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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 185, de 09/04/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 185



ASUNTOS EXTERIORES



PRESIDENTE: DON FRANCISCO JAVIER RUPEREZ RUBIO



Sesión núm. 13



celebrada el miércoles, 9 de abril de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor Secretario de Estado de Política Exterior y
para la Unión Europea (De Miguel y Egea), para:



--Informar sobre las perspectivas de la Cumbre de la Alianza Atlántica,
prevista el próximo mes de julio en Madrid. A solicitud del Grupo
Socialista del Congreso. (Número de expediente 213/000208) (Página 51343
)




--Explicar la posición del Gobierno español en relación a la Segunda
Conferencia Euromediterránea, que tendrá lugar en La Valetta el 15 y
el 16 de abril de 1997. A solicitud del Grupo Socialista del Congreso.

(Número de expediente 213/000249) (Página 5150)



Comparecencia del señor Subsecretario de Asuntos Exteriores (De
Carvajal Salido) para informar sobre los planes de traslado del citado
Ministerio a la nueva sede en la Plaza del Marqués de Salamanca y los
motivos y razones que justifiquen este traslado. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso. (Número de expediente 212/000536)
(Página 5158)



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Preguntas:



--Del señor Peralta Ortega (Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya), sobre previsiones acerca de la suspensión de la aportación
económica al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA). (Número de expediente 181/000485) (Página 5163)



--Del señor Recoder i Miralles (Grupo Catalán Convergència i Unió),
sobre posición del Gobierno en relación a la propuesta norteamericana
de crear una policía para capturar a los criminales de la guerra de
Bosnia. (Número de expediente 181/000536) (Página 5164)



--Del señor Yáñez-Barnuevo García (Grupo Socialista), sobre avances
producidos en Asia durante el último año con respecto a España. (Número
de expediente 181/000554) (Página 5165)



--Del mismo señor Diputado, sobre iniciativas y decisiones tomadas en
relación con la crisis de Argelia. (Número de expediente 181/000555)
(Página 5167)
--Del mismo señor Diputado, sobre iniciativas y decisiones tomadas en
relación con la crisis de Albania. (Número de expediente 181/000556)
(Página 5169)



--Del mismo señor Diputado, sobre posición del Gobierno acerca de la
iniciativa francesa de convocar una Cumbre de los cuatro «grandes» de
la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos. (Número de expediente
181/000557) (Página 5170)



--Del mismo señor Diputado, sobre opinión del Gobierno acerca del
anuncio del Presidente de la República Francesa de convocar una cumbre
de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y de la Unión
Europea (UE). (Número de expediente 181/000558) (Página 5170)



Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y
PARA LA UNION EUROPEA (DE MIGUEL Y EGEA) PARA:



--INFORMAR SOBRE LAS PERSPECTIVAS DE LA CUMBRE DE LA ALIANZA ATLANTICA,
PREVISTA EL PROXIMO MES DE JULIO EN MADRID. A SOLICITUD DEL GRUPO
SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de expediente 213/000208.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, buenos días.

Comenzamos esta sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores, que se va
a desarrollar de acuerdo con el orden del día previsto y conocido por
sus señorías.

Antes de comenzar con ese orden del día quería hacer un par de
consideraciones: primero, en esta sesión debería de haber comparecido
el Ministro de Asuntos Exteriores. No lo hace por razones que todos
conocemos y que todos lamentamos. Hace muy pocos días, en la reunión
de la Mesa correspondiente, decidimos manifestarle al señor Ministro
de Asuntos Exteriores, en nombre de toda la Mesa y de cada uno de sus
componentes, nuestro deseo de un pronto restablecimiento. Estoy seguro
de que hoy, al reiterarlo, lo hago en nombre de todos y cada uno de los
miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores. Quería que quedara
constancia en acta de nuestro común deseo de que el señor Ministro,
pronto, pueda estar total y completamente restablecido y al frente de
sus tareas como Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de España.

En su nombre, quería agradecer también la presencia del Secretario de
Estado de Política Exterior y para la Unión Europea, don Ramón de
Miguel, que comparece hoy precisamente en representación del Ministro
de Asuntos Exteriores, al cual daré la palabra inmediatamente.

También quería hacer algunas previas precisiones sobre el desarrollo
de la sesión. En primer lugar, el Subsecretario de Asuntos Exteriores,
que tiene prevista su presencia y su comparecencia en el tercer lugar
del orden del día, lo hará en el momento en que acabe la comisión de
Subsecretarios a la cual está asistiendo en estos momentos.

Posiblemente se producirá sin ningún tipo de alteración ulterior sobre
el orden del día en el momento en que le corresponde.

En segundo lugar, como es costumbre y habitual en esta Comisión,
tenemos un cierto número de convenios y tratados internacionales que
debatir y, al mismo tiempo, una proposición no de ley, que necesitan
las votaciones correspondientes. Quería anunciar a las señoras y
señores miembros de la Comisión que esas votaciones no tendrán lugar
en ningún caso antes de las doce y media del mediodía.

Sin más preámbulos, quería de nuevo agradecer la presencia del
Secretario de Estado en esta Comisión y comenzar, con su presencia para
solventar el primer punto del orden



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del día, la comparecencia para que el Gobierno informe sobre las
perspectivas de la cumbre de la Alianza Atlántica prevista para el
próximo mes de julio en Madrid.

El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): En primer lugar, quisiera agradecer a esta
Comisión y a su Presidente la deferencia que tienen hacia el Ministro
de Asuntos Exteriores y sus amables palabras, y transmitirles de parte
del Ministro, con quien he tenido ocasión de hablar ayer tarde, su
saludo y su deseo de comparecer aquí en la primera ocasión en que su
salud se lo permita, que será muy pronto.

Paso ya a la comparecencia puesto que tenemos un orden del día cargado,
agradeciendo, en primer lugar, la iniciativa del Grupo Parlamentario
Socialista, que nos da la oportunidad de seguir cumpliendo con el
compromiso del Gobierno de mantener informada a esta Comisión sobre las
perspectivas de la cumbre de la Alianza Atlántica que se va a celebrar
aquí en Madrid los próximos días 8 y 9 de julio.

Recuerdo al Presidente que ya el Ministro de Asuntos Exteriores
compareció para informar de la reunión del Consejo Atlántico el pasado
18 de diciembre e informó en aquel momento de la decisión de celebrar
la cumbre en Madrid. En aquella sesión se identificaron los temas sobre
los que deberían de pronunciarse los Jefes de Estado y de Gobierno. En
dicha comparecencia, el Ministro tuvo ocasión de exponer las decisiones
adoptadas y la posición de España respecto a las diferentes cuestiones
que afectan al proceso de adaptación de la Alianza. Trataré hoy de
resumir a SS. SS. el estado actual de las mismas y la evaluación que
hace el Gobierno sobre sus perspectivas.

La naturaleza y alcance de los cambios que está experimentando la
Alianza son tales que no es de extrañar que ciertas cuestiones avancen
lentamente y se enfrenten a dificultades e incertidumbres. No podemos
olvidar que el proceso de adaptación de la Alianza, cuyos elementos
básicos van a ser definidos en la cumbre de Madrid, se inscribe en un
contexto más amplio de definición de una nueva arquitectura europea de
seguridad y defensa. Saben SS. SS. que en esta cumbre de Madrid pueden
confluir y cristalizar diversos procesos de capital importancia para
la configuración de esa nueva Alianza y para el conjunto de esta
arquitectura de seguridad europea.

Para tratar de ordenar el análisis intentaré distinguir lo que son los
dos procesos que van a tener lugar en Madrid, que son la adaptación de
las estructuras y procedimientos internos de la Alianza y lo que se ha
llamado la adaptación externa de la Alianza.

Por lo que se refiere a la adaptación interna entramos ahora en una
fase decisiva en la que será necesario continuar a ritmo acelerado los
trabajos para la configuración de una nueva estructura de mandos y el
desarrollo de la identidad europea de seguridad y defensa. Como señaló
el Ministro en la anterior comparecencia, los trabajos relacionados con
la estructura de mandos avanzan lentamente. Ello se debe a la propia
complejidad técnica de la materia y a la necesidad de dar acomodo a los
intereses de todos los aliados. Sus señorías conocen que en el estado
actual de las discusiones se trabaja sobre un esquema en tres niveles
de mando que contempla dos mandos estratégicos, uno en el Atlántico y
otro en Europa, los llamados Saclant y Saceur; tres mandos regionales
en el Atlántico y dos mandos regionales en Europa, sin descartarse
quizá un tercero, y una serie de mandos de tercer nivel, bien
subregionales o bien mandos componente. En la actualidad se está
completando este esquema, y las discusiones se están centrando, por
parte del comité militar, en la definición de las misiones y
responsabilidad de los distintos niveles de mando de la nueva
estructura, en las relaciones entre esos niveles de mando, en las
implicaciones presupuestarias y en la rotación de los puestos clave.

Respecto al calendario, debe señalarse que el comité militar, a nivel
de jefes de Estado Mayor de la Defensa, los llamados chods, examinará
los resultados de los trabajos realizados hasta ahora en su reunión del
día 22 de abril, resultados sobre los que deberán pronunciarse los
ministros de Asuntos Exteriores en la reunión prevista del Consejo
Atlántico que tendrá lugar en Sintra el 29 y 30 de mayo y en la de
ministros de Defensa los días 12 y 13 de junio. La cumbre de Madrid
debe consagrar, por tanto, los resultados de estas dos reuniones
ministeriales.

Por lo que se refiere a España, quisiera recordar que se pretenden dos
grandes objetivos. En primer lugar, asegurar una adecuada presencia en
la nueva estructura de mandos, acorde con nuestra contribución militar
y con nuestro peso político en la Alianza. Y, en segundo lugar,
mantenemos como objetivo la ubicación en España de un cuartel general
aliado, sede de un mando subregional combinado y conjunto.

Nuestra presencia en la estructura de mandos debe reflejarse en la
asignación de puestos clave en los cuarteles generales de nuestro
interés, como son los dos mandos estratégicos, los mandos regionales
adyacentes y en aquellos mandos de tercer nivel, tanto componentes como
conjuntos, a los que contribuyamos con fuerzas. Todo ello se completará
con la presencia de personal español en los tres niveles. La
participación en los distintos niveles de mando se verá facilitada por
la aplicación del clásico principio de rotación en los puestos claves
que ha sido aceptado por los aliados.

Respecto al otro gran objetivo, se contempla la constitución de un
mando subregional combinado y conjunto en nuestro territorio. Aspiramos
a que este mando sea responsable de la defensa de nuestro territorio
peninsular e insular, incluyendo obviamente los archipiélagos de las
islas Canarias y las Baleares; la conducción y control de las
operaciones en el estrecho de Gibraltar y sus accesos, y las
actividades derivadas de la proyección de estabilidad que se le puedan
encomendar en las vertientes atlántica y mediterránea. Este mando se
justifica por la importancia del área geoestratégica donde ejerce su
influencia, y constituye el vínculo geográfico natural entre el
Mediterráneo y el Atlántico, de una parte, y Europa y el noroeste de
Africa, de otra. Dicho mando asegurará en la región sur una capacidad
suficiente y permanente de planeamiento y de



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mando y control para aquellas operaciones conjuntas que se le asignen.

A este respecto, me parece ésta una buena ocasión para reiterar de
nuevo que las islas Canarias dependerán del mando subregional ubicado
en España. Se trata de un principio de especial importancia para España
que debe quedar plenamente reconocido y reflejado en la nueva
estructura.

Un problema que se planta es las relaciones con el mando aliado del
sureste atlántico, con sede en Oeiras, que depende del mando
estratégico de Saclant, y el mando suroeste de Europea, que se ubicará
en España y que depende del mando estratégico de Saceur, que está en
Bruselas. A este respecto yo quiero subrayar la importancia que para
España tiene el mando aliado de Oeiras y nuestra voluntad de participar
activamente en él.

Otra cuestión importante que está siendo objeto de consideración es la
interrelación entre los mandos subregionales conjuntos y los mandos
componente, es decir, los mandos compuestos por un solo ejército.

Respecto al mando aliado actualmente situado en Gibraltar, conocido con
el nombre de Comgibmed, debe desaparecer en la futura estructura con
todos los mandos del cuarto nivel, puesto que en la operación todos los
mandos del cuarto nivel van a desaparecer. Cuestión diferente es el uso
que el Reino Unido reserve a sus instalaciones nacionales en Gibraltar.

En todo caso, ello no incidirá en el contencioso bilateral que tiene
un marco de negociación distinto, y además la delegación española se
preocupará de que cualquiera de las condiciones que se pacten para
integrar esa base en la estructura militar de la Alianza salven todas
las cuestiones pendientes de soberanía.

Por lo que se refiere al desarrollo de la identidad europea de
seguridad y defensa dentro de la Alianza, se han realizado progresos
significativos, aunque la controversia franco-norteamericana respecto
a la nacionalidad del mando sur ha incidido negativamente en este
asunto. Las principales cuestiones que deben resolverse para el
desarrollo de la identidad europea son: en primer lugar, el
establecimiento en la estructura militar de un dispositivo
multinacional de mando europeo. En esta línea se ha avanzado
notablemente, puesto que se ha admitido ya que el segundo del mando
Saceur, el Vicesaceur, tenga nacionalidad europea.

Como señalaba anteriormente, la cuestión de mando de la región sur está
planteando algunas dificultades. A este respecto deseo recordar que
España es firme partidaria de la aeuropeización de la estructura de
mandos preservando el vínculo trasatlántico. En esta línea defendemos
una mayor presencia de oficiales europeos en los puestos claves de la
región sur y el principio de que el mando sur pueda ser desempeñado por
un general europeo. Somos conscientes, sin embargo, de la necesidad de
alcanzar una fórmula de compromiso que, sin implicar una renuncia a
este objetivo, tenga en cuenta la importancia que para los Estados
Unidos tiene el mando sur.

En segundo lugar, la identificación de los medios de la Alianza que se
pondrán a disposición de la UEO para la realización de operaciones
europeas. El Consejo Atlántico ha aprobado una directiva para el
desarrollo en la Alianza de este proceso, en el que inicialmente se
llevará a cabo esa identificación para las misiones ilustrativas
elaboradas por la UEO. Para la solución definitiva de esta cuestión
será necesario encontrar una fórmula que permita la participación de
los miembros asociados en el planteamiento y ejecución de estas
operaciones.

En tercer lugar, se ha avanzado en la definición de las condiciones
para la entrega, control y devolución de los medios y capacidades
transferidos por la OTAN a la UEO.

Por último, la Alianza está diseñando un proceso de planeamiento único
que satisfaga todo el conjunto de misiones de la Alianza, y
simultáneamente las necesidades derivadas de las operaciones dirigidas
por la UEO.

Con esto termino de diseñar lo que se llama el proceso de adaptación
interna y paso al proceso de adaptación externa, la ampliación.

Por lo que respecta a la adaptación externa, ésta incluye, como he
dicho, la ampliación de la Alianza. Nos encontramos en un momento de
particular importancia en el que será necesario ir concretando
cuestiones fundamentales. Si existe acuerdo respecto a los parámetros
básicos que deben presidir el proceso que llevará a invitar en la
cumbre a algunos países a iniciar negociaciones para la adhesión,
también es cierto que la cuestión central de a qué país o países hay
que invitar no está todavía tomada.

En la cumbre de los jefes de Estado y Gobierno que se celebrará en
Madrid va a tomarse la decisión de identificar a uno o más países con
los que se iniciarán negociaciones para su eventual adhesión a la
Alianza. El objetivo es que esas negociaciones empiecen tras la cumbre
y que se finalice el proceso de primera ampliación en el año 1999,
coincidiendo con el L aniversario de la firma del Tratado de
Washington.

Para lograr llegar a esta decisión se ha establecido la siguiente
metodología. En primer lugar, un diálogo intensificado con los países
interesados a través de los contactos con el Secretariado Internacional
o, en su caso, en un formato 16+1. Este diálogo que se ha mantenido
durante el año 1996 prosigue este año con los países candidatos. Está
centrado básicamente en cuestiones militares, es fundamental para
conocer la situación de estos países y sus implicaciones para la
defensa común y ofrece, desde luego, elementos muy valiosos para las
decisiones que hayan de tomarse. En segundo lugar, el análisis de los
factores relevantes de la admisión de nuevos miembros sobre la base de
directrices políticas adicionales del Consejo Permanente; en este
sentido está siendo de gran utilidad conocer la evaluación que los
órganos competentes de la Alianza hacen de las implicaciones militares
y económicas de la ampliación. En tercer lugar, la preparación de
recomendaciones sobre la adaptación de las estructuras de la Alianza
necesaria para integrar nuevos miembros. Y, por último, la preparación
de un plan sobre la conducción de las conversaciones y la adhesión.

Todos estos factores están siendo tenidos en consideración y es difícil
en estos momentos adelantar conclusiones. Tampoco se puede ser más
precisos sobre los países que serán invitados a adherirse a la Alianza.

Esta decisión será tomada, desde luego, antes de la cumbre, seguramente
en



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la Reunión de Sintra de ministros de Asuntos Exteriores de 29 y 30 de
mayo a la que me he referido. Pero en los ambientes de la Alianza se
prefiere que se mantenga el mayor grado de discreción para evitar el
debate público y los agravios comparativos que pueden resultar de
elegir unos países u otros.

Nosotros creemos que este proceso de ampliación debe estar inspirado
por una serie de principios, que son los de no exclusión, gradualidad,
objetividad y refuerzo de la seguridad y estabilidad en Europa. En
concreto, para España los candidatos a la adhesión deben ser aquellos
preparados económica, militar y políticamente para contribuir a la
seguridad común. La incorporación de cada uno de los miembros debe
encajar en la nueva arquitectura europea de seguridad, de forma que la
seguridad se incremente para todos. La eficacia y cohesión de la
Alianza deben ser preservadas. Los candidatos deben cumplir los
requisitos de democracia y economía de mercado y ser capaces de asumir
las obligaciones que la pertenencia a la Alianza genera. En una
palabra, creemos que la filosofía es que los nuevos países deben ser
no sólo consumidores de seguridad sino también contribuidores a la
seguridad. Naturalmente, la decisión que se ha de tomar es compleja y
los criterios, aunque sean lo más objetivos posibles, siempre tendrán
una dosis de equilibrio y de consideración política. En cualquier caso,
lo que a España le parece fundamental, y yo creo que en esto coinciden
la mayor parte de los aliados, es que las puertas deben permanecer
abiertas y que los países que no entren en este primer ejercicio deben
tener esperanza de poder incorporarse en un futuro cercano.

Respecto a posibles escenarios de ampliación, me parece ineludible
porque está continuamente en la prensa. Sus señorías conocen que como
candidatos están Albania, Chequia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania,
Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Skopje (la antigua República
Yugoslava de Macedonia) y recientemente Bulgaria. En la mente de todos
está el que los pasíses con más probabilidades son seguramente Chequia,
Hungría y Polonia, y en menor medida, pero también cerca, Rumanía y
Eslovenia. Hay debates sobre si se procede a una ampliación corta, de
dos o tres países, o si se procede a una ampliación un poco más amplia.

Lo importante es que la señal política sea clara en el sentido de dejar
abierta la posibilidad. España contempla positivamente la opción de no
limitar a dos o tres países y en este sentido nos hemos manifestado
claramente a favor de dar una opción a Rumanía y Eslovenia que, según
nuestro criterio, parece que reúnen las condiciones para poder entrar
en esa primera hornada, pero naturalmente ésta es una opinión que
tendrá que ser acordada con nuestros socios dentro de la Alianza.

Paralelamente a la ampliación se está trabajando también en el
reforzamiento de la Asociación para la Paz y la iniciativa de crear un
consejo de asociación atlántica. En este sentido, los objetivos que se
persiguen son: hacer más operativo el diálogo con los socios; reforzar
las consultas políticas; dar mayor participación a los socios en el
planteamiento de operaciones y en el proceso de toma de decisiones;
incrementar el papel de la cooperación regional, y ampliar la
naturaleza de las misiones militares al conjunto de las nuevas misiones
de la Alianza, incluyendo la prevención de conflictos y la imposición
de la paz. Ello supondrá una participación más completa en las
actividades militares de la Alianza y mayores oportunidades para
participar en operaciones y ejercicios.

Se está trabajando sobre los principios y modalidades de este nuevo
consejo de asociación atlántica que se pretende crear, que constituye
un único mecanismo de cooperación que servirá de marco para esa
cooperación práctica realizada en el marco de la asociación para la paz
y ofrecerá una dimensión política reforzada que permitirá a los socios
una relación más estructurada y sobre un abanico más amplio de materias
de lo que ha sido la práctica hasta ahora. Este paquete de medidas
también va a ser examinado en el Consejo Atlántico de Sintra, y nos
parece que la creación de este nuevo consejo atlántico constituye un
elemento básico de la nueva arquitectura europea de seguridad.

Me voy a referir a un tema bien conocido por SS. SS., que son las
relaciones con Rusia. Estas relaciones están siendo objeto de especial
atención en estos momentos ante la necesidad de que Rusia ocupe el
lugar que le corresponde en la arquitectura europea de seguridad y el
establecimiento de un nuevo marco de relaciones entre la Alianza; desde
luego, la relación entre esta nueva alianza y Rusia constituye un
desafío fundamental. Las negociaciones entre el Secretario General de
la OTAN, nuestro compatriota Javier Solana, y el Ministro de Asuntos
Exteriores ruso van por buen camino, aunque no es posible prever cuándo
podrá alcanzarse un acuerdo. Todo apunta a que podrá firmarse
seguramente el próximo mes de mayo. Yo creo que la Alianza está
haciendo un esfuerzo considerable para atender los legítimos intereses
de seguridad de Rusia y hay que destacar la labor del Secretario
General, que está conduciendo las negociaciones con gran acierto.

Del documento que el Secretario General entregó al Ministro de Asuntos
Exteriores ruso el pasado 9 de marzo se pueden deducir algunas de las
propuestas avanzadas durante las negociaciones, que incluyen los
elementos siguientes. En primer lugar, los principios que deben
presidir la relación entre la Alianza y Rusia, ya consagrados en el
ámbito de Naciones Unidas y de OSCE. En segundo lugar, un amplio
abanico de áreas de cooperación práctica, en particular en los campos
político, militar, económico, medioambiental, científico, armamentos,
no proliferación, control de armamento, planes civiles de emergencia
y mantenimiento de la paz. En tercer lugar, un mecanismo de consultas
regulares y ad hoc. Y, por último, una serie de mecanismos de enlace
y cooperación militar, estando previsto el establecimiento de misiones
militares permanentes en los diferentes cuarteles generales.

Rusia sigue manteniendo su oposición a la ampliación, pero creo que la
Alianza ha dejado bien claro que esta decisión es firme e irrevocable,
y todo parece indicar que Rusia está dispuesta a aceptar este
principio; la reciente cumbre de Helsinki ha dado resultados
alentadores. Siguen existiendo diferencias sobre el despliegue de
infraestructuras y capacidades nucleares OTAN en el territorio de los
nuevos miembros, en el ámbito de las decisiones conjuntas



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y en la adaptación del Tratado FACE. En todo este proceso, España ha
sido partidaria de dar un contenido sustancial y un formato visible a
las relaciones entre la Alianza y Rusia, por entender que es esencial
que Rusia ocupe el lugar que le corresponde en la nueva arquitectura
de seguridad.

De forma similar vemos con esperanza la próxima apertura de
negociaciones con Ucrania; con ocasión de la cumbre que tendrá lugar
en Madrid los días 8 y 9 de julio seguramente será formalizado con
Ucrania un acuerdo del mismo tipo.

No quisiera dejar sin mencionar una idea que España está promocionando
dentro de la Alianza: concienciar sobre la necesidad de dar una mayor
profundidad y visibilidad al diálogo con los países mediterráneos,
mostrando el carácter progresivo y abierto de este diálogo. En este
sentido, apoyamos la puesta en práctica de las actividades de
cooperación aprobadas por el Consejo Atlántico en diciembre pasado.

Por otra parte, creemos que la cumbre de Madrid debería incluir en su
agenda la dimensión mediterránea de la seguridad europea, impulsando
el desarrollo de esta iniciativa con medidas que permitan situarla
definitivamente entre las prioridades de la Alianza. A este respecto,
estamos elaborando una propuesta concreta, susceptible de reforzar este
diálogo y de contar con el necesario respaldo en el seno de la Alianza.

Como saben SS. SS., España ha venido impulsando diversas iniciativas
tendentes al establecimiento de marcos de diálogo y cooperación entre
las organizaciones euroatlánticas de seguridad y los países de la
ribera sur del Mediterráneo.

Señor Presidente, me temo que me he extendido más de la cuenta. He
tratado de describir la evolución de los distintos procesos de
adaptación de la Alianza y la posición de España al respecto, y si me
he alargado ha sido porque me parecía que el tema es complejo y
conviene describirlo con detalle. Si todo va bien, estos procesos deben
confluir y cristalizar en la cumbre de Madrid. La propia complejidad
del proceso y la necesidad de acomodar intereses dispares hace que no
pueda descartarse que ciertos acuerdos se produzcan antes, durante o
después de la cumbre. En la definición de nuestra posición respecto a
los distintos aspectos del proceso de renovación de la Alianza, el
Gobierno ha tenido siempre presentes los términos de la resolución
aprobada por esta Cámara sobre nuestra participación en la Alianza
Atlántica renovada.

Concluiré señalando que se están tomando todas las medidas necesarias
para que, desde el punto de vista de su organización, la cumbre se
desarrolle en las mejores condiciones.




El señor PRESIDENTE: Siendo ésta una comparecencia que había sido
solicitada por el Grupo Socialista, tiene la palabra, en su
representación, el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: En primer lugar, quiero dar la bienvenida
al señor Secretario de Estado. Lamento, al mismo tiempo, las razones
que ocasionan su presencia y me uno, en nombre del Grupo Socialista,
a los deseos expresados por el Presidente de la Comisión de un pronto
restablecimiento del Ministro.

El Secretario de Estado ha cubierto de manera muy ajustada el conjunto
de temas que van a ser abordados en la cumbre de Madrid. Por elegir un
punto de partida, arrancaría de algo que, no siendo lo más importante
para nosotros, está más en los medios de comunicación, que es el tema
de la ampliación, y lo haría desde una perspectiva que no es habitual.

En la cumbre se va a decidir sobre la incorporación de una serie de
miembros, pero esa designación, se quiera o no, también va a suponer
señalar con el dedo a otros países que no se van a incorporar en ese
primer acto. Querríamos hacer una reflexión sobre las consecuencias que
eso puede tener para la estabilidad de esos países y para el conjunto
de la arquitectura de la seguridad europea, partiendo de la idea de que
la ampliación tiene como objetivo esencial proyectar estabilidad.

Nos preocupa --y evidentemente esto no es algo de lo que podamos
responsabilizar al Gobierno, aunque sí debe ser una preocupación
compartida-- en qué grado pudiera tener efectos negativos en la
estabilidad y en la propia seguridad europea esa decisión que designa
como no elegibles, como que no cumplen las condiciones de la
ampliación, a algunos de los países que han solicitado su ingreso en
la Alianza. El señor Secretario de Estado conoce perfectamente la
existencia de minorías étnicas húngaras en Rumanía, en Eslovaquia, y
nos encontraríamos con la paradoja de que esas poblaciones, que ahora
están atravesando un proceso de entendimiento, de normalización de
relaciones entre el país donde residen y el país del que son
originarios, como miembros de la nacionalidad, de la etnia, de la
población, por decirlo más ajustadamente, de origen húngaro, por
ejemplo, serían miembros de la OTAN, pero como nacionales que son de
Eslovaquia o de Rumanía, no serían miembros de la Alianza. Sin duda,
eso podría acrecentar las tensiones en el seno de dichos países, que
en los últimos meses habían disminuido bastante.

También nos preocupa que esa no elección como candidatos potenciales
pueda ser interpretada como la necesidad de que estos países acometan
un esfuerzo para aumentar su capacidad militar con el fin de garantizar
su propia seguridad, ya que se les está diciendo que ellos son
responsables de esa seguridad porque la Alianza Atlántica no lo es.

Esto debería formar parte de la reflexión que se haga en los dos
próximos meses, porque, siendo importante la designación de quién va
a formar parte de la Alianza, es mucho más importante y puede tener
consecuencias mucho más negativas sobre estos países los efectos que
cause su no elección. Más complejo sería este asunto en el caso de los
países bálticos, sobre lo que nos gustaría oír las palabras del
Secretario de Estado en el sentido siguiente. Parece claro que los
países bálticos no se van a incorporar a la Alianza en esta primera
decisión, y es dudoso que se vayan a incorporar a medio plazo. Se están
barajando distintas opciones, pero da la sensación de que existe un
deseo de trasladar a la Unión Europea la responsabilidad de que se
visualice que no se olvida a los países bálticos, que no se les deja
en el limbo. ¿Hasta dónde puede llegar esa asunción de
responsabilidades en materia de seguridad por parte de la Unión



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Europea sobre los países bálticos y qué implicaciones tendría esa
asunción de responsabilidades?
En cuanto a los países que serán designados como candidatos a
incorporarse --el señor Secretario de Estado lo ha explicado
perfectamente--, yo no recuerdo haber visto un planteamiento formal del
Gobierno en el sentido que el Secretario de Estado ha señalado. El ha
dicho que el Gobierno contempla positivamente la opción de no limitar
a un grupo de dos o tres países y es favorable de dar una opción a
Rusia, a Rumanía y a Eslovenia. Me gustaría que el Secretario de Estado
confirmase esto si está en condiciones de hacerlo. En estos días se
están produciendo debates similares a éste en otros países, y Francia,
Italia o Grecia, por citar algunos casos, han adoptado posiciones
formales y expresas de apoyo a países como Eslovenia o Rumanía. En el
caso de Alemania hay un debate abierto. El principal partido de la
oposición, el SPD, se ha pronunciado expresamente en favor de la
incorporación de Eslovenia y ha señalado que está abierto también a la
eventual incorporación de Rumanía. Dentro del Gobierno alemán parece
ser que existen divergencias profundas entre el ministro de Defensa,
que es absolutamente contrario a la incorporación incluso de Eslovenia,
por el temor de que eso se extendiera en fases ulteriores a Yugoslavia,
y el ministro de Asuntos Exteriores, que parece mucho más proclive a
hacer una ampliación que no dé la sensación de que lo que se está
haciendo es rodear a Alemania de amigos.

También me gustaría conocer si el Gobierno está en condiciones de
adoptar una posición firme y formal a este respecto, porque tenemos la
sensación de que lo que está faltando en este proceso es una clara
visión de que en Europa hay un grupo de países de la OTAN que apoyan
una ampliación que refleje no solamente la ampliación en el norte, sino
también en el sur de lo que es el centro de Europa. Sería importante
que se produjera ese pronunciamiento por parte del Gobierno.

La ampliación no es solamente la designación de una serie de países,
la ampliación es también un proceso que tiene unas características. Si
compartimos la noción --y así se desprende de las palabras del
Secretario de Estado-- de que la ampliación tiene como objetivo
prioritario proyectar estabilidad, da la sensación, por todas esas
informaciones que hemos venido leyendo y que se han venido dando desde
países miembros de la Alianza, en ocasiones desde la propia OTAN, con
evaluaciones de costes --incluso el propio debate que se mantiene con
Rusia sobre si la OTAN está dispuesta a autolimitarse o no lo está;
nosotros no somos partidarios de ningún tipo de autolimitación más allá
de las declaraciones políticas como las que se han hecho--, de que el
proceso de ampliación tiene más de contenido militar que de responder
a unas legítimas aspiraciones de estos países de incorporarse a todas
las instituciones europeas, al margen de que tenga también un
componente de aspiración de mayor seguridad. En cualquier caso, lo que
está claro es que en los países que sean designados el umbral de
percepción de seguridad aumentará considerablemente desde el mismo día
en que se tome la decisión de incluirles como futuros miembros de la
Alianza, aunque desde el punto de vista práctico, material y militar
no va a haber una mayor cobertura.

También nos parece importante que ante la opinión pública se haga
expreso algo que es una obviedad, pero que parece que queda olvidado
en este debate, lo que podría provocar ciertos problemas en la fase de
tramitación de los tratados de incorporación de nuevos miembros. Me
refiero al hecho --insisto, absolutamente obvio, pero olvidado-- de que
la incorporación de nuevos miembros supone una decisión sin ningún tipo
de restricciones, es decir, se extienden a esos países las garantías
de seguridad del artículo 5.º. Lo digo porque nos preocupa que a la
hora de los procesos de ratificación, en algunos países, muy
especialmente en el caso de Estados Unidos, pudieran producirse
situaciones incluso de rechazo de la ampliación, por los costes, y
últimamente estamos viendo informaciones que los minimizan
considerablemente, pero también por lo que supone adquirir el
compromiso de garantizar la seguridad de estos países. Baste recordar
que en el Senado norteamericano bastarían solamente 34 votos para
bloquear la ratificación por Estados Unidos de la ampliación. No es
ninguna tontería. Hasta ahora se ha producido votaciones de apoyo con
un rechazo de 16 votos y se estaba hablando, en abstracto, del respaldo
o no a la ampliación.

No tenemos nada que decir sobre el Consejo de Asociación Atlántica. Nos
alegra que el Secretario de Estado haya utilizado la expresión de
elemento básico de la nueva arquitectura de la seguridad europea.

Creemos que es importante que se dé valor a lo que ha sido y lo que es
hoy todavía la Asociación para la Paz como un instrumento esencial no
solamente de preparación para la Alianza, sino incluso de entendimiento
y de cooperación entre países que antes formaban parte de una misma
alianza, el Pacto de Varsovia, pero que no tenían ninguna relación de
carácter militar, de defensa o de seguridad entre ellos. Creemos que
las palabras del Secretario de Estado dan pleno valor a la Asociación
para la Paz.

Se ha referido el Secretario de Estado a Rusia. Compartimos con él la
idea de que ha jugado un papel clave en este proceso, con el respaldo
de todos los miembros de la Alianza, el Secretario General, el español
Javier Solana. Dice el Secretario de Estado que Rusia lo tiene ya
asumido y lo acepta; en cualquier caso, la oposición de la Duma va a
seguir existiendo, porque la realidad es que la ampliación de la OTAN
y la actitud de Rusia con relación a esa ampliación se han convertido
en un objeto de consumo interno, de uso en la guerra interna, en la
política interna de Rusia. Por ello no debemos sorprendernos si en los
meses futuros se incrementa la tensión en Rusia en torno al proceso de
ampliación de la Alianza.

En cuanto a Ucrania, estamos preocupados porque se pudiera dilatar la
firma de un acuerdo. Es importante que también en la cumbre de Madrid
se formalice la nueva relación con Ucrania. Ucrania juega un papel
esencial en la estabilidad de la región, y dejar a este país en el
limbo, con un acuerdo firmado con Rusia respecto a la ampliación,
siquiera fuese tan sólo por un mes, tendría efectos bastante negativos.




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Se ha referido también a los países mediterráneos. Nos gustaría conocer
en qué ámbito se puede realizar esa profundización de las relaciones.

El acuerdo que hoy mantiene la Alianza con algunos países mediterráneos
y el tipo de relación que ha establecido se ha iniciado con un diálogo
de 16 a 1 en un ámbito de conocimiento superficial, de ir
intercambiando información, avanzando tanto como estos países quieran,
pero la realidad es que actualmente tiene un nivel tan bajo que nos
preguntamos si no tendría sentido extender ese diálogo a un país como
Argelia, cuya situación juega un papel clave en la seguridad del
Mediterráneo.

Dicho esto, pasaría a los temas de la reforma de la estructura. Uno de
los criterios y de las voluntades que expresó el Congreso en la
resolución que aprobamos a finales del año pasado se refería a la
necesidad de que la reforma de la estructura se hiciese en profundidad
y que contribuyera a hacer más visible la identidad europea de
seguridad y defensa. A la vista del diseño de la nueva estructura de
mandos que se está produciendo, la verdad es que nosotros tenemos
algunas dudas de que no se esté actuando con un exceso de prudencia y
de que no se hayan abierto excesivos espacios para atender
prioritariamente intereses nacionales. La estructura que se está
diseñando, por ejemplo en el Atlántico, se parece bastante a la de la
guerra fría, en un momento en que bajo las aguas del Atlántico no
circulan ya submarinos rusos. Da la sensación de que, al final, creando
esos mandos regionales se ha prestado más atención a los intereses de
un país como el Reino Unido y, a la cola de él, de otro país como
Portugal. Al mismo tiempo, como ha dicho el Secretario de Estado, se
van a crear unos mandos subregionales que al final transmiten una
imagen de la Alianza como si fuera una estructura de base territorial.

Nos preguntamos hasta qué punto una estructura de este tipo es la más
adecuada para lo que van a ser las nuevas misiones que van a formar
prácticamente el día a día de la Alianza en el futuro, al margen de la
misión permanente de la seguridad colectiva, de proyectar estabilidad
o, como se decía en tiempos pasados, de proyectar fuerza. Ahora la
Alianza está realizando una operación de proyección de estabilidad o
de fuerza en Bosnia-Herzegovina, territorio limítrofe con la Alianza,
lo cual no plantea mayores problemas, pero esa estructura de base
territorial, ¿es la más adecuada para una operación de proyección de
fuerza o de estabilidad en confines más lejanos de la Alianza? La
verdad es que tenemos ciertas dudas.

También tenemos dudas de que la estructura permita visualizar, con lo
que hasta ahora vamos conociendo, la identidad europea de seguridad y
defensa. Es cierto, lo ha dicho el Secretario de Estado, que se ha
acordado ya que habrá un adjunto al Saceur que será responsable para
operaciones que se lleven a cabo por la UEO fundamentalmente. Sin
embargo, cuando se mira el conjunto de la estructura de mandos, no
parece que en los vértices de estos últimos la resultante vaya a ser
muy indicativa de un fortalecimiento de la identidad europea de
seguridad y defensa.

Ha hablado el Secretario de Estado de mandos combinados conjuntos y de
mandos componentes. Nos gustaría que aclarase la diferencia entre
ambos, desde el punto de vista técnico.

Ha señalado el problema que existe con la reivindicación francesa.

Entendemos que el Gobierno comparte y respalda las aspiraciones
expresadas por Francia, aunque piensa que la concreción de esas
aspiraciones en el Mando de Nápoles no conduce a ningún sitio. Nos
gustaría saber si el Gobierno es partidario de alguna fórmula concreta
que permita resolver este callejón sin salida en que nos hallamos con
relación a Francia. Hemos visto recientemente que se hacía una
propuesta a Francia --no sé cuál es la reacción francesa-- de crear una
fuerza de despliegue rápido con sede en el sur de Europa,
previsiblemente en Italia, que estuviese al mando de Francia. ¿Puede
ser ésa una buena solución? ¿Esa solución tendría alguna incidencia
sobre los intereses y las aspiraciones de España? Hay otra cuestión a
este respecto. En esa división de tareas que parece perfilarse entre
la OTAN y la UEO, ¿es partidario el Gobierno de que esta última asuma
--y de que aparezca así en el Tratado de la Unión Europea-- las
llamadas misiones de Petersberg o es partidario de ir más allá y de
permitir o propiciar que la Unión Europea y la UEO puedan asumir
también misiones que tengan que ver con la seguridad colectiva?
Señor Secretario de Estado, querríamos referirnos ahora a lo que afecta
de manera más concreta y más directa a España. El Grupo Socialista, en
el debate que tuvimos en la Cámara a finales del año pasado, expresó
claramente su respaldo a la voluntad de que el Gobierno iniciase la
negociación con la Alianza con la perspectiva de nuestra incorporación
plena a la nueva estructura militar. Esto no era un cheque en blanco,
era un respaldo para iniciar un proceso negociador necesario; se
establecían unos criterios --alguno de ellos los ha citado el
Secretario de Estado, no es preciso repetirlos-- y quiero decir que
confiamos plenamente en la voluntad y en la capacidad del Gobierno de
perseguir y conseguir esos objetivos. Parece que existen algunas dudas
sobre las perspectivas reales de alcanzar lo que podría calificarse
--según la resolución que aprobamos, citada por el señor Secretario de
Estado-- como un papel acorde con la contribución y el peso político
de España en la Alianza. El Secretario de Estado ha señalado algunas
de esas dificultades. En el caso concreto de Gibraltar el Grupo
Socialista piensa que bajo ningún concepto la desaparición del Mando
OTAN en Gibraltar y la asunción por el mando establecido en España
podría tener como consecuencia una reducción o un retroceso en lo que
hasta ahora han sido posiciones españolas con relación a Gibraltar. Me
estoy refiriendo concretamente a posibles peticiones británicas de
aprovechar esta coyuntura para que España levantase alguna de las
restricciones. Es decir, ¿afecta o no este proceso a las
reivindicaciones españolas sobre Gibraltar? El Secretario de Estado ha
dicho --y lo compartimos-- que no afecta, que tiene otra vía, pero no
debe afectar tampoco en sentido negativo. Esto nos parece importante.

En el caso del ámbito de la cobertura del mando establecido en España,
parece que se están barajando algunas opciones que no terminan de ser
totalmente satisfactorias.




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La eventual posibilidad de que en tiempo de paz esa zona estuviese bajo
el mando de España, pero en tiempo de guerra pudiese pasar al Mando del
Atlántico, planteada en algún momento por el Shape, o la otra
posibilidad, más compleja, de establecer una distinción entre un mando
aéreo y un mando naval o algunas otras fórmulas que se han venido
tratando no terminan de satisfacer plenamente. Compartimos lo expresado
por el Secretario de Estado de que hay que respetar, si existe
escenario para el encuentro, las aspiraciones de un país como Portugal.

Nos gustaría saber, señor Secretario de Estado, cuáles son las
perspectivas y las características que va a tener previsiblemente el
mando que se va a establecer en España y, en especial, si va a estar
todo decidido para la fecha de la cumbre. Usted ha dicho antes que no,
que algunas cosas se decidirán con posterioridad. Las cuestiones que
afectan al status de España en la nueva estructura ¿van a estar
decididas en su conjunto o habrá algunas que quedarán pendientes:
características, naturaleza, ámbito de los mandos, las banderas? Ha
hablado el Secretario de Estado del principio de la rotación --que
compartimos plenamente-- y es esencial que se establezca con carácter
general, no para unos mandos sí y para otros no, para todos los mandos
subregionales y los regionales como mínimo. Parece lo lógico.

Termino diciéndole que el Parlamento en su día --y el Grupo Socialista
así lo respaldó-- expresó su voluntad y su vocación de estar en la
nueva estructura de mandos. En aquel momento no estábamos adoptando la
decisión formal de la incorporación. Tendrá que haber un proceso
negociador, tendrá que producirse la cumbre y esperamos y pedimos
formalmente al Gobierno que sea entonces cuando, formada una voluntad
y una decisión del Gobierno, la traiga al Parlamento para que éste la
ratifique. Creemos que esto es importante desde el punto de vista
político y cerraremos así el proceso adecuadamente. Esto también es
importante de cara a la capacidad de maniobra del Gobierno en el
proceso de negociación que está llevando y va a tener que llevar de
manera muy intensa en los próximos meses.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra en este
trámite? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Mardones, en nombre de Coalición Canaria.




El señor MARDONES SEVILLA: En primer lugar, quiero agradecer la
presencia aquí del señor Secretario de Estado por la información que
nos ha suministrado en este punto sobre la Alianza Atlántica.

Dicho esto, señor Presidente, dado que mi grupo no forma parte de la
Mesa de esta Comisión, quiero sumarme, a los votos y buenos deseos,
para que quede aquí testimonio de este Diputado, en nombre de Coalición
Canaria, de una pronta recuperación e incorporación a sus
responsabilidades ministeriales de la persona entrañablemente sentida
y querida por este Diputado que es don Abel Matutes. Ruego al señor
Secretario de Estado se lo haga llegar por vía directa, así como la
constancia de este testimonio ante esta Comisión.

Voy a ser muy breve, señor Secretario de Estado, y voy a hablar sólo
del primer punto, de la sistemática con que usted ha planteado la
situación de la Alianza Atlántica prevista para la cumbre de julio en
Madrid. No entro en la segunda parte de la ampliación, porque es un
tema difuso y etéreo que depende de las voluntades y Coalición Canaria
no quiere hacer de ello un tema primordial.

La cuestión primordial, como usted bien sabe --y ya he tenido una
referencia a la misma--, es dónde se va a ubicar la soberanía militar
de Canarias en el esquema y en el mapa de los mandos estratégicos de
la Alianza Atlántica. Yo no puedo nada más que pedirle a usted una vez
más, señor Secretario de Estado, como representante del Gobierno, el
deseo que ya ha expresado Coalición Canaria públicamente y en el
Parlamento de que el Archipiélago esté bajo mando militar español, pero
en cualquiera de sus acepciones de tierra, de mar y de aire. Nos
preocupa tremendamente que empiecen a correr versiones de que el mando
terrestre sí será español pero no así el mando aéreo ni el mando naval.

La gran pregunta sería la de si los norteamericanos, que son amos y
señores de estas fincas, están dispuestos a aceptar el cambio de la
Carta Atlántica, que es la que señala las dos grandes áreas
estratégicas en que se divide el primer nivel de mandos de la OTAN, los
dos grandes mandos estratégicos que en la Carta Atlántica fundacional
de la Alianza Atlántica, de la OTAN, tienen perfectamente diseñados los
perímetros de ámbito geográfico, y ahí sale el Mando del Atlántico, que
ocupa el Comandante Supremo Aliado con base en Norfolk (Virginia), el
Saclant, y en ese mapa aparece Canarias. Es el único caso en que un
país miembro de la Alianza Atlántica en su lado occidental ve partido
su territorio de soberanía operacional para sus Fuerzas Armadas. Este
es un problema político, señor Secretario de Estado. Por tanto,
nosotros le pedimos al Gobierno español todo el énfasis, toda la
contundencia en mantener este principio, en primer lugar por una
cuestión política, porque no se entendería desde la españolidad de
Canarias que nuestro mando de defensa no estuviera, en su máxima
responsabilidad en la cúpula, en manos de militares españoles, de mando
español, y nos viéramos sometidos a ser una mera pieza de ajedrez,
porque, claro, en un planteamiento estratégico, el Comandante Supremo
Aliado, el Saclant, puede organizar la de Dios es Cristo, lo que se
llama en el lenguaje de ajedrez sacrificar piezas, y Canarias no quiere
ser una pieza de ajedrez en ese sentido estratégico. Hay un principio
de soberanía, hay un principio de identidad, hay un principio de
motivación de que nuestras Fuerzas Armadas que tienen encomendada la
defensa del archipiélago canario estén ahí.

No se trata de que vayamos a rechazar un discurso retórico sobre el
mando de los archipiélagos. El problema de Baleares es política y
estratégicamente distinto del de Canarias, no tiene punto de
comparación en nada. Lo de Baleares está perfectamente asumido en el
Mando europeo, está dentro del mapa europeo del Saceur, y, por tanto,
no se cuestiona este tema, pero Canarias ocupa una posición geográfica
determinada. Nosotros estamos a cien kilómetros de uno de los
territorios de expectativa conflictiva más



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grande que existen en este momento, que es todo el Magreb. Por tanto,
le doy este argumento, señor Secretario de Estado, de cara a los
estrategas norteamericanos de la OTAN, que son los que en verdad
tratarían de oponerse a este planteamiento, con la secuela de que los
portugueses se apuntan ese tanto, por supuesto, porque entregarle a
Portugal, con su capacidad, que está en el Military Balance, de fuerzas
aéreas y navales en esta zona del Estrecho, la joya de la corona de
este lado del Atlántico, que es el grupo aeronaval de combate español,
es un tema que hay que dejar muy claro, porque no solamente se trata
de la soberanía de Canarias; es que si el grupo aeronaval de combate
español, cuyo buque insignia es el portaaviones Príncipe de Asturias,
está en el Mediterráneo, está bajo mando europeo, incluso del submando
de Nápoles de la OTAN, pero en cuanto se le ocurra traspasar la línea
del Estrecho y entre en aguas atlánticas, ¿de quién depende el mando
del grupo aeronaval de combate español? Es que lo va a reclamar el
almirante norteamericano de Norfolk, Virginia, y va a decir: acaba de
entrar en aguas territoriales de mi estructura estratégica, y ese grupo
aeronaval de combate, en el momento que se le ocurra arrimarse a los
puertos canarios, a las aguas canarias, está bajo el mando del Saclant.

Le doy un argumento, señor Secretario de Estado, que ha sido discutido,
a nivel de diálogo con profesionales, por este Diputado con
representantes de sectores militares españoles. Nosotros creemos que
o Canarias se considera una pieza dentro de la defensa mediterránea o
estamos en otro mundo, porque Canarias es la única posición del
ejército español, de las Fuerzas Armadas españolas integradas en la
estructura militar de la OTAN que está en la retaguardia por su
posición geográfica cerca del Ecuador. Cuando se hizo la ampliación de
la Alianza Atlántica con la incorporación de Turquía hubo que doblar
el mapa para demostrar que Turquía estaba en el Atlántico, por una
razón estratégica, porque en el concepto estratégico de la guerra fría,
la Alianza Atlántica y los norteamericanos, que son los que mandan en
ella, no podían tener la retaguardia, el frente sur soviético, sin
ninguna base que le amenazara. Esa es la razón estratégica por la cual
Turquía entra, por esa necesidad estratégica, a formar parte de la
Alianza Atlántica sin estar bañada por el Atlántico, y ahí es donde le
meten al enemigo una preocupación en su retaguardia sobre la que tiene
que vigilar y dedicar también sus esfuerzos de advertencia, de alerta
y de distribución de fuerzas. Ese es el papel que ha jugado Turquía en
la Alianza Atlántica cuando estaba en pleno apogeo la guerra fría y
había que abrirle un frente sur a la Unión Soviética.

Pues bien, juéguese con ese concepto si los estrategas norteamericanos
y los estrategas militares quieren saber ante qué pieza están, porque
aquí yo me sumo a lo que acaba de decir al principio de su intervención
el portavoz socialista, el señor Estrella. Parece que se sigue
concibiendo el Atlántico como si estuviéramos en plena guerra fría. En
plena guerra fría y existiendo dos bloques, OTAN y Unión Soviética,
para controlar los submarinos soviéticos en el Atlántico, que era donde
podían cortar las líneas de abastecimiento y comunicación, en caso de
un conflicto, cuando la industria bélica norteamericana y de
suministros diera todo su apoyo logístico, como lo hizo, en la Segunda
Guerra Mundial, a Europa, esas líneas y esas vías de comunicación
marítimas y navales exigían precisamente la definición del área
estratégica del Atlántico, pero ahora ya no estamos ante ese concepto.

Reitero que me sumo a la lógica con que ha planteado el señor Estrella
este tema en el sentido de que el Atlántico no puede ser concebido así.

Si ahora se abre --y apoyo las palabras que ha dicho el señor
Secretario de Estado y la política que está desarrollando el Gobierno
español-- lo que es la identidad europea de seguridad y defensa y lo
que es toda la política de defensa mediterránea, ahí tiene que estar
la lógica de la ubicación de Canarias.

Dicho esto, señor Secretario de Estado, si usted me quiere contestar
a algo, se lo agradeceré, aunque tampoco se lo pido, porque le he hecho
llegar la reflexión como argumento de colaboración que queremos con
nuestro Gobierno, sobre el que no tenemos ninguna duda, pero deseamos
que le sirva de argumento de apoyo y de contundencia en la política que
nosotros venimos brindando y, sobre todo, que conste la receptividad
en este tema, sobre el que podemos tener nuestras diferencias a veces
con el Ministerio de Defensa, pero sabemos que por parte del Ministerio
de Asuntos Exteriores se entiende perfectamente --se puede compartir
o no en relación con lo que la política exterior demanda en cada
momento--. Canarias no quiere ser una pieza a sacrificar ni una pieza
de intercambio, sino que quiere plantearse desde el primer momento la
incuestionable situación que nos hace llegar hasta el texto
constitucional: España es una unidad indivisible, incluso en el mando
militar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió, tiene
la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Yo también comienzo --y aquí la redundancia
nunca sobra-- transmitiendo al señor Secretario de Estado, para que la
haga llegar al Ministro de Asuntos Exteriores, la satisfacción de mi
grupo por su recuperación y nuestro deseo de que se pueda incorporar
a sus tareas tan pronto su salud se lo permita, pero quiero reiterar
la satisfacción que nos produce su pronta recuperación.

Agradecemos las informaciones que nos ha dado sobre las cuales yo voy
a hacer algún comentario brevemente. Nosotros compartimos buena parte
de las observaciones que ha hecho el portavoz del Grupo Socialista
sobre ese resquemor, si se me permite la expresión, que producen las
consecuencias políticas de la decisión que se pueda tomar en julio
acerca de quién pasa a formar parte de la nueva OTAN y quién se queda
fuera. Evidentemente, la decisión no tendrá en todo caso, se quiera o
no, un carácter estrictamente militar, sino que tendrá unas
consecuencias políticas graves y las tendrá desde el punto de vista de
la estabilidad de toda la zona. En ese sentido el portavoz socialista
hacía un comentario sobre el problema que podría provocar en la
estabilidad social y política de los gobiernos de aquellos países que
tienen hoy puesta la esperanza en pasar a formar parte de ese grupo,
de los que estén en la foto de los in en



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el mes de julio y que se encuentren que quedan fuera, aunque sea con
una cierta esperanza, pero evidentemente la esperanza será a medio
plazo, puesto que si fuera a cortísimo, se les admitiría en julio.

Luego para aquellos a quienes en julio se les diga que no, ese no,
entendemos, será para varios años. No creo que tenga sentido un no por
un plazo tremendamente breve, porque eso sería un viaje inútil. Pues
bien, ese no puede tener consecuencias muy serias en la estabilidad de
esos países que tienen puesta toda su esperanza y que están en una
situación que podríamos llegar a comparar, para hacernos idea y
salvando las distancias, pero desde el punto de vista conceptual creo
que es gráfico, con nuestra propia situación interna respecto de la
Unión Económica y Monetaria. Me refiero a lo que supone tener a todas
las fuerzas políticas, a todo el país, a todo el mundo con las
esperanzas puestas en una decisión con una fecha. Pues bien, salvando
unas distancias que son importantes, algo de esto hay en algunos de
estos países que aspiran a entrar en la Alianza Atlántica, la sensación
de que su entrada en la misma, con la decisión que se tome en julio
abre para ellos una nueva era y el principio de la verdadera
incorporación a Europa, de la cual consideran, y con razón, que han
estado alejados injustamente. Eso es bastante obvio, pero destaco la
importancia que le damos a este tema al valorar esa grave consecuencia
política.

Compartimos el comentario que hacía el portavoz socialista de que a los
países que se les diga que no, es decir, aquellos países que deban
quedar fuera, automáticamente se les está diciendo que debe pesar sobre
ellos su propia defensa, y eso supone una detracción de recursos que
podrían dirigirse a la reconversión económica y que deberán destinarse
a la propia inversión militar. Me falta información para saber si esto
que digo ya es así, pero en cualquier caso sería necesario que para
aquellos países a los que se les diga que no o que se encuentren con
un aplazamiento eso pudiera ir acompañado de unas determinadas ayudas
económicas en el ámbito militar, de forma que, aunque queden fuera, no
deba pesar sobre ellos su propia defensa, sí en el sentido de que no
se les aplicará el artículo 5.º de la Carta Atlántica, pero no al cien
por cien o en la misma medida que si estuvieran absolutamente fuera de
la Alianza Atlántica en todo lo que supone su defensa y, por tanto,
dicho mal y pronto, se trataría de compensar el no con una ayuda
financiera en el plano militar, que es algo que creo tendría
consecuencias tremendamente positivas y no me contradigo.

Yo querría llamar la atención respecto a esos dos requisitos previos
e indispensables --economía de mercado y democracia-- que constan para
poder ser admitidos en la Alianza Atlántica. Tenemos experiencias en
el mundo de que estas dos cosas no van necesariamente juntas. Hay
algunos países que están mucho más cerca de la economía de mercado que
de la auténtica democracia, en el sentido profundo de la expresión y
de lo que es el genuino Estado de Derecho. Nos podemos dejar llevar a
veces en nuestras opiniones públicas y confundir las dos cosas cuando
no son exactamente la misma. Hay algunos países que han evolucionado
más rápidamente hacia la economía de mercado que hacia la democracia
y, en particular, hacia una democracia en el ámbito del ejército. No
me refiero a una democratización del ejército en cuanto a votación de
los mandos ni a otras cosas absurdas por el estilo, sino a lo que
supone la llegada del Estado de Derecho al ejército, la llegada de la
auténtica sumisión de esos ejércitos al poder civil, a una jurisdicción
seria y responsable y que auténticamente pueda ser aplicada a los
abusos que eventualmente pudieran producirse sobre los derechos humanos
en el interior de esos ejércitos. Todos esos datos creo que hay que
tenerlos en cuenta. En este momento mi impresión, por la información
de la que pueda disponer, es que no todos los ejércitos de los Estados
que hoy son candidatos a la entrada de la Alianza Atlántica pueden
llamarse, desde este punto de vista, neta y claramente ejércitos
democráticos. Eso ciertamente es algo que habrá que tener en cuenta.

Vemos muy positivamente la evolución de Rusia respecto de la ampliación
de la Alianza. De todos modos yo quisiera manifestar un cierto
escepticismo o pesimismo de futuro acerca de los compromisos que pueda
asumir. Uno tiene la sensación de que la inestabilidad de Rusia es tal
que salvo que se llegue, que parece que precisamente no se quiere
llegar, a un compromiso jurídico, si todo se queda en un cierto acuerdo
de valor claramente político, no digo que se lo pueda llevar el viento,
pero la inestabilidad interna rusa hace que ese tipo de compromisos dé
muy poca garantía de futuro acerca de la actitud que pueda tener Rusia
sobre la Alianza Atlántica o la participación de sus vecinos en la
Alianza Atlántica. En ese sentido, no dudo del valor que puedan llegar
a tener, como es obvio, las negociaciones que en este momento están en
curso, pero sí me permitiría poner un punto de interrogación sobre el
valor real, el valor de estabilidad, la seguridad que pueda producir
cualquier acuerdo al que se pueda llegar en este momento con los
dirigentes rusos en este punto.

En este contexto me interesaría conocer la valoración por parte del
Secretario de Estado del acuerdo recientemente firmado con Bielorrusia,
puesto que entiendo --no he estudiado ese documento y no tengo más
información que la de los medios de comunicación-- que una vez
devaluado su componente político, aquello básicamente es una alianza
militar; podía tener originariamente otros contenidos más netamente
políticos de integración, pero lo que ha quedado es netamente una
alianza militar con un cierto cariz político de fondo. Querría conocer
en qué medida eso ha alterado o aportado un dato nuevo a lo que es esta
relación entre la Alianza Atlántica y Rusia, puesto que estamos
hablando de una Rusia, desde este punto de vista, ampliada militarmente
en una alianza militar que de hecho, y así se presenta, pretende ser
un respuesta a la ampliación de la Alianza por otro lado.

Un tema que ha comentado y que me parece de enorme importancia es la
situación de los países bálticos. ¿Se les va a dejar la puerta abierta?
¿No se va a hacer porque no conviene, pero, de hecho, todo el mundo
asume que los países bálticos no van a tener la puerta abierta para su
integración en la Alianza? Este es un tema tremendamente delicado y
sólo por el hecho de evitarlo no vamos a eludir su realidad.

Evidentemente sé que es un tema que no depende de las decisiones que
pueda tomar el Secretario de Estado.




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Por tanto, se trata más bien de una petición de la información de que
pueda disponer y que pueda facilitarnos.

Respecto a todo lo que hace referencia a la adaptación interna, apenas
tengo comentarios que hacer en nombre de mi grupo. Quiero manifestar
sencillamente nuestro apoyo a la propuesta francesa más matizada, sobre
todo en sus términos más diplomáticos en cuanto al apoyo español, a que
el Mando en Nápoles fuera, a ser posible, como un desiderátum, un mando
europeo y, como mínimo, a la solución a la que se ha llegado, que es
tener un adjunto europeo, respetando, porque se ve que no puede ser de
otro modo, que el Mando en Nápoles sea norteamericano. Eso nos parece
de gran importancia y respecto de todo lo que es la reestructuración
de la cadena de mandos es el punto fundamental en el que sí quería
manifestar nuestro apoyo.

Hay otro tema que comento muy de pasada, a la espera de volver luego
sobre él, en el contexto propiamente de lo que es la política
euromediterránea, como es el reforzamiento de la dimensión mediterránea
de la Alianza Atlántica. Ha hablado el Secretario de Estado de la
existencia de unas propuestas concretas que están en estudio y
pendientes de ser presentadas. Entiendo que no podrá comentarlas hasta
que hayan sido presentadas puesto que están en período de elaboración,
pero sí querría manifestar nuestro gran interés por conocer esas
propuestas y cómo se pretende conseguir ese equilibrio entre dos
planteamientos antitéticos difíciles de casar como es, por un lado,
insistir en la dimensión mediterránea de la Alianza, y, por otro, no
levantar suspicacias, porque, efectivamente, cuanto más insistamos en
la necesidad de la dimensión mediterránea de la alianza, más fácil es
que los países de la ribera sur del Mediterráneo se sientan amenazados.

Si de lo que estamos hablando es de la necesidad y la importancia de
no olvidar el elemento de defensa y seguridad en el Mediterráneo,
cuanto más hablemos de seguridad en el Mediterráneo, somos los primeros
en hacerlo y lo hemos hecho siempre que hemos hablado de la reforma de
la lianza, simultáneamente corremos el grave riesgo de estar provocando
unas tensiones precisamente en esos mismos países de la ribera
mediterránea, puesto que les estamos diciendo que con ellos tenemos un
problema de seguridad. Es una dialéctica difícil de corregir que exige
una labor diplomática bastante complicada. Me imagino que irán también
por ahí o por lo menos será la música de fondo de esas propuestas
concretas que nos ha anunciado y esperamos con gran interés.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Mi primera manifestación en nombre del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
aunque ya lo hicimos personalmente, es el deseo de una rápida y eficaz
recuperación del ministro con el que después podremos discutir de
contenidos políticos. Es positivo que se produzca esa recuperación. En
todo caso, agradecemos al señor Secretario de Estado la información que
nos ha dado.

Me va a permitir que exponga como cuatro centros de reflexión sobre la
cumbre que se va a celebrar en nuestro país que va a reunir a jefes de
Estado y de Gobierno. La primera sería de origen general según el
concepto que tenemos en cuanto a la posición política de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, puesto que los elementos de seguridad
entendemos que deben ir más unidos a los elementos de cooperación que
a los de proyección de fuerza. La estabilidad en una zona se logra no
por la mayor manifestación de fuerza, y por tanto de presencia militar,
sino fundamentalmente por la capacidad de cooperación que se pueda
hacer y por el concepto de seguridad compartida. Todos nos debemos ver
seguros en lugar de fortalecidos en función de la debilidad que pueda
tener el otro. Por tanto, nos hubiera gustado entender la cumbre desde
nuestro punto de vista, después de la información que nos ha dado, más
que desde la óptica de un redespliegue, una ampliación de la estructura
de la OTAN y un fortalecimiento de la figura militar, desde una
dimensión diferente, en un proceso en el que se produjera una reducción
de la estructura de la OTAN y una reducción de la presencia militar,
en definitiva una adecuación más que un redespliegue militar. Ese
podría haber sido un camino a iniciar en la cumbre española.

Es verdad que el dicho de vísteme despacio que tengo prisa podría
entenderse que en este caso no se va a iniciar así. No me van a vestir
despacio y la prisa tampoco la he visto en la explicación que nos ha
dado. Creemos que va a ser una cumbre más bien de paso, por lo que nos
ha dicho se va a aplazar el tema de la ampliación. Los dos elementos
claves son la reestructuración interna y la posible presencia en esa
estructura militar de nuestro país y de los países que quieran entrar,
y en segundo lugar, la ampliación que se va a producir después de la
cumbre. En todo caso, y por lo que usted ha dicho, se van a analizar
elementos. Sí se ha hablado en profundidad de la reestructuración
interna, por lo menos he entendido que ha habido mayor precisión en su
argumentación.

Hay un elemento que no ha tocado y siempre ha surgido cuando hemos
hablado de relación militar y de acuerdos bilaterales, que es el tema
del miedo, del riesgo nuclear. Los grandes acuerdos que se han
producido entre el antiguo Este y el occidente tenían como elemento
desmontar, destruir y reducir el uso de armas nucleares o debilitar esa
posición. De ahí que creamos que una de las necesidades siga siendo
ésa, porque no sólo los grandes bloques (Ucrania, Rusia, Estados Unidos
y la OTAN) pueden tener esa posibilidad, sino que en países terceros
existe lucha por tener esa estructura o presencia de armas nucleares
como elemento de seguridad o capacidad de acción. Me imagino que
obedece a que ahora mismo ese riesgo se ve más reducido y se limita más
a los acuerdos que se puedan producir en la asociación para la paz con
Rusia y Ucrania que a una filosofía más general.

Me va a permitir que le haga tres precisiones desde la óptica de España
como anfitrión de esa reunión, desde lo que pudiéramos llamar
reestructuración interna y las cosas que pudieran afectar a esa nueva
OTAN, que debería reducir su presencia después de esa cumbre y, por
último, el



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tema de la ampliación. Por lo que usted ha dicho en esta cumbre hay
elementos que nos afectan como país que no están todavía definidos en
el proceso de preparación. Es verdad que ha hecho referencia a
actuaciones que se van a producir en un calendario concreto. Ha citado
el 22 de abril, ha citado también mayo y Sintra con el encuentro de la
cumbre de ministros, por un lado de Defensa y por otro de Exteriores
y, por tanto, no podemos precisar algunas cosas. En primer lugar, no
está resuelto el tema del mando regional en las condiciones y forma en
que se va a producir, o por lo menos no lo ha planteado. No está
resuelta, o por lo menos lo ha relativizado mucho, la dimensión europea
de seguridad. Yo no relativizaría, como han hecho los intervinientes
anteriores, la postura francesa. Lo que viene a decir Francia es que
si hay un elemento de seguridad propia en Europa, debería tener como
primer elemento que estuviera dirigida por mandos europeos. Un ente
europeo de seguridad en manos de un militar americano da la sensación
de proyecto de ente más que de ente. Cuando se utiliza el tema de
vicemando lo podemos utilizar al revés; no pasaría nada porque el
vicemando fuese de proyección atlántica y el mando fuese de proyección
europea. Es verdad que la demanda francesa dice que se produce eso o
yo no participo en la estructura militar. Une presencia y participación
de ese país en una posición. Es una forma de plantearlo. Yo creo que
España están siendo demasiado moderada. Parece que está excesivamente
satisfecha porque ya tenemos al Secretario General de la OTAN, pero no
veo una exigencia, una presión o un peso importante de España en esa
misma dirección. Por lo menos yo no la he sacado de su intervención.

Quizá ha sido todo prudencia. Es verdad que compartimos y estamos
trabajando, pero yo no veo que de la cumbre pueda salir un
fortalecimiento por la posición o la exigencia española.

Han surgido varios elementos, dos a lo largo de la mañana. Uno de ellos
es de qué manera va a quedar el tema de las aguas. Solicitamos
información pues cuando hablamos del archipiélago canario no hablamos
sólo de las islas, sino del entorno de la misma. Bajo qué control
militar van a quedar las aguas de Canarias. Se va a proceder, como
están reivindicando los portugueses, bajo el control del Estado Mayor
de Oeiras o va a estar dentro de otra estructura. Para llegar a las
islas hay que hacerlo por aire o por el agua, y podemos tener todo el
control interno, pero si no está dentro del mando controlar cómo se
llega a esa isla, la capacidad de actuación es reducida.

Luego está la situación de Gibraltar. Sé que es complicado mezclar dos
conflictos. Es una demanda permanente española que creo se está
haciendo, quizá de manera continuada en la carrera diplomática la
evolución que vamos a tener en Gibraltar, porque creo que en esta
cumbre tampoco queda definido. En la explicación que ha dado queda sin
definir cómo se va a resolver la situación de Gibraltar. Puede salir
el mando aliado de Gibraltar, con independencia de la presencia que
decida tener allí Gran Bretaña. Podemos estar ante una salida y una
entrada de situación, y la petición de la reducción de nuestra
presencia allí.

En cuanto al tratado de Washington, tenemos un territorio español que
queda fuera de la protección del Tratado y de la OTAN y son los
territorios españoles de Ceuta y Melilla. De qué manera el norte de
Africa y nuestros territorios van a quedar garantizados en una
hipotética relación, puesto que esa situación española no está
comprometida en el texto del Tratado y en esta nueva proyección de la
OTAN tampoco ha quedado muy explicado.

En cuanto al tema de la entrada en la estructura militar y al
redimensionamiento, la verdad es que la explicación técnica que ha dado
parece correcta. Dice que va a haber dos mandos estratégicos, unos
mandos regionales de tercer nivel y que desaparecían los mandos de
cuarto nivel, pero nos da la impresión de que se han creado más para
mantener el peso y la presencia que para reducirlos. No se está
produciendo una reubicación de la estructura militar de la OTAN
adaptándola a la nueva realidad, que es distinta de la que teníamos
desde 1991. En ese sentido, conforme ha dicho usted, y con
independencia de que nuestros mandos participarán, por el principio de
rotación, en toda la estructura --he entendido yo--, desde la de
carácter estratégico hasta todas las demás, hay una concepción plural.

Incluso ha dicho que se va a desarrollar el Consejo de asociación
atlántica para fortalecer más la cooperación y la participación en la
toma de decisiones o codecisiones, nosotros creemos que en realidad se
va a producir la entrada de nuestro país en la estructura militar.

Pensamos que eso se va a producir al margen del referéndum que se
celebró en nuestro país, con varios elementos, pero uno de ellos era
ése; las condiciones actuales no se han explicado suficientemente y
esta nueva estructura de la OTAN se está gestando antes de definir los
elementos de la nueva OTAN; es decir, estamos yendo a una
estructuración interna y a una ampliación antes de definir los
elementos, los contenidos. Insisto que su explicación más que política
ha sido militar y de seguridad.

En cuanto a la ampliación de la OTAN tenemos que decir que no somos
partidarios de la misma en la forma que se están planteando, ni mucho
menos como en el calor de algunas intervenciones se ha puesto de
manifiesto. Creemos que Europa tiene que buscar elementos de seguridad
y en ese camino los elementos que puedan ampliar la seguridad de unos
para generar inestabilidad en otros y parezca que la ampliación parcial
de la OTAN ahora y con las puertas abiertas para más adelante quizá
pueda entenderse debilidad de otra parte de Europa, como Rusia y
Ucrania, y creemos que no se debe de hacer separándolo de la discusión
de la asociación para la paz o de la colaboración. No se puede hacer
en contra o al margen porque Europa como una gran realidad ya y con
futuro debe tener en cuenta que Rusia y Ucrania forman parte de ella
y no deben de estar con la tentación de mirar hacia el oriente, sino
mirando hacia occidente. Por tanto, el proceso de ampliación debe
hacerse en un permanente diálogo y encuentro y con los suficientes
elementos de seguridad para estos dos grandes países en Europa.

Por lo que respecta al Mediterráneo, la dimensión mediterránea de la
seguridad europea todavía no está muy definida. De todas formas,
después habrá una comparecencia en la que hablaremos de este tema y me
referiré a estos elementos. De todas formas, he de decir que hoy
todavía no



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estamos en condiciones de plantearnos una preponderancia. Voy a poner
un ejemplo: ahora se ha recrudecido un conflicto en Israel, en oriente
próximo y en esa parte del mundo se entiende más la presencia americana
que la europea. Cada vez que intentas tener peso allí te dicen:
pónganse de acuerdo en sus cosas los europeos y déjennos a nosotros que
nos entendamos en las nuestras. En esa zona ven mejor el paraguas de
la OTAN que el de la Unión Europea. Es una realidad palpable que uno
se encuentra cada vez que habla con el Gobierno de Israel o los
distintos partidos israelíes reunidos en la Kneset.

En suma, señor Presidente, hemos intentado exponer las dudas que
tenemos sobre esa cumbre, al margen del costo de 1.300 millones, que
nos parece excesivo. Es una cumbre cara en perspectiva, por lo menos
en el crédito extraordinario que han preparado para que la cumbre se
pueda celebrar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la
palabra el señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Este primer punto del orden del día me temo que
va a ser largo, extenso y, sin duda, lleno de interesantes aportaciones
a las cuestiones que nos ocupan.

El hecho fundamental es que nos acercamos al 50 aniversario del Tratado
de Washington con una Europa que ya no está dividida, con una Europa
reintegrada, con una Europa capaz de construir una nueva arquitectura
de seguridad, que no solamente garantice y siga garantizando la paz y
estabilidad de nuestro continente, sino que permita responder a los
nuevos desafíos y a los nuevos retos de una situación radicalmente
distinta de aquella que vio nacer a la Alianza Atlántica. No tendría
ningún sentido tratar de establecer cualquier análisis sobre lo que
significa la cumbre de Madrid olvidando la caída del Muro de Berlín,
la desaparición del Pacto de Varsovia, del bloque soviético que dividió
y rompió el continente europeo y tuvo como consecuencia el
establecimiento de estructuras que garantizaron la libertad y la
seguridad de las naciones democráticas de Europa con éxito notable
durante casi medio siglo.

La cumbre de Madrid será no solamente una cumbre histórica importante,
sino que será una cumbre en la que nuestro país tiene una oportunidad
magnífica, no solamente por ser el país sede, sino por otras razones
que luego explicaré de encontrar su lugar entre las naciones libres del
mundo, entre las naciones europeas que desean seguir trabajando juntas
para consolidar y reforzar lo que es la esfera de prosperidad, de paz
y de seguridad más importante del mundo. Eso creo que no es opinable,
eso es un hecho objetivo, pero hay grandes diferencias. Una de ellas,
y creo que en las opiniones de algunos portavoces no ha aparecido con
claridad, es que fuera de la Alianza Atlántica no está el vacío; no
solamente no está el enemigo, sino que no está el vacío. Existe una
nueva arquitectura, que ya está establecida y que ha ido creciendo
desde distintas instancias, una nueva arquitectura de seguridad europea
que permite garantizar no sólo un espacio de seguridad, basado en las
garantías del artículo 5.º del Tratado de Washington, sino en vínculos
de cooperación y de asociación, que hacen que el proceso de adaptación
y de ampliación de la Alianza Atlántica tenga garantías suficientes
para que podamos estar discutiendo en estos momentos con relativa
tranquilidad, con amplio consenso, las cuestiones que se debatirán en
la cumbre de Madrid de los días 8 y 9 de julio de este año.

A mí me parece importante decir que además de la ampliación, además de
la reforma interna, hay un hecho fundamental en la historia de la
seguridad europea y de la Alianza Atlántica, que es la participación
plena de dos grandes naciones europeas que por razones distintas no
habían estado integradas plenamente en la Organización del Tratado del
Atlántico Norte, que son Francia y España, y eso, por la parte que nos
toca, debiera ser motivo de reflexión y debiera llevarnos a ver más
allá de los análisis geoestratégicos de política internacional, que sin
duda tiene su interés, pero que gastan mucho tiempo, mucha energía a
los taquígrafos y ocupan grandes partes del debate de esta Comisión.

A mí me parece que lo importante en esta Comisión es hablar de la
política exterior de España, de cómo desde España se ven los cambios
que suceden en nuestro entorno y de cómo podemos defender y promover
mejor nuestros intereses.

Por tanto, no me perderé en un análisis histórico ni en un análisis de
la situación internacional. A mí me parece importante qué quiere España
y qué le conviene a España mirando a esa próxima cumbre que se
celebrará en esta misma ciudad en la que nos encontramos. Creo que
España desea una ampliación razonable, equilibrada, no precipitada,
abierta, sin exclusiones, con un carácter de gradualidad, con criterios
objetivos, que naturalmente tendrán que encontrar su equilibrio con
criterios políticos y que significa un refuerzo de la seguridad y la
estabilidad europea y no un menoscabo de ésta. Por tanto España quiere
que el artículo 5.º se aplique desde el primer día sin criterios de
transición ni de temporalidad.

Nos parece importante, naturalmente, que se refuercen los mecanismos
de cooperación para que la Alianza sea un socio atractivo y útil para
los países que no formen parte de ese primer impulso de la ampliación
europea. Tengo que decir que sobre la ampliación europea convergen
distintos intereses, sin duda, los intereses de los Estados Unidos,
pero también tenemos que ser capaces desde España y desde Europa de
señalar que nosotros deseamos que las puertas de la Alianza estén
abiertas, que los criterios sean lo más objetivos y serios posibles,
que sean todos los aliados los que tomen la decisión y no solamente un
pequeño grupo o uno solo de los aliados y que, desde luego, el vínculo
trasatlántico y la eficacia y la cohesión de la misma Alianza salgan
reforzados.

También hay un asunto importante, la cumbre de Madrid no se ocupa
solamente de la ampliación, que es la reforma interna, esto es del
mantenimiento, de la eficacia y cohesión de la Alianza en la nueva
situación internacional y de acuerdo con las nuevas misiones, los
nuevos objetivos y los nuevos planteamientos estratégicos que la
Alianza Atlántica ya ha adoptado.

España desea participar de forma plena, conveniente y adecuada en la
nueva estructura de mandos y desea también,



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ya lo ha dicho el Secretario de Estado, tener un mando subregional
combinado y conjunto que abarque todo el territorio nacional, el
estrecho y que sea capaz de encargarse de la proyección hacia el Magreb
en su área mediterránea y área atlántica de la Alianza.

Naturalmente nosotros deseamos tener un diálogo constructivo con
Portugal y creo que lo mejor será que enredemos poco en este tema.

Estamos seguros, además, de que se llegará a una solución satisfactoria
en todos los asuntos, que no solamente son el mando situado en España
sino también el mando en Portugal, que a España interesan; y,
naturalmente, apoyamos y apoyaremos al Gobierno en esa separación entre
lo que es el litigio histórico sobre Gibraltar con este otro asunto,
sin duda importante, que es la estructura de mandos.

Me parece, y creo que es importante decirlo aquí, que España está mucho
mejor dentro de la Alianza y dentro de la estructura de mandos que
fuera, porque todas las dudas, todas las cuestiones que se han
planteado, desde Canarias hasta Ceuta y Melilla, estaban mucho peor
cuando España no era miembro de la Alianza y cuando España todavía no
se había planteado la nueva estructura de mandos. Me parece importante
recordar que todo el territorio nacional y que todo lo que es la
seguridad, la estabilidad y la libertad de nuestro país se encontrarán
mucho mejor garantizadas si España participa de forma decidida,
enérgica y adecuada a nuestras capacidades en la nueva Alianza
Atlántica. Ese es el verdadero motivo de este debate y de la política
exterior en su sentido más estricto y hace que España, alejada de
cualquier tentación neutralista, participe en una Alianza en la que no
solamente se encuentra nuestro interés sino en la que nuestra libertad,
nuestra seguridad y nuestra prosperidad están mucho mejor garantizadas.

Este proceso, que culminará y que continuará también como consecuencia
de la cumbre de Madrid, tiene todo tipo de relaciones y de nexos de
unión con otros desarrollos que se están produciendo en el marco de esa
nueva estructura política europea. Tiene que ver, naturalmente no está
ligado pero tiene que ver, con la reforma y ampliación de la Unión
Europea; tiene que ver con el desarrollo de los trabajos de la OSCE;
tiene que ver, como ya se ha mencionado, con el tratado de fuerzas
convencionales en Europa y tiene que ver con distintas consideraciones
de lo que es la identidad europea, de lo que son los intereses europeos
y las instituciones europeas encargadas de defenderlos.

Me parece, y termino, señor Presidente, porque creo que este debate se
alarga siempre mucho y conviene ser breve ya que creo se pueden decir
las cosas con mayor concisión de la que normalmente usamos, que existen
dos cuestiones fundamentales, que sin duda están siendo tratadas, pero
que naturalmente forman parte de ese bagaje negociador que no siempre
puede ser explicitado públicamente. Una es la relación con aquellos
países que no forman parte de la Unión Europea (Rusia, Ucrania y
Turquía; no hay que olvidar nunca a Turquía) y cómo podemos reforzar
mejor la identidad europea de seguridad y defensa, no solamente en el
seno de la Alianza Atlántica sino también a través del mecanismo de la
política exterior de seguridad común de la Unión Europea, porque no
sería positivo que construyéramos una gran identidad europea de
seguridad y defensa en la Alianza Atlántica, como es deseable,
olvidando y menoscabando esa voluntad de la Unión Europea, que tiene
otros límites y otras instituciones, de disponer de una política
exterior y de seguridad común.

Termino por donde los demás empezaron, señor Presidente. Naturalmente,
quiero agradecer al Presidente de la Comisión el recuerdo afectuoso y
el saludo cariñoso que ha enviado al Ministro de Asuntos Exteriores,
don Abel Matutes, y deseo que en nombre de todos los miembros del Grupo
Popular en esta Comisión, el señor Secretario de Estado, como estoy
seguro que lo hará, transmita al señor ministro nuestro cariño, nuestro
afecto y nuestro deseo de una pronta y total recuperación.

Creo que Abel Matutes ha hecho mucho por la cumbre de Madrid. Pienso
que sin su esfuerzo, trabajo y dedicación, que tanto le han costado
como se ve estos días, la cumbre no se hubiera celebrado en España. El
forma parte de una larga cadena de ministros de Asuntos Exteriores que
han servido dignamente los intereses de nuestro país y creo que es
justo reconocerlo aquí no solamente con el aplauso y la solidaridad de
la Cámara sino con el afecto personal y cariño que le profesamos
quienes somos miembros del Grupo Popular en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Señor Secretario de Estado, creo que dispone de
suficiente alimentación espiritual como para construir esta su segunda
intervención. Tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Creo, señor Presidente, que si de
alimentación se trata tengo casi una indigestión espiritual, ya que hay
muchos temas, pero no quiero causar ardor de estómago a la Comisión.

Voy a tratar de responder de la manera más breve posible teniendo en
cuenta que hay mucho trabajo por delante esta mañana.

Viendo que algunas intervenciones lo que han hecho ha sido completar
y precisar muchos conceptos, lo cual agradezco, porque en estas
comparecencias uno de los efectos benéficos es la interacción y la
aportación de ideas que los Diputados ofrecen a los miembros del
Ejecutivo que tienen el deber de negociar según los mandatos del
Parlamento.

Se ha hablado de adaptación interna, adaptación externa y ampliación.

Yo quisiera decir que naturalmente todo el tema de adaptación externa,
de la ampliación, llena más páginas de los periódicos porque tiene
naturalmente mayor atractivo, pero no quisiera dejar de significar que
en este ejercicio el tema de la adaptación interna es mucho más
importante que el de la externa, porque se está renovando la estructura
de la OTAN, se está fraguando una nueva Alianza y lo que está en juego
además del reforzamiento de las estructuras, de la renovación de la
cadena de mandos de la OTAN, es también la reintegración en la
estructura militar de Francia y la integración de España. Eso en sí
supone incorporar al territorio cubierto por la organización militar
de la Alianza una masa de más de un millón de kilómetros cuadrados y
la aportación de dos países cruciales



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situados estratégicamente en el corazón de la conexión euroatlántica.

Esto es más importante en términos de seguridad colectiva que la
ampliación a dos, tres o cuatro pequeños países del este europeo.

Naturalmente aquí como en otras organizaciones el reforzamiento interno
es previo a la ampliación, y la verdad es que la ampliación será tanto
o más exitosa cuanto mejor resultado tenga la adaptación interna de la
organización. Por tanto, yo no quiero ocultar que España desde luego
concentra su máximo interés, como la mayor de los aliados, en cerrar
de manera coherente el tema de la adaptación interna, de su integración
en el caso de la estructura militar, de que haya un buen resultado para
el reparto de mandos estratégicos y de mandos regionales y
subregionales, porque sabemos que todo esto redundará en el
reforzamiento de la Alianza que estará mejor preparada para realizar
esas tareas de englobar a esos países del este europeo que tienen justo
título de incorporarse a las tareas de seguridad colectiva que tiene
encomendadas la Alianza. Por eso, nosotros estamos apoyando en toda la
medida que nos es posible que se encuentre una solución pues creemos
que es un objetivo importante que Francia se integre en la estructura
militar.

Efectivamente, una decisión sobre ampliación puede tener algunos
efectos negativos en el sentido de que los países que estén fuera
pueden considerarse agraviados y pueden desestabilizarse, pero también
es verdad que España y yo creo que todos nuestros aliados han
considerado absolutamente fundamental el elemento de la puerta abierta,
es decir, quede bien claro que para aquellos países que no puedan
entrar en una primera etapa puesto que no se puede hacer una
negociación de ampliación que englobe a todos los que son candidatos
en este momento, que haya una esperanza cierta y una perspectiva
cercana de acceder a esa ampliación y, al mismo tiempo y como lo ha
apuntado algún Diputado, un tipo de acuerdo que permita a esos países
considerarse ya integrados en el tema. Por eso, tanto o más importante
que la ampliación (yo creo que es mucho más importante que anunciar que
unos países van a ser candidatos) es el ejercicio de adaptación externa
que se va a hacer en Madrid a través de la creación de este Consejo de
asociación atlántica, que va a reunir en un solo instrumento de
cooperación a todos los países que están en el entorno de la Alianza,
tanto los países de la Unión Europea que no son miembros de la Alianza
--por ejemplo, Suiza, Austria, Irlanda-- como países que nunca serán
miembros de la Alianza --como Rusia o Ucrania--, países que son
candidatos a entrar en la Alianza, que son todos los que conocemos y
que yo he citado.

Decía el Diputado señor Guardans que les preocupa quizá tanto como a
nosotros la Unión Económica y Monetaria. Creo que son temas diferentes.

Ellos necesitan tener cierta seguridad de que entran en el mundo
occidental. Nosotros ya no tenemos esas zozobras, pero la verdad es que
estos países tienen otras vías para anclarse en este mundo que es el
suyo y no solamente la Alianza. No sublimemos tampoco la Alianza que
no es todo. El verdadero anclaje de los países del este europeo con el
mundo al que pertenecen es la Unión Europea y en eso claramente hay
otro proceso de ampliación abierto, cuyo inicio es la Conferencia
Intergubernamental, pero cuya culminación serán las negociaciones de
ampliación, en la cual, como SS. SS. saben, no se le ha cerrado la
puerta a ninguno, ni siquiera a los países bálticos que tienen su
problema precisamente por el hecho de haber sido parte integrante de
la ex Unión Soviética y ser países en los que, por la existencia en
algunos de ellos de altas minorías rusas e influencia rusa, causa
susceptibilidades, en el caso de Rusia, para que pudieran incorporarse
a la Alianza Atlántica. Yo creo que los aliados harán todo lo posible
para evitar cualquier punto de fricción o de inquietud con Rusia
porque, como decía el Diputado señor Ríos, no podemos olvidar que Rusia
tiene que mirar hacia nosotros, no podemos abandonarla y dejarla que
se incline hacia oriente; es un socio nuestro y tenemos que
incorporarlo, pero si no se puede hacer por la vía de la Alianza el
anclaje de esos países en este mundo nuestro europeo, lo haremos por
la vía de su incorporación a la Unión Europea.

Se ha debatido cuáles son los países, por qué unos sí y otros no. Decía
el Diputado señor Estrella que la posición del Gobierno español
respecto a algunos se hace tan clara o menos clara que la que han hecho
otros. Nosotros tenemos una posición abierta en este sentido. No somos
partidarios de un criterio restrictivo --es decir, no pueden entrar
nada más que dos países o nada más que tres--; creemos que deben entrar
los que estén preparados para entrar, y en eso lo que hay que tener en
cuenta son condiciones y criterios objetivos, y a todos aquellos que
estén dentro de esos criterios objetivos se les debe abrir la puerta,
por qué no. Parece como si hubiera unanimidad en que Hungría, la
República Checa y Polonia requieren ya esos criterios y parece como si
hubiera división de opiniones sobre si algunos otros países reúnen esos
criterios. En nuestra idea creemos que tanto Eslovenia como Rumanía los
reúnen, y nosotros les damos nuestro apoyo en los contactos frecuentes
que hemos tenido con esos gobiernos. Han estado personalidades rumanas
aquí, en España; yo mismo he estado en visita oficial en Eslovenia.

Tenemos contacto permanente, como pueden ustedes imaginar, con estos
países. El Primer Ministro de Eslovenia, señor Drnovsèk, visita al
Presidente del Gobierno el día 24 de abril. El Ministro de Defensa
rumano ha estado aquí. El Secretario de Estado de Asuntos Exteriores
rumano, señor Comanescu, ha estado conmigo. En fin, hemos estado en
contacto con ellos y les hemos dicho siempre lo mismo. España es
favorable a que Eslovenia y Rumanía se incorporen al proyecto de la
Alianza, pero es favorable no por amiguismos, sino por el
convencimiento de que creemos que son los países que pueden ser
contribuidores, no solamente receptores de seguridad, y que reúnen ya
una serie de criterios objetivos como haber hecho un gran esfuerzo para
pacificarse con sus vecinos, tener unos sistemas democráticos, tener
unos ejércitos sometidos al poder civil, tener armamentos compatibles
con los armamentos de la OTAN: Nos parece que reúnen todos esos
criterios, pero tendremos que ver el umbral que vamos a poner, y eso
es una decisión a Dieciséis.

Otros países han ido por ahí diciendo que apoyan abiertamente a Rumanía
y a Eslovenia. Nosotros creemos que ese ejercicio de clientelismo no
ayuda a estos países, porque en este tema vamos a terminar hablando de
Rumanía y



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Eslovenia en términos de partido de fútbol: Rumanía, 3; Eslovenia, 4.

Se trata de que ellos sepan que en España tienen un país serio y amigo,
que los aprecia y que está dispuesto a apoyarlos en el momento
necesario y en base a criterios objetivos. Nosotros, simplemente por
amiguismos, no queremos apoyar a nadie puesto que hacer ese tipo de
políticas sería debilitar la Alianza. Por tanto, cuando estemos todos
juntos, cuando examinemos los criterios y cuando en el conjunto de los
Dieciséis estemos todos de acuerdo sobre los umbrales que vamos a
aplicar, en ese momento yo creo que tanto Eslovenia como Rumanía
estarán en una posición ventajosa y tendrán nuestro apoyo. Si de alguna
manera estos países u otros no reúnen esos criterios, tal y como están
definidos por los Dieciséis, habrá que asumir sus consecuencias y,
naturalmente, ellos sabrán que estos u otros países que se queden fuera
tendrán todo el apoyo y todas las puertas abiertas por parte de España
y yo me imagino que por parte de todos los aliados.

Me ha preguntado el Diputado, señor Estrella, por la diferencia entre
mandos componentes y mandos conjuntos, o sea, lo que se llama Combined
Task Forces. El mando componente es un mando de un solo ejército, es
decir, un mando naval o un mando exclusivamente aéreo, y las Combined
Joint Task Forces son mandos que están compuestos de diferentes armas,
que tienen las tres armas.

Se ha hablado de Rusia y Ucrania. Francamente yo creo que, a pesar de
los problemas internos de Rusia que se han citado, la negociación va
razonablemente bien. Como he dicho, hay que dar crédito al Secretario
General, que ha interpretado bien esta negociación, porque no hay que
olvidar que en esto el Secretario General de la OTAN está actuando en
nombre de los dieciséis, tiene el apoyo de todos los socios de la
Alianza y, naturalmente, la confianza de Estados Unidos, que es un
socio importante en esta relación Rusia/Alianza el binomio
Rusia-Estados Unidos, y lo hemos visto cuando se ha registrado un
avance sustancial en el momento en que el Presidente Yeltsin y el
Presidente Clinton han tenido un reciente encuentro en Helsinki. Todo
parece indicar que habrá un acuerdo que dará la suficiente satisfacción
a Rusia y que, además, tendrá un carácter jurídico vinculante. Se
firmará una carta, un charter, un acuerdo internacional, y seguramente
tendrá lugar antes de la cumbre. Respecto a Ucrania se está tratando
de hacer lo mismo. Se firmaría un acuerdo paralelo que tendría el mismo
contenido. Todo parece indicar que el acuerdo con Ucrania podrá
firmarse aquí, en Madrid. Seguramente no estará preparado hasta
entonces y, por otra parte, las autoridades ucranianas ya han
manifestado su deseo de firmarlo aquí, en Madrid.

Respecto a la dimensión mediterránea, de la que también se ha hablado,
tengo que decir que nosotros estamos en un entorno que es el que es.

A nadie se le puede olvidar que el flanco sur de esta alianza militar
está impuesto por la geografía. Hasta ahora, la Alianza, con ciertos
países mediterráneos, no ha hecho más que un gesto de tener una especie
de diálogo estructurado pero poco importante y de un nivel político
bajo, aunque existen diálogos establecidos ya con diversos países. Lo
que nosotros deseábamos, y así lo hemos propuesto --estamos trabajando
en ello--, es que esa vía que ya está abierta se refuerce e incluso
incluya a varios países más de la cuenca mediterránea. Creo que hay que
empezar a dar una dimensión de diálogo a las relaciones con nuestros
socios del Sur y, puesto que ya hay un mecanismo, reforcémoslo. Además,
una vez que parece que la gran preocupación de estos últimos años, que
era integrar el Este, establecer un diálogo intenso con el este
europeo, se puede lograr mediante la apertura de un proceso de
ampliación, mediante este Consejo de Asociación Atlántica y un acuerdo
con Rusia, creo que es el momento de empezar a mirar hacia el Sur y
reforzar esos instrumentos de diálogo que existen ya y ampliarlos. En
este sentido no puedo avanzar más, porque precisamente estamos
consultando propuestas con nuestros aliados, y debo decir que hasta el
momento no hemos encontrado ninguna reacción negativa, sino todo lo
contrario. Por tanto, éste es uno de los temas que irá avanzando de
cara a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores.

Quisiera tranquilizar de nuevo al Diputado don Luis Mardones sobre el
tema de Canarias. Todas las consideraciones que él ha hecho, que yo le
agradezco mucho, las conocemos y las compartimos. Canarias plantea una
serie de problemas, como usted ha citado, pero son problemas teóricos.

Es decir, hay quien especula diciendo que como Canarias ya está en
Saclant, esto depende de Norfolk. Esta concepción de reparto de
refuerzos, como decía el Diputado señor Estrella, responde más a la
época de posguerra que a la actual. Es evidente que Canarias, y no
solamente el territorio sino todo lo que implica Canarias, todo el
espacio marítimo en el entorno de Canarias y el espacio aéreo quedarán
bajo el mando español. Eso no solamente lo sabe todo el mundo sino que
lo acepta todo el mundo y hay que buscar la fórmula para organizarlo.

Creo que en este momento ya hay fórmulas muy interesantes avanzadas por
los jefes de Estado Mayor, se están discutiendo una serie de documentos
y pienso que el día 22 estos temas van a quedar bastante perfilados.

Quisiera decir al señor Mardones que la delegación española tiene
preocupación por esta cuestión, porque hay que preocuparse para que
quede lo mejor posible, pero no tenemos ninguna inquietud en el sentido
de que las islas Canarias sean una parte indivisible del territorio
español no sólo en la Constitución sino también en la estructura de
mandos de la OTAN.

Respecto al otro tema que también ha sido mencionado, Gibraltar, quiero
reiterar, en primer lugar, que el mando del Estrecho se extiende hasta
el paralelo de Ayamonte. Es decir, que el control estratégico del
Estrecho no se vislumbra solamente con la visión cerrada del Estrecho
de Gibraltar, sino del Estrecho y su entorno, sus puertas. En segundo
lugar, respecto al tema de Comgibmed, tengo que decir que Comgibmed
desaparece, pero por mucho que desaparezca el cuarto nivel, a esa base
militar no se la va a tragar el mar, va a seguir ahí, e imagino que
habrá que buscar algún enganche para que esa base esté dentro de un
mando naval mediterráneo o sea una base más de la OTAN. Pero es
evidente que a la hora de ver cómo se articulan las operaciones de esa
base con nuestro mando subregional van a plantearse, y de hecho se
plantean ya, todos los interrogantes sobre si las restricciones que
España mantiene sobre la utilización



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del espacio aéreo o el espacio marítimo se van a seguir manteniendo o
no. Lógicamente, el Reino Unido aspira a que se levanten esas
restricciones, pero yo quiero decir enfática y claramente que ninguna
restricción que tenga que ver con el contencioso que afecta a la
soberanía de Gibraltar será modificada. Es decir, que por vía OTAN nada
podrá utilizarse como precedente de haber hecho una cesión en los temas
estrictos de soberanía. No creo que sea necesario ni debo dar aquí más
detalles, pero a los Diputados debe bastarles la seguridad de que ésa
es la posición firme del Gobierno español y la que estamos manteniendo
en nuestras conversaciones con el Reino Unido.

El señor Guardans ha preguntado por el acuerdo de Bielorrusia. Debo
decir que el acuerdo es importante, pero no es algo que afecte de
manera sustancial al acuerdo entre Rusia y la Alianza Atlántica.

Creo, señor Presidente, que a vuelo de pájaro he dado una respuesta
general a muchas de las cuestiones que se han planteado. Muchas de las
cosas que se habían dicho aquí eran más que preguntas posiciones que
el Gobierno comparte en gran manera. Hay algunas que no comparte, pero
creo que es bien sabido --el señor Ríos sonríe y lo sabe-- que el
Gobierno se atiene firmemente al mandato que tiene del Parlamento
español para llevar a buen término esta negociación que culminará en
la cumbre de Madrid.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Secretario de Estado.

Tiene la palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Dos palabras, señor Presidente. La primera
es para tranquilizar al Presidente. Voy a resistir la tentación de
continuar el debate con el Secretario de Estado. No lo haré. Pero
quiero pedirle que transmita al ministro que está emplazado a finales
de mayo o principios de junio para tener un nuevo debate sobre este
tema. Ese será el mejor signo de su recuperación. (Risas.) Y quiero
hacerle simplemente una reconvención menor, pero importante, al señor
Secretario de Estado. Si no hablamos ya de un flanco Este, ¿por qué
tenemos que hablar de un flanco Sur? Es un ejercicio importante del que
especialmente en España nos acostumbremos a ser conscientes.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguna otra observación por parte de los
portavoces de los grupos parlamentarios? (Pausa.)



--EXPLICAR LA POSICION DEL GOBIERNO ESPAÑOL EN RELACION A LA SEGUNDA
CONFERENCIA EUROMEDITERRANEA, QUE TENDRA LUGAR EN LA VALETTA EL 15 Y
EL 16 DE ABRIL DE 1997. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO.

(Número de expediente 213/000249.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores comisionados, soy perfectamente
consciente de que hemos consumido más de dos horas con este primer
punto del orden del día --la Presidencia informará un poco más tarde
a la Comisión de sus intenciones al respecto--, lo que quizá nos haga
reconsiderar alguna parte de los puntos restantes.

No he querido, en absoluto, coartar este debate, a pesar de su
longitud, porque me parece uno de los más importantes, quizá vitales,
para la política exterior española y también para la política y para
la esfera internacional. Desde ese punto de vista, no solamente no
quiero coartar ningún tipo de debate sino incitar al Gobierno, incluso
a los grupos parlamentarios, para que en el futuro inmediato sigan
realizando este tipo de ejercicio, porque más allá o más acá de la
importancia evidente que tiene la ampliación de la Alianza Atlántica,
más allá o más acá de la importancia que tiene el hecho de que España
vaya a participar de una manera plena en la estructura integrada de
mandos militares, hay que recordar que como consecuencia de una
ampliación, en el momento en que se produzca, y si se produce, España
va a ampliar sus garantías de seguridad a un cierto número de países.

Esa ampliación de garantías de seguridad tiene una traducción
jurídico-legal a través de la correspondiente ratificación del
correspondiente tratado, cuyo dictamen tiene que ser examinado y
realizado por esta Comisión. Y no todos los días este país, o cualquier
otro, realiza el ejercicio de ampliar las garantías de seguridad, tal
como están descritas en el artículo 5 del Tratado de Washington, a
otros países. De manera que creo que todos ustedes comprenden
perfectamente la importancia del tema, con independencia de cuáles sean
sus posturas respectivas, así que es intención de la Presidencia no
sólo no restringir este debate, sino incitar, como digo, tanto al
Gobierno como a los grupos parlamentarios para que en el tiempo que
transcurra hasta la misma cumbre de Madrid, y posteriormente --porque
Madrid va a quedar asociado a uno de los momentos más críticos de
cambio en la esfera internacional--, realicemos este ejercicio con la
profundidad, con la dedicación y con la intensidad que merece. Gracias
a todos ustedes, y gracias al señor Secretario de Estado por su
participación.

Pasamos a la consideración del punto segundo. Creo que en este momento
sí tengo un cierta legitimación moral para pedir a todos, incluyendo
al Secretario de Estado, que seamos un poco más breves a partir de
ahora. Vamos a administrarlo con la generosidad y la flexibilidad que
siempre han caracterizado a esta Comisión. Tenemos la comparecencia
urgente del señor Secretario de Estado, en nombre del Ministro de
Asuntos Exteriores, ante esta Comisión, para explicar la posición del
Gobierno español, en relación a la segunda Conferencia Euromediterránea
que tendrá lugar dentro de unos pocos días en La Valetta, la capital
de Malta, concretamente los días 15 y 16 de este mes de abril. El Grupo
Socialista ha sido el que ha solicitado esta comparecencia. Para
explicarla y solventarla doy la palabra al señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Gracias, señor Presidente. Prometo ser muy
breve.




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La Conferencia de Barcelona --conviene recordarlo-- creó un nuevo marco
multilateral basado en un espíritu de asociación para las relaciones
entre la Unión Europea y los países mediterráneos. Esta potenciación
de las relaciones entre la Unión Europea con sus socios mediterráneos
tiene su reflejo en el establecimiento de una cooperación global
mediante un diálogo político regular más intenso, el desarrollo de una
cooperación económica y financiera y una mayor consideración de la
dimensión social, cultural y humana. Estos tres ejes son los que
inspiraron la Conferencia de Barcelona y los que inspiran el proceso
de Barcelona. Desde el punto de vista político, este marco, que es el
proceso de Barcelona, tiene el mérito de reunir a todos los socios
mediterráneos de la Unión Europea en torno a una misma mesa, todos
menos uno, que es Libia, y por parte de la Unión Europea todos los
países miembros. Para nosotros, Barcelona es el inicio de un proceso
que culmina el éxito de la política mediterránea de la Unión. En este
sentido España hizo un gran esfuerzo durante su presidencia,
precisamente porque era la manera de culminar todos los esfuerzos que
se habían hecho no sólo para reforzar el marco de la cooperación
mediterránea y el paquete financiero sino también para darle un
contenido político y de continuación. La próxima reunión de los
ministros de Asuntos Exteriores de este proceso de Barcelona se va a
celebrar en Malta la semana que viene, los días 15 y 16 de abril. Creo
que en sí, el que haya una nueva conferencia ministerial de Barcelona
supone ya la consolidación de este proceso que se inició con tanta
ilusión en el año 1995, durante la presidencia española. La verdad es
que ya ha sido un milagro que se celebre, porque ha habido gravísimos
problemas incluso para ponerse de acuerdo sobre la sede, pues Túnez,
que era el sitio designado para celebrarse la segunda conferencia,
después de Barcelona, fue objetado por Líbano y Siria porque no querían
reunirse con Israel en tierra de un país árabe. Finalmente Malta ha
proporcionado la sede y va a tener lugar este encuentro; encuentro que
hoy, además, tiene el doble valor de que tanto cuando prácticamente el
proceso de paz en Oriente Medio está interrumpido por hechos que todos
conocemos, cuanto que la Liga Arabe en Egipto ha tomado la decisión de
congelación de todas las relaciones de los países árabes con Israel,
incluso se ha interrumpido el multilateral track, la banda multilateral
en el proceso de paz de Oriente Medio, sin embargo, los países
mediterráneos, que son todos prácticamente los que están en el proceso
de paz, e Israel están de acuerdo en reunirse en el proceso de
Barcelona. Es sabido que estos dos procesos son paralelos, no se
confunden, pero es evidente que se ayudan y que el hecho de que en este
momento se mantenga una vía de diálogo entre los países es un signo muy
esperanzador, incluso para la paz en Oriente Medio.

La Conferencia de Malta ha tenido su preparación. Ha habido ya una
serie de reuniones de ministros sectoriales, ministros de industria,
de gestión del agua, de pesca, de energía, turismo, patrimonio
cultural, y ha habido también diversas reuniones de los comités de
altos funcionarios para ir preparando la reunión y para una mejor
aplicación de los principios que fueron acordados en Barcelona. Al
mismo tiempo, en el plano bilateral se ha hecho bastante desde la
Conferencia de Barcelona. La unión aduanera con Turquía está en vigor
desde el 31 de diciembre. Se han firmado, aunque están todavía
pendientes de ratificación, los acuerdos de asociación con Túnez,
Israel y Marruecos. Se acaba de firmar un acuerdo con la OLP en
beneficio de la autoridad nacional palestina. Estamos a punto de
concluir las negociaciones con Jordania y con Líbano, y estamos en
plena negociación del acuerdo con Egipto. También se han iniciado
rondas de negociaciones con Argelia y contactos exploratorios con
Siria. Por tanto, la política de estos acuerdos de partenariado o
asociación con los países mediterráneos --por utilizar la palabra
castellana, pues ahora ya podemos permitirnos estas licencias según nos
dicen en el Congreso de la lengua castellana--, que son el complemento
o la columna vertebral del proceso de Barcelona, está en pleno
desarrollo y nos felicitamos por ello.

España ha participado decididamente en todas estas actividades
multilaterales que he mencionado, también ha tenido una contribución
importante en la negociación de acuerdos bilaterales, aunque estas
negociaciones no han sido siempre fáciles, ha habido problemas y
seguimos teniendo algunos, particularmente con el acuerdo de Egipto,
pero hay una voluntad clara de seguir con los acuerdos de asociación.

Desde un punto de vista político el proceso de Barcelona es un marco
que tiene un gran interés para todos los participantes, para la Unión
Europea, también para todos los países implicados en el Mediterráneo
y particularmente los del proceso de paz. Como he dicho, se celebra en
unas circunstancias difíciles para la conferencia de paz de Oriente
Medio y sin embargo está ofreciendo una vía alternativa. Lo que tenemos
que hacer ahora es aprovechar esta segunda conferencia ministerial para
que los grandes principios de Barcelona se mantengan vivos y para
definir prioridades en el futuro. Creemos que el diálogo político debe
ser reforzado y ampliado en todos los temas de interés común que
estaban en la Conferencia de Barcelona. Hay que seguir trabajando en
las conferencias sectoriales --ya ha habido algunas pero hay que seguir
manteniéndolas--, sobre todo identificar aquellos sitios donde hay
elementos comunes como son medio ambiente, agua, pesca, energía e
industria. Hay que seguir trabajando en la zona de prosperidad
compartida y pasar de estos acuerdos de asociación incluso a zonas de
librecambio. Hay que potenciar ese pilar tan importante de la
declaración de Barcelona, la dimensión cultural, social y humana, para
conseguir un desarrollo más equilibrado de los pueblos del
Mediterráneo. También es muy importante y necesario impulsar la
cooperación regional y debe ser el objetivo de esta nueva reunión dar
un paso en el tema de la institucionalización. La declaración de
Barcelona no pudo ir más allá de la creación de un comité de Barcelona
compuesto por la troika de la Unión Europea y un representante de cada
uno de los socios mediterráneos, a nivel de altos funcionarios
encargados de preparar la reunión de los ministros de Asuntos
Exteriores para analizar la situación y estudiar la actuación
consecutiva al proceso de Barcelona en todos sus aspectos. La
experiencia de estos meses indica que es necesario dar más contenido
a ese diálogo que



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se desarrolla en el seno de dicho comité, ampliando su composición y
precisando sus funciones. Acaba de recibir el visto bueno del Consejo
de Asuntos Generales del pasado 24 de marzo una propuesta que impulsa
España en este sentido y que se articula en torno a la idea de que a
partir de ahora todos los Estados miembros de la Unión Europea podrán
asistir a las reuniones del Comité de Barcelona y tomar la palabra
previo acuerdo con la presidencia. Este es un primer paso que deberá
ser seguido en el futuro, de modo que en el respeto a los
procedimientos presupuestarios y de las competencias comunitarias dicho
comité vea aún más reforzada sus competencias.

Respecto al formato, la Conferencia de Malta va a reproducir el esquema
idéntico al de Barcelona. Puesto que esa conferencia fue un éxito
creemos que hay que mantener no solamente el espíritu sino el formato.

El primer día se desarrollará en torno a un plenario dedicado a los
discursos de los ministros y el segundo día tendrán lugar unas
ponencias en torno a tres temas: relaciones euromediterráneas en el
campo de la seguridad, zona de librecambio, necesidad de una
cooperación regional y diálogo entre culturas y civilizaciones. También
se ha mantenido el mismo criterio respecto a los participantes, los
invitados especiales. Se recordará que la presidencia española logró
que Mauritania fuera invitado especial, a pesar de que no es un país
mediterráneo propiamente dicho, así como los secretarios generales de
la Liga Arabe y de la Unión del Magreb Arabe. Al mismo tiempo se ha
logrado que se mantengan las invitaciones a países como Rusia, Ucrania
y otros, que estaban interesados en el proceso que se iniciaba en
Barcelona a pesar de no estar en el mundo mediterráneo.

Pensamos que el proceso de Barcelona no es un ejercicio anecdótico sino
que implica a todos los miembros de la Unión Europea y no solamente a
los mediterráneos. Parece que hay esa tendencia a decir que éste es un
tema de España, de Portugal, Francia, Italia y Grecia, pero el resto
no están implicados. Mantenemos que el proceso de Barcelona consagra
ese compromiso de la Unión Europea como tal y de los países nórdicos
sobre todo en este proceso. Hemos tenido signos muy alentadores de esa
nueva conciencia mediterránea en la parte norte de Europa. Y nos hemos
congratulado de la intención manifestada por Alemania de organizar la
siguiente reunión de ministros de Asuntos Exteriores. Es decir, que la
presidencia alemana, que será en el primer semestre de 1999, ya ha
expresado el interés de que la próxima reunión de ministros de Asuntos
Exteriores se celebre en Alemania bajo su presidencia.

Creo que debo decir dos palabras sobre el diálogo parlamentario
euromediterráneo. Este lanzamiento de un diálogo parlamentario
euromediterráneo con la participación del Parlamento Europeo y de los
parlamentos nacionales fue una de las acciones decididas en Barcelona.

Las reuniones de presidentes de parlamentos de países mediterráneos
recientemente celebradas en Palermo y Atenas y la reunión de
Estrasburgo entre miembros de las comisiones de Asuntos Exteriores y
representantes de los parlamentos de los Estados que suscribieron la
declaración de Barcelona, proponiendo la creación de un foro
parlamentario euromediterráneo, son pasos que hemos apoyado convencidos
de que esta dimensión parlamentaria y la asociación de los parlamentos
respectivos a cada etapa del proceso contribuirá al reforzamiento de
la cooperación euromediterránea.

La celebración de un foro civil, Euromed, consecutivo a la Conferencia
de Barcelona, con objeto de subrayar la voluntad de implicar cada vez
más a la sociedad civil en el desarrrollo de este proceso, constituyó
en Barcelona un elemento de primer orden que creemos que debe ser
mantenido. Por tanto, Malta va a contar también con la celebración de
un foro civil que no sé si tendrá la misma magnitud que tuvo el de
Barcelona, pero se mantiene el principio que pienso que es importante.

La mayoría de estos elementos están en el documento de posición de la
Unión Europea respecto a esta conferencia, que fue aprobado por el
Consejo de Asuntos Generales y que constituirá la base de las
discusiones con los doce socios mediterráneos con vistas a aprobar un
documento de conclusiones en la reunión de Malta. Este documento de
conclusiones es importante. Aunque no hay que dudar de la buena
voluntad de todos los socios de ir adelante, existen dificultades
reales y objetivas que van a hacer la reunión ciertamente compleja. La
actitud de los socios mediterráneos será positiva y al mismo tiempo muy
crítica. Así nos lo manifestó el otro día el Ministro El-Shara de
Siria, que estuvo aquí reunido conmigo en el Ministerio de Asuntos
Exteriores y fue portador de un mensaje del Presidente Al-Assad al
Presidente del Gobierno. Manifestó su voluntad de seguir en el diálogo
euromediterráneo, pero manifestó también su actitud muy crítica hacia
ciertos temas de este diálogo. Por tanto, yo creo que vamos a tener una
reunión en la que precisamente por la difícil situación que atraviesa
el proceso de paz va a haber un diálogo intenso sobre muchos de los
problemas que afectan a la cooperación euromediterránea. Por parte de
la Unión Europea hay un espíritu de generoso compromiso con este
proceso y con el futuro.

Señor Presidente, esta Cámara siempre ha sido muy sensible a la
problemática en el Mediterráneo y en especial al proceso de Barcelona,
como lo puso de manifiesto con la aprobación por unanimidad en el Pleno
del informe de la ponencia de la Comisión no permanente de Cooperación
y Ayuda al Desarrollo sobre cooperación en el área del Mediterráneo.

Las ideas allí recogidas fueron de gran utilidad para el desarrollo de
los trabajos de la Conferencia de Barcelona, como sin duda lo será
también el intercambio de puntos de vista que vamos a tener con ocasión
de esta reunión en el día de hoy.




El señor PRESIDENTE: En nombre del grupo proponente de la
comparecencia, el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Yáñez.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Señor Presidente, no quiero dejar de
sumarme al deseo de pronta recuperación del ministro y que pueda
incorporarse a su tarea lo antes posible. No añado más porque ya lo han
dicho los distintos colegas y, en particular, Rafael Estrella con
anterioridad.

Voy a tratar de ser breve por la recomendación del Presidente, haciendo
una observación no referida a la sesión



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de hoy. Quiero señalar la tardanza en comparecer de los responsables
del Ministerio de Asuntos Exteriores, sobre todo del ministro, no en
relación con esta comparecencia y durante las últimas semanas, que
obviamente se debe a su enfermedad, sino con anterioridad, porque creo
recordar que la última vez que compareció fue en la primera quincena
de diciembre. Sería mucho más funcional y más eficaz para el trabajo
parlamentario y para las relaciones Gobierno-Parlamento que se pudieran
hacer comparecencias sobre los grandes temas sucesivamente, como mínimo
una vez al mes, lo que nos permitiría no tener una acumulación de temas
que son de gran importancia como los que hemos tenido ocasión de
escuchar en el anterior debate.

Dicho esto, paso al tema que ha suscitado la petición de comparecencia
por parte de este grupo. En primer lugar tengo que decir que nos
sentimos satisfechos con la explicación del Secretario de Estado, al
que también damos la bienvenida y le agradecemos su comparecencia,
porque también esta cuestión es de gran importancia para España y para
la Unión Europea. Se está hablando de lo que se ha llamado, quizá
abusivamente, la frontera vulnerable de Europa en una región del
Mediterráneo árabe que sufre una grave situación de subdesarrollo, de
desigualdades, de pobreza, de crecimiento inquietante del
fundamentalismo islámico, de violencia y de emigración ilegal que, como
se ha dicho en muchos estudios, puede llegar a convertirse en algo
insostenible para Europa. Y lo es en algunos países, como estamos
viendo en debates y en polémicas --hay grandes crispaciones-- pero
puede llegar a serlo más si Europa no interviene de una manera
decidida. Esa intervención decidida se inició, como ha dicho el
Secretario de Estado, en la Conferencia de Barcelona, en noviembre de
1995, por iniciativa y organizada por la presidencia española en ese
semestre, que permitió que por primera vez pudiera haber una estrategia
de conjunto, no país por país, o no la suma de los países sobre todo
mediterráneos de la Unión Europe sino del conjunto de la Unión Europea,
una estrategia de conjunto política y de seguridad, económica y
financiera y también social, cultural y humana en relación con nuestros
partenaires del norte de Africa, fundamentalmente del Mediterráneo
árabe y también Israel. Nos preocupaba --y por eso hemos pedido esta
comparecencia-- que la falta de seguimiento de esa iniciativa de enorme
envergadura, que fue un éxito y que tuvo gran trascendencia como ocurre
en otras ocasiones en la política internacional, convirtiera en agua
de borrajas lo que en un principio había sido una magnífica iniciativa
y una magnífica realidad en Barcelona. Nos congratulamos de que no sea
así o de que por lo menos se haya evitado que sea así, porque la
celebración en La Valetta los próximos días 15 y 16 de este mes de la
conferencia a nivel ministerial, que se aprobó en Barcelona que se
celebrara quince meses después, es una buena noticia en sí misma.

También nos produce una gran satisfacción el que se hayan firmado
convenios de asociación con tres países que han sido ratificados en
este Parlamento, que se esté en proceso de negociación con otros países
socios de la Unión Europea y que puedan ir siendo ratificados en este
Parlamento y en el resto de los parlamentos europeos. Yo creo que
España debe conservar --y a eso instamos al Gobierno--, debe mantener
y desarrollar la capacidad de iniciativa en este terreno porque, aunque
es ya un éxito que hayamos conseguido que se involucren países europeos
alejados del Mediterráneo en algo que también les es de interés por la
seguridad del viejo continente, es evidente que España, como los países
mediterráneos de Europa, tiene un mayor interés. Tenemos la frontera
con Marruecos a sólo 25 kilómetros y Argelia y otros países están muy
cerca de nuestro territorio. Por tanto, aunque la palabra quizá sea un
poco excesiva, somos más vulnerables a las desestabilizaciones, a los
problemas derivados de esa diferencia de nivel de renta entre el Norte
y el Sur. Este es nuestro Sur y debemos dedicarle, por tanto, una
atención preferente.

Insisto en que las iniciativas van en la buena dirección. Me gustaría
saber por parte del Secretario de Estado si se están incentivando o si
están respondiendo las iniciativas privadas empresariales de los países
de la Unión Europea, concretamente de España, en esta dirección, porque
yo entiendo que los Estados miembros de la Unión Europea deben
coadyuvar a la creación de un espacio futuro de libre comercio y de
reformas estructurales, de ayuda al ajuste y de sus economías, a la
modernización de sus estructuras, y para que esa tarea sea eficaz en
el proceso de desarrollo de los países del sur del Mediterráneo es
necesario que los inversores públicos, pero sobre todo los privados,
puedan verse incentivados, animados, en un marco de relaciones
jurídicas y económicas para que les sean atractivos esos mercados y
puedan llevar allí sus inversiones, porque a medio y a largo plazo es
la única manera de que esos pueblos, sobre todo con una gran proporción
de población joven, puedan encontrar un futuro en su propio país,
puedan encontrar puestos de trabajo, puedan encontrar oportunidades que
no les obliguen a buscar la emigración de cualquier manera, la
emigración masiva y la emigración peligrosa, especial y particularmente
para ellos mismos, que como vemos en el trágico goteo de las pateras,
por ejemplo, encuentran la muerte o situaciones lamentables en esa
travesía dramática que contemplamos con enorme preocupación todos.

También instamos al Gobierno, al Ministerio de Asuntos Exteriores, al
ministro, si es posible y está recuperado, y si no al Secretario de
Estado, que también será muy bienvenido, para que se venga a informar
con posterioridad a la propia celebración de la conferencia y podamos
tener en la Comisión de Asuntos Exteriores una información puntual de
cuáles han sido los resultados y las perspectivas después de la
Conferencia de La Valetta. Me gustaría decir mucho más, pero en aras
a la brevedad podemos dejarlo también para esa comparecencia posterior
a la conferencia de La Valetta, en la que podamos seguir ampliando y
hacer un seguimiento de este tema, como es nuestra obligación
parlamentariamente, porque es de mucha importancia, de enorme
trascendencia en nuestra política exterior.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra en este
momento? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Recoder, en nombre del Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió).




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El señor RECODER I MIRALLES: Quisiera formularle, señor Secretario de
Estado, algunas preguntas con suma brevedad, dado el tiempo en que se
está desarrollando esta sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores.

Nosotros también celebramos, señor Secretario de Estado, y nos
congratulamos de que vaya adelante el proceso iniciado en la
Conferencia de Barcelona, y muy especialmente la conclusión o el
proceso avanzado de acuerdos de asociación con otros países. También
creemos que es un hecho importante la celebración de la Conferencia de
La Valetta en un tiempo próximo a la Conferencia de Barcelona. Ello es
un indicador positivo de que es un proceso que va adelante, un proceso
que para nosotros, como grupo parlamentario, y creo que todas las
fuerzas políticas de la Cámara, cosa que ya se puso de manifiesto y
usted se ha referido a ello en la anterior legislatura con la
aprobación de un importante documento o el propio país en su conjunto,
tiene una consideración y un interés muy especial.

La segunda cuestión va directamente vinculada con la anterior. Usted
se ha referido al interés comunitario en el proceso iniciado en la
Conferencia de Barcelona, o yendo más atrás, en la cumbre de Cannes del
año 1995, si no recuerdo mal. Ahora bien, supongo que continúa siendo
necesario un impulso constante a ese proceso por parte de los países
mediterráneos, que son obviamente los más interesados. Por lo que a
nosotros nos toca, pensamos que es básico y fundamental que España
tenga un interés muy especial en el impulso de ese proceso, porque,
aunque como usted nos ha manifestado haya un interés creciente del
resto de los países comunitarios y de los países centroeuropeos, hasta
ahora práctica y exclusivamente interesados en todo aquello que pudiera
afectar a lo que son sus fronteras con Europa del Este, aunque haya
habido, repito, un cierto decantamiento e interés creciente por parte
de esos países hacia la política euromediterránea, está claro que los
que deberemos llevar el banderín de enganche seremos siempre los países
mediterráneos. En ese sentido instamos desde nuestro grupo al Gobierno,
y de forma muy ferviente, a que no baje la guardia ni el interés en
esta política que, como he dicho reiteradamente, es de suma
importancia, no sólo para nosotros sino para el conjunto europeo. Una
buena muestra del interés comunitario en continuar el proceso de
Barcelona van a ser las disponibilidades presupuestarias y financieras
para llevarlo a cabo. Por ello quisiera que nos informara sobre las
previsiones financieras que van a concretarse en La Valetta.

Tercera cuestión que le quisiera plantear. Nosotros observamos que se
produce, no tanto a nivel comunitario sino europeo en general, un
discurso doble y a veces contradictorio entre lo que es la política
euromediterránea y lo que es el proceso de Schengen; proceso de
Schengen que podríamos resumir de una forma un tanto de eslogan: Europa
como fortaleza. Y la política euromediterránea precisamente lo que
persigue y defiende es una cooperación en todos los ámbitos (político,
económico y cultural) con los países de ambas riberas mediterráneas.

Muy a menudo se entra en una contradicción flagrante, porque estamos
defendiendo, en cuanto a política euromediterránea, esa cooperación,
pero en el momento de ponerla en práctica nos encontramos con las
exigencias de Schengen, que chocan con esa otra exigencia de
colaboración. No voy a detallarle múltiples ejemplos, porque usted los
conoce, pero están la cooperación entre organizaciones no
gubernamentales, entre universidades, entre asociaciones de diverso
tipo, que encajan muy bien dentro de lo que persigue la política
euromediterránea de la Unión Europea, pero que, en cambio, dificultan
la propia política de Schengen, donde la mayoría o un número importante
de países comunitarios están implicados, entre ellos el nuestro. Por
tanto, deberíamos encontrar alguna forma para casar y no entorpecer la
política euromediterránea desde la política Schengen, en la cual
obviamente nosotros participamos en sus conceptos básicos.

Cuarta y última cuestión que le quiero plantear. En la conferencia
parlamentaria de Malta, que tuvo lugar antes de la de Barcelona para
hacer una aportación desde los parlamentos mediterráneos a la
Conferencia de Barcelona, o la que había tenido lugar anteriormente en
Málaga, uno de los temas que estuvo encima de la mesa y que fue objeto
de debate, como también lo fue en Barcelona, es la constitución de un
foro parlamentario a nivel mediterráneo. La conclusión a la cual se
llegó fue que esta cooperación euromediterránea debía de realizarse
desde el Parlamento Europeo con contactos con los diversos parlamentos
de los estados que integran el área mediterránea. Esta es una cuestión
que, por lo que me ha parecido deducir de sus palabras, puede volver
a surgir en la Conferencia de la Valetta. Entiendo con ello que la
puerta a la institucionalización de este foro figura incluso en la
agenda de los debates que puedan tener lugar en La Valetta. Quisiera
conocer su opinión al respecto y sus perspectivas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Me gustaría, en nombre del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, comentar dos cosas
sobre esta Conferencia Euromediterránea. Es un elemento muy positivo.

Lo compartimos en la Conferencia de Barcelona y en las conclusiones
posteriores y lo compartimos ahora, puesto que utiliza tres grandes
elementos en política o en relación internacional que para nosotros es
muy importante. En primer lugar, además de la recuperación del papel
central mediterráneo, considera como centro de actividad la cooperación
o relación entre países. En segundo lugar, da protagonismo no solamente
a los ejecutivos, sino también a los propios parlamentos. La semana
pasada se ha celebrado el último encuentro en el que han participado
los cinco países ribereños de la Unión Europea y los doce de la parte
sur del Mediterráneo, junto con el Parlamento Europeo, y aunque no esté
consolidado ese foro, sí que hay una relación parlamentaria. En tercer
lugar, no hay sólo presencia y participación civil y de organizaciones,
sino también, como digo, ejecutiva y parlamentaria. Esa dinámica es la
que puede recuperar la idea de un Mediterráneo de comunicación; un
Mediterráneo que hoy tiene en su



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seno la VI flota y la flota ucraniana; un Mediterráneo que hoy tiene
polos de conflicto y tensión importantes. En este sentido todo lo que
se pueda caminar es positivo. Ahora bien, tengo que decirle que le he
notado a usted algo pesimista en su intervención. Ha dicho: hemos
discutido hasta la sede; no vienen buenos tiempos; las conclusiones son
muy controvertidas. Usted ha hecho una relación de todas las relaciones
bilaterales o multilaterales que España ha intentado establecer, no
referidas al centro de la discusión de la propia Conferencia, y a mí
me gustaría conocer de qué manera se puede impulsar lo contrario,
porque este tipo de dinámicas podría dar paso a separar alguna de las
realidades que hemos discutido con una dimensión distinta.

Ahora mismo hay tres polos de conflicto que me imagino que van a
afectar a la discusión dentro de la misma Conferencia, y que, aunque
no aparezcan en el seno de la misma, son elementos que van a surgir y
van a estar en la palestra. Primero, la situación de Oriente próximo
y el estancamiento del proceso de paz en Israel. Tengo que decir que
la posición europea en la que está trabajando el señor Moratinos es
bastante importante. A pesar de los pesares continúa con la iniciativa
de abrir una brecha por parte de la Unión Europea. Es decir, en la zona
se ve una actuación continuada de la Unión Europea, intentando que
confluyan intereses de dos partes. Segundo, y no ha surgido en su
intervención pero va a estar ahí, el tema de los derechos humanos y de
los regímenes autárquicos que existen en esta zona. Países como
Marruecos, Libia y Argelia tienen situaciones yo diría que bastante
vigiladas; hay presos en las cárceles. Por último, el tema que va a
pesar es el de desarrollo e inmigración. El movimiento entre los países
ribereños, desde nuestro punto de vista, debe ser respondido con los
criterios de Barcelona de cooperación económica, cultural y política,
más que con el tema policial o con el de resituación.

Termino con una solicitud de información. Existe un tratado por parte
de la UEA, el Tratado de Pelindaba, para el tema de la no proliferación
de armamento nuclear y de armas bioquímicas. Nos gustaría conocer la
situación de nuestro país, porque no tengo claro si España va a firmar
o no ese tratado y se va comprometer. En la zona hay presencia nuclear,
y no es baladí. Israel tiene hoy tecnología nuclear. Libia no sé si la
tendrá, pero está amenazando con una actuación bioquímica. Argelia tuvo
programas nucleares de origen chino. Es decir, no estamos hablando de
una situación ficticia. Le decía antes, en la intervención de la OTAN
que era importante recuperar este planteamiento y ahora, en esta zona,
también lo es.

Decía el portavoz socialista que cuando se vuelva de la conferencia
sería bueno que se pudieran analizar las conclusiones para ver de qué
manera podemos participar. Espero esa vuelta para ver si lo que viene
en la capaza es más positivo de lo que en principio parecía que se iba
a cortar como fruta.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra el señor Martínez Casañ.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Quiero agradecer al Secretario de Estado su
presencia en esta Comisión para informarnos de los temas que nos
interesan y que están en el orden del día. Paso a hacer mis
comentarios.

Ha transcurrido año y medio desde Barcelona, que supuso el inicio de
este proceso de cooperación global entre los quince de la Unión Europea
y los doce ribereños del sur. Había tres ejes igualmente importantes:
el de diálogo político regular intenso, el de desarrollo de una
cooperación económica y financiera en sus dos vertientes, vertical de
la Unión Europea y los países ribereños, y horizontal entre grupos de
países del sur, y el tercer eje que es el de la cooperación de las
sociedades civiles, su dimensión social, cultural y humana. Pero ¿para
qué? Este es el punto esencial del proceso de Barcelona. Ese para qué
es el que el Secretario de Estado ha expresado: para hacer de la cuenca
del Mediterráneo un ámbito de diálogo, de intercambio y de cooperación
que garantice la paz, la estabilidad y la prosperidad. Esto es de suma
importancia.

En 1986, cuando España entró en la Comunidad Europea, en las instancias
comunitarias (el Parlamento Europeo y la Comisión), se hablaba de este
tema. Recuerdo, entre otros, a don Carlos Robles Piquer cuando se
refería a este concepto y sus compañeros en el Parlamento Europeo lo
miraban como si fuera un extraterrestre. A nadie le interesaba el tema.

El Secretario de Estado lo sabe muy bien porque en aquella época él
también se encontraba allí como jefe de gabinete del Comisario. Es por
ello por lo que pienso que nadie mejor que este Secretario de Estado
para hablarnos del proceso de Barcelona, que tanto ha costado y que
tanto ha supuesto para la política exterior de España y para la
estrategia española. Tanto él como don Abel Matutes, actual Ministro
de Asuntos Exteriores, han sido piezas fundamentales en el proceso de
Barcelona, que supuso un gran éxito para nuestro país.

El éxito, como ha dicho el Secretario de Estado, fue no sólo la
celebración durante la presidencia española de la Conferencia de
Barcelona, sino implicar a todos los países de la Unión Europea,
haciendo que el interés por la cuenca del Mediterráneo fuera, no sólo
específico de España, Francia e Italia, es decir, de los países
mediterráneos, sino de todos los países de la Unión Europea. Es por
ello por lo que es sumamente importante la institucionalización de este
proceso. Quiero felicitar, en nombre de mi grupo, al Secretario de
Estado por este éxito que supone la aceptación de la propuesta española
de ampliación del comité de Barcelona, que va a dar entrada en las
discusiones de ese comité a todos los países de la Unión Europea que
deseen hacerlo, ofreciendo un mayor peso específico a este diálogo
entre la Unión Europea y los países de la cuenca del Mediterráneo. En
este sentido, me gustaría hacerle una pregunta, y es si está previsto
que en esta mayor implicación de nuestros socios comunitarios se puedan
celebrar próximamente reuniones a nivel ministerial en países del norte
de Europa, lo cual sería de gran importancia para la
institucionalización de este proceso.

Pero después de hablar de los éxitos debemos de ser realistas. Porque
si bien es cierto que en lo que depende de España no se han regateado
esfuerzos, quizá los resultados obtenidos hasta ahora no sean todo lo
apetecibles que hubiésemos querido. Hay que ser realistas porque en la
medida



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en que partamos de una evolución correcta, podremos dirigir nuestros
esfuerzos en el futuro.

El tercer eje de esta cooperación global del proceso de Barcelona, que
es el de la cooperación de las sociedades civiles, en palabras del
Comisario Marín, que es el comisario responsable, hasta este momento
ha dejado bastante que desear, si hacemos abstracción de un exceso de
seminarios y reuniones, pero con una ausencia de proyecto. Eso es lo
que tenemos que conseguir, que por primera vez se pase de los
seminarios y de las reuniones a los proyectos concretos, porque es de
gran importancia que se implique a la sociedad civil en este diálogo
y en este proceso de cooperación global.

Respecto a la cooperación económica y financiera, la cooperación
vertical ha funcionado mejor, como no podía ser de otra manera, en gran
medida gracias a los buenos oficios del Ministro Matutes, cuando surgió
aquel problema del bloqueo del instrumento financiero necesario para
financiar todos los proyectos Meda. Esos buenos oficios fueron
esenciales para el desbloqueo de este instrumento. La realidad es que,
tal como ha explicado el Secretario de Estado, ha habido grandes
inversiones en países como Túnez y Marruecos, se han firmado acuerdos
de asociación con Túnez, Israel y Marruecos, hay otros pendientes,
etcétera.

Pero si bien es cierto que la inversión vertical ha funcionado muy
bien, también es cierto que la cooperación horizontal a nivel
financiero no ha funcionado todo lo bien que desearíamos. Ahí
deberíamos centrar una parte de nuestros esfuerzos. En este campo es
de suma importancia el acuerdo que se firmó con la autoridad palestina.

Lo mencionó el Secretario de Estado en una última reunión y por eso
hablo simplemente de pasada y no me detengo. En este eje deberíamos ser
cautos, porque lo que estamos haciendo es sentar las bases de una
cooperación que a medio y largo plazo creará las condiciones económicas
en los distintos países para que la evolución de la estructura
económica y social contribuya a un clima de estabilidad. Yo creo que
aquí, puesto que estamos estableciendo las bases, debemos ser cautos
y prudentes, no vaya a suceder que en este proceso tan a medio y largo
plazo las concesiones que realicemos sean de una naturaleza que puedan
poner en peligro nuestras sociedades y nuestras propias economías, y
el Secretario de Estado sabe bien a lo que me refiero, porque él mismo
hablaba de las dificultades que está teniendo el proceso de negociación
con Egipto.

Debemos aquilatar las concesiones que realizamos, porque si bien es
cierto que de nosotros va a depender en gran medida y a largo plazo
esta estabilidad en el Mediterráneo, también es cierto que no podemos
poner en peligro, casi de forma inmediata, el tejido económico y social
de algunos sectores como el de la agricultura española, frente a
demandas importantísimas y desmesuradas de algunos países de la cuenca
del Mediterráneo. Por eso quiero decirle al Secretario de Estado que
en esta negociación difícil sabe que cuenta con el apoyo incondicional
del Grupo Popular en la defensa de los intereses de España y, por
supuesto, de la preferencia comunitaria. Estamos hablando, además, de
acuerdos de asociación con objetivos a medio y a largo plazo que son
de libre comercio y de libre circulación, y en esto incido en un tema
que ha mencionado el señor Recoder: que quizás haya dificultades en
estas negociaciones porque, por una parte, se trata de abrir la Unión
Europea a los países de la cuenca del Mediterráneo, pero por otra sin
olvidar nunca que la caridad empieza por nosotros mismos y que lo
primero que tenemos que hacer es defender, como es lógico, los
intereses particulares, de España y de la Unión Europea.

En cuanto al primer eje, que es el del diálogo político, regular e
intenso, si bien es cierto, como ha dicho el Secretario de Estado, que
este proceso es paralelo al proceso de paz en Oriente Medio, también
es cierto que la paz en el Oriente Medio es la piedra angular para la
creación de una zona de estabilidad y de progreso en el área, y en la
medida en que el proceso de paz en Oriente Medio no sea una realidad,
el resto del proceso de Barcelona estará en precario. Por eso, todo lo
que sea intensificar el diálogo político con los países de la zona para
intentar coadyuvar al proceso de paz con Israel y Palestina es una
prioridad importante. Quizás sea en este eje en el que el proceso de
Barcelona y el foro euromediterráneo haya tenido un indudable éxito,
como ya ha mencionado el Secretario de Estado, porque el solo hecho de
la celebración de esta conferencia en estos momentos de la escalada de
la violencia entre Israel y Palestina, y que se sienten a la mesa a
dialogar ambos países, significa una ratificación y una confirmación
de la fuerza del proceso. No hay que olvidar que la Liga Arabe ha
anunciado la retirada de las oficinas de representación diplomática en
Tel Aviv, y el jueces santo anunció en El Cairo el inicio de un
boicoteo comercial contra Israel. Insisto en que por eso es muy
importante este proceso. La verdad es que es de suma importancia que
hayamos conseguido, pese a todas las dificultades --y creo que España
no ha sido ajena a este éxito--, que se sienten israelíes y palestinos
a dialogar alrededor de la mesa y que el diálogo político se
intensifique en la medida de lo posible.

Acabo, señor Presidente, con una mención a unos puntos específicos de
la agenda de la Conferencia de Malta. En la Conferencia
euromediterránea de Malta se quiere impulsar la elaboración de una
carta para la paz y la estabilidad en la región que establecería
mecanismos de prevención de crisis, de desarme y de lucha contra el
terrorismo. No se nos escapa a ninguno que se trata de un ambicioso
proyecto, como ha mencionado mi compañero señor Ríos, de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, que busca quizá un equivalente
euromediterráneo de lo que fue la conferencia de Helsinki, que abrió
paso a la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa, cuya
asamblea parlamentaria también dignamente preside don Javier Rupérez.

Me gustaría hacerle al señor Secretario de Estado dos preguntas. En
primer lugar, ¿se va a consolidar, Secretario de Estado, este proyecto?
Porque Siria y Líbano ya han anunciado, según las informaciones de que
disponemos, que no suscribirán ningún acuerdo con implicaciones
militares hasta que se haya resuelto el conflicto con Israel. Y, en
segundo lugar, ¿qué forma va a revestir, si finalmente se consigue esta
declaración política sobre la paz y estabilidad



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en el Mediterráneo? Porque los socios discrepan de su alcance y de su
contenido. ¿Va a ser efectivamente una carta como desean los países
árabes o quizás un mero pacto, como postulan Francia y otros países
europeos? ¿Cuál es la postura española?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): En primer lugar, quiero tranquilizar al
Diputado señor Yáñez, al que le preocupaba legítimamente la falta de
seguimiento del proceso de Barcelona, que el gran esfuerzo que se hizo
aquel día, el gran logro diplomático, quedara diluido, no solamente por
la falta de voluntad política, sino porque aunque se celebraran
conferencias no se hicieran los necesarios esfuerzos como para que
todos los principios que se consagraron en Barcelona siguieran hacia
adelante. Creo que ese peligro, ese riesgo no existe. Barcelona puso
un germen que ha florecido y que tiene fuerza. La prueba es que se
convoca precisamente en el peor de los momentos de crisis en el proceso
de paz. Hay una voluntad real de utilizar esta vía de diálogo y de
aprovechar hasta el final todas las posibilidades que la cooperación
euromediterránea ofrece.

Ha suscitado algo muy interesante, que es el tema de las iniciativas
empresariales. Efectivamente, ésta era una dimensión de Barcelona,
dimensión que había que llenar y que se ha llenado, en el sentido de
que ya ha habido contactos. Precisamente se ha celebrado en Londres una
conferencia empresarial, a la que han asistido inversores de toda
Europa, inversores del Mediterráneo, con la idea de que no solamente
se impliquen los fondos de la Unión Europea y los préstamos del BEI,
sino que también la iniciativa privada se implique de verdad en
proyectos, muy rentables, por cierto, en el mundo mediterráneo y que
deben contribuir a ese objetivo que decía el señor Yáñez de propiciar
un intercambio que ayude a un desarrollo económico de esos países, a
fin de que les haga abrigar esperanza en el futuro y abandonen esa idea
terrible de que no hay más alternativa que salir corriendo, la
emigración. Esto produce dramas que nosotros conocemos aquí, por
desgracia, y no solamente se refieren al pasaje de una zona procelosa,
como es el Estrecho de Gibraltar, sino al drama terrible de tantos
emigrantes magrebíes en Europa, donde están desubicados, donde se
encuentran discriminados, donde no tienen trabajos dignos y donde viven
lejos de sus países, de sus culturas, que eso también es un drama,
aunque estén perfectamente establecidos y con permiso de residencia en
algún país nórdico o en España.

Respecto a la petición de informar sobre la conferencia, yo, señor
Presidente, me pongo a su disposición desde ahora mismo. Estoy de
vuelta el día 16 por la tarde. A partir del 17 por la mañana estoy a
su disposición para venir aquí e informar con detalle sobre sus
resultados.

Debo decir que comparto lo que dice el Diputado Yáñez sobre que las
comparecencias debían ser más frecuentes. Quiero reiterar aquí la
voluntad del Ministerio y la mía. La del Ministro porque la conozco.

En este momento está frustrado de no haber podido venir aquí. Yo
hubiera venido antes si me hubieran convocado. Le he expresado al señor
Presidente, y lo reitero en público, mi total disponibilidad para venir
en cualquier momento a comparecer o a contestar preguntas, porque no
solamente me parece normal, sino que estos ejercicios, aparte de dar
información al Parlamento, enriquecen mucho a las personas que
participan, al responsable, porque te hace contrastar las ideas,
reestructurar los esquemas e incluso recibir mucha información de parte
de Diputados que están siguiendo los temas. Por tanto, mi
disponibilidad es total.

No olvido la idea del señor Recoder de que, efectivamente, aunque éste
sea un tema de la Unión Europea, los países mediterráneos no pueden
eludir su responsabilidad. España no la ha eludido, lo tenemos muy
claro. Hemos sido los que hemos promovido el encuentro de Barcelona,
estamos promoviendo iniciativas de todo tipo en el nivel de la
cooperación, la defensa. Acabamos de hablar de la dimensión
mediterránea de la OTAN --ésa es una idea nuestra--, estamos en ello.

Además, por cierto, pagamos el más alto precio en los acuerdos de
asociación, precisamente por nuestro compromiso con la política
mediterránea, porque todo el mundo sabe que cuando se establecen
acuerdos de asociación los países del norte lo único que hacen es
recibir mejores y más baratas frutas y hortalizas, que son precisamente
las que nosotros producimos. O sea, que cada vez que se hace una
concesión a un país mediterráneo cae sobre nuestras espaldas y no sobre
las de Dinamarca, Alemania o Suecia. Por lo tanto, es doblemente duro
ser país mediterráneo en este mundo de la Unión Europea, porque, por
una parte, hay que estar en la vanguardia del interés y azuzar y
empujar a toda la Unión Europea para que se preocupe por el
Mediterráneo. Además sufrimos los problemas mediterráneos: la
inmigración y otros que hemos citado, y, al mismo tiempo, las
concesiones que se hacen a esos países recaen sobre nuestros productos
agrícolas. Por lo tanto, ése es un círculo duro para los países
mediterráneos en el cual tanto Italia como España, Francia y Grecia,
han dado la talla.

Me preguntó sobre las disponibilidades financieras de Malta. Allí no
se decide sobre dinero. Hay un paquete que todo el mundo conoce, que
es importante, 4.685 millones de ecus, decididos por las perspectivas
financieras entre 1995 y 1999, que están ahí para ser utilizados a lo
largo de este período. Hay unos créditos del Banco Europeo de
Inversiones (BEI) de 2.310 mecus. Todos estos instrumentos están ahí
para utilizarse, ya sea en el marco de los acuerdos de asociación
euromediterránea, ya sea en programas que naturalmente se pueden
alentar desde el proceso de Barcelona.

La contradicción entre Schengen y Malta no la veo, francamente.

Schengen no es más que un acuerdo de cooperación reforzada entre trece
Estados de la Unión, aunque hasta el momento no la aplican más que
nueve, que concierne única y exclusivamente a la libre circulación de
personas. Malta es un gran proyecto de cooperación euromediterránea.

¿En qué incide Schengen con Malta? En que no dejamos pasar a los
inmigrantes ilegales, pero éstos son



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ilegales haya Schengen o no lo haya. Es más, Schengen lo que hace es
facilitar, y por desgracia facilita, el trasiego de ilegales. Y hemos
visto la tragedia ocurrida en Cataluña hace bien poco de esos
inmigrantes ilegales que, acogiéndose a la libre circulación de
Schengen, pasaban en un camión y tuvieron un accidente. Es decir, una
vez que un marroquí logra cruzar el Estrecho y se sitúa en algún punto
de la provincia de Cádiz, se mueve por el mundo Schengen sin que nadie
le pare. Si la policía no le para en ningún sitio, ese marroquí
frecuentemente termina en Francia, Bélgica u Holanda. Por lo tanto, si
acaso, Schengen, por la vía negativa, favorece esa inmigración ilegal
en el sentido de que permite un gran espacio de libertad de
circulación. No tiene nada que ver; la libre circulación de personas
es una cosa y nuestro diálogo euromediterráneo es otra. Precisamente,
vuelvo a lo que decía el Diputado Yáñez, lo que tenemos que hacer es,
mediante esta cooperación euromediterránea, crear las condiciones en
el mundo mediterráneo para evitar esta lacra de la inmigración, ya sea
legal o ilegal, porque la inmigración es siempre mala, desarraiga a las
personas.

Con el respeto al foro parlamentario euromediterráneo el Ejecutivo no
tiene nada que decir aquí. Nosotros lo que hemos hecho ha sido abrir
la vías para que esto cristalice, y está cristalizando. Ha habido ya
reuniones del Parlamento Europeo y nosotros lo que queremos es
alentarlo, porque creemos que esa interacción es muy importante.

El Diputado Ríos me decía que me notaba un cierto espíritu de
pesimismo. Yo le voy a confesar que no estoy pesimista, pero tampoco
creo que la situación en el diálogo euromediterráneo sea como para
echar las campanas al vuelo. Tenemos una situación muy grave. El
proceso de paz se ha parado. Hay un enfrentamiento entre palestinos e
israelitas. No olvide el señor Ríos que todos los países de la franja
sur del Mediterráneo son todos musulmanes, árabes; en el lado
totalmente opuesto está Israel y luego estamos nosotros. Es una
situación difícil. Al mismo tiempo, la negociación de los acuerdos
euromediterráneos ha producido fricciones, ya lo he citado. Egipto
tiene problemas con ese acuerdo y nosotros tenemos problemas con
Egipto. No crea que le va a resultar cómodo al jefe de la delegación
española estar en Malta con el ministro egipcio de Asuntos Exteriores,
que, a lo mejor, nos reprochará que porque no hemos sido
suficientemente generosos, no está concluido el acuerdo de asociación
y, por lo tanto, una parte del acuerdo de Malta no está terminado, pero
la verdad es que nosotros tenemos límites para nuestra generosidad,
porque tenemos, como decía el señor Martínez Casañ, que conciliar
nuestro compromiso mediterráneo con la defensa de los intereses de
nuestros agricultores. No podemos de buenas a primeras abrir el mercado
europeo a todos los productos de exportación de esos países que
coinciden con los primeros productos de exportación de España.

Se refirió al Tratado de Pelindaba, que afecta exclusivamente al
continente africano, OUA (Organización para la Unidad Africana). Por
lo tanto, afecta al Mediterráneo. No afecta a otros países que usted
ha citado, como Israel o Siria, porque ellos no están en el Tratado de
Pelindaba. Naturalmente, éste es un tema interesante e importante en
el que nosotros estamos considerando todavía nuestra posición, pero la
verdad es que el Tratado de Pelindaba no es el instrumento único.

España ya ha manifestado su total adhesión al Tratado de No
Proliferación Nuclear. Nuestra posición en todos los foros
internacionales está perfectamente clara acerca de ese tema y, desde
luego, en el Mediterráneo mantenemos siempre la misma posición. Esto
se une con otro asunto suscitado por el señor Martínez Casañ, la carta
de la paz y estabilidad en la región, las iniciativas francesas. Este
es un objetivo a largo plazo. Será muy difícil de negociar. Lo que se
pretende en Malta es que haya un mandato a un grupo de altos
funcionarios para que sigan explorando la idea de hacer una carta de
seguridad y estabilidad. Naturalmente a nadie se le ocultan las
dificultades de todo tipo que eso tiene. Sin embargo, la idea, que es
francesa, la hemos apoyado y estamos dispuestos a darle un impulso en
Malta para que de alguna manera se empiece a articular mediante un
diálogo a nivel de altos funcionarios con el objetivo de firmar esa
carta de seguridad.

Creo que eso es todo, señor Presidente. Seguro que me he saltado algo,
pero que en aras de la brevedad creo esto era lo más importante, a mi
juicio.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Secretario de Estado. Acabamos con
ello el segundo punto del orden del día. Querría agradecer su presencia
en esta comparecencia. Entiendo que va a tener ocasión de contestar a
alguna de las preguntas pendientes, pero no querría dejar pasar este
momento sin dejar de agradecerle su presencia y también de rogarle una
vez más que transmita al Ministro de Asuntos Exteriores las expresiones
que ha tenido ocasión de escuchar por parte de tantos Diputados en el
sentido de que esperamos una pronta y satisfactoria recuperación.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (DE
CARVAJAL SALIDO) PARA INFORMAR SOBRE LOS PLANES DE TRASLADO DEL CITADO
MINISTERIO A LA NUEVA SEDE EN LA PLAZA DEL MARQUES DE SALAMANCA Y LOS
MOTIVOS Y RAZONES QUE JUSTIFIQUEN ESTE TRASLADO. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente
212/000536.)



El señor PRESIDENTE: Continuamos con la sesión, señoras y señores
Diputados.

Entramos en la consideración del tercer punto del orden del día, la
comparecencia del Subsecretario de Asuntos Exteriores, pedida en este
caso por el Grupo Parlamentario Popular del Congreso, para informar
sobre los planes de traslado del Ministerio de Asuntos Exteriores a la
nueva sede en la plaza del Marqués de Salamanca y los motivos y razones
que justifican este traslado.

El señor Subsecretario tiene la palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido):
Muchas gracias, señor



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Presidente, por la oportunidad que me ofrece esta Comisión de tratar
de una cuestión que, ciertamente, desde la perspectiva del Ministerio
de Asuntos Exteriores y muy en particular desde la perspectiva de la
Subsecretaría, tiene una importancia capital, y también por la
posibilidad que me ofrecen de complementar tal vez determinada
información que ha podido aparecer en algún medio de comunicación y que
posiblemente no era todo lo completa que hubiera sido de desear.

Al objeto de tratar de exponer esta cuestión de una forma lo mejor
estructurada posible, quisiera hacer un repaso, si se me permite, de
los antecedentes y de la situación actual de la sede del Ministerio de
Asuntos Exteriores. En ese sentido, el Ministerio de Asuntos Exteriores
adolece tradicionalmente de un problema importante derivado de la
ubicación exigua y dispersa de sus servicios. No se trata, es evidente,
de una situación coyuntural sino de un problema que deriva de una
ampliación de sus propias competencias, de un desarrollo de sus
estructuras, consecuencia del incremento de la dimensión internacional
de España. No es necesario recordar las consecuencias que para el
Ministerio de Asuntos Exteriores, también en su vertiente logística,
tienen hechos tales como el ingreso de España en la Comunidad Europea,
el inicio y el desarrollo de la cooperación internacional o el cada día
mayor protagonismo de España en la escena internacional. Todo ello
obliga, como digo, a configurar un departamento con una dotación y
estructura mayores para atender los compromisos consiguientes.

Por ello, la búsqueda de una sede adecuada ha sido desde hace ya largo
tiempo una preocupación constante de los distintos equipos
ministeriales responsables de estas cuestiones en el Ministerio de
Asuntos Exteriores, y este problema, señorías, entiendo que se ha
manifestado en una doble vertiente. Por un lado, al no disponer de una
sede central que pudiese acoger a todas las unidades y servicios del
ministerio, ha sido necesario realizar una labor de concentración en
la instalación del personal que se ve así forzado a desempeñar su labor
en espacios reducidos. A ello me podré referir más tarde con algún dato
concreto, pero entiendo que es sobradamente conocido por los señores
Diputados que frecuentan el departamento. Por otro lado y conforme han
ido surgiendo necesidades de espacio, fruto del mencionado desarrollo
de la estructura orgánica y funcional del departamento, es evidente que
ha sido necesario buscar locales para que en cada momento se pudieran
cubrir estas necesidades, con el problema añadido de la propia
ubicación de la sede central del ministerio en un barrio en el que
realmente no existen inmuebles cercanos disponibles que ofrezcan una
capacidad suficiente para las necesidades del Ministerio de Asuntos
Exteriores. Ello todavía se traduce en la práctica en la existencia
actual de nada menos que 19 sedes distintas, repartidas en 29 edificios
y locales, de los que 19 son patrimonio del Estado y 18 están en
régimen de alquiler. Si se me permite extenderme un segundo en esta
cuestión, solamente quiero recordar que de los 11 edificios propiedad
del Estado, además de los dos que conforman el complejo del Palacio de
Santa Cruz, en donde hay unidades de los servicios centrales, está el
Palacio de Viana, con servicios de protocolo y de conservaduría, el
Palacio de la Trinidad, que acoge lo que era la antigua Secretaría de
Estado para la Unión Europea, el edificio en la calle Oquendo, donde
se aloja la Dirección General para las Naciones Unidas, la Seguridad
y el Desarme, el edificio en la calle Atocha número 3, Dirección
General de Relaciones Culturales y Científicas, todo ello sin mencionar
la Escuela Diplomática, la Agencia Española de Cooperación, la
Biblioteca Hispánica y otros dos edificios adicionales, también
propiedad del Estado, en calles cercanas a la plaza de Santa Cruz, que
alojan respectivamente la oficina presupuestaria y la Subdirección
General de Asuntos Patrimoniales.

Por lo que toca a edificios en régimen de alquiler, representan 10
sedes distintas de unidades y servicios del ministerio, que suponen
--factor de complejidad añadido-- 18 contratos de alquiler, ya que
algunos de esos servicios ocupan pequeños locales contiguos o pisos
correlativos en un mismo edificio, pero que pertenecen a distintos
propietarios y, por tanto, necesitan distintos instrumentos jurídicos,
distintos contratos de alquiler. Entre esas sedes hay que citar cuatro
pisos en la calle María de Molina, en el número 39, tres plantas en la
plaza de Jacinto Benavente, en el número 2. En la calle Eduardo Benot
se encuentra, en tercer lugar la Subdirección General de Informática.

En la calle de Goya, en el número 6, la Dirección General de Asuntos
Jurídicos y Consulares. En la calle de la Bolsa hay tres locales
distintos: para la Asesoría Jurídica Internacional, para la Inspección
General de Servicios y para la delegación de Muface. En la calle Arenal
existe otro edificio que aloja a servicios de administración. En la
calle Imperial, un edificio que aloja a las secciones sindicales del
Ministerio de Asuntos Exteriores, del personal del ministerio, y, por
último, también en la calle Imperial, número 9, un edificio en donde
trabajan los servicios de publicaciones y otras unidades de la
Secretaría General Técnica.

En resumen, señorías, el Ministerio de Asuntos Exteriores dispone en
estos momentos de 47.000 metros cuadrados, en números redondos, en
edificios propiedad del Estado, y otros 12.000 metros cuadrados en
régimen de alquiler, que representan, en este segundo caso, un importe
total, en números redondos, de 360 millones de pesetas y si necesitan
la cifra concreta, de 358.327.798 pesetas en el año en curso, todo ello
sin citar el problema de ubicación del Instituto Cervantes, que, como
saben ustedes perfectamente, está sito en el municipio de Alcalá de
Henares, en un edificio de 2.500 metros cuadrados, cedido por el
ayuntamiento de dicha ciudad, además de otro arrendado de 918 metros
cuadrados por el que se paga un alquiler de 20 millones de pesetas.

Esta situación pienso que con toda evidencia demuestra las dificultades
organizativas y personales a las que tiene que hacer frente el
Ministerio de Asuntos Exteriores para el normal desarrollo de su
actividad; dificultades, señorías, que, entiendo, vienen agravadas
además por el hecho de que los locales de que dispone el Ministerio de
Asuntos Exteriores en la actualidad no tienen capacidad para acoger
suficientemente a sus aproximadamente 2.100 funcionarios



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--por funcionarios entiendo personal funcionario propiamente dicho y
contratados laborales--. Si vemos la distribución de esos funcionarios,
podemos, efectivamente, como decía antes, comprobar el grado de
concentración excesiva en unos puntos y la dispersión en los demás
casos. El departamento propiamente dicho tiene aproximadamente 1.660
funcionarios, repartidos entre la sede central, del orden de 1.000
funcionarios, y 15 locales periféricos, con 610 funcionarios, además
de los 350, aproximadamente, que trabajan en la Agencia Española de
Cooperación y los 80 funcionarios con los que cuenta el Instituto
Cervantes.

Resulta además necesario hacer un hincapié especial en que, por su
propia estructura, el espacio disponible en los palacios de Santa Cruz,
Viana y Trinidad es en la práctica muy limitado. En el Palacio de Santa
Cruz, en sus dos edificios, trabajan 950 personas, dándose el caso de
despachos --de nuevo entiendo que SS. SS. son perfectamente conscientes
de ello-- ocupados por dos y hasta tres personas, lo que supone un
reducido coeficiente de espacio de oficina por funcionario, que en el
Palacio de Santa Cruz no llega a los 10 metros cuadrados por persona,
de media. Es evidente, por tanto, además de este factor personal de
condiciones de trabajo, que la mencionada dispersión supone --y esto
creo que es tal vez lo más importante-- un elevado coste de operación
y mantenimiento de las sedes del ministerio, ya que, además de un
encarecimiento de las comunicaciones internas, obliga a multiplicar los
servicios de seguridad, limpieza, conservación, apoyos y suministros.

Esta situación, insisto, no nueva, sino que se ha pretendido abordar
y solucionar por los distintos equipos ministeriales desde 1986. Si se
me permite recordarlo diré que en un primer estudio inicial, en dicho
año 1986, se contempló la posibilidad de construir un nuevo edificio
en un solar en las afueras de Madrid, proyecto que en su día fue
descartado debido a las dificultades inherentes a una ubicación
periférica de la sede central de un departamento ministerial.

Posteriormente, en mayo de 1993, el Ministerio de Economía y Hacienda
procedió a afectar al de Asuntos Exteriores un solar en la confluencia
de las calles Padre Damián y Fray Bernardino Sahagún, solar que iba
acompañado de un proyecto básico de edificación y de una licencia
municipal de obra adaptada a lo que era el destinatario inicial de
dicho edificio, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, que, a
nuestro juicio, suponía un importante condicionante para el proyecto
de ejecución definitivo de una sede para el Ministerio de Asuntos
Exteriores. En efecto, la licencia original limitaba la superficie
total utilizable para oficinas de tal manera que la nueva sede, de los
75.000 metros cuadrados de superficie total construida, tan sólo
ofrecía 28.000 metros cuadrados sobre rasante. Con esta superficie, el
nuevo edificio podía acoger, de una manera ciertamente ajustada, al
Ministerio de Asuntos Exteriores, pero no a la totalidad de sus
servicios, viéndose obligado el departamento, de haber seguido con ese
proyecto, a dejar fuera de dicho edificio a unidades tan importantes
como la Dirección General de Asuntos Jurídicos y Consulares, la
Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica
y, desde luego, la Agencia Española de Cooperación Internacional, la
Escuela Diplomática y el Instituto Cervantes.

En definitiva, entendíamos que el nuevo edificio nacía con los
problemas existentes en la actualidad, es decir --y a riesgo de
resultar reiterativo--, una ubicación exigua para sus funcionarios y
una importante dispersión de sedes, todo esto, sin mencionar, aunque
tal vez sea lo más esencial, las dificultades o los inconvenientes de
tal solución relativos al tiempo necesario para la construcción de ese
edificio, ya que se hablaba de un plazo de unos tres o cuatro años, con
la dificultad añadida del retraso inherente a toda construcción de esta
entidad, y al altísimo coste presupuestario de esa nueva edificación,
que en principio se cifraba en unos 15.000 millones de pesetas, en un
momento de obligada contención presupuestaria.

Por tanto, se comprobó que ésa no era la solución idónea y se trató de
buscar un edificio ya construido que pudiera albergar la totalidad de
los servicios del ministerio, constatándose la inexistencia en Madrid
de un edificio de tales características. En consecuencia, se empezó a
estudiar una solución de ejecución rápida, financiable y que si no
brindaba la posibilidad de incluir todos los servicios del ministerio,
posibilitara la mayor concentración posible de su personal. En este
sentido, el edificio ocupado por la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales, la SEPI, dependiente del Ministerio de Industria, en la
plaza del Marqués de Salamanca, con sus 48.000 metros cuadrados de
superficie construida, ofrece una capacidad que, entendemos, es muy
adecuada a las necesidades del ministerio. Desde el punto de vista del
espacio para oficinas, cuenta con más de 25.000 metros cuadrados
aprovechables para despachos, que pueden acoger un máximo de 1.200
funcionarios --eran 1.200 funcionarios los que, en su día, trabajaron
en el antiguo INI; por tanto, en el mismo espacio--, que, unidos a los
14.000 metros cuadrados útiles que ofrecen el Palacio de Santa Cruz y
el edificio de Atocha, 3, donde ya está alojada la Dirección General
de Relaciones Científicas y Culturales, cubren adecuadamente los casi
39.000 metros cuadrados que necesitaría el ministerio para acoger a sus
2.100 funcionarios con un coeficiente de ocupación óptimo, o por lo
menos mucho más adecuado que el actual, de 18,5 metros cuadrados por
persona. Además, dicho edificio de la plaza del Marqués de Salamanca
cuenta, como es sabido, con unas magníficas instalaciones para actos
públicos, salas de conferencias y de proyección, archivos y servicios
en un magnífico estado de conservación y está bien ubicado, tanto en
términos de proximidad a la plaza de Santa Cruz como en términos de
representatividad, ya que el ministerio estima que, ciertamente, son
inmejorables.

Por tanto, creemos que la disponibilidad de un edificio de estas
características pronto permitirá al Ministerio de Asuntos Exteriores
planificar su distribución en dos grandes núcleos que partiendo de la
deseable ubicación de la Escuela Diplomática en su actual
emplazamiento, dentro del ambiente académico que representa la ciudad
universitaria, serían: por un lado, el formado por la actual sede
central, en la plaza de la Provincia; el Palacio de Viana, a efectos



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de representación, y la Dirección General de Relaciones Culturales y
Científicas, en la calle de Atocha, 3, esto es, cruzando la calle desde
la plaza de la Provincia, y, por otro lado, el complejo que formaría
el actual edificio de la SEPI en la plaza del Marqués de Salamanca.

Esta solución de los dos grandes núcleos se ha estimado como la más
operativa y, como decía antes, la menos costosa, con un breve plazo de
tiempo para su puesta en práctica, permitiendo la concentración de
unidades en espacios adecuados y con la correspondiente amortización
de alquileres y mayor racionalización y operatividad de las condiciones
de trabajo. Paralelamente, supone la posibilidad de desahogar la sede
central mediante una redistribución de las unidades entre los dos
núcleos, brindando capacidad suficiente para soportar futuros
desarrollos del departamento.

Por otro lado, al existir actualmente locales vacíos en el edificio de
la SEPI, y en coordinación con los ministerios de Industria y Economía
y Hacienda, dentro de la política general del Gobierno de
racionalización de la utilización de recursos y reducción del gasto
público, se han dado los primeros pasos para el traslado de dichos
locales, en la plaza del Marqués de Salamanca, de la Secretaría de
Estado de Política Exterior y para la Unión Europea y de la
Subdirección General de Informática --que posiblemente sea la unidad
que está en condiciones más difíciles de instalación-- a los nuevos
locales en un régimen de alquiler, traslado que está previsto que se
pueda realizar este verano, posiblemente a finales del mes de junio o
primeros del mes de julio. En una segunda fase, a medida que se pueda
ir liberando espacio en el edificio de la SEPI por haber encontrado
ésta una nueva instalación, y de acuerdo todo ello --insisto-- con el
Ministerio de Economía y Hacienda y con el propio Ministerio de
Industria, cuya colaboración quiero agradecer en público desde esta
tribuna, se procederá, como digo, al traslado de nuevas unidades del
Ministerio de Asuntos Exteriores a dicho edificio, amortizando
progresivamente los restantes contratos de arrendamiento.

Al hilo de lo que he señalado, quiero subrayar, a efectos de clarificar
de nuevo determinada información aparecida en prensa, que, en todo
caso, no es voluntad del ministerio prescindir por completo, ni mucho
menos, de la actual sede en el Palacio de Santa Cruz, que,
evidentemente, tiene unas connotaciones y una tradición que desde el
propio departamento quisiéramos guardar y en la que quedarían servicios
importantes y no sólo un servicio de protocolo, como se ha dicho.

Con esta nueva distribución y ubicación del ministerio, señorías, señor
Presidente, se busca una mejora funcional del departamento, lo que, a
nuestro juicio, posibilita la localización conjunta de sus unidades,
para permitir una mayor coordinación y racionalización del trabajo y
se produce --lo cual entiendo que es muy importante-- una notable
reducción en los gastos de funcionamiento del departamento. Como he
señalado anteriormente, esto se traducirá, por un lado en la
amortización de los contratos de arrendamiento de los locales
actualmente existentes, que es preciso recordar ascienden
aproximadamente a 360 millones de pesetas este año y, por otro lado,
redundará en una reducción de gastos corrientes de funcionamiento, como
los de seguridad, limpieza y mantenimiento, servicios y suministros,
que se encuentran hoy multiplicados prácticamente por el mismo número
de sedes que, recuerdo una vez más, son 19. En definitiva, señor
Presidente, no se trata sino de buscar la mayor racionalización, tanto
de la organización funcional como de la ejecución del gasto y dar
finalmente una solución al ya viejo problema de la instalación física
del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Confío, señorías, que esta información que les he podido transmitir
sirva para aclarar esta cuestión. En todo caso, estoy a disposición de
los miembros de esta Comisión, bien sea para trasladar por escrito con
más detalle alguno de los datos a los que me he referido antes, bien
para responder a las preguntas que quieran ahora plantearme.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Subsecretario.

El Grupo Parlamentario Popular ha propuesto esta comparecencia. En su
nombre, doy la palabra al señor Soriano.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: En primer lugar, agradecer la
comparecencia del señor subsecretario, que en su amplia y detallada
exposición creo que nos ha dejado prácticamente sin argumentos, porque
coincidimos totalmente con la idea de racionalizar la actual dispersión
de sedes del Ministerio de Asuntos Exteriores, problema
tradicionalmente no resuelto en la Administración pública española,
donde siempre hemos estado habituados a que la expansión de los
servicios vaya por delante de las necesidades de ubicación. Pensemos
y recordemos que los nuevos ministerios, que hoy apenas alojan a dos
departamentos ministeriales, y no en su totalidad, fueron concebidos
en tiempos de la República por Indalecio Prieto para ubicar allí a toda
la Administración del Estado entonces existente. De manera que esto nos
puede dar una idea de cómo el problema se ha venido agravando, y no
sólo en el Ministerio de Asuntos Exteriores, sino también en los demás
ministerios.

Creo que el señor subsecretario ha dejado claramente expuesto que es
un hecho la actual dispersión de sedes, lo cual resulta caro --se pagan
350 millones de pesetas de alquileres--, y es evidente la mala
situación en que se encuentran actualmente los funcionarios para
desempeñar sus tareas. No cabe duda de que la ubicación en la sede del
antiguo INI, en la plaza del Marqués de Salamanca, va a comportar, como
ha dicho el subsecretario, una reducción del gasto y también una
reducción de personal; pensemos que en todas las sedes hay subalternos,
un personal que estando centralizado todo en la nueva sede
indudablemente se va a reducir, lo que conlleva menos gasto. Este
ahorro va a ser importante. Ha quedado claro que la sede del actual
ministerio en la plaza de Santa Cruz se va a conservar como sede
importante del ministerio; indudablemente, hubiera sido más conveniente
que la sede estuviera más cerca, pero todos sabemos que en los
alrededores del Palacio de Santa Cruz difícilmente se podría buscar un
edificio.




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Al Grupo Popular, y a mí personalmente, nos ha parecido muy detallada
la explicación y creemos correcta la política seguida por el ministerio
en orden a su nueva ubicación. De manera que puede contar el
ministerio, como no podría ser de otra forma, con el apoyo del Grupo
Popular en esta tarea.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Puig.




El señor PUIG I OLIVE: Muchas gracias, señor subsecretario, por su
detallada explicación acerca del posible traslado del ministerio a la
nueva sede.

Como usted sabe, nuestro grupo parlamentario cuando estuvo en el
Gobierno participó también de la necesidad de encontrar --como usted
mismo ha dicho-- una solución al problema. He entendido de su detallada
exposición que si en 1993 no se tomó la decisión con el edificio del
que usted nos hablaba no fue exclusivamente por razones económicas,
sino también porque no había una satisfacción total respecto a lo que
representaba como solución, de tal manera que hubo que abandonar aquel
proyecto.

El proyecto que usted nos ha avanzado nos parece bien; he de creer --y
quiero creer-- en los detalles de sus explicaciones --que los ha dado--
y, por tanto, me parece que son perfectamente coherentes. Si el
edificio del SEPI reúne las condiciones que usted nos ha citado, si se
puede combinar con la utilización de otros edificios y esto va a
conllevar una mayor racionalidad en la organización del ministerio, en
una mejor eficacia del trabajo de los departamentos, de las condiciones
de trabajo del personal, que quizá era uno de los mayores problemas el
espacio suficiente para poder trabajar con una mínima comodidad y,
además, resulta que rebajamos costes en general y en lo que son gastos
de funcionamiento cotidiano, me parece imposible no estar de acuerdo
con esa solución. En este sentido, mi grupo quiere manifestar aquí el
acuerdo básico con esa decisión; y en tanto que portavoz en este caso
del principal grupo de la oposición, lo único que tengo que decirle es
que lo hagan lo antes posible y lo hagan bien. Háganlo bien, infórmenos
en el fuguro como ha hecho hoy, cuando haya algo que valga la pena
tratar, cosa que yo le agradezco encarecidamente.




El señor PRESIDENTE: No sé si el señor subsecretario querrá añadir
alguna cosa más.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido):
Simplemente agradecer a los dos señores Diputados que han intervenido
sus comentarios. Efectivamente, es un viejo problema, es un viejo
anhelo. Pensamos que, efectivamente, ésta es la mejor solución. Me
congratulo de que SS. SS. así lo entiendan y cuenten con que si
necesitamos del apoyo de esta Comisión para poder proceder, como es
nuestra voluntad, lo antes posible y, desde luego, en las mejores
condiciones a ese traslado, usaremos ese procedimiento.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Subsecretario, de nuevo por
su presencia en esta Cámara y en esta Comisión y por las informaciones
detalladas que nos ha ofrecido y que seguramente en el momento que se
pongan en práctica redundarán en una mejor capacidad de servicio del
Ministerio de Asuntos Exteriores. (Pausa.)
Señoras y señores Diputados, después de esta brevísima interrupción,
debida a razones exclusivamente técnica y de cortesía, reanudamos la
sesión.

Antes de continuar con la misma, les voy a hacer una propuesta, por
demás honesta entiendo, y es que estando ya muy retrasados en la
consideración normal del orden del día, por razones que antes hemos
contemplado, y de las cuales no nos quejamos, porque la importancia del
tema merecía su consideración detallada, nos encontramos con que
algunos puntos del orden del día se pueden considerar indebidamente de
forma apresurada.

Deseo contar con el beneplácito de SS. SS. para lo siguiente: Sometemos
en este momento a consideración las preguntas, todas las cuales van a
ser contestadas por el Secretario de Estado, cuya presencia continuada
se produce a lo largo de toda esta mañana en la sesión, y que aplacemos
la consideración tanto de la proposición no de ley que teníamos
incluida en el orden del día, como de los tratados y convenios
internacionales.

En el tema de los tratados no hay problema alguno, porque estamos
dentro del plazo correspondiente, es decir el plazo de enmiendas caduca
mucho más tarde para que no haya absolutamente ningún tipo de problema
reglamentario al respecto. Querría contar con el beneplácito del
proponente de la proposición no de ley, que es el Grupo Parlamentario
Popular, para realizar esta levísima alteración, si se produjera. Les
adelanto también que la consideración de los puntos eventualmente
suspendidos tendría lugar el día 24 de abril, jueves, por la tarde.

Tiene la palabra el señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Presidente, me parece muy oportuno, porque
el día 24 es San Fidel...




El señor PRESIDENTE: ... de Sigmaringa. (Risas.)



El señor ROBLES FRAGA: Sí, de Sigmaringa.

La única duda, señor Presidente, es que algunos tratados están
incluidos en el orden del día del Pleno.




El señor PRESIDENTE: No se preocupe, señor Robles, que de eso la
Presidencia se ocupa y se informará a la Presidencia de la Cámara para
que mañana lo tengamos. (Rumores.)
¿Cuento con el beneplácito? (Asentimiento.)
Veo que hay un emocionante consenso al respecto. De manera, que así
procederemos.

Pasamos inmediatamente a la consideración de las preguntas, pero no
querría que el aplazamiento de algún punto del orden del día produjera
una desbandada entre SS. SS., porque sería enormemente negativo para
la marcha de los trabajos de la Comisión.




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Además quiero señalarles otro extremo que me parece significativo e
importante, sobre el cual recibirán invitación por escrito. Todos los
miembros de la Comisión han sido invitados a participar en una jornada
de estudio que celebraremos el día 21 de este mes, lunes, a partir de
las 4 de la tarde, en esta casa; jornada de estudio parlamentario
dedicada a los temas del Magreb, para la cual contaremos como ponentes
con representantes cualificados de la Administración española. Como los
miembros de la Mesa saben es una iniciativa que hemos tomado hace
todavía pocas semanas y es la primera jornada de estudios de ese tipo
que se produce. Incitaría amistosamente a todos y cada uno de los
miembros de la Comisión a que participaran en dicha jornada de estudio,
porque si contamos con una participación significativa cualificada y
cuantificada, podríamos continuar en el futuro con esa jornada de
estudio, que se produce de manera completamente informal. No son
reuniones regulares de la comisión; no tendremos taquígrafos, no
tendremos prensa. Será una jornada de estudio para profundizar en el
conocimiento y en la información sobre temas que nos son especialmente
próximos. También quería recordárselo a SS. SS. (El señor De Puig i
Olivé pide la palabra.)
Veo que el señor De Puig y el señor Solé Tura me piden la palabra.




El señor DE PUIG I OLIVE: Señor Presidente, para recordar que,
desgraciadamente, esta fecha coincide con un plenario del Consejo de
Europa y un número importante de miembros de esta Comisión son miembros
de la Delegación Española en el Consejo de Europa, lo que va a impedir
o va a tener que obligarnos a tomar una decisión...




El señor PRESIDENTE: Señor De Puig, la verdad es que hemos estado
jugando --los miembros de la Mesa lo saben-- con varias fechas para
organizarlo y siempre nos encontrábamos con dificultades de unos y de
otros. Lo siento, pero vamos a mantener esta fecha para los que puedan
venir; a los que no puedan venir les contaremos lo ocurrido. Todos
aquellos que puedan venir, sería muy importante que participaran en la
misma, para su adecuado desarrollo y, además, aprovecho también la
presencia del señor Secretario de Estado para agradecer la colaboración
que nos presta el Ministerio de Asuntos Exteriores en la organización
de esa jornada.




PREGUNTAS:



--DEL SEÑOR PERALTA ORTEGA, DEL GRUPO IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER
CATALUNYA, SOBRE PREVISIONES ACERCA DE LA SUSPENSION DE LA APORTACION
ECONOMICA AL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE,
PNUMA. (Número de expediente 181/000485.)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, pasamos a las
preguntas que figuran entre los números 4 y 10 del orden del día que
todos ustedes conocen, para las cuales pediría a todos --a los
preguntantes y al preguntado-- que realizaran un ejercicio de síntesis,
de quintaesencia, para ver si podemos acabar dentro de límites
razonables.

La primera pregunta está formulada por el señor Peralta Ortega y se
refiere a la suspensión de las aportaciones económicas al Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Para realizar la pregunta, tiene la palabra el señor Peralta.




El señor PERALTA ORTEGA: Siguiendo esa indicación que usted realizaba,
me gustaría manifestar, en esta inicial intervención, el texto de la
pregunta. En definitiva: ¿Es voluntad del Gobierno español suspender
su aportación económica al Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente si no cambia la organización del mismo?



El señor PRESIDENTE: El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Trataré de respetar al máximo la brevedad.

Este fondo está nutrido con contribuciones voluntarias y, por tanto,
no está establecida una cantidad. La aportación española que ha hecho
el Ministerio de Asuntos Exteriores en esta contribución voluntaria ha
sido de 635.000 dólares en 1994, 899.000 dólares en 1995, y 776.000 en
1996.

Durante la 19 sesión del Consejo de administración del Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Pnuma, que tuvo lugar en
Nairobi el 27 de enero, uno de los temas previstos para aprobación era
el relativo a la reforma de las estructuras de gobierno del Pnuma. La
Unión Europea, Estados Unidos y un grupo de países de Europa Occidental
y otros Estados en general, eran favorables al establecimiento de un
órgano intersesiones para asesorar y orientar a la directora ejecutiva,
así como asistirla en la preparación del programa de trabajo y del
presupuesto. Esta propuesta mantenía al actual Comité de Representantes
Permanentes, pero con una sensible reducción en sus actuales funciones.

El Grupo de los 77 y China se mostraron contrarios a esta propuesta y
a pesar de los esfuerzos del presidente del consejo de administración
que creó a nivel ministerial un grupo de trabajo de composición
abierta, no se avanzó en la negociación sobre el tema. Por lo anterior,
el presidente no clausuró el consejo de administración, sino que lo
suspendió dejando abierta la posibilidad de un futuro acuerdo. Reino
Unido, Estados Unidos y España anunciaron la suspensión temporal de sus
contribuciones hasta que no se resolviera este tema.

Se ha convocado nuevamente el consejo de administración los días 3 y
4 de abril y se ha alcanzado finalmente un acuerdo sobre reforma en las
estructuras. El acuerdo consiste en la creación de un Comité de alto
nivel de ministros y funcionarios,



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como órgano subsidiario del Consejo de administración, que contará con
36 miembros elegidos por un período de dos años, siguiendo el criterio
de representación nacional y que se reunirá al menos una vez al año en
Nairobi.

Se mantiene también el Comité de representantes permanentes definiendo
su mandato y estableciendo que celebrará cuatro reuniones al año. Por
tanto, había un problema de eficacia administrativa, de reducción de
gastos y reforma de los órganos para hacerlos más efectivos. Ese
objetivo se ha alcanzado y, consecuentemente, el Gobierno español, a
través del Ministerio de Asuntos Exteriores, tiene intención de
depositar su contribución voluntaria para el presente año en el plazo
más breve posible y será superior a la que hicimos el año pasado.




El señor PRESIDENTE: Señor Peralta.




El señor PERALTA ORTEGA: En un momento determinado de su respuesta, que
agradezco, me temía que usted decía había un problema y que se había
resuelto, con lo cual sería repetir esa afirmación que se hizo en su
momento y parece ser que en temas de política exterior guía la
orientación de este Gobierno.

El tipo de conducta que asumió España en relación con este tema no es
positivo. Que la forma de defender una posición sea amenazar con que
no se hace la aportación a los organismos internacionales, a los
programas internacionales es una posición mantenida por algún país, en
concreto por Estados Unidos, que nos ha parecido y nos parece
extraordinariamente negativa.

Respecto a los problemas que puedan tener los organismos
internacionales, creemos que en concreto este programa de Naciones
Unidas tiene que actualizarse, tiene que asumir las nuevas perspectivas
derivadas de la cumbre de Río, etcétera, pero la manera de conseguir
estos objetivos no puede ser a la que vemos que nuestro país,
desgraciadamente, se apunta junto con Estados Unidos y otro país
europeo, como es el caso del Reino Unido, pero dejando al margen al
conjunto de los restantes países europeos.

Por tanto, creo que el procedimiento que ha seguido nuestro país no es
el más positivo. No nos parece que sea el mecanismo adecuado y, sobre
todo, no nos parece que el objetivo que se perseguía fuera realmente
adecuado. En nuestra opinión, el Pnuma tiene necesidad de actualizarse,
pero quizá lo más importante no son los problemas de carácter, de
estructura y de coste sino asumir las competencias oportunas, en este
sentido.

Celebro que en este momento la voluntad del Gobierno español sea
distinta a la que tenía hace escasamente unos meses, ya que ha
terminado manifestando que se va a producir la aportación con carácter
inmediato y que va a ser superior a la del año anterior. Nos parece que
ésa es una decisión positiva y enmienda la que se mantuvo en el pasado
año 1996, que se redujo la aportación cortando ese crecimiento que se
había observado en el año 1995.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Unicamente decir que tomo nota de las
palabras del señor Diputado pero comprenderá que el Gobierno, en la
defensa de los intereses de España, se reserva el derecho de hacer las
alianzas que correspondan para poder lograr los objetivos que deseamos.

Desde luego, en ningún caso hemos puesto en peligro el programa puesto
que vamos a hacer una aportación, como ya he dicho.




--DEL SEÑOR RECODER I MIRALLES, DEL GRUPO CATALAN (CONVERGéNCIA I
UNIO), SOBRE POSICION DEL GOBIERNO EN RELACION A LA PROPUESTA
NORTEAMERICANA DE CREAR UNA POLICIA PARA CAPTURAR A LOS CRIMINALES DE
LA GUERRA DE BOSNIA. (Número de expediente 181/000536.)



El señor PRESIDENTE: Pregunta número 5, de la que es autor el señor
Recoder, sobre la posición del Gobierno en relación a la propuesta
norteamericana de crear una policía para capturar a los criminales de
guerra de Bosnia.

El señor Recoder tiene la palabra.




El señor RECODER I MIRALLES: Señor Secretario de Estado, el 18 de
diciembre pasado el Secretario de Defensa de los Estados Unidos,
William Perry, en una serie de contactos bilaterales con ministros de
Defensa de la OTAN, en la propia sede de la OTAN y previas a una
reunión de 16 ministros de defensa de la Alianza, lanzaba la propuesta
de crear una policía para capturar a los genocidas bosnios con causas
pendientes ante el Tribunal penal internacional. (El señor
Vicepresidente, Estrella Pedrola, ocupa la Presidencia.)
De aceptarse esta propuesta, de la que no tenemos conocimiento que se
haya llegado a considerar en el seno de la Alianza Atlántica de manera
formal, supondría un cambio importante y un paso adelante en la actitud
de la Alianza Atlántica en relación a esta situación tan delicada.

¿Cuál es la situación? La conocemos por el mandato IFOR, que fue
corroborado por el Ministro de Exteriores en el Pleno de la Cámara, el
19 de junio, a pregunta de este grupo parlamentario, o por el propio
Secretario General de la OTAN cuando compareció el año pasado ante esta
Comisión, si no recuerdo mal en el mes de noviembre. El mandato de IFOR
es que estos genocidas sólo deben ser detenidos si las tropas de IFOR
se tropiezan con ellos. Incluso las malas lenguas dicen que, en
consecuencia, para evitarse problemas las tropas IFOR procuran no
tropezarse con ellos, porque se han dado episodios, cuando menos
lamentables y curiosos, como el del pasado mes de junio cuando el
criminal de guerra serbobosnio, el tristemente famoso General Mladic,
se paseaba por las calles de Banja Luka a pocos metros del cuartel
británico de IFOR, o cuando este mismo personaje asistía en Belgrado
al funeral celebrado por otro criminal de guerra, el General Djujic,
liberado por el Tribunal penal internacional precisamente



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porque padecía una enfermedad en fase terminal y para poder asistir a
este funeral Mladic tuvo que atravesar necesariamente los controles de
IFOR.

También más recientemente se han oído algunas manifestaciones, no
concretadas sobre la determinación de OTAN e IFOR de conseguir poner
a disposición de la justicia a estos personajes, cumpliendo así uno de
los mandatos de los acuerdos de Dayton. Por todo ello, le formulo la
pregunta que consta en el orden del día.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Tiene la palabra el señor
Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): El Gobierno español considera importante
que todos los sospechosos de crímenes de guerra comparezcan ante el
tribunal que se ha constituido en La Haya a este efecto. El
procesamiento de todos estos criminales o responsables de crímenes de
guerra constituye un acto básico de justicia y servirá para sentar un
precedente ejemplar para futuros conflictos en cualquier parte del
mundo, además de constituir una aportación positiva a la paz en
Bosnia-Herzegovina.

Como recordará S. S., en los acuerdos de Dayton, que sientan las bases
para el actual proceso de paz, y en sus desarrollos posteriores en las
conferencias de aplicación de Londres y de Florencia, todos los países
participantes acordaron que la primera responsabilidad para la
detención de los acusados de crímenes de guerra reside en las antiguas
partes en conflicto, que se han comprometido a poner a esos inculpados
a la disposición del Tribunal de La Haya. Me gustaría recordar que en
estas dos conferencias también se habló de que la concesión de la ayuda
económica para la reconstrucción de Bosnia-Herzegovina estaba
supeditada al cumplimiento por las partes de esta obligación.

Sin embargo, tenemos que asumir el hecho de que hasta el momento las
partes han mostrado muy escasa voluntad en el cumplimiento de este
compromiso. Por esto y dada la naturaleza de crímenes contra la
humanidad de los hechos que estamos tratando, el Gobierno estudia con
atención cualquier propuesta dirigida a obligar a los acusados a
comparecer ante el tribunal.

En el estudio de estas cuestiones estamos teniendo en cuenta no sólo
la eficacia para lograr el fin último de la detención de los acusados,
sino sus consecuencias para la seguridad de las fuerzas internacionales
desplegadas en Bosnia y, en particular, los efectos que podrían
derivarse para las tropas españolas, además de la influencia que todo
esto puede tener en el muy frágil proceso de reconstrucción de la paz.

La propuesta norteamericana se inscribe en esta nueva idea. Hay que
señalar que esta iniciativa todavía no ha sido definida en todos sus
extremos. Simplemente se ha lanzado la idea pero nada se ha concretado
sobre cómo se va a reclutar esta fuerza, cuál va a ser el nivel de su
armamento, qué relación va a tener esta fuerza con IFOR o SFOR en este
momento, cuáles van a ser sus áreas de despliegue. Por esta razón, en
este momento de la propuesta únicamente nos hemos limitado a acoger
favorablemente la idea como una posibilidad más de contribuir a la
detención de criminales de guerra y la verdad es que estamos a la
espera de futuras precisiones, que siempre serán evaluadas con los
criterios que he señalado. Creo que esos criterios son los que deben
guiar la nuestra, es decir, cómo se va a ver afectado el proceso de
paz, cómo va a afectar esto a las fuerzas desplegadas y qué efectividad
va a tener esto en la detención real de algunos, porque puede pasar que
con una fuerza de este tipo terminemos deteniendo a pequeños
infractores y que los grandes criminales de guerra, cuyos nombres todos
conocemos y uno de ellos ha sido citado por el señor Recoder, sigan
libres por los problemas que podía representar su detención.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Señor Presidente, voy a ser muy breve.

Intervengo para insistir en una cuestión. Señor Secretario de Estado,
yo diría que estamos ante uno de los principales acuerdos de Dayton,
y quiero llamar la atención sobre el hecho de que hasta el momento no
ha existido voluntad real, por los motivos que sean, algunos de ellos
usted los ha denunciado, pero no ha existido voluntad real por parte
de IFOR y, por tanto, por parte de la comunidad internacional respecto
a estos 57 personajes acusados de una de las mayores atrocidades que
se han cometido en Europa, sin lugar a dudas desde la Segunda Guerra
Mundial, no ha existido la voluntad real de poner a esas 57 personas
a disposición del Tribunal penal Internacional, porque todos somos
conscientes de que dejar su detención en manos de las partes es
absolutamente impensable. Yo no me imagino a Milosevic deteniendo a
Karadzic o a Mladic y mucho menos a las autoridades serbias de Bosnia.

Por tanto, cualquier impulso y cualquier propuesta que se haga y muy
especialmente si viene formulada desde los Estados Unidos en relación
con dar un paso adelante para conseguir, repito, el cumplimiento de uno
de los puntos principales del acuerdo de Dayton, con todas las
consideraciones que se quieran hacer, debe ser contemplada con muy
buena voluntad por parte del Gobierno español. Cuando menos, ésta es
la voluntad de este grupo parlamentario y continuaremos insistiendo en
esa línea.




--DEL SEÑOR YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA (GRUPO SOCIALISTA), SOBRE AVANCES
PRODUCIDOS EN ASIA DURANTE EL ULTIMO AÑO CON RESPECTO A ESPAÑA. (Número
de expediente 181/000554.)



El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Pregunta de don Luis
Yáñez-Barnuevo sobre avances producidos en Asia durante el último año
con respecto a España.




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El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Esta y alguna de las preguntas
siguientes tienen relación con temas que, por sí mismos, requieren un
debate más amplio. Emplazamos al secretario de Estado, o al ministro
en su caso, a celebrar debates, en formato de comparecencia o a
petición propia, sobre alguno de los temas --lo digo ahora para no
repetirlo en alguna de las preguntas siguientes-- que hemos presentado
como pregunta, sobre todo para tener, aunque sea brevemente y con
rapidez, una respuesta del Gobierno a temas respecto a los que nos
parece que no hay claridad, al menos públicamente, sobre la posición
del Gobierno sobre asuntos que son, como se va a ver, bastante graves.

No sabemos interpretar si ese silencio es ausencia de posición
concreta, de criterios claros, o simplemente ausencia de transmisión
de los mismos.

La pregunta número 6 se refiere a la primera comparecencia general del
Ministro de Asuntos Exteriores, señor Matutes, un mes después de
formarse el Gobierno, sobre la política exterior que pretendía llevar
a cabo el Ejecutivo, y el mismo ministro, en la que expresaba una
prioridad importante. Subrayó la necesidad de una estrategia de
presencia, de despliegue, en Asia, fundamentalmente en el aspecto
económico-comercial, y también en el político, porque están
interrelacionados. Estuvimos de acuerdo con ello porque, aunque no me
gusta utilizar la expresión tópica de asignatura pendiente, sin duda
es una dimensión en la que todavía tenemos mucho que avanzar. No hemos
visto este año --vuelvo a repetir lo del silencio o la ausencia de
información-- los pasos dados para ese despliegue económico-comercial,
despliegue consular y de embajadas; en una palabra, presencia de España
que se vaya traduciendo en unos intercambios cada vez mayores y de
participación de nuestro país en un mercado que, todo el mundo lo
reconoce, es ya muy importante, pero de enormes posibilidades
potenciales. Hay un estudio de The Economist de 1994 que hace una
proyección en la que afirma que, para el año 2020, las quince mayores
economías del mundo serían, por este orden, China, Estados Unidos,
Japón, India, Indonesia, Alemania, Corea del Sur, Tailandia, Francia,
Taiwan, Brasil, Italia, Rusia, Reino Unido y Méjico. Es decir, la mitad
de las diez mayores economías del mundo estarán en Asia oriental.

Frente a ese escenario futuro, o se contempla Asia como peligro o como
oportunidad. Por multitud de razones, creemos que es esta segunda
opción la que debemos tomar. Debemos poner todos los medios y toda la
voluntad para no estar ausentes de esa enorme oportunidad que existe
ya desde hace unos años en oriente.

En los años 1994 y 1995 se celebraron importantes expotecnias en Pekín
y Bangkok. Sus Majestades los Reyes realizaron también en el año 1995
una importante gira por China, Malasia y Filipinas y después han estado
en Corea. Salvo esos datos, desconocemos qué otras iniciativas se han
tomado en esa estrategia de presencia de la Administración, de las
empresas, de las universidades, de los inversores, de todo lo que surja
también en el aspecto cultural. Por ejemplo, observamos cómo los
empresarios japoneses aprenden español para entrar en el mercado de
América Latina y, aunque parezca una utopía, no estaría de más, por
promocionar los estudios orientalistas en nuestras universidades, la
enseñanza del japonés o del chino, que vendría muy bien a muchos
empresarios españoles para la presencia en Asia.

Este era el sentido de la pregunta que, insisto, en ésta como en otras,
es solamente el prólogo de un debate que deberíamos tener, y tendremos
seguro, en esta Comisión en otro formato con una mayor participación
de todos los portavoces y, sería de desear, con la presencia del
Ministro.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Tiene la palabra el señor
Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Acepto encantado esa petición de que
tengamos un debate más profundo sobre este tema, porque contestarle a
esta pregunta de tanta envergadura con carácter telegráfico, a mí
personalmente me deja mal sabor de boca. Coincido con el señor Yáñez
en que Asia es un espacio en el que, como él dice, si no es una
asignatura pendiente, es una meta que nos tenemos que fijar en nuestra
política exterior para incrementar nuestras relaciones al nivel que
merece la importancia de esos países.

Lo único que quiero reflejar aquí, y lo haré de la forma más rápida que
pueda, es que ha habido un sustancial esfuerzo en la política exterior
de España desde mayo del año pasado. En estos últimos doce meses ha
habido una serie de iniciativas, muchas de las cuales están dando ya
sus frutos.

En relación con visitas, diré que SS. MM. los Reyes estuvieron en Corea
del 21 al 24 de octubre del pasado año. También estuvo en Corea el
Ministro de Industria, señor Piqué, en septiembre para impulsar las
inversiones coreanas, que ya son importantísimas en nuestro país. El
Ministro de Asuntos Exteriores estuvo en Filipinas los días 10, 11 y
12 de febrero, en el marco del diálogo político hispano-filipino, en
el cual además de tratar temas culturales, como el centenario que se
cumplirá en el año 1998, se concedió una línea de créditos de 100
millones de dólares para la construcción de barcos pesqueros para
Filipinas. Con ocasión de ese viaje, el ministro se desplazó a Singapur
del 12 al 15 de febrero, donde tuvo una reunión con todos los países
de la Asean y la Unión Europea. El señor Piqué también viajó a Japón,
confirmando la importancia que este país tiene como socio tecnológico
e industrial.

Por lo que se refiere a Japón, me permito contar un dato que puede
parecer anecdótico, pero que es enormemente significativo, y es que en
el pasado mes de enero desembarcó en Japón el primer cargamento de
naranjas, españolas, que habían estado cerradas al mercado japonés
desde siempre, por la historia de la mosca mediterránea. Este es un
tema que el propio Ministro desbloqueó, logrando que se abriera una
nueva vía de exportación de productos españoles a Japón. Esto no es una
pequeña cosa, porque todo el mundo sabe que Japón es un mercado
totalmente cerrado y vender un producto tan emblemático como la naranja
española es ya un logro absolutamente sustancial.




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Con los japoneses hemos tenido un seminario hispano-japonés, España y
Japón ante el siglo XXI, que ha tenido lugar el 27 de febrero en
Madrid, y ha contado con la presencia de destacadas personalidades de
los ámbitos político, económico y socio-cultural.

El Vicepresidente Segundo del Gobierno, señor Rato, estuvo también en
Singapur en la reunión de la Organización Mundial de Comercio, y
después fue a Malasia, el 9 de diciembre, donde tuvo una reunión con
todos los consejeros económicos y comerciales de España en Asia para
plantear y planear toda la estrategia de despliegue en toda la parte
del continente asiático, pero particularmente en la zona de Asean.

Por otra parte, el secretario general del Ministerio de Asuntos
Exteriores, señor Bastarreche, estuvo en Nueva Delhi el pasado mes de
marzo para reanudar las relaciones políticas con ese país y preparar
temas importantes como, por ejemplo, la Expotecnia que va a tener lugar
en Nueva Delhi este año a principios de octubre.

Refiriéndome a China, también hemos recibido aquí la visita del
presidente de la República Popular China. Acabamos de firmar el pasado
1 de abril un protocolo financiero, con vigencia durante los dos
próximos años, que incluye la apertura de una línea de crédito con
China. Con respecto a nuestra presencia en China, acabamos de terminar
las negociaciones para consolidar nuestra presencia en Hong Kong y
regularizar la situación de un consulado general, que antes estaba
acreditado ante las autoridades británicas y ahora lo está ante la
República Popular China. Hemos tenido diversas visitas de ministros de
Malasia e Indonesia. Hemos cerrado las negociaciones del acuerdo
bilateral crediticio entre España e Indonesia a principios del mes de
febrero.

Por hablar de otro país de la zona, acabamos de hacer la entrega de un
porta-aeronaves a la armada real de Thailandia que ha sido construido
íntegramente en la factoría Bazán y que, por tanto, es uno de los
grandes símbolos de comercio importante en estos países. A finales del
año pasado se abrió la oficina comercial de España en Vietnam, y
esperamos que, si las negociaciones de redespliegue de nuestros
efectivos diplomáticos, que estamos en negociación con el Ministerio
de Hacienda, dan resultado --y espero que lo va a dar ya, porque
tenemos buenos indicios--, podremos dar cumplimiento al compromiso del
Gobierno socialista de abrir una Embajada en Vietnam como prioridad
para dedicar estos recursos que vamos a obtener por el redespliegue de
fuerzas. No podemos olvidar que el Gobierno anterior tuvo la visión de
identificar Vietnam como un sitio donde tenía que haber una embajada.

Nosotros participamos totalmente de esa idea. En aquel momento el
Consejo de Ministros lo aprobó, pero no había medios presupuestarios.

Ahora tampoco los hay, y estamos en una operación de redespliegue de
medios para ver si logramos abrir una embajada en Hanoi. Y también está
dentro de nuestros objetivos la apertura de un consulado general en
Shanghai, porque Shanghai es el centro de una zona importantísima en
China, donde hay grandes intereses comerciales y mucha presencia de
españoles.

El Presidente del Gobierno tiene previsto un viaje a Asia en la segunda
parte de este año, en el mes de octubre, que va a incluir desde luego
Japón y quizá algún otro país asiático.

En este sentido también quiero citar el fortalecimiento de las
relaciones entre el Parlamento español y la Dieta japonesa, que se ha
conseguido a través de un reciente viaje al Japón del Presidente de
esta Cámara, señor Trillo-Figueroa.

Esta no es más que una pequeña relación de acciones que, estoy de
acuerdo con el Diputado señor Yáñez, no significa nada, necesita un
desarrollo, y yo reitero mi disponibilidad, y naturalmente la del
ministro Abel Matutes, para darle más contenido a esto que ha sido
simplemente una relación de acciones que hemos llevado a cabo
precisamente para cumplir ese compromiso del Gobierno y seguir por la
política ya iniciada de incrementar nuestras relaciones con Asia.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Señor Yáñez.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Tomo su palabra, señor Secretario de
Estado, de que su información de hoy sirva casi como índice de lo que
puede ser un debate más en profundidad que nos permita conocer la
evolución de los datos objetivos de intercambio, de importación y
exportación, de inversiones, etcétera, que nos puedan permitir hacer
el seguimiento de si ese despliegue, en el sentido genérico, en Asia
se va realizando y va dando resultados prácticos, que al final es lo
que se persigue.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Para tranquilizar tanto al
preguntante como al preguntado, todos los miembros de la Comisión
entendemos que las preguntas no son otra cosa que meros aperitivos de
ulteriores debates. Les pido que lo recuerden también en sus
intervenciones.




--DEL SEÑOR YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA, SOBRE INICIATIVAS Y DECISIONES
TOMADAS EN RELACION CON LA CRISIS DE ARGELIA. (Número de expediente
181/000555.)



El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Pregunta de don Luis
Yáñez-Barnuevo sobre iniciativas y decisiones tomadas en relación con
la crisis de Argelia.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Como voy a repetir en otras preguntas,
éste es otro tema también para un debate muy amplio, porque la
situación y la gravedad de los acontecimientos en Argelia, su
proximidad geográfica y la importancia de los intercambios de ese país
vecino con España hacen que debamos ocuparnos de una manera preferente
de la situación por la que pasa ese país y las consecuencias que puede
tener para España y para la Unión Europea. Antes hemos hablado del
Mediterráneo en su conjunto. Este es uno de los puntos débiles o
difíciles,



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por la situación que atraviesa el país, especialmente desde 1992,
cuando las elecciones ganadas por los fundamentalistas islámicos del
FIS llevaron al dilema, dramático para las propias autoridades
argelinas, de si reconocer ese resultado, con lo cual se corría el
riesgo de que a partir de unas elecciones democráticas se instalara una
dictadura teocrática y no hubiera más elecciones, o la alternativa,
igualmente mala, de impedir el acceso al poder de quienes habían ganado
las elecciones. Fue esta última opción la que tomaron las autoridades
y el ejército argelino, con la incomodidad y comprensión del mundo
occidental, con enorme polémica y enorme desgarro, porque para los
demócratas no es algo aceptable la decisión que se tomó. Desde 1992 a
1997, en cinco años, la violencia no ha hecho más que incrementarse,
con alguna fase de mayor tranquilidad, pero la norma ha sido una
violencia generalizada, una actividad violenta, agresiva e
indiscriminada por parte de los grupos más radicales del
fundamentalismo islámico, y también una actitud de dureza, en ocasiones
bastante indiscriminada, por parte de las fuerzas armadas y de los
grupos armados por el propio Gobierno contra los primeros. En estos
cinco años ha habido aproximadamente 60.000 muertos en Argelia. Sólo
en el último mes del ramadán hubo 350 muertos. La solución militar no
parece que se produzca, ni por la victoria de los distintos grupos del
fundamentalismo islámico armado, ni por parte de las fuerzas armadas
regulares de Argelia, pero tampoco se abre camino de una manera clara
una posición de diálogo, de conciliación o de acuerdo entre dos partes,
ninguna de las cuales es capaz de vencer a la otra en el campo de
batalla, si se puede hablar de campo de batalla en Argelia. El
resultado es que hay un pesimismo y una incomodidad en la que, incluso
los países occidentales, aliados y amigos, no tienen posiciones
comunes. Francia apuesta claramente por el presidente Zerual y por su
política de dureza. Estados Unidos, en cambio, parece más inclinado a
una política de conciliación o de diálogo con los sectores más
moderados del islamismo, incluso con contacto de la administración
Clinton con sectores del Frente Islámico de Salvación, quizá recordando
el mal resultado que le dio la mano dura o la posición intransigente
en relación con el fundamentalismo islámico en Irán unos años antes.

En esto, como en otras cosas, señor secretario de Estado, no tenemos
muy clara cuál es la posición del Gobierno español en el último año,
si es más cercana a la de Francia o más cercana a la de Estados Unidos,
si es una posición intermedia, cuáles son las iniciativas que se toman
en el seno de la Unión Europea, qué se está haciendo en el plano
bilateral y en el plano multilateral por parte del Gobierno español en
algo que, por razones obvias de principios de defensa de la paz y de
bienestar de un pueblo tan cercano a España en todos los sentidos, pero
también por razones prácticas de que están en juego nuestros intereses,
lógicamente nos atañe enormemente. Comprendo una vez más, y lo diré
también en otras preguntas, que la respuesta del secretario de Estado
no pueda ser exhaustiva, porque también en esto, insisto, podemos y
debemos tener un debate en formato de comparecencia o de petición del
propio Gobierno que, por cierto, utiliza poco, señor secretario de
Estado, la comparecencia a petición propia. Es decir, el ministro o el
ministerio puede obviamente --como sabe muy bien-- pedir la
comparecencia cuando lo considere conveniente o necesario, y no
solamente a petición de los grupos parlamentarios, porque a lo mejor
el Gobierno tiene más información y cree que en un momento determinado
es más oportuna la comparecencia en sede parlamentaria.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Tiene la palabra el señor
Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Con respecto a esto, si no hemos pedido una
comparecencia es porque estamos pendiente de unas elecciones, y empezar
a juzgar un proceso electoral antes de que se produzca no me parece
correcto. Pero quisiera recordar que hoy yo había pedido una
comparecencia para hablar sobre Albania, y me he encontrado con la
agradable coincidencia de que el propio Diputado, señor Yáñez, había
hecho una pregunta sobre este tema. Por tanto, estoy muy atento y,
desde luego, tomo muy buena nota del deseo de que el Ministerio de
Asuntos Exteriores tome iniciativas en estos temas. Por mi parte, estoy
dispuesto a hacerlo en cuanto la ocasión se presente.

Con respecto a Argelia, efectivamente, éste es un tema gravísimo que
todos conocemos. El Gobierno español desea que pueda culminar
satisfactoriamente el proceso iniciado, tal y como se señalaba en las
conclusiones del Consejo Europeo de Madrid de 1995, con unas elecciones
legislativas libres e incontestables. Eso lo expresó el Consejo Europeo
de Madrid y ése sigue siendo el desiderátum del Gobierno español.

Nosotros creemos que la solución hay que buscarla a través del diálogo
y las fuerzas políticas representativas para abocar a una vía pacífica,
y confiamos en que las elecciones legislativas previstas para el mes
de junio sean un paso positivo en este camino. El Gobierno en sus
contactos periódicos ha reiterado este mensaje, subrayando en
particular su más firme condena de la violencia y de los actos
terroristas y la importancia de respetar los derechos humanos y de
llevar a buen término las reformas democráticas iniciadas a raíz de las
elecciones presidenciales multipartidistas del año 1995, aquellas que
le otorgaron la confianza al presidente Zerual. Naturalmente, el
Gobierno espera que las próximas elecciones legislativas, las del mes
de junio, den lugar a una nueva cámara de diputados, elegida por
sufragio universal, que sustituirá al consejo nacional de transición
designado en 1992, y que estas elecciones se desarrollen de manera
irreprochable y cuenten con la participación masiva del pueblo
argelino. Este ha sido el mensaje que el Ministro Abel Matutes trasladó
a las más altas instancias argelinas con ocasión de su visita oficial
a Argelia, en septiembre del pasado año. Este mismo mensaje es el que
trasladó el Presidente del Gobierno español a su homólogo primer
ministro de Argelia en un breve encuentro en Roma, que tuvo lugar con
ocasión de la cumbre de la FAO el 17 de noviembre. Nosotros, además de
trasladar estos mensajes, tratamos de mantener



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al máximo posible una relación de mayor normalidad, sobre todo en el
incremento de nuestras relaciones bilaterales que, como el Diputado
Yáñez conoce, son importantes, puesto que Argelia es uno de los
primeros destinatarios de las exportaciones españolas a Africa-Oriente
Medio. Buena prueba de esta normalidad en los intercambios es la
inauguración del gasoducto euromagrebí, que supone la entrada directa
por tubo del gas de Argelia en la red gasística española, lo que va a
suponer un incremento importante de las exportaciones de Argelia hacia
España, ya que va a incrementar la cantidad de gas que vende. En cuanto
a las relaciones financieras, contamos con el protocolo de enero de
1996, por el que España concedió una línea de crédito de 900 millones
de dólares para facilitar los intercambios comerciales y las
inversiones españolas en Argelia. La comisión mixta se ha reunido a
finales del año pasado. El Secretario de Estado de Cooperación estuvo
precisamente en Argel para ver el estado de los proyectos y comprobar
cómo va el tema de la comisión mixta. En el terreno de la Unión
Europea, estamos colaborando para que se negocie un acuerdo
euromediterráneo de asociación. Ya hay un mandato de negociación, lo
hemos impulsado y las negociaciones ya se han iniciado con una primera
ronda en Argel. Por tanto, esperamos que se pueda concluir un acuerdo
de asociación con Argelia, lo que dará una fuerza particular a este
país.

Así pues, vemos con esperanza el futuro, no exenta de preocupación,
estamos muy en contacto con las autoridades argelinas en el sentido de
alentarlas y estamos dispuestos a participar como observadores en las
elecciones de junio, lo que ya hemos expresado claramente. Nuestras
relaciones bilaterales las seguimos manteniendo intensamente, tratamos
de ayudarlos para que estén bien anclados en el diálogo
euromediterráneo y en el acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Yo creo que hasta ahora hemos hecho todo lo que se puede y la prueba
es el reconocimiento de las autoridades argelinas al Gobierno español
por esta ayuda que ha recibido y que continúa recibiendo.




--DEL SR. YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA (GRUPO SOCIALISTA), SOBRE INICIATIVAS
Y DECISIONES TOMADAS EN RELACION CON LA CRISIS DE ALBANIA. (Número de
expediente 181/000566.)



El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): La siguiente pregunta es
también de don Luis Yáñez. Se refiere a las iniciativas y decisiones
tomadas en relación con la crisis de Albania.

El señor Yáñez tiene la palabra.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Albania vive una situación crítica y
grave, que afecta a España como miembro de la Unión Europea y a la
Unión Europea misma, puesto que se trata de un país europeo, el más
pobre del viejo continente, con una renta per capita de 360 dólares,
y que ha sufrido durante muchos años una de las más crueles dictaduras
estalinistas, pero cuando se produce el acceso a la democracia
sobrevienen una serie de acontecimientos masivos de fraude. Tres de
cada cuatro albaneses han visto desaparecer sus ahorros por los
sistemas fraudulentos de financiación piramidal, que se achaca a
sectores vinculados al presidente Berisha, elegido democráticamente
hace pocos años. Eso ha producido un desorden generalizado, con
violencia, con enfrentamientos múltiples y, una vez más, y es lo que
más nos preocupa, con una reacción lenta, dubitativa y no decidida por
parte de la Unión Europea. Aquí se plantea un tema que nos preocupa
mucho, que algún día debatiremos también en esta Comisión, y es la
inexistencia o el escaso avance de una política exterior y de seguridad
común, de la PESC, que, sin embargo, absorbe tanto sus reuniones y sus
tareas a las políticas nacionales de los ministerios de Asuntos
Exteriores, que origina una situación paradójica: se está perdiendo
presencia de políticas bilaterales internacionales de cada país --entre
ellos España-- sin que se cree una verdadera política exterior y de
seguridad común que, en el caso de Albania, sería absolutamente
aplicable.

Una segunda cuestión que nos preocupa mucho es la identificación, en
este caso del pueblo albanés, pero que puede extenderse a otros países,
sobre todo de los Balcanes, de democracia y libertad económica con
caos, con corrupción, con dinero fácil, identificación que no es justa
ni cierta, pero que puede calar en muchos sectores de la opinión
pública, que quizá han puesto excesivas esperanzas en unos resultados
inmediatos, rapidísimos, de un acceso a la democracia y a la economía
de mercado. Por fin la Unión Europea ha tomado decisiones con respecto
al envío de una fuerza internacional de protección, la FIP, con
participación española. Creo que hoy mismo salía de Málaga un
contingente de legionarios. Después de haber presentado yo esta
pregunta surge un problema de manera inmediata, que es la crisis en
Italia, la posición de debilidad que se le plantea a Prodi, ya que es
a Italia a la que se le plantea el problema fundamental por su
proximidad y por tener el gran contingente de emigrantes o de
refugiados desde Albania hacia su territorio. Esta es una preocupación
añadida en esta pregunta y ruego al Secretario de Estado que conteste
a esa parte de nuestra inquietud diciéndonos cómo ve el Gobierno
español este tema, qué está haciendo y cuál es su posición.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Tiene la palabra el señor
Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Este es un asunto que requería una
comparecencia, como yo había pedido, porque da pie a que los grupos
parlamentarios hicieran preguntas sobre diversos aspectos, políticos,
militares o de la propia política exterior y de seguridad común, como
ha planteado el señor Yáñez.

No voy a hablar sobre la terrible situación de ese país y el deterioro
que se ha producido como consecuencia de la irresponsabilidad del
Gobierno en el manejo de la política financiera. Solamente diré que se
ha producido una situación



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de gravísima inestabilidad, de falta de paz social, en un país que se
ha puesto casi al borde de la guerra civil, con las consecuencias que
eso tiene en el entorno inmediato. Y el entorno inmediato --no lo
olvidemos-- es la Unión Europea, Grecia e Italia, aparte de otros
países limítrofes. Italia hizo una llamada a la solidaridad de los
países de la Unión. No hubo una posición común de PESC, de política
exterior y de seguridad común, puesto que ciertos países tenían algunas
reticencias, pero España no tuvo en ningún momento la más mínima duda
de que había dos imperativos: uno de carácter humanitario, de ayudar
a un país europeo que tiene un problema gravísimo y que necesita que
se restablezca la vía para que le llegue la ayuda humanitaria, y otro,
un gesto de solidaridad hacia un país como Italia, socio de la Unión,
y sobre todo país mediterráneo con el cual nosotros nos sentimos
profundamente vinculados. Creíamos que ésta era una ocasión única para
mostrar a Italia un gesto de solidaridad, que debo decir que siempre
hemos tenido hacia este país mediterráneo. Se decidió, por tanto,
participar en esta fuerza multinacional, en esta coalición de los que
desean ayudar, coalition of de willing, como le llaman y tan pronto
como el Consejo de Seguridad dio luz verde nosotros confirmamos nuestra
disponibilidad de participar con los mismos medios que teníamos
dispuestos para la zona de los Grandes Lagos, es decir, un subgrupo
táctico, que es más o menos una compañía reforzada con medios
adicionales, más o menos 300 ó 400 hombres. Hemos participado en las
conversaciones para organizar esta fuerza multinacional. Hemos acordado
que Italia sea la que presida esta fuerza multinacional, que Francia
ocupe la vicepresidencia de este grupo de coordinación (lo cual tiene
el valor añadido de que Francia es un miembro del Consejo de Seguridad
y, por tanto, como hay que reportar al Consejo de Seguridad es bueno
que tenga un puesto directivo en la fuerza multinacional) y España se
integra también junto con otros países que todos conocemos que son
Grecia, Turquía, Austria, Rumanía y Hungría. Es decir, hay una serie
de países que van a participar, ya se han asignado funciones y a partir
del día 14 la fuerza multinacional entra a ocupar sus posiciones.

España junto con un contingente francés va a estar destinada en el
puerto de Durazzo durante un período inicial de diez o quince días y
a partir de ese momento se le ha asignado la posición de Shkodër, que
es una zona en el norte, cerca de la frontera con Montenegro, una zona
que no es tan conflictiva como las del sur, donde todavía hay mucha
gente armada, en cambio en el norte está más controlado, pero desde
luego no es ni mucho menos una zona tranquila porque está en la
frontera y una zona difícil en la que naturalmente el contingente
español va a tener que enfrentarse a dificultades. Creo que todo va por
sus pasos, tal como se había previsto. Esta fuerza multinacional, la
OSCE, bajo la coordinación del señor Vranizsky, tiene también una
misión para promover la segunda parte. Una cosa es restablecer el orden
y distribuir la ayuda humanitaria y otra reorganizar el sistema para
que las elecciones puedan celebrarse en el plazo más breve posible.

Además, hay otro grupo de coordinación de la Unión Europea que dirigirá
la presidencia para coordinar los esfuerzos de la Unión.

El señor Yáñez se refería al último escollo parlamentario que ha tenido
el señor Prodi en su intento de hacer aprobar esta acción por el
Parlamento italiano. Yo quiero manifestar que las informaciones que
tenemos de Roma son que, a pesar de las dificultades que hoy aparecen
en la prensa, el señor Prodi, como está previsto en la Constitución
italiana, recurrirá a un mecanismo constitucional, que es frecuente en
Italia, por el cual pedirá al Presidente de la República que plantee
a la Cámara una moción de confianza al Gobierno. Se puede hacer en
menos de 24 horas y esa moción de confianza la tiene garantizada. Por
tanto, esta inquietud real se va a ver disipada en muy poco tiempo.

Naturalmente nosotros estamos muy atentos a lo que pasa en Italia
porque, si por cualquier razón el Gobierno Prodi no pudiera participar
en la fuerza multinacional, tendríamos que replantear junto a nuestros
aliados nuestra participación. Por las noticias que tenemos y que se
nos confirman de Roma el Presidente Prodi va a tener la fuerza política
suficiente para superar este escollo y, por tanto, el despliegue de la
fuerza y el plan seguirán, tal como estaba previsto.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): El señor Yáñez tiene la
palabra.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Solamente quiero agradecer al
Secretario de Estado su respuesta y decirle que, aunque hayamos hecho
esta pregunta, eso no es óbice para que siga viva su petición de
comparecencia, porque pueden surgir acontecimientos en los próximos
días en Italia --probablemente esa comparecencia no se celebre como
mínimo hasta el día 24-- que justifiquen seguir informando y debatiendo
sobre Albania.




--DEL SEÑOR YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA, SOBRE POSICION DEL GOBIERNO ACERCA
DE LA INICIATIVA FRANCESA DE CONVOCAR UNA CUMBRE DE LOS CUATRO
«GRANDES» DE LA UNION EUROPEA, RUSIA Y ESTADOS UNIDOS. (Número de
expediente 181/000557.)



--DEL SEÑOR YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA, SOBRE OPINION DEL GOBIERNO ACERCA
DEL ANUNCIO DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA FRANCESA DE CONVOCAR UNA
CUMBRE DE JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO DE AMERICA LATINA Y DE LA UNION
EUROPEA (UE). (Número de expediente 181/000558.)



El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Pregunta también del señor
Yáñez sobre posición del Gobierno acerca de la iniciativa francesa de
convocar una cumbre de los cuatro «grandes» de la Unión Europea, Rusia
y Estados Unidos.




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El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: Si me lo permite el Presidente, podría
exponer las dos últimas preguntas conjuntamente, puesto que tienen como
elemento común el que se refieren a cumbres y son iniciativas
supuestamente francesas.

La primera se refiere a un anuncio por parte del Presidente Chirac de
realizar una reunión al más alto nivel entre Rusia, Estados Unidos y
los cuatro «grandes» de la Unión Europea. Ese es el motivo de la
pregunta. Nos parece bien que haya una reunión tripartita de Rusia,
Estados Unidos y Europa. Como hemos comentado en otras ocasiones,
Europa a veces se queda un poco atrás en los temas de política
exterior, aunque no en proporción a su importancia demográfica,
económica y de todo tipo, y es bueno que haya este tipo de iniciativas.

Nuestra pregunta se refiere a la expresión «cuatro grandes», porque es
nueva o, en todo caso, insólita en la Unión Europea, porque o va la
troika a la reunión o van todos. En todo caso --ésa es la cuestión--,
no quisiéramos que España quedase ausente de esa cumbre, que todavía
es una idea hasta donde yo sé. Por eso le pregunto si hay una mayor
concreción sobre la misma.

En cuanto a la última pregunta --segunda de las que estoy exponiendo--,
el Presidente Chirac anunció en su gira por América Latina la
convocatoria de una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de América
Latina y de la Unión Europea. Después de ese anuncio, el Gobierno
español dijo a través de los medios de comunicación --o así lo
interpreté yo-- que no era una iniciativa de Chirac, que había sido una
iniciativa del Presidente Aznar en la cumbre iberoamericana de Chile.

La verdad es que esto último no lo conocíamos o había pasado
desapercibido y es un problema de comunicación. La versión francesa es
que fue algo que el Presidente Chirac expuso al Presidente Aznar en una
cumbre bilateral en Marsella y, por tanto, reivindican esa iniciativa
francesa. A veces tiene algo que ver con el orgullo patrio la capacidad
que España debe seguir teniendo en relación a América Latina; la
capacidad de iniciativa, de propuesta, de convocatoria, de liderar, en
una palabra, el papel de la Unión Europea en relación a América Latina.

La pregunta tiene sólo el sentido de que el Gobierno nos dé su versión
sobre esta iniciativa, porque mucho nos tememos que quede cristalizada
como la iniciativa francesa del Presidente Chirac en su gira por
América Latina.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Para contestar a la
pregunta que he enunciado anteriormente y a la pregunta del señor Yáñez
sobre opinión del Gobierno acerca del anuncio del Presidente de la
República Francesa de convocar una cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno de América Latina y de la Unión Europea, tiene la palabra el
Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLITICA EXTERIOR Y PARA LA UNION
EUROPEA (De Miguel y Egea): Respecto a la primera pregunta, sobre ese
intento, por cierto fallido, de organizar una reunión que llamaban
quint --es decir, de cinco--, entre los cuales los cuatro grandes no
eran de la Unión Europea, sino Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino
Unido y Rusia (así se explica la reacción airadísima de Italia y de
Canadá, que pensaron que las estaban dejando fuera), España no le dio
la menor trascendencia, porque nosotros dijimos desde el principio que
cualquier acuerdo con Rusia hay que hacerlo a dieciséis. Por tanto, el
hacer camarillas no es quizá la mejor cosa, pero tampoco lo mejor es
salir inmediatamente a la prensa a protestar cuando las cosas todavía
no están cuajadas; tan poco cuajadas estaban que esa reunión se
abandonó definitivamente. Entre otras cosas porque, como ya he dicho
antes, nuestro Secretario General en la OTAN --y digo nuestro porque
es compatriota español y, además, antiguo ministro de Asuntos
Exteriores, con lo cual aunque sólo sea por corporativismos ya tenemos
algo en común-- ha tenido éxito en sus negociaciones con la Alianza,
y las negociaciones van adelante. Por tanto, no hay que hacer más
cumbrecitas antes de hacer la cumbre final, que es la que sí va a tener
lugar entre los dieciséis más uno, Rusia, muy seguramente a finales de
mayo; se está hablando de esa posibilidad. Yo tampoco quiero darlo por
hecho porque, naturalmente, de aquí a finales de mayo hay que terminar
el acuerdo con Rusia, pero como todo parece indicar que va por buen
camino, esta idea ya está abandonada y lo que sí se fraguará es una
cumbre entre los dieciséis y Rusia.

En cuanto a la cumbre entre Iberoamérica y la Unión Europea, quiero
aclarar que este tema fue objeto de intercambio entre los presidentes
en Marsella. Hablaron, pero muy genéricamente, de la necesidad de
acercar más la Unión Europea a la gran realidad iberoamericana.

Naturalmente, el tema iberoamericano estaba en la cumbre a iniciativa
española, que es siempre el país que promueve esa idea. Creo que el
Diputado señor Yáñez tiene la experiencia de haber pasado unos cuantos
años de su vida precisamente haciendo eso: no desaprovechando ninguna
ocasión, bilateral ni multilateral, para poner a Iberoamérica en la
escena. Sobre esa mención que hizo el Presidente Aznar de la
preocupación de acercar más Iberoamérica a la Unión Europea, puedo
decir que se habló de que sería muy interesante poder hacer una cumbre
de jefes de Estado y de Gobierno de ambas regiones. La idea tuvo muy
buena acogida por parte francesa, muy buena acogida también por nuestra
parte, y propició que el propio Presidente aprovechara inmediatamente
la ocasión. Recordemos que la cumbre hispano-francesa fue a principios
de noviembre --no sé si los días 4 y 5-- y la cumbre iberoamericana de
Viña del Mar fue los días 13 y 14 del mismo mes. El ya lanzó la idea
allí formalmente, y así se recogió en las actas, para quien lo quiera
ver. Es decir, es una propuesta formal, está registrada y absolutamente
todo el mundo la conocía. También la conocía Francia puesto que el
propio Presidente dijo que lanzaría esta idea, y tuvo muy buena
acogida. Naturalmente a los franceses les interesa esta cumbre, y
nosotros estamos encantados de que les interese porque cuantos más
aliados tengamos para promover las relaciones con América Latina,
mejor. La idea se fue materializando y llegó un momento en que el
Presidente Chirac consideró en un viaje a Iberoamérica --porque también
estuvo en Brasil-- lanzar esa idea, lo cual yo creo que es
perfectamente



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legítimo en un hombre de Estado sobre algo que ya estaba hablado, que
ya se sabía y que además contaba con el respaldo de España, porque si
España no hubiera querido hacerlo seguramente Francia no hubiera
lanzado la idea, pues sabe perfectamente que sin el apoyo de España no
hubiera llegado a buen término. En ese momento nosotros, de acuerdo con
los franceses, materializamos formalmente nuestra propuesta, primero
en el Comité de Relaciones Permanentes y luego en el Consejo de Asuntos
Generales del día 24 de marzo que la aprobó formalmente. Yo acabo de
llegar anoche de una reunión entre los cancilleres del Grupo de Río y
los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, en Noordwijk,
y debo decir que no se ha hablado de otra cosa. Todas las delegaciones
hablaban de la propuesta española o de la propuesta hispano-francesa,
porque naturalmente todos saben el eco que ha tenido en el Presidente
Chirac. Prácticamente todas las intervenciones en la fase de los
intercambios políticos se refirieron a esto y a la voluntad de todos
los países iberoamericanos de contribuir y de participar en esta
cumbre. Ya se ha hablado de fechas e incluso se ha hablado de sedes.

Los brasileños han propuesto Río de Janeiro. El Ministro de Asuntos
Exteriores de Panamá propuso Panamá. Se habla del segundo semestre del
año 1998. Los alemanes han dicho que están dispuestos a hacerlo durante
su presidencia en el año 1999. Es decir, el tema ya está en el
circuito. Las conclusiones que salieron ayer de esta reunión de
cancilleres fue que estamos de acuerdo en que hay que hacer esta cumbre
pero que tratemos de fijarnos en los contenidos más que en las fechas
y en las sedes, tratemos de preparar todo esto en los foros que tiene
la Unión Europea de diálogo con San José y con Río y tratemos de
ponernos de acuerdo más adelante sobre la sede y la fecha. Pero todo
parece indicar que 1998 ó 1999 será el momento de su realización, que
es formalmente y a todos los efectos una propuesta española y como tal
está considerada en la Unión Europea, porque es la propuesta española
que fue aprobada por el Consejo de Asuntos Generales el 24 de marzo y
por la cumbre iberoamericana el 14 de noviembre del pasado año.




El señor VICEPRESIDENTE (Estrella Pedrola): Damos las gracias al señor
Secretario de Estado por su continuada y prolongada presencia en esta
Comisión.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y treinta minutos de la tarde.