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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 361, de 10/12/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 361



SOBRE COOPERACION Y AYUDA AL DESARROLLO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. GABINO PUCHE RODRIGUEZ-ACOSTA



Sesión núm. 9



celebrada el miércoles, 10 de diciembre de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Secretario de Estado de Comercio, Turismo y de la
Pequeña y Mediana Empresa (Fernández Norniella), para informar sobre la
política que piensa desarrollar en relación con los créditos del Fondo de
Ayuda al Desarrollo (FAD), así como de su posición ante el anteproyecto
de Ley de cooperación. A solicitud del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió) (Número de expediente 212/000753) (Página 10640)



Comparecencia del señor Secretario General de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, AECI (Espinosa Fernández), para informar sobre
las subvenciones concedidas a las organizaciones no gubernamentales
(ONG), relativas a la convocatoria del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas (IRPF) 1997. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular
en el Congreso (Número de expediente 212/001125) (Página 10649)



Preguntas:



--Del señor Fuentes Gallardo (Grupo Socialista del Congreso), sobre
intención del Gobierno de apoyar e impulsar la cooperación española en el
Sáhara (Número de expediente 181/000966) (Página 10657)



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--Del señor Izquierdo Juárez (Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso), sobre últimos datos sobre la ayuda humanitaria de España hacia
Cuba (Número de expediente 181/001037) (Página 10659)



--Del mismo señor Diputado, sobre los últimos datos sobre la cooperación
española en Centroamérica (Número de expediente 181/001038) (Página 10660)



--Del mismo señor Diputado, sobre medidas para reforzar la presencia de
nacionales españoles en organismos internacionales (Número de expediente
181/001041) (Página 10661)



Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE
LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (FERNANDEZ NORNIELLA), PARA INFORMAR SOBRE
LA POLITICA QUE PIENSA DESARROLLAR EN RELACION CON LOS CREDITOS DEL FONDO
DE AYUDA AL DESARROLLO (FAD), ASI COMO DE SU POSICION ANTE EL
ANTEPROYECTO DE LEY DE COOPERACION. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
CATALAN (CONVERGéNCIA I UNIO) (Número de expediente 212/000753).




El señor PRESIDENTE: Muy buenos días, vamos a comenzar la Comisión de
Cooperación y Ayuda al Desarrollo con la comparecencia del secretario de
Estado de Comercio, Turismo y de la Pequeña y Mediana Empresa ante la
Comisión, para informar sobre la política que piensa desarrollar en
relación con los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), así
como de su posición ante el anteproyecto de ley de cooperación, a
solicitud del Grupo Parlamentario Catalán. Antes de darle la palabra
quería agradecer su presencia por primera vez en esta Comisión.

Sin más dilación, tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Fernández Norniella): Buenos días, señorías. Como es
lógico, es un placer para mí estar hoy aquí para informar a esta Comisión
sobre uno de los elementos que considero más importantes para la ayuda al
desarrollo.

Los créditos FAD son un instrumento fundamental entre todos los que
componen la ayuda a los países en desarrollo para colaborar con
efectividad excepcional a este objetivo y, además, fomentar las
exportaciones españolas y la internacionalización de nuestras empresas.

En esta línea, la política directora en la concesión y gestión de estos
créditos debe entenderse como una vertiente de estas dos políticas, es
decir, del fomento a la exportación y de cooperación internacional,
contribuyendo al desarrollo de países que lo necesitan.

Aunque, en términos generales, no está previsto que la política relativa
a los créditos FAD experimente cambios radicales durante los próximos
períodos sí se van a producir algunas modificaciones importantes en los
procedimientos con objeto de mejorar su efectividad y transparencia.

Estas modificaciones son el resultado de un proceso de reflexión y
análisis iniciado por esta Secretaría de Estado hace ahora diecisiete
meses y sobre las posibilidades a introducir en el instrumento, partiendo
de los análisis realizados a la experiencia acumulada desde su creación
en 1977. Fue una decisión política del Gobierno incidir en la
transparencia de estos fondos ya que, como decía, son un elemento
importante para esas dos acciones específicas de gobierno. Las mejoras
que vamos a poner en marcha se centran principalmente en el área del
procedimiento diseñado para la gestión del instrumento. La más importante
consiste en permitir la autorización de los recursos del fondo para
financiar análisis ex post de los proyectos por parte de agentes externos
a la Administración. Este análisis debe permitir profundizar en el
ejercicio de todos los créditos FAD que tengan una cierta magnitud y que
puedan tener problemas en su definición. Las modificaciones de que les
hablo están introducidas en la ley de acompañamiento que SS. SS. han
aprobado y que esperamos a la vuelta del Senado sean aprobadas
definitivamente.

Otro elemento importante que afecta directamente a las operaciones
susceptibles de ser financiadas con cargo a los créditos FAD es la
exigencia de que las adjudicaciones sean realizadas por medio de
licitación pública dirigida a empresas españolas. Este nuevo requisito ya
se ha incluido en algunos de los protocolos firmados recientemente
(Vietnam, El Ecuador, El Salvador, República Dominicana y Panamá) y
supone una mejora sustancial en la transparencia del proceso de
adjudicación llevado a cabo por el país receptor del proyecto y, por lo
tanto, del crédito.

Por otro lado, se ha iniciado también un proceso de difusión de noticias
relativas a proyectos y países concretos. Y a través del Boletín de la
Secretaría de Estado se publican casi de forma semanal todas las noticias
referentes a créditos FAD que puedan resultar interesantes para las
empresas que tengan la intención de presentarse a estos proyectos.




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Aunque por el momento éstas son las mejoras que vamos a poner en marcha,
hay que prever que en un próximo futuro continúen realizándose en base a
las experiencias que vayamos obteniendo de estas modificaciones.

Dicho esto, señorías, me van a permitir que haga algunas reflexiones
sobre los créditos FAD. Reflexiones que resultan de la experiencia y del
análisis realizado durante los últimos tiempos. Los créditos FAD, como
ustedes saben, son créditos ligados. Para todos los países son un
elemento importante de ayuda a los países en desarrollo. Yo sé que se
hace en algunos casos demagogia con estos créditos, pero me permito
plantearles estas reflexiones con el ánimo de llegar, si no a un acuerdo,
sí a un consenso de las fuerzas política respecto a los créditos FAD, ya
que son elementos empleados por casi todos los países que de alguna
manera inciden claramente en los dos factores de los que hablaba al
comienzo: por un lado, apoyar las exportaciones; y por otro, ayudar a los
países en desarrollo.

En algunos casos se critican los créditos FAD con la idea de que son
elementos economicistas, que no son ayudas al desarrollo y que se
gestionan de forma pseudobancaria. Yo me permito hacerles una reflexión
clara y concreta. Hace unos días en París, hablando de este tema en la
OCDE, escuché una reflexión que quiero transmitirles para definir
claramente por qué los créditos FAD pueden tener tal capacidad de ayuda
al desarrollo como cualquier otro tipo de ayuda no ligada y, además,
concesional. Hubo un país en desarrollo que trataba de explicar a los
presentes cuál era la diferencia entre los créditos ligados y los no
ligados. Explicaba que en su país había un pueblo que no tenía agua y que
recibía dos tipos de ayuda. Por un lado, la ayuda para los cántaros con
los cuales los habitantes del pueblo tenían que ir a una fuente distante
50 kilómetros, y, por otro lado, la ayuda que les permitía crear una
pequeña central eléctrica, hacer una línea de transmisión a un pozo y
poner una bomba que sacase agua. El representante del país preguntaba:
¿Qué es lo que ustedes creen que es más positivo para mi pueblo: el
cántaro o la bomba? Y llegaba a la siguiente conclusión: Yo prefiero
créditos que me permitan traer agua al pueblo que créditos que me
permitan comprar el cántaro. Es un símil muy simple, pero me permito
traerlo aquí porque a mí me hizo reflexionar al respecto, y entiendo que
debe hacernos reflexionar, porque los dos elementos de ayuda al
desarrollo son importantes. España tiene que cumplir con sus compromisos,
no sólo políticos, sino humanos; tiene que cumplir con el deseo
mayoritario de nuestra sociedad de ayudar a ciudadanos de otros países
que lo necesitan, pero también es lógico que no tratemos de apartarnos de
la realidad. Y la realidad es que los países de nuestro entorno
aprovechan todos los instrumentos que tienen en sus manos para ayudar y,
a la vez, fomentar sus exportaciones.

Pues bien, los créditos FAD son un paradigma de este ejemplo. Son un
paradigma porque, cada vez más --como ustedes saben, están condicionados
por los acuerdos de Helsinki--, se dirigen a acciones específicas y
concretas determinadas a financiar proyectos no viables económicamente y
que incidan en temas tan específicos como son la salud, la educación y
cualquier otra actividad que redunde en beneficio de los pueblos a los
que se aplica. Pero, además, tienen la doble vertiente que les decía de
preparar a nuestras empresas en la competencia, de facilitar las
exportaciones, y, sobre todo, de permitir que nuestras empresas accedan a
mercados que de otra forma les sería difícil de acceder.

Creo que con esto reflejo la posición de mi Secretaría de Estado respecto
a los créditos FAD. Si les parece, después de sus intervenciones continúo
aclarando aquellos temas que estimen interesantes. Insisto en que no
debemos perder de vista el objetivo de cumplir esas dos metas
importantes: ayudar a los países que lo necesitan, y a la vez preparar y
facilitar que esas ayudas se transformen en productos y en consumo de
materias españolas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado. Como
autor de la iniciativa, tiene la palabra el portavoz del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), señor Carles Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADES: Deseo agradecer la comparecencia del señor
secretario de Estado. El presidente nos recordaba que ésta era su primera
comparecencia en el seno de esta Comisión. Uno de los objetivos
fundamentales del Grupo Parlamentario Catalán al solicitar esta
comparecencia era poner de manifiesto una evidencia. Cuando una parte muy
importante, por no decir la más importante, de la ayuda al desarrollo del
Estado español se canaliza hoy a través de estos fondos, parece obvio que
el responsable político comparezca en la Comisión que tiene como objetivo
principal fiscalizar la política de cooperación al desarrollo que
impulsamos desde el Estado español. Este es un primer elemento
fundamental de esta comparecencia. La presencia de los responsables del
Ministerio de Economía en esta Comisión, mientras este Ministerio
desarrolle políticas que inciden en la cooperación al desarrollo, debe
ser habitual.

Esta comparecencia de hoy se produce en un contexto determinado, en la
discusión parlamentaria de la ley de cooperación al desarrollo. Ayer
mismo hubo una primera reunión de la ponencia que está estudiando esta
ley. Es evidente que en el debate de esta ley aparece, para todos los
grupos políticos, el futuro de los créditos FAD. Queremos contextualizar
esta comparecencia pues al secretario de Estado no se le escaparán las
posiciones hoy discrepantes que mantenemos los grupos políticos en
relación al texto del Gobierno. Y al secretario de Estado tampoco se le
escapará la evolución de los diversos borradores de este proyecto de ley
en cuanto al tratamiento que se da a los FAD.

Al final de su intervención el secretario de Estado hacía mención a la
necesidad de alcanzar un consenso político en estas cuestiones. Le tomo
la palabra. Yo creo que hoy no existe un consenso político ni, sobre
todo, social en algunos de los extremos que exponía el secretario de
Estado. En mi opinión, el Ministerio de Economía debería tener la
suficiente altura política para encontrar en estos próximos meses, ya sea
en el marco de la ley de cooperación, ya sea en el marco de algún otro
instrumento legal, los mecanismos que permitieran el consenso suficiente
para entender



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que esta ayuda española al desarrollo responde a los criterios que el
Congreso y el Senado marcaron en 1992 y 1994 sobre lo que se ha de
entender por cooperación al desarrollo. Todos coincidiremos hoy en que no
es ésta responsabilidad exclusiva del actual Gobierno, sino que sería
también del anterior Gobierno y que estas ayudas no responden a los
criterios sobre la ayuda de cooperación al desarrollo que marcaron el
Congreso y el Senado, tanto en lo que hace referencia a sus prioridades
territoriales, como sectoriales. Y ése es el núcleo de la cuestión.

Nosotros coincidimos con el secretario de Estado en que éste es el
instrumento que el conjunto de Estados occidentales, el conjunto de
Estados que desarrollan políticas en esta materia tiene en sus manos.

Estamos de acuerdo en que un objetivo importante, no precisamente de la
política de cooperación al desarrollo, pero sí de la política comercial
del Estado español, es el facilitar el proceso de internacionalización de
nuestras empresas y estos fondos ayudan a este principio, pero hemos de
reconocer también que el hecho de combinar los dos principios (la ayuda
al desarrollo y la internacionalización de nuestra economía) está lleno
de contradicciones. Es evidente que si queremos cumplir estos dos
objetivos debemos situar los créditos FAD bajo el prisma de los
principios que en 1992 y en 1994 aprobaron el Congreso y el Senado. Y hoy
no existe consenso político para entender que eso esté avanzando.

Desde esa perspectiva, nosotros queríamos formularle al secretario de
Estado tres preguntas muy concretas. En primer lugar, si entienden el
Gobierno y el Ministerio que los créditos FAD responden hoy a esos
principios aprobados por el Congreso y el Senado. En segundo lugar, qué
mecanismos concretos piensa articular su Ministerio para que
efectivamente respondan a los principios desarrollados por el Congreso y
el Senado en 1992 y 1994. Y, en tercer lugar, cuál es su opinión sobre la
actual tramitación de la ley de cooperación, y específicamente sobre el
tratamiento que en la misma se dan a los créditos FAD.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra su portavoz, el señor Fuentes Gallardo.




El señor FUENTES GALLARDO: Quiero dar la bienvenida al señor secretario
de Estado en esta su primera comparecencia y espero que esta asistencia
sea anuncio de otras comparecencias en futuras reuniones de esta
Comisión.

Por otra parte, le agradezco el tono que ha utilizado de reflexión en un
tema controvertido, del que probablemente habrá que discutir y hablar
mucho porque no es fácil encontrar la solución, aunque tampoco podemos
caer en el error de ir de ingenuos en la acción exterior o en política
internacional en un tema tan importante, ni podemos caer en el error de
ser más papistas que el Papa e intentar descubrir no sé qué en el mundo
de la cooperación.

Usted sabe perfectamente que las últimas modificaciones que se han
introducido en los créditos FAD es un tema controvertido, incluso entre
los grupos políticos y dentro del propio Gobierno, porque han tenido una
tramitación un poco accidentada. Usted sabe perfectamente mejor que yo
que esta posición figuraba en el anteproyecto de los Presupuestos
Generales del Estado, pero después, en el proyecto de ley que el Gobierno
manda a las Cortes con la ley de acompañamiento, ya no figuraba esta
postura sobre los créditos FAD. Posteriormente en el Congreso, a través
de una enmienda del Grupo Parlamentario Popular, se vuelven a introducir
los términos del anteproyecto, que no aprobó el Gobierno en Consejo de
Ministros. Conclusión primera: hay una cierta controversia en el Gobierno
o en el grupo parlamentario. No lo digo con ganas de poner el dedo en la
llaga, sino simplemente para constatar que es un tema controvertido y que
esa controversia llega al propio Gobierno o a su grupo, y prueba de ello
son estos tres pasos que se han dado.

Nos parece un error político que un tema tan importante como éste y del
calado que tiene la enmienda que aceptó el Pleno del Congreso del Grupo
Parlamentario Popular respecto a los créditos FAD se traiga a la Cámara
cuando ya estamos discutiendo la ley de cooperación, donde uno de los
asuntos que va a suscitar más controversia a la vista de las enmiendas y
de las posiciones que públicamente han hecho los grupos es lo relativo a
los créditos FAD. Si estamos discutiendo la ley de cooperación y en la
Ley de Medidas Fiscales, que hemos aprobado recientemente en el Congreso,
ya hay una posición política muy importante sobre los créditos FAD, ahora
nos encontramos con que la ley de cooperación puede tomar decisiones
contrarias a algo que se ha decidido hace unos días o eso puede
mediatizar la postura de algunos grupos en el debate de la ley de
cooperación. Ese es un problema que no se nos oculta. Todos los grupos
políticos coinciden en que la ley de cooperación es una ley muy
importante que supone no sólo una especie de recopilación de lo que hoy
hay en cooperación, sino que debe ser el instrumento de la futura
cooperación para los próximos diez o doce años que sirva para éste y para
otros gobiernos. Eso lo que hemos comentado los portavoces y en lo que
creo que estamos todos de acuerdo. Por eso la importancia del consenso en
esa ley de cooperación, porque uno de los elementos vertebrales de esa
ley es lo que hace referencia a la cooperación financiera. La enmienda
referida a los créditos FAD en la ley de acompañamiento dificulta esa
tarea de la ley de cooperación.

No voy a insistir más en el procedimiento del consejo de cooperación en
una enmienda del Grupo Popular, porque cuando el consejo de cooperación
se reúne para informar de esta enmienda de la ley de acompañamiento sobre
los créditos FAD hace unas recomendaciones y dice, primero, que no debe
ir a esta enmienda, sino que debe ir a la ley de cooperación. Segundo,
recomienda, que no sea presentada a la ley de acompañamiento, porque debe
ir a la ley de cooperación. El consejo tiene un cierto peso a la hora de
emitir sus opiniones. Las recomendaciones del consejo son que no es
oportuno presentar esa enmienda y que debe ser retirada, no porque esté
en acuerdo o desacuerdo --se podrá entrar en eso más adelante--, sino
porque considera que debe hacerse en el debate de la ley de cooperación.

El señor secretario de Estado ha hecho unas cuantas reflexiones, con
muchas de las cuales coincido. ¿Quién no



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va a estar de acuerdo en que España, como cualquier país de nuestro
entorno, debe tener instrumentos para fomentar nuestras exportaciones? Yo
creo que todo el mundo estará de acuerdo en eso. ¿Quién no va a estar de
acuerdo en que España debe tener instrumentos para fomentar la
internacionalización de nuestras empresas? Yo creo que nadie puede estar
en desacuerdo con eso porque es de sentido común. El problema es si eso
es objeto de cooperación. Está claro que un país como España, como
cualquier país europeo, no va a ir de ingenua por la vida. Cuando todos
los
países europeos tienen fondos para fomentar sus exportaciones y para
procurar que sus empresas compitan internacionalmente, nosotros debemos
tener también esos instrumentos. Ahora bien, la pregunta es la siguiente:
¿Qué tiene que ver eso con cooperación? Es verdad que hay otros aspectos
del FAD que sí que tienen que ver con cooperación, pero otros, no. ¿Dónde
se pone la línea? Ese va a ser uno de los elementos clave en el debate de
la ley de cooperación, pero está claro que no todo lo que es FAD es
realmente para cooperación. El problema es que el peso del FAD, desde el
punto de vista cuantitativo, en el cómputo de la cooperación es muy alto.

Siguiendo con las reflexiones --que yo le agradezco porque, más que
confrontar, nos permiten intercambiar opiniones con muchas de las cuales
estaremos en desacuerdo, unas expuestas por el secretario de Estado y,
otras, por los distintos grupos parlamentarios--, al final, ¿quién tiene
la dirección política de los créditos FAD? Obviemos quién gestiona,
porque una cosa es quién gestiona y otra cosa es quién tiene la autoridad
política a la hora de conceder los créditos. Y ahí volvemos otra vez al
mismo punto de forma reiterada: ése va a ser otro de los elementos clave
en el proyecto de ley de cooperación. Si el FAD tiene un peso muy
importante en cooperación, si la gestión y las decisiones políticas
últimas las tiene el Ministerio de Economía y la cooperación, por lo
menos en el organigrama, está en el Ministerio de Asuntos Exteriores, hay
una contradicción insalvable. La Secretaría de Estado de Cooperación
Internacional está dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores. Los
créditos FAD, que son una parte importante de la cooperación, dependen
casi exclusivamente de Economía. Si no es así (¡ojalá no lo fuese!) no
habría entonces problemas. Si no es como estoy diciendo, entonces me
tranquilizo porque no habrá ningún problema cuando lleguemos al capítulo
4 de la ley de cooperación y analicemos la gestión y la dirección de los
créditos FAD; no habrá ningún problema en que quede bien claro quién es
el responsable último, no tanto de la gestión (repito que la gestión
puede llevarla Economía, Cofides u otro organismo) sino de la dirección y
la última decisión. Si está en Exteriores estaremos todos de acuerdo y no
habrá problemas. A lo mejor los problemas estaban en la mente de alguno
de nosotros, y afortunadamente se disipan. Esto es lo que, al hilo de las
reflexiones que ha hecho el secretario de Estado, que, repito, le
agradezco, quería decir.

Resumiendo, no puede dejar de reconocer que, en primer término, es un
elemento muy controvertido, y, en segundo lugar, la posición del
Gobierno, del propio Grupo Parlamentario Popular, ha sido contradictoria
en tanto en cuanto quita el término pero vuelve a introducirlo a través
de una enmienda, lo cual no es normal en un tema tan importante.

Estimamos que este aspecto de los créditos FAD debería ser tratado,
discutido y acordado en la ley de cooperación y no a través de una
enmienda a una ley de acompañamiento que estamos debatiendo en estos
momentos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra su portavoz
el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: El Grupo Popular saluda y agradece muy
especialmente en esta Comisión la iniciativa de Convergència i Unió y la
presencia del secretario de Estado de Comercio, don José Manuel Fernández
Norniella, por dos razones. Primero, por la oportunidad política evidente
de la cuestión. Segundo, porque sabemos de la trayectoria personal
política del secretario de Estado en estas cuestiones. Tenemos que
recordarle a la Cámara y a todas SS. SS. que desde el Grupo Parlamentario
Popular, cuando José Manuel Fernández Norniella estaba en el consejo de
dirección en la legislatura pasada, se impulsaron cuestiones de
extraordinaria importancia en cuanto a las políticas de cooperación al
desarrollo. Y me consta, además, como les consta a todas SS. SS., el
impulso personal del secretario de Estado.

Dicho esto, tenemos que añadir que el Grupo Parlamentario Popular
considera el instrumento FAD como un instrumento fundamental de la
cooperación al desarrollo, como ha dicho el secretario de Estado. Y
además, saludamos las modificaciones y las reformas que el secretario de
Estado ha indicado en su comparecencia, porque van enfocadas
fundamentalmente a la efectividad, a la eficacia y a la eficiencia del
instrumento FAD y, sobre todo --y repito palabras del secretario de
Estado--, a su transparencia. Qué duda cabe que el FAD ha sido y es un
instrumento controvertido dentro de las políticas de cooperación al
desarrollo, también lo es dentro de las políticas de promoción del
comercio exterior. Qué duda cabe también que los niveles de eficacia y
eficiencia de este instrumento están en los datos, y eso es algo que se
puede comprobar. Sin embargo, en el pasado ha sido un instrumento muy
polémico fundamentalmente por su presunta opacidad o su falta de
transparencia. El Grupo Parlamentario Popular no puede saludar más que
con efusión y con verdadera alegría el impulso del nuevo Gobierno para
que los procedimientos de gestión de este instrumento avancen en la
transparencia y en la eficacia.

Señor secretario de Estado, nosotros creemos que es importantísimo el
planteamiento que usted ha hecho a la Comisión de solicitar un consenso
político a las fuerzas parlamentarias sobre este instrumento porque, en
nuestra opinión, tenemos que poner el debate en sus justos términos si
queremos discutir muchas cuestiones en el contexto de la ley de
cooperación o en los debates que tengamos en esta Comisión parlamentaria
durante esta legislatura, o en la futura Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo que nazca como consecuencia de la
aprobación de la ley de cooperación. En el FAD hay dos cuestiones bien
diferenciadas. Podemos hacer un debate general y



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global sobre la conveniencia o no, en las políticas de cooperación al
desarrollo, de la ayuda ligada o no ligada, pero no podemos entrar a
debatir esa cuestión más amplia y general con el instrumento FAD, porque
es verdad que los Fondos de Ayuda al Desarrollo escapan de nuestro propio
debate, fundamentalmente porque es un instrumento considerado como tal
por el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE. España, que forma parte
del CAD y de la OCDE, poco tiene que decir porque ésta es una decisión
que se toma en el seno de este Comité por consenso. No es precisamente
España, dentro del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, uno de los
países más defensores del instrumento FAD, dentro de las políticas de
cooperación al desarrollo, que permanezca con su consideración de ayuda
oficial al desarrollo porque siempre se ha diferenciado con toda claridad
--y nosotros lo hacemos también hoy-- lo que son operaciones de fomento y
ayuda para la exportación de bienes y servicios españoles y lo que supone
de instrumento económico y financiero. Yo creo que el secretario de
Estado ha puesto en sus justos términos el debate al decir que desde la
Conferencia de Helsinki la gestión política del Gobierno se orienta
fundamentalmente a que el FAD sea un instrumento cada vez más informado
por los principios de la cooperación al desarrollo, esto es, orientado
hacia la promoción en los países en vías de desarrollo de
infraestructuras básicas de salud, de educación, etcétera.

El representante del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) ha
dicho que en el contexto de la ley de cooperación se producen posiciones
discrepantes de los grupos parlamentarios. Eso es cierto, pero sobre
varias y diferentes cuestiones. Yo recuerdo a todos los grupos
parlamentarios con un peso específico en la Cámara decir que el
instrumento FAD tenía que estar en la ley de cooperación. Esta es una
decisión de este Gobierno de extraordinaria importancia, porque conocemos
otros borradores o anteproyectos de ley de anteriores responsables --no
quiero que esto sea una crítica, simplemente es un dato que está en las
hemerotecas y en las actas parlamentarias-- en los que la decisión era
otra. La decisión que se tomó fue la de hacer una ley de cooperación de
carácter social y humanitario, de principios generales, de grandes
manifestaciones en las que cualquier mención al instrumento económico y
financiero, como puede ser el FAD (éste es uno de los instrumentos
económicos o financieros de la cooperación al desarrollo), quedaba fuera
del debate. Pues bien, ahora está precisamente en el debate y dentro de
la ley de cooperación internacional para el desarrollo porque el Gobierno
pretende cumplir los compromisos suscritos en las conferencias
internacionales y poner en práctica los criterios y recomendaciones que
sobre el particular y de modo reiterado hace el Comité de Ayuda al
Desarrollo de la OCDE.

En días pasados, no hace mucho, esta Comisión de Cooperación celebró una
reunión con una delegación del Comité de Ayuda al Desarrollo para la
evaluación de la ayuda en el período 1994-1996, relativa fundamentalmente
todavía a la gestión de anteriores responsables políticos, y todos
escuchamos a los delegados del CAD decir esto que estamos hoy repitiendo
hoy aquí: que el instrumento económico financiero es un instrumento
importante en todas las políticas de cooperación al desarrollo, que tiene
que estar permanente o progresivamente informado por los principios de la
cooperación al desarrollo y que no existe en el Comité de Ayuda al
Desarrollo una controversia especial sobre el particular para que dicho
instrumento deje de ser considerado ayuda oficial al desarrollo.

¿El FAD ha de responder a las prioridades territoriales o sectoriales?
Esto es, como hemos dicho muchas veces, cuestión de un debate puntual,
tendremos que ver proyecto por proyecto, y para eso está esta Comisión y
otras comisiones parlamentarias.

Voy a terminar esta intervención diciendo que esa línea que se demanda
sobre la dirección política del FAD es bien clara si entendemos la
filosofía del proyecto de ley de cooperación que el Gobierno ha
presentado a la Cámara, porque pretender negar o intentar una dirección
unitaria --y empleo este término con todas sus consecuencias-- de las
políticas de cooperación al desarrollo es ir muchos años atrás en el
debate de la cooperación al desarrollo. No están los principales países
donantes en ese debate ya, ni siquiera el comité de enlace de las ONG con
la Unión Europea. Hace muchos años que ese debate fue superado. Es
probable que en España en determinados sectores, actores de la
cooperación al desarrollo, estemos todavía en ese debate. Estamos en el
debate de la corresponsabilidad de los países en desarrollo para su
propio desarrollo, y estamos sobre todo, señorías, en el debate de la
coherencia de las políticas de cooperación al desarrollo. Negar al
Ministerio de Economía, al Ministerio de Trabajo, al Ministerio de
Educación, al Ministerio de Agricultura, a cualquier departamento del
Gobierno central la posibilidad en su acción exterior, en su proyección
exterior, de ayudar a los países en vías de desarrollo, es algo que va
contra la lógica de la cooperación al desarrollo y además contra las
actuales tendencias científicas de la cooperación al desarrollo. Sería
como negar, señorías, la posibilidad práctica y efectiva que las propias
comunidades autónomas, en el ámbito de sus respectivas competencias,
ayuntamientos y diputaciones, hacen en este tipo de políticas. En
consecuencia, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Informar todas las
políticas de cooperación al desarrollo del principio de la coherencia. A
eso, entiendo yo, señorías, van fundamentalmente las medidas que hoy el
secretario de Estado de Comercio ha anunciado en esta Comisión de
Cooperación, medidas orientadas a la modificación del instrumento en el
ámbito financiero en favor de su efectividad y sobre todo en favor de su
eficacia para la cooperación al desarrollo y de su transparencia, lo cual
es un elemento que consideramos fundamental.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a los distintos grupos
parlamentarios, tiene la palabra el señor secretario de Estado, señor
Fernández Norniella.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIA EMPRESA (Fernández Norniella): Me van a permitir SS. SS.




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que dé una contestación global, puesto que todos han incidido en los
mismos temas y creo que es mucho más fácil, al menos para mí, hacerlo
así.

La dirección política de los temas de cooperación la tiene el Gobierno,
no la tienen ni el Ministerio de Economía, ni el Ministerio de Asuntos
Exteriores, ni el Ministerio de Agricultura, ni cualquier otro
ministerio. La decisión política la tiene el Gobierno, y muy
concretamente el Consejo de Ministros; los demás somos brazos ejecutores
de distintas políticas de cooperación. Porque, como les decía, igual es
una política de cooperación la financiera como la que se administre sólo
con créditos concesionales. Además, ha habido una expresión del portavoz
socialista que me ha gustado, y es que no seamos ingenuos ni más papistas
que el Papa. Sólo tenemos que mirar hacia fuera para darnos cuenta de lo
que está haciendo el resto de países. Entrar en discusiones estériles de
si tiene que ser el Ministerio de Asuntos Exteriores o el Ministerio de
Economía, si la cooperación tiene que ser cooperación financiera o
cooperación concesional, es gastar energías inútilmente, porque los dos
brazos, los dos componentes pueden ser importantes. No estamos inventando
nada, señorías, no es que cuando el Gobierno habla de que los créditos
FAD los gestione el Ministerio de Economía esté inventando nada distinto
a lo que los países de nuestro entorno están desarrollando. La última
decisión sobre los créditos FAD no la tiene el Ministerio de Economía.

Como ustedes saben, hay una comisión que se llama la Cifad, en la cual
participan no sólo el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de
Economía, sino otros ministerios, así como el Banco de España y el ICO,
que determina la aprobación o no aprobación de un crédito de acuerdo a
una serie de parámetros. El Ministerio de Economía, a través de esta
Secretaría de Estado, propone a la Cifad, y la Cifad escucha y analiza
los créditos en cuestión en cada uno de sus componentes y al final
dictamina, casi siempre por unanimidad, si el crédito se puede conceder o
no se puede conceder. Y digo casi siempre por unanimidad porque cuando va
el crédito a la Cifad ya está lo suficientemente razonado, lo
suficientemente discutido, lo suficientemente argumentado como para que
no haya ninguna duda de que los créditos que se conceden van a influir en
el desarrollo del país donde se están dando. En ese sentido, señorías,
van las modificaciones que se han hecho a las distintas leyes del FAD,
porque, aunque estuviese en discusión la ley de cooperación, la
aprobación no sería inmediata, no sería de hoy para mañana y sí se
necesitaba tener unos instrumentos que garantizasen que la gestión del
FAD al menos tuviese la seguridad para nuestros coinciudadanos de que se
administraba adecuadamente y con toda transparencia.

Si ustedes analizan las propuestas que han ido a la ley de
acompañamiento, verán que son propuestas muy concretas dirigidas a estos
temas. En primer lugar, que de los propios fondos del FAD se puedan
contratar asesorías o empresas externas para que comprueben que el
crédito FAD que estamos dando para construir un hospital en un país
concreto se cumple, los materiales son los correctos, los precios a los
que se están facturando son los correctos, es decir, que estamos dando un
crédito adecuado a lo que estamos facilitando a ese país. Podría
recordarles experiencias desagradables antiguas, que han sido las que nos
han obligado precisamente a tomar con esa rapidez estas decisiones y no a
esperar seis meses, porque en ese plazo se pueden presentar problemas.

Ustedes saben que hay países y zonas geográficas muy concretas en los
cuales los créditos FAD para lo único que han servido ha sido para
desprestigiar comercialmente a España y presentar serios problemas a los
países receptores y a nuestro propio Gobierno. Era uno de los motivos por
los que se propusieron estas inclusiones en la ley de acompañamiento.

Otro era regularizar la situación, yo diría anormal, que se presentaba de
que con cargo a los créditos FAD, durante muchos años, se han venido
haciendo aportaciones a instituciones financieras internacionales sin que
hubiese el soporte legal correspondiente. Pues bien, se trata de
regularizar eso en tanto en cuanto la ley de cooperación y SS. SS.

dictaminen si es conveniente o no meterlo en su texto.

Otra de las inclusiones es que de alguna manera los créditos cumplan una
serie de objetivos concretos de licitación. Como verán, todas las
modificaciones que se incluyen debieron ser incluidas hace muchos años,
pero como no lo fueron, al menos el secretario de Estado que les habla
tomó la decisión de no perder ni un minuto y ponerlas en marcha en la ley
de acompañamiento para que ni ustedes, como los últimos controladores,
entre comillas, de los créditos FAD, ni el ciudadano de a pie tengan
ninguna duda de que se estaban gestionando adecuadamente.

Me decía el portavoz socialista que había habido alguna contradicción en
la presentación, y ahí yo tengo que asumir la responsabilidad total
porque, quizá por tratar de asegurar que se cumplieran todos los
requisitos legales, di marcha atrás en un proceso cuando realmente a lo
mejor hubiese podido seguir adelante. Se sacó de la ley que se había
presentado, lo presentamos al Consejo de Cooperación para que informase
y, a partir de ahí, formalizásemos una enmienda. No fue ninguna
contradicción del Gobierno, ni mucho menos, puesto que quiero decirles
que en el Gobierno, y muy concretamente entre los ministerios que tratan
estos temas, Asuntos Exteriores y Economía, existe un total consenso. La
ley de cooperación que se ha presentado al parlamento ha sido un proyecto
sobre el que el secretario de Estado de Cooperación y yo mismo hemos
hablado y trabajado durante muchos meses hasta llegar al borrador que
ustedes tienen delante; que de alguna manera es el resultado de un
análisis profundo de cuál es la operatividad más conveniente para el
futuro de la cooperación y que se enmarca en una línea muy clara, como es
la cooperación total entre los distintos organismos que gestionan estos
instrumentos. Verán que se habla de potenciar algunas comisiones, en las
cuales estamos ambos ministerios y se habla de criterios importantes. Hay
un artículo 24 en el cual se definen políticas de colaboración porque
entendemos que --y vuelvo a decir, que no estamos inventando nada-- la
organización que gestione todos estos elementos de ayuda tiene que ser
una organización matricial en la cual, siendo el último responsable y
teniendo la decisión política el Gobierno, haya distintos organismos,
distintos ministerios que puedan hacer esa política en el exterior. Cada
vez



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más los organismos monolíticos, los organismos excluyentes están saliendo
de la política administrativa de todos los países.

Señorías, repito que no estamos inventando nada. Yo les indicaría, y
perdónenme la sugerencia, que a la hora de valorar y a la hora de
analizar la ley de cooperación, abstrayéndonos de las grandes
manifestaciones que a todos nos sensibilizan y nos parecen muy bonitas,
comparemos única y exclusivamente con lo que tienen los países de nuestro
entorno, porque los únicos países que hacen cooperación son los que
pueden hacerla, es decir, los que tienen fondos para hacerla. Y los que
tienen fondos para hacerla son los que tienen capacidad de exportación,
capacidad de generar riqueza, y lo vienen haciendo desde hace muchos
años. Precisamente muchos de los encorsetamientos en los cuales nos
encontramos ahora en la cooperación vienen de esos países que tratan de
reducir la capacidad de otros países de hacer un elemento dual:
colaboración-cooperación y exportación. Ello se debe a que cada vez más,
como decía el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, la capacidad de
los países de conceder créditos FAD se está limitando (ustedes saben que
hay una banda que es el PIB correspondiente al país, por debajo del cual
se pueden corresponder créditos FAD y por encima quedan excluidos) y
después a que los proyectos sean viables económicamente, lo cual hace que
los créditos FAD nada más puedan ser concedidos a una serie de países y a
proyectos dirigidos a educación, sanidad, etcétera, es decir, temas
meramente sociales.

Realmente, señorías, la decisión política en muchos casos nos viene de
fuera y no la tenemos en nuestras manos. Yo discuto casi mensualmente con
París respecto a proyectos específicos que a nosotros nos interesan para
países concretos y temas concretos y si la OCDE en París, de acuerdo con
el consenso de Helsinki, nos dice que no es posible conceder este
crédito, no podemos darlo. O sea que no seamos, como decía el portavoz
socialista, más papistas que el Papa. Hagamos una ley que cumpla esos dos
objetivos: primero, el que nos requiere la sociedad de que ayudemos a
otros países y otros entornos y, segundo, que cada vez que ayudemos,
también nos ayudemos a nosotros mismos. No tendría mucho sentido, en el
símil que les he explicado al principio, que a la hora de construir el
generador eléctrico, la línea de transmisión eléctrica y la bomba que
saca el agua, los productos que se empleasen no fuesen españoles. No
tendría mucho sentido, repito, porque nos podríamos encontrar con la
paradoja de que con esa política y proyectándonos al futuro, dentro de
pocos años en lugar de ser un país que pueda prestar ayuda, nos
convirtiésemos en un país receptor de ayuda porque lógicamente no
fuésemos capaces de generar la riqueza y, generando esa riqueza, también
el sobrante o el porcentaje con el cual debemos ayudar a otros países.

Respecto a la ley de cooperación, señorías, como les decía, ha sido una
ley analizada en profundidad por los dos ministerios. El texto que
ustedes tienen es la conclusión de una serie de trabajos de bastantes
meses y sobre todo es el cumplimiento de un compromiso político. Les
recuerdo que esta ley quizás debió ser aprobada en anteriores
legislaturas, y no lo fue. Quizás tenga errores en su planteamiento, como
es lógico, y deben ser SS. SS. quienes los corrijan Quizás tenga matices
que haya que aclarar, quizás tenga aportaciones que sean interesantes,
pero desde luego es la genuina manifestación de un compromiso político
que se cumple y que además creemos que es necesario.

Huyamos de las grandes manifestaciones etéreas y bajemos a lo concreto.

Con la cooperación y con los créditos FAD, y permítanme la reincidencia,
podemos cumplir los dos objetivos. No olvidemos que es necesario que
nuestras empresas salgan al exterior, que es necesario que compitan y que
uno de los elementos para lograr ese objetivo, que es tan lícito como el
otro y además tan necesario para poder dar la ayuda, es que no les
hagamos ver que los grupos políticos no estamos de acuerdo en ayudarles a
salir al exterior, porque eso es negativo, eso es contraproducente y
además, repito, a la larga nos perjudicaría seriamente a todos.

A mí no me gusta echar la vista atrás, pero hemos perdido muchos años en
la salida y en la internacionalización de nuestras empresas. Durante
muchos años, hasta 1992, los países de nuestro entorno se han aprovechado
de los créditos pseudoconcesionales para hacer incidir sus productos, sus
empresas y tecnologías en los países emergentes. Eso les ha permitido
estar en situación de ventaja, por lo que esta oportunidad que tenemos
delante de hacer una ley de cooperación que cumpla los dos objetivos
debemos aprovecharla.




El señor PRESIDENTE: ¿Va a intervenir algún grupo político? (Pausa.)
Señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADéS: La respuesta que el secretario de Estado
nos ha dado demuestra que seguramente, y a pesar del trámite de la ley de
cooperación, no está el tema suficientemente maduro desde el punto de
vista del consenso que debemos generar.

La afirmación de que no tenemos que ser más papistas que el Papa no es
contradictoria ni muchísimo menos con la pregunta que le he planteado y a
la que el secretario de Estado no me ha respondido: si entiende el
Gobierno que los créditos FAD deben responder también a los criterios
políticos que en su momento marcaron el Congreso y el Senado. Una
respuesta inequívoca en este sentido, al menos este portavoz lo
agradecería, porque ayudaría sin lugar a dudas a que el consenso
madurase, a que quizás empezase a madurar de verdad en el trámite de la
ley de cooperación y a que permitiese en el futuro que cuando hablemos de
esta cuestión, todos los grupos políticos y la propia sociedad, tanto en
su vertiente económica como en su vertiente social, entendiesen que
efectivamente éste es el instrumento de consenso para conseguir los
objetivos que el secretario de Estado ha marcado.




El señor PRESIDENTE: Señor Fuentes, por favor.




El señor FUENTES GALLARDO: En primer lugar, señor secretario de Estado,
lo de las discrepancias no me lo invento yo. Si lo que afecta a la
discrepancia se refiere al



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texto que estaba en el anteproyecto de la ley de acompañamiento, que
cuando lo aprueba el Consejo de Ministros no aparece y después el Grupo
Parlamentario Popular lo introduce como enmienda, y si ello obedece
simplemente a su decisión de plantearla en el Consejo de Cooperación,
bien, lo entiendo. Pero eso no significa que desaparezca la impresión o
la certeza de la controversia, porque no me lo invento, señor secretario
de Estado. Además, usted puede entender que esa controversia es
comprensible y explicable, eso no lo discuto, puede haber opiniones, lo
que yo creo que es incontrovertible es el tema de la controversia. Le voy
a dar dos datos. Primero, simplemente viendo la evolución de los
distintos borradores que sobre la Ley de Cooperación manda el secretario
de Estado de Cooperación a las ONG, se va dando cuenta uno de por dónde
van las presiones de los distintos ministerios. Segundo, otro hecho
incontrovertible es que en el Consejo de Cooperación los representantes
de Asuntos Exteriores votamos una cosa y los de Economía otra. Votan,
están las actas ahí, y las tiene usted, como yo. Hay posiciones
contrarias en el Consejo de Cooperación. De esta opinión dan fe todos los
asistentes, está en las actas, y resulta que los representantes de
Economía defienden una cosa y los representantes de Asuntos Exteriores
defienden otra. No me invento esa discrepancia, tendrán sus motivos,
nadie va allí a discrepar porque esté aburrido, sus motivos tendrán, pero
el hecho es difícilmente rebatible.

En segundo lugar, también con brevedad; el que no tiene sentido la
enmienda que ha planteado el Grupo Parlamentario Popular a la Ley de
Acompañamiento sobre los créditos FAD, no solamente lo decimos nosotros,
lo dice el Consejo de Cooperación. El Consejo de Cooperación lo dice, y
se lo dice a ustedes: esta enmienda no tiene que venir aquí, tiene que ir
a la ley de cooperación, y les recomienda que la retiren. Luego estarán
de acuerdo o en desacuerdo, eso es normal, pero el hecho incontrovertible
es que el Consejo de Cooperación dice que esa enmienda no tenía que haber
ido a los presupuestos, sino que se tenía que discutir en la ley de
cooperación y les recomienda que retiren la enmienda. Lícitamente, un
grupo tiene todo el derecho político a hacer caso o no de una
recomendación del Consejo de Cooperación, por supuesto, pero ése es otro
hecho.

En tercer lugar, ya veremos lo que dice la ley de cooperación, pero, por
lo que sabemos de los contactos con los grupos parlamentarios, dice algo
que es fundamental, y es que ningún instrumento de cooperación, sea
financiero o de cualquier otro tipo, podrá ir en contra de los principios
y prioridades que marque la ley. Esa afirmación, con distinta expresión,
la planteamos muchos grupos parlamentarios, incluso en el texto del
Gobierno de alguna forma, si no tan clara, también se da a entender, y
eso va a tener repercusiones importantes. Si en el texto de la futura ley
de cooperación se dice que ningún instrumento de la cooperación puede ir
en contra de los principios, de los objetivos y de las prioridades que
marca la ley, a partir de ahí, todo lo que se haga en cooperación tendrá
que estar sometido a ese principio. Se podrán hacer otras cosas,
evidentemente, pero no será cooperación. A eso me refería con lo de más
papistas que el Papa. Es decir, ¿quién no va a defender (a lo mejor hay
quien lo defiende, pero desde luego nosotros no) que hay que apoyar a
nuestras empresas para que compitan y que no podemos mirar lo que hacen
otros países? ¿Quién no va a defender que hay que procurar, porque es un
bien para todo el país y para todos los ciudadanos, que nuestras empresas
se internacionalicen cada vez más? Lo único que decimos es que ésos son
objetivos plausibles y que desde luego nosotros los aceptamos, como la
mayoría de los grupos parlamentarios. Eso es una cosa, pero no tiene que
concluirse necesariamente que eso tiene que ser cooperación. Eso será una
política comercial de ayuda a nuestras empresas perfectamente razonable,
pero que no entra dentro del mundo de la cooperación.




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Quería matizar algunas cuestiones. Se utiliza
el Consejo de Cooperación, no digo con desconocimiento, pero sí sin
reflexión, y lo digo también con el mejor ánimo. Vamos a ver. Hace muy
poquito, los grupos parlamentarios de esta Cámara mantuvimos una reunión
en la Agencia Española de Cooperación Internacional con representantes de
organizaciones no gubernamentales, y también expertos, algunos de ellos
miembros del Consejo de Cooperación. La posición de los expertos en
cooperación al desarrollo, miembros del Consejo de Cooperación en aquella
reunión, fue inequívocamente favorable a la inclusión en la ley de
cooperación del instrumento económico y financiero, y redujeron a un
debate puramente instrumental la polémica sobre la dirección política de
tal instrumento, determinando que el Gobierno tiene en su conjunto, como
ha dicho el señor secretario de Estado, la responsabilidad de la
dirección política de las políticas de cooperación al desarrollo.

Tengo que recordar, señorías, que el Consejo de Cooperación al Desarrollo
aprobó por amplísima mayoría la ley de cooperación al desarrollo. En las
actas de dicho Consejo de Cooperación, celebrado no hace muchos meses,
antes de que el Gobierno aprobara el proyecto y lo remitiera a las
Cámaras, lo que se produce es una serie de votos particulares y una serie
de recomendaciones que, en la opinión de nuestro grupo, lo que vienen es
a enriquecer el debate, el debate dentro del propio Consejo, el debate en
el seno del Gobierno y el debate que se está produciendo ya en sede
parlamentaria.

Lo mismo sucede con la famosa y traída enmienda a la ley de
acompañamiento. Es decir, ahí hay una posición también muy consensuada de
los diferentes actores del Gobierno partícipes en el Consejo de
Cooperación. Hay una recomendación, algún voto particular de algunas
determinadas personas del Consejo, pidiendo que no se tramite dicha
enmienda a la ley de acompañamiento y que se estudie durante el debate de
la ley de cooperación, porque se presumía, sin conocer el contenido de
dicha enmienda, que se podía estar intentando hurtar el debate del
instrumento económico y financiero a la propia ley. Nada más lejos de la
realidad, porque el instrumento económico y financiero, el Fondo de Ayuda
al Desarrollo y otros fondos,



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como el Fondo de Cooperación al Desarrollo, que es el instrumento en su
máxima extensión, está en la ley de cooperación y por lo tanto no se va a
hurtar ningún tipo de debate.

Estas son, señor presidente, las matizaciones que quería hacer. Dicho
esto, existe base suficiente para el consenso parlamentario y no
discrepancias fundamentales. ¿Por qué? Porque ya en el proyecto de ley de
cooperación que el Gobierno ha remitido a las Cortes está el instrumento
económico y financiero y, por lo tanto, es obvio pensar que va a tener
que estar informado por todos los principios de la cooperación al
desarrollo. Y, como ha dicho el señor secretario de Estado, en la gestión
diaria y práctica de la política de su propia responsabilidad se
encuentra limitado y condicionado por el Comité de Ayuda al Desarrollo de
la OCDE y por los acuerdos de Helsinki. En esa línea se produce la
enmienda al FAD en la ley de acompañamiento y en esa línea también va la
decisión política del Gobierno de introducir en la propia ley el debate
sobre el instrumento FAD. Por lo tanto, mayores garantías no se pueden
dar.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate, tiene la palabra el señor
secretario de Estado, señor Fernández Norniella.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO, TURISMO Y DE LA PEQUEÑA Y
MEDIANA EMPRESA (Fernández Norniella): Quisiera empezar manifestando
pública y claramente que, lógicamente, el Gobierno es respetuoso con las
leyes en vigor y que de momento la ley del FAD está en vigor. En
consecuencia, el Gobierno acepta y asume lo manifestado en la ley de
creación del FAD. Además, como ya les he dicho reiteradamente en mi
exposición, no entramos en contradicción de ningún tipo cuando
consideramos los créditos FAD como créditos de ayuda al desarrollo y que
a la vez pueden servir para la internacionalización y promoción de
nuestras empresas. Objetivo prioritario: ayuda al desarrollo; objetivo
secundario, pero que debe venir añadido: colaborar en que nuestras
empresas exporten y se implanten en distintos mercados.

¿Controversia? Le diría al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista
que ninguna. Vuelvo a repetir que quizá debido a un error de celo por mi
parte, decidí pedir un informe al Consejo de Cooperación y éste fue
positivo. Hubo votos particulares que defendían un posicionamiento, pero
que en ningún caso impedían que se presentase. Repito, señorías, que las
modificaciones que se introducen respecto al FAD no son tales
modificaciones, sino que simplemente, para disponer de elementos que nos
garanticen el control y la transparencia de los créditos FAD, era
imprescindible ponerlos en marcha inmediatamente. El año pasado
gestionamos 48.000 millones y este año casi llegaremos a los 80.000; es
decir que en seis meses de retraso hubiésemos podido dejar sin control
casi 100.000 millones de pesetas. Creo que el contribuyente español al
menos nos debe exigir y nos exige que estos créditos, estos 100.000
millones de pesetas, se concedan adecuadamente y se puedan controlar.

Nada más que es eso, sin ninguna controversia, porque entre la Secretaría
de Estado de Cooperación y mi Secretaría de Estado existe además una
total confluencia de criterios y tenemos las ideas muy claras de lo que
hay que hacer para ayudar y a la vez ayudarnos.

Sería un poco duro, señor portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
que no estuvieran ustedes de acuerdo en la necesidad de intenacionalizar
nuestras empresas y de ayudarles a exportar. Yo no lo entendería, cuando
además compañeros de su partido colaboran con nosotros casi al día en
buscar acciones específicas y concretas. Pero es que además no hay ningún
problema en que los créditos FAD cumplan ese objetivo de ayuda y además
cumplan el otro objetivo. Es una discusión que yo diría que casi nos
puede llevar a la melancolía si no somos capaces de darnos cuenta de que
el Gobierno lo único que trata de decir es: señores, si hay unos créditos
FAD que tienen que ayudar al desarrollo, tratemos de que esto sirva .

Digo esto porque estamos condicionados por fuera, no tomamos decisiones
totalmente independientes, y cada vez más se nos está encorsetando en una
serie de países, como les decía antes, y en una serie de proyectos. Estos
proyectos son claros proyectos de cooperación; hacer un hospital, hacer
una escuela, hacer un programa de formación, hacer un programa de
electrificación rural, son proyectos de cooperación. Para eso están los
créditos FAD, no se emplean para otra cosa, pero no porque no queramos,
porque a lo mejor podría ser que quisiésemos; porque no podemos, porque
está definido por la OCDE lo que tenemos que hacer, y la OCDE nos
controla lógicamente lo que hacemos, cuándo lo hacemos y en qué magnitud
lo hacemos. Sería absurdo por nuestra parte que tratásemos de defender
los créditos FAD como algo sobre lo que pudiésemos tomar decisiones
totalmente independientes. No podemos, señorías, hacerlo, y entonces
estamos limitados a lo que nos dejan hacer. Por eso estamos seguros de
que cumplimos con los objetivos de los créditos de cooperación financiera
y económica.

Repito porque quiero que quede muy claro: no nos traten de llevar al
debate entre quién controla o quién gestiona, porque el Gobierno es quien
toma las decisiones y la Cifad es quien aprueba. Y eso, que no está
inventado de estos días, sino que viene de atrás, es una realidad
meridiana: el Gobierno toma las decisiones políticas, define las
decisiones políticas, y la Cifad después analiza créditos determinados y
los analiza técnicamente, porque tampoco olvidemos que los créditos FAD,
la cooperación económica, representa la gestión de la deuda producida
después a nivel también internacional, que es otra forma de cooperar con
los países en desarrollo, gestionando esa deuda, transformando esa deuda
en proyectos ecológicos, transformando esa deuda en inversiones; es
decir, un sistema universal de ayuda al desarrollo en el cual España es
una parte como cualquiera de los otros ciento cincuenta y muchos países
que están inmersos en esta ayuda. En consecuencia, el Gobierno trata de
cumplir esas leyes internacionales, pero trata de que nuestras empresas
aprovechen al máximo la ayuda que presta, porque si no, repito, nos
podríamos encontrar con la triste paradoja de que en lugar de ser un país



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que ayuda, fuésemos un país al que tuviesen que ayudar. Permítanme de
nuevo decir aquello de no seamos más papistas que el Papa, porque cada
vez que perdemos una oportunidad, hay alguien que se aprovecha.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Fernández Norniella. Antes de
pasar al siguiente punto del orden del día, despedimos al señor
secretario de Estado.

En el orden del día figura la comparecencia del secretario general de la
Agencia Española de Cooperación exactamente a las 11,30 horas. Dado que
hemos agotado el orden del día a las 10,50, procede en este momento
suspender provisionalmente la sesión hasta esa hora.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE
COOPERACION INTERNACIONAL, AECI (ESPINOSA FERNANDEZ), PARA INFORMAR SOBRE
LAS SUBVENCIONES CONCEDIDAS A LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES (ONG)
RELATIVAS A LA CONVOCATORIA DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE LAS PERSONAS
FISICAS (IRPF) 1997. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO (Número de expediente 212/001125).




El señor PRESIDENTE: Señorías, de nuevo damos comienzo a la Comisión
después de esta suspensión provisional para reanudar a las once y media,
como estaba previsto. El segundo punto del orden del día serían las
contestaciones a las preguntas, pero puesto al habla con los señores
portavoces, no hay inconveniente en que comencemos por la comparecencia y
las preguntas las hagamos al final.

Por tanto, dado que contamos con la presencia en este momento del señor
secretario general de la Agencia Española de Cooperación, señor Espinosa,
al que le damos la bienvenida, como siempre, a esta Comisión, sin más
preámbulos le doy la palabra agadeciéndole su presencia y dándole los
buenos días.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Muchas gracias, señor
presidente. Señorías, muy buenos días. Es un placer estar nuevamente ante
ustedes para darles cuenta de la resolución de la convocatoria para las
organizaciones no gubernamentales correspondiente al ejercicio 1997, y en
el cual se han distribuido 3.305 millones de pesetas, con un incremento
de 412 millones con respecto a la convocatoria del año 1996, y que
lógicamente no ha sido debido a ninguna gestión, ni buena ni mala, de la
AECI, sino que ha sido debido al mayor incremento de la recaudación del
Impuesto sobre la Renta.

Como siempre, lo que se está dando en estas convocatorias es subvención a
una serie de proyectos y programas que presentan las ONG. En este caso se
han presentado menos ONG que en la convocatoria anterior; se han
presentado más proyectos que en la convocatoria anterior y, sobre todo,
la cantidad demandada, que no la concedida, que ya he dicho en sus
términos, ha sido, aproximadamente, de siete pesetas demandadas por cada
una de las que podíamos conceder. Quiero decir esto para que se vea un
poco la complejidad de la decisión, complejidad que, para evitar la
posibilidad de que pueda pensarse cualquier tipo de cuestión, hemos
pretendido hacer, como de costumbre, por un método objetivo, de tal
manera que cada proyecto ha sido visado o estudiado por cuatro diferentes
oficinas, todas ellas, lógicamente, de la casa, que han establecido su
evaluación tanto en España como en el país donde iba a desarrollarse la
acción. Y fruto de la conjunción de los estudios de estas cuatro oficinas
ha sido el listado de proyectos. Quizá lo más relevante de esto sea el
que hay proyectos importantísimos en algunos países nuevos completamente,
como puede ser Benin, que entra por primera vez, o como algún otro país:
aparece Tanzania, aparece de alguna manera Uganda y Vietnam, que también
es otro de los países que aparece con proyectos subvencionados. En cuanto
a las ONG, insisto, están todas: está Fers, Cruz Roja, Solidaridad
Internacional, Fe y Alegría, Manos Unidas, Codespa. La relación, si me
permiten, se la entrego luego, para que ustedes la puedan tener completa,
pero también estoy dispuesto a, si ustedes me preguntan, contestar.

¿Qué me interesaría destacar de esta convocatoria? Primero, la mejor
estructuración de los proyectos presentados. Yo creo que las ONG con el
paso del tiempo van depurándose, van teniendo una mejor técnica y los
proyectos presentados tienen una mejor calidad y una mejor exposición.

Segunda cuestión: lógicamente, quizá por esto mismo, los proyectos son
más ambiciosos. Y estamos hablando cada vez de más cantidad de dinero que
se demanda por cada proyecto. Es decir, los proyectos son más complejos
y, por lo tanto, también son bastante más costosos. Y esto es lo que hace
que poco a poco tengamos que ir reduciendo el número de proyectos, aunque
sea más la cantidad de dinero que se da por proyecto.

En cuanto a países, que creo que es una de las cosas importantes, me
gustaría subrayarles que Africa Subsahariana se ha llevado 270 millones
en los diferentes países; los países árabes, 491 millones; por primera
vez tengo que decir que los territorios palestinos ocupan con mucho, con
casi el 50 por ciento, la subvención; Bosnia-Herzegovina en Europa entra
dentro del reparto y, lógicamente, la parte del león continúa siendo la
parte de Iberoamérica, donde Centroamérica, México y el Caribe se llevan
1.076 millones y Sudamérica se lleva 1.076 millones; Asia, con 370
millones, cierra la lista.

Y éste sería, señorías, un poco el esquema de la intervención y el darles
cuenta de la resolución de las subvenciones en la convocatoria del IRPF
para las ONG.




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El señor PRESIDENTE: Por parte del grupo solicitante de la iniciativa, el
Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su portavoz el señor
Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Damos la bienvenida, como habitualmente
hacemos, al señor secretario general de la Agencia Española y celebramos
los datos que nos ha aportado.

La intención del Grupo Parlamentario Popular al solicitar su
comparecencia para que nos explicara la concesión de subvenciones en la
convocatoria extraordinaria del IRPF no era nada más que meramente
informativa: saber exactamente qué se había hecho y con qué criterios se
habían aplicado las subvenciones.

De sus palabras, señor secretario general, deducimos algo de
extraordinaria importancia que queremos hacer resaltar que es,
efectivamente, lo que usted ha indicado y que también se ha manifestado
en este Parlamento desde otras ópticas, que es la progresiva
profesionalización y capacitación técnica de las organizaciones no
gubernamentales en España. Esto nos complace. Es muy probable que haya
mucho camino por recorrer todavía, muchas resistencias que vencer en este
proceso por la calidad de nuestra cooperación al desarrollo, pero qué
duda cabe que las bases que el actual Gobierno publicó recientemente,
entrado en la responsabilidad del ejercicio del poder, están
contribuyendo de manera muy positiva al objetivo fundamental de nuestra
cooperación al desarrollo, y en concreto a la cooperación que España
realiza a través de la sociedad, de las organizaciones no
gubernamentales. El avance en la calidad, en la eficacia y en la
eficiencia contribuyen eficazmente al objetivo fundamental de las
políticas de cooperación al desarrollo, que no puede ser otro que el
desarrollo. Por lo tanto, sus palabras nos satisfacen y además tenemos
que decir que coinciden con el criterio expresado en esta Cámara por la
delegación del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE que recientemente
ha estado haciendo la evaluación de la ayuda oficial al desarrollo de
España en el período 1994-1996 y que constataba también ese progresivo
nivel de profesionalidad y capacitación técnica de nuestras
organizaciones no gubernamentales.

Al final la solidaridad que se encauza a través de la sociedad civil, de
la sociedad española a través de las organizaciones no gubernamentales,
incide en aquellas áreas geográficas propias y naturales de nuestra
cooperación internacional en el más amplio sentido de la palabra. Y eso,
a los que somos ponentes de la ley de cooperación y que participamos de
ese consenso sobre las prioridades geográficas y territoriales de nuestra
cooperación, nos llena también de satisfacción en alguna medida en el
sentido en que estamos orientando la discusión del proyecto de ley en el
buen sentido. Pero el hecho de que se hayan incorporado a la lista de
países como los que usted ha señalado, Uganda, Tanzania y Vietnam, las
organizaciones no gubernamentales y las decisiones activas de la propia
Agencia Española de Cooperación al Desarrollo hace que se estén
cumpliendo esos criterios ampliamente participados en el seno de la
comunidad internacional de que la cooperación al desarrollo se aplique
también a esos países más desfavorecidos, esos países del Africa
Subsahariana, esos países en vías de desarrollo de ese continente
emergente, como puede ser Asia.

No tenemos, señor presidente, en esta primera intervención más que decir.

Deseamos felicitar al señor secretario general por su comparecencia y
agradecerle los datos que ha aportado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la
palabra su portavoz, el señor Fuentes.




El señor FUENTES GALLARDO: Bienvenido de nuevo a la Comisión, señor
secretario general.

Le quiero exponer en primer lugar cómo trataría esta comparecencia para
que fuese más operativa. Sería normal que los grupos parlamentarios
tuviésemos la relación de los proyectos que ha acordado la Secretaría
General, todos los proyectos que se han aprobado, con su cuantía y con la
organización que se va a encargar de llevarlos a cabo, y después también
un estudio regionalizado de estos proyectos. Esto permitiría estudiarlos
detenidamente, compararlos y después, ya en su comparecencia, tener unos
documentos y una base más sólida. Solamente pedimos una cosa: que se nos
manden los documentos como se les mandan a organizaciones privadas. No
podemos andar los diputados pidiendo por ahí a organizaciones privadas
documentación que tendría que estar en nuestro poder antes de la
comparecencia. Yo creo que a veces no es por mala fe, sino por olvido o
por lo que sea, pero sería deseable que en la próxima comparecencia
--usted sabe que siempre que haya un reparto hay una petición de
comparecencia del grupo que sea-- tuviéramos la documentación antes, lo
que nos permitiría tranquilamente estudiarla, verla, compararla y así
poder hacer unos planteamientos más rigurosos incluso, que a veces
hacemos planteamientos que pueden ser faltos de rigor o con errores, pero
que son debidos a la premura, porque tenemos que andar buscando
documentación en otros sitios. Creo que no habrá ningún inconveniente
porque, como usted sabe perfectamente, son documentos públicos que los
conoce mucha gente.

Con respecto a los datos concretos, y entre lo que usted ha dicho y
algunas que hemos podido averiguar un poco a contrarreloj, yo le voy a
hacer algunas observaciones. Es verdad que, y en eso no hay discrepancia,
la parte más importante, además de las novedades que hay, son los países
de América Latina o de ascendencia hispana, y a eso no hay nada que
objetar. Usted sabe perfectamente que, de todos los países de Sudamérica
los más desfavorecidos, y ya es difícil hacer un ranking en una zona con
tantos problemas, son Bolivia y Guatemala. Y es verdad que Bolivia recibe
en este reparto 297 millones de pesetas y Guatemala 223 millones de
pesetas. Nada que objetar a ese dato. Perú recibe 226 millones de
pesetas. Pero es que si le sumamos a Perú las cantidades del reparto de
la convocatoria ordinaria, según mis datos Perú ha recibido del orden de
842 millones de pesetas, más que Bolivia y Guatemala, sabiendo que estos
dos países son los más desfavorecidos. Pero esto no es una cosa
matemática, evidentemente, y no puede estar uno diciendo: bueno, a pesar
de eso, ¿es que



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usted me quiere imputar que he dado 10 millones de pesetas más? No. Mi
razonamiento es el siguiente: Cuba recibe 35 millones. Yo no quiero hacer
aquí el debate de Cuba, pero cuando hay una diferencia tan grande, algo
sí hay que decir. Si Perú ha recibido 226 millones y sumando la
ordinaria, 842, y Cuba ha recibido 35 millones de pesetas, ahí hay una
diferencia brutal. ¿Es que se respetan más los derechos humanos en Perú
que en Cuba? Usted sabe como yo que este Parlamento, el Parlamento
español y el Parlamento europeo, han adoptado por unanimidad resoluciones
mostrando su preocupación por la violación de los derechos humanos en
Perú, que hasta llegó a amenazar a un diputado de esta Cámara. Ese es un
dato que nos sorprende. Pero nos sorprende más que a Vietnam se le den 58
millones de pesetas (evidentemente un país con muchas necesidades), el
doble que a Cuba. Son datos que difícilmente entendemos, salvo que se
introduzca el elemento que está patente en todo el problema de Cuba en
las últimas actuaciones que todos conocemos. Es decir, no hay parangón,
no hay argumento objetivo, en nuestra opinión, para esa diferencia tan
brutal, porque si es por aspectos relacionados con los derechos humanos,
que reciba diez veces más Perú que Cuba, o que reciba el doble Vietnam
que Cuba, no lo entendemos, salvo que se quiera castigar deliberadamente
al pueblo cubano.

Como el tema está muy controvertido y el tema ha sido objeto de muchas
discusiones e iniciativas de esta Cámara, y hoy mismo creo que en la
Comisión de Exteriores también se discute un tema parecido, poco más hay
que añadir. Ahora, desde luego, las cifras son extraordinariamente
clarificadoras. No hay, desde nuestro punto de vista, ningún motivo para
esa diferencia tan brutal de la reducida ayuda a Cuba en relación con los
casi ochocientos y pico millones de pesetas que se le han dado a Perú.

Porque si es por cláusula democrática, entre comillas, pues entonces
vamos a tener que aplicarla a muchos más sitios, y entonces no tendrían
explicación los más de ochocientos millones de pesetas a Perú, ni
tendrían explicación los 58 millones para Vietnam. Como lo entendemos
porque las poblaciones sí están necesitadas, entonces la población cubana
también. ¿O es que en el caso de Cuba castigamos a la población como
consecuencia de la orientación política de su Gobierno, y en otros países
no castigamos a la población cuando hay gobiernos que tampoco respetan
los derechos humanos? Esa contradicción es insalvable, salvo con la única
explicación que se le ocurre a cualquiera cuando ve estas cifras, y es
llevar ese sectarismo de la política exterior a la política de
cooperación. La política exterior del país (y tiene mucha relación con lo
que vamos a discutir en la ley de cooperación) tiene unas motivaciones
que estima el Gobierno y que puede tomar unas decisiones determinadas,
esté uno de acuerdo o no se esté de acuerdo con ella, pero toma
decisiones en función de aumentar o no aumentar relaciones con algunos
países u otros. Pero en el tema de la cooperación este dato da argumentos
a aquellos que dicen que no debería tener nada que ver la política de
cooperación con la política exterior. Y apoyándose en estos datos,
ustedes les van a dar argumentos a los que defienden esa tesis. Y a los
que defendemos la tesis de que hay mucha relación entre la política de
cooperación y la exterior, que no debe estar supeditada, nos ponen en una
difícil situación estos datos. Esa es la situación desde nuestro punto de
vista.

Termino con el tema de los saharauis, aunque hay otra pregunta, pero ya
lo he planteado en otras ocasiones. Se le dan en la convocatoria
11.750.000 pesetas, y a Marruecos 127 millones de pesetas. La verdad es
que ya he hecho muchas preguntas sobre el tema de los saharauis. Yo creo
que más allá de buenas intenciones personales, que yo no pongo en duda,
porque nunca me ha gustado hacer juicios de intenciones y además creo en
la buena voluntad de las personas, este dato también es significativo,
cuando además sabemos que hay muchos problemas, que hoy la situación está
en una circunstancia mucho más favorable a un acuerdo. No podemos quedar
nosotros, creo yo, el Gobierno de España, el Gobierno de todos los
españoles, con la sensación de que no estamos haciendo lo suficiente a la
hora de apoyar a los saharauis cuando hay una diferencia tan brutal de
cifras, sin contar los cientos de millones de pesetas del Ministerio de
Interior para las elecciones de Marruecos, eso aparte: 127 millones
frente a 11.750.000 pesetas, sabiendo cuál es la situación de los
saharauis.

Y termino con una matización de una comparecencia anterior, porque yo,
repito, como creo en las afirmaciones que se hacen aquí, después intento
también contrastarlas. En alguna pregunta que hice sobre los saharauis,
¿se acuerda usted sobre lo de la olla a presión? Uno de los argumentos
que me dieron es que pedían 18.000 ollas, y cómo se iban a dar 18.000
ollas si solamente había 6.000 tiendas de campaña; ése era un motivo. El
otro era la posible utilización como arma de la olla a presión. El tema
de las 6.000 tiendas de campaña no acabo de contrastarlo y de poderle dar
la razón, porque si hay, según datos de la Unión Europea, alrededor de
145.000 refugiados, podríamos entender entonces que había veintitantas
personas por tienda de campaña. Parece mucho. Yo creo que es bastante más
elevado el número de tiendas de campaña que las 6.000. Bastantes más. Sí,
las jaimas. Ya sé que la jaima no es una canadiense, ni es una tienda de
camping, pero 20 personas son muchas personas para esa proporción.

El elemento fundamental no era éste, lo reconozco, el elemento
fundamental que usted dio era la posible utilización como arma de la olla
a presión. De eso también nos hemos preocupado en informarnos. Usted sabe
que no es un aspecto en el que haya un acuerdo total. Hay técnicos
militares que no están de acuerdo en esa tesis de que toda olla a presión
es susceptible de convertirse en un arma. Hay muchos técnicos militares
que no están de acuerdo con eso. Es decir, no hay una interpretación
única de la posibilidad de que puedan ser utilizadas como armas las ollas
a presión, evidentemente previo rellenado de cualquier tipo de explosivo.

No hay un acuerdo sobre eso. Hay discrepancias, hay distintas opiniones,
y como ése era uno de los argumentos fundamentales para no haber
concedido las ollas a presión, pues yo les quiero decir que han cogido
ustedes una interpretación, pero cabían otras interpretaciones en el
sentido de que no necesariamente podía servir para hipotéticas armas. Y
además no olvide usted una cosa, y es



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que desde el año 1991 hay un alto el fuego. Es verdad que siempre se
puede pensar que a pesar de un alto el fuego, cada uno por su cuenta va
intentar hacerse de su pequeño arsenal, pero ya son dos aspectos de rizar
el rizo. Uno, aceptar la tesis, cuando hay otras contrarias, de que puede
ser utilizada como arma de fuego; dos, hay un alto el fuego y se pone uno
en la situación peor: aunque haya un alto el fuego, en el fondo me van a
querer montar un arsenal. Conclusión: no les damos las 18.000 o las 6.000
ollas a presión. Ya es rizar mucho el rizo, en mi opinión.

Entonces, ¿de verdad, de verdad --al margen de que esto no es una forma
de hacer una discrepancia fundamental en la política--, alguien puede
pensar con estas dos variables que cuando un pueblo, con la situación del
saharaui, pide 6.000, 8.000 ó 10.000 ollas a presión, de verdad podemos
llegar a la conclusión de que hay que negárselas porque eso va a producir
un arsenal en el pueblo saharaui? Creo de verdad que, ni desde el punto
de vista de la buena voluntad, ni desde el punto de vista de lo que
puedan opinar algunos técnicos, ni desde el punto de vista de lo que está
pasando allí, y más ahora que no es la situación de hace cinco años, que
hay una distensión mayor, que hay unas perspectivas muy importantes de
acuerdo y de solucionar el problema del Sahara, y en este momento menos
que nunca, tendría motivos para negarles a estos miles y miles de
personas que viven de una forma terrible 6.000 ó 10.000 ollas a presión.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a los grupos parlamentarios, tiene la
palabra el secretario general, señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Gracias a don Pablo y al señor
Fuentes por sus intervenciones.

En cuanto a la del señor Izquierdo, solamente quiero decirle que es
interés de la Agencia el ser cada día, mientras podamos, más claros, más
explícitos y más públicos, en el sentido de dar toda la información,
cuanta más y mejor información. Intentamos mejorar, ir mejorando poco a
poco, y poco a poco supongo que también podremos hacer que lo que desean
SS. SS. sea lo que les podamos suministrar mejor.

En cuanto el señor Fuentes, agradeciéndole por supuesto su intervención y
sus observaciones, permítame hacerle la misma afirmación que he hecho a
la intervención de Pablo Izquierdo: es nuestro interés como Agencia
mantenerles informados. Quizá por ello habrán observado cómo las
conclusiones del congreso de Valencia se las hemos remitido
absolutamente, es decir, pretendemos hacerlo público y notorio. Pero
claro, cuando el Boletín Oficial del Estado del día 7 de noviembre
publicó la relación exhaustiva de todos los proyectos que se habían
aprobado con sus cantidades, que fue lo que motivó, según la carta, esta
comparecencia, pensamos que era suficiente el listado aparecido en el
Boletín Oficial como información para SS. SS., pero lo que sí voy a
hacer, por supuesto con muchísimo gusto es, a partir de ahora, además de
que lo publique el Boletín Oficial hacer esa misma relación y enviársela
inmediatamente a nivel personalizado a todos los miembros de esta
Comisión. Y también, si el presidente me lo permite, al final de la
comparecencia entregaré un listado por ONG, otro listado por países y un
listado de distribución, para que sea remitido como documentación
adicional a SS. SS.

Dicho esto, y que, insisto, lo que nos incita es a mejorar esta relación,
sí que me gustaría entrar en una serie de observaciones, y voy a hacerlo,
si me permiten, por el mismo orden que ha hecho el señor Fuentes. A mí no
me gustaría sumar la convocatoria ordinaria con la del IRPF porque,
primero, tienen prioridades distintas, que establecen las propias
convocatorias, van para temas distintos, no solamente geográficos, sino
sectoriales, y la suma de dos productos heterogéneos creo que puede
llevar a confusión más que a claridad. No obstante eso, si quiere sí
podemos hacer una suma global de todo el dinero que España como país ha
destinado durante el año 1997, lo que llevamos de año 1997, a los
diferentes países, en cuyo caso veríamos que hay una reducción muy
importante de este GAP que se hace por ONG, y es precisamente la
existencia de una tercera convocatoria y de una cuarta acción (la
convocatoria abierta y permanente, por un lado, y por otro lado la acción
de emergencia y de ayuda alimentaria), lo que equilibra y lo que permite
ver la equidad, entre comillas, de la política exterior y de la política
de cooperación del Gobierno de España.

Efectivamente, las ONG tienen una absoluta capacidad para presentar los
programas que desean sin ninguna cortapisa a una y a otra. La Agencia no
puede hacer que presenten más a un país y menos a otro país. Se podrá
decir: bueno, pero es que las ONG ya saben que si presentan al país equis
ustedes van a decir que no. A mí eso sí me parecería mucho rizar el rizo,
porque insisto que incluso la mayoría de veces nadie sabe de qué país se
está hablando porque se está hablando de un proyecto determinado, pero el
hecho es que los proyectos que se han presentado para Cuba no llegan a 10
y proyectos para Perú superan los 100, y éste es un problema que no es de
la Agencia, éste es un deseo de las ONG de actuar en un sitio u otro;
quizá sea debido a que en un sitio tienen libertad para actuar y en otro
sitio, Cuba, no tienen libertad para actuar; quizá sea debido a que en
Perú pueden elegir la contraparte y quizá sea debido a que en Cuba no
pueden elegir la contraparte; quizá sea debido a que Perú no pone pegas
para que los cooperantes españoles entren y en Cuba tienen que tener un
visado especial que no les renuevan en cuanto hayan tenido la más mínima
relación con la llamada oposición al régimen del señor Fidel Castro. Pero
yo no estoy aquí para hacer política sino para hablar de cooperación,
aunque tengo que decirle al señor Fuentes que me alegra que reconozca que
en Cuba tampoco se respetan los derechos humanos; eso me parece
fundamental porque creo que es digno de tenerse en cuenta. Pero, insisto,
lo que se han estudiado son proyectos de cooperación y esos proyectos de
cooperación son los que han dado como resultado esta distribución.

Si hablamos de la cooperación global, quisiera recordarle que este
Gobierno ha recuperado la ayuda alimentaria de los años 1995 y 1996, que
no había sido hecho por el



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Gobierno que le correspondía, por las razones que sean, que yo no entro
ahí porque no las sé, pero la hemos recogido, y durante este año 1997
hemos hecho una ayuda especial de emergencia de los años 1995, 1996 y
1997, por una razón que usted ha dicho perfectamente: no se puede
castigar al pueblo cubano, que está pasando hambre, por tener unos
dirigentes que ningún pueblo se merece, y precisamente por eso España ha
hecho el esfuerzo de coger la ayuda alimentaria y enviarla allí. Por
cierto, tengo que decirle que con problemas de distribución. ¿Y sabe
usted cuáles son los problemas? El que se ha querido desviar parte de la
ayuda alimentaria a cuarteles y elementos más favorecidos de una sociedad
nada igualitaria, por cierto.

¿Qué más podemos decir de Iberoamérica? Pues miren ustedes, las ONG
tienen algunos países como banderas, como señales, porque es donde han
venido desarrollando una actividad mayor y es donde tienen unos proyectos
a más largo plazo. Yo creo que ésa es un poco la razón por la que Cuba,
Bolivia, y en este momento Guatemala, igual que en otro momento lo fue
Nicaragua, tienen tanta concentración, pero la convocatoria lo que dice
es: establecer preferencias geográficas y sectoriales, y eso es lo que
vamos a cumplir. Yo le aseguro que hemos cumplido. Pero peor que esa
discriminación posible que usted hace me ha sabido a mí otra, que a mí me
ha preocupado mucho más y que hemos estudiado con profundidad, y es que
Haití solamente haya contado con proyectos por 28 millones de pesetas,
cuando usted sabe perfectamente que Haití tiene la desgracia de ser el
país más pobre de América y el segundo más pobre del mundo, donde los
niveles de subsistencia y de esperanza de vida son francamente
lamentables. Pero al estudiar todos los proyectos de Haití (que eran
tres, que tampoco eran tantos), es que dos eran irrealizables y el
tercero era el único que podía realizarse y es el único que hemos podido
subvencionar. Quizá con el paso del tiempo, quizá tras la ley de
cooperación estas convocatorias tengan que reformarse y ser menos
indicativas y más coercitivas; quizá tengamos que hacer una distribución.

Así como ahora, porque así lo decidieron SS. SS., como ustedes saben es
el 45 por ciento para Iberoamérica, el 25 por ciento para el Magreb,
etcétera, quizá eso tengamos que desagregarlo y establecer unas
prioridades más específicas y decir, por ejemplo: pues el Caribe el 18
por ciento, la región andina tanto; no sé cómo decir, ir más a estas
especificaciones. Pero mientras la especificación que nos obligue sea
solamente la del 45 para Iberoamérica, 25 para Magreb y el resto, pues la
verdad es que nos vamos a encontrar con problemas de este tipo siempre.

Por las preferencias de las ONG, la presentación de proyectos se va a
acumular en unas zonas y en otras va a quedar desatendido, a pesar de que
quizá en esas zonas sea donde tengan más interés o donde mayor interés
político pueda haber. Pero lo que sí le quiero asegurar es que ningún
proyecto ha sido despreciado por un criterio político, perdón, excepto
cuando ha sido presentado un proyecto político que no tiene que ver nada
en cooperación al desarrollo, porque la cooperación, como SS. SS. han
dicho reiteradísimamente, es un proceso de ayuda para erradicar la
pobreza de las sociedades más desfavorecidas.

Este año hemos introducido la cláusula anticorrupción, que por cierto ha
sido celebrada unánime y positivamente por todas las ONG, y me consta que
también por SS. SS., pero la cláusula democrática, que a nivel personal
no tendría ningún inconveniente en introducir, ninguno, se lo aseguro, no
depende de mí, depende de sus señorías. Si SS. SS. toman una decisión con
un gran consenso de que se establezca la cláusula democrática en los
contratos y en los convenios con las ONG o con las actividades que
desarrolla la cooperación española, pues con muchísimo gusto le aseguro
que lo introduciré inmediatamente, pero en este punto no tengo capacidad
de iniciativa, no tengo más que capacidad de respuesta, dado que la
iniciativa, como debe ser en un país democrático, la tienen sus señorías.

Luego estamos con lo de los saharauis. Pues mire, le digo lo mismo: el
nivel de presentación de proyectos para el pueblo saharaui ha descendido
una verdadera animalada, muchísimo, muchísimo. ¿Por qué ha descendido?
Pues ha descendido quizá porque ha habido otros cauces por los cuales se
están llenando estas necesidades, y no digo que todas, sino digo que se
están llenando otras. Por ejemplo, nosotros mismos, como Agencia, hemos
hecho una ayuda alimentaria extraordinaria, una por la vía normal y otra
por la vía de emergencia, en este año en que estamos, y además el PMA
está a punto de hacer llegar también otra serie de ayuda alimentaria. Es
decir, quizá sí se han utilizado otras fuentes que son más rápidas. Y
luego también, hay que decirlo todo, hay una expectativa en este momento
de desalojo de los campos y de la vuelta a su territorio natural que hace
que los propios saharauis estén un poco bajos en sus peticiones. Nos
piden material escolar, pero eso se envía por otros procedimientos, no
hace falta; pero las acciones grandes, las acciones de infraestructuras,
las acciones que se hacían en otros momentos, la verdad es que en este
momento están bajando su nivel de peticiones. Sin embargo, como ya
informaremos en el momento oportuno, España, porque así lo ha decidido su
ministro de asuntos exteriores, y estoy seguro que con el consenso de
todas las fuerzas políticas, va a prestar una impresionante,
importantísima ayuda a todo el proceso de reubicación en sus territorios
naturales cuando se termine el tema del referéndum, y va a prestar una
ayuda impresionantemente importante a todo el proceso del propio
referéndum.

Déjeme que le diga algo con respecto a las ollas y a las tiendas de
campaña. Mire, le aseguro que de lo único que no soy experto, ni quiero
serlo, es ni de ollas ni de explosivos porque de explosivos lo que me
gusta son los cohetes de las Fallas, pero no me gusta otra cosa. Me ponen
nervioso las pistolas; todas esas cosas me ponen muy nervioso y la verdad
es que me gustaría que ni existiesen. Pero yo tengo que hacer caso a los
informes que me envían, y sobre todo si son organismos estatales, porque
insisto en mi incapacidad, y supongo que la de mis colaboradores, para
hacer un estudio así. Si llega un informe serio, firmado, no sé cómo
decirle, digno, pues mire usted, yo me lo creo. Puede decir: ¡Hombre!, es
que hay otros expertos que dicen otra cosa. Pues posiblemente, pero el
que llegó a la Agencia era ése, y la verdad es que no se me ocurrió
preguntar a otro, porque si hubiera sido una oficina o un expertise



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independiente, pues hubiera pensado: vamos a ver si otro dice lo
contrario. Pero quizá por eso de que cuando estás en la Administración
crees que la Administración tiene unas facultades de discernimiento
superiores, así lo creímos. Si obramos mal, acepto toda la
responsabilidad, porque, efectivamente, fue un solo informe el que
hablaba de la utilización de estas ollas como minas anticarro en la
defensa de la línea imaginaria que separaba la República Arabe Saharaui
de Marruecos. Y respecto a lo de las tiendas, pues le digo lo mismo. Si
el proyecto ponía que había 6.000 tiendas de campaña a las que había que
abastecer, pues no es que fueran todas las tiendas de campañas de todo el
Rasd, que supongo que no, pero supongo que sería eso. Ahora, también es
posible que en mi intervención me confundiese y lo que era un campamento
lo elevé a todo el territorio del Rasd; no lo recuerdo de memoria, pero
en cualquier caso lo que sí le aseguro es que el informe que teníamos en
la mesa era que había más ollas que las casas que teóricamente tenían que
abastecer, perdón, tiendas, casas, jaimas, o lo que sea. ¿Que eso puede
ser un error?, también lo digo, porque no había una certificación del
censo de casas o de tiendas, pero indudablemente lo que establecíamos era
eso, que nos llamaba la atención que hubiese bastantes más ollas que las
necesidades que había, junto con el otro problema. Tengo que decirle, de
todas maneras, que, por medio de la cooperación descentralizada, se pidió
esta operación reiteradamente, y que no sólo la Agencia, sino
ayuntamientos de muy diversa índole política (y al decir índole política
me refiero a que el equipo de gobierno está conformado por diferentes
partidos), todos decidieron no hacer esta acción. Hay tres ayuntamientos
a los que se pidió y no lo hicieron. Quizá eso demuestre también que
había algo, no sé cómo decirlo, algo no excesivamente claro.

Quiero manifestar que si sumamos las ayudas establecidas a través de las
convocatorias de ONG con las ayudas por convocatoria abierta y
permanente, con la ayuda de emergencia y con la ayuda alimentaria, el
pueblo saharaui, por habitante, continúa siendo con mucho, con mucho, el
que más ha recibido de la cooperación española en el año 1997. Hay una
pequeña cuestión y es que, si se hace este año la ayuda de las ONG para
los territorios palestinos, los 267 millones, pasarían a ser estos
territorios palestinos los que ocuparan este primer lugar, en segundo
lugar estarían los refugiados saharauis.




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: En esta segunda intervención voy simplemente a
intentar resaltar algunas de las cuestiones que se han expresado y a
matizar otras.

Yo creo que, a instancias de parte, de los grupos parlamentarios, señor
presidente, del propio Gobierno, se está produciendo una relación
bastante fluida en esta legislatura en lo que se refiere a dar cuentas o
a rendir información y documentación a la Cámara por el actual Gobierno,
yo diría que extraordinariamente fluida. Los grupos parlamentarios
recibimos a través del señor presidente de esta Comisión mucha y
documentada información sobre convocatorias, sobre subvenciones,
etcétera; no obstante, el Reglamento de la Cámara y la práctica
parlamentaria siempre es a instancia de parte. Somos los grupos
parlamentarios o los diputados, en el ejercicio de nuestras propias
responsabilidades, y para eso nos ampara nuestro propio Reglamento, que
hemos aprobado por unanimidad hace muchos años, los que, por su artículo
7, solicitamos la documentación al Gobierno. Y el Gobierno tiene la
obligación de remitirla a la Cámara.

Invertir la tendencia tampoco es malo y de eso estamos hablando en la Ley
de Cooperación. El propio Gobierno plantea una sección al respecto,
artículo 12 y siguientes, en los que habla de la futura Comisión de
Cooperación al Desarrollo, con unas funciones específicas; el Gobierno
dará cuenta de los programas de cooperación, de su seguimiento, de su
evaluación, de su planificación, etcétera. Entonces tendremos quizás otra
dinámica más acorde con lo que el señor Fuentes dice y con lo que estamos
de acuerdo, pero no creo, dicho esto, que se pueda hacer una crítica muy
profunda. La crítica siempre es legítima, siempre es bienvenida, y
nosotros la aceptamos como tal. Lo que sí me preocupa de la intervención
del portavoz del Grupo Parlamentario Socialista es esa disquisición que
hace sobre política exterior, política de cooperación, derechos humanos,
etcétera, porque yo creo que tenemos todos las ideas muy claras. Una cosa
es la política, la política exterior, y otra cosa es la política de
cooperación al desarrollo. Lo que algunos pensamos, la mayoría, no
solamente en este Parlamento, sino fuera de él, el conjunto de la
sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales, los principales
actores de la cooperación al desarrollo, los principales expertos, la
comunidad internacional, es que cada vez más los principios de la
cooperación al desarrollo, como ha dicho el secretario general de la
Agencia, la lucha contra la pobreza en todas sus manifestaciones tiene
que inspirar la política exterior, al menos de España. Esto es algo que
vemos que se está haciendo realidad al plasmarse en el papel las
políticas concretas de este Gobierno. Yo recuerdo a SS. SS. que en los
presupuestos de 1998, el 64,5 por ciento del conjunto de las partidas del
Ministerio de Asuntos Exteriores es política de cooperación al
desarrollo. Ya simplemente por ese dato cuantitativo podemos decir que la
actual política exterior del Gobierno es política de cooperación para el
desarrollo y ésa es la circunstancia fundamental que imprime el carácter
y la proyección de España al exterior a través del ministerio que se
encarga de los asuntos exteriores o de las relaciones internacionales.

La cuestión de los derechos humanos es ciertamente compleja y la
aplicación de la cláusula democrática, señorías, también. Hay diferentes
cláusulas democráticas, hay opiniones para todos los gustos. Lo que no es
complejo es el criterio que este Gobierno ha mantenido de manera
insistente, que es que en ningún caso una decisión política conlleve otro
tipo de decisiones. A mí me parece que el señor Fuentes, en su legítima
intervención, a pesar de ser una iniciativa del Grupo Parlamentario
Popular, sobre la que él debe fijar posición, se adelanta a una de las
preguntas que nuestro grupo hace hoy y que son relativas a los últimos
datos de la ayuda humanitaria a Cuba.




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Recientemente, yo he leído en medios de comunicación que las inversiones
españolas en Cuba en los dos últimos años se han triplicado y de ahí
nuestra preocupación de saber exactamente cómo estaba la ayuda
humanitaria, porque nada tienen que ver las relaciones políticas entre
dos Estados y la especial responsabilidad (y eso es algo que siempre ha
defendido nuestro Gobierno y lo ha dicho con toda claridad) del Gobierno
de España con el pueblo cubano. Luego conoceremos de manera global los
datos de esa ayuda humanitaria, de esa ayuda del pueblo español hacia el
pueblo cubano, que creo que son extraordinariamente importantes y que,
lejos de haberse detenido, se han aumentado.

No podemos, señorías, hacer una crítica parcial a esta convocatoria del
IRPF ni a la anterior, la convocatoria ordinaria, por cuanto, lo reitera
la Agencia Española de Cooperación y nosotros también, lo que se
subvencionan son proyectos. Por lo tanto, comparar los datos de la ayuda
al Perú con los de la ayuda a Cuba no es muy real, los datos finales de
las subvenciones concedidas. Como ha dicho el secretario general de la
Agencia y nosotros lo queremos resaltar, lo que había de compararse son
las solicitudes presentadas, el volumen de proyectos en su cuantificación
numérica exacta, número de proyectos y volumen de ayuda solicitada a un
país y a otro. Y hay que tener en cuenta, señorías, como muy bien ha
dicho don Luis Espinosa, que son proyectos que solicitan organizaciones
no gubernamentales y que por lo tanto no se producen a instancias de la
Agencia ni a instancias del Gobierno en su máxima extensión, sino de las
propias organizaciones no gubernamentales. Yo insisto en lo que decía en
mi primera intervención, que las prioridades territoriales y geográficas
de nuestra cooperación no solamente son las que los diputados y los
senadores, en el Congreso y en el Senado, en épocas pasadas y
actualmente, podamos definir, incluso en el debate de la Ley de
Cooperación, sino que están plenamente ancladas en la realidad; es la
cooperación o digamos la ayuda por la solidaridad que promueve la
sociedad española muy de abajo arriba, si entendemos como tal la que
hacen las organizaciones no gubernamentalmente, y nosotros así lo
entendemos.

Por lo tanto, no confundamos las cuestiones. Vamos a tener una pregunta
específica sobre Cuba en el trámite de esta Comisión parlamentaria y
vamos a conocer los datos concretos de la cooperación española al
desarrollo, humanitario y social, del pueblo cubano. Sobre otras
cuestiones yo solicitaría, señorías, la máxima prudencia y el
sentimiento, que nos debe inspirar a todos, de que estamos hablando de
cuestiones que interesan a todos, que son política de Estado y sobre las
que se debe producir el menor número de discrepancias, o por lo menos
discrepancias desde la prudencia, la reflexión y la serenidad, que son
virtudes, por cierto, que siempre han acompañado al Grupo Parlamentario
Socialista en las grandes cuestiones de política en este país y que creo
que deben seguirle acompañando.




El señor PRESIDENTE: Señor Fuentes.

El señor FUENTES GALLARDO: Usted no sabe bien la penuria con la que
trabajamos los diputados en esta Cámara, y de eso puede dar fe cualquier
diputado de cualquier grupo. A veces, desde la Administración, no se sabe
que esto es radicalmente distinto a la Administración. Para nosotros, en
pura teoría, sería suficiente si está en el BOE, pero desgraciadamente no
funciona así. Y yo lo que no quiero es tener que recurrir a pedir por
escrito que manden esto o aquello. No tiene sentido. Unicamente, cuando
usted tenga el listado de la documentación que les mandan las ONG los
manda a los portavoces. Y ya está; no hay problema. Está claro que yo
debería ir al BOE, de acuerdo, pero insisto en que usted no sabe cómo
trabajamos aquí y la penuria de medios que tenemos, y eso que, la verdad
sea dicha, en los últimos años ha evolucionado mucho a bien esta Cámara
en cuanto a medios, pero de todas formas está a años luz de lo que puede
ser una Administración, no solamente central, incluso autonómica o
provincial. Y eso lo sabe bien cualquiera que haya estado en un puesto en
la Administración y después sea diputado; se queda anonadado, como poco,
de los medios que tenemos los diputados. Simplemente es eso, sin tener
que recurrir al formalismo de solicitarlo, que no tiene sentido; además,
es público. O sea que lo mismo que les mandan las ONG, nos lo mandan a
nosotros.

Es verdad que no se deben mezclar manzanas con peras. No son tan
radicalmente distintas las dos convocatorias; hay diferencias, pero, en
fin, me quedo con el dato: 226, a Perú; 35, a Cuba. Luego hago una
reflexión, simplemente. ¿Es descabellado pensar que algunas o muchas ONG
no presenten proyectos a Cuba porque presuman que van a ser rechazados?
¿Esa pregunta es descabellada o hay algo en el ambiente que puede inducir
a pensar a muchas ONG a no presentar proyectos para Cuba porque piensan
que pueden ser rechazados? A lo mejor es un juicio de intenciones, pero
me parece que, olfateando un poco el ambiente, no es muy descabellado
pensar eso. Es un dato.

La gente lee, la gente escucha y la gente ve lo que pasa, y hay
situaciones que disuaden de presentar proyectos, porque no es normal esa
diferencia, no es normal. Y además tenemos vínculos con todos los pueblos
latinoamericanos, pero, por los motivos que sea, históricos o de otro
tipo, hay pueblos con los cuales, sentimentalmente incluso, la sociedad
española está más vinculada, y yo creo que en ese ranking, si quiere
usted de algo tan poco racional y tan poco mensurable como es el
sentimiento generalizado, desde luego la población cubana estaría en los
primeros puestos. No sabe uno definir bien por qué, o habrá explicaciones
históricas, pero el hecho es ése, que hay una simpatía especial con todo
lo relacionado con Cuba; con Cuba como pueblo. Después habrá
discrepancias en la situación política de Cuba.

No se sorprenda porque yo haya dicho que Cuba no es el paradigma de los
derechos humanos. Eso no es ninguna novedad, ni para mí ni para ningún
representante de nuestro grupo. Nunca ha sido una novedad eso; es una
cosa que estamos repitiendo hace muchísimos años, que no consideramos que
Cuba sea el paradigma de los derechos humanos, que allí hay derechos
humanos que no se respetan.




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Hay una diferencia. Nosotros lo decimos de Cuba y de muchos sitios. Lo
que es difícilmente explicable es que solamente nos fijemos en Cuba
cuando hablamos de que no se respetan los derechos humanos. Y no hablemos
de Perú. Y no solamente en la ayuda humanitaria, incluso en la comercial
del Estado. ¿Por qué Cuba no y China sí? ¿Es que los derechos humanos son
un paradigma de su cumplimiento en China y de incumplimiento en Cuba? No.

Lo digo sin querer sacar otras conclusiones; como elemento de reflexión.

Porque esto no es blanco o negro, esto no es algo perfectamente
mensurable. Decir: Como Cuba no es el paraíso o el edén de los derechos
humanos, la ayuda del Estado o las relaciones económicas se cortan, y a
otros, sí, porque son un paradigma. No es así. Hay una decisión política
legítima que toma el Gobierno de la nación, eso no lo discute nadie, pero
que provoca discrepancias o desacuerdos, porque no es una línea recta, no
es una línea coherente. Si hubiese una línea coherente, lo mismo que
decimos de Cuba tendríamos que decir de muchísimos países, muchísimos, y
no lo hacemos. Como es a unos, sí, y a otros, no, alguna explicación hay,
que es la que yo expongo: hay unas motivaciones especiales, que ya se han
discutido infinidad de veces en esta Cámara, en el Pleno, en comisiones,
aquí y allá; no quiero repetir, pero ésa es la verdad. No se sorprenda
usted de esa afirmación mía porque es más antigua casi que esta casa.

Siempre se ha defendido eso, en Cuba y en más países. Lo que es
sorprendente es que sólo ponen el barómetro de medir el cumplimiento de
los derechos humanos en una zona determinada y en las otras, no. Esa era
mi idea.

Y después, por último, a veces cuando interviene el portavoz del Grupo
Parlamentario Popular, pienso: ¿Nos habremos pasado en el tono? Es cierto
que en ocasiones hablamos con pasión de temas que nos preocupan, pero la
verdad es que en este tema no tendrán queja los representantes del
Gobierno ni los representantes de los grupos políticos. Como estamos casi
en un ambiente familiar --hoy más familiar que otras veces, hoy ya es una
familia moderna, de pocos miembros--, más allá de que mantengamos
nuestras discrepancias, incluso a veces discrepancias importantes, yo
creo que nunca se han planteado de forma incorrecta, ni siquiera agria.

Lógicamente, hay visiones distintas y cada uno defiende lo que
honestamente piensa, partiendo de la base de que ninguno, cuando
hablamos, creemos que tenemos el cien por cien de la razón, en este tema
ni en ninguno.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate, tiene la palabra el señor
Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Muy brevemente. Primero,
permítame decirle, señor Fuentes, que no me he sentido jamás, en esta
Comisión, agredido, ni tan siquiera incómodo. He escuchado cosas, algunas
me parecen mejores y otras peores, pero, como usted bien dice, eso entra
dentro de las diferentes visiones que de la organización tienen. Le
aseguro que vengo a menudo y vengo siempre con el espíritu más abierto y
con las ganas de hacer lo mejor posible, entendiendo por hacer lo mejor
darles la cumplida información y darles la respuesta lógica a aquellas
cosas que ustedes me plantean.

Si las ONG o algunas ONG piensan que no van a presentar un programa para
Cuba porque desde la dirección política de la Agencia se va a cercenar,
creo que es un sentimiento poco sensato, excepto si se presentan
programas políticos. Le voy a poner un ejemplo real. Se pide la
aprobación de un proyecto para llevar el agua a tres poblados de una de
las regiones de Cuba. Es aprobado. Al cabo de siete meses, se envía una
solicitud a la Agencia diciendo que se quiere cambiar parte del objetivo
y parte del presupuesto: de llevar el agua, a hacer una campaña de
educación sobre el consumo del agua, porque se ha decidido que, si no hay
una sensibilización previa sobre la escasez y el consumo de agua, para
nada sirve llevar el agua. Pues dijimos que no, porque el proyecto
presentado era indudablemente llevar el agua a tres municipios, a no sé
cuántas casas de esos municipios. La sensibilización creemos que es algo
que cuesta poquísimo dinero, que puede hacerse con poquísimo o con nada
de dinero, y le correspondería a la propia autoridad. Lógicamente esa ONG
puede decir: Es que nos quieren quitar y coaccionar políticamente. Yo lo
negaré absolutamente, diré que me parece que lo político es esa
sensibilización, entre comillas, que pretende gastar dinero en algo que
puede hacerse sin gastar y que además no contribuye directamente a la
erradicación de la pobreza, que era el objetivo de esta acción.

También es posible que en algún momento determinado el subconsciente de
alguien, el mío en este caso, pueda traicionarme y decir: Por aquí, no.

Pero lo dudo, porque, entre otras cosas, yo tengo una afición tremenda a
toda el área del Caribe y creo que de verdad es una zona con la que, como
usted bien dice, tenemos una especial relación. Hay que recordar que los
últimos países con los que España ejerció soberanía fueron del Caribe y
que solamente un país del Caribe, tras la independencia, solicitó y
obtuvo volver al regazo de la Corona española durante un período de
tiempo determinado, hasta tener la segunda independencia, también por un
camino puramente pacífico. Indudablemente, lo que sí que pretendemos es
que las organizaciones no gubernamentales, como lo están haciendo, cada
día tengan un mayor nivel técnico y cada día presenten más un programa
determinado. Ahora mismo, y se lo anuncio ya, estamos haciendo un
esfuerzo por compilar el marco lógico, el prototipo de marco lógico, para
que todos los proyectos de las ONG vengan presentados en él. Sabemos que
esto es un esfuerzo adicional que le vamos a pedir a las ONG y estamos
dispuestos a ayudarles, pero lo que también es bueno, sea cual sea el
partido que esté en el Gobierno, sea cual sea, es que tengamos unos
prototipos y unos proyectos homologables con cualquiera de los que se
están haciendo en le área comunitaria, y que despojemos cada vez más de
ideología partidaria los proyectos para convertirlos en asuntos más
técnicos. Porque la ideología, que es estupendo que exista, la tenemos
que tener a otros niveles; las decisiones políticas ya las tomarán en
primer lugar ustedes, que para eso son elegidos democráticamente



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por el pueblo español, y a continuación el Gobierno, donde reside la
ejecución de esta política.

De todas maneras, y para concluir, hago entrega al señor presidente de
esta información y, señor Fuentes, lo que sí le aseguro es que daré hoy
mismo la orden para que se envíe toda la documentación, que es verdad que
no se enviaba, pero precisamente por esa idea de que lo que aparece en el
BOE es erga omnes y que todo el mundo lo sabemos, pero lo corregiremos.




PREGUNTAS:



--DEL SEÑOR FUENTES GALLARDO (GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO), SOBRE
INTENCION DEL GOBIERNO DE APOYAR E IMPULSAR LA COOPERACION ESPAÑOLA EN EL
SAHARA (Número de expediente 181/000966).




El señor PRESIDENTE: Terminado este punto del orden del día,
comparecencia del señor secretario general de la Agencia, pasamos a la
contestación a las preguntas que figuran en el orden del día.

En primer lugar, la pregunta del señor Fuentes Gallardo, que va a ser
hecha por su compañera doña Berlamina Martínez González, sobre la
intención del Gobierno de apoyar e impulsar la cooperación española en el
Sahara.

Tiene la palabra la señora Martínez González.




La señora MARTINEZ GONZALEZ: Bienvenido, señor secretario general, una
vez más a nuestra Comisión.

Es una pregunta que en parte está tratada, porque se ha dedicado en la
intervención anterior bastante tiempo a los saharauis, pero la reitero,
porque creo que la situación del pueblo saharaui es muy especial. A mi
grupo le gustaría saber cuál es la intención del Gobierno de apoyar e
impulsar la cooperación española con el Sahara, con el pueblo saharaui.

Cuando me conteste, pasaré a darle otras opiniones.




El señor PRESIDENTE: Señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Como usted bien sabe, el pasado
16 de septiembre, el enviado personal del Secretario General de Naciones
Unidas, señor James Baker, anunciaba en Houston la culminación del
proceso negociador que bajo sus auspicios había comenzado el nuevo
secretario general. El señor Baker impulsó la negociación entre Marruecos
y el Frente Polisario, que, a través de las sucesivas rondas en Lisboa y
Londres, entre junio y agosto del presente año, habría de desembocar en
el crucial encuentro de la ciudad texana.

Los contactos directos entre las partes se habían realizado bajo el
principio y condición de que nada estaría acordado hasta que todo hubiera
sido acordado. Houston representaba por ello la oportunidad de consolidar
los avances cosechados durante los encuentros precedentes, pero también
el riesgo de volver a la casilla de partida si las divergencias entre los
interlocutores persistían en torno a los aspectos más controvertidos del
plan de arreglo de Naciones Unidas para el Sahara occidental.

El informe del secretario general al Consejo de Seguridad, del 24 de
septiembre, recoge las conclusiones de Houston sobre esta base del
Consejo, mediante la Resolución 1133, que decidió prorrogar la Minurso
por un período de seis meses, así como pedir al secretario general que
comience la identificación de las personas con derecho a votar. Y esto es
lo fundamental.

A la luz del mencionado informe resulta patente que ambas partes han
realizado un meritorio esfuerzo negociador para superar la parálisis del
plan de arreglo. Los compromisos sellados en la ronda de Houston, que
dieron firmeza a la serie de acuerdos previos, versaron sobre el
reconocimiento de los poderes y autoridades de Naciones Unidas durante el
período transitorio, el código de conducta al que se atendrán las partes
durante la campaña para el referéndum y las medidas prácticas para la
reanudación del proceso de identificación.

Sobre la base de las consultas del equipo técnico que fue despachado a
territorios del 7 al 15 de octubre con el fin de volver a evaluar las
necesidades de recursos de Minurso, la Secretaría General de Naciones
Unidas emitió su informe definitivo el 13 de noviembre de 1997,
cumpliendo así el requerimiento de la Resolución 1133 del Consejo de
Seguridad. En dicho informe se contiene, entre otras cosas, un plan y un
calendario para la celebración del referéndum, una estimación del
personal necesario para cubrir los efectivos concretos de la Minurso y
una serie de observaciones y recomendaciones sobre la aplicación del plan
de arreglo.

Este informe fue complementado además por un addendum de 19 de noviembre
que contiene la estimación del costo de aplicación, que es de 129
millones de dólares. El cumplimiento de los plazos y actuaciones
previstos en el mencionado informe, y, por consiguiente, la definitiva
resolución del contencioso, dependerá no sólo de que las partes mantengan
el espíritu de compromiso, que bajo la mediación de James Baker permitió
el desbloqueo de la anterior situación, sino también de que se dote a la
Minurso de los medios y recursos reflejados.

En este sentido, el Gobierno español ha aprobado la realización de una
contribución voluntaria al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados, para que a su vez dote al Minurso por importe de 4
millones de dólares, es decir, 600 millones de pesetas. Asimismo, se
tiene previsto seguir apoyando e impulsando la colaboración con el pueblo
saharaui a través de la concesión de becas de estudio, a través de
subvenciones y a través de proyectos que las ONG presenten para su
realización, bien en los campos de refugiados, bien en sus nuevos
asentamientos. Se prevé también que la ayuda alimentaria destinada a los
refugiados saharauis en 1997 ascienda a 575 millones de pesetas.

Es de señalar que en 1991, cuando se creía inminente la celebración del
referéndum y a la vista de las necesidades para su organización
expresadas por las Naciones Unidas,



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se entregaron ya al Acnur 20 vehículos Nissan Patrol, por un importe
total de 44 millones de pesetas. Durante estos años se ha autorizado al
Acnur a utilizar estos vehículos en otras de sus misiones, bien sea
Mauritania, Yugoslavia, etcétera, con el compromiso de reponerlos para
este momento preciso de repatriación y reasentamiento.

Por último, quisiera informar a SS. SS. de que están en estudio nuevas
medidas de cooperación con destino a esa región, con la finalidad de
colaborar al desarrollo del actual proceso en marcha. Lamentablemente,
aún es pronto para que pueda facilitarles mayores detalles al respecto,
aunque espero hacerlo en un próximo futuro.




El señor PRESIDENTE: Señora Martínez González.




La señora MARTINEZ GONZALEZ: Quiero decirle, en primer lugar, que me
produce una gran satisfacción haberle escuchado que el Gobierno está
pensando en una ayuda especial, en una contribución. La contribución de
la que habla de 4 millones de dólares, yo entiendo que se corresponde con
la decisión del anterior Gobierno, que en 1991, y con el apoyo y el
beneplácito de todos los grupos de la Cámara, decidió esa contribución
ante el plan de paz diseñado por el entonces secretario general de
Naciones Unidas, señor Pérez de Cuéllar. Entiendo yo que esos 4 millones
de dólares serían los mismos que acordó el Gobierno anterior aportar al
plan de paz que en aquel momento se puso en marcha, como digo, y que se
frustró cuando no se llegó a un acuerdo en la identificación de los
saharauis con derecho a voto.

Por otra parte, tengo que decirle que en nuestro grupo estamos muy
preocupados porque desde septiembre, cuando se producen los acuerdos en
Houston, a partir de ese momento, se celebra una conferencia
internacional en los campamentos de Tinduf, donde acudieron
representantes de parlamentos autonómicos, de ayuntamientos y de algunos
grupos de la Cámara. Nuestra preocupación fue la ausencia del Grupo
Popular en esa conferencia, y, a partir de ese momento, esta diputada, en
esta Comisión y fundamentalmente en la de Asuntos Exteriores, ha
preguntado al Gobierno por la intención de contribuir a este proceso que
se inicia con los nuevos acuerdos de Houston, que parece que no se
quieren llamar plan de paz, como se denominaba antes, sino de arreglo. Yo
creo que el nombre en este caso es lo de menos; lo importante es que este
arreglo, o este acuerdo, o este plan de paz, para que se desarrolle ese
referéndum en condiciones de justicia, en condiciones de transparencia y
de seguridad, se produzca, que la Minurso concluya una identificación de
votantes que sea aceptada para las dos partes y que el pueblo saharaui
tenga la oportunidad de decidir su futuro.

Eso sería lo importante, no tanto si lo llamamos arreglo o lo llamamos
plan de paz. En cualquier caso, esta diputada está preocupada, como le
decía antes, y ha preguntado al señor ministro. En aquella pregunta,
contestó que no había diseñado ningún plan especial para una situación
especial en cuando a la ayuda. Por eso hoy volvemos a hacer la pregunta y
también tenemos un texto que se ha entregado a los grupos para ver si
somos capaces de llegar a un texto consensuado, a una proposición no de
ley, que inste al Gobierno concretamente a una participación más activa,
por supuesto siendo especialmente sensibles para no injerir en el proceso
y que pudiera crear problemas a España con Marruecos, es decir, que la
disposición de España a ayudar al pueblo saharaui de una manera especial
ante una situación tan especial Marruecos pueda entenderlo como una
injerencia. A nadie se le escapa también que es importante insistir en
que la relación de fuerzas es muy desigual, que Marruecos es una potencia
en la zona y que el pueblo saharaui tiene apenas 250.000 habitantes,
viven en unas situaciones de carencia total de la ayuda humanitaria, como
todos sabemos, desde hace 22 años en campamentos de refugiados. Creemos
que España, además, tiene una deuda histórica. Los gobiernos demócratas
han heredado una situación que nos avergüenza un poco a todos, cómo se
decide la salida y cómo se vulneran los derechos del pueblo saharaui de
ir a un referéndum de autodeterminación. Digamos que, a partir de ese
momento, unos más otros, yo creo que todos, pero a lo mejor unos lo
decimos más insistentemente, queremos contribuir de una manera eficaz a
que el pueblo saharaui se mueva en situaciones de igualdad con Marruecos
a la hora de decidir su futuro. Y pensamos que España, aparte de la
aportación que vaya a hacer a la Acnur, en cuanto al proceso de retorno
de los refugiados, podría tomarse muy en serio ofrecerse a la Minurso
para cualquier cuestión en la que nosotros, los españoles, el Gobierno de
España, pueda aportar ayuda, en el nivel sanitario, en el nivel
alimentario, etcétera. Ya he visto que se eleva mucho la ayuda
alimentaria; sabemos que en este momento vuelve a haber problemas
gravísimos con el agua, pues tienen el agua contaminada en algunos
campamentos y tienen una necesidad imperiosa de una ayuda especial.

Y nada más. Me alegro mucho de haberle escuchado que el Gobierno está
pensando de verdad una contribución especial, porque en definitiva el
referéndum y el futuro lo van a decidir ellos, y en lo que nosotros
podemos ayudar es en que se haga en las mejores condiciones de igualdad,
de justicia, para un pueblo que lleva sufriendo de una manera especial.

Yo he estado allí en esta conferencia que les decía, he visto in situ las
condiciones de vida y de salud y realmente es una situación insoportable
que dura demasiado y que yo creo que todos deseamos que se termine.

Espero de verdad que esta proposición no de ley cuyo posible texto, como
decía antes, circula entre los grupos, pueda presentarse; ya veo que va a
ser imposible que la presentemos antes de la Navidad, pero a ver si en el
mes de febrero llegamos todos a un consenso.




El señor PRESIDENTE: Señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Déjeme decirla que comparto con
usted los sentimientos de que el referéndum se haga con plena libertad de
todos los que tengan derecho a votar y que el resultado sea acatado por
todos, porque será una muestra de limpieza y nadie podrá decir que se
tergiversa la voluntad del pueblo saharaui.




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También tengo que decirle que plan de arreglos es como lo han definido
las dos partes en conflicto y no seré yo quien remede lo que ellos han
tardado cerca de tres meses en consensuar; una muestra más de respeto es
llamarle por el nombre que marroquíes y saharauis han encontrado, para
evitar otro tipo de connotaciones. Plan de arreglo es como se llama, al
menos yo voy a continuar llamándolo así. Tampoco me importa mucho, porque
la cuestión de los nombres la verdad es que me importa muy poco; lo que
importa es que efectivamente sirva para arreglar aquella situación.

Cuatro millones. Como quiera. Sí, los 4 millones es respetar un
compromiso, aunque no tenía partida presupuestaria, porque, como usted
sabe perfectamente, cuando en un año se termina el presupuesto, hay que
devolver a quien tiene el Tesoro, hay que devolverlo. Efectivamente, en
un momento determinado, el Gobierno de España, el legítimo Gobierno de
España, el democrático Gobierno de España, tomó una decisión, y el actual
Gobierno de España, tan legítimo y tan democrático como aquél, ha tomado
la decisión de volver a hacer lo mismo que hizo el anterior, materializar
los 4 millones de dólares que el anterior, por razones equis o zeta,
fuera de su voluntad, indudablemente, no pudo hacer.

Sí, son 4 millones de dólares, 600 millones de pesetas, los que se ponen
en la contribución extraordinaria para poder llevar a los ciudadanos
saharauis que viven fuera de su hábitat natural a que voten y también, en
caso posible, de reasentamiento. Indudablemente, si todo termina como
debe terminar, el Gobierno hará una serie de planteamientos para ayudar
al pueblo saharaui. No se puede olvidar que hemos tenido una historia
común durante una serie de años y, fuera de la valoración que a cada
parte y a cada persona le merezca la salida o no salida, o la entrada, y
no opino porque no teníamos responsabilidad alguna en ello (eso sí, tengo
mi opinión como español, pero no es para darla en esta Cámara), el
Gobierno va a presentar una serie de iniciativas, que espero que SS. SS.

aprueben, para que podamos hacer una mayor cooperación. Y también estoy
convencido de que, cuando los refugiados vuelvan a sus lugares naturales,
se podrá hacer una serie de acciones, fundamentalmente
infraestructurales, que hoy en día es imposible, por esa precariedad que
S. S tan bien conoce.




--DEL SEÑOR IZQUIERDO JUAREZ (GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO), SOBRE ULTIMOS DATOS SOBRE LA AYUDA HUMANITARIA DE ESPAÑA HACIA
CUBA (Número de expediente 181/001037).




El señor PRESIDENTE: Pregunta de don Pablo Izquierdo, del Grupo
Parlamentario Popular, sobre los últimos datos sobre la ayuda humanitaria
de España hacia Cuba.

Tiene la palabra su señoría.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Sé que la hora es muy avanzada, que tenemos
que formular nuestras preguntas con brevedad, porque además tenemos
bastantes y, como pueden comprobar SS. SS., el mayor peso del orden del
día responde a instancias de nuestro grupo parlamentario; son
circunstancias, pero, señor presidente, con toda brevedad, no me resisto
en este trámite, exactamente igual que el señor Fuentes, portavoz del
Grupo Socialista, en el trámite anterior sobre la iniciativa del Grupo
Parlamentario Popular adelantó parte del debate con relación a Cuba, no
me resisto en este trámite a decir dos cosas que acabo de oír y en las
que ha sido citado nuestro grupo.

Señora Martínez, el Grupo Parlamentario Popular no estuvo en Tinduf
porque así lo solicitó la misión Baker. Fue trasladado a nuestro Gobierno
y a los partidos políticos y no le quepa a usted la menor duda de que nos
sentimos muy satisfechos con esa decisión que tomamos, porque estamos
seguros de haber contribuido al éxito inicial de la delegación de Baker
en el Sahara para desbloquear el asunto. Le puedo asegurar que en la
oposición, creo que durante 13 años, nuestro grupo parlamentario ha
actuado en cuestiones de política exterior con la máxima responsabilidad
y prudencia, y esa responsabilidad y prudencia y el estar con las
decisiones de nuestro Gobierno, entonces el suyo pero era nuestro
Gobierno en política exterior, es algo que se les debe exigir a SS. SS.

en esta nueva etapa de las responsabilidades políticas en España. Quiero,
señora Martínez, que no se le olvide, porque ése fue el motivo y el
origen de nuestra decisión, y le recuerdo de paso que durante 13 años del
anterior Gobierno, si usted habla de vergüenza democrática...




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo, yo le rogaría que se ciñera usted a
la pregunta en concreto.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Le agradezco la recomendación, señor
presidente. Simplemente diré que la solidaridad con el pueblo saharaui ha
sido de alguna manera sostenida desde la iniciativa de muchos
ayuntamientos y desde el peso de la responsabilidad en esos ayuntamientos
de grupos políticos bastante diferentes al suyo, en concreto, desde el
peso mayoritario de la responsabilidad municipal durante bastantes años
del Partido Popular, por lo que se refiere a la sensibilidad.

Hay cosas, señor presidente, voy a enlazar...




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo, no me fuerce usted a que le retire
la palabra. Estamos en el punto del orden del día de la pregunta sobre la
ayuda humanitaria de España hacia Cuba y yo le rogaría a usted que se
ciñera a la cuestión, porque reabre un debate sin que la portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista en ese turno tenga réplica; por tanto yo
le rogaría a usted que se ciñera a la pregunta al señor secretario
general.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Me ciño inmediatamente a la cuestión; lo único
que sucede es que hay cosas en las que la pasión, como ha dicho antes el
señor Fuentes, nos puede, y hay cosas de las que hablamos con más pasión
que otras.




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Una de las cosas de las que hablamos con pasión algunos...




El señor PRESIDENTE: Deje usted la pasión, por favor.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: ... es Cuba.

No tenemos tiempo, como decía al principio, para hacer una exposición
larga, pero qué duda cabe que en mi caso personal, por unas situaciones
que no vienen al caso, profesionales, la cuestión de Cuba es de
extraordinaria importancia.

Señor secretario general, la pregunta está enumerada en el orden del día
y es bien concreta: cuáles son los últimos datos de la ayuda humanitaria
de España a Cuba. Queremos que con esta y las siguientes preguntas se
inicie una fluida información ante el Gobierno y la Comisión de
Cooperación sobre las cuestiones concretas que interesan a la misma, que
son las de cooperación al desarrollo. Recientemente leíamos en los medios
de comunicación, y lo decía antes, que las inversiones españoles en Cuba
se habían triplicado y nos interesa sobremanera desmentir una especie de
campaña que se ha venido haciendo sobre las relaciones de España con
Cuba, derivadas de otros problemas que son tangenciales a éste, yo creo
que de alguna manera artificiales y provocados, desde el punto de vista
de quien no entiende que la responsabilidad en estas cuestiones, las de
política exterior, es la misma en la oposición que en el Gobierno; pero,
en fin, algunos en el año 98, me refiero al siglo pasado, quisieron hacer
de la cuestión cubana una cuestión interna, y quien más sufrió fue el
pueblo cubano. A los españoles de finales del siglo XX y de principios
del siglo XXI la cuestión cubana es una cuestión cubana y la
responsabilidades del Gobierno de España, de nuestro Gobierno y de los
futuros gobiernos en el próximo siglo, por lo menos de muchos españoles,
las tenemos bastante claras.

Señor secretario general, en ese sentido, ¿cuáles son los últimos datos
de la ayuda humanitaria de España hacia Cuba?



El señor PRESIDENTE: Señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION, AECI
(Espinosa Fernández): Como bien sabe, el Gobierno, desde el primer
momento en que tomó posesión dijo que con Cuba no iba de ninguna de las
maneras a romperse el camino de la solidaridad y menos el de la ayuda
humanitaria. Quizá bastaría recordar que de junio de 1996 a este momento
se han enviado a Cuba como cooperación bilateral humanitaria en todo su
amplio sentido 1.643 millones. Yo creo que la cifra por sí misma dice más
que suficiente. ¿Por qué? Bueno, porque si hacemos comparaciones con años
anteriores, años 1993, 1994 y 1995, nos encontramos con que esta
cooperación no es que haya disminuido, no es que se haya paralizado, sino
que se ha incrementado en más de un 180 por ciento. Quizá --y perdonen la
reiteración porque antes lo he dicho en la comparecencia, tal vez
indebidamente, y si es así pido disculpas al presidente-- porque la ayuda
alimentaria de los años 1995 y 1996 no se realizó en su momento oportuno
y este Gobierno se encontró con la obligación o bien de, como no era su
responsabilidad, dejarla aparcada, o bien recuperarla por medio de una
ampliación de crédito y ponerla en circulación para el año 1997, cosa que
es la que decidió y la que ha hecho. Por lo tanto, la ayuda humanitaria,
insisto, no es que se haya estancado, no es que haya disminuido, sino que
se ha incrementado, ha más que duplicado las cantidades que se estaba
llevando. Y, por si sirve de algo, las orientaciones que tengo de la
Secretaría de Estado y del ministro, y por lo tanto directamente del
Gobierno, son las de continuar con esta política de ayuda alimentaria, y
así vamos a hacerlo. Cualquier ayuda, de emergencia, médica o de otro
tipo, es prioritaria en esta región, como en cualquier otra, y vamos a
continuar apoyándola y vamos a continuar haciéndola lo mejor que sepamos
y podamos; a veces no hacemos más no por falta de ganas sino quizá por
falta de capacidad.

Con respecto a las cosas quizá ya más detalladas, por la convocatoria de
ONG a este nivel se han repartido 216 millones; por la abierta y
permanente 45 millones; por ayuda de emergencia por el huracán Lili, 39
millones; por la ayuda alimentaria A (digo A porque ahora vendrá la B),
primero, 360 millones; la B, que en este momento está en camino, 225
millones, etcétera, hasta esos 1.600 millones, que creo que es el dato
más relevante y que demuestra fehacientemente que el Gobierno del Partido
Popular no ha limitado ni congelado, sino que ha incremento y más que
duplicado la ayuda humanitaria y de emergencia al pueblo de Cuba.




--DEL SEÑOR IZQUIERDO JUAREZ (GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO), SOBRE LOS ULTIMOS DATOS SOBRE LA COOPERACION ESPAÑOLA EN
CENTROAMERICA (Número de expediente 181/001038).




El señor PRESIDENTE: Pregunta de don Pablo Izquierdo, del Grupo
Parlamentario Popular, sobre los últimos datos de la cooperación española
en Centroamérica.

Tiene la palabra su señoría.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Recientemente y después de la cumbre de isla
Margarita, el presidente del Gobierno de España ha visitado algunos
países de Centroamérica. En este sentido, señor secretario general, a
nuestro grupo parlamentario le interesa conocer de manera global o
detallada, como usted quiera, los datos de la cooperación española en
Centroamérica.

Centroamérica es una zona del conjunto de Iberoamérica de especial
interés para España, eso se viene demostrando en los porcentajes que
ocupa en nuestra cooperación, no de ahora sino de hace muchos años, y un
continente y una región de extraordinaria importancia, donde se producen
situaciones de extrema pobreza, como todos conocemos. Existen países que
recientemente han salido de larguísimos conflictos bélicos, como El
Salvador o Nicaragua,



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y países que juegan un papel de extraordinaria importancia en lo
político, en lo económico y en lo social, de futuro para la región
centroamericana, como pueda ser Costa Rica y sus proyectos de crecimiento
y de desarrollo social y económico.

Señor secretario general, a nuestro grupo parlamentario le gustaría
conocer los datos de la cooperación española con Centroamérica.




El señor PRESIDENTE: Señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION, AECI
(Espinosa Fernández): Usted lo ha dicho creo que muy bien, el presidente
del Gobierno, tras la reunión de isla Margarita, impulsó un viaje a los
países más necesitados y del área centroamericana, porque de alguna
manera y por seguir sus palabras había que predicar con el ejemplo, y si
estamos pidiendo e impulsando que los países más necesitados del área
centroamericana sean objetivo primordial de la cooperación española, el
presidente del Gobierno quiso dar el impulso político a esta ayuda. Tanto
es así que decidió reunirse durante más de seis horas con todos los
cooperantes que trabajan en Centroamérica y pudieron hablar
tranquilamente y decirse mutuamente lo que pensaban sobre las partes
positivas y las partes negativas de la cooperación. Yo creo que fue un
día muy positivo porque de esa manera, primero, los cooperantes pudieron
ver que el Ejecutivo les estaba respaldando --y no hay que olvidar que
los cooperantes son los que materializan la cooperación; sin ellos no
puede realizarse-- y, segundo, se pudieron establecer las líneas de
futuro, que pasan por tres cuestiones fundamentales. Primera, apoyo sin
ningún tipo de fisuras a los procesos de pacificación. Si no hay procesos
de pacificación, no puede haber ninguna otra cuestión. Segunda línea,
donde ya se ha dado el proceso de pacificación o cuando éste se consolide
donde esté en curso, el apoyo a la institucionalización del Estado. No se
puede dar si no se tiene un Estado fuerte, y al decir fuerte no significa
autoritario ni compulsivo, sino un Estado que tenga sus raíces asentadas
en la población porque sin ello lo demás no puede darse, y a partir de
ahí viene la ayuda de cooperación, que tiene dos bases: primera, la ayuda
humanitaria y después la ayuda de cooperación al desarrollo, porque es la
más importante, y dentro de esta cooperación al desarrollo, la promoción
de las generaciones emergentes, y quisiera recordar que en estos países
la población menor de 25 años representa más del 40 por ciento. Es decir,
que o se capacita a esa población o se la ingresa dentro del sistema
democrático y dentro del sistema productivo, o indudablemente van a ser
naciones con un futuro bastante problemático. Por eso precisamente el
Gobierno español en el año 1997 ha decidido donar como ayuda no
reembolsable la cantidad de 4.893 millones de pesetas a los países
centroamericanos. De ellos, siguiendo los criterios que antes les he
expuesto, para Nicaragua y Guatemala, inmersos en procesos de
pacificación, de los cuales el Gobierno español es garante en ambos
casos, ha establecido la cantidad de 1.264 y 1.118 millones
respectivamente. Les sigue El Salvador en este proceso de pacificación,
también con 985 millones; Honduras con 577, y en último lugar Costa Rica
con 301, quizá porque Costa Rica, como bien conocen SS. SS., es el país
que realizó esa transición hace ya muchísimos años y con mucho es el país
más asentado.

¿Cuál es el destino de estos dineros? Está el tema de
institucionalización, la presencia de la civilidad de las fuerzas
armadas, por emplear su expresión, la creación de policías civiles que de
verdad estén conectadas con el pueblo y solamente dependan de los jueces;
hacer que las cortes supremas de justicia sean realmente lugares de
derecho y no lugares de política. Todos ésos son los planes que intenta
la cooperación española y para ello contamos con la colaboración,
comenzando por esta Cámara, por ejemplo, con la presencia de letrados de
algunos parlamentos iberoamericanos en este Congreso de los Diputados,
con la ayuda de la cooperación española, pasando por el Consejo Superior
de Justicia, pasando por la policía, por la Guardia Civil, etcétera, es
decir, está colaborando toda la Administración española fundamentalmente
en la creación de este cuerpo básico, que es el que va a decidir un
Estado moderno y eficaz para las repúblicas centroamericanas, en las
cuales vamos a continuar haciendo este esfuerzo, excepto que SS. SS.

digan lo contrario.




--DEL SEÑOR IZQUIERDO JUAREZ (GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO), SOBRE MEDIDAS PARA REFORZAR LA PRESENCIA DE NACIONALES
ESPAÑOLES EN ORGANISMOS INTERNACIONALES (Número de expediente
181/001041).




El señor PRESIDENTE: Ultima pregunta, sel señor Izquierdo, sobre medidas
para reforzar la presencia de nacionales españoles en organismos
internacionales.

El señor Izquierdo tiene la palabra.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Desde nuestro grupo parlamentario estamos muy
interesados en que, en la medida de lo posible y en el futuro, con
políticas activas concretas, la imagen real de España en el exterior sea
también su imagen oficial. En ese sentido se han hecho algunas críticas y
se han vertido algunos comentarios sobre la escasa presencia
fundamentalmente de funcionarios y técnicos españoles en organismos
internacionales. Recuerdo palabras del ministro de Asuntos Exteriores
actual, y también del anterior, en este sentido en esta Cámara.

Consideramos que es muy importante. Si nuestra memoria no nos engaña,
señor secretario general, España es el noveno país contribuyente de
Naciones Unidas --estamos en esa banda-- y, sin embargo, la presencia de
técnicos españoles en Naciones Unidas es bastante desigual. La presencia
de cargos políticos de España en el exterior evidentemente es notable,
pero desde nuestro Grupo Parlamentario Popular consideramos que la
presencia también de nuestros funcionarios y de nuestros técnicos en
todos los niveles de la Administración en el futuro tiene que ser acorde
a la presencia de España en los organismos internacionales. En ese



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sentido, señor secretario general, qué medidas se están tomando para
reforzar la presencia de nacionales, de compatriotas nuestros, en
organismos internacionales.




El señor PRESIDENTE: Señor Espinosa.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL, AECI (Espinosa Fernández): Le podría contestar de una
forma muy sucinta diciendo que discutiendo todos los días. Esa es la
principal medida que estamos tomando.

Cuando nos hicimos cargo del Gobierno hicimos un estudio en el cual venía
a demostrarse que si bien la presencia numérica de españoles en
organismos internacionales no era mala o no era todo lo mala que podía
preverse, incluso que se decía, lo que sí era cierto es que nuestro nivel
de representación, excepto unas pequeñísimas, honorabilísimas y
fantásticas excepciones, era muy, muy bajo. Por ejemplo, niveles terceros
y cuartos nos sobraban, pero niveles segundos y primeros nos faltaban por
todos los lados. Quitando al director general de la Unesco, quitando al
secretario general de la OTAN, excepciones estupendas y que creo que
todos alabamos, la verdad es que teníamos poca presencia. Entonces, ¿qué
es lo que estamos haciendo? Negociar, negociar, protestar, negociar,
protestar, protestar y negociar. Coger al Acnur y decir: «Siéntense
ustedes. No les damos si usted no hace...»; coger a OIT y decir: «No
puede ser que no tengamos un P-1 en la OIT cuando en ella somos el
séptimo y algunos años el sexto donante voluntario además de la cuota
voluntaria»; coger a la directora de Unicef y decirle: «Mire usted, o nos
pone aquí un señor o no discutimos con usted», etcétera. Esa es la
política diaria con la que en todos los organismos estamos revisando
nuestra presencia cuantitativa y cualitativa para acomodarla a nuestro
nivel de financiación. Y no es que pensemos que tiene que haber una regla
directa o una relación unívoca entre aportamos siete pues queremos siete,
pero sí creemos que debemos tener un mayor peso específico, y aunque se
asegura que no, déjenme que aquí en este sitio asegure que sí, en el
sentido de que cuando tenemos funcionarios españoles a todos los niveles,
pero fundamentalmente a los niveles de decisión, se nos entiende mejor,
nos enteramos más y se toman decisiones que en definitiva son más acordes
con la política exterior de este país que, tras escucharles a ustedes y
con su aprobación, define el Gobierno de la nación.




El señor PRESIDENTE: Agradeciendo como siempre la colaboración que
mantiene con esta Comisión el señor Espinosa y procurando y esperando
verle de nuevo pronto entre nosotros, se levanta la sesión sin más puntos
del orden del día.




Era la una y diez minutos de la tarde.