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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 515, de 23/09/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 515



ECONOMÍA, COMERCIO Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FERNANDO
FERNÁNDEZ
DE TROCÓNIZ MARCOS



Sesión núm. 51



celebrada el miércoles, 23 de septiembre de
1998



Página



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora secretaria de Estado
de Comercio, Turismo y de la Pequeña y Mediana
Empresa (Pisonero Ruiz) para:



- Informar sobre las materias propias de su
competencia, previa remisión del informe
correspondiente.

Comparecencia cuatrimestral (número de
expediente 212/001512) (Página 14878)



- Explicar las medidas que piensa adoptar el
Gobierno y el Ministerio de Economía para
propiciar
un descenso de los tipos de interés que se
aplican a los usuarios de tarjetas de crédito y
una reducción
de las comisiones que aplican las entidades financieras
los comerciantes y empresas de servicios que aceptan
del Grupo Parlamentario Catalán, Convengència
y emisores de tarjetas electrónicas a
dichas tarjetas como medio de pago. Asolicitud
i Unió (número de expediente 212/001449). (Página 14878)



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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la
mañana.




COMPARECENCIA DE LA SEÑORA SECRETARIA
DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (PISONERO
RUIZ) PARA:



- INFORMAR SOBRE LAS MATERIAS PROPIAS
DE SU COMPETENCIA, PREVIA REMISIÓN
DEL INFORME CORRESPONDIENTE (COMPARECENCIA
CUATRIMESTRAL). (NÚMERO
DE EXPEDIENTE 212/001512)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a comenzar
la sesión de la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda
correspondiente al día de hoy, 24 de septiembre de 1998,
que hace el número 51 de la presente legislatura. Nos
corresponde, en el día de hoy, tras saludar y dar los buenos
días a la señora secretaria de Estado de Comercio, Turismo
y Pequeña y Mediana Empresa, doña Ana Pisonero, celebrar
por una parte la comparecencia cuatrimestral en virtud
del acuerdo de esta Comisión, así como.otra comparecencia
que celebraremos más tarde relativa a las medidas que
piensa adoptar el Gobierno y el Ministerio de Economía
para propiciar un descenso de los tipos de interés que se
aplican a los usuarios de tarjetas de crédito y una reducción
de las comisiones que aplican las entidades financieras y
emisores de tarjetas electrónicas a los comerciantes y
empresas de servicios que aceptan dichas tarjetas como
medio de pago, formulada por el Grupo Parlamentario
Catalán, que parece, que no cree excesivamente en la libre
competencia en la medida en que propone este tipo de
medidas. (Risas.). Sin más, vamos a proceder a la celebración
de la primera de las comparecencias para que la señora
secretaria de Estado de Comercio, Turismo y Pequeña y
Mediana Empresa informe sobre las materias propias de su
competencia, previa remisión del informe correspondiente
que ha sido objeto de entrada en el día de ayer.

Señora Pisonero, tiene usted la palabra.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE
COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): Gracias señor
presidente.




Como todos ustedes saben, señorías, es mi primera
comparecencia ante esta Comisión, con lo cual es obligado
unas primeras palabras de satisfacción por suceder en el
cargo a un compañero como José Manuel Fernández Norniella,
y acto seguido quiero expresar mi disposición a la
Cámara y la voluntad de ofrecer toda la información necesaria
para que, en este caso, la política de comercio exterior
de este país contribuya al objetivo de dar más solidez a la
economía española. Sus señorías disponen, como ha apuntado
ya el señor presidente, del preceptivo informe cuatrimestral
y entiendo que se ha avanzado ya el informe del
primer semestre, porque me parecía oportuno que ya que
acababa de salir dispusieran SS.SS. de la información más
reciente.

Como ustedes saben, la economía española está creciendo,
en la previsión que tenemos para 1998, a una tasa
del 3,7 por ciento, aunque ya en el primer trimestre nos
situamos ligeramente por encima, con un crecimiento muy
fuerte del consumo y de la inversión, lo que se está traduciendo
en un importante aumento del empleo en nuestra
economía. En este marco general, la evolución del comercio
exterior en el primer semestre se ha ajustado a lo que ya
estaba previsto. Es decir, en 1997, como ustedes recordarán,
se preveía inicialmente una contribución ya negativa
del sector exterior, que no se produjo, y en 1998 se hablaba
ya de un aumento del déficit comercial del 2,5 en 1997
frente al 3 por ciento en 1998. Por lo tanto, digamos que los
datos que se van produciendo a lo largo del año se ajustan a
la previsión de un ligero deterioro de la balanza comercial.

Siendo esto así, nos estamos situando en un modelo de crecimiento
que es más sólido y más sostenido, en el que ha
arrancado la recuperación a través del sector exterior por
una mayor competitividad e internacionalización de nuestras
empresas; y llegado a un punto del ciclo, la demanda
interna toma el relevo en ese protagonismo a través, como
decía antes, del consumo y de la inversión pero en un entorno
claramente distinto, que es de equilibrio macroeconómico,
lo que da un carácter de sano y sostenido a este crecimiento
que estaba describiendo.

Si les parece bien voy a referirme, como he comentado
antes, a los datos más recientes, aunque haremos una comparación,
como es lógico, de los datos del primer cuatrimestre
para ver en qué medida se han acelerado e intensificado
las tendencias y por dónde nos estamos moviendo.

Las cifras son las siguientes. Para el conjunto del primer
semestre, el déficit comercial aumentó un 21,9 por ciento,
es decir, casi un 22 por ciento, frente al aumento que se
registraba hasta abril, que era de un 20 por ciento, con lo
cual se ha intensificado ligeramente el deterioro, con un
incremento de la exportación del 13,8 por ciento, es decir,
intensificando el ritmo de crecimiento de las exportaciones
que se registró en abril y que fue de un 13,3, y de la importación,
que se ha acelerado a su vez, situándose en un 14,9
por ciento frente al 14,2 que se registraba hasta abril. En
términos reales, es decir, descontando el efecto de los precios
que incorporan la exportación y la importación, la
exportación se situaría en el 13,1 por ciento, es decir, una
ligera aportación de precios a la exportación, frente al 13,8
nominal que había comentado antes, y la importación, sin
embargo, no contribuye a la inflación en España, puesto
que en términos reales registramos la misma tasa, el 14,9
por ciento. Lo que se está demostrando, en cualquier caso,
para esta fase de crecimiento es que son unas tasas muy
importantes que indican claramente que nuestra economía
sigue avanzando en el proceso de apertura y de internacionalización.

Efectivamente, se produce el deterioro que ya
he dicho que estaba previsto; ahora analizaremos en qué
medida se ve afectado por circunstancias que todos ustedes
conocen. En cualquier caso estamos hablando, si lo ponemos
en términos del PIB, de un déficit en 1998 que es de
1,4 billones de pesetas, 1,76 por ciento del PIB, cuando en
1997, por estas mismas fechas, hablábamos del 1,54 por
ciento, es decir, dos décimas de deterioro en el déficit
comercial, teniendo que insistir en que ese deterioro no se
produce por una caída de las exportaciones, que intensifican



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su crecimiento, sino por una mayor intensificación de
las importaciones, lo que además es lógico cuando hay
unas tasas de crecimiento tan fuertes en el consumo y en la
inversión que son las que tiran de esos productos del exterior.

Otro dato muy importante es que la tasa de cobertura
se mantiene por encima del 85 por ciento.

Si analizamos el comercio exterior, como viene siendo
habitual, por sectores y áreas geográficas, veremos que las
exportaciones más dinámicas corresponden a los bienes de
equipo y automóviles, en porcentajes que se sitúan cerca
del 20 por ciento. En particular, los bienes de equipo
aumentan hasta junio un 20,4, intensificando el 19,3 que se
registraba en abril, y en los automóviles, sin embargo,
registrando una tasa de nada menos que el 17,8, se produce
una cierta desaceleración porque en abril estábamos registrando
un crecimiento del 20,1, pero en cualquier caso las
tasas de crecimiento son muy relevantes. Por lo que respecta
a la importación, el crecimiento del 14,9 por ciento que
comentaba se ha repartido, lógicamente, entre varios sectores,
pero fundamentalmente tenemos los bienes de consumo
duradero y automóviles, que crecen un 23 por ciento;
bienes de equipo, un 16,6 y semimanufacturas, un 17 por
ciento. Si se fijan ustedes, señorías, verán que, como es
lógico, estas partidas son las que corresponden a un empuje
muy fuerte de la formación bruta de capital, lo que llamamos
inversión, en la que España tenía tradicionalmente
una elasticidad importante, de manera que si crece mucho
la inversión en el interior gran parte se cubre con importaciones.




Analizado lo fundamental del comercio exterior por
sectores, si nos fijamos en las áreas geográficas vemos que
durante el primer semestre se intensifica una tendencia que
se venía registrando, y es que los crecimientos se concentran
en el área OCDE. Como ustedes saben y está reflejado
en los cuadros que se han facilitado, el 82 por ciento de
nuestras exportaciones, es decir, el 82 por ciento de nuestros
clientes son países OCDE, de manera que si están
registrando un crecimiento del 15,6 por ciento, estamos
explicando casi el 14 por ciento de las exportaciones en
crecimiento. Pero siendo así que los países de la OCDE,
con el 82 por ciento, explican esa intensidad en las exportaciones,
no hay que desdeñar el crecimiento que se produce
hacia los países del Este, del 35 por ciento, y que ya representan
en nuestra estructura un 2,8 por ciento de las exportaciones,
ni -dato que nos reconforta- las exportaciones
a Latinoamérica, que han crecido prácticamente un 20 por
ciento, un 19,8 en concreto, y que representan, como ustedes
saben, el 6,4 por ciento del total de nuestras exportaciones.

El dato negativo es que las exportaciones al sudeste
asiático han caído un 28 por ciento como consecuencia de
la crisis y de la inestabilidad financiera que se produce en
estos países, aunque, como ustedes saben, la repercusión es
menor no por el porcentaje, que evidentemente es importante,
sino porque su participación en la exportación española
apenas supera el 1 por ciento. En cuanto a las importaciones
tenemos que repetir la importancia del origen de
nuestras compras en los países comunitarios, con un
aumento del 15,8 por ciento, aunque no es desdeñable el
aumento de las importaciones de países no comunitarios,
claramente inferior al registrar un 13,3 por ciento de crecimiento.

Siendo este el panorama básico, digamos que las perspectivas
para el conjunto del año, con la incidencia y los
problemas que se están produciendo en el exterior y a los
que haré referencia brevemente después, son que desde el
punto de vista de nuestra exportación estamos claramente
registrando unas tasas muy sólidas, muy sostenidas y que
se van a situar en el conjunto del año, aunque ahora hablemos
de prácticamente un 14 por ciento, en el entorno del
13 por ciento. ¿En qué basamos ese crecimiento? En que
las exportaciones comunitarias, es decir, las que tienen su
destino en la Unión Europea, están manteniendo una solidez
y una estabilidad importantes, con crecimientos muy
superiores al 15 por ciento, casi el 16, hasta junio, y por lo
tanto con que tengamos un crecimiento próximo al 15 para
el conjunto del año podríamos sustentar una tasa de crecimiento
de la exportación en el entorno del 13 por ciento. Es
lógico que la ralentización que se está produciendo en
determinadas áreas geográficas afectadas por la crisis
financiera tenga un cierto efecto, pero repito que la solidez
de las tasas en el 85 por ciento de nuestra exportación, que
es OCDE más los PECOS, es decir, los países del Este,
donde ya decía que aumentan las exportaciones un 35 por
ciento hasta junio, nos permite abrigar una prudente previsión
del 13 por ciento en las exportaciones, con lo cual nos
podríamos situar en la previsión inicial, contemplada en el
cuadro macroeconómico, de ligero deterioro del déficit
comercial que se situaba en torno al 3 por ciento del PIB.

Me gustaría aprovechar la ocasión que tengo de dar a
SS.SS. toda la información de que dispongo para comentar
brevemente los datos del comportamiento de los flujos de
inversiones extranjeras. En el primer semestre las inversiones
que realizan los extranjeros en España han registrado
un aumento del 24,6 por ciento, lo cual consolida nuestra
imagen como país atractivo y competitivo, y que en pesetas
se sitúa en aproximadamente 1,3 billones de pesetas, en
concreto 1,27. Como es tradicional en el comportamiento
de las inversiones, por el origen de esas inversiones, la
estructura se concentra en la Unión Europea con un 55 por
ciento, seguida de los Estados Unidos, a una cierta distancia,
lógicamente, porque es un país frente al resto, en torno
al 9 por ciento. ¿Cuáles son los sectores fundamentales
donde se producen esas inversiones? En el ámbito que llamaríamos
de comercio, que es una rúbrica bastante amplia,
manufacturas y sector químico. Por lo que respecta a las
inversiones españolas en el exterior, en el primer semestre,
a pesar de que las cifras alcanzadas en 1997 eran un
récord, hemos conseguido un nuevo aumento de las inversiones
que se cifra en una tasa de crecimiento del 9 por
ciento. Esto nos sitúa en torno a los 800.000 millones y se
reparte nuevamente en la Unión Europea en el importe más
sustancial, en el 43 por ciento de esas inversiones, y continuamos
invirtiendo en América Latina, representando de
esos 800.000 millones el 34 por ciento. Los sectores nuevamente
son manufacturas, pero los tradicionales son
financiero, transportes y comunicaciones.

De este repaso de lo que es fundamental de la balanza
de pagos, en su componente de balanza comercial y flujo
de inversiones, podemos ya avanzar una serie de conclusiones
que con mucho gusto debatiré con SS.SS. para que
consigamos hacer una foto más adecuada de la realidad.

Me gustaría avanzar que, a pesar del aumento del déficit



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comercial, que ya está previsto que supone un tirón de las
importaciones como consecuencia del aumento de la
demanda interna, las exportaciones han tenido un comportamiento
que podríamos calificar de excelente. En la primera
mitad del año estamos hablando, como decía, de un
crecimiento, en términos reales, superior al 13 por ciento.

Esto es especialmente significativo si tomamos como referencia
lo que está creciendo el comercio mundial, que es un
4,5 por ciento. Las exportaciones españolas están entrando
claramente en el mundo con una tasa de crecimiento que
más que triplica lo que es el comercio mundial. En segundo
lugar, la solidez de nuestro sector exterior se manifiesta
en que este aumento del déficit comercial, que está vinculado
a un ritmo de crecimiento elevado durante dos años,
se produce por razones cíclicas que no están implicando
una contribución negativa tan importante como hace años
-es decir, nos estamos internacionalizando, nuestras
empresas se consolidan, son sólidas-, y, por otra parte, no
están suponiendo una restricción importante por el lado del
sector exterior. ¿Por qué? Porque estamos registrando
superávit por cuenta corriente y de capital. Este año estaremos
hablando de un superávit del 1 por ciento. Si tuviéramos
que financiarnos hablaríamos de restricción, pero estamos
financiando al sector exterior, lo cual nos da una
solidez en dicho sector. Eso es así porque teniendo una
balanza comercial que, como comentaba, registrará un
déficit para el conjunto del año en torno al 3 por ciento, el
saldo fundamentalmente de servicios y de turismo se va a
situar en el 4 por ciento, con lo cual estamos compensando
claramente nuestra balanza de pagos. No voy a entrar al
detalle en los datos de turismo porque estamos todo el día
vendiéndolos, pero hasta agosto hemos registrado un crecimiento
acumulado de turistas del 10,2 por ciento, lo cual
consolida esa previsión que he manifestado del 4 por ciento
en la balanza de servicios, que más que compensa el
déficit de la balanza comercial y, por tanto, nos permite ser
un financiador del sector exterior.

Me gustaría hacer una breve referencia en esta primera
comparecencia -me parece obligado o al menos lo he
considerado una obligación- a las orientaciones de la
política comercial en la medida en que ha cambiado el responsable
en esta Secretaría de Estado. Se ha avanzado
mucho en dotar al tejido empresarial español, por supuesto
a toda la sociedad, de un instrumento útil, entendido como
tal, para que la sociedad española se abra más al exterior, se
internacionalice, es decir, que se suba al tren de lo que es la
tendencia mundial de globalización de mercados, que está
claramente enmarcada por una liberalización creciente de
los sectores que componen esas economías. En ese sentido
esta Secretaría de Estado, si realmente quiere ser un servicio
útil para la sociedad, debe tener una referencia básica
que es el diálogo permanente con los usuarios de ese servicio;
usuarios de ese servicio que son mayoritariamente
empresas, pero empresas concebidas en un sentido amplio.

Es decir, estamos hablando -y ahí tenemos que hacer un
esfuerzo creciente- de las organizaciones no gubernamentales,
por ejemplo. ¿Cuáles son las tres referencias que
estimamos básicas para que ese servicio sea realmente útil?
Ese canal de comunicación con las empresas, con los usuarios,
debe actuar con la oreja bien abierta para ver cuáles
son los intereses y las preocupaciones de las empresas
españolas. Una segunda referencia es que podemos estar
escuchando esas preocupaciones y esos intereses, pero
tenemos que respetar y negociar acuerdos internacionales,
sometiéndonos a las reglas del comercio internacional, a
las reglas del funcionamiento de una economía cada vez
más global. Y tenemos que estar observando continuamente
lo que está ocurriendo en esa economía mundial. Por
tanto, diálogo con las empresas, presencia activa en los
organismos e instituciones multilaterales, internacionales,
y observación permanente de la realidad que se está transformando.




Ustedes ya lo conocerán, pero ya que me he tenido que
poner al día aprovecho para explicarles que en esa primera
tarea de recibir las inquietudes, los problemas del sector, de
las empresas, hace poco más de año y medio se realizaron
unas jornadas de exportación de las que se derivaron un
conjunto de medidas, en concreto 74, que formaron parte
del conocido P1an 2.000 para la exportación. En un año y
medio se ha cumplido el 88 por ciento de esas medidas y el
resto no eran compromisos directos sino un programa de
trabajo para que analizáramos líneas futuras de actuación;
en eso estamos. El reto, sin duda, es diseñar una política
comercial capaz de apoyar lo que realmente necesitan las
empresas en mercados que son de dos tipos: los que consideramos
maduros y que, como he comentado antes, representan
un porcentaje muy elevado, está bastante consolidado
y tenemos que seguir avanzando, OCDE y los PECOS.

Los PECOS, como el resto de países que podríamos calificar
en términos genéricos como mercados emergentes, son
mercados que distan mucho de ser perfectamente competitivos
y, como tal, la información es imperfecta, no existen
mercados de riesgo y hay un acceso restringido al crédito y
barreras proteccionistas. Ahí nos tenemos que concentrar.

Para ello ya se han creado determinados foros de debate,
entre otros el consejo asesor de comercio exterior e inversiones,
y tenemos grupos de trabajo sectoriales. ¿El objetivo?
Convertirlos en canales de comunicación que sean fluidos
y ágiles, y no un mero foro nominal.

El segundo ámbito que comentaba antes son los compromisos
internacionales. Tenemos que elaborar una propuesta
española y sin duda SS.SS. tienen en ello un papel
fundamental para defender al máximo los intereses de la
empresa española en los foros en los que nos estamos
moviendo, que compatibilicen el mejor desarrollo de nuestra
economía con el cumplimiento de las reglas que se establecen
internacionalmente. ¿Qué ámbitos fundamentales
de actuación tenemos? Lógicamente la Unión Europea, en
la que tenemos abiertos debates sobre firma de zonas que
llamaríamos de libre comercio, tenemos la ampliación y un
seguimiento permanente de los reglamentos técnicos. Otro
foro de debate, que es el global en materia de comercio, es
la Organización Mundial del Comercio, donde se plantea
para 1999 el gran debate de la ronda del milenio, con posturas
más o menos distantes pero en las que tenemos que
avanzar para incluir a nuestros sectores en la mejor posición.

Finalmente está el ámbito OCDE.

En lo que respecta al tercer pilar, contacto con los sectores,
referencia internacional, realidad cambiante, tenemos
que estar en una permanente observación utilizando el
papel en este caso de la Administración, a través de la red
de oficinas comerciales, entre otros instrumentos, para analizar



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lo que está pasando en los mercados de destino. Esa
información nos permite configurar este panorama que
comentaba al principio de globalización de mercados y de
creciente liberalización. Al mismo tiempo, nos enfrentamos
a situaciones como la que estamos viviendo actualmente
y que forman parte de la dinámica que se produce
como consecuencia de esa globalización y de esa liberalización,
determinados shocks o inestabilidades en los mercados
que en el caso actual tenían su origen en la crisis asiática
que se ha ido trasladando por el temor que tienen los
mercados ante estas situaciones, a aquellos países que pueden
plantear ciertas dudas o problemas en su desarrollo
económico -claramente el caso de Rusia y el de Japón-
y por cierto contagio a Latinoamérica. En estos casos,
nuestro papel es el de recabar la información, estar en contacto
permanente con los gobiernos de esos países y trasladar
la situación, a la mayor brevedad posible, a los sectores
que pueden verse afectados, en particular a las empresas.

En definitiva, tenemos un esquema en el que se ha venido
trabajando durante muchos años. Hemos intensificado
determinadas líneas que considerábamos prioritarias y
tenemos que seguir avanzando en esa promoción del
comercio y de la inversión; promoción exterior que se residencia
básicamente en el Instituto de Comercio Exterior
español, el ICEX, y tendremos que seguir avanzando fundamentalmente
en la cooperación institucional. Como
todos saben, señorías, la competencia está repartida, hay
distintas instancias que tienen algo que ver con la promoción
exterior en mayor o menor medida. Estamos avanzando
y prueba de ello es que hemos firmado ya convenios
con casi todas las comunidades autónomas -en algunos
programas concretos con todas- y con las cámaras de
comercio. Tenemos que seguir avanzando en lo que es una
parte fundamental de la promoción exterior, la información
a las empresas. Se están produciendo análisis en el ámbito
de la Administración en lo que se refiere a países, oficinas
comerciales, básicamente a través de la Dirección General
de Política Comercial e Inversiones Extranjeras, y análisis
por sectores, tanto a través de la Secretaría General de
Comercio Exterior como del ICEX, para casar el análisis
de países y de empresas, cuya intersección son las oportunidades
de negocio. Se está trabajando en esa información,
se están haciendo bases de datos importantes; ya está en
Intranet y lo vamos a pasar a Internet. Seguiremos haciendo
exposiciones con carácter inmediato, como es Expotecnia,
y haremos Expoconsumo. Vamos a apoyar la política
de consorcios para que salgan más empresas al exterior y
vamos a apoyar sectores con carácter integral, como puede
ser el de infraestructuras, donde seguimos trabajando en
proyectos. También vamos a fomentar la inversión española.

Tenemos instrumentos como Cofidex que nos pueden
ayudar en esta labor porque, como en los datos existe una
correlación importante entre exportaciones e inversión, es
cada vez más frecuente, en las empresas que tienen un
determinado volumen de comercio, la necesidad de posicionarse
en esos mercados de destino. El tercer ámbito
donde tenemos que seguir avanzando con claridad, por la
rapidez con que se producen los acontecimientos, es en el
fomento financiero de la exportación, perfeccionamiento
que por lo que es ayuda al desarrollo nos exige una mayor
transparencia, una mayor eficiencia en la administración de
los recursos y, por supuesto que en estrecha colaboración
con Asuntos Exteriores, en el desarrollo de la Ley de Cooperación
aprobada por esta Cámara. Por último, también
tenemos que seguir avanzando en lo que es el seguro del
crédito a la exportación. Estamos trabajando en ello y ayer
tuvimos una pequeña sesión para explicar lo que está produciéndose
fuera y para que España no se quede atrás en
ese proceso, que básicamente calificaría de convergencia
con otros países. En definitiva, creo que el esquema fundamental
es que avancemos en ese contacto permanente con
las empresas en el análisis de los sectores a través de las
asociaciones pertinentes, analizando los países y los mercados,
y que consigamos una promoción eficaz de la imagen
española.

Para terminar diría que efectivamente se está produciendo
un ligero deterioro de la balanza comercial, ligero
deterioro que, por otra parte, ya estaba previsto en consonancia
con lo avanzado del ciclo, pero un ciclo que tiene
claramente -ya se está constatando- unas características
de sostenimiento y de sanidad, para entenderlo de alguna
manera, que nos permiten hablar de una consolidación de
nuestro carácter internacional. La exportación está dejando
de ser una actividad residual para ser parte de la estrategia
de las empresas españolas. Además, ese deterioro se está
manteniendo en unos niveles que son compatibles con la
existencia de un superávit por cuenta corriente, que se ve
reforzado por un sector turístico sólido que compensa el
déficit de la balanza comercial. Por tanto, podríamos hablar
de un cierto cambio estructural que esperemos se consolide.

Para ello tenemos que seguir haciendo un esfuerzo tanto
de apoyo a las empresas españolas en ese desarrollo, a través
de la promoción exterior de nuestros productos, como
para que tomen una posición directa en los países y dando
una información puntual y detallada de lo que está produciéndose
en los mercados y países de destino, en definitiva,
en nuestros clientes actuales y potenciales. Los datos de
inversiones así lo atestiguan y, sin duda, tendremos que
seguir avanzando y colaborando con todos los sectores, las
empresas y las instituciones que tienen algo que ver con lo
que se calificaría de manera coloquial la cosa exterior, que
es una permanente y lo seguirá siendo en el futuro en un
mundo que está claramente globalizado, con procesos de
integración creciente y de liberalización.

Sin más, señor presidente, me pongo a disposición de
SS. SS. para cualquier pregunta o aclaración que estimen
oportuna.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista tiene
la palabra la señora Leiva.




La señora LEIVA DÍEZ: Señora Pisonero, le doy la
bienvenida en su primera comparecencia a esta Cámara, le
felicito por su designación como secretaria de Estado y
también le deseo acierto en su gestión. Por mi parte, como
usted sabe, yo también debuto como portavoz en esta área
e intentaré estar a la altura de los anteriores portavoces del
Grupo Socialista.

Como cuestión previa debo decir que ustedes han facilitado
a la Cámara la documentación necesaria para el control
parlamentario con menos de veinticuatro horas, pese a
la obligación de enviarla bastante antes. El Gobierno socialista



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-y el presidente de esta Comisión lo sabe muy bien-
la enviaba, y ustedes nos la exigían, con siete días de antelación
para que SS. SS. pudieran estudiarla mejor y realizaran
adecuadamente el control parlamentario sobre el
Gobierno. Los datos que usted nos ha facilitado y los que
nos ha indicado en su comparecencia, ambos, son a junio.

Desde luego, si nos hubiera dado datos de agosto, la foto
que nos ha descrito sería la realidad actual, pero en este
momento, señora secretaria de Estado, no lo es. Poco
bueno dice esto en favor de su formación política, pero
estoy segura de que por el respeto que le merece la representación
parlamentaria popular, que es el Congreso de los
Diputados, sería deseable, por el bien de las instituciones,
que usted pusiera remedio a esta situación y estoy segura
de que en la siguiente comparecencia lo va a hacer. Le
quiero decir que uno de los pilares de su política, que usted
nos ha mencionado, ha sido el diálogo con las empresas.

Espero que, en ese diálogo, incluya también el diálogo con
los grupos políticos de esta Cámara.

Esta primera comparecencia ha estado centrada fundamentalmente
en cuestiones que afectan al comercio exterior.

La comparecencia también está orientada para informar
de las materias propias de su competencia. Por tanto,
me ha defraudado pues, ya que era su primera comparecencia
en el Congreso, esperaba que hubiera sido sobre el estado
de gestión de su departamento, que no sólo se vincula al
comercio exterior sino también a políticas sectoriales de
tanta importancia como la del turismo, las políticas de
pymes o incluso el comercio interior. Por ello voy a referirme
a todos estos puntos -y espero que usted lo haga en su
segunda intervención-, aunque muy brevemente por la
limitación del tiempo.

En lo que se refiere al área de comercio exterior, mi
intervención se articula sobre cuatro puntos: los efectos de
la llamada crisis internacional, las previsiones del Gobierno,
la labor del Gobierno y la futura política del Gobierno.

Desde el comienzo de la crisis asiática, hoy derivada a
otros mercados, se ha mantenido por el Gobierno y por ese
ministerio y su Secretaría de Estado en particular, como lo
hemos visto hoy aquí en esta comparecencia, la posición
de que sus efectos eran prácticamente despreciables para la
economía española. Nuestro grupo por su parte, y no sólo
él, ha estado preocupado desde finales del año pasado y no
hemos dejado de manifestarle nuestra inquietud en diferentes
ocasiones.

Esta crisis ha tenido su origen en los efectos producidos
por los desajustes de la economía japonesa y su interrelación
sobre el entorno asiático y bien podríamos denominarla
el efecto «sake», como fue llamado efecto «tequila» al
impacto de la crisis de las divisas de Méjico sobre las economías
de la región subcontinental americana a comienzos
de esta década. Esta crisis inducida parcialmente por el
levantamiento de restricciones sobre el mercado de capitales
podría haberse reconducido, cuando no evitado, de
haberse mantenido controles de capitales sobre los mercados
a corto plazo y sobre la inversión no directa que ha sido
la causante principal de la desestabilización. Los efectos de
esta crisis son más serios para España de lo que el Gobierno
pretende con sus últimas y contradictorias manifestaciones.

En abril pasado ya se esperaba el rebote del efecto sake
sobre Latinoamérica y sobre Estados Unidos; se esperaba
un impacto entre seis y doce meses. Hoy las previsiones
estadounidenses de crecimiento para 1999 han bajado del
3,3 al 2,2, un punto, una reducción del 33 por ciento sobre
la economía más potente del globo.

Decir, como ha dicho el señor Rato recientemente que
las economías asiáticas sólo suponen el 3 por ciento de
nuestras exportaciones y 6 por ciento de las importaciones
es una forma muy limitada de pensar, sobre todo, cuando el
discurso oficial del Gobierno, el de la CEOE y el suyo en
esta comparecencia, pasa por reconocer la mundialización
de la economía, la interrelación de los mercados y la necesidad
de ajustarnos a la competitividad exterior. Parece que
sólo afecta a la hora de pedir sacrificios y limitaciones salariales,
pero no a la hora de analizar el impacto global del
subconjunto asiático sobre el resto del mundo y de éste
sobre España. El impacto no sólo viene de Asia, hasta el
punto de que ya el Fondo Monetario Internacional y la
OCDE rebajan considerablemente las tasas de comercio
mundial. El problema de las verdades a medias en economía
es que al final sale la verdad ¿Acaso cree el Gobierno
que España va a quedar al margen?
Se argumenta que el mayor volumen de operaciones
exteriores se realiza dentro del área europea, eso es cierto;
pero los países europeos operan mucho más que España
con Estados Unidos y con Asia. Recientemente, Italia ha
reducido un punto sus previsiones de crecimiento; Francia
ha reducido simbólicamente una décima y Alemania ha
mantenido sus previsiones. Francia no puede desligarse de
la pauta alemana como núcleo duro del euro y, seamos sinceros,
Alemania tiene elecciones próximamente y ningún
Gobierno con esas expectativas reconoce que vienen vacas
flacas ante la consulta en las urnas. ¿Seguiremos creyendo
que vamos a quedarnos al margen, señora Pisonero? Se
producirá un efecto sustitución. Lo que Europa no exporta
a mercados en crisis otros mercados intentarán exportarlo y
esto va a afectar a España.

Latinoamérica es otro de nuestros mercados tradicionales
y como ya les dijimos en el período de sesiones pasado,
el efecto sake afectaría a este continente. Nuestras inversiones
han resultado dañadas por esta ola especulativa, especialmente
los bancos y las grandes empresas que han realizado
inversiones fuertes. Recientemente, el Moody’s ha
reducido su calificación para estas empresas, a nuestro
entender injustificadamente, porque las inversiones en esa
área de la economía española son generalmente sólidas,
pero es una consecuencia de la globalización de capitales y
de un mercado de especuladores nerviosos. Diría que ésta
es la sociedad financiera que ustedes han propiciado, la
valoración de la imagen y no de la producción real.

Nos han llenado de inquietud sus elaboraciones de
datos: por una parte, porque no recibimos la adecuada
información; por otra, porque la contradicción entre sus
explicaciones iniciales y finales no nos puede dar confianza.

Sigue sin pasar nada y la realidad es bien distinta hasta
el punto de que el señor Barea habla de una caída del 0,4
por ciento sobre las previsiones del crecimiento para España
y la CEOE ha bajado sus previsiones del 4,2 al 3,8 por
ciento. Desde luego, tiene más información del Gobierno
que la que recibimos los diputados. La CECA y la Asociación
Española de Banca prevé también una caída de cuatro



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décimas. En resumen, todos menos el Gobierno consideran
una caída mínima de 0,4.

El señor Montoro habla del beneficioso efecto de la
reducción de tipos sobre la economía española y considera
que nos dirigimos a la banda baja de convergencia, el 3,3
por ciento. Pero antes hablaba de deflación. El señor Aznar
desde América, recientemente, decía que la crisis asiática
no afectaba a la economía española ¿En qué quedamos?
Sin embargo, la prensa especializada dice que hay una cierta
presión inflacionaria sobre la economía española y que
la crisis internacional acentuará la división entre el núcleo
duro del euro y las economías periféricas, lo que llaman el
Club Med, lo que a su vez incrementará las tensiones inflacionistas
de estos últimos.

Por cierto, señora Pisonero, el aumento del diferencial
de inflación de España con los países centrales está mermando
nuestra competitividad exterior y eso sí es un problema
de futuro. Tenemos un comportamiento contractivo
del comercio. Ojalá sea tan pequeño como ustedes dicen.

Nos preocupa que el Gobierno esté escondiendo la cabeza
debajo del ala y no sepa dónde está. Por eso están presentando
un cuadro más halagüeño de nuestra economía que a
alguien le puede hacer pensar que ustedes están planeando
unas elecciones a corto plazo. Las conjeturas son inevitables
cuando la información es tan deficiente.

Si hacemos un seguimiento de acciones del Gobierno
en el comercio exterior, no podemos estar tranquilos. Usted
nos ha dicho que va a tener una nueva orientación. El principal
acontecimiento ha sido la celebración de la
Expo/Consumo en Japón, exposición, coincidirá conmigo,
desafortunada en tiempo y lugar, de cuya incidencia, seguimiento
y resultados en incrementos de exportaciones poco
podemos esperar.

Los fondos de apoyo a la inversión (FIEX, GIEX y
Fontpyme), creados a bombo y platillo en la Ley de Acompañamiento
de 1998, siguen en la playa del olvido, sin
desarrollarse. Claro está que si las previsiones de gasto no
se realizan quizá se cuadre mejor el presupuesto, pero esto
no es una buena técnica presupuestaria. Es una política de
pan para hoy y hambre para mañana. Asimismo, la aprobación
de la Ley de cooperación con su deficiente redacción
final ha creado problemas en el sector productivo exportador.

Como tantas veces, ustedes han cuidado su imagen,
pero han dañado el fondo y nunca mejor dicho porque sus
reiteradas acusaciones de falta de transparencia en los créditos
concesionales para financiación del desarrollo, los
créditos FAD, han conseguido deslegitimarlos. La nueva
regulación que promovieron por la vía del anterior texto
presupuestario estaba fuera de toda duda. La inadecuación
de aplicar mecanismos de carácter concursal en el ámbito
de las contrataciones internacionales con garantía soberana,
les llevó a replantearse los objetivos del propio fondo
como así lo anunció el ministro Rato en su primera comparecencia
en este Parlamento, y así quedó de relieve con la
aprobación de la Ley de Cooperación.

El Grupo Socialista piensa que debe apostarse por la
segregación de objetivos de financiación, con un fondo
destinado al desarrollo social básico, los actuales FAD, y
otro de nueva creación para potenciar la presencia de la
empresa española en el exterior, principalmente en los países
en vías de desarrollo, ya sea para mejorar su desarrollo
sostenido o para financiar su desarrollo en términos de mercado
corregido.

En cuanto a su intervención y a otro de sus pilares que
es el Acuerdo multilateral de inversiones, han defendido la
posición de la Unión Europea, especialmente la de Francia,
con las dos salvedades españolas, pero ha faltado una identidad
propia. Cuando Francia se oponía, España callaba,
ante la interrelación entre el movimiento especulativo de
capitales y la crisis era obvia y cuando el AMI estaba herido
de muerte, hasta que se planteara su negociación fuera
de la OCDE y se reconsiderase el tratamiento de control de
inversiones no directas. Ustedes seguían defendiendo a
capa y espada el marco OCDE. Cuando Francia, Italia y
Canadá defendían sus intereses nacionales frente a Estados
Unidos con motivo de las leyes Helmes-Burton y D’Amato,
ustedes apoyaban las posiciones de Estados Unidos y
perjudicaban nuestros intereses en Cuba. Posteriormente,
se han adherido a las posiciones de la Comisión Europea y
han cambiado su posición hacia Cuba. No vamos a insistir
en esto porque ya hemos hablado largo y tendido en esta
Cámara. Cuando les propusimos actuaciones concretas
para apoyar directamente a los inversores españoles frente
a posibles injerencias estadounidenses, su grupo parlamentario
en el Congreso aceptó tramitarlas en el Senado.

Luego, en la Cámara Alta su grupo parlamentario se negó a
considerarlas, aunque en su día Convergència i Unió -y
de esto el señor Homs se acordará- apoyaba nuestra
enmienda en el Congreso.

En resumen, no vemos que haya una línea clara de
acción comercial exterior porque ustedes no tienen una
política internacional clara, señora Pisonero. Más bien da
la impresión de que van a remolque de los programas que
se hacían con anterioridad o de los acontecimientos. Finalmente,
señora Pisonero, nos interesa más lo que se puede
hacer en el futuro que lo que se ha dejado de hacer en el
pasado. Tenemos la certeza de que el efecto sake es serio.

Nos gustaría pensar que sus consecuencias sobre España
no serán muy profundas, pero es responsabilidad del
Gobierno paliar sus efectos y preservar, en la medida de lo
posible, nuestra estructura exportadora. Se sabe que resultarán
afectados el sector hortofrutícola, el ganadero, el
agroalimentario y el del calzado al menos en Rusia y en
Europa del este, y otros productos en Iberoamérica. ¿Qué
medidas va adoptar para ayudar a estos sectores a salvar
parte de sus mercados?
El uso de los instrumentos de la política comercial del
Estado es vital para pasar estos períodos con dificultades
exportadoras. Aprovechen aquellos instrumentos que todavía
no han privatizado. Descubran que a veces es conveniente
no privatizar y sean diligentes. Es cierto que ustedes,
con su política de ventas de bienes del Estado, han conseguido
o están muy cerca de conseguir que haya menos
capacidad de acción del Estado que la que tienen algunas
autonomías, pero eso no les libera de la obligación de utilizar
adecuadamente lo que nos queda a los españoles. Coordinen
los esfuerzos en el exterior, que no son abundantes,
como usted ha dicho, pacten y gestionen bien.

El señor Rato ha mencionado el incremento de la inversión
pública en los próximos presupuestos, pero esas medidas
se empiezan a notar a medio y largo plazo y, además, ya
veremos si efectivamente se ponen en marcha. Es en el



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ámbito de la pequeña y mediana empresa -sobre el que
usted tampoco nos ha hablado nada- donde hay que consolidar
las ganancias y mercados, y ahí es donde la exportación
puede dar ese empuje que tantas veces ha salvado la
situación en crisis temporales de producción. España es una
potencia turística, pero tenemos que pensar en el futuro e
incorporar nuevas tecnologías de turismo a mercados exteriores.

Tenemos que anticipamos a los años malos que quizá
puedan venir. Por eso, yo le agradeceré un plan de actuación
de urgencia en el sector exterior con más detalle. Estas
acciones tendrán que ir acompañadas de un reforzamiento
de las oficinas comerciales. Deseamos que la diplomacia en
el exterior tenga un papel más agresivo, que vayamos con
menos complejos con respecto a otros países más agresivos.

Todo ello intente explicárnoslo, por favor, empresa pública
por empresa pública, organismo por organismo, instituto
por instituto, con evaluación de objetivos para hacer frente a
los próximos 18 meses. No queremos una valoración abstracta,
indefinida o sin precisiones. ¿Qué sectores son los
más afectados? ¿Cómo se articulan las medidas a estos sectores?
¿Cómo se va a apoyar la inversión? ¿Cuánto dinero
se destina y dónde se va a presupuestar?
Me referiré ahora, rápidamente, a comercio exterior y a
distribución. En esta materia, desde que ustedes acceden a
las responsabilidades de gestión sectorial en mayo de 1996,
no han realizado ninguna política coherente. Es más, vuelvo
a decir que ustedes no tienen política. El sector reconoce
en este momento los objetivos, si es que los tiene, y el
camino hacia donde vamos. Lo poco que ustedes han hecho
ha sido, aparentemente, una política continuista de la realizada
por el Gobierno socialista en años anteriores, pero en
la práctica ustedes la han desnaturalizado al no abordar los
nuevos retos de un sector en constante evolución y desarrollo.

Salvo las adaptaciones fiscales que ustedes han realizado
de carácter general, nada ha habido en estos dos años de
gestión que permita intuir una verdadera política sectorial.

En concreto y a la espera de sus explicaciones, que desde
aquí le emplazo a realizar, quisiera recordarle algunas cuestiones.




El proceso de desarrollo de la Ley de comercio está
prácticamente paralizado, y no me refiero exclusivamente
a su desarrollo reglamentario, algo evidente, sino a la
implementación de otra serie de instrumentos que favorezcan
una estructura comercial moderna y eficiente, capaz de
satisfacer las necesidades del consumidor y de impulsar un
sector tan importante no sólo desde el punto de vista del
empleo, sino de su significación en el PIB. Los efectos de
la ley, ampliamente consensuada, han sido positivos, como
todo el sector reconoce, pero al no estar complementada
con una política activa, con el desarrollo de los planes de
modernización del comercio y con el impulso de coordinación
con las comunidades autónomas, estamos a punto de
que quede vacía de contenido. Recuerde usted que la Ley
de comercio es una ley marco para poder desarrollar conjuntamente
con las comunidades autónomas que tienen las
competencias legislativas y ejecutivas correspondientes y
una auténtica política activa de desarrollo del sector, apoyando
la modernización especialmente de los pequeños y
medianos comerciantes, sin que ello suponga poner trabas
al desarrollo de otras fórmulas comerciales eficientes.

Tenga usted más coordinación. Si usted pasea hoy, 23 de
septiembre, por la Gran Vía, observará que hay todavía
tiendas con letreros de rebajas. Dígame si esto es posible.

El Gobierno anterior desarrolló un plan de modernización
del comercio interior consensuado con todas las comunidades
autónomas, plan que ustedes modificaron nada más llegar
al Gobierno, con el único resultado de rebajar las cantidades
presupuestadas y efectuar una pura territorialización
de la asignación de los recursos. Deberá usted explicarnos
también la asignación de fondos europeos para el plan de
modernización, las cuantías que ustedes han conseguido y
su aplicación. Aotro nivel, sigue sin abordarse la necesaria
realización consensuada por todo el sector de un código de
buenas prácticas comerciales, que permitiera caminar por
la senda de la autorregulación con acuerdo entre fabricantes,
distribuidores, etcétera, y que complementase por esa
vía las previsiones de la Ley de comercio.

En estos dos últimos años se está produciendo una tendencia
creciente de concentración comercial, hasta el punto
de que los ratios actuales nos sitúan por encima de muchos
países europeos, en especial si el análisis se realiza en el
territorio de algunas comunidades autónomas. Esta concentración
está dando como resultado situaciones de evidente
abuso de posiciones dominantes en el mercado. Ustedes
no parecen haberlo evaluado, ni siquiera están tomando
posiciones sobre sus riesgos para el sector comercial y, en
especial, para la actividad industrial de ámbito nacional.

Las alarmas detectadas sobre este asunto y sobre el incumplimiento
de la ley en materia de aplazamiento de pago a
proveedores, detectadas por el propio Observatorio de distribución
comercial, deberían ser al menos estudiadas por
ustedes con la finalidad de adoptar nuevos mecanismo de
adaptación legal y administrativa a estos problemas. Anunciamos
que recogiendo las sugerencias del sector, vamos a
presentar las iniciativas parlamentarias correspondientes
para su debate en esta Comisión.

Otros muchos temas de diversa significación para el
sector también están paralizados. Entre otros, le recuerdo
que sigue sin resolverse el problema de las retransmisiones
de partidos de fútbol de la Liga profesional a través del
mecanismo de necesario acuerdo entre todos los agentes
implicados: comercio, restaurantes, ligas de fútbol, televisiones,
y ahora lo tienen ustedes más fácil. Tampoco se ha
abordado la adaptación al euro para el pequeño y mediano
comercio. Falta una política coordinada con municipios y
comunidades autónomas sobre modernización de mercados
tradicionales. Y una iniciativa que hoy figuraba en el
orden del día de esta Comisión en segundo lugar, todavía
no ha tenido respuesta, que es la inexistencia de medidas
para resolver la incidencia negativa de los intereses de bancos
y entidades financieras por la utilización de tarjetas de
crédito y débito como medio de pago en los comercios.

También hay otro problema que está de actualidad y al que
ustedes tendrán que dar respuesta, que es la la concentración
de las empresas del sector azucarero, que ha creado un
monopolio en el sector. Le queremos preguntar qué piensa
el Gobierno del informe emitido por el Tribunal de Defensa
de la Competencia.

Con respecto a la política de pequeña y mediana empresa,
además de lo dicho hasta ahora quiero añadir lo siguiente.

El Gobierno ha concedido excesiva importancia a la
política macroeconómica general como elemento suficiente



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para que se aprovechen las oportunidades derivadas de
la creación de la zona euro en relación con la creación y
desarrollo de empresas competitivas, pero muy escasa
atención a las políticas de reformas estructurales y activas
que favorezcan la creación de riqueza y de empleo. La política
fiscal de las PYMES ha estado orientada casi exclusivamente
a la reducción de costes fiscales de las empresas,
sin tener en cuenta el resto de objetivos que debe satisfacer
la política fiscal -suficiencia financiera, neutralidad,
redistribución-, además de tener en cuenta la evolución
de los costes indirectos: subida de tasas, alza de las
comunicaciones,
los precios energéticos, etcétera. Ha habido una
total ausencia de innovaciones en política específica de
PYMES respecto a las iniciativas de los últimos gobiernos
socialistas. Así, la iniciativa PYME de desarrollo empresarial
no sólo reconoce su deuda con la iniciativa PYME de
desarrollo industrial, aprobada por el último Gobierno, sino
que supone un retroceso, al suprimir el Instituto de la
Pequeña y Mediana Empresa y al parcelar entre los Ministerios
de Industria y Economía las competencias y órganos
respecto a las PYMES. Ha faltado transparencia en la información
a la Cámara de los resultados de la política de
pymes desarrollada por el Gobierno, aspecto de especial
interés por cuanto que sobre las PYMES actúan una multitud
de políticas sectoriales y existen varias entidades y
empresas publicas con programas de ayudas y fondos
públicos dirigidos a ellas que no voy a leer aquí porque son
numerosas.

Paso a referirme a las cuestiones relativas de la política
turística. También en ella le adelanto nuestro sincero deseo
de acierto en su gestión. Entendemos que es posible converger
en las grandes lineas de definición y desarrollo de la
política turística española; una política común a la que nos
invitaba reiteradamente su predecesor con la justificación
de que esta industria era una cuestión de Estado donde el
consenso y la cooperación eran absolutamente imprescindibles.




También he de decirle desde ahora que esta loable
declaración de intenciones no encontraba a veces, en las
acciones prácticas, la realización adecuada por su parte;
asimismo, que esta actitud constructiva por nuestra parte
no nos exime de nuestro deber de criticar aquellos aspectos
de su gestión que en nuestra opinión no están resultando
acertados. Me voy a permitir expresárselo con todo cariño.

Así lo hemos hecho en diversos documentos públicos a lo
largo del último año -estoy segura de que usted los
tiene-, criticando aspectos de la gestión realizada por la
Administración a la que usted ahora pertenece. El plan de
1997 de estrategias y actuaciones de la Administración
general del Estado en materia turística, que nos parecía un
catálogo de buenas intenciones, no estaba cuantificado económicamente
ni acompañado de las medidas presupuestarias
adecuadas. El I Congreso nacional de turismo fue más
un montaje efectista que un acto de auténtica participación
y de sensibilización de la opinión pública sobre la importancia
del sector. Las 23 medidas de actuación anunciadas
por el ministro en la clausura del citado congreso, nos parecían
una realidad virtual. De hecho, hace unos meses su
predecesor decía que ya se ha cumplido el 80 por ciento de
los compromisos, lo que hace dudar de la exigencia y profundidad
de los compromisos adquiridos. De hecho, señora
Pisonero, el sector turístico español tiene en la actualidad
una serie de problemas entre los que quiero citar los
siguientes: la reducción efectiva en este presupuesto de
1998 del dinero directamente dedicado a turismo; la caída
experimentada por la inversión pública -y esto es muy
importante- en infraestructuras básicas para el futuro del
turismo; autovías, carreteras, costas y playas, programas
medioambientales, infraestructuras aeroportuarias; el
amplio y sugerente camino que queda por recorrer, dentro
de la cooperación turística regional, implicándose más
seriamente en los proyectos y con los proyectos de las
comunidades autónomas; la necesidad de disponer de un
marco amplio, definido e integrado de la gestión y el desarrollo
de los destinos turísticos municipales.

Tenemos una gran preocupación por el problema del
bloqueo de la política turística en el seno de la Unión Europea.

No me sirve decir que tenemos un español en la dirección
del área de turismo, es algo más importante. ¿Cuánto
dinero se ha captado de fondos europeos? ¿En qué se ha
utilizado? ¿Con qué programas hemos colaborado? Nos
preocupa la ausencia de atención por los problemas que se
presentan a los ciudadanos consumidores de viajes; el bloqueo
-y esto si que nos alarma mucho-, la paralización
de la integración de la Escuela Oficial de Turismo en la
universidad. La anterior Administración dejó iniciadas,
como usted sabe, las negociaciones con la Universidad
Autónoma de Madrid y el nuevo edificio en dicho campus.

Se comenzó después un proceso de marear la perdiz que ha
hecho perder tres años y ha provocado la incertidumbre
entre profesores y alumnos. Nos tranquilizan las crecientes
dificultades de los jóvenes estudiantes que quieren aspirar
a estudios de turismo para acceder a centros especializados
universitarios y posteriormente para tener horizontes razonables
de acceso laboral en el sector. Nos inquieta el escaso
crecimiento del empleo en el sector turístico en 1997, en el
año del empleo; las condiciones de trabajo de los empleados
de la industria turística, sus jornadas, sus horarios, los
derechos sociales.

Hay un aspecto que quiero destacar especialmente, y
usted nos lo ha dicho en su intervención de forma genérica:
la política de colaboración, el uso de los instrumentos y las
actitudes de cooperación en política turística. La Conferencia
sectorial de turismo sólo se ha reunido tres veces, pobre
balance de un órgano de cooperación tan importante. Si no
recibe un nuevo impulso quedará reducida a un débil y
cuasi simbólico papel de legitimación formal de la política
de la Administración. En general, parece imprescindible
insistir en este aspecto de la colaboración, de dar participación
a todos los agentes interesados en el sector. El camino
del consenso y del diálogo se hace practicándolos, huyendo
de mezquindades y sectarismos, no sólo calificando los
temas cómo asuntos de Estado.

Pedimos más pluralismo en los foros públicos promovidos
por la Administración turística, donde resulta escasísima
la presencia de voces y opiniones diferentes a las gubernamentales,
en concreto, y en lo que yo represento, voces
socialistas que tuvieron responsabilidades en el sector, que
tienen experiencia profesional y que podrían y querrían
ofrecer sus puntos de vista. Al contrario -esto me duele
decirlo, pero es verdad-, en programaciones de organismos
oficiales este mismo año ha resultado clamorosa la



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presencia en papeles estelares de varios ex ministros franquistas
y figuras varias del turismo predemocrático en
España.

Señora Pisonero, antes de terminar mi intervención, en
lo referido a la política turística me siento obligada a hacerle
una llamada de atención sobre aspectos relativos al personal
de su departamento. Incluso a medios de comunicación,
no sólo a otras referencias más discretas pero reales,
han llegado noticias y comentarios sobre nombramientos,
cargos y actuaciones de altos cargos que bordean la legalidad
y, en todo caso, la ejemplaridad y la eficacia exigibles
en el trabajo público que tienen encomendado. Estaremos
vigilantes, como es nuestra obligación, para pedirle información
y en su caso las responsabilidades que nos parezcan
necesarias.

Señora Pisonero, parece que a usted le va a tocar transitar
por una situación compleja en la que una intervención
diligente puede paliar alguno de los problemas de
nuestra economía. Cuente con nuestro apoyo si el Gobierno
se decide a seguir unas políticas activas, pero sepa que
le reprocharemos su inactividad si ustedes se limitan a
enumerar medidas que no ponen o no son capaces de
poner en práctica.

Como resumen, ¿qué pide el Grupo Socialista al
Gobierno? Pedimos que el Gobierno no esté pasivo, porque
el Gobierno tiene algo que decir y que hacer; que sea
realista ante los cambios que se producirán; que fomente la
competitividad de la Economía española; que impulse las
medidas de apoyo del comercio español en el exterior y del
resto de las áreas de la Secretaría; que se deje de complejos,
que sea valiente en la política internacional ante los
mercados: diplomacia sí, pero agresividad y negociar también;
coordinación de esfuerzos con las comunidades autónomas;
que participe más diligentemente en los foros internacionales
para que sea protagonista directo de una nueva
orientación de la economía mundial.




El señor PRESIDENTE: Señora Leyva, he de decirle
que el señor Homs me estuvo susurrando una inhibitoria de
jurisdicción, en la medida en que el turismo no es propio de
la competencia de esta Comisión, sin perjuicio de lo cual, y
también en la medida en que la señora secretaria de Estado
ha hecho ciertos matices y alusiones a su competencia en
materia turística, le hemos aceptado su discurso en torno al
turismo. Pero debo advertirle que las competencias en
materia de turismo, en lo que se refiere a su conocimiento y
fiscalización por esta casa, corresponden a la Comisión de
Industria, Energía y Turismo.




Por parte del Grupo Federal de Izquierda Unida, tiene
la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Bienvenida a esta
Comisión, señora Pisonero. La felicitamos por su nombramiento.

Para la gente de la izquierda siempre es muy
importante que una mujer, con independencia de lo que
piense y de cómo actúe, ocupe lugares relevantes en el
terreno de la política y de lo público.

Creo recordar que usted fue nombrada a finales de
junio. Ha pasado poco tiempo y usted se inscribe en la presentación
que hizo su antecesor con respecto a la política
que iban a seguir en la Secretaria de Estado. Nosotros ya
expusimos nuestras posiciones y, a partir de entonces, venimos
controlando la situación desde nuestro punto de vista
y se está desarrollando el debate tal como recoge el «Diario
de Sesiones». Usted no lleva todavía 100 días. Ha hecho
una exposición si no breve, fundamentalmente centrada en
un solo punto, al que yo me voy a referir, diciendo que
nosotros ya hemos pedido una comparecencia específica
sobre turismo -lo segregamos de esta comparecencia-,
ya que sobre este tema no estamos de acuerdo.

Usted, señora Pisonero, se ha situado hábilmente por
delante de la tormenta, antes de que ocurriera, que, como
mínimo, nos ha despeinado a todos a partir fundamentalmente
del mes de julio y durante el mes agosto. Usted se ha
situado ahí y con el mismo contenido con que se han situado
en otras ocasiones el señor Rato y algunos otros portavoces
del Ministerio de Economía, singularmente el señor
Montoro, quienes, por una parte, hacen alabanza y teorizan
sobre la estrategia de globalización y, por otra, nos intentan
decir que España es una isla, que España no se va a ver
afectada, que esos temas no tienen importancia. Incluso
cuando discutíamos con el señor Rato, después de insistir
tanto aquí como en la Junta de Portavoces sobre la necesidad
de la comparecencia del señor Aznar para ver el tema
del acuerdo multilateral de inversiones, él nos dijo que el
acuerdo multilateral de inversiones era un tema de poca
importancia y que iba a tener pocas consecuencias, que
ellos lo estaban tratando de manera bastante adjetiva en las
negociaciones y por eso no informaban a fondo; es decir
que era un tema secundario para el Gobierno actual. Nosotros
no estamos de acuerdo con esas apreciaciones ni con
que usted se sitúe por delante de la tormenta, con un discurso
ausente totalmente sobre lo que está sucediendo.

También hay que entender su discurso porque ustedes
constantemente están obsesionados con lanzar mensajes a
los mercados. Supongo que usted está pensando en que si
usted ahora con su discurso provoca cierto deterioro en la
Bolsa le van a echar una bronca de mucho cuidado. El Congreso
de los Diputados no tiene por qué estar supeditado
constantemente a esta situación. Cuando aquí comparece el
señor Rato se dice que hay que tener cuidado, cuando comparece
don Luis Ángel Rojo Duque se dice que hay que
tener cuidado, cuando comparece el señor Montoro, no
digamos; el señor Montoro siempre nos da el discurso de
Alicia en el país de las maravillas. Yo creo que la soberanía
popular se siente intervenida por los mercados financieros
y por la marcha de la Bolsa, y esto hay que desterrarlo de
una vez por todas.

Su discurso ha venido a decir que hay un ligero deterioro
del balance comercial compensado por la salud del
turismo; ése ha sido su discurso sin tener en cuenta la realidad,
lo que está ocurriendo y sus consecuencias. Porque
hay- dos niveles en los que todo el mundo coincide que
va a afectar esta crisis de manera muy intensa, el de las
exportaciones y el del consumo; ya está empezando a afectarles.

Aquí se ha hablado del efecto tequila -del tequilazo-,
incluso se ha hablado del efecto sake -yo es la primera
vez que lo había oído, por lo menos aquí, en el
Congreso-. Pero qué decir del efecto vodka (Risas) o del
efecto caipirinha (Risas) o del efecto ron, y si seguimos
así, del efecto jerez -permítame la broma-. Todo el



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mundo se está viendo afectado por esta situación y cada
vez son más los economistas que hablan de esto. Los economistas
son personas -no me refiero al señor Homs-
que, en general, tienen un espíritu de cuerpo tremendo,
nunca se separan del pelotón; no les pasa como a Jalabert
o a Olano, y ninguno se atrevía a hablar de recesión hasta
que Samuelson tiró la primera piedra. Cada vez se habla
con mayor libertad de principio de la etapa recesiva; no
hablemos del efecto Clinton, de estas situaciones en las
que los protagonismos, los liderazgos, pasando también
por el del Fondo Monetario Internacional y del Banco
Mundial, absolutamente en crisis, no están sabiendo pilotar
la situación. Yo creo que ustedes no la están afrontando
bien, no están programando bien las consecuencias, y
cuando empiecen a programarse ya será tarde. Ustedes
habrán salvado la Bolsa durante un período, dicho entre
comillas, pero no lo van a lograr, porque esa Bolsa es ya la
golondrina de la recisión; se viene teorizando cada vez
más sobre este tema. Ustedes van a intentar metennos en
una burbuja por razones electorales en función de teorías,
de pactos, de conversaciones, fundamentalmente con Convergencia
i Unió, de cara a marzo de 1999, pero la realidad
ya va por otro sitio, está afectando de lleno a exportaciones,
va a afectar al consumo y va a afectar, sin duda, al
turismo. Por lo tanto, ese discurso que usted nos ha dado
aquí es de principios del mes de junio pero no del 23 de
septiembre de 1998; no tiene nada que ver con este 23 de
septiembre que estamos tan apaciblemente viviendo en
esta Comisión de Economía.

Yo me quería referir fundamental y singularmente a este
tema que usted ha tocado. Ya hablaremos sobre el turismo
en su momento el resto de los temas en los que usted es
competente, cuando pase el tiempo y superemos este primer
tema de enorme importancia, ya los iremos viendo día
a día en esta Comisión, en el Pleno y donde corresponda.

Por lo tanto, yo le pregunto, señora Pisonero, cuáles son las
previsiones reales, qué medidas ustedes están tomando,
qué análisis real hacen ustedes con respecto a esta situación.

Es cierto que su análisis real es el de que no va a pasar
nada, de que no va a haber consecuencias, que solamente
se verá afectada una décima de las previsiones de crecimiento,
cuando en este momento, el diferencial de inflación
con respecto a la media europea es el doble que el de
los países punteros de Europa y, al mismo tiempo, se está
distanciando también el diferencial de crecimiento -en
España el crecimiento previsto es mucho mayor que el del
resto de los países europeos-. Esto deriva de un análisis
que no es serio, que no tiene en cuenta además la solidez
relativa de la estructura productiva de nuestro país. Por lo
tanto, yo le pido, puesto que usted ha centrado el discurso
en este tema diciendo que simplemente es un ligero deterioro
de la balanza comercial muy compensada por la solidez
del turismo, que nos aclare qué medidas de verdad van
a tomar a partir de hoy, 23 de septiembre, porque no estamos
a finales de junio, y las consecuencias de la crisis son
tan rotundas y claras que posiblemente están anunciando
ya un ciclo recesivo que, si va a golpear a muchos países
-por cierto, están haciendo ya previsiones (Alemania,
Francia, Italia, etcétera), golpeará con mucha más rudeza a
España no sólo por la falta de solidez de su estructura, sino
porque no se están tomando medidas, porque no se está
previendo la situación.

Ésta es mi pregunta que acoto en los términos en los
que usted ha hecho su intervención, señora Pisonero.




El señor PRESIDENTE: Señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: En primer lugar quiero
felicitar a la secretaria de Estado por su nueva responsabilidad.

Hemos tenido ya oportunidad de colaborar en sus
anteriores responsabilidades. No ha estado ajena a toda la
nueva orientación en materia económica que se está desarrollando
en esta legislatura porque ha participado directamente
en el equipo económico. Mi grupo la felicita por su
nombramiento y le desea aciertos, todos los posibles, en su
nueva etapa de responsabilidad. Vaya por delante la colaboración
de nuestro grupo para que puedan alcanzarse
estos aciertos, porque los deseamos. Oigo muchas voces
que prefieren que no se acierte en las orientaciones de la
política económica es más, casi se alegran de que haya riesgos
y así no se acierte, pero mi grupo, no; mi grupo se instala
en el ofrecimiento para el diálogo. Si hay diálogo con
nuestro grupo, señora secretaria de Estado, habrá colaboración,
sin duda, para procurar acertar entre todos en las decisiones
que haya que tomar.

Su comparecencia pertenece al grupo de las ordinarias,
por estar centrada en el análisis del comercio exterior. No
vamos a tocar ahora todos los temas de su competencia; sí
haremos algunas observaciones en torno al comercio exterior
y también sobre el comercio interior.

Mi grupo comparte los elementos y el análisis que se
ofrece en el documento que se ha remitido a los grupos
parlamentarios.

Es cierto que está centrado en el primer
semestre, quizá las cosas ahora tienen otro perfil, otro
matiz, atendiendo a las características que han ido tomando
las crisis del sudeste asiático, pero nuestro grupo no se predispone
a analizar esa crisis con excesiva preocupación.

Hemos de entender que la economía española cada vez
más está presente en todas las demás economías del
mundo y, por consiguiente, es lógico -y así debe ser-
que cualquier perspectiva de recesión que puedan experimentar
otras economías tenga su incidencia en la nuestra.

En los próximos diez años la Economía española debe
producir mucho más de lo que produce hoy y debe colocar
mucho más esta producción en los mercados exteriores.

Esta es la etapa de la Economía que se nos viene encima.

Por ello, una parte mayor de lo que producimos deberá
colocarse, además de la Unión Europea, en otros mercados
mundiales.

Es cierto que el sudeste asiático estaba experimentando
un crecimiento económico importante, excesivo, con unas
tasas muy elevadas. Por cierto, quiero decir al señor Alcaraz
que los economistas somos el grupo profesional que
tenemos menos espíritu de cuerpo. Quiero remitirme a
otros que S.S. estará de acuerdo conmigo en que en ese
aspecto de espíritu de cuerpo son mucho más evidentes. El
economista y su colectivo profesional es el más liberal, el
más abierto y el menos corporativista, y eso es un canto
que hago en honor a los economistas que pueda haber en
esta Cámara...




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El señor PRESIDENTE: Muchos, muchos.




El señor HOMS I FERRET: ... o fuera de ella. No
quiero hablar de los abogados, los notarios, los arquitectos
o cualquier otro colectivo profesional, pero, por si usted no
lo sabía, el cuerpo de economistas es el menos corporativista
que existe en el estamento profesional de este país.

(El señor Zabalía Lezamiz: ¡Muy bien¡)
Hecha esta observación, quisiera indicarles que es absolutamente
razonable y lógico que tras las turbulencias en
los mercados financieros del sudeste asiático y de Japón
como consecuencia de unas economías que iban creciendo
por encima de lo que serían tasas razonables y sólidas sobre
procesos garantizados del sostenimiento de su financiación
aquellas economías tuvieran al final ese ciclo que están
experimentando ahora de crisis por ausencia de solidez en
la financiación del propio crecimiento que estaban experimentando.

Rusia y el mercado de Sudamérica son otro problema,
pero el origen de la crisis que estábamos comentando
es una financiero, al no ser capaces de financiar
sólidamente unos crecimientos desmesurados en sus mercados.

La economía española exporta y vende productos a
estos mercados y se resiente en este aspecto, pero el impacto
que va a tener sobre nuestra economía es menor, es muy
pequeño, de momento, sin duda. Por las propias informaciones
que nos da la Secretaría de Estado -y en su informe,
si lo leen, lo verán-, el importante crecimiento que
han experimentado las exportaciones españolas, casi diez
puntos sobre trece, está centrado en el mercado europeo,
con lo cual estamos creciendo en el mercado europeo y
estamos penetrando con mucha fuerza en él y, en un aspecto
más marginal, en los mercados internacionales. No nos
extraña que tengamos un impacto por la recesión que puedan
experimentar estas economías del sudeste asiático y de
Rusia, pero va a ser un impacto relativamente pequeño, y
con ello no quiero quitar importancia a la evolución que
pudieran tener las crisis en esos paises.

Quisiera anticipar a la Secretaría de Estado, precisamente
porque observamos que la evolución de la exportación
en España está centrándose preferentemente en el
mercado europeo, que estamos observando ya reacciones
de dicho mercado frente a nuestras entidades e instituciones
y a nuestro mercado interior para protegerse de esta
fuerte penetración que está teniendo la producción española
en el área europea. En los próximos meses tendremos
que reforzar todos los instrumentos para favorecer la
exportación. No podemos replantearnos ninguno y eliminar
ninguno de los actuales instrumentos, todos los instrumentos
que hoy existen en nuestra economía deberán reforzarse
y potenciarse mucho más, incluso los que van
destinados a penetrar más en el mercado europeo. Por ello,
deberíamos estar atentos a estas estrategias que desde la
Unión Europea y desde algunos paises europeos se están
desarrollando para frenar nuestras exportaciones al mercado
europeo. Yo quisiera invitarle a que, por parte de la
Secretaría de Estado se pronuncien en contra de las peticiones
que está formulando la Unión Europea para revisar
algunos de nuestros instrumentos fiscales, instrumentos
fiscales que deben reforzarse, y se nos están planteando
una crítica o revisión de esos instrumentos precisamente
porque estamos penetrando con fuerza en el mercado europeo.

Por tanto, mi grupo ya le anticipa que no estaríamos
por la labor de revisar algunos marcos legales que están
favoreciendo en estos momentos la penetración de exportaciones
en el mercado europeo, y si es posible deberíamos
reforzarlos todavía más. (El señor Vicepresidente, Martínez
Sanjuán, ocupa la presidencia.)
Quisiera también trasladarle que creemos que algunos
de los instrumentos hoy existentes para reforzar las exportaciones
deberían desarrollarse mucho más. Me refiero a
los tres fondos que se presupuestaron en este ejercicio.

Creo que su Secretaría debería priorizar en su nueva etapa
cómo desarrollar esos instrumentos y cómo concentrar
estos recursos para fomentar todavía más las exportaciones,
en un momento en que, según las previsiones, como
usted nos ha indicado, las exportaciones van a descender
un poco más de lo que podían haber previsto inicialmente
y, en cambio, vamos a tener un crecimiento del déficit
comercial de nuestra balanza comercial. Por tanto, razón
de más para reforzar todos aquellos instrumentos que nos
permitieran incrementar el proceso de exportación. Por
ejemplo, medidas fiscales. ¿Por qué no tomar nuevas medidas
fiscales para determinados mercados emergentes, para
poder fomentar también el crecimiento de las exportaciones,
y precisamente en aquellos paises en los que hay más
crisis o inestabilidades que pudieran afectar a estas exportaciones
que ya estamos realizando? ¿Por qué no planteamos
de una vez por todas la privatización de una parte de la
Cesce y poder ofrecer a la Economía española otro marco
jurídico distinto para poder asegurar las exportaciones
españolas? Solamente tiene sentido que esté en manos del
sector público el riesgo político, pero el riesgo económico
¿por qué tiene que estar en manos de una institución pública?
El riesgo económico que lo asegure el mercado. Liberalicemos
este ámbito de aseguramiento del riesgo comercial
y del riesgo económico y dejemos en una institución
pública asegurar el riesgo político, cuando estrictamente es
así. Así está funcionando en toda Europa. todavía no hemos
hecho esta reforma en España y deberíamos afrontarla. O
bien el propio ICEX, que ha tomado otras orientaciones.

que nuestro grupo le parecen bien las nuevas orientaciones
que ha ido tomando, pero eso hay que ir reforzándolo, evidenciando
esta nueva estrategia que está llevando dicho
organismo.

En definitiva, en cuanto al tema de comercio exterior
quisiera terminar indicándole que la clave para que en los
próximos cinco años España pueda crecer en sus exportaciones
está en intensificar hoy las actuaciones en I+D. Si
sabemos dar más medios a la economía española para
investigar y desarrollar nuevas aplicaciones tecnológicas,
seremos más capaces de colocar producción en el mundo.

Por tanto, la clave de nuestro futuro crecimiento en el exterior
está en invertir en I+D. ahí tenemos una asignatura
pendiente, hace muchísimos años que España está todavía
por desarrollar determinadas reformas jurídicas y legales
para favorecer los comportamientos de investigación. El
otro día tuvimos en el Pleno de la Cámara una proposición
no de ley, que se aprobó por unanimidad de todos los grupos,
que indicaba y relacionaba toda una serie de lineas de
actuación y de políticas. Lo único que puede decir nuestro
grupo es que nos gustaría que estos deseos, estas instrucciones,
estas previsiones políticas de medidas económicas



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dirigidas a potenciar la investigación y el desarrollo se ejecuten
lo más rápidamente posible, precisamente en un
momento en que crecemos que la economía podría necesitar
de esas nuevas medidas para fomentar nuestro crecimiento
exterior.

En cuanto al comercio interior, simplemente aprovecho
su comparecencia para remitirme a una futura comparecencia,
porque creo que seria más interesante tocar ese tema
monográficamente en una sesión en la que tuviéramos más
tiempo para entrar en detalle, pero si quisiera trasladarle
que creemos que el plan de modernización del sector debería
hacerse más evidente en su actividad. El mundo del
comercio en general y del comercio en particular no ha
notado ese plan y no ha logrado percibir las pequeño
comercio no ha notado ese plan y no ha logrado percibir las
incidencias del plan, que en algunos elementos está definido
y se han hecho esfuerzos de definición y concreción,
pero luego en la práctica no han notado ningún impacto de
modernización del sector. Por tanto, algo habrá que hacer
para que lo que está escrito en los papeles llegue a las puertas
de los establecimientos comerciales. Sabe usted muy
bien que la Ley del Comercio prevé unos plazos de liberalización
de horarios, condicionados a la aplicación de este
citado plan.

Llegará el momento y si estos planes no se han desarrollado
con eficacia, el mercado nos pedirá que no se den
esos pasos de liberalización, y tendrán razón.

Respecto a la problemática del aplazamiento de pago
que la ley de comercio intentó afrontar, se ha dado un paso
importante, pero han quedado algunos flecos que el desarrollo
de la ley está poniendo en evidencia que no es operativa
y que no está funcionando. Algunos artículos novedosos
de la Ley de Comercio no están siendo rigurosamente
aplicados. Las ventas a pérdida y todos los procedimientos
de pagos aplazados están teniendo muchas complicaciones
interpretativas desde el punto de vista jurídico y sería interesante
que tuviéramos oportunidad de tratar el tema con
más detalle.

Yo me sumo a la valoración política de que el comercio
interior en este momento está experimentando una de las
mejores etapas de los últimos años. Jamás habíamos tenido
unas previsiones de crecimiento de nuestro comercio interior
como las que estamos teniendo ahora. Gustará o no a la
oposición, comprendo que la oposición no debe admitir
nada, pero la realidad es que prever un crecimiento de la
economía para el próximo ejercicio del 3,8 y estar hablando
de un crecimiento del comercio interior de en torno al
3,2 por ciento es un dato muy positivo. La consecuencia de
esos crecimientos es que en los últimos doce meses se han
creado en España 470.000 empleos netos, resultado de que
las cosas están evolucionando con una buena perspectiva.

Quiero terminar, señor presidente, indicando que si es
deseo de la presidencia y de la Secretaria de Estado, no
tengo inconveniente en comentar brevemente el segundo
punto de su comparecencia, relativo a las tarjetas de crédito,
y subsumir en esta intervención el punto siguiente del
orden del día. Pero si está previsto por los demás grupos y
por la presidencia hacer un punto y aparte e iniciar otro
debate, intervengo luego.

El señor VlCEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán):
Señor Homs, por economía procesal, si está en condiciones
de intervenir, la señora secretaria de Estado no tiene ningún
problema y contestará debidamente a su fijación de posición.

Estoy convencido que S.S. lo hará con eficacia.




El señor HOMS I FERRET: Sabe el señor presidente
que estoy casi siempre en condiciones de todo lo que usted
quiera.




El señor VICEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán):
Tampoco es eso, señor Homs. Intervenga sobre el tema de
las tarjetas de crédito y deje otros temas colaterales para
donde usted crea que sea menester.




El señor HOMS I FERRET: La solicitud de su presencia
es para explicarnos las medidas que pueda adoptar el
Gobierno para propiciar un descenso de los tipos de interés
que se aplican a los usuarios de tarjetas de crédito y una
reducción de las comisiones que se aplican por parte de las
entidades financieras y emisoras de tarjetas electrónicas a
los comerciantes. Es un tema que usted conoce perfectamente
bien. El comercio y las organizaciones que representan
a los comerciantes llevan años levantando la voz con
preocupación sobre cómo está desarrollándose el mercado
en esos dos temas. Mi grupo presentó hace casi un año, en
julio de 1997, una proposición no de ley en la que recababa
del Gobierno la realización de un estudio, que debería centrarse
en la evolución de los tipos de interés aplicables en el
mercado a todos los activos financieros, pero también planteaba
que se analizara la evolución de los tipos medios de
interés que aplican las entidades financieras a los usuarios
de crédito al consumo y analizar la evolución más reciente
de los tipos de interés medio que aplican las entidades
financieras a los descubiertos en cuentas corrientes y a los
excesos en las cuentas de crédito. Asimismo, se añadía en
esa moción analizar la evolución de los tipos de interés que
aplican las entidades financieras a los usuarios de tarjetas
electrónicas por la disposición de dinero en efectivo o también
las comisiones que aplican las entidades financieras a
los emisores de tarjetas electrónicas de crédito, de débito o
las llamadas tarjetas monedero. Este estudio no ha llegado
a la Comisión de Economía. No es su responsabilidad, pero
como sé de su eficacia y de su capacidad, le invito a que su
nueva etapa pueda dar contenido a esa petición que se ha
hecho la Cámara, que estoy seguro que los servicios técnicos
deben tener ya casi terminado y podría usted comparecer
ante la Comisión para presentar los resultados de ese
estudio.

Este estudio pedía una descripción concreta de la evolución
de los tipos de interés aplicables a los activos financieros.

Mi grupo está convencido, y tiene constancia de ello,
de que el mercado ha trasladado a los activos financieros la
caída de los tipos de interés y que los bancos y las instituciones
financieras han hecho una adecuada traslación de la
reducción progresiva de los tipos de interés a sus respectivos
tipos aplicables a los distintos activos financieros. Es
más, ahora no pretendemos exigir más reducción de dichos
activos a no ser que se reduzcan los costes de los pasivos,
que es por donde debería evolucionar el sector financiero,
ajustar más sus tipos impositivos aplicables a los activos,



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pero sobre una base sólida de ajuste de costes en los pasivos.

(El señor presidente ocupa la Presidencia.)
Hay una asignatura pendiente y es la de los tipos que
se aplican a los descubiertos en las tarjetas de crédito.

Nuestro grupo entiende que aplicar un 1,9 mensual sobre
las cantidades que se difieren más de 30 días es excesivo.

Hay una ley que fija unos niveles máximos de aplicación
de tipos de interés sobre descubiertos o sobre excesos en
las cuentas de crédito y quizás se debería tomar la iniciativa
de bajar esos topes máximos. Ya se adoptó en su día la
decisión de bajar del 28,si no recuerdo mal, al 22 ó 21 por
ciento, pero ahora este porcentaje ha quedado desfasado y
se tendría que ajustar a los niveles más adecuados en estos
momentos. La pregunta de su comparecencia pretendía
también analizar por qué razón se tienen que estar aplicando
en estos momentos tipos de interés tan elevados a los
descubiertos por tarjetas de consumo a crédito cuando el
mercado...




El señor PRESIDENTE: Señor Homs, discúlpeme, no
sé si estuvo usted al inicio de la Comisión, pero en principio
íbamos a ver exclusivamente el orden del día en lo que
se refiere al informe cuatrimestral de la secretaria de Estado
de Comercio y su comparecencia se relativizaba a este
asunto. Con posterioridad veríamos la comparecencia solicitada
por S.S. en relación con los tipos de interés y el descubierto
de las mismas. Si no le importa, interviene como
tenga por conveniente, por si se tiene que ausentar, pero,
posteriormente, la señora secretaria de Estado de Comercio
hablará sobre el tema relativo a la segunda de las comparecencias
por usted solicitada, o como usted desee, señor
Holms.




El señor HOMS I FERRET: Hago lo que usted me
mande, señor presidente. Simplemente, he preguntado
antes si por razón de economía de tiempo se podía subsumir
mi intervención sobre ese tema. Estoy a lo que la secretaria
de Estado prefiera. Si quiere contestarme y subsumir
la respuesta en su intervención posterior, adelante, y si no,
lo hacemos tras el siguiente punto.

Termino trasladándole que el comercio está preocupado
por esta rigidez del mercado y también por las comisiones
que no tienen nada que ver con los tipos de interés. Las
comisiones aplicables por parte de las instituciones financieras
a los agentes comerciales por la utilización de tarjetas
de crédito no tiene nada que ver con los tipos de interés
y no tiene por qué evolucionar a la par con los tipos de interés.

La razón de mi pregunta es que el mercado está quejándose
de que las tres empresas que concentran el negocio
estén exigiendo porcentajes del orden del 5 ó 6 por ciento.

Una comisión del 6 por ciento por el solo hecho de utilizar
un procedimiento de pago entendemos que es excesiva,
frente a un mercado que está ofreciendo créditos a tipos de
interés del orden del 5 ó del 6 por ciento a largo plazo.

Contribuiría
el Gobierno, que no está en su mano, porque esta
es una relación de competencia y esto está cedido a la libertad
de mercado, pero el Gobierno podría estar predispuesto
a hacer la pedagogía política necesaria, y ya nos entendemos
cuando digo política necesaria entre comillas, para que
el mercado tomara conciencia de que esta relación es desigual
y que está perjudicando la buena evolución de la economía.

Porque no se crean ustedes que el sector del comercio
no interioriza esta situación dentro de su dinámica de
precios. Tengan ustedes presente, señorías, que por tarjetas
de crédito se están utilizando casi 13 billones de consumo
anual, lo cual supone un 5, un 6 ó un 3,5 por ciento de
media de comisión -cifra a la que apuntan las estadísticas-
por utilización de ese procedimiento de pago, y la
verdad es que es una cifra que está por encima de las
medias europeas. Sé que esto no está al alcance del Gobierno
-mi grupo es partidario de la libertad de mercado y
esto entra en el ámbito de las relaciones de competencia-
pero creo que deberíamos hacer la pedagogía política necesaria
para poder contribuir a un proceso de ajuste. Ya sé
que instituciones comerciales importantes que tienen capacidad
de competencia negocian comisiones más ajustadas,
pero el minoritario, el pequeñito, no tiene capacidad para
poder competir con los planteamientos que el mercado
ofrece en esos procedimientos de pago. Por consiguiente,
creo que ahí hay un desequilibrio. Yo simplemente transmito
la preocupación del sector del comercio. Sé que la
Secretaria de Estado la conoce perfectamente, sé que el
Gobierno la conoce perfectamente, el director de Comercio
la conocen perfectamente, sé que no está a su alcance tomar
esas decisiones, porque es algo que está cedido a la libertad
del mercado, pero deberíamos poder hacer algo. De ahí
nuestro deseo de instarles, además de a que se conozca el
estudio que hemos aprobado en esta Cámara, a que se
conozca también qué cosas podríamos hacer, aunque sean
pocas, en torno a ese tema de las comisiones; aunque esté
el tema de los intereses por descubierto, sí creo que se
podría hacer alguna cosa más porque la ley establece un
tipo máximo de referencia para los descubiertos en las
cuentas corrientes que van vinculadas al consumo mediante
tarjeta de crédito.

Señor presidente, si la secretaria de Estado quiere contestarme
en un turno global, me daré por contestado; y si lo
quiere hacer separadamente, estaré encantado de que lo
haga después.

Muchas gracias, y le reitero mis felicitaciones por su
nueva responsabilidad y la predisposición de mi grupo a
dialogar con usted para tirar adelante de este país, que es lo
que necesita que hagamos entre todos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Vasco (EAJ PNV), tiene la palabra el señor Zabalía Lezamiz.




El señor ZABALÍA LEZAMIZ: Señorías, quiero que
mis primeras palabras también sean de bienvenida a la
secretaria de Estado de Comercio, a la que deseo mucho
éxito en sus nuevas funciones y responsabilidades. Y quiero
que sepa que tiene el ofrecimiento de mi grupo parlamentario
para colaborar en todos aquellos aspectos que
hagan posible mejorar la política de su departamento, que
creo que es una voluntad de todos. Le reitero mi felicitación
y le deseo mucho éxito.

Mi grupo parlamentario tenía un doble interés en esta
comparecencia y tengo que pedir disculpas por no haber
podido asistir en un primer momento a su intervención por
el problema de tener que estar en muchos sitios a la vez e
intentar llegar a todos; como digo, le pido disculpas por no



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haber escuchado íntegramente su intervención y por si en
algún momento hago una pregunta o una reflexión que
usted ha contestado en su intervención- por una parte,
analizar la situación del comercio exterior y las previsiones
para este año 1998, fundamentalmente porque hay una
incidencia,que creo que los anteriores intervinientes habrán
apuntado, que hace referencia a la situación de la economía
internacional con los últimos sucesos que todos conocemos.

Ésa era una de las preocupaciones y un interés especial
en esta comparecencia. Y, por otra, conocer su política
respecto al departamento, algo que creo que no se ha hecho
y que quizás sea un contenido que desborda esta comparecencia,
pero cuando hay un cambio en la responsabilidad
de Gobierno y en un departamento tan importante como el
suyo, con tantas funciones, nos gustaría conocer si su política
va a ser continuista -aunque, en cualquier caso, siempre
hay variaciones por la impronta de las personas que
están al frente del mismo-, si se va a seguir con los mismos
proyectos y objetivos que se tenían o qué cuestiones
cree que deben cambiarse, modificarse, acelerarse o desarrollarse
de otra forma. Es decir, si no fuese éste el momento,
me gustaría emplazarle en otro para conocer con detalle,
de la misma forma que lo hicimos en su día, cuando se hizo
cargo del departamento el señor Norniella, cuál va a ser su
política en la Secretaría de Estado en la nueva etapa en la
que le toca estar al frente del mismo.

Preparando ayer algunas cuestiones que quería plantearle,
la primera era una pequeña crítica respecto del informe
que nos habían enviado del primer cuatrimestre. Cuando
ya tenia preparada esa primera crítica, que me estaba
doliendo mucho por ser la primera vez que viene aquí y yo
tenia que empezar a protestar, me llegó el informe del primer
semestre, con lo cual tuve que retirar la primera ligeramente,
porque sigo manteniéndola por el esfuerzo al analizar
unos datos de acuerdo con un informe y, a las pocas
horas, tener que volver a hacerlo con otro.

Al margen de lo que puede ser una anécdota, creo que
hay una cuestión que habrá que analizar con más profundidad.

De los datos que se desprenden del informe de
enero-junio veo que se recoge más o menos una continuidad
en las cifras de comercio exterior con respecto a las
que se tenían del anterior informe, el de enero abril. El
crecimiento de esas exportaciones sigue estando en torno
al 13 por ciento, incluso algo más en el segundo informe;
las importaciones también están en la línea del 14 por
ciento (14,9), con tendencia a un ligero aumento del déficit.

Es decir, se ve que en estos momentos la Economía
española, desde un ámbito de análisis globalizado, todavía
no está sufriendo excesivamente los efectos de las crisis
asiática y rusa, ni tampoco de los problemas que están
empezando a tener los mercados latinoamericanos. Pero
eso también es lógico, porque todos sabemos que la repercusión
de estas crisis en las magnitudes macroeconómicas
se traslada, no es de efecto inmediato. El efecto inmediato
se produce a nivel microeconómico, es decir, a nivel
de empresas que en estos momentos ya están empezando
a sentir los efectos de las crisis, y en ese aspecto, todas
aquellas empresas que tienen proyectos y comerciales con
estas áreas ya están viendo sus efectos. Por lo tanto, habrá
que tener en cuenta y valorar que en estos momentos los
datos macroeconómicos que manejamos, y que son de
hace tres meses, aproximadamente, no recojan estos efectos.

Pero eso no quiere decir que no se estén produciendo
ya, y de una forma directa en algunos sectores y en algunas
empresas. Lo que quiero decir con esto es que no hay
que minusvalorar dichos efectos, que se van a producir y
que van a tener reflejo posiblemente en el próximo año,
pero que ya en estos momentos están teniendo repercusiones
directas sobre algunos sectores de nuestra economía
y algunas empresas. De hecho, hay una cosa que ya
está asumida, y es que en el año 1998 el efecto de las
exportaciones sobre el crecimiento del producto interior
bruto va a ser negativo, algo que el año pasado no sucedió.

Incluso la valoración de ese efecto negativo, que es
del 0,5 por ciento, según las previsiones que tiene el
Gobierno, es quizá baja teniendo en cuenta que los informes
de la OCDE están previendo que con motivo de la
crisis en estas áreas el efecto de las exportaciones van a
tener en la Economía estas crisis es del 1 por ciento. Ese
medio punto que pueden influir las exportaciones en el
crecimiento es posible que sea mayor. Es cierto que hay
un informe de coyuntura de información en el que algunas
empresas manifestaban que no estaban notando este
efecto. En estos momentos esto no es Así y por los contactos
que tenemos y las conversaciones con empresas
que tienen relaciones comerciales con los países asiáticos
y latinoamericanos están preocupadas con este efecto. Por
tanto, existe una crisis, que tiene una importancia y que
nos hace ser no tan optimistas como éramos hace unos
meses. Esto no quiere decir que tengamos que asustar a
los mercados con algunas opiniones negativas, pero la
realidad nos hace ver que es necesario tomar medidas
para que ese efecto sea el mínimo posible.

Hay unos factores que van a influir negativamente y
son importantes, como son la repercusión sobre el comercio
con estos países emergentes asiáticos y latinoamericanos
debido a la devaluación de sus monedas, que va a
mejorar su competitividad y, por contra, va a perjudicar
nuestra competitividad empresarial con respecto a las
empresas de estos países, además de que se creará un problema
de morosidad. Son aspectos negativos que hace falta
analizar para intentar cuantificar esa incidencia. Esto lleva
a que es necesario reconocer la importancia del peligro que
van a representar de una forma directa o indirecta estas crisis
y ello no significa simplemente el conocimiento del
hecho sino que es algo más, es tener una actitud para buscar
soluciones. Por el problema de la globalización de la
economía, es algo que está empezando a influir en todos
los países, que ya han comenzado a tomar medidas, y nosotros
debemos hacerlo también. No vale simplemente reducir
en una décima la previsión de crecimiento de la economía
-como parece ser que se intenta para los presupuestos
de 1999- y decir que la incidencia de estas crisis en la
economía española va a ser muy pequeña y quedarnos tan
tranquilos. Hay que adoptar una actitud más responsable
por parte del Gobierno, y en lo que a usted le corresponde,
dentro del sector de comercio exterior, hay mucho que
hacer. Sería interesante valorar y cuantificar su incidencia y
por parte de su departamento hay que impulsar la política
comercial.

¿Cómo se puede impulsar esta política comercial? De
muchas formas, pero me voy a referir a dos exclusivamente



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que pueden ser más directas. Las oficinas comerciales en
los países donde se están produciendo las crisis deben de
jugar un papel importante. ¿De qué forma? Primero, son
las que más y mejor pueden conocer la situación, las que
mejor pueden valorar la incidencia sobre el comercio español
con respecto a esos países y las que deben informar,
asesorar y apoyar incluso a las empresas que están introducidas
ya y que tienen nuevos proyectos en estos países.

Aquí deberán actuar activamente las oficinas comerciales
con respecto a las empresas que están ya instaladas, que
tienen proyectos o que tenían previsto entrar en relaciones
comerciales.

También habría que hacerlo a través de otra medida
fundamentalmente de tipo financiero. Aquí me voy a referir
a algo que es una preocupación de mi grupo parlamentario,
que no es nueva pero que no llega a resolverse, y es el
problema de la financiación a través del FAD. El FAD fue
un instrumento muy válido que ha hecho posible que se
hayan podido desarrollar proyectos empresariales en los
mercados emergentes asiáticos y latinoamericanos. Por su
objetivo y razón de ser era un instrumento cuya utilización
iba decreciendo y que en principio y de acuerdo con lo que
nos anunció el secretario de Estado en su primera comparecencia
cuando nos habló de la política del departamento,
creo recordar que el FAD iba a ser sustituido por una ley de
fomento a la exportación que estaba prevista a través de un
grupo de trabajo que estaba realizando estos análisis en el
Ministerio. Esa ley de fomento a la exportación no se ha
llevado a efecto. Al final tenemos una sustitución de la
misma como es la Ley de Cooperación al Desarrollo que,
desde luego, no está trayendo más que problemas; tantos
problemas como que todavía no tenemos muy claro cuál va
a ser el objeto de esta forma de actuación en cuanto a la
financiación de proyectos, por cuanto se mezclan los proyectos
empresariales con otros de cooperación al desarrollo.

Aquí se producen problemas de todo tipo. Hay problemas
internos, y lo hemos visto reflejado, entre
departamentos del Ministerio de Exteriores y el Ministerio
de Economía, donde radica el área de comercio, en cuanto
a la tramitación de la ley, que se realizó en la Comisión de
Asuntos Exteriores, con lo cual los diputados que estamos
en la Comisión de Economía no intervinimos teóricamente
en su proceso. Los propios diputados que han tramitado la
ley en la Comisión de Asuntos Exteriores tienen un concepto
de estos temas distinto del que podamos tener los que
estamos en la de Economía. Se están produciendo una serie
de confrontaciones y de intereses que, al final, no hacen
más que perjudicar y que en estos momentos no haya un
instrumento que pueda sustituir, con la eficacia que tenía,
el Fondo de Ayuda al Desarrollo, es decir, el FAD.

Entiendo que este tema pueda desbordar a sus competencias,
pero el Gobierno lo tiene que tomar con seriedad.

Es necesario aclarar y separar la financiación de los proyectos
de cooperación de la de los proyectos empresariales
de exportación y es necesario, además, que esa separación
sea con todas las consecuencias en el ámbito presupuestario,
debiéndose establecer un presupuesto para cada una de
esas, digamos, direcciones, líneas o departamentos. Esto es
algo absolutamente necesario porque, si no, al final vamos
a seguir arrastrando los problemas que está creando la indefinición
con respecto a la financiación de proyectos de cooperación,
mezclando unas cosas con otras.

Sólo un dato que pude ver en su día daba sentido a la
importancia que tiene el FAD en los proyectos empresariales.

Si no tengo mal mis datos, el año 1997 existía un volumen
de operaciones susceptibles de ser financiadas con un
FAD de 300 millones, cuando teníamos un presupuesto de
80 millones de pesetas. Creo que existe es un índice de las
posibilidades que puede tener este instrumento. Ya sé que
me va a decir que hay algunos países que ya no pueden
acogerse a este instrumento porque han pasado de los límites
que estaban establecidos, pero es un requisito fijado por
la Comunidad Europea y, posiblemente, sería interesante
que el Gobierno español intentara modificar esos requisitos.

Lo que nosotros tenemos que considerar como prioridad
es la necesidad de apoyar todos los proyectos empresariales
de todos estos mercados emergentes, y si es preciso
cambiar las reglas, habrá que cambiarlas; pero el objetivo
prioritario debe estar siempre presente. Y si no es posible
cambiar las reglas, hay que buscar instrumentos que lo sustituyan,
pero en cualquier caso, y en estos momentos más
que nunca, creo que es necesario trabajar en ese sentido.

Como quería que fuese éste el centro de mi exposición,
no quiero entrar en otras cuestiones, porque ésta es una de
las preocupaciones fundamentales. Podríamos hablar de
muchos más aspectos relacionados con su departamento,
pero creo que no son el motivo de la comparecencia, aunque
sí me gustaría -como he dicho al principio- que en
una próxima ocasión pudiera hablarnos de sus proyectos, si
es que no lo ha hecho ya, porque igual se ha referido a ellos
antes y yo -lo siento- no he podido atenderle.




Hay un aspecto sobre el que ya me he pronunciado otras
veces y que usted posiblemente conocerá, pero que se lo
traslado directamente, que es una cierta preocupación por
el papel que puede jugar el ICEX en el futuro. Como usted
conoce, yo siempre he sido un defensor del Instituto de
Comercio Exterior y en mis funciones en el Parlamento he
apoyado también -porque estoy en la Comisión de Presupuestos-
que el presupuesto del ICEX se incrementase
anualmente (creo que el apoyo es conocido por parte del
Gobierno), pero también creo -y lo vamos a ver dentro de
pocas fechas- que los presupuestos cada vez son más restrictivos.

No se puede contar con que el ICEX vaya a tener
en el futuro unos crecimientos presupuestarios como los
que haya podido tener en otras épocas y quizás, al final,
nos tengamos que conformar con mantenerlos. Esto obliga
a rentabilizar esos presupuestos. Por lo tanto, hay que tener
cuidado con las novedades o experiencias que podamos
hacer con el ICEX en algunos aspectos, porque además los
proyectos en los que participa el ICEX -cualquiera de
ellos, como pueden ser las expotecnias o las expoconsumos-
no son, digamos, menores, porque tienen un presupuesto
muy importante. Ala vista está (sólo me voy a remitir
a los hechos, evitando subjetividades) que las
expotecnias, hasta ahora, han sido un éxito y una experiencia
positiva, y aunque muchas veces no sepamos demasiado
de los resultados, porque no se producen directamente
sino a través del tiempo, sí tenemos constancia -por los
contactos con los sectores y con las empresas- de que
todo el mundo veía las expotecnias como uno de los aspectos



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importantes que estaba desarrollando la Secretaría de
Estado. Sin embargo, en relación con la novedad sobre los
proyectos de expoconsumo, en su momento manifesté mis
reticencias y mis preocupaciones a la vista de la que se
desarrolló en Japón, puesto que para mí fue una experiencia
no demasiado positiva. Ya se me adelantó que se va a
continuar con esos dos proyectos, pero a mí me gustaría
que el departamento analizara detenidamente si habrá que
hacer menos expotecnias para hacer más expoconsumos.

Me van a decir que se van a hacer las dos, pero vuelvo a
repetir: si no existiera una de las dos, el presupuesto sería
para una. Por lo tanto, sí tiene influencia. Creo que en este
aspecto hay que tomar decisiones y, además, hay que
hacerlo con un talante flexible, acomodándose a las necesidades
del momento. Por eso es importante analizar la situación
económica que se puede producir con respecto a las
crisis de los países asiáticos y valorar la necesidad de que
estos proyectos modificados o no, pero es evidente que hay
que tener en cuenta esta situación para tomar las decisiones.

Quiero dejar esta reflexión encima de la mesa porque
al hablar de organizar una expoconsumo o una expotecnia
estamos hablando de más de 1.000 millones de pesetas y
esto requiere tener muy claras las ideas y, sobre todo, trabajar
en contacto muy directo con los sectores empresariales,
con las asociaciones y las empresas, porque no podemos
permitirnos el lujo de fracasar en uno de estos proyectos.

Éstas son algunas de las reflexiones que quería dejar
apuntadas en esta primera comparecencia suya. Espero que
en algunas posteriores tendremos ocasión de tratar de otros
temas, pero estos son los que a mí, en un primer momento,
me gustaría que usted conociese con respecto a lo que
opina nuestro grupo parlamentario. Como le decía al principio,
le deseo mucho éxito en su trabajo. Espero que a las
comparecencias cuatrimestrales que tenemos ya aprobadas
pueda venir con informes, pero -me atrevo a decir- no
sólo de la situación económica. Amí me gustaría que, aparte
de estos datos -que los puede enviar en cualquier
momento-, completara el informe que traiga en su comparecencia
con algunas otras cuestiones relacionadas con
su departamento y que pueden ser de interés para esta
Comisión, porque, al final, aparte de la información que
tenemos (y no sólo de comercio exterior, porque esto también
aparece en los medios de comunicación), nos enteramos
de muchos aspectos de política económica de su
departamento a través de los medios de comunicación. Por
eso repito que este informe, que puede ser válido, para mí
debería ser un poco más amplio, con el fin de poder entrar
en detalle sobre algunos aspectos que usted quiera comunicar
a la Comisión. Puede haber cuestiones que usted nos
quiera ir adelantando, por ejemplo, de los observatorios
que están empezando a funcionar, sobre turismo, comercio
exterior o sobre la pequeña y mediana empresa, que no sé
si he leído en algún sitio que existe o que estaba previsto.

Hay toda una serie de cuestiones que me gustaría que estuvieran
en el informe y que pudieran ser motivo, quizá, de
ciertos comentarios en estas comparecencias de los secretarios
de Estado y, en este caso, usted.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Gómez.

El señor GÓMEZ DARMENDRAIL: En primer
lugar, como es natural, quiero dar nuestra más cordial bienvenida
a la nueva secretaria de Estado, y desearle en nombre
de mi grupo todos los éxitos en su gestión. De paso,he
de agradecerle también la información que nos ha suministrado,
que ha ido incluso más allá de lo que era la propia
comparecencia.

La tradición parlamentaria de estas comparecencias
hace que se hable fundamentalmente de comercio exterior,
y yo me voy a ceñir a ese tema. Las pymes las dejaremos
para otra ocasión, porque tienen su propia entidad, igual
que el comercio interior, y el turismo, como muy bien dijo
el señor presidente, pertenece a la Comisión de Industria.

Quisiera también decir, señor presidente, que puesto
que el señor Homs ha intervenido sobre los temas de la
segunda comparecencia, me gustaría que, si es posible, después
de mi intervención sobre la cuatrimestral, la primera
comparecencia, interviniese mi compañero Diego Jordano
en torno a ese tema. ¿Está de acuerdo, señor presidente?



El señor PRESIDENTE: De acuerdo.




El señor GÓMEZ DARMENDRAIL: Muchas gracias.




Señorías, los datos sobre comercio exterior que han sido
presentados muestran una evolución de las importaciones
por encima de las exportaciones, fruto de nuestra situación
en un momento del ciclo en el que es la demanda interna la
que tira de la economía.

Tal y como ha explicado la secretaria de Estado, en este
primer semestre la exportación ha tenido un buen comportamiento,
creciendo casi un 14 por ciento nominal y un 13
por ciento en términos reales, mientras que el crecimiento
en volumen del comercio mundial este año será del 4,5 por
ciento.

Exportaciones e importaciones en el área comunitaria
están equilibradas en torno al 15 por ciento y nuestras
exportaciones se siguen comportando bien en los países de
la OCDE, Latinoamérica y países del Este, mientras que en
el sudeste asiático se nota la crisis financiera de estos países,
a la que luego me referiré.

Por otra parte, nuestro sector exterior cada vez se va
consolidando más como un elemento importante de nuestra
economía y nuestras empresas adquieren mayor fortaleza
y relevancia en el exterior como empresas internacionalizadas,
como demuestra el hecho de que las inversiones
españolas en el exterior hayan crecido un 9 por ciento,
superando la cifra del año pasado, que fue considerada
récord en este campo.

Además, los inversores extranjeros están mostrando
claramente su confianza en nuestro país, como lo demuestra
el aumento de un 28,6 por ciento respecto al primer
semestre de 1997 de las inversiones directas extranjeras en
España.

Si a esto añadimos un superávit por cuenta corriente y
de capital, mi grupo coincide plenamente con la apreciación
de la secretaria de Estado en cuanto a la solidez actual
de nuestro sector exterior, que además va a seguir contando
con todo tipo de apoyo por parte del Gobierno.

Pero la comparecencia de la secretaria de Estado se realiza
en un momento en que la situación económica mundial



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está planteando algunas dudas ante la aparición de diversos
focos de crisis. Los datos sobre comercio exterior del primer
semestre son positivos, y sin embargo, lejos de cerrar
los ojos ante los acontecimientos, conviene analizar los
posibles efectos de este nuevo panorama en el que sin duda
se van a notar las devaluaciones sufridas por las monedas
del sudeste asiático, por el rublo o la depreciación del dólar
entre otras cosas.

Uno de los efectos más directos sobre nuestra economía
se va a dejar sentir por la revisión en una décima de la previsión
de crecimiento en gran medida debido al incremento
de las importaciones que ven cómo tira con fuerza la
demanda interna y mejora la competitividad de aquellas
economías que han sufrido devaluaciones de sus monedas.

Ya dije que las exportaciones siguen creciendo a un
buen ritmo, por encima del 13 por ciento, gracias en gran
parte al proceso de internacionalización de nuestras empresas
que está teniendo lugar desde hace más de un ano, y los
datos que ha dado la secretaria de Estado de crecimiento de
la inversión directa en el exterior es lo que más contrasta
con situaciones anteriores de cambio de ciclo, en las que el
nivel de las exportaciones se reducía ante incrementos de
la demanda interna.

Conviene tranquilizar a los agentes económicos ante la
realidad de la situación y debe quedar bien claro que los
fundamentos de la economía española y de los países de la
OCDE son muy buenos. En España estamos conociendo
tasas históricamente bajas en cuanto a inflación y tipo de
interés se refiere, y respecto a esta.última variable la tendencia
sigue siendo bajista. Sin duda, el hecho de haber
conseguido integrarnos en la Unión Económica y Monetaria
ha tenido mucho que ver. Las monedas que formarán
parte del euro están sirviendo como refugio para los inversores
internacionales, que buscan la calidad ante el riesgo
en los países emergentes.

Pues bien, tal y como ha puesto de manifiesto la secretaria
de Estado nuestras exportaciones van dirigidas en un
85 por ciento a los países de la OCDE y Europa central no
afectados actualmente por la crisis. Son las importaciones
las que se van a resentir más ante los cambios que están
teniendo lugar en el panorama económico internacional.

Por una parte, es muy difícil competir en determinados
mercados, cuando hay monedas, como las de los nuevos
países industrializados, países del sudeste asiático, que han
sufrido importantes devaluaciones. Por otra, en un país
como el nuestro, en el que está previsto que la demanda
interna crezca el próximo año cerca del 5 por ciento, es normal
que se eleve el ritmo de crecimiento de las importaciones.

Sin embargo, ante este hecho cabría matizar que gran
parte de éstas van destinadas a bienes de equipo y consumo
duradero que, sin duda, harán mejorar el potencial de crecimiento
y de la oferta, sin estrangular así la mayor demanda.




Por tanto, a pesar del empeoramiento de la balanza
comercial, los datos que nos han sido presentados hoy están
en línea con lo esperado y, a pesar del contexto económico,
no parece que nuestras exportaciones se vayan a resentir en
gran medida. Si alguien tenía dudas sobre las ventajas de
pertenecer a la Unión Económica y Monetaria, espero que
hayan quedado resueltas porque, después de ver el comportamiento
de nuestra moneda y el del resto de los países
miembros, se ha demostrado la solvencia y la fortaleza de
lo que es ya una de las zonas económicas más seguras del
mundo. La crisis que está teniendo lugar debe servirnos
como lección para lo que han servido los esfuerzos de estos
últimos años y así seguir con las reformas necesarias, control
del déficit y de los precios que continúen haciendo de
nuestra economía un lugar atractivo para inversores y creadores
de empleo.

Para terminar, señorías, haré una breve referencia a la
crisis financiera internacional porque parece obligado en
una comparecencia como la que nos ocupa y en los
momentos en los que estamos.

Desde la aparición del primer foco, hace ya más de un
año en el sudeste asiático, hemos visto durante los meses
posteriores cómo se extendía a la segunda potencia económica
del mundo, Japón, y en estos dos últimos meses a
Rusia y países latinoamericanos. En esta crisis se entremezclan
aspectos económicos y políticos que van desde la
debilidad del sistema financiero de los países asiáticos,
hasta las dificultades de la Federación rusa para formar
gobierno y llevar a cabo las reformas necesarias.

La crisis financiera que se ha desencadenado a nivel
internacional durante el mes de agosto y ha continuado en
septiembre es el resultado de la acumulación de un conjunto
de factores que van desde la debilidad del sistema financiero
asiático, hasta la reducción del precio del petróleo
pasando por la inestabilidad política en Rusia. La mayor
interrelación de las economías, junto con la mayor libertad
de movimiento de capitales son hechos diferenciadores respecto
a otras crisis anteriores que hay que tener en cuenta a
la hora de valorar cada uno de los acontecimientos. Lo que
aparentemente puede ser un hecho sin importancia que
ocurre en el otro lado del mundo y que no tiene efectos
directos sobre nuestra economía, podría transmitirse indirectamente
a través de otros mercados en los que nos
movemos más directamente.

El primer foco se encendió aproximadamente hace un
año en el sudeste asiático. En principio, afectaba sólo a Tailandia,
Malasia, Indonesia y Filipinas, pero más tarde se
generalizó a países de mayor envergadura económica como
Corea del Sur, Singapur, Hong-Kong y Japón.Las principales
razones de esta crisis son las siguientes: primero, no se
han acometido reformas en sus sistemas financieros, débiles
y sin la necesaria supervisión por parte del banco central;
segundo, elevados déficit por cuenta corriente y tercero,
dependencia de entrada de capitales extranjeros.

El siguiente punto de tensión se localiza en Rusia, país
que atraviesa un proceso de transición hacia el sistema
capitalista y que se está enfrentando con graves problemas
de solvencia económica y de crisis política interna. El elevado
déficit público que ha dejado a los mineros sin sueldo
desde hace meses y la falta de liquidez han provocado el
retraso del pago de la deuda durante tres meses. Es necesaria
la estabilidad política para llevar a cabo las reformas
estructurales, entre ellas la reforma fiscal, que hagan recuperar
la confianza de los inversores internacionales.

En tercer lugar está la crisis latinoamericana, que es la
que puede traer consecuencias más graves para nuestro
país. Esta crisis es consecuencia, en primer lugar, de la crisis
asiática, ya que los inversores asimilan a los países
sudamericanos con los del sudeste asiático: las dos son economías



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emergentes y con elevados niveles de riesgo. Las
relaciones comerciales entre ambas regiones no son importantes,
a excepción de Chile y Perú, por lo que en ese sentido
no parece que las devaluaciones de las monedas asiáticas
vayan a repercutir demasiado en Sudamérica. El
impacto real de esta crisis se deriva de la reducción de los
precios internacionales de las materias primas y fundamentalmente
del petróleo y del cobre.

Señor presidente, son un gran número de circunstancias
a tener en cuenta y posiblemente haya alguna que se pase
por alto. No son sólo hechos económicos los que hay que
analizar, sino también políticos. Junto con la crisis de poder
en Rusia, hay que tener en cuenta que el próximo año hay
elecciones en Estados Unidos y habrá que ver cómo transcurren
los acontecimientos.

Mientras tanto, las economías están pendientes de la
posible bajada de tipos por parte de la Reserva Federal de
Estados Unidos y de si se acometen las reformas necesarias
en Japón y Rusia. No hay, señorías, a juicio de mi grupo,
una solución inminente y el futuro se irá despejando conforme
se conozcan los acontecimientos.




El señor PRESIDENTE: Antes de dar la palabra al
señor Jordano, vamos a suspender la sesión por dos minutos.

(Pausa.)



Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el
señor Jordano.

El señor JORDANO SALINAS: Gracias, señor presidente,
por este turno un poco atípico que no cuadra con la
forma habitual de realizar una comparecencia.

Vamos a tener que manifestarnos sobre esta materia sin
conocer las posiciones de la Secretaria de Estado, como
seria lo normal, y ante una intervención muy difusa del
autor de la iniciativa que nos lleva a plantearnos si estaba
adecuadamente preparada a la hora de ser presentada. No
tiene mucho sentido hacer comparecer al Gobierno para
que informe de una materia sin siquiera sugerirle alguna
linea de actuación sobre la misma.

Da la impresión de que es un típico oportunismo, vinculado
al clientelismo que explota la foto en el lugar de la
reunión pero que no tiene ningún contenido a la hora de
venir al Parlamento. Creemos que decir simplemente que
hay un problema pero que no se puede hacer nada y sólo se
hace una lejana referencia a posibilidades de presión a grupos
económicos, la verdad es que demuestra no conocer la
situación real de lo que estamos hablando.

Existe un problema real en la utilización de las tarjetas
de crédito precisamente porque falta un equilibrio en las
posiciones de las partes. Hay un sector desestructurado que
no tiene una capacidad de unión para hacer propuestas concretas,
para tener una posición de fuerza y es evidente que
también hay un desequilibrio y una falta de igualdad entre
todos los usuarios de ese sistema de tarjetas. Por tanto,
habrá grandes grupos comerciales con fuerza suficiente
para poder negociar unas comisiones adecuadas al funcionamiento
y habrá también, como lo hay, un importantísimo
número de pequeños comerciantes, de pequeños hosteleros
que no tienen esa capacidad de negociación.

Al final, lo que se traduce es la existencia de un intermediario
que cobra más de lo que representa el valor de su
aportación al sistema y que, por tanto, produce un aumento
injustificado de precios. Cuando todo el sistema de utilización
de tarjetas era manual realmente estaban justificados
determinados costos por ese servicio, porque representaba
un costo importante para quien lo prestaba. Realmente,
cuando hay un desarrollo informático completo y se opera
en línea en el día, los costos bajan de tal forma que no parece
estar muy justificado el juego de comisiones. Como el
problema existe, la realidad es que creemos que por parte
de la Secretaría de Estado de Comercio se conoce el problema
y que se está intentando buscar soluciones, no de
forma indirecta y simplemente jugando con la presión, sino
que creemos que se están estudiando medidas concretas
para intentar paliar esta situación.

Por ello, nuestra petición a la Secretaría de Estado es
que concrete esta gama de medidas y también, por el tema
del oportunismo, si es o no un problema que se había detectado
ya por la Secretaría de Estado y si se estaba trabajando
en esta materia con anterioridad a esta comparecencia que,
como ya he dicho, ha resultado un tanto atípica.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas
formuladas, tiene la palabra la señora Pisonero.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE
COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Pisonero Ruiz): En primer lugar,
quiero manifestar mi agradecimiento por el talante constructivo
y amable de sus intervenciones, creo que es debido
a que no he cumplido los cien días: De todas formas, lo
agradezco especialmente porque mi interés es que haya un
diálogo y la máxima transparencia por parte de la Secretaría
de Estado que dirijo, como por otra parte debería ser
necesario -y yo quiero así consolidarlo- trata de una
Secretaría de Estado respecto a la cual diré, si se me permite,
que es de las más abiertas de la Administración por su
propio objeto de trabajo, que son las empresas y las sociedades
que de alguna manera quieran salir al exterior, quieran
modernizarse, a través de la pequeña y mediana empresa,
quieran acometer una modernización del turismo o
quieran en el comercio interior desarrollar una actividad
que exige una mejora constante de la competitividad. Por
tanto, mi ánimo no va a ser otro; podría ser otro, pero no lo
es. Agradezco claramente el talante que he percibido en
todas las intervenciones y la amabilidad, que siempre
ayuda en los debates a mantener un diálogo abierto, que es
el objetivo de la comparecencia en el Congreso. Así lo voy
a hacer, ese es mi interés. Se lo agradezco a los portavoces.

Intentaré ordenar un poco un debate que ha sido, si no
me falla el reloj, de dos horas a partir de la finalización de
mi intervención, que he querido que fuera breve para dar
más tiempo a los grupos que a mi propia intervención, y así
ha sido. Quisiera hablar, en primer lugar, de la documentación
remitida. Como bien apuntaba la señora Leiva, se ha
remitido la última información con 24 horas de antelación,
lo que lamento, pero les diré que casi he tenido el mismo
tiempo que ustedes para verla, porque llegué de viaje el
sábado por la noche; se lo comento por si les sirve para
solidarizarse. En cualquier caso, esos son los dato que
hemos intentado completar hasta el último día con los que
se producen a finales de junio. Lamentablemente, la información,



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aunque se mejora y se perfecciona tiene un retraso
obligado para su formulación por lo que difícilmente podía
dar una información más actualizada. Les puedo decir que
el detalle concreto de áreas y sectores lo he conocido este
mes de septiembre. En mi ánimo está que una de las líneas
claras de actuación sea mejorar la información. Por mi
parte tendrán toda la voluntad y el deseo de que en cuanto
se tenga esa información se trasmita al Congreso de los
Diputados. :Aquí he tenido mis orígenes en política, por lo
que lo entiendo perfectamente, y he sufrido cuando los plazos
se acortaban, especialmente cuando llegaba el informe
un viernes por la tarde y pasábamos un fin de semana muy
ameno viendo los documentos. No obstante, yo recibo los
deberes y, sin duda, mejoraremos la información, la actualizaremos,
con independencia, como ustedes conocen muy
bien y trabajan muy bien, de que el boletín económico de
información comercial española esté a disposición de todas
SS.SS. Existe una suscripción y se lo remitimos; en él se
actualizan semanalmente todos los datos y en cuanto se
recibe -así me lo han comentado-, se envía puntualmente
al Congreso de los Diputados. Por supuesto, ampliaremos
el contenido. Cuando se formuló la proposición no de
ley por la cual se exigía en aquel momento al Gobierno
socialista una comparecencia periódica cuatrimestral para
ofrecer y explicar datos, recuerdo que específicamente -
yo no sabía que me iba a ocupar de esto- pedíamos en el
informe de comercio otro tipo de información. Efectivamente
en aquella época vivimos momentos difíciles, ya
que en los años 1994-1995 se devaluó tres veces la peseta y
exigíamos una serie de medidas, un contenido mayor que
la mera expresión de las cifras. En ese sentido, no puedo
estar más que de acuerdo y me comprometo, como también
sugería el señor Zabalía, a completar esa información,
que va en interés de todos. Yo me comprometo, a pesar de
las dificultades de agenda -no voy a llorar porque lo hago
encantada y además voy a defender con valentía los intereses
de España-, a intentar acudir con mayor asiduidad al
Congreso y al Senado para completar la información y
comunicarles todas las actuaciones que hacemos en este
ámbito, que no sé si una política de Estado, aunque para mí
lo es, porque creo que las actuaciones dirigidas a consolidar
básicamente la imagen de España como un país competitivo
y moderno es una política de Estado. Así lo he
manifestado y agradezco el talante que he percibido en
SS.SS. de que tienen la misma consideración. Todo lo que
transmitamos de información, todo lo que debatamos y
todo lo que dialoguemos va a contribuirla ese objetivo
común, y yo desde mi responsabilidad asumo ese compromiso.




He intentado ajustar a los puntos comunes de las intervenciones
de los portavoces, en concreto de la señora
Leiva, la comparecencia de hoy. Mi voluntad era explicar
toda la política del departamento, pero la Mesa entendió
que había que hacer otra comparecencia, que era la que
estaba más retrasada y que era la periódica de información
cuatrimestral que he ampliado hasta junio. He intentado
hacer una breve exposición para completar la información.

Esto no quiere decir que fuera exhaustiva, ni muchísimo
menos, pero intentaré ampliarlo ahora, dando unas breves
orientaciones de la política de comercio exterior, que con
mucho gusto resumiré para el señor Zabalía, además de
estar alimentada y enriquecida con sus aportaciones. La
comparecencia estaba limitada a lo que era comercio exterior,
pero voy a intentar.-manteniendo esa prioridad y
contestando a la otra comparecencia de tarjetas de crédito-
responder, aunque sea de forma breve para no entretenerles
mucho, aunque no tengo ningún inconveniente, a las
grandes cuestiones que han planteado en otras áreas, a
pesar de que turismo corresponda a otra comisión y sin
menoscabo de que al hilo de los Presupuestos Generales
del Estado vuelva a comparecer seguramente en el Congreso
y en el Senado para explicar la política del departamento,
en la medida en que defendemos los recursos para llevarlas
a cabo. Eso fue lo que entendí y así se planteó la
comparecencia, por establecer un mínimo de orden. No
obstante, intentaré responder a todas sus preguntas, señora
Leiva, con muchísimo gusto.

Dicho todo eso, ya que me parece que en un sistema
democrático lo primero son las reglas y el diálogo, paso a
lo que es el contenido de las preguntas planteadas. Sin duda
el tema genérico ha sido la crisis internacional, una crisis
que entre el sake, el tequila y el Clinton que tienen en algunos
chistes bastante semejanza, existe un hecho relevante,
efectivamente, y es que la crisis internacional está tambaleando
los mercados internacionales en la medida en que
tambalea, aunque sea en un primer momento, el ámbito
financiero, en esa disquisición que se hace a veces entre la
economía financiera y la economía real, la macro, la micro
-que me gustaría comentarlo, porque me gusta la economía-,
y existe un peligro, porque está claro que en la crisis
hay datos que más que un peligro son una realidad. Pero
lo que estamos discutiendo es si ese peligro efectivamente
se traduce en una amenaza directa y cuantificable. Siempre
se tiende -y sobre todo en economía, por aquello de que
es la ciencia que intenta cuantificar los recursos destinados
,a un fin- a decir: bueno, esto me va a impactar en un 0.1,
0.2, 0.3 ó 0.4. Y efectivamente la responsabilidad del
Gobierno, en la medida en que presenta unas previsiones
macroeconómicas para despejar incertidumbres, debería
modificarlo para que los agentes económicos supieran por
dónde se están moviendo, aunque, como muy bien apuntaba
el señor Zabalía, cuando hablamos de cuadro macro no
es más que una agregación de las empresas en su comportamiento
en cada uno de los sectores. Por tanto, más que
producir un efecto macro, es una agregación de micros,
produciéndose un retraso, porque es lógico que, iniciándose
en el sector financiero, se produzca una traslación a la
economía real, que se refleja en un cuadro macroeconómico.

En ese sentido, está claro -y así se ha manifestado y
sin ninguna contradicción- que el efecto en la economía
real se va a producir a través del comercio exterior y en
otras partidas de la balanza de pagos, sin duda, en la medida
en que se puedan demorar determinados proyectos de
inversión, aunque mi percepción en lo que yo he hablado
con las empresas, no va tampoco en esa dirección. Existe
una confianza y una solidez en las posiciones que se están
manteniendo, porque las empresas son conscientes de que
la estrategia de internacionalización no es una cuestión en
ningún caso especulativa, pues el riesgo que se asume es lo
suficientemente persuasivo como para no hacerlo así. Las
estrategias siempre tienen que ser a medio y largo plazo y
una estrategia a medio y largo plazo es como lo del que se



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fue a Sevilla y perdió su silla; si no mantenemos la posición,
luego es muy difícil recuperarla y hemos perdido más
que ganado.

Respecto al comercio exterior -como he intentado
expresar al principio y con las aportaciones de los señores
portavoces vamos a intentar delimitar dónde nos estamos
moviendo y con informaciones que no son todavía oficiales,
pero sí lo son a través de las oficinas comerciales, como
se ha apuntado en varias intervenciones-, intentaremos
dibujar un panorama más actual y más real de algo que, en
conclusión, nos ha llevado a manifestar que hay que tener
una tranquilidad vigilante. ¿Cómo llegamos a esa conclusión?
Yo creo que es muy importante que la tranquilidad se
manifieste por parte de los gobiernos, porque no hay nada
más peligroso que tomar decisiones precipitadas, pues al
final son irresponsables. Hay que ser responsable y hay que
tener la serenidad como para -sin estar obsesionados por
los mercados, como decía el señor Alcaraz- no promover
unas expectativas negativas que no se acomodan tampoco
a la realidad, pues entonces podemos cometer el error de
alimentar unas expectativas que no van en la dirección de
la realidad. Los empresarios están preocupados, están viendo
en sectores concretos, en países concretos, que la situación
se pone -si me permiten la expresión para aligerar el
debate- chunga, pero están hablando de una reestructuración,
de unas cuentas de resultados en mercados en los que
sus inversiones están casi amortizadas, con unos balances
muy saneados, pero que les va a llevar a tener unas tasas de
beneficio -beneficio, digo- que no se van a situar en
unos crecimientos previstos del 20, pero se sitúan por encima
de cero.

En algunos casos es más dramático, y les estoy hablando
de datos que me han dado las empresas del sector de la
alimentación y del calzado, como apuntaba la señora Leiva,
que están ubicadas en Rusia, cosa que, dicho sea de paso,
agradecieron, porque nunca un gobierno había llamado a
unas empresas con problemas y nosotros -y perdónenme
la arrogancia- así lo hemos hecho. Usted tiene toda la
razón -y la señora Leiva también lo ha manifestado, así
como muchos de los portavoces- en que, si queremos
tener una actitud responsable, hay que acudir al problema y
a quien lo está sufriendo, y eso es lo que hemos hecho,
avanzando un poco en las medidas que ustedes solicitaban.

Por marcar dónde se está situando el problema, hace
más de un año -y así lo manifestó el Grupo Socialista,
pero no sólo él- se estaba más que engendrando un problema
en lo que era el sudeste asiático, que nos parecía lejano,
y países como Tailandia, planteaban a través de su sistema
bancario determinados problemas que se estaban
traduciendo en morosidad, en problemas que al final se
trasladan a las empresas que utilizan ese sistema financiero
para financiar su actividad. Siendo así, se adoptaron medidas
que llevaron a pensar, por parte de los organismos
internacionales, que la situación estaba más o menos controlada.

Esto fue así hasta que, a principios de este año,
Japón, por ser un país que desde luego es la gran potencia
mundial en un ámbito en el que entonces era la segunda
referencia obligada con Estados Unidos en el concierto
mundial, empezó a dar muestras de inestabilidad después
de varios años de decrecimiento del PIB y, como hemos
oído muchas veces en esta Cámara y yo he tenido ocasión
de leerlo, como cuando las cosas van mal se produce el
efecto iceberg y empiezan a salir los problemas, resulta que
el sistema bancario, con un ahorro impresionante por parte
de Japón, no tenía la solidez ni la solvencia que merece un
sistema bancario, sobre todo en un país de esa importancia,
y en todos los países de la zona, con problemas comunes,
en un sistema bancario que se rige por criterios a veces no
de racionalidad económica, sino más bien políticos -ustedes
recordarán los ejemplos-, como puede ser el Gobierno
de Suharto, se plantea un problema serio en el sistema
financiero que, como decía, pone de manifiesto problemas
estructurales ante los que un Gobierno como el japonés no
lleva nunca a la práctica los reiterados anuncios -creo que
13 ó 14- de planes manifestados por sucesivos ministros
de economía japoneses. Es decir, se detecta un problema
estructural y los gobiernos no tienen un plan serio ni firme
para abordar esa situación y para dar solvencia y solidez a
esa economía.

El hecho inmediato es que se recrudece una crisis en un
país vuelvo a repetir, que es un puntal de la economía mundial.

Eso genera una incertidumbre en todos los agentes
económicos, que empiezan a diversificar sus carteras y, por
tanto, a analizar minuciosamente dónde tienen colocadas
sus inversiones, y en ese análisis minucioso se establece de
alguna manera un criterio más estricto para el resto de los
destinos, y a quien más se exige es sobre quien se tiene más
dudas, con lo que vamos extendiendo la crisis a otras zonas,
zonas que se englobarían en lo que sería el concepto genérico
de países emergentes, que sin duda tienen el foco central,
por su especial protagonismo, por las tasas de crecimiento
experimentadas, en Latinoamérica. Siendo así, el
recorrido que está haciendo este Gobierno ha sido el de
analizar esos focos de atención, identificar dónde están los
problemas y ver lo que están haciendo los gobiernos para
solucionarlos y, como hacen los mercados, repasamos cuál
es nuestra estructura de intereses para ver dónde tenemos
que concentrar nuestros esfuerzos.

Como decía, dentro de ese concepto global de países
emergentes, que son el foco de atención porque son los
otros destinos con mayor rentabilidad a donde se dirigen
todos los agentes económicos, se establece un criterio más
estricto sobre un área que, en nuestra valoración -y no es
la nuestra exclusivamente, sino también la del Fondo
Monetario Internacional, la del Banco Mundial y del conjunto
de los organismos internacionales- no es la que
sufrió, como apuntaba la señora Leiva el efecto tequila, ni
por supuesto la de principios de los ochenta, que llevó a
todas las reestructuraciones de deuda que conocemos ya
como historia económica de una parte muy importante del
mundo. ¿Qué ocurre? Teniendo la crisis internacional, para
tener un concepto más amplio y que no suponga una subestimación
del proceso, un origen en el sudeste asiático que
se amplía a Japón y a Rusia, que era el otro gran bloque en
importancia, las economías latinoamericanas se ven más
afectadas. Me centro en Latinoamérica porque, efectivamente,
del resto de nuestros destinos, que comentaba que
en un 82 por ciento son OCDE, que es lo que hacen los
mercados, de ese 18 por ciento para España, un 6 por ciento
es Latinoamérica. Evidentemente nos tenemos que preocupar
por Latinoamérica, porque de las inversiones extranjeras
que realiza la economía española, la mitad, en el año



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1997, acumulaban inversiones en Latinoamérica y dentro
de eso un 30 por ciento va a transportes y comunicaciones
y otro 30 por ciento al sistema financiero, con lo cual se
multiplicaba la relación.

Analizando el impacto de lo que supone la crisis por su
traslación a Latinoamérica, al ser países emergentes, que se
analizan con mayor detalle cuando hay una crisis internacional,
el origen no está ahí. Esas economías no están en la
situación de los ochenta que llevó a la crisis de la deuda y
no es la misma que llevó a México a sufrir el shock que
vivió en 1994, porque solucionó ese problema en un año y
medio frente a los 10 que necesitaron en la etapa anterior.

Es decir, son economías mucho mejor preparadas, economías
que están llevando a cabo planes de ajuste refrendados
por el Fondo Monetario Internacional, economías que
en 10 años han conseguido bajar la inflación a un solo dígito,
salvo en casos concretos, y países que siguen manteniendo
unas tasas de crecimiento del PIB que son sólidas y
superiores a la media del crecimiento de la economía mundial.

Eso es lo que les hace atractivas, sabiendo que estas
situaciones tienen un plus especial de riesgo que establece
cualquier inversor en los proyectos alternativos. En la
situación actual se está vigilando lo que hacen esas economías,
tanto el Gobierno como empresas españolas, que
saben que la estrategia tiene que tener esos riesgos. Sin
embargo, en ningún caso eso supone, todo lo contrario,
alterar lo que es una estrategia de internacionalización, que
se ponía en duda antes en alguna intervención.

Tal y como está dibujado el panorama mundial, y no es
que nos pongamos a la ola de la tormenta y seamos proexteriores,
o seamos una isla, como comentaba el señor Alcaraz.

Es difícil plantearnos otra opción, cuando le estaba
escuchando pensé: ¡horror!, y no porque las islas no sean
maravillosas, que lo son, sino porque no hay concepto que
me repelimos que el de aislamiento, y en la estrategia de
comercio exterior repele muchísimo. La única manera de
crecer y participar es cuando se están consolidando las economías,
y se debe crecer, como apuntaba el señor Homs,
hacia el exterior, para trasladar una mejora de competitividad
y de eficiencia y contribuir al desarrollo social de los
países a los que vayamos.

¿Qué quiero decir con todo este rollo macro que les
estoy contando? Efectivamente existe un riesgo potencial.

La traslación a la economía española está acotada en las
cifras que les estoy comentando, y no evado el efecto inducido
que ha comentado la señora Leiva. En el análisis inicial
la situación es esa. Si decimos que a países de la OCDE
estamos destinando el 82 por ciento de nuestras exportaciones,
que han duplicado en un 15 por ciento su porcentaje
del PIB, nos hemos abierto muy rápidamente hacia el
exterior, y no sólo el Partido Popular, sino toda la economía
española desde hace bastantes años. Hemos intensificado
ese proceso de apertura, apertura que, además, se está
centrando -y es justo la respuesta a la crítica que se
hacía- en países de la OCDE. Si estamos centrando nuestras
exportaciones en países de la OCDE es que somos más
competitivos que los productores de esos países, y estamos
hablando de países de la Unión Europea, Estados Unidos y
todos los que componen el bloque de la OCDE, con lo cual
la estabilidad y la solidez nos permite decir que un 82 por
ciento de nuestro comercio exterior, no digo que esté asegurado,
firmado y rubricado, pero tiene una estabilidad. La
estabilidad la da el hecho de que las empresas españolas
son capaces de vender productos en Alemania, en Francia,
que, como ustedes saben, es el principal cliente -un 20
por ciento-, en Estados Unidos. Esa es la mejor garantía y
eso es micro puro. En los viajes me comentan ejemplos y
me decían que hace dos años un determinado sector, el sector
de manufacturas, no conseguía entrar en Estados Unidos
y en dos años se ha quedado con el 20 por ciento de la
cuota de mercado en Estados Unidos. Esa es la competitividad,
esa es la solidez del sector exterior que está asegurado
en un 82 por ciento, y digo que está asegurado en la
medida en que seamos capaces de mantener una política de
mejora constante de la competitividad que, sin duda, exige
un esfuerzo para profundizar en las políticas que la han
hecho posible. Ese es el plan de actuación. Yo no sería
coherente, no daría seriedad de cara a los mercados si cambiara
de repente de política, si ahora dijera que me dedico a
ser proteccionista y a cambiar una política del sector público
que me ha permitido reducir el déficit y, por tanto, los
tipos de interés, la financiación, los precios y, en consecuencia,
tener un marco más estable; tengo que seguir profundizando
en la parte macro y eso es lo que se va a hacer,
pero la parte macro se compone de medidas concretas, que
afectan a todas las políticas sectoriales, en lo que me voy a
centrar a continuación.

Decían que ha aumentado el diferencial de precios y
que eso perjudica nuestra competitividad. El señor Alcaraz
ha dado un argumento de respuesta a su propio interrogante:
si aumenta el diferencial de precios, pero crecemos más
que la media, la respuesta es clara, ocurre que estamos
aumentando más la productividad y, por tanto, tenemos
unos precios más compatibles si cabe con los de otros países,
porque mantenemos estabilidad de precios, pero crecemos
más. Como usted sabe, en una economía las incidencias
inflacionistas vienen por el hecho de que crezcan más
los precios que la productividad y la producción. En cualquier
caso, estoy de acuerdo en que hay que seguir avanzando
y tengo que decirle que el índice de tendencia de
competitividad, que mide no sólo los precios internos, sino
su relación con los externos, es decir, el tipo de cambio, ha
mejorado a lo largo del año, con lo cual lejos de perder
competitividad, la hemos aumentado.

De todos modos, hay que seguir mejorando las políticas
de incremento de la competitividad y de la eficacia, que,
como digo, pasan por intensificar las políticas que han
hecho posibles las cifras que hoy estamos debatiendo para
mantener ese 82 por ciento y para acotar -estoy totalmente
de acuerdo- los riesgos que se ciernen sobre ese 18 por
ciento restante porque, además, esa es la estrategia, lo que
apuntaba cuando hablábamos de la estrategia de comercio
exterior. Tenemos que consolidar los mercados maduros,
que son ese 82 por ciento de países OCDE -ya hablaremos
de las negociaciones internacionales- y tenemos que
diversificar y tener las máximas garantías, y por eso estamos
diciendo que informamos, accedemos o facilitamos el
acceso, que en esos mercados está restringido al sistema
financiero -fomento financiero de la exportación-, o
facilitamos toda la información que hay a través de las oficinas
comerciales -con las que no puedo estar más de
acuerdo, pero que no nos oigan porque me piden aumento



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de presupuesto- de lo que está ocurriendo en esos mercados
y las medidas que los gobiernos están adoptando. Ese
es el análisis que hacemos; es obligación transmitir lo antes
posible la información de todo lo que se está haciendo en
esos países. Ydecía que, de ese 18 por ciento, el 6 por ciento
es Latinoamérica, y por eso nuestros esfuerzos se concentran
ahí, y en el resto, es decir, en el 12 por ciento restante,
se reparte el resto de la crisis y de países del Este que
todavía no están incorporados en la OCDE, en un porcentaje
que ya está por encima del 3 por ciento, con lo cual nos
quedamos en el 9 por ciento. De ese 9 por ciento, un 1 por
ciento es el sudeste asiático, que es donde tendríamos que
aplicar el impacto que apuntaba el señor Zabalía por parte
de organismos internacionales de que el impacto de la crisis
del sudeste asiático representa un 1 por ciento. Un 1 por
ciento para el mundial, cuando para nosotros es un 1 por
ciento del total de nuestras exportaciones, es que no llega
ni a una centésima, será una décima como mucho y, en
cualquier caso, con todas las cautelas del mundo, porque,
efectivamente, hay un impacto. Entonces nos quedamos en
el 8 por ciento, donde tenemos a Japón y todo el espectro
en el que nos estamos situando.

Efectivamente, ese es el análisis, respecto del que les
comunico -y me agrada que coincida con la intención que
se manifestó en su momento antes del verano- que las
oficinas comerciales están teniendo un papel determinante
suministrando informes semanales con independencia de
que les estemos llamando, incluso yo personalmente, porque
ya me tocó hacerlo a partir del 19 de junio, para darles
la instrucción de que, visto el patio, aparte de los informes
que enviaban con cierta periodicidad, aumentaran ésta y
aumentaran el contenido, porque no se trata sólo de ver la
evolución de las variables macro, sino de ver cuáles son los
intereses españoles y cuáles son las empresas concretas que
están jugándoselos en esos países. Y eso es lo que estamos
haciendo. Han estado en el debate público las empresas
que están más presentes en esos mercados, pero aunque
quizás haya sido una equivocación mantener un equilibrio,
que es necesario y obligado, entre la tranquilidad y la
responsabilidad
de estar haciendo el trabajo que hay que
hacer, a veces se plantea una cierta percepción que creo
que no se compadece con la actividad diaria del Gobierno
y particularmente de esta secretaria de Estado por razones
que, como ustedes manifestaban, son obvias.

Planes específicos. En el plan de emergencia me preocupa
si como tal se entiende que hay que adoptar un plan
específico ante una situación no prevista. En ese sentido no
haY que hacer ningún plan de emergencia. Las situaciones
que estamos viviendo son totalmente previsibles cuando se
apuesta por la internacionalización de las economías. No
podemos pretender que un proceso de internacionalización
sea una puerta que sólo se abre en una dirección. Salimos,
pero también entran. La clave es que tengamos una economía
sólida y estable capaz de soportar impactos negativos
porque los fundamentos de la misma, que no son más que
el agregado de la solidez de sus empresas, permitan afrontar
esos embates. Pero la internacionalización va en una
dirección y en otra. Si no estuviera previsto, es que seríamos
unos irresponsables. Precisamente porque es previsible
no tiene sentido un plan de emergencia. Lo que tiene
sentido es un plan de emergencia acelerando la información
necesaria. Pero, como digo, esto es para siempre,
estos fenómenos se van a producir siempre porque esa es
la esencia del concepto de internacionalización. En ese
sentido no hay que hacer nada extraordinario, hay que
intensificar esfuerzos para preparar a una economía para
que se internacionalice. Y la internacionalización es lo que
apuntaba al principio: saber cuáles son las reglas que rigen
la economía mundial. Y para eso estamos en los organismos
y en las instituciones. Y aunque la señora Leiva
menosprecie que haya un funcionario de turismo, antes no
lo había, con lo cual vamos avanzando, porque en los organismos
internacionales hay que estar, hay que currárselos.

(La señora Leiva Díez: lo menosprecio.) Si quiere, le
busco la cita. Lo digo porque el pobre señor que está allí se
va a sentir poco valorado, y ha hecho un esfuerzo titánico
por llevar a cabo una política de turismo que está totalmente
apartada de lo que es un concepto de política europea,
entre otras razones porque no todos los países europeos
son los que menos responsabilidad gubernamental tienen
en el mundo. Lo digo porque no hay que minusvalorar la
importancia del debate -ya que veo a mi secretario general
sabrá por qué hago referencia a ello-, que haya una
defensa valiente y decidida en los foros internacionales
porque ahí es donde se marcan las reglas, y porque si no
somos capaces de defender nuestra posición y hacer valer
nuestros intereses fijarán las reglas por nosotros y una vez
fijada; lo que tenemos que hacer, porque somos un país
serio, es respetarlas, hay que seguir las reglas del juego.

Eso también se aplica, como no podía ser de otra manera, a
situaciones de crisis como la actual. Unilateralmente no
podemos cambiar una política, entre otras cosas, aparte de
porque es la que estamos convencidos de que es la que está
funcionando, la que genera empleo, la que genera crecimiento
y la que permite que el sector exterior esté cambiando
estructuralmente, profundizando y cambiando
algunas políticas que ya venían de años anteriores, porque
son reglas que tenemos que respetar y en las que tendremos
que trabajar. Y aprovecho para comentar el tema del
acuerdo multilateral de inversiones.

Sobre el acuerdo multilateral de inversiones, se puede ir
a veces a la zaga o a remolque de otros países, sin despreciar
que el país sea determinante en la fijación de las posiciones
finales, como puede ser el caso de Francia o el de
Estados Unidos, que fue realmente el que impidió que se
llegara a un acuerdo porque el Congreso norteamericano le
quitó a Clinton el apoyo para seguir con las negociaciones.

En todo caso, como todos ustedes saben, es muy importante
conocer la posición de los países que van a formar parte
de la negociación, porque aparte de tener las referencias
básicas de lo que se está trabajando en la misma nos permite
potenciar posiciones y conseguir aquellos intereses que
nos importa defender.

En el caso del AMI, efectivamente, hay distintos ámbitos
de discusión. Todo lo farragoso que puede ser el contenido
se ha intentado transmitir e informar en los últimos
meses, porque al principio no se comunicó lo suficientemente,
pero estamos haciendo un esfuerzo. Se ha - informado
en el Congreso, se está informando a las ONG y
vamos a seguir avanzando en ese proceso de información,
que me parece fundamental, como ya he apuntado al principio
y he reiterado en varias ocasiones, para conocer lo



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que se está cociendo fuera y, por lo tanto, para hacer una
mejor defensa de los intereses españoles en este caso, que
es lo que nos importa.

El próximo mes de octubre, en que se reanudan las conversaciones,
nos haremos eco de las inquietudes y de las
preocupaciones que ha manifestado la señora Leiva y les
informaremos -yo personalmente o la persona que concreta
su comparecencia- de la situación de las negociaciones.




Por seguir con el mismo enfoque, continuaremos aplicando
una política que es la que debemos mantener ante un
proceso de internacionalización que no es imprevisible.

Sabemos que pasan estas cosas, que tenemos que hacer un
esfuerzo por consolidar los mercados donde nos aseguran
la solidez de nuestro comercio exterior y diversificar más
los riesgos en los países donde haya más problemas.

Si quieren hablamos del problema latinoamericano o
iberoamericano en particular. Se han producido ya un par
de devaluaciones, lo que sin duda es más que una amenaza.

Es una realidad que va a desencadenar efectos. Lo que los
organismos internacionales están exigiendo a esos países
es que profundicen en los planes de ajuste que vienen realizando
para mantener la inflación bajo control, para evitar,
por tanto, que se disparen los tipos de interés y para que, al
mismo tiempo, con reformas estructurales, puedan mantener
una mayor estabilidad del tipo de cambio. Eso es lo que
están haciendo y el Gobierno español ha manifestado en
varias ocasiones su interés, como Gobierno, por representar
los intereses reales de las empresas españolas que existen
en esa zona. En eso estamos trabajando.

En cuanto a las revisiones de las previsiones de crecimiento,
la señora Leiva comentaba la revisión que ha
hecho Estados Unidos de aumento del PIB del 2,2 al 3,3.

Su estructura de comercio exterior es de un país bastante
cerrado y lo que tiene abierto tiene un destino que está siendo
bastante vapuleado. Eso les puede llevar a ser más prudentes
y más cautelosos. En el caso del resto de los países
de Europa, como usted muy bien ha avanzado, salvo el
caso italiano, que tiene también intereses muy condensados
y muy particulares, el que Francia modifique una décima,
con una tasa de crecimiento muy inferior a la española, no
es sustancial. Hay que tener en cuenta que nos estamos
moviendo en unas previsiones más o menos compatibles.

Por repasar las revisiones que nos han hecho otras personas
e instituciones, le diré que la revisión que pueda hacer el
señor Barea o que hagan determinados expertos en ese
mismo entorno o instituciones como la CEOE, que creo
que ha mencionado usted, en el sentido de que en lugar de
crecer un 4,4 lo hagamos el 3,8, es ajustarse a la previsión
del Gobierno. Yo preferiría que creciéramos mucho más,
pero nosotros dijimos que no íbamos a crecer eso. Ahora se
han quedado en una décima más incluso de lo que tenemos
en el cuadro-macro Nos estamos manteniendo en unos
márgenes. Se puede optar por hacer un cambio radical del
cuadro macro cuando se cree que efectivamente se va a
producir ese cambio radical.

Sin embargo, como muy bien apuntaba el señor Homs
-creo-, nos estamos moviendo en un entorno de previsiones
prudente o razonable. Puede que variemos la aportación,
que no es la que apuntaba el señor Zabalía -el 0,4 es
para el primer semestre-, porque ya en el cuadro. macro
se preveía que para el conjunto del año era menos 0,8, y en
ese entorno nos vamos a mover. Evidentemente, como
todas las previsiones, no se puede firmar y rubricar, pero
nos estamos ajustando a lo largo de estos años con bastante
fidelidad y no va a haber un cambio tan brutal como el que
se ha producido en algunos momentos en que se esperaban
crecimientos del tres y acabábamos cayendo. Eso no se va
a producir. Vamos a tener una variación mucho más discreta
en los resultados reales, que creo sinceramente que se
aproximarán a lo previsto, dado que -como decían los
señores Homs y Zabalía-, si ya en un semestre nos estamos
moviendo en una consolidación de las tasas de exportación
y de los datos -con determinados efectos que ya se
recogen del sudeste asiático, pero en una proporción que
impacta muy poco-, estamos dentro de las previsiones.

No cabe duda de que existe el riesgo, de que se puede
producir algo que sería lamentable si los gobiernos responsables
de las situaciones más claras, como puede ser el caso
de Japón, no toman medidas (el Gobierno chino es capaz
de mantener una situación firme como la que está manteniendo
y hay que valorar muy positivamente, porque está
aguantando el tirón muy bien y eso está dando una estabilidad
extraordinaria a esa zona) y si pasado un plazo razonable
Rusia no es capaz de solucionar lo que es una práctica
quiebra de su sistema financiero. De momento tienen bloqueados
los pagos, han comprometido en un plazo corto
moverlos y la cuestión es que tenemos que estar muy vigilantes
en estos próximos meses, como lo estamos durante
todo el año, para ver si ese análisis pormenorizado por
áreas, zonas y sectores, se va, poniendo en práctica. Si no
es así tendremos que volver a hablar, tendremos que volver
a informar y decir que lamentablemente los gobiernos responsables
de las políticas de esos países no están funcionando
adecuadamente a lo que exige el concierto internacional.




Por nuestra parte se trata de hacer nuestros deberes y, en
ese sentido, agradezco todas las sugerencias que se han
hecho. Además, vamos a intensificar la labor, que sin duda
es necesaria, en las líneas de política exterior que estamos
comentando y, por supuesto, con la positiva aportación de
los portavoces que han hecho uso de la palabra.

No se trata de esconder la cabeza debajo del ala. Las
elecciones en el caso español no inciden, no veo el problema
de una manera clara para este año ni para el que viene.

Por tanto, en una cuestión en la que por ser claramente de
interés común no podemos andar con ningún tipo de titubeo.

En ese sentido es bueno que se produzca este debate y
es bueno que entre todos seamos capaces de dar una imagen
fiel de lo que es un gobierno con un apoyo parlamentario
en cuestiones que se consideran básicas, en una política
exterior que se ha basado en un esfuerzo que se ha venido
realizando durante bastantes años y en el que hemos intentado
profundizar en las medidas que se consideraban más
positivas, como cambiar determinados proyectos y, sin
duda, contribuir al diseño de una política económica que
está proporcionando un marco estable que nos ha permitido
estar en el euro. Y eso, y no en orden inverso, es lo que
nos ha servido de escudo ante la crisis financiera. Es decir,
el euro por sí mismo no es el escudo, lo que es el escudo es
la solidez de la economía que ha sido capaz de llegar al
euro. Y sin duda hay que profundizar en las reformas



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estructurales que mejoren la eficiencia de los sectores y,
por tanto, la competitividad de las empresas que los componen.




En la política del departamento, por pasar al otro ámbito
y enlazando con lo que estamos diciendo de profundizar
en el esquema actual, ha habido dos o tres temas recurrentes
que paso a comentar con mucho gusto. Se ha hecho una
referencia a los fondos y tanto la señora Leiva como el
señor Homs han manifestado su preocupación, que no es
por el ajuste presupuestario -que nunca va mal-, sino
por la contención del gasto, pero no en todo, porque, evidentemente,
si hay algo que es necesario, se hace. En el
caso de los fondos, faltaba un desarrollo reglamentario (que
quizá se ha demorado en exceso, pero que ya está listo para
su admisión y sobre el que les informaré cuando esté aprobado
en el seno del Gobierno) del Fondpime y del Fiex. El
desarrollo reglamentario se ha ultimado este verano, cuando
efectivamente lo he querido impulsar de una manera
decidida, con el ánimo de dotarnos de más instrumentos
para el fomento de la exportación en un momento en que el
FAD va a reducir su alcance, no porque lo diga la Unión
Europea sino la OCDE -que es la que marca el consenso-
y porque, afortunadamente, los países aumentan su
renta per capita, que ése era el objetivo. (El señor vicepresidente,
Martínez Sanjuán, ocupa la Presidencia.) Otra
cosa distinta es el Giex, que -por lo que he tenido ocasión
de analizar- exige un estudio más profundo y una coordinación
más estrecha con las distintas instancias que en el
Gobierno tienen responsabilidad en las futuras garantías de
inversión. En ese sentido, digamos que es preferible hacer
bien un instrumento que promover su parto para que salga
muerto; esa es por lo menos mi opinión. Si hacemos las
cosas es para que sirvan y no para, en este caso, hacer un
desarrollo que no satisfaga el objetivo con el que se anunció.

En ese sentido, vamos a ser lo más rigurosos posible y
vamos a tratar de contactar -como se ha comentado en
muchas ocasiones esta mañana- con los que lo van a usar,
que son las empresas, y con las instituciones financieras o
intermediarios que tengan que gestionar los fondos.

El segundo ámbito sobre el que se han manifestado con
reiteración es la famosa ley de cooperación, y me ha sorprendido
alguna propuesta. Con independencia de que haya
podido trascender una imagen de tensión interna, más allá
de la histórica habitual -y mundial, como dirían los chavales-
que se produce entre el Ministerio de Economía y
el Ministerio de Asuntos Exteriores, yo creo que ese no era
el ánimo. Cuando yo voy de viaje, siempre hay alguna alusión
en ese sentido. Creo que esa es una guerra histórica en
la que, en un mundo en el que los asuntos exteriores, al
final, acaban siendo todos, es complicado definir las líneas
divisorias para marcar entre quiénes tenemos que colaborar.

Si nos lo planteamos de otra manera, nos estamos equivocando
y prueba de ello es que se haya dado una imagen
en ese sentido. Personalmente, lo que sí tengo que manifestar
es que en la colaboración con el Ministerio de Asuntos
Exteriores, a pesar de esos problemas históricos y de cuerpo
(me perdonaréis los técnicos que estáis aquí presentes,
pero siempre existe alguna lucha corporativa que no es la
del economista; a mí, como economista, no me gusta más
que tener amplitud de miras y aprender de todo el mundo,
que creo que es lo más sano que hay), los técnicos comerciales
y los diplomáticos son conscientes de que el esfuerzo
hay que hacerlo en la misma dirección porque el objetivo
es común. De hecho, están trabajando muy estrechamente
y los resultados están sobre la mesa. En los viajes
que he tenido ocasión de realizar en este tiempo (no llega a
100 días; ya he ido a cuatro países con el presidente del
Gobierno), desde luego, la colaboración ha sido estrecha y
yo voy a fomentar que sea así. Creo que -como apuntaba
el señor Zabalía-, si tenemos menos pesetas o euros, no
hay nada peor que, encima, desperdiciarlos en actuaciones
que al final van en la misma dirección. En ese sentido, creo
que he dejado clara mi posición.

Por lo que se refiere a la ley en concreto, creo que ese
ánimo es el que ha presidido la elaboración de la ley, con el
fin de tener una administración conjunta de los recursos
que se destinan a la cooperación. Entiendo que la separación
-que proponía el señor Zabalía- y la segregación
-creo que ha sido el término que ha utilizado la señora
Leiva- se refiere a lo que efectivamente está contemplado
en la ley, que es destinar una parte de ese bloque de fondos
-cuya cuantía no está determinada y que habrá que desarrollar
reglamentariamente- a los proyectos de especial
interés social y el resto es el instrumento tradicional de
FAD que conocen todos ustedes. Y aprovecho la ocasión
para decir que lo conocen más que antes -por eso me
extraña la crítica de opacidad que ha hecho la señora
Leiva-, porque es a partir de la entrada de este Gobierno
cuando se publican, al menos, los datos globales, cosa que
antes no se producía.

En cualquier caso, vamos a fomentar la trasparencia con
el ánimo de mejorar la eficacia de estos instrumentos. Sin
embargo, la fuerza es esa administración mixta porque no
se trata de compensar, sino de poner sobre la mesa -mi
experiencia en las mesas de negociación así me lo aconseja
todas las actuaciones que se, están haciendo. Les puedo
poner el ejemplo de Perú. Tenemos problemas para desbloquear
el FAD, estamos trabajando para ello y hacemos un
gran esfuerzo de cooperación por parte de la AECI. Es
importante que eso se tenga en cuenta y esa es la administración
mixta en la realidad.

Vamos a hacer un desarrollo conjuntamente para que,
en efecto, tengamos esa ley con la que este Gobierno ha
querido dotar a nuestro ordenamiento jurídico, una ley de
cooperación que se traduzca en una cooperación real también
de los ministerios que son competentes. Sin duda, tendremos
ocasión de debatir este tema con mayor profusión y
detalle.

Respecto al ICEX, he comentado algo al principio de
mi intervención, pero al señor Zabalía se la resumiré con
mucho gusto porque me agrada saber que es bastante convergente
en la filosofía. No cabe duda de que los recursos
que tengamos mandan. Pienso, por coherencia, que no
siempre se consigue más gastando más y lo creo firmemente,
porque si no somos capaces de administrar eficazmente
lo que tenemos, peor será si lo aumentamos y no es el caso
del ICEX. Nos estamos afanando en eso y supongo que
para lo mismo que con los chavales que se les da una propina,
se lo gastan en chucherías y encima piden que se les
aumente porque tienen que comprarse ropa.

Debemos ser capaces de administrar el dinero que tenemos
y más eficazmente. Si lo conseguimos, pediremos más



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para gastar, pero porque ya hemos cumplido los objetivos.

Uno de ellos es contribuir a la reducción del déficit público
y nuestra obligación es ponernos las pilas para sacar el
máximo provecho de lo que tenemos. Es lo que estamos
haciendo, firmar convenios con comunidades autónomas y
cámaras de comercio en planes, por ejemplo -y anticipo
una contestación a la señora Leiva-, para fomentar la
modernización, establecer planes de internacionalización
para la pequeña y mediana empresa. El PIPE 2000 que se
puso en marcha hace escasamente un año tenía como objetivo
que dos mil empresas nuevas fueran capaces de tener
una estrategia de internacionalización y en 1998 hay más
de 1.020. Esos son los resultados que tenemos que plantear,
habiendo firmado en el año con las diecisiete comunidades
autónomas y todas las cámaras de comercio. Ese es el
esfuerzo que tenemos que hacer; un esfuerzo de cooperación
intenso para multiplicar, y no sólo sumar, recursos
cuando lo que ocurre actualmente es que hay veces en que
se dividen. Hay un esfuerzo importante que hacer y con la
máxima flexibilidad.

Prueba de ello es el ejemplo de la Expotecnia que teníamos
previsto realizar en abril de 1999, pero dado que se
convocaban elecciones los dos días después de su celebración,
tal y como estaba previsto se iban a realizar en junio,
sabiendo que la Expotecnia es un esfuerzo muy importante
en una cifra que no se aleja demasiado de la apuntada por
el señor Zabalía, y teniendo en cuenta lo que supone reservar
los espacios físicos en países lejanos que nos exigen un
plazo mínimo, hemos actuado con la máxima flexibilidad.

Por lo que se refiere a la Expoconsumo de Japón, le
puedo dar algún dato. La crisis actual nos puede hacer pensar
que ha sido un desastre. Creo que es una estrategia a
medio y largo plazo. Insisto en lo que es la filosofía, tanto
de la Expotecnia. como de la Expoconsumo. Ese acto de
promoción no se circunscribe a los días de celebración de
la exposición y al mes de España que se hace normalmente
en los destinos, sino que va precedido de una campaña de
publicidad y de un seguimiento que se prolonga cuatro
años. Ese es el esfuerzo que tenemos que hacer, potenciando
las oficinas comerciales y toda una serie de misiones
empresariales directas e inversas, que esperemos que sean
cada vez más ordenadas y coordinadas, para potenciar el
conocimiento de ambos países y de las zonas, porque, aunque
la Expotecnia y la Expoconsumo se producen en un
país, se invita a los países de la zona para que el efecto
multiplicador
sea mayor.

En cuanto a los datos de la Expoconsumo, me referiré a
uno de ellos, y es que si antes de celebrarse sólo el 10 por
ciento de los profesionales consideraban que España tenía
productos de calidad, transcurrida una semana pasamos al
36 por ciento de los profesionales. De esto es de lo que se
trata, de que potenciemos la imagen y de que hagamos un
seguimiento. El anterior vicepresidente ejecutivo del ICEX
compareció en mayo para informar. Yo también creo que
es muy importante y voy a intentar informarles de las actividades
que hagamos con la máxima celeridad y profusión
de datos.

Lo que intentaba trasladar como orientación de la
Secretaría de Estado es que tenemos contactos directos permanentes
con nuestros usuarios, que son las empresas. Los
estamos impulsando especialmente en el ICEX; reforzando
lo que es una política de trabajo permanente con las asociaciones
de exportadores que ya realizaba el ICEX y la
Secretaría General de Comercio Exterior, por el uso de sus
propias competencias, para diseñar una posición clara y
realista de los intereses españoles en los foros internacionales,
en el caso de la Secretaria General de Comercio Exterior,
y en el caso del ICEX, para definir unos planes sectoriales
adecuados. No se puede decir que Japón, es muy
atractivo y que no sepamos para qué vamos. Por tanto,
tenemos que casar los intereses y para eso tenemos que
conocer muy bien la realidad empresarial, cosa que es compleja,
pero es nuestro deber, por eso estamos intensificando
los contactos y la información.

El I+D sin duda es una referencia muy importante. Por
eso estamos abriendo líneas nuevas de actuación en el
ICEX para valorar los sectores, diseñar medidas y adaptarnos
a las necesidades de esas empresas.

Con el futuro de CESCE ocurre lo mismo que con el
futuro del ICEX. El futuro lo construimos día a día buscando
la flexibilidad máxima. Estoy de acuerdo que en el caso
de CESCE hay que empezar a pensar en cosas nuevas. Yo
tampoco creo -y soy una liberal convencida- que porque
cambiemos la configuración del CESCE nos vamos a
tener que dotar de un nuevo instrumento. El CESCE, que
está ejecutándolo bien y forma parte de un sistema financiero,
en concreto el sector de los seguros, nos exige una
reconsideración adicional. Siempre estamos analizando las
reformas que nos ayuden a mejorar los instrumentos. Una
opción es la que usted ha planteado de separar lo que es el
riesgo en el seguro de crédito del riesgo que se asume por
cuenta del Estado. Esta es una opción y en ello estamos trabajando.




En cuanto a las nuevas medidas fiscales, la propia portavoz
socialista señora Leiva ha apuntado que se han tomado
medidas generales porque es general el fenómeno de la
internacionalización, pero también se han tomado medidas
particulares en la internacionalización de las primeras en
los decretos de junio donde había medidas concretas para
la internacionalización. De todas formas tendremos que
seguir trabajando y estudiando las propuestas que nos
parezcan más eficaces y compatibles con el esfuerzo conjunto
de la política económica.

Si me permite la señora Leiva, voy a hacer un recorrido
rápido. Independientemente, me ofrezco a ustedes para
debatir con mayor extensión -no mayor interés, que tengo
el máximo-, con el tiempo que se merece S.S., estos
temas que me parecen sumamente importantes.

Empiezo con el comercio interior que, además, ha sido
sugerido también por Convergència i Unió y que, como
bien apuntaba el señor Homs, merece una comparecencia
monográfica. Creo que se percibe que con el plan de
modernización se está haciendo un esfuerzo muy importante.

Intentamos diseñar unas líneas básicas de actuación;
que dentro de la estructura dual que tenemos actualmente
en España, el comercio tradicional se modernice para acercarse
a las grandes superficies, por poner el ejemplo más
claro de comercio más moderno. Es una actividad, como
todas SS.SS. saben, competencia de las comunidades autónomas,
que son las que aplican el plan de modernización
del comercio interior. Estamos trabajando en foros como el
observatorio de la distribución comercial, del que tendremos



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la próxima sesión en el mes de octubre, y trabajamos
en equipo en las cuestiones que ustedes han apuntado.

Efectivamente, la Ley de comercio fue un esfuerzo que
yo viví muy intensamente desde otro ámbito. Fue una ley
compleja; siempre que tenemos que movernos muchos es
más complicado, pero creo que el resultado es más positivo
y más sólido porque se llega a él de forma más global y,
por tanto, respondiendo a más intereses; en ese sentido,
creo que el trabajo merece la pena.

Creo que hay una proposición de ley del propio Grupo
Socialista presentada en junio o julio -a lo mejor quieren
presentar más, y yo encantada; fue de lo primero que me
mandaron para que me fuera enterando- en la que se abordan
cuestiones que la señora Leiva ha apuntado en parte y
el señor Homs ha completado. Estas cuestiones van desde
los aplazamientos de pago a flecos concretos, como las
ventas en pérdida y determinadas garantías que hay que
exigir, transcurridos unos plazos, para disminuir cierta
discriminación
que se produce entre un tipo de comercio y
otro por el propio funcionamiento del mercado.

Sin duda, la etapa de crecimiento, como apuntaba el
señor Homs, está propiciando algo que yo he calificado en
alguna ocasión de revolución silenciosa. Como mujer me
gusta el pequeño comercio -y siento que no esté el señor
Alcaraz para que vea que, al final, hay que hacer de todo-
y veo que se está produciendo una transformación importante,
resultado de un proceso no exclusivo de estos dos
últimos años, por la que el pequeño comercio se está
modernizando, especializando y copando un segmento del
mercado que, por definición, el otro tipo de comercio no
puede cubrir; aparte de consideraciones sociales que me
parecen sumamente importantes en la distribución comercial,
como puede ser la proximidad para colectivos como la
tercera edad. Yo no me imagino a mi madre cogiendo un
coche para ir a una gran superficie porque no conduce; no
lo puede hacer. Entiendo que ese equilibrio se está produciendo
en lo que yo califico de revolución silenciosa. Se
van creando pequenos comercios, se van modernizando, y
el plan marco de modernización de comercio interior pretende
fomentar el asociacionismo de pequenos comercios
para que se puedan organizar mejor, tener una mejor posición
de negociación, formación y seguimiento de la actividad,
que se complementa y potencia con la política de
pimes. Obviamente, ese pequeño comercio es el mismo
colectivo, con lo cual las medidas que estemos toman,do
para modernizar y mejorar la competitividad de las pequeñas
empresas están beneficiando también al comercio interior,
que constituye mayoritariamente el colectivo de pimes
del que estamos hablando.

Tenemos, por supuesto, el máximo interés. Con los plazos
que tenemos por delante para cumplir el mandato legal,
dispondremos de año y pico o dos años -hasta el 2001 no
tiene que entrar en vigor lo que se establezca- para debatir
una cuestión importante en la que todos estamos implicados:
comunidades autónomas, empresarios y grupos parlamentarios,
por supuesto. Tengo que extender el diálogo
porque todos intentamos hacer valer intereses concretos;
coincidentes, la mayor parte de las veces, pero, en cualquier
caso, opiniones distintas sobre cuestiones que, si las
tenemos en cuenta, recogerán mejor la realidad española,
que es el objetivo común de todos nosotros.

Dejamos el comercio interior y entramos en lo de las
tarjetas de crédito, que es todo un cambio. Ir de la negociación
del acuerdo multilateral de inversiones a las tarjetas de
crédito de punto de venta, del comercio minorista, es todo
un reto. Comentaba el señor Homs -para que vean que
tengo todo el interés les he dejado que me atacaran antes de
decir nada; no ha habido un ataque, era una broma- una
cuestión que efectivamente enlaza con lo que es la necesidad
de modernizar el pequeño comercio sin que eso suponga
un coste superior al que está pagando el otro tipo de
comercio, que tenemos que seguir trabajando en esa discriminación
o en esa distinta posición en el sector de la distribución
comercial.

En efecto, en los últimos años la tarjeta de crédito
-tarjeta de crédito, de débito y monedero electrónico- ha
tenido una evolución, un crecimiento, muy importante y
cuando las cosas crecen mucho y no hay unas regulaciones
base se van produciendo problemas y dificultades. Los
datos, como bien apuntaba el señor Homs, son muy explicativos.

Les daré alguno. A31 de diciembre de 1997 se calculaba
que en España existían unos 25 millones de personas
-porcentaje muy elevado- que eran titulares de más de
48 millones de tarjetas en circulación, de las que 34,4 millones
son tarjetas financieras y 3,4 millones son monederos
electrónicos y 10 millones adicionales son tarjetas comerciales,
de las que se establecen en las redes, y 400.000 son
de Ameritan Express, Diners Club, etcétera, es decir, las de
prestigio financiero. Eso, trasladado al movimiento de
negocio, supone que se genera un volumen de 11 billones
de pesetas al año -realmente impresionante-, 3,2 de los
cuales corresponden a compras en establecimientos comerciales,
que es donde nos estamos moviendo, y 7,8 son los
cajeros automáticos. Estamos diciendo que se mueven 3,2
billones de negocio por compra en establecimientos comerciales,
que es donde se va a producir el problema que vamos
a comentar aquí hoy.

Las previsiones no pueden ser más que de aumento.

Comentábamos anteayer, cuando hicimos un seminario
sobre el euro, las implicaciones que iba a tener, entre otras
áreas, en el comercio interior. No hay nada mejor que el
que se ponga cada uno en la situación personal cuando vas
a comprar, porque si tienes ocasión de viajar al extranjero
prefieres pagar con la tarjeta de crédito que dedicarte a
cambiar billetes; con el euro va a ser especialmente relevante
y de alguna manera la tarjeta de crédito va a servir
para facilitar la transición al euro, por ejemplo. La previsión,
como digo, no puede ser más que de aumento del uso
de las tarjetas de crédito. Además, se abaratan los costes,
porque se mejora la tecnología y cada vez son más las
medidas de seguridad y, por tanto, de lucha contra el fraude
que se pueda producir en este medio de pago.

Me centraré en el problema que suponen las comisiones
-lo han manifestado con claridad los dos portavoces que
han tenido ocasión de hablar sobre este tema- que tienen
que pagar los comerciantes que aceptan el uso de la tarjeta
de crédito a las entidades financieras, sabiendo que el circuito
es más complejo, porque primero está el banco o la
entidad financiera que emite la tarjeta, luego está la entidad
o banco con la que trabaja el comerciante, el propio comerciante
y el consumidor. Si bien es cierto que la comisión se
puede ir trasladando, se para en el comerciante, que no lo



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traslada al usuario, aunque de alguna manera esa es una de
las reclamaciones del sector, pero tiene los problemas de
precio que comentaba el señor Homs.

La preocupación llevó a que el año pasado el Observatorio
de la Distribución Comercial, que iniciaba su andadura,
estableciera una comisión de trabajo sobre esta cuestión
y propusiera, por un lado, intentar unificar la diversidad,
que era muy importante en medios de pago, y, por otro,
propuso el estudio al que hacía alusión el señor Homs.

Existe ese estudio, que tiene un título muy largo y que es el
que se ha encargado al Banco de España, que se llama nada
menos que Estudio de la política de fijación de comisiones
y otras cargas a comerciantes por la aceptación
como medio de pago en sus ventas de tarjetas de crédito
y/o debito. En ese estudio, que con mucho gusto resumo,
se recoge la preocupación y se llega a las siguientes conclusiones:
la media de las tasas de descuento viene a ser en
la actualidad del 2 por ciento del volumen de las compras,
porcentaje que es similar al de la media de los restantes
países europeos. ¿Cuál es la peculiaridad? Ahora voy a dar
la razón al señor Homs, que niega con la cabeza. Aparte de
un colectivo concreto están los demás, que al final hacen
que la media sea el 2. En efecto, la peculiaridad en el caso
español es la dispersión, para hablar en términos estadísticos,
de lo que sería el 0,1 que aplican determinados comercios
grandes, que tienen más posibilidad de negociación e
incluso tienen tarjetas propias, y el 6 por ciento, que se aplica
a comercios minoristas. Por lo tanto, tenemos una variación
de casi 6 puntos, cuando en Europa como mucho es de
3. Este es el problema que hay en España. El que se sitúa
en la banda alta tiene un coste mucho más importante que
el que puedan tener competidores en otros países o de la
misma dimensión.

Pero es mucho más complicado. Siendo ese el problema
detectado, lo que ocurre es que están fijadas las comisiones
en unos contratos bancarios o financieros que se formulan
en lo que es el ámbito del derecho privado. Como
ustedes saben, en el derecho privado se aplica el principio
de autonomía de la voluntad de las partes y, como ya apuntaba
también el señor Homs, si nos movemos en un ámbito
como este, se pueden establecer referencias, se puede decidir
cambiar determinadas normas, pero dejando que sea el
mercado el que funcione, lo que no quiere decir que no
vayamos a hacer cosas, por lo que voy a exponer de una
manera esquemática y rápida lo que podemos hacer.

Si los bancos aplican tasas más altas al pequeño comercio
es porque valoran unos riesgos que consideran mayores
por impagos, etcétera. En ese sentido, el criterio que se
establece de riesgo al final acaba perjudicando a gente que
puede funcionar de una manera muy eficaz. Vamos a intentar,
una vez dibujado el panorama y el problema y señalado
dónde está la complejidad, impulsar medidas para que esa
reducción que ha habido de hecho entre 1995 y 1997 del
2,33 al 2, que es una reducción del 15 por ciento, sea
mayor. Obviamente, estoy totalmente de acuerdo en que
tiene que ser mucho mayor. Como es un sistema de libre
mercado, habrá que pensar de momento en acciones indirectas
¿Las otras? Estoy totalmente de acuerdo: la pedagogía
directa o de otro tipo, pero desde luego, hay que fomentar
el diálogo entre comerciantes y entidades financieras
para que se negocie y se haga una asignación de costes más
ajustada a la realidad de las empresas.

En ese sentido, vamos a crear una comisión y yo creo
que tendremos ocasión en el Observatorio de Distribución
Comercial de impulsar este tema, para sentar a la mesa a
los comerciantes, a las entidades y expertos, aunque yo
pienso que en estas cuestiones hay que dar un impulso
decidido para que todos oigamos dónde está el problema.

Eso en primer lugar, y luego hay que intentar reducir lo que
son los gastos del comerciante por lo que es la instalación,
que en principio es gratuita pero se acaba repercutiendo en
la comisión la instalación del terminal de punto de venta.

En principio es gratuito pero en esa parte de riesgo o en
comisión mayor se está introduciendo en parte el coste del
terminal. Ataquemos ese asunto. También hay que fomentar
un proceso de homologación de todas las tarjetas y establecer
una exigencia de estándares comunes, garantizando
por supuesto que va a funcionar todo el sistema. Esto es
técnicamente posible y vamos a avanzar en ello.

Para incrementar la capacidad de negociación, vuelvo a
repetir la referencia que he hecho antes. Hay que fomentar,
tanto a través de los planes que ya están en marcha, en concreto
el plan marco de modernización, como, por supuesto,
la iniciativa pyme, el asociacionismo de las pymes comerciales.

Yo creo que ello es fundamental para el proceso de
modernización y, sobre todo, para que tengan una capacidad
de negociación sobre esta cuestión, entre otras, o el
disfrute de determinadas reducciones de tasas similares a
las que disfrutan las empresas de distribución que por sí
solas ya tienen esa capacidad de negociación.

Luego vienen cuestiones más directamente implicadas
con el problema, y creemos que un punto fundamental -y
así lo he estado comentando con la Dirección del Tesoro,
encargada de la política financiera- es que se hagan públicas
obligatoriamente con cierta periodicidad las tasas de
intercambio aplicadas a cada sector, desglosando lo que
compone cada coste, porque siempre la publicidad y la
transparencia es un buen estímulo para que vayamos avanzando
en su reducción, en este caso.

Asimismo, igual que ha pasado en otros contratos
financieros, conviene hacer constar con precisión en los
contratos de solicitud de tarjetas las tasas anuales equivalentes,
el TAE, y las comisiones que se van a aplicar en función
de cada usuario y que se sepa que se le va a aplicar esa
tasa. En estas líneas, tanto las indirectas, que forman parte
de todo el proceso de modernización, como las más directas,
a través del sistema financiero, vamos a trabajar y, sin
duda, en un estudio más pormenorizado, que espero tener
ocasión de remitirles en breve, podremos ampliar la información
e incluir las aportaciones que ustedes estimen convenientes.




En resumen, vamos a realizar, en primer lugar, acciones
encaminadas a fomentar el diálogo, estableciendo unas
líneas de trabajo entre las partes afectadas, en este caso
comerciantes y entidades financieras. En segundo lugar,
vamos a incentivar el asociacionismo de los pequeños
comerciantes para que tengan ese poder de negociación,
incluso para que puedan establecer tarjetas de grupo, como
hacen en las grandes superficies. En tercer lugar, proponer
una mayor homologación; las tarjetas son las mismas, con
lo cual seremos más capaces de circunscribir el problema



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en el coste. En cuarto lugar, respecto al coste, que hagamos
público el que se está aplicando y que sepan de antemano
que las tarjetas tienen una comisión determinada en función
del comercio. Y, finalmente, trabajar con el sistema
financiero para promover ese acortamiento del abanico en
el que se mueven las comisiones actualmente.

Estoy teniendo una intervención profusa pero no querría
acabar, para refrendar con hechos lo que he declarado
como voluntad, sin atender a alguna de las peticiones que
ha hecho la señora Leiva.

Comercio interior. Hemos tratado alguna de las cuestiones.

Efectivamente, en el marco de competencias que tenemos
actualmente las comunidades autónomas son las que
tienen la competencia en comercio interior y respecto a los
horarios tienen establecido el marco. Existe cierta flexibilidad
por comunidad autónoma para temas como las rebajas
o determinados festivos o áreas, consideradas turísticas,
que se salen del esquema normal de horarios.

El código de buenas prácticas comerciales está en marcha,
prácticamente ultimado, y tendremos ocasión de presentarlo
en breve. Respecto a la concentración comercial,
efectivamente, tenemos que ser muy vigilantes, y para ello
tenemos los servicios de competencia, con el fin de evitar
el abuso de la posición dominante.

Sobre los temas restantes ya he comentado que se van a
impulsar y que, por supuesto, al hilo de la proposición de
ley planteada por el Grupo Socialista, tendremos ocasión
de debatirlos con más detalle. En cuanto al Tribunal de
Defensa de la Competencia, con mucho gusto le contestaré
por escrito en las cuarenta y ocho horas reglamentarias.

La adaptación de las empresas al euro ya lo he ido
comentando, pero sin duda podemos dedicarle una comparecencia
para hablar de todos los temas de política de
pymes, que sin duda es una política prioritaria para el
Gobierno a través de esta Secretaría, para coordinar todas
las iniciativas que se llevan en otros ministerios y en otros
ámbitos institucionales, pero creo que se ha hecho un
esfuerzo, y le voy a remitir el detalle de las normas,
modificaciones,
medidas fiscales, laborales y de otro ámbito que
han publicado la Dirección General de Pymes y esta Secretaría
de Estado y que recogen algo más que las medidas
macro. Como además no me está escuchando, será mejor
que se lo mande por escrito y tendrá ocasión de leerlo detalladamente
y lo comentaremos cuando usted quiera.




El señor VICEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán):
Señor Homs, le ruego silencio para que pueda escuchar a la
señora secretaria.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE
COMERCIO, TURISMO Y PEQUEÑA Y MEDIANA
EMPRESA (Pisonero Ruiz): Es igual, vamos acelerando.

Yo creo que el tema de las pymes es sumamente importante,
y quizá la documentación que tenemos ya elaborada
podremos remitirla y tener una comparecencia exclusiva
para lo que es la pyme -como ya apuntaba, una parte muy
importante, más del 90 por ciento de la distribución comercial,
son pymes- y el turismo como pyme, porque, aunque
no sea de la competencia de esta comisión, yo comparto
-y me alegra mucho oírlo- las propuestas que me ha
manifestado la señora Leiva en relación con el turismo. Sí
puede ser al final una cuestión de Estado el turismo en
España, y lo es, y la imagen que tenemos en el exterior es
realmente importante, muy relevante. En los cuatro últimos
viajes que he realizado como secretaria de Estado, la reclamación
unánime de todos los gobiernos es la cooperación
en materia turística. La imagen que tenemos, que se ha ido
construyendo con mayor énfasis -entiendo- a finales de
los 50, en la época de Franco, al hilo del plan de estabilización
y como un elemento dinamizador del desarrollo, es
algo que otros países que se encuentran no necesariamente
en el mismo sistema político, pero sí en el mismo nivel de
desarrollo, quieren aprender de ese elemento dinamizador.

Por supuesto yo estaré encantada, y creo que es muy importante
que participemos todos en lo que es un debate de
especial importancia. Yo espero que podamos tener ocasión
de organizar alguna jornada y tratar los temas de turismo
con señorías que no estén en la Comisión de Industria,
pero que sin duda enriquecerán el debate.

Los congresos nacionales siempre pueden parecer montajes,
es toda una movida, pero participaron más de 3.000
empresas, o sea, que no fue un montaje hueco, y las medidas
que se adoptaron se han cumplido en un 80 por ciento,
no son vacías, hay realizaciones, y yo con mucho gusto lo
comentaré con usted si tengo ocasión, porque realmente
estamos desarrollando actuaciones en lo que yo resumiría
como los grandes retos del sector turístico español con el
frontispicio de la calidad, es decir, que la cantidad hay que
asegurarla, hay que mantenerla, pero ésa está ahí y la
vamos a mantener. Es como cuando hablamos de comercio
exterior, los mercados maduros y los emergentes, también
se utiliza un poco esa terminología en turismo, pero me
refiero a lo que es avanzar en las líneas como en todas las
grandes referencias que nos van a marcar una evolución
más acorde con nuestro nivel de desarrollo. En ese sentido,
calidad. Esa calidad la tenemos que desarrollar, insistiendo
en lo que es una desestacionalización, en primer lugar, es
decir, conseguir para toda España lo que ya tiene más organizado
Canarias por razones del clima y por una infraestructura
muy adecuada a ese clima y no concentrarnos en
los meses de temporada alta, de forma que distribuyamos
esos 46 millones de turistas que vamos a tener este año a lo
largo del año y que no se concentren en los meses altos,
porque eso nos permitirá tener una mejor calidad, porque
habrá menos concentración y podremos ofrecer otros productos
que no son sólo el sol y la playa que tenemos en
verano, sino una desconcentración por las zonas y una
diversificación de productos, diversificación que pasa por
acometer productos nuevos que, como ya decía, no son
sólo el sol y la playa, sino un uso más inteligente y adecuado
de los recursos que tiene España, que no son sólo los
naturales -sol-, sino que son naturaleza medioambiental,
España verde, etcétera; tenemos cultura, tenemos historia,
tenemos gastronomía, y en eso estamos trabajando,
pero en un plan global que es de calidad, y lo digo con ilusión
porque me parece realmente una materia apasionante.

Pude asistir a una conferencia sectorial que celebramos en
Sevilla, en la comunidad autónoma andaluza, a petición de
ella; es la única vez que se ha hecho. Tengo que decir con
satisfacción que la política turística está avanzando porque
las distintas Administraciones estamos siendo capaces de
trabajar conjuntamente para un objetivo común. Agradezco



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la labor de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos,
a través de sus representantes, con los que estamos
firmando planes de dinamización y de excelencia y
vamos a seguir trabajando; ese es el ejemplo que comentaba
también para comercio exterior. Tenemos que avanzar
en la cooperación y en la colaboración y agradezco la
buena disposición y el buen trabajo que están realizando
todas las Administración, y ahí claramente se demuestra
que es una política de Estado que va mucho más allá de lo
que es un interés partidista. Lo quiero decir y agradecer
desde aquí, porque por razones de estacionalidad me he
dedicado más al turismo. Vamos a seguir avanzando.

Para ir contestando a las preguntas, animaremos al funcionario
que tenemos en la Unión Europea para que conozcamos
mejor los fondos que se utilizan y el uso adecuado
de ellos que también hacen las comunidades autónomas.

Nosotros como Gobierno central tenemos exclusivamente
la competencia de promoción exterior y de coordinar todas
las actuaciones de las comunidades autónomas.

Sobre el tema concreto de la Escuela Oficial de Turismo,
estamos en condiciones de llegar a un acuerdo, pero
vinculado a la transferencia de educación a la Comunidad
Autónoma de Madrid. Ya hemos tenido reuniones a través
de la Dirección General de Turismo con la comunidad autónoma,
tanto con la Consejería de Educación como con la de
Economía, y creo que en breve podremos proceder definitivamente
a ese traspaso para acometer algo que es fundamental
dentro de ese proceso de calidad, que es la formación.

Ahí tenemos una iniciativa y un campo muy
importante para seguir mejorando lo que es, por otra parte,
una clase profesional muy bien preparada y que está ofreciendo
un servicio que es el que nos da la imagen de España
en el exterior como un país deseable como destino turístico.

En cuanto a la situación del personal, efectivamente ha
habido -no voy a rechazar, como está usted comprobando,
ninguna de las preguntas que me ha hecho- unas
informaciones malintencionadas sobre las actuaciones de
determinadas personas de mi departamento, que en este
caso ya estaban, yo sólo he cambiado a una persona.

En cualquier caso, aunque existe un comunicado, le puedo
decir que no es verdad lo que se dijo. Estamos analizando
la cuestión y si no tomaríamos las medidas pertinentes por
voluntad propia; soy la primera interesada en que haya la
mayor claridad y transparencia en las actuaciones que,
digo, no obedecen a la información que se ha manifestado
en determinados medios de comunicación.

Aprovecho el resumen que me ha hecho la señora Leiva
al final de su intervención porque me parece lo más positivo.

Agradezco el apoyo, el talante y si he podido dar una
mínima imagen de mi manera de ser y de actuar y de los
objetivos que :tengo aquí, nada más alejado de la pasividad,
si consigo hacer política activa sé que contaré con su
apoyo, como lo han manifestado el resto de los portavoces.

Intentaremos, no sólo yo, porque no soy más que un grano
de arena o de otro tipo para algunas personas, que se sitúe
en una estructura de profesionales como son los que trabajan
en la Secretaría de Estado, que sin duda están haciendo
un esfuerzo muy importante por ofrecer ese servicio que
nos permita salir al exterior, modernizarnos no sólo la
sociedad española, sino la de los países que en el exterior
merecen también la oportunidad que tuvimos nosotros hace
30 años.




Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán):
Concluida esta multidisciplinar comparecencia, se levanta
la sesión.




Era la una y cincuenta y cinco minutos de la tarde.




CORRECCIÓN DE ERROR.-En el «Diario de Sesiones»
núm. 505, correspondiente a la reunión celebrada por
esta Comisión el día 14 de julio de 1998, en la votación de
la enmienda número 175, del Grupo Mixto, al proyecto de
Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
-página 14.605, primera columna- por un error de
imprenta no aparece reflejado exactamente el resultado de
la votación, que fue de 15 votos a favor de la enmienda, 21
en contra y cuatro abstenciones.