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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 662, de 06/04/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 662



CONJUNTA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DEFENSA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO Y LEDO



Sesión núm. 49



celebrada el martes, 6 de abril de 1999



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia urgente de los señores ministros de Asuntos
Exteriores (Matutes Juan) y de Defensa (Serra Rexach) para informar
sobre la situación en Kosovo. A petición propia. (Número de
expediente 214/000116) ... (Página 19238)



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Se abre la sesión a las cinco y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DEFENSA: Señorías, vamos a dar
comienzo a esta sesión conjunta de las comisiones de Asuntos
Exteriores y de Defensa, en el formato y con el procedimiento de
otras sesiones similares celebradas a lo largo de esta legislatura.

Creo que interpreto el sentir de los miembros de ambas comisiones al
decir que agradecemos a los mismos comparecientes y al Gobierno su
interés por informar al Congreso del desarrollo de la situación en
Kosovo y de la participación española en las operaciones que implica
la misma.

De acuerdo con el procedimiento establecido, primero hablarán los
señores ministros y a continuación los grupos parlamentarios,
pudiendo participar los portavoces de ambas comisiones repartiéndose
un tiempo que esta Presidencia entiende que puede interpretarse de
una manera generosa pero siempre que no lo prolonguemos
excesivamente, por interés de todos y para el buen desarrollo de la
sesión.

En primer lugar, tiene la palabra el señor ministro de Asuntos
Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Muchas
gracias, señores presidentes. Señorías, el pasado día 24 la Alianza
Atlántica inició acciones militares contra objetivos en la República
Federal de Yugoslavia. Se llegó a esta decisión tras el agotamiento
por parte de la comunidad internacional de todos los instrumentos
a su alcance para poner fin al conflicto en Kosovo. Se utilizó la
persuasión sin éxito, la advertencia en vano, las sanciones sin
resultados. Todos los instrumentos de presión habían fracasado. ¿Cuál
era la alternativa? ¿La resignación? ¿Aceptar pasivamente nuevos
crímenes, nuevas violaciones masivas de los derechos más
fundamentales? ¿Asistir de brazos cruzados a nuevos episodios de
limpieza étnica? Consecuentemente con ello se adoptó una decisión
extremadamente difícil. El día 23 el secretario general de la OTAN
instruyó a las autoridades militares de la Organización para iniciar
una campaña de ataques aéreos contra objetivos estratégicos en la
República Federal de Yugoslavia. El mismo martes 23 y desde Berlín,
donde me encontraba ya para asistir al Consejo Europeo de los dos
días siguientes, informé personalmente a los líderes políticos y
portavoces parlamentarios. Esa política de permanente información y
consulta ha sido constante. Bien yo mismo, bien el secretario de
Estado de Política Exterior hemos comparecido, unas veces requeridos
por la Cámara y otras a petición propia -en el pasado año en cuatro
ocasiones-, ante esta Cámara para explicar la política del Gobierno
en relación con el conflicto en Kosovo. Junto a ello se han
respondido puntualmente y en extenso todas las preguntas orales
formuladas. Desde que empezaron las acciones aéreas de la OTAN ha
tenido lugar la comparecencia del señor ministro de Defensa, el 26 de
marzo, y la del señor presidente del Gobierno el día 30. He tratado
por otra parte de mantener constante contacto con los medios de
comunicación para informar a la opinión pública de la evaluación que
el Gobierno ha ido haciendo de los diferentes acontecimientos.

Junto a ello, la Oficina de Información Diplomática ha
emitido diversos comunicados de prensa, incluso durante los días de
las festividades de Semana Santa, en ese empeño de mantener a la
opinión pública informada sobre las decisiones del Gobierno.

Las operaciones de la Alianza en la República de Yugoslavia están
destinadas a alcanzar un fin política, como el propio secretario
general de la OTAN señaló el pasado día 24 al anunciar el inicio de
las operaciones. Este fin no es otro que el proporcionar una solución
justa y duradera a la cuestión de Kosovo. Este es el objetivo, pero
permítanme también insistir en lo que no es esta operación. No es una
guerra contra Yugoslavia, ni mucho menos contra el pueblo serbio que
tiene muchas, muchísimas cosas admirables. Es una acción dirigida
contra las actuaciones de un régimen incapaz de alcanzar objetivos
políticos mediante el diálogo y la negociación, régimen responsable
de diversos conflictos, atrocidades, limpiezas étnicas y que atenta
permanentemente contra los derechos fundamentales de sus ciudadanos,
que ha situado a su aparato represivo como instancia fundamental, por
no decir única, de ejercicio del poder político; un régimen que ha
sido capaz de deportar en los últimos días, y de manera brutal, a más
de 350.000 personas.

La legitimidad de la acción militar de la OTAN ha constituido desde
el principio una de las preocupaciones del Gobierno. En ese punto
quiero evocar la comparecencia que realice el pasado 6 de octubre,
junto con el ministro de Defensa, ante estas comisiones reunidas al
efecto. En aquella ocasión señalé que el uso de la fuerza por parte
de la OTAN podía considerarse legítimo si se daban tres condiciones:
primera, una situación humanitaria de emergencia; segunda, la
negativa del Gobierno de la República Federal de Yugoslavia a poner
fin a sus acciones represivas, y, tercera, una situación de bloqueo
en el seno del Consejo de Seguridad por la negativa de algunos de sus
miembros permanentes a utilizar o autorizar el uso de la fuerza. En
aquella comparecencia la casi totalidad de los grupos parlamentarios
expresaron opiniones en el sentido de que en estas condiciones el uso
de la fuerza podía considerarse legitimado, siempre como último
recurso y de modo excepcional.




En lo que se refiere en particular al Consejo de Seguridad, SS.SS. lo
conocen muy bien, éste ha continuado bloqueado; sin embargo el
sentimiento mayoritario en su seno sobre las operaciones militares de
la Alianza actualmente en curso quedó patente el pasado 26 de marzo
cuando un proyecto de resolución presentado por Rusia, exigiendo el
final de estas acciones, sólo obtuvo tres votos positivos y la
negativa del resto de los miembros del organismo, que se negaron a
condenar la actuación armada. El propio secretario general de las
Naciones Unidas expresó un sentimiento muy parecido cuando declaró -y
cito textualmente entre comillas-: Hay momentos en que el uso de la
fuerza puede ser legítimo en la búsqueda de la paz.

Señorías, mientras en París se desarrollaban los últimos días de la
negociación, Belgrado iba acumulando hombres y material en Kosovo. El
ejército federal yugoslavo y las fuerzas de seguridad serbias
desplegaron unos 40.000 efectivos, dos brigadas acorazadas y diverso
tipo de armamentopesado. Se trataba de un despliegue sin precedentes



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desde que comenzó el conflicto en Kosovo en el mes de marzo del año
pasado.

El 19 de marzo de este año -por tanto, varios días antes del inicio
de las operaciones armadas-, el mismo día en que se anunciaba el
fracaso de las negociaciones, estas fuerzas situadas en Kosovo
empezaron a actuar. Estábamos, por tanto, ante un plan de agresión a
la población albano kosovar cuidadosamente preparado con
anterioridad. Desde que se iniciaron las operaciones aéreas el
Gobierno de Belgrado ha incrementado de modo brutal sus agresiones
contra la población civil. Lo que ha sucedido en Kosovo durante los
diez últimos días es uno de los episodios más trágicos de la historia
de Europa desde la Segunda Guerra Mundial: deportaciones en masa y
una gigantesca operación de limpieza étnica que en estos momentos se
salda con más de 400.000 refugiados, flujo que sigue en aumento. No
podemos llamarnos a engaño, señorías. El primer y único responsable
de esta tragedia es el presidente Milosevic.

El Gobierno ha otorgado desde el primer momento prioridad absoluta a
las actuaciones destinadas a aliviar esta grave situación
humanitaria. El presidente del Gobierno anunció ayer nuestra
intención de proponer el próximo jueves en el Consejo de Ministros de
Asuntos Exteriores de la Unión un plan de ayuda humanitaria. En
materia de refugiados se trata de conciliar dos percepciones
diferentes pero igualmente legítimas: la de los que abogan por el
mantenimiento de los deportados en los países a Kosovo y la de los
que, en aras de una solidaridad profunda, también propugnan la
acogida temporal de una parte de estos refugiados en los países
dispuestos a ello. No hay duda de que tienen también razón los que
sostienen el argumento de que alejar a los refugiados del entorno de
Kosovo es, en definitiva, completar la macabra labor de limpieza
étnica. El plan del Gobierno trata de conciliar ambas posturas con el
único espíritu de aliviar la situación de los refugiados que más lo
necesitan. Así proponemos consultas con el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados, con la Unión Europea y con la
OTAN para asegurar que la mayor parte de los deportados puedan
quedarse en el entorno de Kosovo y tengan los servicios mínimos de
alimento, alojamiento y cuidados sanitarios. No descartamos la
posibilidad de, con el acuerdo de los gobiernos concernidos,
habilitar centros adecuados de acogida temporal también en otros
países de la zona y no sólo en Albania o Macedonia. Junto a ello, el
Gobierno ha mostrado la disponibilidad de España de acoger de forma
temporal, y sobre una base voluntaria, a un cierto número de
refugiados, cuya situación sobre el terreno sea especialmente
difícil. Ayer mismo se reunió la Comisión interministerial de asilo y
refugio y hoy se reúnen los responsables de Asuntos Sociales con las
ONG involucradas. El jueves se reunirá de nuevo la Comisión
interministerial de asilo y refugio y también la Conferencia
sectorial de Asuntos Sociales. Por tanto, el proceso está en marcha.

En lo que se refiere a la ayuda humanitaria, desde finales de marzo
vengo manteniendo un permanente contacto con la comisaría Bonino, así
como con mis colegas de la Unión Europea y de la OTAN, a efectos de
coordinar mejor los esfuerzos. El pasado domingo tuvo lugar, en
Bruselas, una reunión de coordinación entre diversas organizaciones,
como la Unión Europea, la OTAN, la Unión Europa Occidental y el
Acnur. En el día de hoy, la señora Ogata preside en Ginebra una
reunión destinada a mejorar esta coordinación. Estamos acogiendo las
diversas iniciativas surgidas de estos encuentros para elaborar la
más eficaz fórmula de coordinación que, en estos momentos y como SS.

SS. saben, implica una activa participación de la Alianza Atlántica.




Por otra parte, en el plano estrictamente bilateral, desde el 29 de
marzo la Agencia Española de Cooperación Internacional ha movilizado
1.000 millones de pesetas, 700 en recursos propios y 300 en
colaboración con otras entidades. Hoy mismo tenía que salir
-finalmente ha aplazado su salida hasta mañana por la mañana por
falta de espacio aéreo- un avión de las Fuerzas Armadas con destino a
Skopje, con víveres y medicinas. La semana que viene saldrá hacia
Albania y Macedonia u convoy terrestre, que transportará alimentos,
medicinas y enseres por valor de más de 200 millones de pesetas. La
Agencia Española ha abierto cuentas corrientes para captar recursos
adicionales voluntarios. Estoy seguro de que la reconocida
solidaridad de los españoles se hará presente una vez más. Estas
acciones, que continuarán en las próximas semanas, han de entenderse
en el marco de una acción conjunta de los diferentes departamentos
del Gobierno que, como ayer anunció el presidente, ha comprometido
8.000 millones de pesetas en ayuda humanitaria.

Por otra parte me propongo viajar a la zona en cuanto sea posible -si
puede ser esta semana-, acompañado de los responsables de la Agencia,
para evaluar sobre el terreno las necesidades y apoyar en la medida
de lo posible a las autoridades de los países vecinos de Yugoslavia,
cuya estabilidad resulta esencial en estos momentos. El deseo del
Gobierno es que se pueda poner fin a estas operaciones de la OTAN
cuanto antes; sin embargo, depende del presidente Milosevic el que
esto tenga lugar. Las agresiones del Ejército federal yugoslavo, de
las fuerzas especiales de seguridad serbia y de los paramilitares,
que actúan bajo protección del Gobierno de Belgrado contra la
población civil, tienen que acabar, los refugiados y desplazados
tienen que poder volver a sus lugares de origen y a sus hogares.

Quiero reiterar aquí la preocupación ya expresada por el Gobierno
sobre la situación en Montenegro, así como los supuestos intentos del
Gobierno de Belgrado de subvertir el orden constitucional de esta
república. La aceptación de este plan no sólo abrirá perspectivas de
paz en Kosovo y de estabilidad en el sur de los Balcanes, sino que
puede ser el primer paso para la reintegración de Yugoslavia en la
comunidad internacional, que es otra de las prioridades de España.

Para terminar diré que, en esencia, son tres los problemas de esa
región europea: un problema claro de seguridad, que es esencial,
fundamental, cuya solución es condición previa para resolver
cualquier situación; un problema de atraso económico y, finalmente,
una cuestión pendiente, el déficit democrático. Está llegando la hora
de abordar la cuestión de los Balcanes con una estrategia única y
global, que atienda de modo simultáneo esos tres problemas. En este
marco, España contribuirá a impulsar un ambicioso proyecto de
conferencia internacional de paz para los Balcanes.




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La Unión Europea está llamada a jugar un papel decisivo en este gran
empeño político y pueden tener la seguridad de que España se
encontrará también en primera fila en este esfuerzo.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro. A continuación,
tiene la palabra el señor ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Muchas gracias
presidente, señorías. El marco político que acaba de dibujar el
ministro de Asuntos Exteriores y mi comparecencia aquí el pasado día
26 permiten, además de reiterar el agradecimiento por el masivo apoyo
de la Cámara -apoyo que ha había sido mostrado el pasado 6 de
octubre-, entrar en las operaciones militares propiamente dichas.

Como ustedes saben, las operaciones se están desarrollando a base de
las fuerzas aérea. Las operaciones aéreas sobre Yugoslavia dieron
comienzo el día 24, cuando el día 23 se había dado la orden de
ejecución, y su objetivo inmediato era causar el suficiente daño a la
capacidad militar serbia, de tal forma que Belgrado pudiera sentirse
inclinado o, en su caso, obligado a aceptar un acuerdo político para
la región de Kosovo. En segundo lugar, que retirara sus fuerzas
militares de esa región para que los refugiados pudieran retornar a
sus hogares de forma segura. Y, en tercer lugar, que, para la
protección de los refugiados retornados, hubiera la protección de una
fuerza internacional liderada por la Alianza.

Desde el punto de vista militar, las acciones aéreas emprendidas son
correctas, ya que, en esa finalidad de perseguir el deterioro del
sistema militar serbio, se han dedicado a objetivos de la defensa
aérea integrada yugoslava, a disminuir la capacidad militar de sus
fuerzas -hay que excluir a la Armada, que no ha hecho ningún
movimiento de hostilidad y está recluida en sus lugares
tradicionales-; el sistema de mando y control, muy principalmente; la
infraestructura militar, como líneas de comunicaciones y
abastecimiento logístico, lo que incluye aeropuertos, ferrocarriles
y carreteras, así como los centros directivos que planean las acciones
de limpieza étnica. Las operaciones están siendo ejecutadas de
acuerdo con el plan aliado denominado Allied Force y se desarrollan
con relativa normalidad, si es que puede hablarse de normalidad en
estos supuestos. Como ya anticipé el otro día, me permitirán que en
cuanto a detalles de los objetivos no pueda ser más explícito de lo
que es la propia Alianza y diga que en las operaciones están
participando cerca de 400 aviones pertenecientes a once países de la
Alianza. Es importante subrayar que, aunque haya fuerzas de once
países, las decisiones, el respaldo de la Alianza a la acción es
absolutamente unánime. Hay que tener en cuenta que la acción militar
se está realizando con una autolimitación que nos hemos impuesto en
el sentido de causar los mínimos daños colaterales sobre la población
civil serbia, de acuerdo con el principio que hemos expresado
reiteradamente desde el comienzo de las operaciones de que la Alianza
no está en guerra con el pueblo yugoslavo, lo que hace que haya unas
precauciones, que van desde la utilización del armamento
-un armamento de precisión que requiere condiciones meteorológicas
muy precisas- a la ejecución, que se hace en ventanas de oportunidad
relativamente limitadas.

Las fuerzas yugoslavas han empezado a sentir la eficacia de los
ataques aéreos. La defensa aérea ya no dispone de capacidad de
actuación integrada; se ha disminuido sensiblemente la capacidad
operativa de su fuerza aérea; se ha dañado la capacidad de
almacenamiento de municiones, y lo que quizá es más importante de
todo es que se ha interrumpido gravemente la cadena logística, y el
combustible y los lubricantes comienzan a escasear para las fuerzas
más directamente implicadas en las acciones de Kosovo. Aunque la
meteorología ha afectado durante varios días las acciones aéreas, es
de esperar que el presidente Milosevic no pueda contar siempre con
este aliado. De hecho, cuando ha mejorado la meteorología, las
fuerzas aéreas aliadas han podido realizar todas sus misiones con
mucha mayor eficacia. Como estimación general, puede afirmarse que
las fuerzas serbias están empezando a ser incapaces de realizar
grandes operaciones de movimiento, aunque mantienen su capacidad de
resistencia. Ello debería vincularse al tipo de guerra que ha
adoptado el presidente Milosevic, una guerra llamada en los manuales
popular total, que tiene como efecto retardar el desarrollo de las
operaciones, más que proponerse la victoria.

Ya expliqué el otro día la participación española, pero les repito
que España participa solidariamente junto a nuestros aliados en las
operaciones militares, y para ello tiene destacado en la base de
Aviano el destacamento Ícaro, compuesto por cuatro aviones F-18 y un
avión cisterna. Los aviones del Ejército del Aire han participado en
las operaciones aéreas, como cualquier otro, en unión de aviones de
otros países, en misiones de ataque a objetivos militares situados en
el territorio de la República Federativa de Yugoslavia, y con un
porcentaje de eficacia general muy elevado; se puede decir, sin más
precisión, que más elevado que el de la media. Creo que me permitirán
destacar la profesionalidad y entrega de nuestros pilotos y
tripulaciones, con quienes, como SS.SS. saben, tuve la oportunidad de
compartir su ánimo en la visita que efectué a Aviano el pasado día 27
de marzo. Ellos son los que están llevando el peso práctico del
compromiso español con la paz y estabilidad en la zona de los
Balcanes.

En otro índole de cosas, y de acuerdo con nuestras estimaciones, el
UCK está perdiendo paulatinamente el control de las subáreas de
Kosovo, que hasta ahora dominaba, y la situación se encuentra al
borde de las fuerzas del UCK. La ofensiva serbia, centrada
principalmente en el oeste de la provincia, la parte de Kosovo más
cercana a Albania, ha expulsado de allí a las fuerzas del UCK,
prácticamente a la totalidad, y está consolidando progresivamente sus
posiciones. Lo ha descrito el ministro de Asuntos Exteriores, pero la
situación humanitaria originada por la actuación serbia hay que
calificarla sin ambages de catastrófica. El último cálculo de las
cifras, que van aumentando por decenas de miles diariamente, es que
han sobrepasado los 450.000 refugiados y los 550.000 desplazados
dentro de Kosovo. Es una verdadera deportación que afecta, por tanto,
a más de un millón de personas. Se calcula que en Albania hay
400.000, entre Albania, Macedonia y la República de Montenegro; otros
60.000 están en Kosovo, muy



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cercanos a la frontera con Macedonia, y aproximadamente, como he
dicho, 550.000 desplazados en el interior de Kosovo.

Como digo, esta deportación constituye una catástrofe humanitaria sin
precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Ante este panorama, el
día 2 de abril, a iniciativa del secretario general de Naciones
Unidas y a solicitud del Alto Comisionado de esta organización para
los refugiados, Acnur, la Alianza Atlántica ha comenzado a colaborar
con Naciones Unidas para intentar paliar este gravísimo problema.

Anteayer, día 4, tras una reunión mantenida entre representantes de
la Alianza Atlántica, la Unión Europea, la OSCE, la UEO, el Consejo
de Europa y Naciones Unidas, el Consejo del Atlántico Norte ha
comprometido más activamente la participación de sus fuerzas
militares en apoyo de las organizaciones humanitarias, en particular
de Acnur. Este esfuerzo de la Alianza se va a realizar en una doble
dirección. En Macedonia, el mando militar de las fuerzas aliadas
tiene plena autoridad para coordinar la ayuda humanitaria y para
ampliar sus fuerzas en estas tareas. Como SS.SS conocen, había
desplegada en Macedonia una fuerza que era el embrión de la que se
hubiera puesto en funcionamiento para la implementación del acuerdo
de paz que, desdichadamente, no llegó a firmarse por la negativa
serbia, pero estas tropas allí estacionadas pueden cumplir esta
función. Por el contrario, en Albania no había nada, y se ha acordado
que la fuerza móvil del cuartel general de Saceno, de ACE, establezca
un cuartel para realizar tareas similares que, además de facilitar la
prestación de la ayuda sanitaria, otorgue la protección necesaria a
las personas que las estén desarrollando. Para ayudar a coordinar el
esfuerzo humanitario internacional, la Alianza Atlántica está
utilizando -y está ya a pleno rendimiento- el Centro euroatlántico de
coordinación para respuesta a los desastres, y también se ha creado
una cédula de coordinación para apoyo a refugiados dedicada
específicamente a resolver su situación.

Ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores cuál es la aportación
española y cuáles han sido los anuncios del presidente del Gobierno
en lo que hace referencia a la ayuda humanitaria. Por parte del
Ministerio de Defensa, para paliar esta catástrofe, la ayuda se
concreta en acciones de planeamiento que estamos realizando para
prestar los siguientes apoyos. Por lo que se refiere a alojamiento y
manutención, se han proporcionado tiendas de campaña para 5.000
personas, 10.000 mantas y 10.000 raciones de campaña para alimentar a
un total de 20.000 personas. Asimismo, está previsto el despliegue de
un escalón médico avanzado con capacidad de 50 camas y cuatro
consultoríos para tratamientos médicos de diversas especialidades.

Por lo que se refiere al transporte, se distingue entre el transporte
interior en la zona de operaciones y el transporte de ayuda
humanitaria entre España y la zona. Para el primero se prevé el
despliegue de dos aviones CN-235 o de dos helicópteros bien de la
Armada o bien del Ejército de Tierra, dependiendo de la posibilidad
de abastecerse de combustible en la zona, pues las condiciones son
extraordinariamente precarias. Y para el transporte entre España y la
zona de operaciones se dispone de aviones Hércules C-130 y de aviones
Casa 235. Como también ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores, se
encuentran en este momento en
alerta dos aviones, y uno no ha podido salir esta mañana debido a la
incapacidad del aeropuerto de Skopje para permitir el aterrizaje.

La previsión es que los ataques aéreos van a continuar,
incrementándose, si cabe. No hay duda de que para lograr los
objetivos utilizando tan sólo el arma aérea necesitaremos tiempo, así
lo han dicho las autoridades de la Alianza, incluso varias semanas.

Estamos convencidos de estar empleando los medios correctos para
disminuir la capacidad de las fuerzas armadas serbias y para evitar
que continúen su política de limpieza o de exterminio. No hay duda de
que el ejército yugoslavo dispone todavía de capacidad para continuar
sus acciones, y en consecuencia sus unidades constituirán el
siguiente objetivo de la acción aliada. A tal fin, la Alianza está
reforzando sus medios. Como SS.SS. conocen, Estados Unidos ha puesto
a disposición de la Alianza aviones A-10 y helicópteros Apache,
sistemas ambos que tienen capacidades contra carro y contra
blindados.




En el plano humanitario, redoblaremos nuestros esfuerzos para aliviar
los dos focos de tensión más importantes, Albania y Macedonia. La
OTAN, a solicitud de Acnur, se ha encargado de la coordinación de la
ayuda humanitaria. Como ha expresado también el ministro de Asuntos
Exteriores, estamos considerando la posibilidad de disponibilidades
para la acogida de refugiados, bien en territorio español, bien en la
zona, y se decidirá de acuerdo con las informaciones que tengamos de
los consejos que van a tener lugar en el seno de la Unión Europea en
estos días, probablemente en el próximo Consejo de Ministros.

Creo que se puede finalizar por donde empezó el ministro de Asuntos
Exteriores. El responsable de esta situación es el presidente
Milosevic. Su política deliberada y planeada para provocar una
catástrofe humanitaria no sólo persigue modificar por la vía de los
hechos el status de Kosovo, sino que tiene el peligro de intentar
desestabilizar Macedonia y Albania y, en definitiva, toda la zona de
los Balcanes. La situación que ha provocado esta limpieza étnica
llevada a cabo de modo sistemático por las fuerzas serbias debe ser
invertida y doblegada y para ello la acción militar de la Alianza
continúa siendo absolutamente imprescindible. No estamos dispuestos a
que el pueblo de Kosovo viva para siempre en el exilio y en este
objetivo todos los aliados estamos unidos sin reservas y resueltos a
alcanzarlo.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.




Pasamos a las intervenciones de los grupos parlamentarios, pero antes
querría hacer dos advertencias. La primera es que deben considerarse
subsumidas en esta doble comparecencia las peticiones de
comparecencia y las preguntas que en estos últimos días y semanas han
planteado los distintos grupos parlamentarios; la segunda, que los
grupos utilicen sus intervenciones para fijar su posición, como es
lógico, pero también para plantear las preguntas que quieran hacer y
que posteriormente contestarán los ministros, a fin de que no alargar
innecesariamente un debate en el que por cada grupo va a haber varios
intervinientes.

En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Mixto tiene la palabra el
señor Rodríguez Sánchez.




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El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Señorías, empezaré enlazando con la
comparecencia del señor presidente del Gobierno, donde el Bloque
Nacionalista Galego anunció que la intervención de la OTAN agravaría
la situación. Efectivamente, ocho días más tarde vemos que lo que era
en tiempos anteriores un conflicto social claro y una guerra civil
larvada y limitada se ha convertido prácticamente en un holocausto
después de los bombardeos. Además, en esta dialéctica política existe
un movimiento nacionalista, como en muchas otras partes, que tiene
una cara de negociación política, y por tanto de métodos de actuación
política representada por el señor Rugova, y otra cara -por supuesto,
allá la legitimidad de cada quien- que recurre a la lucha armada. Es
indudable que los señores ministros están posicionados en una causa
abierta de hostilidad contra una de las partes, pero desde la
perspectiva de un nacionalista que tiene el deber de mirar las
cuestiones internacionales con ponderación no cabe duda de que en las
noticias que hemos recibido hasta ahora se está dando cuando menos un
cúmulo de desinformaciones o de mentiras.

Quiero recordar a SS.SS. que la prensa, por lo menos la del Estado
español, presentó al señor Rugova prácticamente como un hombre
eliminado o recluido; incluso el señor embajador de Albania en Madrid
dijo que estaba escondido secretamente en Albania. Pues bien, pasan
nada más que dos días y el señor Rugova, líder de un nacionalismo no
violento, aparece en público con el señor Milosevic. Se dice que no
hay guerra o que está limitada solamente a objetivos de carácter
militar, pero por mucho que uno quiera esconder la cabeza, ve puentes
destruidos, fábricas destruidas, edificios de la administración
destruidos y, por supuesto, hay víctimas de carácter civil que no
somos capaces de reconocer en las informaciones que hoy dominan en la
prensa y en los medios de comunicación del Estado español. Incluso se
habló de campos de concentración, y sin dudar que hay malos tratos,
asesinatos y violencias que puedan resultar intolerables en todas
partes, está claro que el campo de concentración, que era un campo de
fútbol, como reconoció toda la prensa occidental, no existía. Lo más
preocupante no es que se pueda mentir para dañar, para perjudicar o
para que la opinión pública se posicione de una parte. Lo más grave,
señores del Gobierno, es que está palideciendo la lógica humana,
porque no cabe duda de que estamos en una guerra, de que un conflicto
social y nacional se está convirtiendo nada menos que en una guerra
que encabeza en plan ofensivo, no defensivo, una organización militar
que no tiene legitimidad para establecer ninguna solución de carácter
político.

Yo, como ciudadano del Estado español, llevo padeciendo en secreto
durante mucho tiempo porque no sé bien lo que está pasando en
Argelia, a pesar de que varias fuerzas políticas de esta Cámara
intentamos montar una plataforma de solidaridad, que fue evaporada
facilísimamente. Sin duda, en Argelia hay un régimen de terror; nos
queda más cerca que Serbia, y no es que no hayan invadido Argelia, es
que ni siquiera tenemos noticias fidedignas todos los días. Estos
días también estamos asistiendo a noticias de prensa sobre Indonesia
según las cuales los independentistas de Timor Este vuelven otra vez
con toda legitimidad a recuperar su movilización popular y armada en
vista de la
intolerancia de aquel régimen, que, como ustedes saben, lleva muchos
años de terror contra un pueblo pequeño y oprimido. Por tanto, nos
parece que hay hipocresía en los planteamientos.

Sobre todo, nosotros nos preguntamos por qué razón y desde la
perspectiva de la ONU no se recurrió antes a un embargo lo más
generalizado posible y a una ruptura de relaciones diplomáticas. Como
ciudadano del Estado español me horroriza saber que este está en
guerra con Serbia y que la embajada de ese país está abierta y no se
han roto las relaciones diplomáticas. Esta situación internacional
donde hay guerras no deja de ser sumamente preocupante.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminado, señor Rodríguez Sánchez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Ya voy acabando, señor presidente.

En todo caso, en Serbia hay un régimen intolerante que está
convirtiendo en víctimas a un pueblo que hoy está siendo objeto de
manipulación política clara. Dudamos mucho de que a este pueblo no le
vaya mejor con la posición de Grecia, que es respetable y está dentro
de la OTAN; con la posición de Helmut Schmidt, que yo sepa, es un
líder de la Socialdemocracia alemana; con la posición del Sumo
Pontífice, por supuesto, al que muchos españoles católicos creo que
deberían tenerle un poco de devoción, y, sobre todo, nos preguntamos
por qué razón, a pesar de todo, excepto en ese fortín que tiene
Estados Unidos en el Atlántico próximo, que es Gran Bretaña, la
opinión pública no traga estas ruedas de molino. Lo digo como un
nacionalista que está dispuesto a defender el derecho de
autodeterminación de Kosovo a pesar de la dificultad que entraña un
territorio tan problemático.

Acabo, señor presidente, formulando a los señores ministros algunas
preguntas: primera, por qué el Estado español no aboga por una
retirada de las tropas de la OTAN a cambio del retorno de los
refugiados; segunda, por qué no se alinea con una posición como la de
Grecia, más por la vía de la negociación con un Estado que tiene
relaciones históricas con Serbia y que está en una situación
geográfica no mucho más diferente que la del Estado español; tercera,
por qué no defiende públicamente el derecho de autodeterminación de
Kosovo en la línea de un nacionalismo como el que lidera el señor
Rugova y lleva estos planteamientos a una vía de negociación; cuarta,
por qué no aboga cuanto antes por esa Conferencia internacional de
paz en los Balcanes. En todo caso, señorías, pensamos que la
estrategia apropiada para el Estado español y para la Unión Europea
sería esta y no esa en la que están enfangados.




El señor PRESIDENTE: También por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene
la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: Señor presidente, en nombre de Nueva
Izquierda-Iniciativa per Catalunya intervendremos la señora Rivadulla
como portavoz de Defensa y no como portavoz de Exteriores.

No ignoran SS.SS. ni los miembros del Gobierno que nuestras
formaciones políticas se mostraron en principio de acuerdo con la
intervención armada, entendiéndola como



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un mal menor y adoptando esa posición con miedo y sin ningún
entusiasmo. Estamos convencidos de que el régimen del señor Milosevic
es un régimen fascista al que hay que atacar a fin de conseguir que
ese islote de fascismo se excluya de Europa. desde ese punto de
vista, la expresión ya acuñada de que no había otro remedio era la
que guiaba una posición determinada, pero en el sobreentendido de que
se estaba hablando -así fue presentado por el Gobierno y en
definitiva por la OTAN de un ataque limitado que conseguiría doblegar
al señor Milosevic.

Esta circunstancia no se ha producido al día de hoy, en medio de
discursos en los que no se preveían situaciones humanitariamente
gravísimas que sí están ocurriendo.

Se ha dicho por parte del señor ministro de Asuntos Exteriores que
este ataque desde el convencimiento de la comunidad internacional de
que no era posible hacer otra cosa. Yo no sé si la verdad es la
primera víctima de la guerra, pero lo que sí agradecería es que al
menos en este foro se evitaran los eufemismos: no toda la comunidad
internacional y mucho menos en un tipo de actuación que revela una
vez más el fracaso de los sistemas de Naciones Unidas y de la Unión
Europea en cuanto a seguridad colectiva en el continente. Está bien
que se diga que llegado un cierto momento y después de la experiencia
de Bosnia, no había otra posibilidad, pero también estaría bien que
los países de la OTAN, comenzando por España y sobre todo por Estados
Unidos al socaire de esa crisis hicieran una reflexión una propuesta
creíble y no hipócrita de reforma del sistema de Nacional Unidas para
evitar que puedan existir bloqueos que priven de legitimidad o al
menos de legalidad a algún tipo de intervención. Si en muchas
ocasiones se ha dicho que la guerra es la continuación de la política
por otros medios, al día de hoy habría que preguntarse si estos
medios son los adecuadas, abriéndose a partir de ahí un inmenso
horizonte de interrogantes, y lo malo no es que los tengan nuestras
formaciones políticas y los grupos de esta Cámara sino la opinión
pública europea y española.

Hay una sensación de improvisación que se hace cada vez más difícil
de imaginar. Es francamente increíble que un organismos como la OTAN,
que se nos había estado presentado como dechado de todas las virtudes
de planificación estratégica, etcétera, se encuentre ante un campo
enlodado en el que es muy difícil avanzar militar y políticamente. Se
ha dicho en la intervención que debe hacer un fin político y una
solución justa y duradera al problema de Kosovo -lo ha dicho el señor
ministro de Asuntos Exteriores- pero, y esta es la primera pregunta,
¿qué significa eso en realidad al día de hoy? ¿Significa que tiene
que desaparecer el régimen actualmente imperante en Belgrado?
¿Significa una situación de autonomía? ¿Significa defender posiciones
de otros grupos independentistas?



El señor PRESIDENTE: Vaya terminando señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: Inmediatamente, señor presidente.

La siguiente pregunta es qué va a hacer ante una posible extensión
del conflicto y qué se va a hacer si no basta con los ataques aéreos.

Y la gran pregunta es qué ha de pasar para que se recupere la vía
diplomática, si sería sobre
la base del acuerdo de Rambouillet y cuál sería la iniciativa
española en esa Conferencia de los Balcanes que ha anunciado el señor
ministro, que me gustaría que aclarase.

Finalmente, quisiera fijar la posición sobre la ayuda humanitaria.

Aquí vuelve a haber más improvisación; parece que no se había
previsto. No vale la oscura respuesta de un dirigente de la OTAN
diciendo que los racionales no podían prever las actitudes
irracionales. Esto me parece una muestra de irracionalidad más que
cualquier otra cosa. Estamos de acuerdo con la ayuda urgente y
cuantiosa; los 8.000 millones parecen francamente escasos y no sirve
que esperemos que la solidaridad de los ciudadanos sea amplia, que
ojalá lo sea, debería dar más ejemplo el propio Gobierno. En cuanto a
los refugiados, estamos de acuerdo con la acogida temporal para
evitar la generalización de la crisis en la zona.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Rivadulla.




La señora RIVADULLA GRACIA: En primer lugar, quisiera expresar
nuestra discrepancia en relación a lo manifestado por el señor
ministro de Asuntos Exteriores, que parece que considera que las
explicaciones que se han dado al pueblo español son más que
suficientes. Nosotros pensamos que no, que ha habido una gran falta
de respeto hacia el pueblo español y hacia este Parlamento. Cuando se
reunió el Consejo de Berlín hubo declaraciones institucionales por
parte de distintos mandatarios de los otros Estados miembros de la
Unión, cosa que no hizo el presidente Aznar, el cual pienso que se
escudó o se escondió para no tener que dar explicaciones plenas,
autónomas y diferenciadas en relación a su comparecencia en el
Congreso de los Diputados cuando compartió el tiempo para explicar la
guerra en los Balcanes en Kosovo y los resultados de la cumbre de
Berlín. La verdad es que a nosotros nos preocupa esto muchísimo
porque es un incumplimiento más del presidente Aznar con respecto a
sus promesas de que las Cortes Generales serían el centro del debate
político de nuestro país.

En cuanto al conflicto en sí, partiendo del hecho de que nosotros
creemos que es urgente y necesario parar, neutralizar y acabar con la
política de Milosevic, al cual consideramos auténtico responsable de
un gran genocidio en Europa, compartimos lo expresado hace pocos días
por el catedrático VicenÁ Fisas sobre si se ha hecho todo lo posible,
si se ha hecho bien y con inteligencia. Nosotros pensamos que las
medidas de tipo político han faltado en todo el conflicto en relación
con Bosnia y con Kosovo, que se ha producido el desmembramiento de
aquella filigrana frágil que creó Tito; se ha destrozado de una forma
muy irresponsable, ya con Alemania cuando de formo, a mi entender,
irresponsable reconoció a Eslovenia y Croacia, pero también por el
silencio cómplice durante esos diez años después de que Milosevic
suprimiera el estatuto de autonomía de Kosovo.

Sobre las actuaciones de la OTAN, como miembro del Congreso de los
Diputados tengo que decir que me da pavor que sean instancias
militares las que decidan sobre los tiempos y el espacio de la guerra
y de la paz. Señorías, yo pienso que estamos ante una situación de
fallo real de la



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política, de fallo del Parlamento Europeo, de la Unión Europa y de
las Naciones Unidad y que realmente la operación militar ha sido
necesaria, pero no ha producido los efectos esperados. Efectivamente,
ha habido deportaciones anteriormente, pero es que las que se han
producido en los últimos días han sido brutales. Estamos ya, como se
ha dicho aquí, en una cifra que ronda los 400.000 deportados.

Podíamos esperar que de una organización como la OTAN hubiese habido
una previsión de que si se bombardeaba y no había actividad por parte
del ejército de tierra, estaba clarísimo que se iban a cebar contra
los albonokosovares e iba a haber todavía más deportaciones; sin
embargo, no se ha producido en paralelo la infraestructura para la
ayuda humanitaria. estamos a once días de todo esto y es ahora cuando
estamos empezando a habilitar dicha ayuda.

Como sé que tengo poco tiempo, señorías, solamente quiero decirle al
señor ministro de Defensa que si considera que no es oportuno ofrecer
en esta sesión abierta los datos que tiene que proporcionar, sería
conveniente quizás que a puerta cerrada se reuniese con los
portavoces para dar todos los datos necesarios, de acuerdo con la
responsabilidad que como miembros del Congreso de los Diputados
tenemos para escucharlos, acogerlos y valorarlos con la discreción
debida.

Por último, quisiera formular una serie de preguntas. Una es en
relación con el papel que el Gobierno español considera que debería
jugar la oposición Serbia; si es que decimos que nuestro enemigo no
es la sociedad civil yugoslava sino el genocida Milosevic, qué papel
puede jugar la oposición en la preparación de la actividad política
y diplomática, el papel de Rugova y cómo se va a garantizar el retorno
de los refugiados. A nuestro entender, ahí debería darse paso a la
intervención clara de la ONU para volver a retomar la legitimidad que
a nuestro juicio no está completa. Después, efectivamente,
compartimos lo que se ha señalado en relación con la Conferencia
internacional de paz por parte de la Unión Europea, que pensamos que
es una cuestión tardía pero que está muy bien. En cuanto a la ayuda
humanitaria, pedimos que sea urgente, tal y como se requiere, y que
sea temporal y suficiente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra el señor González de Txabarri.




El señor GONZÁLEZ DE TXABARRI MIRANDA: En primer lugar, quiero
agradecer la comparecencia de los dos ministros en una sesión
parlamentaria que tiene relevancia desde las exposiciones que ambos
ministros han realizado y sobre las que quisiera manifestar las tesis
que en esta coyuntura sostiene el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-
PNV).

A estas alturas, señores ministros, está claro que ya hemos
demostrado que Europa sabe organizar la guerra de la mano de la OTAN.

Seguramente desde los propios partidos políticos y desde la opinión
pública europea muchos somos conscientes de que diez días en este
estado son suficientes. Es verdad que había que parar la limpieza
étnica, que Milosevic es el culpable y que es un genocida, así como
que era necesario forzar la máquina en esas circunstancias haciendo
uso de la fuerza, pero quizás sea también
el momento de la evolución. Yo he echado en falta en las
intervenciones de ambos ministros un factor de evaluación, es decir,
había unas hipótesis previas y establecidas en las que se basaron
para tomar la decisión del uso de la fuerza y quisiera saber en qué
medida esas hipótesis se han convertido en tesis en estos días, ante
el convencimiento bastante generalizado de que para este viaje no
hacían falta estas alforjas. En todo caso, la pregunta más general es
cuál es la valoración del Gobierno sobre el cumplimiento de las
hipótesis previas que nos llevaron a esta situación.

Me ha llamado la atención en ambas intervenciones la utilización del
lenguaje eufemístico que se realiza, tanto en lo que se refiere el
propio lenguaje como a los montantes económicos. Por una parte, se
habla de operaciones, de acciones aéreas, de deterioro del sistema,
cuando en lo que estamos, señores ministros, es en una auténtica
situación de guerra. Si esto no es la guerra, deberán explicar qué
es. También me parecido que hay una utilización eufemística del
lenguaje en relación con los montantes económicos, porque
sistemáticamente se dan los costes de las operaciones humanitarias y
en ningún caso se habla de los costes de la utilización de la fuerza,
de cuál es el coste de las decisiones que hemos adoptado en ese
convencimiento de que era necesario utilizar la fuerza. Se utilizan
los montantes económicos o presupuestarios en una dirección, úsense
también en el sentido contrario.

Además de la falta de evaluación primera que he indicado, he notado
en conjunto una falta de dosis de autocrítica en sus intervenciones.

El Grupo Parlamentario Vasco entiende que el conflicto de Kosovo
afecta a la raíz de la coherencia de la Unión Europea, ya que la OTAN
pero sobre todo los Estados que componen Europa estamos bombardeando
sobre las consecuencias de nuestras propias omisiones, de nuestros
propios errores y de la ausencia de una iniciativa política común.

Esta demostración de poder tecnológico que hemos conocido durante
esos diez u once días es un testimonio ciertamente vergonzante de
debilidad política y de atavismos interesados de poder.

El Grupo Parlamentario Vasco entiende que en Kosovo Europa tiene que
defenderse activamente abandonando los corsés de los viejos tratados,
de los viejos tópicos y de los viejos mapas, promoviendo una unidad
que cree y construya la paz y la convivencia precisamente para el
pueblo kosovar, para los pueblos de los Balcanes y para el resto de
los ciudadanos europeos. Vista ya la evaluación que se realiza, es la
hora de la política ahora más que nunca. La intervención europea en
paralelo a la OTAN debe contemplar en nuestra opinión como opción y
como objetivo político la independencia de Kosovo, una hipótesis que
es ciertamente discutible, pero no equiparable a la desestabilización
que origina la limpieza étnica, la ocupación militar asoladora y la
huida de la población civil, que constituye, como ustedes mismos han
significado, la catástrofe humana más grave ocurrida en suelo europeo
desde 1945. Si se establece que esa es la valoración, la catástrofre
humana más grave ocurrida, habrá que significar cuál es la salida que
se ve a esta guerra, por dónde salimos, una salida que sea
democrática y que sea respetuosa con la voluntad mayoritaria del
pueblo kosovar. En este sentido deseamos conocer cuál es la posición
del Gobierno español en relación con el respeto a esta voluntad
mayoritaria del pueblo kosovar.




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Es bien cierto que los Estados europeos animaron a los negociadores
de Kosovo a aceptar un plan haciendo ver que la OTAN se implicaría en
su territorio para defender su causa, pero esta planteamiento ha
resultado ilusorio a la vista de las circunstancias. Ni los Estados
europeos ni la OTAN hacen la guerra al poder serbio para conseguir la
independencia de Kosovo. Jospin lo acaba de decir y está en los
medios de comunicación de hoy. Nuestro objetivo -dice Jospin- es una
salida política que permita vivir en paz a los kosovares y libres en
su territorio, y quizás esté ahí la clave de la salida y de la
solución. Es bien cierto -y nosotros también compartimos este
objetivo- que Europa no puede admitir el cambio de estructura étnica
de Kosovo por la fuerza, aceptando la estrategia de la anexión de los
territorios asolados y vaciados; corriendo errores históricos es en
nuestra opinión necesario reafirmar el principio de integridad
territorial para la sociedad kosovar, ya que lo contrario impondría
mantener la figura y régimen de Milosevic, consagrar la depuración
étnica y convalidar la emigración inevitable y el retorno imposible.

Por ello somos partidarios de que inmediatamente se abra un pasillo
humanitario que permitía dirigir y conducir esa ayuda allí mismo.

Vemos como una situación más excepcional el planteamiento de la
acogida temporal, que en nuestra opinión debería limitarse
exclusivamente a casos graves de enfermos o de niños, pero no hacerse
de forma generalizada, porque también en esta hipótesis, en caso
contrario, estaríamos haciendo realidad la tesis más forzada del
propio Milosevic. Compartimos por tanto el criterio político que han
expresado los gobiernos de Italia y de Francia y que quisiéramos que
compartiera también el Gobierno español.

En último lugar, el Grupo Parlamentario Vasco entiende que los
líderes políticos europeos no pueden considerar que en suelo europeo
los intereses de la Unión Europea coincidan con los intereses de
Estados Unidos. En una reciente visita que miembros de esta misma
Comisión hemos podido realizar a Estados Unidos hemos podido
comprobar casi diariamente -veo que algunos diputados asienten- que
ni el Congreso ni el presidente ni el pueblo americano aceptan el
precio y el riesgo de liderar la política mundial. Mientras Estados
Unidos comprueba su tecnología avanzada de guerra, la Unión Europea
debe preparar recursos y ubicación para un plan de acogida solidario
a cientos de miles de refugiados. Esa es la situación, señorías. Para
la sociedad americana la situación es de guerra controlada y
mediática; para la sociedad europea se trata de una emergencia social
que deber ser gestionada y resuelta por las instituciones europeas, y
Europa, señores ministros, somos también nosotros. Por ello,
entendemos que las instituciones de la Unión Europea deben gozar de
una situación de altura de miras para que ese aparente consenso por
la paz y la libertad del pueblo kosovar no haga olvidar que la guerra
la hemos iniciado los Estados europeos, que no tenemos todavía un
diseño político para la zona. Por ello indicaba que es la hora de la
política, a la vista de las circunstancias.

En todo caso, vuelvo a preguntar cuál es la posición oficial del
Gobierno español en relación con la situación política de Kosovo. Ha
sido ciertamente una Semana Santa para pensar en Europa desde Europa
y por una Europa que nosotros quisiéramos que fuese una políticamente
actuando.

Kosovo, señorías, no es un tema de hoy para Europa; hace diez
años, por irme a la última referencia, el Parlamento Europeo resolvió
a favor de la causa kosovar, pero los Estados miembros no han tenido
interés alguno en dicha causa y han optado ciertamente por otras
fórmulas, fórmulas que también han devenido en la actual situación.

Kosovo, en consecuencia, es un territorio europeo amenazado, según la
Carta de la ONU, un territorio amenazado que tiene derecho a ser
asistido y protegido. En esta situación, quisiera incidir en algunas
preguntas siguiendo ese esquema metodológico de la comparecencia
sobre la información de que dispone el Gobierno en relación con
Rugova, por ser Ibrahim Rugova el líder de esta minoría, pero
cualificado y reconocido; si le consta el Gobierno que goza de
libertad de movimientos, si es rehén del poder serbio, actúa
libremente o goza del clima de libertad necesario para ejercer su
función representativa; si conocen los señores ministros si ha
solicitado entrevistarse con autoridades europeas o en su caso con
algún representante del Gobierno español y, como última pregunta, más
general, cuál es la salida que el Gobierno observa sobre estos temas
a corto y medio plazo.




El señor PRESIDENTE: Por Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra, en primer lugar, el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Yo querría empezar, evidentemente, en
nombre de mi grupo manifestando la enorme preocupación y conciencia
que sentimos por una situación que no es más que un capítulo de una
crisis comenzada hace ya muchos años y que es el reflejo de un
fracaso colectivo, un fracaso de todos los gobiernos occidentales, un
fracaso en cierto sentido de cualquier fuerza política que haya
tenido responsabilidades de Gobierno en Occidente desde el año 1991
y, evidentemente, un fracaso que tiene hay un solo o principal
responsable, que es Milosevic, pero si otras hubieran sido las
actitudes a partir de 1991 y otras las decisiones, no nos hubieran
llevado a la situación en la que estamos. En la situación en la que
estamos ahora o en la que estábamos hace diez días, evidentemente,
desde mi grupo -y ya se manifestó así en la comparecencia anterior
que hubo-, la intervención armada se percibía como un mal necesario,
como la única salida posible. Hay una memoria histórica y ha habido
comparaciones, que se pueden compartir o no pero que así se perciben
por una parte de la opinión pública, por ejemplo, con el éxodo
provocado por la guerra civil, u otras -cada uno puede acudir a su
propia memoria histórica-, que hacen absolutamente insoportable para
la opinión pública la percepción de una deportación masiva -no
refugiados, sino deportados- como la que en este momento se está
produciendo. Las omisiones que se puedan dar, cuya denuncia
compartimos, en otros lugares del mundo, no justifican una omisión
aquí.

Desde Convergència i Unió se asume la actual situación de
intervención armada -insisto- como la única posible, como la menos
mala de las posibles, pero al mismo tiempo también queremos dejar
claro que no nos debemos dejar arrastrar por ello ni un milímetro más
de lo indispensable y que en todo momento tiene que estar absolutamen
te



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controlada por la visión política de las cosas; por la visión
política en la dirección del conjunto del teatro -valga esta
expresión en su sentido profundo- de lo que está ocurriendo en
Europa, como también entendida como vía diplomática que siempre debe
quedar abierta en la medida en que ello sea posible. No
compartiríamos la idea de que ya ha llegado la hora de que sean los
militares quienes tengan la última palabra. Sabemos que no es así,
pero lo queremos subrayar. Es la política la que debe presidir todo
y, por tanto, también la diplomacia. Ello no impide que queden
abiertas todas las vías militares. En la comparecencia conjunta que
hubo hace muchos meses, Lluis Recoder, portavoz de mi grupo en la
Comisión de Asuntos Exteriores, ya dejó claro que quizá no habría que
excluir otras vías militares, incluida la intervención sobre el
terreno. Así se dijo hace muchos meses, no nos corresponde
pronunciarnos sobre eso, pero es cierto que la renuncia a priori a
los medios militares o a otros determinados puede haber debilitado la
posición europea. Por tanto, sin rechazar ningún medio militar,
tampoco hay que rechazar en absoluto ninguna de las vías políticas en
este momento. Compartimos totalmente el fin, pero es lógico que los
medios sean en todo momento también adecuados y proporcionados a ese
fin. Aspirar a un fin sin poner los medios es anunciar un fracaso.

La situación humanitaria en este momento es evidentemente dramática y
tristemente empieza a parecer esto en lugar común. Es aquí donde el
papel de España puede ser mucho más activo, no digo de lo que está
siéndolo, no se intérprete en términos críticos, sino que es en este
frente en el que el papel de España debe destacar. También aquí la
crítica a Occidente en su conjunto, al conjunto de las organizaciones
y al conjunto de los gobiernos, empezando por la propia OTAN, ha de
ser más dura y más incisiva. Sorprende mucho que no se hubiera
previsto la situación en la que estamos, que no es responsabilidad de
la OTAN, evidentemente que no, pero sorprende mucho que no se hubiera
previsto. Sorprende mucho que estén planificadas al detalle la
deportación que se está produciendo en cada aldea y las ejecuciones
masivas que se están produciendo en Kosovo y que por el lado de la
OTAN, por el lado de Occidente, no existiera una previsión
exactamente igual de milimétrica de lo que podía ocurrir cuando la
acción armada aérea empezara.

Desde Cataluña ya se ha manifestado la disponibilidad, en este caso
desde el Gobierno catalán pero también del conjunto de la sociedad
civil catalana y también de las instituciones, a acoger a los
deportados si así se decide. En todo caso es cierto que sería un
traslado estrictamente temporal. Cualquier instalación o asentamiento
de deportados o su esparcimiento no sólo por Europa sino incluso en
Norteamérica contribuiría claramente a los objetivos de deportación
y de limpieza étnica que en este momento pretende Milosevic. Conocemos
también las dificultades prácticas que puede tener ese traslado de
deportados dentro de Europa. Pongo una sobre la mesa no para que sea
resuelta, sino para dejar claro que hay dificultades. Por ejemplo, si
es deportada sencillamente y, por tanto, con derecho a asilo entre
comillas la expresión a cualquier país de Europa cualquier persona de
origen albanés sin documentación alguna, dónde se pone la frontera
entre los que ya estaban antes de
que todo esto empezara en Albania y los que no, puesto que
evidentemente lo que más acredita a un albanokosovar es un tener
ningún tipo de papel ni documentación, en la práctica real ...




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Termino, señor presidente, para pasarle la
palabra a mi compañero.

Decía el ministro de Asuntos Exteriores en una afirmación que nos
parecía tremendamente positiva que esta puede ser la primera etapa o
el primer paso del camino de una Yugoslavia hacia la democracia.

Nosotros querríamos que también fuera el primer paso de una puesta
patas arriba -si se nos permite la expresión- del conjunto de las
organizaciones e instituciones internacionales que han fracasado
aquí, las Naciones Unidas, que han fracasado aquí estrepitosamente,
y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, cuyo papel
ignoramos cuál ha sido hasta este momento; es evidente que ha sido
posible, por no decir nulo, y desconocemos qué papel se le asignará
en el futuro.

Es la hora de la política, donde también querríamos que los gobiernos
pudieran prever qué es lo que ha de seguir. Lanzo algunas preguntas
abiertas, no para que sean respondidas ahora. ¿Qué ocurrirá si
Albania recupera unas ambiciones territoriales sobre Kosovo? ¿Qué se
hace con la Macedonia desequilibrada étnicamente? ¿Hacia dónde se va,
cuál es el modelo del Kosovo que esperamos después? ¿Es un
protectorado, es un Kosovo independiente? Todos sabemos que la
solución ideal no será y no podemos esperar a que termine el
conflicto armado para plantearlo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Agradezco la comparecencia de los
ministros y parto de la sensación de que este debate de las
comisiones conjuntas de Defensa y Asuntos Exteriores no está
aportando suficiente nivel de discusión política sobre alguna de las
cuestiones de fondo que hay planteadas. La primera referencia que
nuestro grupo parlamentario querría plantear a los señores ministros,
tal y como hicimos en la comparecencia de hace una semana y un día,
es la necesidad de un liderazgo claro e inequívoco del Gobierno
español para hacer entender al conjunto de la sociedad el momento que
estamos viviendo. Hoy nuestra sociedad es consciente del drama que se
está viviendo en los Balcanes, por la presencia contundente de los
medios de comunicación en la zona del conflicto, pero es muy
importante que el Gobierno sea capaz de explicar el porqué de las
cosas. Nuestra primera petición al Gobierno es de este liderazgo
pedogógico en el conjunto de la sociedad.




Ha habido días en los que teníamos la sensación de que las únicas
voces que se oían en el Estado español eran aquéllas que negaban el
sentido necesario de esta intervención y nos parece que el Gobierno,
el presidente del Gobierno y los ministros que comparecen en esta
sesión tienen un papel fundamental en esta cuestión, porque es
evidente que a todos se nos están agotando los adjetivos y



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los sustantivos para describir lo que sucede en el Kosovo. Por tanto,
hemos de ser capaces de crear la conciencia colectiva necesaria para
movilizar de verdad todos los recursos que están a nuestra
disposición para poner fin a esta situación.

Más allá de reafirmar nuestro apoyo -como ha hecho el señor Guardans-
a la intervención militar de los aliados en los Balcanes y mostrar
nuestro pleno convencimiento de que este apoyo es a las víctimas de
la situación que se vive en el Kosovo, y Covergència i Unió tiene muy
claro quiénes son las víctimas de este conflicto, nos gustaría
plantearle al Gobierno algunas cuestiones de manera muy clara.

Redundando en la línea que apuntaba el señor Guardans, en primer
lugar, quisiéramos conocer si el Gobierno tiene intención de apoyar
en el seno de la Alianza Atlántica una intervención de fuerzas
terrestres para garantizar los objetivos políticos y militares de la
intervención aliada y, en segundo lugar, que se clarifiquen los
objetivos políticos de esta intervención. Hoy parece, oyendo las
intervenciones de los diversos líderes europeos y norteamericanos,
que no sabemos si nuestro objetivo es recuperar el plan de
Rambouillet, consolidar o evitar la partición del Kosovo, desplegar o
no desplegar la democracia en el conjunto de los Balcanes, ser
capaces de encontrar una solución que sirva también y que no afecte
negativamente a Bosnia. Hoy, en el diario catalán Avui, un
representante del Ayuntamiento de Barcelona habla de las
consecuencias que el conflicto del Kosovo puede tener para el
precario equilibrio en Bosnia. Nos gustaría saber los objetivos
políticos de esta intervención militar, porque entendemos que en los
medios de comunicación existe una cierta confusión. En tercer lugar,
el Gobierno ha anunciado -lo anunció ayer el presidente del Gobierno,
y lo ha hecho hoy el ministro de Asuntos Exteriores- un plan de ayuda
humanitaria para esta zona. Se ha hablado de 8.000 millones de
pesetas destinados a esta operación. Nos gustaría conocer con más
detalle si son dineros que se van a destinar a organizaciones de
cooperación al desarrollo, a organizaciones de ayuda humanitaria, a
los organismos multilaterales de cooperación, si estos fondos se van
a detraer de los actuales fondos de ayuda al desarrollo o si son
partidas nuevas. Nos gustaría conocer con mayor precisión cuál es
esta ayuda humanitaria que el Gobierno piensa activar en esta
materia. También nos gustaría que el Gobierno clarificase de manera
más explícita su posición respecto a esta acogida de refugiados. El
señor ministro de Asuntos Exteriores ha hablado de equilibrio entre
el mantenimiento de la presencia de los refugiados kosovares
alrededor de Kosovo y el acogimiento de refugiados en otros países
europeos, y nos gustaría que concretase cuál es esa posición de
equilibrio que entiende el Gobierno que debe orientar su política.

En cuarto lugar, nos consta que en el terreno diplomático pueden
existir diversas iniciativas provenientes tanto de Rusia como del
Gobierno serbio o del propio Vaticano y nos gustaría conocer cuál va
a ser la posición del Gobierno en este escenario, buscando soluciones
diplomáticas a esta situación de crisis.

Finalmente, y en el medio plazo -y termino señor presidente-,
constatando por las manifestaciones de todos los portavoces que han
intervenido hasta ahora que en esta materia estamos ante un fracaso
del conjunto de las políticas
de Europa, de la OSCE y de Naciones Unidas, quisiéramos saber si
el Gobierno tiene voluntad política de impulsar en los próximos meses
iniciativas políticas tendentes a que aquello que hoy se critica de
la falta de legitimidad legal y política de esta operación militar
vaya a ser subsanado; si vamos a ser capaces de dotar a la OSCE y a
Naciones Unidas de los instrumentos políticos que permitan dar al
derecho de injerencia humanitaria la suficiente cobertura política y
legal.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida tiene, en primer lugar, la palabra el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Señor presidente, en la primera parte de su
intervención el señor ministro de Asuntos Exteriores ha subrayado
tres elementos característicos de este conflicto, con una utilización
exagerada de eufemismos. En este conflicto, como en ningún otro, se
denomina operaciones de paz al inicio de la guerra; objetivos
estratégicos a la eliminación de puentes, de barrios, de centrales
térmicas, etcétera; pérdidas operativas a las muertes de militares y
civiles. El señor ministro comienza su intervención diciendo que el
inicio de acciones militares contra objetivos de Yugoslavia, bla,
bla, bla…, y continúa diciendo que no es una guerra contra Yugoslavia
y los serbios sino contra las decisiones de su Gobierno. Bajemos a la
arena de los hechos y de la concreción. España está en guerra y la
OTAN ha invadido un país soberano, lo que no se había producido a lo
largo de cincuenta años. Esos son elementos objetivos alejados
totalmente de ese tinte colorista rosa con el que se lleva
embadurnando este conflicto durante tanto tiempo.

El segundo elemento característico que ha subrayado es la necesidad
de legitimar esta intervención, ya sea porque se entiende que hay una
parálisis del Consejo de Seguridad o porque una utilización de la
fuerza puede ser legítima para conseguir la paz. Todos los que
estamos preocupados por el derecho internacional sabemos que ésta es
una acción totalmente ilegal. Si una organización como la OTAN puede
atacar a un Estado soberano sin autorización expresa del Consejo de
Seguridad se convierte en papel mojado la piedra angular que conforma
ese derecho internacional. La OTAN lo ha justificado, como usted muy
bien dice, en que ha sido para evitar una tragedia humana. Nos
sorprende este repentino ataque de moralidad que les ha pasado por la
cabeza a los distintos países miembros de la OTAN, cuando están
ocurriendo, muy cerca de nuestras fronteras, otra serie de desastres
humanitarios y en ningún momento se ha abierto la boca y ni siquiera
se ha utilizado el mismo criterio o argumento de intervención
humanitaria para resolver una crisis. ¿La intervención humanitaria se
va a aplicar al conflicto argelino, como se ha dicho? ¿Se va a
aplicar al conflicto saharaui? ¿Se va a aplicar al conflicto
palestino? ¿Se va a aplicar al conflicto kurdo, en Turquía? ¿Cuántas
horas han dedicado nuestros medios de comunicación a vestirnos el
desastre humanitario que se está provocando en una tercera parte del
territorio turco, contra cientos de miles de personas? Ninguna.

¿Cuántos países tienen acogidos a ciudadanos palestinos, por cientos
demiles expulsados de su territorio? ¿Cuántos miles de saharauis



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están alojados en Argelia expulsados por la guerra con Marruecos?
¿Vamos a generalizar este criterio? ¿Tenemos que seguir preparándonos
para la guerra extensiva, la guerra global, que parece que va a ser
el instrumento de acción humanitaria que va a caracterizar en el
futuro, en el siglo XXI, las distintas acciones en las cuales España
va a estar inmersa bajo el mandato de la OTAN?
El tercer elemento característico de esta crisis es la actitud que ha
tomado el Gobierno español respecto al Parlamento y a la sociedad
española. Se trata de una actitud nuevamente oscurantista y cobarde,
como hemos dicho. Cobarde, porque a la vez que es tan voluntaria a la
hora no sólo de implicarse en una condena contra lo que está
ocurriendo en Kosovo, ni siquiera incluso a estar de acuerdo con la
operación militar, sino de llegar al grado máximo de intervención
directa en el conflicto con nuestros soldados, con nuestras armas al
mismo tiempo, ustedes están vulnerando -si no lo sabían- el artículo
63 de nuestra Constitución, que dice que todo acto de guerra ha de
estar debatido y aprobado en el Congreso de los Diputados y en el
Senado para que el presidente de Gobierno y el jefe de Estado lo
puedan autorizar. También han violado el acuerdo adoptado, por
unanimidad, en el Congreso de los Diputados en su sesión de 22 de
noviembre de 1995. Primera pregunta, ¿está vigente el documento de
esa fecha que en su cláusula 13.a habla de España en las operaciones
de paz y en la 14.a del papel del Parlamento y de la sociedad? Pues
todo esto se lo han saltado ustedes. Ya han dicho distintos
portavoces que ustedes no tienen en consideración ni al Parlamento ni
a la sociedad, a la vez que son protagonistas violentos de la acción
exterior de España que durante tantos y tantos años había sido de
intermediación, de diálogo, y que podíamos haber acabado este siglo
como uno de los pocos países europeos que no hubieran intervenido en
acciones militares contra otro país soberano.

Son tres elementos característicos de su intervención que no dejan de
ser más que una visión con una lente muy reducida. Yo le quisiera
aplicar un gran angular para que viésemos más allá de la mera
situación actual, del actual drama humanitario que se está viviendo
en Kosovo con los deportados; para que viésemos cuál ha sido el papel
que han jugado la ONU y la Unión Europea a lo largo de estos años de
conflicto.

Desde 1991 la OTAN está diseñando una estrategia de legitimación de
la intervención militar fuera del territorio de algunos de sus países
miembros; son las intervenciones que se denominan fuera de zona. Son
nuevos objetivos al margen del meramente defensivo. Se está hablando
de gestión de crisis, de mantenimiento de la paz, de misiones
humanitarias y de defensa de los intereses de uno o varios de los
Estados del Tratado en el exterior, dentro de una estrategia
nítidamente definida como intervencionista. Se trata de presentar a
la OTAN como un instrumento para la paz, una especie de policía bueno
que soluciona los conflictos y que participa del humanismo más
inocente.




El señor PRESIDENTE: Señor Navas, vaya terminando, por favor.




El señor NAVAS AMORES: Europa ha perdido el pulso con Estados Unidos,
si es que alguna vez ha habido
interés político en tener un pulso; cierto sería decir que los
europeístas hemos perdido el pulso contra Estados Unidos a la hora de
desarrollar una política exterior y de defensa común. Nos hemos visto
inmersos en la estrategia norteamericana de vehicular, a través de la
OTAN, todas nuestras acciones en el exterior, donde los intereses de
los europeos no van a depender sólo de su voluntad sino de Estados
Unidos.

Quisiera que me respondieran a una serie de preguntas. ¿Cómo es
posible que el desastre humanitario no lo hubiese previsto la OTAN?
Considero que es incierto porque, incluso siguiendo la teoría de ese
desconocimiento y falta de previsión, nos estaríamos enfrentando a
una irresponsabilidad supina pensando que es una guerra electrónica
donde pulsando teclas se van consiguiendo no sé cuántos objetivos y
no se tiene ninguna consecuencia al apretar el botón rojo del ataque.

¿Cómo es posible que no estuviera previsto este desastre humanitario?
¿Cómo se piensa conseguir el derecho de los kosovares a volver a su
tierra? ¿El despliegue de los helicópteros Apache es un paso previo
al ataque terrestre que algunos están teorizando como inevitable? ¿Es
un iluso Rugova por entender que todavía hay una espacio abierto para
el diálogo; que hoy acaba de hacer público el Gobierno yugoslavo un
alto el fuego para iniciar con los representantes kosovares un
diálogo sobre los asuntos a resolver en Kosovo y sobre el retorno de
los desplazados?



El señor PRESIDENTE: Señor Navas, le ruego que vaya acabando. Termina
ya el tiempo de su grupo.




El señor NAVAS AMORES: ¿La comunidad internacional, el Gobierno
español estaría en condiciones de reconocer interlocutores entre los
kosovares para resolver el conflicto? ¿Cómo va a afectar este
conflicto a la estabilidad mundial tras los distintos avisos que
Rusia ha estado mandando respecto a las consecuencias que podía
acarrear un intervención militar de la OTAN? ¿Qué margen queda a las
Naciones Unidas para ser el instrumento negociador de los conflictos
internacionales en el futuro cuando estamos a punto de asistir a una
reforma de la OTAN para ser cada vez más intervencionista y una ONU
pendiente de esa reforma que Estados Unidos está impidiendo mediante
una asfixia económica y un constante goteo de falta de
intervencionismo de la ONU en los distintos conflictos? ¿Cómo vamos a
resolver los conflictos internacionales en el futuro con una ONU
devaluada?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Meyer.




El señor MEYER PLEITE: Señor presidente, desearía iniciar mi
intervención en esta comparecencia pidiendo a los dos ministros
-espero que en nombre de todos los grupos parlamentarios- la pronta
liberación de los periodistas Jon Sistiaga y Bernabé Domínguez, que
siguen detenidos, y que nos expliquen cuáles han sido las gestiones
para su pronta liberación.

Dicho esto, señores ministros, he seguido muy atentamente su
información pero esperaba además una valoración. Me van a permitir
decir que el acopio de información



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que SS. SS. tienen en relación a este conflicto supera con creces lo
que ustedes han aportado hoy aquí y nos hubiese gustado conocer su
valoración, una evaluación completa, después de trece días de
bombardeos sistemáticos sobre la República Federal de Yugoslavia.

Nosotros sí tenemos una evaluación, y es que ustedes han perdido la
guerra, han perdido la opinión pública española; el pueblo español
nunca ha creído en esta guerra, siguen sin creer en ella y voy a
explicar por qué han perdido esta guerra. Ustedes iniciaron esta
guerra -llamémosla así, aunque el Gobierno no le gusta, porque si no
tendría que reconocer un incumplimiento de la Constitución española-
y si el Gobierno español -ojalá no sea así- tuviera la desgracia de
que dos o tres pilotos españoles cayeran prisioneros de la República
Federal yugoslava harían lo mismo que ha hechos Estados Unidos con
sus prisioneros, y es pedir rápidamente el estatuto de prisionero de
guerra. Hasta este extremo hemos llegado en el eufemismo del
lenguaje. Ustedes han perdido la guerra por lo siguiente. Han
iniciado esta guerra para intentar evitar una tragedia humanitaria
como la del pueblo kosovar, que lleva muchos años sufriendo el
castigo de Milosevic, de un régimen que no quiere reconocer el
derecho a la autodeterminación, y no sólo no lo reconoce sino que ha
iniciado políticas de represión, étnicas, criminales, sin
justificación. Iniciaron esta operación, primero, para conseguir
debilitar a Milosevic; segundo, para evitar el sufrimiento del pueblo
kosovar; tercero, para hacer una Europa más segura; cuarto, para
tener una Europa con mayor capacidad de autogestión en sus problemas,
y quinto, para facilitar la negociación directa del pueblo kosovar.

Trece días después del bombardeo, no solamente no han conseguido
ninguno de estos cinco objetivos sino que están en una situación y
con un balance absolutamente negativo. Milosevic hoy no es más débil;
lo dijimos nosotros hace más de una semana en la comparecencia del
ministro de Defensa. Han conseguido algo que parecía imposible: hacer
de Milosevic el gran dirigente de todos los serbios de la República
Federal yugoslava y de los que viven fuera de ella. Han acrecentado
el sufrimiento del pueblo kosovar. ¿Alguien de ustedes pensaba que
después de un bombardeo sistemático sobre Serbia, sobre Pristina,
sobre Kosovo, las personas iban a quedarse allí?, ¿iban a aguantar
sus bombardeos, señor ministro, señores de la OTAN? ¿Saben ustedes
que 30.000 refugiados kosovares han optado por irse a Serbia?
Exactamente la misma cifra de los que han ido a Macedonia. Por tanto,
lo que han conseguido con esta intervención militar, que es el mayor
fracaso político y militar de la historia de Europa después de la
Segunda Guerra Mundial -y lo subrayo: el mayor fracaso político y
militar desde la Segunda Guerra Mundial-, es que el pueblo kosovar
tenga una salida todavía mucho más difícil y complicada que hace
trece días. Además, con esta acción, con esta guerra ilegal,
ilegítima, han incrementado la inseguridad en Europa. Son ustedes
responsables de haber conseguido que después de terminar la guerra
fría estemos en un escenario donde la inseguridad respecto a Rusia, a
Ucrania y a Bielorrusia, se incremente. Han conseguido que, frente a
una necesaria Europa autogestionaria, con capacidad, con soberanía
propia, Europa en este momento no existe, no sabe, no contesta. La
primacía de este conflicto la tienen los Estados Unidos; son los que
dirigen, los que
controlan y los que tal vez sepan hasta dónde están dispuestos
a llegar. Ustedes, no. Por lo menos en las comparecencias que estamos
teniendo, al día de hoy, no hemos conocido cuáles serán los pasos
siguientes que habrá que dar a partir de mañana o pasado mañana, no
los conocemos. Es la lógica militar; no hay una lógica política ni
una lógica diplomática.




El señor PRESIDENTE: Señor Meyer, vaya terminando, por favor.




El señor MEYER PLEITE: Señor presidente, vamos a seguir insistiendo
en que la mejor ayuda que puede recibir el pueblo kosovar, la mejor
ayuda para recuperar el escenario político y diplomático es el cese
de los bombardeos. Señores del Gobierno, les pido que las tropas
españolas no sigan participando en los bombardeos, con los llamados
daños colaterales; esos daños colaterales que producen víctimas
civiles: se ha escapado un misil, ha caído en un patio de vecinos y
hay no sé cuántos muertos y heridos. Emplazamos de nuevo al Gobierno
a que cesen los bombardeos, retire las tropas españolas, en este caso
a los profesionales de aviación que están participando en estos
bombardeos.

Voy a terminar haciendo una propuesta a este Parlamento, a los grupos
parlamentarios y también al Gobierno que representan los dos
ministros, en aras de dar una oportunidad a la paz. En estos momentos
el Gobierno de Yugoslavia ha decretado un alto el fuego unilateral
que comienza hoy a las seis de la tarde y se ha hecho un llamamiento
a Rugova, que hace 13 días era interlocutor de ustedes, el mío
también, una persona pacifista, que siempre ha condenado la violencia
y que quiere la paz y el autogobierno de Kosovo. Pues bien, yo hago
la siguiente propuesta a esta Cámara: que se constituya con urgencia
una comisión parlamentaria, en la que participe el Gobierno, que se
desplace de inmediato a Pristina para entrevistarse con Rugova, con
las partes, e investigue las posibilidades que hay para recuperar la
vía política y diplomática bajo mandato de Naciones Unidas. Esta es
la propuesta concreta que hago hoy porque entiendo que en estos
momentos la lógica del bombardeo sistemático, que tendrá que venir
consecuentemente después de una operación terrestre, nos va a llevar
a una situación mucho más difícil.




El señor PRESIDENTE: Señor Meyer, termine por favor.




El señor MEYER PLEITE: Termino, señor presidente.




Por tanto, creo que sería una buena oportunidad para conocer
directamente saltándonos la lógico de la propaganda de un lado y de
otro, que no compartimos, y teniendo en el territorio de la República
Federal yugoslava y en Kosovo ese encuentro entre las partes, cuál es
la situación y para que este Parlamento se implique a fondo en una
opción de paz. Por tanto, hago este emplazamiento público al conjunto
de la Cámara y, lógicamente, también al Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista tiene la palabra, en
primer lugar, el señor Estrella.




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El señor ESTRELLAPEDROLA: Yo creo que a estas alturas el Gobierno
tiene claro que nada de lo que está ocurriendo en Kosovo, dentro del
corazón de Europa, nos es ajeno. Uno tenía la sensación, a la vista
no ya de la acción sino de la inacción del Gobierno en los primeros
días después del anuncio del comienzo de las operaciones militares
de, que el Gobierno consideraba que era un problema de alguien que no
éramos nosotros, que no era España, sino de una organización en la
que España aportaba servicios, no mucho más. El Gobierno -lo dijimos
en su momento y no voy a insistir en ello- ha estado sorprendente e
irresponsablemente ausente de este Parlamento. Es cierto que al
ministro de Asuntos Exteriores, que acaba de aterrizar en este debate
desde que comenzó el conflicto reciente, ha estado sobrevolando el
conflicto, le hemos podido seguir en algunas intervenciones; no hace
mucho hacía una declaraciones desde Ibiza a las que luego me
referiré. El subsecretario de Estado hizo unas manifestaciones
bastante desafortunadas porque le preguntaban por un eventual
despliegue terrestre en el marco de las operaciones actuales
y contestó que estábamos dispuestos a contribuir a un despliegue de
fuerzas en el marco de un eventual acuerdo, con lo cual creó una
confusión tremenda en la opinión pública; a esto ha contribuido
bastante el Gobierno. Sus intervenciones, lejos de tranquilizar a la
opinión pública, han aportado poca luz, no han dicho mucho más allá
de lo que se puede encontrar en los medios de comunicación y han
creado una cierta confusión sobre la posición de España. Sin ir más
lejos, señor ministro de Defensa, lo que usted nos ha dicho es
bastante menos de lo que uno puede encontrar hoy en el briefing de su
colega el ministro de Defensa británico de esta mañana -está haciendo
uno diario-, en el que ha dicho bastante más de lo que usted acaba de
decir. Incluso el ministro de Exteriores ha hecho también algunas
manifestaciones no excesivamente afortunadas, no sólo las que ha
hecho desde su retiro vacacional sino desde Berlín, cuando decía, y
leo textualmente un teletipo: En estos momentos los países de la
Unión Europea no podemos hacer más de lo que estamos haciendo en la
crisis de Kosovo. La vida sigue y ésta -las finanzas de la Unión- es
una negociación muy importante. Traducido a lo castizo: la pela es la
pela y es muy importante estar con la cabeza puesta en Berlín y no
intentar meterla en Kosovo.

Al margen de esta irresponsabilidad ante una operación que si no se
producía generaba evidentes riesgos de todos conocidos, quizá no
suficientemente explicados a la opinión pública, una vez activada y
puesta en marcha conlleva, sin duda, riesgos evidentes para la
seguridad de las personas. Acabamos de ver cómo hace muy pocos días
periodistas españoles han sido detenidos y todavía están en manos de
las fuerzas serbias; también nos gustaría conocer qué está haciendo
el Gobierno al respecto, pero sobre todo para la propia seguridad del
continente europeo al que pertenecemos. La comparecencia del
presidente Aznar el pasado día 30, además de dejarnos con un enorme
mal sabor de boca a todos los grupos parlamentarios por lo que
desafortunado de mezclar dos debates que tenían entidad suficiente
por sí solos para que fueran objeto de uno individualizado, es
insuficiente ante un conflicto que cambia a diario, en el que
aparecen nuevos elementos, y en el que España tiene una participación
activa y, por tanto, requiere una presencia
también constante y permanente del Gobierno ante el Parlamento.

Nosotros, aprovechando aquella ocasión, aquel debate un poco kafkiano
y también en declaraciones anteriores, expresamos claramente nuestro
respaldo a la acción de la Alianza Atlántica, nuestra preocupación y
convencimiento de que había que trasladar a la sociedad española al
importancia de la decisión que España había adoptado de impulsar
estas acciones ante la continuada acción bárbara de Milosevic y los
riesgos que comportaba. Intentamos explicarlo y trasladar esa
posición a la opinión pública. En ello seguimos y en ello nos
encontrará el Gobierno siempre que lo desee. Pero ahora estamos en un
momento en que esa acción legítima y necesaria se debe compatibilizar
con la acción humanitaria, urgente y exigente, para intentar paliar
las consecuencias del proceso de deportaciones masivas iniciadas y
programadas por Milosevic. Porque, señor presidente, no puede ser
otra cosa que cinismo insinuar que lo que estamos viendo hoy en
Kosovo es la consecuencia de los ataques de las fuerzas de la OTAN
contra objetivos militares serbios. Esto no es otra cosa que una
acción deliberada, programada, de deportaciones masivas. No hay que
ir muy atrás en la historia de Europa -algunos no lo hemos vivido
pero está en la memoria de todos- para encontrar situaciones
similares, equiparables. Ese plan sistemático ha provocado también
situaciones de inestabilidad en frágiles y pobres países vecinos como
Albania o Macedonia. Todo ello requiere, sin lugar a dudas, una
acción coordinada de las operaciones militares para que Milosevic
ponga fin al proceso de limpieza étnica, para que el esfuerzo
humanitario sea eficaz, llegue cuanto antes y de la manera más
intensa a quienes lo necesitan, a quienes estamos viendo en las
imágenes de nuestro televisores sufrir las consecuencias de la
barbarie de Milosevic. Esa acción que se produce porque Milosevic lo
desea debiera también contemplar como objetivo inmediato y
prioritario la creación de zonas seguras en países limítrofes
-alguien ha hablado de pasillos humanitarios- donde los refugiados,
los deportados puedan ser atendidos, donde el trabajo de las
organizaciones humanitarias pueda paliar sus necesidades, donde al
mismo tiempo se contemple eventualmente la posibilidad de que en
algunos casos puedan ser atendidas personas que tienen necesidades
especiales en otros países. Pero para nosotros el eventual traslado
de estas personas no puede en modo alguno ser un elemento que
contribuya a los propósitos de Milosevic.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Debe ser una acogida humanitaria y
temporal hasta que puedan retornar en condiciones de libertad y
seguridad, porque ese debe ser para nosotros el objetivo político y
también el objetivo militar, junto con la solidaridad, sin fisuras,
con los que han huido del terror. Se debe exigir que continúe la
acción hasta que Milosevic adopte un alto el fuego sin condiciones
(lo que se ha anunciado hoy puede ser parte de eso o puede no serlo,
ese alto el fuego tiene que ser verificable), hasta que ponga fin a
la limpieza étnica y a los asesinatos, hasta que retire las fuerzas
de Kosovo y hasta que acepte la presencia militar internacional.




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Señor presidente, el Grupo Socialista quiere valorar como admirable
la respuesta que el pueblo español está dando ante la situación del
pueblo de Kosovo y pedimos al Gobierno que asuma la responsabilidad
de canalizar ese esfuerzo solidario de la sociedad española y de las
comunidades autónomas. Nos parece importante incorporar a esta
reflexión -y voy a terminar muy rápidamente, señor presidente- que no
podemos estar hablando de un proyecto europeo si no somos capaces de
definir un proyecto, una posición política ante lo que está
ocurriendo en los Balcanes, y eso lo hemos echado de menos en las
intervenciones de los ministros. El Gobierno tiene que tener una
posición clara, posición que se debe manifestar en una estrategia
global europea para la extensión de la democracia y el progreso en el
conjunto de la región y para la integración de estos países en las
instituciones europeas. La sociedad española debe sentirse partícipe
del esfuerzo solidario, que es también parte de nuestro proyecto
europeo.




El señor PRESIDENTE: Señor Estrella, termine, por favor.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Termino rápidamente, señor presidente.

Quería plantear cuatro ocasiones porque, insisto, la mayor parte de
lo que se nos ha dicho aquí hoy lo podemos encontrar en la prensa,
incluso en declaraciones de hace pocos días de la Presidencia alemana
a la propuesta de una conferencia de paz para los Balcanes que el
ministro de Asuntos Exteriores atribuía al Gobierno español, como una
originalidad española. Quería saber qué posición tiene el Gobierno
ante la necesidad de que los autores de crímenes contra la humanidad,
como los ejercidos por las fuerzas serbias, sean perseguidos y
castigados. Se ha hablado ya -y no insistiré- sobre el importante
papel que Rusia debe jugar en la búsqueda de una solución política
-política deber ser al final- a la crisis o el papel que la Unión
Europea Occidental podría desempeñar en el despliegue de una fuerza
en el momento que se produzca un acuerdo. Sobre los refugiados quiero
hacer una pregunta. Los refugiados tienen un estatuto que les permite
permanecer en el país al que han llegado, donde han sido admitidos
como refugiados. ¿Cuál sería la figura jurídica que utilizaría el
Gobierno: la de refugiados, la de desplazados? Esos fondos a los que
se ha referido el ministro, ¿de dónde saldrían? ¿Sería un crédito
extraordinario, formaría parte de nuestra contribución a la ayuda
humanitaria de la Unión Europea? Y, señor ministro de Asuntos
Exteriores, ¿sigue siendo válido Rambouillet? Hace pocos días usted
daba a entender que no.

Finalmente, diré que, hace pocos años, el que entonces era portavoz
de la oposición se opuso abiertamente a la decisión del Gobierno
-entonces socialista- de enviar tropas españolas a Bosnia-Herzegovina
y anunció que si el Gobierno decidía enviarlas el Partido Popular
apoyaría a las tropas españolas en esa misión. El Partido Socialista
repudió entonces la mezquindad del señor Aznar; hoy queremos
respaldar públicamente la decisión del Gobierno, respaldar la misión
en la que el Gobierno ha decidido participar y muy especialmente
respaldar a las fuerzas españolas que están participando, pero
queremos exigir al Gobierno
una información continuada, una información que se debe producir
al máximo nivel, al nivel presente y también al nivel del presidente
del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moya.




El señor MOYA MILANÉS: Señor presidente, somos conscientes de que
estamos ante una situación difícil que algunos han llegado a
calificar en estos últimos días, como de punto de inflexión en el
terreno militar, y lo primero que el Grupo Socialista quiere poner de
manifiesto es nuestra solidaridad con las decisiones tomadas en el
seno de la Alianza Atlántica y nuestro pleno apoyo a la misma. Como
la comisaria europea señora Bonino acaba de expresar en un artículo
de opinión, por una vez estamos ante un conflicto en el que no están
en juego petróleo, diamantes o grandes intereses geoestratégicos. La
apuesta es -dice la señora Bonino- la defensa de los valores
esenciales sobre los que se basa nuestra civilización. Ante esa
apuesta no podemos permanecer pasivos ni debilitar la solidaridad
entre los que queremos defenderla y no podemos caer en la ingenuidad
y la falacia de considerar legítima la disuasión y el recurso a la
amenaza del uso de la fuerza, pero no el uso de la misma. De ser así,
la amenaza nunca sería creíble y, por tanto, siempre sería inútil. En
consecuencia, no es hora de disidencias a pesar de las dificultades y
por ello reafirmamos nuestra voluntad y nuestra total confianza en la
que la barbarie en los fines y en los métodos desplegados por el
régimen de Milosevic no acabará instalándose y venciendo en suelo
europeo.

Al mismo tiempo que expresamos nuestro apoyo y nuestra solidaridad en
el seno de la Alianza, queremos compartir muchas interrogantes y
preguntas que con legitimidad se hace hoy la sociedad española ante
la evolución del conflicto y queremos conocer la opinión del Gobierno
-la hemos echado en falta en este debate- sobre la previsible
evolución de dicho conflicto en los próximos días, qué estrategia de
salida se vislumbra a la actual crisis, si hay algún análisis que el
Gobierno comparta en relación con una eventual intervención o envío
de tropas terrestres a la zona. El Gobierno debe informar sobre estos
aspectos. El Gobierno, por su responsabilidad de gobernar y como
miembro de la Alianza Atlántica, debe disponer de la información
precisa para evaluar la situación y debe compartir esa información
para que los grupos parlamentarios podamos sacar nuestras propias
conclusiones. El Gobierno no puede limitarse a hacer resúmenes de
prensa de acontecimientos pasados mientras nos deja en la ignorancia
de qué piensa sobre posibles escenarios futuros. El Gobierno puede
también tener la seguridad de que el Grupo Socialista seguirá
actuando con responsabilidad ante los retos que una futura evolución
del conflicto pueda deparar, pero convendrá con nosotros en que ello
exige una previa y completa información para poder conformar en sede
parlamentaria una opinión y una posición sobre bases sólidas. Termino
preguntando al señor ministro de Defensa si el Gobierno tiene
intención de adoptar alguna decisión en relación con un posible envío
de tropas para ayuda humanitaria a las zonas limítrofes a Kosovo en
relación con el contingenteque se estaba configurando para el apoyo a
la acción humanitaria



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y destinado a la creación de zonas seguras para los refugiados; si
además de su intención, de su decisión de apoyar financieramente y
desde el punto de vista logístico, tiene también intención -lo cual
sería loable- de contribuir con soldados a las operaciones de ayuda
humanitaria.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra, en primer
lugar, el señor Robles Fraga.




El señor ROBLES FRAGA: Señor presidente, olvidaré las alusiones, los
zarpazos a veces mezquinos de algunos grupos de la oposición, que
creo que están totalmente fuera de lugar. No haré tampoco una
historia de conflictos ni de secretos pasados, de ocultamientos,
peleas que ya no interesan a nadie, entre otras cosas porque es
probable que sólo acaben en las actas de esta reunión y no tengan eco
alguno. Pasaré por encima del honor herido de algún diputado o de
alguna susceptibilidad en carne viva, ya que el debate que estamos
teniendo hoy es lo bastante importante como para ocuparnos de verdad
del asunto que motiva esta comparecencia y, por cierto, agradecer
otra vez esta nueva comparecencia al alimón de los ministros de
Defensa y de Asuntos Exteriores o de Asuntos Exteriores y de Defensa,
por aquello de las prioridades y las jerarquías.

La cuestión que nos ocupa es, primero, si estamos haciendo lo que nos
toca hacer hoy en el mundo. Si, como ha sido arrojado de forma brutal
en esta sala de Columnas del palacio del Congreso, tenemos
legitimidad para hacer lo que estamos haciendo y, por tanto, debemos
preguntarnos qué normas fundamentales consideramos que deben ser
respetadas en el ordenamiento jurídico internacional, qué comunidad
internacional queremos. Desde el punto de vista del grupo
parlamentario mayoritario, el Grupo Parlamentario Popular, existen
principios y normas básicas de derecho internacional, que son
principios del llamado derecho humanitario y que prevalecen sobre la
omnipotencia y la voluntad de los Estados. No ha sido utilizada
muchas veces, pero sigue plenamente vigente, señorías, la Convención
para la prevención y el castigo del delito de genocidio. Si SS.SS
tienen interés en leer los artículos de esta Convención, del año
1947, esto es inmediatamente después del gran genocidio de este siglo
que es el genocidio contra el pueblo judío, verán la definición
precisa, concreta y exacta de lo que está sucediendo hoy en Kosovo.

La piedra angular del derecho internacional no es la soberanía de los
Estados, no es tampoco el derecho a la autodeterminación como aquí se
ha afirmado; la piedra angular del derecho internacional, de la
comunidad internacional que nosotros deseamos construir, mejorar y
desarrollar, son los derechos de las personas y la corresponsabilidad
de las naciones en el mantenimiento de la paz y el desarrollo de los
pueblos. Es cierto que el mundo ha cambiado mucho, que Naciones
Unidad ya no son lo que eran, que la misma OTAN ya no es lo que era y
de todo eso está bien que hablemos, pero reconozcamos, al menos, que
efectivamente el mundo ha cambiado mucho, que las instituciones
internacionales ya no valen para lo que valían y que el bloque de la
ONU o de cualquier otra institución no nos puede llevar a la
ignorancia de estos principios fundamentales del derecho
internacional ni a la pasividad o a la inacción. Es buena y sigue
siendo válida la pregunta sobre cuál es el enemigo que tiene
hoy la OTAN. Durante diez años hemos escuchado en esta Comisión, en
estos debates, la pregunta de para qué servía la OTAN si ya no
teníamos enemigo. Pues el enemigo lo tenemos enfrente, tiene hasta
nombre y apellidos, y puede ser definido como el último resto de
nacionalismo étnico exterminador, agresor, genocida, aventurero,
mesiánico, aislado y enloquecido que representa hoy el régimen del
señor Milosevic.

Se ha dicho también -y conviene poner esa afirmación en su sitio- que
Europea no tiene política exterior. Pues si no la tiene, ¿para qué
son coincidentes las declaraciones del Consejo Europeo, del Consejo
de Asuntos Generales, del Consejo Atlántico, y cuantas afirmaciones y
propuestas políticas en relación con este conflicto hacia la
comunidad internacional y hacia el régimen de Belgrado ha hecho la
Unión Europea? La Unión Europea ha advertido, ha sancionado, y la
panoplia, la lista de sanciones aplicadas al régimen de Belgrado
agotan la posibilidad de sanciones que son conocidas, incluso algunas
de las que están por conocerse. El argumento de que no se ha agotado
el camino de las advertencias o de las sanciones cae por su propio
peso.

Finalmente, nos encontramos en el momento de las acciones y se nos
pregunta qué legitimidad tenemos, además de la que nos da el derecho
internacional, entre otros el derecho de Naciones Unidas, los
principios de la Carta, el derecho a la defensa colectiva frente a la
agresión, la prevención del genocidio, la defensa de los derechos
humanos, y qué otra razón tenemos para intervenir, esto es para
internacionalizar un conflicto interno. Pues, señorías, el mismo
reconocimiento que hacía Serbia y Yugoslavia en octubre del año
pasado y en enero de este año para aceptar la intervención de la
comunidad internacional, de la OTAN y de la OSCE, en la resolución
del conflicto sobre Kosovo dentro de la unión yugoslava.

Creo que hay argumentos y podrían darse mucho más para justificar la
legalidad y la legitimidad de nuestra intervención. En cualquier caso
es bueno recordar que no es un asunto estrictamente español, no es
algo que solamente podamos resolver nosotros, naturalmente que no; no
estamos solos sino que estamos con nuestros socios y con nuestros
aliados, y que en este proceso de creación de una voluntad colectiva
nosotros podemos y debemos participar. Debemos hacerlo, naturalmente,
escuchando a los grupos que confirman y conforman la existencia de un
consenso sólido en esta Cámara sobre la participación de España en
las acciones de la Alianza Atlántica para detener el genocidio en
Kosovo, para restablecer la legalidad internacional y parar los pies
al régimen de Belgrado, al señor Milosevic y a su Gobierno.

Naturalmente, lo que aquí digamos influye en la acción de nuestro
Gobierno y en la participación de España en la acción de la Alianza.




El señor PRESIDENTE: Señor Robles, vaya terminando, por favor.




El señor ROBLES FRAGA: Señorías, en cualquier caso, es importante el
consenso que construyen con sus intervenciones en esta Comisión, y
naturalmente el Gobierno puede seguir contando con el apoyo del Grupo
Parlamentario Popular.




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El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Robles.

Tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Quiero decirle, señor
presidente, que al final de mi intervención habrá un breve turno de
uso de la palabra por parte del diputado don Antonio Serrano, del
Partido Aragonés Regionalista, como miembro integrado en el Grupo
Parlamentario Popular.




El señor PRESIDENTE: Entiendo que lo resta del tiempo que se concede
a su grupo.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Efectivamente, señor
presidente.

Quiero empezar agradeciendo la comparecencia una vez más de los
ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, con luz y taquígrafos
ante esta Comisión de Defensa y Asuntos Exteriores de carácter
conjunto, que demuestra una vez más el respeto total y absoluto y la
transparencia total y absoluta de este Gobierno hacia la Cámara,
hacia el Congreso de los Diputados, también en este conflicto
bastante más complicado y probablemente más difícil de tratar de
conflictos anteriores que nada tienen que ver con la utilización de
la fuerza que ha realizado en este momento la Alianza Atlántica.

Desde luego y sin paliativos el Grupo Parlamentario Popular lamenta
la situación actual a la que se ha llegado, pero desde nuestro punto
de vista y coincidiendo con la mayoría de los representantes de los
grupos parlamentarios que han hecho uso de la palabra, existe un
único responsable que es el presidente Milosevic. Por tanto, el
respaldo al Gobierno español y a sus decisiones en el seno de la
Alianza Atlántica, así como el respaldo a las decisiones que adopte
la Alianza Atlántica para tratar de resolver este conflicto, es total
por parte del Grupo Parlamentario Popular.

En octubre de 1998, en la comparecencia conjunta anterior, el
ministro de Asuntos Exteriores anunciaba que se consideraría legítimo
el uso de la fuerza en Kosovo por razones humanitarias, porque la
represión serbia fuera creciente y porque existiera un bloqueo en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Realmente es lamentable que
algún grupo político haya tachado de conflicto social lo que venía
sucediendo en Kosovo antes del 24 de marzo de este año. Hablar de
conflicto social cuando más de 250.000 albaneses de Kosovo han
perdido sus hogares debido a la represión de las fuerzas de seguridad
de Belgrado, y de éstos 65.000 han debido abandonar sus casas durante
el último mes de marzo, 25.000 desde la ruptura de las conversiones
de paz de París; cuando mientras que los albaneses de Kosovo firmaban
los acuerdos de Rambouillet, las fuerzas de Belgrado irrumpían en
Kosovo para comenzar una nueva ofensiva, y desde el comienzo de las
hostilidades en Kosovo, en marzo de 1998, unas 440.000 personas, más
de la quinta parte de la población kosovar ha huido o ha sido
desplazada, cada día se producen nuevas víctimas y la población civil
es el objetivo de todas las hostilidades y de todas las
persecuciones, como hemos podido ver durante estos días en los medios
de comunicación, al margen de los 300.000 kosovares más a los que se
ha hecho
referencia estos días, tachar esto, repito, de conflicto social, al
menos desde nuestro punto de vista es lamentable. Las fuerzas de
seguridad yugoslavas están llevando a cabo operaciones militares
contra la población civil de Kosovo, infringiendo con ello lo
dispuesto en la Resolución número 1199 del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas. ¿Cuál es el pueblo oprimido? ¿Realmente hay
alguien que pueda contestarse a esta pregunta en el sentido opuesto a
lo que piensa y a lo que es el sentir mayoritario de esta Cámara?
¿Realmente se puede llamar pueblo oprimido a las fuerzas que está
liderando en este momento el presidente serbio? Señorías, esto debía
la parte tercera de la declaraciones sobre Kosovo en las conclusiones
de la Presidencia de los pasados 24 y 25 de marzo de 1999. Por eso -y
no volveré sobre el tema- el Grupo Parlamentario Popular ha
considerado muy oportuna la comparecencia del presidente del Gobierno
el pasado día 30 de marzo en el Pleno del Congreso de los Diputados
para informar de la cumbre de Berlín, donde se tomaron acuerdos, en
primer lugar sobre la Agenda 2000; en segundo lugar una declaración
sobre el nombramiento del presidente de la Comisión; en tercer lugar
dos declaraciones sobre Kosovo; y en cuarto lugar tres declaraciones
sobre el proceso de paz en Oriente Medio. Por tanto creo que no es
necesario volver sobre el tema ni volver a rebatir argumentos que
reiteradamente se plantean en esta Comisión.

A raíz del anuncio del ministro de Asuntos Exteriores, en
comparecencia pública con luz y taquígrafos en el Congreso de los
Diputados el día 6 de octubre de 1998, el ministro de Defensa ha
explicado hoy en una comparecencia complementaria cuáles son las
actuaciones y los objetivos que se había planteado el Gobierno en
relación con estas actuaciones: dañar la capacidad militar de Serbia;
retirada de la fuerza militar de represión en Kosovo y la protección
con una fuerza internacional liderada por la Alianza Atlántica.

Aparejado a ello, el ministro de Defensa ha explicado cuáles son las
aportaciones humanitarias que se han producido, desde alojamientos y
habilitación, el escalón médico que se desplazará o lo que se ha
hecho y se hará en materia de transporte.

Termino, señor presidente. El Grupo Parlamentario Popular no
cuestiona en este momento la validez de los planteamientos y respalda
la aportación española en el seno de la Alianza Atlántica. También
quiere expresar su respaldo a los militares que están interviniendo
directamente en esta fuerza, así como desear la pronta liberación de
los profesionales de Tele 5 que se encuentran retenidos contra su
voluntad. El Grupo Parlamentario Popular aplaude la expresión y el
deseo del Gobierno español, expresados esta misma tarde, de poner fin
cuanto antes a la acción OTAN y a la reintegración de Yugoslavia a la
comunidad internacional.




El Grupo Parlamentario Popular, ahora como en el año 1992, en una
comparecencia declarada reservada y secreta en la Comisión de
Defensa, el día 10 de noviembre de 1992, decía al ministro de Defensa
de entonces: Quiero decirle claramente que el Grupo Parlamentario
Popular no va a criticar ni va a cuestionar en modo alguno la misión;
y de las preguntas que se le formulen al señor ministro, aquellas que
considere que son de carácter reservado, por supuesto en modo alguno
pretenderemos que se contesten



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en esta Comisión de carácter reservado. Ese portavoz, que era el
mismo que ahora les habla, el 10 de noviembre del año 1992 en una
Comisión secreta y de carácter reservado para hablar de los
conflictos en el seno de la antigua Yugoslavia, terminaba diciendo
que el Grupo Parlamentario Popular agradecía la comparecencia y
apoyaba al Gobierno tanto en ésta como en odas aquellas cuestiones
que consideraba de Estado y en todas aquellas medidas que se
adoptasen al respecto en la zona de conflicto.

Con la misma lealtad constitucional que el Grupo Parlamentario
Popular tenía hacia el Gobierno el día 10 de noviembre de 1992,
respalda inequívocamente al Gobierno que hoy ha dado explicaciones,
ante esta Cámara, con luz y taquígrafos, acerca de cuáles son los
antecedentes, los prolegómenos y las actitudes que ha adoptado el
Ministerio de Defensa. Termino, señor presidente, con la frase que
dice la conclusión de la Presidencia de la cumbre de Berlín, eso que
parece que nadie ha leído o a lo que nadie ha dado importancia,
cuando la Presidencia decía que no era demasiado tarde para detener
la represión interna y aceptar los esfuerzos de mediación de la
comunidad internacional, y finalizaba diciendo: Milosevic puede y
debe elegir el camino de la paz en Kosovo. Yo añado en este momento
que es el único responsable y el único que en este momento puede
poner fin a estas acciones.




El señor PRESIDENTE: Señor Serrano.




El señor SERRANO VINUÉ: Señor presidente, dada la importancia y la
excepcionalidad de la cuestión que nos ocupa, agradezco la
flexibilidad de la Mesa y al propio grupo parlamentario, que aunque
sea sólo por un minuto permite fijar la posición de mi partido en
este espinoso asunto.

Desde el Partido Aragonés hemos asistido y asistimos de forma
preocupada y conmocionada a los acontecimientos y al trauma por la
catástrofe humana que está aconteciendo en estos momentos en Kosovo,
de la misma manera que unos años antes lo fue en otras zonas de los
Balcones. En este sentido es oportuno ofrecerle al Gobierno como
fuerza política independiente el apoyo político y social de todas las
instituciones en las que gobernamos en Aragón (ayuntamientos,
Gobierno de Aragón, diputaciones provinciales, etcétera) para que se
pueda acoger de la mejor manera posible al número máximo de
refugiados o deportados albanokosovares, todo dentro de un plan
global y lógicamente coordinado. Así tuvimos ocasión de
manifestárselo por escrito ayer al propio presidente del Gobierno, al
cual pedimos si cabe un plus de generosidad y solidaridad, sobre todo
cuando en estos momentos todavía está viva la memoria histórica de
hace 60 años, cuando cientos de miles de españoles tuvieron que
abandonar este país simplemente porque opinaban de otra manera. Este
ofrecimiento es singular dadas las especiales condiciones
estratégicas que tiene Aragón con disponibilidad de infraestructuras
a nivel logístico y de equipamientos, algunos todavía sin inaugurar,
que sin duda podrían ser tremendamente útiles para este evento y
hacer de Aragón y Zaragoza el centro de operaciones de lo que sería
la canalización de los refugiados en todo el territorio peninsular.

Para terminar, deseo plantear una preocupación y unas dudas. La
preocupación, señores ministros es que la OTAN no tiene ninguna
justificación para lo que llama de forma eufemística daños
colaterales los errores que están dañando profundamente a la
población civil; el caso más desgraciado los hemos tenido últimamente
con el bombardeo de un bloque de viviendas. Ahora, las grandes dudas:
¿con qué solución política final nos quedamos: Un Kosovo
independiente, un Kosovo autónomo, un Kosovo con estatus especial?



El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Serrano.




El señor SERRANO VINUÉ: La experiencia sobre el final y la vuelta de
los refugiados la tenemos en Bosnia, y desgraciadamente no es nada
halagüeña ni esperanzadora.




El señor PRESIDENTE: Señor ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Muchas
gracias, señorías, por el tono de sus intervenciones. Creo que mi
primera obligación porque no ha quedado bastante claro, es explicar,
que el Gobierno en ningún momento ha estado ausente a lo largo de ese
conflicto, y aunque me había referido a varias intervenciones al
respecto, después de las afirmaciones efectuadas por la señora
Rivadulla y ratificadas por el señor Estrella, es pertinente que les
dé cuenta de cuáles han sido.

El 23 de marzo, una vez anunciada por el secretario general de la
OTAN su decisión de poner en marcha el mecanismo, hallándome en
Berlín y sin olvidar que en varias ocasiones anteriores se había
producido ultimátum en relación con ese conflicto, esa misma noche,
repito, y al día siguiente por la mañana a primera hora, por cuanto
algunos líderes ya estaban en aquel momento descansando, hablé con
todos los líderes parlamentarios y políticos; por tanto, desde que se
abre el conflicto. El día siguiente, 24 de marzo, en Berlín y al
margen de la cumbre europea, ofrecí una rueda de prensa sobre Kosovo.

El día 25 de marzo, ofrecí una segunda rueda de prensa, también en
Berlín, sobre Kosovo.

No comprendo cómo el señor Estrella le puede parecer por lo menos
criticable que yo no hubiera abonadonado a los demás socios de la
Unión Europea para ir no sé a dónde, habida cuenta de que se había
desatado el conflicto. Esa crítica en su intervención no sólo me
parece trivial, sino totalmente irresponsable. ¿Es que permaneciendo
en Berlín, donde estaban todos los ministros de Asuntos Exteriores de
la Unión Europea, por tanto casi todos los de la OTAN y los jefes de
Gobierno -por cierto, estuvimos varias horas dedicados al conflicto
de Kosovo- incumplía yo en tanto que ministro de Exteriores de España
alguna obligación en relación con ese conflicto? ¿Es que podía estar
en otro lugar mejor que en Berlín? Lamento que el hecho de estar en
Berlín no me permitiera esta compareciendo al mismo tiempo ante el
Parlamento, pero en ningún caso ajeno al conflicto ni mucho menos de
espaldas a la opinión pública.




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El viernes día 26 de marzo, nada más llegar de la cumbre europea y
sin haber dormido, ofrecí al término del Consejo de Ministros una
nueva rueda de prensa y ese mismo día por la tarde compareció el
ministro de Defensa ante la Comisión correspondiente. El martes 30 de
marzo ya había anunciado mi disponibilidad para comparecer ante el
Parlamento, pero se consideró por la Comisión de Asuntos Exteriores
que habida cuenta de que comparecía el propio presidente del Gobierno
ante el Pleno no era necesaria mi presencia. Dos días más tarde, el 1
de abril, di una rueda de prensa sobre Kosovo en Ibiza, puesto que el
Jueves Santo estaba allí, permaneciendo durante toda la semana en
contacto permanente con el señor Fischer, que justamente me preguntó
mi opinión sobre su plan de Conferencia de paz para los Balcanes. Yo
le hice mis observaciones a instancia suya y así lo dije en la rueda
de prensa; cualquier noticia que se tenga al respecto de que yo me
haya atribuido ese supuesto plan es un error que no sé a quién será
achacable, pero desde luego no a mis afirmaciones, por cuanto lo que
dije es que el plan del ministro Fischer me parecía excelente. Ese
mismo jueves estuve asimismo durante todo el día en conferencia
permanente con mi colega Cook, con la señora Bonino y con otros
colegas. El sábado 3 de abril concedí una larga entrevista a una
agencia española de amplia difusión y dedicada monográficamente al
conflicto de Kosovo. Así pues ocho comparecencias del Gobierno en 10
días, bien ante la Cámara o bien ante la opinión pública, no me
parece que se pueda decir que es una información insuficiente o que
es escurrir el bulto y creo que es un tema que debemos aclarar de una
vez por todas. Quiero añadir además que durante las festividades de
Semana Santa, la OID publicó a instancia mía comunicados informativos
los días 2 y 3 de abril, Viernes Santo y Sábado Santo, comunicados
que naturalmente antes de ser emitidos me eran consultados y eran
aprobados o enmendados por mí.

Por tanto, está muy claro que no se entiende que el Gobierno de
España en un conflicto de este tipo que sea sólo aportar servicios.

Por otra parte, no es menos cierto que aportando cuatro F-18 y un
Hércules de transporte no se puede pretender que España juegue un
papel de liderazgo en estas operaciones militares de la OTAN. La
operación la lidera la OTAN y el secretario general y España ha hecho
lo que tenía que hacer, aportar su contribución y ser solidaria en
todo momento con sus aliados, que lo está siendo, y además de ello ha
asumido sus responsabilidades en las obligadas acciones humanitarias,
y frente a alguna opinión que se ha vertido yo le diría que incluso
ha asumido dichas obligadas acciones humanitarias muy por encima de
lo que podría considerarse la cuota correspondiente a España. Por
otra parte, es nuestro deber como seres humanos y al propio tiempo es
nuestra obligación para responder al deseo de un mayor solidaridad de
los españoles. En todo caso creo que era importante aclarar todas
estas cuestiones de una vez por todas.

No recuerdo si otros gobiernos, excepto quizás el de Estados Unidos y
el de Reino Unido, han tenido tantas comparecencias públicas y en las
Cámaras como el Gobierno español, y si alguno las ha sobrepasado yo
desde luego me permito transmitirle mi felicitación, aunque nosotros
estamos entre los que más comparecencias y más explicaciones han
dado.




El señor González de Txabarri me pregunta sobre las hipótesis que
llevaron a esa situación. Es un tema sobre el que el Gobierno y yo
mismo me he extendido en muchas ocasiones, pero creo que merece una
explicación. El presidente Milosevic, que se ha acreditado o por lo
menos tiene fama de buen táctico, es muy mal estratega y si bien ha
jugado en el regate corto con cierta habilidad sus cartas, sus
grandes decisiones han sido siempre tremendamente equivocadas. Desde
que en 1989, hace 10 años, suprime o deroga unilateralmente y sin
ninguna razón el Estatuto de autonomía de Kosovo, desde que rechaza
todas las demandas de la Unión Europea, de la OSCE, de todos los
organismos internacionales, acompañadas muchísimas veces de
sanciones, las cuales ya se han recordado, hasta que culmina su gran
error estratégico rechazando los acuerdos de Rambouillet en primer
lugar y después de París que le garantizaban lo que para él era su
gran desiderata: la permanencia de Kosovo dentro de la República
Federal yugoslava. Finalmente, su gran error es aceptar la
confrontación bélica a pesar de los llamamientos que se le hacen por
parte de todos los líderes europeos, como también oportunamente se ha
recordado. Esa situación y esa dinámica es la que finalmente lleva a
la inevitabilidad del conflicto, como bien ha concluido por su parte
el señor Guardans, cuyo apoyo le agradezco y desde luego comparto su
reflexión de que ese primer paso hacia la democracia en Yugoslava que
todos deseamos sea también un primer paso hacia la necesaria reforma
de las instituciones internacionales. Todos conocemos las debilidades
del derecho internacional y ésas naturalmente afectan a la OSCE, que
se rige por la regla de la unanimidad y no es más que una
conferencia, y afecta a las Naciones Unidas. Por supuesto, también
soy partidario de su reforma, muy especialmente en lo que hace
referencia al derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo
de Seguridad, que es lo que lleva al bloqueo a la institución y a una
amenaza de resultar completamente inoperante de cara al futuro si no
se modifican algunas de esas reglas fundamentales. Sus preguntas
generales son muy pertinentes, que es justamente el gran tema del que
tiene que ocuparse al Conferencia de paz de los Balcanes, de lo que
luego hablaremos.

Los objetivos políticos de la intervención que plantea el señor
Campuzano están justamente en la misma línea de las preguntas del
señor Guardans, a las que dedicaremos una reflexión.

En cuanto a ese plan de los 8.000 millones, al que se ha referido
tanto el señor Campuzano como el señor Estrella y otros portavoces,
naturalmente van a ser contribuciones de distintos ministerios,
puesto que los ministerios implicados son varios: por una parte el
Ministerio de Asuntos Sociales y el Ministerio del Interior, la
propia Agencia Española de Cooperación a través de sus presupuestos
de ayuda humanitaria, incluso acudiendo a remanentes de tesorería, y
en la medida que todas estas ayudas, incluidas las del Ministerio de
Economía y Hacienda fueran insuficientes, acudiendo a los créditos
extraordinarios para lo que cuento con el apoyo de la Cámara y llegar
a redondear esa cifra objetivo de 8.000 millones.

Respecto de otros países europeos que podrían finalmente incorporarse
a esos planes para mantener a los refugiados en la zona, son
gestiones que estamos empezando a



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hacer con Rumania y con Bulgaria, países limítrofes precisamente con
Yugoslavia, que permitirían justamente seguir cubriendo el objetivo
de no alejar a esas personas deportadas de lugares de origen a los
que tienen que regresar.

Siempre escucho con mucho respeto al señor Navas, y desde luego
siempre que se pueda soy partidario de prescindir de eufemismos. Yo
tengo que corregirle en este sentido, ya que hablando con propiedad
la OTAN no ha invadido Yugoslavia: ha atacado objetivos de carácter
militar o bien de interés para operaciones militares, y desde luego
yo en su intervención hubiera agradecido que después de la condena de
situaciones que todos lamentamos y condenamos en relación con
palestinos y otros pueblos perseguidos, también hubiera efectuado una
condena de las acciones genocidas de las fuerzas del presidente
Milosevic, que yo no he oído. Sobre la legalidad o no de la acción
militar, ya he hecho referencia a la posición del Gobierno, que
reflejé en la comparecencia conjunta del pasado 6 de octubre y que
gozó de amplio respaldo en esta misma Comisión.




Desde luego, también lamento que no se hubieran previsto las
dimensiones de la tragedia humanitaria a que se ha llegado. Quizás es
que algunos en la OTAN pensaban que las fuerzas del presidente
Milosevic eran justas y benéficas, lo que ha demostrado no era el
caso.

En relación con la pregunta del señor Meyer sobre las gestiones en
favor de los periodistas, también efectuada por otros portavoces,
desde las primeras horas en que se produjo esta retención se están
luciendo tres tipos de gestiones: ante la Embajada yugoslava en
Madrid; ante el propio Gobierno yugoslavo por parte de la Embajada de
Méjico, que es quien se ocupa de defender los intereses de España
desde que yo mismo ordené la evacuación de nuestro personal de la
Embajada de Belgrado, el mismo día en que se anunció la puesta en
marcha del dispositivo; y también por parte del embajador Coderch, en
Sofía y acreditado en Skopje, porque desde ahí efectivamente hay
todavía muchos contactos con el Gobierno yugoslavo.

Tengo que decir que las primeras noticias sobre esas gestiones
permitieron cierto optimismo, y así lo manifesté, por cuanto las
autoridades yugoslavas dieron seguridades de que una vez estuviera
acreditada su condición de periodistas serían automáticamente
liberados o expulsados. Lo cierto es que esa expulsión o liberación
se está retrasando cada vez más injustificadamente y yo espero que no
resulten otros rehenes en manos de los yugoslavos. Naturalmente, las
gestiones continúan.

No sé si la OTAN ha perdido la guerra. Las guerras siempre cuestan
víctimas y por tanto pocos las ganan. De momento, según un despacho
de la Agencia Efe, hay un anuncio del cese del fuego unilateral del
presidente Milosevic a partir de hoy a las 20 horas. Esperemos, yo
por lo menos lo deseo fervientemente, que cumpla el resto de
condiciones para que pueda procederse al alto el fuego por parte de
la OTAN.

La visita a Pristina, señor Meyer, no se la recomiendo. (Risas.). Ya
hay varios rehenes allí; yo no quiero hacer juicios de valor, pero en
esas situaciones conviene calcular bien los pasos.

Frente a esa situación, repito, y ante las peticiones de prospectiva
(ya para terminar, porque me gustaría seguir
contestando cuestiones muy pertinentes, pero estamos alargando mucho
la sesión), por mi parte al menos distingo un triple escalón, un
triple escenario que empieza por el alto el fuego, que debería
lógicamente abarcar a todos los combatientes en cuanto se cumplan las
condiciones de retirada de las fuerzas militares y paramilitares
serbias de Kosovo, autorización sin condiciones de regreso de todos
los refugiados, admisión de una fuerza internacional de supervisión
justamente en evitación de nuevas limpiezas étnicas y a partir de ese
alto el fuego creo que es el momento en que se tiene que plantear con
carácter prioritario esa Conferencia de paz de los Balcanes, porque
el gran problema hasta ahora es que por parte de la comunidad
internacional la cuestión balcánica se ha tratado demasiado
troceadamente y aun cuando cada conflicto por su propia virulencia
merecía una especia atención finalmente los Balcanes son vasos
intercomunicados y un conflicto en una zona acaba repercutiendo en
las demás; por ello, sería muy pertinente que a la hora de hablar de
una paz duradera pudiera hacerse de un modo global. Si cuando la
conferencia de Dayton se hubiera contemplado el problema de Kosovo
hoy no estaríamos viviendo la situación que se vive y en ese contexto
creo que el tercer escalón, además del problema político de respecto
a las minorías, es que se abarque el conjunto de los tres problemas a
que yo me he referido en mi intervención: primero, el problema
económico, mejora de la situación económica que permita mayores
posibilidades de realización personal, de dignidad y calidad de vida;
segundo, el problema pendiente en la zona de una plena o por lo menos
mayor democratización, y previo a estos dos, y es de lo que tiene que
ocuparse sobre todo la Conferencia de paz de los Balcanes, el
problema de poder garantizar seguridad en la zona. Sin un principio
de seguridad bien garantizado y bien establecido en la zona no puede
hablarse de paz ni puede hablarse de desarrollo económico ni puede
hablarse de progresos en la democracia. Esa seguridad -todos hemos de
colaborar a ella- es la que en estos momentos constituye el objetivo
prioritario, no tengan duda SS.SS., de la comunidad internacional y
en particular de España.




El señor PRESIDENTE: Señor ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Señorías, se ha dicho
que hay que hacer pedagogía, que el Gobierno tiene que liderar, y se
ha dicho también que hay insuficiencia de explicaciones. Lo primero
que hay que decir para entender este conflicto de Kosovo es que se
trata de una ramificación, la enésima de un conflicto que lleva
muchos años de modo externo, de modo aparente, de modo visible y
lleva muchos siglos de modo soterrado, de modo larvado como
consecuencia de que durante una larguísima evolución histórica
distintas entidades políticas se han ido superponiendo sobre
distintos territorios. Todos recordarán una gran Albania, una gran
Serbia, una gran Rumania y una gran Macedonia. Eso ha originado que
convivan personas de muy distintas etnias en el mismo territorio. Ahí
ha habido -y lo ha dicho un portavoz del Partido Popular- un
nacionalismo excluyente, un nacionalismo al que los calificativos que
le ha puesto me evitan tener que repetirlos, pero sí digo un
nacionalismo excluyente que no quiere



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la tolerancia, que no quiere la convivencia, que no quiere la vida en
paz; no la quiere. Esa causa que estaba larvada durante siglos y que
ha dado lugar entre otras a la Primera Guerra Mundial, y entre otros
a conflictos más recientes desde el año 1989 ó 1990, un paradigma de
ese nacionalismo excluyente que se llama Milosevic ha conseguido
desplazar a 160.000 croatas, ha conseguido dejar sin hogar a dos
millones y medio de personas en Bosnia, ha expulsado de Kosovo a
400.000 albanokosovares antes de Semana Santa y ahora está
completando la operación.

Cuando desde marzo pasado se coge con especial fervor esta labor de
limpieza étnica es cuando la Organización del Artlántico Norte
empieza a funcionar; y empieza a funcionar buscando la solución de un
acuerdo, un acuerdo que se da en los parámetros clarísimos en que se
debe enmarcar, pero en el fondo se quiere un acuerdo político.

Apartir del mes de octubre se hacen preparativos de muchos tipos. Uno
de los preparativos es el de fuerzas terrestres para en caso de que
se llegue a un acuerdo poder ser implementado ese acuerdo. Hay
suficiente experiencia en Bosnia, experiencia que tienen las Fuerzas
Armadas españolas, de cómo tienen que estar porque si no están no hay
solución pacífica al conflicto, no hay solución a la convivencia de
distintas etnias. Se adoptan unos planes terrestres que quizás dieran
lugar a alguna mala interpretación, pero el secretario de Estado de
Exteriores dijo correctamente: lo único que hay preparado es una
fuerza terrestre que se utilizará si se llega a un acuerdo. Ante la
voluntad de Milosevic, ese Milosevic que a las cuatro de la tarde ya
le estamos dando crédito, que se ha reunido con Rugova o que va a
firmar un acuerdo de paz, ese que parece ahora tan cercano a un
acuerdo ni siquiera asiste a Rambouillet. Se intenta hasta el último
momento llegar a un acuerdo, para que de verdad sea el recurso a la
fuerza la última ratio en las relaciones humanas. Para forzar el
acuerdo se pone en marcha una operación aérea, o mejor dicho, varias
operaciones aéreas, que son las que se ha desencadenado desde el día
23 de marzo. En esos preparativos España participó y participó
activamente -y alguien ha dicho que en todo el siglo no ha habido
guerras, hay que corregir, ha habido guerras civiles, por desgracia,
y alguien puede preferir las ventajas del aislamiento español, pero
hay quien prefiere la solidaridad internacional y que España este
incrustada en el concierto internacional y no viva aislada como en
los últimos siglos-. España jugó un papel activo y mostrando su
solidaridad decidió formar parte de las fuerzas de la Alianza con 4
aviones F-18 y un avión cisterna. Luego España estaba y está donde
tenía que estar.

Se ha hecho referencia -y ya se ha dicho demasiadas veces- al uso de
la legitimidad y se enarbola la Constitución. El artículo 63 de la
Constitución habla de declaración de guerra y una declaración de
guerra no es una guerra, como una declaración de ruina no es una
ruina, son dos cosas distintas. Y como sabe cualquier avezado en el
mundo del derecho una declaración de guerra se hace sobre todo con
fines internos para movilizar los recursos y las energías de un país,
no para avisar al adversario de que se le va a declarar la guerra. No
es así. Yse dice y se enarbola una declaración de este Congreso del
año 1995, que está hecha para otro contexto, que está hecha en el
contexto de una reforma de Naciones Unidas para operaciones de paz.

Señorías, que cada uno tenga su opinión, pero no confundamos a la
pública. Esta acción, en la que España decide sumarse a ella, en la
que participa desde el principio, está perfectamente respaldada pro
el derecho interno e internacional.




Se dice, con una facilidad que solamente se puede calificar de
realidad virtual, que se ha perdido la guerra. La guerra no sólo no
se ha perdido, sino que la guerra se va a ganar. Es muy fácil en la
realidad virtual decir que como se ha perdido la guerra se ha
disminuido la seguridad en Europa o se ha aumentado el sufrimiento,
pero eso no es más que una realidad virtual. La realidad de verdad es
que los ataques aéreos sistemáticos, con los que la Alianza pensaba
que iban a doblegar la voluntad de Milosevic, parece -si se confirma
la veracidad de este anuncio de las cuatro de la tarde- que empiezan
a dar resultado, y haciendo pronósticos de futuro este primero será
que quiera beneficiarse de las ventajas de la guerra sin pagar ningún
precio. Y conforme vayan pasando los días se irá ateniendo
progresivamente a razones y podrá llegarse a un acuerdo pacífico y
razonable, que es hacia donde se están dirigiendo los esfuerzos de la
Alianza y los esfuerzos de España.

Se ha preguntado si hay fuerzas terrestres. La Alianza decidió -como
he dicho a SS.SS.- una operación aérea y se piensa que con la
operación aérea va a ser suficiente, luego no hay decisión alguna. Ni
siquiera se ha planteado en la Alianza si vamos o no a comenzar una
operación terrestre, simplemente porque se piensa que es suficiente
la operación aérea. Si se llegara a esa decisión que no se piensa
hoy, sería el momento de tomar decisiones. Es verdad -como he dicho
en mi primera intervención- que se están incrementando los ataques y
la gravedad de los mismos. Y como se están incrementando los ataques
y la gravedad de los mismos. Ycomo se están incrementando, además de
aviones se empiezan a llevar aviones que son mas aptos para la lucha
contra vehículos blindados y contra carros de combate e incluso
helicópteros aptos para la misma finalidad. ¿Cuál es la evaluación?
La evaluación es que ya se están produciendo daños progresivamente
más cuantiosos y progresivamente más importantes. Como consecuencia
de ello se espera lo que se esperaba desde el primer momento:
doblegar la voluntad de Serbia para avenirse a razones. Y esa es la
razón fundamental. Esta guerra se va a ganar porque se tiene razón. Y
se tiene razón porque no se están defendiendo intereses egoístas, se
están defendiendo dos cosas esenciales, una, unos derechos humanos
elementales, evitar un genocidio, es decir, poner fin a una
catástrofe humanitaria y, dos -y por eso no valen comparaciones que
como casi siempre no vienen al caso-, se está evitando la
desmembración de ese sector de Europa donde se empezaría con Bosnia o
con Kosovo y nadie sabe dónde terminaría, pero sí sabe alguien dónde
terminó el asesinato en Sarajevo el año 1914. Eso también se quiere
evitar. Y si hay alguna duda que se pregunte a los jefes de Estado y
de Gobierno de la zona que han sufrido en carne propia esa
experiencia y que saben extraordinariamente bien cómo han llegado a
un acuerdo después de durísimas negociaciones para que se conviva en
Transilvania, para que se conviva en Bogovina, para que se conviva en
mil sitios y no se



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puede dar ningún ejemplo contradictorio, que es lo que pretende el
señor Milosevic en Kosovo.

Se ha preguntado también si va a haber tropas españolas en el caso de
que haya refugiados. Ha anunciado el ministro de Asuntos Exteriores,
y yo he reiterado, la disposición del Gobierno a arbitrar medidas
para que vengan refugiados a España o que España ponga, dirija,
participe o colabore en campos cercanos a la zona de operaciones. En
esta segunda hipótesis es absolutamente elemental que tendrían que ir
las Fuerzas Armadas para dirigirlos. Pero no es sólo eso. Ya he
anunciado que está preparado un escalón médico avanzado que también
está formado íntegramente por miembros de las Fuerzas Armadas. Luego
si se decía que era loable esa presencia por razones humanitarias,
nuestras Fuerzas Armadas están dispuestas y estarán allí si el
Gobierno considera necesario montar, dirigir o colaborar en un campo
de refugiados en la zona.

Se ha dicho que hay un fracaso europeo. Yo no creo que sea justo y
les aseguro que hablo como europeísta. Lo que se está constatando día
a día es la insuficiencia europea, la insuficiencia de los Estados
europeos para hacer frente a sus obligaciones en materia de seguridad
y defensa. Y como saben SS.SS. se están haciendo esfuerzos cotidianos
para que en materia de seguridad y defensa Europea pueda hablar con
una voz propia, pueda hablar con una voz suficiente. Pero no por
ningún pulso, porque Estados Unidos y Europa estamos defendiendo los
mismos intereses, que naturalmente pueden tener distintos intereses,
simplemente porque una cosa es Estados Unidos y otra cosa es Europa,
simplemente por eso, los intereses no serán cien por cien
coincidentes, pero aquí, señorías, tenemos los mismos intereses, que
los he explicado anteriormente, pero se quiere poder hablar desde una
posición de suficiencia europea.

Se ha hablado también, señor presidente, de imprevisión. Se ha citado
aquí el artículo de la comisaria Bonino y nos excluye de cualquier
juicio ¿Imprevisión con una catástrofe que lleva más de un año? La
OTAN, cuando se ha incrementado el número de refugiados, en menos de
dos semanas ha puesto al Arrc en Macedonia y a la fuerza móvil del
ACE en Tirana para colaborar, pero esta acción, que nadie se llame
andana de que es nueva. Con esta acción en el verano pasado la
comisaria Bonino hablaba de 400.000 refugiados. ¿O es que 400.000 no
es una catástrofe humanitaria, señorías? Alguien ha utilizado el
calificativo de cinismo. No se puede hablar así. La Alianza y los
países aliados estamos intentando, con la mayor premura, aliviar una
situación que viene siendo clamorosa desde el verano pasado.

Por último, en cuanto a la previsión a medio plazo, he de decir que
la OTAN sigue pensando y los países aliados seguimos pensando que se
va a doblegar la voluntad de Milosevic para llegar a un acuerdo. Y
que ojalá -como ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores
reiteradamente- lo haga cuanto antes, pero tendremos que ser
cuidadosos, cuanto antes sí, pero no imponer su voluntad, no decir a
todos los demás, empezando por los kosovares, lo que tienen que
hacer, habrá que llegar a una solución negociada. Y cuando se llegue
a eso -y ojalá sea lo antes posible- entonces el conflicto habrá
terminado porque esa ha sido -y con esto termino, señor presidente-
la voluntad, la referencia de la Alianza Atlántica desde mucho antes
de que comenzara el conflicto: alcanzar una solución negociada.
Y aunque ya se ha reiterado por los portavoces de la mayoría de los
grupos -y yo quiero aquí agradecer el apoyo y el respaldo-, a pesar
de lo que se ha dicho de esta situación, aunque queramos disfrazarla,
aunque utilicemos más o menos partidistamente las opiniones, repito
solamente hay un responsable. Un responsable no sólo de un genocidio
o de una catástrofe humanitaria, sino de conflictos que han costado
muchas vidas y mucho dinero en los últimos diez años. Si alguien me
ha preguntado el coste de lo militar, puedo decir que, en lo que a
España respecta, esos 8.000 millones de ayuda humanitaria, que a
alguien le parecen pocos, suponen una cantidad infinitamente superior
con el coste que han asumido nuestras Fuerzas Armadas para colaborar
solidariamente con la Alianza, para que se alcance un acuerdo
político y que sea posible la convivencia en los Balcanes, cosa que
lleva siglos sin suceder. (Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor ministro.

Señores diputados, si me van a pedir réplica les voy a decir que no.

Saben perfectamente que en este trámite no hay réplica y, además, les
señalaré que los grupos parlamentarios han intervenido durante una
hora y 35 minutos, desde los 19 minutos del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida, señores Navas y Meyer, hasta los escuetos
10 minutos del señor González de Txabarri, del Grupo Parlamentario
Vasco (EAJ-PNV). Por el momento está agotado el debate y no hay más
discusión.

Agradezco la presencia de los señores ministros y se levanta la
sesión.