime -y ya hemos
escuchado a Izquierda Unida-, sobre la acción de la Alianza y sobre
el futuro de la presencia europea e internacional en Kosovo y en los
Balcanes.

Repito, ha quedado claro que la Alianza actuó cuando tenía que actuar
y como tenía que hacerlo, en defensa de los valores y principios del
sistema de Naciones Unidas, en defensa de los principios más
importantes del derecho internacional, en una interpretación
necesaria y justa para Europa, en la que hemos constatado que Europa
se encuentra en una situación en la que no solamente basta ya con
acudir a solucionar crisis con nuestros aliados americanos, sino que
Europa misma tiene que asumir la capacidad de prevención y de
solución de crisis de forma autónoma y con los medios suficientes, y,
por tanto, ha quedado demostrado que desde las primeras
comparecencias del mes de octubre hasta ahora este Congreso ha sido
informado, ha recibido información, ha debatido y además esta
información ha servido para que este tema no quedara, desde el mes de
octubre, desde mucho antes de que estallara esta crisis en los medios
de comunicación, en el desván oscuro de la historia de nuestro país,
sino que existiera una relación útil, necesaria y provechosa entre el
Gobierno y el Parlamento.

Esta comparecencia además sirve para demostrar la complejidad de la
participación española, militar, política y humanitaria, y ahora más
política todavía, de reconstrucción política, económica y material de
la paz y la estabilidad en los Balcanes. Esta comparecencia demuestra
también las dificultades del papel de España en el mundo. Hemos
superado las principales que venían del pasado, esto es, el
aislamiento o el apartamiento de los asuntos, de los conflictos y de
las decisiones internacionales. Hemos superado también la incapacidad
para adaptarnos a los cambios y para hacer frente a los riesgos de la
realidad internacional. Y demuestra la necesidad de una Europa
fuerte, de una Europa capaz no solamente de tomar decisiones, sino de
aplicarlas, de prevenir y solucionar los conflictos,
y de una diplomacia española fuerte, con medios, con
recursos, y de unas Fuerzas Armadas capaces de cumplir los objetivos
políticos que aquí, linda, seria y conscientemente, afirmamos y
defendemos. Decir que Europa debe ser autónoma y que España debe
tener un gran papel es totalmente incompatible con pedir unas Fuerzas
Armadas débiles, pequeñas, incapaces de moverse, de trasladarse, de
enviar rápidamente sus medios humanos y materiales lejos de nuestras
fronteras, en definitiva, incapaces de contribuir a una seguridad
que, en primer lugar, beneficia a los propios españoles.

Aquí se han dicho muchas cosas. Creo que lo más importante es que
nosotros estamos ante una importante victoria de Europa y de los
valores que Europa defiende. No hemos perdido la guerra. La frase de
que todos hemos perdido la guerra solamente puede explicarse por
quien siempre prefiere estar con los perdedores porque una obsesión
antinorteamericana les hace situarse siempre del lado de quien
combate o de quien es combatido por los Estados Unidos, y en este
caso también por Europa. Yo creo que esa es una visión que
afortunadamente no es compartida por la mayoría de nuestra población;
sino que es una visión paranoica internacional, como si hubiera en el
mundo una agenda secreta, un arcano oculto, una razón que no se acaba
nunca de conocer Esa sospecha permanente sobre la realidad de las
cosas lleva a no entender nada, porque lo que sí está claro es que en
este caso había genocidio, exterminio étnico, violaciones masivas de
derechos humanos y amenaza a la paz y a la seguridad de Europa, y esa
información fundamental y primaria, esa razón principal de nuestra
acción, que no obedece a motivos ocultos, ni a razones o a agendas
ocultas, sino a cosas dichas y explicadas una y otra vez aquí, en
Naciones Unidas, en el Parlamento Europeos, en el Consejo de Europa,
en los parlamentos nacionales, etcétera, esa razón importante se
pierde en esa nube de dudas, en esa voluntad de buscar siempre el mal
en quien actúa con honradez, decencia y claridad, en este caso la
Alianza Atlántica y España.

Desde luego sobre esa búsqueda de la sospecha y de la duda permanente
en cuanto a lo que nos mueve a actuar en el mundo y a las razones que
nos llevan a intervenir en Kosovo puede construirse la felicidad
política, pero desde luego no una visión serena -razonable y
razonada- y auténtica de lo que son las cosas.

Repito, la paz no era parar los bombardeos y Rambouillet no era una
maniobra para bombardear Yugoslavia. La paz era vencer a Milósevic e
imponer una presencia internacional de seguridad y civil en Kosovo, a
ser posible con mandato de Naciones Unidas, que al final se ha
producido porque ha quedado claro quién había infringido la legalidad
internacional y la paz y la estabilidad regional. Si lo que hay ahora
es Rambouillet, Rambouillet no era la guerra, y, por tanto, creo que
quien sigue en ese discurso se sigue equivocando y atrincherando en
la más absoluta de las minorías.

Termino, porque creo que el tiempo se me acaba. Quisiera hacer unas
preguntas al señor ministro de Asuntos Exteriores sobre la
Administración civil internacional, su estructura, sus objetivos, sus
candidatos, su relación con laKfor, y una referencia quizá breve al
plan de estabilidad



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sobre el que hay algunas decisiones y reuniones próximas, que sin
duda serán importantes.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Señor Fernández de
Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Gracias, señores ministros
de Asuntos Exteriores y de Defensa por su comparecencia esta tarde,
una vez más para informar sobre los acontecimientos durante estos
meses, porque si algo no se podrá negar objetivamente es que ha
habido información, abundante y puntual, sobre lo que ha venido
aconteciendo desde hace hoy tres meses y mucho antes, desde el mes de
octubre del pasado año.

Mi compañero el señor Robles, portavoz de la Comisión de Asuntos
Exteriores, me releva de hacer un gran número de comentarios al
respecto, pero al leer la resolución 1244 de las Naciones Unidas
sobre el fin de la represión, la retirada de las fuerzas serbias
militares, de policía y paramilitares, el regreso de los refugiados y
de los desplazados, el despliegue de la fuerza militar que tenga a la
OTAN como núcleo principal y el establecimiento de una administración
civil internacional, obliga a la pregunta de cuántas muertes se
hubieran evitado si desde un principio se hubieran aceptado estas
condiciones. Es una pregunta que tiene una respuesta sencilla, que
indica el fracaso del régimen de Belgrado, sin ninguna duda, y a
pesar de que alguien quiera ver algún tipo de diferencia entre lo que
al final ha sido la aplicación de los resultados de la cumbre de
Rambouillet, es difícil encontrarla entre lo propuesto entonces y lo
que ahora se ha aceptado.

Nosotros, desde el Grupo Parlamentario Popular, que hemos atendido
absolutamente a todas las intervenciones, como es lógico, echamos de
menos en alguna de ellas la más mínima referencia a quien ha actuado
de una forma, que cada uno podrá calificar como quiera, pero que se
ha resumido en la expulsión de un pueblo, el albanokosovar, en la
persecución de un pueblo, el albanokosovar, y sin ninguna duda en lo
que reconoce toda la comunidad internacional, lo que ha tratado de
ser una limpieza étnica en aquella zona. Se echa de menos que de vez
en cuando algún grupo político, por muy coherente que sea con sus
planteamientos desde el inicio, tenga también alguna palabra para
todos aquellos que han sufrido la persecución, no desde hace tres
meses ni desde hace nueve, sino probablemente desde hace algunos
años, como la ha sufrido el pueblo albanokosovar.




Señor presidente, se ha hablado de la necesidad de que el Gobierno
hubiera informado a esta Cámara con anterioridad de las decisiones
adoptadas en virtud de la Ley Orgánica 6/1980, por la que se regulan
los criterios básicos de la defensa nacional, y se pregunta uno no
sólo por la resolución del año 1995 sino lo que es ley, la Ley del
año 1991, del servicio militar, que dice taxativamente que el
Gobierno informará al Congreso de los Diputados una vez que se haya
adoptado la decisión de enviar fuerzas al extranjero, siempre y
cuando se trate de soldados o marineros de reemplazo, exclusivamente
cuando se trate de soldados o marineros de reemplazo. En todo caso,
señorías, el Gobierno informa y ha informado con anterioridad a la
decisión
adoptada de la resolución del Consejo de Ministros del 26 de febrero
pasado.

Voy a terminar, señor presidente, pero no sin antes hacer una
reflexión en alto de lo que se pide de España con nuestra presencia
internacional. Esas preguntas y el cuestionamiento de los 1.200
efectivos que en este momento se ofrecen a la Alianza Atlántica -por
primera vez sin que nadie nos lo reclame, sino porque estamos ahí con
la proyección exterior de nuestra fuerza, con nuestra participación
plena en la Alianza Atlántica, en las decisiones que se adoptan- no
se compdecen mucho con la solicitud reiterada de reducción de
efectivos de nuestras Fuerzas Armadas, de no incremento -y valga la
expresión- de los presupuestos de la defensa, sobre todo cuando no se
tiene en cuenta que unas Fuerzas Armadas ni se programan ni se tienen
en dos o en cuatro años, sino que son producto de un ciclo de
planeamiento de la defensa probablemente de más de una década.

Después de una década, las Fuerzas Armadas que tenemos son las que
esta Cámara ha querido que tengan los españoles, con su
potencialidad, con su armamento, con su material, con sus
posibilidades y con sus efectivos humanos. Por lo tanto, estamos en
un buen momento -coincidiendo, como dijo el señor Moya, con una OTAN
después de este conflicto más cohesionada, más fortalecida,
probablemente de una discrepancia responsable, discutida dentro de
los órganos de la propia Alianza Atlántica- para reflexionar sobre
ese fortalecimiento de la identidad europea de seguridad y defensa,
que pasa imprescindiblemente por esos avisos que nos han hecho
durante estos días desde el exterior de que cuando uno quiere
realmente esa identidad europea de seguridad y defensa, de una
defensa y una seguridad más fuerte en Europa, haya que replantearse
en muchas ocasiones qué es lo que está haciendo cada uno de los
países de la Unión Europea por mantener una defensa suficiente como
para tener esa identidad europea que todos buscamos. Yo creo,
señorías, que Naciones Unidas no ha saltado por los aires en este
momento, pero sin duda ha tenido el más serio de los avisos en
cuestión de reformas y de revisión de lo que ha de ser en el futuro
una organización tan importante como ésa.

Termino, señor presidente, reiterando una vez más el apoyo del Grupo
Parlamentario Popular a nuestro Gobierno, a un Gobierno responsable y
riguroso, que en esta crisis ha mantenido por encima de todo la
información al Parlamento y la discreción necesaria para poder llevar
adelante misiones sobre las que nunca en ocasiones anteriores se
habría dado información al Congreso de los Diputados, y sobre todo
deseo manifestar el apoyo de este grupo parlamentario a nuestras
Fuerzas Armadas, a las que han estado ya y a las que a partir de este
momento se encuentran con lo más duro y probablemente lo más justo,
que es devolver a sus hogares al pueblo albanokosovar. En ese empeño
y en esa tarea el Grupo Parlamentario Popular respalda una vez más al
Gobierno de España.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
ministro de Asuntos Exteriores.




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El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señor
presidente, señorías, se ha referido el señor Navas a una supuesta
transgresión de la legalidad internacional como dato de partida. Lo
cierto es que es un hecho reconocido por todos que se estaba
produciendo en Kosovo una limpieza étnica, cargada de asesinatos
colectivos por parte de fuerzas paramilitares y otras, con
transgresión de todos los principios contenidos al respecto en la
Carta fundacional de las Naciones Unidas. En ess circunstancias cabe
preguntarse hasta cuándo había que tolerar esa situación sin
intervenir, especialmente cuando es un hecho por otra parte que el
Consejo General de la ONU estaba bloqueado. Lo menos que cabe
reconocer es la legitimidad de preguntarse si no es más importante
atenerse a los principios de la Carta mucho antes que a simples
formalismos que estaban llevando a una situación en la que esos
principios estaban siendo pisoteados diariamente.

El papel de España es el que le correspondía jugar y se esforzó en
todos los campos, muy especialmente en el que se refiere a la
búsqueda de una salida diplomática al conflicto. Yo quiero recordar
que el día anterior al primer acuerdo en el seno del G-8, por el que
se asumen los principios que debían presidir esa salida diplomática,
yo me hallaba en Moscú estimulando una plena participación rusa en la
solución y la aceptación de esos principios, entrando en el
desarrollo de cuáles de esos principios podían producir dificultades,
para intentar allanarlos, y el mismo día de la reunión del G-8,
todavía en Moscú y discutiendo con el señor Chernomirdin, porque el
señor Ivanov ya había viajado a primera hora de la madrugada a
Alemania, todavía estaba facilitando información al presidente del G-
8, colega señor Fischer, respecto de la manera en que se podía contar
con una activa participación de Rusia en el mismo. Creo que los
países que S.S. ha citado no son comparables al caso que nos ocupa.

Es cierto que se produjeron errores lamentables, como ha afirmado la
señora Maestro, que desgraciadamente se producen en todos los
conflictos armados. Quiero puntualizarle que no ha habido ningún otro
motivo que puras razones personales -y así lo ha afirmado el
interesado- en la dimisión del fiscal del Tribunal Penal
Internacional y quiero recordarle que es un tribunal que depende
íntegramente de las Naciones Unidas, a las que todos queremos
respetar, y que disfruta de un estatuto de plena autonomía en sus
actuaciones. También quiero puntualizarle que la UCK no sólo está
siendo desmilitarizada sino también desarmada.

Ami juicio carecen de todo fundamento las observaciones efectuadas
por el señor Estrella respecto de las razones que nos han impedido
comparecer antes. Yo quiero recordarle que el viernes, día 4 de
junio, por la tarde, regresando del Consejo Europeo de Colonia, donde
se había producido ya el acuerdo con el presidente Milosevic para esa
salida diplomática, convoqué a los portavoces de la Comisión de
Exteriores, a la que asistió el señor García-Santesmases en ausencia
del señor Estrella, y además de facilitarles toda la información de
que disponíamos en aquel momento, les reiteré la disponibilidad del
Gobierno, la del ministro de Defensa y la de quien les habla para
comparecer en cuanto lo estimaran oportuno. Estábamos en la semana
previa a las elecciones del 13 de junio y se consideró que era mejor
dejar transcurrir esa semana. En la siguiente se producía la
comparecencia del presidente del Gobierno para informar sobre dicha
cumbre, así como sobre el propio conflicto de Kosovo, por lo que a
pesar de que tuve una comparecencia ante la Comisión de Exteriores,
se convino en posponer la comparecencia sobre el asunto que hoy nos
ocupa a la fecha en que nos estamos reuniendo. En ese sentido, quiero
decir que la disponibilidad del Gobierno ha sido total y todas las
decisiones que se han tomado respecto de calendarios lo han sido por
consenso de todos los portavoces.

No ha variado el contingente español ni ha habido peticiones en tal
sentido. El señor ministro de Defensa podrá darles más detalles. Yo
personalmente, igual que el resto del Gobierno, no hemos sido
partidarios -ante la ausencia de peticiones y ante la importante
aportación que suponían esos efectivos de 1.200 personas- de
incrementar la fuerza. Respecto de por qué ese número y no otro
distinto, aparte del importante coste económico que tiene, es porque
representa un porcentaje superior al de nuestra participación en los
aspectos bélicos del conflicto.

Respecto a ese supuesto directorio europeo al que S.S. se ha
referido, yo supongo que está pensando en el grupo de contacto que se
constituyó con motivo del conflicto yugoslavo, en particular, en
Bosnia-Herzegovina. Y quiero recordarle que ese grupo de contacto se
constituyó en tiempos del Gobierno anterior, con la ausencia de
España, a pesar de los grandes y loables esfuerzos que hicieron
nuestros predecesores para que se contara con ellos. En cuanto al
papel determinante del presidente Ahtisaari -no creo que sea ningún
secreto-, se consideró que era muy pertinente que fuera él y no otro,
precisamente por su condición de próximo presidente de la Unión
Europea. Por lo que se refiere al incidente con Rusia, yo creo que
son ganas de entretenernos en cuestiones en estos momentos
irrelevantes. Quiero recordar que la visita, como reiteradamente ha
explicado, incluso en medios informativos españoles, el ministro de
Asuntos Exteriores, señor Ivanov, no se aplazó ante la reiterada
petición del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso de que no se
aplazara; también ha confirmado reiteradamente que el programa estaba
cerrado con el Ministerio, a todos los efectos. Le tengo que decir,
respecto al incidente al que usted se refería, que peor fue lo que
les ocurrió al primer ministro japonés, al presidente de Irlanda,
a la reina de los Países Bajos y, desde luego, también más preocupante
es la votación que se produjo en la Duma recientemente, sin que se
hubiera producido ninguna reacción ni por parte de la Alianza
Atlántica ni por parte de la Unión Europea. Frente a los deseos de
algunos de estar siempre enredando nuestras relaciones exteriores, yo
creo que lo que hemos de hacer es no complicar las cosas y seguir
adelante, dando a los acontecimientos la importancia que tienen y,
por supuesto, en ningún caso desorbitándolos.




Quiero agradecer al señor Mardones sus palabras de apoyo y decir que
comparto plenamente sus consideraciones. Respecto de la ayuda
humanitaria serbia, por la que se ha interesado, lo lógico es,
previamente, sondear al Gobierno de Serbia. En el supuesto de que el
propio Gobierno serbio no solicitara la ayuda humanitaria, se
procedería a una evaluación de la situación para actuar en
consecuencia y, si fuera pertinente, solicitar los permisos
necesarios para poder acometer tal ayuda. Hasta el momento no se
dispone



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ni de la evaluación ni de la demanda. Por lo tanto, vamos a esperar
acontecimientos. Simplemente, conviene estar preparados habida cuenta
de los serios daños que se han producido, no sólo en las
infraestructuras, sino en parte del aparato productivo del país. En
esto lo mismo digo sobre la intervención del señor Guardans.

En cuanto a la terna presentada por la Unión Europea, voy a hacer una
matización en el sentido de que no obedece al deseo de tres países de
tener en cualquier caso un candidato, sino al deseo de la Unión
Europea de ofrecer distintas posibilidades al secretario general de
las Naciones Unidas a la hora de tomar la decisión. No tenemos
ninguna garantía de que ese secretario general adjunto de la ONU que
va a nombrarse para esa administración yugoslava, finalmente, vaya a
ser europeo. En todo caso, en el debate que a lo largo del almuerzo
mantuvimos al respecto, los ministros de Asuntos Exteriores acordamos
que tenía que tratarse de personas de alto perfil político, que
tuvieran además algún tipo de experiencia en situaciones parecidas, a
ser posible, en Yugoslavia. Lo cierto es que los candidatos que podía
ofrecer España, que cumplieran esos requisitos, no tenían ningún
interés en que se presentara su candidatura, por lo que España no
presentó ningún candidato.

Agradezco al señor Robles y al señor Fernández de Mesa su apoyo y
comparto plenamente las observaciones de ambos, muy especialmente las
relativas a la necesidad de que Europa construya su propia defensa
común, sin perjuicio del vínculo atlántico.

Respecto a cómo se ha estructurado la administración civil en Kosovo,
en mi primera intervención ya he hecho una referencia amplia. Para
que puedan disponer de ella con mayor detalle, me voy a permitir
entregar al presidente toda la estructuración de esos mecanismos
creados por la resolución del Consejo de Seguridad, tanto por lo que
se refiere a la Kfor como por lo que se refiere a la Unmik o
administración civil, que espero que les sea de utilidad. En todo
caso, quiero puntualizar que los doce meses prorrogables a que se
refieren los mandatos hay que entenderlos prorrogables
automáticamente, a menos que haya resolución en contra. En este caso,
el veto no puede impedir la prórroga, que a todas luces va a ser
necesaria puesto que nadie cree que en doce meses pueda restablecerse
una situación de plena paz como la que deseamos; nos encontramos
ahora en una situación de ausencia de guerra, pero falta organizar la
convivencia. Como he dicho antes, a mi juicio, los dos criterios
fundamentales para evaluar ese éxito van a ser: primero, aquél que se
refiere a la medida en que logremos el retorno de los deportados, que
en este caso están regresando masivamente, contraviniendo incluso los
consejos de Acnur, de las ONG y de todas las organizaciones
internacionales, lo cual ya ha producido algunas víctimas mortales,
especialmente como consecuencia de las minas. El otro criterio tiene
que ser evitar el éxodo de los serbiokosovares, que, por cierto,
hasta ahora no se ha logrado. Todo ello va a resultar, sin duda, una
tarea larga, dura, difícil y, sobre todo, peligrosa. Por ello creo
que, en estos momentos, el mejor servicio que podemos prestar es de
apoyar el esfuerzo de nuestras Fuerzas Armadas en esa tarea de ganar
la paz y ayudar a reconstruir la vida de este más de millón de
desplazados.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Gracias,
señor ministro.

Señor ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Muchas gracias, señor
presidente.

He comenzado a escuchar la intervención del portavoz de Izquierda
Unida con interés por cuanto planteaba una duda respecto a cuáles son
las causas y los resultados, la evaluación global y definitiva del
conflicto. Debo reconocer que pronto he perdido la ilusión, porque he
visto que sabe todas las causas y sabe los efectos. Por el contrario,
ayer mismo se pedía en el comité militar de la Alianza que hiciera
una evaluación de cuál había sido el resultado de la campaña, y el
presidente del comité militar contestó que hasta que los equipos
especiales enviados a Yugoslavia para hacer la evaluación de los
daños causados por los bombardeos no emitan sus informes, no será
posible transmitir a las naciones la valoración que realiza la
Alianza.Yo creo que se puede hacer un análisis de quiénes son los
perdedores o los vencedores. Ha hablado de la primacía del derecho;
habría que ver lo que es el estado de necesidad o el recurrir en
ayuda de extraños. En todo caso, luego habrá posibilidad de decirlo
porque lo han comentado otros.

Hay cosas que me parecen más difíciles de argumentar. Un líder que
sale fortalecido. Todos los datos dan una rápida y progresiva pérdida
de prestigio por parte del presidente Milosevic. La iglesia ortodoxa
serbia -salvo que colijamos que la iglesia ortodoxa serbia se
convierte en accionista de la industria de armamento- lo ha
criticado. Parece que hay algunos datos que indican que no sale
reforzado, sino exactamente lo contrario.

La Unión Europea. La Unión Europea es débil no por el conflicto de
Kosovo. La debilidad defensiva de la Unión Europea es muy anterior al
conflicto de Kosovo. Estábamos hablando de que quizá esto espolee esa
conciencia europea. Por primera vez, el grueso de las tropas
desplegadas en Kosovo ha sido europeo; en Bosnia prácticamente el 50
por ciento era norteamericano. Parece que Europa puede empezar a
querer y a ejercer sus responsabilidades en materia de seguridad y
defensa.

Yo creo que hay -y no hace falta argumentar- unos que no han perdido
la guerra, los miles de asesinados, de refugiados, desplazados, los
miles que han perdido sus hogares, los miles que han perdido a sus
hijos, a sus familias. No hagamos argumentos, vayamos a verlos. ¿Qué
transmiten las imágenes en Pristina? ¿Qué transmiten las imágenes de
los que están volviendo? Esos han ganado la guerra, no hay duda para
ellos. Cuando acogen a las fuerzas de la Alianza -salvo que también
queramos pensar que son extras de una película americana-, demuestran
que ellos han ganado; ellos tienen el sentido de que han ganado. Si
intentamos intercambiar ideas, seguro que el diálogo será rico. Si
intentamos apodícticamente poner las conclusiones a priori es muy
difícil un intercambio de ideas. Además de dar información, como es
obligación del Gobierno, ese ha sido el deseo del ministro que les
habla en cada una de las cinco comparecencias que sobre este tema ha
tenido aquí.

Ha habido un desenlace, primero, que era el que se pretendía y,
segundo, ha habido un desenlace que está permitiendo



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la ejecución de los acuerdos por ahora sin problemas mayores. Acepto,
en cualquier caso, que se puedan poner en tela de juicio opiniones e
informes. Se habla de desmilitarización y desarme. No, señoría. Ha
habido desmilitarización y ha habido desarme. La desmilitarización es
la pérdida desde la indumentaria a la jerarquía militar, pero no se
ha acordado sólo eso, se ha acordado el desarme. Ha habido una enorme
discusión sobre si se exigía el desarme de todas las armas o sólo de
las de calibre superior a 12,7, incluyendo, por tanto, las granadas,
las armas de repetición automática, y se han inclinado por limitar la
prohibición a estas de calibre superior al 12,7 porque era tal la
cantidad de armamento ligero que era imposible su control.

Ahora, lo que me parece ya no que no resista un análisis, lo que me
parece que una mínima honestidad intelectual no tolera es decir que
lo que estamos haciendo es distinto de Rambouillet, y no tolera una
mínima ética intelectual decir que Rambouillet exigía, como es
verdad, en el anejo, 2 capítulo 8, que el personal de NATO
disfrutará, junto con sus vehículos, navíos, aviones y equipos, de
libre y sin restricción pasaje y acceso sin impedimento a través de
la República yugoslava, asociado con el espacio aéreo
interterritorial. Eso, señoría, no se puede decir más que si se
explica que está en un capítulo que se llama: status del personal, y
que dos páginas antes, bajo el epígrafe de la operación y autoridad
de la Kfor se dice exactamente lo contrario. Si jugamos con limpieza,
jugamos con limpieza todos, y si ocultamos la realidad que nos
molesta, hagámoslo así todos. En ese capítulo dice que Kfor tendrá
completa y absoluta libertad de movimientos por tierra, mar y aire a
través y dentro de Kosovo y limita a Kosovo. Pero, si quisiera
decirse toda la verdad, ese texto que ha leído S.S. es exactamente el
mismo que figura en el acuerdo de Dayton y que fue firmado por todas
las partes, porque cuando dos naciones hacen un pacto y dejan que una
fuerza multinacional penetre, se supone que van a dar facilidades
para el acceso a esa zona de despliegue de la fuerza internacional.

Si además no se quisiera reconocer eso, se sabría que este acuerdo
tenía la conformidad, como lo tuvo en su día el de Dayton, de Rusia.

En definitiva, tergiversar lo que es el status del personal con lo
que es la misión de una fuerza me parece, repito, que rebosa los
límites de la limpieza intelectual.

En todo caso, ya se ha dicho, es crítica monolítica, indiscriminada,
todo lo malo está en un lado y nada malo está en el otro. Se ha
hablado de la masacre de los daños colaterales, que las últimas
evaluaciones estimaban en 500 personas, y de las decenas de miles de
fallecidos no se ha dicho una palabra. Tampoco parece no ya limpieza,
sino un mínimo equilibrio y un mínimo rigor. La masacre está de un
lado y cuando se descubre, señoría, que hay fosas colectivas de
cadáveres se dice que también serán víctimas de la UCK. En un
conflicto en el que llevan diez siglos matándo los de unas etnias a
los otros, este se produce por intereses de una industria, a 15.000
kilómetros, que manipula para que se maten entre la propia etnia para
así justificar una argumentación que ni siquiera con pinzas se puede
coger. De todas formas queda claro que, por razón de simple
deducción, cuando después de casi dos meses de operaciones aéreas
saldadas con el resultado que estamos analizando
se piensa que se van a exigir menos condiciones que al principio,
parece que se va en contra de la lógica más elemental. La verdad es
que el acuerdo técnico-militar y el acuerdo de paz firmado es
muchísimo más duro, impone muchísimas más condiciones que el acuerdo
de Rambouillet. Querer decir lo contrario es o no haber leído el
acuerdo o querer hacer lo imposible real. Y eso, realmente, no
soporta un análisis somero.

Por lo que se refiere a la intervención de los portavoces del Grupo
Socialista, preguntaban el contingente. Lo ha dicho el ministro de
Asuntos Exteriores. Hay elementos y condiciones de toda índole, no
sólo militar operativo, hay también económicos, políticos, etcétera,
pero, desde el punto de vista puramente militar, con 1.200, que puede
incluir un batallón reforzado con elementos de apoyo que sirvan para
cubrir todas las previsibles necesidades y misiones en un área, daba,
por un lado, la visibilidad, dentro de la brigada multinacional
dirigida por Italia, a España, y no lo hubiera dado un número
inferior. Tampoco se estimó oportuno, por absoluta unanimidad dentro
del Gobierno y sin que hubiera ninguna discusión, llegar a los 3.000,
3.500, que hubiera tenido que ser el mínimo para poder tener una
brigada propia española. Por tanto, se juzgó que incluso desde el
punto de vista operativo militar tenía una razón de ser. ¿Afecta a
Bosnia? En absoluto. Con total independencia del contingente
desplazado en Bosnia, se podían mandar esos 1.200 y más, si hubiera
decidido el Gobierno enviar más. Otra cosa es, y no tiene ninguna
conexión -entre otras cosas porque la que haya temporal será
relativa-, que , como bien sabe S.S., cada seis meses está fijada una
estimación del nivel de presencia internacional en Bosnia y entonces
es previsible que haya una disminución, pero, repito, con absoluta
independencia y sin ninguna conexión.

Casi en tono festivo, todavía hay minas reglamentarias, ninguna
antipersonal, y minas no reglamentarias, pero hay minas contra
carros, que no han sido objeto de ninguna restricción internacional.

Estoy muy de acuerdo con lo del futuro de la UE y ya he hecho algún
comentario sobre que parece que puede atisbarse con algún optimismo
ese futuro. Hay una mención que me permitirá S.S. que le rebata: el
papel de España; ya lo ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores.

Pero lo pone en comparación con un país que tiene -probablemente
porque sea bueno para sus intereses, yo así lo estime- la connotación
de país neutral. Le es mucho más fácil realizar determinados papeles
que a países que no tienen esa connotación. Quiero agradecer, en todo
caso, el apoyo a la acción y creo que también a la decisión del
Gobierno. En todo caso, creo -y ayer en conversación con el
secretario de Defensa americano se confirmaba- que en el
mantenimiento de la cohesión de la Alianza el papel español, por
tanto papel diplomático y político, ha sido más que relevante.

Tardanza. Las Fuerzas Armadas españolas, el Ejército de Tierra, como
SS.SS. conocen, tiene una fuerza de maniobra y dentro de ella una
fuerza de acción rápida. Estas fuerzas tienen una graduación en
función de su disponibilidad; hay contingentes que están listos en 48
horas, contingentes que están listos en diez días y contingentesque
están listos en treinta. El contingente planeado y planteado



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ya desde el día 26 de febrero no sólo estaba perfectamente listo y
dispuesto para ser embarcado, sino que además ha estado adiestrándose
en entornos parecidos a los que creían que podrían encontrarse, si
llegaba el caso de llegarse a un acuerdo: entornos de ciudades,
entornos montañosos, etcétera. El problema es que es verdad que el 26
de febrero se adoptó el acuerdo por el Consejo de Ministros, pero
hasta el 18 de junio no se llegó al acuerdo formal, total y final. Es
verdad que ha habido tropas antes, pero no es menos cierto que había
tropas que estaban ya preposicionadas en Macedonia y en Albania y por
tanto eran las que primero podían llegar al terreno y a veces tan
mala es la tardanza en llegar, que seguro que sería mala, como la
excesiva premura que hubiera dado lugar a problemas de congestión
portuaria y de otros tipos. No ha habido ninguna tardanza, ni la más
mínima, respecto de las peticiones de la Alianza, sino que, por el
contrario, cuando en Bruselas se dijeron las fechas en las que estaba
previsto el embarque, primero, del destacamento avanzado y, segundo,
del grueso de la fuerza, lo que hubo fueron congratulaciones y ni el
más mínimo asomo de reparo. Por tanto, en tiempo y en número había
disponibilidad y hemos acomodado a las necesidades de la Alianza
nuestra llegada en tiempo oportuno.




He aclarado ya que está incluida la desmilitarización y el desarme.

En cuanto a la financiación, hay dos conceptos en lo que atañe al
Ministerio de Defensa. En primer lugar, cuánto. La operación del
campamento, el traslado, el mantenimiento, hasta la fecha ha supuesto
5.668 millones. La operación de bombardeos en Kosovo ha supuesto
3.590 millones de pesetas, de los que 423 corresponden a gastos de
personal, 1.058 a vida y funcionamiento y 2.109 millones a material.

Respecto del cómo, creo que ya en alguna comparecencia anterior lo
hemos dicho. Es evidente que son necesidades no previstas a comienzo
de ejercicio. Se está en colaboración larga -como tienen experiencia
SS.SS.- con el Ministerio de Hacienda, para ver si se pueden
conseguir minoraciones paralelas en otras partidas presupuestarias
para poder subvenir a estas necesidades imprevistas. En caso
contrario, hay una partida que es un crédito extraordinario con
carácter de ampliable para operaciones de paz donde se ha debatido
entre interventores si estaban cubiertas las distintas operaciones a
las que nos estamos refiriendo. En caso de que eso no fuera
suficiente o no fuera adecuado, se remitirán -siempre con la absoluta
transparencia que he pretendido dar al aspecto económico- los datos
para la gestión, en su caso, repito, del oportuno crédito
extraordinario. La rotación está prevista que será, como está siendo
en Bosnia, entre cuatro y seis meses, dependiendo de la clase de
destacamentos. Quiero agradecer muy especialmente el reconocimiento a
la labor desempeñada por nuestros tres ejércitos en este conflicto.

También quiero agradecer y mostrar mi conformidad con las
apreciaciones del señor Mardones, portavoz de Coalición Canaria. Yo
también creo que ha sido el final que deseábamos y en esa medida un
final feliz. En cuanto al coste me parece que ya está aclarado. La
retirada de los aviones. Se han retirado dos aviones F-18 y cuando se
declare terminado del todo se retirarán los otros cuatro. Como se
habrá visto, hay aproximadamente una tercera parte que se han
retirado y nosotros vamos a seguir el ritmo
global de la Alianza. Ya he dicho que no había tardanza. En cuanto al
municionamiento, es todo munición española. Se ha utilizado munición
de la reserva de guerra, que habrá que reponer, pero no ha habido que
acudir a ninguna nación ajena. En segundo lugar, hay que decir que en
todas estas operaciones cada país se financia sus operaciones, por
tanto, no hay trasvases. Al final hay una cuenta de saldo en una
operación muy especial, que es la de abastecimiento en vuelo, donde
al final suelen cruzarse entre unas y otras naciones los saldos
relativos a acreedores y deudores. Pero en este caso cada uno soporta
su propia financiación y, como digo, en el caso español, ha sido con
cargo a la munición de nuestra reserva de guerra.

Se ha preguntado también por qué 1.200. Creo que ya se ha dicho. Se
ha puesto de manifiesto una cierta diferencia o llamada de atención
entre el papel de la Guardia Civil y el de los carabinieri. La verdad
es que los carabinieri, que realizan las mismas funciones que la
Guardia Civil, también tienen capacidad para realizar otras
funciones, están dotadas de armamento pesado, forman parte del
Ejército de Tierra de Italia, sus presupuestos están en el Ministerio
de Defensa y, por tanto, tienen un carácter no sólo jurídicamente,
como tiene la Guardia Civil, de naturaleza militar, sino que tienen
muchas características, mucha dotación, armamento y equipo propio de
fuerzas armadas y no es de extrañar que puedan cumplir funciones
ajenas a las meramente policiales, cosa que no sucede en el caso de
la Guardia Civil. También se ha expresado la felicitación por la
misión de apoyo a las funciones del Tribunal Militar Internacional.

Creo que hay una cosa muy importante. Conforme se vaya sabiendo lo
que ha estado ocurriendo todos estos meses atrás, en los que por
cierto no había libertad de prensa en Serbia, es más que probable que
vaya disminuyendo ese crédito, ese liderazgo, ese prestigio de
Milosevic y su régimen y por tanto más fácil será que la
democratización del régimen serbio se produzca antes.

Por último, a ambos portavoces del Grupo Popular les quiero agradecer
no sólo su apoyo constante y reiterado sino también, y nos ha evitado
hacerlo a los ministros, esa evaluación de las distintas y múltiples
sesiones informativas. Al final, en alguna ocasión se dijo que era
difícil hacer una evaluación mientras no terminara el conflicto,
aunque no sea definitiva, en este momento son primeras evaluaciones
y se pueden poner en tela de juicio, como así ha sido hecho, muchas
opiniones. Efectivamente creo que lo más importante, desde el punto
de vista militar, ha sido mantener el consenso en la primera
operación puramente militar de la Alianza entre diecinueve países. Y
se ha dicho -y creo que es verdad- que una de las labores en el
futuro será el poder saber la relación que hoy los medios de
comunicación hacen inmediata y directa con las opiniones públicas -se
dice que en la guerra la primera víctima es la verdad- para que la
verdad sea lo menos víctima posible.

Y es muy importante -creo que nunca ha habido ocasión de hacerlo como
la hay ahora- ver el enorme desfase entre lo que se pide a nuestras
Fuerzas Armadas y lo que se da a nuestras Fuerzas Armadas. Se ha
dicho -y es muy cierto- que los ciclos de programación son muy
largos, que nadie se sabe inventar unas fuerzas armadas, que las que
tenemos, aunque son exiguas, son muy buenas y que vale mucho
mantenerlas bien equipadas y bien dotadas.




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Me parece, señor presidente, que con esto he contestado a todas las
preguntas.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Son
excepcionales las réplicas, pero excepcionalmente y por no más de un
minuto, daré la palabra a los portavoces, uno por grupo, si no les
parece mal.

Señor Mardones, ¿quiere intervenir? (Pausa.)
Señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Quiero agradecer el tono en el que ha
expresado la discrepancia el ministro Matutes. Quiero que conste en
Acta que nos da la impresión de que la valoración que el ministro de
Asuntos Exteriores ha tenido de este conflicto quizás no haya
coincidido en todo momento con la valoración que el presidente del
Gobierno ha hecho. El ministro de Asuntos Exteriores entendía que
quizás la diplomacia tenía que haber desempeñado un papel más
protagonista en la acción exterior del Gobierno, más allá de avalar
permanentemente actuaciones más proclives al ámbito militar.

Sólo quiero expresar mi argumento sobre la acción de la comunidad
internacional al amparo del derecho. Quien no ve limpiezas étnicas de
los que considera países amigos, quien no ve desplazamientos masivos,
de millones de personas, provocados por países amigos, quien no ve la
vulneración de los derechos humanos que se cometen contra millones de
personas por esos países amigos, quien no ve eso, quien no actúa
contra eso, no me puede servir como referente moral, como referente
de legitimidad para poder actuar, eso sí, sólo sobre un país que es
Yugoslavia. Señor ministro, yo he visto las mismas tiendas de
campaña...




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
Navas, argumento recibido.




El señor NAVAS AMORES: Yo he visto las mismas tiendas de campaña, los
mismos deportados, las mismas fosas en todos los continentes y qué
curioso que eran países amigos de la Alianza Atlántica.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señora
Maestro.




La señora MAESTRO MARTÍN: No tengo más remedio que intervenir,
independientemente de otras alusiones...




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Remedio sí
tiene, puede no intervenir. No se sienta obligada a hacerlo.




La señora MAESTRO MARTÍN: Es necesario que clarifique cosas que el
señor Serra ha planteado en relación con el papel de los diferentes
países y muy especialmente de la Unión Europea en los acuerdos de
Rambouillet. Yo reafirmo, mi fuerza política reafirma que la puesta
en escena de Rambouillet fue el aperitivo necesario de la
intervención. Los acuerdos de Rambouillet pusieron de manifiesto
el protagonismo de Estados Unidos en detrimento de la Unión Europea y
que el párrafo ocho del anexo II, que he leído era desconocido, según
sus propias declaraciones, por ministros de Exteriores de países de
la OTAN como Italia, Francia, Grecia o Alemania. No sé si el señor
Matutes conocía la mencionada cláusula.

Termino diciendo, señor presidente, que quienes seguimos atentamente
los altibajos de la política internacional en otros lugares del mundo
sabemos exactamente qué quiere decir el nuevo orden internacional
cuando lo pronuncia Estados Unidos, qué quiere decir cuando sobre
Irak se habla de un post Sadam Hussein, que no tiene más requisito en
materia de derechos humanos que reconocer los intereses estratégicos
de Estados Unidos en Oriente Medio, o cuando se habla de la Cuba post
Fidel Castro, que necesariamente tendrá que atender los intereses
económicos de Estados Unidos. La Yugoslavia post Milosevic
seguramente va a plantear parecidas características, es decir, no
requisitos de otro tipo que serían increíbles cuando se da la mano
a asesinos y a dictadores de otras partes del mundo -mi compañero lo ha
dicho y no voy a insistir en ello-, sino simplemente quién está en
mejores condiciones o no de aceptar los intereses de las grandes
potencias. En ese sentido la Unión Europea, señor ministro de
Defensa, ha perdido una oportunidad de ser una voz independiente. La
humillación de la Unión Europea empezó, al igual que con los
bombardeos de diciembre sobre Irak...




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señora
Maestro.




La señora MAESTRO MARTÍN: Termino ahora mismo.

Empezó cuando la cumbre de Berlín tuvo que alterar su agenda para
mostrar su adhesión inquebrantable a un bombardeo que se iniciaba el
mismo día, el 24 de marzo.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Hoy se nos ha hecho llegar una
comunicación del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en
la que remite documentación relativa, que es justamente lo que decía
la resolución de 1995. Me alegro, porque hasta ahora había habido un
entendimiento entre Gobierno y grupos parlamentarios sobre la plena
vigencia y validez de la resolución de 1995. Aclarado esto, que se
puso en cuestión esta misma semana en el debate sobre el estado de la
Nación, quiero aclarar también que la información no es un problema
ni de derecho administrativo, nada tiene que ver con la Ley del
Servicio Militar, ni es un problema contable; es un problema
político, y nos sentiremos todos políticamente satisfechos o no.

Señor ministro de Asuntos Exteriores, enreda en política exterior el
que enreda. Enreda el portavoz del Gobierno o la agencia oficial de
noticias que da una excusa de una supuesta enfermedad que es
desmentida por el propio Kremlin. O enreda el ministro de un gobierno
que no se limita a utilizar la guía de campaña de su partido en
aquellos aspectos que son inocuos y triviales, como que toda



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Europa se pregunta con asombro por el éxito del señor Aznar, sino el
que utiliza otros elementos de esa guía de campaña, por ejemplo, la
responsabilidad del desencadenamiento del conflicto de Kosovo.

Se ha hecho una acusación concreta a este grupo y a este portavoz.

Nosotros presentamos una comunicación hace unas semanas. El día 30 de
marzo el presidente del Gobierno anunció en la Cámara la disposición
del Gobierno a remitir una comunicación, que sería objeto de debate y
de resolución según los artículos 196 y 197 del Reglamento, sobre el
concepto estratégico de la OTAN. Literalmente eso es lo que planteo
el grupo. Este es un acto de consulta al Parlamento, porque yo
entiendo que la información y las valoraciones son de doble vía y
creo que al Gobierno le interesa también conocer la opinión de los
grupos parlamentarios. Hay otras fórmulas de consulta, varias de las
cuales hemos expuesto en un documento que hemos remitido al Gobierno
y a los grupos parlamentarios, pero esta es una de ellas. La
comunicación y resolución es otra fórmula de consulta.

Finalmente, señor presidente, quiero expresar nuestro apoyo a la
decisión del Gobierno, no solamente a las Fuerzas Armadas. En 1993,
cuando el Gobierno iba a aumentar el contingente en Bosnia, hubo un
jefe de la oposición que dijo que si el Gobierno tomaba esa decisión
él se opondría, pero que daría su apoyo a los soldados españoles.

Nosotros calificamos aquello de un visión mezquina del Estado y
nosotros ahora damos el apoyo a la decisión del Gobierno, damos el
apoyo a nuestras fuerzas y exigimos al Gobierno diálogo, información
y búsqueda de consenso. Ha habido otras fórmulas de diálogo, cuando
se produjo el conflicto de Irak hubo numerosas reuniones en las que
se podían intercambiar posiciones entre los grupos y el Gobierno, y
eso fue de gran utilidad. No es este el único mecanismo.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor Moya.




El señor MOYA MILANÉS: Solamente quiero recordar al ministro de
Defensa que solucione esos retrasos en las percepciones por parte de
los soldados en Bosnia, porque nos ha llegado alguna información en
ese sentido.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Cuando yo afirmaba que el señor Estrella, en
la comparecencia conjunta de los señores ministros de Asuntos
Exteriores y Defensa…



El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: No se
enrede demasiado.




El señor ROBLES FRAGA: No, solamente voy a leer una frase del señor
Estrella. Le voy a citar para darle mayor eco a sus palabras. (El
señor Estrella Pedrola: Le encanta citarme.) Eres uno de mis autores
favoritos.

Decía que exigía la consulta previa al Parlamento, y el señor
Estrella ha dicho que eso era falso. Entonces, quiero leer lo que
dijo el señor Estrella para que sepamos dónde ha ido y por dónde han
pasado en estos meses las propuestas
del señor Estrella al Gobierno y a este Parlamento sobre la
relación entre Parlamento y Gobierno. El señor Estrella, el 6 de
octubre decía: Por razones políticas (tendrá que explicar cuáles son)
y por las propias implicaciones de índole jurídica, incluso
presupuestarias, consideramos -haciéndose portavoz del Grupo
Socialista, que es lo que es y lo que era- que la consulta previa al
Parlamento es imprescindible en supuestos que impliquen la
contribución de España al uso de la fuerza, acciones militares,
navales o aéreas o el despliegue de unidades españolas sobre el
terreno en acciones de imposición de la paz que pueden implicar
operaciones de combate.

Es decir, pide y pedía, y ahora parece que dice que es falso pero es
cierto, la consulta previa al Parlamento. Ese es el camino
disparatado en el que ha estado el señor Estrella todos estos meses.

(El señor Estrella Pedrola: Eso es lo que planteó Aznar el 30 de
marzo.)



El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): No quiero
entrar en imputaciones que fueron debidamente aclaradas en su momento
ni quiero reabrir el debate, por lo que me limitaré a reafirmar mis
posiciones y a señalar, no obstante, que en la búsqueda de la
solución diplomática a ese conflicto he contado siempre con el
respaldo total, pleno e incondicional del presidente del Gobierno y
de todo el Gobierno.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Voy a hablar con toda
brevedad.

Señoría, no me ha desmentido lo que he dicho de manipulación del
capítulo VIII y el capítulo IX. Dice que es confidencial. Está en
Internet y puede descargar cuando quiera.

Los pagos. La única causa que puede haber de un retraso puramente
administrativo es que determinadas unidades y determinados buques
desplazados bajo dependencia directa de unidades multinacionales
hayan tenido ese retraso por un mayor alargamiento del proceso
burocrático de paga. No hay más. Si se ha producido y se confirma, se
solventará con toda rapidez.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES: Señor
presidente de la Comisión de Defensa, señores miembros de la Comisión
de Defensa y de Asuntos Exteriores, esta es la última reunión que
vamos a celebrar en este período de sesiones. Quiero agradecerles a
todos su presencia, su atención, su participación, su trabajo. Por
razones de todos conocidas, hemos tenido lo que considero la suerte
de haber convocado varias sesiones conjuntas con la presencia de los
ministros de ambos departamentos. La experiencia ha sido enormemente
positiva, y no entro en valoraciones que no me corresponden en este
momento, pero sí quería agradecer lapresencia continuada de los dos
ministros, siempre que ha



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sido requerida y siempre que ellos lo han pedido, cosa que han hecho
varias veces en el curso de los últimos meses. Al mismo tiempo,
gracias a todos ustedes por su presencia y colaboración. Ha sido un
buen ejemplo de dedicación parlamentaria y de búsqueda de consensos o
de disensos, en cualquier caso, de acuerdos o desacuerdos entre todas
las fuerzas políticas aquí representadas. Se lo quiero agradecer muy
de veras.

Quiero recordarles, sobre todo a los miembros de la Comisión de
Asuntos Exteriores, que el día 1 de julio tendremos ocasión en el
Plenario de presentar, y espero
que de aprobar, el informe de la Subcomisión sobre la celebración
del 50.o aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
que es también una buena manera de culminar el trabajo de la Comisión
durante este período. Es también una razón para la satisfacción.

Muchas gracias a todos. Muchas gracias, señores ministros.




Se levanta la sesión.