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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 198, de 23/04/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 198



JUSTICIA E INTERIOR



PRESIDENTE: DON JULIO PADILLA CARBALLADA



Sesión núm. 21



celebrada el miércoles, 23 de abril de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Director General de la Guardia Civil (López
Valdivielso) para informar sobre:



--Las informaciones existentes en dicha Dirección General acerca de la
presunta implicación de miembros de la Guardia Civil en operaciones de
contrabando. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya. (Número de expediente 212/000381) (Página 54687
)




--Los sucesos que tuvieron lugar en Tarifa (Cádiz), el día 5 de febrero
de 1997, en el curso de una operación contra el narcotráfico y el
contrabando, entre miembros de la Guardia Civil y del Servicio de
Vigilancia Aduanera (SVA). A solicitud del Grupo Socialista del Congreso.

(Número de expediente 212/000476) (Página 5477)



--Circunstancias de los acontecimientos que tuvieron lugar el día 28 de
febrero de 1997, en Bilbao, en los que se vieron involucrados dos
miembros de la Guardia Civil y sobre las funciones que desempeñaban los
agentes de la Guardia Civil en aquel momento. A solicitud del Grupo
Parlamentario Mixto. (Número de expediente 212/000527) (Página 5485)



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Se abre la sesión a las once y treinta minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (LOPEZ
VALDIVIELSO) PARA INFORMAR SOBRE:



--LAS INFORMACIONES EXISTENTES EN DICHA DIRECCION GENERAL ACERCA DE LA
PRESUNTA IMPLICACION DE MIEMBROS DE LA GUARDIA CIVIL EN OPERACIONES DE
CONTRABANDO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 212/000381.)



El señor PRESIDENTE: Se inicia la sesión.

Como ya se comunicó a todos los comisionados en la tarde de ayer, se ha
alterado el orden del día excluyendo del mismo la comparecencia del
Secretario de Estado de Hacienda, que estaba señalada para las diez y
media, razón por la cual se alteró también el horario de la Comisión, que
comienza, por tanto, a las once y media. La exclusión del punto primero,
comunicada a la portavoces de todos los grupos, obedece a la comunicación
previa recibida del Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes,
dirigida al Presidente de la Cámara, en la que, exponiendo las razones
que imposibilitaban la comparecencia del señor Secretario de Estado de
Hacienda, solicitaba el aplazamiento de la misma. (El señor Pérez Solano
pide la palabra.)
Señor Pérez Solano, tiene la palabra.




El señor PEREZ SOLANO: Señor Presidente, el Grupo Socialista quiere
plantear una cuestión de orden y de protesta por la incomparecencia del
Secretario de estado de Hacienda. Sabe S. S. que la Comisión estaba
convocada para las diez y media. Ayer se nos comunicó a los miembros de
la misma que se aplazaba a las once y media, precisamente a instancia del
Secretario de Estado de Hacienda. Pues bien, hemos estado esperando todos
los miembros de la Comisión hasta las once y media y resulta que ahora no
comparece el Secretario de Estado de Hacienda, que había solicitado el
retraso de la convocatoria de la Comisión. Nos parece que esta
incomparecencia, y así lo quiere manifestar el Grupo Socialista, es un
auténtico desprecio y falta de respeto y urbanidad al Parlamento. (El
señor Gil Lázaro pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Me temo que hubo entonces una mala inteligencia de
lo que comenté con el señor Barrero puesto que el señor Belloch, portavoz
de su grupo en la Comisión, no se encontraba en la Cámara en las horas en
que tuvimos conocimiento de las razones que imposibilitaban la
comparecencia y que ponía de manifiesto el señor Secretario de Estado de
Hacienda. Lo que trasladé o por lo menos creí trasladar y que interpretó
el señor Barrero, fue que la Presidencia se veía en la necesidad de
consultar la oportunidad de ese aplazamiento por las razones que exponía
el Secretario de Estado de Hacienda. En la medida en que la Presidencia
haya tenido un déficit en su capacidad de dar traslado de la razón que
exponía el señor Secretario de Estado de Hacienda y que suponía el
aplazamiento de su comparecencia, naturalmente lo asume por no haberlo
expuesto con claridad, pero creí que las razones por las cuales se
sometía a la consideración de todos ellos este aplazamiento habían
quedado trasladadas correctamente al Grupo Socialista y a los demás
grupos y también creí interpretar, acaso mal sin duda, que por parte del
Grupo Socialista no había ninguna objeción.

Señor Pérez Solano, tiene la palabra.




El señor PEREZ SOLANO: Este grupo no imputa a la Presidencia, que ha
obrado con diligencia, ninguna responsabilidad, dado que ayer recibimos
en nuestros escaños, al final de la tarde, una comunicación de S. S.

notificándonos que la Comisión, en vez de comenzar a las diez y media,
como estaba inicialmente previsto, a instancia del Secretario de estado
de Hacienda, que iba a comparecer a las diez y media, se posponía hasta
las once y media. Yo he entendido en el aviso que he recibido de S. S.

que se retrasaba de las diez y media a las once y media para que a esa
hora compareciera el Secretario de Estado de Hacienda y después tuvieran
lugar las comparecencias del señor Director General de la Guardia Civil.

En ningún momento este Grupo va a imputar ninguna responsabilidad a la
Presidencia de la Comisión, que ha obrado con diligencia. Imputamos al
Secretario de Estado de Hacienda una negligencia, una desidia y una falta
de respeto a la Comisión por su incomparecencia.




El señor PRESIDENTE: En todo caso, el texto de la comunicación de la
Presidencia tiene el tenor que tiene y del mismo, sin duda, entiende la
Presidencia que tampoco se podía desprender lo que S. S. ha interpretado.

En todo caso ése era el texto en el que se quiso reflejar sencillamente
la incidencia sucedida, vuelvo a repetir que puesta de manifiesto
personalmente por la Presidencia a todos los portavoces, en el caso del
Grupo Socialista al señor Barrero porque no se encontraba en la Cámara en
ese momento el señor Belloch.

Señor Gil Lázaro, tiene la palabra.




El señor GIL LAZARO: No pretendo abrir ahora un debate, sino simplemente
precisar la posición de nuestro Grupo a tenor de la intervención del
señor Pérez Solano.

En primer lugar, el Grupo Parlamentario Popular no tiene la más mínima
duda respecto de la existencia de alguna causa grave que impide hoy la
comparecencia del Secretario de Estado de Hacienda, cuestión por lo demás
que no es nueva, sino que ha venido siendo habitual en actuaciones
precedentes en esta Comisión a lo largo de otras legislaturas sin que
nunca se haya convertido en una cuestión mayor.

En segundo lugar, debo entender que quizás el señor Pérez Solano no
recibió directamente...




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El señor PRESIDENTE: Señor Gil Lázaro, la Presidencia no estima oportuno
abrir un debate sobre el particular. El señor Pérez Solano ha hecho
constar su observación. No tengo ninguna duda de que se comunicó a los
grupos y tanto la Presidencia como los grupos consultados, que creo que
fueron todos, consideraron justificadas --por lo menos la Presidencia así
lo entendió-- las razones que exponía el señor Secretario de Estado de
Hacienda para solicitar el aplazamiento, a lo que se ha accedido.




El señor GIL LAZARO: Quisiera hacer constar, sin entrar en ninguna
polémica, a efectos de quien redactó la comunicación, que a este Grupo le
llegó claramente redactado que por incomparecencia del Secretario de
Estado de Hacienda la sesión comenzaría a las once y media. Por tanto, no
hay plante.




El señor PRESIDENTE: No vamos a continuar con esa cuestión.

Entrando en el orden del día, corresponde la comparecencia del Director
General de la Guardia Civil, en primer lugar, para dar cuenta de las
informaciones existentes en dicha Dirección General acerca de la presunta
implicación de miembros de la Guardia Civil en operaciones de
contrabando, comparecencia solicitada por el Grupo Parlamentario Federal
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Tiene la palabra el Director General de la Guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): En
relación con esta solicitud de comparecencia, dada la amplitud de su
enunciado --fíjense en que dice: para dar cuenta de las informaciones de
todo tipo existentes en la Dirección General acerca de la presunta
implicación de miembros de la Guardia Civil en operaciones de
contrabando--, anuncio que mi información será también de carácter
general. Insisto en que se me piden informaciones de todo tipo acerca de
presuntas implicaciones, y además sin limitación en el tiempo o fijación
de un período determinado. Sólo a efectos de incrementar su cultura
general sobre el cuerpo de la Guardia Civil --no piensen SS. SS. que
pretendo tergiversar la solicitud de comparecencia-- les diré que ya en
una circular interna del cuerpo, de 31 de agosto de 1845, se hacía
referencia al contrabando y a cómo debería actuar la Guardia Civil.

En principio, a modo de previsión conceptual, la Ley Orgánica 12/1995,
que, como muy bien saben SS. SS., se refiere a la represión del
contrabando, recoge, entre otros, una serie de supuestos entre los que se
incluyen las siguientes operaciones: las realizadas con labores de tabaco
cuando su valor sea igual o superior a un millón de pesetas, las
realizadas con géneros cuyo importe sea superior a tres millones y
aquellas cuyo objeto sean drogas tóxicas, aunque su valor sea inferior.

Por otra parte, las operaciones no autorizadas, tanto con drogas como con
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, están incluidas como delitos
contra la salud pública en el nuevo Código Penal. Digo todo esto porque
los datos que voy a dar se refieren a ambos supuestos delictivos: de
contrabando, que incluye el narcotráfico, y contra la salud pública
relacionados con la droga.

Me voy a referir a los miembros del cuerpo sujetos a procedimientos
judiciales, que creo que es lo que procede, pues no se puede hablar de
presunciones que hayan podido justificar en algún momento una
investigación interna o incluso de las sugeridas por noticias o
titulares, pero que no han pasado de esta categoría de presunción.

Tengo que confesarle que no me ha sido fácil recoger la información, no
por nada especial, sino porque hay datos heterogéneos en las distintas
situaciones, de imputado, sobreseído, absuelto o condenado, tomados con
diferentes criterios de tiempo. Por ejemplo, en la estadística de un año
figuran los imputados por hechos sucedidos ese año, pero el dato de
condenados lo es de condenados ese año pero por causas anteriores.

Incluso los criterios varían. Por ejemplo, en algunas estadísticas los
implicados figuran como detenidos y en otras como procesados --se lo digo
con toda sinceridad--; en unas se refieren estrictamente a contrabandos y
narcotráfico, y en otras, no. Créame que la estadística con la que nos
hemos encontrado no es buena, porque a lo largo del tiempo no ha habido
unos criterios homogéneos para su elaboración. Por eso he acotado un
período, 1991/1995, que es del que podemos dar datos fiables y que
cuadran, por decirlo de alguna manera.

Por ir a esos datos concretos, puedo informar a esta Cámara que, por
ejemplo, en el año 1991 hubo un total de 17 guardias civiles implicados
en asuntos relacionados con el contrabando, que, como he dicho, incluye
narcotráfico y delitos contra la salud pública relacionados con el
tráfico de drogas; en el caso de cuatro de los guardias civiles imputados
la causa fue sobreseída, tres fueron absueltos, ocho condenados, y dos
están pendientes de resolución. En el año 1992 hubo un total de 48
miembros del cuerpo implicados; en cuatro ocasiones la causa fue
sobreseída, cinco fueron absueltos, 16 condenados y 23 están pendientes
de resolución. En el año 1993 hubo 11 implicados en total; dos de las
causas fueron sobreseídas; uno resultó absuelto, tres fueron condenados y
cinco se encuentran pendientes de resolución. En el año 1994 hubo 22
implicados; una causa fue sobreseída, cuatro fueron absueltos, uno
condenado y 16 pendientes de resolución. En el 1995 hubo 24 implicados;
tres sobreseídos, uno absuelto, dos condenados, 18 pendientes de
resolución. En el año 1996 fueron 24 los inculpados; dos sobreseídos, uno
absuelto, ningún condenado y 21 casos pendientes de resolución. Esto hace
un total en estos seis años, de 1991 a 1996, de 146 implicados; en 16
ocasiones la causa fue sobreseída; 15 fueron absueltos; 30 condenados y
quedan 85 pendientes de resolución.

En los últimos doce meses, por tener la cifra más próxima, según los
datos de que disponemos, tenemos conocimiento de cuatro sentencias
condenatorias, posiblemente incluidas en las pendientes de resolución a
las que me he referido, y tres absoluciones, resolviendo, como digo,
procedimientos judiciales pendientes. Por lo que se refiere a imputados,
en los últimos doce meses, de abril de 1996 a abril de 1997, han sido
puestos a disposición judicial 24 miembros del cuerpo.




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¿Qué significan estos números? Que del mero análisis porcentual podríamos
concluir que la situación no es grave. En seis años ha habido 30
condenados, de 61 casos, sentenciados o sobreseídos, lo que supone el 49
por ciento. Si tenemos en cuenta una fuerza en revista de en torno a
72.000 hombres, estamos hablando del 0,3 ó 0,4 por ciento. En el peor de
los casos, podríamos suponer el mismo porcentaje de los pendientes de
resolución que fuesen condenatorios, 35 más, y estaríamos entonces
hablando de 65 condenados en seis años, poco más de 10 al año. A mí
sinceramente esta cifra no me parece preocupante. Creo que podríamos
encontrar colectivos profesionales --no tengo el dato, es una mera
elucubración-- menos numerosos en cuyo día a día no tienen ningún roce
con el narcotráfico --no olvidemos que la cercanía propicia la
tentación-- en los que podría haber más condenados de los que hay por
este tipo de asuntos en la Guardia Civil. La tendencia, ya la han visto:
en 1992, 48 imputados, baja a 11 en 1993 y luego se estabiliza: 22 en
1994, 24 en 1995, 24 en 1996 y también 24 en los últimos doce meses.

Dicho esto, escaso número, escaso porcentaje, señor Presidente, señorías,
a mí no me satisface. Podría satisfacer a espíritus menos exigentes, pero
desde luego a mí esto no me satisface ni considero que sea algo que no
haya que tener en cuenta. Tenemos que poner todos los medios para
intentar reducir todavía más la cifra y tenemos que hacerlo por muchas
razones: por ejemplaridad, por imagen del cuerpo, por eficacia, en fin,
por todo, porque realmente la sociedad entiende muy mal que un cuerpo que
está dedicado, entre otras cosas, a luchar contra el contrabando y el
narcotráfico tenga en su seno casos de estas características, aunque
insisto en que, por un lado, el porcentaje no es muy grave y, por otro
--supongo que a SS. SS. no les digo nada que no sepan--, no podemos
olvidar las circunstancias que encuentran en su servicio los guardias
civiles. No les descubro nada si les digo que hay que contar con la
realidad social, de costumbres, de valores, de conductas poco ejemplares
de quienes más ejemplares teníamos que ser --por ejemplo, los políticos o
los banqueros o incluso los directores generales de la Guardia Civil--,
en fin, malos ejemplos por doquier, mucho dinero en poco volumen, una
mochila, un pequeño paquete con un importantísimo valor añadido, por
decirlo también de alguna forma, unas redes bien organizadas, muy
capilarizadas, que pueden conocer fácilmente las necesidades, las
debilidades y los puntos flacos de quienes están luchando contra el
contrabando y el narcotráfico, en un oficio que les pone, como decía
antes, al borde de la raya, y está claro que no hay que traspasarla
nunca, pero un trapense tiene muchas menos tentaciones, al menos en estas
cuestiones.

En definitiva, creo que las cifras son tolerables, pero que conste,
insisto, que no lo digo para intentar justificar lo que es
injustificable. Yo creo que tenemos que poner de nuestra parte todos los
medios para reducir más todavía el número de guardias civiles que puedan
estar implicados en este tipo de delitos.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: En nombre de mi grupo le doy la bienvenida al
Director General de la Guardia Civil y también le agradezco las
observaciones que ha hecho sobre uno de los documentos quizá más antiguos
o históricos que obran en poder de los archivos de la Guardia Civil sobre
sus primeras actuaciones respecto al contrabando. La verdad es que mi
grupo no quería irse tan lejos. Nos hubiese interesado más incluso que
hubiese hecho una profundización mayor sobre algunos de los casos más
relevantes que se están viviendo en este país, que la sociedad española
tan bien conoce y que, de alguna forma, también pretendemos en esta
comparecencia que usted desarrolle en el siguiente turno de intervención.

En primer lugar, evidentemente participamos de su criterio de que no hay
una vinculación ex profeso de la policía que cubre servicios de seguridad
dentro del cuerpo sobre contrabando y narcotráfico con una propensión o
una debilidad hacia la comisión de delitos relacionados con las funciones
que está desarrollando. No cabe la menor duda, como usted también ha
dicho, que al estar próximos a una serie de conductas ilegales que
aportarían en un momento dado un gran beneficio, a veces el más mortal de
los humanos puede verse tentado de cometer ese delito.

Participamos de la conclusión a la que usted ha llegado sobre el informe
de los cinco últimos años, sobre lo cual, independientemente de las
cifras, lo que a nosotros nos importa es la disposición que usted, como
máximo responsable de la Guardia Civil, va a adoptar respecto a los casos
que se han dado y, sobre todo, en cuanto a analizar las causas o las
circunstancias en las cuales se desenvuelven en su vida privada y
personal los guardias civiles que están en estos puestos, para intentar
ayudarles a que esa resistencia monacal, a que usted aludía, no tenga que
ser tan estricta por su parte y que encuentren ayudas por parte de la
Dirección General de la Guardia Civil. Hay miles de guardias civiles
honrados, como usted bien ha dicho, 72.000, trabajando en distintas
labores y evidentemente están situados al margen de toda sospecha y desde
este momento mi fuerza política quiere animar al cuerpo a que siga
trabajando con esa eficacia, con esa abnegación, con ese sacrificio, con
ese dar lo mejor de sí mismos para la sociedad, superando lógicamente
cualquier tipo de desvíos que algunos desalmados, aun vistiéndose de
verde, puedan cometer en cualquier momento, y algunos de los ejemplos que
usted ha dado dan testimonio bien a las claras de cuáles han sido algunos
de los comportamientos realizados por anteriores responsables, incluso
los máximos responsables de la Guardia Civil. Los implicados tienen
distintas graduaciones, tampoco aquí deberíamos hacer una especial
implicación de no sé qué grado jerárquico dentro del cuerpo a la hora de
ser tentados por los beneficios del narcotráfico y el contrabando. En
algunas de las condenas a que hemos tenido acceso están desde jefes,
oficiales, suboficiales, números, prácticamente el conjunto de los
componentes del cuerpo.

Vamos a dejar al margen los distintos procesos en los cuales han estado
implicados distintos guardias civiles y



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nos vamos a centrar en los dos que considero más relevantes, acontecidos
en las últimas fechas. A pesar de que tuvieron un origen anterior a lo
que es su mandato, pensamos que usted es el responsable máximo de esos
guardias civiles que actualmente están inmersos en sumarios abiertos y
que, lógicamente, a usted le corresponde también velar por la limpieza
del proceso, por la colaboración en el mismo y, lógicamente, a la vez
tomar aquellas decisiones que sean competentes sobre asuntos relacionados
con la disciplina dentro del cuerpo.

Uno de los casos más notables es el caso Ucifa, la Unidad Central de
Investigación Fiscal Antidroga, que prácticamente ha quedado desmantelada
a raíz de la apertura de este juicio, en el cual están implicados diez
guardias civiles, como decía, desde el grado máximo de teniente coronel,
pasando por comandante, capitanes, sargentos, cabos y números. No son
delitos menores, estamos hablando de acusaciones contra la salud pública,
falsificación, prevaricación, detención ilegal, allanamientos de morada,
y estamos hablando de penas realmente importantes, de seis a quince años,
y multas que pueden rondar los 1.500 millones de pesetas, acompañadas
también de inhabilitación. La verdad es que analizando algunos de los
comportamientos incorporados al proceso y sobre los que, evidentemente,
el juez dictaminará, da escalofrío conocer ciertas conductas de algunos
de los miembros de la Guardia Civil, que, como decíamos, se producen
--por fortuna excepcionalmente-- en el ejercicio de lo que debería ser la
protección de los derechos y libertades de los ciudadanos, y que derivan
hacia lo que son comportamientos ilícitos.

El otro acontecimiento que ha tenido una cierta relevancia y que ha
suscitado una preocupación social tiene relación con las investigaciones
llevadas a cabo sobre lo que puede haber ocurrido en el cuartel de
Intxaurrondo, en la 513 comandancia de la Guardia Civil, y con los
implicados que puede haber. Me preocupa que desde el año 1988, en el cual
se tiene conocimiento de las primeras investigaciones de la propia
Guardia Civil, no se haya finalizado el proceso ni una serie de
investigaciones, y estoy distinguiendo perfectamente entre lo que supone
la investigación judicial, lógica, y lo que suponen las responsabilidades
de quienes ostentan el mando político de este cuerpo. Existe preocupación
porque ha habido una serie de comportamientos que yo considero extraños,
porque después de que unas personas han estado investigando estos
asuntos, curiosamente, en un momento fundamental de la investigación se
traslada a Logroño al capitán Castañeda, lo que retrasa la investigación
de estos asuntos. A mí me preocupa no sólo que de vez en cuando,
extraordinariamente, surjan algunos desvíos en los comportamientos de
algunos miembros de la Guardia Civil; lo que también me preocupa de
alguna forma, por el hondo calado que tiene, es que por parte de los
máximos responsables, no implicados directamente en ninguno de estos
asuntos, quede la estela de sospecha o la duda de si están actuando en
base a un corporativismo que en algún momento lo único que va a provocar
es la dificultad de la investigación o incluso que eternamente se
mantengan esas sospechas sobre si hubo algo más de lo que al final ha
debido quedar, con motivo de las estrategias de oscurantismo o de
tapadera que se pudiesen haber desarrollado.

Tenemos constancia también de que ha habido documentos importantes de
esas investigaciones realizadas por la propia Guardia Civil --no nos
salimos del ámbito de la Benemérita-- que no se han aportado al juez que
de nuevo ha abierto el proceso y que incluyen elementos que son muy
importantes, como declaraciones de todo ese mundo relacionado con el
narcotráfico y el contrabando. Queremos saber qué información tiene de un
posible registro del domicilio del coronel López González, fallecido el 1
de diciembre de 1996. Este coronel investigó tanto el caso Ucifa como el
del cuartel de Intxaurrondo y también participó en la elaboración de un
informe que se denominó Arca de Noé, informe que de alguna forma supuso
otro elemento contradictorio para la necesidad de lograr la clarificación
de asuntos tan comprometidos, puesto que supuso una contradicción entre
los informes anteriores y este nuevo, en el cual se exculpaba a los
implicados en el primer informe y se introducía una serie de dudas o de
sospechas sobre otros miembros del cuartel. Por supuesto, también
desearía conocer si ha aplicado alguna medida disciplinaria sobre la base
lógicamente de los distintos expedientes internos que se hayan podido
producir sobre todos estos asuntos, no ya solamente sobre los casos Ucifa
e Intxaurrondo, sino sobre el conjunto de los casos que usted nos está
comentando, porque se haya podido comprobar, por los expedientes abiertos
dentro de la Guardia Civil, que había algún tipo de infracción del código
de comportamiento de la Guardia Civil.

Espero que usted en esta segunda intervención profundice y aclare estos
dos casos que de alguna forma destacan sobre la generalidad, puesto que
la sociedad no sólo está preocupada por el comportamiento general de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sino también por las redes
organizadas y estables que han actuado durante tiempo y que pueden haber
creado a su alrededor unos grupos de presión importantes dentro del
cuerpo.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir?
Por el Grupo Mixto, tiene la palabra la señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Señor Presidente, saludo al Director
General de la Guardia Civil y agradezco su presencia en la Comisión para
informar a solicitud del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

Nos ha dado una serie de datos relacionados con cuál era la situación de
determinadas personas del cuerpo de la Guardia Civil que podían estar
involucradas en cuestiones de contrabando y de narcotráfico. Ha reseñado
muy adecuadamente los porcentajes de personal condenado, de los que están
pendientes de sentencia, etcétera. En este momento no sé si el porcentaje
que usted nos da es bueno o malo, y lo digo con toda sinceridad, porque
no sé cuál es el que pudiera existir en otros cuerpos y, sobre todo,
porque desconozco si es equivalente o no al de otros sectores,
profesionales



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o no profesionales, como usted ha señalado, con lo cual no hago
cualificación alguna respecto de este tema.

Me alegra saber que a usted esto no le satisface, porque creo que no
puede satisfacer a nadie que exista una desviación, digámoslo así de
manera genérica, especialmente de aquellos que están obligados por ley a
tener el máximo interés y la máxima preocupación para evitar que se
produzcan situaciones delictivas de narcotráfico y de contrabando de
estas sustancias.

Creo que una cosa son los porcentajes y otra las circunstancias o lugares
o, si me permite, dónde se han situado los focos más graves, no solamente
por los lugares sino también por las connotaciones e implicaciones que
hubieran podido tener en otra serie de cuestiones, y creo que me entiende
perfectamente sin que tenga que dar más explicaciones a este respecto.

Por ello, el caso de Intxaurrondo nos parece absolutamente clave, lo
hemos dicho en multitud de ocasiones, tanto la Diputada que les habla
como otros diputados que me han precedido, hace ya bastante tiempo,
cuando decir estas cosas suponía la posibilidad de recibir incluso alguna
querella o denuncia por parte de determinadas fiscalías. Desde Eusko
Alkartasuna tenemos muy claro que lo hemos dicho en momentos difíciles y
lo seguiremos diciendo.

El tema está sometido a una serie de procedimientos judiciales por
diversas cuestiones y, en ese sentido, no pedimos que ustedes nos den
determinados datos que puedan estar sub iudice, pero no es menos cierto
que queremos que nos explique cuáles son las actuaciones que usted, como
Director General de la Guardia Civil, ha llevado a cabo en relación a
este tema y, en concreto, a Intxaurrondo, desde su llegada a esa
Dirección General. Deseamos saber cuál es su impresión, qué es lo que
usted ha podido encontrar, qué es lo que considera que hay que mejorar,
si es que hay que mejorar algo; cuáles son las actuaciones que se están
realizando y, en el fondo, qué investigaciones internas, vuelvo a
señalar, tienen ustedes puestas en marcha en este momento para establecer
de manera clara y contundente cuál es la situación en concreto del
cuartel general de Intxaurrondo, comandancia 513. Todo lo anterior nos
parece absolutamente importante, porque, repito, tiene muchísimas
implicaciones en ámbitos todavía no esclarecidos. Que siguen
permaneciendo en esas zonas oscuras, y creemos que, salga lo que salga,
tiene que estar todo perfectamente claro. Es un asunto que nos preocupa
en gran medida y queremos saber cuál es su opinión al respecto.

Hemos tenido noticia, entre otras implicaciones, del famoso registro al
domicilio del coronel López González, una vez fallecido, y queremos saber
también qué investigaciones están llevando a cabo ustedes, si es que
tienen datos sobre este tema o si lo lleva algún otro organismo. En
cualquier caso, queremos saber su opinión, si han realizado ustedes una
auditoría a su llegada a la Dirección General sobre esta situación y si
hubiera alguna cuestión que ustedes consideran que hay que subsanar,
cuáles son las medidas que están tomando al respecto.

Sabemos que los procedimientos judiciales en curso van a continuar y, en
este sentido, tendremos que esperar hasta que se determinen las
responsabilidades penales que pudieran existir. Sin embargo, creemos que,
al día de hoy, también puede haber unas investigaciones internas o, al
menos, creemos que debiera haberse realizado una serie de auditorías
internas y nos gustaría conocer esas auditorías que se han podido
realizar en lugares muy concretos como el que le he señalado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (AEJ-PNV), tiene la
palabra el señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Buenos días, señor Director
General. Sabe la respetabilidad de que goza en el Grupo Parlamentario
Vasco y quisiera comenzar por ahí esta intervención, porque, en aras a
analizar ese tipo de problemáticas tan complejas en una sociedad, en el
Grupo Parlamentario Vasco entendemos que es fundamental que la persona
responsable de temas tan delicados y complejos goce de una estima social
ampliamente reconocida, lo que en su caso se da desde nuestra
perspectiva.

Los datos o porcentajes que ha aportado pueden ser buenos o malos,
dependiendo de los parámetros que se quieran usar. En primer lugar, yo
quisiera relativizarlos. El porcentaje sería bueno si el nivel de
transparencia de que goza la institución fuese elevado. No se le oculta
al Director General de la Guardia Civil que donde más accidentes se
producen es allí donde mejor se llevan las estadísticas y, desde dicha
perspectiva, hay que relativizar dichos datos. Si el Director General de
la Guardia Civil los hubiese completado con el número de expedientes
internos, informativos, cerrados, abiertos, con diligencias en un sentido
o en otro, esos mismos datos hubiesen gozado de mayor credibilidad.

No compartimos, y lo conoce el Director General, ese criterio por el cual
todo tipo de contrastes en expedientes que sean más o menos irregulares
se judicializa. En los últimos años hemos tenido en el Estado una triste
experiencia con ese recurso metodológico de llevar sistemáticamente todos
y cada uno de los temas a la vía judicial y de utilizar el procedimiento
judicial como único referente para examinar los datos, lo que entendemos
que es una equivocación. Al final, estamos en el Congreso de los
Diputados y tenemos que hablar de responsabilidades políticas, y, en
definitiva, es el balance político el que hay que realizar en el día de
hoy, al hilo de esta comparecencia solicitada por el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, ante acontecimientos
que, más o menos, hayan podido provocar alarma social y ante una
situación en la que se constata que estos elementos que trabajan, como ha
dicho el Director General de la Guardia Civil, al borde de la raya pueden
tener esa tentación. Tener tentaciones, señor Director General, no es
ningún pecado. El problema es pasar la raya. No estamos hablando de la
Guardia Civil; estamos hablando de determinadas personas de la Guardia
Civil que caen en la tentación y pasan esa raya.

Como he indicado al principio, la cabecera en una institución como la de
la Guardia Civil es fundamental, y nosotros,



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desde esa perspectiva, entendemos que ese flanco está bien cubierto. Sin
embargo, observamos una autonomía en la gestión de muchas unidades, tal y
como se ve en los datos que ha aportado el Director General; 70.000
personas con un Director General pueden abrir amplios flancos que no
satisfacen. Usted mismo ha dicho que existen datos que no le satisfacen y
creo que se trata de centrarlos.

De las intervenciones anteriores, no se le ocultará que los tres
diputados que hemos intervenido somos vascos, lo cual tendría que llevar
a una reflexión, porque en distintos focos, como ha señalado la señora
Lasagabaster en la intervención anterior, se da un mayor cúmulo de
circunstancias, máxime cuando se une el tema del narcotráfico al tema del
tráfico de armas, al tráfico de otra serie de sustancias y, en todo caso,
al terrorismo. Yo creo que ese cóctel de alguna forma está incidiendo en
amplias zonas del territorio y está actuando como un cáncer en
determinados ciudadanos que caen ante una tentación fácil. Quizá el
balance que usted ha presentado fuera muy bueno si los datos
estadísticos, en uno y otro sentido, fueron los correctos. Yo creo que
complementar los datos que los diputados intervinientes han dado
anteriormente es correcto; se han citado una serie de expedientes que la
opinión pública ha podido conocer y no quiero dejar pasar la oportunidad
para recordar el malhadado informe Navajas, en el que todas estas
circunstancias fueron explicitadas y cuyos trámites por las instituciones
democráticas fueron bien lamentables. No quiero olvidar la discusión
sobre el Servicio de Vigilancia Aduanera que en esta misma Comisión y en
el Pleno hubo en la legislatura anterior, para contrastar las tensiones
que entre la Dirección General de la Guardia Civil y el Servicio de
Vigilancia Aduanera, adscrito al Ministerio de Economía y Hacienda, se
han ido produciendo, según el análisis de todos estos datos, para poder
hacer un estudio mínimamente coherente de lo que sucede en estos ámbitos.

Yo creo que este tema nos debe preocupar. A nosotros al menos nos
preocupa observar esas cañerías de la sociedad que funcionan con una
excesiva autonomía. Las cañerías del narcotráfico, del tráfico de armas y
del terrorismo se van implementando y encuentran unos nidos en los que
todos conjuntamente se sienten muy agusto. Creemos que no se trata de
generar alarma social, sino de ser conscientes de la situación, y no le
quepa la menor duda al Director General de la Guardia Civil que contará
con la máxima colaboración del Grupo Parlamentario Vasco a los efectos de
que esta situación goce de la máxima transparencia posible. Nosotros no
somos muy partidarios de que todo quede muy claro; ese tipo de
absolutismo es casi imposible en la sociedad actual. El esfuerzo de la
clase política debe llevar a cumplir las funciones que la clase política
tiene asignadas y yo creo que en ese nivel habría que establecer el
análisis que se nos solicita en el día de hoy.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Con toda brevedad, nos felicitamos por la iniciativa
del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, en
la medida en que ha permitido plantear hoy aquí un asunto interesante.

Debemos felicitarnos igualmente porque la claridad de la intervención del
señor Director General de la Guardia Civil permite establecer algunas
conclusiones que en todo punto son útiles para poder lanzar un mensaje de
tranquilidad a la opinión pública.

Desde nuestro punto de vista de la intervención del señor Director
General de la Guardia Civil se deducen cuatro conclusiones básicas. En
primer lugar, que esta cuestión es delicada y hay que aproximarse siempre
desde los datos concretos, los de naturaleza judicial en este caso,
aunque algo diremos después en relación con este asunto, pero nunca desde
la presunción, la imaginación o la mera especulación. En segundo lugar,
que los datos ofrecidos por el Director General de la Guardia Civil son
para este grupo parlamentario suficientemente elocuentes: 30 condenas, en
tan sólo cinco años, sobre 72.000 hombres y mujeres integrantes de la
totalidad del cuerpo, acreditan una buena salud colectiva en orden a la
moralidad de conductas y a la fidelidad al servicio de todos los miembros
de la Guardia Civil. Sin lugar a duda, la tercera conclusión es para
nosotros la más relevante, porque de esos datos, como no podría ser de
otra forma, se deduce que, a pesar de existir un contacto, un roce, como
señalaba el Director General de la Guardia Civil, profesional permanente
de gran número de miembros en la lucha contra las actividades vinculadas
al narcotráfico y al contrabando, actividades, desde el punto de vista
criminal, muy rentables pecuniariamente, sin embargo, el sentido de la
profesionalidad y el cumplimiento del deber en la generalidad de las
conductas de los miembros del cuerpo prevalece sobre cualquier otra
actitud ajena a los compromisos del servicio.

Estas tres conclusiones para nosotros podían sintetizarse en una
conclusión básica expresada por el Director General de la Guardia Civil,
que es la que tiene mayor significancia en el análisis de este grupo
parlamentario. El señor Director General nos decía que, a pesar de que
estos datos son suficientemente elocuentes, a pesar de que existe una
fidelidad al servicio y una nobleza en la conducta de los miembros del
cuerpo en orden al cumplimiento exacto de ese servicio, sin embargo, esas
cifras no le satisfacen. Nosotros entendemos que ése es un magnífico
punto de partida, porque eso significa no solamente una dicción política
hoy para poder comparecer de una manera cómoda y adecuada ante la Cámara,
sino que significa mucho más, conociendo al Director General de la
Guardia Civil: significa la expresión de un compromiso. Efectivamente,
como ha dicho el Director General de la Guardia Civil, siendo pequeñas
esas cifras, por la misión que desempeña el cuerpo, por su propia imagen
colectiva, por la necesaria ejemplaridad en sus conductas, tienen que
reducirse aún mucho más. En ese sentido, nosotros interpretamos que esa
expresión de compromiso del Director General de la Guardia Civil puede
inscribirse también en lo dicho por casi todos los portavoces de los
grupos parlamentarios y, especialmente, si se me permite citarle, por el
señor González de Txabarri, porque, efectivamente, no bastará sólo en el
futuro ese compromiso que el Director General de la Guardia Civil hoy
concluye ante la Cámara en orden a la



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reducción de ese tipo de cifras, no bastará sólo la adopción de medidas
genéricas, sino que serán necesarias medidas muy particulares,
probablemente incentivando la realización de acciones preventivas
internas de control, no esperando necesariamente a concluir datos
estrictos de naturaleza judicial, sino yendo más allá en esas acciones de
naturaleza preventiva y, fundamentalmente, inscribiendo todo ello en un
principio de transparencia del que el Director General de la Guardia
Civil ha hecho gala en su voluntad de impulso desde el momento mismo de
acceder a la máxima responsabilidad dirigente del cuerpo.

En definitiva, yo creo que la comparecencia de hoy resulta especialmente
útil para establecer esas dos conclusiones básicas: la Guardia Civil, en
el conjunto de la actuación de los miembros del cuerpo, goza de buena
salud en orden a la ejemplaridad y moralidad de sus conductas, y, además,
el Director General de la Guardia Civil está dispuesto a que esa buena
salud se refuerce aún más en beneficio del propio cuerpo y en beneficio,
sin lugar a duda, del conjunto de la sociedad española, a través de esas
acciones preventivas y a través, fundamentalmente, de incrementar ese
principio de transparencia y de comunicación entre el cuerpo de la
Guardia Civil y el conjunto de la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General de la
Guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso):
Insisto, señor Navas, en que la cita histórica no tenía otra intención
que incrementar la cultura histórica de S. S. sobre la Guardia Civil. No
me he referido a hechos concretos porque no me lo han solicitado, pero
tenga la certeza de que si desea tener información sobre algún caso
particular, estoy dispuesto a proporcionársela, naturalmente dentro de
los límites en los que yo pueda hacerlo.

Se ha referido S. S. al caso Ucifa. En estos momentos se está produciendo
la vista oral y creo que poco o nada podemos decir en relación con este
caso. Vamos a esperar, como muy bien dice S. S., a que sea la justicia la
que se pronuncie.

Se ha referido S. S. a Intxaurrondo, también lo ha hecho la señora
Lasagabaster. Sobre Intxaurrondo lo que hay es lo que conocemos, el
informe Navajas, etcétera. Yo le aseguro que hemos aportado cuanta
documentación se nos ha pedido. En el año que casi llevamos al frente de
esta dirección se nos ha pedido información y documentación en relación
con el caso Navajas y hemos proporcionado cuanto nos han pedido y que
consta y existe oficialmente en la dirección, porque a veces se nos han
pedido papeles que oficialmente no existen. Los archivos contienen lo que
está en los archivos; si en un momento determinado alguien ha pedido un
informe, lo ha recibido y, tras darse por enterado, lo ha destruido,
difícilmente podremos extraer datos o informes que no existen.

Respecto al presunto registro en la casa del coronel López González,
según la información que yo poseo, le puedo decir que no se ha producido
ningún registro en el que haya podido estar implicado ningún miembro de
la Guardia Civil. De ello tuvimos conocimiento por los medios de
comunicación y puedo decir que también ha habido una actuación judicial,
pero no ha habido ningún tipo de registro por parte de la Guardia Civil.

Me habla de medidas disciplinarias que podríamos haber iniciado o tomado
con respecto a todos estos casos. La verdad es que sería muy difícil
plantear que se puedan tomar medidas disciplinarias sobre acontecimientos
que sucedieron hace ya tantos años. Sinceramente, en relación a estas
cosas que usted plantea, lo único que hemos hecho ha sido seguir un poco
el devenir de los acontecimientos en la vía judicial, que es donde están.

Pero, ¿qué justificación tendría que ahora se abriese una investigación
para iniciar un proceso disciplinario sobre algo que sucedió hace tanto
tiempo?
Por último, tenga la certeza de que no hay tramas, estructuras o grupos
de presión que estén en el ámbito de este tipo de actuaciones
relacionadas con el contrabando y con el narcotráfico. Insisto una vez
más en que cualquier indicio de que esto pudiera ser así, sería
investigado, anulado o amortizado hasta sus últimas consecuencias.

Con respecto a la intervención de la señora Lasagabaster, tengo que
volver un poco a mis palabras. Me parece que el número de casos no es
alarmante, pero si tengo que volver a comparecer para hablar de este
asunto, a ver si puedo decirle que se está reduciendo y que hay menos
casos relacionados con todo esto.

Actuaciones concretas en relación con Intxaurrondo, ninguna. En el último
año no ha habido ninguna cuestión --y me reitero en lo mismo-- sobre la
que procediese abrir algún tipo de investigación. Repito mi disposición a
proporcionar --y lo estamos haciendo-- cuantos datos o documentos nos
solicitan los jueces. No lo he hecho en mi primera intervención, pero
luego voy a hacer referencia quizá a los mecanismos que tenemos para
controlar e investigar este tipo de conductas, de situaciones o de casos.

En relación con la intervención del señor González de Txabarri, primero,
quiero agradecerle sus palabras dirigidas a mi persona y sabe muy bien
que los sentimientos son recíprocos.

Yo me he referido a datos judiciales porque no puede haber otros,
sinceramente. Si se tiene la certeza de que un guardia civil está
implicado, nosotros, naturalmente, lo ponemos en conocimiento de la
justicia. Se abren muchos casos de investigación interna, pero, al final,
resulta que no ha habido tal actuación reprobable o a lo mejor no somos
capaces de probarlo. No le digo que pueda haber algunos casos, pero de
eso no podemos hablar. No podemos hablar en un Estado de Derecho como en
el que estamos, más que de aquellos casos en los que hay indicios
razonables de criminalidad y si se abren diligencias, se ponen a
disposición de los jueces. No podemos hablar, por tanto, de
responsabilidades políticas o judiciales. A mí sí me pueden pedir
responsabilidades políticas, pero, naturalmente, a los guardias civiles
no.

Con respecto a dónde se producen estos casos de implicación de guardias
civiles en contrabando, no tengo un análisis sistematizado, pero, fíjese,
en unos datos que



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tengo aquí veo dónde están las causas. Aquí leo: Las Palmas, Sagunto
(Valencia), Irún (Guipúzcoa), Valencia, Ceuta, Córdoba, Granada, León,
Palma de Mallorca, Almería, El Ferrol, Barcelona, Andújar, Albacete,
Sevilla, Madrid, Seo de Urgel, Algeciras. Le estoy leyendo todos, no se
crea que me estoy saltando algunos. Verá usted que no están concentrados
en una zona determinada de nuestra geografía.

Para conseguir un objetivo hay que poner en práctica algunas medidas.

Entonces, ¿qué se hace en la Guardia Civil?, que es a lo que no me había
referido antes. Por un lado, tanto en nuestros centros de formación como
en el desarrollo de todas nuestras actividades se concede una gran
importancia al fomento, aunque esto a alguien le pueda parecer extraño,
de las virtudes tradicionales de la Guardia Civil --la honestidad, la
honradez, el servicio al ciudadano--, y esto es muy especial. Ya en el
ámbito de la formación, en todas nuestras academias se trata de inculcar
a los aspirantes a la Guardia Civil la importancia de estos valores,
precisamente por la dificultad en las tareas y en las circunstancias en
las que a veces tienen que cumplir sus misiones. Por otro lado, qué duda
cabe, la constante vigilancia del desarrollo del servicio que todos los
escalones de mando están obligados a realizar y el conocimiento que los
mandos, sobre todo en las unidades pequeñas, tienen sobre sus
subordinados. Cualquier actitud o indicio de complicidad o connivencia en
la prestación de los servicios de la Guardia Civil deben ser
escrupulosamente examinados por todos los escalones de mando, a fin de
corregir, en vía disciplinaria, los comportamientos incorrectos o de
poner a disposición judicial aquellos que revistan la suficiente
gravedad. Es decir, en principio, el mando ejerce una primera función
inspectora, pero cuando los comportamientos son más graves o se tiene
idea de que todo puede ser más complejo y que supera la capacidad
inspectora del mando, en el seno de la Guardia Civil existe un área de
asuntos internos que depende directamente del director general. Tengo que
decirle que este área, que está hoy al mando de un coronel de la Guardia
Civil, la hemos potenciado recientemente dotándola de los efectivos
humanos y materiales necesarios, nunca suficientes, pero, para el mejor
cumplimiento de la misión que tiene encomendada, la hemos dotado con más
medios, insisto, tanto humanos como materiales, porque este área es la
encargada de investigar esas posibles desviaciones en las conductas de
los miembros de la Guardia Civil. Fruto de la actividad de esta unidad
especializada, el año 1996 se ha puesto a disposición judicial a cinco
guardias civiles por presuntas implicaciones en hechos de esta
naturaleza. Esta es una actividad investigadora permanente. En estos
momentos se hallan en curso de investigación otros indicios y
operaciones, pero usted comprenderá que no me refiera a ellos. En el
futuro resultará que, efectivamente, haya que poner a algunos miembros
del cuerpo a disposición judicial y otros se demostrará que no hay las
pruebas necesarias. Por tanto, ahí termina la acción de este área de
asuntos internos.

Vamos a hacer otra cosa, que es potenciar los grupos fiscales. Creemos
que tenemos que hacer más especialistas, con una selección rigurosa del
personal que entre a formar parte de ellos y realizar una especial
preparación. Nuestros grupos fiscales se dedican a la investigación de
todo tipo de delitos y faltas relacionados con todo este asunto y también
ellos, en el curso de estas investigaciones, pueden detectar connivencias
o actuaciones irregulares de nuestro propio personal. Es decir, creemos
también que el que haya más especialistas en temas fiscales es bueno para
evitar que se puedan producir situaciones reprobables.

¿Otras medidas? En el ámbito disciplinario, las normales. Cualquier mando
que tenga conocimiento o noticia sobre actuaciones dudosas, puede iniciar
la apertura de una investigación y, ya digo, a través del área de asuntos
internos nosotros investigamos estas cuestiones.

Para terminar, una vez más, después de agradecer las palabras del señor
Gil Lázaro, quiero insistir en que tenemos un gran interés, yo como
Director General, pero la Guardia Civil en su conjunto, en utilizar todos
los medios a nuestro alcance para que no se produzcan situaciones de
estas características y para que no haya o haya los menos posibles
guardias civiles implicados en este tipo de delitos o en cualquiera otro.

(El señor Navas Amores pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Un minuto nada más, porque si no, realmente
convertimos una excepción, que lo es, en un principio que tiende a ser un
precedente.




El señor NAVAS AMORES: Señor Presidente, me comprometo a no excederme en
el tiempo.

Simplemente quería decirle al señor Director General que esperábamos algo
más de la información sobre los asuntos que, por parte de nuestro grupo,
considerábamos más sensibles socialmente. Hemos hablado más de
Intxaurrondo los portavoces que usted mismo. Sí le pedimos, al menos,
como última intervención, que exponga su criterio político acerca de unas
declaraciones que yo he leído, que me han alarmado profundamente y que me
gustaría que usted valorase, sobre el dolor que le suponía a un ex alto
cargo de Interior el ver procesados por delitos... (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Perdone un momento, señor Navas. Señorías, guarden
silencio para que pueda el interviniente expresarse.




El señor NAVAS AMORES: Decía que a un ex alto cargo de Interior le daba
pena ver a policías, que tanto habían luchado contra el narcotráfico y el
contrabando, procesados por los mismos delitos por los que habían
combatido. Me parece que declaraciones de este tipo lo único que hacen es
fomentar la idea de que las cosas poco han cambiado. Desde luego, lo que
nosotros pretendemos es que los nuevos responsables de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado separen perfectamente lo que es delito,
lo cometa quien lo cometa, de lo que es el pasado respecto a la eficacia
o a la labor realizada en los distintos cuerpos de seguridad; son
cuestiones totalmente separadas y para



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nada dan una salvaguarda para cualquier incorrección o ilegalidad que
puedan cometer en el futuro.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Muchas gracias, señor Presidente, por
esta excepción. Voy a ser muy breve.

No me ha satisfecho nada la contestación respecto a Intxaurrondo, y le
voy a ser clara, porque resulta que usted debe ser el único miembro del
Gobierno --miembro del Gobierno en el sentido de que pertenece al equipo
de Gobierno-- que no ha seguido la misma táctica, la misma estrategia que
el resto. Cuando se formó el nuevo Gobierno, los cargos y los directores
han hecho una serie de auditorías internas en todos los ministerios y, al
parecer --digo al parecer porque no voy a entrar en calificaciones--, ha
aparecido un agujero en el Ministerio de Agricultura, se ha creado una
comisión para la investigación de los 200.000 millones, ha habido
promesas de contratación de determinadas cuestiones y de obras públicas,
y así una retahíla de cosas que no entro a valorar en este momento, pero,
curiosamente, todo el mundo ha hecho una auditoría interna. No sé si es
bueno o es malo, pero se ha hecho y me sorprende que, respecto a un
asunto como el de intxaurrondo, que ha creado alarma social o al menos
donde yo vivo --vamos a dejarlo así-- ha creado una gran alarma social,
que ha sido denunciado por activa y por pasiva, que tiene unas
connotaciones, consecuencias e implicaciones gravísimas, resulta que en
el año que llevan ustedes no ha pasado nada, pero tampoco se ha hecho
nada, ninguna auditoría interna, ¿para qué? Realmente me sorprende; me
sorprende que en este asunto, que, como ha dicho el señor González de
Txabarri, siempre adolece de una falta de transparencia, no se haya hecho
un análisis, una auditoría, una investigación, llámelo como quiera. Se ha
hecho en todos los departamentos del Gobierno y en éste, al parecer, no.

Repito que, la verdad, me sorprende.

En segundo lugar, le diré que yo soy de Irún. Irún está a escasamente
ocho kilómetros de Intxaurrondo, y cuando hay problemas de drogas y le
corresponde ir a la Guardia Civil, el que va a hacerse cargo es
Intxaurrondo. O sea que, a lo mejor, las estadísticas hay que explicarlas
con más datos, y eso le aseguro que lo sé de primera mano.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Al Grupo Parlamentario Vasco nos
satisface la segunda intervención del Director General de la Guardia
Civil, porque ha quedado claro que existen una serie de medidas, unos
objetivos; en definitiva, ideas para que el futuro no sea tan lamentable
en relación a estos temas como ha sido el pasado. Creo que es una buena
noticia el que se hable poco de Intxaurrondo, que sea un nombre del
pasado; ésa es una señal de normalidad.

Le voy a contar una anécdota, señor Director General, para que sirva de
ilustración. Sé que es muy elemental, pero es una buena anécdota. En mi
primera intervención en esta Comisión, en el año 1992, recién llegado
como Diputado, en una comparecencia en relación con Intxaurrondo y los
controles que ponía la Guardia Civil de este cuartel, el señor Corcuera
me retaba y me decía: la próxima vez que haya un control, usted me llama
inmediatamente. No pasaron muchos días, fueron suficientes tres, con los
pocos que pasamos en nuestra circunscripción, para encontrarnos con un
control de la Guardia Civil. Con el compromiso adquirido en esta
Comisión, llamé inmediatamente al Ministro del Interior, a la sazón el
señor Corcuera, y le dije: Mire Ministro, a tal hora, en tal sitio, yo
mismo he pasado por un control. Me contestó: No se preocupe, me voy a
ocupar del tema ahora mismo. Y a las cuatro, en el Pleno --esto había
sucedido a las ocho de la mañana--, me dio un oficio de la 513
Comandancia, en el que informaba al señor Ministro de que a esa hora, en
ese sitio, no había ningún control de la Guardia Civil. Yo debía de haber
pasado por un mar de fantasmas.

La anécdota es ilustrativa, señor Director General. Usted puede tener
programa, puede tener buena intención, puede querer hacer; el problema es
que un cuerpo que, por otra parte, es tan disciplinado, tiene mecanismos
de ocultación, tiene mecanismos de compensación de sus propias
actuaciones corporativas, que yo comparto con usted que también se dan en
otros cuerpos, es así, pero, al trabajar al borde de la raya,
indudablemente hay que ser mucho más exigentes en esta materia, y digo
esto insistiendo en que no se trata de hablar de la Guardia Civil, sino
de algunos elementos de la Guardia Civil, y eso es lo relevante. Quizá el
ejemplo de los trapenses viene bien ahora. No se trata de hablar de los
trapenses, sino del trapense que hace trampas a su superior. En ese campo
hay que delimitar las actuaciones, porque, si no, se politiza el tema y
no nos entendemos; las discusiones se elevan a niveles que, de alguna
forma, pueden satisfacer a determinadas parroquias, pero hacen que no se
vayan solucionando los temas.

En el Grupo Parlamentario Vasco tenemos una preocupación que quisiéramos
transmitirle, dado que usted conoce que la Guardia Civil es el único
cuerpo en el que, cuando se dan actuaciones irregulares a este nivel, no
se contempla en su reglamento y en las leyes la suspensión cautelar de
los agentes que puedan estar inmersos en algunas de estas actuaciones. Yo
creo que ésa es una previsión legislativa que habría que realizar, algo
que se realiza en otros cuerpos de las fuerzas de seguridad del Estado.

Nos parece razonable que por prudencia, por inteligencia, esta
posibilidad legal y reglamentaria también se contemple en la Guardia
Civil. En relación con estos expedientes internos y de su tramitación
judicial, quisiéramos que éste fuera uno de los aspectos que quedara
resuelto en lo que resta de legislatura. Esa es la idea que mantiene el
Grupo Parlamentario Vasco.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Sólo quería decir que, a juicio del Grupo
Parlamentario Popular, las medidas adoptadas



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por esta Dirección General, de las que el director ha dado cuenta en su
segunda intervención, fundamentalmente la potenciación del área de
asuntos internos, y no solamente como un elemento teórico, sino en la
práctica, especialmente con la afección de nuevos cuadros de
especialistas, nos parece que son medidas, impulsadas desde esta
Dirección General, de naturaleza absolutamente coherente y adecuada para
desarrollar la declaración de principios hecha por el Director General en
su primera intervención. Desde luego, nosotros creemos que todo esto
configura un panorama que inicialmente nos permite anunciar que, a
efectos de ejemplaridad y de transparencia, y subrayo lo dicho, a efectos
de ejemplaridad y transparencia en lo concerniente a la responsabilidad
política del mando de la Guardia Civil, las cosas han cambiado mucho y
para bien y, como sabemos que existe el compromiso del Director General
de perseverar en esa línea, le animamos a que continúe en ello.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Voy a
ser muy breve.

Señor Navas, creo que sí he dado una serie de medidas que se han puesto
en práctica y en las que vamos a seguir insistiendo.

En relación con las declaraciones a las que se ha referido, me ha
parecido entender que eran de un ex responsable de Interior; la verdad es
que no conozco las declaraciones ni, como digo, quién las ha hecho, pero,
desde luego, estoy totalmente de acuerdo con usted: la eficacia policial
no solamente no está reñida con el respeto a las leyes, sino que no tiene
que estar reñida con el respeto a las leyes. Yo digo muchas veces, de
forma gráfica, que si el himno de la Guardia Civil dice viva el orden y
la ley, nada debe hacer la Guardia Civil al margen del orden y la ley. Es
decir, que estoy tan convencido como usted de que todas las actuaciones
policiales hay que hacerlas dentro de los límites de las leyes, de la
Constitución, del Estado de Derecho, del máximo respeto a los derechos
humanos. Coincido plenamente con usted.

Señora Lasagabaster, lamento no haberla convencido. Dice que no he hecho
auditorías. Las hemos hecho de las cosas que se auditan. Hemos hecho
auditoría de gestión, auditoría de cumplimiento presupuestario; todo eso
lo hemos hecho. Cuando yo comparecí por primera vez les dije lo que nos
habíamos encontrado y cómo pensábamos resolverlo; eso es lo que se
audita, porque le voy a decir una cosa, en Intxaurrondo no había nada que
auditar. Tiene usted una fijación con Intxaurrondo y la alarma social por
las cosas que sucedieron en Intxaurrondo. Hay tanta alarma social, que
hay procesos judiciales abiertos; pero lo que yo le digo es que, desde
que tenemos responsabilidad de Gobierno, no ha habido nada en el cuartel
de Intxaurrondo. Yo, como Director General, tengo plena confianza en los
mandos que están al frente de Intxaurrondo y en todo el personal de la
Guardia Civil destinado en Intxaurrondo y, con respecto a esto, tengo que
decirle que en el momento en que se produjese una situación anómala o
tuviésemos conocimiento de alguna actuación irregular, iniciaríamos las
actuaciones que considerásemos pertinentes; pero hasta ahora en
Intxaurrondo no ha pasado nada que exija una actuación por parte de la
Dirección General y, vuelvo a repetir, tenemos plena confianza en los
mandos de Intxaurrondo, porque si no les hubiésemos cambiado.

En relación con la intervención del señor González de Txabarri, sólo
tengo que decir que coincido al cien por cien con los planteamientos que
ha hecho.




--LOS SUCESOS QUE TUVIERON LUGAR EN TARIFA (CADIZ) EL DIA 5 DE FEBRERO DE
1997, EN EL CURSO DE UNA OPERACION CONTRA EL NARCOTRAFICO Y EL
CONTRABANDO, ENTRE MIEMBROS DE LA GUARDIA CIVIL Y DEL SERVICIO DE
VIGILANCIA ADUANERA (SVA). A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO.

(Número de expediente 212/000476.)



El señor PRESIDENTE: El siguiente punto del orden del día es la
comparecencia del Director General de la Guardia Civil para informar
sobre los sucesos que tuvieron lugar en Tarifa (Cádiz) el día 5 de
febrero de 1997, en el curso de una operación contra el narcotráfico y el
contrabando, entre miembros de la Guardia Civil y del Servicio de
Vigilancia Aduanera, a solicitud del Grupo Socialista del Congreso.

He escuchado las intervenciones de SS. SS. y quisiera hacer una
precisión. La anterior iniciativa se refería a operaciones de contrabando
--naturalmente, eso tiene un contenido bastante preciso-- y he tenido la
impresión, señorías, de que la conexión de algunas de las intervenciones,
salvo que se hablaba de la Guardia Civil, con el contrabando o con los
expedientes de contrabando, es decir, con el motivo de la comparecencia,
era bastante distante. Creo que la Presidencia debe hacer notar que no va
a limitar las intervenciones de SS. SS.; por la propia lógica de un
debate y el contenido del mismo, SS. SS. tienen libertad para pedir todas
las comparecencias que deseen, con el contenido que estimen oportuno,
pero si el debate se convierte en un debate general sobre la Guardia
Civil, entiende la Presidencia --y lo quiere hacer notar así-- que quizá
se pierde el efecto positivo de una información del Director General
sobre esos expedientes de contrabando. De manera que les exhortaría con
toda cordialidad a que estas comparecencias se centren realmente en el
tema que las convoca.

Señor Director General, tiene la palabra.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Voy a
relatar brevemente lo sucedido en la playa de Tarifa el día 5 de febrero
de este año. El día 4 de febrero se recibió en el centro operativo de
servicio --el COS-- de la Guardia Civil de Cádiz una llamada anónima en
la que se indicaba que, a partir de las 19 horas del día siguiente --es
decir, del día 5--,



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estaba previsto que una embarcación arribara en un lugar de la costa
entre el campo de fútbol y el camping Río Jara, de Tarifa. El mismo día
5, a las 17 horas, se recibió otra llamada de las mismas características,
dando la misma información, pero esta vez en el COS de Algeciras. A la
vista de estas llamadas, por parte de la 3.ª compañía de Tarifa se
procedió a planificar y coordinar un servicio para controlar y vigilar el
tramo de costa por donde, de acuerdo con las informaciones recibidas,
podría entrar la embarcación con el cargamento. Así, se desplegaron siete
patrullas, cuatro del puesto de Tarifa, dos de la patrulla móvil de
costas y fronteras de Tarifa y la compuesta por el propio capitán de la
compañía de Tarifa y un guardia. El operativo quedó montado a las 19
horas --estamos hablando del día 5 de febrero--, cubriendo la lengua de
agua que va desde Las Cañas a Río Jara, demarcación territorial de la
Guardia Civil y término municipal de Tarifa, ya muy próximo al casco
urbano.

Hacia las 21 horas, el capitán observó, a través de sus visores
nocturnos, cómo un helicóptero volaba, sin alumbrado, por encima de la
isla de Las Palomas, comienzo de una parte de la costa conocida como Los
Lances; digo todo esto por situarlo territorialmente. En un momento dado,
el helicóptero --que, insisto, volaba sin luces-- hizo una señal luminosa
con un proyector a una embarcación que estaba mar adentro, que fue
contestada, a su vez, por otra señal luminosa que partió de esa
embarcación que, como digo, estaba mar adentro. A la vista de esto, el
capitán y su acompañante se dirigieron hacia el lugar donde
previsiblemente, de acuerdo con el rumbo que llevaba la embarcación,
arribaría a la playa. Salieron corriendo y, próximos al lugar, detectaron
a una persona tendida dentro del agua. En principio, pensaron que podía
estar ahogada, pero al acercarse comprobaron que no era así, por lo que
procedieron a su detención, resultando ser uno de los tripulantes de la
embarcación alijada, que ya había llegado a la playa. Un poco más
adelante, a escasa distancia del lugar donde había llegado la
embarcación, el capitán de la compañía observó otras cinco personas
tendidas en el suelo --todos varones, adultos y de apariencia
norteafricana-- y, a su lado, un grupo de personas compuesto por miembros
de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera. No estando
inmovilizados los presuntos contrabandistas, el capitán ordenó que fuesen
esposados, al objeto de evitar su fuga. He de señalar que había además
tres bultos sobre la arena de la playa y otros tres flotando en el agua.

Prácticamente al mismo tiempo apareció el comandante del puesto de
Tarifa, un sargento --les recuerdo que una de las patrullas era del
puesto de Tarifa-- que, junto con dos miembros de ese puesto, habían
detenido a otro de los ocupantes de la patera. Podemos decir que esto
constituye la primera parte del relato de los hechos, brevemente
expuestos, no habiéndose producido hasta ese momento ningún tipo de
conflicto ni de problema. Este se planteó cuando el capitán de la Guardia
Civil comunicó a los miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera que,
aunque ellos habían tenido una participación decisiva, muy importante, en
la operación, y así se haría constar en las diligencias, era la Guardia
Civil la que, como fuerza de seguridad del Estado, en su condición de
policía judicial, tenía que instruir las diligencias y hacerse cargo de
los detenidos y de los bultos aprehendidos. Los miembros del Servicio de
Vigilancia Aduanera mostraron su desacuerdo con lo manifestado por el
capitán, y a partir de ese momento, señor Presidente --y lo digo con toda
franqueza y con toda honestidad--, sin saber cómo, en qué preciso
instante, en qué o por qué circunstancias concretas, tras algún
intercambio de opiniones
--posiblemente con alguna voz más alta que otra--, es cuando se
produce un forcejeo, en el transcurso del cual un miembro de la Guardia
Civil recibió una patada al intentar evitar que, por parte de miembros
del Servicio de Vigilancia Aduanera, cargasen los bultos, que aún estaban
sobre la playa, en la Zodiac en la que ellos habían llegado, y que es
previsiblemente la embarcación desde la que contestaron a la señal
luminosa que hizo el helicóptero. El guardia civil que recibió la patada
--de quien si quieren doy su nombre y apellido, pero creo que no es
imprescindible-- fue reconocido por el médico de guardia del ambulatorio
de Tarifa, que diagnosticó lesiones de carácter leve en la pierna
izquierda, consistentes en contusión en altura media de la tibia, y así
se recoge en el parte médico correspondiente.

Ante el cariz de los acontecimientos (que no pasaron de una discusión
verbal, con unas palabras --ya lo he dicho-- más altas que otras, de un
forcejeo y una patada que produce una levísima lesión), restablecida la
calma, el capitán de la Guardia Civil decidió pedir instrucciones a sus
superiores (de todos es sabido que la Guardia Civil es un cuerpo
disciplinado y jerarquizado y, por tanto, en ese momento, el capitán
consideró que lo que debía hacer era pedir instrucciones a sus
superiores) y contactó telefónicamente con el teniente coronel jefe de la
comandancia de Algeciras. Y dio la casualidad de que, en ese momento, el
jefe de la comandancia estaba reunido con el gobernador civil de la
provincia de Cádiz. El teniente coronel dijo que iba a hacer las
consultas al gobernador civil y que después le volvería a llamar. Así lo
hizo instantes después y comunicó al capitán que el gobernador civil
había decidido que las diligencias se instruyeran en el puesto de la
Guardia Civil de Tarifa y que los bultos y los detenidos se llevasen a
dicho puesto. El capitán de la Guardia Civil se lo comunicó a los
miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera y éstos no atendieron a las
instrucciones; ellos consideraban que eran sus superiores quienes tenían
que dar las instrucciones.

Para resolver el problema (yo creo que en ese momento ya se había
restablecido la calma y había buena voluntad para resolver la cuestión;
lo que pasa es que cada uno defendía lo que creía que eran sus
competencias: el capitán de la Guardia Civil, las suyas y el que estaba
al mando del grupo de funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera,
las suyas), el capitán contactó con el jefe provincial del Servicio de
Vigilancia Aduanera y le transmitió lo que le había dicho su teniente
coronel; a su vez, este jefe provincial del Servicio de Vigilancia
Aduanera intentó contactar con el teniente coronel para intercambiar
opiniones, no pudo --por motivos de cobertura telefónica o algo así,
según se dice en los informes--, se lo comunicó al capitán de la Guardia
Civil y, al final, como había que resolver la



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situación el Servicio de Vigilancia Aduanera se llevó cinco detenidos y
tres bultos y la Guardia Civil, dos detenidos y otros tres bultos. El
capitán de la Guardia Civil, acatando la orden de sus jefes naturales,
optó por atender la sugerencia para poner fin al conflicto. Ya en el
puesto de Tarifa, el comandante de puesto instruyó las diligencias
54/1997, dándose el curso habitual a los 110 kilos de hachís incautados y
poniendo los dos detenidos a disposición judicial.

Para terminar el relato de los hechos he de decir que el gobernador civil
de la provincia contactó con el administrador de aduanas de Algeciras,
comunicándole lo mismo que al teniente coronel jefe de la Comandancia, en
el sentido de que a la Guardia Civil correspondía instruir las
diligencias, hacerse cargo de los detenidos y de la droga incautada.

Parece ser, esto no lo afirmo porque no tengo datos para poder afirmarlo,
que el administrador de aduanas cuando consiguió contactar con los
funcionarios del SVA, todo se había producido y cada uno se había ido con
sus detenidos y sus bultos de droga.

Señor Presidente, cuanto he dicho es el resumen por un lado del resultado
de la investigación interna, que cuando tuvimos conocimiento de los
hechos abrimos, así como del contenido del informe-denuncia que el
capitán de la compañía de Tarifa hizo ante el juez de primera instancia e
instrucción de guardia en Algeciras.

Quiero añadir que la fuerza del cuerpo que actuó y presenció los hechos,
cuyos testimonios coinciden, son un capitán, un brigada y un cabo primero
de la plana mayor de la tercera compañía de Tarifa; un sargento y siete
guardias del puesto de Tarifa y tres guardias de la patrulla fiscal de
puertos y costas. Además, intervino en la custodia de los detenidos y
estuvieron presentes un cabo primero y tres guardias del grupo rural de
seguridad de Sevilla; es decir, 18 miembros del cuerpo: un oficial, dos
suboficiales, dos cabos primeros y quince guardias cuyos testimonios
coinciden.

Para terminar, señor Presidente, quiero decir, primero, que frente a este
incidente --creo que es algo que tenemos que tener todos muy claro--, al
que sin duda no quiero restar gravedad, son innumerables las operaciones
que, en total y plena coordinación, se llevan a cabo con todo éxito entre
funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Guardia Civil o la
Policía Nacional. Segundo, que los miembros de los cuerpos y servicios a
que me he referido, Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de
Vigilancia Aduanera, prestan una importantísima labor en la lucha contra
el contrabando y el narcotráfico. Tercero, que todos tienen una
demostrada capacidad y profesionalidad, reconocida no ya en nuestro país,
sino por fuerzas y cuerpos hermanos de otros países empeñados en la misma
lucha. Cuarto, que lo sucedido es, en cierto modo, consecuencia de la
falta de precisión en la fijación de responsabilidades, delimitación de
competencias que unos y otros tienen, y que todo se produce de noche en
la arena de una playa, en el transcurso de una operación, durante una
detención y aprehensión de droga, no exenta de riesgo o de peligro, en
una situación de tensión y de nerviosismo, a la que no son ajenos ni los
mejores profesionales. Ya hemos tomado la iniciativa para evitar que
situaciones como éstas se puedan repetir.

Por último, señor Presidente, señorías, tengan ustedes la absoluta
certeza, y lo digo para que conste a SS. SS., que he relatado los hechos
con la máxima objetividad, eso sí, partiendo de las informaciones que he
podido recabar de los mandos y personal de la Guardia Civil, que
intervinieron en estos sucesos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, autor de la iniciativa,
tiene la palabra el señor Perales.




El señor PERALES PIZARRO: En primer lugar, parece claro, después de oír
al señor Director General de la Guardia Civil, por qué nosotros habíamos
solicitado la comparecencia del Secretario de Estado de Hacienda. Nos
parecía fundamental conocer la versión de los acontecimientos de la
Guardia Civil y también conocer la versión del responsable del Servicio
de Vigilancia Aduanera. No teníamos ningún interés, como es natural, en
fomentar la contradicción, todo lo contrario; nuestra posición no es ésa.

Nosotros queríamos conocer los dos puntos de vista, porque la versión del
SVA y lo que el señor director general nos ha contado aquí difiere
radicalmente; no tiene nada que ver una cosa con la otra. Por tanto, nos
parecía fundamental que compareciera el secretario de Estado.

Hace dos meses que hemos pedido la comparecencia. ¿Cómo es posible que
tengamos tan mala suerte para que dos meses después de pedir la
comparecencia, justo ese día, la agenda del señor Secretario de Estado de
Hacienda no esté dispuesta para esta comparecencia. Es verdad que hay
otros muchos asuntos importantes, pero un mínimo respeto al Congreso, a
la Cámara y un mínimo de cortesía parlamentaria obligaban a que dos meses
después esa comparecencia se pudiese realizar.

No tiene nada que ver lo que ha contado al señor director general con lo
que cuenta el SVA; absolutamente nada que ver. Sí comparto con el
director general que el acontecimiento, el espectáculo ofrecido por los
miembros de la Guardia Civil y los funcionarios del SVA fue de mucha
gravedad y causó un gran impacto en la opinión pública que merece, como
no cabe duda, la respuesta parlamentaria de los responsables.

Nosotros desde el Grupo Socialista vamos a intentar huir de la adopción
de actitudes demagógicas e irresponsables. A nosotros nos parece un
asunto importante y queremos solicitar del Gobierno las decisiones
necesarias (el señor director general ha expresado su voluntad de
adoptarlas aunque no nos ha dicho ninguna) para que en el futuro y en lo
posible no se puedan repetir acontecimientos de este tipo. Es verdad que
somos humanos y hasta el Gobierno del Partido Popular demuestra con este
tipo de acontecimientos que también son humanos. No vamos a imitar al
Partido Popular en la demagogia ante acontecimientos que en otro momento
se hubieran podido suceder. Imaginen por un momento si esto hubiera
sucedido con el Gobierno del Partido Socialista y con Diputados del
Partido Popular en la oposición qué no hubieran dicho los Diputados del
PP a los responsables del Gobierno socialista.




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Tampoco vamos a tomar partido por la Guardia Civil, ni por el SVA; eso no
nos corresponde a nosotros y, además, nos parece una irresponsabilidad.

Hace poco tiempo la portavoz del Partido Popular en la Comisión de
Justicia hablando del SVA y de la Guardia Civil decía: no sabemos que
piensa el Gobierno, porque, hasta ahora, el SVA ha sido el único cuerpo
que no ha estado involucrado en ningún caso de corrupción con las mafias
de la droga y sólo han sido éxitos los que ha cosechado este Servicio de
Vigilancia Aduanera. Nosotros no vamos a tomar partido por uno u otro
cuerpo en función de la rentabilidad electoral o política de cada
momento. Nosotros queremos que el Gobierno --y es su responsabilidad--,
adopte las decisiones necesarias para que esos acontecimientos no puedan
repetirse.

He tenido oportunidad de entrevistarme con alguno de los funcionarios que
participaron en ese acontecimiento y lo que nosotros conocemos por esos
contactos personales, lo que hemos visto en un vídeo que grabó el SVA es
radicalmente distinto de lo que usted, señor director general, acaba de
contar.

Unicamente hemos conocido que es una operación que el SVA persigue desde
antes, que uno de los detenidos, traficantes o presuntos traficantes,
como queramos denominarlo, huye del SVA y se encuentra con miembros de la
Guardia Civil de los grupos rurales que están en Tarifa justamente en
esos días, atendiendo la instalación del cable de alta tensión que va a
unir la península con Marruecos, pues días antes hubo un incidente
gravísimo del que usted tendrá referencia. Esto sucedió el día 5; los
días anteriores y posteriores hubo incidentes muy graves de orden
público, la Guardia Civil vigila la costa justamente en esa zona y según
la versión del SVA el presunto traficante se encuentra con la Guardia
Civil y el capitán de la Guardia Civil que usted ha mencionado llega a
esgrimir su arma reglamentaria amenazando con disparar a los miembros del
SVA de Hacienda.

Eso es lo que hemos podido ver en el vídeo. Hay un vídeo, una prueba
gráfica desde luego, en la que se comprueba que la Guardia Civil llega a
esgrimir su arma reglamentaria, y me resulta sorprendente su explicación,
señor director general. ¿Cómo es posible que si los días 4 y 5 en el COS
se recibe la información, no se coordinan con el resto de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado? Es verdad que el SVA es un cuerpo de
menor nivel reglamentario que la Guardia Civil en la represión del
contrabando, ¿pero cómo no se coordinan si el día 5 ustedes tienen
conocimiento de que va a haber un desembarco en una playa determinada en
Cádiz, y al día siguiente en Algeciras? ¿Cómo es que no se ejerce esa
coordinación fáctica y real? ¿Cómo dice la Guardia Civil que observa un
helicóptero sin luces y una nave también sin luces? Entonces, le faltó a
usted reconocer que falló la coordinación los días 4 y 5 en los servicios
de coordinación. ¿Cómo es posible que un helicóptero Argos esté
sobrevolando la playa de Los Lances y la Guardia Civil se sorprenda de
que ese helicóptero sobrevuele dicha playa, y de que haya una lancha?
Como es natural, la Delegación del Gobierno y el Gobierno Civil de Cádiz
primero desmintieron los hechos, desgraciadamente; más tarde, restaron
importancia, y posteriormente, exculparon a la Guardia Civil. No sabemos
por qué van a exculpar a la Guardia Civil y a culpar al SVA, si los dos
cuerpos son funcionarios del Estado. Pero, ¿cómo es posible que se salga
a la opinión pública a exculpar a unos y a inculpar a otros, sin ni
siquiera haber realizado la explicación que usted ha hecho? Toda España
pudo ver en un vídeo, grabado por el SVA al parecer, donde el capitán de
la Guardia Civil amenazaba. Dicen que los miembros del SVA no sé si se
dice amartillaron, pero cargaron sus ametralladoras y también estaban
dispuestos a responder, si hubiera habido algún disparo. Por tanto,
mientras unos y otros se amenazaban con sus armas reglamentarias, los
traficantes de droga se miraban sorprendidos sin entender absolutamente
nada. Ellos no entendían nada, al parecer, porque dos cuerpos de
seguridad que pretendían detenerlos, al final prácticamente terminaron
agrediéndose físicamente, desgraciadamente estuvieron a punto de hacer
uso de sus armas reglamentarias, y a los delincuentes, al parecer, nadie
les hacía caso. No sé si alguno incluso aprovechó para huir. Se
disputaron los fardos de droga y algunos detenidos. Desde luego, está
claro que si fuera así sería un caso lamentable el que se vivió en la
playa de Los Lances.

Todo el mundo que conoce los hechos, excepto su informe, todos los que
han podido comprobar, afirman que la Guardia Civil que intervino fue la
que en Tarifa se encontraba en aquellos momentos vigilando las obras del
tendido del cable entre España y Marruecos; instalación, por cierto, que
se está realizando por el PP, que cuando estaba en la oposición se negaba
a que ese cable se instalara en aquellos momentos porque decían que
producía leucemia.

Desgraciadamente, en aquellos días el delegado del Gobierno en Andalucía,
señor Torres Hurtado, responsable de la coordinación de Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado, empleaba sus mejores energías contra el
Presidente de la Junta de Andalucía y contra la gestión del Gobierno
andaluz, como si fuera el jefe de la oposición en la Comunidad Autónoma
andaluza. La explicación del delegado del Gobierno fue suficiente y
modélica. Decía: Lo importante es que se ha decomisado una cantidad de
droga en la operación, por lo que si luego hay pequeños rifirrafes entre
ellos no hay que exagerarlos. No es razonable que el delegado del
Gobierno salga diciendo pelillos a la mar, después de un acontecimiento
de estas características.

Por otro lado, a nuestro grupo le deja estupefacto lo que usted dice de
que el gobernador civil ordena a los miembros del SVA que entreguen y
dejen en manos de la Guardia Civil la ejecución de la operación y la
puesta a disposición de la justicia, y el SVA se niegue a cumplir esa
orden. Entonces es cuando ya no entendemos nada. Teníamos entendido hasta
ahora --a pesar de lo mal que lo hizo el Gobierno anterior con la falta
de coordinación y la falta de precisión-- que el gobernador civil era el
responsable de la coordinación, también del SVA, en ese tipo de
operaciones. ¿Cómo es posible que esos funcionarios del SVA no acepten la
orden del gobernador civil de la provincia de



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Cádiz? Supongo que se habrán tomado las medidas disciplinarias necesarias
ya contra los funcionarios del SVA y estarán separados del cuerpo. En
este sentido, también sería conveniente la presencia del secretario de
Estado para que nos confirmara por qué los miembros del SVA que
participaron en la operación se negaron a cumplir una orden del
gobernador civil responsable de la coordinación de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en la provincia de Cádiz. Por tanto, ahí usted no
sólo no aclara lo que ha sucedido, sino que añade más inquietud todavía a
la que teníamos a la hora de solicitar la comparecencia del Gobierno.

Señor director general, nosotros queremos que la coordinación de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado funcione bien; si eso es bueno
para el Gobierno, es bueno para todos y es bueno para la sociedad
española en su conjunto. No vamos a adoptar la posición de criticar a un
cuerpo y discriminar a otro; tampoco vamos a denunciar que un cuerpo es
limpio y otros cuerpos, como decía la portavoz del Partido Popular no
hace mucho tiempo en esta Comisión, están implicados en alianzas con la
mafia. Nosotros no lo vamos a decir, ni siquiera vamos a pedirles a
ustedes que sean perfectos ni que sean sobrenaturales. Habrá problemas de
coordinación, y lo entenderemos. Nos parecerá que puede suceder incluso
con un Gobierno del Partido Popular. Lo que pedimos es que tomen las
medidas necesarias. No sabemos en estos momentos cómo se van a coordinar
a partir de ahora, pues no ha aclarado nada. Usted anunció en Valencia
que ya tenían un protocolo, en donde el SVA, la Policía y la Guardia
Civil verán delimitadas sus competencias, y el director de la benemérita
anunció ayer la firma de un protocolo para establecer las competencias.

No sabemos si ustedes van a traer una ley nueva, o cómo se va a
sustanciar esa distribución de competencias. Usted ha dicho que van a
tomar medidas, díganoslas, pero antes díganos si en este momento conoce
si los funcionarios del SVA que se negaron a aceptar la orden del
gobernador civil siguen en su puesto, si se les ha exigido
responsabilidad o no, y díganos por qué si el COS conocía, por llamada
anónima, desde los días 4 y 5 que en Cádiz y en Algeciras iba a haber un
desembarco en la playa de Los Lances o en la playa de Tarifa, cómo es
posible que el guardia civil encargado de la operación por orden del COS,
sea de Algeciras o sea de Cádiz, se sorprenda de que aparezca por el
cielo y sin luces un helicóptero Argos del Servicio de Vigilancia
Aduanera. Por tanto, para las medidas futuras incluso tendremos
oportunidad de que usted comparezca en otra ocasión, pero aclárenos esas
dos cuestiones que nos parecen fundamentales.

Desde luego, señor director general, mi grupo entiende que sería
razonable que el delegado del Gobierno, que a partir de ahora parece es
el único responsable de la coordinación de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, cuando tenga que explicar acontecimientos desgraciados, que
incluso a un Gobierno del Partido Popular pueden sucederle y no sólo al
Gobierno anterior, haga explicaciones más sensatas, más razonables, y no
realice explicaciones que ofenden la inteligencia de las personas.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Gil
Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Sin lugar a dudas, como el propio director general
ha calificado, estamos ante un hecho grave, pero un hecho gravemente
singular; es decir, un hecho que, sin duda, por esa naturaleza singular,
no acredita el verdadero estado general de cosas respecto del régimen de
colaboración entre el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil,
y un hecho que en el contexto general de ese régimen del diagnóstico, de
ese régimen de colaboración no empece en absoluto la profesionalidad, la
entrega y la dedicación tanto de los miembros del Servicio de Vigilancia
Aduanera, como de la Guardia Civil en el desarrollo y el cometido de sus
misiones, que pueden ser operativamente idénticas en un mismo fin, pero
que naturalmente responden a orígenes y a naturaleza distintos.

Nos sorprende, señor Presidente, la insistencia del portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista en señalar que no sabe qué medidas se van a
adoptar para corregir y evitar que en el futuro se reproduzcan
situaciones de esta naturaleza, pero aisladas, vuelvo a recalcarlo, como
las que se produjeron el 5 de febrero en Tarifa. Lo tendría muy fácil el
señor portavoz del Grupo Socialista porque sin ir más lejos y sin
menoscabo, en absoluto, de la información que en este segundo turno pueda
darnos el Director General de la Guardia Civil, sin ir más lejos el Grupo
Parlamentario Popular en la sesión de Pleno del pasado miércoles y a
través de este portavoz preguntó al señor Ministro de Interior qué
medidas concretas se habían adoptado para garantizar que no volvieran a
producirse acontecimientos como los vividos en la playa de Tarifa el
pasado 5 de febrero, y el señor Ministro de Interior detalló las líneas
generales del protocolo concluido entre el Ministerio de Interior y el
Ministerio de Economía y Hacienda a efectos de fijar ese régimen de
colaboración en lo concreto, con articulación de medidas concretas entre
el Servicio de Vigilancia Aduanera y el Cuerpo de la Guardia Civil
precisamente para acentuar esa coordinación que en términos generales
venía dándose --en términos generales pero con un matiz que luego
señalaré--, y que a partir de la puesta en práctica de dicho protocolo
con toda seguridad va a acentuarse aún más.

Por tanto, que nos diga hoy no sabe qué medidas se van a adoptar, que se
nos diga hoy que está esperando dos meses y se ignore que el pasado
miércoles en el Pleno de la Cámara este grupo parlamentario planteó esa
cuestión y hubo una información concreta y precisa sobre las medidas que
se van a concluir para que, efectivamente, hechos singulares pero graves
de esta naturaleza no vuelvan a repetirse, nos parece una cuestión que
está en todo punto de más, pese a que sea muy legítimo, y así lo
respetamos, que la estrategia dialéctica del Grupo Socialista se quiera
plantear en esos términos.

Aquí lo importante es señalar una cuestión que nos parece fundamental, y
hacía referencia a ella en mis palabras iniciales. Se está produciendo,
sin lugar a dudas, un régimen de cooperación y de coordinación entre los
miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera y los



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miembros de la Guardia Civil en el desarrollo general de las operaciones
en que intervienen, pero se está desarrollando con el matiz que yo
anunciaba y que ahora recalco, desde el buen sentido común, desde el buen
sentido común de las personas que intervienen en esas operaciones,
porque, efectivamente --y algo ha apuntado el director general--, tiempo
ha habido durante muchos años para fijarlo y no se ha fijado un marco
claro delimitador de ese régimen de cooperación al que se pudieran atener
los miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera y los miembros del
Cuerpo de la Guardia Civil en la estructuración de esas operaciones
conjuntas desde el principio de coordinación. Precisamente porque este
Gobierno era consciente de esa falla, antes de que se produjeran los
sucesos de Tarifa y después de producidos los sucesos de Tarifa, dando
razón al impulso inicial de este Gobierno, ha concluido una serie de
medidas precisamente para cerrar ese importantísimo vacío operativo que,
por cierto, ha habido catorce años para tratar de cerrarlo.

Por tanto, yo quiero dejar la cuestión aquí. Medidas ya concluidas,
medidas que van a servir, sin lugar a dudas, para garantizar mucho mejor
ese principio de cooperación que se venía dando desde la buena voluntad y
desde la profesionalidad de todos los intervinientes y que, a partir de
ahora, después de catorce años de ausencia va a tener una referencia
clara.

Por consiguiente, quiero concluir simplemente, señor Presidente, señor
Director General, volviendo a insistir en esa idea, la idea de que los
sucesos de Tarifa por ser muy graves son también singulares y no
acreditan un estado general de cosas, coincidiendo con una expresión que
el señor Perales, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, ha
deslizado en su intervención y creo que la he tomado literalmente: A
pesar de lo mal que lo hizo el Gobierno anterior con la falta de
precisión y coordinación en este ámbito de cosas --nos ha dicho el señor
Perales--, el nuevo Gobierno ha servido ya los instrumentos necesarios
para que, a partir de ahora, en las operaciones conjuntas entre el SVA y
la Guardia Civil no haya que atenerse, como hasta ahora, a la buena
voluntad y al buen sentido común, que siempre ha sido mucho, de los
miembros de unos y otros servicios de unos y otros cuerpos, sino a un
marco legal y normativo suficientemente claro. (El señor Navas Amores
pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: El señor Navas, por el Grupo Parlamentario Federal
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra.




El señor NAVAS AMORES: La verdad es que nos ha ocurrido ya en alguna otra
ocasión en esta Comisión a la hora de valorar acontecimientos, y es que
empezamos diciendo que lamentamos estos penosos incidentes cuando estamos
hablando de una captura de contrabandistas y estamos hablando de una
aprehensión de droga, y aparentemente ése es el fin para el cual están
destinados en ese lugar de la costa las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado relacionadas con este fin.

Lo que ocurre es que estamos analizando lo penoso del incidente
lógicamente porque, ajeno a ese fin, entre los propios cuerpos se origina
un enfrentamiento que nos hace resaltarlo sobre la cotidianeidad del
trabajo que estas fuerzas desarrollan. Evidentemente, en el análisis de
los hechos que nos ha comentado el señor director general nos extrañaban
algunos de los elementos que quedaban un poco flojos en su relato como,
por ejemplo --aclarado ya por el portavoz del Grupo Socialista--, el
hecho del helicóptero. Cuando usted estaba relatando los hechos yo no
sabía si el helicóptero participaba con los contrabandistas o participaba
con alguno de los cuerpos policiales.

Nosotros también íbamos a hacer hincapié en algo, pero el portavoz del
Grupo Popular ha insistido en que el Gobierno lo ha tenido en cuenta; me
refiero a la necesidad de acabar con la improvisación sobre actuaciones
de este tipo y sobre las medidas que se están tomando o que se pensaban
adoptar para que situaciones como ésta las dejáramos en el pasado.

Por tanto, ante una situación presupuestaria como la actual en la cual
uno de los discursos más utilizados por el Gobierno cuando discutíamos el
presupuesto del Ministerio de Interior era que se iba a racionalizar al
máximo la utilización de fondos para conseguir incluso una mayor eficacia
y unos mejores resultados, sin embargo nos encontramos con que la
superposición de los servicios no coincide con ese criterio de
racionalidad. Evidentemente, en las medidas que se estén tomando, como se
anuncia, supongo que uno de los criterios que se incorporará será la
racionalización de los esfuerzos y medios de unos y otros, a la vez que
por nuestro grupo se propone al director general la idea de que hay que
profundizar en cuanto a las hipotéticas, a las posibles competencias
entre cuerpos que se pueden estar generando o larvando a lo largo de los
años que llevan trabajando en estos temas, y supone que por un prurito
profesional en algunos momentos podamos incluso perder alguna operación
importante y, al final, entonces sí estaremos hablando de un penoso
incidente pero no porque los hayamos detenido y luego nos hayamos
peleado, sino porque incluso nos hayamos peleado y ni siquiera los
hayamos detenido, con lo cual espero que en su réplica pueda completar
algunas cuestiones que han quedado en el aire.

No sabía que existían los contenidos del vídeo en los que parece ser que
se recogen contradicciones importantes con su versión. La verdad es que
de aquí tenemos que salir con una idea clara de lo que aconteció, y usted
al menos tiene que salir al paso de cualquier otra noticia o prueba que
otros hayan presentado al respecto y que contradiga la versión oficial
que tiene que prevalecer sobre todas las demás.




El señor PRESIDENTE: Señor director general.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Señor
Perales, a mí sí me deja usted estupefacto. Permítame, por lo menos, que
sepa mejor que usted los efectivos de la Guardia Civil que actuaron esa
noche. Yo he detallado las patrullas, cómo estaban



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compuestas y dónde estaban encuadrados cada uno de los miembros que
formaban ese dispositivo.

Insisto en que la información que he dado es el relato de los hechos de
la Guardia Civil. Yo tengo que atenerme a los informes, a los datos, a
las novedades que da la Guardia Civil, pero también he dicho, y repito,
que coinciden con lo declarado ante el juez de Primera Instancia e
Instrucción de guardia de Algeciras; es decir, son los datos que yo doy
aquí. Naturalmente no estuve en la arena de esa playa esa noche, quizá
usted sí, y digo que quizá usted sí porque hemos debido ver vídeos
distintos. Usted ha visto un vídeo con perfecta claridad y hasta ha
podido percibir que las pistolas estaban amartilladas y las metralletas
montadas. (El señor Perales Pizarro: No, yo no lo he dicho.) Por lo menos
me ha parecido oír eso.

No tengo competencias respecto a los funcionarios del Servicio de
Vigilancia Aduanera, pero sí le puedo decir que, según mis informaciones,
el administrador de la Aduana de Algeciras ya no está en su puesto, no sé
si por estas razones o por otras; simplemente estoy dando una
información, por si usted no lo sabe.

En todo caso, ¿sabe usted por qué suceden estas cosas, por qué se dan
estas descoordinaciones? Quizá porque ha habido quienes no fueron
capaces, en su día, de delimitar claramente las responsabilidades, las
competencias, las atribuciones y las facultades de unos y de otros. Usted
dice que hay que hacer bien las cosas, pero ya lo podían haber hecho bien
ustedes cuando tuvieron oportunidad. (Rumores.--El señor Barrero López:
¡Qué original!--El señor Gil Lázaro: Es así.--Varios señores Diputados
pronuncian palabras que no se perciben.) ¿Verdad que sí? ¡Quién fue a
hablar!



El señor PRESIDENTE: Señorías, silencio. No establezcan diálogo.




El señor DIRECTOR DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): La Ley
orgánica 12/1995, de represión del contrabando --supongo que la conocerá
usted--, en la disposición adicional primera, organización funcional,
segundo párrafo, dice: «El Servicio de Vigilancia Aduanera, en la
investigación, persecución y represión de los delitos de contrabando,
actuará en coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
y tendrá, a todos los efectos legales, carácter colaborador de los
mismos.» La ley deja bastante claras cuáles eran las competencias del
Servicio de Vigilancia Aduanera.

Luego hay una instrucción, la 1/1996 de la Dirección General de
Administración Tributaria, sobre la ordenación de competencias del
Servicio de Vigilancia Aduanera, y a la vista de lo dispuesto en la Ley
orgánica 12/95, con fecha 24 de enero de 1996 --supongo que recordarán
ustedes quién gobernaba este país el 24 de enero de 1996--, cuando habla
del desarrollo de esas competencias, dice: En especial se tendrá en
cuenta: 1. Cuando en tareas de investigación, persecución y represión de
presuntos delitos de contrabando o cuando en el ejercicio de sus
funciones ordinarias los funcionarios competentes del Servicio de
Vigilancia Aduanera tengan indicios racionales de la presunta comisión de
algún delito de contrabando procederán, en la forma reglamentariamente
prevista, a la detención de los presuntos responsables y a su inmediata
puesta a disposición judicial, cuidando en todo caso el aseguramiento de
los instrumentos, efectos y pruebas del delito y redactando el
correspondiente informe. Este es el problema. Aquí hay una instrucción de
la Dirección General de la Agencia Tributaria que excede claramente de lo
que establece la propia ley, y así lo dice, además, la Dirección General
del Servicio Jurídico del Estado, a quien se pide un dictamen al respecto
y que, con fecha 5 de febrero de 1996, todavía gobernando ustedes, dice:
Conclusiones. Primera, el Servicio de Vigilancia Aduanera, tras la Ley
orgánica 12/1995, tiene el carácter de colaborador de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado pero no forma parte de dichas fuerzas.

Segunda, el Servicio de Vigilancia Aduanera no tiene el carácter de
policía judicial. Tercera, como consecuencia de lo anterior, no pueden
atribuírsele facultades de detención o registro reconocidas en la ley
para las Fuerzas de Seguridad o para la Policía Judicial. Y, cuarta, es
criterio de esta dirección general que la instrucción 1/1996 --la que
hicieron ustedes--, de la Dirección General de la Agencia Estatal de
Administración Tributaria, de 24 de enero, atribuye al Servicio de
Vigilancia Aduanera funciones que exceden de las que según la normativa
actualmente vigente le corresponden. Ese es el problema. Ustedes son los
que crean la confusión. Sin embargo, nuestra obligación es resolverlo y
en ello estamos. Es preciso aclarar la cuestión definitivamente y por eso
en cuanto tuvimos noticia de este suceso, se convocaron inmediatamente
las reuniones correspondientes, algunas al más alto nivel, para intentar
resolver el desaguisado que hicieron ustedes en esta materia, como en
tantas otras, aunque les parezca poco original, pero es que hay tantos
casos que es muy difícil que uno sea original cuando hay que referirse a
lo que hicieron ustedes durante los años que estuvieron gobernando.

En cualquier caso, no se puede dejar la responsabilidad de delimitar unas
competencias --cuando ustedes no supieron delimitarlas-- a un capitán de
la Guardia Civil, a un funcionario del SVA, repito, a las cuatro de la
mañana, en la playa y en una situación de tensión. Si ustedes hubiesen
regulado esto mejor no habría sucedido lo que sucedió, pero estamos en
ello. Efectivamente, el señor Ministro del Interior ya el otro día en el
Pleno del Congreso señaló las líneas maestras por donde va a ir ese
protocolo de trabajo y en cuanto esté firmado (me parece prematuro
informar en estos momentos antes de que se haya producido la firma de ese
protocolo, que regula y delimita claramente las competencias y las
atribuciones de unos y otros), en ese momento estoy seguro de que con
mucho gusto se informará a esta Cámara.

Y poco más. Es cierto, hoy hago la declaración de intenciones de que por
parte de esta dirección general, como seguro que existe la misma voluntad
por parte del Ministerio de Hacienda, de la agencia tributaria, vamos a
poner todos los medios para que esto no se vuelva a repetir e, insisto,
eso lo conseguiremos una vez que pongamos las cosas



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en su sitio, aquellas cosas que ustedes dejaron fuera de su sitio.

Nada más, señor Presidente. (El señor Aguiriano Forniés: ¡Qué
barbaridad!--El señor Gil Lázaro: ¡Muy bien!--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señorías guarden silencio. (El señor Perales Pizarro
pide la palabra.) Un momento, señor Perales.

No quiero que esto se convierta en un trámite habitual, pero en este
caso, señorías, aprecia la Presidencia que se produce intercambio de
criterio entre el compareciente y SS. SS., y precisamente para que eso no
se produzca sepan que siempre que haya motivo la Presidencia administrará
este turno.

Como en este caso se estima pertinente, concedo la palabra al señor
Perales, pero con el ruego de que durante las intervenciones no se
produzcan interrupciones.




El señor PERALES PIZARRO: Señor Presidente, señor director general, tengo
algunas intervenciones de los portavoces del Partido Popular cuando eran
oposición, en asuntos de mucha menor gravedad, y en su mayor parte son
intervenciones absolutamente irresponsables.

Señor director general, todavía no me acabo de enterar, si el COS de
Cádiz o de Algeciras, los días 4 y 5, tenía conocimiento de una
operación, por qué no se coordinó a todas las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado que iban a actuar en esa operación. ¿Cómo es posible
que el capitán que manda la Guardia Civil en esa operación diga que ve un
helicóptero que sobrevuela con las luces apagadas las zonas de arribada
de la barca con la droga? ¿Por qué no se coordinó?
Usted dice que el jefe de la Aduana de Algeciras ya no está en su sitio.

Nosotros vamos a reiterar la petición de comparecencia del Secretario de
Estado de Hacienda para que nos explique las medidas que ha adoptado
contra los funcionarios que se negaron a obedecer al gobernador civil de
Cádiz que les ordenó --como usted dice-- dejar la operación en manos de
la Guardia Civil porque, efectivamente, según la ley de contrabando, el
SVA es un cuerpo auxiliar.

Además, señor director general, ¿quién duda en España de que la culpa la
tiene el Gobierno socialista? Nadie duda en España de eso. ¿Hay alguien
que todavía dude en España de que el Partido Socialista tiene la culpa de
eso y de todo lo demás, de todas las catástrofes naturales y provocadas?
No hay nadie; ni siquiera usted duda de eso. Además, el Gobierno
socialista tenía la desgracia de que eran humanos y se equivocaban, el
Partido Popular, que es casi sobrenatural, hará las cosas bien. Por
tanto, es casi seguro que no le sucederá ninguna de las cosas que
sucedían al Gobierno socialista anterior en los asuntos de seguridad.

Además el Partido Socialista siempre se comportó con mucha seriedad en
los asuntos de interior. (Risas.--Rumores.--Un señor Diputado:
¡Seriedad!--El señor Barrero López: Y se sigue comportando.)
Sin embargo, si era tan malo el Gobierno anterior y tan mal precisó las
competencias, ¿cómo será que con el Gobierno anterior no se produjo un
acontecimiento de tan extraordinaria gravedad, como el que ha sucedido
ahora? ¿Por qué será? ¿Será que la providencia se alió entonces con el
Gobierno socialista? Si lo hacían tan mal y, además no había precisión
alguna en las competencias, ¿por qué no hubo acontecimiento de esta
gravedad, que afortunadamente no lo hubo?
Señor director general, el problema es que usted acusa, en su
intervención, a los funcionarios del SVA, porque el relato que usted hace
es un relato acusatorio contra los funcionarios del SVA. Sea ante el juez
o sea aquí, usted hace una declaración acusatoria contra un cuerpo
auxiliar de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la represión
del delito fiscal, del contrabando y demás. Los responsables de esos
acontecimientos fueron el Gobernador Civil de Cádiz y el Delegado del
Gobierno de Andalucía, que o bien ejercen con una ineptitud
extraordinaria o bien están en otras tareas que no tienen nada que ver
con una de sus competencias más importantes, que es la que está
establecida. Se ocupan de otras cosas distintas de hacer política.

En cuanto a las medidas de este Gobierno, señor Director General,
pongamos algunas en duda. Ustedes son verdaderos maestros en operaciones
de marketing, terminan cambiando el nombre de las instituciones y de las
políticas y al final vuelven a hacer lo mismo.

El Gobierno del Partido Popular en la zona sur de la provincia de Cádiz
--a los dirigentes del Partido Popular les gusta repetir que Cádiz es la
capital mundial del delito, la capital mundial del narcotráfico-- ha
prometido para el Campo de Gibraltar una fiscalía especial, una fiscalía
antidroga, una sección de la Audiencia Provincial, incremento de personal
extraordinario y hasta ahora no hay ni fiscalía especial, ni fiscalía
antidroga, ni sección de la Audiencia Provincial, ni incremento de
personal, lo único que ha llegado al Campo de Gibraltar son sólo siete
perros amaestrados de la Guardia Civil sin sus adiestradores.

Desgraciadamente, ésa es la única aportación del Partido Popular que
hasta ahora podemos anotar en el esfuerzo extraordinario de dotación de
personal al Campo de Gibraltar, aunque ustedes hicieron de la lucha
contra el narcotráfico una de las banderas más importantes en Andalucía y
en la provincia de Cádiz cuando eran oposición.

Señor Director General --termino ya, señor Presidente--, repito lo mismo
que dije al principio. El Partido Socialista quiere que se asuman
responsabilidades cuando las haya. Si no hubo una buena coordinación, que
se exijan las responsabilidades a quien corresponda, sea al Gobernador
Civil, sea al Delegado del Gobierno o sea el responsable de esa operación
que no coordinó bien.

Señor López Valdivielso, nos parece que ustedes no aciertan en ese caso.

La operación de Tarifa tuvo un error de coordinación del responsable
político, del responsable operativo. No inventen fórmulas de
coordinación, no inventen fórmulas que son puras operaciones de marketing
y asuman su responsabilidad.

Cuando lo hagan bien, no tengan duda de que el Partido Socialista
aplaudirá la gestión de su departamento y la gestión de los responsables
de Interior porque para nosotros la represión del narcotráfico y el
contrabando es una prioridad,



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lo era cuando estábamos en el Gobierno y lo es cuando estamos en la
oposición.




El señor PRESIDENTE: Señor Gil Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Quiero insistir en la idea de que nos parece
sorprendente que frente a una situación --lamentablemente es así y la
historia es difícil cambiarla-- heredada de descoordinación y de falta de
rigor en este asunto, cuando el nuevo Gobierno avanza en medidas
concretas --nada de literatura--, de las que un apunte ya dio el Ministro
de Interior en el Pleno de la Cámara de la pasada semana, en orden a
solventar este problema, se quieran seguir haciendo circunloquios en
torno a lo mismo.

Tengo que señalar, señor Presidente, que este grupo parlamentario
reconoce su manifiesta situación de inferioridad frente al Grupo
Parlamentario Socialista en cómputos de irresponsabilidades. Ahí nos
ganan por goleada. Afirmar en este acto, como se ha hecho, que el
anterior Gobierno si se caracterizó por algo es por imprimir mucha
seriedad a los asuntos de Interior, es una afirmación que se comenta por
sí sola.

Tiene razón el señor Perales cuando dice que nadie duda en España de que
la culpa la tiene el Partido Socialista. Somos más modestos que el señor
Perales y decimos que al menos una mayoría de los ciudadanos, no todos,
no tienen duda sobre que en España determinadas situaciones fueron origen
y culpa del Partido Socialista, precisamente la mayoría de ciudadanos que
quiso que cambiaran las cosas y que en las urnas, que es donde se
solventan las cosas en democracia, dio la victoria al Partido Popular.

Por lo demás, señor Presidente, este grupo parlamentario hace en este
momento la expresión de un compromiso. Es bueno y saludable que en el
debate parlamentario haya agilidad, y si se me permite la expresión, en
el mejor sentido de la palabra, haya frescura, haya viveza. Sin embargo,
este grupo parlamentario, ni en el uso de la palabra por parte de sus
portavoces ni en el uso del comentario vivo, aunque esté a veces --y está
sin duda-- fuera del Reglamento, nunca incurrirá en grosería. Nos
gustaría que tampoco en el comentario de otros grupos, dentro de esa
viveza que comprendemos es propia del debate, se caiga en lo mismo.




El señor PRESIDENTE: Señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Quiero
aclarar que he cometido un error. No es el Administrador de Aduanas el
que cambia de puesto, sino el Director de la Agencia Tributaria de Cádiz.

Hecha la rectificación, pido disculpas por el error.

Antes de volver a afirmar que he acusado a los miembros del Servicio de
Vigilancia Aduanera, le ruego que lea cuando pueda el «Diario de
Sesiones».

Otras tres cosas muy sencillas quiero añadir. Seguro que no nos van a
pasar algunas de las cosas que les pasaron a ustedes, tenga la más
completa seguridad.

Respecto a que casi no hemos puesto medios en Algeciras, me hubiese
gustado dotar mejor a la Guardia Civil con algún barco más de servicio
marítimo, pero no hemos podido porque hemos tenido que pagar las deudas
que dejó el señor Roldán.

Por último, prefiero ser un experto en marketing que un experto en
operaciones de compraventa.




El señor PRESIDENTE: Se suspende la sesión durante tres minutos (Pausa.)



--CIRCUNSTANCIAS DE LOS ACONTECIMIENTOS QUE TUVIERON LUGAR EL DIA 28 DE
FEBRERO DE 1997, EN BILBAO, EN LOS QUE SE VIERON INVOLUCRADOS DOS
MIEMBROS DE LA GUARDIA CIVIL Y SOBRE LAS FUNCIONES QUE DESEMPEÑABAN LOS
AGENTES DE LA GUARDIA CIVIL EN AQUEL MOMENTO. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 212/000527.)



El señor PRESIDENTE: El último punto del orden del día se acumula, por
haber recibido un escrito del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, contestando a la sugerencia que la Mesa
de la Comisión hizo a dicho grupo, sobre la solicitud de comparecencia
del Ministro del Interior ante la Comisión de Justicia e Interior, para
dar cuenta del enfrentamiento armado producido el día 1 de marzo de 1997
entre una patrulla de la Guardia Civil y otra de la Ertzaintza en el
barrio de Deusto, en Bilbao, puesto que dicho grupo entiende que la
citada comparecencia puede ser objeto de la información que haga sobre la
misma en este acto parlamentario el Director General de la Guardia Civil.

Así, pues, en relación con esa comparecencia y a la solicitada por el
Grupo Parlamentario Mixto, que es la que figuraba en el orden del día,
que también se refiere a las circunstancias de los acontecimientos que
tuvieron lugar el día 28 de febrero de 1997, en Bilbao, en los que se
vieron involucrados dos miembros de la Guardia Civil y sobre las
funciones que desempeñaban los agentes de la Guardia Civil en aquel
momento, tiene la palabra el Director General de la Guardia Civil para
facilitar a la Comisión y a los grupos proponentes la información
solicitada.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Voy a
proceder a hacer un resumen de los hechos del incidente con la
información que poseo, que es la sacada del informe que elaboró el
teniente coronel jefe de la Comandancia de Vizcaya y las declaraciones de
los miembros de la Guardia Civil implicados, con los que he hablado en
persona, y que coinciden en lo básico, por no decir literalmente, con las
declaraciones que recogen las diligencias 0844/97, instruidas por orden
del Juzgado de Instrucción número 5 de Bilbao.

El relato resumido de los hechos es el siguiente: Sobre las 23,50 horas
del pasado 28 de febrero, dos miembros de



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la Guardia Civil destinados en Bilbao, en el Servicio de Información,
Vicente Montes y Juan Francisco Rubio, se encontraban prestando servicio
de información en la zona del casco viejo de Bilbao. En ese momento
observaron aparcado en la calle Muelle Ibeni un vehículo ocupado por un
individuo en actitud de vigilancia y a otros dos que portaban una
mochila, deambulando entre los vehículos estacionados, por lo que
solicitaron de la central de la Comandancia los datos del vehículo
sospechoso.

Los dos individuos se subieron a su vehículo, emprendieron la marcha
sobre las 0,05 horas del día primero de marzo. Su actitud indujo a los
miembros de la Guardia Civil a sospechar de que pudieran haber intentado
colocar un artefacto explosivo, que pudiesen ser miembros de un comando
de ETA, por lo que iniciaron el seguimiento del vehículo.

En principio no pudo lograrse una confirmación de los datos solicitados,
ya que se dio una circunstancia de error de transmisión, y luego volveré
sobre ello --parece ser que es una zona de pésima cobertura--, pues
comunicaron la matrícula de Bilbao 4059-BV y la que figura recogida en el
puesto de mando es Bilbao 4069-BV. Insisto que en ese momento las
comunicaciones parece que eran de mala calidad. Al no lograrse la
confirmación de los datos solicitados, se mantuvo el seguimiento del
vehículo hasta el comienzo de la calle Camino de Ugasco de dicha capital,
por la que el vehículo sospechoso se introdujo.

Los miembros de la Guardia Civil continuaron por la calle Lendakari
Aguirre, evitando seguir detrás de dicho vehículo y procediendo a
estacionarse en la esquina de dicha calle con la de Ramón y Cajal. Cuando
habían transcurrido unos segundos, el vehículo sospechoso apareció de
forma súbita por la parte trasera del vehículo de la Guardia Civil,
rebasándolo y deteniéndose delante del mismo, cortando el paso sin hacer
uso de distintivo alguno, óptico o acústico, que permitiera identificarlo
como vehículo policial. Es decir, que los guardias civiles en ningún
momento tuvieron la sensación, la sospecha o el indicio de que fuese un
vehículo policial, sino todo lo contrario.

Inmediatamente, los individuos, que portaban en sus manos sendas
pistolas, descendieron del automóvil y sin ningún tipo de identificación
fueron hacia el vehículo de la Guardia Civil. En ese momento, el
conductor del vehículo, el guardia civil Juan Francisco Rubio, se percató
de la aproximación de dos individuos armados, y su compañero, el guardia
civil Vicente Montes, intentó salir del automóvil, extrayendo su arma
reglamentaria con la finalidad de repeler una evidente e inminente
agresión. Este instante coincide con el inicio de los disparos,
recibiendo este guardia ocho impactos de bala. Simultáneamente, el
conductor salió el automóvil gritando guardia civil repetidas veces y
dirigiéndose hacia la parte trasera del vehículo para cubrirse del fuego
de sus agresores. Desde allí pudo comprobar que su compañero se
encontraba herido y tendido en el suelo, por lo que disparó hasta agotar
la munición del cargador y recibiendo éste un impacto de bala en la
región inguinal.

El guardia Rubio Díaz, agotada la munición, se dirigió herido a una zona
donde poder estar a cubierto del fuego de sus agresores, quienes
continuaron disparando hasta lograr inmovilizarlo, identificándose en ese
momento como agentes de la policía autónoma vasca. El guardia civil
Montes, herido de gravedad, logró refugiarse en un bar próximo, donde fue
atendido por quienes allí estaban.

A continuación, hicieron acto de presencia patrullas de la policía
autónoma vasca y ambulancias. El guardia Rubio Díaz fue evacuado al
centro hospitalario de Basurto, donde se le apreció herida de arma de
fuego en el muslo izquierdo, con orificio de entrada y salida, y el
guardia civil Montes fue trasladado al hospital de Cruces, presentando
impactos de ocho proyectiles, seis de ellos con orificio de salida,
quedando uno alojado en la pierna derecha y otro en el abdomen. Al
hospital de Basurto fue evacuado también el policía autónomo vasco don
Ignacio Calvo Valcuende, que presentaba una herida de bala en el abdomen.

El guardia civil Montes Baza, una vez en el hospital de Cruces, y cuando
era conducido al quirófano, comunicó a un miembro de la unidad que se
dirigirse al casco viejo, ya que podría haber un vehículo con un
artefacto explosivo colocado. Digo esto porque hasta ese momento ese
guardia civil ignoraba que el enfrentamiento había sido, por desgracia,
con miembros de la policía autónoma vasca.

Las armas, los casquillos, los vehículos implicados y el resto de los
efectos fueron intervenidos por la policía autónoma vasca, que inició las
actuaciones judiciales, y posteriormente el ilustrísimo magistrado juez
en funciones de guardia ordenó que se hiciese cargo de la instrucción de
las diligencias el Cuerpo Nacional de Policía.

Estos son los hechos, lo más rápidamente descritos y resaltando lo que a
mi juicio considero más importante. De todo ello yo destacaría, primero,
que dos miembros del servicio de información de la Guardia Civil,
vestidos de paisano, están prestando servicios de investigación
antiterrorista, para lo que están --nadie lo pone en duda-- no solamente
facultados sino obligados por la Constitución Española, la Ley Orgánica
de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Estatuto de Autonomía
del País Vasco y los acuerdos de la Junta de Seguridad del País Vasco.

Estos guardias civiles se encontraban en el interior de un vehículo
oficial camuflado, estacionado a la espera de obtener información y
reanudar contacto con un vehículo al que previamente habían efectuado
seguimiento durante unos minutos por tener sospechas de que sus ocupantes
fueran terroristas.

El vehículo sospechoso aparece por la parte trasera, se cruza, se bajan
dos individuos empuñando sendas armas dirigidas hacia donde ellos se
encontraban y se encaminan hacia el automóvil de los guardias civiles.

Uno de los guardias intenta salir del vehículo también empuñando su arma
para repeler esa posible e inminente agresión, instante que coincide con
el inicio de los disparos. El ataque es respondido por las fuerzas y
cuerpos y se produce el tiroteo en el momento en que parece ser que unos
y otros se identifican como Ertzaintza o Guardia Civil. En ningún
momento, ni los que posteriormente resultaron ser policías autonómicos ni
el vehículo que usaban, como digo, exhibían en su acción distintivo
policial alguno ni manifestaron su condición de agentes de la policía.

Tampoco



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el coche de la Guardia Civil tenía ningún tipo de distintivo.

Es evidente --y también hay que hacer un análisis-- que los miembros del
Cuerpo de la Guardia Civil emplearon sus armas reglamentarias de forma
racional ante la existencia de un riesgo para sus vidas, y que concurren
en este caso los requisitos necesarios para que cualquier agente pueda
utilizar sus armas, como es la existencia de un posible agresor, posesión
por parte del agresor o agresores de sendas pistolas y elevada
probabilidad de empleo de las armas por parte de los desconocidos, habida
cuenta de que tenían el arma empuñada y dirigida hacia el vehículo. Este
es --insisto-- el relato de los hechos, las circunstancias en las que el
tiroteo se produjo.

Insisto, señor Presidente, en que estamos ante una situación que más que
de incidente calificaría de accidente. Se produce en una situación de
gran tensión. No olvidemos que se había producido una explosión, un
intento de atentado esa misma noche. La declaración del policía autónomo
vasco herido, según las diligencias, es la siguiente: Asimismo llevaban
varios días en tensión, pues habían sido advertidos por sus mandos de la
posibilidad de que pudiera producirse un atentado contra ellos durante
esas fechas. Además, esa noche se había producido un atentado con coche
bomba en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de La Salve.

Según me han informado, las diligencias no son secretas. O el comentario
que hace uno de los guardias civiles: No pudo observar cuánta gente le
perseguía ni quiénes eran los que disparaban, no oyendo en ningún momento
ningún tipo de identificación de las personas que les disparaban, estando
convencido de que eran terroristas y les iban a matar. Digo esto para que
se refleje la situación de tensión. Los guardias civiles piensan que les
van a matar, los policías autónomos vascos creen que es un comando
terrorista, tenían el aviso de que podría estarse preparando un atentado,
horas antes se ha producido un atentado.

Se produce, además, una situación anormal, y es que ni los miembros de la
Guardia Civil ni los de la policía autónoma vasca identifican por la
matrícula sus respectivos coches. La identificación del de la policía
autónoma vasca no se produce porque se acumulan situaciones adversas.

Están en el casco viejo, según los informes una zona de pésima cobertura
de radio por las características urbanas de la zona. Se da la matrícula
del coche, como he dicho antes, de la Ertzaintza, B-4059-BV, y por mala
audición se recoge B-4069-BV. Además de eso se da una caída del ordenador
central, que es el que tendría que haber devuelto la información respecto
a lo que se solicitaba. La policía autónoma vasca ni siquiera lo intenta.

Sus transmisiones están, según testimonios, colapsadas como consecuencia
de lo sucedido. Ha habido un atentado, hay muchas comunicaciones entre
policía, Guardia Civil, policía autónoma vasca, ambulancias, es decir,
las transmisiones están colapsadas, según testimonios que figuran también
en estas diligencias iniciales.

Yo les aseguro que esto no es normal, y ya tengo alguna experiencia.

Todos los días se hacen cientos de comprobaciones de estas
características sin problemas: se controlan las matrículas de los
servicios de escolta de las personalidades y de las patrullas de la
policía, de la Guardia Civil, de los cuerpos de las policías autonómicas.

Es decir, se hacen cientos de comprobaciones de estas características sin
ningún problema. Pues bien, esa noche, a esa hora, en ese preciso
instante, a la Guardia Civil y a la policía autónoma vasca les fallaron
las transmisiones y no pudieron dar información a los efectivos que
estaban desplegados. Los guardias civiles aseguran que gritaron Guardia
Civil. Los ertzainas aseguran que gritaron Ertzaintza. Y unos y otros
aseguran que no se oyeron y yo, señorías, señor Presidente, les creo a
unos y a otros. Insisto, pónganse ustedes en esa situación, en algo que
sucede en décimas de segundo, cuando unos y otros temen que están siendo
objeto de una agresión.

Creo que el incidente fue tan lamentable como fortuito. Cuando se trabaja
en zonas de tanta tensión y en cuestiones tan delicadas como la lucha
antiterrorista, es siempre posible este tipo de incidencias. Estamos
trabajando --lo digo como Director General de la Guardia Civil-- para
lograr la mejor coordinación con la policía autónoma vasca. Estoy en
condiciones de decir que las relaciones entre los cuerpos son buenas,
probablemente las mejores en muchos años. Nos equivocaríamos en dar a
este suceso mayor relevancia por el hecho de que los agentes involucrados
sean de la policía autónoma vasca y de la Guardia Civil que si lo fuesen
de cualquier otro cuerpo. Si hubiese sido entre la policía autónoma vasca
o la policía nacional, o la policía local y la Guardia Civil, nos
equivocaríamos. Esto fue --insisto-- un lamentable incidente.

Si me permiten, para terminar, quiero decir que los políticos no debemos
caer en el error, en la equivocación de fomentar rivalidades que no
existen entre los cuerpos y que sólo perjudican a los ciudadanos, en este
caso a los ciudadanos vascos, a los ciudadanos españoles, que se sienten
más inseguros si son menos las fuerzas que están luchando contra el
terrorismo y es menor la colaboración y la coordinación de las Fuerzas de
Seguridad.

Como he hecho ya en otras comparecencias en el día de hoy, me he limitado
a relatarles a ustedes la secuencia de los hechos basándome en
informaciones, por un lado, fruto de la investigación interna realizada,
pero que tienen su referendo también en las diligencias judiciales que en
relación con los hechos se instruyeron.




El señor PRESIDENTE: Las dos iniciativas son de la misma fecha, por
tanto, en su tramitación vamos a observar el principio general señalado
por el Reglamento.

En primer lugar, tiene la palabra, por el Grupo Mixto, la señora
Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Gracias, señor Director de la Guardia
Civil, por la información del accidente. Es un desgraciado suceso con
consecuencias graves, especialmente para la integridad física de tres
personas. Creo que eso es lo primero que habría que resaltar porque, por
supuesto, es lo más lamentable de todo. Me alegro que hayan evolucionado
positivamente y que en estos



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momentos se encuentren las tres personas en una situación de pronto
restablecimiento.

Tengo que hacer una primera consideración --y en ese sentido voy a hacer
caso a lo que señalaba el señor Presidente de esta Comisión-- en cuanto a
que mi solicitud de comparecencia hablaba de un aspecto muy concreto, que
eran las funciones que estaban desempeñando. ¿Por qué? Porque, desde
luego, nada más lejos de la intención de esta Diputada y del partido al
que represento que tratar de hacer una mala utilización de este tema ni,
por supuesto, enemistar, enfrentar o hacer algo que fuera en menoscabo de
las actuaciones de ambos cuerpos. Quiero que eso quede claro.

El motivo de la solicitud de comparecencia no era tanto el saber si unos
disparaban antes y otros después, si había un tiroteo o no lo había (en
una situación de tensión, todos somos humanos y es evidente que, si hay
fallos en los sistemas de comunicaciones --que creo que pueden ser
mejorables--, deben corregirse), porque no era mi intención entrar en
esos detalles sobre unas actuaciones en las que pueden confluir errores
técnicos y humanos debidos a múltiples circunstancias. Pero creo que sí
es importante --en este tono y en este marco es en el que quiero realizar
mi intervención-- hacer una reflexión política sosegada y sin problemas
respecto a cuáles son las funciones que tienen que realizar las
diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ese es el marco de
mi intervención, excluyendo y obviando, por supuesto, cualquier intención
de crear rivalidades ni elementos de crispación ni nada de nada respecto
a este tema.

Es cierto que entre las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado hay falta de coordinación, como puede haberla entre las distintas
fuerzas de seguridad que puedan confluir en el mismo territorio o,
incluso, en otros Estados. Ha habido problemas de coordinación, por
ejemplo --en el caso de la comparecencia anterior--, entre el Servicio de
Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil, en los conflictos que ha habido
recientemente en el aeropuerto de Barajas o en esas operaciones llamadas
de limpieza de alcantarillas, entre la Guardia Civil y la Policía
Nacional, etcétera. Es verdad que siempre existen problemas cuando hay
que coordinar distintos cuerpos y, en ese sentido, la coordinación es
mejorable, pero yo no creo que en este caso sea simplemente una cuestión
de coordinación --que lo puede ser--, sino una cuestión de determinación
de cuáles son las competencias, en concreto, de la Ertzaintza y de otras
fuerzas de seguridad del Estado; en este caso y como usted está aquí
representándola, de la Guardia Civil.

Desde nuestro punto de vista -- que probablemente no sea compartido--, no
tenemos tan claro ese primer punto que usted ha señalado; nadie discute
esa serie de cuestiones. Yo creo que el Estatuto de Autonomía del País
Vasco establece de manera muy clara, en su artículo 17, que la Ertzaintza
es una policía integral --creo que nadie puede discutir eso-- y entre los
cometidos de la Ertzaintza se incluye el mantenimiento del orden público.

Creemos que ése es un punto importante. ¿Por qué? Porque el mantenimiento
del orden público no hace distinciones entre si el orden público es
violentado, infringido o violado, por unas razones o por otras, por unas
personas o por otras. A nuestro entender --y dicho más claramente--, el
tema de la lucha contra el terrorismo, en el ámbito de la Comunidad
Autónoma del País Vasco, corresponde, como policía integral, a la
Ertzaintza. Así de claro y así de simple. Creo que la Ertzaintza es una
policía bien preparada y operativa. Y esto no lo digo sólo yo
representando a Eusko Alkartasuna, mi partido, sino que también es
reconocido y recogido en algunos medios de comunicación y por altos
cargos de la Policía Nacional que señalan, de forma concreta, que es una
policía eficaz, joven y bien preparada. Con lo que, en este sentido,
tenemos las dos cuestiones claves: unas competencias asignadas por el
Estatuto de Autonomía del País Vasco en su artículo 17, como policía
integral y como instrumento del Gobierno vasco, al que le compete la
seguridad de los ciudadanos y el orden público, en las que hay que
incluir la lucha contra el terrorismo, y es la Ertzaintza la que la debe
realizar, al menos en el ámbito territorial que le corresponde. La otra
cuestión es que además está bien preparada, es operativa y es eficaz.

Por eso solicitamos información respecto a las funciones que en este caso
en concreto estaba realizando la Guardia Civil, porque creemos que hay
algunas materias en las que se podrán coordinar determinadas cuestiones,
pero siempre tiene que quedar claro, desde nuestro punto de vista --y
además creemos que estamos legitimados jurídicamente para mantenerlo--,
que siempre tendrá que ser la Ertzaintza la que lleve a cabo la labor
directora de esa cuestión y de esa competencia, y en función de ella
determinar cuáles son las mejores prácticas, las mejores operaciones
técnicas que tienen que llevar a cabo el resto de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado.

Comprendo que a lo mejor no comparte esta opinión, igual que ha dicho
usted que no hay duda respecto a una opinión también le digo que estamos
legitimados para mantener esta otra. Esto es lo que a mí me interesa de
esta comparecencia. ¿Por qué? Porque habría que plantearse si, en el caso
de la Guardia Civil u otra fuerza de seguridad del Estado no estuviera
realizando esa labor, que entiendo no era de su competencia en ese lugar
--ojo, no se me malinterprete, que respeto el Estatuto de Autonomía y
señalo que aquellas cuestiones supracomunitarias, fuera de la Comunidad
Autónoma del País Vasco, es obvio que son competencia de las Fuerzas de
Seguridad del Estado--, quizá no hubiera ocurrido este accidente o esta
situación, y tampoco en otros casos, si tuviésemos claro a quién le
corresponde hacer qué y qué competencias tienen las distintas Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado.

En ese sentido, creemos que se está produciendo una interpretación que va
más allá de lo que era el propio espíritu del Estatuto de Autonomía y que
se están ampliando de facto, entre comillas, una serie de competencias de
otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no le fueron
atribuidas en lo que se pactó en el año 1979. Pensamos que hay que volver
a lo que era el espíritu inicial, y en ese sentido esa adecuación tan
necesaria tiene que realizarse. La ratio policía-ciudadano es terrible, y
pensamos que si hay que utilizar además otras Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado --cosa que creo que en este momento no



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sería necesaria, aunque no soy técnica en la materia, dado lo que todo el
mundo opina de la Ertzaintza los responsables políticos y técnicos de la
Policía ya lo determinarán.

En cualquier caso, ésta es mi reflexión y creo que éste es el foro
adecuado para plantearla. He dicho todo esto con el ánimo de ser
positivos, de no tratar de enturbiar nada, jamás lo hemos querido ni
pretendemos hacerlo, pero nos parece que esto puede ser motivo para una
reflexión, siempre política, porque estamos hablando en términos
políticos, pero que sobre todo puede beneficiar a la eficacia y a la
operatividad, tratando de evitar determinadas cuestiones que a lo mejor
han sucedido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: En primer lugar, mi grupo quiere recordar a los
heridos en este accidente, sobre todo cuando a partir de que conocimos en
su momento las heridas que habían sufrido nos hacía pensar lo peor, pero
la suerte para unos o la providencia para otros han jugado a nuestro
favor y han posibilitado que estén fuera de todo peligro.

En segundo lugar, yo también pienso que el atentado que se produjo en la
vía vieja de Lezama, muy próximo al cuartel de la Guardia Civil de La
Salve, posiblemente elevó el clima de tensión existente habitualmente en
la lucha contraterrorista, aportando, además, un ingrediente nuevo, que
fue que la propia Ertzaintza al llegar al lugar de los hechos acordonó la
zona de la explosión e impidió que la Guardia Civil y la Policía Nacional
pudiesen entrar en el interior de ese cordón para hacer observaciones e
investigaciones o conocer el lugar de los hechos. Como nosotros
vinculamos de alguna forma este suceso al posterior en cuanto al caldeo
del ambiente, me gustaría que nos informase si desde la Consejería de
Interior del Gobierno vasco se dio orden en un sentido o en otro para
posibilitar o no, como digo, el acceso de la Guardia Civil y la Policía
Nacional al interior del cordón. De todas formas, tengo entendido que se
tiene acordado que en los atentados con explosivos participará en la
investigación, al menos, un miembro de cada cuerpo policial,
independientemente de otros acuerdos para otro tipo de atentados en los
que hay algún herido o víctima de alguno de los cuerpos, en los que hay
acuerdo para repartir la labor investigadora entre las Fuerzas del
Estado.

Posteriormente a este incidente está el que usted ha relatado, y la
información de que yo dispongo coincide con la expuesta por el Director
General. Lo único es que, según los datos que yo tengo, en el momento que
se separaron los dos coches en Deusto (usted hacía mención de que
transcurridos unos segundos apareció el coche de la Ertzaintza que se
atravesó, se situó enfrente del de la Guardia Civil, y salieron
esgrimiendo las pistolas) transcurrieron algunos minutos, en vez de
algunos segundos. Esto en lo único que ahonda es en la tensión y en la
situación de falta de control en algunas reacciones cuando se viven
circunstancias tan excepcionales, pues en esos momentos, en que la
Ertzaintza, igual que la Guardia Civil, están unos fuera del alcance
visual de otros, podían haber vuelto a conectar las radios, etcétera. Son
circunstancias y pormenores que circunscriben el suceso, que a nosotros
nos hacen pensar en que como todo accidente --y voy a utilizar su mismo
criterio-- no sólo hay que definirlo como accidente, sino --y ésa es
nuestra aportación-- que hay que investigar, analizar las causas que lo
han provocado para que no se reproduzcan y, sobre todo, por si implicase
alguna responsabilidad.

Tenemos que dejar constancia del alto grado de responsabilidad en el
cumplimiento del deber que desarrollaron todas las Fuerzas de Seguridad
del Estado implicadas en la lucha contra el terrorismo. También tengo que
hacer hincapié en la responsabilidad política por no utilizar sucesos tan
lamentables como éste como arma arrojadiza entre partidos, que creo que
se cumplió en un altísimo grado. En esta línea la primera reacción de los
dos máximos responsables policiales es correcta en cuanto a la imagen de
unidad. Para IU esa foto necesaria de unidad debiera de haber incorporado
el análisis sobre la coordinación y colaboración existente en la
actualidad. Esto es lo que le he enunciado como causas que han podido
incidir en este accidente.

La unidad política, visualizada en la imagen pública que tienen los dos
máximos responsables, tanto el Consejero Atutxa, como el Ministro Oreja,
no asegura por sí misma la necesaria coordinación, y todas las
declaraciones sobre unidad de voluntades, unidad de criterios, unidad de
fines no garantizan que se puedan conseguir unos mayores grados de
coordinación y de eficacia. Lo digo porque no es un caso aislado en
cuanto a falta de coordinación, que es dado por la gravedad y por las
características, pero siguiendo con el análisis sobre las causas han
ocurrido ya algunas otras descoordinaciones y desencuentros entre las
policías que actúan en el País Vasco. Recuerdo como muy grave el momento
del secuestro de Cosme Delclaux en el que se retrasa once horas la
comunicación al Ministerio de Interior por parte de la Consejería de
Interior del Gobierno Vasco. Hay informaciones de que la Ertzaintza
rechazó la colaboración de la Policía Nacional y de la Guardia Civil para
rastrear el territorio vasco. Hay informaciones periodísticas que han
sido contestadas por el propio Consejero, rechazándolas; quisiera que las
valorase.

Sé que se está produciendo algún que otro conflicto en cuanto a la
detención de ilegales extranjeros sobre el nivel competencial de una
policía y otra y sobre los recelos y las rivalidades que se ocasionan con
este tipo de comportamientos. Hay quejas sobre los controles de carretera
que se hacen por las distintas Fuerzas de Seguridad del Estado. El último
suceso ocurrido el 12 de marzo, con duros enfrentamientos verbales --como
pasaba antes en Tarifa-- en lugares públicos, en plazas, calles, sobre la
coincidencia de la Ertzaintza y de la Policía Nacional a la hora de
incautar el famoso vídeo de ETA que se pretendía visionar en algunos
lugares del País Vasco; enfrentamientos que evidentemente denotan un
desencuentro y que no hay una fluidez en los causes de solución de
conflictos, coordinación más necesaria cuando en el País Vasco hay más de
12.000 policías



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de los tres cuerpos. No estoy contando policías locales, policías
privadas, etcétera. La media por habitante es la más alta de Europa,
además de influir el factor concreto y específico del fenómeno
terrorista, añadiéndole el entorno de tensión y violencia que genera el
propio MLNV, coordinación en cuanto a disponer de un despliegue policial
proporcionado a las competencias de cada cuerpo y también a la realidad y
a las características con las que se tienen que enfrentar. A este
respecto es indispensable cerrar cuanto antes las controversias sobre si
se ajusta o no el despliegue actual o las misiones a desempeñar por cada
una, que es una cuestión, como digo, fundamental.

El centro de coordinación permanente, así como la Junta de Seguridad no
han conseguido engrasar convenientemente esta delicada maquinaria, como
es la convivencia de tres cuerpos policiales, dos de ellos veteranos en
cuanto a su implantación en el territorio, y otro de una no tan reciente
implantación, con la misión concreta de convertirse en la policía
integral del País Vasco. Estoy centrando básicamente las causas en la
descoordinación, porque también es compartido este criterio por amplios
sectores de la sociedad y de responsables políticos. Voy a mencionar la
toma de posesión del nuevo Gobernador Civil de Guipúzcoa, el 26 de marzo,
don Eduardo Ameijide, que en uno de los párrafos de su intervención hacía
referencia a que iba a trabajar, entre otras cosas, para contribuir a la
colaboración y coordinación de las Fuerzas de Seguridad del Estado con la
Ertzaintza. El Parlamento Vasco el 15 de marzo de 1997 aprobó por
unanimidad (siempre excluyo a HB de este tipo de unanimidades) instar a
extremar la coordinación de las fuerzas policiales desplegadas en
Euskadi, con el fin de combatir en mejores condiciones los delitos y
evitar incidentes como el de Deusto.

En otro de los discursos oficiales del Ministerio de Interior cuando
presentan la nueva adaptación de la Guardia Civil a esta realidad
autonómica, que pasa de las 9 zonas actuales a 17, una por cada comunidad
autónoma, se refleja como un objetivo fundamental lograr una mayor
coordinación con los gobiernos autónomos y con los cuerpos policiales
respectivos; se hace mención incluso a que hay algunas comunidades que
tienen ya su propia policía integral, donde lógicamente esa necesidad de
coordinación y ese esfuerzo del Ministerio será de especial importancia y
relevancia.

Los agravios y los recelos mutuos entre policías lamentablemente existen.

Yo quisiera que usted tomara conciencia, y yo creo que todos, de que
mirar para otro lado no va a impedir que se mantenga y no va a hacer
ningún favor a esa realidad, que yo constato como no generalizada, como
no ampliamente asentada entre los cuerpos policiales, pero haríamos un
flaco favor a un análisis de la realidad que se vive en el País Vasco si
pasásemos por alto que existen agravios, que existen recelos en esas
competencias incluso no del todo orientadas en base a afinidades
políticas, sino en base también a esa rivalidad, como hemos visto en el
punto anterior del orden del día, en el que las policías quieren alcanzar
un mayor grado de eficacia y a veces vulneran algunos de los principios
de coordinación fundamentales. La minimización de estos desacuerdos o
desencuentros debe ser un objetivo prioritario. Hay que mostrar la
voluntad política para que desde los mandos y los mecanismos de
coordinación se fijen las pautas para convertir esta realidad en pasado,
lo que originará una mayor eficacia policial y se aparcará la frustración
social que supone ver que se enfrentan a tiros distintos cuerpos
policiales.




El señor PRESIDENTE: Grupos que desean intervenir. (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: El Grupo Parlamentario Vasco no
solicitó esta comparecencia, como se puede desprender del orden del día,
y no lo hicimos en base a la información propia de lo que había sucedido
ese día en Bilbao y también en base a la ejemplar reacción que se
produjo, no sólo por parte de los responsables políticos, sino por los
propios miembros que habían padecido este accidente, que creo que está
bien calificado por el Director General como tal accidente. Derivar de un
suceso así reflexiones tan trascendentales y apelar a la siempre
socorrida coordinación entre los distintos cuerpos es afirmar más y menos
a la vez, cosa que es bastante difícil, estar en misa y repicando, como
decía el clásico. O es un accidente o es que no hay coordinación, pero
las dos cosas a la vez es bastante difícil. El Grupo Parlamentario Vasco
también ha tenido acceso a las diligencias que ha citado el Director
General y a todas luces se puede desprender que eso es un accidente.

Incluso en el supuesto de máxima coordinación un accidente así se puede
producir. Si por tener un accidente de coche derivamos que el Código de
Circulación está mal, flaco favor haríamos al análisis riguroso de las
propias situaciones.

He echado en falta, señor Director General, la otra parte. Yo también he
leído esas diligencias. En lo que respecta al Director General de la
Guardia Civil las ha leído con corrección y con rigor, sin embargo falta
la versión de la otra parte, que también está recogida en esas
diligencias. Voy a intentar complementarlas, si me permite el señor
Presidente. Los ertzainas que están en la parte vieja de Bilbao se dan
cuenta de que les siguen. Intentan esquivarlos. Esperan. Hacen
movimientos de precaución. Como son los que van por delante, son los que
mejor salen parados del accidente. De alguna forma, parece que estamos
describiendo un accidente entre partes de tráfico. En su primera
intervención he echado en falta esta consideración, que es justo
realizarla. De las mismas diligencias se deriva que en el testimonio de
estos ertzainas esa parte de la secuencia también es así. Es correcta la
que ha realizado usted respecto a lo que esos guardias civiles van
anotando o cómo cuentan lo que ha sucedido, no tengo nada que aportar ni
corregir, pero he echado en falta la parte de las diligencias en las que
los ertzainas dicen lo que les pasó a ellos. Estábamos en la parte vieja
realizando unos servicios de información; en el momento que arrancamos
vemos que viene un coche; intentamos comprobar las matrículas. Es cierto
que los dos dicen exactamente lo mismo en relación a las transmisiones,
que en una situación de excepcionalidad



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cuando ha habido un atentado, es normal que se produzcan esos fallos.

Pero no haríamos justicia si esa parte de la versión no la indicáramos, y
además está recogida en la parte de las diligencias que usted ha
expuesto. Desde el Grupo Parlamentario Vasco entendemos que es excesivo
apelar a la coordinación en tales circunstancias y que habría que
subrayar la parte de accidente y la parte de reacción, tanto de los
responsables políticos como de los miembros que tuvieron este mismo
accidente.

Quisiera realizar una consideración en relación a la política
informativa. El Grupo Parlamentario Vasco se lo manifestó al señor
Ministro en su anterior comparecencia, y aquí tampoco se puede estar en
misa y repicando a la vez. Las versiones ofrecidas al día siguiente eran
versiones sesgadas. Las diligencias las ponen en su sitio. El problema es
que siempre se llega tarde y mal, y parece que hay una especie de
voluntad por parte de los distintos responsables de prensa de tener que
demostrar que yo soy el que tenía razón. Yo creo que se le hace flaco
favor a la imagen de ambos cuerpos y a la imagen en general de la lucha
antiterrorista con ese tipo de filtraciones, con ese tipo de
informaciones dirigidas, que quieren dejar las cosas en su sitio, siempre
arrimando la sardina al ascua de uno mismo. Ese sesgo de la información
es lo que más preocupación nos puede producir en orden a estos
incidentes. Intentar derivar otro tipo de reflexiones trascendentales,
señor Presidente, debería ser objeto de otra comparecencia, pues si no
nos iríamos muy lejos. Algunas de las preguntas que han realizado al
Director General parecen más propias de la Junta de Seguridad del País
Vasco que de otro tenor. Yo sólo le voy a hacer una pregunta: De cara a
esa coordinación, de cara a que esos accidentes no se produzcan, ¿usted
cuántas veces se ha reunido con los responsables políticos del País
Vasco? Y si lo ha hecho pocas veces, ¿por qué?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Aguiriano.




El señor AGUIRIANO FORNIES: Yo estoy básicamente de acuerdo con lo que
acaba de decir el portavoz del Partido Nacionalista Vasco: que esto es un
desgraciado accidente, que afortunadamente no ha habido fallecidos, y
espero que los heridos ya se hayan recuperado; que no parece razonable
hacer una utilización política de este accidente, al extremo de que
algunos puedan tener hasta la tentación de pedir que la Guardia Civil se
vaya, que para eso está la Ertzaintza. Pensamos que es un accidente, y lo
que hay que hacer fundamentalmente ante los accidentes es aprender e
intentar evitar que se repitan. Por eso, haría hincapié en algo en lo que
no estoy de acuerdo con lo que ha dicho el portavoz del Partido
Nacionalista Vasco, porque yo creo que hay un problema de coordinación,
porque de la versión que nos ha dado el Director General de la Guardia
Civil, y que parece que es la versión de las diligencias, parece --o por
lo menos yo así lo he entendido, quizá lo he interpretado mal-- que
existe la posibilidad de que en circunstancias especiales y
extraordinarias se pueda volver a repetir. La situación de extrema
tensión provocada por un atentado en el territorio del País Vasco, con
baja cobertura para las transmisiones de ondas de radio, al fin y al
cabo, por desgracia, puede volver a repetirse. Yo creo que la propia
Junta de Seguridad debería tomar algún tipo de medidas --y yo no soy
quién, ni mucho menos, para anunciarlas públicamente-- alguna serie de
medidas especiales de identificación inmediata de unos cuerpos y otros,
porque se pueden volver a encontrar en una situación similar, es decir,
la sospecha permanente sobre la gente que circula o que se mueve
alrededor de una pareja de un cuerpo o de otro que está en misiones de
vigilancia. Pienso que la Junta de Seguridad debería de alguna manera
intentar buscar algún tipo de solución a este problema para evitar que se
pueda repetir.

Si de este desgraciado accidente aprendemos lo suficiente para que no se
vuelva a repetir, bienvenido sea, pero comprendo que existan problemas de
coordinación entre dos cuerpos diferentes y que atienden a mandos
radicalmente distintos, cuando en la comparecencia anterior parece ser
que ha habido una falta de coordinación entre el Servicio de Vigilancia
Aduanera y la propia Guardia Civil, que me supongo que en teoría debe
haber menos dificultades de identificación. El problema que a mí me
preocupa --y por eso digo que puede repetirse-- es que a los 12 días ha
habido también una falta de coordinación --lo ha resaltado el portavoz de
Izquierda Unida--, este caso entre el Cuerpo Nacional de Policía y la
Guardia Civil, recogiendo los vídeos que un juez había ordenado creo que
a las dos fuerzas de seguridad, los vídeos famosos de HB o de ETA y con
problemas graves de Ondárroa, pero que se repitieron en otras dos o tres
ciudades del País Vasco. Eso es lo que me preocupa. Por eso creo que hay
un problema de coordinación. Pienso que no se debe utilizar
políticamente, como he dicho, para pedir que salga la Guardia Civil del
País Vasco; ni siquiera me atrevo a echar la culpa al Gobierno del
Partido Popular de un accidente como éste, tampoco me atrevo a echarle la
culpa al Partido Socialista por la responsabilidad de gobierno que tuvo,
y muchísimo menos a Roldán. Pero sí me gustaría recomendarle --recordando
lo que ha dicho el portavoz de Izquierda Unida-- al gobernador civil de
Guipúzcoa, que parece que en su toma de posesión anunciaba que iba a
trabajar muy directamente en la coordinación entre las dos fuerzas de
seguridad, que lo haga rápido, porque a partir del próximo mes de mayo
parece ser que se va a convertir en subdelegado del Gobierno y no va a
tener competencias en materia de orden público; no vaya a ser que el
intento de hacer una política de Estado al dictado de grupos
nacionalistas haga rebajar la responsabilidad de los gobernadores
civiles, se ponga al frente a gente sin responsabilidades en orden
público y puedan pasar cosas de este tipo con mayor frecuencia. Pienso
que la degradación de figuras que han funcionado correctamente en estos
temas --al menos, que yo sepa, en casos anteriores a éste no había
ocurrido-- no es conveniente y sería una cuestión a tener en cuenta.

En cualquier caso, el País Vasco y el pueblo vasco no pueden permitirse
el lujo de tener a dos policías enfrentadas. Estoy absolutamente
convencido de que esto no es así, de que lo que ha ocurrido es un mero
accidente y ojalá no se vuelvan a repetir circunstancias que fuercen la
repetición



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de casos como el que comentamos. De todas formas, estoy convencido de que
tiene usted el apoyo de todas las fuerzas políticas parlamentarias para
conseguir la resolución de estos problemas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Gil
Lázaro.




El señor GIL LAZARO: Afortunadamente, todos los grupos parlamentarios
coincidimos en el calificativo de la situación, señalado por el Director
General de la Guardia Civil. Estamos ante un accidente, un accidente
lamentable y fortuito que, como bien indicaba el señor González de
Txabarri, no puede poner en cuestión ese principio de coordinación, ese
esfuerzo diario, constante, por acrecentar los niveles de cooperación y
coordinación entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado con competencias determinadas en el ámbito territorial del País
Vasco.

Como señalaba el señor portavoz de Izquierda Unida, recordamos en este
acto a los heridos y nos congratulamos por su recuperación. Todo lo
dicho, como todos hemos venido a señalar, no empece ni el reconocimiento
de esa cooperación y coordinación que se da ni tampoco la adopción de las
medidas técnicas que fueran precisas que eviten en lo posible que se
puedan reproducir riesgos de esta naturaleza en perjuicio de la seguridad
de los agentes, compromiso que, como es natural, todos los grupos
políticos --estoy convencido de ello, por la forma en que se han
expresado esta mañana-- y, desde luego, las administraciones competentes
suscriben.

Lo importante es resaltar una cuestión señalada por el Director General
de la Guardia Civil, creo que coincidiendo con las valoraciones hechas
por todos los grupos: el alto nivel de tensión en el que los miembros
tanto de la Ertzaintza como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado desarrollan su trabajo. Quiero resaltar ese nivel de tensión
porque pone en evidencia la importantísima contribución social de estos
hombres y mujeres a la tarea de la seguridad y de la libertad de todos. Y
por más que esto sea una obviedad, es una obviedad justa que nunca está
de más resaltar en actos como el que estamos viviendo esta mañana.

Creo que hay una voluntad general de todos, expresada nuevamente aquí,
que es avanzar siempre, con un compromiso activo, con un compromiso
dinámico, en una situación que se da, en una situación de coordinación,
de cooperación y de trabajo en común, en ese principio de coordinación
respetando las competencias específicas de cada cual. Quiero resaltar
nuevamente algo que, evidentemente, también se viene dando: la magnífica
relación recíproca entre la Policía Autónoma Vasca y las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, y todos tenemos que poner los medios
necesarios para cuidar y acrecentar esa magnífica relación. Creo que ese
compromiso expresado por todos no queda referido a una mera declaración
formal, sino que en el contexto de este accidente, fortuito y lamentable,
se ha podido apreciar en virtud del ejercicio de responsabilidad por
parte de todos los grupos democráticos, no sirviendo falsas polémicas
políticas donde no se dan, porque no se dan en los niveles políticos
correspondientes y no se dan, además, entre los miembros, entre los
hombres y mujeres que prestan servicio en cada uno de los cuerpos.

Quiero volver a poner de manifiesto lo que ha dicho el señor González de
Txabarri, porque nos parece esencial: la ejemplar reacción, en términos
políticos, tanto del Consejero de Interior del Gobierno vasco como del
Ministro de Interior, dando una respuesta inmediata, conjunta y solidaria
que representa un mensaje, sin lugar a dudas, de seguridad, de confianza
y de esperanza no sólo ante el conjunto de la sociedad vasca y de la
sociedad española, sino también, como es natural, ante los agentes
pertenecientes a cada uno de los cuerpos. Como decía el señor González de
Txabarri, esa reacción solidaria se dio y se apreció no sólo en términos
políticos, sino también en términos personales, habida cuenta de la
insistencia y del interés que manifestaron no solamente los agentes
involucrados en este accidente, pertenecientes a unos y otros cuerpos,
sino el conjunto de agentes, tanto de la Guardia Civil como de la
Ertzaintza, interesándose y dándose recíprocas muestras de solidaridad y
de apoyo. Ese es, sin lugar a dudas, en términos políticos y por la
actitud de los agentes afectados y del conjunto de los miembros de ambos
cuerpos, un mensaje de seguridad y de confianza que hoy hay que resaltar.

Precisamente por eso --y con ello, concluyo, señor Presidente--, el Grupo
Parlamentario Popular quiere expresar en este acto su profunda
solidaridad con el ertzaina y con el agredido este fin de semana y, a
través de él, con el conjunto de la Policía Autónoma Vasca, conscientes
de la labor de primerísima línea que lleva a cabo día a día en la defensa
de la seguridad y de la libertad de todos los vascos, en los mismos
términos que dentro de sus competencias, dentro de las competencias
legalmente establecidas, desarrollan también la Guardia Civil y el Cuerpo
Nacional de Policía.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso): Señor
Presidente, intervengo con toda brevedad para agradecer tanto el tono
como el contenido de las intervenciones.

Respecto a los problemas de coordinación que señalaba la portavoz de
Eusko Alkartasuna, yo, sencillamente, como han dicho otros portavoces,
creo que aquí no hay problema de coordinación. Usted dice que la Policía
Autónoma Vasca es una policía integral --nadie lo discute-- y que, por
tanto, tiene competencia exclusiva sobre el mantenimiento del orden
público. A mí me parece que considerar la lucha antiterrorista como
mantenimiento de orden público es una interpretación un poco amplia del
concepto orden público. La existencia, el reconocimiento de lo que es una
policía integral no quiere decir que sea exclusiva para una competencia
y, desde luego, una de ellas es la del terrorismo. Está claro que todas
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Policía Autónoma Vasca
fundamentalmente,



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son necesarias en la lucha contra el terrorismo, y creo que la Guardia
Civil ha sido muy importante en la lucha contra el terrorismo. Hay que
observar las cifras de detenciones, de etarras puestos a disposición
judicial --no es momento de dar cifras porque podría interpretarse que
estamos alardeando de la eficacia de la Guardia Civil--, y no le va a la
zaga la Policía Autónoma Vasca, que en los pocos años de existencia que
tiene ha sido muy eficaz en la lucha contra el terrorismo. A mí me parece
que en la lucha contra el terrorismo no sobra nadie, ni las policías ni
nosotros, y todos tenemos que poner de nuestra parte todo lo que podamos
y cumplir cada uno con su obligación. Desde ese punto de vista,
interpreto también que S. S. no está planteando que la Guardia Civil deje
sus competencias en la lucha contra el terrorismo en el País Vasco. ¿Que
tenemos que ser más eficaces unos y otros? Sin duda. Hay que pensar que
los únicos que se beneficiarían y se alegrarían de que la Guardia Civil
dejase la lucha antiterrorista en el territorio del País Vasco, esté
usted segura, serían los propios terroristas y sus voceros.

En cuanto al portavoz de Izquierda Unida, me gustaría centrarme en lo que
era el objeto de la comparecencia. En todo caso, no conozco las
instrucciones que dio el Consejero de Interior del Gobierno vasco en
relación con la explosión del coche-bomba. Para mí, la única relación que
hay entre ese hecho y el suceso del que estamos hablando es que produce
un clima de tensión, una situación de alerta, de riesgo y de peligro. Por
eso creo que las causas del accidente son las que he dicho, las que
ustedes mismos reconocen, y eso es lo importante. Es verdad que en su
momento algunos medios de comunicación, yo no creo que inducidos ni por
unos ni por otros, plantearon quién había disparado antes, quién no había
disparado. La verdad es que eso me da absolutamente igual. Yo no sé si se
podrá demostrar, no sé si el juez podrá demostrarlo. Yo casi prefiero que
no. A mí me da lo mismo quién disparó antes o quién no porque, además, si
hay alguien que disparó antes también podían haberlo hecho los otros; es
decir que la cuestión es absolutamente irrelevante.

Yo visité a los dos guardias civiles y al ertzaina herido y su única
preocupación era saber cuál era el estado de los compañeros. Se ha hecho
mención a ello, supongo que ustedes conocen la nota: El Grupo A de la
Brigada Móvil de la Ertzaintza lamenta muy sinceramente lo ocurrido en el
incidente con nuestros compañeros de Bilbao y queremos hacerles llegar
nuestro apoyo y solidaridad. Esperando la rápida recuperación de los
heridos, haceros saber que podéis contar con nuestra ayuda. Lo firman
todos lo integrantes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza. O la
contestación de la Guardia Civil: En nombre propio y en el de todos los
componentes del Cuerpo de la Guardia Civil destinados en esta comandancia
te expreso el más profundo sentimiento de pesar por el incidente ocurrido
en la madrugada del sábado. Te expreso nuestro apoyo y solidaridad así
como el ofrecimiento de nuestros servicios en pro del orden y la defensa
de las leyes en esta comunidad autónoma.

Yo creo que esto es ejemplar, tenemos que felicitarnos de que haya sido
así, y prácticamente coincido en todo lo que ha dicho con el señor Navas,
pero lo importante es el grado de responsabilidad de esos ertzainas y
esos guardias civiles. Ellos tenían delante lo que creían que era un
comando terrorista y no dieron un paso atrás, no se escaquearon, es decir
que se enfrentaron unos y otros valientemente porque pensaban que en esos
momentos estaban cumpliendo con su obligación y prestando un servicio
importante a la sociedad.

Tengo que decir, señor González de Txabarri, que me he referido más a la
versión de la Guardia Civil porque soy Director General de la Guardia
Civil, pero en todo caso creo que se ha reconocido que los guardias
civiles infundieron sospechas a los policías autónomos vascos, y, al
contrario, que unos seguían y los otros se sentían perseguidos. He leído
algún párrafo de las declaraciones del ertzaina herido en el que decía
que ellos creían que eran unos terroristas que iban a por ellos. Creo que
aquí todos tenemos que valorar muy positivamente la actuación de unos y
de otros sin ningún tipo de distinción.

Y sin querer volver la cara, porque no podemos hacerlo, es voluntad del
Gobierno vasco, del Gobierno de la nación, de los distintos grupos
parlamentarios hacer todo lo que podamos para intentar evitar que estas
cosas se vuelvan a repetir. Y yo no me he puesto en contacto, señor
González de Txabarri, con autoridades de la Consejería de Interior, pero
sabe usted que son permanentes entre el Ministro y el Viceconsejero y
entre éste y el Secretario de Estado. No obstante, no hay ninguna razón
especial, quizá se deba a un problema de agenda que resolveré rápidamente
poniéndome en contacto con el señor Martiarena.




El señor PRESIDENTE: Terminado el orden del día, se levanta la sesión.




Eran la dos y cuarenta y cinco minutos de la tarde.