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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 281, de 29/09/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 281



JUSTICIA E INTERIOR



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JULIO PADILLA CARBALLADA



Sesión núm. 30



celebrada el lunes, 29 de septiembre de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Ministro del Interior (Mayor Oreja), a petición
del Gobierno, para informar sobre la desarticulación del comando Vizcaya
de ETA. (Número de expediente 214/000052.)



Se abre la sesión a las cinco y treinta y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenas tardes.

Se inicia la sesión, cuyo orden del día tiene como único punto la
comparecencia del ministro del Interior, solicitada por el Gobierno, para
informar sobre la desarticulación del comando Vizcaya de ETA.

Para la sustanciación de esa comparecencia que el Gobierno ha solicitado
y la información a la Cámara, tiene la palabra el señor ministro de
Interior.




El señor MINISTRO DE INTERIOR (Mayor Oreja): Muchas gracias, señor
presidente.

Señorías, quiero comenzar mi intervención agradeciendo a todos los grupos
parlamentarios y a los servicios



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de esta Cámara la posibilidad que hoy nos ofrecen de celebrar con tanta
premura de tiempo esta comparecencia. A los servicios de la Cámara por la
celeridad y eficacia con que han tramitado la petición del Ministerio de
Interior de comparecer ante SS. SS., y a todos los grupos parlamentarios
por la compresión con que han aceptado mi solicitud de comparecencia, así
como por la ejemplar prudencia que han manifestado al valorar, a lo largo
de estos días, esta acción policial.

He considerado necesario solicitar esta comparecencia por el hecho de que
en la desarticulación del núcleo del comando Vizcaya, que tuvo lugar en
la madrugada del 23 al 24 de septiembre, se produjo la muerte de los dos
miembros liberados del mismo, José Miguel Bustinza y Salvador
Gaztelumendi. Como ustedes saben, en ninguna desarticulación de comandos,
bien de liberados o de legales, que se habían producido en este año 1997
y desde mayo de 1996, había habido necesidad de disparar un solo tiro y,
por ello, en ninguno de aquellos casos solicité la comparecencia ante el
Congreso de los Diputados.

Quiero destacar, señorías, la importancia de la desarticulación del
núcleo del comando Vizcaya por la dimensión de su historia y significado
y, sobre todo, no lo duden, porque con ello se ha conseguido evitar
atentados que podían ser inminentes y situaciones de dolor y de tragedia
en sus potenciales víctimas y en sus familias, especialmente en Vizcaya.

La historia del comando Vizcaya es larga, extensa; está repleta de
desarticulaciones y reorganizaciones posteriores, con un amplio historial
de sangre y una amplísima cifra de huidos que, a su vez, han sido
elementos relevantes de otros comandos e incluso en la propia
reorganización de este último comando Vizcaya.

Quiero también destacar en esta introducción que el comando Vizcaya tiene
una sangrante historia relacionada con sus desarticulaciones, ya que en
algunas de las numerosas ocasiones en que se ha desarticulado este
comando se han producido enfrentamientos a tiros. En el año 1991 resultó
muerto el terrorista Juan María Ormazábal, alias turco, y en 1994, al ser
desarticulado este mismo comando Vizcaya --el de entonces-- por parte de
la Policía Autónoma Vasca, murió también el terrorista Angel
Aranzabalbeitia. En 1992 también fue desarticulado el comando Vizcaya,
esta vez por parte de la Guardia Civil y en un piso cerrado de la banda
terrorista, donde, pese a ello, opusieron una violenta resistencia a su
detención.

Como ustedes podrán comprobar, el comando Vizcaya ha sido desarticulado
en siete ocasiones y ha sido muy frecuente que en estas acciones se hayan
producido enfrentamientos con resultado de muertes en el transcurso de
las operaciones policiales.

Señorías, esta vez, hablando ya del presente del comando Vizcaya, de los
once asesinatos que ETA ha cometido durante 1997 cuatro de ellos se
atribuyen al comando Vizcaya y, por ello, considero muy importante
recordar a SS. SS. las acciones atribuidas al mismo durante el año 1997.

El 5 de enero de 1997 se produce la colocación de un artefacto de
explosivo colocado en los bajos del vehículo particular de un miembro del
Cuerpo Nacional de Policía, en el barrio de Uribarri, en Bilbao. El 21 de
enero de 1997 se produce un atentado mediante la explosión de artefacto
en el repetidor de la Compañía Telefónica Nacional de España, en el monte
Gorbea Txiki, de Ubidea (Vizcaya). El 17 de febrero de 1997, atentado
mediante explosión de artefacto colocado en el interior del vehículo
particular de un policía miembro del Cuerpo Nacional, en el barrio de
Santutxu, en Bilbao, resultando muerto Modesto Rico Pasarín. El 28 de
febrero de 1997, atentado mediante explosión de un coche bomba colocado
al paso de una patrulla de la Guardia Civil, en el barrio de Uribarri, en
Bilbao. El 24 de abril de 1997, atentado mediante disparos contra un
inspector del Cuerpo Nacional de Policía en el barrio de Deusto, en
Bilbao, resultando muerto Luis Andrés Samperio Sañudo. El 3 de mayo de
1997, atentado mediante disparos contra un guardia civil en Ziérbana,
resultando muerto José Manuel García Fernández. El 10 de junio de 1997,
atentado contra un militante del Partido Socialista, Javier Pérez Aja,
que resultó herido en Bilbao. El 14 de junio de 1997, coche bomba
colocado en la calle Zubiondo, de Algorta. El 10 de julio de 1997,
lanzamiento de granadas contra la refinería Petronor, en Somorrostro. El
23 de agosto de 1997, atentado frustrado mediante granadas contra el
Gobierno Militar de Bilbao. El 5 de septiembre de 1997, artefacto
colocado en los bajos del vehículo del agente del Cuerpo Nacional de
Policía Daniel Villar Enciso, que resultó muerto.

Señorías, permítanme que hoy no haga mención de todas las acciones
atribuidas, como de los anteriores hechos, pero esta vez a Gaztelumendi
Gil y a Bustinza Yurrebroso. Sencillamente les diré que se trata de dos
extensos historiales delictivos con numerosas órdenes de busca y captura
en distintos juzgados de instrucción de la Audiencia Nacional y, como no
podía ser de otra forma, estoy a su plena disposición por si algún grupo
quisiera tener directamente esta información.

Paso por ello, en definitiva, a explicar el relato cronológico de los
hechos. En fechas recientes, y como resultado de las investigaciones
llevadas a cabo por la Guardia Civil, orientadas a la desarticulación del
comando Vizcaya de ETA y de su infraestructura y apoyo, fue posible la
localización de un vehículo marca Renault 19, matrícula BI-7756-BG. Este
vehículo fue utilizado por miembros del comando Vizcaya de ETA en su
huida tras el asesinato del miembro de la Guardia Civil José García
Fernández, el pasado 3 de mayo, en el puerto de Ziérbana, en Vizcaya. La
Guardia Civil realizó una labor de investigación como consecuencia de la
identificación de este vehículo y permitió determinar que pudiera estar
siendo utilizado por miembros activos de la banda terrorista armada ETA.

Como resultado de esta investigación se estableció un dispositivo de
control y vigilancia para localización de sus posibles usuarios, al
objeto de proceder a su identificación y, en su caso, a su detención.

A las veintitrés horas treinta minutos del día 23 de septiembre fue
localizado el mencionado vehículo en la calle Amistad, de Bilbao. Se
estableció un dispositivo de reacción inmediata por parte de la Unidad
especial de intervención de la Guardia Civil una vez detectada su
presencia



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en la mencionada calle. Los miembros de esta unidad, vistiendo sus
uniformes reglamentarios, se disponían a identificar a los usuarios del
vehículo diciendo en voz alta y reiteradamente: Guardia Civil, levante
las manos. Ambos individuos reaccionaron inmediatamente apuntando con sus
armas a muy corta distancia a los guardias que intentaban detenerlos,
viéndose éstos obligados a utilizar sus armas reglamentarias para
defender sus vidas, actuando, por tanto, en legítima defensa.

Quiero decir que el Ministerio del Interior considera plenamente
justificado el uso de las armas reglamentarias por parte de la Guardia
Civil, ante la certeza de que los terroristas cuando apuntan no lo hacen
para intimidar, sino para matar. También recordar a SS. SS. que la orden
que recibió la Unidad de intervención de la Guardia Civil y la intención
de sus miembros era confirmar la identidad y detener a los terroristas
del comando Vizcaya y presentarlos ante la justicia y que aquéllos sólo
hicieron uso de sus armas cuando no hubo más remedio que hacerlo.

Los hechos descritos ocurrieron cuando dos agentes de la benemérita
abrían las puertas del vehículo en que estaban los dos terroristas, para
su identificación y detención, momento en el que éstos apuntaron sus
armas directamente a los guardias intervinientes, lo que les obligó, como
ya se ha dicho, a abrir fuego. Creo indispensable que conozcan SS. SS.

que las pistolas Browning de ambos terroristas tenían una bala en la
recámara y el percutor en posición de disparo, lo que pone de manifiesto
sus indudables intenciones.

También quiero señalar a SS. SS. que desde el mes de mayo de 1996 (y sólo
me voy a remontar al momento en que se produce mi entrada en el
Ministerio del Interior; estoy seguro que habría referencias idénticas y
similares de antecesores míos en esta responsabilidad) la UEI (Unidad
Especial de Intervención de la Guardia Civil) ha desarticulado cinco
comandos: los comandos Galicia, Nafarroa, Sugoi y Bellotxia --que tenía
secuestrado a José Antonio Ortega Laga-- y finalmente el Vizcaya. En los
cuatro comandos detenidos antes del Vizcaya en ningún momento no es que
no se hayan producido muertos, no sólo no ha habido violencia, sino que
no se ha disparado ni un solo tiro en ninguna de las acciones policiales
antes mencionadas, y se produjeron todos en lugares cerrados, sin
testigos y sin otras presencias, de forma y manera que en aquellas
circunstancias, si alguien eleva teorías extrañas, no tiene ningún
sentido que precisamente este tipo de acciones se produzcan siempre en la
calle, nunca se producen en los lugares y los pisos donde aparentemente
no hay testigos. De ahí que ponga de manifiesto la limpieza, los
resultados que se han producido en las cuatro anteriores acciones
protagonizadas por la UEI. Quiero con ello decir que cuando se dispara se
hace solamente por motivos justificados y para evitar la muerte de
cualquiera de los componentes del equipo de intervención de la Guardia
Civil.

Como ustedes saben, a consecuencia de esta intervención resultaron
heridos los dos terroristas, por lo que el jefe del equipo de
intervención requirió de inmediato la asistencia sanitaria, así como la
presencia del juez de guardia, quien en este momento se encuentra
instruyendo el correspondiente sumario para esclarecer las circunstancias
de la intervención. Ambos terroristas fallecieron minutos más tarde.

Conviene recordar también que en el transcurso de la acción resultó
herido un guardia del equipo de intervención, necesitando ingreso
hospitalario y habiendo sido intervenido quirúrgicamente el pasado jueves
25 de septiembre.

Señorías, la decisión de intervenir de modo inminente la noche del 23 de
septiembre se tomó, en primer lugar, ante el hecho de que estaban los dos
terroristas juntos. Se tomó, además, ante la eventualidad y la impresión
de que el comando, en función del seguimiento de las horas anteriores,
estuviese preparando nuevas acciones en fechas próximas y ante la
posibilidad de que no fuesen los dos terroristas a un lugar cerrado, que
era el gran objetivo que probablemente estaba empujando a cierta dilación
en la acción de la UEI, sino que tenían el temor de que se podían separar
y se pudiese perder el rastro de los dos liberados del comando Vizcaya.

Como consecuencia de esta operación la Guardia Civil ha procedido,
además, a la detención de trece personas; el último detenido durante este
fin de semana se encuentra en la Dirección General de la Guardia Civil, a
disposición de la autoridad judicial.

Entre los efectos y documentación incautada a los presuntos miembros de
ETA figuran carnés de conducir falsos, documentos nacionales de identidad
falsos, además de otros documentos de identidad falsificados y
documentación para su estudio.

Por otra parte, han sido descubiertos dos pisos con una muy importante
cantidad de armas, explosivos y otros utensilios. Uno de los pisos se
encuentra en Basauri, en la calle Vasconia número 6, es decir, contigua
al domicilio del funcionario del Cuerpo Nacional de Policía recientemente
asesinado, Daniel Villar, y un garaje sito en el número 13 de la calle
Estrada de Zalbidea, en el barrio de Zorroza.

En lo que se refiere al material incautado al desarticulado comando de
ETA figuran los siguientes elementos: dos fusiles de asalto G3 con cuatro
cargadores municionados; un subfusil UZI sin numeración con dos
cargadores; un subfusil MAT con dos cargadores; cinco pistolas marca
Browning, sin numeración, con cuatro cargadores; una pistola Dalton, sin
numeración, con dos cargadores; 63 kilogramos de amonal amosal; dos
granadas de 83 milímetros condicionadas antipersonal, anticarro con sus
envases; seis granadas Mecar anticarro de 40 milímetros con sus envases;
seis kilos de tornillería; temporizadores Lexon AN 2000; detonadores
Nonel, cordón detonante, dispositivo trampa, bombas-lapa y minas
antipersonales; casquillos de aluminio montados para el lanzamiento de
granadas Mecar, pólvora, cartuchos de 9 milímetros Parabellum de diversas
marcas y años de fabricación; cartuchos del calibre 7,62, dos
walkie/talkie; cuatro envases usados de granadas Mecar 83 milímetros,
siete juegos de placas de matrículas, dos bombonas de butano cortadas,
temporizadores Coupatan de doce horas, temporizadores Coupatan de sesenta
minutos, detonadores tipo ETA, emisores receptores de radio,



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mandos supermini, cloratita, reforzadores de cloratita montados en
fiambreras, varios clausor de vehículos, herramientas varias, Ziriak y
demás material necesario para la sustracción de vehículos, tubo PVC y
diverso material eléctrico.

Además de estos dos pisos descubiertos y de este material que acabo de
enumerar, se está procediendo al registro de diferentes viviendas y
locales sobre los que de momento comprenderán SS. SS. también que no
aporte más datos ya que sigue en curso la investigación policial.

Como SS. SS. habrán podido comprobar, por los datos facilitados se trata
de una operación policial en la que los miembros de la Unidad de
intervención especial de la Guardia Civil se vieron obligados a disparar
las armas reglamentarias para defender sus propias vidas. Cuando personas
pertenecientes a un comando tan sanguinario esgrimen sus armas es con la
segura e inequívoca intención de matar. No por ello dejaremos de lamentar
la pérdida de vidas humanas; sin embargo, de no haber reaccionado con
rapidez el equipo de intervención hoy quizás estaríamos lamentando,
además, la muerte de uno o varios intervinientes de la Guardia Civil. Si
no se hubiese intervenido en aquella madrugada del 23 al 24 quizás en
estos momentos estaríamos lamentando algún atentado que, como antes
decía, podía ser inminente, de este grupo del comando Vizcaya. Creo,
señorías, que en ese sentido el pasado 23 de septiembre fue un día
importante para toda la sociedad, porque con la desarticulación del
comando Vizcaya se ha conseguido evitar más muertes, más desolación y más
tragedia.

A pesar de la relevancia que produce una operación de esta naturaleza,
insisto una vez más que debemos alejarnos de la euforia y del
triunfalismo. La lucha contra el terrorismo exige e implica que sea una
batalla larga que, sobre todo, debe estar caracterizada por la
constancia, por la tenacidad, por la prudencia y por el más estricto
respeto a la legalidad. Sólo hace falta asomarse a la historia del
comando Vizcaya para saber que no caben los triunfalismos, que es una
historia de reorganizaciones y desarticulaciones sucesivas y simplemente
ver ese historial nos debe alejar de cualquier mínimo intento de
prepotencia, de triunfalismo, que no se corresponde con la realidad.

Sigue siendo indispensable, imprescindible la unidad y la colaboración de
todos los partidos democráticos, de toda la sociedad para vencer esta
lacra tan repugnante como es el terrorismo. Creo que no debemos temer la
reacción de los violentos, aunque no debemos ignorarla. La banda
terrorista tratará de responder, ha respondido ya en la madrugada de hoy
en Granada, y únicamente cabe decir que tengamos confianza en esas
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y que desde la unidad de todos los
partidos estoy seguro de que será más inquebrantable que nunca esta
voluntad de paz que a todos nos une.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor ministro. Gracias también por sus
palabras de cortesía iniciales. Creo hablar en nombre de todos los
miembros de la Comisión, y por supuesto de la Cámara, en el sentido de
que éste es el foro en que el debate político de la magnitud, de la
importancia y trascendencia del que hoy nos ocupa debe producirse y que,
naturalmente, la Cámara estará siempre sensible y presta a facilitar la
posibilidad de ese debate.

Vamos a comenzar el turno de intervenciones de los señores portavoces.

Hago constar que la diputada del Grupo Mixto señora Lasagabaster excusa
su asistencia por razones de enfermedad, que me ha comunicado por carta
hace unos minutos. Excusamos, naturalmente, por esa circunstancia su
presencia y deseando la mejoría de la señora diputada, en primer lugar,
por el Grupo Parlamentario del PNV, tiene la palabra el señor González de
Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: En primer lugar, en sintonía con
las palabras que el propio presidente acaba de manifestar, en nombre del
Grupo Parlamentario Vasco quisiera agradecer al señor ministro su
oportuna y diligente comparecencia ante esta Comisión de Justicia e
Interior del Congreso de los Diputados para informar sobre el operativo
policial que ha conseguido desarticular el núcleo duro del comando
Vizcaya de ETA.

Parece razonable, señorías, que en un Estado de Derecho, en un Estado
democrático, cuando un operativo policial produce la muerte de los
terroristas perseguidos se explique en sede parlamentaria, siguiendo los
procedimientos institucionales reglados, el cómo, el cuándo o el porqué
de un operativo policial importante. Es un hábito parlamentario en las
últimas legislaturas en el Parlamento vasco, donde el consejero de
Interior del Gobierno vasco, el señor Atutxa, vídeo y retroproyector en
mano, suele explicar ante la Cámara y la opinión pública cuantos detalles
vengan al caso para fomentar el control de la acción del Gobierno, por un
lado, y el máximo nivel de transparencia institucional, por otro.

En el análisis, y comenzando desde el principio, el Grupo Parlamentario
Vasco cree que desde toda óptica institucional es incuestionable que la
sociedad tiene derecho al orden y a la seguridad que fundamenta la
convivencia pacífica, de ahí el derecho de esa misma sociedad y el
consiguiente deber de los agentes de la autoridad a las acciones
necesarias para la defensa eficaz del orden público y la persecución
legal y legítima de los terroristas.

Por ello es importante para el Grupo Parlamentario Vasco dirigir un
mensaje nítido a ETA y a los ciudadanos que por activo o por pasiva les
apoyan: no se puede equiparar en un Estado de Derecho ni realizar
paralelismos entre la fuerza que esgrime el Estado en defensa del interés
general democráticamente manifestado por la mayoría de los ciudadanos
vascos y la violencia sembrada a manos llenas por esos terroristas. Hay
que manifestar explícitamente, aprovechando una coyuntura como la actual,
que se ha de valorar de manera sustantivamente diferente el terrorismo
subversivo asesino y la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado en parámetros de persecución de asesinos terroristas.

Dicho esto, es preciso lamentar estas muertes y tener suficiente libertad
de espíritu y altura de miras como para exclamar que ojalá no se hubieran
producido. Así lo han hecho, entre otros, en público y a cara descubierta
precisamente,



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el teniente coronel de la Guardia Civil señor Hinojosa, jefe del
operativo que estamos analizando, que mostró ante las cámaras de
televisión su pesar por las muertes producidas, haciendo público el
sentir y la frustración que experimentaron los propios agentes que
intervinieron directamente en el operativo, y lo acaba de lamentar usted
mismo, señor ministro, en una intervención que le honra.

Pero a pesar de esta ejemplaridad, señor ministro, desde el Grupo
Parlamentario Vasco quisiéramos resaltar el hilo de otras valoraciones,
de otro tipo de valoraciones que nos preocupan razonablemente, porque a
pesar de los esfuerzos institucionales, amplios sectores de la sociedad
siguen juzgando las muertes y los muertos según el color de quien mate o
es asesinado y, en los últimos días, tras el operativo policial que
analizamos, hemos asistido a desgarradas reacciones, ciertamente
preocupantes, de sectores sociales que claman venganza abiertamente y sin
ningún tapujo en los medios de comunicación social. Es por ello preciso,
señor ministro, un programa de pedagogía social que encauce estas
reacciones. La convivencia social no puede basarse en la ley del talión,
no se pueden celebrar ni aplaudir las muertes como una victoria; toda
muerte violenta es una derrota, hasta la de los más sanguinarios
terroristas de ETA. Por ello, entendemos que es necesario fomentar
programas educativos para la paz, fomentando y promoviendo una mayor
objetividad y racionalidad ante estas situaciones extremas, dramáticas y
hasta traumáticas, pues se producen ante hechos como el que estamos
analizando reacciones extremas y contrapuestas que brotan de sectores
claramente diferenciados de esta sociedad.

Es preciso afirmar que todo tipo de esfuerzos dirigidos a encontrar la
solución final al conflicto terrorista no excluye, en ningún caso, la
legitimidad ética y jurídica de las acciones policiales, incluso cuando
algunas de éstas, como las que analizamos, concluye con la muerte de los
terroristas al actuar las fuerzas de seguridad del Estado en legítima
defensa de sus vidas.

El Partido Nacionalista Vasco, que sostiene que hay que evitar, con
carácter general, que muertes así sean el resultado de una precipitada
voluntad de acabar con los terroristas con criterios de absoluta
eficacia, a la vista de los datos de que dispone que son, además,
coincidentes con los que hoy ha expuesto aquí el señor ministro de
Interior, entiende que el resultado de la muerte de los activistas de
ETA, Gaztelumendi y Bustinza, es consecuencia de la legítima defensa de
los agentes de las fuerzas de seguridad del Estado que actuaron en la
referida operación. La dirección del operativo, llevada por el director
general de la Guardia Civil, señor López Valdivielso, es, además, para
nosotros todo un aval de garantía. Los que conocemos su trayectoria
personal en la defensa y promoción de los derechos humanos le recordamos
como activo militante para la abolición de la pena de muerte en el
ordenamiento jurídico español. Ahí están, para mayor abundamiento, sus
trabajos e intervenciones en esta misma dirección, realizados en ésta y
otras comisiones de esta misma Cámara.

Conoce, señor ministro, con suficiencia la posición del Partido
Nacionalista Vasco. La paz es un anhelo y un objetivo prioritario para
los ciudadanos vascos; por ello, le volvemos a instar a que adopte
iniciativas pacificadoras, desde el consenso cuando éste sea posible, y
en el disenso, asumiendo cada institución democrática las
responsabilidades que tiene encomendadas, siempre en la misma dirección,
en el estricto cumplimiento de los acuerdos de la Mesa de Ajuria Enea, y
en ningún caso generando dinámicas que induzcan a activar
irreparablemente la ciega e ineficaz palanca de la ley del talión.

Entendemos que es imprescindible realizar un esfuerzo titánico y generoso
en pro de la normalización y la pacificación de Euskadi. Aunque el
desenlace final sea dramático, la operación policial que culmina con la
desarticulación del núcleo duro del comando Vizcaya de ETA es un éxito
policial evidente. En el Partido Nacionalista Vasco esperamos, señor
ministro, que además de nuevos éxitos policiales que vehementemente
deseamos, se hagan intensos y titánicos esfuerzos para diseñar, elaborar
y gestionar un auténtico escenario de normalización y pacificación que
conduzca a la desaparición de ETA y al establecimiento de mecanismos
políticos suficientes para la convivencia democrática en paz y en
justicia.

Muchas gracias, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Silva Sánchez.




El señor SILVA SANCHEZ: Con la brevedad que la propia claridad de los
acontecimientos y de las explicaciones del señor ministro justifican, no
podemos sino agradecer su comparecencia, los reflejos en solicitarla del
Congreso de los Diputados, del mismo modo que tenemos que decir que nos
damos por satisfechos de sus explicaciones en este cuándo, cómo y porqué
a los que, anteriormente, el señor González de Txabarri hacía referencia;
parece que tanto el cuándo, el cómo y el porqué están perfectamente
justificados.

Debemos, también, felicitar al señor ministro, felicitar a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado --en este caso a la Guardia Civil-- y a
nosotros mismos por la neutralización, por la detención del núcleo duro
de este comando.

Poco más debiéramos decir. Es evidente que, desde un punto de vista
estrictamente jurídico, la operación está absolutamente justificada. Se
ha hablado aquí de legítima defensa y es obvio que concurría tanto la
necesidad de actuar como se actuó, como la proporción entre los medios
que se emplearon por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado y los medios que se debían emplear, o se emplearon, y por eso hubo
un herido por parte de los agentes. Tenemos que lamentar, también, esas
dos muertes, y no lo decimos pura y simplemente desde un punto de vista
estético de empañar la limpieza de una operación que --como hemos dicho
anteriormente--, desde el punto de vista jurídico es absolutamente
limpia.

Los que por fundamentar nuestra opción política de un humanismo
personalista entendemos y creemos en la resocialización del hombre,
incluso en el arrepentimiento, una muerte de esta naturaleza --una muerte
violenta-- no nos deja de preocupar y, por tanto, nos hubiese gustado
mucho más que no se hubiesen producido tales muertes, que hubiese



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podido actuar la justicia y, por aquello de entender como entendemos el
terrorismo como irracional, que estos asesinos hubiesen tenido tiempo y
motivos para convencerse de la inutilidad y la irracionalidad de su
propia violencia, como han hecho y están haciendo otros que en este
momento se encuentran en prisión. Desde esa perspectiva, si se quiere
humana o más metafísica que estética, lamentamos estas dos muertes, desde
luego.

El señor ministro ha hecho, finalmente, referencia a la unidad y
colaboración de todos los partidos democráticos en la lucha contra el
terrorismo (eso es lo que pretende Convergència i Unió), fundada esa
unidad y colaboración en los acuerdos del Pacto de Ajurea Enea y del
Pacto de Madrid; unidad y colaboración que requieren, desde luego,
potenciar el diálogo entre su propio ministerio, los gobiernos
autonómicos que están también implicados en esta lucha y las fuerzas
políticas que consideran esta lucha como algo absolutamente prioritario.

Llegado el momento, como también ha sido dicho, que exista el mayor
consenso posible, y en lo que no exista ese consenso que exista una
responsabilidad mucho más particular. Entendemos que el consenso es
posible; es bueno luchar por su obtención, y los éxitos que se logren
serán éxitos de todos los españoles. Podemos incluso decir que todos los
españoles compartimos además de la eficacia de su ministerio, su buena
suerte en virtud de los sucesos de esta mañana. Ya Napoleón preguntaba a
los mariscales, cuando los nombraba, si tenían buena suerte normalmente y
quizá, en este caso, tengamos que asentir de esta manera.

Nada más, señor ministro. Agradecer su presencia, como he dicho
anteriormente; darnos por satisfechos, felicitarnos de este éxito y,
desde luego, manifestarle que todo el consenso que seamos capaces de
conseguir --y creo que mañana en el Pacto de Madrid se va a ver
perfectamente--, aunque en algún caso alguna fuerza política pueda
entender que nos quedamos un poco cortos, será absolutamente bienvenido y
es una inversión a corto y a medio plazo, que no otro plazo tiene
precisamente esta lucha.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida tiene
la palabra el señor Meyer.




El señor MEYER PLEITE: Efectivamente, señor ministro, esta comparecencia
es tremendamente oportuna.

Celebramos que a iniciativa propia haya pedido esta comparecencia porque
detrás del éxito de la desarticulación del núcleo duro del comando
Vizcaya indudablemente hay dos muertes y, efectivamente, a partir de la
fase en que estamos de lucha contra la violencia (que es una fase
distinta a partir del espíritu de Ermua), el valor de la colaboración
ciudadana y el valor que tiene que adquirir la calidad de los operativos
policiales tiene que dirigirse, fundamentalmente, a dar todo tipo de
garantías para que demos nosotros un toque de diferencia frente a los
terroristas; es decir, que el Estado de Derecho es capaz de garantizar
incluso la vida de aquellos que torturan, que asesinan, y que los
operativos policiales se dan con todas las garantías de derecho.

Esta es una comparecencia absolutamente oportuna, positiva y que,
efectivamente, tiene que dejar claro (como usted lo ha dejado) que este
operativo se ha dado con todas las garantías de derecho y el uso del arma
de fuego se ha utilizado en defensa propia.

Ayer mismo, en Granada, creo que ese espíritu de colaboración ciudadana,
en esta nueva fase, ha demostrado que los ciudadanos están perdiendo el
miedo. La actuación de este ciudadano valiente, este joven valiente de
Granada, viene a demostrar que por muy lejos que actúen estos criminales,
los ciudadanos no solamente han perdido el miedo sino que están dando un
paso adelante, de forma cívica, de forma valiente, de forma organizada,
para que entre todos seamos capaces de poner fin a esta locura.

Izquierda Unida cree que estos muertos hay que atribuirlos al entorno de
los violentos, indudablemente. Estos muertos no se hubiesen producido si
de una vez por todas HB y lo que representa el mundo de los violentos se
dan cuenta de que hay que llegar a un alto el fuego, hay que entregar las
armas, entrar por la vía del debate para resolver todas las cuestiones
que se quieran poner encima de la mesa, el espíritu del Sinn Fein, el
espíritu de Irlanda, nosotros creemos que esta fase tendría que culminar
con el objetivo del fin de la violencia, el fin de la tortura y el fin
del asesinato.

A partir de aquí, decir que a nosotros también nos ha sorprendido muy
gratamente la información que ha dado el teniente coronel jefe del
operativo. Nos parece que ésa es la línea de actuación; es decir, que las
propias fuerzas de seguridad sean las primeras en lamentar que se hayan
producido estas dos muertes y, en todo caso, en esa línea de
esclarecimiento, replantear que en este tipo de operativos,
indudablemente, el mejor terrorista es el terrorista detenido (eso las
propias fuerzas de seguridad lo saben mejor que nosotros y dentro de las
fuerzas de seguridad, las fuerzas especiales que están en primera línea
de la lucha antiterrorista); frente a una parte ínfima de la sociedad que
viene a decir que el mejor terrorista es el terrorista muerto,
indudablemente es al contrario, es el terrorista detenido. Con una
detención se pueden resolver y frenar multitud de hechos delictivos en
curso y, por tanto, nos parece muy importante que se subraye --incluso
por los jefes de la lucha antiterrorista en primera línea-- que,
efectivamente, se lamentan estas muertes. Esa actitud da mucha seguridad
a las fuerzas democráticas, a la sociedad democrática, incluso a las
propias fuerzas de seguridad, quienes --sin lugar a dudas-- son las
últimas interesadas en desenfundar la pistola o sus armas para proceder
con una detención violenta a la muerte de un ciudadano.

Con el ánimo de mejorar, de ayudar, de proponer entre todos esta nueva
fase de la lucha contra los violentos --porque creo que hay partes muy
importantes de las que casi no se habla-- nos interesaría conocer, señor
ministro, cómo es, por ejemplo, el papel que están teniendo los servicios
de información. Yo creo que hay un éxito callado, una especie de
reconstrucción positiva de todo lo que es servicio de información y nos
gustaría conocer en esta fase, en qué grado se está cooperando con la
Ertzaintza, en concreto qué grado de cooperación hubo en este operativo



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con la policía autónoma vasca, con el Consejero de Interior vasco, porque
indudablemente en una asignatura que teníamos pendiente que era la
cooperación, la cooperación efectiva de las fuerzas de seguridad, parece
que vamos por buen camino.

Nos interesaría conocer también, señor ministro, el resultado, si se sabe
y se puede hacer público, tanto de la autopsia como de la prueba de la
parafina para acentuar y subrayar que la intervención de los guardias
civiles ha sido necesaria, en defensa propia.

Espero que este éxito de la detección del comando Vizcaya, junto con el
acopio de información y material, sirva para hacer comprender a los
violentos lo inútil que es intentar torcer la voluntad democrática
mayoritaria del Estado español, de Euskadi. Esta vía sólo va a conducir
al dolor, en este caso al dolor de las familias de estos etarras, y el
camino que tienen que tomar es acabar con la violencia, deponer las armas
y negociar todo lo que haya que negociar, pero sin asesinatos, sin la
tortura y sin la violencia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Belloch.




El señor BELLOCH JULBE: Señor ministro, antes que nada le ruego que, en
nombre de nuestro grupo, transmita a la Guardia Civil la felicitación por
la operación policial y, de manera directa, el Grupo Parlamentario
Socialista felicita a usted y a su equipo por la dirección política de
esa operación policial. Quiero subrayar que ésta es una de esas tardes en
que todo es una balsa de aceite. Poco hay que decir, ojalá siempre
hubiera sido así en política antiterrorista.

El Grupo Parlamentario Socialista se felicita de que hoy sea posible lo
que siempre tuvo que ser así, hasta el punto de que nuestra intervención
prácticamente se va a limitar a un matiz que es el siguiente: me parece
que sería un paso cualitativo importante que, a partir de hoy,
entendiéramos todos los grupos parlamentarios, sin ninguna excepción, que
la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Guardia
Civil, policías autónomas, policías municipales en general, deben ser
examinadas no a la luz ni desde la perspectiva del derecho constitucional
a la presunción de inocencia, sino a la luz del principio de legitimidad
en sus actuaciones.

Trataré de explicar muy brevemente --ya en alguna ocasión hemos insinuado
esta línea-- cuál es en este sentido la posición del Grupo Parlamentario
Socialista. No cabe partir de la tesis de que cuando las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado actúan gozan de la presunción de
inocencia. Eso es algo que sólo se puede predicar de aquellos respecto de
los que existe una inculpación formal, una imputación de haber cometido
alguna actividad ilícita.

La actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado debe
situarse en un momento previo y anterior, en un momento que parte de
afirmar que actúan desde el principio de legitimidad y que, por tanto,
cuando tienen que hacer uso de la fuerza para la realización de sus
actuaciones, su actuación está justificada y se corresponde con los
principios de rigor y proporcionalidad.

Desde esa óptica deben analizarse sus actuaciones; sólo en el supuesto de
que existiera una imputación formal tendría lógica --ahora ya sí-- el
derecho de presunción de inocencia, como cualquier ciudadano que hiciera
uso de ese derecho constitucional. No es una pura reflexión teórica, que
carecería de interés; tiene mucha repercusión práctica y sería un
elemento fundamental para evitar repetir en el futuro actuaciones que
ponen bajo sospecha inicialmente, y sin ningún título formal que
justifique la imputación, su conducta, y eso causa un gravísimo daño.

Me da la impresión de que del conjunto de intervenciones que hemos visto
esta tarde esta idea parece que va avanzando y puede llegar a formar
parte del patrimonio común de las fuerzas democráticas en la lucha contra
el terrorismo. Esa sería la mayor satisfacción para este grupo
parlamentario.

Un segundo matiz de menor importancia es que, naturalmente, las muertes
son de lamentar, sea quien sea la persona que fallece. Aquí se ha hablado
de dos ópticas que son obvias y que el Grupo Parlamentario Socialista
comparte; una desde la pura lógica humanitaria, que siempre permite
albergar la esperanza de que las personas se rehabiliten, se
resocialicen, y en ese sentido nuestro grupo hace suyas las palabras del
representante de Convergència i Unió.

A la otra se ha referido el representante de Izquierda Unida, y es la
óptica de la eficacia. Cualquier policía, cualquier experto simplemente
conocedor somero de estas materias, sabe y conoce que el éxito mayor es
lograr la detención en plenas condiciones físicas, a ser posible, además,
de cualquier delincuente y en particular de los terroristas, porque, si
resulta que hay violencia física en el momento de la detención, siempre
existe la posibilidad de que algún grupo político considere oportuno
lanzar sospechas sobre la actuación desproporcionada de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, como hemos sufrido en esta Cámara en más de una
ocasión, y desde luego cuando se produce la pérdida de la vida es
evidente que se pierde una fuente de información. Consecuentemente, tanto
razones humanitarias como razones de eficacia abonan que todos, Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad también, lamenten siempre cualquier muerte.

No obstante, los socialistas nos vemos obligados a dejar clara una cosa,
no aceptamos que todas las muertes sean iguales. No es verdad para
nosotros. No es lo mismo la muerte de un asesino que la muerte de una
víctima. Las dos son lamentables, pero se trata de fenómenos
completamente diferentes. A partir de esa premisa, cualquier equiparación
en ese plano nos parece ontológicamente equivocada y, por tanto, nos
vemos obligados a subrayarla.

Para terminar, señor ministro, quiero hacer una petición que espero que
el presidente de la Comisión, el resto de los grupos y usted no tengan
inconveniente, para tratar de conectar la vida parlamentaria con la
actualidad. En la medida en que sea posible y no se opongan el presidente
y los grupos parlamentarios, señor ministro, quisiera que pudiera
informarnos de aquello que podamos saber, sin riesgo, de lo ocurrido en
Granada. Los socialistas creemos que sería oportuno aprovechar su
presencia para que, por descontado, sin poner en riesgo el resultado de
la investigación,



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pueda dar algún dato que pudiera ser tranquilizador para la opinión
pública española, en general, pero andaluza en particular. En ese
sentido, la información que pudiera suministrarnos creo que sería bien
venida.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Señorías, señor ministro de Interior, corresponde
felicitar a la Guardia Civil por el desarrollo de una investigación tenaz
y complicada que ha supuesto la desarticulación del núcleo básico del
comando Vizcaya y con ella la evitación de nuevas tragedias que, según
los datos que se han podido conocer, estaban dispuestos a acometer con
inmediatez.

Corresponde también, en los términos en los que lo ha hecho el señor
ministro y todos los portavoces, lamentar la pérdida de vidas humanas,
pero hacerlo siempre en el contexto del significado y del alcance de esta
intervención. Esto es que, como ha quedado de manifiesto, se preparó un
operativo minuciosamente detallado con el fin de proceder a la detención
de los terroristas sin causar daño ni a éstos, ni a los agentes
intervinientes, ni siquiera, como es natural y principalmente, a los
ciudadanos o viandantes, y que solamente la respuesta armada de los
terroristas obligó a que las fuerzas intervinientes tuvieran que hacer
uso de sus armas.

En este sentido, al Grupo Parlamentario Popular le parecen de un singular
valor político --queremos resaltarlo-- las valoraciones hechas durante
esta tarde por el señor González de Txabarri en nombre del Grupo
Parlamentario Vasco. Como ha dicho el señor González de Txabarri, no hay
paralelismo entre la fuerza legítima del Estado y la violencia terrorista
y hay que valorar en parámetros distintos la acción de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, sean de dependencia estatal o autonómica, y el
terror asesino.

Coincidimos igualmente, en el contexto de lo dicho, con lo que el señor
portavoz del Grupo Vasco señalaba en este acto. Es decir, que bajo ningún
concepto es aceptable que pueda surgir ningún tipo de voz en el conjunto
de la sociedad española o de la sociedad vasca que ni por atisbo pueda
inducir a pensar que alguien clama por venganza. El Estado de Derecho
tiene sus instrumentos legítimos que no son sino básicamente los de la
ley y los de la razón y éstos en todo punto son incompatibles, bajo
cualquier forma, con esa aplicación dura e inaceptable de la ley del
talión. Será bueno, por tanto, que en el contexto de los foros debidos,
como recordaba el señor portavoz del Grupo Parlamentario Vasco, todos
avancemos en la fórmula de programas didácticos, de programas educativos
que puedan hacer mucho más firmes esos valores de la palabra de la ley y
de la razón. En este contexto, y precisamente porque estamos hablando de
lo que estamos hablando, tenemos que agradecer desde el Grupo
Parlamentario Popular la valoración personal y política que el señor
González de Txabarri, en nombre de su grupo, ha hecho de los principios
personales y políticos del director general de la Guardia Civil, don
Santiago López Valdivielso, cuya trayectoria, como ha recordado el señor
González de Txabarri, queda suficientemente contrastada a lo largo de sus
muchos años de trabajo en esta casa.

Es cierto, como dijo en su momento el señor Atutxa y como hoy han
recordado todos los portavoces, y de manera singular el señor Meyer, que
la responsabilidad de estas muertes sólo es achacable a aquellos que
promueven sistemáticamente la violencia, sin más consideración que la
búsqueda del dolor y de la muerte; y es cierto, como ha dicho sin lugar a
duda también el señor portavoz del Grupo Parlamentario Socialista --y nos
sumamos a esa valoración--, que en la dirección iniciada en la tarde de
hoy bueno sería que en el futuro todos los grupos políticos democráticos
aceptáramos convertir en patrimonio común de estas fuerzas democráticas
esa valoración de que la actuación de las fuerzas de seguridad --lo sean
de dependencia autonómica, lo sean de dependencia estatal-- lo es siempre
en función y virtud del principio de legitimidad y en los términos de
rigor y proporcionalidad que desarrollan ese principio.

Cierto es, y así lo entendemos desde el Grupo Parlamentario Popular, como
señalaba el señor ministro de Interior, que el resultado de esta
operación resta a ETA una de sus más importantes y sanguinarias
infraestructuras criminales, pero, como decía el señor ministro de
Interior, no puede ser éste un momento de triunfalismo, como tampoco lo
será de pesimismo o abatimiento cuando ETA vuelva a golpear.

Por eso, y para concluir, al Grupo Parlamentario Popular le parece
oportuno señalar en esta tarde que quizá hoy, por no ser momento para el
triunfalismo, sí es momento para que al menos con este grupo
parlamentario reafirme su voluntad y su compromiso con la unidad; con la
unidad de quienes creen en el Estado de Derecho y en la libertad y con
esta forma de entender esos valores de la libertad y del Estado de
Derecho y de entendernos entre nosotros que se ha puesto de manifiesto en
esta tarde.

Hoy, desde el Grupo Parlamentario Popular queremos decir a los demás
grupos parlamentarios que entendemos un sentido de la unidad que no es
uniformidad y que no excluye en que nadie mantenga su identidad y sus
criterios propios defendiéndolos en los foros debidos; que entendemos un
sentido de la unidad que no es renuncia a debate ni a la conciencia
crítica, pero sí exigencia de que todos hagamos uso de su ejercicio
siempre desde la voluntad de integrar y no de disgregar, siempre desde la
voluntad de primar lo esencial sobre los aspectos parciales que puedan
establecer lejanías. En fin, que entendemos desde el Grupo Parlamentario
Popular ese sentido de la unidad y ese compromiso de unidad que hoy
reafirmamos como sinónimo de respeto mutuo entre demócratas, como
intención de comprendernos entre demócratas, como esfuerzo por saber
escuchar entre demócratas y, como siempre, en línea de acción encaminada
a la búsqueda de acuerdo entre demócratas. En ese sentido de la unidad,
señor ministro, hoy decimos desde el Grupo Parlamentario Popular que,
porque entendemos que nunca será lícito medir en términos de interés
político partidario ni de beneficio electoral lo que a cada cual
corresponde hacer o no hacer, decir o callar por



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servicio a ese principio de unidad, nos comprometemos nuevamente, como
nos venimos comprometiendo, a servir a ese fin. Contra ETA --lo ha dicho
el señor ministro de Interior, lo han dicho todos los portavoces
parlamentarios-- sólo cabe la ley, la razón y la unidad democrática, y
sólo el conjunto de la sociedad vasca y de la sociedad española puede y
debe ser protagonista de esa tarea y de ese sentimiento, porque los
éxitos al final sólo pueden ser éxitos de todos y, desde luego, desde el
Grupo Parlamentario Popular, siempre se entenderá que cualquier éxito del
Gobierno popular, cualquier éxito del Ministerio de Interior no es un
éxito del Gobierno popular ni del Ministerio de Interior en exclusiva,
sino un éxito de todos los demócratas.

Señor ministro, precisamente porque ese protagonismo de la sociedad vasca
y de la sociedad española no se puede en ningún caso ni en ningún momento
obviar, yo quiero hoy concluir, en nombre del Grupo Parlamentario
Popular, rindiendo homenaje precisamente al conjunto de concejales del
Partido Nacionalista Vasco, de Eulko Alkartasuna y del Partido Socialista
Vasco-PSOE, que, una vez producidos los hechos que hoy son objeto de esta
convocatoria, en el ejercicio de ese protagonismo, de ese coraje y de ese
valor cívico y democrático, dijeron en las instituciones democráticas no
cuando nuevamente HB y el entorno etarra intentó montar la clásica
ceremonia a la que nos tienen acostumbrados. El valor de esos concejales
en la corporación municipal de uno de los fallecidos es, sin lugar a
duda, un motor de ilusión y de esperanza para todos los demócratas, y
precisamente porque el Grupo Parlamentario Popular no tiene
representación en esa corporación, hoy quiere ser la voz que felicite y
que se sienta solidaria con la actuación de esos concejales de los Grupos
Nacionalistas Vasco, Eulko Alkartasuna y Partido Socialista Vasco-PSOE.

No es, como decía el señor ministro de Interior, momento de triunfalismo,
pero sí es, como hemos querido decir en nombre del Grupo Parlamentario
Popular, momento para reafirmar nuestro compromiso con la unidad, con la
razón, con la ley, con la libertad y con la paz.




El señor PRESIDENTE: Señor ministro.




El señor MINISTRO DE INTERIOR (Mayor Oreja): Señor presidente, creo que
la intervención final necesariamente debe ser muy breve, porque me parece
que los protagonistas en el día de hoy han sido los distintos portavoces
de los grupos parlamentarios, y yo quiero agradecerles, esta vez en
nombre de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las
intervenciones de todos y cada uno de ustedes. Yo creo que han hecho
todos, desde su perspectiva, importantes aportaciones y, sobre todo, yo
creo que con sus palabras ustedes han sabido trasladarles a todas las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado --tanto a la Guardia Civil como
al Cuerpo Nacional de Policía y a la Policía Autónoma Vasca-- un ánimo,
un espíritu de cooperación, una unidad de forma espontánea, con ocasión
de mi comparecencia en el día de hoy.

Yo no quiero alargar mucho mi intervención; quiero hacer simplemente
algunas precisiones a lo que ha dicho algún portavoz en el día de hoy.

Quiero reiterar a los señores González de Txabarri, Silva, Meyer, Belloch
y Gil Lázaro mi agradecimiento y quiero decir a una pregunta concreta que
ya me hacía el señor Meyer que la información en un cuerpo y una fuerza
de seguridad no coincide temporalmente con los gobiernos, es un trabajo
que se hace sistemáticamente. Quiere decir que a lo mejor nosotros nos
hemos beneficiado de actuaciones, de información, que habían sido
comentadas por gobiernos anteriores, y a lo mejor el siguiente ministro
de Interior se beneficiará de actuaciones, de información, que
protagonizará el gobierno del Partido Popular; y a lo mejor la resolución
de la ONU del día de ayer sobre una determinada cuestión --que no debe
ser arma arrojadiza de nadie, sino que, al revés, debe ser un acicate
para que hablemos, dialoguemos más, trabajemos más, busquemos un punto de
encuentro en esta materia-- es un resultado de gobiernos anteriores. Lo
que pasa es que tiene su plasmación, su maduración y presentación en un
momento determinado ante un gobierno. Yo creo que es la fortaleza de la
democracia española la que por un lado permite determinados logros
policiales de información en una dirección y la que significa también y
permite logros de carácter internacional, por otro. En ese esfuerzo de
entender que todos, no sólo el Gobierno, sino todos y cada uno de los
grupos formamos parte y somos responsables de esa fortaleza de la
democracia española, yo creo que estamos apuntando en la buena dirección
si nos sentimos corresponsables más directos, más que en el papel de
Gobierno y de oposición, en esa batalla que en el fondo afecta
sustancialmente a todos sin distinción de ideologías, de colores ni de
partidos políticos.

Volviendo a la cuestión concreta que me planteaba el señor Belloch,
mañana, en la reunión del Pacto de Madrid, a lo mejor tendré ocasión de
explicar algunos detalles de lo que significa lo de Granada, pero sí
quiero hacer una referencia que me permite su pregunta en el día de hoy.

Lo que yo creo que en estos momentos tenemos es la respuesta a lo que ha
significado un contratiempo para la organización. De la misma manera que
el asesinato de Miguel Angel Blanco fue la respuesta a la actuación de la
Guardia Civil, hoy tenemos la respuesta en Granada. Y yo creo que en ese
terreno a las personas de Granada --que, sin duda ninguna, están
especialmente angustiadas y agobiadas, porque cuando eso se produce en
una ciudad, también se produce un estado de ánimo de esas
características-- les diría simplemente que tengan confianza en las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que no hagamos cosas raras,
que no singularicemos la reacción porque se produce en Granada o en
Andalucía, que no hagamos cosas raras. Cuanto más se singulariza una
respuesta en una determinada comunidad o región, más cuenta se da ETA de
que hay más sensibilidad en determinados lugares o que hay una manera
distinta de responder.

Es evidente que en Andalucía hay un grupo (yo no me atrevería a hablar de
comando), hay una infraestructura que estoy seguro iremos determinando,
encontrando y desarticulando, pero, insisto y reitero, partiendo de la
confianza en la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado.




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Hoy hemos tenido la suerte también de recuperar en Granada, como decía
anteriormente muy bien el portavoz de Izquierda Unida, un símbolo, una
persona que ha vuelto a demostrar un valor, un sentido de estar en
situaciones difíciles que es admirable y que viene a significar una
madurez de la sociedad española y, especialmente, de la juventud
española, que creo está vacunada de lo que es el fenómeno terrorista y
está sabiendo responder de una manera ejemplar que yo creo que todos
tendríamos que reconocer.

Muchas gracias a todos. Quiero insistir y reiterar en que confío en que
mañana en la reunión del Pacto de Madrid sigamos avanzando en esta mejor
y más perfecta unidad; todos tenemos que modificar y matizar posiciones
que en momentos determinados pueden provocar y producir pequeñas grietas
y, en ese sentido, desde la prudencia, creo que todos vamos a seguir
avanzando en este espíritu que se ha visto reflejado muy bien en la
comparecencia en el día de hoy.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señorías. Muchas gracias, señor
ministro.

Se levanta la sesión.




Eran las seis y treinta y cinco minutos de la tarde.