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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 660, de 26/03/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 660



DEFENSA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO Y LEDO



Sesión núm. 38



celebrada el viernes, 26 de marzo de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia urgente del señor ministro de Defensa (Serra Rexach)
para informar sobre:



- La participación española en la operación aliada en Kosovo. A
petición propia (Número de expediente 214/000115) ... (Página 19200)



- La participación española en el ataque de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a la República Federal de
Yugoslavia. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida (Número de expediente 213/001061) ... (Página 19200)



- La crisis de Kosovo y la decisión de intervención militar de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Asolicitud del
Grupo Socialista del Congreso (Número de expediente 213/
001063) ... (Página 19200)



- La posición de España ante la decisión adoptada por la OTAN de
intervenir en Yugoslavia mediante ataques militares y la
participación de las Fuerzas Armadas españolas en estos ataques.

Asolicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/
001067) ... (Página 19200)



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Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a la sesión de la
Comisión de Defensa convocada ayer, sobre la base de los artículos 42
y 203 del Reglamento y previa consulta con el presidente de la Cámara
y con la Mesa y Junta de portavoces de esta Comisión, para atender
las peticiones de comparecencia urgente sobre el tema de la
intervención de la Alianza Atlántica en la República Federal de
Yugoslavia tanto del propio Gobierno, del ministro de Defensa, como
de tres grupos parlamentarios.

Quiero agradecer la disponibilidad de los portavoces de los distintos
grupos, que ayer dieron todas las facilidades para que pudiéramos
celebrar esta sesión, y también la sensibilidad parlamentaria del
ministro de Defensa, que ha alterado incluso su agenda -tenía que
estar volando en estos momentos hacia Aviano- para estar presente en
la Comisión y para atender a estas peticiones de comparecencia.

Vamos a llevar a cabo el desarrollo de la sesión de acuerdo con el
orden del día establecido. Por tanto, en primer lugar, intervendrá el
señor Ministro y, a continuación, los grupos parlamentarios en el
orden en el que han solicitado sus respectivas comparecencias y,
posteriormente, el resto de los grupos.

Señor ministro de Defensa, le damos la bienvenida. Tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Buenas tardes, señorías.

Comparezco hoy ante ustedes para dar cuenta, en la medida en que sea
posible, de las acciones militares iniciadas por la Alianza Atlántica
en suelo de la República de la Federación Yugoslava bajo la operación
Fuerza Aliada -Allied force- a la que España apoya y en la que toma
parte. Déjenme comenzar diciendo que nadie participa en ninguna
acción militar ni de manera caprichosa ni a la ligera. La decisión
del Gobierno español ha sido largamente meditada junto a nuestros
aliados y la resolución final por parte de la Alianza Atlántica, por
parte de la OTAN, ha sido desdichadamente inevitable, una vez que se
han agotado todas las opciones para una solución política o
diplomática.

Durante todo este proceso, esta larga crisis de Kosovo, dos
principios han presidido los pensamientos, las negociaciones de la
Alianza: el primero, evitar violaciones reiteradas de los derechos
humanos más elementales que conducían a una situación que sin ambages
se puede calificar de catástrofe humanitaria; por otro lado, forzar
-literalmente- en la medida de nuestras fuerzas el que se alcanzara
un acuerdo.

Antes de continuar, señorías, déjenme recordar aquí muy especialmente
la entrega y la profesionalidad de los hombres y mujeres de nuestras
Fuerzas Armadas, especialmente de las tripulaciones que han
participado en las acciones a las que luego me referiré, de cuya
actuación sólo cabe enorgullecerse. Aunque sea anticiparme en mi
presentación, puedo decirles que la misión que realizaron en las dos
pasadas noches y cuyos objetivos eran la destrucción de objetivos
militares ha constituido todo un éxito. Pero antes de detallarles la
participación concreta, creo que es necesario que se dedique un
tiempo a explicar las razones que han motivado la operación aliada.

Desde ese punto de vista, lo primero que hay que decir es que sobre
el actual dirigente serbio Milosevic pesa una biografía
lamentablemente violenta y sangrienta. En 1987 llega al poder
explotando los sentimientos hipernacionalistas y excluyentes de los
sectores más radicalizados del pueblo serbio. Dos años más tarde, en
1989, suprimirá la autonomía de Kosovo, cortando de raíz y
brutalmente los derechos que otorgaba esa autonomía, entre otros, el
uso de la lengua y las tradiciones del grupo de población, más que
mayoritario en esa provincia, que tiene origen albanés -como ustedes
saben-. En 1991 iniciará una guerra contra Eslovenia y poco más tarde
contra Croacia. Finalmente, será el último responsable de la guerra
civil en Bosnia, cuyos resultados y atrocidades todos conocemos
sobradamente. En marzo del año pasado, las fuerzas especiales de la
policía y el ejército yugoslavo redoblaron la represión en Kosovo,
dando pie a una espiral de violencia. Desde ese momento y hasta el
verano del año pasado causarán un éxodo masivo de más de 300.000
albanokosovares, 50.000 de ellos tendrán que refugiarse en los
bosques para salvar sus vidas. Sólo en el verano se producirían cerca
de 2.000 muertos.

Así las cosas, el 6 de octubre comparecí ante SS.SS, junto con el
ministro de Asuntos Exteriores, don Abel Matutes, para exponerles la
situación generada en Kosovo y recabar su apoyo para aplicar las
medidas que estábamos planteando en el seno de la Alianza Atlántica,
a fin de hacer frente a la inminente catástrofe humanitaria que se
avecinaba. De modo consecuente, el día 9 de octubre el Gobierno
aprobó sendos decretos autorizando la participación española y en los
que se fijaron las condiciones que debían cumplirse: primero,
continuado incumplimiento por las partes en el conflicto de las
resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; segundo, la
situación de bloqueo a la que había llegado el Consejo de Seguridad y
el agotamiento de las vías diplomáticas; tercero, que se produjera
o que hubiera temor a que se produjera una catástrofe humanitaria de
grandes proporciones, por último, el acuerdo del Consejo Atlántico
que -como saben SS.SS.- es siempre por unanimidad.

Desde ese mes de octubre se redoblan los esfuerzos diplomáticos para
alcanzar un acuerdo de paz, que no se consiguió -como voy a explicar-
exclusivamente por la intransigencia del presidente Milosevic. La
OTAN aspiraba entonces a cumplir un doble objetivo; en primer lugar,
aportar su grano de arena, contribuir a una solución pacífica de la
crisis abierta entonces en Kosovo y, en segundo lugar, promover la
estabilidad y la seguridad de los vecinos de la zona, con especial
énfasis en Albania, por un lado, y en la antigua república yugoslava
de Macedonia, por el otro.

Con el fin de enviar un mensaje claro, los aliados, el mismo día 7 de
octubre pasado, aprobamos el plan de operaciones que incluía dos
operaciones, ambas aéreas, una se denominaba Operación aérea
limitada, la otra, Operación aérea por fases, y el subsiguiente día
13 de octubre autorizamos también en el Consejo del Atlántico Norte
al Saceur, al comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa,
para emitir la orden de activación para la operación que habíamos
autorizado, así como para la ejecución de ejercicios de vigilancia y
reconocimiento.




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En ese mismo momento, señorías, la sola posibilidad de que la OTAN
actuara militarmente bastó para que tan pronto como el 15 de octubre
Belgrado aceptase una misión de vigilancia aérea por parte de la
Alianza y, tras la resolución 1.023 del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, del 24 del mismo mes, aceptase también el
establecimiento de una misión de verificación a cargo de la OSCE.

Paralelamente, el 25 de octubre, Serbia se comprometió también ante
el enviado especial de los Estados Unidos, Richard Holbrooke, a la
retirada de sus fuerzas hasta los niveles previos a febrero de 1998,
cuando comenzó la campaña de hostigamiento y de represión. Por tanto,
sólo un mensaje enviado por la Alianza de disponibilidad a utilizar
sus medios produjo un efecto disuasivo que llevó a aceptar estos tres
compromisos a la parte Serbia. Desdichadamente, el compromiso no fue
cumplido.

Por ello, la OTAN el 30 de enero pasado reiteró al presidente
Milosevic que actuaría si seguía vulnerando sus compromisos
aceptados, y ese día, el 30 de enero, todas las partes envueltas en
el conflicto fueron informadas de que antes del 20 de febrero
deberían concluir un acuerdo político que dirimiera sus diferencias.

Recordarán, señorías, que por aquellos días era un continuo goteo la
violación repetida de derechos humanos, los asaltos a poblaciones en
Kosovo, las muertes y los desplazamientos de población.

Con ese espíritu, propiciado por la Alianza, se iniciaron las
conversaciones en la ciudad francesa de Rambouillet que acabaron
finalmente, y tras varios retrasos y consiguientes prórrogas, con la
firma el día 12 de este mismo mes de marzo, hace por tanto menos de
quince días, de un acuerdo para Kosovo, pero como saben SS.SS. este
acuerdo sólo lo firmó la delegación albanokosovar, siendo rechazado,
hasta el día de hoy, por la parte serbia.

La presión internacional sobre Belgrado para que aceptase el plan de
pacificación no se ha detenido desde entonces. Sin embargo, en las
últimas semanas las autoridades serbias han incrementado sus acciones
represivas sobre el terreno, causando más víctimas y miles de nuevos
desplazados. Se calcula que en los últimos cinco días existen más de
20.000 desplazados más. En definitiva, el presidente Milosevic volvía
a dejar claro que sus tácticas dilatorias ante la comunidad
internacional sólo escondían una voluntad de continuar con su
política de represión y de violencia sobre los albanokosovares.

Un último esfuerzo diplomático lo condujo de nuevo Richard Ho1brooke,
que se entrevistó en Belgrado con el propio Milosevic el pasado
lunes, a quien transmitió un claro mensaje: era necesaria la firma
del acuerdo de Rambouillet así como la presencia de una fuerza
internacional de implementación en Kosovo y, por otra parte, se
reiteraba que debía volver a cumplir el acuerdo del 25 de octubre,
que les recuerdo era el que pedía que se redujeran los niveles de
fuerzas de su ejército y de la policía especial a los existentes en
febrero de 1998. Además, se reiteraba la exigencia de un inmediato y
total alto el fuego.

La respuesta de Milosevic fue la habitual. Es más, según todas las
informaciones, hasta anteayer mismo, miércoles, las fuerzas serbias
han continuado castigando aldeas en los alrededores de Podujevo, de
Srbica y de Komorane, elevando ya el número de desplazados, según
fuentes del Alto Comisionado para los refugiados de las Naciones Unidas,
a una cuarta parte de la población total de Kosovo, un 25 por
ciento.

En consecuencia, y tras evacuar las consultas pertinentes, el
secretario general de la Alianza, en quien el Consejo Atlántico había
delegado el poder adoptar una decisión el citado día 30 de enero,
solicitó del comandante supremo aliado en Europa, del Saceur, general
Clark, el martes pasado el inicio de las operaciones que, como SS.SS.

saben, comenzaron la tarde-noche del miércoles pasado y, por tanto,
hace menos de cuarenta y ocho horas.

El objetivo de la intervención aliada es doble: por un lado, detener
la violencia, las acciones represivas a las que me acabo de referir,
en Kosovo, y promover que se llegue a un acuerdo en la región,
reduciendo la capacidad militar y de las fuerzas de seguridad
yugoslavas para reprimir a la población albanokosovar, de modo que se
pudiera evitar la catástrofe humanitaria.

Todos los países de la Alianza respaldamos la decisión de realizar
operaciones aéreas. Somos conscientes de los riesgos de la acción,
pero todos estamos convencidos de que la inactividad acarrearía, no
ya sólo el descrédito que empezaba a aparecer en algunos medios, sino
mayores peligros, mayores daños, mayores perjuicios en términos de
sufrimiento humano, y también mayores amenazas a la estabilidad
regional.

Con esta orden, las fuerzas a disposición de la Alianza están
concentradas en suprimir los sistemas e instalaciones militares de
modo que se disminuyan las capacidades bélicas del ejército y de la
policía especial yugoslava. Las fuerzas aliadas, como es lógico,
también desarrollan misiones de autoprotección y supresión de las
defensas antiaéreas yugoslavas. No podemos, repito, ni olvidar ni
despreciar que cualquier acción militar en un ambiente hostil
conlleva riesgo.

En las operaciones están participando más de 300 aviones aliados, de
los cuales más de 200 son aviones de combate, pertenecientes a once
países de la Alianza. Cada uno aporta un número diferente de aviones,
según sus disponibilidades, pero lo que creo que es importante,
señorías, es subrayar la voluntad común aliada, la voluntad
compartida por todos sobre la necesidad de resolver el problema y
sobre la necesidad de acudir al recurso militar para forzar -y esto
es clave- una salida política al conflicto. Lo que se está
intentando, ya que no ha sido posible la disuasión, es que con la
acción se alcance un acuerdo político que ponga fin a la situación
dramática que estamos viviendo.

Por tanto, el fin no es ni conducir una guerra contra Milosevic ni
castigar; no es una operación de represalia ni es una operación de
castigo ; repito que, lo que se está buscando es crear las salidas
para que sea posible una solución política a Kosovo y a la zona, cuya
paz y cuya estabilidad han sido sistemáticamente puestas en peligro
por los dirigentes de Belgrado.

Como dijo el miércoles, anteayer, el secretario general de las
Naciones Unidas, Kofi Annan, y cito literalmente, en ocasiones el uso
de la fuerza queda legitimado cuando lo que se persigue es la paz. El
Gobierno español ha sido plenamente consciente de la tragedia que se
vive en los Balcanes y de sus posibles implicaciones humanitarias,
políticas y estratégicas, a corto y a medio plazo. Como nación, lo
hemos demostrado sobradamente con nuestra presencia en



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Bosnia-Herzegovina y en otros territorios de la antigua Yugoslavia.

Como les decía, señorías, el pasado 6 de octubre el ministro de
Asuntos Exteriores y yo les expusimos nuestras preocupaciones por la
gravísima situación que se estaba fraguando en Kosovo. El secretario
de Estado de Asuntos Exteriores, don Ramón de Miguel, compareció en
esta Cámara el 10 de febrero y también les dio cuenta de las
dificultades que los serbios estaban poniendo para una salida
diplomática a la crisis, que seguía agravándose sobre el terreno.

Hoy, señorías, he venido aquí para exponerles estas razones que han
llevado al Gobierno a asumir sus compromisos con la comunidad
internacional. En primer lugar, con nuestros aliados de la OTAN, en
donde hemos llegado a la conclusión común, como he repetido
reiteradamente, de que no hacer nada por temor a los riesgos era
mucho más peligroso, más lesivo y mucho más dañino que actuar.

Siguiendo los procedimientos OTAN, el Gobierno español puso a
disposición del mando aliado los medios que estaban desde el año 1995
destacados en Aviano, es decir, cuatro aviones de combate y un avión
cisterna, que son los que han participado en las acciones estas dos
noches pasadas.

En segundo lugar, existía, y queríamos cumplir, un compromiso moral
con nosotros mismos como sociedad europea y civilizada que no puede
quedarse inerme ante los horrores que se están cometiendo en las
puertas de Europa, por no decir en la propia Europa; horrores que no
les voy a reiterar aquí, pero que hacen referencia no sólo a
violaciones gravísimas y sistemáticas de derechos humanos, sino que
están dando lugar a una situación de verdadera catástrofe
humanitaria.

Señor presidente, señorías, no hace aún 48 horas desde el arranque de
las acciones aliadas; acciones que son la culminación de un largo
proceso que arranca tan atrás como 1989 y que se agrava, como hemos
expuesto en esta Cámara, progresivamente desde marzo del año pasado.

El día 6 de octubre citado, esta Comisión dio un apoyo mayoritario
a los planteamientos que nos hacíamos para forzar una salida
diplomática a la crisis kosovar, incluyendo, como recordarán, la
posibilidad de tener que recurrir al uso de la fuerza. En esos
momentos creíamos que el recurso a la amenaza del uso de la fuerza
podría bastar; como les he relatado, dio unos resultados pero no ha
sido suficiente por más advertencias que se le han hecho al
presidente Milosevic. Entonces considerábamos que ante una crisis
humanitaria de las dimensiones que estábamos viviendo, sería deseable
una resolución, un mandato del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, pero no imprescindible, pues, como se ha expuesto
reiteradamente, la división existente en el citado Consejo de
Seguridad no nos podía servir de justificación de la parálisis ante
la masacre y el terror. Estoy convencido de que esa consideración
sigue siendo válida hoy; nuestro objetivo, reitero, es detener la
violencia en Kosovo y buscar un plan de paz que garantice la
estabilidad y la seguridad en la zona para todos y sin exclusiones.

En cuanto a las operaciones concretas llevadas a cabo por las fuerzas
de la Alianza, tan sólo puedo decirles que la noche del 24 al 25, es
decir, anteayer, se realizaron más de 100 salidas de aviones y se
lanzaron misiles de crucero desde buques y desde aeronaves, se
alcanzaron la mayoría
de los objetivos militares previstos, se abatieron tres aviones MIG-
29 Fulcrum, de la fuerza aérea yugoslava, y que todos los aviones
aliados regresaron a sus bases sin novedad. España contribuyó a las
acciones con dos F-18 y un avión cisterna. Puedo decir que no sólo
regresaron sanos y salvos a la hora prevista sino que además se
confirmó la destrucción de los objetivos militares que tenían
asignados. En esta noche última se continuaron las acciones sobre el
mismo tipo de objetivo, también objetivos militares, no produciéndose
derribos de aviones aliados ni de yugoslavos. Esta noche pasada,
España aportó dos aviones; el cisterna no fue requerido.

En resumen, y para terminar, señor presidente, señorías, estamos
seguros de que con las acciones aliadas no sólo estamos logrando
reducir las capacidades represivas de las fuerzas serbias, sino que
estaremos convenciendo a Milosevic de nuestra voluntad real, hasta el
extremo de tener que asumir los riesgos de una acción armada en el
compromiso con el pueblo kosovar, de la paz y la estabilidad en los
Balcanes. En definitiva, pensamos que, aunque desdichadamente ha sido
necesario el uso de la fuerza, este uso de la fuerza puede hacer que
Milosevic y Be1grado, por primera vez, se avengan a razones.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida, tiene la palabra el señor Meyer.




El señor MEYER PLEITE: Voy a intentar explicar la rabia e indignación
que tiene el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida por esta
situación en la que nos ha metido el Gobierno, en una acción de
guerra; una acción de guerra en la que esta Cámara de representantes
ha estado totalmente ausente de su decisión, de su conocimiento
previo, dando la sensación de que el Partido Popular y el presidente
Aznar entienden que esta Cámara es un edificio donde, al parecer, hay
una serie de personas, charlatanes, cuyo único objetivo de estar aquí
es hablar de lo divino y de lo humano pero no controlar y no tomar en
sus manos una decisión tan trascendental para un país como es decidir
si se participa en una guerra o no. Señor ministro, creo que el señor
Aznar se ha comportado como una persona con miedo, con falta de
capacidad para razonar y convencer, tal vez porque hay muy poca base
para convencer de esta acción irresponsable, que significa un salto
atrás en la civilización a favor de la barbarie, y una acción que yo
calificaría de absolutamente ilegal, desde el punto de vista de la
Carta de Naciones Unidas, desde el punto de vista de la Constitución
española y desde el punto de vista de la resolución aprobada por
unanimidad por esta Cámara; Cámara en la que, recuerdo a SS.SS, y a
usted señor ministro, sigue residiendo la soberanía nacional y que,
en temas de trascendencia como este, la participación en una guerra
en Europa, esta Cámara nunca debió estar ausente, porque es lo mismo
que decir que el pueblo español no ha participado en esta decisión.

Señor ministro, ustedes han aprobado esa participación, vulnerando la
Carta de Naciones Unidas en su capítulo VII artículos 39, 40 y 42;
esta Carta de Naciones Unidas que tanto trabajo costó después de la I
y de la II Guerra mundial, para hacer residenciar en ella el uso y la
legitimación de la fuerza a través de su Consejo de Seguridad. Es el
único



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organismo internacional que está autorizado por el derecho
internacional para legitimar y resolver la paz en el mundo; costó
mucho, costó muchas vidas humanas, mucho sufrimiento, pero por lo
menos se consiguió residenciar esta capacidad en un órgano del mundo,
el Consejo de Seguridad. Ustedes han hecho saltar esta Carta por los
aires. Les recuerdo y les repito: capítulo VII, artículos 39, 40 y
42.

Señor ministro, vamos más cerca y a un asunto más grave: estamos ante
una guerra, es obvio, está claro. El artículo 63 de nuestra
Constitución, en su punto 3, plantea que ‘ al Rey corresponde, previa
autorización de las Cortes Generales (ni siquiera al Congreso, sino
Congreso y Senado), declarar la guerra y hacer la paz’. Esto es lo
que dice nuestra Carta Magna. Y, evidentemente, con su concepción de
la política y de las decisiones trascendentales, esta Constitución ha
saltado por los aires. ¿0 es que acaso, señor ministro, la
autorización en una guerra no es una materia trascendental para que
sean los representantes del pueblo español los que decidan si se va o
no se va y en qué condiciones? ¿Por qué no se nos ha dado esa
posibilidad, señor ministro? ¿Por qué no se nos ha dado la
posibilidad a los representantes del pueblo español de poder decidir,
de poder ser informados sobre esta acción? No se nos ha dado esa
posibilidad porque entiendo que ustedes han optado (esta es una
opción de política exterior más que de política de seguridad) por ser
sencillamente una especie de fax terminal de la Administración de los
Estados Unidos. Alos Estados Unidos les interesa tener una Europa
divida, débil. Los Estados Unidos no encaran los retos de la
seguridad internacional con honestidad, sin hipocresía; no hay buenos
y malos, no hay conflicto bueno o malo, no hay un tirano bueno y un
tirano malo, no hay personas desplazadas sin sufrimiento y con
sufrimiento. En estos momentos en el mundo hay cincuenta conflictos
territoriales y la mayoría de ellos no se conocen. Por todo el mundo
hay personas desplazadas, con dolor y la mayoría no se conocen. Muy
cerca de nosotros y muy cerca de nuestra responsabilidad, el pueblo
saharaui lleva mucho tiempo desplazado, pero no interesa. Han
dividido ustedes el mundo entre buenos y malos ¿Qué decir de
actuación de sus grandes aliados, los turcos, con el pueblo kurdo,
señor ministro, a los que por cierto, ustedes siguen enviando armas?,
Sin embargo, es aliado, es bueno. El pueblo kurdo sufre, pero el que
hace sufrir es un aliado.

Señor ministro, ustedes han optado con esta decisión ilegal e
ilegítima, por dar un salto atrás en la civilización. El mundo hasta
ahora tenía la posibilidad de un resguardo en la Carta de Naciones
Unidas, teníamos esa posibilidad, aunque lo criticábamos desde
Izquierda Unida, pero estábamos apostando por la reforma y la
reestructuración de Naciones Unidas para convertirlo en el órgano
democrático del mundo y ustedes han optado por todo lo contrario. E1
ataque a la República Federal Yugoslava es un ataque a Naciones
Unidas.

Usted ha informado sobre las declaraciones de su secretario general,
pero han sido parciales, señor ministro, no las ha hecho completas.

Dijo lo que usted ha repetido, pero añadió: Sigo planteando que el
único órgano internacional que puede decidir intervenir en ese
conflicto es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Luego, usted
no dice la verdad, dice una verdad incompleta, porque quieren llegar
a ese terreno, al terreno de hacer ver a la opinión pública
que la OTAN ha sustituido a Naciones Unidas y eso no es verdad. Lo
que han hecho ustedes con este conflicto es intentar enterrar el
derecho nacional, y desde esta fuerza modesta, desde estos dos
millones y pico de votantes que tenemos, no entramos en esa dinámica,
señor ministro,no solo no entramos, sino que hoy lo denunciamos con
rabia y con fuerza.

Lamento que la comparecencia que ha anunciado el presidente del
Gobierno para el martes no haya permitido tratar este tema en
solitario.Van agrupar todo en un paquete y vamos a hablar del aceite
y de la Agenda 2000 y de la guerra. ¿No obstante, qué le pasa a su
presidente, por qué está ausente de este debate, es que no tiene
argumentación suficiente para convencer a todos los españoles? Ya no
hablo de la Cámara, al pueblo español. Manden ustedes hacer una
encuesta al CIS, es una propuesta que les hago,con siguiente
pregunta:¿Está el pueblo español a favor de la participación española
con los F-18, los aviones, cisterna, en el bombardeo?, ¿si o no?
Mándela hacer, por favor,señor ministro y dénosla a conocer dentro de
tres o cuatro meses. Ahí veremos lo que opina el pueblo español, ese
pueblo español crítico con esa intervención y un presidente que lo
sabe y no quiere dar la cara en esta Cámara donde reside la
soberanía. Yo soy representante del pueblo español, modesto, y quiero
decidir cuándo mi país quiere estar en guerra y cuándo no. No se me
puede hurtar ese debate y el que hurta ese debate no está en la
trayectoria democrática de la que tanto hablan. Quiero participar,
quiero votar cuándo hay que manda y en qué condiciones hay que mandar
tropas internacionales.

Además, señor ministro, han echo saltar por los aires la Carta de
Naciones Unida, y la Constitución española; pero es que hay acuerdo
parlamentario, tomado por unanimidad el 22 de octubre de 1995, que
señalaba y tasaba con claridad cuáles son las condiciones para enviar
tropas en estos casos. Decimotercera (Un señor diputado pronuncia
palabras que no se perciben.), decimotercera, señor diputado del
Grupo Popular.




El señor PRESIDENTE: Señorías, por favor, señor Robles.




El señor MEYER PLEITE: La participación española (El señor Frutos
Gras: Que vaya él de voluntario.) en operaciones de paz se hará
siempre bajo la autoridad de las Naciones Unidas y por mandato de su
Consejo de Seguridad. Requerirá la existencia de un mandato que
defina claramente los objetivos políticos de la misión, los medios
necesarios para la consecución de los objetivos y el plazo previsto
para la operación. De manera, señor ministro, que ustedes al margen
del derecho internacional, al margen de la Constitución, al margen
del acuerdo de este Congreso, ante ustedes y por ustedes han decidido
la intervención. Esa magnífica, entre comillas, desgraciada decisión
no va a resolver lo fundamental: resolver el conflicto político
creado en Kosovo, el derecho a la autodeterminación. Eso es lo
fundamental y con ello este grupo político está de acuerdo, pero
ustedes no. Ustedes no están por el derecho de autodeterminación. No
me lo digan. No vayan a tener la osadía de decir que el Partido
Popular está a favor del derecho a la



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autodeterminación. Nosotros si, pero como es un problema político,
hay que resolverlo en el escenario político, a través de Naciones
Unidas, con la presión de Naciones Unidas y le pregunto si las pegas
que ponía el representante de la Federación Yugoslava al final de la
negociación para no firmar el acuerdo eran que estarían a favor de
que la verificación del acuerdo se diera a través de cascos azules de
Naciones Unidas y no de la OTAN. Se lo pregunto, es una información
que no tengo confirmada y quiero saber si ése fue el último punto en
el que la Federación Yugoslava planteó que estaba de acuerdo con la
autonomía plena para Kosovo, pero que la verificación se tendría que
hacer a través del mandato expreso del Consejo de Seguridad y de
cascos azules, no de tropa OTAN. Quiero saberlo para conocer de qué
estamos hablando.

Señor ministro, ustedes han conseguido algo increíble, en primer
lugar, reforzar a Milosevic. No hay ningún serbio en el mundo que en
estos momentos no esté reclamando y planteando con indignación lo que
están sufriendo, ni uno, hasta los jugadores de fútbol lo han hecho.




El señor PRESIDENTE: Señor Meyer, vaya terminando, por favor.




El señor MEYER PLEITE: Era imposible hacer de Milosevic una figura
que representa la dignidad de su pueblo. Han conseguido retrasar la
solución política de Kosovo y han conseguido algo peor, que han
vuelto con esa intervención al espíritu de la guerra fría; han
incrementado la inseguridad en el centro y este de Europa. Las
respuestas las sabe usted tan bien como yo: el Parlamento ucraniano
ha revocado su estatus de Estado no nuclear, la Federación Rusa se
plantea el despliegue de misiles atómicos en Bielorrusia y ha roto
cualquier ligazón con la OTAN. Por tanto, han retrasado aquel
objetivo que ustedes pretendían, y que nosotros denunciábamos como
imposible, alcanzar desde la OTAN un nuevo marco de seguridad
compartida en el continente europeo, que es el objetivo fundamental,
apostando por un nuevo concepto de seguridad, -no ser yo más seguro a
costa de tu inseguridad-, con un planteamiento de desnuclearización,
etcétera.

Con este salto atrás ustedes pretendían dar una bofetada a Milosevic
y se la están dando al pueblo yugoslavo. Así de sencillo. Voy a
concluir, señor ministro, pidiéndoles que decidan mañana mismo dar la
orden de repatriar a todos los profesionales oficiales, suboficiales,
tropa y marinería para que vuelva a casa, que lo decidan ya. Ésta es
la decisión que se debiera tomar de inmediato. Ésa no es nuestra
guerra, ésos no son nuestros métodos. El pueblo español no está por
esta guerra. De no hacerlo, me gustaría que los profesionales que
están allí, los pilotos, tropa y marinería reflexionaran. La mejor
noticia que podría recibir este grupo, es que objetaran.

Comprendo que para el Grupo Popular es muy difícil tragar lo de la
objeción de conciencia ni antes ni ahora ni después. (Rumores.-El
señor Frutos Gras: Les es muy difícil de tragar.-El señor Padilla
Carballada: Es un escándalo.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, por favor, señor Padilla.

El señor MEYER PLEITE: Decía que sería para mí una magnífica noticia
que esos profesionales se dieran cuenta del escenario en que están.

(EL señor Frutos Gras: Ni con el centro.) Desde este grupo político
vamos a seguir reclamando no ser charlatanes de esta Cámara, como
algunas de SS.SS. pretenden:que vengamos aquí no a decidir, sino a
ser informados. (Rumores)



El señor PRESIDENTE: Señor Meyer, le ruego, por favor, que cuide su
lenguaje parlamentario.

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: Señor ministro, hemos escuchado con atención
sus explicaciones y sus justificaciones, aunque nada nuevo ha
aportado y, sobre todo, nada que justifique la ausencia del Gobierno
en sede parlamentaria hasta el día de hoy, pues no es justificación
la presencia en la fecha ya lejana del 6 de octubre.

Nuestra presencia hoy aquí es consecuencia de la decisión de ordenar
y realizar ataques contra las capacidades militares serbias,
situación que desgraciadamente refleja el fracaso de los intensos
esfuerzos diplomáticos que ha realizado la comunidad internacional
para lograr un acuerdo que pusiera fin a la violencia y a las
masacres en Kosovo. También el fracaso de la política rusa, que no ha
conseguido convencer al presidente yugoslavo. Esta situación tiene un
único responsable, el señor Milosevic. Europa no puede asistir
impasible a un nuevo proceso de limpieza étnica, a una nueva
catástrofe humanitaria en territorio europeo. Por ello, apoyamos
claramente la decisión de la Alianza. Nos sentimos plenamente
solidarios y lo repetimos de nuevo con el secretario general de la
OTAN, el español Javier Solana, y con una decisión dolorosa pero
necesaria. Milosevic ha hecho inevitable la decisión de actuar. Ha
tenido tiempo y oportunidades. En Rambouillet se ha planteado por el
Grupo de contacto, con el respaldo de la Unión Europea, una fórmula
que garantizaba plenamente la integridad territorial de Serbia y
ofrecía al mismo tiempo a los kosovares una amplia autonomía, de la
que fueron privados arbitrariamente. Las acciones disuasorias no han
sido comprendidas. Las acciones diplomáticas no han sido bien
interpretadas. La actitud cerril de Milosevic ha hecho inevitable la
acción militar. Nadie puede decir con razón que no se ha dado tiempo
y oportunidades, que no se ha agotado la vía diplomática de la
negociación. La decisión de la acción militar no ha sido fácil.

Ninguna decisión de actuación militar lo es, pero aún más en un
territorio complejo como los Balcanes. Existe la tentación por parte
de algunos actores de la zona de hacer una lectura equivocada de la
acción, y ello, somos conscientes, crea preocupación en los propios
países balcánicos.

Señor ministro, una vez dicho esto, debemos manifestar nuestro
radical desacuerdo con la irresponsable política informativa del
Gobierno ante una decisión tan grave como la que se ha debido tomar,
que comporta no únicamente una posición política, sino también una
participación activa por parte de las Fuerzas Armadas españolas en la
acción militar. Nosotros la interpretamos como un gesto más de
desprecio a la ciudadanía y al Parlamento, a los que desgraciadamente
nos tiene acostumbrados el señor Aznar. Pero además, puede también
interpretarse como un reconocimiento



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de la creciente irrelevancia del Gobierno Aznar en política exterior
y, ¿por qué no? también un temor a asumir responsabilidades ante la
opinión pública española. Su comparecencia hoy en la Comisión de
Defensa si bien ha sido pedida por usted, lo ha sido ante la presión
de varios grupos parlamentarios, que anteriormente a su petición de
comparecencia han presentado iniciativas, y no puede sustituir en
modo alguno la convocatoria de un Pleno específico sobre la cuestión,
con la presencia del señor Aznar, petición que, como sabe, ha sido
presentada por el Grupo Socialista conjuntamente con el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida y el Grupo Mixto, petición
que sigue vigente. Es seguramente un buen momento para recordar los
antecedentes en nuestro Parlamento con las crisis de Irak y de
Bosnia.

Cuando se produce el ataque a Irak los días 16 y 17 de enero de 1990,
inmediatamente se constituye un gabinete de crisis, y el presidente
González convoca al día siguiente una rueda de prensa y al día
siguiente, 18, el presidente comparece ante el Pleno y, tras debate,
se aprueba una resolución de seis puntos. En los hechos de Bosnia en
1995 existe una información permanente del Gobierno socialista a la
opinión pública, repetidas comparecencias de los ministros de Asuntos
Exteriores y de Defensa a raíz de verse involucradas las fuerzas
terrestres y aéreas en el conflicto; actitud bien diferente a la que
ha tenido el Gobierno popular en este caso.

Usted ha expuesto en otros momentos, y algún otro miembro del
Gobierno, con veracidad, sus informaciones a los portavoces de los
grupos parlamentarios, pero no nos confundamos, una cosa es informar
particularmente a los grupos, actuación que agradecemos y al mismo
tiempo considerarnos lógica e imprescindible en una situación como la
actual, de sentido común, de buena educación y de cortesía del papel
del Parlamento en una democracia. Alguien podría pensar inocentemente
que sólo es una cuestión de formas, pero usted sabe bien, señor
ministro, que en democracia las formas también son contenido, y quien
en democracia no respeta las formas, también se burla de sus
contenidos. No exigimos nada extraño ni insólito. En el Reino Unido,
el primer ministro ha intervenido en el Parlamento y ante las cámaras
de televisión. En Alemania, el canciller se dirigió por televisión a
todos los ciudadanos. En Francia, su presidente también se ha
dirigido a los ciudadanos, y el primer ministro Jospin ha comparecido
esta mañana ante el Parlamento, no sin críticas por su retraso. En
Italia, el Gobierno informó a los diputados en dos ocasiones. En
Estados Unidos, el presidente se ha dirigido ya por tres veces, a
través de las cámaras de televisión, al pueblo americano. El señor
Aznar también tiene la obligación de hacerlo. Nuestro país no es un
simple espectador, sino actor, actor modesto, sí, pero que aporta
esfuerzos y recursos humanos y materiales. El Gobierno sabe que
cuenta con nuestro respaldo en la posición de apoyo a las acciones de
la Alianza, pero el Gobierno debe ser consciente de que nos hallamos
ante una situación especial, en la que además es posible que vengan
días y situaciones aún más difíciles y complejas. Por ello, necesita
asumir su responsabilidades ante la ciudadanía y ante el Parlamento.

Es necesario encontrar fórmulas para que el Parlamento asuma también
su responsabilidades y los grupos parlamentarios
expresen sus propias posiciones. No proponemos actuaciones
como la toma de decisiones previas por parte del Congreso, como en el
caso norteamericano donde por cierto.no han sido los congresistas
progresistas los que se han opuesto a las acciones militares, sino
los más conservadores, ya que el sistema de relaciones entre
Ejecutivo y Legislativo es distinto al sistema español. Pero sí
debemos habilitar mecanismos específicos que permitan que las
decisiones del Gobierno puedan ser contrastadas y debatidas de forma
ineludible en sede parlamentaria. Señor ministro, que el Gobierno sea
capaz de asumir la responsabilidad de sus decisiones ante la
ciudadanía y ante el Parlamento. Nuestro grupo las asume plenamente
en las coincidencias y en las divergencias con el Gobierno. Debemos
estar preparados para los siguientes pasos. La intervención militar
no es una finalidad en sí misma, es solamente un instrumento para
forzar los objetivos y los mecanismos políticos. Para ello es
necesario el máximo acuerdo de la comunidad internacional y el máximo
consenso en el arco parlamentario español. Actúen con responsabilidad
y obtendrán el mismo grado de responsabilidad de las fuerzas
políticas. Es su obligación. Es nuestro objetivo.

No queremos acabar nuestra intervención, señor presidente, sin
expresar nuestro firme apoyo a aquellos militares españoles que
participan en las operaciones y a todos aquellos que desde hace
tiempo están desplazados en la zona, apoyo que estoy seguro comparte
la totalidad de esta Comisión de Defensa.




El señor PRESIDENTE: El Grupo Parlamentario Mixto, autor de la
iniciativa que figura con el número 4 del orden del día, me ha
enviado un escrito pidiendo excusas por su imposibilidad material de
estar presente en esta sesión y me pide que traslade al señor
ministro sus excusas, lo que hago en este momento.

Tienen la palabra el resto de los grupos,i en primer lugar, por el
Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el señor
Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÉS: Nuestro grupo parlamentario no quiere
centrar el debate de esta tarde en los aspectos de la información del
Gobierno al conjunto de las fuerzas políticas y a los grupos
parlamentarios sobre la intervención aliada en Kosovo. Nos parece que
el Gobierno hubiese podido actuar manifiestamente mejor y ahorramos
parte de este debate, porque entendemos que en estas operaciones
Internacionales de alcance militar la búsqueda de las complicidades
con el conjunto de fuerzas políticas y con el conjunto de la sociedad
es tan importante como la propia actuación. Creo que todos somos
conscientes de que hemos iniciado unas semanas y unos días que van a
ser difíciles y que al conjunto de la opinión pública española
tendremos que explicarle seguramente decisiones difíciles. Eso va a
necesitar de un Gobierno que sea capaz de generar esas complicidades
y esa pedagogía sobre este tipo de actuaciones. Por lo tanto,
insistimos, se hubiese podido actuar bastante mejor y habernos
ahorrado parte del debate que hoy tenemos, que creo que es poco
pedagógico para el conjunto de la ciudadanía y que distrae a la
opinión públicade aquello que es esencial, que es la necesidad de
intervención



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aliada para imponer el respeto a los derechos humanos y el derecho a
la paz en los Balcanes.

En ese sentido, el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
expresa el pleno apoyo a la intervención aliada en Kosovo con el
objetivo de disminuir la capacidad militar de Serbia, y nos parece
que después del fracaso del proceso de negociación en Rambouillet
(París) esta era la única alternativa que le quedaba a la Alianza
Atlántica. Nos parece que la otra alternativa era la indiferencia
ante la sistemática vulneración de los derechos humanos, la
indiferencia ante la barbarie, la indiferencia ante el genocidio. Y
nos parece que plantear ahora el debate sobre el modelo de seguridad
en relación con el Consejo de Naciones Unidas es obviar un hecho
evidente: si esta operación hubiese dependido del acuerdo del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, hoy el Ejército serbio continuaría
campando a sus anchas en Kosovo, vulnerando los derechos humanos y
acabando con las vidas de civiles inocentes. Por tanto, no existe
posibilidad de contraponer la existencia o no existencia de un marco
de seguridad compartido a través de Naciones Unidas a esta operación.

Nos parece que son debates diferentes.

Es evidente que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
podría compartir muchas de las críticas que se han efectuado estos
días en relación con esta situación. Es evidente que respecto a la
situación en los Balcanes estamos ante una no política de Europa, la
no existencia de una política común de seguridad y de exteriores, la
no existencia de una política de prevención de conflictos, la no
existencia de una política basada en el derecho de injerencia cuando
dentro de las fronteras de un Estado se vulneran los derechos humanos
y también los derechos colectivos; en definitiva, la no existencia de
una política basada en la ética y en los derechos humanos.

Creo que esta intervención militar aliada es también el resultado del
fracaso de Europa y del conjunto de Estados occidentales desde 1989.

Mientras en 1991 se celebran conferencias internacionales en La Haya,
en Londres, en Nueva York y en Ginebra, Vukovar, Srebrenica, Zepa y
Sarajevo eran masacradas, y bajo la responsabilidad de los europeos
existe la memoria de los 300.000 muerto ocasionados durante la guerra
de Bosnia; o el mismo drama de Kosovo y el señor ministro lo ha
recordado en su intervención que se viene arrastrando desde 1989, y
aceptamos dejar sola a la presidencia del líder pacifista Rugova, que
durante la guerra de Bosnia y durante los acuerdos de Dayton defendía
la necesidad de incorporar Kosovo al paquete pactado en Dayton. En
aquel momento entendimos, porque parecía que era un elemento de
estabilidad, que Kosovo no se incorporara a la agenda de Dayton. Hay
ahí hay un fracaso de Europa, de la Unión Europea, de la Alianza
Atlántica y de Estados Unidos. Creo que al mismo tiempo que damos
apoyo al Gobierno en esta intervención, que damos apoyo al conjunto
de los aliados y mostramos nuestro apoyo y nuestra solidaridad a los
profesionales que participan en esta operación, también debemos decir
en esta Cámara que con esta intervención militar, con la llegada de
la guerra se pone de manifiesto el fin de la política, la no
existencia de una política en esta materia. Por tanto, hoy no podemos
sentimos ni contentos ni satisfechos por haber llegado a este punto.

Hemos de esperar que esta intervención
militar sirva para imponer la paz en los Balcanes, y eso
seguramente, señor ministro, va a pasar por cuestiones que hoy no
creo que tengamos tiempo de debatir en esta sesión de la Comisión de
Defensa -y no sé si es esta la Comisión que debe debatirlas-, pero es
evidente que la paz en los Balcanes tendrá lugar también el día en
que Milosevic y los criminales de guerra de los Balcanes terminen
juzgados por un tribunal internacional, tendrá lugar el día en que se
reconozcan los derechos colectivos de los pueblos que configuraban la
antigua Yugoslavia y el día en que sepamos organizar un sistema
político que, defendiendo los derechos colectivos, también encuentre
el encaje para la defensa de los derechos de las minorías.

Afrontamos esta intervención con evidentes riesgos: los riesgos
humanitarios, las oleadas de refugiados que previsiblemente entrarán
en Albania, en Italia, en Macedonia, con el riesgo de inestabilidad
en la región; las repercusiones que puede haber en las relaciones con
Rusia y las complicaciones, previsiblemente militares, que se nos
pueden plantear.

Aquí se plantea al conjunto de la sociedad occidental un debate de
fondo que vaya más allá de algunos discursos que a veces todos
practicamos, quizá excesivamente vacíos y quizá excesivamente
cínicos, como son nuestras obligaciones como ciudadanos de una
sociedad opulenta y de bienestar en la que todos somos capaces de
reivindicar nuestros derechos, pero muy pocas veces de cumplir
nuestras obligaciones.

Seguramente el debate que se nos va a plantear es si alguien de
Europa está dispuesto a morir por Kosovo. Creo que el debate que
flota en el aire es si llegamos a la conclusión de que, por nuestra
dignidad colectiva, por el modelo de sociedad que decimos defender,
por los derechos que decimos que impulsan nuestras políticas, por
nuestros valores por estas ideas, por estos principios, somos capaces
de morir.

Este es el debate que se nos plantea. No es el debate que esta tarde
tenemos que resolver, pero para afrontar este debate desde la
dignidad, desde la complicidad, desde el convencimiento, pedimos al
Gobierno que busque el apoyo de los grupos parlamentarios y de la
sociedad y evitar así que nos encontremos con una comparecencia
pedida en extraña circunstancias.

En este sentido, el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió)
va a continuar apoyando al Gobierno en esta política de firmeza en la
escena internacional en relación con nuestros aliados y con el
convencimiento de que hoy la paz pasa por el uso legítimo de la
violencia por parte de los aliados en los Balcanes.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Señorías, señor ministro, en
primer lugar agradecemos la comparecencia del señor ministro de
Defensa esta tarde aquí.

El Grupo Parlamentario Popular quiere hacer un repaso de los
acontecimientos que se han derivado, sobre todo en comparación con
otras actuaciones que ha tenido el grupoparlamentario no sólo dando
sostenimiento al Gobierno de



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la nación, sino también cuando, con una gran responsabilidad,
ejercíamos como oposición de otros gobiernos.

Aquí se ha celebrado una comparecencia conjunta, el martes 6 de
octubre del año 1998, de los ministros de Asuntos Exteriores y de
Defensa. Ha habido reiterados contactos tanto del ministro de Defensa
como del ministro de Asuntos Exteriores con los portavoces
parlamentarios para mantenerlos puntualmente informados de las
acciones que se pudieran tomar en determinadas actuaciones, incluso
de aquellas que no llegaron a adoptarse, y recuerdo bien las
anteriores a las pasadas navidades. Ha comparecido el secretario de
Estado de Asuntos Exteriores en febrero de este año. Hay
declaraciones públicas sobradas del presidente del Gobierno, de los
ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa. Hay una declaración de
la Unión Europea manifestando su postura común del pasado 20 de
marzo. Hay una reunión del Consejo de Ministros del pasado día 26 de
febrero, en la que se adoptan una serie de medidas ante la posible
intervención española en la crisis de los Balcanes, se informa a Su
Majestad el Rey en una Junta de Defensa Nacional sobre los planes del
Gobierno al respecto y hay una declaración del presidente del
Gobierno exactamente la noche en que se tomo la decisión por la
Secretaría General de la Alianza Atlántica de iniciar los ataques en
la antigua Yugoslavia.

Yo creo que si ha habido algo ha sido información por parte del
Gobierno, pero será a partir de este momento, cuando ha empezado el
conflicto, el enfrentamiento cuando la información deberá ser y estoy
seguro de que lo será, mucho más fluida. El señor portavoz del Grupo
Socialista nos ha recordado cuáles eran las actuaciones del Gobierno
socialista en la crisis de Irak en el año 1991 y en la crisis de
Bosnia. Nos ha informado bien, pero lo ha hecho a raíz de verse
involucrado, como él mismo ha dicho, en estas dos actuaciones. No nos
ha informado y no vamos a pedir cuentas de cuáles eran las
actuaciones del Gobierno del Partido Socialista en aquella época.

Baste recordar que nunca antes ningún Gobierno había dado pruebas de
tanta celeridad para comparecer en plena conduccion de las
operaciones como en este momento.

Recuerden que durante los ataques aéreos sobre Bosnia- Herzegovina,
en los que España participó activamente, las primeras acciones se
produjeron a mediados de mayo del año 1995 y la intervención del
Gobierno en el Congreso, a petición expresa del Grupo Parlamentario
Popular y de Izquierda Unida -no ha petición propia, como en este
momento- tuvo lugar en la segunda semana del mes de junio. Es más,
con motivo de la operación sostenida a partir del 31 de agosto de ese
mismo año y que se prolongó durante 11 días, la petición de
comparecencia promovida por el Grupo Parlamentario Popular no se
materializó hasta el 22 de noviembre, esto es tres meses más tarde de
iniciadas las operaciones. No fue distinto con la Guerra del Golfo.

Es más, la primera sesión informativa una vez abiertas las
hostilidades fue una comparecencia conjunta de los ministros de
Asuntos Exteriores y de Defensa el 31 de enero, casi dos semanas
después del día D. Y peor aún, en dicha sesión no se informó de la
contribución que el Gobierno español estaba haciendo al aportar para
misiones de ataque de los B-52 las bases españolas. Mucho peor aún,
ese mismo día pero por la
tarde,el pueblo español se enteró por boca de John Major, en sesión
parlamentaria, sí, pero del Parlamento británico, que había B-52
operando desde Morón; y al día siguiente, por la CNN. (Rumores.-El
señor Sanjuán de la Rocha; Estamos hablando de otra guerra!.-Un señor
diputado:¡Está apoyando al Gobierno, no criticando a la oposición!)



El señor PRESIDENTE: Señorías, por favor. Señor Sanjuán.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Señor presidente, lamento
mucho que estas referencias molesten a determinados grupos políticos.

Por algo será. Las he hecho porque a continuación leeré algunos
párrafos que quizá ayuden a introducir algo de racionalidad y de
sentido común en el grupo mayoritario de la oposición (Rumores. El
señor Sanjuán de la Rocha: ¡Por supuesto! La Señora Sánchez López:¡
Pero qué dice!)



Señor presidente, el Grupo Parlamentario Popular lamenta que se haya
llegado a esta situación en Kosovo, en los Balcanes, y experimenta un
sentimiento de frustración porque no se hayan podido consolidar los
acuerdos de Rambouillet y que, una vez que se han aceptado por parte
de los kosovares las medidas que se recogían, como la renuncia a la
independencia, la disolución de la guerrilla o el mantenimiento de la
integridad territorial de Serbia, el líder serbio señor Milosevic ni
siquiera se haya dignado llegar a algún acuerdo, a paralizar las
hostilidades ante Kosovo -como se veía recientemente con la salida de
los observadores de la OSCE- aprovechando para realizar una gran
ofensiva de Belgrado sobre Kosovo.

El Grupo Parlamentario Popular lamenta que se haya llegado a esta
situación. Pero, de acuerdo con la declaración del presidente del
Gobierno realizada en Berlín -creo que unánime de todos los países
occidentales de la comunidad internacional- lo que está perfectamente
claro es que si alguien ha provocado esta situación no es otro que el
líder Milosevic, y también está claro que ha habido unaauténtica
masacre en el pueblo kosovar y que hasta este momento no se había
tomado ninguna decisión por parte de la Alianza Atlántica. El Grupo
Parlamentario Popular respalda la actuación del Gobierno español y
respalda y apoya en este momento, cuando creo que es necesario, a
otro español que está tomando decisiones realmente trascendentes en
la vida de Europa como es el secretario general de la Alianza
Atlántica, señor Solana.

Se han dicho esta tarde aquí frases y palabras muy duras y como grupo
parlamentario que respalda al Gobierno, sin entrar en el fondo de
ellas, cuando menos me veo obligado a puntualizar algunas cuestiones.

Hay quien habla de rabia e indignación porque el Gobierno nos ha
metido en una acción de guerra sin informar a la Cámara; y se habla
con toda claridad de que ha sido una acción irresponsable -
probablemente lo responsable hubiera sido continuar manteniendo ese
genocidio y esa limpieza étnica que todos conocemos a través de los
medios y una acción ilegal, y para decirlo se basan en que no está
sostenida en resoluciones de las Naciones Unidas.




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Pero hay algunos datos que no por manidos deben quedar en el olvido,
señor presidente, señor ministro, señorías porque hay grupos
políticos que ni siquiera con resoluciones de Naciones Unidas han
apoyado a ningún Gobierno en ningún momento. Baste recordar que el 18
de enero de 1991, con el respaldo de todos los grupos políticos de la
Cámara y el voto en contra de los 14 diputados de Izquierda Unida,
salió adelante el respaldo de todo el Congreso de los Diputados al
Gobierno español, socialista en aquel entonces, para llevar a efecto
la misión española cuando Irak invadió Kuwait. Da la casualidad de
que en el marco de Naciones Unidas y en cumplimiento de esas
resoluciones todos los grupos parlamentarios respaldaron al Gobierno
a excepción del mismo que hoy, basándose en algo que no cumplió hace
años, dice que por no tenerlo tampoco va a apoyar al Gobierno. Es
realmente lamentable porque yo estoy convencido de que Izquierda
Unida ni con resoluciones de Naciones Unidas, como hemos visto en el
año 1991, ni sin resoluciones de Naciones Unidas en este año 1999,
respaldará jamás ninguna acción del mundo democrático occidental en
contra de los dictadores esparcidos por el mundo. El señor Robles
Fraga:¡ muy bien! Esta es la auténtica realidad o, por lo menos, lo
que se desprende de lo que hasta este momento se ha dicho. (El señor
Frutos Gras: ¡Turquía,Turquía!)



El señor PRESIDENTE: Señor Frutos, por favor.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Cuando el Grupo de Izquierda
Unida quiera hablar sobre Turquía, sobre la masacre de los kurdos o
sobre cualquiera de los temas que le preocupan, no tiene más que
solicitar la comparecencia del Gobierno en esta Cámara. Lo que no se
puede hacer es hablar permanentemente de farol como si estuviéramos
jugando al mus y no pedir jamás una comparecencia del Gobierno para
hablar de esos temas ni en el Congreso ni en el Senado. Menos
faroles, más actuación, y hablemos aquí de lo que ustedes quieran
porque el Reglamento de la Cámara es exactamente igual para todos los
grupos políticos. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) En cuanto al
incumplimiento del artículo 63.3 de la Constitución, que habla de la
declaración de guerra y hacer la paz, tengo que decir que ustedes se
equivocan nuevamente porque si desde el año 1988 ó 1989 España ha
participado en misiones de paz -de las que después hablaremos-, en
misiones de pacificación, lo que sí está claro es que no ha hecho de
manera unilateral ninguna declaración de guerra absolutamente a
nadie.

Simplemente, en un contingente internacional, el de la Alianza
Atlántica, ha prestado apoyo a una unidad multinacional para tratar
de resolver un conflicto que es conocido por todo aunque algunos
cierren los ojos ante la realidad de lo que allí pasa. Y en cuanto a
la resolución de la Cámara, hay que decir que no se han leído el
título del punto 13, que se refiere a las operaciones de
mantenimiento de la paz. En este momento, y no lo digo por utilizar
un vocabulario que sea de rechazo al Grupo de Izquierda Unida,sino
que es el que realmente se utiliza ahora en el mundo internacional,
no estamos en una operación de peace keeping, es decir, de guardar la
paz, de mantenimiento de la paz, sino que estamos en una de las
llamadas misiones de peace making, de
hacer la paz, en un lugar en donde repito se están conculcando los
derechos humanos, se está produciendo una limpieza étnica y una
masacre a la que yo creo que absolutamente nadie es ajeno en estos
momentos, excepto el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida.

(Un señor diputado: ¡Muy bien!) Por último, señor presidente, en
cuanto a la acusación de que nosotros sabemos dónde estamos pero
ustedes no saben dónde están, yo tengo que decir muy claramente que
si algo se demuestra esta tarde es que todos los grupos que hemos
intervenido hasta ahora sabemos dónde estamos.

Todos los grupos que estamos en este momento sabemos que estamos
apoyando través de la Alianza Atlántica a la comunidad internacional,
a los países democráticos occidentales para el restablecimiento de la
paz en un pueblo, en una región que se está pretendiendo humillar; lo
que no sabemos en este momento, porque nunca lo han dicho, así como
tampoco cuáles son sus soluciones para resolver esta crisis, es cuál
es la postura de Izquierda Unida. Criticar es muy fácil, predicar es
muy fácil, dar trigo es muy complicado. En el momento en que el señor
Meyer aporte a esta Cámara,conocidas ya las posturas de todos los
grupos mayoritarios, cuál es la suya, cuál es la propuesta que
realiza para la resolución de este conflicto,estaremos en condiciones
de poder afirmar lo que usted ha dicho, que sabe donde estarnos
nosotros, pero ninguno de nosotros sabemos donde se encuentra
Izquierda Unida en este momento.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Sí señor presidente.

El Gobierno no ha estado ausente de la sede parlamentaria y esto está
perfectamente claro viéndose los boletines oficiales de las Cortes,
las declaraciones que se han realizado y todas las comparecencias que
se han querido mantener. Si hubiera, querido que el Gobierno hubiese
comparecido con mayor celeridad esta misma semana para hablar del
problema que actualmente tenemos, probablemente podrían haber
reformado el Reglamento de la Cámara cuando tenían mayoría absoluta
suficiente para haberlo hecho, pero el Reglamento que tenemos en este
momento es el que rige en la Mesa de la Cámara. (Rumores) Ustedes han
hablado de irresponsabilidad política e informativa de este Gobierno,
pero a la vez han recordado lo que su Gobierno hizo en Irak y en
Bosnia y por eso yo me he referido a ello, a raíz de haberse iniciado
los conflictos existentes y llaman al sentido común y a la
responsabilidad. Simplemente voy a terminar, señor presidente, con
unas palabras que decía un diputado nacional: La posición del grupo
Parlamentario es bien conocida. El Grupo Parlamentario Popular ha
dicho que estábamos ante cuestiones de principio y no ante cuestiones
ideológicas o partidistas. Desde el primer momento hemos creído como
el que más en la necesidad de conseguir y alcanzar la paz. Hemos
apoyado y apoyamos las decisiones adoptadas por el Gobierno de la
nación, que ha sabido, sabe y supo desde el primer momento que cuenta
con nuestro respaldo, especialmente en dos órdenes de iniciativas,
las tendentes a conseguir una solución pacífica y las que han
resultado ya inevitables para



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restablecer el orden jurídico violado. De ambas se desprende
a nuestro juicio el interés de España y de los españoles, y por eso
ciertamente esa manifestación de apoyo va más allá que la
manifestación de apoyo a la política de fondo concreta de un Gobierno
porque está muy por encima de lo que es la lucha política ordinaria.

En esa línea ha estado y está nuestra posición desde el mismo
comienzo de la crisis, aunque no siempre se haya informado de todo.

Estas eran las palabras que pronunció un diputado del Partido
Popular, el 18 de enero de 1991 en el Pleno del Congreso de los
Diputados, que hoy es el presidente del Gobierno, antes era el líder
de la oposición y con este respeto hablaba al presidente del Gobierno
socialista, que con los antecedentes que he mencionado de
comparecencias parlamentarias respaldaba sin fisuras la actuación de
un gobierno. (Rumores.) Esto es responsabilidad, esto es sentido
común y esto es sentido de Estado en un momento en que se requiere
sentido de Estado. (El señor Puig i Olive: ¡Es un provocador!- Un
señor diputado: ¡Quiere leña!) Termino, señor presidente. Sin ninguna
duda, señor presidente, señor ministro, nosotros apoyamos la acción
del Gobierno y sobre todo su cooperación en la Alianza Atlántica, de
la que no olvidemos somos miembros de pleno derecho por el apoyo
inmensamente mayoritario del Congreso de los Diputados. Estamos
convencidos de que si alguien tiene en su mano el poder paralizar
esta crisis no es la comunidad internacional, que podría haber caído
en el ridículo de amagar y no dar, sino el señor Milosevic, que se
siente a negociar y respete los acuerdos que se han venido adoptando
por todos los mediadores internacionales al respecto. Desde luego,
este grupo parlamentario tiene claro que respalda a este Gobierno
como respaldó al Gobierno del Partido Socialista, y no respalda a
este Gobierno porque haya ningún líder ni respaldaba al socialista
porque hubiera ningún secretario general del Partido Popular o de
otro partido político al frente de la Alianza Atlántica, lo
apoyábamos, con todas las consecuencias sin que al frente de la
Alianza Atlántica, hubiera ningún español, cuestión sobre la que yo
dudo en este momento de la nobleza de algunos grupos políticos a la
hora de plantear su apoyo al Gobierno. (Rumores.- Un señor diputado:
¡Que provocador!) El Grupo Parlamentario Popular apoya al Gobierno en
sus resoluciones, apoya a la Alianza Atlántica, expresa su
solidaridad con el señor Solana, secretario general de la OTAN, por
las decisiones tan difíciles que está tomando en este momento y
respalda y apoya las acciones de los militares españoles que están
tomando parte en los últimos acontecimientos con los aviones
españoles que han participado en los últimos bombardeos que se han
producido. (Aplausos .-El señor Sáenz Cosculluela pide la palabra)



El señor PRESIDENTE: ¿A qué efectos solicita la palabra, señor Sáenz
Cosculluela?



El señor SÁENZ COSCULLUELA: Si me permite, señor presidente, quisiera
solicitarle respetuosamente que una vez expuestas las posiciones de
los grupos parlamentarios ofrezca usted la oportunidad, prevista en
el Reglamento, de que los diputados individualmente podamos formular
alguna pregunta.

El señor PRESIDENTE: Concretamente en esta sesión no está prevista
esa posibilidad, que existe reglamentariamente. El acuerdo lo tenía
que haber tomado la Mesa, por lo que sería preciso suspender la
sesión y que la misma tomara una decisión, En todo caso, de momento
va a intervenir el señor ministro, después voy a dar un breve turno
de réplica a los portavoces de los grupos y posteriormente la Mesa
atenderá la petición de su señoría.

Señor ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Señorías, lo primero que
quiero hacer es agradecer en nombre del Gobierno el apoyo claramente
mayoritario de los grupos a las actitudes, a la política y a la
acción del Gobierno en relación con la crisis de Kosovo. Se ha dicho
reiteradamente pero yo creo que es muy importante y supone una gran
satisfacción contar con este apoyo tan mayoritario de la Cámara en
una acción donde al fin y al cabo están embarcados intereses y
personas españolas en operaciones de hostilidad.

Señor presidente, una vez dicho esto, quisiera hacer algunas breves
referencias a las intervenciones de los distintos portavoces. En
primer lugar, quiero agradecer al portavoz de Izquierda Unida los
largos párrafos de condolencia que ha expresado con la tragedia del
pueblo kosovar, que realmente es la principal víctima de esta crisis.

He intentado explicar con amplitud cuál es la causa última, que es
remediar una catástrofe humanitaria en la que el 25 por ciento de un
pueblo no sólo está siendo sometido a humillaciones, vejaciones y
muertes en su caso, sino que se ve obligado a desplazarse o
refugiarse porque no puede vivir en su lugar de residencia.

Yo creo que se ha dado cumplida respuesta por parte del portavoz del
Grupo Popular al hecho de que el Gobierno no entiende que se haya
incumplido ni la Carta de las Naciones Unidad ni la Constitución
española ni la resolución del Parlamento de 1995. En todo caso,
quiero hacer una matización. Es sobradamente conocida la diferencia
entre una situación de guerra, de hecho y una situación de
declaración de guerra y sobradamente he explicado que las
declaraciones formales de guerra tienen más motivos domésticos de
posibilidad de movilización de todos los recursos nacionales que de
advertir de la ruptura de las hostilidades a una potencia extranjera.

En este caso, como he explicado lo que se ha puesto al servicio de la
Alianza no es la totalidad de las energías del pueblo español, sino
cinco aviones, una fragata y un petrolero que están en aguas del
Mediterráneo cercanas a la zona del conflicto.

Yo creo que la pregunta que ha formulado sobre la última propuesta
tenía truco, pero a pesar de eso la voy a responder: A sabiendas de
que el Consejo de Seguridad no adoptaría ninguna resolución, se
ofrece esa vía de salida; una vía de salida que en cinco días ha
obligado a marcharse de su casa a 20.000 personas, después de que se
han incrementado las acciones violentas y represivas contra la
población, sonaba a algo peor que a un sarcasmo, y a esa petición,
señoría, no se accedió.

Permítame, señor presidente, que no pueda compartir, porque me parece
realmente de mal gusto, la alusión a la objeción de conciencia de
unas mujeres y unos hombres



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españoles que están dispuestos a dar su vida de manera libre y
voluntaria.

Con todos los respetos, señoría, me parece de mal gusto hacer ese
tipo de apelaciones a gente que está viviendo los momentos de tensión
que se están viviendo.

Ha hecho repetidas alusiones a la modestia de su representación
parlamentaria. El ministro no quiere entrar ni salir en eso, pero
estoy absolutamente seguro de que el portavoz de Izquierda Unida es
perfectamente consciente de que en las democracias, además de las
formas y de los fondos, es esencial el respeto a las mayorías y creo
que esta vez, igual que el 6 de octubre, se obtuvo por el Gobierno un
respaldo generalizado del Parlamento. Comprendo que a S. S. le habría
gustado, como ha dicho, tomar parte en las decisiones y en los
debates. Esta vez no ha tenido sólo una ocasión de debatir, ha tenido
dos ocasiones por lo menos. A diferencia de otros conflictos
anteriores, con la crisis de Kosovo como he intentado explicar no nos
encontramos, como en el año 1991, ante un hecho consumado, la
invasión de un país por otro, sino que nos encontramos en una
situación de crisis que se arrastra desde hace muchos meses, por lo
que la dosis de sorpresa era mucho menor.

Espero que en su próximo viaje a Washington, el portavoz de Izquierda
Unida tenga oportunidad de exponer con claridad sus teorías a los
miembros del Departamento de Defensa americano.

Quisiera hacerle una referencia. A mi juicio, no se puede hablar de
construir Europa haciendo sistemático desprecio, sistemático caso
omiso a los acuerdos que toman todos los gobiernos democráticos
europeos de la Alianza. Me parece que hay algo más que una
contradicción. Todos los gobiernos europeos democráticos de la
Alianza lo respaldan. Decir que son unas simples terminales de fax
implica un desprecio a los países democráticos europeos incompatible
con la construcción de cualquier idea de una Europa democrática.

Paso a las observaciones realizadas por el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista. Cuando se ha referido claramente al apoyo y
a la solidaridad a la Alianza y a su Secretario General, estoy seguro
de que también incluía al Gobierno español y a sus actuaciones. En
ese sentido lo entiendo y lo agradezco.

Sobre la rapidez del debate parlamentario, sabe perfectamente S. S.

que en situaciones de guerra no es fácil muchas veces ver cuál es el
mejor momento para dar la opinión, entre otras razones porque ésta es
una crisis conducida y guiada por la Alianza y ningún país debe
adoptar políticas informativas distintas de las de la propia Alianza.

En todo caso, permítame S. S. que me felicite de que lo que estemos
discutiendo sea si la comparecencia se ha pedido un día antes o un
día después, que me felicite porque de lo que estamos hablando es de
hechos acaecidos anoche o anteanoche, no estamos hablando de semanas
ni de meses atrás. Si me permite, creo que la discrepancia sería más
de matiz que de fondo.

Creo que ha dicho muy bien que todas estas acciones son un
instrumento para forzar la consecución de objetivos políticos.

Agradezco también, como no podía ser menos, su referencia y la de
otros portavoces a la labor realizada por los hombres y mujeres de
nuestras Fuerzas Armadas.

Según mis noticias, sólo ha habido debate parlamentario hoy en el
Parlamento francés y antes en el Parlamento italiano; lo demás han
sido declaraciones ante los medios de comunicación, alguna de las
cuales también ha realizado el presidente Aznar. De manera que creo
que también aquí las diferencias serían mínimas.

Por lo que respecta al portavoz de Convergència i Unió, señor
Campuzano, quiero agradecer también su poyo a la actuación del
Gobierno, de la Alianza y de las Fuerzas Armadas españolas y reiterar
que ellos sí están dispuestos a dar la vida por España o por Europa,
como se está viendo en estos días.

Creo que tiene razón en el debate, que me parece de fondo. Es verdad
que no es esta la primera ni la única vez que se echa de menos una
labor europea conjunta más potente; es verdad, sobre todo a raíz de
la aparición del euro, que la debilidad en materia defensiva de
Europa es más clamorosa; es verdad que nunca puede ser eficaz la
disuasión si no es creíble; por último, es verdad que hoy Europa en
materia de defensa adolece de muchas capacidades, entre otras razones
porque todos los países europeos de la OTAN, todos juntos, que tienen
más del doble de efectivos que el ejército de los Estados Unidos, sin
embargo no alcanzan los dos tercios del presupuesto de defensa de
Estados Unidos. Quiero decir que una de las necesidades obvias para
que Europa pueda levantar su voz en materia de defensa es que tenga
una política más activa, si se me permite el eufemismo, una política
en la que pueda contarse con unos recursos suficientes para poder
hacer frente por sí misma a crisis como la que nos ocupa.

Por último, agradezco no sólo el apoyo sino también la argumentación,
de la que me ha exonerado, en cuanto a la política informativa y
parlamentaria del Gobierno.

Hay un par de frases que me parecen dignas de subrayar, que ésta es
una acción desdichada pero inevitable y, en segundo lugar, que hay
claramente un único responsable, el presidente Misolevic, y que en
sus manos está que puedan cesar con carácter inmediato las acciones
violentas. En el mismo momento en que se avenga a firmar los acuerdos
políticos, habrán terminado. Si se me permite la expresión, señor
presidente, buscar un responsable distinto es, literalmente, querer
buscar tres pies al gato. (El señor Meyer Pleite pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Meyer, un momento.




La Mesa, por mayoría, prefiere utilizar el cauce habitual de los
portavoces. Los diputados que quieran hacer alguna pregunta concreta
y escueta, como dice el reglamento, al señor ministro compareciente,
que lo hagan a través de sus portavoces, a los cuales voy a conceder,
a partir de ahora, un turno de cinco minutos.

Señor Meyer, tiene la palabra.




El señor MEYER PLEITE: En primer lugar, quiero decir al portavoz del
Partido Popular que este grupo político, en el caso de Turquía, nunca
ha pedido para la solución del problema kurdo, tan dramático como el
de Kosovo, una intervención militar de la OTAN; nunca lo hemos hecho
ni lo haremos, porque entendemos que no es la solución. La solución
del pueblo kosovar, como la del problema kurdo, es política.




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En segundo lugar, quiero decirles que este grupo político jamás
actuará desmantelando las Naciones Unidas. No seremos nosotros los
que vayamos rompiendo lo poquito que se ha avanzado en derecho
internacional, lo poquito que se ha conseguido en este siglo, como es
legitimar o no el uso de fuerza; no seremos nosotros.

Dicho esto, señor ministro, yo le pedía por favor se lo vuelvo a
reiterar, que desde el Ministerio de Defensa se encargue al CIS, al
Centro de Investigaciones Sociológicas -se ha hecho otras veces-, un
estado de opinión con una pregunta sencilla: ¿Apoya el pueblo español
la presencia de tropa para bombardear Yugoslavia, sí o no? Se lo
vuelvo a reiterar porque sera muy interesante saber cuál es la
opinión del pueblo español. En Estados Unidos ya se ha hecho y la
opinión pública está dividida en dos mitades. A mí me gustaría saber
cuál es realmente el sentimiento del pueblo español en relación con
esta guerra.

Le agradezco mucho la información sobre la posición final de la
delegación de la República Federal Yugoslava. Usted ha pasado de
puntillas, yo me voy a detener un poquito más. La Federación
Yugoslava está de acuerdo con la autonomía, de acuerdo con la
solución política, pero el punto final de fricción es que la
verificación fuera a través de Naciones Unidas, nunca a través de la
OTAN.

La Federación Rusa apoyó esa posición y ustedes, a pesar de que no
interesa a Estados Unidos, -no sean hipócritas, éste no es un tema
humanitario, es un problema de zona de influencia-, tendrían que
haber apostado por una solución política. Le reitero y le pregunto,
señor ministro, en el debate abierto ya en Europa sobre las horas que
quedan de guerra, me gustaría saber si el Gobierno español está con
la posición de D’Alema o con la de Blair, me gustaría saberlo. Ahí
hay un debate. Ustedes,¿qué posición van a tener la de D’Alema, que
está pidiendo el cese de los bombardeos para que vuelva la acción
política, o la de Blair para que continuen los bombardeos? Me
gustaría saberlo y espero que en su réplica me diga exactamente cuál
es su posición.

Por supuesto que en mi viaje a Washington y al Pentágono, si me dejan
pasar -porque hasta hace poco a los comunistas no nos dejaban pasar-,
tendré oportunidad de decir allí lo que digo aquí, señor ministro.

Usted me conoce perfectamente y sabe que allí, si puedo, diré a las
autoridades norteamericanas lo que pienso en relación con este
conflicto. Será una oportunidad de oro que pocas veces podré tener.

Finalmente, señor ministro, cuando leí las declaraciones del general
en jefe Wesley Clark, relativas a la acción que se trata de hacer en
Yugoslavia la verdad es que se me pusieron los vellos de punta.

Comprendo que esa declaración sea por la que ustedes se cohesionan,
pero las voy a leer textualmente. El general Wesley Clark, dice:
Vamos a atacar de forma sistemática y progresiva hasta hacer pedazos,
humillar, devastar, vamos a destruir sus fuerzas y sus instalaciones
de apoyo. Eso significa, señor ministro, con la experiencia de otras
declaraciones parecidas, que van a ser objetivos militares,
abastecimiento de agua potable, puentes, instalaciones eléctricas,
instalaciones de telecomunicación. Al final, el castigo a Milosevic
va a ser el castigo al pueblo de Yugoslavia.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Meyer.




El señor MEYER PLEITE: Señor presidente, termino.

Lamento -como empecé diciendo- que en esta declaración de guerra, no
una declaración de guerra formal, sino una intervención de guerra,
esta Cámara de representantes no haya tenido oportunidad de decidir
lo bueno o lo malo de esta intervención. Hago mías -y termino, señor
presidente- las preguntas que se hace el presidente del Comité de
Inteligencia de la Cámara de Estados Unidos, no sospechoso de
radicalidad. Pregunta, ¿cuáles son los fines concretos de la
operación? ¿Con qué se contentará la OTAN para proclamar su victoria?
¿Vamos a bombardear indefinidamente? ¿Cómo mantener la paz en Kosovo,
una vez terminada la campana aérea? ¿Terminaremos apoyando la
independencia en Kosovo?
Esas preguntas también se las formulo a usted.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: La posición del Grupo Socialista en este
tema no solamente ha sido fijada hoy por este portavoz, sino que en
repetidas ocasiones otros portavoces han fijado con precisión el
apoyo de nuestro grupo al contenido de las decisiones que se han
tomado, sea quien sea el secretario general. Aunque creo que no es
mala cosa recordar que es un español, algunas críticas ha empezado
a recibir, en el futuro me temo que desde distintos sectores aun pueda
recibirlas más fuertes y esperamos que entonces el Grupo Popular
también sea coherente en la defensa de las decisiones y de quien ha
tenido que tomarlas.

En cualquier caso, -y no va por el Grupo Popular- nuestras posiciones
no van a coincidir nunca con los sectores más reaccionaros de Estados
Unidos ni tampoco con las posiciones del señor Zhirinovski. También
es clara nuestra posición. No creemos que el Parlamento tenga que
sustituir el papel del Gobierno, no pretendemos esto, pero al mismo
tiempo afirmamos con la misma contundencia que el Gobierno debe
respetar el papel del Parlamento. Éstas son las reglas del juego, no
vale esconderse, no vale retrasar; el Parlamento tiene sus funciones
y el primero que tiene que respetarlas es el presidente del Gobierno.

Hay algo de lo que no ha hablado el señor ministro y tal vez sería
conveniente hacer alguna reflexión por parte del Gobierno sobre el
futuro hoy por parte suya o por parte del presidente en su momento.

Estamos de acuerdo que las acciones militares son sólo instrumentos,
los objetivos son políticos pero este instrumento militar despierta
una serie de interrogantes entre los ciudadanos, entre la propia
clase política y es lógico que se hagan ciertas preguntas y haya
respuestas que den seguridad y tranquilidad al pueblo español, no
sólo en el sentido de que estamos haciendo lo justo, sino que además
estamos haciendo lo mejor posible en este momento.

Nos pedía el representante del Grupo Popular que introdujésemos mayor
racionalidad en nuestras intervenciones. Sería bueno que leyese toda
nuestra intervención, que leyese la suya y aplicase la racionalidad.

Se equivocan de contrincante, necesitamos unidad y consenso en
ciertos



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temas y ciertas intervenciones no van precisamente en esta dirección.

El grupo que apoya al Gobierno es lógico que defienda al Gobierno,
pero para defenderlo tiene otros métodos que convertirse en oposición
de la oposición, por algo ganaron las elecciones aunque fuese por
poco, y no las perdieron. El líder de la oposición hace unos años -y
acabo, señor presidente- pudo hacer las afirmaciones que se nos han
leído en un Pleno específico para el tema dos días después del inicio
de las actuaciones militares. Por lo que parece, si no se accede a la
solicitud de un Pleno específico para este tema, el líder presente de
la oposición tendrá que hacerlas en un Pleno no específico y tendrá
que hacerlas no dos días después, sino una semana más tarde.

Finalmente, señor presidente, un miembro de mi grupo parlamentario ha
pedido la oportunidad, de acuerdo con el Reglamento, de efectuar una
pregunta. Como portavoz del grupo me sumo a esta petición, pido que
la Mesa reconsidere su posición y dé oportunidad para formular la
pregunta concreta. En cualquier caso, quede constancia, y en este
caso aunque sea en una doble función de portavoz además de miembro de
la Mesa, de que los dos representantes del Grupo Socialista en la
Mesa somos partidarios de dar la oportunidad y que diputados de mi
grupo o de otros grupos que quieran formular preguntas, tengan
ocasión de hacerlo.




El señor PRESIDENTE: Hemos aplicado estrictamente el punto 3 del
artículo 203 y no ha lugar a reconsideración de la decisión tomada y
adoptada.




Por parte del Grupo Catalán (Convergència 1 Unió), tiene la palabra
el señor Nadal.




El señor NADAL I MALÉ: Se ha estado planteando una y otra vez en este
debate sobre si las formas afectan a los contenidos. Algunas veces,
cuando deseamos que la forma afecte al contenido nos expresamos así y
podemos decir a menudo que las formas condicionan los contenidos.

Otras veces, cuando como políticos nos expresamos sobre contenidos,
afirmamos con rotundidad que las formas no afectan al contenido
porque se están persiguiendo unos objetivos finales.

Sea cual fuere la interpretación que se pueda dar en esta sala hoy,
estamos haciendo un pequeño divertimento sobre las formas sobre el
contenido y huyendo de lo que es nuestra obligación o tendría que ser
nuestra obligación que es informar a la opinión pública de la
situación que se está viviendo en estos momentos. También aquí parece
ser que de una forma u otra se quieren plantear preguntas sobre la
actuación de nuestras Fuerzas Armadas, sobre la actuación de la OTAN
o todo lo contrario sobre las no actuaciones.

La verdad es que desde un punto de vista simple y quizás no tan
entendido, me haría una pregunta y se la transmito al señor ministro.

Es una pregunta muy simple que tiene que establecer lo que es la
realidad y los objetivos del Gobierno. La pregunta sería, ¿vamos a
permitir que se produzca el genocidio de un pueblo por un dictador?
¿Vamos a permitir que se produzca la limpieza étnica de un pueblo por
un dictador?
Quizá nos resulte más conveniente, según como respondamos a la
pregunta, aprovechar que dentro de 20 años el dictador esté de
vacaciones en la Costa Azul y hagamos
una comisión rogatoria o un intento de extradición del dictador para
juzgarlo después. Este es el tema, ¿cuál de las dos oportunidades
cogemos? Si realmente estamos al lado de la democracia, justamente
hemos de actuar con coherencia, con contenido y con objetivos, y creo
que es muy bueno resaltar que en el Parlamento español existe una
unanimidad importante.

Sí me permito hacerle un pequeño reproche, señor ministro. No existe
ningún problema para que Izquierda Unida no acepte participar en esta
unidad. Tampoco vivimos en una democracia que tenga que ser todo por
unanimidad. Me da la sensación o de que está usted dando demasiada
importancia a la desunión cuando tendría que hacer un discurso más de
unidad, y entonces plantearnos si la unidad de las fuerzas políticas
españolas cree en la necesidad de que un dictador no haga un
genocidio, no haga una limpieza étnica y actuemos en consecuencia, y
si no que se pase al Ministerio de Justicia para que dentro de 20
años cuando esté Milosevic de vacaciones en algún lugar del mundo,
hagamos una extradición para ver si tenemos suerte.

Creo, señor ministro, que conviene resaltar la unidad.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Popular, señor Fernández de
Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO: Señor ministro, señorías,
evidentemente hay muchísimas preguntas en el aire, y quedarán muchas
en el aire a partir de este momento, pero hay una cuestión muy clara,
y es que los acuerdos de Dayton, firmados en Ohio, fueron posibles
por la actitud decidida de la comunidad internacional, y eso es un
fiel reflejo de la actuación de la comunidad internacional cuando
cree que se están conculcando los derechos humanitarios más
esenciales de los seres humanos.

Simplemente quiero decir que si alguien ha utilizado palabras de
desprecio a la Cámara, de irresponsabilidad, de irrelevancia,
etcétera, y pudiera pensar que el grupo que sustenta al Gobierno no
iba a contestar a esas acusaciones, no entendería el juego
parlamentario. Por tanto, en la discusión de esta tarde aquí yo
quiero resaltar por encima de todo una cuestión: que entre los grupos
mayoritarios de la Cámara, entre los grupos con sentido común a la
hora de abordar los problemas que han surgido en esta crisis, que
somos la inmensa mayoría de los grupos parlamentarios de esta Cámara,
existen diferencias en el procedimiento pero en el objetivo y en la
posición del Gobierno hay un consenso generalizado entre el grupo
mayoritario de la oposición, entre los grupos que apoyan al Gobierno
en este momento, hoy presentes con Convergència i Unió y con el Grupo
Parlamentario Popular.

Es lógico que en un debate parlamentario surjan las diferencias de
procedimiento y cada uno aproveche como quiera esas diferencias para
ponerlas o no de relevancia, pero lo cierto es que el objetivo y la
posición del Gobierno -y es lo que yo quiero resaltar en mi última
intervención- es lo que cuenta, y la posición firme de este
Parlamento de respaldo al Gobierno y de respaldo, por supuesto, al
secretario general y a la Alianza Atlántica en su conjunto.

Por último, señor presidente, mi grupo parlamentario cree que sólo
hay dos posiciones posibles: o se está con la agresión y lo que ella
supone, o se está con el grupo de



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naciones que optan y optamos por la libertad y por la seguridad.

Nuestro compromiso está del lado de la libertad y del lado de los
derechos humanos, y no debemos tener ningún complejo, y no lo
tenemos, por estar con la comunidad internacional, por estar con la
razón frente a la fuerza, y por estar con la justicia frente a la
tiranía, por estar apoyando a nuestro Gobierno, y estas son las
palabras del líder de la oposición en el año 1991, José María Aznar,
en el Pleno al que me he referido.




El señor PRESIDENTE: Señor ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Déjenme que comience
dando respuesta al portavoz de Convergència 1 Unió.

Creo que la larga explicación inicial ha pretendido ser una
explicación al Parlamento,y por tanto derivada a la opinión pública,
de las causas, de los fines perseguidos y de la situación actual al
conflicto, no ningún ejercicio de divertimento sino de verdad
explicar lo que está pasando y por qué está pasando lo que está
pasando.

En segundo lugar, en cuanto a la unidad, el ministro no ha pretendido
hacer más que subrayar, y no sólo subrayar sino agradecer la unidad,
lo que no es óbice para dar cancha a las posiciones divergentes y
poderlas contestar en debida forma.

En todo caso, creo que tanto el portavoz de Convergència i Unió como
el del Partido Popular han puesto el dilema en sus justos términos,
que, por otro lado han sido antes referidos, que es estar ante la
posición de tolerar o permitir una situación de limpieza étnica, como
él ha dicho, de genocidio o actuar en la medida de nuestras fuerzas y
con el respaldo de la comunidad internacional para que se ponga fin a
esa situación. Creo que lo más importante con enorme diferencia de lo
que se ha dicho en toda esta tarde aquí es la gran unidad que existe
en las fuerzas políticas del arco parlamentario español respaldando
la actuación del Gobierno y de la Alianza Atlántica en relación con
la crisis de Kosovo. Señorías, repito, lo he subrayado, lo he
agradecido, y además esas han sido las primeras palabras de mi
segunda intervención.

Entrando ya en la contestación a la postura divergente, yo creo que
es hacer demagogia decir que se ha desmantelado el derecho
internacional; es hacer demagogia, y si me permite S.S. demagogia
barata. El derecho internacional, cuando el secretario de Naciones
Unidas ha dicho lo que he dicho, ha dicho más cosas pero ha dicho
eso, cuando las resoluciones de Naciones Unidas, de la Organización
para la Seguridad y Cooperación Europea, de la Alianza Atlántica, de
la Unión Europea, y del Grupo de contacto y de los países de la
Alianza, dicen lo que han dicho, es casi una temeridad decir que eso
supone el desmantelamiento del derecho internacional. ¿O es que la
custodia del derecho internacional la tiene el presidente Milosevic,
al que no le he oído, señor portavoz, ni una sola crítica en las dos
sesiones que hemos realizado No es que me extrañe, como le he dicho
al comienzo, que no haya tenido una palabra de apoyo para el grupo
kosovar que está siendo perseguido y limpiado étnicamente, que no lo
ha dicho, pero lo que hoy nos ocupa aquí es la crisis de Kosovo,
cuando nos ocupe otra hablaremos de otra, hoy es la crisis de Kosovo,
y le
digo que me ha extrañado no oír ni una sola palabra de condolencia
con lo que está sufriendo ese pueblo, y ni una sola palabra de
crítica hacia el presidente Milosevic. Para el que quiera entender
creo que es suficiente, porque hay silencios, señoría,
extraordinariamente elocuentes.(Rumores) que toda la Cámara ha tomado
nota de la asunción de patentes de humanitarismo que se irroga.

Me hace dos o tres preguntas que paso a contestar. Hace referencia a
posiciones de los presidentes de. Gobierno italiano y británico sobre
la duración. Sin duda tiene conocimiento de lo que ha dicho alguien a
quien han citado, el Saceur, el general Wesley Clark, que ha dicho
que la guerra terminará cuando quiera Milosevic, todo lo demás son
especulaciones; terminará cuando quiera Milosevic, en cuanto se firme
el acuerdo de paz se terminarán las acciones.

Luego ha hecho una referencia a algunas declaraciones de un miembro
del Parlamento de los Estados Unidos. Simplemente hay una cosa, ésa
es una alternativa, la otra alternativa es seguir cruzados de brazos
ante una tragedia. También es elocuente el silencio a ese respecto.

Creo que los comentarios del portavoz del Grupo Socialista,
subrayando la necesidad de consenso, de cordura y de sentido común,
son importantes y de agradecer.

Hay una cuestión que ha preguntado, que de alguna manera es muy
importante, y es el futuro. La confianza que hoy tenemos los aliados
es que el presidente Milosevic reconsidere, cese la violencia, cese
la represión, cesen las hostilidades, y pueda alcanzarse un acuerdo
de paz, en cuyo caso todos estaríamos más que satisfechos.




Por último, el portavoz del Grupo Popular también ha hecho referencia
a las diferencias más de procedimiento que de fondo. Termino
congratulándome de que la Cámara dé este más que mayoritario respaldo
a la actuación del Gobierno en esta crisis. (El señor Padilla
Carballada pide la palabra).




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, ¿a qué efectos pide la palabra?



El señor PADILLA CARBALLADA: Para una cuestión de orden. Se la
expongo a S, S., si entiende que es una cuestión de orden la acoge, y
si no con el ejercicio de su autoridad la rechaza.

Hemos escuchado al señor portavoz de Izquierda Unida, en relación a
esa llamada a la insumisión. (El señor Meyer Pleite: pido la palabra
si se me alude). Creo, señor ministro, señor presidente, que se ha
producido llamada a la desobediencia o a la objeción de conciencia.




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, no es una cuestión de orden.




Está entrando en el fondo del debate y no tiene la palabra para eso;
lo siento pero no tiene la palabra.

Señorías, agotado el orden del día, agradezco a SS.SS. de nuevo su
presencia.

Se levanta la sesión.




Eran las cinco y cincuenta y cinco minutos de la tarde.