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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 378, de 17/02/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 378



PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. NARCIS SERRA I SERRA



Sesión núm. 20



celebrada el martes, 17 de febrero de 1998



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia cuatrimestral, previa remisión del informe correspondiente,
del señor secretario de Estado de Presupuestos y Gastos (Folgado Blanco)
para informar sobre el grado de ejecución de los Presupuestos Generales
del Estado y de la evolución de sus principales magnitudes. El informe
debe contener un anexo sobre el grado de ejecución de determinados
créditos del capítulo 8 de los Presupuestos Generales del Estado (Número
de expediente 212/001215).




Se abre la sesión a las diez y cuarenta minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días. Vamos a dar comienzo a la
sesión.

De conformidad con el acuerdo que tomó esta misma Comisión sobre
comparecencias cuatrimestrales del secretario de Estado de Presupuestos y
Gastos para informar acerca de la ejecución del presupuesto, celebramos
hoy la primera de esas reuniones, correspondiente al año 1998. Para ello,
tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
El objeto de



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esta primera comparecencia del año 1998 es informar a SS. SS. de cómo han
evolucionado las principales magnitudes y cómo se ha ejecutado el
presupuesto del Estado aprobado para el año 1997, haciendo asimismo
referencia a cómo se ha desarrollado la ejecución del capítulo 8 del
presupuesto: Activos financieros. Trataré de centrarme en aquellos
aspectos más relevantes acaecidos durante el año, puesto que el documento
remitido a esta Comisión contiene información detallada sobre cómo se ha
ejecutado el presupuesto de acuerdo con la información provisional
disponible en estos momentos.

La política del Gobierno, desde sus inicios, ha tenido como objetivo
prioritario la reducción del déficit público mediante el ajuste y la
adopción de medidas centradas en la austeridad y el control del gasto
público. Hay una primera finalidad, bien conocida, que es la de cumplir
los criterios de convergencia nominal, establecidos en el Tratado de la
Unión Europea y el protocolo de déficit público de excesivos, y lograr la
entrada de España en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria
desde su inicio, el 1 de enero de 1999, circunstancia que en la
actualidad, a la vista de los resultados obtenidos, no se pone ya en
duda. Pero no se trata sólo de cumplir con unos criterios y compromisos
internacionales. La línea de política presupuestaria emprendida, del
mismo modo que el resto de la política económica, ha ido dirigida a
recuperar el clima de confianza necesario para el aumento sostenido de
las inversiones y del empleo. Si el Tratado de la Unión Europea busca el
cumplimiento de unos criterios para la convergencia nominal, es decir un
marco de estabilidad y equilibrio, nosotros debíamos instrumentar una
política presupuestaria que intensificase la reducción del déficit y
también propiciase de esta forma la convergencia real.

El presupuesto para 1997, de carácter restrictivo, ha permitido el
cumplimiento del citado objetivo de consolidación presupuestaria, con
disminución del déficit público reducción del peso relativo del gasto con
relación al PIB, siendo las principales medidas adoptadas --lo recuerdo--
la congelación salarial del personal activo y una oferta de empleo
público restrictiva; la reducción de los gastos corrientes en bienes y
servicios, practicando una política de compras y de gestión de inmuebles
más rigurosa; la reducción no deseada, pero al mismo tiempo inevitable en
dichos momentos, de la inversión pública; el establecimiento de medidas
que favorecen la desvinculación de las empresas públicas del presupuesto
y la adopción de medidas para la lucha contra el fraude en materia de
prestaciones sociales, todo ello manteniendo la presión fiscal. Además,
claro está, se han mantenido las medidas de disciplina presupuestaria
establecidas a finales de 1996.

El desenvolvimiento económico a lo largo del pasado ejercicio pone de
manifiesto que la adopción de estas medidas de política económica ha
logrado transmitir confianza en los mercados, produciéndose en el año de
referencia una continua e intensa reducción de los tipos de interés de
los créditos, de las hipotecas y de la deuda, así como de la primera de
riesgo-país, colocándose nuestra deuda a 10 años con un diferencial
inferior a 30 puntos básicos en relación con el país de referencia, que
es Alemania, cifra que es la décima parte de la existente hace dos años.

Esta política ha contribuido a la recuperación de la demanda y expansión
de la actividad privada, lo que ha originado un crecimiento de la
actividad económica y del empleo superior a lo previsto, generando ello a
su vez efectos inducidos sobre ambas vertientes del presupuesto: más
ingresos, algunos de los cuales generan más gastos adicionales, y menos
gastos de intereses, y ha permitido adoptar medidas para facilitar la
sostenibilidad presupuestaria y reducir la caída presupuestada de las
inversiones públicas, una vez garantizado el cumplimiento del objetivo de
déficit. La valoración del cumplimiento de los criterios de convergencia
para acceder a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria se hará,
como es sabido, sobre los datos correspondientes al año 1997, los cuales
deberán ser remitidos por cada uno de los Estados miembros durante la
última semana de febrero, tal como se acordó en el Ecofin del 17 de
noviembre de 1997, haciéndose públicos en esas fechas los datos de todos
los Estados miembros.

No obstante, de acuerdo con la información actualmente disponible de
carácter profesional, la previsión de liquidación presupuestaria sitúa el
déficit público, en términos de contabilidad nacional y con los criterios
establecidos por Eurostat, claramente por debajo del 2,8 por ciento del
PIB, nivel inferior al objetivo ya revisado del programa de convergencia
del 2,9, y el déficit del estado a nivel también claramente inferior al
2,3 por ciento del producto interior bruto. Estas cifras suponen reducir
en más de un tercio el déficit, en porcentaje del PIB, resgitrado en
1996. En este momento no es posible dar más información sobre la
ejecución presupuestaria en términos de contabilidad nacional, dado que,
al igual que en el resto de los países, se está trabajando en su
elaboración, y será la semana que viene cuando se envíen a Bruselas y se
hagan públicos. La definición de los conceptos de déficit y deuda
pública, cuyo nivel es indicativo del grado de sostenibilidad
presupuestaria, que constituye uno de los criterios de convergencia, se
efectúa aplicando de forma estricta la metodología de contabilidad
nacional establecida en el SEC-79. Así, los ingresos de privatizaciones,
a diferencia de lo que ocurría con anterioridad, han pasado a
considerarse en su totalidad como ingresos financieros, aun cuando se
efectúen a través de un holding. Esto implica que los ingresos
procedentes de la enajenación de empresas públicas, tanto si se recaudan
en forma de ingresos patrimoniales como de Impuesto de Sociedades, quedan
eliminados a efectos del cálculo del déficit público. Este es el motivo
por el que en la documentación enviada, convenientemente singularizados,
se exponen estos ingresos en los cuadros de ingresos.

En este punto me gustaría hacer un breve inciso para recordar que la
política de privatizaciones no forma parte de la política presupuestaria
como medio para obtener mayores ingresos y reducir el déficit, sino que
se encuadra dentro de un planteamiento global en el que se plantea la
redefinición del papel que ha de desempeñar el Estado en el nuevo
escenario económico, desde el punto de vista del tejido productivo, que
ha de ser el de proporcionar una situación estable que favorezca el
crecimiento y la competitividad a través de una mayor liberalización de
la economía



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y del saneamiento y reducción de su participación en el sector
empresarial, potenciando la iniciativa privada.

El clima de estabilidad existente en la economía no puede atribuirse
únicamente a que estamos en un ciclo económico favorable, puesto que la
confianza en los mercados que ha motivado esta situación, con aumento de
la actividad económica y descenso de los tipos de interés, es
consecuencia de la aplicación por parte del Gobierno de una política
económica coherente y particularmente, como explícitamente reconoce la
OCDE, la política presupuestaria. No cabe duda de que este mayor
dinamismo económico, inducido en parte por el comportamiento del
presupuesto, ha tenido a su vez efectos positivos sobre la ejecución
presupuestaria y ha contribuido a la reducción del déficit público. Se
han generado mayores ingresos de los previstos y se han reducido las
cargas financieras, al permitir pagar por la deuda pública tipos que,
según plazos, oscilan entre el 4,5 y el 6 por ciento frente a tasas
sensiblemente mayores que éstas en años anteriores. Esto permitirá,
además, reducir el peso de las cargas financieras asociadas a las deudas
acumuladas, proporcionando sostenibilidad a presupuestos futuros. Sin
embargo, no se puede atribuir en una parte mayoritaria el descenso del
déficit público a la reducción de la carga financiera. La consolidación
presupuestaria no es sólo resultado de las condiciones financieras, como
lo demuestra la evolución experimentada por el saldo primario, es decir
el derivado de las operaciones no financieras deducidos los gastos por
intereses. En 1997, el superávit primario se sitúa en torno a 1,6
billones de pesetas, es decir el 1,5 por ciento del PIB, lo que
constituye el nivel más alto de la última década.

Por otra parte, hay que destacar que la política desarrollada también ha
permitido que en los dos últimos años se registre un descenso del
componente estructural del déficit. En 1996 los más de dos puntos de
reducción del déficit, del 6,4 al 4,4, lo han sido en la parte
estructural. En 1997 la reducción de al menos 1,6 puntos, del 4,4 a menos
del 2,8, se ha debido en dos tercios al descenso del déficit estructural
y en un tercio a la bajada del déficit cíclico. Como ya he apuntado
anteriormente el clima de estabilidad creado ha tenido a su vez efectos
positivos en la ejecución presupuestaria que analizaremos a continuación.

En la documentación suministrada se pone de manifiesto que los ingresos
no financieros del Estado aumentaron en 1997 un 13,7 por ciento en
términos de recaudación y un 12,2 por ciento en términos de derechos
reconocidos. Estas tasas son ciertamente elevadas, aunque poco
significativas, por cuanto se hallan muy influidas por los recursos de
privatizaciones --716.000 millones de pesetas--, que deben ser excluidos
en su integridad a efectos de cálculo de déficit público. Excluidas las
privatizaciones, los ingresos en 1997 aumentaron el 10,3 por ciento en
términos de caja y el 9 por ciento en términos de derechos reconocidos,
tasas que reflejan un claro dinamismo, acorde en términos generales con
el proceso de recuperación económica.

El análisis siguiente de ingresos no contempla los procedentes de
privatizaciones, por carecer de relevancia a efectos de déficit público.

El ritmo de crecimiento experimentado por los ingresos no financieros se
ha debido fundamentalmente al comportamiento de dos figuras impositivas:
el Impuesto sobre Sociedades y el Impuesto sobre el Valor Añadido. La
evolución de este último se ha visto afectada positivamente por el
crecimiento de la actividad económica por encima de lo previsto, el
aumento del consumo privado y las mayores importaciones; y en el caso del
Impuesto sobre Sociedades, por los buenos resultados empresariales
obtenidos y la nueva regulación de los pagos fraccionados, cuyos
porcentajes subieron del 15 al 18 por ciento y del 20 al 25, según los
casos.

Analizando más en detalle el presupuesto de ingresos, observamos que la
recaudación por impuestos directos ha experimentado un incremento del
14,4 por ciento, superior al inicialmente previsto en 180.000 millones de
pesetas, insisto, sin privatizaciones, debido al importante crecimiento
del Impuesto sobre Sociedades y al gravamen del 3 por ciento sobre
revalorización de activos con incidencia únicamente en 1997, con unos
ingresos de 104,7 miles demillones.

La recaudación por el Impuesto sobre Sociedades en 1997 ha sido de 1,92
billones de pesetas, con una tasa de variación del 41,1 por ciento. En
este aumento han influido los factores económicos mencionados, como
reflejan los importantes ingresos procedentes de la liquidación anual del
año 1996 y de los pagos a cuenta de 1997.

Dentro de los impuestos directos, el IRPF no ha tenido un comportamiento
tan dinámico como el Impuesto sobre Sociedades, registrando un
crecimiento del 5,5 por ciento. Dentro de esta figura impositiva, los
ingresos derivados de retenciones de trabajo, que absorben casi el 85 por
ciento del total, representan una tasa de crecimiento del 13,6 por
ciento, que disminuye hasta el 7,7 por ciento si se imputan a cada año
las liquidaciones correspondientes de la Segudad Social, puesto que en
1997 se han recibido las cuatro liquidaciones del año y, además, se ha
recaudado una liquidación pendiente del año anterior. También estos
ingresos se han visto afectados por la deflactación de la tabla de
retenciones.

Los ingresos procedentes de retenciones de capital mobiliario, por el
contrario, presentan un descenso de un 15,4 por ciento, asociado sobre
todo al descenso continuado de los tipos de interés. Los pagos
fraccionados de empresarios individuales y profesionales también siguen
esta tendencia, aunque menos acentuada, con una caída del 0,5 por ciento,
debido al cambio de normativa relativa al régimen de estimación objetiva
por signos, índices o módulos, para favorecer la actividad de los
pequeños empresarios, que son los que más empleo crean.

Por último, hay que destacar que en 1997 las devoluciones efectuadas han
sido un 16 por ciento superiores a las llevadas a cabo en 1996,
circunstancia que ha influido negativamente en la recaudación neta por
este impuesto, pero es nuestro propósito continuar reduciendo los
períodos medios de devoluciones.

La recaudación por impuestos indirectos a lo largo de 1997 ha registrado
un crecimiento del 7,5 por ciento respecto al año 1996, algo inferior al
previsto inicialmente. No obstante, en 1997 se han producido dos hechos
que han supuesto una minoración de ingresos por estos impuestos



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de aproximadamente 140.000 millones de pesetas en relación con el
presupuesto inicial: la cesión a la Comunidad de Madrid de los
rendimientos por actos jurídicos documentados y la modificación del
concierto con el País Vasco, incorporando los impuestos especiales de
fabricación. Por tanto, si se eliminan este efecto y los ingresos
derivados del Impuesto sobre las primas de seguro, que entra en vigor en
1997, la tasa de variación de los impuestos indirectos se elevaría hasta
el 8,8 por ciento.

Dentro de la imposición indirecta, el IVA ha crecido un 10,5 por ciento
por encima de las previsiones iniciales, siendo los ingresos derivados de
importaciones los que presentan un comportamiento más dinámico, con una
tasa de variación del 15,7 por ciento. La recaudación por IVA
--operaciones interiores-- crece un 8,8 por ciento, porcentaje que se
elevaría en casi dos puntos porcentuales si se elimina el efecto de las
devoluciones, que en 1997 superaron en un 11 por ciento a las efectuadas
en 1996.

Los impuestos especiales crecen únicamente un 0,5 por ciento, debido a la
minoración de ingresos en el Estado originado por el traspaso de los
rendimientos de impuestos especiales de fabricación al País Vasco,
anteriormente mencionado, así como por la ampliación en 30 días del plazo
de ingresos de las cuotas correspondientes a los impuestos sobre
alcoholes y bebidas. En términos homogéneos, el crecimiento de estos
impuestos sería considerablemente superior, el 6,2 por ciento, totalmente
en línea con lo previsto inicialmente en el presupuesto de 1997.

La recaudación correspondiente a tasas, precios públicos y otros ingresos
ha superado en 40.000 millones las previsiones iniciales y en un 11,2 por
ciento a los registrados en 1997, debido principalmente a las primas
positivas de emisión de deuda pública, que han crecido casi un 40 por
ciento, para situarse en 166.000 millones de pesetas.

En el capítulo de transferencias corrientes, se recoge la incorporación
al concierto con el País Vasco de los impuestos especiales de fabricación
devengados en su territorio, que ha supuesto un incremento de las
transferencias vía cupo de la citada comunidad que compensa la minoración
en impuestos especiales. Los ingresos patrimoniales, deducidos los de
privatizaciones, han crecido el 0,4 por ciento. Dentro de este capítulo
figuran los beneficios del Banco de España, con un total de 674.000
millones, que ha superado en un 9,6 por ciento a los de 1996. Los
ingresos por transferencias de capital, por último, se elevan a 281,6
miles de millones, que corresponden casi en su totalidad a los
procedentes del presupuesto comunitario para actuaciones confinanciadas
por los fondos comunitarios.

Pasando ahora al presupuesto de gastos, el presupuesto inicial no
financiero, con un total de 18,1 billones de pesetas, supone un
crecimiento del 1,7 por ciento sobre el presupuesto base de 1996. No
obstante, sobre el presupuesto prorrogado de 1995, que no constituye una
base homogénea de comparación, crece el 4,5 por ciento. Las
modificaciones sobre los créditos iniciales ascienden a 806,6 miles de
millones de pesetas, lo que da lugar a unos créditos totales de 18,9
billones de pesetas. Estas modificaciones representan un 4,5 por ciento
del presupuesto inicial, que constituye uno de los porcentajes más bajos
de los últimos diez años. Tales modificaciones aprobadas no implican,
claro está, que el gasto, es decir, las obligaciones reconocidas, hayan
aumentado en esa magnitud de créditos iniciales más modificaciones. En
efecto, las obligaciones reconocidas a finales de 1997 se elevan a 18,53
billones de pesetas, que representan el 102 por ciento de los créditos
iniciales.

En relación con los créditos totales, las obligaciones reconocidas o
gastos realizados representan el 98 por ciento, que constituye el
porcentaje más alto de realización de los últimos diez años, hecho lógico
si tenemos en cuenta que el presupuesto inicial era muy ajustado y que
las modificaciones aprobadas han respondido a supuestos que han implicado
un nivel de ejecución elevado.

En el análisis de los gastos es importante dedicar la atención que
merecen todo el conjunto de modificaciones, por la cuantía de las mismas,
por los objetivos a los que responden y porque sobre ellas se han vertido
valoraciones en ocasiones no muy precisas. En primer lugar, es sabido que
hay determinados conceptos en los que un aumento de los ingresos superior
a lo presupuestado genera automáticamente más gastos. Es evidente que
estos mayores gastos no afectan al déficit, puesto que conllevan ingresos
paralelos que los financian. De lo contrario, no habría tales gastos.

Pues bien, en 1997 se han generado créditos adicionales a los previstos
en el presupuesto inicial por importe de 154,6 miles de millones. Cabe
mencionar como más relevantes las generaciones por aportaciones del Fondo
Social Europeo, de la Dirección General de Tráfico, las derivadas de la
venta de bienes y servicios en distintos Ministerios, especialmente los
de Sanidad y Defensa, o los que se derivan de la recaudación adicional a
la inicialmente prevista por actos de liquidación e inspección, que
aumentan la financiación de la Agencia Tributaria.

Asimismo, con el fin de aprovechar la bajada de los tipos de interés en
el mercado, se decidió amortizar de forma anticipada deuda emitida a
tipos de interés superiores al 12 por ciento, emitiendo nuevos títulos a
tipo inferior al 6 por ciento. No hay ahorro neto alguno en esta
operación en el ejercicio de 1997 --importa decir esto--, pero se tomó la
decisión del canje de deuda por importe cercano al billón de pesetas para
reducir las cargas que habrán de soportar presupuestos futuros, dando
sostenibilidad a los mismos. Esto ha supuesto la necesidad de ampliar
créditos en 1997 por un total de 150.000 millones.

Por otra parte, en 1997 se han incrementado los créditos para inversiones
mediante créditos extraordinarios o suplementos de crédito por importe de
83,6 miles de millones, que compensan en parte la disminución inicial que
se aplicó a este capítulo en el presupuesto. Estamos aquí ante una
decisión que no se habría adoptado de no haber existido margen para ello.

El conjunto de las tres actuaciones mencionadas anteriormente
(generaciones, canje de deuda y suplemento de inversión) absorben el 48
por ciento del total de modificaciones aprobadas. En realidad, los dos
primeros (generaciones y canje de deuda), que se han ejecutado en su
integridad, justifican 300.000 de los 430.000 millones de obligaciones
reconocidas por encima del presupuesto inicial.




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El resto responde a situaciones que, como veremos a continuación, no eran
previsibles o eran de difícil cuantificación en el momento de la
elaboración del presupuesto o bien responden a obligaciones derivadas de
la normativa vigente. Así, se han aprobado modificaciones por causa de
fuerza mayor por un importe aproximado de 100.000 millones, entre las que
podemos mencionar los créditos extraordinarios para reparar daños de
inundaciones y temporales por 41.000 millones, y los derivados de la
peste porcina por importe de 4.300 millones, así como las incorporaciones
realizadas para atender a los damnificados de la presa de Tous por 9.200
millones. Asimismo, dentro de este grupo podemos incluir los 48.000
millones correspondientes al reconocimiento presupuestario de la sanción
por el exceso de producción de leche del año 1996, que se imputó al
déficit en contabilidad nacional en 1996 y que no produce ningún pago
porque ya fue objeto de compensación por la Comisión en dicho año, pero
había que realizar el reconocimiento presupuestario, que es lo que hemos
hecho en la actualidad.

Se han incorporado --hablamos de incorporaciones ahora--, de acuerdo con
la normativa legal vigente, los créditos dotados y no gastados en
ejercicios anteriores correspondientes al Fondo de Compensación
Interterritorial por importe de 88.000 millones y a dotaciones para el
sostenimiento de las Fuerzas Armadas por valor de 26.000 millones de
pesetas.

El Ministerio de Defensa ha ejecutado íntegramente los gastos de
inversión presupuestados e incorporados. No ha sucedido así con las
incorporaciones del FCI. Este fondo tenía en 1997 una dotación
presupuestaria de 133,2 miles de millones, además de los 88.000 millones
no gastados en ejercicios anteriores que se incorporaron, cumpliendo lo
estipulado en la Lofca y en la ley del FCI. La ejecución asciende a 139,2
miles de millones, lo que representa un 17,2 por ciento más que en el
ejercicio anterior. Se incorporan, por consiguiente, para 1998 créditos
del FCI por importe de 78.000 millones de pesetas.

Asimismo, para cubrir gastos asociados al envío de tropas en misiones de
paz en Bosnia, se han ampliado créditos en 20.000 millones.

Por último, cabe mencionar los créditos extraordinarios, por un importe
global de unos 42.000 millones, que ha sido necesario aprobar a finales
de año como consecuencia de la aplicación de la Ley de disciplina
presupuestaria, que modificó determinados preceptos legales con el fin de
introducir un mayor control y transparencia en la ejecución del gasto.

Como he comentado anteriormente, las obligaciones reconocidas por
operaciones no financieras durante 1997 se sitúan, incluyendo créditos
iniciales y todas las modificaciones, en 18,53 billones de pesetas, que
representan un crecimiento del 1,3 por ciento en relación al ejercicio
anterior, que ha permitido reducir su peso en relación al PIB.

Las obligaciones reconocidas por gastos de personal han disminuido
ligeramente un 0,5 por ciento respecto al año anterior, con un total de
2,97 billones de pesetas, como consecuencia de la política de congelación
salarial del personal activo y limitación de la oferta de empleo pública
y el proceso de transferencias. El montante total de gastos de personal
en 1997 es inferior en 10.000 millones de pesetas al presupuesto inicial.

Los gastos en bienes corrientes y servicios han disminuido en relación al
ejercicio anterior en un 11,7 por ciento, para situarse en 383,4 miles de
millones, cifra que representa una realización muy elevada del 97,2 por
ciento, la más elevada de las alcanzadas en la última década. Es un
comportamiento coherente con el recorte que experimentó este capítulo en
el presupuesto inicial, que ascendió a 305.000 millones, y con las
modificaciones autorizadas que responden a hechos concretos: generaciones
de crédito por ingresos, 34.000 millones, que no suponen un mayor
déficit; las ampliaciones para atender gastos de las tropas enviadas a
Bosnia, 20.000 millones, ampliación esta que se viene realizando en los
últimos años; y los créditos extraordinarios aprobados en aplicación de
la Ley de disciplina para atender a obligaciones de ejercicios
anteriores, 18,8 miles de millones.

Continuaremos en esta política de transparencia, al mismo tiempo que de
decisiones, para lograr la plena eliminación de estos créditos
extraordinarios. En este sentido, el pasado 6 de junio el Consejo de
Ministros aprobó un programa de gobierno para la ejecución de una
política de compras públicas basada en actuaciones dirigidas en tres
frentes: la disminución del consumo y de su coste mediante un plan anual
de adquisición de bienes y servicios y un plan de austeridad; en segundo
lugar, actuaciones encaminadas a la mejora y racionalización del
procedimiento; y, por último, actuaciones para la obtención de mejores
condiciones en la contratación. Todo ello está en curso de programación y
ejecución con el propósito de mejorar la sostenibilidad presupuestaria
por esta vía.

Pasando al capítulo 3, las obligaciones reconocidas por gastos
financieros se elevan a 3.596,1 miles de millones, cifra que supone un
incremento del 6,6 por ciento, superior al inicialmente previsto, como
consecuencia de la política de amortización anticipada de deuda y canje
de deuda realizada que, como ya vimos, ha originado la necesidad de dotar
mayores créditos, si bien supondrá unos menores gastos futuros y que
representa una realización prácticamente del cien por cien de los
créditos disponibles.

Naturalmente, en términos de contabilidad nacional, que no disponemos
todavía de datos definitivos y, por tanto, no se pueden aportar ahora,
representan una reducción significativa en relación con el ejercicio
anterior en aplicación de los criterios establecidos por Eurostat a los
quince Países Miembros.

La cifra de obligaciones reconocidas por transferencias corrientes ha
sido de 9.840,3 miles de millones, un 1,2 por ciento más que en 1996, con
una tasa de realización de los créditos totales del 98,9 por ciento,
superior a la registrada en los diez últimos años.

Dentro de las transferencias corrientes, destacan las destinadas a la
Seguridad Social por importe de 3,6 billones de pesetas, un 5,4 por
ciento más que en 1996, de las cuales 3,2 billones son transferencias al
Insalud para financiar la asistencia sanitaria, un 13 por ciento
superiores a las del ejercicio anterior, en virtud del proceso que
estamos



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siguiendo de separación de fuentes, y 320,4 miles de millones son para
prestaciones de carácter no contributivo, que crecen un 5,5 por ciento
respecto al año anterior.

Las transferencias a comunidades autónomas, en concepto de participación
en ingresos del Estado y entregas a cuenta por la tarifa autonómica del
IRPF durante 1997, se han situado en 2,5 billones y representan un
crecimiento del 18,2 por ciento, porcentaje que se reduciría al 10,3 por
ciento si se elimina el efecto de los traspasos en materia de
universidades.

Las transferencias a corporaciones locales han crecido un 3 por ciento,
con un total de 1,26 billones, que corresponden en su mayoría a su
participación en ingresos del Estado y liquidaciones definitivas de
ejercicios anteriores.

También quisiera mencionar que la aportación global al presupuesto
comunitario ha sido de 916,6 miles de millones, un 22 por ciento superior
a la de 1996, evolución que se ha visto afectada por el fuerte aumento de
la aportación por recurso a PNB, un 50 por ciento, ocasionado por la
reducción que experimentó en 1996.

A diferencia de las partidas anteriores, las transferencias a organismos
autónomos administrativos ha disminuido cerca de un 27 por ciento como
consecuencia de la minoración, en torno a 100.000 millones, de las
dotaciones al INEM para protección al desempleo, asociada a la creación
de empleo que se está produciendo aunque, por otra parte, se están
elevando de forma intensa los recursos que se transfieren para políticas
activas de empleo. En concreto, en 1997 han aumentado los recursos para
estas políticas el 27,2 por ciento, unos 80.000 millones de pesetas.

Las inversiones reales han disminuido a un ritmo del 10,7 por ciento en
lugar del 15 por ciento inicialmente previsto, con un volumen de
obligaciones reconocidas de 875,9 miles de millones, de las cuales el 70
por ciento son de carácter civil y el resto militar. Estas obligaciones
representan el 90,4 por ciento del total de créditos, que constituye el
mayor porcentaje de realización de los últimos diez años, excepto en
1993, que registró un nivel similar.

En este capítulo, las modificaciones realizadas se derivan asimismo de
generaciones de crédito, derivadas de ingresos, por importe de 18,1 miles
de millones, de créditos extraordinarios para cumplir la ley de
disciplina y los suplementos de créditos dotados a finales de ejercicio
por un valor global de 87,2 miles de millones, y de incorporaciones de
créditos no gastados en años anteriores para inversiones de las Fuerzas
Armadas.

Las obligaciones reconocidas por transferencias de capital durante 1997,
por importe de 876,7 miles de millones, han crecido un 8,2 por ciento y
suponen una relación de los créditos totales superior a la registrada en
cualquiera de los últimos años. Las transferencias de esta naturaleza a
comunidades autónomas han crecido un 23 por ciento, con un volumen de
220,9 miles de millones, de los cuales 142,9 miles de millones son en
concepto de FCI. Las transferencias a empresas y otros entes públicos han
crecido un 12 por ciento, situándose en 181,8 miles de millones, de los
cuales las entregas a Renfe ascienden a 113,6 miles de millones, algo más
de 20 miles de millones, por encima de 1996.

Para finalizar el análisis de la ejecución del presupuesto de gastos, me
referiré brevemente a los pagos totales realizados durante el ejercicio.

En 1997 el volumen total de pagos no financieros realizados en caja se
eleva a 18.686,5 miles de millones, con incremento del 2 por ciento
respecto al año anterior. Dentro de éstos se incluyen tanto los de
presupuesto corriente como los correspondientes a obligaciones de
ejercicios anteriores, o los efectuados a través del registro de
operaciones no presupuestarias. Los pagos totales realizados por gastos
de personas han ascendido a 2.991,8 miles de millones, un 0,5 por ciento
más que en 1996, entre los cuales las retribuciones de personal activo
han subido un 1,6 por ciento y las pensiones de clases pasivas lo han
hecho un 2,5 por ciento. Las cotizaciones y los gastos sociales a cargo
del empleador representarían un crecimiento del 3,3 por ciento, si se
eliminara el efecto de los pagos del Real Decreto-Ley 12/1996.

Los pagos totales realizados por compra de bienes y servicios han
disminuido en un 2,1 por ciento respecto a 1996, con un total de 390,4
miles de millones, de los que 94,3 miles de millones corresponden a
obligaciones pendientes de pago de ejercicios anteriores. Los intereses y
demás costes de endeudamiento pagados durante 1997 se han elevado a
3.595,6 miles de millones, un 2 por ciento superior a los de 1996. En
cuanto a los pagos totales realizados por transferencias corrientes, han
crecido un 3,8 por ciento, situándose en los 10 billones de pesetas, de
los cuales 192,3 miles de millones son de ejercicios cerrados. Dentro de
éstas, únicamente hay que destacar los pagos efectuados al Insalud para
financiar sus operaciones corrientes, por importe de 3.274,7 millones.

Por otra parte, las transferencias pagadas a comunidades autónomas en
concepto de participación en ingresos del Estado y entregas a cuenta por
la tarifa autonómica del IRPF han crecido en términos homogéneos,
deduciendo el efecto de los traspasos de competencias universitarias, un
15,7 por ciento. Dentro de dichos pagos figuran los correspondientes a la
liquidación definitiva, que han pasado de casi 60.000 millones en 1996 a
151.000 millones en 1997, año en que se han agilizado pagos. Los pagos
por inversiones reales han disminuido un 9,8 por ciento, con un total de
846,8 miles de millones, y los correspondientes a transferencias de
capital han ascendido a 845,5 miles de millones, lo que implica un
incremento del 3,1 por ciento respecto a 1996.

Una vez analizada la ejecución del presupuesto tanto de ingresos como de
gastos, en términos de obligaciones reconocidas y de pagos, me referiré
al déficit de caja no financiero, generado por el Estado durante 1997,
que se ha situado en 2.048,8 miles de millones, un 44 por ciento inferior
al registrado en el año anterior. En términos de PIB el déficit de caja
del Estado ha disminuido un 2,4 puntos porcentuales, al pasar del 5 por
ciento en 1996, al 2,6 por ciento en 1997. Este resultado se debe al
efecto conjunto del fuerte dinamismo de los ingresos, ya comentado, que
aumentan un 13,7 por ciento, y del moderado crecimiento de los pagos,
cuya tasa de variación se ha situado en el 2 por ciento. A efectos de
déficit de caja hay que incluir todos los ingresos y todos los pagos en
caja. Si del déficit de



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caja generado en el año se deduce la carga financiera por intereses,
3.595,6 miles de millones, se obtiene un superávit primario de caja de
1.546,8 miles de millones, que supone el 2 por ciento PIB, mientras que
en 1996 esta operación dio como resultado un déficit primario de 158,3
miles de millones, que representa 0,2 puntos porcentuales del PIB.

Las operaciones sobre activos financieros realizadas por el Estado a lo
largo de 1997 han proporcionado 203 miles de millones, recursos que han
servido para cubrir parte del déficit de caja, generado por las
operaciones reales, resultando finalmente una necesidad de endeudamiento
--recursos que el Estado habrá de buscar en los mercados de capitales--
de 1.845,8 miles de millones, cifra inferior en un 64,2 por ciento a la
que se obtuvo el año anterior. Dentro de los activos financieros se
encuentra la cuenta corriente del Estado en el Banco de España, cuyo
objeto es proporcionar al Estado un respaldo financiero propio al que
poder recurrir de forma automática en caso necesario. La evolución de
estos fondos en los dos años analizados ha sido bien diferente. En 1996
el Estado incrementó dichos depósitos en 967,6 miles de millones,
mientras que en el año 1997 ha reducido el volumen de los mismos en 892,7
miles de millones. Si se descuentan estos movimientos, la necesidad de
endeudamiento de 1997 se habría situado en 2.738,5 miles de millones,
cifra que representa el 3,5 del PIB y que supone una reducción de 2,2
puntos porcentuales respecto a 1996.

Dentro de los activos financieros, los préstamos concedidos por el Estado
han ascendido a 700.6 miles de millones, un 15,8 por ciento superior a
los del año anterior, mientras que los reembolsos han sido 248,4 miles de
millones, frente a 199,7 miles de millones en 1996. Los préstamos más
significativos, desde el punto de vista cuantitativo, han sido los
concedidos a la Seguridad Social, un total de 505,6 miles de millones,
que suponen un incremento del 13,8 por ciento respecto a los de 1996.

Asimismo, el Estado ha transferido al Consorcio de Compensación de
Seguros, para su posterior canalización a la Compañía Española de Seguros
de Crédito a la Exportación, 116,7 miles de millones, y ha ingresado en
concepto de reembolsos 190,5 miles de millones. Estos préstamos tienen
por objeto la cobertura por parte del Estado de los riesgos políticos que
pudieran surgir en las operaciones de seguros suscritas con empresas
exportadoras españolas. Los préstamos netos destinados a crédito oficial
han ascendido a 21,2 miles de millones, casi la mitad de los de 1996.

Existen además otros activos financieros, entre los que se encuentran los
anticipos y los depósitos constituidos por el Estado. Para poder
financiar la necesidad de endeudamiento ha sido necesario acudir a los
mercados financieros, procediendo la totalidad de los recursos netos
obtenidos, por valor de 3.596,3 miles de millones, de las emisiones de
deuda pública, tanto interior como exterior, de los préstamos negociados
en divisas y, en menor medida, de los depósitos. Con esta suma se ha
cubierto la necesidad de endeudamiento generado a lo largo del año, que
ya dijimos que era de 1.845,8 miles de millones, y se ha reducido el
volumen en circulación del resto de los instrumentos financieros,
fundamentalmente en los títulos a corto plazo. Las emisiones netas de
bonos y obligaciones del Estado realizadas en 1997 han ascendido a
3.219,1 miles de millones, que resultan superiores en un 7,5 por ciento a
las obtenidas a final de diciembre del año anterior. En el mes de junio
tuvo lugar la amortización de la deuda especial emitida en el año 1991 al
2 por ciento de interés por un importe efectivo de 762,8 miles de
millones. De la financiación en moneda extranjera en 1997 se han obtenido
348,1 miles de millones, no habiendo sido preciso recurrir a las líneas
de crédito de que dispone el Estado.

La tercera fuente de financiación ha sido la de depósitos efectuados en
el Estado por otras instituciones públicas o privadas, siendo las más
significativas las transferencias del fondo de la Unión Europea y su
canalización a los órganos gestores de las políticas estructurales. El
volumen de letras del Tesoro en circulación ha disminuido en 1.254 miles
de millones, a diferencia de lo ocurrido en el año anterior, en que esos
títulos se configuraron como la segunda fuente de captación de recursos
con 1.834,1 miles de millones. La política del Tesoro ha ido
evolucionando en función de los mercados y de los tipos de interés, de
manera que en 1996 se prefirió el endeudamiento a corto, cuando
subsistían las expectativas de bajadas de los tipos de interés a largo,
mientras que en 1997 ya interesaban más las emisiones a más largo plazo,
una vez que los tipos a largo se han acercado plenamente a la
convergencia. De esta forma, a lo largo del pasado ejercicio el Tesoro
público ha ido alargando la vida media de la deuda mediante emisiones de
título a más largo plazo, y en el mes de abril se registró la primera
emisión de letras del Tesoro a dieciocho meses, y se ha producido la
primera emisión de obligaciones y bonos a treinta años.

Para terminar mi intervención me referiré a la ejecución del capítulo 8,
activos financieros, respondiendo así al segundo punto de solicitud de
comparecencia. En este caso, a diferencia de mi exposición sobre el
presupuesto no financiero, comenzaré hablando brevemente de la ejecución
de este capítulo del presupuesto de gastos.

En 1997 los créditos presupuestados en este capítulo fueron 964,5 miles
de millones, un 16,9 por ciento más que en el ejercicio anterior, como
consecuencia de la inclusión de cuatro programas nuevos: uno, para el
desarrollo de políticas de administración, en el Ministerio de Industria
y Energía, dotado con 25.000 millones en forma de préstamos; otro, en el
Ministerio de Medio Ambiente, para realizar aportaciones patrimoniales en
el programa de financiación de infraestructuras hidráulicas y
medioambientales, por importe de 42,8 miles de millones; y los otros dos,
ubicados en el Ministerio de Fomento, para realizar aportaciones
patrimoniales al recientemente creado ente Gestor de Infraestructuras
Ferroviarias, dotado con 60.000 millones, y para la financiación de
infraestructuras de carreteras por 40.000 millones.

Las obligaciones reconocidas con cargo a los créditos del capítulo 8 han
sido de 895,7 miles de millones que suponen una tasa de realización del
93,5 por ciento, es decir, 9,4 puntos por encima de lo alcanzado en el
año anterior,



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debido a que en muchos programas de gasto se han registrado realizaciones
del cien por cien.

De las obligaciones contraídas en el propio ejercicio, se ha pagado el
91,5 por ciento, es decir, 819,9 miles de millones y por obligaciones que
quedaron pendientes en ejercicios anteriores se han pagado 54,7 miles de
millones.

Entrando a analizar las partidas más significativas diré que los créditos
aprobados para la concesión de préstamos fueron 747 miles de millones, un
7,1 por ciento más que en 1996. Dentro de éstos, los préstamos a la
Seguridad Social han crecido casi un 14 por ciento frente al ejercicio
anterior, con un total de 505,6 miles de millones; de éstos, 155,6 miles
de millones están destinados a mantener el equilibrio financiero de la
Seguridad Social. Esta cifra es inferior en un 65 por ciento a la de
1996, sin embargo esta menor asignación ha sido compensada con un
préstamo de 350.000 millones para atender el desfase de tesorería que
puede producirse entre las cuotas sociales devengadas y pagadas. Es
preciso mencionar que en 1996 y años anteriores esos préstamos se
incluían de forma global sin distinguir cuál era su finalidad. Ambos
créditos han sido ejecutados en su totalidad.

Los préstamos para la financiación de proyectos aeronáuticos se han
triplicado respecto a 1996 con un volumen de 45,4 miles de millones en
1997, habiendo quedado pendientes de pago 29,6 miles de millones,
mientras que las dotaciones para préstamos a Cesce canalizados a través
del Consorcio de Compensación de Seguros han disminuido entorno a 70.000
millones para situarse en 82,4 miles de millones en 1997, los cuales se
han realizado en su totalidad.

Los créditos iniciales para adquisición de acciones ascienden a 74 miles
de millones, si bien después de las modificaciones presupuestarias
efectuadas las dotaciones se elevaron a 117,8 miles de millones que han
sido realizadas en un 91,6 por ciento, porcentaje superior al alcanzado
en el año 1996 que fue del 42 por ciento. Dentro de éstas hay que
destacar la compra de acciones de la sociedad estatal de Aguas de la
Cuenca del Ebro por importe de 42,8 miles de millones.

En relación con el presupuesto de ingresos, las previsiones iniciales
para este capítulo se situaron en 118,6 miles de millones, un 84,2 por
ciento superior a las presupuestadas en el ejercicio anterior, que
corresponden casi en su totalidad a reembolsos de préstamos. Al final del
ejercicio los derechos reconocidos han sido de 248,6 miles de millones,
un 22,2 por ciento más que en el ejercicio anterior, habiéndose ingresado
248,4 miles de millones que supone una realización prácticamente del cien
por cien. Las principales partidas corresponden al reembolso de préstamos
efectuados por el Consorcio de Compensación de Seguros y en menor medida
al realizado por el ICO.

Podemos concluir afirmando que en 1997 se han cumplido plenamente los
objetivos presupuestarios consistentes en continuar la reducción intensa
del déficit público basada en la disciplina y el rigor en el gasto
público. Esta política en coherencia con los demás instrumentos de
política económica (política monetaria, medidas de liberalización y
flexibilización, saneamiento de empresas públicas, nueva filosofía
aplicada a los precios administrados, etcétera) ha generado confianza en
los mercados y, en general, ha ejercido un impacto dinamizador sobre la
actividad y el empleo que, a su vez, ha influido positivamente en la
evolución de distintas partidas de ingresos y gastos en una interacción
virtuosa de medidas estructurales y comportamiento favorable de los
estabilizadores automáticos.

Esta situación ha permitido adoptar nuevas medidas de sostenibilidad
presupuestaria, por ejemplo, canje de deuda. Lo anterior debe ser
complementado con las medidas en el ámbito de la Seguridad Social,
especialmente las dirigidas a la mejora de gestión y lucha contra el
fraude, logrando también aquí el cumplimiento del objetivo del déficit
público, aunque no sea objeto de esta comparecencia puedo afirmarlo
también. Es firme propósito del Gobierno continuar en esta línea de
sostenibilidad presupuestaria asumiendo las recomendaciones de
instituciones tan solventes como el Fondo Monetario Internacional y la
OCDE.




El señor PRESIDENTE: Como es usual, el orden de intervenciones será de
mayor a menor, con la intervención final del grupo parlamentario del
Partido Popular. De acuerdo con ello, por el Grupo Parlamentario
Socialista, tiene la palabra don José Borrell.




El señor BORRELL FONTELLES: Muchas gracias, señor secretario de Estado,
por la atenta lectura que nos ha hecho del documento remitido a finales
de la semana pasada. Digo atenta lectura porque prácticamente usted no ha
añadido absolutamente nada a lo que habíamos podido obtener del
conocimiento de este documento, lo cual hace realmente inútil el tiempo
que ha dedicado a su intervención inicial.

Lo único que nos ha dicho es que la semana próxima dispondremos,
dispondrán, del déficit del Estado en términos de contabilidad nacional,
es decir, según los criterios de Maastricht, que será remitido a Bruselas
y hecho público. Espero que la expresión hecho público conlleve también
su presentación a la Cámara, puesto que en este momento nos cuenta el
déficit de caja del Estado, es decir, uno de los subsistemas de las
administraciones públicas, sin que sea posible extraer ni de la
documentación ni de sus palabras, que no añaden nada a la documentación,
el conocimiento de la variable crítica para la incorporación a la moneda
única.

Digo que espero, porque hasta el momento presente ustedes han tratado al
Parlamento y a la oposición de una forma realmente contradictoria con sus
promesas electorales de convertir el Parlamento en el centro del debate
político. Ustedes publicaron notas de prensa que eran un resumen de la
documentación remitida el viernes pasado, que los parlamentarios pudimos
conocer gracias a la lectura de los periódicos o la exploración de
Internet. Rogaría que tuviesen ustedes el mismo respeto por los diputados
que atención prestan a los internautas, porque hasta la fecha de hoy --o
el viernes pasado si quiere-- el Parlamento no ha recibido ninguna
documentación sobre la ejecución del presupuesto; la última disponible es
del mes de octubre pasado.




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Usted no compareció el último cuatrimestre como estaba previsto. No
remitieron ninguna información hasta el viernes pasado, cuando la
sociedad española ha podido conocer a través de los medios de
comunicación un resumen bastante extenso de lo que nos ha contado. Tenía
usted que informar, a tenor de una proposición no de ley aprobada, cada
cuatro meses de la aplicación por los Ministerios de Fomento y de Medio
Ambiente de eso que se llama capítulo 8, y que no es más que una
inversión disfrazada de adquisición de acciones. Tenía usted que informar
a lo largo del año de la ejecución de estos créditos del capítulo 8; hoy
es la primera vez que se hace, a toro pasado. Prácticamente dos meses
después del fin del ejercicio es la primera vez que este Gobierno informa
sobre un elemento que fue básico en la discusión presupuestaria, es
decir, cómo se pueden utilizar los recursos del capítulo 8 y los
procedentes de privatizaciones, los famosos recursos extrapresupuestarios
que tan útiles les fueron para conseguir el apoyo de sus socios
parlamentarios nacionalistas a base de promesas, hoy incumplidas
absolutamente.

La situación empieza a ser preocupante porque este Parlamento tiene la
obligación y la misión de controlar al Gobierno y de contrastrar la forma
en la que se cumplen las previsiones que el documento presupuestario
encierra, y para ello dispone de una información que ustedes les niegan o
difieren en el tiempo.

Su ministro es un absentista total en las comparecencias en la Comisión
de Economía, lo que obligó ayer y obligará mañana a mi grupo
parlamentario a manifestar su protesta con la ausencia de todos los
parlamentarios, salvo el portavoz, en dichas comisiones, y usted tiene
por norma, por práctica aguantar estoicamente la interpelación a la que
es sometido en esta Comisión, no contestando prácticamente a ninguna de
las cuestiones que se le formulan cuando usted comparece.

Sin embargo, hoy, no volveremos a insistir en una técnica que no nos
conduce a nada, porque ¿para qué preguntar si usted no contesta? O, ¿para
qué asistir a su explicación si usted no dice nada más que lo que ya ha
escrito previamente en un papel? Tendremos que situar el debate político
en otro nivel y en otra situación. Porque usted nos dice hoy que la
semana que viene sabrán lo realmente importante que es el déficit en
términos de contabilidad nacional, del que no dicen hoy ni media palabra,
salvo que estará por debajo del 2,8 por ciento; nos creemos cualquier
cosa que ustedes nos cuenten siempre que nos la cuenten. Estará por
debajo del 2,8 por ciento; estaremos muy contentos de que así sea, y
quizá podamos entonces ver en su conjunto las cuentas de las
administraciones públicas, de las cuales hoy tampoco ha dicho usted ni
media palabra. No sé si los señores parlamentarios se dan cuenta de lo
que significa esta situación: ni media palabra sobre las variables
relevantes y la estructura financiera del conjunto de las
administraciones públicas, que se pospone para posterior comparecencia y
me temo, señor secretario de Estado, que tendrá que ser la de su
ministro. A ver si conseguimos que se acerque por la Cámara alguna vez y,
con mayor responsabilidad política que la que usted asume, nos dé las
explicaciones que usted hoy tampoco nos ofrece.

La oposición, una oposición responsable, se mueve en este terreno en una
difícil disyuntiva. Todo el mundo sabe ya que la entrada en Maastricht
será el resultado de un aprobado patriótico, como los que se hacían en
España en tiempos pretéritos: todos los que presentan aprueban, y no
aprueba el que no se presenta, que es Grecia; pero todos los demás van a
aprobar y sabemos que todo el mundo está haciendo lo necesario para
conseguir pasar el examen sin demasiadas dificultades. Aquí y allá los
criterios contables se han adaptado a las circunstancias y todo el mundo
ha hecho de su capa un sayo para conseguir cuadrar las cuentas públicas,
al menos una vez, y llegar a la meta. Ustedes se llevan la palma en estos
procedimientos frente a los cuales hay un acuerdo tácito para no
desvelarlos y nosotros no quisiéramos ponerles en más dificultades de las
que nos corresponde como oposición. Cuanto más difícil se lo pongamos,
más pondremos en evidencia la endeblez con la que se cumplen los
criterios de déficit público en el caso español y, aunque no queremos
exagerar en ello, también tenemos que retener nuestra obligación de hacer
oposición y poner en evidencia lo que es una dinámica extraordinariamente
preocupante, de la que tendríamos que hacer consciente a la sociedad
española. Ustedes están dinamitando las bases del sistema de Seguridad
Social de este país; están poniendo los cimientos para que dentro de tres
años la absoluta inviabilidad financiera del sistema les permita hacer
los recortes en el gasto social que hoy no se atreven a acometer. Esta es
la dramática realidad de esas mangas y capirotes que hacen ustedes con
los capítulos presupuestarios, un debilitamiento extraordinario de la
salud financiera del sistema de protección social para conseguir hacer en
su momento lo que será inevitable, si continúan ustedes en esta dinámica;
por eso es tan importante que el debate se sitúe a nivel político
necesario para encontrar las respuestas que usted no parece capaz de dar
tampoco hoy. Por ello, mi intervención se limitará a formularle cinco
preguntas, bien precisas y concretas, con el ruego de que las conteste o,
si no puede, se remita a posterior información.

También queremos evitar prolongar en exceso una comparecencia bastante
poco útil, puesto que nos remite usted a una información que tendrá la
semana que viene, y para evitar asimismo que usted haga una extensa
excursión por los cerros de Ubeda, como es su costumbre.

La primera pregunta es: ¿qué razones justifican que la recaudación del
Impuesto sobre la Renta haya crecido la mitad de sus previsiones? ¿Qué
razones explican que ustedes hayan recaudado cada día mil millones de
pesetas menos de los previstos en la presentación del presupuesto? Dígame
si lo que digo es cierto porque, en los últimos días, los portavoces del
grupo que sustenta la acción del Gobierno habían calificado de mentira
tal afirmación. Dígame si es cierto que ustedes han recaudado cada día
mil millones de pesetas menos de lo que habían presupuestado y por qué su
cifra de recaudación se ha quedado a la mitad de la prevista.

Si es posible, dígame cuál hubiese sido el importe de las transferencias
a las comunidades autónomas por el sistema de financiación, si se hubiese
aplicado el que estaba en vigor



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en 1996; es decir, ¿cuál ha sido el incremento de financiación que han
obtenido las comunidades autónomas como consecuencia de la aplicación del
nuevo sistema? Me dice usted que el incremento capítulo sobre capítulo,
presupuesto sobre presupuesto, lo indica el libro y usted lo ha leído.

Pero lo que yo quiero saber es --porque es lo políticamente relevante--:
¿cuánto hubieran obtenido las comunidades autónomas si no hubiese estado
en vigor su sistema sino el anterior? Eso es lo políticamente relevante.

Dígame también, por favor, ¿por qué el capítulo 2 --que para ustedes es
la quintaesencia del rigor y la austeridad-- ha tenido esa desviación?
Podría usted explicarme qué desviación ha habido en los gastos de
funcionamiento y por qué.

Para no cansarle en exceso, quiero que me diga qué proyectos de
inversión, comprometidos en los acuerdos con Convergència i Unió y el PNV
para ser efectuados con recursos extrapresupuestarios procedentes de
inversiones, han sido realmente realizados. ¿Cuáles han sido los recursos
comprometidos y prometidos urbi et orbi, en todos los ministerios y
partes de la geografía del país? ¿Qué proyectos de inversión han sido
ejecutados? ¿Qué cuantía de recursos procedentes de privatizaciones han
sido aplicados a los mismos?
En el tema de las aportaciones a la Seguridad Social para cubrir desfases
de tesorería, ¿a qué ciclo temporal se refieren los desfases? Un desfase
de tesorería afecta al ciclo presupuestario anual, puesto que se supone
que este ciclo se repite un año tras otro de forma idéntica, o casi
idéntica, y, si es para cubrir un desfase de tesorería, tendrán que
concederse y recuperarse a lo largo del ciclo de tesorería anual; pero,
cuando una aportación para cubrir un desfase de tesorería por 350.000
millones de pesetas sigue viva el día 31 de diciembre, a cualquier
economista le hace sospechar que eso no es para cubrir un desfase de
tesorería sino para cubrir un déficit estructural, señor Folgado. Ese es
el motivo por el que ustedes se negaron a que se dijera claramente en la
Ley de presupuestos que ese desfase de tesorería sería cubierto al final
del ejercicio. Por eso, quiero que ahora me diga: ¿qué flujos de
tesorería ha venido a compensar ese desfase de tesorería de 350.000
millones de pesetas? ¿Cuándo piensa usted que se va a reintegrar como
devolución, una vez que tesorería cubra su desfase? ¿En qué porcentaje no
es realmente un desfase de tesorería?
Finalmente, el segundo motivo de su comparecencia nos hace sentir todavía
más incómodos, molestos y descontentos del comportamiento del Gobierno
con respecto a este Parlamento. Ya le he dicho que ésta es la primera vez
que ustedes se dignan informar sobre la ejecución de un capítulo 8, donde
habían previsto 150.000 millones de pesetas a bulto, para financiar no se
sabe qué ni dónde. Y hoy, ¿qué nos cuenta usted? Primero, que no han sido
capaces de utilizarlos ni aplicarlos, ni siquiera por el fácil
procedimiento de tansferírselos a otro agente. Mire que es fácil hacer
una transferencia de capital; basta con firmar la autorización. Pues
bien, ustedes nos dicen hoy que han tenido que modificar el capítulo 8
para incrementar la compra de acciones. ¿Cuáles? ¿Qué acciones han tenido
ustedes que comprar de más, por encima de las presupuestadas? Porque la
desviación no es nada baladí; la desviación es del orden de 40.000
millones de pesetas. ¿A qué acciones han ido destinados estos mayores
recursos?
En segundo lugar, ¿es usted consciente de que han incumplido
absolutamente cualquier obligación de información sobre la materia? En el
caso del Ministerio de Medio Ambiente hemos instado al Gobierno a que
explique los criterios territoriales, sectoriales y ambientales según los
cuales se distribuirían los 45.000 millones del capítulo 8. Pues bien, el
Gobierno no ha dado ninguna respuesta a estos requisitos de información y
ha empleado la totalidad de este capítulo en una sola actuación: la
compra de acciones de una fantasmagórica sociedad de Aguas del Ebro, a la
que se han transferido 45.000 millones de pesetas, cash, de las que no se
han aplicado ni una. ¿Puede usted aportar alguna información adicional
como estaba comprometido a hacer, o se limita a leerme la rúbrica
presupuestaria? ¿Cuáles son los criterios por los que se ha concentrado
toda la inversión en la cuenca del Ebro y no se ha gastado una sola
peseta?
Respecto al Ministerio de Fomento, usted sabe que se han aportado al ente
Gestor de Infraestructuras Ferroviarias, también comprando acciones o
haciendo aportaciones de capital, de las que tampoco se ha invertido una
peseta, sin conocer ningún criterio adicional sobre las aportaciones al
resto. En este contexto le vuelvo a insistir en que, por favor, me
explique cómo es que todo se ha concentrado en esos dos proyectos, que
son bien fáciles, no de gastar, sino de transferir a otro para que gaste,
pero que no gasta, y qué proyectos de inversión han recibido financiación
extrapresupuestaria según lo prometido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra
don Pedro Antonio Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Quisiera comenzar mis comentarios al documento
fotocopiado que recibí el viernes y que hoy me ha llegado más bonito, con
dibujos y con las fotocopias bien ordenadas, haciendo una consideración
general y poniendo de manifiesto tres preocupaciones. Ellas me llevan a
valorar, inicialmente, la liquidación presupuestaria de 1997 y, por
tanto, cómo se han cumplido los compromisos que se anunciaron y se
debatieron en la Cámara cuando aprobamos el presupuesto de 1997 que, por
cierto, venía de una especie de ajuste presupuestario de 1996, con una
aprobación de créditos extraordinarios y modificaciones que ajustaban
--por así decirlo-- el mal funcionamiento de las cuentas públicas hasta
ese momento. Ya se anunció que de ahí en adelante funcionaría bien la
gestión presupuestaria, puesto que se había ajustado todo lo que quedaba
mal. Ajustamos un volumen importante de miles de millones para el
presupuesto de 1996 que estuvo prorrogado.

La primera consideración, de inquietud, es la siguiente. Como yo no soy
de ciencias, me preocupa esa trasposición de que, como el papel lo
aguanta todo, los números también. Pero hay que ver cómo con los números
puestos de una o de otra manera nos hacen llegar a conclusiones muy
diferentes.




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El señor secretario de Estado ha empezado su presentación diciendo que
han cumplido rigurosamente tres grandes principios. Uno, la reducción del
déficit; dos, disciplina y rigor presupuestario; y tres, austeridad en el
gasto público. Pero leyendo los datos, yo llego a la conclusión de que no
sabemos a ciencia cierta cuál es la reducción del déficit público; y no
lo sabemos realmente por este concepto de construcción europea tan
fariseo, con el que ustedes se han dotado. Como habrá una decisión
política de quién va a componer la Unión Europea, ustedes han tomado
medidas contables que hasta ahora no se habían adoptado. De tal forma que
hay técnicos que dicen que, si utilizáramos el mismo criterio anterior a
su llegada al Gobierno sobre contabilidad, el déficit público en lugar de
ser del 3 por ciento sería del 4 por ciento. ¿Por qué? Porque ustedes
transforman lo que son activos financieros, que deben estar en el
capítulo 8, en lo que son los ingresos, en ingresos de impuestos
directos, como puede ser la privatización (177.000 millones de pesetas),
y como ingresos patrimoniales quinientos y pico mil, hasta los 716.000
millones. Ustedes transforman lo que debería ser transferencia corriente
a la Seguridad Social en préstamos de la Seguridad Social, cuando ello
supone incumplimientos del Gobierno de sus obligaciones. Según los datos
que usted nos ha aportado aquí el Estado emplea 155.000 millones para
cubrir prestaciones no contributivas de la Seguridad Social, complemento
de mínimos y servicios sociales, que corresponde, por su carácter
universalizado, al Estado. Pues bien, al final, con ese dinero ustedes le
han dado un préstamo, y se saca de los criterios de déficit, a la
Seguridad Social hasta de 505.000 millones para cubrir el déficit de
tesorería, lógicamente, porque el Estado no ha mantenido los criterios de
aportación a lo que deben ser sus obligaciones, tanto con la Sanidad
(complementos de mínimos, etcétera) como con la Seguridad Social,
transformando una deuda contraída por ustedes con la Seguridad Social de
505.000 millones en todo lo contrario: en una deuda de la Seguridad
Social con ustedes de 505.000 millones. Por tanto, hemos sacado de
déficit 505.000 millones.

Por último, ustedes utilizan el eufemismo inversión hecha acciones. Ahora
invertimos a través de acciones. Esto lo conocí en la época de Gobierno
en mi comunidad autónoma, cuando comprábamos suelo por acciones de una
empresa y se beneficiaba a una empresa privada. Nunca entendí cómo se
transformaba propiedad a través de acciones para tener posteriormente
exenciones fiscales de noventa y tantos por ciento. Pero ustedes
transforman 146.000 millones de inversión en carreteras y en ferrocarril
en el Ministerio de Medio Ambiente en acciones y lo llevan, por tanto, al
capítulo 8. Sumando más o menos esas cifras veo un incremento de
contabilidad de 828.000 millones de pesetas, por tanto, ustedes varían en
criterio de déficit. No utilicemos la derivación contable de entender la
incorporación a la inversión pública del sistema alemán, el famoso de
pago en llave, que significa, en lugar de certificación sobre obra hecha
por tanto tiempo de la inversión, trasladar a diez, quince o veinte años
el pago de una inversión que se ha hecho ahora y que, por tanto, los que
gobiernen dentro de diez, quince o veinte años, tendrán que pagar, cuando
hasta ahora no se había hecho.

En suma, son trucos contables para cumplir unos requisitos. ¿No hubiera
sido más fácil establecer unos requisitos que pudieran cumplir sin
necesidad de hacer el truco? Por todo ello, considero que la reducción
del déficit está bien, porque ustedes dicen que lo han contenido y han
tomado medidas, pero relativizado. Yo no quiero utilizar estas palabras
para complicar a nuestro Gobierno en el concierto internacional sobre si
cumple o no los criterios. Doctores tiene la iglesia europea para que les
midan a ustedes como van a medir a los demás.

Las tres preocupaciones van unidas a lo que llamaba usted disciplina y
rigor del gasto público. Mire por dónde, creo que ustedes no han cumplido
con esa disciplina y rigor del gasto público. Han tenido unas
modificaciones presupuestarias de 806.000 millones de pesetas; han
introducido una cultura mala, y es conceder créditos extraordinarios por
decreto-ley. No quiero entrar en la discusión de si es o no
constitucional, pero es una innovación importante. Usted decía: para esto
de las inundaciones es muy socorrido. Pero lo es para eso y para muchas
cosas más. Por ejemplo, para el capítulo 1; por ejemplo un porcentaje
importante de esos créditos extraordinarios para el capítulo 2. Porque
ustedes presupuestaron mal en el año 1997, ésa es una conclusión que yo
quisiera sacar de estos números. Si ustedes cogen el papel que se nos ha
entregado, en lo que se refiere a la modificación de los créditos
extraordinarios podrán sacar la lectura de lo que les estoy diciendo. En
la página 31 de su documento usted puede ver cómo han evolucionado estas
modificaciones.

Ha habido 23.000 millones de pesetas para el capítulo 1 en un año en el
que ustedes tenían contenido, porque no se subía el sueldo a los
funcionarios y, sin embargo, han necesitado echar mano de 23.000
millones. Yo sé que es poco dinero, pero son 23.000 millones, según
figura aquí, entre créditos, ampliaciones, incorporaciones y remanentes.

Y 89.000 millones en el capítulo 2 --el de la austeridad--. Ustedes
utilizan aquí un truco para mezclar las cifras que unas veces comparan
con el presupuesto de 1996, otras veces las comparan con la previsión
inicial de 1997, o con las previsiones iniciales de 1998, y otras veces
las comparan con obligaciones reconocidas de 1996, y nos van enseñando
todos los cuadros, según sea el cuadro, por un lado y por otro, para
buscar cómo ajustarlos. Después me referiré a lo que podrían ser las tres
preocupaciones.

Por último, están las tres consideraciones en el tema de la austeridad en
el gasto público. Es verdad que ustedes han sido parcos en el gasto
público, pero han profundizado la falta de equidad y la falta de
solidaridad. Falta de equidad en los ingresos, porque hay que ver cómo ha
desaparecido la tributación de los rendimientos de capital y las
aportaciones de los empresarios a la cotización del IRPF, aunque lo han
tapado con el consumo, con el incremento del IVA y el incremento de
ingresos de sociedades. Hacen dos valoraciones: una porque hay
crecimiento económico y otra por la modificación de sistemática a que
usted ha hecho referencia en su explicación. Ustedes no es que hayan sido
austeros, es que el gasto lo han reorientado y se han



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lavado las manos --y después me referiré a la explicación de las
consideraciones-- en lo que eran compromisos de una mayor equidad en el
sistema tributario. Me preocupa enormemente lo que va a ser la reforma
del IRPF con estas cifras que se han echado encima de la palestra, con
estas cifras que tenemos en la liquidación del presupuesto del IRPF
--antes el portavoz del Grupo Socialista hablaba de 1.000 millones, que
es un cifra muy gráfica--, con 377.000 millones de pesetas menos de los
que ustedes tenían previstos inicialmente ingresados, en un año en que ha
crecido la economía. Pero mire usted por dónde, en la distribución del
IRPF el 84 por ciento corresponde a las rentas del trabajo. Las rentas
del trabajo han sido solidarias con el Estado en un 13,6 por ciento más
que el año anterior. ¿Sabe usted cuánto han supuesto los rendimientos de
capital? El capital no ha sido solidario, ha bajado el 15 por ciento en
su cotización y su aportación, y los empresarios el 0,5 por ciento. Las
que han sido solidarias son las rentas del trabajo. Y con esa
distribución del IRPF piensen ustedes que podíamos decir (Varios señores
diputados pronuncian palabras que no se perciben.) --aparte de la
discusión cruzada-- que se podía haber barajado por parte de ustedes una
medida técnica: introducir la retención a cuenta de los rendimientos de
las plusvalías, y con esa medida contable ya hubiéramos empezado a
cotizar.

Sin embargo sí ha crecido lo que, según sus términos, se llama la cuota
diferencial. ¿Y sabe para qué ha crecido? Para devolver más dinero,
255.000 millones más. ¿Y qué entra ahí? Precisamente la cotización de los
beneficios de las plusvalías, pero para devolver. ¿Por qué? Porque en un
año de crecimiento económico ustedes han preferido primar y favorecer a
estos señores; a los que han tenido beneficios es a los que se ha primado
con el sistema fiscal que ustedes han utilizado. Por tanto les hemos
devuelto, les hemos añadido beneficio fiscal, hemos tratado mejor a las
personas que han obtenido beneficios de plusvalías en todo el último
ejercicio. Por tanto, austeridad sí, pero dirigida hacia unos y
austeridad también --yo diría racanería--, para la solidaridad en el
gasto, puesto que han invertido y distribuido menos dinero respecto a
determinadas funciones.

¿Y cuáles son las tres preocupaciones que tiene mi grupo? La primera es
la política de ingresos y su evolución, que creemos que es un mal
ejemplo, en los impuestos directos por el IRPF, que ya he comentado; y en
cuanto a los rendimientos de capital, la cuota empresarial y la
diferencial, por lo que es la evolución del ahorro privado, fomentado por
ustedes y que se ha derivado hacia los fondos de inversión, cuando antes
un ahorro cotizaba y se liquidaba anualmente. Derivado el ahorro hacia el
fondo de inversión, liquida cuando se vende y no sabemos en qué
porcentaje ni de qué manera va a tributar o está tributando. En las
operaciones de los fondos de inversión dicen que hemos pasado a 28
billones de pesetas. Pues bien, estos 28 billones de pesetas, suponiendo
que se haya producido un trasiego de compra y venta en torno a seis
billones, ¿cómo han repercutido, cómo se ha pagado hacia acá, cómo se ha
proyectado esa derivación del ahorro hacia el fondo de inversión? Ustedes
han hecho crecer los impuestos indirectos, el IVA, y lo hacen con un
lectura positiva. Fíjese que el crecimiento del IVA está cifrado en la
importación de productos, que el crecimiento del IVA en el funcionamiento
interno ha sido del 8,8 aproximadamente --por no remitirme a las cifras
exactas--, pero muy limitado. El gran incremento se ha dado en la
actuación de la importación. Han crecido las tasas y, por tanto, están
ustedes utilizando la fórmula de que el ciudadano pague cada vez que mire
a la Administración, lo que me parece bien cuando se trate de servicios
especializados y dirigidos a capas de la población que reciben
unilateralmente un servicio, pero cuando se dirige a servicios
universalizados lo que están ustedes derivando es interés públicos hacia
el pago de los propios ciudadanos. Le puedo poner mil ejemplos de tasas,
pero como va a llegarnos una ley de tasas la podremos discutir en el
Pleno.

También me preocupa, por ejemplo, el decrecimiento del 16 por ciento de
las transferencias de capital. Recibimos menos dinero de los fondos
europeos, el 16 por ciento menos. Hemos tenido menos ingresos para
políticas desde el Estado central --no entro en las comunidades
autónomas-- en un 16 por ciento. Ese cuadro de ingresos nos preocupa,
máxime cuando están lavados los ingresos con evoluciones muy
coyunturales. Tenemos un buen año, pero ¿y cuando se termine de vender?
En el año 1997 ustedes han vendido Telefónica, Aldeasa, Tisa y
Retevisión. En el año 1996 fueron otras dos entidades y este año no sé lo
que terminaremos vendiendo, pero el que empieza con la teoría de vender
llega un momento en que se le termina lo que puede vender, a no ser que
vendamos esta casa, como evolución para obtener ingresos. Es pan de hoy y
hambre para mañana. En un año de crecimiento económico están dilapidando
patrimonio público --y no venden lo que no es rentable--, que da dinero.

¡Faltaba más! Nadie va a comprar lo que pierde, so pena de que esté
incentivado. Si está incentivado por ustedes lógicamente sí podrán
conseguirlo.

La segunda preocupación que nos producen estos números es la caída de lo
público y la orientación del gasto que ustedes tienen. El gasto público
ha evolucionado en su conjunto en un 1,3 por ciento, cuando lo que
pudiéramos llamar índice de precios al consumo está en el 2 por ciento y
cuando el crecimiento de la economía está en el 3,4 por ciento en el
crecimiento del PIB, aunque estas valoraciones que hacemos aquí del PIB a
la hora de valorar en los años 1997 ó 1998 pueden dar unas cifras u
otras, según lo que se quiera sumar. También hay un arte para medir el
PIB. Podemos sumar unas actividades u otras; en cualquier caso lo acepto
como regla de medida. Pero es que precisamente suben los gastos
corrientes el 1,6 y baja la inversión pública el 2,2. Pero es que las
transferencias hacia lo que pudiéramos llamar políticas dirigidas por
ustedes bajan en el INEM, bajan en Renfe, en servicios estructurales;
baja en determinadas aportaciones --y después me referiré específicamente
al cuadro de las transferencias.

En cuanto a las funciones económicas, precisamente las funciones
económicas de política social son las que caen en picado, y las de
política económica y productiva también. Por tanto nos preocupa el
concepto de lo público y la



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orientación a la actuación pública, al compromiso público con lo que es
el interés general, que ustedes tienen. Ya sé que hay prestación pública
y atención pública que puede hacerse mejor desde la iniciativa privada,
pero entienda que me preocupe que en pleno proceso de entrada en Europa
la educación baje el 2 por ciento. Me preocupa, porque si en algo hay que
invertir o si en algo tenemos que aportar será en formación de recursos
humanos y en adecuación a través de investigación y desarrollo, en
preparar a nuestro personal para lo que se va a producir en el futuro, si
es que en algo había que tener una evolución.

La tercera preocupación que tiene mi grupo es la voluntad de ser
transparente y de ser controlado. Nada más que con la información que
tenemos le digo que a este librico se le han caído cosas que antes tenía.

Por ponerle un ejemplo le diré que ustedes hacen un presupuesto por
objetivos y actividades, por programas. Bien, pues antes venía en este
librico la evolución de los 50 programas más importantes del presupuesto
y este año, sin embargo, no viene. Vienen las funciones, pero no viene
comentado e introducido. Hay una serie de anexos y de cuadros que ya los
tenemos introducidos, pero no viene la valoración de cómo han cumplido
ustedes la orientación, las prioridades en la propia actuación, no
funcionalmente, que sí está, sino en la parte programática. Segundo, en
el tiempo en que se da. Yo no sé cuántas personas han participado para
elaborar este librico, pero me imagino que no lo habrá hecho usted solo.

Y si ha participado gente, entienda usted que para intervenir yo aquí y
poder controlarle a usted con eficacia, tendría que haber tenido esa
información con tiempo suficiente para que el pequeño staff que colabora
con nosotros, técnicos y economistas, pueda tener tiempo y dar su
opinión, inclusive que nosotros podamos leerlo con tiempo suficiente. Ya
le insisto que yo tenía este librico el viernes y, por tanto, lo he
podido leer el fin de semana, quiero decir la fotocopia, porque éste lo
he tenido esta mañana. No es que se lea mejor, es lo mismo, y, por tanto,
lo puedo leer igual por un lado y otro.

Voy a utilizar la información que usted nos ha dado aquí del capítulo 8,
que se parece o se compadece con el objetivo de los grupos como un santo
con dos pistolas. ¿Por qué? Mire usted, lo que prentendíamos conocer es
cómo se han transformado en bien público para los ciudadanos las acciones
que han invertido ustedes en las sociedades, eso es lo que queríamos
conocer. Es decir, cómo han actuado en obras concretas de medio ambiente
los 44 ó 45.000 millones de pesetas puestos en medio ambiente, cómo han
dinamizado el capital privado o extrapresupuestario para obras concretas
distribuidas en el territorio para corregir desequilibrios y así haber
podido valorar lo que son los 40.000 millones del GIF o el dinero que se
metía en carreteras. ¿Por qué? Porque así sabríamos de qué manera han
cumplido ustedes un compromiso de solidaridad en la distribución de esas
inversiones. No vaya a ser que ese dinero, transformado en acciones, vaya
a producir una conjunción de voluntades y de iniciativas privadas
seleccionadas, dirigidas hacia sitios que desconcentren un desarrollo de
todo el territorio y de carácter social muy diferente, porque si algo es
positivo avalar desde la política pública es el interés general para
corregir desequilibrios. Si se saca de esa balsa y se mete en otra que no
tiene control, lógicamente tendremos una complicación a la hora de poder
seguirlo. Por tanto, señor presidente, estas tres preocupaciones serían
el objetivo de nuestra demanda de concreción, de nuestra demanda de
explicación y de documentación pareja para poder conocer todo esto con
mayor precisión.

Si usted lee la página 17, los tres comentarios que le he hecho sobre el
Impuesto sobre la Renta son fehacientes. Usted puede ver en la página 17
cómo mientras en el año 1996 los rendimientos del capital mobiliario eran
844.000 millones, en el año 1997 han sido 714.000. ¿Hay que aplaudirlo?
¿Es bueno? Explíquenos por qué es bueno o qué están haciendo ustedes para
corregir eso. Cuando el fraccionamiento de empresarios y profesionales ha
caído de 437.000 a 410.000 millones díganos por qué, porque las rentas
del trabajo han crecido, le insisto, en un 13 y pico por ciento. No
comprendo esta estructuración insolidaria del sistema fiscal en cuanto al
impuesto directo.

En relación con el gasto, yo sé que aquí ha habido un comentario y diría
de qué manera se ha cumplido aquella filosofía. Considero que el sistema
de financiación autonómica está bloqueado mientras Educación no se
transfiera y que el IRPF no ha sido sustancialmente una base del sistema,
ni en el anterior, con el 15 por ciento, ni en el nuevo, con el 30,
porque no ha entrado en funcionamiento. Si el IRPF es un impuesto
regresivo en volumen de ingresos --la reforma habla de 500.000 millones
de pesetas menos de ingresos--, entiendan ustedes que a quien le han
convencido de que el sistema va a pivotar sobre el IRPF le han hecho el
truco del almendruco. Lógicamente lo tendrán que compensar, aunque no sé
si lo compensarán ustedes, sobre impuestos especiales o sobre IVA en fase
minorista; no sé cómo lo compensarán, pero irá funcionando por otro lado.

En cuanto a las transferencias, lo que le puedo decir es que las
transferencias demuestran que han apostado ustedes por el pacto entre
comunidades autónomas y no por el fortalecimiento de la vida local. Hay
un 11 por ciento de crecimiento del volumen a las comunidades autónomas
en transferencias corrientes para funcionamiento, mientras que solamente
hay un 3 por ciento en corporaciones locales. Pero lo más preocupante es
que ustedes --lo verán si miran las páginas 34 y 36-- han reducido las
aportaciones del Estado tanto a organismos autónomos administrativos, un
26 por ciento, como a organismos comerciales e industriales, un 22 por
ciento, como a empresas y entes públicos, un 39 por ciento, y lo han
reducido comentando qué políticas son las que reducimos. Por ejemplo, la
Agencia Estatal de Administración Tributaria ha tenido un 1,2 miles de
millones menos que en 1997. ¿Qué pasa, que esto del fraude fiscal se
consigue teniendo menos recursos en la Agencia Tributaria? ¿Se persigue
mejor? ¿Es una fórmula exitosa y vamos a poner al guerrero del antifaz a
perseguir esto? Porque claro, con menos agentes y con menos capacidad,
lógicamente, no va a crecer. Pero es que también pasa con Renfe, 100.000
millones de pesetas menos; con el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, con Correos y Telégrafos. En suma, están ustedes reduciendo
los



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recursos para hacer competente la actuación pública. Lógicamente lo que
están fomentando por vía indirecta es que en esos servicios aparezca la
actuación privada. Pues muy bien, que le aplaudan los que estén de
acuerdo con eso, los que ganen dinero, los que hagan negocio con esas
operaciones. Yo no les puedo aplaudir esa decisión en cuanto a la
distribución que usted está haciendo.

Por último, señor presidente, si usted agarra lo que son funcionalmente
los bienes públicos de carácter social, que bajan en su previsión y en su
actuación, podríamos sacar la conclusión de qué políticas son las que se
han reducido. Han reducido ustedes educación, política de rehabilitación
de viviendas, todo lo que es la infraestructura básica del transporte y
todo lo que es actuación de regulación económica, y dirigida a los
sectores productivos, por ejemplo, en agricultura y ganadería. Y a lo
mejor España necesita menos aportaciones en agricultura y ganadería, pero
expliquen por qué tiene que haber un 18 por ciento menos, porque yo no lo
entiendo. Es verdad que luego en esos sectores productivos luego está la
minería y ha tenido un crédito extraordinario en evolución.

Para terminar le diría que la preocupación y la conclusión que saco de
esta presentación de la liquidación del presupuesto de 1997 es que
ustedes, en un año donde el crecimiento económico ha sido grande, han
perdido la capacidad de ingresar recursos porque han apostado por
contribuyentes más ricos en lugar de por contribuyentes en general.

Segundo, están vendiendo el patrimonio público. Y tercero, están
deteriorando las políticas activas, sobre todo en empleo, que yo no
entiendo cómo estando estabilizado el desempleo --excepto el agrario-- en
un 49 por ciento, ustedes siguen quitando las transferencias al INEM y la
protección por desempleo. No entiendo por qué, pero ustedes pueden tener
esos criterios de la misma forma que hacen los informes. Si nos agarramos
a todas las enmiendas de los presupuestos, yo tuve a bien cogerme el
tocho de los informes que hace la oficina presupuestaria a los compañeros
del Grupo Popular, que ahora no están y que nos tienen que responder, y
tienen allí una hojica.

Mire usted, 500 millones para una carretera. Desajusta el déficit público
y los criterios de convergencia. Todo está muy bien puesto en una
orientación. Pero yo tengo la idea de que ustedes, en un momento de ese
crecimiento económico, de no hacer progresivo y equitativo el sistema
fiscal, de no ir a una política de solidaridad, están generando una
debilidad en nuestro sistema productivo cuando la entrada del euro va a
exigir un país competente y con estructura productiva sentada para hacer
frente a la entrada del euro, y no son sólo flores, que va a traer
compromisos y efectos sobre el empleo de manera importante. Estas es la
conclusión que yo saco. Ustedes no han administrado bien el crecimiento
económico, no han hecho una política más equitativa en cuanto a los
ingresos y no han desarrollado una política más solidaria en cuanto al
gasto. Esta es la conclusión que yo saco de la liquidación que usted me
da. Faltan datos y documentos que ustedes van a aportar en el transcurso
de este mes, pero yo espero enterarme, porque la prensa transcribe muy
bien todo lo que ustedes dicen y yo lo leo muy bien en la prensa, pero ya
que el pueblo me ha elegido como diputado, a mí me gustaría que ustedes
me lo dijeran aquí, vinieran, yo les preguntara, ustedes respondieran y
pasaran por esta pequeña controversia que es tener que dar la cara en el
Parlamento, que es una pequeña complicación del sistema democrático,
porque el pueblo le elige a uno para nombrarle y para controlarle. Es un
pequeño fastidio, pero tenemos que cumplirlo, y más cuando ustedes han
dicho que eso lo iban a hacer a la entrada en vigor de esta legislatura.

Espero que haya mayor concreción en la evolución presupuestaria y que en
su próxima comparecencia para tratar de la liquidación presupuestaria de
los primeros tres meses, que me imagino que será allá por el mes de mayo,
no nos pase esto. Se lo digo como persona que tiene el pequeño vicio de
leerse los papeles que ustedes traen. Luego, a lo mejor, me sirve para
poco.

¿Sabe usted los porcentajes que ustedes nos dieron como liquidación
presupuestaria en el mes de septiembre? Sabe usted que cuando nos
presentan los presupuestos sobre el año 1997 nos hacen un avance de
liquidación presupuestaria a 31 de agosto, ¿sabe usted cuál fue la
liquidación presupuestaria que ustedes nos dieron? El 98,5 por ciento.

Ese es el avance de la liquidación del presupuesto a 31 de agosto. ¿Sabe
usted cuál es al final la que usted nos trae hoy? El 98,5. La misma.

Entonces, los créditos extraordinarios, todo este volumen de dinero, que
ni siquiera se ha gastado, que estaba previsto, ya lo tenían ustedes
gastado. ¿Cómo piensan que yo puedo creerme que ustedes me han facilitado
el seguimiento de ejecución presupuestaria cuando en septiembre es lo
mismo que en diciembre; espero que en mayo no sea lo mismo que en
diciembre, porque, si no, pensaré que ustedes se han gastado, nada más
empezar, todo el dinero?
Por tanto, espero, por el bien de la actividad parlamentaria en este
trabajo que tenemos que hacer --que nos pagan para esto con mayores o
menores recursos, que lo podamos hacer mejor--, que lo podamos hacer con
mayor rigor y con mayor dotación de información por parte de ustedes.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: Gracias, señor secretario de Estado por su
información.

Mi grupo quisiera posicionarse en el debate de esta mañana, de forma
distinta a cómo lo han hecho los dos portavoces que me han precedido. Mi
grupo entiende que la comparecencia del secretario de Estado tiene por
objeto valorar el cierre del ejercicio presupuestario de 1997. Esta era
la pretensión que la Cámara acordó, que cuando se cerrara el ejercicio de
cada año pudiéramos valorar políticamente en la Comisión de Presupuestos
cuál es la repercusión de este ejercicio 1997; valorar exactamente si se
han cumplido las previsiones presupuestarias que aprobó el Parlamento,
poder valorar y evaluar también si los presupuestos del Estado están
repercutiendo de forma positiva o negativa en la evolución de la economía
y de la sociedad y valorar, cómo no, la gestión y la administración por
el Gobierno



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de estos presupuestos. Creo que éste es el propósito del debate. Entiendo
que otros grupos, lógicamente los grupos de la oposición, intentarán,
atendidas las circunstancias de la situación económica, desviar el
propósito profundo que tiene políticamente la sesión de esta mañana,
centrándose más quizá en aspectos de procedimiento y elevando críticas
razonables y justificadas sin duda, a mi entender algunas demagógicas y
superficiales, sobre la política económica que se está aplicando en estos
momentos. Yo creo que la valoración que corresponde hacer en estos
momentos, si nos ceñimos estrictamente al propósito de la sesión, en ver
si el ejercicio presupuestario en 1997 cumple o no cumple las previsiones
iniciales, y si su incidencia en la evolución de la economía es positiva
o es negativa. Mi grupo ya se anticipa a una primera conclusión, a la luz
y a la lectura de los datos que nos ha proporcionado, y saca la
conclusión, que por otra parte ya la sabíamos y ya la teníamos
contrastada, de que la evolución del presupuesto del Estado para el
ejercicio de 1997 se ha ajustado a las previsiones que se habían hecho
inicialmente cuando esta Cámara aprobó los presupuestos.

Ahora sería muy interesante recordar el debate de totalidad del
presupuesto de 1997 cuando se levantaban voces críticas, no solamente
para el Partido Popular sino también para los grupos parlamentarios que
nos comprometimos con la orientación económica que se está aplicando en
estos momentos, críticas que anunciaban que el año 1997 sería un año
catastrófico, dramático, que las cosas irían muy mal y que las
previsiones que se habían realizado no se iban a cumplir.

Me corresponde decir, como portavoz de mi grupo parlamentario, que
compartió la decisión con otros grupos de comprometernos en una
orientación de la política económica y de la política presupuestaria, que
vemos con satisfacción que al cierre del ejercicio 1997 aquellas
previsiones no han llevado al país a las rocas, no han llevado el país a
la quiebra, no han llevado al país a una situación catastrófica, sino
todo lo contrario, hemos constatado que los propósitos se han cumplido,
prácticamente las previsiones se han ejecutado en unos márgenes de
desviación muy pequeños y la economía funciona en un principio con unas
tendencias más positivas que en años anteriores. Por lo tanto, vaya por
delante, señor secreterio de Estado, nuestra primera valoración positiva
de la marcha y de la evolución del presupuesto del Estado y su incidencia
en la economía española.

Dice el señor Borrell, puesto que se ha dirigido a mi grupo en varias
ocasiones, que los socialistas se mueven en una situación difícil. Yo lo
entiendo. Yo entiendo que es bastante difícil en estos momentos
posicionarse en una valoración presupuestaria, positiva, como la que
tenemos ocasión de analizar, aunque sin duda tiene lecturas y hay
aspectos de procedimiento que probablemente podríamos mejorar; mi grupo
no se cierra a aspectos de procedimiento que creemos que pueden ser
mejorables para que se puedan en un futuro incorporar con mayor
profundidad y detalle, y de esta forma proporcionarle a la Cámara mejores
instrumentos de valoración política. Pero lo cierto, lo de fondo, lo
importante es que el presupuesto de 1997 está teniendo y ha tenido en los
análisis del cierre una conclusión, y es que se han cumplido las
previsiones, los objetivos, y vamos a poder presentar a la Unión
Económica y Monetaria un balance presupuestario para el año 1997 que va a
permitir hacer una valoración económica por parte de los responsables,
que nos permitirá cumplir con las exigencias de Maastricht y entrar en la
tercera fase de la Unión Económica y Monetaria.

Esto, señorías, es lo más importante, lo más importante es que este
informe económico, sobre el que la Unión Económica va a valorar si España
va a incorporarse, este informe del ejercicio de 1997, presenta unos
elementos estructurales que nos va permitir que España pueda estar en
Maastricht. Todas las demás valoraciones coyunturales son importantes sin
duda, pero no tan esenciales como ésta, que es la nuclear, la básica, la
que nos debe permitir posicionarnos políticamente.

Imagínense ustedes que todo el análisis fuera al contrario, que
tuviéramos una situación presupuestaria en 1997 que, presentada a la
Unión Europea, no nos permitiera cumplir con las previsiones de
Maastricht y nos situara en una coyuntura de riesgo para poder
incorporarnos a la Unión Económica y Monetaria. Este sí que sería un
fracaso económico, sí sería una situación sobre la cual debería
posicionarse esta Cámara políticamente con exigencias y con críticas
profundas. Pero es totalmente al revés, es todo lo contrario, y mi grupo
cree, solidario con las orientaciones que se tomaron en su día, puesto
que aprobamos el presupuesto de 1997, que no les debe importar a los
demás grupos de la oposición que en este sentido mi intervención se haga
solidaria, cuando podemos valorar positivamente que las previsiones
iniciales se han cumplido.

Ahora bien, como segunda reflexión inicial quisiera entrar en los
contenidos de este informe. ¿Qué conclusiones económicas podemos sacar de
este informe de 1997, señorías? Podríamos hacer tres esquemas de
reflexión: análisis de la evolución de los ingresos, análisis de la
evolución de los gastos y un tercer informe, que a mí me gustaría también
retenerme, que es el análisis de la estructura de los intereses
financieros y amortizaciones para poder conducir la financiación de la
deuda y del déficit que tiene el presupuesto público. De esos tres
componentes deberíamos poder sacar algunas conclusiones económicas.

La primera conclusión económica a la que quisiera referirme es que en
cuanto a las evoluciones de los ingresos, señorías, puesto que las dos
intervenciones previas se han referido largamente a ello, el cambio de
orientación que está teniendo la política económica, no es un cambio,
señor Borrell, que hayamos iniciado en los años 1996 y 1997, sino que ya
se inició en los años 1993 y 1994, que tiene durante los últimos años
1996 y 1997 mayor intensidad y mayor eficacia en sus propósitos, pero no
tienen orientaciones distintas. Yo creo que buena parte de su grupo
económico hubiera deseado que hoy pudieran ustedes estar sacando estas
conclusiones desde unas posiciones políticas distintas y entonces harían
ustedes unas valoraciones totalmente coincidentes con mi grupo. No
tenemos sobre la mesa una estrategia política muy distinta, en términos
macroeconómicos, de la que se inició en los años



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1994, 1995, 1996 y 1997. Este proceso se está desplazando en estos
ejercicios con mayor eficacia y con mayor intensidad que la que tuvo en
los años 1993 y 1994. Quisiera decirles que esta orientación de la
política económica está teniendo unos cambios profundos en la estructura
de los ingresos, lógicamente. Preguntan ustedes al secretario de Estado
por qué razón ha caído la recaudación de la renta de las personas
físicas. Si leen el informe (yo lo he leído y no estoy diciendo nada más
que lo que dice el informe) ya ven que ha caído buena parte de los
ingresos procedentes de los rendimientos de capital. ¿Es que la izquierda
socialista y comunista prefiere que los impuestos directos se nutran en
base a un mayor crecimiento de los rendimientos de capital? ¿Es que
ustedes quieren una política económica que permita una evolución mucho
más importante de los rendimientos de capital y que permita, como
consecuencia, que el IRPF pueda tener evoluciones altas y crecientes? ¿Es
que ustedes quieren que la economía dé como resultado mayores beneficios
al rendimiento del capital? ¿Es ésta su opción política?
¿Qué ha pasado en realidad, señorías? Ha pasado que ustedes analizan que
la renta de las personas físicas ha caído en 377.000 millones de pesetas
especialmente en lo que hace referencia a los rendimientos de capital,
porque, señorías, los tipos de interés del capital han bajado en este
país como consecuencia de que el coste del dinero ha bajado
tremendamente, pero ustedes se olvidan de decir que, en cambio, los
beneficios de la actividad económica proporcionan a las haciendas
públicas 763.000 millones de pesetas adicionales. Mi grupo prefiere una
política económica que permita mayores ingresos a la hacienda pública
como consecuencia de rendimientos de la actividad económica que como
rendimientos del capital, señorías. ¿Es que el modelo económico de la
izquierda socialista y comunista es que los ingresos de la hacienda
pública procedan de los rendimientos de capital y no de los rendimientos
de la actividad económica? ¿Es que no saben ustedes que este cambio
estructural en la fuente de los ingresos es el que permite mayor empleo y
mayor actividad económica en la economía? ¿Es que el Gobierno, para
ustedes conservador, debería estar defendiendo otras posiciones distintas
que ustedes sostienen que serían mucho mejores, porque ustedes desde su
posición de izquierda preferirían una economía que diera como resultado
que el capital tuviera más rendimientos? Esta es la conclusión.

Se quejan ustedes de que los rendimientos a la hacienda pública que
proceden del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas está
cambiando su estructura. Por suerte está cambiándola, señorías,
deberíamos aplaudirlo, y más desde la izquierda. (El señor Ríos Martínez:
No me diga usted lo que tengo que hacer.) Deberían ustedes aplaudir que
la renta de las personas físicas, señorías, si tiene un ajuste a la baja
en 300.000 millones, compensado en el doble por el Impuesto sobre
Sociedades, que permite creación de empleo, es porque quien tiene capital
obtiene menos rendimientos, señorías, y debe ser de otra forma cómo se
deben obtener mayores recursos para la hacienda pública. Mi grupo siempre
ha apostado por una política económica que, reactivando la economía
productiva, la generación de empleo y el rendimiento de la actividad
económica productiva, pueda dotar de mayores recursos de ingresos a la
hacienda pública. Es por ahí por donde se va, y estoy seguro de que todos
los socialistas europeos van por ahí. Ahora, con suerte, veo que el
Partido Socialista no se moverá de donde está, y digo con suerte porque
por esta vía seguramente ustedes no se moverán de donde están, porque la
gente quiere que la actividad económica proporcione rendimientos en su
actividad; no por el sólo hecho de tener capital y depositarlo en activos
financieros les proporciona más ingresos. Esta es la esencia nuclear del
cambio en su repercusión en los tributos, y mi grupo se siente
absolutamente solidario con esta orientación, que nos crea más empleo,
que genera más rentas salariales, que permite mayor incremento de poder
adquisitivo de las rentas salariales y nos permite, señorías, como
consecuencia de una caída de los tipos de interés, no tener que costear
con cargo a ingresos directos la financiación de un déficit público que
ha hipotecado largamente a la sociedad española.

Dice usted, señor secretario de Estado, que se han desviado muy poco las
previsiones de los ingresos. Cierto, y si analizamos los cuadros que se
nos proporcionan vemos que la desviación de los ingresos en algunos
conceptos lo ha hecho de forma sustantiva, pero tenemos unas medias de
incremento de ingresos que nos permiten apuntar como conclusión que la
evolución global de la recaudación de los recursos públicos está teniendo
una tendencia alcista y sube su recaudación. En cambio, si analizamos el
capítulo de gastos, vemos que la desviación de los gastos está teniendo
una evolución que está, según hablemos de operaciones o de pagos, entre
el 1,3 y el 2 por ciento. Por tanto, los presupuestos públicos y su
incidencia en la economía nos dan dos datos: los impuestos crecen a un
ritmo en torno al 10 por ciento, según analicemos indirectos o directos y
saquemos una media, y los gastos evolucionan con una desviación del 1,3 o
el 2 por ciento. Mi grupo no puede más que aplaudir esta referencia
estructural de la evolución del presupuesto. ¿Es que deseamos una cosa
distinta? No; que los gastos no se desplacen más allá de lo que es
razonable. Tenemos un mínimo legal en torno al 3, estamos por este mínimo
legal y los ingresos están evolucionando globalmente por encima de sus
previsiones con un análisis estructural interno de cambio de estructuras
de recaudación como consecuencia de una economía en que el tipo de
interés legal del dinero ha pasado de ser del 12 ó 13 por ciento al 4,50.

Eso lógicamente tiene su incidencia directa en un cambio de evolución de
toda la economía, que creemos que es positivo para el ciudadano.

Sepan ustedes que la evolución de los ingresos y de los gastos en España
nos da el resultado del déficit público. Valoramos políticamente que el
déficit público se sitúe en el 2,8, si atendemos a las últimas cifras, y
el del Estado en el 2,3, nos parece muy bien. Es un objetivo en el que
aplaudimos que se alcance en esos niveles el déficit público, pero sepan
ustedes, señorías, que el gran problema que tiene la economía española es
arrastrar un déficit público tan elevado como el que tenemos. Todavía no
hemos tomado conciencia de la gravedad que tiene la financiación de ese
déficit público y su incidencia en la economía. Si



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analizamos los datos de este informe vemos cómo más de 3,3 billones de
pesetas todavía los destinamos a financiar ese déficit público; 3,3
billones de pesetas, señorías, que pagan las rentas salariales de los
ciudadanos españoles, y 3,3 billones de pesetas es más que el 50 por
ciento del IRPF que pagan los ciudadanos de clase pequeña y baja en
España.

¿Es que ustedes prefieren tener una economía con mucho más déficit
público y, como consecuencia de ello, hipotecar el futuro del país y
someter a mayor aportación de ingresos con cargo a las rentas salariales
del país, puesto que es un 80 por ciento de la recaudación del IRPF? El
mejor favor que podemos hacer a los ciudadanos de rentas pequeñas y
medias es bajar rápidamente ese déficit público (El señor Ríos Martínez:
¿Ha llegado ya a secretario de Estado?), y eliminarle esa losa a la
economía española que está hipotecando el futuro de nuestra sociedad.

Señorías, estamos de acuerdo con la orientación económica que se están
dando a la política económica en este país. La iniciamos con ustedes,
señor Borrell, la estamos continuando con el Partido Popular, con más
éxito y más eficacia, si me permiten, y espero que ello nos permita
cumplir el principal objetivo, que es entrar en la Unión Económica y
Monetaria y poder proyectarnos a una etapa posterior de globalización de
la economía en un contexto europeo.

Señor presidente, voy a terminar. Dice usted, señor secretario de Estado,
en el análisis de la estructura que tiene la financiación del déficit
público, que han anticipado ustedes amortización de deuda contraída de
años anteriores. Mi grupo aplaude esta decisión. Es una buena decisión
proceder a una refinanciación del déficit público existente acumulado de
años anteriores, anticipar amortización de deuda contraída, y evitar que
en plazos cortos tengamos procesos crecientes de costes financieros. Es
verdad que ello ha representado tener un gasto de amortización e
intereses internos con un crecimiento del 23 por ciento, pero la sociedad
debe saber que se está anticipando amortización de deuda contraída y con
ello vamos a bajar los gastos financieros a medio plazo. Pero lo más
significativo del análisis de los intereses pagados y de la evolución
estructural que está teniendo la financiación de la deuda --y mi grupo
quiere aplaudirlo-- es que la evolución de la deuda interna está teniendo
un ritmo de crecimiento del 3,3 por ciento, y en cambio la evolución de
la deuda externa está bajando a un ritmo del 12,5 por ciento. Muy bien.

Esto significa que estamos en una tendencia de retribuir cada vez menos
la financiación de nuestro déficit con cargo a capitales externos, y
estamos retribuyendo cada vez más la financiación del déficit público con
cargo a capitales internos. Es decir, la retribución de la financiación
del deficit público está en una estructura y en una evolución que
beneficia más a los ciudadanos españoles que a los ciudadanos
extranjeros, y eso está bien, porque llevábamos un ciclo en que cada vez
iba creciendo más la retribución de gastos financieros con cargo a
ciudadanos extranjeros en relación con ciudadanos españoles. Se está
invirtiendo la estructura de evolución de la financiación del déficit
público, lo cual mi grupo aplaude; puesto que ya que hemos de financiar
el déficit público que tenemos, al menos que sean los ciudadanos de este
país los que tengan mayor repercusión de ese proceso de financiación y no
sean los ciudadanos extranjeros quienes se tengan que beneficiar de
nuestros males de exceso de crecimiento del gasto público.

Señor presidente, termino. La valoración de mi grupo es, sin duda, que se
cumplen las previsiones presupuestarias; se mantiene una tendencia
restrictiva del presupuesto público; los créditos conjuntos
presupuestarios y créditos adicionales, con créditos extraordinarios y
complementos de crédito baja el 4,7 en el año 1997; por tanto, estamos en
un proceso de contratación de crecimiento de gasto público, cosa que nos
parece correcta. Se cumple el objetivo de déficit que nos impone el
proceso de Maastricht. Se enfoca adecuadamente, según nuestro criterio,
la política de financiación del déficit público y, en ese sentido, en el
ámbito del control del gasto y de la gestión de la desviación de este
gasto presupuestario, se mantienen unas tendencias razonables, el 2 por
ciento de desviación, que ya lo hubiera querido el Gobierno anterior. Por
tanto, mi grupo lo aplaude, lo dijo entonces, cuando estábamos también
con el ministro Solbes en presupuestos que no se desviaban excesivamente
y se presentaban datos de que la desviación estaba por debajo del 3 por
ciento, y lo decimos hoy: que el presupuesto sólo se desvía un 2 por
ciento es una buena noticia y, por tanto, la reconocemos y la valoramos.

Esperamos, señor secretario de Estado, que su comparecencia, que está
restringida a la presentación de la evolución del presupuesto del Estado,
sea completada con la intervención que dé el ministro de Economía; que el
ministro de Economía pueda enmarcar este aspecto particular de la
economía en el conjunto de la evolución de la economía española, y
podamos analizar otras magnitudes de la política económica, como podía
ser el empleo, la evolución exterior, las estimaciones de niveles de
competitividad en nuestra economía y también, por qué no, los análisis
que se deben hacer en el ámbito de todas las administraciones públicas,
análisis que permitirá profundizar en las preguntas y en las cuestiones
que ahora veo que los grupos socialistas y comunistas están muy
preocupados en hacer, como, por ejemplo, si de la reforma del IRPF
últimamente acordada, se van a desviar o se van a derivar conclusiones
positivas en las líneas que se apuntaban cuando estuvimos debatiendo esta
reforma de la financiación de las comunidades autónomas. Por cierto, veo
que ustedes el argumento de insolidaridad que utilizaban cuando estuvimos
discutiendo la reforma del IRPF, hoy ya no lo utilizan, ahora ya no es
insolidaridad; he escuchado que ahora resultará que la reforma del IRPF
va a proporcionar menos recursos a las comunidades autónomas, con lo cual
ya no les debe preocupar la insolidaridad a que ustedes aludían cuando
estuvimos debatiendo la reforma de la financiación. (Rumores.)
Señor secretario de Estado, muchas gracias por su comparecencia. (El
señor Ríos Martínez pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Ríos, ¿no puede esperar a un segundo turno?



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El señor RIOS MARTINEZ: Solamente es una precisión de información. Yo sé
que es un hombre ilustrado, pero quiero darle una formación; es
información y formación, porque una persona bien informada está formada.

Diría al señor Homs que el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida es un
conjunto de fuerzas entre las que se encuentran socialistas, comunistas y
otras. En todo caso, se ha puesto a la derecha de la derecha, ya lo
sabíamos. (El señor Homs i Ferret pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Homs, tan brevemente como el señor Ríos.




El señor HOMS I FERRET: Simplemente quiero indicar que cuando una
asamblea general de su coalición parlamentaria y política declare que su
formación política comunista no está integrada en esa coalición, yo creo
que cometeré un error refiriéndome a los comunistas cuando hablo del
Grupo de Izquierda Unida. Evidentemente hay más grupos, pero su grupo
nuclear y principal también es de ideología comunista, ¿qué error he
cometido yo diciéndoles que el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida
tiene orientaciones comunistas? (El señor Ríos Martínez: Que no existe el
grupo, señor Homs.)



El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Ríos.

Pidan la palabra y la otorgaremos por orden. Brevemente, señor Ríos,
porque esta discusión tiene poco que ver con el tema de debate en la
Comisión.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor presidente, muy sencillo. Yo estoy
orgulloso de lo que soy, por tanto no me tengo que esconder de nada, pero
el grupo parlamentario que existe aquí es el que existe, y por eso cuando
me refiero a otros grupos utilizo los grupos parlamentarios, que para eso
están en la Cámara, en su reglamento y en la ley electoral; lo demás si
es descalificativo, no descalifica el que quiere, sino el que puede. (El
señor Borrell Fontelles pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Borrell, también desea hacer uso de la
palabra?



El señor BORRELL FONTELLES: Sí, para una mera cuestión de orden. Usted
obviamente dirige los debates y lo sabrá hacer mejor que nadie, pero
quisiera manifestar que mi grupo asiste con sorpresa a intervenciones que
nada tienen que ver con el objeto de la comparecencia, y me gustaría
rogarle que, en la medida de que su criterio así lo estime, oriente el
debate sobre el objeto que hoy nos trae aquí y no sobre otros, que son
totalmente ajenos a la reunión que hoy mantenemos.




El señor PRESIDENTE: Quizá luego habrá un segundo turno donde se puedan
manifestar en esa dirección, pero la presidencia, por descontado, no va a
coartar la libertad de los grupos parlamentarios a expresarse como
quieran en esta Comisión.

Vamos a seguir el orden de intervenciones y, por el Grupo Parlamentario
Vasco (PNV), tiene la palabra el señor Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Quiero agradecer también, en nombre de mi grupo
parlamentario, la comparecencia del secretario de Estado de Presupuestos
y volver a retomar otra vez el objeto de la comparecencia, que es hablar
sobre presupuestos. Ayer hablé de economía en la comparecencia del
secretario de Estado de Economía, por eso hoy no voy a hablar de
economía; creo que cada foro está para lo que está. Desde luego, en
cualquier caso tengo que decir que a mí por lo menos se me hace difícil
poder interpretar o intervenir en estas comparecencias con el nivel de
conocimiento de los datos que manejamos, y en este caso con el nivel de
conocimiento de datos de la ejecución del presupuestos, sobre todo el que
tenemos al menos en mi grupo parlamentario. El informe cuatrimestral yo
lo he tenido ayer, independientemente de que haya venido el viernes,
tampoco creo que ésa sea la solución. Yo creo que aquí tenemos que ser
serios, si queremos que estas comparecencias tengan un sentido, el
sentido de poder analizar, poder pedir explicaciones sobre los datos.

Acabo de escuchar con envidia al portavoz del Grupo de Izquierda Unida,
que también manifestaba sus problemas para tener conocimiento con tiempo
de estos datos, porque su staff de análisis de datos de presupuestos no
tenía tiempo, y yo le escuchaba con envidia porque el staff del Grupo
Parlamentario Vasco de presupuestos es Zabalía (Risas). Por tanto, fíjese
lo que para nosotros puede suponer tener con mayor prontitud unos datos
que creo son importantes, porque estábamos manejando cómo está la
ejecución del presupuestos de todo el año 1997 y, al final, ¿qué pasa?
Pues que con esa capacidad de análisis de dos días de la ejecución del
presupuesto al final del ejercicio 1997, el siguiente paso de
conocimiento de la ejecución presupuestaria de las cuentas del Estado es
cuando el Tribunal de Cuentas no presente el informe de las cuentas
generales del Estado, que será dentro de uno o dos años, con lo cual nos
quedamos siempre con que el debate sobre ejecución del presupuesto no
tiene nada que ver con el debate sobre los presupuestos iniciales del
Estado, al cual dedicamos, como es además necesario, dos meses. Sin
embargo, a la ejecución del presupuesto no le dedicamos más que una
jornada en la que, además, se tratan cosas que no son precisamente las
que van a aclarar muchas de las partidas que están aquí. Esta es una
cuestión que pongo encima de la mesa, porque para mí es importante. Yo
cuando en una comparecencia de este tipo he de analizar toda la ejecución
del presupuesto de un año, tengo necesidad de conocer esos datos con
mucha más antelación. Tenemos la oferta de creación de una oficina
presupuestaria como órgano de apoyo a la Comisión de Presupuestos, pero
al parecer eso está lejos; se habló, se comentó, pero no llegamos nunca a
concluir con este tema. Con este nivel de información se hace muy difícil
tener elementos suficientes para emitir un juicio sobre el cumplimiento
de los presupuestos. Para mí es muy importante y lo he dicho en muchas



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ocasiones, tan importante como unos presupuestos bien elaborados son unos
presupuestos bien ejecutados.

Hay que destinar mucho más tiempo a analizar la ejecución del presupuesto
en vía parlamentaria, bien a través de comparecencias o a través de otro
sistema, pero desde luego no me gustaría quedarme aquí hoy y cerrar la
carpeta sobre cómo ha sido la ejecución presupuestaria del año 1997, ni
de este ni de otro ejercicio.

Por tanto, mientras no seamos capaces de organizarnos parlamentariamente
para poder llevar un mayor control de la ejecución de los presupuestos y
de las cuentas públicas, mi grupo parlamentario no va a aprobar ninguna
comparecencia si previamente no tiene el informe. Para que podamos
establecer una fecha de comparecencia hemos de tener el informe con
anterioridad y eso es lo que propongo desde ahora, si el resto de los
grupos parlamentarios están en esa sintonía.

Por lo demás, he escuchado con interés la información que nos ha dado el
secretario de Estado sobre la ejecución del presupuesto. Dicha ejecución
tiene mucho que ver con la marcha de la economía y aquí quisiera hacer
una indicación: no podemos quedarnos con que la positiva evolución del
cumplimiento de los presupuestos sea consecuencia exclusivamente de la
buena marcha de la economía. ¿Qué quiere decir esto? Que la marcha de la
economía incide en los ingresos tributarios, incide en el nivel de
ejecución de gasto, pero lo importante es que independientemente de la
facilidad que puede dar la marcha de la economía en el cumplimiento de un
presupuesto, es necesario profundizar en la reforma de la Administración,
reforma que puede hacerse con mayor facilidad en momentos de bonanza
económica como los que estamos ahora. Esto no quiere decir que porque se
vayan cumpliendo de forma positiva los presupuestos que inicialmente se
establecieron, no se siga profundizando también en la restricción del
gasto. Aquí tenemos el peligro de que por el hecho de tener unos
resultados positivos de la economía no tengamos el control y la
restricción de gasto necesario, porque habrá que pensar que la evolución
de la economía no siempre es positiva, habrá momentos en que podamos
estar en situación de menor crecimiento, incluso de crisis económica, y
hay que tener en cuenta que el gasto es una partida que se consolida y
luego es muy difícil de rebajar. Por tanto, tenemos que tener cuidado con
el crecimiento del gasto en estos momentos.

Al margen de los sistemas de control, como decía antes, y de los
instrumentos que es necesario reformar en unos casos y cambiar en otros,
tenemos que volver a plantearnos la urgente reforma de la Ley General
Presupuestaria que tenemos olvidada. Es una reforma que está aplazándose
sin justificación aparente, que quedó paralizada en un intento de
anteproyecto de ley de mayo de 1995 y que está ahí durmiendo el sueño de
los justos. No podemos conformarnos y contemplar con satisfacción la
reducción del déficit público que se está experimentando en las cuentas
de la Administración pública, tenemos que seguir avanzando y desarrollar
mecanismos que permitan seguir controlando este déficit en el futuro,
introduciendo mayor rigor y transparencia en las cuentas públicas. Por
eso digo que es necesario no demorar más la reforma de la Ley General
Presupuestaria.

El arte de manejar los datos contables, que aquí también se ha puesto de
manifiesto, es algo habitual de todas las administraciones públicas.

Desgraciadamente es así y no sólo en las administraciones públicas, sino
también en el sector privado; por eso es importante avanzar en el control
y la concienciación del rigor de las cuentas públicas. Debemos establecer
claramente cómo se deben contabilizar. Por tanto, hay que avanzar también
en el papel que deben jugar como control no sólo una Comisión como la
nuestra, sino los elementos o instrumentos que existen para el control de
las cuentas públicas: la Intervención General de la Administración del
Estado internamente y el Tribunal de Cuentas que tendría que ser mucho
más utilizado, ya que para eso está.

No se pueden dar opiniones. A veces en este tipo de comparecencias cuando
veo los análisis que se hacen de todo un ejercicio contable de la
Administración pública, me llama la atención cómo se puede hacer un
juicio sobre la ejecución de un presupuesto en diez, veinte o treinta
minutos. Es imposible. Aquí se pueden establecer algunos comentarios
políticos, pero es imposible estudiar con rigor en media hora la
ejecución de unas cuentas conocidas a través de un informe con dos días
de antelación. Esto podemos desviarlo a otro tema; es una comparecencia
sobre la que podemos hablar aquí en general de muchas cuestiones, pero de
la ejecución de las cuentas públicas de un presupuestos de todo el año,
es imposible. Este no es el fin. El fin debe ser el control del
Parlamento a través de los mecanismos permanentes, para poder tener
información a través del instrumento de control que es el Tribunal de
Cuentas y que podría ser también esa presumible o esperada oficina
presupuestaria, con el fin de que los que queramos tener un conocimiento
permanente de la ejecución del presupuesto y un conocimiento mayor lo
podamos hacer.

No obstante, me encuentro incapaz de poder hacer un análisis ahora de la
ejecución del presupuesto y como no quiero desviarme sobre otras
interpretaciones, voy a seguir indicando algunas de las cuestiones que me
hacen y que reflexiono con motivo de esta comparecencia.

A mi Grupo parlamentario le preocupan en términos generales algunas
cuestiones referidas a lo que es la ejecución presupuestaria. Nos
inquieta que estamos asistiendo, no es algo nuevo, a un movimiento de
cuentas entre créditos extraordinarios, transferencias de créditos a los
que hay que sumar los créditos no dispuestos y los gastos de inversión
ejecutados, y no le damos importancia. También me llama la atención con
qué facilidad aprobamos los créditos extraordinarios que se presentan en
el Parlamento. Además te encuentras incapaz de decir que no, porque a un
crédito extraordinario que se presenta sobre algo que ya existe
obligación de pago, no puedes decir que no; sin embargo, ¿por qué se ha
generado?
Aquí existe falta de control y por eso decía anteriormente que la reforma
de la Ley General Presupuestaria es importante. Al final hay una falta de
investigación sobre cómo se generan estos créditos extraordinarios, saber
cómo se están realizando estas transferencias de créditos,



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cuál es el verdadero nivel de ejecución de los presupuestos y por qué no
se llega a un mayor porcentaje de ejecución. Es necesario erradicar estas
prácticas y si las hay deben ser una excepción debidamente motivada.

Empezamos a verlos convertidos en un hábito y esto es peligroso y nos
preocupa. Por eso creo que es necesario limitar estas actuaciones y la
Ley General Presupuestaria es el marco adecuado para que podamos
establecer esas limitaciones.

Otro aspecto al que también me voy a referir es la utilización de la ley
de acompañamiento. Aunque puedan pensar que se sale algo del tema que hoy
nos ocupa, aprovecho para decirlo porque tiene relación con el
presupuesto. Lo hemos denunciado en varias ocasiones y, en este aspecto,
quiero volver a señalar que la ley de acompañamiento está desvirtuando
también, en cierto modo, la ley de los presupuestos de cada año. Me
gustaría saber si esto va a continuar así o no, y también --y ésta es una
de las preguntas que quiero hacerle al secretario de Estado de
Presupuestos-- si tiene prevista alguna acción para evitar esta
situación; ¿tiene previsto el Gobierno establecer algún tipo de
limitación para que en los presupuestos del año 1999 no se utilice de
forma desmedida la ley de acompañamiento, como se está utilizando?
Indudablemente aquí hay una cuestión que está clara, la ley de
acompañamiento influye en los Presupuestos Generales del Estado y no
conozco que haya al final una valoración sobre las medidas que están
aprobadas en la ley de acompañamiento, que tengan incidencia en el
presupuesto de ese mismo año; no conozco.

Finalmente, me voy a referir al déficit público. Se ha conseguido algo
que hace unos años nos parecía difícil de lograr; creo que es un logro
llegar a un porcentaje sobre el producto interior bruto inferior al 3 por
ciento, independientemente de por qué o cómo se produce. Me parece
excelente que se haya podido llegar a esta situación que hace unos años
parecía imposible. En cualquier caso, me gustaría saber si es cierto,
como ha salido en los medios de comunicación hace unos días, que existe
un escenario de consolidación fiscal hasta el uno por ciento, en una
senda que se establece hasta el año 2001. ¿Es esto fruto de algún estudio
que tiene la Secretaría de Estado de Presupuestos o el Ministerio? Me
gustaría conocer si es cierto porque es una noticia francamente positiva
y buena. El compromiso de establecer y marcar un escenario de
consolidación fiscal creo que es muy importante, al margen de que se
cumplan de sobra los criterios y los compromisos de convergencia que
establecen para el futuro el 3 por ciento como tope máximo de déficit
público. Yo creo que no es un objetivo que debamos plantearnos; el
objetivo que debemos plantearnos, llegar a este nivel de déficit público,
me parece que es positivo pero quisiera saber si esto tiene más solidez
de la que aparece en los medios de comunicación.

Otra cuestión que me gustaría saber, dentro de ese escenario de
consolidación fiscal imagino que estará establecida --en caso de que así
haya sido-- es la previsión de cómo van a evolucionar los ingresos
tributarios, sobre todo la renta de las personas físicas, con la reforma
de dicho impuesto; es decir, en caso de existir ese escenario, se ha
tenido que tener en cuenta la reforma del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas y establecer unas previsiones de ingresos. Me gustaría
conocer si eso es así.

Por mi parte, nada más. Simplemente quiero volver a agradecer al señor
secretario de Estado su comparecencia y decirle que todas estas
reflexiones quizás no van dirigidas a él, es decir, hay muchas cuestiones
que vienen de épocas anteriores y tienen más que ver con la forma de
funcionamiento en el Parlamento, de lo que es un comentario puntual sobre
la presentación de unas cuentas.

Me van a permitir que haga un par de precisiones al señor Borrell, ya que
se ha referido anteriormente a mi grupo parlamentario. Cuando ha
explicado que hay una menor recaudación por el impuesto sobre la renta de
mil millones de pesetas al día, ha dicho que lo han desmentido los grupos
que sustentan al Gobierno. Si se refería al Partido Nacionalista Vasco,
yo no he dicho nada, ni he hecho declaración alguna; imagino que será
sólo el grupo que sostiene al Gobierno.

En cuanto a los datos que ha preguntado sobre los proyectos de inversión
que han sido ejecutados, procedentes de privatizaciones, ahí sí ha dicho
cómo esos proyectos de inversión han sido ejecutados respondiendo a las
demandas --creo que ha dicho-- del Grupo Catalán (Convergència i Unió) y
el Partido Nacionalista Vasco. Por supuesto, yo estoy encantado de que
usted pueda contestar a la pregunta, pero a mí me gustaría que además se
supiese cómo se han territorializado esos proyectos de inversión; sería
interesante estudiar la territorialización de los proyectos de inversión
de ahora y de hace años, y cómo se establecían. Me parece curioso que
ahora se preocupe el Partido Socialista de cómo se reparten los proyectos
de inversión porque, si volvemos hacia atrás, los proyectos de inversión
tienen un componente político muy importante, que fue utilizado por el
Partido Socialista y por el señor Borrell. Si quieren ustedes hablamos de
ese tema, pero en otra comparecencia. En cualquier caso, como nosotros
estamos perjudicados y siempre nos hemos quejado sobre los proyectos de
inversión en el País Vasco, esté el Gobierno que esté, tengan en cuenta
que cuando nosotros solicitamos proyectos de inversión no lo hacemos para
el Partido Nacionalista Vasco --que ya tiene su sede-- sino para Euskadi
o para el País Vasco. Como grupo parlamentario simplemente intentamos
mejorar las inversiones y los proyectos de inversión allí, pero como éste
es un tema ajeno al que nos ocupa, simplemente quería hacer una
referencia. Dejo ahí el tema y, si quieren SS. SS., en algún otro momento
podríamos tener un debate al respecto.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
don Vicente Martínez-Pujalte.




El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Siempre que empezamos las comparecencias
se pueden definir previamente entre buenas o malas, en un buen momento o
en un mal momento, un buen tema o un mal tema; desde luego esta
comparecencia del secretario de Estado de Presupuestos habría que decir
que tiene lugar en un buen momento, sucede en un momento positivo para la
economía y



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en un momento donde se han anunciado buenos datos macroeconómicos, pero
independientemente del momento de la comparecencia, los grupos
parlamentarios escenifican su oposición de una manera bastante similar.

Es lógico que a Izquierda Unida no le guste la ejecución presupuestaria;
quizá el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida tiene otra visión de lo
que debe ser la economía en el futuro, quizá esté más por aumentar el
déficit público y sea menos solidario con la consecución del objetivo de
estar en la moneda única. El Grupo Socialista parece que está en
posiciones similares a las del Gobierno en el tema de los objetivos de
política económica; y parece que está en posiciones similares a las del
Gobierno en lo relativo a que España esté dentro de la moneda única.

Posteriormente hace una crítica que también me gustaría comentar. Es
lógico que el grupo del Gobierno dé un apoyo decidido pero, en concreto
en esta ocasión, el apoyo decidido es manifestar la consecución de un
éxito, y no me duelen prendas en decirlo, es la consecución de un éxito
en materia de déficit público. Que el secretario de Estado de
Presupuestos y Gastos venga aquí a anunciar que el déficit se va a situar
por debajo del 2,8 por ciento, es un éxito, un éxito rotundo de la
política económica. El éxito no lo concede la providencia; no concede la
providencia que la consolidación presupuestaria esté en una buena senda,
es el esfuerzo diario, es la voluntad de que el déficit esté controlado,
la coordinación entre los distintos ministerios; es también fruto de los
efectos de la Ley de disciplina presupuestaria y, por supuesto, del
cuadro macroeconómico fruto de las políticas de flexibilización,
desregulación, liberalización, e incluso han sido las políticas de
privatización las que han hecho que sea posible. No siempre ha sido así,
y hay que decirlo también en esta Comisión de Presupuestos. No siempre se
han conseguido los objetivos de déficit público. En la legislatura
anterior ningún año se consiguió el objetivo y siempre se superó el 6,5 o
el 6,7 por ciento de déficit público, cuando ya se sabía que en 1997 el
objetivo de España era conseguir el 3 por ciento de déficit si queríamos
estar en la moneda única, pero no se conseguía. Se ha hecho un esfuerzo
considerable, porque en 1995 el déficit era del 6,6 fruto de otras
políticas y ahora pasar del 6,6 a no llegar a 2,8 es un esfuerzo
considerable.

Además, un esfuerzo considerable para alcanzar un déficit público que ha
sido homologado por Eurostat y por el Fondo Monetario Internacional. A
veces sorprende --hoy me ha soprendido menos-- la intervención de los
grupos de la oposición, sobre todo el portavoz del Grupo de Izquierda
Unida que ha sido mucho más crítico. Algunas veces también me sorprenden
las manifestaciones en la opinión pública, cuando se quiere poner en
discusión si ese objetivo de déficit público esconde algo. De verdad que
no se entiende fácilmente entrar en una discusión técnica para ver si el
objetivo de déficit público encubre cierta instrumentación de la
contabilidad. Eso no pasa en ningún país europeo. Ningún diputado de la
oposición en un país europeo está poniendo en duda los datos que se dan
del presupuesto público, los datos de déficit público, porque tienen un
objetivo común y ese objetivo les lleva a ser coherentes y la coherencia
lleva a respetar los datos que ya ha homologado internacionalmente
Eurostat. A veces uno encuentra comentarios en los periódicos o en el
seno de la Comisión se dice que hay algo. Yo no sé si podemos entrar en
la discusión técnica y sobre los datos de contabilización de alguna
enajenación de activos, pero sería una discusión técnica que no lleva a
nada. Yo me planteo lo siguiente. ¿Para qué se quiere poner en duda que
ése es el dato verdadero? El día 25 la Comisión Europea presentará los
países que han cumplido las condiciones para poder estar en la primera
división europea. Por tanto, cuando desde algún grupo de la oposición se
quiere poner en duda un dato ya homologado internacionalmente, uno se
pregunta: ¿para qué? Pero cuando eso mismo lo hace el portavoz de algún
grupo de la oposición y otras veces se le supone una visión de Estado,
uno se pregunta: ¿qué se pretende en este tema? ¿Que descarrile el tren y
no estemos en la Unión Económica y Monetaria? ¿Es eso lo que se pretende?
¿Qué se pretende, que nos dejen fuera, que hagan dudar de nuestras
cifras? Yo espero que no. No va a ser así, las cifras han sido
homologadas, las cifras están consolidadas y España va a estar en la
primera división europea. Además, se lo cree todo el mundo. Lo homologa
Eurostat, se lo creen los mercados y parece que sólo algún grupo de la
oposición lo duda. Entonces, ¿para qué se pone en duda algo que es un
éxito colectivo, y es que España ha logrado reducir el déficit público
por debajo del 2,8 y, por tanto, vamos a estar en la primera división
europea, sin necesidad de pedir un favor a nadie? Vamos a estar en la
primera división europea por méritos propios, vamos a estar en la primera
división europea porque es un éxito de España como país --y no es mérito
de ningún partido, ahora es el Partido Popular el que sostiene a este
Gobierno-- que estemos en la primera división europea. Es un éxito que
hayamos conseguido rebajar el déficit público por debajo del 3 por
ciento, no sólo del 3, sino que lo hemos rebajado más. ¿Para qué? Para
que España no sólo esté en la primera división europea, sino que España,
una vez que esté en la primera división europea, esté con capacidad de
competir. Soy vicepresidente de un equipo de fútbol --lo cuento repetidas
veces-- y no sólo me importa que mi equipo suba de categoría, sino que
luego no se pierdan todos los partidos, como desgraciadamente nos está
pasando en esta Liga. Pero conseguir el objetivo de déficit público por
debajo del 3 por ciento es un objetivo que nos sitúa, además, en una
buena posición para el futuro.

Nos dejaron un desastre; nos dejaron un déficit del 6,5, facturas en los
cajones y podemos no hablar de eso. Lo arreglamos. Lo situamos por debajo
del 3 por ciento y ahora quieren hacer dudar, no se sabe a quién y no se
sabe para qué, porque los beneficios que va a provocar esta política
presupuestaria son evidentes. Vamos a estar entre los países que crecen,
entre los países que crean empleo; vamos a estar entre los países con
tipos de interés bajo, y aquí había que hacer un paréntesis, porque se ha
planteado por qué el IRPF tiene una senda de crecimiento más baja. Mañana
en la Comisión de Economía, si el Grupo Socialista tiene a bien asistir,
podemos discutir por lo menos el texto de la Comisión de expertos; si no
tienen a bien asistir, nos quedaremos no se sabe con qué, si con las
declaraciones



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del portavoz de economía, que dijo que no quería ningún cambio o con las
declaraciones del portavoz del grupo cuando dijo que sí quería un cambio.

Podemos discutir el IRPF futuro, podemos discutir si es bueno o no
ampliar las bases del IRPF para que pague más gente y para que no recaiga
el esfuerzo del IRPF sólo en la nómina, lo podemos discutir. Ahora mismo
la recaudación ha caído porque los rendimientos de capital han caído y
han caído los rendimientos de capital porque tenemos intereses bajos y no
se pueden perseguir objetivos contrarios. Si bajan los tipos de interés,
efectivamente los rentistas ganan menos y entonces se pagan menos
impuestos. Eso es así. Podemos discutirlo y dar vueltas a lo mismo, pero
si bajan los tipos de interés la base de rendimientos de capital decrece.

Podemos hablar de los incrementos y disminuciones de patrimonio
consecuencia de los fondos de inversión. Esto ha seguido, con nosotros y
sin nosotros en el Gobierno, la misma senda, una senda ascendente y lo
único que ha hecho mi grupo parlamentario es aprobar una modificación del
Gobierno que ha dicho que todos paguen, porque antes no todos pagaban. Un
señor con 2.000 millones de plusvalía, dejaba transcurrir el tiempo y no
pagaba un duro. Ahora mismo 2.000 millones de plusvalía, si se realizan
hoy o pasado mañana, pagan lo mismo: el 20 por ciento. Eso saben que es
así. (El señor Borrell Fontelles: ¡Qué cara!) Señor Borrell, lo siento,
pero eso es así.

Tenemos una ejecución presupuestaria que se ha conseguido con esfuerzo,
por eso quiero decir al secretario de Estado que es buena. Y decía que el
esfuerzo era bueno porque íbamos a estar en la primera división europea;
decía que era bueno porque íbamos a estar entre los países que crecen y
crean empleo. Se ha conseguido, además, el binomio --excelente para la
economía-- que supone consolidación fiscal y senda contenida de los
procesos; eso hace que podamos tener un marco de intereses más justos, de
ayuda al crecimiento, que potencia la inversión y que beneficia a todos
los ciudadanos. Además, esta consolidación presupuestaria permite
introducir más disciplina presupuestaria en el futuro, y eso sin
disminuir los gastos que constituyen la sociedad del bienestar y
aumentando los gastos en sanidad, en educación y en pensiones. Este año
1998 el presupuesto recoge un mayor incremento en los gastos de sanidad,
un mayor incremento en los gastos de educación, el 26 por ciento más en
1998 para gastos de inversión y desarrollo, señor Ríos, porque estamos
con un esfuerzo diario de consolidación presupuestaria que nos permite
planificar bien el futuro; que nos permite diseñar una reforma tributaria
necesaria, que reparta equitativamente las cargas tributarias, que no
grave tanto a las rentas del trabajo, que rebaje la factura fiscal, sobre
todo a los ciudadanos de rentas medias y bajas y de los asalariados y que
potencie la inversión y el empleo. Y esa reforma fiscal se puede hacer.

(El señor Borrell Fontelles: ¿Cómo toca la reforma fiscal?) Señor
Borrell, lo siento, cada uno habla de lo que quiere. Usted hoy ha hablado
de pocas cosas, no tenía ganas de hacerlo y se ha dedicado a las cosas
procedimentales. Yo hablo de que es justo la consolidación presupuestaria
la que permite que podamos afrontar los retos que tenemos. Mi grupo
quiere manifestar que es justo esto, la consecución de estos objetivos,
lo que está otorgando credibilidad a la política que se está realizando.

Y no parece que nos encontremos solos, ni en esta Cámara ni fuera de
ella. Los mercados y los ciudadanos se creen la política que se está
realizando y la aprueban. Y hay un dato evidente, el comportamiento de
los tipos de interés.

El Grupo Socialista nos tiene muy acostumbrados en este tipo de
comparecencias a dedicarse a los malos augurios, al no reconocimiento de
las equivocaciones que anteriormente había cometido en su previsión y en
la siembra de dudas en el futuro. Porque hoy estamos aquí para ver qué ha
pasado a lo largo de 1997, como consecuencia de un debate de totalidad de
la Ley de Presupuestos, que un portavoz del Grupo Socialista llenó de
lindezas: Tememos y creemos que no va a haber crecimiento en 1997.

Tememos y creemos que no se van a pagar las pensiones. Tememos y
creemos... En su conjunto si lo que digo tiene alguna verosimilitud --no
la tenía, gracias a Dios--, ojalá me la quite usted --y parece que se la
hemos quitado--, le faltan 250.000 millones a la Seguridad Social, con lo
cual su déficit no sería el 0,2, sino el 0,5 --pues no, es el 0,2--.

Usted sabe muy bien, señor Rato, que las pensiones no se pagan con
cheques de buena voluntad y tampoco se pagan con derechos reconocidos, se
pagan con cash. Y si usted no convierte un derecho reconocido en dinero
líquido no podrá pagar las pensiones --pero sí se han pagado las
pensiones--. Y podemos seguir, porque de lindezas está lleno, porque por
profeta aquel portavoz no va a pasar a la historia.

Y hoy se sigue diciendo que si es que se ha disfrazado la inversión en
compra de acciones; que si la situación es absolutamente preocupante
--debe ser para él--, que se evidencian dudas en el futuro, que se están
dinamitando --se ha empleado esta palabra-- las bases de la Seguridad
Social. Otra vez el discurso del miedo.

A veces, yo no doy crédito a lo que oigo; creo que es lógico debatir en
el Parlamento y es lógico que cuando alguien hace unas previsiones que no
resultan ciertas venga a decir; las previsiones que hice no son ciertas;
ahora voy a tener otras de futuro, pero no es lógico estar siempre
haciendo previsiones de futuro que no son ciertas, cuando creo que lo que
hoy hay que hacer aquí es decir que 1997 ha supuesto un éxito de la
política presupuestaria; que 1997 ha supuesto un éxito en la contención
del déficit público; y que 1997 ha supuesto un éxito en la contención del
gasto público y en la no desviación, ya que la cifra de desviación del
presupuesto de 1993 era de 70.000 millones diarios, si no contamos
domingos y sábados en que imagino que no se gastarían.

Una política presupuestaria, además, donde hemos tenido que corregir
defectos porque se firmaron convenios que no tenían cobertura
presupuestaria, donde se dejaron proyectos sin realizar con firmas
puestas en los documentos, a medias con los presidentes de las
comunidades autónomas.

Yo creo que hay que concluir, señor secretario de Estado, que su gestión
ha sido positiva y yo le animo a seguir en esta línea.




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El señor Zabalía le preguntaba unos datos que a mí me gustaría que usted
confirmara. Se ha dicho que se va a establecer otro escenario de déficit
público para el futuro y el señor Zabalía ha preguntado, y a mí me
gustaría conocer cuál es su opinión, si es bueno que haya una nueva Ley
General Presupuestaria que siga ayudando jurídica o legalmente a la
contención del déficit público.




El señor PRESIDENTE: Señor Folgado, tiene usted la palabra para contestar
las intervenciones que se han producido.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Voy a tratar de contestar a las cuestiones que se han planteado en el
mismo orden en el que se han formulado, empezando, en primer lugar, por
las que ha planteado el señor Borrell.

En primer lugar, hay un tema, en efecto, de procedimiento, el cual ha
planteado también el señor Zabalía, en relación al suministro de la
información y en relación a lo que es el cauce de comunicación con los
representantes del pueblo aquí, en esta Comisión de Presupuestos.

Me parece que sería innecesario decirlo, pero me interesa dejar
constancia de que mi actitud, naturalmente, no puede ser otra que la de
plena disponibilidad, señor presidente, para que, cuando esta Comisión lo
considere oportuno, este secretario de Estado venga y trate de dar
explicaciones y toda la información de la que nosotros vamos disponiendo.

Intentamos tener la información lo más puntualmente posible. El año
pasado íbamos dando mes a mes una información precisa y cada vez estamos
suministrando dicha información de una forma más amplia. Es verdad que no
comparecí en octubre, y no porque yo me negase a ello, señor presidente,
pero en cualquier caso, y de cara al futuro, por supuesto que me tienen a
su disposición. Hemos establecido un sistema que quizás es bueno desde el
punto de vista de la comunicación: tres veces al año, períodos que pueden
ser interesantes. El año pasado fue a finales de febrero, creo que el día
26 o el 27, lo cual permitía tener ya datos más finales que los de este
año, que, además, ha habido período de ampliación.

En relación con todo esto, el documento se entregó, creo tener constancia
de ello, el jueves por la tarde. Bien es verdad, y el señor Borrell lo
sabe muy bien porque ha tenido estas responsabilidades, que la
documentación se entregaba cuando se podía y muchas veces la entregaban
sobre la marcha. Es decir, nosotros intentamos sin duda ninguna, y esto
no es ningún tipo de justificación, intentamos por todos los medios
entregarla con antelación y, de hecho, se entrega habitualmente con
varios días de antelación. Yo siento que el señor Zabalía, por razones de
ausencia, no haya podido disponer de ello antes del lunes, pero sin duda
ninguna intentamos por todos los medios entregarla con antelación. La
información que está es la que podía estar en esa fecha, en términos de
recaudación, en términos de obligaciones y derechos y en términos de
pagos, pero no está en términos de contabilidad nacional, porque todavía
estamos cerrando y la complejidad es enorme. Usted sabe que, por ejemplo,
el Instituto Nacional de Estadística no ha hecho pública oficialmente, ni
siquiera con carácter provisional, su cifra de producto interior bruto. Y
es absolutamente básico para poder expresar las cifras de las
administraciones públicas, el saldo, el déficit, la necesidad de
financiación de las administraciones públicas o del Estado en relación
con el producto interior bruto, porque es ese ratio el que se suministra
a las instituciones comunitarias para ver si se ha cumplido con lo
estipulado en el Tratado de la Unión y en los protocolos
correspondientes. De tal manera que estoy a disposición de SS. SS. para
comparecer cuantas veces sea necesario.

Planteaba el señor Borrell una pregunta en relación con las razones que
justifican que la recaudación del IRPF haya crecido por debajo de las
previsiones. En concreto, en la página 16 del documento, vemos 377.400
millones. Desde luego, no puedo sino estar de acuerdo con las reflexiones
que en esta Cámara se han formulado por representantes de algunos grupos
parlamentarios en torno a este tema, en particular por el representante
de Convergència i Unió y por el del Partido Popular, en el sentido de que
el IRPF ha tenido un comportamiento acorde con un elemento realmente
bueno y positivo, que ha sido que los tipos de interés han caído mucho
más de lo que esperábamos nosotros inicialmente cuando se elaboran --y
sabe el señor Borrell con qué antelación se tienen que elaborar-- las
previsiones para traerlas al Parlamento.

Afortunadamente, esta caída importante de los tipos de interés ha sido
causa de un determinado comportamiento económico y, por consiguiente,
causa de un determinado comportamiento de las bases imponibles del
sistema en varias figuras tributarias, empezando por el propio IRPF --por
ejemplo, en empleo--, porque el aumento de las retenciones por
rendimiento del trabajo personal ha sido realmente importante, aun
quitando ese 13,6 por ciento; digamos que no es realista, porque hay que
ajustarlo en función de las transferencias de la Seguridad Social. Las
retenciones por rendimiento del trabajo personal han crecido más del 7
por ciento, y no porque se haya querido subir estas retenciones a cada
uno de los ya ocupados --porque de hecho se deflactó la tarifa de
retención--, sino, simplemente, porque ha aumentado el empleo --y creemos
que esto es importante--, de la misma manera que han aumentado las bases
imponibles en otras figuras tributarias, directas e indirectas. Eso ha
hecho que, por ejemplo, las recaudaciones por impuestos directos (contra
algunas previsiones que realmente iban, en plan catastrofista, en línea
opuesta) hayan aumentado de manera notable, por encima de las previsiones
iniciales. De hecho, aproximadamente, en unos 179.500 millones por encima
de las previsiones. Desde luego, creemos que no importa que en uno de los
conceptos del IRPF se recaude menos, si con esto logramos algo tan
importante como es la creación de confianza y el aumento del empleo,
porque, en definitiva, es realmente lo que va a satisfacer más a los
españoles; y, al mismo tiempo, va a aumentar la recaudación por las
distintas figuras tributarias, directas e indirectas.

En cuanto a la financiación de las comunidades autónomas, yo no puedo
sino remitirme al hecho de que ya



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está implantado un sistema de corresponsabilidad fiscal. Creemos que
realmente es muy positivo que exista esta corresponsabilidad fiscal y que
cada comunidad autónoma vaya, de manera creciente, obteniendo los
recursos con los que financiar sus propias competencias. Desde luego, a
mi juicio, no es pertinente ponerse a hacer ahora cálculos de qué pasaría
si en lugar de qué pasa con. Eso es lo que hay que plantear. Para una
mayor ampliación de estas dudas --pienso que no puede ser en otro
sentido, sino en éste--, yo me remitiría a las distintas intervenciones
que sobre este tema han tenido, por ejemplo, el ministro de
Administraciones Públicas y el propio vicepresidente del Gobierno en esta
Cámara. (Rumores.)
En cuanto a lo que planteaban, tanto el señor Borrell como el señor Ríos,
en relación con las desviaciones en el capítulo 2, para empezar, quiero
señalar que el capítulo 2, en España, con los ajustes que se han
realizado en los dos últimos años (no se olvide que hubo prórroga
presupuestaria en 1996 y que, sobre esa prórroga presupuestaria, se ha
hecho un presupuesto muy restrictivo para 1997), es uno de los capítulos
que en estos momentos tiene, en términos relativos, el nivel más reducido
de la Europa comunitaria. Lo que importa, en este capítulo --desde luego,
de cara al futuro, aunque sea adelantar algo--, no es tanto el que caiga,
cuanto el que vaya en una velocidad de moderación y de mayor eficacia en
la prestación de servicios. No ha habido desviaciones en relación con el
presupuesto inicial, salvo unas muy concretas: hay unas modificaciones
relacionadas con las generaciones de crédito. Es decir, lo que comenté
anteriormente de que, como consecuencia de mayores ingresos,
automáticamente se generan mayores gastos, y hay que darse cuenta de que
aquí ha habido, por generaciones, 34.000 millones de modificaciones
presupuestarias.

También van en este capítulo 2 las transferencias que se realizan para
sufragar los gastos de la misión de la ONU en Bosnia, que son otros
20.000 millones de pesetas. En este capítulo también hay créditos
extraordinarios para pagar insuficiencias de ejercicios anteriores, que
pasaron por el Parlamento.

En general, las desviaciones en este capítulo, partiendo del nivel
reducido, son mínimas y perfectamente justificadas, en particular las que
son generaciones de crédito, puesto que dependen de la actividad
económica y van ligadas a cómo se comportan los ingresos. Por lo tanto,
esto no implica más déficit.

Las transferencias para sufragar los gastos de la misión en Bosnia vienen
realizándose ya durante los últimos años y perdurarán mientras dure la
misión de España allí.

En cuanto a las inversiones por el capítulo 8, las extrapresupuestarias,
como las llamaba el señor Borrell, son inversiones que tienen un grado de
ejecución muy elevado. Ahí tenemos fundamentalmente tres frentes en
Fomento y en Medio Ambiente. En Fomento se ha creado el ente Gestor de
Infraestructuras Ferroviarias. Naturalmente, el ente Gestor de
Infraestructuras Ferroviarias, dotado con 60.000 millones, ha empezado a
funcionar con eficiencia, se van a cumplir los plazos, señor Borrell, y
durante 1997 y 1998 está previsto licitar 323.750 millones de pesetas.

Creemos que esto permitirá cumplir con los objetivos de creación de esta
infraestructura, de esta vertebración, vía ferrocarril entre Madrid y
Barcelona, en los plazos previstos. En estos momentos, no se contempla
ningún tipo de demora en la ejecución de este proyecto, si bien al
comienzo, por las razones obvias de que teníamos que elaborar las
reglamentaciones correspondientes al hacer nuevo el proyecto, se retrasó
algo, pero en estos momentos va al día, y se está ejecutando plenamente.

En este año 1998 se espera que se hayan ejecutado 80.802 millones de
pesetas.

Igualmente, se ha creado una sociedad de aguas importante en la cuenca
del Ebro, porque implica un proceso de colaboración entre el sector
público y el sector privado para la generación de infraestructuras,
conjuntamente con la asociaciones de regantes. Otros partidos pensarán de
otra manera, pero nosotros entendemos que realmente es muy importante el
que puedan colaborar el sector público y el sector privado para la
generación de infraestructuras, a través de sociedades mixtas, como esta
que se ha creado.

En cuanto al planteamiento que ha hecho el señor Ríos, en primer lugar,
yo creo que no se puede jugar honestamente con las cifras de déficit
haciendo cómputos que me parece que están fuera de lugar, porque decir
que, haciendo ciertos cálculos, subiría del 3 al 4 por ciento, realmente
no tiene sentido alguno por cuanto que ahí no se computan las
privatizaciones ni siquiera me da la impresión de que lo fueran las del
impuesto de sociedades, para que salieran los 828.000 millones de pesetas
y, por supuesto, las inversiones en acciones son activos financieros que
no se tienen que computar de ninguna manera entre los siete primeros
capítulos. En definitiva, se aplican los criterios de Eurostat en el
sentido absolutamente estricto. En cuanto a los préstamos a la Seguridad
Social, el Estado da un crédito y no se computa en su cuenta, porque si
se computa al Estado tendrían que quitarlo a la Seguridad Social, al
menos el crédito que da para financiar el déficit de la Seguridad Social,
los 155.000 millones de pesetas. Lo que estamos haciendo en materia de
cómputo de déficit público no es más que aplicar las normas que tiene
establecidas Eurostat y que forman parte de lo que está estipulado, por
obligado cumplimiento, para todos los países de la Europa comunitaria.

En cuanto a las modificaciones del capítulo 2, queda respondido con lo
que le he dicho al señor Borrell. Este capítulo no ha tenido más
modificaciones que ésas concretas que he mencionado.

Mostraba preocupación porque se producía una cierta caída de lo público,
una cierta pérdida de protagonismo por parte del sector público en la
economía y ponía el ejemplo de educación. Esto, en términos generales,
debe ser respondido en el sentido de que sí que es verdad que en 1997 los
gastos en educación fueron modulados, aunque no caían por alumno, pero
está claro que inmediatamente, en el presupuesto de 1998, se han
incrementado sustancialmente, igual que se está aumentando el gasto en
pensiones y en sanidad.

Creo que no está cayendo el protagonismo de lo público. El sector público
está interviniendo en la sociedad y en la economía, de manera importante
en aquello que entendemos



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que el sector público tiene que ser protagonista, que es todo ese
conjunto de prestaciones sociales, de coberturas, con mayor intensidad
para los que menos recursos tienen. De ahí que, por ejemplo, se estén
aplicando muchos recursos a sanidad para la universalización, a
pensiones, etcétera. Esto liga con el tema que planteaban el señor
Borrell y el señor Ríos, en cuanto a los recursos que se asignan a la
Seguridad Social y en cuanto a que el sistema de Seguridad Social camina
hacia una catástrofe.

El propio ministro de Trabajo ha dicho cómo en 1997 el déficit de la
Seguridad Social se ha cumplido en sus términos, incluso en exceso. El
sistema de Seguridad Social camina claramente hacia el equilibrio, así
está establecido en el Programa de Convergencia y así se va a producir
porque queremos cumplir, como objetivo prioritario, el Programa de
Convergencia.

Tenemos claramente establecido que hay que cumplir lo que se estableció
en el Pacto de Toledo en cuanto a separación de fuentes. A ello vamos.

Por eso están aumentando los recursos que transfiere el Estado al Insalud
a ritmos muy importantes, porque se quiere cambiar el mecanismo y que las
prestaciones universales y no contributivas pasen a ser financiadas por
recursos impositivos, recursos tributarios, recursos del sistema general
del Estado. De manera que, siguiendo lo establecido en el Pacto de Toledo
y en la ley de racionalización, nos lleva a la sostenibilidad plena de la
Seguridad Social.Y garantizamos, de seguro, que el sistema de Seguridad
Social no sólo no camina hacia ningún tipo de catástrofe, sino que camina
a la garantía plena de las coberturas que tiene establecidas, y no porque
sea un compromiso solemne de este Gobierno, como probablemente también lo
tenía el anterior, con todas sus transferencias a la Seguridad Social,
pues una vez ejecutado el presupuesto de 1994, se separaba la parte de
créditos para déficit de la parte de transferencias para todo lo que es
desfase de tesorería.

Desde luego, no podemos decir ahora mismo cuándo va a devolver los
créditos la Seguridad Social, pero son créditos que tiene el sistema de
Seguridad Social con el Estado. Esto, a nivel de conjunto de
administraciones públicas y Seguridad Social, se consolida. En cuanto a
este tema, no hay ningún problema. No nos preocupa el cuándo, pero lo que
sí le digo es que los 350.000 millones son un desfase de tesorería, sin
ninguna duda, y así está establecido.

En cuanto a la evolución del ahorro privado y si se canalizaba hacia
fondos de inversión, el ahorro privado tiene diferentes alternativas de
ahorro en distintas formas de activos financieros, una de ellas son los
fondos de inversión. A través de los fondos de inversión se está
generando un enriquecimiento del sistema financiero, y los fondos de
inversión, naturalmente, tributan por plusvalías y van a tributar, si se
genera a corto plazo, al tipo que corresponde en renta y, si es a más de
dos años, al tipo del 20 por ciento, cuando en algunos supuestos, sobre
todo con el mero transcurso del tiempo --obviamente eso sólo lo podían
conseguir los que tenían una mayor capacidad económica--, podían no pagar
nada.

En cuanto a la reducción de los ingresos de la Unión Europea, quiero
decir que no ha habido ningún tipo de reducción, por ejemplo en fondos
Feder, en Feoga Orientación. Unicamente en el Fondo de Cohesión ha habido
un cambio --porque se computa por caja, claro-- en el ciclo o en los
tiempos en los que la comunidad transfiere los recursos de capital. Se
anticiparon a 1996 parte de los recursos que estaban previstos para 1997,
de ahí que subiera, en 1996, más de lo presupuestado y, en cambio, en
1997, menos, pero si se hace el prorrateo entre los dos años, queda una
tendencia en los retornos de los recursos absolutamente normal. En este
momento, tenemos reprogramados todos los proyectos de inversión en sus
distintos ámbitos, se pueden presentar proyectos elegibles en Bruselas
para tener los retornos correspondientes y podemos decir que, en ese
sentido, pensamos que es prácticamente seguro que se van a poder tener
los retornos plenos. Desde luego, hasta ahora, los recursos comunitarios
se están teniendo conforme a nuestras previsiones.

Las transferencias a algunos entes u organismos, por ejemplo, las
transferencias corrientes al INEM, van funcionando de modo bastante
automático conforme se comporta el empleo en nuestro país. Y es obvio que
éste es el típico estabilizador automático que hace que en las
situaciones de economía en expansión, en las cuales aumenta el empleo y
se reduce el desempleo, bajen estas aportaciones y suban en otro
contexto. En este momento, están bajando por ese motivo, pero también
quiero advertir algo que me parece relevante resaltar, y es que no por
eso el Estado trata de ahorrarse recursos desde el punto de vista de lo
que son las prestaciones sociales. Precisamente por eso, se han
incrementado de manera muy importante los recursos para políticas activas
de empleo, sean escuelas-taller, sea formación profesional, formación
ocupacional, etcétera, que entendemos que es muy importante y, de hecho,
este gasto, aunque tenga un componente algo más estructural, sin duda
alguna, está más en sintonía con lo que plantea ahora la cumbre europea
extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno sobre el empleo, en el
sentido de que cada uno de los gobiernos haga planteamientos de políticas
de empleo; creemos que es aquí donde deben asignarse más intensamente los
recursos de las arcas públicas.

Quiero agradecerle al señor Ríos la propuesta de que intentemos mejorar
la información en los documentos que se envían, en particular en que la
ampliemos en los comentarios de los distintos programas. Desde luego, le
aseguro que voy a tomarlo en consideración y vamos a reunirnos para
tratar de establecer mejoras constantes en la información que se
suministra. Creemos que a lo largo de este año y medio ha ido en esa
línea de mejora, pero desde luego está claro que siempre es mejorable;
por supuesto, no sólo no nos vamos a oponer, sino, todo lo contrario,
trataremos de que la información sea lo más amplia y transparente
posible. De todas maneras, nunca es fácil, en el ámbito de las cuentas
públicas, que quede totalmente claro para el no versado. Precisamente por
la propia complejidad implícita es por lo que siempre hay que presentar
la documentación, los datos bajo diversas clasificaciones, desde la más
clásica, la orgánica para ver quien tiene responsabilidades, a la
económica, la funcional, por programas. Desde luego, tenderemos a mejorar
la información.




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Naturalmente, en septiembre habíamos previsto un determinado porcentaje
de liquidación, y ésa es la proyección que se había hecho desde el
Gobierno y, en particular, desde los servicios técnicos de la
Intervención General del Estado. Se hace siempre un determinado
porcentaje de ejecución global en función de las previsiones que en ese
momento están establecidas. No me parece mal que haya un alto porcentaje
de ejecución y que sea coincidente, sino todo lo contrario. Nosotros
intentamos que, desde luego, se cumpla lo programado, las previsiones. Si
se fija, las obligaciones reconocidas que en aquel documento de avance de
liquidación se habían proporcionado están muy cerca; no son iguales, no
pueden ser iguales, pero están cerca de las que han salido a final de
ejercicio: La cifra final no sé si era 18.536.000 millones y las
previsiones de liquidación eran 18.440.000 millones, pero es normal que
haya algunas desviaciones en ese sentido.

Por otro lado, el señor Homs ha hecho unas reflexiones en torno a la
reducción de la recaudación del IRPF, en relación con la caída de los
rendimientos del capital ligados a la caída de los tipos de interés, y no
me queda sino suscribir sus comentarios. Creemos que realmente ha habido
una interacción clara entre la política presupuestaria, como parte de la
política económica general, el comportamiento como respuesta de la
actividad económica y el comportamiento como respuesta en particular de
los tipos de interés, reduciéndose de manera sustancial el diferencial
con otros países y el efecto dinamizador que ha tenido sobre la actividad
y sobre las rentas disponibles de las economías domésticas, por ejemplo,
en los pagos por hipotecas, lo cual permite dinamizar el sector de la
construcción, que es intensivo en mano de obra. En definitiva, ha habido
unos efectos multiplicadores realmente muy importantes. Bien merece la
pena contemplar esa reducción de la recaudación en una de las partidas
del IRPF, si esto realmente no ha sido un coste, sino una inversión, y
creemos que una inversión muy importante para el conjunto de la economía.

Solicitaba el señor Homs que el señor vicepresidente y ministro de
Economía y Hacienda atendiera el ruego de que diese la información de la
ejecución presupuestaria en términos de contabilidad nacional para el
conjunto de administraciones públicas dentro del conjunto de la política
económica. Naturalmente, yo quiero suponer que cuando esté prevista --que
creo que lo está-- la comparecencia del vicepresidente, por supuesto,
hablará de todo ello. Desde luego, tenga la completa seguridad de que hoy
se hubieran facilitado los datos de ejecución presupuestaria también en
términos de contabilidad nacional, si hubiéramos dispuesto de ellos.

Hasta ahora, que yo sepa, ningún país los ha dado con carácter
definitivo. El tema es bastante complicado, entre otras cosas, como dije,
por el hecho de que el propio IME tiene que suministrar su información de
cómo se ha comportado el producto interior bruto, que es la base se la
comparación, y que lo enviará en las próximas fechas.

Quiero agradecer al señor Homs los comentarios que ha realizado acerca de
la política económica y de nuestra actuación para que este elemento
principal de política económica se haya comportado, tanto por el lado de
los ingresos como por el lado de los gastos, de la manera que se había
proyectado inicialmente y, desde luego, siendo más conveniente para la
economía. Nosotros, lo único que tenemos que decir al respecto es que,
por supuesto, vamos a caminar en esta línea, cumpliendo el programa de
convergencia e incluso --lo anunció recientemente el presidente del
Gobierno en el Congreso de los Diputados-- intentaremos por todos los
medios ir más allá de lo que plantea el programa de convergencia en
cuanto a la reducción del déficit público. Queremos ser más ambiciosos, y
está claro que eso será por la vía de la pérdida de peso del gasto
público en el producto interior bruto, por cuanto el propio programa de
convergencia contempla una reducción de la presión fiscal en la segunda
parte del programa de convergencia. Este planteaba en la primera parte el
mantenimiento de la presión fiscal y, en la segunda parte, su reducción
en los cuatro años, que concuerda con el inicio de la reforma del IRPF
que está anunciada.

Con el señor Zabalía, que no está presente, estoy totalmente de acuerdo
en que tenemos que intentar mejorar la información, como ya le he dicho
al señor Borrell. Además, el señor Zabalía hizo referencia a la Ley
General Presupuestaria como uno de los instrumentos básicos para que la
política presupuestaria sea lo más eficaz posible y avance en el control
y rigor de las cuentas públicas, aspecto que nunca está de más, a pesar
de que nosotros ya hicimos una reforma parcial de la Ley General
Presupuestaria, precisamente con la Ley de disciplina, para tratar de que
las desviaciones en la ejecución presupuestaria, en el funcionamiento del
presupuesto, sean las menores posibles. Se trata de ir en esa línea y en
la de la transparencia, dando cuenta al Parlamento cuando se produce
alguna modificación o algún crédito extraordinario. Vamos a seguir
avanzando en ese control y en ese rigor. En la comparecencia de mayo,
Dios mediante, tengo el propósito de hablar de la Ley General
Presupuestaria que estamos elaborando e incluso entregar un documento a
esta Comisión para su análisis y estudio --entendemos que es importante--
y, si es posible, queremos entregar el proyecto de ley antes de finalizar
el presente año.

En cuanto a las modificaciones a las que hacían referencia el señor Ríos
y el señor Zabalía --decían que había muchas modificaciones--, diré que
los 806.000 millones de pesetas no son más que la media de otros muchos
años, pero, en cualquier caso, entiendo que estamos hablando de
modificaciones sobre en qué medida las obligaciones reconocidas superan
los créditos iniciales. Ya dije claramente dónde estaban esos 430
millones de desviación al alza en el gasto --a lo cual también hizo
referencia el señor Homs--, el 2 por ciento, que realmente es una
desviación muy moderada y tiene una explicación muy clara: 150.000 de
esos 430.000 millones sirvieron, por expresa voluntad de este Gobierno,
para canje de deuda. Ese canje de deuda cara por otra más barata no
proporciona ahorro en el ejercicio en el que se realiza, pero permite que
en los próximos ejercicios no haya que estar pagando intereses del 12 ó
13 por ciento. Esto se podría no haber hecho y, desde luego, así hubiera
sido si hubiéramos pensado que estaba en peligro la ejecución del
presupuesto y, en particular, el logro



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del objetivo de déficit público. No se hubiera hecho de ninguna de las
maneras; pero, dado que nosotros teníamos perfectamente claro que había
margen presupuestario, esto nos proporciona sostenibilidad
presupuestaria, aunque suponga más gastos en 1997.

De la misma manera ha habido 150.000 millones de gastos adicionales por
generaciones de crédito, pero éstos se producen porque ha habido más
ingresos; si no hay más ingresos, no hay más gastos, no producen más
déficit a pesar de que, en efecto, viendo los gastos solos sí que existe
una modificación al alza del gasto. Estamos hablando ya de 300.000
millones de pesetas de unas modificaciones globales ejecutadas de 430.000
millones. Realmente creemos que no han sido unas modificaciones muy
elevadas, teniendo en cuenta que parte de las otras también son
suplemento de inversiones porque entendíamos que podíamos modularlas con
suplementos de crédito para que no cayesen tanto, habida cuenta de que la
ejecución o el margen presupuestario nos lo permitía.

Se me había preguntado sobre si existía realmente ya un escenario oficial
de déficit público más allá del programa de convergencia, para el año
2001, del 1 por ciento. Quiero decir al respecto que no existe una
revisión oficial del programa de convergencia y éste llega al año 2000 en
los términos en los que está, con el déficit del 1,6 por ciento. Se ha
tratado de proyectar, en sintonía con los postulados de la OCDE y del
Fondo Monetario Internacional, lo que implica para el futuro el Pacto de
estabilidad y crecimiento aprobado en la Cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno.

El Pacto de estabilidad y crecimiento nos dice que el déficit público no
debe superar el 3 por ciento del PIB incluso en los peores momentos,
salvo circunstancias muy excepcionales, por ejemplo, caída del producto
interior bruto superior al 2 por ciento, etcétera, y para ello hay que
modular la evolución del presupuesto de manera que tienda hacia el
equilibrio. No se ha planteado en ningún momento la tendencia al
equilibrio en el sentido de que vaya a haberlo en el 2001 o el 2002; no
se ha hecho por parte del Gobierno ningún tipo de previsión oficial. Lo
que sí se ha hecho es que, en coherencia con ese Pacto de estabilidad y
crecimiento y en un contexto de reactivación económica como en el que
estamos, sería posible un déficit público de ese orden, en torno al 1 por
ciento. Desde luego, lo que sí está claro como filosofía del Gobierno es
que debemos tender hacia el equilibrio presupuestario; naturalmente no
como sistema, porque depende también del comportamiento de la realidad
económica, pero sí como tendencia, en los términos, en definitiva, en los
que se han comprometido los jefes de Estado y de Gobierno.

Esto tiene que ser compatible, haciendo referencia a otro de los puntos
que reseñaba el señor Zabalía, creo, con el de la reforma del IRPF y la
convergencia. Es decir, en qué medida la reforma del IRPF va a permitir
el logro del objetivo de déficit público en los términos que tiene fijada
la convergencia. Por supuesto que tiene cabida porque el propio programa
de convergencia, como dije anteriormente, tiene establecida una reducción
de la presión fiscal en sus dos años últimos y, por consiguiente, el
planteamiento que el Gobierno haga de la reforma del IRPF siempre estará
dentro de ese marco macroeconómico y presupuestario, puesto que el
objetivo prioritario que ha fijado el gobierno sin duda ninguna es el de
reducción del déficit público; entendemos que tiene cabida en ese
contexto la reducción del déficit público.




El señor PRESIDENTE: Vamos a abrir un segundo turno de intervenciones si
hay solicitudes, que las hay. Esta vez sí que voy a rogar que, por
razones de tiempo, se limiten a cinco minutos en cada intervención.




El señor BORRELL FONTELLES: Por supuesto el tiempo es escaso, pero lo
sería menos si las comparecencias se ajustaran al orden del día. Creo que
la libertad de los intervinientes no necesita ser garantizada porque
nadie atenta contra ella. Nadie va a impedir que cada cual ejerza su
libertad, pero quizá la pertinencia de sus intervenciones debería
ajustarse a los órdenes del día, porque hoy no hemos sido convocados para
analizar las consecuencias de la reforma del IRPF sobre los equilibrios
presupuestarios futuros, en absoluto, ni para la reforma de la Ley
General Presupuestaria, ni para discutir tantos interesantes temas que
han sido objeto de la intervención del compareciente y de las preguntas
de los intervinientes. Señor presidente, debo manifestarle, como le dije
la última vez, que si se viene aquí a cantar La Traviata es evidente que
no se ajusta uno al orden del día, y debería ser reconducido al tema; y
hoy, hemos oído muchas traviatas, que nada tenían que ver con el objeto
de nuestra presencia aquí, y han quitado un tiempo útil a los temas que
realmente nos traían.

Esta oposición debe lamentar que su voluntad constructiva se enfrente
siempre con el desprecio que implica el no ser contestadas las preguntas
que formula o con darle respuestas que un niño de pecho no podría aceptar
como mínimamente válidas.

Primera pregunta: la caída de la recaudación del IRPF. Le dijimos al
señor ministro en el debate presupuestario que su estimación de un 11,5
por ciento de crecimiento era absolutamente incumplible. Parece que en
esto el profeta sí acertó porque han conseguido ustedes un 5,5 por ciento
menos que la tasa de crecimiento real del PIB, y la única explicación que
ustedes dan ante este fracaso absoluto de sus previsiones (¿o no era suya
la previsión de un 11,5 por ciento?) es la caída de los tipos de interés.

No; la disminución de las retenciones por rentas del capital no llega a
130.000 millones de pesetas y, en cambio, la disminución global en el
impuesto es de 370.000 millones. Ustedes no hablan de la transferencia de
ahorro de los depósitos a los fondos de inversión, que están
absolutamente desfiscalizados; dejen ya de decir que con el paso del
tiempo no pagaban, porque donde hacían falta quince años ustedes lo han
bajado a siete y medio. (El señor Martínez-Pujalte López: ¡Qué cara
tiene!) Lo que no se puede es chillar a la vez porque el paso del tiempo
exonera de tributar y dividir por dos el tiempo necesario para que se
produzca la exoneración. (El señor Martínez-Pujalte López: Un 20 por
ciento.) Donde antes hacían falta quince años, ustedes han puesto siete y
medio.




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El señor PRESIDENTE: Señor Martínez-Pujalte, eviten el diálogo.




El señor BORRELL FONTELLES: Señor Martínez-Pujalte, tiene que entender
que la aritmética es incompatible con la demagogia; ya lo irán
aprendiendo.

Segundo aspecto, la pregunta sobre las autonomías usted no la ha
contestado; hace una vaga apelación: la corresponsabilidad fiscal...

Estos no son los cerros de Ubeda; son los cerros de Marte, señor
secretario de Estado. Esta es una pregunta muy concreta a la que usted no
contesta.

Proyectos de inversión. Usted no ha querido entender la pregunta; yo le
he preguntado qué proyecto de inversión, que ustedes pactaron con los
grupos que sustentan su Gobierno, que iban a ser financiados
(especialmente en Cataluña) con fondos extrapresupuestarios --es decir,
no incluidos en presupuestos-- procedentes de mayores ingresos de
privatizaciones, se han realizado. Usted me contesta sobre el GIF, que
nada tiene que ver con lo que le pregunto. ¿Me toma usted por imbécil?
¿Me ha tomado usted por idiota, señor secretario de Estado? Le pregunto
sobre proyectos de inversión pactados con Convergència i Unió, en
particular, para ser financiados extrapresupuestariamente en Cataluña.

¿Cuáles han sido ejecutados? ¿Por qué importe? Y usted me habla de la
cuenca del Ebro, de la aportación a la sociedad estatal, del órgano
gestor... Usted farfulla incoherencias. ¿Puede usted contestarme a esta
pregunta precisa?
Préstamos a la Seguridad Social. Los 350.000 millones se han consolidado
y aquí también el profeta acertó, señor Martínez-Pujalte. Yo les dije que
esos 350.000 millones de pesetas que se consolidarían como deuda no
quedarían devueltos por la Seguridad Social a final de año y así ha sido,
y por eso tenían un déficit oculto de dos décimas de PIB. Esta es la
realidad: esos 350.000 millones de pesetas no cuentan en el déficit del
Estado porque es un capítulo 8 y, en cambio, es un déficit real de la
Seguridad Social porque ustedes no lo han devuelto a final de ejercicio.

No voy a poner un adjetivo que pueda parecer peyorativo, pero ¿usted
viene a decir que es un anticipo de tesorería? ¿En qué ciclo mide usted
los anticipos de tesorería? ¿El siglo? ¿Coge usted un siglo para medir
los anticipos de tesorería?
Le he hecho otra pregunta que tampoco ha contestado: ¿dónde han ido a
parar los 45.000 millones de pesetas que han quitado del capítulo 8 de
inversión real para aplicarlos a las compras de acciones? ¿Qué acciones
han comprado?
Ese es el problema, ustedes no contestan a lo que se les pregunta,
explican consideraciones esotéricas sobre el déficit futuro y dejan a la
Comisión en una situación cercana al ridículo. De todas formas, señor
secretario de Estado, ésta no ha sido su comparecencia, ha parecido más
bien la del anterior Gobierno para ofrecer ocasión de que ejerzan ustedes
la oposición de la oposición, y ha sido una visita al psicoterapeuta del
señor Homs. (Risas.) Porque usted, señor Homs, ha sublimado hoy su mala
conciencia. Todo su discurso es una sublimación de mala conciencia. ¡Ay,
señor Homs, qué buen vasallo sería usted si tuviera un buen señor! Ha
sido usted el diputado más corneado y engañado en el debate
presupuestario del año pasado. El bochorno en el que usted incurrió
cuando retiró sus enmiendas, porque se creyó que se las darían por la vía
extrapresupuestaria, como Cervera e Igualada, pasará a los anales de la
dialéctica parlamentaria, y hoy viene usted aquí a aplaudir, hasta
romperse las manos, un presupuesto donde ha sido usted engañado hasta la
saciedad. No; si yo comprendo que a usted le parezca bien que el capital
no tribute. Usted cree que eso de los ricos y de los pobres forma parte
de la mitología de los socialistas, pero hoy ha hecho usted el papel que
el Cid proclamaba en su romance, el de un buen vasallo que necesitaría un
mejor señor.




El señor PRESIDENTE: Don Pedro Antonio Ríos tiene la palabra.




El señor HOMS I FERRET: Señor presidente, ¿cuándo procede por alusiones
contestar al señor Borrell?



El señor PRESIDENTE: Dentro de cinco minutos. (Risas.) ¿Van a ser cinco
minutos, señor Ríos? (Asentimiento.)



El señor RIOS MARTINEZ: Señor presidente, yo he intentado en nuestra
apreciación ceñirme al papel que nos han remitido y a lo que era la
liquidación del presupuesto del año 1997. El portavoz del Grupo Popular
ha hecho una lectura, además lo traía fotocopiado, de anuncios de
catástrofes y fracasos. Más recientes, y es otro vicio, han sido las
promesas, anuncios y propuestas que iban a hacer; luego no se han
cumplido.

Le voy a poner un ejemplo que exponían ustedes en cuanto al capítulo 2.

El señor secretario de Estado manifestaba que estábamos por debajo de los
niveles de la Unión Europea. No, no. Ustedes prometieron que, si llegaban
al poder, reducirían 1.500 millones de pesetas del gasto del capítulo 2.

Cuando llegaron, tuvieron que añadir a mitad de año 89.000 millones de
pesetas porque les faltaban. Es un ejemplo de anuncio: propuesta aprobada
y propuesta corregida. ¿Es ése el camino? La verdad sea dicha, entiendo
que uno tenga complicaciones para medir la liquidación del presupuesto,
pero podemos emplear otras argumentaciones utilizadas para el capítulo de
ingresos, por impuestos directos o por otros ingresos. Ustedes tienen
aquí una previsión de ingresos. La evolución del país ha sido tan
distorsionada en IRPF y en fondos de inversión, y ¿ustedes no lo tenían
previsto? Cuando empezó el año 1996 había 17 billones de pesetas en los
fondos de inversión, cuando terminó 23 billones de pesetas. Cuando ha
empezado el año 1997, 23 billones de pesetas; cuando ha terminado, 27
billones de pesetas. El dinero que estaba en lo que era capital
mobiliario-ahorro, como tiene menos interés, se ha derivado a otras
inversiones. Y yo digo: ¿es justo que eso se escape sin ingreso y sin una
previsión? ¿Me puede decir dónde está aquí la liquidación de las
plusvalías? Yo le leo a usted la página 17, la retención del presupuesto
del IRPF y los ingresos que ha habido por capital por rentas del trabajo.

Usted dice: Como ha habido más trabajadores, no les hemos cobrado más a
los que ya estaban



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trabajando, sino que ha habido más gente que ha ingresado porque ha
trabajado y le hemos retenido; de ahí el crecimiento del 13 por ciento.

¿Eso no ha funcionado igual para los empresarios y para los
profesionales? ¿Qué pasa? ¿Que hay menos? Porque han bajado los ingresos
por empresas y por profesionales. ¿No ha funcionado igual la economía
para ellos? ¿Es que han ganado menos dinero? ¿Quién se va a creer que el
que no ha trabajado gana y el que ha trabajado no gana? No se lo puede
creer nadie. A mí, por lo menos, me cuesta mucho trabajo. Y no es que
seamos más malos que la quina ni que queramos quitarle el dinero al que
lo tiene, a los ricos y a los capitales. No, lo que queremos es que
paguen su parte. ¿Sabe cuál ha sido el beneficio de las empresas en el
último año 1997? Los beneficios empresariales han crecido el 35 por
ciento. De ellos, ¿cuántos han pagado sus impuestos en 1997? ¿Me puede
responder? Porque yo quiero saberlo, para ver si han crecido igual que lo
han hecho la economía, las empresas y los beneficios; incluso ha crecido
el número de empresas --nos daba los datos de las nuevas empresas que se
habían creado en 1997-- que también pagarán. Usted me dice: Todo eso se
ha traducido en lo que significa la Ley de sociedades. Pues, estamos
evolucionando de manera complicada.

En suma, lo que le intento decir a usted es que la evolución de la
liquidación de presupuestos, entre las previsiones que ustedes hicieron a
principio de año, cuando nos presentaron los presupuestos, y la
liquidación del presupuesto --si usted lee las páginas 16 y 17-- no ha
funcionado bien. Página 16, previsión del presupuesto: 5,9 billones;
recaudación del presupuesto: 5,5; 377.000 millones menos. Si usted
observa la liquidación, en la página 17, del Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas, verá que ya no comparan con la previsión del
presupuesto, sino con el año 1996, ni tampoco sobre liquidación, sino
sobre previsión. Ya sé que los cuadros evolucionan mal, pero aquí me
encuentro con que en la cuota diferencial, donde van las plusvalías
cuando cotizan porque se descuenta de los beneficios que tienen, lo que
ha crecido ha sido el gasto fiscal, de 116.000 millones a 255.000. Esa es
la lectura que yo saco de la evolución de los presupuestos, y por eso le
he dicho que mi preocupación es que ustedes, que han anunciado una
evolución de ajuste presupuestario, no han ahondado en la equidad de los
ingresos. No hay equidad en la evolución de este presupuesto a la hora de
liquidarlo.

En cuanto al gasto, ha mezclado usted la intervención del señor Borrell
con la mía sobre el tema de la catástrofe de la Seguridad Social. Yo
estuve cuando se redactaron los Pactos de Toledo y sé a los compromisos a
los que se llegó. ¿Sabe usted lo que ha pasado al final de la
liquidación, al margen de lo que ha dicho el señor Borrell de los 350.000
millones? Separación de los sistemas contributivo y no contributivo.

¿Sabe usted lo que ha pasado en la Seguridad Social? Nuestro sistema de
Seguridad Social funciona por un sistema de reparto solidario: la
generación actual paga para los pensionistas, los trabajadores del pasado
y la generación futura nos pagará a nosotros. Por tanto, cotizantes por
número de cotizantes tiene que ser igual a pensionistas por número de
pensionistas. Ustedes han detraído del dinero que han pagado los
cotizantes y lo han transformado en deuda de la Seguridad Social, no en
suya; han transferido 155.000 millones para los gastos universalizados,
cuando en realidad nada más que en complemento de mínimos les
corresponden 350.000. Antes lo pagaban ustedes. Hace apenas un año el
complemento de mínimos lo pagaba mitad el Estado, mitad la Seguridad
Social, los cotizantes; hay 600.000 millones de complementos de mínimos,
por si no lo sabían. Pero es que en la suma de servicios sociales y
pensiones no contributivas ustedes han dado 355.000. Pero ¿cuánto les ha
costado a los cotizantes de la Seguridad Social? Pues tienen ustedes ahí
un agujero de lo que correspondía pagar de los impuestos de los
españoles, que no lo han pagado, y lo tienen que pagar los cotizantes.

En cuanto a la evolución de los efectos de tesorería, exactamente igual.

Lo que ha pasado es que ustedes, para no contabilizarlo, han transformado
a nivel contable --se lo repito por si acaso yo no me he explicado bien
en mi primera intervención-- lo que tenían que pagar en un préstamo y lo
sacan de los índices de déficit, porque un préstamo de 350.000 millones
de ustedes a la Seguridad Social no contabiliza como déficit. (El señor
Martínez-Pujalte: Porque es tesorería.) ¡Ah! Es tesorería porque el
dinero de los cotizantes se ha utilizado y, además, ha faltado dinero de
ustedes; lo deben ellos. ¡Ah! Muy bien. Sin embargo, sobra dinero de los
cotizantes. ¿Sabe lo que decían los Pactos de Toledo? Que se crearía un
fondo de reserva en función de la diferencia entre los cotizantes y su
pago y la distribución hacia el Estado de su compromiso de lo no
contributivo y universalizado. Pues no ha funcionado.

Señor presidente, termino con la explicación de la evolución de los
gastos, porque se me ha contradicho en algunas de las explicaciones que
he sacado de los papeles, y quizá no esté al tanto de lo que ha sido la
evolución de lo comprometido y anunciado. En la página 39 se dice:
Producción de bienes de carácter público y de carácter social. En el año
1996 hubo 1,4 billones, en el año 1997 una previsión de 1,245 billones y,
sin embargo, en las obligaciones reconocidas hay 1,216 billones. Han
bajado y lo han hecho en educación, lo dice en la página siguiente:
explicación, dos por ciento de descenso en educación. Yo no sé si esto
estará equivocado; si es así, quiten la página 40 y la corrigen. Han
gastado menos en política social (El señor Martínez-Pujalte López: En
educación.), en educación, en vivienda, en todo lo que es la vertiente de
la función 4. Espero en lo sucesivo la evolución de la liquidación.

Le he planteado el tema de los programas. Cuando aprobamos los
presupuestos los aprobamos de la siguiente manera: ministerios y
programas de los ministerios. Así los aprobamos. Incluso hay un cuadrito
en ese libro amarillo que reparten ustedes donde figura la suma de todos
los ministerios. Pues bien, yo quiero un cuadrito así para saber --porque
aquí no aparece ese cuadrito-- lo que se aprobó en cada ministerio como
crédito y lo que se ha gastado. Fíjese que no le pido que me lo cuadre
con el capítulo 1. Es sencillísimo, eso lo hace un programa de ordenador
y se lo dan enseguida: capítulo 1, haciéndolo del personal de cada
ministerio y de cada uno de los programas, con lo que los



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podremos seguir mejor. En todo caso, señor presidente, en las cuentas que
aquí se nos presentan, con las lecturas y la evolución que se quiera
sacar, permítannos a cada uno de nosotros que intentemos ser coherentes
con lo que pedimos con nuestras enmiendas en el trámite presupuestario,
para que se modifique con lo que es la liquidación de lo que se anuncia
se va a hacer, porque ésa es la única manera de poder concretarlo.

Para terminar, señor secretario de Estado, le pediría que usted nos
precisara las inversiones de las acciones, es decir, los 60.000 millones
del GIF, los 40.000 de carreteras, sean autopistas u otros sistemas, y
los 42.000,8 de Medio Ambiente. Me gustaría que nos dijera en qué obra se
han transformado y dónde se han hecho. No le quiero enseñar la lista,
porque aquí ha salido lo de Cataluña, pero yo le puedo sacar la de otras
regiones, y nos vendieron el cuento de la lechera, porque ha pasado el
año y no lo hemos visto, ése es el problema. Se nos dice: tal carretera,
tal rehabilitación, tal pueblo o tal cosa se va a hacer y todo con ese
invento de las acciones, y resulta que pasa el año, se gastan las
acciones y no vemos la obra. A lo mejor tiene derivación y, si la tiene,
ya veremos cuándo estos ojos del Guadiana dan luz, y cuando den luz
veremos el agua que lleva, no vaya a ser que por medio pierda el caudal,
y de agua sí que entendemos en mi tierra.




El señor PRESIDENTE: El señor Homs tiene la palabra.




El señor HOMS I FERRET: Señor presidente, voy a ser muy breve porque creo
que ahora es absurdo entrar en polémicas. Lo único que sucede es que el
señor Borrell provoca; provoca, motiva el debate y la polémica, estimula
la confrontación dialéctica y la verdad es que nos distrae al centrar las
discusiones en las cosas que no son fundamentales. Parece, señor Borrell,
que a usted no le gusta que discrepemos de sus razones y que mi grupo
sostenga posiciones distintas a las suyas, pero ¿teníamos buen vasallo
cuando apoyábamos al Gobierno socialista y hacíamos la misma política
económica y presupuestaria que ahora? (El señor Borrell Fontelles: Usted
sabrá.) ¿Entonces era buen vasallo y hoy no lo es? ¿Es que hemos de
analizar la situación económica en atención al vasallo o en atención a la
política económica que se aplica? ¿No va mejor la economía hoy que antes,
señor Borrell? ¿Hemos de juzgarla en función de los vasallos o de los
señores o en función de cómo va en realidad la economía para la población
y la sociedad española? Mi grupo no quiere entrar en si era bueno o si
era malo para el vasallo el señor al que usted dice que servimos. Esta no
es la dialéctica política que entiendo debe hacer la Comisión de
Economía. ¿Es buena la política económica que se está haciendo ahora o no
lo es? Estoy seguro que si de usted dependiera, haría exactamente la
misma, sacaría usted más brillo a los éxitos y seguramente le diría a mi
grupo que estábamos en buena relación con nuestro señor. Quiero decirle
solamente, señor Borrell, que ni antes ni ahora, ni antes ni ahora nos
han engañado. No nos crea usted tan ingenuos. Si fuéramos tan ingenuos,
no perdería usted ni un segundo con nosotros. Nos ignoraría totalmente y
usted nunca nos ignora; no es porque seamos tan ingenuos, señor Borrell.

Nunca nos han engañado, ni antes ni ahora; ni ahora ni antes, señor
Borrell.

Le tengo que decir que las previsiones presupuestarias que se hicieron se
cumplen y mi grupo ha razonado en qué sentido valora políticamente que se
cumplan y creo que esto es bueno para el país. Aunque el secretario de
Estado contestará, sobre esos oscuros compromisos con Convergència i Unió
en el marco presupuestario de 1997 (El señor Borrell Fontelles: Usted
sabrá.), si se permite, señor Borrell, tengo que decirle que si le
encarga a un colaborador suyo que analice el Boletín Oficial del Estado a
partir del 1 de septiembre hasta la fecha comprobará cómo en dicho
boletín salen las adjudicaciones de esas obras extrapresupuestarias. No
le puedo dar los números exactos ni las fechas del BOE porque ahora no
dispongo de ellos, pero me encantará mandarle una notita y detallarle
exactamente la relación de las inversiones que salen en el Boletín
Oficial del Estado. Si usted se detuviera un poco a analizarlo o algún
colaborador suyo lo hiciera, sabría que la mayoría de estos compromisos
--no todos; alguno no, por dificultades-- se han cumplido.

Luego, por lo que se refiere a los rendimientos de los activos
financieros, que ha motivado una dialéctica enfrentada sobre la bondad de
la consecuencia de la caída de la recaudación del IRPF por la caída de
los rendimientos de los activos financieros, yo entiendo y mi ratio
intelectual me permite concluir que el Grupo Socialista, debería ver con
buenos ojos que la economía evoluciona de tal forma que los rendimientos
de la actividad económica son más importantes que los rendimientos de los
activos financieros, señor presidente. Creo que desde una posición de
izquierda socialista debería entenderse que cuando caen en 350.000
millones de pesetas los recursos que se obtienen vía impuestos de los
rendimientos de los activos financieros, pero se compensan con el doble
por un incremento del Impuesto sobre Sociedades en 700.000 millones, es
una buena evidencia económica, porque de esta evidencia se desprende que
la economía crea empleo, señor Borrell, que parece ser que usted se
olvida de que lo importante es crear empleo, que las empresas generen
rendimientos, que paguen impuestos por los rendimientos que genera la
actividad económica y que no sean los activos financieros los que
producen mayores rendimientos y más recursos vía IRPF a la Hacienda
pública. No le debe importar a usted que las cosas vayan por esos
derroteros y si éstos son modelos económicos muy dispares a los que
ustedes defienden, yo me alegro. Yo pensaba que ustedes estaban de
acuerdo en eso. Al menos intentamos entre 1993 y 1995 ir por ahí. Lo que
pasa es que no logramos bajar los tipos de interés en aquel período, pero
ahora que se ha conseguido ¿ustedes nos critican de que somos engañados y
de que estamos en procesos de mal servidumbre a nuestros señores y de que
somos malos vasallos? No, señor Borrell; yo creo que ésta es simplemente
una reflexión demagógica. Es buena dialéctica la suya para despistar el
análisis de fondo de la situación económica, pero, permítame, yo la
entiendo como estrictamente demagógica, señor Borrell.




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Señor presidente, disculpe, no sé si he agotado los tiempos, pero he
terminado.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Martínez-Pujalte se siente obligado a
intervenir?



El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Por supuesto, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Tiene cinco minutos.




El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Emplearé menos porque aquí venimos a un
debate a ver cómo ha ido y cómo hemos cerrado el año y hay un portavoz de
un grupo que quiere convertirlo en un debate que se centre en él mismo.

No, señor Borrell, ya ha pasado el tiempo en que a usted le preguntaban;
ahora es usted el que pregunta. Yo comprendo que le gustaba a usted más
ser preguntado que preguntar, pero perdió las elecciones. Ese es un
pequeño detalle y entonces usted se enfada y centra siempre el debate en
cuestiones procedimentales: si mando el papel, si me ha respondido a las
preguntas, si no me ha respondido a las preguntas, y no le importa para
nada la situación final. Ahora le preguntaba el señor Homs: ¿está o no
está de acuerdo en que vamos por la buena senda de rebaja del déficit
público? (El señor Borrell Fontelles: No.) Gracias a Dios, esto se graba
y lo podremos usar en la campaña electoral. Yo no sé si el señor Almunia
le dejará decir que no quiere que estemos en Maastricht; no sé si le
dejarán decir eso. Que usted diga que el objetivo de déficit público no
se ha cumplido, señor Borrell, aquí, hoy, en esta Cámara... Gracias a
Dios que se graban las cosas y luego lo podremos usar.

Es verdad --y vuelvo al tema central-- que las previsiones económicas se
han cumplido. ¿Se han hecho obras por procedimientos
extrapresupuestarios? Yo no diría eso. Se han hecho obras y se han hecho
inversiones por los procedimientos que esta Cámara aprobó. Algunas de
ellas son obras por el llamado método alemán. Sobre una de ellas me
enteré por la televisión, viéndole a usted en un precioso debate por la
noche, que había firmado un convenio: nunca hizo nada en la playa del
Miracle, de Tarragona, y luego lo hemos tenido que hacer nosotros
(Rumores.) por el método alemán, señor Borrell --un papel firmado por
usted--; papeles firmados por usted, convenios con ayuntamientos firmados
por usted, alcaldes que van diciendo: oiga, que yo firmé con el señor
Borrell, de ésos tengo bastantes. En mi circunscripción, en Valencia,
firmó usted un convenio para La Albufera y estamos todavía intentando
regenerar las aguas. Señor Borrell, no hizo nada, y eso es en mi
circunscripción electoral, señor Borrell, y no diga que aquí estamos
hablando de la reforma del IRPF.

Sobre la reforma del IRPF es muy importante la comparecencia de hoy
porque se encuadra del marco de consolidación presupuestaria que nos va a
hacer posible bajar los impuestos. Señor Borrell, usted está hablando de
si el IRPF se comporta bien o mal. El sistema fiscal en el año 1997 se ha
comportado excelentemente y el buen comportamiento del sistema fiscal en
su globalidad nos va a hacer posible que, junto con nuestros socios --yo
no les llamaría vasallos sino socios leales en un proyecto común--,
hagamos un impuesto más equitativo y además que nos permita rebajar la
presión fiscal.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate, tiene la palabra el señor
secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Poco tengo que añadir en relación con lo ya comentado en cuanto al IRPF.

Es verdad que el IRPF ha tenido una menor recaudación --voy a repetirlo
de nuevo--, sobre todo en rendimientos de capital y principalmente por la
bajada de los tipos de interés con mucha mayor intensidad de la que
nosotros habíamos previsto. Sin duda ninguna que es así. También ha
tenido un comportamiento algo más contraído de lo que nosotros
esperábamos en cuanto a lo que son los rendimientos relacionados con las
empresas pequeñas que tributan por IRPF, pero formaba parte de nuestra
política precisamente incentivar la actividad de las pequeñas y medianas
empresas. Me parece que hay un error, porque lo ha ligado con el tema de
que simultáneamente habían aumentado los beneficios en un 35 por ciento.

(El señor Ríos Martínez: Beneficios de las empresas.) Sí, pero es que no
tiene que ver el tema, porque de hecho el Impuesto sobre Sociedades --no
voy a repetir las cifras-- ha aumentado de manera muy importante por
encima de las previsiones, mucho más que lo que ha caído el Impuesto
sobre la Renta en cuanto a recaudación, y liga precisamente con la salud
de las empresas, lo cual me parece que debe ser un objetivo compartido
por todos si realmente lo que deseamos es que aumente el empleo y que
aumente la riqueza del país. De manera que en el IRPF ha habido, en
primer lugar, un comportamiento muy ligado a aspectos de coyuntura, muy
ligado también a aspectos en parte estructurales en relación con los
activos financieros, pero fundamentalmente a lo que es un comportamiento
específico por parte del Gobierno en cuanto al tratamiento preferencial
de las pequeñas y medianas empresas, y, en segundo lugar, un
comportamiento de confianza de los mercados que ha hecho que los tipos de
interés hayan caído en mayor medida. Fundamentalmente, ése es el efecto
que ha tenido en esas rúbricas, que no ha podido compensar plenamente el
aumento en la primera, que es retenciones por rendimientos de trabajo
personal, aunque ha aumentado conforme a como está aumentando el empleo y
la actividad económica.

Señor Borrell, cuando usted preguntó sobre el tema de los proyectos de
inversión, entendí perfectamente, pero dijo una cosa y voy a repetirla:
qué proyectos de ustedes pactados con sus coaligados se han ejecutado o
están en ejecución financiados con privatizaciones. Esa fue su expresión.

(El señor Borrell Fontelles: Suya.) No. Con privatizaciones, cero,
insisto, no se financia con privatizaciones ningún proyecto de inversión,
ni propio del Estado ni en pactos con comunidades autónomas, ningún
proyecto de inversión directa. (El señor Borrell Fontelles: Cuántas veces
han dicho lo contrario.--El señor Ríos Martínez:



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Se están mezclando conceptos. No es lo mismo privatización que iniciativa
privada.)
En cuanto al tema de la Seguridad Social, creo haber respondido antes
perfectamente que era un desfase de tesorería. Sabemos cómo se comportan
los ingresos y cómo se comportan los gastos y no necesariamente al
primero del mes del año siguiente ya se consolidan esos créditos. (El
señor Borrell Fontelles: ¿Cuándo se consolidarán?) Eso ya se verá. (El
señor Borrell Fontelles: ¡Ah!)



El señor PRESIDENTE: No interrumpa, señor Borrell.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
No necesariamente ahora mismo hay por qué comprometer ninguna fecha al
respecto.

En cuanto a la financiación relacionada con el tema de las inversiones
del capítulo 8, ya lo dije anteriormente, señor Ríos. Son 60.000
millones, que ya están en el GIF, y ya se está procediendo a licitar y se
están pagando obras, y si quieren les voy diciendo cada tramo, están
totalmente en disposición de inversión en plena licitación en el presente
año por más de 300.000 millones. En segundo lugar, están las inversiones
de la sociedad de la cuenca del Ebro, que en lugar de ir directamente
desde el Ministerio de Fomento, lo que se ha hecho es la creación de una
sociedad vía Patrimonio por 42.800 millones. Simplemente lo que ha habido
ahí es una transferencia puramente operativa, pero no afecta para nada al
contenido, está plenamente creada la sociedad, suscritas por ese importe
las acciones de esa sociedad, en la cual pensamos que va a ser muy
importante la actuación del sector público en un ámbito de especial
necesidad para este país, conjuntamente con las sociedades de regantes.

Creo que es muy importante. En cuanto al resto, otros 40.000 millones en
Fomento, eran para actuaciones ya concretas y específicas con empresas o
sociedades de autopistas y ahora se está tratando de adjudicar obras en
las que el Estado colabora con créditos. No dispongo ahora de la
información específica, pero si lo desea, le envío ese proyecto en
concreto. En los demás está claro, por lo que ya he mencionado, en cuanto
al GIF y en cuanto a ACESA.

Con relación a que no hay equidad en el sistema fiscal, yo creo que sí
hay equidad. Dice que no es equitativo. Precisamente por lo que
mencionaba anteriormente del trato preferencial que estamos dando a las
pequeñas y medianas empresas y por cómo está aumentando la recaudación
por el Impuesto sobre Sociedades, me da la impresión que son factores muy
importantes de lo que implicaría un sistema fiscal que pretende ser
justo; además, el hecho de haber deflactado las tablas de retenciones los
dos últimos años en los rendimientos del trabajo me parece que es muy
importante, que lo que aumente en recaudación sea básicamente a través
del empleo porque aumenta el número de cotizantes y luego a través de la
imposición indirecta, pero la imposición directa, si tiene algo que ver
con la equidad, tal como se ha entendido clásicamente la imposición
directa, ha aumentado su recaudación frente a previsiones mucho más
pesimistas y lo ha hecho de manera importante en relación con las
previsiones iniciales. El hecho de que la recaudación del Impuesto sobre
Sociedades haya aumentado en los términos que ya conoce indicaría
claramente que estamos en un sistema tributario que va en busca de la
equidad y desde luego está claro que no hay mejor sistema tributario, yo
creo, que aquel que estimula la creación de empleo y la formación del
ahorro. El hecho de que en estos momentos tengamos un ritmo de
crecimiento como el que tenemos, con una financiación solvente en la
economía española que da sostenibilidad a este ritmo de crecimiento, me
parece que sería muy importante a la hora de tener en cuenta cómo el
sistema tributario, dentro de la política presupuestaria y dentro de la
política económica general, está favoreciendo precisamente esa eficiencia
económica, dentro del cumplimiento de los criterios de equidad y de
justicia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Folgado.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y treinta y cinco minutos de la tarde.